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Facilitadora: Participante:
Tamaris Acosta Gabriela Bracca
C.I.32.605.084
San Fernando,08-06-2020
Introducción
El arte los griegos los dividen en varias etapas. Además, se desarrolla con mucha fuerza e
importancia en la Arquitectura, ya que a lo largo de la historia se han conservado ciertas
construcciones y estas aportan información sobre el arte griego. La escultura también
resulta fundamental en la descripción de este arte porque ellas se han contrado decenas
en diversos lugares, y sus rasgos son muy característicos de esa época. Es por eso que en el
presente informe se estará hablando sobre los siguientes temas Grecia y las artes, escultura
griega, cerámica griega, los órdenes griegos, sistema constructivo adintelado, el templo.
Grecia y las artes
El arte en Grecia comenzó alrededor del año 2500 a.C. El arte griego tiene sus orígenes en
las civilizaciones prehistóricas Cícladas y Minoicas, y dieron lugar al arte clásico occidental.
El arte griego tomó influencias de civilizaciones del este y de la nueva religión del
cristianismo ortodoxo en la época bizantina, y también absorbió ideas italianas y europeas
durante el período del Romanticismo (con el fortalecimiento de la revolución griega), justo
hasta el periodo modernista y posmodernista.
Palacio de Cnosos, friso del Salón del Toro (Foto Wikimedia Commons)
El arte de a Grecia antigua se inició con las civilizaciones cicladas y minoicas. Existen
algunas distinciones a la hora de hablar de arte en Grecia: El periodo arcaico, el Clásico y
el Helenístico. El periodo Arcaico se sitúa alrededor del 1000 a.C. Las guerras de Persia de
480-448 a.C dividen el periodo Arcaico y el periodo Clásico, y antes de la muerte de
Alejandro Magno en 323 a.C, separa el periodo Clásico del Helenístico. De esta manera, se
han desarrollado diferentes formas de arte a distintas velocidades en varias partes del
mundo. El arte de la Antigua Grecia ha ejercido una enorme influencia en la cultura de
muchos países desde tiempo antiguos hasta ahora, particularmente en áreas de la
escultura y la arquitectura. En Occidente, el arte del Imperio Romano derivaba
directamente de modelos griegos. En Oriente, las conquistas de Alejandro Magno iniciaron
varios siglos de intercambios culturales entre Grecia, Asia central y la India, teniendo como
resultado el arte greco-budista, que se ramificó hasta Japón. Tras el Renacimiento en
Europa, la estética humanista y los altos estándares técnicos del arte griego inspiraron a
generaciones de artistas europeos.
ESCULTURA GRIEGA
Las primeras esculturas griegas (siglo IX a. C.) fueron pequeñas figuras humanas hechas en
materiales muy maleables tales como la arcilla, el marfil o la cera. No fue hasta el período
arcaico (siglos VII y VI a. C.) que los griegos comenzaron a trabajar la piedra. Los motivos
más comunes de las primeras obras eran sencillas estatuas de muchachos (kouros) y
muchachas (korés). De formas lisas y redondeadas, estas figuras plasmaban en la piedra
una belleza ideal y guardaban una gran similitud con las esculturas egipcias que habían
servido de modelo. Con la llegada del clasicismo (siglos V y IV a. C.), la estatuaria griega
fue tomando un carácter propio y abandonó definitivamente los primitivos patrones
orientales. Gracias al estudio de las proporciones se pudo copiar fielmente la anatomía
humana y los rostros ganaron definitivamente en expresividad y realismo.
Durante el período helenístico (siglo III a. C.) se enfatizaron y sofisticaron las formas
heredadas del clasicismo. Así, producto de esta recepción, surgieron obras de inigualable
monumentalidad y belleza, como "El coloso de Rodas", de treinta y dos metros de altura.
Cabe aclarar, que, tanto por su función religiosa como decorativa, la escultura se hallaba,
estrechamente ligada a la arquitectura. Así lo evidencian los trabajos estatuarios de las
fachadas, columnas e interior de los templos.
