Está en la página 1de 133

mêµäçÖç=

Por Mario Rovere


Cuando Alicia me invitó a prologar este libro se me entre-
mezclaron sentimientos, algunos provenientes de la empatía de
haber convivido en contextos geográficos e históricos similares
con “los Torres” como en ese momento se conocía afablemente
al matrimonio de Tomás médico y Alicia psicóloga, trabajando
en la Salud Pública de la Provincia de Salta, ellos en la alejada y
aislada comunidad de Iruya; otros sentimientos, más recientes,
originados en la coincidente búsqueda de esa materia misteriosa
e inasible que se esconde detrás de la palabra comunidad o detrás
de lo comunitario.
La primera reflexión que me vino a la mente fue la relación te-
oría práctica que Alicia coloca desde el principio en su trabajo.
Tengo para mi esa explicación que parece provenir de la etimología
y que como siempre no se sabe si ubicarlo en el campo de lo ver-
dadero o en el campo de lo útil y lo verosímil. Se refiere a la aso-
ciación entre la palabra teoría y los comentarios que surgían entre
los espectadores (theorós en griego) de los juegos en la antigua
Grecia. En términos simples todos esos comentarios que comple-
tan, polemizan, poetizan lo que ha ocurrido, le agregan dimensión
al juego y que incluyen incluso a los comentarios de los mismos
jugadores realizan cuando se encuentran fuera del juego. ¿Qué
juegos comunitarios son los que Alicia observó a través de esos
años en el extremo norte de nuestro país ? ¿En qué juegos comu-
nitarios ella misma fue partícipe? Y ¿cómo es que se relatan esas
vivencias transformándolas en palabras que a su vez se dejen atra-
par en un libro?.
Esto organiza la reflexión sobre algo así como una distancia;
una distancia entre el observador y lo observado que es cercana y
lejana a la vez, lo que Foucault denomina “las palabras y las cosas”.
Una distancia que en el campo de la investigación social es funda-

1
Reinvención de lo Comunitario Prólogo por Mario Rovere

mental ya que es una dimensión que fácilmente se confunde. Se Y aquí entra, en consecuencia mi conocimiento de la autora y
trata ni más ni menos de aquella sutil o enorme diferencia que los autores. Varias décadas atrás entrando en contacto con una co-
puede existir entre “lo que pasó” y lo que “la gente dice que pasó”. munidad tan diferente culturalmente a su propia formación, que
Me viene a la memoria ese momento transicional, que vivimos puede afirmarse que no solo las convicciones, la formación, la ac-
los más añosos palpitando los partidos de futbol, entre la radio y titud sino sobre todo una enorme curiosidad y un enorme afecto
la televisión. Allí se puso a prueba quienes eran los relatores fut- por el pueblo o los pueblos de Iruya y por su cultura les hizo rea-
bolísticos que relataban lo que veían y quienes los que inventaban limentarse con la misma materia prima que ahuyentaba a otros
un partido, los que inventaban emociones, quizás con la buena in- profesionales ante la primera adversidad.
tención de mantener la atención de sus oyentes. Otros sub-textos encuadran la experiencia. El interior del in-
Esta metáfora me trae al terreno de los simple mortales el tra- terior en el contexto de una dictadura se vuelve un espacio propi-
bajo de la teorización, que lejos de ser una suerte de fuga de la re- cio para ese exilio interno aun tan poco estudiado en la Argentina.
alidad, adquiere toda su importancia cuando amplia el juego, Esos territorios olvidados dieron también oportunidad para una
cuando lo documenta, cuando estimula a asomarse, cuando ayuda labor pastoral que a su manera prolongaba la tarea del movimiento
a que se conozca incluso o especialmente para el conocimiento de de sacerdotes del tercer mundo y un programa provincial de salud
aquellos que no han podido ser sus observadores directos. rural que prometía notables mejoras en los indicadores de salud,
Hay luego una responsabilidad del comentarista, porque tiene especialmente cuando estos eran excepcionalmente altos como en
al mismo tiempo que ser fiel al juego que observó y del cual ha el caso de Iruya, y validaba al mismo tiempo un trabajo comuni-
sido parte y debe abstraer lo que considera importante de ser tario que hubiera sido difícil de justificar en ess años por fuera de
transmitido sin desmerecer, sin inventar, sin embellecer, sin relle- ese programa.
nar, sin estetizar los desniveles que esa misma práctica produjo. Y no se trata de simples indicadores, en aquellas épocas no
Una reflexión complementaria, la añade otro autor Bruno La- hacer nada o hacer poco en salud configuraba un verdadero aten-
tour, quien reivindica el orden del relato, de la descripción minu- tado a los pueblos, los indicadores eran muertes, muertes fácil-
ciosa, del detalle, porque en su decir se han sobrevalorado los mente evitables, pero que poco se hacía para proteger a una
trabajos analíticos y especulativos y prestado poca atención a quie- población a la que de una manera u otra se le decía se le hacía
nes documentan aportando no solo a su argumentación sino a la saber que poco valía.
argumentación de todos aquellos que en el futuro quieran o pue- De aquellos tiempos recuerdo una anécdota referida por el
dan hacer uso de esa documentación. entonces Jefe del Programa de Salud Rural, Enrique Tanoni, ocu-
Y es que luego de décadas de hablar y valorar “lo comunitario” rrida cuando conversaba con un Cacique Chaguanco de Santa
aun la Salud Pública maneja esta dimensión en el campo de lo ide- Victoria Este en Salta. Comenzaba con una pregunta enigmática
alizado, en el campo de lo voluntario, de lo deseado pero sin haber “Vos sos Ministerio?” sin esperar respuesta continuó “decile a Mi-
profundizado en esa enorme diferencia que va desde enunciar una nisterio que gracias, porque gracias a Ministerio estamos siendo
utópica salud para todos a convocar a una democrática salud con más” tal la traducción comunitaria y política de un cacique sobre
todos. la reducción de la mortalidad infantil a la que habitualmente des-
cribimos como invisible para la población (pero por lo visto no
para un cacique).

2
3
Reinvención de lo Comunitario Prólogo por Mario Rovere

Años después viviendo en Bolivia me quedó claro que esa omi- entonces a ser un permanente desafío en la construcción de sub-
sión o naturalización de altísimas tasas de mortalidad infantil jetividad, no solo porque estoy en interacción con otros y otras di-
constituían por acción, ineficacia u omisión una verdadera política ferentes, sino porque me obligan todo el tiempo a definir y a
de población racista contra los pueblos originarios. redefinir quien soy yo.
En ese contexto, los Torres, atan por más de dos décadas, su Esto fue puesto en palabras por el sociólogo Carlos Vilas
destino profesional a ese territorio no solo por transformar a Iruya cuando mencionaba “tuve que ir a Jamaica para descubrir que era
en un “área operativa” modelo y emblemática de lo que el pro- blanco”. Esta base empírica para pensar lo comunitario podría ha-
grama podía lograr, sino también por su creatividad, su capacidad cernos caer en el error de pensar que se trata de una experiencia
de innovar, de aportar para mejorar las condiciones de salud y de exótica, de poca utilidad en otros contextos. Sostenemos lo con-
vida de un territorio que supo ser, antes de ellos, apenas un “es- trario y el libro lo prueba ya que, en última instancia “toda inter-
pacio de invernada” para una población utilizada como mano de vención en salud, sea individual o colectiva, es intercultural.
obra estacional de los ingenios azucareros. Esto dista de ser una Pero Alicia no se queda solo en la ya de por si valiosa tarea de
cruel metáfora, me consta que eran términos que circulaban por compartir vivencias, sino que además devenida en profesora uni-
entonces en la cultura salteña. versitaria en Córdoba, junto con sus alumnos y para ellos se atreve
Resulta entonces de toda coherencia que algunas décadas des- a pensar en la misma reinvención de lo comunitario, de la psico-
pués la curiosidad de los alumnos de la Universidad Nacional de logía comunitaria.
Córdoba hayan impulsado a generar esta obra que da continuidad Que enorme potencial de transformación en ese término que
a la anterior de Alicia y Tomás: “Porque Callan si Nacen Gritando” puede ayudarnos a redimir los principales errores de la salud pú-
en un intento por transmitir inter-generacionalmente una expe- blica. Y es básicamente porque la Salud Pública no consigue so-
riencia vital que no se deja atrapar así nomás y que requiere una brepasar los límites de una acción del Estado pensada para la
permanente vigilancia para que teoría y práctica no se despeguen. población, pero sin ella.
Fundamentalmente porque de esa fidelidad, de esa valoración Surge así ese sujeto colectivo, que es suficientemente pequeño
de la descripción que Bruno Latour rescata, surge la potencialidad como para construir identidad, para organizarse, para protagoni-
para que sus lectores construyan sus propias prácticas, envueltos zar, para reemplazar y para emplazar al estado, para defenderse de
en otros desafíos interculturales, en donde las subjetividades se las operaciones del mercado. Un espacio real y un espacio poten-
combinan para generar nuevas producciones híbridas. cial para desencadenar procesos de transformación pero que al
Un párrafo aparte merece la dimensión de interculturalidad, mismo tiempo no puede y no debe ser idealizado.
especialmente desde lo que en Bolivia se redefine como intercul- Las potencialidades del desarrollo local, de la participación co-
turalidad política. Es decir cuando los diálogos y las construcciones munitaria, de la irrespetuosa intersectorialidad de su agenda, la ri-
se dan entre culturas que se valoran y se respetan en relaciones de queza de sus estrategias, las posibilidades de auto gestión y de
iguales y no en relaciones de dominación. Aquí es donde brota la co-gestión o de la gestión asociada con las instancias públicas en
riqueza del trabajo con pueblos originarios en territorio argentino el territorio (escuela, centro de salud, programas sociales, etc.) y
que, para expresarlo en una frase, no son occidentales. Las distan- la circulación de la palabra, de la cultura y el propio aprendizaje
cias culturales para quien se dispone a un dialogo de iguales pasa que de esa participación deviene, constituyen una materia intan-

4
5
Reinvención de lo Comunitario

gible que solo un observador u observadora atenta y respetuosa


puede sistematizar.
No se trata de experiencias exóticas, hemos visto a lo largo del
tiempo como frente a la adversidad en múltiples espacios de nues-
tro país la organización comunitaria, vecinal, institucional o para-
institucional emerge y cuantas veces dependiendo de la
organización, de la cohesión y de estrategias adecuadas se logran
resultados que los individuos solos no pueden obtener.
Quizás haya por detrás ni más ni menos que esa simple pero
compleja paradoja “los derechos individuales se defienden colec-
tivamente”
Invito a los lectores a sumergirse en estas páginas y sobre todo
a descubrir en cada rincón en cada concepto más o menos abs-
tracto la riqueza de una vivencia que lo sostiene.

6
mêµäçÖç=

por Mirtha Cucco García

Siempre he valorado los prólogos como antesala de lo que se


nos proponeK=Como orientación de un itinerario, como pistas para
un recorrido a emprender, como respeto a un lector que se atreve
a ser un interlocutor.
Este es un libro necesario.
El contenido de sus páginas lleno de cosas sugerentes fruto de
la praxis, va abriendo brechas a la interpelación. No cualquier in-
terpelación sino aquella que se inscribe en el marco de la reflexi-
vidad. Esto implica el ejercicio de la puesta en cuestión de las
certidumbres que sostienen nuestra identidad desde lo instituido.
Por ello, para leerlo hay que estar dispuestos a la apertura de
lo nuevo, de lo que nunca fue ni es, entendiendo que no se trata
de “convencer y ceder” sino de “escuchar y consensuar” para tra-
bajar contradicciones en función de un mundo mejor posible.
Libro necesario, interpelación necesaria, frente a la lógica de
lo uno que clausura sentidos, diversidad y alteridad.
El índice nos muestra una propuesta de elucidación acerca de
diversas cuestiones relacionadas con los procesos de intervención,
tanto a nivel epistemológico y paradigmático respecto de los sa-
beres que los sostienen, como en relación a la posición profesional
en sus prácticas. Para no abundar en lo que el texto ya nos pre-
senta, me permito algunas reflexiones que puedan estimular el
deseo en los lectores para adentrarse en ese recorrido pormenori-
zado y lleno de sugerencias.

7
Reinvención de lo Comunitario Prólogo por Mirtha Cucco García

El encuentro con la comunidad. El texto es fecundo en con- nal. Cuestiona pensar una comunidad en abstracto y en general,
ceptualizaciones que definen y problematizan el concepto, así que perdería su dimensión socio-histórica y por tanto la poten-
como en el planteo del ocultamiento, reduccionismo y distorsión cia transformadora.
a que está sometido “lo comunitario”, y que necesariamente va a Esto implica situar lo ideológico, lo macro, levantar la mirada
implicar vacíos teóricos, metodológicos y prácticos que incidirán en el desarrollo de nuestra praxis. Por eso me parece importante
gravemente en toda suerte de acciones. ¿Es este ocultamiento y ol- la insistencia que transita los diversos capítulos acerca de una di-
vido un “inocente sesgo paradigmático? Nos deja claro que no. En- reccionalidad permanente, de un levantar la mirada frente a nues-
tonces ¿de qué se trata? tra posición, nuestros saberes y nuestras acciones. Tarea no fácil
Rescatemos palabras de García Linera (2009, p.15), de gran po- ya que todos y todas estamos atravesados y construidos por las
tencia explicativa: mismas categorías de lo que intentamos transformar, pero la au-
“… Su fuerza emancipadora solo puede ser entendible tora nos acerca un modo de hacer donde la praxis permanente,
desde la comprensión de la fuerza que la comprime o destruye el formar parte de grupos que tributen a un fin comunitario y no
a lo largo de estos siglos, es decir, a partir del desarrollo in- como agrupamientos aislados que compensan soledades del in-
terno del capitalismo. De ahí que cuanto más quería entender dividualismo, sale al encuentro de las dificultades.
las comunidades, más necesitaba entender el capitalismo”. ¿Qué pobreza? ¿Qué riqueza? Las reflexiones esclarecedoras
¿Interesa que seamos capaces de desnudar que (op.cit., p.32) sobre la pobreza que nos trae la autora, su naturalización y las me-
“la fuente irreemplazable con la que el capital se alimenta y ex- didas desde diversos modelos teóricos para “gestionarla y no para
pande, y que a la vez puede enterrarlo, es el trabajo- vivo y la co- erradicarla”, muestran cómo se opera instituyendo lo que yo he
munidad?”. No, no interesa. Se busca más bien que las propuestas denominado Normalidad Supuesta Salud. Este concepto remite a
de intervención puedan reducirse a algo fragmentado que no aquellos malestares que la gente sufre pero que habitualmente no
ponga en cuestión aspectos estructurales. analiza ni cuestiona porque los considera normales, a pesar de que
conllevan altos costos en Salud-Bienestar. Dichos malestares no
Por tanto tener en cuenta la dimensión de la opresión inhe- tienen interlocutores válidos y quedan en tierra de nadie mante-
rente a cada malestar de la vida cotidiana, es un tema central, niendo la continuidad y desarrollo del sistema actual. Esto permite
ya que de lo contrario suele ocurrir que diversas acciones pro- direccionar objetivos de intervenciones psicosociales a los puntos
fesionales con resultados valiosos en lo puntual, quedan neutra- más tensos de la cuerda, generando que mientras más se los
lizadas, alimentando la contrafinalidad en relación a los atiende más se los estigmatice y clausure. Atender “la pobreza” con
procesos de transformación. Esto sostiene una posición volun- este sentido reduccionista que la clausura como un estado y no
tarista, y no tributa con la fuerza de hechos, al rescate de la co- como una consecuencia, lleva indiscutiblemente al autoritarismo
munidad. y a la violencia institucional, así como al desgaste e insatisfacción
Justamente el recorrido por las páginas del libro nos trae de profesionales y población.
múltiples reflexiones críticas alrededor de los procesos de trans- Necesariamente esto nos interpela acerca del concepto de ri-
formación de la vida cotidiana y su relación a las fuerzas que queza alrededor del cual se da una organización social.
oprimen a la comunidad y al quehacer institucional-profesio-

8
9
Reinvención de lo Comunitario Prólogo por Mirtha Cucco García

Si preguntamos en la calle, si preguntamos a un niño ¿Qué es fesional y es desde allí que la autora nos invita a interpelarnos
ser rico? Nos podrían contestar que es tener mucho dinero, tener tanto respecto a la hegemonía de saberes que a veces más que es-
una casa muy grande, tener un coche de alta gama, poder hacer lo clarecer la realidad tienden a ocultarla, como a interpelarnos
que le dé la gana, tener muchas golosinas… Estas son expresiones sobre nuestras prácticas.
cotidianas que representan lo planteado por Marx (1984), p.43): Pichon Rivière establece la relación entre los aparatos de do-
“… la riqueza de las sociedades en las que domina el modo de pro- minación hegemónicos destinados a perpetuar las relaciones de
ducción capitalista se presenta como un enorme cúmulo de mer- explotación, con la concepción de lo sano y lo enfermo que, en pa-
cancías…”. labras de Zito Lema (1985, p. 82):
Sin embargo nos preguntamos junto a García Linera (2009, ... legitima un tipo de adaptación a la realidad, una forma
p.35) “¿En su realidad más abstracta, qué es en definitiva la sus- de relación consigo mismo y con el mundo, acrítica, ilusoria
tancia de la riqueza sino la utilidad, el uso, el goce, el disfrute?”. Si- y alienante [...]. Este aparato de dominación tiene sus cuadros
guiendo su pensamiento, el ser humano, a diferencia de otros seres en psiquiatras, psicólogos y otros trabajadores del campo de
de la naturaleza, se presenta como un ser insatisfecho, que guarda la salud que vehiculizan, precisamente, una concepción jerár-
un punto de incompletud y sólo puede ser en la medida que se quica, autoritaria, y dilemática y no dialéctica de la conducta.
apropia y transforma lo circundante, incluido él mismo, en acto Son líderes de la resistencia al cambio, condicionantes de la
cooperativo con los demás y en función de las necesidades. Es estar cronicidad del sujeto, al que tratan como a un sujeto «equi-
permanentemente en búsqueda, permanentemente transfor- vocado». Se incapacitan para comprometerse, también ellos,
mando la naturaleza y permanentemente transformándose a si como agentes-sujetos de la tarea correctora.
mismo/a y al nosotros. Es en esencia el conjunto de sus relaciones Entiendo que es desde esta perspectiva que la autora promueve
sociales y con la naturaleza. La riqueza en general es pues, el con- intervenciones que tienen en cuenta la realidad integral del sujeto
junto de las formas concretas que adoptan estas relaciones y éstas y las comunidades, permitiendo procesos de transformación con
serán siempre producto y presupuesto permanente de la existencia mirada crítica a todos los sesgos que nos incapacitan para entender
humana. La riqueza solo la podremos comprender desde el punto al otro como alteridad, como diferente y como semejante; para en-
de vista de la resolución del bien común, y leyendo las necesidades tender que hay historias y culturas que no hace falta someter para
de manera colectiva. sostener nuestras certidumbres. Justamente las incertidumbres son
Así pues, la riqueza no es algo que tengo, que acumulo en mí. las que nos acercan al devenir creativo.
Sino algo que transformo con y para resolver necesidades. Eso es Dije al inicio que se trataba de un libro necesario y agrego
“ser rico”. No son los objetos los que dan la riqueza. La riqueza ahora que encierra la generosidad de acercarnos y compartir los
la da la capacidad del valor de uso resolviendo necesidades co- aprendizajes de una experiencia transitada desde la vehemencia y
lectivas. Subsumidos en la lógica capitalista, compartimos con el el compromiso, pero que fundamentalmente nos abre caminos a
autor antes mencionado, que hoy grandes mayorías somos “mi- nuestras propias búsquedas.
serablemente pobres” en nuestras desatinadas ambiciones acu-
mulativas que cercenan nuestro ser con otros. Esta mirada acerca Les invito a leerlo.
de ¿Qué riqueza? ¿Qué pobreza? modifica nuestra posición pro-

10
11
Reinvención de lo Comunitario

Referencias fåíêçÇìÅÅáµå

GARCÍA LINERA, A. (2009). Forma valor y forma comunidad. La Paz:


Muela del Diablo Editores.
ZITO LEMA, V. (1985). Conversaciones con Enrique Pichon Rivière
sobre el arte y la locura. Buenos Aires. Cinco.
MARX, K. (1984). El Capital. España: Siglo XXI.
A orillas de otro mar, otro alfarero se retira en sus
años tardíos. Se le nublan los ojos, las manos le tiem-
blan, ha llegado la hora del adiós.

Entonces ocurre la ceremonia de la iniciación: el al-


farero viejo ofrece al alfarero joven su pieza mejor. Así
manda la tradición, entre los indios del noroeste de
América. El artista que se va entrega su obra maestra
al artista que se inicia. Y el alfarero joven no guarda esa
vasija perfecta para contemplarla y admirarla, sino que
la estrella contra el suelo, la rompe en mil pedacitos,
recoge los pedacitos y los incorpora a su arcilla.

Eduardo Galeano

Los motivos
Después de vivir y trabajar como psicóloga durante décadas
en el noroeste argentino, jubilada y de regreso a la Córdoba natal,
surgió la oportunidad de desempeñarme como docente en la Fa-
cultad en la que me había formado casi cuarenta años atrás. Más
allá de los cambios propios del tiempo transcurrido, me impre-
sionó la avidez de los estudiantes por conocer sobre las prácticas
más que sobre teorías. Al mismo tiempo sorprendía la brecha entre
el mundo académico y el mundo social del que venía: los meca-
nismos para la incorporación y la selección de docentes, el enfoque

12
13
Reinvención de lo Comunitario Introducción

prioritario de las cátedras obligatorias y de las investigaciones prin- La pobreza estructural, esa que se repite de generación en ge-
cipales, la ubicación marginal y optativa de materias y prácticas neración, los pobres hijos de pobres como los definen los sociólo-
que habilitan para responder a los problemas más frecuentes de la gos, son a nuestro criterio una evidencia científica del fracaso de
población, entre otras cosas, parecían muy distantes de las necesi- las mejores intenciones de las políticas públicas y de los recursos
dades y sufrimientos a los que había asistido casi cotidianamente invertidos en ellas. Las universidades financiadas por todos, los co-
en aquel tiempo. nocimientos y formas de producirlos en los que se forman los cien-
Todo ocurría como si la universidad tuviera similares proble- tíficos que la sociedad necesita, parecen no escapar a la
mas a otras instituciones públicas. Mi preocupación profesional responsabilidad en esos resultados.
�sostenida a lo largo de los años� por las condiciones que limitan ¿En qué medida los avances científicos y las prácticas profesio-
las posibilidades y la calidad de vida a miles de personas me mo- nales inciden en mejorar la calidad de vida de todas las personas?
tivaron a realizar investigaciones al respecto durante mi perma- ¿Y sobre las condiciones de desigualdad social? ¿Cuáles son las ca-
nencia en aquél lugar (Torres y Torres, 2010). Analizando las rencias en la formación por las cuales las universidades e� n el mejor
políticas sanitarias, estas parecían estar pensadas desde los centros de los casos� producen buenos profesionales para la práctica liberal,
urbanos y de poder, con graves dificultades para considerar a sus pero no parecen influir en una mejor distribución de los recursos
destinatarios, particularmente a aquellos que sostienen modos de públicos? Inclusive, ¿por qué la mayoría de la población no com-
vida diferentes o que pertenecen a sectores marginales. Los estu- pleta estudios universitarios en un país donde ellos son gratuitos?
dios demostraron cómo la falta de participación del personal y En síntesis, ¿cuáles son las barreras entre el mundo académico y el
de los destinatarios de los servicios sanitarios, incide en la inefi- mundo social?
cacia de esas instituciones. Al mismo tiempo, me permitieron for- Estas preguntas, que se inscriben en un motivo vital en el
mular la hipótesis de que la distancia entre las decisiones, la tiempo y el espacio de las propias clausuras profesionales, desafia-
asignación de recursos institucionales y las necesidades más fre- ban aportar a ellas, devolviendo a la Universidad algo de lo gra-
cuentes de la población, contribuyen a reproducir las condiciones tuitamente recibido. La formación académica, rechazada, negada,
de desigualdad social. cuestionada y sin duda transformada con el paso de los años, ha
Los mapas de nuestro país �seguramente de otros también�, que sido un capital fundamental en mi vida personal, familiar y social.
muestran la distribución de cualquier indicador relacionado con Nobleza obliga, entonces, a reconocer linajes, maternajes y a retri-
condiciones de desigualdad (acceso a agua potable, desnutrición buir aprendizajes.
o mortalidad infantil evitable; deserción o abandono escolar; nivel El encuentro con los jóvenes movilizó la intención de compar-
educativo del jefe de hogar; nivel de ingresos; recursos profesio- tir saberes, aunque las diferencias generacionales requerían encon-
nales por habitante, etc.), refieren con claridad cómo las regiones trar los caminos para hacerlo. El epígrafe de Galeano que encabeza
con peores indicadores, son casi las mismas desde hace décadas. este texto da una buena idea... entregar vasijas a destruir, para
Pueden mejorar las medias y promedios, pero la relación de des- sumar su arcilla en la construcción de las propias. Sentí que se
igualdad, los extremos de ella permanecen localizados en los mis- completaba una explicación escuchada del Evangelio, del pasaje
mos sectores o grupos sociales. donde el viejo Simeón lleva al niño Jesús en sus hombros para pre-
sentarlo en el templo: “Los viejos damos altura a los jóvenes, pero
los jóvenes ven más lejos que los viejos” (Torres, A, 2006).

14
15
Reinvención de lo Comunitario Introducción

El tema pios objetivos a través de acciones para informar, prevenir, inte-


grar, controlar, asistir necesidades, extender o legitimarse institu-
No pretendemos aportar a las preguntas planteadas desde las cionalmente. En el mejor hacer profesional, lo comunitario
reglas o prácticas del mundo académico. No nos proponemos una convoca a una mayor cercanía con la gente.
investigación universitaria, ya que ello sería tratar de encontrar las Pese a ser valorado en los discursos institucionales, paradóji-
causas de un problema sólo dentro de sus propias paredes. camente el trabajo comunitario y quienes se dedican a él no tienen
Pretendemos contribuir a partir de nuestras prácticas profe- un reconocimiento real. Implícitamente, se consideran prácticas
sionales sostenidas en el tiempo, junto con otros actores sociales, de menor valor económico y simbólico, que se pagan menos y que
en contextos latinoamericanos. Con ello queremos decir, en espa- no demandarían mucha capacitación especial. En esa perspectiva,
cios donde las mayorías suscriben a culturas diferentes a aquellas se abona la idea de que es una tarea destinada a quienes se inician,
que dominan en el mundo de la educación formal y que, general- jóvenes idealistas o poco preparados para lo específico de esa rama
mente, habitan en condiciones de desigualdad social. del hacer profesional. Quizá relacionado con lo anterior, lo comu-
nitario aparece como una estrategia destinada casi exclusivamente
Por eso elegimos lo comunitario. Ese era el lugar, camino y
a las poblaciones consideradas carentes de recursos, hacia quienes
modo de trabajar que experimentamos como puente entre la for-
tienen dificultades para acceder por sus propios medios a ellos.
mación académica y la vida cotidiana de la gente. Más allá de los
infinitos y encontrados significados. Es un tema que siempre con- Pocos profesionales e instituciones rescatan el valor de lo co-
voca a pensar y actuar más allá de lo dado. No es propiedad de munitario para todos. En el mundo social, en la vida cotidiana de
nadie y siempre demanda la relación con Otros. No es objeto de la población en cambio, son muchísimos quienes encuentran en
ninguna disciplina, ni de ninguna práctica. Descentra, cuestiona lo comunitario un modo valorado de habitar el mundo, de resolver
seguridades e interrelaciona. En cualquier división del conoci- problemas y de celebrar la vida.
miento en la que nos formaron, siempre reclama aperturas hacia Intentaremos tensionar significados comunes y hegemónicos
los “Y” en lugar de los “O”: persona y sociedad; teoría y práctica; e ir más allá de ellos. Nos proponemos:
lo local y lo lejano; lo formal y lo informal; éxitos y fracasos. Lo Reinventar lo comunitario para entenderlo como relacio-
comunitario siempre incluye y abre. nes cercanas y significativas que responden a identidades ele-
Desde el análisis de experiencias en diferentes instituciones y gidas. Como relaciones meso-sociales (intermedias entre lo
con diferentes objetivos, pretendemos cuestionar sus significados personal/micro individual y lo social/macro estructural), que
más conocidos y transitados. Ir más allá de ellos para revalorizar facilitan el crecimiento como personas autónomas pero no
y proponer una reinvención de lo comunitario autosuficientes, solidarias pero no cooptadas. Al mismo
tiempo ejercitan y habilitan para incidir en lo social más am-
En la mirada más común de las instituciones, lo comunitario
plio, desde abajo, desde una perspectiva contextual, crítica y
suele entenderse como ese “Otro diferente, ajeno, que está allá emancipadora, con el propósito de revertir esos sistemas de
afuera”. Como un espacio homogéneo donde trabajan personas valores dominantes y procesos de división del hacer humano
unidas por sus necesidades, pero sin ninguna formalidad institu- que colocan a las personas y a los grupos en condiciones de
cional. Es el lugar donde ubican a la población destinataria de sus desigualdad para acceder a bienes y servicios necesarios para
intervenciones, aquella que hay que involucrar para lograr sus pro- la vida y la calidad de vida.

16
17
Reinvención de lo Comunitario Introducción

Fundamentos y caminos del conocimiento Prácticas de Co-operación desde los bordes sociales
El camino de todo conocimiento suele ser siempre autobio- Las prácticas en cualquier campo social suelen estar reguladas
gráfico. Mucho más cuando se trata del que se transita con la por nombres y atributos que les dan quienes tienen el poder-he-
propia experiencia, en eso de poner el cuerpo para que la teoría gemonía en ese campo. Foucault nos ayuda a explicar y a entender
no duerma fuera de nuestras casas” (Zito Lema, en Cucco, 2006). este aspecto insistiendo en la necesidad de estudiar los bordes so-
En el contexto actual y en los tiempos de violencia en los que ciales o sea las miradas y significados de grupos minoritarios o
vivimos, muchas veces consecuencia de discursos sobre una subalternos: “El rodeo histórico mostrará siempre que lo que se
única realidad posible, se hace importante expresar desde dónde cristaliza en la periferia de la estructura social, se inscribe en una
escribimos. Quienes lo hacen sin decir desde dónde, para qué o dinámica global. En los márgenes de la sociedad, pero poniendo
por qué, parecieran sostener la idea de que hay una única forma en cuestión al conjunto social, retornando al centro” (Foucault,
de acercarse a la realidad y a los demás. Consideramos, en cam- 1991: 48).
bio, que la realidad no es una cosa externa en sí misma, sino algo Fundamentan los aprendizajes que compartiremos, prácticas
hecho cuerpo y mediado por significados propios. Está hecha de que surgen de más de tres décadas de vida y trabajo junto con
representaciones y sentidos que adquieren un papel de primer las poblaciones originarias de la Quebrada y la Puna de Jujuy, y
orden no sólo por razones teóricas, sino por ser parte de lo que de los Valles Andinos de Salta: la llamada región de las Tierras
hacemos. Altas del NOA ( Rutlege, 1994)1. Prácticas que atraviesan tiempos
Las formas en que las condiciones sociales son significadas, de profundos cambios políticos, sociales y económicos del país,
las maneras de entender lo que vemos, las representaciones sobre desde la dictadura militar �cuando la desaparición y la persecu-
uno mismo, sobre los otros y sobre el mundo, organizan lo que ción de amigos, obligó a muchos a irse así del país y a otros nos
hacemos. Muchas veces hacemos cosas sin darnos cuenta de que llevó a lo más inhóspito de la Puna jujeña, a un campamento mi-
estamos aceptando los lugares comunes de los grupos a los que nero situado a los 4000 m.�, pasando por el retorno de la demo-
pertenecemos. cracia, por las políticas neoliberales, hasta llegar a los inicios de
Hablaremos de prácticas entendidas, en términos de Claudia la abierta etapa actual.
Danani (1999), como la unidad de comportamientos más repre- Las prácticas de las que dará cuenta este trabajo son el resul-
sentaciones, en donde lo externo que se ve �las conductas� siempre tado del hacer con Otros. Co-operación sostenida por mucho
está organizado por lo que no se ve, las representaciones. Hablar tiempo, pero desde los bordes sociales. Aquellas que no suelen res-
de prácticas ayuda a cuestionar lo que hacemos, sin que las crí- ponder a los significados más conocidos en los diversos campos e
ticas se perciban como personales y, especialmente, permiten re- instituciones de los que surgen. Suelen ser prácticas por fuera de
flexionar sobre las cuestiones profundas que guían nuestro hacer.

1 El autor la considera como una región con unidad histórica, geográfica y social, más
allá de las jurisdicciones políticas, que comprende la Puna, la Quebrada de Jujuy y
los Valles Andinos de Salta con sus departamentos de Sta. Victoria Oeste e Iruya, a la
que sólo se tiene acceso por la Pcia. de Jujuy.

18
19
Reinvención de lo Comunitario Introducción

lo que se considera normal o esperado, lo que se deja afuera, alte- Desde OCLADE se asumieron funciones de planificación, ne-
rando lo legitimado y cuestionando muchas veces las ideologías gociación y dirección de proyectos de comunicación social, pro-
que las legitiman. Realizadas en y con poblaciones consideradas moción de la mujer, desarrollo infantil, economía solidaria y
“sin trabajo” aunque trabajen de sol a sol, vistas como ignorantes, cooperativismo. Significó compartir el trabajo con instituciones y
atrasadas o descriptas como un conjunto de males, patologías y actores comunitarios de muy diferentes intereses: parteros y cu-
carencias. Aunque quienes hayamos vivido con ellas seamos testi- randeros, artesanos y pequeños productores agropecuarios, pas-
gos de formas de vida, valores y esfuerzos de superación, sueños y tores de diferentes credos, intendentes, técnicos y líderes
deseos, desconocidos para el resto de la sociedad argentina. comunitarios; empresarios y funcionarios de la cooperación in-
Prácticas con muchos otros agentes del campo sanitario, en di- ternacional, tanto del sector público, de empresas multinacionales,
ferentes lugares y funciones, donde generalmente los profesionales como donantes del mundo del voluntariado. Todas tareas realiza-
somos minoría. En alejados hospitales rurales o en centros periur- das desde el lugar de laicos en una línea del quehacer eclesial ge-
banos marginales. En servicios de pocos especialistas y mucha neralmente descalificado por sus pastores y que generaron
complejidad. En una diversidad de actividades preventivas, asis- posiciones críticas sobre ella (Torres, 2000).
tenciales, de supervisión, planificación y conducción de programas Lugares e historias, representaciones y sentidos, aproximacio-
o servicios. Además de funciones sindicales y políticas. nes a modos de pensar, de hacer y de sentir en mundos diferentes,
Todas hechas desde una identidad profesional dedicada exclu- abren brechas que nunca se terminan de salvar. Mucho más
sivamente a la salud pública. Como elección sostenida a pesar de cuando esos mundos sociales están posicionados de tal manera
los cambios y adversidades, al entender la salud como un derecho que no pueden entrelazarse en una comunicación o interrelación
y, en consecuencia, no aceptar que medie la capacidad de pago simétrica con los demás. En el mejor de los casos, sólo fue posible
como requisito para acceder a ser asistido. Siempre suscribimos y aproximarse en un constante proceso de caminar a la intemperie,
exigimos, no sin dificultades, la responsabilidad del Estado para asumiendo conflictos y angustias propias, tratando de relacionar-
hacer efectivo ese derecho. nos cooperativa y solidariamente. Cuestionando el poder propio
Simultáneamente fueron prácticas en diferentes tareas dentro y el de las instituciones que nos cobijaron, para terminar con más
de la acción social de la Iglesia Católica de la región. Integramos incertidumbres que certezas.
por casi veinte años el Consejo de Administración de una ONG En síntesis, prácticas diversas y complejas, con múltiples acto-
de la Diócesis de Humahuaca, la Obra Claretania para el Desarro- res y modos de habitar el mundo, en una experiencia sostenida en
llo (OCLADE), dedicada a proyectos de promoción y organiza- el tiempo que permite dar cuenta de décadas de ilusiones y fraca-
ción comunitaria en la región de la Puna jujeña y de los Valles sos en proyectos compartidos con otros. Actividad permanente a
Andinos de Salta en los tiempos en que no había presencia de favor de acompañar el preguntarse de los otros, haciendo de los
ninguna organización de base, ni asociación civil o eclesial en la cuerpos materia sensible e inteligente de registro, para favorecer
zona o cuando era mínima la presencia estatal, reducida a unas gestos vinculares muy diferentes a lo imaginable. Un camino que
pocas y aisladas escuelas primarias. Transitamos junto a esas co- plantea un nuevo protagonismo fundado en las distancias cortas,
munidades desde las épocas donde nadie se reconocía como tal, el estar presente, el gesto a mano, la habilidad para habitar tiempos
hasta la actual riqueza y diversidad de organizaciones que defien- discontinuos, recrear confianza y proximidad. Por el “camino de
den su identidad colla.

20
21
Reinvención de lo Comunitario Introducción

la errancia”. Así llama Silvia Duschatzky a ese andar sembrado de El camino de los fracasos, las reflexiones y la reflexividad
incertezas cuando se refiere a maestros que desencadenaron un �“puesta en cuestión de sí mismo” (Castoriadis, 1992)�, fueron el
proceso de liberación respecto a un sinnúmero de restricciones y motor para no sólo hacer, sino también revisar, evaluar e inves-
sobre los modos institucionales y los alcances de su labor. “La tigar, junto con aquellos con quienes hacíamos. De la capacita-
errancia supone un modo completamente positivo… No se sujeta ción en salud pública y atención primaria, recibimos el uso
a un territorio institucional, sino más bien crea institucionalidades sistemático de instrumentos colectivos tales como los de plani-
sobre un nuevo suelo, constatando el desfondamiento de toneladas ficación y supervisión, los registros e indicadores cuanti y cuali-
de saberes vencidos…” (Stulwark en Duschatzky, 2007: 6). tativos, la formación en epidemiología y las evaluaciones
Desde los bordes cuestionando el centro; por lo tanto, vale de periódicas internas y externas, dónde lo que se evaluaba no era
entrada advertir, desde el lugar del conflicto. Posición que atraviesa sólo lo que se había realizado, sino lo que había tenido acceso
historias y prácticas y que como tal, generó y seguirá generando para todos, para reflexionar sobre lo que faltaba hacer o a quienes
discusiones. y por qué no se podía llegar.
Al hacer o intervenir en distintos campos, muchas veces no se
logran los objetivos propuestos. Ante ello pueden ubicarse afuera
Prácticas con intención, produciendo saberes legitimados las responsabilidades de los fracasos, puede ensayarse lo que otros
hacen o seguir insistiendo en lo mismo. En lugar de ello, muchas
La constatación de la inutilidad de muchos saberes legitimados veces cansados de darnos de narices con los mismos fracasos, al
en los circuitos eruditos, no significa desconocer el valor y la ne- no entender la rigidez de ciertos indicadores, buscábamos ir más
cesidad de contar con ellos. A partir de la explicitación de la in- allá de las apariencias y generar preguntas acerca de cómo organi-
tencionalidad e intereses propios, buscamos legitimar otros saberes zarnos para recoger la mirada de quienes sufren los problemas y
dándoles una doble validez: tanto para quienes sufren los proble- los recursos que tienen ante ellos; cómo relacionar sus registros
mas como para las reglas del mundo académico. En el tiempo que con la historia previa, con diferentes contextos actuales. Sin dejar
transcurrió entre una dependencia casi mágica de lo que entendí- de confrontar con lecturas y teorías, con otras prácticas y con di-
amos como ciencia, leyes o doctrinas, y la confrontación con los ferentes saberes.
diversos saberes, con las fuerzas e intereses que se juegan en cual- La investigación social se nutre de las preguntas que se hacen
quier campo social �muy particularmente en el campo de la salud�, los agentes involucrados, en tanto tienen que enfrentar obstáculos
la intención siempre estuvo puesta en lograr accesibilidad y equi- que duelen y no se resuelven, cuando surge la necesidad de innovar
dad para que todos puedan expresarse y decidir. caminos rechazando una toma de distancia “crítica” de inspiración
Los mejores planes y esfuerzos no siempre aseguran logros, ni positivista respecto a las cosas y resaltando el método de extraña-
aun haciendo junto con otros. Desde distintos espacios siempre miento, el cual no refiere a una distancia de la situación, sino a un
apelamos a formar equipos, consejos sanitarios, organizaciones corrimiento respecto a uno mismo. Así fueron surgiendo proyec-
comunales de base. Siempre peleamos por decisiones compartidas. tos y trabajos de investigación, muchos de ellos reconocidos, pre-
Aunque no siempre las hayamos logrado y además, muchas veces miados o publicados por instituciones sociales de prestigio, entre
hayamos sido nosotros los mayores obstáculos para conseguirlas. ellas universidades. Al final de esta introducción, mencionamos
algunos que fundamentan nuestra propuesta formativa.

22
23
Reinvención de lo Comunitario Introducción

Esos recorridos permitieron construir un camino propio para En la Primera parte se explican las posiciones, los intereses y
producir o legitimar saberes, resultado de lo que denominamos los marcos para establecer acuerdos en las relaciones sociales. El
“Cooperación Crítica e Intercultural” (Torres y Torres, 2010: 37) capítulo “Pobreza” plantea las diferentes miradas sobre esta reali-
para resaltar aquellos conocimientos que dad social y fundamenta su consideración como desigualdad y vio-
* Son productos del hacer l� a cooperación como experiencia de lencia social evitable. El segundo capítulo, “”Derechos humanos
operar junto con otros para resolver problemas� y se diferencian de multiculturales”, presenta una posición crítica sobre los derechos,
lo producido por experimentaciones académicas y de las acciones como marco de acuerdo para las relaciones entre personas y gru-
provocadas con la intención de investigar y producir conocimien- pos diferentes. Un tercer capítulo, “Lo comunitario en el campo
tos. sanitario”, desarrolla el encuadre institucional del que surgen las
* Son productos de un hacer reflexivo y crítico, que superan la hipótesis sobre las falencias o carencias en la formación profesio-
tendencia a la repetición mecánica de procedimientos que dieron nal, que inciden en la relación de los profesionales con la población
buenos resultados o a depositar en factores externos los posibles y en la accesibilidad de esta a sus prestaciones.
fracasos. Por consiguiente, configuran una construcción que pre- En la Segunda Parte y en función de lo señalado como caren-
tende ir más allá de una acción ingenua sujeta a órdenes instituidos cias, se proponen aperturas. El capítulo IV, “Lo local, apertura cul-
o regímenes de verdad y que se somete a procedimientos de revi- tural”, aborda el tema de las configuraciones culturales y la
sión histórica y actual; teórica y práctica, micro y macro social, que identidad, para fundamentar la importancia de centrar las prácti-
la mejoren y transformen. cas en los contextos locales. En el capítulo V, “Lo social, apertura
* Son productos de prácticas interculturales, de procesos so- política”, se desarrolla la importancia de una mirada social y de las
ciales donde intervienen actores que suscriben a diferentes lógicas relaciones de poder para no condenar las prácticas a meros cultu-
y modos de habitar el mundo, con la intención de cuestionar pen- ralismos. En el capítulo VI, “Los saberes: apertura epistemológica”,
samientos o métodos únicos de legitimar saberes. fundamenta las diferencias entre academia y ciencia, y la necesidad
de un nuevo espíritu científico crítico y una consecuente ecología
Ese método nos permitió comprender más a fondo los proble- de saberes.
mas locales, buscar respuestas y conseguir legitimidad social. Si
bien los conocimientos producidos tuvieron el reconocimiento de La Tercera Parte organiza los aprendizajes a compartir: el ca-
instituciones sociales de prestigio e inclusive de integrantes de la pítulo VII, “Aprendizajes sobre lo comunitario”, resume concep-
comunidad científica, no siempre fueron considerados de igual ciones, diferencias y aperturas sobre el tema. El capítulo VIII,
valor por el mundo académico (Torres, A., 2013). “Modelos para pensar y analizar”, explica el método de los modelos
teóricos y contrapone uno llamado “académico” y otro “domici-
liado”. A partir de ellos y en relación con lo comunitario, expone
diferentes antecedentes, objetivos, procesos, destinatarios, posicio-
Organización y advertencias sobre el trabajo nes ante el conocimiento, actividades, caminos o métodos para co-
nocer, roles, herramientas principales e inclusive posiciones éticas.
El libro incluye además de esta Introducción, tres grandes Finalmente el capítulo IX, “Profesionales de primer nivel”, plantea
apartados: uno que abarcan los Puntos de Partida, otro las Aper- desafíos específicos para los psicólogos y una psicología domici-
turas y finalmente el de los Aprendizajes. liada en Latinoamérica.

24
25
Reinvención de lo Comunitario Introducción

El que avisa no es traidor bibliografía, constituyen los fundamentos de los aprendizajes que
sistematizamos ahora y acreditan el método de conocimiento que
No podemos concluir esta Introducción sin algunas adverten- ofrecemos.
cias. Escribimos en plural porque lo que se comparte no es pro- Estudio exploratorio “Condiciones socio-económicas de familias de
piedad individual, sino producto de caminares junto a otros. Puna y Valles en la región de Tierras Altas del NOA” con Tomás Torres
Partimos del nosotros más profundo con mi compañero de vida y y Ricardo Aparicio. Encuesta sobre 2000 familias. 1994/1995. Publi-
cada en el libro Seminario sobre políticas públicas para la Infancia Rural.
de opciones profesionales, pasando por otros hermanos cercanos Ed. Claretiana, 1996.
en los esfuerzos y búsquedas, peleas y acuerdos, hasta muchos
Investigación participativa “Fracaso escolar y diferencias cultura-
otros lejanos o anónimos, aunque presentes en las enseñanzas que les”. Por convenio entre OCLADE, Universidad Nacional de Salta, Uni-
nos dejaron en las experiencias compartidas. versidad Nacional de Jujuy y Universidad Nacional de Buenos Aires.
Un pedido de disculpas anticipado ante lo que pueda aparecer 1994, 1995,1996. Publicado en el libro Leer y escribir entre dos culturas.
como dogmatismo o dureza de algunas palabras o apreciaciones. Buenos Aires, Ed. Aique: 2000.
Esto es más fruto de la pasión que movilizan los temas que se tra- Desde la psicología de frontera, cuestionamientos al concepto de re-
tan, que de la seguridad que existe sobre ellos. Nada es verdad de- siliencia, estudio de caso sobre factores de resiliencia en el desarrollo
inicial de niños collas. 1995 a 1999. Presentado en el X Congreso Ar-
finida y acabada, todo es para poner en cuestión y seguir
gentino de Psicología. Premio “Beatriz Perossio” FEPRA. Rosario, 2000.
avanzando.
Estudio exploratorio y descriptivo Nutrición y Resiliencia en el des-
Aunque este libro nace al calor del interés de los estudiantes arrollo infantil de Comunidades Collas”. 1998 a 2001. Participaron equi-
universitarios orientados hacia la psicología socio-comunitaria y pos de salud de los Municipios de Santa Victoria Oeste, Nazareno e
al campo sanitario, sin embargo esperamos que pueda servir no Iruya. Segundo premio del Concurso “Las Caras de la Pobreza” organi-
sólo a los profesionales del campo social, sino también a quienes zado por el Área de Investigación Sociológica. Universidad Católica Ar-
se forman para técnicos o promotores. Por ello intentaremos un gentina. Buenos Aires, 2002.
lenguaje sencillo, con la aclaración de conceptos o ideas teóricas Sistematización y revisión de prácticas solicitadas por la Fundación
Bernard Van Leer de Holanda y Organización de Estados Americanos,
que intentan superar el problema de la incomunicación que es sín-
sobre “Rol e interacciones del Estado, la sociedad civil, profesionales y
toma de las distancias que nos afligen. educadores en programas de atención integral de la infancia”.
1992/1993. Ponencia presentada en Seminario de la OEA de Santiago
de Chile, 1993.
Las simientes de este libro Evaluación y sistematización de prácticas de intervención de pro-
gramas en desarrollo infantil temprano en 80 comunidades y 4000
Finalmente, enunciamos los trabajos y proyectos que elabora- niños, solicitado por Fundación Bernard Van Leer- UNICEF-Argentina.
Sistematización de logros, problemas, alternativas de una experiencia de
mos durante nuestro ejercicio profesional. Fueron impulsados no desarrollo infantil en comunidades rurales de Jujuy y Salta 1992-1998.
por presiones académicas sino por el interés y la necesidad de res- (1998) Humahuaca – Jujuy.
ponder a problemas irresolubles o de difícil resolución. En su eje- Teoría fundamentada sobre factores de inmunidad en familias co-
cución intervinieron muchos actores ajenos al mundo académico llas, “Gráfica Familiar sobre factores de inmunidad para zonas rurales
y se tomaron los aportes de muy diferentes saberes. Más que una andinas”. Trabajo solicitado por Fundación Van Leer- Holanda.
1997/1998 Oclade. Humahuaca. Jujuy.

26
27
Reinvención de lo Comunitario

Sistematización de prácticas de 30 años de la acción social de la Capítulo Uno


Iglesia en comunidades campesinas del NOA La construcción de lo social
desde la acción de la Iglesia Católica en comunidades campesinas del Nor- mçÄêÉò~
oeste Argentino 1970 a 2000. Presentado en Conferencia en 3ras Jorna-
das de Historia de la Iglesia y 1ras Internacionales. CONICET- CAPIHA.
Universidad Santiago del Estero. Jujuy 2010.
Estudio de caso sobre responsabilidades científicas de la psicología
socio-comunitaria, Psicólogos errantes. Trabajo para optar por el título
de Especialista en Psicología Social. Colegio de Psicólogos de Salta.
2009.
Sistematización de prácticas y estudio de caso, sobre 30 años del
Programa de Atención Primaria Poder, accesibilidad y diferencias cultu-
rales en salud. Iruya (Salta) 1978-2008. Tesis de Maestría en Políticas Cada hecho está divorciado de los demás hechos,
Sociales, Universidad Nacional de Salta. Publicado por ENDEPA, For-
mosa, 2010. divorciado de su propio pasado y divorciado del pasado
de los demás.

La cultura del consumo, cultura del desvínculo, nos


adiestra para creer que las cosas ocurren porque sí.

Incapaz de reconocer sus orígenes, el tiempo pre-


sente proyecta el futuro como su propia repetición.

Mañana, es otro nombre de hoy: la organización


desigual del mundo, que humilla la condición humana,
pertenece al orden eterno, y la injusticia es una fatali-
dad, que estamos obligados a aceptar o aceptar.

Eduardo Galeano

28
29
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Uno - Pobreza

Diferencias y desigualdades en la mayor parte de las unidades académicas donde se forman


profesionales para investigar e intervenir en estas latitudes. Esos
El problema que nos convoca �la distancia entre las institu- temas son tratados como generalidades muy difusas, sin incidir
ciones que forman recursos humanos calificados para asistir a esencialmente en sus respectivos objetos de estudio.
las necesidades de las mayorías latinoamericanas y el mundo so- La realidad llegó a estar colonizada por el discurso del desarro-
cial en el que transcurre la vida cotidiana de estas�, obliga a con- llo, poniendo de manifiesto cómo ciertas representaciones se vuel-
siderar las posiciones sobre los rasgos principales con que ven dominantes y dan forma a los modos de imaginarla e
caracterizamos esas poblaciones como aquellas que sostienen interactuar. Occidente llegó a vivir como si el mundo estuviera di-
culturas e identidades propias, diferentes de las que dominan en vidido en dos: un campo de meras representaciones y un campo
las instituciones públicas y, que además, mayoritariamente, viven de lo “real”; exhibiciones por un lado y realidad externa por el otro.
en condiciones de pobreza. Esto se refleja en una posición objetivista y empirista que dicta-
Muchos identifican a América Latina con la gran diversidad y mina que el Tercer Mundo y su gente existen “allá afuera” para ser
colorido de sus múltiples pueblos originarios, con costumbres y conocidos mediante teorías e intervenidos desde el exterior” (Es-
modos de vida diferentes. Otros la caracterizan por sus condicio- cobar, 1998: 4).
nes de pobreza. Estudios e informes de organizaciones internacio- La pobreza es parte del punto de partida de este trabajo, tanto
nales suelen referir que América Latina es el continente más por lo que moviliza en el aspecto personal y profesional, como por
desigual, donde la brecha entre quienes más tienen y menos tienen, ser una condición que muchos relacionan específicamente con el
es la mayor comparada con los demás continentes. trabajo comunitario, haciendo suponer la existencia de alguna
El suelo y humus latinoamericano será sesgado si se lo presenta interacción entre ambos.
sólo como contexto de carencias, invisibilizando o confundiendo La trayectoria autobiográfica registra cambios significativos
con ellas su diversidad cultural. Como será sesgado si se ignora la tanto de la mirada y de la explicación como de las estrategias que
desigualdad de oportunidades de sus habitantes. Es problemático se consideraron sobre la pobreza. Todo conocimiento es autoco-
ignorar una y otra cuestión, aunque más grave es unificarlas como nocimiento. Los presupuestos, creencias y valores no están ni antes
si fueran lo mismo. Muchas de las prácticas de las instituciones ni después de una explicación científica sino que son parte inte-
por estas latitudes, parecen no poder distinguir entre diferencias grante de esa explicación. El deseo de ayudar a “los pobres”, movi-
y desigualdades. “O será simplemente mecánica propia de la colo- lizado por la fe cristiana recibida, permitió descubrir la
nialidad del poder capitalista moderno, que identifica diferencia complejidad de una realidad que no hubiera sido posible de otra
con desigualdad al tiempo que se arroga el privilegio de decir manera. El transitar durante mucho tiempo la vida cotidiana y el
quien es igual y quien es diferente” (Santos, 2009: 119) escuchar las vivencias profundas de personas y grupos que trans-
Conocer, interactuar e intervenir en América Latina requiere curren su vida en la pobreza, sacudieron de raíz teorías, intencio-
distinguir entre cuestiones culturales que hacen a la felicidad y nes y actividades que realizamos para enfrentarla.
buen vivir de su gente y la pobreza que le genera sufrimientos evi-
tables. Lo paradójico en el tema que nos convoca, es que cultura y
pobreza no suelen ser materias de estudio o conceptos centrales

30
31
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Uno - Pobreza

Teorías y discursos que ocultan intenciones son aquellos que son hijos de pobres, y los “nuevos pobres” aque-
llos que tuvieron acceso a ciertos bienes y servicios y, como con-
Quienes estudian y teorizan sobre la pobreza, señalan que ella secuencia de políticas, crisis o procesos sociopolíticos
es un problema que ha sido objeto de análisis sociológicos desde determinados, los perdieron. En muchos países o regiones, los
fines del siglo XVIII, coincidente con el surgimiento de las socie- nuevos pobres aparecen como quienes pusieron a la vista de la so-
dades industriales y de la clase trabajadora. Sin duda antes también ciedad el problema, a partir de movimientos sociales que reclama-
había pobres, pero la pobreza no había sido construida como un ban por condiciones perdidas. Pareciera que las poblaciones en
problema social. Mucho se ha teorizado y escrito desde entonces condiciones de pobreza estructural, a pesar de su persistencia, no
y aunque no es propósito de este trabajo focalizarnos en teorías, siempre fueron o son visibilizadas.
nos parece importante revisar algunas apreciaciones. La pobreza definida como “categoría descriptiva que permite
Las múltiples definiciones señalan que, como categoría des- de algún modo calificar las condiciones concretas de existencia de
criptiva, pobre es aquel que en comparación con otros tiene ca- grupos sociales en comparación con otros de la misma sociedad
rencias de bienes o servicios. Separan tipos de pobreza en función que no son pobres” (Gutiérrez, 2011: 169) no permite avanzar en
de los bienes de los que se carece; así, se habla de pobreza material, explicaciones, causas o acciones ante ella.
espiritual, de pobreza educativa, de gestión, etc. Aunque no siem- También el concepto se ha relacionado con el de marginalidad,
pre se explicite, aparece una idea de carencia pero relacional, en donde más que de una carencia, se habla de que hay grupos en los
comparación con otros. No hay pobreza como categoría absoluta márgenes u orillas. Tiene implícita, aunque no siempre sea cons-
sino siempre es en relación a otros que no son pobres, por ello la ciente, la idea de una posición que se entiende como central. Con-
pobreza varía según lugares y tiempos. No es una noción en abs- cepto también controvertido porque da cuenta o de una sociedad
tracto, sino que habla de una relación entre personas, familias, pa- normal o centro de la que esos grupos no forman parte. Margina-
íses, donde unos tienen aquello que a otros les falta, aunque no lidad que puede ser por defecto de integración �poblaciones que
siempre se establezca la relación en ello. están fuera de la sociedad� o por posición �estar insertas en la socie-
Al señalar una relación, junto con la precisión de aquella ca- dad, ocupando un lugar más desfavorable.
tegoría, surge la necesidad de establecer medidas o criterios para Se habla así de una marginalidad urbanística con la aparición
poder constatarla. Las formas más conocidas para definir quiénes de grupos poblacionales en las orillas de las ciudades, criterio que
son pobres son: 1) Línea de pobreza (LP) que determina una ca- alude a núcleos segregados en áreas no incorporadas a los servicios
nasta básica para un contexto determinado, por debajo de la cual urbanos y que describe la calidad y la ubicación del hábitat. Algu-
están los hogares pauperizados y 2) Necesidades básicas insatis- nos hablan de marginalidad cultural y plantean la existencia de
fechas (NBI), según consensos que ponen en evidencia la falta una cultura de la pobreza, como lógica propia de la adaptación o
de acceso a servicios (vivienda, agua potable, electricidad, esco- reacción a una posición marginal. Como marginalidad económica
laridad, salud) y ayudan a marcar la pobreza más permanente o se describen poblaciones sin incorporación al sistema formal de
estructural. trabajo, señalando procesos históricos y teorías de la dependencia
Suelen distinguirse tipos de pobreza, según sea una condición de ciertos países por el desarrollo del capitalismo. La marginalidad
que se hereda de una generación a otra. Los “pobres estructurales” social designa la desafiliación o carencia de pertenencia a relacio-
nes sociales.

