Está en la página 1de 66

Talleres psicoeducativos para el fortalecimiento

de competencias intrapersonales
de estudiantes de secundaria
© Corporación Buscando Ánimo, 2013
info@buscandoanimo.org

Talleres psicoeducativos para el fortalecimiento


de competencias intrapersonales de estudiantes de secundaria

© Todos los derechos reservados, 2013


Bogotá D.C. Colombia

Leonardo Aja Eslava


– autoría

Lilia Eslava Espinel


– revisión de textos

© diseño objetivo social


masvalendosqueuno@gmail.com

renegalvis
– concepto creativo
– diseño, diagramación e ilustración
– edición de fotografía

moniamórtegui
– diagramación

Corporación Buscando Ánimo


– fotografía

VistaGraf
– impresión

Depósito legal.
1ra edición, Mayo 2013.
Prohibida su reproducción total o parcial,
así como su traducción a cualquier idioma
sin autorización escrita de su titular.
GUSTAVO PETRO URREGO
Alcalde Mayor de Bogotá, D.C.

OSCAR SÁNCHEZ JARAMILLO


Secretario de Educación del Distrito

JOSÉ ALFREDO SOTO TORRES


Sub-Secretario de Educación del Distrito

ANDREA VERÚ TORRES


Directora de Bienestar Estudiantil

CLAUDIA VICTORIA TÉLLEZ HERNÁNDEZ


Líder del Eje Temático de Cuidado y Autocuidado

MARÍA FERNANDA SERRANO RODRÍGUEZ


Profesional de Cuidado y Autocuidado

10_Pliegos_Secretaría_.indd 3 03/09/2013 01:19:17 a.m.


RUTA DE EXPLORACIÓN
Introducción..............................................7
1 Fundamentos Conceptuales................9
1.1 Los factores de riesgo y de protección..................9
1.2 Los niveles de los factores.....................................10
1.3 Los factores de riesgo a nivel individual................11
1.4 La actitud favorable hacia el consumo de SPA.....12
1.5 Las creencias personales......................................15
1.6 Las evidencias en nuestro contexto......................21

2 Primer Taller:
¿Será que se puede?...................................................29

3 Segundo Taller:
El poder de un sueño y de una visión.........................35

4 Tercer Taller:
¿Víctima o responsable?..............................................43

5 Cuarto Taller:
Responsabilidad personal vs. grupal..........................51

6 Quinto Taller:
La disciplina y la perseverancia...................................59

Bibliografía ...............................................65
6
pág
Introducción
7
El objetivo de esta guía sobre sustancias psicoactivas (SPA), es mostrar los con- pág
ceptos que apoyan una serie de intervenciones breves con estudiantes que pue-
dan tener algún grado de acercamiento con el consumo de estas sustancias (SPA).
Para ello, será necesario no sólo conocer los conceptos existentes detrás de cada
una de las intervenciones, sino también tener claridad sobre los objetivos y los
propósitos que tienen cada uno de ellos.

Estas acciones son motivadas por la urgente e imperiosa necesidad de respon-


der, por parte del sector educativo, la necesidad de intervención en diferentes nive-
les, a la problemática de consumo de SPA. Desde el 31 de julio del año 2012, por la
promulgación de la ley 1566, el consumo de SPA es reconocido como un problema
de salud pública, y obliga a tomar medidas desde diferentes frentes. Si bien la pro-
moción de la salud es un camino obligado -una vez que se ha visto impactado por
la problemática en cuestión- también hay que asumir acciones de mitigación del
riesgo y no todas obedecen a la dimensión de la terapéutica. Desde el escenario
escolar, se pueden implementar propuestas que no van en contravía con el perso-
nal especializado, sino que al contrario, pueden apoyarlas y darles potencia.

Por lo tanto, el orientador escolar es un agente de cambio y de apoyo suprema-


mente importante. Se pretende con esta iniciativa facilitar las herramientas teóricas
y prácticas para que con sus altas dosis de entrega y compromiso, pueda ser alta-
mente exitoso en su empeño.
8
pág
9
pág

1 Fundamentos
Conceptuales
Primero es necesario entender cuáles son los conceptos que apoyan los
diversos talleres que se trabajarán. Se partirá de los conceptos más generales
para ir profundizando en los más específicos.

1.1. Los factores de riesgo y de protección


Comencemos por entender que son los FACTORES DE RIESGO Y LOS
FACTORES PROTECTORES frente al consumo de SPA. Hablar de “exactitud”
en ciencias sociales es un asunto bastante comprometedor, por la simple
razón de que la dinámica del comportamiento humano es compleja y cam-
biante, hasta el punto que resulta imposible poder construir ecuaciones o fór-
mulas que sean capaces de predecir la conducta de un sujeto, de una comu-
nidad o de un conglomerado social. De manera muy diferente, los científicos
de la NASA son capaces de descubrir astros no en el telescopio sino sobre
el papel. ¿Cómo así? Sabiendo las órbitas de unos y otros cuerpos celestes,
calculan las trayectorias futuras y si estás no coinciden, comienza a calcular
la presencia de un nuevo astro que altera la supuesta trayectoria. Es decir, es
más un asunto de matemática que de observación.

Los factores de riesgo y de protección son condiciones, variables o cir-


cunstancias que aumentan o disminuyen la probabilidad de ocurrencia de
un hecho, en este caso, el consumo de SPA (Clayton, 1992; Offord, 2000).
Significa esto, que hay una mayor o menor aproximación a la posibilidad de ocu-
rrencia del evento a predecir.

Dichos factores, pueden ser clasificados en niveles o jerarquías que no reflejan


un grado de importancia sino más bien, la capacidad de cobertura o de influencia.
Así mismo, algunos niveles pueden incluir o contener a otros y por lo tanto, algunas
intervenciones en un nivel superior, podrían tener un efecto en otro que está subor-
dinado. También sucede que algunos factores son susceptibles de modificación
o de intervención en tanto que otros son fijos e inalterables. Con respecto a estos
10 últimos, si se trata de un factor de riesgo fijo, es importante conocer su presencia
para poder potencializar la acción de factores de protección que puedan ejercer
pág
un efecto compensatorio. Además, existe otra circunstancia interesante: no siem-
pre los efectos de unos u otros, operan de manera aditiva e incluso, pueden surgir
incrementos por la interacción de varios de ellos. Como puede apreciarse, la ma-
temática vectorial no necesariamente funciona cuando de factores de riesgo o de
protección se trata.

1.2. Los niveles de los factores

Entenderemos por niveles o dimensiones, la ubicación de un conjunto de facto-


res en una esfera de comprensión y de acción específica. Tradicionalmente, la lite-
ratura sobre sustancias ha identificado los siguientes niveles (Becoña, 1999, 2002),
de los cuales sólo se hará la mención (Becoña, 1999, 2002): familiar, de pares y/o
compañeros, escolar y comunitario.

Familiar:
• Abuso o dependencia de SPA por parte de lo padres o cuidadores.
• Pautas de crianza inadecuadas, principalmente los estilos negligente y
permisivo.
• Inconsistencia e incongruencia en el manejo de reglas, de normas y de límites.
• Privación afectiva
• Divorcio/separación de los progenitores
• Bajas expectativas sobre los hijos y/o su futuro
• Historia familiar de conducta antisocial
• Abuso físico y/o maltrato
• Actitud favorable de los padres hacia al uso de SPA

Pares y/o compañeros:


• Amigos que consumen
• Rechazo por parte de iguales
• Conductas antisociales por parte de los amigos
• Actitud favorable de los amigos hacia al uso de SPA
Escolar:
• Tipo y tamaño de la escuela
• Ubicación de la escuela
• Falta de políticas escolares frente al consumo de SPA
• Poco apego a la escuela
• Dificultades sistemáticas en el paso de un grado a otro
• Fracaso, evasión o deserción escolar
• Conducta antisocial

Comunitario:
• Privación económica y social
11
pág
• Falta de cohesión y desorganización comunitaria
• Transiciones, movilidad y desplazamiento
• Disponibilidad de sustancias
• Leyes y normas favorables frente al consumo

1.3. Los factores de riesgo a nivel individual

En este nivel vamos a detallar un poco más el análisis, no porque sea más im-
portante que los otros, sino porque en este punto estará centrada la intervención
a realizar; por lo tanto, es perentorio tener toda la claridad de las dinámicas que
operan.

• Predisposición genética: Las investigaciones se han centrado mucho en el


caso específico del alcohol, muestran que puede haber una fuerte carga ge-
nética en la presencia o ausencia de cierto tipo de enzimas importantes en
la metabolización del alcohol a nivel hepático.(Hoenicka, Ampuero y Ramos,
2003; Sanchis Fortea, Cuevas y Sanchis Arnau, 1999). De esta forma, se con-
sidera que la predisposición puede operar como factor de riego o de protec-
ción según sea el caso, pero siempre hay que considerar que el aspecto de la
interacción social juega un papel preponderante.

• Empleo de SPA antes de los 15 años: Pérez, Scoppetta y Flórez (2011) en su


investigación con datos colombianos, muestran cómo el consumo de alcohol
antes de los 15 años se podría convertir en un predictor importante de graves
impactos a futuro y de consumo de otras SPA. Los datos mostraron cómo al-
guien que inició antes de los 15 años, tenía un riesgo cuatro veces mayor que
alguien que había iniciado después de los 21 años. Sus resultados van más
allá y discriminan claramente el riesgo entre mayores y menores de edad.
• Problemas de salud mental: Hay que entender que se trata de situaciones en
donde la enfermedad mental es anterior al consumo. Se hace esta precisión
porque no es un secreto que una de las consecuencias del abuso y/o de la
dependencia por SPA es precisamente alteraciones en la salud mental. Dentro
de los trastornos predecesores más asociados al consumo de SPA se en-
cuentra el trastorno por déficit de atención e hiperactividad o TDAH (Saavedra,
2001), el trastorno oposicionista desafiante (TOD) (Becoña et al, 2011) que a
su vez guarda estrecha relación con el TDAH. También se mencionan con fre-
cuencia los trastornos de personalidad límite y antisocial (Becoña et al, 2011;
12 Martínez, 2011).
pág
• Conducta antisocial en la adolescencia temprana: Tiene una íntima relación
con los puntos anteriores, aun cuando no se puede reducir simplemente a un
diagnóstico. Las investigaciones han mostrado una asociación muy estrecha
entre la conducta antisocial y otras dos: la delincuencia y el consumo de SPA
(Becoña, 1999).

• Abuso sexual, maltrato físico: Cada vez son más claras las evidencias respec-
to a como el maltrato físico y el abuso sexual suelen estar asociados con el
consumo abusivo de SPA (Moreno, Prior y Monge, 1998; Mebarak, Martínez,
Sánchez y Lozano, 2010).

Hasta aquí, se muestran los factores de riesgo más generales a nivel individual.
A continuación, se profundizará en dos conjuntos de factores individuales que son
particularmente relevantes porque se refieren al campo de las actitudes, de las
creencias y de las competencias personales.

1.4. La actitud favorable hacia el consumo de SPA

Este factor podría decirse que tiene una manifestación transversal, en tanto que
está presente en otros niveles. Las actitudes suelen considerarse anteriores a las
intenciones y las conductas. En el caso del consumo de SPA, se considera que la
construcción de actitudes favorables hacia el consumo, aumenta la probabilidad
de consumirlas y de abusar de ellas (Becoña, 1999). La definición de dicha actitud
suele provenir de la exposición de modelos por parte de los padres, de las actitu-
des similares por parte de su grupo de compañeros y de elementos contextuales
que validan el consumo.

Una condición que se considera estructural en la determinación de la actitud


favorable frente al consumo es la baja percepción de riesgo. Se entiende por per-
cepción de riesgo, el grado de identificación que hace una persona sobre los pe-
ligros potenciales de ejecutar una conducta, en este caso, consumir SPA (Pérez
y Scoppetta, 2009). Muchos autores afirman que se nota un decremento en la
percepción de riesgo específico frente a ciertas sustancias, como es el caso de la
marihuana. Y se sabe que existe una relación inversa entre la baja percepción de
riesgo y una alta probabilidad de consumir la sustancia en cuestión. En estudios
epidemiológicos sobre consumo de SPA realizados simultáneamente en varios
países, muestran como en aquellas naciones en donde la percepción de riesgo
sobre la marihuana es baja, las tasas de prevalencia de consumo tienden a ser
más altas (ONUDD, CICAD, 2008).

