Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
SALOMÓN
Después de publicar la primera edi-
abordan y se profundizan en el estudio prelimi- ción de la obra Isaac Newton, El Tem-
nar de la obra. plo de Salomón, inició, en 1996, el
proyecto «Edición crítica de textos
inéditos de Isaac Newton en lengua
latina», que se desarrolla bajo su di-
Manuscrito Prolegomena ad Lexici Prophetici rección y que ha sido subvencionado
ininterrumpidamente en el marco del
partem secundam Plan Nacional español de I+D. Éste ha
sido el primer proyecto, en el ámbito
nacional e internacional, que se plan-
ISBN: 978-84-00-08933-7 Edición Principe, traducción española y estudio teó como objetivo editar sistemática-
mente los textos inéditos de Newton.
por En él se vienen publicando los traba-
jos de diferentes investigadores, tanto
Ilustración de sobrecubierta: CIRIACA MORANO en formato libro como electrónico,
Godfrey Kneller, estos últimos como fruto de la colabo-
Sir Isaac Newton, 1689 ración con el Newton Project del
(fotomontaje de Nanna Papanicolau). 9 788400 089337 Imperial College de Londres.
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
EL TEMPLO DE SALOMON OK2 GAR.indd 1 23/12/09 11:15
EL TEMPLO DE SALOMON OK2 GAR.indd 2 23/12/09 11:15
C L Á S I C O S D E L
P E N S A M I E N T O
Director
Txetxu Ausín (CSIC)
Secretaria
Ana Romero de Pablos (CSIC)
Comité Editorial
Sonia Arribas (CSIC-ICREA)
Fernando Rodríguez Mediano (CSIC)
Miguel Ángel Puig-Samper (CSIC)
Consejo Asesor
Roberto R. Aramayo (CSIC)
Dominique Berlioz (Universidad de Rennes, Francia)
Javier Echeverría (CSIC)
Anna Estany (Universidad Autónoma de Barcelona)
Ottmar Ette (Universidad de Potsdam, Alemania)
Thomas F. Glick (Universidad de Boston, Estados Unidos)
Carlos López Beltrán (UNAM, México)
Christoph Menke (Universidad de Postdam, Alemania)
Isabel Morant Deusa (Universidad de Valencia)
Alicia Puleo García G. (Universidad de Valladolid)
Rosaura Ruiz G. (UNAM, México)
José Antonio Zamora (CSIC)
a cargo de
Las noticias, los asertos y las opiniones contenidos en esta obra son de la exclusiva
responsabilidad del autor o autores. La editorial, por su parte, sólo se hace responsable
del interés científico de sus publicaciones.
Reproducción del facsímil por cortesía de The Burndy Library, Dibner Institute
for the History of Science and Technology, Grace K. Babson Collection of the
Works of Sir Isaac Newton
© CSIC
© De la edición crítica, traducción, introducción y estudio: Ciriaca Morano
© Del prólogo: Luis Alberto de Cuenca
© Ilustración de sobrecubierta: Sir Isaac Newton, 1689, Godfrey Kneller, por amable
autorización de los administradores fiduciarios patrimoniales de Portsmouth
(fotomontaje, cortesía de Nana Paparicolau)
NIPO: 472-09-101-5
ISBN: 978-84-00-08933-7
Depósito Legal: M. 52.682-2009
Impreso en Closas-Orcoyen, S. L.
Polígono Igarsa. Paracuellos de Jarama (Madrid)
Impreso en España. Printed in Spain
Agradecimientos ............................................................. XI
Prólogo ...................................................................... XIII
Introducción a la segunda edición ............................... XV
Las repercusiones científicas y culturales de nuestra
edición ...................................................................... XV
La evolución de la investigación en el ámbito de las
ediciones en los últimos años ........................................ XVII
Estudio preliminar. ......................................................... XXIII
I El contexto del manuscrito
Prolegomena ad Lexici Prophetici
partem secundam (aspectos científicos y
teológicos) . .............................................................. XXIII
El corpus de los manuscritos teológicos inéditos
de Newton y la azarosa historia de su transmisión . ... XXIV
Una imagen distorsionada del pensamiento y la
obra de Newton......................................................... XXVII
¿La incomprensible heterodoxia de un hombre
religioso?.................................................................... XXXII
Interpretación de las profecías e historia humana....... XXXIV
Ciencia e interpretación de las profecías..................... XXXVIII
El Templo de Salomón en la obra científica y
teológica de Isaac Newton.......................................... XL
Apuntes para una valoración del pensamiento
científico y teológico de Isaac Newton........................ XLIII
II. La edición príncipe del manuscrito: problemas
y soluciones (aspectos críticos y filológicos) ............ XLVII
Los Prolegomena ad Lexici Prophetici partem
secundam, un manuscrito complejo y difícil............... XLIX
Problemas de crítica textual........................................ LI
El manuscrito: sus características físicas.................. LI
IX
XI
XII
XIII
afianzando con ello una nueva visión del polígrafo inglés, según la
cual éste no sólo sería el padre de la Física moderna, sino también
un homo universalis, característico de la época que le tocó vivir
(nació en 1643 y falleció en 1727), atento a todo estímulo cultural
que pudiera presentarse ante su mente privilegiada, incluidos los
planteamientos teológicos que desarrolló en su obra latina inédita.
Esfuerzo titánico que hoy se corona con la aparición de esta segunda
edición, revisada y actualizada, del Templo de Salomón, curiosísima
obra en que Newton discurre por un tema de enorme actualidad,
y con numerosas implicaciones de carácter teológico, en el tiempo
de su existencia, tras las huellas de autores como el jesuita cordobés
Juan Bautista Villalpando, discípulo de Juan de Herrera y autor, en
colaboración con Jerónimo de Prado, de otro Templo de Salomón de
gran impacto en su momento —finales del siglo xvi y comienzos del
siglo xvii— y que ha estudiado Juan Antonio Ramírez con tanta y tan
conspicua erudición.
Felicidades, pues, a Ciriaca Morano, por su valiosísima edición,
enriquecida con una versión castellana memorable y un estudio
preliminar y unas notas —tanto textuales como exegéticas— que
se me antojan ya imprescindibles para iniciarse en la obra teológica
de Newton, que aporta a la pragmática manzana de la gravitación
universal la manzana, deliciosa e inútil, del Paraíso.
XIV
XV
the term of protection of copyright and certain related rights»)— establece una
protección particular —a título de propiedad intelectual— a la edición de obras
previamente inéditas (es decir, ediciones príncipes) cuando hayan ya caducado los
derechos patrimoniales de sus autores o herederos sobre tales obras. La ley otorga, en
tales casos, al editor científico y al comercial, el derecho patrimonial sobre esas obras
con las mismas condiciones de explotación que hubieran correspondido a su autor,
pero sólo por un período de veinticinco años (cf. el art. 129.1 del texto refundido de
la Ley de Propiedad Intelectual española [texto actualizado en 2007]).
2
Isaac Newton, El Templo de Salomón. Edición crítica, traducción española y
estudio filológico a cargo de Ciriaca Morano. Introducción de José Manuel Sánchez
Ron, Madrid, CSIC-Debate, 1996, col. Clásicos del Pensamiento (1.ª reimpr.,
Madrid, CSIC, 1998).
XVII
XVIII
2007-60506.
XIX
XX
XXI
XXII
XXIII
Los manuscritos hasta ahora catalogados (cf. catálogos en pp. LI y 146 de esta
1
XXIV
XXV
XXVI
XXVII
XXVIII
8
Cf. entre otros: una carta a Bentley del 10 de diciembre de 1692, en la que
Newton habla de los Principia y confiesa que, al escribirlos, pensó que podrían ayudar
a los hombres a creer en Dios (cf. The Correspondence of Sir Isaac Newton, ed. H. W.
Turnbull, J. F. Scout, A. Rupert Hall y Laura Tilling, 7 vols., Cambridge, Cambridge
University Press, 1959-1977, vol. 3, p. 233).
9
En carta a Bentley del 25 de febrero de 1693, hablando del concepto de
«acción a distancia» dice: «Gravity must be caused by an agent acting constantly
according to certain laws, but whether this agent be material or inmaterial is a
question I have left to ye consideration of my readers» [texto citado y traducido por
Sánchez Ron en El Templo de Salomón, op. cit., p. XXXVII (cf. The Correspondence
of Sir Isaac Newton, vol. 3, op. cit., pp. 253-254)].
10
Isaac Newton, Opticks or a Treatise of the Reflections, Refractions, Inflections and
Colours, of light, 4th ed., 1730, New York, Dover, 1952, p. 402: «The main Business of
natural Philosophy is to argue from Phenomena without feigning Hypotheses, and to
deduce Causes from Effects, till we come to the very first Cause, which certainly is not
mechanical».
11
Para una exposición detallada de esta evolución cf. el magistral estudio de
Stephen D. Snobelen, «To discourse of God: Isaac Newton’s heterodox theology
and his natural philosophy», en Paul B. Wood (ed.), Science and dissent in England,
1688-1945, Aldershot-Hampshire, Ashgate, 2004, pp. 39-65 (desde ahora, «To
discourse of God»).
XXIX
XXX
Newton e invita a buscar los datos para una concepción más unitaria
de su pensamiento;17 por su parte, Westfall, cuyas investigaciones sobre
la concepción teológica de Newton hicieron avanzar notablemente el
estado de la cuestión, transparenta, sin embargo, una cierta concepción
dualista al referirse ambiguamente a las mutuas influencias de fe y
ciencia en el pensamiento del autor.18
Snobelen19 describe cómo, a partir de la década de 1980 y de los
años siguientes, se ha ido produciendo una revisión muy radical de la
imagen de Newton heredada de la Ilustración. Atribuye este autor el
despegue de la revisión a los estudios promovidos por James E. Force
y Richard H. Popkin cuyo punto de partida fue la obra Essays on the
Context, Nature and Influence of Isaac Newton’s Theology.20
Numerosos estudios posteriores21 han ido afianzando el diseño
de una nueva imagen, más unificada, de la personalidad de Newton
y de la totalidad de su obra. Snobelen22 llega a afirmar rotundamente
que en él no existe ningún muro cognitivo entre el estudio de Dios
y el de su creación, por lo que resulta artificioso seguir hablando
de interacción entre dos elementos que para Newton estaban
unificados.
Hoy podemos decir también que, especialmente a partir de
1996, el desarrollo de las primeras ediciones de los textos teológicos
newtonianos y de los proyectos en los que sistemáticamente se
realizan estas ediciones está también en la base de esta nueva revisión
y posibilita la pervivencia o la provisionalidad de los resultados
obtenidos en los estudios.23
17
Manuel, op. cit., p. 11, expresa, a modo de apunte, su disconformidad con
establecer «compartimentos» en el pensamiento de Newton y declara su propósito
de buscar conexiones en la medida de lo posible.
18
Obsérvese el diferente posicionamiento de Westfall confrontando «Newton’s
theological manuscripts», op cit., pp. 139-140, y «Newton and christianity», en
J. M. van der Meer (ed.), Facets of faith and Science. Vol. 3: The role of beliefs in the
natural sciences, Ancaster, The Pascal Center, 1996, p. 72.
19
Cf. Stephen D. Snobelen, «To discourse of God», op. cit.
20
J. E. Force y R. Popkin, Essays on the Context, Nature and Influence of Isaac
Newton’s theology, Dordrecht-Boston-London, Kluwer Academic Publishers, 1990
(desde ahora, Essays).
21
Cf. selección bibliográfica en pp. XXXX de esta obra.
22
Cf. Snobelen, «To Discurse of God», op. cit., pp. 3-5.
23
Para ampliar información sobre proyectos y ediciones, cf. Introducción,
pp. xvii-xxii de esta obra.
XXXI
XXXII
Margalit (ed.), The Scientific Enterprise, Dordrecht, Kluwer, 1992, pp. 228-229.
XXXIII
cada vez más profunda de los procesos que habían determinado las
corrupciones.
Su nueva fe le llevó a revisar la historia de la cristiandad, a
reinterpretar las profecías e incluso a intentar crear un nuevo lenguaje
universal que posibilitara la comprensión de las mismas.
Fueron surgiendo entonces de su fértil pluma cientos de páginas
sobre la historia de la fe cristiana en la cual, según su opinión, hay
un momento central, el del Concilio de Nicea (año 325), y un
concepto crucial definido en él: la afirmación de que el Hijo es
homoousios, es decir, de la misma naturaleza o sustancia que el Padre.
Sobre este gozne van a girar sus críticas a la Iglesia católica como
causante de la introducción de la «idolatría» trinitaria, su adhesión a
las ideas de Arrio,27 su vinculación ideológica a los tiempos, aún no
contaminados, del primitivo cristianismo, y un largo etc. Todos estos
datos hacen pensar en su pretensión de escribir una nueva historia,
desde la perspectiva arriana, sobre ese periodo de la fe cristiana.28
El acercamiento que Newton hace a estos temas está en estrecha
relación con su modo de interpretar las profecías bíblicas y con el
método de acceso a esta interpretación.
27
Westfall y sus contemporáneos hablan del arrianismo de Newton; pos
teriores estudios matizan la definición de sus creencias antinicenas hablando de su
vinculación al cristianismo preniceno, sus analogías con el judaísmo y sus similitudes
con un movimiento de su tiempo basado en la lectura de la Biblia y conocido con
el nombre de «socinianismo». Cf., entre otros: S. D. Snobelen, «Isaac Newton and
Socinianism: associations with a greater heresy», en F. Mühlegger y M. Mulsow
(eds.), Socinianism and cultural exchange: The European dimension of Antitrinitarian
and Arminian Newtworks, 1650-1720, Leiden, Brill, 2005, pp. 241-293.
28
Esta hipótesis la defienden varios autores. Cf. Snobelen, «Isaac Newton,
heretic: the strategies of a Nicodemite», en The British Journal for the History of
Science, 32 (1999), pp. 381-429, espec. pp. 384 y 389. Y José Manuel Cañas, quien
afirma que el manuscrito Yahuda 2.3 forma parte de ese proyecto, cf. «Ediciones
recientes de inéditos latinos de Isaac Newton sobre teología y Biblia. El manuscrito
2.3 de la colección Yahuda (Jerusalén)» (actualmente en prensa).
XXXIV
29
Cf. James E. Force y Richard H. Popkin (eds.), The Books of Nature and
Scripture: Recent Essays on Natural Philosophy, Theology, and Biblical Criticism in
the Netherlands of Spinoza’s Time and the British Isles of Newton’s Time, Dordrecht-
Boston-London, Kluwer Academic Publishers, 1994 (desde ahora, The Books).
30
Para una documentada vision de la envergadura de esta crisis cf. Scott
Mandelbrote, «Isaac Newton and Thomas Burnet: Biblical Criticism and the Crisis
of Late Seventheenth-Century England», en The Books, op. cit., pp. 149-178.
31
Cf. James E. Force y Richard H. Popkin, Essays, op. cit.
XXXV
XXXVI
36
Las reglas para interpretar las palabras y el lenguaje en la Escritura y para
establecer un método y una interpretación del Apocalipsis se encuentran en el
manuscrito de Newton Yahuda 1 y fueron editadas por Frank E. Manuel, The
Religion, op. cit., pp. 116-124.
37
Sobre este tema y sus implicaciones cf. tambien pp. lvii-lix.
38
Isaac Newton, Keynes MS 5, ff. 2 y ss.
39
Cf. fol. 1, p. 74 de esta obra.
XXXVII
Cf. Sarah Hutton, «More, Newton, and the Language of Biblical Prophecy»,
41
XXXVIII
45
A la exactitud en la fijación de las medidas cronológicas dedicó Newton una
extensa parte de los escritos histórico-teológicos inéditos que, en cierta medida,
se recogen en su obra The Chronology of Ancient Kingdoms Atended publicada en
1728.
46
En opinión de Mamiani, las reglas de los Principia son una versión tardía de
las elaboradas para el estudio de la profecía bíblica. Cf. Maurizio Mamiani, «The
rhetoric of certainty: Newton’s method in science and in the interpretation of the
Apocalipse», en M. Pera y W. R. Shea (eds.), Persuading Science, Canton, Science
History, 1991, pp. 157-172.
