y se debe enseñar con respuestas concretas. […] canjear el dogma por la explicación fisiológica y juiciosa”. Fernando Bañó Llorca
Hablar de emociones en el canto es entrar en el espacio del empirismo. Son
un sinfín de descripciones sobre las cuales la discusión es una invitada obligada, porque cada persona expresa su vivencia, que no deja por ello de ser cierto pero limitada al plano personal.
Para establecer límites, definiciones y alcances claros sobre la relación de las
emociones y la voz, es necesario introducirnos en los terrenos de otras disciplinas que histórica y científicamente se están dedicados a ello de lleno.
La psicología, la psiquiatría, la medicina del comportamiento, la neurociencia,
la fisiología, la farmacología, la biología molecular, la endocrinología, inmunología y la reumatología entre otras, trabajan desde una perspectiva interdisciplinar es el estudio de las interrelaciones mente-cuerpo y sus implicaciones clínicas. Esto implica un gran campo de estudio que está en constante desarrollo, debido a los avances en las herramientas tecnológicas que permiten escudriñar y encontrar nuevas funciones y relaciones, construyendo tenazmente nueva información.
Algún ejemplo en la psicología, es la formalización del estudio de la voz
cuando Lacan la describe como “un soporte del objeto a causa de deseo”. Es Él quien acuña el término “pulsión invocante” y quien teorizó sobre “la relación de la voz con el goce”. (Araceli Colín Cabrera - 2015). Otra aportación en esta disciplina es la experiencia de especialistas que los lleva a expresar que “una parte de los pacientes presentan alteraciones orgánicas que sin duda su origen son una o algunas situaciones psíquicas”. (Sergio Herchcovichz - 2013).
Es posible seguir compartiendo más ejemplos de esta y otras disciplinas. No
es el objeto de este artículo y no pretendo con la información confundir. Sin embargo hay un punto sobre el trabajo vocal que debemos tomar en cuenta. Este tiene que ver objetivamente con el lugar de partida que creará criterio en el investigador o estudiante, estableciendo un equilibrio en el análisis y el abordamiento del tema.
La parte psicológica, biológica o neurocientifica es importante, pero no
puede ser mayor a la integración de una buena técnica. “El mejor método de relajación vocal es la correcta emisión”. (FERNANDO BAÑO -2010) Si lo haces bien, te sientes bien. Si te sientes bien, te expresas bien. (Respire bene vuol dire cantare bene). Un inicio seguro, un arranque claro, una explicación lógica de lo que aprendemos con respecto al canto es la base de la relajación. No hay mayor emoción que sentirse cómodo al cantar. “Un individuo que se ha formado en una correcta técnica vocal durante años, es absurdo que tenga que hacer cursos de relajación adicionales, pues en la técnica aprendida debería estar incluida la distensión, la relajación y el mantenimiento del órgano vocal”. (FERNANDO BAÑO - 2010).
Entonces ¿Dónde colocamos las emociones con respecto a la voz? Para
algunos cantantes, actores, o productores sugieren que “la calidad vocal es suficiente” para expresarlas. (SACHERI – 2012) Sin menos cabo de lo anterior, hay cantantes con técnica vocal extraordinaria pero incapaces de transmitir una pizca de sentimientos. En el extremo encontramos (desgraciadamente si hay ejemplos) a cantantes (o “gritantes”) que son pésimos ejecutantes y se guarecen en su habilidad expresiva. La estrategia que brinda el equilibrio es que “la técnica vocal y la expresión no pueden y no deben avanzar en forma disociada”. (SACHERI – 2012)
Entonces se infiere que la unión de estos dos elementos (voz - técnica y
emoción - expresión) se deben tratar desde el inicio de la formación estableciendo primero la importancia que tiene que se aborden por separado. Y segundo, paradójicamente, enfatiza la relevancia que tiene su dualidad en la formación del cantante. ***