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Ciudad de: _____________________________________, Febrero _______ de 2022.

SEÑORES
CONSEJO DIRECTIVO.
INSTITUCIÓN EDUCATIVA:_________________________________________________

C.C. SECRETARIA DE EDUCACIÓN -CERTIFICADA-:

Municipio de: _______________________________________________________.

Atn. CONSEJO DIRECTIVO. Artículo 144 de ley 115 de 1994. Numeral -E-

Con copia: Personería Municipal, para sentar precedente.

PRECEDENTE JURÍDICO – LEGAL.


Cordial saludo,

Me identifico, como ÉL O LA docente: ______________________________________________________

_____________________________________ Cédula No _______________________________________

Funjo como docente de la Institución Educativa: _______________________________________________

__________________________Municipio de: _________________________________________________

Grados de: _________________________________ Materias de: ________________________________

A TRAVÉS DEL PRESENTE, radico ante su despacho, con absoluto respeto, mi presente documento de
EXENCIÓN DE RESPONSABILIDAD Y PRECISIÓN TAXATIVA, a manera de precedente jurídico legal, en
caso de llegar a necesitarlo a futuro, en términos de la responsabilidad que, se me endilga por parte
de la ley 1098 de 2006, en su artículo 44 numeral 4:

Artículo 44. Obligaciones complementarias de las instituciones


educativas. Los directivos y docentes de los establecimientos académicos y la
comunidad educativa en general pondrán en marcha mecanismos para:
(…)
4. Garantizar a los niños, niñas y adolescentes el pleno respeto a su
dignidad, vida, integridad física y moral dentro de la convivencia
escolar.

Igualmente, de la responsabilidad que, se me endilga desde el artículo 2347 del código civil, cuando señala:

ARTICULO 2347. RESPONSABILIDAD POR EL HECHO PROPIO Y DE LAS


PERSONAS A CARGO. Toda persona es responsable, no sólo de sus
propias acciones para el efecto de indemnizar el daño sino del hecho
de aquellos que estuvieren a su cuidado. Así, los padres son responsables
solidariamente del hecho de los hijos menores que habiten en la misma casa.
Así, los directores de colegios y escuelas responden del hecho de los discípulos
mientras están bajo su cuidado, y los artesanos y empresarios del hecho de
sus aprendices, o dependientes, en el mismo caso.

Responsabilidad, en materia del denominado en la jurisprudencia, como el DEBER DE CUIDADO, y que


recoge la relatoría del órgano de cierre en lo contencioso administrativo, de la siguiente manera:

DEBER DE CUIDADO. ESTABLECIMIENTO EDUCATIVO - Responsabilidad


frente a los alumnos / CENTRO EDUCATIVO - Deber de custodia de los alumnos
/ RESPONSABILIDAD DEL ESTADO - Calidad de los educandos / OBLIGACIÓN
DE CUIDADO –
Centro educativo Sobre las instituciones educativas recae la responsabilidad
por los daños que sus alumnos sufran u ocasionen a terceros cuando se
encuentran bajo la tutela de las directivas y docentes del establecimiento
educativo.
Bien sea en sus propias instalaciones o por fuera de las mismas; pero al mismo
tiempo, considera necesario resaltar que la justificación para la existencia de
esta responsabilidad, se halla en el hecho de que en los establecimientos
educativos escolares, normalmente se forman y educan personas menores de
edad, quienes por esta sola circunstancia se encuentran expuestas a muchos
riesgos, toda vez que carecen de la madurez y buen criterio necesarios para
regir sus actos y, en consecuencia, pueden incurrir en actuaciones temerarias,
imprudentes, de las que se pueden derivar daños para sí mismos o para
terceros.
Es por eso que el artículo 2347 del Código Civil establece que:
“… los directores de colegios y escuelas responden del hecho de los
discípulos mientras están bajo su cuidado (…)”, situación que sólo puede
predicarse, precisamente, de quienes efectivamente requieran de ese cuidado.
El análisis de la responsabilidad de los establecimientos e instituciones
educativas debe hacerse teniendo en cuenta la calidad de los educandos que
hacen parte de los mismos, toda vez que no puede ser igual la relación de
dependencia y subordinación que existe entre profesores adultos y alumnos
menores de edad, que la existente entre personas todas mayores de edad, que
se encuentran en ese proceso de aprendizaje, a nivel escolar o superior.
FUENTE FORMAL: CODIGO CIVIL - ARTICULO 2347 NOTA DE RELATORIA:
Responsabilidad de los centros educativos, Consejo de Estado, Sección Tercera,
sentencias del 7 de septiembre de 2004, exp. 14869, C.P. Nora Cecilia Gómez
Molina y del 18 de febrero de 2010, exps. 17533 y 17732, C.P. Mauricio Fajardo
Gómez.

