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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio de Poder Popular para la Educación


U.E.C.P. “San Rafael”
2do Año – Sección “U”
Edo – Apure
3 unidad de Arte y patrimonio

Facilitadora: Participante:
Tamaris Acosta Gabriela Bracca
C.I.32.605.084

San Fernando,08-06-2020
Introducción
El arte los griegos los dividen en varias etapas. Además, se desarrolla con mucha fuerza e
importancia en la Arquitectura, ya que a lo largo de la historia se han conservado ciertas
construcciones y estas aportan información sobre el arte griego. La escultura también
resulta fundamental en la descripción de este arte porque ellas se han contrado decenas
en diversos lugares, y sus rasgos son muy característicos de esa época. Es por eso que en el
presente informe se estará hablando sobre los siguientes temas Grecia y las artes, escultura
griega, cerámica griega, los órdenes griegos, sistema constructivo adintelado, el templo.
Grecia y las artes
El arte en Grecia comenzó alrededor del año 2500 a.C. El arte griego tiene sus orígenes en
las civilizaciones prehistóricas Cícladas y Minoicas, y dieron lugar al arte clásico occidental.
El arte griego tomó influencias de civilizaciones del este y de la nueva religión del
cristianismo ortodoxo en la época bizantina, y también absorbió ideas italianas y europeas
durante el período del Romanticismo (con el fortalecimiento de la revolución griega), justo
hasta el periodo modernista y posmodernista.

Palacio de Cnosos, friso del Salón del Toro (Foto Wikimedia Commons)

El arte de a Grecia antigua se inició con las civilizaciones cicladas y minoicas. Existen
algunas distinciones a la hora de hablar de arte en Grecia: El periodo arcaico, el Clásico y
el Helenístico. El periodo Arcaico se sitúa alrededor del 1000 a.C. Las guerras de Persia de
480-448 a.C dividen el periodo Arcaico y el periodo Clásico, y antes de la muerte de
Alejandro Magno en 323 a.C, separa el periodo Clásico del Helenístico. De esta manera, se
han desarrollado diferentes formas de arte a distintas velocidades en varias partes del
mundo. El arte de la Antigua Grecia ha ejercido una enorme influencia en la cultura de
muchos países desde tiempo antiguos hasta ahora, particularmente en áreas de la
escultura y la arquitectura. En Occidente, el arte del Imperio Romano derivaba
directamente de modelos griegos. En Oriente, las conquistas de Alejandro Magno iniciaron
varios siglos de intercambios culturales entre Grecia, Asia central y la India, teniendo como
resultado el arte greco-budista, que se ramificó hasta Japón. Tras el Renacimiento en
Europa, la estética humanista y los altos estándares técnicos del arte griego inspiraron a
generaciones de artistas europeos.

El periodo Bizantino marcó considerablemente el arte de Grecia, desde el siglo V hasta la


caída de Constantinopla en 1453. El arte bizantino creció del arte de la Grecia antigua, y
hasta 1453 nunca perdió de vista su herencia clásica, pero se diferencia de él en numerosas
cosas. La más profunda de ellas fue que la ética humanista del arte griego antiguo se
sustituyó por la ética cristiana. Si el propósito del arte clásico era la glorificación del
hombre, el propósito del arte bizantino era la glorificación de Dios.

Debido a la dominación otomana de Grecia, no hubo producción artística durante este


tiempo, así que el nacimiento del arte griego moderno fue a comienzos del siglo XIX (al
final de la Guerra de Independencia griega fue en 1829). La absorción de una serie de
influencias románticas, sobre todo de Italia, tuvo como resultado un estilo característico
del arte griego romántico, inspirado en los ideales revolucionarios, así como la geografía y
la larga historia del país.

