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Un acontecimiento reciente en el psicoanálisis ha sido el
creciente uso del concepto del ser falso. Este concepto lleva
consigo la idea de un ser verdadero.
Datos históricos
Este concepto no es nuevo en sí, ya que aparece bajo dis.
tintas formas en la psiquiatria descriptiva y, de manera nota.
ble, en ciertas religiones y sistemas filosóficos. Evidentemente,
existe un estado clínico real que merece ser estudiado Y. ade~
más, el concepto representa un desafío etiológico al psicoaná.
lisis. El psicoanálisis se ocupa de lo s iguiente;
Yo diría que la idea de un ser falso, idea que nos dan nues.
tros pacientes, aparece ya en las primeras formulaciones de
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Freud. Lo que yo divido en un ser falso y un ser verdadero
me parece especialmente enlazable con la división freudiana Necesidades del ego y necesidades del id
pel ser en una parte central y accionada por los instjntos (o
por Jo que él llamó «sexualidad» pregepitaJ y genjtal) y otra Debo poner de relieve que al hacer referencia a la satisfac-
parte volcada hacia fuera y en relaciÓn con el mundQ ción de las necesidades del niño excluyo la satisfacción de los
instintos. En el terreno por el que ahora se mueve mi examen
los ins~intos todavla no se han definido claramente como pre.
Aportación personal sentes Internamente en el niño. En efecto, los instintos pueden
ser tan externo~ como puedan .serlo los truenos o los golpes.
Mi propia aportación a este tema emana del trabajo que El e~o ?e la cnat~ra está haCIendo acopio de fuerza y, por
he hecho simultáneamente en calidad de: conSIguIente, acercandose a un estado en que las exigencias del
id serán percibidas como parte del ser en lugar de serlo como
a) pediatra con madres y niños, y factores ambientales. Al producirse esta t=vulución la satis-
b) psicoanalista por cuyo consultorio pasa un discreto facción del id se convierte en importantísimo refo~ador del
núnlero de casos límite tratados analíticamente pero ego, o del ser verdadero; sin embargo, las excitaciones del id
que, en la transferencia, necesitan experimentar una puede.n resultar traumáticas cuando el ego no está todavia
fase (o fases) de severa regresión a la dependencia. capacltado para absorberlas, ni para dar cabida a los riesgos
que traen consigo y a las frustraciones que se experimentan
~i experiencia me ha hecho reconocer que los pacientes en tanto no se haga realidad la satisfacción del id.
dependientes o en estado de profunda regresión a veces le en· Un paciente me dijo:
señan al analista mucho más sobre la primera infancia de lo :-El buen gobierno (cuidado del ego), tal como lo he ex-
que cabe aprender por medio de la observación directa de perImentado durante esta hora, es una nutrición (satisfacción
niños, así como más de lo que se aprende del contacto con las del id).
madres que cuidan de ellos. Asimismo, el contacto clínico con No hubiese podido decirlo al revés, ya que de haberle ali-
las experiencias normales y anormales de la relación madre~ mentado él se hubiese sometido y ello hubiese obradii en pro-
hijo influye en la teoría analítica del analista, toda vez que lo vecho de la defensa de su ser falso, o. si no, hubiese reaccjo~
que sucede durante la transferencia (en las fases de regresión nado re~hazando mis intentos de aproximación y eligiendo la
de ciertos pacientes) viene a ser una variante de la relación frustracIón para mantener su integridad.
madre·hijo. . Ha habido otras influencias importantes para mí. Asl, perió.
Me gusta comparar mi posición con la de Greenacre, que d!camente se me ha pedido un comentario acerca de un pa-
tambien se ha mantenido en contacto con la pediatría durante clente, a la sazón sometido a tratamiento psiquiátrico para
el ejercicio del psicoanálisis. Parece que también en su caso adultos, que yo habla observado cuando era una criatura o un
su valoración de cada una de las dos experiencias se ha visto niño pequei'io. A menudo mis notas me han permitido ver que
influida por la otra. el estadQ psiquiátrico existente ahora ya era constatable en la
A veces, la experiencia clínica en psiquiatría de adultos relac~~n ma~re.hijo. (Excluyo de este contexto la relación pa-
hace que para el analista exista un vacío entre la valoración dre-hIJO debIdo a que me estoy refiriendo a fenómenos de la
de un estado clínico y la comprensión de la etiología del mis· r¡mera infancia, concernientes a la relación del niño con la
mo. Semejante vacío surge de la imposibilidad de obtener una ll1a re, o con e padre en calidad de substituto de ella. Durante
historia fidedigna de la primera infancia, ya sea del paciente ~!a fase tan precoz. el padre todavía no es sillnificatjyo en
psicótico, de su madre o de observadores más objetivos. Los ,¡;,alidad de persona masculina.)
