En nuestra formación para el Ministerio de la música y el canto, tendremos como
referencia las orientaciones y criterios del Concilio Vaticano II (1962-1965), para la renovación de la Liturgia en la Iglesia. 1
Para ello es importante preguntarnos ¿Qué es la liturgia?
Es la acción de la Iglesia en donde se realiza la obra de la salvación. Hace explícita la presencia de Cristo a través de los sacramentos, en la misa, en su Palabra y en la oración. Es el ejercicio del sacerdocio de Jesús, en donde los signos visibles significan y realizan la santificación del hombre. La liturgia no agota la actividad de la Iglesia, es necesario vivir en dinámica de conversión, de conocimiento de Jesús a través de la catequesis y de una permanente lectura de los signos de los tiempos para inculturar el Evangelio. (Cf S.C. 6, 7, 9, 10, 11).
¿Qué más nos dice el Vaticano II sobre la Liturgia?
Toda celebración litúrgica es acción sagrada no igualada por otra.
La liturgia terrenal es anticipo de la liturgia celestial. Los pasos previos para la acción litúrgica es la fe y la conversión. La participación de los fieles en la liturgia debe ser consciente, activa y fructuosa. Los tiempos litúrgicos marcan la espiritualidad de la acción litúrgica. El Concilio habla de la necesidad de la educación litúrgica en los fieles y conocer las reformas litúrgicas. Es importante fomentar la vida litúrgica y la pastoral litúrgica, vivir la Eucaristía, los sacramentos y sacramentales, el oficio divino y el año litúrgico.
¿Qué nos dice acerca del canto litúrgico?
Acerca del canto litúrgico dice que los cantores
desempeñan un auténtico ministerio litúrgico, por lo tanto deben estar instruidos debidamente. Los cantores promoverán la participación activa de los fieles porque el canto es respuesta a Dios y alimenta la fe. Acerca de la MUSICA SACRA el Concilio considera que ella es parte necesaria de la liturgia. La música será más santa en cuanto esté más unida a la acción litúrgica. Pide que se fomente la “schola cantorum” (escuela de cantores). Los fieles participarán con el canto. Debe haber profesores encargados exclusivamente de la música sacra. A los cantores hay que darles educación litúrgica. El gregoriano es la música de la liturgia. Los otros géneros son aceptables siempre que concuerden con la liturgia. Se privilegiará el órgano de tubos que solemniza esplendorosamente las ceremonias. Puede haber otros instrumentos de acuerdo al criterio y consentimiento de la autoridad eclesiástica. 2 El Concilio pide fomentar el canto religioso popular para que, valorizando la expresión cultural de cada pueblo y la participación de los fieles en el canto. Los compositores deben cultivar la música sacra que comprometan la participación de los fieles y que esté inspirada en las Sagradas Escrituras. Dentro de la liturgia el Concilio termina enfocando el arte y los objetos sagrados. Y añade un apéndice acerca de la revisión del calendario. (Cf. SC. 112-121).