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EL MINICUENTO, ESE (DES)GENERADO'

VIOLETA ROJo
Universidad Simón &livar
(Caracas, Venezuela)

Consideramos al minicuento como una narración su-


mamente breve (no suele tener más de una página impre-
sa), de carácter ficcional, en la que personajes y desarrollo
accional están narrados de una manera económica en sus
meuIOS expresivos y muy a menudo sugerida y elíptica. El
minicuento posee carácter proteico, de manera que puede
adoptar distintas formas genéricas y suele establecer rela-
ciones intertextuales tanto con la literatura (especialmen-
te con formas arcaicas) como con formas de escritura no
literarias.
El carácter proteico o des-generado del minicuento y
la brevedad constituyen para nosotros sus rasgos diferen-
ciales más importantes, aunque cumplen funciones distin-
tas. La brevedad constituye su característica primordial en
el sentido de que lo distingue a simple vista y, además, ge-
nera otras de sus características: debido a'ella el lenguaje
del mini cuento es preciso, su anécdota comprimida y es
necesario el uso de cuadros (frames). El carácter proteico,
por su par te, es una característica muy importante y co-
mún, aunque no general a todos los minicuentos. Es im-
portante, porque por una parte lo define, pero también
lo 'in-define'. Es muy común que los minicuentos sean
genéricamente ambigúos, pero esto ha ocasionado, por
ejemplo, que no se lo considere un cuento.
En ese trabajo analizaremos al minicuento como una
forma narrativa que se relaciona con otros géneros y sub-
• Texto publicado en Revista Interamericana de Bibliografia. XLVI, 1-4 (1996),
pp. 39-47. Texto reproducido con la autorización de la autora.
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242 VIOLETA ROJO
, EL MINICUENTO, ESE (DES)GENERADO 243

géneros literarios y con formas escriturales no conside- .>1 ~


2. DEL MINICUENTO y OTROS GÉNEROS
radas literarias. Examinaremos esto bajo la luz del mini-
'!-
cuento como género en formación, pero también vere- Efectivamente, entre los mini cuentos podemos encon-
J
mos cómo se establecen estas relaciones intergenéricas trar algunos con apariencia de ensayo o de reflexión sobre
por medio de la parodia y cómo lo que llamamos marcos la literatura y el lenguaje, recuerdos, anécdotas, listas de
de género ha devenido en una estrategia narrativa. lugares comunes, de términos para designar un objeto,
fragmentos biográficos, fábulas, palíndromos, definiciones

1. DE TAXONOMÍA LITERARIA I a la manera del diccionario, reconstrucciones falsas de la


mitología griega, instrucciones, descripciones geográficas
desde puntos de vista no tradicionales, reseñas de fulsos
Como es bien sabido, la relación entre el significante
y el referente es arbitraria. Cuando a la clase de texto de
1;
: ~
inventos y poemas en prosa. Pero aunque tengan cualquie-
ra de estas formas siguen teniendo, primordialmente, un
la que vamos a molar la llamamos minicuento -estamos j ~ carácter narrativo y_ficcional. Siguen siendo un cuento. Su
intentando que el significante no sea arbitrario para tra- !J. 2,.
género, entonces, es indiscutÍblemente ernarrativo, pero
tar (no más que eso) de encontrar un nombre definido y, ~, se vincula simultáneamente con muchos otros géneros,
ojalá, definitivo. [. aunque con ninguno de ellos en propiedad.
En la literatura crítica sobre el tema podemos encon- ~ El des-género, o carácter proteico del minicuento, ha
~
trar una multitud de expresiones, intentos taxonómicos sido analizado frecuentemente por la critica. Al respecto,
.,~

l1! :t
frustrados: arte conciso, brevicuento, caso (los de Ander- Koch observa que Arreola "no ha tratado conscientemen-
sOH-Imbert), cuento breve, cuento brevísimo, cuento cor-

