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Hola, como estas? Yo afortunadamente bien.

Se me ocurrió esta forma de contarte una historia. La historia de una vida.

No voy a hacer el psicoanálisis de la misma, pero me parece interesante en estos momentos de


aislamiento, contarte como es estar preso en libertad.

Hace unos meses, uno veía un ´paisaje y lo admiraba, las plantas, el cielo, los animales.

Hoy después de mas de 130 dias de aislamiento obligatorio, veo una imagen de la naturaleza y
se me llenan los ojos de lagrimas. Como amo este planeta. Es mi casa. Muchos trasnochados
llenos de guita en lugar de gastarla en hacer un mundo mejor, planea como ir a joder a otro
planeta. Ojala se vayan y sean felices.

Tenemos padres, hermanos sobrinos, hijos nietos.

Son solo estúpidas imágenes en aparatos electrónicos ( ojo, mis viejos ni saben usar el
whatsapp…los remito a gente rota te Gabriel Lucero)

Tenes una pareja de años, no vives con esa persona tan especial y que te hace sentir tan
especial, no podes sentir un abrazo, una caricia ni un beso. I hablar de amigos, con los cuales
haces intercambio de enfermedades por teléfono para estar al día sobre quien esta mas
jodido.

Así transcurren los días, no sabiendo si es lunes martes o sábado. Salvo por el teletrabajo.

Ese incordio que inventaron para joderte aún más la vida.

Ya no solo tienes que vivir en una prisión de lujo, además quieren saber cómo trabajas, como
haces, que maquina de mierda usas y si la mierda de internet que tienes es estilo corporativo…
porque tiene que funcionar a full, pero lógicamente con tu sueldo pagas …el más barato.

Y no te enfermes. Porque lo único que vas a tener es COVID 19.

Soy enferma cardiaca. Nada grave, una insuficiencia cardiaca, que hasta febrero de este año
venia bajo control. Apareció la pandemia. No puedo hablar por todos los médicos, solo voy a
hablar de la mía, cascarrabias, pero me llevaba bastante bien. Soy hipertensa.

Tomo una colección bastante cara de pastillas, hice el tramite en mi obra social y por ser
enfermedad crónica, me cubre el 90 % del gasto, siempre y cuando la médica complete un
formulario que tengo que llevar a una farmacia a 40 cuadras de mi casa. Los 4800 pesos del
medicamento me impulsan a hacerlo.

Abril, necesitaba el medicamento. Como todos los médicos decían que hacían consultas
virtuales, le mande un mail a la doctora para que, además de la receta del medicamento, me
completara la planilla de marras para ir a retirar el remedio. No, solo recetas de urgencia, me
contesta.

Le respondo que mi enfermedad es crónica, y que necesito el medicamento, que es muy caro,
si me puede llenar la planilla. No. Me manda la receta, pero el resto después de la pandemia
(¡!) que la doctora ya me lo había dicho ( jamás me informo nada, nunca pedí recetas por mail,
ni sabia ningún procedimiento, que me dijo tenia que seguir) Me pide foto de mi credencial,
que mando prontamente, liso, no será con todo el descuento que me corresponde pero el
menos con el 40 de ley.
A las dos semana recibo un mail amenazante que debía mandarle nuevamente mi credencial
por foto porque ha Obra Social lo pedía, por la consulta virtual que había tenido (¿¿), y que si
no lo mandaba, no me hacían mas recetas para los medicamentos ESCENCIALES que yo estaba
tomando.

Me pareció una falta de respeto, ya que yo en el momento de hacer la receta ya le había


mandado mi credencial, pero aparte NO HABIA HABIDO NINGUNA CONSULTA VIRTUAL, solo
pedí un medicamento y casi tengo que rogar para que me haga la receta, que para cualquier
lego en el tema es un acto médico, no otra cosa. Me pidió que me busque otro cardiólogo,
porque no me iba a atender más. En plena cuarentena. Me quede sin atención médica.

Por supuesto consulte con otro médico clínico que me recomendó que, antes de no tomar
nada tome Losartan, cuyo precio es la tercera parte.

Pasaron los meses, llega Julio. Y con Julio, la bronquitis de todos los años.

Todos los años, tengo los mismos síntomas, en algun momento ante la falta de pericia medica
termine con neumonía, pero nada que con un buen tratamiento no pueda superar. Pero este
año, fue la excepción.

