Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Es una
traducción hecha por fans para fans.
No olvides que también puedes apoyar a la autora siguiéndola en sus redes sociales,
recomendándola a tus amigos, promocionando sus libros e incluso haciendo una reseña en tu
blog o foro.
Prólogo Capítulo 11
Capítulo 1 Capítulo 12
Capítulo 2 Capítulo 13
Capítulo 3 Capítulo 14
Capítulo 4 Capítulo 15
Capítulo 5 Capítulo 16
Capítulo 6 Capítulo 17
Capítulo 7 Capítulo 18
Capítulo 8 Capítulo 19
Capítulo 9 Epílogo
Sinopsis
Beau Emerson no es un caballero.
Una mirada y sé que herirá mis labios y raspará mis rodillas. Él me dará los
mejores nueve días de mi vida mientras me arruina de la manera más hermosa
imaginable. Y lo dejaré porque tiene el poder de convencerme de lo que sea.
Quedarme.
No tengo otra opción. Las cosas que deseo de él me destruirán al final. Quiero
más de lo que él es capaz de dar; algo verdadero y hermoso.
Cabrón.
Mentiroso.
Imbécil.
»He estado guardando este para una ocasión especial. —Ahh. Una botella de
Wittmann Westhofener Morstein Riesling. Siempre rico en cuerpo y textura. Mi
favorito.
Trago. La botella gorgotea mientras Meredith vierte mucho más de tres onzas.
Mi vaso está lleno de tres cuartas partes cuando presiona dos dedos contra la base y
lo desliza sobre el elegante mármol de Carrara hacia mí. Instantáneamente salivo
cuando la esencia de miel, melocotón, mango y flores invade mi nariz.
Meredith levanta su vaso, indicándome el brindis que está a punto de hacer.
»Aquí está el final de un error, tu idea errónea de que Drake Langston era un
caballero de brillante armadura en vez de lo que realmente es, una mierda en papel
de aluminio.
Kermit era el gato trofeo de Drake. Bonito para mirar y eso es todo. Al igual
que Caitlyn.
—Entiendo que esos papeles se sienten como un final doloroso, pero eso es
porque están disfrazando lo que es hoy. Un nuevo comienzo. Grayson y yo
pensamos que es importante para ti tratar esto como un nuevo comienzo.
Meredith desaparece en el comedor y regresa con una bolsa de regalo cubierta
con cinta rizada y llena de papel de seda.
—No hay secreto allí. —Ya sabía que Meredith y Grayson despreciaban a
Drake.
Esta es su manera de culparme a hacer lo que ella quiere. Ella piensa que diré
sí, si su dinero no será devuelto.
1
Semana Malvada.
No estoy enojada. Estoy cabreada. Ya he hecho planes para los próximos tres
meses.
—Tal vez no, a menos que tus jefes sean Meredith y Grayson Faulkner. Ven a
trabajar para nosotros y te garantizamos el tiempo libre. No habrá una razón en el
mundo en la que no puedas ir.
Lo que flota en su barco está bien para mí. No juzgo. Pero hedonismo y
swinging no es mi cosa. No me gusta el sexo casual. Prefiero la intimidad con un
hombre al que amo y siempre dentro de los límites de una relación comprometida.
Llámame anticuada, pero necesito más que una conexión física. Una mierda
rápida con una persona que acabo de conocer no es mi taza de té. Tampoco es
tener relaciones sexuales con otra persona mientras mi marido mira. O al revés.
2
El Hedonismo tiene con fin único el placer.
3
Swingers son parejas que intercambian parejas.
—¡Es Jamaica, vamos! Hay un montón de actividades que no tienen nada que
ver con el hedonismo o swinging. —Ella recoge la parte superior del bikini que
acaba de darme y lo sostiene encima de mi blusa.
No estoy negando que necesito una salida de este infierno que yo llamo
realidad, pero no quiero que esté en Indulge, aunque todos los gastos sean pagados.
El sitio web de Indulge hace que parezca ser un elegante establecimiento. Pero
las apariencias pueden ser engañosas.
—El complejo de hedonismo son como cualquier otro. Hay diferentes niveles.
Van de un dólar a cien por noche lo que pagas. Indulge es cinco estrellas todo el
camino por lo que es solo el mejor alojamiento y comodidades para sus huéspedes.
—Sé que no lo crees, pero este es tu tipo de vacaciones, Anna James. Las
piscinas son lujosas. Las playas son blancas con el agua más azul que he visto. Se le
proporciona todo el alcohol y la comida que puede contener. Las calorías no
cuentan allí.
—No quiero que ningún tipo Frank con sus frijoles en mi cara.
—A pesar de lo que piensas, los hombres no andan agitando las pelotas como
maracas.
—Eres una hermosa mujer. No creo que sea posible que no te lo propongan.
—Hay una política en su lugar y todo el mundo se adhiere a ella. Todo lo que
tienes que decir es: ‘Agradezco tu interés, pero no gracias’. No te molestarán
después de eso. El acoso no está permitido. A cualquiera que no cumpla las reglas
se le pide que se vaya.
—Pero ¿qué pasa con el que se niega a aceptar el ‘no’ como respuesta? —
Nunca falla. Habrá uno en el montón.
—Siempre hay alguien en Indulge que diga que sí. No pierden su tiempo en
gente desinteresada. —Bueno, eso tiene sentido.
—Fue idea suya. Quiere hacer algo agradable por ti. Déjalo.
G es un buen amigo. Leal. Protector. Tanto que pensé que iba a matar a Drake
cuando se enteró de lo que me había hecho. Lo adoro por eso; era agradable saber
que tenía a alguien en mi esquina.
Grayson se ríe entre dientes antes de darle a Howie una última caricia detrás de
sus orejas.
Recojo la tarjeta.
Grayson sonríe.
No sé qué decir. Declinar se siente como una cosa de mierda, ingrato. Aceptar
se siente mal. Malvado.
Meredith grita y se lanza a donde estoy sentada. Ella lanza sus brazos
alrededor de mí y aprieta fuertemente.
—Vas a tener el tiempo de tu vida. Esto va a ser una escapada que nunca
olvidarás. Lo garantizo.
Estoy segura de que será una experiencia que nunca olvidaré. Incluso cuando
lo intento.
Estoy hambrienta. Tuve un almuerzo temprano, pero eso fue hace siete horas.
Eso significa que mi columna vertebral está en peligro de ser comida por mi
estómago. Necesito conseguir algo en mi vientre pronto para que no suceda.
Necesitaré una fuerza mental fuerte para cuando regrese a la escuela en agosto.
Mierda egoísta.
Paso el pulgar a través de la carpeta del complejo para ver mis opciones de
cena. Yo estaba bastante dispuesta a quedarme y pedir servicio a la habitación hasta
que veo el menú en un restaurante llamado Consume.
Meredith me ha avisado sobre las políticas del complejo, así que ya estoy
consciente de que la ropa es necesaria en todos los restaurantes. Gracias a Dios. No
quiero ver la basura de nadie mientras estoy comiendo.
—Hola. —Estoy confundida acerca de dónde deberían estar mis ojos, por lo
tanto, miro hacia abajo a mi teléfono. Siempre es una diversión perfecta en una
situación incómoda.
Las puertas del ascensor se abren y los tres entramos. Incómodo no comienza a
describir cómo se siente al ser encerrada en una caja con este par usando solo sus
sonrisas.
—¿Vestíbulo?
—Sí, gracias.
Todavía no sé dónde mirar, así que miro al piso del ascensor. Sin pensarlo,
retrocedo y me apoyo contra el pasamanos. Considero todos los culos desnudos
que probablemente han sido presionados en este mismo lugar y me alejo.
Asqueroso. La germofobia que vive dentro de mí no va a ir bien en estos nueve
días.
Cruzo los dedos esperando que ayude a Michaela a encontrar una mesa para
mí.
—¡No puedo creerlo! ¿Los otros restaurantes también están así de llenos?
—Probable. Es la prisa por cenar, pero también el censo de invitados está en su
punto más alto ya que Wicked Week comienza pronto. Las cosas estarán aún más
llenas la próxima semana. Recomiendo encarecidamente hacer reservas lo antes
posible.
—Lo siento. Esta es mi primera vez en Indulge. ¿Puedes ampliar sobre lo que
quieres decir?
—Vamos a ver qué podemos encontrar para ti. —Michaela estudia la pantalla
del ordenador otra vez—. Estás de suerte. Tengo una cena solitaria aceptando
compartir. Justo por aquí.
Blanco. Negro. Rojo. Si el pecado tuviera una paleta de colores, esta sería.
Miro fijamente el sensual arte blanco y negro en las paredes mientras me
conducen a mi mesa. Estoy tan absorta por las fotos desnudas que me topé con un
mesero que lleva una bandeja llena de comida.
Este mesero se ve tan joven. Estoy segura de que debe tener por lo menos
veintiún años para trabajar en un establecimiento como este, pero juro que no
parece tener más de dieciséis años.
—Gracias.
—¿Lo siento?
—Tu acento. No puedo confundirlo con nada más. —Su voz es profunda.
Suave. Del sur como yo.
Buckhead es un afluente distrito de Atlanta, que me dice dos cosas: este tipo es
probablemente rico. Y por defecto, es probable que sea un idiota total.
—¿Y tú?
Considero mentir acerca de quién soy. Este tipo está bien dentro de la distancia
del acechador, pero no fui bendecida con pensar rápidamente en mis pies.
Mi nombre doble es confuso para la gente ya que James puede ser un nombre
de hombre y un apellido.
—Es un placer conocerte. Me complace compartir una mesa con una mujer tan
encantadora.
Se inclina hacia atrás en su silla, con los brazos cruzados sobre lo que supongo
que es un pecho bien construido debajo de su camisa blanca de lino. Estudia mi
cara por un momento antes de que aparezca una sonrisa torcida.
—No estoy familiarizada con las prácticas típicas aquí; nunca he estado en un
lugar como este.
La humillación gana.
—Tienes todo esto mal. No estoy aquí para participar. Estas son unas
vacaciones gratis en Jamaica para mí. Un premio de mis mejores amigos.
—Tus amigos te llevaron a un lugar donde pasan cosas locas. Y por eso, me
refiero a actos sexuales lascivos.
Poligamia es una cosa hard-core5. Meredith dice que ella y Grayson nunca irán
allí. Demasiado compromiso para ellos.
—Oh, ¡Dios, no! Meredith ha sido mi mejor amiga durante nueve años. Ella y
su marido solo querían hacer algo agradable para mí.
—Si tú lo dices.
—¿Lo hace?
—Gracias. —Creo.
Curiosamente, lo hago.
5
Hard-core - tener un interés intenso (a menudo excesiva) o entusiasmo por alguna actividad
especial, pasatiempo o hobby.
Busco en las paredes y encuentro aquella a la que se refiere. Santa Mierda. Esa
erección es enorme.
Yo trago.
—Es muy agradable. —Mierda. Eso era una tontería—. La foto, quiero decir.
Es ingenioso.
Él se echa a reír.
—Cierto.
—¿Eres un frecuente?
—No sé qué hace que uno sea un frecuente, pero por lo general vengo cuatro
veces al año.
—Yo, también, tuve una catástrofe de mierda en mi vida. Pensé que el sol y la
arena me harían bien.
—¿Divorcio?
—No. —Eso es todo lo que dice. Sin explicación. Tengo curiosidad por saber
lo que quiere decir, pero no soy lo bastante grosera como para pedirle que se
expanda si no ofrece la información voluntariamente.
—Agente de bienes raíces, pero también intercambio casas con mis hermanos.
—Supongo que Beau tiene un negocio lucrativo. Tendría que hacerlo si viene aquí
cuatro veces al año. Este lugar no es barato.
—Sí. No puedo mentir. Las vacaciones de verano son un gran beneficio de ser
maestra. —Es una de las cosas que me llevó a elegir esa profesión. Eso y mi amor
por las palabras.
—Sí.
—¿Cuánto tiempo estuviste casada? —Está haciendo más preguntas de las que
me siento cómoda respondiendo.
—¿Diferencias irreconciliables?
—Supongo que podrías llamarlo así porque no pude aceptar que me engañara
con una de nuestras antiguas estudiantes. Y tenía un mal caso de imbecibilidad.
—Eso es jodidamente bajo. E ilegal. Espero que el idiota esté siendo procesado
hasta el máximo de la ley. —Estoy un poco sorprendida por su molestia. No puede
estar preocupado por mí, pero no puedo ignorar el ligero silbido de alegría de
escuchar el disgusto de otra persona.
—Pareces una gran chica, así que tu ex debe ser un bastardo tonto. No tengo
que pasar más de unos minutos contigo para llegar a esa conclusión. —Él es rápido
para defender mi honor. Me recuerda algo a Grayson.
Todo acerca de Beau parece normal. Casi podría olvidar dónde estamos y que
sus gustos son algo a lo que probable no estoy acostumbrada.
—¿Estás casado? —Él está cenando solo, pero eso no significa nada en un lugar
como este.
—Casi. Estuve comprometido hasta hace un mes. —Me gustaría saber qué
pasó, pero no quiero entrometerme.
—Lo siento.
—No lo hagas. Lo mejor que me pudo haber sucedido era no casarme con ella.
—Reconozco la amargura cuando la oigo.
Mi curiosidad es picada.
—La casi señora Emerson debe haber hecho algo realmente malo.
—Imperdonable.
Solo hay una cosa peor que perder a una persona a la que amas que te engañe:
estás perdiendo a dos personas a las que amas.
—¿Ella te engañó con un amigo? ¿O pariente? —Oh, Dios. Espero que no fuera
uno de sus hermanos.
—Engañarme habría sido mucho menos doloroso. —No puedo imaginar lo
que quiere decir. Hay muy poco que podría doler peor que ser despreciado por el
que consideras tu alma gemela.
Le doy un momento para expandir lo que quería decir, pero no dice nada.
Supongo que no está de humor para hablar de ello, así que tomamos nuestra charla
en una nueva dirección. Me interesa escuchar la opinión de alguien más que la de
Meredith.
—Mi amiga jura que el intercambio de parejas hace que su matrimonio sea
menos complicado. Ella es una abogada completa.
Me señalo a mí misma.
—El calor y las resacas no se mezclan, así que nada para mí, gracias.
—Cierto.
Salimos del edificio y paramos en la acera para decir adiós.
—Y el tuyo también.
Quiero que diga algo más, como “das un paseo conmigo” o “¿puedo verte
mañana?”. Pero no lo hace. Estoy tentada a darme la vuelta para echar un vistazo
mientras me alejo. Pero no lo hago; es un hedonista. Pasar tiempo con una mujer
vainilla como yo no se considera digno de un chasquido en su radar. Y pasar
tiempo con un hedonista tan guapo como él no está en el mío tampoco.
Capítulo 2
No estoy lista para volver a mi habitación para sentarme sola, así que decido
explorar el complejo a pesar de la advertencia que Meredith me dio sobre las cosas
subidas de tono que sucede en Indulge después de que el sol se pone.
—¿Dando un paseo por la playa? —Es esa voz profunda, suave y sureña
nuevamente. Beau.
Desaparece y regresa unos minutos más tarde sosteniendo una copa en cada
mano. Me ofrece un cóctel.
—Martini piña-coco.
—¿Cómo lo hiciste?
—Magia.
—Lo único mágico de esto será si no tengo una enorme resaca mañana. —
Bebo a sorbos la mezcla de frutas. Sabroso—. Creo que usted, señor Beau Emerson,
es una mala influencia.
—En caso de que no sepas, hay dos playas. ¿Planeas ir desnuda o mojigata
mañana?
—Tal vez no en ningún otro lugar del mundo, pero es diferente aquí. Cubrirte
las tetas y el culo significa que estás tensa.
No he sido una santurrona ni un día de mi vida, pero parece que podría ser
etiquetada como un santo por estas normas.
—No voy a estar desnuda, así que muéstrame el camino hacia el lado mojigato.
Llegamos al final del laberinto donde el camino se encuentra con la playa. Con
zapatos en una mano, y mi Martini en la otra, entro a la arena. Beau se queda con
la mano en el bolsillo, inmóvil.
Avance hacia el agua, dejándolo atrás. Rastrillo los dedos de los pies por la
arena. Cierro los ojos y escucho la corriente de agua. Su patrón es predecible.
Anticipado. Me gusta eso.
Beau está a mi lado, con los zapatos afuera, sus pantalones enrollados hasta las
pantorrillas. Silencio.
Me tiro para unirme con él. Nada elegante. Los Martini han hecho mis
articulaciones sueltas y convirtió mis huesos en gelatina.
—Vivimos en la costa de Mississippi hasta los quince años. Nuestra casa estaba
al otro lado de la calle de la playa. Podía mirar por la ventana de mi habitación y
ver el océano hasta que se perdió de vista. Mi padre seguía viviendo entonces. Mis
recuerdos más felices son de cuando vivimos allí. Tal vez por eso encuentro el
sonido del agua tan calmante. Se siente como en casa.
—Me gusta.
—Lo es, pero toda la mierda que hizo me proporcionó unas vacaciones en
Jamaica. No puedo arrepentirme de esa parte. —Al menos no todavía.
—Dije correr al mar. No había mención alguna de desnudarse. —Al igual que
un hombre para asumir eso.
Él me mira luchar.
Mi cerebro está gritando que nadar desnuda con un extraño es una idea
terrible, pero el licor que he consumido me convence que es un plan brillante.
Beau retira su camisa y tira su camiseta por encima de su cabeza. Tira ambos y
alcanza el botón de sus pantalones grises. Los empuja hasta que se derrumban con
su bóxer a sus pies.
—Lo sé.
—Escucha, Melocotón. No tengo que conseguir que una chica como tú se pase
con el licor y se desnude para anotar. —Él agita su mano hacia el complejo—. Hay
un montón de mujeres que estarían más que felices de darme lo que yo quiera, así
que olvidémonos de esto.
Beau busca su ropa, y me doy cuenta de que dejarlo es lo último que quiero.
—No. No te vayas.
Dejo ir mi vestido. Lo de arriba se atora en mis caderas así que lo empujo abajo
hasta que cae encima de mis pies. Desde que fui sin sostén, estoy de pie delante de
él con solo mis bragas.
Salgo lo suficiente para sumergir mis pechos. Las chicas tiran de la tarjeta de
flotabilidad y flotan así que voy un poco más profundo.
—Yo llamaría a esta ropa opcional. Estoy bastante segura de que no puedo
estar más desnuda.
Beau se ríe.
Va bajo el agua, desapareciendo por más tiempo del que me siento cómoda.
—Vamos. No es divertido.
—Beau.
—Beau —grito.
—¿Me extrañaste?
—Estúpido.
Mi espalda esta hacia él, pero sostiene mis caderas firmemente. Me imagino
cómo sería si daba un paso más, tal vez dos, y nuestro cuerpo se tocará.
Maldita sea. Se sentiría tan bien ser tocada otra vez. Ha sido tanto tiempo.
Él tiene mi atención.
—¿Y?
—Estuvimos juntos por tres años. Comprometidos por uno. Fuimos parte de
dos relaciones polígamas separadas durante el último año y medio. Ambos fueron
amargos, pero el último fue el último clavo en el ataúd.
—La parte sexual es una fantasía que se hace realidad. No miento. Estar con
dos mujeres era una fantasía sexual realizada. El aspecto de la relación, una
pesadilla total.
—¿Cómo es eso?
—Lo que debería haber sido una pareja sexual en nuestra cama rápidamente se
convirtió en una segunda mujer en mi vida. Se convirtió en una parte de todo
dentro y fuera de la habitación.
Una relación tríada. No puedo empezar a imaginar cómo funciona. O tal vez
no. Dijo que fue mal.
—Erin era mi principal y podía ser territorial cuando le convenía. Los celos
eran un problema.
Lo llamo mierda.
—No podría haber sido demasiado territorial si te permitió llevar a otra mujer a
tu cama.
—Importa. —¿Qué clase de mujer haría eso? Tal vez una bisexual.
—Fue genial al principio, pero luego el trabajo de Erin se hizo más exigente.
Consumía la mayor parte de su tiempo. Estar solo con Jenna nos acercaba tan a
menudo.
Esto es obvio.
—Dices algunas de las cosas más terribles. —Las palabras de Beau casi se
ahogan por sus risas, y me recuerda cómo se siente al hacer reír a un hombre. No
burla. No sonrisa de superioridad o sonrisa cruel. Solo una simple expresión de
diversión.
—Pensé que lo era. Esperaba casarme y poner nuestra vida de poli en la parte
posterior del quemador durante un tiempo.
—No hago pene. Es coño solo para mí. —¡Increíble! Esa boca.
No sé una mierda sobre esta cosa de múltiples socios, pero entiendo la mente
de una mujer despreciada y cómo funciona.
—No estoy segura de que sea una afirmación justa ya que ella es la que hizo la
solicitud. Pero una cosa es segura. Invita problemas dentro y entrará cada vez.
—Erin estaba embarazada. Era mío. Sabemos por qué el tiempo hizo imposible
que el bebé fuera de Heath.
—Llegué a casa del trabajo un día el mes pasado y Heath la había llevado a la
clínica de aborto. El procedimiento se hizo antes de que yo lo supiera. El bebé era
mío, y no me dejaron decir si vivía o no.
Este hombre no está herido por una mujer. Él está de luto por una pérdida que
el sexo no curará.
—No soy matemática, pero estás aquí nueve días, contando hoy. Eso significa
que tienes que follar de once maneras diferentes por día si vas a exprimir noventa y
nueve. Será mejor que pongas manos a la obra, señor.
Supongo que estaré enferma de este lugar al final de nueve días. Todo parece
tan extremo.
—¿Tienes normas para las personas con las que tienes relaciones sexuales o es
una vagina el único requisito?
Soy vainilla, pero todavía no he decidido si voy a estar cabreada por tener esa
etiqueta puesta en mí.
—Llámame anticuada, pero no deseo ser doblemente penetrada.
—Tú eres él que estaba en una tríada sexual involucrando a dos chicos y una
chica. Dos pollas. Una vagina. Tres idiotas. Ya sé que tú no estás en tipos por lo
que mi suposición se hizo por el proceso de eliminación.
Él ríe.
—Por supuesto. Ella iba a ser mi esposa. La quería. Cada vez que Heath
entraba en nuestra cama, era un recordatorio de que nunca iba a ser suficiente para
satisfacerla.
—Sé feliz que lo averiguaste antes de casarte con ella en vez de después.
—Mi afecto por ella se deslizó un poco más lejos cada vez que los veía juntos.
El amor que tenía por ella finalmente se fue más allá de mi alcance. Lo intenté,
pero no pude recuperarlo. Se convirtió en nada más que un cuerpo para mí, un
objeto que usé para correrme. —Puedo creer eso.
—No tengo idea. Solo sé que he venido aquí a joder los dos de ellos de mi
mente. Eso es lo que he conseguido.
El sexo no es una solución para lo que está pasando en su cabeza. Y corazón.
Pero tiene que averiguarlo por sí mismo.
—No quiero hablar más de esos hijos de puta. Prefiero oír hablar de tus altos
estándares de chica vainilla.
—Esta es una generación diferente. Pero te deseo la mejor de las suertes con
eso.
Oh. Eso no es lo que yo pensaba que quería decir. Es una llamada de atención
total para lo que le gusta a Beau.
—No lo creo. Fue un placer conocerte, pero creo que es hora de que me vaya
por la noche.
—Nah. Todo bien. —He disfrutado mi tiempo no hedonista con Beau, pero él
está listo para ir a la caza. Es hora de que esto termine.
A pesar de intentar declinar, Beau insiste en caminar de vuelta a mi habitación.
Reclama que quiere asegurarse que llegue con seguridad. Eso puede o no ser la
verdad, pero no importa.
Es un hedonista.
Demonios, es poli.
Yo no lo soy.
—Son buenos pero un poco dulce para mi gusto. Los platos de pescado son
deliciosos pero el quiche de callalú y queso cheddar es probablemente mi favorito.
—dice Grayson.
Estoy completamente sobre explorar nuevas comidas, pero solo no estoy muy
segura de que pueda soportar pescado para desayunar, especialmente después de
todas las bebidas que tuve con Beau anoche. No me estoy sintiendo muy bien.
—Consume.
—Me dijeron que tenía que esperar dos horas para ser acomodada o podía
compartir una mesa con algún otro comensal solo. Yo estaba muy hambrienta para
esperar —digo despreocupadamente, como si cenar con un extraño no fuera gran
cosa, pero mi amiga debía haberme dicho esa opción.
—Mierda. Se me olvidó decirte que ellos ofrecen eso aquí durante la temporada
más llena. Solo para que sepas, ellos hacen lo mismo con las habitaciones.
—Sí.
Meredith sonríe.
—Él.
—Dime más sobre este guapo hombre con el que cenaste. —Ella lo hace sonar
como una cita con potencial.
—Su nombre es Beau Emerson. —Miro el rostro de Meredith por algún tipo de
reconocimiento. Nada. Bien—. Es de Buckhead. ¿Cuáles son las probabilidades
para eso?
—Su trío rompió hace un mes. Terminó mal, particularmente para él.
—Sabes una tremenda cantidad de información sobre este tipo para solamente
haber cenado con él. —Meredith está pescando por información.
Ella tiene medio razón. Y no puedo dejar de sonreír ante la parte en la que está
equivocada.
Era fácil pensar en Beau como un chico normal mientras que estábamos
teniendo una conversación ordinaria que no incluía temas sexuales, pero me
deslicé. Me permití disfrutar su compañía mucho. Mi error.
—No creo. Él me llamó chica vainilla después de que le dije que no estaba en
nada de esas cosas que pasaban aquí.
—Tal vez le gusta un reto. —Meredith está viendo a Grayson en lugar de a mí.
Sospecho que hay una conversación entre líneas que no estoy escuchando.
Disfruté platicar con él, pero no planeo ser el reto de nadie para ser
conquistada.
—Eso es una pena. Conectaste con este tipo, a pesar de sus diferencias —dice
Meredith.
—Disfruté platicar con él. Puedo vernos siendo amigos. —Su forma de vida no
me molesta, justo como las elecciones de Meredith y Grayson no cambia mis
sentimientos hacia ellos.
—Cierto. —Como mi mejor amiga, ella puede ver justo a través de mí—.
¿Todavía estás planeando pasarte afuera en la playa hoy?
—Es una gran playa. La disfrutarás. —Parecía agradable de lo que pude ver
anoche.