XXXIX
XL
XLI
XLII
XLIII
XLIV
56
Coincido con Westfall en que la búsqueda de la verdad fue el principal
y único motor de sus planteamientos científicos y teológicos. Recuérdense dos
anécdotas relatadas en Never at Rest, referidas al principio y final de su vida,
que se hallan respectivamente en pp. 88-89 y 862-863: «Two pages devoted to
Descartes's metaphysics bluntly interrupted the Aristotelianism of the texts he had
been reading. A few pages further on he entered the title, Questiones quaedam
Philosophicae, and laid out a set of headings under which to collect the notes from
a new course of readings. Somewhat later, he wrote a slogan over the title, “Amicus
Plato amicus Aristoteles magis amica veritas”». «Not long before his death, Newton
looked back over his life and summarized it for some unnamed companion, a
magnificient reflection which catches the essence of a life devoted to the pursuit of
the Truth: “I don’t know what I may seem to the world, but, as to myself, I seem to
have been only like a boy playing on the sea shore, and diverting myself in now and
then finding a smoother pebble or a prettier shell than ordinary, whilst the great
ocean of truth lay all undiscovered before me”».
57
Cf. Javier Leach Albert, «La relacionabilidad es la base del nuevo enfo
que científico y teológico», http://tendencias21.netLa-Relacionabilidad-es-la-base-del-
nuevo-enfoque-cientifico-y-teologico_a2311.html.
XLV
XLVI
60
Para un amplio y profundo estudio de estos supuestos, cf. Javier Leach,
«Mathematics, Reason and Religion», Pensamiento, Revista de Investigación e
Información Filosófica, vol. 64, n.º 242, serie especial n.º 2, 2008.
XLVII
XLVIII
62
Cf. p. LI, nota 68.
XLIX
LI
LII
Las tres hojas de tamaño folio están sin numerar y no hay ningún
signo que indique vinculación entre ellas ni con las de los cuadernillos.
En los cuadernillos, el autor sólo escribe texto continuo por un
lado de cada hoja; reserva las páginas de la derecha exclusivamente
para la escritura continua y las de la izquierda las considera
como un elemento auxiliar para correcciones o adiciones al texto
de la derecha cuando proceda; en cada página de la derecha
deja siempre un margen, también a la derecha, para anotar la
referencia de autores y obras citados.69 No todas las páginas de
la izquierda están escritas. En total contienen texto continuo 63
páginas de cuarto, 24 páginas contienen solamente correcciones
o intercalaciones y una contiene la palabra Commentarium, como
introducción a la parte que corresponde al comentario más deta
llado de las fuentes.
De las hojas de doble tamaño, dos están escritas en anverso y
reverso; una tiene dos planos en el anverso y el reverso en blanco.
El texto se ilustra con seis dibujos correspondientes al plano del
Templo o a la estructura de algunas de sus partes.
Problemas de composición
Aunque desde el primer momento fui consciente de las espe
ciales dificultades que la edición del texto conllevaría, comencé a
trabajar sirviéndome de microfilm y fotografías. Pero, a medida que
fui avanzando en el trabajo, pude comprobar que, aunque había
conseguido leer el texto sin lagunas, no podría resolver las dificultades
de composición sin estudiar directamente el original. Por esto y, para
mayor seguridad en las lecturas difíciles, realicé una nueva lectura
sobre el original y un detenido estudio del mismo.
La presentación formal del manuscrito provoca muchos proble
mas de composición ya que, aparentemente, podemos encontrarnos
ante tres bloques de textos: el de los cuadernillos sin numerar, el de
las tres hojas tamaño folio y el de los cuadernillos numerados. Pero
no son sólo las cuestiones formales las que plantean problemas de
composición, también hay cuestiones de contenido que dificultan la
solución de estos problemas.
Excepto en el folio 63, donde este margen se utiliza también para texto
69
continuo.
LIII
LIV
LV
LVI
LVII
LVIII
LIX
73
Biblia Sacra Polyglotta, ed. de B. Walton, London, 1657. Citada por Newton
en fol. 55, nota g.
74
L. Cappel, «Trisagion sive Templi Hierosolymitani triplex delineatio: una ex
Scriptura juxta mentem Villalpandi et descriptionem ab eo factam, altera ex Josephi
mente et descriptione, tertia ex Judaeorum in Talmude descriptione, et juxta mensuras
ab ipsis isthic traditas», en Biblia Sacra Polyglotta, ed. de B. Walton, vol. I, London,
1657, pp. 2-38.
LX
75
Cf. fol. 9, p. 81 de esta obra.
76
Jacobus Flesher, Critici Sacri sive doctissimorum virorum in SS. Biblia
Annotationes et Tractatus, London, 1660, Frankfurt, 16952, Amsterdam, 16983.
Se publicó también una sinopsis en 5 tomos, London, 1669-1676, dos tomos de
suplemento: Thesaurus Theol.- Philol., Amsterdam, 1700 y ss., y otros dos tomos:
Thesaurus Novus, Amsterdam, 1732.
Para los comentarios que hacen Drusius y Cappel en Critici Sacri cf. Annotata
ad Libros Propheticos Veteris Testamenti sive Criticorum Sacrorum, t. IV, anotaciones
a Ezequiel, pp. 6.007-6.083.
J. Drusius [1550 (Flandes)-1616]. Terminó sus estudios en Cambridge y
fue uno de los principales cultivadores de los estudios escriturísticos dentro del
protestantismo calvinista.
L. Cappel [1585 (Francia)-1658]. Calvinista, erudito, teólogo y hebraísta,
hermano del teólogo Jaime, considerado como el fundador de la crítica bíblica.
En Critica Sacra, sive de variis quae in sacris V.T. libris occurrunt lectionibus l. VI,
subjecta est quaestio de locis parallelis V et NT, París, 1650, sostiene y demuestra que
el texto del AT y, en parte, del NT ha sido alterado por los copistas hasta el punto
de no poderse restablecer científicamente los textos establecidos.
77
Newton consulta en Critici Sacri, Tractatuum Biblicorum vol. prius: sive
Criticorum Sacrorum, los tratados de Arias Montano que vienen editados como
Antiquitatum Judaicarum libri IX in quis, praeter Judaeae, Hierosolymorum, et
Templi Salomonis accuratam -delineationem, praecipui sacri ac profani gentis
ritus describuntur. Creo que especialmente debió de consultar Beseleel sive de
Tabernaculo, pp. 609-618, Ariel sive de Templi fabrica et structura, pp. 618-632,
Aaron sive sanctorum vestimentorumque summa descriptio, pp. 632-638, y Thubal-
Cain sive De mensuris sacris, pp. 638-672. El único que Newton menciona es el De
LXI
LXII
80
Cf. fol. 40, p. 108, de esta obra.
LXIII
apoyo del texto hebreo, del de Septuaginta o de las otras versiones que
coteja. El texto latino resultante, una vez introducidas estas variaciones,
está ya considerablemente alejado de Vulgata.
El número de variantes aceptadas por Newton en su comentario
que modifican el texto básico es de treinta y siete,81 lo que supone
una muy intensa labor de revisión. De estas treinta y siete variantes,
treinta y cinco están apoyadas en Septuaginta, coincidiendo o no con
diferentes versiones; una variante procede de Jerónimo, coincidiendo
con la versión siríaca en un lugar en que el mismo Jerónimo no
coincide con Heb. vulg.; por último, otra variante, consistente en
cambio de singular por plural, es una conjetura del mismo Newton
apoyándose en el contexto.82
Podría decirse, aunque con cautelas, que el texto producto de la
revisión, una vez hecho el comentario, es prácticamente una nueva
traducción latina, pues el distanciamiento con la Vulgata es ya muy
notable. Newton evidencia así una actitud profundamente crítica y
revisionista de Vulgata. Esta actitud la expresa, en varias ocasiones,
en el comentario, con muy duras críticas a Jerónimo como traductor:
«El traductor latino traduce pésimamente», dice en dos ocasiones
refiriéndose a Ezeq. 42, 3 y 41, 9 (fol. 11); una vez dice: «La versión
latina, muy corrupta» aludiendo a Ezeq. 40, 44 (fol. 11), y en otra
ocasión afirma: «Jerónimo, en un ejemplar corrompido por el uso»,
frase referida a Ezeq. 40, 5 (fol. 44).
Pero la actividad filológica de Newton en el comentario no se
reduce a la elección de variantes sin dar razón de ellas, sino que el
autor, en bastantes ocasiones, discute las variantes elegidas por otros
81
Normalmente la variante consiste en el cambio de una palabra por otra,
producto casi siempre de una mala lectura, pocas veces se propone la supresión de
varias palabras que han sido repetidas por inadvertencia del copista.
82
El autor elige la variante de Septuaginta (acompañada o no por otras versiones)
en los siguientes lugares: 40, 2 (coincide con Aquila). 6 (dos veces). 7. 8 (en el
manuscrito alejandrino, coincide con Jerónimo, versión siríaca y versión árabe). 9.
14. 17. 20. 23. 24. 32. 36 (coincide con Jerónimo). 37 (coincide con Jerónimo). 44
(dos veces). 49 (coincide con Aquila y Teodoción); 41, 1. 3 (dos veces). 9 (dos veces,
en una de ellas coincide con Jerónimo y Jonatán). 10 (en el manuscrito alejandrino,
coincide con la versión árabe). 16 (coincide con la versión árabe). 22; 42, 1 y 2 (en el
manuscrito alejandrino, coincide con la versión árabe). 4. 9. 10. 11 (dos veces). 15.
16. 17.
El autor elige la variante de Jerónimo en 42, 12 (coincide con la versión siríaca).
Newton hace su propia conjetura en 40, 14.
LXIV
83
La revisión de su biblioteca personal nos puede dar idea de hasta qué punto
se había dedicado al cultivo de las lenguas; poseía muchos y variados diccionarios:
seis de griego, otros seis de griego y latín, cinco políglotas (dos de ellos incluyendo
lenguas orientales), tres de hebreo, dos de latín-inglés, uno de latín, uno de caldeo,
otro de siríaco, dos de francés, uno de francés-inglés, uno de francés italiano y otro de
holandés-latín. También tenía varias gramáticas: cinco griegas, dos hebreas, una inglesa,
una latina y una española (cf. J. Harrison, The library of Isaac Newton, Cambridge-
London-New York-Melbourne, Cambridge University Press, 1978, pp. 68-69).
LXV
LXVI
LXVII
LXVIII
Sobre el título
Sobre las opciones de la edición frente al problema del título, cf.
supra: «El manuscrito: sus características físicas».87
87
Cf. p. 52.
LXIX
Sobre la numeración
LXX
Sobre el contenido
Si el autor hubiera tenido ocasión de preparar el manuscrito para
su publicación, seguramente habría hecho algunas indicaciones del
contenido de las diferentes partes de su texto, a manera de sumario.
No he querido introducir ninguna indicación en el texto mismo
de acuerdo con mis criterios de restringir mis propias intervenciones,
pero he intentado suplir esta carencia elaborando un sumario del
contenido de la obra que he situado antes del comienzo de la edición.
LXXI
******
LXXII
ISAAC NEWTON
EL TEMPLO DE SALOMÓN
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
61
62
63
64
65
66
67
68
69
EL TEMPLO DE SALOMÓN
Prolegomena ad
Lexici prophetici
Partem secundam in quibus agitur
De forma Sanctuarii Judaici
Edición Príncipe
I
1-6
Título de la obra y preámbulo donde se expresa el motivo religioso
de la misma (1). Medidas generales del Tabernáculo de Moisés y del
Templo de Salomón, que duplican las del de Moisés (1-3). Descripción
del segundo Templo con algunas alusiones a las obras realizadas en
tiempos de Zorobabel, Ciro, Simeón el Justo y Herodes (3-6).
6-12
Comienza la descripción de los atrios según la visión de Ezequiel
(6). Dimensiones, según Ezequiel, de las puertas de uno y otro
atrio ilustradas con un plano; comienza el comentario más breve de
la visión de Ezequiel (8). Dimensiones del atrio interior y exterior
con sus pórticos (8-10). Ampliación del comentario a algunos versos
anteriormente comentados (11).
II
Comentario (12-69)
13-41
Descripción del altar con interpolaciones que aclaran a veces de dónde
proceden los errores de la tradición (13-14). Descripción del Templo con
especial detenimiento en los pórticos; confrontación de diferentes fuentes
y discusión de sus medidas con interpolaciones aclaratorias o ampliatorias;
describe también lo que hay que corregir de la visión de Ezequiel para
imaginar el Templo de Salomón a través de sus palabras (14-41).
43-57
Comentario extenso de la visión de Ezequiel ilustrado con planos e
interpolaciones: caps. 40, 1-49; 41, 1-26; 42, 1-20; 43, 1-7; 46, 19-24.
58-69
Completa el autor la descripción del Templo de Salomón comparando
todos los Templos entre sí y supliendo lo que Ezequiel omitió en relación
a los de Salomón y Herodes.
* Los números remiten a la numeración interna de la edición.
[fol. 1]
Prolegomena
ad
LEXICI PROPHETICI
partem secundam,*
in quibus agitur
De forma Sanctuarii Judaici
74
[pág. 1]
Prolegómenos
a la parte segunda del
LÉXICO DE PROFETAS*
en donde se trata
De la forma del Santuario Judío
Todos los autores reconocen que las cosas futuras se presentan como
en esbozo en la organización legislativa, y esto lo atestigua bastante
ampliamente el Apóstol Pablo (Col. 2, 17 y Heb. 8, 5 y 9, 23). De aquí
se deduce que aquella organización legislativa ha sido un sistema mejor
que el mundo natural para que los profetas tomaran sus imágenes; se
explica también que el Apoc. tome la mayoría de sus imágenes de este
tipo y que aquella organización legislativa y el Apoc., de modo semejante
a ella, al profetizar sobre las mismas cosas, se expliquen mutuamente y
no puedan comprenderse del todo separadamente. El libro sellado en
la mano del que se sienta en el trono es, pues, el mismo libro de la ley,
como después se mostrará, y sus sellos se abren en el Apoc. Así pues,
hay que considerar el mundo israelita y exponer la significación de sus
partes y de sus ceremonias. Y ante todo hay que examinar el Santuario,
donde se cumplían las acciones legales, que fue triple: el Tabernáculo
hasta Salomón, el primer Templo hasta la cautividad babilónica y el
segundo Templo hasta la cautividad bajo los romanos. Hay que conocer
la forma de éstos si queremos averiguar su significado.
El lugar santísimo del Tabernáculo tuvo diez codos de ancho y otros
tantos de largo, el lugar santo diez codos de ancho y veinte de largo, el
altar de oro un codo de longitud y de anchura, el gran altar
74
manuscrito. Para explicación de esta hipótesis editorial, cf. pp. liv-lv de esta obra.
75
1
La letra a hace referencia al apartado a del Comentario, pág. 13 del manuscrito.
Para explicación de esta hipótesis editorial, cf. pp. liv-lv de esta obra.
75
44, 17. 19). Et cubiculis uttumque cinxit (1 Paralip. 28, 12; Ezek. 40,
17. 44). Erant autem attia illa concentrica, eo quod portae omnes attii
utriusque aequales erant et ab extetiore facie ad interiorem faciem quin
quaginta cubiros longae er inter portam unam quamque atrii exterioris
et oppositam portam atrii interioris intercedebant cubiti centum (Ezek.
40), ita ut atrii exterioris latera singula extrinsecus fuetint cubiros quin
gentos longa (Ezek. 42, 20). Er his atriis plura non memorantur in Tem
plo Solomonis, praeter artiola coquorum et suburbanum quinquaginta
cubitis latum, quo totum cingebatur (Ezek. 45, 2).
