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AUTOCONFIANZA

Entenderemos a la AUTOCONFIANZA, en términos sencillos como la creencia de que se puede realizar


satisfactoriamente una conducta deseada. En esencia, la autoconfianza equivale a la suposición de que el
éxito se va a producir.
Los deportistas seguros, creen en sí mismos. Y, lo que es más importante, creen en su capacidad para
adquirir las destrezas y competencias necesarias – tanto mentales, como físicas – que les permitan alcanzar
su máximo potencial
Una de las definiciones más aceptadas de autoconfianza es la planteada por Albert Bandura, hace ya algunos
años. Él la define como una: “creencia de un individuo en sus capacidades para organizar y ejecutar una
tarea específica con éxito” (Bandura, 1997). Otra definición de conceptos similares es la que nos entrega
Robin Vealey, ya que de alguna forma utiliza dos palabras tomdas de la definición anterior, al ubicar la
autoconfianza como la “creencia o grado de certeza que los individuos poseen sobre sus habilidades de
obtener éxito en el deporte” (Vealey, 1986). En ambas definiciones se recogen los conceptos de creencia por
un lado y de éxito por el otro como elementos transversales de la autoconfianza.

TEORIAS.
Como muchas de las variables psicológicas en el contexto del deporte, existen varias teorías explicativas
acerca del surgimiento, desarrollo e intervención de la autoconfianza, pero dos son las principales teorías
que han abordado este tema (que coincide con los autores anteriormente definidos): la autoeficacia de
Bandura y el modelo de confianza de Vealey. Es importante recalcar antes de que veamos las principales
teorías que el planteamiento de Vealey es sólo aplicable al ámbito deportivo, mientras que el de Bandura
surge de la teoría cognitiva.

Teoría de la autoeficacia de Bandura (1977)


Para Bandura coexisten tres factores básicos fusionados que determinan el rendimiento óptimo de un atleta y
que de una u otra forma estos juicios de valor que poseemos sobre nosotros mismos influyen en nuestra
ejecución (emociones).
 Los factores personales – cognitivos
 La autoconfianza en el deporte
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 Los ambientales y
 Y finalmente los conductuales.
Bandura plantea que son dos son las expectativas que nos planteamos antes de la acción: eficacia, si
poseemos la creencia de superar una competencia, y resultados, si poseemos la creencia que un
comportamiento inducirá a un tipo u otro de resultados. Para formarnos nuestras expectativas de si
lograremos o no superar una instancia deportiva serían 4 las fuentes posibles:
 Capacidad de ejecución
 Aprendizaje por observación de otras personas (denominado también aprendizaje vicario por el
mismo autor)
 Persuasión verbal
 Nivel de activación fisiológica.
La evaluación de este modelo se centra en un microanálisis, es decir, en mediciones de cada tarea y en tres
dimensiones: magnitud, fuerza y generalidad. Se le pregunta al deportista si se siente capaz de realizar una
tarea y en qué medida (1-100), y a mayor puntuación obtenida mayores expectativas poseerá el deportista.

Modelo de confianza de Vealey (1986)


Como ya mencionamos Robin Vealey definió la confianza como “la creencia o el grado de certeza que los
individuos poseen acerca de su habilidad para tener éxito en el deporte”. En base a esto su idea se basa en
dos tipos de confianzas: Rasgo y Estado (que funcionan similarmente a la descripción que hace Spielberger
de la ansiedad). Es decir, se refiere a un tipo de autoconfianza general y otra de carácter más específica.
 La confianza rasgo es el grado de creencia que normalmente tenemos sobre nuestra habilidad para
tener éxito en el deporte.
 La confianza estado es la confianza que poseemos en un momento particular sobre nuestra habilidad
para tener éxito en el deporte.
Para medir la autoconfianza en un deportista Vealey propone tres instrumentos: confianza rasgo, confianza
estado y orientación competitiva. En los dos primeros elementos se le consulta al deportista el grado de
realización óptima que obtendrá en ámbitos como: la concentración, la consecución de metas, preparación
para la competición… Mientras que en el tercer instrumento se estudia la orientación hacia obtener unos
buenos resultados o hacia la victoria.

PROFECIA AUTOCUMPLIDA.
Cuando un deportista duda en su capacidad para triunfar o siente que algo va ir mal, está creando lo que se
conoce como PROFECÍA AUTOCUMPLIDA. Si un deportista anticipa que va a suceder algo, en realidad
está ayudando a que suceda. Desgraciadamente en deportistas esto es muy habitual. Las PROFECÍAS
AUTOCUMPLIDAS NEGATIVAS (cuando se piensa que algo va a ir mal) son barreras psicológicas que
provocan un círculo vicioso y que tienden a afectar ostensiblemente el grado de creencia en las habilidades
propias.
Las dudas sobre sí mismo debilitan el rendimiento, crean ansiedad, rompen la concentración y provocan
indecisiones. Los deportistas que carecen de confianza se centran en sus puntos débiles más que en sus
habilidades. A veces, por ejemplo, dudan de que puedan restablecerse completamente de una lesión.
Acá se sistematizan algunos de los factores que pueden afectar la autoconfianza:

1) Resultados Deportivos:
Los resultados deportivos ayudan en gran medida a generar autoconfianza. Si por lo general se obtienen
resultados positivos, la autoconfianza llegará sola. Por el contrario si los resultados no son los adecuados
afectará indudablemente la autoconfianza. Por ello una de las fórmulas para manejar la autoconfianza es no
centrar al deportista solo en el resultado, sino que también sus procesos, fortaleciendo la capacidad de poder
verificar avances en sus habilidades deportivas.