ESCULTURA GRIEGA

Las primeras esculturas griegas (siglo IX a. C.) fueron pequeñas figuras humanas hechas en
materiales muy maleables tales como la arcilla, el marfil o la cera. No fue hasta el período
arcaico (siglos VII y VI a. C.) que los griegos comenzaron a trabajar la piedra. Los motivos
más comunes de las primeras obras eran sencillas estatuas de muchachos (kouros) y
muchachas (korés). De formas lisas y redondeadas, estas figuras plasmaban en la piedra
una belleza ideal y guardaban una gran similitud con las esculturas egipcias que habían
servido de modelo. Con la llegada del clasicismo (siglos V y IV a. C.), la estatuaria griega
fue tomando un carácter propio y abandonó definitivamente los primitivos patrones
orientales. Gracias al estudio de las proporciones se pudo copiar fielmente la anatomía
humana y los rostros ganaron definitivamente en expresividad y realismo.

Se introdujo el concepto de "contrapposto", posición por la cual la escultura se apoyaba


totalmente sobre una pierna, dejando la otra libre, y el principio del dinamismo cobró
forma en las representaciones de atletas en plena acción. Algunos de los grandes artistas
del clasicismo fueron Policleto, Mirón, Praxíteles y Fidias, aunque tampoco se puede dejar
de mencionar a Lisipo, que intentando plasmar las verdaderas facciones del rostro, logró
los primeros retratos.

Discóbolo de Mirón Hermes sosteniendo a Dionisos niño Laocoonte y sus hijos

Durante el período helenístico (siglo III a. C.) se enfatizaron y sofisticaron las formas
heredadas del clasicismo. Así, producto de esta recepción, surgieron obras de inigualable
monumentalidad y belleza, como "El coloso de Rodas", de treinta y dos metros de altura.
Cabe aclarar, que, tanto por su función religiosa como decorativa, la escultura se hallaba,
estrechamente ligada a la arquitectura. Así lo evidencian los trabajos estatuarios de las
fachadas, columnas e interior de los templos.

Cerámica griega
La cerámica en el arte griego constituye en las artes menores la mejor y más variada
expresión en lo que ha decorado y pintura se refiere. Esta variedad nos da una muy
completa evolución de su cultura. Con un estilo y técnicas propias, se caracteriza por tener
formas variadas y originales, predominan los elementos geométricos dispuestos en franjas,
las tonalidades del barro, desde el amarillo hasta el gris castaño, presenta figuras en rojo
sobre fondo negro o rojo el fondo y figuras negras, predominan formas animales y
humanas.

La cerámica griega tenía como material de base la arcilla y utilizaban varios tipos de ésta.

La arcilla de Atenas era rica en Óxido de hierro y con la cocción adquiría un bello color
rojo anaranjado.

La de Corinto, desprovista de óxido de hierro, tenía un color blanquecino. Estas


diferencias permiten determinar la procedencia de las vasijas cerámicas.

Proceso de elaboración

La arcilla se extraía de canteras se purificaba y después se lavaba durante varias semanas.


Se ponía a remojo en grandes estanques donde las partículas finas subían a la superficie y
eran recuperadas. Esta etapa permitía eliminar las impurezas que podían provocar el
estallido en la cocción. A continuación, se secaba al sol cortada en bloques. Después eran
almacenados durante algún tiempo para que adquirieran sus cualidades plásticas que
permiten moldearla. El agua de las impurezas, se recuperaba decantándola y se utilizaba
para dibujar los motivos decorativos. Mediante la cocción resurgían los dibujos sobre el
fondo de color arcilloso.
Una vez se había secado la pintura, el pintor dejaba paso al alfarero para la cocción que
era relativamente simple en principio, pero requería atención y experiencia y contaba de
tres etapas:

Cocción en atmósfera oxidante.

Cocción en atmósfera reductora.

Cocción en atmósfera re-oxidante.

Encontramos en el tema de la cerámica gran cantidad de formas y de motivos decorativos:


leyendas heroicas, temas históricos, juegos atléticos, escenas de la vida cotidiana. Prueba
de su importancia y prestigio es el hecho de estar firmadas tanto por el ceramista como
por el pintor.

En la Antigua Grecia el torno de alfarero se introdujo, probablemente procedente de Asia,


a finales del III milenio a. C. La cerámica autóctona aparece a principios del II milenio a.
C. y durante los siglos siguientes se realizaba en general en arcilla refinada, decorada
simplemente con una pintura mate.

