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Magnitudes y Flujos

AAF-111. Introducción a la Astronomı́a, Licenciatura en Astronomı́a y Astrofı́sica

Cuando vemos las estrellas en el cielo resulta claro que presentan diferentes brillos.
En una noche oscura, lejos de las luces de las ciudades, nos asombra ver una gran canti-
dad de estrellas que, normalmente, no percibimos debido a la contaminación lumı́nica.
Nos preguntamos si las estrellas son muy distintas entre sı́ y por eso tienen diferentes
brillos, o si las estrellas brillan todas iguales y están a diferentes distancias.

En el tema de las constelaciones aprendimos la convención de llamar con “α + cons-


telación” a la estrella más brillante de una constelación. Ası́, la estrella más brillante
de la constelación de Escorpio (Scorpius) es α Scorpii (“α de escorpio”, en latı́n), y la
estrella más brillante de la constelación de la Cruz del Sur (Crux) es α Crucis. Esos
nombres nos sirven para ordenar, aproximadamente, los brillos para las estrellas de una
misma constelación. Por ejemplo β Crucis es la segunda estrella más brillante de Crux,
γ Crucis es la tercera, y ası́.

Sin embargo, podemos preguntarnos ¿cuál es más brillante: la estrella α Scorpii o


la estrella α Crucis? Sus nombres no nos dicen nada. Las dos son “α”. No podemos
compararlas entre sı́.

1. Magnitud aparente
El primero en usar las magnitudes para indicar el brillo de las estrellas fue el astróno-
mo griego Hiparco (190 a.C. - 120 a.C.). Hiparco clasificó a las estrellas según su brillo,
poniéndoles un número que llamó magnitud. De este modo, a las estrellas más brillantes
del cielo las llamó estrellas de “primera magnitud” o de “magnitud 1”. A las segundas
estrellas más brillantes las agrupó como estrellas de “segunda magnitud” o de “mag-
nitud 2”. Ası́ continuó, hasta llegar a las estrellas de “sexta magnitud” o “magnitud
6”, que son las estrellas más débiles que pueden verse con el ojo humano sin ayuda de
ningún artefacto (por ejemplo, el telescopio).

Entonces, según Hiparco, las magnitudes eran:

1
Magnitud Descripción dada por Hiparco
1 Las estrellas más brillantes del cielo.
2 Las segundas más brillantes del cielo.
3 Las terceras más brillantes del cielo.
... ...
6 Las estrellas más débiles visibles a ojo desnudo.

Como pueden ver, cuanto más pequeña es la magnitud, más brillante es la estrella.
Además, la magnitud no tiene unidad, es un número solamente.

La idea de Hiparco de clasificar a las estrellas de esta forma permaneció hasta


nuestros dı́as. Sin embargo, por diferentes motivos, se modificaron algunas de las ca-
racterı́sticas del sistema de Hiparco.

Estas modificaciones son:

Cuando fue posible medir el brillo de las estrellas con instrumentos más precisos
que el ojo1 , se pudo dar un número más exacto a la magnitud de las estrellas. Por
eso, hoy usamos números decimales para indicar el valor de la magnitud de las
estrellas.

Por ejemplo, la magnitud de la estrella Mintaka, que forma parte del Cinturón
de Orión o las “Tres Marı́as” (vean la figura 1), es m = 2.23, indicando que su
brillo está entre la magnitud 2 y la magnitud 3 de la escala, pero más cerca de la
magnitud 2.

Se corrigieron y se extendieron las magnitudes hacia el lado de la escala de las


más brillantes. Ası́ se agregaron la magnitud 0 y magnitudes negativas: -1, -2,
-3, etc. La idea es la misma que antes: cuanto más negativo sea el número de la
magnitud, más brillante será el astro.

Por ejemplo, la magnitud de la estrella Rigel es m = 0.18. Este número, que es


más grande que 0, indica que la estrella es muy brillante en el cielo.

El astro más brillante del cielo es el Sol. Su magnitud es m = -26.8. Noten que su
brillo es enorme, y que no puede observarse a simple vista porque su luz (concen-
trada por el cristalino del ojo que funciona como una lupa) destruye fácilmente
la retina.