Porro in petibolo attii interioris locabantur Sacerdotes. Summus
Sacerdos cum Vicariis suis et Synedrio magno occupabant latus dignis
simum ad Orientem. Sequebantur ad Aquilonem et Austrum Praefecti
miniisteriis Templi et altaris, deinde et viginti quatuor Prineipes Sacer
dorum singuli proprium habentes cubiculum et ultimo ad latera loci
separati Sacerdotes inferiores cubicula communia illic habentes ubi
comedebant sacrificia et vestes sacras induebant. Extetius in attio ma
gno versabatur populus omnis et in cubiculis quibus illud cingebatur
sacrificia manducabat.
Babyloniis hoc Templum evertentibus Zerubbabel iisdem fere fun
damentis ut par erat sed magnificentia minori Templum denuo aedifi
cavit una cum atrio interiore quod ad ministerium Templi necessarium
erat. Sed cum atrium exterius, longe magnificentissimum quidem et
amplissimum ac tribubus universis destinatum, nec facile restitui pos
set, nec brevibus duorum tribuum reliquiis necessarium esset, ejus loco
extructum est ad orientale latus atrii Sacerdotum atrium novum quod
populo reduci quidem sufficeret, cuius tamen angusta fundamenta se
niores qui Templum prius viderant lugebant vehementer (Ezra 3, 12).
Despectam aedifieiorum formam minime lugebant. Haec nondum sur
rexerant.
76
rodeó con estancias uno y otro (l Crón. 28, 12; Ezeq. 40, 17. 44). Pero
aquellos atrios están concéntricos, por ID cual rodas las puertas de uno y
otro eran iguales; desde la cara exterior hasta la interior tenían cincuenta
codos de largo, y entre una puerta cualquiera del atrio exterior y la puerta
opuesta del atrio interior mediaban cien codos (Ezeq. 40), de tal manera
que cada uno de los lados del atrio exterior por la parte de fuera tenía
quinientos codos de largo (Ezeq. 42, 20). Y de estos atrios no se recuerda
en el Templo de Salomón más que los atrios pequeños de los cocineros y
una zona libre de cincuenta codos de ancho, con la que se rodeaba todo
el espacio (Ezeq. 45, 2).
A su vez, en el períbolo del atrio interior se colocaban los Sacerdotes.
El Sumo Sacerdote con sus Vicarios y el gran Sanedrín ocupaban el
lado más digno hacia el Oriente. Le seguían, al lado del Aquilón y del
Austro, los Prefectos encargados de los ministerios del Templo y del
altar, después, además veinticuatro Príncipes de los Sacerdotes, cada uno
de los cuales tenía su propia estancia y, por último, a los lados del lugar
separado, los Sacerdotes inferiores tenían estancias comunes allí donde
comían los sacrificios y se vestían las vestiduras sagradas. Más al exterior,
en el gran atrio, se encontraba habitualmente todo el pueblo y consumía
los sacrificios en las estancias que rodeaban a aquél.
Al destruir los babilonios este Templo, edificó Zorobabel de nuevo
un Templo casi con los mismos cimientos, muy semejante pero con
menor magnificencia, junto con un atrio interior que era necesario para
el ministerio del Templo. Pero como el atrio más externo, ciertamente el
más rico con mucho y el más amplio, destinado a todas las tribus, no podía
fácilmente reconstruirse ni era necesario para los pocos que quedaban de
las dos tribus, se construyó en el lugar de éste, aliado oriental del atrio
de los Sacerdotes, un atrio nuevo que fuera suficiente para el pueblo
que retornaba; pero los cimientos de éste eran tan angostos que los más
ancianos, que habían visto el Templo anterior, lloraban vehementemente
(Esdras 3, 12). No lloraban por la despreciable apariencia de los edificios
ya que éstos aún no habían sido construidos.
76
Judaeis suis in cultum necessaria erant vix tandem aedificare valuit, tan
tum abfuit ut in usum gentium conderet
77
[pág. 5] Tampoco Ciro quiso que se edificara otro más amplio
pues decretó que la Casa de Dios se edificara con una altura de sesenta
codos y una anchura de sesenta codos de forma que hubiera tres hileras de
piedras sillares y una hilera de madera nueva (Esdras 6, 3. 4). Es claro
que por las tres hileras de piedras y la hilera de madera se entiende el
ámbito del atrio interior según 1 Re. 6, 36, donde se describe que así
se había edificado aquel atrio. Así pues, Ciro mandó que se edificara el
Templo, el atrio más interno y nada más. Y de esta manera el nuevo
atrio, construido con un sencillo muro, apenas era digno de que Ciro lo
mencionara en un edicto suyo tan conciso. Este santuario se mantuvo sin
un atrio grande hasta los tiempos de Alejandro Magno y posteriormente,
según se deduce de Hecateo, escritor pagano de aquellos tiempos. Éste
recuerda Judea, la ciudad de Jerusalén y el Santuario describiendo el
períbolo del atrio interior con sus puertas, y lo que está más al interior,
pero del períbolo del exterior del atrio no dice ni una palabra, aunque
después que se reconstruyó aquel períbolo era más esplendoroso y atraía
más las miradas de todos hacia él. Así pues, los judíos construyeron
éste en una época posterior, seguramente bajo Simón, hijo de Onías,
Pontífice Máximo, a quien suelen llamar Simeón el Justo. Éste en su
tiempo fortificó el Templo y fue construida por él mismo la altura del doble
[pórtico], el alto contrafuerte del períbolo del Templo (Eclo. 50, 1. 2). Por
fin, Herodes y los sucesores de éste solamente completaron la obra con
edificios más suntuosos.
En este Templo, los varones de Israel eran admitidos en el margen
oriental del atrio de los Sacerdotes y por esto aquel margen se llamaba
atrio de Israel. Al atrio nuevo que Zorobabel había fundado en el lugar
del gran atrio y que se llamaba atrio de las mujeres, entraban tanto
mujeres como varones. Y al atrio grande entraban incluso los gentiles.
Quienes habían pisado libremente el suelo de aquel atrio,
77
78
idólatras un atrio mayor y más rico que el que usaba el propio pueblo o
que por alguna razón había servido para el culto de los idólatras, de los
hijos de la perdición cuyas preces Dios rechaza, cuyo trato estaba pro
hibido a los judíos (Hechos 10, 28 y 11, 3; Gal. 2, 12) y cuyo excesivo
número se despreciaba en Judea en aquel tiempo. La toma de Judea y la
dominación pagana sin duda abrieron a éstos la entrada al lugar sagrado.
De ahí que a este atrio se le llamara atrio de los gentiles y, por la profecía
de Isaías (2, 2) entendida incorrectamente, Monte de la Casa; allí, como
en un lugar profano, el pueblo comerciaba. Y con el nombre de santo
designaba al santuario interior, como si el atrio exterior no hubiera sido
santo. Dios, previendo todas estas cosas, las corrige así por el profeta
Ezequiel.
En la descripción del Templo omite el atrio de las mujeres y sola
mente dice de los dos atrios descritos que un muro de quinientos codos
de largo y ancho por la parte de fuera dividía el espacio entre el santuario
y el lugar profano (Ezeq. 42, 20), y de nuevo dice: Esta es la ley de la Casa,
en lo más alto del monte; todo el limite de ésta está en el circuito del Santo
de los Santos. Esta es la ley de la Casa (43, 12). Finalmente coloca a los
Sacerdotes en el atrio interior y a todo el pueblo en el exterior (44, 19 y
46, 20. 24), y no permite que el Príncipe y el pueblo entren al margen
oriental del atrio de los Sacerdotes, sino que manda que hagan la ado
ración situándose junto al umbral de la puerta interior oriental (46, 2.
3). Y reprende así a los judíos por haber admitido en el santuario a los
gentiles: Esto dice el señor Dios: que os basten ya todos vuestros crímenes,
casa de Israel, porque indujisteis a los hijos ajenos, incircuncisos de corazón
e incircuncisos de carne, a que estén en mi Santuario y ensucien mi Casa,
y entre tanto vosotros ofrecéis mi pan, grasa, y sangre, y disolvisteis mi pacto
con todas vuestras abominaciones. Y no conserváis la custodia de mi San
tuario, sino que pusisteis guardias de mi custodia para vosotros mismos en
mi santuario. Así dice el Señor Jehová: Ningún hijo de extranjero de ningún
hijo de extranjero, que viva en medio de los hijos de Israel, incircunciso de
corazón e incircunciso de carne, entrará en mi Santuario (Ezeq. 44). Estas
cosas sucedieron a los catorce años después de la caída del primer Tem
plo. A esto se refiere también
[pág. 7] lo que había dicho con Isaías al hablar no de las gentes
idolátricas, sino de los judíos y prosélitos futuros: Mi casa será llamada
Casa de oración por todos los pueblos. Cristo aplicó estas palabras al atrio
más exterior y reprendió gravemente a los judíos por la profanación
de éste, tan fuertemente como permitían los tiempos. Así pues, a los
gentiles idólatras, cuyas preces son abominables, no los expulsó para que
78
79
[pág. 8] Dimensiones de las puertas de uno y otro atrio (Ezeq. 40)
ilustradas con un esquema 2.
Vers. 5 El Ángel midió la anchura del muro externo AS con una
caña de seis codos y la altura de éste con una caña.
V. 6 Después, la anchura del umbral de la puerta BC con una caña
y la otra anchura del umbral CT con una caña.
V. 7 Después de esto, la longitud DE, FG, HJ de uno y otro lado
de las tres estancias iguales destinadas a los vigilantes de las puertas, y
la anchura ER, etc., cada una con una caña. Y los espacios entre las
estancias EF, GH, cada uno de cinco codos, y el umbral de la puerta de
una caña KL.
V. 8 Y la otra anchura de este umbral LV era de una caña.
V. 9 Y el vestíbulo de la puerta MN era de ocho codos y el frente
de ésta OP de dos codos.
V. 11 Y la anchura del umbral externo OY era de diez codos y la
anchura de la puerta NX de trece codos.
Hasta aquí el Ángel midió todas las cosas con orden, las midió
cuando ya retrocedía.
V. 12 Y la anchura rs del límite o del borde de delante de las
cámaras era de un codo.
V. 13 Y la anchura de la puerta desde la pared de la estancia hasta
la pared de la estancia inclusive, avanzando según la línea que va desde la
entrada de la puerta ac hasta la entrada Rd era, en efecto, de veinticinco
codos aR.
V. 14 y 16 E hizo las fachadas hasta el interior de la puerta por un
espacio de sesenta codos hasta la fachada del atrio OP alrededor, por
los rebordes de las puertas. Aquel espacio es: BC (6) + CD (3 1/2) +
DJ (28) + JK (3 1/2) + KL (6) + LM (3 1/2) + MN (8) + NO (1 1/2)
= 60.
V. 15 Y desde la cara de la puerta exterior hasta la cara de la puerta
más interior, es decir, de B hasta P, había 50 codos. Seguramente BC (6)
+ DJ (28) + KL (6) + MN (8) + OP (2).
V. 17, 18 Hechas todas estas medidas dentro de la puerta, Ezequiel
2
Aquí un plano, cf. p. 8 del facsímil.
79
5
Cf. p. 9 del facsímil.
80
fue conducido hacia el atrio y vio en primer lugar las treinta estancias
por todos los lados en el pavimento inferior (fig. 23). A los lados de la
puerta estaba el pavimento inferior BH; en éste había cinco estancias y
así, de este modo, en los otros seis pavimentos, de manera que en total
había treinta estancias. Y todas éstas se apoyaban en columnas (42, 6),
para que el pueblo se refugiara allí en tiempo de lluvia.
V. 19 Y el Ángel midió la distancia mínima BC, de cien codos, de
las dos puertas orientales de uno y otro atrio. Aquí, en lugar de y hacia el
Aquilón, lee con Setenta: Y me condujo hacia el Aquilón.
V. 20, 21, 22, 23 La puerta del atrio Boreal exterior F es de
cincuenta codos de larga, veinticinco de ancha y en todo semejante e
igual a la puerta oriental A. Y la distancia mínima FG de las puertas
occidentales de uno y otro atrio es de cien codos.
V. 24, 25, 26, 27 La puerta austral es semejante e igual a las demás,
y dista de la puerta opuesta a la austral del atrio interior cien codos. Y
hasta estas tres puertas del atrio exterior se sube por siete escalones.
V. 28 Y a continuación, hasta el versículo 37, la puerta austral,
oriental y boreal del atrio interior son semejantes e iguales a las puertas
del atrio exterior, y hasta estas tres se sube por ocho escalones.
V. 30 Falta en Setenta y está corrompida la repetición del último
período del verso precedente, donde se pone evidentemente cinco en
lugar de veinticinco.
V. 39, 40, 41, 42 En la puerta boreal, justo delante de ella, hay
ocho tablas de piedra para uso de los sacrificios como se describe en la
fig. 2.
V. 44, 45, 46 Al lado de esta puerta boreal estaba el atrio RmmN, y
en él la sala f destinada a los Sacerdotes que se encargaban de la custodia
del Templo, y una sala semejante había junto a la puerta austral para los
Sacerdotes que tenían la custodia del altar. Estas salas miran al atrio más
interior.
V. 47 La longitud KJ del atrio interior Jklo era de cien codos, la
anchura JL de otros tantos. Así pues, había dos atrios concéntricos.
V. 48, 49 pr = 5 codos; pq = 6 codos; st = 11 codos (o según
Setenta = 12 codos); sv = 20 codos. Y se ascendía al pórtico del Templo
por 10 escalones.
Cap. 41 V. 1, 2 wx = 6; xs = 10; ya = 20; yz = 40 codos.
V. 3, 4 bd = 2 codos; bc = 6 codos; bc + la cavidad de pared que
abarca la entrada = 7. eg = ef = 20 codos.
V. 5, 6<,7> La anchura de la pared del Templo hasta el fondo de la
3
Cf. p. 9 del facsímil.
80
Let the chambers cz be of me same breadth with the others ml. And the corner
courts Z, Y, X, W open into the cloisters, and the rooms MG be on the side GP or
rather PH. And make thre schemes, the first for measuring gates, the second for
measuring the courts, the third for measuring the Temple with the cellae and Priests
chambers.
The side walls of the Priests chambers because of the 2 walks above let into it
which cannot take up lesse there a cubit thereof or a cubit and a half a piece must
be 3 or 4 cubits thick below at least. Deduct that from the 20 cubits foundation and
there will remain about 12 cubits the breadth within. To the length of the court ln
100 add the thicknes of the courts walls 3 + 3 cub. And from the sum deduct 6 or 8
cubits the end walls and 4 or 6 cubits more for partitions and there will remain about
96 cubits which will make 8 square chambers of 12 cubits square: which added to 4
more in the half length Zc will make 12 chambers on a side.
The Jews report that Solomons Temple was 70 cubits broad behind lk. Of this
and many other things see Drusius or Capellus de Templo in the Criticks.
The same God gave the dimensions of the Tabernacle to Moses and Temple with
its courts to David and Ezekiel and altered not the proportions of the area's, but only
doubled them in the Temple, abating the thickness of the walls which are not recco
ned. So then Solomon and Ezekiel agree, and are double to Moses.
6
La parte superior de la pág. contiene un texto en inglés, transcrito más arriba,
y un plano.
81
4
La parte superior de la pág. contiene un texto en inglés, cuya traducción
figura más arriba, y un plano.
81
82
82
83
83
[fol. 11] Ezek. 40. V. 14, 16. Et jam Angelus redeundo fecit fron
tes ad interiora portae per spatium sexaginta cubitorum usque ad atrii
frontem OP in circuitu portae dimensum, id est pergendo non secun
dum lineam rectam sed per ambitus et flexuras portae BCDJKLMNO.
Est utique BC (6) + CD (3 1/2) + DJ (28) + JK (3 1/2) + KL (6) + LM
(3 1/2) + MN (8) + NO (1 1/2) = 60.
Ib. Vers. 44 Heb. et Versio latina valde corruptae sunt. Ezekiel jam
ducitur in atrium interius et ubi ducitur de loco in locum solet id expri
mere. Lege ergo cum Septuaginta: Et eduxit me in atrium interius et ecce,
duae exedrae in atrio interiore una (f) a tergo (vel ad latus) januae borealis
respiciens ad Austrum, altera a tergo januae australis respiciens ad Boream.