Calafat (2001) hace una mención muy ilustrativa: “la falta de temor a las conse-
cuencias derivadas del uso de sustancias anticipan el uso posterior de ellas”. Sin
13
pág
embargo, aquí nos encontramos en una situación paradójica: las mentiras y exage-
raciones sobre los posibles efectos de las sustancias aumentan la baja percepción
de riesgo al perderse la credibilidad sobre las fuentes informativas, que en la mayo-
ría de los casos suelen ser los adultos. Afirmar cosas como “con una sola probada
de heroína, y te vuelves adicto” o “una vez se es adicto, es imposible dejar de serlo”
o “la marihuana es menos nociva que el cigarrillo” lo único que hacen es causar
más riesgo en lugar de reducirlo. Los jóvenes cuando confrontan este tipo de afir-
maciones con las evidencias de la realidad se dan cuenta que son falsas, porque
terminan conociendo a alguien que consumió heroína un par de veces y no es
adicto o a alguien que después de tener dificultades con SPA y tras haber pasado
por un proceso de recuperación, lleva una vida normal. El inconveniente es que se
puede pasar peligrosamente al extremo de reducir significativamente la percepción
de riesgo. El caso de la marihuana es muy paradigmático porque existen líderes de
opinión que hacen afirmaciones favorables de esta sustancia, lo cual aumenta el
arsenal de argumentos que muchos jóvenes esgrimen para justificar su consumo.

Otro aspecto que incide en la actitud favorable hacia el consumo de SPA es el


alto grado de influenciabilidad por parte del sujeto. Debe primero dejarse en claro
que la influencia entre seres humanos es algo inevitable. La diferencia está en el
grado de oscilación que puede haber entre ser más o menos influenciable y por
parte de que fuentes. De hecho, una de las formas características de aprendizaje
de los seres humanos es por la observación de la experiencia de otros y la asimila-
ción del resultado. Es decir, es necesario tener una disposición a la influencia para
que esto ocurra. En lo que respecta al tema del consumo de SPA, se reconoce que
un alto o bajo grado de influenciabilidad puede operar como factor de riesgo o de
protección según la polaridad (Becoña y Cortes, 2010).

Ahora bien, ¿Qué hace que un adolescente sea más o menos influenciable?
Gran parte de la respuesta surge desde el entorno familiar: “La investigación sugie-
re que los adolescentes con amigos íntimos son más influenciables por la familia
que por los iguales, y que los adolescentes en familias menos cohesionadas son
más influenciables por los iguales que por los padres” (Gauze et al., 1996). La
apreciación, la aprobación y la aceptación son necesidades afectivas inherentes
a la condición de cualquier ser humano, entonces, es normal que se busquen
fuentes que las satisfagan. Si en el la primera infancia dichas necesidades no son
satisfechas adecuadamente, es decir, se es sometido a una privación afectiva rei-
terada y sistemática, posteriormente se tendrá necesidad imperiosa de búsqueda
de apreciación, aceptación y aprobación. A su vez, se tenderá a una baja tolerancia
al rechazo, lo cual creará condiciones para que se vuelva a ceder fácilmente a las
presiones del grupo.
14 Surge entonces una pregunta obligada: ¿Hasta dónde la complacencia es sana
pág
y cuándo comienza a ser perjudicial? Es entendible que seamos complacientes
con alguien si se está buscando su agrado. En las relaciones de pareja, la mutua
complacencia pasa a ser una acción que le da estabilidad a la relación si el balan-
ce que hacen sus miembros es favorable: hay reciprocidad y bondades al hacerlo.
Pero cuando hay una marcada desigualdad entre lo que se da y lo que se recibe,
pueden empezar a surgir insatisfacciones. En la relación de amistad, si complacer
al otro lleva a graves riesgos o incluso, va en contravía de creencias personales
o valorativas, se está entrando en un terreno peligroso. Y es precisamente el alto
grado de influenciabilidad apalancada por la baja tolerancia a la frustración lo que
lleva a que los adolescentes con carencias afectivas, puedan ceder más fácilmente
a las presiones de grupo que surgen alrededor del tema del consumo de SPA.

Para cerrar la idea, en una ocasión, a René Alejando Cadena, un joven y amable
orientador de un colegio del distrito, recordando una célebre frase de Bill Cosby le
escuché: “No conozco la clave del éxito pero si la del fracaso y es pretender quedar
bien frente a todo el mundo”. Suficiente ilustración.

1.5. Las creencias personales

Las creencias que los seres humanos desarrollamos, podríamos decir que mol-
dean nuestro mundo. Y se ha visto que existe cierta configuración de creencias que
generan escenarios más propicios y proclives para que alguien llegue con más
facilidad al uso y al abuso de SPA. Miraremos con calma y detenimiento algunas
de las creencias personales más importantes.

1.5.1. Visión de futuro

No es fácil asimilar el concepto de visión de futuro como una creencia personal.


Normalmente al hablar de visión de futuro en contextos escolares, se piensa en un
proyecto de vida y la mayor parte de las veces se concentra en los procesos de
orientación vocacional. Si bien es cierto que definir como nos ganaremos la vida
es algo importante, sería un error reducir el proyecto de vida solamente al área
ocupacional.

Como concepto, la visión de futuro tiene una fuerte influencia cultural y aunque
suene extraño, podría tener una potente incidencia la ubicación geográfica. Veamos
por qué. Aquellos pueblos que se desarrollaron en las zonas templadas, tienen una
tendencia más fuerte a ser previsivos y por lo tanto, mayor inclinación a la acumula-
ción por una razón muy simple: conseguir alimento en invierno es mucho más difícil
que en otras estaciones, por lo tanto, a lo largo del año se van haciendo reservas
y se van buscando mecanismos de preservación del alimento para la fuerte época
de escasez como son los meses invernales. En la zona tórrida hay variabilidad más
15
pág
no escasez de alimentos, por lo tanto, acumular y aprovisionarse no es algo tan
importante. En el caso de los pueblos Europeos, algunos historiadores consideran
que como el viejo continente ha sido escenario por excelencia de muchos conflic-
tos bélicos, pestes y demás, estaría dentro de su “genética cultural” los recuerdos
de las hambrunas atribuibles a todas estas situaciones tan particularmente adver-
sas y esto los hace previsivos.

La visión de futuro realmente no es una creencia aislada sino que resultaría del
entramado de otras tantas. Más allá de cuáles sean los planes, las metas, los obje-
tivos o los propósitos, existen condiciones que ayudarán a que se definan con más
o menos precisión y sobre todo, que la persona vea como factible su realización.

Tenemos primero el concepto de autocontrol entendido desde el paradigma


conductual: saber postergar premios grandes más alejados en el tiempo, en contra
de otros más pequeños pero cercanos en la misma línea de tiempo. Su inverso con
las situaciones de castigo sería adelantar castigos pequeños en lugar de postergar
castigos más grandes. También se usa el término de gratificación diferida. ¿Cómo
se conecta este concepto con el consumo de SPA?Una de las razones que ayuda
a tener baja percepción de riesgo frente al cigarrillo por parte de los jóvenes, es
que por ejemplo, la consecuencia de un posible cáncer es vista demasiado lejos
en el tiempo. Algo similar sucede con la marihuana. Conectándonos con la fuerte
incidencia cultural, Martis y Redondo (2006) dicen con respecto a la relación entre
educación, pobreza e igualdad: “Se entiende que estos hogares “no poseen cultu-
ra” y producen niños que faltan excesivamente a la escuela, no tienen internaliza-
dos mecanismos de gratificación diferida ni de respuesta a los estímulos, siendo la
mayoría de ellos productos de embarazos precoces”.

Otro concepto relacionado con la visión de futuro es la regulación emocional. En


ocasiones también se emplea el término autocontrol aun cuando se está refiriendo
a situaciones diferentes. Aquí se ponen en evidencia dos polos que son la impulsi-
vidad vs. el control emocional. Y precisamente una de las estrategias en la modula-
ción de la impulsividad es enseñarle al sujeto no sólo mecanismos de contención
sino también reforzar cómo aprender a predecir o estimar posibles consecuencias
de sus actuaciones. Si bien se tiende a atribuir una gran responsabilidad a una es-
tructura neurológica llamada amígdala, se sabe que con entrenamiento esta puede
“recalibrarse”. También es cierto que es mejor iniciar dicho ajuste en los primeros
años antes de que la impulsividad se defina más y empiece a tornarse una situa-
ción que cause serias dificultades al individuo. Como ejemplo un tanto extremo,
existen evidencias de trabajos de reducción de la impulsividad en hombres agreso-
res de sus parejas. Obviamente esto se da en el contexto carcelario (Echeburúa y
16 Fernández, 2009). La deshonestidad no es la única razón por la cuál alguien termi-
na en una prisión, la impulsividad tiene un aporte muy importante en este sentido.
pág
El tercer concepto relacionado como ingrediente de la visión de futuro es la baja
tolerancia a la frustración (BTF). Este es uno de los conceptos más ampliamente
estudiados cuando de malestar emocional se habla. En el síndrome de Burnout
(González Correales, 2002), el riesgo de suicidio (Morales, Jiménez y más, 2002;
Amado, Contreras, Chaparro y más, 2005; González, Mancipe y más, 2005), el
consumo de SPA (CONACE, 2004), el Trastorno Oposicionista Desafiante (Rigau,
García y Artigas, 2006), el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (Rigau,
García y Artigas, 2006), los trastornos por control de impulsos (López-Ibor, 2005)
las reacciones por Estrés Post-traumático (Vera Poseck, 2004), el maltrato infantil
(Helwitt y Ramírez, 2004) y la violencia juvenil (Helwit, 2006) siempre se menciona
la BTF como un factor de riesgo que aumenta la posibilidad de agravar o de gene-
rar mayores dificultades en el cuadro que se está analizando.

Son dos los aspectos que entran en juego en la BTF: por un lado la hipereactivi-
dad emocional ante el fracaso y por otro, el cambio de rumbo o decisión ante el no
cumplimiento de las expectativas. Es así que, la impulsividad ahonda el desarrollo
de una BTF y así mismo, la claudicación prematura lleva a que los planes a futuro
no se concreten, al menos no en el tiempo estimado.

Existe un elemento cultural que hace el escenario bien difícil: todo se quiere ¡ya!
La paciencia como virtud y definitivamente como madre de la tolerancia a la frus-
tración, no es que sea muy promovida. Bajo la excusa de la velocidad del mundo
moderno, la posibilidad de espera es algo que no se concibe y por lo tanto, se va
difundiendo la idea de los resultados rápidos pero sobre todo, sin mayor esfuerzo.
Si subimos en la escala de jerarquías, podríamos afirmar que uno de los grandes
daños que el narcotráfico le hizo a nuestra sociedad, fue la exaltación del llama-
do “dinero fácil”. Es así que silenciosamente, poco a poco hemos ido admitiendo
toda forma de enriquecimiento rápido. El gran problema no es su rapidez, sino que
desgraciadamente esas formas caen en la mayoría de los casos en el terreno de
lo ilícito. Si nos vamos al escenario escolar, es más fácil el famoso “copiar y pegar”
sin detenerse a mirar si es lo que se está buscando. Eso explicaría la mala nota que
una jovencita sacó en biología. El trabajo era muy completo, el único detalle es que
estaba en idioma portugués.

Para resumir este apartado, la construcción de una visión de futuro sólida y de


largo alcance, se fundamenta en tres creencias y disposiciones personales: el
aprendizaje de la gratificación diferida, la regulación emocional y una alta toleran-
cia a la frustración. Se entiende por qué un buen desarrollo de visión de futuro tiene
una incidencia muy poderosa como factor protector frente al posible riesgo de ini-
ciarse en el consumo de SPA o de progresar a etapas de mayor impacto. 17
pág
1.5.2. Locus de control

El concepto de Locus de Control (LC) o estilo de atribución sobre la causalidad


de los hechos le es atribuido al psicólogo Julian B. Rotter, quien es considerado
uno de los teóricos más importantes del aprendizaje social y sus aportes ayudan
a dar fundamento posteriormente al modelo cognitivo conductual. De manera sen-
cilla podría definirse el LC como el tipo de explicación que el sujeto se hace así
mismo sobre por qué ocurrieron las cosas. El ejemplo clásico es la breve historia
de Pedro y Juan, dos estudiantes que sacan mala nota. Pedro se dice así mismo:
“Saque mala nota porque… el profesor se ensañó conmigo y me rajó”. Desde está
perspectiva, poco o nada podría hacer Pedro, en tanto que el resultado no depen-
día de él –desde su perspectiva- sino más bien, de la voluntad de su profesor. Se
dice entonces que Pedro maneja un LC externo. De manera diferente, su amigo
Juan se dice a si mismo: “Qué mala cosa, me faltó estudiar más”. Desde esta mi-
rada, Juan es capaz de conectar el mal resultado del examen con su carencia de
estudio, es decir, el resultado dependió de él. Decimos entonces que Juan maneja
un LC interno. Concretemos las definiciones, podemos afirmar que: “Los estilos
de atribución o locus de control hacen referencia a la percepción de la persona
sobre las causas de los acontecimientos y las situaciones que ocurren en la vida,
especialmente en la propia. Éste es interno cuando el sujeto asume que los eventos
ocurren, principalmente, como efecto de sus propias acciones, es decir, presenta la
percepción de que él mismo controla su vida; o externo, cuando el sujeto considera
que los eventos no tienen relación con el propio desempeño, esto es, no pueden
ser controlados por el esfuerzo y la dedicación propia” (Fariña, García y Vilariño,
2010).

