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Semana #1
En esta sesión revisaremos la opción de la energía por el hombre,
viendo la transición de algunos recursos y tecnologías.
El hombre del Chad comenzó a evolucionar muy lentamente,
pasaron millones de años en el centro de África,
la población debe haber sido de algunas decenas de miles.
De a poco, comenzó a avanzar
dentro de latitudes tempranas
mientras evolucionaba adquiriendo habilidades e inteligencia.
Las aldeas usaron la luz y el calor solar cuando era posible,
pero tuvo el primer acceso a la energía al conocer el fuego,
con eso mejoraba su estándar de vida.
Junto con dominar el fuego,
hace unos 800.000 a 400.000 años atrás,
pudo comenzar a desplazarse hacia latitudes más altas de Asia y Europa.
Este mapa expandido permite apreciar cómo posiblemente
pasó navegando el hombre desde Asia a América,
veintitantos siglos antes que la historia registrara a Colón,
llegando incluso a Monte Verde, cerca de Puerto Montt.
La antropología sostiene que el hombre pasó caminando después
desde Asia a Norte América, al término la última Era Glacial,
con varios metros menos de nivel del mar
y se asentó después del deshielo alrededor del Clovis y otros lugares.
La población del planeta no llegaba a un millón,
el consumo de energía era solo metabólico,
con 8 a 10 megajoules por persona cada día.
El tiempo presente se aprecia en la línea arriba del cero,
en algún momento surge la Revolución Industrial y otros fenómenos,
y la energía crece hasta un consumo promedio de 77 gigajoules por persona,
esto es un aumento de tres órdenes de magnitud en el consumo por persona,
y de tres órdenes de población global.
Lo anterior se nota en otra escala más cercana al tiempo presente,
el gran salto surge después de la Revolución Industrial,
y tiende a estabilizarse después de los años 80.
Encima de lo anterior, se nota que el consumo no ha sido parejo en el mundo,
hace mil años China tenía un consumo superior
debido a su presunto desarrollo,
la Revolución Industrial nace después y fuerte en Inglaterra,
adelantándose al resto del mundo.
A fines del siglo XX, Inglaterra se encontraba levemente arriba de sus años dorados,
mientras que Estados Unidos se escapaba duplicando la altura del cuadro,
Chile estaba cerca del consumo global, mientras que China aún no explicitaba su
compromiso
por el desarrollo económico.
En este periodo los recursos forestales comienzan a hacerse importantes,
la leña participaba activamente en la provisión de calor
hasta que comienza el uso del carbón,
que permitió la Revolución Industrial.
Al inicio del siglo XX
parte una fuerte demanda de petróleo en el transporte de industrias,
mientras la hidroelectricidad se incorpora en la reciente aplicación eléctrica.
El gas natural encuentra su uso industrial
al aparecer aplicaciones para las turbo máquinas, y en los últimos 60 años
aparece la energía nuclear.
Este cuadro se diferencia del anterior en que no incluye el consumo metabólico,
centrándose solo en el uso de calor industrial y residencial,
y luego en el transporte, iluminación y servicios hacia la derecha.
La biomasa cede su preponderancia al carbón, que alcanza su máxima relevancia
hacia la Primera Guerra Mundial,
luego el petróleo demuestra su superioridad logística.
Al comienzo del siglo XX la autonomía del carbón era suficiente
para varios milenios, y las emisiones bajo los 500 millones de toneladas de CO2;
el carbón en esa época pudo considerarse sustentable,
insuficiente para introducir un cambio de clima notorio,
aunque causaba problemas a la salud en ciudades muy pobladas.
Lo cual se aminoró con el uso de medios de filtración
y la introducción del petróleo y el gas.
Este último diagrama muestra la secuencia de introducción
y dominio relativo de las diferentes tecnologías y recursos
en los últimos siglos,
donde se destaca un crecimiento leve de uso de la biomasa,
seguido del ingreso del carbón,
el petróleo y gas natural, junto con energías renovables, y más tarde, la energía nuclear.
Las principales energías responsables de las emisiones
son el carbón, el petróleo y el gas natural, en ese orden,
y son las que dominan hoy, respondiendo por el 80% de la producción de energía
primaria,
a futuro no sabemos qué dominará.
Las energías renovable, nuclear y biomasa,
esta última siempre que tenga una renovación equivalente de inventario,
son las únicas que no emiten gases de efecto invernadero,
y entre todas no suman el 20%.
El uso de esos recursos se debe a la introducción simultánea
de tecnologías energéticas
que encuentran un uso práctico para satisfacer al creciente uso de energía.
En un comienzo, a parte del uso animal, el viento y la caída de agua,
eran las formas privilegiadas de energía,
en cierta medida, la escasa demanda
era precariamente satisfecha por energías renovables.
La molienda manual daba paso a molinos,
el limitado transporte a remo era desplazado por la vela,
que por mucho tiempo fue la única forma de transporte de personas
y de carga a larga distancia,
pero en tiempo impredecible por la intermitencia del viento.
El uso del carbón dio un giro al transporte,
permitiendo un viaje más predecible
y seguro en ferrocarriles y en buques a vapor;
el uso del automóvil y del camión se acelera cuando los derivados del petróleo aparecen.
Por otro lado, la generación eléctrica se consolida con el carbón
y la energía hidráulica, apoyada luego con la energía nuclear y el gas,
podemos resumir
que el hombre nace en África y evoluciona durante algunos millones de años
hasta ocupar casi toda la superficie terrestre.
La pasada desde Asia a América se logra gracias a un evento climático,
que se puede repetir en el futuro.
Hace 800.000 años aproximadamente el hombre
pudo recrear el calor solar mediante el fuego
y mejorar su nivel de vida, manteniendo un consumo de energía básico,
y más recientemente incorpora tecnologías y recursos energéticos fósil
que deben revertirse ante la amenaza creciente de un cambio climático.
