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Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada



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Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS

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Introducción Personas y derecho de familia

INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA


§ 1. Nuevos escenarios, nuevas discusiones. La familia, en cuanto que
objeto de una cierta disciplina legal y de una incesante actividad de definición
jurisprudencial, ha experimentado una serie de cambios y alteraciones en su
posición dentro del sistema jurídico nacional. Han sido estos parte de un
proceso que, en líneas generales, se ha situado en el contexto de una más
amplia tendencia, característica de los derechos occidentales en los últimos
decenios, pero también, como consecuencia de algunos factores peculiares,
propios de una cambiante sociedad chilena, que se debate en una tardía crisis
de modernidad, y de un escenario relativamente novedoso de discusión de
proyectos que cuestionan algunas de las bases sobre las que se ha levantado
su estructura jurídica.

Una de las claves más significativas que permiten acercarse a la anatomía


de las nuevas realidades sociales es la que toca a la relación entre las
"personas" y la "familia". Esta, no cabe duda, gira actualmente en torno a la
definición de las personas centrada en su "dignidad", que trasciende a la
sociedad y al estado, y que se proyecta en su mayor realización espiritual, que
es lo que en otras tradiciones, se denomina "libre desarrollo de la
personalidad1. El reconocimiento a las personas, sobre todo por la
jurisprudencia constitucional y de los tribunales ordinarios de justicia, de su
autonomía para definir sus proyectos personales y perseguir su mayor
realización espiritual ha constituido el principal factor de novedad y cambio en
el derecho de las personas, y en la relación de éstas con la familia, pero
también de cara a la actuación de los poderes públicos.

Otra clave, sin duda, es la de los cambios y transformaciones que han


afectado a la sociedad chilena en los últimos años. Algunos con visos de
generalidad, como los ligados a los avances científicos y tecnológicos, y otros
más novedosos para Chile, como los vinculados al crecimiento de la
inmigración, que ha enfrentado a una sociedad, tradicionalmente dialogante
consigo misma, al reto de reconocer al "otro" y de reconocerse en él.

§ 2. Personas y familia. Una tensión constante de "intereses". La familia, en


cuanto que constitucionalmente reconocida como núcleo fundamental de la
sociedad, cuenta con una especial disciplina y tutela constitucional. Los
intereses que le tocan y competen tienen, además de una singular connotación
social, una marcada impronta comunitaria y de solidaridad entre sus miembros,
de guisa que sus intereses resultan comunes a todos y cada uno de ellos y, por
ende, no pueden agotarse en los intereses propios e individuales de cada una
de las personas que la forman. En ella confluyen, por una parte, ciertos
intereses sociales que se tienen como relevantes y dignos de especial tutela
institucional, por otra, unos intereses comunes de ella, que superan a los
singulares de sus componentes y, por otra, los intereses individuales y propios
de cada una de las personas que la integran.

Los intereses de la referida trilogía no se encuentran desconectados los


unos de los otros, sino que están en una estrecha ligazón e interdependencia.
Por ello, toda atribución de poder de disposición conferida a alguno de sus
miembros individuales para disponer de sus intereses singulares es también,
en última instancia, una cierta atribución de potestad para disponer de
intereses de la familia y de la sociedad, porque cada acto individual de
autorregulación de intereses propios y peculiares, necesariamente, se proyecta
y afecta, directa o indirectamente, a todos los otros 2.

Durante buena parte del siglo XX algunas legislaciones civiles, en ese


ámbito de pluralidad de intereses coexistentes en la familia, reconocieron la
existencia de un propio y peculiar "interés de la familia", con amplio desarrollo
dogmático, sobre todo, en la Italia heredera del Codice Civile de 1942. Se
generó, así, una sistematización del "derecho de familia" anclada en unas
bases más afines a las estructuras características del derecho público que a
las del derecho privado. Esto era posible, porque se fundaba en la existencia
de un tal "interés de la familia", entendido como superior y diverso de los
restantes intereses individuales de los miembros del grupo familiar
identificándolo, en buena medida, con los intereses generales tutelados por el
derecho público. A éste parecía que se ligaba toda la disciplina del derecho de
familia en función de una cierta realización de la citada tutela. De allí se
derivaba el que la posición de libertad y autonomía característica de las
personas en el derecho privado adviniera ampliamente temperada y restringida
en el campo familiar por un extenso manto de restricciones y obligaciones
dirigido a salvaguardar los intereses públicos y generales que se identificaban
con el "interés de la familia"3.

En una concepción tal, la confluencia de intereses conectados e


interdependientes que podían observarse en el grupo familiar, quedaba
cubierta y dominada por el "interés de la familia", concebido como un cierto
valor superior frente a los intereses individuales de sus miembros. De ello se
seguía que, generalmente, las reglas del "derecho de familia", las más de las
veces, fueran concebidas como de orden público y, por ello, habitualmente
expresadas como "imperativas" o "prohibitivas", de guisa que los derechos de
familia que ellas disciplinaban resultaban substraídos a la libertad y autonomía
privada o de negociación de los particulares, y se constituían en derechos
indisponibles, por lo demás, excluidos de la prescripción.

El Código Civil chileno, en vigor desde 1857, en su originaria disciplina del


derecho de las personas asumía, en principio, una concepción de la familia en
la que el interés de ella, aunque no reconocido explícitamente, se vinculaba
ordinariamente con un estatuto jurídico indisponible para sus miembros y
también con la atribución al marido de ciertas potestades de regulación de los
intereses familiares, de manera que los derechos de familia, en general,
quedaban excluidos de la autonomía privada de sus integrantes,
individualmente considerados o, incluso, de la autonomía de negociación de los
cónyuges4. Manifestaciones concretas de esta concepción eran, entre otras, la
indisponibilidad de todo lo tocante a los efectos del matrimonio, no sólo por su
carácter indisoluble (salvo por la muerte), sino también por la imposibilidad de
modificar sus efectos, como el de la convivencia, la existencia de un régimen
económico matrimonial legal y obligatorio, la inmutabilidad del régimen
económico matrimonial durante el matrimonio, y el limitado campo operativo de
la autonomía de negociación en las capitulaciones matrimoniales.

Esa situación general, heredera y continuadora del sistema jurídico vigente


en el país desde la época indiana, empezó a variar desde la tercera década del
siglo XX. A partir de ella, como consecuencia de una serie de transformaciones
sociales y políticas, comenzaron a introducirse reformas en el derecho de las
personas referido a la familia que, en líneas generales, significaron abrir cierto
espacio a la libertad de negociación entre los cónyuges, es decir, ciertos
derechos de familia, hasta entonces indisponibles, se confiaron al juego del
consentimiento conyugal, como consecuencia de un progresivo reconocimiento
del valor de la libertad y de los intereses individuales de los miembros del
grupo familiar. Ejemplos de esta tendencia fueron la posibilidad de establecer
un régimen económico matrimonial diverso al legal de la sociedad conyugal y la
consiguiente ampliación de espacios de negociación en las capitulaciones
matrimoniales, al igual que terminar con la inmutabilidad del régimen
económico matrimonial durante la vigencia del vínculo 5.

En las dos décadas finales del siglo XX y en las primeras de este que
vivimos se introdujeron unas nuevas reformas en el derecho de las personas
en sede familiar. Estas novedades no pueden entenderse sino en un contexto
constitucional de marcada impronta liberal, en el que el Estado está al servicio
de la persona humana y, en reconocimiento de su libertad y autonomía, se
sitúa en un papel subsidiario. Así, la centralidad que asume la libertad de las
personas se despliega en la autonomía para perseguir sus peculiares
proyectos de realización espiritual y material, y es esta una concepción de la
libertad que se funda en la propia dignidad inherente a las personas, y
trascendente a la sociedad y el estado. En tal marco, las reformas legales, por
una parte, continuaron con la línea de ampliar el espacio a la negociación al
juego de las voluntades de ambos cónyuges en diversos ámbitos familiares y,
por otra, bajo la inspiración individualista del liberalismo político, abrieron a la
autonomía individual de los cónyuges unos nuevos campos de acción, porque
ahora ya no sólo se trata de una cierta "autonomía negocial" sino de una
"autonomía individual" para definir sus proyectos de mayor realización
espiritual y material, que se traduce en la disposición de sus propios y
peculiares "intereses", mediante la atribución de una potestad singular de
autorregulación, aunque con la limitación derivada de la protección de los
intereses de sus miembros más débiles.

La citada orientación legislativa, característica de muchos derechos


occidentales, ha significado, curiosamente, una mayor intervención del estado
en las dinámicas de poder al interior de la familia al anteponer, en muchas
situaciones, los proyectos personales de realización, por la vía de preferir los
intereses de sus miembros individualmente considerados, frente a los intereses
de la familia, lo que ha conducido a volver más tenue la solidaridad familiar, de
cara a los proyectos personales de vida individual, o en familia y pareja 6.

Así, pues, el antiguo paradigma de la indisponibilidad de los derechos de


familia, fundado en la primacía de su interés por sobre el de sus miembros
individualmente considerados, cede progresivamente su lugar al de la libertad
para definir los proyectos de realización personal. En este nuevo escenario, se
presentan al jurista diversas cuestiones de interés, entre ellas: a) la de precisar
el papel que desempeña en ellos la libertad y "autonomía" de los miembros de
la familia para disponer de tales derechos, bien mediante actos que sean el
resultado del consentimiento, bien a través de actos que traduzcan una
voluntad unilateral; y b) la de reconstruir y explicar las relaciones que en este
nuevo escenario se generan entre estas autonomías privadas en juego y los
intereses de la familia, entendida ésta como un núcleo fundamental que, en
principio, está llamado a superar las individualidades de quienes la integran y
que, en cuanto tal, está amparada por una especial tutela constitucional.

En tal ejercicio ha de tenerse especialmente en cuenta la redefinición de la


legalidad constitucional del derecho de las personas y de la familia, operada
por una incesante y creciente jurisprudencia constitucional. La lectura o re-
lectura en clave constitucional de las reglas del derecho civil relativo a las
personas y a la familia lo ha dotado de una singular vitalidad y de unos perfiles
y caracteres que se alejan de las visiones más estáticas, características de las
exposiciones que han sido habituales hasta hace poco en la doctrina chilena.

§ 3. La estructura del "subsistema" de fuentes del derecho de las personas:


la legalidad constitucional clave para la comprensión de sus reglas. Las
personas y la familia se sitúan actualmente en una posición que no se estrecha
en los angostos límites del espacio tradicionalmente asignado al derecho civil,
sino que, como resultado de un proceso a veces imperceptible a ojos poco
atentos, ha permeado a muchos otros campos del sistema jurídico. La
manifestación más evidente de este fenómeno se aprecia en el cada vez más
complejo subsistema de fuentes que se ocupa de unas y otra, pues,
precisamente, esa pluralidad de fuentes es el más evidente reflejo de la
proyección de las personas y de la familia fuera de los dominios usuales del
derecho civil. Una diversidad tal, que exige a quienes se ocupan de ellas en su
dimensión jurídica, un conocimiento mucho más amplio y una comprensión
mucho más fina de su disciplina jurídica.

En la redefinición del subsistema de fuentes del derecho relativo a las


personas y la familia ocupa un lugar central el papel que desempeña
la Constitución, particularmente por el despliegue de su fuerza normativa en
relación con ellas.
Las personas y la familia, y ya con el paso de los años bien se puede decir,
fueron objeto de unas declaraciones constitucionales en 1980, que no tuvieron
mayores proyecciones sino hasta la reforma del Tribunal Constitucional en
2005. Particularmente en ejercicio de la competencia que le fue atribuida en
sede de inaplicabilidad, en los más de diez años que median desde aquella
reforma hasta el día, el Tribunal ha realizado y realiza permanentemente una,
aún no bien dimensionada, redefinición de la legalidad constitucional de
amplios sectores del derecho civil. Uno de ellos, y en los que más ha operado
esta actuación de la jurisprudencia constitucional, ha sido el de la disciplina de
las personas y la familia que, por esta vía, se ha vuelto en un objeto cada vez
más relevante de preocupación constitucional que, en muchos casos ha
consolidado opiniones jurisprudenciales de los tribunales ordinarios, pero en
otros, se ha apartado de ellas.

La definición de la legalidad constitucional en sede de personas y familia por


parte del Tribunal Constitucional en los últimos años, en una primera
aproximación, parece marcada por un presupuesto radical: la familia se
incardina en la más amplia sede del derecho de las personas. De ahí que sólo
pueda ser concebida a la luz de los derechos y garantías que la
propia Constitución establece. Es esta la línea directriz de sus sentencias que,
por lo demás, también comienza a ser asumida por los tribunales ordinarios.

Así, las reglas sobre las personas y sobre la familia, no pueden leerse sino
en clave de esa legalidad constitucional, que ha superado ampliamente las
maneras más habituales de aproximarse al derecho de las personas y de la
familia, ancaldas en muchos aspectos, todavía, en visiones decimonónicas.

4. Las personas concebidas en función de su dignidad. Si en el Código


Civil la noción de persona se construía desde una mirada que la entendía
preferentemente como centro de atribución de derechos de marcada
naturaleza patrimonial, la jurisprudencia constitucional tiende ahora a
configurarla en torno a la noción constitucional de "dignidad".

En una reciente sentencia ha avanzado el Tribunal Constitucional una serie


de líneas para definir una cierta noción de persona, que supera y resitúa la
circunscrita al campo del derecho civil y que, a no dudarlo, será causa de
consecuencias de amplios efectos. En ella se asume que hay una noción
constitucional de persona que difiere de la del Código Civil, en una diferencia
que se destaca desde el propio comienzo de la existencia de las personas 7. Es
esta una tendencia que ya había esbozado en sentencias anteriores, y que
permite aproximarse a la concepción constitucional de persona, centrada en su
dignidad, y que se proyecta en la tradicional esfera del derecho civil de las
personas.
La concepción de las personas, enraizada en su dignidad, ha de presidir
toda las comprensión de las reglas del derecho civil que a ellas le tocan, y cuya
primera consecuencia es la superación de una visión de ellas estrechada en la
noción de "sujeto de derechos" en clave preferentemente patrimonial.

§ 4.1. La dignidad como inherente a las personas, anterior y superior al


Estado, y fundamento del orden político y social. La dignidad de las personas,
es inherente a su naturaleza trascendente, anterior y superior a la sociedad y al
estado, y se alza en carácter que las diferencia de toda otra realidad 8. Esta
dignidad, así entendida, implica la exigencia de que se constituya en el
fundamento del orden político y social de la nación 9, y su operatividad se irradia
en todo el sistema jurídico en una doble dimensión: como principio y como
norma10.

Así, la igual dignidad de las personas se alza y reconoce no sólo como un


"principio" inspirador del ordenamiento jurídico chileno, sino que como una
norma jurídica, en cuanto que despliegue de la fuerza normativa de
la Constitución y, por ende, ha de ser aplicada como tal en la solución de
eventuales controversias sujetas a la decisión de los tribunales de justicia.

§ 4.2. La dignidad de las personas y su universalidad. La dignidad de las


personas se caracteriza por su universalidad, y en cuanto que tal
la Constitución la reconoce respecto de todo ser humano, por el solo hecho de
serlo11.

La universalidad de la dignidad de las personas implica que son acreedoras


de una consideración y trato de respeto 12, que le son inherentes, sin que se
admita distinción ni exclusión alguna, y con independencia de sus atributos o
capacidades13. En esta perspectiva se aprecia la íntima conexión que existe
entre la dignidad de las personas y la igualdad en la que nacen y han de
desarrollarse, y que es característica básica del sistema jurídico.

§ 4.3. La dignidad de las personas como fundamentación de sus derechos.


Es esa misma dignidad la que se vuelve "fuente" de los derechos esenciales de
las personas y de sus correspondientes garantías 14. Se constituye, entonces,
en "fundamento" de los derechos inherentes a las personas y de sus
garantías15, de modo que es en la dignidad de las personas donde se
encuentra la raíz de sus derechos públicos subjetivos 16, como "piedra angular
de todo el edificio de los derechos fundamentales" 17.

De la consideración anterior se sigue que es la misma dignidad de las


personas el fundamento de la obligación de reparar el daño inferido por la
lesión de sus derechos fundamentales18.
§ 4.4. La dignidad de las personas y su proyección en el libre desarrollo de
la personalidad. La dignidad de las personas se proyecta en el amplio campo
operativo de la mayor realización espiritual y material posible, cuya
consecución está amparada en las bases de la institucionalidad, y que la
doctrina y jurisprudencia tienden a explicar bajo la categoría del "derecho al
libre desarrollo de la personalidad". Ella se despliega en sus decisiones
dirigidas a lograr la que estiman por su mayor realización espiritual, como
equivalente al libre desarrollo de su personalidad, y con el solo límite del pleno
respeto a los derechos y garantías que la Constitución establece19.

Ese libre desarrollo de la personalidad tiene una de sus más tempranas


manifestaciones en la posición que se reconoce en el sistema jurídico al
"interés superior del niño", ligado estrechamente a su autonomía progresiva, al
concebirse el interés superior del niño como referido "a posibilitar la mayor
suma de ventajas en todos los aspectos de su vida, en perspectiva de su
autonomía y orientado a asegurar el libre desarrollo de su personalidad" 20.

El libre desarrollo de la personalidad exige, asimismo, en el curso de toda la


vida el respeto y protección de los derechos a la privacidad y la inviolabilidad
de las comunicaciones21, e implica el reconocimiento de la identidad
comprensiva de la de género22.

Es igualmente, la dignidad de las personas como predicamento suyo, la que


origina, fundamenta y justifica una amplia variedad de derechos que le son
inherentes.

§ 4.5. La dignidad de las personas y el derecho a la identidad. El derecho a


la identidad no puede concebirse sino en su directa vinculación con la dignidad
de las personas y, como tal, se alza como un derecho implícito en el catálogo
de derechos y garantías constitucionales, porque este derecho forma parte de
la propia dignidad23.

En el último tiempo, la jurisprudencia de los tribunales ordinarios entiende


que el derecho a la identidad se extiende a la identidad de género que, en
cuanto tal, halla su fundamento en la dignidad de las personas 24.

§ 4.6. La dignidad de las personas y el respecto a su vida privada,


inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicación privada. La dignidad
de las personas se proyecta en su vida privada y en la de su familia, y ahí
estriba una de las razones de su protección constitucional 25. Por lo mismo la
inviolabilidad del hogar y de las comunicaciones privadas, no es más que una
extensión lógica de la proyección de su dignidad personal 26.

Singular interés adquiere, en sede de personas y de familia matrimonial, el


que se haya reconocido que esta garantía de la inviolabilidad de la privacidad
pueda invocarse al interior del matrimonio 27. Con ello se advierte que el
matrimonio no puede volverse factor de disminución de las garantías
constitucionales para los cónyuges. Así, por lo demás, ya lo había reconocido
la jurisprudencia de los tribunales ordinarios de justicia 28.

§ 4.7. La dignidad de las personas es el fundamento de su derecho a la


honra. Este derecho personalísimo, que forma parte del acervo espiritual de
todas las personas, se fundamenta en la dignidad que les es inherente 29, pues
no puede concebirse sino como una emanación de ella 30.

§ 4.8. La dignidad de las personas y su proyección en el campo penal. La


dignidad de las personas está en la raíz del respeto a la presunción de
inocencia31, como también lo está en la imperiosa necesidad de mantener el
principio de la proporcionalidad de las penas 32, y se desenvuelve, entre otros
ámbitos específicos, en la protección de la identidad de los menores vinculados
a la comisión de un delito33.

§ 5. La familia en clave de autonomía y su protección. Una serie de reformas


legales, entre ellas la ley de matrimonio civil de 2004, implicaron asumir de
modo expreso la desvinculación de la familia del matrimonio, en cuanto que
este es la "principal" causa de la familia, pero no la única. En esa línea, una
serie de reformas o leyes posteriores han asentado la visión de la existencia de
una pluralidad de familias, en cuanto que muchas de ellas no hacen más que
dar cuenta del ejercicio personal de la búsqueda de la mayor realización
espiritual y material posible de las personas. Por lo demás, la jurisprudencia de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en relación con el Estado de
Chile, ha instado, igualmente, por el reconocimiento de esa pluralidad familiar,
como lo declaró en 2012 en el caso Atala Riffo y niñas con el Estado de Chile:
"[E]l Tribunal reitera que el concepto de vida familiar no está reducido
únicamente al matrimonio y debe abarcar otros lazos familiares de hecho
donde las partes tienen vida en común por fuera del matrimonio" 34. La
jurisprudencia de los tribunales ordinarios de justicia se ha hecho eco de esta
declaración, y la ha reproducido en alguna sentencia 35.

En ese contexto, de reconocimiento de la pluralidad, que en este caso es


también reconocimiento del libre desarrollo de la personalidad, la jurisprudencia
constitucional se ha ocupado en determinar el contenido y significado de los
deberes del Estado de dar protección y propender al fortalecimiento de la
familia, directamente relacionados con la integridad física y psíquica de las
personas que la forman36.

Se ha esforzado progresivamente en darle aplicación concreta, por ejemplo,


cuando se trata de precisar el interés superior del niño en sede de adopción y
de primacía de la familia de origen37, del derecho a la reserva o secreto de
documentos o antecedentes privados38, y de la firmeza del vínculo laboral de
las trabajadoras embarazadas39.

En el último tiempo la protección de la familia se ha discutido especialmente


en relación con la situación de los inmigrantes, y aunque no se ha pronunciado
de una manera directa el Tribunal Constitucional 40, sí lo ha hecho la Corte
Suprema a propósito de la protección de la unidad de la familia y los decretos
de expulsión del territorio nacional, porque: "de ejecutarse la medida
ciertamente se transgrede lo dispuesto en el artículo 1º de la Constitución
Política de la República que establece que la familia es el núcleo fundamental
de la sociedad, siendo deber del Estado dar protección a la población y a la
familia, así como propender al fortalecimiento de ésta" 41.

§ 6. La familia matrimonial. En el último tiempo ha habido, igualmente, una


destacada redefinición de la legalidad constitucional de la familia matrimonial.

Como punto de partida la jurisprudencia constitucional ha reafirmado que la


disciplina jurídica del matrimonio y, en particular, la de sus efectos está
reservada a la ley42. De esta visión deriva el que no esté herida de
constitucionalidad la definición de matrimonio del artículo 102 del Código Civil,
en cuanto que lo define como un contrato "entre un hombre y una mujer" 43.

La posición asumida de hallarse la disciplina del matrimonio reservada a la


ley, explica que cuando el Tribunal Constitucional ha tenido ocasión de
profundizar en este tema se ha quedado simplemente en la noción legal del
matrimonio44. En cambio, la Corte Suprema parece asumir la centralidad de la
"comunidad de vida" como clave de un intento por ofrecer una definición
jurisprudencial del matrimonio que, por otra parte, asume la tendencia a dar
importancia al criterio de la afectividad45.

Las obligaciones de los cónyuges entre sí han tenido también una lectura
constitucional, especialmente la de guardarse fe, concebida ahora de modo
más amplio que la tradicionalmente ligada a la prohibición del adulterio, y que
está estrechamente ligada a la comunidad d evida que instaura el matrimonio 46.

No ha escapado a la redefinición de la legalidad constitucional de la familia


matrimonial la declaración de bien familiar, en relación con el usufructo que
puede constituirse sobre los bienes declarados familiares 47. Tampoco le ha
pasado inadvertido el divorcio, en relación con el cual ha destacado que no es
posible concebirlo como una sanción48, y se ha pronunciado sobre la prueba
del cese de la convivencia, respecto de la que ha declarado que no están
heridas de inconstitucionalidad las reglas que establecen una diferencia de
regulación en cuanto a la prueba de la fecha del cese de la convivencia
establecida entre los matrimonios celebrados con anterioridad a la Ley
Nº 19.947 y los celebrados con posterioridad 49. También lo ha hecho sobre la
causa del divorcio por falta imputable, que excluye un juicio sobre la existencia
de un ilícito y su castigo50, y sobre las causas específicas de transgresión grave
y reiterada del deber de fidelidad 51, y la muy controvertida consistente en la
conducta homosexual52.

Del mismo modo, esa redefinición de la legalidad constitucional ha


alcanzado a la compensación económica, respecto de la cual se ha reafirmado
que ni tiene carácter punitivo 53, ni finalidad de compensar o corregir un
"desequilibrio"54, sino que se trata de una obligación causada en la ley, que
opera sobre la base de un supuesto legalmente definido 55. Es esta una
concepción que ya había anticipado la Corte Suprema, que en el último tiempo
no vacila en reconocer que: "En definitiva, es un crédito que nace una vez
verificada la ruptura matrimonial, por nulidad o divorcio, a condición [de] que
concurran ciertas condiciones que el legislador ha establecido y que deberá
calificar el juez"56. Ha disipado, igualmente, la jurisprudencia constitucional toda
duda respecto de la posibilidad de la aplicación de arresto por el no pago de
las cuotas que se hubieran acordado o fijado para el pago de la compensación
económica57.

§ 7. La filiación y las relaciones entre padres e hijos. Las relaciones entre
padres e hijos han sido especial objeto de la actividad definitoria de la
jurisprudencia constitucional, y a ella hay que estar particularmente atentos,
como consecuencia de las profundas variaciones derivadas de las reformas
legales en sede de cuidado personal y de relación directa y regular. La
generalidad de las sentencias se entienden a la luz del principio del interés
superior del niño, que el mismo Tribunal Constitucional se ha esforzado por
delimitar58.

En sede de cuidado personal de los hijos, el Tribunal Constitucional ha


ofrecido una noción de esta institución 59 y precisado sus finalidades60,
determinado con claridad el campo operativo de las reglas del artículo 225
del Código Civil61, con singular atención a los supuestos en que procede el
cuidado compartido y a su evidente diferencia con el principio de
corresponsabilidad62. Ha entendido, igualmente, en la definición de la
operatividad de la regla tocante a la atribución legal del cuidado personal 63, y al
supuesto de la inhabilidad física para confiar el cuidado personal a un tercero 64.

La disciplina de la filiación ha sido ampliamente tratada por la jurisprudencia


constitucional. Ha destacado el papel que desempeña el derecho a la
identidad, ligado a la dignidad de las personas 65. En cuestiones concretas, se
ha declarado la constitucionalidad de la regla fijada en el artículo 188
del Código Civil66, de las que tocan a las pruebas periciales biológicas desde la
perspectiva del derecho a la honra 67, y en una jurisprudencia no decisiva por
falta de quorum la constitucionalidad de las reglas del artículo 206 68, si bien se
ha declarado su inaplicabilidad en varios casos concretos, en algunos con
declaración de la inaplicabilidad íntegra del artículo 206 69, y en otros de su sola
frase 'dentro de los ciento ochenta días siguientes al parto' 70.

§ 8. Las guardas. La disciplina de las guardas, tan hirientemente


desatendida por los legisladores, ha comenzado, igualmente, a ser redefinida
por la jurisprudencia constitucional.

Desde unas concepciones y principios, las más de las veces, inspirados en


ciertas ideas de peligrosidad (locura, demencia), o de vicios (disipación), con
una marcada connotación patrimonial, comienza a abrirse paso una tendencia
que las lee en clave de la dignidad de las personas y de su igualdad, sin
desatender a la influencia de la "enfermedad", y no de los vicios o peligrosidad,
en relación con ellas. Con todo, aún no se pone atajo a la malitencionada
utilización de las guardas para vulnerar, precisamente, la dignidad de las
personas mayores o enfermas, y para despojarlas de sus derechos, por la vía
de la declaración de interdicción.

Desde la perspectiva de la igualdad de las personas ha afirmado el Tribunal


Constitucional que, en principio, no puede entenderse que haya una
discriminación arbitraria cuando la distinción entre las personas sujetas a
guarda de aquellas que no lo están descansa en una "diferencia objetiva", y en
esta línea ha declarado que no se lesiona la garantía de la igualdad por la
declaración de interdicción71. Ha mantenido el criterio habitual de ver en sus
reglas un interés social comprometido72, sin que se le haya escapado la
diferencia entre tutelas y curatelas, pero sin olvidar que están sujetas a una
serie de reglas comunes73. En esta última sentencia ha declarado la
inaplicabilidad de las reglas del artículo 367 del Código Civil, que son las que
establece quiénes son los llamados a la tutela o curaduría legítima, y lo ha
hecho desde la perspectiva del interés superior del niño 74.

§ 9. Alimentos y otros campos. Otra sede en la que se ha manifestado una


importante actividad de la jurisprudencia constitucional, ha sido la del régimen
legal de los alimentos, sobre todo para afirmar la constitucionalidad de la regla
que permite el arresto en ciertos casos de incumplimiento del pago de los
alimentos decretados por resolución que causa ejecutoria 75.

Otra, en fin, la relativa al "procedimiento contravencional" ante los tribunales


de familia, respecto del cual ha declarado como contraria a la Constitución la
utilización de las voz 'imputado' en el artículos 102 E de la ley de tribunales de
familia76, la no vulneración del artículo 102 F al principio de proporcionalidad 77,
la contravención a la Constitución de los artículos 102 H, I y K por afectar a la
garantía del debido proceso78, y la lesión de la exigencia de la proporcionalidad
que afecta al artículo 102 J79.
§ 10. La realidad y la jurisprudencia en sede de personas y familia. Con una
asombrosa celeridad todo parece que cambia día a día. Quizá a quienes
fuimos criados, y algunos aún lo son, bajo la castrante visión del derecho como
un mero "sistema de normas", nos genere desazón e incomodidad esta
realidad de cambio, que a veces no se percibe si no nos damos un instante
para la reflexión.

La ciencia y la tecnología se nos imponen, pero también la crisis de una


sociedad que, aunque nunca fue del todo "moderna", sí que asumió algunos de
los postulados del proyecto de la modernidad.

La novedad y el cambio en la sociedad se proyectan en la situación y papel


que desempeñan en ella las personas y la familia. Es la jurisprudencia la que,
las más de las veces, se enfrenta a cuestiones hasta hace poco desconocidas
y que son consecuencia del proceso de redefinición que experimenta la
sociedad en Chile.

§ 11. Nuevas realidades ligadas a la ciencia y tecnología. Un factor de


variados cambios sociales es, y nada nuevo digo aquí, el ligado al desarrollo de
la ciencia y de las tecnologías.

En el primer caso se sitúan los avances en las técnicas de reproducción


asistida, aunque en Chile ellas aún no tienen un reflejo jurisprudencial, como
tampoco tienen una disciplina legal, pero sí que las pruebas periciales
biológicas han dado lugar a unas nuevas maneras de enfrentar el régimen de
la filiación. Así, por ejemplo, si en 2004 la Corte Suprema negaba la posibilidad
de practicarlas a un cadáver80, seis años más tarde sí que las admitía la Corte
de Apelaciones de Temuco81.

No se puede desconocer, en este campo, la centralidad que ha cobrado el


"derecho a la identidad biológica", del que se ha ocupado detenidamente la
jurisprudencia constitucional, sobre todo a la luz de su relación con la dignidad
de las personas82, y la Corte Suprema en muchas de sus sentencias, y en el
último tiempo en algunas de mucho interés en sede de adopción 83, y de
identidad de género84.

De su lado, algunas de las consecuencias del desarrollo de tecnologías en


sede familiar se pueden apreciar en campos, que parecían casi fosilizados. Así,
por ejemplo, en esa ya antigua y temblorosa categoría de los "atributos de la
personalidad", hay que tener en cuenta que la Corte Suprema ha declarado
que el nombre, el estado civil y el domicilio caben en la categoría de "datos de
carácter personal" y, por ende, bajo la disciplina de la Ley Nº 19.62885, ahora
fortalecidos por la reforma al artículo 19 número 4º de la Constitución, para
asegurar a todas las personas: "la protección de sus datos personales". Se ha
declarado que los correos electrónicos constituyen una forma de comunicación
privada, amparada por la inviolabilidad asegurada por la Constitución86, que el
envío de correos electrónicos por parte de un cónyuge a terceros, para dar a
conocer hechos que tocan al otro, configura un supuesto de violencia
psíquica87, o que la publicación en alguna red social, como facebook, de datos
personales como el nombre, edad, sexo, estado civil, domicilio, o profesión
violan el derecho a la privacidad y a la honra de las personas, si no se hace al
amparo de la Ley Nº 19.62888.

§ 12. Nuevas realidades: vías de comunicación y movilidad de las personas.


Las mayores facilidades materiales y de medios para el traslado de las
personas, desde Chile al exterior o a la inversa, han influido, igualmente, en
algunas sedes familiares especialmente significativas. El mismo efecto ha
tenido el cada vez más frecuente desplazamiento de las personas con fines de
estudios y, sobre todo, de trabajo.

Una de las sedes en que se aprecia esa influencia, es la relativa a la defensa


de los regímenes de cuidado personal y de relación directa y regular fijados por
otros estados, cuando uno de los padres traslada o retiene ilícitamente a
alguno de sus hijos, en cuyo caso cobra aplicación la Convención sobre
aspectos civiles del secuestro internacional de niños. Para estas cuestiones,
que se presentan cada vez con mayor frecuencia, la Corte Suprema se ha
ocupado en precisar la finalidad y el ámbito de aplicación de la Convención 89, y
ha tratado singularmente de la operatividad de las causas que justifican las
excepciones al principio de restitución inmediata del menor, y que es el que
inspira a la Convención90.

Ocasionada, también, por las mayores facilidades de desplazamiento, se ha


vuelto habitual la cuestión relativa a la variación del domicilio del menor, como
consecuencia del cambio de domicilio del padre que tiene atribuido su cuidado
personal, cuando existe un régimen de relación directa y regular fijado
convencional o judicialmente. Se aprecia una sana tendencia en las más
recientes sentencias de la Corte Suprema, en las que se ha declarado que el
cambio de domicilio del menor ha de sujetarse a control judicial 91, y que este
cambio no puede aceptarse si está fundado en el interés del padre o madre
que tiene su cuidado personal, pues la consideración primordial ha de ser el
interés superior del niño92.

Ligada a la cuestión anterior está, también, la de la autorización para la


salida del menor fuera del país. En cuanto a ella la Corte Suprema ha sentado
que la facultad de autorizar o negar la salida del país, es una prerrogativa que
la ley confiere a los padres, en directa vinculación con el derecho y deber de
mantener una relación directa y regular con sus hijos, y que no puede
entenderse sino a la luz del interés superior del menor 93.
§ 13. "El otro": una sociedad plural y los pueblos originarios. Esta rúbrica es,
deliberadamente, indicativa de una sociedad que fue construida desde el siglo
XIX sólo por un cierto sector de la población, en el contexto de una minoría
rectora, que había asumido algunas — sólo algunas — de las ideas de la
modernidad.

Reflejo de la visibilidad de una realidad, que el derecho de las personas y de


familia tradicional en Chile había pasado en casi completo silencio, es la
constatación evidente de que la chilena es una sociedad plural, que tiene
mucho menos de igualdad de lo que el proyecto de la modernidad impuso
como visión oficial desde el siglo XIX en adelante.

Una de esas diferencias, ocultadas por la modernidad, es la que nos muestra


que hay pueblos originarios y que ello ha de tener una serie de consecuencias
en un estado de derecho. La asunción de esta realidad se ha reflejado en una
jurisprudencia, que ha advertido sobre la especialidad de las reglas tocantes al
estado civil respecto de los pueblos originarios frente a las del derecho común,
como tempranamente recordaba la Corte de Apelaciones de Valdivia a
propósito de la posesión notoria del estado civil 94, reiteraba años más tarde la
Corte de Apelaciones de Temuco95, y ha asumido últimamente la Corte
Suprema96, pero sin olvidar que la misma Corte Suprema ha advertido que
carece de efecto erga omnes la filiación establecida por la vía voluntaria
reconocida en el artículo 4º de la Ley Nº 19.25397. También, en esta sede, es
de singular interés una sentencia de la Corte de Apelaciones de Temuco que
estima, que la prohibición de acuerdos reparatorios en los procesos por delitos
constitutivos de violencia intrafamiliar, no se extiende a personas que
pertenecen a un pueblo originario que soluciona sus conflictos mediante
acuerdos reparatorios, en atención al Convenio Nº 169 de la OIT98.

§ 14. "El otro": una sociedad plural y la identidad sexual. Reflejo de la


visibilidad de otra serie de realidades, de las que el derecho de las personas y
de familia en Chile había prescindido, comienzan a revelar su importancia una
serie de sentencias para sedes dogmáticas y prácticas, que parecían carecer
de ella.

El régimen de las inscripciones de estado civil, en concreto, de nacimiento


experimenta un inusitado interés a la luz de la interpretación jurisprudencial de
la facultad de su rectificarlas, conferida al director general del Registro Civil,
específicamente en relación con el sexo, cuando se invoca como fundamento
un diagnóstico de transexualismo o disforia de género, cuestión sobre la que la
Corte de Apelaciones de Santiago ha discurrido profusamente 99, y últimamente
la Corte Suprema100.

En la misma línea la interpretación jurisprudencial de la causa de la letra


a) del inciso 2º del artículo 1º de la ley que autoriza a solicitar el cambio de
nombre, estima que en ella cabe el transexualismo diagnosticado, como lo ha
declarado la Corte de Apelaciones de Valparaíso 101y la Corte de Apelaciones
de Santiago102. Muchas de estas sentencias, a su vez, reflejan el ya enunciado
cambio hacia una concepción de las personas ligada a la noción constitucional
de dignidad que, como entiende el Tribunal Constitucional, se expresa en el
libre desarrollo de la personalidad.

§ 15. "El otro": una sociedad plural y la inmigración. La centenaria situación


periférica de la sociedad chilena ha cambiado en pocas décadas. Esta
variación ha reforzado su pluralidad y diversidad por la vía de un creciente y
mantenido proceso de inmigración. Así como en la sociedad, prácticamente,
por vez primera se ha experimentado la necesidad de relacionarse con "el
otro", la jurisprudencia ha tenido, también, que hacerse cargo de esta realidad.

La jurisprudencia constitucional ha declarado con firmeza que las


seguridades constitucionales no diferencian entre nacionales y extranjeros 103, y
la Corte Suprema, como se ha anticipado, se ha ocupado en precisar que la
familia de los inmigrantes queda cubierta por la protección constitucional, y que
es esta una perspectiva de la que no se puede prescindir al juzgar las
decisiones administrativas de expulsión de inmigrantes 104.

Este mismo tribunal ha mostrado una vacilante tendencia, que debería ser
indudable, a reconocer el derecho a contraer matrimonio (ius conubii) a los
extranjeros que no residen legalmente en el país. Ha declarado, así, en varias
sentencias que el ius conubii, en cuanto que libertad fundamental de las
personas, no puede verse afectado por una exigencia reglamentaria y, en
consecuencia, no se ajusta a derecho que el Registro Civil exija a un extranjero
acreditar su residencia legal en el país para la celebración de su matrimonio 105.
En igual dirección, ha declarado que la cédula para extranjeros no es el único
documento que permite acreditar la identidad de una persona, para efectos de
celebrar un matrimonio y, por ende, ha de admitirse el pasaporte 106.

§ 16. Una conclusión. Esta sexta edición del Código de la familia, que ve la


luz este año 2018, está concebida al amparo de una preocupación que
pretende ir más allá de la simple finalidad de proveer un completo cuerpo
normativo de la familia en Chile.

La inclusión de los textos constitucionales, legales, tratados internacionales,


autos acordados, reglamentos y jurisprudencia, descansa en el presupuesto de
la complejidad del sistema de fuentes del actual derecho de familia. Sus
relaciones y su interdependencia se pueden apreciar con claridad, por un
parte, en el detenido aparato de concordancias que acompaña a cada una de
las disposiciones y, por otra, en la jurisprudencia que las explica.
La jurisprudencia, en fin, como clave que ilustra el entendimiento de las
reglas, pero que también las crea, ha sido objeto de una inicial reflexión
dogmática, que se refleja, en principio, en los enunciados que la organizan y
explican, porque desde el origen se abandonó cualquier tentación de caer en
un mero trabajo de acumulación de sentencias, de resúmenes de ellas, o de
recopilación cronológica. Pero también, esas sentencias son comentadas en su
contexto, es decir, se las examina a la luz del propio desarrollo jurisprudencial,
de los nuevos contextos jurídicos y sociales y, en muchos casos, se la comenta
con algún detalle.

El Código de la familiapuede, así, alzarse como un texto que admite una


pluralidad de lecturas y una variedad de intensidades en ella, sin olvidar
tampoco el decidido propósito de auxiliar de la mejor manera a la práctica
profesional.

Zaragoza, en el día de Nuestra Señora del Pilar de 2018

Javier Barrientos Grandon


Individuo de número de la Academia Chilena de la Historia

Universidad Autónoma de Madrid

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Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada



Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS

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INICIO DE:
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA DE CHILE
CAPÍTULO I BASES DE LA INSTITUCIONALIDAD
CAPÍTULO III DE LOS DERECHOS Y DEBERES CONSTITUCIONALES

 VOLVER
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Constitución Política de la República de Chile

I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL


DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA DE CHILE

CAPÍTULO I BASES DE LA INSTITUCIONALIDAD

Artículo 1º.- Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos.

La familia es el núcleo fundamental de la sociedad.


El Estado reconoce y ampara a los grupos intermedios a través de los cuales
se organiza y estructura la sociedad y les garantiza la adecuada autonomía
para cumplir sus propios fines específicos.

El Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover


el bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que
permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su
mayor realización espiritual y material posible, con pleno respeto a los
derechos y garantías que esta Constitución establece.

Es deber del Estado resguardar la seguridad nacional, dar protección a la


población y a la familia, propender al fortalecimiento de ésta, promover la
integración armónica de todos los sectores de la Nación y asegurar el derecho
de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 5º inciso 2º, 10, 19 números 1, 2, 4 y 5.


Código Civil: artículos 54, 55 y 57. Código Tributario: artículo 8º número 7º. Ley Nº 18.838, crea el
Consejo Nacional de Televisión, D.O.  30.09.1989: artículo 1º inciso 4º. Ley Nº  19.023, crea el Servicio
Nacional de la Mujer,D.O. 3.01.1993: artículo 2º inciso 2º letra c). Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 1º, 2º y 3º. Ley Nº  20.066, de Violencia Intrafamiliar,  D.O.  7.10.2005:
artículo 2º. Ley Nº  20.120, sobre investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe la
clonación humana, D.O. 22.09.2006: artículo 4º. Ley Nº  20.422, establece normas sobre igualdad de
oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad, D.O. 10.02.2010, artículos 1º, 4º,
6º. Ley Nº  20.430, establece disposiciones sobre protección de refugiados, D.O.  15.04.2010: artículos
3º, 8º, 9º.  Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos,D.O. 29.04.1989: artículo 23.1. Decreto Nº  326, Min. Relaciones Exteriores, Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, D.O: 28.04.1989: artículos 10, 11.1 y 12.
Decreto Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica,  D.O.  5.01.1990:
artículos 1º, 3º, 6º número 1º, 17. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990: artículos 2º, 5º, 8º, 9º, 10. DecretoNº 201, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad adoptada por la
Asamblea General de la ONU el 13 de diciembre de 2006,D.O. 17.09.2008: artículos 1º, 2º, 3º, 4º, 5º.

I. La posición y sentido de las "Bases de la institucionalidad" reconocidas


Jurisprudencia: 
en este artículo. El E Tribunal Constitucional ha precisado la posición que ocupan y el
xcmo. 

papel que desempeñan en el ordenamiento jurídico las bases de la institucionalidad


reconocidas y declaradas en este artículo. Por lo que toca con mayor cercanía a la
disciplina jurídica de las personas y la familia en el derecho chileno, son especialmente
relevantes, por una parte, aquellas que inciden en las actuaciones de las instituciones
públicas que pueden relacionarse con las personas y la familia y, por otra, las que definen
su papel en la interpretación y aplicación de las reglas que configuran la disciplina de las
personas y la familia. Singular trascendencia tienen las que se mencionan y explican a
continuación. 1. El reconocimiento de los derechos de las personas como anteriores
y superiores al Estado y la Constitución. La jurisprudencia constitucional se ha
afirmado en una opinión, que ya se tiene por asentada y común, de acuerdo con la cual
en el sistema jurídico e institucional chileno, los derechos fundamentales de las personas
son anteriores al Estado y a la propia Constitución Política de la República. En este
sentido el E Tribunal Constitucional en 2008 se refería a: "[L]os derechos esenciales del
xcmo. 

hombre, que son superiores y anteriores al Estado y a la Constitución, que no los crea
sino que reconoce y asegura" (Tribunal Constitucional, 10 de junio de 2008, cons. 16º,
Rol Nº 943-07 Ina), y en ese mismo año advertía que era: "[M]enester poner de relieve
que si la Carta Política asegura a todas las personas los derechos fundamentales, lo hace
en el entendido que preexisten a ella" (Tribunal Constitucional, 26 de junio de 2008, cons.
24º, Rol Nº 976-08). Esta consideración se ha consolidado en fallos posteriores, que la
han asumido como punto de partida para los razonamientos acerca de la entidad y
naturaleza de los derechos fundamentales, y en varios de ellos se la transcribe
literalmente (Tribunal Constitucional, 7 de julio de 2009, cons. 18º, Rol Nº 1218-08 Ina;
Tribunal Constitucional, 8 de septiembre de 2009, cons. 18º, Rol Nº 1287-08; Tribunal
Constitucional, 6 de agosto de 2010, cons. 87º, Rol Nº 1710-10 Inc). En el mismo sentido
ya se había pronunciado la jurisprudencia de los tribunales ordinarios de justicia y, así, se
ha precisado en relación con este artículo 1º de la Constitución que: "Esta disposición se
estructura sobre la base de ciertos valores o principios esenciales como la libertad del
hombre, el que los derechos fundamentales de las personas son anteriores y superiores
al Estado y la Constitución y que el Estado, en cumplimiento de su finalidad propia,
consistente en promover el bien común, debe darles segura y eficaz protección"
(C. Suprema, 21 de agosto de 2006, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/5522/2006, Rol
Nº 5022-2014). 2. Normas rectoras para gobernantes y gobernados, a quienes
obligan, y sobre quienes pesa el deber de proteger y promover los derechos
fundamentales. Desde época muy temprana la jurisprudencia constitucional ha
destacado el carácter normativo de las disposiciones contenidas en el artículo 1º de
la Constitución, y su consiguiente carácter imperativo respecto de todos los órganos del
Estado y de los particulares. En su primera formulación se destacaba en 1987 que: "Estos
preceptos no son meramente declarativos sino que constituyen disposiciones expresas
que obligan a gobernantes y gobernados tanto en sí mismas, como también, en cuanto
normas rectoras y vitales, que coadyuvan a desentrañar el verdadero sentido y espíritu
del resto de las disposiciones de la Constitución" (Tribunal Constitucional, 21 de
diciembre de 1987, cons. 21º, Rol Nº 46), consideración que se asumía, literalmente, dos
decenios más tarde (Tribunal Constitucional, 10 de junio de 2008, cons. 16º, Rol Nº 943-
07 Ina). En un segundo momento, la jurisprudencia constitucional desarrolló esta opinión
sobre la base de vincular las disposiciones del artículo 1º de la Constitución con la regla
del inciso 2º de su artículo 5º, de manera que en el mismo año de 2008 se declaraba que:
"Si la Carta Política asegura a todas las personas los derechos fundamentales, lo hace en
el entendido [de] que preexisten a ella; y que, en armonía con lo preceptuado en el
artículo 5º, inciso segundo, los órganos públicos y privados, en ejercicio de la
competencia y facultades, respectivamente, que les han conferido la Constitución y la ley,
no sólo están obligados a respetar esos derechos, sino que, además, a protegerlos y
promoverlos" (Tribunal Constitucional, 26 de junio de 2008, cons. 24º, Rol Nº 976-08).
Este considerando se ha consolidado en fallos posteriores, que lo reproducen literalmente
(Tribunal Constitucional, 7 de julio de 2009, cons. 18º, Rol Nº 1218-08 Ina; Tribunal
Constitucional, 8 de septiembre de 2009, cons. 18º, Rol Nº 1287-08; Tribunal
Constitucional, 6 de agosto de 2010, cons. 87º, Rol Nº 1710-10 Inc). 3. El artículo 1º de
la Constitución y su función cardinal en la interpretación constitucional. La
jurisprudencia constitucional ha destacado, desde sus más antiguos fallos, la posición
central que ocupan las reglas del artículo 1º de la Constitución en el campo de la
interpretación del propio texto constitucional, a las que se ha calificado de: "Normas
rectoras y vitales, que coadyuvan a desentrañar el verdadero sentido y espíritu del resto
de las disposiciones de la Constitución" (Tribunal Constitucional, 21 de diciembre de
1987, cons. 21º, Rol Nº 46), en una consideración que se ha reproducido literalmente en
sentencias posteriores (Tribunal Constitucional, 10 de junio de 2008, cons. 16º, Rol
Nº 943-07; Tribunal Constitucional, 8 de septiembre de 2009, cons. 33º, Rol Nº 1287-08).
El Tribunal Constitucional ha perfilado, progresivamente, el campo operativo de este
artículo 1º en sede de interpretación constitucional y ha remarcado su papel de orientar al
intérprete constitucional, de modo que ya en 1983 destacaba la posición que debía asumir
el intérprete constitucional de cara al artículo 1º de la Constitución, y lo hacía en los
siguientes términos: "El artículo 1º de la Carta Fundamental es de un profundo y rico
contenido doctrinario, que refleja la filosofía que inspira nuestra Constitución y orienta al
intérprete en su misión de declarar y explicar el verdadero sentido y alcance del resto de
la preceptiva constitucional" (Tribunal Constitucional, 27 de octubre de 1983, cons. 9º, Rol
Nº 19). Este considerando, con leves variantes, era reiterado un lustro más tarde: "El
artículo 1º de la Carta Fundamental constituye uno de los preceptos más fundamentales
en que se basa la institucionalidad, ya que por su profundo y rico contenido doctrinario
refleja la filosofía que inspira nuestra Constitución y orienta al intérprete en su misión de
declarar y explicar el verdadero sentido y alcance del resto de la preceptiva constitucional"
(Tribunal Constitucional, 5 de abril de 1988, cons. 12º, Rol Nº 53) y en alguna sentencia
posterior (Tribunal Constitucional, 18 de abril de 2008, cons. 45º, Rol Nº 740-07).
También ha sido aplicado como argumento en algún caso concreto de interpretación
constitucional: "Es una norma de lógica interpretación constitucional muy aconsejable de
seguir en situaciones como la que enfrentamos, aquella que nos previene que en los
casos en que las palabras o las expresiones de un precepto puedan tener un significado o
un alcance distinto, siempre debe preferirse aquel que mejor se aviene con la finalidad
perseguida por la norma, obtenida del contexto de la Constitución o de los antecedentes
que se tuvieron en vista para establecerla, cuidando siempre que ella armonice con
principios tan fundamentales como los contenidos en los artículos 1º, 4º, 5º, 6º y 7º de
nuestra Carta Fundamental que, como lo expresara este Tribunal en sentencia de 5 de
abril de 1988, Rol Nº 53, son preceptos normativos que reflejan la filosofía que inspira
nuestra Constitución" (Tribunal Constitucional, 26 de junio de 2001, cons. 12º, Rol
Nº 325). Este considerando, igualmente, ha sido reiterado literalmente en fallos
posteriores (Tribunal Constitucional, 11 de enero de 2007, cons. 5º, Rol Nº 591; Tribunal
Constitucional, 14 de septiembre de 2017, cons. 16º, Rol Nº 3364-17-Ina). También ha
sido asumido por la jurisprudencia de los tribunales ordinarios de justicia y, así, por
ejemplo, la Corte Suprema ha declarado que el artículo 1º de la Constitución es: "Una
norma rectora que no hace más que reflejar la filosofía de la Carta Fundamental y orientar
al intérprete acerca del sentido y alcance del resto de las disposiciones constitucionales"
(C. Suprema, 21 de agosto de 2006, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5522/2006, Rol
Nº 5022-2014). 4. La jerarquía axiológica del inciso 1º del artículo 1º de la
Constitución. Entre las diversas normas que integran un sistema jurídico pueden darse
distintas relaciones de jerarquía y, las que con mayor frecuencia se suelen destacar son
las de: a) jerarquía estructural o formal; b) jerarquía material o sustancial; c) jerarquía
lógica o lingüística, y d) jerarquía axiológica. Esta última es la relación que se da entre las
normas desde la perspectiva de los valores y, por ende, siempre implica un juicio de valor,
en ciertos casos explícito en alguna norma, pero en la generalidad se presenta como un
juicio de valor realizado por el intérprete. Así, por ejemplo, de las normas del Capítulo I o
III de la Constitución podría juzgarse su jerarquía axiológica, incluso respecto de las
restantes normas constitucionales, como derivadas de su singular rigidez para ser
modificadas (art. 127 inc. 2º Cpr), pero también, tal ha sido el juicio de valor realizado por
la judicatura constitucional en su labor de interpretación del inciso 1º del artículo 1º de
la Constitución, calificándoselo de "principio matriz del sistema institucional vigente"
(Tribunal Constitucional, 26 de junio de 2008, cons. 22º, Rol Nº 976-08; Tribunal
Constitucional, 8 de septiembre de 2009, cons. 16º, Rol Nº 1287-08; Tribunal
Constitucional, 27 de abril de 2010, cons. 27º, Rol Nº 1.348-2009) y respecto del cual se
ha declarado: "El artículo primero de la Constitución señala: 'Las personas nacen libres e
iguales en dignidad y derechos'. Se trata de una disposición que no sólo encabeza la
Carta Fundamental, sino que se irradia en todo su articulado. Consecuentemente, todos
los preceptos de la Constitución deben subordinarse a su tenor literal y a su significado"
(Tribunal Constitucional, 6 de agosto de 2010, cons. 85º, Rol Nº 1710-10 Inc).

II. La noción constitucional de "persona". El E  Tribunal Constitucional, con ocasión


xcmo.

del examen de constitucionalidad del proyecto de ley que regula la despenalización de la


interrupción voluntaria del embarazo en tres causales, ha tratado en su sentencia de 28
de agosto de 2017 de la cuestión tocante a la noción constitucional de "persona". Lo ha
hecho en un contexto en el cual se trataba, en definitiva, de decidir si el nasciturus, a la
luz del texto constitucional, es persona o no lo es. Su decisión, en voto de mayoría, fue
que: "La Constitución no le otorga al que está por nacer la categoría de persona. Ello no
obsta a que sea un bien jurídico de la mayor relevancia" (Tribunal Constitucional, 28 de
agosto de 2017, cons. 40º, LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-
Cpt). Esta concepción la reafirmó en otro considerando: "Que el que está por nacer es un
bien jurídico, de mucha importancia para la Constitución. Por eso se refiere a él y le
encarga al legislador su resguardo. El que está por nacer no necesita del estatuto de
persona y distorsionar todo el resto del sistema constitucional y legal, para recibir
protección. La Constitución lo relevó de aquello. No hay ninguna entidad que en nuestro
sistema jurídico tenga esta posibilidad" (Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017,
cons. 78º, LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-Cpt). 5. Las
personas como únicas entidades capaces de tener derecho. El E  Tribunal xcmo.

Constitucional ha entendido que la determinación de la categoría de persona importa,


porque uno de sus principales efectos, es el que de tal categoría depende la posibilidad
de tener "derecho" [sic] (utiliza, como se verá, el singular y no el plural): "[U]no de los
efectos más importantes de atribuir a alguien su condición de persona para efectos
constitucionales, es que sólo éstas tienen derecho. Así lo dice la Constitución. Los
derechos se aseguran "a todas las personas" (encabezado artículo 19). Lo mismo indica
el artículo 1º, inciso primero de la Constitución: "las personas nacen libres e iguales en
dignidad y derechos". También varios numerales del artículo 19 emplean la voz "persona"
para resaltar el titular del derecho que establece y regula" (Tribunal Constitucional, 28 de
agosto de 2017, cons. 66º, LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-
Cpt). Fuera de la persona no hay derechos. Si en contra de esta opinión alguien
pretendiera el "reconocimiento" de "derechos" a los animales, se alzaría esta lectura del
texto constitucional, que exigiría reconocer previamente el carácter de personas a los
animales. 6. La noción constitucional de persona y la noción de persona en el
Código Civil. La lectura de la sentencia de 28 de agosto de 2017 del E  Tribunal xcmo.

Constitucional, parece sugerir que la mayoría asume que existe una noción de persona en
el Código Civil y otra noción en la Constitución: "IX. El concepto de persona en la
Constitución [...] Que lo primero que cabe señalar es que el Código Civil señala que la
existencia legal de toda persona principia al nacer [...] Tenemos que analizar cuál es la
visión que tiene la Constitución en la materia" (Tribunal Constitucional, 28 de agosto de
2017, cons. 63º y 64º, LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-Cpt). Es
ésta una "sugerencia" de gran interés, pero muchísimo más seria de lo que en la
sentencia se refleja. La noción de personas en el Código Civil es una categoría que ha de
entenderse en su contexto. Aunque el Código Civilde Bello ocupó una posición
constitucional en el ordenamiento jurídico chileno durante el siglo XIX y buena parte del
siglo XX, no se concibió, ni pudo serlo, en el contexto de una cultura constitucional
construida sobre el pilar de los "derechos de las personas", que es propia del Occidente
civilizado sobre todo después de la segunda gran guerra. Persona en el lenguaje del
Código Civil se entiende, ante todo, por su oposición a res(cosa - objeto), como único
centro de titularidad de derechos, con una clara influencia de la doctrina de Savigny sobre
la "relación de derecho" (remito a mi El Código Civil. Su jurisprudencia e Historia, 2016, I,
pp. 225-234). Esa concepción y su contexto tenían un campo operativo propio,
históricamente anterior al de la construcción constitucional de la categoría de persona
fundada en su "dignidad", porque esta última se ha articulado en Occidente con
posterioridad a la época del Código. Hay, pues, culturalmente concepciones diversas
entre el contexto del Código Civil y el de la Constitución. Aquí el interés de la sugerencia
del Tribunal Constitucional, aquí también la decepción, porque perdió la ocasión de
razonar sobre ello, y de referirse al papel que desempeña el texto constitucional y su
interpretación en la lectura de nuestro Código Civil. No se trata de una cuestión de
legalidad, sino de la posición de la Constitución en el actual estado del sistema de fuentes
del sistema jurídico chileno o, en otras palabras, de cómo se entiende la supremacía de la
Constitución, porque en muchas ocasiones, incluso en más de algún razonamiento de
esta sentencia de 28 de agosto de 2017, se mantiene la posición "constitucional" del
Código Civil. 7. De la categoría de persona ligada al nacimiento. Con ocasión del
examen del citado proyecto de ley relativo a la despenalización de la interrupción
voluntaria del embarazo el E  Tribunal Constitucional ha sentado en 2017 una doctrina
xcmo.

nueva en relación con la que los tribunales ordinarios de justicia habían mantenido hasta
ahora, y que descansaba en la lectura de las reglas del Código Civil, de las que se
deducía la centralidad de la distinción entre "existencia natural" de las personas y
"existencia legal" de ellas. Sobre tal base, además de otros fundamentos, la E  Corte xcma.

Suprema había declarado que el nacimiento no era condición precisa para la existencia
natural de las personas, de guisa que no le cabía duda en cuanto a que el nasciturus
quedaba comprendido dentro de tal categoría. Así, por ejemplo, había explicado: "En
efecto, de acuerdo con el artículo 55 del Código, son personas todos los individuos de la
especie humana debiendo entenderse por individuo, conforme con su acepción natural y
obvia, cada ser organizado sea animal o vegetal respecto de la especie a que pertenece.
De este punto de vista dado que la criatura concebida y no nacida constituye un ser único
e independiente, cuya entidad no se confunde con la de sus progenitores, cabe por tanto
entender que queda plenamente comprendido dentro del concepto que de la persona
tiene nuestro legislador civil. Por lo demás, según el propio tenor literal del art. 74, el
nacimiento determina la existencia legal de la persona, lo cual se explica en razón de la
clase de derechos de que se ocupa nuestro Código Civil, pero no implica que antes de él
aquélla no exista para otros efectos tanto o más importantes. Ello lo corrobora el artículo
80, el cual sí se refiere a la existencia natural de la persona al disponer que aquélla
termina con la muerte, evidenciando que ésta es diversa de su existencia legal. Asimismo,
nos parece qué exigir el nacimiento como supuesto necesario para adquirir la condición
de persona no implica que antes de su verificación no estemos ya frente a un sujeto
humano y, por ende, titular de garantías tan esenciales como el derecho a la vida. No
considerarlo así implicaría que el status de persona dependería, en definitiva, de la
definición que de tal concepto tuviere el legislador o el propio constituyente y que si hoy
se asocia por algunos al hecho del parto, el día de mañana podría estar vinculado con la
viabilidad del recién nacido o cualquier otro criterio que se estableciere cumpliendo con
los requisitos formales para la dictación de la norma" (C. Suprema, 16 de abril de 2009,
cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/7939/2009, Rol Nº 1882-2008). El E  Tribunal xcmo.

Constitucional, en cambio, se ha desentendido de la distinción entre "existencia natural" y


"existencia legal" de las personas, y ha entendido que en el sistema jurídico chileno la
categoría de "persona" está condicionada por el "nacimiento", de guisa que bien podría
decirse que sin nacimiento no hay personas y, por ende, el nasciturus queda excluido de
esa categoría. Esta opinión la funda, tanto en su lectura de las reglas del Código Civil,
como en la de las de la misma Constitución. En relación con el Código Civil ha estimado
que hay en él una clara distinción entre las "personas", que son las que han nacido, y
quienes aún no nacen, pero que pueden nacer (nasciturus): "Que lo primero que cabe
señalar es que el Código Civil señala que la existencia legal de toda persona principia al
nacer (artículo 74). Y termina con la muerte natural (artículo 78). El nacimiento, agrega, se
produce al separarse completamente de la madre (artículo 74). Asimismo, el Código
define como persona a "todos los individuos de la especie humana" (artículo 55).
Finalmente, como la existencia legal principia al nacer, ello en el Código Civil produce dos
efectos. Por una parte, los derechos entregados al que está por nacer, quedan diferidos
hasta que nazca. Si nace entra en su goce (artículo 77). Por la otra, si no nace, se reputa
que no ha existido jamás (artículo 74). Ello ocurre tanto si muere en el vientre materno
como si perece antes de estar completamente separado de su madre o si no sobrevive a
la separación un momento siquiera (artículo 74). Como se observa, a los nacidos el
Código les denomina personas. Y a los que están por nacer, criatura. Y nunca a las
personas los considera como si no hubiesen existido. Sexagésimocuarto. Que como se
observa, el Código Civil pone énfasis en el nacimiento para hacer una separación"
(Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 63º y 64º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-Cpt). Para el E Tribunal xcmo.

Constitucional, ese mismo papel central lo desempeña el nacimiento en la Constitución:


"Que la Constitución también construye su concepto de persona a partir del nacimiento"
(Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 68º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-Cpt). Esta afirmación la
fundamenta en tres razones: 1ª) El texto del inciso 1º del artículo 1º de la
Constitución:como primer fundamento para justificar que la categoría de persona se
vincula en la Constitución necesariamente al nacimiento ha señalado: "En primer lugar,
porque así lo establece el artículo 1º inciso primero de la Constitución. Éste establece que
'las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos'" (Tribunal Constitucional, 28
de agosto de 2017, cons. 68º, LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-
Cpt); 2ª) El texto del artículo 19 número 1º de la Constitución: de este segundo
fundamento ha dicho: "Que un segundo argumento para sostener que el que está por
nacer no es persona, la da el propio artículo 19 Nº 1 de la Constitución. Éste parte por
señalar que la Constitución asegura a todas 'las personas'. Es a éstas a quienes les
reconoce derechos. Luego, el inciso primero del artículo 19 Nº 1, garantiza el derecho a la
vida y a la integridad física y síquica a 'la persona'. Sin embargo, el inciso segundo ya no
emplea la expresión 'persona'. Habla 'del que está por nacer'. Tal como se dijo en
estrados por el abogado del Ejecutivo, si la Constitución hubiera querido asimilar el que
está por nacer a persona, no habría empleado la proposición 'del', sino que 'de la' que
está por nacer" (Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 76º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-Cpt); 3ª) El texto de otros
números del artículo 19 de la Constitución: explicado este fundamento del modo siguiente:
"Que un tercer argumento, es que el resto de los numerales del artículo 19, razonan sobre
la base de que la persona está nacida o tiene una edad determinada. Por lo mismo, no es
un mero error de redacción. Por ejemplo, el no nacido no puede ser imputado de delito.
Por eso el artículo 19 Nº 3 inciso cuarto, habla de "toda persona imputada de delito".
Asimismo, las personas tienen derecho a la honra y respeto y protección a la vida privada
(artículo 19 Nº 4). Del mismo modo, el artículo 7º reconoce el derecho de toda persona de
residir y permanecer en cualquier lugar de la República y de trasladarse a uno o a otro y a
entrar o salir de su territorio. Eso no puede realizar el no nacido. También, no puede
ejercer el derecho a elegir un sistema de salud (artículo 19 Nº 9), ni el derecho a la
educación (artículo 19 Nº 10), ni a la libre contratación en materia laboral (artículo 19
Nº 16), etc." (Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 77º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-Cpt). 8. Del nacimiento,
entendido como hecho biológico al que se vincula la categoría de persona. El
E  Tribunal Constitucional ha declarado que la voz "nacen" a que se refiere el texto
xcmo.
constitucional en el inciso 1º de su artículo 1º, ha de entenderse como referido al
nacimiento, en cuanto que "hecho biológico", sin perjuicio de que sea posible darle otras
interpretaciones, también coherentes con el texto constitucional. 8.1. La voz "nacen"
entendida como contraria a "heredar". Ha admitido la jurisprudencia constitucional este
entendimiento para la palabra "nacen", pero no como único, sino como compatible con el
nacimiento, en cuanto que hecho biológico: "Que la Constitución también construye su
concepto de persona a partir del nacimiento [...] En la controversia desatada a raíz del
presente requerimiento, se han dado una serie de argumentos para rechazar lo anterior.
El primero es que la expresión 'nace' que utiliza el señalado artículo tiene un sentido
distinto al hecho biológico del nacimiento. Sexagésimo noveno. Que, efectivamente, esta
expresión apunta a resaltar el hecho que esta condición no se hereda. Las personas por
ese solo hecho, y a partir de ahí, adquieren originaria y gratuitamente esa condición, sin
que se necesite más. Automáticamente, por el nacimiento, sin que se requiera acto,
contrato, registro o reconocimiento. También esta condición no se pierde. No es temporal,
por un tiempo. Se tiene para siempre. De ahí que no se suspenda ni se prive, ni se
cancele, ni se pueda renunciar a ella. Pasa a ser inherente. Además, esta condición la
tienen todas las personas. No hay ser humano o grupo de éstos, privilegiados que tengan
esta condición, y otros no. La tienen los hombres y las mujeres, cualquiera sea su
orientación sexual o su identidad de género, los niños, los jóvenes, los adultos, los
creyentes y no creyentes, los casados y los solteros, los que pertenezcan o no a etnias
originarias, los que tengan alguna enfermedad o alguna discapacidad, los chilenos y los
extranjeros. Al tenerla todos, es oponible también a todos. Septuagésimo. Que, sin
embargo, éste no es el único sentido que se pueda atribuir a esta expresión. También,
tiene el sentido de un hecho biológico" (Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017,
cons. 68º, 69º y 70º, LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-
Cpt). 8.2. La voz "nacen" entendida como referida al hecho biológico del
nacimiento. Sobre esta lectura de la palabra "nacen" ha declarado el E  Tribunal xcmo.

Constitucional: "Que, sin embargo, éste no es el único sentido que se pueda atribuir a
esta expresión. También, tiene el sentido de un hecho biológico. Para la Constitución, en
efecto, el nacimiento no es un hecho jurídico menor. Desde luego, la Constitución la usa
para definir la nacionalidad, al distinguir entre los nacidos 'en el territorio de Chile' y los
nacidos 'en territorio extranjero' (artículo 10 Nºs. 1 y 2). Enseguida, la usa para establecer
la ciudadanía. Conforme al artículo 13 de la Constitución, para ser ciudadano, hay que ser
chileno. Asimismo, la Constitución lo utiliza para establecer el requisito de la edad. Éste lo
establece la Constitución para dos efectos. De un lado, para la ciudadanía. Se requiere 18
años de edad para ello (artículo 13). Del otro, para ocupar cargos públicos. Así, para ser
Presidente de la República se requiere tener 35 años (artículo 25); para ser diputado, 21
(artículo 48); para ser senador, 35 (artículo 50); para ser Fiscal Nacional, 40 años (artículo
83); para ser contralor, se requieren 40 años (artículo 98). Finalmente, la utiliza para
establecer la condición de persona (artículo 1º inciso primero)" (Tribunal Constitucional,
28 de agosto de 2017, cons. 70º, LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-
17-Cpt).

III. La igual dignidad de las personas. En la novena sesión de la Comisión de estudios


para una nueva Constitución, celebrada a 23 de octubre de 1973, por primera vez se
mencionó a la "dignidad de las personas" en la discusión constitucional. A partir de ahí,
siempre se consintió en que ella constituía una base indiscutible de la nueva
institucionalidad que se planteaba establecer. Esa convicción se concretó, finalmente, en
el texto del inciso 2º de este artículo 1º de la Constitución Política de la República. Con
todo, no se registra ninguna discusión específica acerca de qué era lo que se entendía
por ella, ni tampoco sobre las consecuencias que se seguían de su reconocimiento. Sin
embargo, de una serie de referencias incidentales resulta que, en principio, se la
concebía: a) como anterior al propio ordenamiento jurídico, según se declaraba en el
documento de "Metas u objetivos fundamentales para la nueva Constitución de la
República", en cuyo primer punto se declaraba que: "La estructura constitucional
descansará en la concepción humanista cristiana del hombre y de la sociedad, que es la
que responde al íntimo sentir e idiosincrasia de nuestro pueblo, y según la cual la dignidad
del ser humano, su libertad y derechos fundamentales son anteriores al ordenamiento
jurídico, el que debe prestarles segura y eficaz protección"; b) como un objeto respecto
del cual el Estado debía desarrollar una especial protección; c) como un cierto límite a la
actuación del Estado; y d) como el principio y fundamento de los derechos inherentes a
las personas. En ese contexto, la jurisprudencia, sobre todo del E Tribunal xcmo. 

Constitucional, por una parte, ha dotado de un cierto contenido a la "dignidad de las


personas" y, por otra, ha derivado una serie de consecuencias de su reconocimiento y
posición como base de la institucionalidad. 9. La dignidad de las personas, ligada a la
naturaleza humana trascendente, anterior y superior a la sociedad y al Estado. El
E.  Tribunal Constitucional ha precisado la íntima conexión que existe entre la
xcmo

concepción de la persona humana y su dignidad, que la diferencia de toda otra realidad:


"[L]a dignidad de la persona dice relación con la naturaleza del ser humano, que la
Constitución entiende como un ser corpóreo espiritual con un sentido trascendente, que lo
hace superior y anterior al Estado y a toda sociedad, constituyéndose así en el principio
rector de todo el ordenamiento jurídico. Dicha dignidad lo diferencia de las demás
realidades existentes" (Tribunal Constitucional, 14 de septiembre de 2017, cons. 17º, Rol
Nº 3364-17-INA). 10. La dignidad de las personas y sus derechos como fundamento
del orden político y social de la nación. El E. Tribunal Constitucional ha destacado en
xcmo

el último tiempo que se reconoce: "[L]a exigencia de que la dignidad de la persona


humana y los derechos que le son inherentes constituyan el fundamento del orden político
y social de la nación" (Tribunal Constitucional, 29 de mayo de 2018, cons. 29º, Rol
Nº 4384-18-INA). Esta declaración se ha reproducido literalmente en sentencias
posteriores (Tribunal Constitucional, 26 de junio de 2018, cons. 29º, Rol Nº 4490-18-INA;
Tribunal Constitucional, 2 de octubre de 2018, cons. 29º, Rol Nº 4610-17-INA). 11. La
dignidad de la persona humana como principio y como norma. En el último tiempo el
E Tribunal Constitucional ha precisado que: "La dignidad de las personas se irradia en
xcmo. 

las disposiciones de la Constitución en una doble dimensión: como principio y como


norma positiva" (Tribunal Constitucional, 27 de abril de 2010, cons. 31º, Rol Nº 1348-
2009). Esta interpretación se ha reiterado en sentencia posterior (Tribunal Constitucional,
6 de agosto de 2010, cons. 88º, Rol Nº 1710-10 Inc). Esta opinión no significa más que
reconocer la fuerza normativa de la Constitución, en este caso concreto, en cuanto que la
igual dignidad de las personas no es sólo un "principio" inspirador del ordenamiento
jurídico chileno, sino que una norma jurídica que, por ende, ha de ser aplicada como tal
en la solución de eventuales controversias sujetas a la decisión de los tribunales de
justicia. 12. La universalidad de la igual dignidad de las personas. La igual dignidad
reconocida por la Constitución lo es respecto de todo ser humano y por el solo hecho de
serlo: "[E]l sistema institucional vigente en Chile se articula en torno de la dignidad que
singulariza a todo sujeto de la especie humana, siendo menester poner de relieve que si
la Carta Política asegura a todas las personas los derechos fundamentales, lo hace en el
entendido de que preexisten a ella" (Tribunal Constitucional, 8 de septiembre de 2009,
cons. 18º, Rol Nº 1287-08), considerando que ha sido reiterado en sentencias posteriores
(Tribunal Constitucional, 6 de agosto de 2010, cons. 87º, Rol Nº 1.710-10 Inc). 13. La
dignidad de la persona humana implica, necesariamente, un trato de respeto sin
distinción alguna. La jurisprudencia constitucional ha identificado como consecuencia
esencial de la dignidad de las personas una obligación de universal de respeto: "[C]abe
recordar, primeramente, por ser base del sistema institucional imperante en Chile, el
artículo 1º inciso primero de la Constitución, el cual dispone que 'Las personas nacen
libres e iguales en dignidad y derechos'. Pues bien, la dignidad a la cual se alude en aquel
principio capital de nuestro Código Supremo es la cualidad del ser humano que lo hace
acreedor siempre a un trato de respeto" (Tribunal Constitucional, 28 de octubre de 2003,
cons. 17º, Rol Nº 389). Y, como consecuencia de la universalidad de la igual dignidad de
las personas, ese respeto que les es inherente no admite diferenciación basada en ningún
carácter o condición: "Que, en su inciso primero, dicho precepto dispone: 'Las personas
nacen libres e iguales en dignidad y derechos' realzando así, como principio fundamental
de nuestro orden constitucional, la dignidad del ser humano, la cual implica que éste ha
ser respetado en sí mismo por el solo hecho de serlo, con total independencia de sus
atributos o capacidades personales" (Tribunal Constitucional, 25 de enero de 2005, cons.
24º, Rol Nº 433-005). En la misma línea se ha reconocido que: "El artículo 1º de la Ley
Suprema afirma que 'las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos', de lo
que se sigue que el ser humano, independientemente de su edad, sexo o condición
particular, es acreedor siempre a un trato de respeto" (Tribunal Constitucional, 18 de abril
de 2008, cons. 46º, Rol Nº 740-07). 14. La dignidad de la persona humana como
fundamento de sus derechos. La jurisprudencia constitucional, en un primer momento,
destacó en un lenguaje tradicional que la dignidad de las personas era la "fuente" de sus
derechos esenciales y de sus correspondientes garantías: "[L]a dignidad a la cual se
alude en aquel principio capital de nuestro Código Supremo es la cualidad del ser humano
que lo hace acreedor siempre a un trato de respeto, porque ella es la fuente de los
derechos esenciales y de las garantías destinadas a obtener que sean resguardados"
(Tribunal Constitucional, 28 de octubre de 2003, cons. 17º, Rol Nº 389). Este
considerando fue recordado en sentencias posteriores: "[E]ste Tribunal declaró que la
dignidad a la cual se alude en el inciso primero del artículo 1º de la Constitución Política,
que señala que 'las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos', es la fuente
de los derechos esenciales y de las garantías destinadas a obtener que sean
resguardados" (Tribunal Constitucional, 1 de agosto de 2006, cons. 18º, Rol Nº 521). En
una línea similar se declaraba poco tiempo después que: "El artículo 1º, inciso primero, de
la Constitución, proclama que: 'Las personas nacen libres e iguales en dignidad y
derechos', principio matriz del sistema institucional vigente del cual se infiere, con claridad
inequívoca, que todo ser humano, sin distinción ni exclusión, está dotado de esa cualidad,
fuente de los derechos fundamentales que se aseguran en su artículo 19" (Tribunal
Constitucional, 26 de junio de 2008, cons. 22º, Rol Nº 976-07), considerando este que se
ha reiterado en sentencias posteriores (Tribunal Constitucional, 8 de septiembre de 2009,
cons. 16º, Rol Nº 1287-08; Tribunal Constitucional, 27 de abril de 2010, cons. 27º, Rol
Nº 1348-2009). En un segundo momento situó este carácter de la dignidad de las
personas en la perspectiva de la "fundamentación" de los derechos. Así, genéricamente
se declaraba que ella era el "fundamento" de los derechos inherentes a las personas:
"Que, esta cualidad, propia de toda persona, constituye así el fundamento de todos los
derechos que le son inherentes y de las garantías necesarias para resguardarlos"
(Tribunal Constitucional, 25 de enero de 2005, cons. 25º, Rol Nº 433-005). Con mayor
claridad en el último tiempo la jurisprudencia constitucional ha reconocido que es en la
dignidad de la persona humana donde se sitúa la raíz y fundamento de los derechos que
le son inherentes y que han sido reconocidos por la Constitución, pues "la dignidad de la
persona corresponde a lo que la doctrina denomina 'fundamentación de los derechos'"
(Tribunal Constitucional, 27 de abril de 2010, cons. 29º, Rol Nº 1348-2009). De ahí que se
haya explicado que es en la dignidad de las personas donde se encuentra la raíz de sus
derechos públicos subjetivos: "De la dignidad que singulariza a toda persona humana se
deriva un cúmulo de atributos, con los que nace y que conserva durante toda su vida.
Entre tales atributos se hallan los derechos públicos subjetivos o facultades que el
ordenamiento jurídico le asegura con carácter de inalienables, imprescriptibles e
inviolables en todo momento, lugar y circunstancia. De esos atributos se nombran aquí,
por su vínculo directo con la causa a ser decidida, el derecho a la vida, a la integridad
física y psíquica y a la protección de la salud cuyo ejercicio legítimo la Constitución exige
respetar siempre incluyendo la esencia inafectable de lo garantizado en ellos" (Tribunal
Constitucional, 26 de junio de 2008, cons. 23, Rol Nº 976-07). Este considerando se ha
asumido en fallos posteriores (Tribunal Constitucional, 8 de septiembre de 2009, cons.
17º, Rol Nº 1287-08; Tribunal Constitucional, 27 de abril de 2010, cons. 28º, Rol Nº 1348-
2009). En igual línea se ha destacado que es de esa misma dignidad de las personas de
la que nacen sus derechos personalísimos: "[L]os derechos personalísimos o del
patrimonio moral de cada individuo, los cuales emanan de la dignidad personal, como se
ha dicho, y son, por su cualidad de íntimos de cada sujeto, los más cercanos o próximos a
esta característica, única y distintiva, del ser humano. Por tal razón, ellos merecen
reconocimiento y protección excepcionalmente categóricos tanto por la ley, como por los
actos de autoridad y las conductas de particulares o las estipulaciones celebradas entre
éstos" (Tribunal Constitucional, 28 de octubre de 2003, cons. 18º, Rol Nº 389). 15. La
dignidad de las personas como fundamento de la obligación de reparar el daño
inferido por la lesión de derechos fundamentales. No sólo se ha reconocido el papel
de la dignidad de las personas como fundamento de sus derechos inherentes y
esenciales sino, también, uno de sus corolarios lógicos: la obligación de reparar el daño
que se le cause por la lesión de tales derechos. En este sentido el E Tribunal xcmo. 

Constitucional ha declarado: "Que, como es sabido, la responsabilidad civil como deber


de indemnizar el daño inferido a otro es también procedente tratándose de la lesión de un
derecho constitucional. Ello no es sino la aplicación de las bases fundamentales de
nuestro ordenamiento constitucional, configurada por ciertos principios y valores básicos,
entre otros, el reconocimiento de la dignidad intrínseca de la persona humana" (Tribunal
Constitucional, 10 de junio de 2008, cons, 16º, Rol Nº 943-07 Ina). 16. La dignidad de
las personas se expresa singularmente en el "libre desarrollo de la personalidad".
La doctrina y la jurisprudencia constitucional en el último tiempo han asumido la noción de
"libre desarrollo de la personalidad", que es característica entre otros de los
ordenamientos español y colombiano, y que en las bases de la institucionalidad y en el
lenguaje constitucional chileno se asemeja a la "mayor realización espiritual [y material]
posible", que todas las personas pueden perseguir. En este contexto es la dignidad de las
personas la que se proyecta en sus decisiones dirigidas a lograr la que entienden como
su mayor realización espiritual, con el solo límite del "pleno respeto a los derechos y
garantías que esta Constitución establece". Así se ha declarado por el E Tribunal xcmo. 

Constitucional: "[Q]ue el libre desarrollo de la personalidad constituye una expresión de la


dignidad de toda persona, que se encuentra afirmada enfáticamente en el inciso primero
del artículo 1º de la Carta Fundamental. Sin embargo, de lo anterior no puede colegirse
que el libre desarrollo de la personalidad constituya fundamento legítimo para atropellar
los derechos de otros seres humanos igualmente dignos. Éste es, precisamente, el
basamento constitucional del derecho penal. Lo que éste trata de resguardar son bienes
jurídicos asociados a derechos de las personas que pueden verse atropellados por la libre
expresión de la personalidad de quien decide actuar en contra del estándar socialmente
deseable para una convivencia pacífica y civilizada. El reproche social se manifiesta,
precisamente, en la imposición de una pena a quien no ejerce su libertad en forma
adecuada" (Tribunal Constitucional, 4 de enero de 2011, cons. 51º, Rol Nº 1683-
2010 Ina). En esta misma sentencia se recordó por el E Tribunal Constitucional: "Que
xcmo. 

esta Magistratura ha señalado que: "[E]l respeto y protección de la dignidad y de los


derechos a la privacidad de la vida y de las comunicaciones, son base esencial del
desarrollo libre de la personalidad de cada sujeto, así como de su manifestación en la
comunidad a través de los grupos intermedios autónomos con que se estructura la
sociedad' (considerando 21º, Rol Nº 389)" (Tribunal Constitucional, 4 de enero de 2011,
cons. 36º, Rol Nº 1683-2010 Ina). 17. La dignidad de las personas comprende el
derecho a la identidad. La jurisprudencia constitucional, en un primer momento, de
manera genérica estableció la vinculación entre el derecho a la identidad y la dignidad de
la persona humana, sin perjuicio de que no estuviera reconocido expresamente en
la Constitución. Así, en 2008 el E. Tribunal Constitucional se refería incidentalmente a:
xcmo 

"[U]n derecho ligado estrechamente al valor de la dignidad humana, cual es el derecho a


la identidad personal. Sobre el particular, ha de tenerse presente que aun cuando la
Constitución chilena no lo reconozca expresamente en su texto, ello no puede constituir
un obstáculo para que el juez constitucional le brinde adecuada protección. Lo anterior,
precisamente, por su estrecha vinculación con la dignidad humana y porque tampoco
puede desconocerse que él sí se encuentra protegido expresamente en diversos tratados
internacionales ratificados por Chile y vigentes en nuestro país, como la Convención
sobre los Derechos del Niño (artículo 7º), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (artículo 24.2) y la Convención Americana de Derechos Humanos (artículo 18)"
(Tribunal Constitucional, 13 de mayo de 2008, cons. 22º, Rol Nº 834-07). En esa mima
sentencia agregaba: "El derecho a la identidad personal comprende "en un sentido
amplio- la posibilidad de que todo ser humano sea uno mismo y no otro y, en un sentido
restringido, el derecho de la persona a ser inscrita inmediatamente después de su
nacimiento, a tener un nombre desde que nace y, en la medida de lo posible, a conocer a
sus padres y a ser cuidado por ellos. Desde este punto de vista existe una estrecha
vinculación entre el derecho a la identidad personal y la dignidad humana "piedra angular
de todo el edificio de los derechos fundamentales- pues ésta sólo se afirma cuando la
persona goza de la seguridad de conocer su origen y, sobre esa base, puede aspirar a ser
reconocida como tal dentro de la sociedad" (Tribunal Constitucional, 13 de mayo de 2008,
cons. 15º, Rol Nº 834-07). En la misma línea, y con mayor claridad, ha sostenido en el
último tiempo: "Que, forma parte de la dignidad de la persona humana el derecho a la
identidad que, aunque la Constitución no la consagra como derecho, se debe tener
incorporada al concepto de dignidad personal. Por eso, es que todo ser humano desde
que nace tiene derecho al nombre patronímico que, en lo posible responda a su origen
biológico, para que todo niño sepa la familia a la que pertenece y conocer la historia de
sus antepasados" (Tribunal Constitucional, 14 de septiembre de 2017, cons. 18º, Rol
Nº 3364-17-Ina). Esta vinculación establecida por la jurisprudencia constitucional la ha
asumido la E. Corte Suprema. "[E]l Tribunal Constitucional, al relacionar el derecho a la
xcma 

identidad con la dignidad humana, noción esta última que considera como la "piedra
angular de todo el edificio de los derechos fundamentales", concluye que aunque nuestra
Carta Fundamental carece de una referencia o reconocimiento expreso de la identidad
como prerrogativa humana básica, ello no obstaculiza su protección constitucional, debido
justamente a la estrecha vinculación entre ambos conceptos, y, además, por la expresa
protección con que cuenta en diversos tratados internacionales vigentes, en nuestro país
(sentencia de 13 de mayo de 2008, antecedentes Rol 834 07) [...] como el artículo 1 de la
Constitución Política de la República establece que las personas nacen libres e iguales en
dignidad y derechos, y el de identidad es uno personalísimo, inherente a toda persona,
independiente de su edad, sexo o condición social, por lo tanto, está íntimamente
vinculado a la dignidad humana, la inferencia lógica es que debe ser considerado entre
aquellos derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana a que se refiere el
inciso 2º del artículo 5 de la misma, que, conforme a su tenor, se erigen como límite al
ejercicio de la soberanía, imponiendo a los órganos del Estado respetarlos y promoverlos"
(C. Suprema, 19 de diciembre de 2017, cons. 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/8084/2017,
Rol Nº 38238-2016). En igual línea ha reiterado que: "[E]l Tribunal Constitucional chileno
ha señalado expresamente la vinculación existente entre el derecho a la identidad y la
dignidad de las personas "el criterio sostenido por esta Magistratura en el sentido de que
el derecho a la identidad personal está estrechamente ligado a la dignidad humana, en
cuanto valor que, a partir de su consagración en el artículo 1º, inciso primero, de la Ley
Suprema, constituye la piedra angular de todos los derechos fundamentales que la Ley
Suprema consagra. Asimismo, que aun cuando la Constitución chilena no reconozca, en
su texto, el derecho a la identidad, ello no puede constituir un obstáculo para que el juez
constitucional le brinde adecuada protección, precisamente por su estrecha vinculación
con la dignidad humana y porque se encuentra protegido expresamente en diversos
tratados internacionales ratificados por Chile y vigentes en nuestro país. La estrecha
vinculación entre el derecho a la identidad personal y la dignidad humana es innegable,
pues la dignidad sólo se afirma cuando la persona goza de la seguridad de conocer su
origen y, sobre esa base, puede aspirar al reconocimiento social que merece. Desde este
punto de vista, el derecho a la identidad personal goza de un status similar al del derecho
a la nacionalidad del que una persona no puede carecer. Las consideraciones que
preceden justifican, precisamente, incluir el derecho a la identidad personal entre aquellos
derechos esenciales a la naturaleza humana a que alude el artículo 5º, inciso segundo, de
la Constitución, y que se erigen como límite de la soberanía, debiendo los órganos del
Estado respetarlos y promoverlos, ya sea que estén asegurados en la propia Carta
Fundamental o en tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren
vigentes" (T.C. rol 1611 10)" (C. Suprema, 29 de mayo de 2018, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2501/2018, Rol Nº 70584-2016). Este tribunal ha acudido a este
mismo considerando para explicar que ese derecho a la identidad, fundado en la dignidad
de las personas, se extiende a la identidad de género: "[E]specíficamente, en identidad de
género, la Ley Nº 20.609 que establece medidas contra la discriminación, reconoce
expresamente la valoración y protección jurídica de la "identidad de género", prohibiendo
discriminaciones sobre tal base, de conformidad a su artículo 2º inciso primero, y en su
artículo 17, que modifica en la línea expresada el artículo 12 del Código Penal. El derecho
a la identidad de género importa que toda persona tiene derecho al libre desarrollo de su
personalidad conforme a éste, con independencia de cuál sea su sexo biológico, genético,
anatómico, morfológico, hormonal, de asignación u otro. Así, este derecho incluye el de
ser identificado de forma que se reconozca plenamente la identidad de género propia y la
consonancia entre esta identidad y el nombre y sexo señalado en los documentos
identificatorios de la persona, sean las actas del Registro de Estado Civil, los documentos
de identidad, electorales, de viaje u otros. Undécimo: Que es en estas situaciones, donde
los principios constitucionales y legales entran en juego en un Estado de Derecho, en
cumplimiento del mandato del inciso cuarto del artículo 1º de la Constitución, de
encontrarse el Estado al servicio de la persona humana, contribuyendo a crear las
condiciones sociales para el mayor desarrollo personal de tipo material y espiritual
posible. En este tipo de situaciones especiales es donde habrá de primar la faz de la
identidad de género, precisamente como eje esencial en el autorreconocimiento como
persona singular y frente a la sociedad. En definitiva, si actualmente la ley permite el
cambio de nombre y, a la vez, prescribe que el nombre debe ajustarse al sexo, entonces
se concluye que todo cambio de nombre debe respetar la realidad que le sirve de
parámetro y, si tal realidad se encuentra consignada equivocadamente, debe ser
corregido el instrumento respectivo, junto a la modificación del nombre. Por lo expuesto es
que, sin perjuicio de no existir norma legal expresa que faculte el cambio de sexo registral,
como sí ocurre respecto del cambio de nombre, no proceder de la forma señalada
importaría, como la jurisprudencia ha reiterado, una afectación de las obligaciones
contenidas en los tratados internacionales y de los principios constitucionales y legales
antes señalados en perjuicio de la solicitante" (C. Suprema, 29 de mayo de 2018, cons.
9º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2501/2018, Rol Nº 70584-2016). 18. La dignidad de las
personas ligada al respeto de la vida privada de las personas. Como corolario de
hallarse en la dignidad de las personas el fundamento de sus derechos, se ha declarado
que: "[L] a Carta Fundamental asegura a todas las personas, sin distinción ni exclusión
alguna, en su artículo 19 Nº 4 inciso primero, 'El respeto y protección a la vida privada y
pública y a la honra de la persona y de su familia'. En tal sentido considera esta
Magistratura necesario realzar la relación sustancial, clara y directa, que existe entre la
dignidad de la persona, por una parte, y su proyección inmediata en la vida privada de ella
y de su familia, por otra, circunstancia que vuelve indispensable cautelar, mediante el
respeto y la protección debidas, ese ámbito reservado de la vida, en el cual no es lícito
penetrar sin el consentimiento del afectado, de un lado, o por decisión de la autoridad
fundada en la ley que hubiere sido dictada con sujeción a la Constitución, de otro"
(Tribunal Constitucional, 28 de octubre de 2003, cons. 18º, Rol Nº 389). Este
considerando ha sido recordado en sentencias posteriores: "[E]ste Tribunal realzó, en esa
misma sentencia, la relación sustancial, clara y directa, que existe entre la dignidad de la
persona, por una parte, y su proyección inmediata en la vida privada de ella y de su
familia, aseguradas en el artículo 19 Nº 4 de la Carta Fundamental, como en lo que
respecta a la inviolabilidad de las comunicaciones, garantizada en el Nº 5 de esa misma
norma, por la otra" (Tribunal Constitucional, 1 de agosto de 2006, cons. 19º, Rol
Nº 521). 19. La dignidad de las personas como fundamento del derecho a la honra.
Al igual que en el caso anterior, así ha sido entendido por el E Tribunal Constitucional,
xcmo. 

que ha declarado que: "Como se aprecia del contexto del debate habido en la Comisión
de Estudio, el derecho a la honra, cuyo respeto y protección la Constitución asegura a
todas las personas, alude a la 'reputación', al 'prestigio' o el 'buen nombre' de todas las
personas, como ordinariamente se entienden estos términos, más que al sentimiento
íntimo del propio valer o a la dignidad especial o gloria alcanzada por algunos. Por su
naturaleza es, así, un derecho que emana directamente de la dignidad con que nace la
persona humana, un derecho personalísimo que forma parte del acervo moral o espiritual
de todo hombre y mujer, que no puede ser negado o desconocido por tratarse de un
derecho esencial propio de la naturaleza humana" (Tribunal Constitucional, 10 de junio de
2008, cons. 25º, Rol Nº 943-07 Ina). En la misma sentencia se insistió en: "[Q]ue el
respeto y protección del derecho a la honra, que asegura la Constitución, es sinónimo de
derecho al respeto y protección del 'buen nombre' de una persona, derecho de carácter
personalísimo que es expresión de la dignidad humana consagrada en su artículo 1º, que
se vincula, también, con el derecho a la integridad psíquica de la persona, asegurado por
el Nº 1 de su artículo 19 [...]" (Tribunal Constitucional, 10 de junio de 2008, cons. 27º, Rol
Nº 943-07 Ina). En la misma orientación se ha declarado: "Que el derecho a la honra, por
su esencia espiritual y moral como emanación de la dignidad de la persona humana,
carente de materialidad, no posee en sí mismo valor económico o patrimonial, por lo que
el resultado dañino de los atentados en su contra se traducirá, ordinariamente, en
sufrimientos o mortificaciones de igual carácter, esto es, en daño moral, aunque
eventualmente, en ciertos casos, pueda adquirir alguna significación económica
susceptible de ser calificada de daño patrimonial" (Tribunal Constitucional, 6 de junio de
2017, cons. 14º, Rol Nº 3194-16-Ina). 20. La dignidad de las personas ligada a la
inviolabilidad del hogar y toda forma de comunicación privada. Del mismo modo se
ha declarado: "Que se asegura, asimismo y con idéntica amplitud, en el numeral 5 de
aquel artículo 19, 'La inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicación privada',
puntualizándose que las comunicaciones y documentos privados pueden interceptarse,
abrirse o registrarse en los casos y formas determinados por la ley. Nuevamente, estima
esta Magistratura oportuno destacar el ligamen que existe entre la dignidad de la persona
y el ejercicio de este derecho esencial, pues la inviolabilidad de las comunicaciones
privadas debe ser considerada una extensión, lógica e inevitable, sobre todo en la vida
moderna, del carácter personalísimo o reservado que tienen ellas como base de la
libertad individual y su proyección en los más diversos aspectos de la convivencia"
(Tribunal Constitucional, 28 de octubre de 2003, cons. 19º, Rol Nº 389). 21. Dignidad de
las personas y presunción de inocencia. Es este un corolario concreto de la ya citada
concepción de la dignidad de las personas como fundamento de sus derechos: "Que la
prohibición de presumir de derecho la responsabilidad penal constituye 'un principio que
es concreción de la dignidad de la persona humana, consagrada como valor supremo en
el artículo 1º de la Constitución Política, y del derecho a la defensa en el marco de un
debido proceso, en los términos que reconoce y ampara el artículo 19 Nº 3 de la Ley
Fundamental', como esta Magistratura sentenció en fallo recaído sobre la causa Rol
Nº 519-2006" (Tribunal Constitucional, 18 de diciembre de 2007, cons. 21º, Rol Nº 787-
07 Ina). Este considerando ha sido reiterado en sentencias posteriores (Tribunal
Constitucional, 24 de enero de 2008, cons. 21, Rol Nº 797-07 Ina; Tribunal Constitucional,
6 de marzo de 2008, cons. 24, Rol Nº 829-07 Ina). 22. Dignidad de las personas y
principio de proporcionalidad de las penas. Se ha reconocido por la jurisprudencia
constitucional la estrrecha relación que existe entre el la dignidad de las personas y el
principio de proporcionalidad que informa el sistema penal: "[B]ajo un prisma de los
principios informadores del sistema de penas en nuestro ordenamiento jurídico, cuatro
principios lo reglan: legalidad, proporcionalidad, resocialización y humanización. Desde
luego el de proporcionalidad, que se vincula con la exigencia de que la dignidad de la
persona humana y los derechos que le son inherentes constituyan el fundamento del
orden político y social de la nación, nos lleva a sostener que la pena que se imponga deba
ser la más idónea para cumplir con los fines de la prevención del delito" (Tribunal
Constitucional, 2 de octubre de 2018, cons. 29º, Rol Nº 4610-17-Ina). 23. Dignidad de
las personas y correcto funcionamiento de los servicios de televisión. Por la vía de
la protección constitucional se ha declarado: "Que el respeto por la "dignidad humana"
forma parte del "correcto funcionamiento" de los servicios de televisión sin que se precise
de una definición normativa por el organismo fiscalizador ni por la ley para que resulte
exigible dicho respeto, pues la "dignidad humana" constituye un valor cuyos contornos
son fácil y claramente discernibles por diferentes cuerpos normativos, partiendo por la
propia Carta Fundamental, mediante el desarrollo de derechos fundamentales que
garantiza y los instrumentos internacionales atingentes, hasta diversos cuerpos legales
entre los que cabe destacar la propia Ley Nº 19.733" (C. Apelaciones de Santiago, 14 de
julio de 2014, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/4475/2014, Rol Nº 1225-
2014). 24. Dignidad de las personas y protección de la identidad de los menores
vinculados a la comisión de un delito. Como corolario de lo señalado en el número
anterior, la jurisprudencia ha destacado el papel que desempeña la dignidad de las
personas, en particular cuando se trata de menores, pues en ella se enraíza la protección
que se les ha de dispensar. Se ha declarado así: "Que la expresión dignidad relativa a la
persona humana, es de tal importancia en nuestro sistema jurídico que se haya en el
primer artículo de la Constitución Política de la República que dispone: "Las personas
nacen libres e iguales en dignidad y derechos", ubicándose además éste dentro del
Capítulo I que sintetiza las normas, valores y principios trascendentales sobre los que se
asienta la estructura jurídica del Estado de Chile, las que por su carácter de norma
jurídica y relevancia, no es posible negar su conocimiento ni su alcance. Cuarto: Que la
dignidad no está definida por el constituyente ni por el legislador chileno. Siguiendo al
Profesor Humberto Nogueira Alcalá (Derechos Fundamentales y Garantías
Constitucionales, Tomo I, editorial Librotecnia, 2007, páginas 13 a 20) la dignidad de las
personas es "un rasgo distintivo de los seres humanos respecto de los demás seres
vivos", siendo una "calidad integrante e irrenunciable de la condición humana", la que
"constituye a una persona como un fin en sí misma, impidiendo que sea considerada un
instrumento o medio para otro fin", dotándola de la posibilidad del pleno desarrollo de la
personalidad humana. Quinto: La dignidad humana implica el necesario reconocimiento
de que todos los seres humanos, en su calidad de tal, son iguales entre sí, principio al que
se integran todos los derechos fundamentales reconocidos constitucionalmente, por lo
que la "negación o el desconocimiento de uno, de algunos o de todos estos derechos
significa la negación y el desconocimiento de la dignidad humana en su ineludible e
integral generalidad". (La Dignidad Humana en los Instrumentos Internacionales sobre
Derechos Humanos, Héctor Gros Espiell, Anuario de Derechos Humanos. Nueva Época.
Universidad Complutense, Madrid, Vol. 4. 2003, página 198). Sexto: Que en
consecuencia, por su importancia en nuestro ordenamiento jurídico, no es posible
sostener que los contornos jurídicos de la dignidad de la persona son vagos, toda vez que
su respeto se encuentra en la observancia de los Derechos Humanos. En este sentido, el
artículo 33 de la Ley Nº 19.733 que prohíbe la divulgación de la identidad de los menores
de edad que se encuentran vinculados a un delito, únicamente es un ejemplo de
consagración legal de la forma como se debe actuar en general para resguardar sus
derechos a la vida privada, honra y reputación conforme a las disposiciones de la
Convención de los Derechos del Niño (Tratado Internacional ratificado por Chile
y promulgada el 27 de septiembre de 1990) y que los órganos administrativos del Estado
están llamados a proteger" (C. Apelaciones de Santiago, 5 de julio de 2013, cons. 3º a 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1473/2013, Rol Nº 1352-2013).

IV. La igualdad jurídica de las personas. La jurisprudencia constitucional ha forjado una


interpretación de la igualdad jurídica de las personas, en estrecha relación con la cuestión
relativa a la "no discriminación". 25. Igualdad de las personas y no discriminación. Por
lo que aquí importa ha de tenerse en cuenta que esa doctrina se compendia, entre otros,
en el siguiente considerando: "Que, como ha señalado reiteradamente esta
Magistratura, 'la garantía jurídica de la igualdad supone, entonces, la diferenciación
razonable entre quienes no se encuentren en la misma condición; pues no se impide que
la legislación contemple en forma distinta situaciones diferentes, siempre que la
discriminación no sea arbitraria ni responda a un propósito de hostilidad contra
determinada persona o grupo de personas, o importe indebido favor o privilegio personal
o de grupo, debiendo quedar suficientemente claro que el legislador, en ejercicio de sus
potestades, puede establecer regímenes especiales, diferenciados y desiguales, siempre
que ello no revista el carácter de arbitrario' (roles Nºs. 986 y 1414)" (Tribunal
Constitucional, 4 de enero de 2011, voto de minoría cons. 34º, Rol Nº 1683-
2010 Ina). 26. Igualdad de las personas y personas vulnerables. En el último tiempo la
jurisprudencia de los tribunales ordinarios ha comenzado a hacerse cargo de la cuestión
tocante a cómo ha de entenderse la igualdad jurídica de las personas en relación con las
personas vulnerables y con el principio de subsidiariedad del Estado. Sobre esto se ha
afirmado que el principio de subsidiariedad del Estado no implica que éste no haya de
desarrollar una especial actuación de cara a las personas vulnerables. Así se ha
declarado por la E Corte Suprema que: "El artículo primero inciso primero de la Carta
xcma. 

Política dispone: 'Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos', de esta


forma libertad, igualdad y dignidad, además de la vida misma, son las principales
garantías y derechos, consustanciales a todo individuo para desarrollarse en sociedad,
conforme a la mayor realización espiritual y material posible, propendiendo siempre al
bien común, para lo cual la autoridad respetará el principio de subsidiariedad, sin dejar de
atender a las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad" (C. Suprema,
30 de septiembre de 2013, cons. 16º, LegalPublishing: Cl/Jur/2145/2013, Rol Nº 346-
2013; C. Suprema, 7 de septiembre de 2012, cons. 74º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2002/2012, Rol Nº 2578-2012).

V. La familia como núcleo fundamental de la sociedad. El inciso 2º de este artículo 1º


de la Constitución tiene su origen más próximo en el artículo 2º inciso 3º del Acta
Constitucional número 2 de 1976, que rezaba: "La familia es el núcleo fundamental de la
sociedad. El Estado la protegerá y propenderá a su fortalecimiento". La citada concepción
hallaba su fuente mediata en la parte inicial del artículo 16.3 de la DeclaraciónUniversal
de los DerechosHumanos de 1948, que señala que: "La familia es el elemento natural y
fundamental de la sociedad". En efecto, el constituyente, a propósito de esta disposición,
dejó constancia de haber tenido presentes como fuentes a las siguientes: Declaración de
Principios de la Honorable Junta de Gobierno, de 11 de marzo de 1974; el Acta
Constitucional número 2, de 13 de septiembre de 1976; la Sesión 191 de la Comisión
Constituyente celebrada el 18 de marzo de 1976; el Informe de la Comisión de Estudios
de la Nueva Constitución Política, contenida en Sesión 416 de 5 de octubre de 1978; y la
Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. El contenido del inciso 2º de este
artículo es, en términos generales, coincidente no sólo con la
citada Declaración Universal de los Derechos Humanos, sino también con el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, cuyo artículo 23.1 en su paso inicial reitera
sin variación alguna el texto de la referida Declaración universal; con
la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, que en su artículo VI
entiende a la familia como "elemento fundamental de la sociedad"; y con
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que en el primer período de su
artículo 17.1 reitera a la letra el texto de la Declaración universal. La jurisprudencia
constitucional y la de los tribunales ordinarios de justicia, no sin vacilaciones, en las
escasas ocasiones en las que ha abordado directamente la cuestión de la posición de la
familia como núcleo fundamental de la sociedad, ha sostenido algunas opiniones que
interesan, de cara al régimen jurídico de las personas y de la familia. 27. La sociabilidad
como inherente a las personas y su expresión en la familia. La jurisprudencia
constitucional ha precisado que: "Sin perjuicio de las características de seres dignos,
libres e iguales, que fluyen del contenido del primero de los preceptos de la Carta
Fundamental, y que singularizan a toda persona, debe considerarse la sociabilidad que le
es inherente y que constitucionalmente se expresa en que 'la familia es el núcleo
fundamental de la sociedad' (inciso segundo del artículo 1º) y que 'el Estado reconoce y
ampara a los grupos intermedios a través de los cuales se organiza y estructura la
sociedad y les garantiza la adecuada autonomía para cumplir sus propios fines
específicos' (inciso tercero del artículo 1º)" (Tribunal Constitucional, 18 de abril de 2008,
cons. 46º, Rol Nº 740-07). 28. La interpretación de lo que ha de entenderse por
familia ligada a la consecución de la mayor efectividad de los derechos
fundamentales. En el contexto de la declaración constitucional de constituir la familia el
núcleo fundamental de la sociedad, una reciente opinión de los tribunales ordinarios de
justicia ha destacado que la noción de "familia" debe recibir una interpretación amplia, de
manera que se logre la mayor efectividad posible de los derechos y garantías
constitucionales. De este modo, ella no ha de entenderse como únicamente vinculada al
matrimonio: "Uno de los derechos humanos fundamentales, establecidos en el ámbito
nacional e internacional, es el derecho de fundar una familia. De acuerdo con el artículo
16, párrafo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, de 1948, los hombres y
mujeres tienen derecho a casarse y fundar una familia, sin restricción alguna por motivos
de raza, nacionalidad o religión. Esta disposición ha sido ampliada por el artículo 17,
párrafo 1 de la Convención Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos de 1966,
estableciéndose que "nadie será objeto de interferencias arbitrarias o ilegales en su...
familia" y que "la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene
derecho a la protección de la sociedad y del Estado" (artículo 23, párrafo 1), precisándose
en su artículo 2º que tales derechos deben ser respetados y garantizados por los Estados
Partes a todas las personas que se encuentren en su territorio "sin distinción alguna".
Sigue a ello indicar que la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones
Unidas, de 1989, en su artículo 8º, párrafo 1, estipula la obligación de los Estados Partes
de respetar el derecho del niño a preservar, entre otras cosas, sus "relaciones familiares,
en conformidad con la ley sin injerencias ilícitas"; su artículo 9º, párrafo 1, consagra un
derecho de importancia capital para estos efectos, en los términos siguientes: "Los
Estados Partes velarán por que el niño no sea separado de sus padres contra la voluntad
de éstos, excepto cuando, a reserva de revisión judicial, las autoridades competentes
determinen, de conformidad con la ley y los procedimientos aplicables, que tal separación
es necesaria en interés superior del niño...". A su vez, la Convención Internacional sobre
la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migrantes y Miembros de su
Familia, de 1990, prescribe en su artículo 4º que "el término 'familiares' se refiere a las
personas casadas con trabajadores migratorios o que mantengan con ellos una relación
que, de conformidad con el derecho aplicable, produzca efectos equivalentes al
matrimonio, así como a los hijos a su cargo y a otras personas a su cargo reconocidas
como familiares por la legislación aplicable o por acuerdos bilaterales o multilaterales
aplicables entre los Estados de que se trate". En lo que interesa especialmente, al estar
involucrados derechos fundamentales, el concepto de "familia" debe recibir siempre una
interpretación amplia, porque sólo de esa manera pueden asegurarse efectivamente los
derechos fundamentales. Así, la expresión "familia" no alude únicamente a la existencia
de matrimonio, ni siquiera de la cohabitación. Comprende, en general, las relaciones entre
dos personas, entre padres e hijos, con exigencias mínimas de lazos de vida,
vinculaciones de dependencia económica, relación directa y regular, etcétera"
(C. Apelaciones de Santiago, 21 de enero de 2013, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/Jur/145/2013, Rol Nº 19-2013). 29. La adopción en el contexto
de la familia como núcleo fundamental de la sociedad. La E Corte Suprema ha
xcma. 

interpretado la disciplina legal de la adopción, como necesariamente ligada a las bases


constitucionales de la familia reconocidas en el artículo 1º de la Constitución Política de la
República: "El artículo 1º de la Carta Fundamental, proclama que la familia es el núcleo
fundamental de la sociedad y que el Estado está al servicio de la persona humana y su
finalidad es promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones
sociales que permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional
su mayor realización espiritual y material posible, con pleno respeto de los derechos y
garantías que la Constitución establece. Las aspiraciones del constituyente, en relación a
los más desvalidos como son los menores, se manifiesta entre otras formas en la
consagración del estatuto legal de la adopción, fuente de filiación y, por ende, del conjunto
de deberes funciones que de esta se derivan, cuyo sustento en último término se
encuentra en el instituto de la familia" (C. Suprema, 16 de septiembre de 2010, cons.
5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/16842/2010, Rol Nº 2556-2010).

VI. Los deberes del Estado y la protección de la familia y su fortalecimiento. La


jurisprudencia constitucional ha advertido que en las bases de la institucionalidad no sólo
se presta reconocimiento a la familia (inciso 2º de este artículo 1º), sino que, además, se
la sitúa como objeto de proteción y de promoción: "[D]entro de nuestro ordenamiento,
existe una consideración especial por la familia y la debida protección que ésta debe
tener. Así, dentro de las Bases de la Institucionalidad, el constituyente reconoció a la
familia como núcleo fundamental de la sociedad (artículo 1º, inciso segundo). Sin
embargo, no sólo le brinda reconocimiento sino además protección, ya que el artículo 1º,
inciso quinto, de la Constitución establece que dentro de los deberes del Estado figura la
protección de la población y de la familia, debiendo además propender al fortalecimiento
de esta última. Con ello, el mandato para el legislador es claro: no sólo se reconoce la
existencia de la familia como objeto de protección, sino que los esfuerzos deben
encauzarse también hacia su fortalecimiento. Por cierto, la protección y fortalecimiento de
la familia están directamente relacionados con la integridad de las personas, tanto en
su ámbito físico como psíquico, garantía consagrada en el artículo 19, Nº 1º, de la
Constitución" (Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 15º, Rol Nº 2867-15-
Ina). 30. La Constitución establece para todos los poderes del Estado un mandato
de protección y de fortalecimiento de la familia. Así se ha señalado por el E  Tribunal
xcmo.

Constitucional: "En cuanto deber estatal, la protección de la familia alcanza a la función


legislativa, ejecutiva y, especialmente, judicial. En todos estos ámbitos, se debe velar no
sólo por la protección actual de la familia sino por su permanencia hacia el futuro
(Vivanco, Ángela, Curso de Derecho Constitucional, Tomo II, Santiago, Ediciones
Universidad Católica de Chile, 2006, pág. 74). Además, al tratarse de una institución
fundamental dentro de la sociedad, permanente y no efímera (Cea Egaña, José Luis,
Derecho Constitucional Chileno, Tomo I, págs. 173 y 174), su protección debe gozar de
las mismas características. Finalmente, cabe añadir que la protección y el fortalecimiento
de la familia, como deberes del Estado, son consecuencia de haberla declarado, en el
inciso segundo del artículo 1º, núcleo fundamental de la sociedad" (Tribunal
Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 15º, Rol Nº 2867-15-Ina). En una serie de
materias ha concretado la jurisprudencia el deber del Estado de dar protección a la familia
y de propender a su fortalecimiento. Por lo que más interesa a su régimen jurídico y al de
las personas aquí se tratará de algunas de ellas. 31. De la protección de la familia y el
mantenimiento de la familia de origen en la adopción. La jurisprudencia constitucional
ha recalcado que el deber estatal de dar protección a la familia y de propender a su
fortalecimiento se alza como un criterio rector para contextualizar el interés superior del
menor, en cuanto que en la adopción se trata de ponderar una situación en la que ha de
ponderarse la eventual substitución de la familia de origen del adoptado por un nuevo
núcleo familiar: "La protección y fortalecimiento de la familia, como mandato para el
legislador, resulta un criterio de absoluta trascendencia en el requerimiento materia de
autos. Permite una interpretación contextualizada del principio del interés superior del niño
en aquellos casos en que está en juego la separación de menores de su actual núcleo
familiar y la sustitución de éste por uno nuevo, con las consecuencias que ello podría
significar en su crianza y desarrollo personal" (Tribunal Constitucional, 12 de abril de
2016, cons. 15º, Rol Nº 2867-15-Ina). En esta misma orientación ya se habían inclinado
los tribunales ordinarios. Así, se había hecho presente que: "[L]a propia obligación de
velar por el interés superior del menor, se centra en que se haga todo lo posible para
desarrollar una vinculación sana con su padre, sin prescindir de su filiación de origen,
pues ello significa privarlo de su propia historia e identidad personal [...] Que cabe
considerar, además, que el Estado tiene la obligación de adoptar las medidas necesarias
para la protección de la familia, a la cual reconoce como núcleo fundamental de la
sociedad, conforme lo dispone el artículo 1º de la Constitución Política de la República, lo
que implica realizar todas las acciones tendientes a procurar que ella se mantenga"
(C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de octubre de 2012, cons. 7º y 8º.
LegalPublishing: Cl/Jur/2257/2012, Rol Nº 470-2012). Igualmente se había precisado que:
"[S]i bien es efectivo que las destrezas parentales no están debidamente desarrolladas
para satisfacer las necesidades de estímulo y afecto que necesita [el menor] para su
desarrollo físico, social, afectivo y espiritual, se debe tener presente que es el Estado, a
través de los organismos pertinentes, el que debe adoptar las medidas destinadas a
fortalecerlas mediante la incorporación de los padres a programas específicos, pues, de
acuerdo a lo que dispone el artículo 1º inciso 2º de la Constitución Política de la
República, la familia es el núcleo fundamental de la sociedad; porque así lo aconseja el
'interés superior del niño, niña o adolescente', principio rector que debe inspirar las
decisiones judiciales y administrativas; y, por último, porque la adopción, según lo dispone
el artículo 1º inciso 2º de la Ley Nº 19.260, sólo procede cuando la familia de origen del
menor que se pretende someter a un proceso de adopción, se encuentra incapacitada
para brindarle lo necesario para su desarrollo pleno en todos los ámbitos de la vida"
(C. Apelaciones de Santiago, 2 de octubre de 2012, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2168/2012, Rol Nº 932-2012). 32. De la protección de la
unidad de la familia y los decretos de expulsión de inmigrantes. La jurisprudencia de
la E Corte Suprema ha tendido a consolidar en el último tiempo una opinión conforme a
xcma. 

la cual, el deber del Estado de dar protección a la familia es una especial consideración


que ha de tenerse en cuenta en el momento de juzgar la legalidad o arbitrariedad de los
decretos de expulsión de inmigrantes del territorio nacional, especialmente si el afectado
por la medida es padre o madre de niños, todo ello en el contexto de los deberes que la
Convención de los Derechos del Niño impone al Estado. En tal sentido se ha declarado
que el decreto de expulsión del territorio nacional dictado en contra de una mujer,
residente legalmente en el país, por haber sido condenada por el delito de tráfico de
estupefacientes, la que se encontraba casada con un chileno y era madre de una hija,
también chilena, se torna ilegal por el hecho de afectar lo dispuesto en el artículo 1º de la
Constitución Política de la República que establece que la familia es el núcleo
fundamental de la sociedad, siendo deber del Estado dar protección a la población y a la
familia, así como propender al fortalecimiento de ésta, derechos estos que también están
consagrados en diversos tratados internacionales relativos a la protección de la familia,
motivo por el que, en caso de llevarse a efecto la medida de expulsión del país, se
producirá la disgregación del núcleo familiar de la afectada (C. Suprema, 28 de agosto de
2006, LegalPublishing: Cl/Jur/5535/2006, Rol Nº 3793-2006). En la misma línea se ha
declarado que: "[N]o es posible desatender las circunstancias personales y familiares de
la reclamante, persona que tiene una pareja estable y dos hijos menores de edad, uno de
ellos de nacionalidad chilena con problemas de salud que han requerido de
hospitalización, de manera que de ejecutarse la medida ciertamente se transgrede el
interés superior de tales menores, al dictaminarse una medida que implicará la separación
de su madre y perturbará su identidad familiar y nacional, infringiendo los deberes que se
imponen para los Estados en los artículos 3.1, 7.1, 8.1 y 9.1 de la Convención de los
Derechos del Niño; y se afecta lo dispuesto en el artículo 1º de la Constitución Política de
la República que establece que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad, siendo
deber del Estado dar protección a la población y a la familia, así como propender al
fortalecimiento de ésta" (C. Suprema, 23 de enero de 2013, cons.
9º, LegalPublishing: Cl/Jur/162/2013, Rol Nº 400-2013). Se ha seguido el mismo
razonamiento para acoger un recurso de amparo preentado por un extranjero, respecto de
quien se había decretado su expulsión del país por hallarse vencida la visa de trabajo que
se le había concedido y por haber sido condenado por el delito de usurpación de
identidad: "[N]o es posible desatender las circunstancias personales y familiares del
amparado, quien tiene una pareja estable y un hijo menor de edad de nacionalidad
chilena, de manera que de ejecutarse la medida ciertamente transgrede el interés superior
del menor, pues implicará la separación de su padre y perturbará su identidad familiar y
nacional, infringiendo los deberes que se imponen para los Estados en los artículos 3.1,
7.1, 8.1 y 9.1 de la Convención de los Derechos del Niño; y se afecta lo dispuesto en el
artículo 1º de la Constitución Política de la República que establece que la familia es el
núcleo fundamental de la sociedad, siendo deber del Estado dar protección a la población
y a la familia, así como propender al fortalecimiento de ésta [...] Que, en consecuencia, los
fundamentos que se han invocado por la autoridad carecen de proporcionalidad en
relación con la naturaleza, gravedad y ámbito de las infracciones sancionadas, y
considerando la afectación que de manera irremediable producirá en su medio familiar,
son motivos suficientes para revocar el fallo apelado" (C. Suprema, 23 de marzo de 2015,
cons. 6º y 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1576/2015, Rol Nº 3694-2015). En igual
orientación, se ha declarado que la posición constitucional de la familia y los deberes
estatales en relación con ella, constituyen uno de los límites que restringen la facultad del
Estado de expulsar a las personas de su territorio: "Existen ciertos derechos
particularmente atinentes en el contexto de la migración. Entre ellos, por ejemplo, el
derecho a la libertad de movimiento, el derecho a buscar asilo, el derecho a la
nacionalidad, el derecho a la unidad familiar y el interés superior de los menores. Nuestra
Carta Fundamental —en el primero de sus artículos— proclama que "la familia es el
núcleo fundamental de la sociedad". Se precisa en su artículo 5º que el ejercicio de la
soberanía reconoce como limitación el respeto de los derechos esenciales que emanan
de la naturaleza humana, asumiéndose la obligación de respetar y promover aquellos que
la misma Constitución Política de la República asegura —como se dijo— "a todas las
personas", sin distingos de ningún tipo y también los que garantizan tratados
internacionales ratificados por Chile. Los instrumentos de derechos humanos —integrados
de ese modo al ordenamiento fundamental— protegen la unidad familiar, reconociéndola
como núcleo fundamental de la sociedad. Por lo tanto, todos esos derechos se erigen en
limitaciones a la facultad que tiene el Estado de remover a un extranjero de su territorio"
(C. Apelaciones de Santiago, 21 de enero de 2013, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/Jur/145/2013, Rol Nº 19-2013). La E Corte Suprema ha reiterado
xcma. 

esta concepción al declarar, por vía de amparo, que: "[N]o es posible desatender las
circunstancias personales y familiares de la amparada, quien cuenta con más de 12 años
de residencia ininterrumpida en Chile, quien se encuentra casada con un ciudadano
chileno, con quien tiene tres hijos, de manera que de ejecutarse la medida ciertamente se
transgrede el interés superior de los menores, pues se perturbará su identidad familiar y
nacional, infringiendo los deberes que se imponen para los Estados en los artículos 3.1,
7.1, 8.1 y 9.1 de la Convención de los Derechos del Niño, y se afecta lo dispuesto en el
artículo 1º de la Constitución Política de la República que establece que la familia es el
núcleo fundamental de la sociedad, siendo deber del Estado dar protección a la población
y a la familia, así como propender al fortalecimiento de ésta" (C. Suprema, 23 de enero
de 2018, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/1246/2018, Rol Nº 1152-2018). En término
similares ha insistido en: "Que, no es posible desatender las circunstancias personales y
familiares de la amparada, quien, según se encuentra demostrado, el diecisiete de enero
de dos mil seis, contrajo matrimonio con un ciudadano chileno, con el cual tiene tres hijos,
un hombre y dos mujeres, una de las cuales se encuentra cursando una carrera
universitaria y la otra estudiando en el Liceo Profesional Abdón Cifuentes. Por otra parte,
la amparada, mediante Resolución Exenta Nº 933, de ocho de marzo del año dos mil seis,
obtuvo el permiso de residencia definitiva en el país, todo lo cual da cuenta de su arraigo
en el territorio nacional, por más de veinte años, de manera que de ejecutarse la medida
ciertamente se transgrede lo dispuesto en el artículo 1º de la Constitución Política de la
República que establece que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad, siendo
deber del Estado dar protección a la población y a la familia, así como propender al
fortalecimiento de ésta" (C. Suprema, 20 de marzo de 2018, cons. 2º, Cl/Jur/1355/2018,
Rol Nº 4293-2018). 33. De la protección de la familia y la reserva o secreto. La
jurisprudencia constitucional ha entendido que: "Un interés legítimo es un interés posible
de concretar y relevante para el derecho en la medida que la motivación que lo explica
resulta acorde con los valores y los principios de la Constitución. Este es el del interés de
mantener documentos o antecedentes privados en secreto si se temiera que su
divulgación va a afectar, por ejemplo, a una determinada familia, en circunstancias que el
Estado tiene el deber de protegerla, de acuerdo a lo previsto en el inciso final del artículo
1º de la Carta Fundamental" (Tribunal Constitucional, 9 de agosto de 2007, cons. 19º, Rol
Nº 634-2006). 34. De la protección de la familia y la relación laboral de trabajadora
embarazada. En sede laboral se ha suscitado una interesante cuestión tocante a la
protección de la familia y la firmeza del vínculo laboral de una trabajadora embarazada, en
relación con la cual se han sostenido las siguientes dos opiniones: a) Voto de mayoría:
los incisos 2º y 4º de este artículo no obligan "al Estado a convertir el vínculo laboral
temporal de una mujer embarazada en permanente, el que, de establecerse, significaría la
imposición de una carga al empleador, pues existen otras fórmulas a través de las cuales
el Estado puede cumplir su misión servicial a favor de las personas" (Tribunal
Constitucional, 14 de septiembre de 2007, Rol Nº 698-06; C. Suprema, 15 de julio de
2008, LegalPublishing: 39720; Corte de Apelaciones de La Serena, 30 de marzo de 2009,
LegalPublishing: Cl/Jur/8206/2009, Rol Nº 16-2009); b) Voto de minoría: "La situación de
maternidad de la requirente se superpone a las normas del Código del Trabajo que
regulan su situación laboral si se respeta en su cabalidad lo prescrito en el segundo inciso
del artículo 1º de la Constitución: 'La familia es el núcleo fundamental de la sociedad'. Su
condición de madre soltera no hace sino acentuar el carácter protector que el precepto
constitucional señalado adquiere respecto de sus reclamaciones" (Tribunal Constitucional,
14 de septiembre de 2007, Rol Nº 698-06; C. Suprema, 15 de julio de 2008,
Nº LegalPublishing: 39720; C. de Apelaciones de La Serena, 30 de marzo de
2009, LegalPublishing: Cl/Jur/8206/2009, Rol Nº 16-2009). 35. De la protección de la
familia y la compensación económica por declaración de nulidad o divorcio. Se ha
sostenido que, sin perjuicio de las diferentes opiniones acerca de la naturaleza de la
compensación económica: "Hay un elemento común, cual es el detrimento, menoscabo
económico que se produce a uno de los cónyuges con motivo del divorcio, por haber
privilegiado el cuidado de la familia, institución que el constituyente protege y declara ser
base de la sociedad, estableciendo para ello un remedio que impide su empobrecimiento
al término del contrato de matrimonio, cual es corregir la situación de menoscabo
producida a propósito del rol desempeñado, que no tiene la naturaleza jurídica de una
pensión alimenticia, sino de una indemnización por la pérdida legítima de derechos u
opciones sufridos en comparación con el otro cónyuge" (C. de Apelaciones de
Valparaíso, 10 de abril de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/5435/2008, Rol Nº 2856-2007).
En la misma línea se ha declarado que: "El motivo que tuvo en vista el legislador, al
establecer este derecho a compensación de tipo económico, dice relación con la
compensación a que tiene derecho aquél de los cónyuges que se ha sacrificado,
renunciando a mejores expectativas económicas, por haber privilegiado el cuidado de los
hijos comunes y la realización de las labores propias del hogar común, a fin de fortalecer
a la familia, que es el núcleo fundamental de la sociedad, conforme lo declara el artículo
1º de la Constitución Política de la República de Chile" (C. de Apelaciones de Valparaíso,
22 de febrero de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/7406/2008, Rol Nº 1293-2007). 36. De la
protección de la familia y la prohibición de acuerdos reparatorios en los delitos por
violencia intrafamiliar de acuerdo con el artículo 19 de la Ley Nº 20.066. Se ha
sostenido que: "No está de más indicar, por repetido que sea, que dicha norma prohibitiva
[art. 19 Ley Nº 20.066] tiene su razón de ser, entre otras consideraciones, como se
desprende de las actas legislativas de discusión, en el cuestionamiento que se hizo del
eventual 'consentimiento que en los acuerdos reparatorios podría verse forzada la víctima
a otorgar, dada su condición de tal', situación que se une a la relevante circunstancia de
ser la familia el núcleo fundamental de la sociedad, de manera que siempre existirá un
interés público prevalente en la continuación de la persecución penal en los actos ilícitos
que horaden de cualquier forma su integridad. Por lo demás, se debe también tener
presente que el objeto de la ley en estudio es el de prevenir, sancionar y erradicar la
violencia intrafamiliar y otorgar protección a las víctimas de la misma" (C. de Apelaciones
de La Serena, 27 de marzo de 2009, LegalPublishing: Cl/Jur/8525/2009, Rol Nº 60-2009).