Ut Ezekiel ubi primum venit in atrium exterius expressit cubicula in eo
conspecta, sic etiam facit in hoc atrio interiore. Exedra prior f Sacerdo
tibus destinatur qui excubant in custodiam, posterior Sacerdotibus qui
excubant in ministerium Altaris. Quae de cantoribus et janua orientali
in hebraeo jam leguntur non occurrunt in Septuaginta et sensum valde
perturbant. Certe Levitae in atrio Sacerdotum cubiculos non habent:
multo minus in loco nobiliore quam Sacerdotibus conceditur.
Ezek. 41, 6 Et gazophylacia lateralia, laterale supra laterale, erant tri
ginta ter dupliciter. Ita Septuaginta optime. Id est erant triginta ter juxta
Templum et alia triginta ter ex adverso laterale contra laterale: nempe
triginta infima, triginta media et triginta suprema. In Hebraeo sic est. Et
lateralia, laterale supra laterale erant tria, et triginta Myimf(jpa (sic enim vox
84
84
punctanda est) duabus vicibus. Id est lateralia laterale contra laterale se
cundum altitudinem tria erant, secundum longitudinem triginta idque
duabus vicibus, hinc triginta et illinc triginta congruenter versioni Sep
tuaginta. Vide Ezek. 41, 16 et 1 Reg. 6, 6 de tribus ordinibus et Joseph.
Antiq. 1 8. c 3 de 30.
Vers. 8 Et vidi ad altitudinem Domus undique (i.e. per ejus tres
ordines cellarum) fundamenta cellarum lateralium calami sex cubito
rum. Septuaginta pro fundamento habent dia/shma. Quia cellae supe
riores, latiores erant sed non longiores quam inferiores ideo ponitur hic
mensura intervallum cellarum longitudinum per totam Domus altitu
dinem.
V. 9 Latine sic et erat interior Domus in lateribus Domus. Sed illa
Domus interior non legitur in Heb. Et Septuaginta legunt: Et spatium
relictum erat inter lateralia Domus. Id est via in medio lateralium hinc
inde. Illud spatium relictum et latinus pessime vertit interior Domus, in
Hebraeo dicitur t@ybe xn@fmu sed xnm significat non interius sed liberum et
vacuum, locum aedificiis non occupatum, aream interjectam; et mox
versu 11 exponitur de area quam ostia cellarum hinc inde respiciebant
quaeque dicitur cubitos quinque lata undique in circuitu et quod pro
xime in Hebraeo jam legitur tyb Domus, Septuaginta vertebant a)name/-
son adeoque legebant Nyb. Lege ergo Nyb cum Septuaginta et sensus per
spicuus erit. Sic enim vertetur verbatim. Et quod vacuum [erat] inter
lateralia quae juxta Domum. Id est quod restabat de aedificiis erat platea
inter cellas laterales quae sitae erant ad partes parietis Domum versus.
Vel ut Septuaginta breviter vertunt: Spatium relictum erat inter lateralia
Domus.
V. 10 Et inter exedras latitudo cubitorum viginti circa Domum
undique. Per exedras hic non intelligit exedras Sacerdotum (illae nec
circa Domum undique sitae erant, neque hactenus speculatae nedum
nominatae fuerant) sed cellas laterales. Et mensura haec non est lati
tudo areae interjectae (illa erat cubitorum tantum quinque V. 12) sed
latitudo cellarum inclusive, latitudo spatii totius extra Templum quam
cellae occupabant. Unde postea exedras Sacerdotum describens dicit
eas esse hinc e regione viginti quae in atrio interiore et inde e regione
pavimenti quod in atrio exteriore. Non dicit e regione pavimenti quod
in atrio interiore sed e regione viginti, designans non plateam inter cel
las sed totam cellarum structuram viginti cubitos latam, quasi dixis-
85
que puntuar esta palabra) en dos veces. Es decir, los laterales, superpuestos,
según la altura eran tres, según la longitud eran treinta, y esto por dos
veces, los treinta de un lado y otro congruentes con la versión de Setenta.
Véase Ezeq. 41, 16 y 1 Re. 6, 6 sobre los tres pisos y Josefo Antig. l 8 c.
3 sobre los treinta <aposentos>.
Vers. 8 Y vi hasta la altura de la Casa por todas partes (es decir, por
los tres pisos de dependencias de ésta) los cimientos de las dependencias
laterales de una caña de seis codos. Setenta pone en lugar de cimientos
dia/shma. Porque las dependencias superiores eran más anchas pero no
más largas que las inferiores, por esto se pone aquí como medida el
espacio de la longitud de las dependencias en toda la altura de la Casa.
V. 9 En latín se dice así: Y había un espacio interior de la Casa en
los laterales de la Casa. Pero aquel interior de la Casa no se lee en el texto
hebreo. Y Setenta lee: Y el espacio restante estaba entre los laterales de la
Casa. Es decir, el espacio de en medio de los laterales de uno y otro lado.
Aquel espacio restante también la versión latina lo traduce pésimamente
como interior de la Casa; en hebreo se dice t@ybe xn@mf u pero xnm no significa
interior sino libre y vacío, lugar no ocupado por edificios, zona intermedia;
y, además, en el verso 11 se habla del espacio hacia el que miraban las
entradas de las dependencias de uno y otro lado que, se dice, tenían cinco
codos de ancho por todas partes en perímetro, y lo que inmediatamente
después se lee en hebreo tyb Casa, Setenta lo traducía por a)name/son
y por tanto leían Nyb. Lee pues Nyb con Setenta y el sentido será claro.
Así se traduce literalmente: Y el espacio vacío que quedaba estaba entre los
laterales de junto a la Casa. Es decir, lo que quedaba desde los edificios era
un patio entre las dependencias laterales que estaban situadas junto a las
partes de la pared mirando a la Casa. O como más brevemente traduce
Setenta: Quedaba un espacio entre los laterales de la Casa.
V. 10 Y entre las salas que había alrededor de la Casa por todos lados
la anchura era de veinte codos. Por salas aquí no entiende las salas de
los Sacerdotes (aquéllas no estaban situadas alrededor de la Casa por
todos lados y hasta aquí no se las había visto ni nombrado), sino las
dependencias laterales. Y esta medida no es la anchura del espacio
intermedio (aquél era solamente de quince codos V. 12), sino la anchura
de las dependencias inclusive, la anchura de todo el espacio de fuera
del Templo que ocupaban las dependencias. De donde, al describir
posteriormente las salas de los Sacerdotes dice que éstas estaban, por
un lado, enfrente de los veinte [codos] que había en el atrio interior
y, por otro, enfrente del enlosado que había en e! atrio exterior. No
dice enfrente del enlosado que está en el atrio interior, sino enfrente de los
veinte, designando no el patio de entre las dependencias, sino toda la
85
set, e regione cellarum. Ubi igitur dicit inter exedras latitudinem esse
cubitorum viginti intellige illud inter inclusive, perinde ut portae latitu
do in 40, 13 a pariete cubiculi ad parietem cubiculi mensurati dicitur.
Designat enim Nyb non intervalli terminos 7sed situm mensura et a Sep
tuaginta apte redditur a)name/son. Per medium exedrarum, transversim,
vel secundum lineam quae tendit inter exedras mensuravit cubitos vi
ginti.
V. 15 Myqiyt@i)a Hic dicuntur Ambulacra krqh et lp et postea Myqiyt@i)
a dicuntur etiam ambulacra tria seu porticus undique inter tres ordines
cellarum lateralium (vers 16) ut et ambulacra ad latera exedrae sacerdo
talium (42, 3. 5) et quantum sentio generaliter significat porticum vel
ambulacrum sive tectum sive desuper apertum.
Cap. 42, 3 Latinus quem Villalpandus sequitur vertit porticus jun
cta porticui triplici. Hebraeus habet porticus contra porticum in triplo.
Septuaginta congruenter a)ntipro/swpoi stoai\ trissai/.
V. 10 Suspicor Mydqh Krd ad Orientem pro Mwrdh Krd ad Austrum
vitio librarii scriptum esse. Nam Septuaginta hic Austrum habent et8
[fol. 10]9 Ezek. 40, 14. Et jam Angelus redeundo fecit frontes (se
dilibus forsan interjectis) ad interiora portae per spatium sexaginta cu
bitorum usque ad atrii frontem OP in circuitu portae, id est pergendo
non secundum rectam sed per ambitus et flexuras portae intrinsecus
quas jam ante dimensus fuerat. Id est in circuitu CD (3 1/2) + DE + ER
+ dF + FG + Ge + fH + HJ (42) + JK + LM (7) + MN (8) + NO (1 1/2)
= 62: e quibus aufer latitudinem trium ostiorum (2) et restabunt 60
cubiti. BC, KL et OP re1icta sunt plane ut Architecturae ratio postulat.
Ezek. 42, 4 Via cubiti unius in Hebr. At Septuaginta vertunt via
cubitorum centum. Legebant ergo h)m centum ubi jam legitur tx) unus.
Et recte. Nam Angelus hic mensurat 10ambulationis latitudinem cubito
rum decem et viam ejus seu iter id est longitudinem viae ejus cubitorum
centum. Ponit enim Krd iter Ambulacri pro longitudine eius.
7
En el manuscrito aparece sed dos veces por error.
8
El texto se interrumpe aquí (cf. infra).
9
El texto que sigue corresponde a la página 10 y está en posición invertida. Lo
editamos aquí porque nos parece que ha sido añadido después de la página 11 (cf.
«Estudio crítico y filológico», p. lvi).
10
En el manuscrito aparece por error ambultionis.
86
86
[fol. 13] 11
11
Contiene solamente la palabra Commentariun en ángulo inferior derecho.
12
Cf. Ezek. 43,13-17. En el manuscrito se inserta aquí un plano.
87
[pág. 12] 7
[pág. 14] de aquellos tiempos, (en Josefa, Contra Ap. l. 1); pero
después, al no entender la expresión matemática de 9llevar la longitud
a la anchura, las palabras de Ezequiel se interpretaron erróneamente
7
Contiene la palabra Comentario en ángulo inferior derecho.
8
Cf. Ezeq. 43, 13-17. En el manuscrito se inserta aquí un plano.
9
Se refiere a la expresión duodecim cubiti longitudinis in duodecim cubitos
latitudinis y que hemos traducido: doce codos de largo por doce de ancho.
87
88
88
89
89
sobre
exedra.
90
90
[fol. 18] sub dio spatium variabatur, omnium quidem generum lapi
dibus stratum: qua vero ad secundum fanum ibatur cancellis septum saxeis
ad tres cubitos altis nimiumque grato opere factis. Hoc septum tam austrino
quam septentrionali latere patebat ternis aequidistantibus januis, ab Orien
te vero una magna per quam intrarent casti cum uxoribus. [Accedebant
autem gentes etiam usque ad septum illud] ubi aequis dispositae inter
vallis columnae stabant legem castimoniae praemonentes aliae graecis aliae
latinis literis in locum sanctum transire alienigenas non debere. Sanctum
enim vocabatur alterum fanum et quatuordecim gradibus ascendebatur a
primo, quadratumque sursum erat et proprio muro circumdatum, cujus
exterior celsitudo quamvis 40 cubitis [supra planum atrii magni] surgeret
tamen gradibus [per totam longitudinem versus Austrum Orientem et
Boream] tegebatur, interior autem viginti quinque cubitorum. Nam in
loco ob gradus altiore constituta non tota interius cernebatur, colle obtec
ta. Post quatuordecim autem gradus spatium erat usque ad murum decem
cubitis planum [et gradus quintodecimi vicem gerens.] Hinc rursum alii
quinque gradus ad portas ducebant, quae quidem a septentrione et meri
die erant octo, quaternae utrinque videlicet [quarum ternas orientaliores
ternis in septo cancellato januis utrobique respondere concipe]. Duae
autem erant ex Oriente necessario. Nam cum proprius [extrinsecus] ad
hanc plagam locus mulieribus ad cultum destinatus muro [circumacto]
discernebatur [praeter portam primam et principalem in latere sacrarii
sursum quadrati sitam] secunda quoque porta opus erat. Inventa est ea e
regione primae
91
[pág. 18] era muy variado, enlosado con toda clase de piedras; el lugar
por donde se iba al segundo recinto sagrado estaba cercado por unas vallas
de piedra de hasta tres codos de altas y hechas con un trabajo muy fino. Este
recinto se abría tanto al lado austral como al septentrional mediante tres
puertas equidistantes, y desde el Oriente mediante una grande por la cual
entraban los puros con sus mujeres. [Pero el pueblo accedía también hasta
aquel recinto] donde, a intervalos iguales, estaban situadas las columnas
que advertían, con escritura griega y latina, como ley de pureza, que los
extranjeros no debían pasar al lugar santo. Pues santo se le llamaba a otro
lugar sagrado, se subía a él por catorce escalones contando desde el primero,
era cuadrado en la parte de arriba y estaba rodeado por su propio muro,
cuya altura exterior, aunque era de cuarenta codos [sobre el plano del gran
atrio], sin embargo se disimulaba por los escalones [a todo lo largo del
Austro, el Oriente y el Bóreas]; la altura interior era de veinticinco codos.
Así pues, aunque llegaba hasta un lugar más alto a causa de los escalones, no
se distinguía toda desde dentro, encubierta por la colina. Después del escalón
decimocuarto había un espacio llano hasta el muro de diez codos [y que era
como el escalón decimoquinto]. Desde aquí, otros cinco escalones llevaban
a las puertas que desde el septentrión y el mediodía eran ocho, cuatro de
cada parte [piensa que las tres más orientales de ellas correspondían a
las tres puertas que había en el recinto vallado en una y otra parte]; dos
estaban en el Oriente, porque era necesario. En efecto, cuando se separó con
un muro [alrededor] en esta zona un lugar propio [el de fuera] destinado
a las mujeres para el culto, también se hizo necesaria una segunda puerta
[además de la puerta primera y principal situada arriba en el lado del
recinto sacro cuadrado]. Se encontraba ésta enfrente de la primera
91
[fol. 20] fores singulis januis erant tricenis cubitis altae et quinisdenis
etiam latae. Post introitum vero interius dilatatae [id est, a muro in quo
erat introitus versus interiora productae,] tricenis utrinque cubitis exedras
habebant [supra portieus et gazophylaeia extruetas:] exemplo quidem tur
rium longas et latas supra vera quam quadraginta cubitis celsas. Singulas
autem [inter (Joseph. Bell. Jud. Lib. 7 e. 13) binas portas extruetas] binae
columnae duodenum cubitorum ambitu sustinebant [praeter binas semi
columnas ad latera portarum hine inde quae una eum columnis integris
terna sub singulis exedris efficiebant intercolumnia.] Et aliarum quidem
[novem] portarum magnitudo par fuit. Quae vera supra Corinthiam por
tam [id est in loco ediríore] ab atrio mulierum, ex Oriente aperiebatúr e
regione portae Templi, [duarum orienralium prima caeteris] multo major
erat. Quinquaginta enim cubi-
92
entre los muros situado entre el lugar de las mujeres y el recinto sacro
cuadrado de arriba, y desde allí] hasta el lugar donde estaban las mujeres.