"
, te de establecer un nuevo sub-género" sino que,justamen-
to, cuento cortísimo, cuento diminuto, cuento en minia- ::" te, intenta lo contrario: hacer un tipo de literatura que no
tura, cuento escuálido, cuento instantáneo, cuento más " .,' tenga nada que ver con las corrientes y que sea inclasifi-
corto, cuento rápido, fábula, ficción de un minuto, ficción 12. cable e incasillable 1 • En el manifiesto de la revista Zona de
rápida, ficción súbita, microcuento, microficción, micro- ~~ Barranquilla consideran al minicuento como un híbrido
relato, minicuento, minificción, minitexto, relato corto, ~i literario, un cruce entre el relato y el poema. Según este
relato microscópico, rompenormas, texto ultrabrevísimo, Ji manifiesto el minicuento no tiene fórmulas ni reglas, es
ultracorto, varia invención (los de Juan José Arreola) y 1, i .,~ - incasillable y por eso "permanece silvestre e indomable ....
textículos. Epple, por su parte, desarrolla una interesante teoría
Esta multitud de nombres indica varias cosas. Por una sobre las confusiones genéricas en los minicuentos, propo-
.parte que, evidentemente, su caracteristica más resaltan te niendo que el minicuento, "se asienta en un género u otro
ii! ~.
es la brevedad; por otra, que los límites de la narración ¡ como simple vehículo coyuntural"' de una escritura que
muy breves no están bien definidos y por tanto no se sabe
,.
ti " se está rearticulando entre formas discursivas tradiciona-
qué son esas narraciones tan cortas o a qué género perte-
necen. Esta indecisión puede deberse a que no hay segu-
"~ les que todavía no abandona y nuevas formas todavía no
decantadas. Según este autor, los minicuentos se vinculan-
ridad de que los minicuentos sean verdaderamente cuen-
tos, ya que tienen características de otros géneros, sub-gé- 1 I

~:
~
,~
I Dolores Koch, El micro-reUdo t7l Méxiro:JuLW Torri,JuanJosé ATTeola y Augusto

neros --como todas las variaciones posibles de las llamadas


"formas simples"- y también de escritos no literarios. El
r~ ' Monterroso. City University ofNew York. Ph.D. Dissertation,1986, p. 112.
2 Citado por Edmundo Valadés. "Ronda por el cuento brevísimo", Puro cuento