—¿Qué está en la agenda para ustedes dos? —les pregunté sin considerar que la
posible respuesta pervertida pudiera llegar.
—Buceo en parejas.
Desato las tiras de mi top detrás de mi cuello y las extiendo en el camastro para
tomar algunos rayos. No estoy ahí ni cinco minutos antes de que un chico lindo
cabana se pare cerca preguntándome qué clase de bebida deseo.
Me relajo, cierro mis ojos, y escucho las olas. El sonido es calmante, pero las
personas alrededor de mí están irrumpiendo en mi serenidad. Cállense, gente.
Disfruté esta playa más anoche. No estoy segura si es porque estaba vacía de
todas las distracciones actuales o si era la compañía de Beau la que simplemente la
hacía más atractiva.
Demonios. Está más caliente que un prostíbulo en la noche del níquel. ¡Slurp!
Me termino mi bebida más rápido de lo que intentaba. Necesito una botella de agua
la próxima vez que el caliente chico cabana venga tomando órdenes de bebidas.
Mi espalda necesita sol, así que ruedo sobre mi estómago y estiro mis brazos
por encima. Tengo la esperanza de eliminar la exposición directa en mi cara me
enfriará. No lo hace.
—Melocotón. Casi pudiste pasar por la playa nudista en ese traje de baño.
Puedo ver tu culo asomarse.
Ahí está nuevamente. Esa profunda voz sureña. Solo hay algo tan cálido y
suave sobre ello, como un buen whisky haciendo su camino bajando por mi
garganta.
Siento algo en el charco de sudor en mi espalda baja. Se desliza hacia abajo,
moviéndose en la cintura de mi parte baja del bikini. Creo que es su dedo. Y es casi
en la parte superior de mi hendidura del culo cuando me sacudo hacia arriba.
Él se está riendo.
Mi parte superior esta sin atar por lo que tengo que sostenerla en su lugar.
No lo he olvidado.
—Deslízate.
—Nadie tiene que perseguir culos por aquí. Están casi disponibles 24/7 para
cualquiera que lo desee.
—Lo son.
—¡No! Claro que no. Mi rostro está rojo porque estoy sentada en el sol. —Una
total mentira.
—No, gracias.
Él se recarga sobre las palmas de sus manos, mirando como si no planeara irse
pronto.
No lo pienso.
Esos malditos hoyuelos hacen otra aparición. Son como una distracción.
Sabía que era mayor que yo, pero no hubiera adivinado eso. Él tiene un rostro
de alguien mucho más joven.
—Veinticuatro.
Beau se ríe. Veo que eleva una sola ceja detrás de sus lentes de sol.
—Los tipos son sexualmente egoístas durante sus veintes. No creo que
comprendamos las cosas hasta que alcanzamos los treintas, dalo o tómalo.
—Entonces eso podría explicar todo el sexo mediocre que he tenido. —No
puedo creer que acabo de admitir eso.
—Nunca debes conformarte con el sexo que no te eriza los dedos de los pies.
—No hay muchas actividades ocurriendo justo ahora. ¿Te importaría si paso el
rato aquí contigo?
—Eso está bien, pero me estoy quemando. Tengo que ir al agua para
enfriarme.
—Iré contigo.
6
DI – Demasiada información.
Sus redondos pectorales piden ser acariciadas. Sus pezones casi gritan para que
los lama. Pero ese no es su máximo. Es la maldita V que se asoma por encima de su
cintura, burlándose de mí. También necesita atención de mis manos y boca.
Él está casi completamente liso. Sin un poco de pelo en su pecho, pero tiene el
rastro acariciando por debajo de su ombligo que conduce a cualquier tesoro que
tiene dentro de ese traje de baño. Me encanta eso.
Doblo mis rodillas y me bajo hasta que mis hombros están sumergidos. La
parte superior de mi bikini absorbe el agua fresca del mar y mis pezones se ponen
duros. Estupendo. Es algo embarazoso para que él lo comente así que me alejo para
ocultarlos.
Estoy interesada en saber más sobre este hombre, algo además de sus gustos
sexuales, pero ya ha demostrado que puede ser cerrado. Recuerdo como lo persuadí
para que derramara sobre su prometida y mi confianza creciera.
—Háblame de tu familia.
—Soy el mayor de cinco. Tres hermanos y una hermanita. —Me gusta la forma
en que la llama hermanita. Suena como el hermano mayor sobreprotector que
siempre quise, pero nunca tuve—. Judd tiene treinta y tres años. El siguiente es
Hutch que tiene treinta años. Luego está Wilder que tiene veintiocho años.
Caroline quien acaba de cumplir diecinueve años.
—No, pero Caroline tiene un bebé. Una bebé de diez meses llamada Ashlyn.
—Guau. Eso parece como muy joven para ser responsable por un niño.
—Lo es, especialmente porque Ashlyn tiene síndrome de Down. Caroline fue
obligada a crecer más rápido que la mayoría de las chicas de su edad.
—He estado ahí una vez desde que me gradué, pero solo porque un amigo
tenía un boleto extra.
—¿Club de Campeones?
Sus ojos se abren ampliamente y es todo sonrisas. Esos malditos hoyuelos me están
matando.
No tengo dudas de que su familia es adinerada. Una donación para justo uno
de esos asientos es locamente alta, muy lejos para lo que mi salario de maestra
puede permitirse.
—Fui invitada una vez a uno de esos por un amigo. Fue una experiencia muy
espectacular. No tenía idea que podías ver el juego así. Creo que estuve más
impresionada con la comida. —No hot dogs y papatas servidas en ese lugar.
Comida solo de lujo. Y una barra de postres por la cual morir.
Estoy intrigada.
No creo que sea posible para mí declinar su invitación.
Floto por un poco antes de que una gran salpicadura de agua caiga sobre mi
cara, corriendo justo hacia mi nariz. El agua salada inmediatamente quema mis
fosas nasales.
Él se encoje de hombros.
Sus hoyuelos son muy persuasivos. No hay esperanza para mí. No puedo
resistirme.
—Hay dos. Uno está en el lado más elegante, mientras que el otro tiende a ser
más casual. Elegante sensual funciona para ambos. ¿Por qué quieres saber?
—¿En serio, Anna James? ¿Crees que lo que llevas no es apropiado para salir
para entrar en la habitación de al lado?
—De nuevo, ¿crees que eso es un problema aquí? —Ella se está riendo de mí.
—Es indecente para mí. —Tomo una playera y tiro de ella sobre mi camiseta
de tirantes antes de seguir a Mere a su suite—. A mí me gusta la ropa que traje.
Compré la mayoría específicamente para este viaje. —Mi presupuesto era
básicamente casi nada, pero me encontré con un montón de artículos de verano en
liquidación.
—La ropa que trajiste funciona bien para casa, pero no aquí. Sobresaldrás
como un pulgar dolorido. Los buitres te rodearán si te ves como una novata y serán
rápidos para reclamarte.
—Mierda. Esta colección luce si hubieras vencido a una puta y luego robaras su
armario.
Elijo uno negro de un hombro con aberturas en los lados. Lo sostengo para la
inspección.
—Te verías brutal en cualquiera de ellos. —Una de las mejores cosas de tener a
Meredith como mejor amiga es que estamos muy cerca en tamaño. Mi trasero es
robusto por lo que este vestido me quedará más apretado. A veces eso es bueno,
pero no estoy segura con este.
—No sé, Mere. Temo que va a estar apretado y subirse por mi culo.
—Me gusta.
—Gustar, demonios. Deberías amarlo. Se ve fantástico. Mucho mejor en ti que
en mí.
—Está bien. Lo admito. Me encanta. ¿El cabello arriba, abajo, liso o rizado?
—Yo también lo creo. —No lo hago a menudo porque es mucho trabajo, pero
tengo un montón de tiempo para prepararme.
—Me gusta, pero solo como un amigo. Él sabe que no estoy abierta a nada
fetichista.
Estoy extrañamente cómoda con Beau pero creo que sé por qué. Me recuerda a
Grayson.
Eso fue hace casi cuatro años y su relación es más fuerte que nunca.
Son más felices que un tornado en un parque de casas rodantes. Pero compartir
nunca encajaría conmigo. Nunca. Por lo tanto, eso significa que Beau Emerson está
fuera de límites.
Apenas comí en la cena. La idea de salir a bailar esta noche con Beau me tiene
de los nervios. Por supuesto, Meredith se dio cuenta y me dio mierda sobre ello.
Estoy agradecida de que Grayson intervino y le dijo que se calmara con todo el
asunto.
Aprecio su preocupación, pero soy una niña grande. Puedo manejar cualquier
cosa que venga.
Abro la puerta y empiezo a parlotear para que podamos evitar ese incómodo
momento donde está obligado a comentar cómo me veo.
Voy al baño a buscar mi lápiz labial rosa brillante y darme un último vistazo.
Rizos sueltos. Ojos ahumados. Vestido de zorra. Tacones ridículamente altos de
fóllame de los que me voy a arrepentir después de cerca de una docena de pasos.
Estoy preparada y lista para bailar hasta morir.
—Para que lo sepas, no he bailado en años. Puede que esté un poco oxidada.
—Drake odiaba ir a bailar. Cada vez que íbamos, se enfurruñaba en la esquina así
que eventualmente dejé de pedir ir.
Idiota.
Me río, pensando como amorcito Caitlyn debe estar arreglándoselas con el Sr.
Festival de Siestas.
Salgo del baño para encontrar a Beau dentro de mi suite en lugar de donde lo
dejé en la puerta. Esta es otra cosa que no he hecho desde hace tiempo, estar detrás
de una puerta cerrada con un hombre que no es mi marido.
Levanto mi bolso.
Él está inmóvil.
—¿Pasa algo?
—Vuelta.
—¿Aceptable?
Está imperturbable.
Soy sorprendida por sus palabras; nunca me han dicho algo así antes. Drake
raramente me elogiaba, pero cuando lo hacía, siempre se sintió... forzado.
Tan jodidamente hermosa que duele. Por Dios. Esas palabras hacen que mi piel se
caliente y mi corazón deje de latir.
Pero no puedo permitirme dejarme llevar por palabras bonitas. Beau Emerson
es fluido en encantar mujeres. De hecho, tiene que ser dos veces mejor que
cualquier otro hombre si tiene que encantar dos mujeres a la vez.
—Gracias.
Él levanta mi tarjeta de acceso de la mesa y juguetea con ella entre dos dedos.
—¿Buscando esto?
Beau abre la puerta para mí, otra cosa que Drake hizo raramente.
Eso suena caliente, no como algo de lo que experimenté con mis cuatro años
de sexo mediocre en posición de misionero.
—¿Qué quieres?
Él extiende mi Stella.
—No vamos a conseguir una mesa... A menos que quieras ser un poco más
amistosa.
—Puede que cambies de opinión después de que estés parada en esos tacones
por un rato. —Estoy prediciendo que tiene razón. Ya estoy experimentando algo de
incomodidad.
—Estaré bien.
Nos movemos hacia el lugar más tranquilo en el club, pero todavía estamos
obligados a gritar sobre la música. Charlamos sobre esto y aquello. Antes de que lo
sepa, hemos tenido cuatro Stellas cada uno.
Me encojo de hombros.
—Baila conmigo.
—Claro.
Una canción de ritmo rápido con una gran cantidad de contrabajos está
sonando. Es un gran ritmo para mover las caderas. Sé la letra de memoria, así que
canto. Por supuesto, está demasiado alto como para que Beau me escuche, lo que
es bueno ya que no puedo cantar para nada, pero observa mi boca y expresiones
faciales. Él sonríe y recuerdo cuan animada puedo estar cuando me dejo llevar por
una gran canción.
Beau sostiene mis hombros y me guía para dar la vuelta. Luego mueve su
agarre a mi cintura y arrastra su boca por mi frente mientras baja a delante de mí.
Mueve sus manos a mi culo y me tira contra él por lo que su rostro está presionado
contra mi ingle. Puedo sentir su cálido aliento entre mis piernas a través de la
delgada tela de mi vestido.
La intimidad del casi beso muchas veces es más poderoso que el beso mismo.
Quiero sus labios sobre los míos demasiado. Y creo que él también lo hace.
Hay un hambre en sus ojos, pero incluso si no pudiera verlo, puedo sentirlo
presionado contra mi estómago.
Mi corazón late con fuerza en mi pecho. Está mirando mi boca así que lamo
mis labios en anticipación. Estoy esperando, esperándolo en cualquier segundo,
pero el momento se pierde cuando siento a alguien bailando detrás de mí. O más
bien en mí.
Miro a Beau para calibrar su reacción. ¿Le gusta ver a otro hombre hacerme
esto?
—No, pero conozco lugares donde no seremos molestados por gente así.
—Gracias.
—Un salón privado para parejas. Solo los clientes que pagan una tarifa de
acceso están permitidos dentro.
Cada espacio está cerrado en tres lados por paredes con una abertura hacia el
vidrio sobre el club. Noto que varias están cerradas por gruesas cortinas de
terciopelo.
—¡Sí! Fue algo tonto usarlos para bailar, pero me encanta la forma en que
lucen con este vestido.
—Eres dulce.
—Estoy siendo honesto. Eres una de las mujeres más impresionantes que he
visto.
Desmayo.
Beau Emerson me hace sentir como una mujer. Una mujer deseada. Sus
palabras. La forma en que me mira. Su lenguaje corporal. Todo lo que hace es un
gran afrodisiaco.
Estamos sentados cerca. Lo único que tendría que hacer es inclinarse para
besarme. Y me doy cuenta de que quiero que lo haga.
—¿Bebidas? —Me sacudo cuando una camarera aparece al pie de la cama. Ella
está vestida, si se puede llamar así, en lo que parece un conjunto hecho de cinta
aislante negra. Hay algunas tiras aquí y allá con muy poco para la imaginación.
—¿Cerveza?
—Claro.
“Got it” de Marian Hill suena abajo. Gemidos de las parejas vecinos entran en
nuestro pabellón. Cada terminación nerviosa mía está estimulada. Tarareando.
Zumbando. Deseando.
—Se trata de un espacio reducido. Si te tiras un gas luego, estás fuera de aquí,
Melocotón.
Ohmidios. Me río con tanta fuerza que pierdo el aliento y lágrimas llenan las
comisuras de mis ojos.
—Nunca te diré.
Él extiende su bebida.
—¿Vas a llamarla?
—¿Qué le has dicho a ese hombre en la pista de baile para hacer que se fuera?
—Le dije que tu coño y culo eran míos y yo no compartía con nadie.
Santa mierda. Mi estómago hizo algo. ¿Tal vez una voltereta hacia atrás?
—No sé qué significa pasar tiempo con una persona como tú. —¿Beau está
buscando a una amiga? ¿Una amante? ¿O una nueva socia para una tríada? Es un
no, definitivamente a lo último.
Beau tiene deseos que nunca seré capaz de satisfacer. Lo que la mayoría de los
hombres consideran una fantasía es su realidad. Sería sensato no olvidarlo sin
importar cuanto nos estemos divirtiendo.
Bajo la mirada.
—Sí.
Se detiene antes de que sus labios toquen los míos. Estamos tan cerca que
puedo oler la Stella en su aliento. Quiero probarla.
—Bésame.
Se detiene, sus labios cerniéndose sobre los míos. Su aliento es cálido contra mi
piel.
Estoy parada en una encrucijada. Me está pidiendo que me aventure con él,
pero mi corazón me dice que un paso más me llevará más allá del punto de no
retorno.
—Más.
Cierro los ojos y debato lo que estoy haciendo. Esto va contra todo lo que creo
y todas las cosas que quiero para mí.
Beau jala el costado del lado sin tirantes de mi vestido hasta que mi pecho sale
de la parte superior. Su mano abarca el montículo y rítmicamente aprieta mientras
se mueve hacia abajo. Lo empuja hacia arriba y succiona mi pezón en su boca,
rodeando la piedra dura con su lengua. Cuando termina, arrastra sus dientes sobre
ella.
Abro los ojos y veo la silueta de una mujer de pie en la apertura de la cabina en
la que estamos. Me sobresalto, cubriendo mi pecho expuesto con mi mano, y ella se
aleja.
—¿Qué pasa?
—Bueno, no me gusta ser comida con los ojos. —La cortina está abierta, pero
todavía es una completa violación de privacidad.
—Solución fácil.
Admiro su confianza.
Él pone las manos sobre mis rodillas y empuja mis piernas. Como abriendo un
libro que no puede esperar a leer. Y lo dejo. Estoy temblando, impaciente para
experimentar lo que tiene reservado para mí.
No puedo inhalar y exhalar suficiente aire, así que abro la boca para respirar.
Trabajo en aumentar el control, pero todavía resulta en un embarazoso jadeo.
Inclino mis caderas y me sacudo contra su mano. Levanto mis brazos sobre mi
cabeza y agarro la almohada debajo de mi cabeza, girando mi cara hacia ella.
—Ohmidios.
Baja su boca a mi cuello y me besa justo debajo de mi lóbulo. Sus palabras son
un susurro seductor y entrecortado viajando de sus labios a mi oído.
—Mi polla se va a sentir mejor que esto cuando la meta dentro de ti.
Oh, sí.
Dejaría que Beau me hiciera eso de nuevo en cualquier momento. Sin duda.
Él sube por mi cuerpo hasta que está acostado encima de mí, su erección
presionando contra mi entrepierna.
Empujo mi mano entre nuestros cuerpos para poder llegar a su polla. Estiro mi
cuello por lo que mi boca llega al lóbulo de su oreja.
—Voy a hacerte venir tan fuerte.
—Estar dentro de mí se va a sentir mucho mejor que esto. —Soy quien usa sus
palabras ahora. Las sucias. Y me gusta; se siente bien.
—Mi pene estaba tan celoso de mis dedos cuando estaban en ti.
¿Qué carajo?
Soy sorprendida al oír una voz dentro de nuestra cabina, así me que doy la
vuelta bruscamente para ver lo que está pasando. Alguien está de pie en la entrada
de nuestro pabellón sosteniendo las cortinas de par en par.
—Mierda. —Estoy brillando todo mi culo a quienquiera que sea así que
rápidamente rodé de Beau y bajé mi vestido.
Nuestro intruso no se mueve así que Beau patea uno de sus pies en la dirección
del tipo, por poco perdiendo su entrepierna.
—Cálmate. Bobo.
—Pasaste junto a mi cabina con esta encantadora dama y no paraste para decir
hola, besar mi culo, ni nada.
—Eso sería porque no quería que espantaras a Anna James, que es lo que
imagino que estás haciendo ahora mismo.
—Soy Linc. Es un placer conocerte. —El hombre ofrece la mano derecha para
estrecharla, y todo lo que puedo es mirarla. ¿De verdad? Acabo de tener la palma
de mi mano envuelta alrededor de la polla de Beau y ¿quiere estrechar mi mano?
Eso es solo desagradable.
Sacudo mi cabeza.
—Probablemente no sea el mejor momento para un apretón de manos.
¡Raro!
¿Él interrumpe nuestro momento íntimo y luego se mete en nuestra cabina con
nosotros? Increíble.
Bajo mis ojos a Beau para dejarle saber que lo desapruebo. Es mejor que no
crea que esto se va a convertir en un trío.
—Escuché que pusiste a Erin y a Heath en sus culos. —Oh, Linc debe conocer
bien a Beau.
—¿Están ustedes dos comenzando algún poli trío? Si es así, quiero entrar. —
Guau. Creo que es totalmente serio. Y sospecho es la razón detrás de la grosera
interrupción. Llegó a pedir lugar antes de que alguien más tuviera oportunidad.
Aparentemente, a este tipo de personas les gusta reclamar a otros.
Beau aleja la mano que Linc descansa sobre mi muslo y la reemplaza con la
suya.
—¡Qué tarado!
—¿Podemos ir a otro lugar? ¿Tal vez algún lugar con más libertad de
disturbios?
Beau ya me ha dado un orgasmo para curvar los dedos de los pies, y me está
ofreciendo más. ¿Hay realmente una opción ahí, Anna James?
—Quiero.
—Jodidas gracias. —Las palabras apenas llegan a mis oídos antes de que Beau
agarre mi nuca y tire de mí para que sus labios puedan alcanzar los míos.
¡Aah! Cada mujer sueña con ser besada así, aunque sea una sola vez en su vida,
tan duro y profundo que ella puede sentirlo hasta sus dedos de los pies.
—Tal vez.
Voy a las cortinas enfrente de sus ventanas para ver qué tipo de vista tiene.
Encuentro puertas francesas que dan hacia un balcón que da a una playa. No hay
sorpresa.
—Mojigata.
Él dice cosas como esa, y estoy más confundida sobre lo que está sucediendo
entre nosotros.
—¿Ese es el código para verme como una conquista? ¿Alguien a quien quieres
seducir en tu mundo hedonista?
Sus manos acunan mi culo y me levanta así mis piernas se envuelven alrededor
de él. Me aferro fuertemente a sus hombros mientras me lleva al sofá, y estoy a
horcajadas sobre él nuevamente. Bueno. Quiere decir que soy la que tiene el
control.
Coloca cada una de sus manos en mis mejillas y mira directamente a mis ojos.
La expresión que veo ahí me dice todo lo que necesito saber. Este hombre a
pesar de sus preferencias habituales, quiere a mi vainilla justo como soy.
Está golpeando más rápido. Se siente tan bien y apenas puedo registrar las
palabras que escucho. Así que no digo nada.
—Contéstame, Melocotón.
No hay forma en que pueda estar de acuerdo con nada mientras está haciendo
esto.
—Esto es coerción.
—Utiliza el término que quieras. Lo llamo utilizar lo que sea necesario para
obtener lo que quiero. Y eso, mi hermoso melocotón, eres tú.
—No te detengas.
—Sí ¿a qué?
Beau se mueve a sus rodillas y empuja mi vestido arriba de mis caderas antes
de agarrar los lados de mis bragas y quitarlas por mis piernas. Presiona sus labios en
el interior de mis muslos y coloca un beso contra mi piel sensible.
—Tenemos ocho noches de esto. ¿Crees poder manejar todos los orgasmos que
te voy a dar?
No sé. Podría muy bien perder mi mente después de este, pero estoy
malditamente segura de que le daré la oportunidad.
—Absolu-jodida-mente.
—Sabes. —Lame.
—Tan. —Succiona.
—Bien.
Entonces usa la punta de su lengua para lamerme en un movimiento circular.
Un momento después condimenta las cosas al ir de lado a lado mientras sus dedos
simultáneamente empujan dentro y fuera.
Tiene una lengua mágica para acompañar esos dedos mágicos. Me pregunto si
tiene un pene mágico también. Planeo averiguarlo.
Beau se arrastra por mi cuerpo hasta que estamos cara a cara. Estoy tan
aturdida que tengo que parpadear varias veces para concentrarme en su rostro. Y
esos ojos. Dios mío, esos grandes y bellos ojos avellana tienen la capacidad de
hipnotizarme.
—No te arrepentirás de decir que sí. Te voy a dar la mejor semana de tu vida,
Melocotón.
Lo beso rápidamente antes de indicarle que voltee conmigo así que estoy de
vuelta en la parte superior. Beso el punto debajo de su lóbulo de la oreja y susurro:
—Entonces hazlo. —No busco en sus pantalones esta vez. Abro el botón y abro
la cremallera. Empujo el frente de su ropa interior para que se libere.
—Lo hiciste, pero también dijiste que me harías querer que lo hicieras. Y lo
hago. Desesperadamente. Eso tiene que contar para algo.
Él agarra ambos lados de mi cara y me jala cerca así estamos mirándonos a los
ojos.
—Mi mano podría sentirse muy bien, pero estar dentro de mí será mucho
mejor. Más apretado. Más húmedo. Más profundo.
Dios, es hermoso.
Las chupa brevemente antes de mover su boca hacia arriba para besar mi
cuello. Siempre un enorme encendido para mí.
Me encantan los preliminares, pero estoy lista para tener Beau Emerson dentro
de mí. Me levanto de rodillas y agarro la punta de su dura polla para poder guiarla
a mi entrada. Me deslizo la punta a través de mi resbaladizo centro antes de caer
lentamente hacia abajo. Él gime fuertemente después de que está muy adentro.
Sus manos agarran mis caderas y rodamos así que estoy en mi espalda. De
nuevo. Utiliza sus piernas para apartar las mías y posiciona su erección contra el
centro muy húmedo entre mis piernas. Se muerde el labio inferior y sacude la
cabeza mientras gime.
Estoy sorprendida cuando alcanza mis pies y los trae sobre sus hombros para
que pueda conseguir entrar más profundo dentro de mí. Su ritmo es lento, pero
cada golpe es deliberado. Y, oh, tan poderoso. Este hombre no estaba bromeando
cuando dijo que iba a joderme duro. Y me encanta.
—Mucho. —Es muy bueno. No tengo ni idea de cómo está manejando esta
maniobra, pero la combinación de él frotando mi clítoris mientras se está metiendo
dentro y fuera de mí es increíble.
—Estoy a punto de volver a venirme. —Las palabras apenas salen antes de que
las contracciones musculares profundas dentro de mi pelvis comiencen a apretar
alrededor de la polla de Beau.
Él tira mis piernas de sus hombros y empuja tan profundo como su cuerpo lo
permita.
Beau se hunde sobre mí, su cuerpo relajándose entre mis piernas. Espera.
Espera. Se retirará y se levantará para vestirse de nuevo en cualquier momento.
Probablemente me despediría de vuelta a mi habitación.
No sucede.
—Gira conmigo.
No creo que haya ningún daño en permanecer más; ya hemos tenido relaciones
sexuales.
—No te arrepentirás.
Beau pasa por encima de mí y camina desnudo por la sala de estar hasta el
baño. Él tiene razón. La vergüenza no existe aquí; no siento nada mientras observo
fijamente su cuerpo desnudo. Maldición, es caliente.
—Por supuesto.
Subo a la cama de Beau y doblo la sábana debajo de mis brazos solo para que
lo arranque.
—No te traje aquí para que te puedas cubrir. Quiero acceso completo a estos.
—Bien. Pero lo que es bueno para el ganso es bueno para el ganso así que
quiero acceso completo a eso.
—Estoy pensando en alquilar un jeep para la semana para que podamos dejar
el complejo para explorar más allá de las paredes de Indulge.
Anna James, este es el comienzo de algo bueno, pero vamos a entender esto
ahora mismo. Es solo sexo. No lo olvides. No hay corazones involucrados.