Estilo minoico

Poco después del 2000 a. C. aparece a lo largo de toda Grecia un estilo de cerámica que
Heinrich Schliemann denominó cerámica miniana o minia, pues fue el primero en
encontrarla, en Orcómeno (en Beocia), patria tradicional de los minios. Es un estilo de
cerámica sorprendente que se distingue por la superficie barnizada en un gris mate de alta
calidad. Parece que la introdujeron los indoeuropeos durante su invasión.

Véase también: Cerámica minoica

Estilo micénico

Al principio de la época micénica, circa 1600 a. C., la cerámica que aparece está animada
con nuevos motivos de elementos tomados de la naturaleza. Después del 1400 a. C. esta
cerámica micénica fue la predominante. Estaba influida fuertemente por los estilos de la
Creta minoica. Lo más destacado son las jarras de estilo palacial, jarras de
almacenamiento muy elegantes, decoradas con llamativos motivos florales y marinos.

Estilo su micénico

Después del 1200 a. C. y de la caída de la civilización micénica, se reduce la presencia de


cerámica. Persistió una cerámica hecha con el torno de alfarero que coexistió con otro tipo
de cerámica hecha a mano llamada cerámica bárbara, pero su presencia no se da en
todas las regiones de Grecia.

Estilo protogeométrico

Los vasos del periodo protogeométrico (c. 1050 a. C.-900 a. C.) constituyen el testimonio
artístico esencial del principio de la Edad Oscura. La escultura de grandes proporciones
aún no era conocida, y a la pintura mural le faltaba un elemento fundamental para su
desarrollo: los soportes murales dignos de este nombre. Muchas otras formas artísticas
(grabado de marfil, joyería, trabajo de metales) sufrieron una recesión similar.

En cambio, la producción cerámica no se extinguió, en particular en Atenas. Los vasos eran


decorados con motivos barnizados de color negro brillante, descendiente de la Edad del
Bronce. A veces retoman motivos micénicos (líneas ondulantes trazadas a mano), pero los
nuevos motivos (semicírculos, círculos concéntricos) eran diseñados con sumo cuidado, con
compás o con peine. La decoración era simple y se adaptaba a la forma del vaso
subrayando las formas con anchos trazos horizontales o con bandas negras.

El sitio de Lefkandi es uno de los principales lugares de donde provienen las cerámicas de
este periodo. Se descubrió una figurilla excepcional de un centauro, de una altura de 36
cm. Su forma es muy estilizada, y su cuerpo está decorado con plumeados y con formas
geométricas.

Estilo geométrico

El arte geométrico floreció en los siglos IX y VIII a. C. Se caracteriza por nuevos motivos,
rompiendo con la iconografía minoica y micénica: meandros, triángulos y otras figuras
geométricas (de ahí proviene el nombre del periodo). Están dispuestos en bandas
separadas de las zonas negras por líneas triples. Pasado el tiempo, el equilibrio entre las
bandas decoradas y las bandas sombreadas se rompió en favor de la decoración: los
meandros y otros motivos terminaron por cubrir todo el vaso.

Mientras que en el geométrico antiguo (c. 900 a. C.-850 a. C.) no se encuentran motivos
geométricos, en el que se conoce como estilo de «Dipilón negro», que se caracteriza por un
amplio uso de barniz negro, en el geométrico medio (c. 850-770 a. C.), hace su aparición
la decoración figurativa con los primeros frisos de animales idénticos (caballos, ciervos,
cabras, ocas, etc.) que en adelante alternan con las bandas de motivos geométricos.
Paralelamente, la decoración se complica y se vuelve cada vez más abundante: las zonas
vacías se rellenan con rosetas o esvásticas decorativas. Este paso es llamado «horror vacui»
y no terminará hasta el final del estilo geométrico.

