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Carolina Depetris

Fernanda Valencia Suárez


Editoras

ARTE, CIENCIA Y PALABRA


ESCRITOS SOBRE VIAJES
Y VIAJEROS

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO


Mérida, 2021
Nombres: Depetris, Carolina, editor. | Valencia Suárez, María Fernanda, editor.

Título: Arte, ciencia y palabra : escritos sobre viajes y viajeros / Carolina Depetris,
Fernanda Valencia Suárez, editoras.

Descripción: Primera edición. | Mérida : Universidad Nacional Autónoma de México, 2021.

Serie: Colección Sextante. Serie viajeros ; 11.

Identificadores: LIBRUNAM 2105363 | ISBN 9786073047050.

Temas: Escritos de viajeros. | Relatos de viajes. | Viajes y travesías -- Anécdotas. |


Viajeros – Anécdotas.

Clasificación: LCC G465.A77 2021 | DDC 910.4—dc23

Primera edición: 2021


Fecha de término de edición: 15 de junio de 2021

D. R. © 2021, Universidad Nacional Autónoma de México


Ciudad Universitaria. Alcaldía Coyoacán,
C. P. 04510, Ciudad de México

Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales


Ex Sanatorio Rendón Peniche
Calle 43, s. n., col. Industrial
Mérida, Yucatán. C. P. 97150
Tels. 01 (999) 9 22 84 46 al 48
http://www.cephcis.unam.mx

Prohibida la reproducción parcial o total por cualquier medio


sin la autorización del titular de los derechos patrimoniales

ISBN 978-607-30-4705-0

Impreso y hecho en México


Índice

Introducción
Carolina Depetris  . . . . . . . . . . . . . . . .  7

I. Viajes por Yucatán

Photographing the Dream: Alice Dixon Le Plongeon


in 19th Century Yucatán
Lawrence G. Desmond  . . . . . . . . . . . . . .  19

Emperatrices, exploradoras y adolescentes: cinco viajeras


del Yucatán decimonónico, 1849-1907
Lorena Careaga Viliesid  . . . . . . . . . . . . .  55

Entre lo íntimo y lo público. El diario de viaje


de José Fernando Ramírez a Yucatán, 1865
Romina A. España Paredes  . . . . . . . . . . . .  73

El periplo yucateco de Federico Mariscal


Louise Noelle Gras  . . . . . . . . . . . . . . .  93

II. Viajes y naturaleza

Pescado grande de mar: la historia del manatí


antillano a partir de los viajeros y cronistas
Fabio Flores Granados  . . . . . . . . . . . . .  111

Le rapport du voyager au savoir au xviiième Siècle. Le cas


de Bernardin de Saint-Pierre, dans Voyage à l’Île-de-France
Moufida El Bejaoui  . . . . . . . . . . . . . . .  135
III. Periodismo, ciencia y viaje

Discurso colonial, transgresión y estereotipos en los viajes


de Frances Parkinson Keyes y Negley Farson
Ángel T. Tuninetti  . . . . . . . . . . . . . . .  151

Science et littérature: Carl Friedrich Philipp von


Martius et son voyage dans le Brésil
Mihaela Zaharia  . . . . . . . . . . . . . . .  165

IV. Viajes, palabras y léxicos

Essai politique sur l’Île de Cuba: viaje a través de la


bibliografía y el léxico de la colonia
Armando Chávez Rivera  . . . . . . . . . . . .  187

Vetas lexicográficas y comunicativas de un viajero europeo.


Paul Treutler en su rastreo por las minas de la región
de la araucanía chilena
Lilianet Brintrup  . . . . . . . . . . . . . . .  213

El porvenir de una escritura: Diego de Landa


a Yuri Knorozov, de la violencia de los glifos
a la recuperación patrimonial indígena
Gladys Ilarregui  . . . . . . . . . . . . . . . .  231

V. Viajes hoy

Viaje juvenil: tradición y cambio


María Herlinda Suárez Zozaya  . . . . . . . . .  259

Una peregrinación filosófica a un espacio para pensar.


