Ensayo primer capitulo del

Sacrosanctum Concilium
La constitución sobre la sagrada liturgia, por su nombre en latín
“Sacrosanctum Concilium” contiene 130 numerales, y fue el primer
documento aprobado por el Concilio Vaticano II, promulgado el 4 de
diciembre de 1963; esta constitución contiene un jugoso programa de
reformas de la liturgia, valorando sumamente su función, que es guiar al
pueblo de Dios en su peregrinar por la tierra, por tanto, los sacerdotes y
laicos, debemos de educarnos en la liturgia.

Las reformas que integra esta constitución, se encuentra, la simplificación

de ritos, además de poderse celebrar la santa eucaristía en la lengua de
cada país; en los sacramentos y sacramentales, se reformaron los ritos de
todos los sacramentos, se presento el año litúrgico dividiéndolo en adviento,
navidad, cuaresma, pascua, pentecostés, tiempo ordinario, además de
definir la fiesta de los santos y de la virgen, se definió que la música
sagrada debe de servir como expresión de plegaria y en cuanto al arte
sacro nos invita a que las obras nos deben de llevar a tener un encuentro
con Dios.

En este importante documento, se habla sobre el ejercicio piadoso, que

invita, además de vivir la sagrada liturgia, a también tener momentos de
oración en nuestra vida personal; sobre ello, se invita a las diócesis y
parroquias a fomentar una vida litúrgica, pues dedica dos numerales, donde
el obispo es cabeza de la sagrada liturgia.

Sobre el misterio de la eucaristía, establece ciertos lineamientos para poder

vivir la santa misa pues, nos habla del misterio pascual, de la participación
activa de los fieles, revisión del ordinario de misa, mayor riqueza bíblica en
la misa, y recomienda que no se mira el momento de la homilía, se agrega
la oración de los fieles y permite participar de la celebración en la lengua
vernácula de cada pueblo.

Me llamo mucho la atención los lineamientos que se les dan a los

sacerdotes, pues les dedica dos numerales, que hablan sobre la
concelebración, conteniendo una serie de recomendaciones para los
sacerdotes que pretendan concelebrar una misa, pero, así como se da esta
facilidad, también hay otras indicaciones que regularan las celebraciones,
por ejemplo el hecho de no celebrar la misa al mismo tiempo, ni en la misma
Iglesia, ni en la misa del jueves de la cena del Señor.