pacientes analíticos que mediante la transferencia "retroceden
a una fase de profunda dependencia llenan este vacío al mos-
trar cuáles son sus esperanzas y necesidades durante las fases E;emplo
de dependencia.
El mejor ejemplo que puedo darles es el de una señora de
l mediana edad que tenía un ser falso muy eficaz, pero que
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durante toda la vida había experimentado la sensación de no coanalítico del valor de los síntomas para la per~una
haber empezado a existir y de que constantemente había es- enferma.
tado buscando un medio de llegar a su ser verdadero. Esta se- 3. Más cerca de la salud: el ser falso se ocupa principal-
ñora todavía se halla sometida a análisis, después de muchos mente"de buscar las condiciones que permitan a] ser
años. En la primera fase de análisis exploratorio (que duró verdadero entrar en posesión de ]0 suyo. En caso de no
dos o tres años), comprobé que estaba tratando lo que ella encontrarlas, es necesario reorganizar una nueva de.
había dado en llamar su ((ser custodio» , Este «ser custodio» fensa contra la explotación del ser verdadero; en coso
había hecho lo siguiente: de duda, el resultado clínico es el suicidio. En es te con-
texto, el suicidio consiste en la destrucción del ser to-
1. Encontrar el psicoanális:is. tal a fin de evitar el aniquilamiento del ser verdaderQ.
2. Venir a probar el análisis para, mediante esta compli- Cuando el suicidio constituye la única defensa que que.
cada estratagema, comprobar si el analista era digno 9a contra la traición al ser verdadero entonces le toca
3. Traer la paciente para que la analizase. al ser falso organizar el 6uicidio. Esto, por supuesto,
4. Paulatinamente, después de tres o más años, pasarle e~traña su propia destrucción pero, al mismo tiempo,
su función al analista (éste fue el momento de profun- ellmina la necesidad de su existencia continuada, ya que
de confianza. su función reside en proteger de insultüs al ser ver.
didad de la regresión, existiendo durante unas semanas dadero.
un grado elevadísimo de dependencia con respecto al 4. ,Aún más cerca de la salud: el ser falso se edifica subre
,. analista), identificaciones (como por ejemplo la de la paciente
S. Rondar a la paciente, reanudando a veces la custodia citada, cuyo medio ambiente en la niñez, así como su
cuando el analista rallaba (por estar enfermo, de vaca- niñera, contribuyeron a dar visos de realidad a la orga.
ciones, etc.). nización del ser falso).
6. Su suerte final la veremos más adelante. S. _En la salud:. el ser falso ~e halla representado por toda
la or anlzaclón de la actItud SOCIal cortes y ruen edu.
Basándome en la evolución de este caso, me fue fácil eom'· cada. por un ((DO llevar e carazon en a mano». putlié.
prender la naturaleza defensiva del .ser falso. Su función de- ramos decir. Se ha producido un aumento de la capa.
fensiva consiste en ocultar y proteger al ser verdadem, sea cidad del individuo para renunciar a la omnipotencia
cual fuere éste. Inmediatamente se hace posible la clasifica- y al proceso primario en general, ganando así un lugar
ción de las organizaciones del ser falso: en la sociedad que jamás puede conseguirse ni mante-
nerse mediante el ser verdadero a solas.
