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ERIKSON
I N FANC IA
AD
Ptdbg a h segmda eijdq ett cast¿tbto p¡ el
Dr. EMILIO RODRIGUE
6
EDICIONES HORMÉ S. A. E.
Diit¡ibucüi'erduclúd
EDITOruAL PASóS
FUE¡{O3 A¡88q,
Títalo ful oñginal hagEs
Ctu¡¡sooo e¡vp Socrgrr
l$ EDIQION: 1959
2r EprqloNr le66
3? EIDICION: 1970
4s ÉDIQION: 1973
'@
Copyrigtt de todas las ediciones en castellano por
EDICIONES HORMS S.A.[
Juncal 4649 Buenos Aires
"industria,l" puede hacerlo regresar a la rivalidad familiar más ais- 5. IDENTIDAD VERSUS CONFUSIÓN DE ROL
lada, menos-centrada en las herramientas, de la época edlpica' El
niño desespera de sus dotes en el mundo de las herramientas -y Con el establecimiento de una buena relación inícial con el
en lá anatómía. v se considera condenado a la mediocridad o a la mundo de las habilidades y las herramientas y con el adveni-
inadecuación. Et t" ese momento que Ia sociedad más amplía miento de la pubertad, la infancia propiamente-dicha llega a su
se vuelve significativa en cuanto a sus maneras de admitir. al niño fin. L1 juventud comienza. Pero en li pubertad y la adólescen-
a una comprensión de los roles significatívos en su tecnologa -y cia todas las mismidades y conrinuidadeJ en las que se confiaba
economía. El desarrollo de 'ha más de un niño se ve desba¡atado previamente vuelven a ponerse hasta cierto punto en duda, debi-
cuando la vida familiar no logrado prepararlo para la vida do .a una rapidez del crecimiento corporal que iguala a la de la
escolar, o cuando ésta no alcanza a cumplir las promesas de las temprana_ infancia, y a causa del nuevo agrégado de la madurez
-Coipreüas.
etapas genital. Los jóvenes que crecen y se desariollan, enftentados con
respecto al período en gue se desa¡rolla u¡r sentido de la esta revolución fisiológica en su interior, 1' con tareas adultas tan-
industria, me he referido a obstáculos internos y extetnos en el giblep que los aguardan, se preocupan ahora fundamentalmente
uso de nuevas capacidades, pero no a las complicaciones que por lo gue parecen ser ante los ojos de los demás en compara-
implican nuevos impulsos humanos, ni a la rabia zumergida gue re- ción con lo-que ellos mismos sienten-que son, y por el problema
sulia- de su frust¡ación. Esta etapa difiere de las anterio¡es en relativo a ¡elacionar los roles y las aptitudes cultivadas previamenre
tanto no se trata de una oscilación desde un cataclismo interior con loi prototipos ocupacionáles dél momenfo. En su búqueda
hacia un nuevo dominio. Freud la denomina la etapa de latencia de un nuevo sentimiento de conrinuidad y mismidad, los adoles-
porque los impulsos violentos están normalmente inactivos. Pbro centes deben volver a librar muchas de las batallas de los añoa
ie irata tan sólo de un momento de calma antes de la tormenta anteriores, aun cuando para hacerlo deban elegir artificialmente
de la pubertad, cuando todos los impulsos previos reemerge¡- en a personas bien intencionadas para que desempéñen los roles de
r.rrr" rnieu" combinación, para caer bajo el dominio de la genitaliclad. adversarios; y están siempre dispuestos.a establecer ídolos e idea-
Por ot¡o lado, se tráta de una etaPa muy decisiva desde el les perdurables como guardianes de uria identidad final.
