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Cielo y Eternidad (Thomas Ice & Timothy Demy)
Cielo y Eternidad (Thomas Ice & Timothy Demy)
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EDITORIAL PORTAVOZ
Kregel Publications
P. O. Box 2607
Grand Rapids, Michigan 49501 EE. UU.
Visítenos en: www.portavoz.com
ISBN 0-8254-1347-8
1 2 3 4 5 edición/año 03 02 01 00 99
P R IM E R A P A R T E
¿Qué es el cielo?
1. ¿Dónde se enseña en la Biblia acerva del cielo? 8
2. ¿Existe alguna diferencia entre cielo y eternidad? 10
3. ¿Dónde está el cielo? ¿Acaso ya existe? 10
4. ¿Cuándo empieza el estado eterno o la eternidad? 11
5. ¿Qué es la ciudad eterna? 12
6. ¿Cuál es la relación que existe entre el milenio y el estado
eterno? 12
7. ¿Qué ocurre al final del milenio? 13
8. ¿Cómo se relacionan losjuiciosfuturos con el cielo? 15
TER C ER A PA RTE
3
4 Cielo y eternidad
------------------- Q U IN T A P A R T E --------------------
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5
Libros de la serie «Profecía» por
Thomas Ice y Timoíhy J. Demy
El Anticristo
Armagedón y el medio oriente
El arrebatamiento
2.000 (LC. y ¡a predicción de la venida de Cristo
El milenio
Jerusalén en la profecía bíblica
La segunda venida de Cristo
Las señales finales
El templo de los últimos días
La tribulación
IN T R O D U C C IÓ N
7
8 Cielo y eternidad
P R IM E R A P A R T E
¿Qué es el cielo?
1. ¿Dónde se enseña en la Biblia acerca del cielo?
En traducciones de la Biblia al inglés la palabra «cielo» ocu
rre más de 500 veces. La mayoría de versículos emplean o bien
la palabra hebrea shamayirn, que se traduce literalmente como
«las alturas», o la palabra griega ouranos, que se traduce literal
mente como «aquello que es o está elevado». Estas palabras se
emplean a lo largo de la Biblia para hacer referencia a tres luga
res o reinos diferentes: la atmósfera, el universo, y la morada de
Dios. Estas tres divisiones han sido reconocidas a través de la
historia por fuentes tanto cristianas como no cristianas, especial
mente en la literatura griega clásica.2 En tanto que es el tercer
uso de la palabra el que nos interesa principalmente, todas las
tres formas son comunes en la Biblia.
¿Qué es el cielo? 9
El cielo atmosférico
Las referencias al cielo atmosférico se encuentran en pasajes
tales como Deuteronomio 11:11,17; 28:12,24; Josué 10:11; Sal
mo 18:13; 147:8; Proverbios 23:5; Zacarías 2:6; 6:5. Versículos
como estos hacen énfasis en el «primer cielo» o espacio atmos
férico. Es de este dominio que habla Isaías cuando registra las
palabras de Dios en Isaías 55:9-11 :
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis
caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamien
tos más que vuestros pensamientos. Porque como descien
de la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la
tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que
siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de
mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo
quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.
El universo o cielo cósmico
Ejemplos de «el universo» o el «cielo cósmico» se encuen
tran en pasajes tales como Génesis 1:14; 15:5; Éxodo 20:4; Sal
mo 33:6; Jeremías 10:2; Hebreos 1:10. Frecuentemente el cielo
cósmico o simplemente los cielos, se utiliza bíblicamente como
una figura de lenguaje tal como la hipérbole (Deuteronomio 1:28;
Daniel 4:11,20,22) o como aquella metonimia que hace énfasis
en el concepto de totalidad (Deuteronomio 4:29; 30:19; Mateo
24:31; Colosenses 1:23). El reino del cielo cósmico y la totali
dad del universo también puede encontrarse en Deuteronomio
30:19:
TER C ER A PA RTE
TER C ER A PARTE
• Angeles: los ángeles realizan tareas que les han sido asig
nadas a lo largo y ancho del universo, y tienen acceso al
cielo y a la tierra, pero su hogar está en el cielo (Daniel
7:10; Isaías 6:1-6; Marcos 13:32; Juan 1:51).
• Creyentes: todos los cristianos, de todas las épocas y lu
gares, al lado de los redimidos de tiempos del Antiguo
Testamento, tendrán su hogar eterno en el cielo (Apoca
lipsis 5:9). Filipenses 3:20 declara, «Mas nuestra ciuda
danía está en los cielos, de donde también esperamos al
Salvador, al Señor Jesucristo».
El cielo se llenará por la eternidad con todas las personas que
conocen y aman a Dios. Será un lugar de alabanza y adoración,
gozo y alegría. Las pruebas y tribulaciones de este mundo que
darán atrás y la verdadera ciudadanía de los cristianos quedará
establecida definitivamente. Juan registró una vista previa de la
«próxima atracción» de Dios, del cielo y sus ocupantes en el
libro de Apocalipsis:
CUARTA PA R TE
Q U IN T A P A R T E
Nos gustaría que usted supiera sin duda alguna, que tiene
vida eterna por medio de Jesucristo, el Hijo de Dios. En el libro
de Apocalipsis, Juan extiende una última invitación: «Y el Espí
ritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que
tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratui
tamente» (Apocalipsis 22:17). ¿Qué significa esta invitación?
