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Sumario
Editorial. Pág. 3.

“Leonardo Da Vinci: sus muchos saberes y la naturaleza”


Por Esteban Ierardo. Pág. 5.

“Lo sagrado en el Egipto Antiguo. Aspecto funerario de su


ISSN 2683-6904
religión” (Parte II)
Por Sergio Fuster. Pág. 18. Año III N- 17 Diciembre 2021

Staff:
Historia de la Medicina
Dirección:
“¿Lobotomía en Eva Duarte de Perón? Neurocirugía en la última María Teresa Fuster
etapa de su vida (1952)
Redactor principal
Por Augusto Soiza Larrosa. Pág. 31. Roberto L. Elissalde

Redacción:
Historia Colonial Sergio Fuster

“La casa de Niños Expósitos: Infancia y abandono” Comité científico:


Néstor Careaga Alfonso
Por María Teresa Fuster. Pág. 46. Fernando Chao+
Jorge N. Di Nucci
“Alexander Guillespie: el cronista de las invasiones inglesas” Olga Fernández Latour de Botas
Susana Frías
Por Alejandro Murguia. Pág.57. Héctor Patiño Gardone
Mary Monte de López Moreira
Arqueología M. Cristina Scomazzon
Eduardo Trigo O’Connor d’ Arlach
Juan Eduardo Vargas Cariola
“Pico Do Castelo, Facho, Mazarico y Branco: Montes
emblemáticos de la Isla Atlántica de Porto Santo” Corrección:
Eduardo Fusero
Por Constanza Ceruti. Pág. 65.
Diseño:
Aniversarios Demis Juliá

San Blas 5158 CABA CP 1407.


“José Ignacio de la Roza. Un patriota, una vida olvidada”
Por Esteban Ocampo. Pág. 76. Mail: revistahistopia@gmail.com

© 2019. Registro de propiedad


“Colastiné, el sangriento combate que definió un período de las intelectual. Ley 11.723. Se puede citar
cualquier parte del contenido de la
guerras civiles argentinas” presente publicación siempre y
Por Luis Fernando Furlan. Pág. 84. cuando se mencione la fuente.

“Bicentenario de Bartolomé Mitre (1821-2021)”


Por Gustavo A. Brandariz. Pág. 87.

Reseñas por sus propios autores

“Los escritos del coronel Pedro Andrés García”


Por Emiliano Tagle. Pág.96.

2
Editorial
En éste último número del año, Revista Histopía va a abarcar una variedad de
interesantes temas de nuestra historia y de la historia universal comenzando con un
reconocimiento a uno de los hombres que más ha aportado con su sapiencia al avance de
las ciencias, el arte y la tecnología nos referimos al gran maestro Leonardo Da Vinci
mediante un trabajo del filósofo e historiador Esteban Ierardo. Continuaremos con un
profundo estudio sobre la religión del antiguo Egipto de la mano de Sergio Fuster.
Mientras que en la sección Historia de la Medicina el Dr. Soiza Larrosa nos hablará de la
enfermedad de Eva Perón y el apasionante debate sobre si se le practicó una lobotomía
o no.
En la sección Historia Colonial recorreremos con Teresa Fuster el desarrollo de una
institución señera de la sociedad virreinal rioplatense como fue la Casa de Niños
Expósitos y Alejandro Murgía nos hablará sobre Alexander Gillespie, el cronista de las
invasiones inglesas en Buenos Aires. Mientras que en la sección Arqueología
realizaremos un recorrido por la arqueología de montaña en Europa de la mano de la
científica argentina Constanza Cerutti.
Revista Histopía no puede cerrar este año sin rendir homenaje a tres bicentenarios: el
de la batalla de Colastiné (16 de abril de 1821), al nacimiento del general Mitre (26 de
junio de 1821) y de la Independencia de la hermana República del Perú (15 de julio de
1821). Así, de la mano de Luis Fernando Furlán reflexionaremos en el sangriento
enfrentamiento de Colastiné, Gustavo A. Brandariz nos hablará de otro aspecto de la vida
de Bartolomé Mitre y Esteban Ocampo nos recordara a José Ignacio de la Roza que tanto
tuvo que ver con la Independencia del Perú.
De esta forma Revista Histopía cierra un año más difundiendo cultura gracias a la
colaboración de investigadores de primer nivel que confiaron en nuestra publicación para
dar a conocer sus trabajos y al apoyo e interés creciente de nuestros fieles lectores.
El Comité Editorial de Revista Histopía quiere agradecer el apoyo de todos y desearles
un Feliz Año Nuevo.

La Dirección.

3
Revista “Caras y Caretas”. Año 1905 (AGN)

4
LEONARDO DA VINCI
SUS MUCHOS SABERES Y LA
NATURALEZA
Por Esteban Ierardo1

En 1498 Leonardo hizo un viaje a los Alpes. Allí subió al Monte Rosa, la
segunda montaña más alta de Europa luego del Monte Elbrús. Un macizo en
la frontera suizo-italiana, con glaciales y varios picos de más de cuatro mil
metros de altura. Aun hoy día es una subida difícil. En tiempos de Leonardo
la subida habrá hecho sentir al gran florentino la sobrecogedora imponencia
del paisaje.
De hecho, en sus notas, Leonardo describe el profundo azul del cielo “casi
por encima de las nubes“, y las corriente plateadas de los ríos en el fondo de
los valles. La visión desde esa altura, varios siglos antes de la era de la

1
Escritor, filósofo, docente de la Universidad de Buenos Aires, autor de numerosos libros de ensayos,
ficción, novela. Creador del canal cultural Linceo en YouTube.

5
contaminación industrial debió de ser realmente espectacular. “Pudo ver los
cuatro ríos que riegan Europa: el Rin, el Ródano, el Danubio, y el Po”2.
Lo que Leonardo experimentó en la cumbre del Monte Rosa fue
seguramente una confirmación de su primera visión del mundo forjada en su
infancia, en la campiña toscana. Desde su edad temprana, su genialidad se
entonó en la directa observación del mundo natural.
Su condición de hijo ilegítimo motivó a su padre, Piero Vinci, a ocultarlo
en una granja en la aldea de Vinci, cerca de Florencia. Allí, el niño
“anómalo” pasó sus primeros años. Su nacimiento irregular condicionó su
educación futura. No disfrutó de la mejor educación de la época. Ésta solo
estaba destinada a los hijos de las familias de comprobado abolengo. No
accedió así a la universidad. Ni incorporó desde su infancia el latín, que aun
en ese entonces era el lenguaje de la diplomacia internacional, de la elite
cultural y la lengua de los tratados antiguos. Pero su marginación, su
autodidactismo, su mente heterodoxa, favorecieron su fuerza intelectual para
quebrar normalidades, límites estandarizados. El camino hacia las muchas
formas de saber que cultivó.
Hacia los muchos saberes y las analogías
Para el florentino, la fuente del conocimiento será siempre la experiencia de
lo extenso de la naturaleza, cotejable por experimentos, el resultado de
pacientes y repetidas observaciones. Un modo de ver ya típicamente
moderno. Lo real es lo que el ojo descubre y piensa, no saberes de una
tradición heredada que no se corresponden con lo observable.
Leonardo creció en el momento en el que las ciencias naturales se
desplazaban desde lo sobrenatural medieval y sus cielos invisibles hacia la
naturaleza. Y la naturaleza, para ser estudiada, reclamaba nuevos
instrumentos e inventos, relacionados con la óptica: y la necesidad de una
matemáticas diferentes a lo matemático pitagórico; ya no la mística del
número y las músicas de las esferas, sino cálculos que se aplican a áreas y
resistencias, superficies y alturas: cálculos también útiles para los requisitos
militares de la época: levantar fortificaciones, la balística; o las obras
hidráulicas de puentes y represas.
Y Leonardo recibió una cultura artística ya establecida, que adoraba la
antigüedad clásica. Su admirado León Batista Alberti (1404-1472),
secretario personal de tres papas, fue también matemático, arquitecto, poeta,
criptógrafo, lingüista, músico, arqueólogo, filósofo. Alberti: arquetipo de la
personalidad múltiple del humanismo renacentista. Alberti es el propio
Leonardo anticipado o, quizá, hecho posible. Porque la obsesión leonardesca
por determinar las medidas correctas del cuerpo humano, le venían de Marco
Vitruvio (80 a 15 a.C) a través de Alberti.

2
Capra, F., La ciencia de Leonardo. La naturaleza profunda de la mente del gran genio del Renacimiento,
ed. Anagrama, Barcelona, 2008, p.139.

6
Vitruvio fue autor de De architectura, los diez libros de arquitectura,
dedicados al emperador Augusto. La famosa Tríada de Vitruvio afirmaba
que los edificios públicos tienen que mostrar tres cualidades: deben ser
firmitas (sólidos), utilitas (útiles), y venustas (hermosos). Y la arquitectura
imita la naturaleza. La vivienda imita los nidos de aves y abejas. Para
Vitruvio, entonces, la arquitectura surge del estudio de las proporciones
correctas; y la máxima obra de arte de la naturaleza que, a su vez, la escultura
clásica tomará como un modelo orgánico a imitar, es el cuerpo humano. De
allí vendrá la inspiración para el célebre dibujo de Leonardo, Hombre de
Vitruvio o Estudios de las proporciones ideales del cuerpo humano (1490,
en Galería de la Academia de Venecia), acompañado de notas anatómicas en
pos de determinar, finalmente, el canon de las medidas o proporciones
perfectas del cuerpo humano.
La simetría del cuerpo es establecida por la geometría del círculo y el
cuadrado (ad quadratum). Y lo simétrico del cuerpo humano se corresponde
con la armonía del universo. El cuerpo no puede ser pensado fuera de la
geometría como pauta universal de orden o simetría en el universo. El cuerpo
dentro de la naturaleza.
Y todo el interés por este tipo de investigación anatómica le vino a
Leonardo por la difusión de De re aedificatoria, tratado sobre arquitectura
de Alberti, escrito en Roma, no dirigido a especialistas, y que tenía como
modelo justamente los diez libros de arquitectura de Vitruvio.
En las preocupaciones de Leonardo por la perspectiva también le precedía
la reflexión teórica de Alberti. Y en la práctica de la pintura, la perspectiva
lineal y atmosférica ya había empezado a plasmarse con Giotto y Massacio.
La representación en perspectiva remitía al mundo natural. Y, desde antiguo,
este mundo era relacionado con el mundo superior celestial por la analogía.
Leonardo partirá desde la analogía pero para superarla por un saber de la
autonomía de los procesos naturales.
Leonardo acude primero a la analogía entre el cuerpo de la tierra y el
cuerpo humano. Este último tiene carne, huesos, tendones, sangre,
respiración, corazón. En el Código de Leicester (1508), Leonardo, como los
antiguos, pone en relación de correspondencia las partes de la Tierra en el
cuerpo humano. En el cuerpo de la Tierra “la carne es el suelo”; sus huesos
son sus rocas y montañas; los tendones la toba calcárea; la sangre “es el agua
en sus venas”; la respiración “es el incremento y el decremento de la sangre
durante su pulsación”, que se corresponde con el mar y el flujo y reflujo de
las aguas; y el corazón, es “el corazón del espíritu del mundo, es el fuego
que está infundido por la tierra”. Y ese fuego son los fuegos que la Tierra
escupe, en varios sitios del mundo, “a través de minas de azufre y en los
volcanes”.

7
La analogía cuerpo de la Tierra y cuerpo humano actúa dentro del
microsmos, el orden sublunar como lo llamaba Aristóteles, con sus leyes
inherentes a nuestro mundo terrestre.
Pero el microsmos también se equivale con el macrocosmos mediante el
viejo adagio de lo “que es arriba es como lo que es abajo”. Esto es parte de
la equivalencia, tan difundida por la astrología, entre los cuerpos celestes
(macrocosmos) y los órdenes mineral, vegetal y espiritual de la vida en el
microcosmos. En todos los casos, lo que late detrás de estas
correspondencias es la unidad de todo. A esta unidad se llega por el principio
de analogía, Y tal como lo subraya Martin Kemp: “para Leonardo, como para
muchos de sus predecesores, la analogía no era sencillamente una
herramienta estratégica de la argumentación sino también una expresión de
la fundamental naturaleza común tras la organización de todas las cosas”3.
Las correspondencias analógicas son continuadas por Leonardo, por
ejemplo, cuando asemeja el movimiento del agua con el rizado del cabello;
en la comparación del corazón con una semilla que germina; o sus dibujos
del Río Arno, cuya “venas de agua” se corresponde o son análogas a los
vasos sanguíneos de los brazos de sus estudios anatómicos.
A su vez, los árboles y sus ramas, Leonardo los compara con los sistemas
nervioso y vascular. Así cuando Leonardo “escribía sobre los sistemas del
cuerpo humano” recurría a la analogía con la naturaleza y “nos remite a un
verdadero bosque de árboles, con todo y raíces, troncos y ramas”4.
Y que el cuerpo humano es representación analógica del “inmenso cuerpo
del universo”, ya lo suscribían las doctrinas herméticas. La filosofía antigua
atribuida a Hermes Trimegisto, personaje legendario, al que remiten como
fuente del llamado corpus hermeticum, integrado por textos anónimos
esenciales como el Poimandres y la Tabla de Esmeralda. Una doctrina para
la que todo lo que “es arriba es abajo”, y que circulaba con fuerza a fines de
la edad media y el Renacimiento.
Una influencia tan importante en el mundo renacentista debía dejar su
huella en Leonardo. Y por eso “el día en que el nombre de Hermes, sin
ninguna referencia aparece en un cuaderno de Leonardo, vemos confirmada
la certidumbre que teníamos de su familiaridad con las obras de aquel
Trimegisto, más o menos fabuloso, al que tanto caso hacia la edad media y
el Renacimiento. ¿Cómo no iba a conocer el Poimandres y la Tabla de
Esmeralda ese curioso de todos los saberes? Entre los cabalistas florentinos
y los espagíricos5 de Milán que halagaban sin cesar a los Sforza afirmando
que podrían algún día fabricar oro, había bastantes ocultistas que conocían
esos libros y podían comunicarle sus enseñanzas”6.
3
Kemp, M., Leonardo, Breviarios Fondo Cultura Económica, 2007, p. 129.
4
Ib.
5
Espagíricos, espagiria, nombre dado a la producción de medicinas a partir de plantas utilizando
procedimientos alquímicos.
6
Biron, M., Leonardo da Vinci, la encarnación del genio, ed. Javier Vergara editor, 2002, p.100.

8
Las analogías también pueden implicar al ser humano y el animal.
Ejemplo: su célebre retrato de La dama del armiño. En Milán, la ciudad en
la que Leonardo encontró protección en su segundo mecenas Ludovico el
Moro, una bella muchacha deslumbró con su belleza e inteligencia. Leía en
latín, escribía poemas en italiano, participaba en tertulias filosóficas y
teológicas. Modelo de la belleza inteligente femenina, rasgo de su
idealización sublime, como en tiempos de Dante y il dolce stil nuovo. Esa
muchacha era Cecilia Gallerani. La amante del Moro, quien, en 1490, le
encargó a Leonardo un retrato de la joven luego de que ésta deslumbrara con
su encanto a la corte humanista de Milán.
La joven amante de la poesía, aparece junto a un armiño. Algunos discuten
su precisa identidad zoológica, pero aquí nos remitimos a la interpretación
comúnmente aceptada del armiño como acompañante de la bella Cecilia.
Dentro de los bestiarios medievales, de influencia todavía presente en el
imaginario renacentista, el armiño como animal de la aristocracia, simboliza
el equilibrio y la serenidad que, como virtudes, Leonardo había transferido a
Cecilia Gallerani. Ese parecido instaura primero un afinidad moral entre el
humano y el animal, pero, aún más profundamente, la semejanza analógica
se extendería, también, según Marcel Brion, a una similitud física: “la
lección de este retrato reside menos en su fidelidad a las alegorías medievales
que el parecido físico entre la mujer y el animal que el artista le da por
emblema”7.
La bella y refinada mujer cortesana se asemeja al animal. Y, por sus
investigaciones audaces, el artista florentino habría buscado el punto de
integración entre el humano y el animal incluso a través de los famosos
dibujos grotescos de la cabeza de ancianos de rasgos anómalos y
pronunciados que, más allá de su efecto superficial de bufonadas, suprimen
las distancias entre la forma humana y el semblante animal. Por lo que “en
cualquier hombre está la bestia y el ángel, moralmente hablando, pero
también físicamente el cuerpo del hombre es una representación del inmenso
cuerpo del universo”8.
Y en la cartografía de Leonardo también rigen las correspondencias
analógicas.
Su representación de los mapas, su “arte cartográfico”, está lejos de ser un
ordenamiento aproximado de una geografía. Porque sus mapas son piezas de
arte en sí mismo en las que una ciudad luce como emergiendo de una tierra
viva, instaurándose así una analogía entre lo artificial de un trazado urbano
y lo vital de un organismo. Por eso “siempre que dibuja un mapa representa
el cuerpo vivo de la Tierra como si fuera un objeto vital, incluso en el Mapa

7
Biron, M., op.cit. p.99.
8
Ib.

9
de Imola, el producto más preciso de su cartografía, el río sigue su curso de
turbulenta acción y el pueblo mismo respira (…) como si fuera un planta”9.
En el Mapa de Imola10 la ciudad es representada desde arriba, desde una
visión aérea, desde un punto suspendido al que solo se llega por la
imaginación en el caso de Leonardo; por una perspectiva, luego, propia de
una fotografía desde un avión, helicóptero, un satélite que permite la
triangulación de geolocalización o GPS. Adelantando los mapas
iconográficos coincidente con la era de la exploración científica del mundo
y la representación virtual de Google Maps.
Leonardo se adelanta a la típica perspectiva aérea de la representación
cartográfica, y abandona la perspectiva oblicua, de los llamados mapas
pictóricos, mapas ilustrados o mapas geopictóricos, sin mayor voluntad de
precisión técnica, como por ejemplo, el célebre Mapa de Toledo de El Greco
en el siglo XVII.
La mirada de la altura que presenta a Imola en sus calles, retículas y
murallas cerca de un río cuya turbulencia parece representar el cuerpo vivo
de la Tierra. Dentro de ella, Imola respira “como si fuera una planta”. Es
decir la ciudad representada no está separada de su entorno. Así el mapa de
Leonardo muestra la integración entre la ciudad y lo vivo de la tierra
circundante.
Pero el camino de las analogías es lo que Leonardo cultivaba en
consonancia con los antiguos, pero también es lo que superará. Advertirá la
diferencia entre la dinámica del cuerpo humano y la Tierra, por ejemplo, a
nivel del movimiento de lo líquido. Los estudios sobre las aguas llevaran a
Leonardo no solo a descubrir los límites del pensamiento analógico, sino
también a sus reflexiones sobre la historia de la tierra como procesos de
transformaciones de larga data adelantándose a la perspectiva del llamado
“tiempo profundo” de la geología moderna.

Entre las aguas y el Arno


Leonardo entendió el poder del agua.
Lo mejor es aprovechar su fuerza. Acompañar su impulso en lugar de
enfrentarlo. Por eso aceptó que el agua tiene un “deseo natural” de
restablecer su curso cuando esto le es impedido. El agua obstruida compone
turbulentos vórtices que pujan por socavar y erosionar la roca que se le
opone. En una ocasión se le presentó el problema de cómo evitar que una
casa en un meandro de río fuera socavada por el avance de las aguas.
Entendió que lo mejor no era desviar el curso sino construir una presa aguas
arriba para que el río ejerciera su potencia erosiva en otra parte. .
9
Ib, p.139.
10
A esta ciudad de la Emilia Romana Leonardo llegó luego de ser contratado. en 1502, por Cesar Borgia,
hijo del papa Alejandro VI y capitán de los ejércitos pontificios. Los servicios de Leonardo como ingeniero
militar fueron requeridos por César Borgia para mejorar las fortificaciones de sus conquistas.

10
Tras la caída de su protector Ludovico el Moro en Milán, Leonardo como
“maestro de las aguas” fue contratado por Venecia, La Serenissima estaba
amenazada por los turcos. Los turcos otomanos pretendían extenderse hasta
el centro de Europa y controlar el Mediterráneo. Los venecianos acudieron
al reconocido ingenio militar de Leonardo para ajustar sus medidas
defensivas. Leonardo investigó el río Inzo y sus alrededores. La estrategia
que pensó para detener el avance turco desde Dalmacia fue un desborde
manipulado del río y una inundación para amenazar con el ahogamiento a
los invasores. Leonardo también diseño dispositivos de guerra submarina al
servicio de los venecianos. Un pionero traje de buzo, un modelo del que no
se conoce mayores detalles de proto-submarino. No quiso luego difundir
estos ingenios por su íntimo desprecio por la violencia bélica. La
contradicción entre un Leonardo pacifista y un mundo dominado por la
guerra en el que debía actuar, siempre le produjo gran angustia.
De regreso en Florencia, el estudio del curso de las aguas volvió a
obsesionarlo. Fue entonces cuando surgió su proyecto de desviar el río Arno,
de modo que le diera a Florencia una salida al mar, y que resultara favorecida
en su disputa con la vecina ciudad portuaria de Pisa.
Cuando el rey francés Carlos VIII invadió la Toscana, los Médicis
perdieron el poder en Florencia. Esto fue aprovechado por los vecinos
pisanos para liberarse del yugo florentino. Pero Florencia luchó por
restablecer su hegemonía. Y el proyecto de Leonardo contribuía a ese fin.
Porque el desvío del Arno le permitiría a los florentinos no necesitar ya el
puerto de los pisanos. La alteración del curso del Arno se mostró
impracticable. Una confirmación de la naturaleza reacia a las modificaciones
humanas. Pero con más exactitud lo que Leonardo buscó, seguramente, fue
conectar el río a la altura de Florencia con su parte navegable al oeste de
Pisa. Su idea habría sido un canal para unir ambas partes y sortear el río abajo
de Florencia reacio al paso de barcos aun de poco calado. Un canal para
comunicar lo no comunicado y no un desvío era, además, lo más coherente
respecto al Leonardo que sabía que era tarea inútil ir contra el “deseo natural”
de las aguas.

La geología y la comprensión de las piedras


Leonardo está en el comienzo del pensamiento geológico moderno.
Si la Tierra está viva, se mueve, cambia. El paisaje de la Mona Lisa revela
este modo de ver. Detrás de la mujer de la misteriosa sonrisa se despliega un
paisaje que impone sus interrogantes: ¿Leonardo se inspiró en algún lugar
particular del paisaje toscano? Algunos han querido identificar el lugar
pintado con el Ponte di Burisno cerca de Arezzo, o el paisaje de las
proximidades de la villa Gherardini. Pero si seguimos en esto a Kemp
“Leonardo se preocupaba por recrear la naturaleza y no por producir un

11
retrato de un lugar específico”11 . En el retrato célebre el paisaje exhibe un
desnivel entre la parte derecha y la izquierda, esto sería producto de los
estudios de Leonardo sobre las tierras altas y bajas de la Toscana. Una
montaña socavada a la derecha de Lisa indica que la tierra se transforma, que
sufrirá nuevos cambios en el futuro. Las aguas que fluyen por las llanuras
abajo modificarán el puente que exhibe su sólida piedra. El paisaje se
modificará por una fuerza mayor que el hombre no podrá evitar.
La curiosidad de Leonardo también se activó con estudios sobre de la
tierra. Para quien sabe observar la superficie terrestre esta envía el mensaje
del cambio, no el fijismo, la inmovilidad. Aquí se encuentran las
consideraciones del Leonardo sobre el origen de los fósiles y el diluvio
bíblico.
Desde antiguo había causado sorpresa las conchas marinas en lo alto de
las montañas. La constitución de la tierra y el mar tuvo que haber cambiado.
Pero el cristianismo quiere imponer que Dios, según la narración del
Génesis, divide la tierra de las aguas, crea las especies de una vez y para
siempre. Sus características serán fijas, inamovibles. Esto supone que las
conchas marinas, también, siempre estuvieron donde fueron encontradas.
¿Pero por qué su ubicación en las alturas montañas? ¿Qué función podrían
cumplir allí, fuera de su medio natural? Para ciertas explicaciones
medievales, las conchas fuera de su lugar propio era un “juego” de la
naturaleza”, un capricho divino.
Parecía más persuasiva la interpretación de que las conchas estaban ahí
depositadas por las aguas acumuladas en el momento del diluvio cuando todo
la tierra estuvo sumergida. Pero Leonardo no acudía a narraciones religiosas
para explicar lo que los ojos descubren. Estudió la incompatibilidad entre los
dichos bíblicos y los hechos observables. Primero las conchas se las
observaba en varios niveles distintos, es decir que para estar en esas
posiciones debieron acontecer varias inundaciones; segundo, las conchas no
aparecían en las partes más altas de las montañas, que también debieron
haber estado anegadas en los tiempos del arca de Noé.
La tierra cambia. Un movimiento lento de transformación, de elevación
de terrenos o de retiro o desaparición de mares, es lo que explica su
configuración presente. Algo muy distinto al fijismo estático cristiano como
modelo conceptual para explicar la topografía terrestre.
Pero la exploración geológica en Leonardo no está ausente en su pintura.
La cueva es símbolo de la profundidad que resguarda la tierra. En términos
simbólicos ancestrales, lo cavernario es el vientre de la diosa terrestre.
Sumergirse en la cueva es ingresar a una visión de profundis dentro de la
materia. Ese “descenso cavernario” en Leonardo acontece por una doble

11
Ib., p.140.

12
senda: la pintura de la Virgen de las Rocas, y su exploración de una caverna
real para buscar sus escondidas maravillas.
En 1483, los priores de la Cofradía de la Inmaculada Concepción
firmaron con el maestro Leonardo un contrato para la realización de una
pintura que celebrase la Inmaculada Concepción para ser emplazada en el
altar de la capilla de la Iglesia de San Francisco Grande, en Milán. También
se convino los servicios de los hermanos pintores Evangelista y Giovanni
Ambrogio de Predis para pintar los paneles laterales de lo que sería un
tríptico. El contrato incluiría tres pinturas. La tabla central debía mostrar la
Virgen con el niño, dos profetas y ángeles cantores y músicos. Un encargo
ceñido a la iconografía cristiana tradicional.
Pero como ocurrió con La última cena también, Leonardo aprovecha el
encargo para proyectar sus propias experimentaciones visuales. La obra se
demoró y, además, claramente no cumplió con las indicaciones del tipo de
imagen estipulada. Todo esto motivó reclamos y disputas judiciales. La
versión última de Leonardo es la que se exhibe en el Museo del Louvre. Los
ángeles cantores convenidos por el contrato brillan por su ausencia.
Lo que sí aparece es la caverna convertida en ámbito simbólico y
exposición de detalles y características reales, geológicas y botánicas.
Primero, Leonardo sitúa a la Virgen junto al Divino Niño y San Juan
Bautista también niño, y un ángel en una caverna. Lo femenino que regresa
a la cueva, que remite simbólicamente al vientre, a la matriz, al origen que
da vida. Y, segundo, lo cavernario es la excusa para que el artista muestre
sus inquietudes científicos sobre la naturaleza al expresar en primer plano
los detalles de las plantas en sus características reales, y también de las
piedras en una representación que se atiene a su realidad geológica.
Y en la Virgen de las rocas geología y botánica se suman a las
matemáticas de las proporciones y la perspectiva.
La sala de las tablas, la cueva, el aire
Como botánico informal Leonardo nos deslumbra con grandes hallazgos
botánicos. Por un lado la dendrocronología. Disciplina ocupada de la
datación de los anillos de crecimiento de los árboles. Por esa datación se
puede determinar la cantidad de años de vida de un árbol. Por caso. Teofastro
en su De Historia plantarum del siglo III ac ya había determinado la
equivalencia entre la cantidad de los anillos y la edad de una planta.
Leonardo suscribía y enfatizaba esta correspondencia en su Tratado de la
pintura: “Los anillos en los troncos de árboles cortados muestran los años y,
según su espesor, años más o menos secos...”.
Leonardo también argumentó que las hojas de las plantas surgen a lo largo
del tallo en forma de espiral, a fin de capturar la luz del sol, indispensable
para su desarrollo (fototroprismo). Y lo que se conoce como “Principio de
Leonardo” atañe a la comprensión de la teoría de las constancias de los

13
flujos., por la cual “el volumen de la linfa que fluye por el tronco de la planta
es igual al volumen de todas las ramas cortadas a la misma altura”. Esta
preocupación por observar y comprender rasgos, características, patrones del
mundo vegetal hace más comprensible la habilidad de Leonardo para, por el
dibujo o la pintura, representar a las plantas con sorprendente realismo.
La variedad de las plantas, de las especies de los árboles, siempre atrajo
especialmente a Leonardo. Percibir esa diversidad reclama un ojo alerta,
perceptivo y activo.12
Las plantas también podían ser parte de la composición de emblemas y
alegorías para exaltar al gobierno que cobijaba al artista. Entre 1498 y 1499,
poco antes de la caída de los Sforza por la invasión francesa del rey francés
Carlos VIII, Leonardo decora un recinto del castello sforzesco: la Sala delle
Asse (Sala de las tablas).
En la sala norte del castillo, Leonardo pinta un bosquecillo de moreras
cuyos troncos elevados al techo funge como columnas, y las ramas y hojas
más diminutas componen un intrincado follaje, saturan todo el espacio de la
bóveda, en todas las direcciones. Una cinta dorada serpentea entre el ramaje
anudado. Más allá de los significados alegóricos de la obra para ensalzar al
príncipe mecenas, lo muy significativo es la “compleja interconexión de las
ramas de los muchos árboles”13. Una intrincada unidad vegetal del follaje
que remite, a su vez, a la interconexión entre todos los procesos de la
naturaleza. La expresión gráfica de una percepción universal, holística,
sistémica, de todas las ramas (cosas, fenómenos), anudados,
interrelacionados, unidos.
El mundo vegetal como motivo de representación detallada de las formas
de las plantas, y también como el estímulo al pensamiento sobre la variedad
y la unidad del mundo natural.
Pero más allá del análisis de los elementos geológicos y botánicos por
separado, en la composición de La virgen de las rocas es igual de
indispensable “el canto de la tierra” y el “rumor de los elementos”: “la
música de la Virgen de las rocas emana del agua, de las plantas, del viento
que se mueve entre las fallas de las rocas, de los gestos de los personajes y
su sonrisa, es una música que ninguna flauta, ninguna lira, ningún laúd es
capaz de crear, el canto que oímos aquí es el canto de la tierra, el rumor de
los elementos, el mensaje de este Erdgeist (el espíritu de la tierra para Gothe)
que se le apareció un día al viejo Fausto y lo asustó, pero que tan familiar le
resulta al joven Leonardo que, desde su infancia, vivió en armonía con el
sabiendo que el alma artista y el alma del mundo, en verdad, son una sola”14.

12
Véase Ierardo, E., “Los caminos del ojo activo” y El ver más de Leonardo”, en La sociedad de la
excitación. Del hiperconsumo al arte y la serenidad, Ediciones continente, Buenos Aires, 2020.
13
Capra, F. p.97.
14
Biron, M., p.101.

14
La cueva de la Virgen es el centro en el que los elementos resuenan en una
sola música; si esa vibración común es parte de una música divina, Leonardo
percibe lo divino en la naturaleza. Un solapado panteísmo.
Pero la cueva es también el llamado al descubrimiento de un nuevo saber.
Por eso, uno de los momentos que más aviva la emoción del nuevo
conocimiento es un fragmento en los manuscritos de Arundel.
Aquí se expresa la fascinación por la exploración cavernaria en Leonardo.
Quizá la experiencia remite a la visita real a una cueva en los Apeninos;
quizás es la ensoñación con el misterio megalítico de lo que oculta la cueva.
Entonces:
“Impulsado por un ardiente deseo, ansioso por ver la abundancia de las
formas variadas y extrañas que crea la artificiosa naturaleza, después de
caminar cierta distancia entre las rocas altísimas, llegué al orificio de una
gran caverna y me detuve allí un momento, lleno de pasmo, pues no había
sospechado su existencia. Me agaché con la mano izquierda apoyada en la
rodilla mientras con la derecha sombreaba mis ojos entrecerrados, y me
incliné de un lado a otro para ver si podía discernir algo en el interior a pesar
de la intensidad de las tinieblas que allí reinaban, tras haber permanecido así
algún tiempo, dos emociones despertaron pronto en mí: temor y deseo.
Temor de la sombría caverna amenazadora, deseo de ver si encontraría
alguna maravilla”15.
Como en la experiencia religiosa antigua ante lo sagrado que une la
fascinación con el terror, Leonardo entra en la caverna con “temor y el
deseo”. Lo mismo seguramente que experimentó al abrir los cuerpos en
sendas autopsias en tiempos en los que aún el interior de los órganos estaba
sumido en el misterio y su observación no estaba libre de la interdicción y
de la profanación.
Las rocas que componen una cueva llegan a ser lo que son por un lento y
silencioso movimiento geológico.
Y otro movimiento, de energía mucho más inmediata, enloquece los aires,
desgarra la atmósfera en corrientes de energías poderosas.
Es lo que ocurre en la serie de Dibujos del Diluvio de Leonardo. Este
ímpetu de los vientos y, más allá, la percepción de una tierra dinámica,
recupera la compresión de la naturaleza como poder superior que amenaza y
eventualmente destruye la soberbia humana. Como se ve en uno de los
dibujos del Cuaderno de Windsor Diluvio con pueblo destrozado al pie de
una montaña. Pero al abrirse a los procesos naturales, en el orden de la tierra,
las aguas, y las turbulencias de los vientos, Leonardo busca comprender la
física de cada fenómeno. Este modo de pensar finalmente descubre que el
pensamiento analógico que heredó no es válido para explicar las diferencias
entre algunos procesos naturales en la tierra y el cuerpo humano.

15
Ib., p. 102.

15
Cuando hizo una autopsia a un hombre de cien años, al abrir su cuerpo
descubrió que la causa de su muerte se vinculaba con la obstrucción arterial.
El canal de las venas por las que circula la sangre al final se obstruyó.
Mientras la circulación del agua en las cavernas no provoca colapso y
obstrucción sino ensanchamiento. Lo analógico no podía resolver esas
diferencias entre los canales de lo sanguíneo y líquido en el cuerpo humano
y el cuerpo de la tierra.
Leonardo y el gran cuerpo de la naturaleza
La naturaleza en definitiva para Leonardo es la expresión del todo.
Nada es fuera de la gran madre naturaleza.
Nosotros somos sus hijos y participantes de la vida en la que todo se
integra por íntimas conexiones, correspondencias, semejanzas, analogías,
pero también, como vimos, diferencias entre el saber del cuerpo de la Tierra,
por ejemplo, y el nuevo saber anatómico del cuerpo humano.
Y las muchas disciplinas de Leonardo “por muy diversas y divergentes
que parezcan (…) convergen en realidad en un punto interior, el más interior
del ser, el centro donde unidad y totalidad se reúnen y realizan”16.
¿Y cuál es esa unidad, esa totalidad? La naturaleza porque:
“La naturaleza es un todo del que no es posible disociar el menor elemento
sin destruirlo al mismo tiempo, solo tiene un significado en función de su
pertinencia al todo, de su integración a la armonía universal”17.
La naturaleza no es un término genérico para aludir al orden del mundo
físico. Es algo más: es el modo mismo de ser de la realidad. Cada cosa no
existe aislada o separada de una misma música en la que cada átomo, forma
o ser, resuenan. Incluso la mente y su capacidad de crear ficciones, quimeras,
o de imaginar otros mundos, es un aspecto de nuestro mundo organizado
bajo los principios de las matemáticas, las proporciones y la variedad.
La gran armonía universal en el orden de la naturaleza no es una idea o
concepto abstracto. Es la unidad mayor de la naturaleza en la que se integran
las redes de los seres y fenómenos. Esa unidad del mundo natural se la
destruye por la mirada de disociación. Los humanos pertenecen a una sola
especie, pero esta mirada, este modo de ver los divide en las muchas naciones
enfrentadas en fases de ímpetu bélico y destructivo; el cuerpo humano
funciona como un mismo proceso vital, pero por la necesidad de mejor
conocimiento y competencia, las disciplinas médicas dividen ese cuerpo en
diversas especialidades y especialistas. Sin embargo, el cuerpo humano es la
unidad de sus partes, no solo las partes. Se puede disociar también la física
de la ecología; sin embargo, las leyes de la física no solo dan el marco general
para el movimiento de los cuerpos, sino también para la evolución de la vida
misma bajo la común y universal ley de la gravedad.

