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La odisea de los giles bragadenses

Esta es la historia de los giles que les toco caer en la salud pública de Bragado en tiempos de
Pandemia y un Intendente indolente que solo ve las cosas a través de los ojos de sus
funcionarios bastante ineptos y encima prepotentes con sus colaboradores. No me la contaron,
la viví.

Día 1 Viernes 8
Llamo al 107 pues mi mamá con demencia senil, se desmaya luego 7 días de estar cursando la
enfermedad Covid con síntomas leves, esto último, según diagnóstico telefónico por el
protocolo.
Luego del llamado al 107, es trasladada por el Same al Hospital. Allí se detecta, gracias al
tomógrafo recientemente donado por una empresa de Bragado, que ya tiene neumonía bilateral
típica del Covid. Aparte de demencia senil, mi mamá tiene 82 años.
El problema surge que no hay personal para atender alguien demente con Covid, con lo que
me preguntan a mi, ya que soy también positivo y conviviente si quiero acompañar a mi mamá.
Acepto ya que mis síntomas eran leves y parecía que podía hacerlo. Me hacen una placa y
análisis clínicos, pero todavía no se porque, ya que me ingresan como acompañante y
quedamos alojados en la NEO. Bastante bien, pero hay un pequeño problema, no hay aire ni
ventilador. Nos recibe una tamborileada del zinquero en alguna cañería que dura una buena
parte de la primera tarde. Hay que pasar la noche, así que, no se tampoco porque colocan a
una anciana de 82 años en una cama de casi 1 m de altura, que se me complica bajarla para
acompañarla a ir al baño (ni hablar subirla de nuevo para que se acueste). Los medicamentos
psiquiátricos de mi mamá los deje en casa, ya que supuse que el hospital se haría cargo
analizando si no interfieren con la nueva medicación para el Covid suministrada por vías
intravenosa (suero), desde ya que le entregué la lista detallada a la médica que vino con la
ambulancia.
Viene la cena, con material descartable pero sin cubiertos, así que implementamos cucharita
con el pan. La ducha funcionaba, aunque sin regulación y con cuidado, ya que el agua se iba
para la habitación.
Esa noche dormimos bien, aunque mi mamá al yo apagar la luz se arranca la vía del suero y
genera un pequeño incidente ya que derrama algo de sangre, dejo la luz prendida y así trato de
dormirnos. Mi primera experiencia para cuidar un enfermo y estaba bastante asustado.. Nos
dicen que encargan plasma de convaleciente para ella y que próximamente se lo colocarán.

Dia2
Sábado 9
A las 01 arranca la colocación del plasma que concluye a las 5 de la mañana
aproximadamente, sin problemas ya que duerme.
Nos despierta un infierno ruidoso de una moto guadaña en la oreja. Parece que mandaron a
desmalezar el patio interior de la Neo. Eso si. Es una chatarrería entre los yuyos, parece que a
nadie se le ocurrió ordenar esas chapas tiradas, perfiles de construcción en seco y algún pallet,
antes de pasarle por arriba con la moto guadaña. Poca supervisión....bastante dejar hacer
cómo quieras.
Nos traen el almuerzo y ahí me acuerdo que la cena la tuvimos que comer con la mano pues
no pedimos cubiertos ni nadie se preocupó de que faltaba.
Pregunto qué pasa con los cubiertos y ahí nos traen descartables de plástico y comemos algo
de milanesa pues es imposible cortar dentro de una bandeja descartable. Podemos conseguir
comer y pido a mis familiares que me envíen cubiertos. Protocolo COVID?? Aparece la
segunda doctora. No me revisa ya que no soy paciente en los papeles, no le doy importancia a
eso, ya que el dolor de cabeza y un poco de tos los solucionaba por el famoso paracetamol que
si me habían enviado mis familiares.
Con el ventilador encendido, arrancamos la noche y accede el enfermero al ver que mi mamá
no se duerme a darle un tranquilizante que ella toma ya que no nos suministraron nada de lo
que ella estaba tomando de medicamentos psiquiátricos. Luego de esperar su efecto algunas
horas, yo también me duermo.