21 (1990). p, 28,
minicuento, por esta razón, da la impresión de ser un tipo !i ) Juan Armando Epple (ed.), Brevísima relación. Antología del micro-cuento hispa-
de texto des-generado. t e, noamericano. Santiago, Mosquito comunicaciones, 1990. p. 17.
s.
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intertextualmente con dos tipos de formas: simples (en el bié n d e su inmedia to anteceso r, el cuento . Mathews so s-
sentido deJolles), orales, y otras más cultas o librescas. ~ tie ne que "el cuento n o debe carecer d e fo rma, pero su
Los distintos autores relacionan los minicuentos con fo rma puede se r cualquiera q ue el avtor guste"7, mientras
diversos géneros: Koch con el ensayo, el poema en prosa, que Enrique Anderson-Imbert postula que "los cuentos
la viñ eta, la estampa, la anécdota, la ocurrencia y el chiste son como los autos y pueden te ner distintas carro cerías"· .
y las anotaciones de diario; Fernández Ferrer con el cuen- En los orígenes del cuento podemos encontrar una
to popular brevísimo, el chiste, los tantanes, la anécdo- serie de formas arcaicas, tradicic;mes, poemas en prosa, fá-
ta, la fábula, la parábola, las tradiciones'; Juan Armando bulas, "fabliaux", alegorías, parábolas, baladas, apólogos,
Epple con el caso, la anécdota, el chiste, la re elaboración chistes, fan tasIas, anécdotas, milagros, episodios, escenas,
de mitos, la fábula, la parodia, la alegoría, el relato satí- diálogos, leyendas, notas, artículos, r e latos, crónicas, que
rico, la greguería, el anti-relato y el cuento; Sequera con -según Ande rson-Imbert, ap. cit ..,. de sustantivo s pasaron
el chiste, el breve de prensa, el juego de palabras, el poe- a ser adjetivos: cue nto legendario, mítico , costumbrista,
ma en prosa, el aviso clasificado, la oración (religiosa), el poé tico, tradicional, alegórico. La diferencia entre el pro-
apunte, la definición de diccionario, el rótulo de museo, te icismo del minicuento y el del cuento estriba en que en
la anécdota, la receta de cocina, la literatura de las medi- el cuento tradicional, las formas utilizadas están insertas
cinas, las instrucciones de manual, la noticia de prensa, la en la narración, esto es, en el desarro llo d e l cuento se in-
carta al correo sentimental y ei horóscopos. Por supuesto, corporan otras formas no narrativas. Mientras que en el
cualquier lista de esta índole nunca sería exhaustiva. El minicuento, por ser tan breve, no hay manera de insertar-
minicuento tiene como rasgo diferencial el carácter pro- las, sino que son el cuento. En resumen, el cuento suele
teico, por ende siempre estará relacionado con algún otro u tilizar elementos de distintas formas para narrar su historia,
género. El minicuento es transgenérico por naturaleza. en el minicue nto el cuento puede tener distintas formas.
Wilfrido Corral, al hablar de la literatura de Monterro- Podríamos pensar que el cuento e n su origen estuvo
so propone una seríe de categorías: desplazamiento de gé" vinculado a una serie de géneros y subgéneros, pero con
neros, imbricación, fronterizo, empotrado, transgresión, el transcurso del tiempo las estrategias narrativas estiliza-
disolución, mezcla de géneros, que implican o que un gé- ron estas influencias hasta hacerlas menos perce ptibles,
nero se apropia de otro o la coexistencia de dos géneros menos evidentes. Quizás lo mismo esté pasando con el mi-
en un mismo te xto· . Es posible que sea esto lo que sucede
nic uento, que sea un sub-género en formación - d e hecho
con el minicuento ."Son cuentos entremezclados con cual-
no tiene.más de un siglo- y que esta sea la razón por la que
quiera de los géneros literarios y no literarios, escritos u
sus relaciones con otros gé neros sean tan obvias.
orales que puedan adoptar una forma muy breve. En todo
caso es evidente que hay una transgresión d e géneros, bus-
cada o no, consciente o no, pero un afán de salirse de los
géneros establecidos. 3. FORMACIÓN DE U N SUB-G ÉNERO

El des-género o carácter proteico no es solamente uno


de los rasgos diferenciado res del minicuento, sino tam- Para.Welle k y Warren , la teo ría m o derna d e los géne-
ros no limita el número de los posibles géneros ni dicta
• Antonio Fernández Ferrer (ed.). La mano de la hormiga. Los cuentos más breves
del mundo y de las literaturas hisPánicas. Madrid , Fugaz. ] 990. . 7 Brander Matthews, "La filasofia del cue nto", e n Carlos Pacheco y Luis Ba-
5 Armando José Sequera. "Apuntes sobre el min icue nto e n Venezue la", Papel rrera Linares (comps.), Del cuento y swalredetJ.qres. Caracas, Mo nte Ávila, 1993.
Literario de ELN acional. Caracas, 1990. pp. 59-67.
6 Wilfrido H. Corral , Lector; sociedad y género en MonterrosQ. México, Unive rsi- A Enriq ue Anderson-Imben , Teoría y tecnica del cuento. Buenos Aires, Marymar,
dad Veracruzana. 1985 . 1979. p. 212.
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246 VIOLETA ROJO EL MINICUENTO, ESE (DES)GENERADO 247