16
Brion, M., Leonardo da Vinci. La encarnación del genio, ed. Javier Vergara editora, 2002, p.97.
17
Ib.

16
Frente a la mirada de la disociación, Leonardo encarna la percepción de la
armonía universal de la naturaleza como totalidad. Pero la percepción de esa
armonía no es un puro estado contemplativo: “Para Leonardo no existe la
pura contemplación de la naturaleza. En cuanto se acerca a ella, aunque sólo
sea con la mera intención de gozar de la belleza del mundo, es enseguida
presa de una especie de delirio cósmico que le oprime en cuanto entra en
contacto con los elementos”18. “Delirio cósmico”, pasión de pertenencia al
mundo natural, al universo en definitiva.
El saber y la creación humana se desarrollan si atienden a las formas vivas
de la naturaleza, a sus cualidades de crecimiento antes que sólo a sus medidas
y cantidades, como lo impondrá luego el paradigma mecanicista cartesiano
y newtoniano, hoy en crisis.
En Leonardo, la naturaleza es un vasto proceso dinámico vivo y creador
que sintetizó en el folio 1067 del Códice Atlántico, en el que apela a una
sentencia del filósofo jónico Anaxágoras: “todas las cosas tienen su origen
en todas las cosas, todas están hechas de todas las demás y todas se
convierten en todas las demás, porque lo que existe en los elementos está
hecho de estos elementos”19.
Todo está hecho de todo y viene de todo. Es decir: la naturaleza es ese
todo, en el que todas las cosas están hechas de todas las demás. Frente a esa
realidad total, Leonardo privilegió el conocimiento científico, en sus
distintas ramas y en interacción con las artes, y con en definitiva “una ciencia
de las formas vivas”, de las cualidades, de las formas orgánicas, de sus
transformaciones y cambios20.
Y si todas las cosa son dentro de la totalidad natural, el cuerpo humano y
sus proporciones ideales buscadas por Leonardo en su Hombre de Vitruvio,
y todos los otros cuerpos, solo se mueven y son dentro del gran cuerpo de la
naturaleza.●

Bibliografía

Da Vinci, L., Tratado de la pintura, ed. Akal, Madrid, 2010.


Capra,F., La ciencia de Leonardo. La naturaleza profunda de la mente del gran genio del Renacimiento,
ed. Anagrama, Barcelona, 2008.
Kemp, M., Leonardo, Breviarios Fondo Cultura Económica, 2007.
Biron, M., Leonardo da Vinci, la encarnación del genio, ed. Javier Vergara editor, 2002.
Bramly, S., Leonardo Da Vinci, ed. Ateneo, Buenos Aires, 2015.
Ierardo, E., La sociedad de la excitación. Del hiperconsumo al arte y la serenidad. Ediciones continente,
Buenos Aires, 2020.

18
Biron, M., op. cit., p.102.
19
Capra, F., La ciencia de Leonardo, p. 224.
20
Ver a este respecto el iluminador capítulo “una ciencia de las formas vivas”, en F. Capra, La ciencia de
Leonardo, op.cit.

17
Historia Antigua

LO SAGRADO EN EL EGIPTO
ANTIGUO
Aspecto funerario de su religión
(Parte II)
Sergio Fuster21

Para la mentalidad egipcia no existía la muerte como “la nada”, es decir, como lo
contrario de la vida. La nada era un concepto ajeno a sus ideas. Martin Heidegger, en el
curso que dio en 1929, ¿Qué es metafísica?, justamente interrogó por la nada comentando
que darle ser a la nada, es decir, preguntar qué es la nada, es una manera de crear la
imposibilidad para nombrarla. Si la nada tiene ser es “algo”. Los egipcios no tenían tal
vuelo metafísico propio del alemán y de otras lenguas afines. Los egipcios tenían dos
palabras para el verbo ser: jw: “es” (la casa “es” verde) y wnn: “existir”, o para designar
una existencia concreta. Su concepción no era abstracta, metafísica, sino apegada a los
hechos y a los objetos del mundo. Por tanto, la vida era actividad y la muerte era un
cambio de esa actividad diurna a otra nocturna. A otro modo de ser. En analogía. Era una
continuación, pero desde otros presupuestos. Por ello, carece de propósito decir “muerte”
en el sentido de fin, sino que la muerte es una iniciación, un cambio o una modificación
a otra realidad cuyo estar seguía ligando a los difuntos al mundo de los vivos. Una
mutación donde ocurría una reintegración a los ciclos biocósmicos, es decir, llegar a ser
parte de los movimientos estelares o solares. Era una transfiguración hacia la eternidad,

21
Teólogo, filósofo y ensayista. Especialista en religiones comparadas y autor de varios libros.

18
no como sucede en la naturaleza, sino en la naturaleza. Un retorno a los días míticos
eternos.

Junm Nehpet, el creador

Ingresemos de lleno en la materia de la religión funeraria. En el ensayo pasado habíamos


estudiado algunas cosmogonías o mitos de creación. Hoy me he reservado
particularmente uno de ellos para introducir el tema de lo funerario. Nacimiento y muerte
y, muerte y nacimiento, son intercambiables en la mentalidad mística. En el mito se puede
comenzar por donde termina y terminar por donde comienza. Aclaremos lo antedicho.
Hay una cosmogonía que es la de Esna, una isla del Nilo en Egipto medio. Allí el creador
es Khum (Jnum Nehpet; lit.: “El creador”), un Dios con cabeza de carnero que trabaja en
su rueca de alfarero. Fue considerado señor de las cataratas formando una triada en
Elefantina. También se lo consideró Esposo de la Diosa Anukis, señora del Nilo. Cuenta
el relato que creó el huevo primordial (de donde surgió el sol: Jnum-Ra) y a los hombres
del barro, también sus ka(w) (plural). Cansado de trabajar, crea, además, a la mujer, así
se pueden reproducir por sí mismos y él, a cambio, descansa. Similar al Yahvé del
Antiguo Testamento que cuando crea a la mujer, Eva, procede a descansar. (A los Dioses
les gusta descansar. Piensen en las deidades de Mesopotamia que traen un diluvio para
acallar las voces humanas cuyo barullo no los dejaban dormir). Sin duda tiene que ver
con la cuestión filosófica actual sobre la inactividad de Dios. Esto claramente nos
evidencia una construcción teológica acerca del origen del hombre y su destino.
Volviendo al Dios egipcio, este le dio al hombre una esencia dividida en siete partes. Un
mito de creación mesopotámico cuenta que la Diosa Aruru creó al hombre del barro
haciendo ladrillos con paja. Formó siete ladrillos machos y siete ladrillos hembra, para
que se reprodujeran solos. Luego durante el período tardío se le considerará a esas partes
con el número de nueve (agregando el corazón —ib— y la sombra como parte esencial
de la antropogonía)22.
Khum o Jnum creó el Jat del hombre. ¿Qué es el jat? Es el cuerpo físico, la materia
densa con la cual está hecho. Su parte más visible y accesible. Sin embargo, esta parte
densa es susceptible a la descomposición. De allí que la dicción egipcia jat sea “pudrir”.
“Polvo eres y al polvo volverás”, dice el Génesis. Es interesante mencionar que no solo
los hombres poseen un jat, los Dioses también pueden poseer uno, por lo cual los
convierte en mortales, como Osiris, cuyo cuerpo fue descuartizado. Los principales
atributos del jat son el rem y el sajem (sxm). El rem es el nombre propio. La personalidad.
Comparativamente, en las religiones de Mesopotamia, habíamos visto en el poema de
Enuma ellis el concepto del nombre. Nombrar era existir, no tener nombre era no tener
función, equivalía a la destrucción. El nombre como verbo teológicamente era un tipo de
sustancia subyacente que le daba entidad. En Babilonia, la construcción de las tablillas
del Me, de los destinos, implicaba darle ontología a los seres y la seguridad de

22
Otra evidencia teológica es la idea temprana de hipóstasis, una manifestación divina en lo humano, como
la idea de Adán o de Cristo. Según la especulación de los Padres de la Iglesia, Cristo era Dios o de naturaleza
sustancial divina y naturaleza humana en Jesús. No es totalmente humano o totalmente divino, sin embargo
es Dios.

19
permanecer. Los hebreos, también daban mucha importancia al nombre. En Éxodo 3: 14
Dios le revela a Moisés su nombre. Moisés interroga a Dios: “Dime, ¿en nombre de quién
iré a hablar con el faraón?” El tema del nombre divino como misterio cobró mucha
importancia en la tradición de la Cábala donde en la magia se invocan los diez nombres
emanados de Dios. En el Génesis Dios da forma al hombre del barro y el soplo vital.
Aquí, como intuimos ya, Khum da el cuerpo también del barro y, da, además el soplo que
lo llama ka. Ahora el ka es solo el hálito. Luego este hálito cobrará mucha importancia
en la religión funeraria. Sin embargo, los egipcios, al ser más proclives a ser comparados,
en su aspecto religioso a las creencias del África interior, podríamos concluir que el
nombre, además de todo lo dicho, poseía también una función mágica. Cada persona o
Dios tenía un nombre (o varios) secreto. Quién conociera ese nombre podría tener poder
mágico sobre el sujeto. En un mito recogido por Gardiner, en el que Isis para conocer el
nombre secreto de Ra le envía un escorpión para que lo ataque, y ahora, el Dios solar cae
agonizante. Isis lo extorsiona, diciéndole que a cambio de darle la cura Ra le tiene que
revelar su nombre secreto23. El nombre es una esencia que permanece a pesar de los
cambios. Si quisiéramos hacer una analogía con el psicoanálisis podríamos decir,
salvando las distancias, que puede ser un tipo de ego o yo.
El sajem es la forma que lo identifica, que hace particular al jat, identificable como
representación. La apariencia formal. Lo que lo define como persona, como unidad
tangible, reconocible. Los Dioses tenían forma precisa, plástica que podría cambiar según
los avatares del paso temporal. Nacimiento, adultez, vejez y finalmente ser un cadáver
son cambios corporales perceptibles a los sentidos mientras que el nombre presenta, como
dijimos, su individualidad. Las letanías de Ra se basan en esas metamorfosis solares. Los
Dioses tenían muchas representaciones, muchas imágenes, o variados sajem, según el
caso. La luna es un símbolo del cambio. El simbolismo selénico apela a la permanencia
esencial ante el cambio de forma perceptible del astro. Cuarto creciente, luna nueva,
cuarto menguante y luna nueva. Thot, el Dios lunar, es representado con cabeza de ibis,
con un ave de pico curvo y fino, pero también como cinocéfalo, o perro mono o mono
con cabeza de perro (existe un mono de África que parece que tiene hocico de perro). La
Iglesia ortodoxa de Armenia adora a San Cristóbal, un ícono con cabeza de perro. Según
la mitología cristiana es un símbolo de que en tiempos anteriores, antes de convertirse al
cristianismo, el santo sirvió al Diablo. La leyenda del siglo XIII lo representa como un
gigante con un niño en su espalda, que según el mismo mito, el niño era nada menos que
Cristo. Él cargó con Cristo y sufrió martirio. Los seres centáureos en la mitología griega
eran una designación despectiva hacia los extranjeros y un tipo de insultos a las regiones
más allá de Asia Menor. Otras partes del hombre son el ka y el ba, también el aju, que
veremos muy desarrollados en la mitología funeraria que expondremos más adelante.

Osiris, el Dios asesinado

Ahora sería apropiado estudiar el mito del primer Dios muerto y resucitado: Osiris. Sin
duda, si bien esto cumple un papel, como se intuirá a primera vista de los mitos
escatológicos, donde ingresa la mitología funeraria, es también parte de una función

23
Gardiner, H., Papiro hierático en el Museo Británico, Londres, 1935.

20
monomítica. Esto nos muestra que el monomito o estructura del viaje heroico, según
Campbell, es también un mito escatológico (recuerde que el monomito reúne en él todo
el sistema de complejidad como “acontecimiento central”, y aquí se ve muy bien
expresado). El viaje del héroe es también un triunfo sobre la muerte. Tanto los ritos sobre
las siembras y las cosechas como resurrección del Dios muerto, como los ritos funerarios,
es decir, la manutención del difunto en un más allá, son solidarios, y ambos son
entendidos como la época de la crecida del Nilo, el “traedor de la vida”. En otras palabras,
el calendario, como tiempo sagrado, la tierra fértil a las orillas del Nilo como también un
espacio sagrado (tumbas como arquitectura sagrada o función de templo), y el rito de la
conservación del cuerpo del fallecido, son funcionales a los ritemas que veremos a
continuación. Este mito y rito como símbolos representaba la esencia eterna de Egipto.
Como se podrá observar, la teología del Antiguo Egipto era sostenida por la creencia en
una tangente temporal que es cortada en el centro axial como punto eje entre la muerte y
resurrección del héroe salvador, que a través de dicho milagro central redime al mundo
y, con el cual, puede reanimar mágicamente a la vegetación que sostiene la vida.
Según el mito, que antes vimos en la cosmogonía heliopolitana, Osiris era el rey del
bajo Egipto, la zona fértil, y, Set, su hermano, era el rey del alto Egipto, la zona árida.
Este mito es muy antiguo, figura en los Textos de las Pirámides, en Los textos de los
Sarcófagos y en El libro de los muertos. Pero también existen recensiones hasta épocas
tardías. Después de todo las múltiples fuentes se deben a que toda la teología egipcia gira
alrededor de este mito nuclear. Uno era el Dios de la vida y de la fertilidad, el otro, de la
infertilidad y la aridez. Osiris era un rey muy amado y les dio a los hombres el
conocimiento de la agricultura, cultivó una vid y fue el primero en probar vino (lo que
nos recuerda a Noé en la Biblia) y, además, los civilizó24. La cultura sobre lo bárbaro.
Recuerden que Set era un extraño Dios con cabeza de algún animal desconocido, quizás
de una jirafa o un ser fabuloso adorado por los “barbaros” de Nakada (en los bajorrelieves
aparecen con lanzas, taparrabos y plumas en sus cabezas) y eran enemigos del faraón
como “civilización”. En este caso Osiris representaría al rey oficial de Egipto, pero Set,
al que hay que vencer. El “humano” superior ante el “salvaje” inculto. En definitiva es un
mito etiológico de la unificación remota de Egipto y la necesidad de su estabilidad.
Osiris estaba casado con su hermana Isis; Set, en cambio, con su otra hermana, Neftis.
Set era presentado como homosexual, es decir, como infértil, sin embargo, Neftis queda
embarazada y tiene un hijo, Anubis. El verdadero padre fue Osiris, que en su fertilidad,

24
Cuenta Diodoro de Sicila que Osiris abolió la costumbre de canibalismo entre los hombres. Esto no
aparece en Egipto a no ser en una alusión de Los textos de las Pirámides (273, 274) donde el faraón debe
devorar a los Dioses, tal vez haciendo mención a una antigua y prehistórica práctica. Según el Profesor
Ogdon: “Se revela en un lenguaje directo y brutal en sus imágenes literarias, al espíritu del rey difunto
cazando, sacrificando y comiendo a una serie de entidades secundarias del más allá. Se trata de una suerte
de apología del canibalismo, con evidentes connotaciones simbólicas. En efecto, y como devendrá claro a
través de su lectura, el tema principal que ha inspirado la composición es la obtención del poder sobrenatural
de esas entidades para alcanzar la resurrección y la beatitud eternas en el otro mundo (…). Ha sido, si un
indicador de la remota antigüedad del texto, al sacralizarse la ‘carne humana’, más propiamente la ‘carne’
de entidades antropomorfizadas, como ‘comida ritual’, lo cual, según la opinión unánime de los
especialistas, no pudo haber sido sino cuando dicho acto era una costumbre prehistórica efectiva”. Ogdon,
J.R., Un análisis del “Himno caníbal” en los textos de las pirámides, En Literatura egipcia antigua. Centro
de Estudios del Antiguo Egipto. Colección Seminarios, 1986, Vol. 3. Reedición de Publicaciones
ocasionales del CIEBA, 2003.

21
fecunda a una mujer que no era su esposa. Por este adulterio Set llega a odiar a su hermano
y planea matarlo25. Cuando Osiris está de pie en una hora del día en que su sombra se
refleja sobre la arena dando la medida exacta de su estatura, Set, como si fuera un gnomon
toma esta medida y construye un ataúd ideal para el cuerpo de Osiris. Luego Set prepara,
junto a sus setenta y dos cómplices, un banquete en el que el invitado de honor era Osiris.
Este sin saber las intenciones de su hermano de darle muerte asiste. En medio de la
reunión, Set propone un juego a ver quién puede caber en un ataúd, quien quepa
exactamente ganará el juego. Todos se lo prueban, pero nadie da con la medida. Hasta
que llega el turno a Osiris y este entra a la perfección. Un mito similar a la cenicienta con
el zapato de cristal. En el mismo instante que Osiris está dentro del ataúd Set lo cierra con
una tapa hermética y lo sella. Da la orden que se arroje el ataúd al Nilo. Osiris fue, cual
cuento de Edgar Allan Poe, el primer enterrado vivo. Es así que Osiris muere.
En la obra de Plutarco del período grecorromano se enriquece el mito con una versión
interesante en su obra De Isis y Osiris. Muchas de sus ideas son equivocadas y plagadas
de concepciones helenas, pero si se tiene en cuenta este detalle no menor, sin duda es un
aporte tardío enriquecedor. Relata que el ataúd fue flotando con el cuerpo muerto de
Osiris hasta Fenicia en la costa del Mediterráneo y el rey rescata el ataúd pero ignora que
dentro de él está el cadáver. Por su ornamento el ataúd es colocado como una columna en
el palacio real. Isis fue en busca del cuerpo muerto de Osiris y disfrazada de niñera entra
al palacio hasta que ve que una columna está floreciendo y descubre que allí estaba su
amado renaciendo en la vegetación.
Volviendo al mito antiguo, el relato cuenta que Isis recupera el ataúd y rescata el
cuerpo inerte de Osiris. Lo cuelga en un árbol sagrado y, este, al cabo de tres días, florece.
Pero Set, enterado de que Osiris estaba allí colgando de las ramas, cual saqueador
arquetípico de tumbas, roba el cuerpo. Para que Isis no lo resucite, ya que ella conocía los
misterios de la vida postmórtem, Set desmiembra el cuerpo de Osiris en quince trozos y
los esparce por todos los nomos de Egipto. El falo, lo arroja al Nilo y un pez se lo devora,
perdiendo para siempre el “instrumento” seminal con el cual daría vida a Egipto. Set toma
el poder de todo Egipto y la tierra del Nilo se sumerge en una oscuridad aterradora. Isis
llora y con sus lágrimas salva a Egipto al crear el río Nilo. Isis, la viuda, busca tristemente
los pedazos de su esposo y los encuentra uno a uno. Construye su cuerpo y le coloca una
columna vertebral mágica dyet y un falo de oro. Osiris fue la primera momia. El proceso
de los rituales de renacimiento duró setenta días. Es muy interesante el dato que Osiris se
lo identifica con Orión (Sah) y a Isis con Sirio (Sotis-Sophet). En el horizonte desaparece
Orión durante setenta días y el 19 de julio surge Sirio como la estrella más brillante (la
penetrante). Ese día comienza la crecida del Nilo y se le da vida a Egipto. Osiris vence
sobre Set. La luz sobre la oscuridad. El ritmo sobre la quietud. En Los Textos de las
Pirámides dice textualmente que el faraón es compañero de Orión, atraviesa el cielo con
él y sube mediante una escalera: “El rey Osiris resucitado viene como Orión, señor del

25
En realidad, la rivalidad entre hermanos está presente en muchos mitos, como en Caín y Abel, Isaac y
Esaú, etc. Primero explican un narcisismo primario de odio hacia el otro de su misma categoría y, luego,
existe el Edipo, o el pecado sexual. Es un patrón que parece repetirse muy a menudo. Cf.: Bettelheim, B.,
Psicoanálisis de los cuentos de hadas, Barcelona, 1981.

22
vino en la fiesta uag26. Es reconocido como realizado en su madre, y el heredero de su
padre. El cielo concibe al faraón como Orión, la duat concibe al faraón en compañía de
Orión, el faraón asciende regularmente con Orión al Oriente del cielo, el faraón desciende
regularmente con Orión en el Occidente del cielo”27. Pero Osiris, al igual que Cristo, no
renace como antes. Con el falo de oro Isis queda encinta de Horus, el niño halcón. Es el
arquetipo del faraón, quien es semilla de Osiris. Osiris es enterrado en la Sala de la doble
verdad, en el duat, debajo de la tierra, y Horus emprende un combate con Set. Horus
vence a su tío usurpador. Pero en la lucha Set pierde un testículo y Horus pierde un ojo.
Desde entonces el ojo sano será el día solar y el ojo herido será la luna o el sol de noche.
Los dos ojos de Horus observan el mundo y son testigos del tránsito de la barca de Ra por
las aguas abismales. Devuelve el orden al mundo. Horus gobierna sobre las dos regiones,
pero solo tendrá el poder si la momia de su padre está intacta. Si la momia es destruida
Horus morirá y volverá el caos. El peligro de que la momia de Osiris sea destruida por
los chacales que depredaban las tumbas, Anubis toma la forma de perro guardián para
repeler a los animales saqueadores. Desde entonces el chacal mágico será el protector de
los aju (muertos) de Occidente.

Las fiestas de la resurrección

Las fiestas, como funciones rituales tenían la intención de representar la renovación del
Dios y su transformación en el héroe solar. El Dios renacía. Con ellas se volvía al tiempo
mítico arquetípico. Estas fiestas se celebraban a partir de la crecida del Nilo cuando
aparece la estrella Sirio en el cielo nocturno. La resurrección de la vegetación se
reactualizaba todas las mañanas, todos los años y, tan solo una vez, durante el reinado del
faraón, donde en el papel de Osiris, engendraba al próximo vástago real, al niño Horus y
su sucesor al trono. La fiesta diaria se conoce como rito de solarización, la anual como
los misterios de Osiris y la que transcurre durante la vida del monarca es la fiesta del feliz
encuentro. Veamos una por una.
Esta fiesta o rito se hacía en los templos cada mañana, donde el sacerdote debía darle
vida a las estatuas de los Dioses. Para ello durante el amanecer sacaba a las azoteas las
imágenes y las colocaba al resplandor del sol. La vida sobrenatural se posaba así sobre
las estatuas y estás ahora tenían poder, potencia mágica siendo efectivas. Sobre la estatua
el sacerdote colocaba las manos (imposición de manos) y les daba existencia. Les
practicaba el rito de apertura de los sentidos, similar al que se hacían en los sepelios, como
después veremos en los ritos funerarios.
Los Textos de las pirámides leen:

“¡Oh Sol!
Cuando te levantas, semejante a la montaña,
Y cuando brillas de manera similar al Bennu (Fenix)…
(entonces) escupiste a Shu, expectoraste a Tekenú;
Y tus dos brazos los reunieron

26
Fiesta celebrada a Osiris en que se hacía una procesión con su imagen.
27
TdP Cap. 466; 442. Cf.: Jacq, C., El origen de los Dioses. Claves para descifrar los textos de las
pirámides, Barcelona, 1999.

23
Como los brazos de un ka.
Para que tu ka en ellos se encuentre”28.

El darle la energía vital era alimentar al ka, que en breve lo trataré con más detalle.
Otra fiesta era la reunión anual de los misterios de Osiris. Esta se celebraba en las
catorce localidades donde se decía que Set esparció los pedazos de su hermano. Cada
localidad decía poseer una reliquia del cuerpo. La ciudad de Abydos, en esta fiesta, era la
más importante, ya que según la tradición poseía la cabeza del Dios asesinado. Algo
similar a las tradiciones de la cabeza de Orfeo luego que Dioniso ordenara a las ménades
que lo destrozaran. Zeus, según el mismo mito, lo coloca entre las estrellas, lo que nos
recuerda en versión griega al drama de Osiris en la noche astral. La fiesta osiríaca se
realizaba de la siguiente manera. En esas catorce localidades se prepara con barro del Nilo
una estampa de Osiris y se la momificaba. En realidad solo se la envolvía en vendas. El
faraón sacrificaba un buey y cortaba las primicias de las espigas. Luego, en procesión, se
transportaba las figuras de barro y se las colocaba en un templo en Abydos. Allí se
esperaba unos días a que las semillas que estaban en el barro de la imagen brotaran y
salieran las primeras plantas. Esto simbolizaba la resurrección de Osiris en el árbol. Una
vez llegado a este punto se enterraban las imágenes de Osiris. El 25 de Mechir (diciembre)
Horus nacía y emprendía un combate ritual con los cómplices de Set. Los soldados eran
voluntarios que se disfrazaban de tales. Según Heródoto, más de uno terminaba
desmayado por las golpizas. Eran unas fiestas populares donde la gente salía a la calle
disfrazada y luchaban simuladamente. Horus vencía a Set y luego la comunidad levantaba
un pilar símbolo de la fertilidad del Dios asesinado.
Otra fiesta en la que participaba el faraón era la del “Feliz encuentro”, donde una
procesión traía las estatuas de Horus y Hathor para que tuvieran amoríos en el templo de
Edfu. Era la ocasión para que el faraón con su esposa realizara en hyerosgamos y
engendrara al futuro monarca. Él era Osiris y su esposa representaba a Isis y el vástago
era el sucesor dinástico. De esta manera mantenían la estabilidad de Egipto.

Rituales funerarios

Ingresemos en materia. Como ya estudiamos tenemos una abundante literatura sepulcral


que recoge una gran cantidad de ritos y mitos acerca de la continuidad de la vida concreta
en el inframundo. Desde Los Textos de las Pirámides de Unas y Teti, pasando por Los
Textos de los Sarcófagos, el Libro de los Dos caminos y Las letanías de Ra. Seguidos de
los Libros de los muertos (dichos para salir al día). Tardíamente se conocen el Libro de
las puertas y el Libros de las horas. Con este vasto material trataremos, como venimos
haciéndolo, de construir un sistema teológico lo más estructurado posible para que logre
comprenderse las actitudes egipcias acerca de la otra vida. Teniendo en cuenta las lagunas
con las que nos enfrentaremos.
Es interesante detenernos un instante en un detalle de una viñeta del Libro de los
muertos que data de la dinastía XVIII. Es una inscripción en la que aparecen los dos ojos
de Horus y debajo de ellos, en el centro, la corona solar de Ra en su barca. Si hacemos

28
Citado por Fernando Schwaz. Cf. Geografía sagrada del Egipto Antiguo, Buenos Aires, 1979, p. 192.

24
una comparación con la simbología de la India, se sugeriría una representación de un
“tercer ojo” en el centro. Un ojo en el centro es una idea muy primitiva. Los antiguos
griegos imaginaban a los titanes con un solo ojo. Titanes prehistóricos como los gigantes
del Génesis bíblico. El faraón llevaba en su tocado, justo en la frente una figura de una
cobra, símbolo de la sabiduría ascendida de la serpiente.
Ahora analicemos brevemente las técnicas de tratamiento del cadáver. Para ello
poseemos una fuente clara: el Papiro del envolvedor. Cuando el rey fallecía, el sacerdote,
con una máscara de Anubis, procedía a dar un procedimiento especial al cuerpo, al jat.
Recordemos que el jat era considerado un elemento denso sujeto a la descomposición.
Para que esto no ocurra debe ser trasfigurado en sahu. El sahu es una expresión que refiere
generalmente a la momia. Es el cuerpo físico ennoblecido. El procedimiento era realizado
en el pr anj (casa de la vida). El jat convertido en sahu conservaba su identidad fija, su
nombre, rem, y su imagen corpórea sólida: sajem. Las etapas del proceso de
embalsamamiento duraban alrededor de setenta días, el tiempo anual en que la
constelación de Orión y la estrella Sirio se ocultaban en el horizonte. Primero se le extraía
el cerebro por la nariz mediante un gancho. El cerebro, hasta donde sabemos, no era muy
importante, no así su corazón. Luego se le realizaba un corte en su costado y se le extraían
los pulmones, el hígado y el estómago. Paso segundo se le sacaban los intestinos. En fin,
se vaciaba el cuerpo y se le enderezaba la columna. Recuerde que esto fue lo que realizó
Anubis con el cadáver de Osiris y el ritual de resucitación era perpetrado por Isis. La idea
mágica era darle nuevamente la vida en un renacimiento en otro estado de actividad sutil
y física. Esos órganos que se extraían no se desechaban (a excepción del cerebro). El
estómago era colocado en el vaso canopo con cabeza humana (en la tumba se ubicaba en
la cámara del sarcófago con dirección al sur). El intestino delgado en el vaso con cabeza
de mandril (se colocaba en dirección norte). Los pulmones en el vaso con cabeza de
chacal (en la dirección oeste). El intestino grueso era colocado en el vaso con cabeza de
halcón (este). Con respecto al corazón (ib) a veces se le dejaba en el cuerpo y otras era
reemplazado con una joya en forma de escarabajo. El difunto debía llevar su corazón ante
la Sala de las dos verdades, ante Osiris. Luego el cuerpo vacío se lavaba y se rellenaba
con resina, mirra y canela. Se sumergía el cuerpo en natrón u otras sales para que lo
embalsamen. Una vez concluido el tiempo del proceso se lo vendaba y se le colocaban
amuletos para que esté equipado para viajar a la otra vida.
Con relación a los amuletos que se colocaban en el cuerpo momificado, hay un
interesante texto de Budge, algo añejo, pero que trata en detalle el tema de los amuletos29.
Un amuleto es un objeto para protección de fuerzas malignas. Es un elemento de rebote
de fuerzas nefastas. Es una “cosa” de poder. La imagen es algo concreto y portadora de
una potencia sobrenatural que tenían como fin. Al menos en el tema que estamos tratando,
para que el difunto pueda estar cubierto en la otra vida de seres maléficos, como demonios
y serpientes además de otros seres mitológicos y poder cumplir con su meta con bien.
Había amuletos grabados con fórmulas y otros no. Estos se cargaban de poder apotropaico
con palabras y rituales así como por la misma composición de los materiales con los
cuales fue construido. Había imágenes del corazón, que era representado con una vasija

29
Véase Budge, W., Magia egipcia, Barcelona, 1988, pp. 35-63.

25
(ib), del anj, escarabajos, bucles, como el de Isis, el dyet, pequeños buitres, cetros,
imágenes de pájaros con cabeza humana (ba), escaleras, ojos de Horus, cabezas de
serpientes y hasta de ranas.
Luego se colocaba al difunto en su ataúd con un papiro debajo de su cabeza con el
trazado de un círculo en él y rodeado de varias inscripciones, símbolo probablemente para
cuidar la cabeza, como un mandala o círculo mágico de protección. En épocas tardías
eran llamados “hipocéfalos”. Lo que nos hace acordar a la aureola de los santos cristianos,
símbolos de iluminación.

Anubis (Ymiut) el Dios chacal embalsamando a Osiris. Sacerdote con máscara del Dios sobre el cuerpo
de Sennedyem (Deir-El-Medina).

Antes de acceder al sepulcro se realizaba el ritual de apertura de los sentidos. El


sacerdote llamado Kherr-heb ordenaba el sacrificio del “toro del sur”. Un matarife
degüella al toro y le saca el corazón. Una sacerdotisa, en el papel de Isis (Tcherauur),
susurra al oído del muerto: “He aquí que tus labios son compuestos para ti, para que tu
boca se abra”. A continuación el sacerdote ordena que traigan un antílope y un pato y los
decapitan, paso seguido recita: “Los capturé para ti, te traje a tus enemigos. Sus manos
traen su cabeza como su regalo. Los maté para ti, oh Tmu; que tus enemigos no se alcen
contra este Dios”. El matarife toma el muslo del antílope y colocan el corazón y el muslo
delante del muerto, es decir, del Dios Osiris. Ahora, con la sangre del pato, el hijo del
faraón, es decir, el nuevo monarca que cumple el papel de Horus toca a la momia con un
gancho (un) en los ojos, la boca y las orejas. El sacerdote recita: “Tu boca estaba cerrada,
pero te compuse tu boca y los dientes. Abro por ti tu boca, abro por ti tus ojos. Abrí por
ti tu boca como instrumento de Anubis (…). El difunto caminará y hablará, y su cuerpo
estará en la gran corte de los Dioses”. El hijo del muerto se pone ahora tras el ataúd y la
madre llora golpeándose el pecho. Con este rito, el difunto hablará, verá y oirá
nuevamente, aunque su cuerpo esté fijo en la tumba, pero lo hará por medio de partes
sutiles de sí. El simbolismo de “abrir” funciona aquí como una clase de magia imitativa
que crea un círculo de vida y permite el paso de una dimensión a otra. Es el rito de

26
resucitación. Muerte y renacimiento, esto es, a mi entender, lo que mejor explica el hecho
de “salir al día”, ser dado a luz en un nuevo nacimiento.
Seguidamente se hacía una procesión con un cortejo fúnebre hasta el lugar del entierro,
la tumba, también conocida como la mansión del doble. Extraño espacio donde viviría
eternamente su soporte físico. Era un modo de iniciarse a un nuevo modo ontológico. En
el Libro de los muertos del capítulo I al XVI se narra este episodio con recitaciones para
la protección eterna del cuerpo y su vida sutil. “Pleitesía a ti, oh tú que vives en Set-Sert
del Amenti. Líbrame de los gusanos que hay en el Ro-setau, y que se alimentan con los
cuerpos de los hombres y beben su sangre (…) Osiris (…) quien completó todas las obras
ocultas dice: ‘Da aliento a los que temen a quienes están en el Amenti (…) desciende
hacia mí y devora a los gusanos”. La tumba será la residencia para siempre del sahu y del
ka. No hay existencia sin cuerpo. Esto muestra lo apegados que estaban los egipcios a los
objetos y al soporte físico con respecto a sus creencias espirituales.
La “mansión del doble” es la tumba y debe tener todo lo necesario para la existencia
en el más allá. A lo largo de la historia religiosa de Egipto existieron distintos tipos de
tumbas, nosotros trataremos el caso de las mastabas por ser las más representativas. Luego
el estudiante puede revisar la bibliografía pertinente e ilustrarse de estos temas30. Las
mastabas estaban compuestas por una pirámide trunca que contenía una capilla con un
altar y una puerta falsa. En esa puerta falsa el familiar debía dar oraciones cada vez que
visitara a su pariente, el cual lo trataba como si estuviera vivo. Hay evidencias que comían
con el muerto y hasta jugaban juegos de mesa. En el altar se le colocaban alimentos al ka.
En un ángulo había una losa sellada que contenía la entrada a un pasillo, generalmente
hacia abajo, un pozo o una galería larga que daba a una habitación bellamente
ornamentada que era la sala donde estaba depositada la momia. Allí descansaba el ataúd,
se colocaban los vasos canopos con los órganos correspondientes y sobre la madera del
féretro se escribían hechizos. Era fundamental en los laterales del mismo dibujar ojos para
que el difunto pudiera leer las paredes, generalmente con mitologías funerarias, así su ba,
a través de ellas, pudiera salir de allí. Las tumbas eran réplicas físicas del duat o del
inframundo, donde eternamente ocurriría en el plano sutil el drama mítico en la realidad
espiritual.
Dos palabras del concepto del ka y ba, a los que hemos aludido anteriormente, pero
no explicado suficientemente. Ahora, creo, es el momento. El ka es un doble etéreo o la
vitalidad energética del sahu, el que permanecía en toda la tumba asegurando la vivacidad
de la momia. La existencia del ka dependía del soporte físico, es decir, de una forma igual
a él, sea la momia (de allí la importancia de conservar la forma física) o una estatua del
muerto. El ka era una fuerza etérica que estaba apegada a la forma física que antes lo
mantenía unido al ser vivo. Ahora, necesitando del cuerpo, aunque podía ingresar en él,
dependía también de ser alimentado. Se lo nutría, no solo con comida, literalmente, sino
con oraciones, con recuerdos. Sin memoria, el ka podía perder su fuerza y diluirse. El ka
bien puede corresponder, salvando las distancias, al “peri-espíritu” de la teoría espirita.
El ka es exactamente idéntico a la forma física de la que procede el difunto, pero en estado

30
Fantechi, S., Arquitectura funeraria y repertorio iconográfico en la transición de la dinastía XVIII a XIX,
En Revista Sociedades Precapitalistas, Universidad Nacional de la Plata, Vol. 7, 2017.