Gran parte de la literatura de investigación sobre el tema del LC se ha centrado


en el LC externo, lo cual podría darle la idea a un lector desprevenido que este
es más disfuncional y que lo óptimo es desarrollar el LC interno. No es así. En si
mismo, es una error afirmar que el uno u el otro son mejores por sí mismo. Su ca-
rácter adaptativo sólo tiene sentido en el contexto de los hechos. Diremos que los
problemas surgen cuando se hace un “cruce de línea” o dicho de otra forma: dar
una explicación interna cuando el evento es causado externamente o el contrario,
dar una explicación externa cuando realmente el hecho obedece a causas internas.
Haciendo esta precisión entendemos que muchas investigaciones se han centrado
más en el cruce de línea externo.

Las implicaciones de dar más explicaciones del tipo externo, son que el sujeto
vive con la sensación de descontrol: nada depende de él sino de fuerzas ajenas,
incluso de origen sobrenatural y necesariamente no se está afirmando que padez-
18 ca un trastorno psicótico. Dicho en términos coloquiales, es la persona de quien
decimos asume la posición de “víctima”. De manera desafortunada, al parecer en
pág
nuestra cultura encontramos nichos que validan esta posición: “Otra víctima más
de la droga…”, “las víctimas del SIDA…”, “la anorexia cobro otra víctima”. Debemos
entonces aclarar términos. Se dice que una persona es víctima cuando su capaci-
dad de decisión es anulada totalmente por un tiempo determinado, por lo tanto, no
puede optar. De esa forma, no tiene ninguna posibilidad de modificar las circuns-
tancias a su favor. Es víctima una mujer que es sometida por cinco hombres; un
niño que adquiere el VIH porque su madre se lo transmite en el momento del parto;
un transeúnte a quién le estalla una bomba o una niña que es impactada por una
bala perdida. Pero ¿es víctima alguien que no asume protecciones en sus relacio-
nes sexuales y se infecta? ¿O alguien que se intoxica sagradamente cada viernes
con el alcohol? Por lo tanto, algunas formas de intervención social que le restan
poder y posibilidad a los individuos, a los colectivos o a las comunidades, mirán-
dolos como “víctimas”, muy posiblemente sin ser su intención, perpetuan aquellas
problemáticas que intentan combatir.

El lector ya podrá deducir que el LC guarda una estrecha vinculación con el


desarrollo de condiciones que aumentan o disminuyen la vulnerabilidad frente al
consumo de SPA: “De los resultados obtenidos podemos concluir que el estilo atri-
bucional para los éxitos explica una gran parte de la variabilidad en la cronicidad
de la cocaína, heroína y alcohol” (López, Martín y más, 2000), “Destacan que los
alcohólicos, en relación con los no alcohólicos poseen un estilo atribucional más
externo e inestable ante los éxitos y más interno y global ante los fracasos, además
de un locus de control más externo” . (López, Peralta y más, 2003).

1.5.3. Autoeficacia

Hablar de autoeficacia es hablar sin lugar a equívocos de Albert Bandura o de


quienes algunos catalogan como el padre de la psicología social del aprendizaje.
Definida de manera coloquial y poco rigurosa, la autoeficacia hace referencia, a la
creencia que se tiene, de ser capaz de concretar un resultado específico. ¿Y cómo
denominamos a una persona que su autoeficacia está disminuida? La llamamos
insegura.

Bandura (Bandura, 1977, 1982 citado en Lazarus y Folkman, 1986) menciona las
expectativas de resultado y las expectativas de eficacia como dos tipos de creen-
cias diferentes. Las expectativas de resultado versan sobre la valoración hecha
por el individuo, de que determinada conducta lleva a un resultado específico. De
otro lado, la expectativa de eficacia hablaría de la convicción que tiene el individuo
de ser capaz de llevar a cabo dicha conducta. Operacionalizando los conceptos,
en un momento se identifica cual es la solución óptima para resolver un problema
(expectativas de resultado) y en otro, el sujeto estima que tan capaz es de llevar a
19
pág
cabo dicha solución (expectativas de eficacia).

Muchos estudios han vinculado el concepto de autoeficacia dentro de la explica-


ción de problemas como las conductas adictivas, la depresión y las fobias (Riso,
2006).Como ejemplo, las investigaciones alrededor de la depresión, muestran que
contrario a la creencia popular, el paciente depresivo no tiene problema alguno con
identificar la solución a un problema (expectativa de resultado). Su problema está
más en creerse y percibirse capaz de poderla llevar a cabo exitosamente (Riso,
1992).

En el campo de estudio de las SPA, la autoeficacia es un concepto de primera


línea. Las investigaciones han mostrado que la percepción de una alta o baja au-
toeficacia puede ser una variable con poder de predicción sobre la severidad del
consumo de SPA. (López, Peralta y más, 2003; López, Martín y más, 2000; Pedrero
y más, 2005). De igual forma, es un concepto ineludible en las intervenciones psi-
coterapéuticas, concretamente en la reducción de la deserción del tratamiento y
la prevención de las recaídas: “Podemos interpretar que, en la medida en que el
sujeto va adquiriendo compromiso con el tratamiento, consolidándose una buena
alianza terapéutica con el/los profesionales y desarrollando una mayor percep-
ción de autoeficacia, disminuye considerablemente la probabilidad de abandono”
(Albiach Catalá y más, 2000).

Desde la perspectiva de la prevención primaria, también se le da relevancia:


“Autocontrol, tolerancia al estrés, autoeficacia que lleva a la autoestima, sentido del
deber y respeto a la ley y a la libertad de uno mismo y de los demás constituyen los
pilares de la educación motivacional que Marinas llama de la “construcción de la
voluntad” (Marinas, 1997 en Recio, 1999). Incentivar la autoeficacia también es algo
que se hace extensivo a los padres de las personas en proceso de recuperación:
“Así, se ha señalado que los progenitores que poseen un nivel alto de autoefica-
cia favorecen la competencia de los hijos” (Teti y Gelfand, 1991 en Araque y más,
2001).
1.6. Las evidencias en nuestro contexto

Es importante apoyarse en evidencias cercanas que muestren la conexión entre


los conceptos presentados y su implicación en el trabajo de campo. A continua-
ción se mostrarán algunos datos de lo encontrado en estudios epidemiológicos
con poblaciones escolares de colegios del Distrito Capital, llevamos a cabo en el
año 2011. Se abordó el 100% de la población de bachillerato de cuatro colegios en
ambas jornadas (Moreno y Aja, 2013; Aja y Moreno, 2012). Uno de los objetivos que
se pretendió en el análisis de datos fue poder mostrar la relación existente entre el
20 consumo de SPA, el riesgo de suicidio y las conductas sexuales en las poblacio-
nes abordadas. También se buscó mostrar la relación existente con determinadas
pág
competencias intrapersonales.

La Tabla 01 muestra los diferentes puntajes en proyección de vida, autoeficacia y


autocontrol diferenciados según la clasificación de la prevalencia de vida de consu-
mo de sustancias. En todos los casos, quienes mostraron desempeños inferiores
fueron aquellos sujetos clasificados en la categoría de consumo de SPA ilegales
alguna vez en la vida.

TABLA 01

Puntajes en escalas de competencias intrapersonales


de acuerdo al consumo de SPA según la prevalencia de vida

Tipo de Consumidores de Sustancias (Vida)

Abstinentes SPA Legales (A/T) SPA ilegales TOTALES

Promedio 63,57 63,54 61,43 63,15


Proyección de Casos 1101 3174 982 5257
vida Desviación 19,27 17,57 17,49 17,94

Promedio 71,68 72,62 70,14 71,96


Autoeficacia y Casos 1101 3174 982 5257
perseverancia Desviación 20,94 18,98 19,66 19,56

Promedio 69,09 66,40 61,38 66,03


Autocontrol Casos 1101 3174 982 5257
Desviación 21,35 18,97 19,46 19,73
La Tabla 02 nos muestra las mismas competencias intrapersonales diferencia-
das según las conductas suicidas.

TABLA 02

Puntajes en escalas de competencias intrapersonales


de acuerdo a las conductas suicidas

Resumen de Conductas Suicidas


21
pág

Ha realizado
Sin riesgo Solo ideaciones TOTALES
intentos

Promedio 63,94 61,34 60,42 63,15

Proyección de Casos 3929 575 753 5257


vida
Desviación 18,00 17,51 17,58 17,94

Promedio 72,63 71,00 69,15 71,96

Autoeficacia y Casos 3929 575 753 5257


perseverancia
Desviación 19,59 18,74 19,71 19,56

Promedio 67,40 63,59 60,70 66,03

Casos 3929 575 753 5257


Autocontrol

Desviación 19,55 19,69 19,65 19,73

De manera similar, se encontró que las personas que reportaron haber realizado
al menos un intento de suicidio en algún momento de sus vidas, fueron quienes
tuvieron los puntajes más bajos en las tres variables medidas.
TABLA 03

Puntajes en escalas de competencias intrapersonales


de acuerdo al comportamiento sexual

Conducta sexual

22 Nunca ha
tenido contacto
Ha tenido C.S no
penetrativo
Ha tenido rela-
ciones sexuales
TOTALES
pág sexuales

Promedio 64,31 65,28 64,95 64,73

Proyección de Casos 1534 763 1069 3366


vida
Desviación 17,34 16,26 15,40 16,50

Promedio 75,23 74,25 74,45 74,76

Autoeficacia y Casos 1534 763 1069 3366


perseverancia
Desviación 18,04 17,33 17,02 17,56

Promedio 69,40 66,95 66,22 67,84

Casos 1534 763 1069 3366


Autocontrol

Desviación 18,91 17,31 17,71 18,23

La Tabla 03 nos muestra las mismas competencias intrapersonales diferencia-


das según las conductas sexuales. En esta ocasión, se excluyeron los estudiantes
de los grados sexto y séptimo, por común acuerdo de conveniencia hecho con las
instituciones educativas.

En esta ocasión, si bien hay diferencias estadísticamente significativas, al igual


que en los casos anteriores, hay una constancia que es el grupo denominado con
mayor riesgo, el que obtuvo los puntajes más bajos en las tres variables. En este
caso, dicho grupo sería el compuesto por los estudiantes que reportaron haber
tenido relaciones sexuales de carácter penetrativo.
El otro aspecto relevante es establecer la posible relación entre los diversos gru-
pos estudiados. La tabla 04 muestra la interacción entre la clasificación por el con-
sumo de SPA según la prevalencia de vida y el riesgo de suicidio. Se observa con
notoria claridad como estar fuera de la condición de riesgo de suicidio va dismi-
nuyendo a medida que va aumentando la progresión de acuerdo al consumo de
SPA.De manera coherente con lo anterior, se ve la asociación inversa entre haber
realizado intentos de suicidio y estar en uno u otro grupo de consumo de SPA. El
porcentaje más elevado de personas que han realizado tentativas se ubica en el
grupo de personas que reconocen haber consumido algún tipo de SPA ilegal en
algún momento de su vida. Vale la pena aclarar que la prevalencia de vida, es un
indicador muy grueso, es decir, las posibilidades de grandes márgenes de error
23
pág
pueden ser altas. Sin embargo, puede notarse que se marcan con claridad unas
tendencias que han sido ampliamente reportadas por la literatura.

TABLA 04

Relación entre el riesgo de Suicidio y el consumo de SPA

Tipo de Consumidores de Sustancias (Vida)

SPA Legales
Abstinentes SPA ilegales Totales
(A/T)
n % n % n % n %

Sin riesgo 1011 92,2% 2345 73,9% 568 57,8% 3924 74,7%

Resumen Solo
de 52 4,7% 384 12,1% 139 14,2% 575 10,9%
ideaciones
conductas
suicidas
Ha realizado 34 3,1% 444 14,0% 275 28,0% 753 14,3%
intentos

Totales 1097 100,0% 3173 100,0% 982 100,0% 5252 100,0%

La Tabla 05 muestra la distribución según las conductas sexuales y la prevalencia


de vida de consumo de SPA. Nuevamente se identifica una tendencia muy clara:
La mayor concentración de estudiantes que no han tenido relaciones sexuales está
en el grupo identificado como abstinentes de consumo de SPA y de manera análo-
ga, la mayor concentración de quienes reconocen haber tenido relaciones sexua-
les de carácter penetrativo está en el grupo de quienes clasificaron en la celda de
consumo de SPA ilegales.