reglas a los autores; supone que los géneros pueden mez-


J,, en el género alto de los procedimientos del género bajo,

~
clarse y producir un nuevo género, y ve que los géneros podríamos establecer, mediante algunas precisiones, cier-
pueden construirse sobre la base de la inclusividad, de la tos conceptos.
complejidad o "riqueza", lo mismo que sobre la "pureza"9. % En lugar de hablar de géneros inferiores y superiores,
¡
Además, que las obras literarias influyen a otras obras que ~
altos y bajos, consideraremos a los géneros como formas
las imitan, parodian y transforman. ~ activas o como formas desaparecidas. Las desaparecidas
En suma, una obra literaria no es nunca pura, siempre % serían las que ya no se utilizan tal y como eran en su ori-
-está influida por otras obras. A partir de esto podríamos i,.. gen, por ejemplo las formas arcaicas, simples y menores:
decir también que un género no puede ser purQ.....Ya que fábulas, alegorías, parábolas, y otros, mientras que al cuen-
ha sido influido por otros géneros. Pero además que los
géneros nuevos pueden formarse a partir de las influen-
cias de unos géneros en otros.
El concepto de que los géneros literarios son rígidos y
I to, el ensayo y el poema que gozan de buena salud los con-
sideraremos formas activas.
A partir de Sklovsky y Tomachevsky es factible pensar
que los nuevos géneros y sub-géneros se pueden crear por
de que cada género puede ser clasificado de una manera
muy precisa, aparte de muy poco factible no correspon-
ii la infiltración de formas activas o de formas desaparecidas
en otras formas activas. Esto no hace que desaparezca la
de con el estudio de un órgano vivo y cambiante como es forma activa matriz, sino que se cree una nueva, o quizás
la literatura. Como dice Tomachevski, es imposible "faci-
litar una-dasificación lógica y duradera de los géneros.
--, un nuevo género o sub-género. Esta nueva forma será dis-
tinta a las originales, pero al mismo tiempo conservará
Su división es siempre histórica, es decir, válida solamen- ~ rasgos de las nuevas. Por supuesto, esta infiltración de gé-
te durante un determinado período histórico"lo. 05via- neros no se da con todas las formas activas y desaparecidas
mente, al ir cambiando las formas de expresión literaria,
los géneros no pueden mantenerse inmunes e incólu- f al mismo tiempo, sino, por lo general, uno por vez.
De esta manera tenemos la forma activa cuento, a la
mes. Es por eso que este mismo autor plantea que el es-
tudio de los géneros debe ser descriptivo. Por supuesto,
1 que se unen, en distintas ocasiones, la forma activa poesía,
la forma activa ensayo,. y varios tipos de formas desapare-
esto también significa que no hay géneros definidos, ni
tampoco subgéneros ya que "las líneas de demarcación
entre modos narrativos y entre los mismos géneros no
I
'1>
cidas: la fábula, el aforismo, la alegoría, la parábola, los
proverbios. Es así como se va creando un nuevo tipo de
cuento, que es muy breve, porque estas formas suelen ser
son firmes"" .
Si tomamos la tesis de Victor Sklovsky (citado por We-
f
if,
breves (aunque también se podría pensar que las adopta
precisamente porque al ser breves convienen mejor a su
lIek y Warren) y consideramos que las nuevas formas de ~ índole particular) y que cumple en su constitución la teo-
arte son simplemen te la canonización de géneros inferio-
res y a eso le agregamos el concepto de la eliminación
i"
~,
ría clásica de la formación de nuevos géneros.
Podríamos pensar que el minicuento no es tan nue-
de los géneros de Tomachevski en el sentido de que un vo como para ser un género en formación y que textos
~:.