CAPÍTULO III DE LOS DERECHOS Y DEBERES CONSTITUCIONALES

Artículo 19.- La Constitución asegura a todas las personas:

1º.- El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona.

La ley protege la vida del que está por nacer.

La pena de muerte sólo podrá establecerse por delito contemplado en ley


aprobada con quórum calificado.

Se prohíbe la aplicación de todo apremio ilegítimo;

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 1º. Código Civil: artículos 54, 55, 57, 74,
75, 77, 243 inciso 2º, 343, 485, 486, 487, 962. Código Orgánico de Tribunales: artículo 10 inciso 1º.
Código Sanitario: artículos 16 y 119. Ley Nº  14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones
Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 2º, inciso
3º. Ley Nº  16.618, Ley de Menores,  D.O.  8.03.1967: artículos 26 Nº 7 y 40. Ley Nº  19.070, aprueba
Estatuto de los profesionales de la Educación, D.O. 1.07.1991: artículo 8º bis. Ley Nº 20.418, Fija
normas sobre información, orientación y prestaciones en materia de regulación de la
fertilidad,  D.O.  28.01.2010: artículo 4º inciso final. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo 6º. Decreto Nº 326, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, D.O:
28.04.1989: artículos 11 y 12. Decreto Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica,  D.O.  5.01.1990: artículos 1º, 4º Nº  1, 5º Nº 1. Decreto Nº  84, Min. Relaciones Exteriores,
Convención Internacional sobre la Protección de los derechos de los trabajadores migratorios y de sus
familiares, D.O. 8.06.2005, artículo 9º. Ley Nº 20.120, Sobre investigación científica en el ser humano,
su genoma y prohíbe la clonación humana, D.O. 22.09.2006,  art.  1º.

I. Los derechos constitucionalmente asegurados como inherentes a las


Jurisprudencia: 
personas y anteriores a la Constitución. La jurisprudencia, en íntima relación con la
dignidad de las personas (vide Jurisprudencia,art. 1º, II), ha consolidado la doctrina
conforme a la cual los derechos asegurados constitucionalmente son propios de la
naturaleza humana y anteriores a la Constitución. 37. Las personas como sujetos de
derecho. Se ha reconocido por la jurisprudencia constitucional que: "El estatuto
constitucional chileno se construye sobre la base del reconocimiento de la persona como
sujeto de derecho y, en particular, como titular de los derechos que se aseguran en el
artículo 19 de la Carta Fundamental cuanto de aquellos derechos esenciales que emanan
de la naturaleza humana reconocidos por los tratados internacionales ratificados por Chile
y que se encuentran vigentes. De la misma manera, debe afirmarse que la propia
Constitución se ha encargado de caracterizar a la persona —entendida en la forma que se
ha venido explicando— en una visión humanista que, precisamente, enfatiza que ella es
sujeto y no objeto del derecho" (Tribunal Constitucional, 18 de abril de 2008, cons. 45º,
Rol Nº 740-07). 38. Los derechos de las personas como propios de su naturaleza y
no creados por la Constitución. En este sentido se ha afirmado que: "Cuando la Carta
Fundamental 'asegura' determinados derechos a las 'personas', sólo está reconociendo
atributos propios de su naturaleza. En otros términos, no es la Constitución la que ha
creado esos derechos sino que, simplemente, se ha limitado a reconocerlos, a regular su
ejercicio y a garantizarlos a través de mecanismos jurídicos adecuados para no tornar
ilusoria su protección. De allí que el propio ejercicio del Poder Constituyente, en cuanto
expresión de la soberanía de la nación, reconoce como límite el 'respeto a los derechos
esenciales que emanan de la naturaleza humana', tal y como ordena el inciso segundo del
artículo 5º de la Carta Fundamental" (Tribunal Constitucional, 18 de abril de 2008, cons.
47º, Rol Nº 740-07). 39. Las dimensiones subjetiva y objetiva de los derechos
fundamentales asegurados a las personas. La jurisprudencia constitucional ha
destacado que: "Para el constitucionalismo contemporáneo, los derechos fundamentales
—que se aseguran a todas las personas— poseen una doble naturaleza que justifica su
rol central en las Cartas Fundamentales y en los instrumentos internacionales de
derechos humanos. Por un lado, constituyen facultades que se reconocen a su titular,
dando lugar a su dimensión 'subjetiva', mientras que, por otro, dan unidad y sentido a todo
el ordenamiento jurídico, lo que se conoce como su dimensión 'objetiva'" (Tribunal
Constitucional, 18 de abril de 2008, cons. 47º, Rol Nº 740-07). 40. Consecuencias del
imperativo constitucional de "asegurar" los derechos de las personas. Se ha
precisado que: "El mandato imperativo de 'asegurar' tales derechos, que se contiene en el
enunciado del artículo 19 de la Constitución, importa: a) que sólo puede asegurarse lo que
existe previamente; b) que la condición de seguridad que el Constituyente desea brindar a
los derechos que reconoce importa hacer cesar cualquier transgresión o vulneración que,
más allá de los propios límites previstos por la Carta, puedan experimentar tales
derechos, como también impedir la amenaza o peligro inminente que pueda afectarlos; y
c) que deben diseñarse e implementarse todos los mecanismos necesarios para brindar
efectiva protección tanto a la titularidad de tales derechos cuanto a su ejercicio" (Tribunal
Constitucional, 18 de abril de 2008, cons. 47º, Rol Nº 740-07).

II. Las seguridades constitucionales se desenvuelven en el contexto de la igualdad


de las personas. Como consecuencia de la igual dignidad de las personas y de su
igualdad jurídica, las seguridades constitucionales lo son respecto de todas las personas,
sin que sea posible, por ejemplo, diferenciar entre nacionales y extranjeros. 41. Las
seguridades constitucionales no diferencian entre nacionales y extranjeros. El
E  Tribunal Constitucional ha recordado que el epígrafe de este artículo 19, en cuanto al
xcmo.

uso de las voz 'persona', se explica, precisamente, porque se pretendió superar el


carácter restrictivo de la palabra 'habitante', que empleaba la Constitución de 1925: "Que
de los antecedentes constitucionales que originaron la norma del epígrafe del artículo 19
se pueden extraer las siguientes conclusiones. Primero, la superación de la ambigüedad
terminológica que atribuía la titularidad de derechos fundamentales o constitucionales
únicamente a los "habitantes de la Nación" desde la Constitución de 1833. En segundo
lugar, estos estudios iniciales avalan la ampliación expresa de la titularidad a las personas
jurídicas —con una deliberación basada profusamente en ese tema— y también a la
realidad de los extranjeros y las personas jurídicas extranjeras. En tercer término, que se
trata de una ampliación condensada en la voz "personas" con un reconocimiento
creciente a toda situación que enfrente un derecho en función de la naturaleza de los
mismos. En cuarto lugar, que este mayor alcance y proyección normativa de la titularidad
protegida tienen un límite natural, puesto que se trata de reconocer los derechos propios
al interior del ordenamiento jurídico nacional y no tienen una concepción extraterritorial.
Este criterio viene a fortalecer el caso de los derechos de ingreso de un extranjero al país,
los cuales se encuentran sometidos plenamente a la legislación nacional bajo los criterios
del Derecho Internacional de los Derechos Humanos. En síntesis, esta titularidad genérica
no sólo no discrimina contra los extranjeros sino que les reconoce tal título de derechos
plenamente" (Tribunal Constitucional, 4 de julio de 2013, cons. 29º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1612/2013, Rol Nº 2273-2012). En el mismo sentido se ha
pronunciado la jurisprudencia de los tribunales ordinarios de justicia: "En materia de
migraciones es factible que llegue producirse algún grado de tensión entre las facultades
pertinentes de un Estado y los deberes que ese mismo Estado contrae —en cuanto
inserto en un orden internacional— para respetar los derechos esenciales de los no
nacionales, particularmente cuando ellos se encuentran en su territorio. En el caso de
Chile, esos derechos están asegurados en la Constitución Política de la República "a
todas las personas", sin distinción. Lo que se quiere significar es que todo Estado puede
controlar sus fronteras, definiendo a quienes admite, las hipótesis de expulsión y las
medidas de resguardo para proteger su seguridad. Sin embargo, en un mundo
"globalizado", con grandes consensos sobre principios y reglas de convivencia, la realidad
impone que el fenómeno de la migración ha alcanzado a estas alturas grados de
intensidad y de universalidad tales, que llega a ser cierto que no existe país en el mundo
que no experimente el ingreso de personas extranjeras. Así, el poder estatal para
gestionar la migración no puede prescindir de la consideración de derechos
fundamentales e inalienables, que derivan de la condición de ser humano, protegidos
tanto por los ordenamientos internos como por los diversos instrumentos de derecho
internacional. Por lo tanto, la mirada debe propender al necesario equilibrio o ponderación
entre esas facultades soberanas y los derechos esenciales que puedan verse afectados
con el respectivo ejercicio del poder" (C. Apelaciones de Santiago, 21 de enero de 2013,
cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/145/2013, Rol Nº 19-2013).

III. De las personas como titulares de los derechos que asegura la Constitución. La
jurisprudencia constitucional ha hecho hincapié en que sólo son las personas los titulares
de los derechos que asegura la Constitución Política de la República, de acuerdo con el
encabezado de este artículo 19, en relación con el inciso 1º de su artículo 1º: "Que uno de
los efectos más importantes de atribuir a alguien su condición de persona para efectos
constitucionales, es que sólo éstas tienen derecho. Así lo dice la Constitución. Los
derechos se aseguran 'a todas las personas' (encabezado artículo 19). Lo mismo indica el
artículo 1º, inciso primero de la Constitución: 'las personas nacen libres e iguales en
dignidad y derechos'. También varios numerales del artículo 19 emplean la voz 'persona'
para resaltar el titular del derecho que establece y regula" (Tribunal Constitucional, 28 de
agosto de 2017, cons, 66º, LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-
Cpt). De esta lectura se siguen una serie de consecuencias, que la jurisprudencia,
habitualmente de los tribunales ordinarios, se ha ocupado en precisar. 42. De la
titularidad de las personas, sin que se admita distinción alguna. Este aspecto
universal de la titularidad de las personas, en relación con los derechos que la
Constitución les asegura, se ha recordado por la I  Corte de Apelaciones de Coihaique:
lma.

"Que, el artículo 19 de la Constitución Política del Estado, en su encabezado, contempla


una delimitación del sujeto activo del listado de derechos que se exponen a continuación,
al señalar que 'la Constitución asegura a todas las personas...' limitando de esta manera
el catálogo de derechos fundamentales a las personas tanto naturales como jurídicas, e
incluso a las que están fuera del territorio de la República, comprendiendo los derechos
de la personalidad en sí misma y en su proyección cultural, social y cívica, y también en el
orden espiritual, intelectual y familiar, derechos que el constituyente asegura entonces a
todas las personas" (C. Apelaciones de Coihaique, 7 de abril de 2014, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1002/2014, Rol Nº 16-2014). 43. Del fallecimiento de una
persona, y del cese de la titularidad de los derechos asegurados por la
Constitución. En relación con la muerte natural, concebida en el Código Civil como el
término de la existencia legal de las personas naturales, la jurisprudencia constitucional
ha declarado que con ella cesa la protección de las garantías constitucionales: "Que la
Constitución Política está construida para organizar jurídicamente al Estado y para
garantizar los derechos individuales. En relación a estos últimos, a partir del artículo 1º
reconoce el hecho jurídico del nacimiento al disponer 'Los hombres nacen libres e iguales
en dignidad y derechos' y que 'El Estado está al servicio de la persona humana'. Por su
parte, el Capítulo Tercero, que se refiere a los derechos y deberes constitucionales,
asegura en el artículo 19, Nº 1º, 'El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de
la persona'. A falta de disposición que regule el instante en que dicha protección cesa,
debe entenderse que lo es hasta su muerte, hecho en virtud del cual deja de ser persona
y como tal no le son aplicables las garantías inherentes a ella. Lo anterior se desprende
del enunciado del artículo 19 que expresa: 'La Constitución asegura a todas las
personas...'. El resto de sus derechos constitucionales se refiere a la protección de los
atributos que las personas tienen, amparándose, por ejemplo, su igualdad ante la ley, la
igual protección en el ejercicio de sus derechos, el respeto de su vida privada y pública,
su libertad y seguridad personal, su propiedad, entre muchos otros. Puede concluirse que
la Constitución regula la vida desde antes del nacimiento y durante la existencia de la
persona, la que termina con su muerte natural" (Tribunal Constitucional, 13 de agosto de
1995, cons. 6º, Rol Nº 220-1995). En la misma línea y, a propósito de la cuestión
planteada en relación con la eventual titularidad de quien ha fallecido para que en su
nombre se interponga un recurso de protección de garantías constitucionales, se ha
declarado que no es titular de la acción o recurso de protección, en cuanto que la muerte
ha puesto término a la existencia legal de su persona: "[E]l artículo 54 del Código Civil,
señala que las personas son naturales o jurídicas, en tanto que el artículo 55 del mismo
texto legal expresa que son personas todos los individuos de la especie humana,
cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condición. En cuanto al principio y fin de la
existencia de las personas, dice el artículo 74 del Código Civil, que la existencia legal de
toda persona principia al nacer, esto es, al separarse completamente de su madre, en
tanto que el artículo 78 del mismo Código, refiere que la persona termina en la muerte
natural. Que, de lo dicho precedentemente, y al tenor del documento agregado a fojas 20,
se constata con la copia del certificado de defunción, que en la circunscripción de
Coyhaique, inscripción [...], aparece inscrita la defunción de doña [...], comprobándose
asimismo por esta Corte que el abogado [...]en su presentación de fojas 8 a 10, dice que
interpone el recurso de protección actuando a favor de doña [...], en circunstancias que
esta última se encuentra fallecida desde el [...], según aparece del referido certificado de
defunción. Octavo. Que, en consecuencia, la recurrente, evidentemente, carece de
legitimación activa, pues el artículo 20 de la Constitución Política del Estado señala como
exigencia en este sentido, la persona, sea natural o jurídica, que por causas de actos u
omisiones arbitrarias o ilegales sufra privación, perturbación o amenaza en el legítimo
ejercicio de los derechos y garantías establecidos por la Constitución, y evidentemente
dona [...], quien se encuentra fallecida desde el año 2008 no puede actualmente tener el
carácter de afectada y titular de derechos, y en consecuencia, no es posible que un
tercero comparezca a su nombre, si su existencia como persona finalizó con su muerte
natural. No existiendo, por las razones ya dichas legitimación activa, el recurso no puede
prosperar y deberá ser desestimado sin más" (C. Apelaciones de Coyhaique, 7 de abril
de 2014, cons. 7º y 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/1002/2014, Rol Nº 16-2014).

IV. El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de las personas. En relación


con estos derechos, interesa destacar, en lo que más toca al régimen jurídico de las
personas y de la familia, algunas opiniones sostenidas por la jurisprudencia. 44. El
derecho a la vida como un derecho "fundante". En relación con este aspecto se ha
declarado por el E Tribunal Constitucional: "Que, previo a consignar los alcances
xcmo. 

constitucionales de la protección de la vida y de la integridad física y psíquica a que tiene


derecho la persona desde su concepción, es menester ubicar la posición que tiene este
derecho en la estructura de los derechos fundamentales reconocidos y asegurados por la
Constitución. En este sentido, cabe observar que el derecho a la vida es, sin duda alguna,
el derecho fundante de todos los demás, pues sin vida, difícilmente tiene sentido referirse
a otros derechos fundamentales" (Tribunal Constitucional, 18 de abril de 2008, cons. 55º,
Rol Nº 740-07). 45. Extensión del derecho a la vida y a la integridad física y psíquica
de las personas. La jurisprudencia constitucional ha precisado: "Que el derecho a la vida
asegurado por el artículo 19 Nº 1 de la Constitución, en consonancia con el artículo 3º de
la Declaración Universal de los Derechos Humanos; el artículo 6.1 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos; el artículo 1º de la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre, y el artículo 4º de la Convención Americana de
Derechos Humanos, asegura a toda persona —incluyendo al nasciturus— el derecho a
mantener la vida y a conservarla frente a los demás hombres [...] Resulta necesario
advertir que el Constituyente chileno aseguró el derecho a la vida y a la integridad física y
psíquica de la persona, pues el derecho a conservar la vida como un todo incluye la
posibilidad de exigir que ella no sea menoscabada, física o psíquicamente. De esta
manera se trata de dos derechos que, aunque diferentes, se relacionan y complementan
de manera inescindible" (Tribunal Constitucional, 18 de abril de 2008, cons. 56º, Rol
Nº 740-07). 46. Derecho a la vida y convicciones religiosas de los padres de menor
que requiere cierto tratamiento médico, al que éstos se oponen. Con cierta frecuencia
se ha planteado la cuestión tocante a la negativa, por convicciones religiosas, a consentir
en transfusiones de sangre, que son consideradas imprescindibles por los médicos, para
el mantenimiento con vida del paciente. La E  Corte Suprema ha asumido que en estos
xcma.

supuestos ha de primar el derecho a la vida, sin perjuicio de velar por la dignidad del
paciente. Así, en un temprano fallo de 1992 se declaraba: "Que si bien es cierto, nuestra
Constitución, en el artículo 19 Nº 6 asegura a todos los habitantes la libertad de
conciencia, la manifestación de todas las creencias y el ejercicio libre de todos los cultos
que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres o al orden público, en este caso,
habiendo conducido doña [...] a su hijo al Hospital Regional para ser atendido por el grave
estado en que se encontraba, lo que se puede deducir de los antecedentes, el cotejo de
los intereses en conflicto, el derecho a la vida y la libertad de conciencia, debe prevalecer
el primero de los nombrados, porque la recurrida solicitó la atención médica para su hijo, a
fin de preservar su salud y conservar su vida, disponiendo el hospital de los elementos
humanos y materiales para que el paciente recuperara la salud y mantuviera la vida,
proporcionándosele al enfermo los auxilios médicos necesarios, entre ellos la transfusión
de sangre, que lo han llevado a su recuperación. Que, por otra parte, el juramento y rol
profesional del médico lo obligan a preservar la vida [...] Que el mal que sufre don [...] es
necesariamente fatal si no se le administra el preciso y adecuado tratamiento de recibir
transfusión de glóbulos rojos, lo que evidentemente tendrá influencia en la salud del
enfermo, disponiendo el establecimiento hospitalario de los elementos para practicarlo.
Que la vida se garantiza por la Constitución en la medida que pueda privarse de ella al
individuo por agentes extraños a él, por un atentado de terceros, resultando evidente que
se encontraba el paciente seriamente amenazado, por la actitud de la recurrida, en el
derecho a la vida e integridad física y síquica, puesto que de persistirse en su
planteamiento, se puede inferir el progresivo deterioro en la salud y un posible desenlace
fatal de no otorgarse el tratamiento aconsejado por su médico, arriesgándose
innecesariamente la vida del enfermo" (C. Suprema, cons. 6º y 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/431/1992, Rol Nº 18640). Diez años más tarde, se afirmaba el
tribunal en la misma opinión: "Que el derecho a la vida encuentra su centro primordial en
el hecho de preservar la vida en todas sus etapas y dimensiones constituyendo dicho
derecho, además, el fundamento de fondo u objetivo de nuestro ordenamiento jurídico el
cual impone como deber, a todos los poderes u órganos públicos, de proteger dicho bien
jurídico frente a cualquier ataque o amenaza de que pueda ser objeto, considerando que
toda la vida en sociedad se realiza en el entendido de que el fin de la actividad humana es
la sobrevivencia y desarrollo integral de la persona humana [...] Que en el caso que se
conoce se puede constatar que se produce una colisión de derechos y de deberes entre
el derecho a la vida y el derecho a la libertad religiosa y, por otro lado, la colisión de
deberes del médico que se traduce en el deber de respetar la voluntad de su paciente y el
deber de velar y resguardar la vida y salud de éste, que lo obliga a hacer todo aquello que
esté a su alcance para salvarle la vida por estar a su cuidado. Que, en este orden de
cosas y si bien puede señalarse que no existe ordenamiento jurídico que otorgue una
protección de un derecho de manera absoluta, puesto que siempre pueden existir
derechos que entran en tensión o contradicción y considerando el fundamento indicado en
el motivo anterior, estos sentenciadores entienden que el derecho a la vida debe primar o
prevalecer sobre el derecho a la libertad religiosa, considerando que el derecho a la vida
constituye un derecho natural y fundamental que el hombre posee en cuanto individuo y
persona y por ello debe ser protegido y salvaguardado con preeminencia de cualquier otro
[...] Que, por otra parte, constituye una obligación de los médicos tratantes, cuyo rol
profesional lo obliga a preservar la vida, el procurar por todos los medios y técnicas que
integran la lex artis médica el mantener la vida de sus pacientes utilizando la transfusión
de sangre cuando ello fuere estricta y absolutamente necesario, aun contra la voluntad del
paciente y de sus familiares que, por motivos religiosos, se niegan a aceptar tal
tratamiento, en razón de que debe primar, como ya se dijo, la preservación de la salud y
la vida de las personas sobre cualquiera otra consideración que ponga en riesgo
inminente la vida del enfermo [...] Que nuestro ordenamiento jurídico nacional consagra
en el artículo 19 Nº 1 de la Constitución Política de la República, el derecho a la vida y la
integridad física y psíquica de la persona, garantía protegida especialmente por el recurso
de protección establecido en el artículo 20 de la Carta Fundamental de modo que ninguna
persona pueda sufrir por causa de actos u omisiones arbitrarios e ilegales privación,
perturbación o amenaza en el ejercicio del referido derecho, siendo deber imperativo,
especialmente de las autoridades públicas, velar por la salud y la vida de las personas
que conforman la sociedad [...] Que atendidas las circunstancias establecidas en este
recurso y la necesidad imperiosa de no poner en peligro la vida del enfermo en cuyo favor
se ha recurrido, el recurso de protección deducido en estos autos debe ser acogido, sin
perjuicio, en todo caso, en aras de la dignidad y libertad religiosa del paciente Carrillo
Sáez, agotar los recursos y medios existentes, como así también adoptar los
procedimientos necesarios para suministrar a éste los medicamentos alternativos que
sean precisos y previos, de modo tal que la hemotransfusión que deba ser efectuada a
éste sólo se haga efectiva en situación de existir un riesgo vital para la vida del enfermo
indicado" (C. Suprema, 8 de octubre de 2002, cons. 3º a 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/3774/2002, Rol Nº 3716-2002). La misma opinión han mantenido
los tribunales de alzada. La I  Corte de Apelaciones de Santiago ha declarado: "Que, más
lma.

allá de lo que la literatura médica pueda considerar para países de alto desarrollo y que
consecuentemente cuentan con todos los medios técnicos, profesionales y de
infraestructura —cuyo no es el caso de Chile— es indispensable recordar que la vida es
un derecho inherente a la persona humana, es decir, un derecho de la personalidad que
la doctrina ha reconocido existir por su propio valor moral, con independencia de que el
legislador lo haya proclamado, (José Puig Brutau, Compendio de Derecho Civil, Tomo 1,
pág. 169); de manera tal que dicho derecho debe ser respetado por todos [...] Por lo
expuesto resulta moral y jurídicamente indispensable disponer —ante la inminencia de la
muerte de una criatura que lucha por su vida— de todos los métodos con que se cuenta y
que la ciencia médica ha desarrollado en beneficio de los hombres a fin de resguardar su
existencia [...] Que, de esta manera el proceder de los progenitores, oponiéndose a un
procedimiento médico que los profesionales del ramo aconsejan, constituye un acto
arbitrario que atenta derechamente contra el más valioso de los bienes de su hija, la vida,
motivo por el cual no cabe si no acoger el recurso deducido" (C. Apelaciones de
Santiago, 7 de agosto de 2008, cons. 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3130/2008, Rol
Nº 2336-2008). La I  Corte de Apelaciones de Concepción: "Que el ordenamiento jurídico
lma.

nacional consagra en el artículo 19 Nº 1 de la Constitución Política de la República, el


derecho a la vida y la integridad física y psíquica de la persona, garantía protegida
especialmente por el recurso de protección establecido en el artículo 20 de la Carta
Fundamental, de modo que es imperativo, especialmente para los servicios públicos de
salud, velar por la salud y la vida de las personas, aun contrariando su voluntad y la de su
entorno familiar de no permitir una transfusión sanguínea por motivos de profesar una
determinada fe o religión, cuyas directrices o dogmas no acepten estos procedimientos
médicos" (C. Apelaciones de Concepción, 5 de diciembre de 2012, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8873/2011, Rol Nº 1156-2011). La I  Corte de Apelaciones de
lma.

Valparaíso, en relación con un menor al que sus padres no consentían que se le realizara
una transfusión de sangre, acogió la protección solicitada por el médico tratante y autorizó
la citada transfusión: "Que para dilucidar la controversia es preciso verificar la solución
que ha dado el legislador en esta materia, la cual se encuentra regulada en la Ley
Nº 20.584 que Regula los Derechos y Deberes que tienen las Personas en relación con
Acciones Vinculadas a su Atención en Salud, que en su artículo 15 letra b) ha previsto
esta situación al disponer "No obstante lo establecido en el artículo anterior, no se
requerirá la manifestación de voluntad en las siguientes situaciones: b) En aquellos casos
en que la condición de salud o cuadro clínico de la persona implique riesgo vital o secuela
funcional grave de no mediar atención médica inmediata e impostergable y el paciente no
se encuentre en condiciones de expresar su voluntad ni sea posible obtener el
consentimiento de su representante legal, de su apoderado o de la persona a cuyo
cuidado se encuentre, según corresponda" [...] Que de esta manera se concluye que en
aquellos casos en que el paciente no pueda expresar su voluntad ni sea posible obtener
el consentimiento de sus representantes legales, la manifestación de voluntad no será
requerida, siempre y cuando su condición de salud implique riesgo vital. Que del mérito de
los antecedentes, consta que ésta ha sido precisamente la situación que se ha
presentado respecto de la recién nacida sujeto de protección, la que habiéndose
encontrado en riesgo vital y con indicación de transfusión sanguínea para tratar su severa
anemia, impedida de expresar su voluntad en dicho sentido tampoco fue posible obtenerla
de sus representantes legales, por negativa de éstos, y ante el inminente peligro de su
vida, la médico tratante solicitó a la judicatura su intervención, a fin de obtener una
medida cautelar de la vida de la menor [...] Que así las cosas, se advierte que la
recurrente ha actuado dentro de la hipótesis prevista por el legislador al efecto, y por su
parte, los recurridos han manifestado un interés que contraviene las indicaciones médicas
para el tratamiento de la dolencia de su hija, amenazando de esta manera el derecho a la
vida de la misma, configurándose de esta manera los requisitos establecidos para hacer
procedente esta acción cautelar urgente de rango constitucional. Que no obsta a lo
anterior la existencia y elección de tratamientos alternativos que hasta ahora han sido
efectivos, toda vez que el cuadro de salud de su hija podría encontrarse en una situación
de riesgo vital que hiciera indispensable la aplicación de una medida in extremis, como es
la transfusión sanguínea [...] Que por lo razonado y siendo el derecho a la vida y a la
integridad física y psíquica de la persona humana una de las garantías fundamentales que
la Constitución Política de la República asegura a todas las personas, no cabe sino
acoger el recurso deducido" (C. Apelaciones de Valparaíso, 13 de noviembre de 2013,
cons. 4º a 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2620/2013, Rol Nº 6773-2013). 47. Derecho a la
vida y negativa de los padres a que su hijo sea vacunado, de acuerdo con las reglas
de vacunación del Ministerio de Salud. La jurisprudencia ha seguido, en este punto,
una opinión similar a la explicada en el número anterior. Ha entendido, así, que el derecho
a la vida consagrado constitucionalmente, en relación con una serie de normas de
tratados internacionales, dan pie para que, aún en contra de la voluntad de los padres, se
proceda a la vacunación de los menores, de acuerdo con las reglas de vacunación
previstas por el Ministerio de Salud. En este sentido se ha declarado: "Que el
ordenamiento jurídico nacional consagra en el artículo 19 Nº 1 de la Constitución Política
de la República, el derecho a la vida y la integridad física y síquica de la persona, garantía
protegida especialmente por el recurso de protección establecido en el artículo 20 del
mismo cuerpo legal, de modo que es imperativo, especialmente para los servicios
públicos de salud, velar, precisamente, por la salud y la vida de las personas que
conforman la sociedad, aun contrariando la voluntad de éstas y/o la de su entorno familiar
[...] Que al resolver el presente recurso, debe tenerse presente que: a) Según el
Diccionario de la Lengua Española, la palabra "vacuna" se define como "sustancia
orgánica o virus convenientemente preparado que, aplicado al organismo, hace que éste
reaccione contra él preservándolo de sucesivos contagios". b) Se está recurriendo de
protección a favor de una lactante de 5 meses de edad, por una negativa (omisión) de su
madre, con quien vive y se encuentra bajo su cuidado. c) La Convención de Derechos del
Niño, dispone en su artículo 3º, número 2, que "Los Estados Partes se comprometen a
asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar,
teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras personas
responsables de él ante la ley y, con ese fin tomarán todas las medidas legislativas y
administrativas adecuadas". d) El artículo 24 Nº 1 de la misma Convención, expresa que
"los Estados Partes reconocen el derecho del niño al disfrute del más alto nivel posible de
salud y a los servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la
salud". En el Nº 2 de este mismo artículo señala que se "adoptarán medidas apropiadas
para: a) Reducir la mortalidad infantil y en la niñez"; c)"Combatir las enfermedades y la
malnutrición en el marco de la atención primaria de la salud" [...] Que de lo expuesto en
los fundamentos que preceden, queda de manifiesto que la negativa de la recurrida,
madre de la menor, en vacunarla conforme al calendario de vacunas que ha establecido
el Ministerio de Salud, a través de la Subsecretaría de Salud Pública, ha sido ilegal, esto
es contrario al ordenamiento jurídico, en el caso, al Decreto Exento Nº 6 de 29 publicado
el 19 de abril de 2010 en el Diario Oficial, y arbitrario, por cuanto dicha negativa ha sido
sólo por la voluntad o capricho de la recurrida. Además ha amenazado el legítimo derecho
a la vida de la menor de autos, ya que al no ser vacunada, se encuentra expuesta a
contraer enfermedades inmunoprevenibles que podrían acarrearle discapacidades, e
incluso la muerte" (C. Apelaciones de Concepción, 3 de septiembre de 2012, cons. 2º, 9º,
10º, LegalPublishing: Cl/Jur/1989/2012, Rol Nº 1608-2012). 48. El derecho a la
integridad psíquica de las personas, se vincula con la protección de la honra de
ellas. En este sentido el E Tribunal Constitucional ha declarado: "[Q]ue el respeto y
xcmo. 

protección del derecho a la honra, que asegura la Constitución, es sinónimo de derecho al


respeto y protección del 'buen nombre' de una persona, derecho de carácter
personalísimo que es expresión de la dignidad humana consagrada en su artículo 1º, que
se vincula, también, con el derecho a la integridad psíquica de la persona, asegurado por
elNº 1 de su artículo 19, pues las consecuencias de su desconocimiento, atropello o
violación, si bien pueden significar, en ocasiones, una pérdida o menoscabo de carácter
patrimonial más o menos concreto (si se pone en duda o desconoce la honradez de un
comerciante o de un banquero, por ejemplo), la generalidad de las veces generan más
que nada una mortificación de carácter psíquico, un dolor espiritual, un menoscabo moral
carente de significación económica mensurable objetivamente, que, en concepto del que
lo padece, no podría ser reemplazada o compensada con una suma de dinero. Se trata,
en definitiva, de un bien espiritual que, no obstante tener en ocasiones también un valor
económico, el sentido común señala que lo es todo para el que lo pierde y nada para el
que se lo quita. Como poéticamente lo recoge la literatura universal cuando, en el Acto III
de 'Otelo, el Moro de Venecia', Shakespeare pone en boca del pérfido Yago las siguientes
palabras, dirigidas a su general, víctima de sus intrigas: 'Mi querido señor, en el hombre y
en la mujer, el buen nombre es la joya más inmediata a sus almas. Quien me roba la
bolsa, me roba una porquería, una insignificancia, nada; fue mía, es de él y había sido
esclava de otros mil; pero el que me hurta mi buen nombre, me arrebata una cosa que no
le enriquece y me deja pobre en verdad'. (Aguilar, 13ª edición, 1965, p. 1491)" (Tribunal
Constitucional, 10 de junio de 2008, cons. 27º, Rol Nº 943-07 Ina). 49. El derecho a la
integridad psíquica, ligado a la dignidad de las personas y al respeto a su honra,
como límite de la libertad de emitir opinión. Por vía de protección constitucional se ha
declarado: "Que la libertad de emitir opinión e informar presenta como límite el que su
ejercicio no puede vulnerar "los derechos y la reputación de los demás" (Convención
Americana de Derechos Humanos, artículo 13 inciso 2º letra a)) y debe entenderse
además en forma consistente con el derecho de las personas a la integridad síquica
(art. 19 Nº 1 de la Constitución Política) así como con el derecho a la protección de la
honra y dignidad de las personas (art. 19 Nº 4 de la Carta Fundamental). En el caso
apelado, la libertad de informar habría podido ejercerse de muchas formas igualmente
efectivas, sin menoscabar los derechos antes señalados y de este modo sin afectación de
la dignidad de las menores aludidas. Debe consignarse, además, que en el ejercicio del
derecho a emitir opinión e informar, se ha de ser especialmente cuidadoso cuando están
de por medio menores de edad pues éstos, a causa de su particular vulnerabilidad,
merecen de una especial protección de parte de las autoridades encargadas de velar por
su bienestar en función del interés superior del menor que, instrumentos internacionales
que se han incorporado a nuestro derecho conforme al artículo 5º de la Constitución
Política, consideran como valor orientador" (C. Apelaciones de Santiago, 14 de julio de
2014, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/4475/2014, Rol Nº 1225-2014).

V. La protección del que está por nacer. En las ocasiones en las que el E Tribunal
xcmo. 

Constitucional se ha pronunciado sobre esta cuestión lo ha hecho para afirmar que


el nasciturus es persona desde el momento de la concepción y que, en cuanto tal, queda
plenamente cubierto por la seguridad constitucional del derecho a la vida y su integridad
física y psíquica. 50. Del nasciturus y de la cuestión tocante a su consideración
como persona, o al desconocimiento de esa condición. En relación con esta cuestión,
la jurisprudencia constitucional ha mantenido, en dos sentencias separadas
temporalmente por casi una década, dos criterios diversos. 50.1. Del nasciturus como
persona, en cuanto que ésta principia con la concepción. Esta opinión la defendió el
E Tribunal Constitucional en su sentencia de 18 de abril de 2008, pronunciada en
xcmo.

relación con la regulación por decreto supremo de la llamada "píldora del día después".
En aquella sentencia se sostuvo que: "Queda claro que, para el Constituyente —y a
diferencia de lo que pueda desprenderse del examen de normas legales determinadas—,
el embrión o el nasciturus es persona desde el momento de la concepción" (Tribunal
Constitucional, 18 de abril de 2008, cons. 54º, Rol Nº 740-07). En la misma línea, la
E  Corte Suprema había declarado que el nacimiento no era condición precisa para la
xcma.

existencia natural de las personas, de guisa que no le cabía duda en cuanto a que
el nasciturus quedaba comprendido dentro de tal categoría. Así, por ejemplo, había
explicado: "En efecto, de acuerdo con el artículo 55 del Código, son personas todos los
individuos de la especie humana debiendo entenderse por individuo, conforme con su
acepción natural y obvia, cada ser organizado sea animal o vegetal respecto de la especie
a que pertenece. De este punto de vista dado que la criatura concebida y no nacida
constituye un ser único e independiente, cuya entidad no se confunde con la de sus
progenitores, cabe por tanto entender que queda plenamente comprendido dentro del
concepto que de la persona tiene nuestro legislador civil. Por lo demás, según el propio
tenor literal del artículo 74, el nacimiento determina la existencia legal de la persona, lo
cual se explica en razón de la clase de derechos de que se ocupa nuestro Código Civil,
pero no implica que antes de él aquélla no exista para otros efectos tanto o más
importantes. Ello lo corrobora el artículo 80, el cual sí se refiere a la existencia natural de
la persona al disponer que aquélla termina con la muerte, evidenciando que ésta es
diversa de su existencia legal. Asimismo, nos parece que exigir el nacimiento como
supuesto necesario para adquirir la condición de persona no implica que antes de su
verificación no estemos ya frente a un sujeto humano y, por ende, titular de garantías tan
esenciales como el derecho a la vida. No considerarlo así implicaría que el status de
persona dependería, en definitiva, de la definición que de tal concepto tuviere el legislador
o el propio constituyente y que si hoy se asocia por algunos al hecho del parto, el día de
mañana podría estar vinculado con la viabilidad del recién nacido o cualquier otro criterio
que se estableciere cumpliendo con los requisitos formales para la dictación de la norma"
(C. Suprema, 16 de abril de 2009, cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/7939/2009, Rol
Nº 1882-2008). En su reciente sentencia de 28 de agosto de 2017 ha recordado su
opinión anterior, para apartarse de ella: "[L]a otra sentencia importante es la STC
740/2007. En esta, se discutió la regulación vía decreto supremo de la denominada
píldora del día después. El Tribunal resolvió a raíz de un requerimiento que le presentaron
un grupo de parlamentarios. El Tribunal acogió el requerimiento. En lo que aquí interesa,
sostuvo que el que está por nacer es una persona. En cuanto a sujeto de derecho, por
una parte, cuenta con toda la información genética necesaria para su desarrollo. Por la
otra, es un ser distinto y distinguible completamente de su padre y de su madre. Es un ser
único e irrepetible. El que está por nacer, agregó el Tribunal, tiene dignidad, no puede ser
subsumido en otra entidad y no puede ser manipulado. Y que la protección constitucional
de la persona se inicia desde el momento mismo de la concepción" (Tribunal
Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 21º, Rol Nº 3729 (3751)-17-
Cpt). 50.2. Del nasciturus como objeto jurídico de especial protección, pero no
como persona. El E  Tribunal Constitucional en su sentencia de 28 de agosto de 2017
xcmo.

se apartó de la opinión anterior, sobre la base de estimar que no le cabe pronunciarse en


relación al momento en que principia la vida del que está por nacer: "[E]stá claro el límite
temporal de esa condición: el nacimiento. Con el parto, y la separación total de la madre,
cesa esta condición. Sin embargo, la Constitución guarda silencio respecto del comienzo
de esa condición. En la STC 740/2007, el Tribunal sostuvo que ello ocurría desde la
concepción. Nosotros consideramos que dado el silencio de la Constitución en la materia,
no le corresponde a este organismo establecer algo en este sentido. Más todavía si hay
controversia científica en la materia. Y posiciones morales encontradas sobre este
aspecto. Por eso, en algunos casos ha sido el legislador el que ha avanzado en fijar un
criterio en esta materia. Así lo hizo en la Ley Nº 20.120, a propósito de la investigación
científica en el ser humano, su genoma y la clonación. Ahí la ley definió que la protección
iba a comenzar 'desde el momento de la concepción'. Lo mismo hizo la Convención
Interamericana de Derechos Humanos, que estableció que el derecho a la vida está
protegido por la ley, y en general, a partir del momento de la concepción. Todos
conocemos la interpretación que la Corte Interamericana de Derechos Humanos hizo
sobre esta disposición, en el caso Artavia Murillo versus Costa Rica. En lo que aquí
interesa, ésta sostuvo dos cosas. Por una parte, que la protección del que está por nacer
no es absoluta, sino que gradual e incremental según su desarrollo, debido a que no
constituye un deber absoluto e incondicional. Por la otra, dicha protección implica proteger
a la mujer, porque la concepción ocurre dentro de su cuerpo. Tratándose de los límites
temporales de la vida de las personas, el legislador definió cuándo una persona se
encuentra con muerte cerebral (Ley Nº 19.451). Ahí definió cuándo una persona está
muerta. Por lo mismo, el Congreso Nacional se encuentra mucho más capacitado y
legitimado para resolver una controversia de cuándo comienza la vida del que está por
nacer, que esta Magistratura, dado la falta de una regla explícita en la Constitución"
(Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 21º, Rol Nº 3729 (3751)-17-Cpt).
Sobre la base de este razonamiento, en la dicha sentencia se declaró: "Que el que está
por nacer es un bien jurídico, de mucha importancia para la Constitución. Por eso se
refiere a él y le encarga al legislador su resguardo. El que está por nacer no necesita del
estatuto de persona y distorsionar todo el resto del sistema constitucional y legal, para
recibir protección. La Constitución lo relevó de aquello. No hay ninguna entidad que en
nuestro sistema jurídico tenga esta posibilidad" (Tribunal Constitucional, 28 de agosto de
2017, cons. 78º, Rol Nº 3729 (3751)-17-Cpt). 51. De la protección del que está por
nacer confiada a la ley. La ya citada sentencia del E Tribunal Constitucional de 28 de
xcmo.

agosto de 2017 se ha pronunciado expresamente sobre el entendimiento que, a su juicio,


ha de darse al inciso 2º del número 1º del artículo 19 de la Constitución. Su interpretación,
por una parte, ha precisado aspectos sobre los que la jurisprudencia no se había
pronunciado y, por otra, se ha apartado de lecturas previas sostenidas, principalmente por
la E  Corte Suprema. 51.1. La protección del que está por nacer la confía la
xcma.

Constitución directamente a la ley, que puede ser de cualquier naturaleza, lo que


excluye que sea la propia Constitución la encargada directamente de dicha
protección. Así se ha declarado: "Que la fórmula verbal que emplea la Constitución, está
compuesta de los siguientes elementos. En primer lugar, utiliza la expresión 'ley'. Con ello,
excluye que sea la Constitución la que se encargue directamente de aquello. La
Constitución quiere que una norma general y obligatoria, sometida al debate democrático,
pueda cumplir este rol protector. Como consecuencia de ello, excluye que sean,
originariamente, los particulares, la autoridad administrativa o los tribunales los que se
encarguen de esta tarea. Indudablemente, la ley puede perfectamente convocar el
esfuerzo de todas estas entidades. Pero en un rol derivado, no original. No quiso la
Constitución cerrar ella misma la protección. La entregó a la apreciación del legislador; en
qué casos sí, en cuáles no, de qué modo. También es necesario puntualizar que la
Constitución no se refiere a una norma legal particular. Puede ser esta penal, civil, laboral,
de seguridad social, etc." (Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 45º, Rol
Nº 3729 (3751)-17-Cpt). 51.2. De la protección y como ha de entenderse en relación
con otros derechos o bienes jurídicos protegidos. El E Tribunal Constitucional ha
xcmo.

precisado que el deber de protección, que la Constitución confía a la ley, ha de


entenderse como compatible con otros mandatos constitucionales de protección, sin que
de tal mandato de protección pueda concebirse como una protección a todo evento o que
permita el sacrificio de otros bienes jurídicos: "[L]a Constitución manda a la ley proteger.
Lo primero que cabe señalar es que la Constitución marca una diferencia en su regulación
con lo establecido en el inciso primero. Mientras ahí establece 'el derecho a la vida y a la
integridad psíquica y física de la persona', utilizó aquí un lenguaje distinto. Desde luego,
porque no habló de derechos; encarga a la ley proteger. No es que la Constitución no
establezca la protección; es que le encarga al legislador hacerlo. Introduce, por tanto, una
mediación. Entregó a la ley un rol, sin asumirlo directamente. También porque habló 'del
que está por nacer', en circunstancias que en el inciso primero habla de 'la persona'. Por
otra parte, no es la única norma constitucional que habla de protección. Varias
disposiciones constitucionales utilizan la misma expresión. Así, el Estado debe dar
'protección' a la población y a la familia (artículo 1º, inciso quinto). En el derecho a la salud
se establece que éste consiste en el 'derecho a la protección de la salud'. Y que el Estado
debe proteger el libre o igualitario ejercicio a las acciones de promoción, protección y
recuperación de la salud y recuperación del individuo (artículo 19 Nº 9). Asimismo,
corresponde al Estado la 'protección e incremento del patrimonio cultural de la nación'
(artículo 19 Nº 10). Además, la Constitución asegura 'la libertad de trabajo y su protección'
(artículo 19 Nº 16). También, la Corte de Apelaciones debe asegurar en el recurso de
protección 'la debida protección del afectado' (artículo 20). Finalmente, le corresponde al
Ministerio Público 'proteger a las víctimas y a los testigos' (artículo 83). Como se observa,
estas disposiciones tienen distintos sujetos responsables. En unos casos, el Estado; en
otros, todas las personas; y en otros, órganos específicos (Corte de Apelaciones,
Ministerio Público, el legislador). Nunca estas disposiciones han sido interpretadas
aisladamente de otras que la propia Constitución establece. Tampoco se han interpretado
como equivalentes a tipos penales. Asimismo, no han sido consideradas mandatos
máximos y a todo evento. Tampoco han sido considerados títulos para sacrificar otros
bienes jurídicos. Finalmente, tampoco ha impedido el desarrollo de nuevos derechos. Por
ejemplo, la protección de la familia no ha impedido la ley de divorcio, la ley de filiación, la
ley de unión civil" (Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 46º, Rol Nº 3729
(3751)-17-Cpt). 51.3. De la protección limitada a lo razonable y al no sacrificio de
derechos de otros, en particular de la mujer. Este entendimiento del deber de
protección confiado a la ley se ha explicado del modo siguiente: "Que proteger es, sin
duda, un deber activo, pues implica cuidar, favorecer, defender. Implica una interferencia
no perjudicial cotidiana; y medidas positivas de potenciamiento. Esta protección no puede
significar ni desprotección, en el sentido que no existen medidas de todo tipo e
indispensables en resguardo del no nacido; ni sobreprotección, en el sentido de medidas
que vayan más allá de lo razonable y sacrifiquen derechos de otros. Por eso, no puede
significar un mandato para descuidar a la mujer. Del texto de la Constitución no se
desprende ni se infiere que la protección del que está por nacer sea un título que
perjudique a la progenitora. Desde luego, porque las medidas de protección en algunos
casos pasan inevitablemente por ella. El primer sujeto obligado por la protección y sin
cuyas acciones u omisiones este deber no puede cumplirse, es la mujer. El legislador no
puede no contar con esas acciones u omisiones. También, porque la madre no puede ser
considerada como un instrumento utilitario de protección del no nacido. El legislador,
precisamente y por ese deber primario, no puede ir contra la mujer imponiendo su
voluntad e incluso poniendo en peligro su vida o imponiéndole deberes más allá de lo que
a cualquier persona se le exige. La maternidad es un acto voluntario, que exige el
compromiso vibrante de la mujer embarazada. No puede ser una imposición del Estado a
cualquier costo de la mujer. Ella no es un medio. Además, cuando la Constitución ha
querido hacer primar un derecho sobre otro o privilegiar intereses superiores, lo ha dicho
expresamente. Así sucede con la función social de la propiedad (artículo 19 Nº 24); con la
libertad en aras de la seguridad pública (artículo 19 Nº 7); con la privacidad respecto de la
publicidad (artículo 19 Nº 12) o con la transparencia (artículo 8º); o con los derechos
durante los estados de excepción (artículos 39 y siguientes); o el mismo derecho a la vida,
con la pena de muerte (artículo 19 Nº 1). Por lo demás, este Tribunal ha considerado que
es una carga intolerable la regla del turno para los abogados, que los obliga a asumir
defensas gratuitas (STC 755/2008). Dichas cargas no guardan relación alguna de
proporcionalidad con las que debe soportar la mujer en las tres causales del proyecto"
(Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 47º, Rol Nº 3729 (3751)-17-
Cpt). 51.4. De la protección de la vida del que está por nacer y no del derecho a la
vida. El E Tribunal Constitucional, en sentencia de 18 de abril de 2008, había declarado
xcmo.

que el mandato constitucional del inciso 2º del número 1º del artículo 19 de


la Constitución no sólo importaba la protección del bien jurídico de la vida del nasciturus,
sino también de un derecho: "[L]a intención del Constituyente fue confiar al legislador las
modalidades concretas de protección de la vida del que está por nacer en el entendido
que se trata de un ser existente e inserto en la concepción de persona, en cuanto sujeto
de derecho, a que alude el encabezado del artículo 19. Este mandato al legislador importa
la protección de un derecho y no sólo del bien jurídico de la vida, distinción que no es
menor para estos sentenciadores. En efecto, si sólo se hubiese protegido la vida, en
cuanto bien jurídico, bastaría que el legislador hubiese consagrado mecanismos que
aseguraran al nasciturus la viabilidad de la vida intrauterina hasta el nacimiento" (Tribunal
Constitucional, 18 de abril de 2008, cons. 58º, Rol Nº 740-07). Ahora, en su sentencia de
28 de agosto de 2017, se ha apartado de aquella opinión, y estima que el mandato de
protección no se refiere a la protección del derecho a la vida: "Que, el tercer elemento de
la fórmula constitucional, es que la Constitución manda proteger la vida del que está por
nacer. Como ya indicamos, no habla de proteger el derecho a la vida. Éste, es decir, el
derecho a la vida, está reconocido y definido en convenciones internacionales. Así, tanto
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo 6), como la Convención
Interamericana de Derechos Humanos (artículo 4), señalan que 'nadie puede ser privado
de la vida arbitrariamente'. Tal definición explica instituciones como la legítima defensa, o
algunos casos de estado de necesidad, en que una persona mata a otra, o sea, la priva
de su vida. Pero no lo hace 'arbitrariamente'. Lo mismo puede decirse de un acto médico
riesgoso, que trae como consecuencia la muerte. Pero el derecho a la vida es distinto de
la vida. Ésta es la plataforma biológica y síquica de sustentación. No cabe confundir
ambos conceptos" (Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 48º, Rol Nº 3729
(3751)-17-Cpt). 51.5. El mandato de protección impuesto por la Constitución no
prohíbe la despenalización de ciertas conductas, en concreto, el aborto en
determinados supuestos. Es ésta la opinión que ha asumido el E  Tribunal xcmo.

Constitucional en su sentencia de 18 de abril de 2008: "[Queremos profundizar sobre si el


mandato de protección que establece la Constitución del que está por nacer, prohíbe la
despenalización de ciertas conductas. Quinquagesimoquinto [sic]. Que, por de pronto, la
Constitución tiene un lenguaje para expresar las prohibiciones. En el mismo artículo 19
Nº 1, hay un ejemplo claro, pues 'prohíbe la aplicación de todo apremio ilegítimo'. Es
cierto que en otros casos usa otras fórmulas verbales. Por ejemplo, 'nadie puede' (artículo
19 Nºs. 7, 15 y 24), 'en ningún caso' (artículos 69, 76), 'no podrán' (artículos 92, 94 bis, 95,
100, 19 Nºs. 15, 16 y 19), 'nadie' (artículo 19 Nº 3, 7, 15, 24), 'ninguno' o 'ninguna'
(artículos 7º, 19 Nºs. 3, 7 y 15, 103). Pero 'proteger' no puede interpretarse como una
prohibición. En el lenguaje constitucional es asimétrica una interpretación en ese
sentido; Quinquagesimosexto [sic]. Que, enseguida, la Constitución se refiere muy pocas
veces a los delitos. Así, se refiere al terrorismo (artículo 9º), a los delitos producto de la
libertad de expresión (artículo 19 Nº 12), a los delitos que constituyen causales de
acusación constitucional (traición, concusión, malversación, soborno) (artículo 52 Nº 2) y
la responsabilidad de los jueces (cohecho, denegación y torcida administración de justicia,
prevaricación) (artículo 79). La Constitución no trata ni se refiere al aborto. La razón es
que la Constitución le encarga al legislador la prerrogativa de punición (artículos 19 Nº 3 y
63 Nº 3). La ley puede crear delitos, establecer la conducta reprochada y fijar la pena"
(Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 54º, 55º y 56º, Rol Nº 3729 (3751)-
17-Cpt). Para reafirmar esta opinión, ha agregado: "Que la Constitución asume que el
legislador puede cambiar los tipos penales. Por lo mismo, puede crear, modificar, o
derogar delitos. Para el conflicto que esto produce, establece dos reglas. Por una parte,
que no se puede sancionar una persona si la ley no se promulgó antes de la perpetración
del delito. Y por la otra, que la ley penal no puede tener efecto retroactivo, 'a menos que
una nueva ley favorezca al afectado' (artículo 19 Nº 3); Quincuagesimoctavo [sic]. Que por
lo mismo, no se ve impedimento para el 'retroceso penal'. Desde luego, porque es una
garantía que la ley pueda ser más favorable. También, porque el derecho penal es
siempre última ratio. En la norma que analizamos, no se prohíbe el principio pro reo ni se
le impide. Además, dicha norma remite a la ley. Ésta puede tipificar o destipificar"
(Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 57º y 58º, Rol Nº 3729 (3751)-17-
Cpt). En fin, ha añadido: "Que la Constitución asegura el derecho a la vida. El Código
Penal castiga el homicidio. Pero no son sinónimos. Proteger el derecho a la vida no es
equivalente a tipificar el homicidio. De hecho, el legislador ha podido crear nuevas figuras
de homicidio (por ejemplo, el parricidio entre convivientes); ha configurado nuevas
agravantes; ha establecido nuevas eximentes o ha cambiado las existentes; ha creado
distintos niveles de homicidio (homicidio simple o calificado; parricidio;
infanticidio); Sexagésimo. Que ese margen de apreciación que se le encarga al legislador,
le ha permitido establecer el aborto, como un delito distinto al de homicidio y al
infanticidio. También tratarlo como un delito distinto a aquellos delitos contra las personas
en el Código Penal. Este delito se encuentra ubicado dentro del Título VII del Código, que
trata los crímenes y delitos contra el orden de las familias, la moralidad pública y la
integridad sexual. Asimismo, el legislador ha establecido una pena considerablemente
menor al aborto que aquellas que establece respecto del homicidio. Y es el mismo
legislador el que ha omitido el delito de lesiones del feto. Y al que ha restringido el aborto
culposo, porque con dificultades cabe en el artículo 343 del Código Penal" (Tribunal
Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 59º y 60º, Rol Nº 3729 (3751)-17-
Cpt). 51.6. La protección confiada por la Constitución a la ley, no puede reducirse al
solo ámbito penal. En este sentido se ha declarado: "la protección que establece la
norma constitucional que se analiza, no puede reducirse al ámbito penal, toda vez que
hay una serie de normativas, que no tiene este carácter y que se enmarcan dentro del
mismo propósito. En efecto, nuestro ordenamiento jurídico contempla normas que
protegen la maternidad y otras normas que protegen al que está por nacer. Entre las
normas que protegen la maternidad, se encuentra, por vía ejemplar, la protección y
vigilancia del Estado durante el embarazo y hasta seis meses de nacido el hijo (Código
Sanitario, artículo 16). Enseguida, toda la normativa laboral. Así, el embarazo no puede
ser un factor para contratar, para permanecer en el trabajo o para renovar el contrato
(artículo 194); el pre y post natal (artículos 195 y 197 bis); el permiso especial por
enfermedad grave del niño menor de un año (artículo 199); el permiso especial por
enfermedad gravísima del menor de 12 años (artículo 199 bis); el fuero maternal (artículo
201); el derecho a sala cuna (artículo 203); el derecho a dar alimentos (artículo 206).
Después, se encuentra la normativa de seguridad social, como el bono por hijo en caso
de jubilación (Ley Nº 20.255). Por su parte, entre las normas que protegen la vida del que
está por nacer, también hay normas de distinto tipo. Desde luego, normas laborales. Por
ejemplo, el prenatal (artículo 195); el descanso prenatal complementario por enfermedad
(artículo 196); el derecho a pedir cambio de funciones durante el embarazo (artículo 202);
el permiso de hasta tres días para el trabajador que sufra la muerte de un hijo en período
de gestación (artículo 66, Código del Trabajo). También existen normas de
reconocimiento. Así, se encuentra la Ley Nº 20.558, que estableció el Día del Niño y Niña
Prematuros; la Ley Nº 20.699, que estableció el Día de la Adopción y del que está por
nacer. Asimismo se encuentran las normas del Código Civil, que permiten diferir el castigo
a la madre hasta después del nacimiento o que faculten al juez para adoptar medidas en
caso que existiere peligro del no nacido (artículo 75); la que permite suceder y recibir
donaciones (artículos 962 y 1390). También existen normas que protegen al embrión en la
investigación científica (Ley Nº 20.120). Asimismo, normas que impiden aquellos métodos
de regulación de la fertilidad cuyo objetivo o efecto directo sea provocar un aborto (Ley
Nº 20.418). Del mismo modo, existen normas de seguridad social. Por ejemplo, el
Programa Chile Crece Contigo, que permite acompañar el proceso de desarrollo de los
niños y niñas que se atienden en el sistema público de salud, desde su primer control de
gestación (Ley Nº 20.379). Todas estas normas apuntan a destacar que la protección del
que está por nacer es heterogénea y no comprende solamente aspectos penales.
Además, son diseñadas por el legislador. Se enmarcan, por tanto, dentro del diseño del
artículo 19 Nº 1 inciso segundo. Es decir, proteger al que aún no nace, en los términos
que el legislador vaya estructurando" (Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017,
cons. 61º, Rol Nº 3729 (3751)-17-Cpt). 52. Protección de la vida del que está por
nacer y prácticas religiosas de la madre. Se ha entendido que: "Tratándose del nonato,
existiendo protección constitucional que debe valorarse, como se vio, a la luz
de los derechos de la madre, conforme a lo señalado, debe convenirse que, la práctica de
convicciones religiosas, de igual modo que en el caso anterior, no autorizan para poner en
riesgo la vida del que está por nacer" (C. de Apelaciones de Copiapó, 9 de agosto de
2008, LegalPublishing: Cl/ Jur/5405/2008, Rol Nº 230-2008).

2º.- La igualdad ante la ley. En Chile no hay persona ni grupo privilegiados.


En Chile no hay esclavos y el que pise su territorio queda libre. Hombres y
mujeres son iguales ante la ley.

Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias;

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º, 10, 19 número 2. Código Civil:


artículos 14, 20, 25, 33, 55, 57, 74, 982, 997. Código del Trabajo: artículo 62 bis. Código Tributario:
artículo 8º número 7.  Ley Nº  18.838, crea el Consejo Nacional de Televisión, D.O. 30.09.1989: artículo
1º inciso 4º.  Ley Nº  19.253, sobre protección, fomento y desarrollo de los indígenas,D.O. 5.10.1993:
artículo 8º. Ley Nº  20.120, Sobre investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe la
clonación humana, D.O. 22.09.2006: artículo 4º. Ley Nº  20.422, establece normas sobre igualdad de
oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad, D.O. 10.02.2010, artículos 1º, 4º, 6º, 7º,
8º. Ley Nº  20.430, establece disposiciones sobre protección de refugiados, D.O. 15.04.2010: artículo 8º.
Ley Nº 20.609, establece medidas contra la discriminación, D.O. 24.07.2012.  Tratado celebrado entre
Chile y Gran Bretaña sobre abolir el tráfico de esclavos, Boletín de Leyes y Decretos del Gobierno
01.09.1842. Decreto Nº  530, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos Políticos de la
Mujer,D.O.  30.09.1967, artículos  1º, 2º y 3º. Decreto Nº 747, Min. Relaciones Exteriores, Convención
Internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial, D.O.  12.11.1971:
artículos 1º, 2º, 3º, 5º. Decreto Nº  764, Min. Relaciones Exteriores, Convención relativa a la lucha contra
las discriminaciones en materia de enseñanza, D.O. 30.11.1971. Decreto Ley Nº  871, aprueba
Convención Interamericana sobre concesión de Derechos Políticos a la Mujer,  D.O.  28.01.1975.
Decreto Ley Nº  872, aprueba Convención Interamericana sobre concesión de Derechos Civiles a la
Mujer, D.O. 28.01.1975. Decreto Nº 326, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, D.O. 28.04.1989: artículos 2º, 3º, 7º y 26. Decreto Nº 778, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,D.O. 29.04.1989: artículos 2º,
3º, 8º, 14, y 16. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas
las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989. Decreto Nº 873, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica,D.O. 5.01.1990: artículos 1º, 3º, 6º Nº  1, 24. Decreto
Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículo
2º. Decreto Nº  1.097, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la Esclavitud,D.O.  7.11.1995.
Decreto Nº  99, Min. Relaciones Exteriores, Convención Interamericana para la eliminación de todas las
formas de discriminación contra las personas con discapacidad, D.O. 20.06.2002. Decreto Nº 84, Min.
Relaciones Exteriores, Convención Internacional sobre la Protección de los derechos de los
trabajadores migratorios y de sus familiares,  D.O.  8.06.2005, artículos 7º y 11. Decreto Nº 201, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad adoptada por
la Asamblea General de la ONU el 13 de diciembre de 2006,D.O.  17.09.2008.
53. Contenido y significado de la "igualdad ante la ley". El Tribunal
Jurisprudencia: 
Constitucional, de una manera sostenida en el tiempo, en diversos pronunciamientos
ha entendido que la igualdad ante la ley: "[C]onsiste en que las normas jurídicas deben
ser iguales para todas las personas que se encuentren en las mismas circunstancias y,
consecuencialmente, diversas para aquellas que se encuentren en situaciones diferentes.
No se trata, por consiguiente, de una igualdad absoluta sino que ha de aplicarse la ley en
cada caso conforme a las diferencias constitutivas del mismo. La igualdad supone, por lo
tanto, la distinción razonable entre quienes no se encuentren en la misma condición". Así,
se ha concluido que "la razonabilidad es el cartabón o standard de acuerdo con el cual
debe apreciarse la medida de igualdad o la desigualdad"" (Tribunal Constitucional, 11 de
diciembre de 2007, Rol Nº 790-07; Tribunal Constitucional, 31 de marzo de 2008, Rol
Nº 755-07; Tribunal Constitucional, 8 de septiembre de 2008, Rol Nº 1138-08; Tribunal
Constitucional, 14 de enero de 2009, Rol Nº 1140-08; Tribunal Constitucional, 2 de
octubre de 2018, cons. 3º, Rol Nº 4653-18-Ina). 54. Igualdad y examen de
fundamentación o razonabilidad. Sobre la base del concepto de igualdad asumido en la
jurisprudencia constitucional, se ha asentado la opinión conforme a la cual el primer
examen que debe superar una norma jurídica, cuando se juzga su ajuste con el principio
de igualdad ante la ley, es el de su fundamentación o razonabilidad: "[U]n primer test para
determinar si un enunciado normativo es o no arbitrario consiste en analizar su
fundamentación o razonabilidad y la circunstancia de que se aplique a todas las personas
que se encuentren en la misma situación prevista por el legislador" (Tribunal
Constitucional, 2 de octubre de 2018, cons. 3º, Rol Nº 4653-18-Ina). 55. Protección de la
igualdad "en" la ley. Se ha sentado que: "En el marco protector de la garantía normativa
de la igualdad se garantiza la protección constitucional de la igualdad 'en la ley',
prohibiendo que el legislador, en uso de sus potestades normativas, o cualquier
otro órgano del Estado, establezca diferencias entre las personas y respecto de
situaciones o finalidades que tengan una motivación, utilicen medios o bien produzcan un
resultado de carácter arbitrario, pues el constituyente no prohibió toda desigualdad ante la
ley, sino que, optando por una fórmula de otro tipo, se inclinó por establecer como límite a
la arbitrariedad, prohibiendo toda discriminación arbitraria" (Tribunal Constitucional, 30 de
enero de 2008, Rol Nº 986-07; Tribunal Constitucional, 13 de mayo de 2008, Rol Nº 834-
07). Este considerando se ha reproducido, con un agregado final, en sentencias
posteriores: "[T]al como ha señalado este Tribunal, este derecho, contenido en el artículo
19 Nº 2 de la Carta Fundamental, garantiza la protección de la igualdad "en la ley",
prohibiendo que el legislador, en uso de sus potestades normativas, o cualquier otro
órgano del Estado, establezca diferencias entre las personas y respecto de situaciones o
finalidades que tengan una motivación, utilicen medios o bien produzcan un resultado
arbitrario, pues el constituyente no prohibió toda desigualdad ante la ley, sino que se
inclinó por establecer como límite, a la arbitrariedad, prohibiendo toda discriminación
arbitraria, por lo que deben tomarse en cuenta las diferencias constitutivas de cada caso
(STC Rol 2955, c. quinto)" (Tribunal Constitucional, 25 de septiembre de 2018, cons. 28º,
Rol Nº 3597-17-Ina).

4º.- El respeto y protección a la vida privada y a la honra de la persona y su


familia, y asimismo, la protección de sus datos personales. El tratamiento y
protección de estos datos se efectuará en la forma y condiciones que
determine la ley;  107

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º, 8º inciso 2º, 20. Código Civil:


artículo 2331. Código Penal: Párrafos 6, 7, 8 del Título VIII del Libro II. Ley Nº  19.733, sobre Libertades
de Opinión e Información y Ejercicio del Periodismo, D.O. 4.06.2001: artículo 30 inciso final.  Ley
Nº  20.609, establece medidas contra la discriminación, D.O.  24.07.2012: artículo 2º inciso 3º. Decreto
Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo 17. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José
de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 11. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 16. Decreto Nº  84, Min. Relaciones Exteriores,
Convención Internacional sobre la Protección de los derechos de los trabajadores migratorios y de sus
familiares,D.O.  8.06.2005, artículo 14. Decreto Nº  201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad,  D.O.  17.09.2008, artículo 22.

56. Protección de la vida privada y dignidad de las personas. La


Jurisprudencia: 
jurisprudencia constitucional ha destacado que: "La Carta Fundamental asegura a todas
las personas, sin distinción ni exclusión alguna, en su artículo 19 Nº 4 inciso primero, 'El
respeto y protección a la vida privada y pública y a la honra de la persona y de su familia".
En tal sentido considera esta Magistratura necesario realzar la relación sustancial, clara y
directa, que existe entre la dignidad de la persona, por una parte, y su proyección
inmediata en la vida privada de ella y de su familia, por otra, circunstancia que vuelve
indispensable cautelar, mediante el respeto y la protección debidas, ese ámbito reservado
de la vida, en el cual no es lícito penetrar sin el consentimiento del afectado, de un lado, o
por decisión de la autoridad fundada en la ley que hubiere sido dictada con sujeción a la
Constitución, de otro" (Tribunal Constitucional, 28 de octubre de 2003, Rol Nº 389;
Tribunal Constitucional, 1 de agosto de 2006, Rol Nº 521). 57. Privacidad y su
vinculación con la dignidad de las personas. Ha estimado el Tribunal Constitucional
que: "La privacidad, en los variados rubros descritos, integra los derechos personalísimos
o del patrimonio moral de cada individuo, los cuales emanan de la dignidad personal,
como se ha dicho, y son, por su cualidad de íntimos de cada sujeto, los más cercanos o
próximos a esta característica, única y distintiva, del ser humano. Por tal razón, ellos
merecen reconocimiento y protección excepcionalmente categóricos tanto por la ley,
como por los actos de autoridad y las conductas de particulares o las estipulaciones
celebradas entre éstos" (Tribunal Constitucional, 28 de octubre de 2003, Rol
Nº 389). 58. El derecho a la privacidad no puede concebirse como un derecho
respecto del cual no puedan existir ciertos límites legales. En este sentido se ha
pronunciado el E Tribunal Constitucional cuando ha declarado: "Que el derecho a la
xcmo. 

privacidad, entendido por nuestro Constituyente como 'la posición de una persona o


entidad colectiva personal en virtud de la cual se encuentra libre de intromisiones o
difusiones cognoscitivas de hechos que pertenecen a su interioridad corporal y
psicológica o a las relaciones que ella mantiene o ha mantenido con otros, por parte de
agentes externos que, sobre la base de una valoración media razonable, son ajenos al
contenido y finalidad de dicha interioridad o relaciones' (Corral Talciani, Hernán, citado por
Vivanco M., Ángela. Curso de Derecho Constitucional, Tomo II. Santiago, Ediciones
Universidad Católica de Chile, 2006, p. 345), no puede ser concebido como un derecho
absoluto, protegido contra cualquier tipo de limitación legal" (Tribunal Constitucional, 4 de
enero de 2011, cons. 38º, Rol Nº 1683-2010). En el mismo sentido se ha declarado: "Que
tanto la libertad de expresión y de información cuanto el respeto y protección a la vida
privada y a la honra de la persona y su familia —resguardados constitucionalmente en los
artículos 19.12º y 19.4º, respectivamente de nuestra Ley Fundamental— admiten
limitaciones que puede imponer el legislador, si bien sujetándose a los términos que le
impone el numeral 26º del artículo 19 constitucional" (Tribunal Constitucional, 23 de
agosto de 2018, cons. 38º, Rol Nº 3329-17-Ina). 59. El derecho a la honra de las
personas como emanado de su dignidad. La jurisprudencia constitucional precisado:
"Que el derecho a la honra, por su esencia espiritual y moral como emanación de la
dignidad de la persona humana, carente de materialidad, no posee en sí mismo valor
económico o patrimonial, por lo que el resultado dañino de los atentados en su contra se
traducirá, ordinariamente, en sufrimientos o mortificaciones de igual carácter, esto es, en
daño moral, aunque eventualmente, en ciertos casos, pueda adquirir alguna significación
económica susceptible de ser calificada de daño patrimonial" (Tribunal Constitucional, 6
de junio de 2017, cons. 14º, Rol Nº 3194-16-Ina). 60. Contenido y caracteres del
derecho a la honra protegido constitucionalmente. "Como se aprecia del contexto del
debate habido en la Comisión de Estudio, el derecho a la honra, cuyo respeto y protección
la Constitución asegura a todas las personas, alude a la 'reputación', al 'prestigio' o
el 'buen nombre' de todas las personas, como ordinariamente se entienden estos
términos, más que al sentimiento íntimo del propio valer o a la dignidad especial o gloria
alcanzada por algunos. Por su naturaleza es, así, un derecho que emana directamente de
la dignidad con que nace la persona humana, un derecho personalísimo que forma parte
del acervo moral o espiritual de todo hombre y mujer, que no puede ser negado o
desconocido por tratarse de un derecho esencial propio de la naturaleza humana"
(Tribunal Constitucional, 10 de junio de 2008, cons. 25º, Rol Nº 943-
07 Ina). 61. Contenido de la protección constitucional de la honra de la persona y
su familia y límites del derecho a su respeto. "La protección constitucional de la honra
no se refiere a la valoración que cada persona tiene de sí misma, sino que a la valoración
que, objetivamente, ella merece dentro del conglomerado social en que se desenvuelve.
De esta manera, el derecho al respeto y protección de la honra de la persona y de su
familia debe ejercerse con arreglo a límites extrínsecos que derivan de la necesidad de
respetar las reglas que la sociedad se ha dado para su pleno desenvolvimiento" (Tribunal
Constitucional, 13 de mayo de 2008, Rol Nº 834-07). 62. Respeto y protección a la
honra e integridad psíquica. "El respeto y protección del derecho a la honra, que
asegura la Constitución, es sinónimo de derecho al respeto y protección del 'buen nombre'
de una persona, derecho de carácter personalísimo que es expresión de la dignidad
humana consagrada en su artículo 1º, que se vincula, también, con el derecho a la
integridad psíquica de la persona, asegurado por el Nº 1 de su artículo 19, pues las
consecuencias de su desconocimiento, atropello o violación, si bien pueden significar, en
ocasiones, una pérdida o menoscabo de carácter patrimonial más o menos concreto (si se
pone en duda o desconoce la honradez de un comerciante o de un banquero, por
ejemplo), la generalidad de las veces generan más que nada una mortificación de
carácter psíquico, un dolor espiritual, un menoscabo moral carente de significación
económica mensurable objetivamente, que, en concepto del que lo padece, no podría ser
reemplazada o compensada con una suma de dinero" (Tribunal Constitucional, 10 de
junio de 2008, cons. 27º, Rol Nº 943-08). 63. Garantía constitucional de la privacidad
entre cónyuges. Ante la situación del marido que sustrajo el diario de vida de su mujer
utilizándolo, luego, como prueba en un proceso de divorcio, se ha declarado que: "Toda
persona posee como derecho básico fundamental el respeto de un ámbito íntimo, el cual
no es posible traspasar por terceros, ya que está vedada toda injerencia, sin la
autorización de su titular; derecho humano y libertad fundamental que emerge de la
dignidad de las personas y en este caso de la cónyuge recurrente, que puede preservar
de su marido aspectos que considere constituyen sus vivencias personales y que estima
de carácter privado. Esta protección dada por el constituyente en el artículo 19 Nº 4 de la
Carta Fundamental, que no hace distinciones, impide que otra persona, cualquiera sea su
condición contractual o de familia, posea antecedentes que importen transgredir este
derecho. En todo caso, a la luz de lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 5º de la
Carta Fundamental de igual forma se encuentra amparado por el ordenamiento jurídico
constitucional [...] la conducta del recurrido es ilegal, excede de sus facultades pues no le
corresponde divulgar los pensamientos y vivencias íntimas de la recurrente y, por ende, el
recurso de protección intentado deberá ser acogido" (C. Suprema, 4 de enero de
2006, cons. 3º y 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/8563/2006, Rol Nº 6491-
2005). 64. Protección constitucional de la honra y las pruebas periciales biológicas.
El Tribunal Constitucional ha declarado que: "No puede estimarse lesivo al derecho
garantizado por el artículo 19 Nº 4 de la Constitución, la existencia de un procedimiento
judicial que, conformado por reglas como las introducidas por los artículos 188, 199 y 199
bis del Código Civil, propende, precisamente, a la obtención de la verdad en un tema tan
ligado al respeto de la dignidad humana como es la necesidad de determinar
fehacientemente la identidad de una persona" (Tribunal Constitucional, 13 de mayo de
2008, cons. 31º, Rol Nº 834-07). 65. Protección constitucional de la privacidad y
publicación de datos personales en redes sociales. La E  Corte Suprema ha xcma.

declarado que la publicación de datos personales, como la dirección de una persona, en


una red social (facebook), sin su consentimiento o sin que la ley lo autorice, constituye
una violación del derecho a la privación y a la honra garantizado por el número 4º del
artículo 19 de la Constitución: "Que no resulta discutido que dentro de los datos de
carácter personal encontramos, entre otros, el nombre, edad, sexo, estado civil, profesión,
RUT, cuenta corriente, domicilio y teléfono; por lo que sin duda la dirección de una
persona es un aspecto que claramente se encuentra dentro del marco establecido por la
referida ley y constituye un dato de carácter personal. En razón de esto su divulgación y
tratamiento únicamente puede ser efectuada cuando el titular consienta en ello o la ley lo
autorice, lo que sin duda no ha ocurrido en este caso. Noveno: Que al haber la recurrida
publicado en su página de Facebook en la que se pone a disposición de terceros
información personal de la recurrente sin su consentimiento, ha realizado una actuación
ilegal y arbitraria que contraviene la Ley Nº 19.628 y, en consecuencia, conculca el
derecho constitucional de la recurrente previsto en el artículo 19 numeral 4º de la
Constitución Política de la República, al afectar la protección que se le debe a su vida
privada y su honra" (C. Suprema, 11 de abril de 2017, cons. 8º y 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1658/2017, Rol Nº 95.019-2016).

5º.- La inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicación privada.


Elhogar sólo puede allanarse y las comunicaciones y documentos privados
interceptarse, abrirse o registrarse en los casos y formas determinados por la
ley;

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º, 8º inciso 2º, 20. Decreto Nº  778,
Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,  D.O.  29.04.1989:
artículo 17. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica,  D.O.  5.01.1990: artículo 11.2. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 1º.

66. Derechos a la privacidad e inviolabilidad de las comunicaciones


Jurisprudencia: 
privadas y libre desarrollo de la personalidad. Se ha declarado que: "El respeto y
protección de la dignidad y de los derechos a la privacidad de la vida y de las
comunicaciones, son base esencial del desarrollo libre de la personalidad de cada sujeto,
así como de su manifestación en la comunidad a través de los grupos intermedios
autónomos con que se estructura la sociedad" (Tribunal Constitucional, 28 de octubre de
2003, Rol Nº 389; Tribunal Constitucional, 10 de junio de 2008, Rol Nº 943-
08). 67. Carácter no absoluto del respeto a la vida privada y de la protección de las
comunicaciones. En este sentido la jurisprudencia constitucional ha afirmado que: "El
derecho al respeto a la vida privada y a la protección de las comunicaciones de la misma
naturaleza no tienen, como es evidente, carácter absoluto, encontrándose el legislador
habilitado para regular su ejercicio, sujetándose, eso sí, a lo que dispone la propia Carta
Fundamental que le impide, al hacer uso de sus atribuciones, afectar el derecho en su
esencia, imponerle condiciones, tributos o requisitos que impidan su libre ejercicio o
privarlo de la tutela jurídica que le es debida" (Tribunal Constitucional, 28 de octubre de
2003, Rol Nº 389; Tribunal Constitucional, 10 de junio de 2008, Rol Nº 943-08). 68. De la
garantía de la inviolabilidad de "todas las formas" de comunicación privada. La
jurisprudencia constitucional ha advertido que el precepto constitucional cubre cualquier
forma de comunicación, de guisa que su intepreptación ha de adecuarse los avances
técnicos y a las posibles formas que se desarrollen en el presente y futuro: "[M]ientras las
constituciones que precedieron a la actual hablaban de "papeles" (1812, 1818) o
de "correspondencia" (1833, 1925), la de 1980 habla de "toda forma de comunicación
privada". Con la expresión "toda" no se quiso excluir ninguna; las comprende, justamente,
a todas. El vocablo "forma" subraya el hecho de que da lo mismo su formato. El cambio
no fue casual, pues se buscó cubrir toda forma de comunicación intelectual y espiritual
entre dos individuos, por cualquier medio que se hiciera (Silva Bascuñán,
Alejandro; Tratado de Derecho Constitucional, tomo XI, Santiago, 2006, p. 204). Los
autores están contestes en que la Constitución hizo bien en utilizar esta expresión, pues
las comunicaciones no están sólo restringidas a la epistolar, telegráfica o telefónica. Éstas
eran las que mencionaba la Constitución del 25. El vocablo "comunicación" cubre las de
todo tipo. Con esta expresión se evitó que la evolución de los procesos dejara obsoleto el
derecho, como hubiera sido reiterar la expresión "correspondencia". Entre esas
comunicaciones, se menciona a las escritas, a las audiovisuales, a las telefónicas, al
correo electrónico (Cea, José Luis; Derecho constitucional chileno, tomo 2, 2 edición,

Santiago, 2012, p. 217; Nogueira, Humberto; Derechos fundamentales y garantías


constitucionales; tomo 1, Editorial Librotecnia, Santiago, 2007, p. 538; Verdugo, Pfeffer y
Nogueira; Derecho constitucional, tomo 1, Editorial Jurídica, Santiago, 1994, p. 250).
Entonces, por la evolución de la norma, por su sentido y por su texto, el precepto
comprende las formas actuales y las futuras de comunicaciones, incluido, por cierto, el
correo electrónico" (Tribunal Constitucional, 11 de septiembre de 2012, cons. 30º, Rol
Nº 2153-11-Ina). Este considerando ha sido asumido en sentencias posteriores del mismo
Tribunal (Tribunal Constitucional 31 de enero de 2013, cons. 46º, Rol Nº 2246-2012-
Ina). 69. De los bienes jurídicos protegidos por esta garantía constitucional: la
libertad de las comunicaciones y el secreto de las comunicaciones. Ha precisado la
jurisprudencia constitucional: "Con esta expresión ("inviolabilidad") se apunta a proteger
dos bienes jurídicos simultáneamente. Por una parte, el de la libertad de las
comunicaciones. El solo hecho de que las personas sepan que lo que transmitan a otros
será grabado, interceptado o registrado, genera una inhibición de comunicarse. No hay
libertad allá "donde no hay expectativa de cierta inmunidad frente a indagaciones ajenas.
Protegiendo el secreto de las comunicaciones, se defiende la libertad para entablarlas"
(Jiménez Campos, Javier; La garantía constitucional del secreto de las comunicaciones;
en Revista Española de Derecho Constitucional, año 7, Nº 20, mayo-agosto 1987, p. 51).
Además, la comunicación debe circular libremente. De ahí que este derecho permita el
desarrollo de varias libertades, como la de empresa, la ideológica y política, etc. Por la
otra, se protege el secreto de las comunicaciones. Esto es, se precave que terceros a
quienes no va dirigida la comunicación, accedan a ella. De ahí que la inviolabilidad es una
presunción iuris et de iure de que lo que se transmite es parte de la privacidad de las
personas, por lo que la revelación de ello, independientemente de su contenido, vulnera el
derecho de la privacidad (Nogueira, H.; ob.cit., p. 540). Lo que esta garantía protege es la
comunicación, cualquiera sea su contenido y pertenezca o no éste al ámbito de la
privacidad o intimidad. El secreto se predica respecto de la comunicación. Por lo mismo,
abarca el mensaje y los datos de tráfico (ruta, hora, fecha, sujetos, etc.). Y es indiferente
la titularidad pública o privada del canal que se utilice" (Tribunal Constitucional, 11 de
septiembre de 2012, cons. 31º, Rol Nº 2153-11-Ina). Este considerando ha sido asumido
en sentencias posteriores del mismo Tribunal (Tribunal Constitucional 31 de enero de
2013, cons. 47º, Rol Nº 2246-2012-Ina). 70. De qué sean las comunicaciones privadas
amparadas por esta garantía constitucional. La jurisprudencia constitucional ha
definido lo que ha de entenderse por "comunicaciones privadas" y, en una opinión que se
ha desarrollado y consolidado en el tiempo, las caracteriza por: a) la determinación de sus
receptores; b) el propósito de que sólo ellos la reciban; y c) el realizarlas por canalas
cerrados. En este sentido, en una primera sentencia el E. Tribunal Constitucional declaró
xcmo 

que para que se quede cubierto por la garantía constitucional: "Debe tratarse de
comunicaciones privadas. Éstas son aquellas en que el emitente singulariza al o a los
destinatarios de su comunicación con el evidente propósito de que sólo él o ellos la
reciban (Silva Bascuñán, A; ob.cit., p. 205). El precepto protege aquella forma de
comunicación que dirige el emisor al receptor con el propósito de que únicamente él la
reciba y ambos sepan su contenido; por tanto, se prohíbe a otras personas imponerse de
éste. Las comunicaciones privadas son aquellas que no están abiertas al público (Cea,
José Luis; ob.cit., p. 205). Las comunicaciones privadas son comunicaciones restringidas
entre dos o más personas; no están destinadas al dominio público (Vivanco,
Ángela; Curso de derecho constitucional; tomo 2, Editorial PUC, Santiago, 2006,
p. 364) ... es condición esencial que se trate de comunicaciones que se lleven a cabo por
canales cerrados (Fernández Rodríguez, José; Secreto e intervención de las
comunicaciones en internet; Editorial Thompson Civitas, Madrid, 2004, p. 98 y siguientes).
No es relevante el número de los destinatarios. Pueden ser uno o muchos. En uno y otro
caso, existe inviolabilidad" (Tribunal Constitucional, 11 de septiembre de 2012, cons. 35º,
Rol Nº 2153-11-Ina). Este considerando ha sido asumido en sentencia posterior del
mismo Tribunal (Tribunal Constitucional 31 de enero de 2013, cons. 51º, Rol Nº 2246-
2012-Ina), y desarrollado en otra dictada al cabo de un año: "[L]as comunicaciones
privadas a que se refiere el artículo 19 Nº 5 de la Constitución, son aquellas en que el
emitente singulariza al o a los destinatarios de su comunicación con el evidente propósito
de que sólo él o ellos la reciban. El precepto protege aquella forma de comunicación que
dirige el emisor al receptor con el propósito de que únicamente él la reciba y ambos sepan
su contenido; por tanto, se prohíbe a otras personas imponerse de éste. Las
comunicaciones privadas son aquellas que no están abiertas al público. Las
comunicaciones privadas son comunicaciones restringidas entre dos o más personas; no
están destinadas al dominio público. En este sentido, son comunicaciones no privadas las
que se llevan a efecto por la radio o la televisión. Estas tienen por objeto obtener la
máxima difusión; por lo mismo, no tienen expectativa de secreto. El concepto apunta a
que se trate de comunicaciones que permitan mantener al margen a terceros, sean éstos
un órgano del Estado o un particular. Por lo tanto, es condición esencial que se trate de
comunicaciones que se lleven a cabo por canales cerrados. No es relevante el número de
los destinatarios. Pueden ser uno o muchos. En uno y otro caso, existe inviolabilidad (STC
2246/2012, 2153/2013)" (Tribunal Constitucional, 29 de enero de 2014, cons. 29º, Rol
Nº 2379-13-Ina). Este considerando se ha reproducido en sentencia posterior (Tribunal
Constitucional, 27 de diciembre de 2016, cons. 32º, Rol Nº 2982-16-Ina). 71. La
inviolabilidad de las comunicaciones privadas no está condicionada por su
contenido. En este sentido el E. Tribunal Constitucional declaró que: "El carácter
xcmo 

inviolable de la comunicación no tiene que ver tampoco con el contenido de la misma. Se


protege el mensaje, sea que tenga que ver con aspectos públicos o privados, sea que se
refieran a aspectos trascendentes o intrascendentes, afecten o no la vida privada. Este
derecho no se entrega en virtud del contenido de la comunicación; no tiene que ver con el
carácter confidencial o privado de lo que se transmite (Martín Morales, Ricardo; El
régimen constitucional del secreto de las comunicaciones; Editorial Civitas, Madrid, 1995,
p. 33)" (Tribunal Constitucional, 11 de septiembre de 2012, cons. 35º, Rol Nº 2153-11-
Ina). Este considerando ha sido asumido en sentencias posteriores del mismo Tribunal
(Tribunal Constitucional 31 de enero de 2013, cons. 51º, Rol Nº 2246-2012-Ina; Tribunal
Constitucional, 29 de enero de 2014, cons. 29º, Rol Nº 2379-13-Ina; Tribunal
Constitucional, 27 de diciembre de 2016, cons. 32º, Rol Nº 2982-16-Ina). 72. La
inviolabilidad de las comunicaciones privadas no está condicionada por que sean
realizadas por funcionarios públicos. En este sentido la jurisprudencia constitucional se
ha inclinado por sostener que: "Nada tiene que ver en este concepto el que las
comunicaciones las realicen o no funcionarios públicos. Las comunicaciones de éstos
también están protegidas por la garantía que se analiza. El concepto apunta a que se
trate de comunicaciones que permitan mantener al margen a terceros, sean éstos un
órgano del Estado o un particular" (Tribunal Constitucional, 11 de septiembre de 2012,
cons. 35º, Rol Nº 2153-11-Ina). Este considerando ha sido asumido en sentencias
posteriores del mismo Tribunal (Tribunal Constitucional 31 de enero de 2013, cons. 46º,
Rol Nº 2246-2012-Ina). 73. La garantía de la inviolabilidad de las comunicaciones
puede invocarse en el ámbito matrimonial. El E. Tribunal Constitucional ha entendido
xcmo 

que esta garantía constitucional tiene un amplio campo operativo, que implica que pueda
invocarse en los más variados campos, como el laboral y el propio del matrimonio: "El
concepto apunta a que se trate de comunicaciones que permitan mantener al margen a
terceros, sean éstos un órgano del Estado o un particular. Por ello, este derecho puede
invocarse en distintos ámbitos, como el laboral, en el matrimonio, la cárcel. El derecho a
la inviolabilidad de las comunicaciones no se extiende a los propios sujetos que
intervienen en ellas. La impenetrabilidad, el secreto, la opacidad, es respecto de terceros
ajenos a la misma, de aquellos que no son ni emisores ni receptores. Así, por ejemplo, si
un tercero se entera de una comunicación privada y hace uso indebido de ella, se afecta
el artículo 19 Nº 5º (SCS Rol 2502/2012, 11.05.2012)" (Tribunal Constitucional, 11 de
septiembre de 2012, cons. 35º, Rol Nº 2153-11-Ina). Este considerando ha sido asumido
en sentencias posteriores del mismo Tribunal (Tribunal Constitucional 31 de enero de
2013, cons. 51º, Rol Nº 2246-2012-Ina). 74. De la inviolabilidad de las comunicaciones
privadas y las prohibiciones que implica: interceptar, abrir, registrar. Se ha
destacado por la jurisprudencia constitucional que: "[L]a Constitución establece que la
inviolabilidad impide interceptar, abrir o registrar comunicaciones y documentos privados.
De ahí que aquella comunicación que no necesita interceptarse o abrirse porque es
pública o abierta, no es comunicación privada, que esté protegida por esta garantía. La
Constitución utiliza tres expresiones. Con la primera ("interceptar") se garantiza que no se
suspenda o impida que las comunicaciones emitidas por alguien lleguen a destino. Con la
expresión "abrir" se protege que los documentos o las comunicaciones privadas puedan
ser abiertas por terceros. Finalmente, "registrar" es examinar minuciosamente la
comunicación o los documentos para encontrar algo que pueda estar oculto. A través de
estos tres mecanismos, un tercero, distinto a los involucrados en la comunicación, se
impone de su contenido, atropellando el carácter privado de la misma (Silva Bascuñán, A.;
ob.cit., p. 207) [...]En todo caso, estas tres formas de vulnerar la inviolabilidad deben ser
entendidas en forma amplia, abarcando cualquier acción que implique acceder a
comunicaciones privadas. Así como la Constitución no quiso acotar el tipo de
comunicaciones que protegía, designándolas genéricamente como "toda forma de
comunicación privada", para evitar la obsolescencia ante estos nuevos mecanismos,
tampoco quiso explicitar estas fórmulas de vulneración. Por eso su enumeración abierta.
Consecuente con ello, la interceptación, la apertura o el registro se pueden hacer por
cualquier medio tecnológico idóneo para el medio de comunicación empleado" (Tribunal
Constitucional, 11 de septiembre de 2012, cons. 36º, Rol Nº 2153-11-Ina). Este
considerando ha sido asumido en sentencias posteriores del mismo Tribunal (Tribunal
Constitucional 31 de enero de 2013, cons. 52º, Rol Nº 2246-2012-Ina). 75. No es
exigencia la divulgación del contenido de la comunicación privada para que vulnera
la garantía constitucional. En este sentido se ha advertido por E. Tribunal xcmo 

Constitucional que: "La norma no exige que después de interceptar, abrir o registrar, se
revele o difunda aquello a lo cual se accedió ilícitamente" (Tribunal Constitucional, 11 de
septiembre de 2012, cons. 36º, Rol Nº 2153-11-Ina). Este considerando ha sido asumido
en sentencias posteriores del mismo Tribunal (Tribunal Constitucional 31 de enero de
2013, cons. 52º, Rol Nº 2246-2012-Ina). 76. Los correos electrónicos caben en la
categoría de "comunicaciones privadas" y su inviolabilidad está amparada por la
garantía constitucional. La jurisprudencia constitucional ha entendido que del texto del
número 5º del artículo 19 de la Constitución, y de su historia, se desprende
indubitablemente que: "Por la evolución de la norma, por su sentido y por su texto, el
precepto comprende las formas actuales y las futuras de comunicaciones, incluido, por
cierto, el correo electrónico" (Tribunal Constitucional 31 de enero de 2013, cons. 46º, Rol
Nº 2246-2012-Ina). En confirmación de esa jurisprudencia el E. Tribunal Constitucional
xcmo 

ha reiterado: "Que los correos electrónicos se enmarcan perfectamente dentro de la


expresión "comunicaciones y documentos privados" que utiliza el artículo 19 Nº 5º de la
Constitución. Estos son comunicaciones, que se transmiten por canales cerrados, no por
canales abiertos, y tienen emisores y destinatarios acotados. Por lo mismo, hay una
expectativa razonable de que están a cubierto de injerencias y del conocimiento de
terceros. En nada obsta a lo anterior el que no sea muy dificultoso interceptarlos o
abrirlos. Nada más simple que abrir una carta. Pero desde hace doscientos años,
nuestras constituciones han procurado precaver esa invasión. El correo no necesita ir
encriptado o con técnicas de cifrado para recibir la protección del artículo 19 Nº 5º . El
amparo está dado por el hecho de llevarse a efecto por un mecanismo técnico cerrado
(STC 2246/2012, 2153/2013)" (Tribunal Constitucional, 29 de enero de 2014, cons. 29º,
Rol Nº 2379-13-Ina). Este considerando se ha reiterado en sentencia posterior (Tribunal
Constitucional, 27 de diciembre de 2016, cons. 33º, Rol Nº 2982-16-Ina). 77. Los correos
electrónicos, aunque procedan de funcionarios públicos, están amparados por la
inviolabilidad de las comunicaciones privadas. En este sentido el E. Tribunal xcmo 

Constitucional ha precisado: "Que no cambia la naturaleza de comunicación privada, el


que los correos emanen de funcionarios públicos. En primer lugar, porque, como ya se
indicó, lo que se protege con esta garantía es la comunicación, no si el mensaje es
público o privado, o si se hace por canales o aparatos financiados por el Estado. En
segundo lugar, no hay ninguna norma ni en la Constitución ni en la ley que pueda
interpretarse para dejarlos al margen de esta garantía. Si aceptáramos que las
comunicaciones de los funcionarios, por el hecho de ser tales, no están protegidas por el
artículo 19 Nº 5º , cualquiera podría interceptar, abrir o registrar esas comunicaciones.
Eso sería peligroso para los derechos de los ciudadanos, para el interés nacional y la
seguridad de la nación, dada la información que por ahí circula; y contrario al sentido
común. En tercer lugar, nada cambia por el hecho de que el funcionario utilice un
computador proporcionado por la repartición, una red que paga el Estado y una casilla
que le asigna el organismo respectivo. Desde luego, porque nadie diría que las
conversaciones telefónicas, por el hecho de realizarse por un teléfono que proporciona el
servicio, cuya interconexión cancela el mismo, pueden escucharse, grabarse y/o
difundirse. Enseguida, el Estado pone a disposición de los funcionarios una serie de
bienes que pueden usarse con distintos propósitos. Una serie de bienes de la modernidad
que se ponen a disposición de los funcionarios no pueden ser interpretados con los
criterios de antaño, definidos para otros bienes. Lo que se debe prevenir siempre es el
mal uso, porque eso afecta la probidad. El cumplimiento de la finalidad de la
Administración ("promover el bien común, atendiendo las necesidades públicas en forma
continua y permanente y fomentando el desarrollo del país") así lo exige. Además, hay
que considerar que cabe un uso legítimo de mensajes personales ineludibles. También
hay que considerar que el correo electrónico no es solamente un flujo de ida, donde el
emisor es el funcionario, pues también hay correos donde el funcionario es destinatario. Y
eso él no lo controla. Tampoco el emisor de estos correos puede verse expuesto a
eventuales obligaciones propias del destinatario. La regla general, entonces, es que, salvo
prohibición expresa, las casillas institucionales pueden usarse para comunicaciones
personales o privadas (STC 2246/2012, 2153/2013)" (Tribunal Constitucional, 29 de enero
de 2014, cons. 31º, Rol Nº 2379-13-Ina). Con leves variantes de redacción, este
considerando se ha reinterado en sentencia posterior (Tribunal Constitucional, 27 de
diciembre de 2016, cons. 34º, Rol Nº 2982-16-Ina). 78. Comunicaciones privadas y
límites al legislador para determinar los casos y formas en que pueden
interceptarse. Se ha estimado que: "Las comunicaciones privadas, puesto que si bien es
cierto pueden 'interceptarse, abrirse o registrarse  en los casos y formas determinados por
la ley', ello no permite al  legislador dictar normas que impliquen afectar el núcleo esencial
del derecho asegurado o despojarlo de la protección que le corresponde" (Tribunal
Constitucional, 10 de junio de 2008, Rol Nº 943-08).

7º.- El derecho a la libertad personal y a la seguridad individual.

En consecuencia:

...................

f) En las causas criminales no se podrá obligar al imputado o acusado a que


declare bajo juramento sobre hecho propio; tampoco podrán ser obligados a
declarar en contra de éste sus ascendientes, descendientes, cónyuge y demás
personas que, según los casos y circunstancias, señale la ley;

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 21. Código Procesal Penal: artículos 93,
302, 305. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo 14.3 letra g). Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de
San José de Costa Rica,  D.O.  5.01.1990: artículo 8.2 letra g). Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 37.

79. Esta garantía se extiende a las personas, no sólo en cuanto que


Jurisprudencia: 
imputadas o acusadas, sino también en tanto que testigos. En este sentido se ha
declarado que: "El artículo 93 [Código Procesal Penal] señala expresamente, que el
imputado tiene los derechos y garantías que le confieren las leyes, no sólo los que allí se
enumeran, por lo que la advertencia de tener derecho a no declarar en contra de sus
parientes también le asiste, no sólo como acusado sino también como imputado, y aún
más si también como testigo, conforme lo señala el artículo 305 del indicado Código. En
otro sentido, esta última norma admite una interpretación en dos direcciones, ya que no
sólo dice relación con el derecho a no declarar en determinadas circunstancias, sino
también se relaciona con el derecho de aquél en contra de quien se declara, esto es, que
la imputación que se formula en su contra lo sea por una persona que pudo libremente
expresar su voluntad de declarar, y esa libertad se funda en la información íntegra que
debe tener para tomar una decisión, en la especie que un pariente no declare en su
contra, a sabiendas que le asiste ese derecho. Tal circunstancia se encuentra establecida
expresamente en el artículo 19 Nº 7 letra f) de la Constitución Política de la República"
(Top. Valdivia, 18 de abril de 2006, conf. C. Suprema, 31 de mayo de 2006,
LegalPublishing: Cl/Jur/7686/2006, Rol Nº 2138-2006). 80. Obtenida legalmente la
declaración de una persona o de su cónyuge, pueden negarse, luego a declarar en
el juicio, pero no puede impedirse que declaren aquellos que oyeron sus
declaraciones iniciales. Así se ha entendido que: "Si el imputado, o alguna de las
personas que pueden abstenerse de declarar, en pleno conocimiento de sus derechos, de
manera libre e informada accede a prestar declaración, dicho saber de quienes escuchan
su declaración no puede estimarse adquirido contraviniendo las garantías fundamentales.
Por lo mismo se produce una separación entre el imputado o ese testigo como fuente de
prueba y aquellos que lo escucharon en etapas previas. No podrá obligarse a aquellos a
que declaren en el juicio pues en el mismo podrán ejercer su derecho a no hacerlo, pero
no puede impedirse a éstos que relaten lo que escucharon y que, consiguientemente, sus
expresiones sean valoradas conforme a las circunstancias concurrentes. Eso es
precisamente lo que sucedió en este caso. Los funcionarios policiales fueron categóricos
en indicar que las declaraciones del acusado y su cónyuge fueron prestadas previa
información correspondiente, en conocimiento de sus derechos y de modo libre y
voluntario. Nada existe en la causa que permita discutir tal aserto" (Tribunal Oral en lo
Penal de Antofagasta, 6 de septiembre de 2003, LegalPublishing: Cl/Jur/5880/2003, Rol
Nº 80-2003). Así: "Si el saber de los policías respecto de los hechos como testigos de
oídas o referencia tiene un origen lícito en la medida que lo escucharon del imputado y su
cónyuge en declaraciones obtenidas legalmente, no puede posteriormente, en el juicio,
devenir en ilícito porque éstos hagan uso de su derecho a no declarar cuanto más desde
que el fundamento inmediato de la exclusión es que las pruebas, conforme al artículo 276
inciso tercero del Código: 'hubieren sido obtenidas con inobservancia de garantías
fundamentales' (Tribunal Oral en lo Penal de Antofagasta, 6 de septiembre de
2003, LegalPublishing: Cl/Jur/5880/2003, Rol Nº 80-2003).

10º.- El derecho a la educación.

La educación tiene por objeto el pleno desarrollo de la persona en las


distintas etapas de su vida.

Los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos.


Corresponderá al Estado otorgar especial protección al ejercicio de este
derecho.

Para el Estado es obligatorio promover la educación parvularia, para lo que


financiará un sistema gratuito a partir del nivel medio menor, destinado a
asegurar el acceso a éste y sus niveles superiores. El segundo nivel de
transición es obligatorio, siendo requisito para el ingreso a la educación
básica.108

La educación básica y la educación media son obligatorias, debiendo el


Estado financiar un sistema gratuito con tal objeto, destinado a asegurar el
acceso a ellas de toda la población. En el caso de la educación media este
sistema, en conformidad a la ley, se extenderá hasta cumplir los 21 años de
edad.109
Corresponderá al Estado, asimismo, fomentar el desarrollo de la educación
en todos sus niveles; estimular la investigación científica y tecnológica, la
creación artística y la protección e incremento del patrimonio cultural de la
Nación.

Es deber de la comunidad contribuir al desarrollo y perfeccionamiento de la


educación;

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º, 5º inciso 2º, 19 número 11 inciso  4º.
Código Civil: artículos 222 inciso 2º, 224 inciso 1º, 230, 231, 233, 234, 235, 236, 237, 238, 2321. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 3º inciso 1º, 27 inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea
Tribunales de Familia,  D.O.  30.08.2004: artículos 16, 22 inciso 1º. Decreto Nº 778, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 18.4. Pacto
internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Decreto Nº  236, Min. Relaciones
Exteriores, D.O. 27.05.1989: artículos 13 y 14. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de
San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 12.4. Convención sobre los Derechos del Niño,
Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores,  D.O.  27.09.1990: artículos 3º, 9º, 12, 14 y 18. Ley
Nº  16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967: artículo 43. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 3º inciso 2º, 24 inciso final, 30 inciso final. Decreto Nº  84, Min.
Relaciones Exteriores, Convención Internacional sobre la Protección de los derechos de los
trabajadores migratorios y de sus familiares, D.O. 8.06.2005, artículo 30.

81. La weducación vinculada íntimamente a la mayor realización espiritual


Jurisprudencia: 
posible de las personas. La E Corte Suprema ha estimado: "Que el artículo 19 Nº 10
xcma. 

de la Ley Primera concibe la educación en íntima relación con el crecimiento o progreso


de las personas que, en lo que directamente atañe a lo aquí pendiente, apunta a lo que su
artículo 1º denomina "realización espiritual posible", que alcanza "a todos y a cada uno de
los integrantes de la comunidad nacional", por cuanto "nacen iguales en dignidad"; es por
ello que en su inciso segundo el numeral 10º presenta como objeto de la educación "el
pleno desarrollo de la persona en las distintas etapas de su vida", al punto que en sus
párrafos siguientes establece la progresión de niveles de la enseñanza" (C. Suprema, 21
de junio de 2018, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/3142/2018, Rol Nº 38521-
2017). 82. Principios y valores constitucionales del artículo 1º y derecho preferente
y deber de los padres de educar a sus hijos. La jurisprudencia constitucional ha
precisado que: "El artículo 1º de la Carta Fundamental, proclama que la familia es el
núcleo fundamental de la sociedad y que el Estado está al servicio de la persona humana
y su finalidad es promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear las
condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la
comunidad nacional su mayor realización espiritual y material posible, con pleno respeto
de los derechos y garantías que la Constitución establece. Las aspiraciones del
constituyente, en relación a los más desvalidos como son los menores, se manifiestan de
manera más concreta en artículo 19 Nº 10, que en lo pertinente dispone: 'los padres
tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos" (C. Suprema, 14 de abril de
2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7338/2008, Rol Nº 1384-2008). 83. Papel
subsidiario del Estado frente al de los padres. Se ha destacado que: "Son los padres
quienes tienen la primera y fundamental responsabilidad de dar las condiciones de
protección y cuidado hacia sus hijos, asumiendo la sociedad y el Estado un rol
subsidiario" (C. Suprema, 26 de junio de 2002, LegalPublishing: Cl/Jur/1316/2002, Rol
Nº 1624-2002). 84. La educación de los hijos como derecho preferente de los
padres. En este sentido se ha declarado que: "En cuanto derecho de los padres, es una
facultad de obrar frente a órganos del Estado, instituciones, grupos y personas que
pretendieran dirigir, orientar o llevar a cabo la educación de sus hijos, que se traduce en la
elección del establecimiento de enseñanza en que tendrá lugar la enseñanza formal y en
las acciones educativas que realice el núcleo familiar en la enseñanza informal de niños y
adolescentes" (Tribunal Constitucional, 18 de abril de 2008, cons. 15º, Rol Nº 740-07). El
E Tribunal Constitucional ha reiterado este considerando en sentencia posterior: "Que la
xcmo. 

Constitución dispone que "los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a
sus hijos. Corresponderá al Estado otorgar especial protección al ejercicio de este
derecho" (artículo 19, numeral 10º, inciso tercero, de la Constitución). En general, este
derecho-deber funda la posición preeminente y decisiva de los padres en los procesos
educativos formales, informales y no formales de enseñanza. Como lo ha sostenido este
Tribunal, "en cuanto derecho de los padres, es una facultad de obrar frente a órganos del
Estado, instituciones, grupos y personas que pretendieran dirigir, orientar o llevar a cabo
la educación de sus hijos, que se traduce en la elección del establecimiento de enseñanza
en que tendrá lugar la enseñanza formal y en las acciones educativas que realice el
núcleo familiar en la enseñanza informal de niños y adolescentes. Y en cuanto deber
constitucional se traduce en obligaciones de hacer, las que existen tanto en la enseñanza
formal en que los padres han de colaborar con la acción educativa del establecimiento
que eligieron para sus hijos, como en la enseñanza informal en que no pueden eludir la
responsabilidad educativa que les incumbe" (STC Rol Nº 740, considerando 15º)" (T.
Constitucional, 1 de abril de 2015, Voto por rechazar, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1920/2015, Rol Nº 2787-2015). 85. La educación de los hijos
como deber de los padres. Así se ha explicado que: "En cuanto deber constitucional se
traduce en obligaciones de hacer, las que existen tanto en la enseñanza formal en que los
padres han de colaborar con la acción educativa del establecimiento que eligieron para
sus hijos, como en la enseñanza informal en que no pueden eludir la responsabilidad
educativa que les incumbe" (Tribunal Constitucional, 18 de abril de 2008, cons. 15º, Rol
Nº 740-07). 86. Deber de educar a los hijos y responsabilidad civil de los padres. La
jurisprudencia ha entendido que: "La razón por la cual el artículo 2321 del mismo Código
hace siempre responsables a los padres de los delitos o cuasidelitos cometidos por sus
hijos menores, y que conocidamente provengan de mala educación, o de los hábitos
viciosos que les han dejado adquirir; es, porque ellos tuvieron la opción real de formarlos
apropiadamente y no la aprovecharon, que se les hace responsables de tal descuido"
(C. Suprema, 5 de enero de 2005, cons. 49º, LegalPublishing: Cl/Jur/2532/2005, Rol
Nº 3640-2004).

11º.- La libertad de enseñanza incluye el derecho de abrir, organizar y


mantener establecimientos educacionales.

La libertad de enseñanza no tiene otras limitaciones que las impuestas por la


moral, las buenas costumbres, el orden público y la seguridad nacional.

La enseñanza reconocida oficialmente no podrá orientarse a propagar


tendencia político partidista alguna.

Los padres tienen el derecho de escoger el establecimiento de enseñanza


para sus hijos.

Una ley orgánica constitucional establecerá los requisitos mínimos que


deberán exigirse en cada uno de los niveles de la enseñanza básica y media y
señalará las normas objetivas, de general aplicación, que permitan al Estado
velar por su cumplimiento. Dicha ley, del mismo modo, establecerá los
requisitos para el reconocimiento oficial de los establecimientos educacionales
de todo nivel;

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º, 10 inciso 3º, 20. Ley Nº  20.609,
establece medidas contra la discriminación, D.O. 24.07.2012: artículo 2º inciso 3º. Decreto Nº  830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 28 y 29.

87. Derecho de escoger el establecimiento de enseñanza y causa legal


Jurisprudencia: 
que impide la elección. Se ha destacado que: "El artículo 19 de la Constitución Política
de la República en su numeral 11, al asegurar a todas las personas la libertad de
enseñanza, dispone en su inciso 4º que los padres tienen derecho de escoger el
establecimiento de enseñanza para sus hijos y debe entenderse que este derecho le
pertenece mientras no exista una causal legal debidamente justificada que le impida hacer
esa elección" (C. de Apelaciones de Punta Arenas, 16 de noviembre de 2007, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7087/2007, Rol Nº 77-2007). 88. Derecho de escoger el
establecimiento de enseñanza y libertad de enseñanza. Se ha entendido que: "El
artículo 19 de la Constitución Política de la República en su numeral 11, al asegurar a
todas las personas la libertad de enseñanza, dispone en su inciso 4º que los padres
tienen derecho de escoger el establecimiento de enseñanza para sus hijos y debe
entenderse que este derecho le pertenece mientras no exista una causal legal
debidamente justificada que le impida hacer esa elección. Que de esta manera sólo cabe
concluir que la resolución de la recurrida en cuanto a no permitir a los hijos de la
recurrente matricularse para el año escolar próximo resulta arbitraria y vulnera la garantía
constitucional precedentemente anotada, por lo que procede tomar la medida que a
continuación se indica, a fin de restablecer el imperio del derecho y otorgar la debida
protección al ofendido" (C. de Apelaciones de Punta Arenas, 16 de noviembre de 2007,
LegalPublishing: Cl/Jur/7087/2007, Rol Nº 77-2007). 89. Derecho de escoger el
establecimiento de enseñanza y no renovación de matrícula. Sobre esta cuestión se
ha declarado: "Que por medio de la presente acción (Protección) se pretende proteger,
entre otros, el derecho de los padres de escoger el establecimiento de enseñanza para
sus hijos. En estos autos resulta evidente que la recurrente —madre del afectado— se ha
visto privada del ejercicio de la referida garantía constitucional, por cuanto se le ha
negado la renovación de la matrícula para su hijo. Tal renovación forma parte del proceso
educativo del menor, el que comprende, además, la elección del establecimiento
educacional realizada por los padres y que supone continuidad y permanencia en el
tiempo" (C. Suprema, 21 de marzo de 2002, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/2329/2002,
Rol Nº 763-2002). 90. Derecho de escoger el establecimiento de enseñanza y
expulsión de alumnos. Se ha precisado que esta "garantía está referida a las
circunstancias de que los padres pueden escoger el lugar donde sus hijos estudien, pero
esto no puede obligar a una institución educacional el admitir alumnos que no respeten la
estructura y reglamentación del colegio, de modo que la medida de expulsión debe ser
fundada" (C. Suprema, 6 de agosto de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/7952/2008, Rol
Nº 3044-2008). 91. Derecho de escoger el establecimiento de enseñanza y límites a
la cancelación de matrícula. Se ha declarado en esta materia que: "Estima esta Corte, el
actuar de la recurrida se ha constituido en arbitrario, y ha afectado la señalada garantía
constitucional de la recurrente, dado que es un hecho evidente que la incorporación de un
alumno a un establecimiento educacional, cualquiera que este sea, privado,
subvencionado o fiscal, requiere de la existencia de cupos y de la participación en un
proceso de admisión, que a la fecha señalada, han casi todos finalizado. Así, no sólo se
ha privado a la recurrente de escoger el establecimiento de enseñanza para su hija, sino
que prácticamente se le priva de la posibilidad de asistir durante el año académico 2007 a
algún colegio a cumplir con su deber legal. En definitiva, la recurrida debió informar a la
recurrente en forma expresa y oportuna de la cancelación de la matrícula de la alumna, a
fin de darle la oportunidad de ingresar en un nuevo establecimiento educacional, y al no
hacerlo, la ha privado de su derecho constitucional, por lo que en este aspecto el recurso
intentado debe prosperar y, en consecuencia, será acogido" (C. de Apelaciones de
Rancagua, 6 de marzo de 2007, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6849/2007, Rol Nº 76-
2007).

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Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada



Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS

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INICIO DE:
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
B. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA
C. CÓDIGO CIVIL
D. LEY Nº 19.253 ESTABLECE NORMAS SOBRE PROTECCIÓN, FOMENTO Y DESARROLLO DE LOS
INDÍGENAS, Y CREA LA CORPORACIÓN NACIONAL DE DESARROLLO INDÍGENA
E. LEY Nº 20.609 ESTABLECE MEDIDAS CONTRA LA DISCRIMINACIÓN
F. LEY Nº 20.120 SOBRE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN EL SER HUMANO, SU GENOMA, Y PROHÍBE
LA CLONACIÓN HUMANA
G. DECRETO Nº 5.142 FIJA EL TEXTO REFUNDIDO DE LAS DISPOSICIONES SOBRE NACIONALIZACIÓN DE
EXTRANJEROS
H. LEY Nº 17.344 AUTORIZA EL CAMBIO DE NOMBRES Y APELLIDOS EN LOS CASOS QUE INDICA.
MODIFICA LEY Nº 4.808, SOBRE REGISTRO CIVIL
I. LEY DE EFECTO RETROACTIVO DE LAS LEYES
J. AUTO ACORDADO QUE REGLAMENTA LA APLICACIÓN DEL RECURSO DE RECLAMACIÓN EN CONTRA
DEL DECRETO QUE DISPONE LA PÉRDIDA DE LA NACIONALIDAD

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INICIO DE:
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
1. PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS ADOPTADO POR LA ASAMBLEA
GENERAL DE LA ONU POR RESOLUCIÓN Nº 2.200 EL 16 DE DICIEMBRE DE 1966 Y SUSCRITO POR CHILE
EN LA MISMA FECHA
2. CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS: "PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA"
3. CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA
MUJER, ADOPTADA POR LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU EL 18 DE DICIEMBRE DE 1979, SUSCRITA
POR CHILE EL 17 DE JULIO DE 1980
4. CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO
5. CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD, ADOPTADA POR LA
ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU EL 13 DE DICIEMBRE DE 2006

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1. Pacto internacional de derechos civiles y políticos adoptado por la asamblea general de la onu por

resolución Nº 2.200 el 16 de diciembre de 1966 y suscrito por chile en la misma fecha

II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU


EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO
CIVIL, NOMBRE Y PARENTESCO

A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES


1. PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS
ADOPTADO POR LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU POR
RESOLUCIÓN Nº 2.200 EL 16 DE DICIEMBRE DE 1966 Y SUSCRITO
POR CHILE EN LA MISMA FECHA

Decreto Ministerio de Relaciones Exteriores Nº 778,D.O. 29.04.1989

.............

Artículo 12

1. Toda persona que se halle legalmente en el territorio de un Estado tendrá


derecho a circular libremente por él y a escoger libremente en él su residencia.

Concordancias: Código Civil: artículo 59. Constitución Política de la República: artículo 19 número 7,
inciso 2º, letra a. Decreto Nº  789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas
las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 15.4. Decreto Nº 873, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O.  5.01.1990: artículo 22.

.............

Artículo 13

El extranjero que se halle legalmente en el territorio de un Estado Parte en el


presente Pacto sólo podrá ser expulsado de él en cumplimiento de una
decisión adoptada conforme a la ley; y, a menos que razones imperiosas de
seguridad nacional se opongan a ello, se permitirá a tal extranjero exponer las
razones que lo asistan en contra de su expulsión, así como someter su caso a
revisión ante la autoridad competente o bien ante la persona o personas
designadas especialmente por dicha autoridad competente, y hacerse
representar con tal fin ante ellas.

Concordancias: Código Civil: artículos 14, 5, 56, 57. Decreto Ley Nº 1.094, Min. Interior, establece
normas sobre extranjeros en Chile, D.O. 19.07.1975: artículos: 1º, 17, 39, 51 inciso 3º, 67 inciso 4º, 68
inciso 1º, 69 inciso 4º, 71, 72, 74 inciso 2º, 75 inciso 1º, 80 inciso 2º, 82 inciso 3º, 84, 85, 86, 87, 88, 89,
90, 91 inciso 2º número 8. Decreto Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 22.

.............

Artículo 16

Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su


personalidad jurídica.

Concordancias: Código Civil: artículo 55. Constitución Política de la República: artículo 1º. Decreto
Nº  789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, D.O.  9.12.1989, artículo 15.2. Decreto Nº 201, Min. Relaciones
Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad,
D.O.  17.09.2008, artículo 12.

.............

Artículo 24

1. Todo niño tiene derecho, sin discriminación alguna por motivos de raza,
color, sexo, idioma, religión, origen nacional o social, posición económica o
nacimiento, a las medidas de protección que su condición de menor requiere,
tanto por parte de su familia como de la sociedad y del Estado.

2. Todo niño será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y


deberá tener un nombre.

3. Todo niño tiene derecho a adquirir una nacionalidad.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 2º. Ley Nº  4.808, sobre
Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1, D.O.  30.05.2000: artículo 31.
Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 9.2. Decreto Nº  873, Min. Relaciones Exteriores,
Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículos 18, 19, 20. Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 7º. Decreto
Nº  201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículos 15, 18.

.............

Artículo 26

Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho sin
discriminación a igual protección de la ley. A este respecto, la ley prohibirá toda
discriminación y garantizará a todas las personas protección igual y efectiva
contra cualquier discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma,
religión, opiniones políticas o de cualquier índole, origen nacional o social,
posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.

Concordancias: Código Civil: artículos 55, 57. Constitución Política de la República: artículos 1º, 19
número 2º y 3º. Ley Nº  20.430, establece disposiciones sobre protección de refugiados,
D.O.  15.04.2010: artículo 8º. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O.  9.12.1989, artículo 15. Decreto
Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O.  5.01.1990: artículo 1º.
Decreto Nº  201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de
las Personas con Discapacidad, D.O.  17.09.2008, artículo 15.

Artículo 27

En los Estados en que existan minorías étnicas, religiosas o lingüísticas, no


se negará a las personas que pertenezcan a dichas minorías el derecho que
les corresponde, en común con los demás miembros de su grupo, a tener su
propia vida cultural, a profesar y practicar su propia religión y a emplear su
propio idioma.

.............

2. CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS:


"PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA"

Decreto Ministerio de Relaciones Exteriores Nº 873,D.O. 5.01.1991

.............

Artículo 1º. Obligación de Respetar los Derechos

1. Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los


derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno
ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación
alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o
de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición social.

2. Para los efectos de esta Convención, persona es todo ser humano.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º, 19. Código Civil: artículos 55, 57.
Decreto Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y políticos,
D.O.  29.04.1989: artículo 26. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones
Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, D.O.  17.09.2008, artículo 15.

.............

Artículo 18. Derecho al Nombre

Toda persona tiene derecho a un nombre propio y a los apellidos de sus


padres o al de uno de ellos. La ley reglamentará la forma de asegurar este
derecho para todos, mediante nombres supuestos, si fuere necesario.

Concordancias: Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O. 30.05.2000: artículo 31. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de
derechos civiles y políticos, D.O.  29.04.1989: artículo 24.2. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 7º y 8º. Decreto Nº  201, Min.
Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad, D.O.  17.09.2008, artículo 18.
Artículo 19. Derechos del Niño

Todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición de


menor requieren por parte de su familia, de la sociedad y del Estado.

Concordancias: Decreto Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y
políticos, D.O.  29.04.1989: artículo 24.1.

Artículo 20. Derecho a la Nacionalidad

1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.

2. Toda persona tiene derecho a la nacionalidad del Estado en cuyo territorio


nació si no tiene derecho a otra.

3. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a


cambiarla.

Concordancias: Decreto Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y
políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 24.3. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre
los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 7º y 8º. Decreto Nº  201, Min. Relaciones Exteriores,
Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad,
D.O.  17.09.2008, artículo 18.

92. De la nacionalidad como un derecho esencial de las personas. La


Jurisprudencia: 
E  Corte Suprema, ha declarado: "Que resulta también pertinente invocar la legislación
xcma.

internacional de Derechos Humanos sobre la materia. Al efecto, el artículo 20 de la


Convención Americana sobre Derechos Humanos, 'Pacto de San José de Costa Rica',
señala que toda persona tiene derecho a la nacionalidad del Estado en cuyo territorio
nació si no tiene derecho a otra y que a nadie se privará arbitrariamente de su
nacionalidad ni del derecho a cambiarla. Como puede apreciarse, la nacionalidad es un
derecho esencial a la persona humana, un atributo de la personalidad, que no puede ser
desconocido sin causa justificada" (C. Suprema, 19 de mayo de 2014, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2521/2014, Rol Nº 4727-2014; C. Suprema, 7 de abril de 2014,
cons. 8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/980/2014, Rol Nº 14948-2013; C. Suprema, 1 de abril
de 2014, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/726/214, Rol Nº 14657-2013; C. Suprema, 14
de enero de 2014, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/78/2014, Rol Nº 10897-2013).

.............

Artículo 22. Derecho de Circulación y de Residencia

1. Toda persona que se halle legalmente en el territorio de un Estado tiene


derecho a circular por el mismo y, a residir en él con sujeción a las
disposiciones legales.

2. Toda persona tiene derecho a salir libremente de cualquier país, inclusive


del propio.
3. El ejercicio de los derechos anteriores no puede ser restringido sino en
virtud de una ley, en la medida indispensable en una sociedad democrática,
para prevenir infracciones penales o para proteger la seguridad nacional, la
seguridad o el orden públicos, la moral o la salud públicas o los derechos y
libertades de los demás.

4. El ejercicio de los derechos reconocidos en el inciso 1 puede asimismo ser


restringido por la ley, en zonas determinadas, por razones de interés público.

5. Nadie puede ser expulsado del territorio del Estado del cual es nacional, ni
ser privado del derecho a ingresar en el mismo.

6. El extranjero que se halle legalmente en el territorio de un Estado parte en


la presente Convención, sólo podrá ser expulsado de él en cumplimiento de
una decisión adoptada conforme a la ley.

7. Toda persona tiene el derecho de buscar y recibir asilo en territorio


extranjero en caso de persecución por delitos políticos o comunes conexos con
los políticos y de acuerdo con la legislación de cada Estado y los convenios
internacionales.

8. En ningún caso el extranjero puede ser expulsado o devuelto a otro país,


sea o no de origen, donde su derecho a la vida o a la libertad personal está en
riesgo de violación a causa de raza, nacionalidad, religión, condición social o
de sus opiniones políticas.

9. Es prohibida la expulsión colectiva de extranjeros.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 7, inciso 2º, letra a. Ley
Nº  20.430, establece disposiciones sobre protección de refugiados, D.O.  15.04.2010. Decreto Ley
Nº  1.094, Min. Interior, establece normas sobre extranjeros en Chile, D.O. 19.07.1975: artículos: 1º, 17,
39, 51 inciso 3º, 67 inciso 4º, 68 inciso 1º, 69 inciso 4º, 71, 72, 74 inciso 2º, 75 inciso 1º, 80 inciso 2º, 82
inciso 3º, 84, 85, 86, 87, 88, 89, 90, 91 inciso 2º número 8. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores,
Pacto internacional de derechos civiles y políticos, D.O.  29.04.1989: artículos 12, 13. Decreto Nº  789,
Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer, D.O.  9.12.1989, artículo 15.4.

.............

3. CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS


DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER, ADOPTADA POR LA
ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU EL 18 DE DICIEMBRE DE 1979,
SUSCRITA POR CHILE EL 17 DE JULIO DE 1980
Decreto Ministerio de Relaciones Exteriores Nº 789, D.O. 9.12.1989

.............

Artículo 9º

1. Los Estados Partes otorgarán a las mujeres iguales derechos que a los
hombres para adquirir, cambiar o conservar su nacionalidad. Garantizarán en
particular, que ni el matrimonio con un extranjero ni el cambio de nacionalidad
del marido durante el matrimonio cambien automáticamente la nacionalidad de
la esposa, la conviertan en apátrida o la obliguen a adoptar la nacionalidad del
cónyuge.