Pues por otras puertas no les estaba permitido a las mujeres pasar [porque
éstas conducían al lugar de los Sacerdotes a donde no le estaba permi
tido al pueblo entrar libremente]. Pero ni por su propia puerta [única] les
era lícito traspasar el muro que se interponía [al avanzar hacia donde esta
ban las mujeres]. Pues sólo el Rey o Príncipe entraba por aquella puerta, los
demás, después de haber entrado por la entrada oriental del lugar cercado,
se desviaban desde allí hasta el lado [yendo hasta la puerta del Aquilón
y la puerta del Austro]. Pues aquel lugar estaba igualmente abierto a los
pueblos indígenas y a los visitantes [tanto hombres como mujeres] que
venían por motivos religiosos. La parte occidental [del recinto sacro desde
la parte posterior del Templo] no tenía ninguna puerta sino que allí se
había construido un muro continuo. Pero entre las puertas [a los lados del
recinto sacro de arriba] unos pórticos construidos desde el muro hacia aden
tro, delante de los aposentos [que estaban situados entre los pórticos y el
muro], estaban sostenidos por unas grandes y hermosísimas columnas. Eran
[no dobles como las de abajo del atrio interior sino] sencillas y, a no ser
por su magnitud, en ninguna cosa se diferenciaban de las de abajo. Nueve
de las puertas [situadas precisamente en este recinto sacro de arriba] esta
ban recubiertas por completo de oro y plata, e igualmente las jambas y los
dinteles, pero la décima de fuera del recinto sacro [es decir, la única que
estaba fuera en el muro del atrio de las mujeres], de bronce corintio, era
la que destacaba sobre las recubiertas con mucha plata y las guarnecidas de
oro. Y las dos
[pág. 20] hojas de cada puerta eran de treinta codos de alta cada
una y quince codos de ancha también cada una. Y después de la entrada,
ampliándose hacia el interior [es decir, avanzando desde el muro en el
que estaba la entrada hacia el interior] tenían salas a manera de torres,
a uno y otro lado, de treinta codos cada una de largo y de ancho, pero de
más de cuarenta codos de alto [construidas sobre los pórticos y los apo
sentos]. A cada una de éstas [las construidas dentro de las dos puertas,
(Josefo G. J. Lib. 7 c. 13)] la sostenían dos columnas de doce codos de cir
cunferencia [además de dos semicolumnas a ambos lados de las puertas
que, junto con las columnas completas, formaban tres intercolumnios
bajo cada una de las salas]. Y el tamaño de las otras [nueve] puertas era
igual. Pero la que se abría sobre la puerta corintia [es decir, en el lugar
más alto], del lado del atrio de las mujeres, desde el Oriente, enfrente de
la puerta del Templo [la primera entre las dos del Oriente], era mucho
92
93
mayor. Pues tenía cincuenta codos de altura con hojas de cuarenta codos y
su decoración era más rica pues estaba recubierta con más plata y oro. Este
revestimiento [de oro y plata] de las nueve puertas lo había proporcionado
Alejandro, el padre de Tiberio. Quince escalones [semicirculares, según los
expertos en Talmud,] llevaban hasta la puerta mayor desde el muro que
separaba a las mujeres: eran, por tanto, más pequeños que aquellos cinco
escalones [de medio codo, según los expertos en Talmud,] que llevaban
a las otras ocho puertas. Y al Templo situado en medio [no en el centro
sino en la línea media], llamado sacrosanto, se subía por doce escalones. La
altura y la anchura de éste en la fachada era de cien codos cada una, pero
por detrás [Esdras 6, 3] era cuarenta codos más estrecho. Por delante emergía
una especie de 10hombros de veinte codos en una y otra parte [hasta tal
punto se ampliaba el vestíbulo]. ~Pero, aunque el Templo estaba dividido
interiormente [hasta una altura de sesenta codos]
10
Por esta razón la Misná compara el conjunto del edificio con un león (Middot
4,7).
93
interiori atrio et qui puri essent a Sacerdotibus [interjecta illa lorica] pro
hibebantur. Hactenus Joseph. qui alibi haec ultima sic repetit (Contra
Appion. 1. 6).
14
En el manuscrito se lee Aditum, ¿quizás por Adytum?
94
castos y a aquellos de los Sacerdotes que estaban siendo purificados se les pro
hibía el acceso al atrio interior [donde se interponía aquella valla]. Hasta
aquí Josefa, que repite así esto último en otra parte (Contra Ap. 1. 6):
94
[fol. 24] Sub atrio Israelis erant cellae quae apperiebantur in atrium
faeminarum. In iis Levitae citharas, nablia, cymbala et caetera musica
instrumenta reponebant. Ad Orientem ascendebatur ex atrio magno
gradibus duodecim in atrium faeminarum et ex atrio illo gradibus
quindecim semicircularibus in atrium Israelis quod cubitis sacris 135
longum et undecim latum erat. Dividebatut hoc atrium ab atrio Sacer
dotum ascensu cubiti unius, unde Talmudici conjectantur atrium Isra-
95
95
elis altius fuisse, cum tamen ascensus ille fuerit Lorica cubitalis Joseph.
areas ejusdem altitudinis disterminas. Erat utique atrium Israelis ipse
margo orientalis atrii Sacerdorum. In margine boreali inter loricam et
portam oblationis e regione altaris erat laniena ubi sacrificia ad octo
columnas suspensa nudabantur pellibus et carnes super mensas totidem
disponebantur et lavabantur. Per portam oblationis inferebantur sacri
ficia mactanda ad boreale latus altaris intra loricam. Ibi erant 24 annuli
ordinibus sex pavimento infixi ad quos ligabant mactanda sacrificia.
Inter annulos et mensas cubiti erant quatuor, et loricam per intervallum
illud transiisse constat quia ponunt Rabbini (Maimon. De Cultu Div.
Tract. 7 c. 1) casum ubi aliquis extra atrium intimum stans manum
porrigit intro et sacrificium vel occidit vel occisi sanguinem excipit: ut et
ubi bestia mactanda pedem porrigit extra atrium. Unde constat insuper
loricam ibi apertam fuisse: quod etiam necessarium, erat ut sacrificia
caesa prompte efferrentur in Lanienam. Atqui ostio loricae respondere
debebat ostium portae adeoque stabat porta e regione altaris directe. Per
oppositam oblationis portam dictam etiam portam primitiarum infe
rebantur primitiae animalium quae ad australe larus altaris mactandae
erant. Et inter portas illas Talmudici ponunt latiruclinem 135 cubito
rum sacrorum eamque
96
96
97
[pág. 26] hasta el límite occidental del atrio hay ciento cuarenta
y nueve codos, duplicándose aproximadamente la medida de Moisés.
Pero desde la otra parte del centro del altar hasta la valla de un codo en
dirección al Oriente, donde según la proporción duplicada de Moisés
debería haber cincuenta codos, hay solamente veintisiete; esto sucede
porque los judíos habían acortado aquel atrio por la parte oriental para
que quedara más espacio al atrio de las mujeres. También por esto no
construyeron allí ningún aposento e hicieron el borde del atrio por allí
una tercera parte más pequeño que por los otros lados. En esta misma
proporción yo disminuiría también el espacio entre las columnas del
pórtico oriental. A continuación los expertos en Talmud definen así las
dimensiones del Templo en relación a la longitud: la pared anterior del
vestíbulo, cinco codos; el vestíbulo, once codos; la pared anterior del
Templo, seis codos; el lugar santo, cuarenta codos; el velo, un codo; la
parte más interior, veinte codos; la pared posterior, seis codos; la anchura
de las cámaras occidentales, seis codos; la pared de las cámaras, cinco
codos. En total, cien codos. La anchura del Templo la calculan así: el
muro del impluvio, cinco codos; el impluvio o lugar hacia el que corrían
las lluvias desde el Templo, tres codos; la pared de las cámaras, cinco
codos; la anchura de las cámaras, seis codos; la pared del Templo seis
codos; desde allí hasta el centro del Templo, diez codos. En total, treinta
y cinco codos, cantidad que, duplicada, da la anchura total de setenta
codos. Por lo demás, yo no veo claramente para qué se construiría un
muro tan grueso para contener la lluvia. Yo preferiría construir una ele-
97
98
[pág. 27] La entrada del vestíbulo era de veinte codos de ancho por
cuarenta de alto; la puerta del Templo diez de ancho por veinte de alto y
tenía cuatro hojas, dos dentro y dos fuera. Las exteriores se abrían hacia
el interior del vestíbulo, las interiores hacia el interior del Templo. A los
lados del vestíbulo, a una y otra parte, había dos puertas pequeñas. Por
la del lado boreal entraba el que quisiera abrir las puertas del Templo;
desde allí, por una abertura que había en medio del grosor del muro,
iba hasta la otra entrada, la de la jamba del Templo, y por ella hacia el
espacio que había entre las hojas exteriores e interiores y allí las abría.
Por esta misma abertura se iba hasta la escalera de caracol que había en
un ángulo del Templo desde donde una tercera entrada llevaba a las
cámaras más bajas, una cuarta a las de en medio, una quinta a las más
altas. Los expertos en Talmud sitúan, por tanto, las cinco entradas en el
ángulo del Templo orientado hacia el Oriente y el Aquilón. Y desde allí
se podía rodear el Templo yendo de cámara en cámara dentro de cada
piso por la entrada de la pared medianera. Esto aproximadamente es lo
que describen los expertos en Talmud.
Para que podamos completar la descripción de este Templo hay
que comparar entre sí las medidas de Josefo y las de los expertos en
TaImud. No es éste el lugar de discutir ampliamente sobre estas cosas.
Diré brevemente que los expertos en Talmud usan el codo sacro de
seis palmos y que los judíos, en lugar de las medidas de los pueblos
extranjeros, empleaban medidas propias bajo nombres extranjeros,
como el codo sacro por el paso romano menor, dos codos sacros por el
paso mayor, mil codos sacros o Berah por el millar de pasos menores,
dos mil codos sacros o camino de sábado por el millar de pasos mayores;
la medida de cuatro palmos sacros por el codo de los griegos, del mismo
modo cuatrocientos codos por el estadio de los griegos y la longitud de
la carrera de los caballos reales por el valle hasta el Templo, aproxima
damente setenta cañas o cuatrocientos codos sacros, por el estadio
mayor. Y con este estadio describe Josefo la medida del atrio exterior.
98
{
altitudo 30 20 20
Portarum
latitudo 15 10 10
{
altitudo 15 10 10
Altaris
latitudo 50 33 1/3 32
Columnarum ambitus 12 8 8
Templi altitudo interna 60 40 40
{
latitudo 16 10 2/3 10
Ostii Templi
altitudo NE
forsan rectius LB 32 21 1/3 20
Vestibuli latitudo interna 20 13 1/3 11
{
Ostii vestibuli latitudo
altitudo
25
70
16 2/3
46 2/3
20
40
Sic mensurae Josephi ad sacras reductae aut plane congruunt cum iis
Talmudicorum aut proprius ad eas accedunt. Nam Joseph. ad gentiles
scribens, haud satis sollicitus erat de mensuris ex actis et excessu peccare
amabat. Cognitis vero Josephi mensuris redeamus jam ad Templum.
Exedram inter binas portas Josephus ponit triginta cubitorum id
est viginti sacrorum. Saepe utitur Josephus rotundis numeris. Scripse
rim potius viginti duos. Nam columnae binae quibus exedrae singulae
99
{
externa 40 26 2/3
Altura del muro H. ayl
interna 25 16 2/3
Diferencia de escalones 19 ó 20 que
corresponden a medios codos 15 10 9 1/2 ó 10
Altura del recinto cercado 3 2 2 cod. vulg.
Altura de las puertas 30 20 20
Anchura de las puertas 15 10 10
Altura del altar 15 10 10
Anchura del altar 50 33 1/3 32
Perímetro de las columnas 12 8 8
Altura interna del Templo 60 40 40
Anchura de la puerta del Templo 16 10 2/3 10
Altura NE, quizá más correc- 32 21 1/3 20
tamente LB
Anchura interna del vestíbulo 20 13 1/3 11
Anchura de la entrada del 25 16 2/3 20
vestíbulo
Altura de la entrada del 70 46 2/3 40
vestíbulo
100
100
15
El autor hace una concordancia según el sentido.
101
[pág. 31] Una vez delimitadas así estas cosas, tenemos al mismo
tiempo el grosor del pórtico oriental de once codos que correspondía a
la anchura de las alas occidentales de la puerta de la Prominencia y de la
puerta de las Aguas. Esta la calculo así: la basa de la columna, veintidós
palmos; la anchura del pasillo, cuatro codos y medio; la semibasa, once
palmos; el muro adosado a las semicolumnas, un codo; la suma once
codos; añade ésta, junto con el muro occidental del atrio de dos codos,
a la longitud del atrio mencionada antes de ciento ochenta y siete codos,
y se tendrá una longitud total de doscientos codos. Así, los
101
[fol. 32] Haec aurem ita se habere plane confirmat Joseph. affir
mando sacrarium sursum quadratum fuisse et proprio muro circumdatum.
Intelligit enim non totum sacrarium incluso atrio faeminarum ur opi
natus est Capellus sed sacrarii planum superius ad quod ex atrio faemi
narum per gradus quindecim ascendebatur quodque strictius dicebatur
sacrarium. Verba ejus tetra¿gwnon de aãgw sursum quadratum perspicue
significant planum superius.
Porro murum quo Josephus et Talmudici sacrarium cingi volunt id
est murum Chajil constituerim crassissimum tum quod extimus erat et
in se habebat fores portarum tum quod romani ut author est Josephus
(Joseph. Bell. Jud. 1. 7. c. 22) eundem sine intermisione per sex conti
nuos dies ariete omnium fortissimo cui urbium moenia haud difficulter
cedere solerent pulsando nihil omnino profecetunt. Crassitudine igitur
sex cubitorum aemuletur is murum extimum Templi Ezek. cap. 40, 5,
et tota Sancruarii latitudo inclusis spatio intermurali et hoc muro Cha
jil, erit 232 cubitorum. Detrahatur latirudo interna 135 cub.
102
[pág. 32] Josefa confirma claramente que él estimaba así estas cosas
afirmando que el recinto sacro de arriba había sido cuadrado y circundado
por su propio muro. Entiende pues no todo el recinto sacro, incluido el
atrio de las mujeres como opinó Cappel, sino la planta superior de este
recinto sacro hasta la que se ascendía por quince escalones desde el atrio
de las mujeres y que más estrictamente se llamaba recinto sacro. Las
palabras de éste tetra¿gwnon de aãgw sursum quadratum designan evi
dentemente un plano superior. A su vez, el muro con el que Josefa y los
expertos en Talmud quieren que el recinto sacro esté rodeado, es decir,
el muro Hayl, yo lo estimaría gruesísimo, por una parte, porque era el
más exterior y contenía dentro de él las hojas de las puertas; por otra,
porque los romanos, como cuenta Josefa (G. J I 7. c. 22), golpeándolo
sin interrupción durante seis días seguidos con el ariete más fuerte de
todos, ante el cual las murallas de las ciudades solían ceder sin dificultad,
no consiguieron nada en absoluto. Así pues, con un grosor de seis codos,
este muro se igualará con el muro más exterior del Templo de Ezeq. cap.
40, 5, y toda la anchura del santuario, incluidos el espacio de entre los
muros y este muro Hayl, será de doscientos treinta y dos codos. Réstese la
anchura interna de ciento treinta y cinco codos y la mitad del resto
102
103
103
16
En el manuscrito aparece postest, seguramente por error.
104
[pág. 34] y, con sus puertas de las Oblaciones, debía mirar direc
tamente hacia las puertas de en medio de los lados restantes. Otra situa
ción hubiera sido anormal e impropia. El altar estaba así en el centro
común y así se mantiene en nuestra descripción. El altar está, por una
parte, en medio del atrio interior que termina, por un lado, en el vestí
bulo del Templo, y, por otro, en el pórtico oriental; por otra parte está en
medio de todo el santuario interior, distando del muro externo Hayl por
ambos lados ciento sesenta y un codos y, finalmente, en medio también
del gran atrio. El atrio de las mujeres no puede aumentar o disminuir en
un solo codo sin que deje de ser concéntrico. Como el espacio entre el
altar y el pórtico oriental, de una parte, y el espacio entre el altar y el ves
tíbulo del Templo, de la otra parte, con una anchura de veintidós codos,
se corresponden mutuamente, así los edificios entre el atrio interior y
el atrio de las mujeres, de una parte, y el vestíbulo del Templo entre el
atrio interior y el lugar separado, de otra parte, con una anchura externa
de veintidós codos, se corresponden mutuamente, así también el atrio
de las mujeres, de una parte, y el lugar separado, de otra parte, con una
anchura de ochenta y nueve codos, se corresponderán mutuamente. Y
así, el muro oriental del atrio de las mujeres y el espacio de entre los
muros y el muro Hayl, de una parte, y el muro occidental del lugar
separado y el espacio de entre los muros y el muro Hayl, de otra parte,
con las anchuras de los dos, de diez y seis codos respectivamente, se
corresponderán mutuamente con exactitud. De ahí que resulte evidente
que los expertos en Talmud estaban equivocados al atribuir al atrio de
las mujeres ciento treinta y cinco codos en cuadrado. En aquella medida
hay que incluir también el atrio de Israel junto con el lugar de paso de
los Sacerdotes y junto con el muro occidental del atrio de las mujeres. A
continuación habrá que añadir cuarenta y seis codos hacia el Oriente los
cuales, sin embargo, junto con la zona opuesta del recinto vallado, no
los incluirá el gran atrio.