32
33
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Uno - Pobreza

El término marginalidad se fue descartando, porque daba idea • Uno asistencial-represivo, imagen que prevaleció en la his-
de una homogeneidad de esas poblaciones y pasó a considerarse toria europea del siglo XV Y XVI. En este modelo, la pobreza
como la condición de estar fuera de la sociedad. Se profundiza es vista como peligro social y político. A la asistencia, la re-edu-
como segregación o exclusión no sólo de residencia, de trabajo, de cación y la represión, con ciertas ambigüedades, les compete
relaciones, de consumo sino como recorte de derechos e implica ocuparse de ella. En esta perspectiva, no se sabe si el peligro
una distinción drástica entre quienes están dentro o fuera de ellos. son los pobres (individual o colectivamente) o si la pobreza es
Por el contrario, esa idea sigue sosteniéndose en algunas propues- la disolución de lazos; son pobres porque no previenen ni em-
tas de solución que hablan de “inclusión”, dando cuenta de posi- prenden; ostentan también cierta inmoralidad porque trans-
ciones superiores o centrales a las cuales llevar a los demás. greden las leyes y, en consecuencia, requieren represión.
La pobreza o marginalidad son la expresión de un problema Asimismo, suelen separar los pobres buenos o válidos, a quie-
más complejo, que tiene que ver con los modos de inserción social nes dirigen su asistencia, para distinguirlos de los que no la me-
de las personas y formas en que se mantiene la cohesión en las so- recen.
ciedades desiguales. Cada visión sustenta diferentes acciones o po- • Otro modelo denominado “caritativo”, que considera a la
líticas para enfrentarlas. En general, como dice un reconocido pobreza como inaceptable desde el fundamento ético sostenido
economista, son “pobres acciones”, refiriéndose a las políticas que en la solidaridad. Visión esta que muchas veces olvida los de-
sólo logran encerrar la pobreza para que no moleste al resto de la rechos sociales, en beneficio de la ética de quien da, general-
sociedad, pero no para superarla. (Lo Vuolo, 1999). Acciones que mente mediada por una organización. Como alternativas se
no buscan erradicarla sino gestionarla. Al respecto, afirma de ma- fomenta la solidaridad entre los pobres, la auto-organización.
nera certera que a la pobreza se accede por falta de bienes mate- Vemos que si antes se promovía la movilidad política, en este
riales y simbólicos, en cantidad, calidad u oportunidad suficientes. modelo prevalece la economía social.
Si esa es la puerta de entrada, no hay que buscarle otra salida. Diferentes combinaciones de esas concepciones entienden la
En función de la relación entre visión de la pobreza y acciones pobreza como una cuestión transitoria que cambiará en una so-
que se proponen, Alicia Gutiérrez distingue diferentes modelos te- ciedad destinada a la prosperidad, si se aceptan ciertas normas eco-
óricos: nómicas. Hasta que desaparezca, hay que aplicar programas
• Uno modernista-tecnocrático, que habla de una idea de asistenciales o de promoción social, residuales, porque que no for-
normalidad y considera la pobreza como una enfermedad a man parte de las decisiones centrales.
erradicar para que no afecte al resto. Con dos variantes: una lla- La pobreza como privación, ausencia de, carencia de, tiene mu-
mada estructuralista, que tiene como referencia el pasado y con- chas y diversas definiciones que parecen sólo tener algo en común:
sidera el problema como falta de integración a la normalidad todas tienen por detrás una concepción o explicación del porqué
por carecer de salarios en regla. Y la variante tecno-liberal �pro- ocurre, una idea o representación de cómo son los pobres y, sobre
movida por organismos internacionales– donde la normalidad todo, una forma o estrategia para enfrentarla.
está por venir: la pobreza es una enfermedad por falta de creci- Las intenciones y soluciones no cambian sólo según las per-
miento económico. La solución o política que proponen es que sonas, sino también según las condiciones generales o intereses
los pobres revaloricen sus recursos y que los micro emprendi- de cada etapa histórica y de quienes dominan o gobiernan. Sonia
mientos aumenten el valor de sus capitales.

34
35
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Uno - Pobreza

Álvarez Leguizamón (2003) analiza ese aspecto con deteni- desregulación de las relaciones laborales y de los servicios públi-
miento, fundamentando cómo cambiaron las concepciones do- cos, de descentralización, de disminución del gasto social, de de-
minantes, los paradigmas y los discursos sobre cómo se producía bilitamiento de las políticas universales. Las políticas
el desarrollo en Occidente en la segunda mitad del siglo pasado. macroeconómicas, promovidas como condición para el refinan-
Y en relación con esto, cómo cambiaron las miradas sobre la po- ciamiento de las deudas, deslegitimaron al Estado en su rol de
breza y las recomendaciones de los organismos internacionales proveedor de protección social.
para resolverla. Cuando el capitalismo se mostró incapaz de incluir a todos,
En 1949, el presidente norteamericano Truman abre un lla- porque los países pobres debían pagar sus cuantiosas deudas, surge
mado al mundo para resolver los problemas de las áreas sub-des- el llamado “paradigma del desarrollo humano, en la década del
arrolladas. Su ambicioso propósito era el manejo de los asuntos 90”. Siguiendo a Sonia Álvarez Leguizamón, diremos que el mo-
mundiales, en particular de los países menos avanzados. Su sueño delo neoliberal cambió su representación sobre los pobres, a quie-
de transformar las 2/3 partes del mundo en pos del objetivo de nes comienza a considerarlos como activos, diversos o
prosperidad material y de progreso económico, se convirtió en re- heterogéneos y llenos de capacidades a potenciar. Aparecen como
alidad en una pesadilla. Así lo sintetiza Arturo Escobar, cuando es- buenas sus prácticas de subsistencia �antes tradicionales� y estrate-
cribe sobre la historia del Tercer Mundo durante los 50 años gias de sobrevivencia. La sociedad civil aparece con mejores posi-
posteriores a la Segunda Guerra Mundial, momento a partir del bilidades de acompañar y de gestionar fragmentadas líneas de
cual el desarrollo se inventó como discurso el llamado “paradigma financiamiento para proyectos y programas locales, donde los po-
original del desarrollo de la década del 50” (en Álvarez Leguiza- bres deben ser consultados. Aparecen términos como capital social,
món, 2003). resiliencia, empoderamiento y se promueven redes de sociabilidad,
En el imaginario de la convocatoria de Truman y la famosa para autonomizar a la población del Estado y limitar la solidaridad
Alianza para el Progreso, los pobres eran representados como tra- a una relación entre pobres.
dicionales, todos iguales, pasivos, llenos de necesidades y proble- Este breve recorrido sobre las teorías y su relación con los dis-
mas, y la pobreza concebida como falta de conocimientos y cursos dominantes y las decisiones que se imponen en la sociedad
tecnología. El Estado proponía políticas universales y solidaridad para resolver la pobreza, permiten que cuestionemos muchas de
de clases, de dónde surgieron términos como NBI, factores de las ideas, explicaciones y aún acciones que realizaron las institu-
riesgo y otros. ciones de las que participamos, sin demasiada conciencia sobre
El transcurrir de las prácticas de ese discurso generó paradó- los actores e intereses que existen detrás de ellas. En el acompa-
jicamente el incremento de la pobreza, la desocupación y el au- ñamiento a poblaciones en condiciones de pobreza, en la urgencia
mento de la dependencia de los países “sub-desarrollados”, lo que de resolver problemas que angustian, es fácil suscribir explicacio-
puso en la preocupación de quienes manejaban los asuntos mun- nes, estrategias o aceptar propuestas y programas que ofrecen re-
diales, después de la llamada década perdida del 80, el modo en cursos, sin mayor discernimiento sobre el por qué o para qué de
que esos países iban a pagar su deuda. Así nacen las políticas del las ayudas.
Consenso de Washington primero y de Santiago de Chile des-
pués, de dónde surgieron las propuestas de privatizaciones, de

36
37
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Uno - Pobreza

La pobreza como violencia social ojos llorosos explicó que apenas había podido mantenerla
viva, pero ya no podía comprarle remedios ni pensar en com-
La historia de un hecho verídico c� ontado por Gustavo Lorenzo prar otro animal.
en una cartilla de Cáritas (2010), que plantea la necesidad de pro- Marta entendió y comprendió en un instante cómo la frá-
fundizar los diagnósticos para ayudar en situaciones de pobreza�, gil economía se había desbarrancado, que toda la familia
vale para bosquejar algunas ideas sobre lo complejo de ellas. Una debía ayudar a mover un carro más pequeño que tenían, pero
síntesis dice así: que ese esfuerzo no alcanzaba. Supo que la desesperanza
Nahuel iba más o menos bien en la escuela, hasta que co- llamó al alcohol, y éste a la violencia y todos sufrían en ese in-
menzó a bajar la nota y a faltar mucho. Marta, su maestra, fierno diario. Con un poco de solidaridad consiguió un vete-
pensó que åÉÅÉëáí~Ä~=ìå=äìÖ~ê=ÇçåÇÉ=Ü~ÅÉê=äçë=ÇÉÄÉêÉë=ó=~äJ rinario amigo y entre varios compraron los remedios. La
ÖìáÉå=èìÉ=äç=~óìÇ~ê~=Éå=ëìë=í~êÉ~ëK Entonces recordó que Cá- yegua se curó y como por milagros todo volvió a encaminarse
ritas había organizado un apoyo escolar con unas maestras y Nahuel volvió a la escuela. Marta dijo en la parroquia: �^=Ñáå
jubiladas que voluntariamente ayudaban en el barrio. Nahuel ÇÉ=ÅìÉåí~ë=äç=èìÉ=k~ÜìÉä=åÉÅÉëáí~Ä~=Éê~=ìå=îÉíÉêáå~êáçK

no con muchas ganas fue, pero tampoco mejoraba en la es-


cuela ni quería seguir concurriendo al apoyo. Aurora, de Cá- El relato da cuenta de una serie de necesidades, a las
ritas, Çáàç= èìÉ= ~= k~ÜìÉä= äÉ= Ñ~äí~Ä~= ÅçãáÇ~I= èìÉ= åç= éçÇ∞~ que con la mejor intención se pretende cubrir y sin em-
éêÉëí~ê=~íÉåÅáµå=Åçå=ä~=é~åò~=î~Å∞~=ó=ëìÖáêáµ=èìÉ=äç=ã~åÇ~ê~å
bargo no parece verse lo que significan todas ellas. Nahuel
~ä=ÅçãÉÇçê que tenía la Municipalidad. El tiempo siguió pa- y su familia, antes o después del problema del veterinario,
sando y a pesar de que se comía varios platos, su rendimiento seguramente continuarán teniendo obstáculos para hacer
no mejoraba. lo que desearían para vivir mejor

Silvia, que servía en el comedor, sugirió que Éä=éêçÄäÉã~ Desde la experiencia cuestionada, reflexionada y sistematizada,
ÇÉÄÉ=ëÉê=ä~=Ñ~ãáäá~I=èìÉ=åç=Éëí~Ä~=Éå=íçÇç=Éä=Ç∞~=ó=Éä=ÅÜáÅç=~åJ plantearemos que la pobreza es una realidad difícil de visualizar
Ç~Ä~=ëçäç=ó=ëáå=~éçóçK=Cáritas realizó visitas y en realidad la en su complejidad, que no es una realidad casual y que podría evi-
familia estaba en casa pero no hacía falta ser asistente social tarse. Como tal, constituye una violencia social fácilmente gene-
para darse cuenta de que al papá le sobraba alcohol y trom- ralizable. Que no todas las personas responden a ella de la misma
padas, y que Nahuel era una sombra lejana del niño vivaz que manera, pero difícilmente quienes la sufren puedan vencerla solos.
había sido. Y para terminar de aceptarla como una cuestión social, debemos
comprender que son las distinciones que solemos hacer quienes
Marta, al ver que el tiempo pasaba y Nahuel no iba más a
la escuela, fue a visitar la casa. Y se encontró que nadie res- trabajamos con quienes la sufren, unas de las razones por las que
pondía al golpe de manos. Pasó al fondo del patio y se encon- la pobreza persiste. Resumimos algunos de sus aspectos que no
tró con que toda la familia estaba alrededor de una yegua que siempre se señalan y que consideramos importantes en el trabajo
se moría. El padre explicó que hacía unos meses el animal, comunitario.
fiel compañera con la que todos los días hacía el cirujeo con
el que llevaba el pan a su familia, se había enfermado. Con

38
39
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Uno - Pobreza

Realidad difícil de visualizar Suele identificarse pobres con pobreza, aunque sean muy di-
ferentes cuestiones. Desde fuera y desde dentro no se percibe la
La pobreza como relación social basada en la desigualdad es pobreza como desigualdad en posibilidades de unos en relación
difícil de visualizar. Es una realidad que, “si no se la lleva por de- con las posibilidades de otros. La consecuencia son los paliativos
lante”, si no se tropieza o golpea con ella, si no duele en lo que sig- sólo locales, injustos o que contribuyen a reproducirla, exigiendo
nifica para la vida cotidiana, es difícil de entender. Tampoco es fácil el mayor esfuerzo de su resolución a quienes están en el extremo
verla así, viviendo en ella. más débil de la relación. Muchos esfuerzos, recursos, gestos de
buena voluntad terminan siendo funcionales a la desigual distri-
Quienes sufren sus limitaciones no siempre perciben que su
bución que se quiere resolver.
realidad no sea la de todas las personas. Adscriben lo que les pasa
a su propia responsabilidad, a su “suerte” o “culpa”. Suele natura-
lizarse como algo dado: “somos como animalitos, no hemos estu-
diado, por eso nos pasa lo que nos pasa”, “Dios lo ha de querer así”, Desigualdad no casual, sino evitable
son algunas expresiones recogidas que dan cuenta de esa percep-
ción. Las personas y familias acceden a bienes y servicios que nece-
En una oportunidad, preguntaron por radio a un represen- sitan para su vida a través de lo que se llama distribución prima-
tante de comunidades originarias sobre los problemas que estas ria, por su participación en ingresos o bienes de capital. Los
tenían. Las respuestas giraron en torno a sus tierras, a la necesidad Estados modernos surgieron simultáneamente con el sistema ca-
de agua, a sus animales. Como la periodista insistió en querer saber pitalista, casualmente para resolver las desigualdades que dicho
qué pensaban sobre la pobreza, a la tercera vez que se le preguntó, sistema produce, a través de la llamada distribución secundaria:
el entrevistado no respondió como si fuera un problema propio las políticas públicas, los recursos que la sociedad distribuye para
sino que dijo: “capaz que si algunos son pobres, será porque hay compensarlas.
otros que son ricos”. En el análisis de la distribución de indicadores socio-sanitarios
Mirada desde afuera, es una realidad que convoca definiciones, que señalamos como problema inicial �tales como el acceso a la
teorías, categorías, slogans que difícilmente integren una visión de educación formal, los porcentajes de mortalidad infantil o ma-
su complejidad o de las implicancias personales que conlleva. terna, el acceso al agua potable, los porcentajes de NBI�, se advierte
Desde afuera es fácil asignar juicios de valor o falta de interés: “no fácilmente la disparidad oculta tras los promedios nacionales o
reclaman”, “les falta conciencia de clase”. En muchos profesionales provinciales. Pero cuando se analiza la distribución de recursos
es común que analicen las conductas dejando de lado las respon- públicos para asistir esas necesidades (médico por habitante, por
sabilidades del conjunto social: “madre disfuncional que da en ejemplo), surge la explicación o contracara de aquellas desigual-
adopción su hijo”, “padres violentos que hacen trabajar a sus hijos”, dades: no existe una distribución de recursos en relación con las
como si sus acciones fueran realmente fruto del deseo y no conse- necesidades.
cuencia de elecciones condicionadas por una realidad con limita- Hemos demostrado cómo en una de las regiones más pobres
das alternativas. del país, en los municipios donde se concentran los peores indi-
cadores de necesidades básicas insatisfechas, es dónde el Estado ha

40
41
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Uno - Pobreza

llegado más tarde y con menor cantidad o calidad de recursos. 2) Los Obispos latinoamericanos reunidos en Puebla, México,
“Aquellos que siempre fueron pobres, los últimos quienes debían señalaron que
ser los primeros en la preocupación de los gobiernos, en cualquier (…) al analizar a fondo la situación de inhumana pobreza
modelo de Estado, son los últimos” (Torres, y Torres, 2010: 125). en que viven millones de latinoamericanos, descubrimos que
Cuando la muerte, la enfermedad o la discapacidad son evita- ella no es una etapa casual, sino producto de situaciones y es-
bles y la sociedad las deja libradas a las posibilidades de sus miem- tructuras económicas, sociales y políticas, aunque haya tam-
bros más débiles o al simple resultado de las leyes del mercado, no bién otras causas de la miseria. (Documento de Puebla 30).
podemos entender la pobreza como simple casualidad. Advertimos
que cuando los gobiernos o los organismos internacionales difun-
den estadísticas con diferencias abismales de indicadores por re-
giones o grupos poblacionales, están declarando el fracaso de sus
Violencia hacia millones
gestiones. A confesión de partes, relevo de pruebas. Todo ocurre
Entendida como una relación de desigualdad en el acceso a
como si hubiera una relación inversamente proporcional entre ne-
bienes y servicios, no por escasez ni por cuestiones sólo personales,
cesidades y recursos: donde están las poblaciones más débiles o los
sino por decisiones sociales que originan una mala distribución
mayores problemas y necesidades es dónde están los más escasos
de ellos, consideramos a la pobreza como una situación de violen-
recursos. Todo ocurre como si quienes deciden, estuvieran decla-
cia social.
rando su responsabilidad en reproducir las desigualdades.
Los técnicos hablan de factores de riesgo, refiriéndose a las si-
Aunque existan causas personales, la pobreza no es fundamen-
tuaciones que posibilitan que grandes grupos humanos estén ex-
talmente una responsabilidad individual ni casual. Si ella presu-
puestos a sufrir ciertos problemas. Señalan en tal sentido la falta
pone una relación donde unos tienen más y otros menos bienes y
de vivienda, de trabajo estable o de educación formal, como de-
servicios, la pobreza no es producto de la ausencia de recursos,
terminantes de mayores probabilidades de enfermarse o morir. No
sino consecuencia de una mala distribución. Es una realidad evi-
advierten, tal lo señala el relato planteado, que esos riesgos no son
table. En tal sentido, confluyen dos definiciones que no pueden ser
una posibilidad futura, sino una violencia actual que impide a las
acusadas de suscribir a ideologías extremas:
poblaciones afectadas el ejercicio de sus derechos.
1) El programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
El sociólogo Galtung define a la violencia “como acciones u
(PNUD) indica que, si los gobiernos del mundo se pusieran de
omisiones por las cuales el desarrollo efectivo de una persona en
acuerdo, en diez años se podría acabar con la pobreza que hoy les
términos físicos, psíquicos o sociales, resulta inferior a su desarro-
preocupa, ya que la misma no se explica por falta de recursos. Y
llo posible potencial” (en Bokser, 2000: 5). La pobreza entraña las
señala como causa de ella “la falta de políticas de desarrollo, ya
acciones u omisiones sociales que generan una diferencia entre la
que sólo hay políticas de crecimiento económico; la falta de polí-
realidad y las potencialidades en la vida y calidad de vida de las
ticas fiscales solidarias y la separación de las políticas sociales de
personas, pero que no afecta sólo a una, sino a miles de personas.
las políticas económicas, o sea, por decisiones o políticas incorrec-
Acciones u omisiones que forman parte de la fisiología cotidiana
tas” (Kliksberg, 2000: 5).
y no de una patología extraña al funcionamiento social

42
43
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Uno - Pobreza

Para la sociedad, en un momento histórico, una determinada Hay quienes se acomodan a programas u ofertas asistenciales y
enfermedad es fácilmente curable con la asistencia oportuna del serán siempre dependientes de ayudas. Otros responden por ca-
médico generalista. Cuando muchos niños mueren por la exis- minos de la ilegalidad o con más violencia (Torres, 2001: 44).
tencia de barreras económicas y geográficas para acceder a los ser- Las alternativas que las personas ensayan para enfrentar la po-
vicios, estamos ante una violencia social, puesto que son breza, suelen ser motivo de estudios y se toman como modelo de
obstáculos que no tienen que ver con condiciones individuales o recomendaciones institucionales: comedores, huertas, opciones de
la escasez de recursos, sino con su organización y distribución. economía social o de subsistencia, son caminos que muchos
Adherimos, entonces, a la posición que piensa la pobreza como hemos transitado para acompañar a los que padecen aquella si-
una condición producto de una mala organización o de criterios tuación. Muchas veces hemos evaluado esas acciones y, aunque
erróneos de distribución de los recursos de todos y cuya conse- nos conste que no mejoran significativamente la vida de la gente,
cuencia es que el desarrollo real de muchas personas es inferior a nadie puede dejar de intentarlas cuando no se encuentran a mano
su desarrollo posible. otras soluciones.
Esas violencias no interpelan a la responsabilidad de una per- Nos hemos acoplados a propuestas de organismos internacio-
sona, como esas que fácilmente en los medios causan horror y nales en tiempos del neoliberalismo al estudiar y analizar las es-
rechazo, sino que interpelan a las decisiones y a las co-responsa- trategias de subsistencia o conceptos como el de resiliencia y sus
bilidades sociales. La falta de ejercicio de algún derecho siempre efectos (Torres, 2000). Nos parecía importante, en la lucha coti-
tiene como contracara la ausencia de alguien que responda. diana por ayudar a quienes están en la pobreza, advertir que había
Entendida la pobreza como violencia social, en un mundo al- factores que permitían que personas sometidas a una gran presión
tamente globalizado, no parece pesimista leerla desde la ley de con- salieran airosas y no fueran destruidas por ella
servación de la violencia (Bourdieu, 2008) como advertencia sobre La investigación propia sobre factores de resiliencia, tanto para
el peligro de su fácil expansión y difusión, aunque cambie de apa- una buena historia nutricional como para el desarrollo infantil de
riencias o formas. la Puna, si bien demuestra que hay circunstancias que permite so-
brevivir a algunos niños en escenarios en los que muchos otros
morirían, sin embargo, también evidencian que tienen privaciones
Realidad con diferentes respuestas y dificultades para posicionarse como actores sociales ante otros.
Sobreviven, pero sin condiciones de igualdad esencial ante quienes
Como en otras situaciones sociales, ante la violencia las per- deciden en la vida social.
sonas reaccionan de diferente manera. Sin duda la pobreza condi- Por otro lado, siempre nos cuestionamos por qué si esas estra-
ciona, pero no a todos de la misma manera. Dependerá de los tegias son válidas y buenas para las personas, sólo se proponen
sujetos, de sus modos de vida, de los recursos o relaciones con que para las poblaciones que padecen múltiples privaciones. ¿Son al-
cuenten para romper los condicionamientos y, a pesar de ellos, so- ternativas de resolución o simplemente parches o excusas para no
breponerse. Hay adversidades que para algunos son motivo de resolver las causas de fondo?
mayor esfuerzo o creatividad para superarse; otras se acumulan en
tal dimensión que destruyen e inmovilizan hasta a los más fuertes.

44
45
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Uno - Pobreza

Distinciones sociales y desigualdad persistente cuentes con esta idea, les proponemos o exigimos lo que no harí-
amos con personas que cuentan con recursos. Ejemplo de esto es
En la línea de considerar a la pobreza como una cuestión so- la llamada “doctrina de la situación irregular”, esa que en los casos
cial, no individual, vale señalar la incidencia de las clasificaciones judiciales divide a la infancia en “niños” y “menores”. Si quien co-
que se realizan de los pobres en la persistencia de la desigualdad. metió un delito va a la escuela y tiene una familia con recursos, es
La experiencia y las investigaciones realizadas (Torres y Torres, un “niño” y en ese caso se resuelve bajo el cuidado y la responsa-
2010: 181) revelan la influencia de actitudes o formas organiza- bilidad familiar. Si en cambio son pobres y por ello tienen familias
cionales en la pobreza que se reproducen de generación en gene- “disfuncionales”, serán considerados “menores” y con el trámite de
ración. “protección de personas” serán internados en institutos. Con el
pretexto de protegerlos, se termina negándoles derechos por ser
Coincidentemente con ciertos autores (Tilly, 2000) que han
pobres.
analizado no lo que provoca la pobreza, sino las razones que la
perpetúan, sostenemos que las desigualdades que perduran de una
interacción social a otra (con especial atención a las que continúan
a lo largo de toda una vida o de una historia organizacional) tienen
que ver con el manejo de categorías sociales tales como
blanco/negro; varón/mujer; ciudadano/extranjero; rico/pobre.
Como consecuencia de cuestiones no racionales o éticas, sino de
sensibilidades profundas, se comprueban tratos diferentes basados
en esas dicotomías.
Las diferencias del rendimiento escolar entre hijos de padres
de distintas posiciones sociales, se atribuyen generalmente a una
cuestión personal o al contexto familiar: niños con pocos medios,
que deben trabajar, que nadie los apoya, mal nutridos, etc. Los es-
tudios demuestran que las condiciones de pobreza que se repiten
de generación en generación, están influenciadas más que por las
facultades individuales por las formas en que los otros limitan sus
expectativas sobre los pobres. Que un niño pobre hijo de pobres
aprenda, tiene que ver más que con sus condiciones personales,
con la relación y expectativas que establecen con ellos los docentes
e instituciones escolares. También en las organizaciones sanitarias,
las expectativas y formas de atender de muchos de sus profesiona-
les varían considerablemente según a quienes están destinadas.
Considerados en su individualidad, los pobres suelen perci-
birse como una categoría inferior o irregular de personas y conse-

46
47
Reinvención de lo Comunitario

Capítulo Dos
aÉêÉÅÜçë=eìã~åçë=jìäíáÅìäíìê~äÉë

A fines del siglo diecinueve, Juan Pío Acosta vivía en


la frontera uruguaya con Brasil. Su trabajo lo obligaba
a ir y venir de pueblo en pueblo a través de esas sole-
dades. Viajaba en un carro de caballos junto a ocho pa-
sajeros de primera, segunda y tercera clase. Juan
compraba siempre el pasaje de tercera que era el más
barato. Nunca entendió por qué había precios diferen-
tes.

Todos viajaban igual los que pagaban más y los que


pagaban menos: apretados unos contra otros sacudi-
dos por el incesante traqueteo.

Nunca entendió, hasta que un mal día de invierno el


carro se atascó en el barro.

Y entonces el mayoral mandó:

-Los de primera se quedan arriba!

-Los de segunda se bajan!

-Los de tercera… a empujar!

Eduardo Galeano

48
49
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Dos - Derechos Humanos Multiculturales

Acuerdos y contradicciones nal y la ejecución nacional, las grandes declaraciones y el poco


cumplimiento, porque se busca armonizar con el discurso de glo-
Las relaciones sociales entre personas diferentes y los procesos balización neoliberal; la ineficacia de los DDHH para reconocer
de intervención sobre poblaciones que defienden modos de habi- las violencias estructurales, esas que no afectan a personas sino a
tar el mundo distintos a los de quienes intervienen en sus vidas, millones de ellas; los discursos interculturales y el predominio del
colocan como tema central el posicionamiento o lugar desde el contenido occidental porque no se consideran procesos, contextos
que se hacen esas injerencias y cuáles son los resguardos necesarios, ni conceptos de dignidad extra-occidentales; la primacía de los de-
cuáles los principios o reglas a respetar. rechos individuales sobre los colectivos y las dificultades para ex-
tenderlos como resguardos colectivos; la riqueza global y la
Desde la constitución de los Estados modernos en Occidente,
pobreza mundial; la visión de la naturaleza como medio inerte y
los consensos alcanzados sobre las regulaciones entre países, entre
manipulable, son �entre muchas otras� contradicciones que ponen
el Estado y la sociedad civil, han pasado por el criterio de los De-
en cuestión el parámetro de los DDHH.
rechos Humanos (DDHH). En tal sentido, llama la atención cómo
en los últimos años, los DDHH se han convertido en el lenguaje En nuestra experiencia, los mayores desacuerdos pasan por las
preferido de quienes se llaman progresistas. Después de la Segunda contradicciones entre discursos y prácticas que se observan tanto
Guerra Mundial, muchos sectores de izquierda –sobre todo de en los niveles más distantes como en los más cercanos. Los tiempos
fuera de los países centrales� los consideraban parte de la política de mayor proliferación de convenciones y acuerdos sobre los
de la Guerra Fría, dentro de una doble moral complaciente con los DDHH han coincidido con los años en que las políticas neolibe-
dictadores aliados, echando dudas sobre su consideración como rales promovieron el abandono de las responsabilidades del con-
parte de un libreto emancipatorio. Preferían el lenguaje de la re- junto social y del Estado respecto a los derechos básicos de la
volución y del socialismo a la hora de formular sus propuestas. Sin población. Estas decisiones se verifican en las discordancias entre
embargo –como afirma Boaventura de Souza Santos� con la crisis teorías y prácticas locales: discursos de académicos responsables
de los modelos socialistas, esas mismas fuerzas progresistas se han de acciones cotidianas de discriminación o eugenesia universitaria
vuelto hacia el lenguaje de los DDHH para llenar ese vacío. Este (Torres, A., 2013) y cotidianas declaraciones sin correlato real con
viraje no se hizo sin contradicciones. la modificación de la pobreza estructural. Todas las personas son
iguales y tienen los mismos derechos, pero esa violencia evitable
Cuestiones antiguas y hoy naturalizadas, como la pobreza en
se reproduce de generación en generación para las mayorías lati-
la que viven las cuatro quintas partes de la humanidad, junto a
noamericanas.
otras que dan cuenta de la metamorfosis de la cuestión social, del
neocolonialismo energético y de la geo-estrategia basada en la in- Sin embargo, no encontramos otro encuadre como posiciona-
tervención armada, son indicativas de procesos macro sociales y miento teórico para el análisis de las relaciones sociales del tipo
complejos, desde la explotación que obliga a renunciar a derechos que sean: entre instituciones, grupos, funciones o responsabilida-
básicos en nombre de la seguridad jurídica del empleo, hasta aque- des profesionales. Con las debidas advertencias que surgen de la
llos pequeños y cotidianos productos de relaciones de subordina- aplicación a ese enfoque de una teoría crítica que permita visibi-
ción, donde la violencia crece y se manifiesta. Los Estados, como lizar y determinar las causas reales de sus transgresiones, que bus-
principales violadores de los DDHH, el ordenamiento internacio- que comprender tanto las situaciones de discriminación como la

50
51
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Dos - Derechos Humanos Multiculturales

base estructural que las produce y, además de permitir analizar No caminarás a cuatro patas; esa es la Ley. ¿Acaso no
una situación dada, promuevan el compromiso de involucrarse en somos Hombres?
transformarla. La nuestra es una posición que implica renunciar
No sorberás la bebida, ésa es la Ley. ¿Acaso no somos
a conformarse con lo dado y existente y asume, esos criterios como
Hombres?
fuente e impulso para generar teorías y acompañar prácticas ten-
dientes a superar tal Estado de cosas. No comerás carne ni pescado; esa es la Ley. ¿Acaso no
somos Hombres?
No cazarás a otros Hombres; esa es la Ley. ¿Acaso no
Marco, pero no sólo teórico… somos Hombres?
(Cap. 12)
Planteamos los DDHH desde un enfoque crítico como un
marco teórico para la construcción de criterios o categorías para
analizar las prácticas comunitarias. Pero no podemos soslayar que Así plantea las contradicciones de la condición humana, el fra-
dicho punto de partida se sitúa en un contexto de desigualdad en caso de los intentos de mentalización para lograr que las personas
la que viven las mayorías en Latinoamérica. Muchos desafíos tie- sientan y piensen como seres humanos, la fragilidad de la impo-
nen por delante las ciencias para este comienzo de siglo. Pocos pa- sición de una ley y el manejo del látigo como forma de desplegar
recen tan importantes como la magnitud de los problemas que la humanización.
comprometen las posibilidades y la calidad de vida de numerosas
Poder sincronizar las razones y los profundos sentimientos que
poblaciones, obstaculizando el ejercicio de sus derechos. Colocar
demanda el concepto de ciudadanía �la pertenencia a una comu-
los principios de los DDHH como referente teórico, requiere in-
nidad y la sujeción a la justicia de esa misma comunidad� requiere
sistir en que ellos no pueden ser sólo reglas teóricas.
buscar puntos de contacto entre leyes, valores y la razón sintiente
Adela Cortina (1998) recuerda la obra de Orson G. Wells de de cada persona, como sujeto social. Los Derechos Humanos no
1986, prohibida por muchos años, La isla del Dr. Moreau �multi- pueden ser sólo tópicos jurídicos o epistemológicos, sino que
plicada en relatos similares, tales como Frankestein� que trasmitía deben incluir un fuerte contenido ontológico, ético y también po-
el mensaje de seres “humanimales” que acababan dando muerte lítico. No se pueden reducir los DDHH a simples procedimientos
a su creador. Si el hombre era capaz de crear, quedaba legitimado, teóricos o a reglas para ámbitos públicos y privados donde se jue-
desde una razón universal, la interpelación a su creador sobre por- gan los destinos de los seres humanos; es necesario superar el ho-
qué con la vida no le había dado la capacidad de ser feliz. Porqué rizonte jurídico impuesto y generalizado, sin tener que renunciar
había conformado a sus criaturas con la tendencia a obrar el mal, a los logros del derecho formal o a luchar contra los obstáculos
con un lado inevitablemente perverso, a pesar de insistentes pres- que se interponen.
cripciones a que se comporten bien:
La historia parece dar cuenta de que lo único universal en el
ser humano es su capacidad de hacer el mal y el bien. Pero también
puede hacer mundos y deshacerlos en función de lograr una

52
53
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Dos - Derechos Humanos Multiculturales

mayor dignidad en la infinita diversidad de modos de habitarlo y el prefijo griego “genos”. Este ha sido objeto de discusión, sea
que se hacen visibles hoy. Surgen entonces las demandas de dere- porque remita al origen tribal común, a la comunión de caracte-
chos multiculturales y las críticas a un humanismo abstracto (San- rísticas genéticas (raciales) o al simple hecho de rasgos comunes
tos, 1997). que comparte un grupo. Estos dos significados se hallan presentes
Acordamos con quienes cuestionan las teorías que defienden en el término griego “genos” y en su heredero latino “gens” ligado
una verdad científica objetiva que interpreta neutralmente la rea- a clanes familiares.
lidad. Estas invisibilizan que sus especulaciones son parte de una El aniquilamiento sistemático de un conjunto poblacional
realidad social donde la imparcialidad es una trampa para sostener como tal ha derivado en el concepto de prácticas sociales genocidas
las cosas como están. (Feirstein, 2007). Esta noción abarca diferentes tipos de explica-
Para superar las limitaciones doctrinarias, debemos entender ciones o decisiones sociales a partir de las cuales se logra consenso
la relación entre las teorías y las intenciones políticas que buscan y obediencia en procesos menos visibles pero igual de violentos
reproducir o justificar el orden actual. No hacerlo presupone una sobre diferentes grupos o tipos de relaciones sociales. Con conse-
responsabilidad que hace más visibles las violencias individuales cuencias nefastas no sólo para las víctimas sino para los perpetra-
o físicas hacia niños, mujeres o discapacitados y no las acciones de dores y los testigos que terminan aceptando las violencias
los Estados que operan como violencias colectivas hacia grupos o cotidianas como si fueran fenómenos naturales.
sectores poblacionales, al negarle el acceso a derechos económicos Una posición crítica sobre los DDHH exige encontrar un ca-
o sociales. mino holístico e integral que rompa viejas dicotomías, por un ca-
Esas omisiones se explican entre otras formas, por la intencio- mino que incorpore la participación, la expresión y el
nalidad con que el poder y los medios de comunicación muestran cuestionamiento de todos nosotros, como coherencia entre lo que
y explican los hechos de violencia. Se ha cuestionado el que se se es, se dice y se hace. Exige el abordaje de contenidos variados
hable de derechos de primera, segunda o tercera generación, tra- sin perder unidad, con una flexibilidad abierta a los cambios de
tando de fundamentarlos en la antigüedad histórica de su apari- los acontecimientos sociales, a la posibilidad de trabajar la tensión
ción, cuando históricamente los más viejos en su formulación entre subjetividad y objetividad, palabra y silencios; a la vincula-
fueron los relativos a los derechos de los trabajadores. Por eso se ción de teoría y práctica, de sentimientos y de razones, del aquí y
habla de la indivisibilidad de los derechos. el allá, de hoy y del ayer, del texto y del contexto. Es imperioso re-
De igual manera podemos señalar que los genocidios, como conocer y analizar �como parte esencial a los Derechos Humanos�
hechos aberrantes de allá lejos producidos por terribles o malditos el conflicto entre percepciones, necesidades e intereses de personas
dictadores, ocultan discursos y discriminaciones previas y cotidia- y grupos, un paso imprescindible para poder superarlos pacífica-
nas que preparan a una sociedad para que acepte la eliminación mente (Freire, 1986).
de toda una parte de ella. O las explicaciones posteriores que bus- Un enfoque de esta naturaleza exhorta a un compromiso su-
can legitimar dichas acciones colectivas brutales. perior con la búsqueda de la supresión de las injusticias sociales, a
Los historiadores coinciden en aceptar que el vocablo “geno- revelar aquellas relaciones sociales que las mantienen, a debatir
cidio” es un neologismo creado por el jurista Raphael Lenkim sobre un orden social que se presenta como el único posible, como
(1944). Se compone con el sufijo latino “-cidio” (aniquilamiento) natural, y a aportar a la transformación de esas realidades propo-

54
55
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Dos - Derechos Humanos Multiculturales

niendo alternativas emancipadoras. No basta buscar sólo el saber, mano como algo eterno y uniforme, con una dignidad que se va
sino un saber que no quede en actividades o discursos sociales, desplegando por sí misma, desde una idea descontextualizada e
que profundice las causas de ellos y aporte argumentos y prácticas idealizada de su condición.
que generen críticas a un estado de cosas que excluye y margina.
Teoría y práctica en tensión permanente: teoría como construc- Los DDHH distinguen en su aplicación cuatro regímenes: el
ciones que intentan explicar los sucesos como son y prácticas europeo, el interamericano, el africano y el asiático, los que ponen
como intentos por cambiarlas. en entredicho que sean un dispositivo cultural universal. La his-
En esta perspectiva, el desafío es pensar y actuar de otro modo; toria de los DDHH durante la posguerra muestra cómo han es-
insertarse en el mundo para contribuir a crear nuevos conocimien- tado, por mucho tiempo, al servicio de intereses económicos y
tos que superen los dogmatismos; valorar el pensamiento y la ac- geopolíticos de los Estados capitalistas dominantes. Han sido parte
ción de actores ocupados no sólo en saber, investigar y producir de un discurso seductor que ha permitido inauditas atrocidades,
conocimientos, y en recibir reconocimientos por ello, sino intere- con manejos de una clara doble moral, como las decisiones que
sados en asumir posiciones éticas, axiológicas y políticas a favor hacen visible o no los genocidios.
de quienes sufren las injusticias y violencias del poder. Es difícil pensar en su valor como acuerdo superior para todas
las personas y pueblos, cuando no todos estos participaron en su
formulación, cuando surgieron en un contexto concreto de des-
DDHH multiculturales, globalizados desde abajo trucción del Antiguo Régimen y en los inicios de la modernidad
occidental. Y además en un ámbito particular de división sexual,
En contextos de personas y grupos que viven en diferentes social, del conocimiento y territorial del hacer humano, que con-
configuraciones culturales y al mismo tiempo en relaciones des- dicionó negativa y desigualmente el acceso a bienes necesarios para
iguales, es necesario definir si las declaraciones, convenciones o una vida digna para todos.
acuerdos sobre los DDHH son válidos para todos. Si se correspon- Es la paradoja de los DDHH, que parecen ser categorías que
den con una única versión de lo que todas las personas y pueblos cumplieron un papel legitimador o funcional a un modo de rela-
consideran importante respetar y a su vez se exigen respetar en su ciones dominado por el capital, al mismo tiempo que una función
relación con los demás. En un mundo tan diverso y al mismo emancipadora. Han estado presentes en toda movilización y lucha
tiempo globalizado, aparecen contradicciones y tensiones si se pre- contra las formas de dividir y jerarquizar el acceso a bienes impos-
tende considerar a los DDHH como universales y válidos para tergables para la humanidad y contra las más variadas formas de
todos. opresión que imponía el contexto.
La política de DDHH es en muchos aspectos una política cul- Todas las culturas tienden a definir sus valores más extendidos,
tural, lo que cuestiona el que sean parte al mismo tiempo de una últimos. Sólo la occidental tiende a pretenderlos universales, tal
política global. Como productos de un modo dominante que como demuestra la Declaración Universal de 1948 que fue produ-
primó en las relaciones sociales occidentales, muestran hoy las di- cida sin la participación de la mayoría de los pueblos del mundo
ficultades e incoherencias para sostenerse como normas abstraídas y formulada según la lógica predominante de la cultura occidental,
de la realidad, pretendiendo imponer una sola versión del ser hu- basada en el reconocimiento exclusivo de derechos individuales,

56
57
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Dos - Derechos Humanos Multiculturales

con la única excepción del derecho a la autodeterminación de los para responder a ellos, como la destrucción masiva de los recursos
pueblos (además restringido para los pueblos sometidos al colo- naturales o el uso turístico de tesoros históricos.
nialismo europeo); en el reconocimiento del derecho a la propie- Las tensiones sobre los DDHH incluyen considerarlos en tér-
dad como primer y por mucho tiempo único derecho económico; minos de una globalización desde arriba o desde abajo. En la pri-
en la prioridad de derechos individuales civiles y políticos sobre mera opción, se los precia como universales y tenderán a ser un
los colectivos económicos y culturales. localismo globalizado asentado en un choque de civilizaciones, re-
Es difícil pensar en acuerdos globalizados cuando el discurso sultado de la lucha de Occidente contra el resto del mundo. Para
de la globalización suele ser la historia de los ganadores, tan abso- poder operar en forma contra-hegemónica, desde abajo, deben
luta que parece que los derrotados desaparecieron totalmente. Por ser re-conceptualizados como DDHH multiculturales, como una
ello conviene aclarar la idea de globalización, a la que entendemos pre-condición de relaciones balanceadas entre competitividad glo-
como Santos: un proceso por el cual, una condición o entidad local bal y legitimidad local.
tiene éxito para extender su influencia a todo el globo y hacién- Para transformar los DDHH en un proyecto cosmopolita, hay
dolo, desarrolla la capacidad de designar a una condición o entidad que defender en todos los niveles diálogos transculturales de pro-
rival, como local (1997). Un ejemplo es el idioma inglés, cuya ex- blemas o temas semejantes. Esto no es fácil ni automático porque
pansión como lengua global ha significado la localización de otros las interacciones entre personas con diferentes culturas suelen
idiomas, inclusive algunos potencialmente globales como el chino. plantearse en condiciones de desigualdad esencial para expresarse
En los procesos en los que se produce la globalización, hay y participar. Por encima de sus singularidades, las culturas tienen
quienes dominan el espacio y tiempo (empresarios y clase capita- concepciones de la dignidad humana, pero no todas las conciben
lista trasnacional) y grupos subordinados que no los controlan y como DDHH, ni son iguales de amplias o recíprocas. Ni siquiera
permanecen presos de su espacio local. Existen muchas asimetrías en la misma cultura como la modernidad occidental, donde algu-
entre ellos porque abarcan distintas áreas de confrontación. Luego, nos entienden que ella está resguardada con DDHH civiles y po-
son procesos que pueden ser concebidos desde arriba o desde líticos y otros reivindican además los DDHH sociales y
abajo, hegemónicos o contra- hegemónicos. Desde abajo estarían económicos.
las oportunidades de que Estados, clases, grupos subordinados se Todas las culturas son incompletas y complejas. El problema
organicen tras-nacionalmente en defensa de sus intereses comunes es que esa incompletitud, sus debilidades o posibilidades de en-
y usen capacidades creadas por sistemas mundiales. Por ejemplo, tender más allá de ellas, son más evidentes desde fuera, desde las
las que provienen de organizaciones de redes sociales de derechos perspectivas de otras culturas, puesto que la aspiración a la totali-
indígenas o del Foro Social Mundial. dad induce a tomar la parte como el todo. Una comprensión dia-
En tal sentido, el autor que seguimos distingue entre “loca- tópica pretende lograr algo completo, lo que parece imposible. No
lismo globalizado”, un fenómeno particular que se extiende exi- obstante, deberíamos elevar al máximo posible la conciencia de la
tosamente, por ejemplo el de las comidas rápidas. Otro es el incompletitud recíproca, involucrarnos en un diálogo con un pie
“globalismo localizado”, consecuencia de prácticas e imperativos en cada cultura; por ello el carácter diatópico, lo que no es tarea
trasnacionales sobre condiciones locales que son desestructuradas para una sola persona, escribiendo dentro de una cultura.

58
59
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Dos - Derechos Humanos Multiculturales

Particular dificultad para ese diálogo ocurre cuando los ante- como consecuencia de las divisiones sociales y territoriales del hacer
cedentes de intercambios entre configuraciones culturales hetero- humano. Divisiones cuyo problema central es la jerarquización
géneas fueron desiguales y se silenciaron algunas dimensiones y entre sus partes: uno es la figura y el otro el fondo; uno es el modelo
tópicos de los involucrados. En ese contexto, propiciar el multi- superior, el otro es siempre inferior: norte/sur; países desarrolla-
culturalismo puede ser un nuevo argumento para sostener el do- dos/en desarrollo; urbano/rural; hombre/mujer; adulto/niño; in-
minio o el colonialismo de quienes fueron ganadores. Se hace telectual/obrero; empresario/trabajador; docente/alumno;
necesario encontrar los criterios más amplios de cada cultura y re- jefe/empleado; agente externo/agente local; sacerdote/seglar.
vindicar “el derecho a ser iguales cuando la diferencia los hace des- Divisiones que exigen ser asumidas desde su desigualdad ini-
iguales y a ser diferente cuando la igualdad pone en peligro su cial, considerándolas parte de una realidad jerarquizada que re-
identidad” (Santos, 2009: 87). querirá esfuerzos y lucha para poder revertirla. Existe un sistema
basado en posiciones y posesiones desiguales que restringen el ac-
ceso igualitario y la libertad de elegir. No reconocer esto impide
Multiculturales en una sociedad jerarquizada advertir el error de mirar y actuar sobre la realidad según doctrinas
o leyes solamente. Las personas necesitan bienes para vivir con
Las críticas hacia quienes consideran a los derechos como pro- dignidad, pero el punto de partida es que muchas no tienen iguales
ductos culturales, frutos de un tiempo y espacio concreto, piden posibilidades de contar con ellos.
simultáneamente la refutación de los culturalismos. Aquellos que Divisiones que desafían a encontrar abordajes que transiten
rechazan todo análisis global o de los que plantean únicas formas desde las utopías, desde el “no lugar” �ese que se corre y solo sirve
de luchar por lo que les corresponde, sustentados en un particu- para caminar y termina produciendo la idea de que es inútil ca-
larismo que no deja ver las condiciones generales de la sociedad o minar� a las heterotopías, como ese “otro lugar” (Herrera Flores,
las posibilidades de significados y encuentros más allá de lo dado. 2005: 53). Que convocan a aumentar la indignación frente a con-
No puede pensarse en entender la pobreza como desigualdad cretas opresiones y usurpaciones que impiden una vida digna para
sin la consideración de marcos sociales globales. La desigualdad es todos y todas e ir más allá de ellas, encontrando lugares con los
parte de una relación o no es nada. La totalidad absoluta es discu- otros para crear marcos nuevos.
tible como imposición a priori, pero los fragmentos del mundo El reconocimiento de las posiciones jerarquizadas en las dife-
son también fragmentos de algo más general. Los territorios y es- rentes divisiones del hacer humano y, en consecuencia, la concep-
pacios locales, las configuraciones culturales, los modos de rela- ción de los Derechos Humanos cimentados en una mejor
ciones entre agentes sociales locales, es siempre parte de una distribución de bienes materiales y simbólicos, en relaciones no
sociedad mayor y, p� or aislada o lejana que ellas estén de los centros explotadoras y en la eliminación de múltiples exclusiones en las
o grupos de poder mundiales, en un mundo tan interconectado�, que viven los seres humanos, exige cuestionar la idea de que la
están siempre influidas por decisiones o fuerzas globales. única forma de avanzar es cambiar los términos de una relación
La postura crítica sobre los DDHH que venimos sosteniendo, sosteniendo las jerarquías y lleva a rechazar la dialéctica de corte
plantea asumir esa realidad global, donde las personas o conjuntos hegeliano, donde el único modo de mejorar es invertir los térmi-
locales no son iguales ni tienen las mismas posibilidades de elegir nos del dominio o � brero/empresario; mujer/hombre� manteniendo
intacto el marco de subordinación.

60
61
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Dos - Derechos Humanos Multiculturales

Obliga a sustituir el precepto de que mi libertad termina donde Algunos criterios teórico-técnicos y prácticos éticos
comienza la del otro, para asumir que mi libertad está relacionada
con la posibilidad de libertad de los demás. Es salirse del lugar La defensa de los DDHH para quienes actúan o intervienen
común, individualista y parcelado, que se apoya en menores esferas sobre otras personas consideradas por alguna cuestión en condi-
de responsabilidades mutuas. El concepto de libertad como auto- ciones de desigualdad, suelen significar muchas veces esfuerzos in-
nomía, ha impedido resolver algo esencial en el despliegue de la útiles o erróneos. En la línea que sostenemos de construir juicios
condición humana, el verdadero encuentro con el otro, ese “lugar no sólo teórico-técnicos sino prácticos-éticos, consideramos ne-
común” donde todos puedan hacer valer sus propuestas. Sola- cesario distinguir entre quienes transitan formas diferentes de ha-
mente desde el reaseguro de niveles igualitarios, se permitirá a bitar el mundo �con otras maneras de expresarse, de decir y de
quienes han sido puestos en posiciones subordinadas �en las divi- opciones� de aquellos que están en estado de vulnerabilidad o de
siones sociales, sexuales, étnicas, territoriales, organizacionales�, al- despojo extremo.
canzar el grado necesario de autoridad para comenzar a dialogar
Muchos técnicos comprometidos y urgidos por cambiar las
en forma simétrica.
condiciones de pobreza en sus intervenciones comunitarias �con
Existe un mundo real repleto de heterogeneidades, desacuer- las mejores intenciones� buscan capacitar, “empoderar” al grupo
dos, violencias, pero también de voluntades y esfuerzos cotidianos humano con el que trabajan. Pero se ubican o definen su rol como
para llegar a consensos. Consensos que no se asumen como ele- agentes de cambio o transformación. Sin embargo, todo ocurre
mentos dados, a priori, de una vez para siempre como si fueran como si ninguna fuerza o agente externo pudiera gestionar por
procesos neutrales, sino como acuerdos a posteriori de la acepta- otro su autonomía o emancipación. Lo contrario sería anular lo
ción de las diferencias, de confrontaciones y de luchas. específico de la condición humana, su capacidad de cambiar o
No parecen existir alternativas no violentas al mundo sino en cambiarse.
el mismo mundo. Al reapropiarnos de los Derechos Humanos para Aprendimos que se puede fácilmente dominar o reemplazar,
construir condiciones de encuentro con otras formas de pensar y pero pocas veces liberar o emancipar a otro. Toda acción con
hacer los caminos de la dignidad, asumimos una posición crítica fuerza y capacidad para modificar las desigualdades o violencias
sobre ellos que no busca desconocer todo lo que ellos implican y siempre genera conflictos y represalias, y únicamente cada persona
lo que han permitido para defender la vida y calidad de vida de las o grupo puede saber cuánto de ello quiere y puede enfrentar.
personas y construir mayor igualdad.
En los contextos de diferencias culturales y además de desigual-
El reto es no considerarlos como productos unívocos de una dades de poder, la aceptación o conformidad no siempre implica
cultura, tampoco como meras declaraciones formales que se im- aceptación o elección autónoma. Silencios o aparentes acuerdos,
ponen como repetición, ni como instrumentos para cambiar po- suelen ser formas de resistencias para seguir viviendo de quien se
siciones en las relaciones jerárquicas, sino como instrumentos de siente incapaz de transformar lo dado. Los grupos subalternos,
lucha de los sectores subalternizados para establecer diálogos dia- sean niños, mujeres, pobres o pueblos indígenas, aprendieron a
tópicos y fundar nuevas formas de relación que anulen las domi- ocultar sus preferencias u opiniones para subsistir. Cuando no
naciones. confrontan, podemos pensar erróneamente que aceptan lo que se
les propone y, en realidad, sólo eligen con la conciencia de lo po-
sible y lo alcanzable.