punto de vista social: Puesto que la industria implica hacer-cosas La integración que ahora tiene lugar bajo la forma de iden-
iunto a los demás y ion ellós, en esta época se desarrolla un tidad yoica es, como ya se señaló, más que la suma de las identifi-
írimer sentido de la-división del tabajo y de la oporrunidad dife- caciones infantiles. Es-la_experiencia acu¡nulada de la capacidad
iencial, esto es, del elh.os tecnológbo de una cultura. En la últi- del yo para integrar todas las identificaciones con las vicisirudes de
ma sección señalamos el peligro gue a-et aza al individuo ,v -a la la libid-o, con las apdrudes, desarrolladas a partir de lo congénito
sociedad cuando el escolar cómienza a sentir que el color de su y con las oporrunídades ofrecidas en los ¡oles sociales. El senti-
piel, el origen de sus padres o el tipo de ropa que lleva, y n<r miento de identidad yoica, entonces, es la confianza acumulada
iu deseo y-su voluntad de aprender, determinan su valor como en que la mismidad y la continuidad interiores preparadas en el
aprendiz, y por lo tanto, -su ientimiento de identidnd- que ahora pasado encuentren su eguivalente en la mismidad y la continuidad
dlbe*os óo*id.t.t. Pero hay otro peligro, más fundamental, a áel significado que uno tiene para los demás, tal como se evi-
saber, la autorrestricción del hombre y la limitación de sus hori- dencia en la promesa tangible de una "carrera".
zontes a fin de que incluyan sólo su trabajo, al que, serne djóe El peligro de esta etapa es la confusión de rol be. Cuando ésta
la Biblia, ha sidocondenado después,de su expulsión del paraíso. se basa en una marcada duda previa en cuanto a la propia iden-
Si acepta el trabajo como su única obligación, y- "lo eficaz" como tidad sexual, los episodios delincuentes y abiertamente psicóticos
el único criterib di valor, puede convertirse en el conformista y el no son ¡aro3. Si se los diagnostica y trata correctamente, tales in-
esclavo irreflexivo de su tecnología y de quienes se encuentran en f', cidentes no tienen la rnisma significación fatal que encierran a
situación de explotarla.. 4, oras edades. En la mayoría de los casos, sin embargo, lo que
;ffi
.ffi s0 Véase "The Problem o{ Ego-Ideutity", J. Amer. Psa. Assoc.,
ffi 4¡56-121,
&
INFANCIA Y SOCIEDAD ¿)/
236 ERrK H' ERrKsoN
gue..hay en.la gente. Para no caer en el cinismo o en la ar¡atíc
a la gente joven es Ia incap-acidad. para decidirse por los jóvenes deben ser de convencerse de qu" q"i"r,;ilrrr"r:
Derturba -ca-paces
ffi"rdr"r,d,j &"p".í*¿. para evitaila confúsión, se sobreiden- fan en su mundo adulro anticipado tienen ari'h óbllgr.ió;;"
rifican tempor.riu."nt", h"st punto de- una aParente, pérdida sgr los m-ejores.- Examinaremos riás tarde los peligros quE
"l
completa de la identidad, con los héroes de las
camarlllas y las "*á,r.,,
de los ideales humanos sometidos al manejo^ de"las ;"p";rq;i-
del "enamoramiento", que no es nas' estén éstas guiadas por ideologías nacíonalistas o i.rt".rrr.io-
*"iiil"¿.r. Esto inicia lá etapa
cuan-
;;;;-;il"o total o tiq"i"it primariamente sexual' -salvo nales, comunistas o capitalistas. En la úlrima parte de este lib¡o
d; il;ff;üt* .tr 1o J*ig*'' En qcado considerable' el amor consideraremos la formá jl.
q.," las revolucionei de nuestru efá.u
adolescente constituye por"llegar a una definición de intentan resolver y también- explotar la profunda necesidad cle
"n-i"i*tola^propia-imagen voica c{ifusa
i.-;;;;;;-td;ii¿^¿'p*v".o"do en
la juventud de redefinir su idéntidad ..i u'
mundo industria-
ott" o"t*n. v logrando así que se refleje y se- adare ,graoual- lizado.
ment¿. A elló sé?ebe que una Parte tan considerable
del amor
juvenil consista en conversación' 6. INTIMIDAD VERSUS AISLAI,IIENTO
La sénte ioven también puede ser notablemente exclusivista'o
color de Ia piel
.i*1t""" tiá;;l";q"; stri "distintos", en el dotes'
"á"-l;i;;.;i¿"-*lrui"l, en los gustos v las y a menu- La fortaleza adquirida en cualquier etapa se pone a prueba
los gestos que ante la necesidad de hascenderla áe modo'tal que el ind^ividuo
il ;;'á;;;lü'i"tig"iri.á"tes de ia ,vestimenta- v pueda arriesgar en _la etapa siguiente lo que era'más r,rrlnerabre-
seleccionados como los signos
há"-ti¿" temporariímente 11" ii- pe¡le precioso en la a-nterior- Así, el adulto joven, que surge de
t".i"ti"t" al que'pertenece- al grupo y. al que. es.ajeno t
fl: -*t^o Ia búsqueda identi.l¡Íl y la -iniiste-ncia en'ella, 'esiá a"riñso y
sulta import.ttt io*pt.nder (lo cual- no significa Perdonarn ^de
disp rfsto a fqn{ir su identidad con la de otros.