TABLA 05

Conducta sexual y consumo de SPA


24
pág
Tipo de Consumidores de Sustancias (Vida)

SPA Legales Totales


Abstinentes SPA ilegales
(A/T)
n % n % n % n %
Nunca
ha tenido
contacto 338 80,5% 1035 48,7% 159 19,4% 1532 45,5%
sexuales

Ha tenido
Conducta C.S no
sexual 57 13,6% 514 24,2% 192 23,5% 763 22,7%
penetrativo

Ha tenido
relaciones 25 6,0% 577 27,1% 467 57,1% 1069 31,8%
sexuales

Totales 420 100,0% 2126 100,0% 818 100,0% 3364 100,0%

Estos datos solo ratifican lo mencionado por muchos estudios y ayudan a clari-
ficar que las decisiones sexuales de los jóvenes no están dependiendo solamente
del suministro de información clara y oportuna sobre los llamados métodos de
planificación familiar. Al parecer la interacción entre conducta sexual y consumo
de SPA no es azarosa.

Por último, la Tabla 06 muestra la relación entre las conductas sexuales y las
conductas suicidas.
TABLA 06

Conducta sexual y Riesgo de Suicidio



Resumen de conductas suicidas
Ha realizado Totales
Sin riesgo Solo ideaciones
intentos
n % n % n % n %

Nunca
ha tenido 1204
25
49,8% 155 37,4% 173 32,5% 1532 45,5% pág
contacto
sexuales

Conducta Ha tenido
sexual C.S no 514 21,3% 116 28,0% 133 25,0% 763 22,7%
penetrativo

Ha tenido
relaciones 700 28,9% 143 34,5% 226 42,5% 1069 31,8%
sexuales

Totales 2418 100,0% 414 100,0% 532 100,0% 3364 100,0%

De nuevo, hay una relación que identifica con detalle los grupos de mayor vul-
nerabilidad y los de mayor seguridad. La mayor concentración de estudiantes que
han tenido relaciones sexuales se ubica en el grupo de quienes han realizado ten-
tativas de suicidio y de manera opuesta, la mayor concentración de quienes nunca
han tenido contactos sexuales está en el grupo que nunca han tenido ideas o in-
tentos de suicidio.

Esta última tabla puede poner de relieve una idea muy importante: Los emba-
razos a temprana edad o la adquisición de enfermedades sexuales no son los
únicos riesgos de una sexualidad asumida de forma inadecuada – sin entrar a
polemizar que se entiende por “inadecuada”-. Podemos sospechar, por no decir
que aseguramos, que la dimensión afectiva y emocional también se ve seriamente
comprometida. Lo desafortunado es que sobre este tipo de riesgo poco o nada se
habla, en tanto que no es tan “medible o tangible” como lo puede ser el registro de
embarazos en adolescentes o el reporte de ETS.
26
pág
27
pág

2 Primer Taller:
¿Será que se puede?

Objetivos generales

• El concepto de Tolerancia a la Frustración visto en escenarios reales.


• Las derrotas como posibles escenarios de oportunidades.

La intervención del docente

Se emplean tres historias de la vida real y se le pide a los estudiantes que respon-
dan las dos preguntas que están asociadas con cada historia. Este ejercicio pre-
tende poner en escenarios reales el entendimiento de la tolerancia a la frustración
y mostrar a los chicos que a pesar de estar enfrentados a situaciones muy difíciles,
adversas y amenazantes, la forma como asuman las derrotas, será definitiva para
convertir estos momentos difíciles, en algo edificante y constructivo. Las historias y
sus respectivas preguntas aparecen a continuación.

1. Malcolm: “Es que soy muy feo”

Estaba paseando en los bosques de Columbia Británica con la novia


cuando sin darse cuenta, se interpusieron en el camino de una mamá
osa con sus oseznos. La osa se abalanzó sobre su novia. El medía tan
solo 1,57 mts. pero se sintió valiente para liberar a su amada. Logró zafar
a su prometida de las garras del animal, pero él no pudo liberarse. El gi-
gantesco plantigrado, literalmente le trituró todos los huesos importantes
del cuerpo. Además, le propinó un zarpazo en el rostro que lo dejó total-
mente desfigurado.

Preguntas:

• ¿La situación es una historia de la vida real o una situación inventada y dema-
28 siado fantasiosa?
• Si llegara a ser una historia real, ¿cómo se imaginan el futuro de Malcom?
pág
El final de la historia:

La historia es real. Ocurrió en Canadá hacia la década de los años 70. Malcolm
sobrevive al ataque, pero queda muy lesionado. En un momento de su recupera-
ción en el hospital, él sube a la terraza y piensa suicidarse. Considera que con la
desfiguración de su rostro, será imposible llevar una vida digna. Su padre logra
detenerlo diciéndole: “Todo ser humano tiene cicatrices en algún recóndito lugar de
su interior. La mayoría las llevamos ocultas bajo una sonrisa, alguna sustancia cos-
mética y un bonito atuendo. Tú las llevas en el exterior.” Años después, Malcolm
gana un premio por ser el mejor vendedor de seguros de la ciudad de Vancouver.
Sus tarjetas de presentación personal, tenían una foto de su rostro marcado por las
cicatrices y en ellas decía “Soy feo por fuera pero por dentro soy bello, si tiene la
oportunidad de conocerme.” Esta historia nos muestra que es posible superar la
adversidad de no tener atributos físicos particularmente bellos y atractivos. Tolerar
la frustración y un gran proceso de autoaceptación son definitivamente, ingredien-
tes supremamente importantes.

Normalmente, la mayoría de las veces los estudiantes tienden a darle un desen-


lace de suicidio a esta historia. Particularmente, no están muy equivocados, porque
fue una opción que afortunadamente el padre de Malcolm frustró. También suelen
preguntar por la novia de Malcom. No sabemos al respecto.

2. Bill: Es que soy un perdedor

Bill creció en un en un hogar en donde su padre era un juez federal y su


madre una mujer alcohólica. Nunca tuvo la atención de sus padres y para
llamarla, rompía los escaparates de la casa con ladrillos. Poco a poco
se fue involucrando en situaciones cada vez más complicadas. Primero
delitos menores hasta llegar finalmente a la cárcel de San Quintín a pagar
cadena perpetua.
Preguntas:

• ¿La situación es una historia de la vida real o una situación inventada y dema-
siado fantasiosa?
• Si llegara a ser una historia real, ¿cómo se imaginan el futuro de Bill?

El final de la historia:

Nuevamente una historia real. Esta sucedió en los Estados Unidos: Efectivamente
29
pág
Bill Sands fue sentenciado a cadena perpetua, pero por su buen comportamiento
se condonó su sentencia. Creó la fundación de Los Sietes Pasos, institución con
el ánimo de ayudar a los expresidiarios a reubicarse nuevamente dentro de la so-
ciedad. No sobra decir, que en su estadía en la cárcel de San Quintín tuvo que
soportar muchas situaciones muy complicadas. ¿Qué le permitió darle ese giro tan
contundente a su vida? Dentro de la cárcel, contó con la ayuda de un guardián que
se interesó en él y le empezó a dar libros que le ayudaron a crecer. Bill definió sus
objetivos y los puso por escrito. Su libro más famoso, que escribió tan pronto salió
de la cárcel “Mi sombra corría de prisa” (My Shadow Ran Fast) aun sigue siendo
éxito en las librerías y actualmente sigue recorriendo su país, dictando conferencias
en las universidades, invitando a los jóvenes a superar sus barreras y obstáculos.
Nuevamente, otro caso en donde la tolerancia a la frustración fue un requisito clave
para cambiar un camino.

3. Gumersindo: Es que soy muy pobre

Gumersindo nació en un hogar destruido por la violencia en el campo.


Su padre fue asesinado cuando el aún se encontraba en el vientre de
su madre. Él y sus hermanos mayores, nacieron en la más absoluta po-
breza, porque su madre era analfabeta y escasamente podía conseguir
lo necesario para comer, haciendo trabajos domésticos.

Preguntas:

• ¿La situación es una historia de la vida real o una situación inventada y dema-
siado fantasiosa?
• Si llegara a ser una historia real, ¿cómo se imaginan el futuro de Gumersindo?
El final de la historia:

Esta historia es autóctona. Gumersindo Gómez tuvo una infancia y juventud muy
complicadas, nunca culminó sus estudios de secundaría, pero siempre fue un
joven inquieto por aprender cosas. Creó una pequeña empresa de colchones, que
levantó a brazo partido en compañía de su esposa. En ese entonces los colchones
los hacía a mano y el terreno de su fábrica quedaba ubicado en Fontibón, que en
ese entonces, era un municipio del Distrito Especial. El nombre de su empresa:
30 Colchones “El Dorado.” Sobran las explicaciones.
pág
Intento de conclusiones:

Con los elementos mostrados, se puede ejemplificar claramente que el concep-


to de Tolerancia a la Frustración no es un concepto vacío, traído de reflexiones infe-
cundas. Es una condición necesaria para superar la adversidad, casi sin importar
qué presentación tenga. Si somos incapaces de tolerar los pequeños y fastidiosos
momentos de frustración por cosas pequeñas y muchas veces que pueden ser
perfectamente intrascendentes, será supremamente complicado poder sortear si-
tuaciones más dolorosas, complejas y abrumadoras.

Los ejemplos nos ponen en evidencia que la apariencia física, la historia infantil
adversa o la extrema pobreza, si bien son dificultades nada despreciables, no son
obligatoriamente determinantes para estar estancados en situaciones indeseables.

No sería correcto afirmar que estas situaciones son “un caso en un millón”, por-
que lo único que se necesita es un fuerte, intenso y poderoso deseo de querer
estar mejor. Nada ni nadie nos puede impedir soñar en grande.

Este taller es la introducción para detener el poderoso influjo de excusas que


explican y justifican por qué algo no se puede hacer.
31
pág
32
pág
33
pág

3 Segundo Taller:
El poder de un sueño y de una visión

Objetivos generales

• La importancia de tener metas y sueños.


• Definir las características que debemos considerar, al concebir un sueño.

1. Se realizará la siguiente lectura.

Es tomada de la vida real y quien la relata es Jack Canfield, autor de muchos li-
bros de superación personal. Este relato en particular es tomado de su libro, “Sopa
de pollo para el alma”. El autor, conoció personalmente al protagonista.

Veamos entonces:

“Monty Roberts es un amigo mío, dueño de un rancho dedicado a la


cría de caballos en San Isidro, que en ocasiones me ha dejado utilizar su
casa para organizar diversas actividades con el fin de reunir dinero para
la gente joven que participa en programas de riesgo.
La última vez que estuve allí me presentó diciendo:

- Quiero contaros por qué permito que Jack use mi casa. Todo se remon-
ta a la historia de un muchacho que era hijo de un domador ambulante
que iba de una cuadra a otra, de una pista de carreras a otra, de granja
en granja y de rancho en rancho, domando caballos. Como resultado de
esta vida tenía que interrumpir continuamente sus estudios secundarios.
Cuando estaba a punto de terminarlos, le pidieron que escribiera una re-
dacción que tratara sobre lo que quería ser y hacer cuando fuera mayor.
34 » Esa noche escribió un artículo de siete páginas donde describía su obje-
pág
tivo: llegar a ser propietario de un rancho de caballos. Describió muy de-
talladamente su sueño e incluso hizo un diagrama de su proyecto, donde
se veía la localización de todos los edificios, los establos y las pistas.

Después trazó un plano detallado de la planta de una casa, amplia y có-


moda, que pensaba levantar en el rancho de sus sueños.

Tras haber puesto toda su dedicación en el proyecto, al día siguiente se


lo entregó a su maestro. Dos días después, cuando le devolvieron el tra-
bajo, en la primera página había un gran 0 rojo con una nota que decía
que fuera a verlo después de clase.

Terminada la clase, el muchacho fue a ver al maestro y le preguntó por


qué le había puesto una nota tan baja.

» Ése es un sueño poco realista para un chico como tú -le dijo el mae-
stro-. No tienes dinero, provienes de una familia nómada y sin recursos.

Para tener un rancho y caballos se necesita mucho dinero. Necesitas tier-


ra, tendrás que comprar sementales y, más adelante, tendrás que pagar
los salarios al personal. No hay manera de que puedas cumplir tu sueño.
Si vuelves a escribir el artículo, con un objetivo más realista, intentaré
cambiar tu nota.

El chico se fue a casa y pensó a fondo en lo que le había dicho su profesor.

Le preguntó a su padre qué debía hacer.

» Mira, hijo - le respondió el padre -, en un asunto como éste tienes que


decidir tú solo. Sin embargo, creo que es una decisión muy importante
para ti.
Finalmente, tras haber pasado una semana pensando en ello, el mucha-
cho volvió a entregarle al maestro el mismo artículo, sin haber hecho
cambio alguno, y le dijo:

» Deje la nota como está y yo seguiré manteniendo mi sueño. Monty se


volvió entonces hacia el grupo, y les explicó:

» Os cuento esto porque estáis sentados en mi casa, en mi rancho, donde


crío mis caballos.

