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Por qué la pereza social está más vinculada a la

claridad que a la productividad

Todos recordamos el temido proyecto grupal de la escuela. No importa quién estaba


en el grupo o de qué se trataba el proyecto, siempre parecía que una persona terminaba
haciendo menos que el resto de nosotros. Sin embargo, al finalizar el proyecto, todos
obtuvieron la misma calificación por el trabajo en grupo, sin consecuencias negativas.
Puede ser realmente frustrante sentir que un miembro del equipo hizo menos trabajo que
tú y, sin embargo, recibió la misma calificación o crédito. Este fenómeno se llama “pereza
social”, la idea de que algunas personas ponen menos esfuerzo cuando se encuentran en
un entorno grupal. Según la psicología social, la pereza social tiene lugar cuando se
comparten las responsabilidades y la atención que antes se centraba en el desempeño
individual, ahora se centra en el desempeño grupal.

La pereza social durante los proyectos de grupo a nivel escolar es una cosa. Pero la
gran pregunta es: ¿la pereza social realmente se da en el lugar de trabajo? Y si es así, ¿cómo
puedes empoderar a los miembros de tu equipo para que hagan el mejor trabajo posible,
incluso si trabajan en grupo?

¿Qué es la pereza social?

La pereza social es el fenómeno psicológico percibido de que los miembros del


equipo hacen menos cuando están en un entorno grupal. El efecto de la pereza social
establece que los individuos no hacen su parte cuando se los evalúa como parte de un
grupo.

¿De dónde viene la pereza social?

Max Ringelmann describió por primera vez el fenómeno de la pereza social en 1913.
Ringelmann, un ingeniero agrónomo francés, descubrió la pereza social pidiendo a varias
personas que tiraran de una cuerda. Midió que los individuos se esforzaban más cuando
tiraban individualmente que cuando tiraban en grupo. Lo que al principio se denominó
efecto Ringelmann pasó a llamarse pereza social.
La pereza social se ha estudiado ampliamente. En el artículo Many Hands Make Light the
Work: The Causes and Consequences of Social Loafing (Muchas manos hacen que el trabajo
sea más liviano: Las causas y consecuencias de la pereza social), Bibb Latané, Kipling
Williams y Stephen Harkins midieron el volumen del sonido que producían los individuos al
aplaudir y gritar, tanto cuando estaban solos como en grupo. Los resultados de su
investigación mostraron que cuanto mayor era el tamaño del grupo, menos esfuerzo ponía
cada individuo. Creían que esto se debía a que cuando los grupos son más grandes, recae
menos presión social sobre cada miembro del grupo. Más tarde, en 1993, Steven Karau y
Kipling Williams propusieron que la pereza social era causada por el hecho de que las
personas se sentían menos conectadas con la recompensa o el crédito que recibirían al final
de un proyecto.

El mito de la pereza social

Si bien jugar al tira y afloja o gritar en grupo puede resultar en menos esfuerzo
individual, este estudio no se traslada directamente al lugar de trabajo moderno. Comparar
ejercicios simples con nuestro entorno de trabajo siempre activo no representa
completamente lo que realmente experimenta el trabajador del conocimiento de hoy en
día.

El trabajo en equipo y el trabajo en grupo no son la causa de la reducción de las


contribuciones individuales. ¿Quieres saber quién es el verdadero culpable? La falta de
claridad. Cuando los trabajadores del conocimiento no tienen claridad sobre en qué están
trabajando o cuál es el impacto que ese trabajo causará en su empresa, no pueden priorizar
o ejecutar de manera efectiva el trabajo de alto impacto. Este es uno de los principales
factores que contribuye al agotamiento, algo que el 71 % de los trabajadores del
conocimiento a nivel global informaron haber experimentado al menos una vez en 2020.
De esos trabajadores del conocimiento, uno de cada tres informó sentirse agotado y con
exceso de trabajo debido a la falta de claridad con respecto a las tareas y los roles.

Entonces, si el miembro de tu equipo parece tener un desempeño deficiente o una


participación insuficiente, no es un perezoso social; en realidad, podría estar teniendo
dificultades. Averiguar qué está afectando su productividad o motivación puede ayudarlos
a hacer un mejor trabajo. En última instancia, esto también ayudará a garantizar que cada
individuo se sienta más cómodo y apoyado en el trabajo.

4 pasos para proporcionar claridad en el trabajo

La verdad es que nadie quiere hacer un mal trabajo. Lo que percibimos como pereza
social es en realidad un síntoma de falta de claridad o motivación. Te presentamos cuatro
formas de proporcionar más claridad y contexto en el trabajo para ayudar a los miembros
de tu equipo a tener éxito y hacer el mejor trabajo posible.

1. Identifica quién hace qué y para cuándo

Lo primero que puedes hacer para proporcionar claridad y sintonía en tu equipo es


identificar quién está haciendo qué y para cuándo en cada proyecto o tarea. Revisa las
tareas y proyectos de tu equipo: ¿hay algo que tenga más de un encargado? Si no tienes un
encargado claro y único para cada trabajo, los miembros del equipo pueden confundirse
acerca de quién es el responsable de ese trabajo.

Esta falta de claridad puede hacer que el trabajo se retrase o quede si finalizar. Según
el Índice de la anatomía del trabajo, cuando no se cumple con las fechas de entrega, el 27 %
de las veces se debe a que los procesos son poco claros. De hecho, en Asana, estamos tan
convencidos de que cada tarea debe asignarse solo a una persona que lo hemos integrado
en nuestro producto.