La cabaña de Wittgenstein en Skjolden, Noruega
Laura A. Hernández Martínez  . . . . . . . . .  275

Nota  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  295
III. Periodismo, ciencia y viaje
Discurso colonial, transgresión y estereotipos
en los viajes de Frances Parkinson Keyes
y Negley Farson

Ángel T. Tuninetti

Desde los comienzos de su expansión en el siglo xix, Estados Unidos vio


a los países latinoamericanos como territorios atrasados, terrenos propi-
cios para la expansión geográfica, como fuente de materias primas o, en
el mejor de los casos, como socios comerciales cautivos. Durante la pri-
mera mitad del siglo xx, mientras Estados Unidos consolidaba su pode-
río político y económico en América Latina, se publicaron numerosos
relatos de viajeros que presentaron a la sociedad estadounidense las reali-
dades sociales y políticas de los países latinoamericanos, a menudo com-
partiendo esta visión imperialista y creando y reproduciendo estereotipos
sobre el subdesarrollo que perduran hasta nuestros días, o contradicién-
dolos. John Patrick Leary, en su libro A Cultural History of Underdevel-
opment. Latin America in the U.S. Imagination, tituló apropiadamente el
capítulo sobre literatura de viajes “Latin America as Nature: U.S. Travel
Writing and Invention of Tropical Underdevelopment”.
Las motivaciones de los viajeros de la época eran variadas, desde geó-
grafos embarcados en misiones educativas (y lucrativas), como Frank G.
Carpenter, que publicó varios volúmenes muy exitosos sobre diferentes
regiones del mundo, profusamente ilustrados con fotografías y presen-
tando un panorama general de los países, con un énfasis utilitario, hasta
otros como, Harry Franck, aventureros profesionales, o misioneros como
G. Whitfield Ray, quien viajó por América del Sur difundiendo el Evan-

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Ángel T. Tuninetti

gelio entre los pueblos de la región guaraní, y cuya obra fue tan popular
que, publicada en 1903, para 1916 ya iba por la decimocuarta edición.1
Entre tanta variedad de autores, este artículo se focaliza en dos que
comparten ciertas características. Por un lado, sus publicaciones de viajes
surgieron ligadas a otro de los principales motores del género, el perio-
dismo: Frances Parkinson Keyes y Negley Farson. Por otro lado, los dos
fueron autores muy populares en su época, y ahora han quedado prácti-
camente en el olvido. Surgidos de un contexto sociocultural privilegiado,
sus visiones de América Latina serán muy diferentes, como se apreciará
a continuación.
Frances Parkinson Keyes, en 1929, comenzó un viaje por el cual ella
y una amiga (y sus hijos más tarde) recorrieron España, Portugal y la
mayoría de los países sudamericanos. Keyes nació en Virginia en 1885
(más precisamente en la Universidad de Virginia, donde su padre era
profesor de griego, y se crio en Boston, Europa y Vermont).2 Murió en
Nueva Orleans en 1970. Fue una figura bastante conocida en su tiempo,
una escritora extremadamente prolífica, famosa por sus novelas sobre
Louisiana y Mississippi, y por sus frecuentes contribuciones a revistas
dirigidas al público femenino. Esposa del prominente senador republi-
cano Henry Keyes, inicialmente ganó fama como escritora por su serie
de artículos “Letters from a senator’s wife”, publicados en la popular
revista Good Housekeeping en la década de 1920.
Durante el viaje antes mencionado, Parkinson Keyes escribió trece
artículos que aparecieron en Good Housekeeping de agosto de 1929 a octu-
bre de 1930. En 1931, los artículos aparecieron compilados como libro,
con muy pocas modificaciones (desaparecieron las referencias epistola-
res): Silver Seas and Golden Cities. A Joyous Journey Through Latin Lands.
La principal diferencia fue el agregado del capítulo final “Americans
All”. La obra se estructura de acuerdo al recorrido geográfico: el capí-
tulo 1 cubre el viaje por Portugal; 2 y 3, España; 4, Venezuela; 5, Brasil;
6, el viaje de Brasil a Argentina pasando por Uruguay; 7, Paraguay y el
norte de Argentina; 8, Buenos Aires y las Islas Malvinas; 9 y 10, Chile;
1
 Frank G. Carpenter: South America Social, Industrial, and Political (1900); G.
Whitfield Ray: Through Five Republics on Horseback (1903); Harry Franck: Tramping
Through Mexico, Guatemala, and Honduras (1916), Vagabonding Down the Andes (1917),
Roaming through the West Indies (1920), Working North from Patagonia (1921).
2
  Brock, “An Exclusive Interview”, 59.