Todavía tengo aquella redacción enmarcada sobre la chimenea. Pero,


35
pág
lo mejor del cuento –añadió-, es que hace dos veranos aquel mismo
profesor trajo a treinta chicos a acampar en mi propiedad durante una
semana. Cuando todos se iban, el profesor reconoció que, por aquel
entonces, había sido una especie de ladrón de los sueños de gran parte
de sus alumnos.

» Afortunadamente -concluyó-, tú tuviste la fortaleza suficiente para no


renunciar a los tuyos. No dejéis que nadie os robe vuestros sueños. Pase
lo que pase, seguid lo que os diga vuestro corazón.”

Jack Canfield

Para algunas personas, esta historia puede resultar muy inspiradora, para otras,
un poco salida de nuestro contexto. Con el ánimo de complacer a todos, reco-
mendamos a los interesados leer el libro “A puro pulso”, del periodista colombiano
Hollmann Morales. En esta obra se relatan las exitosas historias de empresarios
colombianos. Describe las circunstancias, dificultades y vicisitudes que tuvieron
que atravesar antes de ver concretados sus sueños, anhelos y propósitos. Es decir,
ser exitoso en concretar un sueño, no es algo que esté restringido a ciertas ubica-
ciones geográficas. También sucede aquí en Colombia.

2. Se trabajará en sesión plenaria alrededor de las siguientes preguntas:

• ¿Conocen otras historias de personas que tuvieron un sueño que parecía im-
posible de lograr, pero el desenlace mostró todo lo contrario?
• ¿Por qué tener un sueño?
• ¿Qué necesitamos para hacer realidad un sueño?
• ¿Por qué algunas personas si logran concretar sus sueños y otras no?
• ¿Qué podemos hacer frente a algunas personas “matasueños”?
3. Reflexiones para el maestro

Para algunas personas, puede sonar un tanto cursi y ridículo hablar de sueños
y se apoyan en la contundencia del realismo. Para otras, es indispensable hablar
de sueños si se quiere hablar de futuro. Asumiendo una posición estrictamente
científica, la desesperanza es una condición cognitiva frecuentemente identificada
en personas con trastornos del estado de ánimo (depresión) o en personas con
fuertes dificultadades asociadas al consumo de SPA. Y precisamente una de las
labores en el trabajo terapético es ayudarle a la persona a construir mejores per-
36 cepciones sobre su futuro próximo o mediato. Se deduce facilmente entonces, que
para la ciencia, los sueños de las personas son algo de vital importancia.
pág
Cuando hacemos un barrido a lo largo de la historia de los pueblos y encontra-
mos aquellos eventos que denominamos como heroicos, vemos que fue el poder
de un gran sueño lo que impulso a las personas a llevar a cabo tales cometidos.
No es muy diferente cuando se ve el desarrollo mismo de la ciencia, las artes, los
negocios o los deportes. Incluso, dentro de la llamada planeación estratégica que
emplean muchas empresas, imprimen un esfuerzo importante y considerable en
la definición de la visión de la empresa y siempre está proyectada a varios años a
futuro.

Si una empresa contrata importantes y costosos consultores para que les ayu-
den a detallar, precisar y definir su visión, ¿por qué no se puede hacer lo mismo
con niños y jóvenes en formación?: Construir una visión o un sueño. ¿Suena desca-
bellado pensar que un estudiante de un barrio marginado considere la posibilidad
de hacer su carrera universitaria en el centro de formación más costoso del país?
Quizás sea difícil pero no es imposible. ¿Han oído hablar del fondo becario Julio
Mario Santo Domingo?

En alguna ocasión alguien dijo: “Soñar no cuesta nada, lo que cuesta es el sueño”.
Contundentemente cierto y ahora debemos hacer algunas precisiones. A veces se
confunde desear con obtener. Podemos desear lo que queramos pero siempre
surge la pregunta: ¿Estás dispuesto a pagar el precio que implica tu deseo? Y es
cuando muchos dan un pie para atrás, al ver el precio que implica su sueño. Y el
precio normalmente está ponderado en acción. Un sueño sin acción, no es más
que una ilusión.

Tenemos, entonces, la distinción entre que es ser un soñador y cuándo nos con-
vertimos en ilusos. Si la persona sólo se queda en desear pero no está dispuesta a
hacer algo al respecto, nada raro ocurrirá. En cambio, si tiene el sueño, diseña un
plan para lograrlo y se pone manos a la obra, las circunstancias pueden cambiar
radicalmente a su favor. Un ejemplo muy elocuente son las ensoñaciones que tenía
Viktor Frankl mientras estaba cautivo en el campo de concentración en la segunda
guerra mundial. Se imaginaba estando en un cálido auditorio, con un abundante
público que se encontraba presto y atento a escuchar sus relatos sobre la guerra.
¿Cómo alguien que estaba constante y permanentemente al filo de la muerte, con
su vida literalmente a la merced y capricho de otros, podía darse a la tarea de estar
imaginando tales cosas? Era más “realista” pensar que muy probablemente iba a
correr la misma suerte que muchos otros que perecieron ahorcados, fusilados, en
la cerca eléctrica o en la cámara de gas. Para quienes conocen la vida de Frankl,
saben que su sueño se hizo realidad algunos años después de finalizada la segun-
da guerra mundial. 37
pág
El mundo no necesita más realistas, necesita soñadores que estén dispuestos
a pagar el precio de sus sueños. Y por extraño que parezca, el precio del sueño
siempre será inferior al precio de no hacer nada.

4. Por dónde conducir algunas preguntas:

Uno de los objetivos es “Definir las características que debemos tener en consi-
deración al concebir un sueño”. Para precisar este objetivo, hay que tener en con-
sideración las cuatro características que se requieren para definir una meta. Estas
son:

• La meta debe ser alcanzable


• La meta debe ser tangible y por lo tanto, medible
• La meta debe ser seriada
• La meta debe ser satisfactoria

Analicemos que conlleva cada punto.

• Alcanzable: Si alguien aspira a saltar 3 mts de altura, es una meta despropor-


cionada por el momento, consideramos que el record actual está en 2,40. Lo
sensato y alcanzable es aspirar a 2,41 mts e ir aumentando progresivamente.
Una falla de estimación de lo que es alcanzable es que no se dimensiona bien
en el tiempo los esfuerzos que se pueden alcanzar. Solemos tener la peligrosa
tendencia a sobreestimar lo que podemos hacer en el corto tiempo, y subes-
timar lo que podemos hacer en el largo plazo.

• Tangible y medible: Si soy muy concreto, a la meta se le pueda tomar una


fotografía, se puede grabar en video, puede ser pesada en una báscula o
puede ser cronometrada. En tanto que tangible y medible, se debe precisar
con el mayor lujo de detalles. Afirmaciones como “Quiero ser mejor persona”,
carece de precisión. Decir en cambio “Quiero ser una persona más puntual,
entendiendo por puntualidad…”. Otro aspecto supremamente importante en
la precisión de la meta es definir una fecha. Una meta sin fecha, no es meta.
Aquí es en donde se debe calibrar muy bien la distribución de los esfuerzos a
lo largo del tiempo y no confundir el impetuoso deseo de querer lograrlo con
la posibilidad de hacerlo lo más pronto posible. Algunas claves que pueden
ayudar a concretar mejor dicha precisión es la pregunta: “¿Alguien ya lo ha lo-
grado en ese tiempo?” Si la respuesta es no, mejor apuntarle al tiempo prome-
dio de realización. Con tener nueve mujeres al tiempo, no vamos a engendrar
un bebé en un mes.
38 • Seriada: Se resume en una sola frase: Un cosa a la vez. Esto ayuda a tener
pág
enfoque. Hay personas que tienen muchos sueños y no hay nada de malo en
ello. La dificultad surge cuando empiezan el cometido de realizarlos todos al
mismo tiempo. La capacidad de acción de todos nosotros es limitada sobre
todo por el factor tiempo. Es más probable alcanzar los sueños si nos enfoca-
mos en un par de ellos, que si pretendemos correr de un lado para otro, con
mucha acción pero con poca productividad.

• Satisfactoria: Este punto es supremamente importante. Puede que nuestra


meta sea alcanzable, medible, tangible, precisa y seriada, pero, si no es sa-
tisfactoria para nosotros, corremos el inmenso peligro de sentirnos inmensa-
mente frustrados, decepcionados y abatidos. Uno de los resultados con el
cumplimiento de nuestras metas, es el gozo, el júbilo, la satisfacción. Personas
que han estudiado una carrera porque sus padres así se lo han impuesto,
tarde o temprano la frustración y la ira emergen de las profundidades de su
ser. Incluso, pueden llegar a prosperar, pero con un sin sentido y con un pro-
fundo vacío existencial. Si la principal motivación en el desarrollo de un sueño
es una complacencia mal entendida, se corre el grave riesgo de caer en una
profunda insatisfacción vital.

Otros puntos importantes para la realización de una meta son:

• Definir un plan de acción: qué se va a hacer y para cuándo. Es importante


tener claros los verificadores del cumplimiento exitoso de las tareas definidas.

• Hacer un listado de recursos disponibles: la información y el conocimiento, el


tiempo, el dinero, las personas, las circunstancias favorecedoras, todos son
recursos a tener en cuenta en la definición del plan de acción. Si hiciera falta
un recurso que se considere indispensable, una de las primeras tareas será
buscar como suplirlo. En este momento la creatividad se convierte en magia.
• Ponerse en acción: Con la definición que se va a hacer, cómo y cuándo, lo
único que resta es poner el trabajo. “El único lugar en donde encontraras el
éxito antes del trabajo, es en el diccionario”, Hector Tassinari.

Nota: en algunos colegios de calendario B desde el pre-escolar, ya se les está


enseñando este tipo de planes a los estudiantes. Es decir, nunca es tarde para
aprender.

39
pág
40
pág
41
pág

4 Tercer Taller:
¿Víctima o responsable?
Objetivos generales

• Entender los conceptos de libertad, de responsabilidad y de toma de


decisiones.
• Clarificar la diferencia entre control externo y control interno.

La intervención del docente

Se inicia la sesión con el trabajo alrededor de las siguientes preguntas:

• ¿Cómo definirían ustedes el concepto de LIBERTAD?


• ¿Cómo definirían ustedes el concepto de RESPONSABILIDAD?
• ¿Qué significa para ustedes TOMAR DECISIONES?

Después de establecidas las definiciones por parte de los estudiantes, analizarán


cuatro situaciones y explicarán las razones que apoyan sus diferentes respuestas.

A. Un chico saca una mala nota en un examen. ¿Cuál de las dos explicaciones
creen ustedes que será la más correcta?:

• a. “No estudie lo suficiente para el examen.”


• b. “El profesor me tiene entre ojos y me rajó.”
B. Un chico llega a su casa después de una fiesta, mucho más tarde de la hora
pactada con sus padres. El papá le dice, tal y como habían acordado previamente,
que se quedará dos fines de semana sin salir de la casa. ¿Cuál de las dos expli-
caciones creen ustedes que será la más correcta frente a la decisión que toma el
padre?:

• a. “Mi papá es muy injusto y no me comprende.”


• b. “Yo mismo me lo busque, nada que hacer.”

42 C. Un chico se copia en un examen y es descubierto por el profesor. Le aplican


la sanción correspondiente a su falta. ¿Cuál de las dos explicaciones creen ustedes
pág
que será la más correcta:

• a. “Definitivamente la mala suerte me persigue.”


• b. “Me arriesgué y las cosas no salieron como yo quería. Asumirlo, no tengo
otra opción.”

D. Un chico saca el primer puesto en notas en un bimestre. Cuál de las dos


explicaciones creen ustedes que será la más correcta:

• a. “Natalia, que siempre saca el primer puesto, me dejó ganar en esta


oportunidad.”
• b. “Valió la pena mi esfuerzo.”

Después de la explicación que hacen los estudiantes de cada una de las situa-
ciones, el docente introduce el concepto de “Víctima”:

Persona a quién su capacidad de decisión, ha sido coartada parcial o total-


mente, durante un tiempo determinado, por lo tanto, no puede optar o escoger.
Inhibición de la libertad.

Ahora bien, ¿qué sucede si una persona no es una víctima, pero se comporta
“como si” lo fuera y se da a si mismo esas explicaciones?

Aquí se hace la diferencia entre ser víctima o ser responsable, otra forma de ha-
blar de Locus de Control Interno vs Externo. Se busca mostrarles a los estudiantes
la conexión que existe entre las decisiones que ellos puedan tomar y las posibles
consecuencias de su elección. Se aclara que “las consecuencias” pueden ser bue-
nas y malas.
Apoyos para el docente.

¿Cómo definirían ustedes el concepto de LIBERTAD?