1
Se llaman fotómetros.

2
Otro astro muy brillante es la Luna llena, con magnitud m = -12.9. Esta magnitud
es suficientemente baja como para que sea visible a simple vista, sin ningún riesgo.

Algunos planetas se ven muy brillantes en el cielo, ası́ que sus magnitudes también
pueden ser negativas. Por ejemplo, para Venus vale m = -4.14, para Júpiter, m =
-2.20 y para Saturno, su máximo brillo (cuando está más cerca de la Tierra) es
m = -0.55.

Cuando se usó el telescopio para observar el cielo, se descubrió una enorme can-
tidad de estrellas que el ojo desnudo no puede detectar. Entonces se extendió la
escala de magnitudes a valores mayores que m = 6, para astros con brillo muy
débil.

Por ejemplo, el planeta Neptuno tiene una magnitud m = 7.78. Claramente, no es


visible a simple vista. La estrella Próxima Centauri, que forma parte del sistema
de tres estrellas α Centauri y es la estrella más cercana a nuestro Sistema Solar,
tiene magnitud m = 11.05. El planeta enano Eris tiene una magnitud m = 18.7.

Los astros más débiles que pueden verse con los mayores telescopios del mundo tie-
nen magnitudes cercanas a m = 32. Es importante destacar que si par de objetos tienen
una diferencia de 5 magnitudes el más brillante es 100 veces más brillante que el que
tiene menos brillo.

Entonces, la escala de magnitudes actual tiene el siguiente aspecto:

Magnitud Descripción
-26,8 Sol
... ...
-2 Objetos muy brillantes
-1 Objetos muy brillantes
0 Objetos muy brillantes
1 ...
2 ...
3 ...
... ...
6 Lı́mite de visibilidad con el ojo desnudo
7 Sólo visible con telescopio
8 Sólo visible con telescopio
... ...
32 Visible con los mayores telescopios del mundo.

3
Figura 1: Fotografı́a de la constelación de Orión. Veamos las magnitudes de las estrellas
principales de la constelación. Las estrellas del cinturón de Orión son, de izquierda a derecha,
Alnitak (m = 2.03,), Alnilam (m = 1.70) y Mintaka (m =2.23). La estrella rojiza y más
brillante de arriba es Betelgeuse (m = 0.42). La estrella azulada de abajo, a la derecha, es
Rigel (m = 0.18). ¿Cuál es la más brillante de las mencionadas? Fotografı́a de John Gauvreau.

1.1. La magnitud aparente y la distancia


Las magnitudes que describimos hasta ahora indican el brillo de un astro tal como
lo ve un observador en la Tierra. Nos sirven como una forma para ordenar las estrellas
según su brillo, pero no nos dan ninguna información acerca de cuáles astros son real-
mente más brillantes que otros. Veamos por qué.

Supongamos que, por ejemplo, andamos de noche en un auto por una carretera y
vemos dos luces lejanas en el camino. Notamos que una luz es más brillante que la otra.
¿Qué podrı́amos deducir? Una posibilidad es que ambas luces sean iguales y que la luz
más brillante se vea ası́ por estar más cerca de nosotros que la más débil. Pero también,
puede darse que ambas luces sean distintas en sı́ mismas, y que la más brillante se
encuentre tan lejos que nosotros la veamos más débil que la otra. Es decir, la distancia
al objeto luminoso es un factor muy importante que puede hacernos confundir al com-

4
parar ambas luces.

Otra situación que puede darse, siguiendo el ejemplo de la noche y la carretera, es


que veamos dos luces exactamente iguales y ubicadas a la misma distancia de nosotros,
pero que una se encuentre en una región con niebla, mientras que la otra esté en una
zona despejada. La segunda nos parecerá más brillante, aunque, en realidad, ambas
luces son iguales.

Con las estrellas sucede lo mismo. En principio, no sabemos si el brillo de los astros
que vemos se debe a que están cerca o lejos, si son muy brillantes o muy débiles en sı́
mismos, o si hay una “nube” de material entremedio que reduce la luz (figura 2).