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Discurso colonial, transgresión y estereotipos en los viajes de…

11, Bolivia; 12, Perú; y 13, Ecuador. Muchos años después una versión
abreviada de estos textos apareció en las memorias de la autora: All Flags
Flying: Reminiscenses of Frances Parkinson Keyes.
Los escritos de viaje de Parkinson Keyes se caracterizan por sus agu-
das observaciones y amor al detalle, características que comparte con sus
novelas. Hasta ahora nada se ha publicado sobre sus viajes, pero al hablar
de sus novelas, Jane Bonin escribió:

Her gift was “the achievement of locus”, to borrow a phrase from William
Carlos Williams. Her massive and consistent success rested on two pillars:
she gave readers the kind of story they wanted to read —complicated but not
complex, romantic, morally unambiguous— and she gave them a sense of
knowing the region where the story was set […] [S]he catered to a romantic
interest in the foreign, the exotic, the picturesque.3

En otro artículo sobre sus novelas, Leigh Ehlers refiere los aspectos
que convertían a sus obras en best-sellers: la exotización de lo familiar,
la fascinación con las elites de una región, nostalgia por las viejas tradi-
ciones, y el interés en el establecimiento de raíces culturales y morales
claramente definidas.4
Siguiendo estas mismas líneas, el público encontraba a sus escritos de
viaje entretenidos y educativos al mismo tiempo. Parkinson Keyes tenía
un alto nivel de compromiso con su profesión, y defendía ardientemente
el derecho de las mujeres a tener una carrera, y fue capaz de equilibrar su
labor como escritora con sus deberes de madre de tres hijos y de esposa
de un senador. No obstante, si bien durante su viaje escribe sus experien-
cias, en los espacios públicos es su papel de esposa de un senador el que
se prioriza, y utiliza al máximo esos privilegios: viaja lujosamente, conoce
al rey de España y a los presidentes de Venezuela y Ecuador y es recibida

3
  Bonin, “Francis Parkinson Keyes”, 72. “Su don fue la consecución del locus, para
tomar una frase de William Carlos Williams. Su éxito masivo y consistente se apoyaba
en dos pilares: les daba a los lectores el tipo de historias que ellos querían leer —com-
plicadas, pero no complejas, románticas, moralmente inequívocas— y les daba un sen-
timiento de conocimiento de la región en donde transcurría la historia. Ella servía a un
interés romántico por lo extranjero, lo exótico, lo pintoresco”. Todas las traducciones en
este artículo me pertenecen.
4
  Ehlers, “An Environment Remembered”, 54.

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Ángel T. Tuninetti

por embajadores y dignatarios con grandes honores, a los que describe


minuciosamente.
Al escribir para Good Housekeeping, una revista firmemente establecida
en la cultura middlebrow, que pretende entretener y educar,5 y al mismo
tiempo presentar a las amas de casa de clase media una vía de escape,
Parkinson Keyes tiene la habilidad de presentar todas las oportunidades
que se le ofrecen durante el viaje como completamente normales, como
si cualquier mujer estadounidense de clase media que viajase por España
pudiese recibir una invitación del rey a tomar el té.
Como parte fundamental de esta agenda de no incomodar a los lecto-
res, la autora presenta una versión sanitizada de la realidad. A través de
varias de las figuras retóricas descriptas por David Spurr en The Rhetoric
of Empire (apropiación, estetización, idealización, naturalización), Keyes
oculta, evita o minimiza todos los aspectos de la realidad que pueden
perturbar a su audiencia. Los hoteles son tan buenos como los de Europa
y Estados Unidos, los malos hoteles son pintorescos y curiosos. No hay
pobreza, no hay suciedad, no hay violencia, no hay conflictos políticos.
América del Sur es construida como una región con una mayoría cau-
cásica, donde todos pueden conversar con ella (en inglés, por supuesto)
de todos los temas, aún los más conflictivos, como por qué los latinoa-
mericanos no quieren a los estadounidenses. Los pobres, los indígenas,
los negros, aparecen sólo en forma secundaria, para proveer color local y
confirmar la hospitalidad de la región. Su ceguera hacia la clase trabaja-
dora y los desposeídos le hace decir cosas como: “Ecuadorians are almost
universally land-lovers and land-owners”.6
Dentro de esta visión parcial e idealizada de la realidad latinoameri-
cana, es importante mencionar cuán positiva y elogiosa es de las inicia-
tivas de las organizaciones de mujeres con las que se encuentra. Por otro
lado, hay un deseo evidente de su parte por comprender a la gente, y hace
esfuerzos significativos para aprender español, expresando su frustración
por no poder comunicarse fluidamente en ese idioma. Pero sus buenas
intenciones no deben ocultar las implicaciones políticas de estos textos,
5
  Ver Neely, “Newsstand 1925”. También, para más detalles del papel de las revis-
tas femeninas en la cultura de la época, consultar Walker, Nancy A. Shaping Our
Mothers’ World.
6
 Parkinson Keyes, Silver Seas, 288. “Los ecuatorianos son casi universalmente
amantes de la tierra y propietarios de ella”.