El concepto de libertad es complejo por las múltiples interpretaciones que se le


da. La ley lo ve de una forma, la filosofía lo aborda de otra y los individuos en par-
ticular también le dan su propia interpretación; la mayoría de las veces según su
conveniencia. Para no sucumbir ante tanto relativismo, intentemos dar algunas de-
finiciones y las tendremos como referente en nuestra discusión. La Real Academia
Española (RAE), da múltiples definiciones de libertad: 43
pág
• A. “Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera u otra, o de
no obrar, por lo tanto es responsable de sus actos”.
• B. “Estado o condición de quien no es esclavo ni está preso”.
• C. “Facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y de
decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres”.
• D. “Condición de las personas no obligadas por su estado al cumplimiento de
ciertos deberes”.

Pueden ser muchas más las definiciones de libertad, pero para los objetivos
de nuestro trabajo, nos acogeremos a la primera definición. Señalaremos varias
condiciones dentro de la libertad. Primero, la capacidad o facultad de ser libre;
esto implícitamente si no tenemos la capacidad, no podemos ser libres. Ejemplo
sencillo, no estoy en la actualidad en la capacidad o en la libertad de hacer un viaje
a Australia: falta de tiempo, falta de dinero, etc. Segundo, la facultad se extiende al
obrar, actuar o a su omisión, dejar de actuar u obrar. Tácitamente está involucrado
el concepto de optar o elegir. El tercer elemento importante es el de la responsabi-
lidad, que definiremos enseguida.

¿Cómo definirían ustedes el concepto de RESPONSABILIDAD?

Nuevamente acudiendo al RAE, presentaremos una de cuatro definiciones que


se proponen para responsabilidad: “Capacidad existente en todo sujeto activo de
derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libre-
mente.” Llama la atención cómo el concepto de libertad se encadena con el de res-
ponsabilidad y lo contrario. Parafraseando a Víctor Frankl, así como en la costa Este
de los Estados Unidos hay una estatua a la libertad, en la costa Oeste se debería
construir una estatua a la responsabilidad. Esta definición sencilla de responsabili-
dad, excluye otras acepciones con las cuales se le confunde, en ocasiones, como
son el orden, la disciplina y el aseo.
¿Qué significa para ustedes TOMAR DECISIONES?

Podemos decir, que tomar decisiones implica usar la libertad y la responsabilidad


en la elección de alternativas, opciones, caminos o escogencias que se nos dan,
se nos brindan, se nos ofrecen o están disponibles. La única elección que no está
disponible es el no elegir. Paradójico. O si se quiere jugar un poco con las palabras,
no tenemos la libertad de no elegir o de no decidir: Siempre decidimos, con todo
y el peligro que implica el uso de los adverbios temporales. Ya hemos descrito qué
puede ser tomar decisiones; no profundizaremos en el detalle de cuál es el proce-
44 so al cual nos abocamos cuando decidimos; es decir, si lo hacemos de manera
pausada, organizada y planeada o de forma reactiva, impulsiva y descontrolada.
pág
Con los conceptos de base entendidos, pasemos ahora a analizar las situacio-
nes planteadas a los estudiantes.

Caso 01:

Un chico saca una mala nota en un examen. ¿Cuál de las dos explicacio-
nes creen ustedes que será la correcta:

• a. “No estudié lo suficiente para el examen.”


• b. “El profesor me tiene entre ojos y me rajó.”

La explicación lógica más cabal para la gran mayoría de los casos es la opción
“a”. Es decir, la gran mayoría de las veces una mala nota es resultado de la inacti-
vidad académica del estudiante o la mala implementación de un método o técnica
de estudio. Es decir, es una situación cuya explicación obedece al orden del Locus
de Control Interno: estudiar o no estudiar, fue una elección del estudiante y por lo
tanto en cuanto a elección, uso su libertad. Correlativamente, tendrá que asumir la
responsabilidad o la consecuencia lógica y natural de no estudiar: una mala nota,
resultado de un mal desempeño. Explicar esa situación diciendo que es por la dis-
posición del profesor hacia el estudiante, sería un indicador de un Locus de Control
Externo: adjudicarle a otros las responsabilidades propias.

Caso 02:

Después de una fiesta, un chico llega a su casa mucho más tarde de la


hora pactada con sus padres. El padre le dice, tal y como habían acor-
dado previamente, que se quedará dos fines de semana sin salir de la
casa. ¿Cuál de las dos explicaciones creen ustedes que será la correcta
frente a la decisión que toma el padre:
• a. “Mi papá es muy injusto y no me comprende.”
• b. “Yo mismo me lo busqué, nada qué hacer.”

En este caso, la explicación razonable es la “b”; es decir, es una situación de


Locus de Control Interno. Que el castigo fuera desmedido por la falta cometida,
puede que sea o no injusto (es discutible), pero era algo que estaba pactado con
antelación a la decisión del joven. Si a él no le parecía proporcionado el castigo,
debería haberlo discutido con sus padres ANTES de haber salido a la fiesta, no
una vez que se dio la falta. Que al padre lo comprenda o no, tampoco es un factor
influyente en el hecho de asumir la consecuencia por su tardanza. La explicación
45
pág
“a” es una explicación típica de quienes quieren adoptar posiciones de víctima ante
sus propias faltas.

Caso 03:

Un chico se copia en un examen y el profesor lo descubre. Le aplican la


sanción correspondiente a su falta. ¿Cuál de las dos explicaciones creen
ustedes que será la correcta:

• a. “Definitivamente la mala suerte me persigue.”


• b. “Me arriesgué y las cosas no salieron como yo quería. Asumirlo, no tengo
otra opción.”

La explicación correcta es la “b”, nuevamente, Locus de Control Interno. Lo que


se está analizando no es el valor moral de copiarse, sino la explicación por el re-
sultado de la acción de copiarse. En la explicación “b” el joven es consciente de
que su actuación inadecuada tiene un nivel de riesgo, pero igual lo asume. En la
explicación “a”, al dejar a la mala suerte la consecuencia de su acción, equivaldría a
una explicación de realismo mágico, que puede ser válido en la narrativa de nues-
tro premio Nóbel, pero no en este caso en cuestión.

Caso 04:

En un bimestre un chico saca el primer puesto en notas. . Cuál de las dos


explicaciones creen ustedes que será la correcta:

• a. “Natalia, que siempre saca el primer puesto, me dejó ganar en esta


oportunidad.”
• b. “Valió la pena mi esfuerzo.”
La explicación correcta es la “b”, nuevamente, Locus de Control Interno. Así
como es sano hacerse cargo de las consecuencias indeseables de nuestras ac-
ciones, es también sano darse el reconocimiento cuando las cosas se han hecho
correctamente. La primera explicación podría parecer fantasiosa, pero no lo es.
Hay personas a quienes les cuesta mucho trabajo darse los reconocimientos y los
aplausos correspondientes a su buen obrar. Podría parecer humildad, pero no hay
nada de ella. Este tipo de personas tienden a tener características perfeccionistas
y obsesivas que les impide apreciar logros y errores en su justa proporción. Si son
autoinvalidantes con sus logros, también son terriblemente severos e injustos en la
46 apreciación y el juzgamiento de sus errores. Este tipo de esquemas de pensamien-
to, son un escenario propicio para el desarrollo de procesos depresivos.
pág

Intento de conclusiones

El Locus de Control Interno no es en sí mismo bueno o malo, lo mismo que la


opción del Locus de Control Externo. Así como hay situaciones en donde somos
directamente responsables, hay otras en donde no. El aprendizaje que debemos
hacer es tener presentes las claves que nos ayuden a discernir cuándo efectiva-
mente nos corresponde la responsabilidad y por consiguiente, asumir consecuen-
cias y cuándo no.

Hay varias preguntas que nos pueden guiar para detectar las claves correctas
de atribución de causalidad:

• A. ¿Yo lo decidí o lo causé?


• B. ¿Yo lo promoví?
• C. ¿Yo lo permití?

La segunda y tercera pregunta nos lleva al terreno de las decisiones comparti-


das o colectivas y son escenarios de análisis más complejos. Por ahora, basta con
empezar a definir y a esclarecer cuál es mi propio compromiso con mis decisiones
y si estoy en capacidad de asumir, enteramente, el peso de las consecuencias que
traen. Este es el punto de análisis más importante que los jóvenes deben tener
presente.
47
pág
48
pág
49
pág

5 Cuarto Taller:
Responsabilidad personal vs. grupal
Objetivos generales

• Cómo se maneja la responsabilidad frente a las consecuencias, cuando va-


rias personas participan en una toma de decisiónes.
• Cómo establecezco el límite entre mis propias decisiones y las que se toman
en grupo o al menos en compañía de otra persona.
• Cuál es nuestro grado de consciencia frente a la influencia que recibimos de
los demás y la influencia que ejercemos sobre los otros.

La intervención del docente

En tanto que somos seres sociales, permanentemente estamos interactuando


con otras personas y por lo tanto, en muchas ocasiones tenemos que tomar de-
cisiones en conjunto con otros. Sin embargo, cuando hay que darle la cara a las
consecuencias (buenas o malas) de las decisiones, muchas veces no es fácil ni
sencillo establecer el grado o el nivel de responsabilidad de las personas partici-
pantes. Tanto es así, que en muchas ocasiones en los estrados judiciales se crean
situaciones difíciles y complejas para ser analizadas, y no siempre se llega a con-
clusiones que podamos llamar justas. Esta introducción ya nos pone de manifiesto
que el tema que trataremos tiene cierto grado de complejidad en su análisis, más
no por ello, renunciaremos a hacerlo.
El maestro leerá los siguientes tres casos y se mostrará algunas pautas para
guiar la discusión con los estudiantes.

Caso 1: Un caso de copia.

Esta situación es bastante inusual. Un chico es descubierto copiando en


un examen, las respuestas a su compañero. El muchacho es llamado a
aclarar los hechos; dice que se había puesto de acuerdo con su compa-
50 ñero para que éste le permitiera mirar su examen. Cuando el otro mucha-
cho es llamado, niega rotundamente que él se hubiera prestado para el
pág
hecho. Al final, es sancionado solamente el chico que se copió. ¿Cuál es
la responsabilidad de cada uno en lo ocurrido?

Puntos de análisis:

Es claro que hay ambigüedad en la precisión de los hechos. Por un lado,


está la posibilidad de que el chico que estaba copiando lo hubiera hecho
por iniciativa propia y de una manera un tanto “perversa” quisiera invo-
lucrar a su otro compañero. De ser así, es motivo de cuestionamiento
porque queremos involucrar injustamente a otras personas cuando nos
vemos descubiertos en una acción indebida. Más que el análisis moral,
el punto que nos importa acá es que la persona presenta un esquema
de locus de control externo y la tendencia a justificarse en los otros. Esta
suele ser la posición típica de personas que asumen actitudes de vícti-
mas y se justifican en las circunstancias o en las acciones de otras perso-
nas pero niegan su propia responsabilidad en las decisiones.

La otra posibilidad, es que efectivamente los dos chicos se hayan puesto


de acuerdo para realizar la copia. En ese sentido, el chico que recon-
oce su copia y la colaboración de su compañero, se podría decir que
actuó honestamente al reconocer su falta y esperaría que su compañero
hiciera lo mismo, en tanto que fue una acción planeada por los dos y
por consiguiente la responsabilidad debería ser compartida. La negativa
del chico que permitió la copia y no lo reconoció, caería exactamente
como en el análisis anterior: al ser descubierto, busca la manera de in-
criminar al otro y él despojarse de su responsabilidad. Lamentablemente,
este tipo de actitud es con frecuencia promovida de manera encubierta
en nuestra sociedad. Recordemos la frase célebre de la serie “Misión
Imposible”: “ si usted o alguno de sus colaboradores es descubierto, la
agencia negará cualquier participación en los hechos”. Puede parecer un
cliché de película, literalmente, pero sabemos que este tipo de actitudes
están presentes en nuestra vida cotidiana. Con pesar, esta es una forma
de promover la irresponsabilidad sobre nuestras propias acciones. Muy
posiblemente el chico que es descubierto haciendo la copia y al ver que
su compañero niega los hechos, lo puede percibir como un acto de des-
lealtad y no sin razón.

Caso 2: Todo por un paquetico...


51
pág
La madre de Camilo está en sus labores domésticas. Están en el proceso
de lavar la ropa. Como es su costumbre, revisa los bolsillos de todas las
prendas para que no se vayan objetos que puedan dañar la lavadora. En
esas, encuentra un pequeño paquete en el bolsillo de uno de los pan-
talones de Camilo. El paquetico contiene una extraña picadura de color
verde, parece como orégano o pasto seco. Muy angustiada piensa que
es marihuana; cuando su hijo llega del colegio le pregunta por el con-
tenido de la bolsita. El primero lo niega, pero ante la furia y la indignación
que se ve en los ojos de su madre, dice que eso no era de él, sino de
un amigo que se lo dio a guardar. La madre al saber esto, le dice que le
queda rotundamente prohibida la amistad con este muchacho, hecho
con el cual Camilo definitivamente no está de acuerdo. ¿Es correcta la
decisión y la postura de la mamá de Camilo?