género alto puede desaparecer a partir de la infiltración muy breves han existido desde los orígenes de la litera-
1!¿,
::: tura. Pero debemos estar claros que el minicuento no es
9 René Wellek y ~~stin Warren. Teoría literaria. Madrid, Credos. 1974. simplemente un tipo de cuento muy breve, sino que es un
10 Bons Tomachevski, Teoría de la literatura. Madrid, Akal, 1982, p. 214. cuento muy breve-que se interrelaciona, paródica y hu-
ti John Gerlach. "The Margins of Narrative: The Very Short Story, the Prose morísticamente con otros géneros y que utiliza estas in-
Poem, and the Lyric", en Susan Loharer y Jo Ellyn Clarey (eds.), Shorl Slory. ,. terrelaciones genéricas como estrategias narrativas. Estas
Theory al a Crossroads. Balon Rouge y Londres, Louisiana Sute University Press,
1989, p. 74. i características lo desvinculan de la narrativa simplemente
(

248

muy breve y se dan solamente en los minicuentos de este


VIOLETA ROJO i
~
i
EL MINI CUENTO. ESE (DES) GENERADO

lo que llamaremos cuadros génericos, esto es, un cuadro


249

.~"
siglo, especialmente de los años 20 en adelante. intertextual de forma narrativa o de modo de relatar. Por
El minicuento, entonces, resulta tan extraño, tan poco ejemplo, en el minicuento se utilizan mucho las formas de
,~
clasificable, tan alejado de lo tradicional porque es un la fábula, el bestiario, el mito y otros, entonces podríamos
nuevo género, o sub-género, se está formando otra forma pensar en un cuadro genérico de fábula, o en un cuadro
narrativa. Como dice Fawcett: "Existe un movimiento cla- t genérico de mito, Y otros.
ramente orientado hacia la creación de nuevos géneros, f Estos cuadros genéricos sirven para que el autor dé
al menos de manera parcial, a través de la fusión de los ,,. al lector aún más datos, esta vez no de contenido, sino
elementos más relevantes de los viejos géneros"l2. Y como " 1 de esquema narrativo. Esto es, si parte del marco consiste
anota Koch, refiriéndose ya específicamente-al minicuen- en referirse a la zorra y las uvas, que nos remitiría inme-
to: "Las rupturas de las normas literarias tradicionales
y su subsiguiente incidencia crean los nuevos géneros y tí diatamente a una fábula conocida, esto puede ampliarse
también relacionando al texto C0!l una fábula: la sintaxis,
subgéneros en que luego se divide la literatura para poder ,e ciertas fórmulas tradicionales de comenzar el relato, la
estudiarla"" . participación de los animales humanizados, la moraleja o
Hasta ahora, hemos visto que el carácter proteico del
"{
i la falta de ésta y otros. El lector, entonces, no tendrá sola-
minicuento tiene dos vertientes. Por un lado, su vincu- men te el cuadro in tertextual de zorro y uvas, sino también
lación al cuento, que tanto en sus origenes como en su - f el cuadro genérico de fábula, y ampliará una estructura
desarrollo, ha estado relacionado con otras formas narra-
tivaSY·literarias. Esta conexión viene dada por el carácter ~ t~
! de datos que lo ayudan a formar, esta vez, una forma este-
, reotipada.
particular que poseen los nacimientos de nuevo~géneros, • Recordemos las teorias de Genette sobre la hipertex-
que habitualmente se dan por la fagocitación. Ahora bien, ,
e