62
63
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Dos - Derechos Humanos Multiculturales

La lucha por los Derechos Humanos no pasa por pretender En su ética de la política, Levinas distingue entre el respeto ab-
cambiar a los demás, a los otros, sino en sólo aportar y acompañar soluto a la alteridad y a la decisión del otro y la responsabilidad
sus procesos. Lo único que se puede intentar modificar es a uno con el destino de los que el autor representa con las figuras de la
mismo, para implicarnos como ciudadanos en la lucha por el ac- viuda, el huérfano, el extranjero, el enfermo o el pobre extremo.
ceso de todos a bienes que les aseguren la igualdad esencial para Esas personas que nos reclaman desde el dolor aquello que les falta,
que puedan expresarse sin temor a represalias de cualquier tipo. nos vuelven culpables en tanto poseedores de lo que tenemos. Las
Especialmente cuando tienen que expresarse contra nosotros mis- prácticas sociales genocidas sólo se sostienen con el consenso pa-
mos. sivo y el desinterés social de quienes son testigos indiferentes de
Construir la identidad y el sentimiento de pertenencia a una ellas. Cuando otro ser humano es negativizado, hostigado, deni-
comunidad es sólo el primer paso para desde allí crecer, agruparse grado, estigmatizado, torturado o aniquilado, nuestra responsabi-
y construir poder para poder defender su propio proyecto, para lidad total es con su destino.
resolver la tensión entre lo propio y los demás, sin temor a perder Sin una fuerte transformación de nuestros procesos de
beneficios, a ser descalificados o privados de reconocimiento por construcción identitaria, sin reformular los límites de nuestra
disentir o confrontar con otros. Es lo que denominamos “partici- responsabilidad ante otro, sin entender que somos partes in-
pación cuestionante”, a la que entendemos como categoría central escindibles de las prácticas sociales que se desarrollan en las
en los DDHH multiculturales. Consiste en las posibilidades de par- sociedades que habitamos y por lo tanto responsables morales
ticipar interpelando a quienes dirigen o convocan, sin miedo a de sus efectos, no será viable desterrar el genocidio como po-
hostilidades y constituyen dispositivos que habilitan la igualdad sibilidad de reorganización social. Reformulación ética y po-
esencial para expresarse, intercambiar y confrontar. lítica, donde se juega el tipo de sociedades que tendrán
nuestros hijos (Feirstein, 2007: 405).
Un compromiso práctico-ético y no sólo teórico-técnico, re-
quiere priorizar la construcción de reglas, organizaciones, estruc- La violencia, que es parte de la fisiología y no de la patología
turas que garanticen a las personas el acceso equitativo, de calidad del sistema social, aquella que se reproduce de una generación a
y sin barreras de ningún tipo a los bienes y servicios que necesitan otra, cuestiona nuestra propia identidad, nuestra ética personal y
por derecho para no sufrir violencias evitables. profesional como integrantes de la sociedad, nuestra responsabi-
Sin embargo, hay una excepción inevitable. Ante esos Otros lidad de preguntarnos críticamente sobre lo que pensamos y ha-
que, por alguna condición de violencia extrema de cualquier tipo, cemos, tanto por callar o impedir la libertad de otros, como por
sufren tal nivel de carencias materiales y simbólicas que limitan en renunciar a las responsabilidades que tenemos para que los demás
extremo su posibilidad de confrontar o elegir; ante aquéllos que la tengan (Torres y Torres, 2010: 190).
están en condiciones de semi-esclavitud y que son designados por
Levinas como los “Otros despojados” (1997), ¿es posible ser neu-
trales? Así cómo cuando hay víctimas de violencias físicas en las
relaciones personales no se admite la neutralidad, igual criterio
manda en las situaciones de víctimas de violencias institucionales
o de funcionarios a quienes hemos legitimado y dado recursos
para defender a la sociedad.

64
65
Reinvención de lo Comunitario

Capítulo Tres
bä=Å~ãéç=ë~åáí~êáç=ó=äç=Åçãìåáí~êáç

Las máscaras africanas no te hacen invisible. No


ocultan, no disfrazan, no enmascaran.

Los dioses que en África fundaron nuestra vida te-


rrestre envían las máscaras para trasmitir energía a
sus hijos.

Da fuerza esa máscara de cuernos de toro, brinda


velocidad la que ostenta cornamenta de antílope, la que
tiene trompa de elefante enseña a resistir, la que tiene
alas hace volar.

Cuando una máscara se rompe, el artista masca-


rero la talla de nuevo, para que el espíritu no se quede
sin casa y para que la gente no se quede sin ayuda.

Eduardo Galeano

66
67
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Tres - El campo sanitario y lo comunitario

Reconociendo las propias máscaras En una oportunidad, durante la aplicación de las políticas ne-
oliberales en el gobierno menemista, hablaba por TV una inge-
Las intervenciones comunitarias de los profesionales no surgen niera en ferrocarriles diciendo:
de teorías o de intenciones personales. Como trabajos convenidos Me he esforzado toda mi vida por ser una buena inge-
o contratados que permiten alguna continuidad, requieren siem- niera, me han formado los ferrocarriles argentinos para ser
pre de una mediación institucional. Esto descarta las actuaciones una buena ingeniera en ferrocarriles. Sin embargo, hoy, al ha-
espontáneas y esporádicas de algún técnico o profesional en sus berse privatizado o cerrado esos servicios, me encuentro de-
propias comunidades. La mayor parte de aquéllas corresponden a signada para trabajar en la DGI (lo que era la Dirección
gestiones de organizaciones públicas o privadas que prestan algún General Impositiva). Paradoja del destino… nunca me ocupé
servicio de asistencia técnica o de apoyo a las poblaciones. de conocer cómo era el sistema ferroviario, porqué daba pér-
dida… y hoy debo trabajar para recaudar más;… nunca me
Las contratadas por organizaciones de base, tales como aso- ocupé de conocer o participar en las decisiones del sistema
ciaciones civiles o de pueblos originarios, son en general mino- que hoy deja sin trenes a la mayoría de los argentinos…
ritarias; tienen un encuadre y lógica diferente pero si cuentan
con recursos para contratar personal, también significan para los La formación académica que la mayoría de los profesionales
profesionales la subordinación a decisiones e intereses que no recibimos, pasa prioritariamente por el ejercicio liberal de la pro-
son propios. fesión, prepara para ser competente en asistir a las personas, hacer
Ningún proceso planificado y sustentable surge sólo de volun- puentes, construir casas, educar alumnos. Pero son escasos los ins-
tades particulares, sino que se inscribe en devenires e ideologías trumentos que habilitan para actuar en las instituciones o sistemas
ajenas. El trabajo comunitario de profesionales y técnicos está sociales en que esas acciones se inscriben. Incluso los códigos de
siempre inscripto en marcos institucionales, esas máscaras funda- ética profesional regulan las relaciones personales, pocas veces las
mentales que se visibilizan a la hora de poder analizar el por qué, responsabilidades sobre las condiciones sociales que rodean a las
cómo o para qué de las acciones. prácticas profesionales.
Todo trabajo comunitario, aún el que realizan las instituciones En la línea que suscribimos, donde todo conocimiento es au-
que parecen más “neutrales” como pueden ser las universidades, toconocimiento y los propios presupuestos o juicios de valor son
responde a una cultura organizacional. Esta implica procesos que parte de la explicación científica, vale la advertencia acerca de
se acoplan en las intervenciones de la sociedad sobre sí misma, en aquello que nos une personalmente a lo que estudiamos (Santos,
políticas sociales que elaboran diferentes categorías, objetivos, ló- 2009). Por eso incluimos como punto de partida de este capítulo
gicas e instrumentos privilegiados, representaciones del otro y de la relación entre el campo sanitario y lo comunitario.
uno mismo, etc. Estas variables desencadenan diversas relaciones, Describiremos brevemente la complejidad y las tensiones pro-
que son fundamentales de conocer, para entender en qué punto pias del trabajo comunitario, por qué o para qué surge, los pro-
las intenciones o valores personales se diluyen o transforman en blemas que lo movilizan y el impacto que ha tenido en éstos. Para
otros. Aunque sin duda existirá un camino de ida y vuelta entre lo los profesionales de la salud, las reglas y las lógicas con las que este
personal y lo institucional, conviene reconocer la fuerza de las ló- campo aborda el tema son el cimiento y la fuente de los principales
gicas institucionales para tallar los significados propios. aprendizajes. Los cuestionamientos y evaluaciones sobre los resul-

68
69
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Tres - El campo sanitario y lo comunitario

tados de esta forma de trabajar fundamentan el señalamiento de cuántos hijos tener o cómo morir, al mismo tiempo que con otras
sus carencias y las subsiguientes aperturas. de interés público, tales como evitar enfermedades o promover un
ambiente sano y sin violencias.
Diversidad, complejidad y especialización del campo Salud para algunos es la mera ausencia de limitaciones, para
sanitario otros un estado de equilibrio y armonía en la relación con los
demás, con la naturaleza o con seres superiores. Hay quienes la en-
La salud y la enfermedad es una de las áreas de la vida con tienden como una condición dada; para otros, es algo que se con-
mayor variedad de significados, donde se estructuran la mayor quista o se preserva de intervenciones ajenas. Salud y enfermedad
cantidad de simbolizaciones y representaciones colectivas de las no son estados fijos, delimitados, sino en permanente cambio, sin
sociedades (Menéndez, 1994). Abarca un amplio espectro de re- límites precisos entre uno y otro (Levavell y Clark, 1965). Lo que
glas, normas y prácticas significativas. se hace u ocurre en un determinado momento, tiene consecuen-
Es un tema esencial y complejo que incluye diferentes aspectos cias en otros, por eso se habla de Procesos de Salud, de Enfermedad
relacionados nada menos que con la vida y la muerte. Tiene que y de Cuidados (PSEC).
ver con bienes y medios a los que se acceden en forma personal o Más allá de las miradas y las significaciones personales, tam-
familiar �trabajo, capital� y requieren de la intervención de la socie- bién tienen que ver con las expectativas y necesidades colectivas
dad y de los gobiernos para alcanzarlos. A pesar de las definiciones que esperan respuestas de la sociedad y de las instituciones. Las
comúnmente aceptadas2, la salud y la enfermedad no son estados llamadas políticas públicas o decisiones son parte de la denomi-
naturales, iguales para todos, sino construcciones sociales que sólo nada “cuestión social” (Castel, 1997), que definen los modos en
existen como tales, en un marco histórico y cultural, en que se que la sociedad distribuye oportunidades de vida y calidad de vida
constituyen como entidad. Lo que es sano para una sociedad, no entre sus integrantes.
lo es necesariamente para otra. Lo que se define como normal o Evitar enfermedades ha sido un objetivo deseable para cual-
no, aquello que es motivo de consultas o no, aquello que se consi- quier sociedad y la búsqueda de la salud colectiva se inicia con la
dera su causa o curación, son todas definiciones que dependen de historia humana: los acueductos romanos y las acequias andinas
un contexto social y de posiciones personales. Varían en una dan cuenta de ello. Como responsabilidad de los Estados moder-
misma persona que va al médico por algunos problemas, al cu- nos, se han incluido históricamente dos aspectos que por diversas
randero o a la Iglesia por otros. razones nunca fueron fáciles de integrar: el más antiguo, el sanea-
La salud y la enfermedad demandan recursos que todos nece- miento ambiental como abordaje preventivo y, mucho más recien-
sitamos, como alimentos y agua, aunque no siempre en iguales temente, la atención médica como dimensión curativa. La
cantidades o calidades. Otros sólo serán necesarios para algunos, interrelación de ambos campos es entendida como salud pública,
como un trasplante. Tiene que ver con decisiones privadas, como aquella que incluye la totalidad de los servicios que el Estado presta
en la atención de la salud: sobre el medio la primera y sobre las
personas la dimensión curativa.
2 La Organización Mundial de la Salud (OMS), en 1946, la define como “el estado de La historia de la salud pública (Sonis, 1983) demuestra cómo
completo bienestar físico, psíquico y social y no mera ausencia e enfermedad”. la disminución de la mortalidad y de las grandes epidemias en Eu-

70
71
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Tres - El campo sanitario y lo comunitario

ropa a partir del siglo XIX, no se debió a actividades específica- los servicios de atención médica y que son manejados priorita-
mente médicas, sino a una mejor alimentación, al agua potable ac- riamente por el sector público. Enseñada en universidades como
cesible, a la mejora de las viviendas o del nivel de instrucción. Antes materia alejada de la clínica, fortaleció el divorcio entre lo pre-
de mediados del siglo pasado, la simple asistencia médica incidía ventivo y lo asistencial, favoreciendo una práctica médica clínica
poco en el curso de las enfermedades. A fines del siglo XIX, con el e individual.
descubrimiento de gérmenes, con la importancia asignada a me- Lo expuesto contribuye a explicar por qué, más de 100 años
didas de asepsia y antisepsia, con el conocimiento de la génesis de después, no se logra superar la dicotomía entre acciones preven-
enfermedades infecciosas, con la preparación de vacunas, etc., apa- tivas y curativas, entre las necesidades de la población y el fun-
recen avances espectaculares en la medicina. Y con ello la confianza cionamiento de los servicios. El modelo dominante �llamado por
en que el perfeccionamiento de la ciencia y de la tecnología per- Menéndez “modelo médico hegemónico”�, destinado a pocas
mitirían dominar todas las patologías. personas más allá de los resultados exitosos en la reparación de
En la década de 1910 a 1920, la medicina tuvo progresos sig- ciertas enfermedades, ha demostrado, según el especialista
nificativos en la posibilidad de alterar la evolución de las enferme- Sonis, ser ineficaz.
dades a partir del impacto científico y tecnológico, del desarrollo Ese patrón excluyente para la atención de las enfermedades, el
de la física, de la química, del microscopio, de los rayos X, por citar que se enseña y reproduce en los hospitales, preferido por quienes
sólo algunas innovaciones. Estos avances ayudan a entender el por- tienen medios económicos para acceder a ellos y viven o pueden
qué de la interiorización de un modelo físico para visualizar al trasladarse a las ciudades, deja afuera los aspectos psicosociales y
hombre, circunscrito a un organismo tangible, con un enfoque in- culturales de grandes grupos humanos. No logra el objetivo de
genieril para el análisis de su estructura y funcionamiento: con curar la mayoría de las enfermedades y resulta también ineficiente
esos medios, se podía determinar qué parte funciona mal, com- por el alto costo que demanda para extenderse a todos, sin asegurar
ponerla, eliminarla, llegando a intentar la sustitución de órganos calidad. Asimismo, es el principal responsable de la crisis de finan-
por medio de trasplantes, logro éste ya incorporado a la medicina ciamiento, deshumanización e inequidad de la atención médica.
actual. Quienes nos especializamos en salud pública y en formas ra-
Los éxitos y mejoras que provocó este modelo en la medicina, cionales de organizar o administrar los servicios en ámbitos con
explican según Sonis, su influencia como esquema dominante en escasos recursos, hemos experimentado el aprendizaje de una
la atención de las enfermedades. Es un modelo reduccionista de doctrina muy difícil de implementar después. Aún las mejores te-
especialidades en base al esquema de una ciencia “exacta”, que se orías de planificación estratégica se desestructuran ante la com-
centralizó en la enfermedad del individuo y en los hospitales, como plejidad del campo sanitario, que anula la intención de dirigir las
gran fábrica de salud donde se enseña y reproduce el círculo que instituciones hacia modelos más integrales. Familias y organiza-
asegura su propia subsistencia. ciones vecinales informales; organizaciones intermedias como
Paralela y marginalmente, al mismo tiempo evolucionó la me- iglesias, asociaciones profesionales, sindicatos, mutuales, obras
dicina preventiva. Para esta se reservó el nombre de salud pública sociales; programas estatales de diferentes jurisdicciones; empre-
y se la entendió como el control de las enfermedades infecciosas sas de servicios pre-pagos, tecnología o medicamentos: son todos
o la implementación de programas que tienen poca relación con diferentes actores en pugna, muchas veces atravesados por inte-
reses no explícitos.

72
73
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Tres - El campo sanitario y lo comunitario

Las fuertes motivaciones simbólicas y económicas en juego, Inaccesibilidad e inequidad. La Atención Primaria de la
permiten explicar las dificultades que encuentran todos aquellos Salud
que quieren dirigir y organizar racionalmente los servicios. Como
suele decir el amigo Hugo Spinelli “en la Argentina la atención de El salto cualitativo que se produjo durante el siglo XX, que se-
la enfermedad mueve el 10% del PBI del país, ¡no pretendamos ñalamos brevemente líneas arriba, incrementó la esperanza de vida
encontrar en él a la madre Teresa de Calcuta!” (2013). Intereses del Homo Sapiens que casi se duplicó, aumentando tanto como
múltiples han trabado las mejores intenciones de los gobiernos en los 40 siglos anteriores. Esa hazaña se desdibuja si pensamos
para coordinar y decidir políticas racionales e integrales. En nues- que la brecha entre lo que hoy se hace por la salud y lo que podría
tro país, ni en la época de Ramón Carrillo en el Ministerio de hacerse por el bienestar de todos, nunca ha sido tan grande (Es-
Salud, hubo posibilidades de hacerlo. cudero, 2000).
Los diferentes modos, objetivos, instituciones, beneficiarios y Los fuertes intereses económicos en pugna y las dificultades de
lógicas, discursos y prácticas sobre salud y enfermedad que apare- los gobiernos para coordinar los servicios y asegurar una distri-
cen en la historia de las políticas sanitarias, muestran quiénes fue- bución igualitaria de los recursos, explican los problemas centrales
ron ganadores y cuáles los sectores que nunca pudieron ser y de larga data en el campo sanitario: la falta de accesibilidad y de
incluidos en ellas. equidad. La fragmentación, heterogeneidad y superposición de sis-
Una cuestión central de la complejidad que apuntamos es la temas, servicios y aportes despliegan junto a las dificultades de ac-
distancia que se fue abriendo entre los sectores que tienen poder ceso de las mayorías a prestaciones básicas, la hiper-especialización
y capacidad de manejar el campo sanitario (profesionales, labora- o el derroche de tecnología a la que suele ser sometida la población
torios, dueños de tecnología, etc.) y la población usuaria de los con capacidad de pago. Ni para aquéllos que tienen más posibili-
servicios, la “comunidad”, como mayoría silenciosa siempre en de- dades económicas se garantiza una mejor calidad de atención, por-
pendencia y con pocas posibilidades de cambiar las cosas, que sufre que en su mayoría son intervenciones sin control, producto de la
decisiones de otros en nada menos que cuestiones que hacen a la lógica mercantil que dirige una asistencia especializada –no inte-
salud y la enfermedad. gral� en un aspecto o síntoma de la enfermedad.
Como suele pasar en otras áreas, el desarrollo del campo sani- Central en el enfoque de los derechos es el concepto de accesi-
tario �al haber alcanzado cierta autonomía� se ha distanciado de la bilidad, entendida como la “facilidad con que cuenta la población
población. Se ensancha la escisión entre profesionales y aficiona- para usar los recursos en salud“ (Ferrara Floreal, 1985), que reúne
dos, porque depende cada vez más de una lógica interna de actores distintas dimensiones: accesibilidad geográfica (medida en térmi-
legitimados (Bourdieu, 1987). Así, se relega a los sectores con nos de distancia y de la disponibilidad de servicios); accesibilidad
menos poder al rango de público o de pacientes, se silencia y oculta jurídica (conjunto de normas legales que aseguran a las personas
a los destinatarios que pertenecen a otras culturas o a todos aque- la posibilidad de alcanzar los recursos sanitarios cuando los nece-
llos que no comparten o adhieren a la lógica de los agentes que site, amparados en el derecho a la salud, como derecho humano
pueden influir en las decisiones que distribuyen los recursos de básico); accesibilidad económica (sea por el nivel de ingresos, por
todos. la gratuidad de los servicios al momento de la prestación y por la
naturaleza o calidad de los servicios disponibles); accesibilidad ad-

74
75
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Tres - El campo sanitario y lo comunitario

ministrativa y organizativa (facilidad de trámites, exigencia de los tal, la nutrición y el acceso al agua potable, fueron señalando el
servicios, distribución de recursos, horarios, para el mejor uso de camino hacia los cambios necesarios.
la infraestructura disponible); accesibilidad cultural (valor de uso Los estudios y experiencias parecían advertir que los proble-
de los servicios para la población, en el que inciden factores psi- mas no derivaban sólo o en primer lugar de la falta de recursos3,
cológicos y sociales, y que se reconoce por el grado de compatibi- sino más bien de la falta de organización y de la racionalización
lidad entre códigos y pautas de vida de las personas �según la edad, de ellos por un lado y, por otro, del desconocimiento de saberes y
el género, la identidad de pertenencia� y la de los servicios). prácticas de los usuarios. Desde mediados del siglo pasado, la pro-
Las condiciones sociales y económicas de las mayorías, la po- fusión de reuniones de ministros, los documentos de la Organiza-
breza, las dificultades de los gobiernos para el financiamiento, la ción Mundial y Panamericana de la Salud orientaron sus
organización y la gestión del sector salud, encuadraron como prio- recomendaciones de cambios hacia sistemas más integrales de
ritario el concepto de equidad para orientar las políticas de salud. atención, hacia propuestas de medicina con diferentes adjetivos
La definición de ese término de la Organización Mundial de la como preventiva, general, social o comunitaria y hacia una orga-
Salud (OMS) supone que todos deben tener oportunidad de lo- nización más racional para distribuir los recursos según los niveles
grar plenamente su potencial de salud y, de un modo más prag- de atención.
mático, nadie debe estar desfavorecido en la medida que pueda Así, la Conferencia Internacional de la OMS y de UNICEF, en
evitarse (Whitehead, 1991). Alma-Ata (Rusia) en septiembre de 1978, legitimó oficialmente
Según Evans y M. Whitehead, las desigualdades reflejan las di- como acuerdo mundial una forma de organizar sistemas sanitarios
ferencias de salud entre los grupos y las inequidades, el conjunto con el propósito de lograr “salud para todos en el año 2000”, lla-
de desigualdades que se consideran injustas. Señalan que, en salud, mada Atención Primaria de la Salud (APS).
combatir las inequidades implica disminuir diferencias evitables La declaración final de esa Conferencia la definió como:
e injustas al mínimo posible, que cada uno reciba atención en fun- Asistencia sanitaria esencial basada en métodos y tecno-
ción de su necesidad (equidad de acceso y uso) y que contribuya logías prácticos, científicamente fundados y socialmente acep-
en función de la capacidad de pago (equidad financiera) (Orga- tables, puestos al alcance de todos los individuos y familias
nización Panamericana de la Salud, 1998). de la comunidad, mediante su plena participación y a un
La falta de accesibilidad y de equidad de los servicios sanitarios coste que la comunidad y el país puedan soportar, en todas y
para la mayoría de las poblaciones aparece como preocupación cada una de las etapas de su desarrollo con un espíritu de
constante de los gobiernos desde no hace más de 60 años. Por otra auto-responsabilidad y autodeterminación.
parte, experiencias exitosas como la de los médicos descalzos de la
Asimismo, señaló como sus componentes principales la cober-
China o de la medicina familiar en Cuba; el impacto verificado de
tura total, la participación comunitaria y la integración intersec-
campañas preventivas o programas de extensión de cobertura en
torial, el uso de tecnología apropiada, la incorporación de saberes
atención de enfermedades prevalentes (como el paludismo, de es-
pecial propagación en las regiones donde trabajamos); los cambios
en indicadores tradicionales de morbimortalidad y de esperanza
3 Argentina destina aproximadamente unos 800 USA/hab/año, monto muy superior a
de vida producidos por la modificación del saneamiento ambien- otros países latinoamericanos con mejores indicadores sanitarios

76
77
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Tres - El campo sanitario y lo comunitario

y de recursos locales, además de entender a la salud como parte coordinación para seguimientos más individuales o complejos.
del desarrollo local. Importante síntesis de cuestiones en la que los Atención primera, no única
expertos depositaban el logro de mejores condiciones de salud Si es atención en ausencia de enfermedad, acción sobre las cau-
para quienes carecían de ella. sas y preventiva, esto no significa no asegurar la atención de en-
Desde entonces y más allá de los cambios producidos en los fermedades. La acción preventiva remite al trabajo en los
contextos socio-políticos, ningún experto sanitarista o decisor po- condicionantes socio-económicos, antes que en la enfermedad,
lítico dejaría de incluir la APS en sus discursos, multiplicándose con funciones extra-hospitalarias junto con la población y son ac-
las experiencias que dieron cuenta de que esta manera de trabajar ciones no sólo de profesionales. Pero no puede dejar a los pobla-
permitía mejores resultados con menor inversión (Torres y Torres, dores sin acceso a médicos u hospitales cuando las enfermedades
2010:176). Paradójico sin embargo es que, aún o especialmente en lo demanden. La APS es siempre una estrategia de los servicios sa-
épocas de escasez, las decisiones y la asignación de recursos pare- nitarios.
cen olvidarse de la APS. Si provee atención integral, implica que no es sólo asistencia
Ya en sus inicios, en el plano conceptual, la APS estuvo sujeta médica sino también respuesta a otras necesidades prioritarias. No
a diferentes interpretaciones que reflejan perspectivas políticas y sólo abarca las dolencias físicas, también los malestares o sufri-
sanitarias divergentes. En un mismo país o provincia, aun en un mientos psicosociales. Y no es sólo asistencia, también docencia e
mismo servicio, conviven encontradas concepciones y aplicaciones investigación.
de esta estrategia. Esa diversidad pone en cuestión si la APS marca Aún desde las mejores definiciones, las prácticas de la APS ge-
el fin de una época, la del Estado de Bienestar, o el comienzo de neralmente se limitan al trabajo de agentes sanitarios sin coordi-
otra, la de las políticas neoliberales. Fue funcional tanto para ex- nación con los demás integrantes de los servicios; a la atención de
tender las coberturas en sistemas universales, como para asistir fo- médicos generalistas, sin seguimiento o acceso a especialistas; a la
calizadamente y con menor calidad, a las víctimas de las políticas asistencia a charlas y talleres educativos sin capacidad de acceso a
de ajuste. la atención profesional oportuna y de calidad o sin consideración
Las mejores definiciones por lo que dicen, pueden ser cuestio- de los factores psicosociales. Capítulo aparte merecen las limita-
nadas por lo que callan. En nuestra experiencia adherimos al con- ciones relativas al componente central con el que se planteaba:
cepto que la entiende como conjunción de tres elementos romper barreras entre las instituciones y la población, la partici-
indispensables (Alpert y Charney, en Sonis y Paganini, 1982): a) pación comunitaria.
ser puerta de entrada al sistema de salud; b) asegurar una atención La implementación de los programas de APS en Latinoamé-
permanente y longitudinal de la persona, aun en ausencia de en- rica, se caracterizó por su heterogeneidad �con sustanciales dife-
fermedad y c) proveer una atención integral que haga frente a rencias sobre qué era la APS y cuáles sus componentes y sus
todas las necesidades de las personas. discontinuidades�, por la poca sustentabilidad de sus acciones o su
Si es puerta de entrada, es comienzo de algo, no su totalidad, reducción a determinados contextos.
sólo lo primero. Debería significar capacidad de abrir, relacionar Sin embargo, con todas las limitaciones y críticas que podamos
y coordinar con el resto de las prestaciones o los niveles de aten- realizar, la APS ha constituido una mística, un camino e instru-
ción. O sea respuestas básicas para todos, al mismo tiempo que mento, un espacio de encuentro de las experiencias más innova-

78
79
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Tres - El campo sanitario y lo comunitario

doras en relación con la atención de los PSEC. Con todos sus de- enfermedades ni sufrimientos evitables, ni mortalidad prema-
fectos, ha dado origen y encuadre a los mejores esfuerzos por abrir tura“(Spinelli, 2004: 254).
las prácticas institucionales a la expresión, a las necesidades y a la Más allá de que los Estados participantes suelen excusarse de
participación de la gente y a las mejores oportunidades para que sus obligaciones sobre derechos sociales y económicos en función
los profesionales aprendan de ella. de la disponibilidad de los recursos, ello no los exime de la respon-
Más allá de cualquier definición o posicionamiento teórico o sabilidad sobre la APS, ya que tal como las experiencias lo demues-
ideológico, hoy la APS es una responsabilidad legal exigible a los tran, asegura mejores resultados con menos recursos.
Estados que han firmado e incluido en su legislación las conven-
ciones sobre los Derechos Humanos. En nuestro país, desde 1994,
el art. 75 de la Constitución incluye, entre otras, la Declaración APS y participación. Tensiones y aperturas
Americana de Derechos Humanos, la Convención de los Derechos
del Niño y la Convención contra toda forma de discriminación de Las aperturas de la APS relativas a reconocer saberes y prácticas
la mujer. En estos documentos, en una apretada síntesis (Morla- de la gente y a asegurar la participación comunitaria en los servi-
chetti, 1999), se especifican como derechos de la población y obli- cios, surgen en el campo sanitario como respuesta a su inaccesibi-
gaciones de los Estados: lidad e inequidad, con la intención de eliminar barreras y
• Un sistema eficaz, integrado y accesible para todos. desigualdades.
• La alimentación/desarrollo/ vestido/asistencia médica/edu- En nuestro país, las experiencias al respecto llevan más de 40
cación y justicia. años; se hicieron aun antes que en Alma Ata. Hemos tenido la
• La información, participación, libre elección, trato equita- oportunidad de trabajar en los programas de salud rural que en
tivo, defensa de los intereses del mercado. Jujuy existen desde 1968 y en Salta desde 1978. En ambas provin-
• La intimidad y confidencialidad, la no interferencia de ter- cias, dirigidos o inspirados por Carlos Alvarado y su lucha contra
ceros, el consentimiento informado. el paludismo
(…) promovieron un cambio de óptica de los servicios,
• La promoción/prevención/disfrute, en un grado lo más alto
poniendo el acento en una medicina comunitaria con accio-
posible, de la salud física y mental, y al tratamiento de las en-
nes de medicina preventiva, asistencia y educación sanitaria,
fermedades epidémicas.
medidas domésticas de saneamiento ambiental con la parti-
• El acceso a la atención primaria de la salud, a la participa- cipación de agentes sanitarios y con el objetivo de extender
ción de la comunidad en la elaboración de un plan integral. la cobertura sanitaria a lugares donde ella no existía (Torres
Los gobiernos, por sus compromisos internacionales con con- y Torres, 2010: 44).
venciones y declaraciones, por las legitimaciones de origen y las
Si bien las normativas iniciales de esos programas en ambas
legalizaciones internas a través de las Constituciones y leyes, asu-
provincias eran muy limitadas en relación con la participación co-
men con sus adhesiones la responsabilidad de proveer servicios,
munitaria �eran tiempos de gobiernos militares�, la apertura a la
instituciones y recursos que “faciliten a la población una vida sin
consideración de situaciones, a las visitas domiciliarias, a la llegada

80
81
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Tres - El campo sanitario y lo comunitario

a poblaciones a las que nunca antes se habían acercado los servicios Desde mediados del siglo XIX, la participación siempre ha sido
públicos de salud, la participación de agentes locales no profesio- identificada como forma de acción de los sectores subalternos para
nales, cambiaron radicalmente la lógica del trabajo y las posibili- lograr resolver sus problemas. Lo novedoso desde mediados del
dades de vincularse con las comunidades. siglo pasado, es que aparece impulsada por los organismos inter-
Desde entonces, la APS fue por años el eje de experiencias, lec- nacionales, aunque en general con el eje puesto en los aspectos téc-
turas, capacitaciones, encuentros e intercambios con agentes de la nicos y sociales, dejando de lado los procesos de poder. Podemos
salud y referentes comunitarios de todo el país e incluso con otros dar cuenta de cómo, cuando las experiencias locales de la APS han
países de Latinoamérica. Estas acciones plantearon algunas ten- tocado cuestiones de poder, no han perdurado.
siones básicas sobre esas implicaciones, muchas de las cuales son En relación a los procesos de salud y enfermedad, la participa-
bien fundamentadas por Menéndez y Spinelli en su libro Partici- ción parece tener muy diversos propósitos: recuperar identidades;
pación Social ¿para qué? (2006). mejorar el estado de salud de personas o grupos; favorecer la re-
Igual a lo que pasa con la APS, la participación comunitaria habilitación de enfermedades; promover que un colectivo o los su-
contiene diferentes significados y valoraciones. Baste recordar las jetos recuperen la palabra y puedan experimentar sus propias
críticas a las movilizaciones de masa y su papel en el nazismo u posibilidades de cambiar situaciones como en los grupos de auto-
otros regímenes fascistas. La participación ¿es desarrollo de comu- ayuda, entre otros testimonios. Permiten organizar a la gente, le-
nidades o movilización popular? ¿Es algo que promueven los go- gitimar al Estado o a quien los impulsa; conseguir voluntariados
biernos, agentes externos o luchas que surgen de la gente? ¿Es algo para abaratar costos; producir experiencia y aprendizaje de las ca-
propio de partidos políticos o de movimientos sociales? ¿Tienen pacidades propias y de los otros; adquirir competencia para el con-
implicancias locales o se trasponen a niveles macro sociales? ¿Es trol de los servicios o para el ejercicio de la democracia y de la
planificación de proyectos o estrategias de poder, trabajo volun- ciudadanía plena, etc. Se muestra como un mecanismo que opera
tario o derecho ciudadano? Son algunos, entre muchos otros dile- desde lo terapéutico hasta lo político.
mas, que dan cuenta de lo polisémico del término. En la historia y el desarrollo del concepto de participación en
La participación aparece como un signo claro de los tiempos el campo sanitario, ha existido un incremento de su consideración
que corren y suele haber coincidencias en que es preciso consultar como control y poder, pero encaminado a la vigilancia de los su-
a la gente en la toma de decisiones sobre su desarrollo, entendién- jetos sobre su vida y salud. Otros lo vinculan a grupos y comuni-
dola como un dades donde la autogestión es entendida como solución de
problemas a partir de sus propios recursos. Algunas de estas pro-
(…) proceso de adquisición de poder, en el sentido de ac-
puestas incluyen concepciones autogestivas que apelan a la autar-
ceso al control sobre recursos necesarios para proteger su
quía del grupo como diferenciación y rechazo a la injerencia del
vida, colocando el eje de las decisiones en el saber y poder lo-
Estado, a la toma de decisiones y al poder sobre determinados ob-
cales. Por los cuales, la población no solo debe ser consultada,
sino que tiene que intervenir en la toma de decisiones (Oa- jetivos: vivienda, cuidado de enfermedades, huertos, pero no sobre
kley, en Menéndez y Spinelli, 2006: 11). las condiciones socio-económicas y políticas decisivas para la salud
individual y colectiva. Es decir, decisiones y control sobre ciertos
aspectos, excluyendo otros.

82
83
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Tres - El campo sanitario y lo comunitario

Una primera tensión que aparece con relación al significado trabajo comunitario a instancias más genéricas como las de clase
del tema en que nos centramos, es que las propuestas que se ocu- o movimientos sociales.
pan de él no son homogéneas en cuanto al papel del sujeto y de La permanencia y continuidad de los esfuerzos autogestivos se
las estructuras. Foucault fundamentó bien que el saber/poder ins- relacionan con sus posibilidades de organización formal y de tras-
titucional no sólo limita sino que convierte a la participación, su- cendencia respecto a reclamos específicos, lo que cuestiona el valor
puestamente autónoma, en agente de reproducción del sistema de lo comunitario como alternativa no-formal. Las experiencias
dominante. Las orientaciones que favorecieron el desarrollo de participativas tienen el desafío de resolver sus propias contradic-
formas autogestivas, tendientes a recuperar el papel del actor y de ciones internas y sus conflictos, con procesos organizacionales que
la subjetividad porque reconocen el peso de las estructuras en la rompan las brechas y jerarquías que consolidan las asimetrías. A
vida cotidiana y la predisposición a reproducir los esquemas ya in- su vez, los movimientos sociales tienen dificultades para ir más
corporados, no siempre significaron mejoras en las condiciones allá de una problemática específica o de las luchas por obtener re-
de vida de la gente. conocimiento y construir poder con otras fuerzas para tener la ca-
Una de las paradojas de los años 70/80, en que surgen con pacidad de decidir en cambios estructurales.
fuerza las experiencias de autogestión, es que cuanto más se su- Una segunda tensión alude a la validez de la cooperación de la
brayaba el papel del sujeto, más se negaba el papel de la estructura; población para mejorar los servicios sanitarios. En este punto
mientras más se promovía la participación comunitaria, simultá- coincidimos con quienes sostienen desmitificar la idea de que la
neamente unos pocos actores lejanos o anónimos decidían las po- participación de la gente evitará la corrupción o garantizará la
líticas neoliberales que deterioraron significativamente tanto las mejor administración de los servicios sanitarios. Estos pueden ser
condiciones de vida como la de los servicios sanitarios. exitosos sin la intervención en las decisiones de los beneficiarios,
La experiencia en Latinoamérica, con excepción de Cuba, ya que las fallas están causadas por la incompetencia, la corrupción
es que la participación comunitaria ha fracasado en mejorar o la falta de administración y supervisión de los funcionarios res-
la calidad de vida de las mayorías y, por el contrario, introdujo ponsables de los mismos.
la explotación adicional de los pobres por extracción de tra- Las comunidades y comités de salud pueden ser útiles en sus
bajo no remunerado, empobrecimiento cultural y violencia
aportes para mejorar la relación y pertinencia local de los servicios
política… (Ugalde, en Menéndez y Spinelli, 2006: 145).
y, en algunos casos, para el control de cierto personal de menor je-
Muchas veces las tendencias que insistieron en la autonomía y rarquía. Pero como son parte del proceso administrativo, igual que
la responsabilidad del sujeto, desvalorizaron el papel de las estruc- los empleados o sectores subalternos de la organización, es poco
turas y del Estado, reduciendo la acción participativa al grupo, co- realista pensar que puedan actuar por sus propias fuerzas o solos
munidad o sociedad. Las articulación de propuestas que en la planificación y en las decisiones sanitarias. Mucho menos
recuperaban el papel del saber popular, las posibilidades de resis- cuando mayor es la estratificación social de una comunidad: el
tencia y el papel de las prácticas de trabajos barriales �cuyo mejor éxito de la participación social en salud es inversamente propor-
referente es Pablo Freire� si bien desarrollaron críticas tanto a con- cional al grado de jerarquización social.
cepciones estructuralistas como individualistas, no siempre pu- Cuando los diferenciales de poder son grandes, cuando son
dieron construir una teoría del pasaje de las estrategias de vida o mayores las asimetrías entre servicios y poblaciones, bajo la apa-

84
85
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Tres - El campo sanitario y lo comunitario

riencia de la implicación surgen mecanismos de identificación, de- salud pública, donde el pueblo es referenciado como uniforme e
lación o tácticas de resistencia estática. Pasividad, aparente con- indiferenciado, como materia amorfa que debe ser movilizada y
formidad y aceptación o simple alejamiento de los sectores que no donde una élite detenta el poder de decisión y legitima su acción
se consideran con posibilidades de enfrentar el poder, deben ser en nombre de las masas. Remite al pueblo que adhiere a los pro-
leídos como estrategias de resistencia. A partir de nuestras inves- gramas de salud que se ejecutan, aprobando en las elecciones a los
tigaciones y de una serie de autores desde Fanón a Scott, hemos políticos que las conducen.
fundamentado cómo los silencios o comportamientos “diferentes”, La imagen de pueblo permite, a quienes la esgrimen, reivindi-
suelen ser rebeldías o cuestionamientos implícitos al sistema do- car una forma de proximidad con los oprimidos y erigirse en po-
minante (Torres y Torres, 2010:187). seedores de un cierto derecho preferente sobre ellos, pero
Otra cuestión importante sobre la participación tiene que ver enmascara el arrogante papel de portavoz, como dice Bourdieu
con las diferencias en sus formas de concreción: si participación (1987). La desilusión antes o después, produce tanto voluntaris-
directa (movilización) o a través de intermediarios (delegación). mos acrecentados como desmovilización progresiva.
Las formas de participación directa implican poner a las po- Al mito de la comunidad suelen recurrir las instituciones sa-
blaciones llanamente en relación con el poder. Es aquella que apela nitarias internacionales y es aplicado fundamentalmente a pobla-
a una adhesión a valores, normas y conductas por las cuales se aso- ciones tradicionales. Ese relato, forjado a partir de las imágenes de
cia a las poblaciones a un proyecto colectivo. De ella, Didier Fassin un comunismo primitivo alimentado tanto por las solidaridades
en el libro de Menéndez y Spinelli �señero en la materia� menciona entre linajes de la África subsahariana como las de los Ayllus an-
dos modos: dinos, es una representación que muestra hacia el exterior a grupos
a) El pueblo interpretado como masa, que sobreentiende humanos que funcionan sobre el modelo de un vínculo comuni-
la defensa del punto de vista de aquellos que defienden los in- tario.
tereses de sectores dominados. Esto suele llamarse “popu- El comunitarismo también oculta las relaciones de domina-
lismo” en sentido estricto. ción y explotación que se estructuran entre un colectivo y los
b) La segunda acepción habla de “comunidad” cuando la
demás actores sociales. El ideal comunitario siempre ha sido ope-
población es contemplada como conjunto de individuos uni- rativo para las agencias internacionales, tanto cuando retoman la
dos por características comunes. Esta terminología aparece ideología del desarrollo social que sirvió de fundamento a la polí-
más neutra políticamente que la anterior, pero en realidad su tica colonial desplegada desde 1930, como el posterior paradigma
origen no es otro que una postura de distancia con respecto del desarrollo humano desde 1991.
a los dominados, a los que se pretende aportar soluciones que Desde la formulación de la APS, la comunidad se transformó
se consideran más apropiadas. El autor denomina “comuni- en el corazón de la política sanitaria mundial, poniendo en relieve
tarismo” a esta construcción ideológica, cuyo supuesto es la más lo que acerca que lo que opone a los individuos y cuestio-
búsqueda implícita de un consenso. nando la idea de pueblo que aparece como más belicosa. A dife-
rencia de la movilización y concientización de masas del
Más allá de las múltiples graduaciones que presentan estos mo-
populismo, la ideología comunitaria pone el acento en la autocon-
delos teóricos, el populismo es más constante en la historia de la
ciencia y la autorresponsabilidad de los individuos. Aunque hay

86
87
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Tres - El campo sanitario y lo comunitario

diferencias entre la conferencia de Alta Ata y la posterior Carta de En tal sentido, algunos hablan de participación contra la sociedad
Ottawa de 1986 que complejiza la idea de comunidad, esta sólo lo y sugieren que los especialistas del desarrollo comunitario deberían
hace para referirse a diferentes riegos de enfermar, ignorando sus pasar más tiempo en comprender cómo está organizada la comuni-
aspectos económicos o políticos. dad que en organizarla. Hay autores que marcan que la retórica de la
En las formas de participación indirecta, aparece la delegación, participación es un obstáculo para comprender las diferentes culturas
por la cual �en lugar de asociar de manera directa a la población� se y que los procesos políticos que aportan los movimientos sociales ac-
utilizan agentes que sirven como intermediarios entre gobernados tuales, donde las mayores posibilidades de encontrar experiencias
y gobernantes. Puede delegarse el saber según la lógica de despro- susceptibles de transformar el espacio político de la salud, se hallan
fesionalización y delegación técnica o el poder según la lógica de fuera del campo tradicional de la salud misma.
representación y delegación de decisiones. • Además de las herramientas conceptuales sintetizadas, nuestro
La primera fue muy fundamentada en la APS, con la preemi- trayecto amasado en años de trabajo y de reflexión sobre las ten-
nencia de agentes no profesionalizados, que si bien significaron siones descriptas y en las diferencias con el abordaje comunitario
logros muy importantes por sus acciones de amplia cobertura, que realizan las instituciones sanitarias concluye con tres hipótesis
también concluyeron �entre otras cosas� en la sub-valuación de la sobre ciertas limitaciones en la formación que se proyectan en la
APS (medicina pobre para pobres) o en el desfasaje entre tareas eficacia de las prácticas profesionales brindadas a las poblaciones
preventivas y asistenciales, y generó brechas entre actividades de latinoamericanas:
promoción o educación sanitaria y aquellas curativas que las po- • Las relativas a las dificultades de comprensión de las perso-
blaciones perciben como prioritarias. nas diferentes, de culturas e identidades ajenas, la brecha cultural
La representación es otra modalidad de delegación. Es un prin- entre las instituciones y la población, y la necesidad imposter-
cipio que reposa sobre la elección de individuos salidos de la gable del reconocimiento de las configuraciones culturales lo-
misma comunidad, con poderes atribuidos por esta. Su expresión cales.
más frecuente es la de los comités de salud, que en la práctica fue- • Las relativas a las dificultades de comprensión de las relacio-
ron más comités voluntarios de gestión, con poco influjo en las nes de poder, de las desigualdades en el ejercicio profesional den-
políticas sanitarias o en la mejor distribución de los recursos. Es- tro de las instituciones y entre estas y la población, y al
tamos ante experiencias que, además, terminan inscribiéndose en desconocimiento de los modos en que se construyen las políticas
espacios de luchas políticas que las trascienden, sin perdurabilidad públicas.
y que quedan a merced de la voluntad de quien convoca o dirige • Las relativas a las dificultades para el reconocimiento de
el servicio sanitario. otros saberes, a las ideas sobre el conocimiento científico y sus
Si bien la participación en los programas de salud es siempre limitaciones para el abordaje del trabajo comunitario.
necesaria como medio y fin de involucramiento de la población, En la segunda parte de nuestro trabajo, desarrollaremos los
el problema es que ellos siempre aparecen desde la óptica de los fundamentos y las aperturas sobre los problemas planteados, con
gobernantes, de los expertos o sea de agentes exteriores que tratan el fin de acercar la formación de los profesionales a las necesidades
de cambiar las cosas. y derechos de las mayorías.

88
89
Reinvención de lo Comunitario

. Capítulo Cuatro
iç=äçÅ~äW=~éÉêíìê~=Åìäíìê~ä

De golpe uno está bajo cielos ajenos y en tierras


donde se habla y se siente de otro modo, y hasta la me-
moria se te queda sin gente para compartir ni lugares
sarasa sarasa donde reconocerse. Hay que pelear a brazo partido
para ganar el pan y el sueño y uno se siente como li-
siado, con tanta cosa faltando.

Te viene la nostalgia del lloriqueo, el viscoso domi-


nio de la nostalgia y la muerte, y se corre el riesgo de
vivir con una cabeza vuelta hacia atrás, vivir muriendo,
que es una manera de dar la razón a un sistema que
desprecia a los vivos.

Desde que éramos chiquilines, y en la hipocresía de


los velorios, nos han enseñado que la muerte es una
cosa que mejora a la gente.

90
91
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cuatro - Lo local: apertura cultural

Esos Otros diferentes… Las prácticas e investigaciones transitadas en contextos cultu-


rales radicalmente diferentes a los de origen, han cuestionado y
Las instituciones plantean el trabajo comunitario con el pro- transformado el significado corriente de cultura, de las identida-
pósito de mejorar sus relaciones con la población destinataria de des, de las ciencias que teníamos y han propiciado un camino para
sus acciones. La “gente” o “comunidad” �aunque sean quienes las entender y acercarnos a los otros. Territorio-sociedad-comuni-
financian, como en el caso de las organizaciones públicas� no son dad-cultura e identidad son conceptos que no siempre se anudan;
consideradas parte de ellas. Son esos “otros diferentes” que hay que existen fronteras que muchas veces no coinciden, aunque siempre
acercar, convencer o atraer para lograr sus propios objetivos. Por ponen obstáculos para comprendernos y comunicarnos con
ello nadie negaría la importancia de conocimientos de Sociología Otros. Reconocerlos permite dimensionar la negación de las ins-
o Antropología para dicho trabajo, aunque no son aspectos cen- tituciones y de los profesionales para examinar las propias confi-
trales en la formación profesional por estas tierras. guraciones culturales y su responsabilidad en el fracaso de las
intervenciones. Especialmente permitieron comprender el valor
La cultura suele ser vista, en tanto objeto de conocimiento,
del espacio local y la necesidad de una ciencia domiciliada en con-
como una cualidad más del ser humano, como categoría difícil de
textos latinoamericanos.
delimitar, inasible pero omnipresente, que agrega colorido pero
que generalmente no cambia esencialmente a las personas o gru-
pos humanos. La mayor parte de las veces se la estudia en relación
con Otros, particularmente poblaciones de diferentes etnias, de lu- El viaje propio hacia Otros
gares y tiempos distantes o de otras condiciones sociales como la
pobreza o la marginalidad. A la cultura de los destinatarios se le El viaje al interior del país, huyendo del terror que en él impe-
adjudican muchos de los fracasos e ineficiencias institucionales. raba y alimentado por la ilusión y vocación juvenil de servir a
Pocas veces se analiza la cultura propia, porque se parte del su- aquellos que necesitaban de nuestras profesiones, implicó transitar
puesto de que los profesionales somos personas de ciencias y esta- tiempos y espacios que sacudieron todas las seguridades, transfor-
mos más allá de cualquier particularidad cultural. maron sentidos y sobre todo, aclararon identidades y pertenencias.
Poner el eje de las aperturas en lo cultural puede pensarse Fue un trayecto que iniciamos con poca conciencia sobre nosotros
como una consecuencia de nuestro trabajo en contacto con po- mismos. Descendientes de inmigrantes españoles, italianos, fran-
blaciones originarias, exóticas o marginales, sin considerarlo cen- ceses �seguramente de algún comechingón de tras las sierras cor-
tral para otras experiencias comunitarias. No es así. El contacto dobesas� nunca nos habíamos preguntado sobre cuál era nuestra
con poblaciones lejanas ha sido la oportunidad de cuestionar y cultura e identidad. Nos habían formado para creer que, como
aprender la importancia del tema en todas las relaciones, con todas profesionales teníamos una identidad universal.
las personas y para todas las ciencias. Paradójicamente, la expe- La llegada a la Puna jujeña nos dio el primer golpe, al constatar
riencia personal del destierro, el sentirse en “cielos y tierras donde que la gente que allí vivía no era “como nosotros”. Hablaban cas-
se habla y siente de otro modo”, ha sido más fuerte con el regreso tellano pero no entendíamos todo lo que decían y era fácil percibir
al lugar de origen. Rara experiencia: ¡sentirse extranjera donde se que vestían, vivían, sufrían y festejaban de una manera diferente.
mamaron las primeras formas para entender, mirar y actuar en el ¿Diferente de quién? Obviamente de nosotros, de quienes nos con-
mundo!

92
93
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cuatro - Lo local: apertura cultural

siderábamos argentinos forjados conforme a la idea del “crisol de De a poco abandonamos el intento de estudiar al otro y pasa-
razas” que nos habían inculcado. Al poco tiempo de vivir en un mos a compartir lo cotidiano: problemas y búsquedas, angustias
campamento minero a los 4500 m de altura en Jujuy, cerca del lí- y fiestas, acercándonos así a lo que para nosotros constituía el duro
mite con Chile y con Bolivia, tuvimos la certeza de que las personas vivir de esas personas y familias. Comenzamos a sacar lecciones
que habitaban allí no encajaban en lo que habíamos estudiado de nuestras propias experiencias, uniendo o confrontando lo que
sobre los procesos de salud y enfermedad. Esto generó una primera habíamos leído, la teoría, con la práctica de vida y oficio en ese
reacción de resentimiento contra la ciencia y la Universidad que lugar.
nos había entregado un título habilitante para trabajar en cual- Muchos años después, ya no se trató de trabajar con “collas” o
quier lugar. Mucho tiempo después, entendimos que no renegá- “pobres”, sino sólo con semejantes como otros �buenos, antipáti-
bamos de la ciencia, sino de la ciencia que nos vendió como única cos, feos o lindos� y a los que nunca podríamos decir que conocía-
la Modernidad. mos totalmente, a pesar de años de convivencia, como nos ocurre
De los antropólogos que visitaban esos lugares para investigar, con cualquier otra persona. Aún hoy siguen desestructurando
aprendimos que los habitantes se llamaban “collas”, aunque nadie nuestros esquemas y modos de mirar el mundo, desafiando aque-
de los así llamados se había presentado o se identificara como tal. llos significados que entendíamos como universales.
Nos dedicamos a conocer a ese pueblo con los dispositivos que te- Reconocimos que las barreras que crean las instituciones, las
níamos al alcance: escuchando, leyendo sobre su cultura. Primera ciencias o las doctrinas del deber ser, sólo se desarman al compartir
fase teórica intelectual, marcada por el divorcio entre quien conoce la vida en las interacciones cotidianas, donde abandonamos nues-
y el otro a conocer. Fase que algunos autores señalan como el pri- tras máscaras o apariencias y se abren las puertas para descubrir
mer pasaje de toda investigación antropológica, donde al otro. Ni las ciencias ni las instituciones nos ayudaron a enten-
(…) las aldeas son mapas, las comunidades croquis, las derlos. No fue sólo el hacer sino el mero estar junto a ellos lo que
parejas diagramas, los otros personas exóticas. Divorcio que nos permitió descubrir al otro en nosotros, en el cambio que pro-
no es ignorancia, sino muchas veces exceso de conocimiento vocó la relación (Torres y Torres, 2010: 189).
teórico mediatizado no por lo concreto, sino por lo abs- Descubrimos la propia cultura en todo aquello extraño para
tracto no vivenciado de la competencia académica (Da
ellos, que estaba petrificado en nosotros mismos. Perdimos la ga-
Mata, 2011: 213).
rantía total de la verdad que creíamos única �y la cosmovisión que,
Enseguida fue más fuerte una segunda etapa, más práctica y suponíamos, explicaba todo�. En orden a la amistad, más que a la
propia de los primeros tiempos de inserción: dónde viviremos y tarea, hablamos de personas, no de categorías o rótulos (Torres y
conseguiremos lo que necesitamos, qué seguridades perdíamos o Torres, 2010:189).
qué posibilidades perderían nuestros hijos por vivir allí. Nos olvi- Después de haber pasado la mayor parte de la vida por esas
damos de autores y bibliografía para encarar los problemas con- tierras, perduran lazos de distinta índole: ahijados, compadres,
cretos de la propia existencia. Fue una época marcada por la amigos y no tan amigos. Allí quedaron relaciones cercanas y sig-
perturbación de incorporarnos a un mundo diferente de aquel del nificativas de las que siempre nos sentiremos parte y que trasto-
cual proveníamos. caron nuestro inicial modo de mirar el mundo. Sin embargo, a
pesar de las décadas vividas en esas tierras �con hijos y nietos naci-

94
95
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cuatro - Lo local: apertura cultural

dos, criados o aun viviendo allí, con la certeza de que siempre el En una adaptación propia de la definición de Kusch, entendi-
Norte Argentino será la casa donde no nos faltará nada ni nos sen- mos a la cultura
tiremos lisiados�, para muchos de ellos seguiremos siendo “de (…) como modos de habitar el mundo según lo deseable
afuera “ Es la fuerza de la tierra y del lugar. e indeseable que hemos recibido desde las matrices vinculares
Ese viaje hacia otros lejanos fue transitando desde ideas inge- que constituyen nuestra subjetividad. Modos cuyo sujeto tras-
nuas hacia una visión amplia y fuerte sobre la noción de cultura. ciende lo individual o material, porque se corresponden con
Para el sentido común, la cultura tiene que ver con la posesión de un colectivo o pueblo, y que habilitan relaciones cercanas y
muchos conocimientos o de información general. Hay quienes la significativas que nos cobijan y arrojan, nos dan pertenencia
analizan como estilos de vida característicos de comunidades que y posibilidades de elegir o cambiar. Nos constituyen como su-
pertenecen a tiempos pasados f� osilizados o detenidos en el tiempo�, jetos con identidad, memoria y proyecto. Entre la topía (lugar
de grupos sociales tradicionales, folclóricos o propios de habitantes donde acontece lo humano) y la utopía (lugar de lo no con-
seguido aún, de aquello que nos permite soñar y desengan-
de regiones rurales que se agrupan en barrios en las grandes ciu-
charnos de lo real) (Torres y Torres, 2010: 28).
dades, provenientes del interior profundo u otros países latinoa-
mericanos (criterio pocas veces usado en relación con los En el fuerte contraste que sentimos ante los pueblos origina-
inmigrantes europeos). rios, aprendimos y entendimos que la cultura no es sólo una cues-
Se reconocen dos ejes para comprender la cultura de una co- tión de comunidades marginales, sino propia de toda persona en
munidad: los objetos o productos culturales, lo creado; y los pro- su constitución como individuo social y que opera en sus múltiples
ductores, aquellos personajes característicos, los artesanos, sujetos funciones sociales. Hay tantas culturas como múltiples son las ma-
que terminan cosificándose. Ambos enfoques toman a la cultura trices vinculares que constituyen a los sujetos, no sólo aquellas pri-
desde su lado tangible o visible. vativas de lugares o territorios. Hay matrices vinculares que
Desde las márgenes de una nación que se construyó por im- condicionan maneras de habitar el mundo s� egún las clases, las po-
posición de las elites y del poder señorial; desde espacios distantes siciones sociales, las edades, los géneros, los oficios, los valores� y
de los centros universitarios, aprendimos a impugnar un concepto que preparan el camino para hacerlas visibles en los procesos de
de sociedad que expulsa a las mayorías e incluimos como legítimas identificación que elegimos. Esos que nos hacen sentir extranjeros
otras miradas sobre las culturas e identidades. en la propia tierra.
Al compartir la sabiduría y la coherencia de vida con personas
analfabetas que respetan la naturaleza, que tienen como valor su-
premo “no robar, no mentir, no ser perezoso”, descubrimos que la El camino de las ciencias hacia esos Otros Lejanos
cultura es una dimensión cualitativa del ser y hacer de las personas,
porque puebla de signos el mundo conocido para lograr domicilio, Las Ciencias Sociales o la versión predominante de ellas, fueron
para no estar desvalido; que es un baluarte donde se halla refugio construidas a imagen y semejanza de las ciencias de la naturaleza.
para defender la significación de la propia existencia. Después de Por consiguiente, han hecho creer a muchos que existe una manera
mucho andar, aprendimos que las culturas no son creencias o cos- universal, normal, única de ser personas. Predomina en ellas una
tumbres contrarias, de menor valor, ni opuestas a los conocimien- tendencia analítica cuya unidad es sólo una sumatoria de partes.
tos científicos.