Puntos de análisis:

El caso está presentado de una manera supremamente resumida, sin


embargo es casi un guión que se observa con mucha frecuencia cuando
un chico metido en problemas con drogas, es descubierto por parte de
sus padres. Sin que sea una justificación, la tendencia de la mayoría de
las personas al ser descubiertas en algo indebido, es negar el hecho.
De acuerdo a la naturaleza de los seres humanos, aun cuando pueda
ser cuestionable, no tendría nada de extraordinario la negativa inicial del
chico al no reconocer que el contenido del paquetico era marihuana. De
acuerdo a los análisis que estamos haciendo, nuestro punto de interés
se centra en cómo el chico se ampara y pretende encubrirse en los ami-
gos. En ese orden de ideas, podemos decir que la posición de la madre
está plenamente justificada. Si él le está guardando eso a un amigo, sur-
gen muchas preguntas: ¿por qué uno de sus amigos porta marihuana?
¿Por qué se la tienen que dar a guardar a él? ¿Si mi hijo tiene amigos
que andan con marihuana, que me hace pensar que mi hijo no lo está
haciendo también? ¿Y si no está fumando marihuana, entonces la está
vendiendo? También es entendible aun cuando no justificable, la molestia
de Camilo ante la prohibición de su madre: para Camilo, su amigo es su
amigo y por lo tanto no quiere perder el contacto con él. Bien sea que
Camilo esté fumando marihuana o que efectivamente sea su amigo el
que está involucrado en el tema de drogas y no él; en todo caso para
Camilo tiene mucho peso el valor de la amistad con el otro muchacho. A
los jóvenes les tomara tiempo entender que el mantener una amistad no
es solamente cuestión de buenos sentimientos sino también de conve-
52 niencia, aún cuando suene mezquino o aparentemente utilitarista. La vida
misma se encargará de mostrarles que el entendimiento, la comprensión,
pág
la solidaridad y la misericordia tienen un límite. De hecho, una de las
premisas fundamentales cuando alguien inicia un proceso de abstinen-
cia de drogas, es que se aparte inmediatamente de aquellas personas
con las cuales suele consumir. Estar con los amigos, ver cómo ellos con-
sumen y uno mantenerse al margen, es imponerle a la voluntad un reto
prácticamente imposible de cumplir. Dentro del imaginario de la madre
de Camilo, su supuesto amigo es una persona altamente inconveniente
para su hijo. Por otro lado, ella también se puede hacer la pregunta sobre
qué tan influenciable resulta ser su hijo. En cualquiera de los dos casos,
ella lo que percibe son amenazas sobre el bienestar de su hijo, y en con-
secuencia, busca la manera de aislarlo y protegerlo de los peligros que
percibe a su alrededor.

Caso 3: La fiesta estaba muy buena

Andrea es una joven de 17 años. Sus padres son bastante estrictos en


el manejo de las normas de la casa. Podríamos decir que ella no es una
chica que le de problemas a sus papás y es el gran orgullo de ambos:
muy buena estudiante y excelente deportista entre otras cosas. Para el
fin de semana, sus compañeros del salón han organizado una fiesta en
la casa de uno de ellos. Una de las cosas que sus padres no saben, es
que está de novia con uno de sus compañeros y él estará presente en la
fiesta.

En la noche de la fiesta, Andrea la está pasando de maravilla. Ella tiene


permiso sólo hasta la 1:30 a.m. A eso de la 1:15 a.m, ella le dice a su novio
que ya es hora de irse o si no se meterá en problemas. Sus amigas le
dicen que vale la pena aprovechar el momento, que por llegar un poco
más tarde sus padres no se van a enfadar mucho. Ella finalmente accede
y llega su casa a las 4:30 a.m. Obviamente, sus padres están no sola-
mente iracundos sino muy preocupados. El castigo que le imponen es de
dos meses sin salir los fines de semana. No sobra aclarar, que a su novio
no le pasó absolutamente nada ¿Hasta dónde la decisión de Andrea, se
puede justificar por la presión de sus amigas?

Puntos de análisis:

La primera interpretación que tenemos de esta situación es que un error


lo tiene cualquiera y efectivamente así es. Andrea ha dado muestras de
ser una hija ejemplar y aparentemente puede parecer un tanto extrema
la medida tomada por sus padres. Sinembargo para nuestros intereses
53
pág
pedagógicos, tendremos que escudriñar con más detalle algunos de los
hechos. El primer punto es: ¿Andrea es una joven ejemplar gracias a las
pautas de crianza que han tenido sus padres o simplemente porque es
una condición innata en ella? Es probable que sea más bien por lo prim-
ero y no por lo segundo. Por otro lado, ¿hay justificación para que Andrea
mantenga oculto su noviazgo con su compañero? Este punto nos crea
un gran dilema. Como reza el dicho popular “Nadie manda en el corazón
de nadie” y la obra clásica de William Shakespeare “Romeo y Julieta” es
un claro ejemplo de ello. En ese orden de ideas, posiblemente Andrea
mantenía oculto su noviazgo ante sus padres, por la posible negativa de
ellos a su relación y si les confiesa que está de novia, la respuesta sería
la misma: no puedes tener novio y con razón sus padres ni siquiera la de-
jarían ir a la fiesta. Queda claro entonces, que con o sin la aprobación de
sus padres, ella le da prioridad a la relación con su novio. Aquí surge una
pregunta que difícilmente se resuelve con claridad: ¿pueden los padres
prohibirle a su hija de 17 años que tenga novio? Algunos piensan que
si, otros piensan que no pero como dijimos al comienzo, una cosa sí es
cierta: “Nadie manda en el corazón de nadie”, precisamente por eso es
un dilema.

Con respecto a la decisión que Andrea tomó de quedarse más tiempo en


la fiesta, motivada por sus amigas, a parte de que esté muy enamorada,
claramente, fue una torpeza. Si sabe que sus padres son estrictos, ¿para
qué les dió motivos para que la sancionaran y por lo tanto perdiera la
oportunidad de poder compartir los fines de semana con su novio? A lo
mejor ella no sabía que sus padres la iban a castigar por dos meses, pero
sí conocía su actitud estricta. Desde esa perspectiva, ¿para qué expon-
erse innecesariamente? Por otra parte, tanto sus amigas como su novio
no tenían absolutamente nada que perder por el hecho de que Andrea se
quedará más tiempo con ellos en la fiesta. Desde esa perspectiva, el con-
sejo de sus amigas tuvo unos efectos desastrosos en Andrea. También
es cuestionable que a su novio sólo le hubiera importado pasar algo
más de tiempo al lado de su novia sin considerar el precio que ella tuvi-
era que pagar por ello. Lejos de cualquier duda, podríamos decir que la
actitud del novio fue egoísta. Surge entonces la pregunta: ¿este novio le
conviene a Andrea? Mejor no sacar conclusiones al respecto. Por último,
aún entendiendo el “patológico” estado de enamoramiento de Andrea,
recordemos que hacia la 1:15 a.m. ella le dijo su novio que tenía que partir
y fueron las amigas quienes la indujeron a quedarse más tiempo. Si ella
tenía claro cuál debería ser el procedimiento correcto, ¿por qué cambio
54 de decisión para complacer a sus amigas? Entonces, esta responsabili-
dad es enteramente de Andrea: sabía lo que tenía que hacer pero se dejó
pág
influir por sus amigas, fue su decisión y por lo tanto su responsabilidad.
Puede parecer fuerte, duro y hasta inclemente este último análisis, pero
sabemos que en muchas oportunidades la vida no tiene clemencia ni
misericordia en dejar caer contundentemente el peso de las consecuen-
cias de nuestras propias decisiones, más si éstas fueron desacertadas.
¿Exagerado o real?

Se puede complementar el análisis que se haga de cada uno de los casos con
las siguientes preguntas:

• 1.¿Algunas veces tienen en cuenta que pensarán sus amigos?


• 2.¿Le temen más a la burla de sus amigos o al castigo de los padres?
• 3.¿Le temen a ser el “rechazado” del curso cuando asumen posiciones dife-
rentes a la mayoría?
• 4.¿Le temen al “Qué dirán” las personas?
• 5.¿Por qué a veces lo que dicen tus papás y lo que dicen tus amigos, son
cosas diferentes y terminas actuando tal y como piensan tus amigos?
• 6.¿Hasta qué punto es bueno complacer a otros y hasta que punto no?

No sobra recordar que las directrices de análisis aquí presentadas no son una
verdad absoluta o una camisa de fuerza para asumirse rigurosamente. Pueden
surgir, con seguridad, muchas otras posiciones y puntos de vista que no se han
contemplado aquí, y no por ello, carecen de validez. Recordemos que el punto más
relevante en estos ejercicios es promover procesos de análisis fundamentados en
argumentos sólidos.
55
pág
56
pág
57
pág

Quinto Taller:
6 La disciplina y la perseverancia

Objetivos generales

• Definir qué son la disciplina y la perseverancia.


• Deducir qué papel cumplen la disciplina y la perseverancia en el logro de
nuestros sueños.

La intervención del docente

El trabajo se inicia directamente con la discusión del grupo en pleno. Para ello, se
toma como referencia el siguiente relato colombiano “químicamente puro” :

Algún día…

Pueden ser las 7:00 a.m en una gélida mañana en la sabana de Bogotá.
Es hermoso ver como se confunden y entremezclan los rayos del sol que
penetran la neblina matutina. Cualquiera diría, que se trata del vapor hirvi-
ente del río, pero eso es imposible a 5º centígrados. Este es el panorama
en una mañana de sábado en las rocas de Suesca. ¿Qué pueden estar
haciendo unos jóvenes citadinos tan lejos de la ciudad? ¿No se supone
que deberían estar metidos en sus calidas camitas, a lo mejor pasando el
guayabo después de embrutecer el cerebro con abundantes cantidades
de licor? Pues estos jóvenes son algo diferentes.
Uno de ellos, es de Curramba la bella, ¡imagínense ustedes! Un costeño
caribeño escalando montañas. Pues así es la vida. Recuerdo, que en
aquella oportunidad, él dijo: “Algún día, llegaré al Everest”. En ese mo-
mento parecía imposible: conseguir los permisos, la preparación física,
las enormes cantidades de dinero que implicaba el viaje, la corta experi-
encia en alta montaña.

Para precisar, ir al Himalaya a escalar no es solamente cuestión de tener


58 el tiquete aéreo y ya. Es necesario pedir con mucho tiempo de antelación,
el respectivo permiso al país en cuestión: Pakistán, China o India. Estos
pág
permisos hay que solicitarlos con uno o dos años de anticipación y claro
está, con el riesgo de que por alguna circunstancia, no concedan la autor-
ización para la fecha que se tiene planeada la expedición. Por otra parte,
el valor del desplazamiento, es bastante elevado: los tiquetes aéreos,
los equipos, el pago de los porteadores y demás. Tranquilamente, una
excursión al Everest, por mencionar un destino, puede oscilar entre los
US 300.000 y US 400.000. La preparación física: para aquellos que han
hecho el ascenso deportivo a Monserrate saben que una persona común
y corriente sin experiencia alguna, tarda una hora en subir, claro está, los
que llegan, porque muchos desertan a medio camino, sobre todo en
aquel paso que se llama “rompe piernas”. Un deportista medianamente
entrenado, lo hace en 40 minutos. Si subes a Monserrate entre 25 y 30
minutos, podemos decir que ya estás empezando a estar en forma para
hacer alta montaña. Para lograr esto, es necesario practicar aeróbicos al
menos dos horas al día y estar constantemente haciendo pequeños as-
censos con bastante carga. Un escalador de alta montaña, puede subir
Monserrate en los mismos 40 minutos que un deportista normal, pero
con un morral de 16 a 20 kilos a cuestas.

Avancemos, miércoles 23 de mayo de 2001, Fernando González Rubio,


Fercho, el costeño, Marcelo Arbeláez y Juan Pablo Ruiz, son los primeros
colombianos en poner un pie en “El techo del mundo”. La historia no paró
allí, posteriormente el 27 de septiembre de 2004 Fernando es el primer
colombiano que corona la cumbre del K2 sin oxígeno, tras un intento fal-
lido el año anterior. El K2 es la segunda cumbre más alta y se considera
la más difícil de los “14 ochomiles”. A la fecha, Fernando ya ha logrado
coronar 8 picos por encima de los 8.000 mts. Podemos afirmar que es de
los pocos escaladores colombianos que ha hecho del ascenso de mon-
tañas su profesión. Vive en Suesca, se entrena entre 6 y 8 horas al día, lo
cual le permite ser de los pocos escaladores en el mundo que practica
la escalada en roca en estilo libre, es decir, sin la seguridad de la cuerda.
Son varios los factores que se conjugaron para relatar esta historia: su
entrega, su pasión, su dedicación, una voluntad férrea que se traduce
en muchas dosis de trabajo esmerado, perseverante y disciplinado. No
debe extrañarnos que a la vuelta de algunos años, Fernando figure en el
podio de aquellos escaladores que han escalado los famosos “14 ocho-
miles”. ¿Qué vendrá después? La historia continua.