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Discurso colonial, transgresión y estereotipos en los viajes de…

que se hacen mucho más evidentes cuando los artículos son publicados
como libro, con el agregado del capítulo 14, “Americans All”, mencionado
previamente.
Parkinson Keyes viaja durante los primeros años de la política del Buen
Vecino; si bien ésta se asocia con Franklin Delano Roosevelt, fue Her-
bert Hoover quien acuñó la expresión y preparó el camino a Roosevelt.
Desde la elección de Hoover como presidente, éste fue muy activo en
sus intentos de mejorar las relaciones con América Latina, deterioradas
por las múltiples intervenciones estadounidenses durante las llamadas
Banana Wars de las primeras décadas del siglo.7 Leído en este contexto, el
libro de Parkinson Keyes adquiere otra dimensión. Comienza sus viajes
en Portugal y España, a los que llama “Mother countries”, destacando
así los orígenes europeos de los países sudamericanos y, por lo tanto,
la “blancura” de la región. Luego, durante las visitas a los países suda-
mericanos, sus comentarios políticos y económicos se alinean perfecta-
mente con los intereses estadounidenses, desde su defensa del dictador
Juan Vicente Gómez, en Venezuela, hasta la oposición de que la Liga de
Naciones sirva como mediadora en la Guerra del Chaco entre Paraguay y
Bolivia, lo que constituiría una violación de la Doctrina Monroe.
Cuando visita Buenos Aires, menciona brevemente los derechos
argentinos sobre las Islas Malvinas, cuestionando la presencia de un
poder europeo en territorio americano. No obstante, finaliza su deliciosa
visita a las islas con el comentario: “This corner of a foreign land seemed
to me inherently of England […] the England we are proud to call our
mother”.8 Asimismo, durante su estadía en Argentina omite completa-
mente los conflictos políticos, habiendo pasado por Buenos Aires sólo
unos pocos meses antes del golpe militar de 1930.
Más allá de estas evidencias, su postura política aparece claramente
desarrollada en el capítulo “Americans All”, donde comienza defendiendo
el derecho de Estados Unidos a usar los términos “America” y “Ameri-
cans”. Sus explicaciones no son muy convincentes, y podrían resumirse
bajo el argumento de haberlos empleado con anterioridad al resto del con-
tinente, y ahora poseer el poder para mantener su uso. Luego explora en

7
  Para más detalles, véase Smith, Joseph, The United States and Latin America.
8
  Parkinson Keyes, Silver Seas, 171. “Este rincón de una tierra extranjera me pareció
de Inglaterra […] la Inglaterra que orgullosamente llamamos nuestra madre”.

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Ángel T. Tuninetti

detalle la importancia económica de los países latinoamericanos, y algo


de propaganda sobre los servicios diplomáticos de los Estados Unidos.
El título del capítulo lo toma de un poster que apareció durante la Pri-
mera Guerra Mundial, con una lista de apellidos de diferentes orígenes,
enfatizando que todos ellos son estadounidenses. De allí, concluye:

I have thought that it might serve as the inspiration for another picture
—a picture of another symbolic figure standing with her arms outstretched
across another long list of names —names of countries this time instead
of individuals —Argentina, Bolivia, Brazil, Chile, Colombia, Costa Rica,
Cuba —and so on down the roll of the nations of the western hemisphere
—Americans All! For that is what we are. The Mexican and the Ecuadorian,
the Peruvian and the Paraguayan, and the citizen of the United States of
America. 9