27
vaporoso, según el profesor Jorge Roberto Ogdon: “es un tipo de neblina azulada sin
bordes precisos pero que se evidencia en las apariciones paranormales y tal vez en las
materializaciones ectoplásmicas donde se visualizan generalmente el contorno de la
cabeza y el cuerpo”31. En otras palabras, el fantasma.
Por otra parte el ba, es identificado, aunque no corresponda exactamente, con el alma.
El ba es la consciencia del difunto pero en el más allá. Es la existencia animada que
protagoniza el drama mítico en el inframundo real, de la cual la tumba es una copia exacta.
Era el que seguía las inscripciones grabadas en las paredes hasta la puerta este, es decir,
a la salida a la luz del día, aunque regresaba por las noches a la tumba. Podía irse de la
sepultura y visitar a los seres amados en forma de pájaro, como el Fénix, el ba del sol,
por ello se lo suele representar con un pájaro con cabeza humana sobre el ataúd, no dentro.
También hay viñetas que lo muestran viajando por el pasillo de la tumba32. Asimismo es
el que recita los hechizos y las fórmulas para sortear los peligros del inframundo y es el
mismo sol en el periplo cósmico circular.
Analicemos la estructura de la tumba para poder comprender la mitología del más allá.
El emplazamiento era simbólicamente el duat (caída solar en el horizonte) y el amduat
(el sol recién sumergido debajo de la tierra) en su totalidad. Dijimos que la tumba clásica
está compuesta por la cámara real (amduat) o la cámara del sarcófago. Según Campbell,
tomando como referencia el ataúd de Tut-Anjamon, teorizaba que este tenía siete niveles.
Uno el cuerpo; dos el sudario, con inscripciones del Libro de los Muertos; tres la máscara
funeraria; cuatro: el sarcófago de madera con la forma del muerto; cinco: el ataúd que lo
recubría que era rectangular y de oro; seis: el ataúd de piedra, y siete la habitación misma,
la cámara. Esta se encontraba con el Gran Sarcófago cósmico que era la totalidad del
universo mismo, del cual Osiris ere el gobernante eterno. Luego Campbell lo va a
comparar además con los chakras del yoga, que no es descabellado33. A través del ba
(cuyo ka estaba presente en los órganos de los vasos canopos) y por los ojos situados en
los laterales del ataúd, el difunto, como un pájaro, seguía la lectura ordenada de las
paredes. Estas estaban dispuestas en forma de “espejo”, es decir, se reflejaban de una
pared a otra y todas apuntaban en dirección a la primera puerta por la cual ingresaba al
pasillo. Así el ba salía del amduat. Al ingresar al pasillo transitaba por el Ro-setau
(también conocido como el Anru-Tef —lit.: puertas— en el Libro de los dos caminos,
donde el difunto navegaba por un Nilo de fuego). Este pasillo, también decorado con
jeroglíficos que lo guiaban y les daban las fórmulas mágicas, estaba custodiado por seres
malignos dispuestos a devorar el cuerpo y el alma34. Esto está mayormente registrado en
los sortilegios del Libro de los muertos de los capítulos XVII-LXIII. También está
representados en el Libro de las puertas y el Libro de las horas donde trata de que en
cada puerta y en cada hora nocturna, el difundo debe vencer a un guardián serpentino y a
seres sentados con espadas y todo tipo de instrumentos de destrucción. (Este, en términos
del ocultismo moderno, bien puede compararse al campo astral o “plano sutil”

31
Ogdon, J.R., La naturaleza humana antes y después de la muerte según las concepciones egipcias,
CEAE, Buenos Aires, 2004. Cf.: Frankfort, H.: La religión del Antiguo Egipto, Barcelona, 1998.
32
Ib.
33
Campbell, J., Las máscaras de Dios, Tomo I, Barcelona, 1998.
34
Ogdon, J. R., Seminarios, CEAE, Volumen 4, Buenos Aires, 1986.

28
inconsciente, al Tártaro o Averno del inconsciente, donde están encarcelados los
demonios antiguos y la núminas más peligrosas. Según la mitología cristiana el Tártaro,
es una región donde Dios apresó a los ángeles caídos antes del diluvio). Allí debe valerse
de las fórmulas que estaban en Las letanías de Ra. Un texto tardío con viñetas de todo
tipo de Dioses mumiformes, en los que el difunto, identificado con el sol de noche (sol
niger de la tradición alquímica) debe transformarse para salir airoso. Ra (el difunto) se
transfigura en Amón, en Sokaris, en Osiris, en Basted, en Sokbet, Seb, etc. Allí debe hacer
uso de los amuletos que están entre las vendas del cuerpo físico.
Lo primero que es amenazado es el corazón, por ello el amuleto del ib es apropiado:
“¡Que mi corazón esté conmigo en la casa de corazones! ¡Que mi pecho esté conmigo en
la casa de corazones! Que mi corazón esté conmigo y que descanse en paz, o no conoceré
los pedestales de Osiris en el lado oriental del Lago de Flores, y nunca bogaré río abajo
por el Nilo. Seré el amo (…) tendré el poder de hacer lo que yo quiera, seré el amo de mis
dos piernas y haré lo que quiera con mi ka. No se hará ninguna herida a mi cuerpo en las
puertas del más allá”. El amuleto del buche era para recitar ante otros seres maléficos del
pasillo: “La sangre de Isis, la fuerza de Isis y las palabras del poder de Isis son poderosas
al actuar con los podres que protegen a este divino ser”. El dyet se usaba con la siguiente
invocación: “¡Levántate oh Osiris! ¡Tienes tu espina dorsal, oh corazón latente! ¡Tienes
las coyunturas de tu cuello y espalda, oh corazón latente! Colócate sobre tu base, yo
pondré agua debajo de ti, y te daré un dyet de oro (falo) para que te regocijes”. Así el
amuleto del anj, y de los seres reptantes para superar a las serpientes malvadas que
amenazan tanto el cuerpo como el alma35.
Una vez que llega a la puerta sellada en el final del corredor que da a la capilla, símbolo
del portal que guarda la “Sala de las dos verdades” o el templo de Osiris (el plano mental
o entelequia; mundo suprasensible de Platón), el difunto debe sortear el último y más
peligroso obstáculo: el juicio. Esto será vivido sutilmente en el Amenti. Los pasajes que
relatan esto están en el Libro de los muertos de los capítulos LXIV al CXXIX. El papiro
Ani posee una de las ilustraciones más bellas del juicio ante Osiris y los jueces (Aku). El
difunto va de la mano de Isis, la sacerdotisa, y entrega al difunto a Anubis, quien lo
presenta ante el trono de Osiris, sentado en forma de momia y de rostro humano de color
verde, símbolo de la vegetación, con sus cetros reales. Detrás de su trono están sus dos
esposas, Isis y Neftis. Sobre él los cuarenta y dos jueces en forma de criaturas fetales
sentadas. Adelante está Thot con una lista de los hechos del muerto cuando estaba con
vida física. También está allí Ma’at, la Diosa de la justicia con una balanza. El difunto le
entrega su corazón a la Diosa quien lo coloca en uno de los platillos. En el otro platillo
está colocada su pluma. Si el corazón pesa más que la pluma, si es más denso, quiere decir
que ha cometido faltas (aunque no podemos hablar de pecados al estilo bíblico). En ese
caso un monstruo mitad hipopótamo y mitad cocodrilo lo devorará y será “una muerte
segunda”. En el ideario heleno, este rito de pesar el corazón se lo conocía como
“psicostasia”. Sin embargo Ani tienen buenas perspectivas. Thot exclama: “Oíd este
juicio. El corazón de Osiris fue pesado en verdad, y su alma compareció como un testigo
en su favor; el juicio de la Gran Balanza le encontró fiel. No se halló iniquidad; no

35
Op. Cit.

29
malgastó las ofrendas de los templos; no causó daño con sus acciones; y no formuló malas
denuncias mientras estuvo en la tierra”. El difunto debe recitar: “No he blasfemado a los
Dioses. No he privado al indigente de su subsistencia. No he cometido actos execrables
contra los Dioses. No he permitido que los servidores fuesen maltratados por sus amos.
No he hecho sufrir a otros. No he provocado hambre. No he matado. No he ordenado
matar. No he sustraído las ofrendas de los templos. No he robado panes a los Dioses”36.
Y luego Thot agrega: “Lo que sale de tu boca fue ordenado. Osiris, el escriba (Ani),
triunfal, es santo y justo. (…). Le serán conferidas ofrendas de carne y la entrada en
presencia de Osiris, junto con la heredad eternamente con los que siguen a Horus”.
El Libro de los muertos capítulos CXXX al CXCII registra el paso hacia su
iluminación. Es el “plano causal” o espiritual pleno, donde se realiza la meta. Es
interesante que el capítulo CXLVII de la versión de Naville traduzca cómo el difunto
asciende por el pilar dyet o columna vertebral de Osiris hacia una cruz anj que culmina
en el globo solar de Ra, que está situado en el centro del día, entre el amanecer y el
atardecer, entre los dos ojos de Horus. ¿El tercer ojo? Ahora es digno de pasar a la luz del
día, debe nacer en la eternidad de los ciclos cósmicos para permanecer allí durante toda
la eternidad. Al ascender por las siete puertas debe recitar en cada una un hechizo para
sortearlas. Así llegará al campo de juncos.
Idea que se plasma en el Libro de las puertas ya desde la dinastía XVIII, como por
ejemplo, en la tumba KV 57, como ya mencionamos. El texto dice en su rúbrica: “Estas
son las palabras que deben decirse cuando se llega a las siete puertas”. Tengan en cuenta
que el setenta por ciento de las viñetas junto con sus textos están sin publicar. Tuve la
suerte, cuando estuve invitado en el Museo del Louvre en París, de examinar un papiro
inédito, del que solo pude traer dibujos hechos por mí. Pertenecía al Reino Nuevo durante
el reinado de Amenofis IV (dinastía XVIII), donde muestra siete mansiones, seis
cuadradas y la del medio en forma de cruz. La cruz estaba custodiada por un chacal que
debe ser Upuat, y el otro extremo por Anubis. Y las tres mansiones de abajo estaban
dominadas por serpientes o cobras solares. Pero seguramente habrá que seguir
estudiándolo. Esto permite al espíritu santificado entrar por las puertas sin sufrir rechazo,
sin que se lo aleje de Osiris; “él hace que se encuentre con los bienaventurados perfectos,
de suerte que tenga autoridad hasta con los primeros servidores de Osiris”. Así se
transforma en aju o “espíritu brillante”. Es absorbido por los ritmos del universo, con las
estrellas o con el sol (uhem anj o vida repetida). Su vida será un eterno movimiento
perenne e inalterable del mundo, en el circuito cósmico completo.
De esta manera terminamos nosotros con el análisis de Egipto, que lejos de ser
exhaustivo se intentó un resumen sintético y sistemático, para que podamos comprender
mejor su teología y su relación con lo sagrado. ●

36
Cf. Naville: pp. 215-218; Budge. pp. 214-215.

30
Historia de la Medicina

¿LOBOTOMÍA EN EVA DUARTE DE


PERÓN?
Neurocirugía en la última etapa de su
vida (1952)
Augusto Soiza Larrosa 37

En el año 2014 hubo una primera comunicación sobre el tema, que fue impreso en la revista de la Sociedad
Uruguaya de Historia de la Medicina (“Sesiones”). En forma simultánea presentó el suyo nuestro colega de
la Sociedad, el profesor de neurocirugía Eduardo Wilson. Nuestras conclusiones coincidieron: la operación
era dudosa o no creíble. Desde entonces poca cosa se agregó al conocimiento. Este es el estado actual del
asunto.

Introducción

La leucotomía frontal o lobotomía es una técnica neuroquirúrgica que fue ampliamente


utilizada en los primeros decenios del siglo veinte. Su indicación primordial fue yugular
los cuadros de excitación y agresividad en varias enfermedades mentales que no
respondían a los tratamientos disponibles. Se interrumpían quirúrgicamente y en forma
bilateral – a través de orificios de trépano en la bóveda del cráneo - las vías nerviosas de
ida y vuelta de la corteza del lóbulo frontal del cerebro. La respuesta favorable y la escasa
morbilidad de la operación llevó a extender su aplicación fuera del campo estrictamente
psiquiátrico, con el aumento consiguiente de complicaciones, secuelas e incluso la
muerte. Progresivamente entró en descrédito y se abandonó como método de
psicocirugía. A ello contribuyó también la creciente industria de los psicofármacos. Se ha
sostenido que la lobotomía frontal podría haber sido instrumentada en la fase avanzada
de la enfermedad de Eva Duarte de Perón.

La enfermedad de Eva Duarte

Hay suficiente conocimiento sobre su enfermedad neoplásica, un cáncer genital


diseminado que le produjo la muerte en 1952. Eva había nacido en Los Toldos, Provincia
de Buenos Aires, República Argentina en 1919; su muerte a la edad de 33 años se produjo
en Buenos Aires en 1952, siendo la esposa del entonces presidente de la República
Argentina, el general Juan Domingo Perón (Lobos, Buenos Aires, R.A. 1895 – Olivos,
Buenos Aires, R.A. 1974).
El diagnóstico y tratamiento de su cáncer y el sufrimiento físico y psíquico de sus
últimos meses de vida ha sido un tema tratado hasta sus límites. Los detalles anecdóticos
de esa enfermedad y el increíble engaño – un verdadero fraude médico - en que se
mantuvo a Evita acerca del mal que corroía su cuerpo, se dieron a publicidad años después
de su muerte. Incluyendo la parodia de ocultarle la identidad de sus médicos tratantes,

37
Médico. Ex Profesor Agregado de Medicina Legal (UDELAR, Uruguay). Miembro de Honor y
expresidente de la Sociedad Uruguaya de Historia de la Medicina. Miembro de Número del Instituto
Histórico y Geográfico del Uruguay.

31
pues la enferma sólo se dejó examinar y operar (al menos lo que se le dijo) por cirujanos
de su círculo político, como Ricardo Finochietto (1888-1962). Quedaron en la sombra
los verdaderos cirujanos, como el ginecólogo argentino Jorge Albertelli (1908-1996) y el
cirujano oncólogo de Nueva York George Pack (Ohio 1898-Nueva York 1969). Vaya
como atenuante de su intervención, el supremo interés de beneficiar a la enferma con el
saber médico de la época y la intolerable presión ejercida por un poder político omnímodo
que todo se llevaba por delante. Aun así, fue un vergonzante engaño que no es el objeto
de esta comunicación. Ni aún la muerte amortiguó la desventura de Evita. El cadáver de
la Señora tuvo un periplo de novela que es también ampliamente conocido.
Todo pareció haber terminado con su sepultura en la necrópolis bonaerense de La
Recoleta. No obstante surgió un hecho no conocido y nunca revelado de su biografía: una
presunta operación de psicocirugía mediante la invasión de su cráneo al final de su vida
para atenuar el dolor y calmar la agitación por el cáncer extendido a sus huesos. Fue la
leucotomía frontal o lobotomía. No se trató de un acontecimiento anecdótico menor pues
tuvo una enorme difusión, incluyendo el mundillo médico dentro y fuera de fronteras y
la publicación en importantes revistas científicas.
Con llamativa uniformidad se dio por verídica esa operación de neurocirugía funcional
paliativa. Pero el historiador para dar por probado un hecho debe atender a todos los
argumentos disponibles, acudir a todas las pruebas asequibles y buscar la verdad objetiva
- no solamente una presunción - para intentar arribar a una conclusión aceptablemente
confiable.

La lobotomía de Eva Duarte

Un prestigioso neurocirujano argentino radicado hace muchos años en los Estados


Unidos, Daniel E. Nijensohn encontró y publicó evidencias de una lobotomía frontal en
Eva Duarte. Le operación habría sido indicada y ejecutada para distraer el intenso dolor
por la diseminación del cáncer genital en sus huesos y mitigar la ansiedad, angustia y
agitación insomne pese a la morfina generosamente administrada y la radioterapia. Lo
divulgó (con colaboradores) en varias revistas médicas que pueden ser consultadas en la
red Internet. 38, 39
Estas comunicaciones tuvieron un objetivo: probar una operación de neurocirugía
funcional paliativa, lobotomía frontal o prefrontal en la esposa del presidente Perón.

La introducción de la lobotomía en las enfermedades psiquiátricas

La leucotomía frontal o lobotomía (del griego leuko = materia blanca del cerebro y tome
= corte) es una cirugía que consiste en destruir o cortar conexiones que vienen y van desde
la profundidad cerebral hacia la corteza del lóbulo frontal. Este lóbulo es la porción del
cerebro anterior que descansa en el techo de ambas órbitas. Desde el siglo diecinueve se
estableció su vinculación con las conductas y las emociones humanas.

38
Nijensohn DE, Savastano LE, Laws Jr ER., Naples Ch. (hon), Cremaschi F, Nuevos aportes sobre el
tratamiento neuroquirúrgico del dolor, ansiedad y agitación en el caso médico de Eva Duarte de Perón.
Neurocirugía funcional antálgica en 1952, NeuroTarget, 6 (1): 7-22, mayo 2011. Consultado en setiembre
2021, en:
http://www.neurotarget.com/numero.php?idn=3
httpwww.nijensohn.comINTERIOR_NeuroTarget_Vol_6_N1%20pdf.pdf.
39
Nijensohn DE, Savastano LE, Kaplan AD, Laws ER Jr. New evidences of prefrontal lobotomy in the last
months of the illness of Eva Perón. World Neurosurg. 77 (3-4): 583-590, march-april 2012. Consultado
(abstract),setiembre2021,en:
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1878875011001902?via%3Dihub

32
Fig. 1. Abordajes lobotómicos (frente) con introducción del leucótomo
basculante

Fig. 2. Abordajes lobotómicos (perfil) y leucótomo

33
Es fácil comprender que si se interrumpen esas conexiones se producirán profundos
cambios en la personalidad y comportamiento. Los pacientes se vuelven en grado variable
algo infantiles, pueriles (aún chistosos), inexpresivos, toleran mejor el componente
emocional del dolor (aunque siguen percibiéndolo), y no tienen los signos externos de
intenso sufrimiento. Pueden aparecer trastornos de la marcha y equilibrio (ataxia frontal).
La capacidad laboral se altera definitivamente. Los traumatismos craneoencefálicos con
“cabeza móvil” (precipitaciones, accidentes vehiculares, deportivos) pueden provocar
síntomas en forma similar a la lobotomía. En ellos se han “machucado” los lóbulos
frontales. En el año 2019, a propósito de un caso mortal por traumatismo craneoencefálico
transfixiante, evocamos el primer antecedente conocido (y publicado) de trastorno de la
personalidad por lesión similar en la historia médica. Fue en 1848, y la víctima, que
sobrevivió, acusó trastornos neuropsíquicos incapacitantes que hoy se conocen como
síndrome disejecutivo por lesión del lóbulo frontal. 40
Se atribuye al psiquiatra y neurólogo portugués António Caetano de Abreu Freire Egas
Moniz (Avança, Portugal 1874-Lisboa 1955) la implementación de la leucotomía frontal
o lobotomía en humanos en la década de 1930 (ya existía experimentación en animales)
aplicándola a enfermos psiquiátricos intratables. Obtuvo por ello el Premio Nobel de
Medicina y Fisiología en 1949 junto con el neurólogo suizo Walter Rudolf Hess
(Frauenfeld, Suiza 1881-Locarno 1973). Se premió a Egas Moniz por “su descubrimiento
del valor terapéutico de la leucotomía en ciertas psicosis”.
La interrupción de las vías nerviosas del lóbulo frontal se empleó masivamente para
“calmar” a los enfermos con locura intratable que atiborraban los hospitales. Pero la
psicocirugía cayó en descrédito y desuso con el progreso en los fármacos antipsicóticos
y las técnicas psiquiátricas más humanas. Hoy ya no se emplea en su forma original.
Egas Moniz, no era cirujano y debió ayudarse con alguien que dominara la técnica
operatoria cerebral. Fue el neurocirujano y primer profesor de neurocirugía de Portugal,
Pedro Almeida Lima (1903-1985) quien realizó la primera serie de procedimientos en
1935 mediante la destrucción química por inyección de alcohol en la sustancia nerviosa
de los lóbulos frontales en pacientes psiquiátricos. Luego la técnica evolucionó a la
sección instrumental de las fibras del tejido nervioso frontal mediante una varilla
metálica, a la que bautizaron leucótomo. Éste se hacía penetrar manualmente en el cráneo
a través de pequeños orificios practicados con un trépano manual de ambos lados
frontales. El leucótomo basculaba seccionando el tejido nervioso que quedaba
desconectado del resto (fig.1 y 2). El procedimiento era de apariencia banal y rápido. En
el contexto de los dramáticos estados psicóticos intratables, la lobotomía y sus
consecuencias aparecía como un “mal menor”. Esta técnica fue llamada leucotomía
frontal más tarde rebautizada como lobotomía. Egas Moniz fue quien acuñó el término
psicocirugía para explicar el porqué de la lobotomía.
La lobotomía fue luego modificada por otros cirujanos en su técnica, pero con
incremento de sus complicaciones, incluso mortales, lo que contribuyó a su descrédito.
La introducción del primer fármaco antipsicótico en 1954, la cloropromazina (Largactil)
para uso intramuscular acabó con la lobotomía. En Uruguay el profesor de neurocirugía
Román Arana Iñiguez (1909-1977) efectuó lobotomías que publicó en los Anales del
Instituto de Neurología de Montevideo. 41

40
Soiza Larrosa A. Transfixión de cráneo mortal por varilla de hierro propulsada por máquina cortadora
de pasto. Salud Mil. 38 (1): 94-101, Montevideo, 2019. Consultado en agosto 2021, en:
https://www.dnsffaa.gub.uy/detalle-nota/14_revista38_jurisprudencia-medica-transfixion-de-craneo-
mortal-por-varilla-de-hierro-propulsada-por-maquina-cortadora-de-pasto
41
Arana R, Galeano J. Psicocirugía. An. Inst. Neurol., Montevideo, 1950, pp.183-268.

34
¿Lobotomía en Eva Duarte?

Los aportes publicados por los médicos argentinos para fundamentar su hipótesis de una
lobotomía en Eva Duarte son seductores. Pero no totalmente convincentes. Ninguno de
ellos, distinguidos especialistas en su campo profesional, comenzando por el propio
neurocirujano argentino Daniel Nijensohn tiene antecedentes en investigación médico
histórica profunda.
¿Por qué la posibilidad de una lobotomía en Eva Duarte?. La respuesta es obvia: para
modificar su actitud de sufrimiento frente al dolor intratable, pero no para disminuir el
dolor que sería imposible con esa operación. Es llamativo que un antecedente
neuroquirúrgico de tal magnitud - una intervención cráneo cerebral - haya pasado
ignorado por años. ¿Cómo surgió entonces el tema de esa operación?
Comenzó en los Estados Unidos con el sorpresivo testimonio de un residente, un
neurocirujano húngaro, George Bela Udvarhelyi (1920-2010) quien vivió en Argentina
entre 1948 y 1954. Graduado como médico en 1944 en su patria, en la Universidad de
Budapest, fue un resistente contra la ocupación nazi y emigró en 1946, escapando de la
igualmente nefasta ocupación rusa. Arribó a la Argentina en 1948. Allí trabajó en el
Servicio de Neurocirugía del Instituto Costa Buero de la Universidad de Buenos Aires
(UBA) dirigido por el neurocirujano argentino Ramón Carrillo (1906-1956). Carrillo,
profesor titular de neurocirugía de la UBA en 1942 y ministro de salud pública en 1946
era un convencido peronista. Uno de sus más famosos discípulos fue Raúl Matera (1915-
1994), también profesor de la UBA y ferviente peronista. Se sabe que Matera practicó
lobotomías en Buenos Aires.
George Udvarhelyi se formó como neurocirujano con Ramón Carrillo. Dejó Buenos
Aires en 1953 y en 1955 lo encontramos como neurocirujano de la Escuela de Medicina
de la muy prestigiosa Universidad John Hopkins, en Baltimore, Estado de Maryland,
EEUU. Murió en el 2010 con 90 años de edad.
El redactor del periódico local de Baltimore, The Baltimore Sun, Frederick Rasmussen,
transcribió una entrevista en el 2005 al neurocirujano George Udvarhelyi en su
apartamento de North Baltimore. El médico, entonces de 85 años narró una dramática
historia. En el curso de su narración recordó su arribo a la Argentina y una operación
sobre sobre el cráneo de Eva Duarte, aunque con bastante imprecisión: “. . . le
diagnosticaron cáncer de cuello uterino y sabíamos que tenía mucho dolor… Se realizó
una lobotomía prefrontal para el dolor y luego se volvió una mujer demacrada. La vimos
varias veces más en el instituto [Costa Buero]. Se convirtió en una persona bastante
patética". 42
En artículo de homenaje publicado a la muerte del neurocirujano Udvarhelyi, el doctor
Daniel Nijensohn y sus colegas, ampliaron sobre la lobotomía de Eva Duarte: “Dicha
intervención aparentemente [sic] fue realizada en la mansión presidencial por el
neurocirujano estadounidense James Poppen, con la asistencia de David Fairman, del
Instituto [de oncología Angel H.] Roffo. Los cuidados de la enferma quedaron a cargo
del equipo neuroquirúrgico del Instituto Costa Buero, del que era parte en ese entonces el
doctor Udvarhelyi, dirigido por Ramón Carrillo y Raúl Matera, ambos neurocirujanos del
círculo más estrecho de Perón. 43 Cabe citar que el aludido cirujano Poppen nunca divulgó
públicamente tal intervención, aunque al parecer confió privadamente la operación de
Eva Duarte a la enfermera chilena Manena Riquelme, a la sazón su instrumentadora

42
Rasmussen FN. Remembering the life of “Evita”. The Baltimore Sun, November 5, 2005. Consultado
setiembre 2021, en: https://www.baltimoresun.com/news/bs-xpm-2005-11-05-0511050125-story.html
43
Nijensohn DE, Laws ER Jr, Savastano LE. Homenaje a George B. Udvarhelyi (1920-2010). NeuroTarget;
6 (2): 80-85, 2011. Consultado en Internet, setiembre 2021.

35
quirúrgica. El testimonio de la señora Riquelme – que no estuvo presente en la operación
pues por entonces no conocía a Poppen - integró la prueba de la hipótesis de la lobotomía
en Eva Duarte para Daniel Nijensohn y sus colaboradores que la entrevistaron
personalmente.
James Leonard Poppen, que habría operado a Evita fue un famoso neurocirujano
norteamericano (1903-1978) de la Lahey Clinic de Boston, especialista en la técnica
lobotómica. Amigo personal del presidente Perón, estuvo en Argentina en varias
oportunidades, fue condecorado e incluso escribió un libro sobre el general. 44
Son desconcertantes las afirmaciones del neurocirujano húngaro George Udvarhelyi
sobre la operación y la estadía de Eva Duarte en el Instituto Costa Buero, dirigido por
Ramón Carrillo. Pues ni la lobotomía ni esas “varias veces” que vio a Eva Duarte están
documentadas; no hay historia clínica ubicable y ningún documento conocido aludió a
esa operación. Es sorprendente que a más de medio siglo de ocurridos los hechos, nada
se hubo dicho de aquella operación ni de las consultas e internación de Eva Duarte en el
Instituto Costa Buero. En un país donde el peronismo goza de bastante buena salud.
Sería insólito que tales hechos hubieran sido ignorados para los médicos, enfermeras y
asistentes de todo tipo que estuvieron al lado de la famosa paciente las veinticuatro horas
de cada día hasta su muerte. Incluso para su propio hermano. Sobre su enfermedad y
muerte se ha dicho prácticamente todo. No hay nada que avale aquellas declaraciones de
George Udvarhelyi. Tampoco el cirujano James Poppen divulgó la lobotomía de Eva
Duarte; y en su libro sobre el general Perón no mencionó esa operación. De ser verídica
la operación alguien de su entorno la habría dado a conocer. Y tal cosa no ha sucedido en
los decenios que siguieron al derrocamiento del presidente Perón. Sería el caso de
ocultamiento médico más famoso de la historia del siglo veinte.

Pruebas a favor de la lobotomía

Las pruebas a favor son en su totalidad testimoniales. ¿Son confiables?


Los testimonios o “historia oral” son peligrosos para el historiador. Requieren ser
filtrados y correlacionados con hechos objetivos y bien documentados. La declaración del
neurocirujano húngaro George Udvarhelyi podría ser equívoca. Varias explicaciones son
posibles. La información vertida al periodista pudo no reflejar exactamente lo que se
quiso trasmitir. Pudo ser mal interpretada por el receptor. Ser una declaración temeraria,
o la expresión de una personalidad extravagante. Incluso un recuerdo ya diluído y confuso
en la memoria. O un síntoma del deterioro intelectual. O un sensacionalismo periodístico.
Sea una u otra la explicación, que no la sabemos, aquella “evidencia” vertida al periódico
The Baltimore Sun por Udvarhelyi peca de inconsistente e improbable. No se profundizó
en la indagatoria por el periodista. Se dejó correr y se transcribió sin mayor espíritu
crítico. ¿Algún periodista sudamericano habría dejado pasar a la ligera aquella versión?
Pero admitamos que en aras de la búsqueda de la verdad, y teniendo en cuenta que el
declarante fue un reconocido caballero y honesto médico, sería pertinente profundizar la
investigación.
El doctor Daniel Nijensohn que recogió aquella declaración inserta en The Baltimore
Sun y fue el promotor de su difusión aseguró que a Eva Duarte le “practicaron una
lobotomía” y que este capítulo en la vida de la esposa de Juan Domingo Perón era
prácticamente desconocido hasta la publicación con su firma en 2011 y 2012. La
operación se habría efectuado “en sus últimas semanas de vida”. En un trabajo que
44
Poppen, JL Perón, The man. Traducido al español con prólogo del Dr. Ricardo Finochietto como
Perón, el hombre. Buenos Aires, 1955 (ambos sin colofón).

36
publicó más tarde en el 2015, aventuró la hipótesis de un “secreto de Estado” para explicar
la causa de la ignorancia de la operación. Se habría ordenada por Perón y efectuada por
Poppen en la residencia presidencial sin consentimiento de Eva. ¿Cuál podía haber sido
la causa de la sigilosa operación?
La medida adoptada – la lobotomía - habría sido practicada ante la marcada violencia
en su conducta que comenzó progresivamente a mostrar Eva Duarte y alarmó al círculo
peronista. Ya con diagnóstico anatomopatológico de cáncer (informe biópsico de 10 de
setiembre 1951), en cama bajo tratamiento con radio intravaginal, la enferma habría
hecho una gestión insólita: la adquisición en Europa de armas y munición a través de un
selecto grupo de oficiales que le eran leales con el fin de armar a los trabajadores y formar
milicias. El pago salió de la Fundación Eva Perón sin conocimiento de su esposo,
presidente de la nación. Éste ordenó guardar todo ese armamento en depósito. Su último
discurso en vida el 1º de mayo de 1952, “Día de los trabajadores” y su documento llamado
“Mi mensaje” estuvo lleno de alusiones a “los enemigos del pueblo… insensibles y
repugnantes”. Se rebelaba “contra aquellos imbéciles” que abogaban por la prudencia.
Llamaba a “luchar contra la oligarquía”. El doctor Nijensohn – que transcribe estos
episodios a partir de fuentes escritas - concluyó que esta conducta “revelaba un
pensamiento autoritario y una tendencia hacia la violencia contra cualquiera que
percibiera como enemigo”. Advertido Perón y alarmado su círculo político se resolvió la
operación “tranquilizadora” sin advertencia a la enferma. 45,46,47 Cabe citar que Eva
Duarte murió poco después, el 26 de julio de 1952.
La hipótesis de la lobotomía oculta como un “secreto de Estado”, ahora esgrimida por
el doctor Nijensohn para explicar el porqué de tantos años de ignorancia, dio una vuelta
de tuerca en la historia de esa operación. No habría sido el dolor y la ansiedad la causa
principal de la indicación lobotómica sino una razón política. No se puede pasar por alto
la causa ahora esgrimida. Es inexplicable que la operación “tranquilizadora” se hubiera
efectuado en una enferma terminal, confinada al lecho y fuera de toda posibilidad de
concretar alguna forma de autoridad. El lector podrá comprender la airada respuesta de
los afines al peronismo ante la hipótesis del doctor Nijensohn.
La única prueba documental – no testimonial - esgrimida para probar la intervención
craneana en Eva Duarte fueron las radiografías de su cráneo, a las cuales nos referiremos
en el siguiente apartado.

Fuentes para una lobotomía frontal en Eva Duarte

El grupo médico de investigadores encabezado por el neurocirujano argentino Daniel


Nijensohn – que innovó sobre la historia de las últimas semanas de vida de Eva Duarte -
hizo varios “aportes” al testimonio del neurocirujano húngaro George Bela Udvarhelyi
para probar su hipótesis de la lobotomía.
Aportaron la declaración de la señora Nélida Antonia Domínguez, llamada “la Negra
Domínguez”, de 89 años, persona cercana a Eva Duarte, activista y políticamente afín,
ayudante administrativa del neurocirujano Raúl Matera por orden de Evita. Testimonió
en el año 2009 haber visto a la Señora días antes de morir “delgadísima, sin hablar,

45
Nijensohn, DE. Prefrontal lobotomy in Evita was done for behavior/personality modification. Not just
for pain control. Neurosurg. Focus 39 (1): 1-6, july 2015. Consultado setiembre 2021. Neurosurg
Focus. 2015 Jul;39(1):E12.doi: 10.3171/2015.3.FOCUS14843.
46
Castro, N. Los últimos días de Eva. Historia de un engaño. Buenos Aires, Vergara, 2007.
47
Castro, N. Los últimos días de Eva. Historia de un engaño. Buenos Aires, Sudamericana, 2014. En esta
edición incluye la lobotomía de Eva Duarte.