96
97
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cuatro - Lo local: apertura cultural

“Las lógicas del mercado intelectual y académico fueron invencio- dente no fue un encuentro ingenuo. Domesticado bajo las reglas
nes conceptuales o radicalidades teóricas que no dialogan con la del mundo científico, constituyó la diferencia en objeto de expli-
experiencia social ni con la investigación empírica o teórica”, cación científica. La Antropología como ciencia es una construc-
afirma Alejandro Grimson (2011:16.) aportando a una compren- ción que se instauró al buscar explicaciones a la otredad cultural,
sión teórica diferente. junto con una imagen, un modelo de ese otro (Boivin et al, 2011).
Lo único universal, entendido como “única versión” de los El “otro” objeto de la Antropología no responde a un hecho
seres humanos, es que estamos caídos en un suelo, cualquiera este concreto y real. Fue y sigue siendo un referente construido por las
sea. Sujeto, del latín “subjectum”, se compone de sub, debajo; y ja- distintas teorías que dominaron en cada época histórica. La pri-
cere, arrojar o lanzar. Lo universal es que todos somos arrojados a mera de ellas, la teoría evolucionista lo instituyó como un “otro”
un suelo, todos somos sujetos culturales. También los hombres y diferente que pertenecía a una etapa anterior de la evolución hu-
mujeres de ciencia. Dentro del mismo oficio, clase social o pueblo mana.
existen diferentes moldes culturales. Somos formados como seres La primera teoría científica sobre la diferencia fue el evo-
sociales no sólo en la génesis inicial sino en el proceso permanente lucionismo y el método fue el comparativo, método de moda
de nuevos nacimientos a los que nos someten todas las relaciones de las ciencias naturales. La idea era que aquellos que vivían
vinculares significativas en las que vivimos. de modo diferente en otros lugares podían dar la clave de
Somos sujetos producidos por determinados marcos culturales cómo había sido el pasado del hombre civilizado. Se intentó
nunca homogéneos y, al mismo tiempo, con diversas posibilidades analizar la naturaleza humana a partir de las diferencias entre
de elegir, transformar o cuestionar las configuraciones dadas. La culturas y estas diferencias surgían de la comparación entre
cultura no es relevante porque sea una cualidad humana, sino por- ellas (Boivin et al: 7).
que no existe proceso social que carezca de significaciones cultu- Entre las dos guerras mundiales, aparecen teorías críticas al
rales diferentes. Es una trama simbólica donde se producen evolucionismo: el estructuralismo y el funcionalismo, que cues-
disputas sobre las desigualdades, las legitimidades y las oportuni- tionan el método comparativo porque se aplicaba tomando como
dades para cambiar las situaciones adversas. No hay nada humano referentes los valores de la sociedad occidental. Comienza así el re-
fuera de la cultura, sólo ideas muy poderosas, aunque no siempre lativismo y surgen técnicas como la observación participante que
se expresen, porque están hechas cuerpo, naturalizadas y, �aun demandaba el traslado del investigador hacia otras sociedades. Esas
cuando hayan sido históricamente construidas�, son una realidad nuevas teorías explicaban que todas las culturas son diferentes
que estructura el mundo de la práctica. entre sí pero de igual valor. Con un enfoque holista, construyen su
Desde el punto de vista de la Antropología, la cultura se define objeto caracterizándolo por la particularidad y hablan de “diver-
“como el estudio de la otredad” y se formaliza como disciplina a sidad cultural”. El otro fue pensado como diverso, distintoI=pero
fines del siglo XIX. En ese momento, a partir de los cambios ocu- equivalente.
rridos en Europa y con la expansión de Occidente, se hace evidente A posteriori de la Segunda Guerra Mundial, con las transfor-
en el mundo la existencia de modos de vida diferentes. El encuen- maciones de las sociedades más antiguas y su consecuente desapa-
tro intercultural no era nuevo y siempre despertó una actitud de rición, producto de la hegemonía de Occidente, entra en la escena
asombro ante lo distinto, pero en este caso el asombro de Occi- de las ciencias el colonialismo. Aparecen otras antropologías, no

98
99
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cuatro - Lo local: apertura cultural

occidentales, que plantean teorías alternativas sobre la otredad. La Más allá de las transformaciones señaladas en la Antropología,
idea de dominación de una cultura sobre otra se puso en evidencia las ciencias se construyeron desde análisis lógico-formales cada
y allí el objeto antropológico se construyó en torno a la noción de vez más abstraídos de contextos y finalidades y surgieron de la in-
desigualdadW=el otro era producto de la desigualdad. visibilidad de los trayectos biográficos personales. La teoría nunca
En esta etapa, la Antropología no sólo cambió de objeto y re- puede desprenderse del devenir que enmarca el lugar y los apren-
visó las principales teorías, también sumó otros sujetos de cono- dizajes desde los que se habla.
cimiento: antropólogos nativos que estudian sus propias En el análisis de la dicotomía objetividad/subjetividad, las te-
sociedades. Ello trajo nuevas preguntas y sobre todo nuevos des- orías sociales contraponen posiciones sobre la cultura: el objeti-
afíos metodológicos. No alcanza ya la observación participante y vismo en diferentes variantes, refiere que es posible alcanzar la
aparece como método el “extrañamiento”. Del Otro lejano e in- verdad de los hechos sociales �como de las cosas�. Acepta un su-
cierto se pasa al Otro petrificado dentro de nosotros, a través de puesto acercamiento objetivo a la realidad, al que se puede llegar
mecanismos que no dejan ver o cuestionar de dónde surgen las expurgando o aislando la subjetividad del investigador. Es un en-
diferencias. foque que utiliza explicaciones causales o metáforas biologicistas
La cultura pasó a ser entendida como una jerarquía ordenada sobre lo social –organismo–, que habla de fronteras fijas, de grupos
de estructuras de significación socialmente establecidas, en virtud humanos cosificados y presupone una esencia cultural.
de las cuales la gente se maneja (Geertz, 1987) y el antropólogo A esta posición m� ás allá de los discursos o argumentos teóricos
como un sujeto que legitima su conocimiento a través de su sepa- que la refutan� hemos adherido en nuestros primeros tiempos y si-
ración �una posición externa� o de su inmersión y empatía con el guen adhiriendo muchos que realizan el trabajo comunitario pen-
otro. Ello trajo la discusión teórica de los últimos años entre ob- sando en la comunidad como una esencia uniforme. Cuando se
jetivismo y subjetivismo. estudian grupos diferentes conformados como una continuidad
En sociedades desconocidas, el antropólogo debe hacer fami- del nuestro, no es posible visualizar las diferencias, las porosidades,
liar lo extraño o inexplorado a través del acercamiento/aproxima- los procesos de interacción o el estado de colonización en que
ción al otro diferente. Al no participar de la conciencia práctica de viven.
los actores locales, pretende ubicarse en una posición objetiva (de El subjetivismo critica al objetivismo a partir de la historici-
exterioridad). En realidad, ese conocimiento es también subjetivo, dad, del poder, de la subjetividad, pero es una posición a la que
porque sólo puede percibir a través de sus propios filtros, sus va- muchos señalan también como un callejón sin salida al afirmar
lores y sus conocimientos (Boivin et al: 188). que nada de lo social es natural o real y que todo es una construc-
Cuando el antropólogo estudia su propia sociedad, la opera- ción social. Las clases sociales, las estructuras de poder son ficcio-
ción es inversa: debe convertir lo familiar �su cotidianidad y con- nes, no existe nada real, todo es subjetivo dicen, sin encontrar la
ciencia práctica� en exótico, asumiendo una posición de relación entre procesos materiales y simbólicos. Es una posición
extrañamiento, de desvinculación cognitiva respecto a su hori- que desdibuja el concepto de cultura e impide cuestionamientos
zonte habitual. Las diferentes maneras de entender a esos Otros sobre esa relación.
lejanos, deviene entre los antropólogos �como ocurrió en nuestra La síntesis entre las posiciones objetivistas y las subjetivistas,
experiencia� sólo cuando estudian la cultura que los constituye a sí para algunos autores, (Bourdieu, 1988 y Guber, 1991) pasa por
mismos, no la de otros.

100
101
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cuatro - Lo local: apertura cultural

tomar ambas perspectivas como distintos momentos del conoci- El concepto de configuración cultural pone en entredicho que
miento. Para otros (Lins Ribeiro, 1989 y Da Mata, 1974) la síntesis allí donde haya un color de piel o un origen común, haya siempre
se logra con mediaciones entre ambas posturas, con conceptos una cultura e identidad compartidas. Las divergencias se hacen
como el de conciencia práctica que median entre individuo y so- presente de un modo situado, pero muchas veces se trata de sub-
ciedad, advirtiendo que las teorías tradicionales se han centrado alternidades, de diferencias de poder que se culturalizan. A las des-
en uno u otro polo de ese binomio. igualdades se adhieren características educativas, de género,
En una posición relacional, modo de pensamiento al que sus- étnicas; poder identificarlas, exige separar identidad de culturaK
cribimos, el inter-subjetivismo configuracional (Grimson, 2012:
18) sostiene que la cultura es construida socialmente y como tal Los individuos, en tanto agentes sociales, tienen como destreza
no forma parte de la naturaleza, aunque también defiende que inherente a su acción la capacidad de comprender o reflexionar lo
existen acciones de los sujetos que se convierten en objetos. La mú- que hacen mientras lo hacen, aptitud llamada conciencia prác-
sica y las identidades �para tomar dos ejemplos disímiles� no son tica” (Guiddens, 1987)K=Aun cuando en la vida diaria no precisen
naturales, son productos de prácticas sociales que cuando se han hacerlo, las rutinas que no se expresan de manera discursiva (con-
sedimentado o cristalizado, tienen una existencia real. fianza, previsibilidad) llevan a la idea de familiaridad con el con-
Todo lo humano es resultado de prácticas sociales y estas, con- texto en el cual la conciencia práctica se estructura. Lo familiar
vertidas en objetos materiales o simbólicos, se vuelven tan reales entendido como cotidiano que asocia dos elementos: la cercanía
que estructuran las sociedades. Así como adquirimos un lenguaje física y el conocimiento compartido de esa conciencia práctica que
que clasifica y significa el mundo, también utilizamos diferencias algunos distinguen del inconsciente, en el que no hay barreras
para imaginar y trazar fronteras. Hay obligaciones, rituales, ideas, entre esos elementos. La rutina y la previsibilidad son fuentes de
cuya existencia dependen del hacer humano pero su existencia no seguridad y formas en que se reproduce la vida social.
es subjetiva, es empíricamente verificable. Basta ingresar a un país Los marcos culturales son heterogéneos, son espacios de con-
y cruzar sus fronteras para constatarlo. flictos, diferencias y desigualdades. Son marcos de actores enfren-
=================================================================================================== tados o distintos, que pueden entenderse aun para disputar. Al
nacer y crecer en un espacio o contexto, vamos bebiendo signifi-
Configuraciones culturales e identidad cados, modos de mirar y entender las cosas y, en función de ellos,
actuar. Así como el lenguaje inicial que no elegimos, lo cultural se
En línea con lo anterior, aparece como superador el concepto constituye de prácticas, creencias, significados rutinarios luego,
de Grimsson de “configuración intercultural” como espacio fuertemente sedimentados, que adquirimos en contacto con los
donde existen tramas simbólicas compartidas, que dan horizontes otros próximos.
de posibilidad, desigualdad de poder e historicidad. Existen sen- La configuración cultural, en lugar de preguntarse por rasgos
tidos comunes instituidos que posibilitan y al mismo tiempo li- e individuos, se pregunta por espacios y sentidos. Es una sutura
mitan las formas de actuar, que nunca son homogéneos, aunque permanentemente reconstruida de diferencias y desigualdades in-
cada grupo significa, valora y jerarquiza sus diferencias de manera estables, porosas y flexibles, pero almacenadas. Es un lugar donde
propia y diversa.

102
103
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cuatro - Lo local: apertura cultural

las hegemonías o dominaciones, aunque siempre en riesgo de ero- mismo espacio y tiempo comparten sentimientos de pertenencia
sión, instituyen los términos de la disputa. �identidad� a un mismo colectivo en el que pierden su individuali-
La identidad, en cambio, alude a sentimientos de pertenencia dad y por el cual se diferencian de otros.
a un colectivo. Cada uno escoge con qué grupos se identifica, a Muchas veces hemos suscripto a la idea de que comunidad e
cuáles percibe como los otros semejantes. La identificación o iden- identidad coinciden y que sus fronteras pueden ser asignadas desde
tidad surge de sentimientos de pertenencia, en base a elecciones e fuera, porque observamos grupos que, aunque heterogéneos, com-
intereses comunes, que se articulan a través de una denominación. parten intereses y problemas. Por el contrario, los límites de una
Automáticamente construye percepciones y significaciones de los identidad compartida, del sentimiento de pertenencia, no pueden
otros ajenos, aquellos que no forman parte de ese colectivo. La ser determinados desde fuera.
identificación produce clasificaciones que emergen y se sedimen-
tan en una realidad constatable, pero como definición de quienes
se incluyen en ella, no de quien la observa o pretende abordar Culturas y academia en Latinoamérica
desde fuera. “La identificación es siempre una definición de acto-
res sociales y no una conclusión objetivista del investigador”, Cuando Rubén Ardila (1986) asevera que en América Latina
afirma Grimson (2011: 185). la ciencia no constituye un valor cultural como sí lo llega a cons-
Las fronteras entre las tramas de significados y de pertenencias tituir el arte, está planteando, sin saberlo, una referencia funda-
no siempre coinciden. Los sujetos podemos movernos entre dife- mental al vacío que tienen las ciencias por estas latitudes: eludir el
rentes configuraciones culturales, aprendiendo muy bien los lími- pensamiento propio del hombre latinoamericano y, correlativa-
tes de las prácticas. Pensar que podemos tener diferentes mente con ello, limitarse a repetir una cultura académica creyendo
posiciones, llevó a muchos a descartar el marco cultural. El hecho ingenuamente en su universalidad o sea, en nombre de la ciencia,
de que las fronteras sean cambiantes y porosas, no implica que ese constituirse en “sujetos culturales sin cultura” (González Gazques,
marco no exista y sea un poderoso constituyente de lo social. 1986).
Las culturas suelen ser más híbridas o mezcladas que las iden- La historia de nuestro continente está signada por la dualidad
tificaciones; la posibilidad de acciones que vayan más allá del sen- y la contradicción de modos de vivir como polos opuestos, adentro
tido de pertenencia y no sean corporativas, demanda asumir el y afuera de nosotros mismos, determinadas hasta por paisajes con-
carácter contingente de las identificaciones y exige conocerlas, por- tradictorios dadas las diferencias en los modos de situarse: una
que las fronteras pueden desplazarse, desdibujarse sin desaparecer. cultura domiciliada y otra con pretensiones de “universal” que ca-
Este dinamismo es constitutivo de la vida social. rece de centro por ser ajena a estas tierras y que, ante el fracaso de
Los conceptos señalados son herramientas útiles para pensar su arraigo, ha preferido la violencia para imponer sus criterios.
y debatir ideas corrientes en el trabajo comunitario: aquellas en Kusch (1973) explica la dualidad entre “el ser latinoamericano”
las que territorio/sociedad/ comunidad/cultura e identidad apa- y la llamada “civilización” como una historia con dos modos po-
recen como cuestiones similares o correlativas; aquellas que pien- sibles de caminarla: por arriba y por abajo. Diferencia cualitativa
san que todas las personas de una comunidad pertenecen a una entre lo que se juzga como deseable e indeseable, drama entre ser
cultura homogénea o, peor aún, que todos los que viven en un

104
105
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cuatro - Lo local: apertura cultural

alguien o estar siendo. En una apretadísima síntesis, Kusch distin- En tierras latinoamericanas, el estar siendo es un modo de ha-
gue, por un lado, el pensamiento occidental construido analítica bitarlas anterior y diferente a la racionalidad capitalista que ha
y conceptualmente sobre un “patio de objetos”, que plantea un impuesto y encerrado a todos en la ideología de una sociedad de
modo unívoco y superficial de transitarlo y llegar a “ser alguien” mercado, unida a una legitimación jurídica de la democracia for-
dentro de la cultura hegemónica llamada civilización, en la que mal y al formalismo abstracto de la ciencia occidental. En este es-
hay un predominio de la racionalidad científica y de la técnica sis- cenario, quienes actúan son formados por las universidades sólo
temática que tienden a cristalizarse en enciclopedia, carente de para el ejercicio liberal de sus profesiones; suscriben a ciencias,
suelo. Donde el “ser alguien” aumenta el desarraigo, porque asume no a creencias; estudian filosofías, no cosmovisiones. Años de es-
valores ajenos; donde los hombres dicen mucho, pero perdieron tudios formales tratando de tomar distancia de la realidad para
el habla aunque hablen todo el día. Donde el sujeto que afecta y ser objetivos, tanto tiempo analizando realidades desde fuera, pa-
modifica su ámbito a través de la acción, encuentra las causas de recen formar profesionales sin raíces, turistas en su propia tierra,
los fenómenos, los porqué y las soluciones en el afuera. Donde el como dice Kusch.
pensamiento prioriza lo cognitivo sobre lo ético, el saber exterior Más allá de las múltiples configuraciones culturales de las que
de las cosas porque necesita dominar el mundo para desalojar los podemos dar cuenta, lo que Kusch está marcando �y hacemos pro-
miedos en un hábitat urbano poblado de objetos y ordenado por pia� es una diferencia entre modos esenciales de residir en el
el rigor del consumo. mundo, que confronta al “ser latinoamericano” y a la llamada “ci-
Y por otro, el “estar siendo” latinoamericano, sembrado de in- vilización”; a los sujetos vivientes ligados a un lugar y a los sujetos
digencia, dioses, manosantas y rituales, que transita desde mucho abstractos, universales que hablan de todo, sin decir nada de nin-
antes y por debajo. Con un fuerte sentido de casa, del estar no más. guno porque suprimen los opuestos: la vida de la muerte, el día
Pensamiento seminal más que causal, que es considerado por las de la noche; las maneras de entender la vida, la calidad de vida, el
ciencias como arcaico, porque no gira sobre la objetividad sino trabajo, la economía, lo deseable o no deseable.
sobre los símbolos, especialmente sobre el arte desde el cual se ge- Hemos inscripto esta tensión entre quienes han pasado du-
neran sentidos y formas para cambiar las realidades dadas. Que rante años por espacios de educación formal y quienes no lo han
busca comprender más que entender, desde abajo hacia arriba, re- hecho; entre profesionales o técnicos y la mayoría de la población.
construyendo genéticamente la unidad de los sentidos de su cul- Hemos subrayado la distancia entre quienes dirigen las institucio-
tura como zona previa o anterior a toda conceptualización. Es un nes y aparecen como dueños �abrochados por una lógica parecida�
pensamiento que contempla el mundo como centro germinativo, y la población objeto de su intervención, ese colectivo aglutinado
no como fuerza exterior autónoma; que abona un saber del creci- con el nombre de “la gente” que incluye infinita diversidad de con-
miento y de la relación �no del progreso�; que conoce un modo de figuraciones culturales y sentidos de pertenencia.
habitarlo donde los miedos subsisten más allá de las explicaciones En un marco cultural que denominamos académico �para dis-
científicas, que busca resistir, no vencer al miedo y donde la reli- tinguirlo del científico� incluimos el modo de análisis de la realidad
giosidad �entendida como re-ligar las relaciones con la naturaleza, de quienes han pasado por circuitos de educación formal que
con los otros y con seres superiores� cobija y ampara. aprendieron a separar objeto/sujeto; teoría/práctica; representa-
ciones/conductas, etc.; que suscriben en sus prácticas a una cultura

106
107
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cuatro - Lo local: apertura cultural

racionalista, causal, que muestra contradicciones entre el ser y el dan fuera de ella, casualmente relegados a una denominación de
hacer, entre el individuo y la sociedad, pero con pretensiones de menor valor como “creencias o saber popular”.
universalidad, de “única versión”. Es un modelo que entiende las En los organismos públicos, destinados a la salud y a la educa-
cosas en el lenguaje de conceptos como representación de las cosas, ción, las prácticas muestran que en el mejor de los casos, las cul-
que prioriza la objetividad como distancia entre nosotros y lo que turas o saberes no académicos son reconocidos como existentes.
está lejos, que propone salir fuera de uno, en una objetividad que Pero los modos dominantes de actuar en esos espacios instituidos,
cancela al sujeto y a su interioridad, dominante en las instituciones los saberes legitimados como oficiales, aquellos que explican las
públicas de América Latina, aunque cuantitativamente sea mino- enfermedades y que deciden los conocimientos o competencias a
ritaria en la sociedad. poseer para desempeñarse en la vida, poca relación tienen con el
Argentina es uno de los países que se precia de haber tenido modo de vida cotidiano de las mayorías. Más grave aún, el “estar
una movilidad social ubicada entre las más altas de América La- siendo latinoamericano”, la forma domiciliada de habitar el suelo,
tina, donde la educación formal ha alcanzado �al menos en épocas queda excluido del paradigma civilizatorio.
pasadas� los mejores indicadores de cobertura. Sin embargo, la po- Al respecto, una investigación de la que participamos s� eñalada
blación mayor de 14 años que ha terminado estudios terciarios o como fundamento del presente trabajo (Manrique y Rosemberg,
universitarios no pasa del 8%. Si sumamos los preocupantes indi- 2000) � sobre el fracaso en la alfabetización de niños collas ejem-
cadores sobre los jóvenes que hoy no terminan el secundario (cerca plifica lo anterior. En su exposición inicial, los maestros atribuían
del 48%) se impone a simple vista que las mayorías pertenecen a las causas al “déficit lingüístico y cognitivo de los niños”. Al cabo
culturas “no-académicas”. de una tarea conjunta de tres años, entre promotores comunitarios
Entre ellas incluimos a quienes no han pasado o completado y profesionales de las universidades de Buenos Aires, Salta y Jujuy,
una educación formal, pero que abrazan en sus prácticas una cul- surgió como explicación a las dificultades que tienen los niños “la
tura popular, vital, seminal, profunda, donde convergen diferentes fractura en los usos de lenguaje, patrones de interacción, conoci-
saberes, sus propias experiencias y evidencias, donde es difícil en- mientos y formas de adquirirlos, revelada en la falta de relación
contrar las dicotomías, porque fusiona los opuestos y los horizon- entre los entornos en los que el niño participa, escuela y comuni-
tes. Es una manera de vivir que, si se analiza desde lo cuantitativo, dad” (p.14). Una apretada síntesis de las conclusiones de este tra-
es mayoritaria en América Latina, pero que, para gran parte de las bajo indican que, más allá de las múltiples y complejas
instituciones financiadas por todos, suele ser considerada una con- causalidades estructurales del doble fracaso de esos niños e� n la es-
dición irregular que es necesario cambiar. cuela primero, en la sociedad altamente alfabetizada después� no
A pesar de que hoy es fácil encontrar discursos que dicen re- son sus incapacidades sino las de la escuela, responsable inmediata,
conocer las diferencias, a pesar de que quienes valoran el trabajo a través de sus metodologías, de la organización de la enseñanza y
comunitario lo hacen confrontando con lo institucional (visto de las actitudes de los docentes que silencian al niño, que ignoran
como lo formal, como lo jerárquico rígido), lo que circula hege- sus conocimientos, cultura y forma de aprender.
mónicamente en las instituciones, aquello legitimado bajo el dis- Correlativamente, la investigación señala que es casualmente
curso de “lo científico” , es lo que denominamos cultura la negación de los niños a expresarse lo que dificulta la alfabetiza-
académica, en la que los saberes y modos populares siempre que- ción. El modo de enseñar que limita o impide a los niños iniciar y

108
109
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cuatro - Lo local: apertura cultural

sostener el tópico de una conversación, a tener una opinión, a mos- Hacia diálogos situados
trar un conocimiento y una expresión diferente a la del docente,
se muestra como la causa del fracaso de la escuela en lograr uno Sintetizando, el viaje personal y el de las ciencias en relación
de sus objetivos básicos. con las culturas e identidades, nos lleva a proponer la necesidad
La división que produce niveles de alfabetización diferentes en de cambiar el foco desde el cual ellas se miran y definen. Analizar
los niños, la centralidad del poder del docente, los abordajes idén- los modos de habitar el mundo, las identidades y el sentido de per-
ticos para situaciones distintas, la tendencia a patologizar situa- tenencia de las poblaciones de un determinado territorio, sin co-
ciones de origen estructural como las descriptas �donde la palabra nocer los nuestros, puede llevarnos a que leamos, interpretemos o
del niño es irrelevante� y la consecuente negación explícita y siste- tratemos de relacionarnos con los Otros desde Nosotros. Aunque
mática de igualdad de oportunidades, son todas características de hablemos en el trabajo comunitario de respetar las comunidades
la llamada “ doctrina de la situación irregular” (García Méndez, locales, el centro sigue siendo lo institucional propio.
1994) surgida para explicar el paradigma anterior a la Convención La fuerza y la verticalidad, características de la mayoría de las
de los Derechos del Niño. organizaciones, difícilmente visualicen las diferencias de poder:
Esa doctrina justifica intervenciones diferentes ante problemas por eso tienen serias dificultades en aceptar que el contexto, los
judiciales de niños que viven en condiciones socioeconómicas des- procesos, los agentes locales, la configuración cultural de las co-
favorables. Piensa a la infancia dividida: por un lado, los niños que munidades y las identidades sean el eje que articule las acciones.
permanecen bajo el control y la acción sociabilizadora de su inca- La apertura cultural pone, como punto fundamental, que la
pacidad, en sus familias y escuelas; por otro, los menores que están definición sea local. Si las configuraciones culturales son vistas mu-
fuera de esos circuitos, porque sus familias son pobres y requieren chas veces como pasivas y tradicionales, es porque se pretende
ser derivados a la protección/represión del Estado. cambiarlas desde fuera. La fuerza de ellas no son las seguridades y
Los niños que provienen del último grupo señalado son con- familiaridades recibidas sin demasiada conciencia, sino la razón
siderados incapaces, objeto de una protección-corrección por de pertenencia y las identificaciones elegidas conscientemente
parte de la escuela. Quedan separados de una infancia que puede desde dentro.
desarrollarse, al ser silenciados en su palabras y conocimientos, al El mundo actual, atravesado por los procesos de globalización,
ser vistos como niños “irregulares por su déficit lingüístico y cog- plantea como irrenunciable el reconocimiento de las diferencias y
nitivo” cuando, en realidad, son los docentes y la escuela quienes la necesidad del diálogo, la aceptación y el intercambio. En el tra-
se encuentran en situación irregular al aplicar políticas y metodo- bajo comunitario es fundamental encontrar y proponer alternati-
logías que responden a una cultura hegemónica que no es la de los vas de interlocución respetuosa con los otros. No es una alternativa
destinatarios, lo cual concluye en una violación de sus derechos hablar de relaciones respetuosas con el otro diferente sólo porque
como personas en general y como niños en particular. éste parece aceptar o no confronta, sólo porque no se expresa ha-
blando o significando como nosotros.
La multiculturalidad acepta lo heterogéneo pero niega las des-
igualdades económicas y políticas; propone salidas en apariencia
neutras: ampliar la democracia, el etno-desarrollo, aprender la len-

110
111
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cuatro - Lo local: apertura cultural

gua de las comunidades, aceptar sus maneras de organización, res- El carácter imaginado de la comunidad uniforme dificulta vi-
catar sus estrategias de supervivencia. Integracionismo, acultura- sualizar tanto la historicidad como las desigualdades de poder den-
ción, evangelización, educación popular, concientización, tro de una configuración cultural, así como la diversidad de
generalmente hablan de un centro que absorbe todo, incorpo- códigos comunicativos dentro de distintos marcos culturales. En
rando al otro diferente al modo dominante de ver y hacer (García tal sentido, la interculturalidad interpela a la comunicación como
Canclini, 2004). intersección de culturas; no es lo mismo el contacto que la com-
En esas respuestas se escudan inclusive muchos grupos “indi- prensión. Mucho menos entre modos de habitar el mundo que
genistas” a quienes sólo les interesa su autoestima particularista, transitan tantas diferencias.
la defensa acrítica de sus virtudes y su cultura, porque no pueden No es lo mismo poner en común que hacer público; sólo
enfrentar y resolver las desigualdades económicas y políticas, si- son lo mismo si hacemos abstracción de la heterogeneidad
tuación que conduce a otras versiones del etnocentrismo. Como cultural (…) La multiplicidad interactúa y la interacción no
la de aquellos que creen que, escondiendo las diferencias, van a anula la diferencia. La diferencia se produce en la interacción,
dejar de ser discriminados. Defender la cultura y afirmar la iden- las intersecciones se producen en las apropiaciones, resigni-
tidad, es sólo el primer paso para desde allí crecer, confrontar y ficaciones, combinatorias, asimilaciones y resistencias (Grim-
poder definir el proyecto que resuelva la tensión entre lo propio y son, 2011: 192).
el aislamiento. Las alternativas no pasan por reconocer las diferen- Pocas veces en un teórico “encuentro” o simple contacto, dis-
cias, negando las desigualdades y asimetrías, tampoco por refu-
positivo preferido en el trabajo comunitario.
giarse en las diferencias al no poder resolver las desigualdades,
condenándose a espacios aislados.
Coincidimos con quienes consideran más pertinente el tér-
mino interculturalidad, en cuanto indica que las diferencias son
diferencias, sólo están dadas en condiciones de negociación, con-
flicto o préstamos recíprocos. Si no se reconocen los diferenciales
del poder, aquéllas se tratan como adaptación a una cultura hege-
mónica, dejando de lado lo central, es decir el problema de la in-
terlocución y el conflicto.
En espacios de aparente integración, subsistían subjetivi-
dades jerarquizadas y no dispuestas a expresarse o a confron-
tar con otros considerados superiores (…) Las instituciones
que no han sido cuestionadas siempre serán ajenas, tal como
lo refiere la experiencia donde la población financia y sostiene
un servicio que ignora su manera de entender la salud, servi-
cio que simplemente deja de usar cuando no responde a sus
expectativas (Torres y Torres, 2012: 186).

112
113
Reinvención de lo Comunitario

Capítulo Cinco
iç=ëçÅá~äW=~éÉêíìê~ë==éçä∞íáÅ~ë

La verdad está en el viaje, no en el puerto… Viva


donde viva, cada persona contiene muchas personas
posibles y es el sistema de poder que nada tiene de
eterno, quien invita a salir en escena a nuestros habi-
tantes más jodidos, mientras impide que los otros crez-
can y les prohíbe aparecer… Aunque estamos mal
hechos, no estamos terminados, y es la aventura de
cambiar y de cambiarnos lo que hace que valga la pena
este parpadeo en la historia del universo, este fugaz ca-
lorcito entre dos hielos que nosotros somos.

Eduardo Galeano

114
115
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cinco - Lo social: aperturas políticas

De lo personal a lo social En el mejor de los casos, recibimos una formación en el sentido


más acotado de lo político Así conocemos que los partidos políti-
Hemos sostenido que la pobreza presupone una relación: es cos son las instituciones de las democracias modernas de Occi-
un problema social consecuente con la desigual distribución de dente que les permiten a los ciudadanos elegir o ser elegidos y les
recursos. También señalamos como sociales otras cuestiones, entre confieren la potestad de delegar por representación, el ejercicio del
ellas la salud y la enfermedad. Como personas nos sentimos lla- gobierno. Cuando decimos “no queremos que este movimiento se
mados a responder ante esas situaciones, a “ser con otros” y a hacer maneje políticamente”, en realidad estamos queriendo decir que
algo para resolverlas, aunque no siempre cultivemos esa vocación, no sea manejado por partidos políticos.
ni seamos conscientes de nuestro ser como parte de una sociedad. En la educación superior, con excepción de las carreras espe-
En la Grecia antigua, “polites” era el ciudadano que participaba cíficas, no se profundiza mucho más en nuestra formación social
de la vida de la ciudad, la “polis”, donde se resolvían los problemas y política. Hemos mencionado que la educación académica hege-
de todos, se debatía y se gozaba de sus beneficios. En Roma, la pa- mónica suele ser sólo una preparación para el ejercicio liberal de
labra equivalía a “sociales” o “civis”, de modo que político y social la profesión, que da poca importancia a las responsabilidades so-
significaban lo mismo; un sujeto consciente de su “ser con otros” ciales que nos competen como profesionales, científicos y ciuda-
metido en la “cosa de todos” (res-pública). Aunque en ese tiempo, danos.
ciudadanos con derechos no eran todos los habitantes: los esclavos En la educación formal predomina un pensamiento dicotó-
y las mujeres no podían participar. La noción actual de ciudadano mico (Estado/sociedad; teoría/práctica; cuerpo/mente; cualita-
es más amplia, se basa en derechos universales que comparten tivo/cuantitativo; naturaleza/cultura; persona/sociedad) que hace
todos y cada uno de los miembros de una comunidad, aunque mu- invisibles las relaciones y diferencias entre lo personal y social. Las
chas veces esto sea una apariencia y haya muchos ciudadanos con sociedades se describen como un gran organismo o la simple suma
menos garantías para hacerlo. de personas. No se profundizan las teorías e instrumentos para
La democracia griega implicó un salto cualitativo en relación comprender el pasaje de una a otra esfera, ni sobre una cualidad
con las anteriores formas de decidir en la sociedad, donde era el central de la vida social: el poder y la política.
más fuerte, el más sabio, el que heredaba esa condición de familias Todo ocurre como si la educación que transitamos por años
privilegiadas, etc. La democracia tiene sus limitaciones y sus me- nos desintegrara en múltiples dicotomías, obstruyendo o destru-
canismos poco claros, aunque el camino sea siempre mejorarla, yendo un pensamiento relacional que permita acercarnos a la rea-
perfeccionarla y no volver atrás. Falta mucho para que los gober- lidad en lugar de confundirla con los recortes que las ciencias, desde
nantes elegidos por el pueblo mejoren realmente la vida de quienes fuera, hacen de ella. Posteriormente, la práctica profesional nos en-
los eligen. frenta con obstáculos y limitaciones, derivados de problemas so-
La conciencia de ciudadano que se aporta y recibe como parte ciales ante los cuales �generalmente� no tenemos instrumentos ni
de una sociedad, proviene en nuestro país de una breve y básica recursos para actuar. Muchas de las dificultades institucionales de
instrucción cívica para conocer la organización de la comunidad nuestro hacer las asignamos a “problemas políticos”, casi siempre
política o de la nación; la educación formal sólo proporciona ele- descalificando la lógica y los valores de las prácticas político-parti-
mentales contenidos sobre territorio, historia, leyes, autoridades. darias, sin encontrar caminos para intervenir en ellas.

116
117
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cinco - Lo social: aperturas políticas

Reconocemos que los problemas sociales condicionan o limi- ¿Cómo cambian las sociedades? A esta pregunta se la responde,
tan las posibilidades personales, pero no sabemos cómo cambiar- según Elías, desde dos posturas: una que plantea que las transfor-
los. Nos refugiamos en prácticas individuales �como el caso de la maciones históricas son bosquejadas, proyectadas y creadas por
ingeniera en ferrocarriles� o en el mejor de los casos tratamos de una serie de individuos, entidades, personalidades, o tratando de
actuar sin capacitación previa. Eso nos lleva a plantear la necesidad dar una explicación racional que concibe que el Estado ha sido
de una apertura hacia lo social, de reflexionar sobre el pasaje de lo creado para mantener el orden. Mirada retrospectiva que deja mu-
personal a lo social, particularmente sobre la forma en que las per- chas preguntas sin respuesta. La otra posición sustenta que el in-
sonas podemos participar en la construcción de las decisiones que dividuo no representa papel alguno en la sociedad y esta se
regulan los recursos y las posibilidades que mejorarían las condi- representa como una entidad, un organismo supra-individual,
ciones y la calidad de vida de nuestros semejantes. donde quién decide es la historia, Dios, el universo…
La ciencia de la sociedad no es una ciencia de la suma de indi-
viduos, sino de relaciones que no son reductibles a ideas o inten-
El poder y el sujeto de la política ciones particulares. Coincidimos en que las decisiones sociales no
pasan sólo por las personas en tanto individualidades; que los in-
tereses personales son necesarios pero no suficientes.
Si bien consideramos que las personas somos producto de cier-
tas condiciones sociales, al mismo tiempo sabemos que no estamos Las prácticas e investigaciones realizadas nos hacen suscribir
determinadas absolutamente por ellas. Somos capaces de producir la hipótesis de quienes sostienen que las sociedades cambian como
cambios sociales aunque no todas tengamos las mismas posibili- resultado de la lucha entre las fuerzas que las constituyenI=donde
dades de hacerlo. Tampoco parece ser sólo una cuestión de volun- algunos grupos con poder inducen, presionan y logran imponer
tad, esfuerzo o buenas intenciones, o que bastara la participación decisiones, ante aquéllos que se resisten u oponen a ellas. Son ex-
en partidos políticos. Muchas personas se desencantan de expe- cepcionales las personas que por sí solas puedan producir cambios
riencias político-partidarias al constatar la imposibilidad de lograr porque para actuar en el escenario social, hacen falta sujetos polí-
lo que se propusieron. Se advierte que circulan otros poderes (eco- ticos, sujetos con poder.
nómicos, sindicales, religiosos, etc.), ni explícitos, ni legítimos, pero No es nuestra intención dar un curso sobre el poder, pero con-
que al final terminan imponiéndose. La siguiente cita de Elías in- sideramos importante acordar algunas ideas básicas para evitar
vita a pensar en nuestra manera de estar en la sociedad: confusiones habituales. Todas las relaciones humanas están atra-
¿Qué es esta sociedad que formamos todos, pero que nin- vesadas por el poder, entendido como la capacidad que unos tie-
guno de nosotros, ni siquiera todos juntos, hemos planeado nen de influir en otros, donde unos influyen más de lo que son
y querido tal como hoy existe? (…) ¿Sociedad que sólo existe influidos. El poder está presente en toda relación de dominio,
porque existen muchas personas, pero cuya estructura, sus donde quienes son dominados aparecen aceptando por sí mismos
grandes transformaciones, es evidente que no dependen de lo mandado. Ahora bien: quien es influenciado por otro tiene que
la voluntad de personas individuales? (1987: 17). poder elegir no estarlo; si esta opción está ausente, no sería una
relación de poder, sino de esclavitud (Weber, 1989).

118
119
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cinco - Lo social: aperturas políticas

No entendemos esa facultad de hacer algo llamada poder como La política es un instrumento, no es un fin en sí mismo; es un
una potencia que se adquiera, se quite o se entregue. Nadie es su proceso dialéctico entre las fuerzas del campo social que pugnan
titular, porque es parte de un vínculo donde quienes definen, de- por el poder. El sujeto de la política no es una persona sola, por
ciden, mandan u ordenan no lo hacen por sus solas potencialida- más que ocupe un cargo muy importante. Su validez no depende
des, sino porque otros aceptan o legitiman esa decisión. El poder de la buena o mala intención con que lo ejerce, sino de la capacidad
está presente en toda relación atravesada por un sentido impera- de armonizar o no con las necesidades y valores de una sociedad.
tivo (“quiera esto o deteste aquello”) ya que es un campo de fuerzas Al ser una práctica, la política supone que el sujeto que la ejecuta
que ningún sujeto puede crear por sí solo (Cevallos Garibay, 1986). no es una persona, sino una fuerza social, un sector que logra im-
Además, no es algo negativo ni positivo por sí mismo. Según poner sus intereses al conjunto (Calderón, 1987).
sus formas o usos, puede contribuir tanto a una represión o con- El sujeto político es colectivo, es un actor social. Una fuerza so-
dicionamiento de la libertad de otros, como a la posibilidad de cre- cial puede influir por ser un grupo mayoritario, por alianzas con
ación. No es una cuestión sólo material, sino también simbólica. otros grupos, por disponer de algún medio para incidir en la opi-
El poder puede provenir de una cantidad de personas o de una ca- nión pública. En un trabajo anterior, afirmo:
lidad diferente de ellas, del dinero o de las armas, del conoci- En la vida social, toda acción, proceso, idea, actitud o ins-
miento, de la capacidad de gestión o de la calidad ética. Puede titución social enfrenta un dilema: o supone la bondad o va-
resultar de la imposición de un sector o de un acuerdo de varios. lidez del sistema social imperante o su no bondad e invalidez
Puede ser una influencia al servicio de algunos o de muchos. y se esfuerza por transformarlo. Contribuye a reproducir o
El poder se expresa de diferentes formas en un entretejido de transformar el orden vigente. No hay neutralidad en política,
pequeña y gran escala al mismo tiempo. Los macro poderes se sus- la neutralidad es aceptación del orden vigente. Somos mario-
tentan por micro poderes y viceversa (Foucault, 1980). Lo impor- netas o protagonistas de la existencia personal y social (…)
tante es que donde hay dominio, siempre hay posibilidades de La política es el ámbito donde lo privado y lo público, lo per-
resistencia. Sean de manera abierta, cuando se expresan, o en sonal y lo social, lo sagrado y lo profano, cumplen una fun-
ción en favor del sistema establecido o forman parte de la
forma oculta, de aparente complacencia. Hay muchos mecanismos
búsqueda y construcción de una nueva organización social.
por los cuales aquellos que no están de acuerdo con una decisión
Todo es político, aunque la política no lo sea todo (Torres,
u orden pueden ignorarla, resistirla o hacer como si se cumpliera
2002: 74).
sin cumplirla. Muchas veces esas resistencias son conflictivas, por-
que dan cuenta de grupos que se oponen. Otras transcurren por
abajo como simples transcripciones ocultas (Scoot, 1990).
En toda relación social está presente esa capacidad de influir y Las Políticas y la “cuestión social”
de resistir. En la pareja, en la familia, en una institución o en la co-
munidad nacional. Existen reglas explícitas o no, conscientes o
poco conscientes, que hacen legítimo, aceptable el dominio de al- Advertimos ya que hay muchas formas de entender la pobreza y
gunos. También existen prácticas y regulaciones que habilitan a tratar de resolverla, y coincidimos con quienes la explican como
defenderse, resistir o cambiar el sentido de ese dominio. consecuencia de “políticas” responsables de una desigual distri-

120
121
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cinco - Lo social: aperturas políticas

bución de los recursos. Si para cambiar las condiciones sociales e incluye a las políticas económicas, laborales y fiscales o del fi-
no alcanza con las mejores intenciones de los gobernantes, si el nanciamiento del Estado.
sujeto de la política no es un individuo solo, sino un colectivo de Las políticas sociales en cambio son aquellas decisiones que
actores con capacidad de influencia ¿cuál es la posibilidad que tie- operan en la distribución secundaria del ingreso, distribuyen opor-
nen las personas de incidir en sus circunstancias? ¿Pueden las per- tunidades de vida o calidad de vida en diferentes aspectos o sobre
sonas tratar de modificar esa distribución o sólo podrán soportar distintos sectores de la población. Son la denominación moderna
lo que les toque en suerte? de la llamada “cuestión social” y abarcan las respuestas del Estado
y de los grupos de poder �sea como acciones, sea como omisiones�
Responder a estas preguntas exige ir más allá de una idea ge- a los problemas que plantean a la sociedad los sectores percibidos
neral de vocación política del ciudadano interesado en la cosa pú- como amenazas.
blica. Requiere que, además de considerar la política partidaria Son intervenciones de la sociedad sobre sí misma, mezcla
para ser parte o control de los gobernantes, reflexionemos sobre entre lo público y lo privado, que actúan específicamente en las
la participación en las llamadas “Políticas” con mayúscula y plural. condiciones de vida y reproducción de vida de distintos sectores.
Ellas siempre cuentan con nosotros. No son decisiones sobre el proceso productivo (por retribución),
Con la palabra “Políticas” nos referimos a aquellas decisiones sino en la redistribución que se le superpone y con la cual la so-
(leyes, normas, instituciones, formas de organizaciones) que lo- ciedad resuelve los desequilibrios consecuencia del capitalismo
gran imponerse al conjunto social como resultado de negociacio- (Castel 1997).
nes entre diferentes actores del Estado, del mercado y de las Las gestiones del Estado en la cuestión social no son las únicas.
familias, y que determinan cómo se recaudan y cómo se distribu- Hay un conjunto de instituciones y actores no estatales que des-
yen los recursos de la sociedad. Las políticas siempre llevan implí- pliegan intervenciones sociales. Algunos reservan el término de
cito el modelo de sociedad y los puntos de vista de quienes políticas sociales para las asumidas por el Estado; sin embargo
participan en su formulación y son el resultado del juego de fuer- todas ellas son siempre el resultado de arreglos entre el Estado, el
zas donde se participa por acción u omisión, como partes a favor Mercado y la Familia. Siempre implican transferencias de ingresos,
o partes en contra. Quién cree no participar, en realidad integra la regulaciones en torno a la economía, rol del Estado, distribución
mayoría silenciosa que sostiene el orden o las decisiones vigentes. del poder y formas de control social.
“La recuperación de lo político (polemos y polis: la posibilidad de
antagonismos frente y dentro del orden de la ciudad) es una de las
tareas más importantes de una teoría crítica de los derechos hu-
manos” (Herrera Flores, 2005: 66). Memorias del presente
Las políticas implementadas por el Estado y financiadas por
todos, se llaman públicas y existen de diferentes tipos. Una primera Señalamos que la pobreza se constituye como objeto de análisis
gran división incluye políticas económicas y políticas sociales. Las sociológico desde fines del siglo XVIII con el surgimiento de las
primeras son las que operan en la distribución primaria del in- sociedades industriales. Las formas de enfrentarla sin duda han
greso, en el acceso a bienes y servicios a través del salario o capital, variado desde el origen de los Estados modernos. “El presente no

122
123
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cinco - Lo social: aperturas políticas

es sólo contemporáneo. Es también un efecto de la herencia y la sus propios recursos. Sin duda, por esa protección había que pagar
memoria de esta herencia nos es necesaria para comprender y un alto precio, la super-explotación y la pérdida de libertad; sin
obrar hoy”, dice Castel (1997: 15). embargo, hacia el siglo XVIII, hombres libres solicitaban volunta-
Con especial incidencia en el tema comunitario, las participa- riamente convertirse en hombres de un amo. La independencia
ciones sociales actuales hunden sus raíces en un pasado remoto. amenazaba su existencia porque los privaba de protección cercana.
Como señala ese autor en un trabajo señero en la materia y que sin- Estas formas explican que siendo la pobreza un estado generali-
tetizamos en este apartado, La metamorfosis de la cuestión social, zado, no se planteara la cuestión social. Los carecientes no repre-
aunque cambien de nombres o apariencias, hay respuestas a la cues- sentaban un factor de inestabilidad interna.
tión social que siempre reaparecen y no cambian en lo esencial. En los comienzos de la Edad Moderna, con la toma de la Bas-
tilla ejecutada por grupos paupérrimos e indigentes que las comu-
nidades y las familias ya no podían contener ni alimentar,
comienza una interpelación que obliga a los Estados nacientes a
¿Qué existía antes de la cuestión social? responsabilizarse por los ciudadanos y a convertirse en una ins-
tancia garante de la satisfacción de sus necesidades. Lo social surge
Parece importante responder a esta pregunta, ya que remite a en ese momento para paliar la brecha entre la organización política
situaciones similares a lo que no hace mucho ocurría en las comu- y el sistema económico, y para concertar regulaciones q � ue no eran
nidades marginales. Una colectividad sin lo social sería aquella re- las del mercado� cuando se quebraron las redes de sociabilidad pri-
gida por la sociabilidad primaria: reglas que vinculan directamente maria o comunitaria. Coincide con el fin del Antiguo Régimen, el
a los miembros de un grupo a su familia, al vecindario, al trabajo; inicio de los Estados modernos y los cambios hacia la producción
donde se tejen redes de interdependencia sin mediación de insti- capitalista.
tuciones específicas. Son sociedades de pertenencia, donde el in-
dividuo reproduce en lo esencial los mandatos de la tradición y de
la costumbre. En ellas no existe lo social, lo económico, lo político
como dominios identificables de prácticas. Corresponde a lo que Lo social-asistencial
la Antropología histórica ha denominado “sociedades campesinas”.
Después de un breve recorrido histórico, nos referiremos a las En el siglo XVIII, las sociedades en las que lo social no es aún
formas de abordar la pobreza de los pueblos originarios. En el Oc- un dominio particularizado en la agenda de los gobernantes per-
cidente cristiano, había organizaciones feudales que conjugaban miten caracterizar cierto tipo de mediaciones que llega hasta nues-
las relaciones horizontales en el seno de la comunidad rural con tros días, llamado lo “social asistencial”. A semejanza de la
las relaciones verticales de sujeción a un señor feudal. Eran socie- sociabilidad primaria, se concibe la asistencia como lugar de pro-
dades seguras y fuertemente integradas, donde la precariedad era tección, cercano en su significación al modelo del Cristianismo
parte de la condición de todos y los grupos tendían a funcionar que se traduce en la ayuda a los parroquianos, al prójimo cercano
como sistemas que recomponían su equilibrio, reafiliando a sus ante el riesgo de distanciamiento social o la incapacidad de solu-
huérfanos o discapacitados en el ambiente familiar extenso, sin cionar sus necesidades por sí mismo.
cortar la pertenencia comunitaria. Restablecían ese equilibrio con

124
125
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cinco - Lo social: aperturas políticas

El término “asistencia” incluye un conjunto muy diverso de lucrada en el problema de paliar la pobreza. Un procedimiento era
prácticas. Tienen una estructura común por estar destinadas a po- el comercio entre ricos y pobres, en beneficio de ambas partes aun-
blaciones que no cuentan con recursos y responden a la necesidad que sin afectar el orden no igualitario del mundo. “Podéis tener
de hacerse cargo de ellas. Son prácticas que tienen una función riquezas sin ser envenenados por ellas si las tenéis en vuestra casa,
protectora cuando fracasa la sociabilidad primaria, por eso se con vuestra bolsa y no en vuestro corazón”, sentencia San Fran-
habla de lo social asistencial como sociabilidad secundaria; son sis- cisco de Sales.
temas independientes de grupos familiares o vecindarios, a partir La llamada “economía de salvación” sigue siendo uno de los
de los cuales se constituyen instituciones más complejas. recursos más importantes, a pesar de que funda al mismo tiempo
Asimismo, exigen niveles de especialización que van generando una percepción discriminatoria de los pobres que merecían ayuda.
núcleos de profesionalización futura de aquellos que se hacen La impotencia del cuerpo, la vejez avanzada, la infancia abando-
cargo de ese tipo de problemas. No cualquiera lo puede hacer, sino nada, la enfermedad preferiblemente incurable eran pasaportes
alguien especializado: el religioso, el médico, el asistente social, el para ser asistidos. Incapacidades no voluntarias, a las que se suman
experto en proyectos, el puntero político. Esa especialización in- la pertenencia comunitaria, el prójimo cercano, el territorio, son
cluye un mínimo de saberes para que los agentes encargados pue- criterios de todos los tiempos para recibir asistencia.
dan evaluar situaciones en las que intervendrán, a quiénes Instituciones especializadas van haciéndose cargo de lo social,
asistirán. También incluye una localización de las prácticas: no se sin modificar demasiado las relaciones de asistencia, con diferentes
cura en cualquier lado, por ejemplo; divide prácticas instituciona- intenciones hacia esos grupos considerados carecientes: educarlos,
lizadas de las extrainstitucionales (de allí las prácticas comunitarias protegerlos, integrarlos, prevenir riesgos. Primero fueron redes de
en salud). Tampoco todos los sujetos son objeto de asistencia u � nos reciprocidad e intercambio de carácter privado, que no se ejercían
son rechazados, otros aceptados� y suelen establecerse criterios para sólo en el interior de las comunidades sino también entre sectores
ello: pertenencia comunitaria, ineptitud para el trabajo. Estas dis- sociales y de poder: el compadrazgo, el patronato, el clientelismo
tinciones limitan el campo de lo social asistencial, diferenciándolo político.
de las intervenciones sociales dirigidas a poblaciones capaces de Luego fueron regulaciones o modos más sistemáticos no ins-
trabajar y de aquellas ajustadas al criterio de derechos. titucionalizados de asistir a las poblaciones que generaron reglas:
control migratorio, leyes de mendicidad, represión del vagabun-
Más allá de esos cambios, Castel �en la obra mencionada� de- deo, regulaciones sobre la vida y los cuerpos (la biopolítica o hi-
muestra el carácter fundador del Cristianismo en todo el campo gienismo); regulaciones sobre el capital y trabajo, como las leyes
social asistencial de Occidente. La caridad cristiana y las acciones laborales. Posteriormente, surgieron instituciones más formales,
de ella derivadas, como la beneficencia laica, han modelado y si- de carácter público, donde también cambiaron el sentido y las for-
guen modelando las intervenciones, aunque no sean realizadas por mas: desde la beneficencia religiosa, laica, filantrópica, la asistencia
la Iglesia. pública estatal hasta las políticas o programas sociales modernos.
La impronta de la caridad también aparece como forma de fi- La asistencia social estatal aparece cuando surgen los Estados
nanciamiento de la asistencia social. Desde la época medieval, “las como articuladores sociales, con mediaciones centralizadas �coor-
obras de misericordia” desarrollaron una economía política invo- dinadas por técnicos� que superan las formas discontinuas, basadas

126
127
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cinco - Lo social: aperturas políticas

sólo en la buena voluntad de la beneficencia pública, sin que ello • El Estado liberal o residual o de igualdad formal, donde
implique que el Estado tenga el monopolio de las acciones sociales existe igualdad jurídica ante la ley y son los intercambios del
(Álvarez Leguizamón, 2004). mercado los que deciden el acceso a los bienes. Es un modelo
Esta breve síntesis sobre del devenir de las intervenciones so- también llamado de ciudadanía invertida, donde el Estado in-
ciales asistenciales muestra como muchas de ellas han interferido, terviene sólo cuando el mercado fracasa, ayudando a las fami-
en parte para hacerse cargo y en parte para ocultar un aspecto cen- lias a las que convierte en objeto del asistencialismo. Prima el
tral de la cuestión social: aquella que deriva de la problemática del criterio de focalización; por ejemplo en salud, el Estado se
trabajo. Como dice Castel, toda la historia de la asistencia juega ocupa sólo de los más pobres, financiando la demanda (lo que
con la contradicción de cómo convertir al solicitante de ayuda en se pide, no lo que se necesita)
un productor de su propia existencia. Y esta pregunta no tiene res- • El Estado cooperativo o meritocrático de igualdad de opor-
puesta en el registro de lo asistencial, sino en el registro del trabajo tunidades. Amplía la igualdad jurídica para incorporar “a
entendido como participación de los sujetos en el proceso creador todos” en la participación política. La distribución la sigue ha-
o transformador, que les permita acceder a lo necesario para la ciendo el mercado y para la protección social hay un criterio
vida y calidad de vida por sus propios medios. solidario y meritocrático: los individuos reciben compensacio-
nes de acuerdo a sus contribuciones salariales, a sus seguros so-
ciales. La ciudadanía se regula a partir de la inserción grupal
Las políticas sociales modernas en la estructura productiva. En el área de la salud, corresponde
a las propuestas de seguros y obras sociales.
Al final de esa breve historia, aparecen las políticas sociales • El Estado social-demócrata o de igualdad de resultados: en
modernas, que se organizan con variantes, en los Estados de Bien- él aparecen los derechos sociales y se exige la redistribución de
estar: son sistemas o modalidades que los Estados han encontrado recursos para corregir las desigualdades, con el criterio de co-
para hacerse responsables de las necesidades de sus ciudadanos y bertura universal. Considera las necesidades de diferentes gru-
se basan en la intención de sacar de la lógica del mercado, des- pos para dar más a quienes tienen menos. Se aleja del principio
mercantilizar, las necesidades reconocidas como derechos. de igualdad para acercarse al de justicia social. En salud se co-
Son arreglos acotados por el capitalismo y funcionales a sus rresponde con sistemas únicos de salud y financiación de la
intereses, que buscan controlar los desequilibrios del sistema y que oferta (se anticipan a las necesidades).
resultan en intervenciones de distintos actores sociales, con dis-
tintas lógicas, objetivos, instituciones y modos de representar o Como modelos teóricos, definen las interrelaciones entre los
significar a los destinatarios. Varios autores (Esping Andersen, poderes estatales, económicos, sociales y familiares, especialmente
1993; Martínez Frazzoni, 2005; Fleury, 1997) dan cuenta de tres el rol del Estado como organizador de la felicidad de sus integrantes
grandes modelos o formas teóricas con que los Estados garantizan al mismo tiempo que marcan los límites a un Estado totalitario.
el bienestar de sus integrantes: Articulan un juego permanente sobre las formas de entender los
beneficios y los mecanismos de coerción que tiene el Estado. Como
todo modelo teórico, ninguno se concreta puro en la realidad, pero

128
129
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cinco - Lo social: aperturas políticas

conocerlos permite analizar diferentes sistemas y sus posibilidades neralizada, considerando que en casi dos siglos transcurridos, si-
de garantizar derechos. De igual manera, permite observar en mu- guen siendo pobres hijos de pobres quienes viven en esos lugares.
chas instituciones la persistencia de criterios que no los garantizan.