~
tualidad: "toda relación que une a un texto B [hipertexto]
existe un tercer factor importante en el carácter proteico a un texto A [al que llamaré hipotexto] en el que se injerta
del minicuento que se debe a su carácter de narración-' • de una manera que no es la del comentario"l5; y la expli-
brevísima. $. cación: "Llamo, pues, hipertexto a todo texto derivado de
- 1:
~
un texto anterior por transformación simple (diremos en
¡ adelante transformación sin más) o por transformación
4. MARCAS DE GÉNERO Y PARODIA 1i :_ indirecta, diremos imitación" ([bid., 17). GJ;nette también
i plantea que "la architextualidad genéricase constituye
Una de las consecuencias de una narración muy breve .;" casi siempre, históricamente, por vía de imitación ( ... ) y,
es que en ésta no se puede perder tiempo dando expli- por tanto, de hipertextualidad" ([bid., 17).
caciones, situando al lector o describiendo- situaciones, " Según esto, cuando observamos un minicuento en el
3("
personajes o acciones. Todo debe estar narrado de una que hay mezcla de géneros o architextualidad génerica,
manera muy concisa. Esta concisión es ayudada por los se debe, en muchas ocasiones, a que es un hipertexto que
cuadros (trames) 14. Proponemos, entonces, la existencia de deriva por transformación indirecta de un hipotexto.
I!Brian Fawcett, "Hacia lo vernáculo hipermodernista. Hacia una (con)fusión Por lo general esta transformación es paródica. En-
de los géneros literarios. ¿Es suficiente la confusión?", Imczgen (1991). "
tiendo aquí parodia según lo explica Genette como "la
13 Dolores...M. Koch , "El micro-relato en México: Torn, Arreola. Monterroso
desviación de-tln texto por medio de un mínimo de trans-
y Avilés Fabila", Hispamirica, X, 30 (1981), p. 123.
I~ Cuadros: estructura de datos que sirve para representar una situación este-
. reotipada (Minsky. citado por Umberlo Eco, LeclorinfabuÚl. Barcelona, Lumen ,
1981, p. 114).
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formación" (op. cit., 37) que, además, encaja muy bien en
1.\ Gerard Genette. PalimJeSlos. La literatura en segundo grado. Madrid, Taurus,
1989,p.13,


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.,. 251
250 VIOLETA ROJO ,:. EL MINICUENTO. ESE (DES)GENERADO
l.
~
el minicuento ya que "... la parodia literaria se realiza pre- propone como regla de alguna ciencia o arte); la alegoría
ferentemente sobre textos breves (y, claro está, lo bastan- § (la obra o composición literaria en la que hay elementos
te conocidos para que el efecto sea perceptible)" (p. 45),
aunque es posible que "según el grado de incompetencia
del lector, que el hipotexto se resista a desnudarse. Enton-
r, ,
o¡"
que representan otros diferentes); la anécdota (relato bre-
ve de un hecho curioso que se hace como ilustración, ejem-
Plo o entretenimiento); el caso (que suele ser la narración de
un suceso); el chiste (suceso gracioso o festivo); el ejem-
ces, el efecto paródico desaparece" (p. 50). Por tanto, el
minicuento conserva el aspecto de los géneros que utiliza, plo (caso o hecho sucedido en otro tiempo, que se propo-
,
>

