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INFORME SOBRE EL CAFÉ

PRESENTADO POR
MERLIS GAMES GONZALEZ

MODULO
HISTORIA

CURSO:
CICLO V

BARRANQUILLA - 2022
INTRODUCCION

El mercado internacional del café ha cambiado dramáticamente en los últimos años, pues
aumentó la producción potencial de los países productores con lento crecimiento en el
consumo. Igualmente emergieron mezclas que utilizan cafés de menos calidad, existe una
mayor concentración en el final de la cadena productiva y surgieron nuevos nichos de
mercado, como los cafés especiales en sus distintas formas, que valoran de manera
particular ciertas características del producto.
Dichos cambios trajeron consigo importantes desafíos a la caficultura del país, frente a los
cuales se requieren acciones para mejorar el nivel de competitividad de los productores.
El café actualmente en Colombia atraviesa una crisis que invita a reflexionar sobre los
modelos actuales de producción, de las acciones que se deben tomar para afrontar los
problemas evidentes de sustentabilidad ambiental, la pérdida progresiva de calidad del
grano en la bebida, la perdida de mercado a nivel mundial y la insostenibilidad de los
predios por reducción de productividad.

EL CAFÉ
Todo comenzó siglos atrás en África, exactamente en Etiopía, donde el café inicialmente se
consumía en infusiones o masticando sus hojas, pero fueron los árabes los responsables de
su expansión, primero por todo el mundo árabe llegando a Turquía en 1554. En el siglo
XVII entró a Europa por el puerto de Venecia y se expandió por el continente para
finalmente llegar a América hacia el siglo XVIII. Los responsables de esta expansión por
nuevos continentes fueron los holandeses que no querían depender más de los árabes. Fue
así como a principios del siglo XVIII Holanda lideraba la producción mundial de café.
Una de las teorías sobre cómo llegó el café a Latinoamérica es que fueron los holandeses
quienes lo introdujeron por lo que hoy es Surinam y luego los franceses a principios del
siglo XVIII lo llevaron a Colombia y Brasil. Para el siglo XIX se había convertido en un
cultivo de gran importancia, en lo que también influyó que a mediados de ese siglo la roya
del cafeto, atacó los cultivos de Ceilán, hoy Sri Lanka, quienes en aquel momento eran los
principales productores de café.
El café en Colombia, tiene alrededor de 300 años de historia desde que los jesuitas lo
trajeron en el siglo XVIII. En el año 1835 se exportaban los primeros sacos producidos en
la zona oriental, desde la aduana de Cúcuta.
Cuenta una leyenda que el aumento de producción de café en Colombia fue gracias al
sacerdote jesuita Francisco Romero en un pueblo de Norte de Santander llamado Salazar de
las Palmas.
Cuando sus fieles se confesaban, el sacerdote les imponía como penitencia para redimir sus
culpas, sembrar café. Gracias a esto se dice que la producción de café empezó a expandirse
a otros departamentos y para 1850 había llegado a Cundinamarca, Antioquia y Caldas.
Para finales del siglo XIX la producción había pasado de 60.000 sacos a más 600.000 -
aclarando que la mayor parte de esta producción era de las fincas de grandes hacendados- y
para finales del siglo XIX el café ya era el principal producto de exportación por el que
Colombia recibía divisas.
La transición del siglo XIX al XX trajo consigo una gran caída de los precios
internacionales y por consiguiente una crisis para los hacendados que cambió por completo
el panorama. Esto favoreció a los pequeños productores que venían creciendo y el liderazgo
del desarrollo cafetero se trasladó a la zona Occidental.
En 1927 se crea la Federación Nacional de Cafeteros que se encargó de agremiar a los
caficultores para representarlos y velar por sus derechos.  
En 1938 nace el centro de investigaciones, CENICAFÉ, responsable de logros como la
variedad Castillo resistente a plagas como la roya.
En 1959 ocurren dos hechos importantes: nace el personaje de Juan Valdez y se abre la
oficina de Café de Colombia en Tokio, logrando que hoy en día Japón sea el segundo
consumidor de Café de Colombia en el mundo.
En 1984 se crea el sello distintivo de Café de Colombia que lo identifica en todos los
rincones del mundo.
La consolidación del café como producto de exportación en Colombia sólo se dio a partir
de la segunda mitad del siglo XIX. La expansión que tuvo la economía mundial en ese
período hizo que los hacendados colombianos del oriente del país encontrarán
oportunidades atractivas en el mercado internacional. Pasado el tiempo, Norteamérica iba
consolidándose como el consumidor más importante de café en el mundo. Así
mismo, Alemania y Francia se convertían en los mercados más interesantes de Europa.
En los años setenta del siglo XIX, el café empezó a cotizarse en las bolsas mundiales y se
convirtió en la moneda internacional de los países productores, entre los cuales
estaban Brasil, Salvador, Guatemala y México. Colombia emergió como exportador de café
y productor mundial en la década de los noventa.
Años más tarde, en la transición del siglo XIX al XX, se registró una caída de los precios en
el mercado internacional repercutiendo en la rentabilidad y economía de las grandes
haciendas. Sumado a esto, el desencadenamiento de la Guerra de los Mil Días, imposibilita
una adecuada manutención de las plantaciones; hecho que termina por arruinar los cultivos
dejando endeudados en el exterior a los hacendados del país, quienes entraron en crisis con
sus fincas en los diferentes departamentos cafeteros de aquel entonces.
Esta crisis de las grandes haciendas produjo uno de los cambios más significativos en la
caficultura colombiana. Desde 1875 se había comenzado a ampliar el número de pequeños
cafeteros en Santander y Antioquia. En la primera década del siglo XX se había logrado
consolidar un novedoso modelo de desarrollo exportador cafetero impulsado por la
colonización de nuevas tierras, principalmente, en los departamentos de Antioquia, Caldas,
Valle del Cauca y Tolima. Esto, además de la crisis de las grandes haciendas, hizo que a
principios del siglo XX el centro-occidente colombiano tomara la delantera con respecto al
desarrollo cafetero del país. Esto resultó favorable para los propietarios de pequeñas
parcelas que apenas incursionaban en el sector. El cultivo del café se convirtió en una
opción muy atractiva para los campesinos, en la medida que ofrecía la posibilidad de hacer
uso permanente e intensivo de la tierra, puesto que permitía alternar los cafetos con otros
cultivos de pan coger, básicos para la subsistencia. Se forjó entonces una economía
campesina de pequeños propietarios rurales que optimizan su mano de obra familiar y que
aún hoy subsisten.