Responsabilidades, en lo penal, lo civil y lo disciplinario que, NO desaparecen por órdenes de un ministro de


educación, NO desaparecen por órdenes de un secretario de educación, NO desaparecen por órdenes de
un Rector, NI desparecen por orden de un superior jerárquico. NO desaparecen, porque lo digan o lo afirmen,
funcionarios públicos o asesores jurídicos de las secretarias de educación o del ministerio de educación,
induciéndome a error, respecto de normas, legales, licitas y sobre todo en absoluta y total vigencia. Maxime,
en tratándose de cuidado y diligencia, respecto de la vida, la salud y la integridad de menores de edad.

Responsabilidades penales, civiles y disciplinarias, que se evaden en materia de los presuntos daños a la
vida, la salud y la integridad de los educandos, y que, se exigen inexcusables, desde los artículos legales
vigentes, independiente de los discursos sofísticos e irresponsables de los ministros de educación o
secretarios de educación, incluso de algunos rectores. Que, en gran parte, emergen evadiendo toda
responsabilidad, sin embargo, por el contrario, las normas vigentes, dicen lo contrario y me siguen
imponiendo, y siguen exigiendo, así: artículo 44 numeral 4 de ley 1098 de 2006; artículo 18 de ley 1098 de
2006; artículos 06; 07; 08; 09 de la misma ley 1098 de 2006. Artículo 25, 182, 183, 184, y 414 del código
penal. Artículos 04; 11 y 44; 90 y 91, de la carta política colombiana. TODOS, VIGENTES.

Acudo entonces, como Docente en ejercicio; al documento de precedente, que radico ante ustedes, con base
en lo normado en los artículos 11; 44; 90 y 91 de la Constitución Política Colombiana. Los artículos 2347 del
código civil, en su inciso final, y artículo 32 del código penal. Y de ser aplicables, los artículos 07; 50 y 51 de
ley 137 de 1994.

CÓDIGO CIVIL COLOMBIANO. ARTICULO 2347. RESPONSABILIDAD


POR EL HECHO PROPIO Y DE LAS PERSONAS A CARGO. Toda persona
es responsable, no sólo de sus propias acciones para el efecto de
indemnizar el daño sino del hecho de aquellos que estuvieren a su
cuidado. (…)
Así, los directores de colegios y escuelas responden del hecho de
los discípulos mientras están bajo su cuidado, y los artesanos y
empresarios del hecho de sus aprendices, o dependientes, en el mismo
caso.
Pero cesará la responsabilidad de tales personas, si con la
autoridad y el cuidado que su respectiva calidad les confiere y
prescribe, no hubieren podido impedir el hecho.1

1
NO se puede impedir el hecho, porque la orden proviene del Gobierno de turno; NO se puede impedir el hecho, porque NO
existe vacuna efectiva o eficaz, solo hay sueros en fase de experimentación, SIN REGISTRO SANITARIO.
CÓDIGO PENAL COLOMBIANO. ARTICULO 32. AUSENCIA DE
RESPONSABILIDAD. No habrá lugar a responsabilidad penal cuando:
(…)
2. Se actúe con el consentimiento válidamente emitido por parte del titular del
bien jurídico, en los casos en que se puede disponer del mismo.
(…)
4. Se obre en cumplimiento de orden legítima de autoridad competente emitida
con las formalidades legales.
5. Se obre en legítimo ejercicio de un derecho, de una actividad lícita o de un
cargo público.
(…)
8. Se obre bajo insuperable coacción ajena.

Además, radico mi presente documento, con estricto apego, a lo que, ha señalado el órgano de cierre, en lo
contencioso administrativo. Y que tampoco, pierde efecto o pierde curso jurídico o vigencia, por los discursos
falaces, sofísticos e irresponsables de los diferentes funcionarios públicos y superiores jerárquicos.

CONSEJO DE ESTADO, Sentencia del 13 de agosto de 2008, Expediente 17.042.


Consejero Ponente Enrique Gil Botero.
CLAUSULA GENERAL DE RESPONSABILIDAD - ARTÍCULO 90 DE LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA. El artículo 90 constitucional dispone que, el Estado responderá
patrimonialmente por los daños antijurídicos que le sean imputables, causados por la
acción o la omisión de las autoridades públicas. Esta norma, que se erige como el punto
de partida en la estructura de la responsabilidad Estatal en Colombia, apoya sus raíces
en los pilares fundamentales de la conformación del Estado Colombiano, contenidos en el
artículo 1 superior, a saber, la dignidad humana, el trabajo, la solidaridad de las personas
que la integran y en la prevalencia del interés general.