Los médicos están preocupadísimos por contagiarse ellos, igual que el personal de enfermería.

El instinto primitivo del hombre es la preservación de la vida. ¡Pero vamos! ESTUDIASTE


MEDICINA, ¡NO MECANICA DE AUTOMOTOR!, tu cliente es un paciente, una persona
enferma. Si no queres atenderla, metete en tu casa y deja que algún medico con los huevos
bien puestos, trabaje.

Empiezo con los conocidos síntomas, aclaro que jamás sali de mi casa, desinfecto
absolutamente todo, o sea bajísima probabilidad de Covid 19.

Me manejo con los medicamentos que tenia en casa de casos anteriores, pero no cede. El
sábado a la mañana levanto a mi hija y me voy al sanatorio, ya me faltaba el aire, un poco,
pero mejor prevenir que lamentar. ERROR.

Hay una carrera que se llama Administración de servicios de salud, lo se porque la estudie y
tengo el titulo. Esa carrera, mediante estrategias administrativas se organizan áreas de salud
para el correcto desempeño del profesional sanitario.

El sanatorio Anchorena no lo debe saber. El cráneo que organizo “el triage” sistema de
clasificación de casos, se quedo ahí, y no profundizo como tratar los casos sospechosos de
infección respiratoria.

Una enfermera pregunta cuales son los síntomas, uno se lo dice, con la seguridad que se van a
tomar las precauciones del caso, todavía no tenes confirmación que sea Covid19, pero uno
entra en una bolsa de gatos con todo lo que entra por la puerta.

Ahí uno sufre una transformación. De persona a bicho.

Me hacen pasar a un consultorio, me escuchan los ruidos de mis pulmones, les digo que no
tengo coronavirus porque NUNCA Sali de mi casa ni estuve en contacto estrecho con
enfermos….no importa, te mezclan con gente que posiblemente si tengan coronavirus, o no,
pero no sabes, porque aparece una persona y te hace el hisopado. Te sientan en un sillon con
varias personas que esperan un traslado, igual que yo, a no se que lugar. De las 11 de la
mañana que estuve esperando hasta las 16,45, la gente entraba y salía de la habitación, con
/sin covid, no se, pero los mas de cien días de aislamiento, me los metieron en el trasero, bien
envuelto.

Me llevan a una habitación tan ridículamente acondicionada para esperar que creo que daba
gracia. Una habitación enorme con una cama y una mesa de luz vacía, un escritorio en la otra
punta con un teléfono, un oxímetro y un termómetro electrónico.

Hacían tantas horas que había estado esperando que me apoye en la cama plástica y me
quede profundamente dormida. Me llamaban por teléfono y tenia que salir corriendo a
atender, era la doctora que me pedía me tome la temperatura y la saturación de oxigeno, a
cada rato, hasta que mi oxímetro dio 83. Claro, nadie atendia mi bronquitis, ni me dieron
medicamentos NADA.

Me pide derivación de nuevo al Sanatorio Anchorena. Tenia 20/10 de presión.

Abro la ventana para tomar aire. Me llaman dos veces por teléfono. La primera para avisarme
que me vienen a buscar. La segunda para que saque por la puerta el oxímetro y el
termómetro…epa! No será mucho??Mirarme a mi no, pero por favor que el oxímetro no
desaparezca ( además iba al Anchorena, no a mi casa)

Llego la ambulancia, me hacen baja y tanto el medico como el chofer me abren la puerta de
atrás y me dicen “Siéntese ahí. Pensé: ¿donde? en la silla, el sillón o la camilla. No hablemos
que me ayuden a subir a la ambulancia ni que tomen mi bolso para ayudar. No uno es el bicho.

Me puse en una camilla, y a las pocas cuadras llegamos, entramos por una entrada de
ambulancias.

Mientras esperábamos para entrar, el profesional medico y el chofer, a las claras venezolano,
hablando obsenidades entre ellos supongo de alguna actriz o showoman del momento. Por
que tenia que escuchar sus delirios rayanos a masturbatorios desconozco, hasta que por fin
abrieron la puerta y una persona OH SORPRESA ME AYUDO A BAJAR.

Cabe destacar que entre las idioteces que decían se despachaban a gusto diciendo que yo no
tenía nada.