2) Nueva Destreza:
Cuando un deportista, en proceso de aprendizaje, está aprendiendo una nueva técnica o destreza puede
afectar en su capacidad de autoconfianza si es que toma un tiempo más o menos prolongado en aprenderla

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en forma correcta. Por ello explicar un gesto técnico complejo en varias partes, centrarse en la ejecución y
empoderar claramente al deportista ayuda en parte a desarrollar esta variable.
3. ¿POR QUÉ FALLA LA AUTOCONFIANZA?
MÁSTER IBEROAMERICANO DE PSICOLOGÍA DEL DEPORTE

3) Falta de Motivación Intrínseca:


Las fuentes de motivación son dos: intrínseca cuando la motivación proviene del propio deportistas (deseos
de ser admirado por otros, ganar plata, surgir, etc.) y extrínseca cuando la motivación proviene de afuera del
deportista (recompensas monetarias, una medalla, un trofeo, comentarios del entrenador, de un familiar, la
prensa, los hinchas, etc.).
Cuando falta la motivación intrínseca, falta un apoyo fundamental para sentirse seguro de sí mismo. Esta no
debe opacarse sino que más bien fortalecerse para desarrollar un alto grado de autoconfianza.

4) Percepción de Preparación:
Cuando un deportista tiene la percepción de que no está preparado ni técnica, ni física ni mentalmente para
una competición, indudablemente verá afectado su autoconfianza, ya que, sentirá que “no están dadas las
condiciones” para desarrollar una buena performance deportiva. Por ello la mejor inyección de
autoconfianza para un deportista puede que no sea ni el público ni la hincha como muchas veces se piensa,
sino que, tiene que ver con su propia percepción de que ha ido aprendiendo (deporte formativo) o ha
desarrollando las habilidades competitivas (deporte alto rendimiento) para sortear los obstáculos que se le
presentan en entrenamiento y competencias.

5) Metas Irreales o Inadecuadas:


Si un deportista se ha planteado metas muy altas, casi inalcanzables, perderá toda su confianza al observar
que no las ha ido cumpliendo. Experimentará baja autoconfianza porque sentirá que él no está preparado
para lograr con éxito los distintos objetivos deportivos que se ha fijado. Así trabajar de manera eficaz con el
establecimiento de metas y objetivos es una buena herramientas para generar el grado de autoconfianza que
se necesita. Por ejemplo no centrándose en metas de resultado, sino que también en las metas de ejecución,
proceso o de rendimiento.

CONTROL DE AUTOCONFIANZA.
La autoconfianza, como muchas otras variables psicológicas, es perfectible, vale decir, se puede desarrollar
trabajar y controlar. Tanto la falta de confianza como un excesivo nivel de ella es perjudicial para el
rendimiento deportivo.
Acá se señalarán una serie de elementos que podrán ayudar a controlar mejor este factor psicológico
asociado al deporte.
CONTROL DE LA AUTOCONFIANZA Y SU RELACIÓN CON LAS METAS Y OBJETIVOS
 Como la autoconfianza está directamente con el “éxito percibido”, es deseable que antes de cada
competencia se establezcan metas adecuadas. También es importante comenzar a hacerlo en los
entrenamientos. Lo más importante es que las metas sean personalmente controlables.
 Es preferible que las metas establecidas guarden relación con el rendimiento más que con el
resultado, ya que, justamente éstas tienen un mayor control.
 Las metas deben ser realistas y no basarse necesariamente en hechos anteriores, ya que, sobre todo
las metas de rendimiento siempre pueden ser distintas.
 Un mayor éxito para el nivel de autoconfianza se generan a través de metas específicas debido a que
con mayor probabilidad las metas específicas se pueden cuantificar mejor y por lo tanto evaluar con
mayor facilidad.
 El establecer metas en el corto plazo y tratar de lograr que éstas tengan una relevancia similar o
mayor a las de largo plazo.
 Y por último esforzarse para valorar que en cada derrota hay un aprendizaje positivo, vale decir, la
importancia de establecer metas de rendimiento es que su logro o consecución no dependen de
manera directa del resultado de un partido o torneo.

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Documento extraído del libro “El Juego Mental” y sistematizado por Rodrigo A. Cauas E.

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