2. Los Estados Partes otorgarán a la mujer los mismos derechos que al


hombre con respecto a la nacionalidad de sus hijos.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 10 número 2º. Decreto Nº  873, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículos 18, 20. Decreto
Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O.  27.09.1990: artículo
7º.

.............

Artículo 15

1. Los Estados Partes reconocerán a la mujer la igualdad con el hombre ante


la ley.

2. Los Estados Partes reconocerán a la mujer, en materias civiles, una


capacidad jurídica idéntica a la del hombre y las mismas oportunidades para el
ejercicio de esa capacidad. En particular, le reconocerán a la mujer iguales
derechos para firmar contratos y administrar bienes y le dispensarán un trato
igual en todas las etapas del procedimiento en las cortes de justicia y los
tribunales.

3. Los Estados Partes convienen en que todo contrato o cualquier otro


instrumento privado con efecto jurídico que tienda a limitar la capacidad jurídica
de la mujer se considerará nulo.

4. Los Estados Partes reconocerán al hombre y a la mujer los mismos


derechos con respecto a la legislación relativa al derecho de las personas a
circular libremente y a la libertad para elegir su residencia y domicilio.

Concordancias: Código Civil: artículo 133. Constitución Política de las República: artículos 1º inciso 1º,
19 número 2º. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y
políticos, D.O.  29.04.1989: artículos 12, 16, 26. Decreto Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de
San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículos 1º, 22. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores,
Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad,
D.O.  17.09.2008, artículo 15.

.............

4. CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO

Decreto Ministerio de Relaciones Exteriores Nº 830,D.O. 27.09.1990

.............

Artículo 7º

1. El niño será inscripto inmediatamente después de su nacimiento y tendrá


derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la
medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos.

2. Los Estados Partes velarán por la aplicación de estos derechos de


conformidad con su legislación nacional y las obligaciones que hayan contraído
en virtud de los instrumentos internacionales pertinentes en esta esfera, sobre
todo cuando el niño resultara de otro modo apátrida.

Concordancias: Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O. 30.05.2000: artículos 28, 31. Decreto Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional
de derechos civiles y políticos, D.O. 29.04.1989: artículos 18, 24. Decreto Nº  873, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículos 18, 20. Decreto Nº  201, Min.
Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad, D.O.  17.09.2008, artículo 18.

Artículo 8º

1. Los Estados Partes se comprometen a respetar el derecho del niño a


preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones
familiares de conformidad con la ley sin injerencias ilícitas.

2. Cuando un niño sea privado ilegalmente de algunos de los elementos de


su identidad o de todos ellos, los Estados Partes deberán prestar la asistencia
y protección apropiadas con miras a restablecer rápidamente su identidad.

Concordancias: Decreto Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y
políticos, D.O.  29.04.1989: artículo 24. Decreto Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José
de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículos 18, 20.
5. CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON
DISCAPACIDAD, ADOPTADA POR LA ASAMBLEA GENERAL DE LA
ONU EL 13 DE DICIEMBRE DE 2006

Decreto Ministerio de Relaciones Exteriores Nº 201, D.O. 17.09.2008

.............

Artículo 5º
Igualdad y no discriminación

1. Los Estados Partes reconocen que todas las personas son iguales ante la
ley y en virtud de ella y que tienen derecho a igual protección legal y a
beneficiarse de la ley en igual medida sin discriminación alguna.

2. Los Estados Partes prohibirán toda discriminación por motivos de


discapacidad y garantizarán a todas las personas con discapacidad protección
legal igual y efectiva contra la discriminación por cualquier motivo.

3. A fin de promover la igualdad y eliminar la discriminación, los Estados


Partes adoptarán todas las medidas pertinentes para asegurar la realización de
ajustes razonables.

4. No se considerarán discriminatorias, en virtud de la presente Convención,


las medidas específicas que sean necesarias para acelerar o lograr la igualdad
de hecho de las personas con discapacidad.

Concordancias: Código Civil: artículos 55, 57. Constitución Política de la República: artículos 1º, 19
número 2º y 3º. Decreto Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y
políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 26. Decreto Nº  789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre
la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O.  9.12.1989, artículo 15.
Decreto Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O.  5.01.1990: artículo
1º.

.............

Artículo 12
Igual reconocimiento como persona ante la ley

1. Los Estados Partes reafirman que las personas con discapacidad tienen
derecho en todas partes al reconocimiento de su personalidad jurídica.

2. Los Estados Partes reconocerán que las personas con discapacidad


tienen capacidad jurídica en igualdad de condiciones con las demás en todos
los aspectos de la vida.
3. Los Estados Partes adoptarán las medidas pertinentes para proporcionar
acceso a las personas con discapacidad al apoyo que puedan necesitar en el
ejercicio de su capacidad jurídica.

4. Los Estados Partes asegurarán que en todas las medidas relativas al


ejercicio de la capacidad jurídica se proporcionen salvaguardias adecuadas y
efectivas para impedir los abusos de conformidad con el derecho internacional
en materia de derechos humanos. Esas salvaguardias asegurarán que las
medidas relativas al ejercicio de la capacidad jurídica respeten los derechos, la
voluntad y las preferencias de la persona, que no haya conflicto de intereses ni
influencia indebida, que sean proporcionales y adaptadas a las circunstancias
de la persona, que se apliquen en el plazo más corto posible y que estén
sujetas a exámenes periódicos por parte de una autoridad o un órgano judicial
competente, independiente e imparcial. Las salvaguardias serán
proporcionales al grado en que dichas medidas afecten a los derechos e
intereses de las personas.

5. Sin perjuicio de lo dispuesto en el presente artículo, los Estados Partes


tomarán todas las medidas que sean pertinentes y efectivas para garantizar el
derecho de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las
demás, a ser propietarias y heredar bienes, controlar sus propios asuntos
económicos y tener acceso en igualdad de condiciones a préstamos bancarios,
hipotecas y otras modalidades de crédito financiero, y velarán por que las
personas con discapacidad no sean privadas de sus bienes de manera
arbitraria.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º, 19 número 1º, 2º, 3º. Ley Nº 19.968,
crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículo 92 número 8º. Decreto Nº 778, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y políticos, D.O. 29.04.1989: artículos 16, 26.

.............

Artículo 18
Libertad de desplazamiento y nacionalidad

1. Los Estados Partes reconocerán el derecho de las personas con


discapacidad a la libertad de desplazamiento, a la libertad para elegir su
residencia y a una nacionalidad, en igualdad de condiciones con las demás,
incluso asegurando que las personas con discapacidad:

a) Tengan derecho a adquirir y cambiar una nacionalidad y a no ser privadas


de la suya de manera arbitraria o por motivos de discapacidad;

b) No sean privadas, por motivos de discapacidad, de su capacidad para


obtener, poseer y utilizar documentación relativa a su nacionalidad u otra
documentación de identificación, o para utilizar procedimientos pertinentes,
como el procedimiento de inmigración, que puedan ser necesarios para facilitar
el ejercicio del derecho a la libertad de desplazamiento;

c) Tengan libertad para salir de cualquier país, incluido el propio;

d) No se vean privadas, arbitrariamente o por motivos de discapacidad, del


derecho a entrar en su propio país.

2. Los niños y las niñas con discapacidad serán inscritos inmediatamente


después de su nacimiento y tendrán desde el nacimiento derecho a un nombre,
a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus
padres y ser atendidos por ellos.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 7, inciso 2º, letra a. Decreto
Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y políticos, D.O.  29.04.1989:
artículos 12, 13, 24.3. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica,
D.O.  5.01.1990: artículos 20, 22. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
Derechos del Niño, D.O.  27.09.1990: artículos 7º, 8º.

Artículo 19
Derecho a vivir de forma independiente y
a ser incluido en la comunidad

Los Estados Partes en la presente Convención reconocen el derecho en


igualdad de condiciones de todas las personas con discapacidad a vivir en la
comunidad, con opciones iguales a las de las demás, y adoptarán medidas
efectivas y pertinentes para facilitar el pleno goce de este derecho por las
personas con discapacidad y su plena inclusión y participación en la
comunidad, asegurando en especial que:

a) Las personas con discapacidad tengan la oportunidad de elegir su lugar


de residencia y dónde y con quién vivir, en igualdad de condiciones con las
demás, y no se vean obligadas a vivir con arreglo a un sistema de vida
específico;

b) Las personas con discapacidad tengan acceso a una variedad de


servicios de asistencia domiciliaria, residencial y otros servicios de apoyo de la
comunidad, incluida la asistencia personal que sea necesaria para facilitar su
existencia y su inclusión en la comunidad y para evitar su aislamiento o
separación de ésta;

c) Las instalaciones y los servicios comunitarios para la población en general


estén a disposición, en igualdad de condiciones, de las personas con
discapacidad y tengan en cuenta sus necesidades.
Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 1º. Ley Nº 20.584, regula los derechos y
deberes de las personas en relación con acciones vinculadas a su atención de salud, D.O.  24.04.2012:
artículo 29.

.............

B. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA

CAPÍTULO II NACIONALIDAD Y CIUDADANÍA

Artículo 10. Son chilenos:

1º. Los nacidos en el territorio de Chile, con excepción de los hijos de


extranjeros que se encuentren en Chile en servicio de su Gobierno, y de los
hijos de extranjeros transeúntes, todos los que, sin embargo, podrán optar por
la nacionalidad chilena;

2º. Los hijos de padre o madre chilenos, nacidos en territorio extranjero. Con
todo, se requerirá que alguno de sus ascendientes en línea recta de primer o
segundo grado, haya adquirido la nacionalidad chilena en virtud de lo
establecido en los números 1º, 3º ó 4º;

3º. Los extranjeros que obtuvieren carta de nacionalización en conformidad a


la ley;

4º. Los que obtuvieren especial gracia de nacionalización por ley.

La ley reglamentará los procedimientos de opción por la nacionalidad


chilena; de otorgamiento, negativa y cancelación de las cartas de
nacionalización, y la formación de un registro de todos estos actos.

Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 55, 56. Constitución Política de la República: artículos 13
inciso 2º y 14 inciso 2º. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O.  9.12.1989, artículo 9.2.

93. Del criterio del ius soli, consagrado en el número 1º de este artículo,


Jurisprudencia: 
como regla general para la adquisición de la nacionalidad. Esta ha sido la opinión
mantenida permanentemente por la E Corte Suprema, y así suele recordarlo en algunas
xcma. 
ocasiones: "Que este tribunal ha sostenido que la regla general de adquisición de la
nacionalidad chilena es el ius soli, consagrado en el artículo 10 Nº 1 de la Constitución
Política de la República, en conformidad al cual, son chilenos los nacidos en el territorio
de Chile, con excepción de los hijos de extranjeros que se encuentren en Chile en servicio
de su Gobierno, y de los hijos de extranjeros transeúntes, todos los que, sin embargo,
podrán optar por la nacionalidad chilena" (C. Suprema, 19 de mayo de 2014, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2521/2014, Rol Nº 4727-2014; C. Suprema, 7 de abril de 2014,
cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/980/2014, Rol Nº 14948-2013; C. Suprema, 1 de abril
de 2014, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/726/214, Rol Nº 14657-2013; C. Suprema, 14
de enero de 2014, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/78/2014, Rol Nº 10897-2013).

Artículo 11. La nacionalidad chilena se pierde:

1º. Por renuncia voluntaria manifestada ante autoridad chilena competente.


Esta renuncia sólo producirá efectos si la persona, previamente, se ha
nacionalizado en país extranjero;

2º. Por decreto supremo, en caso de prestación de servicios durante una


guerra exterior a enemigos de Chile o de sus aliados;

3º. Por cancelación de la carta de nacionalización;

4º. Por ley que revoque la nacionalización concedida por gracia.

Los que hubieren perdido la nacionalidad chilena por cualquiera de las


causales establecidas en este artículo, sólo podrán ser rehabilitados por ley.

Artículo 12. La persona afectada por acto o resolución de autoridad


administrativa que la prive de su nacionalidad chilena o se la desconozca,
podrá recurrir, por sí o por cualquiera a su nombre, dentro del plazo de treinta
días, ante la Corte Suprema, la que conocerá como jurado y en tribunal pleno.
La interposición del recurso suspenderá los efectos del acto o resolución
recurridos.

: 94. La aplicación de esta regla exige que el recurrente sea chileno. Esta
Jurisprudencia
conclusión, de toda lógica, ha sido expresada por la jurisprudencia en los siguientes
términos: "Como se advierte del claro tenor de la referida disposición, para que pueda
impetrarse dicha acción, es menester que exista por parte de la autoridad administrativa
una conducta positiva o negativa que importe despojar, desposeer, quitar, negar o ignorar
que una determinada persona tiene la nacionalidad chilena, razón por la cual es
imprescindible que en esta clase de asuntos el peticionario sea chileno, sin lugar a dudas"
(C. Suprema, 16 de julio de 2002, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/327/2002, Rol
Nº 2680-2001).

Artículo 13. Son ciudadanos los chilenos que hayan cumplido dieciocho
años de edad y que no hayan sido condenados a pena aflictiva.
La calidad de ciudadano otorga los derechos de sufragio, de optar a cargos
de elección popular y los demás que la Constitución o la ley confieran.

Los ciudadanos con derecho a sufragio que se encuentren fuera del país
podrán sufragar desde el extranjero en las elecciones primarias presidenciales,
en las elecciones de Presidente de la República y en los plebiscitos nacionales.
Una ley orgánica constitucional establecerá el procedimiento para materializar
la inscripción en el registro electoral y regulará la manera en que se realizarán
los procesos electorales y plebiscitarios en el extranjero, en conformidad con lo
dispuesto en los incisos primero y segundo del artículo 18. 110

Tratándose de los chilenos a que se refieren los números 2º y 4º del artículo


10, el ejercicio de los derechos que les confiere la ciudadanía estará sujeto a
que hubieren estado avecindados en Chile por más de un año.

Concordancias: Código Civil: artículo 26. Constitución Política de la República: artículos 10 número 2º
y 4º, 14 inciso 1º.

Artículo 14. Los extranjeros avecindados en Chile por más de cinco años, y
que cumplan con los requisitos señalados en el inciso primero del
artículo 13, podrán ejercer el derecho de sufragio en los casos y formas que
determine la ley.

Los nacionalizados en conformidad al Nº 3º del artículo 10, opción a cargos


públicos de elección popular sólo después de cinco años de estar en posesión
de sus cartas de nacionalización.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 13 inciso 1º.

Artículo 15. En las votaciones populares, el sufragio será personal,


igualitario, secreto y voluntario.111

Sólo podrá convocarse a votación popular para las elecciones y plebiscitos


expresamente previstos en esta Constitución.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 1º inciso 5º.

Artículo 16. El derecho de sufragio se suspende:

1º. Por interdicción en caso de demencia;

2º. Por hallarse la persona acusada por delito que merezca pena aflictiva o
por delito que la ley califique como conducta terrorista, y

3º. Por haber sido sancionado por el Tribunal Constitucional en conformidad


al inciso séptimo del número 15º del artículo 19 de esta Constitución. Los que
por esta causa se hallaren privados del ejercicio del derecho de sufragio lo
recuperarán al término de cinco años, contado desde la declaración del
Tribunal. Esta suspensión no producirá otro efecto legal, sin perjuicio de lo
dispuesto en el inciso séptimo del número 15º del artículo 19.

Artículo 17. La calidad de ciudadano se pierde:

1º. Por pérdida de la nacionalidad chilena;

2º. Por condena a pena aflictiva, y

3º. Por condena por delitos que la ley califique como conducta terrorista y los
relativos al tráfico de estupefacientes y que hubieren merecido, además, pena
aflictiva.

Los que hubieren perdido la ciudadanía por la causal indicada en el número


2º, la recuperarán en conformidad a la ley, una vez extinguida su
responsabilidad penal.

Los que la hubieren perdido por las causales previstas en el número 3º


podrán solicitar su rehabilitación al Senado una vez cumplida la condena.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 53 número 4º.

...........

CAPÍTULO III DE LOS DERECHOS Y DEBERES CONSTITUCIONALES

Artículo 19. La Constitución asegura a todas las personas:

...........

16º. La libertad de trabajo y su protección.

Toda persona tiene derecho a la libre contratación y a la libre elección del


trabajo con una justa retribución.

Se prohíbe cualquiera discriminación que no se base en la capacidad o


idoneidad personal, sin perjuicio de que la ley pueda exigir la nacionalidad
chilena o límites de edad para determinados casos.

Concordancias: Código Civil: artículo 57.


.......

CAPÍTULO V CONGRESO NACIONAL

..........

Artículo 53. Son atribuciones exclusivas del Senado:

..........

4) Otorgar la rehabilitación de la ciudadanía en el caso del artículo 17,


número 3º de esta Constitución;

..........

Artículo 64. El Presidente de la República podrá solicitar autorización al


Congreso Nacional para dictar disposiciones con fuerza de ley durante un
plazo no superior a un año sobre materias que correspondan al dominio de la
ley.

Esta autorización no podrá extenderse a la nacionalidad, la ciudadanía, las


elecciones ni al plebiscito, como tampoco a materias comprendidas en las
garantías constitucionales o que deban ser objeto de leyes orgánicas
constitucionales o de quórum calificado.

........

C. CÓDIGO CIVIL

A) TÍTULO PRELIMINAR
3. Efectos de la ley

.................

Artículo 14. La ley es obligatoria para todos los habitantes de la República,


inclusos los extranjeros.

Concordancias: Código Civil: artículos 6º, 16, 56, 57. Constitución Política de la República: artículo 19
número 22 inciso 1º, 22 inciso 1º. Código Penal: artículo 5º. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 3º. Código Orgánico de Tribunales: artículo 5º inciso 1º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,
D.O.  17.05.2004: artículo 81. Ley Nº  20.430, establece disposiciones sobre protección de refugiados,
D.O.  15.04.2010: artículo 14.

95. Consagración del principio de territorialidad de la ley. La jurisprudencia


Jurisprudencia: 
suele limitarse a destacar que el principio de la territorialidad de la ley chilena se reconoce
en este artículo 14 y en el 16 del mismo Código Civil y, así, es frecuente leer la siguiente
frase en diversas sentencias: "Resulta adecuado recordar el principio general de
territorialidad de la ley chilena, consagrado en los artículos 14 y 16 del Código Civil"
(C. Suprema, 3 de julio de 2007, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1272/2007, Rol
Nº 4394-2005; C. Suprema, 26 de agosto de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/468/2009, Rol Nº 1501-2008; C. Suprema, 6 de abril de 2011,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2982/2011, Rol Nº 3890-2009; C. Suprema, 20 de abril
de 2011, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3419/2011, Rol Nº 6237-2009; C. Suprema,
11 de agosto de 2011, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6493/2011, Rol Nº 200-2010).
En otras ocasiones simplemente se consigna que "El principio de la territorialidad de la ley
está contenido en el artículo 14 del Código Civil" (C. Suprema, 17 de enero de 2008,
cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7244/2008, Rol Nº 6496-2007). 96. Del contenido del
principio de territorialidad de la ley. En una antigua sentencia de la Corte de
Apelaciones de Santiago se explicaba: "Que por regla general, todas las personas que
residen dentro de los límites de un país, sean nacionales o extranjeros, están sometidos a
las leyes que éste dicta salvo las excepciones reconocidas por el Derecho Internacional, y
por ende, a los tribunales, de cada nación corresponde conocer y juzgar de todos los
actos que le están sometidos por su Constitución o sus leyes y suministrar la fuerza de la
autoridad pública para la defensa y vindicación de todos los derechos creados por sus
leyes, que sean burlados" (C. Apelaciones de Santiago, 24 de septiembre de 1926, cons.
1º, LegalPublishing: Cl/ Jur/56/1926). Una jurisprudencia reciente reitera, refiriéndose al
principio de territorialidad de la ley, que de él: "Se colige que las leyes se dictan en
principio para ser observadas y cumplidas en nuestro territorio, reconociendo un límite
espacial marcado por las fronteras del país" (C. Suprema, 3 de julio de 2007, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1272/2007, Rol Nº 4394-2005; C. Suprema, 26 de agosto de
2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/468/2009, Rol Nº 1501-2008; C. Suprema, 6 de
abril de 2011, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2982/2011, Rol Nº 3890-2009;
C. Suprema, 20 de abril de 2011, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3419/2011, Rol
Nº 6237-2009; C. Suprema, 11 de agosto de 2011, cons.
5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6493/2011, Rol Nº 200-2010). 97. De las excepciones al
principio de territorialidad de la ley. La jurisprudencia ha reconocido, desde antiguo, la
existencia de limitaciones al principio de territorialidad de la ley, fundadas, básicamente,
en el derecho internacional, y en tal sentido se ha declarado: "Que las excepciones
reconocidas por el Derecho Internacional, aceptadas por todos los países civilizados, son:
1º. La persona de un Soberano, cuando entra en las tierras de una potencia amiga;
2º. Los agentes diplomáticos, entendiéndose como tales a los Embajadores, Ministros
Diplomáticos y Encargados de Negocios, que son los que representan al Soberano o al
Gobierno de las naciones amigas; 3º. Las naves de guerra que navegan o anclan en las
aguas territoriales; 4º. Los ejércitos o tropas de otras naciones que visitan o pasan en
tránsito por el territorio nacional" (C. Apelaciones de Santiago, 24 de septiembre de 1926,
cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/56/1926), y en esta misma sentencia, que recibía una
doctrina tradicional imperante en las primeras décadas del siglo XX, se asumía: "Que las
excepciones anteriores se deben a la ficción de estimar que los soberanos, los
diplomáticos, las naves de guerra y los ejércitos, forman parte de cada nación y, en
consecuencia, se produce lo que en Derecho se llama la extraterritorialidad, o sea,
considerar que el territorio de cada país se extiende a los lugares que ocupan las
personas o corporaciones indicadas" (C. Apelaciones de Santiago, 24 de septiembre de
1926, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/56/1926). 98. Del cuerpo consular y de los
secretarios de embajadas y legaciones en cuanto que no están exceptuados del
principio de territorialidad de la ley. Durante la tercera década del siglo XX se asumió
por la jurisprudencia una opinión tradicional en los autores más clásicos del derecho
internacional: "Que el cuerpo consular y los secretarios y empleados de las Embajadas y
Legaciones no se encuentran comprendidos dentro de las excepciones reconocidas en
las leyes y tratados de todos los países y están, en consecuencia, sometidos a todas las
obligaciones establecidas por las leyes de los países en que residen y prestan sus
servicios (Grocio, Bynkershoeck, Wheaton Vatel, Achmaz, "Droit de Gents")"
(C. Apelaciones de Santiago, 24 de septiembre de 1926, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/56/1926). Sobre la base de tal opinión, se estimó: "Que el
caso de que se trata en estos autos, el secretario de la Embajada del Brasil, don Antonio
Barroso Fernández, al girar el cheque de fojas 1, ha ejercitado un acto ajeno en absoluto
a sus funciones diplomáticas, y como no tenía fondos en el Banco contra el cual giraba el
cheque, cometía el delito de estafa, sancionado por los artículos 467 y 468 del Código
Penal y 22 y 34 de la Ley Nº 3.845, de 21 de febrero de 1922" (C. Apelaciones de
Santiago, 24 de septiembre de 1926, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/56/1926).

Artículo 15. A las leyes patrias que reglan las obligaciones y derechos


civiles, permanecerán sujetos los chilenos, no obstante su residencia o
domicilio en país extranjero.

1º. En lo relativo al estado de las personas y a su capacidad para ejecutar


ciertos actos, que hayan de tener efecto en Chile;

2º. En las obligaciones y derechos que nacen de las relaciones de familia;


pero sólo respecto de sus cónyuges y parientes chilenos.

Concordancias: Código Civil: artículos 28, 31, 56, 59, 955 inciso final. Código de Comercio: artículo
113. Código Orgánico de Tribunales: artículo 5º. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 3º,
36, 181, 182. Ley. Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 81, 82. Decreto Nº 23,
Min. de Relaciones Exteriores, Convención sobre la obtención de alimentos en el
extranjero, D.O. 23.01.1961: artículo 6.3.
99. Si un cónyuge reside en Chile puede demandar en Chile la declaración
Jurisprudencia: 
de divorcio de su cónyuge que reside en el extranjero. Sobre la base de las reglas
contenidas en este artículo y en el 81 de la Ley de Matrimonio Civil, se ha declarado: "Que
tratándose como sucede en el caso sub lite de un matrimonio celebrado en Chile, éste
debe disolverse con arreglo a la ley chilena, no pudiendo, impedirse o limitarse el
derecho, del cónyuge con residencia en el territorio nacional, a impetrar la
correspondiente acción de nulidad o divorcio ante los tribunales de familia, por la
circunstancia que el otro no tenga domicilio en el país, debiendo procederse, tal como se
solicita en el libelo, a la notificación de la demanda mediante exhorto
internacional". (C. Suprema, 7 de junio de 2010, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/16797/2010, Rol Nº 1967-2010). En el mismo sentido ya se
habían pronunciado algunos tribunales de alzada (C. de Apelaciones de Santiago, 18 de
marzo de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/1854/2008, Rol Nº 363-2008; C. Apelaciones de
Valparaíso, 29 de marzo de 2010, Cl/Jur/1968/2010, Rol Nº 101-
2010). 100. Corresponde a los tribunales de familia chilenos, conocer de la
demanda de divorcio respecto de un matrimonio celebrado en Chile, por una
chilena y un extranjero que actualmente están domiciliados fuera del país. En ese
sentido se ha declarado que: "[E]l artículo 15 del Código Civil prescribe: 'A las leyes
patrias que reglan las obligaciones y derechos civiles permanecerán sujetos los chilenos,
no obstante su residencia o domicilio en país extranjero'. De lo expuesto se desprende
que los chilenos están sujetos a la ley personal chilena cuando residen o se domicilian en
el extranjero en cuanto a la constitución y término del estado de las personas [...] Que, en
consecuencia, doña [...] aún cuando resida o esté domiciliada en Gran Bretaña sí que
queda afecta a la ley chilena en todo lo relativo a su estado civil y a las obligaciones y
derechos que nacen de las relaciones de familia, respecto de su cónyuge y parientes
chilenos [...] Que, por lo expuesto, no cabe duda que son los Tribunales Chilenos, y
especialmente los Juzgados de Familia de Chile los llamados a conocer de las acciones
tendientes a poner término a este matrimonio [...] Que, en estas condiciones, versando la
demanda presentada en autos sobre aquellas materias que están asignadas a los
tribunales de Familia, la norma contenida en el artículo 87 de la Ley Nº 19.947 en cuanto
dispone que es competente el tribunal del domicilio del demandado, es una regla de
competencia relativa, que pretende precisar a cual tribunal de familia le corresponde
conocer la acción" (C. Apelaciones de La Serena, 10 de septiembre de 2010, cons. 5º a
8º, LegalPublishing: Cl/Jur/7029/2010, Rol Nº 179-2010).

.............

5. Definición de varias palabras de uso frecuente en las leyes

Artículo 25. Las palabras hombre, persona, niño, adulto y otras semejantes


que en su sentido general se aplican a individuos de la especie humana, sin
distinción de sexo, se entenderán comprender ambos sexos en las
disposiciones de las leyes, a menos que por la naturaleza de la disposición o el
contexto se limiten manifiestamente a uno solo.

Por el contrario, las palabras mujer, niña, viuda y otras semejantes, que
designan el sexo femenino, no se aplicarán al otro sexo, a menos que
expresamente las extienda la ley a él.

Concordancias: Código Civil: artículos 20 y 55. Constitución Política de la República: artículo 19 Nº 2


inciso 1º. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículo 16 inciso 3º.

101.. Significación de la expresión "ninguna persona". Sobre esta


Jurisprudencia: 
expresión, utilizada en ciertos preceptos legales, se ha declarado que: "La expresión
ninguna persona exige una clarificación de tipo semántico. Para el Diccionario de la Real
Academia, el adjetivo ninguna equivale a ni una sola. Más precisamente, la expresión
ninguna persona significa nadie. A su vez, define persona como individuo de la especie
humana; definición que corresponde exactamente con la que a esa voz asigna el art. 25
inciso primero del Código Civil. Por consiguiente ninguna persona quiere decir ni uno solo
entre la especie humana. Más simple: nadie" (C. Apelaciones de Santiago, 10 de
diciembre de 1991, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/634/1991, Rol Nº 6833-1990).

Artículo 26. Llámase infante o niño todo el que no ha cumplido siete años;


impúber, el varón que no ha cumplido catorce años y la mujer que no ha
cumplido doce; adulto, el que ha dejado de ser impúber; mayor de edad, o
simplemente mayor, el que ha cumplido dieciocho años; y menor de edad, o
simplemente menor, el que no ha llegado a cumplirlos. 112

Concordancias: Código Civil: artículos 20, 500,  723 inciso 2º, 1447, 2319. Ley Nº  19.221, sobre
mayoría de edad,  D.O.  1.06.1993: artículo 1º. Ley Nº  19.828, crea el Servicio Nacional del Adulto
Mayor,D.O. 27.09.2002: artículo 1º inciso 1º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 16 inciso 3º. Ley Nº  20.084, Establece un sistema de responsabilidad
de los adolescentes por infracción a la ley penal, D.O. 7.12.2005: artículo 3º. Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 1º.

Artículo 27. Los grados de consanguinidad entre dos personas se cuentan


por el número de generaciones. Así el nieto está en segundo grado de
consanguinidad con el abuelo, y dos primos hermanos en cuarto grado de
consanguinidad entre sí.

Cuando una de las dos personas es ascendiente de la otra, la


consanguinidad es en línea recta; y cuando las dos personas proceden de un
ascendiente común, y una de ellas no es ascendiente de la otra, la
consanguinidad es en línea colateral o transversal.

Concordancias: Código Civil: artículo 107.

Artículo 28. Parentesco por consanguinidad es aquel que existe entre dos


personas que descienden una de la otra o de un mismo progenitor, en
cualquiera de sus grados. 113
Concordancias: Código Civil: artículo 20.

102. Del concepto de parentesco. Al no hallarse definida legalmente la noción


Jurisprudencia: 
de parentesco, la jurisprudencia se ha limitado a asumir alguna de las definiciones de la
doctrina. Así se ha dicho: "Que el Código Civil, no ha definido lo que se entiende por
parentesco [...] don Luis Claro Solar, quien manifiesta que parentesco es relación de
familia que existe entre dos personas: se divide en natural y legal. (Explicaciones de
Derecho Civil Chileno y Comparado. Volumen I, página 138). Don Victorio Pescio dice que
se entiende por tal el vínculo o relación de familia que existe entre dos personas. (Manual
de Derecho Civil. Tomo I, página 395), y Meza Barros sostiene que: Parentesco es la
relación de familia que existe entre dos personas. (Manual de Derecho de Familia. Tomo
1, página 14)" (C. Suprema, 15 de abril de 1987, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/262/1987, Rol Nº 3409).

.............

Artículo 31. Parentesco por afinidad es el que existe entre una persona que


está o ha estado casada y los consanguíneos de su marido o mujer.

La línea y el grado de afinidad de una persona con un consanguíneo de su


marido o mujer, se califican por la línea y grado de consanguinidad de dicho
marido o mujer con el dicho consanguíneo. Así, un varón está en primer grado
de afinidad, en la línea recta, con los hijos habidos por su mujer en anterior
matrimonio; y en segundo grado de afinidad, en la línea transversal, con los
hermanos de su mujer.114

Concordancias: Código Civil: artículos 20, 102.  Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O.  21.04.2015: artículo 4º.

.................

Artículo 41. Los hermanos pueden serlo por parte de padre y de madre, y se


llaman entonces hermanos carnales;o sólo por parte de padre, y se llaman
entonces hermanos paternos; o sólo por parte de madre, y se llaman
entonces hermanos maternos.

Concordancias: Código Civil: artículos 20, 321 número 4, 448 número 2, 990.

Artículo 42. En los casos en que la ley dispone que se oiga a los parientes
de una persona, se entenderán comprendidos en esa denominación el
cónyuge de ésta y sus consanguíneos de uno y otro sexo, mayores de edad. A
falta de consanguíneos en suficiente número serán oídos los afines.

Serán preferidos los descendientes y ascendientes a los colaterales, y entre


éstos los de más cercano parentesco.
Los parientes serán citados, y comparecerán a ser oídos, verbalmente, en la
forma prescrita por el Código de Enjuiciamiento.

Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 227 inciso 1º, 363. Código de Procedimiento Civil:
artículos 689 y 839. Código Sanitario: artículo 148. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores,D.O.  5.08.1999: artículos 7º inciso 2º, y 14. Ley Nº  20.584, regula los derechos y deberes de
las personas en relación con acciones vinculadas a su atención de salud,D.O.  24.04.2012: artículo 16
inciso 5º.Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 1º inciso 1º. Decreto
Nº  31, Min. Salud, Aprueba Reglamento sobre entrega de información y expresión de consentimiento
informado en las atenciones de salud, D.O. 26.11.2012: artículo 13 inciso 3º.

B) LIBRO PRIMERO DE LAS PERSONAS

TÍTULO I DE LAS PERSONAS EN CUANTO A SU NACIONALIDAD Y


DOMICILIO

1. División de las personas

Artículo 54. Las personas son naturales o jurídicas.

De la personalidad jurídica y de las reglas especiales relativas a ella se trata


en el título final de este Libro.

Concordancias: Código Civil: artículos 545 a 564. Código del Trabajo: artículo 4º.

Artículo 55. Son personastodos los individuos de la especie humana,


cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condición. Divídense en chilenos y
extranjeros.

Concordancias: Código Civil: artículos 20, 25, 57, 74, 982, 997, 1387, 1389, 1446, 1795. Constitución
Política de la República: artículos 1º, 10, 19 Nº 2. Código Tributario: artículo 8º Nº  7. Ley Nº  20.120,
sobre investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe la clonación humana,
D.O.  22.09.2006, artículo 4º Ley Nº 20.609, Establece medidas contra la discriminación,
D.O.  24.07.2012. Ley Nº  21.091, sobre educación superior, D.O. 29.05.2018: artículo 1 inciso
1º.Decreto Ley Nº  1.094, Min. Interior, Establece normas sobre extranjeros en Chile, D.O. 19.07.1975.
Tratado celebrado  entre Chile y Gran Bretaña sobre abolir el tráfico de esclavos, Boletín de Leyes y
Decretos del Gobierno 01.09.1842. Decreto Nº  530, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
Derechos Políticos de la Mujer, D.O. 30.09.1967, artículos 1º, 2º y 3º. Decreto Nº  747, Min. Relaciones
Exteriores, Convención Internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial,
D.O.  12.11.1971: artículos 1º, 2º, 3º, 5º. Decreto Nº 764, Min. Relaciones Exteriores, Convención
relativa a la lucha contra las discriminaciones en materia de enseñanza, D.O.  30.11.1971. Decreto Ley
Nº  871, aprueba Convención Interamericana sobre concesión de Derechos Políticos a la Mujer,
D.O.  28.01.1975. Decreto Ley Nº 872, aprueba Convención Interamericana sobre concesión de
Derechos Civiles a la Mujer, D.O. 28.01.1975. Decreto Nº  326, Min. Relaciones Exteriores, Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, D.O.  28.04.1989: artículos 2º, 3º, 7º y 26.
Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
D.O.  29.04.1989: artículos 2º, 3º, 8º, 14, y 16. Decreto Nº  789, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O.  9.12.1989. Decreto
Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
D.O.  29.04.1989: artículos 2º, 3º, 8º y 16. Decreto Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San
José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículos 1º, 3º, 6º Nº  1. DecretoNº  830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990: artículo 2º. Decreto Nº  1.097,
Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la Esclavitud, D.O. 7.11.1995. Decreto Nº  99, Min.
Relaciones Exteriores, Convención Interamericana para la eliminación de todas las formas de
discriminación contra las personas con discapacidad, D.O. 20.06.2002. Decreto Nº  84, Min. Relaciones
Exteriores, Convención Internacional sobre la Protección de los derechos de los trabajadores
migratorios y de sus familiares, D.O. 8.06.2005, artículos 7º y 11. Decreto Nº 201, Min. Relaciones
Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad,
D.O.  17.09.2008.

103. Del nasciturus y de la cuestión tocante a su consideración como


Jurisprudencia: 
persona, o al desconocimiento de esa condición. En relación con esta cuestión, la
jurisprudencia constitucional ha mantenido, en dos sentencias separadas temporalmente
por casi una década, dos criterios diversos. 103.1. Del nasciturus como persona, en
cuanto que ésta principia con la concepción y que se distingue entre "existencia
natural" y "existencia legal" de las personas. Esta opinión la defendió el E  Tribunal xcmo.

Constitucional en su sentencia de 18 de abril de 2008, pronunciada en relación con la


regulación por decreto supremo de la llamada "píldora del día después". En aquella
sentencia se sostuvo que: "Queda claro que, para el Constituyente —y a diferencia de lo
que pueda desprenderse del examen de normas legales determinadas—, el embrión o
el nasciturus es persona desde el momento de la concepción" (Tribunal Constitucional, 18
de abril de 2008, cons. 54º, Rol Nº 740-07). En este mismo sentido la E Corte Supremaxcma.

había declarado que: "Si entendemos que la fertilización es, como es, un proceso
continuo que no resulta separable en etapas o momentos, debemos concluir que el óvulo
fecundado o embrión es ya un individuo de la especie humana y como tal, digno de
protección constitucional y legal para alcanzar su pleno desarrollo hasta que el nacimiento
se produzca, conforme a lo que dispone el artículo 74 del mismo cuerpo legal"
(C. Suprema, 30 de agosto de 2001, cons. 18º, LegalPublishing: Cl/ Jur/4304/2001, Rol
Nº 2186-2001). Esta opinión, que mantuvo la E  Corte Suprema en sentencias
xcma.

posteriores, descansaba también en la lectura de las reglas del Código Civil, de las que se
deducía la centralidad de la distinción entre "existencia natural" de las personas y
"existencia legal" de ellas. Sobre tal base, además de otros fundamentos, la E Corte xcma.

Suprema había declarado que el nacimiento no era condición precisa para la existencia
natural de las personas, de guisa que no le cabía duda en cuanto a que
el nasciturus quedaba comprendido dentro de tal categoría. Había explicado: "En efecto,
de acuerdo con el artículo 55 del Código, son personas todos los individuos de la especie
humana debiendo entenderse por individuo, conforme con su acepción natural y obvia,
cada ser organizado sea animal o vegetal respecto de la especie a que pertenece. De
este punto de vista dado que la criatura concebida y no nacida constituye un ser único e
independiente, cuya entidad no se confunde con la de sus progenitores, cabe por tanto
entender que queda plenamente comprendido dentro del concepto que de la persona
tiene nuestro legislador civil. Por lo demás, según el propio tenor literal del artículo 74, el
nacimiento determina la existencia legal de la persona, lo cual se explica en razón de la
clase de derechos de que se ocupa nuestro Código Civil, pero no implica que antes de él
aquélla no exista para otros efectos tanto o más importantes. Ello lo corrobora el artículo
80, el cual sí se refiere a la existencia natural de la persona al disponer que aquélla
termina con la muerte, evidenciando que ésta es diversa de su existencia legal. Asimismo,
nos parece que exigir el nacimiento como supuesto necesario para adquirir la condición
de persona no implica que antes de su verificación no estemos ya frente a un sujeto
humano y, por ende, titular de garantías tan esenciales como el derecho a la vida. No
considerarlo así implicaría que el status de persona dependería, en definitiva, de la
definición que de tal concepto tuviere el legislador o el propio constituyente y que si hoy
se asocia por algunos al hecho del parto, el día de mañana podría estar vinculado con la
viabilidad del recién nacido o cualquier otro criterio que se estableciere cumpliendo con
los requisitos formales para la dictación de la norma" (C. Suprema, 16 de abril de 2009,
cons. 13º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7939/2009, Rol Nº 1882-2008). En su reciente
sentencia de 28 de agosto de 2017 el E Tribunal Constitucional ha recordado su opinión
xcmo.

anterior, para apartarse de ella: "[L]a otra sentencia importante es la STC 740/2007. En
ésta, se discutió la regulación vía decreto supremo de la denominada píldora del día
después. El Tribunal resolvió a raíz de un requerimiento que le presentaron un grupo de
parlamentarios. El Tribunal acogió el requerimiento. En lo que aquí interesa, sostuvo que
el que está por nacer es una persona. En cuanto a sujeto de derecho, por una parte,
cuenta con toda la información genética necesaria para su desarrollo. Por la otra, es un
ser distinto y distinguible completamente de su padre y de su madre. Es un ser único e
irrepetible. El que está por nacer, agregó el Tribunal, tiene dignidad, no puede ser
subsumido en otra entidad y no puede ser manipulado. Y que la protección constitucional
de la persona se inicia desde el momento mismo de la concepción" (Tribunal
Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 21º, Rol Nº 3729 (3751)-17-
Cpt). 103.2. Del nasciturus como objeto jurídico de especial protección, pero no
como persona. El E  Tribunal Constitucional en su sentencia de 28 de agosto de 2017
xcmo.

se apartó de la opinión anterior, sobre la base de estimar que no le cabe pronunciarse en


relación al momento en que principia la vida del que está por nacer: "[E]stá claro el límite
temporal de esa condición: el nacimiento. Con el parto, y la separación total de la madre,
cesa esta condición. Sin embargo, la Constitución guarda silencio respecto del comienzo
de esa condición. En la STC 740/2007, el Tribunal sostuvo que ello ocurría desde la
concepción. Nosotros consideramos que dado el silencio de la Constitución en la materia,
no le corresponde a este organismo establecer algo en este sentido. Más todavía si hay
controversia científica en la materia. Y posiciones morales encontradas sobre este
aspecto. Por eso, en algunos casos ha sido el legislador el que ha avanzado en fijar un
criterio en esta materia. Así lo hizo en la Ley Nº 20.120, a propósito de la investigación
científica en el ser humano, su genoma y la clonación. Ahí la ley definió que la protección
iba a comenzar "desde el momento de la concepción". Lo mismo hizo la Convención
Interamericana de Derechos Humanos, que estableció que el derecho a la vida está
protegido por la ley, y en general, a partir del momento de la concepción. Todos
conocemos la interpretación que la Corte Interamericana de Derechos Humanos hizo
sobre esta disposición, en el caso Artavia Murillo versus Costa Rica. En lo que aquí
interesa, ésta sostuvo dos cosas. Por una parte, que la protección del que está por nacer
no es absoluta sino que gradual e incremental según su desarrollo, debido a que no
constituye un deber absoluto e incondicional. Por la otra, dicha protección implica proteger
a la mujer, porque la concepción ocurre dentro de su cuerpo. Tratándose de los límites
temporales de la vida de las personas, el legislador definió cuándo una persona se
encuentra con muerte cerebral (Ley Nº 19.451). Ahí definió cuándo una persona está
muerta. Por lo mismo, el Congreso Nacional se encuentra mucho más capacitado y
legitimado para resolver una controversia de cuándo comienza la vida del que está por
nacer, que esta Magistratura, dado la falta de una regla explícita en la Constitución"
(Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 21º, Rol Nº 3729 (3751)-17-Cpt).
Sobre la base de este razonamiento, en la dicha sentencia se declaró: "Que el que está
por nacer es un bien jurídico, de mucha importancia para la Constitución. Por eso se
refiere a él y le encarga al legislador su resguardo. El que está por nacer no necesita del
estatuto de persona y distorsionar todo el resto del sistema constitucional y legal, para
recibir protección. La Constitución lo relevó de aquello. No hay ninguna entidad que en
nuestro sistema jurídico tenga esta posibilidad" (Tribunal Constitucional, 28 de agosto de
2017, cons. 78º, Rol Nº 3729 (3751)-17-Cpt). 104. De la admisión de la división entre
chilenos y extranjeros. En una realidad novedosa para la que fue habitual en la
sociedad chilena, en los últimos años se ha experimentado un incremento de los procesos
de inmigración y, junto con ellos, el planteamiento de una serie de cuestiones en relación
con los extranjeros. El E. Tribunal Constitucional, al conocer del requerimiento de
xcmo 

inconstitucionalidad respecto del Decreto Supremo Nº 776, del Ministerio del Interior y
Seguridad Pública, que Establece Visto Consular de Turismo a Nacionales de Haití,
publicado en el Diario Oficial de 17 de abril de 2018, ha reconocido que, a pesar de que
pueda apreciarse, en ciertas referencias del ordemiento jurídico, a la nacionalidad como
una "categoría sospechosa", lo cierto es que se mantiene la división entre chilenos y
extranjeros, y que de ella pueden derivarse consecuencias lícitas: "[I]ndependientemente
de que se perciban las alusiones a la nacionalidad como una "categoría sospechosa", en
el ordenamiento positivo no ha desaparecido el estrato jurídico de los "extranjeros" ni las
consecuencias lícitas que se derivan de ello. Las personas, dice el Código Civil,
"divídense en chilenos y extranjeros" (artículo 55)" (Tribunal constitucional, 19-VII-2018,
cons. 15º, Rol Nº 4757-18-Cds). 105. De la división entre chilenos y extranjeros es
posible derivar consecuencias lícitas, entre ellas, las de fijar un estatuto para su
ingreso al país. En este sentido se ha pronunciado el E. Tribunal Constitucional: "en el
xcmo 

ordenamiento positivo no ha desaparecido el estrato jurídico de los "extranjeros" ni las


consecuencias lícitas que se derivan de ello. Las personas, dice el Código Civil,
"divídense en chilenos y extranjeros" (artículo 55). Es natural que tal diferencia se
manifieste -entre otras materias- en la necesidad de un estatuto legal que module el
ingreso de los extranjeros al país, cuyo es el caso del DL Nº 1.094. Contemplando a este
efecto las categorías de turistas, residentes e inmigrantes, nítidamente diferenciadas entre
sí por factores objetivos e impersonales, que nada tienen que ver con el odio, la xenofobia
ni con ningún otro sentimiento espurio o ánimo de hostilidad. Esto es complementado por
el Derecho Internacional de los Derechos Humanos que, primeramente, no reconoce un
derecho de los extranjeros para entrar al territorio de un Estado, lo que queda entregado a
la legislación interna de cada país, y que, en segundo término, les asegura cierta libertad
de circulación y de residencia a aquellos extranjeros que ya se encuentran legalmente en
el territorio de un Estado" (Tribunal constitucional, 19-VII-2018, cons. 15º, Rol Nº 4757-
18-Cds). 106. De la prohibición de la arbitrariedad respecto de los extranjeros en el
ejercicio de las potestades legislativas y reglamentarias. El E. Tribunal xcmo 

Constitucional ha precisado que, del hecho de que sea posible al estado fijar estatutos en
relación con el ingreso de extranjerosal país y su permanencia en él, ello en ningún caso
puede entenderse como la permisión del ejercicio de sus potestades arbitrariamente: "[L]o
dicho, no puede interpretarse en el sentido de que el Estado chileno —al dictar sus leyes
o decretos— pueda comportarse "arbitrariamente" con los extranjeros. El que se le
conceda un espacio de discrecionalidad para regular el ingreso, estadía y permanencia de
los extranjeros en el país, en ejercicio de la soberanía, tal como apuntan acá los
diputados requirentes, no significa que las autoridades de caso queden investidas de un
poder que, por libérrimo, pueda llegar al extremo de abolir principios tan caros al orden
institucional como son los de racionalidad e imparcialidad, antes explicados. Nada más
consecuente con el Derecho Público chileno que entender la proscripción de la
arbitrariedad —formulada además en la prohibición de que "Ni la ley ni autoridad alguna
podrán establecer diferencias arbitrarias"— como parte integrante de las Bases de la
Institucionalidad" (Tribunal constitucional, 19-VII-2018, cons. 16º, Rol Nº 4757-18-Cds).
En este sentido, la jurisprudencia constitucional se sitúa en la línea del pensamiento que
Bello había defendido tempranamente en sus Principios de derecho de gentes (Primera
parte, cap. 5, § 7), en los que había sostenido que razones económicas y políticas
mostraban la inconveniencia de la distinción entre nacionales y extranjeros. Pero, admitía
que el reconocimiento de la autonomía y libertad de los estados justificaba que pudieran
fijar reglas particulares respecto de los extranjeros. Sin embargo, esta era una potestad
que debía ejercerse en términos de justicia, y sin que implicara desconocer la protección
que les era debida, incluso frente a los naturales: "Pero estas reglas deben ser conocidas
de todos y no es lícito alterarlas caprichosamente; o en caso de hacerse en ellas alguna
novedad que empeore la condicion de los estranjeros, dicta la justicia que se conceda un
plazo razonable a los que no quieran conformarse con el nuevo orden, para que se
trasladen con sus bienes a otra parte. La salida de los estranjeros debe ser enteramente
libre, si no es que momentáneamente la impida alguna importante razon de estado, v. gr.
en el caso de temerse que fuesen a dar a los enemigos noticias de que resultase
peligroso. En fin, es obligacion del soberano que les da acojida atender a su seguridad,
haciéndoles justicia en sus pleitos, y protejiéndolos aun en contra de los naturales,
demasiado dispuestos a maltratarlos y vejarlos, particularmente en países de atrasada
civilización y cultura".

Artículo 56. Son chilenos los que la Constitución del Estado declara tales.


Losdemás son extranjeros.

Concordancias: Código Civil: artículos  14  y 57. Constitución Política de la República: artículo 10.
Código de Derecho Internacional Privado: artículos 9º y 10. Decreto Ley Nº 1.094, Min. Interior,
Establece normas sobre extranjeros en Chile, D.O. 19.07.1975.

Artículo 57. La ley no reconoce diferencias entre el chileno y el extranjero


encuanto a la adquisición y goce de los derechos civiles que regla este Código.

Concordancias: Código Civil: artículos 14, 55, 56, 997, 998. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 1º. Ley Nº 5.922, prohíbe adquirir el dominio u otros derechos reales de bienes raíces en
departamentos que determine el Presidente de la República, a los nacionales de países en que rija una
prohibición análoga respecto de los chilenos, D.O. 10.10.1936: artículos 1º, 2º y 3º.   Decreto Ley
Nº  1.094, Min. Interior, establece normas sobre extranjeros en Chile, D.O. 19.07.1975. Decreto Ley
Nº  1.939, sobre Adquisición, administración y disposición de bienes del Estado, D.O. 10.11.1977:
artículos 7º y siguientes. Decreto Nº 5.142, Fija el texto refundido de las disposiciones sobre
nacionalización de extranjeros, D.O. 30.05.2000: artículo 11, inciso 2º. Ley Nº  20.430, establece
disposiciones sobre protección de refugiados, D.O.  15.04.2010: artículo 13. Ley Nº  20.609, establece
medidas contra la discriminación, D.O.  24.07.2012: artículo 2º incisos 1º y 2º.

107. Si un extranjero sufre un accidente en Chile, tiene plena aplicación la


Jurisprudencia: 
regla de este artículo y, en consecuencia, puede demandar indemnización de los
perjuicios sufridos. La Corte Suprema ha declarado que, constando como hecho de la
causa que: "Vigente la relación laboral, y mientras la nave Almourol se encontraba
atracada en el puerto de esta ciudad, al lado de otra denominada Pardelhas, don [...]
sufrió un accidente consistente en la pérdida de parte de uno de los dedos de su mano
izquierda; accidente que tuvo lugar en el territorio nacional, con lo que, por sobre las
alegaciones hechas por la demandada, lo cierto es que cobra plena aplicación en la
especie, el artículo 14 del Código Civil, que hace aplicable las leyes chilenas a todos los
habitantes de la república, incluso los extranjeros, y asimismo, el artículo 57 del mismo
cuerpo de leyes, que confiere a chilenos y extranjeros, los mismos derechos civiles" (Jl.
Punta Arenas, 17 de abril de 2002, cons. 9º, confirmada C. Suprema, 25 de marzo de
2003, LegalPublishing: Cl/Jur/756/2003, Rol Nº 4826-2002).

Artículo 58. Las personas se dividen, además, en domiciliadas y


transeúntes.

Concordancias: Código Civil: artículos 55 y 59.

108. De la noción de "extranjero transeúnte". Se ha estimado que, en cuanto


Jurisprudencia: 
que la ley no define quien sea "extranjero transeúnte", tal expresión debe ser interpretada
según el sentido natural y obvio de sus palabras, que los tribunales han identificado con la
significación que le atribuye el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, y por esta
vía ha hecho descansar el quicio de su significación en el ánimo de permanecer en el
país. En la línea que queda esbozada, la E. Corte Suprema ha declarado: "Que, atendido
xcma 

a que la ley no ha definido lo que debe entenderse por extranjero transeúnte, el intérprete
debe recurrir a la regla de hermenéutica legal contenida en el artículo 20 del Código Civil;
conforme a la cual, las palabras de la ley se deben entender en su sentido natural y obvio,
según el uso general de las mismas. Al respecto, el Diccionario de la Real Academia da a
la palabra transeúnte, el significado de quien transita o pasa por un lugar, que está de
paso, que no reside sino transitoriamente en un sitio, que es de duración limitada,
transitorio. En consecuencia, como correctamente lo sostiene el señor Fiscal en su
informe de fojas 13, tienen dicha calidad los turistas y quienes deben venir a Chile a
cumplir una breve misión para retornar inmediatamente y, por lo mismo, la calidad de
transeúnte la da el ánimo o intención de no permanecer en Chile, de no fijar aquí un
domicilio, sino de tener una breve residencia" (C. Suprema, 27 de noviembre de 2000,
cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2471/2000, Rol Nº 3354-2000). En la misma dirección se
ha declarado, en relación con la calidad de extranjero transeúnte, que se trata de una
calificación: "[Q]ue por no estar definida en la ley obliga a entenderla, con arreglo a lo
dispuesto por el artículo 20 del Código Civil, en su sentido natural y obvio. Sobre el
particular, el Diccionario de la Real Academia atribuye al término transeúnte el significado
de "el que transita o pasa por un lugar, que está de paso, que no reside sino
transitoriamente en un sitio" (C. Suprema, 28 de diciembre de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5343/2009, Rol Nº 6073-2009). Este considerando se ha
reiterado literalmente en sentencias posteriores (C. Suprema, 19 de mayo de 2014, cons.
5º, LegalPublishing: Cl/Jur/2521/2014, Rol Nº 4727-2014). Sobre la base de este
entendimiento de la expresión 'extranjero transeúnte', la E Corte Suprema ha concluido:
xcma.

"Que de lo consignado fluye que la idea medular de la voz "transeúnte" radica en la


transitoriedad de la estadía en un lugar determinado, es decir, descartando la residencia.
Esto resulta concordante con el criterio administrativo vigente que ha dejado de distinguir
al extranjero transeúnte en razón de su permanencia continuada igual o superior a un
año, prefiriéndose, en cambio, como elemento principal el de la residencia, contexto en
que indubitadamente se considera en carácter de transeúntes a turistas y tripulantes"
(C. Suprema, 19 de mayo de 2014, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/2521/2014, Rol
Nº 4727-2014). Es esta una opinión que se puede tener por consolidada, de modo que es
habitual que se reproduzca literalmente el considerando que se ha transcrito
(C. Suprema, 7 de abril de 2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/980/2014, Rol
Nº 14948-2013; C. Suprema, 1 de abril de 2014, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/726/2014, Rol Nº 14657-2013; cfr. C. Suprema, 28 de diciembre
de 2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5343/2009, Rol Nº 6073-2009). 109. La
concesión de visa de trabajo impide que a su titular pueda considerársele como
transeúnte. Se ha declarado que el extranjero a quien se ha concedido una visa de
trabajo se convierte en residente en el territorio nacional y, por lo tanto, no puede ser
considerado transeúnte: "Que el artículo 10 Nº 1 de la Constitución Política establece que
son chilenos los nacidos en el territorio de Chile, con excepción de los hijos de extranjeros
que se encuentren en el país al servicio de su gobierno, y de los hijos de extranjeros
transeúntes, todos los que, sin embargo, podrán optar por la nacionalidad chilena [...] Que
de acuerdo a la norma recién citada, la regla general es que todo el que nace en el
territorio del Estado de Chile adquiere la nacionalidad chilena, en virtud del principio
del jus solis. Para aplicar la parte final de la citada norma es preciso determinar quién es
un extranjero transeúnte, situación que no está definida en la legislación vigente.
Aplicando las reglas de interpretación del artículo 20 del Código Civil que dispone que las
palabras de la ley se entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso general de
las mismas, cabe señalar que el Diccionario de la Real Academia Española define
transeúnte como: El que transita o pasa por un lugar, que está de paso, que no reside
sino transitoriamente en un sitio. La situación de extranjero residente o transeúnte del
reclamante y su cónyuge está decidida en la visa otorgada por el Gobierno para que
permanezca en el territorio nacional, y esta autorización es la establecida en el artículo 23
del Decreto Ley Nº 1.094 de 1975, que en lo pertinente señala: "Se otorgarán visaciones
de residente sujeto a contrato a los extranjeros que viajen al país con el objeto de dar
cumplimiento a un contrato de trabajo. La misma visación se podrá otorgar a los
extranjeros que se encuentren en el territorio nacional y se radiquen en el país para dar
cumplimiento a un contrato de trabajo. Igual visación será otorgada a los miembros de sus
familias que determine el reglamento. La visación sujeta a contrato podrá tener una
vigencia de hasta dos años y podrá ser prorrogada por períodos iguales. Si no se
especifica plazo en el pasaporte, se entenderá que su vigencia es la máxima. El residente
sujeto a contrato podrá solicitar su permanencia definitiva al cumplir dos años de
residencia". De las dos disposiciones antes señaladas, se concluye que el extranjero a
quien se le ha concedido una visa de trabajo se convierte en residente en el territorio
nacional y, por lo tanto, no puede ser considerado transeúnte" (C. Suprema, 24 de abril
de 1997, cons. 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2456/1997, Rol Nº 442-1997). Estas
consideraciones se han reproducido literalmente ensentencias posteriores de la misma
Corte Suprema (C. Suprema, 14 de mayo de 1997, cons. 2º y 3º
LegalPublishing: Cl/Jur/1535/1997, Rol Nº 442-1997; C. Suprema, 30 de mayo de 1997,
cons. 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2505/1997, Rol Nº 842-1997).

2. Del domicilio en cuanto depende de la residencia y del ánimo de


permanecer en ella
Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 22.

Artículo 59. El domicilio consiste en la residencia, acompañada, real o


presuntivamente, del ánimo de permanecer en ella.

Divídese en político y civil.

Concordancias: Código Civil: artículos 15 inciso 1º, 60, 61, 68, 109, 200, 310, 896, 955, 1587, 1588,
1589, 2010. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 10 y 11. Código del Trabajo: artículo 10
inciso 3º.

110. El domicilio constituye una categoría técnica que se configura por la


Jurisprudencia: 
coexistencia de la "residencia" y de un "ánimo" de permanencia. Tal es lo que se
desprende del mero texto de este artículo y, de su relación con algunos de los que siguen,
la jurisprudencia ha tendido a expresar que el "ánimo de permanencia" puede ser real o
presunto: "[E]l artículo 59 del Código Civil establece que: 'El domicilio consiste en la
residencia, acompañada, real o presuntivamente, del ánimo de permanecer en ella'. De
modo que es evidente que los elementos constitutivos del domicilio son la residencia y el
ánimo de permanecer en una parte determinada del territorio del Estado, pudiendo el
último ser real o presunto" (C. Suprema, 5 de noviembre de 2014, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/8084/2014, Rol Nº 11363-2014). 111. La noción de
"residencia" implica el asentamiento en un cierto lugar, que se constituye en el
centro de los intereses jurídicos de una persona. La jurisprudencia más habitual ha
solido destacar, que la noción de residencia se vincula al hecho de establecerse o a
avecindarse en un cierto lugar. Así, por ejemplo, se ha dicho que ella consiste en: "[L]a
permanencia o establecimiento en un lugar determinado" (C. Suprema, 30 de octubre de
2003, cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/1058/2003, Rol Nº 1058-2003), o que: "[E] l
residir requiere avecindarse en un determinado lugar" (C. Apelaciones de Valdivia, 19 de
noviembre de 2007, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/7048/2007, Rol Nº 689-2007). Pero,
además, se ha destacado, y con razón, que ese acto de afincarse o establecerse en un
cierto y determinado lugar hace que este se constituya en el centro de los intereses
jurídicos de la persona: "Especificando el concepto de residencia se ha señalado que éste
es el lugar determinado donde una persona establece el centro de sus intereses jurídicos
y en el cual se encuentra habitual o permanentemente" (C. Suprema, 5 de noviembre de
2014, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/8084/2014, Rol Nº 11363-2014). 112. El solo
cambio de la residencia de una persona no muda su domicilio. En este sentido se ha
declarado que: "[N]o cualquier lugar constituye el domicilio de una persona. Por ello, si el
lugar de residencia muta, se requieren ciertos requisitos para que éste sea o constituya un
nuevo domicilio" (C. Apelaciones de Santiago, 26 de julio de 2012, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1521/2012, Rol Nº 1345-2012). 113. Un "sitio eriazo" no puede
constituir domicilio. Así se ha declarado por la Corte de Apelaciones de Valparaíso:
"Según consta en el certificado de Avalúo Fiscal que rola a fs. 285 de autos la propiedad
de que se trata es un 'sitio eriazo', el cual no puede constituir, por definición, el domicilio
de una persona. La circunstancia de que se trate de un sitio eriazo" (C. Apelaciones de
Valparaíso, 4 de agosto de 2005, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/7197/2005, Rol
Nº 2326-2003). 114. El domicilio de una persona constituye un dato de carácter
personal, que queda cubierto por la Ley Nº 19.628, sobre protección de la vida
privada. Así se ha declarado por la E  Corte Suprema: "Que no resulta discutido que
xcma.

dentro de los datos de carácter personal encontramos, entre otros, el nombre, edad, sexo,
estado civil, profesión, RUT, cuenta corriente, domicilio y teléfono; por lo que sin duda la
dirección de una persona es un aspecto que claramente se encuentra dentro del marco
establecido por la referida ley y constituye un dato de carácter personal. En razón de esto
su divulgación y tratamiento únicamente puede ser efectuada cuando el titular consienta
en ello o la ley lo autorice, lo que sin duda no ha ocurrido en este caso. Noveno: Que al
haber la recurrida publicado en su página de Facebook en la que se pone a disposición de
terceros información personal de la recurrente sin su consentimiento, ha realizado una
actuación ilegal y arbitraria que contraviene la Ley Nº 19.628 y, en consecuencia,
conculca el derecho constitucional de la recurrente previsto en el artículo 19 numeral 4º de
la Constitución Política de la República, al afectar la protección que se le debe a su vida
privada y su honra" (C. Suprema, 11 de abril de 2017, cons. 8º y 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1658/2017, Rol Nº 95019-2016).

Artículo 60. El domicilio político es relativo al territorio del Estado en


general. El que lo tiene o adquiere es o se hace miembro de la sociedad
chilena, aunque conserve la calidad de extranjero.

La constitución y efectos del domicilio político pertenecen al Derecho


Internacional.

Concordancias: Código Civil: artículos 59 inciso 2º, 1016 inciso 1º. Código de Derecho Internacional
Privado: artículos 10, 11, 22 al 26.

Artículo 61. El domicilio civil es relativo a una parte determinada del territorio


del Estado.

Concordancias: Código Civil: artículos 59 inciso 2º, 62, 65, 68, 1588 y 1589. Código de Procedimiento
Civil: artículo 170 Nº  1. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 10 y 11.

Artículo 62. El lugar donde un individuo está de asiento, o donde ejerce


habitualmente su profesión u oficio, determina su domicilio civil o vecindad.

Concordancias: Código Civil: artículos 61, 63, 1016 inciso 1º. Constitución Política de la República:
artículos 13 inciso 3º, 14. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 10 y 11.

Artículo 63. No se presume el ánimo de permanecer, ni se adquiere,


consiguientemente, domicilio civil en un lugar, por el solo hecho de habitar un
individuo por algún tiempo casa propia o ajena en él, si tiene en otra parte su
hogar doméstico o por otras circunstancias aparece que la residencia es
accidental, como la del viajero, o la del que ejerce una comisión temporal, o la
del que se ocupa en algún tráfico ambulante.

Concordancias: Código Civil: artículos 47, 59 inciso 2º, 61, 64. Código de Derecho Internacional
Privado: artículos 10 y 11.

Artículo 64. Al contrario, se presume desde luego el ánimo de permanecer y


avecindarse en un lugar, por el hecho de abrir en él tienda, botica, fábrica,
taller, posada, escuela u otro establecimiento durable, para administrarlo en
persona; por el hecho de aceptar en dicho lugar un cargo concejil, o un empleo
fijo de los que regularmente se confieren por largo tiempo; y por otras
circunstancias análogas.

Concordancias: Código Civil: artículos 47, 63. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 10 y
11.

115. El domicilio puede adquirirse por ciertas circunstancias que se


Jurisprudencia: 
prolongan en el tiempo. Así lo ha entendido, a la luz de este artículo, la I Corte de lma. 

Apelaciones de Santiago: "Al contrario, se presume el ánimo de permanencia y vecindad,


por distintas causales y circunstancias que se confieren y producen por largo tiempo. De
ahí que el domicilio, en ciertos casos, sea también una situación que se adquiera con el
tiempo" (C. Apelaciones de Santiago, 26 de julio de 2012, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1521/2012, Rol Nº 1345-2012). 116. El haber celebrado un
contrato de trabajo para prestar labores en un cierto lugar hace presumir el ánimo
de permanecer en él. Sobre la base de que: "El artículo 64 de nuestro Código Civil
señala que se presume, desde luego, el ánimo de permanecer y avecindarse en un lugar
por el hecho, entre otros, de aceptar en él un empleo fijo de los que regularmente se
confieren por largo tiempo; y por otras circunstancias análogas", la Corte Suprema ha
declarado: "Que, acreditado como se encuentra el hecho de tener el recurrente un
contrato en calidad de técnico para la Quinta Región, con asiento en la ciudad de
Valparaíso, para trabajar a las órdenes de International Bonded Courriers Chile S.A.,
celebrado el 15 de junio de 1986 y con vigencia hasta el 20 de junio de 1990 como lo
prueban los documentos de fojas 9 y 32, resulta evidente el ánimo del solicitante y sus
familiares de permanecer en Chile" (C. Suprema, 29 de diciembre de 1989, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/386/1989, Rol Nº 12989).

Artículo 65. El domicilio civil no se muda por el hecho de residir el


individuo largo tiempo en otra parte, voluntaria o forzadamente, conservando
su familia y el asiento principal de sus negocios en el domicilio anterior.

Así, confinado por decreto judicial a un paraje determinado, o desterrado de


la misma manera fuera de la República, retendrá el domicilio anterior, mientras
conserve en él su familia y el principal asiento de sus negocios.

Concordancias: Código Civil: artículos 59 inciso 2º, 61. Código Penal: artículo 21. Código de Derecho
Internacional Privado: artículos 10, 11 y 25.

Artículo 66. Los obispos, curas y otros eclesiásticos obligados a una


residencia determinada, tienen su domicilio en ella.

Concordancias: Código Civil: artículo 59. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 10 y 11.

Artículo 67. Cuando concurran en varias secciones territoriales, con


respecto a un mismo individuo, circunstancias constitutivas de domicilio civil, se
entenderá que en todas ellas lo tiene; pero si se trata de cosas que dicen
relación especial a una de dichas secciones exclusivamente, ella sola será
para tales casos el domicilio civil del individuo.
Concordancias: Código Civil: artículos 59 inciso 2º, 61, 62, 64. Código de Derecho Internacional
Privado: artículos 10 y 11. Código Orgánico de Tribunales: artículo 140.

117. De la aplicación de esta regla tanto a las personas naturales como a


Jurisprudencia: 
las personas jurídicas. La E Corte Suprema ha asumido la opinión de aquellos que
xcma. 

estiman que la pluralidad de domicilios, admitida por este artículo 67, es aplicable a las
personas jurídicas: "[E] l profesor Antonio Vodanovic H., en su libro Manual de Derecho
Civil, Parte Preliminar y General (Editorial Jurídica ConoSur Ltda.), ha señalado que 'el
Código Civil no se ocupa del domicilio de las personas jurídicas. Pero se ha estimado que
el artículo 67 de este cuerpo de leyes, sobre pluralidad de domicilios, es aplicable a las
personas jurídicas, especialmente, si tiene agencias o sucursales. Por tanto, si concurren
en varias secciones territoriales circunstancias constitutivas de domicilio civil, se
entenderá que en todas ellas lo tiene'" (C. Suprema, 5 de octubre de 2012, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2229/2012, Rol Nº 4308-2010). Con recurso a la opinión de otros
autores, el mismo tribunal había seguido con anterioridad igual criterio: "Los especialistas
en el tema "personas jurídicas", señalan que al igual que la persona física, la persona
jurídica debe ser necesariamente localizada en un lugar determinado. En este sentido, las
normas que determinan el domicilio de las personas físicas (arts. 59 al 73 del Código
Civil) resultan igualmente útiles, "aunque requieren de cierta adaptación, pues sólo fueron
pensadas para serle aplicadas al hombre de carne y hueso". (Alberto Lyon
Puelma, Personas Jurídicas, Ediciones U. Católica de Chile, 2003, pág. 56) Precisa este
autor que la sede estatutaria de la persona jurídica no fija el domicilio legal de la misma
sino en cuanto corresponde realmente a su sede efectiva. El haber domiciliado a la
sociedad en un lugar distinto a la sede fijada en los estatutos constituye más bien una
violación o transgresión de éstos, de lo cual podrían ser responsabilizados los
administradores. "Todo lo cual conduce a concluir, entonces, que las normas de los
artículos 59 y siguientes del Código Civil son íntegramente aplicables a las personas
jurídicas con total independencia de cual sea su sede estatutaria". (Lyon Puelma, op. cit.,
pág. 57). A propósito del domicilio de las personas jurídicas, Alessandri Rodríguez y
Somarriva Undurraga apuntan que el domicilio de las personas jurídicas es el que señalan
sus estatutos. Si éstos nada dicen, se entiende que es el asiento principal, esto es, el
lugar donde se halle la sede principal de los negocios o intereses; como nuestra
legislación admite la pluralidad de domicilio, es indudable que las personas jurídicas
pueden tener varios, constituidos por sucursales o agencias que posean los caracteres de
domicilio. (Derecho Civil, Parte General, T. II, Quinta Edición, 1990, pág. 572). Luis Claro
Solar opina que las corporaciones, por el propio fin que persiguen, pueden tener sólo una
sede o casa social, y tendrán su domicilio en ese mismo lugar, pero bien pueden extender
su acción a otros lugares, disponiendo en ellos otros establecimientos o sucursales o
agencias; "y si estas nuevas casas reúnen las condiciones de permanencia características
del domicilio, podrán adquirir domicilio en esos lugares para los negocios que en ellas
traten". (Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado, T. V, pág. 533). Por su
parte Antonio Vodanovic indica que "Se ha estimado que la disposición del Código Civil
(art. 67) sobre pluralidad de domicilios es aplicable a las personas jurídicas,
especialmente si tienen agencias o sucursales. Por tanto, si concurren en varias
secciones territoriales circunstancias constitutivas de domicilio civil, se entenderá que en
todas ellas lo tiene". (Manual de Derecho Civil. Tomo I Parte Preliminar y General,
pág. 176)" (C. Suprema, 13 de agosto de 2009, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1036/2009, Rol Nº 785-2008). En igual sentido se pueden leer
fallos anteriores que, con ligeras variantes, reproducen la opinión de los autores citados
(C. Suprema, 11 de noviembre de 2008, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/4033/2008,
Rol Nº 5096-2007; C. Suprema, 18 de octubre de 2006, cons. 13º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8272/2006, Rol Nº 2371-2004). 118. De la pluralidad de
domicilios como situación de excepción. En este sentido la E Corte Suprema ha
xcma. 

advertido que: "[D]ebe tenerse en cuenta que si bien el artículo 67 del Código Civil
reconoce la pluralidad de domicilio, es a condición de que en las diversas secciones
territoriales concurran, con respecto a la persona, todas las circunstancias que sirven para
determinar el domicilio civil, las que por tratarse de una regla de excepción deben
probarse por la parte que las invoque" (C. Suprema, 5 de noviembre de 2014, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/8084/2014, Rol Nº 11363-2014). 119. De cuándo se presenta la
pluralidad de domicilios. La E Corte Suprema ha precisado que: "Una persona puede
xcma. 

tener pluralidad de domicilios, posibilidad reconocida en el artículo 67 del Código Civil. En


efecto, en el evento que una persona tenga, en diversas secciones territoriales, las dos
circunstancias constitutivas de este atributo de la personalidad, a saber, la residencia en
una parte determinada del territorio del Estado y el ánimo de permanecer en dicha
residencia (animus manendi), debe concluirse que tiene más de un domicilio: tantos
cuantas veces se reúnan dichos elementos" (C. Suprema, 27 de diciembre de 2000,
cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/535/2000, Rol Nº 345-2000).

Artículo 68. La mera residencia hará las veces de domicilio civil respecto de
las personas que no tuvieren domicilio civil en otra parte.

Concordancias: Código Civil: artículos 59 inciso 2º, 61. Código de Derecho Internacional Privado:
artículos 10, 11 y 26.

120. De la naturaleza de esta regla. Se ha estimado que ella constituye una


Jurisprudencia: 
especie de presunción o ficción legal: "El artículo 68 señala que "La mera residencia hará
las veces de domicilio civil respecto de las personas que no tuvieren domicilio civil en otra
parte". Estableciendo entonces a este respecto una suerte de presunción o ficción legal"
(C. Suprema, 30 de octubre de 2003, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/2392/2003, Rol
Nº 1058-2003).

Artículo 69. Se podrá en un contrato establecer de común acuerdo un


domicilio civil especial para los actos judiciales o extrajudiciales a que diere
lugar el mismo contrato.

Concordancias: Código Civil: artículos 59 inciso 2º, 61, 1438, 1545,  2350 inciso 1º. Código de
Derecho Internacional Privado: artículos 10, 11 y 25. Código Orgánico de Tribunales: artículo 135.

Artículo 70. El domicilio parroquial, municipal, provincial o relativo a


cualquier otra sección del territorio, se determina principalmente por las leyes y
ordenanzas que constituyen derechos y obligaciones especiales para objetos
particulares de gobierno, policía y administración en las respectivas parroquias,
comunidades, provincias, etc., y se adquiere o pierde conforme a dichas leyes
u ordenanzas. A falta de disposiciones especiales en dichas leyes u
ordenanzas, se adquiere o pierde según las reglas de este título.

Concordancias: Código Civil: artículos 4º, 965 inciso final, 1056 inciso final. Código de Derecho
Internacional Privado: artículos 10, 11 y 25.
3. Del domicilio en cuanto depende de la condición o estado civil de la persona

Artículo 71. Derogado.115

Artículo 72. El que vive bajo patria potestad sigue el domicilio paterno o
materno, según el caso, y el que se halla bajo tutela o curaduría, el de su tutor
o curador.116

Concordancias: Código Civil: artículos 244 y 338. Código de Derecho Internacional Privado: artículo
24.

121. Esta regla no impide que pueda desvirtuársela mediante la prueba de


Jurisprudencia: 
que el menor tiene otro domicilio. Esta fue una opinión que se mantuvo en el contexto
de la hoy derogada Ley de Matrimonio Civil de 1884, y que estaba directamente vinculada
a la ya desaparecida causa de nulidad de matrimonio que consistía en la incompetencia
del oficial del Registro Civil. Así, por ejemplo se argumentaba que: "Que si bien, en
principio, el que vive bajo patria potestad sigue el domicilio paterno o materno, según el
caso, nada impide que, en casos concretos, tal presunción pueda desvirtuarse a través de
medios legales de prueba; Que al efecto cabe puntualizar que el propio Código Civil, en
su artículo 2320 inciso segundo, admite implícitamente tal posibilidad al reglamentar la
responsabilidad de los padres por los hechos de sus hijos menores; Que el artículo 59 del
citado cuerpo de leyes define el domicilio como la residencia, acompañada real o
presuntivamente, del ánimo de permanecer ella y, conforme al artículo 20 del mismo
Código, cuando las palabras el legislador las haya definido expresamente para ciertas
materias, se les dará en éstas su significado legal; Que en el caso de autos conforme a la
prueba testifical rendida por las partes aparece de manifiesto que el domicilio legal de la
actora representaba una ficción por cuanto no concurrían a su respecto los elementos
constitutivos del mismo: la residencia y el ánimo real o presunto de permanecer en ella;
Que, en esta contingencia, procede declarar que el matrimonio por no haberse celebrado
ante el Oficial Civil competente, es nulo" (C. Apelaciones de Santiago, 4 de junio de 1991,
LegalPublishing: Cl/Jur/108/1991, Rol Nº 5881-1990).

Artículo 73. El domicilio de una persona será también el de sus criados


y dependientes que residan en la misma casa que ella; sin perjuicio de lo
dispuesto en los dos artículos precedentes.

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 24.

TÍTULO II DEL PRINCIPIO Y FIN DE LA EXISTENCIA DE LAS PERSONAS


Concordancias: Código Civil: Mensaje VI.

1. Del principio de la existencia de las personas

Artículo 74. La existencia legal de toda persona principia al nacer, esto es,
al separarse completamente de su madre.

La criatura que muere en el vientre materno, o que perece antes de estar


completamente separada de su madre, o que no haya sobrevivido a la
separación un momento siquiera, se reputará no haber existido jamás.

Concordancias: Código Civil:  artículos 54, 55, 77, 549 inciso final, 962, 2051 inciso 1º.  Constitución
Política de la República: artículos 5º inciso 2º, 19 Nº  1 inciso 2º. Ley Nº  4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 28, 49. D.F.L.
Nº  2.128, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento Orgánico del Servicio de Registro
Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 116. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 28. Decreto
Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención de los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990,
preámbulo: artículos 1º, 6º Nº 1. Decreto Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de
Costa Rica,  D.O.  5.01.1990: artículo 4º Nº 1; Ley Nº 20.120, Sobre investigación científica en el ser
humano, su genoma y prohíbe la clonación humana, D.O. 22.09.2006: artículo 1º.

122. De la categoría de persona ligada al nacimiento. Con ocasión del


Jurisprudencia: 
examen del proyecto de ley relativo a la despenalización de la interrupción voluntaria del
embarazo el E  Tribunal Constitucional ha sentado en 2017 una doctrina nueva en
xcmo.

relación con la que los tribunales ordinarios de justicia habían mantenido hasta ahora, y
que descansaba en la lectura de las reglas del Código Civil, de las que se deducía la
centralidad de la distinción entre "existencia natural" de las personas y "existencia legal"
de ellas. Sobre tal base, además de otros fundamentos, la E  Corte Suprema había
xcma.

declarado que el nacimiento no era condición precisa para la existencia natural de las
personas, de guisa que no le cabía duda en cuanto a que el nasciturus quedaba
comprendido dentro de tal categoría. Así, por ejemplo, había explicado: "En efecto, de
acuerdo con el artículo 55 del Código, son personas todos los individuos de la especie
humana debiendo entenderse por individuo, conforme con su acepción natural y obvia,
cada ser organizado sea animal o vegetal respecto de la especie a que pertenece. De
este punto de vista dado que la criatura concebida y no nacida constituye un ser único e
independiente, cuya entidad no se confunde con la de sus progenitores, cabe por tanto
entender que queda plenamente comprendido dentro del concepto que de la persona
tiene nuestro legislador civil. Por lo demás, según el propio tenor literal del art. 74, el
nacimiento determina la existencia legal de la persona, lo cual se explica en razón de la
clase de derechos de que se ocupa nuestro Código Civil, pero no implica que antes de él
aquélla no exista para otros efectos tanto o más importantes. Ello lo corrobora el artículo
80, el cual sí se refiere a la existencia natural de la persona al disponer que aquélla
termina con la muerte, evidenciando que ésta es diversa de su existencia legal. Asimismo,
nos parece qué exigir el nacimiento como supuesto necesario para adquirir la condición
de persona no implica que antes de su verificación no estemos ya frente a un sujeto
humano y, por ende, titular de garantías tan esenciales como el derecho a la vida. No
considerarlo así implicaría que el status de persona dependería, en definitiva, de la
definición que de tal concepto tuviere el legislador o el propio constituyente y que si hoy
se asocia por algunos al hecho del parto, el día de mañana podría estar vinculado con la
viabilidad del recién nacido o cualquier otro criterio que se estableciere cumpliendo con
los requisitos formales para la dictación de la norma" (C. Suprema, 16 de abril de 2009,
cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/7939/2009, Rol Nº 1882-2008). El E  Tribunal xcmo.

Constitucional, en cambio, se ha desentendido de la distinción entre "existencia natural" y


"existencia legal" de las personas, y ha entendido que en el sistema jurídico chileno la
categoría de "persona" está condicionada por el "nacimiento", de guisa que bien podría
decirse que sin nacimiento no hay personas y, por ende, el nasciturus queda excluido de
esa categoría. Esta opinión la funda, tanto en su lectura de las reglas del Código Civil,
como en las de la misma Constitución. En relación con el Código Civil ha estimado que
hay en él una clara distinción entre las "personas", que son las que han nacido, y quienes
aún no nacen, pero que pueden nacer (nasciturus): "Que lo primero que cabe señalar es
que el Código Civil señala que la existencia legal de toda persona principia al nacer
(artículo 74). Y termina con la muerte natural (artículo 78). El nacimiento, agrega, se
produce al separarse completamente de la madre (artículo 74). Asimismo, el Código
define como persona a "todos los individuos de la especie humana" (artículo 55).
Finalmente, como la existencia legal principia al nacer, ello en el Código Civil produce dos
efectos. Por una parte, los derechos entregados al que está por nacer, quedan diferidos
hasta que nazca. Si nace entra en su goce (artículo 77). Por la otra, si no nace, se reputa
que no ha existido jamás (artículo 74). Ello ocurre tanto si muere en el vientre materno
como si perece antes de estar completamente separado de su madre o si no sobrevive a
la separación un momento siquiera (artículo 74). Como se observa, a los nacidos el
Código les denomina personas. Y a los que están por nacer, criatura. Y nunca a las
personas los considera como si no hubiesen existido. Sexagésimocuarto. Que como se
observa, el Código Civil pone énfasis en el nacimiento para hacer una separación"
(Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 63º y 64,
LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-Cpt). Para el E Tribunal xcmo.

Constitucional, ese mismo papel central lo desempeña el nacimiento en la Constitución:


"Que la Constitución también construye su concepto de persona a partir del nacimiento"
(Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 68º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-Cpt). Esta afirmación la
fundamenta en tres razones: 1ª) El texto del inciso 1º del artículo 1º de la
Constitución: como primer fundamento para justificar que la categoría de persona se
vincula en la Constitución necesariamente al nacimiento ha señalado: "En primer lugar,
porque así lo establece el artículo 1º inciso primero de la Constitución. Este establece que
'las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos'" (Tribunal Constitucional, 28
de agosto de 2017, cons. 68º, LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-
Cpt); 2ª) El texto del artículo 19 número 1º de la Constitución: de este segundo
fundamento ha dicho: "Que un segundo argumento para sostener que el que está por
nacer no es persona, la da el propio artículo 19 Nº 1 de la Constitución. Este parte por
señalar que la Constitución asegura a todas 'las personas'. Es a éstas a quienes les
reconoce derechos. Luego, el inciso primero del artículo 19 Nº 1, garantiza el derecho a la
vida y a la integridad física y síquica a 'la persona'. Sin embargo, el inciso segundo ya no
emplea la expresión 'persona'. Habla 'del que está por nacer'. Tal como se dijo en
estrados por el abogado del Ejecutivo, si la Constitución hubiera querido asimilar el que
está por nacer a persona, no habría empleado la proposición 'del', sino que 'de la' que
está por nacer" (Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons.
76º, LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-Cpt); 3ª) El texto de
otros números del artículo 19 de la Constitución: explicado este fundamento del modo
siguiente: "Que un tercer argumento, es que el resto de los numerales del artículo 19,
razonan sobre la base de que la persona está nacida o tiene una edad determinada. Por
lo mismo, no es un mero error de redacción. Por ejemplo, el no nacido no puede ser
imputado de delito. Por eso el artículo 19 Nº 3 inciso cuarto, habla de 'toda persona
imputada de delito'. Asimismo, las personas tienen derecho a la honra y respeto y
protección a la vida privada (artículo 19 Nº 4). Del mismo modo, el artículo 7º reconoce el
derecho de toda persona de residir y permanecer en cualquier lugar de la República y de
trasladarse a uno o a otro y a entrar o salir de su territorio. Eso no puede realizar el no
nacido. También, no puede ejercer el derecho a elegir un sistema de salud (artículo 19
Nº 9), ni el derecho a la educación (artículo 19 Nº 10), ni a la libre contratación en materia
laboral (artículo 19 Nº 16), etc." (Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 77º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-Cpt). 123. De la "existencia
legal" de las personas y de la posibilidad de que se configure el tipo penal de
cuasidelito de homicidio respecto del feto.En sede penal, a propósito del tipo de
homicidio descrito en el artículo 391 del Código Penal,que delimita a su sujeto pasivo
como "otro", se ha planteado, con anterioridad a la sentencia del E  Tribunal xcmo.

Constitucional de 28 de agosto de 2017, la cuestión tocante a si, la muerte causada al feto


durante el curso de actuaciones médicas realizadas con ocasión del parto, puede ser
constitutiva de cuasidelito de homicidio cuando se ha acreditado la negligencia de los
médicos o profesionales sanitarios que intervinieron en los tratamientos. La E  Corte xcma.

Suprema no ha mantenido una misma opinión, pues en algún caso ha optado por
desestimar la procedencia del cuasidelito de homicidio, sobre la base central de una cierta
interpretación de la regla de este artículo 74 del Código Civil, y en otro ha admitido que sí
es posible la comisión del referido cuasidelito, por estimar que en sede penal no resulta
adecuada la aplicación del citado artículo 74: 123.1. Opinión que entiende que sólo es
posible la comisión del cuasidelito de homicidio cuando ha comenzado la
"existencia legal" de una persona, según la regla del artículo 74 del Código Civil: en
este sentido la E  Corte Suprema ha razonado del modo siguiente: "9º) Que, conforme a
xcma.

lo expresado, para la adecuada resolución de la cuestión sub judice corresponde reveer si


la acción desplegada por el enjuiciado se inscribe dentro del tipo penal del homicidio, que
se refiere, simplemente, a provocar la muerte de otra persona. 10º) Que, la expresión otro
conlleva la idea de alteridad que, como atributo, reclama la existencia de una
individualidad personal reconocible y plenamente diferenciada, lo que trasladado al campo
que aquí interesa remite al ser humano vivo, en cuanto dotado de vida independiente. No
responde conceptualmente a tal exigencia el feto, incluso a término, que se encuentra
todavía dentro del claustro materno. Ni siquiera en el supuesto de que se halle en curso
de expulsión, ya que está naciendo, pero todavía no se ha nacido. Para que éste pueda
llegar a ser considerado otro ha de ser perfectamente discernible de la madre, y no lo es
mientras depende orgánicamente en términos esenciales y se encuentra comprendido
especialmente dentro de ella, con la que su relación es tan estrecha que se hace
imposible en la práctica actuar sobre el primero sin que la acción incida o se proyecte al
mismo tiempo sobre la segunda. Un ser vivo en período de expulsión, durante el parto, no
es plenamente reconocible como otro respecto de la madre y tampoco en la relación con
los demás sujetos. En él hay vida, podría decirse incluso, que hay otra vida
(biológicamente hablando), pero no la de otro, por falta del mínimo de autonomía
requerida para constituir una subjetividad. Desde el punto de vista del derecho penal
vigente en nuestro país, la vida humana independiente y, con ella, su destrucción como
homicidio, comienza desde el momento del nacimiento, entendido por tal la total expulsión
del claustro materno, que es el único criterio que permite distinguir con claridad uno y otro
momento de la vida humana. 11º) Que como la existencia legal de toda persona principia
al nacer, es decir, al separarse completamente de su madre, es inconcuso que no ha
podido configurarse un cuasidelito de homicidio respecto de quien no nacía al ocurrir la
conducta enjuiciada, pues no se había apartado íntegramente de la madre, que es lo que
constituye el nacimiento, punto inicial de la existencia de las personas, como lo expresa el
artículo 74 del Código Civil. No obsta a lo anterior, que el fallecimiento se produjera tras el
nacimiento del interfecto, ya que es a la época en que se ejecuta la acción donde se debe
justipreciar si la actividad se incardina o no en una determinada figura penal y, en aquella,
la vida aún no se había independizado. 12º) Que, por haber nacido después del
pretendido hecho criminoso, no puede configurarse a su respecto no sólo un cuasidelito
de homicidio sino ilícito culposo alguno. En efecto, tampoco podría entenderse cometido
un cuasidelito de aborto, por cuanto los tipos penales rectores en esta clase de conductas
están consagrados en los artículos 490 y 492 del Código Penal, que como es sabido, se
afincan en el restringido ámbito de los delitos contra las personas, esto es, de aquellos
sancionados en el Título VIII del Libro II del reseñado texto legal y el injusto de aborto está
reprimido en una sección del Estatuto punitivo distinta de aquella" (C. Suprema, 30 de
enero de 2008, cons. 9º a 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/1546/2008, Rol Nº 6229-
2006); 123.2. Opinión que entiende que es posible que se configure el tipo penal de
cuasidelito de homicidio respecto del feto, aún antes de haberse producido el
comienzo de su "existencia legal" según la regla del artículo 74 del Código Civil: en
este sentido la E  Corte Suprema ha estimado: "Que el bien jurídico protegido es la vida
xcma.

orgánica del feto, sujeto pasivo, para que no sufra un mal o sea víctima de él, riesgo que
afectó a la madre en cuanto fue abandonada y desatendida por su médico y matrona
particulares, afectando también al feto, a la criatura que estaba con vida en el claustro
materno, que muere por esa falta de atención y de cuidados. Las figuras de ilícitos que
conforman el hecho principal en los cuasidelitos contra las personas, están constituidas
por el homicidio y las lesiones, y también por el aborto. En el homicidio el sujeto pasivo es
otro como lo manifiesta el artículo 391 del Código Penal, adquiriendo relevancia
trascendental el sentido y alcance de la expresión en el ámbito penal. En una definición
civilista otro es un sujeto distinto, un hombre vivo diferente del autor, que ha adquirido la
calidad de persona desde el momento de su separación completa de la madre y sobrevive
un momento siquiera a esa separación, como lo dispone el artículo 74 del Código Civil. En
cambio, en el ámbito penal el concepto, la idea de quién es otro, ha ido adquiriendo una
visión más acorde con la realidad y circunstancias del tipo penal de que se trata, así en
los cuasidelitos y en los de negligencia médica que nos preocupa, es también el otro el
producto de la concepción, sin lugar a dudas y discusión, a lo menos, en la etapa de
nacimiento que se inicia con las primeras contracciones que sufre y experimenta la
parturienta, de manera que si durante ese proceso biológico, cuya vida ha sido
auscultada, fallece antes de su extracción del vientre materno, sea por operación o
procedimiento médico o naturalmente, se habrá originado responsabilidad penal, si
quienes debieron controlar, dirigir y realizar las actuaciones médicas y obstétricas
necesarias para el parto sin consecuencias, incurrieron en negligencia como la
comprobada en autos. La calidad de persona entonces, del otro a que se refiere el Código
Penal, no puede apreciarse con el rigor y criterios civilistas del entramado del Código
Civil, así el Derecho Penal, en la salvaguardia de la vida humana, debe ir varios pasos
más adelante para su debida protección por su condición de prevención y de prohibición,
y si ocurre su quebrantamiento, debe propender a la inexistencia de la impunidad.
Decimoprimero: Que el desarrollo hasta los días de hoy, de concepciones ya liberadas de
las interpretaciones tradicionales de la norma del artículo 491 del Código Penal,
específicamente en cuanto al sentido y alcance de la expresión causare mal a las
personas, que se relaciona con otra, la de el que mate a otro del artículo 391 del mismo
texto, permiten (en un examen y análisis más cercano a la filosofía y principios del
Derecho Penal, advertir que no es posible mantener en la interpretación de esas normas
los criterios civilistas, según los cuales el sujeto que es extraído del vientre materno, al fin
del embarazo, y particularmente al término del nacimiento, no es persona ni es el otro,
sino cuando ha sido separado completamente de su madre según así lo establece el
artículo 74 del Código Civil, que subordina la existencia legal al nacer, al hecho de
separarse completamente de su madre, y que en el inciso 2º dispone que la criatura que
muera en el vientre materno o que perece antes de estar completamente separada de su
madre, o que no haya sobrevivido a la separación un momento siquiera, se reputará no
haber existido jamás. Sin embargo, a continuación el artículo 75 dispone que la ley
protege la vida del que está por nacer, y que el Juez a petición de cualquiera o de oficio,
adoptará las providencias que le parezcan necesarias y adecuadas para salvaguardar la
existencia del no nacido, siempre que crea que de algún modo peligra. Decimosegundo:
Que, como adelantamos, ideas y conceptos, vaciados en normativas legales,
constitucionales y aún internacionales, han ido aclarando y precisando que la protección
que el Código Penal debe otorgar al ser humano se ha entendido a individuos o sujetos
con vida antes de la expulsión del vientre materno, desde la concepción, y a lo menos,
durante el período, estadio o etapa del nacimiento o alumbramiento, que se inicia con las
primeras contracciones que se producen en la parturienta y que termina con la expulsión
natural o extracción por procedimiento quirúrgico de la placenta y el feto. Decimotercero:
Que, entre la normativa a que se alude, resulta útil mencionar las siguientes: a) De la Ley
Nº 20.120, publicada en el Diario Oficial del 22 de septiembre de 2006, sobre La
Investigación Científica en el Ser Humano, su Genoma, y Prohíbe la Clonación Humana,
que en su artículo 1º prescribe que Esta ley tiene por finalidad proteger la vida de los
seres humanos, desde el momento de la concepción, su integridad física y psíquica, así
como su diversidad e identidad genética, en relación con la investigación científica
biomédica y sus aplicaciones clínicas. b) En la Constitución Política de la República, en el
capítulo III de los Derechos y Deberes Constitucionales, el Nº 1 del artículo 19, dispone
que la Constitución asegura a todas las personas el derecho a la vida y a la integridad
física y psíquica y que la ley protege la vida del que está por nacer. c) En el Código Civil,
el artículo 55, establece que son personas todos los individuos de la especie humana,
cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condición. d) La Convención Americana sobre
Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica, de fecha de adopción el día 22
de noviembre de 1969, en vigor en Chile desde el 21 de agosto de 1990, publicada en el
Diario Oficial el 5 de enero de 1991, que en el capítulo II, sobre Derechos Civiles y
Políticos, artículo 4º del párrafo del Derecho a la Vida, dispone: Toda persona tiene
derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley, en general, a
partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.
e) El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, de fecha de adopción el 16 de
diciembre de 1966, vigente en Chile desde el 1º de mayo de 1972, publicado en el Diario
Oficial el 29 de abril de 1989, que en su artículo 6º numeral 1º dispone: que el derecho a
la vida es inherente a la persona humana. Este derecho estará protegido por la ley. Nadie
podrá ser privado de la vida arbitrariamente. En lo doctrinario, se escriben artículos para
revistas especializadas en materias jurídicas, entre ellas, la revista Actualidad Jurídica de
la Universidad del Desarrollo, se publica con el título de "Persona Humana, Autonomía
Privada y Orden Público Económico", un texto, por el Vicedecano y Profesor de Derecho
Civil de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Enrique Alcalde Rodríguez, en relación
con el tema de la personalidad natural y de los términos del artículo 74 del Código Civil,
en una separata del siguiente tenor: Ibid., pág. 41. "Creemos que constituye un error
entender que el nacimiento, según lo define el artículo 74 aludido, marca el inicio de la
personalidad natural. En efecto, de acuerdo con el artículo 55 del Código, son personas
todos los individuos de la especie humana debiendo entenderse por individuo, conforme
con su acepción natural y obvia, cada ser organizado sea animal o vegetal respecto de la
especie a que pertenece". De este punto de vista dado que la criatura concebida y no
nacida constituye un ser único e independiente, cuya entidad no se confunde con la de
sus progenitores, cabe por tanto entender que queda plenamente comprendido dentro del
concepto que de la persona tiene nuestro legislador civil. Por lo demás, según el propio
tenor literal del art. 74, el nacimiento determina la existencia legal de la persona, lo cual se
explica en razón de la clase de derechos de que se ocupa nuestro Código Civil, pero no
implica que antes de él aquélla no exista para otros efectos tanto o más importantes. Ello
lo corrobora el artículo 80, el cual sí se refiere a la existencia natural de la persona al
disponer que aquélla termina con la muerte, evidenciando que ésta es diversa de su
existencia legal. Asimismo, nos parece qué exigir el nacimiento como supuesto necesario
para adquirir la condición de persona no implica que antes de su verificación no estemos
ya frente a un sujeto humano y, por ende, titular de garantías tan esenciales como el
derecho a la vida. No considerarlo así implicaría que el status de persona dependería, en
definitiva, de la definición que de tal concepto tuviere el legislador o el propio
constituyente y que si hoy se asocia por algunos al hecho del parto, el día de mañana
podría estar vinculado con la viabilidad del recién nacido o cualquier otro criterio que se
estableciere cumpliendo con los requisitos formales para la dictación de la norma"
(C. Suprema, 16 de abril de 2009, cons. 10º a 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/7939/2009,
Rol Nº 1882-2008). 124. De la existencia legal de las personas y del derecho al
nombre. Producido, según se constataba en el correspondiente certificado médico de
defunción, un "óbito fetal de 9 semanas", y autorizada juridicialmente la inscripción de
defunción fuera de plazo bajo la indicación de "NN" seguida de los apellidos del padre y
de la madre, estos acudieron al Servicio de Registro Civil a solicitar su inscripción en la
libreta de familia y el correspondiente pase de sepultación, con la petición de que fuera
inscrito con determinados nombres de pila. Denegada esta petición por el oficial del
Registro Civil, se recurrió de protección ante la I Corte de Apelaciones de Santiago.
lma.

Quedaba así planteada la cuestión tocante al momento a partir del cual se tiene derecho
al nombre. La opinión de mayoría, que hizo sentencia, rechazó el recurso de protección,
al entender que sólo se tiene tal derecho desde el momento en que, según la regla de
este artículo 74 del Código Civil, comienza la existencia legal de la persona: "4º Que cabe
tener presente que si bien es cierto que la Constitución establece que la ley protege la
vida del que está por nacer, ello está vinculado a que se debe efectuar todo lo
racionalmente posible para que el producto de la concepción llegue a su etapa final de
maduración, salga del vientre materno y comience a tener una vida propia,
completamente separada de la de su madre. Desde ese momento de acuerdo a la ley
conforme dispone el artículo 74 del Código Civil se es persona, y nace para este nuevo
sujeto una importante serie de derechos y posteriormente de obligaciones. Antes de la
separación completa de la madre, de acuerdo a nuestra legislación, no se es persona. 5º
Que solamente desde el momento en que, como antes se señaló, se es persona es que
se tiene derecho a un nombre. De esta manera al practicar la inscripción del Registro Civil
e Identificación de un mortinato como "NN" añadiendo los apellidos de los padres, no ha
cometido ningún acto arbitrario ni ilegal, puesto que se ha ceñido a la legislación vigente.
6º Que no es posible aceptar el argumento expuesto por el recurrente en orden a que el
producto de la concepción que falleció en el vientre materno fue bautizado por un
sacerdote de la Iglesia Católica quien le entregó el nombre de Jesús del Carmen, y ello lo
convierte en persona, toda vez que el sacramento del bautismo para los que profesan la
fe católica, corresponde a la incorporación a esa iglesia que se hace voluntaria y
libremente por una persona, la que debe expresar formalmente su deseo de ser
incorporado a la misma. Así se hacía en la antiguedad, cuando las personas ya habían
adquirido suficiente albedrío para realizar conscientemente este acto. En la actualidad se
bautiza a los niños prácticamente recién nacidos y como ellos no pueden expresar su
voluntad, puesto que todavía no la tienen, son sus padres en su representación quienes lo
hacen. Ello supone que la voluntad del niño es suplida por la de sus padres pero siempre
respecto de quien en algún momento pueda tener esa voluntad, y para ello
necesariamente la criatura que se bautiza debe estar viva, lo que no ha sucedido en el
presente caso. 7º Que de acuerdo a lo anteriormente expuesto y dado a que el hijo del
recurrente no llegó a ser persona de acuerdo a la legislación vigente, es que no fue
posible inscribirlo como tal en su libreta de familia, negativa que no es un acto arbitrario ni
ilegal de parte del director del Registro Civil e Identificación, puesto que en la misma solo
se inscriben aquellos nacidos vivos, de manera que tampoco se ha cometido una
actuación equivocada de parte de tal autoridad" (C. Apelaciones de Santiago, 10 de
diciembre de 2012, cons. 4º a 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/2798/2012, Rol Nº 28613-2012).
La opinión del voto de minoría, en cambio, estuvo por acoger el recurso de protección, por
las siguientes razones: "2. Que en presencia del texto expreso del artículo 74 del Código
Civil para interpretarlo debidamente, es preciso considerar que contiene lo que se ha
llamado doctrinariamente: "la regla de commodum o regla de la ventaja para el concebido,
'esto es que' al concebido se le tiene por nacido para todo lo que le favorezca". Esta regla
puede ser interpretada de acuerdo a un criterio de paridad basado en la equiparación que
hace el Derecho entre el ser humano nacido y el no nacido y por ende su existencia se
tiene por indubitada y se le reputa nacido para todo lo que favorezca; o bien acorde a un
criterio de ficción, según el cual el ser concebido y no nacido no sería todavía un ser
humano con existencia propia, sino que es aún una víscera o porción del cuerpo de la
madre, pero que si nace se finge que ha existido, todo ello para solucionar una serie de
problemas de índole fácticos y fundamentalmente de raigambre hereditaria. En otras
palabras, si se sigue esta ficción, al concebido no se le considera nacido para todo lo que
le favorezca, sino tan sólo para algunos casos muy específicos particularmente normados.
Esta última posición pareciera estar en retirada doctrinariamente. 3. Que en este contexto,
resulta cierta la adhesión del Código Civil chileno a la doctrina de la paridad, tanto por
razones de continuidad histórica como por fundamento de índole sistemática.
Precisamente los artículos 74, 75 y 77 del Código Civil Chileno, entre otros, aparecen
como normas receptoras de la regla de ventaja en favor del concebido. En este sentido
históricamente la función del artículo 74 era justamente la de dirimir la disputa relativa a
los hijos abortivos y su capacidad sucesoria, en el bien entendido que cuando el texto del
artículo 74 se refiere a "existencia legal", esta expresión tendría un carácter más
restringido que "capacidad civil" y "capacidad natural", toda vez que se daría entre ellas
una relación de género a especie, en que la más amplia sería la capacidad natural y la
más restringida la existencia legal. Por ende, entonces, no se puede equiparar capacidad
jurídica con existencia legal. Mas aún, la norma por la cual al concebido se tiene por
nacido para todo lo que le favorezca, coexiste y se complementa con la norma que señala
que el hijo que nace muerto se reputará no haber existido jamás. Esta última norma no es
contradictoria con la regla de la ventaja, sino opera como un complemento necesario,
puesto que si el concebido nace muerto, como ocurre en la especie, se reputará que
jamás ha existido, ya que no se podrán radicar de modo definitivo todos los derechos
patrimoniales que estaban suspendidos. La suposición empleada por la ley de que "se
reputará no haber existido jamás", es precisamente la inexistencia del concebido. 4. Que
en este orden de razonamiento es dable sostener que los artículos 74, 75 y 77 del Código
Civil chileno estructuran un régimen normativo de protección del concebido al cual se le
tiene por nacido para todo lo que le favorezca. Al interior de este régimen, los artículos 74
y 77 constituirían la normativa de protección de derechos patrimoniales; en cambio el
artículo 75 cumpliría la función de protección general de los derechos extrapatrimoniales.
Ambos niveles de protección indican que el concebido no nacido es plenamente tutelado
como persona y no como mero objeto. 5. Que consecuencialmente el derecho al nombre
del concebido está comprendido en la protección brindada por el artículo 75 del Código
Civil chileno, toda vez que se trata de un derecho extrapatrimonial respecto del cual se le
tiene por nacido en "todo" lo que le favorezca. Que de modo entonces que el Servicio de
Registro Civil e Identificación representado por su Director Nacional al desconocer dicho
derecho ha actuado de manera ilegal al vulnerar las disposiciones constitucionales y
legales que rigen la materia, particularmente la garantía constitucional consagrada en el
artículo 19 Nº 1 de la Carta Fundamental y los artículos 74, 75 y 77 el Código Civil"
(C. Apelaciones de Santiago, 10 de diciembre de 2012, voto en contra, cons. 2º a 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2798/2012, Rol Nº 28613-2012).

Artículo 75. La ley protege la vida del que está por nacer. El juez, en
consecuencia, tomará, a petición de cualquiera persona o de oficio, todas las
providencias que le parezcan convenientes para proteger la existencia del no
nacido, siempre que crea que de algún modo peligra.

Todo castigo de la madre, por el cual pudiera peligrar la vida o la salud de la


criatura que tiene en su seno, deberá diferirse hasta después del nacimiento.

Concordancias: Código Civil: artículos 343, 485, 486 y 487. Constitución Política de la República:


artículos 5º inciso 2º, 19 Nº 1. Código Orgánico de Tribunales: artículo 10 inciso 1º. Código Sanitario:
artículos 16 y 119. Ley Nº  14.908, sobre abandono de familia y pago de pensiones
alimenticias,  D.O.  26.12.1996: artículo 2º inciso 3º. Ley Nº 16.618, Ley de menores, D.O. 8.03.1967:
artículos 26 Nº 7 y 40. Decreto Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica,  D.O.  5.01.1990: artículo 4º Nº  1; Ley Nº 20.120, Sobre investigación científica en el ser humano,
su genoma y prohíbe la clonación humana,  D.O.  22.09.2006: artículos 1º y 6º. Ley Nº  20.418, Fija
normas sobre información, orientación y prestaciones en materia de regulación de la
fertilidad,  D.O.  28.01.2010: artículo 4º inciso final.  Ley Nº  20.699, Establece día de la adopción y del
que está por nacer, D.O.  2.10.2013: artículo único.

125. De si el nasciturus está comprendido o no en la categoría de


Jurisprudencia: 
persona. Vide la jurisprudencia contenida en los números 50, 51 y 103. 126. De la
protección legal de la vida del nasciturus. Vide la jurisprudencia referida en el número
50. 127. Protección de la vida del que está por nacer y prácticas religiosas de la
madre. Se ha entendido que: "Tratándose del no nato, existiendo protección
constitucional que debe valorarse, como se vio, a la luz de los derechos de la madre,
conforme a lo señalado, debe convenirse que, la práctica de convicciones religiosas, de
igual modo que en el caso anterior, no autorizan para poner en riesgo la vida del que está
por nacer" (C. Apelaciones de Copiapó, 9 de agosto de 2008, cons. 4º, Legal
Publishing: Cl/Jur/5405/2008, Rol Nº 230-2008). 128. Procede la demanda de
alimentos para el nasciturus contra el presunto padre, cuando éste y la madre no
son cónyuges. En este sentido se ha pronunciado la I Corte de Apelaciones de
lma. 

Concepción: "Que la procedencia de la demanda de alimentos a favor del hijo que está
por nacer, no ha sido un tema pacífico, en lo que se refiere al legitimado pasivo, cuando
se trata de una demanda deducida por la madre que no es la cónyuge del demandado.
Así, por ejemplo, la distinguida profesora y ex ministro de esta Corte señora Irma
Bavestrello Bontá, en su libro Derecho de Menores, Segunda Edición Actualizada
(Editorial LexisNexis, edición de mayo de 2003), señala que "Al referirse la ley a la madre
del hijo que está por nacer, no cabe duda que se refiere a la cónyuge del demandado, por
cuanto la favorece la presunción de paternidad del artículo 184 del Código Civil". Otros
autores como el profesor Juan Andrés Orrego Acuña, por el contrario, aceptan la
posibilidad de admitir la demanda cuando la madre no tiene vínculo matrimonial con el
demandado.(Los Alimentos en el Derecho Chileno, Editorial Metropolitana, año 2007).
3º Que, diversas disposiciones legales y constitucionales nos llevan a aceptar como
legitimado pasivo al presunto padre cuando no hay matrimonio con la futura madre. En
efecto, las disposiciones fundamentales sobre la materia, esto es el artículo 1º inciso 4º de
la Ley Nº 14.908, que dispone que la madre, cualquiera sea su edad, podrá solicitar
alimentos para el hijo ya nacido o que está por nacer y el artículo 321 del Código Civil que
dispone que "Se deben alimentos, 3º a los descendientes", no hacen distinción alguna
respecto de si hay vínculo matrimonial entre la madre del nasciturus y el demandado de
alimentos, por lo que cobra vigencia el antiguo aforismo donde el legislador no distingue
no le es lícito al intérprete distinguir. No cabe duda que con dichas disposiciones legales,
el legislador está cumpliendo con el mandato constitucional contenido en el artículo 19
Nº 1 de la Constitución Política de la República que, en su inciso segundo, señala que la
ley protege la vida del que está por nacer. Por otra parte en la Convención Sobre los
Derechos del Niño, ratificada por Chile y vigente desde el 12 de septiembre de 1990, en el
preámbulo se hace presente que el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita
protección y cuidados especiales, incluso la debida protección legal tanto antes como
después del nacimiento y en el artículo 2º se señala: Los Estados Partes respetarán los
derechos enunciados en la presente Convención y asegurarán su aplicación a cada niño
sujeto a su jurisdicción, sin distinción alguna independientemente de la raza, el color, el
sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o
social, la posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra
condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales. Por último, en relación
a lo argumentado por la señora Bavestrello para sostener que la ley se refiere a la
cónyuge del demandado, debe tenerse presente que también existe en nuestro Código
Civil una presunción legal de paternidad para el hijo no matrimonial en el artículo 210,
modificado por Ley Nº 19.585 de 1998, que establece que: El concubinato de la madre
con el presunto padre, durante la época en que ha podido producirse legalmente la
concepción, servirá de base para una presunción judicial de paternidad" (C. Apelaciones
de Concepción, 15 de marzo de 2013, cons. 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/579/2013,
Rol Nº 38-2013).

Artículo 76. De la época del nacimiento se colige la de la concepción, según


la regla siguiente:

Se presume de derecho que la concepción ha precedido al nacimiento no


menos que ciento ochenta días cabales, y no más que trescientos, contados
hacia atrás, desde la medianoche en que principie el día del nacimiento.

Concordancias: Código Civil: Mensaje VI, artículos 47 inciso final, 174. Ley Nº 20.120, Sobre
investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe la clonación humana,  D.O.  22.09.2006:
artículo 1º.

Artículo 77. Los derechos que se deferirían a la criatura que está en el


vientre materno, si hubiese nacido y viviese, estarán suspensos hasta que el
nacimiento se efectúe. Y si el nacimiento constituye un principio de existencia,
entrará el recién nacido en el goce de dichos derechos, como si hubiese
existido al tiempo en que se defirieron. En el caso del artículo 74, inciso 2º,
pasarán estos derechos a otras personas, como si la criatura no hubiese jamás
existido.

Concordancias: Código Civil: artículos 74, 243, 343, 485 y 962. Código Orgánico de Tribunales:
artículo 152. Código de Procedimiento Civil: artículo 850.

2. Del fin de la existencia de las personas

Artículo 78. La persona termina en la muerte natural.

Concordancias: Código de Comercio: artículo 611 inciso 2º. Código Derecho Internacional Privado:
artículo 30. Código Sanitario: artículos 140 y siguientes. Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil,
D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1, D.O.  30.05.2000: artículos 44 a 50. Ley
Nº  19.451, Establece normas sobre trasplante y donación de órganos, D.O. 10.04.1996: artículos 2º bis,
11. Ley Nº 20.584, regula los derechos y deberes de las personas en relación con acciones vinculadas
a su atención de salud, D.O. 24.04.2012: artículos 14 inciso 3º, 16, 19.

129. De la interpretación de la expresión "muerte natural" de acuerdo con


Jurisprudencia: 
los principios de la ciencia médica. En este sentido se ha pronunciado el E Tribunal xcmo. 

Constitucional: "Para este proceso, interesa el concepto jurídico que se tiene del fin de la
existencia de las personas naturales y ello ocurre, como lo expresa el artículo 78, en su
muerte natural". Por su parte, el párrafo cuarto del Título Preliminar del Código Civil
establece normas para la interpretación de la ley, entre las que a juicio del sentenciador,
destaca el artículo 21 que expresa: "Las 'palabras técnicas de toda ciencia o arte' se
tomarán en el sentido que les den los que profesan la misma ciencia o arte; a menos que
aparezca claramente que se han tomado en 'sentido diverso'. Las palabras 'muerte
natural' a que se refiere el citado artículo 78, deben considerarse en ese contexto y ser
interpretadas de acuerdo a los principios de la ciencia que cubre su ámbito, en este caso,
la medicina. Siendo así, la ley debe precisar cuándo ocurre la muerte y, todo vacío o
interpretación de las normas relativas a ese trascendente hecho le corresponde a la
ciencia médica" (Tribunal Constitucional, 13 de agosto de 1995, cons. 4º, Rol Nº 220-
1995). 130. Para los efectos del sistema jurídico chileno, una persona está muerta
cuando un médico lo certifica. Tal es la opinión que ha defendido el E Tribunal xcmo. 

Constitucional, sobre la base de las reglas contenidas en el Código Civil y Código


Sanitario: "[E]s el Código Sanitario en los preceptos que más adelante se citarán, el que
entrega a la decisión médica la determinación de la muerte natural [...] El Código
Sanitario, en sus artículos 141 y 142, ubicados en el Libro VIII, relativos a las
inhumaciones, exhumaciones y traslado de cadáveres, expresan: 'Artículo 141.-
Prohíbese inscribir en el Registro Civil las defunciones e inhumaciones de cadáveres si no
se justifican previamente las causas del fallecimiento mediante un certificado del médico
que lo asistió en la última enfermedad. A falta de éste, corresponderá extender dicho
certificado al Servicio Nacional de Salud en las condiciones que determine el reglamento'.
'Artículo 142.- A falta de certificación médica establecida en el artículo anterior, la
verificación del fallecimiento se establecerá mediante la declaración de dos o más
testigos, rendida ante el Oficial del Registro Civil o ante cualquier autoridad judicial del
lugar en que haya ocurrido la muerte. Esta declaración deberá ser hecha de preferencia
por las personas que hubieren estado presentes en los momentos antes del deceso, de
todo lo cual se dejará expresa constancia'. Estas disposiciones deben complementarse
con el artículo 149, ubicado en el Libro IX del mismo Código, que trata 'Del
aprovechamiento de órganos, tejidos o partes del cuerpo de un donante vivo y de la
utilización de cadáveres o parte de ellos con fines científicos o terapéuticos' y expresa
'Para los efectos de lo previsto en el inciso segundo del artículo 146 y en el precedente, la
muerte se acreditará mediante certificación médica otorgada por dos facultativos, uno de
los cuales, al menos, deberá desempeñarse en el campo de la neurología o neurocirugía'.
'Los facultativos que otorguen la certificación no podrán formar parte del equipo que
realice el trasplante'. 'Sólo podrá otorgarse la certificación cuando se haya comprobado la
abolición total e irreversible de todas las funciones encefálicas, lo que se acreditará
mediante la certeza diagnóstica de la causa del mal y, a lo menos, dos evidencias
electroencefalográficas, en la forma que señale el reglamento. Este podrá, además,
indicar procedimientos adicionales para certificar la muerte'. 'En estos casos, al certificado
de defunción expedido por el médico se agregará un documento en que se dejará
constancia de los antecedentes que permitieron acreditar la muerte'" (Tribunal
Constitucional, 13 de agosto de 1995, cons. 4º, Rol Nº 220-1995). Sobre la base de tales
disposiciones estimó: "Que, de las disposiciones citadas puede concluirse que el Código
Civil regula el nacimiento y la muerte de las personas naturales y que el Código Sanitario
delega en un médico la certificación del hecho de la muerte, antecedente necesario para
que se practique la inscripción en el Registro Civil, organismo encargado de registrar los
nacimientos y defunciones de todos los habitantes de la República. Por lo tanto, la
persona está muerta cuando un médico lo certifica, de acuerdo a la ley que así lo
expresa" (Tribunal Constitucional, 13 de agosto de 1995, cons. 4º, Rol Nº 220-1995). Esta
opinión ha sido recordada recientemente por el mismo tribunal: "Sostuvo, en primer lugar,
que definir la muerte es un asunto del legislador. Por lo mismo, era legítimo que la ley así
lo hiciera. Enseguida, sostuvo que la Constitución regula la vida desde el nacimiento y
durante la existencia de la persona, la que termina con su muerte natural. Con la muerte,
agregó, se deja de ser persona. Finalmente, estableció que en este caso el proyecto
permitía declarar la muerte de una persona por la abolición total e irreversible de todas las
funciones encefálicas, certificadas por un equipo médico. Esa es una muerte definitiva e
inequívoca" (Tribunal Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 20º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-Cpt). 131. La muerte de una
persona impide que quien murió pueda adquirir derechos. Este principio se ha
defendido, como consecuencia del término de la persona con su muerte natural. Así se ha
declarado, en relación con la renuncia de los gananciales hecha por la mujer después de
muerto su marido: "[E]ste no es el caso de autos pues la renuncia de los gananciales se
produjo después del fallecimiento del marido, por lo que éste, no siendo sujeto de
derechos al tiempo de la renuncia, por no ser persona según el artículo 78 del Código
Civil, no pudo adquirir ni incorporar a su patrimonio los mencionados gananciales, ni
menos, transmitirlos a sus herederos" (C. Apelaciones de Valparaíso, 5 de marzo de
2012, cons 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/4059/2012, Rol Nº 1218-2011).

Artículo 79. Si por haber perecido dos o más personas en un mismo


acontecimiento, como en un naufragio, incendio, ruina o batalla, o por otra
causa cualquiera, no pudiere saberse el orden en que han ocurrido sus
fallecimientos, se procederá en todos casos como si dichas personas hubiesen
perecido en un mismo momento, y ninguna de ellas hubiese sobrevivido a las
otras.
Concordancias: Código Civil: artículo 958. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 29 y 30.

3. De la presunción de muerte por desaparecimiento

Concordancias: Código Civil: Mensaje VI.

Artículo 80. Se presume muerto el individuo que ha desaparecido,


ignorándose si vive, y verificándose las condiciones que van a expresarse.

Concordancias: Código Civil: artículo 47. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 30.

132. De la noción de "muerte presunta". La E Corte Suprema ha estimado:


Jurisprudencia:  xcma.

"Que la muerte presunta es la declarada por el juez, en conformidad a las reglas legales,
respecto de un individuo que ha desaparecido y de quien se ignora si vive o no"
(C. Suprema, 8 de octubre de 2015, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/6071/2015, Rol
Nº 25916-2014). 133. De los fines perseguidos con la declaración de muerte
presunta. Sobre este punto se ha estimado que: "[E]l objeto de la declaración de muerte
presunta es resguardar diversos intereses, entre lo que se comprenden los de la persona
desaparecida, los de terceros, especialmente de aquellos que aparezcan con derechos
eventuales en la sucesión de aquella; y finalmente, proteger el interés general de la
sociedad de que no haya bienes y derechos abandonados" (C. Apelaciones de
Antofagasta, 2 de abril de 2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/637/2008, Rol Nº 807-
2007). ). 134. No procede la declaración de muerte presunta respecto de una
persona "ausente" del territorio nacional, pues se exige la prueba de hallarse
"desaparecida". Así lo ha declarado la E  Corte Suprema, en un caso concreto respecto
xcma.

de una persona que, después de la comisión de un delito, se austentó del país: "Que una
interpretación armónica de lo dispuesto en los artículos 80 y siguientes del Código Civil,
lleva a concluir que en el caso de marras, tal como fue referido por los sentenciadores del
grado, no se está en presencia de una persona desaparecida, sino de una persona
ausente del territorio nacional, no pudiendo aplicarse la normativa relativa a la presunción
de muerte por desaparecimiento, por haber abandonado el país en época coetánea a la
comisión de un delito en que se le imputa autoría, habiéndose dictado orden de
aprehensión en su contra, la que se encuentra vigente. Lo anterior en ningún caso implica
incorporar requisitos adicionales a la declaración de muerte presunta, sino que, a
contrario, constatar la falta de verificación de uno de los elementos esenciales para su
configuración, esto es, que la persona se encuentre desaparecida, lo que, como ya se
dijo, no ocurre en la especie" (C. Suprema, 10 de noviembre de 2015, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6903/2015, Rol Nº 14937-2015).

Artículo 81. 1º. La presunción de muerte debe declararse por el juez del


último domicilio que el desaparecido haya tenido en Chile, justificándose
previamente que se ignora el paradero del desaparecido, que se han hecho las
posibles diligencias para averiguarlo, y que desde la fecha de las últimas
noticias que se tuvieron de su existencia, han transcurrido a lo menos cinco
años.117

2º. Entre estas pruebas será de rigor la citación del desaparecido; que
deberá haberse repetido hasta por tres veces en el periódico oficial, corriendo
más de dos meses entre cada dos citaciones.118

3º. La declaración podrá ser provocada por cualquiera persona que tenga
interés en ella, con tal que hayan transcurrido tres meses al menos desde la
última citación.119

4º. Será oído, para proceder a la declaración, y en todos los trámites


judiciales posteriores, el defensor de ausentes; y el juez, a petición del
defensor, o de cualquiera persona que tenga interés en ello, o de oficio, podrá
exigir, además de las pruebas que se le presentaren del desaparecimiento, si
no las estimare satisfactorias, las otras que según las circunstancias
convengan.

5º. Todas las sentencias, tanto definitivas como interlocutorias, se insertarán


en el periódico oficial.

6º. El juez fijará como día presuntivo de la muerte el último del primer bienio
contado desde la fecha de las últimas noticias; y transcurridos cinco años
desde la misma fecha, concederá la posesión provisoria de los bienes del
desaparecido.120

7º. Con todo, si después que una persona recibió una herida grave en la
guerra, o le sobrevino otro peligro semejante, no se ha sabido más de ella, y
han transcurrido desde entonces cinco años y practicándose la justificación y
citaciones prevenidas en los números precedentes, fijará el juez como día
presuntivo de la muerte el de la acción de guerra o peligro, o, no siendo
enteramente determinado ese día, adoptará un término medio entre el principio
y el fin de la época en que pudo ocurrir el suceso, y concederá inmediatamente
la posesión definitiva de los bienes del desaparecido.

8º. Se reputará perdida toda nave o aeronave que no apareciere a los tres
meses de la fecha de las últimas noticias que de ella se tuvieron. Expirado este
plazo, cualquiera que tenga interés en ello podrá provocar la declaración de
presunción de muerte de los que se encontraban en la nave o aeronave. El
juez fijará el día presuntivo de la muerte en conformidad al número que
precede, y concederá inmediatamente la posesión definitiva de los bienes de
los desaparecidos.121

Si se encontrare la nave o aeronave náufraga o perdida, o sus restos, se


aplicarán las mismas normas del inciso anterior, siempre que no pudieren
ubicarse los cuerpos de todos o algunos de sus ocupantes, o identificarse los
restos de los que fueren hallados.122

Si durante la navegación o aeronavegación cayere al mar o a tierra un


tripulante o viajero y desapareciere sin encontrarse sus restos, el juez
procederá en la forma señalada en los incisos anteriores; pero deberá haber
constancia en autos de que en el sumario instruido por las autoridades
marítimas o aéreas ha quedado fehacientemente demostrada la desaparición
de esas personas y la imposibilidad de que estén vivas. 123

En estos casos no regirán lo dispuesto en el número 2, ni el plazo


establecido en el número 3; pero será de rigor oír a la Dirección General de la
Armada o a la Dirección General de Aeronáutica, según se trate de nave o de
aeronave. 124-125

9º. Después de seis meses de ocurrido un sismo o catástrofe que provoque


o haya podido provocar la muerte de numerosas personas en determinadas
poblaciones o regiones, cualquiera que tenga interés en ello podrá pedir la
declaración de muerte presunta de los desaparecidos que habitaban en esas
poblaciones o regiones.126

En este caso, la citación de los desaparecidos se hará mediante un aviso


publicado por una vez en el Diario Oficial correspondiente a los días primero o
quince, o al día siguiente hábil, si no se ha publicado en las fechas indicadas, y
por dos veces en un diario de la comuna o de la capital de la provincia o de la
capital de la región, si en aquélla no lo hubiere, corriendo no menos de quince
días entre estas dos publicaciones. El juez podrá ordenar que por un mismo
aviso se cite a dos o más desaparecidos.127

El juez fijará, como día presuntivo de la muerte el del sismo, catástrofe o


fenómeno natural y concederá inmediatamente la posesión definitiva de los
bienes de los desaparecidos, pero será de rigor oír al Defensor de Ausentes. 128

Concordancias: Código Civil: artículo 955. Código Orgánico de Tribunales: artículos 10 inciso 1º y 151.
Código de Derecho Internacional Privado: artículos 30, 80, 81 y 82. Ley Nº 19.947, D.O.  17 de mayo de
2004, de Matrimonio Civil: artículos 42 Nº 2 y 43. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930,
texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O.  30.05.2000: artículos 5º Nº  5 y 8º. Reglamento del Registro
Conservatorio de Bienes Raíces, D.O.  24.06.1857: artículo 52 Nº  4. Ley Nº  6.037, crea Caja de la
Marina Mercante Nacional, D.O.  5.03.1937: artículo 32 inciso 2º. Ley Nº  20.436, modifica plazos de
actuaciones judiciales y declaración de muerte presunta en las zonas afectadas por el terremoto,
D.O.23.04.2010: artículos 2º, 3º.