Y las últimas palabras del libro son:

There are other kind of consciousness […] which we need to develop: […]
a consciousness of fellow-feeling, and loyal friendliness, sometimes marred
by misunderstanding, as affection between different members of the same
family is sometimes marred, but never seriously threatened, an intrinsically
beautiful and precious thing; a consciousness that there may be a unity of
spirit as well as of interest between the peoples of this hemisphere —the
consciousness that we are Americans all!10

Por supuesto, habiendo visto la defensa que hizo previamente del uso
del término América por los Estados Unidos, esta declaración es simple-
mente otro ejemplo de apropiación cultural.
9
  Ibid., 299-300. “Pensé que podía servir de inspiración para otra imagen, la pintura
de una figura simbólica parada, con sus brazos extendidos abarcando otra larga lista de
nombres, nombres de países en vez de individuos —Argentina, Bolivia, Brasil, Chile,
Colombia, Costa Rica, Cuba, y así completar la lista de naciones del hemisferio occi-
dental—. Todos americanos. Porque eso es lo que somos. El mexicano y el ecuatoriano,
el peruano y el paraguayo, y el ciudadano de los Estados Unidos de América”.
10
  Ibid., 320. “Hay otro tipo de conciencia que necesitamos desarrollar, una con-
ciencia de solidaridad, y de amistad leal, a veces dañada por malentendidos, como a
veces el afecto entre diferentes miembros de una familia suele ser dañado, pero nunca
seriamente amenazado, una cosa intrínsecamente bella y preciosa: la conciencia de que
puede haber una unidad de espíritu y de interés entre los pueblos de este hemisferio, la
conciencia de que todos somos americanos”.

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Discurso colonial, transgresión y estereotipos en los viajes de…

El segundo escritor a considerar aquí es otra figura curiosa y fascinante,


Negley Farson. Nacido en Nueva Jersey en 1890, fue criado por su excén-
trico abuelo, el general de la Guerra Civil James Negley. Expulsado de la
Universidad de Pennsylvania, se marcha a Inglaterra donde comienza a
trabajar como periodista. Aparentemente tenía el don de estar en el lugar
preciso en el momento justo: en su primera misión a Rusia fue testigo,
junto a John Reed, de la Revolución Bolchevique. Más tarde, entrevistó
a Gandhi en India y fue testigo de su arresto en Poona, vio el cuerpo
desnudo de John Dillinger en la morgue inmediatamente después de ser
muerto por los hombres de Hoover, y conoció a Hitler. Era un ávido pes-
cador, viajaba a todos lados con sus cañas de pescar, y su libro Going Fis-
hing es un clásico de la literatura sobre pesca. Murió en Londres en 1960.
Casi completamente olvidado hoy, fue un periodista y aventurero muy
reconocido en su época, con libros en los que confluye lo periodístico, lo
autobiográfico y las narraciones de viaje, como en su obra más conocida,
The Way of a Transgressor, publicado en 1936.
Transgressor in the Tropics apareció en 1938, y narra un viaje que Farson
hizo en 1937 desde Inglaterra a Barbados, Trinidad, Venezuela, Colom-
bia, Ecuador, Perú y Chile. El libro no sigue los viajes en forma detallada
y, por ejemplo, omite el cruce de Argentina. La narrativa termina en
forma abrupta en una estancia al sur de Chile, en una escena surreal en
la cual una mujer chilena baila un tango con su hermana después de una
comilona fantástica, mientras un incendio consume todos los árboles de
la estancia, destruyendo el trabajo de años del esposo escocés de la mujer.
Si en Parkinson Keyes el enfoque estaba en normalizar y domesticar
la realidad, Farson prefiere focalizarse en los personajes singulares y en
situaciones que bordean lo absurdo, aunque también analiza en profun-
didad cuestiones políticas y económicas locales, y se encuentra con figu-
ras prominentes de la política local.
Fred Rippy, en una reseña publicada en 1938 en The Virginia Quarterly
Review, concluye que aún cuando “the lighter portions of his narrative
are of little interest to the most serious reader, this journalist has pub-
lished a source book of real value”.11 Tal como se menciona en la reseña

  “The Latin-American Scene”, 621. “Las partes más ligeras de su narrativa son de
11

poco interés para el lector más serio, este periodista ha publicado un libro con valor real
como fuente”.