'Está
compartii) tal intoleranciá como una defensa contra una contu- preparadá
no sólo sl para la intimidad, esro es, capacidad de enrregarse a aiilia'ciones
la-
sión en el sentimiento-¿j iá""tiaad. Los adolescentes y
L""a]t ,.*párr.iu*"nte unos a otros a soPortar muchas dificul- asociaciones concr'etas y de desarrollar la fuerza ética necesaria
convirtiéndose en estereotipos, v . hacien- para cunr.plir con ta,les compromisos, aun cuando éstos puedcn exi-
;;d;"il;;'d";;;iiñ, gir sacrificios. significativos. Ahora el cuerpo y el yó deben ser
do lo mismo con sus ideales y - sus enemigos' ¡lnq 9"" los amos de los modos orgánicos y de los ionili.toí nucleares, a
;;; . prueba perversamente la mutua Sapacidad para,la troe-
pruebas explica'-ast- fin de .poder enfrentar el iemor a-la pérdida yoica en situaciones
íiá"ál i.'itcilidád con que se aceptan talgs "1-"o,tul
que exigen autoabandono: en la solidáridad dé las afiliaciones es-
*ir.o.laatracciónquelasdoctrinastotalitariasslmPlesycrue-
en los países v las clases
i:iliL; ;ü;;'i; rn;te d" los jóvenesid""tid"des trechas, en los orgasmos y las uniones sexuales, en la amistad ínti-
:T."i#;.ñt.i; ; ;#;;i";d9 *' grupales (feu-
la.indusnialización mun-
ma y en" el combate físico,, en experiencias de inspiración por
parte de los maestros y de intuición'surgida de las piofundidaires
]¿. r*ttí.,-i¡u¿, ttuciottal) y enfrentan más
;;i.-il;;ñ;";ión v la comunicación una amplia'
mente del qtora-
del sl mismo. La evimóión de tales e:iperLncias debiáo a un temor
La mente adolescente es esgncialmente- a la pérdida dcl yo puedc llevar a un profundo sentido de aisla-
toriu*t, una etaPa p,Lo'oti"l entre Ia infancia que v la adultez' y miento y a una consiguiente autoabsorción.
entie la -or"l .pr"rráiá""- p* "l;tñ" y la étíca ha de desa-
pr-'iit'"**'" iá"áogi"" y' de hecho''es la . .I.a contraparte.de la ürtimidad es el distahcíamiento: la dispo-
rrollar el adulto. sición a aislar y, de ser ello necesario, a destruir aquellas fuerzas
id""úd". ¿" ir-r*i"á"i lu q"" ñabla' más- claramenre al
y personas cuya esencia p_arece peligrosa para la propia, y cr!.vo
. ;;tó"
adolescente ansioso po, u".r" afirmadó Por-sus
iguales y listo para "territorío" paiece ¡ebasar-los límites-de lai propiai .á".io,r", l,-,-
rrt*-.Áfit*ado a través de rituales, tt"U"i.¡tor3tltiffirfllt'tii timas. Los prejuicios así desarrollados (y uiilirados y expiotados
lo incomprer
*i*o ti"*po, definen el mal,;"ciales en la política y en Ia guerra) constituyen un producto
lo tanto, al buscar l;;;il;;; que guían lá identidad' uno -á, *.duro
de, Ias repu-diaciones más ciegas que á.tratt"la lucha por la iclen-
#,"'.ü i;t;Jü;s posíble, de la- ideolo.gía y ll mistocracia' ambos en tidad establecen una difereniia tr"t" y cruel enrre lo familiar v
cual' dentro- d9 u¡r3 i11-
;;;td;;át "*pli" y ,rr,segrin elpredestinado .le la historia, lo foráneo. El peligro de esta quc las relcciones íntimai
_""*$li"fi"-del ,i.,rndi "ltro lo mejor
"trpu "í
competitivas y combativas se cxperimentan con y conh.a las mis-
f,;'*";;;;;"Jitiauot ¡"gárán al podei' v éste desarrolla mas personas. Pero, a medida que se rran delineando las áreas
238 EBIr, lI. ERIKSoN, TNFANcTA Y socrEDAD 239
,lcl dcber ,d"Jr, y a medida que se diferencian el choque y odio. Así, las relaciones sexuales satisfactorias hacen
com- tasía, amor
}x'tilrvo y el abrazo sexual, queáan eventualmente sometiáas a eie sexo menos obsesivq la sobrecompensación, menos necesaria I'
s€ttLttktctico que constituye la característica del adulto. "l
los controles sádicos, zuPerfluos.
