Está en la página 1de 9

31 debilidades de una persona

Las‌‌debilidades‌‌de‌‌una‌‌persona‌‌son‌‌rasgos‌o aspectos de la personalidad considerados


negativos por la sociedad. Pero reconocer nuestras debilidades es una expresión de
fortaleza. Significa que estamos trabajando en conocernos a nosotros mismos y que
estamos dispuestos a mejorar y superarnos.

Por‌‌esta‌‌razón,‌‌tanto en las ‌entrevistas‌‌laborales‌como en la elaboración de perfiles de todo


tipo, ‌el conocimiento que tengamos de nuestras propias ‌debilidades‌es esencial, ya que nos
ayuda a darle a los entrevistadores una idea más auténtica de quienes somos y de nuestro
valor como personas.

Con el objetivo de que puedas conocerte un poco mejor, elaboramos esta lista de algunas de
las debilidades más importantes para mejorar.

1. Egoísmo
El egoísmo implica pensar en el beneficio propio por encima del bien común. Es una
debilidad que afecta el desarrollo personal y es negativa en entornos de trabajo, en donde
usualmente se requiere ejecutar tareas en equipo.

Una persona egoísta no comparte sus recursos (dinero, conocimientos), ni está dispuesta a
ayudar o recibir ayuda. Reconocer la importancia del otro y comenzar a pensar un poco más
en el entorno cercano antes de llevar a cabo un acto egoísta, pueden ser primeros pasos para
mejorar este debilidad.

2. Falta de empatía
No tener la capacidad de entender lo que piensan o sienten las otras personas es una
debilidad muy común. La falta de empatía está influenciada en gran medida por un
pensamiento egoísta y es un obstáculo para construir vínculos personales y laborales
sólidos.

Una persona poco empática no tiene la capacidad para entender a los demás, por lo tanto es
un debilidad que afecta gravemente las relaciones interpersonales. Hacer el esfuerzo por
comprender la situación del otro, incluso aunque no nos afecte o nos incumba, es un forma
de cultivar la empatía.

3. Timidez
La timidez es el miedo al juicio social. Aunque se suele asociar la timidez con la
introversión, en realidad se trata de dos cosas distintas. La introversión es un rasgo de la
personalidad mientras que la timidez es una debilidad personal.
La timidez puede impedir que una persona exprese sus ideas o desarrolle su potencial
creativo por temor a ser evaluado negativamente, por lo tanto es una debilidad que puede
derivar en aislamiento social.

Cultivar la autoestima y fortalecer la creencia de nuestro aporte al mundo son formas de


lidiar con la timidez.

4. Inseguridad
La inseguridad es una debilidad asociada a la falta de confianza en sí mismo y en los
demás. Es la sensación de ser vulnerable ante las circunstancias, por lo tanto, nos resta
poder de decisión y de acción ante lo que sucede.

Una persona insegura va a dudar de todo lo que diga y haga, nunca va a estar satisfecha con
los resultados y se enfrentará a los retos con nerviosismo. Cultivar la confianza,
reconociendo que estamos preparados para los diversos retos de la vida, puede ayudarnos a
superar la inseguridad.

5. Dependencia
La dependencia puede expresarse como la incapacidad para tomar decisiones y manejar la
propia vida de forma autónoma. En la niñez y la adolescencia, es normal ser dependientes
de los padres, pero al llegar a la adultez, lo esperado es las personas puedan hacerse cargo
de sus vidas.

En el ambiente laboral, un trabajador dependiente va a necesitar que alguien le diga todo el


tiempo lo que tiene que hacer, lo cual obstaculiza la eficiencia del equipo y la del propio
empleado. Tener claras nuestras tareas y hacer el mejor esfuerzo por ser proactivos son
formas simples de mejorar la dependencia en el trabajo.

6. Soberbia
La soberbia es una sensación de superioridad que impide que la persona sea capaz de
reconocer sus propios errores y de ver a otros como iguales.

En una empresa, un trabajador o un líder soberbio puede ser un obstáculo para el logro de
objetivos comunes, ya que siempre tratará de imponer su visión y de descalificar a sus
compañeros. Cultivar la humildad y entender que existen otros puntos de vista puede
ayudar a mejorar esta debilidad.