135. La determinación del juez competente se establece por las últimas


Jurisprudencia: 
noticias que se tuvieron del desaparecido, sin que la alteren antecedentes que
posteriormente aparecieren en el curso de la gestión. Esta opinión se ha mantenido
por la I Corte de Apelaciones de Puerto Montt: "[En cuanto a la eventual incompetencia
lma. 

relativa del tribunal, tal como lo ha afirmado la apelante, ésta debe ser determinada en
razón del lugar en que el solicitante tuvo las últimas noticias de la persona desaparecida,
sin que a ello afecten los antecedentes sobrevengan durante el procedimiento"
(C. Apelaciones de Puerto Montt, 2 de mayo de 2014, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1917/2014, Rol Nº 30-2014). 136. De los requisitos exigidos
para que se declare la muerte presunta de una persona. Sobre la base de las reglas
fijadas por el Código Civil, se ha señalado: "Que la pretensión formulada por el solicitante
requiere para su éxito la concurrencia de cuatro requisitos, a saber: a) que se justifique
que se ignora el paradero del desaparecido; b) que se hayan hecho las posibles
diligencias para averiguarlo; c) que, desde la fecha de las últimas noticias que se tuvieron
de su existencia, hayan transcurrido cinco años, a lo menos; y d) que se acredite la
existencia de interés en la declaración" (C. Apelaciones de Puerto Montt, 2 de mayo de
2014, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/1917/2014, Rol Nº 30-2014). 137. Desatender las
pruebas que propone el defensor de ausentes configura la causal de casación
consagrada en el artículo 768 número 9 del Código de Procedimiento Civil. En este
sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema: "[S]e advierte que la sentencia
xcma. 

impugnada, al confirmar la de primera instancia, ha resuelto sin que se hubieren agotado


las posibles diligencias para averiguar el paradero del presunto desaparecido, omitiendo,
específicamente, la sugerida por el defensor de ausentes consistente en oficiar a la
embajada de Estados Unidos, con el objeto indicado en la letra f) del motivo segundo, la
que, además, parece atingente y necesaria, dada la condición de ciudadano
estadounidense del presunto desaparecido [...] Que, en tales circunstancias, estima este
tribunal que se configura la causal de nulidad formal contemplada en el artículo 768 Nº 9
del Código de Procedimiento Civil, en relación al artículo 800 Nº 5, en concordancia con el
numeral 4º del artículo 795 del mismo cuerpo legal citado y con el numeral 4º del artículo
81 del Código Civil, que dispone que el juez oirá al defensor de ausentes en todos los
trámites o pruebas que proponga en relación al desaparecimiento, lo que ha sido
desatendido en la tramitación de la solicitud de autos, pudiendo producir con ello la
indefensión de la interesada en la declaración" (C. Suprema, 8 de octubre de 2015, cons.
4º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6071/2015, Rol Nº 25916-2014).

Artículo 82. El juez concederá la posesión definitiva, en lugar de la


provisoria, si, cumplidos los dichos cinco años, se probare que han transcurrido
setenta desde el nacimiento del desaparecido. Podrá asimismo concederla,
transcurridos que sean diez años desde la fecha de las últimas noticias;
cualquiera que fuese, a la expiración de dichos diez años, la edad del
desaparecido si viviese.129

Concordancias: Código Civil: artículo 90 inciso 3º. Código de Derecho Internacional Privado: artículos
30  y 80. Ley Nº  19.947,D.O.  17 de mayo de 2004, de Matrimonio Civil: artículo 43 inciso 2º.

Artículo 83. Durante los cinco años o seis meses prescritos en los números
6, 7 y 8 del artículo 81, se mirará el desaparecimiento como mera ausencia, y
cuidarán de los intereses del desaparecido sus apoderados o representantes
legales.130

Concordancias: Código Civil: artículos 43, 81 y 473. Código de Derecho Internacional Privado:


artículos 30, 79 y 80.

Artículo 84. En virtud del decreto de posesión provisoria, quedará disuelta la


sociedad conyugal o terminará la participación en los gananciales, según cual
hubiera habido con el desaparecido; se procederá a la apertura y publicación
del testamento, si el desaparecido hubiere dejado alguno, y se dará posesión
provisoria a los herederos presuntivos.131

No presentándose herederos, se procederá en conformidad a lo prevenido


para igual caso en el Libro III, título De la apertura de la sucesión.

Concordancias: Código Civil: artículos 85, 270 Nº  2, 491 inciso 1º, 1010, 1240, 1764 Nº 2, 1792-27
Nº  2.Código de Derecho Internacional Privado: artículos 30, 79 y 80.

Artículo 85. Se entienden por herederos presuntivos del desaparecido los


testamentarios o legítimos que lo eran a la fecha de la muerte presunta.

El patrimonio en que se presume que suceden, comprenderá los bienes,


derechos y acciones del desaparecido, cuales eran a la fecha de la muerte
presunta.

Concordancias: Código Civil: artículo 81 Nº  6, 951, 952, 954, 955, 983. Código de Derecho
Internacional Privado: artículos 30 y 80.

Artículo 86. Los poseedores provisorios formarán ante todo un inventario


solemne de los bienes, o revisarán y rectificarán con la misma solemnidad el
inventario que exista.

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículos 30 y 80. Código de Procedimiento


Civil: artículo 858.

Artículo 87. Los poseedores provisorios representarán a la sucesión en las


acciones y defensas contra terceros.

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículos 30 y 80.

Artículo 88. Los poseedores provisorios podrán desde luego vender una


parte de los muebles o todos ellos, si el juez lo creyere conveniente, oído el
defensor de ausentes.

Los bienes raíces del desaparecido no podrán enajenarse ni hipotecarse


antes de la posesión definitiva, sino por causa necesaria o de utilidad evidente,
declarada por el juez con conocimiento de causa, y con audiencia del defensor.

La venta de cualquiera parte de los bienes del desaparecido se hará en


pública subasta.

Concordancias: Código Civil: artículo 90. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 30, 80.
Código de Procedimiento Civil: artículos 892, 893, 894.
Artículo 89. Cada uno de los poseedores provisorios prestará caución de
conservación y restitución, y hará suyos los respectivos frutos e intereses.

Concordancias: Código Civil: artículos 46, 90 inciso 2º, 252 inciso 2º, 537, 645, 647, 803 inciso 1º,
1140 inciso 2º. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 30 y 80.

Artículo 90. Si durante la posesión provisoria no reapareciere el


desaparecido, o no se tuvieren noticias que motivaren la distribución de sus
bienes según las reglas generales, se decretará la posesión definitiva y se
cancelarán las cauciones.

En virtud de la posesión definitiva cesan las restricciones impuestas por el


artículo 88.

Si no hubiere precedido posesión provisoria, por el decreto de posesión


definitiva se abrirá la sucesión del desaparecido según las reglas generales.

Concordancias: Código Civil: artículos 88, 89. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 30,
81.

Artículo 91. Decretada la posesión definitiva, los propietarios y los


fideicomisarios de bienes usufructuados o poseídos fiduciariamente por el
desaparecido, los legatarios, y en general todos aquellos que tengan derechos
subordinados a la condición de muerte del desaparecido, podrán hacerlos valer
como en el caso de verdadera muerte.

Concordancias: Código Civil: artículos 82, 270 número 2º, 732 número 1º, 1104. Código de Derecho
Internacional Privado: artículo 30.

Artículo 92. El que reclama un derecho para cuya existencia se suponga


que el desaparecido ha muerto en la fecha de la muerte presunta, no estará
obligado a probar que el desaparecido ha muerto verdaderamente en esa
fecha; y mientras no se presente prueba en contrario, podrá usar de su
derecho en los términos de los artículos precedentes.

Y por el contrario, todo el que reclama un derecho para cuya existencia se


requiera que el desaparecido haya muerto antes o después de esa fecha,
estará obligado a probarlo; y sin esa prueba no podrá impedir que el derecho
reclamado pase a otros, ni exigirles responsabilidad alguna.

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 30.

Artículo 93. El decreto de posesión definitiva podrá rescindirse a favor del


desaparecido si reapareciere, o de sus legitimarios habidos durante el
desaparecimiento, o de su cónyuge por matrimonio contraído en la misma
época.
Concordancias: Código Civil: artículo 1181. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 30
y  81.

Artículo 94. En la rescisión del decreto de posesión definitiva se observarán


las reglas que siguen:

1ª. El desaparecido podrá pedir la rescisión en cualquier tiempo que se


presente, o que haga constar su existencia.

2ª. Las demás personas no podrán pedirla sino dentro de los respectivos
plazos de prescripción contados desde la fecha de la verdadera muerte.

3ª. Este beneficio aprovechará solamente a las personas que por sentencia
judicial lo obtuvieren.

4ª. En virtud de este beneficio se recobrarán los bienes en el estado en que


se hallaren, subsistiendo las enajenaciones, las hipotecas y demás derechos
reales constituidos legalmente en ellos.

5ª. Para toda restitución serán considerados los demandados como


poseedores de buena fe, a menos de prueba contraria.

6ª. El haber sabido y ocultado la verdadera muerte del desaparecido, o su


existencia, constituye mala fe.

Concordancias: Código Civil: artículos 3º inciso 2º, 706, 707, 906, 907, 909, 913, 2512 Nº 1. Código de
Derecho Internacional Privado: artículos 30 y 81.

4. De la comprobación judicial de la muerte132

Artículo 95. Toda vez que la desaparición de una persona se hubiere


producido en circunstancias tales que la muerte pueda ser tenida como cierta,
aun cuando su cadáver no fuere hallado, el juez del último domicilio que el
difunto haya tenido en Chile, a solicitud de cualquiera que tenga interés en ello,
podrá tener por comprobada su muerte para efectos civiles y disponer la
inscripción de la resolución correspondiente en el Servicio de Registro Civil e
Identificación. Igual regla se aplicará en los casos en que no fuere posible la
identificación del cadáver.133

Concordancias: Código Civil: artículo 97. Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 44 inciso 1º y 45 inciso 1º. Ley Nº 20.830,
crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 26 letra b).
Artículo 96. Un extracto de la resolución que tenga por comprobada la
muerte del desaparecido deberá publicarse en el Diario Oficial dentro del plazo
de sesenta días, contado desde que ésta estuviere firme y ejecutoriada. Dicho
extracto deberá contener, al menos, los antecedentes indispensables para su
identificación y la fecha de muerte que el juez haya fijado. 134

Concordancias: Código Civil: artículo 49. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O.  21.04.2015: artículo 26 letra b).

Artículo 97. La resolución a que se refiere el artículo 95 podrá dejarse sin


efecto conforme a lo dispuesto en el párrafo precedente. 135

Concordancias: Código Civil: artículos 94 y 95.

.............

TÍTULO XVII DE LAS PRUEBAS DEL ESTADO CIVIL

Artículo 304. El estado civil es la calidad de un individuo, en cuanto le


habilita para ejercer ciertos derechos o contraer ciertas obligaciones civiles.

Concordancias: Código Civil: artículo 15. Código Orgánico de Tribunales: artículo 357 número 4. Ley
Nº  20.609, establece medidas contra la discriminación,D.O. 24.07.2012: artículo 2º inciso 1º.Ley
Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 2º.

138. De la noción de "estado civil". La jurisprudencia en este punto, ha


Jurisprudencia: 
asumido buena parte de las críticas que la doctrina civil, sin tener en cuenta su contexto
histórico y dogmático, ha dirigido al concepto de estado civil que se consigna en este
artículo: vago, general, confuso, confundido con el de capacidad, etc. En concreto, ha
recibido las siguientes dos precisiones: 138.1. El estado civil debe contextualizarse en
el ámbito del derecho de familia: en este sentido se ha sentado que: "La posición
permanente que una persona ocupa en una familia y en la sociedad, que le permite
adquirir ciertos derechos y obligaciones, constituye el estado civil" (C. Suprema, 23 de
agosto de 2006, cons. 23º, LegalPublishing: Cl/Jur/2914/2006, Rol Nº 1332-2005). En
esta misma línea se ha precisado, que los delitos tipificados en los artículos 353 y 354 del
Código Penal: "Están consagrados como una manera de proteger el bien jurídico del
estado civil de las personas, es decir, el conjunto de derechos y obligaciones que derivan
de la situación que detenta alguien con respecto a sus relaciones de familia, de manera
tal que no apuntan tanto a la ubicación cívica del individuo en el conjunto social, como a la
serie de prerrogativas tocantes a la dignidad inherente al ser humano, cuyo patrimonio
intangible se extiende a los lazos y vínculos genéticos" (C. Apelaciones de Santiago, 18
de mayo de 2006, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/8891/2006, Rol Nº 701-2001). Con
todo, pareciera más preciso situar la noción de "estado civil" en el campo del derecho de
las personas, pues no todo lo familiar es personal y el estado civil opera, en ciertos casos,
en ámbitos no propiamente familiares; 138.2. El estado civil pertenece al género de los
"atributos de la personalidad": esta última categoría se ha consolidado como el género
al cual se adscribe el estado civil para su análisis dogmático: "El estado civil es un atributo
de la personalidad" (C. Suprema, 15 de marzo de 2010, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/16774/2010, Rol Nº 8945-2009, cfr. C. Suprema, 7 de mayo de
2007, sent. reemplazo, LegalPublishing: Cl/Jur/4675/2007, Rol Nº 5616-
2006). Con mayor detenimiento, se puede leer que el: "Estado civil, que consiste en la
calidad de un individuo en cuanto lo habilita a ejercer ciertos derechos o contraer ciertas
obligaciones civiles, estado civil que es un atributo de la personalidad humana y que es
diverso y varía de un individuo a otro, pues no todos se hayan en las mismas situaciones
a este respecto, ya que la institución en comento dice relación con la posición que cada
uno de ellos ocupa en la asociación política a que pertenece, en la sociedad y en la
familia lo que en cada caso lo inviste de cualidades o condiciones jurídicas especiales y
particulares a él y le otorga un estado civil determinado" (C. Apelaciones de Coyhaique,
29 de junio de 2006, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1963/2006, Rol Nº 17-
2006). 139. El estado civil de una persona constituye un dato de carácter personal,
que queda cubierto por la Ley Nº 19.628, sobre protección de la vida privada. Así se
ha declarado por la E  Corte Suprema: "Que no resulta discutido que dentro de los datos
xcma.

de carácter personal encontramos, entre otros, el nombre, edad, sexo, estado civil,
profesión, RUT, cuenta corriente, domicilio y teléfono; por lo que sin duda la dirección de
una persona es un aspecto que claramente se encuentra dentro del marco establecido por
la referida ley y constituye un dato de carácter personal. En razón de esto su divulgación y
tratamiento únicamente puede ser efectuada cuando el titular consienta en ello o la ley lo
autorice, lo que sin duda no ha ocurrido en este caso" (C. Suprema, 11 de abril de 2017,
cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/1658/2017, Rol Nº 95019-2016). 140. De los caracteres
del estado civil. De su adscripción a la categoría de "atributo de la personalidad", la
jurisprudencia suele deducir los caracteres que son predicables del estado civil: "El estado
civil es un atributo de la personalidad y, por ende, no puede existir duplicación de estados
respecto de una misma fuente, produce efectos erga omnes, pues no sólo interesa al
individuo en particular sino a la sociedad en su conjunto, no admite divisiones y es
permanente mientras no se adquiera otro de acuerdo a la ley" C. Suprema, 7 de mayo de
2007, LegalPublishing: Cl/ Jur/4675/2007, Rol Nº 5616-2006; C. Suprema, 15 de marzo
de 2010, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/16774/2010, Rol Nº 8945-2009). En la misma
orientación se ha declarado que: "El estado civil, el cual, entre las características más
importantes se encuentran el que toda persona tiene un estado civil, que no pueden existir
duplicidad de estados civiles respecto de una misma fuente, en atención a que el estado
civil es uno, el estado civil produce efectos erga omnes y conforme a su fuente no puede
dividirse, y el estado civil es permanente, no se pierde mientras no se adquiera otro por la
misma fuente" (C. Suprema, 23 de agosto de 2006, cons.
23º, LegalPublishing: Cl/Jur/2914/2006, Rol Nº 1332-2005). Se ha precisado que: "La
unidad y permanencia del estado civil cobran mayor relevancia, puesto que de una misma
fuente no pueden derivarse, permanentemente, más de un estado civil: del hecho del
nacimiento no puede emanar la calidad de hijo legítimo e ilegítimo, matrimonial o no
matrimonial, como tampoco se podrá tener un estado civil respecto de diferentes
personas en una misma calidad, como ser hijo legítimo de dos padres" (C. Suprema, 23
de agosto de 2006, cons. 23º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2914/2006, Rol Nº 1332-
2005). 141. Las normas que regulan el estado civil son de orden público. En este
sentido se ha afirmado que: "En nuestro ordenamiento jurídico las disposiciones que
regulan el estado civil de las personas son normas de orden público" (C. Suprema, 8 de
febrero de 2010, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/17031/2010, Rol Nº 11253-2008). En la
misma línea se ha advertido: "Que las normas legales que regulan el estado civil de las
personas son normas de orden público, de modo que si una sentencia de divorcio dictada
en un país extranjero se fundamenta en circunstancias que la ley chilena no acepta como
causales para decretarlo, resulta contraria a las leyes de la República y se opone al orden
público chileno" (C. Suprema, 25 de agosto de 2014, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5837/2014, Rol Nº 5560-2013). 142. Un estado civil constituido
bajo el imperio de una ley, queda a cubierto de las leyes posteriores. Como
aplicación del principio general consagrado en el inciso 1º del artículo 9º de este Código, y
de sus corolarios contenidos en los artículos 2º y 3º de la ley de 7 de octubre de 1861, se
ha consolidado en la doctrina y jurisprudencia la visión del estado civil constituido como
un derecho adquirido y, en cuanto que tal, amparado en su existencia frente a leyes
posteriores. Esta permanencia y seguridad del estado civil, frecuentemente, ha sido
vinculada a la protección de la propiedad: "El estado civil imprime a la persona un carácter
y le da a esta una situación permanente en el entorno social que lo rodea y que emana de
un hecho que lo determina y que le confiere, por el solo ministerio de la ley, un conjunto
de derechos y obligaciones inherentes a su persona, lo que constituye una forma de
propiedad garantida por acciones análogas a las que nacen del dominio propiamente
dicho" (C. Apelaciones Coyhaique, 29 de junio de 2006, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1963/2006, Rol Nº 17-2006). 143. De si se aplican a los
pueblos originarios las normas del derecho común tocantes al estado civil. En el
último tiempo, y sobre todo con posterioridad a la entrada en vigor del Convenio Nº 179 de
la OIT, se ha comenzado a sostener por la jurisprudencia de algunas Cortes de
Apelaciones, que las normas del derecho común tocantes al estado civil no se aplican a
los miembros de pueblos indígenas. En este sentido se ha declarado que: "[A] partir de la
Ley Nº 17.729 publicada el 26 de septiembre de 1972, se ha estructurado una
procedimiento sencillo de acreditación de la posesión notoria del estado civil para el que
basta la información testimonial de parientes o vecinos, que la Ley Nº 19.253, ha
aclarado, puede rendirse en cualquier gestión judicial, o un informe emitido al efecto por
una autoridad administrativa, que actualmente recae en el Director de la CONADI. 7. En
consecuencia desde los primeros albores de nuestro vida republicana se ha reconocido
que no es aplicable el derecho común a los pueblos originarios existentes en nuestra
patria en relación a la forma de constitución y de acreditación del estado civil, como
consecuencia de aceptarse que la familia en dichos pueblos se estructura sobre la base
de moldes, valores, y creencias diversas a las del modelo occidental predominante, no
siendo necesario por lo mismo que quienes tienen la calidad de indígenas deban de
recurrir a las normas de los artículos 179 y siguientes en relación al artículo 304 del
Código Civil, para constituir dicho estado a través de las correspondientes acciones
filiativas en un juicio de carácter contencioso. 8. Que el numeral primero del art. 8 del
Convenio 169 de la OIT, promulgado por medio del Decreto Supremo Nº 236, de 2008,
del Ministerio de Relaciones Exteriores; dispone que al aplicarse la legislación nacional a
los pueblos interesados deberán tomarse debidamente en consideración sus costumbres
o su derecho consuetudinario, cuestión que permite avalar el alcance amplio que se debe
dar a las normas del art. 4º de la Ley Nº 19.253, en su aplicación preferente por sobre
las normas del derecho común" (C. Apelaciones de Temuco, 15 de julio de 2013, cons. 6º
a 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/1564/2013, Rol Nº 332-2012).

Artículo 305. El estado civil de casado, separado judicialmente, divorciado,


o viudo, y de padre, madre o hijo, se acreditará frente a terceros y se probará
por las respectivas partidas de matrimonio, de muerte, y de nacimiento o
bautismo.136
El estado civil de padre, madre o hijo se acreditará o probará también por la
correspondiente inscripción o subinscripción del acto de reconocimiento o del
fallo judicial que determina la filiación.

La edad y la muerte podrán acreditarse o probarse por las respectivas


partidas de nacimiento o bautismo, y de muerte.137

Concordancias: Código Civil: artículo 1699 inciso 1º. Ley Nº  4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 2º, 6º números
1,  3, 24 inciso 2º. Ley  Nº  19.253, sobre Protección, fomento y desarrollo de los
indígenas,  D.O.  5.10.1993, artículo 4º inciso 1º.

144. La determinación del parentesco, en cuanto que estado civil, es una


Jurisprudencia: 
cuestión de derecho. Planteado un recurso de nulidad fundado en el artículo 373 letra
b) del Código Procesal Penal, de controvirtió si la determinación del parentesco implicaba
o no una cuestión de hecho y de su prueba o, por el contrario, una determinación de
derecho. La E Corte Suprema resolvió: "Que los recurridos, al resolver la nulidad
xcma. 

deducida, estimaron que se configuraba la causal deducida, por cuanto el estado civil en
lo concerniente al parentesco no es una cuestión o asunto de hecho, sino que es un
problema que debe ser resuelto conforme a derecho, debiendo probarse el mismo de
manera fehaciente conforme se desprende de la lectura de los artículos 305 del Código
Civil y 12 de la Ley Nº 4.808 sobre Registro Civil, lo que no ocurrió en la especie [...] Que
como puede advertirse, la actuación de los recurridos no excede las potestades
detalladas en el motivo segundo, pues al tenor de lo preceptuado en los artículos citados
en el considerando que antecede, la circunstancia de parentesco de tío a sobrino es una
cuestión jurídica cuya determinación debe ser establecida de manera fehaciente de modo
tal que no deben existir dudas a su respecto" (C. Suprema, 29 de enero de 2013, cons. 5º
y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/225/2013, Rol Nº 8935-2012). 145. El estado civil de hijo
es una consecuencia de la filiación legalmente determinada. Así lo ha precisado la
E  Corte Suprema: "Que el artículo 33 del Código Civil dispone que tiene el estado civil
xcma.

de hijo, respecto de una persona, aquel cuya filiación se encuentra determinada de


conformidad a las reglas previstas por el Título VII de su Libro I. A su vez, el párrafo 4 de
ese Título, que regula la determinación de la filiación no matrimonial, en el artículo 188
prescribe: 'El hecho de consignarse el nombre del padre o de la madre, a petición de
cualquiera de ellos, al momento de practicarse la inscripción del nacimiento, es suficiente
reconocimiento de filiación'. De la simple lectura de ambas normas se puede concluir que,
determinada la filiación conforme a la ley, se tiene por comprobado el estado civil de [...],
quien es hijo de la causante. En otras palabras, el estado civil es una de las
consecuencias que trae aparejada la filiación legalmente determinada" (C. Suprema, 3 de
julio de 2017, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/4292/2017, Rol Nº 10284-2017). Es este
un considerando que la referida Corte reitera en diversas sentencias (C. Suprema, 13 de
junio de 2017, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/3834/2017, Rol Nº 10342-2017;
C. Suprema, 11 de abril de 2017, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/1870/2017, Rol
Nº 1659-2017; C. Suprema, 6 de marzo de 2017, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/948/2017, Rol Nº 97682-2016). 146. De la separación judicial
como no constitutiva de "estado civil". La jurisprudencia, con buen sentido y criterio,
no ha dudado en afirmar que la separación judicial no general un estado civil y ha
agregado como una de sus razones el recurso a la historia fidedigna de la ley: "En igual
sentido formula un criterio Andrea Muñoz Sánchez (artículo en obra 'Seminario Ley
Nº 19.947 de Matrimonio Civil' realizado por la Academia Judicial de Chile, los días 13 y
14 octubre de 2004)", al expresar: "si bien en la discusión del proyecto se aprobó la idea
de crear un nuevo estado civil de separados, en su última etapa se revisó y acogió una
indicación tendiente a corregir ese error, atendido que una persona no puede tener el
estado civil de separada y de casada al mismo tiempo. Así fue como se estableció que se
adquiere simplemente la calidad de separados, como hemos dicho. Con todo,
lamentablemente, no se hicieron los ajustes del caso, en relación a otras normas que se
referían al tema, habiendo quedado al menos dos disposiciones que parecieran mantener
la idea anterior: la del artículo 38, que al referirse a la reanudación de la vida en común
señala que se restablece 'el estado civil de casados', como sugiriendo que durante la
separación el estado era el otro y el artículo 305, que derechamente lo introduce como un
estado civil más. Con todo, en una interpretación sistemática, que tenga a la vista la
historia de la ley, podría sostenerse que el verdadero sentido no es otro que el de
consagrarlo como una simple condición, pero que subsiste y prima el estado civil de
casado'" (C. Apelaciones de Santiago, 23 de julio de 2008, cons.
6º, LegalPublishing: Cl/Jur/5494/2008, Rol Nº 2919-2008). En su consecuencia, ha
declarado que: "En criterio de estos sentenciadores resulta más apropiado considerar que
la calidad de separados a que alude el artículo 27 de la Ley sobre Matrimonio Civil, no
constituye un estado civil, sino que tal como se señaló precedentemente en el motivo
anterior, es una mera condición que conserva en aquellos que la adquieren vía resolución
judicial la calidad de estado civil de casado" (C. Apelaciones de Santiago, 23 de julio de
2008, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/5494/2008, Rol Nº 2919-2008). Como corolario de
la opinión defendida en la sentencia que queda citada, se declaró en ella que es posible
transigir sobre la calidad de separado: "En el caso sub lite ha quedado demostrado que
los solicitantes presentaron ante el Cuarto Juzgado de Familia, una transacción en una
materia propia de una separación matrimonial judicial, y teniendo presente que en criterio
de estos sentenciadores resulta más apropiado considerar que la calidad de separados a
que alude el artículo 27 de la Ley Sobre Matrimonio Civil, no constituye un estado civil,
sino que tal como se señaló precedentemente en el motivo anterior, es una mera
condición que conserva en aquellos que la adquieren vía resolución judicial la calidad de
estado civil de casado" (C. Apelaciones de Santiago, 23 de julio de 2008, cons.
7º, LegalPublishing: Cl/Jur/5494/2008, Rol Nº 2919-2008). 147. De la ineficacia de la
absolución de posiciones y confesión como medio de prueba para acreditar el
parentesco o estado civil. Se ha declarado que: "El legislador patrio en el artículo 305
del Código Civil, establece como una primera y principal prueba o acreditivo del estado
civil de las personas, a las respectivas partidas o certificados expedidos por la autoridad
competente, en la especie el Servicio de Registro Civil. Todo ello, sin perjuicio de otros
medios de prueba de carácter supletorio específicamente señalados en el Título XVII del
Libro Primero del Código Civil, como acontece con el caso de la posesión notoria y otros
expresamente señalados en el referido título. De lo anterior, cabe colegir necesariamente
que la absolución de posiciones o prueba confesional, no constituye un medio apto para
acreditar o establecer un determinado parentesco o estado civil" (C. Apelaciones de
Rancagua, 13 de enero de 2009, LegalPublishing: Cl/Jur/9949/2009, Rol Nº 688-
2008). 148. No es posible acreditar el parentesco o el estado civil mediante la fe de
bautismo. En este punto se ha razonado del siguiente modo: "Que el Servicio de
Registro Civil fue creado por ley de 27 de julio de 1884, estableciendo en su artículo 20
que: Solamente los certificados que expidan el notario conservador que esté a cargo del
archivo y los oficiales del Registro Civil surtirán los efectos de las partidas de que habla el
artículo 305 del Código Civil, norma que aparece reiterada en el artículo 24 de la Ley
Nº 4.808, hoy vigente. 3º) Que entonces, desde la fecha señalada en el numeral anterior,
el estado civil y también el parentesco sólo es posible acreditarlo con las partidas o
certificados que expida el Registro Civil. Y no constando en autos que los actores o la
causante hayan nacido con anterioridad al 27 de julio de 1884, ningún valor puede darse
a los certificados emitidos por los curas de las parroquias de la Inmaculada Concepción
de Maipo, de la Basílica del Corazón de María de Santiago y de Cobquecura,
acompañados por los demandantes" (C. Suprema, 11 de diciembre de 2000, cons. 2º y
3º, Legal Publishing: Cl/Jur/4464/2000, Rol Nº 3317-2000). 149. Las partidas referidas
por este artículo hacen plena prueba, salvo que se las impugne de acuerdo con el
artículo 308. Se ha sostenido así, que: "En conformidad con lo que dispone el artículo
305 del Código Civil, el estado civil de una persona se prueba con la correspondiente
partida en el caso de la antedicha solicitud de ingreso a una cooperativa no constituye
medio idóneo para demostrar un hipotético estado civil de la menor [...], aún más, una
partida constituye plena prueba, siempre que no haya sido impugnada en los términos del
artículo 308 del mismo cuerpo legal, por cuanto esa clase de documentos atestiguan la
declaración hecha por los padres, padrinos u otras personas en los respectivos casos,
pero no garantizan la veracidad de esta declaración en ninguna de sus partes"
(C. Suprema, 16 de noviembre de 1998, cons. 17º, LegalPublishing: Cl/Jur/391/1998, Rol
Nº 5393). 150. Improcedencia de la prueba testimonial para acreditar el estado civil
de hijo. Así lo ha declarado la E Corte Suprema: "[C]onforme lo previene el artículo 305
xcma.

del Código Civil, la manera de acreditar el estado civil de hijo es con las respectivas
partidas de nacimiento o bautismo o, en su caso, por la correspondiente inscripción o
subinscripción del acto de reconocimiento o del fallo judicial que determina la filiación,
presupuesto que el mérito de la propia documental impide determinar. En consecuencia,
al tenor de lo estatuido por el citado artículo 305 del código sustantivo, la prueba
testimonial no resulta idónea para los efectos que pretende la parte" (C. Suprema, 30 de
octubre de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/7931/2014, Rol Nº 15320-
2013). 151. De la ausencia de partidas y de la posesión notoria del estado civil en el
caso de indígenas. Se ha recordado por la jurisprudencia la aplicación de las reglas
especiales en esta materia en relación con los indígenas y así ha declarado: "El juez de
primera instancia, realizando un análisis de la prueba rendida a la luz de las normas
comunes sobre apreciación de la prueba, concluye que ella no resulta suficiente para
establecer la referida calidad, "puesto que no existen partidas u otros documentos
auténticos que prueben dicha filiación", agregando que los testigos que la afirman
concurren en menor número que los que la niegan. En el régimen probatorio civil de
común aplicación, tal aseveración sería efectivamente correcta, y sería posible descartar
el parentesco. Pero el inciso primero del artículo 4º de la Ley Nº 19.253 sobre Protección,
Fomento y Desarrollo de los Indígenas, plenamente aplicable en la especie, dada la
calidad de indígenas de las demandadas, dispone que "Para todos los efectos legales, la
posesión notoria del estado civil de padre, madre, cónyuge o hijo se considerará como
título suficiente para constituir en favor de los indígenas los mismos derechos y
obligaciones que, conforme a las leyes comunes, emanen de la filiación legítima y del
matrimonio civil. Para acreditarla bastará la información testimonial de parientes o
vecinos, que podrá rendirse en cualquier gestión judicial, o un informe de la Corporación
suscrito por el Director". En otras palabras, no resulta posible exigir en este caso el mismo
rigor probatorio (documental y público) que en el régimen normal de acreditación del
parentesco o del estado civil de él derivado" (C. Apelaciones de Valdivia, 11 de diciembre
de 2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7751/2008, Rol Nº 743-2008).

Artículo 306. Se presumirán la autenticidad y pureza de los documentos


antedichos, estando en la forma debida.

Concordancias: Código Civil: artículo 47. Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 24.
152. Del sentido y carácter de la presunción. Se ha advertido que: "A la luz
Jurisprudencia: 
de los preceptos que se contienen en el artículo 306 del Código Civil, que la Ley ha
otorgado un carácter presuntivo a la partidas de matrimonio, muerte y de nacimiento,
reconociendo en ellas una presunción legal de veracidad respecto de aquellas
circunstancias que se consignan en sus asientos. Por ende, la mera consignación del
nombre del padre o madre, que en ésta se inserte, goza de una presunción de
autenticidad, e invierte el peso de la prueba u onus probandi; de tal modo que, todo aquel
que, se sienta perjudicado con el establecimiento de una determinada filiación natural,
deberá así acreditarlo, en el correspondiente juicio o acción de impugnación"
(C. Apelaciones de Rancagua, 19 de marzo de 2008, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7481/2008, Rol Nº 324-2007).

Artículo 307. Podrán rechazarse los antedichos documentos, aun cuando


conste su autenticidad y pureza, probando la no identidad personal, esto es, el
hecho de no ser una misma la persona a que el documento se refiere y la
persona a quien se pretenda aplicar.

Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por


D.F.L.Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 24.

Artículo 308. Los antedichos documentos atestiguan la declaración hecha


por los contrayentes de matrimonio, por los padres, padrinos u otras personas
en los respectivos casos, pero no garantizan la veracidad de esta declaración
en ninguna de sus partes.

Podrán, pues, impugnarse, haciendo constar que fue falsa la declaración en


el punto de que se trata.

Concordancias: Código Civil: artículo 1700. Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 24.

Artículo 309. La falta de partida de matrimonio podrá suplirse por otros


documentos auténticos, por declaraciones de testigos que hayan presenciado
la celebración del matrimonio y, en defecto de estas pruebas, por la notoria
posesión de ese estado civil.

La filiación, a falta de partida o subinscripción, sólo podrá acreditarse o


probarse por los instrumentos auténticos mediante los cuales se haya
determinado legalmente. A falta de éstos, el estado de padre, madre o hijo
deberá probarse en el correspondiente juicio de filiación en la forma y con los
medios previstos en el Título VIII.138

Concordancias: Código Civil: artículos 186, 310 y 1701. Ley Nº 19.253, sobre Protección, Fomento y
Desarrollo de los Indígenas, D.O. 5.10.1993, artículo 4º inciso 1º.

153. De la noción y caracteres de la notoria posesión de estado civil. Se ha


Jurisprudencia: 
declarado que la notoria posesión de estado civil es: "El goce y el ejercicio de un estado
civil determinado, en su manifestación en los hechos, independientemente de la
existencia o inexistencia del título legal (Fernando Fueyo), posesión notoria que, en todo
caso, no da o genera un estado sino que sólo sirve para probarlo, pues el estado civil no
se adquiere por prescripción" (C. Suprema, 24 de octubre de 2001, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4589/2001, Rol Nº 1603-2000).

Artículo 310. La posesión notoria del estado de matrimonio consiste


principalmente en haberse tratado los supuestos cónyuges como marido y
mujer en sus relaciones domésticas y sociales; y en haber sido la mujer
recibida en ese carácter por los deudos y amigos de su marido, y por el
vecindario de su domicilio en general.

Concordancias: Código Civil: artículos 59, 102, 200, 201, 312, 313.Ley Nº 19.253, sobre protección,
fomento y desarrollo de los indígenas, D.O.  5.10.1993: artículo 4º.

Artículo 311. Derogado.139

Artículo 312. Para que la posesión notoria del estado de matrimonio se


reciba como prueba del estado civil, deberá haber durado diez años continuos,
por lo menos.140

Concordancias: Código Civil: artículos 309, 310, 313.

Artículo 313. La posesión notoria del estado de matrimonio se probará por


un conjunto de testimonios fidedignos, que lo establezcan de un modo
irrefragable; particularmente en el caso de no explicarse y probarse
satisfactoriamente la falta de la respectiva partida, o la pérdida o extravío del
libro o registro, en que debiera encontrarse.141

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 309, 310, 312. Ley Nº  4.808, sobre Registro
Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículos 21, 22.

Artículo 314. Cuando fuere necesario calificar la edad de un individuo, para


la ejecución de actos o ejercicio de cargos que requieran cierta edad, y no
fuere posible hacerlo por documentos o declaraciones que fijen la época de su
nacimiento, se le atribuirá una edad media entre la mayor y la menor que
parecieren compatibles con el desarrollo y aspecto físico del individuo.

El juez para establecer la edad oirá el dictamen de facultativos, o de otras


personas idóneas.

Concordancias: Código Civil: artículo 501.

Artículo 315. El fallo judicial pronunciado en conformidad con lo dispuesto


en el Título VIII que declara verdadera o falsa la paternidad o maternidad del
hijo, no sólo vale respecto de las personas que han intervenido en el juicio, sino
respecto de todos, relativamente a los efectos que dicha paternidad o
maternidad acarrea.142
Concordancias: Código Civil: artículos 3º inciso 2º, 220, 316, 320 y 1246.

154. Excepción al principio del efecto relativo de las sentencias. Se ha


Jurisprudencia: 
precisado que: "En estas materias el principio general del efecto relativo de las sentencias
se ve alterado por expresa disposición legal. Así, el ya citado artículo 315 del Código Civil
previene que las sentencias judiciales 'no sólo valen respecto de las personas que han
intervenido en el juicio, sino respecto de todos, relativamente a los efectos que dicha
paternidad o maternidad acarrea'. Para que tal resultado se produzca, se exige que el fallo
se haya dictado conforme a lo dispuesto en el Título VIII, Libro I, es decir, debe tratarse de
acciones reguladas por estas normas, entre las cuales se encuentra precisamente la del
artículo 208 del Código Civil, exigencia que únicamente se cumple en relación con esta
causa. Los otros requisitos que debe reunir un fallo que se pronuncie sobre las acciones
de filiación, consiste en que se encuentre firme y ejecutoriado; que se haya dictado contra
legítimo contradictor y que no haya habido colusión en el juicio" (C. Suprema, 21 de
septiembre de 2006,cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/8156/2006, Rol Nº 3316-
2005). 155. Los efectos erga omnes de la sentencia se extienden no sólo al estado
civil, sino que también a sus efectos patrimoniales. Así lo ha advertido la E  Corte xcma.

Suprema, al discutir la opinión contraria: "No es posible compartir el postulado de la


impugnante en orden a que el efecto erga omnes sólo pueda ser considerado en relación
al estado civil que fue declarado por el tribunal de familia cuestión que expresamente
reconoce y no a sus 'efectos patrimoniales' pues de ese modo la filiación quedaría
desprovista de eficacia respecto de los derechos de la actora que, en la especie, emanan
de su calidad de hija del causante" (C. Suprema, 13 de febrero de 2017, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/484/2017, Rol Nº 74.552-2016). 156. De no aplicarse este
efecto erga omnes en relación con la filiación establecida por vía voluntaria según
el artículo 4º de la Ley Nº 19.253. Sobre la base de la existencia de una legislación
especial, de aplicación preferente, en relación con la reglas tocantes a la posesión notoria
del estado civil respecto de indígenas, la E  Corte Suprema ha advertido que la
xcma.

resolución que se pronuncia sobre tal materia, en virtud de la regla especial del artículo 4º
de la Ley Nº 19.253, no tiene efectos erga omnes: 'lo dispuesto en el artículo 316 del
Código Civil tiene un efecto importante para la filiación establecida por vía voluntaria de
conformidad con el artículo 4º de la Ley Nº 19.253. En lo pertinente, dicho artículo 316
establece que los fallos que declaran verdadera la paternidad o maternidad del hijo valen
respecto de todos relativamente a los efectos que dicha paternidad o maternidad acarrea,
siempre que 'se hayan pronunciado contra legítimo contradictor'. En la medida en que la
gestión voluntaria de que se trata no se pronuncia contra contradictor alguno, la filiación
establecida por esta vía podrá ser discutida judicialmente por quienes estimen que sus
derechos han sido afectados por ella. Si así no fuera, una persona podría verse privada
de sus derechos sin haber tenido oportunidad de controvertir en juicio la prueba aportada
para acreditar la posesión notoria del estado civil" (C. Suprema, 15 de septiembre de
2016, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6438/2016, Rol Nº 20175-2015).

Artículo 316. Para que los fallos de que se trata en el artículo precedente


produzcan los efectos que en él se designan, es necesario:

1º Que hayan pasado en autoridad de cosa juzgada;

2º Que se hayan pronunciado contra legítimo contradictor;

3º Que no haya habido colusión en el juicio.


Concordancias: Código Civil: artículo 319. Código de Procedimiento Civil: artículos 175, 176, 177, 315,
317.

Artículo 317. Legítimo contradictor en la cuestión de paternidad es el padre


contra el hijo, o el hijo contra el padre, y en la cuestión de maternidad el hijo
contra la madre, o la madre contra el hijo.

Son también legítimos contradictores los herederos del padre o madre


fallecidos en contra de quienes el hijo podrá dirigir o continuar la acción y,
también, los herederos del hijo fallecido cuando éstos se hagan cargo de la
acción iniciada por aquel o decidan entablarla. 143
Concordancias: Código Civil: artículos 204, 205, 206, 207, 208, 212, 213, 214, 216 y 217.

157. El artículo 317 constituye la regla general en materia de acciones de


Jurisprudencia: 
filiación. Se ha entendido que: "Del tenor literal del inciso segundo antes transcrito, se
infiere que el artículo 317 del Código Civil constituye la regla general en materia de
acciones de filiación y que el legislador no distingue situaciones particulares, pues, luego
de definir quienes son 'legítimo contradictor', amplía el concepto y lo extiende también a
los herederos" (C. Suprema, 21 de septiembre de 2006, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/168/2006, Rol Nº 3249-2005; C. Suprema, 2 de agosto de 2010,
cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/4247/2010, Rol Nº 3055-2010). En el mismo sentido se
ha reiterado que: "Del tenor literal del inciso segundo antes transcrito y su ubicación en el
Título XVII del Libro I, relativo a las Pruebas del Estado Civil, se desprende que el artículo
317 constituye la regla general en materia de acciones de filiación, pues se refiere la ley a
cuestiones de paternidad o maternidad, comprensivas tanto de reconocimiento como de
impugnación, y que el legislador no ha distinguido situaciones particulares o específicas.
En efecto, luego de definirse quiénes son legítimos contradictores, se amplía el concepto
y se extiende también a los herederos" (C. Suprema, 28 de marzo de 2014, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/610/2014, Rol Nº 7059-2012). 158. Coherencia con el principio
de libre investigación de la paternidad e imprescriptibilidad de la acción de
reclamación. Se ha declarado que: "[E]l artículo 317 del Código Civil está en armonía con
la Ley Nº 19.585, que establece la libre investigación de la paternidad y la
imprescriptibilidad de la acción de reclamación. De no ser así se estaría privando del
derecho de identidad al hijo, con lo cual no sólo se estaría infringiendo la ley chilena, sino
también el artículo 7º de la Convención de los Derechos del Niño y el artículo 18 del Pacto
de San José de Costa Rica" (C. Apelaciones de Talca, 3 de noviembre de 2010, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9291/2010, Rol Nº 936-2007). 159. Como consecuencia de la
regla general, le es posible al hijo entablar la acción de reclamación de paternidad
en contra de los herederos de su presunto padre difunto. Se ha declarado que:
"Frente a las normas precitadas que proclaman la imprescriptibilidad de la acción de
reclamación de paternidad, la circunstancia que la acción puede dirigirse contra los
herederos del padre fallecido, unido a la amplitud de medios de prueba que otorga el
legislador para lograr que se acredite o investigue una determinada filiación, a juicio de
estos sentenciadores, los lleva a concluir, conforme lo consagran las normas de
interpretación de la ley contenidas en los artículos 22 y 23 del Código Civil; que el artículo
aplicado en el caso de autos, sólo norma la situación particular en que se haya el hijo
póstumo, o sea el nacido después del fallecimiento de su padre o madre, y del hijo cuyo
padre o madre fallece dentro de los 180 días siguientes al parto, sin que de esa norma
pueda hacerse una interpretación extensiva, o bien restringir el sentido de las normas
contenidas en los artículos 205 y 317 del Código Civil, puesto que es justamente el
contexto de la ley, el que debe servir para ilustrar su sentido y alcance" (C. Apelaciones
de Valparaíso, 14 de abril de 2008, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/5161/2008, Rol
Nº 1292-2007, conf. C. Suprema, 18 de junio de 2008,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5160/2008, Rol Nº 3201-2008). En igual sentido se ha entendido
que: "No puede sino entenderse que la ley autoriza expresamente al hijo para dirigir la
acción de reclamación en contra de los herederos del presunto padre si éste fallece antes
de la demanda y para continuarla en su contra, si el deceso tiene lugar en el curso del
juicio". Esta interpretación se refuerza aún más si se tiene presente que el artículo 318,
modificado por la misma Ley Nº 19.585, resolvió el problema de la multiplicidad de
herederos al disponer que "El fallo pronunciado a favor o en contra de cualquiera de los
herederos aprovecha o perjudica a los herederos que citados no comparecieron"
(C. Suprema, 21 de septiembre de 2006, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/7168/2006, Rol
Nº 3249-2005). Esta consideración se ha reiterado literalmente en sentencias posteriores
(C. Suprema, 28 de marzo de 2014, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/610/2014, Rol
Nº 7059-2012). Se ha agregado que: "Esta interpretación no sólo resulta más adecuada
al contexto general de la ley y, especialmente a las reglas del párrafo primero del Título
VIII del Código Civil, que franquean una amplia investigación de la paternidad o
maternidad y consagran la imprescriptibilidad de la acción de reclamación, sino también
es congruente con la norma del artículo 1097 del Código Civil, que establece que los
herederos representan a la persona del causante y con la noción general de que los
derechos y obligaciones son trasmisibles" (C. Suprema, 21 de septiembre de 2006,
cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/7168/2006, Rol Nº 3249-2005). 160. Los supuestos
del artículo 206 constituyen excepciones a la regla general del artículo 317. Así se
ha entendido que: "Nada impide la existencia de excepciones a una regla general y es así
como, tratándose de la acción de reclamación, el artículo 206 del Código Civil, prevé dos
situaciones especiales, lo que permite afirmar que la transmisibilidad de la acción a los
herederos está limitada por la ley. En efecto, la norma contempla los casos del hijo
póstumo, esto es, el del nacido después del fallecimiento del padre o de la madre y del
hijo cuyo padre o madre fallece dentro de los 180 días siguientes al parto, los que
prevalecen sobre la regla del artículo 317. En consecuencia, en estas hipótesis, el hijo
sólo puede demandar a los herederos del padre o de la madre fallecidos en el término de
tres años contados desde la muerte del progenitor, o desde que el hijo alcance la plena
capacidad, si a esa fecha no lo era" (C. Suprema, 21 de septiembre de 2006, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7168/2006, Rol Nº 3249-2005).

Artículo 318. El fallo pronunciado a favor o en contra de cualquiera de los


herederos aprovecha o perjudica a los coherederos que citados no
comparecieron.144

Artículo 319. La prueba de colusión en el juicio no es admisible sino dentro


de los cinco años subsiguientes a la sentencia.

Concordancias: Código Civil: artículos 49,  316 número 3º.

Artículo 320. Ni prescripción ni fallo alguno, entre cualesquiera otras


personas que se haya pronunciado, podrá oponerse a quien se presente como
verdadero padre o madre del que pasa por hijo de otros, o como verdadero hijo
del padre o madre que le desconoce.
Las acciones que correspondan se ejercerán en conformidad con las reglas
establecidas en el Título VIII y, en su caso, se notificarán a las personas que
hayan sido partes en el proceso anterior de determinación de la filiación. 145

Concordancias: Código Civil: artículos 315 y 220. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 7º y 8º. Decreto Nº  873, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O.  5.01.1990: artículo 18.

D. LEY Nº 19.253 ESTABLECE NORMAS SOBRE


PROTECCIÓN, FOMENTO Y DESARROLLO DE LOS
INDÍGENAS, Y CREA LA CORPORACIÓN NACIONAL DE
DESARROLLO INDÍGENA
Publicada en el Diario Oficial de 5 de octubre de 1993

Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su aprobación al


siguiente

Proyecto de ley:

TÍTULO I DE LOS INDÍGENAS, SUS CULTURAS Y SUS COMUNIDADES

Párrafo 1º Principios generales

Artículo 1º. El Estado reconoce que los indígenas de Chile son los
descendientes de las agrupaciones humanas que existen en el territorio
nacional desde tiempos precolombinos, que conservan manifestaciones étnicas
y culturales propias siendo para ellos la tierra el fundamento principal de su
existencia y cultura.
El Estado reconoce como principales etnias indígenas de Chile a: la
Mapuche, Aimara, Rapa Nui o Pascuenses, la de las comunidades
Atacameñas, Quechuas, Collas y Diaguita del norte del país, las comunidades
Kawashkar o Alacalufe y Yámana o Yagán de los canales australes. El Estado
valora su existencia por ser parte esencial de las raíces de la Nación chilena,
así como su integridad y desarrollo, de acuerdo a sus costumbres y valores.

Es deber de la sociedad en general y del Estado en particular, a través de


sus instituciones respetar, proteger y promover el desarrollo de los indígenas,
sus culturas, familias y comunidades, adoptando las medidas adecuadas para
tales fines y proteger las tierras indígenas, velar por su adecuada explotación,
por su equilibrio ecológico y propender a su ampliación.

Concordancias: Código Civil: artículo 3º.

Párrafo 2º De la Calidad de Indígena

Artículo 2º. Se considerarán indígenas para los efectos de esta ley, las
personas de nacionalidad chilena que se encuentren en los siguientes casos:

a) Los que sean hijos de padre o madre indígena, cualquiera sea la


naturaleza de su filiación, inclusive la adoptiva;

Se entenderá por hijos de padre o madre indígena a quienes desciendan de


habitantes originarios de las tierras identificadas en el artículo 12, números 1 y
2.

b) Los descendientes de las etnias indígenas que habitan el territorio


nacional, siempre que posean a lo menos un apellido indígena;

Un apellido no indígena será considerado indígena, para los efectos de esta


ley, si se acredita su procedencia indígena por tres generaciones, y

c) Los que mantengan rasgos culturales de alguna etnia indígena,


entendiéndose por tales la práctica de formas de vida, costumbres o religión de
estas etnias de un modo habitual o cuyo cónyuge sea indígena. En estos
casos, será necesario, además, que se autoidentifiquen como indígenas.
Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 10. Código Civil: artículos 55, 56. Ley
Nº  19.253, sobre protección, fomento y desarrollo de los indígenas, D.O.  5.10.1993: artículo 12
números 1 y 2.

Artículo 3º. La calidad de indígena podrá acreditarse mediante un certificado


que otorgará la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena. Si ésta deniega
el certificado, el interesado, sus herederos o cesionarios podrán recurrir ante el
Juez de Letras respectivo quien resolverá, sin forma de juicio, previo informe
de la Corporación.

Todo aquel que tenga interés en ello, mediante el mismo procedimiento y


ante el Juez de Letras respectivo, podrá impugnar la calidad de indígena que
invoque otra persona, aunque tenga certificado.

Concordancias: Ley Nº 19.253, sobre protección, fomento y desarrollo de los indígenas,


D.O.  5.10.1993: artículo 2º.

Artículo 4º. Para todos los efectos legales, la posesión notoria del estado
civil de padre, madre, cónyuge o hijo se considerará como título suficiente para
constituir en favor de los indígenas los mismos derechos y obligaciones que,
conforme a las leyes comunes, emanen de la filiación legítima y del matrimonio
civil. Para acreditarla bastará la información testimonial de parientes o vecinos,
que podrá rendirse en cualquier gestión judicial, o un informe de la Corporación
suscrito por el Director.

Se entenderá que la mitad de los bienes pertenecen al marido y la otra mitad


a su cónyuge, a menos que conste que los terrenos han sido aportados por
sólo uno de los cónyuges.

Concordancias: Código Civil: artículos 304, 305, 310 a 316.

161. De la especialidad de las reglas contenidas en este artículo, y de su


Jurisprudencia: 
aplicación preferente a las del Código Civil. Es esta una opinión que ha mantenido la
jurisprudencia, respecto de todas las leyes que han dado reglas especiales en esta
materia. Así lo ha recordado y reiterado la E  Corte Suprema específicamente respecto
xcma.

de este artículo 4º: "[D]ebe tenerse presente que la Ley de 4 de agosto de 1874 sobre
enajenación de terrenos situados en territorio araucano disponía en su artículo 9º que la
posesión notoria es bastante para comprobar las calidades de padre, madre, marido,
mujer o hijo. Es a propósito de esta disposición que se estimó, en su momento, por el
autor Luis Claro Solar que lo dispuesto en el antiguo artículo 312 del Código Civil que
aludía a la posesión notoria no era aplicable a los indígenas, en razón que era pertinente
la normativa especial (Claro Solar, L., Explicaciones de derecho civil chileno y comparado,
t. III, Santiago, Jurídica, 1992, Nº 1979, p. 104). Lo mismo fue ratificado por la Corte
Suprema en sentencia de 28 de agosto de 1931 (RDJ, t. XII, 2ª parte, sección 1ª, p. 33). Y
ratificada análoga jurisprudencia en el fallo de la Corte Suprema de 20 de octubre de
1916, RDJ, t. XIV, sección 1ª, p. 285, indicando que en esos litigios debe aplicarse la ley
indígena con preferencia al Código Civil. Con posterioridad, se dictó el Decreto Nº 4.111
de 1931, cuyo artículo 29 texto señalaba: 'La posesión notoria del estado de padre,
madre, marido, mujer o hijo, se considerará como título bastante para constituir a favor de
los indígenas los mismos derechos hereditarios que establecen las leyes comunes a favor
de los padres, cónyuges e hijos legítimos'. Existe, por ende, continuidad en la legislación
especial indígena en lo que refiere a que la posesión de estado detenta una regulación
especial que constituye un título para adquirir el estado de padre, madre, marido, mujer o
hijo. Por lo mismo, el representante del Ejecutivo, en la tramitación de la actual Ley
Nº 19.253, hizo presente a la Comisión que esta norma artículo 4º vigente estaba
contemplada en el artículo 29 del Decreto Nº 4.111, de 1931, y 'sólo se pretendía
mantener la legislación que por tanto tiempo se les había aplicado'. De manera tal, que el
artículo 4º de la Ley Nº 19.253 recoge una legislación más que centenaria, que escapa al
derecho común, constituyendo una disposición especial que debe aplicarse con
preferencia" (C. Suprema, 23 de junio de 2016, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4537/2016, Rol Nº 19766-2015). Esta opinión la ha vuelto a
defender en sentencia posterior, que se remite la que queda citada, y transcribe sus
consideraciones de manera literal: "Que recientemente esta Corte ha tenido ocasión de
emitir pronunciamiento en relación con estas materias. En sentencia de 23 de junio del
presente año, dictada en causa Rol ingreso Corte Nº 19766-2015, se sostuvo que debe
tenerse presente que la Ley de 4 de agosto de 1874, sobre enajenación de terrenos
situados en territorio mapuche, disponía en su artículo 9º que la posesión notoria es
bastante para comprobar las calidades de padre, madre, marido, mujer o hijo. Es a
propósito de esta disposición que esta Corte sostuvo, en sentencia de 28 de agosto de
1913 (RDJ, t. XII, 2ª parte, sección 1ª, p. 33) que el antiguo artículo 312 del Código Civil
que aludía a la posesión notoria no era aplicable a los indígenas, en razón de que era
pertinente la normativa especial. Esta sentencia fue destacada por Claro Solar en
sus Explicaciones de derecho civil chileno y comparado, t. III, Santiago, Jurídica, 1992,
Nº 1979, p. 104, y luego ratificada en fallo de esta Corte Suprema de 20 de octubre de
1916 (RDJ, t. XIV, 2ª parte, sección 1ª, p. 285), indicando que en esos litigios debe
aplicarse la ley indígena con preferencia al Código Civil. Con posterioridad, se dictó el
Decreto Nº 4.111, de 1931, cuyo artículo 29 señalaba: "La posesión notoria del estado de
padre, madre, marido, mujer o hijo, se considerará como título bastante para constituir a
favor de los indígenas los mismos derechos hereditarios que establecen las leyes
comunes a favor de los padres, cónyuges e hijos legítimos". Existe, por ende, continuidad
en la legislación especial indígena en lo que refiere a que la posesión tiene una regulación
especial que constituye un título para adquirir el estado de padre, madre, marido, mujer o
hijo. Por lo mismo, el representante del Ejecutivo, en la tramitación de la actual Ley
Nº 19.253, hizo presente a la Comisión que esta norma artículo 4º vigente estaba
contemplada en el artículo 29 del Decreto Nº 4.111, de 1931, y "sólo se pretendía
mantener la legislación que por tanto tiempo se les había aplicado". De manera tal, que el
artículo 4º de la Ley Nº 19.253 recoge una legislación más que centenaria, que escapa al
derecho común, constituyendo una disposición especial que debe aplicarse con
preferencia" (C. Suprema, 15 de septiembre de 2016, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6438/2016, Rol Nº 20175-2015). 162. Del entendimiento de la
expresión 'se considerará como título suficiente', como indicativa de que,
acreditada la posesión notoria, ha de tenerse por constituido el estado civil de que
se trate. Tal es la interpretación que le ha dado la E  Corte Suprema: "El texto actual de
xcma.

este precepto dispone: 'Para todos los efectos legales, la posesión notoria del estado civil
de padre, madre, cónyuge o hijo se considerará como título suficiente para constituir en
favor de los indígenas los mismos derechos y obligaciones que, conforme a las leyes
comunes, emanen de la filiación legítima y del matrimonio civil. Para acreditarla bastará la
información testimonial de parientes o vecinos, que podrá rendirse en cualquier gestión
judicial, o un informe de la Corporación suscrito por el Director"'. La regla en cuestión
señala que la posesión notoria "se considerará como título suficiente", lo que cabe
entender que acreditada la posesión notoria, conforme la legislación especial, debe
tenerse por constituido el estado civil respectivo" (C. Suprema, 23 de junio de 2016, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/Jur/4537/2016, Rol Nº 19766-2015). 163. De los efectos de la
regla de este artículo 4º. La E  Corte Suprema ha entendido que esta disposición tiene
xcma.

dos efectos manifiestos: 163.1. Permite que se demande la declaración de derechos


sin que se requiera el establecimiento previo de la filiación o matrimonio. Se ha
declarado, así: "Que la disposición transcrita tiene dos efectos manifiestos. En primer
lugar, permite demandar derechos que emanan de la filiación o del matrimonio sin que
sea necesario el previo establecimiento de la respectiva filiación o matrimonio. Así, por
ejemplo, el indígena que pretenda reclamar una herencia como hijo del causante, podrá
interponer derechamente la acción de petición de herencia aun cuando su filiación no esté
reconocida. Tal era precisamente la situación en el caso que resolvió esta Corte por la
citada sentencia de 28 de agosto de 1913" (C. Suprema, 15 de septiembre de 2016,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6438/2016, Rol Nº 20175-2015). 163.2. Que la
posesión notoria de estado, acreditada por un medio especial, es fundamento de la
acción que se intente, en lugar de la filiación o del matrimonio. Tal es lo que ha
precisado la misma Corte: "En segundo lugar, el artículo 4º de la Ley Nº 19.253 prescribe
para tales casos, primero, que 'la posesión notoria del estado civil de padre, madre,
cónyuge o hijo' servirá de fundamento de la acción intentada en lugar de la filiación o del
matrimonio y, segundo, que dicha posesión notoria se acreditará con 'la información
testimonial de parientes o vecinos, que podrá rendirse en cualquier gestión judicial, o un
informe de la Corporación suscrito por el Director'" (C. Suprema, 15 de septiembre de
2016, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6438/2016, Rol Nº 20175-2015). 164. Las
personas situadas en el supuesto de este artículo no está obligadas a recurrir a un
juicio de filiación fundado en las acciones previstas en el Código Civil, e incluso
pueden establecer su filiación en una gestión voluntaria. Es ésta una consecuencia
de la especialidad de este artículo 4º, y también de su texto que permite que se acredite la
posesión de estado "en cualquier gestión judicial". Así lo ha declarado la E Corte xcma.

Suprema, al casar una sentencia de la I  Corte de Apelaciones de Temuco (21 de agosto


lma.

de 2015), que había sostenido la opinión contraria: "[A]grega el precepto en relación a las
condiciones especiales que configuran la posesión de estado que 'podrá rendirse en
cualquier gestión judicial', lo que descarta lo indicado por la sentencia recurrida en cuanto
a la obligatoriedad de someterse a un juicio de filiación de acuerdo a las acciones tratadas
en el Código Civil ante un tribunal de familia. En definitiva, el artículo 4º de la Ley
Nº 19.253 prima por sobre la legislación común no sólo en cuanto a los antecedentes
necesarios para tener por establecida la posesión de estado y, en la especie, dar lugar al
reconocimiento de la filiación del requirente, sino que también en forma expresa indica
que la constitución del estado de filiación puede verificarse no sólo mediante un juicio con
legítimo contradictor, sino que en cualquier gestión judicial, como lo es el presente
procedimiento voluntario" (C. Suprema, 23 de junio de 2016, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/Jur/4537/2016, Rol Nº 19766-2015). Esta opinión la ha
confirmado, de modo expreso, el mismo tribunal en sentencia posterior: "Resta examinar
si la citada disposición tiene el efecto adicional de permitir el establecimiento de la filiación
(o eventualmente del matrimonio en un caso distinto del que se discute) en un
procedimiento voluntario sin legítimo contradictor. Sexto: Que esta Corte confirma el
criterio establecido en el pasado, más recientemente expresado en la citada sentencia de
23 de junio del presente año, en causa rol ingreso Corte Nº 19766-2015, según el cual es
posible establecer la filiación mediante gestión voluntaria" (C. Suprema, 15 de septiembre
de 2016, cons. 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6438/2016, Rol Nº 20175-2015). 165. Sólo
puede solicitar el establecimiento de su filiación en un procedimiento voluntario el
indígena que no tenga determinada su filiación. Así lo ha precisado la E  Corte xcma.
Suprema, fundada en la regla del artículo 208 del Código Civil: "También resulta
pertinente lo establecido en el artículo 208 del Código Civil, en el sentido que 'Si estuviese
determinada la filiación de una persona y quisiere reclamarse otra distinta, deberán
ejercerse simultáneamente las acciones de impugnación de la filiación existente y de
reclamación de la nueva filiación'. En consecuencia, sólo puede solicitar la declaración de
filiación en procedimiento voluntario el indígena que no tenga ya determinada su filiación"
(C. Suprema, 15 de septiembre de 2016, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6438/2016, Rol
Nº 20175-2015). 166. Puede recurrir al procedimiento voluntario quien no ha
acreditado la calidad de indígena según el artículo 3º de la Ley Nº 19.253, cuando
dicha calidad dependa exclusivamente de la filiación que busca establecer. En este
sentido se ha pronunciado la E  Corte Suprema: "Que, establecida la posibilidad de
xcma.

obtener sentencia declarativa de filiación en procedimiento voluntario bajo el artículo 4º de


la Ley Nº 19.253, resulta necesario examinar si puede recurrir a dicho procedimiento
quien no haya acreditado la calidad de indígena de conformidad con el artículo 3º de la
citada ley, cuando dicha calidad dependa exclusivamente de la filiación que busca
establecer. El artículo 2º letra a) de la Ley Nº 19.253 dispone que 'Se considerarán
indígenas para los efectos de esta ley, las personas de nacionalidad chilena que se
encuentren en los siguientes casos: a) Los que sean hijos de padre o madre indígena,
cualquiera sea la naturaleza de su filiación, inclusive la adoptiva'. A su vez, el artículo 3º
de la misma ley prescribe que 'La calidad de indígena podrá acreditarse mediante un
certificado que otorgará la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena'. Es posible que
cuando una persona pretenda la calidad de indígena fundado en su filiación, la
Corporación no emita el certificado correspondiente mientras dicha filiación no haya sido
establecida por sentencia judicial. En tal caso, la falta de este certificado no impide la
aplicación del artículo 4º de la Ley Nº 19.253. En primer lugar, el propio artículo 3º de esta
ley permite recurrir al juez en caso de que la Corporación deniegue la entrega del
certificado. En segundo lugar, cuando la Corporación informa favorablemente la solicitud
de posesión notoria de la calidad de hijo de un indígena, manifiesta con ello
categóricamente su opinión sobre la calidad de indígena del solicitante. Por último, la
aplicación del artículo 4º de la citada ley no se determina irrevocablemente al inicio del
respectivo procedimiento voluntario, sino solo al dictarse sentencia. La que acoge la
solicitud tiene por tanto establecido, en un mismo acto, la filiación y el carácter indígena
del solicitante" (C. Suprema, 15 de septiembre de 2016, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6438/2016, Rol Nº 20175-2015). 167. La filiación establecida
por vía voluntaria, según este artículo 4º, no produce efectos erga omnes. Tal es la
doctrina que ha sentado la E  Corte Suprema fundada, sobre todo, en que el artículo 316
xcma.

del Código Civil exige que, para que la sentencia produzca efectos erga omnes, se haya
pronunciado contra legítimo contradictor: "[Lo dispuesto en el artículo 316 del Código Civil
tiene un efecto importante para la filiación establecida por vía voluntaria de conformidad
con el artículo 4º de la Ley Nº 19.253. En lo pertinente, dicho artículo 316 establece que
los fallos que declaran verdadera la paternidad o maternidad del hijo valen respecto de
todos relativamente a los efectos que dicha paternidad o maternidad acarrea, siempre que
'se hayan pronunciado contra legítimo contradictor'. En la medida en que la gestión
voluntaria de que se trata no se pronuncia contra contradictor alguno, la filiación
establecida por esta vía podrá ser discutida judicialmente por quienes estimen que sus
derechos han sido afectados por ella. Si así no fuera, una persona podría verse privada
de sus derechos sin haber tenido oportunidad de controvertir en juicio la prueba aportada
para acreditar la posesión notoria del estado civil" (C. Suprema, 15 de septiembre de
2016, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6438/2016, Rol Nº 20175-2015).

Artículo 12. Son tierras indígenas:


1º Aquellas que las personas o comunidades indígenas actualmente ocupan
en propiedad o posesión provenientes de los siguientes títulos:

a) Títulos de comisario de acuerdo a la ley de 10 de junio de 1823.

b) Títulos de merced de conformidad a las leyes de 4 de diciembre de 1866;


de 4 de agosto de 1874, y de 20 de enero de 1883.

c) Cesiones gratuitas de dominio efectuadas conforme a la Ley Nº 4.169, de


1927; Ley Nº 4.802, de 1930; decreto supremo Nº 4.111, de 1931; Ley
Nº 14.511, de 1961, y Ley Nº 17.729, de 1972, y sus modificaciones
posteriores.

d) Otras formas que el Estado ha usado para ceder, regularizar, entregar o


asignar tierras a indígenas, tales como, la Ley Nº 16.436, de 1966; Decreto Ley
Nº 1.939, de 1977, y Decreto Ley Nº 2.695, de 1979, y

e) Aquellas que los beneficiarios indígenas de las leyes Nº 15.020, de 1962,


y Nº 16.640, de 1967, ubicadas en las Regiones VIII, IX y X, inscriban en el
Registro de Tierras Indígenas, y que constituyan agrupaciones indígenas
homogéneas lo que será calificado por la Corporación.

2º Aquellas que históricamente han ocupado y poseen las personas o


comunidades mapuches, aimaras, rapa nui o pascuenses, atacameñas,
quechuas, collas, kawashkar y yámana, siempre que sus derechos sean
inscritos en el Registro de Tierras Indígenas que crea esta ley, a solicitud de
las respectivas comunidades o indígenas titulares de la propiedad.

Concordancias: Ley Nº  19.253, sobre protección, fomento y desarrollo de los indígenas,


D.O.  5.10.1993: artículo 2º letra a).

E. LEY Nº 20.609 ESTABLECE MEDIDAS CONTRA LA


DISCRIMINACIÓN
Publicada en el Diario Oficial de 24 de julio de 2012

Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su aprobación al


siguiente
Proyecto de ley:

TÍTULO I DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 1º. Propósito de la ley. Esta ley tiene por objetivo fundamental


instaurar un mecanismo judicial que permita restablecer eficazmente el imperio
del derecho toda vez que se cometa un acto de discriminación arbitraria.

Corresponderá a cada uno de los órganos de la Administración del Estado,


dentro del ámbito de su competencia, elaborar e implementar las políticas
destinadas a garantizar a toda persona, sin discriminación arbitraria, el goce y
ejercicio de sus derechos y libertades reconocidos por la Constitución Política
de la República, las leyes y los tratados internacionales ratificados por Chile y
que se encuentren vigentes.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1, 5, 19 número 3º.

Artículo 2º. Definición de discriminación arbitraria. Para los efectos de esta


ley, se entiende por discriminación arbitraria toda distinción, exclusión o
restricción que carezca de justificación razonable, efectuada por agentes del
Estado o particulares, y que cause privación, perturbación o amenaza en el
ejercicio legítimo de los derechos fundamentales establecidos en la
Constitución Política de la República o en los tratados internacionales sobre
derechos humanos ratificados por Chile y que se encuentren vigentes, en
particular cuando se funden en motivos tales como la raza o etnia, la
nacionalidad, la situación socioeconómica, el idioma, la ideología u opinión
política, la religión o creencia, la sindicación o participación en organizaciones
gremiales o la falta de ellas, el sexo, la orientación sexual, la identidad de
género, el estado civil, la edad, la filiación, la apariencia personal y la
enfermedad o discapacidad.

Las categorías a que se refiere el inciso anterior no podrán invocarse, en


ningún caso, para justificar, validar o exculpar situaciones o conductas
contrarias a las leyes o al orden público.

Se considerarán razonables las distinciones, exclusiones o restricciones que,


no obstante fundarse en alguno de los criterios mencionados en el inciso
primero, se encuentren justificadas en el ejercicio legítimo de otro derecho
fundamental, en especial los referidos en los números 4º, 6º, 11º, 12º, 15º, 16º
y 21º del artículo 19 de la Constitución Política de la República, o en otra causa
constitucionalmente legítima.
Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º, 5º, 19 números 3º, 4º, 6º, 11º, 12º,
15º, 16º y 21º. Código Civil: artículos 20, 25, 33, 55, 57, 179, 997, 998. Decreto Nº   5.142, Fija el texto
refundido de las disposiciones sobre nacionalización de extranjeros, D.O. 30.05.2000: artículo 11, inciso
2º.

168. Sólo es arbitraria la distinción que carece de justificación razonable y


Jurisprudencia: 
cuya consecuencia es la privación, perturbación o amenaza en el ejercicio de
derechos fundamentales establecidos por la Constitución o por ciertos Tratados.
Así, sobre la base del texto legal, lo ha precisado la E  Corte Suprema: "[N]o toda
xcma.

distinción es arbitraria, sino sólo aquellas que carezcan de justificación razonable y que,
asimismo, prive, perturbe o amenace el ejercicio legítimo de los derechos fundamentales
que establece la Constitución y los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos
ratificados por Chile y que se encuentren vigentes" (C. Suprema, 6 de julio de 2016, cons.
5º, LegalPublishing: Cl/Jur/4789/2016, Rol Nº 16940-2016). En relación con esta última
exigencia, se ha reiterado: "Que la acción u omisión discriminatoria para ser sancionable
conforme a la citada ley, debe vulnerar necesariamente un derecho fundamental
establecido en la Constitución Política de la República o en los tratados internacionales
sobre derechos humanos ratificados por Chile y que se encuentren vigentes"
(C. Suprema, 25 de julio de 2018, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/3928/2018, Rol
Nº 41388-2017). 169. De la "identidad de género" como motivo que puede fundar
una discriminación arbitraria. La I  Corte de Apelaciones ha declarado que: "[E]
lma.

specíficamente, en identidad de género, la Ley Nº 20.609 que establece medidas contra la


discriminación, reconoce expresamente la valoración y protección jurídica de la 'identidad
de género', prohibiendo discriminaciones sobre tal base, de conformidad a su artículo 2º
inciso primero, y en su artículo 17 que modifica en la línea expresada el artículo 12 del
Código Penal. El derecho a la identidad de género importa que toda persona tiene
derecho al libre desarrollo de su personalidad conforme a su propia equivalencia de
género, con independencia de cuál sea su sexo biológico, genético, anatómico,
morfológico, hormonal, de asignación u otro. Así, este derecho incluye el de ser
identificado de forma que se reconozca plenamente la identidad de género propia y la
consonancia entre esta identidad y el nombre y sexo señalado en los documentos
identificatorios de la persona, sean las actas del Registro de Estado Civil, los documentos
de identidad, electorales, de viaje u otros" (C. Apelaciones de Santiago, 29 de marzo de
2016, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/4407/2016, Rol Nº 13001-2015). 170. De lo que
ha de entenderse por "justificación razonable".Alguna jurisprudencia ha tendido a
entender que la justificación razonable implica la necesidad de una fundamentación o
antecedente que exprese la causa de la decisión adoptada, y que ésta sea comprensible
para aquel a quien está destinada. En tal sentido la I  Corte de Apelaciones de Valparaíso
lma.

ha declarado que: "[E]l elemento fundamental que debe considerarse para que estemos
frente a una discriminación arbitraria, es que exista en la actuación del órgano activo una
distinción, exclusión o restricción que "carezca de justificación razonable", esto es, que la
misma no contenga un fundamento, explicación o antecedente en que se exprese la
causa o el motivo de algo que se está resolviendo y que la misma sea incomprensible
para su receptor" (C. Apelaciones de Valparaíso, 6 de marzo de 2015, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1324/2015, Rol Nº 2476-2014). 171. Toca al juez ponderar, en
relación con el inciso final, los derechos que eventualmente pudieren estar en
conflicto. En este sentido se ha pronunciado la E  Corte Suprema: "[S]e consideran
xcma.

razonables las distinciones, exclusiones o restricciones que se encuentran justificadas en


el ejercicio legítimo de otro derecho fundamental, en especial los referidos en los números
4º, 6º, 11º, 12º, 15º, 16º y 21º del artículo 19 de la Constitución Política de la República, o
en otra causa constitucionalmente legítima. Dicho inciso generó en el Parlamento fuertes
discusiones de orden constitucional, por cuanto se había estipulado que 'siempre' serían
razonables las discriminaciones basadas en estos derechos. De esta forma, se estimó
que se establecía legalmente una preferencia respecto de los derechos constitucionales,
dejando al derecho de la igualdad ante la ley en una posición desmejorada en relación a
los demás derechos constitucionales, y aún más, se generaba una presunción de derecho
que no permitía generar pruebas para verificar que un acto basado en los derechos
enumerados en el artículo 2º inciso tercero, pudieran ser discriminatorios, ya que la ley los
estimaba justificados por el solo hecho de basarse en estos derechos constitucionales.
Esta misma circunstancia provocaba que la carga de la prueba, en el caso de
considerarse sólo como presunción simplemente legal, recayera sobre la víctima, hecho
contrario a las normas internacionales vigentes al respecto. Por ello, la Comisión Mixta
eliminó el vocablo 'siempre', evitando la presunción de derecho y dejó en manos del juez
la tarea de ponderar los distintos derechos constitucionales que pudieran estar en
conflicto. (http://www.bcn.cl/historiadelaley/nc/historia de la ley/4516/)" (C. Suprema, 6 de
julio de 2016, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/4789/2016, Rol Nº 16940-2016). 172. No
es razonable una justificación sospechosa de ser vulneradora de derechos
fundamentales. Así lo ha declarado el E  Tribunal Constitucional, en relación con la
xcmo.

distinción entre nacionales y extranjeros: "Que esta normativa califica de discriminación


arbitraria la realización de distinciones, exclusiones o restricciones que carezcan de
justificación razonable. Parte de esta justificación no puede encontrarse en distinciones
odiosas o sospechosas de ser vulneradoras de derechos fundamentales, dentro de las
cuales se encuentran tres categorías que usualmente se presentan en la persona del
extranjero y específicamente en el caso de esta causa: raza, nacionalidad e idioma" (T.
Constitucional, 4 de julio de 2013, cons. 33º, LegalPublishing: Cl/Jur/1612/2013, Rol
Nº 2273-2012). 173. Corresponde a quien alega la razonabilidad de la distinción, su
prueba. Se ha declarado, así: "Que, afirmando la demandada, que su proceso de
selección se ampara en la causal de excepción del inciso tercero del artículo 2º de la Ley
Nº 20.609, correspondía a ella el peso de la prueba de acreditar la razonabilidad,
objetividad y transparencia del proceso de selección implementado, y constando en autos,
como así se consignó en el considerando undécimo de la sentencia recurrida, que la
demandada no acompañó los antecedentes del proceso, no es posible entrar al análisis
de la excepción hecha valer por la demandada, toda vez que para poder pronunciarse
sobre la misma era necesario que se acreditaran los supuestos que la sustentan,
acompañándose los antecedentes completos del proceso de selección, única forma a
través de la cual el tribunal podía evaluar si se configuraban los supuestos de la
excepción prevista en el inciso 3º del artículo 2º de la Ley Nº 20.609" (C. Apelaciones de
Temuco, 22 de febrero de 2016, cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/1205/2016, Rol Nº 79-
2016). En igual sentido se ha inclinado la E. Corte Suprema: "[A]unque no lo diga
xcma 

explícitamente la ley en comento, tratándose de una denuncia de lesión a derechos


fundamentales, el peso de la prueba ha de recaer en el denunciado, quien deberá probar
los fundamentos, la razonabilidad y proporcionalidad de la medida impugnada siempre
que existan indicios de tal vulneración" (C. Suprema, 21 de junio de 2018, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3142/2018, Rol Nº 38521-2017). 174. De la "identidad de
género" como motivo que puede dar pie a una discriminación arbitraria. La E Corte xcma. 

Suprema ha precisado que: "[L]a identidad de género es una de tales motivaciones, y


debe entenderse por tal, conforme la definición dada por la Unidad LGTBI (lesbianas,
gays, trans, bisexuales e intersex) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos,
como la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente
profundamente, que puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del
nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo (que puede involucrar la
modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios médicos,
quirúrgicos o de otra índole, siempre que sea libremente escogida) y otras expresiones de
género, que comprende la vestimenta, el modo de hablar y los modales. El
transgenerismo, por su parte, es un término que se usa para describir las diferentes
variantes de la identidad de género, cuyo común denominador es la disconformidad entre
el sexo biológico de la persona y la identidad de género que de manera tradicional ha sido
asignado a éste; siendo la intervención médica hormonal, quirúrgica o ambas que adecue
la apariencia física biológica a la realidad psíquica, emocional, espiritual y social, sólo una
opción para construir la identidad; y existe cierto consenso en los especialistas en la
materia que para referirse o autoreferirse a las personas transgénero, es correcto referirse
como mujeres trans cuando el sexo biológico es de hombre y la identidad de género es
femenina; hombres trans si el sexo biológico es de mujer y la identidad de género es
masculina; y persona trans o trans cuando no existe convicción de identificarse dentro de
la categorización binaria masculino femenino" (C. Suprema, 19 de diciembre de 2017,
cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/8084/2017, Rol Nº 38238-2016).

TÍTULO II LA ACCIÓN DE NO DISCRIMINACIÓN ARBITRARIA

Artículo 3º. Acción de no discriminación arbitraria. Los directamente


afectados por una acción u omisión que importe discriminación arbitraria
podrán interponer la acción de no discriminación arbitraria, a su elección, ante
el juez de letras de su domicilio o ante el del domicilio del responsable de dicha
acción u omisión.

Concordancias: Ley Nº 20.609, establece medidas contra la discriminación, D.O.  24.07.2012: artículo


2º.

Artículo 4º. Legitimación activa. La acción podrá interponerse por cualquier


persona lesionada en su derecho a no ser objeto de discriminación arbitraria,
por su representante legal o por quien tenga de hecho el cuidado personal o la
educación del afectado, circunstancia esta última que deberá señalarse en la
presentación.

También podrá interponerse por cualquier persona a favor de quien ha sido


objeto de discriminación arbitraria, cuando este último se encuentre
imposibilitado de ejercerla y carezca de representantes legales o personas que
lo tengan bajo su cuidado o educación, o cuando, aun teniéndolos, éstos se
encuentren también impedidos de deducirla.

Concordancias: Código Civil: artículos 43, 224, 225, 226, 236, 237.

Artículo 5º. Plazo y forma de interposición. La acción deberá ser deducida


dentro de noventa días corridos contados desde la ocurrencia de la acción u
omisión discriminatoria, o desde el momento en que el afectado adquirió
conocimiento cierto de ella. En ningún caso podrá ser deducida luego de un
año de acontecida dicha acción u omisión.

La acción se interpondrá por escrito, pudiendo, en casos urgentes,


interponerse verbalmente, levantándose acta por la secretaría del tribunal
competente.

Concordancias: Código Civil: artículo 49. Ley Nº 20.609, establece medidas contra la discriminación,
D.O.  24.07.2012: artículo 6º letra e).

Artículo 6º. Admisibilidad. No se admitirá a tramitación la acción de no


discriminación arbitraria en los siguientes casos:

a) Cuando se ha recurrido de protección o de amparo, siempre que tales


acciones hayan sido declaradas admisibles, aun cuando el recurrente se haya
desistido. Tampoco se admitirá cuando se haya requerido tutela en los
términos de los artículos 485 y siguientes del Código del Trabajo.

b) Cuando se impugnen los contenidos de leyes vigentes.

c) Cuando se objeten sentencias emanadas de los tribunales creados por la


Constitución o la ley.

d) Cuando carezca de fundamento. El juez deberá decretarla por resolución


fundada.

e) Cuando la acción haya sido deducida fuera de plazo.

Si la situación a que se refiere la letra a) se produce después de que haya


sido admitida a tramitación la acción de no discriminación arbitraria, el proceso
iniciado mediante esta última acción terminará por ese solo hecho.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 20, 21. Código del Trabajo: artículos
485 y ss. Código Civil: artículos 1º, 3º, 6º, 8º. Ley Nº  20.609, establece medidas contra la
discriminación, D.O. 24.07.2012: artículo 5º.

Artículo 7º. Suspensión provisional del acto reclamado. En cualquier


momento del juicio, el recurrente podrá solicitar la suspensión provisional del
acto reclamado, y el tribunal deberá concederla cuando, además de la
apariencia de derecho, su ejecución haga inútil la acción o muy gravosa o
imposible la restitución de la situación a su estado anterior.

El tribunal podrá revocar la suspensión provisional del acto reclamado, de


oficio o a petición de parte y en cualquier estado del procedimiento, cuando no
se justifique la mantención de la medida.
Artículo 8º. Informes. Deducida la acción, el tribunal requerirá informe a la
persona denunciada y a quien estime pertinente, notificándolos personalmente.
Los informes deberán ser evacuados por los requeridos dentro de los diez días
hábiles siguientes a la respectiva notificación. Cumplido ese plazo, el tribunal
proseguirá la tramitación de la causa, conforme a los artículos siguientes, aun
sin los informes requeridos.

Concordancias: Código Civil: artículo 49. Código de Procedimiento Civil: artículo 40.

Artículo 9º. Audiencias.Evacuados los informes, o vencido el plazo para


hacerlo, el tribunal fijará una audiencia para el quinto día hábil contado desde
la última notificación que de esta resolución se haga a las partes, la que se
practicará por cédula.

Dicha audiencia tendrá lugar con la parte que asista. Si lo hacen todas ellas,
el tribunal las llamará a conciliación.

Si una de las partes no asiste o si concurriendo ambas no se produce la


conciliación, el tribunal, en la misma audiencia, citará a las partes a oír
sentencia si no hubiere hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos. Si
los hubiere, en la misma audiencia recibirá la causa a prueba, resolución que
podrá impugnarse mediante reposición y apelación subsidiaria, la que se
concederá en el solo efecto devolutivo. Estos recursos deberán deducirse
dentro del tercer día hábil contado desde el término de la audiencia.

Recibida la causa a prueba, las partes tendrán el plazo de tres días hábiles
para proponer al tribunal los medios de prueba de los cuales pretenden
valerse, debiendo presentar una lista de testigos si desean utilizar la prueba
testimonial. Acto seguido, el tribunal dictará una resolución fijando la fecha para
la realización de la audiencia de recepción de las pruebas, que deberá tener
lugar entre el quinto y el décimo quinto día hábil posterior a dicha resolución. Si
tal audiencia no fuere suficiente para recibir todas las pruebas que fueren
procedentes o si las partes piden su suspensión por motivos fundados o de
común acuerdo, lo que podrán hacer sólo por una vez, se fijará una nueva
audiencia para dentro de los cinco días hábiles siguientes a la fecha de la
anterior. Finalizada la última audiencia de prueba, el tribunal deberá citar a las
partes a oír sentencia.

Concordancias: Código Civil: artículo 49. Código de Procedimiento Civil: artículos 44, 432. Ley
Nº  20.609, establece medidas contra la discriminación, D.O. 24.07.2012: artículo 8º.

Artículo 10. Prueba. Serán admitidos todos los medios de prueba obtenidos


por medios lícitos que se hubieren ofrecido oportunamente y que sean aptos
para producir fe. En cuanto a los testigos, cada parte podrá presentar un
máximo de dos de ellos por cada punto de prueba. No habrá testigos ni peritos
inhábiles, lo que no obsta al derecho de cada parte de exponer las razones por
las que, a su juicio, la respectiva declaración no debe merecer fe.

El tribunal apreciará la prueba conforme a las reglas de la sana crítica.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 341 y ss.

175. De la carga de la prueba que, por aplicación de las reglas generales,


Jurisprudencia: 
toca al actor. Como sobre esta materia la Ley Nº 20.609 no contiene normas propias, han
de aplicarse las de carácter general. Así se ha declarado que: "[S]e debe señalar que la
Ley Nº 20.609 no contiene normas especiales referidas a la carga de la prueba, por lo que
debe aplicarse al respecto, las reglas generales sobre la materia. De este modo, empece
al actor acreditar no tan sólo la existencia de un acto arbitrario cometido a su respecto,
sino que, además, que dicho acto arbitrario ha sido cometido en razón o como
consecuencia directa de sus creencias, de su raza, de su condición socioeconómica,
sexo, orientación sexual, o de otro de los motivos indicados en la ley" (C. Apelaciones de
Valparaíso, 16 de febrero de 2015, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/841/2015, Rol
Nº 2229-2014). En igual sentido se ha declarado, más exiguamente: "Que le correspondía
a la actora la carga de la prueba" (C. Apelaciones de Rancagua, 21 de noviembre de
2014, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/8920/2014, Rol Nº 2801-2014). Por otra parte, se
ha advertido que no existe elemento alguno que permita sostener que, en esta materia, se
han alterado las reglas generales: "si se considerase que en la especie existe una
completa insuficiencia probatoria que impide simplemente dar por probado hecho alguno,
correspondería imponer las consecuencias de la falta de prueba a los actores en tanto
ellos soportaban la carga de probar al menos el hecho constitutivo de su demanda tantas
veces referido, no existiendo norma alguna que permita entender alterada esta regla
básica del Derecho procesal, además expresamante prevista en nuestro Derecho en el
artículo 1698 del Código Civil. En efecto, lo precedente no es sino la aplicación de la regla
que establece que el peso de la prueba de los hechos constitutivos de la pretensión lo
deben soportar los actores, y consecuentemente son estos los que deben asumir las
consecuencias procesales adversas frente a una eventual insuficiencia probatoria al
respecto. Cabe plantearse, por último, si el juzgador podía llegar a alterar o modificar la
regla de carga probatoria explicada o entender aplicable una diversa, atendida la
naturaleza del asunto de que se trata, en cuanto está referida a la tutela de derechos
fundamentales y no a la tutela de derechos subjetivos en el ámbito del Derecho privado. Y
lo cierto es que habrá de convenirse en que una cosa como la indicada no parece en
general plausible, salvo cuando el legislador procesal contemple algún régimen específico
en que la regla esencial de carga subjetiva de la prueba pueda verse modificada o
contemple algunas presunciones específicamente destinadas a eximir de la carga de la
prueba respecto de algún hecho que pueda ser invocado con ocasión del planteamiento
de una pretensión procesal específica" (C. Apelaciones de La Serena, 28 de agosto de
2014, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/6101/2014, Rol Nº 639-2014).

Artículo 11. Medidas para mejor resolver. El tribunal podrá, de oficio y sólo


dentro del plazo para dictar sentencia, decretar medidas para mejor resolver.
La resolución que las ordene deberá ser notificada a las partes.

Estas medidas deberán cumplirse dentro del plazo de quince días hábiles,
contado desde la fecha de la notificación de la resolución que las disponga.
Vencido este término, las medidas no cumplidas se tendrán por no decretadas
y el tribunal procederá a dictar sentencia sin más trámite.

Concordancias: Código Civil: artículo 49. Código de Procedimiento Civil: artículo 159.

Artículo 12. Sentencia. El tribunal fallará dentro de los quince días hábiles


siguientes a aquel en que la causa hubiera quedado en estado de sentencia.
En ella declarará si ha existido o no discriminación arbitraria y, en el primer
caso, dejará sin efecto el acto discriminatorio, dispondrá que no sea reiterado u
ordenará que se realice el acto omitido, fijando, en el último caso, un plazo
perentorio prudencial para cumplir con lo dispuesto. Podrá también adoptar las
demás providencias que juzgue necesarias para restablecer el imperio del
derecho y asegurar la debida protección del afectado.

Si hubiere existido discriminación arbitraria, el tribunal aplicará, además, una


multa de cinco a cincuenta unidades tributarias mensuales, a beneficio fiscal, a
las personas directamente responsables del acto u omisión discriminatorio.

Si la sentencia estableciere que la denuncia carece de todo fundamento, el


tribunal aplicará al recurrente una multa de dos a veinte unidades tributarias
mensuales, a beneficio fiscal.

Concordancias: Ley Nº 20.609, establece medidas contra la discriminación, D.O.  24.07.2012: artículo


2º.

176. Si no se rinde prueba alguna sobre los hechos denunciados ha de


Jurisprudencia: 
estimarse que la denuncia carece de todo fundamento.En este sentido se ha
declarado que: "[A]l no haberse rendido prueba alguna tendiente a acreditar los hechos
denunciados, de conformidad con lo dispuesto en el inciso final del artículo 12 de la Ley
Nº 20.609, debe necesariamente estimarse que la denuncia carece de todo fundamento"
(C. Apelaciones de Antofagasta, 12 de junio de 2014, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3344/2014, Rol Nº 444-2014).

Artículo 13. Apelación. La sentencia definitiva, la resolución que declare la


inadmisibilidad de la acción y las que pongan término al procedimiento o hagan
imposible su prosecución serán apelables, dentro de cinco días hábiles, para
ante la Corte de Apelaciones que corresponda, ante la cual no será necesario
hacerse parte.

Interpuesta la apelación, el tribunal elevará los autos el día hábil siguiente.

La Corte de Apelaciones agregará extraordinariamente la causa a la tabla,


dándole preferencia para su vista y fallo. Deberá oír los alegatos de las partes,
si éstas los ofrecen por escrito hasta el día previo al de la vista de la causa, y
resolverá el recurso dentro de los cinco días hábiles siguientes a aquel en que
quede en estado de fallo.
Concordancias: Código Civil: artículo 49.

177. No procede apelación contra la resolución que rechaza el incidente


Jurisprudencia: 
de nulidad de todo lo obrado. Así lo ha declarado la E  Corte Suprema: "[A]parece que
xcma.

el estatuto especial que regula este tipo de procedimiento busca que la acción deducida
en caso de discriminaciones arbitrarias tenga una tramitación rápida, en razón de la
materia discutida. Ello justifica el hecho de que la Ley Nº 20.609 haya declarado apelables
sólo la sentencia definitiva y otras resoluciones que impiden la continuación del juicio,
naturaleza jurídica que no reviste aquella que, en esta oportunidad, es objeto del
recurso" (C. Suprema, 11 de enero de 2016, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/194/2016,
Rol Nº 33156-2015).

Artículo 14. Reglas generales de procedimiento.En todo lo no previsto en


este título, la sustanciación de la acción a que él se refiere se regirá por las
reglas generales contenidas en los Libros I y II del Código de Procedimiento
Civil.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: Libros I y II.

: 178. La remisión a las reglas generales del Código de Procedimiento Civil


Jurisprudencia
no se extiende al régimen de los recursos. Así lo ha entendido la E Corte Suprema:
xcma. 

"[El artículo 14 del citado cuerpo legal sólo limita la remisión al Código de Procedimiento
Civil a lo referido a 'la sustanciación de la acción', expresión que, a juicio de esta Corte, no
incluye lo relativo al régimen recursivo, para lo cual existe norma expresa en el artículo
anterior" (C. Suprema, 11 de enero de 2016, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/194/2016,
Rol Nº 33156-2015).

........

Habiéndose cumplido con lo establecido en el Nº 1º del artículo 93 de la


Constitución Política de la República y por cuanto he tenido a bien aprobarlo y
sancionarlo; por tanto, promúlguese y llévese a efecto como Ley de la
República. Santiago, 12 de julio de 2012.- Sebastián Piñera
Echenique, Presidente de la República.- Andrés Chadwick Piñera, Ministro
Secretario General de Gobierno.- Patricia Pérez Goldberg, Ministra de Justicia
(S).

Lo que transcribo a usted para su conocimiento.- Mauricio Lob de la Carrera,


Subsecretario General de Gobierno (S).

F. LEY Nº 20.120 SOBRE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN


EL SER HUMANO, SU GENOMA, Y PROHÍBE LA CLONACIÓN
HUMANA
Publicada en el Diario Oficial de 22 de septiembre de 2006

Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su aprobación al


siguiente proyecto de ley originado en moción del H. Senador señor Mariano
Ruiz-Esquide Jara y de los ex Senadores señores Nicolás Díaz Sánchez, Juan
Hamilton Depassier, Sergio Páez Verdugo y Andrés Zaldívar Larraín

Proyecto de ley:

Artículo 1º. Esta ley tiene por finalidad proteger la vida de los seres
humanos, desde el momento de la concepción, su integridad física y psíquica,
así como su diversidad e identidad genética, en relación con la investigación
científica biomédica y sus aplicaciones clínicas.

Concordancias: Código Civil: artículo 75. Constitución Política de la República: artículo 19 número 1º.

Artículo 2º. La libertad para llevar a cabo actividades de investigación


científica biomédica en seres humanos tiene como límite el respeto a los
derechos y libertades esenciales que emanan de la naturaleza humana,
reconocidos tanto por la Constitución Política de la República como por los
tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 5º inciso 2º, 19.

Artículo 3º. Prohíbese toda práctica eugenésica, salvo la consejería


genética.

Concordancias: Código Civil: artículo 10. Ley Nº  20.120, sobre investigación científica en el ser
humano, su genoma y prohíbe la clonación humana, D.O. 22.09.2006, artículo 17.

Artículo 4º. Prohíbese toda forma de discriminación arbitraria basada en el


patrimonio genético de las personas.

En consecuencia, los resultados de exámenes genéticos y análisis


predictivos de la misma naturaleza no podrán ser utilizados con ese fin.

Concordancias: Código Civil: artículo 10. Constitución Política de la República: artículos 1º, 19 número
21.

Artículo 5º. Prohíbese la clonación de seres humanos, cualesquiera que


sean el fin perseguido y la técnica utilizada.

Concordancias: Código Civil: artículo 10.


Artículo 6º. El cultivo de tejidos y órganos sólo procederá con fines de
diagnósticos terapéuticos o de investigación científica. En ningún caso podrán
destruirse embriones humanos para obtener las células troncales que den
origen a dichos tejidos y órganos.

Artículo 7º. La terapia génica en células somáticas estará autorizada sólo


con fines de tratamiento de enfermedades o a impedir su aparición.

Artículo 8º. El conocimiento del genoma humano es patrimonio común de la


humanidad. En consecuencia, nadie puede atribuirse ni constituir propiedad
sobre el mismo ni sobre parte de él. El conocimiento de la estructura de un gen
y de las secuencias totales o parciales de ADN no son patentables.

Los procesos biotecnológicos derivados del conocimiento del genoma


humano, así como los productos obtenidos directamente de ellos, diagnósticos
o terapéuticos, son patentables según las reglas generales.

Artículo 9º. Sólo se podrá investigar y determinar la identidad genética de un


ser humano si se cuenta con su consentimiento previo e informado o, en su
defecto, el de aquel que deba suplir su voluntad en conformidad con la ley. Lo
anterior es sin perjuicio de la facultad de los tribunales de justicia, en la forma y
en los casos establecidos en la ley.

Concordancias: Ley Nº  20.120, sobre investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe
la clonación humana, D.O. 22.09.2006, artículo 11. Ley Nº 20.584, regula los derechos y deberes de las
personas en relación con acciones vinculadas a su atención de salud,D.O.  24.04.2012: artículos 14, 21,
22.

Artículo 10. Toda investigación científica en seres humanos que implique


algún tipo de intervención física o psíquica deberá ser realizada siempre por
profesionales idóneos en la materia, justificarse en su objetivo y metodología y
ajustarse en todo a lo dispuesto en esta ley.

No podrá desarrollarse una investigación científica si hay antecedentes que


permitan suponer que existe un riesgo de destrucción, muerte o lesión corporal
grave y duradera para un ser humano.

Toda investigación científica biomédica deberá contar con la autorización


expresa del director del establecimiento dentro del cual se efectúe, previo
informe favorable del Comité Ético Científico que corresponda, según el
reglamento.

Concordancias: Ley Nº 20.584, regula los derechos y deberes de las personas en relación con
acciones vinculadas a su atención de salud,D.O. 24.04.2012: artículos 14, 21, 22.
Artículo 11. Toda investigación científica en un ser humano deberá contar
con su consentimiento previo, expreso, libre e informado, o, en su defecto, el
de aquel que deba suplir su voluntad en conformidad con la ley.

Para los efectos de esta ley, existe consentimiento informado cuando la


persona que debe prestarlo conoce los aspectos esenciales de la investigación,
en especial su finalidad, beneficios, riesgos y los procedimientos o tratamientos
alternativos. Para ello deberá habérsele proporcionado información adecuada,
suficiente y comprensible sobre ella. Asimismo, deberá hacerse especial
mención del derecho que tiene de no autorizar la investigación o de revocar su
consentimiento en cualquier momento y por cualquier medio, sin que ello
importe responsabilidad, sanción o pérdida de beneficio alguno.

El consentimiento deberá constar en un acta firmada por la persona que ha


de consentir en la investigación, por el director responsable de ella y por el
director del centro o establecimiento donde ella se llevará a cabo, quien,
además, actuará como ministro de fe.

En todo caso, el consentimiento deberá ser nuevamente solicitado cada vez


que los términos o condiciones en que se desarrolle la investigación sufran
modificaciones, salvo que éstas sean consideradas menores por el Comité
Ético Científico que haya aprobado el proyecto de investigación.

Concordancias: Ley Nº  20.120, sobre investigación científica en el ser humano, su genoma y


prohíbe  la clonación humana, D.O.  22.09.200: artículos 9º, 19. Ley Nº  20.584, regula los derechos y
deberes de las personas en relación con acciones vinculadas a su atención de salud, D.O.  24.04.2012:
artículos 14, 21, 22.

Artículo 12. La información genética de un ser humano será reservada. Lo


anterior es sin perjuicio de las facultades de los tribunales de justicia, en los
casos y en la forma establecidos en la ley. Asimismo, para los efectos de esta
ley, resultan plenamente aplicables las disposiciones sobre secreto profesional.

Concordancias: Ley Nº  20.120, sobre investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe
la clonación humana, D.O. 22.09.2006, artículo 18.

Artículo 13. La recopilación, almacenamiento, tratamiento y difusión del


genoma de las personas se ajustará a las disposiciones de la Ley Nº 19.628,
sobre protección de datos de carácter personal.

Los datos del genoma humano que permitan la identificación de una persona
deberán ser encriptados para su almacenamiento y transmisión.

La encriptación podrá omitirse temporalmente por razones de utilidad


pública.
Artículo 14. Prohíbese solicitar, recibir, indagar, poseer y utilizar información
sobre el genoma relativa a una persona, salvo que ella lo autorice
expresamente o, en su defecto, el que deba suplir su voluntad en conformidad
con la ley. Lo anterior es sin perjuicio de las facultades de los tribunales de
justicia, en los casos y en la forma establecidos en la ley.

Concordancias: Código Civil: artículo 10.

Artículo 15. Créase una Comisión Nacional de Bioética, que estará


integrada por nueve profesionales, expertos en bioética, designados por el
Presidente de la República, con acuerdo del Senado adoptado por los dos
tercios de sus miembros en ejercicio, en sesión especial convocada al efecto.

Los miembros de esta Comisión durarán cuatro años en sus cargos y podrán
ser reelegidos. El Presidente de la República, en el momento de solicitar el
acuerdo del Senado, propondrá al miembro que asumirá el cargo de
Presidente.

La Comisión tendrá una Secretaría Ejecutiva, que coordinará su


funcionamiento y cumplirá los acuerdos que aquélla adopte y estará
conformada por el personal que al efecto asigne el Ministerio de Salud.

Artículo 16. La Comisión Nacional de Bioética tendrá, entre sus funciones,


asesorar a los distintos Poderes del Estado en los asuntos éticos que se
presenten como producto de los avances científicos y tecnológicos en
biomedicina, así como en las materias relacionadas con la investigación
científica biomédica en seres humanos, recomendando la dictación,
modificación y supresión de las normas que la regulen.

Las resoluciones o acuerdos de la Comisión se adoptarán por simple


mayoría, no obstante lo cual deberán hacerse constar las diferencias
producidas en su seno y la posición de minoría.

Artículo 17. El que clonare o iniciare un proceso de clonar seres humanos y


el que realizare cualquier procedimiento eugenésico en contravención al
artículo 3º, será castigado con la pena de presidio menor en su grado medio a
máximo y con la inhabilitación absoluta para el ejercicio de la profesión durante
el tiempo que dure la condena.

En caso de reincidencia, el infractor será sancionado, además, con la pena


de inhabilitación perpetua para ejercer la profesión.

Concordancias: Ley Nº  20.120, sobre investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe
la clonación humana, D.O. 22.09.2006, artículo 3º.
Artículo 18. El que violare la reserva de la información sobre el genoma
humano, fuera de los casos que autoriza el artículo 12, sufrirá las penas
establecidas en ambos incisos del artículo 247 del Código Penal, según el
caso.

El que omitiere la encriptación exigida en esta ley será sancionado con multa
de hasta mil unidades de fomento.

Concordancias: Código Penal: artículo 247.  Ley Nº  20.120, sobre investigación científica en el ser
humano, su genoma y prohíbe la clonación humana,  D.O.  22.09.2006, artículo 12.

Artículo 19. El que falsificare el acta a que se refiere el inciso tercero del
artículo 11 será sancionado con la pena de reclusión menor en su grado
mínimo y con multa de 10 a 20 unidades tributarias mensuales.

Igual pena se aplicará a quien maliciosamente usare, con cualquier fin, un


acta falsa.

El que omitiere la referida acta o la confeccionare manifiestamente


incompleta será sancionado con multa de 10 a 20 unidades tributarias
mensuales.

Concordancias: Ley Nº  20.120, sobre investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe
la clonación humana, D.O. 22.09.2006, artículo 11.

Artículo 20. Todo el que desarrollare un proyecto de investigación científica


biomédica en seres humanos o en su genoma, sin contar con las
autorizacionescorrespondientes exigidas por la presente ley, será sancionado
con la suspensión por tres años del ejercicio profesional y con la prohibición
absoluta de ejercicio profesional en el territorio nacional en caso de
reincidencia.

Artículo 21. Corresponderá al Ministerio de Salud establecer, mediante


reglamento, las normas que complementen o desarrollen los contenidos de
esta ley.

Y por cuanto he tenido a bien aprobarlo y sancionarlo; por tanto promúlguese


y llévese a efecto como Ley de la República.

Santiago, 7 de septiembre de 2006.- Michelle Bachelet Jeria, Presidenta de


la República.- María Soledad Barría Iroume, Ministra de Salud.

Lo que transcribo a Ud., para su conocimiento.- Saluda a Ud., Lidia Amarales


Osorio, Subsecretaria de Salud Pública.
G. DECRETO Nº 5.142 FIJA EL TEXTO REFUNDIDO DE LAS
DISPOSICIONES SOBRE NACIONALIZACIÓN DE
EXTRANJEROS
Publicado en el Diario Oficial de 30 de mayo de 2000

Núm. 5.142.- Santiago, 13 de octubre de 1960. Vista la facultad que me


confiere el artículo transitorio de la Ley Nº 13.955, de 9 de julio de 1960,

Decreto:

El siguiente será el texto refundido de las disposiciones sobre


nacionalización de extranjeros, contenidas en la Ley Nº 13,955, de 9 de julio de
1960; en el Decreto Ley Nº 747, de 15 de diciembre de 1925, cuyo texto fue
fijado en el Decreto Supremo Nº 3,690, de 16 de julio de 1941, del Ministerio
del Interior, y en las demás vigentes sobre la materia:

Artículo 1º. La nacionalización se otorgará por el Presidente de la


República, en decreto refrendado por el Ministro del Interior.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos: 10 número 4º y 24.

Artículo 2º. Podrá otorgarse carta de nacionalización a los extranjeros que


hayan cumplido 18 años de edad, que tengan más de 5 años de residencia en
el territorio de la República y que sean titulares del permiso de permanencia
definitiva146.

Será requisito para la concesión de la carta de nacionalización que el


extranjero renuncie a su nacionalidad de origen, o a cualquier otra adquirida o
que pudiere corresponderle. Esta renuncia se formalizará, ante el Ministerio del
Interior, si el extranjero residiere en la Región Metropolitana de Santiago, o
ante el Intendente o Gobernador respectivo, si residiere en provincia, y deberá
ser escrita y firmada personalmente por el solicitante. Estará dirigida al
Presidente de la República, en un formulario que se proporcionará por la
autoridad correspondiente, sin costo alguno para el extranjero. Se presentará
con posterioridad a la calificación favorable que la autoridad haga de la
solicitud de nacionalización.
Corresponderá al Ministro del Interior calificar, atendidas las circunstancias,
si viajes accidentales al extranjero han interrumpido o no la residencia
continuada, a que se refiere el inciso precedente.

Con todo, también podrán solicitar carta de nacionalización los hijos de


extranjeros que hayan cumplido 14 años de edad, tengan más de cinco años
de residencia en el territorio de la República, cuenten para ello con la
autorización de quienes estén a cargo de su cuidado personal y hayan
obtenido permiso de permanencia definitiva147.

Los menores de 18 años, cuyo padre o madre tenga la calidad de refugiados


reconocidos por Chile, podrán nacionalizarse chilenos desde el momento en
que, al menos, uno de sus padres haya obtenido la carta de nacionalización,
sin necesidad de cumplir cualquier otro requisito legal 148.

Concordancias: D.F.L. Nº 69, Min. Hacienda, crea el Departamento de Inmigración y establece normas


sobre la materia, D.O. 8.05.1953: artículo 11. Decreto Ley Nº 1.094, Min. Interior, establece normas
sobre extranjeros en Chile, D.O. 19.07.1975: artículos: 1º, 13 inciso 1º, 14 inciso 2º, 41, 42, 43.

179. La utilización de la forma verbal 'podrá' en el inciso 1º de este


Jurisprudencia: 
artículo, no implica que se trate de una facultad discrecional de la autoridad. En este
sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema: "Que en el artículo 10 Nº 3º de la
xcma. 

Constitución Política de la República, se encuentra el fundamento positivo de la petición


que funda el recurso deducido por Rosa Carmina Sánchez de Santana y es la primera
fuente jurídica de la obtención por un extranjero de la nacionalidad chilena, según la cual,
serán chilenos los extranjeros que obtengan carta de nacionalización en conformidad a la
ley y que renuncien expresamente a su nacionalidad anterior. Al tenor del precepto
constitucional, entonces, para ser chileno es necesario: que se trate de un extranjero y
que solicite la nacionalización en conformidad a la ley, remisión que debe entenderse
hecha al Decreto con Fuerza de Ley Nº 5.142, sobre Nacionalización de Extranjeros, cuyo
artículo 2º exige que el interesado haya cumplido 18 años de edad; que haya residido por
más de 5 años en Chile; y, que sea titular del permiso definitivo de residencia. Cuarto.
Que si bien podría colegirse de la lectura de la norma antes citada que el otorgamiento de
la carta de nacionalización es una facultad entregada a la discreción de la autoridad al
estatuir que ésta podrá otorgarla, tal interpretación resultaría equívoca y daría origen a
una antinomia si se la relaciona con lo que establece el artículo 11 del Decreto con Fuerza
de Ley Nº 69, que creó el Departamento de Inmigración, precepto que dispone que los
inmigrantes tendrán derecho a obtener la nacionalidad chilena si durante cinco años
hubieren permanecido ininterrumpidamente en el país, demostrando buenas costumbres,
ejercitando actividades lícitas y que no se encuentren procesados, ni hayan sido
condenados por delitos que merezcan pena aflictiva. Quinto. Que entonces, si el
otorgamiento de la carta de nacionalización fuera discrecional para la autoridad, salvo
respecto de los inmigrantes para quienes se alza como un derecho, cabría encontrar allí
una discriminación arbitraria en favor de estos últimos si la potestad aludida se ejerce
como tal sin sujeción a determinados parámetros de razonabilidad, como sucedería si su
pronunciamiento no quedara sujeto a plazo alguno, lo que ciertamente iría en perjuicio de
todos los demás extranjeros interesados en nacionalizarse, más aún cuando los requisitos
para que unos y otros accedan a la nacionalidad son no sólo objetivos, sino que además,
semejantes. Así, a fin de evitar un factor de discriminación infundado y obtener una
interpretación armónica dentro de las regulaciones a que se sujetan los extranjeros, no
cabe sino extender la norma más favorable la contenida en el artículo 11 del Decreto con
Fuerza de Ley Nº 69 a quienes se sometan al procedimiento del Decreto con Fuerza de
Ley Nº 5.142, con lo cual la solicitud de nacionalización, siendo un derecho de aquellos,
sólo puede negarse por la autoridad cuando el interesado no haya cumplido todavía los
18 años de edad, a menos que se aplique la excepción del artículo 2º inciso 4º del citado
Decreto; cuando no haya residido por más de 5 años en Chile; cuando no se le haya
conferido el permiso definitivo de residencia; cuando no efectúa su solicitud en
conformidad a la ley; se encuentre en alguna de las situaciones previstas en su artículo 3º
o cuando la solicitud se realice sin cumplir los requerimientos del inciso segundo de su
artículo 4º" (C. Suprema, 20 de abril de 2017, cons. 3º, 4º y 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1826/2017, Rol Nº 78972-2016).

Artículo 3º. No podrán obtener esta gracia:

1º. Los que hayan sido condenados y los que estén actualmente procesados
por simples delitos o crímenes, hasta que se sobresea definitivamente a su
respecto.

2º. Los que no estén capacitados para ganarse la vida.

3º. Derogado. 149

4º. Los que practiquen o difundan doctrinas que puedan producir la


alteración revolucionaria del régimen social o político o que puedan afectar a la
integridad nacional.

5º. Los que se dediquen a trabajos ilícitos o que pugnen con las buenas
costumbres, la moral o el orden público y, en general, aquellos extranjeros
cuya nacionalización no se estime conveniente por razones de seguridad
nacional.150

Concordancias: Decreto Nº 5.142, Fija el texto refundido de las disposiciones sobre nacionalización de


extranjeros, D.O. 30.05.2000: artículo 8º.

Artículo 4º. La petición de nacionalización se presentará en la Intendencia


Regional o Gobernación Provincial del lugar de residencia del solicitante. Los
residentes en la Región Metropolitana de Santiago la presentarán directamente
en el Ministerio del Interior.

La solicitud deberá contener, a lo menos, los siguientes datos:

1) Nombres y apellidos paterno y materno;

2) Lugar de nacimiento;

3) Edad;
4) Estado civil, con indicación de la nacionalidad del cónyuge si el solicitante
es casado;

5) Número de hijos, con especificación de los nacidos en Chile;

6) Profesión u oficio;

7) Bienes raíces que posee el solicitante, y

8) Si se ha naturalizado en otro país.

A la solicitud de carta de nacionalización deberá acompañarse los siguientes


documentos:

1) Certificado del Cónsul o Agente Diplomático de su país, acreditado en


Chile, que certifique la nacionalidad e identidad del solicitante, o en su defecto,
el último pasaporte extranjero o los documentos de identidad personal que
hubieren otorgado las autoridades de su país de origen o las del país de su
última residencia antes de venir a Chile;

2) Certificado de antecedentes expedido por el Gabinete Central de


Identificación, que deberá ser considerado entre aquellos que el Servicio
otorga para fines especiales, y

3) Certificado del Servicio de Impuestos Internos que acredite, según el


caso, que el solicitante está al día en el pago de las obligaciones tributarias o
que está legalmente exento de ellas.151

Concordancias: Decreto Nº 5.142, Fija el texto refundido de las disposiciones sobre nacionalización de


extranjeros, D.O. 30.05.2000: artículo 2º inciso 4º.

Artículo 5º. El Intendente o Gobernador remitirá la solicitud a la Unidad de


Investigaciones de su jurisdicción o, a falta de ésta, a la de Carabineros.
Inmediatamente de cumplido este trámite, el Intendente o Gobernador deberá
dar cuenta de ello al Ministerio del Interior.

La respectiva unidad policial enviará directamente la solicitud informada a


Investigaciones de Chile, quien remitirá los antecedentes al Ministerio del
Interior con los informes respectivos, debidamente ratificados y confirmados
por ese Servicio.152

Las solicitudes presentadas directamente al Ministerio del Interior serán


enviadas a Investigaciones de Chile para el informe pertinente. Investigaciones
de Chile deberá necesariamente informar sobre los viajes que hubiere
realizado el peticionario hacia o desde el territorio nacional, señalando las
fechas de sus ingresos y salidas; y además, previa consulta al Gabinete
Central de Identificación, sobre la circunstancia de que el solicitante tenga
cónyuge o hijos chilenos.153

Artículo 6º. Las Unidades de Investigaciones o de Carabineros, e


Investigaciones de Chile, deberán evacuar los informes señalados en el
artículo anterior dentro de un plazo de quince días 154.

En caso de excederse de tal plazo, las unidades mencionadas deberán dejar


constancia en el respectivo informe de las causas que justifiquen el retraso y, si
así no lo hicieren, éste se tendrá como negligencia del Jefe de la Unidad.

Concordancias: Código Civil: artículos 44, 49.

Artículo 7º. El decreto que deniegue la carta de nacionalización será


siempre fundado y firmado por el Presidente de la República.

Artículo 8º. El que la cancele deberá también ser fundado en haber sido
concedida con infracción a lo dispuesto en el artículo 3º de esta ley, o en haber
acaecido ocurrencias que hagan indigno al poseedor de la carta de
nacionalización de tal gracia o por haber sido condenado por alguno de los
delitos contemplados en la ley número 12.927, de 6 de agosto de 1958. La
cancelación de la carta de nacionalización se hará previo acuerdo del Consejo
de Ministros y por decreto firmado por el Presidente de la República.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 11 número 4º. Decreto Nº  5.142, Fija el
texto refundido de las disposiciones sobre nacionalización de extranjeros, D.O. 30.05.2000: artículo 3º.

Artículo 9º. Las cartas de nacionalización serán numeradas por el


Departamento de Extranjería del Ministerio del Interior, correlativamente, previo
pago del derecho, anotándolas en el Rol de Cartas de esta clase, que estará a
cargo de esa Oficina. Anualmente se insertarán las modificaciones del Rol en
el Anuario del Ministerio.

Artículo 10. Los nacidos en territorio de Chile que, siendo hijos de


extranjeros que se encuentran en el país en servicio de su Gobierno, o hijos de
extranjeros transeúntes, resolvieren optar por la nacionalidad chilena, conforme
al artículo 5º, Nº 1 de la Constitución Política, deberán hacerlo mediante una
declaración en que manifiesten que optan por la nacionalidad chilena. Dicha
declaración deberá hacerse en el plazo fatal de un año, contado desde la fecha
en que el interesado cumpla 18 años de edad, y ante el Intendente o
Gobernador respectivo, en Chile, o el Agente Diplomático o Cónsul de la
República en el extranjero y después de acreditar fehacientemente que el
interesado se encuentra en algunos de los casos consignados en el artículo 5º,
Nº 1 de la Constitución.155
Estos funcionarios remitirán inmediatamente las declaraciones en referencia
al Ministerio del Interior para que sean anotadas en el Registro que se lleva en
la Sección respectiva.

El documento en que se deje testimonio del acto deberá llevar el mismo


derecho que las cartas de nacionalización.

Artículo 11. Los documentos incorporados al expediente de nacionalización


tendrán, para estos efectos, validez de un año.

Los documentos que el Gabinete de Identificación otorgue a las personas


que han obtenido carta de nacionalización, deberán contener la mención de la
nacionalidad chilena sin emplear términos como "nacionalizado chileno" u otros
semejantes.

Concordancias: Código Civil: artículos 56, 57. Ley Nº  20.609, establece medidas contra la
discriminación, D.O. 24.07.2012: artículo 2º incisos 1º y 2º.

Artículo 12. Los derechos que se paguen por el otorgamiento de las cartas
de nacionalización serán equivalentes a un 50% de un sueldo vital mensual de
Santiago. Sin embargo, ascenderán sólo a un 10% de ese mismo sueldo vital si
el extranjero fuese cónyuge o viudo de chileno o si tuviere hijo chileno.

Los derechos establecidos en este artículo, se pagarán mediante ingresos


de dinero en Tesorerías, previa orden de giro emitida por el Departamento de
Extranjería y Migración del Ministerio del Interior o por el Intendente o
Gobernador, según corresponda.

Tómese razón, comuníquese y publíquese.- J. Alessandri R.- Sótero del Río


Gundián.

H. LEY Nº 17.344 AUTORIZA EL CAMBIO DE NOMBRES Y


APELLIDOS EN LOS CASOS QUE INDICA. MODIFICA LEY
Nº 4.808, SOBRE REGISTRO CIVIL
DECRETO CON FUERZA DE LEY Nº 1 FIJA TEXTO REFUNDIDO,
COORDINADO Y SISTEMATIZADO DEL CÓDIGO CIVIL; DE LA LEY
Nº 4.808, SOBRE REGISTRO CIVIL; DE LA LEY Nº 17.344, QUE
AUTORIZA CAMBIO DE NOMBRES Y APELLIDOS; DE LA LEY
Nº 16.618, LEY DE MENORES; DE LA LEY Nº 14.908, SOBRE
ABANDONO DE FAMILIA Y PAGO DE PENSIONES ALIMENTICIAS, Y
DE LA LEY Nº 16.271, DE IMPUESTO A LAS HERENCIAS,
ASIGNACIONES Y DONACIONES

Publicado en el Diario Oficial de 30 de mayo de 2000

Hoy se decretó lo que sigue

Teniendo presente:

1. Que el artículo 8º de la Ley Nº 19.585, facultó al presidente de la


República para fijar el texto refundido, coordinado y sistematizado del Código
Civil y de las leyes que se modifican expresamente en la presente ley; como,
asimismo, respecto de todos aquellos cuerpos legales que contemplen
parentesco y categorías de ascendientes, parientes, padres, madres, hijos,
descendientes o hermanos legítimos, naturales e ilegítimos, para lo cual podrá
incorporar las modificaciones y derogaciones de que hayan sido objeto, tanto
expresa como tácitamente;

2. Que entre las leyes que contemplan las disposiciones del Código Civil
deben considerarse las siguientes: Ley Nº 4.808 sobre Registro Civil; Ley
Nº 17.344, que Autoriza Cambio de Nombres y Apellido; Ley Nº 16.618 Ley de
Menores; Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones
Alimenticias, y la Ley Nº 16.271, de Impuesto a las Herencias, Asignaciones y
Donaciones.

3. Que asimismo es recomendable por razones de ordenamiento y de


utilidad práctica, que en los textos refundidos del Código Civil y de las leyes
señaladas precedentemente, se indique mediante notas al margen el origen de
las normas que conformarán su texto legal;

Visto:

Lo dispuesto en el artículo 8º de la Ley Nº 19.585, dicta el siguiente:

Decreto con Fuerza de Ley


Artículo 4º. Fíjase el siguiente texto refundido, coordinado y sistematizado
de la Ley Nº 17.344, que autoriza cambio de nombres y apellidos en los casos
que indica y modifica Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil.

Proyecto de Ley:

Artículo 1º. Toda persona tiene derecho a usar los nombres y apellidos con


que haya sido individualizada en su respectiva inscripción de nacimiento.

Sin perjuicio de los casos en que las leyes autorizan la rectificación de


inscripciones del Registro Civil, o el uso de nombres y apellidos distintos de los
originarios a consecuencia de una legitimación, legitimación adoptiva o
adopción, cualquiera persona podrá solicitar, por una sola vez, que se la
autorice para cambiar sus nombres o apellidos, o ambos a la vez, en los casos
siguientes:

a) Cuando unos u otros sean ridículos, risibles o la menoscaben moral o


materialmente;

b) Cuando el solicitante haya sido conocido durante más de cinco años, por
motivos plausibles, con nombres o apellidos, o ambos, diferentes de los
propios, y

c) En los casos de filiación no matrimonial o en que no se encuentre


determinada la filiación, para agregar un apellido cuando la persona hubiera
sido inscrita con uno solo o para cambiar uno de los que se hubieren impuesto
al nacido, cuando fueren iguales. 156

En los casos en que una persona haya sido conocida durante más de cinco
años, con uno o más de los nombres propios que figuran en su partida de
nacimiento, el titular podrá solicitar que se supriman en la inscripción, en la de
su matrimonio y en las de nacimiento de sus descendientes menores de edad,
en su caso, el o los nombres que no hubiere usado.

Sin perjuicio de lo dispuesto en los incisos anteriores, la persona cuyos


nombres o apellidos, o ambos, no sean de origen español, podrá solicitar se la
autorice para traducirlos al idioma castellano. Podrá, además, solicitar
autorización para cambiarlos, si la pronunciación o escrituración de los mismos
es manifiestamente difícil en un medio de habla castellana.

Si se tratare de un menor de edad que careciere de representante legal o, si


teniéndolo éste estuviere impedido por cualquier causa o se negare a autorizar
al menor para solicitar el cambio o supresión de los nombres o apellidos a que
se refiere esta ley, el juez resolverá, con audiencia del menor, a petición de
cualquier consanguíneo de éste o del defensor de menores y aun de oficio.
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 37, 43, 55, 186. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 3º, 17, 18, 19,
28, 31. Ley Nº  19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º números
1 y 2. Ley Nº  19.253, sobre protección, fomento y desarrollo de los indígenas,  D.O.  5.10.1993: artículo
28 letra e). Ley Nº 17.344, Autoriza cambio de nombres y apellidos, D.O. 30.05.2000: artículo 2º inciso
8º. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 7.1.