REGIONES CAFETERAS
Plantaciones de café en Quimbaya, Quindío.
El café se cultiva, preferentemente, en terrenos entre 1300 y 2000 m de altitud. Sus
plantaciones ocupan en la actualidad más de un millón de hectáreas con una producción
anual de unos doce millones de sacos. Los principales departamentos productores de café
son Huila, Antioquia, Tolima, Caldas, Valle del
Cauca, Cauca, Risaralda, Santander, Cundinamarca, Nariño, Quindío, Norte de
Santander, Cesar, La Guajira, Magdalena, Boyacá, Meta, Casanare y Caquetá. 212223

Con el tiempo, y a través del Centro Nacional de Investigaciones de Café - Cenicafé


fundado en 1938,24 y del Servicio de Extensión Rural25 de los Comités Departamentales de
Cafeteros se han desarrollado sistemas de cultivo y de trazabilidad permitiendo diferenciar
el producto y garantizar su calidad. Actualmente el Café de Colombia se produce en todas
las cordilleras y zonas montañosas del país, generando ingresos a más de 500 000 familias
productoras del grano.
CONCLUSION

Se requiere indiscutiblemente fortalecer los procesos de capacitación en buenas prácticas


agrícolas acompañados de programas sociales que favorezcan las condiciones de vida y que
enriquezcan los valores éticos y morales de las familias cafeteras, como base fundamental
para iniciar procesos educativos. Podemos definir que obtener un café de excelente calidad
física, química, biológica, y con unos buenos atributos organolépticos, requiere de articular
todos los procesos de planear las labores, partiendo de unos árboles de buenas
características genéticas, buen manejo agronómico y la implementación de BPA en el
beneficio de café.
La gran mayoría de los caficultores colombianos no aplica las Buenas Prácticas Agrícolas
en la recolección y beneficio del grano de café; debido al bajo nivel académico en muchos
de ellos y a la poca capacitación de estos productores en algunas zonas.
Muchos de los equipos y herramientas, que mejoran la eficiencia y eficacia en el proceso
del beneficio del café, son de difícil alcance para los caficultores colombianos, debido a la
baja o nula disposición en el mercado, y a la situación económica desfavorable para la gran
mayoría de ellos.

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