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M: Déjate de papadas vos. Y apúrate que ya son as 8 y ustedes dos siguen ahí echando la weba
M: Ni creas que te voy a dar permiso. Te quedas aseando. ¡Mira esos zapatos y esos vestidos
están todos curtidos..!
M: nombe si a esa cipota ya la voy a correr, siempre que la mando a hacer un mandado nunca
me da los vueltos y además solo metida en el face pasa.
(Cenicienta que venía entrando a dejarles café a D y A se le caen las tazas donde las traía).
M. ¡Hey vos cipota tene juicio que me vas a llenar de café el vestido y después con la lengua te
voy a ponerlo a lavar!
A: Es que quede con un conocido del face, que íbamos ir a comer a un restaurante.
M: ¿Y tiene pisto?
D: Obviamente mami. ¿de dónde cree que salen los vestidos y el iPhone que ando?
A: Yo pensaba que vos ibas a esquiniar y por eso te salían en las noches…
M: Aja contame eso vo… ¿Cómo que te escapas en las noches vos?
M: Esa cipota sí que me saca canas verdes a mí. Bueno si ella se llega a casar ya solo me
quedaría con esta.
A: ¡”Esta” Su abuela!
M: ¡Mira te callas vos o te vuelo esos dientes!, vaya Cenicienta ponete hacer algo: agarra esa
cobijas dóblalas y anda guárdalas.
C: Ahorita patrona.
C: Ay que cólera con estas viejas. Que Cenicienta aquí, que Cenicienta allá, solo volar lengua
saben y ni que me pagaran la gran cosa.
A: te escuché desgraciada. ¿Cómo que solo para volar lengua servimos? Sabes que… mejor
anda haceme una baleadas que ya me dio hambre y me tostas bien los frijoles, no como ayer.
( Cenicienta se fue sin hacer replicas. Llego llorando a la cocina y así estuvo por un rato hasta
que tocaron a la puerta por donde tiraron una carta que ella tomo y la empezó a leer).
C: Queridos Plebes:
Les notificamos que el príncipe decidió casarse con una doncella de todo el reino, que por
honrarlas realizara una fiesta a la cual todas están invitados.
C: Seño, Seño. Lea esto, nos invitaron a una fiesta del príncipe en el castillo.
M: Sabia que este momento llegaría algún día. Ahorita llamo a la sastre para que nos haga
unos vestidos.
A: “Nos”, igualada esta. Esos vestidos son para: madre, Drícela y para mí.
D: ¡Ay, fíjese madre! Que baleadas me llevo a comer tiene pisto, pero le brilla el codo de lo
cuña que es.
M: Callate y quítate ese rímel todo corrido, aah y anda cámbiate para ir a una fiesta en el
castillo, que nos invitaron y no vas a ir así de fachosa.
Ya sé. Ahorita voy al agachón, ahí venden cosas masisas. (agarra su cartera y se va).
M: Miren cipotas, la sastra me dio estos vestidos ya hechos por que dice que no va poder
terminar unos nuevos a tiempo. ¿Qué tal están?
M: ¿Qué dijiste vos? ¡Mira ahorita mismo agarras tus trapiches y te me vas! ¡Ya me tenes a
bomba vos! Pucha estas chacha de ahora que se creen la gran cosa hasta para levantarle la voz
a uno, que barbaridad ombe. (Dirigiéndose a sus hijas).
(Cenicienta se va y ya fuera).
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