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PORQUE NO CRECE LA IGLESIA

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 Por DAVID CONSTANCE
La expresión "crecimiento de la iglesia" se refiere primordialmente al aumento numérico,
especialmente por la conversión de personas que vienen del mundo. El registro bíblico que
encontramos en el Libro de los Hechos sobre el crecimiento de la iglesia primitiva es significativo.
Demuestra un crecimiento veloz.

 
Comenzaron doce discípulos. Antes de Pentecostés, eran 120. Dentro de poco había 3.000
creyentes, luego 5000 (Hchs.1:15, 2:41; 4:4). Casi enseguida se habla de un gran número de
creyentes que se decía "trastornan el mundo entero" (Hchs.17:6).
Finalmente, al autor dice que "millares han creído" (21:20) como significado que el número era
prácticamente incalculable. Este ejemplo de crecimiento sigue siendo para nosotros el patrón para la
tarea evangelizadora de la iglesia.
 
 Podemos decir que el deseo de Dios para su iglesia es un crecimiento que testifique elocuentemente
de la dinámica del evangelio para todo hombre.

ALGUNAS CAUSAS DEL ESTANCAMIENTO ACTUAL DE LA IGLESIA


El hecho de señalar la falta de crecimiento numérico en la iglesia es poner el dedo sobre uno de los
puntos más sensibles de la vida eclesiástica. Por lo general los pastores y líderes de las iglesias
reaccionan defensivamente, buscando justificativos para explicar la falta de crecimiento.

 
Sentimos vergüenza por no haber conversiones y aumento en la membresía; por otro lado, nos
resignamos ante la indiferencia de la población y la poca colaboración de parte de los creyentes en
la tarea evangelística. Diversos factores se combinan para provocar la falta de crecimiento
numérico.
 
1. Falta de datos precisos: la falta de información específica sobre la membresía de la iglesia
obstaculiza un análisis del crecimiento de la iglesia. La experiencia demuestra que pocas iglesias
mantienen un registro exacto y al día de su membresía. Aún más, se percibe una resistencia a
divulgar esta información prefiriendo, evidentemente no tener un cuadro muy exacto de la realidad.
La falta de atención a este detalle importante impide un correcto desarrollo de la iglesia.

2. Énfasis sobre crecimiento cualitativo: este concepto se expresa en frases tales como
"preferimos tener pocos pero buenos" o "es más importante la calidad que la cantidad". Estas frases
expresan la idea de que se busca creyentes comprometidos, espirituales, y consagrados y que esas
virtudes se logran a través de un proceso lento. Mientras tanto, hay que dejar de lado la
evangelización hasta que eliminemos la mediocridad en los creyentes. Antes de evangelizar, es
necesario orar para que Dios levante a quienes tienen el don de la evangelización.
Lamentablemente, este proceso es interminable y sirve como justificativo para no llegar a la tarea
principal de la iglesia.

3. Poco estímulo y motivación para la evangelización: en la mayoría de las iglesias, el esfuerzo


evangelístico se reduce al
llamado "culto evangelístico" del domingo a la noche donde se supone que los inconversos tienen
oportunidad de escuchar al evangelio. Muchas iglesias han dejado de hacer cultos al aire libre por
ser un método "anticuado"; no se hace reparto de literatura porque no hay folletos no se hace
visitación casa por casa por no ser cargosos. Pero más lamentable aún es que no hemos enseñado a
los creyentes a ser "ganadores de almas".

¡Hemos perdido el énfasis evangelístico!


4. Falta de instrucción y modelo evangelístico: toda persona necesita instrucción y ejemplo para
incorporar ciertos valores a la vida. Si no hay instrucción acerca de cómo llevar una persona a
Cristo, el creyente difícilmente se atreverá a hacerlo. Pero, si hay instrucción pero no un modelo
que pueda ser imitado, la metodología enseñada será útil. ¡El líder tiene que dar el ejemplo!. El
pastor que evangeliza consistentemente formará discípulos que le han de acompañar en la tarea
evangelística.

5. Falta de discipulado: Un discípulo es un seguidor de un maestro. Eso implica que el discípulo


incorpora la forma de vida de su maestro y copia sus hechos. El discipulado del cual carecemos es
aquél que presenta un modo de vida, donde la lectura de la Palabra, la oración, la obediencia a la
verdad y el testimonio son expresiones normales de la vida.

 
La iglesia se pone contenta cuando el individuo hace su manifestación de fe, y trata de incorporarlo
a las actividades generales sin tomar en cuenta sus necesidades personales y sin darle instrucción
personal. Probablemente, esta carencia se deba a la falta de líderes que puedan discipular a otros,
por falta de tiempo o por falta de conocimiento de cómo hacerlo.

6. Esquemas tradicionales en la vida de la iglesia: la tradición puede ser uno de los mayores
peligros para el desarrollo de la iglesia. Se mantienen formas de culto y actividades de expresiones
rígidas, inamovibles, simplemente porque "siempre se han hecho así". Esto puede afectar las formas
de vestir para ir al culto, los instrumentos y estilo de música, la arquitectura del edificio y el
programa semanal de actividades.

 
Todas las energías y las preocupaciones de los líderes de la iglesia pueden volcarse a la defensa de
las tradiciones y al mantenimiento de las actividades dentro de la iglesia sin tomar en cuenta si
tienen o no alguna relación con la tarea evangelística y al acercamiento del inconverso.
Estos y otros elementos deben ser tomados en cuenta y analizados con cuidado si es que tenemos
una sincera preocupación por el crecimiento de la iglesia en términos de su membresía.

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