Figura 2: Fotografı́a de una nebulosa oscura llamada Barnard 68. La nebulosa es una nube
de gas y de polvo interestelar que se encuentra por delante de las estrellas de fondo. En el
borde de la nube pueden verse algunas estrellas del fondo, cuyo brillo ha sido disminuido por
la presencia del gas. Por el efecto de la absorción del gas nebular, las magnitudes de estas
estrellas serán números más grandes. Fotografı́a de FORS Team, 8.2-meter VLT Antu, ESO.

Por esta razón, a la magnitud de las estrellas que vemos desde la Tierra, se la llama
magnitud aparente. La palabra “aparente” significa que es el brillo que nos “parece” a
nosotros que tiene el astro, pero no sabemos si realmente es brillante o no, en sı́ mismo.
Al brillo real de un astro lo llamaremos “brillo propio”. A la magnitud aparente se la
designa con la letra “m” (minúscula).

Resumiendo, la magnitud aparente depende de tres factores:

1. El brillo propio: Si el astro es muy brillante porque emite mucha luz por sı́ mismo,
entonces su magnitud aparente tenderá a ser un número más pequeño (o más
negativo).

5
2. La distancia: Un mismo astro, visto a mayor distancia, parecerá más débil que si
estuviera a menor distancia.
3. La absorción de luz a lo largo del camino: Si entre nosotros y el astro hay una
nebulosa de gas y polvo interestelar, su luz resultará disminuida. Por esta razón
su magnitud aparente será mayor o más positiva.
La figura 3 resume las tres dependencias de las magnitudes.

Figura 3: Factores que determinan la magnitud aparente: Caso a) Brillo propio: Si las estrellas
A y B están a la misma distancia, pero la estrella A es más brillante en brillo propio, la
magnitud aparente que observaremos en la Tierra será diferente para ambas estrellas. La
estrella A tendrá una magnitud aparente más chica (más brillo). Caso b) Distancia: Si las
estrellas C y D son iguales en brillo propio, pero están a diferente distancia, sus magnitudes
aparentes serán distintas. La estrella C tendrá una magnitud menor (mayor brillo) que la
estrella D. Caso c) Absorción interestelar: Si las estrellas E y F son iguales en brillo propio,
pero por delante de la estrella F hay una nube de gas y polvo interestelar, el brillo de F visto
desde la Tierra será menor. La estrella F tendrá una magnitud aparente con un número más
grande (menor brillo) que la estrella E.

De los tres factores mencionados, los dos primeros (brillo propio y distancia) son los
más importantes. Las distancias astronómicas son tan grandes que estrellas extremada-
mente luminosas, pero muy distantes, apenas pueden verse en el cielo. Vistas desde la
Tierra, todas las estrellas parecen puntos luminosos. No tenemos una manera directa de
saber si una estrella brilla más que otra porque está más cerca, por ejemplo. Necesita-
mos estimar las distancias a las estrellas de algún modo. Ese problema tan importante
para la Astronomı́a se estudiará en el próximo apunte sobre las distancias estelares.

Como conclusión, podemos decir que si conocemos la magnitud aparente de un as-


tro, esta información nos dice muy poco sobre el brillo propio del objeto. Necesitamos

6
tener una manera de corregir a las magnitudes aparentes de su dependencia con la dis-
tancia. Si podemos hacer eso, podremos comparar a las estrellas en sus caracterı́sticas
fı́sicas reales, para entenderlas mejor.

1.2. Magnitudes aparentes y Flujos


En los tiempos de Hiparco no habı́an instrumentos para medir el brillo de las es-
trellas.La escala de magnitudes se refiere al brillo de las estrellas observadas con el ojo
humano. Nuestro sistema visual tiene una respuesta logarı́tmica al brillo. En la escala
moderna de magnitudes, una diferencia de 5 magnitudes corresponde a un factor de
100 en brillo, asi que:

1
1 mag = 100 5 = 2.512

Por tanto, una estrella de primera magnitud (m=1), es 2.512 veces más brillante
que una de magnitud m=2 y 2.5122 =6.316 veces más brillante que una de m=3, y
2.5125 =100 veces más brillante que una de m=6.