lln tér¡ninos estrictos, recién ahora pu.d;;;.;h"rse
¡ncrrre la verdadera genitalidad, p,r* gr* p;;r"
olena_ Preocupado. como estaba por los aspec-tos curetivos, el qsi-cq
que precede a estos compromisos corresponde
E-i;;fi; ffi;l a irenudo descuidó fo:rmular el problema de la genitalidad
a la búsqueda
t"""i""ü.
de "rr¿lirit forma significativa para l¡rs procesÓs de la sociedacl en
itre'ridad, o está dominadia por l"s te'dlrrcia, iAi"*- "tru
que hacen de la vida sexuai una buerte de
""-
ioi"r- l"t clases, .lás naciones- y los niveles culrurales' El tipo de
otro lado, con excesiva frecuencia i" ¿Lr"r¡¡"
;;;;i'""i':;;" ñiñiiá"¿ en el orgasmo qúe et psicoanálisis tiene en cttettt"
l" g""irlli¿"¿".#, se obtiéne coniacilidaá en clases y culturas que han
unestado permanente de,dicha sexual. recíir"*:
Err.,;";;;; '"ri""t"-."te
ftl,.fr" ¿" él una institución del ocio' En las sociedades más com-
puede ser e.l lugar adecuado p"." .o*pl"iái'nuestro
genitalidad. r--- -v¡¡¡r¿e'g¡
¡ examen de la oiui"r. .tr" mutualidad está obstaculizada por tantos factores re-
i"riuot a la salud, la tradición, la oporrunidad y el temperame-nto'
ro ljttj:,j:q:t
,^ que p""orientación básica en esta cuestión, citaré
na llegado hasta mí como la declaración más breve ."" t" formulación adecuada de lá salud sexual sería más bien
de É"", u" ser humano debe ser potencialmente capaz de lograr Ia
Freud. A meñ,rdo r" y ü, -.1", lr¿litos de conversación
"fi.-",
parecen corroborarlo, q"e
*urualídad del orgasmo genital, pero también estar constituido
,l iíi"Á¿ú;t;'""*" terapéutica intenra. J. t"l modo que pueda sóportar un cierto monto de frustración
p¿ciente-de qui sólo Uene una
K,T.:.:r^i]
rjos y a SUS semelantes: tener^buenos OrgasmoS, iir, ,rtru indebid¿ iegresión, toda vez que la preferen-cia emocio-
"blig;;ió"-f;;';
ór, ,rr, ,,Objeto,, r"i o .o"tideracionei relativas al deber y la lealtad la hagan
adecuado y en fotma regular. D"rd;l;ü;, ""rro
le preguntó cierra vez a"Freud
.,
-qr. falso. Alguien -- -'Si
imoe¡ativa.