Cerámica griega
La cerámica en el arte griego constituye en las artes menores la mejor y más variada
expresión en lo que ha decorado y pintura se refiere. Esta variedad nos da una muy
completa evolución de su cultura. Con un estilo y técnicas propias, se caracteriza por tener
formas variadas y originales, predominan los elementos geométricos dispuestos en franjas,
las tonalidades del barro, desde el amarillo hasta el gris castaño, presenta figuras en rojo
sobre fondo negro o rojo el fondo y figuras negras, predominan formas animales y
humanas.
La cerámica griega tenía como material de base la arcilla y utilizaban varios tipos de ésta.
La arcilla de Atenas era rica en Óxido de hierro y con la cocción adquiría un bello color
rojo anaranjado.
Proceso de elaboración
Estilo minoico
Poco después del 2000 a. C. aparece a lo largo de toda Grecia un estilo de cerámica que
Heinrich Schliemann denominó cerámica miniana o minia, pues fue el primero en
encontrarla, en Orcómeno (en Beocia), patria tradicional de los minios. Es un estilo de
cerámica sorprendente que se distingue por la superficie barnizada en un gris mate de alta
calidad. Parece que la introdujeron los indoeuropeos durante su invasión.
Estilo micénico
Al principio de la época micénica, circa 1600 a. C., la cerámica que aparece está animada
con nuevos motivos de elementos tomados de la naturaleza. Después del 1400 a. C. esta
cerámica micénica fue la predominante. Estaba influida fuertemente por los estilos de la
Creta minoica. Lo más destacado son las jarras de estilo palacial, jarras de
almacenamiento muy elegantes, decoradas con llamativos motivos florales y marinos.
Estilo su micénico
Estilo protogeométrico
Los vasos del periodo protogeométrico (c. 1050 a. C.-900 a. C.) constituyen el testimonio
artístico esencial del principio de la Edad Oscura. La escultura de grandes proporciones
aún no era conocida, y a la pintura mural le faltaba un elemento fundamental para su
desarrollo: los soportes murales dignos de este nombre. Muchas otras formas artísticas
(grabado de marfil, joyería, trabajo de metales) sufrieron una recesión similar.
El sitio de Lefkandi es uno de los principales lugares de donde provienen las cerámicas de
este periodo. Se descubrió una figurilla excepcional de un centauro, de una altura de 36
cm. Su forma es muy estilizada, y su cuerpo está decorado con plumeados y con formas
geométricas.
Estilo geométrico
El arte geométrico floreció en los siglos IX y VIII a. C. Se caracteriza por nuevos motivos,
rompiendo con la iconografía minoica y micénica: meandros, triángulos y otras figuras
geométricas (de ahí proviene el nombre del periodo). Están dispuestos en bandas
separadas de las zonas negras por líneas triples. Pasado el tiempo, el equilibrio entre las
bandas decoradas y las bandas sombreadas se rompió en favor de la decoración: los
meandros y otros motivos terminaron por cubrir todo el vaso.
Mientras que en el geométrico antiguo (c. 900 a. C.-850 a. C.) no se encuentran motivos
geométricos, en el que se conoce como estilo de «Dipilón negro», que se caracteriza por un
amplio uso de barniz negro, en el geométrico medio (c. 850-770 a. C.), hace su aparición
la decoración figurativa con los primeros frisos de animales idénticos (caballos, ciervos,
cabras, ocas, etc.) que en adelante alternan con las bandas de motivos geométricos.
Paralelamente, la decoración se complica y se vuelve cada vez más abundante: las zonas
vacías se rellenan con rosetas o esvásticas decorativas. Este paso es llamado «horror vacui»
y no terminará hasta el final del estilo geométrico.