A mediados del siglo VIII a. C. aparecieron las figuras humanas en la decoración. Las
representaciones más conocidas son las de los vasos hallados en Dipilón, uno de los
cementerios de Atenas. Los fragmentos de estos grandes vasos funerarios muestran
principalmente desfiles de carros de guerra y de guerreros. También escenas funerarias
como: griego antiguo πρόθεσις, próthesis (exposición del muerto y lamentación) o ἐκφορά,
ekphorá (transporte del ataúd al cementerio). Los cuerpos son representados de manera
geométrica con la excepción de las pantorrillas, bastante protuberantes. En el caso de los
soldados, un escudo en forma de diábolo, apodado «escudo Dipilón» por su diseño
característico, cubre la parta central del cuerpo. Las patas y los cuellos de los caballos, las
ruedas de los carros son representadas unos al lado de otros. La mano de un pintor de esta
época, llamado a falta de firma «Pintor de Dipilón», ha podido ser identificada en varias
obras, sobre todo en ánforas monumentales.

Finalmente, las escuelas locales aparecieron en Grecia. La producción de vasos nunca fue
exclusiva de Atenas —está bien atestiguado desde el periodo protogeométrico en Corinto,
en Beocia, en Argos, en Creta y en las Cícladas—, los pintores y alfareros se contentaron
durante mucho tiempo con seguir el estilo ático. En adelante, crearon su propio estilo:
Argos se especializó en las escenas figurativas, Creta estuvo vinculada a un geometrismo
más estricto.

A finales del siglo VIII a. C. se desarrolló un estilo denominado orientalizante, resultado


de la renovación de los contactos con Oriente y de la influencia de su arte. El estilo
orientalizante se despliega principalmente en Corinto desde 725 a alrededor de 625 a. C..
Corinto se convirtió en un importante productor de cerámica fina y en la primera ciudad
exportadora a todo lo largo del mundo griego.
Los pintores corintios recurrieron a las figuras negras, principalmente sobre fondo rojo:
utilizaron una suspensión coloidal de color castaño que, con la cocción, tomaba un color
negro brillante, casi metálico. Esta técnica permaneció mucho tiempo misteriosa, a pesar
de los esfuerzos hechos por los ceramistas ingleses del siglo XIX, para descubrir el secreto.
Los corintios también inventaron la técnica de incisión en hueco que permitía hacer
resaltar la arcilla pálida. Ese estilo se expresó sobre todo en vasos pequeños (aríbalos,
alabastrones), cuyas formas aparecieron entonces.

Las cerámicas de Corinto fueron exportadas a toda Grecia, y su técnica llegó a Atenas, que
desarrolló sin embargo un estilo propio, con la influencia oriental menos marcada. En este
periodo calificado de protoático, aparecieron motivos orientalizantes, aunque el trazo era
relativamente poco realista. Las pinturas se mostraban vinculadas con escenas típicas del
periodo geométrico, como los desfiles de carros. No obstante, adoptaron el principio del
dibujo lineal en sustitución de la silueta. A mediados del siglo VII a. C. apareció el estilo
blanco y negro: trazo negro sobre fondo blanco, acompañado de policromía para el color
de los carros o de las vestiduras. La arcilla utilizada en Atenas, mucho más anaranjada
que la de Corinto, se presta menos fácilmente para la representación de los carros.

Por su parte, Creta y sobre todo las islas Cícladas, se distinguieron por su atracción por los
vasos llamados «plásticos», es decir, aquellos cuya panza o cuello eran moldeados con
forma de cabeza de animal o humana. En Egina, el vaso plástico más popular tenía una
cabeza de grifo. Las ánforas melias, fabricadas en Paros, debían muy poco a Corinto o a
Oriente. Presentaban, como los vasos con relieves, un marcado gusto por las composiciones
épicas y un horror vacui que se caracterizaba por el empleo de rosetas y de esvásticas.