—Las cosas que podríamos hacer esta semana son infinitas. Nadar con los
delfines. Salto de acantilado. Canotaje. Visita a los manantiales minerales o a la
laguna luminosa. Algunos de ellos requieren un poco de conducción, pero también
hay cosas locales como clubes de reggae y bares, algunos con karaoke si eso es lo
que te gusta.
—Ya tengo lo que quiero para la semana, así que puedes escoger nuestras
actividades.
Beau llegó a Indulge por su ambiente hedonista, pero está dispuesto a dejarlo
atrás para pasar tiempo conmigo fuera de sus parámetros.
¿Todo fue bien anoche? ¿Quieres hablar sobre ello en el desayuno? ¿A las 8:00 en
Devour?
Yací sobre mi espalda y miré al espejo montado sobre la cama. Maldita sea.
Mirando las cosas que Beau hizo entre mis piernas anoche fue sexy pero la vista
esta mañana no es tan grandiosa. Soy un desastre caliente.
Medio me peino con mis dedos el nido de ratas encima de mi cabeza y sonrío
cuando recuerdo cómo llegó ahí.
La cerveza de anoche está haciendo que mi aliento sepa como culo. Y necesito
urgentemente un cepillo de dientes. Y una ducha; huelo a sexo, mucho de ello.
—Beau-re-gard. —Él no se mueve así que quedito repito mi nuevo apodo para
él. Toma una tercera vez para que sea útil.
—¿No eres una hermosa vista para ver cuando uno se despierta?
—Está bien. Les dejaré saber que estás viniendo así ellos no estarán
completamente sorprendidos.
¡Ping!
¡Ping!
¡¡¡ZORRA SUCIA!!!
¡Glup!
Excesivamente. ☺
No tengo idea.
—Absolutamente.
Meredith y Grayson son protectores conmigo. Lo han sido desde que mi mamá
y Willa se mudaron lejos. De alguna forma, ellos son mi familia.
—¿Quieres que regrese aquí cuando termine de prepararme para que podamos
irnos juntos?
Él quiere tener sexo por la mañana. Estaría dentro para eso si tuviéramos
tiempo, pero ya son las siete. Tengo que caminar a mi habitación, prepárame, y
regresar.
—Vale la pena porque es sexy como el infierno. —Estoy feliz de que piense así.
—Deberíamos probablemente decidir ahora que vamos a hacer hoy así sabré
que usar y qué hacer con esto. —Señalo la parte superior de mi cabeza. De ninguna
manera estoy pasando una hora rizándolo si estamos montando alrededor de un
Jeep con el techo abierto.
—Hecho.
Nadar con delfines está entre las primeras diez cosas por hacer en mi lista. Pero
es algo que siempre imaginé haciendo con mi marido, no un hombre que conocí
hace unos días.
Se ríe ruidosamente.
Incluso si solo es por una semana, será agradable tener compañía que no esté
constantemente predicándome que no tengo nada que ver con los desviados
sexuales como Meredith y Grayson. Un maldito error haberle contado a Drake
sobre su relación.
—¿Qué han estado haciendo ustedes dos? —Meredith apenas pude contener su
excitación.
No recuerdo el nombre del club al que fuimos, así que busco ayuda de Beau.
Suena como el himno a una mala película porno, pero hay una razón para ese
tipo de respuesta. Meredith tiene que saber que hay arriba.
—He escuchado sobre ello, pero nunca he estado ahí. Demasiado rico para
nuestra sangre. —Mere empuja mi brazo—. Demonios, mujer. Estoy celosa.
Estoy segura de que Meredith quiere todos los detalles, pero podemos tener
esta conversación cuando los chicos no estén cerca.
No estoy realmente segura como abordar el tema de mi acuerdo con Beau, así
que solo lo saco.
—Creo que es una idea maravillosa. Nadie debería estar solo en Indulge.
Ella me guiña y tengo una epifanía. Bruja sabía que esto iba a suceder. Por eso
me trajo.
—Beau me está llevando a nadar con los delfines. —Sueno como una niñita
emocionada.
7
Libertinaje.
Meredith le da una sonrisa radiante a Beau.
—Encantada.
—Él vive a cuarenta minutos de donde tú vives. Si las cosas van bien, tal vez
puedan continuar su relación en casa.
—Como sabes que no lo quiere. Tal vez está abierto a la cosa de uno a uno.
—No estoy segura que un hombre que ha practicado la poligamia por tanto
como Beau pueda estar satisfecho con una mujer.
—Él se ve muy satisfecho justo ahora.
—Hemos follado una pocas veces. Todavía califico como juguete nuevo. —
Esas palabras pican un poco cuando dejan mi boca.
—Sé que parece temprano para ir a la carretera, pero tenemos que tomar un
taxi para el lugar de renta de autos y luego manejar como una hora y media.
Suena como un padre que pasa a su primogénita a un niño por primera vez.
—Absolutamente, hombre.
Mere me abraza.
—Mejor cuidas esto, Melocotón o estaré corriendo esta cosa fuera del camino
tratando de alcanzar otra vista de lo que está debajo de ese vestido.
—Debería dejarte tener más que una vista esta noche. Si eres un buen chico
hoy, talvez puedas llegarlo a tocar.
—Ahh, Melocotón. No puedes decir cosas como esa y luego estar siete horas
antes de que podamos regresar al complejo.
—Entonces supongo que estarás pensando en eso todo el día. —Me encanta
burlarme de él.
—Lo que significa que estaré duro todo el día sin un poco de alivio a la vista.
—Entonces deberías pensar en algo más. Talvez una abuelita en rodillos que
llevaba calcetas hasta las rodillas debajo su bata con cremallera.
Estoy segura de que está jugando, espero, pero tengo curiosidad sobre cualquier
fetiche real o una probada que podría tener.
Él aprieta mi pierna.
Quiero creerle.
—Me gusta el tipo de sexo que tuvimos. Lo que más me gusta es que yo, fui lo
suficiente para complacerte. Solo yo.
¿Erin hizo sentir a Beau que no era suficiente? Si es así, eso no podría estar más
alejado de la verdad y voy a pasar esta semana probándole eso a él.
—¿Durante el sexo?
—Sí. ¿Hay algo pervertido que quieres intentar conmigo? —Él está sonriendo
así que sé que tiene algo en su mente—. No tengas miedo a preguntar. Soy vainilla,
pero no una total mojigata. Lo peor que pueda hacer es decir no.
Me inclino hacia adelante y corro hacia arriba una mano por su pierna con
pantalón corto.
—Lo que creo es que puedes seguir haciendo eso y estaré convencido de llevar
este Jeep a un área aislada y follarte.
—Te reto.
Sí. Supongo que lo es para el hombre. Pero ¿qué para la pobre mujer teniendo
algo metido en su culo? Es difícil para mí pensar que eso pueda sentirse genial.
He escuchado cosas buenas y malas sobre ello así que no sé. Preferiría hablar
sobre ello con Meredith antes de aceptar o declinar. A pesar de que no estoy segura
ella es la mejor persona a la cual preguntarle. Ya sé que ella es una enorme fanática.
Pero ¿qué pasa con la próxima semana cuando vuelva a casa? Solo me
prometió esta semana. ¿Podré alejarme y volver a mi papel de ex esposa
abandonada? ¿Permitirá mi corazón eso? Él dice que nunca hará nada que me haga
daño, pero ¿eso cuenta para mi cuerpo y mi corazón?
—Tenemos siete gloriosos días más aquí juntos. —Beau es tan convincente que
casi me engaña. Pero creo que mentir es una mejor alternativa a la historia real.
—Sí. Ha sido una hermosa luna de miel. Estoy tan contenta de haber elegido
venir aquí. ¿No es cierto, cariño?
—La mejor decisión. —Él acaricia mi mejilla con la parte posterior de sus
dedos—. Justo como casarme contigo, mi amada.
—¿Dónde se están quedando?
Uh, oh. Debería haber mantenido la boca cerrada. Estoy en blanco porque soy
una horrible mentirosa.
Jonathan silba su silbato, y nuestros dos amigos delfines nadan hacia nosotros.
El par viene justo a nosotros y estoy sorprendida por esas hermosas creaturas
que son.
Beau y yo tomamos turnos para ser llevados a través del agua por el par
mientras sosteniendo sus aletas superiores. Es como un tipo diferente de esquí
acuático.
La única cámara que tengo está en mi teléfono, y está bajo cerradura dentro del
vestuario así que me complace que Dolphin Bay ofrece fotos hechas por un
fotógrafo.
Dolphin Bay no es solo sobre los delfines. Podemos interactuar con tiburones y
mantarrayas, o hacer algún tipo de canotaje.
—El kayak de fondo de cristal suena divertido. Podemos hacer una observación
de peces. Y entonces algunos peces comiendo. Tengo un poco de hambre.
Pasamos por las actividades una por una, incluyendo el almuerzo, hasta que la
playa es lo único que queda por hacer.
Son solo las cinco. No tengo prisa por regresar a Indulge. Ese lugar no me
emociona.
Encontramos un par de tumbonas una al lado del otro. Sospecho que la única
razón por lo que somos capaces de asegurarlos es porque es tarde en ese día.
Apuesto a que no pudiste encontrar una silla vacía hace tres horas.
Eso es debatible.
—¿Quieres un poco?
—Seguro.
Bien es un eufemismo.
—Mmm... Hmm.
Mi pulso se acelera. Nada bueno sigue cuando una persona dice que tiene algo
que decirte.
—La última vez que escuche esas palabras, mi esposo confesó que había estado
viendo a alguien más.
Él se ríe.
Me reí también.
Él está en silencio por un momento. Eso hace pensar que está luchando para
decir cualquier cosa que esté en su mente.
—Te dije una mentira la noche en que te conocí. Me ha estado molestando
desde entonces.
—¿Oh?
—Te dije que no sabía si quería un bebé o no. Eso no es verdad. Quería a ese
niño mucho.
—Erin no estaba lista para dejar el poli detrás por la maternidad de cualquier
forma, pero su verdadera razón para abortar al bebé era porque tenía miedo de que
sería como Ashlyn.
Que perra.
—Sé que es más equipaje de lo que lo que te apuntaste, pero solo necesitaba
sacarlo del pecho.
—Por favor.
Me pongo una gran cantidad de protector solar en mis manos y las froto, así
que no pongo loción fría en su espalda.
El asiente bien.
—Mmm hmm.
—¿Dónde?
Toma unos pocos segundos, pero yo finalmente veo de lo que está hablando
cuando la cabeza de un niño rubio rápidamente sobresale del agua y de vuelta
abajo. Nosotros simultáneamente nos levantamos de la tumbona hacia el agua,
pero él es mucho más rápido.
El hombre sopla su silbato y salta del puesto, corriendo hacia el agua, pero
Beau ya está emergiendo con el niño. El niño está consciente, sus brazos envueltos
fuertemente alrededor del cuello de Beau.
—¡Oh, Dios mío, Nelson! ¿Estás bien? —Ella está histérica—. No sé cómo fue
ahí. Él estaba de pie justo a mi lado.
—Mamá. —Él alejó sus brazos para ponerlos en su madre para que lo tomara.
—Contento de que esté bien. —La voz de Beau está temblando, así como sus
manos.
Mi corazón está latiendo tan duro que puedo escuchar el golpeteo en mis oídos.
Beau cayó sobre sus rodillas en la arena, mirando sobre el océano. Él está en
silencio excepto por la respiración mientras recupera el aliento.
Se frota las manos en su traje de baño antes de limpiar las lágrimas que se
acumulan en sus ojos. Me arrodillo detrás de él y envuelvo mis brazos alrededor de
su cuerpo. Apoyo mi barbilla en su hombro. Lo sostengo, sin decir una palabra,
mientras le digo todas las cosas que necesita escuchar.
●●●
Meredith me ha enviado mensajes de texto muchas veces desde que nos
sentamos en el restaurante. Su interés por mi relación con Beau comienza a
ponerme un poco nerviosa.
Estoy avergonzada de decirle lo que ella dijo. No quiero que piense que estoy
sugiriendo algo.
—Ella me dejo entrever que podemos continuar lo que sea que es esto después
de que volvamos a casa.
—Me encantaría verte después ya que estemos en casa, pero no siento que
alguna vez sea suficiente para complacerte. Y no seré la mitad de un dúo femenino
que tomaría para mantenerte feliz. Eso me haría miserable y merezco algo mejor
que eso.
—No te pediré que seas alguien que no eres. —Eso lo haría miserable.
Beau cierra sus ojos y levanta su rostro al techo. El suspira fuerte cuando
sacude su cabeza.
Después de que termina lo que parece una auto consulta interior, baja su rostro
así nos estamos viendo a los ojos. Él se estira sobre la mesa y alcanza mi mano. La
lleva a su boca y me da un beso en el interior de mi muñeca.
—He estado con una mujer antes. Sé cómo es. Tal vez quiero intentar otra si
esa mujer eres tú.
Tres días no son suficientes, pero ya sé cuánto disfruto estar alrededor de Beau.
Nos sentimos como buenos amigos desde la primera noche en que nos conocimos.
—No. No puedo pensar en un solo lugar donde sea esperada. —Excepto talvez
el desayuno con Meredith y Grayson. Estoy segura que ella no puede esperar para
taladrarme sobre Beau.
Tapamos la cubierta del Jeep y sus puertas para el regreso ya que el sol se ha
metido. A pesar de que me cambié a ropas secas, estoy preocupada de enfriarme.
—Me encanta conducir de noche, o viajar, ya que no soy la que va detrás del
volante. —Estoy completamente relajada con mi mano estirada hacia Beau,
enroscando un mechón de su cabello detrás de su nuca.
—Deberías cuidar lo que estás diciendo. Hay una bestia dentro de mí. —¿Creé
que no es eso ya?
—Demonios, sí.
Él usa sus dedos para quitar el tejido de las bragas a un lado. Desliza sus dedos
arriba y abajo a través de la resbaladiza humedad ahí.
—¿Es seguro?
Beau lleva el auto hacia una zona de descanso al otro lado de la carretera en la
playa y detiene el Jeep. Él sale y corre hacia mi lado. Abre mi puerta y agarra mis
bragas tirándolas por mis piernas y por mis zapatos.
—Afuera. Ahora.
Agarra mis manos y me ayuda a salir antes de llevarme a una mesa. Pone sus
manos sobre mi cintura y me levanta.
Estupendo. Vamos a follar en una mesa donde una familia tendrá un picnic y
comerá emparedados mañana.
Él desliza mis sandalias y coloca mis pies al borde antes de separar mis rodillas.
Él desabrocha un botón y el cierre.
—Recuéstate.
Subo mis piernas para rodear su cintura mientras el envuelve sus manos
alrededor de mis caderas. Me sostiene firmemente mientras se desliza dentro y
fuera. Una vez que establecemos un ritmo, una mano se mueve a mi entrepierna
para acariciar mi clítoris.
Mis piernas estas temblando mientras sus dedos hacen círculos en mi clítoris
lentamente con la perfecta presión. Crecientes ondas de placer aumentan en mi
pelvis.
Miro a las estrellas arriba mientras mi cuerpo hace su propia cosa mágica. No
tengo control sobre él y es sensacional cuando siento esas contracciones rítmicas en
el interior.
Estoy inclinada a pensar que está acostumbrado a piel con piel. Supongo que
no los usó con su novia ya que quedó embarazada.
Yo no los utilicé con Drake; era mi esposo así que no debería haber razón para
hacerlo. Estaba enferma de mi estómago al saber que había estado dentro de mí
cuando había follado a otra mujer. Ese es un error que no volveré a cometer.
—Una necesidad, me temo.
—De acuerdo.
—A mí también. Inmensamente.
—Eres un caballero.
—Es terriblemente temprano en la mañana para ser una torpe. ¿Algo está mal?
—En su defensa, son las siete y media en Buford. Pero aun así estoy muy
preocupada. Temo que podría ser malo. —Emery nunca me contactaría en el
verano si algo no estaba terriblemente mal.
—No tienes que hacer eso. Este es mi horario normal para despertar; no voy a
volver a dormir. —Se levanta para visitar el baño—. Puedes llamarla desde la
cama.
—Estoy en problemas. No sé qué voy a hacer. —Está llorando tan fuerte que
apenas puedo descifrar qué está diciendo.
—De acuerdo. Primero, necesitas calmarte, así puedo entenderte. —El llanto
combinado con su bajo tono hace que sea casi imposible oírla.
—Estoy aquí.
—Cariño, tienes que decirme qué está pasando así seré capaz de ayudarte.
—Estoy embarazada.
—¿Cuán avanzado?
—¿No has visto a un doctor? —Trato de no sonar juzgadora, pero Emery suele
ser mejor que eso.
Eso es demasiado malo porque Ryan es un inmaduro pequeño idiota quien está
orgulloso de sí mismo por conseguir entrar en los pantalones de las chicas. Lo noté
dándole mucha atención a Emery a mitad de semestre, pero nunca, ni por un
segundo, pensé que caería por su mierda.
—No te preocupes por eso. Solo toma una prueba de ADN para probar lo
contrario.
—Sí. Por favor. —Noto que esta era la razón por la que comenzó esta llamada.
Pero eso está bien. Siempre estaría allí para mis niños.
—Sí. Y ella es una de mis alumnos más brillantes. La niña más expresiva que
tengo en mi clase de escritura creativa. Rompe mi corazón, especialmente desde
que el chico que la embarazó es un folla coños. Y no es la primera vez que él hace
algo como esto.
—Sí. Quería dejar la escuela, pero mis padres insistieron con que se graduara y
fuera a la universidad comunitaria local. Ella es una chica inteligente. Tiene tres
punto ocho, así que puede ser transferida a UGA para el semestre de otoño.
—Bien por ella. ¿Quién cuida de Ashlyn mientras está ocupada con la escuela?
—Correcto. Porque tienes que lidiar conmigo ahora mismo. —Él se mueve
sobre mí y besa el lado de mi cuello cuando no abro mi boca. Huelo a menta, lo
que significa que cepilló sus dientes mientras estaba en el baño. De ninguna manera
voy a tener aliento de culo mientras él está tan fresco como la menta.
Lo palmeo en el hombro.
—Déjame levantarme.
—Lo amarías más después de que cepille mis dientes. —Me aseguré de traer mi
cepillo de dientes la noche anterior, cuando empaqué mi bolso para pasar la noche.
Una lamida de su lengua es todo lo que toma para volver mis piernas papilla.
De ninguna forma soy capaz de dejar esta cama ahora.
—Oh, Dios.
—Ahh... Ohh. —Una vez que la fiebre de puro placer comienza, no puedo
acallar el incoherente embrollo escapando de mi boca. Tomo su cabello en un puño
y jalo su boca más duro contra mí.
—Lo siento.
—Uh... ¡uh!
—¡Cállate!
—¿Qué es eso?
—Este luce realmente bueno. No parece necesitar mucho trabajo extenso, pero,
por supuesto, eso es basándolo completamente en el listado, el cual puede ser
engañoso. ¿Conoces este vecindario?
—Sí. Conozco a alguien que vive en esa subdivisión. Bonito vecindario, pero
está cerca de una autopista ocupada. Es realmente ruidoso.
Él cierra su portátil.
—A mi habitación, a alistarme.
Río. Tonto chico que cree que el bolso de lona contiene todo lo que traje.
—Este es un bolso para pasar la noche y llegar hasta la mañana, cuando puedo
regresar a mi habitación. Todas mis cosas están en mi suite.
—No vas a dormir allí. Arreglaré que el botones traiga todas tus cosas aquí
mientras estamos fuera hoy.
Miro hacia Beau y está sonriendo. Es la sonrisa de un solo lado, así que solo un
hoyuelo se muestra. Gah, amo esa sonrisa. Envía piel de gallina por toda mi piel.
—Auch.
—No te vayas por mucho tiempo o habrá más de eso cuando regreses. —¿Es
malo que yo lo espere?
—Cuéntanos todo.
Nadie más que Meredith y Grayson saben que estoy en un retiro hedonista. Mi
mamá y mi hermana no tomarían bien eso. Y no puedo imaginar lo que la escuela
o los padres de mis estudiantes dirían si el rumor se extiende. Habrá más rumores
desenfrenados de los que ya existen después de la mierda que Drake tiró.
—Es impresionante. Las playas son blancas. El agua es la más azul y clara que
he visto. Y fui a nadar con delfines.
—He conocido a Beau cuatro días, pero me gusta como si lo conociera desde
hace mucho. —Excepto que disfruta tener dos mujeres al mismo tiempo—. Hemos
discutido sobre vernos el uno al otro después de regresar a casa, así que
esperaremos y veremos cómo va esto.
Había sido increíblemente cuidadosa con Drake. Había hecho todo bien y aun
así se arruinó. Ahora estoy en un lugar donde solo no siento como que estoy siendo
protegida todo el tiempo. Estoy lista para dar un salto. Pero no le voy a decir eso a
mi mamá.
—Estoy tan feliz de que estés con Meredith y Grayson. Sé que ellos cuidarán
de ti. —Ella cagaría un huevo de oro si supiera que esos dos me trajeron a un retiro
hedonista y me dejaron caer para valerme por mí misma.
Golpeo y espero. Él necesita darme una tarjeta llave, si voy a estar llamando
mía esta suite por el resto de mi estancia.
Beau abre la puerta, luciendo bastante como un venado frente a los faros.
—No lo estoy. —Pero sus grandes ojos están asustándome—. A menos que me
des una razón para estarlo.
—No invité a estas chicas. —Doy un vistazo alrededor de Beau y veo un par de
morenas sobre su sillón.
—Entonces, ¿por qué vinieron a nuestra suite? —Si estoy quedándome aquí,
entonces voy a obtener una opinión sobre quién se viene y se va.
—¿Por qué crees que vinieron? —Correcto. Sexo. ¿Por qué más alguien vendría
a nuestra habitación en Indulge?
—¿Las conoces?
—Bueno, ¿aún quieres pasar los siguientes seis días conmigo o preferirías
follarlas? —Estoy bastante segura de que él no está interesado en estas chicas, pero
necesito una confirmación. Si por alguna razón el péndulo va a mecerse de regreso
en la dirección poligamia, entonces quiero saberlo ahora, antes de mover mi
mierda.
—Te quiero, Melocotón. Solo a ti. —Bien. Aún estamos en la misma página.
Cruzo mis brazos y volteo hacia Beau. Él debería ser el que rechazara a estas
dos montadoras de salchichas.
—Gracias por su interés, pero no, gracias. —El par no se mueve. Es como si
ellas no oyeron lo que él dijo.
—No lo estoy. —Beau no hizo esto. No hay razón para discutir por algo sobre
lo que no tiene control.
Lo golpeo en el pecho.
El centro comercial está plagado con turistas, junto con locales listos para
tomar ventaja de sus gordas billeteras. Los vendedores ambulantes están al borde
del acoso. A muchos no les gustan tomar un no como respuestas.
—¿Eso piensas?
—No necesito pensarlo. Voy a descubrirlo esta noche, porque voy a comprarlo
para ti.
—No puedo esperar por eso. —Y no puedo esperar porque él las saque,
también.
No sé por qué, pero no había considerado que convivió día tras día con un par
de mujeres. Tonta de mí.
Me pregunto cuáles eran sus arreglos para dormir. ¿Todos dormían juntos, o es
como la cosa de la poligamia donde rotan camas? No estoy segura de si realmente
quiero saber.
Abro una de las bolsas y veo el regalo especial que compré: un conejo tallado a
mano sobre ruedas.
—Compré este para Ashlyn. Ella puede jugar con él durante el tiempo boca
abajo. Pensé que podría ser útil con su desarrollo motriz. —Le demuestro a lo que
me refiero—. Tiene un cordel, así que ella puede jalarlo cuando comience a
caminar.
Beau me mira fijamente, sin decir nada. ¿Lo ofendí? O compré algo inseguro
para su sobrina.
—Lo siento. ¿Fue una mala idea el conejo?
Él acuna mi rostro, buscando mis ojos por un momento, antes de jalarme hacia
el frente por un beso. Es profundo y apasionado, mientras que también es cálido y
abrigador. Diferente de nuestros otros besos fervientes.
Realmente no sabía que estaba haciendo algo especial cuando compré ese
juguete. Por eso estoy tan sorprendida por la reacción de Beau. No tenía idea que
algo tan simple pudiera significar tanto para él. Este lado de él me deleita cada vez
que lo veo.
Lloré sola hasta dormir más noches de las que me gusta recordar porque pensé
que algo estaba mal conmigo. ¿Quizás era desagradable? ¿O no atractiva?
Resultó que yo no era el problema, no del todo. Solo me casé con un hijo de
perra.
—Sí.
Beau tiene un Jeep alquilado para la semana, pero optamos conseguir un taxi
hacia Falmouth. Es un viaje de treinta minutos, el cual será costoso, pero él quiere
conseguir algunos tragos. Somos parecidos en relación con beber y conducir. Estoy
agradecida; nunca podría estar con alguien que está bajo el escepticismo de que está
bien.
—Dicen que el paseo es mejor después de que el sol baja, así que
probablemente deberíamos cenar primero.
Nos sentamos en una mesa del exterior bajo el patio cubierto junto al agua. No
puedo evitar notar todas las parejas sentadas alrededor de nosotros.
—Estaría de acuerdo.
—No. Raramente dejo Indulge durante mis visitas. —Cierto. Porque realmente
no frecuentas los establecimientos de lunamieleros y familias cuando vienes a un
retiro hedonista.
—Creo que este es uno de los únicos cuatro o cinco lugares en el mundo donde
puedes ver esta clase de fenómeno. Se dice que es el más brillante aquí a causa del
clima congruente.
—Es seguro.
—¿Vas a entrar?
—Demonios, sí.
—No sé si yo lo haría.
Me encojo de hombros.
—Ya veremos.
—Nunca probé nada como eso, pero creo que me gustaría hacerlo.
Sacudo mi cabeza.
—Yo tampoco.
Beau ganó. Me hizo meterme en el agua. Y fue una de las experiencias más
increíbles de mi vida. Hubiera sido una vergüenza perderla. Otra experiencia acaba
demasiado rápido.
Salgo del auto mientras Bau está pagando al conductor del taxi. No estoy
segura de qué está pasando, pero parece haber negociaciones entre ellos.
He oído que los taxistas cobran dos precios: uno para los locales y otro para los
turistas. Supongo que Beau está tratando de conciliar un mejor precio por nuestro
paseo.