Objetos del señorío estatal y mercantil


La historia desde el lugar de los pobres hijos de pobres
Los Estados procuran legitimarse con políticas de asistencia,
La memoria sobre las formas en que la sociedad ha intervenido desarrollo, seguridad y justicia para lograr una valoración positiva
sobre sí misma para dar respuesta a sus problemas de cohesión so- de sus funciones y la consolidación de la unidad nacional.
cial, demuestra que ellas no están separadas de las características
En las regiones de frontera, como la Quebrada, la Puna jujeña
de cada etapa histórica, del tipo de organización política y del rol
y los Valles Cordilleranos de Salta, el Estado llegó primero como
del Estado, del modelo económico o de acumulación, de las lógicas
imposición militar y territorial. Por lazos culturales, los collas de-
sobre la pobreza de quienes deciden, de las instituciones y de los
berían haberse integrado a Bolivia pero quedaron en inferioridad
destinatarios principales, etc.
numérica c� omo otros pueblos originarios� en un país que abrió los
Así lo hemos fundamentado en la descripción de las diferentes brazos a las culturas europeas. Las Tierras Altas se integraron al
etapas de la construcción de lo social, de manera general en la Ar- país recién después de ochenta años de la Independencia, con la
gentina, y en particular en la región de las llamadas Tierras Altas llegada del ferrocarril a sus principales ciudades.
(Torres, 2001). Sintetizamos entonces un largo proceso, donde se
La mayoría de los trabajadores eran siervos disfrazados bajo la
transitó desde los modelos de la caridad cristiana colonial �pa-
forma de peonaje, retenidos por el vínculo de la deuda, que divi-
sando por la beneficencia o filantropía religiosa y laica, las dife-
dían su tiempo entre el duro trabajo en las minas e ingenios d � onde
rentes formas de asistencia social pública, el modelo peronista del
les retenían los documentos�, y las prácticas de agricultura y gana-
Estado de Bienestar, las políticas neoliberales o crisis del Estado
dería en tierras que eran propiedad de los dueños de los ingenios,
de Bienestar� hasta llegar a la fragmentación y superposición de
por las que pagaban arriendo
respuestas que aparecen en la etapa del autodenominado “modelo
nacional y popular”. El Estado de Bienestar llegó tarde y tímidamente a esas re-
giones, con algunas políticas de educación y de salud, con pocos
Desde los orígenes de nuestra nación, el incipiente Estado ar-
recursos, baja calidad y una clara intencionalidad controladora
gentino tuvo que enfrentar situaciones relacionadas con la miseria
y reformista. Al respecto, recordemos las ideas civilizatorias del
y la pobreza. Sin embargo, no lo hizo de la misma manera en todos
nacionalismo decimonónico �que opuso la civilización europea a
lados. Su evolución marca claras diferencias entre las provincias y,
la barbarie de los pueblos originarios� que fueron reproducidas
dentro de estas, entre el centro y sus regiones periféricas. Los tiem-
en las primeras escuelas primarias desde comienzos de mil no-
pos de cada etapa no son los mismos en el interior, ni mucho
vecientos. Aunque generalmente funcionaban en ranchos alre-
menos en el interior del interior. A los efectos del presente trabajo,
dedor de un docente, lograron los objetivos de consolidar la
parece importante registrar el devenir de las formas en que el Es-
identidad nacional, a fuerza de anular las culturas locales a las
tado y la sociedad han intervenido en los lugares de pobreza ge-

130
131
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cinco - Lo social: aperturas políticas

que les quitaron el idioma, los saberes y fueron vistas como in- Recién llegadas a todas las comunidades precarias escuelas y
cultas e inferiores. La brecha entre la cultura hegemónica de la enfermeros, se comenzaron a sentir los efectos de su pérdida con
escuela y la cultura de las poblaciones nativas, es una de las prin- el significativo deterioro de los servicios de salud y de educación,
cipales causas por las que aún hoy esa institución fracasa en su productos de la retirada y debilitamiento del Estado que abrazó
elemental objetivo de alfabetizar. las políticas neoliberales. En un trabajo anterior, precisamos:
Los colegios secundarios recién aparecieron con el gobierno La crisis del financiamiento de los Estados provinciales a
peronista y en las ciudades alrededor del ferrocarril. En el interior, los que se trasladaron todos los servicios de salud y educación,
hacia 1980 sólo el 10% de los chicos que ingresaban a la escuela comenzaron por una reducción presupuestaria de aquellos
terminaban los estudios primarios. que atienden a las poblaciones más alejadas y con menos po-
sibilidades de reclamos (Torres y Torres, 2010:127).
Recién en la época de Perón, la población de las ciudades ca-
beceras tuvo acceso a hospitales, aunque con pocos e inestables
servicios profesionales. En el área de la sanidad, la biopolítica como
racismo de Estado, evolucionista, llegó a todas las comunidades
hacia 1970 con los programas de salud rural y las primeras cam-
Siempre objetos de lo social asistencial
pañas o visitas médicas. Siete décadas después que a las capitales
La fotografía anterior se completa con la ausencia de otros ser-
provinciales.
vicios o programas sociales, con la inexistencia de organizaciones
En esos lugares alejados aún hoy de las instituciones de justicia, propias o de base, con excepción del sindicato minero en los esta-
con escasa presencia de algunos policías y juzgados de paz �la ma- blecimientos correspondientes. Objetos del señorío del mercado
yoría de las veces ejercidos por ex-policías� rigen las condiciones y del Estado, arrendatarios de las tierras que siempre habitaron,
para asegurar un señorío estatal y prácticas de una ciudadanía de hacia las últimas décadas del siglo pasado las poblaciones collas de
baja intensidad, características de regiones “neofeudalizadas” las Tierras Altas sólo contaban para hacer frente a sus generalizadas
(O¨Donell G; 1999). Prevalecen los sistemas de poder privado o y múltiples condiciones de pobreza con sus tradicionales redes de
privatizado, donde no tienen vigencia los derechos y las garantías sociabilidad primaria (Torres y Torres, 2010).
de la legalidad democrática del Estado, desaparece el Estado nación
Las políticas neo-asistenciales de la década del 90 encuentran
y el orden público que lo sustenta.
en la Iglesia uno de sus más confiables ejecutores de la acción social
Con el comienzo de la apertura de la economía a fines del siglo organizada, por las características paraestatales de la casi única ins-
pasado, los campesinos perdieron posibilidades de ir a los ingenios titución no gubernamental con presencia en todos los rincones de
y a las minas; el proceso de exclusión se completó con el cierre de la región. Poblaciones que no habían abandonado su condición de
los ferrocarriles. Antes de su proletarización total, ya habían sido sociedades sin lo social, apenas rozadas por el Estado de Bienestar
alcanzados por las políticas neoliberales y los ajustes de la década con tardíos y deficientes servicios de salud y de educación, y ya se
del 90, cuando sus tradicionales representaciones como trabajado- encontraban entrampadas en las políticas neoliberales de esa dé-
res los devolvieron a sus actividades de subsistencia o como prefe- cada. Se cerró rápidamente el ciclo que une lo social del Medioevo
ridos destinatarios de programas de empleo transitorio o precario. con la solidaridad privada e indiferencia pública de la política so-

132
133
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cinco - Lo social: aperturas políticas

cial menemista. Leemos que “Cada parroquia responderá por sus las condiciones geográficas y los costos, suman barreras para el ac-
pobres como un padre de familia por sus hijos” en una Ordenanza ceso a estudios superiores o universitarios.
del final del Antiguo Régimen en Francia, citada por Castel. Com- Han cambiado los nombres, los requisitos para ser beneficia-
paremos este fragmento con la Ordenanza virtual de las políticas rios; también el tipo, las fuentes y las condiciones para el financia-
focalizadas de finales del siglo XX en América Latina: “Cada co- miento de programas o proyectos, pero ellos siguen siendo en su
munidad pobre responderá por sus pobres, con un mínimo incen- mayoría alternativas no formales de economía solidaria. Así se ex-
tivo del Estado como cada familia pobre responderá por los suyos” plica que en los umbrales de nuestro milenio, una encuesta a 2000
(Álvarez Leguizamón, 1999). familias mostraba con validez cuantitativa un panorama particular
Esas tierras inhóspitas y de frontera que pocos se animaban a en la región. Entre otros datos, el 54% de las familias no tenían in-
habitar, recién comenzaron a ser devueltas a sus poseedores origi- gresos fijos; con trabajo remunerado sólo había un 30% de familias
narios, con títulos de propiedad, a fines del siglo pasado, en un y un 9% de pensionados. Casi la mitad de la población mayor de
proceso no terminado aún en el presente. A pesar de haber recu- 10 años apenas habían asistido a la escuela (un 10% nunca había
perado su identidad, de contar con organizaciones propias y más ido y un 28% no había pasado de los primeros grados). Ese por-
allá de permanentes luchas y reclamos, estos pueblos no han lo- centaje llegaba al 60% en las comunidades rurales. La mortalidad
grado que ningún gobierno les restituya aquello que les hubiera infantil de la región era tres veces mayor a la media nacional y el
permitido dejar de ser objeto de políticas sociales/asistenciales y 44% de las familias referían que cuando se enfermaban sólo acce-
participar de la redistribución primaria de la riqueza, sus tierras. dían a un enfermero o agente sanitario pero no a la atención mé-
El Estado nunca se hizo presente en la región con políticas de re- dica (Seminario de Políticas Públicas para Infancia Rural; 1996).
forma agraria o alternativas de inclusión en el mercado. Cuestión
que parece más complicada en la actualidad como consecuencia
de los fuertes intereses económicos que promete la renta minera
de un riquísimo subsuelo.
Excluidos hasta de una pretendida universalidad
En el devenir cercano de esta breve historia, podemos constatar Dos siglos de historia independiente y las Tierras Altas siguen
mejoras en algunas infraestructuras escolares, en los puestos sani- estando entre los lugares considerados de pobreza estructural, pri-
tarios y en los hospitales. Pero poco se han modificado ciertos nú- meros entre todos los departamentos del país, en todos los indi-
meros: los departamentos territoriales donde viven las poblaciones cadores de necesidades básicas insatisfechas (Torres y Torres; 2010:
indígenas son todavía los que tienen los peores indicadores del país 18). Su población ha sido y es destinataria privilegiada siempre de
en repitencia, deserción o sobreedad escolar; en desnutrición, mor- prácticas asistenciales, discontinuas, inspiradas y financiadas con
talidad infantil y mortalidad materna evitables. Se han multipli- la lógica de la beneficencia.
cado puestos sanitarios y colegios secundarios, sin que se haya
La aplicación de políticas que intentan corregir la pobreza, des-
modificado la calidad de la enseñanza y las brechas materiales y
conociendo o ignorando lo que ella realmente significa para la vida
simbólicas para que sus egresados puedan acceder a estudios ter-
de quienes viven en esos contextos desde hace siglos, puede fun-
ciarios (escasos en la región). La mayoría de los jóvenes sólo pue-
damentarse con claridad a través de la descripción y análisis del
den aspirar a estudios en academias de policía o militares, ya que
impacto de la Asignación Universal por Hijo (AUH) en la región,

134
135
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cinco - Lo social: aperturas políticas

después de 10 años en los que el Estado ha retomado sus funciones En la práctica se aprecia que ciertos requisitos, exclusio-
de protección social. nes, diferentes formas de cobertura y sobre todo la falta de
La fundación OCLADE, dependiente de la Diócesis de Huma- adecuación a contextos específicos (en los que las inaccesibi-
huaca, en febrero de 2014 hizo público un informe sobre ese be- lidades y obstáculos para el ejercicio de derechos se suman y
potencian), generan sistemas de desigualdad y desmienten la
neficio, una de las medidas consideradas más progresistas de las
pretendida universalidad. Al exigir controles sanitarios y edu-
políticas sociales actuales (Oclade, 2014)
cativos a quienes no tienen igual acceso que otros a ellos, es-
El Documento señala en su introducción “que el Estado tiene tigmatiza la pobreza y parece desconocer que las condiciones
tres dispositivos de protección social de la infancia: el salario fa- de pobreza de los niños están atadas a las condiciones de po-
miliar, la AUH y la posible deducción del impuesto a las ganancias”. breza de los padres consecuencia de una sumatoria de inac-
En la media nacional se asegura que, con alguno de esos disposi- cesibilidades y vulneración de derechos (p.4).
tivos, el 98% de niños y de adolescentes del país tengan alguna pro-
tección. Pero para el sistema no todos los niños son iguales ni valen
lo mismo: en una de las regiones más pobres, ese porcentaje es sig-
nificativamente menor: sobre una población de 5098 niños y ado- Violencia de las estrategias para resolver violencias
lescentes identificados con nombre y apellido (2998 jujeños y 2050
salteños), 4 de cada 10 niños no tiene ninguna cobertura. En síntesis, las investigaciones y la directa participación en las
El informe documenta cómo la región de la Puna y de los Va- intervenciones con diferentes actores estatales y no gubernamen-
lles se encuentra muy por debajo de la media nacional en índices tales por más de tres décadas en la región, nos permiten formular
de salud, educación, infraestructura, vivienda y otras necesidades algunas hipótesis sobre la persistencia de la pobreza en la región.
básicas, y se halla en la misma posición en materia de acceso a la Allí donde viven las poblaciones más pobres, el Estado llegó más
AUH por diferentes motivos. La denominada brecha de imple- tarde, con poca cantidad y calidad de recursos, y con una inten-
mentación, es decir la distancia entre el reconocimiento de los de- cionalidad controladora y reformista.
rechos y su efectivo uso y goce, se manifiesta patente en este caso Todo ocurre como si las decisiones financiadas por la sociedad
y afecta en mayor medida a quienes se encuentran en zonas de para enfrentar sus desigualdades, repitieran y reprodujeran las in-
mayor pobreza estructural. justicias porque no han logrado por siglos convertir al solicitante
Fundamenta la continuidad de los problemas señalados en las de ayuda en productor de su propia existencia. Ya dijimos que eso
formas de ejecución de las políticas sociales en esos contextos, con no tiene respuesta en el registro de lo social-asistencial, casi única
énfasis en el no reconocimiento de estos pueblos como sujetos de forma de llegada a estas poblaciones, sino en el registro del trabajo.
derechos y en la omisión de una participación respetuosa de su Sobre sus integrantes observamos que
modo de habitar el mundo. El Documento asigna a esas caracte- Llaman la atención por su capacidad de trabajo, obliga-
rísticas las causas de que medidas que intentan impactar en la re- ción moral de la cultura a la que pertenecen. Amasua, ama-
alidad de la pobreza, en la práctica reproducen las injusticias que llulla, amaquella, no seas ladrón, no seas flojo, no seas
condicionan el desarrollo y el acceso a sus derechos de las personas mentiroso. Sin embargo para las definiciones de los técnicos
en función del entorno en el que nacieron y se desenvuelven. sociales son considerados “sin trabajo” asignándoseles a pro-

136
137
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cinco - Lo social: aperturas políticas

gramas de empleo transitorio, por los que generalmente tie- El poder nombrar, asignar, decir y decidir sigue siendo de
nen que abandonar sus actividades agrícola-ganaderas. Tra- otros. Los problemas sociales están instituidos por organismos y
bajo tienen, se esfuerzan de sol a sol. Lo que no tienen son reglamentaciones que tratan de resolverlos desde las categorías de
ingresos por ello (Torres y Torres 2010: 159). percepción y de pensamiento de los que deciden. Quienes los su-
fren tienen otras lógicas para pensar, hacer, organizarse; mientras
Se habla de desnutridos culturales, de malos padres, supo-
no puedan expresarse y ser vistos, nos limitaremos a repetir las so-
niendo que pertenece al orden del deseo de los padres el que los
luciones desde las matrices dominantes responsables de lo que hoy
niños no se alimenten bien, deban abandonar la escuela y colabo-
nos ocurre.
rar en las actividades de subsistencia. Violencia de las nominacio-
nes, que como muchas otras violencias, terminan asignando a las
víctimas, a su cultura, la responsabilidad de los fracasos.
Así como en los casos de entrega de niños en adopción, ¿Tutela o derechos?
los técnicos suelen clasificar a las madres como “malas ma-
dres” por violentar el mandato de la especie, en una concep- Las políticas que se implementan en los contextos de pobreza
ción patriarcal que evalúa a la mujer como única estructural, son generalmente definidas en los centros urbanos y
reproductora y responsable de la crianza (padre ausente), en de poder, y suman violencia a la violencia que se pretende resolver,
el caso del trabajo infantil se categoriza como “padres disfun- en tanto son políticas de tutela y no de derechos.
cionales” desde una concepción individualista de la persona
Desde la cultura hegemónica, doctrinas lejanas, racionaliza-
que considera a la familia como la única responsable de los
ciones positivistas o seudo científicas, se destinan recursos para
mandatos sociales (sociedad y Estado ausente) (Torres y To-
rres, 2010: 133).
actividades que buscan cambiar, movilizar, concientizar, proteger,
integrar, prevenir, reformar. No obstante, perduran clasificaciones
Esas poblaciones que viven de milenarias prácticas de agricul- que los encuadra como incapaces de gobernarse y necesitados de
tura y ganadería de subsistencia, sólo han podido ser objeto de po- dirección, más allá de discursos inconsistentes y de procesos de su-
líticas sociales. Durante siglos, las decisiones públicas no los han puesta apertura para escuchar a los representantes, generalmente
podido considerar en condiciones de participar por sus propios cooptados o sin fuerza social que los respalden para cuestionar lo
medios en el proceso creador o transformador que les hubiera per- que se les propone.
mitido acceder dignamente a lo necesario para la vida y calidad de La tutela es un concepto jurídico que habilitó por siglos, y sigue
vida. Sobrevivientes de un genocidio colonizador, sus tierras fue- justificando hoy, la protección, el amparo y la dirección de perso-
ron declaradas propiedad del Rey y sus pobladores obligados a tra- nas consideradas ineptas para gobernarse a sí mismas o peligrosas
bajar para sus nuevos amos. De las encomiendas (tenencia de para el orden social. Bajo esa noción, se construyeron como cate-
gente) y distribución de mercedes reales (sistemas de tenencia de gorías inferiores de lo humano a la mujer, al niño, al pobre, al abo-
la tierra) nacieron las haciendas, base jurídica de la posesión de la rigen. Poco importa si quien tutela es un padre caritativo o un líder
tierra que aseguró la dependencia de estos pueblos aún después autoritario, si es el don o protección de alguien bueno o la decisión
de la independencia y que se sostiene doscientos años después. inconsulta de alguien malo. Es siempre dependencia de otro que
da y no autonomía o derecho de quienes reciben

138
139
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Cinco - Lo social: aperturas políticas

Lebret dice que los Estados se diferencian de los sistemas feu- definidas por la caracterización de la población destinataria gene-
dales en que la subordinación no es a personas sino a principios. ralmente como pobre, que aquellas definidas por una necesidad
En nombre de la protección de personas, se ha encubierto muchas que se busca satisfacer (salud y educación). No es lo mismo desti-
veces una mayor vulneración de los derechos. Una individualidad nar políticas sociales a niños o ancianos, que a adultos con capa-
tutelada posee escaso nivel de autoestima, individuación y posibi- cidad de trabajar. No son lo mismo las intervenciones que se hacen
lidad de ejercer sus derechos, genera una cultura de la inferioridad en base a un mérito (un aporte, los seguros) que aquellas que se
y subordinación sobre la cual la violencia se manifiesta, crece y se hacen para todos en base a un derecho y financiadas por rentas
consolida generales. No son lo mismo aquellas donde los destinatarios dis-
Las comunidades originarias, como muchas otras comuni- cuten sobre los problemas, objetivos, origen y destino de los fondos
dades en condiciones de pobreza estructural, fueron y son el es- y definen para ellos mismos los procesos y actividades, que aque-
calón inferior en una jerarquización legitimada por diversas llas barnizadas por consultas o participación restringida en el mo-
instituciones (Estado, Mercado, Iglesia) y sostenida por diferen- mento de la implementación, según lógicas, nominaciones,
tes actores (hacendado, capataz del ingenio, docente, cura, inves- instituciones y recursos definidas por otros.
tigador, técnico social o político); vivieron y viven como personas Las ideas sintetizadas concernientes a la política y a las políticas
guiadas en un mundo estático, donde no tuvieron ni tienen replantean profundamente la relación de los profesionales con
oportunidad de cambiar la subordinación a hombres por la sub- ellas. Resulta relativamente fácil poder discernir si es conveniente
ordinación a principios. Siempre fueron objeto de tutela y de po- o no participar en la política partidaria, aunque no siempre se ana-
líticas sociales asistenciales, aun cuando no hubiera justificación lice el impacto de esa posición en el rol profesional. Suele consi-
para recibir esa asistencia: ser incapaces de trabajar o ser una derarse que tal participación no tiene relación con las funciones
amenaza al orden social o político (ni en el orden de la protesta profesionales o que ella debe hacerse sólo desde el rol de técnicos.
ni en el de la delincuencia). Las elecciones pueden explicitarse, sostenerse en carriles separados
o mantener una actitud neutral.
Las políticas siempre implican una toma de posición que in- No es tan sencillo, por el contrario, distinguir cuando se trata
tenta dar una solución. El sentido y orientación de las mismas es de la participación en las políticas públicas, donde una posición
el resultado de diferentes proyectos en pugna, de diferentes dis- neutra nunca es tal en cuanto termina avalando el orden vigente
cursos y prácticas referidos a la sociedad, a los pobres o a los gru- que afecta directamente en la calidad del hacer profesional. Parti-
pos sobre los que se interviene, donde los sectores con poder cipar como profesionales en el cambio de condiciones sociales re-
intentan imponer su modo de ver y resolver los problemas. Detrás quiere conocer y reflexionar sobre las Políticas, sobre su forma de
de cada intervención, siempre existe una perspectiva o significado, construcción y sobre la injerencia en las fuerzas sociales para in-
un modo de ver las cosas, particularmente de entender y explicar cidir o resistirse a ellas, analizando qué tipo de poder y por qué
la situación de aquellos a quienes se destinan y los intereses y va- medios se emplea para no terminar sumando violencias sobre
lores de quienes las definen. aquellas que pretendemos resolver.
No son lo mismo aquellas inspiradas por la beneficencia pri- La responsabilidad de científicos y profesionales para enfrentar
vada que por la acción social del Estado. No son lo mismo aquellas la pobreza desafía a pensar su compromiso en la construcción de

140
141
Reinvención de lo Comunitario

las Políticas, en una doble vía: no ser ciudadanos objetos de la tu- Capítulo Seis
tela de otros, ni profesionales sujetos de tutelar a otros y no pre-
içë=ë~ÄÉêÉëW=~éÉêíìê~=ÉéáëíÉãçäµÖáÅ~
tender guiar la participación de éstos cuando no somos capaces
de participar con ellos.
Para contribuir a la formulación de las Políticas, se requiere
contar con herramientas para revisar y aportar a las decisiones
desde una lógica de los derechos; contar con instrumentos teó-
rico-prácticos para construir procesos, tomar decisiones, promo-
ver modos de organización, buscar formas de financiamiento.
Además se debe tener en claro el lugar de los destinatarios, sus for-
mas de aceptación y de resistencia, los fundamentos y modos de
construcción de las fuerzas sociales en las grandes o pequeñas de- Solea el sol y se lleva los restos de sombra que ha
cisiones que se asumen en la sociedad y en las instituciones. dejado la noche. Los carros de los caballos recogen,
Recordemos que no podemos permanecer neutrales ante ellas: puerta por puerta, la basura. En el aire tiende la araña
o consentimos con el silencio al orden vigente o participamos en sus hilos de baba. El Tornillo camina las calles de Melo.
la construcción de su transformación. En el pueblo lo tienen por loco. El lleva un espejo en la
mano y se mira con el ceño fruncido.

No quita los ojos del espejo.

- ¿Qué haces, Tornillo?

-Aquí- dice -controlando al enemigo.

Eduardo Galeano

142
143
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Seis - Los saberes: apertura epistemológica

De academia, ciencias y saberes Los años vividos en las comunidades alejadas geográfica, social
y culturalmente de ámbitos universitarios o de espacios de educa-
Una brecha fundamental en el trabajo comunitario es la que ción formal, fueron consolidando una postura crítica hacia la Uni-
surge de las diferentes seguridades que sostienen los profesionales versidad y hacia los científicos en general. Tanto por su pretendida
e instituciones por un lado y la población por el otro. Distancia legitimidad universal para explicar o comprender realidades di-
que los primeros atribuyen al conflicto entre ciencia y creencias, versas, como por aceptar la promesa de que el progreso inevitable
al que le adjudican muchos de sus fracasos y los llevan a privilegiar haría accesible sus beneficios y mejoraría la vida de la gente. Re-
acciones educativas para cambiar la información y los hábitos de flexiones y revisiones activadas por las prácticas contribuyeron a
la gente. problematizar la concepción de ciencia en la que nos habían for-
mado y vendido como única. Y abrieron nuevos horizontes, ca-
Cuando nos referimos a la necesidad de aperturas culturales,
minos y preguntas. Una mejor vida para todos demanda un
mencionamos la tensión entre culturas académicas y populares,
verdadero oficio de científico, ese que empiece por cuestionar la
como dos grandes configuraciones que confrontan en el trabajo
propia concepción de ciencia (Bourdieu, 2003). Aquel que no nos
comunitario: los modos de habitar el mundo de quienes han tran-
deje “quitar los ojos del espejo” como a Tornillo, para ver más allá
sitado espacios de educación formal, particularmente universita-
de nosotros mismos.
rios, y aquellos que arropan a la mayoría de la población.
La cuestión no era ciencia sí o ciencia no. Ante tantos sufri-
Advertimos en esa oportunidad que hablábamos de dos cul-
mientos constatables en millones de personas, todo conocimiento
turas y no de las diferencias entre ciencia y creencias. No porque
que ayude a evitarlos y mejore las posibilidades de desarrollo au-
creamos que la idea de ciencia que sostenemos no esté relacionada
tónomo y sustentable para todas las personas y pueblos jamás
con la propia cultura, sino porque cuestionamos la idea de cultura
podrá despreciarse. El problema era encontrar una ciencia donde
como un abstracto omni-comprensivo que termina por vaciarse
sus avances no produzcan muerte, una ciencia no atada a la lógica
y no motiva la búsqueda del otro que nos completa, porque esto
del mercado y que pueda ser accesible a todos, una ciencia que re-
implica la búsqueda de sí mismo como paso previo.
conozca igual valor a los saberes del sentido común que valen para
Desde sus inicios, la ciencia moderna buscó distinguirse y de- vivir solidariamente,
fenderse de todo conocimiento no científico o irracional, especial-
Compartimos la llamada “epistemología del sur” �como metá-
mente del sentido común y de las llamadas Humanidades
fora del sufrimiento humano causado por el Capitalismo� cuando
(estudios históricos, jurídicos, filosóficos, teológicos). La ciencia
se hace la pregunta “¿el progreso de artes y ciencias contribuyen a
de la Modernidad desconfiaba de las evidencias que proporcionan
mejorar nuestras costumbres o modos de vida? ¿Hay alguna razón
las experiencias inmediatas, a las que consideran ilusorias o inge-
para sustituir el conocimiento vulgar que compartimos con otros,
nuas. La experiencia cotidiana del trabajo en contextos latinoame-
por el conocimiento científico, producido por pocos e inaccesible
ricanos muestra una infinita diversidad de saberes y conocimientos
a las mayorías?” (Santos, 2009: 19)
que aparecen como poco racionales y que, sin embargo, han per-
mitido y permiten a millones de personas crecer, desarrollarse y Planteamos como primera apertura la importancia del terri-
vivir solidariamente entre ellos y con la naturaleza. torio local, el derecho al arraigo y la multiplicidad de suelos. La
geocultura propone una intersección entre pensamiento, cultura

144
145
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Seis - Los saberes: apertura epistemológica

y suelo. Situar la reflexión por fuera de los espacios académicos, Al advertir que ni siquiera las mujeres de los agentes sanitarios
permite evidenciar los límites del sistema. El pensamiento crítico concurrían a parir en el hospital, en una reunión para analizar la
no es el motor sino la consecuencia de tomar partido por América situación recién aparecieron los motivos de las resistencias: la de-
y la consiguiente constatación de que hay situaciones que el rivación de las parturientas a la ciudad �cuando se requerían cesá-
mundo ilustrado no ha podido digerir. Desde los márgenes, refle- reas� significaba estar muchos días en lugares muy distantes de sus
xionar críticamente llevará a transgredir los límites de la lógica familias, donde no conocían a nadie; la internación en hospitales
académica dominante de los profesionales. donde las forzaban a usar camillas a las que no estaban acostum-
El trabajo comunitario requiere una apertura epistemológica, bradas; los cobros compulsivos de dinero que no tenían; el some-
un cuestionamiento a la manera de entender el conocimiento cien- timiento a prácticas que nadie les explicaba, además de
tífico y su relación con otros saberes. Es imperioso objetar las se- inimaginables malos tratos y humillaciones. Al mismo tiempo, res-
guridades producidas por una ciencia que aparece como universal cataron la forma en que las atendían sus parteros empíricos. Recién
y superior e ir más allá de ella para hacer visibles y válidas las prác- después de tres años de vivir allí, “vimos” a los “parteros”. Había-
ticas cognitivas de clases y pueblos victimizados por el colonia- mos escuchado hablar de ellos, pero nuestra formación universi-
lismo y el capitalismo. No habrá justicia social sin justicia cognitiva taria había impedido considerarlos, pensando que cuando el
global (Santos, 2009). hospital fuera accesible, dejarían de recurrir a ellos. Los agentes
sanitarios y la población tampoco se habían animado a defenderlos
como recursos propios.
Se convocó a todos los “parteros” a un encuentro donde ellos
El viaje hacia otros saberes contaran como atendían el parto y porqué, y los médicos contaran
lo mismo. Fueron tres encuentros por demás significativos que
Cuando llegamos a trabajar al Hospital de Iruya en 1978, la muchas historias posteriores confirmaron. Los parteros descono-
mortalidad infantil era de 220 por mil, indicador similar a los lu- cían prácticas de esterilización (nunca habían visto un animal más
gares más saqueados de África. Analizando las principales causas pequeño que la pulga), pero proporcionaban una atención en la
de ese índice, surgió que las muertes estaban relacionadas con la casa familiar, atendían a los otros niños que allí vivían, actuaban
atención del parto, realizada en su mayoría en los domicilios a mu- de una manera más integral y respetuosa de la mujer, de su familia,
chas horas de caminos por los cerros y causadas por infecciones, de la naturaleza. Con un saber al alcance de todos que no ponía
falta de reanimación del recién nacido, etc. La recomendación del barreras para compartirse. Era a voluntad.
Ministerio y de los profesionales del hospital, era promover el
Se inició un trabajo conjunto entre médicos y curanderos �no
parto hospitalario. Se consensuó con agentes sanitarios locales una
sin conflictos con las autoridades de salud pública� pero que pro-
campaña para facilitarlo: asegurar internaciones conjuntas de ma-
dujo en un año la mayor disminución de los indicadores de mor-
dres e hijos por nacer con mucho tiempo de anticipación para que
talidad infantil que registró la historia de Iruya. El diálogo entre
no tuvieran que caminar sobre la fecha y permitir el parto en cu-
saberes �muchos de ellos desvalorizados por la ciencia médica� fue
clillas tal cual la costumbre local. Tres años después, el porcentaje
lo que mejoró la vida de la gente.
de partos hospitalarios pasó del 1,5 al 3%, sin lograr una dismi-
nución significativa de la mortalidad infantil.

146
147
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Seis - Los saberes: apertura epistemológica

La continuidad de un trabajo intercultural diferente permitió reciera que el llamado “saber científico” no ha podido sustituir lo
en ese lugar, uno de los más pobres e inaccesibles geográficamente sobrenatural con lo patológico, ni naturalizar lo demoníaco como
de la Argentina, alcanzar la mortalidad infantil de Cuba, además enfermedades.
de diez años de mortalidad materna cero (Torres y Torres, 2010). Múltiples historias similares a la de los “parteros” pusieron en
suspenso la eficacia de los únicos conocimientos que defendíamos
Estudiando las diferentes cosmovisiones sobre salud y enfer- para resolver los problemas de la gente. La relación entre el mundo
medad �filosofías orientales como el hinduismo y el budismo; el académico y el mundo social, está regida por el poder y los saberes
pensamiento árabe, el de los alquimistas; el pensamiento griego y del mundo académico. Parafraseando a Bourdieu (2003), fueron
antiguo del Medioevo y el de pueblos originarios como el pensa- resultado de las posiciones dominantes las diferencias jerarquiza-
miento wichi y andino�, llama la atención como en ellas aparecen das entre teoría y práctica; saber científico y saber popular; cultura
coincidencias que no se comparten con la medicina científica (Ru- académica y culturas tradicionales; escuela y comunidad; medicina
binelli, 1999). La salud como equilibrio y armonía, basada en la científica y medicina popular; trabajos científicos y relatos de ex-
relación de cuerpos y almas que se vinculan, es un principio ab- periencias; antecedentes académicos y de inserción social (por dar
soluto; el universo es visto como un gran organismo vivo a cuidar sólo algunos ejemplos). Donde todos pueden hablar, pero no todos
porque proporciona todo pero también castiga; la enfermedad, tienen la palabra.
como incompletitud relacionada con el castigo o agresión de unos
otros poderosos. Conciben la existencia de una pluricausalidad li-
gada a la acción de otros no humanos; las prácticas curativas pro- Una idea de ciencia que no era única
venientes de acciones compartidas, del uso de todos los elementos
del mundo natural, de la restitución de ofensas y ofrendas. En va-
En la búsqueda de respuestas a los problemas cotidianos, las
rias circunstancias, hemos constatado como efectivas esas prácticas
lecturas legitimadas por el mundo académico nos fueron abriendo
comunes para enfermedades que la visión oficial clasifica como
el camino para entender que la ciencia en la que nos habían for-
mentales y no logra curar.
mado no era “la Ciencia”, sino un sentido acotado de la misma a
Algunos las denominarán “creencias” propias de personas ig- un período histórico y a una cultura determinada. Lo que uno su-
norantes, primitivas, confundiendo cultura con información. En ponía un problema personal por vivir en los márgenes de la socie-
realidad, diferentes actitudes ante las enfermedades conviven en dad, era en realidad un debate profundo en el corazón de las
todas las clases sociales y culturas �aún en las académicas� con dife- teorías y filosofías del conocimiento que advertían las señales de
rentes límites relacionados con las seguridades propias y experien- una etapa terminal de la ciencia de la Modernidad.
cias previas. Hemos observado que pueblos que parecen
En “Verdad, historicidad, el conocimiento científico y sus frac-
desconocer o haber vivido lejos de la llamada “medicina científica”,
turas”, Rubén Pardo fundamenta cómo “los rasgos cimientos de
cuando tienen la oportunidad de comprobar sus beneficios inme-
la modernidad, han caído en desuso porque no ‘creemos’ más en
diatamente la incorporan. De igual manera, sabemos que eminen-
ellos” (en Díaz, 2000:37). Describe las contradicciones en las po-
tes profesionales �ante enfermedades graves de sus hijos� concurren
sibilidades reales de esa concepción, señalando, entre otras, las que
a la Virgen del Cerro, a un santo protector o a la iglesia a rezar. Pa-
existen entre conocimientos y hechos; entre su carácter crítico y

148
149
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Seis - Los saberes: apertura epistemológica

su defensa de dogmas cerrados; entre su carácter metódico y su (de género, edad, culturas) se estructuran desde una lógica binaria
pretensión de reducir la verdad a un método; entre las exigencias y jerárquica (Adorno, 1980: 38).
de un lenguaje unívoco incompatible con la existencia de múltiples Se inferioriza la alteridad. Pensar las diferencias desde el a
sentidos posibles y entre la pretensión de objetividad y universa- priori de lo mismo, hacen posible lo que Luce Irigaray llama la
lidad suscribiendo la historicidad de la realidad. “Ilusión de simetría” (en Fernández, 1996), aludiendo al obstáculo
Fundamentales son las críticas a la visión totalizadora del Po- conceptual que se genera al pensar la sexualidad de las mujeres
sitivismo moderno, con el recorte y tratamiento de las distintas desde parámetros masculinos: si el hombre está entero, a la mujer
epistemes, “de lo mismo” y “lo diferente”; la crítica al pensamiento le falta algo; al ser adulto desde el parámetro de la razón: si el
escolástico que tuvo como criterio homologar las diferencias, ex- adulto es racional, el niño no es una persona completa; o la cultura
traer leyes generales, para constituir las Ciencias Humanas como según el paradigma occidental: si la organización y la historia ofi-
Ciencias de la Naturaleza. Se buscaban identidades de lo humano, cial es la de los Estados modernos, los pueblos originarios de Amé-
la razón era considerada universal y todos los objetos de pensa- rica y del mundo son primitivos.
miento eran reductibles a una medida común, a leyes universales. Si se dejan de lado las diferencias, el mundo queda some-
Mediante la noción de esencia, el pensamiento convierte a todo lo tido al hombre. Como señores de la naturaleza, el Dios crea-
concreto y particular en una unidad. Con la Modernidad, el hom- dor y el espíritu ordenador se asemejan. Los hombres pagan
bre no tiene otra medida que él mismo, no reflexiona en orden a el acrecentamiento de su poder con el extrañamiento de aque-
las diferencias entre los seres humanos, sino en orden al descubri- llo sobre el cual lo ejercitan (…). La unidad de lo colectivo
miento de aquello que se repite: “lo mismo”. manipulado consiste en la negación de todo lo singular (Hor-
El concepto afirma como igual, lo que no es igual (…) el kheimer y Adorno, 1970: 21).
concepto renuncia deliberadamente a las diferencias indivi-
Las Ciencias Sociales hacía tiempo que planteaban un cam-
duales por un olvido de lo distintivo (…). Cuando alguien
bio entre lo que se llamó el paso de la epistemología del sujeto
esconde una cosa tras una mata y la busca allí mismo y la en-
cognoscente (el que conoce) a la epistemología del sujeto cono-
cuentra, en tal buscar y encontrar no hay que celebrar mucho,
así sucede con el buscar y encontrar la verdad dentro del re-
cido (Vasilachis, 2006). Teníamos la seguridad de que la primera
cinto de la razón (Piossek Prebisch, 2005: 165). �en sus diferentes vertientes� calla, mutila o limita la voz de quien
es estudiado, haciendo que la misma desaparezca o sea tergiver-
Las condiciones del saber sobre lo humano en este modelo sada como consecuencia de la necesidad de traducirla a los có-
están regidas por categorías que dan las identidades, no las dife- digos de las formas de conocer hegemónicos y a lenguajes
rencias. Luego se fundan en un ordenamiento que consiste en se- académicamente validados. Pero era difícil confrontar posiciones
gregar, excluir lo otro, lo diferente. Al entronizarse “lo mismo”, se epistemológicas (teorías del conocimiento) con los significados
pierde el juego dialéctico entre identidad y diferencias. Aquello que dominantes en el mundo académico de la supuesta superioridad
se repite en todos, “lo mismo”, será la figura, lo positivo; aquello de las Ciencias Naturales.
diferente, será el fondo, lo negativo y complemento de lo anterior. En ese camino aparecieron con fuerza los cuestionamientos
Lo mismo, al no poder pensarse como lo otro, se transforma en provenientes de las epistemologías de las Ciencias Exactas y Natu-
“lo único”. Las categorías desde donde se piensan las diferencias rales. Entre ellos, el rigor de la medición puesto en duda por la me-

150
151
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Seis - Los saberes: apertura epistemológica

cánica cuántica, Einstein y su teoría de la relatividad; Maturana y No hay ninguna diferencia entre el animal totémico, los
Varela con su idea de la autopoieses y de los seres vivos como redes sueños del visionario y la idea absoluta en su itinerario hacia
de auto-producción (1972); la idea de vitalismo como reconoci- la nueva ciencia de los hombres que renuncian al significado
miento de la originalidad del hecho vital, con la que Canghilhem (...) El iluminismo es más totalitario que ningún otro sis-
rechaza el mecanicismo y el animismo, planteando la autonomía tema. Su falsedad no reside en aquello que siempre le han re-
y el carácter específico del ser vivo, “la vida es necesariamente la prochado sus enemigos románticos �método analítico,
propiedad de una totalidad” (1971:24). Estos nuevos puntos de reducción a los elementos, etc.� sino en aquello por lo cual el
vista implicaron un viraje en relación con el concepto de vida y proceso se ha decidido por anticipado (Horkheimer y
un desprendimiento del pensamiento que concibe la organización Adorno, 1970: 39).
social como igual a un organismo o máquina. Quienes pretendieron acercarse y dominar la realidad, me-
La consideración del ser humano como objeto diferente de co- diante la construcción de un ejército de metáforas, pasando por
nocimiento, no por ser social, sino por ser vivo; los cuestionamien- alto lo concreto y lo real; quienes, mediante la razón, los conceptos
tos de las nociones de norma y normalidad �como espacios de y las formas, pretendieron conjurar lo diverso, el miedo, lo trágico
elección y decisión� en lugar de destino inevitable de una unidad y lo desconocido, a la vuelta de siglos revalorizan la imaginación
de la configuración social; las teorías de las estructuras disipativas radical y nuevos instituyentes.
de Prigogyne o la teoría sinérgica de Haken, junto a muchas otras Hablamos de autores y teorías que permitieron cambiar la idea
de vocación holística que introducen en la materia los conceptos de un conocimiento verdadero o superior que avanza linealmente
de historicidad, de procesos, de libertad y hasta de autoconciencia, asociado a la idea de progreso, con explicaciones causales y deduc-
hicieron caer las distinciones dicotómicas entre Ciencias Naturales tivas de teorías puestas a prueba; que abrieron caminos hacia otros
y Sociales. sustentados en una experiencia incierta, histórica, que avanza en
Todas ellas muestran rupturas y controversias con la ciencia forma de espiral, en construcción y reconstrucción, que tendieron
moderna, desde dentro, desde la misma lógica de simple expli- puentes con las realidades locales; que desmitificaron la idea de
cación causal, desde el “a priori matemático” consagrado por el historia y de tiempo que presentaba la Modernidad. El haber
racionalismo. Convocaron a ampliar los límites de lo tolerable, puesto bajo sospecha principios de sucesión continua y homogé-
el valor de la experiencias por fuera de la experimentación, entre nea, la idea de oportunidad como opuesta a un inevitable devenir,
otras insistencias, e invitaron a pensar por fuera de conceptos rí- ayudó a entender de otra manera pueblos que eran desvalorizados
gidos e inamovibles, de antinomias clásicas, más allá de la razón, por considerarlos “atrasados” o “fuera de la historia”. Y cambiaron
sobre relaciones y problemas de la vida cotidiana, no sobre ob- la concepción de historia que compramos como única, donde el
jetos. Sobre la naturaleza y los seres vivos, no sólo sobre los seres tiempo tiene dirección, países o formas de vida que van hacia ade-
racionales. lante y se llama retrasados o residuales a los demás.
En contextos donde la madre es la tierra, fueron importantes El tiempo tiene sólo una realidad: la del instante (…). La
los cuestionamientos a la intención de la ciencia del Iluminismo ciencia no es representación, sino acto, el espíritu no llega a
de quitar el miedo a los hombres y convertirlos en amos de la na- la verdad contemplando, sino construyendo (…), el progreso
turaleza... de la ciencia está hecho de rupturas, no hay evolución, sino

152
153
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Seis - Los saberes: apertura epistemológica

revoluciones (…) lo que percibimos lleva en sí el sello de la Romper con los límites de la razón, el antropocentrismo y
elaboración (…). Los hechos que los sentidos nos presentan abrirse al biocentrismo mostró un nuevo horizonte a las ciencias.
están socialmente preformados de dos modos: a través del ca- Puso en juicio total a aquella que no nos hizo más libres, ni más
rácter histórico del objeto percibido y a través del carácter solidarios, ni mejoró la calidad de vida de las mayorías. Parecía
histórico del órgano percibiente (Lacroix, 1973: 15). que sólo había sacudido certezas y nos había cambiado de amos.
Fueron significativos esos aportes para cuestionar la razón de “En vez de la eternidad, la historia; en vez del determinismo, la im-
una persona sola y de un paradigma del conocimiento como úni- previsibilidad; en vez del mecanicismo, la interpretación; la espon-
cas opciones. Quienes habían colocado su seguridad en lo que se taneidad y autopreservación en vez de la reversibilidad” (Santos,
estimaba la fuente de verdades universales, sustento del poder y 2009: 34).
dominio del mundo, a la vuelta de sus propios errores y fracasos
planteaban volver la mirada a lo cotidiano y humano de relacio-
nes, sentidos y pasiones. Cambios de paradigmas, no de prácticas
El pensamiento burgués está constituido de tal modo que
en la reflexión sobre su propio sujeto reconoce con necesidad Los cambios en las teorías, sin embargo, no se trasladaron a las
lógica un Ego que se cree autónomo. Es esencialmente abs- prácticas. No es lo mismo saber, pensar y teorizar sobre una de-
tracto y su principio es una individualidad tan inflada que se terminada realidad, rol o cuestión social que transitarlas con el
toma a sí misma como fundamento del mundo, o incluso cuerpo. Tal revolución en los paradigmas y las epistemologías sig-
como el mundo mismo en general y clausurada de todo de- nificó un proceso tan profundo como obviamente no concluido.
venir (Horkheimer, 2000: 45).
Poco parecen haber cambiado las prácticas tanto en la mayoría
La valoración de otras facultades humanas, la asunción del de las universidades como de las instituciones en que se desempe-
error, la proyección hacia relaciones humanas en las que se favo- ñan sus profesionales, donde todo ocurre como si continuara el
rezca un diálogo parejo que enriquezca a sus participantes y amplíe convenio con una ciencia única y superior que se manifiesta en
su horizonte de comprensión y entendimiento son, entre otras, las cómo conciben el conocimiento los profesionales y científicos en
contribuciones de las nuevas maneras de aproximarnos al cono- su relación con la sociedad, en los objetos y métodos de investiga-
cimiento. ción, en los criterios para validar saberes, para seleccionar y legi-
La imaginación abre los ojos para nuevos tipos de visión timar docentes e investigadores en las universidades. Las formas
(…) el error no es una debilidad sino una fuerza, la ensoña- de enseñar y de relacionarse o “extenderse”, en síntesis el control
ción no es humo sino fuego (…). Vivimos en un mundo so- simbólico, sigue estando en la forma hegemónica de entender, pro-
ñoliento y que debemos despertar gracias al diálogo con otras ducir, reproducir y distribuir conocimientos.
personas, a ese encuentro que definía como síntesis del acon- La división social del conocimiento no sólo se jerarquiza en las
tecimiento y eternidad (…). Toda noción precisa es una no- prácticas de espacios académicos y sociales. Es una división entre
ción precisada, la ciencia es intervencionista, por eso sólo los mismos profesionales y científicos según el ámbito en que se
puede constituirse en la comunidad de búsquedas y críticas. desempeñan, investigan o hacen docencia. La menor o nula valo-
Un hombre sólo está en malas compañías (Lacroix, 1973: 45). ración de los trayectos en instituciones sociales no académicas para

154
155
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Seis - Los saberes: apertura epistemológica

el ejercicio de la docencia en la educación superior, constituyen constituye como realidad separada. Separa el mundo de los
verdaderas “prácticas universitarias eugenésicas”, esto es, una dis- conceptos de las prácticas y con ello invisibiliza la elección o
criminación hecha en nombre de la ciencia (Torres, 2013). decisión que exige el mundo real.
La ciencia producida en los espacios académicos sigue consti- • Una ciencia que pretende encapsular la complejidad en la
tuyendo un saber superior, que producen pocos y accesible a especialización y en disciplinas formales. Reduce la compleji-
pocos. Las prácticas mayoritarias de las instituciones públicas ads- dad dividiéndola para formular leyes que privilegian la inda-
criben a los mecanismos de su reproducción: reducir la realidad gación sobre cómo funcionan las cosas en detrimento de cuál
del conocimiento a lo que existe para ellas. es su finalidad o sentido, subalternizando las diferencias.
La experiencia social en todo el mundo es más amplia y variada Rompe con el sentido común buscando regularidades y se in-
de lo que la tradición científica o filosófica occidental conoce y teresa en la “determinación de causa formal que se obtiene
considera importante. Lejos del asedio que mira al pueblo desde con la expulsión de la intención” (p. 26).
afuera, forzándolo a entrar en sus propias categorías, la vida se re- • Una ciencia que sobredimensiona la razón para una repre-
siste a ser abarcada únicamente por el pensamiento conceptual, sentación matemática y una cuantificación de la realidad, que
reductivo y objetivante. actúa con prepotencia sobre la realidad, ya que al cuantificar se
En el subsuelo de América siguen vigentes corrientes de com- descualifica, lo que gana en rigor pierde en riqueza o capacidad
prensión, cargadas de vitalidad, incorporación de opuestos, que de autorregulación.
operan en las decisiones colectivas y que necesitan ser explicitadas • Una ciencia cuyo fin es regular, donde la ignorancia es el
para saber de nosotros. Lejos de la ciencia oficial, siguen viviendo caos y el saber es el orden, que suscribe a métodos y procesos
las mayorías latinoamericanas. La realidad cotidiana en la que de producción de conocimientos que no reconocen la diversi-
transitan, sufren y gozan sus integrantes tiene una complejidad dad de saberes y contextos. Si bien las metodologías cualitativas
que las ciencias no logran alcanzar, así como modos de hacer y de incluyen representaciones y palabras de los actores objetos del
resolver problemas que no logran incorporar. conocimiento, en muy pocas oportunidades dichos significados
tienen igual valoración, o posibilidad de expresarse, no como
Las prácticas dominantes hoy siguen siendo la expresión de mundos diferentes, sino en una dialéctica superadora de apro-
“monoculturas académicas y de la vigencia de la matriz colonia- ximaciones diferentes a la realidad.
lista de una ciencia hermana del capitalismo” (Santos, 2009). Coin- • Una ciencia que legitima, como sus productores, a muy
cidimos con algunos rasgos de las ciencias que este autor considera pocos sujetos considerados neutrales y superiores, cuando en
como soportes de las prácticas dominantes: realidad son disciplinados a través de métodos y lenguajes com-
• Una ciencia que separa, divide y jerarquiza para dominar. prendidos por pocos, para dominar un aspecto muy delimitado
Separa lo local de lo macro, al ser humano de la naturaleza y de la realidad, y en la que los científicos terminan pareciendo
hace a la persona dueña de ella. Crea y actúa sobre objetos ex- “ignorantes disciplinados”.
ternos, los clasifica, ordena, representa, busca sus causas y ex- • Una ciencia que prioriza el análisis objetivo y neutral, lo que
plica de tal manera que termina creando ficciones a las que viene a ser sinónimo de especialización y legitimación de algu-
nos, condenando a los demás a la pasividad. Se investiga como

156
157
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Seis - Los saberes: apertura epistemológica

hecho autónomo (sin contacto con las realidades), desde un a) La cultura del saber y del rigor que produce la no existencia
lugar neutral (de todos, luego no tienen lugar las desigualdades), de lo que llama ignorante.
donde el peligro no reside en creernos esas ficciones, sino en b) La cultura del tiempo lineal que va para adelante p � aíses, for-
otorgarles una realidad separada de los seres humanos que las mas de vida�, llama residual a lo demás y excluye al retrasado.
construyen. c) La cultura de las clasificaciones sociales que naturaliza las
• Una ciencia que se expresa con un lenguaje que la mayoría diferencias y genera omisiones o negación de lo inferior.
de la población no entiende, porque son conocimientos que se d) La cultura de las escalas dominantes donde lo que vale es lo
buscan por sí mismos y no por su relación con los problemas universal y global e invisibiliza lo particular y local.
de las mayorías. Los conocimientos sistematizados por científi-
cos que suscriben a paradigmas críticos, son de dudoso origen e) La cultura de la productividad capitalista que produce la in-
compartido, al ser expresados en términos y símbolos jamás existencia de lo improductivo estéril. Una racionalidad que
apropiados por los habitantes de un espacio concreto, obreros, desperdicia experiencia y la suprime como una manera de des-
jóvenes, amas de casa o campesinos. De lo contrario, no reque- calificar algo que no puede competir con lo que para ella existe
rirían la devolución que plantea el modelo más avanzado de la (Santos, 2009: 110).
investigación-acción.
En síntesis, y en lo más profundo, aparece una ciencia que no
puede desprenderse de la sociedad de mercado, del colonialismo Hacia una ciencia emancipadora para el buen vivir
que identifica diferencia con desigualdad y se arroga el privilegio
de decir quien es igual y quien diferente. “En la modernidad occi- No parece posible centralizarse en lo local y abrirse a lo sociopo-
dental, el colonialismo es el mismo objeto de su propia misión ci- lítico con una ciencia engendrada por pocos y en beneficio de
vilizatoria, donde el desarrollo europeo señala el camino para el pocos. Es imperioso encontrar formas de producir y reconocer co-
resto del mundo” (Santos, 2009: 339). nocimientos que ayuden a todos a vivir mejor, sin dominación de
nadie. Una ciencia “emancipadora para el buen vivir”, al decir de
Santos.
Los cuestionamientos a la ciencia de la Modernidad mencio-
Ese camino nos compromete en la búsqueda de saberes, modos de
nados, no han incluido la descripción que de ella hacen quienes
construirlos y criterios de validez que incluya a los pueblos victi-
sufrieron las violencias que ella les impuso. Si bien cae el para-
mizados por el capitalismo y el colonialismo. Hemos mostrado
digma de las ciencias que dominó en esa etapa, no parecen haber
cómo en las periferias de las estructuras de poder, donde la creen-
cambiado los mecanismos de su reproducción, que pasa por re-
cia en la ciencia moderna es más tenue y persisten otras formas de
ducir la realidad a un patrón único y excluyente, sin encontrar las
conocimientos, es más visible la matriz violenta del colonialismo
formas de incluir en un mismo nivel de valoración realidades su-
y las vinculaciones entre ciencia y poder.
primidas, silenciadas o marginadas, tanto como realidades emer-
gentes o imaginadas. Hay clausuras que parecen no tener retorno y hace falta ir ar-
mando el rompecabezas de un “nuevo tiempo y espíritu científico”
La epistemología del sur denuncia en cambio, cinco monocul-
(Bachelard, 1985). La geopolítica del conocimiento busca proble-
turas académicas; cada una de ellas provoca expulsiones de diversa
índole:
158
159
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Seis - Los saberes: apertura epistemológica

matizar qué conocimientos hay que producir, por qué métodos abarcar la complejidad de la vida que se niega a ser encerrada en
darles legitimidad y cuál es el lugar y las exigencias para los cien- conocimientos disciplinares; salir de un mundo exterior ordenado,
tíficos en ese camino. estable, con procesos individuales y pasivos, regido por leyes que
buscan regularidades y universales para ir hacia un mundo y rea-
lidad cambiantes, activos, con procesos colectivos atravesados por
el caos y con diferentes significados.
Saberes para el buen vivir
Producir saberes, no sólo conocimientos, incluye no sólo cau-
Se trata de aspirar a “una ciencia prudente para una vida de- sas, sino intenciones y sentidos. El buen vivir no se puede alcanzar
cente”, como también la llama el autor de Una epistemología del sólo por medio de la razón: requiere intuición, imaginación, sen-
sur, cuando señala “que lo que hace falta no es sólo un nuevo pa- timientos y acción. No alcanzan las especializaciones, se requiere
radigma científico (conocimiento prudente) sino también un pa- un des-disciplinamiento de la ciencia y de la filosofía como parce-
radigma social (para una vida decente) (41). Porque no puede las separadas o propiedad de algunos y una des-legitimación de
tener la finalidad de elaborar conocimientos para regular un esos saberes como superiores o autorizados para imponer normas
orden o cambiar el mundo, pero en sus mismos términos; de in- incuestionables a los demás.
vestigar para ocupar lugares de privilegios en el campo del control Un nuevo mundo no podrá diseñarse desde disciplinas regu-
social, sino que debe generar y validar saberes que ayuden a resol- ladas o dependientes. Des-disciplinar es desnaturalizar los domi-
ver los problemas y los sufrimientos para que todos puedan vivir nios de objetos instituidos sin por ello invalidar los conocimientos
bien. Otro mundo posible no implica cambiar el actual, sino trans- que producen; demanda deconstruir las lógicas desde las que han
formar las relaciones de dominación de hoy. En la forma hegemó- operado sus principios de ordenamiento, interrogar los a priori
nica del conocimiento, se conoce creando orden; una nueva desde los que un campo de saber y prácticas han construido sus
epistemología requiere conocer creando solidaridad. conceptualizaciones, crear conexiones que desbordan los dominios
Mientras el hombre guiado por conceptos y abstraccio- de objetos uni-disciplinarios. Hablar de campo y no de objetos,
nes, por ese medio no hace conjurar la desdicha, ni alcanzar lleva a la multiplicidad de miradas, rescata lo diverso como aquello
la felicidad, mientras pretende liberarse en lo posible de los que agrupa lo discontinuo, sin cultivar lo homogéneo (Fernández,
dolores, el hombre intuitivo situado en medio de una cultura, 2006).
con sus intuiciones, más allá del rechazo del mal, experimenta Pero no sólo como especulaciones teóricas. Requiere pensar y
una continua fluencia de claridad, serenidad y liberación (… actuar sobre problemas �puntos relevantes sin ningún centro�; no
). Cuando una densa nube de tormenta se descarga sobre él, habla de verdades a descubrir sino de acciones plurales a producir
se envuelve en su manto y echa andar con paso lento (Piossek, para situaciones concretas, para pensar diferencias sin identidades;
2005:165). para habitar situaciones, suspender categorías y asumir un com-
Un itinerario que desdibuja las lógicas de la razón, que rompe promiso pleno con otros. Y des-oír el mandato cultural que ordena
los cercos de las teorías y conceptos, invita a encuentros que desde deponer y reprimir la afectividad, para escuchar al otro, que no es
la misma ciencia se negaron: salir del cerco civilizatorio, abandonar continuidad nuestra. Negarse a objetivar al otro implica, en lugar
la racionalidad propia y abrirnos a diferentes saberes para poder de ponerse ante él, ponerse con él.

