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El primer seguro social nace por Ley de 30 de enero de 1900, crea el seguro de
accidente de trabajo en la industria y nace como voluntario, posteriormente van surgiendo otros
que ya son obligatorios como el Retiro Obrero Obligatorio, creado por RD de 11 de marzo de
1919, en 1929 se crea el seguro de maternidad de la mujer trabajadora, en 1932 aparece el
seguro de accidente de trabajo como general y obligatorio, en 1938 el Subsidio Familiar, en
1939 el Subsidio de Vejez, en 1942 el Seguro Obligatorio de Enfermedad, en 1947 el Seguro
Obligatorio de Vejez y de Invalidez (SOVI), que se extiende a viudedad en 1955. El último
Seguro Social en aparecer fue en 1961 el de desempleo.
La protección que los Seguros Sociales otorgaban era claramente insuficiente por lo
que, en 1946, surge el Mutualismo Laboral, un régimen asegurativo complementario de los
Seguros Sociales que era obligatorio, los trabajadores debían asegurarse por sectores de
actividad, pero privado. De esa forma se duplicó la acción protectora, los trabajadores tenían
derecho a la prestación correspondiente de los Seguros sociales y a la otorgada por el
Mutualismo Laboral, duplicándose también la acción gestora ya que surgieron infinidad de
Mutualidades Laborales para gestionar esos seguros complementarios.
1) Tendencia a la unidad.
2) Participación de los interesados en la gestión.
3) Supresión del ánimo de lucro en los Entes Gestores.
4) Consideración conjunta de las contingencias.
5) Acentuación de la participación del Estado en el sostenimiento de las cargas
económicas de Sistema.
6) Sistema financiero de reparto, no de capitalización.
7) Preocupación por las prestaciones recuperadoras y rehabilitadotas.
También las citadas reformas, se recogían en cuerpos legales en los que por su rúbrica
difícilmente cabría deducir la existencia en su seno de previsiones en materia de Seguridad
Para dar solución a esa problemática, la disposición final vigésima quinta de la Ley
27/2011, de 1 de agosto, sobre actualización, adecuación y modernización del sistema de
la Seguridad Social, facultó al Gobierno para que, en el plazo de dos años (plazo que
finalizaba el 2 de agosto de 2013), procediese a elaborar un nuevo texto refundido en el que
se integrasen, debidamente regularizados, aclarados y armonizados, los textos legales
vigentes en materia de Seguridad Social, sin que el nuevo Gobierno hiciese uso de esa
autorización, agotándose el plazo establecido para ello.
Con una finalidad similar, la Ley 20/2014, de 29 de octubre, por la que se delega en el
Gobierno la potestad de dictar diversos textos refundidos, en su artículo uno autoriza a
aquél a aprobar, en el plazo de doce meses a partir de su entrada en vigor (plazo que
finalizaba el 31 de octubre de 2015), entre otros un nuevo texto refundido que recogiese
debidamente armonizadas y aclaradas, además del entonces vigente texto refundido, todo
un conjunto de disposiciones legales reguladoras de diferentes aspectos de Seguridad
Social.
Título I: Normas generales del sistema de la Seguridad Social. Con 9 Capítulos y 135
artículos.
Título II: Régimen General de la Seguridad Social. Con 21 capítulos y hasta el artículo
261.
Título III: Protección por desempleo. Con 8 Capítulos y hasta el artículo 304.
Título IV: Régimen especial de la Seguridad Social de los trabajadores por cuenta propia o
autónomos. Con 4 capítulos y hasta el artículo 326.
Título V: Protección por cese de actividad. Con 5 Capítulos y hasta el artículo 350.
26 Disposiciones adicionales.
29 Disposiciones transitorias.
8 Disposiciones finales.
Entre las novedades más significativas del nuevo texto refundido destacan las siguientes:
2. No deroga los preceptos del texto refundido de 1974 que ya mantuvo en vigor la
LGSS de 1994, además de los ya mencionados referentes a asistencia sanitaria, y que
seguramente encuentra su justificación en diversos motivos de técnica legislativa. Entre
ellos los artículos 26, 27 y del 186 al 190, relativos a higiene y seguridad en el trabajo;
artículos 28 y 29, medicina preventiva; artículos 33, 34 y 35, acción formativa; y
artículo 45, relativo al régimen jurídico del personal de las entidades gestoras (en
especial, del personal sanitario del INGESA).
[La explicación de la vigencia de este último precepto radica en la necesidad de que
exista apoyo legal para mantener el régimen «estatutario» del personal sanitario que
presta sus servicios en el INGESA; puesto que de no existir esta excepción con rango de
ley no habría razón para excluir esta relación de servicios del ámbito del Estatuto de los
Trabajadores, conforme a lo establecido en el artículo 1.3 a) del ET].
“Los Poderes Públicos mantendrán un Régimen Público de Seguridad Social para todos los
ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de
necesidad, especialmente en caso de desempleo. La asistencia y prestaciones complementarias
serán libres”
1) Nivel básico.
2) Nivel complementario obligatorio o profesional.
3) Nivel complementario libre o voluntario.
Ejemplos de este nivel de protección serían las mejoras voluntarias de las prestaciones,
planes y fondos de pensiones, seguros privados, mutualidades de previsión social etc.