Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La pereza social durante los proyectos de grupo a nivel escolar es una cosa. Pero la
gran pregunta es: ¿la pereza social realmente se da en el lugar de trabajo? Y si es así, ¿cómo
puedes empoderar a los miembros de tu equipo para que hagan el mejor trabajo posible,
incluso si trabajan en grupo?
Max Ringelmann describió por primera vez el fenómeno de la pereza social en 1913.
Ringelmann, un ingeniero agrónomo francés, descubrió la pereza social pidiendo a varias
personas que tiraran de una cuerda. Midió que los individuos se esforzaban más cuando
tiraban individualmente que cuando tiraban en grupo. Lo que al principio se denominó
efecto Ringelmann pasó a llamarse pereza social.
La pereza social se ha estudiado ampliamente. En el artículo Many Hands Make Light the
Work: The Causes and Consequences of Social Loafing (Muchas manos hacen que el trabajo
sea más liviano: Las causas y consecuencias de la pereza social), Bibb Latané, Kipling
Williams y Stephen Harkins midieron el volumen del sonido que producían los individuos al
aplaudir y gritar, tanto cuando estaban solos como en grupo. Los resultados de su
investigación mostraron que cuanto mayor era el tamaño del grupo, menos esfuerzo ponía
cada individuo. Creían que esto se debía a que cuando los grupos son más grandes, recae
menos presión social sobre cada miembro del grupo. Más tarde, en 1993, Steven Karau y
Kipling Williams propusieron que la pereza social era causada por el hecho de que las
personas se sentían menos conectadas con la recompensa o el crédito que recibirían al final
de un proyecto.
Si bien jugar al tira y afloja o gritar en grupo puede resultar en menos esfuerzo
individual, este estudio no se traslada directamente al lugar de trabajo moderno. Comparar
ejercicios simples con nuestro entorno de trabajo siempre activo no representa
completamente lo que realmente experimenta el trabajador del conocimiento de hoy en
día.
La verdad es que nadie quiere hacer un mal trabajo. Lo que percibimos como pereza
social es en realidad un síntoma de falta de claridad o motivación. Te presentamos cuatro
formas de proporcionar más claridad y contexto en el trabajo para ayudar a los miembros
de tu equipo a tener éxito y hacer el mejor trabajo posible.
Esta falta de claridad puede hacer que el trabajo se retrase o quede si finalizar. Según
el Índice de la anatomía del trabajo, cuando no se cumple con las fechas de entrega, el 27 %
de las veces se debe a que los procesos son poco claros. De hecho, en Asana, estamos tan
convencidos de que cada tarea debe asignarse solo a una persona que lo hemos integrado
en nuestro producto.
La falta de claridad sobre los roles, sobre quién es el encargado y sobre las entregas
genera un aumento en el trabajo duplicado: los equipos dedican el 13 % de su tiempo a
realizar trabajo que ya está hecho. Eso hace un total de 236 horas por año que se pierden
por dedicar esfuerzos a hacer trabajo por duplicado. Tener procesos claros y saber quiénes
son los encargados de cada tarea puede ayudarte a evitar esto y, en cambio, dedicar más
tiempo a proyectos únicos de alto impacto.
No solo necesitas claridad sobre quién está haciendo qué y para cuándo, también
necesitas una forma de dar seguimiento a toda esa información. Si cada miembro del equipo
gestiona su trabajo en una herramienta diferente, es casi imposible tener claro en qué está
trabajando cada uno.
El trabajo manual duplicado puede provocar estrés y agotamiento. Pero gran parte de
nuestro día lo dedicamos a estas tareas. El trabajador del conocimiento promedio dedica
el 60 % de su tiempo a los pormenores del trabajo, como obtener aprobaciones, buscar
documentos o asistir a reuniones de actualización de estado.
Cuando reduces los pormenores del trabajo, puedes hacer que a tu equipo le resulte
más fácil priorizar el trabajo de alto impacto, calificado y estratégico. Entre algunas de las
estrategias para reducir los pormenores del trabajo se incluyen las siguientes:
Para cerrar la brecha entre las tareas diarias y las prioridades de la organización,
asegúrate de que los miembros de tu equipo comprendan cómo su trabajo contribuye a los
objetivos clave de la empresa. Esto no solo es excelente para la motivación, sino que
también puede ayudar a los miembros del equipo a cambiar las prioridades del trabajo o
cambiar las fechas de entrega si es necesario. Cuando entienden qué tareas son de vital
importancia para el negocio, los miembros del equipo pueden desenvolverse de manera
efectiva, aunque tengan horarios ajustados y prioridades cambiantes.
Conectar el trabajo diario con los objetivos de la empresa también puede ayudar a que
todo tu equipo avance en la misma dirección. En lugar de tener prioridades confusas o poco
claras, todos podrán ver claramente cómo está contribuyendo cada miembro del equipo.
De esa forma, todos los miembros del grupo podrán estar seguros de que el trabajo al que
le están dando prioridad está en sintonía con lo que también están haciendo sus
compañeros de trabajo.