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Doña lucha: qué bonito es festejar el día de las madres, aunque las
festejadas son las que terminamos trabajando más, no importa el caso
es estar con los hijos y mis hijos no porque son mis hijos modestia
aparte son buenos muchachos unos locos otros mensos, pero todos
tragan los desgraciados.
ENTRA MACACO
Doña lucha: ¡Hay santísima aparición!, que gustos los tuyos por andar
juntándote con todos los barbajanes de la colonia con el carehuevo,
con el Rasputín que le llaman así por raspa y por mañoso que ha de
ser el muchacho, y ahora con este que parece la mismísima estampa
de la elegía.
ENTRA ALBERTANO
ENTRA MARIA
Doña lucha: pues se sufre mucho imagínate cuanto no sufrí yo con mis
14 horas que arto sin anestesia
Doña lucha: y luego para que mal paguen porque cuando nació esta
venia de pompis y con el cordón umbilical enredado en el pescuezo
Doña lucha: Todos estos temas son para que mis hijos me tengan
confianza me gusta ser su amiga de mis hijos soy una madre moderna
hasta me gusta bailar con los chavos de hoy, si es más macaco
acompáñame a bailar esta pieza por favor (doña lucha y macaco
bailan)
Albertano: ama no brinque, no brinque
Albertano: (Dudando) No, no, jefa lo que pasa, Osea lo que ella quiso
decir , Osea si fui a comer a su casa, porque seria, bueno
accidentalmente fui, porque como era hora de la comida y estaba por
su casa, y como ella estudio un curso de cocina, pues si le sabe
Doña lucha: (Disgustada) aaaaaa, ahora resulta que para ser ama de
casa ay que tomar cursos, tal vez yo no estudie, pero por lo menos a
mi si me enseñaron que a una casa no se llega sin invitación, mucho
menos con las manos vacías, por lo menos un aguacatito
SALE MARIA
doña lucha: (Le tiemblas las manos) ay, ay, se me están durmiendo
mis manos, se me esta paralizando la mitad de la cara, se me esta
yendo de lado la boca, ay, me van a matar de un coraje y madre solo
hay una
doña lucha: (con lágrimas en los ojos) no voy a poder vestir al niño
dios
doña lucha: pues eso, mira macaco, el día en que te cases y que
tengas tus macaquitos, ese día me vas a dar la razón, porque los hijos
son como un eterno viacrucis, pero nosotras las madres a que vinimos
a este mundo más que a sufrir por los hijos y yo me he sacrificado
tanto por ellos que a cada uno le di su pare para que no se pelearan
entre ellos.