180. De la noción de "nombre". Se ha reconocido que: "El nombre de una


Jurisprudencia: 
persona es un atributo de la personalidad, por el solo hecho de existir, que le permite
diferenciarse de cualquiera otra y además, un derecho substancial de toda persona y que
incluso se encuentra protegido por una norma penal, como es el artículo 214 del Código
Punitivo que sanciona al que usurpare el nombre de otro" (C. Suprema, 31 de marzo de
2006, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/7432/2006, Rol Nº 2569-2004). 181. Toda
persona está facultada para solicitar el cambio de nombre. Se ha destacado por
distintos tribunales de alzada, el derecho con que cuenta toda persona a solicitar el
cambio de su nombre, pero sujeto a la disciplina fijada en la ley y, en particular, en cuanto
a las causas que habilitan la petición. Así se ha declarado: "Que del claro tenor de la
norma recién transcrita es inequívoco, que toda persona está facultada para pedir el
cambio de uno o más de los nombres o apellidos con que haya sido individualizada en su
inscripción de nacimiento, requiriéndose para ello el cumplimiento de una de las
situaciones que la misma norma describe y más arriba referidas, y las exigencias
contenidas en el artículo 2º de la señalada ley" (C. Apelaciones de San Miguel, 24 de
octubre de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7827/2014, Rol Nº 948-2014). En el
mismo sentido, la I Corte de Apelaciones de Santiago ha asumido, literalmente, el
lma. 

considerando anterior: "Que del claro tenor de la norma recién transcrita es inequívoco,
que toda persona está facultada para pedir el cambio de uno o más de los nombres o
apellidos con que haya sido individualizada en su inscripción de nacimiento, requiriéndose
para ello el cumplimiento de una de las situaciones que la misma norma describe y más
arriba referidas, y las exigencias contenidas en el artículo 2º de la señalada Ley"
(C. Apelaciones de Santiago, 29 de marzo de 2016, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4406/2016, Rol Nº 12940-2015). 182. De la finalidad social a la
que se dirige la Ley Nº 17.344. La I Corte de Apelaciones de Concepción ha advertido
lma.

que las prescripciones de la Ley Nº 17.344 no sólo se dirigen a satisfacer el interés


individual del peticionario, sino que, además, cumplen un fin social: "[N]o cabe la menor
duda que la citada ley tiene por objeto regularizar una situación anormal producida porque
una persona en la realidad es conocida por nombres y/o apellidos que no constan en su
respectiva inscripción en el Servicio de Registro Civil e Identificación. Por estas razones,
este cuerpo normativo tiene una finalidad individual, pero también de orden social, y
tiende a poner en consonancia dos antecedentes que son extremadamente relevantes en
la vida de una persona. Por estas razones, cuando una persona tiene determinados
nombres, pero, sin embargo, es conocido además por otro nombre más, y pide que dicha
situación se regularice, sin duda que está cambiando su o sus nombres con que se
encuentra inscrito en el Servicio de Registro Civil e Identificación" (C. Apelaciones de
Concepción, 16 de diciembre de 2005, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/1563/2005, Rol
Nº 3247-2003). El mismo tribunal ha reiterado esta opinión en alguna sentencia posterior:
"En este sentido se ha resuelto que la citada ley tiene por objeto regularizar una situación
anormal producida porque una persona en realidad es conocida por nombres y/o apellidos
que no constan en su respectiva inscripción en el Servicio de Registro Civil e
Identificación. Por estas razones, este cuerpo normativo tiene una finalidad individual,
pero también de orden social (Sentencia de Corte de Apelaciones de Concepción, Rol
Nº 3247-2003)" (C. Apelaciones de Concepción, 31 de enero de 2006, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4421/2006, Rol Nº 2990-2005). 183. De la taxatividad de las
causas que habilitan para solicitar el cambio de nombre. La E  Corte Suprema ha
xcma.

destacado el carácter taxativo de las causas legales que habilitan para, según este
artículo 1º de la Ley Nº 17.344, solicitar el cambio de nombre: "[Los sentenciadores del
fondo aplicaron correctamente la ley al desestimar la solicitud de que se trata, pues si bien
la legislación permite el cambio de nombre y apellido, solo procede en aquellos casos
expresamente contemplados por el legislador, ninguno de los cuales se probó en la
especie" (C. Suprema, 2 de agosto de 2016, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5534/2016,
Rol Nº 38175-2016). Esta misma opinión la había defendido algunos años antes la
I  Corte de Apelaciones de Santiago, que ya había destacado el carácter taxativo de las
lma.

causales que prevé la ley en su artículo 1º para fundar la petición de cambio de nombre:
"Que la asignación de nombres y apellidos de una persona es legal y no voluntaria, pues
de ella emanan efectos en diversos ámbitos que alcanzan no sólo al titular, siendo éste el
motivo por el cual la legislación ha establecido causales rigurosas para que, judicialmente,
pueda decretarse el cambio de dichos nombres y apellidos. Conforme a lo anterior, el
artículo 1º de la Ley Nº 17.344 contempla como únicas causales al efecto que los
nombres o apellidos sean ridículos, risibles o produzcan menoscabo moral o material; el
haber sido conocido el solicitante durante más de cinco años, por motivos plausibles, con
nombres o apellidos, o ambos, diferentes de los propios, y en los casos de filiación no
matrimonial o indeterminada para agregar un apellido o cambiar uno cuando fueren
ambos iguales" (C. Apelaciones de Santiago, 3 de noviembre de 2003, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3712/2003, Rol Nº 8773-2001). 184. De la primera causa (inc. 2º
letra a): No se requiere acreditar que el menoscabo sea actual y directo. En este
sentido se ha declarado que: "El artículo 1º letra a) de la Ley Nº 17.344 no exige acreditar
que el menoscabo invocado, para acceder a un cambio de nombre, sea actual y directo,
no estando al intérprete, como se sabe, distinguir donde el legislador no lo ha hecho"
(C. Apelaciones de Valdivia, 19 de diciembre de 2007, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5624/2007, Rol Nº 823-2007). 185. De la primera causa (inc. 2º
letra a): No configura menoscabo el solo hecho de llevar el apellido del padre
biológico. Solicitado el cambio de nombre por la madre de una menor, para que se
admitiera el cambio del apellido de su padre biológico, por el de su actual conviviente y,
fundada la petición en el menoscabo que le causaría portar el apellido de su padre
biológico, el tribunal de alzada no dio lugar a la petición, y esa decisión fue confirmada por
la E Corte Suprema: "Que los sentenciadores concluyeron la imposibilidad de acceder a
xcma. 

la solicitud, haciendo aplicación de la normativa contenida en los artículos 1º de la Ley


Nº 17.344 y 7 y 8 de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, pues la
designación de apellidos no es una cuestión que quede entregada a la voluntad de los
padres, y no quedó acreditada en la niña la existencia de un menoscabo moral por la sola
circunstancia de llevar el apellido de su padre biológico, no pudiendo, por lo tanto,
concluirse la existencia de una lesión a su integridad psicológica. Quinto: Que en dicho
razonamiento no se advierten las infracciones acusadas, sino que se aprecia que los
sentenciadores del fondo aplicaron correctamente la ley al desestimar la solicitud de que
se trata, pues si bien la legislación permite el cambio de nombre y apellido, sólo procede
en aquellos casos expresamente contemplados por el legislador, ninguno de los cuales se
probó en la especie, existiendo otros mecanismos jurídicos diversos a la gestión
voluntaria para cumplir la finalidad pretendida por la solicitante" (C. Suprema, 2 de agosto
de 2016, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5534/2016, Rol Nº 38175-2016). 186. De
la primera causa (inc. 2º letra a): del transexualismo que, en cuanto diagnosticado,
autoriza el cambio de nombre porque configura un supuesto subsumible en la letra
a) de su inciso 2º. En este sentido se ha pronunciado la I  Corte de Apelaciones de
lma.

Valparaíso: "Que a más de los antecedentes ya desarrollados, es conveniente, atendido


que todos los informes médicos concuerdan en que el diagnóstico del solicitante es
transexualismo, identidad de género femenino, hacer un alcance sobre dichos términos, a
saber: Transexualismo es una identidad transgénica que define la convicción por la cual
una persona se identifica con el género opuesto a su sexo biológico, por lo que desea vivir
y ser aceptada como una persona del género opuesto. La transexualidad es característica
por presentar una discordancia entre la identidad de género y el sexo biológico. El deseo
de estas personas es modificar las características sexuales externas que no se
corresponden con el género con el cual se sienten identificadas, lo que lleva a estas
personas a soportar un proceso denominado operación de cambio de sexo, pero el
cambio existe previamente en la psiquis de la persona transexual. La persona transexual
se siente víctima de un error que se expresa en la convicción que se sostiene desde la
infancia, de que su identidad sexual no coincide con su sexo anatómico, y es una
convicción que lo condena a someterse a una operación de cambio de sexo. El
tratamiento tiene por objeto disminuir la importancia de los caracteres sexuales
secundarios del sexo rechazado. Las personas biológicamente masculinas, como es el
presente caso, se deben someter a un tratamiento feminizante, que consiste en la
extirpación del pene y testículos, junto a la confección de una vagina con tejidos cutáneos.
La cirugía de adecuación o de asignación del sexo, puede mejorar la calidad de vida de la
persona transexual. Lo que define al transexual no es la demanda de cirugía ni la
necesidad de operarse, sino la fuerte convicción de pertenecer al sexo opuesto. El quid de
la transexualidad es la identidad de género, la persona transexual posee la convicción de
que es una mujer encerrada en el cuerpo de un varón y quiere cambiar su cuerpo para
adaptarlo a esa identidad. Actualmente, gracias al progreso de los conocimientos
endocrinológicos y los tratamientos hormonales, es posible modificar la apariencia sexual
del cuerpo humano [...] Que teniendo presente las pruebas aportadas, las que se estiman
suficientes, ya que con ellas se ha dado cumplimiento a los requisitos exigidos por la Ley
Nº 17.344 para el cambio de nombre, no se ve motivo para no acoger dicha petición"
(C. Apelaciones de Valparaíso, 5 de septiembre de 2013, cons. 6º y 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1984/2013, Rol Nº 1263-2013). En sentido similar la I Corte de
lma.

Apelaciones de Santiago: "Que, la Ley Nº 17.344 permite el cambio de nombre y atento el


mérito de las evidencias enunciadas, lo cierto y categórico resulta ser que las
características anatómicas del solicitante han variado en el tiempo al haberse practicado
mastectomía bilateral total y un tratamiento hormonal que conlleva, en la actualidad, a un
aspecto de hombre, en todo caso. En este escenario, es dable precisar que la identidad
sexual de una persona no depende de un cambio de sexo, sino de la actitud y vivencia de
un sexo situación, se insiste, debidamente probada por los medios de prueba agregada a
los autos [...] Que, en este escenario, cobra fuerza y vigor la figura jurídica de la ley
orgánica del Registro Civil en cuyo artículo 31 indica que no podrá imponerse un nombre
(...) 'equívoco respecto del sexo' todo lo cual conlleva a entender el sexo como elemento
dinámico que define a una persona; todavía, el sexo, que no depende de la voluntad,
debe entenderse por hechos objetivos y verificables científicamente, precisamente lo
ocurrido en estos autos. Lo anterior concluido, en estrecha relación con el artículo 1º, letra
a) de la Ley Nº 17.344 que autoriza el cambio de nombre y sexo. Si bien en la norma
citada no figura la consignación errada del sexo en la partida de nacimiento, al permitirse
el cambio de nombre, necesariamente acarrea el cambio o rectificación del sexo que se
consigna en la partida" (C. Apelaciones de Santiago, 21 de marzo de 2014, cons. 2º y 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/489/2014, Rol Nº 629-2013). En sentencias posteriores este
mismo tribunal de alzada ha reafirmado su opinión en esta materia. Lo ha hecho con
expresa referencia a la causal consignada en la letra a) de este artículo: "Que en la
perspectiva que son las personas y sus derechos el eje en que han de sustentarse las
decisiones judiciales, haciendo así efectivo el acceso a la justicia, la disociación entre el
nombre y sexo legal masculino de la solicitante y su condición femenina suficientemente
acreditada configura la causal legal invocada para el cambio de nombre y sexo solicitado,
esto es la del artículo 1º letra a) de la Ley Nº 17.344, toda vez que dada la apariencia,
comportamiento y sentir femenino de la solicitante, el nombre y sexo de su partida
resultan risibles y equívocos, sufriendo menoscabo moral" (C. Apelaciones Santiago, 7 de
noviembre de 2016, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/8070/2016, Rol Nº 3482-2016). Ha
agregado con fundamento para esta opinión la necesidad de asumir una intepretación que
evite una discriminación de trato: "Que la interpretación normativa anterior, permite la
superación de factores sociales y culturales que impiden a la solicitante el goce efectivo
de sus derechos. Entenderlo de otro modo importa perpetuar una desigualdad de trato,
que el ordenamiento jurídico fundamental, no admite, manteniendo exclusiones laborales
y sociales, que se traducen en menoscabo moral y discriminación" (C. Apelaciones
Santiago, 7 de noviembre de 2016, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/8070/2016, Rol
Nº 3482-2016). Véase la Jurisprudencia a los artículos 17 y 31 Ley Nº 4.808 sobre
Registro Civil. 187. De la segunda causa (inc. 2º letra b): Es imprescindible la prueba
de haber sido conocida el solicitante por más de cinco años con un nombre distinto
al de su partida. La prueba de ese conocimiento constituye el elemento básico para el
que se declara la procedencia del cambio del nombre fundado en la causa de la letra b), y
esa circunstancia, en principio, no es revisable por el Tribunal de Casación. Así se ha
declarado por la E Corte Suprema: "Que, para una adecuada resolución del asunto
xcma. 

propuesto por el recurso, es necesario tener presente que los jueces del fondo
concluyeron que no se probó que la niña haya sido conocida por más de cinco años con
un apellido paterno distinto. Sobre la base de dicho hecho los sentenciadores resolvieron
confirmar la decisión de primer grado '(...) no por la razón señalada por el señor juez en la
reflexión que se ha eliminado, sino porque el fundamento de la petición radica en el
artículo 1º, inciso 2º, letra b), de la Ley Nº 17.344, lo que en definitiva importa que la
persona debe haber sido conocida durante más de 5 años, por motivos plausibles, con
nombres, apellidos o ambos, diferentes de los propios, y en autos, al margen de la
alegación de la defensa del padre en estrados, en el sentido de afectarse la identidad de
su hija, la mera declaración de testigos no proporciona el conocimiento de causa
necesario para decretar el cambio del apellido de la adolescente, de manera que no
habiéndose probado que la persona que resultaría beneficiada con el cambio de nombre
efectivamente haya sido conocida por más de 5 años con un apellidos distinto...'. Quinto:
Que, de lo expresado fluye que no es efectivo que los jueces del fondo hayan
desestimado la solicitud por el incumplimiento del requisito que se señala en el recurso,
esto es, la ausencia de 'beneficio para la solicitante', pues lo fue porque no se acreditó
que la niña ha sido conocida por más de cinco años con un apellido paterno distinto. Y
como lo ha señalado esta Corte, el establecimiento de los hechos sobre la base de la
apreciación de las probanzas allegadas al proceso, mediante las reglas de la sana crítica,
queda, en general, agotado en las instancias respectivas, a menos que los jueces en el
proceso de valoración hayan desatendido las razones simplemente lógicas, científicas,
técnicas o de experiencia en cuya virtud ha correspondido asignar valor o desestimar la
eficacia de las pruebas rendidas, lo que no se advierte haya ocurrido en la especie, ni
tampoco se denunció" (C. Suprema, 3 de mayo de 2016, cons. 4º y 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2836/2016, Rol Nº 9493-2016). 188. De atenderse al "interés
superior del niño" cuando el cambio de nombre se solicita en relación con un
menor. En ese sentido se ha pronunciado la I  Corte de Apelaciones de Concepción:
lma.

"Que no se debe olvidar que en esta materia también es aplicable el interés superior del
niño, contemplado en la Convención de Derechos del Niño, ratificada por Chile.
Entendiéndose como niños y niñas a los menores de 18 años, calidad que revestía la niña
al inicio de su petición en que su madre solicitaba el cambio de apellido, y que es
relevante también para la decisión en esta materia, pues es la propia menor quien solicita
este cambio de apellido por las razones que se han dado, originadas porque en sus
sentimientos prevalece como padre el que, desde hace muchos años, es el conviviente de
su madre y con quien ha formado una nueva familia, con hijos comunes, y no su padre
biológico. 13º. Que, en este sentido, el interés superior del niño es un concepto amplio,
dentro del cual se debe considerar su participación en las decisiones que los afecten, esto
es, que las consideraciones del interés superior del niño deben primar al momento de
resolver sobre materias que les son propias, es decir, tomando en consideración al niño o
niña, como sujeto poseedor de derechos que deben ser respetados, especialmente por
los adultos y por el Estado" (C. Apelaciones de Concepción, 17 de octubre de 2013, cons.
12º y 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/2970/2013, Rol Nº 900-2013). 189. De la
consideración del interés superior del menor cuando se solicita por uno de los
padres el cambio de apellido de un menor de filiación matrimonial. La I  Corte delma.

Apelaciones de Concepción ha destacado la prevalencia de la consideración del interés


superior del menor en relación con la solicitud de cambio de apellido, cuando se trata de
un hijo de filiación matrimonial: "[N]o es posible soslayar que el cambio del nombre pedido
aparece referido a un menor de 14 años a la fecha de la solicitud y de filiación
matrimonial, por lo que la petición del cambio del apellido del padre, formulado por la
madre debe tener en cuenta el principio del interés superior del niño, el que en este caso
significa que el ejercicio de las potestades y la ejecución de los deberes que comprende la
tuición debe llevarse a cabo en el marco del principio básico que orienta en la materia el
ordenamiento jurídico nacional y que recoge entre otros preceptos, el inciso segundo del
artículo 222 del mismo Código Civil al declarar que la preocupación fundamental de los
padres es el interés superior del hijo y al que responden igualmente las disposiciones de
los párrafos primeros de los artículos 3 y 9 de la Convención Internacional sobre
Derechos del Niño ratificada por Chile, según las cuales en todas las medidas que le
conciernan, es primordial atender al interés superior del niño sobre otras consideraciones
y derechos relativos a sus progenitores y que puedan hacer necesario separarlo de los
padres. (Concepto contenido en Sentencia de Corte Suprema, de 31 de mayo de 2004,
Rol Nº 1193-03). 6º. Que, en esta línea argumental no parece conducente acceder a la
petición del cambio del apellido del padre de un hijo de filiación matrimonial, formulada en
una edad temprana, aun cuando el hijo concurra al proceso manifestando su conformidad,
como ocurre a fojas 22, pues las consecuencias jurídicas son difíciles de advertir y
comprender por un menor que se encuentra en pleno desarrollo y consolidación de su
madurez física y emocional. De esta manera, esta Corte atendiendo al principio del interés
superior del niño, y que expresara el juez de primer grado en el fallo en revisión, no
accederá a revocar lo resuelto. 7º. Que, a mayor abundamiento, la circunstancia de
pretender cambiar el apellido de un menor de filiación matrimonial dice estrecha relación
con su bienestar en relación con la comunidad en que se encuentra inserto. En este
sentido se ha resuelto que la citada ley tiene por objeto regularizar una situación anormal
producida porque una persona en realidad es conocida por nombres y/o apellidos que no
constan en su respectiva inscripción en el Servicio de Registro Civil e Identificación. Por
estas razones, este cuerpo normativo tiene una finalidad individual, pero también de orden
social (Sentencia de Corte de Apelaciones de Concepción, Rol Nº 3247-2003). Así, la
sustitución de un apellido del padre de filiación matrimonial sin ninguna duda tendrá
consecuencias en las relaciones sociales y comunitarias futuras del menor ya que en
nuestra sociedad se vincula el apellido al origen del menor, cuestión que no puede quedar
sujeta a la mera voluntad de los ciudadanos y sobre todo si el afectado no ha llegado a su
mayoría de edad" (C. Apelaciones de Concepción, 31 de enero de 2006, cons. 5º, 6º y 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4421/2006, Rol Nº 2990-2005).
Artículo 2º. Será juez competente para conocer de las gestiones a que se
refiere la presente ley, el Juez de Letras de Mayor o Menor Cuantía en lo Civil
del domicilio del peticionario.

La solicitud correspondiente deberá publicarse en extracto en el Diario Oficial


de los días 1 ó 15 de cada mes, o al día siguiente hábil si dicho Diario no
apareciere en las fechas indicadas.

El extracto, redactado por el Secretario del Tribunal, contendrá


necesariamente la individualización del solicitante y la indicación de los
nombres y apellidos que éste pretende usar en reemplazo de los propios.

Dentro del término de treinta días, contados desde la fecha del aviso,
cualquiera persona que tenga interés en ello podrá oponerse a la solicitud. En
tal caso el oponente allegará, conjuntamente con su oposición, los
antecedentes que la justifiquen y el juez procederá sin forma de juicio,
apreciando la prueba en conciencia y en mérito de las diligencias que ordene
practicar.

Si no hubiere oposición, el tribunal procederá con conocimiento de causa,


previa información sumaria.

En todo caso será obligatorio oír a la Dirección General del Registro Civil e
Identificación.

No se autorizará el cambio de nombre o apellido o supresión de nombres


propios si del respectivo extracto de filiación que como parte de su informe
remitirá la Dirección, apareciere que el solicitante se encuentra actualmente
procesado o ha sido condenado por crimen o simple delito que merezca pena
aflictiva, a menos que en este último caso hubieren transcurrido más de diez
años contados desde la fecha en que quedó ejecutoriada la sentencia de
condena y se encuentre cumplida la pena.

No será necesaria la publicación a que se refiere el inciso segundo del


presente artículo, ni se admitirá oposición en el caso del inciso tercero del
artículo 1º.

La publicación que deba efectuarse en el Diario Oficial será gratuita.

Concordancias: Ley Nº  17.344, Autoriza cambio de nombres y apellidos,  D.O.  30.05.2000: artículo 1º
inciso 3º.

Artículo 3º. La sentencia que autorice el cambio de nombres o apellidos, o


de ambos a la vez, o la supresión de nombres propios deberá cumplirse de
acuerdo con el D.F.L. Nº 2.128, de 10 de agosto de 1930, y sólo surtirá efectos
legales una vez que se extienda la nueva inscripción en conformidad al artículo
104 del cuerpo legal citado.

Para estos efectos, tratándose de personas nacidas en el extranjero y cuyo


nacimiento no está inscrito en Chile, será necesario proceder previamente a la
inscripción del nacimiento en el Registro de la Primera Sección de la comuna
de Santiago.

Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Reglamento Orgánico del Servicio de Registro
Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 104.

Artículo 4º. Una vez modificada la partida de nacimiento, la persona que


haya cambiado su nombre o apellidos de acuerdo con lo que establecen los
artículos anteriores sólo podrá usar, en el futuro, en todas sus actuaciones, su
nuevo nombre propio o apellidos, en la forma ordenada por el juez.

El cambio de apellido no podrá hacerse extensivo a los padres del


solicitante, y no alterará la filiación; pero alcanzará a sus descendientes sujetos
a patria potestad, y también a los demás descendientes que consientan en ello.

Si el solicitante es casado o tiene descendientes menores de edad, deberá


pedir también, en el mismo acto en que solicite el cambio de su apellido, la
modificación pertinente en su partida de matrimonio y en las partidas de
nacimiento de sus hijos.

Concordancias: Código Civil:artículos 179, 243.

Artículo 5º. El uso malicioso de los primitivos nombres o apellidos y la


utilización fraudulenta del nuevo nombre o apellido para eximirse del
cumplimiento de obligaciones contraídas con anterioridad al cambio de ellos,
serán sancionados con la pena de presidio menor en su grado mínimo.

Concordancias: Código Civil: artículo 44.

Artículo 6º. Agréganse los siguientes incisos finales al artículo 31 de la Ley


Nº 4.808, sobre Registro Civil:

"No podrá imponerse al nacido un nombre extravagante, ridículo, impropio


de personas, equívoco respecto del sexo o contrario al buen lenguaje.

Si el Oficial del Registro Civil, en cumplimiento de lo que dispone el inciso


anterior, se opusiere a la inscripción de un nombre y el que lo solicite insistiere
en ello, enviará de inmediato los antecedentes al Juez de Letras del
departamento, quien resolverá en el menor plazo posible, sin forma de juicio,
pero con audiencia de las partes, si el nombre propuesto está comprendido o
no en la prohibición. Estas actuaciones estarán exentas de impuestos".
Y teniendo presente que el Congreso Nacional ha aprobado las
observaciones formuladas por el Presidente de la República, de acuerdo con el
artículo 54 de la Constitución Política del Estado, publíquese y llévese a efecto
como ley de la República.

Santiago, diez de septiembre de 1970.- Eduardo Frei Montalva.- Gustavo


Lagos Matus, Ministro de Justicia.

I. LEY DE EFECTO RETROACTIVO DE LAS LEYES


Santiago 7 de octubre de 1861

.................

Artículo 2º. Las leyes que establecieren para la adquisición de un estado


civil, condiciones diferentes de las que exigía una ley anterior, prevalecerán
sobre ésta desde la fecha en que comiencen a regir.

Concordancias: Código Civil: artículos 6º, 7º, 9º y 304.

190. Del sentido y significado de la regla fijada en este artículo. La


Jurisprudencia: 
deficiente redacción del artículo 2º de la ley, ya criticada por más de un civilista durante el
siglo XIX, sólo puede superarse si se tiene en cuenta su "historia fidedigna", que era el
recurso al que precisamente remitía el diputado José Miguel Barriga durante la tramitación
del proyecto, según se ha advertido en las observaciones precedentes. De este modo,
este artículo en nada innova en relación con la regla general consagrada en el Código
Civil, y debe ser leído a la luz del inciso 1º del artículo 3º de la ley. En efecto, si este
artículo 2º se lee en relación con la primera parte del inciso 1º del artículo 3º de la ley: "El
estado civil adquirido conforme a la ley vigente a la fecha de su constitución, subsistirá,
aunque ésta pierda después su fuerza", se entiende que la regla que se pretendió
expresar en él era la siguiente: "El estado civil adquirido conforme a la ley vigente a la
fecha de su constitución, subsistirá, aunque una nueva ley exija nuevos requisitos para
adquirirlo". La jurisprudencia, acertadamente, ha seguido este camino para darle alguna
utilidad a este artículo 2º: "Que la aludida norma, por lo demás, no puede interpretarse en
forma aislada de su contexto, a fin de que haya entre todas las partes de la ley la debida
correspondencia y armonía, como lo dispone la regla hermenéutica del artículo 24 del
Código Civil. Y el precepto que contextualiza el sentido del artículo 2º, citado, no es otro
que el artículo tercero" (C. Apelaciones de Santiago, 3 de abril de 2002, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1666/2002, Rol Nº 7655-1997). De ahí que ello permita concluir
que: "Esta disposición no importa conferir eficacia retroactiva a la nueva ley, sino
operatividad inmediata para la aplicación de los nuevos requisitos, pero sin innovar en el
estado civil ya constituido de las personas" (C. Apelaciones de Santiago, 3 de abril de
2002, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/1666/2002, Rol Nº 7655-1997).
Artículo 3º. El estado civil adquirido conforme a la ley vigente a la fecha de
su constitución, subsistirá aunque ésta pierda después su fuerza; pero los
derechos y obligaciones anexos a él, se subordinarán a la ley posterior, sea
que ésta constituya nuevos derechos u obligaciones, sea que modifique o
derogue los antiguos.

En consecuencia, las reglas de subordinación y dependencia entre


cónyuges, entre padres e hijos, entre guardadores y pupilos, establecidas por
una nueva ley, serán obligatorias desde que ella empiece a regir, sin perjuicio
del pleno efecto de los actos válidamente ejecutados bajo el imperio de una ley
anterior.

Concordancias: Código Civil: artículos 6º, 7º, 9º, 304. Ley sobre el efecto retroactivo de las leyes,
7.10.1861, en Boletín de las Leyes i Decretos del Gobierno, XXIX, Nº 10: artículo 10. Ley Nº 19.947, de
Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 2º transitorio.

191. De la inmutabilidad del estado civil, explicada a la luz del derecho de


Jurisprudencia: 
propiedad. La concepción del estado civil constituido como un "derecho adquirido", a
pesar de que es una calidad y no un derecho, y la imposibilidad de su afectación por una
ley posterior a aquella bajo la cual se adquirió, llevó a que muchos autores explicaran su
inmutabilidad desde la perspectiva del derecho de propiedad (Alessandri Rodríguez, Claro
Solar). Esta visión también fue asumida por la jurisprudencia. Así, por ejemplo, en tiempos
recientes se ha declarado que: "El estado civil imprime a la persona un carácter y le da a
ésta una situación permanente en el entorno social que lo rodea y que emana de un
hecho que lo determina y que le confiere, por el solo ministerio de la ley, un conjunto de
derechos y obligaciones inherentes a su persona, lo que constituye una forma de
propiedad garantida por acciones análogas a las que nacen del dominio propiamente
dicho" (C. Apelaciones de Coyhaique, 29 de junio de 2006, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1963/2006, Rol Nº 17-2006). 192. De no haber seguido la Ley
Nº 19.947 el principio previsto en el inciso 1º del artículo 3º de la ley de 1861, en
relación con la adquisición del estado civil de casado y de su extinción por causa
de divorcio. Tal ha sido el entendimiento que le ha dado la E Corte Suprema a las
xcma. 

reglas de la Ley de Matrimonio Civil Nº 19.947: "Que de las normas transcritas se infiere
que la Ley Nº 19.947, no respetó el principio previsto en el artículo 3º de la Ley sobre
Efecto Retroactivo de las Leyes en el sentido que el estado civil adquirido y, por ende, las
causales de su extinción se rigen por la ley vigente a la fecha de su constitución. Por
consiguiente, todo el régimen de divorcio vincular de la nueva ley, tanto lo que dice
relación con las causales, titulares de la acción, plazos y requisitos, se aplica a los
matrimonios celebrados con anterioridad a su vigencia y los cónyuges pueden divorciarse
en conformidad a sus disposiciones, con la salvedad que no rige para estas personas las
limitaciones contempladas en los artículos 22 y 25 de la Ley de Matrimonio Civil, para
acreditar el cese de la convivencia, la que se puede probar por otros medios distintos de
los señalados en esas normas" (C. Suprema, 30 de octubre de 2006, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3634/2006, Rol Nº 2021-2006). Este considerando lo ha reiterado
literalmente en sentencias posteriores (C. Suprema, 9-XI-2010, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9235/2010, Rol Nº 5328-2010).

Artículo 5º. Las personas que bajo el imperio de una ley hubiesen adquirido
en conformidad a ella el estado de hijos naturales, gozarán de todas las
ventajas y estarán sujetas a todas las obligaciones que les impusiere una ley
posterior.

Concordancias: Código Civil: artículo 304. Ley Nº 19.585, establece nuevo régimen de filiación, D.O.
26.10.1998.

193. Del estado de hijo natural adquirido con anterioridad a la Ley


Jurisprudencia: 
Nº 10.271, y de los derechos hereditarios que ella le reconoció.

La E  Corte Suprema ha declarado: "Que en relación a los derechos hereditarios del hijo
xcma.

natural, en virtud de lo prescrito en los artículos 9º transitorio de la Ley Nº 10.271 y 5º de


la Ley sobre Efecto Retroactivo de las Leyes, debe concluirse que si el hijo ha sido
reconocido como natural con arreglo a la legislación anterior, subsiste su estado civil bajo
el imperio de la Ley Nº 10.271; pero, desde la vigencia de ésta, goza de todas las ventajas
—entre ellas el derecho a la sucesión ab intestato— y está sujeto a todas las obligaciones
que ella le otorga o impone. En efecto, de conformidad a la primera de las disposiciones
citadas, en lo no previsto por estos artículos transitorios, regirá la Ley sobre Efecto
Retroactivo de las Leyes, y el artículo 5º de esta normativa prescribe que las personas
que bajo el imperio de una ley —Código Civil antes de la dictación de la Ley Nº 10.271—
hubiesen adquirido en conformidad a ella la calidad de hijos naturales —cuyo es el caso
de los demandantes—, gozarán de todas las ventajas y estarán sujetas a todas las
obligaciones que les impusiere una ley posterior —mismo Código Civil después de la
dictación de la Ley Nº 10.271" (C. Suprema, 29 de enero de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5828/2009, Rol Nº 7032-2007). 194. Del estado civil de hijo
natural adquirido bajo la vigencia de la Ley Nº 10.271, y de su mantenimiento
después de las reformas del régimen de la filiación. La E  Corte Suprema haxcma.

mantenido de manera invariable la opinión según la cual se conserva el estado civil de


hijo natural que, bajo la vigencia de la Ley Nº 10.271, podía haberse determinado sobre la
base de haberse hecho constar en la partida de nacimiento el nombre de los padres. En
tal dirección ha declarado: "en la especie también corresponde declarar la calidad de hijo
natural del recurrente si se considera que, por haber nacido el 18 de septiembre de 1943,
el actor se halla regido, en principio, por la legislación civil vigente antes de la dictación de
la Ley Nº 10.271, estatuto que, en cuanto hijo natural, no le reconocía derechos
hereditarios. Sin embargo, es precisamente en virtud de esta normativa y de la Ley sobre
el Efecto Retroactivo de las Leyes que debe reconocérsele esa calidad que invoca y,
consecuentemente, sus derechos en la sucesión de don [...] En efecto, en el sistema del
Código Civil antes de las reformas introducidas por la citada Ley Nº 10.271, la filiación
natural no tenía otra fuente que la voluntad del padre o de la madre. Según el anterior
texto del artículo 271, si bien el reconocimiento constituía un acto libre y voluntario del
padre o madre que reconoce, no obstante ese reconocimiento, el hijo natural estaba
totalmente excluido de la herencia por los hijos legítimos. Como se dijo en el fallo recaído
en los autos Rol Nº 7032-2007, 'de acuerdo al inciso 1º del artículo 272 del Código Civil
vigente antes de la Ley Nº 10.271, el reconocimiento debía hacerse por instrumento
público entre vivos, o por acto testamentario; y no obstante que de acuerdo a la doctrina
de la época resultaba dudoso si el reconocimiento se podía efectuar en la inscripción de
nacimiento (problema que la Ley Nº 10.271 zanjó al permitir expresamente esta
posibilidad), no se divisan razones suficientes para decidirse por la negativa, toda vez que
la inscripción de nacimiento reviste indudablemente la naturaleza de instrumento público
entre vivos, por cuanto se trata, en conformidad a la definición que, desde siempre,
confiere el inciso 1º del artículo 1699 del Código Civil, de un instrumento autorizado con
las solemnidades legales por el competente funcionario'. Así, analizado el asunto bajo
este prisma y siendo un hecho de la causa que en la inscripción de nacimiento del
demandante don [...], su padre don [...] y su madre doña [...], pidieron que constaran sus
nombres como padres y que en el año 1949, mediante escritura pública, la madre
reconoció al actor como hijo natural, también corresponde colegir que el demandante de
autos es hijo natural de don [...]" (C. Suprema, 19 de agosto de 2014, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5578/2014, Rol Nº 6316-2013).

J. AUTO ACORDADO QUE REGLAMENTA LA APLICACIÓN


DEL RECURSO DE RECLAMACIÓN EN CONTRA DEL
DECRETO QUE DISPONE LA PÉRDIDA DE LA NACIONALIDAD
Excma. Corte Suprema, 26 de enero de 1976

En Santiago, a veintiséis de enero de mil novecientos setenta y seis se


reunió en Pleno la Corte Suprema, y de conformidad con lo dispuesto en el
inciso 1º del artículo 86 de la Constitución Política del Estado, inciso 2º del
artículo 2º del Decreto Ley Nº 175 de 10 de diciembre de 1973 (ver nota), y en
ejercicio de sus facultades económicas, acordó dictar el siguiente Auto
Acordado, para reglamentar la aplicación del Recurso de reclamación, contra el
decreto supremo que dispone la pérdida de la nacionalidad chilena, por la
causal prevista en el Nº 4 del artículo 6º de la Carta Fundamental.

1) De acuerdo con este precepto, la nacionalidad chilena se pierde, "Por


atentar gravemente desde el extranjero contra los intereses esenciales del
Estado durante las situaciones de excepción previstas en el artículo 72 Nº 17
de esta Constitución Política".

2) El artículo 2º del mencionado Decreto Ley Nº 175 cuyos dos incisos
fueron substituidos por el Decreto Ley Nº 1.301 de 23 de diciembre de 1975,
dispone que para los efectos de la pérdida de la nacionalidad contemplada en
el Nº 4 del artículo 6º de la Constitución Política del Estado, se requerirá
decreto supremo fundado, firmado por todos los Ministros de Estado, en el que
se deberá considerar un informe escrito del Ministerio de Relaciones Exteriores
emitido sobre la base de los informes oficiales que obtenga de las misiones
diplomáticas u oficinas consulares chilenas en el extranjero, o de otras fuentes
fidedignas que estime apropiadas.

El inciso 2º del mismo precepto, establece el Recurso de Reclamación, que


podrá interponer el afectado ante la Corte Suprema, la que resolverá como
jurado y en forma preferente; y dispone, también, que este Tribunal dictará las
normas adecuadas para asegurar el expedito ejercicio del recurso.

3) Interpuesta la reclamación, se oficiará al Ministerio de Relaciones Exte-


riores, solicitando copia autorizada del informe escrito que ha debido emitir, y
de las informaciones oficiales que haya obtenido de las misiones diplomáticas
u oficinas consulares chilenas en el extranjero o de otras fuentes fidedignas a
que haya recurrido. El Ministerio informará en el plazo de diez días.

4) Recibidos los antecedentes señalados, o sin ellos una vez expirado ese
plazo, se dictará resolución disponiendo que los autos se mantengan en
Secretaría, por el término de diez días, contados desde la notificación al
interesado de aquella resolución, para que formule las observaciones y
produzca los antecedentes o pruebas que estime necesarios.

5) Vencido el plazo de observaciones y prueba, a que se refiere el número


anterior, se remitirán los autos en vista al Sr. Fiscal, y expedido el dictamen, se
ordenará traerlo en relación ante el Tribunal Pleno, el que podrá disponer las
diligencias que considere útiles, para mejor resolver o para entrar al
conocimiento del negocio.

6) La sentencia se dictará en el plazo de diez días, una vez producido el


acuerdo.

7) La reclamación será tramitada por el Presidente de este Tribunal, hasta


dictarse el decreto que ordene traer los autos en relación.

8) Todas las notificaciones se efectuarán por el Estado diario.

9) El Supremo Gobierno podrá hacerse parte en el recurso.

10) El fallo que se dicte en la reclamación, será transcrito al señor Ministro


de Relaciones Exteriores.

Publíquese en el Diario Oficial.

Para debido testimonio, se extiende la presente acta con la SS. firma el


Secretario.

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Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada



Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS

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INICIO DE:
III. DEL MATRIMONIO
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
B. CÓDIGO CIVIL
C. LEY Nº 19.947 ESTABLECE NUEVA LEY DE MATRIMONIO CIVIL
D. DECRETO Nº 673 APRUEBA NORMAS REGLAMENTARIAS SOBRE MATRIMONIO CIVIL Y REGISTRO DE
MEDIADORES
E. DECRETO LEY Nº 824 APRUEBA TEXTO QUE INDICA DE LA LEY SOBRE IMPUESTO A LA RENTA
F. LEY Nº 20.255 ESTABLECE REFORMA PREVISIONAL

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INICIO DE:
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
1. PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS ADOPTADO POR LA ASAMBLEA
GENERAL DE LA ONU POR RESOLUCIÓN Nº 2.200 EL 16 DE DICIEMBRE DE 1966 Y SUSCRITO POR CHILE
EN LA MISMA FECHA
2. PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES, ADOPTADO POR
LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU EL 19 DE DICIEMBRE DE 1966 Y SUSCRITO POR CHILE EL 16 DE
SEPTIEMBRE DE 1969
3. CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA
MUJER, ADOPTADA POR LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU EL 18 DE DICIEMBRE DE 1979, SUSCRITA
POR CHILE EL 17 DE JULIO DE 1980
4. CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS: "PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA"
5. CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD, ADOPTADA POR LA
ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU EL 13 DE DICIEMBRE DE 2006
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No se encontraron resultados de la búsqueda para la consulta actual.

1. pacto internacional de derechos civiles y políticos adoptado por la asamblea general de la onu por

resolución Nº 2.200 el 16 de diciembre de 1966 y suscrito por chile en la misma fecha

III. DEL MATRIMONIO

A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES

1. PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS


ADOPTADO POR LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU POR
RESOLUCIÓN Nº 2.200 EL 16 DE DICIEMBRE DE 1966 Y SUSCRITO
POR CHILE EN LA MISMA FECHA

Decreto Ministerio de Relaciones Exteriores Nº 778,D.O. 29.04.1989

.................

Artículo 23

1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene


derecho a la protección de la sociedad y del Estado.

2. Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y


a fundar una familia si tiene edad para ello.

3. El matrimonio no podrá celebrarse sin el libre y pleno consentimiento de


los contrayentes.

4. Los Estados Partes en el presente Pacto tomarán las medidas apropiadas


para asegurar la igualdad de derechos y de responsabilidades de ambos
esposos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de
disolución del mismo. En caso de disolución, se adoptarán disposiciones que
aseguren la protección necesaria a los hijos.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º, 5º inciso 2º, 19 número 2. Código


Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 1º, 2º, 3º y 4º. Decreto
Nº  326, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales,D.O.  28.04.1989: artículos 10, 11.1 y 12. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer,D.O. 9.12.1989,
artículo 16. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica,D.O. 5.01.1990: artículos 1º, 3º, 6º número 1, 17. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores,
Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad,  D.O.  17.09.2008, artículo 23 letra a).

2. PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS ECONÓMICOS,


SOCIALES Y CULTURALES, ADOPTADO POR LA ASAMBLEA
GENERAL DE LA ONU EL 19 DE DICIEMBRE DE 1966 Y SUSCRITO
POR CHILE EL 16 DE SEPTIEMBRE DE 1969

Decreto Ministerio de Relaciones Exteriores Nº 326, D.O. 27.05.1989

.................

Artículo 10

Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen que:

1. Se debe conceder a la familia, que es el elemento natural y fundamental


de la sociedad, la más amplia protección y asistencia posibles, especialmente
para su constitución y mientras sea responsable del cuidado y la educación de
los hijos a su cargo. El matrimonio debe contraerse con el libre consentimiento
de los futuros cónyuges.

2. Se debe conceder especial protección a las madres durante un período de


tiempo razonable antes y después del parto. Durante dicho período, a las
madres que trabajen se les debe conceder licencia con remuneración o con
prestaciones adecuadas de seguridad social.

3. Se deben adoptar medidas especiales de protección y asistencia en favor


de todos los niños y adolescentes, sin discriminación alguna por razón de
filiación o cualquier otra condición. Debe protegerse a los niños y adolescentes
contra la explotación económica y social. Su empleo en trabajos nocivos para
su moral y salud, o en los cuales peligre su vida o se corra el riesgo de
perjudicar su desarrollo normal, será sancionado por la ley. Los Estados deben
establecer también límites de edad por debajo de los cuales quede prohibido y
sancionado por la ley el empleo a sueldo de mano de obra infantil.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º, 5º inciso 2º, 19 número 2. Código


Civil: artículo 102. Código del Trabajo: artículos 13 a 18. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 1º, 2º, 3º y 4º. Decreto Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo 23. Decreto Nº  873, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica,  D.O.  5.01.1990: artículos 1º, 3º, 6º número 1,
17. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 32 a 36.

195. Deber estatal de conceder a la familia la más amplia protección y


Jurisprudencia: 
asistencia posible y programas asistenciales para que una madre pueda cuidar y
educar a sus hijos. La I Corte de Apelaciones de Valdivia, recordando que: "[E]l Pacto
lma. 

Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales" (Diario Oficial: 27 de mayo


de 1989), en su artículo 10 dispone que los Estados Partes en el presente Pacto
reconocen que: "1. Se debe conceder a la familia, que es el elemento natural y
fundamental de la sociedad, la más amplia protección y asistencia posibles,
especialmente para su constitución y mientras sea responsable del cuidado y la
educación de los hijos a su libre consentimiento de los futuros cónyuges". El artículo 11
dispone que "Los estados partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda
persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y
vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de existencia" y que:
"como se indicó en los autos rol Corte Nº 178 2008, que dice relación con otro hijo de la
madre recurrente en esta causa y habida consideración a las actuales condiciones
económicas por las que atraviesa ésta, se hace necesario buscar una solución para que
pueda superar las condiciones deficitarias en que ella debe vivir junto a sus hijos. Se
sostuvo en dicha causa que el Supremo Gobierno diseñó el Sistema de Protección Social
Chile Solidario, bajo la coordinación del Ministerio de Planificación y Cooperación
(MIDEPLAN) con el objeto de brindar apoyo psicosocial personalizado a cada una de las
familias pobres de nuestro país y asegurarles el acceso preferente a subsidios monetarios
y a programas sociales gubernamentales. El Programa Puente se diseñó para hacer
realidad estos objetivos por cuanto promueve en la familia el desarrollo de acciones para
el mejoramiento de su estándar de vida y su integración a la red de beneficios y servicios
sociales que existen a su disposición" (C. de Apelaciones de Valdivia, 19 de marzo de
2008, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/7539/2008, Rol Nº 1-2008), resolvió: "Que en
atención a que el Estado debe conceder la más amplia protección y asistencia posible a la
familia y en este caso a la madre de los menores a que se refieren estos autos, se
dispondrá que se oficie a la Municipalidad de Máfil o de San José de la Mariquina a fin de
que se incorpore efectivamente a doña [...] en el Programa Puente con el objeto de que
pueda mejorar sus condiciones de vida, proporcionándole la ayuda que dicho programa
contempla, integrándola a la red de beneficios y servicios sociales que existen a su
disposición y pueda ella fortalecer su calidad de vida en las áreas de salud, educación,
dinámica familiar, habitabilidad, trabajo e ingresos" (C. de Apelaciones de Valdivia, 19 de
marzo de 2008, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/7539/2008, Rol Nº 1-2008).

Artículo 11

1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda


persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación,
vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de
existencia. Los Estados Partes tomarán medidas apropiadas para asegurar la
efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto la importancia esencial
de la cooperación internacional fundada en el libre consentimiento.

2. Los Estados Partes en el presente Pacto, reconociendo el derecho


fundamental de toda persona a estar protegida contra el hambre, adoptarán,
individualmente y mediante la cooperación internacional, las medidas, incluidos
los programas concretos, que se necesiten para:

a) Mejorar los métodos de producción, conservación y distribución de


alimentos mediante la plena utilización de los conocimientos técnicos y
científicos, la divulgación de principios sobre nutrición y el perfeccionamiento o
la reforma de los regímenes agrarios de modo que se logre la explotación y la
utilización más eficaces de las riquezas naturales;

b) Asegurar una distribución equitativa de los alimentos mundiales en


relación con las necesidades, teniendo en cuenta los problemas que se
plantean tanto a los países que importan productos alimenticios como a los que
los exportan.

Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 4º.

3. CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS


DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER, ADOPTADA POR LA
ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU EL 18 DE DICIEMBRE DE 1979,
SUSCRITA POR CHILE EL 17 DE JULIO DE 1980

Decreto Ministerio de Relaciones Exteriores Nº 789,D.O. 9.12.1989

.................

Artículo 16

1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas adecuadas para eliminar
la discriminación contra la mujer en todos los asuntos relacionados con el
matrimonio y las relaciones familiares y, en particular, asegurarán, en
condiciones de igualdad entre hombres y mujeres:

a) El mismo derecho para contraer matrimonio;


b) El mismo derecho para elegir libremente cónyuge y contraer matrimonio
sólo por su libre albedrío y su pleno consentimiento;

c) Los mismos derechos y responsabilidades durante el matrimonio y con


ocasión de su disolución;

d) Los mismos derechos y responsabilidades como progenitores, cualquiera


que sea su estado civil, en materias relacionadas con sus hijos; en todos los
casos, los intereses de los hijos serán la consideración primordial;

e) Los mismos derechos a decidir libre y responsablemente el número de


sus hijos y el intervalo entre los nacimientos y a tener acceso a la información,
la educación y los medios que les permitan ejercer estos derechos;

f) Los mismos derechos y responsabilidades respecto de la tutela, curatela,


custodia y adopción de los hijos, o instituciones análogas cuando quiera que
estos conceptos existan en la legislación nacional; en todos los casos, los
intereses de los hijos serán la consideración primordial;

g) Los mismos derechos personales como marido y mujer, entre ellos el


derecho a elegir apellido, profesión y ocupación;

h) Los mismos derechos a cada uno de los cónyuges en materia de


propiedad, compras, gestión, administración, goce y disposición de los bienes,
tanto a título gratuito como oneroso.

2. No tendrán ningún efecto jurídico los esponsales y el matrimonio de niños


y se adoptarán todas las medidas necesarias, incluso de carácter legislativo,
para fijar una edad mínima para la celebración del matrimonio y hacer
obligatoria la inscripción del matrimonio en un registro oficial.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 5º inciso 2º, 19 número 2. Código Civil:


artículos 98, 99, 100, 101, 102, 304. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 1º,
2º, 3º y 4º. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo 23. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José
de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículos 1º, 3º, 6º número 1, 17. Decreto Nº  201, Min. Relaciones
Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad,  D.O.  17.09.2008, artículo 23 letra a). Ley Nº  20.418, Fija normas sobre información,
orientación y prestaciones en materia de regulación de la fertilidad, D.O. 28.01.2010: artículos 1º, 2º.
Ley Nº  20.422, establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con
discapacidad, D.O. 10.02.2010, artículo 9º.
4. CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS:
"PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA"

Decreto Ministerio de Relaciones Exteriores Nº 873,D.O. 5.01.1991

.................

Artículo 17. Protección a la familia.

1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser


protegida por la sociedad y el Estado.

2. Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a


fundar una familia si tienen la edad y las condiciones requeridas para ello por
las leyes internas, en la medida en que éstas no afecten al principio de no
discriminación establecido en esta Convención.

3. El matrimonio no puede celebrarse sin el libre y pleno consentimiento de


los contrayentes.

4. Los Estados Partes deben tomar medidas apropiadas para asegurar la


igualdad de derechos y la adecuada equivalencia de responsabilidades de los
cónyuges en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de
disolución del mismo. En caso de disolución, se adoptarán disposiciones que
aseguren la protección necesaria a los hijos, sobre la base única del interés y
conveniencia de ellos.

5. La ley debe reconocer iguales derechos tanto a los hijos nacidos fuera de
matrimonio como a los nacidos dentro del mismo.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º y 19 número 2. Ley Nº  19.947, de


Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: 1 inciso 2º, 3º, 21 inciso 2º, 55 inciso 2º, 61. Decreto Nº 778, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo
23. Decreto Nº  789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 16. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores,
Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad,  D.O.  17.09.2008, artículo 23 letra a).

5. CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON


DISCAPACIDAD, ADOPTADA POR LA ASAMBLEA GENERAL DE LA
ONU EL 13 DE DICIEMBRE DE 2006
Decreto Ministerio de Relaciones Exteriores Nº 201,D.O. 17.09.2008

.................

Artículo 23. Respeto del hogar y de la familia.

1. Los Estados Partes tomarán medidas efectivas y pertinentes para poner


fin a la discriminación contra las personas con discapacidad en todas las
cuestiones relacionadas con el matrimonio, la familia, la paternidad y las
relaciones personales, y lograr que las personas con discapacidad estén en
igualdad de condiciones con las demás, a fin de asegurar que:

a) Se reconozca el derecho de todas las personas con discapacidad en edad


de contraer matrimonio, a casarse y fundar una familia sobre la base del
consentimiento libre y pleno de los futuros cónyuges;

b) Se respete el derecho de las personas con discapacidad a decidir


libremente y de manera responsable el número de hijos que quieren tener y el
tiempo que debe transcurrir entre un nacimiento y otro, y a tener acceso a
información, educación sobre reproducción y planificación familiar apropiados
para su edad, y se ofrezcan los medios necesarios que les permitan ejercer
esos derechos;

c) Las personas con discapacidad, incluidos los niños y las niñas,


mantengan su fertilidad, en igualdad de condiciones con las demás.

2. Los Estados Partes garantizarán los derechos y obligaciones de las


personas con discapacidad en lo que respecta a la custodia, la tutela, la
guarda, la adopción de niños o instituciones similares, cuando esos conceptos
se recojan en la legislación nacional; en todos los casos se velará al máximo
por el interés superior del niño. Los Estados Partes prestarán la asistencia
apropiada a las personas con discapacidad para el desempeño de sus
responsabilidades en la crianza de los hijos.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 5º inciso 2º, 19 número 2. Código Civil:


artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 1º, 2º, 3º, 4º y 13 incisos 2º
y 3º. Ley Nº 20.422, establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas
con discapacidad,D.O.  10.02.2010, artículo 10. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo 23. Decreto Nº  789, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 16. Decreto Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de
Costa Rica,  D.O.  5.01.1990: artículos 1º, 3º, 6º número 1, 17. Ley Nº 20.584, regula los derechos y
deberes de las personas en relación con acciones vinculadas a su atención de salud,   D.O.  24.04.2012:
artículos 23 y 24.
B. CÓDIGO CIVIL

A) LIBRO I DE LAS PERSONAS

TÍTULO III DE LOS ESPONSALES

Concordancias: Código Civil: Mensaje VII.

Artículo 98. Los esponsales o desposorio, o sea la promesa de matrimonio


mutuamente aceptada, es un hecho privado, que las leyes someten
enteramente al honor y conciencia del individuo, y que no produce obligación
alguna ante la ley civil.

No se podrá alegar esta promesa ni para pedir que se lleve a efecto el


matrimonio, ni para demandar indemnización de perjuicios.

Concordancias: Código Civil: Mensaje § VII, artículos 102, 1554. Código de Derecho Internacional
Privado: artículo 39. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O.  17.05.2004: artículo 2º inciso 1º. Ley
Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 3º.  Decreto Nº  789, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer,
D.O.  9.12.1989, artículo 16.2.

196. La reparación por el agravio doloso. Ha habido algún caso en el que se


Jurisprudencia: 
ha condenado a la reparación de daños a quien no ha cumplido los esponsales, no por el
hecho del mero incumplimiento, sino por entenderse que en el caso concreto se había
producido un agravio doloso que, como todos, exigía su reparación, desde el momento en
que se acreditó que quien rehusó cumplir el desposorio había confesado que había
"tenido con doña [...] relaciones ilícitas de la que provino un hijo, mediante la promesa de
matrimonio que él le hizo i que desde un principio no tuvo intención de cumplir, por existir
de antemano un compromiso semejante con otra joven en quien ha tenido las mismas
relaciones i dos hijos" y, así, el Juez Letrado de Ovalle en su sentencia de 17 de
noviembre de 1866, confirmada por la I . Corte de Apelaciones de la Serena el 5 de
lma

diciembre de 1866, falló que: "Se condena a don [...] a pagar a doña [...] la cantidad de
cien pesos como indemnización del agravio inferido, si no se casase con ella, debiendo
además correr con la crianza del hijo nacido, en los gastos que se originen,
correspondiendo la guarda y cuidado personal de dicho hijo a la madre, en caso de
solicitarlo ésta" (Jl. Ovalle, 17 de noviembre de 1866, en Gt. Año XXIV, Nº 1.286,
Santiago de Chile, marzo 2 de 1867, Nº 275, p. 129).

Artículo 99. Tampoco podrá pedirse la multa que por parte de uno de los


esposos se hubiere estipulado a favor del otro para el caso de no cumplirse lo
prometido.

Pero si se hubiere pagado la multa, no podrá pedirse su devolución.

Concordancias: Código Civil: artículo 1470 inciso 3º. Código de Derecho Internacional Privado: artículo
39.

Artículo 100. Lo dicho no se opone a que se demande la restitución de las


cosas donadas y entregadas bajo la condición de un matrimonio que no se ha
efectuado.

Concordancias: Código Civil: artículos 675, 1786, 1787, 1788, 1789.

Artículo 101. Tampoco se opone lo dicho a que se admita la prueba del


contrato de esponsales como circunstancia agravante del crimen de seducción.

TÍTULO IV DEL MATRIMONIO

Concordancias: Código Civil: Mensaje § VIII. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O.  10.02.1930,
texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1, D.O. 30.05.2000: artículo 2º números 2 y 4, 37 a 41. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil, D.O.  17.05.2004. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la
Ley Nº  19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004. Decreto Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 23. Decreto Nº  326, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, D.O:
28.04.1989: artículo 10. Decreto Nº  789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación
de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 16. Decreto Nº 873, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 17. Decreto Nº  201,
Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas
con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 23 letra a).

Artículo 102. El matrimonio es un contrato solemne por el cual un hombre y


una mujer se unen actual e indisolublemente, y por toda la vida, con el fin de
vivir juntos, de procrear, y de auxiliarse mutuamente.

Concordancias: Código Civil: artículos 15, 20, 131, 133, 1074, 1077, 1443 y 1792. Ley Nº  19.947, de
Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 1º, 2º, 4º, 11 inciso 1º, 18. Decreto Nº 778, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo 23. Decreto
Nº  326, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, D.O: 28.04.1989: artículo 10.1. Decreto Nº  789, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer,  D.O.  9.12.1989, artículo
16.1. Decreto Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica,  D.O.  5.01.1990:
artículo 17. Ley Nº 19.947,  D.O.  17 de mayo de 2004, de Matrimonio Civil: artículos 1º, 2º, 42 Nº 4, 54
Nº  2. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 23 letra a). Ley Nº  20.422,
Establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con
discapacidad, D.O. 10.02.2010, artículo 9º.

197. La disciplina jurídica del matrimonio, en particular en cuanto a sus


Jurisprudencia: 
efectos, está reservada a la ley. El E  Tribunal Constitucional, en sentencia de 3 de
xcmo.

noviembre de 2011, ha reconocido que el matrimonio constituye una materia que está
sujeta al principio de la "reserva legal" y no al de la "reserva constitucional" en cuanto a
sus efectos: "Respecto al matrimonio, la reserva de ley referida a la regulación de sus
efectos, tiene un doble fundamento constitucional en la Carta Fundamental. Por una parte,
se desprende del Nº 3 del artículo 63 de la misma, que al señalar cuáles son las materias
de ley, indica como una de ellas las que "son objeto de la codificación civil". Y, por otra
parte, del Nº 20 del mismo artículo, que establece que también lo es "toda otra norma de
carácter general y obligatoria que estatuya las bases esenciales de un ordenamiento
jurídico" (Tribunal Constitucional, 3 de noviembre de 2011, cons. 5º, Rol Nº 1881-10 Ina).
Esta opinión la fundó el tribunal en las siguientes dos razones y argumentos: 1ª) Porque el
matrimonio constituye una materia propia de la codificación civil: y así se sostuvo que: "En
efecto, está fuera de toda duda que el matrimonio es una de las materias más importantes
relativas a las personas y es por ello que desde su aprobación, en 1855, el Código Civil
de Bello, en su Libro Primero, relativo a "Las personas", incluye el título IV "Del
matrimonio", lo que demuestra que éste es un asunto propio de la codificación civil y, por
ende, es materia de ley. Refuerza esta conclusión lo dispuesto en el artículo 63, Nº 20, de
la Constitución antes citado, pues resulta evidente que la definición de lo que se
entenderá por matrimonio con carácter general y obligatorio, por su importancia social,
estatuye una de las bases esenciales del ordenamiento jurídico civil y de ahí que sea
propio que la ley lo establezca" (Tribunal Constitucional, 3 de noviembre de 2011, cons.
6º, Rol Nº 1881-10 Ina) y; 2ª) Porque así se desprendería de la historia fidedigna de
la Constitución de 1980: en cuyo sentido se señaló: "Que, a mayor abundamiento, cabe
precisar que los efectos y la regulación de las proyecciones del matrimonio son propios de
la reserva legal y no constitucional. Ello quedó en evidencia en la discusión de la
Comisión de Estudio de la Nueva Constitución, referida a la disolución del matrimonio, la
que, por lo demás, con posterioridad a la entrada en vigencia de la Carta de 1980 fue
aceptada y regulada bajo la forma del divorcio vincular. Es así como las características de
la institución, referidas a la protección y desarrollo de la misma, han podido mutar en
virtud de diversas normas de rango legal, las que han efectuado cambios en lo que atañe,
por ejemplo, al régimen de bienes, a la adopción y a la filiación, entre otros aspectos"
(Tribunal Constitucional, 3 de noviembre de 2011, cons. 7º, Rol Nº 1881-10 Ina). El
mismo Tribunal ha reiterado esta opinión, es decir, que la disciplina jurídica del
matrimonio, en particular respecto de sus efectos, constituye una materia de reserva legal:
"Que en sentencia recaída en el Rol Nº 1881, este Tribunal afirmó que, respecto del
matrimonio, existe una reserva de ley referida a la regulación de sus efectos que tiene un
doble fundamento en la Carta Fundamental. Por una parte, en el Nº 3 del artículo 63 de la
misma, que señala que son materias de ley, las que "son objeto de codificación civil". Por
otra parte, en el Nº 20 del mismo artículo, que establece que también lo es "toda otra
norma de carácter general y obligatoria que estatuya las bases esenciales de un
ordenamiento jurídico" (Considerando 5º)" (Tribunal Constitucional, 10 de abril de 2014,
cons. 4º, Rol Nº 2435-13-Ina). 198. Régimen jurídico del matrimonio y principio
constitucional de igualdad entre hombres y mujeres. La noción del matrimonio y todo
su régimen jurídico no puede entenderse sino en el contexto de los principios
constitucionales y de las normas de derecho internacional vigentes en Chile, entre los que
se cuenta el de la igualdad jurídica de los cónyuges, como comienza a advertirlo la
jurisprudencia. Así se ha declarado que: "Como lo refiere el profesor Javier Barrientos
Grandon, en su artículo "La Compensación económica como derecho de uno de los
cónyuges y obligación correlativa del otro", publicado en la Revista Chilena de Derecho
Privado Nº 9, diciembre de 2007, Fernando Fueyo Laneri, de la Escuela de Derecho de la
Universidad Diego Portales, págs. 9-44, el matrimonio y su régimen jurídico descansa, en
todo lo relativo a la posición y relaciones entre los cónyuges, en el principio constitucional
de la igualdad entre hombres y mujeres, recogido en el artículo 19 Nº 2 inciso 1º de la
Constitución Política de la República, que se concreta, en la especie, en la específica
igualdad entre marido y mujer, en cumplimiento de lo previsto en el artículo 23 Nº 4 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y del artículo 24 Nº 4 del denominado
Pacto de San José de Costa Rica, los que obligan al Estado chileno a adoptar las
"medidas apropiadas para asegurar la igualdad de derechos y responsabilidades de
ambos esposos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución
de éste y, muy especialmente, para dar cumplimiento a diversas disposiciones de la
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer
(art. 16, 1, letra c) obligatorias, igualmente, para el Estado de Chile" (C. Apelaciones de
Talca, 16 de diciembre de 2010, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/ Jur/12341/2010, Rol
Nº 209-2010). 199. De la definición de matrimonio. La jurisprudencia, al igual que la
generalidad de la doctrina, tradicionalmente se ha mantenido aferrada a la definición del
matrimonio contenida en este artículo 102. Ello la ha hecho caer en la poco útil discusión
acerca de si se trata de un "contrato" o una "institución". Sin embargo, en el último tiempo,
y como consecuencia directa de las reformas legales en sede de matrimonio, de aquellas
otras que han contribuido a ampliar las concepciones habituales de la familia, ligada al
matrimonio, junto a lecturas que incorporan la legalidad constitucional y de los tratados
internacionales vigentes en el país, han dado paso a un incipiente esfuerzo jurisprudencial
por elaborar una definición que se desliga de la literalidad de este artículo 102 del Código
Civil. 199.1. De la definición legal del matrimonio: de su caracterización como
contrato. En el contexto en que fue redactada la definición legal de matrimonio, su
caracterización como contrato obedecía al propósito del codificador dirigido a destacar,
por una parte, que la ley civil no se ocupaba del matrimonio en cuanto que sacramento,
pues desde esta perspectiva quedaba sujeto a la disciplina canónica, sino que en cuanto
contrato y, por otra, a que requería del consentimiento de los contrayentes. La doctrina ha
pasado por alto la contextualización histórica de la definición contenida en el artículo 102,
y cuando se ha enfrentado a la necesidad de explicar la caracterización del matrimonio
como "contrato" ha trasladado al derecho chileno una discusión frecuente en otras
tradiciones. En concreto, ha asumido la cuestión de "determinar" si el matrimonio es un
"contrato" o una "institución". La jurisprudencia ha seguido los pasos de la doctrina, y no
logra, aún, desligarse de la añeja discusión relativa a si el matrimonio es un "contrato" o
una "institución". Así, por ejemplo, el E  Tribunal Constitucional ha optado por referirse a
xcmo.

él como un "contrato-institución" cuando ha advertido que: "[C]abe señalar que el


matrimonio es un contrato solemne (contrato-institución, se señala) que termina, entre
otras causales, por sentencia firme de divorcio" (Tribunal Constitucional, 12 de agosto de
2010, cons. 7º, Rol Nº 1499-09; Tribunal Constitucional, 31 de diciembre de 2009, cons.
7º, Rol Nº 1490-09; Tribunal Constitucional, 31 de diciembre de 2009, cons. 7º, Rol
Nº 1424-09; Tribunal Constitucional, 31 de diciembre de 2009, cons. 7º, Rol Nº 1423-09).
Hoy día, el género de los "contratos" al que este artículo 102 adscribe al matrimonio, debe
entenderse a la luz de las disposiciones de la Ley Nº 19.947. Así, la calificación legal del
matrimonio como un "contrato", por una parte, destaca la posición central que ocupa el
"consentimiento matrimonial" en la misma naturaleza del matrimonio y, por otra, significa
también que se reconoce la antigua máxima conforme a la cual consensus facit
matrimonium. La centralidad del consentimiento matrimonial atraviesa toda la Ley
Nº 19.947 que, de acuerdo con el inciso 1º de su artículo 2º, es un texto en que,
precisamente, se "establecen los requisitos para asegurar el libre y pleno consentimiento
de los contrayentes". La relevancia del consentimiento matrimonial se manifiesta en la
"Ley de Matrimonio Civil", en cuanto que ella se destina, precisamente, a salvaguardar un
consentimiento matrimonial libre y espontáneo y por ello, en su artículo 4º, se destaca
esta naturaleza convencional o contractual del matrimonio al señalar que su celebración
"exige que ambos contrayentes sean legalmente capaces" y que "hayan consentido libre y
espontáneamente en contraerlo", lo que no es más que una consecuencia del
reconocimiento del ius conubiicomo una facultad inherente a toda persona humana, que
pertenece al género de las libertades. De este modo, se excluye naturalmente toda
pretensión de encasillarlo en la definición patrimonial de contrato o convención recibida en
el artículo 1438 del mismo Código y, también, aparece que tal género contractual se
vincula necesariamente con la revaloración que ha hecho dicha ley, en el citado inciso 1º
de su artículo 2º, del "libre y pleno consentimiento de los contrayentes". En este contexto,
la jurisprudencia ha ido sentando, aunque no libre de vacilaciones, una serie de
conclusiones fundadas en la centralidad y especificidad del consentimiento en el
matrimonio, y que tocan directamente a la improcedencia de atribuirle unos caracteres de
"contrato" en la dimensión del derecho patrimonial: 199.1.1. No es aplicable al
matrimonio el artículo 1545 del Código Civil:en esta línea se ha declarado que: "[N] o
procede acoger la infracción al artículo 1545 del Código Civil, por tratarse el matrimonio
de un "instituto jurídico" que está regido por leyes específicas y son éstas las que deben
aplicarse y no las generales relativas a los contratos" (C. Suprema, 1 de julio de 2003,
cons. 2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2362/2003, Rol Nº 3895-2002); 199.1.2. No es
aplicable al matrimonio el artículo 1683 del Código Civil: en ese sentido se ha sentado
que: "[L]a prohibición de alegar la nulidad absoluta que impone el artículo 1683 del Código
Civil al que ha celebrado un contrato sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba,
se refiere sólo a los actos de carácter patrimonial y no al matrimonio civil, por tratarse éste
de un instituto sui generis al cual no le son aplicables las reglas del Código Civil sino las
de la Ley de Matrimonio Civil, las que contemplan la posibilidad de interponer acción de
nulidad a los presuntos cónyuges, sin que se contemple en ella ninguna excepción
respecto de las personas a quienes esté prohibido su ejercicio" (C. Suprema, 1 de julio de
2003, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2362/2003, Rol Nº 3895-2002). 199.2. De la
definición jurisprudencial del matrimonio. La E Corte Suprema ha intentado una
xcma. 

definición de matrimonio, que comprenda los caracteres que lo configuran el actual


derecho matrimonial chileno, y que atiende a los elementos que entiende se derivan de
las finalidades del derecho de familia. En este contexto ha dado especial importancia a la
comunidad de vida y a la afectividad. Este último factor es, en verdad, un elemento que
desde algunas décadas se ha introducido con fuerza en las regulaciones legales tocantes
a la familia. Así, ha expresado la E Corte Suprema: "Que, en este punto, es necesario
xcma. 

recordar que el derecho de familia tiene por objeto el resguardo de ciertas instituciones
que el Estado reconoce como valiosas, y que por diversos motivos son de interés para la
sociedad fomentar y proteger. Dentro de tales entidades, sobresale, entre otras, la del
matrimonio, que por definición se entiende como una comunidad de vida y de afectos que
genera en sus integrantes más allá de una relación de parentesco sanguíneo un vínculo
de carácter emocional con el que sus integrantes se identifican y reconocen entre sí, cuya
expresión sana y vigorosa el Estado debe resguardar y promover" (C. Suprema, 29 de
septiembre de 2016, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6728/2016, Rol Nº 22093-
2016). 200. La definición legal de matrimonio: de su caracterización como "entre un
hombre y una mujer" y de su constitucionalidad. Que el matrimonio pueda contraerse
sólo entre un hombre y una mujer constituye la delimitación legal de uno de los aspectos
del campo operativo del ejercicio del ius conubii, reconocido en el inciso 1º del artículo 2º
de la Ley Nº 19.947 como "un derecho esencial inherente a la persona humana, si se
tiene edad para ello". Coincidente con esta delimitación efectuada por este artículo 102,
en el inciso 1º del artículo 80 de la Ley Nº 19.947 se reconocen, bajo ciertas exigencias,
los matrimonios celebrados en el extranjero "siempre que se trate de la unión entre un
hombre y una mujer". Legalmente, pues, el matrimonio se concibe como únicamente
susceptible de ser contraído por dos personas de sexo distinto, y así lo ha destacado
alguna sentencia: "Que en nuestro sistema jurídico el contrato de matrimonio es
heterosexual y monógamo, por lo que sólo lo pueden celebrar dos personas de sexo
diferente, y por ello única y exclusivamente se está en presencia de dos personas y
consecuentemente de dos patrimonios distintos, cuya administración y regulación
determina la ley a través de los diferentes regímenes patrimoniales, como son el de
sociedad conyugal, separación total de bienes o participación en los
gananciales" (C. Apelaciones de Santiago, 16 de octubre de 2008, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7720/2008, Rol Nº 10145-2005). En ese contexto se ha planteado
la cuestión acerca de la constitucionalidad del artículo 102, en concreto, respecto de su
período 'por el cual un hombre y una mujer', es decir, si tal caracterización es conforme o
no a las reglas de la Constitución Política de la República, en especial, a la del número 2º
de su artículo 19, que asegura a todas las personas la igualdad ante la ley. Aunque el
E  Tribunal Constitucional se ha pronunciado, cuando ha sido requerido, sobre esta
xcmo.

cuestión, no ha logrado identificar cuál es, realmente, la cuestión jurídica relevante, si bien
ha de advertirse que los requirentes tampoco contribuyeron a esa precisión. La cuestión
constitucional que plantea la legalidad matrimonial, desde la perspectiva de la
caracterización del ius conubii como un derecho que sólo puede ejercerse por una
persona respecto de otra de sexo distinto, se reduce a responder a la siguiente pregunta:
¿Es conciliable con la Constitución Política de la República que el ius conubii, por decisión
legal, sólo pueda ejercerse respecto de una persona de sexo distinto? Es esta una
pregunta a la que el E  Tribunal Constitucional aún no ha dado respuesta, pues lo que ha
xcmo.

hecho en sus sentencias es pronunciarse sobre otra cuestión, pero que deja abierta una
siguiente. En efecto, como se ha de explicar, el E Tribunal Constitucional ha optado por
xcmo.

responder a esta pregunta: ¿Es conforme a la Constitución el actual régimen legal del
matrimonio en cuanto que lo concibe como entre personas de distinto sexo? Su respuesta
ha sido que sí lo es. Pero esa respuesta, por sus fundamentos y por su contexto, no
excluye a la siguiente: ¿Sería constitucional un régimen legal del matrimonio que
caracterizara al ius connubii como posible de ejercitarse respecto de una persona del
mismo sexo? Así, las cosas, la jurisprudencia constitucional ha estimado que el actual
régimen legal del matrimonio, en cuanto que lo concibe como la unión entre un hombre y
una mujer, no es inconstitucional. El razonamiento seguido por el E  Tribunal xcmo.

Constitucional ha sido el siguiente: 1º) El matrimonio, en cuanto a sus efectos, constituye


una materia de reserva legal.Como se ha explicado en el número 1 de esta
Jurisprudencia, tal es la opinión que ha mantenido en dos sentencias el E  Tribunal xcmo.

Constitucional: "[R]especto del matrimonio, existe una reserva de ley referida a la


regulación de sus efectos que tiene un doble fundamento en la Carta Fundamental"
(T. Constitucional, 3 de noviembre de 2011, cons. 5º y 6º, Rol Nº 1881-10 Ina; T.
Constitucional, 10 de abril de 2014, cons. 4º, Rol Nº 2435-13-Ina). Esta declaración se
efectuó, en el caso de la primera sentencia, en el contexto de un requerimiento sobre la
inaplicabilidad del artículo 102 en cuanto que declara que el matrimonio sólo puede
celebrarse entre un hombre y una mujer, es decir, sobre su propiedad consistente en la
diversidad de sexo de los contrayentes. Esta propiedad del matrimonio, a despecho de la
relación que estableció el Tribunal, no constituye uno de sus "efectos", ni tampoco, puede
concebírsela dentro de la tan genérica y a-técnica expresión: 'proyecciones del
matrimonio', pues la diversidad de sexo, sin entrar al juicio que sobre ella se tenga, forma
parte en el sistema jurídico chileno actual de la "naturaleza" del matrimonio, a la que se
refiere el artículo 8º de la Ley Nº 19.947. De ahí se sigue que el matrimonio es el que
opera como "causa" de sus "efectos", y la "diversidad de sexos de los contrayentes" no es
una consecuencia o un efecto del matrimonio, sino que un elemento que lo constituye, en
cuanto que causa suya. Así, pues, esta declaración del E Tribunal Constitucional resulta
xcmo.

inconexa en cuanto a la cuestión sobre la que había sido requerido, y habría sido muy
distinta cosa que el Tribunal hubiera declarado que era "el" matrimonio el que se hallaba
sujeto a la reserva legal, sin perjuicio de que esta reserva, efectivamente, se aplique a sus
efectos. 2º) En virtud de tal reserva legal, se ha establecido por el legislador un
matrimonio entre personas de diverso sexo, y ello es consistente con la "Convención
Americana sobre Derechos Humanos". El E Tribunal Constitucional ha destacado: "Que,
xcmo.

en virtud de lo anterior [la reserva legal], la legislación chilena actual aplicable en materia
matrimonial, esto es el Código Civil, en los títulos IV, V y VI del Libro Primero "De las
personas", y la Ley Nº 19.947 que establece la nueva Ley de Matrimonio Civil, configura el
matrimonio heterosexual y monogámico. En efecto, el artículo 102 del Código Civil señala
que "[e]l matrimonio es un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen
actual e indisolublemente, y por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear y de
auxiliarse mutuamente", y la Ley de Matrimonio Civil, al regular en su artículo 80 el
reconocimiento de los matrimonios celebrados en el extranjero, los reconoce —en lo que
interesa para el caso que nos ocupa— "siempre que se trate de la unión entre un hombre
y una mujer" (inciso primero). Asimismo la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, al ocuparse en el artículo 17 de la titularidad del derecho a contraer
matrimonio, no ocupa la locución "toda persona" que es la que utiliza para referirse a
quienes son sujetos de los otros derechos que reconoce, sino que dice en su inciso
segundo que "[s]e reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio", por
lo que la opción legal en Chile por el matrimonio heterosexual es consistente con lo
establecido en la Convención" (T. Constitucional, 10 de abril de 2014, cons. 5º, Rol
Nº 2435-13-Ina). 3º) Que ese modelo legal de matrimonio está acorde con las bases de la
institucionalidad.Así se declaró: "Que tal modelo de matrimonio resulta acorde con las
bases de la institucionalidad contenidas en el capítulo I de la Carta Fundamental, la que,
en su artículo 1º, inciso segundo, señala que '[l]a familia es el núcleo fundamental de la
sociedad", disposición que se reitera en el artículo 1º, inciso primero, de la Ley de
Matrimonio Civil, que añade que "[e]l matrimonio es la base principal de la familia'"
(T. Constitucional, 10 de abril de 2014, cons. 6º, Rol Nº 2435-13-Ina). 4º) Que en ese
contexto, no se puede pretender la reforma de un determinado sistema legal por la vía de
requerir la declaración de inaplicabilidad del artículo 102 del Código Civil. Requerido el
E  Tribunal Constitucional para que se pronunciara sobre la aplicabilidad o no del artículo
xcmo.

102 del Código Civil, en cuanto que ella establece que el matrimonio sólo puede
celebrarse entre un hombre y una mujer al estimarse que ello podría contrariar el principio
de igualdad ante la ley, consagrado en el artículo 19 número 2º de la Constitución Política
de la República, "toda vez que aquella disposición sólo permite el matrimonio entre un
hombre y una mujer sin autorizar que las parejas homosexuales puedan contraer
matrimonio", en sentencia de 3 de noviembre de 2011 declaró que: "El requerimiento a
que se refiere esta sentencia no pueda prosperar, toda vez que lo que se pretende por su
intermedio es que se reformule un sistema de normas de modo integral y se regule
positivamente una institución de modo distinto al actual". En efecto, si bien se ha
efectuado una impugnación aislada de un artículo, lo que verdaderamente se impugna es
la aplicación de un estatuto jurídico complejo derivado del vínculo matrimonial entre
hombre y mujer, que se encuentra regulado en su estructura esencial en el Código Civil y
en la Ley Nº 19.947, esto es, la Ley de Matrimonio Civil. En otras palabras, lo que
pretenden los recurrentes es que se les reconozca la aplicación del mencionado estatuto,
cuestión que no es de competencia de este Tribunal, pues éste no se encuentra facultado
para modificar y regular las instituciones que contempla el ordenamiento jurídico mediante
un pronunciamiento de inaplicabilidad. A mayor abundamiento, el requerimiento de autos
tampoco puede considerarse bien formulado, toda vez que dos de las parejas que son
parte en la acción de protección sub lite se casaron en el extranjero, sin que la Corte de
Apelaciones de Santiago solicitara la inaplicabilidad de diversas normas de la Ley de
Matrimonio Civil y, en especial, del artículo 80 de aquel cuerpo normativo que establece
que "los requisitos de forma y fondo del matrimonio serán los que establezca la ley del
lugar de su celebración. Así, el matrimonio celebrado en país extranjero, en conformidad
con las leyes del mismo país, producirá en Chile los mismos efectos que si se hubiere
celebrado en territorio chileno, siempre que se trate de la unión entre un hombre y una
mujer". De esta manera, el reproche al artículo 102 del Código Civil no resulta decisivo en
la resolución de la gestión pendiente en lo que se refiere a las aludidas parejas"
(T. Constitucional, 3 de noviembre de 2011, cons. 9º, Rol Nº 1881-10 Ina). 201. La
definición legal de matrimonio: de su caracterización como indisoluble y "para toda
la vida". Una vez aprobada y en vigor la Ley Nº 19.947, que dio entrada al divorcio como
causa de término del matrimonio, se ha suscitado la cuestión tocante a cómo debe
entenderse el artículo 102 del Código Civil en aquella parte en la que se declara que el
matrimonio implica que los contrayentes se unen "indisolublemente, y para toda la vida".
En las ocasiones en las que los tribunales ordinarios han tocado este punto no ha habido
una especial preocupación por argumentar o razonar las opiniones que se han defendido.
Con todo, las opiniones que se han mantenido en este punto son las tres
siguientes: 201.1. La definición del artículo 102 del Código Civil se mantiene, pues
no ha sido expresamente modificada: en ese sentido se ha pronunciado la E  Corte xcma.

Suprema: "Si la nueva Ley de Matrimonio Civil permite que las parejas pongan término al
matrimonio por medio del divorcio con disolución de vínculo, lo es en el entendido que
ambos cónyuges viven. Así lo ratifica con la definición, no modificada, del artículo 102
del Código Civil, que dispone que el matrimonio es un contrato solemne por el cual un
hombre y una mujer se unen actual e indisolublemente y por toda la vida" (C. Suprema,
15 de marzo de 2010, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/16774/2010, Rol Nº 8945-2009).
Esta consideración recibía, casi literalmente, una anterior del mismo tribunal
(C. Suprema, 7 de mayo de 2007, LegalPublishing: Cl/Jur/4675/2007, Rol Nº 5516-
2006); 201.2. La definición del artículo 102 debe entenderse en cuanto que consagra
la indisolubilidad intrínseca del matrimonio: es decir, que el matrimonio es indisoluble
en la medida en que no puede ser disuelto por la sola voluntad de los cónyuges, y que
sólo puede disolverse cuando una potestad externa así lo declara. Así lo ha defendido en
voto de minoría el ministro de la I  Corte de Apelaciones de Santiago D. Jorge Zepeda
lma.

Arancibia: "Que los principios fundamentales que gobiernan el divorcio —esto es, el
entendido como la causa legalmente reconocida que invocada por uno o ambos cónyuges
y declarada judicialmente, pone fin al matrimonio válido— hacen que, en los
procedimientos respectivos, el juez cumpla un rol fundamental por tratase la pretensión de
una situación jurídica de excepción, atendida la indisolubilidad intrínseca del matrimonio,
conforme a la definición que de él da el artículo 102 del Código Civil, el que señala que
éste es para toda la vida" (C. Apelaciones de Santiago, 22 de marzo de 2012, Voto en
contra, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/699/2012, Rol Nº 1444-2011); 201.3. La
definición del artículo 102 debe entenderse modificada como consecuencia de una
derogación tácita: algunos tribunales de alzada se han inclinado por sostener que,
aunque no hubo una derogación expresa del artículo 102 o una modificación del mismo,
su texto es inconciliable con la disciplina del divorcio introducida por la Ley Nº 19.947 y,
por ende, debe entenderse tácitamente derogado en aquella parte que declara al
matrimonio como indisoluble. En este sentido se pronunció la I  Corte de Apelaciones de
lma.

Concepción en el considerando 1º de su sentencia de 3 de julio de 2006: "Que la actual


Ley de Matrimonio Civil Nº 19.947 contempla en su artículo 55 una causal de divorcio
objetiva que permite al Juez decretar el divorcio de los cónyuges, si acreditan que han
cesado su convivencia por más de tres años, sin reanudarla con ánimo de convivencia,
como una forma de estabilizar las separaciones de hecho de cónyuges que dejan de
cohabitar y no reanudan su vida en común, vale decir, de las separaciones de ipso que se
hacen permanentes a través del tiempo, derogando así en forma tácita la característica de
la indisolubilidad del matrimonio civil de que trata el artículo 102 de nuestro Código
Civil" (C. Apelaciones de Concepción, 3 de julio de 2006, cons. 1º, Rol Nº 996-06). Pocos
meses después, y en la misma línea, la I  Corte de Apelaciones de Rancagua en el
lma.

considerando 3º de su fallo de 8 de noviembre de 2006 declaraba: "Que en cuanto a la


indisolubilidad del matrimonio contenida en el artículo 102 del Código Civil, ello no es
efectivo, desde que se publicó en el Diario Oficial y entró en vigencia la Ley Nº 19.947,
que establece la nueva Ley de Matrimonio Civil. En ella se contempló claramente, en sus
artículos 1º y 42, la disolubilidad del vínculo. En efecto, el inciso segundo del artículo 1º,
expresa que dicho cuerpo legal trata, entre otras materias, la disolución del vínculo
matrimonial; a su turno, el artículo 42 dentro de las causales de término del matrimonio
contempla, las sentencias firmes de nulidad y de divorcio. Si bien el legislador no quiso
eliminar la palabra "indisolublemente" que emplea el artículo 102 del Código Civil, al
definir el matrimonio, lo cierto es, que no hay ninguna justificación lógica para encontrar el
motivo de haberla mantenido, ya que cuando de acuerdo a la historia de la ley, no se
aprobaron las mociones para eliminar la palabra indisolublemente, no hay explicación
clara y coherente sobre el particular. Desde hace varios años que en nuestra sociedad se
viene discutiendo públicamente, la introducción del divorcio con separación del vínculo y
toda la ciudadanía tomó conocimiento de su aprobación como ley de la República, por
parte del legislativo y del ejecutivo; lo que refleja el espíritu del legislador de cambiar la
indisolubilidad del matrimonio por su disolubilidad. Ahora bien, si no hubo una derogación
expresa del artículo 102 o una modificación del mismo, lo cierto es que se ha derogado
tácitamente la indisolubilidad, desde que el nuevo cuerpo legal (Ley Nº 19.947) contiene
disposiciones que no pueden conciliarse con las de la ley anterior y ello, quiérase o no, al
tenor del artículo 52 del Código Civil, constituye derogación tácita" (C. Apelaciones de
Rancagua, 8 de noviembre de 2006, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/5732/2006, Rol
Nº 442-2006). Tres años más tarde se unía a esta tendencia la I Corte de Apelaciones de
lma.

Antofagasta, en sentencia de 5 de febrero de 2009: "La actual Ley de Matrimonio Civil


Nº 19.947 contempla en su artículo 55 una causal de divorcio objetiva que permite al Juez
decretar el divorcio de los cónyuges, si acreditan que han cesado su convivencia por más
de tres años, sin reanudarla con ánimo de convivencia, como una forma de estabilizar las
separaciones de hecho de cónyuges que dejan de cohabitar y no reanudan su vida en
común, vale decir, de las separaciones de ipso que se hacen permanentes a través del
tiempo, derogando así en forma tácita la característica de la indisolubilidad del civil de que
trata el artículo 102 de nuestro Código Civil" (C. Apelaciones de Antofagasta, 5 de febrero
de 2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/8519/2009, Rol Nº 1303-2008). 202. Del
matrimonio y la comunidad de vida. La jurisprudencia de los tribunales ordinarios
entiende que el matrimonio instaura una singular comunidad de vida entre los cónyuges:
"[E]l matrimonio implica una comunidad de vida y de afectos que la ley protege
estableciendo los deberes y obligaciones derivados de esa institución en relación a los
cónyuges, los hijos y los bienes" (C. Suprema, 19 de enero de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5766/2009, Rol Nº 7843-2008). Tal consideración ha sido
reiterada literalmente en sentencias posteriores de la E Corte Suprema (C. Suprema, 14
xcma. 

de marzo de 2011, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9332/2011, Rol Nº 9529-2010) y de


diversos tribunales de alzada (C. Apelaciones de San Miguel, 15 de octubre de 2010,
cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/8390/2010, Rol Nº 456-2010; C. Apelaciones de
Concepción, 23 de mayo de 2011, cons. 19, LegalPublishing: Cl/Jur/10742/2011, Rol
Nº 163-2011). Esta concepción ha sido asumida por la jurisprudencia constitucional: "Que,
atendida la índole peculiar del matrimonio, el cual, conforme a la definición que del mismo
da el artículo 102 del Código Civil (antes citado), crea una comunidad de vida entre un
hombre y una mujer, de la que surgen deberes especiales entre los cónyuges" (T.
Constitucional, 10 de abril de 2014, cons. 7º, Rol Nº 2435-13-Ina). 203. La naturaleza del
vínculo conyugal. Se ha destacado que el matrimonio origina un vínculo entre los
cónyuges que no constituye parentesco, sino que está directamente vinculado al singular
género de comunidad de vida que instituye: "De la definición transcrita precedentemente,
se desprende que la institución del matrimonio tiene básicamente dos fines: el procrear y
el vivir juntos; produciéndose, asimismo, por el hecho de su celebración, variados efectos,
surgiendo ante todo un vínculo entre los cónyuges, que es precisamente el conyugal, el
cual no es un vínculo de parentesco ni de afinidad, sino que es uno particular que crea
entre ambos cónyuges una íntima comunión de vida, ya en el sentido físico, ya en el
afectivo y espiritual. Es así como surgen derechos y obligaciones, algunas de las cuales
son recíprocas y otras miran sólo al marido o sólo a la mujer. En cuanto a los primeros,
que son de variada naturaleza, la ley menciona expresamente dos: el de fidelidad y el de
asistencia" (C. Apelaciones de Concepción, 18 de mayo de 2007, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6926/2007, Rol Nº 519-2007). 204. De los fines del matrimonio
y la procreación. Sobre este punto se ha declarado que: "El conocimiento de los fines del
matrimonio es un elemento básico para entender la importancia que la ley le otorga a esta
institución, como base de la familia. Por ello, es dable afirmar que siendo un objetivo
primordial la procreación, el legislador ha protegido las relaciones sexuales de marido y
mujer otorgando al hijo que nace producto de ellas, un principio de certeza que permite
presumir la paternidad del marido" (C. Apelaciones de Concepción, 18 de mayo de 2007,
cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6926/2007, Rol Nº 519-2007). 205. Vivir juntos y cese
de la convivencia. Se ha entendido que: "Si el marido o la mujer hace abandono del
hogar, debe entenderse que con ello están poniendo fin al "vivir juntos", a la convivencia
habida entre ellos, lo cual origina una separación de hecho, circunstancia que autoriza a
cualquiera de ellos a solicitar la separación judicial y el divorcio. En efecto, una de las
causales del denominado "divorcio por culpa", es la contemplada en el Nº 2 del artículo 54
de la Ley de Matrimonio Civil, al señalar que el divorcio podrá ser demandado por falta
imputable al otro, lo que ocurre por transgresión grave y reiterada de los deberes de
convivencia, socorro y fidelidad propios del matrimonio, agregando que el abandono
continuo o reiterado del hogar común, es una forma de transgresión grave de los deberes
del matrimonio" (C. Apelaciones de Concepción, 18 de mayo de 2007, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6926/2007, Rol Nº 519-2007).

Artículo 103. El matrimonio podrá celebrarse por mandatario especialmente


facultado para este efecto. El mandato deberá otorgarse por escritura pública,
e indicar el nombre, apellido, profesión y domicilio de los contrayentes y del
mandatario.157

Concordancias: Código Civil: artículos 190, 2130 inciso 1º. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 36. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil,  D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 15. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015:
artículo 5º inciso 3º.
Artículo 104. Derogado.158

Artículo 105. No podrá procederse a la celebración del matrimonio sin el


asenso o licencia de la persona o personas cuyo consentimiento sea necesario
según las reglas que van a expresarse, o sin que conste que el respectivo
contrayente no ha menester para casarse el consentimiento de otra persona, o
que ha obtenido el de la justicia en subsidio.

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 36. Ley Nº  4.808, sobre Registro
Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 39 números 6º, 8º
y 9º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 12. Decreto Nº 673, Min. de Justicia,
Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil,D.O. 30.10.2004: artículos 3º inciso 1º números 6,
7, 9 a 12. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 5.

Artículo 106. Los que hayan cumplido dieciocho años no estarán obligados


a obtener el consentimiento de persona alguna.159

Concordancias: Código Civil: artículo 26. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 36.
Ley Nº 19.947, de  Matrimonio Civil,D.O.  17.05.2004: artículo 2º inciso 2º.

Artículo 107. Los que no hubieren cumplido dieciocho años no podrán


casarse sin el consentimiento expreso de sus padres; si faltare uno de ellos, el
del otro padre o madre; o a falta de ambos, el del ascendiente o de los
ascendientes de grado más próximo.

En igualdad de votos contrarios preferirá el favorable al matrimonio. 160

Concordancias: Código Civil: artículos 27, 112 y 1721. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 36. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,
D.O.  30.05.2000: artículo 39 números 8º y 9º. Ley Nº 19.947, D.O. 17 de mayo de 2004, de Matrimonio
Civil: artículos 2º inciso 2º, 12.

Artículo 108. Derogado.161

Artículo 109. Se entenderá faltar el padre o madre u otro ascendiente, no


sólo por haber fallecido, sino por estar demente; o por hallarse ausente del
territorio de la República, y no esperarse su pronto regreso; o por ignorarse el
lugar de su residencia.

También se entenderá faltar el padre o madre cuando la paternidad o


maternidad haya sido determinada judicialmente contra su oposición. 162

Concordancias: Código Civil: artículos 111 y 203. Código de Derecho Internacional Privado: artículo
36.

Artículo 110. Se entenderá faltar asimismo el padre o madre que estén


privados de la patria potestad por sentencia judicial o que, por su mala
conducta, se hallen inhabilitados para intervenir en la educación de sus hijos. 163
Concordancias: Código Civil: artículos 111, 271, 497 Nº 8, 1973 y 2011. Código de Derecho
Internacional Privado: artículo 36.

Artículo 111. A falta de dichos padre, madre o ascendientes, será necesario


al que no haya cumplido dieciocho años el consentimiento de su curador
general.164

En defecto de los anteriormente llamados, dará al menor el consentimiento


para el matrimonio el oficial del Registro Civil que deba intervenir en su
celebración. Si éste tuviere alguna de las razones contempladas en el artículo
113 para oponerse al matrimonio, lo comunicará por escrito al juez de letras de
la comuna o agrupación de comunas para los efectos señalados en el artículo
112.165

Si se tratare de un hijo cuya filiación aún no ha sido determinada respecto de


ninguno de sus padres, el consentimiento para el matrimonio lo dará su curador
general. A falta de éste, será aplicable lo dispuesto en el inciso anterior. 166

Concordancias: Código Civil: artículos 26, 37, 109, 110, 112, 113, 340, 348. Código de Derecho
Internacional Privado: artículo 36. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo
8º número 5.

Artículo 112. Si la persona que debe prestar este consentimiento lo negare,


aunque sea sin expresar causa alguna, no podrá procederse al matrimonio de
los menores de dieciocho años.167

El curador y el oficial del Registro Civil que nieguen su consentimiento


estarán siempre obligados a expresar la causa, y, en tal caso, el menor tendrá
derecho a pedir que el disenso sea calificado por el juzgado competente. 168

Concordancias: Código Civil: artículos 106, 107, 111 y 113. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 36. Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 38. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo
8º número 5.

Artículo 113. Las razones que justifican el disenso no podrán ser otras que


éstas:

1ª. La existencia de cualquier impedimento legal, incluso el señalado en el


artículo 116;169

2ª. El no haberse practicado alguna de las diligencias prescritas en el


título De las segundas nupcias, en su caso;

3ª. Grave peligro para la salud del menor a quien se niega la licencia, o de la
prole;
4ª. Vida licenciosa, pasión inmoderada al juego, embriaguez habitual, de la
persona con quien el menor desea casarse;

5ª. Haber sido condenada esa persona por delito que merezca pena
aflictiva;170

6ª. No tener ninguno de los esposos medios actuales para el competente


desempeño de las obligaciones del matrimonio.

Concordancias: Código Civil: artículos 116, 124 a 130. Código Penal: artículo 37. Código de Derecho
Internacional Privado: artículo 36. Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido
fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 38.

Artículo 114. El que no habiendo cumplido dieciocho años se casare sin el


consentimiento de un ascendiente, estando obligado a obtenerlo, podrá ser
desheredado, no sólo por aquel o aquellos cuyo consentimiento le fue
necesario, sino por todos los otros ascendientes. Si alguno de éstos muriere
sin hacer testamento, no tendrá el descendiente más que la mitad de la porción
de bienes que le hubiera correspondido en la sucesión del difunto. 171

Concordancias: Código Civil: artículos 107, 1208 número 4. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 36.

Artículo 115. El ascendiente sin cuyo necesario consentimiento se


hubiere casado el descendiente, podrá revocar por esta causa las donaciones
que antes del matrimonio le haya hecho.172

El matrimonio contraído sin el necesario consentimiento de otra persona no


priva del derecho de alimentos.

Concordancias: Código Civil: artículos 321 número 2, 1428. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 36.

Artículo 116. Mientras que una persona no hubiere cumplido dieciocho


años, no será lícito al tutor o curador que haya administrado o administre sus
bienes, casarse con ella, sin que la cuenta de la administración haya sido
aprobada por el juez, con audiencia del defensor de menores. 173

Igual inhabilidad se extiende a los descendientes del tutor o curador para el


matrimonio con el pupilo o pupila.174

El matrimonio celebrado en contravención a esta disposición, sujetará al


tutor o curador que lo haya contraído o permitido, a la pérdida de toda
remuneración que por su cargo le corresponda; sin perjuicio de las otras penas
que las leyes le impongan.
No habrá lugar a las disposiciones de este artículo, si el matrimonio es
autorizado por el ascendiente o ascendientes cuyo consentimiento fuere
necesario para contraerlo.

Concordancias: Código Civil: artículos 346, 526 y 533. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 36. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículo 14.

Artículo 117. Derogado.175

Artículo 118. Derogado.176

Artículo 119. Derogado.177

Artículo 120. Derogado.178

Artículo 121. Derogado.179

Artículo 122.Suprimido.180

Artículo 123. Derogado.181

TÍTULO V DE LAS SEGUNDAS NUPCIAS

Artículo 124. El que teniendo hijos de precedente matrimonio bajo su patria


potestad, o bajo su tutela o curaduría, quisiere volver a casarse, deberá
proceder al inventario solemne de los bienes que esté administrando y les
pertenezcan como herederos de su cónyuge difunto o con cualquiera otro
título.182

Para la confección de este inventario se dará a dichos hijos un curador


especial. 183

Concordancias: Código Civil: artículos 127 y 494. Código de Procedimiento Civil: artículos 852 y
858. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 10.  Decreto Nº 673, Min.
de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de Matrimonio Civil,D.O.  30.10.2004: artículo 13.

Artículo 125. Habrá lugar al nombramiento de curador aunque los hijos no


tengan bienes propios de ninguna clase en poder del padre o madre. Cuando
así fuere, deberá el curador especial testificarlo.

Concordancias: Código Civil: artículos 126 y 494. Código de Procedimiento Civil: artículos 852 y
858. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 10.  Decreto Nº 673, Min.
de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de Matrimonio Civil,D.O.  30.10.2004: artículo 13.
Artículo 126. El Oficial del Registro Civil correspondiente no permitirá el
matrimonio del que trata de volver a casarse, sin que se le presente certificado
auténtico del nombramiento de curador especial para los objetos antedichos, o
sin que preceda información sumaria de que no tiene hijos de precedente
matrimonio, que estén bajo su patria potestad o bajo su tutela o curaduría. 184

Concordancias: Código Civil: artículos 124 y 125. Ley Nº 19.947, de Matrimonio


Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 14. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015:
artículo 10.  Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio
Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 13.

Artículo 127. El viudo o divorciado o quien hubiere anulado su


matrimonio por cuya negligencia hubiere dejado de hacerse en tiempo
oportuno el inventario prevenido en el artículo 124, perderá el derecho de
suceder como legitimario o como heredero abintestato al hijo cuyos bienes ha
administrado.185

Concordancias: Código Civil: artículos 25 inciso 2º, 44, 124, 952, 1181. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 50, 59. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015:
artículo 10.

Artículo 128. Cuando un matrimonio haya sido disuelto o declarado nulo, la


mujer que está embarazada no podrá pasar a otras nupcias antes del parto, o
(no habiendo señales de preñez) antes de cumplirse los doscientos setenta
días subsiguientes a la disolución o declaración de nulidad.

Pero se podrán rebajar de este plazo todos los días que hayan precedido
inmediatamente a dicha disolución o declaración, y en los cuales haya sido
absolutamente imposible el acceso del marido a la mujer.

Concordancias: Código Civil: artículos 76, 129, 130 y 184. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 158. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de Matrimonio
Civil,D.O. 30.10.2004: artículo 14. Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015:
artículo 10.  Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer,D.O.  9.12.1989, artículo 16.1.

206. La regla de este artículo es discriminatoria y se encuentra


Jurisprudencia: 
tácitamente derogada. Una reciente jurisprudencia, sostenida por la I . Corte de lma

Apelaciones de Punta Arenas, ha estimado que esta disposición es contraria a diversos


tratados internacionales subscriptos por Chile y que consagraría una discriminación
arbitraria, en relación con la mujer embarazada y con su hijo: "La Constitución Política de
la República, basa la institucionalidad primeramente, en el reconocimiento que las
personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos, igualdad que no se pierde
después de nacido, es permanente, quedando vedado a la ley y a la autoridad establecer
diferencias arbitrarias; la forma concreta de garantizarlo no queda en la letra de la ley,
pues la igual protección que debe serle brindada en el ejercicio de sus derechos, es la
labor del tribunal competente, previo proceso legalmente tramitado y por vía del ejercicio
de la jurisdicción, si este ejercicio se lleva a cabo ante él (artículos 1º, 19 Nºs. 2 y 3). De
allí que sea preciso declarar que la norma por la cual la Sra. Magistrada ha dirimido el
conflicto, es ilegítima por ser tan claramente contraria a la Constitución y arbitrariamente
anacrónica. Undécimo: que, tratándose de la igualdad de género, problema subyacente al
que plantea este juicio, existen soluciones para resolverlo con mandato directo a los
jueces instituido en varios tratados internacionales. El Pacto internacional de derechos
civiles y políticos establece que los Estados deben garantizar a todos los individuos dentro
de su territorio los derechos que ese instrumento reconoce sin discriminar por razones de
sexo, nacimiento o cualquiera otra condición social, entre otras; deben asegurarles su
goce a hombres y mujeres en igualdad; los miembros contratantes declararon que toda
persona tiene derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica o sea, en términos
simples, su estatuto de derechos como ser humano, aquellos que comparte en igualdad
con otros. Específicamente reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer
matrimonio y fundar una familia si tiene edad para ello, al mismo tiempo que obliga a los
Estados a asegurar igualdad de derechos y responsabilidades a los esposos en cuanto al
matrimonio, durante él y a su disolución (artículos 2º, 3º, 16, 23 Nºs. 2 y
4) (D.O. 29/04/1989). Otro tanto prescribe la Convención americana de derechos
humanos, agregando una cláusula de derecho de toda persona al apellido de los padres y
otra de protección especial para el niño por parte de su familia, la sociedad y el Estado en
razón de su condición de tal (artículos 2º, 3º, 17, 18, 19 y 24) (D.O. 5/01/1991). La
Convención sobre la eliminación de todas la formas de discriminación contra la mujer,
(D.O. 9/12/1989) proclama en su preámbulo consideraciones sobre el principio de
igualdad reafirmadas desde la Declaración Universal de derechos humanos, en base a la
igualdad en dignidad y derechos sin distinción de sexo, reconoce la discriminación contra
la mujer como un obstáculo para el bienestar de la sociedad y de la familia, toma
conciencia que el papel de la mujer en la procreación no debe ser causa de discriminación
y dispone, que los tribunales nacionales constituyen el conducto para la protección
jurídica efectiva de la mujer contra todo acto de discriminación y que los Estados deben
tomar las medidas necesarias para garantizarle el ejercicio y goce de los derechos
humanos y la libertades fundamentales en igualdad de condiciones con el hombre
(artículos 2º c y 3º). En concreto en materia matrimonial (Artículo 16) obliga a los Estados
a eliminar la discriminación en su contra y asegurarle dichas condiciones de igualdad en
cuanto: a) El mismo derecho para contraer matrimonio. b) Los mismos derechos y
responsabilidades durante el matrimonio y con ocasión de su disolución. Décimo
segundo: que, el hijo que está por nacer tiene a su disposición todo el estatuto jurídico
filiativo de la legislación chilena, actualizado de modo de introducir en esa materia las
correcciones de la antigua discriminación por categorías de hijos en razón de nacimiento,
pues hoy la ley considera iguales a todos los hijos, sin tener necesidad para el goce y
ejercicio de sus propios derechos del artículo 128 que resulta discriminatorio por estar
orientado al resguardo de una sola categoría, la de los hijos concebidos durante el
matrimonio, sin perjuicio que la finalidad de todo esto es que su madre quede en
situación, precisamente, de contraer matrimonio y remover la traba que le impide adquirir,
a su vez, la condición de hijo matrimonial en conformidad al artículo 180 del Código Civil,
hijo nacido durante el matrimonio de sus padres para todos los efectos legales. Por lo
tanto sus derechos, goce y ejercicio, son perfectamente conciliables con los derechos,
goce y ejercicio de su madre. Décimo tercero: que en consecuencia, habiéndose
establecido que el artículo 128 del Código Civil es una disposición discriminatoria contra el
hijo así como contra la mujer, resulta que no puede conciliarse con las estipulaciones de
los tratados internacionales que reivindican jurídicamente la igualdad de los niños y de
género, habiendo quedado tácita y totalmente derogado por ellos en la forma que lo
contemplan los artículos 52 y 53 del Código Civil. Con estos alcances, la Corte se hace
cargo de la doctrina jurisprudencial que emana de la sentencia que cita el recurrente,
dictada por la Corte de Apelaciones de Santiago en la causa Rol Nº 136-2009. Décimo
cuarto: que dentro de la lógica en que estaba inserto dicho artículo 128, ha de decirse
que, en la medida en que, de algún modo limitado, velaba por aliviar la carga de la mujer
para demostrar la paternidad de un hijo, a través del mecanismo de una presunción legal
de paternidad del marido, si su concepción se había producido dentro del tiempo de
vigencia del matrimonio, en este caso no cumple su finalidad, quedando como la mera
carga que es y que la entraba para que el nuevo matrimonio que pretende contraer le dé a
su hijo la condición de hijo matrimonial, de forma tal que dejar de aplicarlo no trae
perjuicio a la mujer pues ella misma está pidiendo se le autorice a casarse (con el padre
de su hijo, que no es el ex marido). Asimismo, en abstracto, en la medida que conduce
atribuyo un hijo al ex marido, por el solo hecho que fuese concebido durante el matrimonio
y de alguna manera la aplicación del artículo 128, pudiera traer a éste un beneficio que
pierde por no aplicarse o de ello le viniese un perjuicio, se debe considerar, en este caso
concreto, que desde el momento que los ex cónyuges regularon solo las futuras
relaciones mutuas con sus hijos matrimoniales, conociendo el marido el estado de
embarazo de la mujer y su vínculo con otro varón, es posible presumir que el dejar de
aplicar dicha disposición no le afecta en modo alguno" (C. Apelaciones de Punta Arenas,
20 de enero de 2012, cons. 10º a 14º, LegalPublishing: Cl/ Jur/162/2012, Rol Nº 116-
2011). 207. Interpretación de la expresión "absolutamente imposible el acceso" no
limitada a impedimentos físicos o materiales. Se ha reconocido que: "Es cierto que la
terminología que usa el Código Civil —'absolutamente imposible el acceso'— podría
entenderse referida nada más a un impedimento de carácter físico o material como si, por
ejemplo, uno de los cónyuges hubiere estado en un sitio muy lejano del otro o que uno
cualquiera de ellos hubiere caído en minusvalía impediente de vínculo íntimo. Empero,
creen estos jueces que hoy por hoy no corresponde restringir el entendimiento del
precepto a ese solo punto de vista, como quiera que está concebido y redactado a
mediados del siglo XIX, cuando no habían advenido aún los tiempos de una cultura como
la que impera en los comienzos del siglo XXI en la que los intereses de la mujer y su
libertad reproductiva no quedan jurídicamente supeditados al matrimonio y, menos, al
cónyuge" (C. Apelaciones de Santiago, 9 de abril de 2009, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8244/2009, Rol Nº 136-2009). 208. Interpretación de la
expresión "absolutamente imposible el acceso" en el contexto científico actual y en
el sentido de impedimento ético o de costumbres. En este sentido se ha declarado
que: "No puede sino asumirse que el sentido de la disposición no puede ser el mismo ayer
que hoy, habida cuenta los adelantos científicos que permiten en el presente conocer el
estado de embarazo de manera lo suficientemente temprana como para atender a los
plazos del código centenario. Por lo que es también dable inteligir la imposibilidad del
inciso segundo del artículo 128 como una de carácter ético y/o costumbrista, establecido
como se halla que doña [...] ha formado un hogar con el señor [...] desde tiempo bastante
anterior a la data de la concepción de la criatura que portaba en su vientre a la fecha en
que solicitó permiso para nuevas nupcias" (C. Apelaciones de Santiago, 9 de abril de
2009, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/8244/2009, Rol Nº 136-2009).

Artículo 129. El oficial del Registro Civil correspondiente no permitirá el


matrimonio de la mujer sin que por parte de ésta se justifique no estar
comprendida en el impedimento del artículo precedente. 186

Concordancias: Código Civil: artículo 128. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 158. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículo 14. Decreto Nº  673, Min. de Justicia,
Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 14.Ley Nº  20.830, crea
el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 11 inciso 3º.
Artículo 130. Cuando por haber pasado la madre a otras nupcias se dudare
a cuál de los dos matrimonios pertenece un hijo, y se invocare una decisión
judicial de conformidad a las reglas del Título VIII, el juez decidirá, tomando en
consideración las circunstancias. Las pruebas periciales de carácter biológico y
el dictamen de facultativos serán decretados si así se solicita.

Serán obligados solidariamente a la indemnización de todos los perjuicios y


costas ocasionados a terceros por la incertidumbre de la paternidad, la mujer
que antes del tiempo debido hubiere pasado a otras nupcias, y su nuevo
marido.187

Concordancias: Código Civil: artículos 47, 128,  184, 199, 1511 y 2317. Código de Derecho
Internacional Privado: artículo 158.

TÍTULO VI OBLIGACIONES Y DERECHOS ENTRE LOS CÓNYUGES

1. Reglas generales

Artículo 131. Los cónyuges están obligados a guardarse fe, a socorrerse y


ayudarse mutuamente en todas las circunstancias de la vida. El marido y la
mujer se deben respeto y protección recíprocos. 188

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 5º inciso 2º. Código Civil: artículos  102,
132, 133, 134. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 43 y 45. Ley Nº  19.947, de
Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 1º inciso 3º, 10 inciso 1º, 11 inciso 1º, 18 inciso 2º, 20 inciso
3º, 26, 33, 54.  Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 14.  Decreto
Nº  673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de Matrimonio Civil,  D.O.  30.10.2004:
artículos 5º incisos  1º y 17 inciso 2º. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos,D.O. 29.04.1989: artículo 23.4. Decreto Nº  789, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer,D.O. 9.12.1989,
artículo 16.1. Decreto Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica,D.O. 5.01.1990: artículo 17.4.

209. La obligación de guardarse fe, en cuanto que ligada el bien de los


Jurisprudencia: 
cónyuges, se proyecta en todos los ámbitos de la comunidad de vida entre marido
y mujer. Con posterioridad a la entrada en vigor de la Ley Nº 19.947, la jurisprudencia de
los tribunales ordinarios de justicia abandonó con relativa rapidez la opinión según la cual
se entendía que la obligación de guardarse fe operaba solamente en el plano de las
relaciones sexuales. Asumió, en cambio, que ella se vincula directamente al bien de los
cónyuges que ha de alcanzarse en la comunidad de vida que instaura el matrimonio, de lo
que se sigue que se proyecta en todos los campos de la vida matrimonial. En tal dirección
la E  Corte Suprema asumió en 2007 una opinión que había defendido la I  Corte de
xcma. lma.

Apelaciones de Arica: "[L]a infracción al deber de fidelidad no sólo se traduce en que uno
de los cónyuges cometa adulterio, puesto que éste no es sino una forma en particular de
infringir dicha obligación. Más bien, incurre en esta infracción y, por ende, en esta causal
de divorcio, el marido o mujer que realiza una conducta que compromete la búsqueda del
bien para ambos cónyuges, entendido este último concepto en términos amplios,
abarcador de todas las circunstancias de la vida conyugal, esto es que se destruye la fe,
confianza y lealtad debida manifestada ostensiblemente en el quehacer personal del
cónyuge infractor" (C. Apelaciones de Arica, 31 de agosto de 2006, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6769/2006, Rol Nº 300-2006, conf. C. Suprema, 12 de marzo de
2007, LegalPublishing: Cl/Jur/4651/2007 y Cl/ Jur/668/2007, Rol Nº 5048-2006). Con
posterioridad a la sentencia que acaba de citarse, esta nueva manera de concebir la
obligación de guardarse fe comenzó a asumirse por los tribunales de alzada. Así, por
ejemplo, en 2008 la I  Corte de Apelaciones de Santiago razonaba: "Que una de las
lma.

cuestiones que se deben dilucidar para poder llegar a una decisión es qué se entiende por
"deber de fidelidad". A éste se refiere expresamente el artículo 131 del Código Civil, el
cual declara la naturaleza y entidad de este deber cuando dispone que: "Los cónyuges
están obligados a guardarse fe, a socorrerse y ayudarse mutuamente en todas las
circunstancias de la vida". Que, en relación a la expresión "fe" es necesario tener presente
lo que señala el artículo 20 del Código Civil al prescribir que "Las palabras de la ley se
entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso general de las mismas palabras;
pero cuando el legislador las haya definido expresamente para ciertas materias, se les
dará en éstas su significado legal". Y al no haberla definido la ley debemos acudir al
Diccionario de la Real Academia Española que la conceptualiza como "la palabra que se
da o promesa que se hace a alguien con cierta solemnidad o publicidad". A este respecto,
así entendida y analizada en el ámbito del matrimonio, Barrientos Grandon Javier y otro,
escribe en su obra Nuevo Derecho Matrimonial Chileno: "Este deber de guardarse fe
aparece como un necesario complemento para las más plena consecución del fin del bien
de los cónyuges, supuesto que sin él aparecería como imposible la constitución de la
comunidad de vida instituida entre marido y mujer desde el mismo momento en el que se
ofrecieron y aceptaron recíprocamente como tales, comprometiendo la integridad de sus
personas en el consorcio que formaron. Supuesto lo anterior, este deber de guardarse fe
no sólo se estrecha en los angostos límites de la fidelidad sexual, sino que se proyecta en
todos los ámbitos de la vida, luego "guardar la fe conyugal implica "fidelidad y ésta no es
más que la "Lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona", la que no
aparece determinada solamente por la naturaleza y fines de la institución matrimonial y,
por ende, se extiende a todos los ámbitos en los cuales se proyecta la comunidad de vida
entre marido y mujer" (C. Apelaciones de Santiago, 4 de julio de 2008, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6081/2008, Rol Nº 937-2008). La E  Corte Suprema, con cierta
xcma.

frecuencia, reitera esta manera de concebir la obligación de guardarse fe: "[E]l artículo
131 del Código Civil, que dispone, en lo que interesa, que "Los cónyuges están obligados
a guardarse fe...en todas las circunstancias de la vida..."; lo que significa que el
matrimonio les impone un compromiso que comprende todos los ámbitos de la vida en
común y cualquiera que sea el acontecimiento que experimenten durante la vigencia del
enlace. En la doctrina se sostiene que "...guardar la fe conyugal implica "fidelidad" y ésta
no es más que la: "Lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona", la que
no aparece determinada solamente por la naturaleza y fines de la institución matrimonial
y, por ende, se extiende a todos los ámbitos en los cuales se proyecta la comunidad de
vida entre marido y mujer..." (Barrientos Grandon y Novales Alquézar, Nuevo derecho
matrimonial chileno, LexisNexis, Santiago, 2004, p. 284)" (C. Suprema, 7 de mayo de
2014, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/2078/2014, Rol Nº 7.795-2013). 210. La
obligación de guardarse fe no implica únicamente la abstención de relaciones
sexuales con persona distinta del cónyuge, sino que tiene un campo operativo
mucho más amplio. Como consecuencia de una comprensión amplia de la obligación de
guardarse fe, la jurisprudencia de los tribunales ordinarios de justicia ha afianzado la
opinión según la cual vulnera la dicha obligación cualquier conducta que, en general,
implique "un severo atentado al vínculo matrimonial". Esta opinión la defendió en 2007 la
E  Corte Suprema: "El artículo 131 del Código Civil, del Título VI, Libro I, denominado
xcma.

"Obligaciones y Derechos entre cónyuges", establece que "Los cónyuges están obligados
a guardarse fe, a socorrerse y ayudarse mudamente en todas las circunstancias de la
vida. El marido y la mujer se deben respeto y protección recíprocos". A su vez, el artículo
132 del mismo texto señala que el adulterio constituye una grave infracción al deber de
fidelidad que impone el matrimonio y da origen a las sanciones que la ley prevé. De las
normas transcritas se infiere que el adulterio, en los términos definidos por el inciso
segundo del citado artículo 132, no es la única causal de divorcio referida a la fidelidad
matrimonial, como lo exigía la antigua Ley de Matrimonio Civil para el divorcio perpetuo en
su artículo 21. El numeral 2º del artículo 54 de la Ley Nº 19.947 sanciona la grave y
reiterada infracción al deber recíproco de guardarse fe, en el que sin duda se comprende
esa conducta, pero también otros hechos de infidelidad conyugal de gran significación que
importen un severo atentado al vínculo matrimonial" (C. Suprema, 12 de marzo de 2007,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/668/2007, Rol Nº 5048-2006). Con posterioridad ha
reiterado esta misma concepción: "El numeral 2 del artículo 54 de la Ley Nº 19.947,
sanciona la grave y reiterada infracción al deber recíproco de guardarse fe, en el que sin
duda se comprende esa conducta, pero también otros hechos de infidelidad conyugal de
gran significación que importen un severo atentado al vínculo matrimonial, como el que se
ha establecido en el caso sub lite" (C. Suprema, 14 de marzo de 2011, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9332/2011, Rol Nº 9529-2010). Finalmente, ha de advertirse que
este modo de concebir la violación de la obligación de guardarse fe ha sido asumido por
el E Tribunal Constitucional: "[D]ebe tenerse presente que el adulterio no es la única
xcmo.

transgresión grave al deber de fidelidad propio del matrimonio, y constitutivo por tanto de
la causal de divorcio por culpa establecida en el artículo 54, Nº 2, de la Ley de Matrimonio
Civil, sino que también lo son "otros hechos de infidelidad conyugal de gran significación
que importen un severo atentado al vínculo matrimonial" [...] (Sentencia de la Corte
Suprema de 14 de marzo de 2011, en "Gaceta Jurídica" 369, pág. 176, considerandos
séptimo y octavo)" (T. Constitucional, 10 de abril de 2014, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1326/2014, Rol Nº 2435-2013). Este considerando ha sido
reiterado por el mismo Tribunal en sentencia posterior (T. Constitucional, 30 de diciembre
de 2014, cons. 10º, Rol Nº 2681-14-Ina). 210.1. La vulneración de la obligación de
guardarse fe, con independencia de sus connotaciones sexuales, está ligada a las
concepciones sociales. En el último tiempo la E  Corte Suprema ha incorporado el
xcma.

criterio de las concepciones sociales para precisar los actos que, con independencia de
su connotación sexual, han de considerarse como violatorios de la obligación conyugal de
guardarse fe: "[E]n el ámbito de la lealtad sexual no está referido solo a la prohibición de
relaciones sexuales, sino a cualquier acto que la conciencia social repute como infidelidad
conyugal, esto es, como una ruptura del deber de guardarse fe, ya sea con personas de
distinto o del mismo sexo, y supongan o no la realización completa de cópula o
ayuntamiento sexual" (C. Suprema, 7 de abril de 2014, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2078/2014, Rol Nº 7795-2013). 210.2. La vulneración de la
obligación de guardarse fe por relaciones sentimentales o afectivas. La
jurisprudencia posterior a la Ley Nº 19.947 ha tendido a admitir que el mantenimiento de
relaciones afectivas o sentimentales, con persona distinta del cónyuge, implica una
violación de la obligación conyugal de guardarse fe: "Siendo el concepto de fidelidad
mucho más amplio que el de adulterio, se puede afirmar por ello que el deber de fidelidad
no sólo abarca el adulterio, sino que basta una vinculación con un tercero que no guarde
los límites de lo común y habitual en relaciones sociales y denote una proximidad de tipo
sentimental" (C. Apelaciones de Santiago, 4 de julio de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6081/2008, Rol Nº 937-2008). En una línea similar se ha
pronunciado el E  Tribunal Constitucional, que ha declarado que entre "los hechos de
xcmo.

infidelidad conyugal de gran significación que importen un severo atentado al vínculo


matrimonial": "[S]e comprende el trato reiterado de uno de los cónyuges con persona de
otro sexo con la que tenga muestras de afecto y pasión impropias de exteriorizarse con
quien no sea su marido o mujer. (Sentencia de la Corte Suprema de 14 de marzo de
2011, en "Gaceta Jurídica" 369, pág. 176, considerandos séptimo y octavo)" (T.
Constitucional, 10 de abril de 2014, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/1326/2014, Rol
Nº 2435-2013). En esta misma línea la E  Corte Suprema ha precisado: "Que el
xcma.

incumplimiento del deber de fidelidad del otro cónyuge, como causal de divorcio, se
configura con la acreditación de la concurrencia de situaciones que demuestren no sólo la
ruptura del compromiso de lealtad sexual que implica el matrimonio, situación que
coincide con la definición de adulterio que entrega el artículo 132 del Código Civil antes
citado, que lo confina a la existencia de trato carnal de uno de los cónyuges con un
tercero, sino también cualquier otro hecho que implique una relación que no guarde los
límites de lo común o habitual con alguien ajeno al vínculo matrimonial, que dé cuenta de
una proximidad sentimental impropia al deber matrimonial de guardarse fe entre los
cónyuges" (C. Suprema, 29 de septiembre de 2016, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6728/2016, Rol Nº 22093-2016). 211. De la obligación de
guardarse fe y de las sanciones por su incumplimiento. La jurisprudencia ha
entendido que la facultad para impetrar la declaración de divorcio constituye una "sanción
indirecta" para el caso de incumplimiento de la obligación de guardarse fe: "El matrimonio
crea entre los cónyuges un conjunto de derechos y obligaciones, cuyo objeto, entre otros
de orden patrimonial, es la observancia de ciertas normas de conducta necesarias para la
realización práctica de los fines propios de la institución. Entre estos deberes se
encuentra el previsto en artículo 131 del Código Civil, que dispone: "los cónyuges están
obligados a guardarse fe", es decir, el de fidelidad. El divorcio es una vía indirecta para
sancionar la violación de la fe prometida, deber de fidelidad y, así el legislador entre las
causales por culpa, autoriza el divorcio por tal motivo, siempre que la conducta torne
intolerable la vida en común de los cónyuges" (C. Apelaciones de Santiago, 27 de febrero
de 2012, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/464/2012, Rol Nº 2498-2011). 212. De la
obligación de guardarse fe y la separación de hecho. Sobre esta cuestión sólo existe
una regla legal expresa, en relación con el específico incumplimiento consistente en el
adulterio, pues el inciso segundo del artículo 26 de la Ley Nº 19.947, prescribe que: "No
podrá invocarse el adulterio cuando exista previa separación de hecho consentida por
ambos cónyuges", es decir, en este supuesto los cónyuges pueden hacer cesar la
concreta obligación de no cometer adulterio por consentimiento mutuo cuando se separan
de hecho de común acuerdo, pero tal acuerdo no se extiende a otros ámbitos de la
general obligación de guardarse fe, sin que tampoco, los otros casos de separación de
hecho (v. gr. no consentida por ambos cónyuges) generen el efecto de "suspender" o
"extinguir" tal obligación, como ha pretendido, desprolija y no razonadamente, la Corte de
Apelaciones de Valparaíso: "La obligación de fidelidad, que aparece como una
consecuencia del ánimo de permanecer juntos y unidos en el proyecto que implica el vivir
y cohabitar cumpliendo las obligaciones recíprocas que el matrimonio impone, cesan
desde que opera la separación de hecho" (C. Apelaciones de Valparaíso, 20 de diciembre
de 2010, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/12135/2010, Rol Nº 740-2010). 213. Del
contenido y extensión de la obligación de socorro y ayuda mutua. En lo que toca a
esta obligación, se aprecian dos tendencias en la jurisprudencia, una que, en cierto modo
continúa una tendencia que se había iniciado con anterioridad a la entrada en vigor de la
Ley Nº 19.947, y que tiende a volver equivalentes la obligación de socorro y el derecho de
alimentos, y otra que la concibe con autonomía: 213.1. De la obligación de socorro
concebida en términos amplios: en esta dirección se ha declarado que: "[E]l artículo
131 del Código Civil, señala que "Los cónyuges están obligados a guardarse fe, a
socorrerse y ayudarse mutuamente en todas las circunstancias de la vida. El marido y la
mujer se deben respeto y protección recíprocos". El auxilio de que entre los cónyuges
trata la ley debe ser entonces incondicional y brindarse de inmediato e
ininterrumpidamente. Ello, porque "auxilio", en el matrimonio, no es ni más ni menos que
un deber sin solución de continuidad y que debe prestarse oportunamente. Sólo así
crecerán juntos marido y mujer —como sin duda así lo quisieron y acordaron al
matrimoniarse—; sólo así realizarán y desarrollarán ambos de modo pleno todos los
talentos y virtudes personales e individuales, sus satisfacciones y vida en general, es
decir en todos los ámbitos del ser humano. Porque "auxilio" es "socorro, ayuda, amparo",
y porque "abandonar" es, al contrario, "dejar, desamparar a una persona""
(C. Apelaciones de Santiago, 9 de noviembre de 2010, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9241/2010, Rol Nº 821-2010); 213.2. De la obligación de
socorro ligada al derecho de alimentos: en esta línea se ha entendido que: "La
obligación alimenticia constituye el deber de socorro entre cónyuges, esto es, la ayuda
recíproca que éstos se deban mutuamente, que se cumple permanentemente en la vida
común, casi imperceptiblemente y que adquiere toda su dimensión con la ruptura de la
convivencia" (C. Apelaciones de Santiago, 1 de septiembre de 2004, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2566/2004, Rol Nº 3279-2003, conf. C. Suprema, 21 de
septiembre de 2005, Legal Publishing: 32928, Rol Nº 5334-2004). 214. De la obligación
de socorro y de las sanciones para su incumplimiento. La jurisprudencia ha entendido
que una de las sanciones impuestas al cónyuge que incumple con su obligación de
socorro es la que se consagra en el inciso 3º del artículo 55 de la Ley de Matrimonio Civil,
es decir, vedarle la posibilidad de impetrar la declaración de divorcio unilateral,
fundándose en el cese de la convivencia por, al menos, tres años. Así se ha declarado,
respecto del citado inciso tercero que: "La finalidad de esta disposición al establecer la
posibilidad de que la acción de divorcio sea rechazada debido a la contumacia del
cónyuge demandante al cumplimiento de sus obligaciones alimenticias es la de hacer
efectivos en la materia los principios transversales a toda la legislación de Familia, como
el de protección al cónyuge más débil y el del interés superior de los hijos, castigando la
infracción del deber de socorro. Así, acreditado el referido incumplimiento de las
obligaciones alimenticias, sea con respecto a los hijos comunes o al propio cónyuge
demandado, deudor es sancionado con la mantención de la vigencia del vínculo
matrimonial, vedándole solicitar su disolución" (C. Suprema, 7 de junio de 2010, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/16793/2010, Rol Nº 2857-2010). Esta opinión se puede tener por
común y consolidada. La defendieron tempranamente diversos tribunales de alzada: la
I Corte de Apelaciones de Santiago: "La disposición del inciso tercero del artículo 55 de la
lma. 