Bajo los edificios del atrio superior se habían excavado pozos, baños
y diversas despensas, como por ejemplo bajo los pórticos que dan al
Aquilón:
104
105
105
[fo1. 36] cum basibus et capitellis 18 cub. circiter. Sic fiet altitudo
tota quasi 48 cubitorum. Secundum latitudinem cubicula terna ternis
intercolumniis respondebant.
Inferioribus Sacerdotibus et Levitis restant portae quatuor ulti
mae. Namque alia loca non sunt ubi comedant sacrificia. Aequum est
aurem ut in harum distriburione turmae omnes aequaliter participent.
In singulis item porticibus gazophylacia terna totidem intercolumniis
respondentia complent numerum totum gazophylaciorum viginti qua
tuor juxta numerum curiarum. In porta prima orientali ad reponendas
Sacerdotum vestes sacras erant (Maimon. De Cultu Div. lib.1, Tract. 2
c. 8) nonaginta et sex arcae quatuor videlicet pro unaquaque curia, et
suis cujusque curiae arcis proprium erat nomen inscriptum. Sic et in alis
vestibuli Templi (vide notas Constantini I:Empereur in Middoth cap.
4 sec. 7) erant viginti quatuor cellulae ubi Sacerdotes totidem curiarum
separatim reponebant cultra sua sacra. Atque talis erat constitutio sacra
rii interioris. Descendamus jam et exeamus per septum cancellatum in
atrium gentium.
Hujus latera singula Talmudici extrinsecus longa faciunt cubitis
quingentis, Joseph. inter angulas stadio uno id est cubitis quadringentis.
Excessus debetur angulis cubitorum quinquaginta in quadrum. Hunc
computum Joseph. aliis in locis confirmat ponendo porticum Regiam
longam stadio uno et totum ambitum Templi et Antoniae stadiorum
sex. Antoniae ambitus cubitorum 600 satis bene quadrat cum descrip
tione ejus apud Josephum. Adde ambitum Templi cubitorum 2000,
summa fiet cubitorum 2600, e quibus 200 deficiunt ubi Antonia in
angulum Templi incurrit. Relinquitur ambitus cubitorum 2400 id est
stadiorum sex.
Portae longitudine cubitorum 50 respondere debent angulis et lati
tudine cubitorum 32 portis atrii interioris. Sic inter angulas cujusque
porticus et portam quam Josephus in medio collocat relinquetur hinc
inde longitudo cubitorum 184 in viginti intercolumnia distribuenda.
Columnas in Regia porticu Josephus numerat 162, graece PCB verius
PCH id est 168
106
106
[fo1. 37] parva literae ultimae mutatione. Nam numerus ille divi
sibilis esse debet pet 8 eo quod columnarum sunt seties octo aequales,
quaruot hinc et quatot inde. Stant igitur in una setie columnae 21 atque
adeo intet columnia 20. Id quod sic confirmatur. De attii latere occiden
tali intrinsecus cubitorum 400 aufer portas quatuor conjunctim cubi
torum 128 et restabunt cubiti 272 conjuncta longitudo porticuum in
quinque intervallis. Constituantur intervalla illa aequalia ur in lateribus
attii intetioris et intervallum unum erit 54 2/5 cubitorum, capietque
intercolumnia aut quinque aur sex aut septem, et ejusdem magnitudinis
inter columnia porticus Regia capiet aut 17 aur 20 aut 24. Vetum sep
tendecim juxta rationes architectonicas nimis rara erunt et 24 haud satis
tara si modo columnae illis atrii altetius aequales constituantur, et utra
que a numeris ]oseph. nimis recedunt, ergo viginti debent inseri. Hac
tatione columnae paulo ratiores erunt quam in ratione eustyli Vitruvii
sed ideo magis gratae et hic ubi pro epistyliis adsunt ingentia marmora
quae frangi nequeunt objectio Vitruvii locum non habet.
Columnas aurem hujus atrii aequarem illis alterius eo quod con
junctis trium hominum brachiis, ut author est Josephus, hoc est tribus
orgyis seu duodecim cubitis gentilibus id est octo sacris cingebantur. Et
hinc porticus etiam in atrio utroque quoad latitudinem aequales consti
ruerim praeterquam quod porticus media quae reliquis duplo altior est
sit etiam duplo latior inter bases columnarum. Sic latitudo basis erit 22
palm. ea deambulationis externae inter bases duplo major, ea deambula
tionis mediae quadruplo major, ea totius porticus triplicis cubitorum 44.
Dimidium spatium columnarum extimarum occupet paries intertextus.
Addatur murus extimus scamniformis quem Ezekiel sex cubitis longum
et latum constituit, et complebitur latitudo 50 cubitorum congruenter
dimensioni portae et anguli quibus porticus utrinque terminatur. Con
firmatur porro calculus iste testimonio Josephi scribentis quod
107
[pág. 37] por un pequeño cambio en las dos últimas letras, pues el
número aquel debe ser divisible por ocho porque son ocho series iguales
de columnas, cuatro de un lado y cuatro de otro. Hay, por tanto, en una
serie veintiuna columnas y veinte intercolumnios. Esto se confirma así:
del lado occidental del atrio, de cuatrocientos codos por la parte interior,
quita cuatro puertas de ciento veintiocho codos en total y quedarán dos
cientos setenta y dos codos como longitud total de los pórticos en cinco
intervalos. Esos intervalos serán iguales, como en los lados del atrio
interior; un intervalo será de cincuenta y cuatro codos y dos quintos y
ocupará cinco, seis o siete intercolumnios, y el pórtico Regio ocupará
diecisiete, veinte o veinticuatro intecolumnios de la misma magnitud.
Pero diecisiete, según las proporciones arquitectónicas, serán demasiado
pocos, y veinticuatro serán excesivos si las columnas se estimaran iguales
a las del otro atrio, y, en uno y otro caso, se apartan demasiado de los
números de Josefo pues deben ponerse veinte. Según esta proporción,
las columnas serán menos numerosas que en la proporción del 11 éustilo
de Vitruvio, pero más hermosas, y aquí, donde en lugar de arquitrabes
hay grandes mármoles que no pueden romperse, no cabe la objeción de
Vitruvio.
Y yo igualaría las columnas de este atrio a las del otro en cuanto a
que podían ser abarcadas por los brazos de tres hombres unidos, como
dice Josefo, es decir, que eran de un grosor de tres brazas o doce codos
paganos, que equivalen a ocho codos sacros. Y por esto yo también
supondría que eran iguales los pórticos en uno y otro atrio por lo que
respecta a su anchura, exceptuando el hecho de que el pórtico medio,
que era dos veces más alto que los demás, sería también doble de ancho
en el espacio de entre las basas de las columnas. Así, la anchura de la basa
será de veintidós palmos, la del espacio exterior de entre las basas, doble;
la del espacio de en medio, cuádruple; la de todo el pórtico, triple, cua
renta y cuatro codos. La mitad del espacio de las columnas externas lo
ocupará el muro adosado. Añádase el muro que formaba bancos, que
Ezequiel describe como de seis codos de largo y ancho, y se completará
la anchura de cincuenta codos de acuerdo con la dimensión de la puerta
y del ángulo con los que el pórtico se terminaba por ambos lados. Se
confirma a su vez este cálculo con el testimonio de Josefo, quien escribe
que
11
Nombre de un tipo de templo cuya columnata tenía las mejores proporciones,
según Vitruvio, desde el punto de vista de la estética y de la solidez. La longitud de
sus intercolumnios equivalía a dos diámetros y cuarto de las columnas, exceptuados
el central de la parte anterior y posterior que median tres diámetros.
107
17
En el manuscrito se lee advero, seguramente por error.
108
108
109
[fol. 41]18
[fol. 42] 19
18
Esta página está completamente tachada.
19
Esta página contiene dos planos.
110
[pág. 41] 12
[pág. 42] 13
12
Esta página está completamente tachada.
13
Esta página contiene dos planos.
110
111
g
Hic describitur situs vestibuli et thalamorum ad invicem contrarius illi qui pos
tea vers 31 describitur in portis atrii interioris.
h
Latitudo hic olim legebatur in versione Septuaginta, teste Hieronymo. Putabat
tamen ille lectionem istam minus recte se habere. Neque enim, ait, in uno loco latitu
dinem et rursum latitudinem decem et tridecim cubitorum scriptura dixisset. Alii idem
cogitantes locum temere correxerunt ita ut jam pro latitudine posteriori legatur longi
tudo tam in versione Septuaginta quam in textu Hebr. Sed latitudinem legi debere res
ipsa suadet siquidem latitudo interna portae fuerit tridecim [fol. 46] cubitorum (ut
pateat subducendo thalamorum duorum latitudines de latitudine tota Vv cubitorum
25) et mensura latitudinis illius internae non alibi exprimatur.
k
Ubi jam legitur My## sexaginta, Septuaginta legebant Myr#( viginti. Et recte.
Nam Jonathan et Syrus hic intelligunt altitudinem frontium seu postium portae. Et
certe altitudo illa alicubi exprimenda erat et alibi non exprimitur. Erat autem latitu
do ostii decem cubitorum et altitudo juxta regulas architectorum debet esse dupla
latitudinis. Sic etiam portae Templi hujus cum portis Templi secundi quadrabunt
magnitudine.
l
Hebr. Ad postem atrii porta posito numero singulari pro plurali. Sic ad postem v.
16, et ad humerum v. 18, pro ad postes et ad humeros. Portae vero hic pro portarum
ostiis patentibus VT, SR, Pp et ponuntur, perinde ut in versu sequente.
112
112
m
Pcr pavimentum lapide stratum significat (2 Paralip. 7, 3) et prunas (Is. 6. 6; 1
Reg. 19, 6). Et inde a specie fornacis usurpatur pro area loci fornicati. Sic in Cant. 3,
10 describendo lectum Solomonis dicuntur columnae ejus argenteae, pluteus aureus,
tectum purpureum et medium hbh) Pwcr area sustrata seu intercolumnium vel
porticus amoris. Sic etiam in Esther 1, 5. 6 ubi describitur atrium regium columnis
marmoreis ornatum, pavimentum columnarum ubi lecta convivis strata erant, di
citur hpcr. Et sic in hoc loco Ezek. Septuaginta vertunt hpcr peri/stula, quod
eorum interpres latinus apud Hieronymum reddit intercolumnium, Hieronymus
pavimentum inter columnas nos columnatum seu locum columnis obsitum. Et hanc
interpretationem confirmat Ezek. ipse (42, 6), de columnis atriorum verba faciens.
n
Ita legebant Septuaginta. In Hebr. jam est tantum et ad Aquilonem: quae verba
Villalpandus ad precedentem sententiam referens finxit Angelum mensurare tam lon
gitudinem atrii ab Austro ad Aquilonem quam latitudinem inter portas utramque 100
cubitorum [fol. 47] et inde mirabile quid excogitavit, atrium totum in novem atriola
divisum esse singula 100 cubitos longa lataque et aedificiis 50 cubitos latis ab invicem
discreta. Verum ex versu 23 et 27 ubi similes mensurae repetuntur, constat Angelum
solam inter portas distantiam mensurasse et verba illa et ad Aquilonem ad comma se
quens pertinere. Porro dicit Propheta se quamprimum eductus est ex porta orientali
113
113
21 et thalamos ejus tres hinc et tres inde et postes ejus et vestibu
lum ejus, et fuit secundum mensuram portae primae. Quinquaginta
cubitorum longitudo ejus et latitudo quinque et viginti cubitorum. Et
fenestrae ejus et vestibulum ejus et palmae ejus secundum mensuram
portae quae respiciebat ad orientem.
22 Et per gradus septem ascendunt in eam, et vestibulum ejus erat
ante eos [id est interius].
23 Et [erat] porta atrii interioris contra [hanc] portam Aquilonis,
o
sicut in portis ad orientem. Et mensus est a porta ad portam centum
cubitos.
21 sus tres cámaras de un lado y las tres del otro, sus jambas y su
vestíbulo y fue según la medida de la primera puerta. Su longitud era
de cincuenta codos y su anchura de veinticinco codos. Sus ventanas,
su vestíbulo y sus palmeras eran según la medida de la puerta que
miraba al Oriente.
22 Ascienden por siete escalones hacia ésta y su vestíbulo estaba
ante ellos [es decir, hacia el interior].
23 Y la puerta del atrio interior [estaba] frente a [esta] puerta del
Aquilón, ocomo en las puertas del Oriente. Y midió de puerta a puerta
cien codos.
[pág. 47] 24 Me condujo hacia el Austro y he aquí que estaba
la puerta que miraba al Austro, y midió psus cámaras, sus jambas y su
vestíbulo según las medidas de arriba.
cias sobre el pavimento con columnas en el contorno del atrio. Si por atrio exterior
entiendes aquí con Villalpando un atrio pequeño, tendrían que haberse enumerado
siete atrios exteriores, a pesar de que el Ángel pone uno solamente. Y además alrededor
del atrio pequeño debería haber treinta estancias, lo cual el mismo Villalpando
reconoce que es imposible a no ser que se enumeren como estancias los espacios de
las puertas; contra esto están las palabras expresas del Profeta que coloca el pavimento
con sus treinta estancias junto a los salientes de las puertas y enfrente de la longitud
de las puertas. Porque, si por atrio exterior no entendiéramos aquí un atrio pequeño
sino el atrio grande y situáramos alrededor de éste el pavimento de columnas con sus
estancias (pues así se situaban en el segundo Templo), habría que remover todos los
obstáculos de los atrios pequeños para que el Profeta viera y enumerara las estancias
cuando fue conducido desde la puerta hacia el atrio. Pero, ¿por qué argumento contra
una opinión que no se funda sino en las palabras y hacia el Aquilón interpretadas con
desacierto? Si los atrios pequeños hubieran sido tantos ¿no habría el Ángel hablado
de ellos en otros sitios? ¿no lo habría hecho con palabras más claras? Ciertamente no
podemos interpretar aquellas palabras como Villalpando a no ser que ampliemos su
sentido interpolando algunas palabras de este modo: Y [la anchura del atrio desde el
Austro] hasta el Aquilón. Y ¿por qué no las ampliamos igualmente así: y [me condujo]
hacia el Aquilón?, sobre todo porque así leyó antiguamente Setenta. Y aunque las
palabras me condujo faltaban ya en el texto hebreo, [pág. 48] sin embargo pueden
y deben suplirse a partir de otros lugares análogos (cf. 24, 27, 32, 35, 48, etc.).
Pues el Ángel aquí pasa con el Profeta de una puerta a otra y cuantas veces hace el
paso dice: me condujo. Sucede igual si piensas obstinadamente que hay que seguir
el texto hebreo de hoy, pues este texto sin las palabras me condujo se traducirá así:
Y hacia el Aquilón estaba también la puerta que miraba hacia la dirección del Aquilón
en el atrio exterior, etc., o bien, omitiendo el segundo como redundante: y hacia el
Aquilón estaba la puerta que, etc. Hasta tal punto no conviene que sigamos aquella
exposición de Villalpando tan desacertada y carente de razones. E igualmente no
podemos seguirla a menos que queramos alejarnos de la proporción mosaica en las
dimensiones del atrio que rodea inmediatamente el templo y el altar estableciendo
con Villalpando una longitud superior al doble de la anchura.
o
En lugar de w y, Setenta leía aquí k como.
p
Así leía Setenta y así se lee en los versículos 21, 29, 33, 36.