Dia 3 Domingo 10
El domingo amanecemos con la noticia de que nos trasladan a “sala de quirófano”. Si saber
bien si es a los dos juntos, parecía que era a mi mamá sola. Pero luego somos trasladados los
dos.
Todo normal y contento de la amplitud de la nueva habitación, aunque, al ser de la construcción
vieja, tiene algún problema que otro. De tres enchufes anda uno solo, tipo alargue, colgado de
la pared. De dos lámparas de cabecera una sola enciende. Correteo dos cucarachas esquivas
y logro matar una contra la pared de un zapatazo. Acompaño a mi madre al baño (debo
sostenerle el suero en la maniobra) y compruebo tapado el inodoro. Se enciende la luz con un
interruptor de velador colgado de un cable (¿??)
Habiéndome podido duchar en la habitación anterior compruebo que en este bañito es tarea
imposible. Bueno, aprestándonos a instalarnos, descubro sobre nuestra cabeza la reciente
colocación de aire acondicionado central, una alegría que me dura poco, ya que lo ponen a
funcionar así, provisorio por el gran calor, pero dada la potencia del equipo y la ausencia de
regulación, me dicen que abra la ventana para que entre calor. Conclusión del día, a colocarse
la camperita y tapar a mi mamá por el frío, menos mal que somos Covid. Médico ese domingo,
nada. Yo estoico no quería protestar para no hacer problemas. Parecía que eso era normal
para todos los internados en la sala. Pasa el domingo disfrutando eso sí de una cocina muy
abundante y sabrosa, con fideos con una salsa boloñesa, luego empanadas por la noche.
Lavando los cubiertos descartables en la bacha del baño con jabón de tocador, para volver a
utilizarlos (por lo menos reutilizamos, no se tira tanto???!!).
Conteniendo a mamá, continuamente le hablo para que se tranquilice, ya que desconoce el
lugar donde estamos y aunque le explico donde estamos, se confunde porque se olvida.
Descubro que nuestra habitación no tiene llamador, la enfermera me explica que la llame si
necesito algo, menos mal que estoy con mamá y puedo moverme, si estuviese sola, no puede
hacer nada. La ronda de las enfermeras tiene varias horas de duración, les pobres me explican
que son pocas para la cantidad de internados en la sala. Se me empieza a terminar el agua, si
queremos agua debemos comprar en el buffete de Hospital, o traer desde casa, cuestión que
hasta hoy venia haciendo, mañana veremos de encargar en el buffet. No tengo a mi familia
disponible pues están haciendo el aislamiento domiciliario.
Despedimos el domingo con unas ricas empanadas de carne. Toallas de mano y toallones
brillan por su ausencia, desconozco si el protocolo dice que tenemos que llevar los nuestros.
Tenemos un televisor que nos ayuda a pasar las horas, es bastante más entretenido. Parece
que se viene tormenta y los rayos alumbran el patio que se ve desde la ventana. Descubrimos
que el acceso de las enfermeras y personal es una ventana semiabierta que da al patio, donde
también salen a fumar y charlar, otra distracción para pasar las horas.
Se viene la tormenta y empieza también a parpadear la luz, espero que no se corte…..estamos
un ratito a oscuras, se corta la luz y se apaga el televisor, pero la luz de cabecera permanece
encendida. Gracias a Dios mamá está tranquila, y el corte fue de poco tiempo o funcionó algún
sistema de emergencia, me dice mamá si tengo fósforos o velas para pasar la tormenta.