Ley Nº 19.947, en cuanto permite al cónyuge demandado oponerse al divorcio que se


demande por la causal de cese de convivencia por más de tres años, alegando
incumplimiento en la obligación de socorro, está estableciendo una sanción al alimentante
negligente, que reiterada y constantemente incumple su obligación de dar alimentos, que
mantiene una conducta pertinaz de evadir dicha obligación" (C. Apelaciones de Santiago,
24 de diciembre de 2007, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6803/2007, Rol Nº 10411-
2006); y la I Corte de Apelaciones de Concepción: "[L]a finalidad de la disposición, cual
lma. 

es, sancionar la infracción a la obligación de socorro y el principio de protección al


cónyuge más débil, que debe siempre ser respetado en estas materias, conducen
necesariamente a concluir que corresponde igualmente desestimar la demanda sea que
el incumplimiento haya sido con el cónyuge o con los hijos comunes" (C. Apelaciones de
Concepción, 28 de diciembre de 2007, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6543/2007, Rol
Nº 1314-2007). Fue asumida, sin dificultad, por la E Corte Suprema, al confirmar el fallo
xcma. 

que queda citado de la Corte de Concepción (C. Suprema, 14 de abril de 2008,


LegalPublishing: Cl/ Jur/7342/2008, Rol Nº 1718-2008). En el año siguiente, ya con
consideración propia, expresaba que: "La finalidad de la disposición en comento al
establecer la posibilidad de que la acción de divorcio sea rechazada debido a la
contumacia del cónyuge demandante al cumplimiento de sus obligaciones alimenticias ha
sido materializar los principios transversales a toda la legislación de familia, como el de
protección al cónyuge más débil y el del interés superior de los hijos, castigando la
infracción del deber de socorro. Así, acreditado el referido incumplimiento de las
obligaciones alimenticias, sea con respecto los hijos comunes o al propio cónyuge
demandado, el cónyuge deudor es sancionado con la mantención de la vigencia
del vínculo matrimonial, no pudiendo solicitar su disolución" (C. Suprema, 29 de enero de
2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9942/2009, Rol Nº 6744-2008). Poco tiempo
después, precisaba que: "La finalidad de la disposición es sancionar, en definitiva, la
infracción a la obligación de socorro y el principio de protección al cónyuge más débil y de
los hijos" (C. Suprema, 6 de abril de 2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9570/2009,
Rol Nº 727-2009).

Artículo 132. El adulterio constituye una grave infracción al deber de


fidelidad que impone el matrimonio y da origen a las sanciones que la ley
prevé.

Cometen adulterio la mujer casada que yace con varón que no sea su
marido y el varón casado que yace con mujer que no sea su cónyuge. 189-190

Concordancias: Código Civil: artículos 131, 172. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 45.
Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 26 inciso 2º, 33, 54.

215. El adulterio no es la única causal de divorcio referida a la fidelidad


Jurisprudencia: 
que impone el matrimonio. Esta es una opinión que no es más que el lógico corolario
del entendimiento que, acertadamente, se ha dado a la obligación conyugal de guardarse
fe, como no estrechada en los angostos límites de la mera fidelidad sexual y de la
prohibición de mantener relaciones sexuales con persona distinta del cónyuge
(vide art. 131, Jurisprudencia, 139 y 140). Una vez en vigor la Ley Nº 19.947, se afirmó
tempranamente en la jurisprudencia de los tribunales ordinarios de justicia, y acabó por
ser asumida, igualmente, por la jurisprudencia constitucional. Así, el E Tribunal xcmo. 

Constitucional ha declarado que: "[D]ebe tenerse presente que el adulterio no es la única


transgresión grave al deber de fidelidad propio del matrimonio, y constitutivo por tanto de
la causal de divorcio por culpa establecida en el artículo 54, Nº 2, de la Ley de Matrimonio
Civil, sino que también lo son "otros hechos de infidelidad conyugal de gran significación
que importen un severo atentado al vínculo matrimonial" [...] (Sentencia de la Corte
Suprema de 14 de marzo de 2011, en "Gaceta Jurídica" 369, pág. 176, considerandos
séptimo y octavo)" (T. Constitucional, 10 de abril de 2014, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1326/2014, Rol Nº 2435-2013). Este considerando ha sido
reiterado por el mismo Tribunal en sentencia posterior (T. Constitucional, 30 de diciembre
de 2014, cons. 10º, Rol Nº 2681-14-Ina). Como se puede apreciar, la jurisprudencia
constitucional recibía la opinión de la E Corte Corte Suprema, consignada en un fallo de
xcma. 

2011, que en lo que toca a este punto señalaba que: "De las normas transcritas [arts. 131
y 132 del Código Civil] se infiere que el adulterio, en los términos definidos por el inciso
segundo del citado artículo 132, no es la única causal de divorcio referida a la fidelidad
matrimonial, como lo exigía la antigua Ley de Matrimonio Civil para el divorcio perpetuo en
su artículo 21" (C. Suprema, 14 de marzo de 2011, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9332/2011, Rol Nº 9529-2010). Esta opinión se había mantenido
desde muy temprano por diversos tribunales de alzada, entre ellos, por la I Corte de
lma.

Apelaciones de Arica que había declarado que: "[L]a infracción al deber de fidelidad no
sólo se traduce en que uno de los cónyuges cometa adulterio, puesto que éste no es sino
una forma en particular de infringir dicha obligación. Más bien, incurre en esta infracción y,
por ende, en esta causal de divorcio, el marido o mujer que realiza una conducta que
compromete la búsqueda del bien para ambos cónyuges, entendido este último concepto
en términos amplios, abarcador de todas las circunstancias de la vida conyugal, esto es
que se destruye la fe, confianza y lealtad debida manifestada ostensiblemente en el
quehacer personal del cónyuge infractor" (C. Apelaciones de Arica, 31 de agosto de
2006, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6769/2006, Rol Nº 300-2006). Esta sentencia fue
confirmada por la E  Corte Suprema y, al hacerlo, precisó que: "[E]l artículo 131 del
xcma.

Código Civil, del Título VI, Libro I, denominado "Obligaciones y Derechos entre cónyuges",
establece que "Los cónyuges están obligados a guardarse fe, a socorrerse y ayudarse
mudamente en todas las circunstancias de la vida. El marido y la mujer se deben respeto
y protección recíprocos". A su vez, el artículo 132 del mismo texto señala que el adulterio
constituye una grave infracción al deber de fidelidad que impone el matrimonio y da origen
a las sanciones que la ley prevé. De las normas transcritas se infiere que el adulterio, en
los términos definidos por el inciso segundo del citado artículo 132, no es la única causal
de divorcio referida a la fidelidad matrimonial, como lo exigía la antigua ley de Matrimonio
Civil para el divorcio perpetuo en su artículo 21. El numeral 2º del artículo 54 de la Ley
Nº 19.947 sanciona la grave y reiterada infracción al deber recíproco de guardarse fe, en
el que sin duda se comprende esa conducta, pero también otros hechos de infidelidad
conyugal de gran significación que importen un severo atentado al vínculo matrimonial"
(C. Suprema, 12 de marzo de 2007, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/4651/2007, Rol
Nº 5048-2006). Este considerando lo reproducía, literalmente, la misma Corte en un fallo
posterior (C. Suprema, 19 de enero de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5766/2009, Rol Nº 7843-2008), y es el antecedente del expuesto
en su ya citada sentencia de 2011, que es la asumida por el E  Tribunal Constitucional.
xcmo.

De la consolidación de esta opinión es buena prueba, el que es recibida por los tribunales
de alzada en sus más recientes sentencias. Así, la I  Corte de Apelaciones de San Miguel
lma.

ha declarado que: "[E]l adulterio, en los términos definidos por el inciso segundo del citado
artículo 132 del Código Civil no es la única causal de divorcio referida al deber de
fidelidad; el numeral segundo del artículo 54 de la Ley Nº 19.947 sanciona la grave y
reiterada infracción al deber recíproco de guardarse fe, en la que por cierto se comprende
esa conducta pero también otros hechos de infidelidad conyugal de gran significación que
importen un severo atentado al vínculo matrimonial. Con todo, probándose el adulterio, se
configura la causal" (C. Apelaciones de San Miguel, 15 de octubre de 2010, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8390/2010, Rol Nº 456-2010); y la I  Corte de Apelaciones de
lma.

Valdivia que: "Por lo demás, la infracción al deber de fidelidad no se restringe sólo al


adulterio, que constituye una forma de infringir dicha obligación, sino además, cuando se
destruye la fe, la confianza y lealtad manifestada ostensiblemente en el quehacer
personal del cónyuge infractor" (C. Apelaciones de Valdivia, 26 de junio de 2014, cons.
2º, LegalPublishing: Cl/Jur/3903/2014, Rol Nº 90-2013). 216. De la calificación legal de
la "gravedad" de la infracción en el caso de adulterio. La calificación de la "gravedad"
de la infracción a la obligación de fidelidad es relevante respecto de la procedencia del
divorcio por falta imputable a uno de los cónyuges, pues el número 2º del artículo 54 de la
Ley de Matrimonio Civil reconoce como causa para decretar el divorcio "la transgresión
grave y reiterada", entre otros, del deber de fidelidad. De ahí que, cuando se invoca la
transgresión grave de la obligación de fidelidad, sea preciso, además de la prueba de los
hechos en que consiste la transgresión, que ésta sea "grave". Con todo, si el hecho
invocado como constitutivo de la transgresión es el adulterio, basta con la prueba de éste,
porque en el inciso 1º de este artículo 132 del Código Civil es la propia ley la que atribuye
al adulterio el carácter de "grave" infracción al deber de fidelidad. En ese sentido se ha
pronunciado algún tribunal de alzada: "Que al actuar de esta manera, el demandado ha
infringido gravemente el deber de fidelidad que le impone el artículo 131 del Código Civil,
cometiendo adulterio en la forma señalada en el artículo 132 del mismo cuerpo legal, pues
parece evidente que yació con mujer que no era su cónyuge. Y el adulterio constituye,
según dicha disposición, una grave infracción al deber de fidelidad. El artículo 54 Nº 2º de
la Ley de Matrimonio Civil contempla, como causal de divorcio, la trasgresión grave y
reiterada del deber de fidelidad —entre otros deberes— y, ya está visto, es la propia ley,
en el artículo 132 del Código Civil, la que califica al adulterio como una grave infracción al
deber de fidelidad. Luego, el demandado, al cometer adulterio, ha trasgredido gravemente
el mencionado deber" (C. Apelaciones de Santiago, 7 de marzo de 2008, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1774/2008, Rol Nº 3294-2007). 217. El adulterio no constituye
"injuria atroz" y, por ende, no priva del derecho de alimentos. En cuanto que el
artículo 324 del Código Civilprescribe en su inciso 1º que, en el caso de injuria atroz,
cesará la obligación de alimentos, y precisa en su inciso 2º que sólo constituyen injuria
atroz las conductas descritas en el artículo 968, es decir, las que vuelven indigno de
suceder al difunto, y como entre estas no se menciona al adulterio, la jurisprudencia se ha
afirmado en la opinión que sostiene que el adulterio no constituye injuria atroz y, por lo
tanto, no priva del derecho de alimentos. Así lo declaraba en el año 2000 la I Corte de
lma.

Apelaciones de Concepción: "[C]abe señalar que la actora reconoció en la demanda que


debido a la conducta de su cónyuge buscó una vida afectiva fuera del matrimonio y es así
como tengo mi pareja a quien no puede exigirle que solucione mis gastos personales y los
del menor, pero aun atribuyéndole a esa declaración el mérito de una confesión judicial de
adulterio, este hecho no la priva del derecho de exigir alimentos de su marido. En efecto,
si bien antes de la dictación de la Ley Nº 19.585, publicada en el Diario Oficial de 26 de
octubre de 1998, para entrar a regir a contar del 27 de octubre de 1999, pudo discutirse si
el adulterio de la mujer era constitutivo de injuria atroz, dado que este concepto no había
sido definido por el legislador, la jurisprudencia judicial mayoritariamente había resuelto en
el sentido de que la obligación del marido de prestar alimentos a su mujer no cesaba por
el adulterio de ésta; pero a partir de la vigencia de dicha ley, que modificó diversos
artículos del Código Civil, el problema quedó zanjado legalmente pues estableció que sólo
constituían injuria atroz las conductas descritas en el art. 968 del Código Civil, entre las
que no se encuentra el adulterio de la mujer (art. 324 del Código Civil). 3) Que, por
consiguiente, produciendo la Ley Nº 19.585 efecto inmediato, lo que significa que el
derecho de alimentos queda en su ejercicio regido por las nuevas normas, que además
eliminaron la distinción entre alimentos congruos y necesarios, debe desecharse la
excepción opuesta por el demandado, pues la mujer adúltera tiene el derecho (y, según la
jurisprudencia, siempre lo tuvo) de exigir alimentos a su marido, y éste la obligación de
proporcionárselos, en la parte que sus medios de subsistencia no le alcancen para
subsistir modestamente de un modo correspondiente a su posición social, como lo
establecen los arts. 323 y 332 del Código Civil, en su actual redacción" (C. Apelaciones
de Concepción, 4 de agosto de 2000, cons. 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2027/2000,
Rol Nº 549-2000). En esta misma línea se situó la E  Corte Suprema: "1º) Que de
xcma.
acuerdo al actual artículo 324 del Código Civil, hoy se encuentra definida la injuria atroz,
reproduciendo, en virtud de la modificación de la Ley Nº 19.585 de 26 de octubre de 1998,
el concepto que tanto la jurisprudencia como la doctrina ya tenían establecido, en orden a
que ella se produce en los casos de indignidad para suceder, enumerados en el artículo
968 del Código Civil y, la causal que sería aplicable en este caso, está contemplada en el
Nº 2º de este último precepto, esto es, por haberse cometido atentado grave contra la
vida, el honor o los bienes de la persona, del alimentante. Pero como el precepto exige
que las circunstancias constitutivas de la causal estén acreditadas por sentencia
ejecutoriada, no puede prosperar la alegación de injuria atroz en esta causa, ya que si
bien esta modificación legal se ha producido en el curso del juicio, ella debe aplicársele al
tenor de lo dispuesto en el artículo 9º de la Ley Nº 19.585, que dispuso su entrada en
vigencia para un año después de la fecha de su publicación en el Diario Oficial, y de lo
preceptuado en el artículo 3º de la Ley sobre Efecto Retroactivo de las Leyes del año
1861, en cuya virtud los derechos y obligaciones anexos al estado civil se subordinarán a
la ley posterior, sea que ésta constituya nuevos derechos u obligaciones, sea que
modifique o derogue los antiguos. 2º) Que, además, la legislación anterior distinguía en el
artículo 324 del Código Civil entre alimentos congruos y necesarios y entre injuria grave y
atroz, haciendo esta última cesar enteramente la obligación de prestar alimentos, tal como
se dispone hoy día, pero en el caso de la injuria grave se rebajaban los alimentos
congruos a necesarios. Pero aun durante su vigencia, tanto la jurisprudencia como la
doctrina consideraban que entre cónyuges existían normas especiales y en tal evento el
artículo 322 del Código Civil determina que el Título XVIII, en el que está contenido el
artículo 324, invocado por el demandado, establece las reglas generales a que está sujeta
la prestación de alimentos sin perjuicio de las disposiciones especiales que contiene este
Código respecto a ciertas personas y, para el caso de los cónyuges, los artículos 174 a
177 del referido cuerpo legal fijan lo que ocurre en el caso de divorcio perpetuo, cuya
primera causal es justamente el adulterio de cualquiera de los cónyuges. Pues bien, aun
cuando el cónyuge haya dado causa al divorcio por su culpa, de acuerdo a los artículos
175 y 177, tendrá derecho para que el otro cónyuge lo provea de lo que necesite para su
modesta sustentación, teniendo en cuenta para arreglar la contribución la conducta que
haya observado el alimentario antes y después del divorcio, pero también el grado de
atenuación de esa culpabilidad por la conducta del cónyuge que solicitó el divorcio. En
consecuencia, si aun en el caso de haberse decretado el divorcio por adulterio, no se
pierde el derecho de alimentos para el cónyuge infractor, menos procederá aplicar el
artículo 324 del Código Civil si no hay injuria atroz por no haberse comprobado los hechos
que la constituyen por sentencia ejecutoriada" (C. Suprema, 9 de julio de 2001, cons. 1º y
2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1860/2001, Rol Nº 1185-2000).

Artículo 133. Ambos cónyuges tienen el derecho y el deber de vivir en el


hogar común, salvo que a alguno de ellos le asista razones graves para no
hacerlo.191

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 128, 240. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 45. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil, D.O.  17.05.2004: artículos 18 inciso 2º, 33, 54 inciso 2º
Nº  2.

218. De la noción de matrimonio y de la obligación de vivir en el hogar


Jurisprudencia: 
común. La jurisprudencia ha explicado la obligación y derecho de los cónyuges de vivir
en el hogar común en directa relación con la definición legal de matrimonio. En tal sentido
se ha señalado que: "La obligación recíproca de la cohabitación, por lo demás, resulta no
sólo del referido artículo 133, sino también del ya citado artículo 102, ambos del Código
Civil, norma esta última que expresa que una de las finalidades del matrimonio es el
procrear y el vivir juntos y esta última impone, entre otras cosas a la mujer, la obligación
de acompañar al marido adonde él crea oportuno fijar su residencia, salvo las
excepciones legales. En atención a la existencia de esta obligación, ni el marido ni la
mujer pueden sin justa causa alejarse de la casa conyugal" (C. Apelaciones de
Concepción, 18 de mayo de 2007, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/6926/2007, Rol
Nº 519-2007). 219. De la noción y contenido de la obligación de vivir en el hogar
común. Sobre este punto se ha declarado que: "En lo que respecta al deber u obligación,
que en doctrina es conocido como el de cohabitación, puede decirse que éste consiste,
como lo dice la propia palabra, en el habitar juntos en una misma casa y, por tanto, en la
convivencia, la cual implica también la misma mesa; y, según algunos autores, también la
satisfacción de las comunes necesidades sexuales (Calogero Gangi, Derecho
Matrimonial, Editorial Aguilar, Madrid, 3ª edición, página 206)" (C. de Apelaciones de
Concepción, 18 de mayo de 2007, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/6926/2007, Rol
Nº 519-2007). 220. De la obligación de vivir en el hogar común y de la justa causa
para no hacerlo. Se ha estimado que: "En atención a la existencia de esta obligación, ni
el marido ni la mujer pueden, sin justa causa, alejarse de la casa conyugal" (C. de
Apelaciones de Concepción, 18 de mayo de 2007, cons 8º, Cl/ Jur/6926/2007, Rol
Nº 519-2007). 221. El abandono del hogar común origina una separación de hecho.
Se ha advertido que: "Si el marido o la mujer hace abandono del hogar, debe entenderse
que con ello están poniendo fin al 'vivir juntos', a la convivencia habida entre ellos, lo cual
origina una separación de hecho, circunstancia que autoriza a cualquiera de ellos a
solicitar la separación judicial y el divorcio. En efecto, una de las causales del denominado
divorcio por culpa, es la contemplada en el Nº 2 del artículo 54 de la Ley de Matrimonio
Civil, al señalar que el divorcio podrá ser demandado por falta imputable al otro, lo que
ocurre por transgresión grave y reiterada de los deberes de convivencia, socorro y
fidelidad propios del matrimonio, agregando que el abandono continuo o reiterado del
hogar común, es una forma de transgresión grave de los deberes del
matrimonio" (C. Apelaciones de Concepción, 18 de mayo de 2007, cons.
9º, Cl/Jur/6926/2007, Rol Nº 519-2007). 222. De si el abandono del hogar común hace
cesar el derecho de alimentos entre cónyuges. Se advierte en este punto el
mantenimiento de las dos opiniones tradicionales, a saber: 222.1. Opinión que entiende
que el cónyuge que abandona voluntariamente el hogar común carece del derecho
a demandar alimentos: y así se ha sostenido que: "Acorde con las normas que regulan
las normas relativas a los alimentos a que ha hecho referencia la señora juez a quo se
encuentra la disposición del artículo 133 del Código Civil, que se encuentra entre aquellas
que reglan los deberes y obligaciones entre los cónyuges, estatuyendo que ambos tienen
el derecho y el deber de vivir en el hogar común, salvo que a alguno de ellos le asista
razones graves para no hacerlo y la del artículo 134 del texto mencionado que dispone
que tanto el marido cuanto la mujer deben proveer a las necesidades de la familia común,
atendiendo a sus facultades económicas y al régimen de bienes que entre ellos medie,
correspondiendo al juez regular la contribución, si es necesario [...] Que con la prueba que
se ha rendido en la causa, en especial, el documento de fs. 83 y siguientes, el
Memorándum de fs. 92 de la Armada de Chile, la declaración prestada por los testigos
[...], a fs. 120 y siguientes, la confesión prestada en juicio por la actora a fs. 138 al tenor
del pliego de fs. 137, esta Corte ha llegado a la convicción que la demandante hizo
abandono en forma voluntaria del hogar común, puesto que no ha mediado acción u
omisión por parte del demandado que la hubiera impelido a hacerlo. En efecto, no se ha
justificado que haya ejercido, por ejemplo, actos constitutivos de violencia intrafamiliar,
que hayan puesto en peligro su integridad física o psíquica, o falta grave a los deberes de
socorro, ayuda mutua o fidelidad que hubieren sido los motivos principales por los cuales
ella decidió hacer abandono del hogar común [...] en razón que las obligaciones que
contraen marido y mujer son mutuas y recíprocas este Tribunal estima que no tiene
derecho a exigir del demandado que se los proporcione puesto que la conducta que
desplegó, lo exime de la obligación de suministrarle aquéllos. Por lo demás, no se
encuentra acreditado que esté en un estado de necesidad tal, económica o de salud, que
amerite regulación de alimentos a su favor, teniendo aún edad para desempeñarse en la
vida laboral" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 2 de septiembre de 2007, cons. 1º y 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5384/2007, Rol Nº 1692-2007); 222.2. Opinión que entiende
que el cónyuge que abandona voluntariamente el hogar común conserva el derecho
a demandar alimentos: en este sentido se ha dicho que: "El hecho de que la mujer
abandone voluntariamente el hogar común, tampoco le priva del derecho de alimentos, ya
que de conformidad con el principio general contenido en el art. 321 del Código Civil, se
concede el derecho de alimentos a las personas designadas en dicha disposición, entre
ellos el cónyuge, salvo que una ley expresa se los niegue, y como la ley en el caso de la
mujer que se encuentra en esa situación nada dispuso, forzoso es concluir que conserva
incólume su derecho" (C. de Apelaciones de Concepción, 4 de agosto de 2000, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2027/2000, Rol Nº 549-2000).

Artículo 134. El marido y la mujer deben proveer a las necesidades de la


familia común, atendiendo a sus facultades económicas y al régimen de bienes
que entre ellos medie.

El juez, si fuere necesario, reglará la contribución. 192

Concordancias: Código Civil: artículos 137 inciso 2º, 150 inciso 6º, y 160. Ley Nº  19.947, de
Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículo 18 inciso 2º.  Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O.  21.04.2015: artículo 14.

223. De la obligación de proveer a las necesidades de la familia común y


Jurisprudencia: 
bien familiar. Se ha declarado: "Que el artículo 141 del Código Civil incorporado por la
Ley Nº 19.335, dice a la letra "el inmueble de propiedad de ambos cónyuges o de alguno
de ellos, que sirva de residencia principal de la familia, y los muebles que guarnecen el
hogar, podrán ser declarados bienes familiares y se regirán, entonces, por las normas de
este párrafo, cualquiera que sea el régimen de bienes del matrimonio". Este artículo está
incluido en el título VI del Libro I del Código Civil titulado Obligaciones y Derechos entre
los Cónyuges. En el título I, De las Reglas Generales se establece la norma de que el
marido y la mujer deben proveer a las necesidades de la familia común. De esta forma
entiende esta Corte que la institución del bien familiar tiene un carácter alimenticio
especialmente de protección de la familia frente a los terceros acreedores, más que a las
relaciones entre los cónyuges, que están reguladas en otras disposiciones. Ello queda de
manifiesto al analizar el contexto de estos preceptos en los que, como en el caso del
artículo 142, se permite gravar y enajenar los bienes familiares concurriendo la voluntad
de ambos cónyuges y el artículo 145 que permite a los mismos cónyuges desafectar el
bien familiar" (C. Apelaciones de Santiago, 10 de octubre de 2001, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1281/2001, Rol Nº 7818-1999). 224. Del abandono del hogar
común y del derecho de alimentos entre cónyuges: Vide artículo 133 Jurisprudencia
número 222.
Artículo 135. Por el hecho del matrimonio se contrae sociedad de bienes
entre los cónyuges, y toma el marido la administración de los de la mujer,
según las reglas que se expondrán en el título De la sociedad conyugal.

Los que se hayan casado en país extranjero se mirarán en Chile como


separados de bienes, a menos que inscriban su matrimonio en el Registro de la
Primera Sección de la Comuna de Santiago, y pacten en ese acto sociedad
conyugal o régimen de participación en los gananciales, dejándose constancia
de ello en dicha inscripción.193

Concordancias: Código Civil: artículos 15, 503, 1718, 1723, 1749, 1792-1 y 1753. Código de Derecho
Internacional Privado: artículo 43. Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil,D.O.  10.02.1930, texto refundido
fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 4º número 3.  Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión
civil, D.O. 21.04.2015: artículo 13. Decreto Nº  789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer,D.O.  9.12.1989, artículo 16.1.

225. Del concepto de sociedad conyugal. La E Corte Suprema ha declarado


Jurisprudencia:  xcma. 

que: "[E]n nuestro derecho puede definirse la sociedad conyugal como la sociedad de
bienes que se forma entre los cónyuges por el hecho del matrimonio. Y su característica
esencial es la existencia de un patrimonio o masa común destinada a subvenir las
necesidades que el matrimonio engendra. La sociedad conyugal se forma así de pleno
derecho, sin necesidad de declaración alguna de los cónyuges y por el solo hecho del
matrimonio celebrado en Chile y constituye el régimen legal de los cónyuges que contraen
matrimonio sin capitulaciones matrimoniales o con ellas, pero sin pactar otro régimen
patrimonial para el matrimonio. Su declaración está fijada por la ley, principiando
necesariamente al tiempo de celebrarse el matrimonio, en el momento preciso en que
éste se contrae" (C. Suprema, 12 de mayo de 2005, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1978/2005, Rol Nº 5414-2003). En el mismo sentido se ha
reiterado que la sociedad conyugal: "[P]uede definirse como la sociedad de bienes que se
forma entre los cónyuges por el hecho del matrimonio y su característica esencial es la
existencia de un patrimonio o masa común destinada a subvenir las necesidades que el
matrimonio engendra" (C. Suprema, 10 de diciembre de 2014, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9412/2014, Rol Nº 4146-2014). 226. Del campo operativo del
inciso 2º. Se ha precisado que: "La legislación nacional impone a los contrayentes como
régimen legal, el de la sociedad conyugal, de lo que se infiere que el señalado inciso
segundo no tiene aplicación entre cónyuges chilenos, quienes por aplicación del artículo
15 del Código del ramo, no pueden quedar en una situación diversa a la que hubiesen
tenido de casarse en Chile, pues la interpretación contraria llevaría al absurdo de aceptar
que los nacionales pueden incurrir en fraude a la ley por el solo hecho de contraer nupcias
en el extranjero" (C. Suprema, 31 de marzo de 2008, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7327/2008, Rol Nº 16-2008).

Artículo 136. Los cónyuges serán obligados a suministrarse los auxilios que


necesiten para sus acciones o defensas judiciales. El marido deberá, además,
si está casado en sociedad conyugal, proveer a la mujer de las expensas para
la litis que ésta siga en su contra, si no tiene los bienes a que se refieren los
artículos 150, 166 y 167, o ellos fueren insuficientes. 194

Concordancias: Código Civil: artículos 150, 166, 167, 266. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 44.
227. De las dos obligaciones que consagra esta disposición. La E Corte
Jurisprudencia:  xcma. 

Suprema ha precisado que en este artículo se consagran dos obligaciones diversas, a


saber: a) la prescrita en su primer período, que corresponde a los auxilios en general para
las defensas judiciales y; b) la consagrada en su segundo período, que sólo toca a la
expensas para la litis. En tal sentido se ha declarado: "El artículo contiene dos partes
separadas por punto seguido (.). La primera parte trata de los auxilios en general que
deben proporcionarse marido y mujer para sus acciones o defensas judiciales. La voz
auxilio se emplea como sinónimo de ayuda, socorro, amparo y no comprende las
expensas para la litis, tratadas en la segunda parte de la disposición, en que se las
distingue de los auxilios con el empleo de la palabra además que contiene la frase cuando
expresa que el marido deberá, además, proveer a su mujer de expensas para la litis, si
está casado en sociedad conyugal. El adverbio además se emplea en la oración con el
significado de a más de esto o aquello, quedando así esclarecido que la primera parte de
la referida disposición no comprende a la litis expensas. Aceptar lo contrario, importaría
admitir que la referida segunda parte del artículo 136 no tendría razón de ser y no
justificaría su existencia, por estar comprendida en su primera parte" (C. Suprema, 2 de
diciembre de 1998, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2037/1998, Rol Nº 1700-
1998). 228. Del significado de la voz 'auxilio'. En la sentencia que queda transcrita en el
número anterior, la E Corte Suprema asumió que: "La voz auxilio se emplea como
xcma. 

sinónimo de ayuda, socorro, amparo y no comprende las expensas para la litis, tratadas
en la segunda parte de la disposición, en que se las distingue de los auxilios con el
empleo de la palabra además que contiene la frase cuando expresa que el marido deberá,
además, proveer a su mujer de expensas para la litis, si está casado en sociedad
conyugal" (C. Suprema, 2 de diciembre de 1998, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2037/1998, Rol Nº 1700-1998). 229. De la noción de
"expensas para la litis". Se ha precisado sobre ellas: "Que las expensas para la litis
implican los gastos en que debe incurrir el cónyuge casado en sociedad conyugal
respecto de su cónyuge en los casos que ella actúe judicialmente en contra de él, o bien
en los que debe incurrir cualquiera de los cónyuges que se encuentran casados bajo otro
régimen conyugal, en la misma hipótesis" (J. Familia, Valparaíso, 13 de abril de 2007,
cons. 24º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6542/2007, Rol Nº 1355-2007, conf. C. Apelaciones
de Valparaíso, 15 de enero de 2008, y por C. Suprema, 14 de abril de 2008,
LegalPublishing: Cl/Jur/7340/2008, Rol Nº 1097-2008). 230. De las condiciones para la
procedencia de las expensas para la litis. Si se acredita que los cónyuges están
casados en sociedad conyugal, y la no existencia de los bienes referidos 150, 166 y 167,
como tampoco una posición socioeconómica de la que pueda deducirse inequívocamente
la solvencia necesaria de la mujer para llevar la carga judicial que representa los
honorarios de un abogado, procede la obligación del marido de proveerla de expensas
para la litis (C. Apelaciones de Antofagasta, 25 de septiembre de 2007, cons. 2º,
conf. C. Suprema, 3 de enero de 2008, LegalPublishing: Cl/ Jur/7225/2008, Rol Nº 6361-
2007). 231. De la improcedencia de expensas para la litis en régimen de separación
de bienes. La E Corte Suprema ha advertido que: "[S]i los cónyuges están casados en
xcma. 

régimen de separación de bienes, como ocurre en el presente caso, no pesa sobre el


marido obligación de proporcionar expensas para la litis en los litigios que se deduzcan
entre sí, como lo resuelve acertadamente la sentencia recurrida, lo que es lógico si se
considera que cada cónyuge en este régimen, tiene su propio patrimonio" (C. Suprema, 2
de diciembre de 1998, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2037/1998, Rol Nº 1700-
1998). 232. De las expensas para la litis y el patrimonio reservado de la mujer
casada. Se ha declarado que si la mujer ejerce una profesión o industria separada de su
marido, en los términos prescritos en el artículo 150 del Código Civil, para que el marido
se encuentre obligado a proveerla de expensas para la litis es menester que ella acredite,
al tenor de la exigencia de este artículo 136, que los bienes que obtiene del ejercicio de su
profesión u oficio son insuficientes (C. Apelaciones de Valdivia, 5 de marzo de 2008,
cons. 2º a 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5747/2008, Rol Nº 995-2007). 233. De la
improcedencia del apremio consistente en orden de arresto por el no pago de
expensas para la litis. En este sentido la E Corte Suprema, por vía de recurso de
xcma. 

amparo, ha declarado: "Que la resolución que se pretende cumplir mediante el arresto


constituye una obligación de dar, que no se encuentra sujeta al imperio del artículo 238
del Código de Procedimiento Civil sino que a las que le preceden, las que no contemplan
el referido apremio, de modo que su cumplimiento queda sujeto a las reglas civiles
generales" (C. Suprema, 2 de abril de 2008, LegalPublishing: Cl/ Jur/7331/2008, Rol
Nº 1680-2008).

Artículo 137. Los actos y contratos de la mujer casada en sociedad


conyugal, sólo la obligan en los bienes que administre en conformidad a los
artículos 150, 166 y 167.

Con todo, las compras que haga al fiado de objetos muebles naturalmente
destinados al consumo ordinario de la familia, obligan al marido en sus bienes
y en los de la sociedad conyugal; y obligan además los bienes propios de la
mujer, hasta concurrencia del beneficio particular que ella reportare del acto,
comprendiendo en este beneficio el de la familia común en la parte en que de
derecho haya ella debido proveer a las necesidades de ésta. 195

Concordancias: Código Civil: artículos 134, 150, 166, 167 y 260 inciso 2º.

Artículo 138. (145). Si por impedimento de larga o indefinida duración, como


el de interdicción, el de prolongada ausencia, o desaparecimiento, se suspende
la administración del marido, se observará lo dispuesto en el párrafo 4º del
título De la sociedad conyugal.

Si el impedimento no fuere de larga o indefinida duración, la mujer podrá


actuar respecto de los bienes del marido, de los de la sociedad conyugal y de
los suyos que administre el marido, con autorización del juez, con conocimiento
de causa, cuando de la demora se siguiere perjuicio.

La mujer, en el caso a que se refiere el inciso anterior, obliga al marido en


sus bienes y en los sociales de la misma manera que si el acto fuera del
marido; y obliga además sus bienes propios, hasta concurrencia del beneficio
particular que reportare del acto. 196-197

Concordancias: Código Civil: artículos 1758 y siguientes. Ley Nº  14.908, sobre Abandono de Familia y
Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 19 inciso 1º, número 2.

Artículo 138 bis. Si el marido se negare injustificadamente a ejecutar un


acto o celebrar un contrato respecto de un bien propio de la mujer, el juez
podrá autorizarla para actuar por sí misma, previa audiencia a la que será
citado el marido.198

En tal caso, la mujer sólo obligará sus bienes propios y los activos de sus
patrimonios reservados o especiales de los artículos 150, 166 y 167, mas no
obligará al haber social ni a los bienes propios del marido, sino hasta la
concurrencia del beneficio que la sociedad o el marido hubieren reportado del
acto.

Lo mismo se aplicará para nombrar partidor, provocar la partición y para


concurrir en ella en los casos en que la mujer tenga parte en la herencia. 199

Concordancias: Código Civil: artículos 150, 166 y 167. Ley Nº  14.908, sobre Abandono de Familia y
Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 19 inciso 1º, número 2.

Artículo 139. (148). El marido menor de edad necesita de curador para la


administración de la sociedad conyugal. 200-201

Concordancias: Código Civil: artículos 163, 338, 349.

Artículo 140. (149). Las reglas de los artículos precedentes sufren


excepciones o modificaciones por las causas siguientes:

1ª. La existencia de bienes familiares.

2ª. El ejercitar la mujer una profesión, industria, empleo u oficio.

3ª. La separación de bienes.

4ª. La separación judicial de los cónyuges.202

5ª. El régimen de participación en los gananciales.

De las cuatro primeras tratan los párrafos siguientes; de la última el Título


XXII-A, del Libro Cuarto. 203-204

Concordancias: Código Civil: artículos 141 a 149, 150, 152 a 167, 172 a 178, 1792-1 a 1792-27.
Ley Nº 19.947,  D.O.  17 de mayo de 2004, de Matrimonio Civil: artículos 26 a 41.

2. De los bienes familiares205


Artículo 141. El inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges que
sirva de residencia principal de la familia, y los muebles que la guarnecen,
podrán ser declarados bienes familiares y se regirán por las normas de este
párrafo, cualquiera sea el régimen de bienes del matrimonio.

El juez citará a los interesados a la audiencia preparatoria. Si no se dedujese


oposición, el juez resolverá en la misma audiencia. En caso contrario, o si el
juez considerase que faltan antecedentes para resolver, citará a la audiencia
de juicio.206

Con todo, la sola interposición de la demanda transformará provisoriamente


en familiar el bien de que se trate. En su primera resolución el juez dispondrá
que se anote al margen de la inscripción respectiva la precedente
circunstancia. El Conservador practicará la subinscripción con el solo mérito del
decreto que, de oficio, le notificará el tribunal. 207

Para los efectos previstos en este artículo, los cónyuges gozarán de


privilegio de pobreza.

El cónyuge que actuare fraudulentamente para obtener la declaración a que


refiere este artículo, deberá indemnizar los perjuicios causados, sin perjuicio de
la sanción penal que pudiere corresponder.

Concordancias: Código Civil: artículos 145 inciso 2º, 566 a 574. Código Orgánico de Tribunales:
artículo 10 inciso 1º. Código de Procedimiento Civil: artículos 129 a 137. Ley Nº  19.968, crea Tribunales
de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 14 letra b). Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión
civil, D.O.  21.04.2015: artículo 15 inciso final.

234. Del carácter de orden público de las reglas tocantes a los bienes


Jurisprudencia: 
familiares. La E Corte Suprema ha asumido esta opinión cuando ha declarado que una
xcma. 

de las características de los bienes familiares está dada porque: "[L]as normas que los
regulan son de orden público" (C. Suprema, 3 de septiembre de 2012, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1962/2012, Rol Nº 3322-2012; C. Suprema, 29 de enero de 2013,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/199/2013, Rol Nº 7626-2012). En relación con esta
característica ha agregado que: "Este tipo de normas al estar establecidas en beneficio de
la familia son de orden público y se sustraen al principio de voluntad entre las partes,
siendo irrenunciables y su fundamento en último término es garantizar una vivienda
estable para el grupo familiar" (C. Suprema, 29 de enero de 2013, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/199/2013, Rol Nº 7626-2012). De este carácter de sus normas, la
jurisprudencia ha extraído el corolario de la imposibilidad de su aplicación a situaciones no
previstas expresamente en la ley: "Que si bien la institución de los bienes familiares, cuya
regulación fue incorporada por la Ley Nº 19.335, tiene por finalidad amparar el hogar de la
familia, principalmente en caso de conflictos dentro de ella, no es posible aplicarla a
situaciones no previstas por la ley, sobre todo si se atiende al carácter de orden público
que tienen sus normas" (C. Suprema, 16 de marzo de 2012, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/637/2012, Rol Nº 10182-2011). 235. De la naturaleza imperativa
de la regla del inciso 1º. La jurisprudencia se ha uniformado en torno a la opinión que
estima que es esta una norma de carácter imperativo, no obstante el uso del vocablo
'podrán'. Así se ha declarado: "Que el inciso 1º del artículo 141 del Código Civil es una
norma de carácter imperativo, no obstante el uso del vocablo podrán, el cual indica que
frente a los supuestos allí indicados, el cónyuge que lo estime necesario tendrá la
posibilidad de optar entre solicitar o no solicitar la declaración de bien familiar, es decir no
está obligado a pedirlo; pero requerido que sea el juez y dados los dos supuestos
exigidos, la declaración entonces se torna perentoria" (C. de Apelaciones de Santiago, 16
de octubre de 2008, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/7720/2008, Rol Nº 10145-2005).
Este considerando ha sido reiterado, literalmente, en otros fallos del mismo tribunal de
alzada (C. de Apelaciones de Santiago, 5 de octubre de 2011, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8050/2011, Rol Nº 418-2011). 236. Del fundamento de la
institución del bien familiar. La jurisprudencia ha destacado los siguientes fundamentos
de esta institución: 236.1. La obligación de proveer a las cargas de familia y la
protección de la vivienda familiar: en este sentido se ha dicho que: "El fundamento de
la institución en estudio se encuentra en lo que se ha denominado "régimen matrimonial
primario", es decir, el conjunto de normas imperativas de carácter patrimonial que buscan
la protección de la familia y que, por lo tanto, se impone a los cónyuges, en razón del
deber general de éstos de satisfacer las necesidades de la familia, lo que la doctrina
española denomina "levantamiento de cargas del matrimonio", como la mantención de la
familia, su alimentación y educación de los hijos, a las que se subordina el patrimonio de
los cónyuges, quienes pueden ser privados del dominio o limitados en su derecho con el
fin de asegurar la satisfacción de las obligaciones que les impone la ley" (C. Suprema, 3
de septiembre de 2012, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/1962/2012, Rol Nº 3322-2012).
Este considerando lo ha reiterado la E Corte Suprema en sentencias posteriores
xcma. 

(C. Suprema, 29 de enero de 2013, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/199/2013, Rol


Nº 7626-2012; C. Suprema, 25 de febrero de 2013, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/418/2013, Rol Nº 9352-2012). En la misma línea se había
considerado: "Que, se ha dicho que la fundamentación del estatuto de los bienes
familiares, residiría en el deber de los cónyuges de subvenir a las necesidades de la
familia. Los bienes son calificados de familiares porque la ley les reconoce una función
esencial en la vida cotidiana de la familia y por ello los somete a una protección
especial" (C. de Apelaciones de Concepción, 25 de junio de 2009, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9943/2009, Rol Nº 192-2009). Ha de advertirse que esa
misma fundamentanción subyace en la regla del inciso final del artículo 15 de la Ley
Nº 20.830, que crea el acuerdo de unión civil, y que hizo aplicable a los convivientes
civiles "lo dispuesto en los artículos 141 a 149 del Código Civil"; 236.2. La protección de
la familia como imperativo constitucional: en esta orientación se ha sostenido que:
"[C]abe agregar, tal como lo considera también el profesor Corral Talciani en su obra
citada (página 53), que el sustento de los bienes familiares también está dado por la
protección pública que se da a la familia matrimonial, de rango constitucional y que
explica la afectación de terceros, como son los acreedores" (C. Suprema, 3 de
septiembre de 2012, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/1962/2012. Rol Nº 3322-2012).
Este considerando ha sido reiterado, literalmente, en sentencias posteriores de la
E Corte
xcma. 
Suprema (C. Suprema, 29 de enero de 2013, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/199/2013, Rol Nº 7626-2012; C. Suprema, 25 de febrero de
2013, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/418/2013, Rol Nº 9352-2012). 237. De las
finalidades de la institución. La jurisprudencia ha destacado las siguientes finalidades
de la institución del bien familiar: 237.1. La protección de la familia y de su interés: en
una sentencia del Juzgado de Letras de Río Negro del año 2000, se hacía presente que
los bienes familiares estaban directamente ligados a una finalidad protectora de la familia
y su interés, en cuanto que tal, y no desde una perspectiva patrimonial: "Que de las
normas que rigen la figura de autos aparece que el propósito pretendido fue la protección
o interés de la familia, en su calidad de tal y no en su aspecto patrimonial. Esta
apreciación se desprende del hecho de que las disposiciones del párrafo en que se
ubican tienen el carácter de orden público y no privado, puesto que el artículo 149
sanciona con nulidad cualquier estipulación que contravenga sus disposiciones" (J.
Letras, Río Negro, 31 de octubre de 2000, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/2558/2000,
Rol Nº 17712). Esta sentencia fue confirmada en apelación (C. Apelaciones de Valdivia,
30 de enero de 2001, LegalPublishing: Cl/Jur/2949/2001, Rol Nº 11470-2000), y quedó
firme al rechazarse el recurso de casación que se había interpuesto en su contra
(C. Suprema, 25 de julio de 2001, LegalPublishing: Cl/Jur/2948/2001, Rol Nº 1337-2001).
Esta opinión fue asumida con posterioridad en varios fallos de diversos tribunales de
alzada: "La institución tiene por finalidad principal amparar el hogar familiar, o sea, la
protección o interés de la familia, en su calidad de tal y no en su aspecto patrimonial"
(C. Apelaciones de Concepción, 31 de marzo de 2008, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1934/2008, Rol Nº 1359-2002); "Que la jurisprudencia ha
sostenido que el propósito pretendido fue la protección o interés de la familia, en su
calidad de tal y no en su aspecto patrimonial, ello atendido la norma aludida en el
considerando primero se ubica en el párrafo que sanciona con nulidad cualquier
estipulación que contravenga sus disposición de manera que son de orden público y no
privado" (C. Apelaciones de Valparaíso, 13 de enero de 2009, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5717/2009, Rol Nº 2539-2008). Esta protección de la familia y de
su interés se concreta y caracteriza, según la jurisprudencia, por lo siguiente: 237.1.1. La
finalidad de asegurar a la familia la disposición de una vivienda en la que pueda
desarrollar su vida con normalidad: así se ha declarado que: "El sentido y finalidad que
la institución de los bienes familiares representa, en el contexto que si bien ella está
prevista para los casos en que existe matrimonio entre los involucrados, lo cierto es que
con ella se intenta asegurar a la familia mediante la subsistencia en su poder de bienes
indispensables para su desarrollo y existencia, con prescindencia del derecho de dominio
que sobre los mismos tenga uno de los cónyuges. En efecto, este instituto pretende
asegurar a la familia un hogar físico estable donde sus integrantes puedan desarrollar la
vida con normalidad, ejerciendo los roles y funciones que les correspondan, aun después
de disuelto el matrimonio, a fin de evitar el desarraigo de la que ha sido la residencia
principal de ésta" (C. Suprema, 15 de abril de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009). Ello es así, porque: "En efecto, el
objeto de los bienes familiares se centra en dar protección a la familia en la disposición de
bienes materiales para su propio desarrollo, en cualesquiera de los regímenes
patrimoniales que están consagrados en la ley; amparar al cónyuge no propietario de la
vivienda familiar y resguardar el interés de los hijos comunes y del cónyuge al que le
corresponde el cuidado de éstos, en los casos de rupturas conyugales, como separación
de hecho, divorcio y nulidad" (C. Suprema, 15 de abril de 2009, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009). 237.1.2. Esta protección se
manifiesta, precisamente, en situaciones de conflicto que pueden suponer la
ruptura de la vida en común: este carácter de la finalidad protectora de la declaración de
bien familiar fue declarado por la E Corte Suprema en el considerando de una sentencia
xcma. 

suya de 2006, que luego fue reiterado en innumerables casos posteriores. En aquella
sentencia el tribunal sostuvo que: "[L]a institución de los bienes familiares, incorporada a
nuestra legislación por la Ley Nº 19.335, tiene por finalidad principal amparar el hogar de
la familia, principalmente en caso de conflictos dentro de ella, protegiendo al cónyuge no
propietario al limitar las facultades del que es dueño del respectivo bien raíz"
(C. Suprema, 21 de agosto de 2006, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5522/2006, Rol
Nº 5022-2004). Sin variación alguna fue reproducido en una sentencia del año siguiente
(C. Suprema, 6 de diciembre de 2007, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/2865/2007, Rol
Nº 6394-2007), y en muchas otras solamente en su primer período: "[L]a institución de los
bienes familiares, incorporada a la legislación nacional por la Ley Nº 19.335, tiene por
finalidad principal amparar el hogar de la familia, principalmente en caso de conflictos
dentro de ella" (C. Suprema, 31 de mayo de 2007, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3361/2007, Rol Nº 1245-2007; C. Suprema, 4 de mayo de 2009,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6318/2009, Rol Nº 1968-2009; C. Suprema, 14 de
septiembre de 2009, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1219/2009, Rol Nº 4608-
2009; C. Suprema, 21 de septiembre de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9501/2009, Rol Nº 5275-2009). Este mismo texto se ha
mantenido, como fundamento para explicar la protección dispensada a la familia desde la
perspectiva de la disposición de bienes materiales para su propio desarrollo: "[L]a
institución de los bienes familiares, incorporada a nuestra legislación por la Ley Nº 19.335,
tiene por finalidad principal amparar el hogar de la familia, principalmente en caso de
conflictos dentro de ella. Así, el objeto de los bienes familiares se centra en dar protección
a la familia en la disposición de bienes materiales para su propio desarrollo, en
cualesquiera de los regímenes patrimoniales que están consagrados en la ley; amparar al
cónyuge no propietario de la vivienda familiar y resguardar el interés de los hijos comunes
y del cónyuge al que le corresponde el cuidado de éstos, en los casos de rupturas
conyugales, como separación de hecho, divorcio y nulidad" (C. Suprema, 12 de
septiembre de 2011, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/9367/2011, Rol Nº 4316-
2011; C. Suprema, 13 de enero de 2014, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/75/2014, Rol
Nº 4663-2013). Igualmente, se lo ha conservado como base de la idea de dar protección
a la familia, en cuanto a la seguridad de brindarle un hogar físico: "[C]omo ha reconocido
la doctrina y jurisprudencia nacional, la institución de los bienes familiares, incorporada en
nuestro ordenamiento por la Ley Nº 19.335, tiene por objeto proteger el núcleo familiar,
por la vía de asegurarle la mantención del hogar físico, ante conflictos o desavenencias
que pudieran poner fin a la vida en común entre los cónyuges. Se ha dicho, por lo mismo,
que es una "garantía para el cónyuge que tenga el cuidado de los hijos, en casos de
separación de hecho o de disolución del matrimonio" (Ramos, René, Derecho de
Familia, Editorial Jurídica, año 2007, página 350, citando al profesor Enrique Barros)"
(C. Suprema, 31 de marzo de 2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/686/2014, Rol
Nº 9439-2013; C. Suprema, 9 de febrero de 2015, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/688/2015, Rol Nº 22340-2014). Esta opinión, que se reitera cada
vez con mayor frecuencia, la mantiene la E Corte Suprema, con expresa advertencia de
xcma. 

que la institución de los bienes familiares se dirige a la protección de la familia y no al


matrimonio: "[L]a razón que sirve de fundamento a la posibilidad de afectar bienes con el
carácter de familiares, no es la existencia del matrimonio per se, sino la posibilidad de
surgimiento de conflictos que ocasionen su ruptura, de manera que se trata de una
institución que busca amparar la estabilidad de la vivienda de la familia en crisis, que si
bien puede funcionar como herramienta preventiva, tiene por objeto tutelar de modo
efectivo a aquellos miembros de la familia, que desde un punto de vista patrimonial, en
relación a la habitación, queden en peor situación como consecuencia del quiebre
matrimonial" (C. Suprema, 24 de septiembre de 2018, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5160/2018, Rol Nº 129-2018). 237.1.3. La protección de la
familia se mantiene aún después de terminado el matrimonio: así se ha pronunciado
la E Corte Suprema: "Cabe considerar que del tenor de lo dispuesto por los artículos 141
xcma. 

y 146 del Código Civil, resulta evidente que la principal beneficiaria de la institución en
comento es la familia; desde esta perspectiva, no puede desconocerse el hecho que si
bien ella ha podido tener su origen en el matrimonio de las partes, como ha ocurrido en la
especie, lo cierto es que la misma subsiste más allá de la disolución de la relación
conyugal, permaneciendo vigente en relación a los hijos, a quienes en este caso la ley
busca asegurar su protección mediante la consagración de la institución en comento, con
la extensión de sus efectos más allá del término del matrimonio, si se dan los
presupuestos legales que justifican tal proceder" (C. Suprema, 15 de abril de 2009, cons.
9º, LegalPublishing: Cl/Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009). Este considerando se ha
recibido literalmente en sentencias posteriores del mismo tribunal (C. Suprema, 12 de
septiembre de 2011, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/9367/2011, Rol Nº 4316-
2011; C. Suprema, 13 de enero de 2014, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/75/2014, Rol
Nº 4663-2013). En igual sentido se ha advertido por la E  Corte Suprema: "Que tal
xcma.

interpretación guarda, por lo demás, debida armonía con el sentido y finalidad que la
institución de los bienes familiares representa, en el contexto que si bien ella está prevista
para los casos en que exista matrimonio entre los involucrados, lo cierto es que con ella
se intenta asegurar a la familia mediante la subsistencia en su poder de bienes
indispensables para su desarrollo y existencia, pretendiendo asegurar a la familia un
hogar físico estable donde sus integrantes puedan desarrollar la vida con normalidad,
ejerciendo los roles y funciones que les correspondan, aun después de disuelto el
matrimonio, con el fin de evitar el desarraigo de la que ha sido la residencia principal de
ésta. Tal presupuesto, que ha sido objeto principal por parte del legislador, no puede
entenderse que desaparece por la sola circunstancia de declararse el divorcio del
matrimonio celebrado entre las partes" (C. Suprema, 13 de marzo de 2017, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/805/2017, Rol Nº 82473-2016). 237.2. La protección del
cónyuge débil: en alguna ocasión la jurisprudencia ha advertido que, en cierto modo, la
declaración de bien familiar protege al cónyuge débil: "Desde otra perspectiva constituye
también una garantía o forma de protección para el cónyuge más débil o para el que
tenga el cuidado de los hijos, en casos de separación de hecho o de disolución del
matrimonio" (C. Suprema, 15 de abril de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009). La jurisprudencia, igualmente, ha
tendido a identificar implícitamente al cónyuge no propietario como el destinatario de esta
protección: "[E]l fallo recurrido ha interpretado correctamente las normas de los artículos
141 a 149 del Código Civil, al entender que la finalidad de esta institución la de los bienes
familiares es la de proteger al cónyuge no propietario de las eventuales enajenaciones o
gravámenes que el dueño pueda hacer del bien que sirve de residencia principal a la
familia" familia (C. Suprema, 31 de mayo de 2004, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2766/2004, Rol Nº 2800-2003). 237.3. Los bienes familiares no
tienen por finalidad garantizar el derecho de alimentos. En este sentido se ha
pronunciado la E Corte Suprema: "[L] os jueces de alzada interpretaron las reglas
xcma. 

invocadas, concluyendo que el inmueble sub lite ya no sirve de residencia principal de la


familia, puesto que en él no habita actualmente el grupo familiar, hecho que, por lo
demás, fue reconocido por la demandada, quien intenta extender el sentido y alcance de
la institución en estudio, argumentando que a través de dicho bien se debe garantizar el
derecho alimenticio de la familia, fundamento que es improcedente, porque se aleja del
texto expreso de la ley y atendido a que el mismo se encuentra resguardado por medio de
otras vías legales, anteriores y ejecutivas que resultan más efectivas, compatibles y
armónicas con el sistema normativo de la institución en estudio" (C. Suprema, 2 de
febrero de 2015, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/559/2015, Rol Nº 127-2015). 238. De
las características de los bienes familiares. La E Corte Suprema ha caracterizado a
xcma. 

los bienes familiares del modo siguiente: "Que del análisis global de la regulación prevista
por los artículos 141 y siguientes del Código Civil, se concluyen como características de
los bienes familiares, las siguientes: a) dichos bienes deben cumplir la función de permitir
la vida familiar, protegiendo la residencia principal de la familia; b) pueden darse en
cualquier régimen de bienes, aunque no se constituyan de pleno derecho, pues se
requiere de una declaración judicial en tal sentido, del acuerdo de los cónyuges
separados de hecho o de un acto unilateral de uno de los cónyuges otorgado mediante
escritura pública; c) es necesaria la existencia de vínculo matrimonial; d) con ellos se
restringe o limita las facultades de administración del cónyuge propietario y también la
acción de los acreedores; e) se fundamentan en el deber de proveer a las cargas de
familia y en la protección de la vivienda familiar y f) las normas que los regulan son de
orden público" (C. Suprema, 3 de septiembre de 2012, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1962/2012, Rol Nº 3322-2012). Esta caracterización se ha
reiterado por la E Corte Suprema, casi palabra por palabra, en sentencias posteriores:
xcma. 

"Que del análisis global de la regulación prevista por los artículos 141 y siguientes del
Código Civil, se concluyen como características de los bienes familiares, las siguientes:
a) dichos bienes deben cumplir la función de permitir la vida familiar, protegiendo la
residencia principal de la familia, b) pueden darse en cualquier régimen de bienes, no
operan de pleno derecho, pues se requiere de una declaración judicial en tal sentido, el
acuerdo de los cónyuges separados de hecho o un acto unilateral de uno de los cónyuges
otorgado mediante escritura pública, c) se requiere la existencia de vínculo matrimonial,
d) con ellos se restringe o limita las facultades de administración del cónyuge propietario y
también la acción de acreedores, e) se fundamentan en el deber de proveer a las cargas
de familia y en la protección de la vivienda familiar y f) las normas que lo regulan son de
orden público" (C. Suprema, 29 de enero de 2013, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/199/2013, Rol Nº 7626-2012). 238.1. Constituyen una
institución, en su origen, de naturaleza matrimonial, pero extendida al acuerdo de
unión civil. Los bienes familiares nacieron como una institución imprescindiblemente
ligada a la familia matrimonial, de modo que para su declaración se advertía que: "[E]s
necesaria la existencia de vínculo matrimonial" (C. Suprema, 3 de septiembre de 2012,
cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/1962/2012, Rol Nº 3322-2012). En el mismo sentido se
afirmaba que: "[L]a declaración de bienes familiares presupone la existencia del
matrimonio. Si no hay matrimonio, no puede haber bienes familiares" (C. Suprema, 14 de
enero de 2015, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/188/2015, Rol Nº 11865-2014). Desde la
publicación de la Ley Nº 20.830, de 21 de abril de 2015, pero en vigor a partir de seis
meses después de su publicación, la institución de los bienes familiares ha sido extendida
a los casos en que exista un acuerdo de unión civil, según se previene en el inciso final de
su artículo 15. 238.2. Proceden con independencia del régimen de bienes del
matrimonio. Es esta una opinión común y consolidada desde muy temprano en la
jurisprudencia de la E Corte Suprema, y seguida uniformemente por los tribunales de
xcma. 

alzada. La I Corte de Apelaciones de Arica en sentencia de 2003 sostenía que: "Los


lma. 

artículos 141 a 146 del Código Civil tratan de los bienes familiares cuyo ámbito de
aplicación es amplio, pues no está restringido a un régimen matrimonial determinado, sino
que se puede aplicar a cualquiera sea el régimen matrimonial que hayan acordado los
contrayentes, atento que tales bienes están destinados a proteger a la familia matrimonial
de modo que se requiere la existencia de un matrimonio" (C. Apelaciones de Arica, 4 de
junio de 2003, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/2518/2003, Rol Nº 8945). Este fallo fue
confirmado en casación por la E Corte Suprema (C. Suprema, 31 de mayo de 2004,
xcma. 

LegalPublishing: Cl/Jur/2766/2004, Rol Nº 2800-2003). Este mismo tribunal ha reiterado


esta opinión cuando ha advertido que: "[L]a institución de los bienes familiares,
incorporada a la legislación nacional por la Ley Nº 19.335, tiene por finalidad principal
amparar el hogar de la familia, principalmente en caso de conflictos dentro de ella, siendo
irrelevante para este análisis el régimen patrimonial pactado por los cónyuges y si éstos
son de propiedad de uno de ellos cónyuges, sociales o pertenecen al patrimonio
reservado de la mujer" (C. Suprema, 31 de mayo de 2007, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3361/2007, Rol Nº 1245-2007). En otros términos también ha
sostenido el mismo principio: [P]ueden darse en cualquier régimen de bienes, aunque no
se constituyan de pleno derecho, pues se requiere de una declaración judicial en tal
sentido, del acuerdo de los cónyuges separados de hecho o de un acto unilateral de uno
de los cónyuges otorgado mediante escritura pública" (C. Suprema, 3 de septiembre de
2012, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/1962/2012. Rol Nº 3322-2012). La misma
orientación, como se ha anticipado, han seguido los tribunales de alzada, por ejemplo,
cuando se ha declarado que: "[E]l ámbito de aplicación de la declaración de bien familiar"
es amplio, toda vez que se puede aplicar cualquiera que sea el régimen patrimonial
acordado por los contrayentes" (C. Apelaciones de Valparaíso, 5 de noviembre de 2010,
cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/9170/2010, Rol Nº 642-2010). El mismo criterio siguió la
Ley Nº 20.830, que crea el acuerdo de unión civil, porque en el inciso final de su artículo
15 prescribió que: "Cualquiera sea el régimen de bienes que exista entre los convivientes
civiles, tendrá aplicación lo dispuesto en los artículos 141 a 149 del Código
Civil". 238.3. Carecen de naturaleza alimenticia. En este sentido, y acertadamente, se
ha pronunciado la I Corte de Apelaciones de Concepción: "Conviene agregar, que la
lma. 

institución de los bienes familiares persigue la protección de la vivienda familiar, pero no


tiene naturaleza alimenticia" (C. Apelaciones de Concepción, 25 de junio de 2009, cons.
12º, LegalPublishing: Cl/Jur/9943/2009, Rol Nº 192-2009). 238.4. Son diversos del
usufructo reglado en el artículo 147. La jurisprudencia ha destacado que los bienes
familiaries y el usufructo que puede constituirse en virtud del artículo 147 del Código
Civil son instituciones de naturaleza diversa: "Que la institución de los bienes familiares es
distinta y no puede confundirse con el derecho real de usufructo, porque si bien, una u
otra pueden exhibir rasgos en apariencia comunes, las mismas atienden a fines no
siempre coincidentes, como queda claro de la regulación a que están sujetas en el Código
Civil. En efecto, el artículo 141 del referido cuerpo legal le reconoce a cualquiera de los
cónyuges, con la sola citación del otro, el derecho a solicitar en procedimiento breve y
sumario que se declare bien familiar el inmueble de propiedad de ambos cónyuges o de
alguno de ellos, cuando se acredite que sirve de residencia principal de la familia,
afectación que si se ordena jurisdiccionalmente puede alcanzar incluso a los muebles que
guarnecen el hogar, todo lo cual producirá los efectos que se regulan en el Párrafo 2º del
Título VI del Libro I. Pero además de ello, en esa misma reglamentación se le reconoce
un derecho al cónyuge no propietario para que durante el matrimonio, o incluso disuelto
éste, solicite al juez la constitución de los derechos de usufructo, uso o habitación sobre
los inmuebles, aun cuando ya se hubieren declarado éstos como bien familiar, petición
que se le ordena resolver prudencialmente en consideración al interés de los hijos,
cuando los haya, y a las fuerzas patrimoniales de los cónyuges. Lógicamente, como
resulta evidente, el legislador no habría reconocido un derecho de esa naturaleza que,
además reguló dentro del mismo Párrafo 2º del Título VI del Libro I del Código Civil, si
entendiera que se trata de idénticos institutos, o que producen análogos efectos, de modo
que declarado un bien familiar el cónyuge no propietario no queda inhibido de reclamar
también la constitución de un derecho de usufructo, uso o habitación sobre el mismo bien
inmueble, ya que no estamos frente a peticiones incompatibles" (C. Apelaciones de
Santiago, 17 de enero de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/7423/2008, Rol
Nº 4278-2004). 238.5. Son compatibles con el establecimiento del usufructo reglado
en el artículo 147. En este sentido se han pronunciado algunos tribunales de alzada. La
I Corte de Apelaciones de Valparaíso ha advertido: "Que el legislador, en el mismo título
lma. 

del Código, establece en el artículo 147 otros derechos que el juez puede
prudencialmente constituir a favor del cónyuge no propietario durante el matrimonio, sobre
los bienes familiares, usufructo, uso o habitación, lo que demuestra no existir
incompatibilidad entre tales derechos y los bienes declarados familiares, lo que no puede
entenderse en perjuicio u oposición al destino familiar inherente a los bienes declarados
en tal carácter" (C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de septiembre de 2004, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/383/2004, Rol Nº 941-2001). Por su parte, la I Corte de lma. 

Apelaciones de Santiago ha afirmado que: "[D]eclarado un bien familiar, el cónyuge no


propietario no queda inhibido de reclamar también la constitución de un derecho de
usufructo, uso o habitación sobre el mismo bien inmueble, ya que no estamos frente a
peticiones incompatibles" (C. Apelaciones de Santiago, 17 de enero de 2008, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7423/2008, Rol Nº 4278-2004). 239. De los requisitos para que
proceda la declaración de bien familiar. La jurisprudencia, en principio, no ha realizado
una labor que, de modo sistemático, conduzca a la consolidación de una determinada
manera de concebir los requisitos de procedencia de la declaración de bien familiar. En
muchas ocasiones la E Corte Suprema se ha limitado, simplemente, a separar los
xcma. 

períodos del inciso 1º del artículo 141 para, de tal manera, señalar cuáles sean los
requisitos para la declaración de bien familiar. Así, por ejemplo, se ha declarado que: "[L]o
que exige esta norma para la procedencia de la declaración de bien familiar es la
existencia de un inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges, y que éste sirva
de residencia principal de la familia, no siendo necesario analizar la situación patrimonial
de los componentes de la familia, ni otros aspectos relacionados con ella, como la
ausencia de hijos" (C. Suprema, 31 de mayo de 2004, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2766/2004, Rol Nº 2800-2003). En igual orientación, el mismo
tribunal ha declarado que: "Para la aplicación de la norma transcrita [141] es necesaria la
concurrencia de varios requisitos, a saber: existencia de vínculo matrimonial; que se trate
de un inmueble de propiedad de uno de los cónyuges; que sirva de residencia principal de
la familia y si son bienes muebles, que ellos guarnezcan dicha residencia principal de la
familia" (C. Suprema, 19 de febrero de 2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6006/2009,
Rol Nº 454-2009). Con todo, algunos tribunales de alzada han asumido una visión algo
más elaborada, desde la perspectiva de los requisitos de procedencia de la acción para
obtener la declaración de bien familiar. Tal visión, que recibe algunas de las opinión que la
jurisprudencia ha consolidado en cierta materias, entiende que tales requisitos se reducen
a tres: "Que los requisitos de procedencia de la acción deducida son los siguientes: a) que
la declaración de bien familiar sea solicitada por uno de los cónyuges, sea o no
propietario, b) que el bien familiar, el inmueble y los muebles que lo guarnecen, sea de
dominio de uno de los cónyuges o de ambos, cualquiera sea el régimen matrimonial; y
c) que dicho inmueble sea la residencia principal de la familia" (C. Apelaciones de
Valparaíso, 5 de noviembre de 2010, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/9170/2010, Rol
Nº 642-2010). En el mismo sentido se ha afirmado: "Que tratándose de una demanda en
la que se pretende la declaración de un bien familiar, ha debido establecerse en el
proceso las siguientes circunstancias: a) que la declaración de bien familiar sea solicitada
por uno de los cónyuges, sea o no propietario, b) que el bien familiar, el inmueble y los
muebles que lo guarnecen-, sea de dominio de uno de los cónyuges o de ambos,
cualquiera sea el régimen matrimonial; y c) que dicho inmueble sea la residencia principal
de la familia" (C. Apelaciones de Concepción, 24 de mayo de 2011, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4427, Rol Nº 189-2011). Esta opinión la ha reiterado el mismo
tribunal de alzada: "Que los requisitos de procedencia de la acción de declaración de bien
familiar son: a) Que la declaración de bien familiar sea solicitada por uno de los cónyuges,
sea o no propietario; b) que el bien familiar, el inmueble y los muebles que lo guarnecen,
sea de dominio de uno de los cónyuges, o de ambos, cualquiera sea el régimen
matrimonial; y c) que dicho inmueble sea la residencia principal de la familia"
(C. Apelaciones de Concepción, 25 de abril de 2014, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1695/2014, Rol Nº 24-2014). Sobre la base de las finalidades
perseguidas con la declaración de bien familiar, y de los fundamentos en que ella
descansa, los requisitos exigidos para que proceda tal declaración pueden reducirse a los
siguientes: 1º) La existencia de una familia matrimonial, o de un acuerdo de unión civil;
2º) La existencia de un inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges; y 3º) Que
tal inmueble sea la residencia principal de la familia. 240. Primer requisito: De la
existencia de una familia matrimonial, o de un acuerdo de unión civil. Desde la
entrada en vigor de la Ley Nº 20.830, que crea el acuerdo de unión civil, la declaración de
bien familiar exige, como presupuesto, que exista una familia matrimonial o un acuerdo de
unión civil. Hasta el presente la jurisprudencia sólo se ha pronunciado en relación con la
exigencia de una familia matrimonial. No sin cierta razón, se ha tendido a plantear de
modo implícito esta exigencia sobre la base de la siguiente cuestión: ¿Es posible que, no
obstante existir matrimonio, pueda no existir familia? La diversidad de casos concretos, en
cuyo fondo ha estado la referida cuestión, ha generado una serie de opiniones que han
contribuido a delimitar los perfiles de este primer requisito. Su sistematización permite
desglosarlos en dos puntos: 1º) De la existencia de matrimonio, o de un acuerdo de unión
civil; y 2º) De la existencia de familia. 240.1. De la existencia de matrimonio o de un
acuerdo de unión civil. Si bien en el sistema jurídico chileno se reconoce la existencia
de familias fundadas no sólo en el matrimonio, la declaración de bien familiar constituye
una institución incardinada en la familia matrimonial y extendida al acuerdo de unión civil,
como se prescribe en el inciso final del artículo 15 de la ley mencionada Ley Nº 20.830:
"Cualquiera sea el régimen de bienes que exista entre los convivientes civiles, tendrá
aplicación lo dispuesto en los artículos 141 a 149 del Código Civil". En todo caso, no es
posible aplicarla a ningún otro género de uniones. De ahí resulta el que toda su disciplina
legal gire en torno a la noción de "cónyuges". Así, en su campo operativo originario, los
bienes familiares se presentan como imprescindiblemente ligados a la familia matrimonial,
de modo que para su declaración, ha insistido la jurisprudencia en que: "[E]s necesaria la
existencia de vínculo matrimonial" (C. Suprema, 3 de septiembre de 2012, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1962/2012, Rol Nº 3322-2012). La exigencia de este primer
requisito, en el caso de la familia matrimonial, es decir, la existencia de matrimonio ha
tenido una evolución de interés. En efecto, en un primer momento la jurisprudencia tendió
a estimar que la exigencia de haber matrimonio operaba con un cierto carácter objetivo, y
que debía mantenerse en el tiempo, pero en sentencias recientes se comienza a
abandonar esta opinión, para defender otra conforme a la cual la exigencia del matrimonio
sólo ha de considerarse en el momento de presentación de la solicitud. La E Corte xcma. 

Suprema planteaba así esta cuestión: "Que la institución de los bienes familiares se
encuentra regulada en el Libro Primero, §2 del título VI del Código Civil, intitulado
'Obligaciones y Derechos entre los Cónyuges'. El inciso primero del artículo 141 del
mismo Código, cuya infracción se denuncia, dispone que 'El inmueble de propiedad de los
cónyuges que sirva de residencia principal de la familia, y los muebles que la guarnecen,
podrán ser declarados bienes familiares y se regirán por las normas de este párrafo,
cualquiera sea el régimen de bienes del matrimonio'. Es claro en consecuencia, tanto por
su ubicación sistemática como por el tenor literal de la disposición citada, que la
declaración de bien familiar supone la existencia de un matrimonio no disuelto. El
problema se circunscribe a determinar si este requisito se satisface cuando a la fecha de
presentación de la demanda existía un matrimonio no disuelto, o si es necesario que
dicho matrimonio mantenga su existencia durante el juicio" (C. Suprema, 30 de enero de
2017, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/2702/2017, Rol Nº 42435-2016). De este modo, es
posible sistematizar la jurisprudencia en este punto en las siguientes dos
tendencias: 240.1.1. El requisito de la existencia del matrimonio sólo es exigible en
el momento de presentación de la solicitud. Así lo ha declarado la E Corte Suprema
xcma. 

en sentencia de 30 de enero de 2017: "Que, por una parte, el inciso tercero del artículo
141 del Código Civil dispone que 'la sola interposición de la demanda transformará
provisoriamente en familiar el bien de que se trate'. Este efecto debe ser, sin embargo,
constatado por el juez, quien 'En su primera resolución... dispondrá que se anote al
margen de la inscripción respectiva la precedente circunstancia'. Naturalmente, en esta
primera resolución el juez deberá verificar si la relación de hechos de la demanda incluye
los tres requisitos para la declaración de bien familiar: que la parte demandante tenga un
vínculo matrimonial no disuelto; que el inmueble sea de propiedad de su cónyuge,
siquiera como copropietario, y que sea la residencia principal de la familia. En esta etapa
preliminar, en que aún no se habrá oído a la parte demandada, el juez no podrá
establecer si estos hechos alegados en la demanda efectivamente corresponden a la
realidad. En todo caso, la parte demandante deberá respaldar su demanda con
antecedentes de tener vínculo matrimonial no disuelto con el propietario del inmueble.
Para ello, acompañará certificadosrecientes de la inscripción matrimonial y de la
inscripción del inmueble en el Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces.
La ley, por tanto, concede a los cónyuges el derecho de afectar los bienes familiares con
la sola presentación de la demanda. El carácter provisorio de esta afectación se debe
únicamente a la necesidad de permitir al cónyuge perjudicado por dicha afectación
controvertir en juicio la concurrencia de los requisitos exigidos por la ley para su
procedencia. Pero si su concurrencia resulta acreditada, se deberá acceder a la demanda
confirmando así la afectación provisoria. La afectación del bien se produce al presentar la
demanda. La sentencia se limita a confirmar y consolidarla al constatar que se da el
supuesto de hecho pertinente. En consecuencia, los hechos que la justifican deben darse
al momento de presentación de la demanda. Sexto: Que, por otra parte, esta Corte ha
fallado que el divorcio, si bien habilita a solicitar la desafectación del bien familiar, no la
produce ipso facto ni obliga al juez a concederla. Por el contrario, debe verificar que el
bien ha dejado de estar destinado a la residencia principal de la familia. Así se ha fallado
el 13 de enero de 2014, en causa Rol Nº 4663-2013, el 18 de junio de ese mismo año, en
causa Rol Nº 16052-2013 y, recientemente, el 21 de junio del año en curso, en causa Rol
Nº 17718-2015. La razón de ello es que la finalidad de la institución del bien familiar es la
protección de la familia, la que no deja de existir por efecto de la sentencia de divorcio. Es
un hecho no controvertido que el inmueble objeto de la litis continúa destinado a la
habitación de la demandante y de sus dos hijos. Sigue en consecuencia destinado a la
protección de la familia, de manera que su calificación como bien familiar se ajusta
plenamente a la finalidad de la institución" (C. Suprema, 30 de enero de 2017, cons. 5º y
6º, LegalPublishing: Cl/Jur/2702/2017, Rol Nº 42435-2016). Unos meses más tarde
confirmaba esta opinión: "Parece que la protección de la familia debe mantenerse vigente,
aunque se disuelva el matrimonio, de otra manera, la institución en referencia pierde todo
sentido. Justamente, si bien su hipótesis inicial es la existencia de un vínculo matrimonial,
este requisito sólo puede entenderse como exigible a la época de su solicitud, pues de
otro modo perdería sentido el objetivo protector al que se viene haciendo referencia. En
efecto, conforme la perspectiva del derecho de familia, esto es, de su tutela efectiva, la
referida afectación no puede limitarse a la vigencia del matrimonio, sino que debe
relacionarse a la mantención de la familia con prescindencia del matrimonio, pues de otro
modo, se incurriría en el absurdo de que una institución pensada para la protección
familiar frente a la crisis del matrimonio, no se extiende en el caso de quiebre y disolución
del mismo" (C. Suprema, 13 de marzo de 2017, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/805/2017, Rol Nº 82473-2016). 240.1.2. El requisito de la
existencia del matrimonio debe mantenerse en el tiempo. Es ésta una opinión que
pareciera que comienza abandonarse. Aunque no ha sido defendida de este modo en
forma expresa, ella se deduce del contenido de las sentencias y de sus
declaraciones: 240.1.2.1. Si el matrimonio ha terminado por divorcio con anterioridad
a la demanda de declaración de bien familiar, no se cumple con el requisito de la
existencia de matrimonio. En este sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema, al
xcma. 

confirmar una sentencia de alzada, ha señalado: "Que sobre la base de los presupuestos
antes reseñados, los jueces de alzada resolvieron: "Que,... la declaración de bienes
familiares presupone la existencia del matrimonio. Si no hay matrimonio, no puede haber
bienes familiares y, por la misma razón, disuelto el matrimonio ya no se podrá pedir que
se declare como tal. Lo anterior, resulta plenamente aplicable en la especie, pues el
matrimonio de las partes fue disuelto por sentencia firme que declaró el divorcio,
resolución que produjo efectos plenos con anterioridad a la interposición de la demanda,
tal como se constata de la prueba aportada al proceso". Y se agregó que "..., es útil
destacar que el artículo 145 del Código Civil, al regular la desafectación de un bien
familiar, señala expresamente en su inciso tercero, que se podrá solicitar dicha
desafectación si "el matrimonio ha sido declarado nulo, o ha terminado por muerte de uno
de los cónyuges o por divorcio, hipótesis que fueron agregadas expresamente por la Ley
Nº 19.947. Luego, si la intención del legislador era que los tantas veces nombrados bienes
familiares ampararan tanto a la familia matrimonial como a la no matrimonial lo habría
señalado expresamente, tal como hizo en la norma recién citada, pero al contrario, no lo
hizo, lo que lleva a concluir que siempre los bienes familiares están ligados al
matrimonio..." [...] Que, en este contexto normativo, es que los jueces de alzada
interpretaron la regla invocada, concluyendo que para la declaración de un bien como
familiar, se requiere, entre otros, el que a la fecha de la referida solicitud, exista entre las
partes un vínculo matrimonial. Sin embargo, en el caso de autos, dicho presupuesto no se
configuró, puesto que se divorciaron el 29 de octubre del año 2009 y la demanda se
dedujo con fecha 23 de agosto de 2013, esto es, una vez terminado el matrimonio de
manera que efectivamente y como lo razonó el fallo en estudio, no concurre en el
presente caso, uno de los presupuestos para que el inmueble ya individualizado sea
declarado bien familiar en los términos que la norma ya analizada lo dispone, por lo que
correctamente se desestimó dicha acción [...] Que, por lo razonado precedentemente, al
decidir como lo hicieron los sentenciadores de alzada, no incurrieron en los errores de
derecho denunciados, y por el contrario han interpretado correctamente el Derecho
aplicable en la especie, por lo que sólo cabe el rechazo del recurso en examen"
(C. Suprema, 14 de enero de 2015, cons. 3º, 5º, 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/188/2015, Rol
Nº 11865-2014). 240.1.2.2. Si el matrimonio termina por sentencia de divorcio
durante el curso del procedimiento de declaración de bien familiar, no se cumple
con el requisito de existencia de matrimonio. En este sentido se ha pronunciado la
I Corte de Apelaciones de Santiago: "Que, uno de los presupuestos de la declaración de
lma. 

bien familiar de un inmueble, es que sean cónyuges tanto el solicitante como el dueño del
bien raíz o que el cónyuge sea dueño de derechos en una sociedad dueña del inmueble.
Por lo anterior, la institución del Bien Familiar, supone la existencia de un matrimonio no
disuelto por sentencia de divorcio. Que estando pendiente la resolución de la demanda de
declaración de bien familiar interpuesta con fecha 1º de julio del año 2011, a la fecha en
que la sentencia de divorcio estuvo firme y ejecutoriada, no existían derechos adquiridos
por parte de la cónyuge derivados de la sentencia de primera instancia, toda vez que
dicha sentencia no se encontraba firme y ejecutoriada, por lo que la recurrida actualmente
carece de acción para solicitar la declaración de bien familiar del inmueble que habita,
teniendo en la actualidad el estado civil de divorciada, por lo que se revocará la sentencia
apelada y se rechazará la demanda de declaración de bien familiar, de autos"
(C. Apelaciones de Santiago, 4 de enero de 2013, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/29/2013, Rol Nº 971-2012). 240.2. De la existencia de una
familia. La jurisprudencia se ha ocupado en precisar una serie de cuestiones que
permiten delimitar la que, a su juicio, constituye la noción de familia exigida como requisito
para la declaración de bien familiar. 240.2.1. La familia implica pluralidad: un cónyuge
no constituye familia. Planteada la cuestión de si, en el caso de un matrimonio sin hijos
cuando los cónyuges viven separados, podría sostenerse que aquel que mantienene su
residencia en la que fue hogar conyugal, constituye familia para los efectos de la
declaración de bien familiar del inmueble en que reside, la jurisprudencia ha sostenido dos
opiniones, si bien una de ellas progresivamente se ha descartado y a día de hoy es
claramente minoritaria. 240.2.1.1. Opinión minoritaria: el cónyuge separado, de un
matrimonio sin hijos, que vive en el antiguo hogar conyugal constituye familia. Esta
opinión fue mantenida por la E. Corte Suprema en los casos más antiguos en los que se
xcma 

planteó esta cuestión. Entendía el tribunal que, a pesar de la separación de hecho de los
cónyuges, la familia, para los efectos de la declaración de bien familiar, se mantenía.
Justificaba esta opinión, sobre todo, porque hacía primar una consideración de los bienes
familiares como establecidos en protección del cónyuge no propietario. Así sostenía que:
"[L]a Corte, por tanto, al razonar que un bien raíz en que habita uno solo de los cónyuges
de un matrimonio del que no nacieron hijos puede ser considerado familiar, no sólo no se
ha extendido a puntos no sometidos a su decisión sino que ha cumplido con el imperativo
legal de razonar acerca de todas las acciones y excepciones opuestas por las partes,
resolviendo, precisamente, el conflicto planteado [...] Que la sentencia que se revisa ha
señalado que en la especie el bien raíz referido sirve de residencia principal a la familia,
desde que en él habita la demandante, casada con el demandado, con quien no tuvo
hijos, entendiendo que 'hay familia desde que se contrae el matrimonio manteniéndose tal
condición mientras el vínculo matrimonial no esté disuelto, sin que para mantener su
existencia como figura legal requiera el nacimiento de hijos' (considerando 3º), agregando
que en el caso que los cónyuge se separen de hecho, aun cuando ya no sea un grupo, la
familia, para estos efectos, 'sigue vigente toda vez que el legislador se ha apartado de lo
material y le ha dado vida legal' [...] Que el artículo 141 inciso 1º del Código Civil dispone
que 'El inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges que sirva de residencia
principal a la familia, y los muebles que la guarnecen, podrán ser declarados bienes
familiares y se regirán por las normas de este párrafo, cualquiera sea el régimen de
bienes del matrimonio'. Luego, como se ha dicho por esta Corte en fallo de 19 de
diciembre de 2002 en causa Rol Nº 4317-01, lo que exige esta norma para la procedencia
de la declaración de bien familiar es la existencia de un inmueble de propiedad de
cualquiera de los cónyuges, y que éste sirva de residencia principal de la familia, no
siendo necesario analizar la situación patrimonial de los componentes de la familia, ni
otros aspectos relacionados con ella, como la ausencia de hijos [...] Que,
consecuentemente, el fallo recurrido ha interpretado correctamente las normas de los
artículos 141 a 149 del Código Civil, al entender que la finalidad de esta institución la de
los bienes familiares es la de proteger al cónyuge no propietario de las eventuales
enajenaciones o gravámenes que el dueño pueda hacer del bien que sirve de residencia
principal a la familia" (C. Suprema, 31 de mayo de 2004, cons. 4º, 9º, 10º y 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2766/2004, Rol Nº 2800-2003). Esta opinión todavía es defendida
en algún voto de minoría de ciertas sentencias de la E Corte Suprema: "Que el inmueble
xcma. 

objeto del litigio sirve de residencia principal a la familia, desde que en él habita la
demandante, casada con el demandado, con quien no tuvo hijos, por cuanto se concibe
sustancialmente que hay familia desde que se contrae matrimonio, manteniéndose
irreductible tal condición, mientras el vínculo conyugal no esté disuelto, sin que para
mantener su existencia como figura legal se requiera como aditamento el nacimiento de
hijos. Más aún, en el evento que los cónyuges se separen de hecho, el instituto familiar
sigue vigente para estos efectos, puesto que el legislador se ha apartado de la fisonomía
puramente material de la entidad en comento y le ha dado al concepto de familia, una vez
verificado los nexos del sustrato básico que la conforma, una vida legal que trasciende los
aspectos meramente adjetivos" (C. Suprema, 31 de marzo de 2014, voto en contra, cons.
1º, LegalPublishing: Cl/ Jur/686/2014, Rol Nº 9439-2013). 240.2.1.2. Opinión
mayoritaria: el cónyuge separado, de un matrimonio sin hijos, que vive en el
antiguo hogar conyugal no constituye familia. Desde la perspectiva de la exigencia de
la "residencia principal de la familia", y no directamente desde la específica exigencia de
una "familia", la E Corte Suprema sostuvo en 2009, que el cónyuge separado de un
xcma. 

matrimonio sin hijos, no podía considerarse que habitaba el inmueble que pudiera ser
considerado rfesidencia principal de la familia: "Que sobre la base de los presupuestos
establecidos referidos en el motivo anterior, los jueces del fondo resolvieron acoger la
acción intentada, declarando como bien familiar el inmueble en el que reside la actora, por
estimar que se cumplen los requisitos establecidos en el artículo 141 del Código Civil. En
efecto, estiman que, no obstante, estar separada la actora de su cónyuge y no existir hijos
del matrimonio, ésta constituye familia. Asimismo consideran que la finalidad de la
institución en estudio es brindar protección a ésta y garantizarle en último término una
vivienda estable, a fin de asegurar el cumplimiento de las cargas matrimoniales que el
ordenamiento jurídico impone a los cónyuges y que de los antecedentes fluye que la
demandante es la cónyuge más débil de los componentes de dicha familia, no sólo por su
edad sino que también por su estado de salud y situación económica, lo que reafirma la
determinación de procedencia de la acción [...] Que la institución de los bienes familiares,
incorporada a nuestra legislación por la Ley Nº 19.335, tiene por finalidad principal
amparar el hogar de la familia, principalmente en caso de conflictos dentro de ella. Tal
presupuesto, que ha sido el objeto de principal protección por parte del legislador, no
puede entenderse que se cumple en la especie desde que es un hecho no discutido que
el inmueble materia de la litis no es habitado por el cónyuge demandado, sino que
solamente por la actora, lo que demuestra que el mismo no constituye en la actualidad la
residencia de la familia, pues ha dejado de ser el hogar común [...] Que, por lo antes
reflexionado, no puede sino estimarse que los sentenciadores cometieron error de
derecho, infringiendo el artículo 141 del Código Civil, puesto que con la interpretación que
realizan de la norma en estudio, extendieron su sentido y alcance a un caso que ella no
resultaba aplicable, al no verificarse los presupuestos de la referida institución, puesto que
el inmueble ha dejado de constituir el hogar o residencia del grupo familiar" (C. Suprema
4 de mayo de 2009, cons. 3º, 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6318/2009, Rol Nº 1968-
2009). En el último tiempo la E Corte Suprema se ha afirmado en esta opinión, desde la
xcma. 

expresa consideración de que uno de los cónyuges no puede ser considerado como
familia, pues esta noción implica pluralidad. Así lo ha sostenido para excluir la declaración
de bien familiar, cuando los cónyuges se encuentran separados de hecho y, sin que
existan hijos, es uno de ellos el que reside en el inmueble cuya declaración de bien
familiar se solicita. En ese sentido se ha precisado que: "[C] omo ha reconocido la
doctrina y jurisprudencia nacional, la institución de los bienes familiares, incorporada en
nuestro ordenamiento por la Ley Nº 19.335, tiene por objeto proteger el núcleo familiar,
por la vía de asegurarle la mantención del hogar físico, ante conflictos o desavenencias
que pudieran poner fin a la vida en común entre los cónyuges. Se ha dicho, por lo mismo,
que es una "garantía para el cónyuge que tenga el cuidado de los hijos, en casos de
separación de hecho o de disolución del matrimonio" (Ramos, René, Derecho de Familia,
Editorial Jurídica, año 2007, página 350, citando al profesor Enrique Barros). Lo anterior
permite concluir que si el matrimonio ha cesado en su convivencia, residiendo sólo uno de
los cónyuges en el inmueble cuya declaración de bien familiar se pretende, no se cumple
la finalidad de la institución analizada, desde que al haber dejado éste de ser el hogar
común, no puede considerarse que en la actualidad sea la residencia de la familia. Si bien
resulta indiscutible que la existencia de una familia no está supeditada al hecho de que
existan hijos, es lo cierto que desde que la pareja se separa, la familia, como tal, no puede
entenderse constituída por cada uno de los cónyuges individualmente considerados, ya
que desde esa perspectiva, estaría en condiciones de ser 'la familia' tanto uno como el
otro cónyuge. Esa es, pues, la situación que se debe analizar a la hora de determinar si
se cumple el requisito previsto en el citado artículo 141 del Código Civil, en la medida que
la institución de los bienes familiares está orientada a la protección de la familia, concepto
que, en la situación fáctica mencionada, no aparece revestido de las características o
composición que la institución regulada en el párrafo 2º del Título VI del Libro I del Código
Civil requiere, dada su finalidad de resguardar el interés de los hijos comunes y del
cónyuge al que le corresponde el cuidado de éstos, en los casos de rupturas conyugales"
(C. Suprema, 31 de marzo de 2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/686/2014, Rol
Nº 9439-2013). Sobre la base de tales argumentos, y con expresa remisión a las dos
sentencias que quedan citadas, en tiempos recientes se ha afirmado en esta opinión: "[A]l
tener la institución de los bienes familiares por objeto la protección del núcleo familiar en
los términos referidos, esta noción implica necesariamente la existencia de una pluralidad
de sujetos, por lo que si el matrimonio ha cesado en su convivencia, residiendo solo uno
de los cónyuges en el inmueble cuya declaración de bien familiar se pretende, no se
cumple con la finalidad de la institución analizada, desde que al haber dejado de ser el
hogar común, no puede considerarse que, en la actualidad, sea la residencia principal de
la familia. Lo anterior, pues si bien resulta indiscutible que la existencia de una familia no
está supeditada al hecho de que existan hijos, es lo cierto que desde que la pareja se
separa, la familia, como tal, no puede entenderse constituida por cada uno de los
cónyuges individualmente considerados, ya que desde esa perspectiva estaría en
condiciones de ser "la familia" tanto uno como el otro cónyuge, siendo esta la situación
que se debe analizar a la hora de determinar si se cumple el requisito previsto en el citado
artículo 141 del Código Civil. Así, por lo demás, lo ha sostenido esta Corte en los autos
Roles Nº 1.968-2009 y 9.439-2013. Octavo: Que, en la misma línea de razonamiento,
cabe considerar que del tenor de lo dispuesto en los artículos 141 y 146 del Código Civil,
resulta evidente que la principal beneficiaria de la institución en comento es la familia y no
el matrimonio, por lo que siendo un hecho no discutido que el inmueble materia de la litis
actualmente es habitado sólo por la actora, lo que demuestra que no constituye en la
actualidad la residencia de la familia, pues ha dejado de ser el hogar común, no puede
estimarse que los jueces del fondo vulneraron los artículos 141 y 815, en relación con los
artículos 19 y 24, todos del Código Civil, puesto que le otorgaron el sentido y alcance que
el legislador pretendió respecto de la institución en análisis, razón por la cual el recurso de
casación interpuesto debe ser rechazado. Noveno: Que por otra parte el elemento lógico
de interpretación de la ley busca determinar la armonía y cohesión interior de una ley, las
relaciones lógicas que unen las diversas partes de una ley, este elemento se encuentra
recogido en el artículo 22, inciso 1 del Código Civil, y señala que "El contexto de la ley
servirá para ilustrar el sentido de cada una de sus partes, de manera que haya entre
todas ellas la debida correspondencia y armonía." Se refiere por ende esta norma, a la
lógica correlación formal y de fondo que debe existir en toda ley, es por esto que cada vez
que el Código se refiera la vivienda familiar, lo correcto sería darle la misma
interpretación. El artículo 1337 Nº 10 en las reglas de la partición señala "Con todo, el
cónyuge sobreviviente tendrá derecho a que su cuota hereditaria se entere con
preferencia mediante la adjudicación en favor suyo de la propiedad del inmueble en que
resida y que sea o haya sido la vivienda principal de la familia, así como del mobiliario que
lo guarnece, siempre que ellos formen parte del patrimonio del difunto". En este caso el
legislador le permite expresamente al cónyuge sobreviviente que se adjudique
preferentemente el inmueble en que resida y que "sea o haya sido" la vivienda principal
de la familia, esta norma venía a reemplazar en caso de muerte la protección que
otorgaba a la familia el bien familiar, pero en este caso lo que no hace el legislador en la
institución de los bienes familiares, le permite adjudicarse la vivienda cuando ya no sea la
vivienda familiar, pero el cónyuge siga habitando ahí, ¿por qué si sigue viviendo ya no
sería la vivienda familiar, de acuerdo a quienes sostienen que viviendo solo sería aún un
inmueble familiar? La interpretación en este punto es clara, si el cónyuge sigue viviendo
con los hijos será la vivienda familiar, pero si vive solo igual se la podrá adjudicar porque
era la vivienda familiar, por lo cual esta norma sostiene que viviendo solo el cónyuge
sobreviviente no sería ya la vivienda familiar. Es posible entonces interpretar de forma
diferente en un mismo cuerpo legal un vocablo como vivienda familiar" (C. Suprema 24
de septiembre de 2018, cons. 7º, 8º y 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/5160/2018, Rol Nº 129-
2018). 240.2.2. La familia implica pluralidad: un padre y sus hijos constituyen familia
aunque el matrimonio haya terminado. En ese sentido la E Corte Suprema ha
xcma. 

declarado que: "[C]abe considerar que del tenor de lo dispuesto por los artículos 141 y
146 del Código Civil, resulta evidente que la principal beneficiaria de la institución en
comento es la familia; desde esta perspectiva, no puede desconocerse el hecho que si
bien ella ha podido tener su origen en el matrimonio de las partes, como ha ocurrido en la
especie, lo cierto es que la misma subsiste más allá de la disolución de la relación
conyugal, permaneciendo vigente en relación a los hijos, a quienes en este caso la ley
busca asegurar su protección mediante la consagración de la institución en comento, con
la extensión de sus efectos más allá del término del matrimonio, si se dan los
presupuestoslegales que justifican tal proceder" (C. Suprema, 12 de septiembre de 2011,
cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/7572/2011, Rol Nº 4316-2011). 240.2.3. La familia
existe con prescindencia de si existen hijos o no. La I Corte de Apelaciones de Arica,
lma. 

en sentencia del año 2003, revocaba un fallo de primera instancia que había denegado la
declaración de bien familiar debido a que el matrimonio en relación con el cual se
solicitaba carecía de hijos. Razonaba, acertadamente, que el concepto de familia no exige
la existencia de hijos, de modo que esta ausencia de prole no impedía la declaración de
bien familiar: "Familia de acuerdo al Diccionario de la Lengua Española "es grupo de
personas emparentadas entre sí que viven juntas". Concepto que difiere del que ha tenido
en cuenta el legislador al regular tal institución, puesto que ella nace desde que hay un
vínculo matrimonial y éste se mantiene inalterable sin ser disuelto, independientemente de
la existencia de hijos o no, pues interpretar lo contrario sería dejar fuera de la norma a
todos aquellos matrimonios que no tienen hijos, lo que atentaría contra el derecho
constitucional de igualdad ante la ley. Por ello esta Corte estima que se entiende que hay
familia desde que se contrae el matrimonio, manteniéndose tal condición mientras el
vínculo matrimonial no esté disuelto, sin que para mantener su existencia como figura
legal requiera el nacimiento de hijos" (C. Apelaciones de Arica, 4 de junio de 2003, cons.
3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2518/2003, Rol Nº 8945). Esta sentencia fue confirmada en
casación por la E Corte Suprema, y al hacerlo destacó que, para efectos de la
xcma. 

declaración de bien familiar, hay diversos aspectos que carecen de relevancia, entre ellos
la ausencia de hijos: "Que el artículo 141 inciso 1º del Código Civil dispone que "El
inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges que sirva de residencia principal a
la familia, y los muebles que la guarnecen, podrán ser declarados bienes familiares y se
regirán por las normas de este párrafo, cualquiera sea el régimen de bienes del
matrimonio". Luego, como se ha dicho por esta Corte en fallo de 19 de diciembre de 2002
en causa Rol Nº 4317-01, lo que exige esta norma para la procedencia de la declaración
de bien familiar es la existencia de un inmueble de propiedad de cualquiera de los
cónyuges, y que éste sirva de residencia principal de la familia, no siendo necesario
analizar la situación patrimonial de los componentes de la familia, ni otros aspectos
relacionados con ella, como la ausencia de hijos" (C. Suprema, 31 de mayo de 2004,
cons. 10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2766/2004, Rol Nº 2800-2003). Esta opinión la ha
mantenido en el tiempo la E Corte Suprema: "Resulta indiscutible que la existencia de
xcma. 

una familia no está supeditada al hecho de que existan hijos" (C. Suprema, 31 de marzo
de 2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/686/2014, Rol Nº 9439-2013). Igual línea han
seguido los tribunales de alzada: "[L]a jurisprudencia ha dicho que se entiende que hay
familia desde que se contrae el matrimonio, manteniéndose tal condición mientras el
vínculo matrimonial no esté disuelto, sin que para mantener su existencia como figura
legal requiera del nacimiento de hijos (C. de Apelaciones de Arica, 4 de junio de 2003, Rol
Nº 8945)" (C. Apelaciones de Concepción, 31 de marzo de 2008, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7526/2008, Rol Nº 1359-2000); "[D]ebe entenderse que "hay
familia desde que se contrae el matrimonio, manteniéndose tal condición mientras el
vínculo matrimonial no esté disuelto, sin que para mantener su existencia como figura
legal se requiera el nacimiento de hijos" y para el caso que los cónyuges se separen de
hecho, aun cuando ya no sea un grupo, la familia, para estos efectos, "sigue vigente toda
vez que el legislador se ha apartado de lo material y le ha dado vida legal", por lo que en
el caso de autos, estamos en presencia de una familia" (C. Apelaciones de Valparaíso, 5
de noviembre de 2010, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9170/2010, Rol Nº 642-2010). En
la misma línea se hadeclarado la procedencia de la declaración de bien familiar cuando el
matrimonio no ha tenido hijos, aunque en el inmueble de cuya declaración se trata,
convivieron marido y mujer y, con aquiescencia del marido, los hijos de esta última: "Que
si bien, por concepto de familia se tiene a un grupo humano unido por vínculo de
parentesco, en este caso no podría restringirse a la circunstancia que entre la actora y el
demandado la acepción no les concede cobertura por el mero hecho que en dicho
matrimonio no hubo hijos, puesto que una familia perfectamente puede sólo estar
compuesta por el marido y la mujer no restándose a que ésa se conciba en un sentido
amplio; más en este caso, que fue el inmueble de calle [...], el lugar físico donde convivió
el demandado con la actora y los hijos de ésta y con la aquiescencia de aquel,
circunstancia que no lo aleja, sino que, por el contrario, lo radica dentro del concepto más
tradicional de familia" (C. Apelaciones de San Miguel, 18 de febrero de 2015, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/904/2015, Rol Nº 885-2014).La E  Corte Suprema confirmó, por
xcma.

la vía de casación, la sentencia que queda citada, y en su fallo enfrentó directamente la


cuestión siguiente: "Para el discernimiento acerca de si la separación de los cónyuges
casados y sin hijos inhibe la institución del 'bien familiar' de que goza el inmueble que
sirve de residencia principal de la familia, se hace indispensable invocar argumentos de
texto" (C. Suprema, 28 de diciembre de 2015, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8010/2015, Rol Nº 3700-2015). Su conclusión fue ésta: "[E]n el
ordenamiento jurídico interno la familia está concebida a partir de la relación que se da
entre dos personas, normalmente un hombre y una mujer, a través del contrato de
matrimonio, sin que para ello sea menester la existencia de un número mayor de
personas, entre las cuales el o los hijos, que caso alguno se presentan como una
condicionante de su nacimiento. Por consiguiente, no se divisa justificación razonable
para concluir que la terminología de la convocatoria, es decir, la que emplea el artículo
141 del Código en el sentido que puede declararse bien familiar el inmueble que 'sirva de
residencia principal de la familia', no permita abarcar la situación sub iudice, lo que
descarta la objeción que a lo resuelto efectúa el perdedor" (C. Suprema, 28 de diciembre
de 2015, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/ Jur/8010/2015, Rol Nº 3700-2015). Esta opinión
la ha reiterado, y fundado en mayores razones, en sentencias posteriores: "Que para el
discernimiento acerca de si la separación de los cónyuges casados y sin hijos inhibe la
institución del 'bien familiar' de que goza el inmueble que sirve de residencia principal de
la familia, se hace indispensable invocar argumentos de texto. Séptimo: Que el Párrafo 2
del Título VI del Libro Primero del citado cuerpo legislativo, del que forma parte el artículo
141, también comprende un artículo 147 de acuerdo con el que durante el matrimonio el
juez puede constituir prudencialmente en favor del cónyuge no propietario, derechos de
usufructo, uso o habitación sobre los bienes familiares, en cuya constitución el juez
tomará especialmente en cuenta las fuerzas patrimoniales de los cónyuges y 'el interés de
los hijos, cuando los haya'. La institución tiene lugar en razón del matrimonio, con
prescindencia de si hay o no filiación. Octavo: Que para la Constitución Política de la
República, la familia es el núcleo fundamental de la sociedad artículo 1º inciso segundo lo
que deriva en que constituya un deber del Estado protegerla y propender a su
fortalecimiento inciso quinto de idem, baluarte del que la voluntad soberana de la nación,
presuntamente allí sintetizada, obviamente no puede desentenderse a la hora de describir
el contenido de garantías fundamentales de toda persona, tales como las de la integridad
psíquica, de la igualdad, de la no discriminación, del equitativo amparo en el ejercicio de
los derechos, de la protección de la vida privada y de la inviolabilidad del hogar, entre
otras, que consagran los cinco primeros numerales de su artículo 19. Noveno: Que la Ley
Nº 19.947 o Ley de Matrimonio Civil se inicia con un discurso categórico a los efectos
hermenéuticos aquí perseguidos: 'Artículo 1º. La familia es el núcleo fundamental de la
sociedad. El matrimonio es la base principal de la familia'. El artículo segundo de esa
legislación agrega que 'La facultad de contraer matrimonio es un derecho esencial
inherente a la persona humana...'. Su artículo 21 trata de la separación de hecho entre los
cónyuges, evento en el que los faculta para regular sus relaciones mutuas de común
acuerdo, especialmente las materias vinculadas al régimen de bienes, entre las que
parece obvio considerar una hipotética preocupación en punto a que se declare el hogar
como un bien familiar. Pues bien, recién el inciso segundo de la norma advierte la
posibilidad de existir hijos: 'si hubiere hijos, dicho acuerdo deberá regular también...'.
Décimo: Que quedó asentado por los jueces del fondo que, en la especie, en el inmueble
de que se trata convivió el demandado con la actora y el hijo común, ya fallecido, hasta
que aquél abandonara la propiedad. En ese contexto, concurre el presupuesto establecido
en el artículo 141 inciso 1º para declararlo bien familiar, ya que sirve de residencia
principal de la familia, entendiéndola en un sentido amplio, esto es, como una institución
natural y social que, basada en vínculos de sangre y afecto, vincula a los individuos que la
integran para cumplir en comunidad los fines de la vida en el orden espiritual y material,
habitualmente bajo la autoridad de un ascendiente originario, o sea, para auxiliarse
recíprocamente en todas las circunstancias de la vida. Undécimo: Que, por consiguiente,
no se divisa justificación razonable para concluir que la terminología de la convocatoria,
es decir, la que emplea el artículo 141 del Código en el sentido que puede declararse bien
familiar el inmueble que 'sirva de residencia principal de la familia', no permita abarcar la
situación sub iudice, lo que descarta la objeción que a la pretensión efectúa el fallo que se
revisa" (C. Suprema, 7 de marzo de 2017, cons. 6º a 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/859/2017, Rol Nº 62136-2016). Con la opinión que queda
explicada, se desechaba una contraria que había defendido la I Corte de Apelaciones de
lma. 

Concepción: "Que como no existe en nuestra legislación una definición de familia, salvo la
contemplada en el artículo 815 del Código Civil, pero para fines muy limitados (derecho de
uso y de habitación), resulta necesario recurrir al Diccionario de la Real Academia
Española, que la define, en una primera acepción, como "Grupo de personas
emparentadas entre sí que viven juntas bajo la autoridad de una de ellas", y en una
segunda, como "Conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un
linaje". Vale decir, para que pueda entenderse que exista una familia, es necesaria la
existencia de hijos, pues son éstos quienes tienen vínculo de parentesco, en lo que
interesa, con sus padres, no así los cónyuges que, jurídicamente, no son parientes entre
sí; afirmación esta última que se aprecia claramente, por ejemplo, en materia de derecho
sucesorio, en el cual se ha incorporado de una u otra forma al cónyuge, debido a que éste
no puede concurrir a la herencia como pariente, precisamente por no serlo"
(C. Apelaciones de Concepción, 23 de marzo de 2007, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/445/2007, Rol Nº 4379-2005). 240.2.4. La familia existe con
prescindencia de la edad de los hijos. En este sentido se ha pronunciado la E Corte xcma. 

Suprema cuando ha declarado: "Que, el artículo 141 inciso 1º del Código Civil dispone "El
inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges que sirva de residencia principal de
la familia, y los muebles que la guarnecen, podrán ser declarados bienes familiares y se
regirán por las normas de este párrafo, cualquiera sea el régimen de bienes del
matrimonio". Luego, lo que exige esta norma para la procedencia de la declaración de
bien familiar es la existencia de un inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges,
y que éste sirva de residencia principal de la familia, no siendo necesario analizar la
situación patrimonial de los componentes de la familia, ni otros aspectos relacionados con
ella, como ser la edad de los hijos que habitan la propiedad demandada como bien
familiar" (C. Suprema, 19 de diciembre de 2002, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/473-
2002, Rol Nº 4317-2001). Además, se ha agregado que este artículo 141: "Tampoco
permite restringir arbitrariamente el concepto de familia que utiliza el legislador a los hijos
menores, sin que texto legal alguno abone semejante discriminación, olvidando el
intérprete la regla de que no puede efectuar distinciones donde la ley no lo hace, pues si
el sentido de ésta es claro no resulta lícito prescindir de su texto literal a pretexto de
consultar su espíritu" (C. Suprema, 19 de diciembre de 2002, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/473-2002, Rol Nº 4317-2001). En la misma orientación la I Cortelma. 

de Apelaciones de Valparaíso: "Que la circunstancia que el hijo que vive con la actora ya
sea mayor de edad no obsta a que el bien inmueble, de propiedad del otro cónyuge, se
declare bien familiar puesto que el legislador no ha exigido la existencia de hijos menores
para tales efectos, ni de hijos de cualquier edad. Avala lo anotado el hecho que el artículo
147 del Código Civil permite constituir, prudencialmente, a favor del cónyuge no
propietario, derechos de usufructo, uso o habitación sobre los bienes familiares y añade
que para ello el juez deberá considerar el interés de los hijos "cuando los haya", de forma
tal que aun si no los hay la declaración de bien familiar es del todo procedente"
(C. Apelaciones de Valparaíso, 25 de noviembre de 2005, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5312/2005, Rol Nº 2874-2003, conf. C. Suprema, 24 de mayo de
2006, LegalPublishing: Cl/Jur/7657/2006, Rol Nº 386-2006). 240.2.5. La familia existe
aunque los cónyuges se hayan separado de hecho. Esta opinión, que ha de matizarse
con lo señalado en el punto precedente 6.1.2.1, la confirmó la E Corte Suprema en 2004:
xcma. 

"Que la sentencia que se revisa ha señalado que en la especie el bien raíz referido sirve
de residencia principal a la familia, desde que en él habita la demandante, casada con el
demandado, con quien no tuvo hijos, entendiendo que 'hay familia desde que se contrae
el matrimonio manteniéndose tal condición mientras el vínculo matrimonial no esté
disuelto, sin que para mantener su existencia como figura legal requiera el nacimiento de
hijos' (considerando 3º), agregando que en el caso que los cónyuges se separen de
hecho, aun cuando ya no sea un grupo, la familia, para estos efectos, "sigue vigente toda
vez que el legislador se ha apartado de lo material y le ha dado vida legal" (C. Suprema,
31 de mayo de 2004, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/2766/2004, Rol Nº 2800-2003).
Los tribunales de alzada siguieron, sin dificultad, esta opinión: "[D]ebe entenderse que
'hay familia desde que se contrae el matrimonio, manteniéndose tal condición mientras el
vínculo matrimonial no esté disuelto, sin que para mantener su existencia como figura
legal se requiera el nacimiento de hijos' y para el caso que los cónyuges se separen de
hecho, aun cuando ya no sea un grupo, la familia, para estos efectos, 'sigue vigente toda
vez que el legislador se ha apartado de lo material y le ha dado vida legal'"
(C. Apelaciones de Valparaíso, 5 de noviembre de 2010, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9170/2010, Rol Nº 642-2010). 241. Segundo requisito: De la
existencia de un inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges. En relación
con este requisito, la jurisprudencia ha realizado una serie de precisiones: 241.1. Es
posible declarar bien familiar un inmueble que es "común" de los cónyuges. La
jurisprudencia ha entendido que: "[L]os bienes que pueden ser declarados familiares
corresponden al inmueble que sirve de residencia principal de la familia, los muebles que
la guarnecen y los derechos o acciones en sociedades propietarias del inmueble que sirve
de residencia principal de la familia. El instituto en estudio exige, como se ha dicho, que el
inmueble sirva de residencia principal de la familia y que éste sea de propiedad de
cualquiera de los cónyuges. Así si la ley no efectúa distingo alguno, no resulta al
intérprete procedente hacerlo, reduciendo el campo de aplicación de la norma, debiendo
entenderse entonces comprendidos en la hipótesis discutida, tanto los inmuebles que
pertenecen a cualquiera de los cónyuges como los que son comunes de éstos, tal como lo
concluyen también autores como Gian Franco Rosso Elorriaga (Régimen Jurídico de los
Bienes Familiares, Metropolitana Ediciones, 1998, p. 99), René Ramos Pazos, (Derecho
de Familia, Editorial Jurídica, Tomo I, p. 361), Pablo Rodríguez Grez, (Regímenes
Patrimoniales, Editorial Jurídica, 1996, p. 286) y Claudia Schmidt Hott, (Instituciones de
Derecho de Familia, LexisNexis, 2004, p. 231)" (C. Suprema, 3 de septiembre de 2012,
cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/1962/2012, Rol Nº 3322-2012; C. Suprema, 3 de
septiembre de 2012, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/3763/2012, Rol Nº 3289-2012). En
apoyo de esta opinión se ha advertido: "Que lo concluido en el motivo precedente se ve
corroborado con la redacción original del artículo 141, que se aprobó con la dictación de la
Ley Nº 19.535, publicada en el Diario Oficial, el 23 de septiembre de 1994, con el
siguiente texto: "El inmueble de propiedad de ambos cónyuges o de alguno de ellos, que
sirva de residencia principal de la familia, y los muebles que guarnecen el hogar, podrán
ser declarados bienes familiares [...]". Si bien dicha redacción resultó modificada en el
Decreto con Fuerza de Ley Nº 1 de 1995, que fijó el texto refundido, coordinado y
sistematizado del Código Civil, al establecer en el mismo articulado que "El inmueble de
propiedad de cualquiera de los cónyuges que sirva de residencia principal de la familia, y
los muebles que la guarnecen, podrán ser declarados bienes familiares [...]", tal
divergencia en los textos no varía la situación, pues la expresión que se utiliza en el
segundo de los textos legales citados, "[...] inmueble de propiedad de cualquiera de los
cónyuges [...]", resulta comprensiva de las dos hipótesis en discusión, esto es, tanto de
aquélla en que el bien materia de la afectación es de dominio exclusivo de una de las
partes como la otra en que el referido dominio pertenece a ambos" (C. Suprema, 3 de
septiembre de 2012, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/1962/2012, Rol Nº 3322-
2012; C. Suprema, 3 de septiembre de 2012, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3763/2012, Rol Nº 3289-2012). Esta opinión la ha confirmado en
sentencias posteriores: "Que no es requisito que el inmueble sea sólo de uno de los
cónyuges pues puede ser de ambos, tal como lo ha sostenido esta Corte en la sentencia
dictada en la causa Rol Nº 3322-2012, en sus considerandos séptimos y octavo: Que, en
el caso sub lite, la controversia se plantea a propósito de la exigencia de ser el inmueble
residencia de la familia de propiedad de cualquiera de los cónyuges o de ambos, es decir,
si tal requisito se cumple cuando existe copropiedad entre éstos. Al respecto, cabe tener
presente que el artículo 141 del Código Civil, previene que: 'El inmueble de propiedad de
cualquiera de los cónyuges que sirva de residencia principal a la familia, y los muebles
que la guarnecen, podrán ser declarados bienes familiares [...]'. Por su parte, el artículo
146, en su inciso primero, establece: 'Lo previsto en este párrafo se aplica a los derechos
o acciones que los cónyuges tengan en sociedades propietarias de un inmueble que sea
residencia principal de la familia'. Séptimo. Que, al relacionar las disposiciones antes
referidas, se concluye que los bienes que pueden ser declarados familiares corresponden
al inmueble que sirve de residencia principal de la familia, los muebles que la guarnecen y
los derechos o acciones en sociedades propietarias del inmueble que sirve de residencia
principal de la familia. El instituto en estudio exige, como se ha dicho, que el inmueble
sirva de residencia principal de la familia y que sea de propiedad de cualquiera de los
cónyuges. Así, si la ley no efectúa distingo alguno, no resulta al intérprete procedente
hacerlo, reduciendo el campo de aplicación de la norma, debiendo entenderse entonces
comprendidos en la hipótesis discutida tanto los inmuebles que pertenecen a cualquiera
de los cónyuges como los que son comunes de éstos, tal como lo concluyen también
autores como Gian Franco Rosso Elorriaga (Régimen Jurídico de los Bienes Familiares,
Metropolitana Ediciones, 1998, p. 99), René Ramos Pazos, (Derecho de Familia, Editorial
Jurídica, Tomo I, p. 361), Pablo Rodríguez Grez, (Regímenes Patrimoniales, Editorial
Jurídica, 1996, p. 286) y Claudia Schmidt Hott, ('Instituciones de Derecho de Familia',
LexisNexis, 2004, p. 231)" (C. Suprema, 10 de noviembre de 2016, cons. 6º y 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8664/2016, Rol Nº 32972-2016). 241.2. De si es posible
declarar bien familiar el inmueble respecto del cual uno de los cónyuges es
comunero con terceros. Esta cuestión ha generado diversidad de opiniones en la
jurisprudencia y, aunque hay casos resueltos por la E Corte Suprema, en ellos ha habido
xcma. 

fundados votos de minoría. Así las cosas, las opiniones que se han defendido son las dos
que se explican a continuación. 241.2.1. No es posible declarar bien familiar el
inmueble respecto del cual uno de los cónyuges es comunero con terceros: esta
línea la han seguido algunos tribunales de alzada, y ha sido confirmada, en votos de
mayoría, por la E Corte Suprema. Así, la I Corte de Apelaciones de La Serena ha
xcma.  lma. 

declarado que: "[D]e los hechos que se han tenido por probados precedentemente no
resulta acreditado el requisito en que se funda la acción en virtud de la cual se pretende
que un inmueble sea declarado bien familiar, consistente en que sea un inmueble de
propiedad de cualquiera de los cónyuges; atendido que sobre el bien que sirve de
residencia principal a la familia sólo le corresponde al demandado un derecho limitado,
como es el del comunero en una cosa en que también aparecen teniendo derechos otras
dos personas. De lo dispuesto en el artículo 141 del Código Civil resulta claro que se
alude a un inmueble que pertenezca a los cónyuges, lo que excluye a un bien raíz en que
además de uno de los cónyuges tengan derechos terceros distintos a aquellos, como
sucede en el presente caso" (C. Apelaciones La Serena, 29 de noviembre de 2010, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/Jur/17030/2010, Rol Nº 218-2010). Por su parte, la E Corte xcma. 

Suprema, en voto de mayoría ha considerado: "Que en el caso sub lite es un hecho


indiscutido que el inmueble que sirve de residencia principal a la familia, pertenece al
cónyuge demandado en comunidad con otras personas, situación que no corresponde a
ninguna de las hipótesis que ha establecido el legislador para la declaración de bien
familiar, desde que no se trata de un inmueble que pertenezca a uno de los cónyuges,
cuyo presupuesto no se cumple si se considera que se trata de un bien de propiedad
común, entre el cónyuge y uno o más terceros" (C. Suprema, 16 de marzo de 2012, cons.
8º, LegalPublishing: Cl/Jur/637/2012, Rol Nº 10182-2011). Se ha añadido: "Que al
respecto, cabe consignar, que la ley ha omitido toda referencia a la situación de los bienes
raíces pertenecientes a uno de los cónyuges en comunidad con terceros; es decir, la
misma ley no contempla ni autoriza la declaración de bien familiar en tales casos, a
diferencia de lo que ocurre respecto de los derechos y acciones a que se refiere el artículo
146 del mencionado Código Civil, en que el legislador ha establecido la procedencia de tal
afectación, no resultando posible concluir en un sentido contrario al indicado, desde que la
situación en estudio ha quedado al margen de regulación por la normativa legal. En este
sentido, cabe considerar como lo indica el profesor Pablo Rodríguez Grez que en estos
casos, "al operar la partición y con ello el efecto declarativo de las adjudicaciones (artículo
1344) podría burlarse la afectación, salvo sacrificando estos principios". (Regímenes
Patrimoniales. Editorial Jurídica de Chile, año 1996, página 293). Asimismo, no puede
obviarse la conculcación que puede producirse respecto de terceros en su facultad de
disponer libremente de sus derechos sobre el inmueble, en consuno con los demás
comuneros" (C. Suprema, 16 de marzo de 2012, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/637/2012, Rol Nº 10182-2011). Esta sentencia desarrolló el
argumento que con anterioridad había dado el mismo tribunal para defender igual opinión:
"[C]abe consignar, que la ley ha omitido toda referencia a la situación de los bienes raíces
pertenecientes a uno de los cónyuges en comunidad con terceros, es decir, la misma no
contempla ni autoriza la declaración de bien familiar en estos casos, a diferencia de lo que
ocurre respecto de los derechos y acciones a que se refiere el artículo 146 del
mencionado Código Civil, en que el legislador ha establecido la procedencia de tal
afectación, no resultando posible concluir en un sentido contrario al indicado, desde que la
situación en estudio ha quedado al margen de regulación por la normativa legal"
(C. Suprema, 14 de septiembre de 2009, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/1219/2009, Rol
Nº 4608-2009); 241.2.2. Sí es posible declarar bien familiar el inmueble respecto del
cual uno de los cónyuges es comunero con terceros: esta opinión ha sido defendida
en voto en contra de una sentencia de la E Corte Suprema: "Que en el caso sub-lite la
xcma. 

controversia se plantea a propósito de la exigencia de ser el inmueble residencia de la


familia propiedad de uno o de ambos cónyuges, es decir, si tal requisito se cumple cuando
éste es copropietario junto a uno o varias personas. La respuesta a esta interrogante debe
ser en términos afirmativos desde que, por una parte, el artículo 141 del Código Civil no
distingue y, por ende, no es lícito hacerlo reduciendo el campo de aplicación de la norma
y porque, además, así lo determina la historia fidedigna del establecimiento de la Ley
Nº 19.335. En efecto, el tema fue discutido en la Comisión de Constitución del Senado,
donde se consideró la posibilidad de que el inmueble familiar perteneciera a varios
comuneros, estimándose que "esta situación queda entregada a las reglas generales, en
que cualquier comunero puede pedir la partición, excepto del cónyuge con esta calidad,
quien necesitaría la voluntad de su consorte". (Primer Informe Comisión Constitución
Senado). 6º) Que en situaciones de propiedad parcial, la declaración de bien familiar
versa más bien sobre el derecho o cuota que le corresponde al cónyuge sobre el
inmueble y en estos casos en que se tenga el dominio con terceros, deberán tenerse en
consideración los factores generales para resolver sobre la ventaja de la afectación
(Ver Régimen Jurídico de los Bienes Familiares. Gian Franco Rosso Elorriaga.
Metropolitana Ediciones. Santiago, 1998), por eso no se comparte el criterio del fallo en
cuanto estima que se conculcan derechos de terceros. 7º) Que, en este sentido, cabe
señalar que la interpretación que los jueces del fondo han realizado respecto de la
normativa que regula la institución en estudio resulta armónica, al perseverar una
coherencia lógica y axiológica del sistema jurídico, se ajusta plenamente al principio "favor
libertatis", en cuya virtud se prefiere entre diversas opciones la que restringe en menor
medida el derecho cautelado, primando la norma más favorable a la persona y permite la
adaptación del derecho a las exigencias de bien común de la vida social. Por otro lado,
con ella se brinda mayor protección a la vivienda familiar y con ello a la familia,
cumpliéndose de este modo con el imperativo público que se persigue con la
consagración de la figura jurídica de los bienes familiares" (C. Suprema, 16 de marzo de
2012, voto en contra, cons. 5º a 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/637/2012, Rol Nº 10182-
2011). 241.3. Es posible declarar bien familiar un inmueble gravado con hipoteca.
Así se ha declarado, para desestimar la alegación del demandado, que se oponía a la
declaración por alegar que el inmueble en cuestión se hallaba sujeto al gravamen de una
hipoteca: "Que al tenor de las declaraciones formuladas por la demandada y de los
razonamientos hechos por el juez a quo, es preciso tener en consideración lo establecido
en el artículo 141 del Código Civil que establece que el inmueble de propiedad de
cualquiera de los cónyuges que sirva de residencia principal de la familia y los muebles
que la guarnecen, podrán ser declarados bienes familiares, de donde es posible concluir
que la exigencia genérica que establece esta norma concurre en la especie y, por lo tanto,
la demandante se encuentra habilitada para hacer la solicitud que formula. Establecido lo
anterior, es menester hacerse cargo de las defensas esgrimidas por el demandado.
Desde luego, la necesidad de tener que invocarse un peligro real o cierto que pudiera
afectar al bien respecto del cual se hace la solicitud, no es una exigencia que contemple
la ley, en tanto que el hecho que pesen sobre el mismo inmueble gravámenes como los
que menciona el demandado, tampoco es un obstáculo para formular la solicitud, razones
por las que estas alegaciones no resultan idóneas para sustentar la oposición a lo pedido"
(C. Apelaciones de San Miguel, 26 de enero de 2012, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/222/2012, Rol Nº 21-2012). 241.4. Es necesario probar que el
inmueble de que se trata, es de propiedad de uno de los cónyuges. En este sentido
se ha declarado que: "[P]ara que pueda prosperar la acción interpuesta, es necesario
acreditar que el bien que se pretende sea declarado familiar, es de propiedad de uno de
los cónyuges y así lo entendió la parte demandante, pues en la audiencia preparatoria,
ofreció incorporar como prueba documental copia autorizada de la inscripción de dominio
del inmueble objeto de este juicio" (C. Apelaciones de Chillán, 6 de marzo de 2008, cons.
2º, LegalPublishing: Cl/Jur/789/2008, Rol Nº 26-2008). 241.5. De los muebles que
guarnecen la residencia principal de la familia, y cuál sea su contenido. En cuanto
que este artículo autoriza, también, a declarar como bienes familiares los muebles que
guarnecen la residencia principal de la familia, que es el inmueble de propiedad de uno de
los cónyuges, la jurisprudencia se ha ocupado en precisar cuál sea el contenido de la
expresión 'muebles que la guarnecen'. Lo ha hecho, en particular, cuando se ha planteado
por alguna de las partes la exclusión de aquellos a los que asigna un alto valor. La
E Corte Suprema ha sentado en este punto, que para determinar lo que sean los bienes
xcma. 

muebles que guarnecen la residencia principal de la familia no se ha de atender, ni a la


propiedad de tales bienes, ni al valor que ellos tengan. Así ha declarado que: "Que como
la ley no define lo que debe entenderse por muebles que guarnecen la residencia de la
familia, aplicando la regla de hermenéutica legal del artículo 20 del Código Civil, es dable
sostener que "guarnecer", de acuerdo al sentido natural y obvio de las palabras, significa
—según la definición del diccionario de la Real Academia— "colgar, vestir, adornar" y
también "dotar, proveer y equipar". De lo anterior se infiere que el citado artículo 141
permite asignar este carácter a los bienes muebles que alhajan el hogar, es decir, al
amoblado de la residencia familiar, sin consideraciones de otro orden, esto es, sin atender
quién es su propietario de ellos ni a su valor, sea éste económico, histórico o sólo afectivo
[...] Que desde otra perspectiva y considerando que el Código del ramo, en sus artículos
574 y 1121 se refiere a los muebles de una casa, es decir, a los que componen su ajuar,
bien puede estarse a su contenido para determinar el sentido y alcance de la expresión
que se examina. La primera regla previene que: "Cuando por ley o el hombre se usa la
expresión bienes muebles sin otra calificación, se comprenderá en ella todo lo que se
entiende por cosas muebles, según el artículo 567 del Código Civil". "En los muebles de
una casa no se comprenderá el dinero, los documentos y papeles, las colecciones
científicas o artísticas, los libros o sus estantes, las medallas, las armas, los instrumentos
de artes y oficios, las joyas, las ropas de vestir, los carruajes o caballerías o sus arreos,
los granos, caldos, mercaderías, ni en general otras cosas que las que forman el ajuar de
una casa". Por su parte, el artículo 1.121 del mismo cuerpo legal dispone: "Si se lega una
cosa con sus muebles o con todo lo que se encuentra en ella, no se entenderán
comprendidas en el legado las cosas enumeradas en el inciso segundo del artículo 574,
sino sólo las que forman el ajuar de la casa y se encuentran en ella" [...] Que de las reglas
transcritas se colige que los bienes muebles de una casa o los que guarnecen la
residencia familiar, son aquéllos que la visten y se encuentran en ella, con excepción de
los que tienen un carácter personal o profesional, que no es el caso de los que se
reclaman. La misma idea se repite en el artículo 1942 del Código Civil, al prevenir que
"Podrá el arrendador, para seguridad de este pago (precio o renta), y de las
indemnizaciones a que tenga derecho, retener todos los frutos existentes de la cosa
arrendada, y todos los objetos con que el arrendatario haya amoblado, guarnecido o
previsto...". Es evidente que la institución, materia de estos autos se orienta a no privar a
la familia de su vivienda y amoblado, esto es, a mantener, en la medida de lo posible la
estabilidad del ambiente familiar" (C. Suprema, 31 de mayo de 2007, cons. 5º a 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3361/2007, Rol Nº 1245-2007). Esta opinión ha sido asumida por
algunos tribunales de alzada: "[R]especto de los bienes muebles, el artículo 141 citado se
refiere a los que guarnecen el hogar familiar y como la ley no define lo que debe
entenderse por éstos, aplicando la regla de hermenéutica legal del artículo 20 del Código
Civil, es dable sostener que guarnecer, de acuerdo al sentido natural y obvio de las
palabras, significa —según la definición del diccionario de la Real Academia— colgar,
vestir, adornar y también dotar, proveer y equipar. De lo anterior se infiere que el citado
artículo 141 permite asignar este carácter a los bienes muebles que alhajan el hogar, es
decir el amoblado de la residencia familiar, sin consideraciones de otro orden, esto es, sin
atender quien es el propietario de ellos ni a su valor, sea este económico, sea histórico o
sólo afectivo., como lo ha dicho la E Corte Suprema en sentencia dictada en los autos
xcma. 