Para medir la cantidad de luz que nos llega de una estrella utilizamos fotometros.
Estos instrumen tos pueden medir la magnitud aparente con una precision de ±0.01
mag. La escala de magnitudes ahora va desde m = -26.81 (magnitud aparente del Sol),
hasta m = 32 para el objeto mas debil observado. Es decir, el rango es de 58 magni-
tudes, lo cual corresponde a un factor de

58
100 5 = 1023.2

ordenes de magnitud, entre el brillo aparente del Sol y el objeto mas debil.

Lo que realmente se mide con un fotometro es el flujo, F, que se recibe de una estre-
lla. Esto es la cantidad de energı́a de luz de todas las longitudes de onda que atraviesa
unidad area del detector orientado perpendicularmente a la direccion de viaje de la luz
por unidad de tiempo. Es decir, el numero de erg (1 erg = 107 J) de energıa de luz
estelar que llega a 1 cm2 de un detector que se apunta hacia la estrella.

El flujo radiante depende de la luminosidad intrı́nseca (energı́a emitida por la estrella


por segundo) y la distancia hacia el observador: la misma estrella mas lejana aparece
menos brillante.
El ojo humano responde a una diferencia logarı́tmica en el brillo, es decir una escala

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en donde una diferencia de magnitud representa un cociente constante entre los flujos.
Aquı́ tenemos una fómula que se utiliza para calcular la diferencia de brillo entre dos
estrellas:

 
F2
m2 − m1 = −2.5log10
F1

Donde m1 y F1 representa la magnitud y el flujo de la estrella 1 y m2 y F2 indican


la magnitud y el flujo de la estrella 2. Esta fórmula relaciona los brillo detectados por
el ojo humano (magnitudes m1 y m2 ) y los brillo detectados por instrumentos (F1 y
F2 ). Note que en la realación aparece la función logaritmo a causa del comportamiento
de nuestro sistema visual.

2. La magnitud absoluta
¿Cómo podemos hacer para corregir las magnitudes aparentes de la influencia de la
distancia? Para entender eso, consideremos el siguiente experimento.

Supongamos que nos dan una caja llena de lamparitas de distinto brillo y que no
tienen ninguna indicación de la potencia de cada una (por ejemplo, se les ha borrado
el numerito que dice “100 watts”). Nos piden que las ordenemos, de la más brillante a
la menos brillante. ¿Cómo podemos hacerlo?

Un método simple consiste en colocarlas sobre un tablero y encenderlas todas juntas.


Luego, nos paramos a la misma distancia de todas y desde allı́, elegimos la más brillante
de todas, como se ilustra en la figura 4. Luego la sacamos del tablero y la rotulamos
como “primera en brillo”. Luego miramos el tablero nuevamente y elegimos, de las que
quedan, la más brillante. La sacamos y la rotulamos como “segunda en brillo”. Ası́,
sucesivamente, las ordenamos a todas.

Podrı́amos aplicar este método a las estrellas. Sin embargo, ¡no es posible colocar a
todas las estrellas “sobre un tablero” para tenerlas a la misma distancia!

Si pudiéramos medir la magnitud aparente a cada estrella, siempre desde la misma


distancia, tendrı́amos una medida real y comparable del brillo propio de la estrella.

Desgraciadamente no tenemos una nave espacial para viajar y ubicarnos a la misma


distancia de cada estrella y medirle su magnitud aparente. Pero no podemos hacer eso.

Sin embargo, los astrónomos se las han ingeniado para crear una manera de hacer

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Figura 4: ¿Cómo hacemos para ordenar, según el brillo, una caja de lamparitas cuya potencia
no conocemos? Simplemente las encendemos todas juntas sobre un tablero y las miramos
desde la misma distancia. Enseguida podremos ir reconociendo cuál de las lamparitas es la más
brillante. Luego de sacarla, elegiremos la más brillante de las que quedan y ası́ sucesivamente.

esto de un modo matemático, a través de la llamada “magnitud absoluta”.

La magnitud absoluta M es la magnitud que tiene cada estrella vista desde una
distancia de 10 pársecs.