37
profundamente ensimismada”. Infieren de esa declaración que podría tratarse del estado
psíquico post-lobotomía. Esta descripción no asegura nada ya que el psiquismo de Eva
Perón es muy difícil atribuirlo a una causa determinada, cursando una etapa terminal del
cáncer diseminado, en que se perfilaba el fin de su vida a breve plazo. En etapa tan
avanzada, es perfectamente explicable la depresión y la repercusión nutricional. Además
la declaración de la señora Domínguez hay que interpretarla en el contexto en que fue
vertida, que no lo fue para probar una lobotomía.48 En el artículo del periódico bonaerense
La Nación de Buenos Aires, donde se recogió su testimonio, no hizo ninguna referencia
a una operación.
Por otro lado, la que fuera enfermera asistente de Evita, la señora María Eugenia
Álvarez desde su agravamiento hasta la muerte rechazó la hipótesis de la lobotomía. En
un reportaje para televisión que le hiciera el doctor Nelson Castro en el año 2012, ya
publicado y conocido el trabajo del neurocirujano Nijensohn, el periodista desaprovechó
la oportunidad para confirmar o desechar aquella operación.
Pero lo más interesante ha sido la revisión que hizo el equipo encabezado por el
neurocirujano Nijensohn de las radiografías postmortem efectuadas a la momia de Eva
Duarte en 1955, ya derrocado Perón. Es de lamentar que no tuvieron a la vista las
radiografías del cráneo. Precisamente era en éstas que se podrían haber advertido los
orificios óseos de trépano o trefina para introducción del instrumento (leucótomo) para la
lobotomía, necesarios para llegar al lóbulo frontal. ¿Cómo accedieron a esas radiografías?
Dijo al periódico La Nación de Buenos Aires el neurocirujano Daniel E. Nijensohn
“contactamos al hijo del radiólogo que tomó las radiografías [César Gotta] … nos envió
radiografías de tórax, abdomen y extremidades de Eva Perón que confirmaban el cáncer
que padecía, pero las radiografías de cráneo se habían «traspapelado»". Esas radiografías
habían integrado el expediente de un estudio médico más amplio que el gobierno de la
Revolución Libertadora ordenó en 1955 a una junta médica para tener la certeza de que
la momia que se encontraba en el segundo piso del edificio de la Convención General de
Trabajadores en Buenos Aires (CGT) pertenecía a Eva Duarte. Debemos recordar que
hubo dudas que se tratara del mismo cadáver, e incluso que podía ser una escultura. La
junta se integró con el prestigioso médico legista Nerio Rojas, el patólogo Julio Lascano
y el médico clínico Osvaldo Fustinoni. El médico radiólogo Guido Gotta asistido por un
técnico realizó las radiografías en el local de la CGT con un equipo portátil; los clisés
(cráneo, tórax, abdomen, extremidades) fueron revelados en su clínica. Los clisés
originales se entregaron a la junta médica. Copias quedaron en poder de Gotta quien las
guardó en un sobre junto con el informe mecanografiado original fechado el 23 de octubre
de 1955. En el año 2004, dos radiólogos argentinos, César Gotta y Alfredo Buzzi
presentaron un póster electrónico en el Congreso Europeo de Radiología con las
radiografías de Evita, pero utilizadas como método de identificación forense postmortem:
“las radiografías confirman que el cuerpo corresponde a un ser humano, y que el cuerpo
conserva todas las vísceras. Parcialmente envueltos en aire se ven el cerebro, el corazón
y los pulmones, y todos los órganos abdominales. Las manos cruzadas sostienen un
rosario de plata y nácar regalado a Evita por el Papa Pío XII. El reconocimiento de
imágenes patológicas en las películas es difícil. Sin embargo, existe una lesión osteolítica
en la tibia y una formación nodular en la cúpula hepática (¿metástasis?)”. 49

48
Fernández Díaz J., La mujer que sigue llorando a Evita [Nélida Antonia Domínguez de Miguel]. La
Nación, Buenos Aires, edición del sábado 26/090/09. Consultado en setiembre 2021:
http://www.lanacion.com.ar/1179106-la-mujer-que-sigue-llorando-a-evita
49
Gotta, C; Buzzi, A. Radiological exploration of the embalmed cadáver of Eva Peron. European Society
of Radiology, 2004. Consultado setiembre 2021: https://epos.myesr.org/poster/esr/ecr2004/C-082

38
El informe no menciona orificios de trepanación craneana. El hijo del radiólogo, el
médico César Gotta, conservó los clisés aunque comprobó que faltaban tres placas: dos
del cráneo y una de muslo, dándolas por perdidas. A falta de las radiografías de cráneo
originales, el Dr. Nijensohn y sus colaboradores utilizaron entonces las que aparecen en
un documental sobre Eva Duarte realizado por Tristán Bauer, “Evita: la tumba sin paz”
de 1997 (film que hemos revisado en setiembre 2021 y puede ubicarse en YouTube, 56
minutos) donde sí estaban aquellas radiografías ahora extraviadas. En el perfil de una de
las radiografías del cráneo (en el documental puede leerse la fecha 23/10/55), colgada en
un negatoscopio y convenientemente ampliada los autores describen dos imágenes
radiolúcidas circulares que en su interpretación podrían ser orificios de lobotomía aunque
no descartan que sean lesiones osteolíticas (corrosivas) por metástasis del cáncer (fig.3).
Destacamos que no se trata de las radiografías originales, sino de imágenes ampliadas
que aparecen en el documental de Tristán Bauer. No se sabe qué sucedió con las
radiografías originales del cráneo.
La evidencia radiográfica deja entonces muchas dudas. Se trata de lo que se conoce en
jerga radiológica como “lagunas óseas de la convexidad craneana”. Son defectos óseos
o imágenes “radiolúcidas” que aparecen en los clisés radiográficos. Esos defectos pueden
corresponder a causas variadas: falta el hueso, está adelgazado, corroído o está sustituido.
En este último caso lo habitual es que la sustitución sea por tumor, diseminado desde un
cáncer primitivo (metástasis) o localizado (primitivo del hueso) que crece entre las dos
tablas óseas del cráneo. Donde el tumor ocupa el sitio del hueso y lo corroe, aparece el
defecto radiográfico como una zona de menor densidad (radiolúcida). En las radiografías
de Eva Perón, lo que se puede observar son “lagunas” de límites poco precisos. Pueden
ser metástasis osteolíticas (corrosivas, sin producir hueso a la inversa de las metástasis
condensantes). Cualquier tumor metastasiante puede colonizar el cráneo, aunque hay
algunos más frecuentes que otros. El cáncer de Eva Perón no está dentro de los más
frecuentes, lo que no invalida la posibilidad, teniendo presente que existían otras
metástasis óseas, como se demostró en las radiografías del esqueleto de Evita. Lo que
además desconcierta para un diagnóstico de “lagunas artificiales por perforación
instrumental” (introducción de leucótomo) es el límite impreciso y nada perfectamente
circular como sería de esperar en una craneotomía lobotómica (fig.4).50 Además las
“lagunas” parecen ubicarse por detrás de la sutura coronal. Comparándolas con un
centellograma óseo actual de una metástasis craneana, las imágenes son similares.
Los autores se encargan ellos mismos de crear la incertidumbre sobre las imágenes
radiográficas del documental: ¿lobotomía? ¿metástasis? En suma: la imagen carece de
certidumbre y como prueba no surge con suficiente contundencia.
Más adelante adjuntan una conocida foto de perfil de Eva Duarte (fig. 5) en avanzado
estado de su enfermedad (pesaba apenas 33 kg), y describen allí una depresión craneana
frontal, por delante de la línea de implantación del cabello, en la topografía de la sutura
coronal (fronto-parietal), que interpretan como “posible ingreso al cráneo para una
lobotomía”. Podría ser meramente una imagen de la conformación craneana de la señora,
y tal vez una deformación por técnica fotográfica. La radiografía del cráneo (vista lateral,
fig. 3) no revela tal deformación. La calidad de esa imagen como prueba de una
neurocirugía es obviamente nula.

50
Ben Salem, D, et alii, Diagnostic des lacunes de la voûte du crâne. Enciclop. Med. Chir. (París),
Radiologie, 31-645-A-10, 2009. Consultado en la Biblioteca Biomédica del Hospital Militar de
Montevideo.

39
Fig. 3. Radiografía del cráneo de Eva Duarte obtenida en 1955 por la Junta Médica designada por la
Revolución Libertadora para identificación de la momia. Vista lateral. Se aprecian dos imágenes en el hueso
frontal de menor densidad radiológica (lagunas radiolúcidas) que han sido atribuidas a orificios de
penetración (trépano) para lobotomía.
(Tomado de Nijensohn DE, Savastano LE, Laws Jr ER., Naples Ch. (hon), Cremaschi F, Nuevos aportes
sobre el tratamiento neuroquirúrgico del dolor, ansiedad y agitación en el caso médico de Eva Duarte de
Perón. Neurocirugía funcional antálgica en 1952, NeuroTarget, 6 (1), mayo 2011).

Fig. 4. Cráneo con orificios de trépano frontales, por delante de la sutura coronal,
perfectamente circulares. Imagen para comparación con la figura 3.

40
Fig. 5. La flecha señala la depresión (indentación) de la región frontal de Eva Duarte que ha sido atribuida
a una secuela de ingreso craneano en el curso de una lobotomía. El aspecto de la enferma revela una
importante repercusión general y un facies de perplejidad.
(Tomado de Nijensohn DE, Savastano LE, Laws Jr ER., Naples Ch. (hon), Cremaschi F, Nuevos aportes
sobre el tratamiento neuroquirúrgico del dolor, ansiedad y agitación en el caso médico de Eva Duarte de
Perón. Neurocirugía funcional antálgica en 1952, NeuroTarget, 6 (1), mayo 2011).

¿Estuvo efectivamente James Poppen en Buenos Aires para operar a la enferma? En


el periódico Alumni Newsletter de la Clínica Lahey de Boston, en un artículo de homenaje
a su neurocirujano James Leonard Poppen, se afirmó que “fue convocado [Poppen] a
Buenos Aires para operar a Evita Perón”. El periodista y médico argentino Nelson Castro,
ya citado, hizo referencia a esa publicación como un argumento probatorio en la segunda
edición de su biografía de Eva Duarte al tratar el tema de la lobotomía. También citó esa
revista el doctor Nijenshon y sus colaboradores.51 Ya hemos mencionado que James
Poppen nada dijo de la lobotomía en su obra sobre Perón. El doctor Nijenshon por su
parte, publicó una fotografía donde se observan reunidos los doctores James Poppen,

51
Nijensohn DE, Savastano LE, Laws Jr ER., Naples Ch. (hon), Cremaschi F, Nuevos aportes sobre el tratamiento
neuroquirúrgico del dolor, ansiedad y agitación en el caso médico de Eva Duarte de Perón. Neurocirugía
funcional antálgica en 1952, NeuroTarget, 6 (1): 7-22, mayo 2011, cit., p.18.

41
Ricardo Finochietto y David Fairman con el presidente Juan Domingo Perón en la Casa
Rosada, que es datada “a fines de junio de 1952”.52 Hay pues coincidencia de fechas entre
presencia de Poppen en Buenos Aires y fecha probable de la lobotomía.
Otros testimonios, siempre en la misma dirección fueron ofrecidos por el neurocirujano
pasante y luego colaborador de Poppen Gerwin Neumann recordando “haber oído varias
veces mencionar a Poppen que él había operado a Eva Duarte mediante una
hipofisectomía” [extirpación de la glándula hipófisis].53 Y la declaración de la
instrumentadora quirúrgica de Poppen, Manena Riquelme que aseguró la lobotomía a Eva
Duarte 54, y que merece las mismas críticas que hemos hecho a los testimonios orales,
como inciertos y falibles, a falta de prueba material documental.

¿Una lobotomía incierta?

Un analista con espíritu crítico no puede sino concluir que la prueba de una neurocirugía
antálgica funcional (lobotomía) en Eva Duarte está lejos de ser contundente, y que esa
intervención es, a la luz de lo que conocemos documentadamente, incierta.
1) No hay referencia a orificios de trépano en el cráneo en el libro que escribió el
anatomista Pedro Ara (Zaragoza, España, 1891 – Buenos Aires, 1973) sobre el proceso
de conservación que instrumentó en el cadáver de Eva Duarte.55 No se pudo localizar al
restaurador del cuerpo en 1974, Domingo Tellechea.
2) La imprecisión sobre el lugar y la fecha en que se habría realizado la lobotomía muestra
lo incierto de la misma.
a) Respecto al lugar de la presunta operación es obvio que nada puede decirse. No
existe ningún recaudo documental sobre el traslado de la enferma ni tampoco sobre las
varias veces que habría concurrido al Instituto Costa Duarte cómo lo declaró el
neurocirujano George Udvarhelyi, La documentación clínica de Eva Duarte habría sido
destruída por la Revolución Libertadora de 1955.
b) En cuanto a la fecha de la neurocirugía, postulada en “mayo, junio o julio de
1952”, esto es en las últimas semanas de vida, el doctor Nijenshon afirmó: “Nuestra
investigación comenzó en 2005, cuando el cirujano húngaro George Udvarhelyi, que
vivió en la Argentina entre 1948 y 1953, declaró al diario Baltimore Sun que había
participado de una lobotomía que se le realizó a Eva Perón. […] No sabemos la fecha
exacta, pero sospechamos que para su última aparición pública, cuando Perón asumió su
segunda presidencia, ya había sido operada”. Fue un reportaje vía telefónica desde
Estados Unidos al diario La Nación de Buenos Aires.56 La fecha de la toma de posesión
por el general Perón fue el 4 de junio de 1952. El documental de Tristán Bauer (ya citado)
es suficientemente demostrativo para quien quiera apreciarlo, que esa mujer, que aparece
en postura erecta, maquillada y vestida ostentosamente, sonriente y saludando con su
brazo en alto a la multitud difícilmente habría ya sido objeto de una operación dentro de

52
Nijensohn, DE. Prefrontal lobotomy in Evita was done for behavior/personality modification. Not just
for pain control. Neurosurg. Focus 39 (1): 1-6, july 2015, cit., p. 5, fig. 7.
53
Comunicación personal al doctor Daniel Nijenshon, en NeuroTarget, 6 (1), cit., p. 19.
54
Ib., en NeuroTarget, 6 (1), cit., p. 19.
55
Ara P, El caso Eva Perón, Buenos Aires, CVS Editores, 1974, 318 p. El embalsamamiento de Eva Duarte,
el de Vladimir Lenin en la ex Unión Soviética, y de Mao Tse Tung en China, serían los tres procesos de
conservación en personajes públicos más importantes en el mundo.
56
Ríos S., Eva Perón. Una lobotomía contra el dolor. Reportaje al doctor Daniel Nijenshon en La Nación,
Buenos Aires, edición del viernes 23 de diciembre de 2011. El testimonio en ese reportaje está reproducido
en el sitio web www.elhistoriador.com.ar bajo el título Eva Perón y la versión sobre una lobotomía
practicada en 1952.

42
su cráneo. Sabemos que concurrió al desfile muy dolorida y debió confeccionarse un
artefacto de metal y yeso para poder estar de pie en el automóvil presidencial. De haber
estado lobotomizada, su apariencia sería exactamente la opuesta a la que exhibe.
3) Los médicos argentinos no han tenido en cuenta la cronología conocida de las últimas
semanas de vida de Eva Perón. Revisando solamente lo documentado y publicado en esos
tres meses de 1952, puede verse que:
- el 25 de abril recibió en persona una condecoración del gobierno de Brasil
- el 1º de mayo dio su último y violento discurso (puede verse en el documental de Tristán
Bauer que ya hemos citado) desde el balcón de la Casa Rosada, azuzando a sus
“descamisados” trabajadores
- el 7 de mayo, día de su cumpleaños se fotografió, recibió visitas y salió al balcón de la
residencia presidencial a saludar a la multitud
- en el mes de mayo, se le administró mostaza nitrogenada (una droga anticancerosa) por
vía endovenosa, a instancias del cirujano oncólogo George Pack (quien la había operado
por su cáncer genital), fármaco que envió desde Norteamérica
- el 4 de junio asistió a la toma de posesión del segundo mandato de su esposo Juan
Domingo Perón, y se la vio tanto en la Casa Rosada como en el desfile en automóvil,
saludando a la multitud (se le ve en el documental citado y en varias fotografías)
- también en junio dictó un testamento o su última voluntad
- en los primeros días de julio se le practicaron radiografías de tórax que revelaron
imágenes de metástasis pulmonares; el médico radiólogo Joaquín Carrascosa dijo, “le
comento esto al Dr. [Ricardo] Finochietto quien me dice que hay que comunicarlo al
general Perón. Pasaron unos días hasta que finalmente hablo con él y le explico lo muy
grave de la situación… pide que tratáramos de hacer todo lo que estuviera a nuestro
alcance para que sufriera lo menos posible”; es evidente que hasta entonces Eva Duarte
no había recibido ninguna cirugía adicional
- entre el 10 y el 18 de julio intervino su sacerdote confesor, quien ante el reclamo de
Eva Duarte sentada en su cama y crispada, le confirmó la enfermedad maligna que
padecía; Eva recibió la confesión, el sacerdote estuvo como apoyo espiritual a su lado
diariamente
- el 18 de julio, entró en estado de coma “desde el mediodía hasta las doce de la noche”,
pero luego despertó
- el 20 de julio hubo misa campal por su salud bajo la lluvia; Eva Duarte siguió la misa
desde su lecho por un teléfono conectado directamente con el estrado y el sacerdote
oficiante
- el 21 de julio el presidente llamó al modista de Eva Duarte, Paco Jamandreu y le pidió
que diseñara unos vestidos para Eva Duarte; al día siguiente, 22 de julio, el modista le
mostró a Eva en su cama, los diseños de los vestidos que luciría luego de su recuperación;
ella le pidió que comenzara con los deshabillés para después seguir con otros, en una
suerte de juego irónico
- el 25 de julio hubo una consulta a dos médicos alemanes, Paul Uhlenbnrück, cardiólogo,
y Heinrich Kalk, especialista en enfermedades del hígado, que indicaron aumentar las
dosis de morfina y barbitúricos para sedar a la enferma, de lo cual hay acta firmada, como
luce en el libro de Nelson Castro (pág. 235); la enferma fue entonces “sacada de
ambiente” por la asociación medicamentosa que ya recibía, algo similar al “cóctel lítico”;
esta acta fue guardada por el ginecólogo cordobés Humberto Dionisi y está en poder de
su familia, quien respetando la decisión del médico, sólo fue revelada tras su muerte
- el 26 de julio murió.

43
Como vemos, la posibilidad de una internación en el Instituto Costa Buero y una
neurocirugía, con el consiguiente lapso de posoperatorio y curaciones, es razonablemente
incierto.

Conclusiones

Haciendo un análisis crítico de las evidencias disponibles, a favor y en contra podemos


dudar de la neurocirugía de Eva Duarte que presentaron los médicos argentinos. Ninguna
prueba documental firme han aportado para apoyar su hipótesis de una lobotomía en Eva
Duarte. Todos son testimonios, historia oral. La cronología de hechos conocidos y
documentados de los últimos tres meses de vida de la paciente, hacen muy difícil aceptar
una internación y una neurocirugía, que ninguno de los que asistieron y rodearon a la
señora ha señalado jamás. Las imágenes radiográficas no revisten certeza de una
perforación instrumental del cráneo, más aun tratándose de enferma con múltiples
metástasis óseas.
Hay quienes aceptan la lobotomía de Eva Duarte por James L. Popper en Buenos Aires
y quienes la niegan entendiendo que no se ha logrado probar tal operación, recurriendo a
testimonios confusos, imprecisos, indocumentados y pruebas materiales discutibles o
inhallables.
Es sorprendente que no se haya profundizado sobre los indispensables requerimientos
técnicos, lugar de internación, estudios preoperatorios, incluyendo el rasurado de la
abundante cabellera de la paciente, tipo de anestesia, cuidados posoperatorios y tiempo
de recuperación de Eva Duarte. Era una enferma de extrema fragilidad, con muy mal
estado general y es impensable que se le hubiera operado en la residencia presidencial,
como se ha supuesto. ¿Habrá aceptado un cirujano académicamente de nivel internacional
como James Poppen arriesgar complicaciones en la enferma (y mancillar su propio
nombre) con una operación “vigilada” por personal de seguridad, en un ambiente
inadecuado para una cirugía invasiva?
Tomamos como ejemplo en época cercana, la descripción de una operación similar en
el Hospital Provincial de Guipúzcoa, País Vasco, oficialmente inaugurado en 1960. La
primera intervención quirúrgica que se efectuó en ese año fue una leucotomía, El
neurocirujano a cargo se había formado en Holanda. No existía tomografía computada,
microscopio quirúrgico ni aspiradores ultrasónicos; la electrocoagulación del campo
operatorio sangrante era por corriente monopolar accionada por un pedal. Durante los
años sesenta se seguía utilizando el trépano de mano. La iluminación durante la cirugía
se basaba en las lámparas colgadas del techo y del fotóforo (que no era otra cosa que una
pesada luz frontal con una bombilla eléctrica que se recalentaba, recordando a la luz que
usaban los mineros); las suturas eran de hilo de seda que estaba enrollado en un carrete
que se reesterilizaba y que la instrumentista cortaba a la misma longitud y enhebraba con
agujas de diferentes tamaños. La misión del primer ayudante era la de hacer un buen
campo con las espátulas que sujetaba con una mano, con la otra echaba gotas de suero
con una pera en la mecha del trépano que se recalentaba y con un pie pisaba el pedal de
la electrocoagulación. Los esfuerzos del anestesista no conseguían a veces frenar el edema
cerebral que hacía hinchar rápidamente como un globo al cerebro a través de los bordes
de la duramadre abierta, convirtiendo la cirugía en un drama y la craneotomía en una
craniectomía descompresiva.57

57
Úrculo-Bareño, EL. (Servicio de Neurocirugía, Hospital Donostia, San Sebastián). Historia de la
Neurocirugía en el Hospital Provincial de Guipúzcoa. Neurocirugía (Murcia), 20 (2), abril 2009.
Consultado en Internet en setiembre 2021.

44
Como se comprende, la lobotomía con suficiente seguridad no era una operación que
se pudiera realizar en una habitación, fuera de ambiente quirúrgico con todas sus
garantías. Más allá de la amistad que reunió al presidente Perón con el neurocirujano
James Poppen, la candidata a la lobotomía era la esposa del presidente de la Nación. Y
aún de no haberlo sido, meramente una persona. Razones de ética profesional y respeto
por los derechos de la persona humana (a pocos años de la Declaración y Código de
Nüremberg, 19 de agosto de 1947 que consagró por vez primera el derecho de las
personas a consentir actos médicos) imponían a los médicos privilegiar la seguridad de
su paciente (primun non nocere, precepto hipocrático de “lo primero, no hacer daño”).
Flaco favor le haríamos a la biografía del doctor James Poppen si se hubiera apartado del
adagio hipocrático por mera razón de amistad.●

María Eva Duarte de Perón (AGN) Sin fecha.

45
Historia Colonial

LA CASA DE NIÑOS EXPÓSITOS:


INFANCIA Y ABANDONO
María Teresa Fuster58

Casa de Expósitos (AGN). Sin fecha.

Introducción

En el invierno del año 1779 por orden del Virrey Vértiz se abrió en la ciudad de Buenos
Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, la “Casa de los Niños Expósitos” ubicada
en las calles San José y San Carlos - las actuales Perú y Alsina - en un edificio que había
pertenecido a los jesuitas.
La iniciativa de su creación fue del síndico procurador don Marcos José Riglos, quien
había sido juez de menores en 1766 y conocía muy bien la problemática del abandono de
niños en la ciudad. A los pocos días de su apertura, el 7 de agosto ingresó la primera niña
depositada por manos anónimas en el torno de la institución. Se bautizó a esta pequeña
de raza negra con el nombre de Feliciana. Falleció a los pocos días.

58
María Teresa Fuster es Licenciada en Historia (UBA) y Profesora de Enseñanza Superior en Historia
(UBA). Especialista en historia colonial. Académica correspondiente de la Academia Argentina de Artes y
Ciencias de la Comunicación. Miembro del Comité Argentino de Lucha contra el Tráfico Ilícito de Bienes
Culturales (UNESCO) y del Consejo Consultivo Honorario Ministerio de Cultura de la Nación (2016-
2020). En la actualidad se desempeña en el Área de Comunicación del Archivo General de la Nación
(Argentina).

46
La palabra “expósito” - término que se aplica al niño recién nacido expuesto en un
lugar público - proviene del latín expositus que literalmente significa “puesto fuera”, un
término que remite a la antigua figura jurídica romana que daba poder al padre de familia
de excluir de su hogar a cualquiera de sus integrantes, aún abandonar en la vía pública a
los recién nacidos merced a quien quisiera recogerlos. Estos niños eran abandonados por
ser considerados “inconvenientes” para la familia por factores tales como las
circunstancias de su concepción o por los defectos físicos que pudieran tener al nacer.
La ciudad de Buenos Aires, que en sus orígenes fue una zona marginal del Virreinato
de Perú, durante el siglo XVIII fue adquiriendo una creciente importancia política y
comercial, lo que trajo aparejado un significativo incremento de su población. Cuando
por Real Cédula del 1 de Agosto de 1776 se estableció el Virreinato del Río de la Plata y
se la elevó a la categoría de capital virreinal su desarrollo se aceleró.
La nueva capital virreinal comenzó a transformarse. Su población creció en número
con la llegada de inmigrantes tanto de la Península como del interior del virreinato. Entre
1744 y 1810 llegó a duplicarse, hasta el punto de convertirse en uno de los centros de
mayor expansión durante la segunda mitad del siglo XVIII59. Según el censo de 1778 la
población estimada de la ciudad de Buenos Aires era de 24.20560.
La fisonomía de la ciudad cambió. Comenzó la construcción acelerada de viviendas
para rentar ante el aumento de demanda. La obra pública realizada por el virrey Vértiz
creció significativamente, visible en su arquitectura, en el mejoramiento de los caminos -
de hecho se abrieron más accesos a la ciudad - calles se adoquinaron (la primera fue la de
Bolívar entre Alsina y Victoria), se iluminaron con candiles de tal modo que el virrey
recibió el apodo de “virrey de las luminarias”. Se construyó el primer paseo público y un
teatro, la “Casa de Comedias” conocida como la “Ranchería”. La medicina, la educación,
la higiene pública y la seguridad tuvieron su lugar con la erección del Protomedicato, el
Hospital de Pobres y Mendigos, la Casa correccional para Mujeres, el Real Convictorio
Carolino, entre otras instituciones. Como escribiera Juan Francisco Aguirre en su Diario
“no hay uno que no se asombre de las transformaciones de Buenos Aires casi de
repente”61
Estos “nuevos aires” que corrían para la ciudad trajeron aparejados innumerables
problemas sociales para los cuales no estaba preparada. Uno de esos lo constituyó el
abandono de niños, la porción más vulnerables e indefensa de su núcleo poblacional.

La niñez en la colonia

Antes de analizar específicamente la problemática del abandono de menores, es


importante entender el concepto de “niñez” que se tenía en ese tiempo, el cual es muy
diferente del que manejamos en la actualidad. Analizar la niñez en ese tiempo no es
problema simple debido a la escasez de fuentes documentales referidas a menores, así
como lo fragmentarias y dispersas que son las existentes.
Los investigadores que han dedicado tiempo al análisis de fuentes judiciales saben de
la gran imprecisión que existe en ellas cuando se especifican las edades de las personas

59
La población de Buenos Aires se incrementa para comienzos del siglo XIX entre 40.000 y 45.000
habitantes. Véase Martínez, A., Historia demográfica de Buenos Aires, en Censo General de la Ciudad de
Buenos Aires, tomo III, Buenos Aires 1910.quien calcula una población de 45.000 habitantes para 1810.
60
Besio Moreno estima que la población era más alta calcula 26.165 (Véase Besio Moreno, N., Buenos
Aires, Puerto del Río de la Plata, capital de Argentina. Estudio crítico de su población -1536-1936, Buenos
Aires, 1939.
61
Aguirre, J. F. Diario del capitán de fragata Don Juan Francisco Aguirre, año 1783. Véase también
Groussac, Paul, Noticias biográficas de Don Juan Francisco de Aguirre y examen crítico de su Diario,
Editorial Conti Hnos, Buenos Aires, 1905.

47
involucradas en un litigio. Es común encontrarse con frases: “como de tantos años…” y
hasta leer que las personas que dan testimonio ignoren su verdadera edad y crean que
tienen determinada edad. Y cuando nos topamos con menores en los expedientes esto es
aún más evidente. Por lo general no se especifica la edad y a veces ni siquiera el nombre
de los menores involucrados en casos judiciales. Solo en los casos puntuales de abuso
deshonesto se detalla la edad del niño o niña, y esto solo porque era un dato necesario
para determinar el delito del adulto implicado. Por ejemplo cita el historiador José Luis
Moreno el caso de la violación de una niña de seis años a la que se la denomina
“muchacha” en el expediente. En otra fuente judicial se tilda como “joven” a una niña de
nueve o diez años y en otro caso se solicita la libertad para un adulto que violó a una
niña porque calcularon que la menor implicada “era como de nueve o diez años” y que
por lo tanto podía a esa edad consentir en tener relaciones sexuales sin que el adulto
implicado hubiese cometido ningún delito62.
Otro detalle interesante de considerar es la ausencia en los documentos de expresiones
de cariño de los padres para con sus hijos. Estas son prácticamente inexistentes en los
registros del siglo XVIII, recién comienzan a aparecer en documentos posteriores a
183063. Mariquita Sánchez de Thompson nos dice en sus Recuerdos del Buenos Aires
Virreinal: “Desde que empezaban a crecer empezaba la seriedad de los padres y a ocultar
el cariño. Creían hacer su deber en ser en extremo severos…”64.
Era común que muchos padres reclamaban la tenencia de sus hijos, después de años de
haberlos entregado en otras manos, no por sentimientos filiales, sino porque el menor,
ahora crecido, podía ser empleado en tareas productivas y así reportar algún beneficio
económico al progenitor. Esto es evidente al analizar las solicitudes para recuperar a sus
niñas que dejaban en la Casa de Niñas Huérfanas. Muchas de esas pequeñas eran solo
reclamadas por alguno de sus padres cuando alcanzaban una edad que les permitía trabajar
y más cuando habían aprendido un oficio en el Colegio de Huérfanas65.
Es evidente que la niñez era un concepto difuso en esa época; una etapa de la vida que
se percibía desdibujada, imprecisa e indefinida. La infancia no tenía la estimación que
tiene en la actualidad y los niños no eran apreciados dentro de las familias hasta que no
cumplieran un rol social o económico reconocido66. Eran considerados adultos en
miniatura67, que si bien jugaban y razonaban de acuerdo a su edad, tenían funciones
económicas importantes dentro del círculo familiar. Mariquita nos agrega lo siguiente:
“No quiero olvidar una idea sobre los niños. Estos se vestían lo mismo que la gente
grande. Los muchachos con casaca, calzón corto y chaleco. Y las niñas como las
señoras…”68.
El historiador Robert Darnton, en su descripción de la vida cotidiana y la mentalidad
del campesino francés del siglo XVIII coincide con este punto de vista. Escribe con
relación a los niños en esa sociedad: “Nadie los consideraba criaturas inocentes, ni la
62
Moreno, J. L Historia de la Familia en el Río de la Plata Sudamericana, Buenos Aires, 2004, pp. 74,89.
63
Moreno, J.L. op.cit p. 90.
64
Sánchez de Thompson, M., Intimidad y política. Diarios, cartas y recuerdos, Buenos Aires, 2010, pp.141,
142.
65
Véase, Fuster, M. T., La Casa de Niñas Huérfanas de San Miguel. Beneficencia, Prestigio y Poder, Tesis
de Licenciatura, F.F y L, Buenos Aires, 2009.
66
Moreno, op.cit p. 79.
67
Cowen no está de acuerdo con este punto de vista para él “los niños eran considerados como tales, no se
pensaba en ellos como adultos en miniatura o rehenes de las instituciones y prácticas de la modernidad”
Para él “en Buenos Aires existió una consideración especial para la infancia”. (Cowen, P., “Infancia,
Abandono y Padres en el siglo XIX porteño”, En Anuario del Instituto de Historia Emilio Ravignani,
Buenos Aires, 2004, p.77) Disponible online en
htpp/www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.3249/pr.3249.pdf (consultado 14/03/2020).
68
Sánchez de Thompson, M., Intimidad y política…op.cit. p.141.

48
infancia se consideraba una etapa distinta de la vida, claramente distinguibles de la
adolescencia, la juventud y la edad adulta por el estilo especial de vestir y la conducta.
Los hijos trabajaban junto a sus padres casi tan pronto como podían caminar y se unían a
la fuerza de trabajo adulta como peones, sirvientes y aprendices tan pronto como llegaban
a la pubertad... los padres trabajaban en los campos mientras los hijos recogían leña,
cuidaban ovejas, traían agua, hilaban lana o pedían limosnas. Lejos de condenar la
explotación del trabajo de los niños, parecían indignarse cuando esto no ocurría”69.
Recién entrado el siglo XVIII comienza a elaborarse la idea de la existencia de etapas
evolutivas y diferenciadas de crecimiento. En líneas generales se consideraban infantes
hasta los siete años, próximos a la infancia hasta los diez años y medio, cercanos a la
pubertad o impúberes desde los diez años y medio hasta los catorce, púberes de catorce
a veinticinco y mayores para la ley desde los veinticinco años70.
La niñez era un período muy corto de unos diez años y en esto no había diferenciación
social. Se pasaba rápidamente de la infancia a la adultez. Las niñas ya de los doce a
catorce años eran prometidas en matrimonio y los varones, a esa edad o mucho antes,
aprendían un oficio, trabajaban, iban al ejército, a servir en la Iglesia o a estudiar en alguna
universidad según su clase.71 La adolescencia no existía, era simplemente una necesaria
“transición a la adultez” un pasaje al papel de adulto que era lo que realmente contaba.
El concepto de infancia como lo conocemos hoy es una construcción sociocultural,
producto de una época y una sociedad determinada. Fue durante el siglo XVIII que se
comenzó lentamente a adjudicar rasgos y características propias a la niñez, y poco a poco
se la fue diferenciando del resto de las etapas de la vida. Este “descubrimiento de la
infancia” atrajo la atención de la medicina, la educación y la justicia sobre los niños.
Pensadores comenzaron a reflexionar sobre la crianza y educación que se debía ofrecer.
La infancia y sus problemas pasaron a ser temas de interés y preocupación. Se
cuestionaron costumbres muy arraigadas como fajar a los niños o la presencia de amas de
leche para amamantar, de tal forma que surgieron tratados animando a las madres a
amamantar a sus propios niños. Jean J. Rousseau (1712-1778), por ejemplo en su libro
Emilio o La Educación, expresaba: “La inacción o el apremio en que retienen los
miembros e un niño, no pueden menos que perjudicar a la circulación de la sangre, y los
humores de estorbar que se fortalezca y crezca la criatura y de alterar su constitución...
Los países en que se fajan los niños, manan en corcobados, cojos, raquíticos, patizambos,
gafos, lisiados de todos géneros... ¿De dónde proviene tan desatinado estilo? Desde que
desdeñando las madres su primera obligación no han querido criar a sus hijos, ha sido
indispensable fiárselos a mujeres mercenarias, que viéndose madres de hijos ajenos, solo
en ahorrarse trabaja han pensado”72
Estas nuevas ideas circulantes sobre la niñez estimularon el debate y el reclamo a las
autoridades sobre un problema que venía aumentando de una manera alarmante en una
ciudad en constante crecimiento: El abandono de niños en la vía pública. Cicerchia
denomina “malthusianismo popular a las decisiones que los padres (en general las
madres) tomaban en torno a la vida y a la muerte de sus hijos, que implicaba en algunos
casos el infanticidio y en otros el abandono en la vía pública73. Decisión que en realidad

69
Darnton, R La gran matanza de gatos y otros episodios en la historia de la cultura francesa, FCE,
México, 2000, pp. 36, 42.
70
Cowen, M. P., Notas para una historia de la infancia en Buenos Aires. Fines del siglo XVIII - primeras
décadas del siglo XIX. Trabajos y Comunicaciones, (26-27), 2000, pp. 289-294.
Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.16/pr.16.pdf
71
Prestigiacomo, R. y Ucello, F., La pequeña aldea. La vida cotidiana en Buenos Aires. 1800-1860,
Eudeba, Buenos Aires, 2001, p.48.
72
Rousseau, J. J., Emilio o la Educación Club Internacional del Libro, Madrid, 1999 p. 21.
73
Véase Cicerchia 1990: 75.

49
no era otra cosa que un infanticidio velado, una forma encubierta de matarlo pero con la
diferencia de que acallaba la conciencia del progenitor porque siempre este podía optar
por pensar que su hijo iba a encontrar una mano caritativa que lo recogiera, aunque eso
en la mayoría de los casos no ocurría y el niño seguramente terminaba por morir ya fuese
por el frío, el hambre, por estar a merced de perros vagabundos o ser atropellados por
los carruajes.
Es paradójico que el aumento del abandono de menores coincide con una época que ha
reclamado para sí el “descubrimiento de la niñez”74.