ñ;;;fi; ur,. persona nor- bi"tt el ha ido a veces demasiado lejos en la
psicoanálisis
mal debía ser capaz de hacer p"'r" oiuiiliu". g. qui a la
genitalidad como cura unive¡sal
o-JJ,"-*,. ¿l impáitancia atribuye
Tr:rl::rp:- lpe¡ara
una respuesta complicada. pero Freud, en U sociedad, y ha-proporcionado así una nueva adicció:r 1'
el tono orusco de sus_antiguos días. respo.rlió. según .. ,t,,t...' "^tl,r.t"uo bien dé consumo a muchos que deseaban interPrctar
',rn
Lieben und arbeiten (amai y ,ráfr.j.ij.'Cu.,ul.n" meditar sobre rrr enseñanzas, no siempre ha indicado todas las metas que
esta simple fórmula; se vuelve más_profunoa
a meoroa que se "J senitalidad debe en realidad implicar. A fin de encerrar -Lrna
i"
reflexiona sobre ella. pues c,,ando Fr'uü-d;j" .,.*or;,-se;;fU;
al amo¡ genital v aI amor genital; .u""Jo ,t'ifi.".i¿" socíal perdurable, Ia utopía de la genitalidad debe-
refirió a ffi
"_o, 7 trabajo, se íá incluir:
.una próductividad"geneát-;ili ,iJU.¡o que no preocu_
paría al individuo hasta el- p"unto de l,u."rio
p"ra.; *t¡"¿;;';; l. murualidad del orgasmo;
de ser genitat'y capaz d;;;;;.'nrr, poa"rro, 2. co¡ !¡n comPañero amado;
:T:t1.jif
*"'l"j ."i1"-
p".o no mejorar la fórmula d.l'.,prof"ror;. --- 3. del otro sexo;
:::l: ,?1.,, entonces, consiste 4. con quien uno puede y quiere compartir
r La €enrtalrdad,
qesarrollar
en la capacidaá plerra o"r,
una porencia orgástica tan libre de- interferln.i", y
una confianza mutua;
quiere regular los ciclos de
-
tividad.
il';;"; dades. Aunque percibe Ia relatividád de los diver*i .riilo, d.
.De hecho, parecería-que alglnoi;;d;ñ""r-ff:;
"1"rr"", vida que han otorgado significado al esfuerzo humano, el poseédor
a causa de la demora con que aparece"la o"p;;;;; ;;;"" d*"i i;; de integridad-está_siempie listo para defender la dignidai de zu
esta etapa. Las razones se éncuenrran *"".rdo
" ., i;;;;;r;;; propio estilo de vida contra roda ámenaza física y ecoiómica. pu"s.
INFANCIA Y SoCIEDAD 243
242 ERrK rr. EBrKsoN
siendo- válida. Y parece posible parafrasear aún más la relación
sabe gue una vida individual es Ia coincidencia accidental de sólír entre la integridad adulta v la confianza infantil diciendo que los
un ciólo de vida con sólo un fragmento de la historia; y que para niños sanos no temerán a la vida si sus mayores tienen la integri-
él toda integridad humana s€ mantiene o se derrumba con ese dad necesaria como para no temer a la mulrte.
-de
único estilo integridad de gue él participa. EI estilo de inte- .
grama psicosocial aspira a implicar oscuras generalidades con ree bién deja lugar para variaciones en el ritmo y la intensidacl. Un
pecto a otros aspectos del clesarrollo o incluso de la existencia. Si individuu, o una cultura, pueden demorarse excesivamente en la
el diagrama, por ejemplo, enumera una serie de conflictos o crisis, confian-za y pa-sar de Il, salteando 12, a II2, o bien una progresión
no con-sideramos todo desanollo como una serie dé crisis: sólo afir- acelerada puede desplazarse dede Ii, saltéando IIt, a IIZ] Con
mamos gue el desarrollo psicosocial procede seqrln pasos críticos, lodq T supone que cada una de tales aceleraciones o retardos (re-
siendo lo "crltico" una caracte¡lstica de los cambios-decisivos, de lativos) tiene una influencia modificailorá'iiobre todas las etapas
los momentos de elección entre el progreso y la regresión, la ínte- posteriores.
gración y el retardo.
Quizás convenga formrrlar ahora las consecuencias metocloló- c01{tt¡il2t
gicas-de una matriz epigenética. Los cuadrados de trazo ¡nás grue- 3[il¡0nr0
0[tr f3
so sotre la-diagon_al significan tanto uriá secuencia.de etapas ó*o 0€sc0t¡f lÍt¡r
un desarrollo gradual de las partes constitutivas: en otras-palabras,
tulolt0iltt
el -diagrama fo=rmaliza una piogresión a través del tiempo de uná MUlC0Lai. 9t
diferenciación de las partes.- Eilo indica: l) que cada íiem crítico ü{¡r ufnGutüz¡.