Para entender esto, primero, tenemos que recordar qué es un pársec. Lo vimos en el
tema sobre Constelaciones. Un pársec es una unidad de distancia astronómica. Equivale
a 3.086x1013 km y se abrevia como “pc”. En el tema sobre Distancia a las Estrellas se
detalla de dónde surge.

Entonces, la magnitud absoluta es el valor de la magnitud aparente que tendrı́a


cualquier estrella si estuviera situada a 10 pc. Por lo tanto, las magnitudes absolutas
no depende de la distancia. Es, justamente lo que necesitamos, el brillo propio de las
estrellas.

Recordemos que una diferencia de 5 magnitudes en magnitud aparente corresponde


a un factor de 100 en brillo. Es decir, si tenemos dos estrellas de magnitudes aparentes
m1 y m2 con flujos radiantes correspondiente F1 y F2 , entonces el cociente de los flujos es

 
F2
m2 − m1 = −2.5log10
F1

Por lo tanto, si ahora consideramos el mismo obejto, de magnitud aparente m y


magnitud absoluta M (a 10 pc) entonces, si F es el flujo radiante verdadero y F1 0 el
flujo radiante a 10 pc, obtenemos

9
 
F10
M − m = −2.5log10
F

y por la ley cuadrados inversos para la Luz


L  2
F10 4π(10 pc)2 d
= L
=
F 4πd2
10 pc

en donde L es la luminosidad de la estrella y d es la distancia a la estrella en parsec.


Podemos combinar las dos ecuaciones anteriores para encontrar
 2
d
M − m = −2.5log10
10 pc

Aplicando propiedades de los logaritmos tenemos que

M = m + 5 − 5 x log10 (d)

Denominado “fórmula de Pogson”.

Entonces para calcular la magnitud absoluta necesitamos tener dos datos: la mag-
nitud aparente y la distancia (en pársecs) del observador a la estrella.

La magnitud absoluta se calcula mediante la llamada “fórmula de Pogson”, que es:

M = m + 5 − 5 x log10 (d)

Veamos esa fórmula: M es la magnitud absoluta, m es la magnitud aparente, “x” es el


signo de multiplicación, y d es la distancia al objeto medida en pársecs, desde la Tierra2 .

La fórmula de Pogson nos permite calcular la magnitud absoluta a partir de la mag-


nitud aparente y de la distancia al objeto. Veamos algunos ejemplos.

2
El cero desde el Sol, ya que prácticamente es lo mismo, porque la Tierra está muy cerca del Sol
en comparación con las estrellas

10
Supongamos, primero, que tenemos una estrella de magnitud aparente m y que se
encuentra a 10 pc de distancia de la Tierra. Usemos la fórmula para calcular su mag-
nitud absoluta:

M = m + 5 − 5 x log10 (d) = m + 5 − 5 x 1 = m

Entonces, la magnitud absoluta de una estrella que está a 10 pc es igual a su mag-


nitud aparente. Eso nos dice que la fórmula está bien, ya que es la manera en que
definimos la magnitud absoluta. Por otra parte, tenemos que tener en cuenta que la
magnitud absoluta tiene la misma escala que la magnitud aparente (cuanto más pe-
queña o negativa, más brillante es la estrella pero, en este caso, en brillo propio).

Hagamos un ejemplo numérico. La estrella Rigel (figura 1) tiene una magnitud apa-
rente de m = 0.18 y, por otro método que veremos más adelante, sabemos que su
distancia al Sol es d = 260 pc (860 años luz). Entonces hacemos:

MRigel = mRigel + 5 − 5 x log10 (dRigel )


Es decir:

MRigel = 0.18 + 5 − 5 x log10 (260) = 0.18 + 5 − 5 x (2.41) = −6.9

Es decir, la magnitud absoluta de Rigel es extremadamente alta. Su valor, casi -7,


nos dice que la estrella es extraordinariamente brillante.

2.1. El brillo del Sol


¿Cuál será la magnitud absoluta del Sol?

Sabemos que la magnitud aparente del Sol es m = -26.8, lo cual nos muestra que
es extremadamente brillante para un observador en la Tierra. Nos preguntamos, ¿será
el Sol muy brillante por sı́ mismo o lo vemos muy brillante porque estamos muy cerca?