El abandono de menores

Ahora bien ¿qué situaciones conducían a que una madre a abandonar 75 a su hijo? En
sociedades donde los controles de natalidad, si bien existían no eran lo habitual, y en
especial entre las clases más humildes, donde la libertad sexual estaba presente a pesar de
que las normas religiosas y morales eran sumamente restrictivas, los nacimientos
ilegítimos estaban a la orden del día. El empeño de la Iglesia para “frenar” la
“fornicación” y limitar las relaciones sexuales al ámbito matrimonial no funcionaba. La
sociedad estaba muy lejos de acatar esas normas y la libertad sexual estaba presente en
todas las clases sociales. Existía en la sociedad colonial una gran tolerancia a las
relaciones “de amancebamiento”, “de ilícita amistad”, a los nacimientos ilegítimos y al
entrecruzamiento de razas76.
Cuando comparamos los registros parroquiales donde se asentaban los matrimonios
con los de bautismo notamos la predominancia de nacimientos ilegítimos. Es claro que
las uniones consensuales en el Río de la Plata eran más comunes que los matrimonios
legalmente constituidos, los nacimientos ilegítimos estadísticamente iban en aumento.
José Mateo nos ofrece una clasificación de los diferentes tipos de ilegitimidad. Señala
que estaban los “hijos naturales” que eran los descendientes de padres solteros y que eran
los únicos que podían ser legitimados con el casamiento de sus padres, los “adulterinos”
hijos ilegítimos con al menos uno de sus progenitores casado y los “espurios o sacrílegos”
que eran los hijos de los sacerdotes77. El estigma de la “ilegitimidad” o de la “bastardía”
podía acompañar a un individuo durante toda su vida y a pesar de que parte de la sociedad
podía tolerarlos, era un serio condicionante para el progreso social de una persona, una
“minusvalía social”.
Las migraciones desde distintos puntos del interior a la ciudad como a la campaña de
Buenos Aires trajo aparejado relaciones familiares de gran inestabilidad. La mayoría de
las parejas, según las fuentes, tenían muchos hijos tanto dentro como fuera del
matrimonio. Este tipo de uniones no era privativo de las clases bajas, parejas de clases
más encumbradas de la sociedad también solían vivir en “ilícita amistad”78. No significa
esto que la mayoría de las uniones consensuales fueran inestables, muchos de estos
matrimonios de hecho eran tan sólidos como los matrimonios legítimos, pero, en muchos
casos el carácter laxo de algunas de estas uniones, la falta de compromiso, acompañado
en algunos casos de la ausencia prolongada y a veces la partida de los hombres por
diversos motivos - principalmente laborales - y el mayor peso sobre la mujer en la crianza
de los hijos, trajo como consecuencia que muchos de los niños nacidos en tales
condiciones pasasen a formar parte del grupo de los “indeseables”.

74
Ib.
75
La palabra abandono según la Real Academia Española implica la idea de “dejar sin amparo o cuidado”.
76
Lavrin 1991: 91,92.
77
Mateo 1996:12.
78
Moreno l998: 62, 70.

50
La situación de la mujer en cualquier grupo social no era fácil en ese tiempo. Las que
pertenecían a los sectores populares, si no lograban formar una pareja estable estaban
expuestas a la miseria y al abandono, y si además tenían varios hijos pequeños la situación
se tornaba realmente dramática. Por otra parte si la mujer pertenecía a una familia de
prestigio y quedaba embarazada siendo soltera sin poder tapar “la mancha” en su “honor”
casándose con el responsable, no solo se traía “vergüenza” así misma y condena social,
sino que se la acarreaba a su entera familia, comprometía el entero “honor” familiar.
Hay que tener presente que el concepto de honor de una mujer estaba estrechamente
relacionado con su pureza, su condición de virgen, y que la conducta deshonrosa de ella,
al no respetar esta norma, arrastraba al entero entorno familiar a la vergüenza pública79.
El reconocimiento público de la reputación intachable de la familia era fundamental
para su inserción social y el prestigio que conllevaba dentro de su grupo. De ahí que
muchas de estas señoritas de la sociedad desaparecieran durante nueve meses, ocultando
su estado a la vista de todos y reaparecieran luego de ese lapso como si nada hubiese
pasado. El niño nacido en esas circunstancias seguramente se convertiría en un expósito,
sería ocultado o abandonado para salvar así el “honor” familiar80. De hecho una de las
razones que impulsó a los fundadores de la “Casa de los Niños Expósitos” fue el que
blancos pobres y en especial “gente decente”, madres y padres que querían ocultar la
vergüenza de haber dado a luz un hijo ilegítimo pudieran tener un lugar en donde
depositar el “fruto de su pecado” y mantener limpia su reputación81.
La ilegitimidad, “vergüenza” y “honor femenino” lógicamente no fueron el único
factor dominante del abandono de niños, más si se tiene en cuenta la aceptación social
generalizada a estas “relaciones ilícitas” entre la plebe urbana. Las dificultades
económicas, las condiciones del mercado de trabajo, la suba de los precios agrícolas, la
desintegración del grupo doméstico, lo inestable de las relaciones entre parejas hizo del
abandono una alternativa de supervivencia en muchos casos, más desde el momento en
que las autoridades estatales comenzaron a ocuparse de esta problemática erigiendo
instituciones para el depósito de estos niños. Esto queda más claro aún si se tiene en
cuenta que en muchas fuentes de procesos judiciales se ve la intencionalidad de parte de
los padres de recuperar el menor que en su momento abandonaron.
Entre los motivos de abandono, Cicerchia encuentra que la “situación de pobreza”
figuraba en el 40% de los casos analizados de abandono. La razón de que el niño pudiese
acceder a “una educación” un 20% y el resto una variedad de razones que iban desde la
enfermedad hasta la condición de soltera de la madre82.
La cantidad de niños desamparados crecía no solo por la condición de su nacimiento,
pobreza, desesperación o indiferencia de los padres, sino también porque la alta
mortandad general del período. Muchos niños quedaban en situación de orfandad. La
muerte de la madre durante el parto era lamentablemente demasiado frecuente, las
condiciones precarias de los partos y la falta de higiene hacían que el porcentaje de
muertes al dar a luz fuera dramáticamente elevado, dejando a muchos niños en total
desamparo. Si bien familiares o vecinos solían acoger a estos huérfanos, la gran mayoría
quedaba desamparado y con perspectivas bastante sombrías.
A todo esto se sumaba la condición de esclavitud. Esta era transmitida por vía materna,
así algunas madres esclavas movidas por el deseo de librar a sus hijos del destino de la
esclavitud al que estaban condenados, tomaban la drástica determinación de separarse de
ellos. Un dato interesante es que la cantidad de niños de raza negra depositados en la

79
Cicerchia 1990: 100.
80
Cowen 2000:51.
81
Moreno 2000: 97.
82
Cicerchia 1990: 80.

51
“Casa de Niños Expósitos”. Un informe de Agustín de la Cuesta, Secretario de la
Hermandad a la Junta de Temporalidades en 1788 decía: “el mucho abuso que han
practicado varias esclavas así negras como mulatas en llevar a sus hijos recién nacidos al
Torno de la Cuna exponiéndolos a ella con el objeto de libertar a su modo de la esclavitud
privando a sus legítimos dueños del dominio...”83. Así estos hijos de esclavos
incrementaban el número de niños expósitos. Recordemos que la primera niña dejada en
el torno de la “Casa de los Expósitos” era de raza negra.

La casa de Niños Expósitos

La iniciativa del Virrey Vértiz de erigir una Institución con el fin de albergar a niños
abandonados tenía sus antecedentes en la Inclusa de Madrid84 fundada por Felipe IV en
1623. La Inclusa se recogía y criaban niños expósitos.

Detalle de estado económico de la Casa de Expósitos en 1779 (AGN- Sala VII Legajo 2613).

La intervención del Estado en la problemática social comenzaba a evidenciarse


tempranamente con la fundación de hospitales para pobres dispuesto en las Leyes de
Indias de 1541. Además el concepto bíblico de caridad cristiana era muy valorado. En las
Santas Escrituras se recordaba a los creyentes que: “La práctica religiosa pura e
inmaculada ante Dios Padre es ésta: asistir a los huérfanos y viudas en sus
tribulaciones...”85. Todo lo cual impulsaba a ocuparse de los más vulnerables: huérfanos
y pobres. La religión que impregnaba la mentalidad de la época más las ideas Iluministas
en el plano político, impelieron al Estado a dedicarse en forma activa por las necesidades
de sus súbditos creando instituciones como la “Casa de los Niños Expósitos” para
ocuparse de un problema que ya estaba tomando dimensiones alarmantes.

83
Cita de J. L. Moreno del Archivo General de la Nación en J. L. Moreno (comp.) La política social antes
de la política social (Caridad, Beneficencia y Política Social en Buenos Aires, siglos XVII a XX) Trama
Ed/ Prometeo, Buenos Aires, 2000 p. 97.
84
El nombre “Inclusa” proviene de la Virgen de la Inclusa procedente de la Isla de l’ Écluse en Holanda.
85
Santiago 1:27, según versión de la Biblia de Nácar- Colunga.

52
La Hermandad de la Santa Caridad, una asociación laica formada por miembros
prominente de la sociedad porteña, ya había fundado en 1755 el “Colegio de Niñas
Huérfanas”,86 pasó en 1784 a administrar la recientemente creada “Casa de Niños
Expósitos”, pero el Virrey reservó el gobierno de la “Casa” al Estado. La Hermandad
mudó la “Casa” a las actuales calles de Balcarce y Moreno, una ubicación más discreta
para que las madres que dejaban a sus niños en el torno87 no fueran vistas.
El torno, el símbolo del abandono - que funcionó hasta 1891- , tenía la siguiente
inscripción: “Mi padre y mi madre me arrojaron, divina piedad ampárame aquí”88.
La cantidad de menores abandonados no dejaba de crecer. Apenas ingresaban a la Casa
eran bautizados, se les ponía nombre pero no apellido solo un número que los identificaba,
posteriormente el Rey ordenó que les pusieran apellido, a partir de lo cual se emplearon
nombres tales como Expósito (o Espósito), de Santos, de Dios, de María o Rey, entre
otros, como apellido para los pequeños.
Los niños recién nacidos eran entregados a un ama de cría para que los alimentara y
cuidara hasta que pudieran ser ubicados en algún hogar. Estas mujeres que se dedicaban
a criar estos niños eran en su mayoría de escasos recursos que vivían de lo que la “Casa”
les pagaba – en realidad muy poco- por su función, así que los niños en general eran mal
alimentados y mal cuidados por el estado de pobreza de sus cuidadoras y por tener estas,
en su mayoría, varios hijos propios. Los pequeños permanecían con las amas de cría hasta
los seis años si no eran adoptados antes. A partir de esa edad ingresaban al “Hospicio”
o a la “Casa de la Misericordia”, las niñas en general al “Colegio de Huérfanas” donde
aprendían a leer, escribir y algún oficio propio de su sexo89.
La situación económica de la “Casa de los Niños Expósitos” fue desde sus inicios
dramática y una constante durante la mayor parte de su existencia. Era recurrente el tema
del deplorable estado económico de la Casa de Expósitos en los Cabildos o reuniones
celebradas por los responsables de la Hermandad de la Santa Caridad para tratar sus
asuntos internos90. Si bien el Virrey había autorizado que se usaran fondos provenientes
de rentas de edificios del gobierno, la mitad de los ingresos de la Plaza de Toros, de la
imprenta traída de Córdoba - que con su producción iba a proveer rentas a la “Casa”-
así como las ganancias de la Casa de Comedias para pagar los gastos de la Institución,
esto no bastaba. Las entradas siempre eran insuficientes para cubrir las crecientes
necesidades de la “Casa”, ante el constante incremento del número de niños dejados a su
cuidado. A los constantes vaivenes económicos, se sumó la situación política que atravesó
el Río de la Plata a comienzos del siglo XIX, - las invasiones inglesas, los sucesos de
1810, las guerras de la independencia – que absorbían recursos estatales. La “Casa de los
Niños Expósitos” ya en déficit crónico, constantemente entraba en crisis.
¿Cómo eran las condiciones de vida de los niños dejados en la “Casa”? El alto índice de
mortandad de los niños abandonados habla por sí solo. Según los registros en 21 años,

86
Cuando una niña ingresaba a esta institución se le cortaba el cabello y se las vestía con una túnica azul
y toca amarilla, como una religiosa. Las niñas no podían salir ni ser vistas. El Colegio funcionaba como
una especie de fábrica que generaba ingresos para la Hermandad. Las reclusas hacían repostería, tejían y
lavaban. A muchas jóvenes las casaban, a otras las empleaban o tomaban los votos religiosos. Algunos
artesanos y mercaderes solicitaban esposa entre las jóvenes reclusas.
87
El torno era un mueble giratorio de madera compuesto por una tabla vertical empotrado en la pared.
Cuando alguien depositaba un bebé sobre el plato inferior hacía sonar una campanilla, de tal manera que
una persona dentro de la Casa ingresaba al bebé sin ver la cara el que lo dejaba. El torno que se conserva
todavía en la “Casa de Ejercicios” de Avenida Independencia nos brinda una idea de lo que era éste.
88
Cicerchia 1990: 78.
89
Moreno 2000:106.
90
AGN Sala IX 27-8-3.

53
entre 1779 (fecha de su apertura) y 1800 de un total de 1806 de niños que ingresaron, 976
fallecieron, casi la mitad91.
La mortalidad promedio de los pequeños abandonados entre 1779 y 1838 se estima
entre un 50% y 60%.92 ¿Las causas? Evidentemente muchas. Pero podemos señalar
básicamente tres, a saber: la desnutrición, las enfermedades y falta de amor.
Los bebés eran criados por amas de leche, mujeres que en muchos casos no estarían en
un estado de nutrición y salud adecuado. Estas mujeres posiblemente amamantarían a más
de un niño por vez, aunque debido al contrato que establecían con la “Casa” debían dejar
de amamantar a sus propios hijos, hecho improbable que se cumpliera93. Las condiciones
higiénicas del lugar tampoco serían las propicias para preservar la salud del niño. Una
criatura en esas condiciones no recibiría los nutrientes necesarios para un correcto
desarrollo y carecería de las defensas necesarias para soportar enfermedades.
No hay que olvidar que el amamantamiento no solo implica alimentación para el niño
sino también es la forma ideal del acercamiento del niño con la madre, un contacto de
amor. El Dr. J. P. Garrahan nos dice lo siguiente con relación a este hecho: “El normal
cumplimiento de la alimentación al seno por la madre favorece el acercamiento de ella
con su hijo, satisfaciendo las exigencias emocionales primarias de éste. Hay pues razones
de fundamento somático y psicológico a favor de la crianza del lactante por la madre.
Sigue pues teniendo vigencia el ya clásico aforismo de Pinard: ‘El pecho y el corazón de
la madre son insustituibles’ ”94
La carencia de la figura materna, del vínculo afectivo insustituible del cuidado amoroso
no solo puede provocar - y muchas veces provoca- la muerte del infante por tristeza, si
no también graves problemas psicológicos95. Estos hechos hoy de conocimiento
corriente, también eran percibidos por la sociedad de aquel tiempo. Nótese lo que el
periódico La Abeja Argentina publica en su sección de medicina el 15 de septiembre de
1822: “... es preciso que ella (refiriéndose a la madre del recién nacido) cuide de su
infancia y lo nutra con su leche. El descuido de éstos deberes sagrados, que la naturaleza
inspira, la humanidad reclama, y el interés mismo de las madres exige imperiosamente,
es siempre castigado con enfermedades y con males en lo físico y en lo moral”96
Si bien los niveles de mortandad infantil durante los dos primeros años de vida eran
altos en toda la sociedad, los niños abandonados estaban más proclives a ser víctimas de
enfermedades como la viruela, la tos convulsa y las parasitosis entre otras patologías
comunes de ese tiempo.
La viruela era la más terrible de las enfermedades infantiles, mataba a más del 80% de
los infectados. Voltaire (1694-1778) en sus Cartas Filosóficas se refiere a la magnitud de
esta enfermedad en su tiempo al escribir: “De cada cien personas en el mundo, sesenta al
menos tiene la viruela; de esas sesenta, veinte mueren en sus años más favorables y veinte
conservan para siempre enfadosas secuelas; así pues la quinta parte de los hombres son
muertos o afeados ciertamente por ésta enfermedad”97 Si bien durante la segunda mitad

91
Cita de J. L. Moreno basándose en fuentes del AGN en Moreno, J.L “La política social antes de la
política social... ” op.cit. p.102.
92
Ares, F. Expósitos. La Tipografía en Buenos Aires. 1780-1824, Buenos Aires, 2011, p. 58.
93
Moreno 2000: 103.
94
Garrahan, J. P. Pediatría y Puericultura Buenos Aires, 1966 p. 54.
95
El Dr. Paschero dice con relación a esto: “El afecto de los padres es la seguridad del niño, es el factor
amoroso abroquelante y formativo que lo moldea para toda la vida, asentándolo biológicamente en la
seguridad afectiva, punto de partida indispensable del proceso de maduración (Paschero, T., Homeopatía
Ed. Ateneo, Buenos Aires, 1984 p. 242).
96
Cita de Cicerchia, R en Historia de la vida privada en la Argentina, Troquel, Buenos Aires, 1990, P.76
97
Voltaire Cartas Filosóficas Ed. Altaya, Barcelona, 1996 p. 57

54
del siglo XVIII se difundió la vacuna contra la mortífera enfermedad98, ésta seguía siendo
un terrible azote.
A modo de ejemplo de las malas condiciones sanitarias de reinaban en el lugar durante
el siglo XVIII si un siglo después el Dr. Pedro Antonio Pardo, un 20 de diciembre del año
1883, al realizar una inspección a la Casa de Expósitos informaba que “teniendo la Casa
de Expósitos malas condiciones higiénicas el hecho de que no existiesen solo 8 casos de
oftalmia purulenta sobre una cifra de cerca de 1000 niños” ponía en evidencia la buena
labor que médicos de la institución en ese momento realizaban99. Las malas condiciones
higiénicas en la Casa de Expósitos cien años después continuaban. Enfermedades infecto
contagiosas, infecciones de todo tipo y proliferación de parasitosis serían lo más común.
En esos años Buenos Aires era “un paraíso para los parásitos” 100 por las condiciones de
vida existentes tales como los malos hábitos de higiene, el contacto con deshechos y heces
de animales así como la mala calidad del agua para consumo. Todo lo cual favorecía el
desarrollo de todo tipo de parásitos que afectaban de manera particular a los infantes.
El destino de estos niños distaba de ser el mejor.

Conclusiones

La nueva era social puesta en marcha en el XVI encuentra una consolidación en el siglo
XVIII. Esta “nueva sociedad” caracterizada por una creciente urbanización, el desarrollo
de la industrialización con nuevas formas de trabajo y de vida, la aparición de nuevas
formas de saber científico, el afianzamiento de la estructura territorial de los Estados y la
concentración del poder con un progresivo y creciente control en lo social. Cambios que
trajeron nuevas problemáticas sociales, sobre las cuales el Estado ahora reconocía como
su jurisdicción.
La “Casa de los Niños Expósitos” es un ejemplo en el Río de la Plata de este nuevo
interés del Estado por sus súbditos y su calidad de vida.
Las medidas adoptadas para solucionar el problema de abandono de infantes, fueron
- y aún lo son - insuficientes. El aumento del abandono es producto de las sociedades
urbanizadas donde la creciente presión económica, las nuevas formas de concebir la
sociedad, la familia y la sexualidad dejaron su tendal de víctimas inocentes. La
civilización en su constante modificación y crecimiento fomenta y crea los diversos
problemas con los cuales luego lucha de manera vana por solucionar. El problema del
abandono de la infancia fue y es uno de estos males
La paradoja que se presenta es que la creación de instituciones públicas de caridad fue
un estímulo para que las madres abandonaran a sus hijos sabiendo que otros iban a
ocuparse de ellos, aunque en esos lugares de depósito de infantes la tasa de mortandad
era terriblemente alta y la mayoría de ellos no lograba sobrevivir101.
Con relación a la historia posterior de la “Casa de los Niños Expósitos”, en 1815 se
reorganizó bajo la dirección del canónigo Saturnino Segurola quien trató de mejorar las
condiciones dentro de la institución sin mucho resultado. Pocos años después, en 1823 se
disolvió la Hermandad de la Santa Caridad que la gestionaba, pasó a depender su
administración, por resolución del entonces gobernador de Buenos Aires Martín
Rodríguez, de la “Sociedad de Beneficencia”. En 1838 el gobernador Juan Manuel de

98
El Dr. Miguel O’Gorman, un médico irlandés quien llegara al Río de la Plata con la expedición de
Ceballos fue el primero que practicó la variolización desde 1785 y desde 1805 la vacuna mediante el fluido
vacuno importado.
99
AGN Sala VII Fondo Museo Histórico Sarmiento. Legajo 5
100
Cowen 2000: 62, 66, 88.
101
Stone 1977: 241,242

55
Rosas dispuso su cierre, ordenando que la “Casa” no recibiera nuevos infantes y
distribuyendo a los existentes entre los que los quisieran amparar. Recién reabrió en 1852
cuando cae su gobierno y la Sociedad de Beneficencia vuelve a hacerse cargo de su
dirección102. En 1873 la “Casa” fue nuevamente trasladada, esta vez a la calle Montes de
Oca Nª 40. En 1905 se llamó “Hospital de Niños Expósitos”. Hasta 1913 contó con unas
400 camas para expósitos. Lentamente dejaron de recibirlos. En 1920 se llamó “Casa
Cuna”, hoy es el Hospital General de Niños Dr. Pedro de Elizalde en reconocimiento de
un abnegado médico que desarrolló una gran labor por la infancia.●

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Stone, L., La familia, el sexo y el matrimonio en Inglaterra 1500-1800 FCE, México, 1977.
Voltaire, Cartas Filosóficas Altaya, Barcelona, 1996.

102
Moreno 2000: 117 - 121.

56
ALEXANDER GILLESPIE:
El cronista de las Invasiones Inglesas
Alejandro Murgia103

The bombardment of Algiers, cuadro de George Chambers, 1836.

Ya los contemporáneos vieron en las invasiones inglesas al Río de la Plata el reactivo


que desencadenó una transformación radical de la sociedad colonial, la primera pieza de
un dominó de causas y efectos que desembocaron en el 25 de mayo y la gesta
independentista. Los estudios posteriores han coincidido siempre en esta apreciación. Es
imposible exagerar la importancia de la malograda aventura militar de Baird y Popham
para la comprensión de nuestra historia política, militar y cultural.
Hubiésemos querido que los testimonios escritos de quienes vivieron aquellos
episodios fuesen más numerosos. Entre las contadas memorias que nos han llegado, sin
duda el volumen de Alexander Gillespie Gleanings and remarks104 es uno de los más
citados y valorados, no sólo por la riqueza de detalles con que el autor narra -desde el
punto de vista inglés- las vicisitudes de la expedición al mando de Beresford, sino sobre

103
Profesor en Letras (UBA 1986), ex docente universitario, estudioso de las Invasiones Inglesas
Gillespie, Alexander. Gleanings and remarks : collected during many months of residence at Buenos
104

Ayres and within the upper country. Leeds, Dewhirst, 1818.

57
todo por las numerosas anécdotas y reflexiones que echan luz sobre el impacto cultural
de ese encuentro entre dos mundos tan distintos como los representados por los porteños
y los británicos. Al constituirse Gillespie en uno de los cronistas más destacados de los
hechos, tiene sentido intentar ahondar en su biografía. Tras una fructífera búsqueda en
diversos archivos británicos he dado con datos que pintan una figura más completa de su
vida y sus conexiones familiares, datos que no dejan de tener interés para el estudioso de
la historia argentina.
Recordemos que Gillespie era capitán de los Royal Marines, y que durante los cuarenta
y seis días que duró la ocupación británica de Buenos Aires cumplió el rol de comisario
de prisioneros. Junto a todos los oficiales y soldados de esa primera invasión, cayó él
mismo prisionero el 12 de agosto; como tal fue internado en San Antonio de Areco, luego
en Calamuchita, y regresó a su país en septiembre de 1807 en ocasión de la retirada
definitiva de las fuerzas británicas. Para ese entonces más de un año había transcurrido
desde que desembarcara frente a la Reducción de los Quilmes. Durante ese azaroso año
tuvo ocasión de conocer en circunstancias peculiares el país y sus habitantes. Al igual que
muchos de sus camaradas, el corazón de Gillespie se dejó conquistar por la sencilla
hospitalidad, el afecto y la índole generosa de los vecinos de Buenos Aires y del interior,
en especial de los más acomodados, que invariablemente se apiadaron y aligeraron las
penurias de los ingleses y los protegieron del encono de sus compatriotas menos
civilizados.
Uno de los incidentes novelescos de sus memorias lo constituye las peripecias de su
libro de firmas, que incluía no sólo a todos los oficiales españoles juramentados tras la
capitulación del 28 de junio, sino también a cincuenta y ocho vecinos que voluntariamente
se le habían acercado durante el mes de julio para testimoniar su fidelidad al monarca del
Reino Unido. El misterio en torno a la identidad de esos 58 anglófilos ha motivado a lo
largo de los años pesquisas por ahora infructuosas, sobre todo porque Gillespie sugiere
sin mucha precisión que tres de los miembros de la Primera Junta Gubernativa de 1810
habrían firmado el documento. Aunque el libro nunca ha aparecido, las investigaciones
han servido para ampliar nuestro conocimiento del capitán Gillespie, y acercarnos
algunos pocos datos que hoy nos permiten rastrear su vida en archivos militares, civiles,
y genealógicos (lo cual es siempre muy problemático cuando se trata de nombres y
apellidos de uso extendido como lo son Alexander y Gillespie).
Gleanings and remarks fue publicado en Leeds en 1818 y la primera traducción al
español, del diplomático Carlos Aldao, se conoció recién en 1921. Aldao confiesa en la
introducción que no ha podido hallar demasiados datos sobre el autor. A su pedido, y
mientras preparaba la edición, se realizó una investigación en la Biblioteca del Foreign
Office, que sacó a la luz dos cartas de Gillespie con motivo del ofrecimiento del libro de
firmas que hizo éste al gabinete Perceval.
Para su libro Las Invasiones Inglesas al Río de la Plata, de 1938, Carlos Roberts rastreó
con más detalle pero igual resultado negativo los archivos de Londres, siempre tras la
pista del famoso libro, y sospechó que Gillespie en realidad nunca había llegado a
entregarlo. Pero en 1958 el profesor Humphreys del University College halló por azar el
recibo de la recepción del volumen105, con lo cual se demostró que Gillespie no se había
desviado de la verdad en cuanto a su supervivencia y entrega. Posteriormente, en 1978 H.
L. Livermore revisó toda la correspondencia de Gillespie existente en el Public Record
Office, dando con reclamos de sueldos adeudados por su desempeño como comisario de

105
Véase: Livermore, H.V., “Captain Gillespie and the 58 Anglophiles of Buenos Aires in 1806”. En
Hispanic American Historical Review, 1980, pp. 69-78.

58
prisioneros en Buenos Aires, y un memorial de 1823, dirigido al primer ministro Lord
Liverpool, con un resumen de su foja de servicios, donde se presenta como hijo de un
Principal de Saint Andrews. Este dato me permitió encauzar la búsqueda. Finalmente
hallé lo que necesitaba sobre su filiación en el libro de Hew Scott, Fasti Ecclesiae
Scoticanae : The Succession of Ministers in the Church of Scotland from the Reformation.
De 1915. Precisamente en la página 422 se detalla quién fue este “Principal de Saint
Andrews” de apellido Gillespie, y cuál fue su descendencia.
Los padres de Gillespie
Nuestro Alexander nació el 15 de octubre de 1864 en la antedicha ciudad de St. Andrews,
cuna del golf y de la primera universidad escocesa, en el extremo oriental del condado de
Fife. Sus padres eran James Gillespie e Isabel Dick.
James Gillespie fue un muy distinguido ministro y teólogo de la Iglesia Escocesa, que
ocupó durante años el cargo de Principal del Colegio Saint Mary 's de la Universidad de
Saint Andrews (del que fue doctor honorario). A los 22 años se había licenciado como
ministro en Perth (su padre era también ministro de la vecina ciudad de Arngask), y había
sido capellán de varias parroquias de Fife antes de llegar a St. Andrews. En sus últimos
años tuvo el honor de ser designado Capellán de la Casa Real (miembro de la Chapel
Royal, encargada de prestar servicios litúrgicos exclusivos a los monarcas británicos).
También fue Moderador en una de las Asambleas anuales de Iglesia Escocesa, lo que
constituye el puesto más elevado que esa denominación presbiteriana confiere. Y fue por
añadidura uno de los fundadores de la Royal Society of Edinburgh. Es decir, una
personalidad muy activa en el mundo de las ciencias y las letras de su país. Su lápida se
alza aún en el cementerio de la Catedral de Saint Andrews, y un libro con sus sermones
ha sido recientemente reimpreso.
Por su lado Isabel Dick fue la primera esposa de James Gillespie, y descendía por parte
de madre de una de las familias de alta alcurnia de Escocia, los Makgill vizcondes de
Oxfuird. Su padre -William Dick- era como el de Alexander, clérigo, primer ministro de
la ciudad de Cupar. El hermano de Isabel fue James Dick of Colluthie, y la hija de éste,
Margaret (prima de nuestro Alexander), fue la heredera de la familia Makgill Rainkeilour.
Margaret se desposó con el capitán Maitland, uno de los hijos del Conde de Lauderdale,
y fue madre del contralmirante Frederick Lewis Maitland, quien llegó a ser famoso por
haber interceptado y obligado a rendirse a Napoleón tras la derrota de Waterloo, episodio
del que publicó un libro llamado The surrender of Napoleon.
Veremos que Alexander bautizó a una de sus hijas Margaret Maitland, probablemente
como homenaje a su encumbrada prima.
James Gillespie e Isabel Dick tuvieron once hijos, de los cuales Alexander fue el
noveno (y quinto de los varones). Isabel murió en 1770, y James contrajo un nuevo enlace,
con Jean Fortoun, de quien tuvo cuatro hijos más, entre ellos Robert Gillespie, quien
tendría cierta figuración social y política al asumir la heredad de su esposa como Robert
Gillespie Smyth of Gibleston. Su esposa fue la escritora Amelia Gillespie Smyth,
renombrada autora de libros de ficción, poesía, y diálogos de inspiración cristiana, hija
del militar y diplomático Robert Murray Keith, cuya hermana Ann fuera gran amiga del
célebre escritor Walter Scott, pináculo de las letras escocesas, quien incluso la inmortalizó
en su Chronicles of Cannongate106. Como vemos, por ambas ramas Alexander formaba
parte de familias con vocación por la literatura.

106
Más precisamente en el relato The Highland Widow, que está escrito como el diario del personaje ficticio
Mrs Bethune Baliol. Esta Bethune Bailol de Walter Scott está basada en su amiga Ann Murray Keith, de
labios de quien escuchara por primera vez la anécdota en que se basa la historia. Al parecer, la
simpatiquísima Ann era una fuente inagotable de anécdotas y leyendas. Además, fue quien adoptó y crió a

59
La vida del clan Gillespie y de los Dick transitaba mayormente en el condado de Fife
y ciudades cercanas como Perth. Podemos imaginarnos que, a pesar de estar muy bien
emparentados por sus ramas femeninas, el hecho de ser hijos segundones descendientes
de familias de clérigos hacía que su situación económica no fuese nunca holgada. En
especial si tenemos en cuenta la cantidad de hijos que debieron mantener. Las familias de
clérigos solían dotar a sus hijos de la mejor educación, pero escasos medios financieros:
eran por lo tanto una de las fuentes principales de oficiales de rango menor en el ejército
y la armada, jóvenes muy instruidos, recomendables por sus valores, y de familias de
linaje, pero sin medios para comprar comisiones importantes en las fuerzas armadas, y
obligados a recorrer desde abajo los escalafones de la vida militar.

Mapa de Fife

Temprana carrera militar y matrimonio


Para un resumen del desempeño de Alexander Gillespie como marine podemos basarnos
en otra fuente que no ha sido demasiado consultada: The Royal Military Calendar, Or
Army Service and Commission Book del año 1820. Este libro de comisiones incluye una
reseña de cada oficial del ejército británico desde el rango de mayor en adelante. Gillespie
logra entrar en el mismo ya que había sido ascendido a mayor de Royal Marines en 1814.

su sobrina la pequeña Amelia (que sería cuñada de nuestro Alexander) cuando ésta quedara huérfana a la
edad de 8 años. Amelia también transformaría a su tía Ann en el personaje principal de su novela Probation,
con rasgos muy parecidos al personaje de Scott.

60
En la página 299 y siguientes del volumen III se le dedican nada menos que cuatro carillas
a su foja de servicios.
Alexander entró en el cuerpo de Marines en 1778, con sólo los 14 años de edad. Sirvió
hasta 1783 en el HMS Monarch, barco que tuvo destacada actuación en varios combates
navales, contra los holandeses, y franceses, en especial en el Caribe. Al firmarse la paz
con los Estados Unidos fue retirado del servicio activo y puesto a media paga, como se
solía hacer cuando no era necesario mantener tantos cuadros movilizados.
En 1789 nos encontramos a Alexander Gillespie, de 25 años, fuera de servicio y lejos
del ámbito geográfico de Fife, casándose en la ciudad de Bradford, en el condado de
Yorkshire, con Sarah Rachel Priestley, oriunda del lugar (nacida en la vecina Leeds). Los
Priestley son una de las familias de rango menor mejor documentadas de la zona de
Halifax, Leeds y Bradford107; Sarah, que era cuatro años mayor que Alexander, fue la
única hija y heredera de los bienes de su padre el esquire Jonathan Priestley. En los
siguientes cinco años el matrimonio Gillespie tuvo cuatro hijas mujeres, y ningún varón.
Posiblemente regresaron a Fife y se establecieron en el St. Andrews de James Gillespie,
porque allí bautizaron a su primera hija Mary Visser108. Sus otras hijas fueron Isabella,
Margaret Maitland, y Ann Norton. Hacia 1823, cuando Gillespie escribe su memorial a
Lord Liverpool solicitando un reconocimiento por sus servicios, sus hijas ya tenían todas
más de treinta años y ninguna había podido casarse; Alexander temía que a su muerte la
subsistencia de las muchachas quedara comprometida.
Volviendo a su actuación militar, hacia 1802 había alternado en la tarea de
reclutamiento para los Marines, y la rotación esporádica de paga completa y media paga
del personal no activo. Durante los años en que no se requirieron sus servicios, en lugar
de quedarse de brazos cruzados se dedicó a investigar, y publicó el libro Historical Review
of the Royal Marine Corps, que tiene la virtud de haber sido la primera y única historia
escrita acerca de ese cuerpo durante décadas. Esta detallada crónica de más de
cuatrocientas páginas nos revela a Gillespie como un historiador de vocación y pluma
segura a pesar de cierta tendencia a la prosa alambicada. El resultado es un texto
ordenado, criterioso y muy bien documentado. Gillespie era para entonces first lieutenant,
es decir, sólo había ascendido una vez en sus 24 años de servicio, lo que ilustra lo lento
de los ascensos en ese cuerpo, en especial para quienes no tenían medio de adquirir
comisiones y descansaban puramente en promociones por antigüedad o méritos en
acciones bélicas. La antigüedad era tenida en cuenta ante vacantes que se daban sobre
todo en las bajas de los combates, así que en tiempos de paz la carrera se estancaba por
completo y el militar de bajo rango solía vivir penurias económicas.
Sobre los méritos del libro de Gillespie baste citar este párrafo de otro historiador, el
autor de Historical Record of the Marines Corps, escrito muchos años después109.
“El compilador de estos datos siente que es su deber reconocer haber derivado la mayor
parte de los detalles sobre los servicios de los Marines del libro An Historical Review of
the Royal Marine Corps publicado en 1803 por Alexander Gillespie, trabajo de
investigación y mérito considerable que hace honor a su autor, no sólo como excelente
estudioso sino como oficial de extremado celo”.110

107
Tanto la genealogía de Sarah como la noticia de su matrimonio con Alexander las he hallado en el
volumen 37, página 87 de Familiae minorum gentium de Hunter, Joseph, 1894.
108
Dato extraído de Fife Family History Library (film 1040172).
109
Cannon, Richard, Esq. Historical record of the Marine Corps : containing an account of their formation
and services from 1664 to 1748, sin fecha. Suele catalogarse con la datación más temprana posible: [1824?]
pero probablemente es posterior a 1836, como toda la serie de Historical records que escribió el autor].
110
Cannon, Richard. Op.Cit. p. 56. He traducido al español ésta y otras citas de originales en inglés

61
Efectivamente el libro de Gillespie sale publicado en noviembre de 1803, y un par de
semanas más tarde es llamado al servicio activo en los cuarteles de Chatham. Enseguida
es asignado al HMS Diadem, ascendido a capitán, y agregado a la expedición secreta que
estaba preparando Sir Home Popham. Tal vez los méritos de su relevante publicación
hayan influido en su ascenso e incorporación a la operación. A partir de allí, tiene
destacada actuación en la conquista del Cabo de Buena Esperanza, donde se le encarga el
cuidado de prisioneros y heridos tras la rendición de los holandeses; en esa tarea logra
rescatar del campo de batalla y los montes circundantes cantidad de pertrechos olvidados,
y una pieza de artillería del enemigo. Al prepararse la expedición al Río de la Plata,
Gillespie es elegido para integrarla, y entre los oficiales de los Royal Marines será el
segundo más antiguo, después del capitán Alexander M’Kenzie. Transcribimos ahora los
párrafos correspondientes a sus servicios en el Río de la Plata:
“Formó parte de la escuadra que partió contra Buenos Aires. Junto con su compañía
fue trasladado desde el Diadem al Encounter, el buque de avanzada de la expedición;
desembarcó el 25 de junio y participó de la captura de la ciudad. Fue nombrado comisario
de prisioneros de guerra, una comisión que él no buscó y que posteriormente le trajo
aparejado muchos peligros y tribulaciones. Después de la reconquista, el populacho y la
soldadesca echaron abajo la habitación donde se hospedaba, y destruyeron todo lo que
había dentro, arrastraron y dieron muerte a su criado del modo más alarmante, yendo en
su búsqueda dos veces en la misma noche a sus aposentos, y lo siguieron una y otra vez
por las calles durante el día, con sus cuchillos desenvainados. Esta persecución fue
conjurada luego gracias a la intercesión del caballero que lo hospedaba, (que ya le había
salvado la vida dos veces ocultándolo en la casa) quien logró convencer a esos bárbaros
de la perfecta inocencia de su víctima, tras lo cual se tornaron particularmente
civilizados”.
Fue trasladado al interior, en octubre de 1806, y finalmente liberado como prisionero
en septiembre de 1807, llegando a Inglaterra en enero de 1808. 111
Podemos imaginarnos la incertidumbre y la angustia económica de su esposa Sarah y
sus hijas durante los muchos meses que no supieron nada de la suerte del capitán.
¿Vivirían ellas en St. Andrews, o se habrían instalado en Yorkshire, cerca de la familia
de Sarah, donde tal vez tuvieran más apoyo anímico y financiero? Esto último parece lo
más probable, ya que más tarde Gillespie establecerá su domicilio en Leeds.