1. En un extremo: el ser falso se establece como real sien-
do precisamente esto lo que los observadores tienden Hasta el momento no he traspasado los límites de la des-
a tomar por la personal real. Sin embargo. en las rela~ cripción clínica. Sin embargo, incluso dentro de "este campo
ciones de la yjda del trabajo, y en la amistad, el ser reducido se reconoce la importancia del ser falso. Así, por
falso empieza a fallar. En algunas situaciones donde ejemplo, es importante que no se encargue a los estudiantes
hace falta una persona completa. el ser falso se. en_ de psicoanálisis la tarea de analizar a los pacientes que en
cuentra con que le falta algún elemento esencial. En esencia sean casos de personalidad falsa, En tales casos es
este extremo, el ser verdadero se halla oculto. ~ás importante el diagnóstico de personalidad falsa que el
2. En un extremo inferior: el ser falso defiende al ser yero dIagnóstico del paciente hecho de confonnidad con las clasi-
dadero. a quien, de todos modos, se le reconoce un ficaciones psiquiátricas en uso. Asimismo, en la asistencia so-
potencial y se le permite una vida secreta. He aquí el cial -labor que obliga a la aceptación y tratamiento de todo
ejemplo más claro de enfermedad clínica en calidad de ~lpO de casos- e1 diagnóstico de personalidad falsa reviste
organización con una finalidad positiva: la preservación
del individuo a pesar de las condiciones ambientales
nonnales Se trata de una extensión del concepto psi-
¡1, Importancia para evitar la frustración extrema suscitada por
l?s fallos terapéuticos acaecidos a pesar de la puesta en prác-
IIca de una asistenfia social aparentemente buena y basada en
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Etiología
Estos conceptos cobran interés psicoanalltico debido prin-- l'
cipalmente al estudio de la forma en que el ser falso se desa-
rrolla al comienzo de la relación madre-hijo, y (más importan-l
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ven~
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El ser verdadero se hace complejo rápidamente, relacionán- sidades del pequeño. _Existe un aspecto sumiso del ser verda-
dose con la realidad externa por medio de procesos naturales dero en el vivir normal: la habilidad del niño para someterse
"es decir los que se desarrollan t!n el niño a llledida que pasa sin exponerse. La habilidad para el compromiso constituye
el tiempo. Llega entonces un momento en que el niño eS ca~ un logro. El equivalente del ser falso en el desarrollo normal
paz de reaccionar a un estímulo sin sufrir ningún trauma, ya es aquello susceptible de convertirse en una cost.umbre social
Rue el estímulo tiene su complemento en la realidad interna, del niño, en algo que es adaptable. En la salud, esta costumbre
psíquica del individuo. Entonces el niño se explica todo eslÍlIll.I- representa un compromiso que deja de ser aceptable cuando
;lo como proyecci6n, aunque no es ésta una fase a la que se la situación es crucial. Cuando sucede esto, el ser verdadero
llegue forzosamente; a veces se consigue sólo de modo par- pasará por encima del ser sumiso. Desde el punto de vista
cial y otras se consigue y luego se pierde. Una vez alcanzada clínico, esto constituye un problema que reaparece periódica-
esta fase, el niño es capaz de retener el sentimiento de omni· mente durante la adolescencia.
potencia aun cuando reaccione ante factores ambientales que
el observador percibe como verdaderamente externos al nino.
Todo esto sucede años antes de que el niño esté capacitado Grados del ser falso
para razonar intelectualmente la intervención de la casuaH·
dad pura. Si se acepta la descripción de estos dos extremos y de su
Cada nuevo período de vida en el que el ser verdadero no etiología, no nos será difícil, en nuestra labor clínica, tener en
haya sido seriamente interrumpido produce el fo~talecimiento cuenta que la defensa constituida por el ser falso existe en
d¡¡J sentido de realidad prqpia, acompañado por la creciente mayor o menor grado. que va desde el aspecto cortés y normal
capacidad infantil para tolerar los dos conjuntos de fenóme- del ser hasta el ser falso escindido y sumiso que es contundido
nos siguientes: .por el niño. Fácilmente se verá que a veces esta defensa put::de
formar la base de una especie de sublimación, como sucede
1. .Interrupciones de la continuidad existencial del ser ver· cuando el niño al crecer se hace actor. En lo que se refiere a
dadero. ( En este aspecto se nos presenta una de las los actores. los hay de dos tipos: los que saben ser ellos mis~
formas en que el proceso de nacimiento puede resultar mos val mismo tiempo actuar y, por el contrario, 10s que s610
traumático; por ejemplo, cuando se produce un retra~ saben actuar. Estos últimos se encuentran perdidos por com"
so sin pérdida del conocimiento.) pleto cuando no interpretan un papel, y cuando no les es apre·
2. Experiencias reactivas o del ser falso, relacionadas con ciada y aplaudida su actuación (manera en que les es confir-
el medio ambiente en base a la sumisión. Este es el mada su existencia).