Usemos la fórmula de Pogson para calcular la magnitud absoluta del Sol. Ya tene-
mos la magnitud aparente. La distancia de la Tierra al Sol es 1 unidad astronómica.
Una UA equivale a 4.85 x 10−6 pc (en la fórmula de Pogson, la distancia va en pársecs).

M = m + 5 − 5 x log10 (d )

11
que, en números, es:

M = m +5−5 x log10 (4.85 x 10−6 ) = m +5−5 x log10 (d ) = −26.8+5−5(−5.31) = 4.77

¡La magnitud absoluta del Sol es casi 5!

Es decir, mirando la escala de magnitudes que presentamos en la sección 1.1, vemos


que si estuviéramos a 10 pc del Sol, éste apenas serı́a visible con nuestros ojos. Su
magnitud aparente (en ese caso, igual a la absoluta, o sea 4.77) estarı́a muy cerca del
lı́mite de m = 6 de detección a ojo desnudo.

En cambio, si tuviéramos a Rigel a una distancia de 10 pc, serı́a más brillante que
cualquier estrella de nuestro cielo terrestre.

Eso nos dice que vemos al Sol muy brillante solamente porque lo tenemos muy cerca.

Comparemos al Sol con otras estrellas en el cuadro 1, para ver cuán brillante es.

Astro m M
Sol -26.8 4.77
Rigel 0.18 -6.9
Sirius -1.46 1.42
α Centauri -0.28 4.34
α Crusis 0.87 -3.6
Próxima Centauri 11.05 15.49
61 Cygni 5.21 7.49

Cuadro 1: Comparación de la magnitud absoluta del Sol con las de algunas estrellas.

Esta tabla nos da una idea de que, en brillo propio o magnitud absoluta, el Sol es
una estrella de brillo intermedio. No es la más brillante, ni la menos brillante. Este
concepto es muy importante. Veremos, en los próximos temas, que el Sol es una es-
trella muy normal, ni demasiado brillante, ni demasiado débil, ni demasiado caliente,
ni demasiado frı́a. Por supuesto, si en lugar del Sol en el Sistema Solar tuviéramos a
una estrella como Rigel, estarı́amos achicharrados. Virtualmente, nuestro planeta serı́a
una pelotita incandescente, probablemente con magma en su superficie. En cambio, si
nuestro Sol fuera como Próxima Centauri (vean el cuadro 1), su superficie estarı́a casi
permanentemente congelada.

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Ası́ que deducimos de con este tema que nuestro Sol es el tipo de estrella justo que
necesitamos para nuestra vida. La próxima vez que tengamos un dı́a soleado, pongámo-
nos contentos de tener a nuestra querida estrella Sol.

Ejercicio 1 Resuelvan los siguientes casos:

a.) Una estrella tiene magnitud aparente mA = 0.15 y otra, mB = 1.4. ¿Cuál es la
más brillante para un observador situado en la Tierra? ¿Podés decir cuál de ellas
está más cerca, sin contar con información adicional?

b.) ¿Brilla una estrella de magnitud aparente 0?

c.) Una estrella tiene magnitud absoluta MA = 0.15 y otra, MB = 1.4. ¿Cuál se
verı́a más brillante desde la Tierra si estuvieran a la misma distancia?

d.) Dos estrellas se encuentran a la misma distancia y se sabe que sus magnitudes
absolutas son iguales, ¿cómo serán sus magnitudes aparentes?

e.) Dos estrellas A y B tienen la misma magnitud aparente mA = 2, pero B tiene


una magnitud absoluta MB = 3, mientras que A tiene una MA = 7. ¿Están a la
misma distancia? ¿Cómo están situadas A y B respecto a la Tierra?

f.) Dos estrellas C y D tienen la misma magnitud absoluta, pero C tiene mC = 4,


mientras que D tiene mD = 2. ¿Cuál es la más brillante vista desde la Tierra?
¿Cuál es más brillante en realidad? ¿Qué podés decir de las distancias a ambas
estrellas?

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