7. Envidia
Es una debilidad caracterizada por la insatisfacción que genera no tener lo que otros tienen,
bien sea en términos materiales (dinero, empleo, estabilidad) o afectivos (pareja, familia,
vínculos saludables).

La persona envidiosa generalmente descalifica lo que otros tienen porque es su manera de


desahogar el malestar que le produce no tenerlo. Entender que es posible tener lo que
deseamos si nos trazamos un plan de acción y trabajamos por ello es una forma de darle
menos espacio a la envidia en nuestra vida.

8. Apatía
La apatía es la falta de entusiasmo. Es una debilidad de las personas que no tienen un
propósito vital, por lo cual nada les interesa puesto que sienten que no tienen objetivos que
cumplir.

Una persona apática puede entorpecer la dinámica familiar, educativa o laboral, ya que
probablemente será poco participativa o no tendrá el interés necesario para cumplir sus
tareas. Comenzar a indagar sobre lo que realmente nos gusta y atrevenos a experimentar
cosas nuevas pueden ser recursos para enfrentar la apatía.

9. Hipocresía
La hipocresía es el ocultamiento de las verdaderas intenciones. La persona hipócrita puede
ejecutar una acción alegando un propósito, cuando en realidad lo está haciendo con otra
motivación.

Cuestionarnos el valor de nuestras verdaderas intenciones y sus posibles consecuencias


puede ayudarnos a dar un paso atrás antes de actuar con hipocresía.

10. Irresponsabilidad
Se refiere a la debilidad personal para encarar un asunto. El sujeto irresponsable no tiene la
voluntad para hacer una tarea, pero tampoco asume las consecuencias que esto puede
generar.

Un trabajador irresponsable puede convertirse en una carga para sus compañeros y


eventualmente puede generar problemas mayores en su organización, mientras que un
padre irresponsable genera inestabilidad familiar.

Hacernos responsables por las consecuencias de nuestros actos es una muestra de madurez
y evolución personal.

11. Desconfianza
La desconfianza es la creencia de que las demás personas nos van a fallar, o de que las
circunstancias no serán favorables para el logro de un objetivo.

Una persona que desconfía de quienes le rodean está subestimando sus habilidades. Esto
puede generar la necesidad de controlar lo que hacen los demás, generando malestar en el
entorno.

Aprender a soltar el control propio y sobre los demás, confiando en que cada persona está
haciendo lo mejor que puede es el inicio para recobrar la confianza.

12. Individualismo
Es la tendencia a ejecutar las acciones que se consideran correctas, sin tomar en cuenta la
opinión de otros.

En el ambiente laboral, el individualismo se expresa cuando una persona ejecuta tareas


según su parecer sin considerar al resto de su equipo. Cuando reconocemos que formamos
parte de un equipo y que el resto de las personas también cuenta, estamos dando un primer
paso para superar el individualismo.

13. Desorden
El desorden es una debilidad personal de quienes no pueden gestionar sus recursos
tangibles (como el dinero) o intangibles (como el tiempo)

Por ejemplo, quien no puede mantener el orden de sus espacios físicos, o quien no puede
organizar sus prioridades y tareas es una persona desordenada. Establecer prioridades
cotidianas, clasificar y organizar un espacio pequeño son algunas formas de comenzar a
implementar el orden en nuestra vida.

14. Falta de modales


Los modales son normas de comportamiento que expresan la educación y cultura de quien
los ejecuta.

La ausencia de buenos modales es una debilidad personal que puede limitar las
oportunidades, ya que aísla socialmente a quien no tiene la capacidad de comportarse
adecuadamente. Tener la disposición para aprender y poner en práctica buenos modales nos
puede conectar con muchas posibilidades.

15. Irrespeto
La falta de respeto es la falta de voluntad para acatar las normas, por lo tanto es uno de los
rasgos negativos que más atenta contra la convivencia social.
El irrespeto puede expresarse como falta de consideración hacia otras personas, ignorar a
las autoridades, líderes, compañeros e instituciones, pasar por alto compromisos o acuerdos
previos, etc.