Día 4 lunes 11
Se nos termina el agua, ya ha amanecido, así que pregunto como debo de hacer para tener
otra botella ya que el buffet no estaba abierto. Quedamos que me avisan cuando tengan el
agua, ya que las chicas se comunican con Pedro (el del buffet) y me la traen.
Aparece un nuevo doctor y ya va el cuarto, un conocido y joven neumonólogo que nos ausculta
y evalúa que la enfermedad la estado cursando bien, es el primero que me revisa a mí, y me da
tranquilidad ya que venía con tos persistente y dolor decabeza.
Me entero que anoche habían internado a mi hermana, por un desmayo se rompió el tabique
nasal y tiene síntomas de covid aunque el isopado ya le dio negativo por tercera vez. Hoy se
tuvo que retirar de urgencia a Junín, no soportó la mala atención y la desidia de algunas
personas, ya que un bolso que le alcanzaron con toallas, agua y otros enceres “desapareció” y
la vía del suero para hidratación se la colocaron en el pliegue del codo, con lo que se había
obturado y no le pasaba la solución fisiológica, deteriorándose su estado de salud rápidamente.
Como no podía llamar a la enfermera (tenía que levantarse a golpear la puerta de la habitación)
llama por su celular a su marido y le cuenta la situación que se estaba desvaneciendo y no
podía pararse para llamar a que la asistan. Así que con el riesgo que ello conlleva, decide
trasladarla en su vehículo particular a Junín, a la Clínica de la Pequeña Familia, gracias a a
Dios, allí hay un servicio razonable y logró salir adelante luego de dos días en terapia intensiva.
Es llamativa la manera de administrar los recursos de la cúpula directiva, desde sus escritorios
y dejando hacer al personal, es al menos raro que no se le suministre AGUA a los pacientes y
deban comprarlo en el buffet por ejemplo. Un detalle, en Junin, suministran 6 botellas de agua
por paciente por día) Tal vez sea un tema de “clase” y le dan a los que no puedan
pagarla….contrasta con el servicio de comedor, que es muy buena la comida (aunque es difícil
cortar una milanga en una fuentecita de plástico descartable con un cuchillo y un tenedor de
plástico…). Todo lo que sobra va al tacho de al lado de la puerta para que fácilmente lo puedan
retirar sin tener que vestirse de “astronautas”. Todo es más difícil cuando están 15 minutos
para vestirte antes de entrar a una habitación COVID. Si llamás por una asistencia, hay que
tener en cuenta eso.
Ya va por la tercera vez que a mamá le colocan la vía para el suero, no sé porque tantas veces
algo que debería ser una o dos veces…
Para esto se hacen las 11 y el agua no aparece, como necesitamos estar hidratados consulto
nuevamente, aparece una enfermera solicitándome mi telefóno para que me llame la Secretaria
de Salud, se ponen todos nerviosos, mi familia se enteró por mis mensajes, que sigo
esperando el agua y se estuvo quejando. De repente aparecen dos botellas, una que me
“regalan” la chicas de la sala y el señor del buffet con la botella que había pedido, quiero
devolver el regalo pero insisten a que me la quede, lo que hago agradecido, ya que estábamos
necesitando agua para mantenernos hidratados para una mejor recuperación.
Un ejemplo claro de la falta de gestión es el tema del agua, ya que a la tarde, luego de que la
enfermera pidiera mi número para pasárselo a la Secretaria de Salud, me llama la Doctora muy
amable, preguntando que problema tenía con el agua y que las enfermeras tenían toda el agua
disponible en un dispenser en la sala, para que me lo alcancen en una jarra. Quedé
sorprendido pues me habían explicado que el agua se suministra en recipientes cerrados y
descartables….le agradecí su amabilidad ya que me dijo que cualquier queja la llame sin
inconvenientes. Esto último sí que era un inconveniente, ya que como me había llamado la
secretaria hubo varias personas molestas que me taladraban con su mirada (puede que
estuviera yo algo paranoico, si hay algo que no quiero, es que el personal se sienta mal,
además que estábamos en sus manos, encerrados en esa habitación por protocolo. Me sentía
como el “buchón” de la sala haciendo que “caguen a pedo al personal” cuestión parece
bastante frecuente con los directivos de escritorio.