La responsabilidad del Estado se hace patente cuando se


configura un daño, el cual deriva su calificación de
antijurídico atendiendo a que el sujeto que lo sufre no
tiene el deber jurídico de soportar el daño, tal como ha
sido definido por la jurisprudencia de esta Corporación.
Subraya y negrilla mía

Teniendo en cuenta que, presuntamente, se le ha ocultado información, presuntamente, se le ha omitido


información, presuntamente se les ha escondido información a los padres de familia, en materia de su
CORRESPONSALÍA PARENTAL, sujeta a los artículos 14 y 18 de ley 1098 de 2006; y 2347 y 2348 del
código civil colombiano.

Y entonces, los padres de familia, han acudido erradamente a creer, que la


responsabilidad y deber de cuidado y de diligencia, solo opera y se activa en punto de
nosotros, como educadores; nada más errado y lejano de la realidad jurídica.

Corte Constitucional, DEBER DE CUIDADO Y CORRESPONSALÍA


PARENTAL. Sentencia T – 384 de 2018.

De allí que la regla general permita afirmar que ambos padres


encargados del cuidado personal de los hijos tienen (i) la facultad de
vigilar su conducta, corregirlos y sancionarlos moderadamente
excluyendo de la reprensión cualquier clase de violencia física o
moral[65]; (ii) la dirección de la educación de los hijos y su formación moral
e intelectual, según estimen más conveniente para éstos; y, (iii) el deber
de colaborar conjuntamente en la crianza, el sustento y el
establecimiento de los hijos menores e impedidos.
(…)
Lo anterior encuentra mayor refuerzo con la expedición de la Ley 1098
de 2006, que consagra el actual Código de la Infancia y la Adolescencia.
En esta normatividad especial fueron establecidas al menos tres normas
relevantes: (i) el artículo 23, que instituye que los niños, las niñas y los
adolescentes son sujetos titulares del derecho a que sus padres de forma
permanente y solidaria asuman directa y oportunamente su custodia
para el desarrollo integral.
Es decir, se replica la obligación de los padres de ejercer
conjuntamente la custodia y el cuidado personal de los
hijos menores. De hecho, esa misma disposición extiende la
obligación de cuidado personal a las personas que convivan con los
niños, niñas y adolescentes en los ámbitos familiar, social o institucional,
o a sus representantes legales que por excelencia son los padres de
familia bajo el amparo de la patria potestad; (ii) el artículo 14, que
introdujo en la normatividad de infancia y adolescencia la figura de la
responsabilidad parental la cual, además de ser un complemento de la
patria potestad fijada por la legislación civil, establece en cabeza de los
padres las obligaciones de orientación, cuidado, acompañamiento y
crianza de los hijos menores dentro de su proceso de formación, lo cual
incluye “la responsabilidad compartida y solidaria del padre y la madre
de asegurarse que los niños, las niñas y los adolescentes puedan lograr
el máximo nivel de satisfacción de sus derechos”; y, (iii) el artículo 10,
que consagra el principio de corresponsabilidad, según el cual la familia
y por ende los padres, son los primeros llamados a garantizar los
derechos de los niños, las niñas y los adolescentes a través de su
atención, cuidado y protección, concurriendo también el Estado y la
sociedad.

Nótese que la normatividad de infancia y adolescencia es clara en


determinar que los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a que
ambos padres ejerzan su custodia para el desarrollo armónico e integral,
a la vez que la responsabilidad parental les fija a éstos el deber conjunto
de cuidado, amor y protección de los hijos que inicia desde la primera
infancia y culmina cuando llegan a la edad adulta. Y ello es así en tanto
el cuidado personal hace parte integral de los derechos fundamentales
de los niños al cuidado y al amor, al igual que propende por generarles
una completa protección contra los eventuales riesgos para su integridad
física y mental. Nada mejor que los hijos menores o impedidos crezcan
en el seno familiar rodeados de un ambiente de felicidad, amor,
comprensión y seguridad que les brinde sólidas bases para el desarrollo
armonioso de su personalidad.

4.3. Ahora bien, el deber de custodia y cuidado personal de ambos


padres frente a los hijos menores, además de responder a los
lineamientos de la progenitura responsable y a la igualdad de derechos
y obligaciones entre los progenitores, se justifica prevalentemente desde
la perspectiva constitucional en el interés superior de los niños, las niñas
y los adolescentes, y en el derecho que tienen a la unidad familiar.

