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M: Espera
M: El almuerzo hijo
M: Para que?
H: Para cortarlas
M: La navaja? Maldita sean todas y el bribón que las invento. No se como permites llevarte
una navaja. Primero tu padre, que lo disfrute 3 años escasos y luego tu hermano.
M: Como puedo calmarme sabiendo que toda esa familia de matadores esta suelta, no me
gusta que salgas me gustaría que seas una mujer para asi poder bordar quedarnos juntas.
M: ay hijo, yo se que la muchacha es buena verdad, pero cada vez me quedo sola, perdóname
hijo, ella tuvo un novio no?
H: LE PARECE EL DOMINGO
V: ¿Cómo estás?
M: Ya ves.
V: Yo bajé a la tienda y vine a verte. ¡Vivimos tan lejos!...
M: Hace veinte años que no he subido a lo alto de la calle.
V: (Triste.) ¿Y tu hijo?
M: Salió.
V:¡Al fin compró la viña!
M: Tuvo suerte.
V: Ahora se casará.
M: oye ( se acerca a la vecina)
V:(En plan confidencial.) Dime.
M:Tú conoces a la novia de mi hijo?
V: ¡Buena muchacha!
M: Sí, pero...
V: Pero quien la conozca a fondo no hay nadie. Vive sola con su padre allí,
tan lejos, pero es buena. Acostumbrada a la soledad.
M: ¿Y su madre?
V: A su madre la conocí. Hermosa. Le relucía la cara como a un santo; pero
a mí no me gustó nunca. No quería a su marido.
M: (Fuerte.) Pero ¡cuántas cosas sabéis las gentes!
V: Perdona. No quisiera ofender; pero es verdad. Ella era orgullosa.
M: ¡Siempre igual!
V: Tú me preguntaste.
V: Pero Tienes razón. Tu hijo vale mucho.
M: Vale. Por eso lo cuido. A mí me habían dicho que la muchacha tuvo
novio hace tiempo.
V: Tendría ella quince años. Él se casó ya hace dos años con una prima de
ella, por cierto. Nadie se acuerda del noviazgo.
¡Me haces unas preguntas!...
M: A cada uno le gusta enterarse de lo que le duele. ¿Quién fue el novio?
V: Leonardo.
M: ¿Qué Leonardo?
V: Leonardo el de los Félix.
M: (Levantándose.) ¡De los Félix!
V: Mujer, ¿qué culpa tiene Leonardo de nada? Él tenía ocho años cuando
las cuestiones.
M: Es verdad... Pero oigo eso de Félix y es lo mismo (Entre dientes) tengo
que escupir por no matar.
V: No te opongas a la felicidad de tu hijo. No le digas nada. Tú estás vieja.
Yo, también. A ti y a mí nos toca callar.
M: No le diré nada.
V: Nada.
V: Me voy, que pronto llegará mi gente del campo.
M: vale, cuídate adiós.
*Entra leonardo*
L: ¿Y el niño?
M: Se durmió.
L Ayer no estuvo bien. Lloró por la noche.
M: (Alegre.) Hoy está como una dalia. ¿Y tú? ¿Fuiste a casa del herrador?
L: De allí vengo. ¿Querrás creer? Llevo más de dos meses poniendo herraduras nuevas al
caballo y siempre se le caen. Por lo visto se las arranca con las piedras.
M: ¿Y no será que lo usas mucho?
L: No. Casi no lo utilizo.
M: Ayer me dijeron las vecinas que te habían visto
L ¿Quién lo dijo?
M: Las mujeres que cogen las alcaparras. Por cierto que me sorprendió. ¿Eras tú?
L: No. ¿Qué iba a hacer yo allí?
M: Eso dije. Pero el caballo estaba reventando de sudor.
L: ¿Lo viste tú?
M: No. Mi madre.
L: ¿Está con el niño?
M: Si, Me hace falta un vestido y al niño una gorra con lazos.
L: ( Suspira Levantándose.) Voy a verlo.
M: Ten cuidado, que está dormido.
S: (Saliendo.) Pero ¿quién da esas carreras al caballo? Está abajo, tendido, como si
llegara del fin del mundo.
L: (Agrio.) Yo.
S: Perdona; tuyo es.
M: (Tímida.) Estuvo con los medidores del trigo.
S: Por mí, que reviente. (Se sienta.)
M: El refresco. ¿Está frío?
L: Sí.
M: ¿Sabes que piden a mi prima?