Finalmente, se puede identificar un último estilo, el de la «cabra salvaje», atribuido


tradicionalmente a Rodas, con motivo de importantes descubrimientos realizados en la
necrópolis de Cámiros. De hecho, se extendió por toda Asia Menor, con centros de
producción en Mileto y Quíos. Predominaron dos formas: los enócoes, que copiaban
modelos de bronce, y los platos, con o sin pies. La decoración estaba organizada en registros
superpuestos en los que los animales estilizados, sobre todo las cabras salvajes (que han
dado nombre al estilo) que aparecían en frisos. Los numerosos motivos decorativos
(triángulos, esvásticas, rosetas, motivos florales) llenaban los espacios vacíos.
El estilo de figuras negras fue inventado en Corinto en el siglo VII a. C. Los vasos áticos de
figuras negras se fabricaron primero bajo la influencia corintia desde circa 620 a. C., y fue
llevado a su apogeo por los atenienses entre el 570 y el 525 a. C., alcanzando su mayor
grado de perfección.

Se caracterizaba no solo por el dibujo de figuras en negro sobre el fondo de arcilla (más
bien roja en el caso de Atenas), sino también por el uso de incisiones. Existía así una serie
de pseudo-figuras negras, en las que las bandas claras eran reservadas y no se hacían
incisiones en estas. La Copa del pajarero del Louvre es un ejemplo de ello.

La influencia corintia sobre la primera cerámica de figuras negras ateniense, se nota en su


decoración, carente de motivos de relleno. Las figuras (principalmente animales: leones,
cabras, esfinges, etc.) estaban dispuestas en registros superpuestos y ponían de relieve la
escena principal. No obstante, la cerámica ateniense se separó gradualmente de dicha
influencia. El gusto por los motivos mitológicos y la composición en único gran registro que
prevalecieron entre 550 y 530 a. C. son la muestra de que se creó un estilo propio en la
capital ática. Paralelamente, los vasos decorados evolucionaron. El gran vaso funerario
deja sitio a los vasos de la vida cotidiana, principalmente las ánforas, hidrias, copas y
cráteras.

Se reconocen varios estilos de pintores atenienses, a los que en ocasiones puede atribuírseles
un nombre gracias a una obra firmada. Tal es el caso de Clitias, el pintor del Vaso François,
en el Museo Arqueológico Nacional de Florencia: esta crátera, descubierta en una tumba
etrusca, data de aproximadamente el año 570 a. C. Consta de seis frisos figurativos, en
consecuencia, narrativos, y lleva la firma del ceramista, Ergótimos. Lo mismo que Exequias,
del que una de las obras más célebres es un ánfora, hoy expuesta en Roma en los Museos
Vaticanos, que muestra a Áyax y a Aquiles en Troya, jugando a los dados.

Otros pintores son designados por apelativos convencionales, a menudo debidos a John
Beazley (1885-1970), historiador del arte, pionero en el estudio de la cerámica griega. Por
ejemplo, el Pintor de la Gorgona tiene el sobrenombre de Dino, sobre el que aparece
Medusa.
El estilo de figuras rojas apareció en Atenas hacia 530-520 a. C. Se convirtió rápidamente
en la «punta de lanza» de la producción ática, que le permitió imponerse como la única
gran escuela del periodo clásico, consistía en una inversión de la figura negra: el fondo era
pintado de negro y las figuras tenían el color de la arcilla. Los detalles eran pintados y
nunca incisos. Probablemente fue inventado por un pintor concreto, posiblemente
influenciado por un cliente o en realidad por su ceramista. Los nombres de los ceramistas
Nicóstenes, Amasis o el Pintor de Andócides fueron citados. Fuera quien fuese, el primer
pintor en aplicar esta técnica fue Andócides, del cual se conservan una quincena de
cerámicas. A comienzos de este periodo, los pintores hacían coexistir escenas de figuras
negras y de figuras rojas, estilo que recibe el nombre de cerámica bilingüe. En estos
predominan los temas mitológicos y homéricos, efebos y escenas familiares.

Además de la simple inversión de los colores, la técnica de la cerámica de figuras rojas


permitía una mejora del dibujo, sobre todo en la representación de los drapeados, de los
cuerpos y de los detalles, cuya precisión suplió la casi completa desaparición de la
policromía, ganando en realismo. Los cuerpos femeninos y masculinos son más fácilmente
distinguibles, la musculatura estaba mejor definida. En este estilo sobresalió Eufronio, y la
representación de los miembros en tres dimensiones (escorzo, transición de la vista del perfil
a la del rostro, representación en tres cuartos).