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Ángel T. Tuninetti

de The Way of a Transgressor,12 el valor periodístico de sus libros es cues-


tionado, y verdaderamente se preocupa poco por proveer información
concreta. Farson no se detiene en detallar las circunstancias de su viaje,
y esto tal vez sea deliberado. Sabemos que viaja por trabajo, pero nunca
explica qué hace, y cuando las autoridades locales y los rumores lo iden-
tifican como un espía extranjero, la verdad es que tendemos a creerles.
Pero la falta de detalles sobre el viaje la suplanta con su ojo para los
detalles y su oído para las historias de los viajeros que encuentra en el
camino; “the lighter portions of his narrative” que fueran menosprecia-
das en la reseña son en realidad la mejor parte. Además, tiene una visión
sarcástica de sí mismo que hace que simpaticemos con él. Tal como dije
anteriormente, sabemos que viaja por trabajo, pero también por razones
personales:

The fact that my job was to involve me in long arguments with military dic-
tators was also unexpected and most exhilarating.
I had deliberately selected South America because (a) I had never been
there before; (b) in something over twenty years trying out what life was like
in other parts of the world, I had always steered clear of South America, I
had a strong hunch that that part of the world would bring me bad luck.
And in this idea I am not sure even yet that I was not quite right. At any
rate, I can speak with feeling when I say that if you want a strictly emotional
adventure to test, or reorient, yourself, South America is the right spot to
go for it.13

Tal como ya he señalado, si bien se ocupa de la gente local, parece más


interesado en los personajes peculiares que viajan con él, y de esos salen
las mejores páginas del libro:

12
  Strauss, “Review”, 73-74.
13
 Farson, Transgressor, 4. “El hecho de que mi trabajo me iba a involucrar en lar-
gas discusiones con dictadores militares era inesperado y excitante. Había seleccionado
deliberadamente América del Sur porque a) nunca había estado allí; b) en los más de
veinte años probando cómo era la vida en otras partes del mundo, siempre había evitado
América del Sur, tenía la corazonada de que esa parte del mundo me traería mala suerte.
Y respecto a esta idea, todavía no estoy seguro de no haber tenido razón. Como sea,
puedo decir con sentimiento que cuando digo que si usted quiere una aventura estrict-
amente emocional para probarse, o reorientarse a sí mismo, América del Sur es el lugar
apropiado para ello”.

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Discurso colonial, transgresión y estereotipos en los viajes de…

Every boat for the tropics carries its quota of desperate characters. This has
no sinister application. The answer lies in those soft seas whose night air
rustles the palm fronds of the western islands, in the debilitating. jungles
of Panama, beyond the soapy waves that wash the seacoast of the sizzling
Spanish Main.
Why it is, for instance, that some women simply cannot stand the sight of
a scarlet poinsettia. Why a mere drinking acquaintance will suddenly tell you
that the rasp of the palm fronds drives him crazy at nights. Why an otherwise
stable British oil-tanker captain will go completely ga-ga if presented with
a cactus. Why it was that when some of the men on our boat changed back
again into their old tropic white, they suddenly got disconsolate and got
tight before lunch-time, whereas others, insignificant creatures up to date,
suddenly appeared as twice the men they had been in London togs. Why,
now that we are on the subject, I should have been on that boat myself.14

Ese regreso al yo demuestra cómo las motivaciones personales parecen


superar las motivaciones periodísticas. Cuando habla con una mujer que
está viajando fuera de Inglaterra por primera vez, le dice que