L: ¿Cuándo?
M: Mañana. La boda será dentro de un mes. Espero que vendrán a invitarnos.
L: (Serio.) No sé.
S: La madre de él creo que no estaba muy satisfecha con el casamiento.
L: Y quizá tenga razón. Ella es de cuidado.
M: No me gusta que penséis mal de una buena muchacha.
S: Pero cuando dice eso es porque la conoce. ¿No ves que fue tres años novia suya?
L: Pero la dejé. (A su MUJER.) ¿Vas a llorar ahora? ¡Quita! (La aparta bruscamente las
manos de la cara.) Vamos a ver al niño.
(Entran abrazados.)
(Aparece la MUCHACHA, alegre. Entra corriendo.)
MUCHACHA.- Señora.
SUEGRA.- ¿Qué pasa?
MUCHACHA.- Llegó el novio a la tienda y ha comprado todo lo mejor que había.
SUEGRA.- ¿Vino solo?
MUCHACHA.- No, con su madre. Seria, alta. (La imita.) Pero ¡qué lujo!
SUEGRA.- Ellos tienen dinero.
(Aparecen LEONARDO y su MUJER.)
MUCHACHA.- Vengo a deciros lo que están comprando.
L: (Fuerte.) No nos importa.
M: Déjala.
S: Leonardo, no es para tanto.
L: No le he preguntado su opinión. (Se sienta.)
S: Está bien.
M: ¡QUE TE PASA!
L: Quita.
M: No. Quiero que me mires y me lo digas.
L: (Molesto) ¿Te puedes callar?
S: (Enérgica, a su hija.) ¡Cállate!
*Leonardo se va*
ESCENA 4: Madre – Novio – Padre -Novia
*Se encuentran en una sala*
M: (Al HIJO.) ¿Cuándo queréis la boda?
Novio: El jueves próximo.
P: Día en que ella cumple veintidós años justos.
M: ¡Veintidós años! Esa edad tendría mi hijo mayor si viviera..
P: En eso no hay que pensar.
P: Entonces el jueves. ¿No es así?
Novio: Así es.
(Pasa la CRIADA.)
P: Dile que ya puede entrar. (A la MADRE.) Celebraré mucho que te
guste.
(Aparece la NOVIA. Trae las manos caídas en actitud modesta y la cabeza baja.)
M: Acércate. ¿Estás contenta?
Novia : Sí, señora.
P: No debes estar seria. Al fin y al cabo ella va a ser tu madre.
Novia: Estoy contenta. Cuando he dado el sí es porque quiero darlo.
M: Naturalmente. (Le coge la barbilla.) Mírame.
P: Se parece en todo a mi mujer.
M: Si. Bueno que vivan todos, ¡eso! ¡Que vivan!
Novio: Yo sabré cumplir.
M: Aquí tienes unos regalos.
Novia: Gracias.
P: ¿No tomamos algo?
M: Yo no quiero. (Al NOVIO.) ¿Y tú?
Novio: Tomaré.
Escena 6:
MUJER.- Vamos.
LEONARDO.- ¿Adónde?
MUJER.- A la iglesia. Pero no vas en el caballo. Vienes conmigo.
LEONARDO.- ¿En el carro?
MUJER.- ¿Hay otra cosa?
LEONARDO.- Yo no soy hombre para ir en carro.
MUJER.- Y yo no soy mujer para ir sin su marido a un casamiento. ¡Que no puedo más!
LEONARDO.- ¡Ni yo tampoco!
(Entra la MUJER de LEONARDO.)
MUJER.- ¡Han huido! ¡Han huido! Ella y Leonardo. En el caballo.
MENDIGA Nada.
MENDIGA De prisa. Mucha luz. ¿Me has oído?
¡No pueden escaparse!
ESCENA SIGUIENTE:
N: (interviente) BASTA LOS DOS, CAYENSE, QUE ME HACEN MAS DAÑO CADA VEZ.
Ambos mueren.
N: NOOO, que hicieron, Me e quedado sola, no tengo a nadie, mis dos seres amados están
muertos…
N: máteme, hagalo, máteme, no tengo motivos para vivir, mis dos seres amados están muerto
y yo por dentro estoy destrozada
M: eres una maldita, sabias que mi hijo te ama mucho, me e quedado sola *la vecina trata de
calmarla* LARGATE, VETE, FUERA MALDITA, TE MALDIGO, ESPERO QUE TE VAYA MAL EN TODA
TU VIDA