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LA VOZ Y LA EMOCIÓN.

(La paradoja de la interpretación).


José Luis Arreola

“En la actualidad, la técnica vocal ya se puede


y se debe enseñar con respuestas
concretas. […] canjear el dogma por la
explicación fisiológica y juiciosa”.
Fernando Bañó Llorca

Hablar de emociones en el canto es entrar en el espacio del empirismo. Son


un sinfín de descripciones sobre las cuales la discusión es una invitada
obligada, porque cada persona expresa su vivencia, que no deja por ello de
ser cierto pero limitada al plano personal.

Para establecer límites, definiciones y alcances claros sobre la relación de las


emociones y la voz, es necesario introducirnos en los terrenos de otras
disciplinas que histórica y científicamente se están dedicados a ello de lleno.

La psicología, la psiquiatría, la medicina del comportamiento, la neurociencia,


la fisiología, la farmacología, la biología molecular, la endocrinología,
inmunología y la reumatología entre otras, trabajan desde una perspectiva
interdisciplinar es el estudio de las interrelaciones mente-cuerpo y sus
implicaciones clínicas. Esto implica un gran campo de estudio que está en
constante desarrollo, debido a los avances en las herramientas tecnológicas
que permiten escudriñar y encontrar nuevas funciones y relaciones,
construyendo tenazmente nueva información.

Algún ejemplo en la psicología, es la formalización del estudio de la voz


cuando Lacan la describe como “un soporte del objeto a causa de deseo”. Es
Él quien acuña el término “pulsión invocante” y quien teorizó sobre “la
relación de la voz con el goce”. (Araceli Colín Cabrera - 2015). Otra aportación
en esta disciplina es la experiencia de especialistas que los lleva a expresar
que “una parte de los pacientes presentan alteraciones orgánicas que sin
duda su origen son una o algunas situaciones psíquicas”. (Sergio
Herchcovichz - 2013).

Es posible seguir compartiendo más ejemplos de esta y otras disciplinas. No


es el objeto de este artículo y no pretendo con la información confundir. Sin
embargo hay un punto sobre el trabajo vocal que debemos tomar en cuenta.
Este tiene que ver objetivamente con el lugar de partida que creará criterio
en el investigador o estudiante, estableciendo un equilibrio en el análisis y el
abordamiento del tema.

La parte psicológica, biológica o neurocientifica es importante, pero no


puede ser mayor a la integración de una buena técnica. “El mejor método de
relajación vocal es la correcta emisión”. (FERNANDO BAÑO -2010) Si lo haces
bien, te sientes bien. Si te sientes bien, te expresas bien. (Respire bene vuol
dire cantare bene). Un inicio seguro, un arranque claro, una explicación lógica
de lo que aprendemos con respecto al canto es la base de la relajación. No
hay mayor emoción que sentirse cómodo al cantar. “Un individuo que se ha
formado en una correcta técnica vocal durante años, es absurdo que tenga
que hacer cursos de relajación adicionales, pues en la técnica aprendida
debería estar incluida la distensión, la relajación y el mantenimiento del
órgano vocal”. (FERNANDO BAÑO - 2010).

Entonces ¿Dónde colocamos las emociones con respecto a la voz? Para


algunos cantantes, actores, o productores sugieren que “la calidad vocal es
suficiente” para expresarlas. (SACHERI – 2012) Sin menos cabo de lo anterior,
hay cantantes con técnica vocal extraordinaria pero incapaces de transmitir
una pizca de sentimientos. En el extremo encontramos (desgraciadamente si
hay ejemplos) a cantantes (o “gritantes”) que son pésimos ejecutantes y se
guarecen en su habilidad expresiva. La estrategia que brinda el equilibrio es
que “la técnica vocal y la expresión no pueden y no deben avanzar en forma
disociada”. (SACHERI – 2012)

Entonces se infiere que la unión de estos dos elementos (voz - técnica y


emoción - expresión) se deben tratar desde el inicio de la formación
estableciendo primero la importancia que tiene que se aborden por
separado. Y segundo, paradójicamente, enfatiza la relevancia que tiene su
dualidad en la formación del cantante. ***

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