A mediados del siglo VIII a. C. aparecieron las figuras humanas en la decoración. Las
representaciones más conocidas son las de los vasos hallados en Dipilón, uno de los
cementerios de Atenas. Los fragmentos de estos grandes vasos funerarios muestran
principalmente desfiles de carros de guerra y de guerreros. También escenas funerarias
como: griego antiguo πρόθεσις, próthesis (exposición del muerto y lamentación) o ἐκφορά,
ekphorá (transporte del ataúd al cementerio). Los cuerpos son representados de manera
geométrica con la excepción de las pantorrillas, bastante protuberantes. En el caso de los
soldados, un escudo en forma de diábolo, apodado «escudo Dipilón» por su diseño
característico, cubre la parta central del cuerpo. Las patas y los cuellos de los caballos, las
ruedas de los carros son representadas unos al lado de otros. La mano de un pintor de esta
época, llamado a falta de firma «Pintor de Dipilón», ha podido ser identificada en varias
obras, sobre todo en ánforas monumentales.
Finalmente, las escuelas locales aparecieron en Grecia. La producción de vasos nunca fue
exclusiva de Atenas —está bien atestiguado desde el periodo protogeométrico en Corinto,
en Beocia, en Argos, en Creta y en las Cícladas—, los pintores y alfareros se contentaron
durante mucho tiempo con seguir el estilo ático. En adelante, crearon su propio estilo:
Argos se especializó en las escenas figurativas, Creta estuvo vinculada a un geometrismo
más estricto.
Las cerámicas de Corinto fueron exportadas a toda Grecia, y su técnica llegó a Atenas, que
desarrolló sin embargo un estilo propio, con la influencia oriental menos marcada. En este
periodo calificado de protoático, aparecieron motivos orientalizantes, aunque el trazo era
relativamente poco realista. Las pinturas se mostraban vinculadas con escenas típicas del
periodo geométrico, como los desfiles de carros. No obstante, adoptaron el principio del
dibujo lineal en sustitución de la silueta. A mediados del siglo VII a. C. apareció el estilo
blanco y negro: trazo negro sobre fondo blanco, acompañado de policromía para el color
de los carros o de las vestiduras. La arcilla utilizada en Atenas, mucho más anaranjada
que la de Corinto, se presta menos fácilmente para la representación de los carros.
Por su parte, Creta y sobre todo las islas Cícladas, se distinguieron por su atracción por los
vasos llamados «plásticos», es decir, aquellos cuya panza o cuello eran moldeados con
forma de cabeza de animal o humana. En Egina, el vaso plástico más popular tenía una
cabeza de grifo. Las ánforas melias, fabricadas en Paros, debían muy poco a Corinto o a
Oriente. Presentaban, como los vasos con relieves, un marcado gusto por las composiciones
épicas y un horror vacui que se caracterizaba por el empleo de rosetas y de esvásticas.
Se caracterizaba no solo por el dibujo de figuras en negro sobre el fondo de arcilla (más
bien roja en el caso de Atenas), sino también por el uso de incisiones. Existía así una serie
de pseudo-figuras negras, en las que las bandas claras eran reservadas y no se hacían
incisiones en estas. La Copa del pajarero del Louvre es un ejemplo de ello.
Se reconocen varios estilos de pintores atenienses, a los que en ocasiones puede atribuírseles
un nombre gracias a una obra firmada. Tal es el caso de Clitias, el pintor del Vaso François,
en el Museo Arqueológico Nacional de Florencia: esta crátera, descubierta en una tumba
etrusca, data de aproximadamente el año 570 a. C. Consta de seis frisos figurativos, en
consecuencia, narrativos, y lleva la firma del ceramista, Ergótimos. Lo mismo que Exequias,
del que una de las obras más célebres es un ánfora, hoy expuesta en Roma en los Museos
Vaticanos, que muestra a Áyax y a Aquiles en Troya, jugando a los dados.
Otros pintores son designados por apelativos convencionales, a menudo debidos a John
Beazley (1885-1970), historiador del arte, pionero en el estudio de la cerámica griega. Por
ejemplo, el Pintor de la Gorgona tiene el sobrenombre de Dino, sobre el que aparece
Medusa.