La imagen presentada corresponde a la de una boda. El novio
ha hecho una invitación a su novia. Él está dispuesto pero, ¿esta
rá ella dispuesta? De la misma manera, Dios ha hecho provisión
para usted—sin que a usted le cueste nada, pero a Él le ha costa
do mucho— para entrar en una relación personal con Él que le va
a dar a usted vida eterna. Más específicamente, la invitación se
hace al que escucha y está sediento. La «sed» representa una
necesidad. Esta necesidad es el perdón de los pecados. Usted
debe reconocer que es un pecador a los ojos de Dios: «Por cuan
to todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios» (Ro
manos 3:23). Dios es santo y por esa razón no puede pasar por
alto el pecado de nadie. Él debe juzgarlo. Sin embargo, Dios en
Su misericordia ha provisto una manera en que hombres y muje
res pecadores pueden recibir Su perdón.
Éste perdón fue provisto a un costo inmenso por Jesucristo
cuando Él vino a la tierra hace 2000 años, vivió una vida perfec
ta, y murió en la cruz en nuestro lugar para pagar por nuestros
pecados: «Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de
Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro» (Romanos
6:23). La Biblia también dice, «Cristo murió por nuestros peca
dos, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resuci
tó al tercer día, conforme a las Escrituras» (1 Corintios 15:3,4).
A fin de obtener esta salvación y la vida eterna que Jesucristo
ofrece, debemos confiar de manera individual en que el pago
que Cristo hizo con Su propia muerte en la cruz es la única for
ma en que podemos recibir el perdón de nuestros pecados, el
restablecimiento de una relación con Dios y la vida eterna. «Por
que por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de voso
tros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe»
(Efesios 2:8,9). Esta es la razón por la que Juan invita a los se
dientos para que se acerquen y entren en una relación con Dios a
través de Cristo.
¿Está usted sediento? ¿Reconoce su pecado ante Dios? Si es
así, entonces acérquese a Cristo. Si usted no reconoce su necesi
dad de salvación, entonces está dejando pasar esta oportunidad.
Por favor no lo haga.
Aquellos que están sedientos y anhelan la salvación pueden
expresar su confianza por medio de la siguiente oración:
Conclusión
C.S. Lewis advirtió alguna vez sobre cuestiones espirituales
y nuestra constante preocupación con asuntos mundanos, que
«todo lo que no sea eterno está eternamente vencido». Vivimos y
morimos en un mundo que se mueve rápidamente. En todas par
tes la gente, incluyendo nosotros mismos, está ocupada. Pero,
¿acaso estamos ocupados haciendo las cosas correctas? ¿O esta
mos tan enfocados en el presente, y a veces en el pasado, que nos
perdemos el futuro o lo descuidamos? Gary Habermas y J.P.
Moreland han escrito lo siguiente acerca del cielo:
Notas
1. Steven J. Lawson, Heaven Help Us! Truths About Eternity
That Will Help you Live Today. (Colorado Springs:
NavPress, 1995), p. 16.
2. Para ver ejemplos de la literatura clásica, véase de Wilbur
M. Smith, The Biblical Doctrine o f Heaven (Chicago:
Moody Press, 1968), pp. 28-29.
3. John F. Mac Arthur, La gloria del cielo (Grand Rapids, MI:
Editorial Portavoz, 1997), p. 56.
4. Ibid., pp. 59-60.
5. Ibid., p. 60.
6. Gary R. Habermas y J.P. Moreland, Immortality: The Other
Side o f Death (Nashville: Thomas Nelson Publishers,
1992), p. 150.
7. Para una discusión más completa de los autores sobre Je-
rusalén, véase Jerusalén en la profecía bíblica (serie «Pro
fecía» Grand Rapids: Editorial Portavoz, 1997).
8. Arnold G. Fruchtenbaum, Footsteps o fthe Messiah: A Study
o f the Sequence of Prophetic Events (Tustin, CA: Ariel
Ministries, 1982), p: 366.
9. John Walvoord, Major Bible Prophecies: 37 Crucial
Prophecies That A ffect You Today (Grand Rapids:
Zondervan Publishing House, 1991), p. 404.
10. Charles C. Ryrie, Basic Theology (Wheaton, IL: Victor
Books, 1986), p. 515.
11. La tabla es tomada de Ryrie, Basic Theology, p. 516. Usa
do con permiso de la editorial.
12. Véase de Smith, The Biblical Doctrine of Heaven, pp. 190-
200: Don Baker, Heaven: A Glimpse of Your Future Home
(Portland, OR: Multnomah Press, 1983): y Douglas
46 Cielo y eternidad
V.
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