160
161
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Seis - Los saberes: apertura epistemológica

Un conocimiento emancipador debe ser social para su- norías profesionales en eternos debates, incompatibles con las op-
perar un modo de pensamiento occidental que divide la rea- ciones que exige la acción.
lidad en dos dominios. El otro lado de la línea lo funda quien Múltiples actores, saberes y caminos demandan diálogos in-
divide, hace distinciones visibles muy fuertes sin mostrar las terculturales pero, como ya advertimos, en condiciones de igual-
distinciones invisibles que fundan todo, tienen el monopolio
dad esencial para intercambiar, confrontar, negociar. Si bien
de la distinción entre verdad y falsedad (Santos, 2009: 110).
aparecen muchos intentos de algunos científicos de querer rescatar
Y debe sustituir la monocultura académica por cinco ecologías: los significados y los saberes de quienes no son profesionales o
de saberes, de reconocimientos, de las temporalidades, de las trans- científicos, los aprendizajes que de ellos surgen siguen siendo ob-
escalas y de las productividades, ya que todas son incompletas. No jeto de análisis, discursos, conclusiones en el lenguaje de los cien-
sólo debe conocerse desde lo visible y predominante, sino desde tíficos.
las emergencias y posiciones de los sujetos colonizados. Descentrarse de los métodos académicos requiere salirse de las
investigaciones pensadas y terminadas en las universidades. Es ne-
cesaria una renovación académica basada en la realidad para su-
Resultados de un hacer cooperativo perar el paradigma diferencial cartesiano con el que siempre
estudiamos el caso, el otro, nunca a nosotros. Ante la complejidad
Si se retoma la acepción griega met-odhos, ella implica ponerse de la vida cotidiana, no cabe sólo la observación frente a un objeto,
en camino, distanciándose de la idea moderna profesional del mé- sino la comunicación y convivencia entre personas con diferentes
todo como repertorio de técnicas a implementar (Fernández, miradas y oportunidades de elegir. En la observación externa, la
2006). Para que la solidaridad se transforme en una nueva forma inmovilidad e invalidez de unos suele ser producto del desorden y
del saber, se requiere que la senda se vaya armando en el lugar y exceso de poder de otros.
con los compañeros. En la tarea de conocimiento y acercamiento Necesitamos una comprensión mucho más amplia del mundo,
a otros, el camino hace el fin. Lo que es lo mismo, el fin no justifica diferentes lenguajes, narrativas, sueños, nuevos imaginarios de
los medios. problemas y soluciones.
Lo esencial de este camino es el hacer con otros, en experien- La universidad sigue una pedagogía docto-jurídica en la
cias cooperativas �no experimentales� entre actores con diferentes que el catedrático tiene la última palabra y donde es difícil
culturas y saberes, con una pluralidad de procedimientos. “Un mé- entrar en una pedagogía de la relación entre el que dice y el
todo es un lenguaje y la realidad responde en la lengua en que es que escucha la verdad (...). La teoría crítica fue desarrollada
preguntada” (Santos, 2009: 49). en el norte, pero las prácticas novedosas, transformadoras
están ocurriendo en el sur. Una práctica cada vez más sub-te-
La investigación del mundo social requiere una inmersión en
orizada y una teoría, categorías y técnicas que parecen irrele-
la vida cotidiana con la intención de descubrir y valorar la pers-
vantes para esas prácticas (Santos, 2009: 19).
pectiva de quienes allí viven y actúan. Inter-disciplinas, trans-dis-
ciplinas, multi-disciplinas siguen expresando dominios de una
ciencia disciplinada y no alcanzan para resolver los problemas. Si-
guen dividiendo para dominar, pero además encierran a las mi-

162
163
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Seis - Los saberes: apertura epistemológica

Validados por un espíritu crítico sólo tiene sentido pleno al cabo de una polémica (…). No podría
haber aquí una verdad primera, sólo hay errores primeros” (Can-
Si existe algún requisito de la ciencia que nunca ha sido cues- guilhem, 1971: 28). O como dice Bachelard, “pensar una experien-
tionado y siempre es resaltado en la historia del conocimiento cia es entonces mostrar la coherencia de un pluralismo inicial”
científico, es su condición de crítico. Puede y será tema de tiempos, (1985: 15).
historias o cambios, el desde dónde, quién, cómo o para qué se La legitimación de conocimientos y de prácticas requiere es-
discute lo ya conocido. Pero no el carácter de ruptura, de nueva pacios y posibilidades de tomar distancia de ella no sólo como algo
construcción, o sea su calidad de instituyente, nunca sujetado a previo a la acción, sino fundamentalmente para analizar los logros
lo dado. Comparado con el sentido común �abandonado a sí e impactos de la acción; salirse de las prácticas comunes de evaluar
mismo� este es conservador y sólo transformado en conocimiento reconociendo sólo lo conseguido, sin mirar lo que no se logró y
emancipación con otros, que puede originar una nueva racionali- porqué, o de asignar afuera las responsabilidades de los fracasos.
dad compuesta de nuevas racionalidades, lo que presupone “el res- La legitimación o validez crítica debe poder confrontar acciones
cate de la razón como instancia crítica n � o como sostén del dogma” con sus antecedentes o historia, con su contexto y las relaciones
(Mardones, 1994: 178) locales y con las condiciones macro, con las miradas y los saberes
Las garantías de validez y confiabilidad de los conocimientos de distinto origen, desde un lenguaje común y entendible para
logrados, estarán dados por su capacidad de resolver los problemas todos, donde teorías y autores son importantes para nutrirse, no
que los motivaron. Eso es sólo posible en una práctica social com- para aplicarlos, y como aportes para pensar, salirse de lo dado, pero
partida, con discusiones y polémicas que den cuenta de intercam- relativizando sus efectos de verdad (Foucault, 1980).
bios simétricos entre saberes de diferente origen y en una ciencia
de la práctica social que, como resultado de intercambios, con-
frontaciones y resoluciones negociadas, haga visibles iniciativas y Científicos en triple vigilancia
movimientos alternativos a los modos científicos consolidados.
Bajo el reaseguro de que el confrontar, cuestionar será para todos, Si el camino es un hacer cooperativo junto a otros diferentes,
particularmente con quienes tienen algún poder, con quienes de- ¿cuál es el lugar o las exigencias hacia el profesional o el científico?
tenten la autoridad del saber. Pregunta también dirigida a la ciencia que surgió diferenciándose
La crítica incluye a y empieza con quien hace ciencia y al orden del sentido común, a partir de haber separado la búsqueda de la
vigente; “las revoluciones científicas tienen el efecto de transformar verdad de la búsqueda del bien para toda la sociedad, la ciencia de
la jerarquía de las importancias” e implican el esfuerzo por “liberar la ética. El sentido común enriquece la relación con el mundo por-
el pensamiento y la creación del control de la razón y de las con- que hace coincidir causa con intención.
venciones en todo el mundo social, sin excluir la ciencia” (Bour- En la búsqueda de incorporar el conocimiento de la compleji-
dieu, 21: 2003). Crítica que sólo es posible cuando existen tanto dad y las maneras múltiples de producirlo, los desafíos no son cer-
dispositivos y prácticas que garanticen cuestionamientos respe- tezas, sino aspiraciones creíbles que guían un rumbo futuro.
tuosos y constructivos, como la confianza en que no habrá repre- Desafíos desde una triple vigilancia: ética-cognitiva-política.
salias, sanciones materiales ni simbólicas por hacerlo. “La verdad

164
165
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Seis - Los saberes: apertura epistemológica

• Una vigilancia ética demanda no un conocimiento de lo una inserción crítica develadora de estructuras y conexiones ocul-
exterior, sino autoconocimiento, donde el acto de conocer y el tas, que aporta respetando la centralidad de los actores locales o
producto del conocimiento son inseparables. Hace falta un co- subalternos, donde no hay puntos de vistas superiores a los de ellos
nocimiento que no nos separe sino que nos una a lo que estu- en el momento de las decisiones. “Debemos distinguir entre obje-
diamos; un conocimiento unido relacionado con la ética, que tividad y neutralidad; los métodos son buenos para limitar el dog-
distinga entre la falsa erudición y la sabiduría, que distinga al matismo, el encierro ideológico; pero la teoría crítica tiene como
intelectual de la persona cuya coherencia lo ha hecho sabio. presupuesto siempre la pregunta ¿de qué lado estamos?” (Santos,
• Una vigilancia de calidad cognitiva para estar cerca de lo 2009:155).
social y cotidiano requiere: una mayor preparación para la La pregunta que formula el autor interpela a la autoconciencia,
complejidad que para la especialidad y la construcción de una a la capacidad de autocrítica de quienes trabajamos en contacto
profesionalidad para el abordaje intercultural aun de los re- con seres como nosotros, que no tienen a su alcance lo que nos-
cortes más específicos de sus objetos; la inclusión de la capa- otros hemos tenido, deponiendo falsos mesianismos y aceptando
cidad de escucha y de articulación con otros saberes, de nuestros límites:
anticipar o prevenir problemas específicos y de la capacidad Maximizar la interculturalidad sin ratificar el relativismo
para diferenciar y derivar, no para desligar sino sumar, ante los cultural y epistemológico requiere construir una posición
problemas que demandan abordajes muy específicos. Abordaje ética y política no fundamentada en ningún principio abso-
de calidad de la complejidad y del todo para revertir el dilema luto, sea de naturaleza humana, sea el progreso, ya que fue en
básico de la ciencia moderna, donde su rigor aumenta en pro- nombre de ellos como históricamente muchas aspiraciones
porción directa a la arbitrariedad con que compartimenta lo emancipatorias se tradujeron en violencias y atrocidades
real. (358).
• Una vigilancia política requiere reflexión y disposición en No podemos concluir esta apertura sin recordar que las cien-
la doble vía de participación en el poder: vigilancia del poder cias, en tanto construcción de la verdad sobre lo social, han for-
propio, como referente de un conocimiento especializado en mado parte de las estrategias de producción y reproducción de un
la asesoría y la dependencia de las decisiones ajenas, al mismo norte colonial. Ni debemos olvidar que somos “profesionales que
tiempo que vigilancia del compromiso con la emancipación, reproducimos verdades universales para pensar problemas locales,
con el sumar poder con otros para el cambio de las relaciones lo que nos vuelve fácilmente operadores de ideas y no productores
de dominación. Todo conocimiento especializado o institucio- de ideas, nos forman como instrumentos y no como sujetos cog-
nalizado tiene el poder de definir situaciones más allá de ellas nitivos concebidos como éticos (341).
y requiere un control permanente tanto para integrarlo con
Una perspectiva poscolonial requiere una geopolítica del co-
otros, en cuanto personas de ciencias, como para aportarlo en
nocimiento para saber en qué contexto se produce y para quien se
la construcción social, en cuanto ciudadanos.
produce. De lo contrario, será preferible adherir al trágico realismo
En definitiva, es pasar de un rol neutral y apolítico que inter- de la frase que, por buenas razones, Einstein dijo al final de su vida
viene por afuera �con una nula o mínima relación con la realidad en The Reporter el 18/11/54:
a conocer, sin contaminarse, colocados en un lugar privilegiado� a

166
167
Reinvención de lo Comunitario

Si yo fuera hoy un joven que tuviese que decidir cómo ga- Capítulo Siete
narme la vida, no intentaría ser científico, intelectual o pro-
fesor. Escogería antes ser fontanero o vendedor ambulante ^éêÉåÇáò~àÉë=ëçÄêÉ=äç=Åçãìåáí~êáç

con la esperanza de encontrar el modesto grado de indepen-


dencia aún disponible en las actuales circunstancias (en Eas-
lea, 1973: 347).

Quieren los compradores que las alfareras de Ocu-


micho firmen sus trabajos. Ellas usan sello para grabar
el nombre al pie de sus diablitos. Pero muchas veces
se olvidan de firmar o aplican el sello de la vecina si no
encuentran el propio sello a mano, de modo que María
resulta autora de una obra de Nicolasa, o al revés.

Ellas no entienden este asunto de la gloria solitaria.


Dentro de su comunidad de indios tarascos, una es
todas. Fuera de la comunidad, una es ninguna, como
ocurre al diente que se desprende de la boca.

Eduardo Galeano

168
169
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Siete - Aprendizajes sobre lo comunitario

De nadie, de todos habitar el mundo. Para sus habitantes, dentro de la comunidad


“una es todas, fuera de la comunidad una es ninguna”.
Después de seis capítulos, aún no nos hemos referido especí- Sin pretender describir y analizar, integrar o anular diferencias
ficamente a lo comunitario, aunque clarificamos las posiciones profundas en los múltiples sentidos e ideas, proponemos nuestros
desde las que nos acercamos al tema, en la Primera parte, y las aportes a la complejidad científica, filosófica, cultural y política
aperturas que ellas nos plantearon en la Segunda parte. Todo ello que entraña el tema, a partir del contraste entre teorías y prácticas,
era necesario para que en este tercer momento podamos sintetizar entre ciencias y doctrinas, entre intervenciones técnicas y la vida
y sistematizar los principales aprendizajes, las hipótesis y las pro- cotidiana, sin renunciar a un posicionamiento propio y con el pro-
puestas. pósito de valorar ese espacio y las formas de relaciones inherentes
En la Introducción señalamos que habíamos elegido este tema a él, pero yendo más allá de lo aparente.
porque es el puente que nos acercó a la vida cotidiana de pobla-
ciones, culturas y saberes que desconocíamos, y nos llevó a cues-
tionar las seguridades en las que nos habíamos formado y,
Lo que cambia y lo que persiste
especialmente, a transformar miradas y conductas.
Lo comunitario atañe a la vida cotidiana de todos. Como lugar La trayectoria de vida personal y profesional nos ha per-
social incluye tal variedad de actores y lógicas que es imposible mitido acompañar procesos de actuación en diferentes institucio-
estar en él sin capacidad para dialogar y actuar en un ambiente nes y tipos de comunidades, con diversos propósitos. Los años de
plural. Las alternativas multi-interpretativas del término originan permanencia junto a muchas de ellas también nos llevaron a estar
un sinfín de posiciones teóricas y prácticas en permanente movi- y actuar en distintas etapas de su organización y desarrollo. La ex-
miento, confrontación, revisión y desafían el abordaje de un objeto periencia nos ha permitido mirar desde variadas posiciones �de
inasible, aunque haya quienes pretendan definirlo, manejarlo o adentro y de afuera� formas y niveles de intercambios disímiles �in-
dominarlo. La “comunidad” no es de nadie, pero interpela a todos. clusive desde el abordaje más íntimo de la asistencia terapéutica� y
Difícil es ofrecer un abanico lo suficientemente amplio participar de aquello que hacen, sienten o piensan en relación con
de lo que hoy se denomina lo comunitario y de la acción comuni- los procesos de intervención tanto los integrantes de las comuni-
taria. Diremos que la comunidad existe, afirmación que contraría dades como los agentes externos.
la idea de que las cosas hasta que no son nombradas no existen. Enumero algunas de las diversas aproximaciones: inter-
Ella tiene entidad propia tanto si se la estudia como si no. Es una venciones comunitarias en instituciones sanitarias, eclesiales, edu-
construcción a la que se refieren distintas disciplinas y ciencias so- cativas; en comunidades rurales marginales o barrios peri-urbanos
ciales, pero además y sobre todo, es fruto de la voluntad de perso- de clase media; acciones motivadas por la aspiración de integrar o
nas concretas en situaciones y contextos concretos. educar, prevenir o curar, repartir ropa y alimentos o transformar
Integrar una comunidad no es exactamente lo mismo que in- ciertas condiciones sociales; de controlar, cambiar o emancipar;
eludiblemente estar ahí para ser objeto de estudio o de interven- gestiones de proyectos con una variedad de donantes, condiciones
ción. Mucho menos en contextos latinoamericanos, donde lo y niveles de participación; planificación, gestión y evaluación de
comunitario se reconoce como un modo propio y profundo de programas y proyectos en diferentes momentos. Estas funciones

170
171
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Siete - Aprendizajes sobre lo comunitario

las desarrollamos durante muy diferentes etapas y circunstancias agrupación anónima a la que se le puede asignar la responsabi-
sociopolíticas del país y en distintas provincias, en un período de lidad de los propios fracasos.
profundos cambios del rol del Estado y de la sociedad; entre dis- Generalmente son Otros que, por alguna razón, son conside-
tintos modelos de acumulación, formas de representación y de rados en situación irregular o de carencia (por falta de informa-
participación social y que coincidieron o no con distintos momen- ción, por sus estilos de vida) que hay corregir o modificar. Si bien
tos internos dentro de las mismas comunidades. Desde cuando algunos profesionales o técnicos en sus discursos les reconocen re-
eran objeto de dominaciones fronterizas que las sometían a la es- cursos y potencialidades, las actividades que se proponen y la
clavitud con la retención de sus documentos, pasando por la de- forma en que se resuelven las dificultades, parecen desmentir tal
pendencia de pequeñas ayudas externas, las etapas de organización reconocimiento.
autónoma, hasta el acompañamiento actual en gestiones de nego- Siempre reaparece la preferencia de los organismos públicos
ciación e intercambios con organismos internacionales. para relacionarse con las “comunidades” cuando se trata de asistir
La continuidad del trabajo en tiempos y contextos diferentes; en contextos de carencia o vulnerabilidad especial, y en conse-
la permanencia en las instituciones y momentos institucionales y cuencia, se solicita a sus integrantes, actividades o esfuerzos com-
la posibilidad de participar en actividades de planificación, inves- partidos que no suelen demandarse a personas en condiciones
tigación, evaluación, etc., nos ha permitido formular diferentes hi- socioeconómicas favorables. Cuando los destinatarios de inter-
pótesis y sistematizar aprendizajes. Lo primero que debemos venciones institucionales son sectores pudientes, la relación con
afirmar es que, junto a tanta diversidad de concepciones, signifi- ellos es más personalizada. Lo que se exige como esfuerzo volun-
cados y prácticas que circulan, aparecieron y reaparecieron algunas tario a personas pobres, se tramita en el otro caso mediante dis-
representaciones o formas de interacción que ya conocíamos. positivos mercantilizados, el ejercicio liberal de las profesiones o
Bajo diferentes nombres, se repiten narrativas, argumentos y con servicios privados. La única excepción suelen ser los grupos
prácticas que no varían demasiado. De la comunidad en general de autoayuda.
se habla como de un campo o lugar homogéneo definido desde constante que se advierte en las prácticas, es la fisura entre lo
fuera, que las instituciones ven como una entidad externa, muchas que las instituciones expresan en sus discursos sobre el valor del
veces estática. Se coloca en ese conjunto a personas de culturas di- trabajo comunitario y la verdadera priorización en cantidad y ca-
ferentes a la institucional, aunque parte del personal pertenezca a lidad de recursos que tal valorización requeriría. Aun en aquellas
ellas, a modo de una distancia que conviene mantener para ser ob- que tienen por misión esencial una relación con las comunidades
jetivo, neutral o mejor profesional. �como es el caso de las Iglesias� el personal que se dedica a ellas son
La comunidad es un colectivo caracterizado por diferentes jóvenes “idealistas”, estudiantes o principiantes. Los profesionales
aspectos particulares, también con diferencias y conflictos inter- que reciben ocasionales premios o reconocimientos, son margi-
nos, pero aun así, percibida como un aglutinado con el que la nales para sus respectivas organizaciones.
institución debe relacionarse para cumplir o legitimar sus obje- Todo ocurre como si las instituciones �que fueron apareciendo
tivos. A veces idealizada como un conjunto de personas que tra- en el devenir social para resolver los problemas o las necesidades
bajan unidas y participan de manera más o menos permanente de grupos humanos relegados� a partir de la especialización o pro-
para resolver sus necesidades; otras veces entendida como una fundización de los saberes y técnicas de quienes trabajan en ellas,

172
173
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Siete - Aprendizajes sobre lo comunitario

hubieran ido constituyendo campos diferenciados o separados de ferentes recursos y capacidades, ejerciendo relaciones con dife-
sus destinatarios originales. Esto parece más grave en los organis- rentes lógicas, que se expresan en condiciones desiguales de in-
mos públicos porque la gente termina financiando servicios que fluencia y poder.
no responden a sus necesidades, que desconocen sus saberes o que Como si fuera poca la complejidad anterior, lo social se inte-
ignoran los caminos que transitan en la búsqueda de su bienestar. rrelaciona en una doble existencia: una más externa y objetiva
La distancia se acentúa con las estrategias que suelen plantearse (acuerdos, normas, organizaciones), lo que se llama lo social hecho
para relacionarse con la población. Reuniones, charlas, talleres, cosas. Y una más interna y subjetiva (los significados incorporados
visitas domiciliarias de supervisión o control, actividades que en por las personas en cada trayectoria propia), lo social hecho cuerpo
su mayoría son definidas casi unilateralmente y que, por sus mis- (Bourdieu, 1980).
mas características, tienden a desvalorizar a la gente. Colocan a la En esa pluralidad inasible, la comunidad aparece como el exis-
comunidad en un lugar inferior, el lugar del “no-saber”. El círculo tente social más cercano y factible de conocer e intervenir. Sólo
se cierra o completa cuando la convocan a participar de esas ins- que no es un objeto uni-disciplinar, sino un campo a conocer.
tancias donde se privilegian temas o problemas que le interesan a Desde los años 60, la literatura de ciencias como la Sociología, la
la institución, pocas veces a espacios de evaluación de sus acciones Antropología, la Politología o las Ciencias Políticas, ha hablado de
o de debate sobre la eficacia de estas. A posteriori, se adjudica a la la comunidad como de un colectivo compuesto por grupos hu-
misma población la falta de respuesta o desinterés. manos, personas a veces unidas por ideas o creencias que aúnan
intereses, a veces en un espacio más localizado como el pueblo, el
barrio o una zona, otras simplemente como una abstracción a la
que es conveniente aplicar modelos teóricos o propuestas de ac-
Lo más visible de teorías y tensiones
ción cultural, económica o política.
El mundo social es diverso y complejo. La realidad social apa- La comunidad como sujeto colectivo no es lo mismo que la
rece como un espacio o campo heterogéneo (diferentes actores comunidad como objeto de estudio o intervención. Más allá de
con distintas posiciones, poderes, saberes y bienes), conflictivo que sea un campo de trabajo o de intervención profesional, se
(con intereses en pugna) y cambiante, aunque no siempre se evi- plantea un giro si pasamos de considerarla un tópico de estudio a
dencie en acciones explícitas ni significadas como tales. En ella un sujeto colectivo histórico. Ese cambio de orientación apareció
circulan actores individuales o colectivos que ocupan diferentes en las teorías donde se pasó de hablar “sobre” o “de” la comunidad
posiciones y de los que se esperan diferentes funciones: personas, para referirse a “en” o “desde” y a reconocerle su carácter de resul-
familias, grupos, personajes más activos o menos visibles. Todos tado de la voluntad de las personas. Ello ha hecho correr mucha
con diferentes grados y niveles de organización; en movimientos, tinta desde lo teórico a lo didáctico y esa profusión se fundamenta
programas, asociaciones formales e informales, con diferentes al- en que la comunidad no es un ente abstracto construido en los
cances o dependencias, diferentes propósitos, fuentes de financia- despachos ni es un espacio físico simbólico o virtual en el cual se
miento y destinatarios. Se suman personas o grupos aislados, aplican planteamientos o postulados de injerencias de diferentes
interrelacionados o integrados en varias organizaciones, que se disciplinas (Heras Pi T, 2008).
mueven en diferentes contextos locales y no tan cercanos, con di-

174
175
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Siete - Aprendizajes sobre lo comunitario

¿Cómo se recorta y diferencia “lo comunitario” de otros grupos Pero las definiciones son eso, conceptos que no se correspon-
que tienen vínculos o características similares en común, como fa- den con la realidad. Aquellos que definen objetos y campos disci-
milia, grupos, instituciones? ¿Comunidad, pueblo, tribu, vecinda- plinarios �con más razón los que escapan de ellos� necesitan
rio, banda? ¿Es algo natural o artificialmente construido? ¿Es un pensarse tanto desde el conjunto de conocimientos que esos ám-
medio o un fin? ¿Algo material, constatable o algo simbólico e ima- bitos producen, como desde la elucidación de la forma en que se
ginario? ¿Es algo necesario e importante en el desarrollo de las per- articulan esas producciones con los juegos de poder, interrogán-
sonas y sociedades? dose qué estrategias de saber-poder desarrollarán en sus prácticas
Respondernos a estos interrogantes puede orientar nuestras sociales los técnicos del campo. La conjunción de lo antedicho crea
posiciones en el ejercicio profesional. Las teorías más generalizadas las posibilidades de analizar qué zonas cobrarán visibilidad y cuáles
llaman comunidad a grupos de personas, familias que viven en un se mantendrán necesariamente invisibles y no enunciables (Fer-
espacio, que se conocen y pueden relacionarse fácilmente, reunirse nández, 1989).
sin depender de un medio de transporte, con una historia común, Más importantes que las definiciones sobre un objeto de co-
tradiciones, similares servicios y actividades para resolver sus pro- nocimiento, nos parece que son los aportes acerca del lugar teó-
blemas. Los recortes que han hecho las ciencias �particularmente rico desde el que se construyeron, quiénes y cómo, en qué
en la que nos inscribimos, la Psicología Social� pasan por criterios tiempos y contextos.
de territorialidad, interacción y pertenencia social (Sánchez Vidal,
1996). También por la interdependencia mutua y los sentimientos
de ser parte de una estructura mayor (Sarason, 1974). Dan cuenta
de una pertenencia con una dimensión subjetiva, con una depen- Desde dónde se construyen…
dencia solidaria y con significados compartidos (Krausse, 2001),
por mencionar sólo algunos de los componentes más reconoci- Dijimos que lo comunitario no es propiedad de una disciplina.
dos. No hay una profesión de lo comunitario, aunque ya aparece como
especialización de algunas: a la comunidad como “objeto de” di-
Una síntesis de las conceptualizaciones que se han hecho des-
ferentes disciplinas se la incorpora a través de adjetivos calificati-
cribe a las comunidades como
vos: medicina comunitaria, psicología comunitaria, trabajo social
(…) unidades sociales articuladas desde un contexto te- comunitario, odontología comunitaria. A lo comunitario han lle-
rritorial e identidad socio-cultural, intereses básicos en torno gado muchos científicos y profesionales procurando entender o
a procesos de producción y reproducción cotidianos, convi- resolver problemas sociales, especialmente los que restringen o
vencia próxima o lejana pero significativa, duradera, de in- amplían, obstaculizan o facilitan los logros que se buscan desde
dividuos en interacción y participación social. No es un a
sus particulares temas científicos.
priori, sino un proceso de construcción, una forma histórica
de producción de instituciones y valores sociales. Con fuerte Esto contribuye a la polisemia del término: como materia de
sentimiento de pertenencia que la define hacia adentro y estudio e intervención externa a la comunidad por un lado, y como
constituye un reconocimiento exterior (Cucco, 2006: 37). sujeto histórico por otro, con las dificultades que esta considera-
ción conlleva. Como asunto teórico, de acuerdo con los caminos
en que se legitima el conocimiento en el mundo académico, la co-

176
177
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Siete - Aprendizajes sobre lo comunitario

munidad es definida desde afuera. Los conceptos para su estudio tienen condiciones y capacidades de siglos para actuar y resistir
y análisis surgen de la distancia respecto a la realidad, a fin de des- desde ese sentido.
cribir sus características esenciales, esas que se repiten y le dan La comunidad en manos de las teorías y las ciencias es consi-
identidad al objeto y aquellas que lo diferencian de otros. derada un objeto de atención y/o manipulación externa, un con-
Las teorías sociales casi siempre han surgido no sólo desde junto de personas o grupos en movimiento capaz de generar
afuera, sino también después de las experiencias y prácticas a las acciones de mejora para sus miembros. Provoca el interés de par-
que se refieren. Lo comunitario no es una excepción, pero con par- tidos políticos, profesionales, técnicos dedicados a organizar lo que
ticularidades. Las ciencias se han construido en los departamentos hay que hacer en la comunidad y que actúan como acompañantes
y facultades de las universidades donde ellas se enseñan, como una de las variantes sociales locales. En una actitud atravesada por el
especie de pozo petrolero donde lo primero que se hace es un cerco afán salvador que imprime esa obligación o compromiso de estar
en el terreno y se dice: esto es economía, esto es biología y se em- liderando procesos que favorezcan a sus miembros, olvidan que la
pieza a profundizar y profundizar. Este problema ha sido detectado comunidad por sí misma es un sujeto político.
en el campo comunitario por mucha gente y se ha intentado re- Desde fuera se niega o se desecha el hecho de que las comu-
solverlo por vías que no parecen ser efectivas: la interdisciplina- nidades, por sí mismas, son actores sociales más o menos organi-
riedad, el pensamiento en grupo, que lo mejor que producen son zados y con mayores o menores posibilidades de tener diferentes
contradicciones, no resultados, porque generalmente no logran liderazgos, de expresarse y de participar en decisiones de diferen-
encontrar soluciones al problema. tes campos. La participación organizada por instancias externas,
Las comunidades como sujetos históricos colectivos han exis- más allá de los discursos que pretenden posicionarse en el aden-
tido siempre. Allí están, fluyen, cambian, se organizan, desaparecen tro, genera además una verticalidad entendida como una actua-
y vuelven a aparecer. La vida cotidiana no tiene departamentos o ción que sólo tiene lugar desde arriba. Hablamos de instancias
sectores sino generalmente devenires, aparentes inacciones, per- externas porque son ajenas a la dinámica propia del territorio o a
sonas que participan y dejan de participar, potencialidades que se otras dimensiones de las comunidades, en las que alguien foráneo
ven o que se ignoran; problemas que se miran o encaran de dis- se atribuye el decir cómo hay que hacer, el porqué de cada acción
tinta forma y que influyen en mayor o menor medida en su bien- comunitaria, proposiciones siempre ligadas a determinadas ide-
estar, sufrimiento, deseos e intereses. ologías y no a otras.
La construcción de las teorías desde fuera, permite explicar
el desconocimiento que ellas suelen mostrar sobre procesos lo-
calizados en América Latina, donde lo comunitario no es algo Quiénes y cómo las construyen
externo o transitorio, sino un modo de vivir que impregna todo.
Esa mirada genera la dirección de las acciones y la invisibilidad La preeminencia que tienen ciertas teorías sobre lo comu-
de los desarrollos locales previos, de una cultura situada que ha nitario visto desde fuera, está relacionado con quiénes y cómo las
sido y sigue siendo ignorada en las prácticas institucionales y construyen y difunden. Sin lugar a dudas, desde la Modernidad
profesionales: sigue planteando la intervención destinada a pro- occidental la hegemonía o dominio sobre la ciencia la tiene el
mover, enseñar o fortalecer lo comunitario en poblaciones que mundo académico. Aunque las experiencias y prácticas comuni-

178
179
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Siete - Aprendizajes sobre lo comunitario

tarias sean previas, el imaginario social posiciona como autoridad blican, si bien no pueden cuestionar ni negar conceptos, por al-
superior y legitimada para producir conocimientos a quienes pro- guna razón sienten que no representan la realidad.
vienen de los ámbitos universitarios. Las teorías son conocimientos de quienes ven desde afuera c� on
El mundo académico tiene una forma particular de construir escaso tiempo e intereses distintos a los que tienen los actores co-
conocimientos y cuenta con más acceso y posibilidades para legi- munitarios�, ajenos a los problemas y decisiones que estos deman-
timarlos y difundirlos. Quienes se desempeñan en esa área, suelen dan. Ayudan a definir categorías, pero también recortan y
ser intelectuales que trabajan casi exclusivamente en la docencia e oscurecen la comprensión de la realidad.
investigación y su relación con el campo social se realiza a partir
de la llamada “extensión universitaria”, tarea de salida transitoria
y acotada en tiempo y espacio, lo que de hecho no permite tener En qué tiempos se construyeron
contactos permanentes o sustentables con la vida y los problemas
cotidianos de la gente. Más allá del lugar y de los protagonistas que construyeron las
Las prácticas milenarias vienen de siglos, las prácticas institu- teorías más conocidas, es necesario conocer el tiempo y el contexto
cionales también suelen ser anteriores, pero los desarrollos teóricos sociopolítico en que ellas surgieron. El “boom” de lo comunitario
provienen de investigadores que tienen una experiencia de tiempo aparece en América Latina a mediados del siglo pasado, en primer
limitado con las comunidades en los llamados trabajos de campo, lugar para legitimar/compensar las acciones de los gobiernos au-
cuyas conclusiones trasponen a sus especulaciones académicas. De toritarios por medio de la promoción comunitaria. Resurge con
ellos se derivan las principales categorías o recomendaciones que las políticas neoliberales que exigían justificar el retiro del Estado
confrontan ciencia y saber popular, técnicos y pobladores, agentes y la transferencia a la sociedad civil de sus responsabilidades sobre
externos e internos, afuera y adentro, procesos de diagnóstico co- el bienestar social.
munitario o empoderamiento, programas o planes que parten de En los pueblos originarios, lo comunitario como modo de
miradas e intervenciones externas. La extensión universitaria suele vida, resolución y reclamos de sus problemas, y como sentido de
traer aparejada una exploración neutra y a-política de lo social, pertenencia o modo de acción de los grupos con menor poder de
bajo el resguardo de provenir de un ámbito científico, que oculta América Latina, tiene siglos. Pero como tema y preocupación de
los intereses y sesgos de las políticas universitarias en general y, las instituciones y en consecuencia de la academia, surge alrededor
particularmente, del conocimiento legitimado por ellas. de la mitad del siglo pasado. Aparece como propio de las socieda-
En esa práctica, se caracteriza a lo comunitario como un es- des post-estatales �llamadas así por el repliegue del Estado y la des-
pacio de relaciones, encuentros o acciones no formales, que se di- erción de sus responsabilidades� donde por la transferencia de
ferencian y oponen claramente de las acciones institucionales. Se funciones a la sociedad civil, se hacen necesarias capacidades para
explicaría así la tensión entre quienes viven y trabajan permanen- el trabajo comunitario.
temente en las comunidades en instituciones que prestan servicios No es casual que las teorías dominantes planteen estrategias
educativos, sanitarios, etc., y quienes se inmiscuyen en nombre de de intervención destinadas a los sectores pobres o vulnerables. La
la extensión. Cuando los agentes profesionales radicados en el lógica predominante de las políticas neoliberales, que requería a
lugar leen los desarrollos teóricos sobre lo comunitario que se pu- los gobiernos reducir gastos en los países en desarrollo a fin de que

180
181
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Siete - Aprendizajes sobre lo comunitario

pudieran pagar sus deudas externas, fue que se transfiriera a la ini- El conocimiento y actuación en objetos/procesos sociales, re-
ciativa privada la resolución de necesidades básicas tales como la quiere una inmersión en la vida cotidiana, con una valoración e
salud y la educación, es decir hacia el mercado para quienes tenían intento por descubrir las perspectivas de quienes allí actúan. Según
recursos y hacia las organizaciones no gubernamentales o comu- las experiencias referidas, la comprensión de personas o grupos
nitarias para los sectores sin ellos. diferentes y desiguales exige permanencia y tiempo. Sólo la conti-
Las teorías principales surgen de la descripción y análisis de nuidad de los vínculos es lo único que habilita la confianza y fa-
grupos y procesos de encuentros entre personas, consideradas ac- vorece diálogos más simétricos y sinceros. Quienes experimentan
tivas y con recursos, pero que por alguna razón están en situacio- desde siglos prácticas de dominación, sobreviven ocultando pro-
nes de vulnerabilidad, necesidad o marginación y que, por estas fundamente lo que quieren o piensan, no lo expresan directa ni
condiciones “irregulares”, necesitan ser movilizadas o acompaña- rápidamente. Esto explica que desde parámetros ajenos, se acep-
das por operaciones o actores externos. Este enfoque lleva a en- tarán como definitivas expresiones que sólo buscan aceptación o
tender lo comunitario como un medio o estrategia de trabajo que se invalidarán características peculiares de esos grupos, como pro-
se propone o aplica sólo a comunidades pobres o vulnerables y no ducto del exceso de poder de otros.
como un medio o valor en sí mismo. Si lo comunitario es una es- Al compartir la vida y el trabajo con comunidades originarias
trategia buena ¿por qué lo es sólo para los pobres? de América Latina hemos sentido y experimentado que lo comu-
nitario es un modo de ser y estar profundo, un modo de vivir y
mirar el mundo que atraviesa todas las relaciones. Es un signifi-
cado profundo, de fe, que integra razón y sentimientos, condicio-
Lo comunitario desde abajo y desde dentro namientos y libertades. Lo comunitario aparece como una
religión, entendida como un modo de re-ligarse entre personas,
Dijimos ya que las Ciencias Sociales hace tiempo plantearon entre ellas y todos los seres vivos, entre ellos y aquello que los tras-
la necesidad de pasar de un conocimiento centrado en quien co- ciende e integra, sea la tierra, el universo, un ser superior.
noce, hacia aquel a quien se pretende conocer. La mayoría de las
Desde adentro y desde abajo sostenemos que lo comunitario
prácticas de investigación y las teorías convalidadas o difundidas
es un tejido de relaciones significativas que forman la subjetividad
siguen generándose desde posiciones, saberes e intereses diferentes
de las personas, construyen identidad y pertenencia, al mismo
a los de las comunidades estudiadas. A partir de contactos acota-
tiempo que les abren y facilitan posibilidades de desarrollo o de
dos, las definen con términos incomprensibles para ellas.
transformación a través de intercambios. Lo comunitario no es
Se produce de esa manera una mayor tensión, en cuanto la per- una entidad u objeto, sino un manojo de tramas vinculares diver-
tenencia a una comunidad tiene que ver con significados singula- sas y móviles, pero cercanas, ya que ocupan un espacio intermedio
res de una cultura o modos de apropiación generalmente entre lo propio y profundo de las personas y el mundo. Entre lo
inconscientes (a través de matrices étnicas, de clase, de género, de más próximo e íntimo y lo más lejano y desconocido. Provee de
oficios, etc.). Mucho más, pero esencialmente, a partir de eleccio- matrices que moldean a las personas y, a través de un sentido de
nes, intereses definidos desde dentro por quienes la integran pertenencia y reciprocidad, las habilita para formar parte de lo
común, intercambiar, resistirse o confrontar.

182
183
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Siete - Aprendizajes sobre lo comunitario

Lejos estamos de pretender traducir la mirada, los saberes o ampliada, pasando por los procesos grupales que articulan los
las experiencias de Otros. Sólo buscamos expresar desde nuestros mandatos institucionales, hasta movimientos colectivos tran-
moldes culturales los aprendizajes adquiridos en la relación con sitorios con posibilidades de incidencia en decisiones más
ellos. Así, caracterizamos lo comunitario como relaciones meso- grandes.
sociales, significativas y de reciprocidad. Este continuo borra fronteras. Así, no parece válido separar lo
• Meso-sociales porque son intermedias entre la estructura comunitario de lo institucional, caracterizando al primero como
personal o micro-social y la estructura macro-social, más glo- algo más espontáneo, sin organización. De esa manera se lo recorta
bal o lejana, que las contiene. y empobrece, ya que las oportunidades de autonomía de los con-
• Significativas porque movilizan sentimientos comunes, ya juntos sociales que actúan para resolver sus problemas están en es-
sea por cosmovisiones o trayectorias socioculturales más o tricta relación con las posibilidades de ser formalizados. Sin
menos inconscientes, ya sea por identificaciones a partir de personería u organización, siempre dependerán de otros.
elecciones conscientes. Al mismo tiempo hemos experimentado como innovador el
• De reciprocidad porque se establecen interacciones más ho- efecto que se produce cuando la fuerza de la lógica comunitaria
rizontales que posibilitan intercambios, que generan un sentido impregna a las instituciones (Torres y Torres, 2010). Si las institu-
de participación y pertenencia entre algunos, al mismo tiempo ciones se abren a ella, encuentran una matriz que permite trans-
que de exclusión para otros. formarlas en lugares menos jerarquizados, con mayor sentido de
pertenencia y más efectivas en sus logros.
Se trata de vínculos que incluyen una gran variedad de pro-
cesos, grados de intensidad y tipo de estructuraciones. Para carac-
terizar lo comunitario se requiere un continuo de:
• Variables entre formalidad e informalidad que abarcan
El valor de lo comunitario
desde colectivos circunstanciales, encuentros, movimientos,
Lo comunitario así entendido conforma un nudo de rela-
asambleas comunitarias, hasta acuerdos, asociaciones, organi-
ciones que van constituyendo a la persona y sus posibilidades de
zaciones e instituciones.
desarrollo personal y ciudadano, de autonomía o sujeción respecto
• Variables de materialidad o simbolismos que incluyen a las determinaciones sociales. La manera descripta de entender lo
tanto los intercambios y trueques materiales de diversa índole comunitario, pone en valor y resalta su importancia no sólo para
como el intercambio de significados o simbolismos abstractos. los que viven en estado de pobreza. Todas las personas pueden de-
• Variables entre apertura o clausura de las interacciones venir sujetos sujetados y torpemente vivos o sujetos capaces de
entre redes sin localización ni permanencia y los intercambios resistirse y transformar su contexto social.
territoriales entre organizaciones estables. La trama vincular que explica el proceso de llegar a ser su-
• Variables entre profundidad-interioridad o superficialidad jeto, no es sólo la génesis inicial (la familia), sino que está hecha
de las relaciones que focalizan tanto vínculos y procesos inte- de sucesivas nuevas génesis en grupos e instituciones significativas
riores con implicancias personales profundas como la familia que van construyendo lo real. La sociedad precede, sitúa, da iden-
tidad y memoria sin la cual no es posible un proyecto personal.

184
185
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Siete - Aprendizajes sobre lo comunitario

Todo sujeto es social y singular, y emerge de una conjunción de ponen en cuestión los paradigmas científicos y las formas tradi-
vínculos, parentescos, afinidades, afecciones y desafecciones que cionales de intervención profesional porque dan cuenta de sus lí-
lo trascienden y con las que guarda una relación de productor y mites, que colocan en el centro preguntas que ya señalamos como
producido: reproduce un orden dado, pero es capaz de transfor- ausentes en la formación profesional, pero que se definen y resuel-
marlo a través de la imaginación radical. Tiene capacidad de au- ven primero en las relaciones que hemos ubicado como comuni-
tonomía, la que se despliega desde una heteronomía o dependencia tarias o meso-sociales.
inicial y es portador de una subjetividad como interioridad propia. La persona sólo es posible desde la relación con Otros. En el
Nadie discute hoy la magnitud y complejidad de los nue- desarrollo del niño, toda función aparece primero en el nivel social
vos horizontes sociales sesgados por problemas que inciden en la y más tarde se desarrolla la individualidad; su crecimiento es un
salud o enfermedad, en el crecimiento y desarrollo de la vida y ca- camino de sucesivos desprendimientos hacia la autonomía, a partir
lidad de vida de las personas. Muchos son los factores que causan de nuevas capacidades adquiridas, que le permite representarse
sufrimiento, enfermedades evitables, que limitan el bienestar o cre- como separado y diferenciado.
atividad en la vida cotidiana de todos, más allá de que, como toda El cachorro humano inicia su desarrollo como sujeto en
cuestión social, siempre golpea más a quienes tienen menos recur- un proceso de socialización que dura toda la vida, primero
sos económicos o simbólicos para enfrentarlos. Entre ellos, enfer- de mano de adultos significativos, una familia como garante
medades crónicas, mentales, indefinidas, adicciones, suicidios, de la inscripción externa. Este proceso da un individuo social
delincuencia, violencias en múltiples formas. Cuadros graves que que funciona adecuadamente desde esa sociedad. La diferen-
afectan sin causa aparente, hasta malestares que la gente sufre ha- ciación de ese individuo implica un sujeto reflexivo y autó-
bitualmente y que no analiza ni cuestiona porque los considera nomo, fruto de la imaginación radical c� apacidad de formular
normales. lo que no está� lo que le permite cuestionar las significaciones
La “normalidad supuesta salud” como la ha conceptualizado sociales imaginarias en las que está inmerso constituyentes de
Mirta Cucco, no genera demanda explícita ni tiene interlocutor su identidad (Castoriadis, 1989: 48).
válido (2006: 66). Las respuestas que encuentran habitualmente El autor de la cita considera que lo psíquico y lo social son irre-
los pacientes en las instituciones oficiales pasan por enfoques te- ductibles. Le permiten a Cucco fundamentar una variable trans-
rapéuticos, asistenciales, que tienden a medicalizarlos, a psiquia- versal que alude a las expresiones concretas cristalizadas del
trizarlos y a categorizarlos en términos atribuidos a la pobreza, a imaginario social. Se diferencia de la variable vertical que remite a
la pertenencia a grupos de riesgo social, incluyéndolos en acciones los aspectos de la historicidad individual y de la variable horizontal
preventivas inespecíficas y dejándolos la mayor parte de las veces que alude al nivel interaccional de la dinámica grupal. La variable
en tierra de nadie. Muchos de ellos, al no encontrar o poder acce- transversal justifica las intervenciones en la capacidad colectiva de
der a respuestas profesionales, recurren a crecientes ofertas alter- generar consensos diferentes, que conlleven a otra matriz social de
nativas con los más diversos enfoques, efectividad y costos. creación de subjetividad que, obviamente, contribuirán a forjar en
Esos sufrimientos de la vida cotidiana confrontan y desafían lo personal otra cualidad humanizante (2006: 164).
la dicotomía individuo-sociedad, que tanto ha esterilizado el que- Los significados del imaginario social �transmitidos a través de
hacer de las ciencias psicológicas o sociales. Son problemas que los mitos y narrativas que se repiten� operan como organizadores

186
187
Reinvención de lo Comunitario

de sentido de los actos humanos. A través de ellos, el medio histó- De allí la centralidad de lo comunitario en tanto relaciones cer-
rico, económico y social actúa en los mecanismos grupales e ins- canas y significativas. Para comprenderlo así se requiere desandar
titucionales que nos construyen, haciendo que seamos de este o el sentido común disciplinario que ubica al sujeto en la interiori-
aquel modo. Como orfebres, van construyéndonos en tanto sujetos dad en oposición a un mundo pensado como exterioridad. Tam-
sociales, haciendo que vayamos repitiendo determinados compor- bién requiere desmarcar a la personas como si fueran solamente
tamientos sin cuestionar o prácticas que se sienten como normales, consecuencia de relaciones familiares fundantes. Por consiguiente,
aunque en ello se juegue la posibilidad o no de ser maduros y au- no sólo importan las identificaciones tempranas; todas las insti-
tónomos, de poder abandonar la dependencia o la precariedad tuciones producen subjetividad, desde el borde biológico actuali-
subjetiva. El funcionamiento y reproducción de lo económico so- zado por la experiencia corporal y desde el borde social actualizado
cial no se encuentra sólo en la producción de normas, sino tam- por la experiencia institucional.
bién en los soportes imaginarios, en las ideologías que transitan Lo comunitario como lugar de pertenencias, identificaciones
las formas en que ejercemos roles y funciones sociales. e intercambios, es una red de relaciones sociales entre la práctica
No son representaciones sociales aquello que los individuos se familiar más íntima y profunda y el espacio donde se ejercita la
figuran Åonsciente o inconscientemente, ni lo que piensan. Son ciudadanía universal. Es un campo de procesos organizadores bá-
aquellas narrativas con un mismo argumento, que universalizan sicos del sujeto social, de articulaciones entre estructuras sociales
sentidos, encubren lo que es diverso, naturalizan y organizan de- e individuales, de procesos de crecimiento y desarrollo personal y
terminados significados para presentarlos como únicos, en los que social; donde se juegan tanto las determinaciones o condiciona-
realidad e imaginación se funden con aquello que es aceptado mientos del medio histórico y natural, la sujeción social de los in-
como verdadero y que relacionan la estructura social con las fan- dividuos como las resistencias a ser incluidos en lo ya instituido;
tasías inconscientes a través de la noción de vínculo. que habilita líneas de fugas hacia la autonomía y la participación.
Lo que se acepta de la realidad suele ser producto de una in- Entendido de esa manera, es un ámbito de relaciones de gran
terpretación dominante en el campo que sea: una manera de ser riqueza para entender, actuar y resolver problemas inherentes a
médico, ser cura, madre o hijo se constituye según la definición de lo macro y micro social, destinado no sólo a las poblaciones en
quienes mandan en ese espacio social. La sociedad busca clausurar condiciones de vulnerabilidad. Lo comunitario es el campo de
todo aquello que pone en riesgo las certidumbres sobre las que ella frontera entre el sistema familiar y el espacio que permite atrapar
se asienta y la verdadera escena social queda oculta tras una ficción. la ciudadanía universal, es el ámbito para jugar otras cartas: las de
Pero la imaginación radical abre posibilidades de fuga y creatividad prevenir, enfrentar, reparar, visibilizar múltiples determinaciones,
a los condicionamientos. La alternativa entre ser sujetos autóno- promover micro transformaciones y, si es el caso, acompañar la
mos o sujetados depende de las matrices vinculares. organización y formulación de proyectos orientados a demandar
El concepto de significados del imaginario social ayuda a su- o construir cambios de carácter estructural en la sociedad. Como
perar la dicotomía individuo-sociedad que nombra lo social como tal, dichas relaciones meso-sociales son importantes para el des-
contexto y no como un texto incorporado en lo más íntimo de arrollo de toda subjetividad, no sólo de las personas o poblaciones
cada uno. Pero además tiene un correlato en otras Ciencias Socia- desfavorecidas.
les. Es compatible con la idea de habitus de Bourdieu en la Socio-
logía y de cultura en la Antropología de Kusch.