Llego a la guardia y constatan que mi tensión arterial es 18/10, bajo nivel de oxígeno, ruidos al
respirar me piden una tc de tórax, que aparentemente sale bien.

Me conectar aun monitor que como mi corazón estaba al galope irregular, molesta a los tres
ocupantes de la habitación: dos muchachos con neumonía y una señora con Covid +
confirmado. Bien, habia caído en el paraíso del contagio.

La señora de al lado mío, separada tan solo por un biombo metálico y plástico, no hermético,
todo el tiempo hablando por teléfono, muerta de risa y quejándose del ruido de mi monitor
cardiaco.

Me dieron medicación, me sentí un poco mejor. Dos de la mañana, me quede dormida.

Nunca supe que tuve, que había pasado, nadie me hablaba ni a ninguno de los que estábamos
en la habitación. La que hablaba hasta por el codo era la que tenia coronavirus, y a la que le
habían solicitado el suero por la mañana, estaba de vacaciones, la gran perra, nosotros tres
hechos pelota. Nunca vi limpiar la habitación-Tuve la suerte de tener una mesa para comer,
para apoyar jeringas, frascos de insulina, gasas con sangre, o sea como a la señora por la
enfermedad le había subido el azúcar a 480 le dieron insulina, y ahí quedo, sin heladera, todo
el día, por supuesto que inutilizada, ya que la insulina requiere frio para su conservación.

Las esposas de los muchachos acostados en las camas de enfrente ( cabe destacar que
estábamos desnudos del torso para arriba ya que nos ponían camisolines que son como
baberos para chicos pero mas largos) y sus esposas les informaban que tenían que les iban a
hacer , ya que a nosotros NADIE NOS HABLABA, NI EXPLICABA NADA. Uno de los muchachos
lloraba. Yo no. Yo registre hasta el ultimo detalle. Porque me sentí manoseada, abandonada,
destratada, maltratada, por la gente que estúpidamente aplaudia desde mi balcón, a la que, o
único que le importa es no contagiarse, no le importa atender al paciente, que, como yo
éramos Covid -, los dos muchachos y yo, a ellos los hisoparon tres veces ambos con neumonía,
y con una paciente Covid+ a escaso metro, y que se paseaba por la habitación porque se sentía
bien.

Una mención aparte era el baño.

Para poder ir al baño, los CUATRO que estábamos en la habitación, teníamos que llamar a los
gritos a la enfermera, para que despejen los 10 metros hasta la otra habitación donde habían
dos pacientes internados más, supongo con COVID al igual que la señora que era positiva iba al
mismo baño. Papeles que rebalsaban de un cesto al costado del inodoro, la mesada mojada y,
creo un baño público de estación de servicio estaba en las mismas condiciones, (o mejores).

La comida

La comida era entregada en bolsas de plástico, esas que están prohibidas en los
supermercados, revoleadas de la manija, y te caía a mi en la mesa, si era el desayudo, buen si
no se olvidaban de dejarte el agua caliente podías tomar lago además de las galletitas horribles
de los sanatorios.

Al mediodía el clásico revoleo, pero como estaban los alimentos en contenedores plásticos
descartables llegaban medianamente en condiciones comestibles. JAMAS RETIRABAN LOS
RESIDUOS. Yo los metía en la bolsa y los ponía en el piso. Éramos 4 en la habitación, y 4
comidas diarias. El estado de la habitación era verdaderamente un asco, aparte las bolsas con
residuos patológicos por todos lados, porque nos sacaban sangre a cada rato y siempre los
algodones son olvidados…arriba de mi mesa.

Tal era el apuro de hacer las cosas que siempre las hacían por la mitad.

Por la tarde aparece una enfermera más elocuente.

Llega una doctora que me dice que mi hisopado era negativo (nada nuevo para mi) y que me
iba de alta, pero que me quedara tranquila, que pronto iba a volver.(¡!) Ah y mi bronquitis????
bien gracias. Me trajeron una aerocámara con dos aerosoles para la bronquitis.

La doctora me hace salir al pasillo a sentarme en una silla para darme epicrisis, una orden para
ver a un cardiólogo y a un neumólogo, no sin antes decirme que tenia cuarentena hasta el 29.

O sea seguía en cuarentena.