mas no su esencia, ya que suele utilizarlos paródicamente. ne y refiere, o para quese imite y siga, siendo úueno y honesto,
Las formas activas o desaparecidas que se infiltran no ~ o para que se huya y evite, siendo malo); la fábula o apólogo
"}
son, exactamente, tal y como eran tradicionalmente. No (la composición literaria en que por medio de una ficción
1 alegórica y de la representación de personas humanas y
olvidemos que el minicuento es un sub-género moderno; l
por tanto, las formas desaparecidas que se utilizan en él de personificaciones de seres irracionales, inanimados o
han sido mediatizadas, o parodiadas, o caricaturizadas, J abstractos, se da una enseñanza útil o moral); la ocurrencia
(especie inesperada, pensamiento, dicho agudo u original
en suma, transformadas. Y esto sucede también con las
formas activas. Entonces el cuento (tradicional, canóni- 1 que ocurre a la imaginación); la parábola (narración de
co) empieza a relacionarse con el ensayo, pero con cierto
afán paródico o humorístico; la poesía, pero la poesía en I un -suceso fingido, de que se deduce, pór comparación
o enseñanza, una verdad importante o una enseñanza mo-
prosa; quizás el teatro, ya que algunos de los minicuentos
se limitan a un diálogo, pero no con sus rasgos diferencia- 1
i
ral); el proverbio, la sentencia, eLadagio y el refrán (dicho
grave y sucinto que encierra doctrina o moralidad) ¡O.
Según las definiciones explicadas anteriormente, todas
dQres absolutos. Con las formas desaparecidas el cambio
es aún mayor. El humor, por ejempló, está casi siempre
presente. Entonces, las leyendas son un poco burladas, los
j
¡
estas formas de las que a menudo se nutre el minicuento
están relacionadas con las enseñanzas morales, pero como
mitos desmitificados, el enigma o la adivinanza no tienen •
}; podemos observar en éstos, ningún minicuento basado
solución, la sentencia es a veces una perogrullada, al cuen- en estas formas termina conteniendo enseñanzas morales
to de hadas se le incorporan elementos ultracotidianos, el
chiste se "literaturiza", la fábula en vez de ser moralizante
f y sí todo lo contrario. Estos textos se han parodiado, su
sentido ha sido desviado mediante un proceso de transfor-
es "amoralizante", y otros. :::~
Genette plantea la imposibilidad de la "parodia de
!
,~ _r'
mación. La transformación convierte la seriedad en hu-
mor, y el sentido moral en un pragmatismo a veces cínico
género" a la que llama "una pura quimera, excepto si se ~. e irreverente. Obviamente, este proceso es lógico, justa-
t,:
entiende, explícita o implícitamente, parodia en el senti- mente todas estas formas que ha fagocitado el minicuento
do de imitación satírica. Splo se pueden parodiar textos ~~. no sólo son arcaicas, sino que ya no se utilizan. Estos no
singulares; sólo se puede 'imitar un género (un corpus ~
son tiempos de reflexiones morales y sí, más bien, de críti-
tratado, por reducido que sea, como un género) por la cas sociales, de humor que hace reflexionar, de entreteni-
4~
sencilla razón, como todo el mundo sabe, de que imitar es
generalizar" (op. cit., p. 103). .
~i': miento que haga-pensar.
Aún sin implicaciones de moralidad, hay formas na-
Sin embargo, el rninicuento sí parodia géneros. Exami- } rrativas que varían mucho al pasar al-minicuento. Así, el
nemos algunas de las formas literarias de las que hace uso •,
~. caso, que está relacionado con el caso en el sentido poli-
el minicuento. Por una parte, utiliia los llamados géneros
gnómicos (sentencias y reglas morales escritas en pocos 16 La.s definiciones provienen dellJicaonario de Ul Lengua Espa1iola de la Real
'.
versos): el aforismo (la sentencia breve y doctrinal que se Academia. Edición de 1984. Los subrayados son nuestros.
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252 VIOLETA ROJO *¡ f


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EL MINICUENTO, ESE (DES) GENERADO 253

cial O legal en las formas simples deJolles l7 , y con un suce- debe, o es debido al juego intertextual indispensable para
so o acontecimiento como definición clásica, se convierte conseguir la brevedad y la condensación de la anécdota.
en una ficción fantástica en el minicuento, como señala Esto es, que el des-género del minicuento constituye tanto
[
Anderson Imbert: ¡ su origen como una estrategia narrativa.
Por anécdota se entiende generalmente una narración breve que
se supone verdadera; prefiero el término "caso", cuya forma es tan
interesante como la anécdota, pero la situación que presenta pue-
í ~
de ser real o fantástica, reveladora del carácter humano y también de
la naturaleza absurda del cosmos O del caos ( ... ). El caso es lo que
queda cuando se quitan accesorios a la exposición de una ocu-
J;:

~
rrencia ordinaria o extraordinaria, natural o sobrenatural. Es, en
fin, un esquema de acción posible. y por eso la destaco, entre las