En 480-479, durante las Guerras Médicas, Atenas fue ocupada por los persas. Sus talleres
fueron destruidos —se han encontrado pozos llenos de restos en el barrio del Cerámico— y
cuando los atenienses recobraron su ciudad, la producción cerámica tuvo que empezar de
nuevo casi de cero. Las reliquias del estilo arcaico fueron abandonadas entonces —con la
excepción del grupo manierista del Pintor de Pan— y las figuras rojas definitivamente
adoptadas. Algunos pintores, como el de los Nióbides, fueron influenciados por la escultura
o el fresco. El dibujo se volvió más sofisticado, mientras que la elección de escenas se orientó
más hacia la vida privada, sobre todo con escenas de gineceo: es el «estilo florido», el último
gran estilo ateniense. Los elementos de la decoración (flores, plantas) aparecieron a partir
del final del siglo V a. C., y el pintor se reconcilió con el horror al vacío que le afectaba en
el periodo geométrico: las composiciones fueron más recargadas. Se nota un gusto
pronunciado por los detalles y la transparencia de la ropa, así como el movimiento
proporcionado por la efervescencia de estos. Volvió la policromía con el recurso a la pintura
blanca y dorada. Los arcaísmos persistieron en el centro ateniense, como el recurso a las
figura negras en las ánforas panatenaicas, y se inventaron las figurillas de terracota que
fueron difundidas por todo el mundo griego y conocidas más tarde con el nombre de
«tanagrina».

Fuera de Atenas, la producción de cerámicas pintadas con personajes casi desapareció,


excepto en la Magna Grecia. Las de Apulia y Campania (Paestum especialmente)
tuvieron una calidad comparable a la de Atenas. Los inicios de la cerámica apulia se
remontan al último decenio del siglo V a. C. La producción apulia que al principio era
bastante similar al estilo ático, desarrolló poco a poco un lenguaje iconográfico propio. El
Pintor de Darío, llamado así por su crátera de volutas que representa a Darío I (Nápoles
H3253), ilustró muchos temas contemporáneos de la época de Alejandro Magno. Aunque
la cerámica italiota era principalmente destinada al mercado local, fue exportada a la
propia Grecia (Corcira, Demetrias), y un poco por la cuenca mediterránea (Croacia,
Córcega, Iberia). Algunos talleres se especializaron en escenas de un determinado género,
en particular en el philax, parodia de las obras áticas de tema heroico.

Los órdenes arquitectónicos griegos

Orden Dórico.

En el orden dórico, el edificio se levanta sobre una base de tres escalones, llamados
estereóbatos los dos inferiores y estilóbato el superior. Sobre el estilóbato se apoyan
directamente las columnas. El fuste se compone de tambores superpuestos y no es liso, sino
que esté marcado longitudinalmente por estrías, normalmente veinte si bien pueden ser
también dieciséis, con sección en forma de fragmento de elipse. Las aristas de las estrías son
vivas. El diámetro del fuste disminuye con la altura, pero no de forma regular, ya que se
ensancha hacia el centro. Este ensanchamiento recibe el nombre de éntasis. En el extremo
superior del fuste se abren tres pequeños surcos horizontales. El capitel presenta una fina
moldura, llamada collarino, un ensanchamiento denominado equino sobre el que apoya
el entablamento. El entablamento está formado por tres elementos horizontales: el
arquitrabe o epystilon, el friso y la cornisa. El arquitrabe es la transposición en piedra de la
viga de madera que en un principio constituía el soporte horizontal de la estructura
superior del templo. Su superficie es siempre lisa. El friso es otra estructura horizontal que
se apoya sobre el arquitrabe, y en el estado antiguo de las cubiertas de madera constituida
la salida hacia fuera de las vigas longitudinales, de modo que asomaban la cabeza,
dejando unos espacios regulares intermedios. Al pasar a la utilización de la piedra, el efecto
de la testa de las vigas se sustituye por los triglifos, elementos rectangulares, decorados por
tres lísteles verticales.