188
189
Reinvención de lo Comunitario

Reducir el valor de estas relaciones sólo a esos grupos huma- Capítulo Ocho
nos, pensar y aplicar lo comunitario como estrategia para aquellos
jçÇÉäçë=é~ê~=éÉåë~ê=ó=êÉîáë~ê
nominados como pobres o carecientes, implica no sólo sostener
las ideologías que reproducen la pobreza, sino ocultar que la obs-
trucción a los procesos de cambios está sostenida fundamental-
mente por sujetos dependientes. En estos días del año 2000, ciento ochenta y nueve
La existencia y reproducción de la pobreza es una responsabi- países elaboraron la Declaración del Milenio, que los
lidad mayor de los que poseen bienes y saberes que, para usufruc- comprometía a resolver todos los dramas del mundo.
tuarlos, son incapaces de romper sus ataduras a diferentes El único objetivo que se ha cumplido no figuraba en la
dominaciones materiales y simbólicas. lista: se ha logrado multiplicar la cantidad de expertos
necesarios para llevar adelante tan difíciles tareas.

Según escuché decir en Santo Domingo, uno de


esos expertos estaba recorriendo las afueras de la ciu-
dad, cuando se detuvo ante el gallinero de doña María
de las Mercedes Holmes y le preguntó:

-Si yo le digo, exactamente, cuantas gallinas tiene,


¿Ud. me da una?- Y encendió su computadora tablet
con pantalla táctil, activó el GPS, se conectó a través de
su teléfono celular 3 g con el sistema de fotos satelita-
les y puso en funcionamiento el contador de pixeles.

-Ud. tiene ciento treinta y dos gallinas-. Y atrapó


una.

Doña María de las Mercedes no se quedó callada.

-Si yo le digo en qué trabaja Ud. ¿me devuelve la ga-


llina?- . Entonces le dijo: -Usted es un experto interna-
cional. Yo me di cuenta porque vino sin que nadie lo
llamara, se metió en mi gallinero sin pedir permiso, me
dijo algo que yo ya sabía y me cobró por eso.

Eduardo Galeano

190
191
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Ocho - Modelos para pensar y revisar

Más allá de los aprendizajes los estudios sobre tipos de autoridad y dominación desarrollados
por Weber. Ambos reconocen la complejidad de los procesos so-
Las experiencias, investigaciones, aperturas y aprendizajes ciales, culturales e históricos y por ello proponen un acercamiento
planteados nos llevaron a la construcción de algunas hipótesis para holístico. Por eso mismo cuestionan el esquematismo y la simpli-
analizar los procesos y prácticas comunitarias, en la línea de la pre- ficación de las teorías sociológicas que colocaron las explicaciones
ocupación central de este trabajo: superar las grietas entre los dis- de los fenómenos sociales en las características de los individuos.
cursos y las prácticas, entre las teorías y las acciones concretas. Durkheim fue un antecedente interesante en el estudio de una
Consideramos importante ofrecer una sistematización que epidemiología socio-cultural (1974), ya que es un exponente de
permitiera relacionar, analizar y discutir las prácticas de profesio- aspectos de la investigación que hemos defendido: el uso simultá-
nales e instituciones desde el enfoque de los derechos multicultu- neo de instrumentos cuanti y cualitativos, de diseños que proble-
rales. No nos corresponde, tampoco pretendíamos hacerlo, maticen el enfoque del investigador y del desarrollo de una
examinar sus intervenciones desde el punto de vista de quienes perspectiva social relacional. Pero además fue importante funda-
son entendidos como objetos de ellas. Desde las propias posicio- mento, ya que en sus estudios sobre suicidios, propone soluciones
nes, lo más respetuoso que podemos hacer es señalar los procesos basadas en micro grupos o grupos intermedios, en redes que ayu-
y dispositivos que coloquen a quienes integran las comunidades den a reducir el aislamiento y la soledad de sujetos vulnerables.
en el lugar de sujetos de derechos. En el desempeño profesional también nos conectamos con
Los problemas sociales exigen desarrollar articulaciones que el trabajo de Eduardo Menéndez sobre estándares médicos, par-
las disciplinas e instituciones a veces impiden. No fue fácil encon- ticularmente con las características del “modelo médico hege-
trar un método que formulara categorías o variables para analizar mónico” que, si bien es una construcción de alto nivel de
las prácticas. Hemos cuestionado la posibilidad de realizar gene- abstracción, fue un instrumento importante para reflexionar y
ralizaciones, afirmando que la búsqueda de las mismas distorsiona transformar la realidad de las prácticas sanitarias y para analizar
los procesos que se estudian y rechaza las diferencias. Las ciencias las eclesiales cuando desarrollamos el “modelo clerical hegemó-
sociales y antropológicas han podido desplegar aproximaciones nico” (Torres, 2000).
cualitativas para establecer algunas derivaciones generales e in- Si bien los modelos cosifican la realidad, son un intento de des-
cluso predicciones. En tal sentido, las dos principales metodologías cribir los modos en que determinados grupos, en un determinado
no estadísticas de generalización, son las que utilizan el tipo ideal período, buscan dar sentido a lo que hacen. Como enfoque meto-
y los modelos. Ellas permiten interpretaciones o explicaciones res- dológico, tienen la ventaja de que siempre operan con hipótesis
pecto a los procesos examinados. provisorias y hacen explícitas las posiciones de quienes las propo-
El tipo ideal fue empleado por Emile Durkheim y Max Weber nen, algo que no siempre ocurre en las corrientes interpretativas
desde fines del siglo XIX y principios del XX, respectivamente. La que suelen cuestionarlo.
mayoría de las propuestas de generalizaciones que usan actual- Menéndez fundamenta que los modelos no son la realidad,
mente los métodos cualitativos son variantes de aquél, entre ellas sino una construcción provisoria basada en datos empíricos sur-
las tipologías aplicadas a los procesos de salud y enfermedad �en el gidos de ella y que permiten indagar en los procesos. Ve en estos,
caso del suicidio estudiado por Durkheim� o en forma indirecta, sin anular el papel del sujeto como agente, un componente para

192
193
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Ocho - Modelos para pensar y revisar

explicar lo social y simbólico �no sólo en términos de individuos o prácticas de extensión o en intervenciones acotadas de investi-
suma de individuos (2009: 94) � en un juego entre el devenir de la gación-acción-participativa.
realidad y las hipótesis, entre historicidad y modelo, y advierte que Al otro modelo lo denominaremos “domiciliado”, para resca-
su aplicación requiere la relación constante entre estos elementos. tar el término de Kusch, y para quien los profesionales de América
Los hechos empíricos, además de ser observables, articulan pro- Latina somos turistas en nuestra propia tierra, sujetos sin cultura.
cesos y actores sociales a través de relaciones inscriptas en su ma- En él se ponderan prácticas más antiguas, pero con menor des-
terialidad que aguardan interpretaciones que vayan más allá de lo arrollo teórico en los estudios sobre lo comunitario, ya que las re-
ostensible, de los procesos y las fuerzas manifiestas (148). alizan los educadores y profesionales en las instituciones en que
prestan servicios con inserción permanente en las comunidades
latinoamericanas. Sus reflexiones se entretejen con necesidades y
Modelos prácticas sociales de otros campos (que provienen de la educación
popular, de los movimientos de liberación, de la atención primaria
A partir de problematizar la realidad del trabajo comunitario, de la salud) y por lo tanto no se refieren específicamente a lo co-
pudimos recoger algunas características de los saberes y prácticas munitario. Es un modelo que se asienta en un paradigma anterior,
de los profesionales y formular nuestras conjeturas sobre el modo cuando la convocatoria de Truman en 1949 �en el marco de la
en que se entiende y da sentido a lo comunitario. Así proponemos Alianza para el Progreso� era resistida por los procesos comunita-
dos modelos para pensar y revisar dichas prácticas, sin reducirlos rios y educativos emancipadores. Si tuviéramos que señalar refe-
a una interpretación de los sujetos sino al conjunto de ellos, para rentes teóricos, habría que pensar en Pablo Freire, Martín Baró y
entender ese plus que los trasciende y permite conectar los sujetos algunos teólogos de la liberación de la década del 70.
y las estructuras. Son modelos que, como todos, no coinciden con la realidad;
A uno de ellos lo llamaremos “académico” por ser la forma tampoco son excluyentes o separados, sino distintos. Aunque las
dominante en la formación profesional para el tipo de trabajo diferencias están jerarquizadas, ya que uno es el que produce y le-
que nos ocupa. Sus fundamentos teóricos sobre comunidad son gitima la ciencia fácilmente divulgada por su inserción en espacios
los más difundidos, pero más recientes en el tiempo. Es un mo- académicos, mientras que el otro produce experiencias, aprendi-
delo que responde al paradigma del desarrollo humano (Álvarez zajes que no suelen ser sistematizados, de escasa o nula circulación
Leguizamón, 2003) con el que los organismos internacionales y no siempre incorporados a las teorías dominantes. Diferencias
demandaron fortalecer y movilizar las capacidades locales. Co- que, como otras que hemos señalado, se ahondan cuando se obs-
rrelativamente a la imposición de las políticas neoliberales, taculizan las posibilidades de intercambios eficaces en diálogos si-
cuando instituciones y programas internacionales comenzaron métricos, porque unos son los “expertos” y otros son los
a promover estrategias comunitarias, aumentó significativa- “hacedores”.
mente la presencia de profesionales especializados en Psicología A partir de los fundamentos explicitados, diferenciaremos ob-
Social en las comunidades marginales. No más de tres décadas jetos y procesos; posicionamientos ante el conocimiento; roles, ac-
tienen los desarrollos teóricos sobre el tema de autores como tividades predominantes e inclusive la ética profesional. Siempre
Montero, Sánchez Vidal y Serrano- García, fundamentados en recordando que constituyen hipótesis sobre la realidad, no la rea-

194
195
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Ocho - Modelos para pensar y revisar

lidad; construcciones teóricas provisorias que no anulan la creati-


Lo comunitario es un modo
vidad y la capacidad de transformación de los sujetos que, más allá Lo comunitario es una estrate-
vincular, importante para
de las estructuras o condiciones en que se formaron, pueden en gia de trabajo destinada a po-
todas las personas y contextos
su evolución personal y laboral sostener prácticas de uno y otro blaciones en situación de
donde pueden formarse subje-
paradigma. pobreza o vulnerabilidad. Pre-
tividades autónomas, con ca-
supone un compromiso prio-
pacidad instituyente de nuevas
ritario para revertirlas.
condiciones sociales.
Objetos de conocimiento, objetivos, intereses y procesos
Considera que las personas Considera que antes que las
Respecto a la manera de entender lo comunitario, la diferencia son activas y tienen potencia- personas, son las instituciones
fundamental de ambos modelos está en correspondencia con el lidades, pero con alguna caren- las que están en condiciones
origen de los procesos y con las formas de vincularse con las co- cia o condición irregular por la irregulares, que necesitan ser
munidades. Desde afuera y con intervenciones acotadas en su du- que necesitan apoyo o inter- transformadas para hacerlas
ración, en el modelo académico; desde adentro, con inserciones vención. más accesibles a todos.
prolongadas en el domiciliado. Esos modos precisan tanto la ma-
nera de definir el objeto de estudio como la elección de los desti- Los procesos de intervención Los procesos son movilizados
natarios de la intervención y el significado o lugar dado a lo son movilizados y dirigidos desde lo local, aunque necesite
comunitario. desde afuera hacia dentro. utilizar o depender de recursos
externos.

Modelo académico Modelo domiciliado


Tematiza relaciones de afini-
Persona, comunidad, socie-
dades cercanas y significati-
dad, procesos grupales y espa-
vas, que construyen
Conocimientos y métodos para producirlo
cios de encuentro, son
pertenencia y posibilidades de
tematizados como entidades. El origen y la centralidad de los procesos también orientan la
autonomía o de vivir mejor.
forma de comprender cuáles son los conocimientos necesarios y
Entiende lo comunitario como Lo comunitario abarca relacio- legitimados, cuál es la importancia y las actitudes ante los diferen-
un proceso diferente a lo insti- nes meso-sociales con diferen- tes saberes, además de definir el para qué se requieren nuevos co-
tucional. Considera a las rela- tes variables en su formalidad nocimientos o cómo producirlos para facilitar el pasaje de una
ciones como espontáneas, y niveles de participación. Su monocultura académica a una ecología de saberes, de una ciencia
horizontales y contrarias a las lógica puede inducir el des- separada de la ética, a una ciencia para vivir mejor.
organizaciones formales. arrollo de procesos organiza-
cionales.

196
197
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Ocho - Modelos para pensar y revisar

Modelo académico Modelo domiciliado Maneja diversos métodos y Reconoce multiplicidad de


técnicas de investigación. Prio- métodos para revisar lo que se
Experimenta la insuficiencia
Suscribe la centralidad de un riza la investigación acción hace y no da los resultados es-
del llamado conocimiento
conocimiento denominado participativa; privilegia los perados. Los procedimientos
científico para entender y ac-
científico que se considera procedimientos conducidos pueden ser conducidos por
tuar en el mundo social. Reco-
universal; reconoce múltiples por técnicos y profesionales profesionales, pero deben par-
noce diferentes saberes sin
saberes y creencias populares necesarios para legitimarse en ticipar en todo el proceso dife-
condiciones de igualdad para
pero las juzga como incomple- el campo. rentes agentes sociales.
expresarse o poder circular en
tas o de menor valor.
las instituciones.
Suscribe el paradigma de la es- Roles, actividades, herramientas y ética
pecialidad y de diferentes dis- Suscribe el paradigma de la
ciplinas. Reconoce lo complejidad. Propone la inter- Una manera particular de comprender y relacionarse con lo
comunitario como una espe- culturalidad y la necesidad de comunitario, sus agentes, saberes y procesos, demanda un posi-
cialidad, y propone modos diferentes miradas sobre idén- cionamiento particular de los profesionales ante su formación, los
inter- y transdisciplinarios, ticos problemas. roles que asume y las herramientas específicas que posee para las
para su abordaje. actividades que la comunidad espera de ellos y para las exigencias
Experimenta la matriz del pro- éticas diferentes que le plantea.
Entiende que las diferencias se pio colonialismo y reconoce
expresan cuando hay espacios que hay diferencias que no se Modelo académico Modelo domiciliado
de encuentros, diálogos y expresan. Vigila las condiciones
acuerdos explícitos. Admite de igualdad para intercambiar Profesionales como agentes in-
una relación entre el saber y confrontar, especialmente con Profesionales como agentes ex-
ternos, en inserción perma-
científico y el popular desde quienes detentan el poder en ternos, neutrales, en interven-
nente con responsabilidad
una “ilusión de simetría”. un determinado campo. ciones acotadas y focalizadas.
sobre toda una población.
Siempre es un trabajo en de-
Recorta situaciones u objetos La investigación se justifica Se plantea como un trabajo
pendencia institucional que re-
de experiencia y estrategias de cuando no se pueden resolver por fuera de las instituciones,
quiere elucidarse. Acción local,
investigación, motivado por el problemas. Integra siempre la pero se invisibiliza la institu-
pero motivados por la necesi-
interés de producir conoci- necesidad de conocimientos ción de dependencia profesio-
dad de influir en otros proce-
mientos. Admite la separación con lo que es bueno o mejor nal; circunscriptos a lo local, a
sos semejantes o en las
entre la búsqueda de la verdad para quienes sufren los proble- grupos, movimientos o territo-
decisiones de otras institucio-
y del bien. mas. rios sin formalidad.
nes.

198
199
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Ocho - Modelos para pensar y revisar

Rol de complejidad que integra Participa en las demandas co-


Rol de especialista que prioriza Apoya las demandas colectivas,
diferentes funciones profesio- lectivas y en los procesos que
y separa el trabajo comunitario pero mantiene la neutralidad
nales, en abordajes individua- deciden las políticas públicas.
de las responsabilidades de política. Promueve el empode-
les, comunitarios o sociales. Promueve el espíritu crítico y
asistencia profesional. Movili- ramiento de otros y entiende la
Acompañante de diferentes autónomo. Vigila su propio
zador o catalizador de cambios libertad como autonomía en
procesos de autonomía y soli- poder y entiende la libertad
sociales. las decisiones, limitada por la
daridad. como autonomía responsable
libertad de otros.
de la libertad de otros.

Promueve dispositivos de par-


Genera actividades lúdicas, es- Integra la ética profesional, so-
ticipación deliberativa para
pacios de encuentro y expre- cial y ciudadana con la defensa
romper las barreras de accesi- Resguarda una ética profesio-
sión, de capacitación, de los derechos multiculturales
bilidad a servicios e institucio- nal individual y la defensa de
organización y participación. y garantiza la construcción de
nes. Aporta desde juicios los derechos humanos como
Aporta desde juicios teóricos- condiciones de igualdad esen-
teóricos-técnicos y también normas universales.
técnicos. cial para el acceso, intercambio
éticos-prácticos.
y confrontación de todos..

Integra equipos con actores so-


ciales pertenecientes a diferentes
Integra equipos entre pares,
grupos e instituciones, a partir Aperturas hacia prácticas comunitarias domiciliadas y
con grupos de profesionales o
redes institucionales.
de una inserción crítica. Dife- emancipadoras
rencia las posiciones y los roles
personales e institucionales. Las diferencias entre los modelos teóricos propuestos, buscan
explicar lo social no sólo en términos de individuos y experiencias
Requiere la formación y capa- Requiere la formación para el sino de entender lo que está más allá de ellos. Pero también tratan
citación en herramientas pe- abordaje de asistencia profesio- de recuperar la acción del sujeto, sin reducir la realidad a él. Las
dagógicas, comunicativas, en nal en contextos intercultura- formas en que diferentes actores dan sentido a sus relaciones, pro-
técnicas grupales y redes. les; para actuar en procesos cesos, nominaciones y lógicas de acción facilitan la definición de
organizacionales, administrati- criterios para analizar las intervenciones comunitarias desde el en-
vos abiertos; y la posesión de foque de los derechos multiculturales. El caso de María de las Mer-
herramientas para la construc- cedes Holmes �identificada con nombre y apellido� y el anónimo
ción de políticas públicas. experto internacional al que muchas veces nos parecemos, invita

200
201
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Ocho - Modelos para pensar y revisar

a que recuperemos la posibilidad de transformar el desempeño de tituciones. Las múltiples respuestas contribuirán a la reinvención
roles profesionales para cambiar las situaciones de desigualdad que de lo comunitario, a su valorización en tanto relaciones meso-so-
originan tantas violencias. Es a través de las funciones que ejerce- ciales que facilitan el crecimiento de personas que son autónomas
mos, generalmente sin pensar, por donde transitan las ideologías pero no autosuficientes, solidarias pero no cooptadas. Aquellas que
que contribuyen a reproducir o a cambiar las realidades sociales. ejercitan y habilitan para incidir en lo social más amplio, desde
Los modelos explican lo social, más allá de los sujetos, pero no abajo, desde una perspectiva contextual, crítica y emancipadora,
anulan las alternativas de que las personas, al concretar sus prác- con el propósito de revertir los sistemas de valores dominantes y
ticas, escapen a las determinaciones de su formación. Damos tes- procesos de división de la actividad humana que someten a las per-
timonio de cómo nuevas matrices vinculares pueden modificarlas. sonas y a los grupos a una desigualdad creciente. Enunciamos una
Y así como hay profesionales que trabajan insertos de manera per- serie de indicadores cuya meta es favorecer la autocrítica y el co-
manente en realidades locales y reproducen el modelo académico, nocimiento de los alcances de nuestras intervenciones.
también existen aquellos que, en inserciones acotadas, son capaces
de escuchar, aprender y respetar a quienes conservan o eligen otras
costumbres de relacionarse entre sí y con el mundo. Sobre la centralidad de lo comunitario domiciliado
El enfoque de los derechos multiculturales plantea la centrali-
dad de los actores y de los procesos locales, de grupos y sectores • La pertenencia comunitaria ¿se define desde adentro o
con culturas distintas a la hegemónica, despojados de los medios desde afuera? Las necesidades, actividades, uso y destino de re-
necesarios para expresarse y participar en todas las divisiones del cursos ¿se definen por quienes participan de ellos o responden
hacer humano. Esa posición no implica ni el aislamiento ni la ne- a convocatorias externas?
gación de que son parte de una realidad mayor e incita a las insti- • Los procesos de planificación, gestión y evaluación �-parti-
tuciones, profesionales y responsables de la distribución de cularmente de asignación de recursos� ¿se realizan en espacios
recursos a una disposición crítica que respete y proteja los dere- regulares y periódicos donde los actores locales toman parte en
chos de esas personas, abandonando el tutelaje. todas sus etapas o sólo son invitados para legitimar decisiones
Las prácticas concretas, independientes de los modelos en que de otros extraños?
se inscriban, pueden respetar o no los derechos de los otros y, más • Los proyectos y procesos centrales ¿provienen de la historia
allá de sus declaraciones discursivas, contribuir a la reproducción o cultura de quienes viven y trabajan en el lugar o la historia
de la pobreza, el dominio o la tutela. comienza con la llegada de decisiones, recursos o profesionales
Para reparar las fisuras entre los discursos y las prácticas, en- externos? ¿Se sostienen cuando ellos desaparecen?
tendiendo a las variables como conceptos que pueden observarse, • Las actividades y encuentros comunitarios ¿son una estra-
proponemos algunas preguntas como ejes de categorías que ayu- tegia propuesta para todos o sólo para quienes no tienen recur-
den a constatar la pertinencia de las prácticas en relación con la sos? El trabajo apuntalado en relaciones cercanas, significativas
perspectiva de los derechos multiculturales. y horizontales ¿vale sólo para colectivos informales o también
Son interrogantes que desafían aquellos significados sociales se plantean para modificar los procesos jerarquizados de las
que circulan y se repiten en las narrativas y argumentos de las ins- instituciones formales?

202
203
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Ocho - Modelos para pensar y revisar

• Las actividades o instituciones que declaman la importan- • El trabajo comunitario ¿se limita a actividades y encuentros
cia de lo comunitario ¿aceptan espacios para la expresión de locales, redes territoriales, o incluye actividades para construir
sentimientos y significados diversos, o sólo para actividades y fundamentos y fuerzas sociales que influyan en decisiones ins-
tareas? ¿Incluyen dispositivos de reconocimiento y valoración titucionales más amplias?
especial para quienes trabajan lo más cerca posible de la vida y • ¿Existen experiencias o mecanismos de participación cues-
el trabajo cotidiano de la gente o sólo para quienes eligen op- tionante, espacios donde se pueda confrontar e interpelar a las
ciones menos comprometidas con ellas? autoridades, referentes o especialistas de las organizaciones?
• En las prácticas que se defienden como comunitarias ¿exis- ¿Existen experiencias y mecanismos para resolver los conflictos
ten espacios y dispositivos internos para transformar las rela- sin imponer soluciones? ¿Los profesionales o empleados parti-
ciones verticales o decisiones inconsultas? ¿Es posible reclamar cipan de organizaciones o alianzas para mediar en las decisio-
cambios en los flujos de información o supervisión? ¿Hay po- nes de las instituciones en las que trabajan o eso sólo lo exigen
sibilidad de pedir rendición de cuentas, cumplimiento de res- de la gente?
ponsabilidades a quienes dirigen o son autoridad? ¿Se puede • ¿Se reclaman mecanismos democráticos de ingreso, perma-
supervisar a quienes supervisan? nencia o ascenso en las organizaciones para que los sectores
subalternos puedan cuestionar a quienes tienen el poder, sin
temor a perder derechos?
Sobre la superación de culturalismos y aperturas socio-
políticas igualitarias
Sobre las aperturas a una ciencia del buen vivir y a la
• Los servicios, programas y propuestas ¿se piensan sólo para ecología de saberes
quienes responden, están cerca y demandan o tienen exigencias
de llegar a todos con igual calidad? ¿Se aceptan o legitiman re- • Las actividades o espacios de capacitación ¿son prescriptivos
querir exigencias económicas, administrativas, geográficas y so- o participativos? ¿Se reconoce en espacio, tiempo e importan-
ciales para acceder a los servicios que cubren necesidades cia las expresiones y prácticas de quienes provienen del hacer
básicas, o se demandan y se priorizan sistemas que anulen esas social o sólo de quienes provienen de lugares de poder o del
barreras? campo académico? Quiénes convocan o enseñan ¿aseguran la
• Respecto a los derechos básicos, ¿se plantean y aceptan cla- oportunidad a quienes escuchan de discutirles, de evaluarlos?
sificaciones o denominaciones para acceder a ellos? ¿Existen • ¿Se promueve un pensamiento y espacios de evaluación crí-
dispositivos de coordinación, derivación responsable para el ac- ticos, sistematización de prácticas e investigaciones sobre la ac-
ceso oportuno y equitativo ante problemas menos frecuentes? ción con participación de todos quienes forman parte de ellas?
• Para superar las condiciones de pobreza, hacer accesible los Las evaluaciones e investigaciones ¿son decididas y dirigidas
servicios, ¿se exige primero el aporte o esfuerzo de cambiar a desde afuera por actores legitimados o son el resultado de de-
los más débiles porque es lo más fácil o se busca y exige simul- cisiones locales en base a necesidades o problemas consensua-
táneamente el cambio de decisiones y estructuras para resol- dos? ¿Se realizan trabajos conjuntos de investigación o sólo la
verlas aunque sea más complicado? devolución de sus conclusiones a la gente?

204
205
Reinvención de lo Comunitario

• ¿Existen equipos interculturales o sólo equipos técnicos in- Capítulo Nueve


terdisciplinarios? Los profesionales y técnicos ¿admiten inter-
cambios, acuerdos, cuestionamientos de quienes son mêçÑÉëáçå~äÉë=ÇÉ=éêáãÉê=åáîÉä

destinatarios de intervenciones, aunque no tengan estudios for-


males o capacitación específica para ello?
• ¿Se aceptan en las instituciones la circulación de diversos
saberes o sólo de aquellos legitimados por sus autoridades? ¿Se
da lugar a quejas, análisis y devolución de reclamos? La infor-
mación, análisis y resoluciones ¿se expresan en un lenguaje que
todos pueden comprender?
Carlos y Gudrun Lenkersdorf habían nacido y vivido
Las anteriores o similares preguntas apuntan a constatar si las en Alemania. En el año 1973, estos ilustres profesores
actividades o instituciones, que refieren la importancia de lo co- llegaron a México. Y entraron al mundo maya, a una co-
munitario, lo sostienen en sus prácticas. Si construyen relaciones munidad tojolabal, y se presentaron diciendo:
horizontales y no jerarquizadas, propuestas colectivas y no perso-
nales, condiciones y nominaciones que abren y no ponen barreras -Venimos a aprender.
en el acceso equitativo a bienes y servicios. Especialmente si acep-
tan una participación cuestionante. Los indígenas callaron. Al rato, alguno explicó el si-
Son preguntas que convocan a sujetos dispuestos a poner el lencio:
cuerpo en prácticas destinadas a la promoción, construcción y par-
ticipación en experiencias que ayuden a reinventar lo comunitario -Es la primera vez que alguien nos dice eso.
de manera domiciliada y emancipadora, respetando derechos irre-
nunciables, sin reemplazar o tutelar a los otros. Y aprendiendo se quedaron allí, Gudrum y Carlos
durante años de años. De la lengua maya, aprendieron
que no hay jerarquía que separa al sujeto del objeto,
porque yo bebo el agua que me bebe y soy mirado por
todo lo que miro, y aprendieron a saludar así:

-Yo soy tú

-Tú eres otro yo.

Eduardo Galeano

206
207
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Nueve - Profesionales de primer nivel

Regresando a las fuentes a la lógica de causa/efecto o ley de causalidad de la cual alguien


dijo que es una reliquia de tiempos pasados que a� l igual que la mo-
Un propósito de este libro incluye devolver a la Universi- narquía� sobrevive por la errónea suposición de que no hace daño,
dad los aprendizajes adquiridos durante años de trabajo con los sino a la interrelación entre el desconocimiento e invisibilización
instrumentos de ella recibidos. Si bien la intención va más allá de en las instituciones de una realidad social compleja, heterogénea
la propia casa y busca llegar a los profesionales, técnicos o personas y la falta de condiciones de igualdad esencial para que los sectores
de buena voluntad dedicadas a tareas vinculadas con lo comuni- subalternos se expresen y participen en las decisiones que distri-
tario, no sería coherente concluir sin un aporte particular para la buyen oportunidades y calidad de vida.
Psicología y los psicólogos. Procuramos de este modo contribuir Como ocurre en otras interrelaciones jerarquizadas, esa situa-
al debate y a los desafíos que deben enfrentar los colegas interesa- ción interpela a la responsabilidad de quienes ocupan posiciones
dos en las preguntas y problemas que afligen a las mayorías lati- de mayor poder; por eso nos hemos abocado a la que compete a
noamericanas. las instituciones y a los profesionales. En el terreno de la Psicología,
Conviene reiterar que no tiene pretensiones académicas y además de compartir las dificultades que tienen otras ciencias, apa-
como tal, no sigue las reglas de un trabajo “disciplinado” según los rece una incumbencia particular. Sus profesionales, conocedores
métodos y exigencias universitarias. Eso no significa que no haya de los vínculos y del desarrollo de subjetividades, tienen conoci-
respetado determinados trayectos para legitimarse desde la co- mientos e instrumentos para que los destinatarios de las interven-
operación crítica e intercultural que fundamentamos, buscando ciones puedan expresarse y participar en ellas.
generar conocimientos útiles para esos ámbitos. Como suele ocurrir en todo vínculo donde existen diferencias
La evaluación y sistematización de las experiencias de trabajar de poder o diferencias que se significan como jerarquizadas –tra-
con pueblos originarios y otros sectores vulnerables, y la mirada bajadores no calificados en relación con los profesionales, emple-
crítica de los Derechos Humanos alientan la convicción de que las ados en relación con los jefes, hijos en relación con los padres� los
prácticas profesionales necesitan reconvertirse para que sean más sectores subalternos que se perciben con menores posibilidades de
accesibles y equitativas. Seguimos las recomendaciones de quien enfrentar a quienes deciden, suelen ocultar sus preferencias o cues-
consideramos modelo de psicólogo latinoamericano: Ignacio Mar- tionamientos.
tín Baró cuando sostiene que no sean las teorías las que definan A esa situación nunca las calificaríamos como “cultura de la
los problemas, sino que sean éstos los que reclamen y elijan su pro- gente”, lugar común de algunos funcionarios cuando adjudican a
pia teorización. Esta propuesta nace en sintonía con los senderos los pueblos originarios la responsabilidad de no llevar a sus niños
recorridos desde los márgenes cuestionando al centro, desde la in- a los hospitales, por ejemplo. Muchos sectores sociales recurren al
formalidad poniendo en tensión la formalidad e institucionaliza- silencio cuando tienen que enfrentar al poder como consecuencia
ción de la profesión. de experiencias negativas, para evitar pérdidas importantes si lo
Nuestra hipótesis central expone que la distancia entre las ins- hacen. Estas resistencias pueden evidenciar subjetividades con es-
tituciones y las mayorías latinoamericanas se relaciona con el fra- caso margen de autonomía, lo que de ninguna manera es exclusivo
caso de esfuerzos y recursos que se invierten en resolver las de grupos en condiciones de pobreza, aunque estas puedan favo-
desigualdades sociales persistentes. No es un planteo encadenado recer una mayor debilidad.

208
209
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Nueve - Profesionales de primer nivel

Estas condiciones son particularmente graves cuando atañen En la construcción social de la subjetividad, la reflexión acerca
a la calidad de vida, a la enfermedad o a la muerte de las personas de los mecanismos con que la sociedad opera para naturalizar ma-
y están en juego las posibilidades de elegir formas de vivir, las que lestares y ocultar sus causas y el espacio que media entre movi-
no pueden quedar supeditadas sólo a responsabilidades o lógicas mientos sociales alternativos y sociedades institucionalizadas,
institucionales que se definen burocráticamente. Los obstáculos constituyen un desafío donde los psicólogos tienen herramientas
de diverso tipo �distancias geográficas, exigencias administrativas, específicas para responder. Es el campo de los procesos organiza-
incompatibilidad de códigos o significados, recursos económicos, dores básicos de la subjetividad, de lógicas colectivas de articula-
etc.� para acceder a bienes y servicios que satisfagan necesidades ciones entre estructura social e individual en los procesos de
básicas, desafían la organización de las instituciones y prácticas crecimiento y de desarrollo personal y social. Como lo seguiremos
profesionales desde el enfoque de los derechos. repitiendo, no sólo de los grupos marginados o excluidos. Sólo que
Sinceridad obliga a decir que a la vuelta de una vida de luchas no es un campo unidisciplinario, tampoco unicultural, mucho
contribuyendo a mejorar los servicios de salud pública para ha- menos sólo de la cultura de las instituciones que muestra serias
cerlos accesibles a las mayorías, muchas veces hemos pensado que dificultades para dar respuesta a las crecientes angustias de nues-
si empezáramos de nuevo, no intentaríamos cambiar a las institu- tros pueblos.
ciones desde dentro. Pareciera más efectivo cambiarlas desde En este último capítulo plantearemos los aprendizajes sobre
afuera, trabajando con organizaciones de usuarios, movimientos disociaciones y contradicciones que tienen los psicólogos latinoa-
ciudadanos o populares. mericanos para responder desde un enfoque de derechos a las ne-
Al fundamentar el valor de lo comunitario, señalamos la im- cesidades de las mayorías. Junto a hipótesis sobre el porqué existe
portancia de la matriz de relaciones cercanas y significativas como un círculo vicioso de inaccesibilidad e inequidad en las prestacio-
lugar que posibilita ser sujetos vivos o torpemente vivos; como es- nes psicológicas y la ausencia de oportunidades laborales, aporta-
pacio y tiempo de la vida cotidiana, entre la estructura social y fa- remos los caminos que encontramos para romper ese círculo y los
miliar donde se abre la alternativa de constituirse en “sujetos cambios que están necesitando desde la formación hasta el ejerci-
sujetados” o en “sujetos instituyentes” con capacidades de trans- cio práctico de la profesión, para ser coherentes en los discursos
formar las condiciones que los limitan (Pichón Rivière, 1980). La de respeto por la dignidad y derechos de las poblaciones de estas
autonomía es el movimiento consciente de los sujetos para alcan- latitudes.
zar una relación lúcida con la sociedad, a partir de la ruptura de la
dependencia inicial.
En nuestra realidad actual cada vez más nos encontramos
La psicología y “los más”….
con más personas torpemente vivas, con vulnerabilidad a las
heridas narcisistas, inhábiles en el reconocimiento del otro, La psicología y los psicólogos �particularmente argentinos� no
en el manejo de los conflictos y en el sostén de un vínculo, tienen demasiado tiempo y trayectoria en el trabajo comunitario
con predominio de defensas primitivas y gran sentimiento de de instituciones públicas en contacto con las problemáticas socia-
vacío o pérdida de sentido (Cucco, 2006: 27). les de las mayorías latinoamericanas. Siendo el nuestro uno de los
países con mayor número de esos profesionales en relación con su

210
211
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Nueve - Profesionales de primer nivel

población, sus prácticas y teorías se han desarrollado principal- lativamente reciente incorporación de los psicólogos en servicios
mente en el campo de la clínica individual de clases medias, en el públicos en el trabajo con comunidades o en contextos de pobreza
ejercicio liberal de la profesión y con enfoques más pertinentes y la declinación del paradigma positivista de la Modernidad,
para las culturas urbanas o europeas. abrieron desarrollos diferentes. Con las incursiones hospitalarias
Hemos ya señalado e� insistimos que el presente no es sólo con- y los aportes de la llamada Psicología Social del Río de la Plata
temporáneo� que las condiciones socio-políticas en que se consti- (Pichón Rivière, Blejer, Rodrigué, Goldemberg entre otros) surgen
tuyen las diferentes áreas del saber, permiten explicar los prácticas de psicoanálisis diferentes, tales como la psico-higiene,
problemas e intervenciones que predominaron y las cuestiones las comunidades terapéuticas y el psicodrama. En este sentido y
que quedaron invisibles (Fernández, 1989). La evolución del pen- orientación, confluyen en nuestro país los inicios de la Salud Men-
samiento y de la práctica profesional en Psicología no es una ex- tal, la Psicología de la Salud y la Psicología Sanitaria no hace más
cepción y guarda estrecha relación con las demandas prioritarias de 30 años.
de diversos campos de la actividad humana (Morales Catalayud, Menos evidente, en una Argentina que siempre se ha preciado
1999). Proporcionalmente son pocos y recientes los psicólogos con de ser una sociedad más igualitaria, con más fuerza y antigüedad
inserción en el campo de la salud “de los más” (como dice mi en otros países latinoamericanos, es la inserción de psicólogos en
amiga Mirta Videla al referirse a la salud pública). Son una mino- comunidades rurales o en contextos de pobreza, en acciones de
ría los profesionales con mirada, formación sólida y experiencia educación popular y promoción comunitaria durante la década
en intervenciones sobre los malestares y sufrimientos subjetivos del 70. Después, con el “boom” de lo comunitario de la etapa ne-
colectivos o que tengan producciones teóricas y prácticas acerca oliberal, terminan de consolidarse modelos comunitarios, teorías
del uso de instrumentos necesarios para registrar y responder a sistémicas, ecológicas, de redes o cambio social. Aparecen prácticas
problemáticas psicosociales, sobre planificación y administración que sacuden la especificidad profesional en lo asistencial y los
de servicios, epidemiología e investigación para fundamentar y modos elitistas e individualistas, la determinación psicológica de
exigir recursos públicos para todos. los problemas sociales, junto a compromisos de inserción y movi-
La enfermedad mental apareció primero ligada a causas sobre- lizaciones socio-políticos (Quintal de Freites, 2005). En estas lí-
naturales, en lo que se llamó la prehistoria de la Psiquiatría. Los neas, parece inscribirse el reciente desarrollo de la Psicología
posteriores cambios iluministas del siglo XVIII incluyeron el “apa- Comunitaria, la Psicología de la Liberación y la Psicología Política
rato mental pensante”. Y con las transformaciones de los últimos (Saforcada y Castellá Sarriera, 2008).
decenios, fundamentalmente con el aporte del psicoanálisis, la psi- En nuestro país, después de la oscura y larga noche de la dic-
quiatría se psicologiza. Sólo después, con el plano biológico sóli- tadura, recién comienzan a reconocerse y formarse psicólogos para
damente defendido y el nivel psicológico aceptado, se suma el la salud colectiva. La entonces Escuela de Psicología de la Univer-
aporte de la Psicología Social (Goldemberg y Lubchannsky, 1982). sidad Nacional de Córdoba que me habilitó, incorpora en 1986 la
El paradigma biologicista �aún vigente� ha dominado el campo cátedra de Psicología Sanitaria. En 1989, el Colegio Profesional de
y las relaciones entre Psicología y salud, donde es hegemónico el Psicólogos de Córdoba, crea la especialidad con el mismo nombre
estudio y tratamiento de enfermedades mentales, la práctica clí- como “esfera de acción efectores de salud, inclusión de los deter-
nica en hospitales y psicólogos subordinados a psiquiatras. La re- minantes socio-económicos en PSE, incorporación del saber psi-

212
213
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Nueve - Profesionales de primer nivel

cológico a las metodología y técnicas de planificación y adminis- La apretada síntesis de ese devenir permite explicar que hoy
tración de servicios sobre una población y en cualquier momento nos encontremos en lo que denomino el “círculo vicioso de in-
del PSE” (Córdoba, noviembre de 1992). accesibilidad e inequidad” de las mayorías para las prestaciones
En la actualidad, tal como lo hemos fundamentado en la Tesis psicológicas. Las prácticas hegemónicas no responden con per-
de Especialidad en Psicología Social (Torres, A, 2008), más allá �o tinencia socio-cultural a esos conjuntos poblacionales, los cargos
quizá por esta causa� del reciente desarrollo de encuadres sociales, en las instituciones públicas para psicólogos son escasos y,
la prioridad de la carga horaria en la formación de grado y post- cuando se consiguen, la población no los demanda. Los signifi-
grado recae en la formación clínica individual, con orientación cados comunes de las mayorías populares, de alguna manera,
psicoanalítica. “Los contenidos que instituyen lo preventivo, co- están relacionados con las prácticas profesionales predominan-
munitario, social y político, refieren una ubicación marginal y/o tes: “Yo no estoy loco, no necesito psicólogo”. Y cuando la gente
prácticas desvalorizadas en franca asimetría frente a cuerpos teó- reconoce que necesita su asistencia, no es fácil acceder geográfica
ricos individuales y clínicos” (Torres, 2008: 12). y económicamente a ella o llegan sólo cuando existen cuadros
Todo ocurre como si la formación y las prácticas de los psicó- graves o irreversibles. Tampoco suelen ser prestaciones accesibles
logos estuvieran organizadas por discursos, representaciones y no- culturalmente, es común escuchar la queja de la gente que les
minaciones que no son más que la forma de ver la realidad de dan diagnósticos pero no los ayudan a resolver sus preocupacio-
nes; que no orientan a los familiares que sufren los problemas o
(…) quienes detectan la hegemonía de ese campo, que no
que no pueden sostener los tratamientos prolongados que les exi-
son casualmente los psicólogos de “marca social”: aquellos
gen (Torres, A; 2008).
para quienes lo social no es contexto, sino el texto desde el
que se construye la subjetividad en matrices vinculares, gru-
pales e institucionales y en procesos de génesis y neogénesis
(Torres; 2008: 3).
Dicotomías y contradicciones
La fuerza o predominio de paradigmas clínicos psicoanalíticos La distancia o brecha entre las instituciones y la población eje
impacta aún en las prácticas o desarrollos teóricos de quienes tra- de nuestro aporte, para la Psicología y los psicólogos parece ser
bajan en instituciones públicas que no pueden fácilmente correrse mayor que la que se registra en otras profesiones con más trayec-
de posiciones e instrumentos de un abordaje disociado y no inte- toria en intervenciones sociales. Los desarrollos teóricos y las prác-
grado, individual y no colectivo, asistencial y no preventivo. La he- ticas dominantes en este campo disciplinario no serían acordes
gemonía en el campo la siguen teniendo los psicólogos que viven con las leyes o discursos que hoy intentan abrirse a un enfoque de
del ejercicio liberal de su profesión. Aun las prácticas que tratan derechos y se convierten en una confirmación de antiguas dicoto-
de responder a las necesidades de las mayorías siguen siendo prác- mías y nuevas contradicciones.
ticas descontextualizadas, que responden a una monocultura aca- Se cuestiona la falta de designación de psicólogos en Salud Pú-
démica, donde con las mejores intenciones equivocan el camino y blica, pero es difícil que ellos acuerden teorías y parámetros epi-
contribuyen a reproducir la desigualdad que pretenden combatir. demiológicos imprescindibles para justificar o demandar los
recursos públicos necesarios para eso. Se cuestiona la disociación

214
215
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Nueve - Profesionales de primer nivel

cuerpo/mente, pero se defiende una Ley de Salud Mental �Nº e intervenciones en la vida cotidiana o consultas sanitarias común-
26657/2010� o se habla de APS en “Salud mental”. Se sostiene la mente demandadas como controles de crecimiento y desarrollo,
importancia de considerar las diferencias culturales, pero se actúa certificados escolares, controles de embarazos o de niños desnu-
según “dispositivos congelados” (Di Nella, 2011). Se propone la tridos. En estas ocasiones, los psicólogos rara vez están presentes
desmanicomialización para proteger derechos, pero la ausencia de e inclusive muchos de ellos rechazan que se capacite en teorías e
recursos locales convierte esa propuesta en un abierto abandono instrumentos psicosociales a los agentes comunitarios o institu-
de personas. Se sostiene la importancia de los determinantes po- cionales que están cerca de ellos.
líticos, socio-económicos o culturales en las condiciones de po- Antiguos y nuevos sufrimientos que llegan a ser crisis, acci-
breza, pero las intervenciones sobre ellas se limitan a dispositivos dentes o relaciones conflictivas que operan en la vida cotidiana,
grupales, recreativos o comunitarios, sin instrumentos para incidir los malestares de la “normalidad supuesta salud” señalados por
en las políticas públicas. Mirta Cucco, al no ser previstos o detectados precozmente siguen
Las teorías definen la salud y la enfermedad como procesos, su desarrollo y terminan en servicios de emergencia, como cua-
pero no existen reaseguros teóricos ni metodológicos que integren dros crónicos o irreversibles. Son problemas que afectan a todos,
lo preventivo y lo clínico. La formación de los psicólogos divor- pero particularmente a los grupos más vulnerables porque ponen
ciarían las posiciones epistemológicas, roles y abordajes entre lo en riesgo su vida y calidad de vida �entendidos como posibilidades
comunitario y lo clínico, desconociendo situaciones generalizadas de autonomía y participación� y que esperan respuestas muy di-
de nuestros países donde el psicólogo que llega a una escuela, cen- ferentes a las que caracterizan el modelo médico hegemónico
tro de salud o programa social, suele ser el único recurso y opor- (Menéndez, 2009) al que la psicología de los servicios públicos
tunidad para que muchas personas accedan a sus prestaciones. No también suscribeK
se puede confundir el reduccionismo individualista con la nece- Las intervenciones clínicas fundamentadas en determinados
saria y útil práctica de una buena clínica (Morales Calatayud, 1999: sectores socioculturales, parecen ser los modos “uni-versales”
57). Des-jerarquizar y quitarle prioridad a la enfermedad, no tiene (como única versión) de hacer terapiaI=concluyendo en interpre-
ninguna relación con no atender u ocuparse de ella (Saforcada, taciones descalificadoras y poco científicas de quienes tienen otros
2008:71). modos de habitar el mundo. Los cuestionamientos al psicoanálisis
La llamada Ley de Salud Mental no es una ley por la salud, sino endogenista (Bleichmar, 2000) no terminan de incluir e� n posición
por los derechos de los enfermos mentales. La atención primaria más acorde a las demandas poblacionales� modelos terapéuticos
en ese campo prepara un primer abordaje a los trastornos de an- más pertinentes para personas o grupos que tienen otros recursos
siedad, neurosis, adicciones o psicosis por los cuáles la mayoría de materiales o simbólicos, que no están interesados en terapias pro-
la población �en función de los significados sociales de la enferme- longadas o que, simplemente, transitan otros caminos o formas
dad mental� no suele consultar. Pocas veces se percibe que ellos de buen vivir.
indican “ya instalada” una enfermedad, o sea que la APS llega tarde Los profesionales y científicos que han adquirido una
para prevenir o detectar precozmente complicaciones de crisis vi- cultura universitaria, poseen algo así como una superestruc-
tales. Un acercamiento oportuno es posible sólo cuando existen tura mental coincidente con la cultura occidental y sobre-in-
miradas, preguntas y capacidad de escucha más amplia en espacios jertada como universal en el resto del mundo (...) Y

216
217
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Nueve - Profesionales de primer nivel

habiéndonos instruidos a espaldas de nuestros pueblos, es sociales, grandes corrientes de sentidos regulan el comportamiento
fatal pero coherente que tengamos dificultades en la inser- de la gente. La institución familiar sería un ámbito privilegiado
ción laboral (...) O que cuando la encontremos, seamos ex- para ese disciplinamiento inicial a través de pautas de la crianza.
tranjeros en nuestra propia tierra y fácilmente espantemos Mirta Cucco pormenoriza en extenso cómo la ideología transita
o desilusionemos a quienes más necesitan el aporte de las por los carriles del ejercicio de los roles asignados, en posiciones y
ciencias (Kusch, 1973: 48). funciones que se hacen cuerpo. Sus efectos se ocultan o disimulan
En síntesis, un diagnóstico evaluativo de las políticas y los pla- gracias a una normalización que ampara la vivencia de la neutra-
nes de salud mental en la Argentina, dan cuenta de un reciente lidad (2006).
cambio de paradigmas y discursos desde el enfoque de derechos a En el desarrollo de esas ideas en relación con la formación de
pesar de que la ley suprema del país los obliga desde hace más de los psicólogos (en eso de que nuestra subjetividad es construida
20 años (por el Art.75 de la Constitución Nacional del año1994). no sólo en el proceso de génesis familiar inicial, sino por sucesi-
Quizá eso explique que, por ahora, la apología de nuevos modelos vos procesos de neogénesis en todas las matrices vinculares sig-
sólo refleja las contradicciones con las formas de atención vigentes nificativas), podemos entender cómo operan los significados del
o hacen más evidentes los discursos incumplidos. imaginario social hegemónicos en el mundo “psi” para sujetar a
El lugar que ocupa la Psicología y sus profesionales en el ám- los psicólogos a la reproducción del ejercicio profesional acorde
bito de la salud de las mayorías, se caracteriza por a una sociedad capitalista, una ciencia occidental y una demo-
cracia formal.
La falta de distribución territorial de cuidados, hoy fuer-
temente centrados en grandes centros, y la falta de integración En base a los cimientos de la Psicología Social que sostenemos,
de sus prácticas en los servicios generales; la fragmentación anudando sus principios con conceptos de ciencias hermanas,
existente en la atención de problemas psicosociales y el defi- como los de cultura y hábitus descriptos, decimos que también
citario conocimiento de su propio perfil epidemiológico. Par- es la imaginación radical la que posibilita transformar lo dado a
ticularmente la carencia de intervenciones preventivas y la partir de cuestionar lugares, posiciones y roles en la formación
falta de dispositivos con pertinencia socio-cultural en cuida- profesional.
dos y pautas de crianza, abordaje de crisis, y de prestaciones Con la reinvención de lo comunitario desde adentro y abajo,
que garantice atención precoz y continua anticipándose a la se pueden abrir nuevos significados sobre el lugar y rol de los psi-
cronificación y exclusión social (Gerlero y otros, 2010: 2). cólogos para la transformación de sus teorías y prácticas que las
hagan más accesibles para las mayorías latinoamericanas. En ese
Profesionales de primer nivel camino, encontramos un viejo instrumento con el cual la salud
pública fundamentó la posibilidad de una distribución más racio-
Cornelius Castoriadis (1993) estructura sus aportes alrededor nal de los recursos disponibles a fin de llegar a esas poblaciones: el
de teorías sobre la imaginación y señala que por medio de esta una concepto de regionalización y los niveles de atención (González,
sociedad u organización económica social encuentran los meca- A, 1983). Recordemos que es una cuestión central en el enfoque
nismos para sujetar a sus integrantes a la reproducción de un de derechos considerar no sólo a quienes demandan atención,
orden dado o buscado. Un universo de significaciones imaginarias sino la extensión de la cobertura a la totalidad de la población.