Día 5 Martes 12
Un detalle, pasamos de la NEO, que ahora la prepararon con oxígeno central, a esta sala
donde nos esperaba un tubo de oxígeno para la bigotera. Mi función era mantenerlo en “2” a
medida que el tubo se iba vaciando, y por lo tanto disminuyendo la presión.
Como me recomendó ayer el doctor, la siento a la orilla de la cama a mamá para que le
trabajen mejor los pulmones. Ayer me dijo que pasaría un kinesiólogo, no cuando pasaría.
Como me siento algo cansado, tratamos de conseguir alguien que me reemplace, ya que se
puede complicar mi recuperación si estoy estresado y me resulta difícil centrar la atención en
mamá pues permanente mente se quiere sacar el oxígeno, confundiéndolo con sus anteojos,
Dios me guarde que hubiera pasado si estaba sola en la habitación sin oxígeno.
Las enfermeras siguen pasando varias veces al día para tomar los parámetros y administrar los
medicamentos. Me resulta difícil saber que medicamento siquiatrico le están dando, Faltando
algunos algún día. Uno nunca se lo suministraron y eso me daba ansiedad pues no sabía a
ciencia cierta que consecuencias tendría en la salud de mamá.
Bueno, imposible que me reemplacen, el isopado de Miriam dio negativo, así que le negaron la
entrada a la sala COVID, a apechugar y seguir.
Alguna noche duermo 3 a 5 horas, ya que constantemente, e ntredormida, se quiere sacar el
oxígeno y no se relaja para dormir ya que no le dan el remedio y se mueve mucho. También
siempre está el miedo que se despierte y desconoce, por eso implementé un luz tenue con un
repasador sobre la lámpara de mi cabecera, ya que sinó tengo la luz fuerte de la lamparita
sobre mi cabeza.
Me preocupa que se me terminaron las tabletas para mosquitos, y como tuve que tener la
ventana abierta, ha entrado una bandada interesante que puebla el cielo raso.
Bueno, hoy a la mañana llega ya no sé que número de médico, todos los días alguien distinto,
me ausculta pues ya me conoce de atenciones particulares, es otorrinolaringólogo y muy
profesional. Mamá sigue normal en sus parámetros, pero el doctor solicita que me incorporen
como paciente y me hagan una placa y nuevos análisis de sangre, comienzan a suministrarme
un antibiótico y un corticoide a partir de ese día cada 12 horas. No tengo más novedad durante
el resto del día (el médico vino temprano a la mañana), pero estoy saturando 97 o 98 cuestión
que si hay algo, parece leve. Mamá empeora un poco los parámetros, aunque parece que ha
superado lo peor, el doctor pide que le cambien de la bigotera a una máscara para que pueda
subir unos puntos la saturación de oxígeno, ahora paso de vigilar 2 a 4 y veo como la presión
del tubo baja más rápidamente, hay que estar más atentos. A la noche le pregunto a la
enfermera como se cambia el tubo y ella me explica que va a durar hasta medianoche, cuestión
que sucede así y ya está en el pasillo el tubo de repuesto que es cambiado al toque,
tranquilidad. A encarar otra noche de vigilia.
Noches de carcajadas y grititos femeninos de diversión, “paseos” en lo que parecen sillas de
ruedas, tipo 2 o 3 de la mañana, que recorren el pasillo lateral y hacen bastante ruido, mamá se
despierta y pregunta si son truenos. Luego de varias pasadas, todo se calma. Curiosamente, al
otro día colocan pasadores a las puertas vaivén para que nadie entre sin autorización, hasta
ese momento había bastante “alegría” por los pasillos en las noches…anécdotas.