Por ejemplo, imagina que estás en un equipo de contenido y que tú y un compañero de


trabajo están escribiendo un e-book juntos. Si no tienen claro quién es el encargado de qué,
es posible que acaben retrasándose o que no le avisen al diseñador de que el contenido
está listo para publicarse, simplemente porque, técnicamente, ninguno de los dos era el
responsable de hacer ese trabajo. También podría suceder que ambos intentaran
comunicarse con el diseñador sobre el trabajo, lo que podría generar confusión y falta de
claridad.

La falta de claridad sobre los roles, sobre quién es el encargado y sobre las entregas
genera un aumento en el trabajo duplicado: los equipos dedican el 13 % de su tiempo a
realizar trabajo que ya está hecho. Eso hace un total de 236 horas por año que se pierden
por dedicar esfuerzos a hacer trabajo por duplicado. Tener procesos claros y saber quiénes
son los encargados de cada tarea puede ayudarte a evitar esto y, en cambio, dedicar más
tiempo a proyectos únicos de alto impacto.

2. Coordina el trabajo en una herramienta centralizada

No solo necesitas claridad sobre quién está haciendo qué y para cuándo, también
necesitas una forma de dar seguimiento a toda esa información. Si cada miembro del equipo
gestiona su trabajo en una herramienta diferente, es casi imposible tener claro en qué está
trabajando cada uno.

En cambio, asegúrate de que tu equipo esté coordinando el trabajo en una herramienta


centralizada. Obviamente, recomendamos usar una herramienta de gestión del
trabajo como Asana para hacerlo. La gestión del trabajo es una forma de dar seguimiento a
los procesos, proyectos y tareas en curso para proporcionar claridad a todo tu equipo.
Según nuestra investigación, casi el 70 % de los trabajadores del conocimiento sienten que
estarían mejor preparados para alcanzar sus objetivos personales si tuvieran procesos
claros para gestionar el trabajo. Al coordinar el trabajo entre diferentes departamentos y
realizar un seguimiento del progreso en tiempo real, puedes crear esos procesos claros para
tu equipo.

3. Reduce los pormenores del trabajo

El trabajo manual duplicado puede provocar estrés y agotamiento. Pero gran parte de
nuestro día lo dedicamos a estas tareas. El trabajador del conocimiento promedio dedica
el 60 % de su tiempo a los pormenores del trabajo, como obtener aprobaciones, buscar
documentos o asistir a reuniones de actualización de estado.
Cuando reduces los pormenores del trabajo, puedes hacer que a tu equipo le resulte
más fácil priorizar el trabajo de alto impacto, calificado y estratégico. Entre algunas de las
estrategias para reducir los pormenores del trabajo se incluyen las siguientes:

• Reducir las reuniones de actualización de estado. En su lugar,


comparte actualizaciones de estado del proyecto en tu herramienta de gestión del
trabajo.
• Automatizar el trabajo manual y las tareas rutinarias para que tu equipo tenga más
tiempo para concentrarse en el trabajo que genere mayor impacto.
• Integrar tus herramientas de negocios favoritas para evitar la sobrecarga de
aplicaciones.

4. Conecta el trabajo diario a los objetivos de la empresa

Si no tienes una comprensión clara de cómo tu trabajo se conecta y contribuye a los


objetivos de la empresa, puede ser difícil establecer prioridades, y podrías sentir que estás
perdiendo el tiempo, incluso cuando lo estás dando todo. Pero hallar este tipo de claridad
puede resultar difícil. De hecho, de acuerdo con nuestra investigación, solo el 26 % de los
trabajadores del conocimiento tienen una comprensión bien clara de cómo su trabajo
individual se relaciona con los objetivos de la empresa.

Para cerrar la brecha entre las tareas diarias y las prioridades de la organización,
asegúrate de que los miembros de tu equipo comprendan cómo su trabajo contribuye a los
objetivos clave de la empresa. Esto no solo es excelente para la motivación, sino que
también puede ayudar a los miembros del equipo a cambiar las prioridades del trabajo o
cambiar las fechas de entrega si es necesario. Cuando entienden qué tareas son de vital
importancia para el negocio, los miembros del equipo pueden desenvolverse de manera
efectiva, aunque tengan horarios ajustados y prioridades cambiantes.

Conectar el trabajo diario con los objetivos de la empresa también puede ayudar a que
todo tu equipo avance en la misma dirección. En lugar de tener prioridades confusas o poco
claras, todos podrán ver claramente cómo está contribuyendo cada miembro del equipo.
De esa forma, todos los miembros del grupo podrán estar seguros de que el trabajo al que
le están dando prioridad está en sintonía con lo que también están haciendo sus
compañeros de trabajo.

El problema no es la pereza social, sino la claridad

Para ayudar a tu equipo a hacer el mejor trabajo posible, concéntrate en aumentar


la claridad en lugar de reducir la pereza social. Apoya a los miembros de tu equipo
brindándoles claridad en los procesos, alineándolos en torno a las mismas prioridades y
centralizando el trabajo en una sola herramienta. De esa manera, podrás asegurarte de que
tu equipo tenga todo lo que necesita para tener éxito y avanzar juntos en la misma
dirección.

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