Ahora, apoyados en el docente, los estudiantes proceden a discutir las siguien-


tes preguntas que servirán de guía: 59
pág
• 1. ¿Cuál es el concepto que tienen de disciplina y de perseverancia? ¿Son
sinónimos o tienen significados diferentes?

• 2. ¿Cómo se conectan la definición de un sueño con la disciplina?

• 3. ¿Qué solemos decirnos a nosotros mismos cuando no logramos algo que


en un momento dado nos propusimos?

• 4. ¿Cuáles pueden ser los motores de la disciplina y de la perseverancia?

• 5. ¿”Creerse capaz de…” tiene alguna implicación en todo esto que estamos
hablando?

• 6. ¿Qué me hace sentir incapaz al asumir ciertos retos?

Reflexiones para el maestro

La disciplina es un concepto polisémico, es decir, tiene múltiples significados.


Quizás el más frecuente es el asociado con la rigidez en el comportamiento. No
en vano es materia de calificación en muchos colegios; básicamente lo que indica
es que el estudiante no ha cometido ninguna falta. Sin embargo, hay otra forma de
entender la disciplina. Nos acogeremos a la definición que acuñamos de un gran
amigo, el sacerdote Diego Bernal Hadad: “Rigurosidad metódica y apasionada
en el seguimiento de unos pasos o procedimientos que, realizados en suficiente
número de veces, conducirán a un resultado buscado, anhelado y esperado”. Este
es el concepto de disciplina que tienen los deportistas, los músicos, los artistas o
cualquier persona que logra destacarse en alguna actividad.
Lamentablemente, nuestra cultura urbana postmoderna, cada vez promueve
más los caminos “rápidos y fáciles” en la consecución de resultados. “No hay nada
más largo que un atajo” diría alguno de nuestros abuelos. Obviamente, no debe-
mos ir en contra de la ley del menor esfuerzo y la eficiencia. Si empleamos dos
métodos, con uno obtenemos los mismos resultados pero con menor inversión de
tiempo o recurso, lógicamente debemos escogerlo. Pero, por eficiente que sea el
nuevo método, implicará alguna cuota de esfuerzo. Se confunde la ley del menor
esfuerzo, con la fantasía de la ley del cero esfuerzo. Y aquí entra el mensaje peligro-
so: Obtención del todo a cambio de nada.
60 Le escuchamos decir alguna vez a alguien, que los mejores negocios son aque-
pág
llos que están basados en la pereza de las personas. Si bien la pereza no es es-
trictamente el antónimo de la disciplina, están muy cercanos. Unos ejemplos sen-
cillos: Cerca del 70% de las personas que pagan por anticipado la anualidad de un
gimnasio, no le dan uso después del segundo mes y vuelven a retomarlo el mes
previo al vencimiento. ¿En la casa de cuántas personas existe colgada una guitarra
porque “algún día” aprenderán a tocarla? ¿O en qué anaquel de la biblioteca se
encuentra ese curso de inglés del que solamente se destaparon los CD’s corres-
pondientes a las tres primeras lecciones?

Por otra parte, la perseverancia es una prima hermana de la disciplina. El dic-


cionario nos dice: Perseverar, es un verbo referido a “mantenerse constante en la
persecución de lo comenzado en una actitud o en una opinión; durar permanente-
mente o por largo tiempo”. Disciplina y perseverancia, si bien no son estrictamente
palabras sinónimas, tienen campos de extensión semántica compartidos.

Aún cuando es demasiado ambicioso establecer una “ecuación conceptual”


que nos defina el camino al éxito, no es atrevido hacer aun cuando sea, algo que
podamos llamar un “borrador”: si ya tenemos definido el primer paso que es el
sueño, diremos que este se empezará a materializar en la medida en que realice-
mos acciones de manera perseverante y disciplinada. Saber capotear el desánimo
(tolerancia a la frustración), será entonces el mecanismo lubricante que permitirá el
accionar de la disciplina y de la constancia.
61
pág
62
pág
63
pág

Bibliografía
• Aja Eslava, L. Moreno Parra, J. (2012) Consumo de SPA, riesgo de suicidio y
conducta sexual riesgosa: búsqueda de nuevas miradas en la promoción de
la salud y la prevención de riesgos. Forensis 2011: Datos para la Vida. INMLCF.
13(1): 365-372.

• Albiach Catalá, C. y más. (2000) Adherencia en heroinómanos: la potencia


predictiva de los estadios de cambio evaluados durante la admisión al trata-
miento. Adicciones. 12(2): 225-234.

• Amado, L.; Contreras, A.; Chaparro, A. y más.(2005) Factores relacionados


con suicidio en hombres menores de edad. Bogotá D.C., 2003. Centro de
Referencia Nacional sobre Violencia. 10(2)

• Araque F. y más. (2001) Autoeficacia en padres de dependientes a opiáceos.


Adicciones.13(2): 131-138.

• Becoña, E. (1999). Bases teóricas que sustentan los programas de prevención


de drogas. Madrid. Ed. Ministerio del interior. Plan Nacional sobre Drogas.

• Becoña, E. (2002) Bases científicas de la prevención de las drogodependen-


cias. Madrid. Ed. Ministerio del interior. Plan Nacional sobre Drogas.

• Becoña, E. Cortes, M. (2010) Manual de Adicciones para Psicólogos


Especialistas en Psicología Clínica en Formación. Barcelona: Socidrogalcohol.
• Becoña, E., López, A., Fernández Del Río, E., Fraga, J., Osorio, J., Arrojo, M.
Domínguez, M. N. (2011). ¿Tienen una personalidad distinta los adolescentes
consumidores de psicoestimulantes?. Psicothema, 23(4), 552-559.

• Calafat, A. (2001) Replantear la prevención del uso recreativo de drogas. En


IV Jornadas Municipales sobre drogodependencias. Bilbao:Ayuntamiento de
Bilbao, p. 15-24.

• Clayton, R.R. (1992). Transitions in drug use: risk and protective factors. En
64 Glantz, M. Pickens, R. (eds.) Vulnerability to drug abuse (pp. 15-51). Washington,
pág DC: American Psychological Association.

• Consejo Nacional para el control de Estupefacientes (CONACE – Chile).


(2004) Drogas Tratamiento y Rehabilitación de niños, niñas y adolescentes:
Orientaciones Técnicas para tratar el consumo problemático en niños, niñas y
adolescentes de la calle. Santiago de Chile.

• Echeburúa Odriozola, E., & Fernández Montalvo, J. (2009). Evaluación de un


programa de tratamiento en prisión de hombres condenados por violencia
grave contra la pareja. International Journal of Clinical and Health Psychology,
9(1): 5-20.

• Fariña, F.; García, P.; Vilariño, M. (2010) Autoconcepto y procesos de atribu-


ción: estudio de los efectos de protección/riesgo frente al comportamiento an-
tisocial y delictivo, en la reincidencia delictiva y en el tramo de responsabilidad
penal de los menores. Revista de Investigación en Educación. 7: 113-121.

• Gauze, C. Bukowski, M. W. M. Aquan-Assee, J. Sippola, L. K. (1996). Interactions


between family environment and friendship and associations with self-percei-
ved well-being during adolescence. Child Development,(67), 2201-2216.

• González Correales, R. (2002) Prevenir el síndrome de burnout: una propuesta


cognitiva. SEMERGEN; 28 (Supl. 2): 18 – 38.

• González, Y.; Mancipe, M. y más. (2005) Factores psicosociales familiares re-


lacionados con los suicidios de mujeres menores de edad en la ciudad de
Bogotá. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia. 10(11)

• Hewitt Ramírez, N. (Abril 2006). Estrategias de intervención para reducir la vio-


lencia en los escenarios educativos. En Forensis 2005: Datos para la Vida.
Bogota: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses – Centro de
Referencia Nacional sobre Violencia.
• Hewitt Ramírez, N.; Ramírez Herrera, C. y Más. (Julio 2004) Co-ocurrencia entre
el consumo de alcohol de los padres y el maltrato físico a los niños. Forensis
2003: Datos para la vida. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias
Forenses – Centro de Referencia Nacional sobre Violencia. Bogotá.

• Hoenicka, J., Ampuero, I., & Ramos, J. A. (2003). Aspectos genéticos del alco-
holismo. Trastornos adictivos, 5(3), 213-222.

• Lazarus, R. Folkman, S. (1986) Estrés y procesos cognitivos. 2 ed. Barcelona:


Martínez Roca.
65
• López Torrecillas, F. Peralta, I. y más. (2003) Autocontrol y consumo de drogas. pág
Adicciones. 15(2): 127-136.

• López Torrecillas, F.; Martín, I. y más. (2000) Estilo atribucional, autocontrol


y asertividad como predictores de la severidad del consumo de drogas.
Psicothema. 12(2): 331-334.

• López-Ibor, J. (2005). DSM -IV-TR Manual de diagnostico y estadístico de los


trastornos mentales. Barcelona: Masson.

• Martínez González, J.M. (2011) Drogodependencias y Trastornos de la


Personalidad: Variables Relevantes para su Tratamiento. Papeles del psicólo-
go. 32(2): 166-174.

• Martinis, Pablo y Redondo Patricia (comps.) (2006) Igualdad y educación es-


crituras (entre) dos orillas. Buenos Aires: del estante editorial.

• Mebarak, M. R., Martínez, M. L., Sánchez Herrera, A. E., & Lozano, J. E. (2010).
Una Revisión Acerca de la Sintomatología del Abuso Sexual Infantil/A Review
About The Symptomatology Of Childhood Sexual Abuse. Psicología desde el
Caribe. (25):128-154.

• Morales, M.; Jiménez, I. et. Al (2002). Rasgos de personalidad en suicidas:


Autopsias Psicológicas 1997. Revista del INML y CF. Vol 17, Nº 1, 14 – 20.

• Moreno Parra, J. Aja Eslava, L. (2013) Del riesgo de suicidio a la promoción de


la vida. Típica: Boletín Electrónico de Salud Escolar. 9(1): 25-38. ISNN 1900-
5121. www.tipica.org.

• Moreno, P., Prior, C., & Monge, J. (1998). Abusos sexuales en la infancia y toxi-
comanía. Psiquiatría Pública, 10(6): 418-421.

• Offord, D. R. Kraemer, H. C. (2000). Risk factors and prevention. Evidence


Based Mental Health Notebook (3): 70-71.
• ONUDD-CICAD: ONU Oficina contra las drogas y el delito.(2008) Elementos
orientadores para las políticas públicas sobre drogas en la subregión: primer
estudio comparativo sobre consumo de drogas y factores asociados en po-
blación de 15 a 64 años. Lima-Perú: Tetis Graf E.I.R.L.

• Pedrero Pérez, E.J.; Pérez López, M.; de Ena de la Cuesta, S.; Garrido Caballero,
C. (2005) Validación del Cuestionario de Variables de Interacción Psicosocial
(VIP): hacia un modelo de tratamiento de las conductas adictivas «guiado por
la personalidad». Trastornos Adictivos. 7(3):166-86.
66
pág • Pérez Gómez, A. Scoppetta, O. (2009). Consumo de Alcohol en menores de
18 años en Colombia, 2008. Bogotá: Dupligráficas Ltda.

• Pérez Gómez, A. Scoppetta, O. Flórez Alarcón, L. (2011) Age at Onset of Alcohol


Consumption and Risk of Problematic Alcohol and Psychoactive Substance
Use in Adulthood in the General Population in Colombia. The Journal of
International Drug, Alcohol and Tobacco Research. 1(1): 19-24.

• Recio, J.L. (1999) Familia y escuela: agencias preventivas en colaboración.


Adicciones. 11(3): 201-207.

• Rigau-Ratera, E.; García-Nonell, C.; Artigas-Pallarés, J. (2006) Tratamiento del


trastorno de oposición desafiante. Revista de Neurología. 42 (Supl 2): 83-88.

• Riso, W. (1992). Depresión: Avances recientes en cognición y procesamiento


de la información. Medellín: Ediciones Gráficas Ltda.

• Riso, W. (2006). Terapia Cognitiva: Fundamentos teóricos y conceptualización


del caso clínico. Bogotá: Editorial Norma.

• Saavedra, C. A. (2001). Comorbilidad en dependencia a sustancias. Psicoactiva,


(19), 63-103.

• Sanchis Fortea, M., Cuevas Badenes, J., & Sanchis Arnau, M. A. (1999).
Enzimas del metabolismo del etanol: su posible contribución a la predisposi-
ción genética del alcoholismo. Adicciones, 11(2).

• Vera Poseck, B. (2004) Resistir y rehacerse: Una reconceptualización de la


experiencia traumática desde la psicología positiva. Revista de Psicología
Positiva, 1.

También podría gustarte