Enfermedad y muerte

La actuación posterior de Gillespie en los Marines se vio signada por los achaques
físicos. Hasta 1810 estuvo empleado en el reclutamiento de nuevos marines. En ese año,
apenas tuvo noticias de la revolución de mayo, decidió que el libro de firmas adquiría
interés político para su país, y realizó las gestiones que detalla en su libro, ante el gabinete
Perceval. Al mismo tiempo presentaba ante el Transport Board y la Royal Navy el
reclamo del sueldo que sostenía le correspondía por su puesto de comisario durante los
meses que estuvo en Sudamérica prisionero. Ninguno de estos reclamos tuvo éxito a pesar
de que las acompañó de una carta de Beresford certificando sus servicios.
Se embarcó ese año en el St. Domingo pero fue derivado al hospital de Deal por un
ataque de gota en 1811. Embarcado de nuevo, esta vez en el Swiftsure, estuvo tres años
en la flota del Mediterráneo. En 1814 fue ascendido a mayor junto con otros 28 capitanes
del cuerpo. Fue destinado a diversos navíos, y participó en 1816 del cruento bombardeo

111
The Royal Military Calendar : Army service and comission book. Vol. III, p.. 301

62
a Argel a bordo del Albión. En esta batalla Gillespie, también a bordo del Albion, quedó
definitivamente inválido.
Durante esa batalla Gillespie se encontraba tan afectado de gota que no podía caminar,
por lo cual fue llevado en una silla por los marineros, y cumplió con su deber manejando
uno de los cañones sentado, un servicio que le fue reconocido públicamente. La lluvia
que soportó durante muchas horas en su puesto de popa agravó su mal, y no pudo ya
recuperarse del todo de su impedimento para caminar. Al desembarcar en diciembre en
Gibraltar fue derivado a Inglaterra para ser atendido por los médicos, y con el informe de
éstos pidió el retiro por invalidez con gozo de paga completa, que le fue concedido y
anunciado públicamente durante una formación en los cuarteles de Chatham en 1817.
Así terminó Gillespie su carrera activa. Estimamos que fue entonces que encontró
tiempo para escribir, o al menos darle forma definitiva, a las memorias de la expedición
al Río de la Plata, nuestro conocido Gleanings and Remarks, publicado en octubre de
1818. El libro se vendió a 10 chelines, y conoció una segunda edición al año siguiente.
Gillespie sin duda consideraba que ante la consolidación de la independencia de las
provincias del Plata, su conocimiento de primera mano de la región y su gente podía ser
valioso para el Reino Unido y su clase comercial. Es por eso que a lo largo del libro se
esfuerza en dar información útil al emprendedor privado interesado en el comercio
exterior. Ignoramos si obtuvo alguna recompensa del gobierno adicional al derivado de
la venta del libro, pero lo intentó con el memorial citado, en 1823, donde solicita un
reconocimiento del gobierno por su contribución, y luego ya no sabemos mucho más de
él.
En 1834 encontramos en los archivos del Almirantazgo el registro de un pedido de
Sarah, la viuda de Gillespie, reclamando dinero adeudado por la Royal Navy. En la
declaración aparece como fecha de fallecimiento del mayor Gillespie el 25 julio de 1834
(a los 69 años). Cuatro años después, (febrero de 1838), Sarah aparece volviendo a elevar
el reclamo, en un folio catalogado como pedido de pensión. No he logrado obtener más
datos relacionados a la vida posterior de la viuda de Gillespie y de sus hijas.

Conclusión

Los datos que hemos hallado nos demuestran que Gillespie provenía, como prácticamente
toda la oficialidad británica que estuvo en Buenos Aires, de una familia culta, de
impecable instrucción y modales refinados. No estuvo lejos de la verdad el humilde autor
de Diario de un soldado cuando dijo: “En todo tiempo, bueno será tener media idea del
regimiento 71, tan afamado en Inglaterra. Sus oficiales son de las casas más principales
de la Escocia y sus soldados hijos de las familias de aquel comercio, hombres todos
escogidos de una altura famosa...”112
El contraste con la sociedad de Buenos Aires en ese sentido era muy marcado: la clase
acomodada de Buenos Aires con la que los oficiales se relacionaron vivía aún aislada
culturalmente de Europa y llevaba una existencia muy sencilla; casi no circulaban libros
ni periódicos, y sólo pocas familias comenzaban a enviar a sus hijos al Continente a
adquirir la formación y el roce que la vida colonial no podía darles. Por otro lado, las
familias de Buenos Aires no necesitaron de comodidades ni sofisticación en el trato para
deslumbrar y ganarse la admiración y gratitud de los ingleses. Por su hospitalidad, por la
amistad franca y el auxilio que les brindaron sin por eso dejar de enfrentarlos con valentía
en el campo de batalla, mostrándose nobles en la derrota y magnánimos en la victoria.

112
Anónimo, Diario de un soldado, Buenos Aires, 1960.

63
Beresford, Pack, y todos los oficiales que han dejado testimonio de la experiencia vivida,
se volvieron simpatizantes de los sudamericanos. El texto de Gillespie es muy elocuente
en este punto, y refleja la mutua atracción y el respeto que borró las diferencias iniciales.
Excede los límites de este trabajo, pero sería interesante analizar su Gleanings and
Remarks prestando atención a la delicadeza con que el autor, deseoso de agradecer las
atenciones de numerosas personas, contiene su naturaleza expansiva para no
comprometer el buen nombre de nadie, consciente de que un texto como el suyo puede
tener distintas lecturas según los cambiantes vientos de la política internacional. Es un
claro testimonio de que los lazos de amistad perduraban en 1818, y tal vez incluso la
relación epistolar con alguna de las familias. El último capítulo de su obra es un resumen
muy informado de los acontecimientos posteriores a su partida, incluyendo la actuación
de San Martín, su reciente victoria en Maipú y las obras del Directorio de Pueyrredon (del
cual hace un efusivo panegírico), y no sería de extrañar que su fuente principal de
información fuesen porteños allegados al nuevo gobierno, con los que siguiera en
contacto mientras escribía su libro.
Tal vez los datos biográficos aportados aquí abran cierta posibilidad de rastrear
descendientes de Gillespie. Quizá alguno de ellos heredara sus papeles. Que él haya
entregado su libro de firmas sin hacer antes una copia -con todo el valor que le confería
al documento- me parece inverosímil. Que los herederos hayan conservado hasta hoy su
biblioteca o archivo es improbable pero no completamente descabellado. En todo caso,
confío en que saber un poco más sobre este oficial de los Royal Marines pueda obrar al
menos como invitación a releer con renovado interés su fascinante Gleanings and
Remarks.●

Bibliografía
Anónimo, Diario de un soldado. Buenos Aires: Comisión Nacional Ejecutiva 150° aniversario de la
Revolución de Mayo, 1960.
Cannon, R., Historical record of the Marine Corps : containing an account of their formation and services
from 1664 to 1748. [1824?].
Fife Family History Library. Baptism record: Name: Mary Visser Gillespie Gender: Female Birth Date:
26 Jan 1790
Baptism Date: 1 Feb 1790. Place: St Andrews and St Leonards, Fife, Scotland Father: Alexander Gillespie
Mother: Sarah Priestly. Film Number: 1040172
Fife Family History Library. Marriage record: Sarah Priestley Gender: Female Marriage Date: 26 Apr 1789
Marriage Place: Bradford,York, England Spouse: Alexander Gillispie. Film Number: 990533
Gillespie, A., Gleanings and remarks : collected during many months of residence at Buenos Ayres and
within the upper country. Leeds: Dewhirst, 1818.
---- Buenos Aires y el interior : observaciones reunidas durante una larga residencia, 1806-1807.
Trad. y prol. de Carlos Aldao. Buenos Aires: Vaccaro, 1921.
Livermore, H. V., “Captain Gillespie and the 58 Anglophiles of Buenos Aires in 1806”, en Hispanic
American
Historical Review, 60, 1980. p 69-78
Hunter, J., Familiae minorum gentium, Volumen 37, 1894.
National Archives, ADM 45/9/144 (ADM - Records of Accounting and Pay Departments) Sarah Gillespie,
Widow of Major Alexander Gillespie Royal Marines.
Roberts, C., Las invasiones inglesas del Río de la Plata (1806-1807). Buenos Aires: Jacobo Peuser, 1938.
Scott, Hew, D. F. Fasti Ecclesiae Scoticanae : The Succession of Ministers in the Church of Scotland from
the Reformation. Edinburgh : Oliver and Boyd, 1915.
The Royal Military Calendar : Army service and comission book. Vol. III, London: A. J. Valpy, 1820.

64
Arqueología

PICO DO CASTELO, FACHO,


MAZARICO Y BRANCO:
Montes emblemáticos en la Isla Atlántica
de Porto Santo
Constanza Ceruti113

Playa de Porto Santo con Pico do Castelo y Pico do Facho (© María Constanza Ceruti)

113
Constanza Ceruti es arqueóloga, posee un doctorado, es miembro de la Academia Nacional de Ciencias
de Buenos Aires, investigadora del CONICET y profesora en la UCASAL. Es autora de más de cien trabajos
científicos y veinte libros sobre antropologia de montañas sagradas. Ha recibido numerosos premios
internacionales, incluyendo la Medalla de Oro de la International Society of Woman Geographers.

65
Introducción

Porto Santo se encuentra situada a aproximadamente 900 kilómetros de Portugal, en el


océano atlántico. Junto con las islas Azores y las Canarias, forma parte de la región
conocida como Macaronesia. Se ubica a una hora de navegación de Madeira, integrando
el archipiélago homónimo junto con las vecinas islas Desiertas y Salvajes. Con una
extensión de tan sólo once por seis kilómetros, es hogar de unos cinco mil habitantes. Se
conoce como “la isla dorada” o “la isla Paraíso”, donde “no hay estrés ni tampoco
crimen”.
El clima es benigno todo el año y resulta considerablemente más árido que en las islas
vecinas, debido a que las montañas bajas no llegan a bloquear las nubes que provocan
lluvias. Los picos de Porto Santo alcanzan una módica altura, entre 200 y 500 metros
sobre el nivel del mar; en tanto que las cimas de los principales volcanes de Madeira se
yerguen a altitudes entre 1500 a 1900 metros.
Porto Santo cuenta con una famosa playa de 9 kilómetros de longitud, con finas arenas
doradas a las que se atribuyen propiedades curativas. Es considerada una de las playas de
dunas más hermosas de Portugal y está en el “ranking” de las mejores de Europa. Su valor
paisajístico se incrementa si se tiene en cuenta que prácticamente no existen playas
naturales de arenas claras en la turística Madeira, cuyas costas son principalmente rocosas
y acantiladas.
En el año 1418 AD un grupo de navegantes portugueses descubrieron accidentalmente
dicha playa, arrastrados por una tempestad. En agradecimiento, dieron a la ínsula el
nombre de Porto Santo. Aunque algunos libros de historia omiten el dato, un joven
Cristóbal Colón vivió en la aldea de Vila Baleira durante algunos años, ganando allí
experiencia en su formación como navegante y cartógrafo.
Durante los siglos XV y XVI, el archipiélago de Madeira adquirió importancia como
parada obligada en las rutas comerciales marítimas entre Europa y América. La economía
de Madeira se expandió considerablemente gracias a las plantaciones de caña de azúcar
en el siglo XVI y al cultivo de la vid en el siglo XVII. Sin embargo, la pobreza agrícola
por falta de agua fue una constante a lo largo de la historia de Porto Santo, la cual no
quedó exenta de otras tragedias.
En 1617, galeones argelinos llevaron a unos 900 pobladores insulares para ser vendidos
como esclavos. En la isla quedaron solamente 18 hombres y 7 mujeres, que lograron
ocultarse en cuevas en los volcanes. Las posiciones defensivas en el Pico do Castelo
fueron planificadas por el marqués de Pombal durante el siglo XVIII. Las visitas turísticas
comenzaron en el siglo XIX y se incrementaron a lo largo del siglo XX, si bien Porto
Santo continúa siendo un destino remoto -y para muchos ignoto- que ha logrado
permanecer exitosamente al margen de la masificación.
La organización del espacio se estructura en una oposición simbólica entre el llamado
“campo de cima” y el denominado “campo baixo”. En colinas costeras más o menos
prominentes sobresale el perfil de tradicionales molinos de viento, semejantes a los que
se observan en rincones rurales de la península ibérica. Otro elemento destacado en el
paisaje es una impresionante red de terrazas de cultivo o “poios”, de antigüedad
centenaria, que se extiende por una buena parte de la geografía montañosa de la isla.
La producción agrícola local se orienta hacia frutos de zonas áridas tales como uvas,
higos y sandías. La escasez de agua en la isla se suple a través de la presencia de plantas
desalinizadoras. En términos generales, la economía insular se complementa con la pesca
de aguas profundas y con iniciativas que aparecen vinculadas al turismo.
Porto Santo ha sido destino tradicional de veraneo para la burguesía de Madeira,
aunque en los últimos años viene recibiendo también durante el invierno a selectos

66
contingentes de golfistas daneses y alemanes, que aprovechan las bondades del clima y
la existencia de un campo de golf regado con aguas servidas. Los contados hoteles se
enorgullecen de cultivar un perfil “ecológico” y están comprometidos con un
funcionamiento sustentable114. Sin embargo, para el grueso de los turistas estivales, la
visita a Porto Santo se limita a paseos en barco organizados desde Madeira.
No existe hospital en la isla y la fuerza aérea portuguesa destina aviones y helicópteros
para evacuar a enfermos o accidentados graves, cuando se presentan emergencias.
Tampoco hay semáforos ni autobuses, a excepción de un colectivo que ofrece servicio
para transportar a los niños en edad escolar.
En pleno invierno, durante las semanas en las que el servicio de ferry se encuentra
suspendido, prácticamente no se registran visitantes foráneos. En este acentuado
“aislamiento” tuve oportunidad de pasar varios días en Porto Santo, participando de la
vida cotidiana en Vila Baleira y completando, en solitario, las caminatas y ascensiones
por los montes insulares, que constituyen el objeto de la presente investigación.

Vila Baleira y la casa de Colón

La aldea pesquera de Vila Baleira debe su nombre a las balas de cañón que se dice caían
en este sector de la costa desde las alturas del fortificado Pico do Castelo. En efecto, la
historia del principal poblado de la isla estuvo signada por recurrentes ataques de piratas
y la iglesia matriz de Nuestra Señora de la Piedad fue incendiada repetidamente; aunque
la violencia no logró mermar la religiosidad de los pobladores. En el mes de Agosto se
sigue celebrando allí una importante “arraia” o festividad dedicada a la Virgen. Como en
tiempos de sus abuelos, los isleños procuran concurrir a misa pulcramente ataviados con
“trajes de Domingo”.
Cristóbal Colón residió en Vila Baleira entre 1479 y 1481. Desposó a Filipa Moniz, la
hija del capitán insular, quien falleció al dar a luz a su vástago. El tiempo transcurrido en
Porto Santo permitió al navegante genovés ampliar sus conocimientos y comenzar a
planificar sus legendarios viajes transatlánticos. El legado de Colón es conmemorado en
fiestas populares que se realizan en su honor, así como en el marco de una casa museo
restaurada en 2004. Del edificio del siglo XVI perduran dos ventanas góticas. La casa
adyacente, de dos plantas, ha sido incorporada al complejo museístico con exhibiciones
de arte sacro “del tiempo de los descubrimientos”, que incluyen una elaborada cruz
procesional, una imagen de San Francisco Javier, platos de porcelana, etc. Otras tres salas
temáticas están dedicadas a la expansión marítima portuguesa, la importancia de la corona
española en el apoyo a las exploraciones de Colón y la arqueología subacuática, con
hallazgos procedentes de un galeón holandés que naufragó en 1724 al norte de Porto
Santo.
En el centro de Vila Baleira se ha musealizado también la casa natal del actor y director
de cine, Jorge Brum do Canto, que vino al mundo en 1929. Abierto al público en 2016,
el museo alberga la obra fílmica, el archivo fotográfico y los premios del actor, quien era
también escultor y pescador. Do Canto dirigió hace más de 80 años una película
etnográfica sobre la vida en Porto Santo, de inestimable valor histórico y documental.

114
Quilici, 1998; Sousa, 2006.

67
El Museo do Cardina y el folclore insular

Inaugurado en 2006, el museo etnográfico de la isla se encuentra ubicado frente a una era
de piedra de planta circular, utilizada antiguamente para la molienda de grano. El director
del museo, coleccionista y artesano, comparte con el público sus propias artesanías y
miniaturas de molinos y embarcaciones, así como las colecciones de instrumental de
pesca, caza, agricultura, herrería, carpintería y cantería.
Las viviendas tradicionales en Porto Santo se denominan “casas de salao” y han sido
construidas con mortero elaborado con arena y conchillas marinas, que conserva las
propiedades térmicas115
El traje típico del campesino incluye una camisa blanca de algodón, pantalón beige de
lino, chaleco negro y sombrero de fieltro. La mujer isleña viste tradicionalmente una blusa
de algodón claro, al igual que la falda de lino, combinación que se acompaña con un
pañuelo y un volante de bordado suizo.
El patrimonio intangible insular se enriquece con celebraciones religiosas, carnavales
y otros festivales. En cada ocasión, las danzas tradicionales se acompañan con
instrumentos musicales típicos, entre los que se prefieren violines y mandolinas. Las
arraias religiosas son solventadas por los “festeiros” y se caracterizan por la presencia de
bandas de músicos y la ejecución de bailecitos o “bailinhos”. Las calles por donde pasan
las procesiones son adornadas con flores y banderas. Asimismo, es costumbre la
elaboración de muñecas comestibles, a las que se adorna con ojos de semillas, y el
consumo del tradicional “caldo da romería”. La gastronomía festiva incluye platos
basados en pescados, el famoso “bolo do caco” (pan, manteca y ajo), feijado, queijadas
y pasteles de nata.
Los Reyes Magos y San Amaro son recordados el 5 y 6 de Enero, con tradicionales
visitas de puerta en puerta, para ver los pesebres de los vecinos. La noche del 15 del
primer mes suele transcurrir cantando con familia y amistades, al son de mandolinas,
rebecas y demás instrumentos tradicionales. Entre las danzas típicas de la isla se destaca
el baile de media volta, el baile “do labrao” y el llamado “baile serio”. Como no podía
ser de otra manera, las letras de los cantos populares aluden a la agricultura y el mar.
La Fiesta de San Juan, patrón de la isla, se desarrolla el 23 y 24 de Junio. Como es
tradicional en gran parte del mundo iberoamericano, la celebración se traduce en
procesiones y danzas típicas por las calles del pueblo. La principal fiesta en honor a la
Virgen María es la romería a la ermita de Nuestra Señora de Gracia, el 14 y 15 de Agosto
-que equivale a la procesión ascensional dedicada a Nuestra Señora de Monte en Funchal,
la capital de Madeira-. También se conmemora a Nuestra Señora de la Piedad en la iglesia
matriz de Vila Baleira el 30 y 31 de Agosto. La vendimia es seguida en Septiembre por
el Festival dedicado a Colón, en el que los isleños se entretienen con ambientaciones
medievales. Al cierre del calendario religioso tienen lugar las “misas del alumbramiento”
que se celebran antes del amanecer de Navidad, constituyendo una tradición propia de
Porto Santo y Madeira.

Una mirada a la costa

La Praia de Fontinha, en las inmediaciones de Vila Baleira, se caracteriza por un conjunto


de pequeñas casas costeras, utilizadas antiguamente por pescadores y repintadas
actualmente para funcionar como cambiadores de un balneario. Hay que tener en cuenta

115
Sa, 2016.

68
que el uso de la playa no es solamente recreativo o deportivo sino también curativo, ya
que existe la creencia en las propiedades de las arenas para sanar el reuma.
Una típica caminata a lo largo de la línea de costa conduce desde el puerto deportivo
hasta el centro de Vila Baleira, pasando por la base del pico Mazarico y por acantilados
debajo del mirador de Portela, colina que ostenta un alineamiento de tres molinos de
viento excelentemente conservados. Al otro lado del poblado sobresale otro gran molino
de viento, convertido en pequeño museo de sitio y acompañado por una confitería.
Desde Vila Baleira hasta la playa de “Calheta” se requiere cubrir un recorrido de
aproximadamente 7 kilómetros. La pequeña cala que da nombre a esta sección de la costa
se asoma hacia un prominente roque, que emerge a modo de islote frente a la playa. Ponta
de Calheta está situada debajo de un acantilado coronado por el llamado “mirador de
Flores”, en el cual se ha levantado un busto en homenaje a un personaje que donó tierras
en Porto Santo. Una pequeña gruta con una imagen de la Virgen del Buen Camino ha sido
erigida a un lado del mirador, en honor a la memoria de otro reconocido isleño fallecido
hace algunos años.
La cala de Zimbralinho es de acceso dificultoso, ya que está íntegramente flanqueada
por acantilados. Sin embargo, durante el verano es utilizada por los jóvenes isleños para
la práctica de snorkeling. Al otro lado de la isla, cerca de la localidad de Camacha, se
conocen unas piscinas naturales debajo de unos acantilados que miran al norte. Solamente
son aptas para baños en verano y con marea baja, dada la peligrosidad de las olas
rompientes.

Las montañas de Porto Santo

Los picos volcánicos de Porto Santo alcanzan alturas muy modestas, lo que determina el
clima árido de la isla, ya que no hay montañas suficientemente elevadas para retener las
nubes y provocar precipitaciones. La flora indígena comprende dragos, olivos, encinas,
brezos; la fauna incluye perdices, águilas ratoneras, gorriones, caracoles de tierra y abejas
silvestres.
Una atractiva ermita rodeada de palmeras tiene al pico Ana Ferreira como telón de
fondo. Este monte se ubica en el extremo occidental de la isla y se destaca visualmente
por columnas basálticas prismáticas, resultantes del lento enfriamiento del magma en
profundidad del conducto volcánico. Un sector en las faldas del monte ha sido puesto en
valor a través de carteles explicativos: conocido coloquialmente con el nombre de “El
Piano”, ha sido comparado con el “Giant´s Causeway” de Irlanda, por su similitud
geomorfológica. El vecino mirador de Pedreira ofrece vistas hacia los picos Castelo y
Facho.
La capilla de Nuestra Señora de Gracia fue erigida originalmente en 1533 y constituye
uno de los santuarios más antiguos de Porto Santo. Se encuentra situada en el sector
oriental de la isla, rodeada por el pico Mazarico, el pico Conselho y el pico Facho.
Enclavada en un área de piedemonte, a prudente distancia de la costa, era antiguamente
utilizada como refugio frente a ataques de piratas. El templo fue destruido en el siglo XIX
y reconstruido en 1951.
La romería de Nuestra Señora de Gracia se celebra entre los días 14 y 15 de Agosto,
con procesiones a pie desde Vila Baleira, que llegan hasta el atrio, elevado sobre un
conjunto de amplias escalinatas. A un lado de la ermita parte una angosta senda o
“levada”, que empalma eventualmente con el camino principal o “vereda” hacia el monte
do Castelo.

69
Ermita al pie del pico Ana Ferreira (© María Constanza Ceruti)

Pico do Castelo

Este monte tiene una llamativa forma cónica, de apariencia truncada, debido a que su
cumbre ha sido artificialmente aplanada en el proceso de fortificación. Sus alturas pueden
ser alcanzadas recorriendo una vereda de aproximadamente cuatro kilómetros, a la que se
accede desde la ermita de Nuestra Señora de Gracia, o alternativamente, desde la periferia
de Vila Baleira. Si bien el recorrido puede ser fácilmente completado en menos de dos
horas, es considerado una senda de “dificultad media”, para los estándares de la isla de
Porto Santo, que resultan mucho más laxos que en la vecina isla de Madeira, tapizada de
rutas de mayor complejidad.
En la folletería turística se recomienda subir con guía de montaña, circunstancia que
podría quizás facilitar la orientación a quienes deseen prolongar la caminata hacia el
vecino Pico Facho. La Dirección de Turismo en la isla declina responsabilidad sobre el
precario estado de mantenimiento de los senderos.
Un balcón en la pre-cumbre exhibe un busto en homenaje a Antonio Schiappa,
impulsor de la forestación de Porto Santo con especies exóticas de pino marítimo y cedro.
Otro mirador situado más abajo ofrece un panorama sobre Vila Baleira, asentamiento
cuyo nombre hace referencia a las balas de artillería disparadas contra los corsarios, desde
el antiguo cañón ubicado en este preciso punto de la montaña. Ya desde el siglo XV, la
población insular acostumbraba a refugiarse en el Pico do Castelo durante los recurrentes
ataques de piratas.
La cima ostenta un importante conjunto de muros, terrazas y escalinatas que
aparentemente datarían del siglo XVI, según lo mencionado por informantes locales;

70
aunque la folletería impresa para visitantes aclara que se remontan al siglo XVIII. En el
espacio aplanado artificialmente en la cima se observa una especie de bunker militar –
que parece datar de la primera mitad del siglo XX-, re-funcionalizado para el
mantenimiento de los jardines en las terrazas.
Uno de los pocos senderistas locales con quien conversé en mis caminatas me comentó
que “los ancianos dicen que las brujas se juntan detrás del pico Castelo”, dato confirmado
ulteriormente por otro residente de Vila Baleira. Es probable que esta creencia popular
haya motivado la eventual colocación de imágenes religiosas como estrategia para la
cristianización de un espacio de montaña percibido como “pagano”. En efecto, en un
anfiteatro rocoso detrás del cerro se encuentra erigida una imagen de la Virgen del Buen
Camino.

Pico do Facho

Pico do Facho es el monte más alto de la isla de Porto Santo y alcanza 516 metros sobre
el nivel del mar. “Facho” en portugués quiere decir “antorcha” y el topónimo alude a las
antiguas señales de humo encendidas en las alturas para advertir a la población insular
sobre el inminente peligro de ataques de piratas. Actualmente, la cresta cumbrera alberga
una estructura esférica blanca de gran tamaño, semejante a la del pico Areeiro en Madeira,
que funciona como radar para el pequeño aeropuerto insular. También hay antenas
transmisoras y un hito geodésico erigido justamente en el punto más alto de la cima. Este
monte casi nunca es ascendido con fines deportivos o recreativos, puesto que se prefiere
caminar por las veredas y “levadas”. Además, el espacio de la cresta, en el sector más
elevado de la cima, resulta sumamente reducido y casi no es posible permanecer de pie.
Las vistas panorámicas son magníficas.

Pico Branco

El pico Blanco es la segunda cumbre de Porto Santo. Alcanza 450 metros sobre el nivel
del mar y se encuentra situado muy cerca de la costa. La “vereda” hacia la cima del monte,
que se prolonga hacia el mirador de Terra Cha, comprende un recorrido de 2,7 kilómetros
(de ida solamente) y es caracterizada como una ruta de dificultad moderada. Pasa por
Rocha Quebrada, una formación basáltica de color claro que da nombre al monte, en la
que se han tallado -directamente sobre la roca madre- el angosto sendero y sus escalinatas.
Tras alcanzar el paraje de Cabezo da Caranguejo, la senda supera un pequeño paso
montañoso y eventualmente asciende hasta el punto más elevado, que está señalado con
un hito geodésico. La superficie de la cima ha sido aplanada artificialmente y está
delimitada por un muro perimetral rectangular que cubre una extensión de 25 por 10
pasos.
El sendero prosigue desde la precumbre de este monte hacia el Este, en dirección al
mirador de Terra Cha. Aprovechando una pequeña gruta natural en la roca volcánica junto
al camino, se ha colocado cuidadosamente una imagen de la Virgen. Al improvisado altar
telúrico se asciende con ayuda de una escalerita de madera. Velas y otras ofrendas
populares también han sido depositadas junto a la imagen sacra, además de una placa de
homenaje a la memoria de un difunto ilustre de la isla.

71
Muro de piedra en la cima del Pico Branco (© María Constanza Ceruti)

El mirador de Terra Cha se asoma sobre un acantilado boscoso en el extremo oriental


de la isla. Cuenta con una pequeña cabaña, ocasionalmente utilizada para estudios
ornitológicos. Las terrazas circundantes son aprovechadas por los jóvenes isleños para
acampar en verano y ver la salida del sol. Una importante área de reserva marina con gran
diversidad de peces y moluscos, se extiende al pie del acantilado.

Pico Mazarico

Se accede al pico Mazarico, de 285 metros sobre el nivel del mar, tras unos 40 minutos
de marcha a campo traviesa, siguiendo una huella apenas marcada por pisoteo y señalada
por una pequeña apacheta. El último sector de la subida resulta bastante empinado, con
acantilados casi verticales que caen precipitadamente al mar. Desde la cima se ve casi la
totalidad de la isla, la mayoría de los picos volcánicos y la extensión completa de la
larguísima playa de dunas.
La cumbre del pico está coronada con un hito geodésico y una distintiva cruz blanca.
Según lo comentado por residentes de Vila Baleira en 2019, la cruz había sido erigida tres
o cuatro años antes, por impulso de un turista alemán. Ante mi pregunta acerca del posible
involucramiento de alguna autoridad eclesiástica -tal como suele ser el caso en el mundo
ibérico- mis interlocutores locales respondieron que “el sacerdote local nunca habría
sugerido eso” y que los lugareños tampoco habrían aprobado la iniciativa.

Consideraciones y conclusiones

Vinculada desde los inicios de su historia con la actividad de navegantes portugueses, la


remota ínsula de Porto Santo permaneció virtualmente al margen del progreso socio-
económico que acompañó a otras islas atlánticas de Macaronesia. La vecina Madeira
prosperó gracias al clima húmedo y templado, que permitió el desarrollo del cultivo de la

72
caña de azúcar y la vid. En cambio en Porto Santo, la ausencia de grandes montañas
capaces de detener las nubes y provocar precipitaciones determinó una crónica escasez
de agua, de la cual son mudos testigos los antiguos sistemas de terrazas de piedra, en
desuso desde hace muchas décadas.
El patrimonio intangible se mantiene vivo en las numerosas celebraciones y arraias
que enriquecen el calendario festivo de la isla. Otras manifestaciones culturales asociadas
a oficios tradicionales son custodiadas en el Museo Etnográfico do Cardina. A ellas se
suman los molinos de viento, excelentemente conservados, erigidos en puntos
estratégicos de la geografía insular, en particular en el llamado mirador Portela, a los pies
del pico Mazarico.
Los principales atractivos turísticos de Porto Santo se construyen en relación con la
memoria de personalidades históricas. Su importancia para la construcción de la identidad
colectiva insular se advierte en la esmerada atención dedicada a las “casas-museo”: tanto
al Museo Casa de Cristóbal Colón, que alberga colecciones de patrimonio histórico y
arqueológico como al Museo Casa Natal del premiado cineasta, actor y pescador, Bruno
do Canto. La conmemoración de figuras destacadas tiene eco en el paisaje de altura de la
isla, a través de bustos escultóricos y placas fúnebres erigidos en el pico do Castelo, en el
mirador de las Flores y en la gruta dedicada a la Virgen en las faldas del Pico Branco,
cerca del mirador de Terra Cha.
La apropiación física de los picos volcánicos aparece históricamente vinculada a
estrategias defensivas de los isleños frente a los recurrentes ataques de piratas. A ellas
responden la fortificación y la artillería presentes en las alturas del Pico do Castelo; así
como la ermita erigida en la base del Pico Facho. En tanto que el monitoreo de aviones y
las telecomunicaciones modernas dan cuenta de la presencia de radares, antenas
transmisoras e instrumental climatológico en la cima de este monte, cuya toponimia
también remite al antiguo encendido de hogueras para advertir a la población sobre la
amenaza de navíos corsarios.

Museo Casa de Colón en Vila Baleira (© María Constanza Ceruti).