Cuando entendemos que no vivimos aislados y que todo entorno tiene sus normas estamos
reconociendo que somos capaces de cultivar el respeto.

16. Deshonestidad
La deshonestidad es una debilidad personal asociada a la falta de honradez. La persona
deshonesta no es capaz de actuar de forma transparente, por lo que suele recurrir a la
mentira y la trampa para lograr sus objetivos.

Una persona deshonrada puede convertirse en un problema serio para un equipo de trabajo
o una empresa, especialmente si las tareas a realizar están vinculadas con el manejo de
dinero.

Una forma de sencilla de comenzar a trabajar en superar esta debilidad es pensar en todas
las consecuencias morales e incluso legales que nos puede traer.

17. Ira
La ira es una expresión física de la violencia. La persona iracunda puede gritar, ofender,
irrespetar e incluso, agredir físicamente a otros.

La ira es una de las debilidades personales más graves que existe ya que atenta contra la
integridad de bienes y personas, lo cual altera severamente la convivencia social.

Cultivar la serenidad y buscar ayuda profesional en caso de no poder manejar la ira son
formas en las que podemos proteger nuestra integridad y la de quienes nos rodean.

18. Avaricia
Es una debilidad caracterizada por el afán de acumular riquezas. La persona avara es capaz
de hacer cualquier cosa para obtener más de aquello que quiere acumular, por lo que podría
actuar con deshonestidad, irrespeto o soberbia con tal de alcanzar sus objetivos.

Cuando entendemos que acaparar sin compartir solo trae aislamiento y soledad,
entendemos que tal vez no es necesario acumularlo todo.

19. Cobardía
La cobardía es la falta de valor para hacerle frente a los retos de la vida. Por lo general, una
persona cobarde es también insegura, ya que duda de sus propias capacidades para resolver
una situación.

Una persona cobarde puede evitar asumir una responsabilidad e incluso, puede culpar a
otros de sus errores por temor a enfrentar la realidad. Es normal sentir temor, pero tenemos
que comenzar a trabajar en nosotros mismos para evitar paralizarnos ante los retos.

20. Impaciencia
La impaciencia es la urgencia por hacer o resolver algo. Esto quiere decir que es una
debilidad que impide que la persona pueda esperar el tiempo necesario para la resolución de
una tarea.

Un trabajador impaciente puede alterar el ritmo de trabajo o entrometerse en las tareas de


sus compañeros con tal de cumplir sus objetivos, y esto afecta el ambiente laboral.

Entender que todo tiene su tiempo y abandonar la necesidad de control son un buen inicio
para mejorar la impaciencia.

21. Torpeza
La falta de habilidad para ejecutar una tarea es lo que se conoce como torpeza. Esta
ausencia de habilidad puede estar dada por falta de aptitudes (como por ejemplo, no tener
capacidades para analizar datos) o por falta de experiencia (comenzar a usar un software
nuevo).

Una persona torpe puede cometer un error grave sin intención porque carece de la
capacidad necesaria para manejar la situación.

Practicar aquello en lo que somos torpes nos puede llevar no solo a superar esta debilidad,
sino que incluso nos puede llevar a alcanzar un grado de maestría, siempre y cuando
seamos constantes y disciplinados.

22. Pesimismo
El pesimismo es una debilidad personal de quienes solo pueden ver el aspecto negativo de
las cosas. Un pesimista es, también, un desconfiado, ya que no es capaz de creer en que las
situaciones puedan ocurrir de la mejor manera posible.

Comenzar en enfocarse en las pequeñas cosas positivas del día a día s una forma de
combatir el pesimismo.

23. Intolerancia
La intolerancia es la falta de respeto a las personas, ideas, creencias y experiencias
diferentes.

En el ámbito laboral, una persona intolerante puede ser un obstáculo para el trabajo en
equipo, además, su forma de pensar puede generar incomodidad y discordias,afectando el
rendimiento y los resultados.

Entender que existen otros puntos de vista diferentes a los nuestros, incluso aunque no
estemos de acuerdo es el primer paso para comenzar a trabajar la intolerancia.