El estilo de figuras rojas apareció en Atenas hacia 530-520 a. C. Se convirtió rápidamente
en la «punta de lanza» de la producción ática, que le permitió imponerse como la única
gran escuela del periodo clásico, consistía en una inversión de la figura negra: el fondo era
pintado de negro y las figuras tenían el color de la arcilla. Los detalles eran pintados y
nunca incisos. Probablemente fue inventado por un pintor concreto, posiblemente
influenciado por un cliente o en realidad por su ceramista. Los nombres de los ceramistas
Nicóstenes, Amasis o el Pintor de Andócides fueron citados. Fuera quien fuese, el primer
pintor en aplicar esta técnica fue Andócides, del cual se conservan una quincena de
cerámicas. A comienzos de este periodo, los pintores hacían coexistir escenas de figuras
negras y de figuras rojas, estilo que recibe el nombre de cerámica bilingüe. En estos
predominan los temas mitológicos y homéricos, efebos y escenas familiares.
En 480-479, durante las Guerras Médicas, Atenas fue ocupada por los persas. Sus talleres
fueron destruidos —se han encontrado pozos llenos de restos en el barrio del Cerámico— y
cuando los atenienses recobraron su ciudad, la producción cerámica tuvo que empezar de
nuevo casi de cero. Las reliquias del estilo arcaico fueron abandonadas entonces —con la
excepción del grupo manierista del Pintor de Pan— y las figuras rojas definitivamente
adoptadas. Algunos pintores, como el de los Nióbides, fueron influenciados por la escultura
o el fresco. El dibujo se volvió más sofisticado, mientras que la elección de escenas se orientó
más hacia la vida privada, sobre todo con escenas de gineceo: es el «estilo florido», el último
gran estilo ateniense. Los elementos de la decoración (flores, plantas) aparecieron a partir
del final del siglo V a. C., y el pintor se reconcilió con el horror al vacío que le afectaba en
el periodo geométrico: las composiciones fueron más recargadas. Se nota un gusto
pronunciado por los detalles y la transparencia de la ropa, así como el movimiento
proporcionado por la efervescencia de estos. Volvió la policromía con el recurso a la pintura
blanca y dorada. Los arcaísmos persistieron en el centro ateniense, como el recurso a las
figura negras en las ánforas panatenaicas, y se inventaron las figurillas de terracota que
fueron difundidas por todo el mundo griego y conocidas más tarde con el nombre de
«tanagrina».
Orden Dórico.
En el orden dórico, el edificio se levanta sobre una base de tres escalones, llamados
estereóbatos los dos inferiores y estilóbato el superior. Sobre el estilóbato se apoyan
directamente las columnas. El fuste se compone de tambores superpuestos y no es liso, sino
que esté marcado longitudinalmente por estrías, normalmente veinte si bien pueden ser
también dieciséis, con sección en forma de fragmento de elipse. Las aristas de las estrías son
vivas. El diámetro del fuste disminuye con la altura, pero no de forma regular, ya que se
ensancha hacia el centro. Este ensanchamiento recibe el nombre de éntasis. En el extremo
superior del fuste se abren tres pequeños surcos horizontales. El capitel presenta una fina
moldura, llamada collarino, un ensanchamiento denominado equino sobre el que apoya
el entablamento. El entablamento está formado por tres elementos horizontales: el
arquitrabe o epystilon, el friso y la cornisa. El arquitrabe es la transposición en piedra de la
viga de madera que en un principio constituía el soporte horizontal de la estructura
superior del templo. Su superficie es siempre lisa. El friso es otra estructura horizontal que
se apoya sobre el arquitrabe, y en el estado antiguo de las cubiertas de madera constituida
la salida hacia fuera de las vigas longitudinales, de modo que asomaban la cabeza,
dejando unos espacios regulares intermedios. Al pasar a la utilización de la piedra, el efecto
de la testa de las vigas se sustituye por los triglifos, elementos rectangulares, decorados por
tres lísteles verticales.
Orden Jónico.
Orden Corintio.