papel del niño a quien (antes de su primer cumpleaños) ~ el individuo sano cuyo ser presenta un aspecto sumiso
se le puede enseñara modular algún monosílabo, por -ero ue ese a 'ello existe, es creador es ontáneo. existe
ejemplo: {(Ta.» Dicho de otra manera, me refiero al niño s.imultáneamente la capacidad para el erop eo e SHn o s.
a quien podemos enseñarle la existencia de un medio Dicho de otro modo, en este caso la salud se' halla estrecha-
ambiente que está siendo intelectualmente aceptado. mente ligada con la ca acidad individual para vivir en una
Los sentimientos de gratitud podrán o no venir des- zona intermedia e1\:t\'e~el'$I1'O a rea! a y que rec!
pués. nom re de ase ransttwna lec s aria
Transitional Phenomena, 1951.) En contraste, cuando hay un
elevado rado de escisión entre el ser verdadero el ser falso
El equipo normal del ser falso ue también escasa ca acidad ara a u J IZ •
~ión de símbolos. así como una vida cultural pobre. n a e
De esta forma, mediante procesos naturales, se desarrolla personas se observa que en lugar de una serie de inquietudes
la organización del ego infantil adaptado al medio ambiente. culturales hay un marcado desasosiego, ipcapacidad para la
No obstante, esto no sucede automáticamente y, de hecho, sólo concentración y la necesidad de ser atacado por la realidad
es posible si antes el ser verdadero ha pasado a ser una rea- ~xterna de manera que el individuo pueda llenar su VIda con
lidad viva, gracias a la buena adaptación materna a las nece~ las reacciones ante tales atagues.
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Aplicación clínica
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.
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se está llevando a cabo en base al ser falso. En cierto caso, Basándose en esto cabría decir que el ser falso (al ig",d
el de un paciente que vino a mí cuando ya llevaba tiempo so- que las proyecciones múltiples en fases posteriore s del desu-
metido a análisis, mi trabajo empezó en realidad cuando le rrollo) logra engañar al analista si éste no se da c~enta de qut:
l
hice ver claramente que era consciente de su inexistencia. El el Ser falso, confundido con una persona en plenItud de Cun-
..
r
··· '~·
Un niño de siete años nos fue traído por SU~ padres al Dc:-
partamento de Psicología de Paddington Green Children's Hos·
• pital en marzo de 1955. Los acompañaban los otros dos miem-.
bros de la familia: una niña de diez años, deficiente mental,
y otra niña, bastante normal, de cuatro años. El caso me fue
enviado por el médico de cabecera al haber observado una
serie de síntomas que indicaban un trastorno de carácter en
el muchacho. Debo decir que todos los detalles del caso que
no tengan relación directa con el tema principal serán omiti-
dos. Se sometió al muchacho a un test de inteligencia y se ob-
tuvo un resultado de 108.
Primeramente tuve una larga entrevista con los padres,
que hicieron una descripción clara del desarrollo del niño y
de las deformaciones acaecidas en el mismo. Sin embargo, se
olvidaron de un detalle importante que se puso de manifiesto
al entrevistar al chico.
No era difícil ver que la madre era una persona depresiva,
y ella misma dijo que habla sido hospitalizada debido a la
depresión. Por lo que me dijeron los padres supe que la ma-
dre cuidó del muchacho hasta los Ires años y tres meses, mo-
mento en que nació la hermana. Aquélla fue la primera se-
paración importante; la siguiente se produjo cuando él contaba
tres años y once meses y se debió a que la madre fue ope-
rada. Cuando el chico tenía cuatro años y nueve meses la ma-
dre pasó dos meses en un hospital mental y durante su estan-
cia en él el niño estuvo al cuidado de una tía por parte