~
formas cortas, como la más afín al cuento (op. cit., p. 43) .
Estas parodias pueden inscribirse en lo que Genette
llama "parodia mínima", a la que denomina la forma más -1
rigurosa de la parodia y que "consiste en retomar literal-
mente un texto conocido para darle una significación nue-
!.
va,jugando, si hace falta y tanto como sea posible, con las
palabras" (ap. cit., p . 27) . Epple apunta que para innovar
hay que, "transgredir las formas (géneros, estilos, cánones
y otros) establecidas en la literatura precedente"18. Para
Emir Rodríguez Monegal, por su parte, "si algo caracte- I~
riza la experimentación literaria de estos últimos años es
su búsqueda crítica no sólo dentro de la misma literatura i
(rescate de formas olvidadas, negación de las fron teras
entre los géneros) ... la experimentación significa también
I
una vuelta hacia el pasado, una operación de revaluación
y rescate"I9. ""- 1
~f

* * * ~
"
Podríamos concluir, entonces, que el carácter pro- l
teico o des-generado se debe· a que es un sub-género en
formación, que convierte al minicuento en un género ex-
1., ~
perimental. Que los géneros arcaicos y modernos utiliza-
dos son parodiados y que, además, el carácter proteico se
i
11 AndréJolles. Lasfurmas simpks. Santiago. Editorial Universitaria, 1972.
II! Juan Armando Epple, "Ensayo sobre el mini-cuento en Hispanoamérica",
Obs;diana, 3 (1984), p. 34.
t
1
l!.l Emir Rodríguez Monegal, 'Tradición y renovación", en Amirica Latina en
su literatura. México, Siglo XXI, 1972. p. 144. i,
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LA SEMIÓTICA DE LAS FICCIONES MINIMALISTAS:
~ EL GÉNERO COMO SISTEMA MODELIZADOR'
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~ IBRAHIM TAHA
! Universidad tk Haifa (lsTlul)

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!1 INTRODUCCIÓN
~

i, Hay un clalO nexo entre la expansión reciente yace-


lerada de la ciencia, la tecnología y la economía, que ha ·
contribuido a conformar actitudes sociales nuevas, y el rá-
f• pido desarrollo mundial de la ficción minimalista. Cada día
aparecen nuevas fuentes de información y de cultura, pro-
l!' ceso que ha influido plOfundamente en la literatura y que
ha generado nuevas dinámicas de actividad intraliteraria.
,,. El resultado ha sido el desarlOllo de géneros literarios hi-
" perbreves, que corren parejos con el ritmo acelerado del
.~.
,;
desarlOllo global y que se integran muy bien en ese marco.
'.
,.
< No puede afirmarse de forma categórica, sin embargo, que
, el crecimiento de la ficción minimalista haya perjudicado a
f los génelOs más extensos y consolidados'. OtrnJactor dig-
no de consideración es el creciente númelO de fuentes de
'.
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"
;
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información abiertas y fluidas, que desdibujan las flOnteras
entre las esferas culturales, incluida la literatura, según se
verá más adelante.
~}
. Título original: "Semiotics of Minimalist Fiction: Genre as a Modeling Sys-
tem", AfrPüed Semiotics/Simiotique appliqu.k. 14 (2004), pp. 42-52. Traducción de
Elena Germán. Texto traducido y reproducido con la autorización del autor.
I De todas formas, los argumentos de B. S. Johnson en este sentido se com-
prenden con facilidad: "¿Quién quiere novelas largas? ¿Para qué gastar todo el
¡."
tiempo libre de un mes entero leyendo una novela de mil páginas cuando es
~.
posible tener una experienCia estética parecida en el teatro o el cine en una sola
velada? Escribir una novela extensa es un acto anacrónico en sí mismo: sólo era
relevante para una sociedad con un horizonte de condiciones sociales que ya no
existe ( ... ) La novela de hoy debería limitarse a ser divertida. brutal y corta" (8.
I S. Johnson, Christie Malry s Own Double-Entry. Londres, 1974, p. 106).

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