Rol Nº 1245-2007 de fecha 31 mayo 2007, considerando quinto" (C. Apelaciones de


Valparaíso, 5 de noviembre de 2010, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/9170/2010, Rol
Nº 642-2010); "Que en lo tocante a los bienes muebles que guarnecen la residencia
principal de la familia y dado que la ley no define lo que debe entenderse por tales, el
sentido natural y obvio de la expresión permite asignar este carácter a los bienes muebles
que alhajan el hogar, es decir, al amoblado de la residencia familiar, sin consideraciones
de otro orden, esto es, sin atender quién es su propietario de ellos ni a su valor, sea éste
económico, histórico o sólo afectivo (C. Suprema, sentencia de 31 de mayo de 2007, Rol
Nº 1245-2007)" (C. Apelaciones de Concepción, 24 de mayo de 2011, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4427/2011, Rol Nº 189-2011). 241.6. De los muebles que
guarnecen la residencia principal de la familia, y de no incluirse entre ellos a los
vehículos motorizados. En este sentido se ha considerado como presupuesto para
sostener esta opinión lo siguiente: "[E]n relación al vehículo motorizado cuya declaración
de bien familiar también se solicita, cabe tener presente que el artículo 574 del Código
Civil, señala que en los muebles de una casa no se comprenderá el dinero, los
documentos y papeles, las colecciones científicas o artísticas, los libros o sus estantes,
las medallas, las armas, los instrumentos de artes y oficios, las joyas, las ropas de vestir,
los carruajes o caballerías o sus arreos, los granos, caldos, mercaderías, ni en general
otras cosas que las que forman el ajuar de una casa. Por su parte el artículo 1121 del
mismo cuerpo legal dispone: Si se lega una cosa con sus muebles o con todo lo que se
encuentra en ella, no se entenderán comprendidas en el legado las cosas enumeradas en
el inciso segundo del artículo 574, sino sólo las que forman el ajuar de la casa y
se encuentran en ella" (C. Apelaciones de Valparaíso, 5 de noviembre de 2010, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9170/2010, Rol Nº 642-2010). De lo dicho, se ha seguido que:
"[E]l vehículo motorizado cuya declaración se ha solicitado, atendida su función y
características, corresponde asemejarlo a los mencionados carruajes a que se refiere el
artículo 574 antes citado y por consiguiente, no forman parte de los bienes que conforman
el ajuar de una casa, no encontrándose por tanto, dentro de los bienes a que alude el
artículo 141 tantas veces citado, deberá rechazarse la demanda a ese
respecto" (C. Apelaciones de Valparaíso, 5 de noviembre de 2010, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9170/2010, Rol Nº 642-2010). 242. Tercer requisito: De ser el
inmueble de que se trata, la residencia principal de la familia. La jurisprudencia, sobre
todo en un primer momento, se ocupó en precisar qué había de entenderse por
"residencia principal de la familia". En tal labor realizó una serie de precisiones de
interés. 242.1. La noción de "residencia principal de la familia", implica la idea de
hogar y un ánimo de permanencia. Se ha entendido: "Que en cuanto al concepto de
residencia principal debe entenderse referido al inmueble que sirve de hogar a la familia,
esto es, a la habitación familiar, al inmueble en su sentido de residencia, y no de
cualquiera, sino la principal. También esta residencia principal conlleva naturalmente un
ánimo de permanencia por parte de quienes residen en ella (César Frigerio Castaldi, obra
citada, página 149)" (C. Apelaciones de Concepción, 31 de marzo de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7526/2008, Rol Nº 1.359-2002; C. Apelaciones de Concepción,
25 de abril de 2004, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1695/2014, Rol Nº 24-
2014). 242.2. La noción de "residencia principal de la familia" implica que en ella
habite la familia. Así se ha declarado: "Que el bien raíz sobre el cual se ha solicitado se
declare bien familiar, no está ocupado por la familia ni es su residencia principal, ya que la
solicitante y los hijos viven en la casa de los padres de ésta y la propiedad en cuestión se
encuentra arrendada a terceros, razón por la cual no procede sea declarado bien familiar"
(C. Apelaciones de Valdivia, 8 de julio de 2002, cons. 2º, conf. C. Suprema, 3 de
septiembre de 2002, LegalPublishing: Cl/ Jur/3712/2002, Rol Nº 2.987-2002). Con igual
orientación se ha dicho: "Que si bien la ley no precisa los efectos de la declaración judicial
de bienes familiares, se infiere que tal carácter lo asigna el destino de los mismos en los
términos del artículo 145 del Código Civil, que al referirse a la solicitud del cónyuge
propietario para desafectar el bien, señala como causal el no estar destinado actualmente
a los fines que indica el artículo 141, esto es, servir el inmueble de residencia principal de
la familia, así como los muebles, el guarnecer esta residencia principal. El destino
habitacional familiar constituye en consecuencia un elemento de la esencia de la referida
declaración, que tiene beneficiarios personalísimos en los miembros de la familia en cuyo
favor se pronuncia. La doctrina, la jurisprudencia y la historia del establecimiento de la Ley
Nº 19.335 coinciden en el precedente aserto" (C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de
septiembre de 2004, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/383/2004, Rol Nº 941-
2001). 242.3. La noción de "residencia principal de la familia" no resulta compatible
con la naturaleza agrícola del inmueble cuya declaración de bien familiar se
pretende. Se ha declarado que: "[N]o resulta posible extender el concepto de inmueble
que sirve de residencia principal de la familia a un predio de aptitud agrícola, de 200,11
hectáreas de extensión" (J. Letras Río Negro, 30 de octubre de 2010, cons. 12º,
conf. C. Suprema, 25 de julio de 2001, LegalPublishing: Cl/Jur/2948/2001, Rol Nº 1337-
2001). 242.4. La "residencia principal de la familia" debe ser actual. En este sentido
se ha declarado: "Que, en lo pertinente, el artículo 141 del Código Civil dispone que: "El
inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges que sirva de residencia principal de
la familia, y los muebles que la guarnecen, podrán ser declarados bienes familiares...".
Por consiguiente, en lo que interesa a estos efectos, para declarar como "familiar" un
inmueble de propiedad de alguno de los cónyuges, es condición indispensable que éste
tenga, actualmente, la calidad de residencia principal de la familia, requisito de actualidad
que queda en evidencia si se atiende al empleo en esa norma del verbo "servir", en su
forma de tiempo presente" (C. Suprema, 26 de septiembre de 2002, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/388/2002, Rol Nº 4639-2001). En esta misma línea se ha
reiterado: "Que los sentenciadores han considerado que para declarar el inmueble de
propiedad de uno de los cónyuges bien familiar, es requisito indispensable que éste tenga
actualmente la calidad de residencia principal de la familia, lo que no ocurría en la
especie, desde que los cónyuges se encuentran separados de hecho, los hijos mayores
de edad viven en forma independiente, ocupando la propiedad sólo el cónyuge
demandante [...] Que al resolver como lo han hecho los sentenciadores, no han incurrido
en los yerros que se denuncian, toda vez que los presupuestos y conclusiones en la que
sustentan su decisión, se ajustan a lo que este Tribunal ha señalado sobre la materia en
la causa Rol Nº 5022-04, en el sentido que la institución de los bienes familiares,
incorporada a nuestra legislación por la Ley Nº 19.335, tiene por finalidad principal
amparar el hogar de la familia, principalmente en caso de conflictos dentro de ella,
protegiendo al cónyuge no propietario al limitar las facultades del que es dueño del
respectivo bien raíz; constituyendo una exigencia para ello que el inmueble sirva de
residencia principal de la familia, lo que como se ha señalado, no ha acontece en el caso
de autos" (C. Suprema, 6 de diciembre de 2007, cons. 3º y 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2865/2007, Rol Nº 6394-2007). 242.5. El carácter de
"residencia principal de la familia" no desaparece por el matrimonio de los hijos, o
por la muerte de estos. En esta dirección se ha declarado: "Que la circunstancia que el
hijo haya contraído matrimonio y fallecido con posterioridad, no es impedimento para que
la cónyuge no propietaria pueda obtener tal declaración, toda vez que dichas
circunstancias no pueden privar al inmueble del atributo de haber sido residencia principal
de la familia, antecedente que habilita a aquél para formular semejante petición, más si se
tiene en consideración que esta pretensión fue formulada cuando todavía no acaecía la
muerte del hijo y que ésta no es causa de desafectación la cual se produce entre otras,
por la muerte de alguno de los cónyuges o la nulidad de matrimonio y no por las
circunstancias de que se trata en el caso sub lite" (C. Apelaciones de Santiago, 11 de
mayo de 2000, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/1773/2000, Rol Nº 1124-1999). 243. De
las condiciones no exigidas por la ley para la declaración de bien familiar. La
jurisprudencia ha desarrollado una interesante tarea, por vía negativa, al precisar que la
declaración de bienes familiares no exige realizar ciertas consideraciones, o determinados
requisitos. 243.1. No se requiere analizar la situación económica de los miembros de
la familia. Esta ha sido una opinión que desde temprano asumió la E Corte Suprema, y
xcma. 

lo hizo para aclarar que la declaración de bien familiar no podía entenderse a la luz de los
caracteres del derecho de alimentos. Así, en 2002 advertía que: "[L]o que exige esta
norma para la procedencia de la declaración de bien familiar es la existencia de un
inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges, y que éste sirva de residencia
principal de la familia, no siendo necesario analizar la situación patrimonial de los
componentes de la familia, ni otros aspectos relacionados con ella [...]" (C. Suprema, 19
de diciembre de 2002, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/473-2002, Rol Nº 4317-2001). De
ahí que, al revocar el fallo de que se trataba, advirtiera que: "[E]n la especie los jueces de
segundo grado han entendido, como lo indican en el considerando 6º del fallo impugnado,
que "...la institución del bien familiar tiene un carácter alimenticio, especialmente de
protección a la familia frente a los terceros acreedores", más que atender a las relaciones
entre los cónyuges, y además efectivamente han rechazado la declaración de bien
familiar en consideración a la edad de los hijos que habitan con su madre la propiedad
demandada [...] Que, al razonar en la forma antes señalada, la sentencia ha cometido
errores de derecho, infringiendo el artículo 141 del Código Civil, pues ha incorporado
elementos no contemplados en dicha disposición para la declaración de bien familiar,
exigiendo la concurrencia de requisitos que el legislador no estableció, y que son propios
de otra institución como son los alimentos, con los cuales el bien familiar tiene cierta
relación y cercanía, pero sin confundirse con ellos, ni mucho menos para establecer a su
respecto exigencias que la ley no ha contemplado" (C. Suprema, 19 de diciembre de
2002, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/473-2002, Rol Nº 4317-2001). Tiempo
después el mismo tribunal recordaba la sentencia cuyos considerandos se han transcrito:
"[C]omo se ha dicho por esta Corte en fallo de 19 de diciembre de 2002 en causa Rol
Nº 4317-01, lo que exige esta norma para la procedencia de la declaración de bien
familiar es la existencia de un inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges, y
que éste sirva de residencia principal de la familia, no siendo necesario analizar la
situación patrimonial de los componentes de la familia, ni otros aspectos relacionados con
ella, como la ausencia de hijos" (C. Suprema, 31 de mayo de 2004, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2766/2004, Rol Nº 2800-2003). En el mismo sentido ha insistido
en que: "[C]uando el artículo 141 del mismo Código regula los supuestos de procedencia
de la declaración de bien familiar de un inmueble, ninguna exigencia hace, respecto de la
situación patrimonial de los cónyuges" (C. Suprema, 28 de agosto de 2014, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6007/2014, Rol Nº 15331-2014). 243.2. No se requiere el
desamparo de la familia. En este sentido, la E Corte Suprema, al confirmar una
xcma. 

sentencia que había acogido la demanda de declaración de bien familiar, ha advertido


que: "[C]abe tener en consideración que el recurso de casación en el fondo deducido
tampoco puede tener éxito, desde que los nuevos hechos que se invocan y que le sirven
de sustento —la no existencia de desamparo o riesgo que afecte a la familia— no
constituye requisito de procedencia de la declaración de bien familiar, conforme se
advierte de la lectura del artículo 141 del Código Civil" (C. Suprema, 29 de agosto de
2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6062/2014, Rol Nº 12898-2014). 243.3. No se
requiere que quien demanda la declaración de bien familiar resida en el inmueble en
el momento de interponerla. En este sentido la E Corte Suprema ha confirmado un
xcma. 

sentencia en alzada: "[L]os jueces del fondo revocaron la sentencia del grado que rechazó
la demanda y, en su lugar, declararon bien familiar el referido inmueble, considerando que
el artículo 141 del Código Civil prescribe: "El inmueble de propiedad de cualquiera de los
cónyuges que sirva de residencia principal de la familia, y los muebles que la guarnecen,
podrán ser declarados bienes familiares y se regirán por las normas de este párrafo,
cualquiera sea el régimen de bienes del matrimonio", teniendo además presente que no
es dable exigir a la actora que al momento de interponer la demanda se encuentre
residiendo en el inmueble materia de declaración de bien familiar, por no ser una
exigencia legal y porque las circunstancias que rodearon los hechos justifican que, a esa
época, tuviese su domicilio en otro lugar" (C. Suprema, 20 de agosto de 2018, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5052/2018, Rol Nº 12278-2018). 244. De la declaración
provisoria de bien familiar: no puede dejarse sin efecto durante el curso del juicio.
En este sentido se ha declarado: "Que el haber acogido la reposición, dejando la juez sin
efecto la declaración provisoria de bien familiar, contraviene lo previsto en el artículo 141
del Código Civil, toda vez que por el hecho de interponerse la demanda debió declararse
provisoriamente bien familiar —tal como ocurrió— y así mantenerse hasta la audiencia de
juicio, ya que hubo oposición a tal declaratoria, audiencia en la que debería probarse,
entre otros hechos, si dicho bien sirve o no de residencia principal a la familia"
(C. Apelaciones Puerto Montt, 24 de septiembre de 2008, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/3591/2008, Rol Nº 651-2008). 245. De los efectos de la
declaración de bien familiar: no torna inembargable el bien sobre que recae. Así lo
ha precisado la E Corte Suprema: Que es un hecho de la causa que el inmueble que se
xcma. 

adjudicó la demandante en la subasta judicial que recayó sobre él, fue declarado
provisoriamente bien familiar por resolución de 21 de marzo de 2003, la que se inscribió al
margen de la respectiva inscripción de dominio, tal como lo autoriza y dispone el artículo
141 del Código Civil. No obstante, esta declaración no produjo el efecto jurídico de hacer
inembargable ese bien y por ende que haya podido impedir su enajenación forzada, como
claramente se infiere de lo que disponen los artículos 142 y 148, inciso segundo, de ese
Código. En efecto, el primero de estos preceptos sólo limita la facultad de disposición del
cónyuge propietario, en cuanto a que le queda vedado enajenar o gravar voluntariamente,
ni prometer gravar o enajenar, los bienes familiares, sin que concurra la autorización del
cónyuge no propietario; el artículo 148, a su vez, se limita a conferir al cónyuge no
propietario un beneficio de excusión, en el evento de que fuere embargado el bien
respectivo, en virtud del cual y habiéndosele notificado el correspondiente mandamiento
podrá concurrir oportunamente al proceso y solicitar que antes de procederse contra el
bien familiar se persiga el crédito en otros bienes del deudor, eventualidad que en el caso
de la demanda de autos no tuvo lugar" (C. Suprema, 19 de junio de 2007, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/4718/2007, Rol Nº 3902-2005).
Artículo 142. No se podrán enajenar o gravar voluntariamente, ni prometer
gravar o enajenar, los bienes familiares, sino con la autorización del cónyuge
no propietario. La misma limitación regirá para la celebración de contratos de
arrendamiento, comodato o cualesquiera otros que concedan derechos
personales de uso o de goce sobre algún bien familiar.

La autorización a que se refiere este artículo deberá ser específica y


otorgada por escrito, o por escritura pública si el acto exigiere esta solemnidad,
o interviniendo expresa y directamente de cualquier modo en el mismo. Podrá
prestarse en todo caso por medio de mandato especial que conste por escrito
o por escritura pública según el caso.

Concordancias: Código Civil: artículos 144, 1792-3, 2130 inciso 1º. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de
unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 15 inciso final.

246. De los efectos de la declaración para el cónyuge propietario y para el


Jurisprudencia: 
no propietario. Sobre esta cuestión se ha advertido: "Que el artículo 142 del Código Civil,
al establecer los efectos que emergen de la declaración, si bien importa una ley prohibitiva
para el cónyuge propietario, una limitación de sus facultades, no constituye concesión de
los mismos derechos al cónyuge no propietario" (C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de
septiembre de 2004, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/383/2004, Rol Nº 941-
2001). 247. De la época desde la que produce efectos la prohibición. Sobre este
punto se ha declarado: "Que conforme a lo dispuesto en el artículo 142 del Código Civil, la
declaración de bien familiar impide la enajenación o gravamen del inmueble objeto de tal
declaración, y, la promesa de dichos actos relativa a ese inmueble, efectuada
voluntariamente por uno de los cónyuges, prohibición que surte sus efectos desde que se
practica, provisoriamente en el Conservador de Bienes Raíces competente, una vez
presentada la demanda, que persigue dicha declaración de bien familiar" (C. Apelaciones
de Santiago, 11 de enero de 1999, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1791/1999, Rol
Nº 6783-1998).

Artículo 143. El cónyuge no propietario, cuya voluntad no se haya


expresado en conformidad con lo previsto en el artículo anterior, podrá pedir la
rescisión del acto.

Los adquirentes de derechos sobre un inmueble que es bien familiar, estarán


de mala fe a los efectos de las obligaciones restitutorias que la declaración de
nulidad origine.

Concordancias: Código Civil: artículos 142, 707, 1904 a 1915, 1687. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo
de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 15 inciso final.

Artículo 144. En los casos del artículo 142, la voluntad del cónyuge no


propietario de un bien familiar podrá ser suplida por el juez en caso de
imposibilidad o negativa que no se funde en el interés de la familia. El juez
resolverá previa audiencia a la que será citado el cónyuge, en caso de negativa
de éste.208
Concordancias: Código Civil: artículos 142, 1792-3. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 14 letra b). Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O.  21.04.2015: artículo 15 inciso final.

Artículo 145. Los cónyuges, de común acuerdo, podrán desafectar un bien


familiar. Si la declaración se refiere a un inmueble, deberá constar en escritura
pública anotada al margen de la inscripción respectiva.

El cónyuge propietario podrá pedir al juez la desafectación de un bien


familiar, fundado en que no está actualmente destinado a los fines que indica el
artículo 141, lo que deberá probar. En este caso, el juez procederá en la forma
establecida en el inciso segundo del artículo 141.

Igual regla se aplicará si el matrimonio se ha declarado nulo, o ha terminado


por muerte de uno de los cónyuges o por divorcio. En tales casos, el propietario
del bien familiar o cualquiera de sus causahabientes deberá formular al juez la
petición correspondiente.209

Concordancias: Código Civil: artículos 141 y 1752. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 14 letra b). Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O.  21.04.2015: artículo 15 inciso final.

248. Taxatividad de las formas de desafectar un bien declarado familiar.


Jurisprudencia: 
En este sentido la E  Corte Suprema ha declarado que: "[L]os casos en que es
xcma.

procedente desafectar un bien que ha sido declarado como familiar y cuáles son los
requisitos que la ley exige para ello, lo cual se desprende de los dispuesto en el artículo
145 del Código de Bello [...] Que de la disposición anteriormente señalada, se desprende
que existen formas taxativas de poder desafectar un bien declarado como familiar"
(C. Suprema, 18 de junio de 2014, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3493/2014, Rol
Nº 16052-2013). 249. De las formas de desafectar un bien declarado familiar: la tres
formas previstas en el artículo 145. Se ha precisado que, de acuerdo con las reglas
fijadas en este artículo 145: "Existen tres formas de desafectación: a) por acuerdo de los
cónyuges; b) por resolución judicial recaída en juicio seguido por el cónyuge propietario,
fundado en que el bien no está destinado a los fines que indica el artículo 141 del Código
Civil, esto es, que no sirve de residencia principal a la familia si se trata de un inmueble o,
tratándose de muebles, que no guarnecen el hogar común, lo que deberá probarse por el
solicitante y; c) por resolución judicial en el caso que el matrimonio ha sido declarado nulo
o ha terminado por muerte de uno de los cónyuges o por divorcio" (C. Suprema, 15 de
abril de 2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009). Esta
consideración se ha reiterado en sentencias posteriores del mismo tribunal (C. Suprema,
12 de septiembre de 2011, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/9367/2011, Rol Nº 4316-
2011); C. Suprema, 13 de marzo de 2017, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/805/2017, Rol
Nº 82473-2016); C. Suprema, 28 de marzo de 2018, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1519/2018, Rol Nº 1082-2018). 250. De las formas de
desafectar un bien declarado familiar: la desafectación tácita. A las tres formas de
desafectar un bien declarado familiar, la jurisprudencia ha sumado una cuarta, pues ha
reconocido que puede producirse una desafectación "tácita" o ipso facto por la pérdida de
dominio del bien familiar. En este sentido la I . Corte de Apelaciones de Valdivia resolvió
lma

en 2005 que la enajenación en pública subasta de un bien declarado familiar producía su


desafectación tácita: "Que, con motivo de la subasta pública forzosa, el bien dejó de
pertenecer a alguno de los cónyuges y, en consecuencia, no puede subsistir la calificación
de bien familiar al haber desaparecido uno de los presupuestos para que proceda, como
lo exige el artículo 141, inciso 1º del Código antes citado, produciéndose así una
desafectación tácita" (C. Apelaciones de Valdivia, 2 de septiembre de 2005, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5471/2005). Esta sentencia se volvió firme al rechazarse por la
E  Corte Suprema el recurso de casación que se había interpuesto en su contra
xcma.

(C. Suprema, 21 de septiembre de 2006, LegalPublishing: Cl/Jur/8155/2006, Rol


Nº 5110-2005). En ese mismo sentido se pronunció directamente la E Corte Suprema en
xcma.

sentencia del año 2007: "[S]in perjuicio de la desafectación convencional o judicial de un


bien familiar, de que trata el artículo 145 del Código Civil, del contexto de las
disposiciones contendidas en los artículos 142 y 148, que facultan la enajenación
voluntaria del bien familiar, de común acuerdo entre los cónyuges, el primero y no se
impide la venta forzada por el segundo, se debe necesaria y legalmente llegar a la
conclusión de que la pérdida del dominio de un bien familiar, por cualquiera de estas
circunstancias, produce ipso facto la desafectación del carácter de bien familiar, puesto
que no resulta jurídicamente aceptable que se mantenga tal calificación si el respectivo
bien ha dejado de ser propiedad de alguno de los cónyuges, situación que
consecuentemente es la que se produjo en relación con el inmueble que se adjudicó y
adquirió la actora en el respectivo remate judicial" (C. Suprema, 19 de junio de 2007,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1148/2007, Rol Nº 3902-2005). La misma Corte
Suprema ha confirmado con posterioridad esta opinión: "Que lo sentenciadores hicieron
una correcta interpretación de las normas jurídicas pertinentes, no evidenciándose
infracción de ley, desde que al ser subastado el inmueble en el contexto de un juicio de
partición al que ambos cónyuges concurrieron voluntariamente para liquidar la comunidad
de bienes existente entre ellos, debe entenderse que la cónyuge no propietaria del
inmueble otorgó su consentimiento para la enajenación del inmueble declarado como bien
familiar, circunstancia que satisface el requerimiento previsto en el artículo 142 del Código
Civil para tal efecto. En consecuencia, se ha producido una hipótesis de desafectación del
inmueble por su enajenación, voluntaria, figura que la doctrina reconoce ampliamente,
desde que el bien dejó de tener la calidad de familiar, al no pertenecer a ninguno de los
cónyuges. En tal situación, se entiende que se ha producido una desafectación tácita, lo
que en la especie procede sea declarada por el juez, una vez constatada, como ha
ocurrido en autos (ver Ramos, René, Derecho de Familia, Tomo I, pág. 380, Editorial
Jurídica, año 2010)" (C. Suprema, 3 de noviembre de 2016, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8110/2016, Rol Nº 62045-2016). Esta opinión se ha recibido por
algunas Cortes de Apelaciones: "[N]uestra jurisprudencia ha sido clara en señalar que:
tratándose de una enajenación voluntaria o forzosa, como sería el caso de venta en
subasta pública decretada en juicio ejecutivo, el bien pierde ipso facto la calidad de
familiar sin que sea necesaria una declaración expresa en tal sentido, pues tal calificación
no puede subsistir si el bien ya no pertenece a alguno de los cónyuges, ello porque no se
estableció en la ley para estos bienes familiares una subrogación real. En tal situación se
debe concluir que se ha producido una desafectación tácita. René Ramos
Pazos, Derecho de Familia, Tomo II, cuarta edición actualizada, Editorial Jurídica de
Chile, pág. 375. En igual sentido Hernán Corral Talciani en su obra Bienes Familiares y
Participación en los Gananciales, segunda edición actualizada, Editorial Jurídica de Chile,
página 109" (C. Apelaciones de Punta Arenas, 17 de septiembre de 2008, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/3539/2008, Rol Nº 142-2008). 251. De la desafectación del
bien familiar por solicitud de uno de los cónyuges: no exige examinar la situación
patrimonial de los cónyuges. En este sentido se ha precisado que: "[C]uando el artículo
141 del mismo Código regula los supuestos de procedencia de la declaración de bien
familiar de un inmueble, ninguna exigencia hace, respecto de la situación patrimonial de
los cónyuges, de modo que, la alegación del recurrente en cuanto a que la demandada no
tendría el carácter de cónyuge más débil, no constituye un requisito legal que deba de ser
tomado en consideración al momento de resolverse acerca de la procedencia o no de la
desafectación de un bien declarado familiar" (C. Suprema, 28 de agosto de 2014, cons.
3º, LegalPublishing: Cl/Jur/6007/2014, Rol Nº 15.331-2014). Esta opinión se ha
consolidado en el tiempo, y como tal la recuerda y reitera la E Corte Suprema en
xcma. 

sentencias posteriores: "[T]al como ha sido referido por esta Corte (en el Ingreso
Nº 15331-2014) la desafectación del bien familiar por solicitud de uno de los cónyuges, no
exige examinar la situación patrimonial de éstos, toda vez que cuando el artículo 141 del
Código Civil regula los supuestos de procedencia de la declaración de bien familiar de un
inmueble, ninguna exigencia hace respecto de la capacidad o situación patrimonial de los
cónyuges, de modo que el argumento referido por los sentenciadores del fondo en cuanto
a que la demandada no tendría el carácter de cónyuge más débil, resulta erróneo al no
constituir un requisito legal que deba ser tomado en consideración al momento de
resolverse acerca de la procedencia o no de la desafectación de un bien declarado
familiar". (C. Suprema, 13 de marzo de 2017, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/805/2017,
Rol Nº 82473-2016). 252. De la desafectación del bien familiar en caso de término del
matrimonio. Durante algún tiempo se discutió si el término del matrimonio producía o no
la desafectación del bien declarado como familiar de un modo objetivo. Es decir, si, por
ejemplo, declarado el divorcio, el bien que había sido declarado bien familiar, perdía tal
condición por el solo hecho del término del matrimonio o si, por el contrario, se requería
que, además, se comprobara que ya no cumplía con las finalidades previstas por las ley.
En términos generales se han mantenido dos opiniones, una de ellas claramente
mayoritaria, y que es la que se inclina por la negativa, pero en circunstancias concretas,
aunque sin referencia a la desafectación con carácter objetivo por el término del
matrimonio, se ha mantenido la opinión contraria. 252.1. Opinión minoritaria, y en
casos específicos. En un voto de minoría de una sentencia de la E  Corte Suprema del
xcma.

año 2009 se defendió la opinión afirmativa, por considerarse que se trataba: "[D]e una
causal objetiva que sólo debe ser declarada una vez demostrado el presupuesto básico,
cual es la terminación del vínculo matrimonial" (C. Suprema, 15 de abril de 2009, voto en
contra, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009). De ello se seguía
que se entendiera que, para que operara la desafectación del bien familiar, bastaba con el
término del matrimonio y con que se solicitara al tribunal, sin que fuera necesario acreditar
las circunstancias a que se refiere el inciso 2º de este artículo 145, porque: "[L]a expresión
"igual regla que se emplea en el inciso final del mencionado artículo 145 del Código Civil,
remitiéndose a la figura del inciso anterior, es una indicación al procedimiento que debe
ser utilizado, no a la cuestión de la valoración, entendiéndose, en consecuencia, que tal
exigencia se cumple con el hecho que exista una petición y resolución judicial que declare
la desafectación, ante el caso que el matrimonio haya terminado, entre otros motivos, por
divorcio, pero no a la necesidad de demostrar, además, que el bien familiar no cumple los
objetivos ya señalados, por tratarse en la especie de una causal objetiva que sólo debe
ser declarada una vez demostrado el presupuesto básico, cual es la terminación del
vínculo matrimonial. 4º. Que no es posible extender los efectos de los bienes familiares,
más allá de la existencia de la propia institución en que se funda su existencia. En efecto,
el divorcio puso término al matrimonio y a la situación patrimonial de las partes, siendo la
cuestión de la casa habitación una cuestión de carácter alimenticio, por lo que no
constituye ésta la vía prevista por la ley para asegurar la protección en este caso del hijo
común" (C. Suprema, 15 de abril de 2009, voto en contra, cons. 3º y 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009). Esa opinión, que no llegó a
formar sentencia, no se ha sostenido posteriormente con carácter general. Sin embargo,
en ciertos casos específicos la E. Corte Suprema ha admitido que el sólo término del
xcma 
matrimonio por la declaración del divorcio opera como causa suficiente para desafectar el
bien declarado familiar, sin que sea necesario el examen de otras circunstancias. Así lo
ha mantenido al confirmar, en casación, una setencia de alzada que había declarado la
desafectación de un bien declarado familiar, a solicitud del propietario del bien una vez
que se había declarado el divorcio de su antigua cónyuge, que disfrutaba de dicho bien,
en cuanto que residencia principal de la familia, pero en este caso el matrimonio no había
tenido hijos: "Por sentencia dictada en la causa [...] se declaró bien familiar el inmueble de
propiedad del demandante, ubicado en [...], así como los inmuebles que lo guarnecían.
Decisión que se adoptó sobre la base del vínculo matrimonial existente entre las partes,
del cual no nacieron hijos. 2. Con fecha 3 de agosto de 2016, se dictó sentencia en la
causa [...], declarando el divorcio respecto del matrimonio celebrado entre las partes.
Sobre la base de dichos presupuestos fácticos, considerando que la demandada no
propietaria dejó de ser cónyuge del demandante propietario, por lo que no concurren
actualmente los requisitos copulativos exigidos por el artículo 141 del Código Civil, se
acogió la demanda y se ordenó desafectar la calidad de bien familiar del bien raíz y de los
muebles que lo guarnecen [...] Que se denuncia la errada interpretación del artículo 145
del Código Civil [...] En tanto que el inciso primero del artículo 141 del citado cuerpo legal
señala: [...] Así, dentro de los requisitos que autorizan declarar un inmueble bien familiar
es que sea propiedad de uno de los cónyuges y que sirva de residencia principal a la
familia; y, en el caso, la primera exigencia no se cumple, desde que las partes perdieron
la calidad de cónyuges, lo que hace innecesario analizar la concurrencia del segundo
presupuesto [...] Que, en consecuencia, sobre la base de los hechos establecidos y que
no pueden ser modificados, pues no fueron objeto de la impugnación, debe concluirse la
correcta aplicación de las normas sustantivas atinentes a la materia cuya infracción se
denuncia, pues los jueces del fondo las interpretaron correctamente, ajustando la decisión
a su tenor literal y al espíritu de la institución en cuestión; razón por la que el presente
arbitrio adolece de manifiesta falta de fundamento, que autoriza su rechazo en esta etapa
de tramitación" (C. Suprema 25 de septiembre de 2018, cons. 3º, 4º y 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5221/2018, Rol Nº 7434-2018). 252.2. Opinión mayoritaria y
general. La jurisprudencia se ha uniformado en cuanto a que el término del matrimonio no
produce la desafectación del bien familiar de pleno derecho, sino que es necesario que se
solicite al tribunal que declare la desafectación y que, además, se cumpla con las
exigencias prescritas en el inciso 2º del citado artículo 145. Así, en la sentencia en voto de
mayoría de aquel año de 2009 se sostenía que una de las formas de desafectar era "por
resolución judicial en el caso que el matrimonio ha sido declarado nulo o ha terminado por
muerte de uno de los cónyuges o por divorcio", y que en este caso: "[E]l propietario del
bien familiar afectado deberá formular al juez la petición correspondiente, basado en que
el bien no cumple los fines que indica el artículo 141 del citado texto legal. En efecto, la
mera extinción del matrimonio no produce de pleno derecho la desafectación del bien, ello
porque aún disuelto éste, el bien puede continuar siendo la residencia principal de la
familia y en este evento no será posible desafectarlo" (C. Suprema, 15 de abril de 2009,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009). Las razones en las que
fundaba su opinión la E Corte Suprema eran las siguientes: 1ª) "Que tal conclusión se
xcma.

desprende del texto del artículo 145 del Código Civil, el cual para el caso en que el
matrimonio sea declarado nulo o haya terminado por muerte de uno de los cónyuges o
por divorcio, dispone que se aplicará la misma regla dada en el inciso anterior, disposición
que se refiere a la posibilidad de desafectar un bien raíz que ya no sirva de residencia
oficial de la familia, por la remisión que se hace, en definitiva, a lo dispuesto por el artículo
141 del citado Código. Dicho reenvío debe entenderse no sólo al procedimiento que debe
utilizarse, esto es, a la necesidad de que exista una petición de desafectación y una
resolución que la disponga, sino también la de justificar que ya no se cumplen con los
fundamentos que autorizan la existencia de los bienes familiares, pues el inciso final del
aludido artículo 145 del Código Civil, establece la exigencia de formular al juez la petición
en este sentido, apareciendo entonces que la remisión que se hace bajo la expresión
"igual regla", sería una redundancia de la norma, si se interpreta en el sentido que se
refiere sólo al procedimiento; por el contrario, aparece más razonable con la idea anterior,
que se requiera de un pronunciamiento judicial en orden a acreditar el cumplimiento de los
presupuestos de fondo referidos al destino del bien. Lo anterior se ve reafirmado, además,
por la circunstancia que el divorcio no opera de pleno derecho desafectando el bien, pues
se requiere de una decisión del órgano jurisdiccional en tal sentido, la que deberá valorar
la situación particular" (C. Suprema, 15 de abril de 2009, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009); y 2ª) "Que tal interpretación
guarda, por lo demás, debida armonía con el sentido y finalidad que la institución de los
bienes familiares representa, en el contexto que si bien ella está prevista para los casos
en que existe matrimonio entre los involucrados, lo cierto es que con ella se intenta
asegurar a la familia mediante la subsistencia en su poder de bienes indispensables para
su desarrollo y existencia, con prescindencia del derecho de dominio que sobre los
mismos tenga uno de los cónyuges. En efecto, este instituto pretende asegurar a la familia
un hogar físico estable donde sus integrantes puedan desarrollar la vida con normalidad,
ejerciendo los roles y funciones que les correspondan, aún después de disuelto el
matrimonio, a fin de evitar el desarraigo de la que ha sido la residencia principal de ésta.
Desde otra perspectiva constituye también una garantía o forma de protección para el
cónyuge más débil o para el que tenga el cuidado de los hijos, en casos de separación de
hecho o de disolución del matrimonio [...] Que en este sentido, cabe considerar que del
tenor de lo dispuesto por los artículos 141 y 146 del Código Civil, resulta evidente que la
principal beneficiaria de la institución en comento es la familia; desde esta perspectiva, no
puede desconocerse el hecho que si bien ella ha podido tener su origen en el matrimonio
de las partes, como ha ocurrido en la especie, lo cierto es que la misma subsiste más allá
de la disolución de la relación conyugal, permaneciendo vigente en relación a los hijos, a
quienes en este caso la ley busca asegurar su protección mediante la consagración de la
institución en comento, con la extensión de sus efectos más allá del término del
matrimonio, si se d an los presupuestos legales que justifican tal proceder" (C. Suprema,
15 de abril de 2009, cons. 7º y 9º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009).
Esta opinión ha sido reiterada por la E  Corte Suprema, y puede tenerse por común y
xcma.

consolidada. En algunas ocasiones ha transcrito las consideraciones anteriores


(C. Suprema, 12 de septiembre de 2011, cons. 5º, 6º, 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9367/2011, Rol Nº 4316-2011). En otras se ha remitido
expresamente a estas sentencias: "[E]xisten formas taxativas de poder desafectar un bien
declarado como familiar, siendo aplicable al caso en comento la necesaria existencia de
una resolución judicial en el caso que el matrimonio haya sido declarado nulo o terminado
por muerte de uno de los cónyuges o por divorcio. En este caso el propietario debe
formular una petición en tal sentido ante el juez competente, basado en que el bien no
cumple con los fines previstos en el artículo 141 del Código Civil. Lo anterior dado que, la
mera extinción del matrimonio no produce de pleno derecho la desafectación del bien,
toda vez que es perfectamente plausible que el inmueble continúe siendo la residencia
principal de la familia y en ese evento no será posible desafectarlo. En este sentido
también lo ha entendido esta Corte, señalando: "...esta conclusión se desprende del texto
del artículo 145 del Código Civil, el cual para el caso en que el matrimonio sea declarado
nulo o haya terminado por muerte de uno de los cónyuges o por divorcio, dispone que se
aplicará la misma regla dada en el inciso anterior, disposición que se refiere a la
posibilidad de desafectar un bien raíz que ya no sirva de residencia oficial de la familia,
por la remisión que se hace, en definitiva, a lo dispuesto por el artículo 141 del citado
Código. Dicho reenvío debe entenderse no solo al procedimiento que debe utilizarse, esto
es, a la necesidad de que exista una petición de desafectación y una resolución que la
disponga, sino también la de justificar que ya no se cumplen con los fundamentos que
autorizan la existencia de los bienes familiares..." (sentencia C.S. de fecha 12 de
septiembre de 2011, autos número de Rol Nº 4316-2011)" (C. Suprema, 18 de junio de
2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/3493/2014, Rol Nº 16052-2013). En otras ha
recordado su opinión ya consolidada: "Que, interpretando la norma transcrita, la
jurisprudencia de este tribunal ha sostenido que se puede desafectar un bien familiar
invocando la terminación del matrimonio por el divorcio de los cónyuges, en la medida que
se formule al juez la petición correspondiente y se pruebe que dicho bien no está
destinado a servir de residencia principal de la familia. En otros términos, no basta con
establecer el fin del matrimonio, sino que debe acreditarse que no existe el fundamento de
hecho que justifica su mantención como bien familiar, atendido que la terminación del
matrimonio no necesariamente implica que ha dejado de existir una familia a la que la
institución de los bienes familiares pretende proteger" (C. Suprema, 9 de febrero de 2015,
cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/688/2015, Rol Nº 22340-2014). En la misma dirección ha
reiterado, con especial referencia a la terminación del matrimonio por divorcio: "En este
último caso, el propietario del bien familiar afectado deberá formular al juez la petición
correspondiente, basada en que el bien no cumple con los fines que indica el artículo 141
del citado texto legal. Tal conclusión, como esta Corte lo ha sostenido reiteradamente (en
autos Rol Nº 4663 2013; Nº 16.052 2013, entre otros), se desprende del texto del artículo
145 del Código Civil, pues, para el evento en que el matrimonio sea declarado nulo o haya
terminado por muerte de uno de los cónyuges o por divorcio, dispone que se aplicará
"igual regla" dada en el inciso anterior, que se refiere a la posibilidad de desafectar un
bien raíz que ya no sirva de residencia oficial de la familia, por la remisión que se hace, en
definitiva, a lo dispuesto por el artículo 141 del citado Código. Dicho reenvío debe
entenderse no solo al procedimiento que debe utilizarse, esto es, a la necesidad que
exista una petición de desafectación y una resolución que la disponga, sino también la de
justificar que ya no se cumplen con los fundamentos que autorizan la existencia del bien
como familiar. Lo anterior se ve reafirmado, además, por la circunstancia que el divorcio
no opera de pleno derecho desafectando el bien, pues se requiere de una decisión del
órgano jurisdiccional en tal sentido, la que deberá valorar la situación particular"
(C. Suprema, 28 de marzo de 2018, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/1519/2018, Rol
Nº 1082-2018). Finalmente, como máxima expresión de lo asentada de esta opinión, en el
último tiempo la E Corte Suprema la incluye directamente en la enumeración que hace
xcma. 

de los modos de desafectar un bien declarado como familiar: "[E]xisten tres formas de
desafectación: a) por acuerdo de los cónyuges; b) por resolución judicial recaída en juicio
seguido por el cónyuge propietario, fundado en que el bien no está destinado a los fines
que indica el artículo 141 del Código Civil, esto es, que no sirve de residencia principal a
la familia si se trata de un inmueble o, tratándose de muebles, que no guarnecen el hogar
común, lo que deberá probarse por el solicitante; y c) por resolución judicial en el caso
que el matrimonio ha sido declarado nulo o ha terminado por muerte de uno de los
cónyuges o por divorcio. En este último caso, el propietario del bien familiar afectado
deberá formular al juez la petición correspondiente, basado en que el bien no cumple con
los fines que indica el artículo 141 del citado texto legal" (C. Suprema, 13 de marzo de
2017, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/805/2017, Rol Nº 82473-2016; C. Suprema, 28
de marzo de 2018, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/1519/2018, Rol Nº 1082-
2018). 253. De la titularidad para solicitar que se desafecten acciones y derechos
declarados como bienes familiares. Se ha precisado que, habiéndose declarado como
bienes familiares las acciones y derechos que uno de los cónyuges tenía en una sociedad
agrícola, propietaria de un bien raíz en el cual se sitúa la casa habitación residencia
principal de la familia, corresponde que solicite la desafección quien afectó las acciones y
derechos declarados como bienes familiares, esto es, el cónyuge titular de tales acciones
y derechos, y no la sociedad agrícola, porque lo afectado son las indicadas acciones y
derechos en la sociedad propietaria del inmueble de que se trata, y no el mismo
inmueble (C. Apelaciones de Talca, 8 de noviembre de 1999,
LegalPublishing: Cl/Jur/1916/1999, Rol Nº 4536-1999). La E  Corte Suprema, al
xcma.

confirmar en casación el fallo anterior, agregó: "Que el párrafo 2º, del Título IV del Libro
Primero del Código Civil establece el régimen a que se sujetan los bienes familiares,
disponiendo en su artículo 145 que la desafectación puede ser demandada por el
cónyuge propietario, o acordada por ambos cónyuges; y, a su turno, el artículo 146
dispone que lo establecido en el párrafo señalado se aplica también a los derechos y
acciones que alguno de los cónyuges posea en ciertas sociedades, cuyo es el caso de
autos; 3º. Que, en consecuencia, debe concluirse que la acción ejercida en autos la ley la
concede, exclusivamente, al cónyuge propietario del bien afecto como familiar, aún en los
casos de nulidad o disolución del matrimonio; por lo tanto, la sentencia no ha incurrido en
error de derecho al declarar que la sociedad demandante carece de legitimación activa
para comparecer en este juicio" (C. Suprema, 12 de septiembre de 2000, cons. 2º y 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2143/2000, Rol Nº 4536-1999).

Artículo 146. Lo previsto en este párrafo se aplica a los derechos o acciones


que los cónyuges tengan en sociedades propietarias de un inmueble que sea
residencia principal de la familia.

Producida la afectación de derechos o acciones, se requerirá asimismo la


voluntad de ambos cónyuges para realizar cualquier acto como socio o
accionista de la sociedad respectiva, que tenga relación con el bien familiar.

La afectación de derechos se hará por declaración de cualquiera de los


cónyuges contenida en escritura pública. En el caso de una sociedad de
personas, deberá anotarse al margen de la inscripción social respectiva, si la
hubiere. Tratándose de sociedades anónimas, se inscribirá en el registro de
accionistas.

Concordancias: Código Civil: artículos 141 a 145. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O.  21.04.2015: artículo 15 inciso final.

254. De la finalidad de la regla. La jurisprudencia ha entendido que ella:


Jurisprudencia: 
"[P]retende evitar que por medio de una propiedad indirecta, a través de formas
societarias, se eluda el estatuto de los bienes familiares" (C. Apelaciones de Concepción,
25 de junio de 2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9943/2009, Rol Nº 192-
2009). 255. Esta regla es aplicable a las empresas individuales de responsabilidad
limitada. En este sentido se ha declarado: "El profesor Corral señala que se trata de
derechos en sociedades de personas o de acciones en sociedades de capitales, que
pertenezcan a los cónyuges conjunta o individualmente; puede tratarse de sociedades de
cualquier naturaleza, civiles o comerciales, colectivas, de responsabilidad limitada, en
comandita o anónimas, y tanto nacionales como extranjeras. A simple vista la norma del
artículo 146, que habla estrictamente de sociedades, no se aplicaría a las empresas
individuales de responsabilidad limitada propietarias de un inmueble que cumple la
función de residencia familiar, que siendo personas jurídicas, no son sociedades. Pero si
se tiene en cuenta lo dispuesto en la Ley Nº 19.857, en el sentido de que supletoriamente
les son aplicables las disposiciones legales que rigen a las sociedades comerciales de
responsabilidad limitada, se abre la posibilidad de dejarlas incluidas dentro de los
derechos afectables. Agrega el autor que la declaración procede cualquiera que sea el
valor o cuantía de los derechos o de las acciones. En todo caso, no parece procedente la
afectación parcial de una parte de estos derechos o de las acciones. (Hernán Corral
Talciani. Los Bienes Familiares. Un Nuevo Estatuto Económico Matrimonial, páginas 67,
68)" (C. Apelaciones de Concepción, 25 de junio de 2009, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9943/2009, Rol Nº 192-2009). 256. Esta disposición no puede
aplicarse por analogía al caso en que el cónyuge sea titular de una cuota sobre un
bien raíz. Se ha sostenido en este sentido que: "No resulta posible interpretar
analógicamente la norma del artículo 146 del Código Civil, que permite que también
pueda ser declarado bien familiar un inmueble que sea residencia principal de la familia y
que pertenezca a una sociedad en que los cónyuges tengan acciones o derechos, en
atención a que al operar la partición y con ello el efecto declarativo de las adjudicaciones
(artículo 1344 del Código Civil), podrá en el caso de un bien que corresponde a una
comunidad, burlarse la afectación del bien. Además resulta claro que en el caso de bienes
raíces que pertenezcan a sociedades a que alude la norma del artículo 146, antes citado,
la afectación del bien se hace por medio de una declaración de cualquiera de los
cónyuges contenida en la escritura pública, a diferencia de la regla general, contenida en
el artículo 141 del Código Civil en que se hace uso del procedimiento judicial ante el
juzgado de familia competente" (C. Apelaciones de La Serena, 29 de noviembre de 2010,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/17030/2010, Rol Nº 218-2010).

Artículo 147. Durante el matrimonio, el juez podrá constituir,


prudencialmente, a favor del cónyuge no propietario, derechos de usufructo,
uso o habitación sobre los bienes familiares. En la constitución de esos
derechos y en la fijación del plazo que les pone término, el juez tomará
especialmente en cuenta el interés de los hijos, cuando los haya, y las fuerzas
patrimoniales de los cónyuges.210

El tribunal podrá, en estos casos, fijar otras obligaciones o modalidades si


así pareciere equitativo.

La declaración judicial a que se refiere el inciso anterior servirá como título


para todos los efectos legales.

La constitución de los mencionados derechos sobre bienes familiares no


perjudicará a los acreedores que el cónyuge propietario tenía a la fecha de su
constitución, ni aprovechará a los acreedores que el cónyuge no propietario
tuviere en cualquier momento. 211

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 577, 764, 811, 1792-23. Ley Nº 14.908, sobre Abandono
de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias,  D.O.  5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 9º inciso 5º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,D.O.  17.05.2004:
artículos 2º, 34, 65 número 2. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículo 8º
número 14 letra b). Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 15 inciso
final.
257. El fundamento de esta disposición es la protección de la familia. Así
Jurisprudencia: 
se ha dicho que: "La protección de la familia es, sin duda, el fundamento de la norma que
contiene el artículo 147 del Código Civil, conclusión a la que se llega si se tiene presente
que los derechos de usufructo, uso o habitación que ella regula, sólo pueden ser
constituidos por el órgano jurisdiccional respecto de aquellos bienes declarados familiares
y en beneficio del cónyuge no propietario —incluso después de pronunciada la nulidad del
matrimonio— y que para disponerlos, el juez debe tener en cuenta el interés de los hijos y
las fuerzas patrimoniales de los cónyuges" (C. Suprema, 16 de agosto de 2000, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/Jur/442/2000, Rol Nº 3871-1999). 258. Es requisito de procedencia
que el inmueble sobre el que se solicita la constitución del usufructo esté declarado
como bien familiar. Se ha declarado que: "El artículo 147 del Código Civil, establece que
el juez puede constituir a favor del cónyuge que no es propietario, el derecho de usufructo
sobre los bienes familiares. La propiedad ubicada en [...], no es bien familiar, según lo
establecido en el motivo precedente, razón por la cual no procede en esta causa, en
forma incidental, declarar un usufructo a favor de la cónyuge que no es dueña. Sin
perjuicio de los derechos que ésta pueda impetrar a este respecto, según las normas
generales" (C. Suprema, 3 de septiembre de 2002, LegalPublishing: Cl/Jur/3712/2002,
Rol Nº 2987-2002). En el mismo sentido ha insistido la E Corte Suprema en que: "[E]s
xcma. 

indispensable que los bienes sobre los que se constituyan estos derechos reales, estén
previamente afectados como familiares, tal como ha sido declarado el inmueble de
autos" (C. Suprema, 10 de noviembre de 2016, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8664/2016, Rol Nº 32972-2016). 259. Sólo puede constituirse a
favor del cónyuge no propietario y no a favor de los hijos. La jurisprudencia ha
destacado que: "La norma del artículo 147 del Código Civil no extiende también este
derecho en beneficio de los hijos" (C. Suprema, 16 de agosto de 2000, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2099/2000, Rol Nº 3871-1999). En igual sentido: "Debe además
tenerse presente que el usufructo regulado en el artículo 147 cede sólo a favor de la
actora, no extendiendo también el beneficio a favor de los hijos y que la procedencia del
mismo debe considerar el interés de los hijos comunes y las fuerzas patrimoniales de las
partes" (C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de septiembre de 2004, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5502/2004, Rol Nº 941-2001). La E Corte Suprema comparte
xcma. 

esta interpretación: "[C]abe señalar que el usufructo decretado en virtud del artículo 147
sólo cede en favor del cónyuge no propietario, mientras que un usufructo alimenticio
podrá constituirse en favor del cónyuge y los hijos, por lo cual no es acertado lo que
señala el recurrente al señalar que es un error por parte de la cónyuge de solicitar sólo en
su beneficio este derecho real" (C. Suprema, 10 de noviembre de 2016, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8664/2016, Rol Nº 32972-2016). 260. Este usufructo no tiene
carácter alimenticio y es distinto del reglado en la Ley Nº 14.908. Así se ha precisado
que: "De la norma transcrita [147] se desprende que ella no es de naturaleza propiamente
alimenticia y no constituye tampoco una simple repetición del artículo 11 de la Ley
Nº 14.908, pues mientras esta última tiene como fin asegurar el pago de una pensión de
alimentos, aquélla, en cambio, se ha establecido en beneficio de la familia, aun cuando no
exista discusión acerca de las necesidades económicas del cónyuge, pudiendo
constituirse un usufructo, uso o habitación sobre un bien declarado familiar, incluso en
favor de una persona cuyo vínculo matrimonial con el propietario del bien haya sido
declarado nulo y, por lo mismo, disuelto, no siendo, por consiguiente, asignataria del
derecho de alimentos regulado en los artículos 321 y siguientes del Código
Civil" (C. Suprema, 16 de agosto de 2000, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/442/2000, Rol
Nº 3871-1999). Este considerando ha sido asumido por algún tribunal de alzada: "Por otra
parte, la Excma. Corte Suprema ha declarado que el artículo 147 del Código Civil no tiene
un carácter alimenticio, como si lo tiene el artículo 11 de la Ley Nº 14.908 y ser además
distintos sus objetivos" (C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de septiembre de 2004, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5502/2004, Rol Nº 941-2001). En igual sentido se ha declarado
que: "[C] abe arguir que el usufructo que contempla la disposición aludida debe ser
considerado distinto al de carácter alimentario que establece el artículo 11 de la Ley
Nº 14.908. De este modo que los fundamentos esgrimidos por el actor no pueden ser
aceptados como causa de pedir para tal propósito" (J. Letras de Río Negro, 30 de octubre
de 2000, cons. 16º, LegalPublishing: Cl/Jur/2558/2000, Rol Nº 17712, conf. C. Suprema,
25 de julio de 2001, Cl/Jur/2948/2001, Rol Nº 1337-2001). 261. Por carecer de carácter
alimenticio no le es aplicable el artículo 10 de la Ley Nº 14.908. En este sentido se ha
estimado que: "El artículo 147 del Código Civil no tiene un carácter alimenticio, como si lo
tiene el artículo 11 de la Ley Nº 14.908 y ser además distintos sus objetivos, por lo que no
es aplicable la limitación que contiene el artículo 10 de esta última ley, lo que no impide al
alimentante ejercer el derecho que le otorga el inciso final de la misma disposición legal,
de pedir en la sede que corresponda la reducción del monto de la pensión alimenticia a
que está obligado, si estima que han variado las circunstancias existentes al momento en
que ésta fue fijada" (C. Suprema, 16 de agosto de 2000, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/442/2000, Rol Nº 3871-1999). Esta opinión la han asumido los
tribunales de alzada: "Por otra parte, la E Corte Suprema ha declarado que el artículo
xcma. 

147 del Código Civil no tiene un carácter alimenticio, como si lo tiene el artículo 11 de la
Ley Nº 14.908 y ser además distintos sus objetivos, por lo que no es aplicable la limitación
que contiene el artículo 10 de esta última ley, lo que no impide al alimentante ejercer el
derecho que le otorga el inciso final de la misma disposición legal, de pedir en la sede que
corresponda la reducción del monto de la pensión alimenticia a que está obligado, si
estima que han variado las circunstancias existentes al momento en que ésta fue fijada"
(C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de septiembre de 2004, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5502/2004, Rol Nº 941-2001). 262. Por carecer de carácter
alimenticio, el derecho a solicitar su constitución subiste aunque el cónyuge
propietario pague una pensión de alimentos. En este sentido se ha declarado: "Que,
asimismo, debe considerar el interés de los hijos. El recurrente señala que paga la
pensión de alimentos y se encarga en forma exclusiva del bienestar económico de los
hijos; si bien es cierto lo anterior, la doctrina ha señalado que los derechos reales que
pueden constituirse conforme al artículo 147 del Código de Bello no tienen naturaleza
alimenticia, entonces no cabe sino concluir que el derecho a solicitar la constitución de
estos derechos reales subsiste, a pesar de que el cónyuge propietario del inmueble o de
una parte de éste pague una pensión de alimentos al cónyuge solicitante, a menos que
dicha pensión alimenticia consista precisamente en un usufructo sobre el mismo bien raíz,
lo cual no sucede en el caso de autos" (C. Suprema, 10 de noviembre de 2016, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8664/2016, Rol Nº 32972-2016).

Artículo 148. Los cónyuges reconvenidos gozan del beneficio de excusión.


En consecuencia, cualquiera de ellos podrá exigir que antes de proceder
contra los bienes familiares se persiga el crédito en otros bienes del deudor.
Las disposiciones del Título XXXVI del Libro Cuarto sobre la fianza se aplicarán
al ejercicio de la excusión a que se refiere este artículo, en cuanto
corresponda.

Cada vez que en virtud de una acción ejecutiva deducida por un tercero
acreedor, se disponga el embargo de algún bien familiar de propiedad del
cónyuge deudor, el juez dispondrá se notifique personalmente el mandamiento
correspondiente al cónyuge no propietario. Esta notificación no afectará los
derechos y acciones del cónyuge no propietario sobre dichos bienes.

Concordancias: Código Civil: artículo 2357. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O.  21.04.2015: artículo 15 inciso final.

263. De la finalidad de este beneficio. Se ha advertido: "Que la finalidad del


Jurisprudencia: 
beneficio de excusión es proteger al cónyuge beneficiado con la declaración de bien
familiar y pueda exigir que antes de proceder contra los bienes familiares se persiga el
crédito en otros bienes del mismo deudor" (C. Apelaciones de Concepción, 9 de mayo de
2006, cons. 23º, LegalPublishing: Cl/ Jur/8442/2006, Rol Nº 878-2005). En el mismo
sentido: "[E]l artículo 148, a su vez, se limita a conferir al cónyuge no propietario un
beneficio de excusión, en el evento de que fuere embargado el bien respectivo, en virtud
del cual y habiéndosele notificado el correspondiente mandamiento podrá concurrir
oportunamente al proceso y solicitar que antes de procederse contra el bien familiar se
persiga el crédito en otros bienes del deudor" (C. Suprema, 19 de junio de 2007, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1148/2007, Rol Nº 3902-2005). 264. De las características de
este beneficio. Se ha precisado que: "Las características más relevantes del beneficio es
que se otorga a ambos cónyuges, pudiendo ser opuesto tanto por el cónyuge propietario
del bien familiar como también por el cónyuge no propietario; puede interponerlo el
cónyuge deudor como el cónyuge que no tiene tal calidad, y con su formulación se
pretende que la ejecución de la obligación tenga lugar sobre bienes distintos a los
familiares, esto es, se persiga el crédito en otros bienes del cónyuge deudor"
(C. Apelaciones de Concepción, 9 de mayo de 2006, cons. 23º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8442/2006, Rol Nº 878-2005). 265. La declaración de bien
familiar, de fecha posterior, no puede afectar la hipoteca constituida previamente en
favor de la ejecutante. Así lo ha declarado la I  Corte de Apelaciones de Temuco: "[N]o
lma.

puede tener cabida el beneficio de excusión que consagra el artículo 148 del Código Civil
que ha sido impetrado por la cónyuge del ejecutado, en tanto la declaración de bien
familiar, de fecha posterior, no puede afectar la hipoteca constituida previamente en favor
de la ejecutante" (C. Apelaciones de Temuco, 23 de septiembre de 2016, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6680/2016, Rol Nº 1-2016). Ha fundado esta opinión en la
doctrina y en alguna jurisprudencia anterior: "[L]o anterior guarda plena armonía con lo
que dispone el inciso final del artículo 147 del Código Civil para otros derechos reales, en
tanto prescribe que la constitución de derechos de usufructo, uso o habitación sobre los
bienes familiares a favor del cónyuge no propietario, no perjudicará a los acreedores que
el cónyuge propietario tenga a la fecha de su constitución, quedando así de manifiesto la
intención del legislador sobre esta materia. Sexto: Que así se ha sostenido por la doctrina,
señalándose por el Profesor Sr. Hernán Corral Talciani que, tratándose de acreedores
prendarios o hipotecarios, 'no queda más remedio que excluir el beneficio de excusión
cuando se trate de ejecutar garantías reales, como la prenda o la hipoteca. Para ello
invocaremos la especialidad de las normas que configuran estos derechos reales, normas
que deben prevalecer sobre un precepto más general como el que establece el beneficio
de excusión para los bienes familiares', (Hernán Corral Talciani, Bienes familiares y
participación en los gananciales, Segunda Edición, Página 102) razonando en un sentido
incluso más amplio Gian Franco Rosso Elorriaga, ( Régimen Jurídico de los Bienes
Familiares) quien afirma que 'el derecho del titular de la caución real siempre primará
sobre el beneficio de excusión, pues tendrá su origen, o bien antes de la afectación
respectiva, o con posterioridad a la misma, caso este último en que ambos cónyuges han
debido actuar de común acuerdo en virtud de lo dispuesto en el artículo 142 del Código
Civil'. La profesora Sra. María Graciela Brantt Zumarán, en su artículo 'La inoponibilidad
como mecanismo de protección de los terceros en la regulación patrimonial del
matrimonio en el derecho chileno'. rchdp [online]. 2015, Nº 24, señala que la verdadera y
suficiente protección para los terceros acreedores a propósito del beneficio de excusión
en los bienes familiares, 'radica en su inoponibilidad cuando emana de una declaración de
bien familiar hecha con posterioridad al crédito', lo cual cobra aún más relevancia en el
presente caso, en que como ya se dijo existe una garantía hipotecaria. Séptimo: Así se ha
resuelto, además, por la jurisprudencia, sosteniéndose por la I Corte de Apelaciones de
ltma. 

Santiago que 'la declaración provisional de bien familiar no ha podido afectar a la


constitución de la hipoteca del inmueble constituida con antelación a la declaración
referida en el considerando anterior, no siendo además innecesario dejar constancia que
la referida inscripción se practicó, incluso con posterioridad a la notificación de la
demanda de autos' (En revista de Derecho y Jurisprudencia Nº 1/99, sección civil,
sentencia de fecha 11 de enero de 1999 en autos caratulados Banco de A. Edwards con
Carlos Hurtado Rogers). La I Corte de Apelaciones de Concepción por sentencia de
ltma. 

fecha 9 de mayo de 2006, dictada en causa Rol Nº 878-2005, citando lo resuelto por la
E Corte Suprema de Justicia en causa Rol Nº 3132-1998, sostuvo en su considerando
xcma. 

32º que 'es necesario precisar que, si la hipoteca es anterior a la declaración de bien
familiar del bien hipotecado y materia del juicio, tal declaración será inoponible al acreedor
hipotecario por ser la hipoteca anterior a la constitución de bien familiar'. El mismo
Tribunal de alzada, con fecha 22 de marzo de 2016, resolvió en causa Rol Nº 392-2016
que 'la declaración de bien familiar no puede afectar los derechos que los acreedores del
cónyuge propietario tenían a la fecha de su constitución, de acuerdo lo dispone el inciso
final del artículo 147 del Código Civil'. La Corte de Apelaciones de Valdivia, por su parte,
resolvió en causa Rol Nº 891-2008, con fecha 13 de marzo de 2009, 'Que el inmueble que
fue embargado al ejecutado se encuentra hipotecado a favor del Banco de Crédito e
Inversiones con anterioridad a la fecha en que fue declarado bien familiar, de manera que
no procede acceder a lo pedido por su cónyuge, fundado en lo dispuesto en el artículo
148 del Código Civil, puesto que el derecho del titular de la acción real primará sobre el
beneficio de exclusión; de lo contrario perdería todo valor la hipoteca válidamente
constituida con anterioridad por el cónyuge propietario'" (C. Apelaciones de Temuco, 23
de septiembre de 2016, cons. 5º, 6º y 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6680/2016, Rol Nº 1-
2016). 266. De la no procedencia de este beneficio en la acción de desposeimiento
contra terceros poseedores de la finca hipotecada. En este sentido se ha declarado:
"[A]tendidas las especiales características de la acción de desposeimiento contra terceros
poseedores de la finca hipotecada, los sentenciadores estiman que no es procedente el
beneficio de excusión consagrado en el artículo 148 del Código Civil en esta clase de
ejecuciones. Ello, básicamente porque el juicio tiene por objeto ejecutar las hipotecas
otorgadas para garantizar los créditos debiendo trabarse embargo únicamente sobre la
finca hipotecada, no siendo posible embargar otros bienes del tercero ni tampoco solicitar
ampliación de embargo si acaso con el producto de venta del inmueble gravado no
alcanza a cubrirse la totalidad de la deuda; porque, también, el tercer poseedor no tiene la
calidad de deudor de la obligación que garantiza la hipoteca, y, además, porque las
normas que, configuran la hipoteca son especiales y prevalecen sobre un precepto más
general como el que establece el beneficio de excusión para los bienes familiares.
32. Que en doctrina también se sostiene que el beneficio de excusión para bienes
familiares consagrado en el artículo 148 del Código Civil cede ante la acción hipotecaria.
El profesor Hernán Corral Talciani señala que no procede el beneficio de excusión cuando
se trate de ejecutar garantías reales, como la prenda o la hipoteca (En Bienes Familiares
y Participación en los Gananciales. Editorial Jurídica de Chile, 1996, página 82). En igual
sentido, el profesor Eduardo Court Murasso, quien manifiesta que Si el inmueble familiar
se encuentra hipotecado, el beneficio de excusión será inoponible a los acreedores
hipotecarios (En Los Bienes Familiares en el Código Civil [Ley Nº 19.335]. Cuadernos
Jurídicos Nº 2, Viña del Mar, agosto 1995, Universidad Adolfo Ibáñez). Y también el autor
Gian Franco Rosso Elorriaga afirma que el derecho del titular de la caución real siempre
primará sobre el beneficio de excusión(En Régimen Jurídico de los Bienes
Familiares. Metropolitana Ediciones, 1998, página 265). 33. Que, por último, es necesario
precisar que si la hipoteca es anterior a la declaración de bien familiar del bien
hipotecado, y materia del juicio, tal declaración será inoponible al acreedor hipotecario por
ser la hipoteca anterior a la constitución de bien familiar (C. Suprema, 18 de noviembre
de 1998, Rol Nº 3132-1998). Así, en la situación en estudio, consta del contrato de
hipoteca que rola a fojas 3 del cuaderno de desposeimiento Rol Nº 43896, que el
propietario constituyó hipoteca sobre el bien gravado con fecha 10 de enero de 2001. En
cambio, la declaración de bien familiar es de 17 de diciembre de 2002, la que se
subinscribió al margen de la respectiva inscripción de dominio el 18 de diciembre de 2002,
según consta de los documentos agregados de fojas 758 a 763 (antes 23 a 28) de estos
autos. 34. Que no siendo procedente el beneficio de excusión para los bienes familiares
consagrado en el artículo 148 del Código Civil cuando se trata de ejecutar garantías
reales como la hipoteca, corresponde desestimar la demanda interpuesta"
(C. Apelaciones de Concepción, 9 de mayo de 2006, cons. 31º a 34º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8442/2006, Rol Nº 878-2005).

Artículo 149. Es nula cualquiera estipulación que contravenga las


disposiciones de este párrafo.

Concordancias: Código Civil: artículo 11.  Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O.  21.04.2015: artículo 15 inciso final.

267. Las disposiciones que rigen los bienes familiares son de orden


Jurisprudencia: 
público. Tal como se había hecho presente durante la tramitación legislativa de la que
sería la Ley Nº 19.335, la jurisprudencia ha declarado que, en relación con los bienes
familiares: "[L]as normas que los regulan son de orden público" (C. Suprema, 3 de
septiembre de 2012, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1962/2012, Rol Nº 3322-
2012; C. Suprema, 29 de enero de 2013, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/199/2013, Rol
Nº 7626-2012).

3. Excepciones relativas a la profesión u oficio de la mujer212

Artículo 150. La mujer casada de cualquiera edad podrá dedicarse


libremente al ejercicio de un empleo, oficio, profesión o industria.

La mujer casada, que desempeñe algún empleo o que ejerza una profesión,
oficio o industria, separados de los de su marido, se considerará separada de
bienes respecto del ejercicio de ese empleo, oficio, profesión o industria y de lo
que en ellos obtenga, no obstante cualquiera estipulación en contrario; pero si
fuere menor de dieciocho años, necesitará autorización judicial, con
conocimiento de causa, para gravar y enajenar los bienes raíces. 213

Incumbe a la mujer acreditar, tanto respecto del marido como de terceros, el


origen y dominio de los bienes adquiridos en conformidad a este artículo. Para
este efecto podrá servirse de todos los medios de prueba establecidos por la
ley.

Los terceros que contraten con la mujer quedarán a cubierto de toda


reclamación que pudieren interponer ella o el marido, sus herederos o
cesionarios, fundada en la circunstancia de haber obrado la mujer fuera de los
términos del presente artículo, siempre que, no tratándose de bienes
comprendidos en los artículos 1754 y 1755, se haya acreditado por la mujer,
mediante instrumentos públicos o privados, a los que se hará referencia en el
instrumento que se otorgue al efecto, que ejerce o ha ejercido un empleo,
oficio, profesión o industria separados de los de su marido.

Los actos o contratos celebrados por la mujer en esta administración


separada, obligarán los bienes comprendidos en ella y los que administre con
arreglo a las disposiciones de los artículos 166 y 167, y no obligarán los del
marido sino con arreglo al artículo 161.

Los acreedores del marido no tendrán acción sobre los bienes que la mujer
administre en virtud de este artículo, a menos que probaren que el contrato
celebrado por él cedió en utilidad de la mujer o de la familia común.

Disuelta la sociedad conyugal, los bienes a que este artículo se refiere


entrarán en la partición de los gananciales; a menos que la mujer o sus
herederos renunciaren a estos últimos, en cuyo caso el marido no responderá
por las obligaciones contraídas por la mujer en su administración separada.

Si la mujer o sus herederos aceptaren los gananciales, el marido responderá


a esas obligaciones hasta concurrencia del valor de la mitad de esos bienes
que existan al disolverse la sociedad. Mas, para gozar de este beneficio,
deberá probar el exceso de la contribución que se le exige con arreglo al
artículo 1777.214

Concordancias: Código Civil: artículos 161, 166, 167, 1754, 1755 y 1777. Código de Comercio:
artículos 11 y 14. Código del Trabajo: artículo 13. Código de Minería: artículo 25. Código de Derecho
Internacional Privado: artículos 44, 233. Ley Nº 3.918, sobre Sociedades de Responsabilidad
Limitada,D.O. 14.03.1923: artículo 9º inciso 3º. Ley Nº  14.171, Atribuye Valor de Escritura Pública a
Ciertos Documentos Privados Protocolizados,D.O.  26.10.1960: artículo 65. Ley Nº  14.843, establece
Fondos de la Fundación de Viviendas y Asistencia Social y a la Corporación de la
Vivienda, D.O. 12.02.1962: artículo 8º. Ley Nº 16.392, fija Normas Locales sobre Construcción,
Urbanizaciones y Otorgamiento de Títulos de Dominio, D.O. 16.12.1965: artículo 11. Ley Nº  16.741,
establece Normas para Saneamiento de los Títulos de Dominio y Urbanización de Poblaciones en
Situación Irregular,D.O. 8.04.1968: artículo 71.  Ley Nº 18.196, establece normas complementarias de
administración financiera, personal y de incidencia presupuestaria, D.O. 29.12.1982: artículo 41 inciso
2º. Decreto Ley Nº 1.939, sobre Adquisición, Administración y Disposición de Bienes del
Estado, D.O. 5.10.1977: artículo 98. Ley Nº  18.196, establece normas complementarias de
administración financiera, personal y de incidencia presupuestaria, D.O. 29.12.1982: artículo 41 inciso
2º. Ley Nº 20.880, sobre probidad en la función pública y prevención de los conflictos de interés, D.O.
5.01.2016: artículo 8º inciso 2º.

268. De la naturaleza y caracteres del patrimonio reservado. Para


Jurisprudencia: 
caracterizar al llamado "patrimonio reservado de la mujer casada" se ha señalado: "Que
en medio del régimen de sociedad conyugal, los bienes reservados constituyen un
patrimonio especial, por el origen de sus bienes, la forma de administrarse, por sus
elementos activos y pasivos propios, y en general, por estar sometidos a un régimen
jurídico especial. Este patrimonio, en consecuencia, se distingue a los ojos de los
cónyuges y de terceros de los bienes del marido, de la mujer y de la sociedad misma,
considerándose por la ley a la mujer como separada parcialmente de bienes"
(C. Apelaciones de Santiago, 1 de septiembre de 2004, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3152/2004, Rol Nº 7025-1999, conf. C. Suprema, 2 de agosto de
2005, LegalPublishing: Cl/Jur/6325/2005, Rol Nº 4404-2004). Este considerando se ha
reiterado en sentencias posteriores (C. Suprema, 11 de septiembre de 2018, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5163/2018, Rol Nº 19155-2017). Se ha precisado que: "Ha de
considerarse que la institución de los bienes reservados de la mujer casada que en
síntesis son los que ella adquiere con el producto de su trabajo separado del marido,
constituye un régimen que opera de pleno derecho, esto es, que tiene lugar por la sola
circunstancia que marido y mujer se casen bajo el régimen de sociedad conyugal y por lo
mismo, no hay necesidad de acordar su procedencia, ni pactar su regulación. Su figura es
de orden público y por lo mismo, no admite modificación o derogación alguna; así lo deja
entrever el inciso 2º del artículo 150, al decir que la mujer casada se considerará
separada de bienes respecto del ejercicio de la actividad que desempeñe y con ello
administrará libremente los bienes reservados: 'No obstante cualquiera estipulación en
contrario'" (C. Suprema, 1 de junio de 2011, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/4576/2011,
Rol Nº 7427-2009). Con apoyo en la doctrina se ha dicho, igualmente, que: "[E]ntre sus
características se encuentran las siguientes: a) El marido carece de toda injerencia en la
administración del mismo, quedando ella radicada exclusiva y excluyentemente en la
mujer casada; b) El patrimonio reservado no compromete los bienes propios de la mujer
que el marido administra en razón de lo previsto en los artículos 1754 y 1755 del Código
Civil, de suerte que ella no afecta su actividad económica (Pablo Rodríguez
Grez, Regímenes Patrimoniales, año 1997, Editorial Jurídica, página 195); y c) En su
administración, la mujer se mira como separada de bienes en la administración de este
patrimonio, es decir, se aplican las reglas de dicho régimen matrimonial" (C. Apelaciones
de San Miguel, 13 de noviembre de 2013, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/2628/2013,
Rol Nº 433-2013, conf. C. Suprema, 11 de marzo de 2014,
LegalPublishing: Cl/Jur/405/2014, Rol Nº 16342-2013). 269. La disciplina del
patrimonio reservado opera de pleno derecho. En este sentido se ha destacado que:
"Ha de considerarse que la institución de los bienes reservados de la mujer casada que
en síntesis son los que ella adquiere con el producto de su trabajo separado del marido,
constituye un régimen que opera de pleno derecho, esto es, que tiene lugar por la sola
circunstancia que marido y mujer se casen bajo el régimen de sociedad conyugal y por lo
mismo, no hay necesidad de acordar su procedencia, ni pactar su regulación"
(C. Suprema, 1 de junio de 2011, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/ Jur/4576/2011, Rol
Nº 7427-2009). 270. La disciplina del patrimonio reservado es de orden público. Se
ha sostenido así que: "Su figura es de orden público y por lo mismo, no admite
modificación o derogación alguna; así lo deja entrever el inciso 2º del artículo 150, al decir
que la mujer casada se considerará separada de bienes respecto del ejercicio de la
actividad que desempeñe y con ello administrará libremente los bienes reservados: 'No
obstante cualquiera estipulación en contrario'"(C. Suprema, 1 de junio de 2011, cons. 9º,
Legal Publishing: Cl/Jur/4576/2011, Rol Nº 7427-2009). De ahí que se entienda
que: 270.1. Su disciplina no pueda ser modificada en las capitulaciones
matrimoniales: Así se ha precisado que, por su carácter de orden público: "No podría
pactarse en las capitulaciones matrimoniales una estipulación por la cual la mujer no se
mirare como separada de bienes respecto del producto de su trabajo, porque iría contra
las leyes y estaría en detrimento de los derechos y obligaciones que las leyes les señalan
a cada cónyuge respecto del otro, como lo resguarda el artículo 1717 del Código Civil. Si
la institución no tuviera este carácter, se frustraría el objetivo de proteger los intereses de
la mujer —no los del marido— y perdería toda su utilidad práctica" (C. Suprema, 1 de
junio de 2011, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/4576/2011, Rol Nº 7427-2009); 270.2. Su
disciplina no pueda alterarse convencionalmente por el pacto de separación de
bienes: Se ha afirmado, así, que la condición legal de los bienes del patrimonio reservado
no puede ser modificada por el pacto de separación de bienes suscrito por el marido y la
mujer: "[L]a condición legal de los bienes del patrimonio reservado no ha podido ser
modificada por el instrumento suscrito por el marido y la mujer, los que deben responder
frente al tercero cuyo crédito es anterior a la separación. Este puede, entonces, proseguir
la acciones en contra del marido y los bienes, antes del patrimonio reservado, como si el
pacto no hubiese existido y no obstante que se hayan adjudicado al marido, luego de la
liquidación de la sociedad conyugal" (C. Apelaciones de Antofagasta, 7 de marzo de
2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7723/2008, Rol Nº 720-2007, conf. C. Suprema,
15 de mayo de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/7722/2008, Rol Nº 1979-
2008). 271. Requisitos de procedencia del patrimonio reservado. Se ha precisado
que: "[D]e acuerdo con lo que dispone el artículo 150 del Código Civil, para poder
sostener la existencia del llamado patrimonio reservado de la mujer casada, es necesaria
la concurrencia copulativa de las siguientes circunstancias: a) que la mujer se encuentra
casada en régimen de sociedad conyugal; b) que ejerza un empleo, oficio, profesión o
industria; c) que tal actividad sea remunerada, y d) que el ejercicio de dicho empleo,
oficio, profesión o industria lo realice la mujer de manera separada de su marido. La
ausencia de cualquiera de las circunstancias señaladas, impide la conformación del
patrimonio reservado" (C. de Apelaciones de Santiago, 21 de abril de 1997, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1322/1997, Rol Nº 6403-1996). En la misma línea, y casi
literalmente, se ha señalado: "Que de acuerdo al artículo 150 del Código Civil para la
existencia del llamado patrimonio reservado de la mujer casada es necesaria la
concurrencia copulativa de las siguientes circunstancias: a) Que la mujer se encuentre
casada en régimen de sociedad conyugal; b) Que ejerza un empleo, profesión o industria;
c) Que tal actividad sea remunerada; d) Que el ejercicio de dicho empleo, oficio, profesión
o industria lo realice la mujer separada de su marido, circunstancias que deben concurrir
en su totalidad, por cuanto la ausencia de cualquiera de ellas impide la formación del
patrimonio reservado" (C. Apelaciones La Serena, 23 de junio de 2005, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4554/2005, Rol Nº 1463-2004, conf. C. Suprema, 23 de marzo de
2006, LegalPublishing: Cl/Jur/7397/2006, Rol Nº 3748-2005). 272. El requisito de
ejercer un empleo, oficio, profesión o industria. Sobre este punto se ha advertido que:
"El hecho [de] que la mujer casada se encuentre en posesión de un título profesional o
cumpla con los requerimientos necesarios para desempeñar algún trabajo reglado, como
ser, en el caso de la mujer comerciante, haber obtenido la correspondiente patente
municipal a su nombre, no es suficiente, por sí solo, para dar por establecida la existencia
del patrimonio a que se refiere el artículo 150 del Código Civil; es necesario, también, que
la actividad respectiva la ejerza la mujer de modo material, real y efectivo" (C. de
Apelaciones de Santiago, 21 de abril de 1997, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1322/1997, Rol Nº 6403-1996). 273. El requisito de ejercerlo
"de manera separada de su marido". Esta exigencia implica que el ejercicio del empleo,
oficio, profesión o industria, la mujer "lo haga en forma separada de su marido, es decir,
sin que exista colaboración entre ambos o, lo que es lo mismo, sin que pueda sostenerse
que el trabajo de uno de ellos constituya una contribución a la actividad del otro" (C. de
Apelaciones de Santiago, 21 de abril de 1997, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1322/1997, Rol Nº 6403-1996). 274. Interpretación de los
términos "empleo", "profesión", "oficio" o "industria". Se ha dicho que: "Esta norma
se refiere al ejercicio de un empleo, oficio, profesión o industria, términos amplios en los
cuales se incluye cualquier labor o función remunerativa" (C. Apelaciones Punta Arenas,
2 de marzo de 1994, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/995/1994, Rol Nº 7464-1993,
conf. C. Suprema, 27 de julio de 1995, LegalPublishing: Cl/Jur/973/1995, Rol Nº 27774-
1994). 275. Prueba de la existencia del patrimonio reservado. En esta sede se ha
declarado que corresponde: "[A] la mujer casada el peso de la prueba de la concurrencia
de todas y cada una de las circunstancias exigidas por esta disposición para la
procedencia del patrimonio reservado, con cuya finalidad podrá servirse de todos los
medios de prueba establecidos por la ley" (C. Apelaciones La Serena, 23 de junio de
2005, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/4554/2005, Rol Nº 1463-2004, conf. C. Suprema,
23 de marzo de 2006, LegalPublishing: Cl/Jur/7397/2006, Rol Nº 3748-2005). En la
misma línea se ha sostenido que: "Es a la mujer casada a quien interesa establecer la
existencia del patrimonio reservado y, en consecuencia, sentar que determinadas
relaciones o situaciones jurídicas forman parte de dicho patrimonio; corresponde a ella el
peso de la prueba respecto de la concurrencia de todas y de cada una de las
circunstancias para tener por conformada tal universalidad jurídica" (C. de Apelaciones de
Santiago, 21 de abril de 1997, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/1322/1997, Rol Nº 6403-
1996). 276. La mujer casada que adquiere un inmueble mediante subsidio
habitacional se presume de derecho separada de bienes, y queda sujeta a la
diciplina de este artículo 150. Así lo ha recordado la E. Corte Suprema: "[C]orresponde
xcma 

desde ya puntualizar que, al tenor del inciso 2º del artículo 41 de la Ley Nº 18.196, "la
mujer casada beneficiaría del subsidio habitacional del Estado, se presumirá separada de
bienes para la celebración de los contratos de compraventa, mutuo e hipotecas
relacionados exclusivamente con la adquisición de la vivienda para la cual se les haya
otorgado dicho subsidio". Del tenor de la norma antes transcrita se desprende que la
mujer casada que adquiere un inmueble mediante subsidio habitacional se presumirá de
derecho separada de bienes y regirán, respecto de ella, todos los derechos que se
establecen en el artículo 150 del Código Civil para la mujer casada que ejerce un empleo,
oficio, profesión o industria, separados del de su marido. Es la propia Ley Nº 18.196 la
que estableció un estatuto especial para la mujer casada que adquiere una vivienda
mediante un subsidio habitacional del SERVIU, haciéndole aplicable a su respecto el
artículo 150 del Código Civil, independientemente de si ejerce un empleo, profesión, o
industria separados de los de su marido" (C. Suprema, 26 de abril de 2017, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2823/2017, Rol Nº 406-2017). 277. La mujer casada que
adquiere del Servicio de Vivienda y Urbanismo un inmueble, lo hipoteque o grave
en favor del mismo, se presume de derecho separada de bienes para la celebración
del contrato correspondiente, y queda sujeta a la diciplina de este artículo 150. Así
lo ha recordado la E. Corte Suprema: "[D]e conformidad con lo que establece el artículo
xcma 

11º de la Ley Nº 16.392, "La mujer casada que adquiera, hipoteque o grave en la
Corporación de la Vivienda o en la Corporación de Servicios Habitacionales, en
Asociaciones de Ahorro y Préstamo o Instituciones de Previsión, una vivienda, sitio o
local, se presumirá de derecho separada de bienes para el contrato correspondiente, y
regirán, respecto de ella, todos los derechos que se establecen en el artículo 150 del
Código Civil para la mujer casada que ejerce un empleo, oficio, profesión o industria,
separados de los de su marido", principio que reproduce el artículo 69 del Decreto Nº 355
de Vivienda y Urbanismo del año 1976, el cual señala que "La mujer casada que adquiera
del SERVIU una vivienda, sitio o local, o que los hipoteque o grave en favor del mismo, se
presumirá de derecho separada de bienes para la celebración del contrato
correspondiente y regirán, respecto de ella, todos los derechos que se establecen en el
artículo 150 del Código Civil para la mujer casada que ejerce un empleo, profesión, o
industria separados de los de su marido" [...] Que las disposiciones antes citadas
establecen un estatuto especial para la mujer casada que se encuentra en la situación
que ellas contemplan, sobre la base del cual se presume de derecho, esto es, sin que
proceda prueba en contrario, que la adquirente, como es en este caso, de una vivienda a
través del mecanismo de subsidio para la vivienda, en los que interviene el SERVIU
continuador legal de uno de los organismos mencionados en el artículo 11º de la Ley
Nº 16.392, se encuentra separada de bienes respecto de la vivienda que compre,
hipoteque o grave a dicho organismo, rigiendo a su favor todos los derechos que se
establecen en el artículo 150 del Código Civil. De lo que se colige que la propiedad
materia del contrato de compraventa, no obstante haber sido adquirida a título oneroso,
no ingresa al haber de la sociedad conyugal [...] Que lo anterior encuentra además
fundamento en el reconocimiento de que las disposiciones antes citadas, que consagran
la presunción de separación de bienes de la mujer casada que ejecuta alguno de los
actos que señalan, no son normas de mera capacidad, es decir, que hayan tenido por
objeto únicamente otorgar ésta a la mujer casada para concurrir a los contratos de
compraventa, mutuo o hipoteca por sí sola y sin la representación del marido, sino que
tienen un carácter sustantivo que no puede desconocerse en cuanto a hacer aplicables,
tal como se desprende de su propio tenor literal, todos los derechos que contempla el
artículo 150 del Código Civil, es decir, del instituto del patrimonio reservado"
(C. Suprema, 24 de enero de 2017, cons. 8º, 9º y 10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/247/2017,
Rol Nº 76253-2016). 278. La regla del inciso 5º: Los actos ejecutados en la
administración separada de la mujer, únicamente obligan sus bienes. La
jurisprudencia, de modo constante, explica el inciso 5º en relación con el artículo 137
del Código Civil, para advertir: "Que el inciso 5º del artículo 150 previene que "los actos o
contratos celebrados por la mujer en esta administración separada, obligarán los bienes
comprendidos en ella y los que administre con arreglo a las disposiciones de los artículos
166 y 167, y no obligarán los del marido sino con arreglo al artículo 161". En
consecuencia, las deudas generadas de estas relaciones no obligan los bienes sociales,
ni los del marido, ni los bienes propios de la mujer que son administrados por el marido,
sino que sólo los de su administración separada, incluyendo los comprendidos en los
artículos 166 y 167, salvo ciertas excepciones. Esto tiene relación con lo preceptuado en
el inciso primero del artículo 137 del Código Civil, que indica que "los actos y contratos de
la mujer casada en sociedad conyugal, sólo la obligan en los bienes que administre en
conformidad a los artículos 166 y 167". Por eso se dice que el marido es respecto de
terceros dueño de los bienes sociales, como si ellos y sus bienes formasen un solo
patrimonio, pero los actos ejecutados en la administración separada de la mujer,
únicamente obligan sus bienes" (C. Suprema, 11 de septiembre de 2018, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5163/2018, Rol Nº 19155-2017). 279. Patrimonio reservado y
"beneficio de emolumentos" a favor del marido. En alguna ocasión se ha advertido
que: "El artículo 150 establece un verdadero beneficio de emolumentos a favor del
marido, al establecer que sólo responderá hasta la concurrencia del valor de la mitad de
esos bienes que existan al disolverse la sociedad. Pero para ello deberá probar exceso de
contribución que se le exige con arreglo al artículo 1777. La mujer responde por el total de
la deuda frente a los acreedores, pudiendo repetir contra el marido por la mitad que le
corresponda pagar" (C. Apelaciones de Antofagasta, 7 de marzo de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7723/2008, Rol Nº 720-2007, conf. C. Suprema, 15 de mayo de
2008, LegalPublishing: Cl/Jur/7722/2008, Rol Nº 1979-2008). 280. El patrimonio
reservado no puede generar recompensas a favor de la sociedad conyugal. En este
sentido se ha pronunciado algún tribunal de alzada: "[T]ratándose de los bienes que
conforman el patrimonio reservado de la mujer casada, los mismos son administrados por
ella como si estuviese separada de bienes, y solo si la cónyuge no renunciare a los
gananciales, los mismos ingresarán a la partición de estos últimos, con lo cual la regla del
artículo 1746 carecería de sentido, puesto que la mujer tendría que pagar por los
aumentos respecto de un bien que no quedarán para ella, a diferencia de sus bienes
propios, los cuales nunca ingresan a la sociedad conyugal. Lo expuesto implica
necesariamente, que los bienes reservados de la mujer casada, por no tratarse de "bienes
propios", encontrarse en un patrimonio especial y de administración exclusiva de la mujer,
actuando separada de bienes al efecto y sin injerencia del marido, jamás pueden generar
recompensas a favor de la sociedad conyugal, y si esta última es acreedora de dicho
patrimonio, la acreencia debe ser cobrada en la misma forma en que un cónyuge
separado de bienes puede hacer efectivos sus créditos respecto del otro" (C. Apelaciones
de San Miguel, 13 de noviembre de 2013, cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/2628/2013,
Rol Nº 433-2013). Este sentencia fue confirmada por la E Corte Suprema, y en ella se
xcma. 

reafirmó: "Que de conformidad con lo reseñado en el motivo que precede, se observa que
los sentenciadores han hecho una correcta aplicación de la normativa atinente al caso de
que se trata toda vez los bienes que componen el patrimonio reservado de la mujer
ingresarán a la liquidación de la sociedad conyugal en la medida que ésta no renuncie a
los gananciales, hipótesis esta última que ocurrió en la especie, por lo que resulta
improcedente aplicar las normas que son propias de la liquidación de la referida sociedad
a un patrimonio que no ha ingresado a ella. Por lo tanto, los dineros que pudiere adeudar
la cónyuge con ocasión de las expensas que se hayan hecho en los bienes que
componían su patrimonio reservado, deben perseguirse por las acciones ordinarias que la
legislación contempla para el cobro de una deuda" (C. Suprema, 11 de marzo de 2014,
cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/405/2014, Rol Nº 16342-2013).

Artículo 151. Derogado.215

4. Excepciones relativas a la separación de bienes216

Artículo 152. Separación de bienes es la que se efectúa sin separación


judicial, en virtud de decreto del tribunal competente, por disposición de la ley o
por convención de las partes.217

Concordancias: Código Civil: artículo 1723. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O.  10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº  1, D.O. 30.05.2000: artículos 4º número 4, 8º. Ley Nº 14.908, sobre
Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por
D.F.L. Nº  1, D.O. 30.05.2000: artículo 19 inciso 1º número 1. Decreto Ley Nº 2.695, Min. Tierras y
Colonización, fija normas para regularizar la posesión de la pequeña propiedad raíz y para la
constitución del dominio sobre ella, D.O. 21.07.1979: artículo 37. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 14 letra a). Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O.  21.04.2015: artículo 15 inciso 2º.

281. Finalidad de la acción de separación judicial de bienes. Se ha


Jurisprudencia: 
afirmado que: "Esta acción judicial tiene por objeto que se devuelvan a la mujer los bienes
de su dominio que ella hubiere aportado al matrimonio y que, por el solo hecho de su
celebración y desde el momento de verificarse, entran a formar parte de la sociedad
conyugal, y son administrados por el marido" (C. de Apelaciones de Chillán, 21 de abril
de 2008, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/5612/2008, Rol Nº 294-2007). 282. De la
titularidad de la acción de separación judicial de bienes. La cuestión tocante a quién
pueda demandar la separación de bienes no ha sido discutida, sino hasta época muy
reciente, pues, sobre la base de las reglas contenidas en el Código Civil, tradicionalmente
se ha estimado que es la mujer la única que puede impetrar por su declaración. Sin
embargo, en el último tiempo y, sobre la base de algunas disposiciones de la Ley
Nº 19.947, algún tribunal de alzada ha estimado que también es permitido al marido
solicitar la separación judicial de bienes. Hay, así, dos opiniones en esta
materia: 282.1. Opinión habitual: la separación de bienes solo puede ser solicitada por la
mujer: en este sentido la E Corte Suprema ha declarado que: "[L]a separación judicial de
xcma. 

bienes sólo es procedente a instancias de la mujer y por las causales taxativamente


señaladas en la ley" (C. Suprema, 21 de noviembre de 2006, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4107/2006, Rol Nº 1529-2005). En la misma línea se ha sostenido
por un tribunal de alzada que: "Teniendo, además, presente las causales que habilitan
para solicitar la separación de bienes, se concluye que la facultad de pedir la separación
sólo compete a la mujer, mas no al marido. No lo dice el Código expresamente, pero en
todo momento discurre sobre la base de que es atribución exclusiva de la mujer pedir la
separación" (C. Apelaciones de Chillán, 21 de abril de 2008, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5612/2008, Rol Nº 294-2007); 282.2. Opinión minoritaria: la
separación de bienes también puede ser solicitada por el marido: esta opinión ha sido
defendida por la I Corte de Apelaciones de Coyhaique. Como premisa que funda la
lma. 

argumentación de la Corte se encuentra una pretendida oposición entre las disposiciones


del Código Civil y otras de la Ley de Matrimonio Civil: "[E]n la especie y situación sub lite,
se ha producido y planteado, una aparente colisión de normas, las del Código Civil con las
de la Ley Nº 19.947, que establece la Nueva Ley de Matrimonio Civil, el primero que entró
en vigencia en el año 1855 y la segunda, publicada en el Diario Oficial del 17 de mayo del
año 2004. Del análisis del articulado del párrafo 4 del Libro Primero, Título VI, artículos
152 y siguientes, del Código Civil, en efecto, puede concluirse, que la acción relativa a la
separación judicial de bienes corresponde exclusivamente a la mujer casada en sociedad
conyugal, especialmente de lo dispuesto en los artículos 155, 156 y 157, en cuanto si bien
no se prohíbe al marido impetrar la acción, los casos y situaciones que enuncia y
contemplan, se refieren específicamente a la mujer casada, en particular, atendidas las
causales que justificarían la petición consignadas en el artículo 155 [...] Que, sin embargo,
ha de tenerse en cuenta lo dispuesto por la Ley Nº 19.947, que en su artículo 23,
expresamente dispone que: "A falta de acuerdo, cualquiera de los cónyuges podrá
solicitar que el procedimiento judicial que se sustancie para reglar las relaciones mutuas,
como los alimentos que se deban, los bienes familiares o las materias vinculadas al
régimen de bienes del matrimonio; o las relaciones con los hijos, como los alimentos, el
cuidado personal o la relación directa y regular que mantendrá con ellos el padre o madre
que no los tuviere bajo su cuidado, se extienda a otras materias concernientes a sus
relaciones mutuas o a sus relaciones con los hijos", norma que debe complementarse con
lo establecido en el artículo 26, del mismo cuerpo legal, que prescribe que: "La separación
judicial podrá ser demandada por uno de los cónyuges si mediare falta imputable al otro,
siempre que constituya una violación grave de los deberes y obligaciones para con los
hijos, que torne intolerable la vida en común", además, con el artículo 27, en cuanto reza:
"Sin perjuicio de lo anterior, cualquiera de los cónyuges podrá solicitar al tribunal que
declare la separación, cuando hubiere cesado la convivencia", a todo lo cual ha de
agregarse lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 31 de la misma ley, que obliga al
Juez de la causa, que "En la sentencia el juez, además, liquidará el régimen matrimonial
que hubiere existido entre los cónyuges, si así se le hubiere solicitado y se hubiere
rendido la prueba necesaria para tal efecto" (C. Apelaciones de Coyhaique, 19 de
diciembre de 2014, cons. 3º y 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/9754/2014, Rol Nº 34-2014).
Establecida, así, una eventual oposición entre las normas del Código Civil y la de la Ley
de Matrimonio Civil, el tribunal de alzada se aboca a su solución desde la perspectiva del
principio de la especialidad, y de algunos criterios de interpretación de la ley: "Que, en
consecuencia, del análisis de ambos cuerpos normativos, aparentemente contradictorios,
para su debida aplicación ha de estarse a las normas de interpretación, para ello, resulta
útil, primeramente, el principio de especialidad de las leyes, en el entendido de que habrá
de preferirse a las normas especiales sobre las generales; además, el elemento
gramatical, en cuanto si el sentido de la ley es claro, no debe desatenderse su tenor
literal; asimismo, también resulta aplicable el elemento sistemático de hermenéutica, en
cuanto ha de buscarse la armonía y correspondencia entre todos los cuerpos legales"
(C. Apelaciones de Coyhaique, 19 de diciembre de 2014, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9754/2014, Rol Nº 34-2014). Sobre tales bases concluye que el
marido puede demandar judicialmente la separación de bienes: "Que, en base a tal
principio y elementos precedentemente citados, ha de concluirse, necesariamente, con
que las normas de la nueva Ley de Matrimonio Civil, ya mencionadas, hacen procedente
la revocación de la resolución apelada toda vez que, existiendo norma especial y expresa
que habilita al demandante para accionar en la forma como se ha hecho, en base a la
relación armónica de los preceptos citados, como de las disposiciones constitucionales
mencionadas por la recurrente, se resuelve que el marido, demandante, posee la
suficiente legitimación activa para demandar judicialmente la separación de bienes"
(C. Apelaciones de Coyhaique, 19 de diciembre de 2014, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9754/2014, Rol Nº 34-2014). En relación con esta opinión, aquí
únicamente se recordará que la separación judicial de bienes es institución diversa de la
separación judicial de los cónyuges. Así, los artículos 26 a 37 de la Ley Nº 19.947 tratan
de esta última, de modo que mal podrían colisionar con los respectivos artículos
del Código Civil que regulan la separación judicial de bienes.

Artículo 153. La mujer no podrá renunciar en las capitulaciones


matrimoniales la facultad de pedir la separación de bienes a que le dan
derecho las leyes.

Concordancias: Código Civil: artículos 12, 1715 y 1717.

283. Esta regla es de orden público y la facultad que concede a la mujer,


Jurisprudencia: 
además de irrenunciable, es imprescriptible. Lo ha afirmado así la E Corte Suprema:
xcma. 

"[L]a separación judicial de bienes sólo es procedente a instancias de la mujer y por las
causales taxativamente señaladas en la ley. Es una facultad irrenunciable e
imprescriptible y la norma que la reglamenta es de orden público, pues responde a un
interés general o social, por oposición a cuestiones de orden privado" (C. Suprema, 21 de
noviembre de 2006, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/4107/2006, Rol Nº 1529-2005).
Artículo 154. Para que la mujer menor pueda pedir separación de bienes,
deberá ser autorizada por un curador especial.

Concordancias: Código Civil: artículos 494 y 495.

Artículo 155. El juez decretará la separación de bienes en el caso de


insolvencia o administración fraudulenta del marido.

También la decretará si el marido, por su culpa, no cumple con las


obligaciones que imponen los artículos 131 y 134, o incurre en alguna causal
de separación judicial, según los términos de la Ley de Matrimonio Civil. 218

En caso de ausencia injustificada del marido por más de un año, la mujer


podrá pedir la separación de bienes. Lo mismo ocurrirá si, sin mediar ausencia,
existe separación de hecho de los cónyuges.219

Si los negocios del marido se hallan en mal estado, por consecuencia de


especulaciones aventuradas, o de una administración errónea o descuidada, o
hay riesgo inminente de ello, podrá oponerse a la separación, prestando fianza
o hipotecas que aseguren suficientemente los intereses de la mujer. 220

Concordancias: Código Civil: artículos 131, 134 y 156 inciso 2º. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de
Familia y Pago de Pensiones Alimenticias,  D.O.  5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 19 inciso 1º número 1. Ley Nº  19.947,D.O.  17.05.2004, de Matrimonio
Civil: artículo 26. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 14
letra a).

284. La causa de la parte final del inciso 3º sólo exige la separación de


Jurisprudencia: 
hecho y no la ausencia del marido. En este sentido se ha declarado lo siguiente: "Que,
no comparte el Tribunal la tesis sustentada por el demandado, en cuanto a que la causal
establecida en el artículo 155 inciso 3º parte final exija como presupuesto, además de la
separación de hecho por más de un año, la circunstancia de no mediar ausencia del
marido, esto es, a su juicio, que no obstante encontrarse los cónyuges separados de
hecho, vivan en un mismo techo, lo que no ocurre en la especie, según afirma. En efecto,
la expresión "sin mediar ausencia" que utiliza el artículo 155 inciso 3º parte final del
Código Civil, debe entenderse enlazada con el resto del inciso, el cual, en el caso de
divorcio de los cónyuges, decretado de conformidad con el artículo 21 Nº 8 de la Ley de
Matrimonio Civil, faculta a la mujer para pedir la separación de bienes, transcurrido un año
desde que se produce la ausencia del marido; la que no se exige en el caso de la parte
final. En otras palabras, para la procedencia de la primera causal del inciso 3º, el
legislador exige que medie ausencia del marido; pero tratándose de la hipótesis de la
parte final, el legislador autoriza la separación, sin necesidad de que medie aquélla;
determinando, como único requisito, que haya separación de hecho por un año o más. En
el mismo sentido opina don René Ramos Pazos, en su obra Derecho de Familia, Tomo I,
páginas 326 y 327 numeral 450, Editorial Jurídica de Chile, Tercera Edición, septiembre
de 2000" (J. Letras Punta Arenas, 7 de noviembre de 2004, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2012/2004, Rol Nº 47341, conf. C. Suprema, 13 de diciembre de
2005, LegalPublishing: Cl/Jur/3241/2005, Rol Nº 1194-2005). 285. Las causas de la
separación de hecho en el supuesto del inciso 3º. Se ha advertido que, sin perjuicio de
la reforma introducida al texto de dicho inciso en 2004, la causa consistente en la
separación de hecho, que habilita para impetrar la separación de bienes, se conserva sin
mayores alteraciones, y se han defendido dos opiniones en relación con la relevancia o no
de los motivos o causas de la separación de hecho: 285.1. Opinión más moderna: las
causas de la separación de hecho son irrelevantes: esta opinión, que ahora aparece
reforzada por los términos en los que se recibió la separación de hecho en la Ley de
Matrimonio Civil de 2004, sostiene que la exigencia de la separación de hecho de los
cónyuges como requisito para decretar la separación judicial de bienes, es independiente
de quién pudo haber sido el causante de tal separación o de si ambos lo fueron y, por
ende, las causas de la separación de hecho pasan a ser un mero antecedente ilustrativo,
sin influencia en la decisión sobre la demanda de separación judicial de bienes: "Que de
acuerdo a la referida parte final del inciso tercero del artículo 155 del Código Civil, basta
que exista separación de hecho de los cónyuges y que desde la separación haya
transcurrido un año, independiente de quién pudo haber sido el causante de tal
separación o de si ambos lo fueron y, por ende, las causas de la separación pasan a ser
un mero antecedente ilustrativo, sin influencia en la decisión sobre la demanda de
separación de bienes" (J. Letras Rancagua, 12 de marzo de 2002, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2534/2002, Rol Nº 1305-2001, conf. C. Suprema, 23 de enero
de 2003, LegalPublishing: Cl/ Jur/3099/2003, Rol Nº 4064-2002). Así lo ha ratificado la
jurisprudencia posterior a la Ley de Matrimonio Civil de 2004: "Los sentenciadores han
efectuado una correcta interpretación del artículo 155 inciso 3º del Código Civil, y ha
quedado acreditado como hecho de la causa la separación entre las partes por más de un
año y la existencia de la sociedad conyugal, sin que sea necesario distinguir respecto de
la causa de la separación, hecho básico que sustenta la decisión del fallo atacado"
(C. Suprema, 13 de diciembre de 2005, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/3241/2005, Rol
Nº 1194-2005); 285.2. Opinión más antigua: es preciso acreditar antecedentes o
motivos que originaron la separación de hecho: en relación con esta tesis se ha
señalado: "[Q]ue el escueto tenor literal como quedó legislada esta nueva causal de
separación judicial, agregada al artículo 155 inciso 3º del Código Civil por la Ley
Nº 19.335 de 23 de septiembre de 1994, sin ninguna otra condición o requisito que el
plazo de un año de vida separada de los cónyuges, puede llegar a alterar, de un modo
substancial todo el sistema de separación judicial imperante en el Código Civil, en el que
según se explicó en el considerando precedente sólo era admisible la acción de la mujer,
como consecuencia de actos del marido que perjudiquen a la mujer. 15. Que en este
orden de consideraciones, y siendo la mujer la única titular de la acción, puede suceder
que ésta se cree su propia causal, por el simple expediente de abandonar el hogar
común, esperar el transcurso del plazo legal y enseguida demandar al marido para que el
tribunal la declare, sin que sea necesario acreditar ningún otro antecedente sobre las
causas o motivos que la originaron, situación que entendemos no corresponde al espíritu
del legislador y que, además, está en pugna con sanos principios jurídicos que rechazan
toda utilización abusiva de las normas legales" (C. Apelaciones de Concepción, 24 de
mayo de 1999, cons. 14º y 15º, LegalPublishing: Cl/Jur/2468/1999, Rol Nº 1145-1998,
conf. C. Suprema 21 de junio de 2000, LegalPublishing: Cl/Jur/2962/2000, Rol Nº 2988-
1999). 286. De la noción del "mal estado de los negocios del marido" en el supuesto
del inciso 4º. Se ha estimado que el mal estado de los negocios no implica la insolvencia
del cónyuge: "Que el mal estado de los negocios del marido, no implica que el cónyuge
sea insolvente, basta que su fortuna haya sufrido una disminución, que sus negocios
hayan experimentado un quebranto" (C. Apelaciones de Rancagua, 14 de diciembre de
2000, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/1524/2000, Rol Nº 15858, conf. C. Suprema, 28
de mayo de 2001, LegalPublishing: Cl/Jur/2420/2001, Rol Nº 267-2001). 287. De la
exigencia de que los negocios sean del marido, la que no se cumple si son de una
sociedad de la que el marido es socio. En este sentido se ha declarado que: "[L]a
disminución del activo de una sociedad comercial en la cual el demandado es socio,
provocado por el pago de multas en el Servicio de Impuestos Internos por infracción a la
ley tributaria, no resulta conducente para tener por acreditada esa causal, por cuanto no
reúne la exigencia contenida en el inciso final del artículo 155 del Código Civil, esto es,
que se refiera a negocios del marido" (C. Apelaciones de Rancagua, 14 de diciembre de
2000, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/1524/2000, Rol Nº 15858, conf. C. Suprema, 28
de mayo de 2001, LegalPublishing: Cl/Jur/2420/2001, Rol Nº 267-2001).

Artículo 156. Demandada la separación de bienes, podrá el juez a petición


de la mujer, tomar las providencias que estime conducentes a la seguridad de
los intereses de ésta, mientras dure el juicio.

En el caso del inciso 3º del artículo anterior, podrá el juez, en cualquier


tiempo, a petición de la mujer, procediendo con conocimiento de causa, tomar
iguales providencias antes de que se demande la separación de bienes,
exigiendo caución de resultas a la mujer si lo estimare conveniente. 221

Concordancias: Código Civil: artículos 46, 155 inciso 3º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 8º Nº  14 letra a).

Artículo 157. En el juicio de separación de bienes por el mal estado de los


negocios del marido, la confesión de éste no hace prueba.

Concordancias: Código Civil: artículos 1698 inciso 2º, 1713, 1739 incisos 2º y 3º, 2485.

Artículo 158. Lo que en los artículos anteriores de este párrafo se dice del


marido o de la mujer, se aplica indistintamente a los cónyuges en el régimen de
participación en los gananciales.

Una vez decretada la separación, se procederá a la división de los


gananciales y al pago de recompensas o al cálculo del crédito de participación
en los gananciales, según cual fuere el régimen al que se pone término. 222

Concordancias: Código Civil: artículos 1792-1 a 1792-27.

Artículo 159. Los cónyuges separados de bienes administran, con plena


independencia el uno del otro, los bienes que tenían antes del matrimonio y los
que adquieren durante éste, a cualquier título.

Si los cónyuges se separaren de bienes durante el matrimonio, la


administración separada comprende los bienes obtenidos como producto de la
liquidación de la sociedad conyugal o del régimen de participación en los
gananciales que hubiere existido entre ellos.

Lo anterior es sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo 2 del Título VI del


Libro Primero de este Código. 223
Concordancias: Código Civil: artículo 173.

288. Del régimen de separación total de bienes y de las adquisiciones


Jurisprudencia: 
producidas durante él. La jurisprudencia ha explicado de manera simple y sencilla el
significado de este régimen patrimonial, en lo tocante a la adquisición de bienes, cuando
ha advertido que: "En materia de los bienes adquiridos durante el matrimonio, el régimen
de separación total de bienes es simple: los cónyuges son dueños de los bienes
adquiridos a cualquier título y, la administración de los mismos, les corresponde de forma
exclusiva y separada. El artículo 159 del Código Civil lo señala de la siguiente forma: 'Los
cónyuges separados de bienes administran, con plena independencia el uno del otro, los
bienes que tenían antes del matrimonio y los que adquieren durante éste, a
cualquier título'" (C. Suprema, 11 de noviembre de 2013, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2580/2013, Rol Nº 7619-2012). 289. Del régimen de separación
total de bienes y la contribución a las cargas y necesidades de la familia común. La
jurisprudencia ha advertido que no existen reglas peculiares en el Código Civil sobre este
punto, por lo que ha de atenderse a las reglas de los artículos 134 y 160 y, además, a las
otra de carácter general: En lo atinente a las cargas y necesidades de familia, el artículo
134 del Código Civil dispone: "El marido y la mujer deben proveer a las necesidades de la
familia común, atendiendo a sus facultades económicas y al régimen de bienes que entre
ellos medie. El juez, si fuere necesario, reglará la contribución"; el artículo 160 del mismo
cuerpo legal, anteriormente mencionado, estatuye: "En el estado de separación, ambos
cónyuges deben proveer a las necesidades de la familia común a proporción de sus
facultades. El juez en caso necesario reglará la contribución". Las cargas de familia es un
tema regulado en detalle en el régimen de sociedad conyugal; sin embargo, para el
régimen de separación total de bienes, las únicas normas que existen son los artículos
134 y 160, ambos ubicados en el Título VI del Libro I del Código Civil, sobre "Obligaciones
y Derechos entre los Cónyuges", por lo que debe recurrirse a los criterios genéricos
indicados en otras disposiciones del Código sustantivo. Así, el artículo 224, en su inciso
primero, dice: "Toca de consuno a los padres, o al padre o madre sobreviviente, el
cuidado personal de la crianza y educación de sus hijos"; el artículo 230 previene: "Los
gastos de educación, crianza y establecimiento de los hijos son de cargo de la sociedad
conyugal, según las reglas que tratando de ella se dirán (se refiere a los artículos 1740
Nº 5 y 1744, ambos del Código de Bello). Si no la hubiere, los padres contribuirán en
proporción a sus respectivas facultades económicas"; a su vez, el artículo 1720 establece
los efectos que produce la separación total de bienes, uno de los cuales es, naturalmente,
el expresado en el ya mencionado artículo 160. O sea, los artículos últimamente referidos
y, en general, los que van desde el 224 al 228 del Código Civil, contemplan los deberes
de cuidado, socorro, crianza, educación y establecimiento de los padres para con los hijos
(C. Suprema, 11 de noviembre de 2013, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/2580/2013, Rol
Nº 7619-2012). 290. Del régimen de separación total de bienes y las deudas
contraídas por los cónyuges. La jurisprudencia ha precisado que: "En lo tocante a las
deudas contraídas por los cónyuges debe manifestarse que de la misma manera que ellos
administran libremente sus bienes, de forma separada, las deudas adquiridas con
terceros sólo afectan al patrimonio del cónyuge deudor. Con todo, existen excepciones a
esta regla, contenidas en el artículo 161 del Código Civil" (C. Suprema, 11 de noviembre
de 2013, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/2580/2013, Rol Nº 7619-2012).

Artículo 160. En el estado de separación, ambos cónyuges deben proveer a


las necesidades de la familia común a proporción de sus facultades.
El juez en caso necesario reglará la contribución.

Concordancias: Código Civil: artículos 134 y 178. Decreto Nº  789, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O.  9.12.1989,
artículo 16.1.

291. El campo operativo de esta regla no se extiende a relación alguna


Jurisprudencia: 
entre un cónyuge y terceros. En este sentido la jurisprudencia ha destacado que hay:
"[A]lgo que no puede admitir discusión: el artículo 160 del Código Civil regula la forma en
que los cónyuges separados de bienes deben contribuir a las necesidades de la familia
común a proporción de sus facultades, lo que el juez, de ser necesario, debe reglar; o
sea, se trata de una disposición legal que atañe solamente a ellos en lo atinente a lo
indicado. El artículo aludido no dice relación alguna con asuntos referidos a situaciones
ocurridas entre ellos y terceros extraños, y es por esto que don Luis Claro Solar señala
que lo que toca al juez resolver, en lo que respecta a esta disposición legal, "son las
dificultades que pudieren suscitarse entre ambos cónyuges para determinar esta
contribución" (Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado, Volumen I, De las
Personas, página 170)" (C. Suprema, 11 de noviembre de 2013, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2580/2013, Rol Nº 7619-2012). 292. Los gastos realizados por
la mujer, a proporción de sus facultades, para proveer a las necesidades de la
familia común no generan derecho a recompensas. Se ha declarado por la I Corte de lma. 

Apelaciones de Santiago que: "Si al momento de verificarse los gastos demandados por el
mantenimiento de la familia común, la única que tenía recursos para hacerlo era la mujer,
con el producto de su trabajo, su contribución no genera derecho a recompensas, toda
vez que, no existiendo bienes sociales ni del marido, estaba dentro de sus obligaciones
proveer a las cargas de familia, en la medida que éstas, como indica el mencionado
artículo 160, deben asumirse en proporción a las facultades de cada cónyuge, siendo las
de la mujer, en aquella época, si no las únicas, notablemente superiores a las de su
marido, conforme a sus propias declaraciones" (C. Apelaciones de Santiago, 29 de
octubre de 2007, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/6765/2007, Rol Nº 1539-2007). Esta
sentencia fue confirmada en casación por la E Corte Suprema (C. Suprema, 16 de enero
xcma. 

de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/7242/2008, Rol Nº 21-2008).

Artículo 161. Los acreedores de la mujer separada de bienes, por actos o


contratos que legítimamente han podido celebrarse por ella, tendrán acción
sobre los bienes de la mujer.

El marido no será responsable con sus bienes, sino cuando hubiere


accedido como fiador, o de otro modo, a las obligaciones contraídas por la
mujer.

Será asimismo responsable, a prorrata del beneficio que hubiere reportado


de las obligaciones contraídas por la mujer; comprendiendo en este beneficio el
de la familia común, en la parte en que de derecho haya él debido proveer a
las necesidades de ésta.

Rigen iguales disposiciones para la mujer separada de bienes respecto de


las obligaciones que contraiga el marido. 224
Concordancias: Código Civil: artículos 134 y 160.

Artículo 162. Si la mujer separada de bienes confiere al marido la


administración de alguna parte de los suyos, será obligado el marido a la mujer
como simple mandatario.

Concordancias: Código Civil: artículo 2116.

Artículo 163. Al marido y a la mujer separados de bienes se dará curador


para la administración de los suyos en todos los casos en que siendo solteros
necesitarían de curador para administrarlos.225

Concordancias: Código Civil: artículos 139 y 349.

Artículo 164. Derogado.226

Artículo 165. La separación efectuada en virtud de decreto judicial o por


disposición de la ley es irrevocable y no podrá quedar sin efecto por acuerdo
de los cónyuges ni por resolución judicial.

Tratándose de separación convencional, y además en el caso del artículo 40


de la Ley de Matrimonio Civil, los cónyuges podrán pactar por una sola vez el
régimen de participación en los gananciales, en conformidad a lo dispuesto en
el artículo 1723.227

Concordancias: Código Civil: artículos 178, 1723. Ley Nº 19.947, de Matrimonio


Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 40.

Artículo 166. Si a la mujer casada se hiciere una donación, o se dejare una


herencia o legado, con la condición precisa de que en las cosas donadas,
heredadas o legadas no tenga la administración el marido, y si dicha donación,
herencia o legado fuere aceptado por la mujer, se observarán las reglas
siguientes:

1º. Con respecto a las cosas donadas, heredadas o legadas, se aplicarán las
disposiciones de los artículos 159, 160, 161, 162 y 163, pero disuelta la
sociedad conyugal las obligaciones contraídas por la mujer en su
administración separada podrán perseguirse sobre todos sus bienes.

2º. Los acreedores del marido no tendrán acción sobre los bienes que la
mujer administre en virtud de este artículo, a menos que probaren que el
contrato celebrado por él cedió en utilidad de la mujer o de la familia común.

3º. Pertenecerán a la mujer los frutos de las cosas que administra y todo lo
que con ellos adquiera, pero disuelta la sociedad conyugal se aplicarán a
dichos frutos y adquisiciones las reglas del artículo 150. 228
Concordancias: Código Civil: Código Civil: artículos 150, 159, 160, 161, 162, 163, 643, 646. Código de
Derecho Internacional Privado: artículo 44. Ley Nº 20.880, sobre probidad en la función pública y
prevención de los conflictos de interés, D.O. 5.01.2016: artículo 8º inciso 2º.

Artículo 167. Si en las capitulaciones matrimoniales se hubiere estipulado


que la mujer administre separadamente alguna parte de sus bienes, se
aplicarán a esta separación parcial las reglas del artículo precedente.

Concordancias: Código Civil: artículo 1720. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 44. Ley
Nº  20.880, sobre probidad en la función pública y prevención de los conflictos de interés, D.O.
5.01.2016: artículo 8º inciso 2º.

5. Excepciones relativas a la separación judicial229

Artículo 168. Derogado.230

Artículo 169. Derogado.231

Artículo 170. Derogado.232

Artículo 171. Derogado.233

Artículo 172. El cónyuge inocente podrá revocar las donaciones que hubiere


hecho al culpable, siempre que éste haya dado causa al divorcio o a la
separación judicial por adulterio, sevicia atroz, atentado contra la vida del otro
cónyuge u otro crimen de igual gravedad.234

Concordancias: Código Civil: artículos 132 y 1428. Código de Derecho Internacional Privado: artículo
52. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 26, 35 inciso 1º, 54, 59, 60.

Artículo 173. Los cónyuges separados judicialmente administran sus bienes


con plena independencia uno del otro, en los términos del artículo 159.

Lo anterior se entiende sin perjuicio de lo dispuesto en el Párrafo 2 del Título


VI del Libro Primero de este Código.235

Concordancias: Código Civil: artículo 159. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 52.

Artículo 174. El cónyuge que no haya dado causa a la separación judicial


tendrá derecho a que el otro cónyuge lo provea de alimentos según las reglas
generales.236
Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 52. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 35 inciso 2º.

Artículo 175. El cónyuge que haya dado causa a la separación judicial por


su culpa, tendrá derecho para que el otro cónyuge lo provea de lo que necesite
para su modesta sustentación; pero en este caso, el juez reglará la
contribución teniendo en especial consideración la conducta que haya
observado el alimentario antes del juicio respectivo, durante su desarrollo o con
posterioridad a él.237

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 52. Ley Nº 19.947, de Matrimonio


Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 35.

Artículo 176. Derogado.238

Artículo 177. Si la culpabilidad del cónyuge contra quien se ha obtenido la


separación judicial fuere atenuada por circunstancias graves en la conducta del
cónyuge que la solicitó, podrá el juez moderar el rigor de las disposiciones
precedentes.239

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 52. Ley Nº 19.947, de Matrimonio


Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 35 inciso 1º.

Artículo 178. A la separación judicial, se aplicará lo dispuesto en los


artículos 160 y 165.240

Concordancias: Código Civil: artículos 160 y 165. Código de Derecho Internacional Privado: artículo
52.

B) LIBRO III DE LA SUCESIÓN POR CAUSA DE MUERTE Y LAS


DONACIONES ENTRE VIVOS

TÍTULO IV DE LAS ASIGNACIONES TESTAMENTARIAS

.....
2. De las asignaciones testamentarias condicionales

.....

Artículo 1074. La condición impuesta al heredero o legatario de no contraer


matrimonio se tendrá por no escrita, salvo que se limite a no contraerlo antes
de la edad de dieciocho años o menos.

Concordancias: Código Civil: artículo 1077. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículo 2º inciso 1º.

