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desarrollo sustentable
Nombre:
Esquivel García Daniela Jezabel
Silos Sánchez Karla Elizabeth
Judith Del Carmen Padrón Borjas
Saavedra Montiel Karina
Alejandra
Luis Fernando Martínez Barajas
Cesar del castillo Pérez
2.-Selvas tropicales húmedas. Uno de los biomas de mayor riqueza en ecosistemas lo constituyen
las selvas tropicales, como la Amazonía. Son gigantescos reservorios de vida tanto vegetal como
animal, organizados en cadenas tróficas de muchísima variedad. Sus ágiles depredadores felinos o
serpientes constrictoras, por ejemplo, se ve superada por la oferta de mamíferos, anfibios, aves,
roedores e insectos. Su frondosa y también abundante vegetación aprovecha los suelos fértiles y
húmedos por la lluvia constante, así como la materia orgánica en descomposición que cubre los
suelos (ramas, hojas, frutos, animales muertos, etc.).
3.-La sabana. Un buen ejemplo de sabana son las grandes planicies africanas, en las que la sequía
estacionaria permite sólo vida vegetal de poca altura, pero grandes mamíferos rumiantes
(antílopes, búfalos, etc.), depredados por felinos y caninos de buen tamaño (leones, hienas, etc.).
4.-Bosques fríos o de coníferas. En estos bosques de clima frío y húmedo la abundancia de vida
vegetal permite la proliferación de cadenas tróficas adaptadas a la vida terrestre o a las altas copas
de los árboles, que pueden superar los 10m. La fauna se caracteriza por mamíferos de grueso
pelaje (osos, lobos, armiños), insectos, roedores y aves.
5.-Ecosistema polar. Sometidas a temperaturas sumamente bajas, las zonas de la periferia polar
no carecen de ecosistemas. La Antártida, por ejemplo, a pesar de presentar cambios drásticos en
temperatura y poca luz solar durante ciertas temporadas, posee un mar rico en plancton que
sostiene un ciclo de vida marina adaptada a las aguas heladas, como depredadores con cuerpos
peludos y densas capas de grasa, que pueden zambullirse en las aguas y pescar. Muchas de estas
especies, hibernan durante los duros inviernos, disminuyendo su consumo de energía al mínimo, o
migran a latitudes más cálidas, para regresar cuando lo peor haya pasado.
6.-Ecosistemas lóticos. Se llama así a los que tienen lugar en los márgenes de y dentro de un río,
arroyo o manantial. Se caracterizan por adaptarse al flujo del agua, que arrastra nutrientes
químicos, especies vegetales e incluso animales.
7.-Ecosistemas lénticos. A diferencia de los lóticos, los lénticos son característicos de grandes
masas de agua cerradas, que no fluyen, sino que permanecen estacionarias durante la mayor
parte del tiempo: lagos, lagunas, esteros y pantanos. En ellos prolifera la vida vegetal, dada su alta
presencia de materia orgánica aprovechable y de sedimentos, así como el frescor del clima y la
humedad ambiental. En la fauna proliferan las aves zancudas y los anfibios.
8.-La alta montaña. Dado su relieve de altura, que puede implicar una drástica disminución del
oxígeno y una gran exposición a los rayos ultravioleta, la vegetación de estas alturas suele ser
escasa y a lo sumo consistente en arbustos o hierbas. La fauna es predominantemente insecta, así
como de reptiles y aves que aprovechan su capacidad de vuelo para depredar.
9.-Arrecifes coralinos. Son unas de las grandes concentraciones de vida del mundo submarino del
planeta, donde la vida se resguarda dentro y alrededor de las enormes estructuras coralinas que
constituyen una barrera natural. Proliferan las especies pequeñas (peces diminutos, crustáceos,
moluscos) que aprovechan la abundancia de materia orgánica para procesos de nutrición y
descomposición, sirviendo de alimento a su vez para peces más grandes.
10.-Zonas abisales oceánicas. Estos son ecosistemas extremos y de baja presencia de animales, ya
que su ausencia de luz no permite la fotosíntesis y por lo tanto tampoco la vida vegetal. La fauna
de estas zonas se ha adaptado a las enormes presiones ambientales y a la baja cantidad de
nutrientes, producto de la escasa fauna, mediante metabolismos lentos y extremidades
bioluminiscentes para atraer a las presas. Mucha de la vida microscópica y descomponedora se
sostiene a partir de la lluvia de materia orgánica de la superficie, así como del aprovechamiento de
la energía geoquímica.
4: Flujo de energía:
La energía es básica para el funcionamiento de cualquier ecosistema, gracias a las diferentes
interacciones que se dan entre diferentes organismos, la energía fluye de especie a especie. Sin
embargo, a medida de que esta va entrando al ecosistema, su cantidad disminuye. La cantidad de
nutrientes y energía en la Tierra es muy pequeña, y por eso tiene diferentes ciclos. El ciclo empieza
en los productores, los cuales captan la luz solar y la utilizan en un 100%. Luego al ser consumidos
por un consumidor del primer orden el 10% aproximadamente de esa energía pasa a ese ser vivo.
Si seguimos con la cadena trófica, nos encontramos con los consumidores de segundo orden, que
al alimentarse de los del primer orden, toman también un 10% de su energía, lo que sería 1% de la
original. El siguiente eslabón son los consumidores de tercer orden, que obtienen un 0,1% de la
energía primeramente obtenida por el productor. Así los descomponedores nada más pueden
sacar el 0,01% de la energía, lo que significa que esta se pierde a medida que se avanza en la
cadena alimentaria, o sea, se libera al ambiente en otras formas de energía, tales como la térmica
y la luz Flujo de energía y nutrientes en un ecosistemaes el nombre que recibe la totalidad de la
cadena trófica, así como el flujo de cualquier fuente aprovechable de energía. El flujo de energía
es el aprovechamiento de los productos primarios y secundarios por organismo/'''organismos'''
que a su vez utilizaron consumidores primarios herbívoro/'''herbívoros''' de los cuales se
alimentan los consumidores secundarios o carnívoros.
8: Importancia de la biodiversidad:
La importancia de la biodiversidad se puede sintetizar en dos rasgos esenciales. Por un lado, es el
fruto del trabajo de millones de años de la naturaleza, por lo que su valor es incalculable e
irremplazable. Por otro, es garantía para el funcionamiento correcto del sistema que forman los
seres vivos, junto con el medio en el que viven y al que contribuyen para su supervivencia.
De esta forma, podemos afirmar que la biodiversidad no sólo es significativa para los seres
humanos, sino que es esencial para la vida del planeta, por lo que debemos tratar de preservarla.
La biodiversidad de las especies nos provee bienes tan necesarios como el alimento o el oxígeno,
nos proporciona materias primas que favorecen el desarrollo económico, produce energía que
utilizamos como combustible, es el origen de algunos medicamentos y, finalmente, pero no por
ello menos importante, nos colma la retina de hermosos paisajes que podemos disfrutar.