73
Corazón religioso de la isla, la capilla de Nuestra Señora de Gracia está enclavada en
las faldas bajas del Pico Facho, en un escenario embellecido por las abruptas formas del
pico Mazarico como telón de fondo. Un sendero agreste o “levada” vincula a la capilla
con el adyacente Pico do Castelo. En la vertiente opuesta de este monte piramidal de ápice
trunco se encuentra una imagen dedicada a la Virgen del Buen Camino, enclavada en un
anfiteatro rocoso asociado localmente con la mitología de “brujas que danzan”. A nivel
simbólico parece quedar en evidencia un intento de cristianización de un espacio de
montaña percibido como “pagano”.
La investigación de campo revela que no hay grandes santuarios de montaña
construidos en Porto Santo; tampoco se documenta la presencia de cruces o imágenes de
vírgenes y santos coronando sistemáticamente las cimas, con excepción de la cruz blanca
en la cumbre del pico Mazarico, a la cual los residentes de Vila Baleira no identifican
como resultado de una iniciativa local (sino que la asocian con una intervención foránea
por parte de un turista continental). Las ascensiones colectivas con fines religiosos no son
frecuentes, como así tampoco las caminatas deportivas o recreativas por las cumbres; al
menos en lo que se observa durante el clímax de la estación invernal. En mis andanzas
por los picos de la isla me crucé solamente en una oportunidad con un senderista local,
que afirmó ser uno de los pocos que practicaba marchas extensas por los montes, como
actividad dominical.
En la vecina isla de Madeira, las caminatas a los grandes volcanes convocan a
numerosos visitantes foráneos, pero no atraen tanto a los isleños. El aspecto sagrado
tampoco se manifiesta en forma sistemática en las alturas montañosas y únicamente la
cumbre más elevada -el pico Ruivo- se encuentra coronada con una pequeña cruz, en
tanto que se observa ausencia de objetos religiosos en las cimas de otros volcanes
emblemáticos, como son los picos Areeiro y Grande116.
La religiosidad “orientada a la montaña” es más evidente en contextos socio-históricos
en los que el catolicismo se superpone a creencias nativas pre-existentes. Tal es el caso
de los ritos andinos y las prácticas introducidas por los conquistadores españoles a partir
del siglo XVI, que encuentran su expresión sincrética en procesiones de alta montaña en
Argentina y Perú117. En Europa continental, son ritos y creencias de tradición celta los
que se sincretizan con prácticas cristianas, dando cuenta de las devociones populares y el
folclore en torno a colinas sagradas del País Vasco, Galicia, Irlanda y Escocia 118. En
Macaronesia, las islas Canarias -en particular Tenerife- han sabido recrear la importancia
religiosa atribuida a los volcanes por parte de los pobladores originarios Guanches119.
Porto Santo y Madeira suponen un escenario diferente, en el que la ausencia de una
población nativa que pudiera ser “cristianizada” determina que la dimensión sagrada de
la montaña ocupe un plano más secundario. En la “isla Paraíso” ha predominado
históricamente la utilización de los espacios de altura con fines estéticos, conmemorativos
y defensivos.●

Referencias citadas

Ceruti, M. C. Procesiones andinas en alta montaña. Peregrinaje a cerros sagrados del norte de
Argentina y el sur de Perú. EUCASA. Salta, 2013.
---- Montañas Sagradas del País Vasco. Mundo Editorial. Salta, 2014.
----El Camino de Santiago y las Montañas Sagradas de Galicia. Mundo Editorial. Salta, 2015.
----Montañas Sagradas de Irlanda. Mundo Editorial. Salta, 2016a..

116
Véase Ceruti 2021.
117
Véase Ceruti 2013.
118
Véase Ceruti, 2014, 2015, 2016a, 2017.
119
Véase Ceruti, 2016b.

74
---- Sacred Volcanoes in the Canary Islands. Mundo Editorial. Salta, 2016b.
---- Volcanes, religiosidad y patrimonio en Madeira :
procesión de San Amaro y ascenso a los Picos
Areeiro, Ruivo y Grande. II Congreso Internacional de Patrimonio Religioso de Iberoamérica: expresiones
tangibles e intangibles -siglos XVI-XVII- . Pp. 219-224. 7 a 9 de julio de 2021. Universidad de Santa Cruz
de la Sierra, 2021.
Quilici, A., “A tourist resort on the island of Porto Santo, Portugal: attempting a natural development”. En
Urban Design International, Springer, 1998, pp.53-64.
Sa Pontes de, R., A Ilha do Porto Santo: as casas de salao e sua preservacao como construcoes de interesse
patrimonial e cultural. Tesis. Universidad Lusíada de Lisboa. Lisboa, 2016.
Sousa, Correia de, R., A susentabilidade do destino turístico Porto Santo. Tesis de maestría en gestión
estratégica y desenvolvimiento del turismo. Pp. 213. Universidad de Madeira. Funchal, 2006.

75
Aniversarios

JOSE IGNACIO DE LA ROZA


UN PATRIOTA, UNA VIDA
OLVIDADA
Esteban Ocampo120

En este 2021 que se conmemoran nada más y nada menos los doscientos años de la Declaración de la
Independencia de la hermana República del Perú, quiero hacer este pequeño homenaje a uno de los hombres
que supo acompañar al General José de San Martin, colaborando y estando firme en aquellos momentos
clave de la historia americana: José Ignacio De la Roza. En el presente artículo, descubriremos parte de la
historia de esta persona que supo estar allí junto al Protector del Perú, el trabajo que desarrolló, sus
sacrificios y el legado que ha dejado para la posteridad.

Monumento Ecuestre al General José de San Martin, Lima. Inaugurado en 1921, Año del Centenario de la
Declaración de la Independencia.
Foto: Juan A. Malo de Molina

120
Esteban Ocampo ha sido miembro del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martín", es
historiador, Miembro del Instituto de Historia Militar de la República Argentina, dependiente del Ejército
Argentino; Miembro del Instituto Sanmartiniano del Perú; Miembro Correspondiente de la Junta de
Estudios Históricos de San Juan y autor de libros, artículos y publicaciones vinculadas con la historia del
Regimiento de Granaderos a Caballo, el General José de San Martín, la Guerra de la Independencia y la
Caballería Argentina, entre otros temas.

76
Amante de la Libertad, amigo y colaborador del Libertador
“De una elevada inteligencia, de un espíritu fuerte y bien templado con las nuevas ideas
sobre la ciencia de gobernar, entusiasta por el sistema democrático, de carácter franco y
de costumbres puras y caballerosas, asistiendo al rápido desarrollo de la propaganda de
libertad que ya germinaba en el pecho de algunos argentinos; desde luego tomó parte
activa en todos los trabajos preparatorios a la gran revolución de Mayo de 1810. Sus
relaciones íntimas con los principales autores del plan de nuestra regeneración política,
concurriendo a sus reuniones secretas primero y después a los clubs, a las juntas que
desenvolvían triunfante aquel, le facilitaron ampliamente el camino para llenar sus nobles
aspiraciones de ser uno de los más ardientes y abnegados cooperadores de la
independencia americana.”121
Pocos hombres dentro de nuestra historia, pueden mostrarnos el nivel de compromiso
y patriotismo que supo tener el Dr. José Ignacio De la Roza a lo largo de su vida, aún a
pesar de los sinsabores vividos, así como el fin que tuvieron sus días.
Nacido un 1 de agosto de 1788 en la provincia de San Juan, fueron sus padres don
Fernando De la Roza122 y doña Andrea Torres, tal como se señala en su fe de bautismo
firmada por el Padre don Francisco Cano. José Ignacio será el mayor de once hermanos.
Cursó sus primeras letras allí para luego trasladarse a Córdoba, lugar donde estudiará
Derecho en la Universidad Mayor de San Carlos de Córdoba. Finalizará sus estudios en
la Universidad de San Felipe (Santiago de Chile) el 29 de diciembre de 1806 recibiéndose
como licenciado y doctor en jurisprudencia.
Tiempo después, se trasladaría a la ciudad de Buenos Aires, donde no solo completaría
su doctorado, sino que comenzaría ya a trabajar ejerciendo su carrera: se encargaría de
representar a los productores de vino de San Juan, quienes reclamaban por los elevados
impuestos y trabas que tenía el comercio local.
Para 1810, y con las distintas noticias que llegaban directamente desde Europa, De la
Roza se acerca al grupo de patriotas que comienzan a trabajar en los hechos que tendrán
lugar durante las jornadas de Mayo de 1810, con la formación del Primer Gobierno patrio.
Algunos historiadores lo colocarán días antes, en el famoso Cabildo Abierto del 22 de
mayo, votando por la deposición del virrey Cisneros, aunque sin mayor documentación
que pueda sostener el hecho.
En sus años en Buenos Aires, se desempeñará como regidor defensor de menores del
Cabildo hasta el año 1813, tiempo en el cual conocerá al por entonces Coronel José
Francisco de San Martín, sus ideales, proyectos e ideas para llevar adelante. A partir de
ese momento, comenzará su trabajo sin descanso por el bien de su Patria y el futuro de
ella:
“Era entusiasta por la libertad de América y quería se apoderase del corazón de cada
uno de sus compatriotas el amor a la independencia, a las instituciones democráticas, que
echasen en todos ellos profundas raíces.”123
Un año después, volvería a Cuyo para ser uno de los actores principal de los
acontecimientos venideros.

121
Hudson, D., “Recuerdos históricos sobre la provincia de Cuyo”, Capitulo Segundo (1815-1820), en La
Revista de Buenos Aires, Tomo III, Buenos Aires, 1911, p 351.
122
Fernando de la Roza era miembro del Cabildo de San Juan, Alcalde Ordinario y Subdelegado de la Real
Hacienda.
123
Hudson, D. Op cit., p. 363.

77
El retorno a Cuyo: la Cuna de la Libertad

“Antes del establecimiento del Virreynato del Río de la Plata, San Luis, como San Juan
y Mendoza formaban parte de los pueblos de Cuyo que dependían de la Capitanía de
Chile, pasando después a formar parte de la Intendencia de Córdoba, la cual trababa su
acción política y no le permitía obrar con la libertad de acción que las circunstancias
reclamaban, principalmente por la situación geográfica y aislamiento en que vivían
aquellas regiones.
Producida la Revolución de Mayo, la Junta de Gobierno de Buenos Aires procuró
solucionar ese problema creando, por decreto del 29 de noviembre de 1813 la Intendencia
de Cuyo, que comprendía los territorios de Mendoza, San Juan y San Luis, fijando como
Capital la ciudad de Mendoza, que era el centro más importante por sus actividades
políticas y económicas.”124
El 10 de agosto de 1814, San Martin por pedido suyo al Director Supremo Gervasio
Posadas, será nombrado como Gobernador Intendente de Cuyo, arribando a la Ciudad de
Mendoza a principios de septiembre de ese año. Inmediatamente se pondrá a trabajar, con
resultados más que satisfactorios, en poner a la economía y recursos de aquella región a
disposición de su “Plan Estratégico Continental”.
Ante la amenaza que significaba una probable invasión realista desde Chile, luego de
haber sido derrotados los patriotas trasandinos y exiliados en Mendoza, supo San Martin
estimular el patriotismo de los habitantes y sus dirigentes para seguirlo en esa empresa
que no tenía otro objetivo que la Libertad y la Independencia. Y en ese entusiasmo que
supo plasmar en la gente, contó como principales sostenes y pilares a tres hombres: el
Coronel Toribio Luzuriaga en Mendoza; el Dr. José Ignacio de la Roza en San Juan y el
Coronel Vicente Dupuy en San Luis. Ellos serán quienes ejecutarán en sus jurisdicciones
todo lo que el Gran Capitán de los Andes requería y solicitaba para alcanzar la meta de
su Plan:
“Estos tres patriotas ilustres dedicaron todos sus esfuerzos para colaborar en la
preparación del ejército emancipador, ofreciendo por intermedio de los pueblos que
dirigían todos los elementos con que contaban; hombres, dinero y pertrechos militares.
Su esforzada labor, su tenacidad y su patriotismo hicieron que se consiguieran los fines
perseguidos, a pesar de los sinsabores y amarguras que debieron sufrir para poder cumplir
la consigna sanmartiniana.”125
Estos hombres, como dijimos, pilares en la obra sanmartiniana ejecutada en Cuyo serán
quienes fielmente estarán acompañando al Libertador en aquellos tiempos, y años más
tarde, cuando las circunstancias los llevaron a alejarse de esta tierra.

El Teniente Gobernador de San Juan

A fines de abril de 1815, fue elegido por sus conciudadanos para el cargo de Teniente
Gobernador de San Juan, puesto en el cual como bien señala Damián Hudson “se vió a
este esclarecido argentino, poner al servicio de la libertad de la república, del progreso de
su país natal, sus talentos, su energía a toda prueba, su extraordinaria actividad y la más
completa abnegación de su vida, de su porvenir y de sus propios intereses.”126
En el período que se extenderá desde 1815 a 1820, su trabajo incansable, pondrá a San
Juan en una situación que marca un antes y un después dentro de su Historia. Su obra de

124
Estévez, A y Elía, O. H., San Martín en la Intendencia de Cuyo: Su gestión económico-financiera,
Revista Universidad 27, Universidad Nacional del Litoral, 1963, p. 283.
125
Estévez, A y Elía, O. H. Op Cit., p. 290.
126
Hudson, D. Op. Cit., p. 354.

78
gobierno, no se reduce solamente a la colaboración con el Ejército de los Andes y la
Campaña del Cruce de la Cordillera en enero de 1817, sino que llega a mucho más.
Una de sus primeras medidas fue promover la educación primaria, creándose a fines
de 1815 la Escuela de Enseñanza Primaria a cargo de don Ignacio Fermín Rodríguez,
siendo una de las primeras en su ramo en el interior del país, por su sistema, método y
régimen. En ese mismo sentido y preocupación, tendrá especial atención para el Dr de la
Roza, la creación de escuelas para niñas, involucrando en dicho proyecto a Señoras de la
Sociedad sanjuanina, y colaborando desde el gobierno con útiles y subsidios.

Dr. José Ignacio De la Roza


Litografía presente en la Legislatura de la Ciudad
de San Juan

En lo vinculado a la agricultura, se encargó de impulsar y desarrollar la misma


mediante un plan de gobierno metódico y estructurado, introduciendo nuevos

79
procedimientos y elementos administrativos. Lo mismo sucederá con la minería y el
aprovechamiento de los ricos recursos que su jurisdicción tenía y no eran eficazmente
aprovechados.
Nuevas calles fueron construidas tanto en la Ciudad, como en las afueras de la misma,
levantando paseos con álamos, naranjos y demás árboles, así como pequeños jardines
florales. La limpieza de las calles, el arreglo de las mismas y el mantenimiento de plazas
y paseos, se destacaron también durante su período de gobierno.
El único Hospital que había en la zona, fue notablemente mejorado, aumentando sus
recursos como cantidad de camas, instrumentos y medicamentos. El Teniente Gobernador
mostraba su preocupación e interés en el mismo, visitándolo todos los días por la mañana,
donde comprobaba él mismo el estado de aseo y orden; preguntado a los enfermos el nivel
de atención y probando el alimento que era suministrado a ellos. Estas visitas, como en
toda actividad pública, las desarrollaba vistiendo “su sencillo traje de particular, sin la
menor insignia de la autoridad que investía.”
En lo concerniente al apoyo que se brindó para el Ejército de los Andes, se creó una
Maestranza para la confección de equipos que estaba a órdenes del Capitán Hilario
Cabrera, y del señor Manuel Grande. Incluso se creó la llamada “Casa de Recogidas”,
donde las mujeres que habían recibido condena por prostituirse, trabajaban en costuras y
otros trabajos manuales para dotar al Ejército. José Ignacio, también visitaba estos
lugares, veía los trabajos, comprobaba la calidad de los mismos, pero también sugería
cambios o nuevos procedimientos para mejorarlos.
“Su poderosa y activa cooperación en la organización y marcha del ejército de los
Andes a libertar a Chile y al Perú, excedió de lo que humana y patrióticamente era posible
exigir. Los Batallones números 1, 7, 8 y 11 recibieron a impulsos de su asiduo empeño,
considerable aumento de reclutas sanjuaninos. Los esclavos, dando él y sus inmediatos
parientes el ejemplo, fueron cedidos en crecido número para formar el dicho Batallón 7
de nueva creación y completar el 8. Las oblaciones patrióticas para auxilio de la
expedición en dinero, alhajas, plata labrada, ropas, costuras, etc. etc., las inició él primero,
haciéndose seguir en esto de su extensa familia y numerosos amigos, de la población toda.
El ardor en favor del triunfo de la revolución, súpolo infiltrar en los corazones de sus
conciudadanos, haciéndoles palpar el inapreciable bien de la libertad, del goce de sus
derechos, de su independencia, de su porvenir glorioso y próspero. Equipos de toda clase,
aprestó, y completó con incansable celo. San Juan correspondió ampliamente al
llamamiento que su Teniente gobernador le hizo para salvar la patria. Cuidó mucho de
que el contingente con que debía concurrir su país a llenar los cuadros de oficiales del
ejército, fuese, como de Buenos Aires, de Mendoza y otras partes, de lo más escogido de
la juventud culta y civilizada.”127
Sin lugar a dudas, su trabajo como colaborador del Libertador, fue un pilar fundamental
para alcanzar los objetivos que tantos años después podemos estudiar al recordar la
Historia, no sólo de nuestra patria, sino de gran parte de América.
Por su trabajo y accionar, recibió primero por parte del Libertador en el año 1817, el
bastón que portaba él en Mendoza, y luego dos óleos del “Pintor de los Libertadores”,
José Gil de Castro, como símbolo de agradecimiento y amistad128.

127
Hudson, D. Op. Cit., p. 362.
128
Tanto el bastón, como los dos óleos se encuentran dentro del inventario del Museo Histórico Nacional,
tras haber sido donado por familiares y amigos de José Ignacio a principios de la década de 1890 cuando
se creó esta Institución. Con relación al bastón, el mismo se dejó constancia del deterioro y faltantes que
tenía, los cuales se produjeron en los sucesos de enero de 1820.

80
La Anarquía del Año 20

Desde sus inicios como Teniente Gobernador, el Dr. de la Roza supo sostenerse frente a
los movimientos opositores a su gestión de gobierno, los cuales no tenían otro objetivo
que el de lograr la autonomía de la provincia. En 1814 cuando se produjo la creación de
la Gobernación Intendencia de Cuyo, creyeron los partidarios de esta idea, que había
llegado el momento para actuar ante la separación en la dependencia de Córdoba. Pero
como sus planes quedaron truncos ante la acción decidida y firme que luego desarrolló el
Gobernador Intendente San Martin, aquellos dirigentes supieron esperar el momento y
las circunstancias que en el futuro se presentaran más convenientes.
Y con los hechos que se fueron suscitando a partir de 1819, y que terminaron estallando
en enero de 1820, el momento para ellos llegó. La Sublevación de Arequito, el fin de las
autoridades nacionales y la sublevación del Batallón Nro. 1 de Cazadores de los Andes,
fueron todos acontecimientos que se encadenaron y que llevaron al derrocamiento y
prisión del Dr. José Ignacio de la Roza.
Quienes tiempo atrás lo aplaudían por su acción y convicción al frente del gobierno en
momentos tan importantes para las Provincias Unidas, en ese momento justificaban su
accionar frente a propios y extraños, hablando del autoritarismo, despotismo y
ensañamiento que llevó adelante el Dr de la Roza contra sus propios provincianos.
Detenido y puesto en prisión por el cabecilla de la revuelta, el Capitán Mariano
Mendizabal, nada más y nada menos que su propio cuñado, vivió los peores días de su
vida:
“Dos meses, o tres sufrió el doctor de la Rosa una cruel prisión, cargado de grillos,
amenazada cada día su vida, ultrajada su persona y aquellas que componían su familia.
La brutal soldadesca, el mismo Mendizabal, penetraban en su habitación muchas veces
para intimidarlo, haciendo los aparatos de fusilarlo. Jamás el doctor de la Rosa descendió
en lo mínimo de su dignidad. Su valor personal y serenidad impusieron constantemente á
esos forajidos, instrumentos pasivos del terror y del crimen. Son indecibles los tormentos
que le hicieron experimentar—de que hacían participar a su cara esposa—Sus amigos, su
hermana Félix, combinaban y ensayaban planes de evasión que no consiguieron llevar a
un buen resultado. Entre aquéllos, siempre estaba el primero, después de puesto en
libertad, el doctor Laprida, que tomó hasta el disfraz de clérigo para salvar a su amigo. Al
fin, en disidencia Corro con Mendizabal, siendo de mejor índole que este, vínole el
capricho de salvar de la muerte al Gobernador de la Rosa, a riesgo de sufrirla él mismo
por la oposición que le hacía su feroz compañero. Se le desterró a la Rioja, en donde -
estuvo cerca de tres meses, atormentado de privaciones de todo género, aun de lo más
necesario a la vida, en peligro de que sus encarnizados enemigos volvieran a prenderle o
mandasen asesinarlo, de cuyos intentos tuvo avisos secretos de algunos de sus amigos.”129
Tiempo después logró el permiso para pasar por San Juan para dirigirse a Mendoza.
De allí partió, junto a Luzuriaga y Dupuy, con rumbo a Chile para ponerse nuevamente a
órdenes del Libertador, justo a tiempo y antes que la Expedición Libertadora del Perú
zarpara en agosto de Valparaíso.
En el Perú, desarrollará nuevamente con todas sus fuerzas un trabajo extraordinario al
lado del General San Martin, tanto en el ramo de Derecho como el Diplomático.
Nombrado Auditor de Guerra del Ejército, será uno de los hombres que participará en el
Armisticio de Punchauca como colaborador de confianza de San Martín, buscando la
finalización de la guerra de la independencia en 1821.

129
Navarro Viola, M. y Quesada, V., La Revista de Buenos Aires, T III, Buenos Aires, Imprenta de Mayo,
1911, pp. 367-368.

81
Retirado San Martin del Perú, José Ignacio permaneció allí siempre trabajando por
aquel país, su organización y el objetivo de garantizar su independencia. Será el
encargado de hacer todos los tratados de paz con el Reino de España, siendo considerado
por todos sus servicios.
En una de sus últimas cartas a su hermana Félix, nos muestra sus sensaciones, estado
de ánimo y como se encontraba al final de su vida:
“Ya han muerto mis mejores amigos, y yo quedo aun padeciendo. Ellos descansan ya
para siempre y yo sin ellos, relegado por todos al olvido y a la miseria, solo he quedado
para sufrir. ¡Quiera el cielo que no llegase a tus manos cuando yo bajase al descanso
eterno!... Te compadezco y compadécete de tu José Ignacio.”
Afincado en Santiago de Cao, Departamento de La Libertad, en el norte del Perú,
finalmente falleció un 9 de octubre de 1834130, desconociéndose el lugar de su tumba y
entierro.
José Ignacio de la Roza, fue sin lugar a dudas un activo colaborador del General San
Martin, entendiendo plenamente la importancia de la obra que se proyectaba, y lo que ello
significaba no solo para su patria, sino para toda América. Su patriotismo, trabajo, acción
y sacrificios son el sello de una vida puesta al servicio de su pueblo, encontrando ese
lamentable, triste e inmerecido final que en tantas ocasiones se ha repetido en nuestra
Historia. Por ello, hacemos propias estas palabras que Damián Hudson supo dedicarle:
“Pero la historia, haciendo justicia a sus esclarecidas virtudes cívicas, ha de dedicarle una
página de oro como a uno de Ion más distinguidos padres de la patria. Y esta, agradecida,
ha de reparar un día el abandono que hicieron los hombres de uno de sus mejores
servidores. Entretanto, nosotros justos apreciadores de los altos méritos de tan ilustre
varón argentino, le consagramos este pálido recuerdo.”131
Desde el año 2003, en el Cementerio de la Ciudad de San Juan, se levanta de forma
simbólica una cruz en su recuerdo. Un homenaje a ese patriota, en la tierra que lo vio
nacer y a la cual nunca pudo volver.

A Modo de conclusión

A lo largo de este artículo hemos intentado mostrar parte de la vida de este gran hombre,
quienes doscientos años atrás tuvo una parte más que importante y destacada en el
escenario de la Guerra de la Independencia.
Colaborador incansable del General San Martin, desde su puesto al frente de San Juan,
probó ser uno de aquellos que transmitieron fielmente el mensaje que el Libertador daba
a los ciudadanos de Cuyo, alcanzando con ello, todo lo necesario para esa magna empresa
del Cruce de los Andes y la Libertad de Chile.
Las jornadas de la “Anarquía del Año 20” lo encontró trabajando y colaborando en lo
que sería la Expedición Libertadora del Perú, y a pesar de los contratiempos, convulsiones
y maltratos, siguió firme en sus convicciones, las cuales superaban y estaban muy por
encima de los intereses localistas, puesta la mirada en un horizonte mayor: la Libertad e
Independencia de América.
Siguiendo al Libertador en su marcha al Perú, el norte de su vida no cambiará,
dejándonos así un legado y ejemplo invalorable para todos nosotros y las futuras
generaciones.
La muerte lo sorprendió solo, lejos de su patria, en la pobreza y olvidado. Muchos
pensarán que es el fin habitual para esta clase de patriotas, y es cierto. Pero no por ello, y
lejos de ser una muestra más de ese fin habitual, su vida inspira, transmite, contagia y
130
Algunas fuentes señalan que murió en la Ciudad de Lima en la extrema pobreza, pero en el año 1839.
131
Hudson, D. Op. Cit., p. 370.

82
sigue señalándonos ese norte de servicio, patriotismo y entrega que todos los ciudadanos
debemos tener.
Sea éste, un pequeño Homenaje a ese patriota que, con la mirada puesta en la Libertad
e Independencia de América, trabajó constantemente para lograrlo.●

Bibliografía consultada:

Frau, S. y Robledo, F. , El grupo social dominante y el reparto de tierras habilitadas por las obras
hidráulicas durante el período independentista en San Juan, Centro de Estudios Históricos “Pro. Carlos
S.A. Segreti”, V Jornadas Nacionales de Historia Social, 2015.
Estévez, A y Elía, O. H., San Martín en la Intendencia de Cuyo: Su gestión económico-financiera, Revista
Universidad 27, Universidad Nacional del Litoral, 1953.
Hudson, D., Recuerdos históricos sobre la provincia de Cuyo, Capitulo Segundo (1815-1820), en La
Revista de Buenos Aires, Tomo III (1911), 1864.
Navarro Viola, M. y Quesada, V., La Revista de Buenos Aires, T III, Imprenta de Mayo, 1911.

Cruz José Ignacio De la Roza

83
COLASTINÉ,
EL SANGRIENTO COMBATE QUE
DEFINIÓ UN PERÍODO DE LAS
GUERRAS CIVILES ARGENTINAS
Por Luis Fernando Furlan132

Desde 1815 nuestro territorio sufría una guerra civil que enfrentaba dos modelos de
organización del país: el centralista, promovido por Buenos Aires; y el federal, sostenido
por José Gervasio Artigas y sus caudillos aliados del Litoral: el entrerriano Francisco
“Pancho” Ramírez y el santafesino Estanislao López.
La victoria federal en la Batalla de Cepeda (1 de febrero de 1820) provocó la caída del
gobierno central de Buenos Aires y la disolución del Congreso.
El tratado del Pilar (23 de febrero de 1820) estableció la paz entre Buenos Aires, Santa
Fe y Entre Ríos, y el principio federal para organizar el país. Ese tratado enfrentó a Artigas
con sus aliados, debido al apoyo que brindarían los porteños al entrerriano Francisco
Ramírez para terminar con la influencia artiguista.
En septiembre de 1820 Artigas se retiró a Paraguay y desapareció del escenario político
regional. Francisco Ramírez proclamó la República de Entre Ríos, y se convirtió en el
"Supremo Entrerriano" y baluarte federal del Litoral. El tratado de Benegas (24 de
noviembre de 1820) concretó la paz entre Buenos Aires y Santa Fe, pero provocó otra
crisis en el Litoral. En 1821 estalló nuevamente la guerra civil: Buenos Aires y Santa Fe
contra Entre Ríos.
La República entrerriana sufrió un golpe mortal con la desaparición de Ramírez quien,
durante un audaz y romántico periplo por Santa Fe y Córdoba, acompañado por su famosa
amante Delfina, fue derrotado y muerto en Río Seco (Córdoba) el 10 de julio de 1821.
Poco después de la muerte del “Supremo Entrerriano”, el 26 de julio de 1821 se libró
en aguas del río Colastiné un combate naval entre Buenos Aires y Entre Ríos, que
resultaría clave en esa época de luchas internas.
Para apoyar a Santa Fe, Buenos Aires envió una escuadrilla naval al Colastiné, río que
desemboca en el Paraná y principal acceso a la Capital santafesina, a la que se llegaba
tras navegar entre un laberinto de ríos, arroyos, bañados, lagunas e islas. Para eliminar la
protección porteña a Santa Fe en el Colastiné y tomar la iniciativa fluvial, se dirigió hacia
allí la escuadrilla naval entrerriana de Manuel Monteverde.

Porteños y entrerrianos, frente a frente en el Colastiné

La escuadrilla de Buenos Aires se componía de cinco lanchones, señal de que los porteños
habían aprendido dolorosamente la lección, pues aquellas pequeñas y escurridizas
embarcaciones eran las que los federales utilizaban en los ríos, y con las cuales rechazaron
a los porteños del levantisco Litoral en distintas ocasiones.
132
Magíster en Defensa Nacional. Licenciado y profesor en Historia. Docente del Liceo Naval Militar
“Almirante Guillermo Brown”, de la Dirección de Estudios Históricos de la Fuerza Aérea Argentina y de
la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES).

84
El jefe naval porteño era el teniente Leonardo Rosales. Nacido en Buenos Aires en
1792, intervino en la campaña naval de 1814 contra los españoles de Montevideo. Integró
la Marina porteña y participó en la guerra civil del Litoral contra Artigas y los caudillos
(1815-1821). Tendrá destacada actuación en la guerra contra el Imperio del Brasil (1825-
1828), y se convertirá en uno de los comandantes preferidos del Almirante Brown.
Durante el régimen de Rosas, Leonardo Rosales, dada su simpatía hacia los unitarios se
instaló en Uruguay, donde falleció en 1836.
La escuadrilla de la República de Entre Ríos poseía cuatro lanchones pequeños, ágiles
y veloces, embarcaciones predilectas y mortíferas de los marinos federales del Litoral.
Al mando de aquella fuerza fluvial se hallaba Manuel Monteverde. Nacido hacia 1768
en Italia, participó en la campaña naval contra los españoles de Montevideo (1814). En la
Marina de Buenos Aires, luchó en la guerra civil contra Artigas y sus aliados del Litoral
(1815-1821). En 1820 se unió a Francisco Ramírez, quien lo nombró comandante de la
escuadrilla de la República de Entre Ríos.
En Colastiné, porteños y entrerrianos llevaron a los ríos la táctica montonera, un tipo
de lucha terrestre de nuestras guerras civiles, en la cual tropas irregulares, móviles, ágiles
y flexibles realizaban ataques rápidos y sorpresivos en guerrilla. Así combatían los
federales del Litoral. El núcleo de la montonera lo formaban fuerzas de caballería, que
luchaban montados y a pie, como infantería. Los montoneros usaban especialmente armas
blancas: sable, lanzas o chuzos, cuchillo, machete y facón.
Aquella combinación de recursos terrestres y navales estimuló un especial modo de
pelear en los ríos: empleo de lanchones, ataques rápidos y sorpresivos, técnica del
abordaje, lucha cuerpo a cuerpo y uso de armas blancas. Era la montonera trasladada a
los barcos, la lucha fluvial predilecta de los federales del Litoral. Ahora la incorporarían
los porteños para enfrentarse de igual a igual con su temible adversario.

Colastiné, sangrienta definición de la guerra civil en el Litoral

El 26 de julio de 1821 la escuadrilla de Buenos Aires del teniente Leonardo Rosales se


hallaba en el río Colastiné para proteger el acceso a la ciudad de Santa Fe y controlar las
comunicaciones navales. En la parte más estrecha del Colastiné distribuyó sus
embarcaciones en forma escalonada para defender la Capital santafesina.
Manuel Monteverde se dirigió al Colastiné con la escuadrilla entrerriana para expulsar
a los porteños y cortar su apoyo a los santafesinos. El 26 de julio de 1821 se enfrentó a la
fuerza de Buenos Aires en el laberinto del Colastiné.
Leonardo Rosales y Manuel Monteverde ya se conocían, pues habían sido camaradas
en la campaña naval de 1814 y subordinados del Almirante Brown. Ambas flotillas se
componían de lanchones artillados, tripulados por fuerzas de abordaje abastecidas
especialmente con diversas armas blancas.
El combate librado en las aguas del Colastiné aquel 26 de julio de 1821 se destacó por
las acciones de abordaje, y por sangrientos choques cuerpo a cuerpo y al arma blanca. Era
la lucha casi individual, mano a mano, tan atractiva para los montoneros, y que en esa
oportunidad practicaron también los porteños con eficaz y mortífera destreza.
La lucha se concentró especialmente sobre el lanchón de Rosales, rodeado y abordado
simultáneamente por tres lanchones entrerrianos. En épico duelo personal, al mejor estilo
medieval, el teniente Leonardo Rosales hirió mortalmente de un chuzazo en el abordaje
a Manuel Monteverde, quien murió poco después; a su vez, el propio Rosales recibió un
tarro de metralla en el pecho, pero salvó milagrosamente su vida.

85
Desde su embarcación rodeada, Rosales y sus hombres rechazaron a sable y fuego el
ataque de los lanchones entrerrianos, pero unos lanchones porteños llegaron a tiempo,
salvaron el barco de Rosales e inclinaron el combate a favor de Buenos Aires.
Se multiplicaron los abordajes y los choques cuerpo a cuerpo, reforzados por los fuegos
de fusilería y pistola, y de artillería y metralla naval. En durísima lucha individual, buque
contra buque, los lanchones de Buenos Aires arrasaron y capturaron a las embarcaciones
entrerrianas. La escuadrilla de Entre Ríos fue totalmente derrotada.
El enfrentamiento duró más de una hora, y se convirtió en una verdadera carnicería por
el masivo uso de armas blancas, del combate cuerpo a cuerpo y de la bravura con que se
luchó. Las víctimas fueron importantes. El resultado en muertos y heridos resultó
estremecedor. Las islas de la zona aparecieron cubiertas de cadáveres y heridos. El cuerpo
del valiente Monteverde fue sepultado, con honores, en el cementerio de la catedral
santafesina.
En su informe, Rosales solicitó médicos y medicinas, “a ver si se puede salvar la vida
algunos que están mal heridos”, y señaló que “habiendo sido abordado por tres lanchones
a un tiempo, salió herido Monteverde, el que fue muerto”133.
El combate de Colastiné fue sumamente cruel y sangriento. Los marinos porteños y
entrerrianos demostraron coraje y valentía. Fue un triunfo fundamental para Buenos
Aires. Sobre la actuación de Leonardo Rosales, se destacó “que de 25 hombres que tenía
a bordo solo siete le quedaron sanos, con los cuales ha dado un día de gloria a la nación,
y ha muerto él por sus manos de un chuzaso al vil Monteverde”134.
Colastiné significó el último duelo entre porteños y federales del Litoral en esa etapa
de guerra civil. El federalismo, que brotaba del corazón mismo de aquellos ríos, tuvo a la
valiente escuadrilla entrerriana como último y orgulloso baluarte. Buenos Aires impuso
su hegemonía en las vías fluviales, y conducirá el proceso político de la Provincias Unidas
del Río de la Plata en los años siguientes.●

133
“Parte del comandante de la división de lanchones”, Boca del Colastiné, 26 de julio de 1821, Gaceta de
Buenos Ayres. Extraordinaria, Nº 67, 2 de agosto de 1821.
134
Parte del coronel mayor José Matías Zapiola, comandante de todas las fuerzas navales de Buenos Aires
en el río Paraná, elevado al Secretario de Guerra y Marina, Colastiné, 27 de julio de 1821, Gaceta de Buenos
Ayres. Extraordinaria, Nº 67, 2 de agosto de 1821.

86
BICENTENARIO BARTOLOMÉ
MITRE (1821 – 2021)
Gustavo A. Brandariz135

"Educar al pueblo es condición de vida, de orden y de progreso, porque


si la inteligencia no imprime su sello en la cabeza del pueblo, el pueblo
será ignorante, y en posesión de la soberanía hará los gobiernos a
imagen y semejanza suya, y el nivel político bajará tanto cuanto baje el
nivel intelectual".