114
115
115
116
38 Y [el vestíbulo tenía] una estancia [iluminada por todas partes
por las ventanas arriba descritas], Z, z, y su entrada, Y, y, estaba en los
contrafuertes de las puertas KL, kl. Allí lavarían el holocausto.
39 y en el vestíbulo de la puerta había dos mesas a un lado aa
y dos mesas al otro bb para inmolar junto a ellas el holocausto y el
sacrificio por el pecado y por el delito.
40 Y hacia el lado [del vestíbulo], más allá del escalón [más alto
que está] a la entrada de la puerta del Aquilón, había dos mesas gg y al
otro lado del vestíbulo de la puerta había dos mesas dd.
41 Junto a la puerta había cuatro mesas a un lado y cuatro mesas al
otro, ocho mesas, sobre las cuales inmolarían [los sacrificios].
42 Y las cuatro mesas para el holocausto eran de piedras talladas
de un codo y medio de longitud, de un codo y medio de ancho y de
una altura de un codo, sobre las cuales ponían los utensilios en los que
inmolarían el holocausto y el sacrificio.
43 Y había vgarfios [para colgar la carne] de un palmo [de longitud]
colocados en el vestíbulo por fuera alrededor y sobre las mesas [también
estaba] la carne de la oblación.
44 Y fuera de la puerta interior [al lado occidental] estaban las
x
salas de ylos Príncipes [de las curias de los Sacerdotes] en el atrio interior
[a ambos lados. Además,] zuna [sala de muchas estancias] estaba al lado
oriental de la puerta del Aquilón; la fachada de éstas daba al Austro, la otra
al lado [oriental] de la puerta del aAustro [y] su fachada hacia el Aquilón.
45 y me dijo: Esta zsala, cuya fachada da al Austro, será de los
Sacerdotes que hacen la guardia
116
[fol. 51] [seu parietes] Templi. Et dixit ad me, Hoc est sanctum
sanctorum.
b
Septuaginta legunt duodecim. De situ vestibuli disputari potest; nimirum utrum
longitudo ejus collocanda sit secundum latitudinem Templi, ut in 1 Reg. 6, 3, affir
mari primo intuitu videatur? Verum frontes aedificiorum latiores esse debent quam
vestibula et minus ostium vestibuli quam Templi arguit angustiorem murum anti
cum vestibuli quam Templi, vestibulum item situ a nobis descripto melius respondet
figuris portarum trium in reliquis tribus lateribus atrii interioris, et una cum colum
nis aeneis complet longitudinem Templi centum cubitorum ut oportet.
c
Vulg. r#) quibus Septuaginta r#( decem, conspirante sensu Theodotio. The
odotio et Aquila juxta secundam aeditionem (referente Hieronymo) legebant hr#(
yt#( undecim.
d
Vulg. lh)h tentorium. Septuaginta ly)h postem, et sensus id postulat.
e
Vulg. bxrw et latitudinem. Septuaginta ptkw sensu meliore et cum analogis
mensuris in v. 2 conspirante.
f
Ita olim legebant Septuaginta, conspirante sensu.
21
En el manuscrito aparece custoriam, seguramente por error.
117
117
g
In Hebr. erant tria et triginta [fol. 51] Myim(
f p
j f (sic enim vox punctanda est) dua
bus vicibus. Et perinde Septuaginta vertunt tria/konta tri\j di/j triginta ter dupliciter id
est triginta secundum longitudinem, ter secundum altitudinem, dupliciter secundum
latitudinem. Sed verborum ordinem male tamen ei verterunt, nam tri/j vel (ut aliqua
exemplaria habent) tri/a pertinet ad praecedentia verba gazophylacium supra gazophy
lacium, triplexque tabulatum significat ut etiam manifestum est ex sequentibus v. 16.
h
Hebr. venientia, id est quae de muro prominendo propius et adhuc propius
accedunt. Expresione contraria sed eodem sensu Latini recedentia seu recessus mu
rorum vocant retractiones.
k
Hebr. in loco altitudinis id est altissimo.
l
In Hebr. jam deest w et: sed legebant Septuaginta, Latinus, et Jonathan.
m
twk#lh Nybw tybl r#) tw(lc tyb. Loco tyb lege Nyb cum Septuaginta qui
verba vertunt a)name/son twªn plerwªn touª oi)\kou kai\ a)name/son twªn e)cedrwªn inter latera
118
g
En el texto hebreo eran treinta y tres [pág. 51] en dos veces (pues así hay que
puntuar la palabra Myimf(jpf). Y a partir de ahí Setenta traduce tria/konta tri\j di/j
treinta tres veces por dos veces, es decir, treinta según la longitud, tres veces según la
altura, dos veces según la anchura. Pero esta traducción, sin embargo, interpreta mal
el orden de palabras pues tri/j o (como tienen algunos ejemplares) tri/a penenece a las
palabras precedentes los aposentos que estaban superpuestos y significa triple piso, como
está claro también en el v.16.
h
En el texto hebreo lo que llegaba, es decir, lo que al sobresalir desde el muro
llegaba cada vez más cerca. Con expresión contraria pero con el mismo sentido, los
latinos llaman entrantes a los retrocesos o disminución de los muros.
k
En el texto hebreo en un lugar de mucha altura, es decir, altísimo.
l
En el texto hebreo ya falta w y, pero se lee en Setenta, la versión latina y Jonatán.
m twk#lh Nybw tybl r#) tw(lc tyb. En lugar de tyb lee Nyb con Setenta que
traduce a)name/son twªn plerwªn touª oi)\kou kai\ a)name/son twªn e)cedrwªn entre los laterales,
118
inter latera quae juxta domum et inter exedras id est inter latera et exedras. Hebraei eam
id exprimunt per duplex inter quod nos per simples. Porro notanda est hic distintio
inter cubicula sita ad utramque partero spatii relicti: Haec [fol. 52] dicuntur xw(lc
latera seu cubicula lateralia, illa xwk#l exedrae seu cubicula simpliciter: haec juxta
domum esse dicuntur, illa non item: id adeo ut clare intelligas Templum duplici
ordine gazophylaciorum in singulis tabulatis cingi, uno proximo, altero remotiore in
quorum medio est ambulacrum seu paradromis hic dicta spatium relictum. Diversa
nomina diversique situs diversos cubiculorum ordines plane demonstrant.
n
Vocem Et legebant hic Septuaginta secundum MS Alexandrinum et versionem
Arabicam. Porro latitudo viginti cubitorum non erat latitudo spatii relicti spatiive
inter cubicula (ut aliqui somniarunt) nam spatium istud postea dicitur latum quin
que cubitos. Sed usque latitudo erat loci separati intercedentis aedificium laterale
et cubicula Sacerdotum ubi sacrificia comeduntur. Nam de cubiculis istis nondum
agitur; incipit eorum descriptio postea cap. 42 et (fol. 53] praeterea si de 100 cubitis
latitudinis atrii inter cubicula ista detrahantur 70 cubiti latitudinis Templi et aedi
ficii lateralis conjunctim (Ezek. 41, 12, 14, 15) relinquentur 30 cubiti, quindecim
hinc et quindecim illinc latitudo loci separati quae igitur non est viginti cubito
rum. Sed quo tandem spectent illi viginti cubiti? Dicam. Scribit Propheta cubicula
illa Sacerdotum stetisse contra viginti cubitos atrii interioris et contra pavimentum
columnatum atrii exterioris, cap. 42, 2. 3, adeoque ut pavimentum columnatum ex
una parte designat porticum atrii exterioris e regione sic viginti cubiti ex altera parte
designant aedificium atrii interioris e regione, suntque propterea illius mensura pura
secundum latitudinem. Id quod constat etiam ex computo. Nam si de tota latitu
dine praefata cubitorum septuaginta subducatur latitudo Templi viginti cubitorum
et latitudo parietis ejus quinque cubitorum hinc et quinque cubitorum inde, usque
ad primam retractionem, restabunt quadraginta cubid, viginti hinc et viginti inde
latitudo aedificii Templo adjacentis in circuitu. Vel sic: latitudo cubiculi lateralis est
quinque cubitorum ut supra. Ea spatii relicti est quinque cubitorum (Ezek. 41, 11)
Ea cubiculi exterioris quanta interioris et ea muri externi etiam quinque cubitorum
(Ezek. 41, 9. 12) hoc est totum viginti cubitorum ut supra. Quae omnia fusius expli
cui ut versionum quarundam erroribus occurrerem quibus recitandis non inmoror.
Denique nomine viginti cubitorum designabatur hoc idem aedificium stante Templo
Solomonis. Aedificavit Solomon viginti cubitos [id est aedificium viginti cubitorum]
ad latera Domus costis cedrinis a pavimento usque ad tectum (1 Reg. 6, 16).
119
estaban junto a la Casa [por un lado] y [los otros] aposentos [más aleja
dos en los laterales de la Casa, por otro lado].
10 ny la anchura era de veinte codos alrededor de la Casa por todas
partes.
11������������������������������������������������������������������
�����������������������������������������������������������������
y las entradas de los aposentos estaban orientadas hacia el espa
cio que quedaba, una entrada hacia el Aquilón y la otra entrada hacia
el Austro. Y la anchura del espacio que quedaba era de cinco codos en
círculo.
junto a la Casa y entre las salas, es decir, entre los laterales y las salas. Los hebreos
expresan la palabra entre dos veces, nosotros una vez. De nuevo hay que notar aquí
la distinción entre las estancias situadas a uno y otro lado del espacio restante. A
unos [pág. 52] se les llama xw(lc laterales o estancias laterales, a otros xwk#l salas
o estancias sencillamente. Se dice que éstos están junto a la Casa; aquéllos, no. Esto
es para que claramente entiendas que el templo estaba rodeado por dos tipos de
aposentos en cada uno de los pisos, uno más cercano, el otro más alejado, en medio
de los cuales estaba el pasillo o corredor, que aquí se llama el espacio restante. Los
nombres diversos y los lugares diferentes muestran evidentemente que los pisos de las
estancias eran diversos.
n
La palabra Y la leía aquí Setenta según el manuscrito alejandrino y la versión
árabe. De nuevo la anchura de veinte codos no era la anchura del espacio restante
o del espacio que había entre las estancias (como algunos imaginaron), pues se dice
después que este espacio era de cinco codos de ancho. Pero aquí la anchura era la del
lugar apartado que separa el edificio lateral y las estancias de los Sacerdotes donde
se consumen los sacrificios. Así pues. aún no se habla de estas estancias; comienza la
descripción de éstas después del capítulo 42 y, [pág. 53] además, si de los cien codos
de anchura del atrio que estaba entre estas estancias se quitaran setenta codos de
la anchura del Templo y del edificio lateral conjuntamente (Ezeq. 41, 12. 14. 15),
quedarían treinta codos, quince de un lado y quince del otro, como la anchura del
lugar separado, que consiguientemente no es de veinte codos. Pero, ¿a qué se refieren
entonces aquellos veinte codos? Lo diré. Escribe el Profeta que aquellas estancias de
los Sacerdotes estaban situadas frente a los veinte codos del atrio interior y frente al
pavimento de columnas del atrio exterior, (42, 2. 3), y como el pavimento de colum
nas delimita, por una parte, el pórtico de enfrente del atrio exterior, así los veinte
codos. por otra parte, delimitan el edificio de enfrente del atrio interior y son, por
tanto, la medida correcta de aquél según la anchura. Esto consta también al hacer el
cómputo. Pues si de toda la anchura anteriormente dicha de setenta codos se sustrae
la anchura del Templo de veinte codos y la anchura de su pared de cinco codos de
un lado y cinco codos del otro, hasta la primera reducción, quedarán cuarenta codos,
veinte de un lado y veinte del otro como la anchura en perímetro del edificio adya
cente al Templo. O de esta manera: la anchura de la estancia lateral es de cinco codos,
como arriba se dijo. La del espacio restante es de cinco codos (Ezeq. 41, 11). La de la
estancia exterior como la del interior y la del muro externo también de cinco codos
(Ezeq. 41, 9. 12), es decir, en total veinte codos, como dije arriba. Expliqué todas
estas cosas bastante ampliamente para salir al paso de los errores de algunas versiones
que no me detengo en contar. Finalmente, con las palabras veinte codos se designaba
el edificio mismo mientras subsistió el Templo de Salomón. Edificó Salomón veinte
codos [es decir, un edificio de veinte codos] al lado de la Casa con planchas de cedro
desde el pavimento hasta el techo (1 Re. 6, 16).
119
o
qyt) ambulacrum aedificio avulsum et adjunctum significat, et hic dicitur de
a mbulacro in circuitu Templi cubiti 15 lato quod alias locus separatus appellatur et
versu sequente de ambulacris imer cubicula in tribus constructa tabulatis [fol. 54] in
circuitu Templi, et cap. 42, 3. 5 de ambulacris in retractionibus parietum ad singula
tabulata cubiculorum Sacerdotum.
p
Ita Septuaginta.
q
In exemplari Hieronymi legebatur dyqb in pariete et lbyxx Templum semel
tantum occurrebat.
120
[pág. 53]���������������������������������������������������������
��������������������������������������������������������
17������������������������������������������������������
�����������������������������������������������������
Y hasta [la zona] que estaba sobre la entrada, y tam
bién hasta la Casa [toda], por dentro y por fuera [hasta las estancias
laterales], y por toda la pared de alrededor, por dentro y por fuera, había
revestimientos [de madera].
18 Como decoración había querubines y palmeras. Una palmera
entre querubín y querubín, y todos los querubines tenían dos caras,
19 una cara de hombre junto a la palmera por un lado y una cara
de león junto a la palmera por el otro lado, grabadas por toda la Casa.
20 Desde el suelo hasta [la zona] que estaba sobre la entrada había
querubines y palmeras grabados 'en la pared del Templo.
o
qyt) significa galería quitada al edificio y anexa a él y aquí se dice de la galería
que había alrededor del Templo de quince codos de ancho, a la que en otras partes
se le llama lugar separado; en el versículo siguiente de los pasillos que había entre las
estancias construidas en tres pisos [pág.54] alrededor del Templo y en el cap. 42, 3. 5
de los pasillos que había en los entrantes de las paredes junto a cada uno de los pisos
de las estancias de los Sacerdotes.
p
Así lo dice Setenta.
q
En la obra de Jerónimo se leía dyqb en la pared y lbyxx el Templo se decía
una sola vez.
120
r Hebr.: wkr) longitudo ejus. Septuaginta: wnd) basis seu stylobates ejus: cum con
spirante sensu.
s Talia erant ostia etiam in Templo secundo ut describunt Talmudici.
t Trabes etiam erant in vestibulo Templi secundi sed ob defectum columnatum
aliter dispositae quarum descriptionem vide apud Talmudicos.
vx
Ita Septuaginta secundum MS Alexandrinum et versionem Arabicam. Quod si
cum Heb. vulg. legas hk#lh exedram, per exedram totum cubiculorum aedificium
centum cubitis longum intellige.
121
121
[fol. 55] Vulg. tx) hM) Krd via cubiti unius. Septuaginta xm) x)m Kr)
y
122
y
[pág. 55] Vulgo tx) hM) Krd espacio de un codo. Setenta xm) x)m Kr) de
una longitud de cien codos.
z
Vulg. dcxt del atrio. Setenta Kltm delpasillo.
a
Así Septuaginta.
b
Vulg. Kbxd Nk así era la anchura de éstas. Setenta Nbxdkw y según la anchura
de éstas.
e
Vulg. lkw y todas. Setenta lkkw según todas.
d
Vulg. yxxpkw y así las puertas. Jerónimo y la versión siríaca yxtpk así las puer
tas. En Setenta falta.
122
123
123
[fol. 57] Aquilonem, et ecce ibi locus in utroque latere [tam altero
australi quam hocce boreali] versus Occidentem.
