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Humanidad, Evolución y Ecología- UNSAM- Misiani Laura

CONCEPTO DE CULTURA: similitudes y diferencias entre los planteos de Kroeber, Lévi-


Strauss y Geertz.

Alfred Kroeber, Claude Lévi-Strauss y Clifford Geertz indagaron sobre la distinción entre la
naturaleza y la cultura. Dichos autores abordaron el problema desde diferentes perspectivas, así
como también, escribieron en momentos diferentes. Sin embargo, una primera similitud entre ellos
es la preocupación por dar respuesta al binomio naturaleza-cultura, es decir, ¿qué es lo que hace a
los seres humanos diferentes del resto del reino animal? y ¿cómo se produjo ese cambio?
En “Lo superorgánico” (1917), Kroeber discute con las posiciones evolucionistas y racistas que
intentaban explicar los fenómenos culturales y sociales como resultado de distintas etapas
evolutivas o como diferencias de tipo biológicas. Desde este lugar, explica que lo orgánico
pertenece al orden biológico, es decir, a la naturaleza; y en cambio lo social y cultural pertenece a
otra dimensión: lo superorgánico. En este sentido, su distinción entre uno y otro orden es radical.
Asimismo, coloca la dimensión social y cultural por sobre lo orgánico. El autor no niega una
evolución biológica, pero hace hincapié en que en algún momento, se produjo un salto cualitativo a
partir del cual surge la cultura. Y una vez que existe cultura se genera un nuevo tipo de desarrollo
que no es reductible a las leyes de evolución biológica, y que exige un estudio independiente y
específico. Por otro lado, plantea que la cultura es lo específicamente humano, que tiene su
desarrollo propio, y por lo tanto, es percibida como una añadidura situada por sobre la naturaleza.
A partir de aquí, podemos establecer algunas diferencias y similitudes con los otros autores. En
el caso de Levi-Strauss, en “Las estructuras elementales del parentesco” (1948) también plantea una
distinción radical entre la naturaleza y la cultura, y afirma que el surgimiento de la cultura es un
salto cualitativo. La diferencia con Kroeber, es que a Levi-Strauss le interesa encontrar el
mecanismo por el cual se produce ese pasaje. En este sentido, al autor le busca las estructuras
subyacentes que ordenan la sociedad. Por esa razón, ubica en el campo de la naturaleza todo aquello
que es universal, es decir, aquello que es constante y regular en el ser humano y que se caracteriza
por la espontaneidad. En cambio, todo lo que es particular y relativo, corresponde a la dimensión
cultural. Esta dimensión cultural se caracteriza por la aparición de la norma: cuando existe una
norma, existe cultura. Cabe destacar que Kroeber también caracteriza lo instintivo, lo espontáneo
dentro del orden orgánico. Pero en relación a la cultura no hace referencia al carácter normativo, en
cambio hace hincapié en el aprendizaje: las tradiciones son aprendidas y transmitidas
generacionalmente.
Esta diferenciación entre naturaleza y cultura, una de carácter universal y regular, la otra de
carácter particular y normativa respectivamente, le sirve para pensar en el proceso por el cual se
produce ese pasaje. Levi-Strauss lo encuentra en la prohibición del incesto: es una norma universal.
Es universal, porque en todos los grupos sociales existe una norma de prohibición del incesto, y es
al mismo tiempo particular, porque cada sociedad plantea sus propias prohibiciones. Al respecto de
este punto, Geertz en “La interpretación de las culturas” (1973) discrepa sobre la cuestión de que
exista una línea divisoria entre la naturaleza y la cultura. Sin embargo, también considera que la
cultura es un conjunto de estructuras simbólicas que ordenan el comportamiento humano. Es decir,
que la cultura es un mecanismo de control (carácter normativo) del cual los humanos dependen para
orientar sus prácticas.
La perspectiva de Geertz se separa de la visión de los otros autores ya que éstos presentan una
concepción “estratigráfica” del ser humano. Esta idea de la existencia de “la naturaleza humana” en
oposición al espíritu o la mente, que se comienza a acuñar en la Ilustración, propone la
jerarquización del ser humano con distintos niveles de análisis, dentro de los cuales, el nivel que es
específicamente humano, es la cultura situada por sobre la naturaleza. En cambio para Geertz, la
cultura es constitutiva del ser humano, no se añade por encima. Y es aquí donde disiente con estos
autores en el hecho de que al considerarla como de un orden diferente, buscaban encontrar en cada
rasgo cultural un universal que pudiera dar cuenta de lo específicamente humano. Al contrario,
considerando la cultura como constitutiva del ser humano, lo universal es la cultura misma, lo
particular es la diversidad de culturas. De este modo, él propone una concepción “sintética”, en la
cual el análisis se produzca teniendo en cuenta todos los factores que constituyen al ser humano,
sean biológicos, psicológicos, culturales y sociales. Para este autor, el gran error es considerar a la
cultura como el último escalón de la evolución. No existe un momento o un proceso por el cual la
naturaleza se separa de la cultura. La mente humana fue evolucionando y con ella la cultura. El
proceso de evolución biológico y cultural se dieron conjuntamente. A diferencia de los otros
autores, su perspectiva es gradualista.

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