24. Impuntualidad
Una persona que no sabe gestionar su tiempo está enviando un claro mensaje sobre su falta
compromiso consigo mismo y con los demás.

Esta debilidad puede ser tolerada en entornos sociales, pero en el ámbito laboral puede
tener serias consecuencias para el trabajador, como suspensiones e incluso despidos.

Comenzar a trabajar en el desarrollo de la voluntad (para levantarnos temprano, para


entregar un proyecto a tiempo) significa que estamos comenzando a comprometernos con
nosotros mismos.

25. Falta de compañerismo


La falta de compañerismo se expresa en el egoísmo, el individualismo o la falta de empatía
hacia los demás. Es una debilidad que impide el trabajo en equipo, por lo que es un
obstáculo para establecer vínculos sociales o laborales saludables.

La falta de compañerismo tarde o temprano genera aislamiento, así que no parece una
debilidad que valga la pena cultivar. En cambio, reconocer el valor de quienes nos rodean y
comenzar a estrechar vínculos como equipo parece ser una mejor forma de establecer
conexiones.

26. Inflexibilidad
Se refiere a la dificultad para adaptarse a los cambios. Es una debilidad que puede afectar el
rendimiento de la persona que la posee, ya que puede sentirse abrumada ante su
incapacidad para asumir retos de forma constante. Además, la persona inflexible no admite
otros puntos de vista, ya que no está dispuesta a cambiar su opinión.

Abandonar la inflexibilidad puede parecer difícil, pero si existe la intención de mejorar,


casa paso cuenta. Aceptar y manejar pequeños cambios cotidianos puede ser la puerta de
entrada para escalar progresivamente hacia la flexibilidad.
27. Ignorancia
La ignorancia es la falta de conocimientos. Y si bien todos desconocemos muchas cosas, lo
que convierte a la ignorancia en una debilidad es la falta de compromiso con el saber. Una
persona ignorante no está interesada en nutrirse culturalmente, se conforma con lo que cree
que sabe y no está dispuesta a superarse intelectualmente.

Todos ignoramos algo, lo que nos diferencia es nuestra curiosidad y compromiso para
aprender. Cuando adquirimos nuevos conocimientos o habilidades no solo nos superamos
personalmente, sino que hacemos de nuesto entorno un lugar mejor.

28. Falta de experiencia


La falta de experiencia es una debilidad que puede interponerse en nuestras relaciones
sociales y laborales. Al no haber experimentado algo, desconocemos sus implicaciones. Por
eso, es una debilidad que suele examinarse con detalle en el ámbito laboral.

La falta de experiencia se supera con la práctica. Por eso, debemos estar abiertos a las
oportunidades que se nos presenten y que sean adecuadas para nosotros en función de
nuestros principios y valores.

29. Incompetencia
Una debilidad que puede tener serias implicaciones en el logro de resultados es la
incompetencia, que se refiere a la falta de habilidades para ejecutar una tarea.

La incompetencia se puede expresar como falta de habilidades gerenciales, problemas para


gestionar el tiempo o los recursos, falta de liderazgo, etc.

Nos volvemos competentes cuando tenemos la intención de aprender, practicar y


equivocarnos hasta dominar las habilidades que requerimos aprender.

30. Conformismo
Una persona sin objetivos personales o profesionales es conformista. El conformismo
implica la ausencia de retos y la búsqueda de situaciones que resulten conocidas y
cómodas. Por lo tanto, se trata de una debilidad que impide el desarrollo integral de las
personas.

El conformismo puede esconder falta de confianza o miedo al fracaso. Por eso, cultivar la
autoestima puede ser el catalizador para buscar nuevas oportunidades que nos ayuden a
crecer.

31. Pereza
La pereza es una debilidad de quienes muestran un completo desinterés en algo. Esa falta
de disposición aleja a la persona de lograr objetivos personales, académicos o
profesionales.

Por ello, se trata de una cualidad negativa que, junto con el conformismo, atenta contra el
progreso individual y colectivo. Proponernos nuevos retos, buscar aquello que enciende
nuestra chispa creativa pueden ser formas de comenzar a combatir la pereza.

También podría gustarte