Las energías sustentables se clasifican de un modo tradicional y simple.
La idea ahora es ofrecer una mejor definición,
la fundamental de energía la dejaremos para mas adelante.
Hoy día se suele separar las formas de energía
en energías renovables y no renovables.
En las primeras se incluye la leńa, el ciclo del agua,
la energía solar, la geotermia, la undimotriz
y otras energías del mar y la fuerza del viento.
Algunas personas asignan el carbón, el petroleo, el gas,
el uranio, el torio, así como el deuterio y tritio a las segundas.
Estas preconcepciones están distorcionadas
y emiten un mensaje que debe matizarse.
Hoy se usan combustibles derivados del petróleo en los aviones,
cada vez que volamos entonces estamos contribuyendo
a dańar el sistema climático,
es más, cada vez que nos trasladamos de un lado a otro
contribuimos con emisiones, incluso a pie.
El uso de la bicicleta, aparte de ser menos seguro que el avión,
también contribuye a algo con emisiones
por la energía gastada en su fabricación.
En efecto, las energías renovables suelen ser caras en solitario
porque hay que usar un respaldo cuando el recurso no está disponible
y ese suele ser fósil.
Hay emisiones secundarias por la construcción,
suelen ser intermitentes y usan extensas superficies
para compensar la baja densidad del recurso.
Por otro lado las energías no renovables suelen ser baratas
y pueden serlo aún más con mejores materiales.
Son eficientes, están maduras, pueden operar de día y noche
y sus efectos ambientales se pueden mitigar,
además son densas y suelen ocupar poco espacio.
La definición dicotómica anterior es insuficiente,
en primer lugar los fundamentos físicos de la energía son únicos.
Segundo, lo renovable se basa en el agotamiento eventual de un recurso
en relación a la tasa consumo, de este modo,
hay recursos renovables de alto potencial pero muy difíciles de capturar.
Existen pero no son útiles.
la energía océano-térmica
es tal vez uno de los recursos mas grandes
que pudiera aprovecharse en la tierra,
pero se ubica en una banda ecuatorial alejada
de donde sería posible aprovechar la diferencia de temperatura
entre la superficie y el fondo del mar.
Se requieren grandes tuberías para mover agua desde el fondo
y grandes volúmenes de agua superficial,
además de equipos gigantes para poder evaporar un agente refrigerante.
Este recurso, supuestamente infinito, hoy no tiene un uso práctico.
Finalmente el sol, que es la fuente de la mayoría de las formas renovables,
se agotará y colapsará, pero miles de millones de ańos antes
será mas intenso y calcinará la tierra.
Renovemos entonces la definición de energía según las fuentes naturales,
consideremos una clasificación respecto al origen de la energía.
La mayor parte de ésta proviene del sol
como luz y calor que se depositan en diferentes cuerpos de la tierra,
ahí se almacena y fluye directamente como energía cinética-potencial.
Encontramos acá a las forma de energía eólica
y undimotriz a la hídrica y oceano-termica.
La solar puede capturar energía directamente de los fotones
o concentrando calor, las energias fósiles y la leńa son parecidas
y corresponden a la interacción de energía radiante
con la biomasa que se almacena como energía química
al transformar enlaces que luego pueden
motivar reacciones químicas como la combustión.
Otras formas aprovechan la gravedad que ejerce la luna y el sol,
por ejemplo, la energía mareomotriz y las corrientes asociadas.
Otra parte de la energía que usamos proviene de recursos en la propia tierra,
varios elementos naturales son radiactivos
o se tornan radiactivos ante la exposición a radiación cósmica
de diversa energía,
estos decaen emitiendo calor que mantiene caliente el centro de la tierra
y una parte limitada de esta se puede capturar desde vapores geotérmicos.
Elementos como deuterio y uranio, son susceptibles de unirse y partirse
bajo ciertas condiciones,
liberando mucha energía que se pueden aprovechar con tecnologías.
Por otro lado litio y torio pueden convertirse
en tritio y uranio, respectivamente.
Revisemos de nuevo como la sociedad eligió el uso de diferentes recursos,
ampliando el cuadro amarillo.
Recordemos que a comienzos del siglo XX consumíamos
menos de un décimo de lo que usamos hoy.
La sociedad eligió usar fuentes fósiles,
eran baratas y concentradas facilitando la logística,
en la época se ańadió energía hidroeléctrica
y a fines de los ańos 50, incorpora la fisión nuclear.
Las energías fósiles representan casi 80% de la energía que usamos,
le sigue la leńa con casi 10% y el 22% restante,
es 7% de energía hidroeléctrica, 5% de energía nuclear
y menos de un 2% de energías renovables no hídricas,
más desechos.
De este modo, más del 80% de las formas de energía que usamos
emite gases de efecto invernadero mientras la emisiones
de carbón y petróleo cada ańo opacan los esfuerzos
en tecnologías libre de tales gases.
Volvamos a nuestra definición mejorada,
el 95% de las formas de energía tienen que ver con el sol.
En las cuales destaca, por lejos, las fuentes fósiles.
Las masas de plantas y animales que interactuaron con energía radiante
sumado al amasamiento de esa torta por millones de ańos.
El 5% restante es energía nuclear tecnológica,
por ahora solo en la forma de fisión nucleoeléctrica
y usamos una cantidad residual de geotermia.
Podemos concluir que la sociedad moderna
tiene una forma curiosa de clasificar la energía,
hemos mejorado esa definición
al considerar el origen planetario de la energía.
La sociedad privilegió antes las fuentes fósiles
permitiéndonos un progreso económico y tecnológico acelerado,
del cual hoy nos beneficiamos.