4.4. De acuerdo con la Constitución y los tratados internacionales de


derechos humanos, los niños, niñas y adolescentes son considerados
sujetos de especial protección, mandato que se manifiesta, entre otros
aspectos, en el carácter fundamental y prevalente que se reconoce a sus
derechos (art. 44 de la Constitución), buscando con ello asegurarles un
proceso de formación y desarrollo integral, en condiciones óptimas y
adecuadas. A partir de lo anterior, se ha consagrado el principio del
interés superior de los niños, niñas y adolescentes que permitió variar la
concepción del menor como objeto de protección, a la actual visión de
sujeto titular de derechos prevalentes.

Por consiguiente, y absolutamente, TAXATIVO, en mis pretensiones y en mis afirmaciones en grado de


presunción, dejo radicado, el presente documento, ante su PERSONERIA, CON COPIA A CONSEJO
DIRECTIVO, Y COPIA A INSPECCIÓN Y VIGILANCIA; por si acaso a futuro, requiero
defenderme, o acudir a exculparme, en términos de lo civil o disciplinario, o
exculparme en lo penal. O llegase a requerir, defenderme de alguna sindicación penal o civil o
disciplinaria, por materializar, acato a las órdenes de mis superiores. Lo anterior, puesto que se ha violentado
y vulnerado con sofismas y falacias, mi CONFIANZA LEGITIMA. En términos de hacerme solicitudes de
cuidado y deber de cuidado y de diligencia, que exceden mis funciones y que exceden mis horarios laborales.
Violando los artículos 90 y 91 de la carta política de Colombia.
Es en mi calidad de docente que, NO puedo obrar en una actuación de complicidad por
omisión, o de descuido o de trato negligente, hacia la vida, la salud y la integridad de los
educandos, producto de la desidia, y la irresponsabilidad de los padres de familia en términos
de su deber de cuidado, corresponsalía parental y deber de diligencia y corresponsalía
parental, arriba expuestos.
Por supuesto que, acudiré, a brindar estricto acato a mis funciones de DEBER DE CUIDADO, GARANTE Y
CORRESPONSABLE de la vida, la integridad y la salud personal, de los educandos bajo mi cargo, como me
exigen y me ordenan, los artículos 25 del código penal, 414 del código penal, 18 y 44 literal 4 del código de
la infancia y la adolescencia. 2347 del código civil, y demás normas aplicables al caso, pero siempre
dentro de los límites estrictos de mis horarios laborales y determinados expresa y
taxativamente en mi nombramiento, y acorde con mis funciones. Más allá de ello, si
recibiere una orden expresa, de un superior jerárquico, de excederme en mis horarios
(extralimitación) o cercenarlos sin una justificación concreta o taxativa y precisa
(omisión), a voces de los artículos 90 y 91 de la carta política, responderá aquel que
brinda la orden, también como lo señala, el artículo 32 del código penal.

NUNCA, acudiré a responder, por los daños, perjuicios, secuelas, accidentes, hechos
fortuitos o cualquier daño o amenaza a la vida, la integridad personal o la salud de los
educandos, los protocolos de bioseguridad, actuaciones de prevención, seguimiento,
diligencia y control en la institución educativa bajo mi cargo; por fuera de mis horarios
expresos y taxativos de funciones laborales.
NUNCA, acudiré a responder, por los daños, perjuicios, secuelas, accidentes, hechos
fortuitos o cualquier daño o amenaza a la vida, la integridad personal o la salud de los
educandos, los protocolos de bioseguridad, actuaciones de prevención, seguimiento,
diligencia y control en la institución educativa bajo mi cargo; antes del ingreso del educando
a las instalaciones del colegio, y mucho menos, después de la hora especifica, clara, precisa
y puntual, de salida de los educandos, por aquello de los padres, acudientes y tutores o
cuidadores, que acuden a recoger a sus acudidos o acudidas, a la hora que,
caprichosamente desean hacerlo y que, está por fuera de mis horarios laborales
taxativos.

Tales horarios, corresponden taxativamente y expresamente a: ______ am y hasta las


______ pm. De lunes a viernes hábiles y días de labores.

Mil gracias por su valiosa atención:

Nombre: ___________________________________ Firma: ________________________

Correo de contacto: _______________________________________________________________

Celular de contacto: _______________________________________________________________

Docente, áreas de: __________________________________________

Colegio: _____________________________________________________

Jornada: _____________________ Municipio: __________________

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