Orden Jónico.

En el orden Jónico la columna se distingue de la dórica en que tiene basa y en que su


capitel es distinto. La base Jónica está constituida por elementos cóncavos, llamados
escocias, y otros convexos denominados toros. Ambos elementos adoptan diferentes
combinaciones, según fechas y lugares. La base ática, esto es la de Atenas, tomo la forma
de dos toros separados por una escocia; este es el tipo que paso a Roma y usaron los
arquitectos del Renacimiento. Lo más característico de este orden es el capitel, que
contiene un equino con ovas, una voluta saliente y un ábaco con hojas. El fuste es más
esbelto que el dórico y no forma éntasis. En su origen fue liso, pero pronto presento también
estrías, en número de veinticuatro. Las estrías terminan en curva en los dos extremos, esto
es, están achaflanadas. El entablamento consta de arquitrabe, el cual no es liso como en
el orden dórico, sino dividido en tres bandas horizontales, ligeramente salientes cada una
sobre la inferior. Cuando no existe friso, la cornisa apoya sobre él. Si hay friso, es liso, lo que
hace que puedan aplicar relieves, como sucede en los templos más suntuosos, en los que
tenemos espléndidas muestras de las posibilidades de este largo espacio horizontal sin
trabas. La cornisa es muy similar a las del orden dórico. Es típico del Jónico el sustituir, a
veces las columnas por mujeres u hombres que sostienen la techumbre. A estas esculturas
se las llama cariátides o talantes. En las primeras, sus cabezas se unen al entablamiento
por medio de unas cestas florales que llevan sobre aquellas, evitando así la sensación de
esfuerzo.

Orden Corintio.

Se suele denominar orden corintio lo que no es más que una modificación del jónico que
afecta más que al capitel y, por tanto, no se trata de un “orden” distinto. El capitel corintio,
en relación con el jónico, es mucho más ornamentado. La forma típica de este capitel es la
de una campana invertida, coronada por un ábaco con caras cóncavas y adornado de
una doble fila de hojas de acanto, olivo, perejil, cardo, escarola u otras similares. Las de la
segunda fila son de doble tamaño que las primeras, y en sus intervalos brotan vástagos,
llamados caulículos, con otras hojas de las que nacen las volutas, que son de dos
dimensiones; las mayores van a arrollarse bajo los ángulos del ábaco, y las otras hacia el
medio de cada una de las caras del capitel, donde se reúnen dos en dos. De entre estas dos
últimas sale un vástago con la flor, que es la rosa o roseta del capitel. Las columnas
tendieron a construirse más altas que las jónicas, lo que les da mayor esbeltez. Se adoptó
este capitel en la época helenística y como símbolo de la época puede considerarse el
templo de Zeus Olímpico de Atenas, que terminaron los romanos.

Sistema constructivo adintelado

La arquitectura griega es adintelada o arquitrabada, de apariencia serena y equilibrada.


Son las líneas horizontales y verticales las que proporcionan y determinan esta sensación
de serenidad y equilibrio.

· La columna (stylo) es el elemento plástico característico; su tratamiento determina la


creación de los tres órdenes arquitectónicos griegos.

· Los materiales constructivos utilizados fueron la piedra arenisca (caliza) y, en la época


clásica, el mármol blanco del Pentélico.

· El aparejo de los muros se hace con sillares de tipo isódomo, perfectamente cortados y
uniformes, dispuestos a soga y tizón, sin ningún tipo de argamasa.

· Las construcciones se policromaban, aunque en la actualidad aparezca el mármol


desnudo en su apariencia.

· En los templos no hay dimensiones fijas, pero sí proporciones fijas entre los diferentes
elementos constructivos. Es de eso de lo que hablamos al decir “Orden arquitectónico” (un
conjunto de relaciones de proporción entre los diferentes elementos constitutivos).
El Templo griego

· Los orígenes: el megarón prehelénico, construido de madera.

· Estructura: planta rectangular y eje longitudinal. Los templos de planta circular rodados
de columnas, se denominan Tholos (eje centralizado).