Día 6 miércoles 13

Amanecemos con la visita de otro nuevo profesional, esta vez una doctora que conocía a
través de su marido que es Ingeniero como yo aunque de otra especialidad. Una felicidad de
ver un profesional conocido. Me ausculta y pide que me hagan una tomografía, cuestión que
me genera dudas, ya que ayer me sacaron las placas, me dice que cuanto la tenga me informa
de los resultados y la tomografía tiene más detalles del avance de la neumonía. Me la hacen a
las 15 30 y la doctora me llama rápidamente comunicándome que era una neumonía de Covid
pero leve, que seguiría con la medicación que me estaban suministrando.
Para esto, averiguamos si nos trasladamos a Junín ya que mamá había retrocedido algo, me
entero que PAMI es el Hospital el único que atiende y Junín debe ser sin mutual, como lo mío
es leve decidimos seguir aguantando acá, nos decían que faltaba poco ya que el viernes nos
llegarían a dar el alta.
Como todos los días, almorzamos muy bien, y siempre tengo los cubiertos descartables y en
juego de metal, que lavo en la bacha del baño con jabón de tocador. Como me siento algo
incómodo, ya que no me he podido duchar desde el sábado, decido lavarme la cabeza con un
jarro que hay en el baño y shampú que tenía en el bolso. Es otra cosa….
Aparece una pariente que podría cuidar a mamá ya que tuvo COVID, pero se tiene que hacer
los anticuerpos para que la dejen entrar, luego de varias consultas debemos descartarlo, yo
estaba bastante cansado, las noches de vigilia son agotadoras. Seguimos adelante.

Día 6 jueves 14

Hoy de madrugada renuncié a luchar con la máscara de oxigeno de mamá, priorizando mis
hora de sueño, debo haber dormido 3 horas entre las 3 o 4 de la mañana y las 7 que empieza
el movimiento. Menos mal que no es crítico ya que está saturando sin oxígeno en una zona que
no es crítica, aunque no deja de preocuparme.
Lamento como molesté a la médica de ayer, al haberme dado su número, consultando qué
remedios siquiatricos le estaban dando a mi mamá y con que criterios ya que no podía saberlo.
Realmente me sentí muy mal al darme cuenta que estaba en su casa, acostada, por dormir.
Fue la única medica que mantuvo un díalogo durante todo el día de ayer. Quedamos que hoy
nos comunicábamos para seguir la charla por mamá. Como a las 10:42 de la mañana la llamo y
me informa que me seguirá otra médica, que aparece por la mañana, no la conozco pero nos
revisa a los dos y no hay novedades.
Según me explicó unos de los médicos, hacen un grupo para colaborar con el Hospital y van
pasando un día cada uno (forman el equipo COVID) El problema es que cada médico tiene que
evaluar la situación y uno se siente inseguro de si está siendo un número o un paciente al no
tener un referente y no ser informado de manera sistemática y organizada, si no es
preguntándole a algún médico conocido que conozca al que nos vió. Ah! A la médica de ayer le
dieron las vacaciones, así que ella no iba a estar a partir de mañana, glup!
Esta última, ya perdí la cuenta de cuantos médicos pasaron, me dice que mañana vendrá otra
médica que va a estar a cargo del grupo de médicos COVID. Así que parece que pasará el día
sin novedad, ya que nadie da un parte médico, no se para que me pidieron tantas veces el
teléfono, sería interesante una llamadita para tranquilizar los ánimos. Me parece que el
paciente tiene que estar atendido, por algo está convaleciente de una enfermedad que no es
una simple gripecita y no se sabe como vendrá la mano. De todas maneras está la esperanza
que nos vayamos pronto a casa. A eso de las 11 hs me llama un médico conocido, que le han
informado que todo va muy bien y que tal vez mañana o el sábado nos den el alta. Mucha
emoción y esperanza y la expectativa de que pronto nos vamos a poder bañar….ya ha pasado
lo peor.
Consigo que mi sobrino me alcance las tabletas contra los mosquitos, así que emprendo la
batalla conectándolo con un triple al único enchufe. Al rato es un bombardeo de mosquitos en
picada, he triunfado!!
Tipo 15 30 se termina el segundo tubo de oxígeno, como no hay personal, encara la área un
voluntarioso camillero que ayudaba con entusiasmo en la atención de los COVID. Primero
cambia el regulador, luego de algunas maniobras. El problema surgió para abrir la válvula del
tubo, estaba durísima y solo teníamos una llave ajustable (teníamos pues pobre, tenía poca
idea de mecánica y yo le tiraba ideas) luego de hacer algunos esfuerzos no hay caso. Le pido
permiso y hago el último intento, aplicando brazo de palanca y logro abrir la válvula, con lo que
todo se soluciona y los dos contentos, yo aprendí como se cambia un tubo de oxígeno, la vida
es un eterno aprendizaje.