de fotaleza psicosocial considerado.aquí es sistemáticamente tela-
cion_ado.con todos los demás, y que todos ellos dependen del des r0c0M0T0n. Úilcr¡flvl
arrollo apropiado, en la Secuencia adecuada, de iada ltem, y 2) GtNrlAr. ts
Cut P¡
que cada ltem existe en alguna forma anres de que llegue noimal-
mente su momento crítico,
Fra. 11
Si digo, por ejemplo, que una proporción favorable de con-
fianza básica con respecto a la desconfianza básica constitr¡ye el
pr-iger,:paso en la adaptación .psicosocial, y una proporción favo Asl, un ,dlagraqra epigenétto presenta un sistema de etapas
rable de'voluntad autónoma con respecto a la vergüenla y la duda, mutuamente de-pendíentes; y si bien las etapas individuales pueá"r,
el segundo, la afirmación diagramática corr"spirrdierrté, r"pi"r, haber sido_ eqploradas en forma más o menos completa o dienomi-
gn n{tmdro de ¡elaciones fundamentales que existen entre los dos nadas en forma rnás o menos'adecuada, el diagrama sugiere que
p4sos, áql como algunos hechos esencialei para ambos. Cada uno su estudio se efeétrle teniendo siempre en, cuenia la conf-iguración
de eilos llega a su culminación, enfrenta su crisis y encuentra su total de las,etapas, El diagrama invita, fueq a una ehÉoració¡r
solución perdurable durante la etapa indicada. Pero todas deben de todos zus recuadros vaclós: si hemos anotado Confianza Básica
exis¡ir desde el csmienzo en alguna forma, pues todo acto reqrriere en 11 e Integridad en VIII dejamos planteado el interrogante en
una integración de todos los otros actos. Asimísmo, un niño puede -8,
cuanto a qué podría haber llegado a ser la confianza etr uia etapa
mostrar algo similar a la "autonomía" desde el comienzo, en la dominada por la necesidad de integridad, tal como lo hacemos én
forma particular en que intenta airadamente liberarse cuando se cuanto a las caracterís iaas que puede tener e incluso qué nombres
siente apretado. Con todo, en condiciones normales, solb du- puede recibir en la Eápa dom¡nada por una tendencia n l.
rante el segundo año comienza a experimentar toda la oposición nomía (II l). Sólo qúeremos acenruar que la confianza "Jo- debe
crítica que signifiea ser urra criatura autónoma y, al mismo tiempo, haberse desarrollado pór derecho propiq antes de convertirse en
dependiente; y sólo entonces está listo para un encuentro decisivo algo más que el encuentro crítico en el que se desarrolla la auto
con su medio ambiente, un ambiente que, a su vez, se siente lla- nomía, y así sucesivamenter siguiendo la llnea vbrtical. Si, en la
mado a fransmitirle sus ideas y conceptos particularcs de autonomía última etapa (Vm l) cabe- eqpérar que la confianza se haya
y coerción en formas gue contribuyen decisivamente al carácter ¡' cqnvertido en la fe más madura que una persona que enveieie
la salud de su personalidad en su cultura. Es este encuentro, puede alcanzar en su marco cr¡ltui.l y *'perlodo iistórico, el
junto con la crisis resultantg lo que hemos descripto tentativa- cuadr_o permite la consideración no sólo de lo que debe ser la an-
mente en cada etapa. En cuanto"al pasaje de una etapa a la si- cianidad, sino taTbién de cuáles deben habér sido sus erapas
guiente, la diagonal indica la secuencia a seguir. Con todo, tam- preparatorias. Todo esto debería póner en claro que un cuaclro-de
INFANCIA Y SOCIEDAI) 247
246 ERIK H. ERIKSON
omiten alegremente todos los sentimientos "negativos" (desconfianza bá-
la epigénesis zugiere una forma global de pensar y repensar quc sica, etc.), que son y siguen siendo durante toda la vida la contraparte
deja los detalles relativos a la metodologí" y la terminologla.Para dinamica de los "positivos". EI supuesto de que en cada etapa se alcanza
un estudio ulterior ao. u¡a bondad que es rmpermeable a nuevos co¡llictos inrc¡nos y a .[as con-
dicrones cambranrcs constituye, según creo, un3 proyeccion en el desar¡ollo
inmndl de esa ideologra del éxito que puede impregnar tan peligrosamente
eÉ6 nuestras ensoúac¡<¡nes privadas y públicas y puede volvemos ineptos en
goo la lucna por uaa existencia signüicativa en una nueva era industrial de la
'histor¡a.