· Disposición interior del templo: de una a tres naves. ); Pronao (vestíbulo abierto); Nao o
cella (la capilla del dios) ; opistódomo (vestíbulo análogo en el lado opuesto, que podía
servir para guardar el tesoro del dios).

· Ubicación: lugares aislados y de carácter sagrado.

· El culto se realizaba en el exterior, frente al pórtico principal del templo.

· El edificio solía estar levantado sobre un basamento escalonado o crepidoma, que


contribuye a realzar el edificio sobre su entorno y enaltece su contemplación, además de
aislarlo de la humedad del suelo.

· La fachada es el elemento principal del templo, donde se crean los llamados órdenes
arquitectónicos.

Tipología del templo griego:

Según la disposición de las columnas del pórtico:

· In antis. Los pilares de los muros laterales sobresalen.

· Próstilo: columnas ante una sola de sus fachadas.

· Anfipróstilo: columnas ante las dos fachadas.

· Perípteros: las columnas rodean todo el edificio.

· Díptero: templo períptero con doble fila de columnas.

· Monóptero: circular.
Según el número de columnas en su pórtico:

· Tetrástilo: cuatro columnas.

· Hexástilo: seis columnas.

· Octástilo: ocho columnas

Los órdenes arquitectónicos griegos

El “orden” es la articulación de las partes fundamentales del edificio en una serie de


elementos, dotados de función y formas determinados, unidos por reglas fijas de
proporción.
Conclusión

El arte en Grecia comenzó alrededor del año 2500 a.C. El arte griego tiene sus orígenes en
las civilizaciones prehistóricas Cícladas y Minoicas, y dieron lugar al arte clásico occidental.
El arte griego evoluciono desde lo más simple hasta lograr el perfeccionamiento técnico.
La actividad artística se desarrolló en su mayoría en la creación de templos.

Con relación a la escultura griega ésta tuvo tres estilos: arcaico, periodo clásico y el
helenístico. En el primero predominaron el kurus o atletas desnudos y la koré o mujer
vestida hasta los pies; la presentación era de actitud rígida, sin movimiento. El estilo clásico
se caracterizó por las estatuas de imagen sonrientes, naturalistas y sinuosas. En el periodo
helenístico la cultura se hizo grandiosa y monumental, apareció el movimiento y aumentó
la expresividad.

En cuanto a la cerámica en el arte griego forma parte de las artes menores, la mejor y
más variada expresión en lo que ha decorado y pintura se refiere. La cerámica griega
tenía como material de base la arcilla y utilizaban varios tipos de ésta.

Por otra parte, en cuanto a los órdenes griegos en las construcciones arquitectónicas
tenemos:

El orden dórico. En este orden el capitel presenta un fino relieve, llamado collarino, un
ensanchamiento denominado equino sobre el que se apoya el entablamento. El
entablamento está formado por tres elementos horizontales: el arquitrabe el friso y la
cornisa.

Orden jónico; en el orden jónico la columna se distingue de la dórica en que tiene base
y en que su capitel es distinto. Es típico del Jónico el sustituir, a veces las columnas por
mujeres u hombres que sostienen la techumbre.

Orden coríntico: Se trata de una modificación del jónico que afecta más al capitel y, por
tanto, no se trata de un “orden” distinto. El capitel corintio, en relación con el jónico, es
mucho más ornamentado. La forma típica del capitel coríntico es la de una campana
invertida.

Con relación al sistema constructivo adintelado, en él resaltan las líneas horizontales y


verticales las que proporcionan y determinan una sensación de serenidad y equilibrio. La
columna es el elemento plástico característico. Los materiales utilizados fueron la piedra
caliza y en la época clásica, el mármol blanco.

Para finalizar, en referencia al templo se puede decir que su estructura está compuesta
por una planta rectangular. La disposición del interior del templo es de una a tres naves.
El edificio solía estar levantado sobre una base escalonada que contribuye a realzar el
edificio sobre su entorno, lo que servía para aislarlo de la humedad del suelo.

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