218
219
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Nueve - Profesionales de primer nivel

La regionalización y los niveles de atención permiten una dis- diferente para la formación y ejercicio de los psicólogos. Para esto,
tribución más justa de los recursos para la atención oportuna de conviene marcar ciertas diferencias con los significados más fre-
la población y se basa en la constatación de la existencia de una cuentes e interesadamente sostenidos.
relación inversamente proporcional entre frecuencia y gravedad • Primer nivel no es lo mismo que la Atención Primaria de la
de las enfermedades. Las necesidades más frecuentes son las menos Salud (APS). Algunos confunden APS con Centros de Atención
graves. Todas las personas pueden padecer una gripe y requerir Primaria, las Unidades de Pronta Atención �CAPS, UPAS�. En-
consulta con un médico generalista, algunas pueden necesitar una tendemos y fundamentamos la APS como una forma de traba-
operación y ser internadas, pocas necesitarán una cirugía cerebral. jar donde se busca actuar en las causas o antes que aparezcan
Esto permite deducir que no hacen falta en cada uno de los centros los problemas y esto vale para todos los niveles de atención. La
de salud recursos y tecnología especializada, sino que puede ha- APS debería ser “Hacer primero lo que hay que hacer primero”
cerse una distribución coordinada de ellos. (Tanoni, E; 1984), actuar antes que la enfermedad o antes de su
Hemos constatado, como trabajadores de la salud, que cuando gravedad es una estrategia importante también para los espe-
existen servicios sanitarios generales, con buenos criterios de pre- cialistas de grandes hospitales. Si bien APS no es primer nivel
vención, asistencia precoz, capacidad de diagnóstico diferencial, de atenciónI=pero tampoco puede haber APS sin la calidad de
no se requiere derivar a los servicios especializados más que a un un primer nivel, porque es el que permite la respuesta más
20% de los pacientes, manteniendo porcentajes de complicaciones oportuna y cercana a los problemas comunes y, al estar cerca
o muertes evitables similares a los centros urbanos (Torres y To- de donde vive y trabaja la población, una mejor posibilidad de
rres, 2010: 135 y ss.). seguimiento y articulación con otras respuestas más especiali-
Con relación a la asistencia psicológica también participamos zadas (Arouca, 2008).
en investigaciones que concluyen en las mismas comprobaciones. • El primer nivel no puede ser el único, ya que eso le quita ca-
En el Programa de Salud Escolar de Salta realizamos una serie de lidad y equidad. Relacionado con lo anterior, si sus servicios y
cartillas para padres y maestros, a partir de registros hechos con profesionales no tienen interrelación con prestaciones más es-
todos los colegas de la ciudad capital donde se constataba que, del pecializadas, si quienes trabajan cerca de la vida cotidiana no
total de derivaciones de niños para consultas psicológicas, la ma- tienen reaseguros para derivar y sumar a sus intervenciones los
yoría de ellos no necesitaban dichas intervenciones. El 80% de los servicios más específicos, sus prestaciones no tienen calidad.
niños asistidos sólo requerían de adultos cuidadores mediana- Primer nivel como APS o como único nivel suelen convertirse
mente informados sobre pautas de crianza y cuidado de niños di- en hermosas experiencias sin sustentabilidad, malos dispensa-
ferentes. El 15 % requería intervenciones psicológicas sencillas y rios, una patriada de agentes sanitarios o una medicina pobre
sólo un 5% abordajes terapéuticos especializados o prolongados para pobres que reproducen las desigualdades
(Torres, A., 1987). • El primer nivel no comienza con los servicios instituciona-
Cuando decimos “profesionales de primer nivel” parafrasea- les, rango que incluye centros de salud, escuelas, centros veci-
mos un criterio sobre el lugar y la calidad institucional como pa- nales o programas comunitarios. Sostenemos con Eduardo
rámetros para transformar objetos de conocimiento, procesos de Menéndez (2009), que el primer nivel de atención empieza en
intervención, roles y dispositivos prioritarios e inclusive una ética la casa y el barrio, en las relaciones cercanas y significativas

220
221
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Nueve - Profesionales de primer nivel

donde se juegan las posibilidades de vida y calidad de vida de nes, sino que les otorguemos una realidad separada de los
las personas, allí donde se define quién está enfermo y quien seres humanos que la construyen. Complejidad cultural, con-
no, cómo se asiste antes de ir a un servicio sanitario, donde se traria al modo hegemónico de relación social basada en la
practican las primeras, cotidianas y últimas curaciones y donde lógica del mercado y de la formalidad democrática. Comple-
se considera rehabilitado a un enfermo. Profesionales de primer jidad filosófica, como opuesta a esencialismos en considerar
nivel son aquellos que pueden participar en los bordes o inter- una forma de reaccionar frente al mundo por encima de otra
secciones institucionales tratando de ejercer sus funciones antes y superponer a la pluralidad de significados y símbolos, una
o por fuera de los organismos oficiales, como referentes insti- esfera unitaria de productos culturales. Y complejidad polí-
tucionales ante las comunidades y como referentes de las co- tica, como contraria a un mundo de certezas de los que ma-
nejan la historia a su antojo estableciendo como universal su
munidades ante las organizaciones. Con capacidad de tender
modelo de acción y conocimiento. Cuando algo se generaliza
puentes entre las instituciones y la vida cotidiana de la gente.
se comienza a negar su carácter ideológico y su relación con
• El primer nivel no son servicios o prestaciones de menos determinados intereses (2005:110).
complejidad, como se dice en el lenguaje sanitarista, que reserva
para el segundo o tercer nivel la atención de casos que deman-
dan mayor tecnología. Por el contrario, consideramos que el
primer nivel es el de mayor complejidad y menor especialidad:
Una psicología domiciliada y emancipadora
un niño que se quebró un brazo para un servicio especializado
Desde la escucha y la reflexión sobre los problemas locales,
de traumatología (servicios de segundo o tercer nivel) demanda
desde el pensamiento relacional que venimos sosteniendo, pensa-
una solución relativamente sencilla. En un centro de salud (ser-
mos que los profesionales de primer nivel son aquellos domicilia-
vicios de primer nivel) puede significar un niño golpeado, con
dos en tierras latinoamericanas y comprometidos con una ciencia
una madre sola sin trabajo y con muchos hijos, que niega la
emancipadora. Ese posicionamiento requiere romper moldes y, sin
violencia (Stolkinner, 2001).
dejar de acompañar los sufrimientos psíquicos individuales y pro-
fundos, ampliar la mirada y las responsabilidades más allá de prác-
Profesionales de primer nivel significa un lugar y una calidad ticas profesionales personales para llegar a transformar los
al mismo tiempo. Es un rol que exige excelencia, basada en una procesos organizacionales y las decisiones sociales. El desafío es el
formación con rigor científico y el conocimiento de métodos para “Otro” y “Todos los Otros” al mismo tiempo, no sólo en sus en-
abordar la complejidad de lo social, no sólo la institucionalidad. fermedades, sino también en las condiciones para un buen vivir.
El siguiente fragmento de Herrera Flores detalla los requisitos que El cambio del paradigma individual restrictivo al social expan-
denota esa denominación: sivo que postula Saforcada no implica alguna de las actuales o nue-
vas especialidades. Demanda cambios de las posiciones
Complejidad científica, para oponerse a cualquier sim- epistemológicas, opciones metodológicas, herramientas de inter-
plificación teórica que sólo pone frases a las prácticas sociales, vención y compromisos éticos. Ellas incluyen entre otras, las con-
como pretensión de neutralidad, sinónimo de especialización sideraciones que enunciamos a continuación.
y formalización donde el peligro no es que creamos en ficcio-

222
223
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Nueve - Profesionales de primer nivel

Cambios de lugar, procesos y objetos de conocimiento fianza y que se afianzan en el tiempo de compartir la vida coti-
diana, la complejidad e incertidumbre acompañada por los afec-
Para los profesionales de primer nivel, lo central es el lugar y tos, como desafío apasionante por lo diferente y abierto en la
desde allí, sólo desde esa posición, se puede entender y generar los imprescindible necesidad de los demás.
procesos de intervención, los conocimientos necesarios y los ins- Las transformaciones a las que apostamos requieren salirse de
trumentos para operar con eficacia. Conlleva una inserción crítica encuadres institucionales sostenidos en la presuposición de que el
permanente en instituciones locales que faciliten estar lo más cerca Otro es continuidad de uno mismo y se apoyan en la posibilidad
posible de la vida cotidiana, el estudio o el trabajo de las personas: de que nos manifestemos mutuamente de una manera donde el
escuelas, centros de salud, municipios, ONGs, etc. Desde los pro- Otro se hace Persona. Según la etimología del término (per-sonar
cesos iniciales de formación hasta en las posteriores prácticas ins- del latín “per” por medio de y “sono” sonar) los Otros nos hacen
titucionales, es necesario cuestionar los abordajes externos como ruido, nos suenan, nos retumban, cuestionan y conmueven (De
los de extensión, por ejemplo: “voy, hago /estudio y salgo” así como la Cruz, 1995).
las incursiones turísticas en problemáticas, grupos, comunidades
que nos confirman como operadores de ideas universales. Aceptar la existencia alternativa (ser otro) y alterativa (nos
Hemos constatado lo invasivo e irrespetuoso que resultan las altere) significa renunciar a la dominación política y cognitiva
actividades formativas o de concientización de jóvenes profesio- y asumir una manera de relacionarse en orden a la equi-po-
nales que, a través de proyectos e instituciones, asisten a espacios tencia, reconociendo el valor relativo de nuestra visión de la
o grupos locales sin conocimiento o experiencias previas, dando realidad, de nuestras formas de comunicarnos o de hacer (To-
por supuesto que los títulos y estudios de cualquier disciplina, sólo rres y Torres, 2010: 182).
eso, los habilita para tener la palabra y la legitimidad para enseñar
o dirigir en los procesos locales. Por extensión, quienes intervienen desde afuera por breves es-
También hemos constatado lo sesgado que suelen ser los “diag- pacios de tiempo, necesitan incorporar a sus prácticas los límites
nósticos participativos”, aún aquellos con técnicas innovadoras o e ignorancia básica de los expertos de cualquier disciplina o doc-
participativas, si los realizan los actores desde afuera. Las pobla- trina formal para intervenir en poblaciones y modos de habitar el
ciones latinoamericanas tienen siglos de sobrevivir, demandando mundo cotidiano. Requiere adoptar el sentido común del que sue-
a las instituciones a sabiendas de lo que ellas les darán sin que sea len carecer científicos y especialistas y no pretender ni conducir
lo que realmente necesitan. proyectos pensados o financiados desde afuera. Hace falta la ex-
Hemos aprendido como, por encima de nuestras mejores in- quisita sabiduría científica de darse el tiempo de observar y apren-
tenciones personales, son las instituciones que sostienen nuestra der como lo hicieron los hermanos Lenkersdorf. Y sólo después
tarea las que marcan los objetivos y lógicas de nuestro hacer, in- aceptar, aportar o asesorar –nunca dirigir� demandas o procesos
terfiriendo o sesgando la relación con las personas que constituyen locales.
su razón de ser. La capacidad de visualizar, entender y acoplarse Si el centro es lo local y los mejores procesos son desde adentro
a procesos y luchas desde adentro sólo es posible a partir de rela- hacia afuera, se evita caer en un enfoque de objetos o entidades
ciones personales, esas que provienen de la permanencia y la con- para favorecer otro basado en las relaciones, lo que demanda

224
225
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Nueve - Profesionales de primer nivel

buena calidad científica tanto como condiciones personales para En el intersticio de los procesos comunitarios, son necesarias
cooperar con el saber o técnicas adquiridas, respetando las deman- teorías que contribuyan a diferentes problemas, como herramien-
das y los saberes locales. Ya señalamos que el rol profesional que tas para pensar y actuar, no como verdades o disciplinas de refe-
requiere una ciencia domiciliada y emancipadora no es un rol de rencia a aplicar. Los psicólogos de primer nivel necesitan una
especialidad, sino de complejidad. formación básica que les permita superar al adulto relacional del
Al señalar el valor de lo comunitario, compartimos brevemente psicoanálisis o las intervenciones del “deber ser” desde teorías que
las teorías psicosociales que fundamentan las relaciones meso so- dan cuenta de un sujeto abstracto. Necesitan idoneidad científica
ciales, aquellas cercanas y significativas que crean pertenencia y en psicología social para entender que
que constituyen un espacio privilegiado para la actuación de todos (…) la subjetividad tiene una naturaleza social, siendo al
los profesionales que quieran operar con pertinencia socio-cultu- mismo tiempo singular y emergente de tramas vinculares que
ral en contextos latinoamericanos. Este planteo puede llevar a la trascienden (grupales, institucionales, comunitarias) y con
pensar que el objeto de conocimiento de los psicólogos de primer las que guarda una relación de productora y producida. Con-
nivel es lo comunitario. cebida como un sistema abierto y por lo tanto siempre estruc-
turándose en una dialéctica inter-intrasistémica y desde un
Aunque ya hemos fundamentado las diferencias con el objeto,
vínculo que efectiviza la “atadura” al campo simbólico, la cul-
método y rol de la psicología comunitaria en tanto disciplina aca-
tura y a un tiempo histórico-social (Cucco, 2006: 107).
démica (Montero y Serrano, 2011) y coherentes con lo expuesto
sobre los profesionales de primer nivel, insistimos que en la vida
cotidiana de las mayorías latinoamericanas, las especialidades pro- Esos movimientos son factibles con fundamentos sólidos sobre
fesionales no suelen ser lo más apropiado. el desarrollo que articula una sociabilidad dada y la construcción
La histórica inaccesibilidad a las construcciones de las de la subjetividad, superando la dicotomía del lugar donde se en-
ciencias occidentales exige reconocer que esas poblaciones han samblan estructura social y fantasías inconscientes, valorizando lo
subsistido con probados recursos y caminos propios. Mucho más vincular como potencia explicativa en la travesía de devenir sujeto,
lo deben hacer los psicólogos, aprendiendo e integrando lenta- en continuas génesis y neogénesis de pertenencias, identificaciones
mente sus aportes a prácticas y recursos milenarios que suelen y separaciones. Una mirada de esta naturaleza involucra pensar al
resolver con mucha efectividad sus problemas psicosociales (Bian- sujeto y a la sociedad en condiciones de creación y mutabilidad.
chetti, 1996). Hasta aquí, señalamos lo que entendemos sólo como una for-
Cuando la gente tenga la experiencia y consecuente evidencia mación básica. A partir de esta, harán falta marcos epistemoló-
de la validez de los aportes de esos profesionales, los demandará gicos para afrontar la complejidad, con calidad y solvencia
desde diversas necesidades. A una especialista en “psi “ comunitaria técnico metodológica que tramiten las respuestas a diversas de-
se le pedirá hacer clínica, a una especialista en psicología sanitaria, mandas en acciones cooperativas con diversos actores e institu-
le derivarán varios niños por dificultades de aprendizaje; una es- ciones y destinadas a diferentes sujetos y conocimientos. El
pecialista en clínica infantil tendrá que asistir a los adultos o fa- primer nivel necesita, en las fronteras entre las instituciones y la
milias que quizá no concurrirán más de una vez. población, una acción que no es sólo de responsabilidad disci-
plinaria sino de co-responsabilidad social para intervenciones en

226
227
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Nueve - Profesionales de primer nivel

diferentes frentes (intrapsíquicos, familiares, grupales, organiza- o elecciones que reivindica toda acción. Forjar conocimientos del
cionales), con destinatarios siempre numerosos aunque no siem- hacer social, con actores en su mayoría sin formación académica,
pre pidan lo que el profesional sabe hacer, pero que tienen incluye la encrucijada de consensuar para decidir lo que parece
derecho a acceder a su ciencia. mejor para un momento dado, respetando la cosmovisión de las
comunidades o grupos humanos más allá de cualquier resguardo
sólo teórico.
Cambios de saberes y modos para su producción Son necesarios métodos y rigor para revisar, evaluar y cuestio-
nar lo que se hace y se elige; también técnicas apropiadas de su-
Una buena calidad en la formación profesional para intervenir pervisión en términos de una acción cooperativa donde
en el nivel psicosocial de integración en la vida cotidiana de las co- intervienen diferentes puntos de vista para realizar ajustes en el
munidades latinoamericanas, exhorta a quitar hegemonía a la mo- hacer, no como un control de los que pretenden saber más sino
nocultura académica y a las formas de producir conocimientos de vigilancia mutua de las diferentes miradas. Son prioritarias las
que enseñan las universidades, sin renunciar a sus aportes. Ellos técnicas de evaluación que superen las formas comunes que sólo
no son los únicos ni mejores para resolver los problemas dentro muestran lo positivo de lo realizado y que enfoquen lo que no se
de los significados y sentidos que tienen en sus modos de habitar hizo y por qué. Son indispensables la sistematización, el aprendi-
el mundo. Hace falta una apertura para legitimar una ecología de zaje renovado y la comunicación de las propias experiencias, a
saberes, desechando la ilusión de simetría entre ellos que excluye partir de la autocrítica de las propias prácticas, abandonando la
a las culturas y las políticas como problemas científicos. lógica primera de asignar responsabilidades hacia afuera o co-
No alcanzan tampoco las propuestas interdisciplinarias ya que piando modelos ajenos.
siguen respondiendo a una lógica académica. El encuadre del tra- Un enfoque basado en los derechos requiere particularmente
bajo es la complejidad que desafía la aceptación de saberes diversos métodos para registrar y dimensionar tipos de necesidades y re-
y de comportamientos que quiebran epistemológicamente con la cursos locales, pero desde las nominaciones y lógicas locales; para
lógica de la especialidad. Más allá de relaciones entre disciplinas e sustituir una epidemiología como cuantificación de un saber ex-
instituciones, hacen falta instrumentos interculturales que propi- terno hacia una endoepidemiología como la llama Sebastián Ber-
cien el diálogo entre diferentes saberes y lógicas en un plano de tuccelli, como registro cuanti y cualitativo de problemas
igualdad, que acepten intercambios y confrontaciones sobre temas priorizados por las comunidades. Así se asegurará el interés de los
de interés común. afectados en su resolución.
Recuperar significados del buen vivir presupone relacionar la Los psicólogos tenemos serias dificultades para aceptar lo
producción de conocimientos con la vida y el sentido que ella tiene cuantitativo como instrumento de valoración de nuestra tarea y
para estas poblaciones, desplazar el interés hegemónico de inves- para acordar criterios comunes a la hora de registrar necesidades,
tigar para producir conocimientos y reconocimientos personales pero sin tales dispositivos es imposible fundamentar la falta de re-
e interesarse primero en resolver problemas del hacer con otros. cursos. La estadística proporciona una información limitada de la
La cooperación entre diversos actores se alimenta de una variable realidad, es sólo un esqueleto de ella pero primordial para una mi-
poco considerada en las investigaciones académicas: las opciones rada social donde no importan sólo algunas personas, sino todas.

228
229
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Nueve - Profesionales de primer nivel

Nuestras proposiciones obligan a la búsqueda de ese “nuevo no sólo de derivar, sino también de vincular; de relacionar lo
espíritu científico” que delineamos en los capítulos precedentes. macro y lo micro; lo informal con lo institucional, son cuestiones
Ese que enfrenta la complejidad de las realidades sociales con un todas que necesitan un lenguaje, una actitud y técnicas diferentes.
pensamiento relacional, localizado y estructural; que contextualiza Un lenguaje sencillo y común que facilita puentes y no da nada
los conceptos teóricos, rompe los límites de la razón y las discipli- por supuesto, no aquel especializado que responde preguntas que
nas académicas para pensar problemas y reflexionar con otros de nadie se hace. Una actitud de co-responsabilidad con otras orga-
saberes o sentidos diferentes; que aboga por un espíritu crítico nizaciones y servicios, que no usa la derivación como resta para
para desclausurar el campo académico �cuya distancia no es con la desvincularse del problema, sino como suma a la acción de otros
realidad, sino con uno mismo, comenzando por las propias prác- que pueden responder de diferente manera por él. Y técnicas para
ticas� desde la interculturalidad. la administración como gestión colectiva de recursos ajenos, par-
ticularmente para acompañar a otros, enfrentar, resolver conflictos
y generar consensos superadores.
Cambios de estrategias y dispositivos Sobre la primera estrategia ya señalamos el valor de lo comu-
nitario sin reducirlo a poblaciones en condiciones de vulnerabi-
La complejidad precisa opciones e instrumentos diversos por- lidad social. Las dificultades para desarrollar subjetividades vivas,
que un enfoque asentado en los derechos, en contextos de des- autónomas y solidarias, la necesidad de detectar precozmente los
igualdad, requiere transitar caminos diferentes. En función de los malestares de la “normalidad supuesta salud” o los sufrimientos
aprendizajes que aquí sistematizamos, nos parece importante su- de las nuevas patologías sociales afectan hoy, de diferente manera,
gerir tres opciones estratégicas interrelacionadas: a) priorizar el a todos los sectores sociales.
esfuerzo por cambiar las organizaciones, los sistemas y las maneras
El compromiso social con el intento de cambiar condiciones
de tomar decisiones, antes que cambiar personas; b) pensar y ope-
de pobreza no demanda trabajar sólo con poblaciones pobres, ni
rar sobre el mayor número posible de los que están en condición
pedirles a ellos actividades que no plantearíamos a otros sectores
de marginalidad o necesidad y no sólo sobre algunos, los que ver-
sociales porque esto es parte de la doctrina de la situación irregular
balizan sus carencias, y c) la imprescindible elección de un trabajo
que ya hemos cuestionado. La promoción de actividades diferen-
colectivo constituido no sólo por equipos o redes institucionales,
ciales para esos sectores puede hacer suponer que los demás gru-
sino por una amplia diversidad de actores y saberes extra-institu-
pos están bien o son mejores.
cionales.
Combatir la pobreza requiere más recursos, no distintas estra-
Estas opciones deberían sostenerse a partir de la formación ini-
tegias. Para revertir las desigualdades es necesario trabajar por la
cial y de la experiencia cotidiana en un trabajo de articulación y
trasformación de las organizaciones, los sistemas y las políticas,
relación permanente, cuestión particularmente difícil en los ám-
especialmente las que dejan en manos del mercado el acceso a de-
bitos académicos departamentalizados que suelen ser, además, su-
rechos básicos; por la eliminación de las barreras geográficas, ad-
mamente competitivos. La diversidad y los conflictos, la inserción
ministrativas, económicas y culturales para necesidades como
y la distancia, el reconocimiento de abordajes no lineales; la capa-
educación, justicia, o atención sanitaria. Más que actividades for-
cidad para marcar lo propio y aceptar lo diferente; la capacidad
mativas o recreativas se requieren dispositivos y condiciones para

230
231
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Nueve - Profesionales de primer nivel

que los sectores subalternos puedan expresarse, intercambiar y pos de autoayuda, etc.); para aportar en pautas de crianza, proce-
confrontar sin temor; debatir programas y actividades que relegan sos de inmunidad o resiliencia en el desarrollo pero también en la
a los grupos más débiles los mayores esfuerzos; cambiar hábitos, detección temprana de crisis personales o familiares en consultas
maneras de pensar y organizarse con esfuerzo propio y ayuda comunes. Necesitan capacidad y calidad tanto para buenos diag-
mutua, para alcanzar bienes que a otros sectores les son dados. En nósticos diferenciales como para terapias breves de los problemas
orden a todo lo anterior, aparecen como contradictorias las prác- más frecuentes. No contar con dichos dispositivos significa para
ticas profesionales que muestran diferentes estrategias o calidad las poblaciones de esos lugares, la falta de acceso a la atención de
de prestaciones, según sus destinatarios sean carentes de recursos enfermedades invalidantes o de muertes evitables.
o puedan pagar por ellos. Las huellas y traumas de nuestro tiempo demandan desde la
Los psicólogos de primer nivel deben tener capacidad, expe- disponibilidad para visitas domiciliarias – único dispositivo donde
riencia e instrumentos para diagnosticar y transformar procesos se altera realmente la relación de poder entre las instituciones y
organizacionales, especialmente la forma en que se toman las de- sus lógicas, y la vida cotidiana de la gente - hasta el rol más tra-
cisiones o se asignan posibilidades. A diferencia de los psicólogos dicional, el de asistencia terapéutica, factible siempre que brinde
comunitarios que intervienen sólo en sectores vulnerables o por respuestas contextualizadas en las condiciones culturales, políticas
fuera de las instituciones, desde un enfoque de derechos parece y epistemológicas señaladas. Implica asistir el sufrimiento psíquico
más apropiado transformar las prácticas institucionales incorpo- de personas a las que puede no interesarles, no tener tiempo, re-
rando relaciones de tipo comunitario (Petriella, 2008), para lograr cursos materiales o los mismos recursos simbólicos para aceptar
que los procesos y decisiones generen pertenencia, sean significa- terapias prolongadas o validadas para otros sectores. Personas que
tivas y menos jerarquizadas. Esto exige, además de la formación no lo expresarán fácilmente porque tienen diferentes modos de
inicial, experiencia e instrumentos en gestiones colectivas (técnicas transitar la vida y con las cuales es prioritario acordar metas sen-
de planificación, de dirección, administración, supervisión, eva- cillas y negociar cooperativamente los objetivos de la intervención
luación participativa) y la disposición para sumarse a acciones terapéutica. “Demasiados terapeutas te invitan a cenar y después
conjuntas que planteen o demanden cambios. En una perspectiva te dicen lo que debes pedir. Yo invito a un paciente y le digo: ordene
así son contradictorias las prácticas de profesionales de lo social su comida” (Erikson, Milton, en Berg K, 1996)
que, formados para lograr que la gente se organice, reclame o re- Los mismos desafíos que cuestionan intervenciones en gru-
suelva sus necesidades no tengan instrumentos para mejorar sus pos o poblaciones fragilizadas en su subjetividad; que requieren
propias organizaciones, condiciones laborales o ciudadanas. desnaturalizar al mundo social, interpelan al psicólogo compro-
Los profesionales de primer nivel deben estar preparados para metido con estas tierras para encontrar fundamentos y técnicas
el devenir de los procesos de salud, enfermedad y cuidados de los clínicas coherentes y pertinentes para contextos interculturales.
sufrimientos psíquicos, sea en una escuela, municipio o centro de Muy especialmente prácticas que cambien las representaciones
salud, en programas con mujeres o grupos especiales; para abordar más divulgadas sobre sus intervenciones y demuestren la validez
prestaciones de promoción, prevención y asistencia a demandas de sus conocimientos para ayudar más allá de las enfermedades
clínicas individuales o familiares con instrumentos adecuados a mentales.
una variedad de intervenciones grupales (talleres formativos, gru-

232
233
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Nueve - Profesionales de primer nivel

Finalmente, es ineludible recordar que los profesionales de pri- esta naturaleza, desde la posición o responsabilidad social que
mer nivel deben ser los primeros en la asistencia pero no los úni- sea, siempre resultará una contribución para no reproducir la
cos. Deben tener calidad profesional para el empleo de los desigualdad.
dispositivos imprescindibles y mejor capacidad para realizar diag-
nósticos diferenciales que permitan detectar oportunamente pro-
blemas especiales o graves y saber dónde derivarlos. Esto requiere Cambios éticos
pensar, fundamentar y proponer una organización racional por
niveles de atención de los abordajes de profesionales de la salud En los capítulos anteriores, detallamos las exigencias de un
mental. Advertimos que un primer nivel sin servicios especializa- compromiso concerniente a los Derechos Humanos multicultu-
dos de referencia terminan reproduciendo desigualdades. En igual rales y particularmente los requerimientos a los profesionales que
relación con otros problemas de accesibilidad y equidad, se re- pretendan responder a las necesidades mayoritarias en América
quiere una responsabilidad profesional socio-política e instrumen- Latina, de una ciencia domiciliada y emancipadora para el buen
tos que graviten en las políticas de salud y las técnicas de incidencia vivir de sus habitantes. Podemos sintetizarlo en la demanda de una
para conseguirlas. coherencia entre la ética profesional y ciudadana, entre juicios te-
En síntesis, estamos planteando la necesidad de profesionales órico-técnicos y prácticos éticos, entre investigación y acción, entre
capacitados para consensuar y resolver conflictos en el trabajo con lo micro y lo macro, entre responsabilidades profesionales perso-
los sectores postergados; para organizar, apoyar o formar personas nales y sociales.
interesadas en la acción comunitaria; para trabajar en una variedad Contribuir a un mejor vivir de comunidades diversas sumer-
de dinámicas o tipos de grupo con diferentes objetivos; para in- gidas en condiciones de desigualdad, implica un pacto ético con
tervenir en procesos comunitarios no formales tanto como para la lucha por una mejor distribución de bienes materiales y simbó-
cambiar procesos organizacionales. Asimismo que sean aptos para licos que permitan, a quienes padecen la exclusión en distintos ni-
hacer diagnósticos diferenciales apropiados tanto para asistir y ali- veles del hacer humano, establecer sin temor un diálogo en pie de
viar sufrimientos psíquicos más comunes a personas de diferentes igualdad, sea para intercambiar, negociar o confrontar con quienes
edades, individual o colectivamente, como para derivar y sumarse deciden en las instituciones.
a intervenciones de otros colegas; que justifiquen y actúen colec- Es una posición basada en el desafío de cambiar los códigos de
tivamente para defender sus derechos y las políticas sociales que ética profesional, para que no se reduzcan a normas sobre el ejer-
aseguren los de otros. Y, como si todo lo anterior fuera poco, con cicio individual y privado, y especifiquen exigencias sobre prácticas
capacidad para organizar todas esas actividades en las escasas institucionales y ciudadanas. Son inocultables las contradicciones
horas contratadas. de quienes se declaman defensores de los Derechos Humanos y en
Entendemos que es un planteo contrario a lo que se llaman sus acciones profesionales no construyen o se definen sobre dis-
prácticas socio-comunitarias destinadas a estudiantes, a princi- positivos que obstaculizan la expresión de los sectores menos fa-
piantes con escasa formación profesional, voluntarios o personal vorecidos; o de quienes se dicen comprometidos en la lucha contra
con remuneraciones bajas. Sin embargo, sostener un proyecto de el terrorismo de Estado pero que mantienen diariamente “prácti-

234
235
Reinvención de lo Comunitario Capítulo Nueve - Profesionales de primer nivel

cas sociales genocidas”, con nominaciones, clasificaciones y requi- Transitar desde dentro y críticamente las relaciones so-
sitos que avalan las desigualdades en dignidad y derechos. ciales cercanas, junto a personas y organizaciones diferentes,
Advertimos como poco realistas las intervenciones con el pro- con el propósito de contribuir al desarrollo de subjetividades
pósito del empoderamiento o el cambio de los estilos de vida. En personales y sociales, con memoria y proyecto, autónomas
pero no autosuficientes, solidarias pero no cooptadas.
condiciones de carencias extremas generalizadas, sólo cada per-
sona o grupo sabe qué riesgos está dispuesto a correr para enfren- Aportar en ellas una mirada, escucha y praxis de calidad
tar el poder. No podemos liberar a otros, en el mejor de los casos profesional, desde variables e instrumentos psicosociales y
podemos vigilar nuestro propio poder y hacernos responsables de socio políticos Con pasión por la verdad, cuestionar narrati-
la libertad de los otros, asegurando que todos puedan cuestionar- vas únicas que se repiten y hacen invisibles escenas y lógicas
nos sin temor a represalias. ocultas, para buscar siempre más allá de lo dado y aparente.
Siempre es posible y una buena opción ética no pedir a Aportar a la reflexividad (pensar lo que hacemos y saber lo
otros lo que no estamos dispuestos a hacer nosotros, especialmente que pensamos), pero también a la coherencia de hacer y de-
transformar las diferencias jerarquizadas que circulan en la socie- cidir según decimos.
dad, no sólo las consideradas progresistas hoy �tales como las dis- Capacidad de tensionar los roles asignados por donde
criminaciones de género�, sino las menos visibles pero igualmente transitan las ideologías, buscar construir inmunidad y micro
violentas. Por ejemplo, la desvalorización de los inmigrantes lati- resistencias, preparando “arneses para el galope” (extraordi-
noamericanos en relación con los europeos, a los “hacedores” en naria definición sobre la prevención de Mirta Videla), pero
relación con los investigadores teóricos; a técnicos o empíricos en también brindando asistencia primera a quienes trastabillan
relación con los profesionales, etc. o caen en la carrera de la vida. Rechazar “dispositivos conge-
La historia de los pueblos latinoamericanos está signada por lados” e invitar a que los otros fijen el “menú”.
la dualidad de razas, polos opuestos, dentro y fuera de nosotros Sin intención de cambiar ni liberar a nadie, busca vigilar
mismos. Junto con ellos aprendimos a re-ligar personas y seres el propio poder y los procesos organizacionales que habilitan
vivos, lo natural con lo sobrenatural y lo subterráneo; la vejez y la diferencias jerarquizadas donde la violencia siempre crece y
niñez, la vida y la muerte, el hacer y el decir; a convivir en un se consolida. Participar con otros en construir fuerzas para
mundo donde todos trabajan y se esfuerzan, todos festejan y demandar, controlar, resistir o transformar los procesos y las
gozan, rompiendo el esquema de jerarquías igual a privilegios… decisiones sociales que distribuyen oportunidades y condi-
ese de “las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”. Apren- ciones de vida proporcionando igualdad esencial para inter-
dimos a poner en el centro la construcción de matrices vinculares cambiar y confrontar (Torres, A. 2011: 7).
para cuidarnos, para prevenir y sanar sufrimientos, para vivir
mejor. Hoy claman por ellas los ámbitos académicos y educativos,
organizaciones e instituciones políticas despojados de la mirada Cierro con la bella idea de una colega amiga, a la que sumo en
fraternal y solidaria. letras cursiva mis aportes:
Entre ellos aprendí otros modos de hacer como profesional. (…) poner la mirada en el dolor de un sujeto y de muchos
Una síntesis de lo que comprendí como el rol del psicólogo que sujetos cada vez más rotos y escindidos, y a sostener la pre-
necesitan las mayorías latinoamericanas, pasaría por:

236
237
Reinvención de lo Comunitario

gunta que debe interpelar al método: ¿Cómo seguir contri- oÉÑÉêÉåÅá~ë=_áÄäáçÖê•ÑáÅ~ë


buyendo a la construcción de un entramado vincular-social
que constituya condición para la humanización o para la no
deshumanización de sujetos en su ser autónomo y solidario?
(Cucco, 2006: 29).
Anisacate, 21 /09/ 2015, Día del Trabajador de la Salud
Adorno, Teodoro (1980) Dialéctica negativa. Buenos Aires:
Taurus.
Abramovich, V. y Pautassi, L. (2000) Dilemas actuales en la re-
solución de la pobreza. Un aporte desde el enfoque de derechos.
Jornadas de Justicia y DDHH. Buenos Aires. Mimeo.

Alpert, J.J. y Charney, E. (1982) “Atención de la Salud, hacia


sistemas integrales de atención” en Sonis, A. y colaboradores Aten-
ción de la Salud. Buenos Aires: El Ateneo.

Álvarez Leguizamón, S. (1999) Solidaridad privada e indife-


rencia pública, la nueva cara de la política para excluidos. Univer-
sidad San Andrés, La Paz. Bolivia: Umbrales.
(2002) Políticas asistenciales, pobreza y representaciones
sociales. Tesis doctoral Universidad de Sevilla. Mimeo.
(2003) “Los cambios operados en la concepción de gestión
de programas sociales a partir del financiamiento internacio-
nal”. Ponencia VI Congreso del CLAD. Tucumán.
(2004) “La pobreza: configuraciones sociales, relaciones de
tutela y dispositivos de intervención. Salta primera mitad de
siglo XX” en Abordajes y Perspectivas. Salta: Secretaría de Cul-
tura. Ministerio Educación.

Albó, Xavier (2002) “Educando en la diferencia” en Cuadernos


de Investigación Nº 56. Ministerio de Educación. La Paz, Bolivia.

238
239
Reinvención de lo Comunitario Referencias Bibliográficas

Ardila, Rubén (1986) La psicología en América Latina, pasado, Bleichmar, Silvia (2000) Clínica psicoanalítitica y neogénesis.
presente y futuro. Buenos Aires: Siglo XXI. Buenos Aires: Amorrortu.

Arouca, Sergio( 2008) El dilema preventivista. Buenos Aires: Blejer, J ( 1984) Psicohigiene y psicología institucional. Buenos
Lugar. Aires: Nueva Visión.

Bachelard, Gastón (1985) La formación del espíritu científico. Boivin M., Rosato A. y Arribas V. (2011) Constructores de otre-
Buenos Aires: Siglo XXI. dad. Buenos Aires: EA Antropología.

Baró, Ignacio Martín (1972) Psicodiagnóstico de América La- Bokser, Mirta (2000) Violencia y violación de derechos, lega-
tina. El Salvador: Editorial UCA lidad y legitimación. Post-grado en Políticas sociales y derechos
(1989) Sistema, grupo y poder. El Salvador: Editorial UCA. del niño. Universidad Nacional de Salta. Mimeo

Bernstein, Basil (1990) La estructura del discurso pedagógico: Bonder, Gloria (1995) Crítica epistemológica a los paradigmas
Clases, códigos y control. Madrid: Paideia y Morata. de las ciencias humanas. Buenos Aires: CEL.

Berg Kim y Millar Scout,(1996) Trabajando con el problema Bourdieu, Pierre (1988) Cosas dichas. Buenos Aires: Gedisa.
del alcohol. Barcelona: Gedisa. (1990) Sociología y Cultura. México: Grijalbo.
(1991) El sentido práctico. Madrid: Taurus.
Bertaux, Daniel (1997) Los relatos de vida Natham. París. Tra- (1997) Razones prácticas. Barcelona: Anagrama.
ducción Mónica Moons. Ficha de cátedra de Metodología de la In- (2000) Intelectuales, política y poder. Buenos Aires: Eu-
vestigación. Universidad Nacional de Salta. Mimeo deba.
(2002) Cuestiones de sociología. Madrid: Istmo
Bertuchelli, Sebastián (1991) Apuntes Cátedra Estrategia de (2003) El oficio de científico. Barcelona: Anagrama.
Intervención Comunitaria. Facultad de Psicología. UNC. Córdoba (2008) Homo academicus. Buenos Aires: Siglo XXI.

Bianchetti, M.C (1996) Cosmovisión sobrenatural de la locura. Bourdieu, P. y Wacquant, L (2000) Una nueva vulgata plane-
Pautas populares de salud mental en la Puna argentina. Salta: Ed taria. Buenos Aires: Le Monde Diplomatique.
Víctor Hanne.

Breilh, Jaime (2002) Epidemiología crítica. Ciencia emancipa-


dora e interculturalidad. Ecuador: Lugar Editorial.

240
241
Reinvención de lo Comunitario Referencias Bibliográficas

Bustelo, E (1999) Salud y ciudadanía: una mirada a la salud Cucco García, Mirta (2006) ProCC: una propuesta de inter-
en el futuro en Cuadernos Médicos Sociales y Sanitarios CMSS Nº vención sobre malestares de la vida cotidiana. Buenos Aires: Atuel
76. Rosario.
Da Mata, R. (2011) “El oficio de etnólogo o cómo tener An-
Canguilhem, Georges (1971) Lo normal y lo patológico. Bue- tropological Blues” en Boivin, M. et al, op. cit.
nos Aires: Siglo XXI.
Danani, Claudia (1999) Políticas Sociales, contribución al de-
García Canclini, Néstor (2004) Diferentes, desiguales y desco- bate teórico-.metodológico. Apuntes de Secretaría Ciencia y Téc-
nectados. Barcelona: Gedisa. nica de UBA. Buenos Aires.

Calderón, Miguel (1987) Taller de espiritualidad claretiana en De Certeau, Michel (2007) La invención de lo cotidiano.1 Artes
América Latina. San Pablo. Mimeo. de hacer. Universidad Iberoamericana. México: Iteso.

Cartilla (2010) Compartir, participar, construir. Material del De La Cruz, Luis (1997) Y no cumplieron. Buenos Aires: GTZ.
“Programa de Capacitación para el Desarrollo Comunitario Par-
ticipativo”. Área de Desarrollo Institucional. Buenos Aires: Cáritas Declaración Conferencia de la OMS-UNICEF (1978). Alma-
Argentina. Ata, Rusia.

Castel, Roberto (1997) Metamorfosis de la cuestión social. Deleuze, Gilles (1995) Conversaciones 1972 -1990 .Valencia:
Buenos Aires: Paidós. Pretextos.

Castoriadis, Cornelius (1992) El psicoanálisis, proyecto y elu- Díaz, Ester (Editora, 2000) La posciencia. El conocimiento
cidación. Buenos Aires: Nueva Visión. científico en las postrimerías de la modernidad. Buenos Aires: Bi-
(1993) La institución imaginaria de la sociedad. Volumen blos.
I y II. Barcelona: Tusquets.
Didier, Fassin (2006) “Entre ideología y pragmatismo. Ambi-
Ceballos Garibay, Héctor (1986) Foucault y el poder. México: güedades y contradicciones de la participación comunitaria en
Diálogo Abierto. salud”, en Menéndez y Spinelli, H. (op. cit.)

Cortina, Adela (1998) Ciudadanos del mundo, hacia una teoría Di Nella, Yago (2011) Conferencia. Facultad de Psicología
de la ciudadanía. Madrid: Alianza. UNC. Director Nacional de Salud Mental

242
243
Reinvención de lo Comunitario Referencias Bibliográficas

Documento Final (1979) Episcopado Latinoamericano. Pue-


bla, México. Feierstein Daniel (2007) El genocidio como práctica social.
Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
Donzelot, J. (1980) La policía de la familia. Barcelona: Pretex-
tos. Fernández, Ana (1989) El campo grupal. Notas para una ge-
nealogía. Buenos Aires: Nueva Visión.
Durkheim, Emile (1974) El suicidio, Universidad Nacional Au- (1993) La mujer de la ilusión: pactos y contratos entre
tónoma de México: México. hombres y mujeres. Buenos Aires: Paidós.
(2006) Las lógicas colectivas. Buenos Aires: Biblos.
Duschatzky, Silvia (2007) Maestros errantes. Buenos Aires: Pai-
dós. Ferrara, Floreal Antonio (1985) Teoría social y salud. Buenos
Aires: Catálogos.
Easlea, Brian (1973) Liberation and the aims of science. Lon-
dres. Chatto Windus. Foucault, Michel (1980) Microfísica del poder. Buenos Aires:
Elías, Norbert (1987) La sociedad de los individuos. Barcelona: La Piqueta.
Península. (1991) Saber y Verdad. Madrid: La Piqueta.
(1996) La sociedad cortesana. México: Fondo de Cultura (1996) Genealogía del racismo. Buenos Aires: Caronte En-
Económica. sayos.
(1998) La civilización de los padres y otros ensayos. Bar- (2001) Post-scriptum “El sujeto y el poder” en Dreyfus, H.
celona: Norma. y, Rabinow, P. Michel Foucault. Más allá del estructuralismo y
la hermenéutica. Buenos Aires: Nueva visión.
Escobar, Arturo (1998) La invención del Tercer Mundo. Bue- (2006) Seguridad, territorio, población. Buenos Aires:
nos Aires: Norma. Fondo de Cultura Económica.

Escudero, Juan Carlos (2000) “De qué hablamos cuando ha- Franco, Y (2000) Subjetividades: lo que se llevó el mercado Una
blamos de…” en Encrucijadas. Universidad Nacional de Buenos perspectiva desde el pensamiento de Corneluis Castoriadis. He-
Aires. rramienta (en línea) N° 12.

Esping Andersen, G (1993) “Las tres economías políticas del Freire, Pablo (1986) “Reflexión crítica sobre virtudes del edu-
Estado de Bienestar” en Los tres mundos del Estado de bienestar. cador” en Pablo Freire en Buenos Aires. Buenos Aires: CEAAL.
Valencia: Ediciones Alfons el Magnann.

244
245
Reinvención de lo Comunitario Referencias Bibliográficas

Fleury, Sonia (1997) Estados sin ciudadanos. Seguridad Social mental en la Argentina” En Revista Argentina de Salud Pública.
en América Latina. Buenos Aires: Ed Lugar. Vol 1. N° 2

Galeano, Eduardo (2000) Patas Arriba. Buenos Aires: Catá- Giddens, A (1987) Las nuevas reglas del método sociológico.
logos. Buenos Aires: Amorrortu.
(2001) Las Palabras Andantes. Buenos Aires: Catálogos.
(2008) Amares. Buenos Aires: Literatura Universal. Giberti, Eva et al, (2003) Madres Excluidas. Buenos Aires:
(2008) Espejos. Buenos Aires: Siglo XXI. Norma.
(2010) Memorias del fuego. 1. Los nacimientos. Buenos Goldemberg, M. y Lubchansky, I. (1982) “Salud mental” en
Aires: Siglo XXI. Medicina sanitaria y Administración de Salud. Actividades y téc-
(2010) Días y noches de amor y de guerra. Buenos Aires: nicas de salud pública” (pp. 293 a 323) Tomo I. En op. cit.
Siglo XXI.
(2012) Los hijos de los días. Buenos Aires: Siglo XXI. González, A. (1983) “Programación Regional” en Sonis, A. op.
Cit. (pp. 215 a229). Tomo II. Op. Cit.
Galende, Emiliano (2004) “Debate cultural y subjetividad en
salud” en Spinelli H. (Compilador) Salud Colectiva. Buenos Aires: González Gazques, Gustavo (1986) “Sujeto cultural, estar y
Lugar. símbolo en Rodolfo Kusch” en Programa de Historia del Pensa-
miento Argentino. Buenos Aires.
García Canclini, Néstor (2004) Diferentes, desiguales y desco-
nectados. España: Gedisa. Gutiérrez R. y F. Escárzaga (Coord.) Movimiento indígena en
América Latina: resistencia y proyecto alternativo, Vol. II. Casa
Juan Pablos, CEAM. Benemérita Universidad Autónoma de Pue-
García Méndez E, (1994) “La legislación de Menores en Amé- bla: México.
rica Latina: una doctrina en situación irregular” en Derecho de la
infancia y adolescencia. Bogotá: Forum Pacis.
Grimson, Alejandro (2011) Los límites de la cultura. Crítica de
las teorías de la identidad. Buenos Aires: Siglo XXI.
Geertz, C (1987) La interpretación de las culturas. España: Ge-
disa.
Guber, R (1991) El salvaje metropolitano. Buenos Aires: Le-
gasa.
Gerlero S., Augsburger, C.; Duarte, M.; Escalante, M.; Ia-
nowsky, M.; Mutazzi, E.; Yanco, D.(2010) “Diagnóstico evaluativo
para el fortalecimiento de estrategias de intervención en salud

246
247
Reinvención de lo Comunitario Referencias Bibliográficas

Gutiérrez, Alicia (2004) Las prácticas sociales: una introduc- Krausse M (2007) “Hacia una redefinición del concepto de co-
ción a Pierre Bourdieu. Cap. I y II. Córdoba: Ferreyra editor. munidad. Cuatro ejes para un análisis crítico y una propuesta”. En
(2011) Pobre, como siempre. Estrategias de reproducción J. Alfaro y H. Berroeta (eds.) Trayectoria de la psicología comuni-
social de la pobreza, Universidad Nacional de Córdoba. Mimeo. taria en Chile. Universidad de Valparaíso

Haken, Hermann (1982) Teoría Sinérgica. Madrid: Taurus. Kusch, Rodolfo (1973) El pensamiento indígena y popular en
América. Buenos Aires: Hachette.
Heras, Pilar i Trias (Coord.2008) La acción política desde la (1976) América Profunda. Buenos Aires: Bonum.
comunidad. Barcelona: GRAO.
Lacroix, Jean et al (1973) Introducción a Bachelard. Buenos
Herrera Flores, J (2005) Los derechos humanos como produc- Aires: Caldén.
tos culturales. Madrid: Catarata.
(2007) Reinvención de los derechos humanos. Madrid: Co- Lemkin, Raphael (1944) Axis Rule in occupied Europe, Was-
lección Ensayando. hington DC Carnegie Endowment for international Peace.

Hindess, Barry (1997) “Disciplina y aprecio: Foucault sobre el Lenoir, Remi (1996) “Objeto sociológico y problema social”
poder, dominación y gobierno” en Disertaciones sobre el poder, en Iniciación a la práctica sociológica. Buenos Aires: Siglo XXI.
de Hobbes a Foucault. TAIASA.
Levavell y Clark (1965) Preventive medicine for de doctor and
Horkheimer, M. y Adorno T (1970) Dialéctica del iluminismo. his community. An epidemiological approach. Nueva York.
Buenos Aires: Sur.
Levinas, Emmanuel (1977) Totalidad e infinito, ensayo sobre
Horkheimer Max (2000) Teoría tradicional y teoría crítica. Es- la exterioridad. Salamanca: Sígueme.
paña: Paidós. (1987) De otro modo que ser. Salamanca: Sígueme.

Kaes, R ( 2000 a) El aparato psíquico grupal. Construcciones Lins Ribeiro, G (1989) “Descotidianizar” en Cuadernos de An-
de grupo. Barcelona: Gedisa tropología Social, Vol. 2, N° 1. Buenos Aires.

Kliskberb, Bernardo (2000) La pobreza ese drama cotidiano. Lhuman, Niklas (1996) Introducción a la teoría de sistemas.
PNUD. Universidad Iberoamericana. México: Anthropos

248
249
Reinvención de lo Comunitario Referencias Bibliográficas

Lo Vuolo. R (1999) La pobreza de la política contra la pobreza. Menéndez, E. y Spinelli, H. (2006) Participación social ¿para
Buenos Aires: Miño Dávila. qué? Buenos Aires: Lugar.

Mamaní, Pablo (2006) “Dominación ética, de clase y territo- Montero, Maritza (2003) Teoría y práctica de la psicología co-
rialización del poder indígena en Bolivia” en R. Gutiérrez y F. Es- munitaria. Buenos Aires: Paidós.
cárzaga (Coord.) op.cit.
Montero, M. y Serrano-García I. (2011) Historia de la psico-
Manrique Ana y Rosemberg Celia (Comp. 2000) Leer y escri- logía comunitaria en América Latina. Buenos Aires: Paidós.
bir entre dos culturas. Buenos Aires: Aique.
Mardones, J.M. (1991) Filosofía de las ciencias humanas y so- Morales Calatayud , F (1999) Introducción a la psicología de
ciales. Barcelona: Antrhopos. la salud. Buenos Aires: Paidós.

Mareque, Enrique (1984) Las líneas fundamentales del pensa- Morgan, Gareth (1990) “Intereses, conflictos y poder, las orga-
miento de Kusch en Sabiduría Popular, símbolo y filosofía. Buenos nizaciones como sistemas políticos” en Imágenes de la organiza-
Aires: Ed. Guadalupe. ción. México: Alfaomega.

Martín Baró, I. (1988) Acción e ideología. Psicología Social Morlachetti, Alejandro (1999) Aspectos legales para la atención
desde Centro América. San Salvador: UCA editores. de la salud de adolescentes y jóvenes. Programa de Salud Adoles-
(1998) Psicología de la liberación. Madrid: Trota. cente. Gobierno de Buenos Aires.

Martínez Frazzoni, J. (2005) “Regímenes de bienestar en Amé- Oakley, Y. y Moser J. (1985) Intervención de la comunidad en
rica Latina” en Revista Centroamericana de Ciencias Sociales. Vol. el desarrollo sanitario. OMS: Ginebra.
4, N° 2. Buenos Aires: Flacso.
OCLADE (2014) “Implementación de la Asignación Universal
Maturana, H. y Varela, F. (1972) De máquinas y seres vivos. La por Hijo”. Humahuaca. Obra Claretiana para el desarrollo.
organización de la vida. Santiago de Chile: Lumen Unite Univer-
sitaria Organización Mundial de la Salud (1979) Formulación de es-
Menéndez, Eduardo (1994) “La enfermedad y la curación” en trategias de salud para todos en año 2000. Ginebra.
Revista Alteridades. Pág 14-24. México.
E. (2009) De sujetos, saberes y estructuras. Buenos Aires: Oslak, Oscar (1997) Estado y sociedad, las nuevas reglas de
Lugar. juego. Buenos Aires: Eudeba.

250
251
Reinvención de lo Comunitario Referencias Bibliográficas

Pardo, R (2000) “Verdad, historicidad, el conocimiento cientí- Rubinelli, Luisa (1999, Coord) Salud y Enfermedad. Secretaría
fico y sus fracturas” en Díaz, E. op.cit. de Ciencia y Técnica de la Universidad de Jujuy
(Coord 2010) “¿Los otros como nosotros? En Intercultura-
Petriella, Ángel (2008) “Nuevos paradigmas organizacionales” lidad y Ciudadanía en la Escuela. Reflexiones desde América
en Cooperativismo, ayer, hoy y siempre. Rosario: Idelcoop. Latina. Tomo II. Jujuy Universidad Nacional de Jujuy

Pichón Rivière, Enrique (1970) Psicopatología de la vida coti- Saforcada, Enrique (2008) “Perspectiva ecológica-sistémica de
diana. Buenos Aires: Nueva Visión. la salud” en E. Saforcada y J. Castella Sarriera (comps) Enfoques
(1980) Del psicoanálisis a la psicología social. El proceso conceptuales y técnicos en psicología comunitaria. Buenos Aires:
grupal. Tomo I. Buenos Aires: Nueva Visión. Paidós.
(1992) Teoría del Vínculo. Buenos Aires: Nueva Visión.
Sánchez Vidal, A. (2002) Psicología social aplicada. Madrid:
Prentice Hall.
Piossek Prebisch, Lucía (2005) El filósofo topo. Sobre Nietzs-
che y el lenguaje. Facultad de Filosofía. Universidad Nacional de
Tucumán. Santos, Boaventura de Souza (1997) “Hacia una concepción
multicultural de los derechos humanos” en Revista Análisis polí-
tico Nº 31, Mayo/agosto Instituto de estudios políticos y relaciones
Prigogyne, I. y Stengers I. (1979) La novelle Alliance. Meta- internacionales. Universidad Nacional de Colombia.
morphose de la Science. París: Gallimard. (Edición en castellano
Madrid: Alianza, 1983). (2005) Reinventar la democracia. Buenos Aires: Clacso.
(2009) Una epistemología del sur. Buenos Aires: Siglo
XXI.
Quijano, Aníbal (2000) “La colonialidad del saber: eurocen-
trismo y ciencias sociales”, en Perspectivas Latinoamericanas Bue-
nos Aires: Clacso. Sarason, S.B. (1974) The psychological sense of community:
propects for community psychology. San Francisco: Josse Bass.
Quintal de Freites, M (2005) Incoherencias entre prácticas psi-
cosociales en comunidad y proyectos de transformación social. Sautu, Ruth (2003) Todo es teoría. Buenos Aires: Lumière.
Psicología T.36 Nº 1 Enero�abril. Universidad Federal de Paraná.
Brasil. Serrano García, M y Vargas R (2008) La psicología comunitaria
en América Latina: Estado de desarrollo, controversias y nuevos
derroteros (1985-1992). San Juan de Puerto Rico: Publicaciones
puertorriqueñas.

252
253
Reinvención de lo Comunitario Referencias Bibliográficas

Scott, James (1990) Dominación y arte de la resistencia. Hid- Torres Secchi, A, (1987) Cartillas Vida Familiar y Problemas
dens transcripts Yale University Press Traducción Marcelo Ibarra. de conducta. Mimeografiado. MSP. Salta.
Maestría de Políticas Sociales. Universidad Nacional de Salta. (2000) La Iglesia que nos robaron. Madrid: Nueva Utopía.
(2000) Desde la psicología de frontera, cuestionamientos
Sluzky,C (2002) La red social frontera de la práctica sistémica. al concepto de resiliencia. Buenos Aires: FEPRA.
Barcelona: Gedisa. (2001) Síntesis histórica de políticas sociales en la Argen-
tina. Las Tierras Altas. Material para Residencia de Psicología
Sonis, A. y Lanza Aquiles (1983) “Políticas de salud” en Medi- Comunitaria. MSP. Salta. Mimeo.
cina Sanitaria y administración de salud. Atención de la Salud. (2006) Resiliencia. Ponencia en Jornadas de Atención Pri-
Buenos Aires: El Ateneo. maria de la Salud. Campo Quijano. Salta.
(2007) “Pobreza, pueblos originarios y desarrollo infantil”
Sonis, A y Paganini, J (1983) “La atención de la salud, caracte- en Colombo, Jorge (Comp.) Pobreza y desarrollo infantil. Bue-
rísticas, tendencias, problemas” en Sonis, A. et al, op. cit. nos Aires: Paidós.
(2008) Psicólogos errantes. Tesis para la Especialidad en
Spinelli, H. et al (2004) “Equidad en salud: teoría y praxis” en Psicología Social. Colegio de Psicólogos de Salta.
Salud Colectiva. Buenos Aires: Lugar. (2011) Una psicología socio-comunitaria domiciliada y
ciudadana Ponencia II Jornadas de Psicología Comunitaria.
Jujuy
Steffen, G. (1986) “Estar en América y el encuentro con el otro”
en González Gasquez, G. Kusch, R. y el pensar desde América. La (2013) Psicología y prácticas universitarias eugenésicas.
Paz: Ed Fernando García. Ponencia en Congreso de Psicología y Derechos Humanos. Co-
legio de Psicólogos de Salta.
(2013) Salud colectiva, psicología y derechos multicultura-
Stollkinner, A (2001) Conferencia en el Congreso de Pediatría les. Jornadas de Psicología y Derechos humanos”. FEPRA. Salta
Ambulatoria. Organizado por Sociedad Argentina de Pediatría.
Noviembre de 2001. Buenos Aires (2013) Psicología comunitaria: ¿especialidad o producto
cultural? Trabajo presentado en Jornadas de Psicología Comu-
nitaria de Córdoba.
Stulwark, Diego (2007) “Prólogo” en Duschatzky, S. op.cit.
Torres, A., Lapasset, M. y Nesrala, C. (2014) De la quijotesca
Tanoni, Enrique. (1984) Definición en el Plan Salud R. Carri- historia de un gremio salteño. Derecho a la salud, deuda de la De-
llo. Secretaría de Salud Pública de Salta. mocracia. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CTA ediciones.

Tilly, Charles (2000) La desigualdad persistente. Buenos Aires: Torres, A. y Torres T. (2010) ¿Por qué callan si nacen gritando?
Manantial. Poder, accesibilidad y diferencias culturales en salud- Iruya 1978-
2008. Formosa: Endepa.
254
255
Reinvención de lo Comunitario

Ugalde, Antonio (2006) “Las dimensiones ideológicas de la ðåÇáÅÉ


participación comunitaria en los programas de salud en Latinoa-
mérica” en Menéndez y Spinelli, op. cit.

Ussher, Margarita, (2008) “El objeto de la psicología comuni-


taria desde el paradigma constructivista” en Revista de Psicología
para Latinoamérica, 2, Nº 5. Colombia. Prólogo por Mario Rovere

Prólogo por Mirtha Cucco García


Vasilachis de Gialdino, Irene (2006) Estrategias de investiga-
ción cualitativa. Buenos Aires: Gedisa Introducción

Capítulo Uno - Pobreza


Videla, Mirta (1991) Prevención: intervención psicológica en
salud comunitaria. Buenos Aires: Cinco. Capítulo Dos - Derechos Humanos Multiculturales
(2008) Credo por la ternura en tiempos de violencia. Bue-
nos Aires: Koytajun Capítulo Tres - El campo sanitario y lo comunitario

Capítulo Cuatro - Lo local: apertura cultural


Vigostky, L (1987) Historia del desarrollo de las funciones psí-
quicas superiores. Ed Científico-técnicas. La Habana. Capítulo Cinco - Lo social: aperturas políticas

Capítulo Seis - Los saberes: apertura epistemológica


Watzlawich, P. y Nardone, P. (2000) Terapia breve estratégica.
Barcelona: Paidós. Capítulo Siete - Aprendizajes sobre lo comunitario

Capítulo Ocho - Modelos para pensar y revisar


Whitehead, M. (1991) Los conceptos y principios de la equidad
en la salud. Centro de Documentación e Información. Ginebra: Capítulo Nueve - Profesionales de primer nivel
OMS.
Referencias Bibliográficas

Weber, Max (1984) Economía y sociedad. México: Fondo de


Cultura Económica.

Zito Lema, Vicente (2006) Prólogo en Cucco, M., op.cit.

256
257
Reinvención de lo Comunitario

La Asociación Civil El Ágora cuenta con los siguientes es-


pacios:
- Centro de documentación Oscar González Morón.
- El Ágora Biblioteca Virtual
www.elagoraasociacioncivil.wordpress.com
- Club de lectores El Ágora
- Centro de investigación y producción Cultura, Arte y Género.
centrodeculturaarteygenero@gmail.com

258
259
Reinvención de lo Comunitario

260

También podría gustarte