9'3É La personalidad lucha continuamente con los peligros de la exis-
zóe tencia, tal como el metabolismo del cuerpo Io hace con el deterio¡o.
Cuando llegamos a diagnosticar un estado de fortaleza relativa y los sin-
tomas de zu menoscabo, sólo enf¡entamos más cla¡amente las paradojas y
las uágicas poten¡iaüdades de la vida huu¡ana.
E¡';E El hecho de despojar a las etapas de todo salyo sus "logros" tierie
su conüaparte en los intentos por describirlas o estudiarlas como "rasgos"
o "aqrhaciones", sin construir primero un puente sistemático entre la con-
o9
<2 cepcioa propuesta en este [b¡o y los conceptos predilectos de otros inves-
?
if
ri tigadores. Si lo dicho se parece a una queja, no tiene como fin disimular
26
-t el hecho de que, al dar a esas fo¡talezas las designaciones por las cuales
han adquirido en el pasado incontables connotaciones de bondad superfi-
ciat simpatla alectada y virtud demasiado esforzada, he contribuido a
crear malentendidos y usos erró¡eos. Creo, con todo, que hay una rela-
ción intrínseca ent¡e el yo y €l lenguaje y que, a pesar de las vicisitudes
E'E: pasajeras, ciertas palabras hásicas conservau significados esenciales.
ó
Desde entonces, he intentado formular para el Htmanist Frcme de
ÉÉ c\¡ Iuüan Huxley (Allen y Ulwin, 196I; Haryer & Brothers, l9ó2), un
3 r9 bosquejo de fortalezas esenciales que la evolución ha introducido tanto
efr
-z I en el plan general de las etapas de la vida co-mo en las insrituciones del
l¡. hombre. Si bien no puedo exami¡ar aquí los problemas metodológicos
isvoluc¡ados (y agravados por mi uso del t&mino "virtudes básicas"),
É* debería induir la lista de dichas fo¡talezas porque constituyen en reaüdad
3 í3 el ¡ezultado perdurable de las "proporciones favorables" mencio¡adas a
9U
z cada paso. en el capítulo sobre etapas psicosociales. Helas aquí:
Confianza brásica versus desconfianza básica: irnpulso y esgÉrr¿nu.
!<.
: z. Autonomía versus vergüenza y duda: autocontrol y f*erza d.e w-
zó ati
_
oE luntdd,
?c Iniciativa versus culpa: dirección y papósin,
Industria ve¡sus inferioridad: método y capacüad.
Identidad ve¡sus confusió¡ de rol: devoción y fidelidad'.
Intimidad versus aislamiento: afüación y arnot.
3,Éi
gE" Generatividad vernrs estÍlr¡camiento: producción y culdailo.
Integridad del yo verzus desesperacíónr ¡enunciamiento y sabi.ilwh.
Las palabras en bastar¿li'lla se de¡orninan virtudes bdsicas porque sin
¿
o -< 'ellas, y zu reemergencia de una generacióu a otra, todos los otros sistemas,
'H
X : 9¡ ag
más cambiantes, de valores hurnanos, pierden su es¡líritu y su penitencia. De
FEaü €
ó
aÉ2¿ 8á E
¿A9.z:=
3
he podido dar una descripción más detallada sólo
esta lista, hasta ahora
de la fidelidad (véase Youth, Change ¿nd Chall'enge, E. H' Erikson,
'Pero
editor, Basic Books, l9ó3). una vez más, la lista representa una
40 Para dejar esta cuestión ¡ealmente abierta, serla necesario evita¡ concepción total dentro de la cual hay amplia o¡ortuoidad p¿¡ra ün €xa-
ciertos usos erróneos de toda esta croncepción. Entre ellos está el supuesto men de la terminología y la metodología. (E. H. E.)
de que el seDrimieDto de confianza (y todos los otros sentimientos "posi-
tivos" postulados) coustituye un logrq alcanzado de u¡a vez y pa:a siem-
pre e¡¡-un estado determinado, De hecho, algunos aütores está¡r tan-empe-
úados en construir wn esenh dc lagros a partir de estas etapas, que