if she was setting out to see the world, I, like the very wise Count Keyserling,
was merely traveling to see what effect seeing the world would have upon
me. “How beastly egotistical of you!”, she said. And I am sure everyone will
agree with her.15
14
  Ibid., 3. “Cada barco en los trópicos lleva su cuota de personajes desesperados.
Esto no tiene una aplicación siniestra. La respuesta reside en esos mares blandos en
donde el aire nocturno mueve las frondas de las palmeras en las islas del oeste, en las sel-
vas debilitantes de Panamá, más allá de las ondas jabonosas que lavan las costas susur-
rantes del Spanish Main. ¿Por qué, por ejemplo, algunas mujeres no pueden soportar la
vista de una poinsetia roja? ¿Por qué un simple compañero de tragos le dirá de repente
que el raspar de las palmeras a la noche lo vuelve loco? ¿Por qué un capitán inglés de
un barco petrolero, siempre estable, se vuelve ga-ga a la vista de un cactus? ¿Por qué
cuando algunos de nuestros hombres cambiaban su uniforme por el blanco tropical, de
repente aparecían desconsolados y estresados antes del almuerzo, mientras que otros,
que habían sido criaturas insignificantes hasta entonces, súbitamente parecían ser el
doble de hombres de lo que habían sido en garbo londinense? ¿Por qué, ya que estamos
en el tema, yo estaba en ese barco?”.
15
  Ibid., 5. “si ella había salido a ver el mundo, yo, como el sabio Conde Keyser-
ling, estaba simplemente viajando para ver qué efecto tendría sobre mí el ver el mundo.
‘¡Cuán bestialmente egotístico de su parte!’, me dijo. Y estoy seguro que todos estarán
de acuerdo con ella”.

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Ángel T. Tuninetti

En su narración encontramos una variedad de personajes pintores-


cos, la mayoría de ellos europeos o estadounidenses que se encuentran
expulsados o exilados de sus países, en diferentes estados de degradación,
que en general se encuentran prisioneros (aunque en algunos casos en
jaulas doradas) de sus trabajos en países que se han convertido, reluctan-
temente, en sus nuevos hogares.
Como un ejemplo, la mujer que no soporta la visión de una poinsetia
roja. Durante una parada del barco en Barbados, el narrador está sentado
en un bar al aire libre, con otros viajeros, y admira la belleza del clima, las
palmeras y un arbusto de poinsetia. Y la mujer inglesa reacciona:

“Beautiful… my God!” She fell back as though exhausted in her chair.


“Scarlet poinsettias! Do you know what I’d like to do? I —oh, well, what’s
the use?—.
Well, you live in the tropics for a while… You’ll get to hate those damn’
flowers… and anything vivid or brilliant… and those damn’ little things that
grow on the cactus or cacti or whatever I should call the beastly things…
You’ll loathe them!”.16

Este párrafo rompe con el modelo retórico de la naturalización des-


cripto por David Spurr, mostrando el lado negativo de la naturaleza
lujuriosa que los viajeros tradicionales han visto como un tesoro. Y la
principal razón por la que la mujer inglesa odia las poinsetias es porque
le recuerdan su hermosa casa en Barranquilla, llena de estas flores. El
problema es que esta casa se ha convertido en su prisión, porque ella y
su marido perdieron todas sus posesiones en Inglaterra, se mudaron a
Colombia e hicieron una fortuna. Pero ahora el gobierno colombiano no
los deja sacar su dinero fuera del país. Por lo tanto, ella se ve prisionera,
considerando que tendrá que terminar su vida en Barranquilla, rodeada
por poinsetias, sin poder regresar a su país natal.
A partir de esta anécdota el narrador describe en gran detalle las
medidas financieras tomadas por el gobierno colombiano para proteger

16
  Ibid., 14. “ ‘Bellas… ¡mi Dios!’. Y se deja caer en su silla como si estuviera
exhausta. ‘¡Poinsetias rojas! ¿Sabe lo que me gustaría hacer? Yo… —oh, bueno, ¿qué
sentido tiene?—. / Bueno, uno vive en los trópicos por un tiempo… Uno empieza a
odiar a esas malditas flores… y cualquier cosa vívida o brillante… y esas malditas cositas
que crecen en los cactus o como sea que se llamen esas cosas bestiales… ¡uno las odia!’ ”.