Volví a casa, con serio riesgo de haberme contagiado en el sanatorio, lo que vería en las
próximas horas. Pasaron los días, con los aerosoles la palie bastante bien pero a los 8 días
empecé con fiebre. Si era coronavirus, era del sanatorio.
Fui a una médica clínica de mi obra social, que me insulto de formas desconocidas hasta ese
momento para mí, solo porque le pedí me diera algo para el corazón, porque sabia que con
133 pulsaciones en reposo y una presión de 84/45 no era normal. Me quiso sacar del
consultorio con la seguridad, ella estaba vestida de astronauta, supongo porque pensaba que
el coronavirus era un bicho taladro, pero yo no tenía coronavirus, ni tuve jamás.

Llamo a Emergencia por no se cuantas veces, y por fin viene a mi casa una doctora, a la que le
agradezco hoy estar bien, SOLO ME DIO UN ANTIBIOTICO PARA LA BRONQUITIS, que era lo que
necesitaba hace dos semanas.

Pasaron dos semanas y media de la pesadilla de la internación.

Pido turno con un cardiólogo para que me ajuste la medicación que no esta controlada desde
febrero.

Entro al centro médico, con dudosos controles de salud al ingreso, y espero mi turno.

Con sorpresa, un medico sale como loco del consultorio pidiendo a gritos el equipo de
seguridad que la paciente que tenia en el consultorio era sospechosa de coronavirus ( el
equipo de seguridad se pone antes, no después que atendiste al paciente viste?)

Se acerca la hija, y le explica al doctor” DOCTOR MI MAMA NO TIENE CORONAVIRUS, TIENE


INSUFICIENCIA CARDIACA Y TUVO BRONQUITIS, PERO COMO NO LA ATENDIERON SE LE HIZO
UNA NEUMONIA, PERO YA ESTA BIEN, FUE HACE UN MES, AHORA NECESITA QUE LA
CONTROLEN DEL CORAZON”, obviamente, el médico, con la soberbia que caracteriza a alguno
de ellos le contesto “señorita en terapia tengo 27 pacientes con coronavirus, se bien lo que
digo” Mierda! Con los ojos vio el virus. Aparentemente era mi médico. Me levanté y me fui.
Por dos razones: si atendió a la pobre señora y en realizada tenia coronavirus, el doctor tenia
que desinfectarse para no contagiar ya que solo tenia el guardapolvo cuando la atendió.

Segundo, era LO MISMO que me paso a mí, por lo tanto el todopoderoso facultativo
consideraría lo mismo, y ya no respondo de mi paciencia para seguir aguantando la estupidez
humana, creo le hubiese dado un bife en su cara arrogante, y gritado para que me oiga el
mundo.

La mentira

No dudo que ser medico en un momento de incertidumbre es terrible.

Fue terrible e la segunda guerra mundial, cuando había que salvar jóvenes soldados
destrozados que pedían por su mama.

Fue terrible curar gente que había estado meses encerrados en campos de concentración a
merced de todas las enfermedades.

Pero el ser humano es un portento. A pesar de los médicos.

Renace de las cenizas o fenece.

Hoy vemos en tv médicos llorando porque se les mueren los pacientes en España, porque se
llenan camiones de cadáveres de fallecidos vaya uno a saber de que, y aplaudimos por lo que
se juegan la vida por sus semejantes….SEMEJANTES A QUE? A pedazos de carne, porque les
importa muy poco de lo que muereren si ellos se salvan.
Yo entiendo que el preservar la vida es un instinto primario. Pero si estas cagado en las patas,
no seas médico. Se investigador, laboratorista o cortador de telas, pero no medico.

Medico fue Maimónides, si Moshé ben Maimón, que a pesar de cualquier problema personal
ni un solo de sus días se dejaba de ocupar de sus pacientes. Nunca dejo a nadie sin atención,
pobre, rico, lindo, feo, HUMANO, cada día de cada vida tiene un valor que es imposible de
calcular con todo el oro del mundo. Y el que no piense así, no merece ser emulo del Rambam.

Su fervor para aprender, su amor por la vida humana lo llevó a salvar miles de vidas y ser
inspiración para vidas futuras.

Atrás de cada persona hay un mundo.

No seas medico si lo único que te importa es el sueldo.

Podes ser ingeniero, arquitecto o decorador de interiores.

Hoy la medicina esta tan pero tan lejos de Maimónides, como estamos de colonizar Marte.

La gran diferencia que lo primero es fundamental, lo segundo puede esperar.

Hasta acá el relato

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