Bartolomé Mitre

El 14 de marzo de 1863, por medio del decreto Nº 5447, el Presidente de la República


Argentina Bartolomé Mitre fundó el Colegio Nacional de Buenos Aires.
Mitre, por entonces de 42 años de edad, tenía ancestros griegos e italianos y su padre
había integrado la Logia Lautaro, con San Martín. Había nacido en Buenos Aires el 26 de
junio de 1821 y se cumple ahora su bicentenario. Era diez años más joven que Sarmiento
y menos de dos meses después de su nacimiento, Bernardino Rivadavia fundó e inauguró
la Universidad de Buenos Aires. Amadeo Jacques era ocho años mayor. En 1901, al
cumplir sus 80 años fue motivo de un gran homenaje popular, y pronunció un discurso
memorable. Estadista, político, escritor, poeta, novelista, historiador, arqueólogo,
traductor, bibliófilo, numismático, editor, periodista, militar, tipógrafo, propulsor de la
Unión Nacional, del progreso y la educación pública, Mitre vivió 85 años y llegó a ser
filmado.
De la casa de Suipacha y Lavalle, la familia partió hacia Carmen de Patagones, en
donde transcurrió la primera infancia de Mitre y aprendió sus primeras nociones
patrióticas. Empleado luego en una estancia, en vez de hacerse hombre de campo se hizo
lector. Hecho soldado, empezó a escribir, integró la Asociación de Mayo fundada por
Echeverría y formó su familia. En el exilio uruguayo siguió algunos cursos mientras leía
a Lord Byron y a Victor Hugo. Entre 1846 y 1851 viajó por América: de Uruguay a Brasil,
Chile, Bolivia, Perú. En 1851, cuando cumple sus 30 años, se halla de nuevo en Buenos
Aires: Como Sarmiento, ha entrado junto a Urquiza y tantos más para iniciar la definitiva

135
Arquitecto Facultad de Arquitectura y Urbanismo (UBA) (l978) Ha realizado cursos de especialización
en Preservación del Patrimonio Monumental. Profesor Adjunto de Historia de la Arquitectura en la Facultad
de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, Cátedra Arq. Alberto G. Bellucci
(Ex Cátedra Arq. Jorge O. Gazaneo), Carrera de Arquitectura. Profesor Adjunto de Museología, Legajo
Histórico y Legajo Urbano en la Carrera de Especialización en Preservación del Patrimonio Monumental
Urbano-Rural de la Escuela de Posgrado de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA
Profesor Titular de Museografía en la Universidad del Museo Social Argentino. Profesor Adjunto de
Historia de la Cultura en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales. Investigador Categoría “II”
C.I.N. / Universidad de Buenos Aires, del Centro para la Conservación del Patrimonio Monumental
Urbano-Rural (CECPUR-SICYT-FADU-UBA)

87
Organización Nacional. Su primer empleo fue de Profesor. Y pocos días después, se inició
como periodista, fundando Los Debates.
Mitre fue uno de los más jóvenes miembros de la Generación romántica, liberal y
progresista del '37, y con sus hermanos de ideas y de ilusiones polemizó y acordó para
contribuir entre todos a trazar el rumbo de la nueva república representativa y federal. En
dos momentos, en Cepeda y en Pavón, el enfrentamiento de ideas se tornó lucha armada.
Urquiza y Mitre representando a las Provincias y a Buenos Aires, abrieron paso, sin
embargo, a la Constitución, a la Unión y a un largo camino de paz, de libertad y de
progreso. Un noble acuerdo sellado en la memorable noche del 18 de julio de 1860,
cuando se reunieron en Buenos Aires, Urquiza, Mitre, Sarmiento, Derqui, Gelly y Obes
y muchos más, para inaugurar una escuela y garantizar el futuro del país. Ha escrito José
Luis Romero: "Cuatro grandes problemas preocuparon a los estadistas argentinos de
entonces: el fomento de la inmigración, el progreso económico, la ordenación legal del
Estado y el desarrollo de la educación pública". La acción de Mitre en esos cuatro campos
fue decisiva.
Cuando Mitre, Gobernador de Buenos Aires, se hizo cargo de la Presidencia de la
República, no fue para restablecer la prepotencia porteña sino para integrar a su propia
provincia bajo el imperio de la Constitución Nacional. Mitre fue el primer presidente
argentino que gobernó a toda la República, y fue él, durante su gobierno, quien nombró
ministro a un eminente médico higienista -el Dr. Guillermo Rawson-, quien nombró a
Juan María Gutiérrez como Rector de la Universidad de Buenos Aires, quien logró
instalar, en cumplimiento de la Constitución, la primera Suprema Corte de Justicia
Nacional y crear múltiples instituciones que siguen siendo las de la Argentina actual.
Una de ellas es el Colegio Nacional de Buenos Aires. Un busto de Mitre ha sido
ubicado en la fachada del Colegio, otro en la Sala de Profesores, uno de los claustros
principales lleva el nombre del fundador. Como he escrito Horacio J. Sanguinetti: "Al
asumir Mitre la presidencia de la Nación unificada, en 1862, sólo dos colegios dependían
del poder central: el Montserrat, nacionalizado junto con la Universidad de Córdoba en
1854, y el de Concepción del Uruguay, de data reciente (1849). No existía un plan
pedagógico concreto, ni unidad de criterio y esfuerzos. Corregir esa deficiencia en forma
orgánica fue objetivo de Mitre, que aspiraba a ordenar la educación, con sentido total,
nacional". Sirviendo a este propósito, dictó decreto fundacional, refrendado por el
Ministro Eduardo Costa. En él disponían el establecimiento de "una casa de educación
científica y preparatoria, en que se cursarán las Letras y Humanidades, las Ciencias
Morales y las Ciencias Físicas y Exactas". También en el mismo decreto nombraban como
primer "Director de los Estudios a D. Amadeo Jacques, quien propondrá oportunamente
los profesores que han de servir las cátedras; debiendo el Rector tener a su cargo la
dirección económica del establecimiento y el cuidado de su disciplina interna, con
independencia de la dirección profesional que estará exclusivamente al cargo del Director
de estudios".
No fundaban un colegio más, no creaban ni un asilo parta la contención emocional, ni
una modesta escuela de artes y oficios para micro artesanías al modo antiguo, ni un
instituto dogmático y mesiánico, sino una gran institución libre para formar pensadores y
dirigentes para construir una nación e integrarla al mundo de la ciencia y la cultura en su
más alta expresión. Justamente, como ha escrito María Sáenz Quesada, Mitre "sostenía
que “el estado debe la educación al pueblo” y que ésta debe ser de carácter nacional y
basarse en la libertad de pensamiento. Asimismo, tenía en cuenta muy especialmente la
urgencia de formar a la dirigencia del país moderno". Justamente, Liberté de penser era
el nombre de la revista mensual francesa fundada en 1847 por Amadeo Jacques, Jules
Simon y Émile Saisset, desaparecida en 1851. El Buenos Aires, fundado por Mitre, sería

88
el Colegio de la Liberté de penser en la Argentina. El Colegio de los estudiantes, no el
colegio de los padres.
Joaquín V. González, José Ingenieros, Juan Mantovani, Gregorio y Félix Weinberg,
José Luis Romero, Tulio Halperin Donghi, Miguel Ángel De Marco, Paula Bruno y
muchos más, han ahondado en el pensamiento teórico y pedagógico de Mitre. Entre los
influjos que recibió desde su juventud, además de Byron y Hugo, se cuentan los de
Schiller y Lamartine, el de Franklin, el de los iluministas franceses e ingleses, y el de
Mazzini; pero no fue menor el sansimoniano, que contribuyó a dar un sesgo moderno,
progresista y laicista a su profundo liberalismo filosófico. Mitre fue un ferviente
propulsor de la educación popular y especialmente un esperanzado en la juventud. A los
17 años de edad ya escribía en El Iniciador: "¡Juventud Americana! despertad de ese
letargo... ¡El porvenir es nuestro!"
En su discurso en el Senado de la Nación, el 16 de julio de 1870, decía Mitre: "Es un
principio de buen gobierno que la sociedad debe a los miembros que la componen
aquellos servicios indispensables que no pueden obtenerse por la iniciativa individual, o
por lo menos, que siendo de utilidad general, pueden ser mejor atendidos por ella con
beneficio para la comunidad. Entre esos servicios la educación ocupa el primer lugar, no
sólo porque es indispensable para la existencia y el progreso de la misma sociedad, sino
porque la acción particular no puede suplir la acción del Estado a fin de propagarla
sistemáticamente con perseverancia y con eficacia al través de los tiempos.
Y esta activa intervención del Estado es no sólo necesaria e indispensable para difundir
el caudal de los conocimientos que complementan la vida social, sino que es conveniente
y por lo tanto legítima, porque como se ha dicho, en este caso la intervención de la
autoridad en vez de circunscribir la actividad humana, la dilata; en vez de oprimir
emancipa al hombre, y lo hace más apto para la vida social y para la producción de la
riqueza, mejorando su condición física y moralmente. Y esta conveniencia de la sociedad,
es una necesidad política en una democracia, porque la educación del pueblo es lo que
hace que la libertad sea fecunda, que la justicia sea buena, que el gobierno sea poderoso
en el sentido del bien y que las conquistas del derecho se hagan ciencia y conciencia
pública".
Para Mitre, sin embargo, no cualquier gasto público era legítimo. En aquel mismo
discurso rechazaba el desperdicio: la "desigualdad en la distribución de los dones
públicos, esta preferencia en favor del que menos la necesita, en menoscabo del que nada
recibió, es injusta, es inmoral, es imprevisora" y criticaba a cierta "juventud estudiosa,
que también olvidó a sus hermanos desheredados a quienes todavía no han tocado ni las
migas del festín que ella ha gozado".
Si a Sarmiento cabe, sin dudas, el gran mérito del formidable impulso que dio a la
instrucción primaria como fuerza democratizadora, liberadora y propiciadora del
progreso material y moral del país y su gente, y a Juan María Gutiérrez puede
reconocérsele el mayor esfuerzo histórico para elevar a la Universidad Pública argentina
al nivel de las mayores universidades del mundo, corresponde ubicar a Mitre como el más
destacado organizador de la educación secundaria en el país, convirtiendo la cuestión en
un asunto de incumbencia nacional:
"Es por eso que al lado de las escuelas primarias tenemos los colegios nacionales, que
dan la educación secundaría, que habilitan al hombre para la vida social desenvolviendo
en más alta escala sus facultades, elevando así el nivel intelectual, de modo que el saber
condensado en determinado número de individuos obre en la masa de la ignorancia,
difunda en ella una luz más viva y sostenga con armas mejor templadas las posiciones
desde las cuales se gobierna a los pueblos enseñándoles a leer y escribir, moralizándolos,
dignificándolos hasta igualar la condición de todos, que es nuestro objetivo y nuestro

89
ideal.
Si dada nuestra desproporción alarmante entre el saber y la ignorancia, no echásemos
anualmente a la circulación en cada provincia una cantidad de hombres completamente
educados para la vida pública, el nivel intelectual descendería rápidamente, y no
tendríamos ciudadanos aptos para gobernar, legislar, juzgar, ni enseñar, y hasta la
aspiración hacia lo mejor se perdería, porque desaparecerían de las cabezas de las
columnas populares esos directores inteligentes, que con mayor caudal de luces las guían
en su camino y procuran mejorar su suerte animados por la pasión consciente del bien".
Las palabras y los escritos de Mitre revelan contundentemente su pensamiento
pedagógico y social: no era un político de aquellos que buscan el estrellato con
vaguedades y perogrulladas. Por otra parte, la designación de Amadeo Jacques era, en sí
misma, toda una definición de un rumbo en la cultura. Descendiente de una familia culta,
nieto del pintor Gerard, Amadeo Jacques nació en París en 1813. Se formó en la École
Normale Supérieure, se doctoró en letras y tuvo importancia como profesor, tratadista y
pensador; en 1848 adhirió a la revolución republicana y debió exiliarse cuando creció el
poderío de Napoleón III. Provisto de una carta de recomendación de Alexander von
Humboldt, se radicó en la Argentina en donde fue una figura decisiva en el progreso
educativo durante el período de la Organización Nacional. Jacques falleció en octubre de
1865. Juan Mantovani ha estudiado metódicamente las ideas educativas de Jacques y
recientemente Patrice Vermeren ha echado luz sobre su trascendencia dentro de la
filosofía. Jacques no era un pensador menor, como tampoco lo fue Alejo Peyret, que tanto
influyó en la pedagogía del Colegio de Concepción del Uruguay, fundado por Urquiza.
Aquellos hombres fueron, en una Argentina en formación, de una importancia aun poco
valorada para la magnitud de su influjo.
Mitre, el fundador, fue más poeta que militar, más periodista que político, fue un
historiador erudito al modo de Michelet, y en él convivieron el bibliófilo y el prócer civil.
Por décadas fue el ciudadano más influyente de Buenos Aires y Roca lo consideraba "el
poder más fuerte existente en la República". Sobrio, profundamente intelectual, de gran
ascendiente moral, fue en muy gran medida obra suya la unión nacional argentina. Publicó
sus Rimas en 1854. Mitre mantuvo correspondencia con Abraham Lincoln, Giuseppe
Garibaldi, Emilio Castelar y otros destacados contemporáneos.
En 1870 fundó el diario La Nación, que quiso que fuera una tribuna de doctrina -no un
pasquín banderizo- y sostuviera una ética periodística irreprochable en el respeto por la
verdad y la abstinencia del juicio interesado (episteme y no doxa), y que por más de un
siglo mantuvo su papel destacado en la cultura argentina En 1893 fundó la Junta de
Historia y Numismática Americana, origen de la actual Academia Nacional de la Historia.
Su obra civil y cultural tuvo relieve internacional, incluyendo su traducción de la Divina
Comedia de Dante Alighieri, publicada en 1889.
Sus investigaciones históricas no sólo constituyen fuentes primarias sino también
modelos historiográficos basados en documentos fehacientes y no en opiniones arbitrarias
o tendenciosas, aunque sus métodos, como suele suceder en los campos científicos, ya no
sean totalmente actuales. Como siguiendo la recomendación de Echeverría a la Joven
Argentina, en 1859 Mitre publicó su Historia de Belgrano y de la Independencia
Argentina y en 1887 su Historia de San Martín y de la Emancipación Sud-Americana.
También, entre muchos trabajos, reunió material científico de base para el Catálogo de
las Lenguas Americanas, desde Alaska hasta Tierra del Fuego. Ha escrito Sofía De Mauro
que "En 1909 el Museo Mitre publica una de sus primeras producciones, el Catálogo
razonado de lenguas americanas. Esta obra contiene la labor que fue realizando Bartolomé
Mitre (1821-1907) en sus últimas décadas de vida: la edición de más de seiscientas fichas

90
manuscritas sobre las lenguas indígenas del continente. Estas papeletas habían sido
trabajadas durante años, pero no llega a concluirlas ni a publicarlas en vida".
Era un hombre dedicado a su familia, al estudio, al país y a la cultura universal, un
trabajador incansable, sin soberbia y sin horarios, un espíritu benigno, sensible, refinado
y conciliador. En 1894 Mitre fue electo Gran Maestre de la Masonería Argentina, y
presidió o integró numerosas instituciones cívicas, sociales y científicas, de la Argentina
y de otros países. De la intensidad y meticulosidad de su labor de estudio, dan cuenta no
sólo la biblioteca y el archivo que reunió, sino también múltiples documentos menores
pero elocuentes, como las esquelas conservadas en el Archivo de la Sociedad Científica
Argentina, solicitando el préstamo o la consulta de tal o cual publicación o informe.
Aunque su cultura era vasta, buscó el auxilio para las traducciones del alemán de la
admirable maestra, escritora y periodista Ada María Elflein (Egresada del Colegio
Nacional de Buenos Aires en 1898), que fue su colaboradora.
Mitre fue un fogoso opositor al gobierno derrocado en 1852, condujo las fuerzas
porteñas en las batallas de Cepeda y Pavón, fue comandante en la dolorosa guerra de la
Triple Alianza, participó en la derrotada revolución de 1874 y no quiso participar en la
revolución de 1890 pese a que simpatizaba manifiestamente y con fundamentos con la
oposición, porque prefería la paz en vez del conflicto armado. Emprendió viaje a Europa,
conoció una parte del mundo del cual sabía mucho por sus lecturas, y regresó renovado y
reanimado para vivir la última década y media de su vida rodeado de un extendido respeto
social y de una gran admiración popular. Cuando en 1901 cumplió sus ochenta años, fue
motivo de un inusual homenaje de la ciudadanía y pronunció un discurso memorable, un
balance de la República durante el tiempo vivido y un mensaje esperanzador hacia el
futuro.
Bartolomé Mitre falleció en su casa de Buenos Aires el 19 de enero de 1906. Una
multitud se acercó entonces hasta la calle San Martín 336. La casa de 1785, sencilla y
hospitalaria, había sido alquilada por Mitre, un hombre notablemente austero, hasta que
en 1869, cuando ya no era presidente, fue adquirida por un grupo de admiradores y
costeada por suscripción popular, y donada a Mitre para limitar su pobreza. Mitre y su
familia la habitaron entre 1860 y 1906, y fue ampliada en 1890 cuando, ausente Mitre en
Europa, sus hijos construyeron en la terraza un gran salón para alojar mejor su biblioteca,
la actual Biblioteca Americana, con sus más de 20.000 volúmenes. Desde 1907, el
edificio, con su mobiliario y sus colecciones, es la sede del Museo Mitre, cuya actual
Directora es la Lic. Gabiela Mirande Lamédica.
En 1847, estando Mitre en Bolivia y pensando que nuestros países carecían todavía de
una literatura romántica suficiente, escribió su novela Soledad. Ex Presidente, se
enorgullecía de ser socio de la Sociedad Tipográfica Bonaerense, fundada el 25 de mayo
de 1857, la primera asociación obrera argentina. Mitre era tipógrafo.
En 1871, en plena epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires, cuando murió una
parte numerosa de la población de la ciudad, se suspendieron las clases en las escuelas y
se paralizó la actividad económica, Mitre y su familia ayudaron -como la Comisión
Popular presidida por José Roque Pérez- a víctimas del flagelo, y ellos mismos se
contagiaron aunque pudieron sobrevivir a la enfermedad.
El 26 de junio de 1883, al cumplir Mitre 62 años de edad, los estudiantes del Colegio
Nacional de Buenos Aires y de la Universidad le rindieron un homenaje, en el que hizo
uso de la palabra Juan Balestra (promoción ¿1880?): "Una sentencia de los antiguos
aconsejaba honrar a los grandes ciudadanos porque, decían, donde más se honra la virtud,
es donde se producen hombres más virtuosos". Era el lenguaje de aquel tiempo, y, sin
embargo, el mensaje sigue siendo valioso. Mitre respondió a los estudiantes con un
discurso en el cual explicó el aporte a la sociedad libre y a la democracia de estadistas y

91
publicistas como Moreno, Monteagudo y Rivadavia, y celebrando en los estudiantes a la
aurora, les señaló como ley de la vida la sucesión y la renovación: "Esta ley, recuerda la
imagen del poeta antiguo que habéis estudiado en las aulas, del que cantó las armonías de
la razón de la naturaleza: "De Rerum Natura". Los hombres en su rápida carrera se pasan
de mano en mano la inmortal antorcha del amor, que circula a lo largo de la cadena de la
vida, sin apagarse jamás", y terminó diciéndoles: "Que esa antorcha simbólica arda
siempre en vuestras manos, y que brille en las manos de los hijos de vuestros hijos sin
extinguirse jamás, como los astros en el cielo y las ideas inmortales en la tierra".
El 22 de febrero de 1907, el Poder Ejecutivo Nacional dispuso que el Colegio pasara
a depender de la Universidad de Buenos Aires, pero la anexión definitiva, impulsada
desde la UBA por el Rector Eufemio Uballes, fue concretada el 4 de noviembre de 1811
por medio de un decreto del presidente y ex alumno Roque Sáenz Peña. La anexión no
contradijo sino que reforzó la misión fundacional como institución educativa de
enseñanza media y de carácter nacional, público, laico, gratuito y universal. Un colegio
dedicado a la enseñanza de alto nivel intelectual y moral, centrado en temas importantes
y trascendentes, no en escaramuzas circunstanciales.
Antes de la fundación de Mitre, en el mismo solar de la Manzana de las Luces habían
existido colegios desde 1662, algunos confesionales y dogmáticos y otros estatales, laicos
e iluministas y progresistas como el Real Colegio de San Carlos (1772), el Colegio de la
Unión del Sud (1817) y el Colegio de Ciencias Morales (1823). Esa línea pedagógica se
acentuó en 1863 con el decreto Nº 5447 que también implicaba el desalojo del edificio
por parte del Seminario Conciliar, eclesiástico, que debió mudarse, y con la anexión a la
UBA.
En 1963, el Dr. Horacio J Sanguinetti publicó su Breve historia del Colegio Nacional
de Buenos Aires editada por la Asociación Cooperadora "Amadeo Jacques". Juan
Mantovani (en 1943 y 1945) y Patrice Vermeren (en 1998) estudiaron en profundidad el
pensamiento y la obra de Amadeo Jaques. En 2012 publicamos nuestro libro sobre el
Colegio y en 2013 Alicia Méndez analizó académicamente al Colegio como institución y
su papel en la formación de una elite meritocrática. Por supuesto que el Colegio, como
caso de estudio y de reflexión ha sido objeto de múltiples abordajes, como lo prueban
publicaciones estudiantiles como Aristócratas del saber, actualmente fuentes destacables
en el campo de la historia de la educación.
En el Colegio fundado por Mitre, el historiador cercano a Michelet, han disertado
historiadores como Eric Hobsbawm. Si Mitre, nada racista y claro enemigo de toda
esclavitud, usando la terminología positivista de su tiempo escribía la palabra raza,
nuestro Alberto Kornblihtt, biólogo (Promoción 1972), ha explicado a la luz de los
descubrimientos sobre el genoma humano porqué, en realidad, las razas no existen.
En 2009, el Dr. Martín Dedeu (Promoción 1959), recordando la inclusión de
estudiantes mujeres impulsada por Florencio Escardó después de décadas de exclusión,
recordaba su impresión como Profesor de Derecho del Colegio: "La integración del sector
femenino se completó en 1959 con el ingreso de las primeras alumnas al Colegio. Muchos
lo sintieron como una afrenta a la tradición del Colegio. Y sin embargo, la integración fue
eficaz y quienes tuvimos oportunidad de enseñar aquí en esa primera década de
coeducación, podemos aseverar que las divisiones mixtas fueron, en general, más
receptivas que las que eran exclusivamente de varones".
La cuestión de la alegría y la felicidad de los estudiantes fue también motivo de
reflexión por el Dr. José Emilio Burucúa (Promoción 1963). En su discurso en el
cincuentenario de su promoción, recordaba las travesuras colegiales y a su "admirable
profesor de geología, muy querido, Mario Grondona, que tuvimos en quinto año. El
programa abrazaba los temas deslumbrantes de la estructura del universo, de la teoría de

92
la evolución y las eras de la vida en la tierra. Recuerdo que un ritornello en esas clases
consistía en lograr que el profesor repitiese una o dos frases: “Hay cientos de miles de
millones de galaxias”, o bien: “Si ubicásemos la historia de la Tierra en los 365 días de
un año, los hombres apareceríamos en los últimos minutos del 31 de diciembre”.
Debíamos turnarnos para aguzar el ingenio y hacer pertinentes las preguntas que
indujeran necesariamente tales respuestas. Al cabo de diez o quince veces, la risa se
generalizó. El bueno del profesor se sorprendía hasta que, una mañana, dijo: “¡Cómo me
gusta que hayan captado la inmensidad del espacio, del tiempo, de la materia y de la vida
y que eso sea un motivo de tanta felicidad para ustedes!”."
Pero también recordaba Burucúa las infinitas tristezas: "Tres de nosotros se contaron
entre los desaparecidos del tiempo sombrío de los tiranos. En los últimos días, nos
enteramos de cuáles habían sido las circunstancias espantosas en que ellos murieron, sin
auxilio ni consuelo, en medio de tormentos que rechaza el más exiguo resto de humanidad
atribuible a cualquier alma. Aquel espíritu colectivo de un saber exultante, de una
comunidad de hombres alegres y críticos que, durante generaciones, levantó el Colegio,
parecería haberse hecho añicos".
Y concluía, aquel estudiante de 1963 y hoy miembro de número de la Academia
Nacional de Bellas Artes: "¿Acaso la alegría que prevaleció en los parágrafos iniciales de
este discurso no fue más que una reparación transitoria, tal cual quería Petrarca al decir:
“Mas si alguna vez yo río o canto, / lo hago para esconder mi amargo llanto”? No, esta
noche más que nunca, reunidos aquí para rendir homenaje al homo absconditus que flota
por ahí, igual que hace cincuenta años, en las aulas, en la biblioteca, en los laboratorios,
en el gimnasio, recordemos un proverbio latino que nos enseñó Gerardo Pagés: “In
tristitia, hilaris; in hilaritate, tristis.” El adagio compendia el doblez de nuestro sentir del
mundo y nos pacifica. Paradójicamente, pasamos de la aceptación al menosprecio y
volvemos al acogimiento, así de los dolores de la existencia cuanto de la felicidad risueña.
El Colegio nos enseñó esas destrezas con suavidad y firmeza. Manifestémosle entonces
nuestro agradecimiento más profundo y sincero".
Desde 1863, el Colegio de Mitre es un faro que ilumina el pensamiento crítico en la
Argentina, aquel que ha contribuido de un modo excepcional a pasar, de generación en
generación, el fuego sagrado encendido por primera vez en mayo de 1810 y fue reavivado
por la Generación del '37 de la cual Mitre fue uno de sus jóvenes miembros.
En 1852, en Los Debates, Mitre escribió: "La disidencia de opiniones es de la esencia
de los pueblos libres: es una condición de vida y de progreso". Al cumplirse el
Bicentenario de Mitre, recordando sus ideas y sus obras, tal vez resulte lo más oportuno
meditar acerca del tamaño de sus aspiraciones para el país y para sus habitantes, y dejando
al pasado enterrar sus muertos -como recomendó en 1901- mirar hacia el futuro con
grandeza, con imaginación, con generosidad y las más altas aspiraciones para este tiempo.
Como ha dicho Martín Dedeu: "los pueblos sin tradición son pueblos sin espíritu, sin
historia, pero que de ninguna manera debe considerarse como sinónimo de
estancamiento".
Mitre fundó un Colegio para que viviera, para los estudiantes, siempre jóvenes, siempre
audaces, siempre desafiantes, porque la juventud es la aurora, cuya luz viene a disipar las
tinieblas del pasado.●

93
Bibliografía y Fuentes:

Antecedentes de la Asociación de Mayo 1837 - 1937. Buenos Aires, Honorable Concejo Deliberante de la
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LOS ESCRITOS DEL CORONEL
PEDRO ANDRÉS GARCÍA
Emiliano Tagle

Hace unos años buscando documentación relativa al caballo patrio, en el Archivo


General de la Nación, encontré en la colección de Carlos Casavalle algunos escritos del
coronel Pedro Andrés García. Con el tiempo y con los datos y documentos investigados
y sobre todo con la colaboración de la Comisión de Estudios Históricos-Sociales de
Buenos Aires decidí publicarlos en un solo volumen, un total de 493 páginas, que acaba
de aparecer con el auspicio de Estudios Histórico-Sociales de Buenos Aires.
La mayoría de la documentación importante, básicamente diarios de viajes e informes
estaban publicados en la reconocida colección de Pedro de Angelis. En el tomo III publicó
Memoria sobre la navegación del Tercero, y otros ríos que confluyenal Paraná, y Diario
- viaje a Salinas Grandes- campos del sud de Buenos Aires; en el Tomo IV Diario de la
expedición de 1822 a los campos del sud de Buenos Aires desde Morón hasta la Sierra de
la Ventana, y en el Tomo VI Nuevo plan de fronteras de la Provincia de Buenos Aires,
proyectado en 1816. Otros documentos estaban tratados de manera parcial en diversas
publicaciones.
Si bien hace algunos años que estaba terminado la compilación de los escritos de Pedro
Andrés García en formato de libro, faltaba el Informe sobre Morón, que acompañaba a
los de San Isidro y Las Conchas; fue imposible hallarlo; y al leer que Presas manifestaba
en su publicación “Nuestra Señora del Buen Viaje” que estaba perdido, fue la decisión
que faltaba.La intención era incorporar mapas y planos, pero por una cuestión de diseño/
espacio no fue posible.
Gustavo Solari, pintor y conocedor de la historia y viajes de Pedro Andrés García,
analizó los escritos y con un gran gesto obsequió las ilustraciones que presenta el libro.
El libro está compuesto de una introducción con comentarios de distintos historiadores
e investigadores que han tratado por algún motivo al coronel Pedro Andrés García,
además se presenta también su historia genealógica, desde sus abuelos hasta sus nietos;
García era natural de Caranceja, Cantabria. A continuación sus escritos que se detallan a
continuación, con la mención de algunas de sus frases que se destacan ya sea por su valor
histórico o por la vigencia que mantienen hasta nuestros días.
1.-Informe sobre prisioneros en la Villa de Luján – Febrero de 1807 -; es comisionado
para inspeccionar y verificar correspondencia de los prisioneros Ingleses en la Villa de
Luján, García no estuvo muy errado en sus apreciaciones, ya que manifestó: “ … no pude
sacar más conocimientos que los expuestos, bastantes a persuadirme que tiene
necesariamente relaciones en que pone su confianza, y que es muy de temer seamos
invadidos por las fuerzas Británicas,…….creo deber manifestar con la difusión que lo he
hecho, a fin de que se tomen los medios que convengan a salvar los riesgos que en mi
concepto amenazan al Estado, y a esta Ciudad”.
A continuación, y dentro de este capítulo, se presenta la Memoria-Informe y partes
relativos a la Segunda Invasión Inglesa en la que participó activamente García.
1.-Asonada del 1 de enero de 1809. Carta de García al Intendente de Potosí, Francisco de
Paula Sanz. Relato sobre la asonada que intentó destituir al Virrey Santiago de Liniers.
2.- Informe sobre robos de ganado. Hace una detallada descripción sobre la situación
imperante en la campaña, fundamentalmente sobre el exterminio del ganado.

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3.-Diario de un viaje a Salinas Grandes. Quizás el escrito más difundido
4,-Partido de las Conchas. Reporta un análisis en 1812 del estado en que se encuentra el
partido, dejando en claro que es importante la mensura de tierras. Comenta la importancia
del puerto, la canalización para evitar inundaciones. Se destaca su sentido patriótico al
manifestar en su informe: “Crea V. E. que mis deseos, sin ser nuevos por la felicidad de
la Patria, salen de la esfera común, y quisiera que mis luces correspondiesen para dar la
prueba menos equívoca de esta verdad, y emplearlas en su obsequio, como lo he hecho y
haré siempre que esté a mis alcances”.
5.- Partido de San Isidro. Descripción. Como lo hiciera en el informe de Las Conchas
hace una breve reseña histórica del partido. Detalla los cultivos, frutales, abasto de carnes,
leña, etc. Efectúa una serie de recomendaciones y fundamentalmente a falta de un maestro
manifiesta: “…podría inclinarse al mismo Excmo. Cabildo para que pensionase un
maestro que se entregase a la enseñanza pública de un número muy considerable de niños,
que sin arbitrios en sus padres para ilustrarlos, se crían desgraciadamente en la más crasa
ignorancia. Yo no puedo mirar sin sentimiento la multitud de preciosos jóvenes que
pueden ser útiles al Estado en todo género de servicio, cuando los veo envueltos en la
miseria y en la incapacidad por si de desviarse de ella…”
6.-Informe de Frontera. En 1813 proponía 4 medidas para evitar el desorden general que
había en la campaña, a saber: Mensura de tierras, División y repartimiento de ellas,
Formación de pequeñas poblaciones y Seguridad en las Fronteras.
7.-Memoria sobre Memoria sobre la navegación del Tercero y otros ríos que confluyen al
Paraná. Santa Fe – Tucumán. Su visión en 1813 era clara: “Sabida cosa es, Señor Exmo.,
que el atraso que padecen nuestra agricultura, industria, fábricas y comercio, procede en
gran parte de la falta de comunicación cómoda de unas a otras provincias, y de todas con
el mar: esta se consigue por medios de ríos navegables, de canales y buenos caminos.”Ya
lo manifestaba Juan B. Alberdi: “Con el título modesto de la navegación del río Tercero,
escribió entonces el coronel don Pedro Andrés García un libro que daría envidia a Mr.
Miguel Chevalier, sobre vías de comunicación como medios de gobierno, de comercio y
de industria”.
En sus exposiciones sus pensamientos eran expresados con total claridad: “Yo sé bien
que tenemos unos políticos de segunda clase, que sin saber pensar ni dar salida a nada de
cuanto se proponga útil al bien general del estado, saben poner dificultades a todo.”
8.-Informe sobre los Vecinos que poblaron las Chacras en inmediaciones de la Guardia y
Pueblo de Chascomús. 1813. Realizó un censo.
9.- Informe sobre la situación en Campaña 1813. Mantiene su postura en cuanto a la
cantidad de vagos y forajidos que inundan la campaña. Que al borde de su ruina el Gremio
de Hacendados clama por el remedio. Manifiesta: “Estas medidas de seguridad u otras
equivalentes son tan urgentes, que hallándose las fronteras desarmadas, indefensas, sin
fosos ni estacadas, quedan los habitantes de las campañas expuestos a la ferocidad del
enemigo, y sin humano asilo en su reparo. Tal es la triste situación de más de 4000
familias de labranza y haciendas que existen por merced de este enemigo, pero expuestas
por momentos a su último exterminio de que son amenazadas”
10.-Informe sobre la instalación de una máquina de taladrar cañones de fusil. En el Río
Las Conchas. 1814.
11.-Informe sobre la subdivisión del Partido de San Vicente. 1814. Muy interesante
informe con detalles geográficos de Monte, Ranchos y zona aledaña al Río Salado.
12.-Informe sobre Tropas en frontera, exacción y común defensa, 1815. Breve informe
sobre la situación apremiante de los hacendados.
13.- Carta de Pedro Andrés GARCÍA a Ignacio Álvarez. 1816. García le escribe a Álvarez
desde Morón con 10 meses de prisión a cuestas.

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14.- Nuevo plan de fronteras de la provincia de Buenos-Aires, proyectado en 1816. Creo
que con esta frase del Coronel García se puede sintetizar su informe: “Es tanto más
notable la apatía en el adelantamiento de fronteras, en cuanto no ocupamos hoy más
terrenos que aquellos que poseyeron y concertaron con los indios, el adelantado Vera y
don Juan de Garay con 60 soldados y 30 familias, al tiempo que restableció esta ciudad
de Buenos Aires en el año de 1580, a saber: 35 leguas N S, y en parte menos, que se
enumeran del río Paraná al Salado, y 120 E O, hasta entrar en la jurisdicción de Córdoba”
15.-Informe sobre la necesidad de establecer una guardia en los Manantialesde Casco, o
Laguna de Palantelen. 1819. Continúa en defensa de la situación de desamparo de los
campos aledaños: “Los campos intermediarios de las citadas guardias hasta aquel punto,
son los que mantienen las boyadas que llaman de invernada, y los que contienen las
mejores estancias, por sus abundantes y fuertes pastos; pero con la desgracia de estar
francos al enemigo…”
16.- Informe de Frontera. 1820. Aquí se ciñe a los conocimientos adquiridos, las
observaciones que hizo del terreno y la experiencia del trato con los indios, a lo que
concluye: “Echemos un velo sobre lo pasado, convenzámonos solo de nuestro estado
presente, y de la necesidad de buscar entre las fuerzas del poder y de la prosperidad, para
no llegar a ser miserables, débiles, y quizá pupilos de nuestros mismos compatriotas,
dando un vuelo rápido a nuestra agricultura e industria….”
17.- Diario de la Expedición de Morón a Sierra de la Ventana. 1822. Interesantísimo
diario donde abundan datos geográficos, de flora y fauna, y detalles de las tribus que
habitaban la zona.
García partió de Cádiz con tan solo 18 años, falleció en Buenos Aires a los 75 años,
permaneció en nuestra patria 57 años dedicados a recorrerlo de manera pacífica y volcar
toda sus conocimientos y experiencias en ricos escritos a sus superiores a los que siempre
respetó.Ya en 1810 decía “No cesaré de repetir unas verdades que tanto interesan, ni de
presentar por todos sus aspectos esta empresa. El árbol de la libertad e independencia civil
que acaba de plantarse, es preciso que arraigue mucho en la tierra; de otra manera los
huracanes que le prepara el contraste de fuerzas extrañas, o de nuestras mismas pasiones,
lo arrancarán de nuestro suelo.”
Y como bien decía Juan Antonio Presas: “Algunos de sus estudios están fechados en
esta Parroquia del Buen Viaje, y se conservan en el Archivo General de la Nación muchas
cartas escritas desde este Pago. No hay duda que la Virgen lo acompañó en tantas idas y
venidas como por la Patria cumplió”.●

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Revista Panorama- Diciembre 1951.

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