160
Discurso colonial, transgresión y estereotipos en los viajes de…

la economía del país de la fuga de capitales. En este caso, vemos cómo


la postura del narrador difiere de la visión estándar de los viajeros euro-
peos y sobre todo estadounidenses. En vez de criticar la falta de libertad
financiera para que los inversores extranjeros utilicen sus fondos, Farson
describe los efectos positivos que estas disposiciones tienen para el desa-
rrollo de Colombia.
Además, con una mirada solidaria, pero no sin un dejo de ironía, el
narrador describe cómo estas restricciones afectan a los ricos y poderosos.
Por ejemplo, en el puerto de Barranquilla conoce a una joven pareja que
acaba de llegar de Francia. Ella es una bella colombiana, heredera de una
fortuna, que fue a estudiar a Francia y regresa con su esposo europeo.
Para éste, la suerte parece haber cambiado: las infinitas posibilidades que
le ofrecía el casarse con una bella millonaria colombiana no son igual-
mente interesantes teniendo que estar forzado a vivir en Bogotá, ya que
ella no puede sacar su patrimonio y, por lo tanto, sería pobre al regresar
a París.
Si la mirada de Farson es sarcástica y hasta despiadada con sus com-
pañeros de viaje, en cambio, demuestra un gran nivel de empatía por los
locales. Si bien su trabajo lo obliga a moverse entre las capas más altas
de la sociedad, no ignora la condición miserable de los desposeídos. Sus
descripciones de los negros del Caribe repiten en ocasiones estereotipos
racistas, pero recibe el gran shock cuando observa las condiciones de vida
de los indígenas, a quienes llama “the serf of the Andes”, y expresa: “the
sadness of the Indians hangs like a mist in the valleys of the Andes”.17 A
continuación se ocupa de rebatir los argumentos de los patrones explota-
dores que sostienen que los indígenas no quieren trabajar:

“Give an Indian a straight wage”, almost any farm­owner in the Andes will
declare to you, “and you will ruin him. He will only work until he gets
enough to eat, then he will spend the rest on chicha and go off on a good
drunk. You can’t get any work out of him”.18

17
  Ibid., 240. “La tristeza de los indios cuelga como una niebla sobre los valles de
los Andes”.
18
  Ibid., 242. “‘Si se le paga a un indio un salario’, le dirá cualquier granjero propi-
etario en los Andes, ‘se lo arruina. Trabajará sólo hasta que tenga suficiente para comer,
luego se gastará el resto en chicha para una buena borrachera. No se lo podrá hacer
trabajar más’”.

161
Ángel T. Tuninetti

En vez de continuar con el estereotipo racista del indígena que no


quiere trabajar, Farson utilizará varias páginas de su narrativa explicando
cómo las comunidades indígenas que se autogobiernan en Ecuador, como
la de Otavalo, han prosperado, demoliendo de esta manera el mito de que
los indígenas son perezosos y carecen de iniciativa.
En lugar de repetir el libreto desarrollado por los viajeros anteriores
y por el discurso oficial colonialista, Negley Farson, siguiendo su pro-
pia agenda y sus propias aventuras, ofrece una visión más completa, más
compleja y más apreciativa de la vida de los países latinoamericanos.
El contraste con la obra de Frances Parkinson Keyes es notable. Mien-
tras ella no consigue superar la mirada condescendiente y colonialista del
viajero que ve a América Latina como un territorio de expansión para
Estados Unidos, la mirada iconoclasta de Farson rompe estereotipos para
presentarnos, por un lado, una galería de personajes que no responden a
la concepción del poder colonial y, por otro, rescatar las luchas y tribula-
ciones de los países latinoamericanos.

162
Discurso colonial, transgresión y estereotipos en los viajes de…

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164
Nota

Este libro ha sido realizado gracias a los apoyos de los proyectos


conacyt Ciencia Básica 253921, “Saber y discurso en la literatura de
viajes por América (siglos xviii y xix)”, conacyt 292890, “IX Congreso
Internacional e Interdisciplinario Alexander von Humboldt y los viajeros
por Yucatán” y papiit IA300417 de la unam.
Arte, ciencia y palabra. Escritos sobre viajes y viajeros

editado por el Centro Peninsular en Humanidades


y Ciencias Sociales, siendo el jefe de Publi­caciones
Salvador Tovar Mendoza, se terminó de imprimir el
29 de junio de 2021 en los talleres de Gráfica Pre-
mier S. A. de C. V., 5 de febrero 2309, col. San Jeró­
nimo Chicahualco, C. P. 52170, Metepec, Estado de
México. El texto estuvo al cuidado de Braulio Agui-
lar Velázquez y de Juan Manuel Villalobos Cos. La
formación (en tipos Caslon Pro, 11:13, 10:12 y 9:11
puntos) la llevó a cabo Salvador Tovar Mendoza. El
diseño de los forros lo elaboró Samuel Flores Oso-
rio. El tiraje consta de 250 ejemplares en tapa rústica,
impresos en offset sobre papel cultural de 90 gramos.

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