—Definitivamente.
Beau llama a servicio a la habitación y los hace traer seis botellas de Stella.
Probablemente, no es lo que yo habría escogido para un trago después de la cena,
pero no soy una fanática de mezclar licor y cerveza.
Nos movemos al balcón con nuestras Stellas. Apoyo mi pie sobre el barandal y
escucho las olas. Completa eufonía.
—Tengo una pequeña cosa para nosotros. —Beau sostiene arriba lo que creo
que es un porro—. No he fumado hierba en quince años, pero pensé ¿por qué no?
Estamos aquí para pasar un buen momento.
—Sabía que algo estaba pasando. —Sonrío y muerdo mi labio—. Nunca fumé
hierba. Siempre estuve demasiado asustada.
—No tenemos que hacerlo. Solo pensé que podría ser divertido drogarnos
juntos.
—¿Cómo es?
Muchas personas logran eso con analgésicos, pero no yo. La mayoría de los
narcóticos me hacen vomitar en las uñas de mis pies.
—Estoy ordenando comida ahora, así estará aquí cuando nos pongamos
hambrientos.
—Confía en mí. Podrías no pensarlo ahora mismo, pero querrás comida. —Él
mira el menú—. Pediré hamburguesas con queso y papas fritas. Y pastel de
chocolate.
—¿Eras un fumeta?
—Todo listo.
—Esa pequeña mierda me cobró diez dólares por este encendedor. Los porros
ni siquiera me costaron tanto así. —Él dice porros, lo que significa que tiene más
que uno.
Toma otra inhalación y sostiene su respiración mientras lo pasa en mi
dirección.
Escupo y toso con mi primera inhalación. No hay filtro, así que básicamente
estás chupando hierba directamente.
—No lo haces por el placer del humo dentro de tus pulmones. Es lo que pasa
después lo que es mágico. —Hago un segundo intento y lo hago un poco mejor,
pero aún toso.
—Arctic Monkeys.
—Oh. Mi. Dios. Amo esta canción. —Él no estaba bromeando. Puedes oír y
entender la música mejor cuando estás drogado.
—Beauregard, creo que estás en lo correcto. —Mi mente está inundada con
una tonelada de pensamientos a la vez—. ¿Tu nombre real es Beauregard? Porque
creo que lo es.
8
Anna piensa que Beau le pregunta "¿Quiero saber?" ya que la canción se llama así.
Capítulo 8
Abro mis ojos y evaluó el jodido desastre cerniéndose en el espejo sobre mí.
Alcanzo mi cabello enredado y encuentro algo pegajoso y blando.
Lo pellizco con mis dedos y lo jalo a través de los mechones en los que está
atascado. Mierda. Es una jodida papa a la francesa aplastada.
Levanto mi cabeza para mirar bajo la sábana. Parece como si una masacre pasó
en esta cama; hay kétchup por todas partes. Y chocolate. El servicio de limpieza va
a amarnos hoy.
Pedazos y piezas de la noche van de un lado al otro como una pelota de ping-
pong en mi cabeza. Entonces recuerdo. Beau y yo nos drogamos juntos.
Raramente, no estoy con resaca, pero me siento decaída. No mal, solo... rara.
Miro al reloj. No puedo creerles a mis ojos cuando veo que casi es el mediodía.
No estoy segura cuando fuimos a la cama, pero supongo que dormimos al menos
diez u once horas.
¡Toc! ¡Toc!
—Sí, pero faltan un par de horas antes de que nos vayamos. ¿Puede regresar?
—Por supuesto. No hay prisa. Regresaré después de las tres. —Bien. No creo
que ninguno de los dos podamos apresurarnos mucho ahora mismo.
—¡Joder! —Beau se ríe mientras cae de regreso sobre la cama—. ¿Qué hicimos
anoche?
—Solo el espejo sabe con certeza porque yo seguro que no lo hago. Pero sé que
follamos. Puedo recordar eso bastante.
Me siento asquerosa, así que quiero un baño tan pronto como sea posible, pero
tengo algo que quiero investigar primero.
Oigo la ducha encenderse, pero espero hasta el momento en que Beau se mete
en la ducha antes de husmear dentro del cajón de la mesa de noche.
Anteanoche, Beau y yo habíamos estado juntos cuatro veces. Él usó condones
de su billetera en dos de esas ocasiones. Los otros dos vinieron de la caja dentro de
la mesa de noche. Las matemáticas simples me dicen que allí debería haber un
mínimo de tres faltantes de la caja, dependiendo de cuantas veces lo hicimos
anoche. Esa es la suposición de cualquiera.
Me siento enferma del estómago. Juré que eso no volvería a pasar de nuevo
jamás.
Soy tan estúpida. No debí haber detenido el control de natalidad solo porque
mi matrimonio terminó. Sabía que eventualmente tendría sexo de nuevo. Solo que
no esperaba que esto fuera tan pronto tras mi divorcio. Tenía cada intención de
evadir algo como esto por un largo rato.
Ninguno de los dos realmente puede estar seguro de lo que pasó anoche.
Podríamos ni siquiera haber tenido sexo, a pesar de que sus recuerdos y mi cuerpo
dijeran lo contrario. Es posible que él no se haya venido en mi interior. O en lo
absoluto.
Hago las cuentas. Comencé mi periodo dos semanas atrás. Eso me pone en mi
principal periodo de ovulación.
Tengo que hacer una carrera hasta la farmacia por una píldora del día después.
De ninguna forma a su alrededor.
Camino dentro de la ducha con Beau. Todo lo que hago se siente como en
cámara lenta. Estoy segura de que es el efecto secundario de la hierba que fumamos
anoche.
—Me siento decaída. No me importaría hacer una carrera hasta una farmacia.
He estado sintiéndome un poco fatigada de cualquier forma. Es probable que solo
sea el sol, pero una pequeña dosis de vitamina B12 siempre me despabila.
—Probablemente.
—No recuerdo esta sensación después de fumar de años atrás. Supongo que la
hierba pudo haber estado envenenada con algo. O quizás estoy condenadamente
demasiado viejo para estar haciendo esa mierda.
Agarro mi portátil y hago una búsqueda por cosas de moda que hacer en
Montego Bay. La mayoría de esto luce caliente y exhaustivo.
—De nada.
—¡Sí! Podría tomar un respiro de este lugar y una de las personas en él. —La
nariz de Meredith aletea cuando ella rueda sus ojos—. ¿Qué hay sobre eso,
Grayson? ¿Crees que puedas dejarla a ella por un rato?
Me encojo por el uso de Meredith y el tono de la palabra ella. Eso no puede ser
bueno.
—Sabes que haré lo que sea que quieras, nena. Lo que sea —suplica Grayson.
—Bueno, quiero salir de aquí, así que vayámonos. —Ostras. Algo discordante
está pasando entre ellos. Estoy segura de que conseguiré toda la verdad más tarde.
Miro arriba, a las etiquetas de los pasillos y guio a Mere hacia los productos
femeninos.
—Nos drogamos anoche y tuvimos sexo sin protección. O al menos, eso creo.
No puedo estar muy segura porque estábamos tan altos como cometas, pero estaba
adolorida cuando desperté.
—Oh. Mierda. —Ella sabe que dejé las píldoras de control de natalidad
después del divorcio.
—Por eso estoy aquí, para conseguir una píldora del día después.
—Bueno, sí. Pero ¿dónde estás en tu ciclo? Sabes que esas cosas no son
efectivas en el final de la ovulación.
Hecho. Acabado. Estaría bien. Beau nunca sabría que tuvimos una metida de
pata. Así que, ¿por qué me siento tan culpable por no decirle?
El club está tan concurrido que somos afortunados de encontrar una mesa libre.
—Hola, chicos. Soy Iggy. Seré su camarero. Los tragos especiales están en la
tabla. La sidra de damasco es fantástica si gustan algo dulce. —Él pone un menú
laminado sobre la mesa—. Aquí hay una lista de los de la casa y qué tenemos
disponible. Les daré un minuto para revisarlo y regresaré para conseguir sus
órdenes.
Beau y Grayson eligen cervezas oscuras. Quizás es una cosa de hombre porque
no puedo soportar esa cosa. Solo el color me quita las ganas, pero curiosamente,
amo la forma en que sabe en el aliento de un hombre. Raro, pero totalmente
excitante.
Terminamos la ronda uno, y Meredith insiste en que vaya al baño con ella. La
puerta no tiene cerrojo, así que se inclina contra esta para mantener compañías no-
deseadas alejadas del baño.
—¿Qué hizo?
—Estoy tan molesta. —Suspira—. Él estaba con alguien hace un par de noches,
lo que está bien. Yo estuve con alguien también, pero la follo de nuevo anoche. Ni
siquiera preguntó. Solo lo hizo.
Me encogí de hombros, totalmente perdida. Pensé que eso era lo que ellos
hacían.
—Tenemos límites, unos muy estrictos, que no cruzamos. Están en su sitio por
una razón. La regla número dos dice que nunca dormimos con la misma persona
dos veces. Es una de nuestras reglas más estrictas porque nadie después de una vez
puede volverse una base para una conexión. Y una conexión es caminar dentro de
la tierra de la infidelidad.
Ella está claramente herida, pero no sé qué decir ya que tener sexo con alguien
más, periódicamente, sería considerado engañar en mi libro.
—Ocupado.
—No deberías decir cosas como esas por aquí, Mere. Una perra te cortará.
Beau se inclina al frente, así Meredith y Grayson pueden oírlo sobre la música.
—¿Por qué no nos cuentas sobre eso, Grayson? ¿Cuánto has disfrutado tu
tiempo en Indulge?
—Beau practica la poligamia, así que él entiende sobre reglas. Cuéntale sobre la
que rompiste y ve si él cree que está bien.
—Baila conmigo.
—¿Conoces de reggae?
—Un poco más este mes que el anterior. Repasé un poco cuando descubrí que
vendría aquí. Soy una gran fanática de J Boog ahora.
—Mishka es mi favorito.
“Let's Do It Again” termina y “Before You Go” por Common Kings comienza.
—Amo esta, también. Están pasando música increíble en este club.
—No entiendo toda esa cosa del swinging, así que no sé cómo aconsejarla.
—Ellos nunca duermen con la misma persona más de una vez. Es su regla; es
solo sobre sexo y nunca una conexión. Él fue tras su espalda y folló a una mujer
una segunda vez. Ella no está segura de que él iba a decirle tampoco.
—Mierda.
—Siento haber interrumpido tu tiempo con Beau y luego largarme, pero ahora
mismo no puedo ver a este agarra coños.
—Voy a regresar al complejo. Haz lo que quieras, pero ni siquiera pienses sobre
viajar en el mismo taxi.
Ella lo mira.
—Lanzaste una de nuestras reglas más grandes fuera de la ventana. Ahora, voy
a hacer lo mismo. Espero que disfrutes la forma en que se siente. —Es aterrador
cuanto suena Meredith como su madre.
—¡Completo imbécil! ¿Por qué hiciste eso? Sabes que ella tiene grandes
problemas con la confianza. —Meredith nunca tuvo fe en un hombre... hasta
Grayson. Ahora, él arruinó eso—. Podrías haber terminado literalmente con tu
matrimonio por una follada.
—Lo sé. Eso fue tan jodidamente estúpido. No sé en qué estaba pensando. —
Él no estaba pensando.
—Sabes cuan vengativa puede ser cuando está herida. Levanta tu trasero y ve
tras tu esposa antes de que ella haga algo estúpido de lo que tu matrimonio no
pueda retroceder.
—Joder, AJ.
—Ve. Ahora.
—No es su momento más bueno. Lamento que hayas tenido que ver eso.
—No puedes comenzar a imaginar cuanto ha temido ella que esto pase en su
matrimonio. Grayson sabe eso, y sé que la está destrozando. Quiero poner mi pie
en su culo. —Y aún podría.
Quiero ir tras ella, asegurarme de que esté bien, pero ella y Grayson necesitan
privacidad para resolver esto. No me necesitan en el medio.
No estoy segura de cómo se las arreglará Grayson para hacer las cosas bien con
ella. Una vez que la confianza se va, se va.
Beau me jala para pararme entre sus piernas y pone sus brazos a mi alrededor.
—Sé que lo arruinó, pero el swinging es lo que escogieron hacer para confines
de su matrimonio. No es un territorio desconocido. Lo resolverán.
—No dejes que eso te arruine un buen momento. —Él pone sus manos sobre
mis caderas y balancea mis caderas—. Están pasando Bob Marley. ¿Quieres bailar
conmigo?
Escucho por un momento. Es “Is This Love”, una de mis favoritas de todos los
tiempos, así que no puedo resistir la invitación. Asiento, tomando su mano y nos
movemos a la poblada pista de baile.
No tuve tiempo para hablarle a Meredith sobre la acción por la puerta trasera y
seguro no voy a tenerlo ahora, pero hice mi decisión.
Todo lo que Beau me había hecho hasta ahora, había sido increíble. Si alguien
podía hacerme sentir bien, sería él.
—¿Estás segura?
Asiento.
—Sí, la tengo.
Estamos en la parte trasera del taxi, camino de regreso al complejo y estoy tan
nerviosa como un zorro en una convención de caza.
—Estás callada.
—Te prepararé para ello. Incluso querrás que lo meta cuando termine de
calentarte.
—¿Usarías ese conjunto de lencería negro con las medias de red para mí? —
Bien. Eso significa que él planea darme mucho tiempo para prepararme.
Salgo del baño y me detengo justo dentro del umbral. No voy hacia él de
inmediato. En su lugar, pongo mi mano sobre mi cadera y me apoyo en el marco
de la puerta, sosteniéndome con una mano elevada. No dice nada, pero el hambre
que veo en sus ojos me dice todo lo que su boca no. Está muriendo por tenerme. Y
joder, si eso no me enciende.
Hago un giro completo antes de que se deje caer en sus rodillas enfrente de mí.
Besa mi estómago antes de arrastrar su lengua sobre mi vientre bajo.
Pongo mi mano sobre su cabeza y corro mis dedos a través de su grueso cabello
oscuro, mientras besa cada lado de mis caderas sobre la cintura elástica de mi
tanga. Ningún hombre ha estado sobre sus rodillas frente a mí alguna vez y ha
explorado mi cuerpo de esta forma. Por un lado, es perturbador. Por el otro, es
caliente como el infierno y me tiene empapándome de humedad.
Engancha sus dedos en el encaje negro y los arrastra hacia abajo por mis
piernas. Tengo que usar sus hombros para equilibrarme a mí misma y salir de ellas
porque mi cabeza está girando tan duro por todo lo que está haciéndome.
La lanza a un lado y corre sus manos hacia arriba por la parte trasera de mis
piernas, comenzando desde mis tobillos hasta que acuna mis nalgas y jala mi
entrepierna hacia su rostro. Su boca casi está justo donde más la anhelo. Estoy
avergonzada de admitir cuan mal ansío su lengua.
Me siento más atrás de lo que me quiere, porque agarra mis piernas detrás de
mis rodillas dobladas y me jala hasta que apenas estoy sobre el borde. Toma mis
pies y los pone sobre los barandales antes de empujar mis piernas para separarlas.
Beau mete sus dedos y los desliza dentro y fuera mientras usa su boca para
estimular mi clítoris. Por instinto, levanto mis caderas de la cama en un rítmico
movimiento inestable.
Sus dedos me dejan, y los desliza hacia la parte de atrás. Me toca allí, frotando
en un movimiento circular mientras continúa lamiendo mi clítoris.
—De acuerdo.
—Buena chica.
—Lo estás haciendo muy bien, cariño. Voy a darte dos ahora.
Él acaba de llamarme cariño. Pero no tengo tiempo de pensar sobre eso porque
su segundo dedo entra en mí. La misma reacción. Tensa. Relajada.
—Sí.
—Ohh... uhh.
—Culpable.
Me retuerzo en mi camino hacia arriba por la cama, así que él agarra la parte
trasera de mis muslos inferiores y jala mi trasero hacia el borde justo como cuando
se inclinó. No era lo que esperaba.
—¿Lista?
—Sí. —Sale casi sonando como una rana croando. No muy convincente.
—Te diré todo antes de hacerlo, así no hay sorpresas. —Eso me hace sentir
mínimamente mejor.
—De acuerdo.
—Estoy lista.
—¿Estás bien?
—Mmm hmm. —No puedo creer que me lo esté dando en el culo. Y me gusta.
Beau empuja mis piernas hacia atrás y se mueve un poco más rápido, aunque
no viene cerca para igualar lo que usualmente hace.
¡La obscenidad que sale de su boca! No puedo creer que lo dejé besarme con
ella.
—Lo hago.
Quiero tener un orgasmo mientras está dentro de mí, allí; quiero cada clase de
placer que él está dispuesto a darme.
Completo y puro éxtasis, eso es lo que él me da cada vez que estamos juntos.
El rostro de Beau está tan tenso. Puedo decir que está controlándose porque no
quiere lastimarme.
—¿Estás segura?
—Soy positiva.
Tuve mi placer, dos veces, pero ahora consigo una tercera dosis por verlo
venirse.
Lo hago por él, porque quiero que este sea el mejor pedazo de culo que alguna
vez tuvo.
Beau sale de mí y libera mis piernas. Colapsa sobre mí, pecho con pecho,
corazón a corazón.
—Soy el único hombre que tiene esa parte de ti. Estoy feliz de haber sido tu
primero.
—Yo también.
Capítulo 9
—Melocotón.
—¿Hmm?
—Es divertido cómo un poco de diversión con mi trasero puede hacer que se te
olvide comer.
Beau ha sido tan buen deporte para alejarme de este lugar, así que le debo ser
más tolerante, especialmente desde que las mañanas por aquí han demostrado ser
una experiencia normal.
—Creo que somos los más mojigatos del montón dado que nos quedamos en
privado para tener sexo.
—Nena, no hay nada mojigato con lo que paso en nuestra cama anoche.
Me llamo nena de nuevo. No pude detener que una sonrisa se esparciera por
toda mi cara mientras me escondía detrás del menú.
—El quiche.
—Es bueno, pero yo me quedo con el pudin dulce esta vez. Pediré café para
contrarrestar lo dulce.
—Entonces tú amaras esto. Puedes tener un poco del mío. No hay forma de
que me lo termine todo. —El tazón que sirvieron era tan grande como mi cabeza.
No me había dado cuenta de que tan hambrienta estaba hasta que la comida
estuvo sobre la mesa.
—¿Quieres un poco?
Asintió.
Tomé un poco con la cuchara y la sostuve a través de la mesa, la hice para atrás
cada vez que él intentaba ponerla en su boca.
¡Ping!
Necesito verte.
¡Ping!
Estoy en Devour.
¡Ping!
Estaré ahí.
Bien.
—Estoy bien, pero quería pasar en persona para decirte que me voy a casa hoy.
—¿Con Grayson?
Algo está terriblemente mal. Ella está utilizando unos lentes grandes del estilo
Audrey Hepburn en lugar de sus usuales Ray-Bans.
—Quítatelos ahora.
—¿Feliz?
—El tipo incorrecto, eso es lo que paso. —Su voz se cortó en la última palabra.
El cabrón no le dejó así el ojo en público, lo que significa que debió estar en un
cuarto con él.
Pude ver las líneas de las manos sobre su piel. La punta de sus dedos dejó una
marca morada al frente y a cada lado de su cuello.
Apunto a su cara.
Grayson insistió en que ella aprendiera a defenderse en caso de que algo así
pasara alguna vez. Las habilidades de defensa que le enseño podrían haberle
salvado la vida.
Agito su cabeza.
—No, y no lo sabrá.
—No tengo que decirle nada. Él perdió ese derecho cuando me traicionó.
—Este es un tema muy serio. Grayson merece saber que han violado a su
esposa.
Sé que lo echó a perder, pero no creo que lo hiciera de nuevo después de que
viera la forma en que eso lastima a Meredith.
—Lo haré.
—Ya lo tienes.
—Me siento enferma. —Todo el pudin dulce que me comí quería reaparecer.
—No quiero decirle esto por un mensaje, pero tengo miedo de que no llame si
no le doy una señal de que algo anda mal.
—En la Suite. Todas las cosas de Meredith desaparecieron. ¿Qué está pasando?
—Justo ahora él decidía extrañarla.
—Nos estamos yendo de Devour justo ahora. Nos tomara cinco minutos
regresar a la suite de Beau. Encuéntranos ahí.
—¡AJ! ¿Meredith está bien? —Esa era una cosa muy subjetiva.
Ella fue atacada. Le iba a recordar toda la violencia que experimento con sus
padres. Si conozco a Meredith, comenzara a comparar esto con ser como ellos. Su
peor pesadilla.
—Es complicado.
—No es un caso claro entre sí o no. Ven a nuestra suite y te diré todo.
Beau asintió.
»Es de Alpharetta.
—Con gusto.
—Él atacó a mi esposa entonces voy a enseñarle cómo se siente cuando alguien
patea tu trasero.
—Por favor, no hagas nada que pueda provocar que la policía te detenga. No
necesitas quedarte en alguna cárcel de Jamaica.
—Voy a patear el trasero de este chico y sacarle la mierda así puedo ir a casa
con mi esposa.
—Estoy listo.
Se sentía como si Beau se hubiera ido hace mucho tiempo. Estoy en ruinas,
pero odiaba llamar o enviar mensajes si sabía que ellos regresarían tan pronto como
terminaran con Linc.
Decidí que era una buena idea sentarme en el balcón y ver si podía encontrarlo.
O a una ambulancia.
Escuche el sonido de las olas del océano. Ese sonido normalmente me traía
paz. Pero era un fracaso esta vez. Habían pasado muchas cosas.
Las cortinas fueron absorbidas por la puerta gracias al viento cuando Beau
entró a la suite.
—Aquí afuera.
—No es la mía.
—Así es, pero nos tomó un rato. —Él cobarde se estuvo escondiendo
probablemente, es lo que hacen los cobardes.
—Él chico nunca perdió el control. Cada movimiento que hizo fue calculado.
—Ha estado entrenando por un tiempo. Creo que concentrarse es una de las
primeras cosas que le enseñaron.
No tenía idea.
—Necesito checar a Grayson.
—No puedo vivir sin ella, AJ. —Su voz es arenosa con emoción cruda. Bien.
Necesita sentir el dolor y la consecuencia de sus acciones.
—¿En dónde estabas anoche mientras Meredith estaba recibiendo una paliza de
mierda? —Necesitaba saber que no estaba con esa mujer si iba a darle mi apoyo.
»Te juro que no estaba con ella, AJ. No soy lo suficientemente estúpido para ir
por ese camino de nuevo.
—Te creo. —Pero yo no era a quién tenía que convencer—. Tú ya tienes algo
muy difícil de hacer. ¿Qué vas a hacer?
—Llámame tan pronto como puedas. Necesito saber que todo está bien.
—También te quiero, G.
—Lo estoy haciendo bien, pero los maestros no hacen toneladas de dinero.
Disfruto de las cosas agradables, así que usualmente tengo un segundo trabajo para
ingresos extras. Lo llamo mi dinero para la diversión desde que lo uso para
derrochar en cosas que no me puedo permitir.
—Sí. Soy un flotador. Comencé como anfitriona, pero ellos estaban cortos en
personal de servicio una noche así que llené ese lugar. Una vez cociné en la cocina.
Soy mil usos.
—Eso debe de servir para ellos porque eres una persona confiable.
Asentí.
—Seguro.
Sí. Soy una creativa maestra y escritora que soñaba con publicar una novela. Y
nadie lo sabía. Ni una sola alma.
Terminé en el baño y Beau agitó su mano para llamar mi atención, me quite los
audífonos de mis orejas.
—¿Qué?
—Estaba en una video llamada con Caroline y Ashlyn. Caro vio que pasaste e
hizo una rabieta por verte.
—Hola. Soy Anna James. Y supongo que esa pequeña belleza debe ser Ashlyn.
Caroline tomó el brazo de Ashlyn para saludarme.
—Mucho gusto. Asumo que Beau te dijo que yo soy su hermana, Caroline.
—Así es.
—No pudo estar toda la semana sin ver a su chica. Ella lo extraña también. —
Caroline rebotó a Ashlyn en su regazo mientras le susurraba—. Mira es el tío Beau,
Ashlyn. Él está justo ahí.
—Ella es hermosa —dije. Su cabello era del mismo color que el de Beau, pero
no podía decir si sus ojos eran color avellana como los suyos o no.
—Tenemos que irnos, Beau. Se supone que Anderson va a pasar verla en unos
minutos.
Beau se tensó.
Cerró su computadora.
—Es pura mierda. ¿Pero qué puedes esperar de un chico que tomaría ventaja de
una niña de 17 años cuando sabe que está mal? —Beau frotó mi espalda con
movimientos circulares—. ¿En qué estabas trabajando tan laboriosamente mientras
yo estaba haciendo mis llamadas?
—Estoy escribiendo una novela. —No sé por qué se lo dije, pero se sentía
como algo correcto.
—Sabelotodo, quiero saber todo sobre eso. —Me gusto que se sintiera
interesado por lo que me apasionaba.
—Quiero leerlo.
—¿Y?
—No me siento muy cómoda con eso. —El pensamiento de él leyendo mis
palabras privadas me hizo sentir un poco de pánico.
—Tú no te sentías muy cómoda con que te follara el trasero tampoco, pero te
sentiste bien realmente rápido.
Esa boca.
—Si quieres que sea realista, deberás incluir niños burlándose de él.
Estaba en lo correcto.
—Tu nombre es Beauregard. Lo sabía.
Pretendí que pensaba sobre ello, aunque ya sabía que lo dejaría hacerlo. Él
tenía una manera de convencerme de hacer cosas.
—Está bien.
—Tomé mi portátil y se la di. —Tienes que ser honesto, incluso si crees que me
dolerá.
—Lo prometo.
Beau llevaba una hora con mi manuscrito y no había dicho nada. Aparte de
una sonrisa ocasional, se encontraba inmóvil, excepto por sus ojos moviéndose de
izquierda a derecha y volviendo a la izquierda para pasar a la siguiente línea. No
estoy segura de que hubiera parpadeado en los últimos quince minutos.
—Amo ese capítulo. —Michael estaba colado por ella cuando cruzo la tienda y
casi se orinó cuando se dio cuenta quien era.
Es porque lo son.
—¿Estoy muy lejos de la marca?
Me estiré en el sofá, frente a él y cerré mis ojos. Cuando los abrí de nuevo,
estaba cerrando el portátil.
—Sí.
Me enderecé.
—Antes creía que eras lista, pero no tenía idea de que fueras tan inteligente y
creativa. Yo no estoy interesado por adolescentes enamorados, pero eso mantuvo
mi atención desde el comienzo. Me hiciste odiar a ese pequeño idiota.
—Es brillante, Melocotón. Mi hermana lee cosas así todo el tiempo. Ella
obtuvo mucha mierda por estar embarazada en la preparatoria. Ella se sentía
avergonzada así que pasaba la mayor parte de su tiempo en su cuarto. Leer se
volvió su pasión. Caroline amaría tu libro.
—Entonces me aseguraré de que obtenga una copia por adelantado. —Me reí.
—Tengo una excelente idea para el libro que deberías escribir después.
Saltar a una nueva relación, especialmente a una con los gustos de Beau, tan
pronto después de mi divorcio era algo loco. Pero qué si era lo correcto, y estaba
omitiéndolo porque todo lo anterior era incorrecto.
Tenía tantas preocupaciones, pero la más grande era si él quisiera traer a otra
mujer a nuestra relación porque yo no era suficiente para complacerlo. Eso me
destruiría.
—Sé muy específico sobre lo que quieres, así puedo saber que estamos en la
misma página.
—No estoy listo para que esto termine. No nos hemos conocido por mucho
tiempo, pero ya sé que quiero practicar una relación de monogamia contigo.
—Esta historia que crees que debo escribir. Dime cómo termina.
—Yo también.
Capítulo 10
Tal vez todo está en mi cabeza, pero juro que el sexo que tuvimos anoche fue
diferente. El tacto de Beau era más suave. Sus palabras, más dulces. Nuestra
conexión, más profunda. Era más íntimo, menos como follar.
No sé qué hora es, pero el sol es brillante al otro lado de las cortinas cerradas,
como lo demuestra su luminosidad. Quedo completamente inmóvil con la espalda
hacia Beau, solo las ruedas dentro de mi cabeza girando. Estoy tratando de no
molestarlo después de la larga noche que tuvimos. Necesita su descanso para poder
hacerlo otra vez esta noche.
Los muevo un poco para ver si puedo replicar de lo que está hablando.
—¿Acerca de qué?
—Nosotros.
—Estábamos tratando de decidir qué debemos hacer durante los dos últimos
días.
—Cuando hablé con Meredith anoche, me dijo que ella y Grayson debían
asistir a una clase de cocina para parejas hoy en un instituto culinario local.
Estaban planeando explorar la cocina jamaiquina para que pudieran introducir
algunos platos en uno de los restaurantes. Dijo que podíamos tomar sus lugares si
queríamos.
—No soy un chef, pero lo hago bastante bien. —Mi verdadero objetivo es que
yo pueda aprender algo básico para compartir con Meredith y Grayson para los
restaurantes.
—Por supuesto. Suena divertido. ¿A qué hora? —Beau no podía ser más
diferente de Drake. Tan complaciente. Agradable. ¿Cómo he tenido tanta suerte?
—A las diez, pero es una clase de seis horas. Su primera entrada sirve como su
almuerzo así que estamos cubiertos allí. Será un día largo, pero tendremos mucho
tiempo para hacer algo esta noche.
—Vi un cartel en el club de reggae promocionando la noche de cine en la playa.
—No lo recuerdo. Parece que es una de los ochenta. Tal vez algo con Richard
Gere en esta.
—Cualquier cosa de Richard Gere estará bien, pero creo que la experiencia será
mejor que la película en sí.
—El volante decía que estarían vendiendo cócteles y cerveza, así que, si es una
mierda, podemos conseguir emborracharnos.
—Quizá desearía que no hubieras dado esa hierba a Grayson. Sería divertido
hacerlo después de fumar un poco.
—Lo sé. Probablemente está pensando que somos los cocineros americanos
más idiotas que ha encontrado jamás. —Normalmente, tengo éxito en la mayoría
de las cosas que intento, así que esto es una especie de patada en el culo.
Seis horas más tarde, puedo admitir que asistir a esta clase fue principalmente
un error con dos excepciones: aprendí a hacer un pollo decente y cocinar
adecuadamente los plátanos.
—Me alegro de haberlo hecho. Es mejor que aprenda ahora a no pedirte que
cocines para mí.
Lo bueno es que llegamos temprano porque nos agarramos las dos últimas
tumbonas.
—Ponche de ron.
No sé qué decirle.
Esta película puede tener más de treinta años, pero Zack Mayo sigue siendo
uno de los héroes de películas más calientes hasta la fecha.
9
Un oficial y un caballero.
—Zack puede poner un poco de su mayonesa en mi sándwich en cualquier
momento.
Beau se ríe.
—Y te encanta.
Él asiente.
—Sí, lo hace.
—Cuando volvamos a la suite, voy a mostrarte lo sucio que puede ser mi boca.
—Podemos ir ahora.
Sacudo la cabeza.
Los días que hemos pasado juntos han sido tan agradables. Siento como si me
encontrara de nuevo, convirtiéndome en la Anna James Bennett que quiero ser, y
estoy agradecida. No me gusta considerar lo que esta escapada habría sido si no lo
hubiera conocido.
Beau era tan dulce sobre la clase de cocina que era un apoyo. Drake todavía
estaría quejándose la próxima semana sobre mi decisión tonta de ir.
Nuestro beso estaba despertando así que ninguno de nosotros pretendía hacer
otra cosa que hacer una línea recta al dormitorio.
Lo empujo para que camine hacia la cama. Se detiene cuando la parte de atrás
de sus piernas golpea el colchón. Lleva pantalones cortos de lino y cintura elástica,
por lo que es fácil de empujar. Hace mil cosas al mismo tiempo, sacando sus
sandalias, y tirando su camiseta sobre su cabeza mientras sus pantalones cortos
caen a sus pies.
Pongo mis manos sobre su pecho y empujo con fuerza para que caiga hacia
atrás. Se dirige al medio de la cama y subo hasta arrodillarme entre sus piernas.
Pongo las palmas de mis manos sobre sus muslos y las deslizo hacia arriba
hasta que las puntas de mis dedos rozan sus bolas. Me burlo de él por un momento,
barriendo ligeramente mis dedos hacia adelante y hacia atrás. Se coge las manos
detrás de la cabeza y se esfuerza por ver lo que estoy haciendo.
—Me encanta ver mi polla deslizarse dentro y fuera de tu boca. Casi podría
llegar solo al verlo.
Lo saco de mi boca e inclino mi cabeza para poder lamer sus bolas. Arrastro mi
lengua hacia arriba, comenzando en la base, y sigo la costura que conecta los dos.
Chupo la piel flácida en mi boca y succiono ligeramente. Siempre he oído que trae
receptores de sangre y placer a la superficie.
—¡Joder! —gime.
—Sí. Soy todo tipo de amar eso. Puedes chuparme cuando quieras.
—No puedo creer... Estoy a punto de venirme. —Me preparo para ello, lista
para tragar rápidamente. Y lo hago.
—¿Bueno?
—Estoy bastante seguro de que llamar a ese bueno sería un insulto de la peor
clase. Asombroso es una descripción mejor, pero incluso eso no le hace justicia.
—Mis hermanos lo saben. Los tres me fastidian por venir a Indulge. He estado
intentando traerlos aquí por un par de años, pero Erin siempre vetó eso. No quería
que arruinaran nuestro buen tiempo.
—Me envidiaban, pero no hubieran ido por Erin, Heath y por mí.
Rodé para estar boca abajo. Beau se levanta y su cuerpo se extiende sobre el
mío, presionando mi frente en el colchón. Me besa el cuello mientras acaricia mi
cuerpo. Piel de gallina, brota en la parte superior de mi cabeza y se extendió hacia
abajo. Mi espalda se arquea y su mano me frota el culo.
—Levanta.
Él mete dos grandes almohadas debajo de mi estómago y me empuja hacia
abajo con una palma firme entre mis omóplatos. Levanto el culo. Boca abajo.
Beau comienza en mis hombros, lloviendo besos por mi espalda hasta que
alcanza mis nalgas.
La cama se sumerge mientras agarra las partes traseras de mis muslos y las
empuja hacia arriba y hacia abajo. Me lame el clítoris y arrastra su lengua a través
de mi centro. Ruedo mis caderas, frotándome contra su barba. Se siente tan
jodidamente bien.
Empujo mi cabeza hacia la cama para que mis nalgas estén donde él quiera.
Presiona su punta contra mi entrada. Empujo hacia atrás, forzándolo a entrar en mí
un poco. Se aleja y me da una palmada en la nalga. Yo grito, sobre todo porque no
lo esperaba.
—¿Quieres eso?
—Sí.
Estoy encontrando todo tipo de cosas nuevas que no sabía que me gustaban.
Golpear mi culo se agrega a la lista cada vez mayor.
—Tú dentro de mí ahora mismo. —Él continúa provocándome así que digo las
palabras mágicas—. Por favor, Beau.
—Ahh... Oh.
Ayer pudo haber parecido un fracaso para muchas personas, pero fue perfecto
para mí. En serio. Uno de los mejores días de mi vida.
No estoy triste. No hay razón para estarlo. Nuestra partida a casa mañana no
es nuestro final. Es el comienzo.
Estoy de pie frente al espejo con una toalla envuelta alrededor de mi húmedo
cabello. Necesito saber qué hay en la agenda para hoy, así puedo decidir cómo lo
arreglaré.
Beau no lo dice, pero ambos sabemos que esta es la única oportunidad que
tendremos alguna vez de revisitar el lugar donde nos conocimos. Nunca me
arrepentiré de este retiro y si él lo hace, no será de mí.
—No necesito hacerlo. No me gustan las alturas. —En realidad, ni siquiera soy
una gran fanática de salir al balcón.
—Tengo que devolver el alquiler para las dos en punto, así que supongo que lo
haré entre el almuerzo y la playa. Probablemente estaré fuera por una hora y
media. Quizás dos. ¿Quieres ir conmigo?
—A las dos. —Él estará en Atlanta a las cinco. A las seis, en nuestro horario.
Quiero pedirle que venga. Quizás incluso quedarme por la noche. ¿Pero no es
demasiado pronto? Quizás necesitamos un poco de espacio para respirar después de nueve días
juntos.
Veré lo que dice y jugaré sobre la marcha. Si parece ansioso por estar juntos
pronto, entonces voy a ir con eso.
Consume no está tan concurrido para el almuerzo hoy, pero apuesto que no
tendría una oportunidad ni en el infierno de conseguir una mesa para cenar esta
noche sin una reservación. Se está acercando el final de la Wicked Week.
Ella conoce su nombre. Estoy sorprendida por cuan molesta estoy por eso.
No puedo evitar notar la forma en que ella toca su hombro cuando nos
sentamos.
Beau ríe.
—En caso de que no lo hayas notado, esa es una enorme parte de la misión de
la empresa en este complejo.
Ruedo mis ojos antes de levantar mi menú y usarlo como un divisor entre
nosotros.
—¡Beau-hijo-de-puta-Emerson!
Bajo mi menú para ver al dueño de la boca sucia que acaba de llamar a Beau.
—Carl-hijo-de-puta-Dennison.
Ellos sacuden sus manos y hacen la cosa del medio abrazo de hombres.
—¿Has estado aquí toda la semana?
—Ocho días.
Beau me señala.
—Ella es una jodida ninfómana. La conocí una noche, y apenas me deja salir
de la cama.
—Es enérgica.
No. No. No. Quiero este tiempo con Beau. Tengo cosas sobre las que quiero
hablar. Beau me mira y se encoge de hombros.
Me desanimo de repente.
Presentaciones apropiadas son hechas, y descubro que Beau y Carl han sido
amigos por años. Hailey, la dulce cosa joven, es el acompañante florero que
conoció en Indulge por una aventura bianual.
—Tú y Anna James deberían regresar a nuestro lugar y beber un poco. —No
necesito ser fluida en hedonismo para saber qué clase de invitación es esa.
¿Así será con Beau de regreso en casa? Gente proponiéndonos tríos o lo que
sea. Espero que no.
—Regresaré tan pronto como pueda, pero estoy trabajando en una sorpresa
para ti. Quizás me tome un poco más de tiempo.
Odio saber que hay una sorpresa viniendo. Prefiero solo descubrirla cuando
pase.
—Dime.
—No. Lo descubrirás.
—Lo pensaré. —¿Lo pensaré? ¿Qué con eso, Anna James? Demonios. Este hombre
tiene una forma de convencerme de cosas que normalmente no haría.
Estoy indecisa sobre saltar del peñasco, pero voy a usar mi traje de baño por si
acaso. Tomaré mi decisión después de ver cuán lejos está del agua.
Me cambio en un bikini y pareo. Estoy segura de que mi vestimenta estará bien
considerando el tipo de bar que es este. Además, nadie en la ciudad se viste.
Carl retuerce una tarjeta llave entre sus dedos. Parece como la de Beau; tiene la
imagen de una mujer sin camiseta sobre ella, justo como la que ha estado usando
toda la semana. La tarjeta llave que me dio es diferente.
—Beau me dio esta. Dijo que debería venir y calentarte mientras esperamos a
que regrese.
Jodido mentiroso.
Carl ríe.
No lo sé, pero tengo piel de gallina. Cada cabello sobre mi cuerpo está erizado.
—No.
—Estoy aquí porque Beau me pidió que lo estuviera. Él quiere que tengamos
un trío antes de que te vayas.
—Sal de aquí.
Carl se mueve hacia mí.
—Dulzura, esto es lo que Beau hace. Escoge a una novata y pasa la semana
entreteniéndola, así ella estará de acuerdo de tener su primer trío con él y otro
hombre. Esas son las dinámicas que le gusta. Ver le encanta. Por eso te quiso desde
el día uno. Y me escogió para participar, porque soy condenadamente bueno en lo
que hago. Él quería sorprenderte.
Corro al teléfono.
Ese idiota está mintiendo. Tiene que estarlo; Beau no me haría esto.
Tratar de negar las posibilidades era inútil; estaba claro. Había sido engañada.
Y eso está rompiendo mi corazón.
No puedo quedarme.
Una hora más tarde, estoy pasando mi ID a la empleada detrás del mostrador.
—Estoy en un vuelo agendado para mañana a la mañana, pero quiero ver si
puedes conseguirme un vuelo que parta hoy hacia Atlanta.
Reviso mis maletas y las arrastro por el aeropuerto. Tengo noventa minutos
hasta la partida. Quiero llamar a Meredith tan mal que apenas puedo soportarlo.
Ella es la única persona en el mundo con quien puedo hablar, pero tiene encima
una tormenta de mierda por su cuenta ahora mismo. No necesita que le lance mis
problemas.
—¡Abre, Melocotón!
—¡Abre esta puerta, Melocotón! —El aporreo se vuelve más fuerte y más
insistente.
—Por favor. —¡Bang!—. Por favor. —¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!—. Tengo que hablar
contigo.
Mis mejillas están húmedas de las lágrimas deslizándose por ellas. Envuelvo
mis brazos apretadamente alrededor de mí misma y me inclino contra la pared por
apoyo. Por favor, dame la fuerza para no abrir esa puerta.
¡Ring! ¡Ring! Presiona el timbre una y otra vez. Está volviéndome loca, pero
estoy segura de que esa es su intención.
—No hagas esto, Melocotón.
Más de una hora pasa cuando noto que todo el ruido ha cesado. Corro a través
de la sala y espío por la ventana, justo a tiempo para ver un Hummer negro
retrocediendo en mi entrada para auto. Bien. Se rinde.
Consigo siete horas de paz antes de que regrese a hacer lo mismo. De nuevo,
pretendo que nadie está en casa, aunque estoy segura de que ha visto mi auto en la
entrada. Eventualmente se rendirá. Lo hizo la última vez.
Dos horas más tarde, el Hummer negro se va una segunda vez. No estoy segura
de sí puedo soportar una tercera ronda, así que llamo a Meredith.
—Estoy yendo.
—No tienes que hacerlo. Sé que estás cansada por el vuelo y estoy bien. En
serio. —Lo siento, Mere. Esto no es sobre ti.
—Yo soy la que no está bien. Necesito salir de mi casa por un tiempo. ¿Puedo
usar tu habitación de huéspedes por un par de días?
Hay una combinación de boca abierta, una mirada en blanco, y una sacudida
de cabeza cuando le digo a Mere como fueron las cosas entre Beau y yo ayer.
—A mí también. Pensé que era un buen sujeto. Y tan perfecto para ti. Es tan
condenadamente decepcionante.
—He sido quemada de nuevo. No estoy segura de sí, alguna vez, querré
intentar de nuevo tener una relación. —Soy una mujer tan estúpida.
No quiero que esto se vuelva mejor con el tiempo. Quiero que el dolor se vaya
ahora. Esta noche.
●●●
—Hola y bienvenidas a Fusion. ¿Cuántos son en su fiesta?
Joder. Joder. Joder. Beau está sentado en el área del bar, mirando directamente
hacia mí.
Han sido dos semanas desde su última visita a mi casa. Pensé que yo estaba
librándome de él. Pensé que probablemente se había movido a su siguiente
inocente.
No puedo a hacer que echen a Beau fuera del restaurante. No ha hecho nada
para justificar eso, ya que todo lo que está haciendo es beber en la barra. No es un
crimen mirarme. ¿Perturbador? Definitivamente, pero no ilegal.
Me encorvo sobre el lavabo mientras reflexiono qué debo hacer. No tengo idea,
así que entro a un cubículo del baño para llamar a Meredith. No estoy segura de
por qué. No me dan nada de privacidad.
—Si lo hizo, no fue hace mucho tiempo porque no ha llegado a casa. Revisa y
si se fue, llámalo para que regrese. Deja que Grayson maneje a ese bastardo.
Beau está consciente de la capacidad de Grayson para patear su trasero, así que
definitivamente, lo mejor es dejar que él maneje esta situación. Él felizmente se
encargará del patán por mí. No ha estado complacido sobre la forma en que
terminaron las cosas.
—Ahí es donde te equivocas, porque no tienes nada que decir que yo quiera
oír.
—¿Por qué regresarías con ese idiota después de que te engañó y te dejó por
otra mujer?
—Estuvimos juntos por cuatro años, la mayor parte de nuestras vidas adultas.
Decidimos que valía la pena otro intento.
Él me mira en blanco.
—Entonces, supongo que no hay nada que pueda decir para hacerte cambiar de
idea.
Sacudo mi cabeza.
Asiente lentamente.
Se inclina hacia el frente, quizás por un abrazo, pero levanto mis manos para
detenerlo. Salgo de su alcance, porque no puedo soportar la sensación de sus manos
sobre mí. Temo que pueda caer dentro de su abrazo con el toque más simple de su
piel contra la mía.
—No lo hagas.
—Quiero que seas feliz, Melocotón. Si esto es todo, entonces te deseo lo mejor.
Lo miro salir del restaurante y todo en lo que puedo pensar es en cuan mal
deseo que pueda dejar mi corazón detrás. Pero no lo hace. Va justo fuera de la
puerta con él.
●●●
La aparición de Beau en el restaurante solo hace más difícil la tarea frente a mí.
Ha estado en mi mente todo el día, penetrando cada momento. Pero estoy
asustada. Asustada como la mierda.
Tres minutos. Mis ansiosos ojos no dejan ese estúpido y jodido palo por un
segundo.
No. No. Demonios, no. Esto no puede estar pasando. Excepto que, estoy
mirando a una prueba casera que dice lo contrario. Una segunda línea.
Embarazada. Tomé la píldora del día después. Se suponía que esto no pasara.
No puedo creer esto. Tuve sexo sin protección con Beau una vez, ni siquiera
por elección y me embarazo.
—Esto no está pasando. Podría estar equivocado. Los falsos positivos ocurren.
Son muchas cosas que considerar. Mantener a este bebé significa que estoy
atada a él el resto de mi vida. Por siempre. Nunca podré librarme de él. Él y su
siempre rotativo harén. Bastardo.
¿Qué clase de madre sería si lo dejo entrar en la vida de este niño? Beau está
jodido en una forma seria, así que tengo que considerar que él podría arruinar a mi
hijo. Podría ser más dañino que beneficioso tenerlo en su vida.
Pero mira como es con Ashlyn. La adora. Y dijo que quiere desesperadamente
el hijo que perdió. ¿Realmente podría llevar un segundo hijo de él?
Pero el embarazo fue con su prometida, la mujer que amaba y quería para
casarse. No una mujer que conoció y con la que pasó ocho días.
Colapso sobre la cama y sucumbo a las lágrimas. Lloro feo, como nunca antes.
Pateo y chillo, gritando con toda la fuerza de mis pulmones. Nadie alrededor me
escucha, así que lanzo un infierno de rabieta.
Me rindo al cansancio y cierro mis ojos. Beau es todo lo que veo tras mis
párpados. Y odio eso. Odio. Eso.
Bastardo.
Caroline todavía está enamorada de él. Se nota en todo lo que hace. Me hace
sentir enfermo. Deseo que se dé cuenta y siga adelante. Apuesto a que él ya lo ha
hecho.
—Niña tonta. Tienes crema en toda la cara. —Mi mamá tomo su cámara y
captura un millón de fotos. Ella se creía toda una fotógrafa y pobre Ashlyn era su
única modelo desde que es su única nieta.
Todos los hombres Emerson pusimos el partido de fútbol en la lista de espera
para cumplir con nuestros deberes: cantar, pastel y helado y regalos. Pero cuando
todo termino estábamos picados en la televisión de nuevo.
—Su tiempo está cumplido así que traigan sus traseros aquí y vean que está
pasando con el juego.
—Georgia está arriba por catorce —grita mi padre. Sí diablos. Vamos Dogs.
Dulce Ash. Ella ya había dado algunos pasos, pero aun así prefería gatear.
—Vandy.
—Bien. Vamos a hacerlos humo. Quiero traer a Hilary, si los idiotas no han
reclamado todos los boletos extras.
—Mira eso, Beau. Ashlyn acabada de gatear lejos de su nuevo juguete para ir
tras el conejo que le trajiste de Jamaica. No creo que algún día encontremos algo
que compita contra eso.
—¡Ugh! —Caroline recogió a Ash. Incluso enojada ella nunca soltó el conejo—
. Papá y esos chicos ruidosos lastiman nuestros oídos, ¿verdad?
El resto del último cuarto ocurrió sin incidente y termino con Georgia arriba
por siete. No fue la victoria que esperaba, pero aun así era una victoria. No puedo
quejarme.
—Se fue. —El bastardo no podía ni pasar más de una hora con su hija en su
cumpleaños. Me gustaría preguntar por qué, pero no quería hacer que Caroline se
sintiera peor de lo que ya se sentía.
Me encogí de hombros.
—No es mi asunto.
Hay dos de los mismos libros de bolsillo sobre la mesa y un par de lectores de
libros electrónicos. Parecía una buena manera de cambiar de tema desde que no
quería tener la misma conversación de nuevo, en donde intentaba convencerme de
que Anderson ama a Ashlyn y a ella y que las cosas estaban mejorando. Tanta
mierda.
—¿Qué tenemos aquí? ¿Una reunión del club de lectura? —Recogí unos de los
libros de bolsillo y lo giré para leer la contraportada.
—No, Beau. —Mi hermana me lo arrebató de las manos, así que tome el
segundo libro de la mesa.
—No estoy preocupado. Solo estoy siendo entrometido para molestar la mierda
fuera de ti. —Dios sabía que ella hacia lo suficiente para molestarme.
Mi hermana apenas estaba en los veinte, pero no podía pensar en ella leyendo
este tipo de cosas.
Él está interesado en las relaciones polígamas. No estoy segura de todos los intentos que
hacen, pero sé que es un gran momento. Miranda y Grant ni siquiera considerarían ir allí.
Dos mujeres a la vez. Escuche que es la fantasía de todo chico.
Santa mierda. ¿Por qué mi hermana está leyendo un libro sobre poligamia?
—El héroe de la historia practica poligamia y hedonismo. ¿Sabes que son esas
cosas?
Esto era casi gracioso.
—Sí.
Macy sonrió.
—Yo voy más avanzada y puedo decirte que las cosas pasan de intensas a
calientes, muy calientes, ardientes.
—Es sexy pero nuestra concentración está en la relación, no el sexo, así que eso
lo hace romántico.
—O intentar hacer que forme parte de sus compañeros de trío —añadió Macy.
Analice la portada.
Estoy seguro de que esto pasa todo el tiempo, un autor escribe una historia
ficticia que es paralela a la vida real de alguien. Excepto que nuestra historia no es
una simple. No es del tipo de cosas que la gente puede inventar al azar sin conocer
algo sobre ello.
—¿Por qué tantas preguntas, Beau? ¿Quieres entrar a nuestro club de libros? Si
es así, tú traes las galletas la próxima semana.
—Creo que Phoebe está leyendo esto —mentí. Y ellas probablemente lo sabían.
Ella no es exactamente una lectora de libros.
—Tú quisieras que Phoebe estuviera leyendo esto. —Emily hizo como si se
abanicara la cara.
—Es un libro muy popular así que probablemente está leyéndolo. O quizá
releyéndolo porque la entrega del libro desde la perspectiva del chico sale el
próximo mes.
—Ocupada con el trabajo. —La verdad era que yo no la quería aquí así que no
le dije, o a Zoey, sobre la fiesta. Siempre era un problema cuando Phoebe
participaba en actividades familiares y Zoey no podía.
Tenía a dos mujeres en mi vida y en mi cama y nunca era suficiente para dejar
de pensar en Melocotón. Incluso cuando Anna James no está en la delantera, ella
es persistente, siempre tratando de entrometerse.
Ha pasado más de un año desde que compartimos los mejores nueve días de mi
vida. Todavía recuerdo todo de ella: la manera en que olía, su sabor, la forma en la
que se sentía estar dentro de ella. Pero más importante, cuanto me hacía querer
convertirme en el hombre en que ella necesitaba. Yo estaba preparado para hacerlo
por ella.
Podría vivir cien años y nunca olvidar esas cosas. Melocotón fue y es la mejor
cosa que me paso. Sin duda. Y nunca pararía de esperarla. Ni por un maldito
segundo. No importaba cuantas mujeres entraran y salieran de mi cama.
Cuando conocí a Phoebe y a Zoey, habían pasado casi seis meses desde que
Melocotón me dio la espalda. La mitad de un maldito año sin ella. Sabía que había
terminado. Finalmente, acepte que no regresaría a mí.
¿Qué haces cuando el amor de tu vida continúa sin ti? Finges. Porque es más
fácil pretender que no te importa que admitir que te está matando.
Más de un año después sigo enfadado. Y dolido. Le dije que quería que fuera
feliz, pero estaría jodido si no quisiera que ella fuera feliz conmigo. ¿Por qué
regresaría con alguien que sabía que iba a engañarla?
Mierda. Estaba arruinado. Ella es todo en lo que puedo pensar. Y ahora ese
maldito libro también. Hede.
Phoebe, Zoey y yo teníamos planes para esta noche, pero les llame para
cancelar. Mentí, les dije que Judd necesitaba mi ayuda con unos de los
lanzamientos. Las envié sin mí; no les importo. Las dos no tenían ningún problema
en divertirse sin mí. Algunas veces creía que ellas funcionaban bien si yo no estaba
en la foto. Y no me importaba una mierda.
Encontré el libro en los autores locales e inmediatamente lo giré para ver la foto
del autor. Nada. Justo como el internet. Ni una sola foto de este autor en algún
lugar que pudiera encontrar. Casi llegue a pensar que no existía.
A la mierda. Compraría este libro. Tenía que saber si era nuestra historia.
Porque si lo era, quizá finalmente obtendría las respuestas que necesitaba sobre lo
que paso el día que Melocotón me dejo en Jamaica. Porque no creí ni por un
segundo que ella fuera lo suficiente estúpida de regresar con un hombre que la
jodiera en la forma en que lo hizo su ex. Ella era mucho más inteligente que eso.
La primera cosa que hice al llegar a casa fue cambiarme. Tomé una Stella y me
recosté sobre el cuero con la novela en la mano. Pase mi pulgar por el libro para ver
cuantas páginas tenía este gran bastardo. Trescientos sesenta y nueve. Y la letra era
pequeña. Al menos una pulgada y media de grosor, no había leído un libro de ese
tamaño desde… nunca.
Abrí el libro y comencé desde el principio, desde los créditos y esas cosas antes
de que llegaras a la historia.
Nosotros estuvimos juntos en Julio 2014. Los derechos de autor para este libro
eran de 2015 así que el libro fue publicado después de que nos conocimos, eso
cuadraba en la línea del tiempo.
Para Beauregard.
Dormir no fue fácil. Para el momento el reloj parpadea una hora decente para
levantarme, he tenido el desayuno a través de servicio de habitación y tres tazas de
café.
Me temo que voy a subir las paredes antes de que comience esta firma.
Estoy de pie en una línea de una milla del largo, sin duda debo resaltar como
un pulgar inflamado. Debo estar entre mil mujeres. Y la mayoría de ellas me están
dando más atención de lo que me gustaría. Una incluso preguntó si era un modelo
de portada. Eso no es bueno para mi plan.
Enormes carteles y mesas llenas de libros alinean las paredes. Los pares de
mujeres, con algunas excepciones, se sientan detrás de cada mesa mientras que los
asistentes que sostienen en sus brazos libros se colocan en línea en el lado opuesto.
El mapa de las tablas de los autores me muestra A.J. Clark que está en la
esquina de la derecha.
No puedo creer que todavía hubiera vuelto con ese idiota. Pero si lo hacía, seguramente
no estaba con él todavía.
Mi corazón está golpeando contra mi pecho. Siento el latido de mi corazón en
mi rostro y oigo el latido de mi pulso en mis oídos. No me sorprendería saber que
mi presión arterial es alta. Estoy nervioso.
Me cuelgo unos quince pies, esperando a que la multitud se separe para poder
echar un vistazo a A.J. Clark a una distancia. La multitud es gruesa para que no
suceda lo suficientemente rápido para mí. Soy impaciente así que me acerco.
No he puesto los ojos en ella durante catorce meses y creo que puede haber
crecido más hermosa mientras estábamos separados. Mirándola, me enamoro
más. Joder, la he extrañado.
He intentado convencerme de que estoy bien sin ella, pero es una maldita
mentira. Está en mis venas. Mis huesos. La ansío.
Me muevo por la habitación durante tres horas, con cuidado de permanecer sin
descubrirme. Las tres horas más largas de mi vida. Verla desde lejos y no poder ir a
ella es brutal.
—La personalidad de Ben es muy similar a un hombre que una vez conocí.
—Lo sabía. Usted escribió su carácter demasiado bien para haber estado
inventando todo eso. Suerte, mujer afortunada.
Ben es muy parecido a mí, pero consiguió su final feliz con Emma Jane. Yo no
lo hice.
—Creo que ambos sabemos a quién debo hacer esto. —Ella firma el libro y
luego lo sostiene para que lo tome. Creo que es mi despido.
Se pone de pie y ajusta su vestido antes de caminar hacia mí. Pongo mi brazo
alrededor de ella e inhalo su fragancia.
—Sonríe, Melocotón.
—Tomé varias, así que tal vez una saldrá bien. No soy la mejor fotógrafa.
—¿Te importa si me alejo un minuto ya que nadie más está en línea? Tengo
algunos libros que necesito conseguir firmar. Prometo que volveré para ayudar a
empacar todo.
La mujer tarda una eternidad en recoger sus cosas. Necesito que se vaya hace
cinco minutos.
—Vuelvo enseguida.
—Ven a mi suite cuando hayas terminado aquí. Treinta y tres sesenta y nueve.
Ella suspira.
—Puede que me lleve un poco de tiempo para escapar. Tengo cócteles con
algunas personas y luego tengo asuntos personales para atender.
Bajo la mano.
Pasan treinta minutos. Luego una hora. Ahora, tres y Melocotón no aparece.
Mierda.
Beauregard,
Veo tu cara todos los días.
Melocotón.
Mierda. Ella está aquí. Y estoy borracho. Esta no es la forma en que planeé
esto.
Esperé más de tres horas. Me había dado por vencido y me había puesto
cómodo. Eso incluye estar sin camisa.
Abro la puerta, dando un paso atrás para que pueda entrar. Cuando ella está
adentro, la abrazo.
—Entra. No estoy de pie cerca de la puerta para hablar. —Le agarro la mano
para llevarla a la sala de estar de la suite.
—Ya he oído eso antes. —Ella no conseguirá huir de mí hasta que oiga lo que
tengo que decir. Me debe más de un momento de su tiempo. No la dejaré salir de
aquí hasta que yo diga todo lo que me ha quemado vivo durante el último año.
Hago un gesto hacia el sofá y me siento a su lado. La silla está demasiado lejos.
Melocotón suspira.
—¿Necesito saber si los sentimientos de Emma Jane son suyos o los tuyos?
—No tienes que venir aquí y preguntarme eso después de lo que me hiciste.
No tengo ni idea.
—¿Qué hice?
¿Qué mierda?
Estoy atónito.
—Me contó todo, cómo lo habías hecho toda la semana para prepararme.
—Perdí mi llave. Tuve que ir a la recepción enfrente y conseguir otra. Ese hijo
de puta debió de haberlo sacado de la mesa en el almuerzo. —Me acerco y cubro su
mano con la mía—. No hay manera de que te haya compartido con nadie. Te dije
eso.
—Sé que dijiste eso, pero me dijo que querías vernos, que te gustaba así. Que
era mi sorpresa.
—Carl estaba intentando follarte. Juro lo que te dijo que era una mentira. Tu
sorpresa no era él. Cambié mi vuelo para volar juntos a casa.
—¿Todo fue mentira? —susurra tan suavemente que es apenas audible.
—Ya no quiero esa vida. Quiero que seamos solo nosotros dos.
—Oh, Dios. ¿Qué estoy haciendo? —Apenas puedo descifrar sus palabras.
Puse mis manos en el interior de sus rodillas y las separo. Le beso los muslos.
Inhalo profundamente.
—Ha pasado mucho tiempo desde que te he olido o probado. —Su esencia ha
sido un fantasma en mi mente embrujada.
Sus palabras dicen una cosa mientras sus acciones dicen otra.
—Sí podemos.
La tiro abajo sobre el cojín y separo sus piernas. Paso mis dedos arriba y abajo
de su entrepierna de sus bragas sobre los bordes exteriores de sus labios. El tejido ya
está húmedo. Y es todo para mí.
Anna James se retuerce bajo mi toque. Gira la cabeza, engancha su brazo sobre
su cara y gruñe.
—Sí.
Mientras golpeo mi lengua sobre su clítoris, le meto dos dedos dentro y fuera.
Me tira con un puño el cabello, tirando ligeramente.
—Más.
—Oh, mi Dios. Eso se siente tan bien. Ha pasado tanto tiempo. —¿Hace tanto
tiempo que no ha hecho esto ni lo he hecho por mí?
—Oh. Oh. Uh. —dice esas palabras una y otra vez mientras se viene.
Me muevo a mis pies y tomo sus manos en las mías, tirándola del sofá. Le
acuno la cara y la estudio.
Tomo posesión de su boca con la mía, reclamándola como mía y luego hago lo
mismo con su cuello. Su hombro. Quiero que cada parte de ella me pertenezca.
Mis manos agarran su trasero y la alzan para que sus piernas se envuelvan
alrededor de mí. Ella me sostiene mis hombros, besando mi cuello mientras me
muevo al dormitorio.
Caemos en la cama, yo arriba. Ella separa sus rodillas y me acurruco. Mis
caderas se meten entre sus piernas mientras se balanceaba contra mí. Estamos
frotándonos como adolescentes.
Presiono mis palmas a los lados de sus tetas y las empujo juntas. Se sienten tan
llenas. ¿Son más grandes?
Ella llega detrás de mí cuello y me tira hacia abajo para un beso, cortando mi
tiempo con sus tetas.
—Probablemente más.
Voy a mi maleta para coger la caja de preservativos que traje conmigo en caso
de que nuestra reunión saliera bien. Desgarro uno y tiro los restantes en la mesita
de noche. Voy a necesitar más tarde; uno no será suficiente. Nunca lo fue con
nosotros.
Me muevo sobre ella después de que mi polla está vestida de látex.
—Quiero estar dentro de ti sin uno de estos. Voy a hacerlo un día muy pronto.
—Sí, bueno.
Ella me agarra detrás de mí cuello, tirándome hacia abajo para otro beso. Sus
piernas están extendidas, listas para llevarme adentro.
Quiero coger su boca. Su coño. Su culo. Quiero reclamar todo por mí mismo
de nuevo, pero primero solo quiero amarla.
—¡Más fuerte!
—Sí.
Camino de besos por su cuello hasta que mi boca se cierne sobre su oído.
Retardo mis empujes porque quiero que esto continúe para siempre. Mis
manos encuentran las suyas y las llevo por encima de su cabeza, donde entrelazo
nuestros dedos con fuerza. Ella es mi todo, y nunca la dejaré escapar otra vez.
Ella abre los ojos y mira los míos mientras me muevo por encima de ella.
Empujo las últimas veces antes de que me venga. Ella trae sus piernas
alrededor de mi cintura y cruza sus tobillos detrás de mi espalda. Usa la fuerza en
sus piernas para acercarme más hasta que no haya un poco de espacio entre
nosotros. Gimo mientras le aprieto las manos y la llevo por última vez,
culminando.
Ella desaparece por la puerta del dormitorio hasta el salón, así que me levanto,
me pongo la ropa interior y la sigo.
Ella suspira.
—No puedo hacer eso.
—Puedes y lo harás.
Bueno. Ella tiene a alguien. Tengo dos alguien. Podemos deshacernos de todos
ellos.
—¿Qué es? ¿Estás casada o algo así? —Por favor, di que no.
—No estás legalmente ligada a ese payaso; ¿qué tan complicado podría ser?
—Mucho. —Ella cruza sus brazos—. Y ya sé que estás involucrado en otro trío
polígamo. Y han estado juntos por un tiempo. —Bam. Una tonelada de ladrillos acaba
de aterrizar encima de mí.
Solo hay una forma en que lo sepa, pero quiero oírla admitirlo.
—¿Cómo sabes eso?
—¿Por qué viniste? —Quiero oírla decirlo. Por favor, dilo. Que llegaste a
resolver las cosas.
—Eso no es cierto.
—¿Qué parte no es verdad? ¿Que no estás en otro trío con dos mujeres o que
nuestra oportunidad de estar juntos no se ha ido para siempre?
—Terminaré mi relación con ellas por ti. Ahora mismo. Pueden estar fuera de
mi casa antes de llegar a casa.
No entiendo por qué está tan dispuesta a hacer una ir de esto. Somos perfectos
juntos.
—No has tenido una relación monógama en años. ¿Cómo sabes que podrías
estar satisfecho por una sola persona?
—Los mejores nueve días de mi vida fueron pasados con la única mujer en este
mundo que me ha completado. —Eso es un hecho.
—Siempre me preguntaré si soy suficiente para ti. No viviré así; demasiado está
en juego. —Tengo que hacerla cambiar de opinión.
Voy a Anna James y envuelvo mis brazos alrededor de ella. Le acaricio con la
mano atrás de su espalda de su largo cabello rubio.
—¿Qué tengo que decir para hacerte ver que estoy dispuesto a hacer lo que sea
necesario para que funcionemos?
—¿Pero por cuánto tiempo? ¿Hasta qué decidas que quieres traer otra mujer a
nuestras vidas? ¿Nuestra cama?
—No voy a pasar por eso. —Ella cierra los ojos y me quita las manos de los
brazos—. Maldición. Finalmente, logré estar tranquila. ¿Por qué tuviste que
aparecer y arruinar todo?
—¿Eso es todo? ¿Estás conmigo y luego vuelves a él con mi olor por todo tu
cuerpo?
—¿Él te folla como yo? ¿Te hace venir tan fuerte que gritas?
—Lo dejaste verdadero y hermoso. —No he olvidado las palabras que ella usó
porque eran poderosas.
Pero luego la cosa más loca pasó. Pasé el tiempo con este melocotón de
Georgia y pensé que había más debajo de ese fino vestido blanco que mostraba
orgullosamente sus pezones de lo que yo estaba fantaseando.
Supe que nunca estaría con ella, pero era tan embriagante. Jodidamente
adictiva. Solo quería respirar el mismo aire que ella. Porque cuando estoy con ella, el
único lugar donde quiero estar es más cerca.
Conversamos esa primera noche y tuvo el poder de hacerme decirle cosa que
yo había planeado llevarme a la tumba. Todo lo que tuvo que hacer fue amenazar
con retirar su presencia. Y bam. Me incliné ante su voluntad, solo así. Si me
hubiera dicho que la única manera en que se quedaría era si caminaba sobre el
agua, habría encontrado la forma. Eso es cuanto ansiaba su compañía.
Encontré una amiga en ella y eso habría sido suficiente si hubiera sido todo lo
que estaba dispuesta a dar, pero no pude resistirme a perseguirla. Tuve que darle la
oportunidad. La deseaba demasiado para renunciar. Sentí como si estuviera empezando
a respirar.
Anoche me contó sus temores. Que no sería suficiente para mí por mi pasado.
Legítima preocupación. Lo entiendo. Pero hay algo que ella no estaba viendo. No
pedí el trío. No lo necesitaba para ser feliz. Erin lo hizo. No creo que jamás haya
explicado eso. Mierda.
En cuanto a Phoebe y Zoey, no significan nada para mí. Un error total. Solo un
medio para tratar de superar la picazón de perder a la mujer que realmente amo.
Una manera de conseguir mi polla mojada.
Teniendo esa clase de hijos de puta en mi vida arruinó lo que pude haber
tenido con Melocotón. Pero ya no más.
Son las tres de la mañana, pero escucho personas platicando en el fondo. Ellas
probablemente están haciendo una maldita fiesta en mi casa, ensuciando mi lugar,
proveyendo a todos con el alcohol que yo compré.
—Ven acá Zoey. Beau está al teléfono y quiere hablar con nosotras.
—Bien. Quiero que ambas y toda su mierda, fuera de mi casa cuando regrese el
lunes. Las pondré en un hotel por una semana. Eso es mucho tiempo para que
busquen un apartamento.
—No entiendo.
—Lo único que necesitas entender es que tú y Zoey se tienen que ir; nuestro
trío terminó.
Estoy impulsado por donde va esta cosa. Tanto es así que tengo un disparo de
adrenalina. Para quemar algo de esta energía reprimida, necesito correr. No es algo
que he hecho en mucho tiempo, pero me siento lo suficientemente bien para
comenzar de nuevo.
Alterno correr y caminar por una hora, pasando todo el tiempo pensando en
Melocotón y lo buenas que serán nuestras vidas después de estar juntos. Esta es la
primera vez que me siento animado en más de un año.
—Beau…
Hago las matemáticas, contando los meses con mis dedos. Estuvimos juntos el
pasado julio. Si se embarazó, pudo haber dado a luz cerca de marzo. Tal vez abril.
Estamos en septiembre. Este bebé debe tener alrededor de cinco meses para tener la
posibilidad de ser mío.
—¿Cuánto tiene?
Se rehúsa a contestar.
El bebé brinca y gira en su regazo. Sus diminutos puños frotan sus ojos color
avellana rodeados de gruesas pestañas oscuras. Mis ojos. Oh, mierda.
Sus ojos se disparan hacia las puertas del elevador y de vuelta a mí.
—Por favor, no hagas esto ahora… Y por favor, no aquí. Por favor.
Ella asiente.
—Sí.
—Me tomé la píldora del día después cuando me di cuenta de lo que hicimos.
—Se encoge de hombros y sacude su cabeza—. No funcionó.
Felicidad.
Amor.
Ira.
—Lo siento, Beau, pero tenemos que tomar un avión y nuestro coche estará
aquí en cualquier momento.
Ella está inquieta, mirando alrededor como un ladrón a punto de ser atrapado.
No me importa. No es nada para mí si su novio sale del elevador y nos atrapa
juntos. De hecho, solo me ayudará a sacarlo del camino más rápido.
Ella parece pensativa por un momento antes de sujetarlo para que lo tome.
Un minuto, mi culo.
—Tiene todo tuyo, Beau. Excepto el mentón. Tengo el crédito por eso.
Ella está en lo correcto. Ojalá tuviera una de mis fotos de bebé para
mostrársela. Somos clones.
—¿Cómo se llama?
—Lo encontré. —El idiota quien acaba de aparecer a mi lado está sosteniendo
un chupete—. Estaba en el suelo debajo de la mesa.
Mi corazón se derrite. No puedo creer que llamó a su hijo con mi nombre. Pero
su apellido debería ser Emerson. Y lo será.
—Quería llamarlo Clark Preston, pero ella insistió en Clark Beauregard. —Él se
ríe mientras dice el nombre de mi hijo. Mi nombre.
Este idiota tiene un lugar más grande en la vida de mi hijo que yo.
Exasperante.
Ofrezco mi mano a este imbécil, pero no como un gesto amistoso. Quiero que
sepa con quien está tratando.
—Soy Beauregard Emerson, el padre de Clark Beauregard. —Esta puede ser la
primera vez que me he presentado voluntariamente usando ese nombre.
Está bien. Sigue pensando en ello, amigo y descubrirás de quién era la cama en
la que ella pasó la noche anterior mientras desapareció durante horas.
—Tenemos que hablar de esto. Y él. Hay muchas decisiones importantes que
tomar con respecto a este chico.
—Esta va a ser una semana muy ocupada para mí, pero voy a llamar para que
podamos hacer los arreglos para reunirnos.
Bajo ninguna circunstancia estaba listo para verla alejarse anoche, pero ver a la
mujer que amo y a nuestro hijo desaparecer por la puerta con otro hombre es brutal.
Está tomando todo de mí para mantener mis pies plantados y no ir tras ellos.
Cuando vuelvo a mi suite caigo sobre la cama y miro fijamente el techo con
pura sorpresa. Estoy extremadamente molesto con Anna James por ocultarme a mi
hijo, pero mi enojo está enmascarado con placer.
Saco mi teléfono y echo un vistazo a las fotografías de mí sosteniendo al
pequeño Clark. Ahora entiendo la dedicación en el libro cuando me agradeció por
el regalo que le di. Estaba hablando de Clark.
La amaba antes de saber sobre nuestro hijo, pero ahora él lo cambia todo.
Estoy el doblemente involucrado porque las apuestas se han duplicado.
●●●
Han sido los siete días más largos de mi vida y mirar a mi chica y a mi hijo salir
de ese hotel fue desgarrador. Pero hoy, los veo. A solas.
Quiere hablar de Clark. Por supuesto que también quiero eso. Tenemos que
tomar un montón de decisiones, pero también plantearnos nuestra relación más allá
de la crianza.
—Linda casa.
La sigo a través del recibidor de la sala. Soy un agente de bienes y raíces así que
evaluó las casas de todo el mundo, sin importar si tengo la intención o no. Las
cosas que sé al observar la casa de Melocotón son estas: uno, ella o alguien del
personal, mantiene su casa más organizada que como mantuvo nuestra suite en
Jamaica. Dos, su libro ha sido un éxito; esta no es una casa barata.
Demonios. El imbécil está aquí. Eso tira por la borda todos mis planes para
hoy. Pensé que estaríamos a solas.
—Gracias por permitirme verlo hoy. —Quiero que sepa que estoy agradecido.
Me doy cuenta de que no tiene que hacer esto voluntariamente. Podría estar
obligándome a arrastrarla a la corte.
—Tendrá que ser una visita breve. Anna tiene planes —grita de nuevo el
pendejo, desde otra habitación donde no puedo verlo. Es como si quisiese que sepa
que está escuchando por casualidad.
Melocotón se ríe.
—¿Cómo un tigre?
—¿Cuándo nació?
De ninguna manera.
—No lo estoy.
—Eso es excepcionalmente genial ya que se retrasó tres días y tuve que pujar
por siempre. Ellos pensaron que iba a necesitar una cesaría, pero entonces por fin
salió dos minutos después de medianoche. En tu cumpleaños. No puedo creerlo.
—Es como si estuviese esperando a nacer el mismo día que su papá. —Cuanto
más aprendo sobre él me doy cuenta de que se parece más y más a mí. Eso me
encanta.
—Seguro.
—Te veo más tarde, Preston. —Que mal que tengas que dejarme aquí a solas
con Melocotón.
Puta mierda. Mi hijo no llamará a otro hombre nada remotamente cerca a eso.
Melocotón va a la puerta principal con el idiota. No puedo entender lo que
están diciendo, pero supongo que la beso hasta más no poder ya que cuando
regresa su boca está ligeramente enrojecida y brillante.
Estoy aquí para hablar de la crianza así que la primera cosa en mi agenda es
traer a colación lo que le están enseñando a Clark.
—Tienes que saber que no estoy de acuerdo que mi hijo lo llame papá.
—¡Por qué jodidamente no me diste elección! —Me doy cuenta de que estoy
alzando la voz así que miro a Clark para ver si lo he molestado. El amiguito se
durmió rápido. Eso fue rápido.
—¿Preston vive aquí? —La idea de que pase todo el tiempo que quiera con mi
hijo mientras a mí no se me ha dado la opción, me irrita hasta la mierda.
—No.
—Sí. —Eso significa que puede estar con Clark mientras yo me quedo hecho
mierda.
—No intentaba hacerte daño, pero ¿qué clase de madre sería si trajera a un
bebé a esto?
La poligamia quizás no sea ideal para criar a un niño, pero no puede ser la juez
que decide que no puedo ser parte de la vida de Clark.
—No creo que no seas apto. Estoy segura de que serías un padre excelente.
Pero si considero la poligamia inapropiada para mi hijo.
—Nuestro hijo.
—Sí. Nuestro hijo va a crecer, vera la manera en que vives y hará preguntas. No
deseo tener que explicarle por qué su papi duerme con dos novias. —No. Tampoco
deseo eso.
Y amo a mi hijo y uno de los mayores regalos que le daré es amar a su madre.
Y lo hago. Con todo el corazón.
—Nunca va a haber otras dos. Pero estoy esperando por una. Tú, Melocotón.
—Clark es tu hijo. Yo soy su madre, pero eso no nos hace una pareja.
—Creo que podemos hacer que funcione, Melocotón. Juntos somos increíbles.
Sabes que lo somos. Y deseo que criemos a nuestro hijo juntos.
—Fuimos increíbles en Jamaica por nueve días. Cualquiera puede ser genial en
un entorno de vacaciones, sin responsabilidades. Pero esto es la vida real. Un
escenario totalmente diferente. No tenemos idea si en este ambiente incluso nos
toleraremos.
Eso se arregla.
—Me lo propuso hace dos semanas así que estamos recién comprometidos. Sé
que debe sonar como si hubiese sucedido muy rápido, pero ya éramos amigos muy
cercanos. No es como si no nos conociéramos. —Es un recordatorio de que lo
conoce mejor que a mí.
—Por supuesto que sí. Me voy a casar con él. —No si puedo impedirlo.
—Dime una cosa. ¿Qué has pensado o con que has fantaseado todas las noches
de esta semana instantes antes de dormirte?
—No tienes que contestar a eso. Ya lo sé. —Su pecho sube un poco y luego
baja con fuerza. Tiene la boca ligeramente abierta, respira con fuerza—. En este
momento estás pensando en nosotros.
—Detente, Beau.
—Apuesto a que justo ahora estas empapada. —Que no daría por tocarla y
confirmar lo que sé es verdad.
—No.
La beso a un lado del cuello debajo del lóbulo de su oreja. Me lo permite pero
no quiero presionar demasiado. Necesito que vea que quiere esto. A nosotros.
—Dime que es lo que quieres. Sabes que te daré cualquier cosa que pidas.
—No deberíamos hacer esto. Está mal. —Deja caer la cabeza en la parte
posterior de su sofá y cubre su rostro con ambas manos—. Mierda. No te hice venir
para esto. Se supone que debemos estar decidiendo un plan de crianza.
Está bien, nena. Continúa apretando y relajando esos muslos. No porque estés
impidiéndome entrar; se lo que estás haciendo. Frotar la costura de tus pantalones
cortos contra tu clítoris.
Muevo mi dedo en círculos sobre su clítoris pero mi mano esta ceñida dentro
de sus pantalones cortos. No es muy propicio frotarla así que saco mi mano.
Arranco el botón de sus pantalones cortos, jalo la cremallera hacia abajo y meto la
mano de nuevo en sus bragas. Un mejor ajuste.
—¿Has estado con él desde que me follaste? —Por favor, di que no.
Me agarra la parte posterior del cuello y me acerca hasta que nuestras frentes
están presionadas.
—No. No pude.
Me suelta y extiende la mano sobre su cabeza para que pueda agarrar la parte
de atrás del sofá. Empuja la pelvis hacia arriba.
—¡Sí! —Sus ojos están fuertemente cerrados allí y está mordiéndose el labio
inferior mientras su cabeza se balancea de lado a lado. Jadeando—. Está
comenzando.
Gira el rostro hacia su brazo para sofocar el grito que amenaza con escapar. Me
temo que gritará y despertará a Clark así que me inclino.
—Bésame.
Después que se gira hacia mí, mi boca posee la suya. Me trago cada uno de sus
gemidos de placer.
Se sacude súbitamente.
—Está bien. Quiero la custodia compartida. —Por ahora. Pero todo eso
cambiará después que estemos juntos como una familia. Familia. Adoro la manera en
que suena.
—Cada dos fines de semana no va a funcionar. Aún estoy amamantándolo y
no toma biberón en lo absoluto. Nunca. Y no quiero que lo haga. Planeo
amamantarlo exclusivamente por tanto tiempo como sea posible. —Puedo añadir
determinación a la larga lista de cosas que amo de esta mujer.
—Si estuviera tomando biberón, los empacarías y los enviarías. Cuando él esté
conmigo, harás las maletas y nos acompañarás.
—Quiero tres días a la semana. —No tengo idea si accederá o no. Eso significa
pasar mucho tiempo conmigo.
—¿Tengo que recordarte que pasas los siete días con él?
—No. Soy consciente pero eso va a alterar mucho mi vida.
—Entonces dame dos. Puedes usar tus días conmigo para escribir. Lo cuidaré y
tú lo amamantarás cuando tenga hambre. —En realidad para ambos es un gran
plan.
Se ríe.
—Está bien. Le daremos una oportunidad y veremos cómo va. Pero no hago
promesas. Y no habrá más de lo que acaba de suceder.
Me rio.
He estado asentando las noticias de Clark por dos semanas. Casi me mata, pero
lo he mantenido porque quiero que mis padres y mis hermanos estén en la misma
habitación cuando les diga sobre él. Con una familia de este tamaño, es más fácil de
esa forma.
—Tengo noticias nuevas que compartir. —Nunca hago anuncios por lo que es
muy fácil ganar la atención de todos—. Recientemente me enteré que tengo un hijo,
de cinco meses de edad.
Hutch se ríe.
—Es un regalo.
Necesito que entiendan que Anna James no es solo un pedazo de culo para mí.
La amo.
—Puedo decir honestamente que esos nueve días que pasamos juntos fueron
los mejores de mi vida. De todos.
—Eso es muy generoso. —Lo sé. Ella probablemente podría haber presionado
un sobre ello y dado mucho menos.
—Pedí tres días, pero estuve agradecido cuando ella estuvo de acuerdo con dos.
Asiento.
—Es ella.
—Es encantadora.
Hermosa. Asombrosa.
—¿Sin embargo, lo llamó como tú, aunque no estaban juntos? —Mi mamá está
radiante, claramente feliz de saber que Melocotón ha seguido con la tradición
Beauregard.
—Él es un Bennett por ahora, pero voy a hablar con ella sobre cambiárselo a
Emerson. —Necesitaba darle tiempo para dejar que todo se asentara. No quiero
presionar muy fuerte, muy rápido.
—¿Cuál es tu estado con ella ahora que Phoebe está fuera de la fotografía? —
Escucho el optimismo en la voz de mi mamá. Ella está tan esperanzada que yo
haya encontrado a esa mujer especial para casarme y comenzar una familia. Y lo
hago.
—La amo.
—Todavía estamos arreglando los detalles en sobre qué días desde que tiene el
lanzamiento de un libro el martes. Me pidió que esperara hasta una semana
después. Estaba esperando poderlo traer entonces.
●●●
Judd y Hutched están de rodillas instalando el nuevo piso de madera en nuestra
nueva vuelta. Definitivamente vale el dinero extra. Compradores potenciales van a
amarlo.
—Jódete. —Sabía que iba a estar recibiendo mierda de mis hermanos por mi
anuncio de anoche.
—Lo es pero también resultó ser el lugar donde encontré a la mujer correcta. —
Y tuvimos mucho sexo, algo uno poco del lado pervertido.
—Judd ve por las palomitas porque creo que vamos a poder ver un espectáculo
gratuito. —Esta es mi vida y ellos se están riendo de ella.
—Imbéciles.
—Solo bromeamos contigo, hermano. Puedo ver lo mucho que amas a esta
mujer. Espero que funcione para ti.
Checo el tiempo.
—Dime otra vez a qué hora se supone tenemos que estar con mamá y papá.
—Nos vamos a la seis, pero ustedes vienen alrededor de las siete. —Quiero que
papá y mamá tengan tiempo con Melocotón y Clark sin toda la banda. Además, no
quiero que ella se abrume de inmediato. Mi familia puede ser un poco demasiado
más veces.
—Oye, Beau —grita Judd—. ¿Quieres venir a mi lugar para algunas cervezas
después del juego de mañana?
—Lo siento. No puedo. —Tengo una cita con mi hijo y su madre—. ¿Talvez la
próxima semana pescamos? —No hemos salido en el bote por un tiempo.
●●●
El golpe de una puerta de coche cerrándose me alerta sobre la llegada de
Melocotón y Clark, entonces corro a toda velocidad hacia afuera para ofrecerle algo
de ayuda sacándolo del coche, cargando la pañalera, o cualquier cosa que necesite
que haga.
10
El original es “hide and watch” es una frase que utilizan para expresar el desafío por parte de
alguien que está actuando contra toda lógica.
—Está todo bien. Tengo esto. —Señorita Independiente.
—Sé que has estado haciendo esto sin mi ayuda, pero quiero ayudar. —
Necesito que vea mi afán de ser el padre para Clark.
—Oh, Dios. Ha sido una semana loca para mí. Siento no haber estado
disponible para hacerlo antes. Estoy segura de que has estado ansioso por verlo. —
Melocotón me quería en su vida. Ella me confía a nuestro hijo. Ahora, debo convencerla de
que también me puede confiar su corazón.
—El libro está recibiendo buenas críticas, así que estoy aliviada.
Está loca si cree que no lo voy a hacer tan pronto como tenga tiempo.
—Es mi punto de vista. Quiero saber cómo crees que nos veo.
—Es ficción, Beau. —No lo es. Ella escribió la historia a través de mis ojos.
Quiero saber qué es lo que ella cree.
—No estés sorprendida si Caroline empuja un ejemplar para que se lo
autografíes. Ella y sus amigas son grandes admiradoras. De hecho, ella es la razón
por la que descubrí Hede.
—Espero que no. Eso significaría que ha averiguado que solía ser polígamo.
Como, en tiempo pasado.
Clark protesta así que lo saqué de su asiento del coche. He estado muriendo
para poner mis manos en él toda la semana.
—Uh oh.
—¿Qué?
—Eso, por Dios, es el peor caso de montones de Hershey que alguna vez haya
visto.
Me alarmé.
—Él es mi hijo. Quiero saber estas cosas. Hubiera ido contigo a la cita, ya te lo
había dicho. —No fue mi intención que sonara como un idiota, pero estoy molesto
que no me llamara.
—Si estás realmente arrepentida, creo que debería de ofrecerte como voluntaria
para limpiarlo.
—Lo siento, papi. No estás librándote así de fácil. —Amo la forma de como
acaba de llamarme.
—Caroline compró una canasta completa con artículos de bebé. Estoy seguro
de que hay algo de ello ahí.
—Encontré algo.
—Traje esa ropa especialmente para esta noche. Quería que estuviera bien
vestido cuando conociera a tu familia. No estoy segura de tener algo decente en esa
pañalera. Probablemente solo haya un traje unitalla de emergencia.
—Lo sé, pero debería de verse de lo mejor. No quiero que tu familia piense que
no me enorgullezco en la forma en que lo visto.
Ella se rio.
—Debí haber sabido que le pondrías algo como eso tan pronto como pudieras.
—¿Cuándo es?
Lo había planeado discutir con ella esta noche.
—Mañana.
—El día de juego es tiempo familiar para los Emerson. Y Clark es un Emerson.
Ella no discute que es un Bennettt así que tomo eso como una señal de que
podría estar bien en ponerle el apellido.
—Sabía que lo harías. Eres su padre así que debe tener tu apellido. Pero
probablemente deberías saber que Preston no está de acuerdo con ello. —
Nuevamente, Preston puede besar mi culo.
Ese idiota probablemente piensa que iba a adoptar a mi hijo como suyo. Está
equivocado.
—Deseo que tú pudieras ser un poco menos difícil cuando te dirijas a él. Él va a
ser mi esposo y el padrastro de Clark. Será más fácil para todos nosotros si se
pueden llevar bien.
—Seguro.
Ella saca a Clark de la ducha una vez que está impecablemente limpio y bien
cuidado y lo envuelve en una toalla.
—¿Por qué?
Melocotón suspira.
—Me estoy casando con alguien más. No debería haber otro hombre
diciéndome que me ama.
—Te escucho.
●●●
Mis padres están esperando en la puerta principal para recibirnos cuando
llegamos a su casa.
—Umm… romance.
Mi madre lee todo el tiempo. Espero que no decida elegir Hede. De por sí, no
me gusta que Caroline lo haya leído.
—No señora.
No he visto a mi sobrina por un rato, así que la tomo de Caro para hacer las
presentaciones entre los dos nietos Emerson.
—¿Ves a mi bebé, Ashlyn? Este es tu primo, Clark. Ustedes van a ser buenos
amigos algún día.
Ashlyn da un chillido alegre mientras se estira para agarrar las manos de Clark,
pero la alejo. Ella ama abrazar muy fuerte.
—Lo es. Si recordaras, ella no era mucho más grande que de la edad que tiene
ahora Clark cuando se lo compraste. Es su juguete favorito de siempre. Ella no
renunciará a él por nada.
Me encojo de hombros.
—No podría haber escogido nada que le gustara más. Ese conejo es su mejor
amigo —dice Caroline.
Judd, Hutch y Wilder llegan uno a uno y estoy divertido por sus reacciones
hacia Melocotón. Ninguno puede alejar sus ojos de ella, pero lo entiendo. Yo estoy
de la misma forma.
—Creo que todos estamos de acuerdo que es fácil amar a alguien que se ve así.
Estamos haciendo fila en el campus antes del juego. Es casi octubre, pero
todavía está caliente. Es casi medio día, pero Clark ya está empapado en sudor. Él
es quisquilloso, así que Melocotón y yo lo llevamos al RV 11 de mis padres donde
está fresco.
—Seguro.
Camino hasta la parte de atrás con ella y le abro la puerta. Ella me roza cuando
pasa. Mierda. Incluso su toque más simple tiene el poder de enviarme a la órbita.
—Aunque me encantaría ver tus tetas perfectas de nuevo, nada tiene que ver
con eso. Me he perdido todas las partes de su vida incluso las cosas más pequeñas
como esta. No es una buena sensación.
11
RV Reacreational Vehicle - Vehículo Recreacional.
—Y yo no quiero ser la razón por la que te pierdas las pequeñas cosas de las
cuales quieres ser parte. —Las esquinas de su boca se alzan. Ella hace un
movimiento con su mano para que yo entre—. Entra.
—Sí. Es cosa suya. Ha sido desde que era lo suficientemente grande para
estirarse para alcanzarlo.
—Estás clases de cosas son las que deberían saber, pero no lo hago. —Y
Preston lo hace. Eso me molesta.
—Esta es una habitación más agradable que la que visité con mi amigo.
—Hay algunas que son mejores que otras, pero esta es donde nos gusta estar.
Nuestros amigos están aquí. —Melocotón no entiende todavía que esto no es solo
sobre nuestra familia inmediata. Esto es donde venimos juntos con nuestra familia
y amigos también.
—Oh, Dios, no. Estoy llena de la fila, pero me encantaría un poco de agua.
Tengo que tener cuidado de permanecer hidratada cuando estoy en el calor o mi
cantidad de leche disminuye y este pequeño no será un campista feliz.
Él es el hijo de su padre.
Miro a Judd para pedir ayuda. Se ríe mientras extiende su mejilla con su lengua
e imita un golpe con su mano. Hijo de Puta.
Nuestra familia ha sido amiga de la de Daphne toda nuestra vida. Ella es varios
años más joven que yo, así que siempre la miraba como una niña, hasta que éramos
mayores. Ella comenzó a perseguirme cuando tenía dieciséis años, pero nunca la vi
de esa forma hasta que vino a casa desde la universidad para una navidad.
—Quiero saber cuándo vas a rendirte y a contratarme para organizar una de tus
vueltas. —Nunca. No podía soportar pasar ese tipo de tiempo con ella.
—¿Cómo que intercambias con esa jodida vieja gruñona? —Kay es una buena
señora por lo que el comentario me molesta.
—Debes hacer eso. Ya sabes que puedo mostrarte un buen momento. —Me
refería a los negocios para que me dejara en paz. Definitivamente no quería decir
que la llamaría por razones personales.
—Tengo que ver a algunas personas, pero hablaremos más tarde. —No, no lo
haremos.
—Está bien. Estoy segura de que estabas distraído mientras intentabas decidir.
—¿Por qué tendría que conocerla? —Ella me está mirando hacia abajo,
dándome esa mirada que veo de mi mamá cuando mi papá ha hecho mal.
Maldita sea. Creo que puede estar celosa. Eso levanta mi ánimo.
—Creo que es importante que conozcas a todos los que estarán cerca de Clark.
—Nuestras familias son amigas, así que nos vemos en funciones. —Más a
menudo de lo que me gustaría.
—Gracias, pero puedo hacerlo sin una presentación. Su voz resuena como uñas
raspando una pizarra.
Me río.
—Lo mantendré en el salón donde es frío si quieren sentarse en los asientos del
estadio.
—¿Quieres?
—Seguro.
El juego de hoy está en ESPN así que hay mucho tiempo para conversar
durante los cortes comerciales.
—Oh, señor. Las cosas estuvieron ásperas por un tiempo, pero trabajaron para
pasar a través de sus problemas. Gracias a Dios. Y ahora Clark le ha dado un mal
caso de fiebre infantil a Mere. Este mes comenzaron a intentar tener un bebé. —Un
chillido femenino sigue—. Espero que logre embarazarse pronto así nuestros bebés
crecerán juntos.
—Linc asustó mucho a Meredith. Y a Grayson. Abrió sus ojos a toda la mierda
que podría ocurrir así que tomaron la decisión de no hacerlo más. Por lo que sé,
han sido monógamos desde Jamaica. Y no podría estar más feliz. —Dios, ella es
tan hermosa cuando sonríe.
Ella mira sus manos sobre su regazo, levantando el esmalte de sus uñas.
—No. No he puesto un pie ahí desde julio del año pasado. No soportaría estar
allí porque vería tu rostro por todas partes. Renuncié a mi membresía.
Escucho el coro de “Beso, Beso” y rápidamente volteo para ver nuestra imagen
en la gran pantalla. Volteo de vuelta, sin permiso, le doy uno de los mejores besos
siempre. Y ella me lo permite.
Ella gime ligeramente y siento sus labios, contra el mío, extendiéndose en una
sonrisa.
La dejo ir y sonrío.
—Beau —susurra antes de mirar alrededor para ver quien está viendo. Ella
succiona su labio inferior en su boca cuando lo limpia con su mano—. No debiste
haber hecho eso.
Me levanto para echarle porras a los Bulldogs, sin darle tiempo para alegar su
caso porque no serviría de nada. Ella no me va a convencer de que estaba mal.
Jodidamente odio no poder hacer eso siempre y donde quiera.
Cuatro touchdowns para los Bulldogs, con dos de ellos en el último cuarto. Es
otra gran victoria para nosotros y estoy feliz. Quizás por eso puse mis brazos
alrededor de Melocotón y la sorprendí con un giro completo, haciéndola chillar.
—¡Beau!
—Es agradable.
—Entonces, ¿no crees que te importará que tu hijo crezca como Emerson?
—Me alegro de que sea parte de tu familia. Yo estoy feliz de ver lo fácil que fue
aceptado.
—Hoy me di cuenta de que lo herido que estás por haberte perdido los
primeros cinco meses de su vida. Estaba equivocada por mantenerlo alejado de ti y
lo lamentaré por siempre. Necesita a su papá.
El juego termina, pero tengo varias horas más durante mi tiempo de visita. Hoy
ha sido fácil. Anna James sin esfuerzo, encaja en mi familia y todos adoran a Clark.
¿Cómo no podrían hacerlo?
Haciendo nada, pero haciéndolo juntos es algo que he estado buscando toda la
semana. Solo quiero que pasemos tiempo con mi hijo y platicar con Melocotón.
Para mí, esa es la cereza en la cima del helado.
—Lo voy a llevar adentro así tú puedes ver que está sucediendo.
—Lo sé, amigo. Me siento de la misma forma. Quiero a mami aquí con
nosotros, también.
Melocotón está afuera con Preston por mucho más tiempo del que me gusta.
Cuando finalmente entra, puedo decir que ha estado llorando.
Oh. No estoy realmente seguro sobre que decir. No siento haberlo hacho, pero
al mismo tiempo, no quiero que Preston le esté dando mierda a ella sobre esto
desde que yo fui quien la besó.
—Si fuera un hombre, habría venido a mí para asentar eso. No saltado sobre ti
por algo que yo hice. —¿Qué ha visto en ese bastardo?
Si esto fuera al revés y yo fuera el prometido, llevaría al papi del bebé a un lado
y le diría algunos límites de frente. Pero Preston es un cobarde.
—Ella es una decoradora que me ayuda cuando estoy listo para poner algo al
mercado. Entró y arregló el lugar después de Pheobe y Zoey se fueran.
—Mierda, no. Ellas no levantaron un dedo para limpiar. Kay vino para
ayudarme a enderezar el camino de su destrucción.
—¿Estaban tan desordenados que tuviste que contratar a una profesional para
que lo limpiara después?
—No exactamente. Las llamé después de que estuvimos juntos en Nueva York
y les dije que se fueran. Ellas destruyeron mi casa.
—Eso es horrible.
—Mírame, Melocotón.
Ella vacila, pero hace lo que le digo. Hay lágrimas en sus hermosos ojos.
Estoy cansado del dolor. Tengo un vil deseo de atacar verbalmente, así ella
puede ser herida de la forma que yo lo estoy. Sé que está mal. No se supone que
quiera eso para mi amada. Siempre debía querer su felicidad. Pero no podía si ella
no la encontraba conmigo.
Es mi día con Clark y Melocotón tiene una fecha límite aproximándose con su
editor, así que está trabajando en mi oficina. Sé que no debería molestarla, pero
Clark está durmiendo una siesta y nosotros necesitamos hablar.
Golpeo la puerta. Ella no me oye, ya que está usando auriculares, así que
entro. Se sobresalta cuando me ve y luego se saca uno de sus audífonos.
—Sí. Está dormido. Esperaba que pudiéramos hablar mientras duerme. —Odio
hacer esto cuando sé que necesita estar escribiendo, pero yo estoy en mi propia
fecha límite.
—La boda está cerca. —Muero un poco más cada día que se acerca.
Frente arrugada. Ojos entornados. He visto esa mirada antes y estoy
suponiendo que sus ruedas están girando rápido, tratando de decidir a donde estoy
yendo con esto.
Ella suspira.
—Solo hay una cantidad de veces en que puedo decirte que te amo sin oírlo de
regreso, antes de que me rompas. No sé el número exacto, pero cualquiera que sea
la cantidad, estoy casi allí. Tengo un “Te amo” más que queda en mí y voy a usarlo
hoy.
Voy hacia ella, jalando mi silla de oficina lejos del escritorio. Me dejo caer de
rodillas frente a ella.
—Sé que estás asustada, pero te estoy ofreciendo mi corazón y pidiéndote que
me des una oportunidad. Te juro por mi vida que no vas a arrepentirte de ello. Seré
el hombre que necesites que sea. Tu amigo. Tu amante. Tu esposo. —Esa última
palabra succiona el aire justo fuera de ella.
»Por favor, no llores. Nunca quiero ser el que provoque tus lágrimas.
Me inclino al frente, presionando mis labios a los suyos. Ella abre su boca,
permitiendo que mi lengua entre para encontrar la suya en un erótico baile.
Este beso es diferente. Me dice cosas que no puede decir o no dirá porque está
asustada de nosotros.
—Por favor.
—Beau...
Miro dentro de sus ojos y veo su conflicto. Sé que ella nos quiere físicamente,
es una mujer tan sensual, pero temo que no pueda aceptarnos emocionalmente.
Cierra sus ojos y toma una profunda respiración. Cuando mira de regreso a mí,
asiente.
»Ha sido una tortura tenerte tan cerca y aún sin poder tocarte.
—Tócame en cualquier, y en cada, forma en que quieras. —Su voz es casi sin
aliento.
Ella se estira por encima y agarro su nuca mientras se apoya contra mí. Amo
cuando hace eso.
»Dios, te extrañé.
Jala abierto el botón de mis pantalones y los empuja junto con mi bóxer rápido
al suelo.
La única prenda que queda son sus bragas, pero no por mucho, ya que la quito
de sus caderas y caen al suelo.
Nos movemos hacia la cama. Dejo besos suaves como plumas en mi camino
hacia abajo por su barbilla y garganta, hasta que mi boca encuentra uno de sus
pezones. Algo entre un gemido y el sonido de mi nombre escapa de su boca cuando
chupo.
—Tu cuerpo soportó a nuestro hijo y le dio vida. Desearía poder haberte visto
crecer con él.
—Lo siento.
—¡Ahh!
Mis dedos se deslizan arriba por sus muslos y encuentran sus manos. Enlaza las
suyas con la mía mientras levanta la cabeza para mirarme. Nuestros ojos se
encuentran solo por un momento antes de que lance su cabeza contra la almohada
y arquee su espalda de la cama. Levanta sus caderas más cerca de mi boca y aprieta
mis manos fuertemente cuando su cuerpo entero se pone rígido.
»¡Ahh, Beau!
Escalo su cuerpo, besando mi camino hacia arriba hasta que estoy cerniéndome
sobre ella.
Me aprieto entre sus piernas y miro fijamente a sus ojos. Todo en este
momento se siente diferente, como si fuéramos las únicas dos personas en este
mundo.
»Te amo, Anna James —susurro contra su oído, mientras derramo cada parte
de mí dentro de ella.
Esto es todo. Ella sabe que, después de esta vez, no me quedan “Te amo” no
correspondidos en mí.
Nada.
Ella no pronuncia ni una palabra, pero su silencio es fuerte y claro. Esta es ella,
diciéndome que no me ama. Que no me quiere.
»Esa era la última vez que tenías para decirme no. Nunca te pediré de nuevo
que me ames. —No más ruegos. No más súplicas.
—Beau...
Desprecio al hombre que fui una vez. Sus elecciones están privándome de la
cosa que más quiero en mi vida.
No digo nada cuando dejo la habitación. Ni siquiera cuando me llama para que
regrese así podemos hablar.
Puedo olerla todo sobre mí. Ella está sobre y bajo mi piel. Pero, mierda. Todos
tienen su punto de rompimiento, y encontré el mío.
—Terminé.
Te amo Beau, tanto que duele. Quería decir esas palabras tanto. Pero no podía.
En contra de mis deseos había caído en el amor del que pienso nunca sería
capaz de recuperarme.
Soy tan jodidamente egoísta. Lo dejé hacerme el amor porque quería una vez
más, una última vez con él.
Mierda. Beau dijo que quería ser mi esposo. Mi puto esposo. Han pasado cinco
días desde que profesó eso a mí. Todavía no puedo comenzar a procesar eso en mi
cabeza.
Te amo, Anna James. Esas palabras me ataron a él mucho más apretado que
cualquier cadena.
Usaba el trabajo y las fechas de entrega como excusas, siempre diciendo que
estoy demasiado ocupada o que estoy en reunión creativa sobre una nueva historia.
Él no se queja, pero cualquier hombre tiene que preguntarle a su prometida por no
tener interés en el sexo.
Aclaración: Tengo pleno interés en tener sexo y mucho de ello, pero no con él
desde que Beau regresó a mi vida.
Las visitas de Beau a Clark estaban cicladas alrededor así que es su día con él.
Debo admitir que típicamente espero por su tiempo juntos ya que puedo
acompañarlos. Pero hoy es diferente. Tengo que enfrentar a Beau por primera vez
desde que lo lastimé. No busco eso.
⎯Aquí.
Pongo la pañalera de Clark encima del sofá mientras sigo hacia la cocina.
⎯¿Quieres un emparedado?
Viendo a Beau crecer como padre para nuestro hijo es hermoso. Y sexy como
el infierno.
⎯Es un picnic, algo así. Hay algunos músicos locales tocando en el parque
Piedmont hoy. Pensé que debemos ir y salir.
⎯Pensé que sería divertido para ti conseguir algo de paz y tranquilidad así
puedes trabajar ininterrumpidamente.
¿Daphne? Ese nombre me es familiar, como que tal vez la conocí en una de las
funciones familiares, pero no puedo ubicar quien es.
⎯Ese nombre me suena como una campana, pero no puedo ponerle rostro.
⎯Alta pelirroja. Creo que dijiste que su voz te recordaba uñas arañando una
pizarra. ⎯Ugh.
Ni siquiera ha pasado una semana desde que me dijo que me amaba, que rogó
que lo amara y ahora él va a estar con ella. Justo enfrente de mí.
Estoy siendo dejada de lado mientras Beau lleva a nuestro hijo a un picnic con
otra mujer. No vi esto venir.
⎯Lo siento. Bebí mucha agua en mi camino para acá. Regresaré en un minuto.
No entiendo cómo puede decir todas esas palabras, que sean verdaderas y
luego salga en una cita varios días después. No puedo clasificar eso.
⎯¿Todo bien?
Mierda, ¿Me veo como que he estado llorando? Necesito alejarme de él tan pronto como
sea posible.
Pobre Clark la está viendo con el ceño fruncido a punto de volverse llanto en
cualquier momento. Conozco ese sentimiento.
Beau está sonriendo. Espero que sea porque está orgulloso de que comparen a
su hijo con él y no porque su cita este tratando de empujar mis botones.
Mi primer libro está basado en mis experiencias con Beau e Indulge, dicho a
través de los ojos de Emma Jane. El segundo era del punto de vista Ben. Ahora me
han pedido que escriba su Felices Por Siempre. Y estoy jodidamente sin
inspiración. ¿Cómo escribo sobre algo en lo que no tengo experiencia?
Este libro se supone ser un moderno cuento de hadas lleno con momentos que
te quitan el aliento. Y sexo. Mucho. Y bebés.
⎯Ah, Beau. ⎯Es el portarretrato de nosotros con los delfines. No he visto esta
fotografía desde que metí mi copia en una caja que nunca volví a abrir.
Mierda.
Mi vida apesta.
Pienso que el corazón roto que siento cuando volé de Jamaica era el peor, pero
mi mundo se dividió a la mitad cuando lo vi con esas dos jodidas putas.
Dolió tanto después. ¿Es así como Beau se ha estado sintiendo estos últimos meses
viéndome con Preston?
Ahora, verlo con alguien más y el problema está claro. Puede que la haya
jodido cuando no le dije esas dos palabras que él quería escuchar.
●●●
Preston está en su casa, los pies apoyados en la mesa de cóctel con papeles
extendidos a su alrededor. Él mira hacia arriba y me ve por encima de sus gafas de
lectura.
—Sí, pero no por un rato. Hay algunas bandas locales tocando en el parque.
Me imagino que ellos estarán fuera por unas horas. —Clark le hará saber cuándo
sea hora de regresar.
Preston quita los papeles que lo rodean y los mueve a la mesa de cóctel.
Él se quita sus anteojos y lo deja caer encima de sus papeles. Parpadea varias
veces.
—Suena serio.
—Lo sé. —Las cosas han sido tan diferentes entre nosotros desde que Beau
regresó a mi vida.
—Sí —susurro.
—Sí.
—¿Cuántas veces?
—Dos veces.
—Lo amo.
Él asiente.
—Por supuesto, lo haces. Siempre lo has hecho, sabía eso, pero pensé que
estábamos libres porque no estaba alrededor.
Pensé lo mismo.
Preston deja el sofá y poniéndose de pie con sus manos en sus caderas mirando
hacia afuera de la ventana, su espalda hacia mí.
No puedo evitarlo.
Quiero un loco amor apasionado, incluso si es más duro y duele más. Incluso si
viene con un precio.
—Creo que lo hace. —Él mira afuera de la ventana por un largo tiempo.
—Lo siento tanto. —No sé qué más decir. No hay palabras para hacer esto
mejor.
—Eres consciente de las cosas que le gustan y aun así lo elijes a él de todas
formas, sabiendo que al final te destruirá. Infiernos Anna. Él regresó directo a su
forma de vida después de ti. No entiendo porque elegirías infligir esa clase de dolor
a ti misma.
Sigo hablando con él de espaldas a mí. Pero tal vez eso me hace posible decir
las palabras que necesita escuchar.
»Quiero que sepas que no hubiera sobrevivido y superado el último año si no
hubiera sido por tu amistad. Odio cuanto te está lastimando esto, pero no puedo
entrar en un matrimonio sin dar el 100%. Eso es lo que tú mereces.
—No.
Él suavemente levanta mi barbilla con sus dedos así lo estoy viendo a él.
—Te amo, Anna, y quiero que seas feliz, incluso si es con él.
—Tu corazón le pertenece a alguien que estás por conocer y será la mujer viva
más afortunada de tenerlo.
Regreso a casa de Beau. Mis dos chicos y la escandalosa me han golpeado ahí.
Si no lo descubrí al ver el Hummer de Beau en el garaje, lo sabía porque los sonidos
de Daphne resonaban por la casa cuando entré por la puerta principal. Tan
jodidamente molesta. No sé cómo puede estar escuchándola.
—Regresé —anuncié.
Debo admitir que estoy un poco perturbada al ver a Clark felizmente sentado
en el regazo de ella. Me siento un poco traicionada por mi hijo de ocho meses.
Clark me ve y de inmediato se retuerce en su regazo, estirándose por mí. Yo
felizmente lo tomo.
—Estoy feliz de que hayan tenido buen clima. ¿Cómo estuvo la música?
Ella divaga por cinco minutos sobre tonterías completas antes de que Beau sea
capaz de conseguir la palabra.
—Ah, estoy triste de habérmela perdido. Esa es una de mis canciones favoritas.
⎯Beau y yo la bailamos en ese club de reggae en Jamaica, cuando me estaba
enamorando de él.
—¡Ugh! Odio la cosa del reggae —balbucea ella nuevamente. Bloqueo hacia
afuera la mayor parte de ella, pero recupera mi atención cuando coloca su mano
sobre el muslo de Beau—. ¿Todavía estamos yendo al Café Intermezzo después de
que se vayan?
—Quieres decir que Beau tiene a Clark y a su madre. —Daphne mira su reloj y
suspira fuerte—. Y eso son más de tres horas.
Guau. Uno pensaría que está lista para librarse de mi hijo y de mí. No puedo
imaginar por qué.
Esa es una pregunta inapropiada, así que decido darle una respuesta descortés.
—Apuesto que estás exhausto de escuchar todo ese aire caliente, ¿no es así,
dulce niño?
Apilo las almohadas de la cama de Beau como me gustan para estar cómoda.
Sé que solo fueron unas pocas horas, pero nunca he estado lejos de él por tanto
tiempo. No me gustó.
—Necesitamos hablar.
—Estoy escuchando.
Deseo que pudiéramos tener esta conversación justo en este segundo. Estoy
ansiosa por decirle.
—Suena serio. —Esta es la segunda ocasión que escucho eso esta noche.
—¿Entonces cuándo?
—No estoy alejando a Clark de ti. En todo caso, quiero que lo veas más
seguido.
Él ve a Clark amamantando.
—¿Beau?
—¿Sí?
Estoy muriendo por decirle que no duerma con ella esta noche después de que
me haya ido. Pero ¿Qué derecho tengo?
—Nada.
—No puedes dejarme así. ¿Qué es? —Él está sonriendo. Creo que sabe que me
está atormentando teniéndola a ella aquí. Y le encanta.
—Sabes que haré cualquier cosa por mi mejor amiga. —Ella dice eso ahora.
Veamos cómo se siente mañana por la mañana.
Odio pedirle a Meredith que haga esto. Podría ser la peor noche de su vida.
—Eso no es un gran favor. —Ella aplaude sus manos como un niño feliz—. Y
me encantaría.
No ha oído el resto.
—Durante la noche.
Mi hijo nunca ha estado lejos de mí por más de unas pocas horas así que no
tengo ni idea de cómo va a reaccionar cuando se separe de mí por una noche
completa.
—Puede que no vaya bien, Mere. Tal vez quieras matarme y luego correr para
amarrarte a tubos.
—¿De qué estás hablando? Clark nos ama a Grayson y a mí. Está
acostumbrado a estar cerca de nosotros entonces estará bien. —Él ha pasado
mucho tiempo con Mere y G, pero siempre yo he estado alrededor, también.
Una noche de estancia significa que Clark tendrá que tomar una botella esta
noche y en la mañana. Todavía es nuevo y no está totalmente loco por ellos, así
que podría ir mal, rápidamente.
—Beau todavía no lo sabe. Le pedí que viniera esta noche para que pudiéramos
hablar. —Solo decir esas palabras en voz alta me excita.
—¿No quieres decir que puedes joderle los sesos? —Un comentario como
Meredith.
—Bueno, eso, también, después de que le diga. —Es ridículo lo mucho que
estoy deseando hacer eso.
—¿Tienes algo especial que vestir? —Es como ella estar pensando en eso.
—Por mucho que le guste, ir a la puerta desnuda será un regalo muerto. Tienes
que hacerle sudar un minuto.
Estoy segura de que ha estado sudando desde anoche, teniendo en cuenta que
no tiene ni idea de por qué le he pedido que lo haga. O tal vez lo hace desde que le
dije que lo guardara en sus pantalones anoche.
—Creo que voy a usar el de color champán con diamantes de imitación. —Es
muy sexy.
—Hecho.
Me ducho, me afeito, pelada e hinchada. Mi cabello y maquillaje es perfecto.
Estoy usando un vestido cruzado gris con la lencería escogida debajo de ella. Todo
lo que necesito ahora es Beau.
Él llega tarde.
Treinta minutos. Una hora. Una hora y media. Su teléfono va directo al correo
de voz cada una de las docenas de veces que he llamado durante la última hora.
—¿Qué sucede?
—Fue un accidente muy malo. Un camión de dieciocho ruedas se pasó una luz
roja y lo deshizo por el lado del pasajero. Todavía están haciendo pruebas, pero no
tiene lesiones mortales. Eso es todo lo que realmente sabemos en este momento.
—Voy en camino.
A pesar de la suave sonrisa en su rostro, puedo ver lo preocupada que está por
su hermano. Es tan querido.
—Mamá está con él ahora, pero te dará el pase de visitante y cambiará de
lugar. Él te quiere. Ha sido muy enfático sobre eso.
—Oh, Dios, gracias por venir, Anna James. Él ha estado presionándonos para
conseguir que vengas.
—Por supuesto. Quiero estar con él. —Darby parece sorprendida al oírme decir
eso.
—Se ha negado a tomar la medicina para el dolor porque dijo que quiere hablar
contigo antes de desmayarse.
—Santo cielo.
—Lo sé. Y está agitado porque está sufriendo tanto. No es agradable estar aquí
ahora mismo.
Cortes menores y lo que parece ser contusiones están esparcidos por su cara y
pecho. El corte por encima de su ojo derecho parece profundo. No soy un médico,
pero apuesto a que necesitará puntos de sutura. Ya que una sábana lo cubre desde
la cintura hacia abajo, no puedo ver lo que está sucediendo allí.
—¿Estás bien?
Parece decepcionado.
—Supongo que el hospital no es un lugar para un bebé.
—Ya lo había dejado en su casa antes de que Caroline llamara. Hice los
arreglos con Meredith esta mañana para que él se quedara.
—Nunca dejas a Clark con nadie. —Nunca he tenido una razón para hacerlo
hasta esta noche.
No tiene ni idea.
Tenía planes tan románticos para nosotros. Quería decirle que lo amaba y
luego hacer el amor toda la noche hasta que cayéramos por el agotamiento.
—Bueno, aquí es donde voy a estar por un tiempo. Y quiero saber lo que tienes
que decir.
—No voy a decir nada hasta que aceptes tomar algo para el dolor.
—Me hará dormir. Puede que no escuche todo lo que me dices. —Él está
siendo un dolor en el culo.
—Tomará unos treinta minutos para que haga efecto y no va a causar amnesia.
Recordarás todo lo que hablemos. —Presiono la luz de la enfermera sin su
permiso—. Ahora ya está preparado para el analgésico.
Estoy preparada para hablar una vez que Beau esté medicado, pero el personal
del hospital tiene otros planes.
Su enfermera se ríe.
Beau me mira. Cada línea en su rostro expresa molestia. Espero que no esté así
conmigo porque le hice tomar el analgésico.
Estoy en mi tercer viaje al baño para limpiar bajo mis ojos cuando Beau vuelve.
Los ojos de Beau parecen cansados. No tengo ninguna duda de que está
luchando contra los efectos secundarios soñolientos de la medicación.
—Está bien, pero piensan que mi tobillo probablemente está roto. Tengo que
esperar a que un radiólogo lea la radiografía.
Voy al lado de la cama y saco la sábana para poder ver su pierna. Su tobillo
derecho está hinchado y púrpura.
—Rompí el compromiso.
—¿Cuándo?
—Espero que quieras tener esa conversación donde ambos admitimos que lo
que teníamos era bueno.
—No me gusta lo que estamos haciendo. Quiero estar contigo. Todos los días.
Y no solo como la madre de tu hijo.
—Ya sabes lo que quiero oír de ti.
—Incorrecto. Te dije que no tenía otro “te amo” sin escucharlo a cambio.
Me acerco para tocar su cara, pasando mi dedo junto al corte por encima de su
ojo derecho.
—Te amo, Beau Emerson. Y no quiero pasar otro minuto lejos de ti.
—He esperado mucho tiempo para oírte decir eso. —Los labios de Beau se
encuentran con los míos, pero nuestro beso se interrumpe cuando su doctor entra.
Beau es todo negocio mientras el doctor está en la habitación, pero eso termina
en el segundo en que se ha ido.
—Suena como que estaré así por un tiempo. Creo que voy a necesitar a alguien
que me bañe con esponja.
—Esa es una conversación que quiero tener muy pronto, pero no aquí. Y no
después de que me hayan dado narcóticos.
Tampoco quiero ser interrumpida por el personal médico o tener a Beau bajo
influencia mientras hablamos de nuestro futuro.
Sí claro.
—No estoy pidiendo porque quiero follar. Bueno, lo hago, pero no hay manera
de que eso suceda. Mis costillas me están matando. Necesito ayuda para lavarme.
—Estoy usando esto porque tuve grandes planes para ti anoche antes de que te
convirtieras en carne de defensa.
—No puedo creer que esté a punto de decir esto, pero me encanta oír que me
llames así. Lo he extrañado.
—Bien.
Tanto como lo odio, no hay nada romántico en esta ducha con Beau. Se trata
estrictamente de limpiarlo antes de que se meta en su cama. Y expresando. Estoy a
punto de explotar.
—No más bolas sudorosas. Creo que estas bien para ir.
—Gracias. Lavaré las tuyas en cualquier momento. Todo lo que tienes que
hacer es pedir y te pagaré el favor.
—Si alguna vez te pido que me laves las bolas entonces será mejor que sepas
que tenemos un problema.
—Lo tengo.
Tal vez lo estoy imaginando, pero casi se siente como algo no dicho está
colgando en el aire.
Todo tarda cuarenta y cinco minutos de principio a fin, pero Beau está limpio y
en la cama. Estoy cansada de manejar este niño de gran tamaño.
Beau toma otra píldora para el dolor y ambos nos metemos en la cama. Estoy
agradecida de que Meredith haya tenido una buena noche con Clark y se ha
ofrecido a cuidarlo por el día ya que soy una jodida ruina agotada.
Es mediodía cuando abro los ojos de nuevo. Beau alcanzó la botella de agua
que dejé fuera de su alcance en la mesilla de noche.
—Para, Beau.
—No me importa. —En Jamaica, Beau hizo algo por mí. Él es el hombre más
complaciente y generoso que conozco. A pesar de su autoritarismo, que me gusta,
cuidar de él es fácil.
Beau toma la mitad de la botella de agua.
—Me gusta cuando me llamas nena. —Nunca le había dicho eso antes.
—Dímelo ahora.
—Te amo, William Beauregard Emerson. Y nunca más te diré que no.
—Correcto.
—Así que, si hago esto —Él desliza su mano por la parte posterior de mi
muslo—, ¿no me dirás que me detenga?
—No lo haré.
—No me importa. Te amo. Necesito estar dentro de ti. —Él alcanza la parte de
atrás de mi cuello para acercarme y luego gime de dolor.
—¿Ves?
Una vez más, no le diré que no, porque realmente no quiero. Lo quiero dentro
de mí también.
Me levanto y muevo una pierna sobre su pelvis así que estoy a horcajadas de él.
Me inclino hacia adelante, con los codos presionados en la almohada a cada lado
de su cabeza y beso su boca. Coloca sus manos en mis muslos y las mueve hacia
arriba hasta que llegan a mis mejillas desnudas.
Arrastro su ropa interior a sus pies. Cuando terminé de tirar de ellos sobre su
férula, bajo mi cuerpo hacia el suyo, acercándonos lo suficiente como para tocarlo,
pero sin la presión de mi peso contra él.
—Sé que te gusta coger duro y sucio, pero vas a tener que conformarte con
dulce y suave.
Me pone las manos en el estómago y las desliza hacia arriba. Palmea mis
pechos llenos, haciendo que mis pezones se vuelvan erectos bajo su toque.
—¿Estás bien?
Se está frotando más fuerte y estoy montando más rápido. Resulta que esto no
es tan dulce y suave como esperaba.
—¡Sííí!
—Yo también.
—Ohh… Ohh
—Cásate conmigo.
—Beau…
Lo sostengo por él. Esta es su actuación. Voy a hacer que trabaje por ello.
—Beau, es impresionante.
Quiero que nuestros hijos crean que somos almas gemelas, porque eso es lo que
hacen los niños y luego averiguar cuándo crecieran que tenían razón.
Lo sé, amiguito. También extraño a tu mami, cuando está encerrada, en una carrera
contra el tiempo de entrega.
Un niño de dos años no entiende porque está en la misma casa, pero no puede
estar con ella. Algunas veces es difícil para mí entenderlo.
—Judd llamó. Tenemos un desastre en uno de los renos nuevos. Algo con los
cimientos.
—Voy a comprobarlo. ¿Quieres que me lleve a Clark para que puedas trabajar
en paz?
Gracias a Dios. Entiendo que las horas de la madrugada son cuando la casa y
Clark están tranquilos, pero estoy listo para la hora en que mi esposa venga a la
cama a la hora en lugar de permanecer trabajando hasta medianoche.
—Tal vez esta noche ¿podamos trabajar en ese nuevo proyecto que
discutimos?
—Tengo que iniciar las ediciones tan pronto como termine este capítulo. Va a
ser difícil conseguir eso antes de que nos vayamos el viernes. —Clark la interrumpe
cuando se menea fuera de su regazo—. ¿De qué proyecto estás hablando?
Ella sonríe.
Solo lo estuvo por un par de meses cuando lo perdió. El doctor nos aseguró que
era aleatorio y no predecía problemas en un futuro. Gracias a Dios.
Beauregard, estoy lista para intentarlo de nuevo. Creo que es tiempo de que hagamos un
hermano o hermana para Clark. Estuve tan feliz de escuchar esas palabras de
Melocotón la semana pasada.
A mí tampoco, pero espero que la próxima sea una chica rubia de ojos azules,
del color de la luminosa laguna. Al igual que mí increíble esposa.
Clark sigue persiguiendo a Kermit. Él ama a ese gato, pero no estoy tan seguro
de que su afecto sea recompensado.
—Tío Jid —grita Clark. Está loco por mis hermanos. Todos ellos. Caroline y
Ashlyn, también.
—Eso será genial, cariño. —Ella se ve agradecida—. ¿Estás puesta para sushi e
hibachi?
—Sí.
Clark grita y se mueve en mis brazos. Me encanta que le dan tantas cosquillas
como a su mamá. Es una de las pocas cosas que sacó de ella.
●●●
Han desaparecido grandes trozos del subsuelo. Roto completamente. Qué puto
desastre.
—No, Clarky. No puedes bajar aquí. Demasiado peligroso. Podrías caer por
esos agujeros en el suelo.
Judd sabe que estaba viniendo. Y su camioneta del trabajo está afuera. Él
probablemente está escondido porque no quiere escuchar lo que tengo que decir
sobre esta mierda.
Maldita sea. Cuánto más avanzas, peor se pone. Ni siquiera quiere saber
cuánto va a costar esto.
Bueno, los culos de Judd y Wilder pueden prepararse para hacer el trabajo y
cortar los gastos. Ellos son quienes insistieron en comprar esta basura. Ellos son
quienes la van a poner en forma.
Santa mierda.
Hijo de puta. No necesito una imagen visual de Judd doblando a una pelirroja
por encima de esas horribles encimeras rosadas.
El idiota sabía que iba a venir. Diablos, es él quien me llamó y me dijo que
viniera. Entonces, ¿por qué está haciendo una infusión lasciva con una chica
cuando llego aquí? ¿Y con mi hijo? Estúpido.
—¡Eh, Beau! Y hola a ti, pequeñito lindo. Has crecido desde que te vi por
última vez.
Maldita mierda.
—Hola, Daphne.
—Eres a la persona que vine a ver. —Hace cinco minutos no se veía así. ¿La
mujer no tiene vergüenza?—. Tengo algunos clientes que buscan una casa. ¿Quieres
que trabajemos juntos? —De ninguna manera.
—Cosa segura.
—Mantenme informada sobre lo que esté sucediendo con mis clientes. —Lo
siento. No estaré haciendo eso.
—¿Qué?
Judd se ríe.
—También habrías golpeado ese culo si hubiera tirado su coño a ti justo como
me lo hizo ahora. Oh, espera. —Él coloca sus manos en el aire como si estuviera
teniendo una epifanía—. Lo hiciste.
—Ni siquiera sabes lo mal que vas a arrepentirte de hacer eso. Ella es una
sanguijuela.
Esos son buenos recuerdos. Pero estoy apostando que estamos a punto de hacer
mejores esta vez, del tipo que llevaremos a nuestra casa en su vientre. Vamos a hacer
un bebé.
Un baby doll abierto desde la parte superior por la mitad. Vientre desnudo. Un
pequeño triángulo entre sus piernas. Expresión facial de fóllame, ahora.
—A papi le gusta.
Ella pone sus manos en su cadera y camina para dirigirnos a la cama hasta que
la parte posterior de sus piernas golpean el colchón. Ella se sienta y se desliza en
medio. Levanta su pie y curva los dedos de sus pies alrededor de la cintura de mi
bóxer, tirando de ellos y de mí, en su dirección. Ella usa su dedo índice para
persuadirme. Joder, mi esposa es candente.
—Bésame.
Ella mira fijamente dentro de mis ojos mientras yo ruedo encima y ella pasa sus
dedos por mi mejilla.
Si concebimos esta noche, solo será cuestión de meses antes de que ponga un
recién nacido sobre estos pechos para amamantarlo. Y voy a estar ahí para todo, esta
vez.
Con las piernas separadas, anido mi cuerpo en medio hasta que mi pene está
duro contra su caliente coño, invitador. Ella levanta sus caderas y mi punta se
desliza justo dentro de ella. Aprieta sus piernas y me acerca. Me encanta cuando hace
eso. Animándome.
Estoy moviéndome dentro de ella despacio y mis manos rozan la parte inferior
de sus brazos. Los empujo sobre su cabeza y entrelazo mis dedos con los
suyos. Tanto nuestras manos como nuestros cuerpos están unidos como uno.
Melocotón gime cuando deslizo mi mano entre nuestros cuerpos hasta el punto
en el que nos convertimos uno. No hay principio. Ni fin.
Conozco su cuerpo como él mío. Ella necesita más penetración para venirse así
que encuentro ese punto, el que la vuelve loca cada vez que la toco y golpeo mis
dedos contra ella.
Sus piernas se tensan y sé lo que viene después. Sus paredes interiores se tensan
a mí alrededor, comprimen rítmicamente mi polla. Una vez. Dos veces. Y luego
otra y otra vez hasta que pierdo la cuenta, porque estoy perdido en mi propio
mundo rasgándose. Explotando.
Estoy apoyado en mis codos pase por encima de ella. Todavía estoy dentro,
inmóvil, mientras recuerdo los momentos en que Melocotón ha sido su más bello:
esa primera noche cuando se sentó en mi mesa en el restaurante de Indulge, nuestra
reunión en Nueva York viéndola por primera vez con nuestro hijo, observándola
caminar por el pasillo para convertirse en mi esposa y ahora yacía aquí debajo de
mí mientras tratamos de concebir otro bebé.
●●●
—Mmm… ohh… —Escucho a Melocotón gemir mientras se tira en la cama.
No lo he escuchado en un tiempo.
—¿Estás bien?
Me siento para encender la lámpara y la veo recostada de lado con sus piernas
en posición fetal.
—Mmm-hmm. Y es malo.
Su fecha no es hasta la próxima semana. Ella se pasó su fecha por tres días con
Clark. Supongo que esperaba que se repitiera.
Mierda. Me he estado preparando para esto por meses, pero no sé qué hacer.
¿Dos horas? ¿Cómo dormí a través de sus gemidos y sacudidas de dolor por
tanto tiempo?
—Pensé que podría ser una falsa alarma. No quise despertarte si no era real. —
Mi Melocotón desinteresada.
—Está bien, pero apúrate. —No estoy del todo a gusto con estar aquí. Ella ya
está dilatada con tres centímetros la última vez que vio al doctor y hemos
escuchado de los segundos bebés llegan más pronto.
—Uh oh.
—¿Qué pasa?
No sé mucho de tener bebés, pero creo que significa que las cosas están
progresando.
—Has lloriqueado por más de dos años por perderte todo con Clark. Ni
siquiera pienses librarte de esto.
⎯Parece que alguien se queda para tener un bebé. Te llamaría cada cinco casi
seis centímetros. ¿Estás planeando recibir la epidural?
Ella es dura.
—Sé que puedes hacerlo sin epidural, pero odio verte con dolor.
—Estoy bien. De verdad. —Melocotón es la que está dando a luz, pero me está
calmando. Es justo como es.
—Es un buen tipo de dolor. —Ni siquiera tiene sentido para mí, pero es mi
deber respaldar su decisión.
No me perdí de nada esta vez. Amé cada minuto de ver crecer a nuestro hijo
dentro de Melocotón.
—Estamos a punto de conocer a nuestro nuevo hijo o hija. Estoy tan contento
de no haber averiguado el sexo del bebé.
Oh, mierda. La realidad me golpea. Estoy a punto de ser papá para otra
pequeña persona.
¿En serio? ¿Ya se puede ver la cabeza después de un empujón? Pensé que esto
llevaría mucho tiempo. Melocotón dijo que con Clark lo hizo.
—A mí también.
Melocotón toma una respiración profunda y la deja salir antes de tomar otra y
sostenerla. Ella tira de sus piernas hacia atrás y su rostro se vuelve rojo remolacha
mientras empuja con toda su fuerza. Ella detiene el empuje y libera sus piernas
mientras se arquea de la cama.
Ella inhala hondo y se pone de nuevo en posición para pujar otra vez.
—Vamos a conseguir el otro extremo de este bebé hacia fuera y ver si tenemos
un niño o una niña. ⎯La enfermera empuja contra la pierna de Melocotón y me
hace un ademan para que yo haga lo mismo con la otra pierna—. Puja, Anna
James ¡Puja!
Veo la determinación en su rostro y sé que su próximo pujido será el último. Y
lo es.
—Lo sé.
Hace tres años una bella chica estaba sentada frente a mí en un restaurante
hedonista. No hacía más que estar ahí sentada. Con la cabeza agachada.
Ruborizándose. Poniendo mi mundo de cabeza. Una desconocida que pronto
llegaría a significar todo para mí. Ella no se esforzó por conseguirlo. Era
imposible olvidarla. La amo tanto que a veces dudo de mi cordura. Pero ella nunca
duda de mi pasión.