20 Et dixit ad me. Iste est locus ubi coquent Sacerdotes [sacrifi
cium] pro delicto [per ignorantiam] et pro peccaro et ubi coquent obla
tionem ut non efferant in atrium exterius ad sanctificandum populum.
21 Et eduxit me in atrium exterius, et transire fecit me per qua
tuor angulos atrii et ecce atriolum in angulo unoquoque atrii.
22 In quatuor angulis atrii atriola caminata [extrinsecus quinqua
ginta cubitorum in quadrum, intrinsecus] quadraginta cubitorum in
longitudine et triginta in latitudine [exemptis decem cubitis latitudinis
ubi gradus culinae proximi ascendant ad porticuum cubicula convivan
tibus populis dicata. 24Scalas illas culinis proximas esse convenit ne cibi
efferantur in atria. Construantur autem in angulis atriolorum spectanti
bus ad Templum ita ut scalae quatuor singulae
24
El texto que comprende desde Scalas íllas... hasta descendentes (cf. pág 57
izquierda del facsímil) no tiene indicación de en dónde debe incluirse. Creemos
que es éste el lugar adecuado y añadimos el corchete final.
124
[pág. 57] y he aquí que allí había un lugar en uno y otro lado
[tanto al lado austral como al boreal] que miraba al Occidente.
20 y me dijo: «Este es el lugar donde los Sacerdotes cuecen [la
víctima del sacrificio] por el delito, [por la ignorancia] y por el pecado y
donde cuecen la oblación de manera que no sacan nada al atrio exterior
para santificar al pueblo.»
21 Me condujo al atrio exterior y me hizo pasar por los cuatro
ángulos del atrio, y he aquí que había un atrio pequeño en cada ángulo
del atrio.
22 En los cuatro ángulos del atrio había atrios pequeños que se
estrechaban hacia arriba [de cincuenta codos en cuadrado por fuera, pero
por dentro] de cuarenta codos de largo y treinta de ancho [quitándose
los diez codos de ancho donde los escalones próximos a la cocina
subían hasta las estancias de los pórticos dedicadas a la convivencia
del pueblo. Convenía que aquellas escaleras estuvieran próximas a la
cocina para que no sacaran la comida a los atrios. Pero se construirían
en los ángulos de los pequeños atrios que miraban al Templo de
124
125
manera que cada una de las cuatro escaleras de cada uno de los pequeños
atrios llevara a todas las estancias. En los mismos diez codos de los atrios
podían construirse también habitaciones que servían para rasurar a
los nazireos, separar a los leprosos y para otros usos; del mismo modo
también había escalones que bajaban a los sótanos]. Las medidas de un
ángulo eran las mismas para los cuatro.
23 Había una serie de edificios que circundaba los cuatro atrios y
se habían construido cocinas alrededor bajo los edificios.
24 y me dijo: «Esta es la cámara de los cocineros donde los
sirvientes de la Casa cocerán las víctimas del pueblo.» .
Además describe Ezequiel la división de Judea en trece partes
semejantes, doce de las cuales, seis orientadas al Austro y seis al Aquilón,
se darían a las doce tribus. Los dos términos de la parte de en medio
de veinticinco mil codos de ancha se darían al Príncipe; la parte de en
medio cuadrada, de veinticinco mil codos en cada lado, se consideraría
santa y se dividiría en tres partes menores, la oriental, de los levitas, de
diez mil codos de anchura, la occidental, de la ciudad, de cinco mil
codos y la de en medio, de los Sacerdotes y del Santuario, de diez mil
codos de ancho; cada una de ellas de veinticinco mil codos de largo.
125
lum reliquo Templo ur latitudine sic altitudine cedere decorum est nec
multum superare frontem seu epistylium trabium lignearum. Ante po
stes ejus stent aeneae columnae fulcientes epistylium illud. Basium lati
tudo definiatur sex cubitis per singula latera, altitudo autem duodecim
cubitis usque ad summitatem ostii, inde altitudo columnarum cubitis
octodecim et ea capitum cubitis quinque (1 Reg. 6, 15. 16) ita ut tota
basium columnarum et capitum altitudo sit cubitorum triginta quinque
(2 Chr. 3, 15) usque ad epistylium quod alios decem vel duodecim cubi
tos adjunget. Ob altitudinem basium breviores sunt hae columnae pro
crassitudine quam marmoreae illae in atriis. Bases duae cum intervallo
novem cubitorum basis sesquialtero, implebunt externam latitudinem
vestibuli cubitorum 21, cum vestibulo autem longitudinem Templi
centum cubitorum ad hunc modum. Basis 6 cub. Paries anterior vesti
buli 5 cub. Reliqua vestibuli longitudo 15 cub. Paries
126
[pág. 59] anterior del Templo seis codos; el lugar santo cuarenta
codos; el velo dos codos; la parte más interior veinte codos; la pared
occidental de la parte más interior seis codos. En total cien codos, a
lo cual el edificio de las cámaras que daba al Occidente añadirá otros
noventa codos.
La antigua situación del Templo y del altar la recordaban sin duda
los judíos bastante escrupulosamente de manera que nosotros podemos
recordar estos lugares; el altar estaría en medio del atrio de los Sacerdotes
y el Templo con sus cámaras en medio del lugar separado de manera
que habría cien codos entre el velo y el centro del altar prolongándose
el vestíbulo hacia el atrio de los Sacerdotes; alrededor del atrio aquel y el
lugar separado y entre uno y otro, pasaría la valla de piedra de un codo
de altura y anchura y de cien codos de largo por el interior en cada uno
de los siete lados. Así tendremos la forma del recinto sacro más interior
que correspondía estrictamente al Tabernáculo y al atrio de éste. Salo
món rodeó este recinto sacro con un doble períbolo de estancias, inte
rior y exterior, según el número de los atrios (1 Crón. 28, 12), Y edificó
uno y otro períbolo sobre filas de columnas (l Re. 6, 36 y 2 Re. 11, 8.
15), según la descripción de Ezequiel. La situación y la forma de estos
pórticos estaba determinada por la situación y la forma de las puertas de
enfrente del altar (Ezeq. 8, 3. 5) porque las entradas de los laterales de
las puertas deben conducir directamente a los pasillos de los pórticos, las
columnas deben estar enfrente de las cámaras
126
26
El término convolutionis, extraño al latín, es un calco que reproduce el significado del
término llfgi (Esdras 6, 4).
127
en uno y otro atrio y así deben tener entre sus ejes una distancia de once
codos en total como en el Templo de Herodes. De ahí que la magnitud
de las columnas, el número y la triple hilera en el atrio exterior de aquel
Templo también se mantendrán aquí. Y no hay que suponer otros
cambios en el atrio interior sino los que se derivan de la destrucción de
algunas puertas de allí. En efecto, en el Templo de Salomón se edificó el
períbolo de este atrio con tres series Myrw+ o hileras de piedras y con una
hilera de vigas de cedro (1 Re. 6, 36). Y lo mismo se hizo en el Templo
de Zorobabel (Esdras 6,4). Así pues, era semejante el períbolo del atrio
interior en uno y otro Templo: piensa si se abrirían algunas puertas falsas
hechas por Herodes, según creo. En el libro de Esdras
128
[Pág. 62] A las salas subirían escaleras en los ángulos del atrio y
desde las escaleras continuarían pasillos en medio de las estancias de
cinco o seis codos de ancho e iluminados por ventanas en el lado de
las escaleras. Y habría estancias cúbicas a ambos lados en cada uno
de los lados de casi nueve codos. Así cada estancia según la longitud
corresponderá a cada uno de los intercolumnios y el pasillo con las
paredes de madera y las estancias de ambos lados ocupará una anchura
total de casi veinticuatro o veinticinco codos dentro de las paredes del
edificio.
A cada una de las personas pertenecerían dos estancias opuestas,
y abajo, donde el pórtico disminuye la anchura de las estancias, se
colocaría una estancia sobre otra y se subiría por escaleras hasta la más
alta desde la más baja en un espacio de cuatro o cinco codos de ancho
hacia el atrio exterior. Así una estancia cúbica de la misma magnitud
128
129
junto con las de arriba, con las escaleras y la pared intermedia de madera ocupará
toda la anchura de casi catorce codos dentro de la pared del edificio y de este modo
dos estancias con sus techos se elevarán hasta una altura de veintiuno o veintidós
codos que era la altura interna del pórtico en el Templo de Herodes. Se elevarán
columnas de diecisiete o dieciocho codos aproximadamente hasta el epistilo y el
epistilo fácilmente añadirá otros cuatro codos más o menos hasta el pórtico de
techo artesonado. Así se podrán definir simétricamente estas medidas. En lugar de
la medida común se emplearía la anchura de la basa de la columna de veintidós
palmos y el intervalo de las basas será de una medida con la mitad aproximadamente
según la longitud, y de dos medidas según la anchura; el intervalo de los ejes de las
columnas será de dos medidas con la mitad aproximadamente según la longitud y
de tres medidas
129
130
[pág. 64] A todas las puertas y ángulos del gran atrio yo añadiría además la
altura del piso de las estancias, es decir, tres medidas u once codos, de manera que
toda la altura desde el pavimento del gran atrio fuera de casi setenta o setenta y un
codos. Pues también esta misma es la altura del vestíbulo del Templo, y la altura de
las puertas del gran atrio que dan hacia la zona libre es el triple de la anchura.
Con las alturas asignadas está también en óptima armonía la construcción de
las estancias a los lados del lugar separado. Estas tienen delante pasillos en el triple
piso. El uso de los pasillos era para, después de la subida, ir por ellos a todas las
estancias. Hay, pues, tres pisos de estancias además del piso de abajo que en lugar
de pasillo tiene un espacio en medio de las estancias de diez codos de ancho. Sean
estas estancias iguales a las del atrio de los Sacerdotes, y los cuatro pisos, junto
con el techo que ocupaba el espacio de un piso, se elevarán hasta una altura de
cincuenta y cinco codos, de manera que estos edificios tanto por su altura total
como por las alturas de cada uno de los pisos, corresponderían exactamente a los
edificios del atrio de los Sacerdotes. Pero la longitud de cien codos enfrente del
templo abarcará de este modo justamente diez estancias con sus paredes en cada
uno de los pisos, y la longitud de cincuenta codos hasta el gran atrio abarcará cinco
estancias: éstas junto con el lado del atrio de los Sacerdotes formarán un edificio
de doscientos codos de largo, en cuyo centro se colocaría la puerta. Y por esta
razón sucede que los tres lados del recinto sacro más interior, el austral, el oriental
y el septentrional, por fuera son iguales y semejantes, exceptuando dos a los que
se le añaden al Occidente los atrios de los cocineros. Sería de diez codos de ancho
el pasillo que estaba en medio de estas estancias y en linea recta con el pasillo del
pórtico, mediando una puerta de cinco codos de ancho; a una y otra parte del
pasillo
130
131
131
27
El autor escribe aquí, en caracteres casi ilegibles, ‘vizt’, abreviatura inglesa de
videlicet; corregimos el texto supliendo la palabra completa en latín.
132
132
[fo1. 68] quatuor erant ad viam ac duos ad Parbar (1 Chr. 26) Per
Parbar intellige domum Synedrii inferioris. Scias enim tria fuisse Syne
dria in Templo, Synedrium magnum septuaginta et unius virorum et alia
duo singulatim virorum viginti trium. In Templo secundo Bartenorius
collocat infimum Synedrium ad introitum Templi quae est porta orien
talis interior, post murum Chajil, ante atriurn faeminarum, medium
synedrium ad dextram ubi eundo per atrium faeminarum pergitur ad
introitum atrii Israel, supremum seu synedrium magnum in coclavi sa
xeo. Rectius Talmudici et Maimonides collocant medium ad introitum
atrii id est ad portam orientalem atrii faeminarum et infimum ad introi
tum montis Templi id est in porta orienrali arrii gentium. At in Templo
Solomonis, ubi atrium faeminarum cum porta sua
133
133
deerat et tertia erat porta extra montem Domus ad viam ascensus, col
locandum erit Synedrium primum ad introitum orientalem atrii Sa
cerdotum, secundum ad introitum orientalem atrii magni, tertium
ad introitum suburbani seu portam Shallecheth. Et hinc est quod sex
erant janitores ad portam orientalem atrii magni et sex ad portam Shal
lecheth. In portarum singularum custodiam invigilabant quaterni, in
synedriorum custodiam bini. Via autem ascensus 28 <quae> ducebat a
domo regis augustissima erat ita ut Regina Sabae ad eam stuperet (1 Reg.
10, 4. 5), et inferius juxta domum Regis stabat porta Shallecheth. Nam
cum Jehojada regem Joas coronari vellet et Templum contra impetum
Athaliae muniri, statuit is tertiam populi partem ad portam satellitum,
seu introitus, tertiam item partem ad portam (dws rectius rws) discessus
et tertiam partem ad domum Regis, (2 Reg. 11, 2; 2 Paralip. 23).
[fo1. 69] Ubi janitores locari solebant ibi jam populus in custo
diam Templi locabatur sic, ut clausa (pro more) porta orientali, duae
partes populi ad re1iquas duas portas atrii magni positae custodirent
Templum (2 Reg. 11, 7) et pars tertia ad portam Shallecheth juxta do
mum regis, custodiret suburbanum ejus. Unde liquet unicam tantum
fuisse portam suburbani eamque sitam ad Occidentem, et latus occi
dentale atrii magni porta caruisse. Ideo non populus omnis peragendo
ad domum regis exibat per portam satellitum (2 Chr. 23, 20).
28
Seguramente por error, el autor omite quae.
134
res con su puerta y la tercera puerta estaba fuera del monte de la Casa,
junto al camino de subida, el primer Sanedrín deberá ser situado junto
a la entrada oriental del atrio de los Sacerdotes, el segundo junto a la
entrada oriental del gran atrio, el tercero junto a la entrada de la zona
libre o puerta de Shal. léjet. Y de aquí que hubiera seis guardianes junto
a la puerta oriental del gran atrio y seis junto a la puerta Shal. léjet.
Cuatro se encargaban de la vigilancia de cada una de las puertas, de las
del Sanedrín dos. Por otra parte, el camino de subida que llevaba desde
la casa del Rey era tan maravilloso que la Reina de Saba se admiró ante
él (1 Re. 10, 4. 5), y más abajo estaba la puerta Shal. léjet junto a la casa
del Rey. Así, como Yehoyadá quisiera que Joás fuera coronado Rey y
que el Templo fuera defendido contra el ataque de Atalía, dispuso que la
tercera parte del pueblo estuviera junto a la puerta de los soldados o de
la Entrada, la tercera parte junto a la puerta (dws o, más correctamente,
rws) de la separación y la tercera parte junto a la casa del Rey (2 Re. 11,
2; 2 Crón. 23).
134
135
Otras abreviaturas y signos tipográficos
136
137
138
139
140
141
142
143
144
145
146
147
148
149
SALOMÓN
Después de publicar la primera edi-
abordan y se profundizan en el estudio prelimi- ción de la obra Isaac Newton, El Tem-
nar de la obra. plo de Salomón, inició, en 1996, el
proyecto «Edición crítica de textos
inéditos de Isaac Newton en lengua
latina», que se desarrolla bajo su di-
Manuscrito Prolegomena ad Lexici Prophetici rección y que ha sido subvencionado
ininterrumpidamente en el marco del
partem secundam Plan Nacional español de I+D. Éste ha
sido el primer proyecto, en el ámbito
nacional e internacional, que se plan-
ISBN: 978-84-00-08933-7 Edición Principe, traducción española y estudio teó como objetivo editar sistemática-
mente los textos inéditos de Newton.
por En él se vienen publicando los traba-
jos de diferentes investigadores, tanto
Ilustración de sobrecubierta: CIRIACA MORANO en formato libro como electrónico,
Godfrey Kneller, estos últimos como fruto de la colabo-
Sir Isaac Newton, 1689 ración con el Newton Project del
(fotomontaje de Nanna Papanicolau). 9 788400 089337 Imperial College de Londres.
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS