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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA ANTIGUA Y MEDIEVAL

Máster en Filosofía Teórica y Práctica

TEXTOS DE FILOSOFÍA

Plotino (textos seleccionados en J. M. Zamora Calvo, La génesis


de lo múltiple, materia y mundo sensible en Plotino, Univ. de
Valladolid, 2009)

1. El primer principio de todas las cosas ha de ser superior a todas


las cosas que vienen después de él; de modo que, como es
lógico, será algo definido. Esta delimitación la explica porque es
solitario y carece de necesidad; la necesidad se da tan sólo en
los seres posteriores al principio, sin que esto suponga violencia
de éste hacia aquéllos. (Enéadas VI, 8 [39] 9, 11-14) (J. M.
Zamora, p. 26)

2. Convendrá pensar, pues, que más allá del ser está el Uno, tal
como hemos querido mostrarlo con nuestro razonamiento y en
la medida en que es posible hacerlo. A continuación, habrá que
colocar el ser y la Inteligencia, y, en tercer lugar, la naturaleza
del Alma. Como estas tres realidades están en la naturaleza de
las cosas, hemos de pensar que se dan también en nosotros.
(Enéadas V, 1 [10] 10, 1-6) (Zamora, p. 28)

3. Por eso la Inteligencia, una vez que hubo dado algo de sí


misma a la materia, fue creando todas las cosas impávida y
serena. Mas ese don no es otro que el logos emanado de la
Inteligencia. Porque lo que dimana de la Inteligencia es el
logos, y dimana perennemente mientras la Inteligencia está
presente en los seres. (Enéadas III, 2 [47] 2, 115-18)
(Zamora, p. 36)

4. El Uno no es ni todas las cosas, pues entonces ya no sería Uno;


ni la Inteligencia, pues, de este modo también sería todas las
cosas, ya que la Inteligencia es todas las cosas; ni el ser,
porque el ser es todas las cosas. (Enéadas VI, 9 [9] 2, 32-35)
(Zamora, p. 44)

5. Nuestras teorías no tienen nada de nuevo y no son de hoy; han


sido enunciadas hace mucho tiempo, pero sin ser desarrolladas,
y nosotros no somos más que los exégetas de estas viejas
doctrinas, cuya antigüedad nos es atestiguada por los escritos
de Platón. (Enéadas V, 1 [10] 8, 10-14) (Zamora, p. 50)

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6. Pero si el Uno es indispensable para la existencia de cualquier
ser (porque no hay ser alguno que no sea uno), el Uno es antes
que el ser, e incluso engendra el ser. Por lo que es “Uno-ser”, y
no primero ser y luego uno; porque en el “ser y Uno” habría
multiplicidad, pero en el “Uno” no está contenido el ser, si no
hacemos referencia expresa a su propensión para engendrar el
ser. (Enéadas VI, 6 [34] 13, 50-54) (Zamora, p. 60)

7. La conclusión es que el alma tiene que ser así: “una y múltiple”,


“divisible e indivisible” y que no hay que ser incrédulos como si
fuera imposible que una misma y sola cosa esté en muchas
partes. (Enéadas IV, 2 [4] 2, 39-42) (Zamora, p. 63)

8. [La vida] se limita porque es una unidad múltiple. Cada


elemento de la multiplicidad tiene su límite, ya que, por la
multiplicidad de la vida recibe un límite, y por este límite es
uno. ¿En qué consiste la unidad que resulta del límite? ¿Acaso
en la Inteligencia? La vida que ha recibido un límite es la
Inteligencia. (Enéadas VI, 7 [38] 17, 22-26) (Zamora, p. 86)

9. Síguese forzosamente que la materia es lo ilimitado, pero no en


el sentido de ilimitado por accidente y porque lo ilimitado le
sobrevenga accidentalmente. Porque, en primer lugar, lo que
sobreviene a algo accidentalmente tiene que ser logos. Ahora
bien, lo ilimitado no es logos. Además, ¿a qué ser le
sobrevendrá lo ilimitado? Al límite y a lo limitado. Ahora bien, la
materia no es algo limitado ni límite. Pero, además, lo ilimitado,
al devenir a lo limitado, destruirá su naturaleza. Luego lo
ilimitado no es un accidente de la materia. Luego la materia
misma es lo ilimitado. (Enéadas II, 4 [12] 15, 10-17) (Zamora,
p. 87)

10. Pero puesto que solemos hablar del principio ordenador


como doble: de un lado, como el demiurgo, y de otro, como el
Alma del universo, así también, al hablar de Zeus, nos
referimos a él unas veces como al demiurgo y otras como al
Rector del universo. (Enéadas IV, 4 [28] 10, 1-4) (Zamora, p.
104)

11. ¿Quién ha engendrado a este dios múltiple? Lo simple y


anterior a ella, la causa de su ser y de su multiplicidad y que
produce el número. Porque el número no es lo primero, sino
que el Uno es anterior a la díada, pero la díada es segunda y
engendrada por el Uno, y éste la define, pero ella por sí misma
es indefinida. (Enéadas V, 1 [10] 5, 3-8) (Zamora, p. 128)

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12. Si, pues, las Formas son muchas, forzosamente habrá en
ellas algo común, y habrá además algo propio, aquello por lo
que difiere una de otra. Pues bien, esto propio, o sea, esta
diferencia separadora es la propia conformación. Pero si se da
conformación, se da lo conformado, a lo cual es inherente la
diferencia. Luego también se da una materia que recibe la
Forma y es el sustrato en cada caso. (Enéadas II, 4 [12] 4, 2-
7) (Zamora, p. 144)

13. Así pues, todos los Seres primarios están en acto, porque
tienen lo que tienen que tener y lo tienen de sí mismos y
siempre. Y lo mismo el alma que no está en la materia, sino en
la región inteligible. Pero aun el alma restante, la que está en la
materia, está en acto; por ejemplo, la vegetativa, porque aun
ésta es en acto lo que es. (Enéadas II, 5 [25] 3, 31-34)
(Zamora, p. 168)

14. Cuando la Inteligencia contempla el Uno, no lo contempla


como Uno, si no, no se hace Inteligencia. No, sino que la
Inteligencia, aunque comenzó como algo uno, no perseveró
como comenzó, sino que sin darse cuenta se hizo múltiple,
como quien está sobrecargada, y se desarrolló a sí misma
deseando poseer todas las cosas - ¡cuánto más le valiera no
haber deseado esto, porque así es como se hizo segunda!
(Enéadas III, 8 [30] 8, 31-36) (Zamora, p. 198)

15. Por consiguiente, la materia no es un requisito tanto para


la cualidad como para la magnitud. Luego también para los
cuerpos. Y no es una palabra sin sentido, sino que es un
sustrato, aunque exista invisible y aunque exista sin magnitud.
(Enéadas II, 4 [12] 12, 20-23) (Zamora, p. 268)

16. En realidad, no hubo un tiempo en que este universo no


estuviese animado, ni hubo un tiempo en que el cuerpo
subsistiese en ausencia del Alma ni un tiempo en que la materia
estuviese desordenada. Pero es posible concebir una situación
así separando mentalmente un componente de otro. Porque
todo compuesto es susceptible de ser analizado en sus
componentes por el logos y el pensamiento. (Enéadas IV, 3
[27] 9, 15-20) (Zamora, p. 332)

17. Porque no es verdad, como creen algunos [los estoicos],


que el Alma engendra la Inteligencia, una vez alcanzada la
perfección. ¿Cómo entonces, un ser en potencia podría estar en
acto, si no existiese causa alguna que le lleva al acto? (…)
Conviene admitir, por tanto, que los seres primeros están en
acto y que no sólo se bastan a sí mismos, sino que son
perfectos. Los seres imperfectos son posteriores a ellos y

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reciben su perfección de los mismos seres que los generan,
como de padres llevan a su estado perfecto a unos hijos que
han nacido imperfectos. (Enéadas V, 9 [5] 4, 3-10) (Zamora, p.
374)

18. Al ver las bellezas corpóreas, en modo alguno hay que


correr tras ellas, sino, sabiendo que son imágenes, rastros y
sombras, huir hacia aquellas de las que éstas son imágenes.
Porque si alguien corriera en pos de ellas queriendo atraparlas
como cosa real, le pasará como al que quiso atrapar una
imagen bella que bogaba sobre el agua, como con misterioso
sentido, a mi entender, relata cierto mito: que se hundió en lo
profundo de la corriente y desapareció. (Enéadas I, 6 [1] 8, 6-
12) (Zamora, p. 404)

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