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Por eso, reforzar las habilidades sociales es una de las áreas de trabajo
más importantes en buena parte de las sesiones de terapia que realizan
los psicólogos, tanto en casos en los casos en los que hay trastornos
diagnosticados como en los que no los hay. El modo en el que
interactuamos con los demás puede, por sí solo, hacer que nuestra calidad
de vida mejore o empeore significativamente.
1. Escucha activa
La escucha activa es el conjunto de conductas por las que se expresa
interés y reacción emocional ante lo que explica la otra persona. Por
sí solo, este elemento psicológico tan sencillo es la mitad de lo que
significa tener buenas habilidades sociales, porque sirve de poco
escuchar si no parece que escuchamos.
Aprender a tener una buena escucha activa propicia conversaciones
significativas en las que la otra persona no se siente presionada para
dejar de hablar.
Las actividades vinculadas a la escucha activa hacen que las
conversaciones sean más fluidas y satisfactorias para ambas partes.
Hacer esto consiste no solo en escuchar con atención lo que te dicen, sino
además hacerlo saber. Acostúmbrate a mirar a los ojos, a realizar
señales no verbales de que sigues el hilo de la conversación, a
expresar tus reacciones emocionales ante lo que escuchas, etc. Eso sí,
con cuidado de que estas señales no sean tan intensas o prolongadas
como para interrumpir a la otra persona.
2. Asertividad
La asertividad es la capacidad de comunicar todo lo que queremos
comunicar, sin miedo a las posibles reacciones negativas por parte de
los interlocutores y a la vez respetándolos y manteniendo las buenas
formas. Se trata de tener en cuenta la necesidad de que haya un equilibrio
entre los intereses del otro y los intereses de uno mismo.
Para potenciar la asertividad no es algo que se consiga de la noche a la
mañana, pero es totalmente posible si buscamos formas honestas de
expresarnos pero sin que parezcan una acusación. Contar con
asistencia profesional por parte de psicólogos ayuda mucho a reforzar
esta habilidad social.
3. Contacto visual
Puede parecer una tontería, pero el simple hecho de mirar a los ojos a la
otra persona hace que la comunicación sea mucho más fluida y que
ofrezcamos una imagen mucho mejor, expresando seguridad en uno
mismo.
Para ello, hay que superar autoconceptos demasiado rígidos según los
cuales nuestra identidad se caracteriza por el distanciamiento y la
frialdad en las relaciones personales.
7. Saber enseñar
Para entrenar esta habilidad social, lo mejor que puedes hacer es revisar
tu autoestima y tu autoconcepto y cuestionarte si es razonable perseguir
como objetivo una versión de ti tan idealizada.
Como iniciar un diálogo suele ser la parte que suele costar más, esta
clase de patrones de comportamiento te llevará a perderle el miedo a las
situaciones en las que intentas conocer gente.