Día 7 viernes 15

Hoy me despierto con una experiencia no muy agradable, después de una noche tranquila me
vinieron nuevamente a sacar sangre, pero esta vez de la arteria, tal vez con el motivo del alta,
así que hago de tripas corazón y ahí fue la sangre de la arteria, duele bastante. Me dice el
técnico que es para evaluar con precisión la saturación en sangre.
Luego viene el desayuno, espero con ansias el te de la mañana, probé el café con leche pero
es leche con café, me quedo con la infusión. Hoy parece un día mas llevadero. Hay mucho
movimiento y aparecen los médicos conocidos, comunicándonos que nos vamos a ir mañana,
se renuevan las fuerzas! Además se renuevan los medicamentos siquiátricos lo que le da algo
más de estabilidad emocional, siento que hemos logrado pasar la prueba y mamá con sus 82
años y una salud de fierro, pasó también.
Dia8 sábado 16

Despertamos para el desayuno, aunque mamá con cierto trabajo, nos vienen a decir si nos
queremos ir, a lo que constesto un sí entusiasta.
Luego del desayuno mamá se desvanece o dormita, le cuesta incorporarse y no la puedo llevar
al baño que quiere ir a toda costa pero no se puede parar. Todo se complica, hay que
conseguir una chata, y solucionamos el problema…Me entra la duda si por este episodio de
debilidad repentina nos darán el alta. Mamá sigue postrada, la primera vez desde que estamos
Enel hospital que no se puede parar. Llamamos al médico y acordamos que nos iremos igual,
él opina que es normal este tipo de recaída, como si fuera baja presión. Seguimos los trámites
para irnos.
Finalmente, tipo 14 30 de la tarde, llamamos al chofer de la ambulancia y emprendemos el
retorno a casa, hemos ganado una batalla al COVID. Me siento muy agradecido con el
personal, que hace lo humanamente posible a pesar de tanto días con pacientes y los defectos
que pueden tener como cualquier persona. La bronca es contra la administración y dirección
del hospital. Esta infraestructura necesita de profesionales idóneos, que sepan manejar
recursos y personas para defender la salud de los Bragadenses. Hemos sentido en carne
propia, como giles que confían en un Estado que los decepciona permanentemente, como si
los pobres y los jubilados se tienen que conformar con las cucarachas, la falta de higiene o
mantenimiento de toda la infraestructura, confiando en las donaciones de una cooperadora y
del comité de crisis armado con gente de buena voluntad, en lugar de poner una parte del
presupuesto de miles de millones de pesos al servicio de los pacientes bragadenses que deban
concurrir al nosocomio como único lugar de atender la pandemia. Eso sí, si nos queremos ir
estamos en todo nuestro derecho, pero para eso hay que tener plata. Plata que tienen todos los
que han hecho donaciones millonarias ‘(hay gente que ha contribuido de corazón con un
cartoncito de lotería) y si le preguntas en off, te dicen que cuanto tengan unas liñitas de fiebre
se disparan a otro lado para que los atiendan, no se quedan en bragado ni locos, por que será.

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