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La agresión: Definición
Concepto base
a. Agresión directa
b. Agresión física
c. Agresión verbal/psicológica
Se entiende como tal a todo aquel conjunto de actos y acciones que, si bien no
generan un daño a nivel físico, sí provocan o pretenden provocar en la persona
que padece la agresión algún tipo de daño mental o emocional. Incluye
insultos, vejaciones y desvalorizaciones. En este sentido, este tipo de violencia
directa suele estar más repartido entre los sexos. Estadísticamente, es uno de
los más practicados por mujeres.
d. Agresión sexual
e. Agresión indirecta
Se entiende como agresión indirecta a todo aquel acto de agresión que se lleva
a cabo de manera indirecta, provocando daños y perjuicios al agredido de
forma anónima (si bien este puede reconocer al agresor). Este tipo de ataque
se va extendiendo cada vez más, y resulta el más frecuente en mujeres a partir
de la adolescencia, tanto a nivel académico como laboral. Incluye la difusión de
rumores y calumnias, anónimos o publicación de webs y mensajes vejatorios y
ridiculizantes.
f. Agresión relacional
g. Agresión cibernética
Si bien puede ser incluida en algunos de los grupos anteriores (tanto indirectos
como directos), la agresión cibernética tiene como principal característica
distintiva el hecho de que se emplean para ello las tecnologías de la
información y la comunicación. A través de ella nos podemos encontrar con
ataques en las redes sociales, suplantaciones de identidad, coacciones, robo
de cuentas, publicaciones difamatorias, grabaciones no consentidas
(incluyendo la de posibles agresiones llevadas a cabo con la víctima), etc.
h. Agresión patrimonial
i. Agresión simbólica
2. Según su objetivo
a. Agresión hostil
b. Agresión instrumental
c. Agresión inducida
Se trata de un tipo de acto agresivo en que el agresor actúa movido por otras
personas o por factores como el miedo o el intento de escapar de alguna
situación altamente aversiva.
3. En función de la víctima
También se puede observar diferentes tipos de agresión en función de quién es
la persona a quien se dirige el acto de violencia.
a. Agresión autoinflingida
Se denomina como tal todo aquel acto de agresión en la que la persona víctima
de esta es la misma que provoca la agresión. Es decir, es un ataque hacia uno
mismo que puede venir motivado por gran cantidad de causas. En ella se
puede incluir las autolesiones causadas por personas con diferentes patologías
o el suicidio.
b. Agresión interpersonal
Se trata del tipo de agresión más clásico y conocido, en que una persona inflige
daños y perjuicios a otra de forma voluntaria.
c. Agresión colectiva
Este tipo de agresiones interpersonales puede ser separada del resto por el
hecho de que tiene la característica de producirse dentro de una misma familia
o entre personas que en principio mantienen una vinculación afectiva. La
violencia intrafamiliar puede tomar muchas formas, siendo principalmente de
tipo directo ya sea a nivel de agresión física, psicológica o incluso sexual.
c. Agresión en la escuela
En esta ocasión hacemos referencia a los actos de agresión llevados a cabo en
el ámbito académico entre estudiantes o entre estudiantes y docentes.
Podemos observar entre otras la presencia de bullying.
La agresividad humana
(5) Freud señala que no basta con las comunidades de trabajo (que ligan
fuertemente al individuo con la realidad). El éxito de Eros (mantener y
profundizar la cohesión humana) frente a la agresividad del sujeto individual y
de la masa, implica un fortalecimiento de la moral cultural. Hay que dominar la
agresividad del individuo “, dominar sus manifestaciones mediante formaciones
reactivas psíquicas (transformación en lo contrario). De ahí, pues, el despliegue
de métodos destinados a que los hombres se identifiquen y entablen vínculos
amorosos coartados en su fin; de ahí las restricciones de la vida sexual (moral
sexual), y de ahí también el precepto ideal de amar al prójimo como a sí
mismo, precepto que efectivamente se justifica, porque ningún otro es, como lo
es él, tan contrario y antagónico a la primitiva naturaleza humana”. No obstante
-y como sabemos por experiencia histórica- este mandamiento es insuficiente.
La mera imposición de preceptos y desvíos psicológicos no tienen la fuerza
suficiente para abolir la parte de agresividad peligrosa para la cultura.
(6) estaba menos agobiado en este sentido, pues no conocía restricción alguna
de sus pulsiones, el hombre civilizado ha trocado una parte de posible felicidad
por una parte de seguridad”.
No hay que desconocer que todo esto había sido expuesto “en medio del
rápido crecimiento del fascismo europeo”. Bastaron solo tres años para que las
sombrías predicciones de esta obra resulten plenamente -históricamente-
justificadas con el advenimiento del régimen nazi. En 1933 Adolf Hitler era
elegido canciller de Alemania.
Sin embargo, no siempre es así ya que muchas veces, más que agresividad o
ira, provoca desesperanza o sentimientos de incapacidad, por lo que finalmente
esa teoría tan radical fue modificada llegando a la conclusión de que la
agresividad es sólo una de las posibles respuestas que surgen a partir de la
frustración.
En este apartado conoceremos lo que dicen las teorías más estudiadas sobre
este tema en la actualidad.
Piaget elaboró su teoría desde una postura constructivista, afirmaba que los
niños tienen un papel activo a la hora de aprender. Para él, las diferentes
estructuras mentales van modificándose y combinándose entre ellas a través
de la experiencia mediante la adaptación al entorno y la organización de
nuestra mente.
El aprendizaje existe gracias a los cambios y a las situaciones novedosas.
Nuestra percepción del mundo se renueva a medida que crecemos. Este
proceso está compuesto por esquemas que nosotros ordenamos mentalmente.
La adaptación tiene lugar mediante un proceso de asimilación, que modifica la
realidad externa, y otro de acomodación, que cambia nuestras estructuras
mentales.
Tenemos la última palabra a la hora de decidir cómo queremos actuar, pero los
modelos a los que estamos expuestos nos influyen mucho. Por esto es tan
importante tener cuidado con la extrema violencia en los medios de
comunicación.
Los más pequeños pueden saber que no está́ bien pegar a sus compañeros,
pero si interiorizan la violencia de su serie favorita es posible que mantengan
conductas agresivas en contextos y momentos diferentes. Es decir, si ven en la
tele que un problema se solucionó́ con un puñetazo, tal vez den un empujón a
un amigo la semana siguiente para conseguir un juguete en la escuela.