Se suele denominar orden corintio lo que no es más que una modificación del jónico que
afecta más que al capitel y, por tanto, no se trata de un “orden” distinto. El capitel corintio,
en relación con el jónico, es mucho más ornamentado. La forma típica de este capitel es la
de una campana invertida, coronada por un ábaco con caras cóncavas y adornado de
una doble fila de hojas de acanto, olivo, perejil, cardo, escarola u otras similares. Las de la
segunda fila son de doble tamaño que las primeras, y en sus intervalos brotan vástagos,
llamados caulículos, con otras hojas de las que nacen las volutas, que son de dos
dimensiones; las mayores van a arrollarse bajo los ángulos del ábaco, y las otras hacia el
medio de cada una de las caras del capitel, donde se reúnen dos en dos. De entre estas dos
últimas sale un vástago con la flor, que es la rosa o roseta del capitel. Las columnas
tendieron a construirse más altas que las jónicas, lo que les da mayor esbeltez. Se adoptó
este capitel en la época helenística y como símbolo de la época puede considerarse el
templo de Zeus Olímpico de Atenas, que terminaron los romanos.
· El aparejo de los muros se hace con sillares de tipo isódomo, perfectamente cortados y
uniformes, dispuestos a soga y tizón, sin ningún tipo de argamasa.
· En los templos no hay dimensiones fijas, pero sí proporciones fijas entre los diferentes
elementos constructivos. Es de eso de lo que hablamos al decir “Orden arquitectónico” (un
conjunto de relaciones de proporción entre los diferentes elementos constitutivos).
El Templo griego
· Estructura: planta rectangular y eje longitudinal. Los templos de planta circular rodados
de columnas, se denominan Tholos (eje centralizado).
· Disposición interior del templo: de una a tres naves. ); Pronao (vestíbulo abierto); Nao o
cella (la capilla del dios) ; opistódomo (vestíbulo análogo en el lado opuesto, que podía
servir para guardar el tesoro del dios).
· La fachada es el elemento principal del templo, donde se crean los llamados órdenes
arquitectónicos.
· Monóptero: circular.
Según el número de columnas en su pórtico:
El arte en Grecia comenzó alrededor del año 2500 a.C. El arte griego tiene sus orígenes en
las civilizaciones prehistóricas Cícladas y Minoicas, y dieron lugar al arte clásico occidental.
El arte griego evoluciono desde lo más simple hasta lograr el perfeccionamiento técnico.
La actividad artística se desarrolló en su mayoría en la creación de templos.
Con relación a la escultura griega ésta tuvo tres estilos: arcaico, periodo clásico y el
helenístico. En el primero predominaron el kurus o atletas desnudos y la koré o mujer
vestida hasta los pies; la presentación era de actitud rígida, sin movimiento. El estilo clásico
se caracterizó por las estatuas de imagen sonrientes, naturalistas y sinuosas. En el periodo
helenístico la cultura se hizo grandiosa y monumental, apareció el movimiento y aumentó
la expresividad.
En cuanto a la cerámica en el arte griego forma parte de las artes menores, la mejor y
más variada expresión en lo que ha decorado y pintura se refiere. La cerámica griega
tenía como material de base la arcilla y utilizaban varios tipos de ésta.
Por otra parte, en cuanto a los órdenes griegos en las construcciones arquitectónicas
tenemos:
El orden dórico. En este orden el capitel presenta un fino relieve, llamado collarino, un
ensanchamiento denominado equino sobre el que se apoya el entablamento. El
entablamento está formado por tres elementos horizontales: el arquitrabe el friso y la
cornisa.
Orden jónico; en el orden jónico la columna se distingue de la dórica en que tiene base
y en que su capitel es distinto. Es típico del Jónico el sustituir, a veces las columnas por
mujeres u hombres que sostienen la techumbre.
Orden coríntico: Se trata de una modificación del jónico que afecta más al capitel y, por
tanto, no se trata de un “orden” distinto. El capitel corintio, en relación con el jónico, es
mucho más ornamentado. La forma típica del capitel coríntico es la de una campana
invertida.
Para finalizar, en referencia al templo se puede decir que su estructura está compuesta
por una planta rectangular. La disposición del interior del templo es de una a tres naves.
El edificio solía estar levantado sobre una base escalonada que contribuye a realzar el
edificio sobre su entorno, lo que servía para aislarlo de la humedad del suelo.