293. De la naturaleza de esta condición. Se ha declarado que esta condición


Jurisprudencia: 
y la del artículo 1075 tienen el carácter de condiciones resolutorias: "Las disposiciones de
los artículos 1074 y 1075 del Código Civil consagran evidentemente condiciones que
deben calificarse de resolutorias, conclusión que se desprende de la historia de estas
reglas, que se remontan a la época del Derecho Romano. En efecto, en virtud de la Ley
Julia Pappia o Julia Miscella, que procuraba el incremento de la población penando el
celibato y prescribiendo el matrimonio en cierta época de la vida, se permitía a la mujer,
aun cuando su marido se lo prohibiese y le dejare un legado con la obligación de no
volver a casarse, el que lo verificase jurando que no lo hacía sino para tener hijos y si se
casaba dentro del año la ley le conservaba su derecho al legado, pero pasado el año no
podía percibir el legado sin prestar caución de que no volvería a casarse. Justiniano
modificó o derogó la Ley Julia Miscella, prohibiendo que se exigiera a las mujeres el
juramento y la caución que prestaban como garantía de no volver a casarse, permitiendo
a las viudas no cumplir la condición de guardar la viudedad impuesta por sus difuntos
maridos, pudiendo, ello no obstante, percibir lo que por ellos se les hubiere dejado bajo
dicha condición (Luis Claro Solar, "Explicaciones de Derecho Civil Chileno y
Comparado", Volumen VII, Tomo XIV, De la Sucesión, Editorial Jurídica de Chile, 1979,
páginas 417 y 418). De este modo, es manifiesto que si la génesis de los preceptos es
ésta, ello quiere significar que la voluntad del testador es que el heredero o legatario lo
sea en tanto no cumpla con la condición de casarse, saliendo del estado de soltería o de
viudedad. Tal condición, que de verificarse conllevaría la resolución de la asignación —de
ahí su naturaleza de resolutoria, cuestión que se desprende, además, del hecho de
haberse contemplado en su momento la exigencia de rendir caución—, de acuerdo a la
legislación chilena debe tenerse por no escrita, a menos que la de no contraer matrimonio
se limite a la de no hacerlo antes de la edad de dieciocho años o menos, o que la de
mantener el estado de viudedad se imponga a quien tenga hijos de anterior matrimonio, al
tiempo de deferírsele la herencia o legado" (C. Suprema, 5 de noviembre de 2009, cons.
6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3049/2009, Rol Nº 5191-2008), de manera que: "Dilucidado
que las condiciones de los artículos 1074 y 1075 tienen la naturaleza de resolutorias y sin
perjuicio que la regla general es, corno se indicó, que ha de tenérselas por no escritas,
debe concluirse que las asignaciones que las contemplen y que resulten eficaces por
configurarse las situaciones de excepción que se prevén por el legislador, no suspenden
su adquisición, sino que la asignación está expuesta a resolverse, esto es, a restituirse,
en el evento de verificarse la condición, pues ambas consisten en hechos positivos"
(C. Suprema, 5 de noviembre de 2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3049/2009, Rol
Nº 5191-2008). 294. La asignación sólo está sujeta a resolverse desde el momento
de deferirse la herencia. Sobre la base de la interpretación que entiende a esta
condición como resolutoria, se ha declarado que: "Ahora bien, si la asignación se adquiere
al momento de deferirse, en el instante mismo de fallecer el causante, es evidente que
sólo a partir de esa oportunidad es que está sujeta a resolverse si se cumple la condición,
pues si llegara a considerarse el tiempo intermedio entre el otorgamiento del testamento y
la delación de la asignación como válido o eficaz para determinar si la condición se
cumplió o no —como pretende el recurrente— ésta dejaría de tener la naturaleza de
resolutoria, la que, como se dijo, no impide la adquisición de la asignación, sino que sólo
la deja expuesta a su resolución. Dicho de otro modo, si, por ejemplo, el testador expresa
'instituyo heredero de todos mis bienes a Pedro, pero si se recibe de abogado, mi
heredero será Juan' y resulta que Pedro se recibe de abogado después de otorgado el
testamento, pero antes de fallecer el causante, es evidente que no puede resolverse la
asignación porque únicamente está sujeto a resolverse aquello que ha nacido a la vida
jurídica y, en el caso del ejemplo, la asignación dejada a Pedro no surte efecto sino al
fallecer el testador. En esta situación, sólo debe tenerse la condición como fallida y la
asignación como pura y simple. Entender de una manera distinta el tema importaría
reconocer efectos al testamento desde su otorgamiento, en circunstancias que el
legislador lo ha definido en el artículo 999 del Código Civil como un acto de disposición de
bienes para que tenga plenos efectos 'después de los días' del testador, de manera tal
que éste conserva entre tanto —desde su otorgamiento y hasta el fallecimiento— 'la
facultad de revocar las disposiciones contenidas en él', por lo que al producirse el hecho
que no desea se concrete o que pueda condicionar su disposición, tiene la facultad,
precisamente, de revocar la estipulación. La afirmación expuesta en el párrafo anterior se
ve corroborada en razón de los efectos que prevé la ley, como regla general, para el
evento de verificarse la condición resolutoria en el artículo 1487 del Código Civil, ubicado
en el Título relativo a las asignaciones condicionales y que es aplicable a las asignaciones
testamentarias de ese carácter, según ya se dijo, de acuerdo a lo previsto en el citado
inciso 3º del artículo 1070 del mismo cuerpo legal. En efecto, de conformidad a la primera
de las normas citadas —en lo que interesa—, 'cumplida la condición resolutoria, deberá
restituirse lo que se hubiere recibido bajo tal condición' y si nada se ha recibido es obvio
que nada se puede restituir. Así, en tanto no haya fallecido el causante y, por
consiguiente, en tanto nada haya adquirido el heredero o legatario cuya asignación
testamentaria está sujeta a condición resolutoria, no puede estimarse que la circunstancia
de verificarse el hecho en que consiste la condición traiga aparejado como efecto
la resolución de la herencia o legado, pues no habría objeto alguno para ser restituido"
(C. Suprema, 5 de noviembre de 2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3049/2009, Rol
Nº 5191-2008).

Artículo 1075. Se tendrá asimismo por no puesta la condición de


permanecer en estado de viudedad; a menos que el asignatario tenga uno o
más hijos del anterior matrimonio, al tiempo de deferírsele la asignación.

Concordancias: Código Civil: artículo 1077. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículo  2º inciso 1º.

Artículo 1076. Los artículos precedentes no se oponen a que se provea a la


subsistencia de una persona mientras permanezca soltera o viuda, dejándole
por ese tiempo un derecho de usufructo, de uso o de habitación, o una pensión
periódica.
Concordancias: Código Civil: artículos 764 a 810, 811 a 819.

Artículo 1077. La condición de casarse o no casarse con una persona


determinada, y la de abrazar un estado o profesión cualquiera, permitida por
las leyes, aunque sea incompatible con el estado de matrimonio, valdrán.

Concordancias: Código Civil: artículos 1074 y 1481. Ley Nº  19.947, de Matrimonio


Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 2º inciso 1º.

TÍTULO X DE LA PARTICIÓN DE BIENES

...

Artículo 1318. Si el difunto ha hecho la partición por acto entre vivos o por
testamento, se pasará por ella en cuanto no fuere contraria a derecho ajeno.

En especial, la partición se considerará contraria a derecho ajeno si no ha


respetado el derecho que el artículo 1337, regla 10ª, otorga al cónyuge
sobreviviente.

Concordancias: Código Civil: artículos 1196, 1197, 1337, 1342.

....

Artículo 1322. Los tutores y curadores, y en general los que administran


bienes ajenos por disposición de la ley, no podrán proceder a la partición de las
herencias o de los bienes raíces en que tengan parte sus pupilos, sin
autorización judicial.

Pero el marido no habrá menester esta autorización para provocar la


partición de los bienes en que tenga parte su mujer: le bastará el
consentimiento de su mujer, si ésta fuere mayor de edad y no estuviere
imposibilitada de prestarlo, o el de la justicia en subsidio.

Concordancias: Código Civil: artículos 253 inciso 1º, 396, 1337 Nº  10, 1342, 1718, 1757.

...

Artículo 1326. Si alguno de los coasignatarios no tuviere la libre disposición


de sus bienes, el nombramiento de partidor, que no haya sido hecho por el
juez, deberá ser aprobado por éste.
Se exceptúa de esta disposición la mujer casada cuyos bienes administra el
marido; bastará en tal caso el consentimiento de la mujer, o el de la justicia en
subsidio.

El curador de bienes del ausente, nombrado en conformidad al artículo 1232,


inciso final, le representará en la partición y administrará los que en ella se le
adjudiquen, según las reglas de la curaduría de bienes.

Concordancias: Código Civil: artículo 1232 inciso final.

....

Artículo 1337. El partidor liquidará lo que a cada uno de los coasignatarios


se deba, y procederá a la distribución de los efectos hereditarios, teniendo
presentes las reglas que siguen:

1ª. Entre los coasignatarios de una especie que no admita división, o cuya
división la haga desmerecer, tendrá mejor derecho a la especie el que más
ofrezca por ella; cualquiera de los coasignatarios tendrá derecho a pedir la
admisión de licitadores extraños; y el precio se dividirá entre todos los
coasignatarios a prorrata.

2ª. No habiendo quien ofrezca más que el valor de tasación o el


convencional mencionado en el artículo 1335, y compitiendo dos o más
asignatarios sobre la adjudicación de una especie, el legitimario será preferido
al que no lo sea.

3ª. Las porciones de uno o más fundos que se adjudiquen a un solo


individuo, serán, si posible fuere, continuas, a menos que el adjudicatario
consienta en recibir porciones separadas, o que de la continuidad resulte
mayor perjuicio a los demás interesados que de la separación al adjudicatario.

4ª. Se procurará la misma continuidad entre el fundo que se adjudique a un


asignatario y otro fundo de que el mismo asignatario sea dueño.

5ª. En la división de fundos se establecerán las servidumbres necesarias


para su cómoda administración y goce.

6ª. Si dos o más personas fueren coasignatarios de un predio, podrá el


partidor con el legítimo consentimiento de los interesados separar de la
propiedad el usufructo, habitación o uso para darlos por cuenta de la
asignación.

7ª. En la partición de una herencia o de lo que de ella restare, después de


las adjudicaciones de especies mencionadas en los números anteriores, se ha
de guardar la posible igualdad, adjudicando a cada uno de los coasignatarios
cosas de la misma naturaleza y calidad que a los otros, o haciendo hijuelas o
lotes de la masa partible.

8ª. En la formación de los lotes se procurará no sólo la equivalencia sino la


semejanza de todos ellos; pero se tendrá cuidado de no dividir o separar los
objetos que no admitan cómoda división o de cuya separación resulte perjuicio;
salvo que convengan en ello unánime y legítimamente los interesados.

9ª. Cada uno de los interesados podrá reclamar contra el modo de


composición de los lotes, antes de efectuarse el sorteo.

10ª. Con todo, el cónyuge sobreviviente tendrá derecho a que su cuota


hereditaria se entere con preferencia mediante la adjudicación en favor suyo de
la propiedad del inmueble en que resida y que sea o haya sido la vivienda
principal de la familia, así como del mobiliario que lo guarnece, siempre que
ellos formen parte del patrimonio del difunto.

Si el valor total de dichos bienes excede la cuota hereditaria del cónyuge,


éste podrá pedir que sobre las cosas que no le sean adjudicadas en propiedad,
se constituya en su favor derechos de habitación y de uso, según la naturaleza
de las cosas, con carácter de gratuitos y vitalicios.

El derecho de habitación no será oponible a terceros de buena fe mientras


no se inscriba la resolución que lo constituye en el Registro del Conservador de
Bienes Raíces. En todo lo no previsto, el uso y la habitación se regirán por lo
dispuesto en el Título X del Libro II.

El derecho a la adjudicación preferente de que habla esta regla no puede


transferirse ni transmitirse.

11ª. Cumpliéndose con lo prevenido en los artículos 1322 y 1326, no será


necesaria la aprobación judicial para llevar a efecto lo dispuesto en cualquiera
de los números precedentes, aun cuando algunos o todos los coasignatarios
sean menores u otras personas que no tengan la libre administración de sus
bienes.

Concordancias: Código Civil: artículos 147, 811 y siguientes, 1318, 1322, 1326, 1335, 1342, 1370,
1371, 1524 regla 1ª. Código de Procedimiento Civil: artículo 662. Reglamento del Registro
Conservatorio de Bienes Raíces, D.O.  24.06.1857: artículos 31 Nº  2 y 52 Nº 2. Código de
Procedimiento Civil: artículo 662. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015:
artículo 19.

295. De las condiciones para que proceda el derecho de adjudicación


Jurisprudencia: 
preferente reconocido en el número 10º. La jurisprudencia ha sostenido que: "[P]ara la
procedencia del derecho en cuestión, se requiere la concurrencia de los siguientes
requisitos copulativos: a) El beneficiario debe ser el cónyuge sobreviviente, hombre o
mujer, sin importar el régimen económico matrimonial que hayan tenido los contrayentes y
sin que sea necesario que se formule en relación a bienes declarados familiares durante
el matrimonio; b) La cuota a enterar es la cuota hereditaria, lo que supone que el cónyuge
debe tener vocación sucesoria, es decir, sólo podrá integrar este derecho el cónyuge
sobreviviente que pueda invocar en su favor la calidad de heredero, no pudiendo,
entonces, solicitar la atribución preferencial si carece del derecho a la herencia, sea por
repudiación, indignidad, exheredación, o si ha dado ocasión al divorcio perpetuo o
temporal por culpa suya. Luego, el derecho de adjudicación preferente no constituye un
derecho que emane del estado matrimonial sino que está vinculado a la calidad de
heredero del cónyuge sobreviviente; c) La existencia de una comunidad hereditaria, desde
que para que opere la adjudicación preferente es menester que existan coasignatarios a
quienes preferir; d) Los bienes sobre los cuales puede recaer la adjudicación preferencial
son el inmueble en que resida o que sea o haya sido la vivienda principal de la familia así
como el mobiliario que lo guarnece, siempre que ellos formen parte del patrimonio del
difunto" (C. Suprema, 24 de junio de 2013, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/1405/2013,
Rol Nº 3652-2010). 296. De los caracteres del derecho de adjudicación preferente
reconocido en el número 10º. Se ha destacado, igualmente, que son las: "[P]rincipales
características del derecho preferente de adjudicación, las que siguen: a) se trata de un
derecho y no de una mera expectativa, puesto que reuniéndose las condiciones
estatuidas por la ley, el cónyuge sobreviviente detenta la facultad de exigir la adjudicación
preferente del hogar común, sin necesidad de tener que justificarla; b) es un derecho de
carácter personal, pues permite exigir al partidor o a los coasignatarios que se le
adjudique en los bienes sobre los que recae el derecho; c) se trata de un derecho
personalísimo, toda vez que no puede transferirse ni transmitirse, característica que
deriva justamente del objetivo de su establecimiento, cual es propender a que el cónyuge
no sea privado de su hogar. De manera que si el cónyuge fallece o cede sus derechos
hereditarios, no lo traspasa; d) se trata de un derecho renunciable, por estar establecido
en beneficio exclusivo del cónyuge sobreviviente. Esta renuncia podrá ser expresa o
tácita" (C. Suprema, 24 de junio de 2013, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1405/2013,
Rol Nº 3652-2010). 297. No es requisito para el ejercicio del derecho de adjudicación
preferente del número 10º, la existencia de otros bienes integrantes del patrimonio
de que se trata. Así lo ha declarado la E Corte Suprema: "Que de acuerdo al tenor de la
xcma. 

disposición denunciada como infringida, esto es, el artículo 1337, regla 10ª, al cónyuge
sobreviviente le asiste el derecho a enterar su cuota hereditaria con preferencia mediante
la adjudicación a favor suyo de la propiedad del inmueble en que reside y que sea o haya
sido la vivienda principal de la familia, así como del mobiliario que lo guarnece, siempre
que ellos formen parte del patrimonio del difunto. Dicho privilegio, entonces, ha sido
establecido no ya respecto de los bienes integrantes de la herencia cuya partición se
realiza, como equivocadamente pretende la recurrente, sino que lo es respecto de los
restantes herederos, recayendo limitadamente sobre aquellas especies precisas y
determinadas que la norma en comento se encarga de detallar. 5º.- Que, en
consecuencia, resulta acertada la decisión de los jueces del fondo que han señalado que
no es requisito para el ejercicio de tal derecho la existencia de otros bienes integrantes del
patrimonio en cuestión, lo que resulta coherente con las finalidades asistenciales y de
protección familiar que le atribuye la doctrina y que la sentencia de primera instancia
reseña, por lo que el recurso de casación en el fondo deducido por la demandante no
podrá prosperar, al adolecer de manifiesta falta de fundamento" (C. Suprema, 30 de junio
de 2014, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/3938/2014, Rol Nº 7219-2014).

...
Artículo 1341. Si el patrimonio del difunto estuviere confundido con bienes
pertenecientes a otras personas por razón de bienes propios o gananciales del
cónyuge, contratos de sociedad, sucesiones anteriores indivisas, u otro motivo
cualquiera, se procederá en primer lugar a la separación de patrimonios,
dividiendo las especies comunes según las reglas precedentes.

Concordancias: Código Civil: artículo 959.

...

C) LIBRO IV DE LAS OBLIGACIONES EN GENERAL Y DE LOS


CONTRATOS

TÍTULO XXII DE LAS CONVENCIONES MATRIMONIALES Y DE LA


SOCIEDAD CONYUGAL

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: Título IV, Capítulo III.

1. Reglas generales

Artículo 1715. Se conocen con el nombre de capitulaciones matrimoniales


las convenciones de carácter patrimonial que celebren los esposos antes de
contraer matrimonio o en el acto de su celebración.

En las capitulaciones matrimoniales que se celebren en el acto del


matrimonio, sólo podrá pactarse separación total de bienes o régimen de
participación en los gananciales.241 -242

Concordancias: Código Civil: artículos 1406, 1740 inciso final, 1749 inciso 1º, 1792-1. Código de
Comercio: artículo 22 número 1. Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido
fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 38 incisos 2º y 3º.

298. Del carácter de orden público de la generalidad de las disposiciones


Jurisprudencia: 
que rigen la sociedad conyugal. Así se ha declarado que: "En nuestro derecho, la
generalidad de las normas legales que rigen el patrimonio y la sociedad conyugal son de
orden público, sin que esté permitido a los particulares prescindir de ellas y establecer
otras prescripciones diversas o conducir sus actos como si aquéllas no existieren, pues
hay un interés social de que la regulación de las materias que aquellas normas
contemplan sea una sola regla para todos los individuos, de modo uniforme e imperativo.
De allí, entonces, que la sociedad conyugal reviste un carácter universal, que alcanza a
todas las actuaciones de los cónyuges y de cuyas normas legales no les es posible
sustraerse, afectando a todos los actos patrimoniales que durante su vigencia realicen"
(C. Suprema, 12 de mayo de 2005, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/4195/2005, Rol
Nº 5414-2003).

Artículo 1716. Las capitulaciones matrimoniales se otorgarán por escritura


pública, y sólo valdrán entre las partes y respecto de terceros desde el día de
la celebración del matrimonio, y siempre que se subinscriban al margen de la
respectiva inscripción matrimonial al tiempo de efectuarse aquél o dentro de los
treinta días siguientes. Pero en los casos a que se refiere el inciso segundo del
artículo anterior, bastará que esos pactos consten en dicha inscripción. Sin
este requisito no tendrán valor alguno.243

Tratándose de matrimonios celebrados en país extranjero y que no se hallen


inscritos en Chile, será menester proceder previamente a su inscripción en el
Registro de la Primera Sección de la comuna de Santiago, para lo cual se
exhibirá al oficial civil que corresponda el certificado de matrimonio
debidamente legalizado. En estos casos, el plazo a que se refiere el inciso
anterior se contará desde la fecha de la inscripción del matrimonio en Chile.

Celebrado el matrimonio, las capitulaciones no podrán alterarse, aun con el


consentimiento de todas las personas que intervinieron en ellas, sino en el
caso establecido en el inciso 1º del artículo 1723.244

Concordancias: Código Civil: artículos 135 inciso 2º, 1699, 1722, 1723 inciso 1º. Código de Comercio:
artículo 22 número 1. Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por
D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 4º números 3º y 4º.

Artículo 1717. Las capitulaciones matrimoniales no contendrán


estipulaciones contrarias a las buenas costumbres ni a las leyes. No serán,
pues, en detrimento de los derechos y obligaciones que las leyes señalan a
cada cónyuge respecto del otro o de los descendientes comunes.

Concordancias: Código Civil: artículos 12, 153, 1461. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,
D.O.  17.05.2004: artículo 21 inciso 3º.

Artículo 1718. A falta de pacto en contrario se entenderá, por el mero hecho


del matrimonio, contraída la sociedad conyugal con arreglo a las disposiciones
de este título.245

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 135 inciso 1º.


299. Del carácter de orden público de la generalidad de las disposiciones
Jurisprudencia: 
que rigen la sociedad conyugal. Así se ha declarado que: "En nuestro derecho, la
generalidad de las normas legales que rigen el patrimonio y la sociedad conyugal son de
orden público, sin que esté permitido a los particulares prescindir de ellas y establecer
otras prescripciones diversas o conducir sus actos como si aquéllas no existieren, pues
hay un interés social de que la regulación de las materias que aquellas normas
contemplan sea una sola regla para todos los individuos, de modo uniforme e imperativo.
De allí, entonces, que la sociedad conyugal reviste un carácter universal, que alcanza a
todas las actuaciones de los cónyuges y de cuyas normas legales no les es posible
sustraerse, afectando a todos los actos patrimoniales que durante su vigencia realicen"
(C. Suprema, 12 de mayo de 2005, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/4195/2005, Rol
Nº 5414-2003). 300. De qué sea la sociedad conyugal. La E Corte Suprema ha
xcma. 

señalado que: "[E]n nuestro derecho puede definirse la sociedad conyugal como la
sociedad de bienes que se forma entre los cónyuges por el hecho del matrimonio. Y su
característica esencial es la existencia de un patrimonio o masa común destinada a
subvenir las necesidades que el matrimonio engendra. La sociedad conyugal se forma así
de pleno derecho, sin necesidad de declaración alguna de los cónyuges y por el solo
hecho del matrimonio celebrado en Chile y constituye el régimen legal de los cónyuges
que contraen matrimonio sin capitulaciones matrimoniales o con ellas, pero sin pactar otro
régimen patrimonial para el matrimonio. Su declaración está fijada por la ley, principiando
necesariamente al tiempo de celebrarse el matrimonio, en el momento preciso en que
éste se contrae. Se disuelve la sociedad conyugal en los casos taxativamente señalados
en el artículo 1764 del Código Civil, entre los cuales se encuentra la disolución del
matrimonio por la muerte natural de uno de los cónyuges" (C. Suprema, 12 de mayo de
2005, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/4195/2005, Rol Nº 5414-2003). 301. De la
naturaleza de la sociedad conyugal. En relación con esta cuestión, algún tribunal de
alzada ha señalado que: "[L] a naturaleza jurídica de la sociedad conyugal es sui generis,
considerándosele un estatuto jurídico que regula las relaciones pecuniarias de los
cónyuges entre sí y de estos con terceros, es decir, se trata de uno más de los distintos
regímenes patrimoniales del matrimonio y no de una persona jurídica distinta a los
cónyuges, por lo que no posee ningún atributo de la personalidad de los que son propios
a las personas; más bien se asemeja a un ente cuyo su representante y normal
administrador es el marido, a quien el artículo 1749 da incluso el curioso título de jefe"
(C. Apelaciones de Santiago, 16 de octubre de 2008, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7720/2008, Rol Nº 10.145-2005). 302. La sociedad conyugal no
es una persona jurídica. Esto es así porque: "Se trata de uno más de los distintos
regímenes patrimoniales del matrimonio y no de una persona jurídica distinta a los
cónyuges, por lo que no posee ningún atributo de la personalidad de los que son propios
a las personas; más bien se asemeja a un ente cuyo su representante y normal
administrador es el marido, a quien el artículo 1749 da incluso el curioso título de "jefe"...
no existen en el matrimonio sino dos patrimonios, los de cada uno de los cónyuges, ya
que por el hecho de celebrarse el contrato definido en el artículo 102, a diferencia de la
sociedad o compañía definida en el artículo 2053 del Código Civil, no se forma ninguna
persona jurídica distinta de las partes que concurrieron a su formación" (C. Apelaciones
de Santiago, 16 de octubre de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/7720/2008, Rol
Nº 10.145-2005). 303. La sociedad conyugal no implica la formación de una
comunidad o copropiedad entre los cónyuges. En este sentido se ha declarado: "Que,
en nuestro derecho, la sociedad conyugal no importa la formación de una comunidad o
copropiedad entre los cónyuges. Lejos de ello, frente a los terceros el marido es el único
dueño de los bienes sociales (artículo 1750 del Código Civil). La comunidad solo tiene
lugar al tiempo de la disolución" (C. Apelaciones de Santiago, 22 de diciembre de 2008,
cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/7721/2008, Rol Nº 7539-2007).

Artículo 1719. La mujer, no obstante la sociedad conyugal, podrá renunciar


su derecho a los gananciales que resulten de la administración del marido, con
tal que haga esta renuncia antes del matrimonio o después de la disolución de
la sociedad.

Lo dicho se entiende sin perjuicio de los efectos legales de la participación


en los gananciales, de la separación de bienes y del divorcio. 246

Tratándose del régimen de participación en los gananciales debe estarse a


lo preceptuado en el Título XXII-A del Libro Cuarto. 247

Concordancias: Código Civil: artículos 12, 1721 inciso 1º, 1767, 1781, 1792-20 inciso 2º.

304. El derecho a renunciar a los gananciales es un derecho absoluto. Se


Jurisprudencia: 
ha sostenido que: "El derecho de la mujer o de sus herederos a renunciar a los
gananciales es un derecho absoluto que puede ejercerse sin que sea necesaria
motivación legitimante alguna. Puede, por lo mismo, renunciarse aun en perjuicio de los
intereses del renunciante" (C. de Apelaciones de Santiago, 18 de enero de 2002, cons.
10º, LegalPublishing: Cl/Jur/2323/2002, Rol Nº 6067-1999). 305. De la validez de la
renuncia a los gananciales hecha en el acto de separación de bienes que substituye
al régimen de sociedad conyugal. Sobre este punto se ha dicho que: "El mismo artículo
1723 del Código Civil, permite que en la escritura pública en que se pacte la separación
total de bienes, se puedan celebrar otros pactos, por lo que es posible legalmente incluir
en ella, la renuncia a los gananciales" (C. de Apelaciones de Santiago, 18 de enero de
2002, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/2323/2002, Rol Nº 6067-1999). Se ha recordado,
igualmente, que: "La Excma. Corte Suprema examinó los alcances del inciso 3º del
artículo 1723, concluyendo que desde el momento en que la renuncia de gananciales se
la incorpora como una de las cláusulas de un convenio de separación de bienes, pasa a
ser un pacto accesorio de éste, del que no puede separarse. Agrega que dicha renuncia
está incluida entre aquellas estipulaciones que el inciso 3º del artículo 1723 permite
expresamente convenir en el mismo contrato de separación de bienes a los cónyuges
(Casación de fondo, 10 de abril de 1959. Riesco C., Olga con Cortés S., Carlos., R.D.J.
Tomo VI, Secc. 1ª, pág. 44. Ver al efecto, otro fallo en R.D.J., Tomo LI, 2ª Parte, pág. 1,
en que también se estimó válida la liquidación de la sociedad conyugal practicada por los
cónyuges en la misma escritura en que pactaron la separación total de bienes)" (C. de
Apelaciones de Santiago, 18 de enero de 2002, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2323/2002, Rol Nº 6067-1999).

Artículo 1720. En las capitulaciones matrimoniales se podrá estipular la


separación total o parcial de bienes. En el primer caso se seguirán las reglas
dadas en los artículos 158, inciso 2º, 159, 160, 161, 162 y 163 de este Código;
y en el segundo se estará a lo dispuesto en el artículo 167.
También se podrá estipular que la mujer dispondrá libremente de una
determinada suma de dinero, o de una determinada pensión periódica, y este
pacto surtirá los efectos que señala el artículo 167. 248

Concordancias: Código Civil: artículos 153, 158 inciso 2º, 159, 160, 161, 162, 163, 167, 1715.

Artículo 1721. El menor hábil para contraer matrimonio podrá hacer en las
capitulaciones matrimoniales, con aprobación de la persona o personas cuyo
consentimiento le haya sido necesario para el matrimonio, todas las
estipulaciones de que sería capaz si fuese mayor; menos las que tengan por
objeto renunciar los gananciales, o enajenar bienes raíces, o gravarlos con
hipotecas o censos o servidumbres. Para las estipulaciones de estas clases
será siempre necesario que la justicia autorice al menor.

El que se halla bajo curaduría por otra causa que la menor edad, necesitará
de la autorización de su curador para las capitulaciones matrimoniales, y en lo
demás estará sujeto a las mismas reglas que el menor.

No se podrá pactar que la sociedad conyugal tenga principio antes o


después de contraerse el matrimonio; toda estipulación en contrario es nula.

Concordancias: Código Civil: artículos 10, 154, 820, 1715, 2279, 2407.

Artículo 1722. Las escrituras que alteren o adicionen las capitulaciones


matrimoniales, otorgadas antes del matrimonio, no valdrán si no cumplen con
las solemnidades prescritas en este título para las capitulaciones mismas. 249

Concordancias: Código Civil: artículo 1716.

Artículo 1723. Durante el matrimonio los cónyuges mayores de edad podrán


substituir el régimen de sociedad de bienes por el de participación en los
gananciales o por el de separación total. También podrán substituir la
separación total por el régimen de participación en los gananciales.

El pacto que los cónyuges celebren en conformidad a este artículo deberá


otorgarse por escritura pública y no surtirá efectos entre las partes ni respecto
de terceros, sino desde que esa escritura se subinscriba al margen de la
respectiva inscripción matrimonial. Esta subinscripción sólo podrá practicarse
dentro de los treinta días siguientes a la fecha de la escritura en que se pacte
la separación. El pacto que en ella conste no perjudicará, en caso alguno, los
derechos válidamente adquiridos por terceros respecto del marido o de la
mujer y, una vez celebrado, no podrá dejarse sin efecto por el mutuo
consentimiento de los cónyuges.

En la escritura pública de separación total de bienes, o en la que se pacte


participación en los gananciales, según sea el caso, podrán los cónyuges
liquidar la sociedad conyugal o proceder a determinar el crédito de
participación o celebrar otros pactos lícitos, o una y otra cosa; pero todo ello no
producirá efecto alguno entre las partes ni respecto de terceros, sino desde la
subinscripción a que se refiere el inciso anterior.

Tratándose de matrimonios celebrados en país extranjero y que no se hallen


inscritos en Chile, será menester proceder previamente a su inscripción en el
Registro de la Primera Sección de la comuna de Santiago, para lo cual se
exhibirá al oficial civil que corresponda el certificado de matrimonio
debidamente legalizado.

Los pactos a que se refiere este artículo y el inciso segundo del artículo
1715, no son susceptibles de condición, plazo o modo alguno. 250-251

Concordancias: Código Civil: artículos 26, 165 inciso 2º, 1348, 1699, 1715 inciso 2º, 1792-1, 1792-2,
1792-20. Código de Comercio: artículo 22, número 1. Ley Nº  4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 4º números 3º y
4º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 40. Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de
unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 15 incisos 2º, 3º, 4º y 5º.

306. De los efectos de la separación total de bienes convenida de acuerdo


Jurisprudencia: 
con este artículo. Se ha precisado que: "La separación total de bienes pactada en
conformidad al artículo 1723 del Código Civil trae como consecuencia la disolución de la
sociedad conyugal, dejando de existir el régimen de comunidad de bienes, sustituyéndose
un régimen matrimonial por otro" (J. Letras La Serena, 27 de junio de 2006,
LegalPublishing: Cl/Jur/9120/2006, Rol Nº 1.376-1996, conf. C. Apelaciones La Serena,
31 de mayo de 2007, LegalPublishing: Cl/Jur/3672/2007, Rol Nº 1190-2006,
conf. C. Suprema, 10 de septiembre de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/5215/2008, Rol
Nº 3755-2007). Con mayor detenimiento, se ha explicado: "Que, el principal efecto que
produce el pacto de separación total de bienes, es el de disolver la sociedad conyugal,
generando un estado de indivisión o de comunidad universal sobre todos los bienes que
han ingresado al haber de la referida sociedad. Por lo mismo, las cosas que integran la
comunidad no pertenecen en forma privativa a uno de los cónyuges sino a ambos. En
consecuencia, como ambos tienen propiedad sobre aquéllas, deben usar, gozar y
disponer de consuno de todos los bienes comunes; pudiendo adoptar las medidas que
estimen pertinentes, para impedir que sus derechos se vean amagados por actos de su
cónyuge o de terceros" (C. Suprema, 1 de octubre de 1997, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1062/1997, Rol Nº 2410-1996). 307. De la naturaleza de la regla
contenida en la parte final del inciso 2º de este artículo. En cuanto tal regla dispone
que "El pacto que en ella conste no perjudicará, en caso alguno, los derechos válidamente
adquiridos por terceros, respecto del marido o de la mujer", no puede considerarse que
tenga el carácter de norma prohibitiva. En este sentido se ha dicho que: "[N]o puede
considerarse que tenga tal carácter el inciso 2º del artículo 1723 del Código Civil, que a la
letra dice: 'El pacto que en ella conste no perjudicará, en caso alguno, los derechos
válidamente adquiridos por terceros, respecto del marido o de la mujer'. Ley prohibitiva,
como la define el profesor Alessandri Besa en su obra La nulidad y la rescisión en el
derecho civil chileno pág. 126, es aquella que impide que un determinado acto se ejecute
en cualquiera forma que sea. Impide absolutamente su ejecución" (Ca. Antofagasta, 7-III-
2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/7723/2008, Rol Nº 720-2007, conf. Cs. 15-V-
2008, LegalPublishing: Cl/Jur/7722/2008, Rol Nº 1979-2008). En igual línea se ha
advertido que: "Lo que el legislador pretende es que tales pactos no afecten de manera
alguna los derechos válidamente adquiridos con anterioridad por terceros" (Cs. 21-IV-
2003, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/2338/2003, Rol Nº 2446-1999). 308. De la
inmutabilidad de la regla de la parte final del inciso 2º. Se ha precisado: "Que, el
artículo 1723 del Código Civil, resulta concordante con la citada norma del artículo 150 del
mismo cuerpo legal, cuando dispone: 'El pacto de separación total de bienes no
perjudicará en caso alguno, los derechos válidamente adquiridos por terceros respecto del
marido o de la mujer', norma de tal manera amplia que no admite que los cónyuges la
puedan infringir mediante declaraciones o acuerdos, o en ningún caso" (Ca. Antofagasta,
7-III-2008, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/7723/2008, Rol Nº 720-2007, conf. Cs. 15-V-
2008. LegalPublishing: Cl/Jur/7722/2008, Rol Nº 1979-2008). 309. De si la regla del
inciso 2º de este artículo excluye la aplicación del artículo 1700 del Código Civil. En
relación con esta cuestión se ha declarado: "Que, de acuerdo a lo dispuesto en el inciso
2º del artículo 1723 del Código Civil, el pacto por el cual los cónyuges substituyen el
régimen de sociedad de bienes, surte efectos entre las partes y respecto de terceros,
siempre que se haya celebrado por escritura pública y se subinscriba al margen de la
respectiva inscripción matrimonial, dentro de los treinta días siguientes a su fecha. Lo
anterior, implica que como es oponible a los terceros, no pueden éstos desconocer las
consecuencias jurídicas que dicho pacto genera en la sociedad conyugal y, por
consiguiente, no es aplicable la norma contenida en el artículo 1700 del Código Civil, que
regula el mérito que entre las partes y los terceros tienen los instrumentos públicos en
general" (C. Suprema, 1 de octubre de 1997, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1062/1997, Rol Nº 2410-1996). 310. Del pacto de separación
de bienes y del perjuicio de los acreedores en el caso del inciso 2º. Sobre esta
cuestión se ha entendido que la regla de la parte final del inciso segundo no exige que se
pruebe el ánimo de perjudicar a los acreedores o el fin ilícito de causarles perjuicio, y así
se ha explicado que: "Que el artículo 1723 del Código Civil, en su inciso 2º, dispone que
'el pacto de separación total de bienes no perjudicará, en caso alguno, los derechos
válidamente adquiridos por terceros respecto del marido o de la mujer', norma que tuvo su
origen en las modificaciones que a la disposición legal citada le introdujo la Ley Nº 7.612,
de 21 de octubre de 1943 [...] El profesor don Manuel Somarriva Undurraga, en su
obra Evolución del Código Civil Chileno(Editorial Nascimento, 1955, pág. 349) ha
expresado que el legislador temió que la finalidad del pacto de separación de bienes fuera
burlar los derechos de terceros y que a objeto de evitar esta torcida aplicación incluyó la
norma que se ha transcrito más arriba. Lo mismo señaló en su obra Derecho de
Familia (Editorial Nascimento, 1946, pág. 174), repitiéndolo en 'Indivisión y Partición'
(Editorial Jurídica de Chile, 1956, Tomo II, páginas 431 y 432), donde agrega 'concluimos
que el objetivo de la disposición ha sido crear una especie de cuasi presunción de fraude
si se nos permite la expresión en el caso que los cónyuges pacten la separación y liquiden
la sociedad conyugal, perjudicando a los terceros. El legislador considera sospechosos
semejantes actos y por ello dejaría al juez una mayor liberalidad para apreciar la mala fe
de los cónyuges'. Pero aunque la razón de la norma legal transcrita haya sido precaver el
fraude al acreedor, lo cierto es que ella no exige que sea un elemento que deba probarse
en el caso concreto para que se declare que el pacto de separación total de bienes y
liquidación de sociedad conyugal son inoponibles al acreedor demandante. Basta que
exista el perjuicio de éste, consistente en la dificultad en obtener el pago del crédito
debido al deterioro del patrimonio del deudor, originado por el pacto de separación de
bienes y liquidación de sociedad conyugal (Daniel Peñailillo Arévalo. "El pacto de
separación de bienes y el perjuicio a los acreedores", Revista de Derecho y
Jurisprudencia, Tomo 80, sección derecho, primera parte, páginas 21 y siguientes) [...] la
sentencia recurrida al exigir que se acredite que los demandados hayan tenido el ánimo o
voluntad de perjudicar a los demandantes o que el pacto celebrado entre aquellos haya
tenido el fin ilícito de causar perjuicio (considerando 19º del fallo de primer grado,
reproducido por el de segundo y considerando 8º de este último), han agregado a la
norma del artículo 1723 del Código Civil, antes transcrita, un requisito que no contempla,
infringiéndola al cometer el señalado error de derecho, con influencia sustancial en lo
dispositivo de la misma" (C. Suprema, 30 de agosto de 2004, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2828/2004, Rol Nº 3404-2003). 311. De las tercerías intentadas
por la mujer en relación con bienes que fueron sociales, sobre la base del pacto de
separación de bienes. Sobre esta cuestión, de frecuente ocurrencia práctica, se suelen
diferenciar los siguientes supuestos: 311.1. Que las deudas que se reclaman hayan
sido sociales: en cuyo caso se ha sostenido: "Que en la especie el título en que se basa
la ejecución fue aceptado por el marido durante la existencia de la sociedad conyugal, y el
vencimiento de la deuda ocurrió, asimismo, durante la vigencia de dicha sociedad, en
cuanto la subinscripción de la separación de bienes es posterior a la fecha de vencimiento
de la letra; Segundo: Que, por consiguiente, no cabe duda de que se está ante una deuda
social; luego, cualquier separación convencional de bienes que se produjera, estaba
limitada por la precisa disposición del artículo 1723 inciso segundo, parte final, del Código
Civil, y no era oponible al acreedor, en cuanto perjudicara su crédito válidamente
adquirido; Tercero: Que si lo anterior basta para desechar una tercería planteada por la
mujer respecto de bienes que fueron sociales, en la ejecución de un crédito también
social, pues es obvio que con la separación convencional que esgrime pretende afectar el
derecho válidamente adquirido por un tercero, con abierta infracción a la norma legal
señalada, debe añadirse que, además, la tercerista está obligada igualmente en forma
personal al pago del crédito, precisamente con sus gananciales, según lo manda el
artículo 1777 del mismo Código; Cuarto: Que la doctrina ha sostenido y la jurisprudencia
expresamente ha fallado que las tercerías de la mujer en base a separaciones de bienes
posteriores al nacimiento del crédito, son inoponibles al acreedor, en base a las
disposiciones citadas en los considerandos anteriores. Así lo recoge don Manuel
Somarriva Undurraga en su obra Derecho de Familia, Tomo I, Ediar Editores Ltda.
Santiago, 1983, página 307; Quinto: Que, por ende, la prueba rendida en autos no puede
desvirtuar una consecuencia dispuesta por la ley; y más allá de quién tuviera
materialmente los bienes, o fuera su poseedor, el caso es que la tercería no es oponible al
acreedor y ello basta para que sea desechada" (C. de Apelaciones de Rancagua, 20 de
marzo de 2001, cons. 1º a 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5172/2001, Rol Nº 16.797-
2000); 311.2. Que las deudas que se reclaman hayan sido propias de un cónyuge: se
ha dicho en este caso que: "También ha establecido la jurisprudencia que procede la
tercería de dominio deducida por un comunero (en este caso la mujer) para oponerse al
embargo de la cosa común por deudas de uno de los comuneros, pudiendo entonces el
acreedor dirigir su acción sobre la parte o cuota que en la comunidad corresponda a su
deudor, a fin de que se enajenen sin previa liquidación, o exigir que con su intervención se
liquide la comunidad, de acuerdo con el art. 524 del Código de Procedimiento Civil
(Concepción 14 agosto 1914, G. 1914 julio agosto, Nº 392, p. 1103)" (C. de Apelaciones
de Santiago, 23 de marzo de 1990, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/280/1990, Rol
Nº 438-1987). 312. De la naturaleza de la liquidación de la sociedad conyugal
realizada por los cónyuges. Se ha entendido: "Que el acto mismo de liquidación de la
sociedad conyugal, es una convención y no un contrato, por cuanto ésta tiene por objeto
modificar y extinguir obligaciones. En doctrina estos conceptos están claramente
diferenciados. Así tenemos que convención es una declaración unilateral de voluntad
tendiente a producir determinadas consecuencias de derecho. Cuando produce
obligaciones toma el nombre de contrato. Por su parte el contrato es una especie de
convención por lo cual una de las partes se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer
alguna cosa" (C. Apelaciones de Rancagua, 4 de agosto de 1999, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3305/1999, Rol Nº 15.232, conf. C. Suprema, 28 de junio de
2000, LegalPublishing: Cl/ Jur/3717/2000, Rol Nº 2969-1999). 313. La liquidación de la
sociedad conyugal que se practica en la escritura de separación total de bienes no
requiere de trámites previos. Se ha precisado que: "[D]e acuerdo a lo establecido en el
artículo 1723 del Código Civil, para la liquidación de la sociedad conyugal, cuando ella se
practica en la misma escritura de separación de bienes, como para los demás pactos que
se estipulen en ella, no es necesario que los cónyuges practiquen previamente otros
trámites, como es el inventario" (C. Apelaciones, Santiago, 18 de enero de 2002, cons.
15º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2323/2002, Rol Nº 6067-1999). 314. De la liquidación de la
sociedad conyugal por el consentimiento de los cónyuges y de la aplicación a ella
de la acción revocatoria en virtud del artículo 1348 del Código Civil. Se ha afirmado:
"Que la liquidación de la sociedad conyugal perfeccionada por el consenso de los
demandados, supone una serie de actos y operaciones entre los cónyuges, encaminados
a llevar a cabo la partición y reparto de los bienes comunes entre ellos, que son
propiamente de índole contractual, y las obligaciones y derechos que de ellos emanen
nacen del concurso de las voluntades de los copartícipes, por lo que es procedente en su
contra la acción pauliana o revocatoria en los términos del artículo 1348 del Código Civil
que, abarca no sólo las operaciones de división, sino también las adjudicaciones
consecuenciales, que son el fin de la partición, constituyendo ambas un solo todo
indivisible. Que por otro lado, el artículo 1723 del Código Civil, estatuye que el pacto de
separación total de bienes no perjudicará en caso alguno los derechos válidamente
adquiridos por terceros respecto del marido o de la mujer, lo que afianza la vigencia en
este pacto del citado artículo 1348 del Código Civil, advirtiendo que la norma puede
aparecer tautológica, porque sin necesidad de ella y por aplicación de las disposiciones
generales se arriba a idéntica deducción" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 30 de marzo
de 2005, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/4115/2005, Rol Nº 2202-2003). 315. De la
liquidación de la sociedad conyugal por el consentimiento de los cónyuges y de no
proceder respecto de ella la acción resolutoria del artículo 1489 del Código Civil. Se
ha estimado: "Que el art. 1776 del Código Civil, hace aplicable a la división de los bienes
sociales, las reglas dadas para la partición de los bienes hereditarios. Que la
jurisprudencia es uniforme al declarar que la condición resolutoria tácita es inaplicable a
las particiones, porque, entre otros argumentos, se enuncia que la condición resolutoria
tácita se encuentra establecida en el art. 1489 del Código Civil para los actos bilaterales y
la partición decididamente no lo es" (C. Apelaciones de Rancagua, 4 de agosto de 1999,
cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3305/1999, Rol Nº 15.232, conf. C. Suprema, 28 de
junio de 2000, LegalPublishing: Cl/ Jur/3717/2000, Rol Nº 2969-1999).

Artículo 1724. Si a cualquiera de los cónyuges se hiciere una donación o se


dejare una herencia o legado con la condición de que los frutos de las cosas
donadas, heredadas o legadas no pertenezcan a la sociedad conyugal, valdrá
la condición, a menos que se trate de bienes donados o asignados a título de
legítima rigorosa.252

Concordancias: Código Civil: artículos 166, 643, 644, 647, 1070, 1184.


2. Del haber de la sociedad conyugal y de sus cargas

Artículo 1725. El haber de la sociedad conyugal se compone:

1º. De los salarios y emolumentos de todo género de empleos y oficios,


devengados durante el matrimonio;

2º. De todos los frutos, réditos, pensiones, intereses y lucros de cualquiera


naturaleza, que provengan, sea de los bienes sociales, sea de los bienes
propios de cada uno de los cónyuges, y que se devenguen durante el
matrimonio;

3º. Del dinero que cualquiera de los cónyuges aportare al matrimonio, o


durante él adquiriere; obligándose la sociedad a pagar la correspondiente
recompensa;

4º. De las cosas fungibles y especies muebles que cualquiera de los


cónyuges aportare al matrimonio, o durante él adquiriere; quedando obligada la
sociedad a pagar la correspondiente recompensa.

Pero podrán los cónyuges eximir de la comunión cualquiera parte de sus


especies muebles, designándolas en las capitulaciones matrimoniales;

5º. De todos los bienes que cualquiera de los cónyuges adquiera durante el
matrimonio a título oneroso.253

Concordancias: Código Civil: artículos 150, 575, 643, 644, 647, 1727, 1734

316. De los diversos "haberes" en la sociedad conyugal. Se ha explicado


Jurisprudencia: 
que: "Este régimen no es sino una abstracción jurídica al cual ingresan imaginariamente
bienes, algunos con carácter definitivo, a lo que se denomina como haber absoluto, y
otros que si bien también ingresan no obstante dan derecho al cónyuge que lo aportó a
una recompensa, es decir, conforman el haber relativo. E igual ocurre con el pasivo donde
la sociedad conyugal tiene obligación de pagar ciertas deudas pero no debe contribuir a
todas ellas, por lo que a la disolución deberán operar las respectivas recompensas. Es por
lo expuesto que en el matrimonio y particularmente en el contraído bajo el régimen de
sociedad conyugal, los bienes que administra ordinariamente el marido y que se conocen
como bienes sociales están en el patrimonio de los cónyuges, ya que no hay otros
patrimonios fuera de estos dos, en una proporción o cantidad que sólo se podrá
determinar a la disolución del régimen, pues será en ese momento en que, después del
pago de las respectivas recompensas a que hubiere lugar, se producirán las
correspondientes adjudicaciones a los comuneros, ya sean estos cónyuges, ex-cónyuges,
herederos o cesionarios según el caso; adjudicaciones que no serán sino la
singularización o individualización de un derecho que ya estaba en el patrimonio de ellos"
(C. de Apelaciones de Santiago, 16 de octubre de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7720/2008, Rol Nº 10145-2005). 317. Forman parte del haber
propio o personal de cada cónyuge los inmuebles que éstos tuvieran al tiempo de
contraer matrimonio. Aunque este es un principio no establecido expresamente por el
legislador, la jurisprudencia ha entendido que, entre otras razones, se funda en las
prescripciones del artículo 1725. Así se ha señalado que: "Ciertamente resulta
imprescindible advertir que el legislador en ninguna parte señaló expresamente tal
premisa, pese a lo cual, este principio se ha deducido histórica y reiteradamente por la
doctrina y la jurisprudencia entre otros, en virtud de los siguientes antecedentes: 1. El
legislador no incluyó estos bienes entre aquellos que forman parte del haber de la
sociedad conyugal y ante la necesidad práctica de considerarlos parte integrante de un
patrimonio, se ha optado por incluirlos en el haber propio de cada cónyuge sin distinción
de sexo. 2. Se ha sostenido que la no reglamentación expresa del Código Civil respecto
de la situación de los inmuebles de propiedad de los cónyuges no fue un mero olvido, ya
que el artículo 1725, que dispone que bienes quedan incluidos en el haber de la sociedad
conyugal, en sus Nº 3 y Nº 4 se refiere formalmente a los muebles que tengan los
cónyuges al tiempo de contraer matrimonio, por lo que al no mencionarlos el legislador,
implícitamente habría excluido a los inmuebles de ingresar al patrimonio social. 3. En
concordancia con lo señalado, el Nº 6, del citado artículo 1725 permite que la mujer aporte
a la sociedad conyugal un bien raíz de su propiedad, para que aquella le restituya su
valor, o el bien mismo, pactándose así en las capitulaciones matrimoniales. En
consecuencia, existiendo la necesidad de efectuar una estipulación expresa para que un
inmueble que pertenezca a la mujer ingrese al haber social, a contrario sensu, si nada se
ha estipulado ello no se verificará, permaneciendo el inmueble en su peculio personal,
situación que, en todo caso, constituye la regla general tratándose del cónyuge varón"
(C. Suprema, 23 de julio de 2008, LegalPublishing: 39393). 318. De la interpretación del
número 5º de este artículo. Se ha sentado que: "Por el solo ministerio de la ley, todos
los bienes adquiridos a título oneroso por cualquiera de los cónyuges, sin distinción si son
muebles o inmuebles, ingresan al haber de la sociedad conyugal y, consecuentemente, al
dominio compartido entre el marido y su cónyuge, sin cargo de recompensa, reputándose
adquiridos con fondos sociales" (C. Suprema, 12 de mayo de 2005, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1978/2005, Rol Nº 5414-2003). De ahí que si: "El bien raíz ingresó
al haber absoluto de la sociedad conyugal y, disuelta dicha sociedad, se ha generado una
comunidad entre los cónyuges, de modo que ambos tienen una cuota en el derecho de
dominio de la cosa" (C. Suprema, 26 de enero de 2005, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5772/2005, Rol Nº 4717-2003). 319. De la aplicación de la
regla del número 5º con independencia de a nombre de qué cónyuge se haya hecho
la adquisición. Se ha declarado, así, que: "La adquisición del inmueble a título oneroso
durante la vigencia de la sociedad conyugal significó que dicho bien ingresó al haber
absoluto de la sociedad conyugal existente entre la demandada y su cónyuge, conforme a
lo dispuesto en el artículo 1725 Nº 5 del Código Civil, sin importar a nombre de qué
cónyuge se hizo la adquisición, y el marido es, respecto de terceros, dueño de los bienes
sociales, según el artículo 1750 del mismo código" (C. Apelaciones de Concepción, 20 de
julio de 2000, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/4980/2000, Rol Nº 928-1999, conf.
C. Suprema, 26 de septiembre de 2001, LegalPublishing: Cl/Jur/4484/2001, Rol Nº 3553-
2000). 320. La participación societaria del cónyuge, respecto de la sociedad que
hubiere constituido durante la vigencia de la sociedad conyugal, ingresa a su haber
absoluto. En este sentido se ha declarado que: "La participación societaria del cónyuge,
respecto de la sociedad que hubiere constituido durante la vigencia de la sociedad
conyugal, ingresa a su haber absoluto. Al efecto se ha escrito: "El derecho de cada socio
ingresa al activo de la sociedad conyugal. Si el cónyuge celebró el contrato de sociedad
durante la vigencia de la sociedad conyugal, el bien adquirido (cuota social) pasa a
integrar el activo absoluto de la sociedad conyugal, sea que lo haya adquirido con dineros
sociales (con el producto de su trabajo, por ejemplo) o con dineros adquiridos a título
gratuito (v. gr. con el producto de una herencia o legado). De todas formas es una
adquisición hecha por un cónyuge a título oneroso durante la sociedad conyugal (artículo
1725 Nº 5). El hecho de que el aporte lo haya hecho con dineros adquiridos a título
gratuito, sólo genera una recompensa en favor del cónyuge adquirente, que le debe ser
reconocida en la liquidación de la sociedad conyugal, en los términos establecidos en el
artículo 1723 Nº 3. (René Ramos Pazos, Adjudicación de derechos sociales en la
liquidación de la sociedad conyugal, en Estudios de Derecho Civil, Jornadas Nacionales
de Derecho Civil 2005-2009, tomo V, Abeledo Perrot, Thomson Reuters, p. 341)"
(C. Apelaciones de Concepción, 6 de diciembre de 2012, cons. 15º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2776/2012, Rol Nº 577-2012). 321. Los inmuebles adquiridos
por prescripción durante la vigencia de la sociedad conyugal, ingresan a su haber
absoluto, si la posesión se inició durante su vigencia y si la prescripción culminó
durante ella. La jurisprudencia entiende que: "[E]n nuestro Código Civil no existe una
disposición legal que expresamente resuelva cuál es el haber del que forma parte la
especie adquirida por alguno de los cónyuges casado en sociedad conyugal, mediante
aquellos modos de adquirir originarios que siempre son a título gratuito, como la
ocupación y la prescripción" (C. Suprema, 30 de septiembre de 2014, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6994/2014, Rol Nº 13561-2013; C. Suprema, 12 de noviembre de
2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/8386/2014, Rol Nº 2554-2014). Sobre tal base,
para decidir a quién pertenece el inmueble adquirido por prescripción durante la vigencia
de la sociedad conyugal, la E Corte Suprema ha recurrido, en principio, al artículo 1736
xcma.

del Código Civil en relación con este artículo 1725, para concluir que sólo ingresan al
haber absoluto aquellos inmuebles adquiridos por prescripción, cuando se cumplen dos
condiciones copulativas: 1ª) que la posesión del inmueble hubiera durante la vigencia de
la sociedad conyugal; y 2ª) que la prescripción adquisitiva hubiera operado durante la
vigencia de la misma sociedad conyugal. En este sentido se ha declarado que: "[E]l
artículo 1736 del Código Civil, luego de señalar en su inciso primero que "La especie
adquirida durante la sociedad, no pertenece a ella aunque se haya adquirido a título
oneroso, cuando la causa o título de la adquisición ha precedido a ella", añade en su
numeral también primero que "No pertenecerán a la sociedad las especies que uno de los
cónyuges poseía a título de señor antes de ella, aunque la prescripción o transacción con
que las haya hecho verdaderamente suyas se complete o verifique durante ella". O sea,
en conformidad al inciso primero transcrito, lo importante es que la causa o título de la
adquisición sea anterior al matrimonio para que el bien se repute como propio y, de
acuerdo con lo reseñado en el numeral primero, igualmente transcrito, si la posesión para
la prescripción adquisitiva comenzó por el cónyuge que demanda antes de la celebración
del vínculo matrimonial y se cumplió después de la misma, el bien así adquirido detenta el
carácter de propio, debido a que la propiedad se reputa adquirida con efecto retroactivo al
momento en que se inició la posesión [...] Que de lo que se viene narrando queda puede
concluirse lo que sigue: a) Que los inmuebles adquiridos por prescripción por uno o
ambos cónyuges, casados entre sí en régimen de sociedad conyugal, durante su
vigencia, ingresan al haber absoluto de dicha sociedad; b) Que para que tales efectos se
produzcan, la posesión debe haberse iniciado y la prescripción haberse perfeccionado
durante la vigencia de la sociedad conyugal; y c) Que si la posesión se inició antes de la
sociedad conyugal, el inmueble será propio del cónyuge respectivo, aunque la
prescripción se produzca durante la vigencia de esa sociedad de bienes, atendido lo
dispuesto en el artículo 1736 Nº 1 del Código Civil" (C. Suprema, 30 de septiembre de
2014, cons. 10º y 11º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6994/2014, Rol Nº 13561-2013).
Artículo 1726. Las adquisiciones de bienes raíces hechas por cualquiera de
los cónyuges a título de donación, herencia o legado, se agregarán a los
bienes del cónyuge donatario, heredero o legatario; y las adquisiciones de
bienes raíces hechas por ambos cónyuges simultáneamente, a cualquiera de
estos títulos, no aumentarán el haber social, sino el de cada cónyuge.

Si el bien adquirido es mueble, aumentará el haber de la sociedad, la que


deberá al cónyuge o cónyuges adquirentes la correspondiente recompensa. 254

Concordancias: Código Civil: artículos 166, 568, 954, 1136, 1386, 1734.

Artículo 1727. No obstante lo dispuesto en el artículo 1725 no entrarán a


componer el haber social:

1º. El inmueble que fuere debidamente subrogado a otro inmueble propio de


alguno de los cónyuges;

2º. Las cosas compradas con valores propios de uno de los cónyuges,
destinados a ello en las capitulaciones matrimoniales o en una donación por
causa de matrimonio;

3º. Todos los aumentos materiales que acrecen a cualquiera especie de uno
de los cónyuges formando un mismo cuerpo con ella, por aluvión, edificación,
plantación o cualquiera otra causa.255

Concordancias: Código Civil: artículos 150, 166, 167, 649, 668, 669, 1715, 1725, 1733.

Artículo 1728. El terreno contiguo a una finca propia de uno de los


cónyuges, yadquirido por él durante el matrimonio a cualquier título que lo haga
comunicable según el artículo 1725, se entenderá pertenecer a la sociedad; a
menos que con él y la antigua finca se haya formado una heredad o edificio de
que el terreno últimamente adquirido no pueda desmembrarse sin daño; pues
entonces la sociedad y el dicho cónyuge serán condueños del todo, a prorrata
de los respectivos valores al tiempo de la incorporación.

Concordancias: Código Civil: artículo 1725.

Artículo 1729. La propiedad de las cosas que uno de los cónyuges poseía


con otras personas proindiviso, y de que durante el matrimonio se hiciere
dueño por cualquier título oneroso, pertenecerá proindiviso a dicho cónyuge y a
la sociedad, a prorrata del valor de la cuota que pertenecía al primero, y de lo
que haya costado la adquisición del resto.

Concordancias: Código Civil: artículo 2312 número 1.


Artículo 1730. Las minas denunciadas por uno de los cónyuges o por
ambos se agregarán al haber social.

Concordancias: Código Civil: artículos 568 inciso 1º, 591, 1792-9. Código de Minería: artículo 25.

Artículo 1731. La parte del tesoro, que según la ley pertenece al que lo
encuentra, se agregará al haber de la sociedad, la que deberá al cónyuge que
lo encuentre la correspondiente recompensa; y la parte del tesoro, que según
la ley pertenece al dueño del terreno en que se encuentra, se agregará al
haber de la sociedad, la que deberá recompensa al cónyuge que fuere dueño
del terreno.256

Concordancias: Código Civil: artículos 625, 626, 1734.

Artículo 1732. Los inmuebles donados o asignados a cualquier otro título


gratuito, se entenderán pertenecer exclusivamente al cónyuge donatario o
asignatario; y no se atenderá a si las donaciones u otros actos gratuitos a favor
de un cónyuge, han sido hechos por consideración al otro.

Si las cosas donadas o asignadas a cualquier otro título gratuito fueren


muebles, se entenderán pertenecer a la sociedad, la que deberá al cónyuge
donatario o asignatario la correspondiente recompensa. 257

Concordancias: Código Civil: artículo 1734.

Artículo 1733. Para que un inmueble se entienda subrogado a otro inmueble


de uno de los cónyuges, es necesario que el segundo se haya permutado por
el primero, o que, vendido el segundo durante el matrimonio, se haya
comprado con su precio el primero; y que en la escritura de permuta o en las
escrituras de venta y de compra se exprese el ánimo de subrogar.

Puede también subrogarse un inmueble a valores propios de uno de los


cónyuges, y que no consistan en bienes raíces; mas para que valga la
subrogación, será necesario que los valores hayan sido destinados a ello, en
conformidad al número 2º del artículo 1727, y que en la escritura de compra del
inmueble aparezca la inversión de dichos valores y el ánimo de subrogar.

Si se subroga una finca a otra y el precio de venta de la antigua finca


excediere al precio de compra de la nueva, la sociedad deberá recompensa
por este exceso al cónyuge subrogante; y si por el contrario el precio de
compra de la nueva finca excediere al precio de venta de la antigua, el
cónyuge subrogante deberá recompensa por este exceso a la sociedad. 258

Si permutándose dos fincas, se recibe un saldo en dinero, la sociedad


deberá recompensa por este saldo al cónyuge subrogante, y si por el contrario
se pagare un saldo, la recompensa la deberá dicho cónyuge a la sociedad. 259
La misma regla se aplicará al caso de subrogarse un inmueble a valores. 260

Pero no se entenderá haber subrogación, cuando el saldo en favor o en


contra de la sociedad excediere a la mitad del precio de la finca que se recibe,
la cual pertenecerá entonces al haber social, quedando la sociedad obligada a
recompensar al cónyuge por el precio de la finca enajenada, o por los valores
invertidos, y conservando éste el derecho de llevar a efecto la subrogación,
comprando otra finca.261

La subrogación que se haga en bienes de la mujer exige además la


autorización de ésta.262

Concordancias: Código Civil: artículos 568, 1727.

Artículo 1734. Todas las recompensas se pagarán en dinero, de manera


que la suma pagada tenga, en lo posible, el mismo valor adquisitivo que la
suma invertida al originarse la recompensa.

El partidor aplicará esta norma de acuerdo a la equidad natural. 263

Concordancias: Código Civil: artículo 24, 1725 números 3º y 4º, 1726 inciso 2º, 1731, 1732 inciso 2º,
1733 incisos 3º, 4º y 6º, 1736 incisos 3º y 4º, 1739 inciso final, 1742, 1745 inciso final, 1746, 1747, 1748,
1769, 1770 inciso 1º, 1784.

322. De la noción de "recompensa". Se ha dicho que la recompensa: "Se ha


Jurisprudencia: 
definido como un crédito o la indemnización que la sociedad adeuda a los cónyuges, o los
cónyuges a la sociedad, cuando ésta ha recibido un beneficio con bienes propios de los
cónyuges, o éstos a su vez se han beneficiado con los bienes de la sociedad conyugal,
cual es este caso, en que el cónyuge demandado, presuntamente ha adquirido bienes
inmuebles con dineros que se presumen sociales y, que han ingresado a su propio
patrimonio del marido separado totalmente de bienes" (C. Apelaciones La Serena, 31 de
mayo de 2007, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/3672/2007, Rol Nº 1190-2006,
conf. C. Suprema, 10 de septiembre de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/5215/2008, Rol
Nº 3755-2007).

Artículo 1735. El cónyuge que administre la sociedad podrá hacer


donaciones de bienes sociales si fueren de poca monta, atendidas las fuerzas
del haber social.264

Concordancias: Código Civil: artículos 1136, 1386, 1742, 1759 inciso 2º.

Artículo 1736. La especie adquirida durante la sociedad, no pertenece a ella


aunque se haya adquirido a título oneroso, cuando la causa o título de la
adquisición ha precedido a ella.

Por consiguiente:
1º. No pertenecerán a la sociedad las especies que uno de los cónyuges
poseía a título de señor antes de ella, aunque la prescripción o transacción con
que las haya hecho verdaderamente suyas se complete o verifique durante
ella;

2º. Ni los bienes que se poseían antes de ella por un título vicioso, pero cuyo
vicio se ha purgado durante ella por la ratificación, o por otro remedio legal;

3º. Ni los bienes que vuelven a uno de los cónyuges por la nulidad o
resolución de un contrato, o por haberse revocado una donación;

4º. Ni los bienes litigiosos y de que durante la sociedad ha adquirido uno de


los cónyuges la posesión pacífica;

5º. Tampoco pertenecerá a la sociedad el derecho de usufructo que se


consolida con la propiedad que pertenece al mismo cónyuge; los frutos solos
pertenecerán a la sociedad;

6º. Lo que se paga a cualquiera de los cónyuges por capitales de créditos


constituidos antes del matrimonio, pertenecerá al cónyuge acreedor. Lo mismo
se aplicará a los intereses devengados por uno de los cónyuges antes del
matrimonio y pagados después.

7º. También pertenecerán al cónyuge los bienes que adquiera durante la


sociedad en virtud de un acto o contrato cuya celebración se hubiere prometido
con anterioridad a ella, siempre que la promesa conste de un instrumento
público, o de instrumento privado cuya fecha sea oponible a terceros de
acuerdo con el artículo 1703.265

Si la adquisición se hiciere con bienes de la sociedad y del cónyuge, éste


deberá la recompensa respectiva.266

Si los bienes a que se refieren los números anteriores son muebles, entrarán
al haber de la sociedad, la que deberá al cónyuge adquirente la
correspondiente recompensa.267

Concordancias: Código Civil: artículos 703 inciso final, 705, 765 inciso 2, 771 inciso 1º, 780 inciso 2º,
806 inciso 4º, 1703, 1734, 1792-8.

323. La regla del inciso 1º no se refiere a la adquisición misma, sino a


Jurisprudencia: 
todo antecedente jurídico que conduzca en forma obligada y directa a dicha
adquisición. Así se ha recordado que: "De conformidad a lo previsto en el artículo 1736
del Código Civil 'la especie adquirida durante la sociedad, no pertenece a ella aunque se
haya adquirido a título oneroso, cuando la causa o título de la adquisición ha precedido a
ella', es decir se equiparan a los bienes inmuebles que los cónyuges tienen al momento
de casarse, los adquiridos durante el matrimonio cuando el título de adquisición es
anterior a ésta. Al efecto, esta Corte Suprema ha señalado que: 'el artículo 1736 al
establecer que la especie adquirida durante la sociedad conyugal, aunque se haya
adquirido a título oneroso, no le pertenece cuando la causa o título de la adquisición ha
precedido a ella, no se refiere a la adquisición misma, sino a todo antecedente jurídico
que conduzca en forma obligada y directa a dicha adquisición. En consecuencia,
comprada una propiedad por la Caja de Ahorros para uno de sus imponentes antes de
que éste contraiga matrimonio, aunque le transfiera el dominio después de celebrado este
acto, la propiedad pertenece al cónyuge y no a la sociedad conyugal'. (C. Suprema, 24 de
agosto de 1942, G. 1.942, 2º sem., Nº 9, p. 43, R, t. 40, sec. 1ª, p. 225)" (C. Suprema, 23
de julio de 2008, LegalPublishing: 39393). 324. Para que un bien se repute como
propio, de acuerdo con el número 1º de este artículo, la causa de la adquisición ha
de ser anterior al matrimonio. Así ha precisado la E  Corte Suprema que, de acuerdo
xcma.

con el inciso 1º de este artículo: "[L]o importante es que la causa o título de la adquisición
sea anterior al matrimonio para que el bien se repute como propio y, de acuerdo con lo
reseñado en el numeral primero, igualmente transcrito, si la posesión para la prescripción
adquisitiva comenzó por el cónyuge que demanda antes de la celebración del vínculo
matrimonial y se cumplió después de la misma, el bien así adquirido detenta el carácter
de propio, debido a que la propiedad se reputa adquirida con efecto retroactivo al
momento en que se inició la posesión" (C. Suprema, 30 de septiembre de 2014, cons.
10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6994/2014, Rol Nº 13.561-2013).

Artículo 1737. Se reputan adquiridos durante la sociedad los bienes que


durante ella debieron adquirirse por uno de los cónyuges, y que de hecho no
se adquirieron sino después de disuelta la sociedad, por no haberse tenido
noticias de ellos o por haberse embarazado injustamente su adquisición o
goce.

Los frutos que sin esta ignorancia o sin este embarazo hubieran debido
percibirse por la sociedad, y que después de ella se hubieren restituido a dicho
cónyuge o a sus herederos, se mirarán como pertenecientes a la sociedad.

Concordancias: Código Civil: artículos 537, 643, 644, 647.

Artículo 1738. Las donaciones remuneratorias de bienes raíces hechas a


uno de los cónyuges o a ambos, por servicios que no daban acción contra la
persona servida, no aumentan el haber social; pero las que se hicieren por
servicios que hubieran dado acción contra dicha persona, aumentan el haber
social, hasta concurrencia de lo que hubiera habido acción a pedir por ellos, y
no más; salvo que dichos servicios se hayan prestado antes de la sociedad,
pues en tal caso no se adjudicarán a la sociedad dichas donaciones en parte
alguna.

Si la donación remuneratoria es de cosas muebles aumentará el haber de la


sociedad, la que deberá recompensa al cónyuge donatario si los servicios no
daban acción contra la persona servida o si los servicios se prestaron antes de
la sociedad.268

Concordancias: Código Civil: artículos 567, 1433.


Artículo 1739. Toda cantidad de dinero y de cosas fungibles, todas las
especies, créditos, derechos y acciones que existieren en poder de cualquiera
de los cónyuges durante la sociedad o al tiempo de su disolución, se
presumirán pertenecer a ella, a menos que aparezca o se pruebe lo contrario.

Ni la declaración de uno de los cónyuges que afirme ser suya o debérsele


una cosa, ni la confesión del otro, ni ambas juntas, se estimarán suficiente
prueba, aunque se hagan bajo juramento.

La confesión, no obstante, se mirará como una donación revocable, que,


confirmada por la muerte del donante, se ejecutará en su parte de gananciales
o en sus bienes propios, en lo que hubiere lugar.

Tratándose de bienes muebles, los terceros que contraten a título oneroso


con cualquiera de los cónyuges quedarán a cubierto de toda reclamación que
éstos pudieren intentar fundada en que el bien es social o del otro cónyuge,
siempre que el cónyuge contratante haya hecho al tercero de buena fe la
entrega o la tradición del bien respectivo.

No se presumirá la buena fe del tercero cuando el bien objeto del contrato


figure inscrito a nombre del otro cónyuge en un registro abierto al público, como
en el caso de automóviles, acciones de sociedades anónimas, naves,
aeronaves, etc.

Se presume que todo bien adquirido a título oneroso por cualquiera de los
cónyuges después de disuelta la sociedad conyugal y antes de su liquidación,
se ha adquirido con bienes sociales. El cónyuge deberá por consiguiente,
recompensa a la sociedad, a menos que pruebe haberlo adquirido con bienes
propios o provenientes de su sola actividad personal. 269

Concordancias: Código Civil: artículos 47, 575, 670, 707, 1136, 1137 inciso final, 1138 inciso final,
1734.

325. De la presunción del inciso 1º: su finalidad. La E Corte Suprema ha


Jurisprudencia:  xcma. 

advertido que: "La presunción anotada ha sido establecida por el legislador principalmente
para proteger a los acreedores del marido administrador de la sociedad conyugal, pues
los releva de la necesidad de probar que los bienes sobre los cuales ejercen sus acciones
son sociales, evitando que aquél pueda sustraerlos de su persecución, haciéndolos
aparecer como propios de la mujer" (C. Suprema, 12 de mayo de 2005, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4195/2005, Rol Nº 5414-2003). 326. De la presunción del inciso
1º: su contenido y alcance. Sobre este punto la E Corte Suprema ha señalado que:
xcma. 

"[R]especto de la presunción simplemente legal que contiene el inciso 1º del artículo 1739
del Código Civil, en orden a que todos los bienes que existieren en poder de cualquiera de
los cónyuges durante la sociedad conyugal o al tiempo de su disolución se presumirán
pertenecer a ella, a menos que aparezca o se pruebe lo contrario, es menester destacar
que lo contrario significa que sólo es posible acreditar que algún bien alcanzado por la
presunción, en vez de pertenecer a la sociedad conyugal, es del marido o de la mujer, y
no de un tercero, porque en el régimen legal de la sociedad conyugal sólo caben tres
patrimonios: el de la sociedad, el del marido y el de la mujer [...] presunción legal
comentada es ajena a la posibilidad que un bien pertenezca, en todo o en parte, a una
tercera persona distinta de cualquiera de los cónyuges integrantes de la sociedad
conyugal" (C. Suprema, 12 de mayo de 2005, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4195/2005, Rol Nº 5414-2003). 327. De la presunción del inciso
1º: de la prueba en contrario. Se ha precisado que la prueba compete a la mujer, al
cónyuge o sus herederos y, eventualmente, a terceros: "Esta última [la mujer] deberá
probar que le pertenecen si quiere impedir dicha persecución. La prueba en contrario
también podrán producirla el cónyuge o sus herederos que, en la liquidación de la
sociedad conyugal reclaman un bien como propio o su valor, como asimismo,
eventualmente, un tercero a quien interese establecer que el bien es propio de uno de los
cónyuges, como podría ocurrir, por ejemplo, con un acreedor que persigue la ejecución de
un bien raíz hipotecado por la mujer después de disuelta la sociedad conyugal, en
garantía de una obligación personal, en circunstancias que dicho bien había sido
adquirido durante la vigencia de la misma. Si el bien se adjudicare a un heredero del
marido y pretendiere sustraerlo de la persecución de dicho acreedor, este último deberá
probar que el bien es propio de la mujer por haberlo adquirido a título gratuito o por
subrogación" (C. Suprema, 12 de mayo de 2005, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4195/2005, Rol Nº 5414-2003). 328. El inciso final de esta
disposición no crea una nueva comunidad de bienes. En este sentido se ha precisado
que: "El artículo 1739 del Código Civil, en su inciso final no crea ninguna nueva
comunidad de bienes entre quienes ya son comuneros por la disolución de la sociedad
conyugal, sino que establece, tras consignar la presunción legal respecto de la
adquisición, que el cónyuge deberá recompensa o crédito a la sociedad, a menos que
pruebe haberlo adquirido con bienes propios o provenientes de su sola actividad personal,
especial situación esta última, que no aparece acreditada ni tampoco que se haya
pretendido acreditar" (C. Apelaciones La Serena, 31 de mayo de 2006, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/3672/2007, Rol Nº 1190-2006, conf. C. Suprema, 10 de
septiembre de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/5215/2008, Rol Nº 3755-2007). 329. La
regla del inciso final no altera el dominio de los bienes que pertenecen
personalmente a cada cónyuge. Sobre este punto se ha advertido que: "El mismo
artículo 1739 del Código Civil es claro en establecer que los bienes adquiridos una vez
disuelta la sociedad conyugal y no liquidada se presumen adquiridos con bienes sociales,
lo que podría de ser así, dar lugar a recompensas, pero ello no altera la condición
propietaria de esos bienes, que pertenecen personalmente al cónyuge separado de
bienes que los adquiere" (C. Apelaciones La Serena, 31 de mayo de 2006, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3672/2007, Rol Nº 1190-2006, conf. C. Suprema, 10 de
septiembre de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/5215/2008, Rol Nº 3755-2007). 330. Es
procedente cualquier medio probatorio para desvirtuar la presunción del inciso
final de este artículo. Se ha declarado, así, que: "Para desvanecer la presunción de
dominio que establece el artículo 1739 del Código Civil a favor de la sociedad conyugal es
admisible cualquier medio probatorio reconocido por la ley" (C. Suprema, 1 de junio de
2011, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/4576/2011, Rol Nº 7427-2009).

Artículo 1740. La sociedad es obligada al pago:

1º. De todas las pensiones e intereses que corran sea contra la sociedad,
sea contra cualquiera de los cónyuges y que se devenguen durante la
sociedad;
2º. De las deudas y obligaciones contraídas durante el matrimonio por el
marido, o la mujer con autorización del marido, o de la justicia en subsidio, y
que no fueren personales de aquél o ésta, como lo serían las que se
contrajesen para el establecimiento de los hijos de un matrimonio anterior;

La sociedad, por consiguiente, es obligada, con la misma limitación, al lasto


de toda fianza, hipoteca o prenda constituida por el marido;

3º. De las deudas personales de cada uno de los cónyuges, quedando el


deudor obligado a compensar a la sociedad lo que ésta invierta en ello;

4º. De todas las cargas y reparaciones usufructuarias de los bienes sociales


o de cada cónyuge;270

5º. Del mantenimiento de los cónyuges; del mantenimiento, educación y


establecimiento de los descendientes comunes; y de toda otra carga de familia.

Se mirarán como carga de familia los alimentos que uno de los cónyuges
esté por ley obligado a dar a sus descendientes o ascendientes, aunque no lo
sean de ambos cónyuges; pero podrá el juez moderar este gasto si le
pareciere excesivo, imputando el exceso al haber del cónyuge.

Si la mujer se reserva en las capitulaciones matrimoniales el derecho de que


se le entregue por una vez o periódicamente una cantidad de dinero de que
pueda disponer a su arbitrio, será de cargo de la sociedad este pago, siempre
que en las capitulaciones matrimoniales no se haya impuesto expresamente al
marido.

Concordancias: Código Civil: artículos 133, 230, 321 números 2º y 3º, 795, 796, 1715.

331. De la sociedad conyugal y de la obligación y contribución a las


Jurisprudencia: 
deudas. Sobre este punto se ha explicado que: "Bajo el régimen de sociedad conyugal,
así como hay bienes sociales y bienes propios de cada cónyuge, hay también deudas
sociales y deudas personales del marido y de la mujer. Pero esta expresión, deudas
sociales y deudas personales, tienen un doble significado, según se las considere desde
el punto de vista de la obligación a las deudas o de la contribución a las mismas. La
obligación a las deudas se refiere a las relaciones del acreedor con los cónyuges, esto es,
a la determinación del patrimonio en que el acreedor puede perseguir su crédito. Así, si el
acreedor tiene acción sobre los bienes de la sociedad conyugal, la deuda es social; si la
tiene sólo sobre los bienes propios de los cónyuges, la deuda es personal. En cambio, la
contribución a las deudas se refiere a las relaciones de los cónyuges entre sí, vale decir, a
la determinación del patrimonio que, en definitiva, debe soportar su pago, problema que
surge a la disolución de la sociedad conyugal, para averiguar cuál de los tres patrimonios
debe soportarla, si el de la sociedad o el de uno u otro de los cónyuges, esto es, si el que
efectivamente la pagó al acreedor u otro, en cuyo caso aquél que la pagó sin estar
obligado a soportarla tendrá derecho a recompensa" (C. Suprema, 30 de agosto de 2004,
cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/2828/2004, Rol Nº 3404-2003). 332. De la obligación y
contribución a las deudas en las obligaciones contraídas por el marido durante la
vigencia de la sociedad conyugal. En relación con esta materia se ha precisado que:
"Conforme a lo prevenido en el artículo 1740, números 2º y 3º, del Código Civil, la
sociedad conyugal es obligada al pago de todas las deudas y obligaciones contraídas
durante su vigencia por el marido, regla que se aplica a toda obligación contraída por
éste, sea contractual, cuasicontractual, delictual, cuasidelictual o legal, aunque redunde
en beneficio exclusivo del marido, sin perjuicio del derecho de la sociedad conyugal para
exigir las recompensas que procedan cuando la deuda deba soportarla sólo él, como en el
caso que contempla el artículo 1748 del mismo código, que dispone que el cónyuge
deberá recompensa a la sociedad conyugal por el pago que ésta hiciere de las
reparaciones pecuniarias a que fuere condenado el cónyuge por algún delito o cuasidelito
(Arturo Alessandri Rodríguez, Tratado Práctico de las Capitulaciones Matrimoniales, de la
Sociedad Conyugal y de los Bienes Reservados de la Mujer Casada, Imprenta
Universitaria, Nº 370, pág. 278)" (C. Suprema, 30 de agosto de 2004, cons.
8º, LegalPublishing: Cl/Jur/2828/2004, Rol Nº 3404-2003). 333. De los supuestos en los
que se vulnera la regla del número 3º de este artículo. Se ha precisado que: "Del tenor
de este precepto se desprende que la sentencia incurrirá en error de derecho en su
aplicación, en tanto disponga que los bienes que forman el haber de la sociedad conyugal
no resultan obligados al pago de las deudas personales contraídas por alguno de los
cónyuges o bien cuando, declarándolo así, establezca que el que sea deudor, al momento
de la liquidación de la sociedad, no debe la respectiva recompensa" (C. Suprema, 2 de
julio de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2815/2008, Rol Nº 3054-2007). 334. Para
que el crédito, en el caso del número 3º de esta disposición, pueda hacerse efectivo
sobre los bienes sociales es necesario que sea emplazado el administrador de la
sociedad conyugal, esto es, el marido. Así se ha declarado que: "El marido, siendo
administrador, ha debido también ser emplazado en el juicio ejecutivo. Ahora bien, la
afirmación anterior encuentra su sustento en los artículos 1749 y 1750 del Código Civil.
De acuerdo al inciso 1º de la primera de estas normas, el marido es jefe de la sociedad
conyugal, y como tal administra los bienes sociales y los de su mujer; según el inciso 1º
de la segunda, el marido es, respecto de terceros, dueño de los bienes sociales, como si
ellos y sus bienes propios formasen un solo patrimonio. En el presente caso, el ejecutante
en el juicio ejecutivo demandado en la tercería es uno de aquellos terceros a que se
refiere la segunda de las disposiciones citadas, de forma tal que el bien embargado, de
acuerdo al precepto, es a su respecto un bien del marido. Lo anterior, sin embargo, no
quiere decir que con ese bien no haya de responderse a las deudas contraídas por uno de
los cónyuges (en este caso la mujer) pues el citado Nº 3 del artículo 1740 del Código Civil
así lo dispone, sino sólo, como de manera acertada lo declara el fallo recurrido, que para
que el crédito del ejecutante pueda hacerse efectivo en él resulta necesario emplazar al
marido, atendida precisamente, como se ha expresado, su calidad de administrador de la
sociedad conyugal y dueño, frente a terceros, de los bienes qué componen el haber de
ésta" (C. Suprema, 2 de julio de 2008, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/2815/2008, Rol
Nº 3054-2007). 335. La obligación de la mujer de indemnizar perjuicios por la
comisión de un cuasidelito constituye una deuda personal, pero para obtener su
pago debe demandarse al marido. Así se ha declarado que "Siendo plenamente
aplicables las disposiciones del Código Civil sobre la materia y que regulan el régimen de
Sociedad Conyugal, como son los artículos 1749, el que contempla que el marido es jefe
de la sociedad conyugal, y como tal administra los bienes sociales y los de su mujer; el
artículo 1750, que dispone que el marido es, respecto de terceros, dueño de los bienes
sociales, como si ellos y sus bienes propios formasen un solo patrimonio y el artículo 1740
Nº 3 que dispone que 'la sociedad es obligada al pago... de las deudas personales de
cada uno de los cónyuges...', pero para obtener el pago de estas acreencias, resulta claro
que habría de demandarse al marido como representante y cara visible de la sociedad
conyugal. Que de las normas citadas es posible concluir que, en el caso de autos, la
demanda tiene por objeto obtener el pago de una indemnización producto de un accidente
del tránsito con resultado de daños, siendo su autora una mujer casada bajo régimen de
sociedad conyugal, por lo que tratándose de una deuda personal de la mujer, la sociedad
está obligada a su pago y quien representa a dicha sociedad es el marido, por lo que la
acción debió necesariamente dirigirse en contra de don [...], cónyuge de doña [...]" (C. de
Apelaciones de La Serena, 12 de junio de 2008, cons. 5º, Legal
Publishing: Cl/ Jur/5419/2008, Rol Nº 86-2008).

Artículo 1741. Vendida alguna cosa del marido o de la mujer, la sociedad


deberá recompensa por el precio al cónyuge vendedor, salvo en cuanto dicho
precio se haya invertido en la subrogación de que habla el artículo 1733, o en
otro negocio personal del cónyuge cuya era la cosa vendida; como en el pago
de sus deudas personales, o en el establecimiento de sus descendientes de un
matrimonio anterior.271

Concordancias: Código Civil: artículo 1733.

Artículo 1742. El marido o la mujer deberá a la sociedad recompensa por el


valor de toda donación que hiciere de cualquiera parte del haber social; a
menos que sea de poca monta, atendidas las fuerzas del haber social, o que
se haga para un objeto de eminente piedad o beneficencia, y sin causar un
grave menoscabo a dicho haber.272

Concordancias: Código Civil: artículos 1734, 1735.

Artículo 1743. Si el marido o la mujer dispone, por causa de muerte, de una


especie que pertenece a la sociedad, el asignatario de dicha especie podrá
perseguirla sobre la sucesión del testador siempre que la especie, en la
división de los gananciales, se haya adjudicado a los herederos del testador;
pero en caso contrario sólo tendrá derecho para perseguir su precio sobre la
sucesión del testador.

Concordancias: Código Civil: artículo 1107.

Artículo 1744. Las expensas ordinarias y extraordinarias de educación de


un descendiente común, y las que se hicieren para establecerle o casarle, se
imputarán a los gananciales, siempre que no constare de un modo auténtico
que el marido, o la mujer o ambos de consuno han querido que se sacasen
estas expensas de sus bienes propios. Aun cuando inmediatamente se saquen
ellas de los bienes propios de cualquiera de los cónyuges, se entenderá que se
hacen a cargo de la sociedad, a menos de declaración contraria.

En el caso de haberse hecho estas expensas por uno de los cónyuges, sin
contradicción o reclamación del otro, y no constando de un modo auténtico que
el marido o la mujer quisieron hacerlas de lo suyo, la mujer, el marido o los
herederos de cualquiera de ellos podrán pedir que se les reembolse de los
bienes propios del otro, por mitad, la parte de dichas expensas que no cupiere
en los gananciales; y quedará a la prudencia del juez acceder a esta demanda
en todo o parte, tomando en consideración las fuerzas y obligaciones de los
dos patrimonios, y la discreción y moderación con que en dichas expensas
hubiere procedido el cónyuge.

Todo lo cual se aplica al caso en que el descendiente no tuviere bienes


propios; pues teniéndolos, se imputarán las expensas extraordinarias a sus
bienes, en cuanto cupieren, y en cuanto le hubieren sido efectivamente útiles; a
menos que conste de un modo auténtico que el marido, o la mujer, o ambos de
consuno, quisieron hacerlas de lo suyo.273

Concordancias: Código Civil: artículo 230.

Artículo 1745. En general, los precios, saldos, costas judiciales y expensas


de toda clase que se hicieren en la adquisición o cobro de los bienes, derechos
o créditos que pertenezcan a cualquiera de los cónyuges, se presumirán
erogados por la sociedad, a menos de prueba contraria, y se le deberán
abonar.

Por consiguiente:

El cónyuge que adquiere bienes a título de herencia debe recompensa a la


sociedad por todas las deudas y cargas hereditarias o testamentarias que él
cubra, y por todos los costos de la adquisición; salvo en cuanto pruebe
haberlos cubierto con los mismos bienes hereditarios o con lo suyo.

Concordancias: Código Civil: artículos 47, 1734.

Artículo 1746. Se la debe asimismo recompensa por las expensas de toda


clase que se hayan hecho en los bienes de cualquiera de los cónyuges, en
cuanto dichas expensas hayan aumentado el valor de los bienes, y en cuanto
subsistiere este valor a la fecha de la disolución de la sociedad; a menos que
este aumento del valor exceda al de las expensas, pues en tal caso se deberá
sólo el importe de éstas.

Concordancias: Código Civil: artículos 909, 1734.

Artículo 1747. En general, se debe recompensa a la sociedad por toda


erogación gratuita y cuantiosa a favor de un tercero que no sea descendiente
común.

Concordancias: Código Civil: artículo 1734.


Artículo 1748. Cada cónyuge deberá asimismo recompensa a la sociedad
por los perjuicios que le hubiere causado con dolo o culpa grave, y por el pago
que ella hiciere de las multas y reparaciones pecuniarias a que fuere
condenado por algún delito o cuasidelito.

Concordancias: Código Civil: artículos 44, 1734, 2314, 2329.

3. De la administración ordinaria de los bienes de la sociedad conyugal

Artículo 1749. El marido es jefe de la sociedad conyugal, y como tal


administra los bienes sociales y los de su mujer; sujeto, empero, a las
obligaciones y limitaciones que por el presente Título se le imponen y a las que
haya contraído por las capitulaciones matrimoniales.

Como administrador de la sociedad conyugal, el marido ejercerá los


derechos de la mujer que siendo socia de una sociedad civil o comercial se
casare, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 150.

El marido no podrá enajenar o gravar voluntariamente ni prometer enajenar o


gravar los bienes raíces sociales ni los derechos hereditarios de la mujer, sin
autorización de ésta.

No podrá tampoco, sin dicha autorización, disponer entre vivos a título


gratuito de los bienes sociales, salvo el caso del artículo 1735, ni dar en
arriendo o ceder la tenencia de los bienes raíces sociales urbanos por más de
cinco años, ni los rústicos por más de ocho, incluidas las prórrogas que hubiere
pactado el marido.

Si el marido se constituye aval, codeudor solidario, fiador u otorga cualquiera


otra caución respecto de obligaciones contraídas por terceros, sólo obligará
sus bienes propios.

En los casos a que se refiere el inciso anterior para obligar los bienes
sociales necesitará la autorización de la mujer.

La autorización de la mujer deberá ser específica y otorgada por escrito, o


por escritura pública si el acto exigiere esta solemnidad, o interviniendo
expresa y directamente de cualquier modo en el mismo. Podrá prestarse en
todo caso por medio de mandato especial que conste por escrito o por
escritura pública según el caso.

La autorización a que se refiere el presente artículo podrá ser suplida por el


juez, previa audiencia a la que será citada la mujer, si ésta la negare sin justo
motivo. Podrá asimismo ser suplida por el juez en caso de algún impedimento
de la mujer, como el de menor edad, demencia, ausencia real o aparente u
otro, y de la demora se siguiere perjuicio. Pero no podrá suplirse dicha
autorización si la mujer se opusiere a la donación de los bienes sociales. 274

Concordancias: Código Civil: artículos 135 inciso 1º, 150, 714, 1715, 1735, 1750 inciso 1º, 1752, 1754
inciso final, 1757, 1761, 2130 inciso 1º.

336. El marido administra los bienes sociales y los de la mujer, a pesar de


Jurisprudencia: 
que ésta es plenamente capaz. En este sentido se ha declarado: "Que la administración
de la sociedad conyugal sea de los bienes sociales, sea de los bienes propios de la mujer,
corresponde únicamente al marido. Así se establece en el artículo 1749 del Código Civil y
se reitera en los artículos 1752 y 1754 inciso final. La primera de estas normas dice: 'El
marido es jefe de la sociedad conyugal, y como tal administra los bienes sociales y los de
su mujer...'. La segunda agrega: 'La mujer por sí sola no tiene derecho alguno sobre los
bienes sociales durante la sociedad', y reitera la idea, en relación a los bienes propios de
la mujer, el artículo 1754 inciso final. Es perfectamente claro que no obstante que la Ley
Nº 18.802 otorgó plena capacidad a la mujer casada en régimen de sociedad conyugal,
mantuvo la administración de los bienes sociales y de los bienes propios de la mujer, en el
marido. 6º. Que si bien el artículo 2º de la Ley Nº 18.802 otorgó plena capacidad a la
mujer casada en sociedad conyugal, modificando entre otros el artículo 1447 del Código
Civil, para eliminar la referencia que hacía a la mujer casada en sociedad conyugal entre
los relativamente incapaces y el artículo 43, para suprimir la referencia al marido como
'representante legal de la mujer', se mantienen subsistentes aquellas disposiciones que
señalan que el marido es el jefe de la sociedad conyugal y administra los bienes sociales"
(C. Suprema, 12 de agosto de 2008, Nº LegalPublishing: 39.668). En el mismo sentido se
ha advertido que: "La Ley Nº 18.802, publicada en el Diario Oficial de 9 de junio de 1989
cuya entrada en vigencia, según su artículo 5º, se postergó para noventa días después de
dicha fecha, esto es, para el 7 de septiembre de 1989, modificó, entre otras muchas
normas, los artículos 43 y 1447 inciso 3º del Código Civil, razón por la cual, desde la
última fecha señalada, la mujer casada bajo el régimen de sociedad conyugal es
plenamente capaz, sin perjuicio que dicha legislación mantuvo la situación preexistente en
el sentido de dejar al marido como administrador de los bienes sociales y propios de la
mujer, situación que, por cierto, podrá ser criticable, pero no puede concluirse, a partir de
ello, que la mujer casada en sociedad conyugal continúa siendo relativamente incapaz,
como erradamente lo sostuvo la sentencia de la Corte de Apelaciones. Sólo por ley se
establecen las incapacidades, sean absolutas o relativas y, consecuentemente, no puede
el órgano jurisdiccional, sin cometer el error denunciado, darle a la mujer casada en
sociedad conyugal la categoría de incapaz relativa cuando la ley, modificando la
legislación anterior, la considera plenamente capaz" (C. Suprema, 26 de enero de 2005,
cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5773/2005, Rol Nº 4454-2003), y que: "La
administración que el artículo 1749 del Código Civil entrega al marido, no le confiere la
representación legal de la mujer, por lo que no impide el emplazamiento personal de ella"
(J. Letras, Temuco, 30 de enero de 2001, letra b), LegalPublishing: Cl/Jur/573/2001, conf.
C. Suprema, 12 de marzo de 2003, LegalPublishing: Cl/Jur/4115/2003, Rol Nº 4446-
2002). 337. La administración conferida al marido por el inciso 1º de esta
disposición no puede ser objeto de delegación. Se ha afirmado así que: "El artículo
1749 del Código Civil previene que 'el marido es jefe de la sociedad conyugal', y que,
como consecuencia de esta jefatura, 'administra libremente los bienes sociales y los de su
mujer', debiendo entonces concluirse que dicha administración la efectúa en atención a
una calidad de suyo personalísima, que no podría ser objeto de delegación" (C. Suprema,
3 de junio de 2008, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/2546/2008, Rol Nº 881-
2006). 338. El marido no está obligado a rendir cuenta de la administración de los
bienes sociales. La jurisprudencia ha asumido este principio a la vera de la doctrina,
aunque no ha dejado de advertir su falta de adecuación a la "época actual", y así se ha
declarado que: "[E]xiste un error en la sentencia que se impugna, cuando advierte que el
marido ha debido rendir cuenta de tales utilidades, según se lee a fojas 155 (considerando
segundo agregado por la sentencia de segunda instancia), desde el momento que el
marido no tiene deber de rendir cuenta en cuanto administrador de los bienes sociales,
aunque en una época como la actual esta aseveración parezca fuerte. La normativa sobre
sociedad conyugal no le obliga a tal rendición, y así lo ha enseñado desde siempre la
doctrina nacional (cfr. Arturo Alessandri Rodríguez, Tratado práctico de las capitulaciones
matrimoniales, de la sociedad conyugal y de los bienes reservados de la mujer
casada, Imprenta Universitaria, Santiago, 1935, p. 367; Manuel Somarriva, Derecho de
Familia, Apuntes de clases, Editorial Nascimento, Santiago, 1936, p. 261; Ramón Meza
Barros, Manual de Derecho de Familia, Tomo I, segunda edición actualizada, 1989,
p. 300; Pablo Rodríguez Grez, Regímenes Matrimoniales, Editorial Jurídica de Chile,
1996, p. 110; Rodrigo Barcia Lehmann, Fundamentos del Derecho de Familia y de la
Infancia, Thomson Reuters, Santiago, 2011, p. 160) (C. Suprema, 20 de marzo de 2013,
cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/632/2013, Rol Nº 493-2012). 339. De si el marido
deba ser demandado como titular o representante de los derechos de la mujer
casada en sociedad conyugal. Sobre esta cuestión se ha advertido que: "Las normas
destinadas a regular la situación patrimonial de los cónyuges y, en especial aquellas
relativas a la administración ordinaria de los bienes de la sociedad conyugal, están
destinadas a establecer derechos y obligaciones entre ellos y su relación con los terceros,
pero en ningún caso exigen que el marido deba ser demandado como titular o
representante de los derechos de la mujer; dichas normas impiden a la mujer casada en
régimen de sociedad, por regla general, administrar los bienes de esta sociedad y
establece que el marido es su jefe (artículo 1749 Código Civil) y que éste, respecto de
terceros, es el dueño de los bienes sociales, pudiendo perseguirse tanto los bienes del
marido como aquellos sociales o de la mujer. Cosa distinta es la obligación de demandar
al marido respecto de la nulidad de un contrato de compra venta sobre la adquisición de
un bien raíz, relacionado con la comparecencia como compradora de la mujer, pues en tal
caso, el único efecto que se produce es que los actos de la cónyuge no obligan a la
sociedad conyugal, como tampoco los bienes del marido" (C. Apelaciones de
Antofagasta, 23 de diciembre de 2005, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5217/2005, Rol
Nº 933-2005, conf. C. Suprema, 22 de marzo de 2006,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7389/2006, Rol Nº 494-2006). 340. Requisitos de la
autorización prestada por la mujer. Se ha advertido que: "La autorización de la mujer
debe reunir los siguientes requisitos: a) debe ser específica y no genérica. Esto implica
que ella debe referirse a cada uno de los actos que ejecuta el marido, debiendo
individualizarse el acto y todos sus elementos y b) debe otorgarse por escrito o por
escritura pública si el acto que se quiere ejecutar debe celebrarse con esa solemnidad, o
interviniendo expresa y directamente de cualquier modo en el mismo" (C. Suprema, 15 de
julio de 2008, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5176/2008, Rol Nº 491-
2007). 341. Significado de la expresión "específica" como exigencia de la
autorización prestada por la mujer. Se ha señalado sobre este punto: "corresponde
determinar qué significa que la autorización sea específica. Al efecto, ilustrativo resulta la
opinión de don Fernando Rozas Vial, quien trabajó en la Primera Comisión Legislativa de
la Junta de Gobierno e intervino en las sesiones de las Comisiones Conjuntas de las
reformas introducidas por la Ley Nº 18.802 al Código Civil: 'Respecto de la enajenación,
arrendamiento, cesión de la tenencia, disposición a título gratuito de bienes sociales o
enajenación de derechos hereditarios de la mujer, creemos que es específica la
autorización cuando se indica determinadamente el bien a que ésta se refiere. Lo mismo
nos parece cuando se trata de dar en hipoteca un inmueble social sea por obligaciones
propias del marido o de la mujer, sea por obligaciones de un tercero que se determina. De
la expresión 'específica' no puede desprenderse que la Ley Nº 18.802 pretendió terminar
con las cláusulas de garantía general, a pesar de lo discutible que, en doctrina nos
parecen, pero que concerniente a algunas de ellas ha existido pronunciamiento favorable
de la jurisprudencia. La ley no innova sobre el particular. Lo que se quiso evitar fue que la
mujer, presionada por su marido, diera autorizaciones genéricas en que no se supiera
hasta dónde se comprometía el patrimonio familiar. Por ejemplo, que el marido diera en
hipoteca cualquier bien social para garantizar toda clase de obligaciones. Esa autorización
sería genérica, no específica, y no cumpliría con lo que dispone el artículo 1749 al
respecto. Por el contrario, una autorización en que se determine el bien que puede darse
en hipoteca y en que se señala el deudor a favor de quien se dará, nos parece específica
aunque permita la cláusula de garantía general. La mujer que da la autorización sabe
hasta dónde está comprometiendo su patrimonio familiar. No debemos olvidar, además
que la ley en estudio da plena capacidad a la mujer casada en sociedad conyugal, por lo
que toda interpretación que se haga sobre este punto debe ser en ese sentido, no en el
contrario. No se trata de limitar a la mujer. A la inversa, pensamos que la fianza y la
solidaridad abiertas, con cláusula de garantía general, no valen. Para que la autorización
de la mujer sea específica relativamente a la fianza y la solidaridad, aunque tengan
cláusula de garantía general, debe determinarse las obligaciones respecto de las cuales
autoriza a su marido para que se constituya en fiador o codeudor solidario y si se
determina la persona del deudor en cuyo favor se otorga y se limita a una suma
determinada. Como dato histórico debemos decir que ni lo 'específico' de la autorización
de la mujer ni el requisito de que el mandato fuera 'especial' se incluían en los proyectos
redactados por la Comisión nombrada por el Ministerio de Justicia ni en el revisado por la
Primera Comisión Legislativa. Fueron agregados en las sesiones conjuntas de las
Comisiones Legislativas, pero tuvieron el alcance que hemos señalado". (Análisis de las
reformas que introdujo la Ley Nº 18.802 en relación con la capacidad de la mujer casada
en sociedad conyugal y la salida de menores fuera del país). En el mismo sentido se
pronuncia don César Frigerio Castaldi en su libro sobre Regímenes
Matrimoniales, Editorial Jurídica Conosur, pág. 58, quien señala: "la autorización tiene
que ser específica, es decir, otorgada para determinado acto o contrato, fuente de la
enajenación o gravamen de que se trata". A su turno don Enrique Rossel Saavedra en
su Manual de Derecho de Familia, Editorial Jurídica de Chile, sostiene que "la
autorización debe ser específica y que cabía la autorización general y anticipada, ya que
dicha autorización es una medida de protección a favor de la mujer, que ella puede o no
utilizar a su arbitrio" (C. Suprema, 15 de julio de 2008, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5176/2008, Rol Nº 491-2007). 342. De no aplicarse las
restricciones que impone este artículo más que a las "enajenaciones voluntarias" y
no a las realizadas en procedimientos de apremio. En este sentido se ha pronunciado
la E  Corte Suprema: "Que de las reflexiones precedentes es dable concluir, primero, que
xcma.

la venta en pública subasta del inmueble referido en la litis, llevada a efecto por imperativo
legal con ocasión de juicio ejecutivo incoado contra el cónyuge de la actora, representado
por el juez de la causa, no constituyó un acto consentido voluntariamente por el deudor,
por lo que no estuvo en condiciones ni en la necesidad de requerir la autorización del
marido para que se perfeccionara la transferencia. En conformidad con lo dispuesto en el
artículo 1749 del Código Civil, la restricción que afecta al marido en la enajenación de los
bienes raíces de la sociedad conyugal, cuya administración le corresponde, dice relación
con las transferencias 'voluntarias', vale decir, marginando de semejante limitación
aquellas realizadas forzosamente, como lo son las que se efectúan por imperativo de la
ley en los procedimientos de apremio" (C. Suprema, 21 de junio de 2012, cons. 13º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1157/2012, Rol Nº 4400-2012). 343. No hay objeto ilícito en los
actos celebrados por la cónyuge respecto de bienes sociales. En este sentido se ha
advertido: "Que la celebración de actos o contratos por parte de la cónyuge respecto de
bienes comprendidos en el haber de la sociedad conyugal, cuya administración ordinaria
se encuentra entregada al marido, no son actos prohibidos por la ley, de modo que no hay
objeto ilícito y en consecuencia no existe nulidad absoluta que declarar" (C. Apelaciones
de Valdivia, 16 de agosto de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2321/2000, Rol
Nº 10990-2000, conf. C. Suprema, 30 de octubre de 2000,
LegalPublishing: Cl/Jur/2320/2000, Rol Nº 3715-2000). 344. Los actos de disposición
celebrados por la mujer respecto de bienes sociales implican un acto sobre cosa
ajena y, en cuanto que tales, inoponibles al marido. Así lo ha declarado la E Corte xcma. 

Suprema, al tratar de una resciliación celebrada por la mujer, con general declaración en
esta sede: "[T]eniendo presente que conforme al artículo 137 del Código Civil los actos y
contratos de la mujer casada en sociedad conyugal sólo la obligan en los bienes que
administre en conformidad a los artículos 150, 166 y 167; que no tiene derecho alguno
sobre los bienes sociales, salvo en los casos del artículo 150 del mismo cuerpo legal, y
que quien administra los bienes sociales es el jefe de la sociedad conyugal, esto es, el
marido quien frente a terceros es el dueño de los mismos, no cabe sino concluir que quien
debió celebrar el contrato de resciliación impugnado es el actor, porque los derechos
adquiridos por la demandada a través de la cesión que luego se rescilió ingresaron al
haber social, conforme lo dispone el artículo 1725 Nº 5 del Código Civil. Por consiguiente,
[...], al resciliarlos por sí sola, lo que hizo fue disponer de una cosa ajena que pertenecía a
la sociedad conyugal , y por lo tanto es aplicable el artículo 1815 del Código Civil,
conforme al cual la venta de cosa ajena es válida, sin perjuicio de los derechos del dueño
de la cosa, mientras no se extingan por el lapso del tiempo. Luego, el contrato que por
esta acción se impugna resulta inoponible al actor en su calidad de jefe y administrador de
la sociedad conyugal" (C. Suprema, sent. reemplazo 24 de julio de 2018, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3897/2018, Rol Nº 38893-2017).

Artículo 1750. El marido es, respecto de terceros, dueño de los bienes


sociales, como si ellos y sus bienes propios formasen un solo patrimonio, de
manera que durante la sociedad los acreedores del marido podrán perseguir
tanto los bienes de éste como los bienes sociales; sin perjuicio de los abonos o
compensaciones que a consecuencia de ello deba el marido a la sociedad o la
sociedad al marido.

Podrán, con todo, los acreedores perseguir sus derechos sobre los bienes
de la mujer, en virtud de un contrato celebrado por ellos con el marido, en
cuanto se probare haber cedido el contrato en utilidad personal de la mujer,
como en el pago de sus deudas anteriores al matrimonio.
Concordancias: Código Civil: artículos 135 inciso 1º, 1749 inciso 1º.

345. De las obligaciones contraídas por el marido y de la obligación y


Jurisprudencia: 
contribución a tales deudas. Sobre esta cuestión se ha precisado que: "Durante la
vigencia de la sociedad conyugal y según lo dispone el artículo 1750, inciso 1º, del Código
Civil, el marido es, respecto de terceros, dueño de los bienes sociales, como si ellos y sus
bienes propios formasen un solo patrimonio, de manera que durante la vigencia de dicha
sociedad conyugal los acreedores del marido podrán perseguir tanto los bienes de éste
como los bienes sociales, sin perjuicio de los abonos o compensaciones que a
consecuencia de ello deba el marido a la sociedad o la sociedad al marido. Por
consiguiente, en cuanto a la obligación a las deudas, por regla general, las obligaciones
contraídas por el marido son obligaciones o deudas sociales, estando la sociedad
conyugal obligada al pago de todas ellas y los acreedores pueden perseguirlas sobre sus
bienes. En virtud de la norma legal recién citada, los acreedores por deudas personales
del marido o por deudas de la sociedad, pueden perseguir indistintamente los bienes
propios del marido y los bienes sociales, de donde resulta que, en el hecho, toda deuda
de la sociedad es, frente a terceros, personal del marido y toda deuda personal de éste es
deuda social" (C. Suprema, 30 de agosto de 2004, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2828/2004, Rol Nº 3404-2003).

Artículo 1751. Toda deuda contraída por la mujer con mandato general o


especial del marido, es, respecto de terceros, deuda del marido y por
consiguiente de la sociedad; y el acreedor no podrá perseguir el pago de esta
deuda sobre los bienes propios de la mujer, sino sólo sobre los bienes de la
sociedad y sobre los bienes propios del marido; sin perjuicio de lo prevenido en
el inciso 2º del artículo precedente.

Si la mujer mandataria contrata a su propio nombre, regirá lo dispuesto en el


artículo 2151.

Los contratos celebrados por el marido y la mujer de consuno o en que la


mujer se obligue solidaria o subsidiariamente con el marido, no valdrán contra
los bienes propios de la mujer, salvo en los casos y términos del sobredicho
inciso 2º, y sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso 1º del artículo 137. 275

Concordancias: Código Civil: artículos 137 inciso 1º, 1448, 1511, 1750 inciso 2º, y 2151.

346. De la capacidad de la mujer casada en sociedad conyugal para


Jurisprudencia: 
celebrar contratos a nombre propio y, en particular, el de compraventa. Se ha
precisado sobre esta cuestión: "Que el contrato de compraventa de bienes raíces
celebrado con la mujer casada en sociedad conyugal, es plenamente válido a la luz de las
normas actuales del Código Civil según lo dispuesto en los artículos 1447 y 1795 de ese
cuerpo legal, desde que esta última norma precisa que son hábiles para celebrar este
contrato, todas las personas que la ley no declara inhábiles y por otra parte, el artículo
1447 no incluye dentro de los incapaces, ni siquiera relativos, a la cónyuge. Por lo demás,
esta situación está contemplada a propósito de la administración ordinaria de los bienes
de la sociedad conyugal, en el artículo 1751 inciso segundo, cuando se explica que si la
mujer mandataria contrata a su propio nombre, rige lo dispuesto en el artículo 2151 es
decir, la mujer puede contratar a su propio nombre, pero si así lo hace, 'no obliga respecto
de terceros al mandante'; lo que significa que la mujer casada en sociedad conyugal,
durante la vigencia del matrimonio, puede celebrar válidamente un contrato de
compraventa de bienes raíces, cuyo bien queda incorporado a la sociedad conyugal, pero
ella queda obligada a nombre propio y en tal caso perfectamente puede ser demandada
de nulidad del mismo contrato; las consecuencias jurídicas son distintas, en la medida que
no se podrá hacer efectiva ninguna pretensión patrimonial sino sólo en el bien que ha sido
objeto del contrato" (C. Apelaciones de Antofagasta, 23 de diciembre de 2005, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5217/2005, Rol Nº 933-2005, conf. C. Suprema, 22 de marzo de
2006, LegalPublishing: Cl/ Jur/7389/2006, Rol Nº 494-2006).

Artículo 1752. La mujer por sí sola no tiene derecho alguno sobre los bienes
sociales durante la sociedad, salvo en los casos del artículo 145. 276

Concordancias: Código Civil: artículos 145, 1749.

347. Del sentido y contexto de esta disposición. Con posterioridad a las


Jurisprudencia: 
reformas que en los últimos decenios han alterado el régimen originario de la sociedad
conyugal y de la capacidad de la mujer casada, en la jurisprudencia sobre este artículo se
han insinuado dos líneas de interpretación. 347.1. Esta regla debe entenderse en un
nuevo contexto dogmático: en este sentido se ha dicho que: "A esta altura de la
evolución analizada, existe una especie de coadministración en el régimen de sociedad
conyugal, ya que la mujer interviene obligadamente en la gestión de los negocios sociales
de mayor significación, como se observará más adelante. Resulta, por lo mismo más
aparente o ilusorio si se quiere, lo previsto en el artículo 1752 del Código Civil, cuando
dice que 'la mujer por sí sola no tiene derecho alguno sobre los bienes sociales durante la
sociedad, salvo en los casos del artículo 145'. Lo cierto es que ninguna de las
disposiciones actuales que facultan a la mujer para intervenir activamente en la
administración de la sociedad conyugal podría justificarse si la mujer efectivamente no
tuviere derecho alguno sobre los bienes sociales" (C. Suprema, 15 de julio de 2008, cons.
9º, LegalPublishing: Cl/Jur/5176/2008, Rol Nº 491-2007); 347.2. Esta regla mantiene su
sentido y campo operativo invariable, a pesar de las reformas: esta opinión se
desprende se sentencias que, entre otras, han declarado que: "Para el artículo 1749, el
jefe de la sociedad conyugal es el marido que, como tal, administra los bienes sociales y
de su mujer; y para el 1750, aquél es, ante terceros, dueño de los bienes sociales, como
si ellos y los propios formaran un solo patrimonio, de modo que la mujer no tiene, por sí
sola, derecho alguno sobre los sociales, durante la sociedad, pues así lo prescribe el
artículo 1752, excepción hecha de la situación del artículo 145" (C. Suprema, 13 de
agosto de 2012, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1703/2012, Rol Nº 588-2012).

Artículo 1753. Aunque la mujer en las capitulaciones matrimoniales renuncie


los gananciales, no por eso tendrá la facultad de percibir los frutos de sus
bienes propios, los cuales se entienden concedidos al marido para soportar las
cargas del matrimonio, pero con la obligación de conservar y restituir dichos
bienes, según después se dirá.

Lo dicho deberá entenderse sin perjuicio de los derechos de la mujer


divorciada o separada de bienes.

Concordancias: Código Civil: artículos 646, 1715, 1719.


Artículo 1754. No se podrán enajenar ni gravar los bienes raíces de la
mujer, sino con su voluntad.

La voluntad de la mujer deberá ser específica y otorgada por escritura


pública, o interviniendo expresa y directamente de cualquier modo en el acto.
Podrá prestarse, en todo caso, por medio de mandato especial que conste de
escritura pública.

Podrá suplirse por el juez el consentimiento de la mujer cuando ésta se


hallare imposibilitada de manifestar su voluntad.

La mujer, por su parte, no podrá enajenar o gravar ni dar en arrendamiento o


ceder la tenencia de los bienes de su propiedad que administre el marido, sino
en los casos de los artículos 138 y 138 bis.277

Concordancias: Código Civil: artículos 138, 138 bis, 568, 714, 1699, 1749, 1757, 2130 inciso 1º.

348. De la naturaleza imperativa o prohibitiva de esta regla. Se ha asumido


Jurisprudencia: 
la opinión conforme a la cual se entiende que esta disposición es de carácter imperativo y
así se ha desautorizado por la E Corte Suprema la opinión que la entendía como
xcma.

prohibitiva: "Que los sentenciadores tampoco discurren acerca de la naturaleza jurídica de


la norma del artículo 1754, a la que atribuyen el carácter de prohibitiva, en circunstancias
que es desde antiguo reconocido que los bienes de la mujer pueden ser enajenados por
ésta con autorización del marido (Manuel Somarriva, Derecho de Familia, Santiago:
Nascimento, 1946, página 254). En consecuencia, hay razones para entender la norma
del artículo 1754 como imperativa, de lo cual se sigue que no resulta aplicable el artículo
1810 del Código Civil que declara nula la compraventa de las cosas cuya enajenación
está prohibida por la ley" (C. Suprema, 20 de marzo de 2006, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7353/2006, Rol Nº 496-2004). 349. La regla del inciso final no
opera respecto de las ventas forzadas. En ese sentido se ha declarado que: "Una
aproximación más inmediata al asunto que se sugiere en la impugnación conduce a
revisar la norma contenida en el inciso final del precitado artículo 1754, según el cual, la
mujer 'no podrá enajenar o gravar ni dar en arriendo o ceder la tenencia de los bienes de
su propiedad que administre el marido, sino en los casos de los artículos 138 y 138 bis'.
Valga recordar que el demandante ha basado su recurso precisamente en la vulneración
de este precepto, producida, según sostiene, por haberse vendido en subasta pública el
inmueble de su cónyuge, sin mediar la autorización marital. El quid de la cuestión así
propuesta en el recurso se reduce en buenas cuentas, a discernir si la prohibición
determinada en la norma de que se trata resulta o no aplicable a las ventas forzadas que
tienen lugar por ministerio de la justicia en un procedimiento judicial ejecutivo, como ha
ocurrido en el caso de autos ... La venta en pública subasta del inmueble de propiedad de
Noemí del Carmen Gómez Escobar, practicada en la ejecución de la sentencia que la
condenara al pago de deudas insolutas, obrando en su representación, por imperativo
legal, el juez de la causa, no fue un acto consentido voluntariamente por la deudora; razón
por la cual, no estuvo ella en condiciones ni en la necesidad de requerir la autorización de
su marido para que se perfeccionara la transferencia, como, asilándose en la prescripción
contenida en el artículo 1754 inciso final del Código Civil, lo postula éste en su recurso de
casación en el fondo para abogar en procura de la ineficacia jurídica de aquella venta.
Otra consecuencia emergente de tales razonamientos radica en el carácter restrictivo con
que, dada la naturaleza ficticia que le asigna la ley, debe abordarse la representación que
le cabe al juez en las actuaciones de la subasta, las cuales no pueden extenderse a otros
trámites extraños a ese cometido específico, dispuesto en el ordenamiento procesal,
como sería aquélla consistente en solicitar la autorización del cónyuge de la ejecutada
para proceder a la transferencia del inmueble embargado. Un trámite semejante, además
de su ineficacia práctica, desde que no se avizora la utilidad que pudiera reportar, ante la
casi segura renuencia del marido a otorgar una autorización en el sentido indicado,
entrañaría un serio entorpecimiento para el ejercicio del derecho de prenda general, —a
que anteriormente se hizo mención— que el ordenamiento sustantivo ha instituido para
asegurar el debido cumplimiento de las obligaciones; [...] Que probablemente razones
como las apuntadas tuvo en consideración el legislador cuando en el artículo 1749 del
Código Civil acotó la restricción que afecta al marido en la enajenación de los bienes
raíces de la sociedad conyugal, cuya administración le corresponde, a las transferencias
'voluntarias', marginando de semejante limitación aquéllas realizadas forzosamente, como
lo son las que se efectúan por imperativo de la ley en los procedimientos de apremio.
Aplicando el método sistemático de hermenéutica, acuñado en el artículo 22 inciso 2º del
Código Civil, es dable extender el mismo principio a la situación de las enajenaciones a
que se refiere el artículo 1754 inciso final del mismo cuerpo normativo, concluyéndose
que, en el caso de las ventas forzadas de los bienes raíces inmuebles propios de la mujer
que se practica, por ministerio de la ley, en la secuela del procedimiento coercitivo, no se
requiere de la autorización del marido para cohonestar la intervención que la ley
encomienda al juez, como representante de aquélla en la subasta y cuyo consentimiento,
unido al que presta el adjudicatario, basta para generar —unido a la concurrencia de los
demás requisitos legales atinentes— un contrato plenamente válido" (C. Suprema, 23 de
marzo de 2012, cons. 29º y 30º, Legal Publishing: Cl/Jur/709/2012, Rol Nº 6596-
2011). 350. La venta que la mujer hace de un bien propio suyo sin la comparecencia
de su marido, adolece de nulidad relativa. Se ha declarado así que: "La falta de
comparecencia del marido a la venta de un bien propio de la mujer, que ha sido convenida
sólo por ésta, da lugar a la nulidad relativa del acto respectivo, según se infiere de los
artículos 1757 y 1682 inciso final del Código Civil, en relación con el artículo 1447 inciso
tercero, pues el vicio consiste en la omisión de una formalidad habilitante para la
ejecución por un incapaz relativo de un acto o contrato" (C. Suprema, 20 de marzo de
2006, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/7353/2006, Rol Nº 496-2004). 351. Para la
enajenación de bienes inmuebles de su haber propio no requiere el marido
autorización de su mujer. La jurisprudencia ha advertido que: "Ninguna disposición legal
contempla la necesidad de autorización de la mujer para el evento de que el hombre
enajene un bien inmueble de su haber propio, por lo que en consecuencia, dicha
exigencia no resulta en ese caso procedente" (C. Suprema, 23 de julio de 2008,
Nº LegalPublishing: 39.393).

Artículo 1755. Para enajenar o gravar otros bienes de la mujer, que el


marido esté o pueda estar obligado a restituir en especie, bastará el
consentimiento de la mujer, que podrá ser suplido por el juez cuando la mujer
estuviere imposibilitada de manifestar su voluntad. 278

Concordancias: Código Civil: artículo 1757.

Artículo 1756. Sin autorización de la mujer, el marido no podrá dar en


arriendo o ceder la tenencia de los predios rústicos de ella por más de ocho
años, ni de los urbanos por más de cinco, incluidas las prórrogas que hubiere
pactado el marido.

Es aplicable a este caso lo dispuesto en los incisos 7º y 8º del artículo


1749.279

Concordancias: Código Civil: artículos 714, 1749 incisos 7º y 8º, 1757 inciso 1º, 1915.

Artículo 1757. Los actos ejecutados sin cumplir con los requisitos prescritos


en los artículos 1749, 1754 y 1755 adolecerán de nulidad relativa. En el caso
del arrendamiento o de la cesión de la tenencia, el contrato regirá sólo por el
tiempo señalado en los artículos 1749 y 1756.

La nulidad o inoponibilidad anteriores podrán hacerlas valer la mujer, sus


herederos o cesionarios.

El cuadrienio para impetrar la nulidad se contará desde la disolución de la


sociedad conyugal, o desde que cese la incapacidad de la mujer o de sus
herederos.

En ningún caso se podrá pedir la declaración de nulidad pasados diez años


desde la celebración del acto o contrato.280

Concordancias: Código Civil: artículos 714, 1682, 1684, 1749, 1754, 1755 y 1756.

352. La nulidad relativa de que trata este artículo no puede ser demandada
Jurisprudencia: 
por el marido. En este sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema: "[T]ratándose de
xcma. 

una sanción no es posible extender su aplicación más allá de lo que expresamente


contempla la ley, es decir, el artículo 1757 del Código Civil no puede ser interpretado en
extenso, desconociendo su tenor literal que prescribe que la nulidad relativa podrán
hacerla valer 'la mujer, sus herederos o cesionarios', lo cual se enlaza con la máxima
fundamental en la materia, esto es, solo puede impetrarse por aquellos en cuyo favor la
ley la ha establecido, ergo, de acuerdo al texto expreso de dicho artículo no la estableció
en favor del marido, razón por la cual no puede deducirla" (C. Suprema, 24 de julio de
2018, cons. 15º, LegalPublishing: Cl/Jur/3897/2018, Rol Nº 38893-2017). 353. La falta de
comparecencia del marido a la venta de un bien adquirido por la mujer, y convenida
sólo por ella, origina la nulidad relativa del acto. Es esta una opinión consolidada en la
jurisprudencia de la E Corte Suprema. Así, ha advertido que: "[C]abe dejar en claro que
xcma. 

la falta de comparecencia del marido a la venta de un bien adquirido por la mujer, y


convenida sólo por ella, da lugar a la nulidad relativa del acto respectivo, acorde con el
artículo 1757 e inciso final del artículo 1682 del Código Civil, en conexión con el inciso
tercero de su artículo 1547, por cuanto, en tal caso, el vicio consiste en la omisión de una
formalidad habilitante para la ejecución de un acto o contrato. En efecto, si se estimare
que el predio objeto del negocio fue adquirido por aquélla —a la sazón plenamente capaz
— para la sociedad conyugal, debe concluirse que, al enajenar más tarde a título oneroso
ese mismo bien a la demandante, se requería de la autorización del cónyuge, por
ordenarlo así el artículo 1749 del Código Civil, so pena de incurrir en un vicio de nulidad
relativa, salvo que la vendedora hubiese concurrido en calidad de mandataria de aquél,
cuyo no es el caso de autos. Es de destacar que conforme al artículo 1749 del Código
Civil, el marido es el jefe de la sociedad conyugal y, como tal, administra los bienes
sociales y los de su mujer, sin perjuicio de las obligaciones y limitaciones que le imponen
el Título XXII de ese ordenamiento y las capitulaciones matrimoniales" (C. Suprema, 9 de
diciembre de 2014, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/9356/2014, Rol Nº 179-2014).
Precisamente, con referencia al fallo anterior, el mismo tribunal ha reiterado: "[E]sta Corte
comparte lo resuelto por los jueces del fondo, por cuanto tal como lo ha sostenido, entre
otros en los fallos dictados en las causas Roles Nºs. 494-2004 y 179-2014, 'la falta de
comparecencia del marido a la venta de un bien adquirido por la mujer, y convenida sólo
por ella, da lugar a la nulidad relativa del acto respectivo, acorde con el artículo 1757 e
inciso final del artículo 1682 del Código Civil, en conexión con el inciso tercero de su
artículo 1547, por cuanto, en tal caso, el vicio consiste en la omisión de una formalidad
habilitante para la ejecución de un acto o contrato'" (C. Suprema, 17 de abril de 2017,
cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/1770/2017, Rol Nº 99936-2016).

4. De la administración extraordinaria de la sociedad conyugal

Concordancias: Código Civil: artículo 138.

Artículo 1758. La mujer que en el caso de interdicción del marido, o por


larga ausencia de éste sin comunicación con su familia, hubiere sido nombrada
curadora del marido, o curadora de sus bienes, tendrá por el mismo hecho la
administración de la sociedad conyugal.

Si por incapacidad o excusa de la mujer se encargaren estas curadurías a


otra persona, dirigirá el curador la administración de la sociedad conyugal.

Concordancias: Código Civil: artículos 83, 462, 463, 470, 475 y 1758. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 4º número 4º.

354. Sólo existen dos modalidades de administración extraordinaria de la


Jurisprudencia: 
sociedad conyugal. Se ha precisado que: "El legislador ha considerado sólo dos
modalidades de administración extraordinaria de la sociedad conyugal: la ejercida por la
mujer entre otros, en el caso a que se refiere el inciso 1º del artículo 1758 del Código Civil
y la que recae en un tercero, cuando la mujer no es llamada a la curaduría del marido o
cuando, llamada, se excusa, en la hipótesis del inciso 2º del artículo 1758. No hay otros
casos" (C. Suprema, 3 de junio de 2008, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/2546/2008,
Rol Nº 881-2006). 355. De cómo procede la administración extraordinaria por parte
de la mujer. Sobre esta posibilidad de administración extraordinaria de la sociedad
conyugal se ha asumido, por algún tribunal de alzada, que: "[E]l artículo 1758 del Código
Civil reconoce la posibilidad de que la mujer ejerza la administración extraordinaria de la
sociedad conyugal, precisamente en el caso de larga ausencia del marido, sin
comunicación con su familia, pero lo condiciona a que ésta haya sido designada curadora
de su marido o de sus bienes. Es decir, si bien no se requiere que se dicte resolución
judicial que conceda la administración a la mujer, sí es necesario que haya sido
designada curadora, adquiriendo aquélla de pleno derecho. (En este sentido, Ramos
Pazos, René. Derecho de Familia, Tomo I, Editorial Jurídica de Chile, cuarta edición,
pág. 229)", (C. Apelaciones de Concepción, 8 de noviembre de 2011, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9181/2010, Rol Nº 932-2010). 356. De la administración del
curador en los supuestos de administración extraordinaria de la sociedad conyugal.
Se ha declarado que: "En cualquiera de los dos supuestos de administración
extraordinaria, el curador asume la administración de los bienes tanto del marido como de
la sociedad conyugal y aun de los propios de la mujer, que no sean los de su patrimonio
reservado" (C. Suprema, 3 de junio de 2008, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2546/2008, Rol Nº 881-2006). 357. La administración
extraordinaria de la sociedad conyugal ejercida por la mujer del marido ausente, no
cesa porque éste designe un mandatario. En este sentido se ha pronunciado la
E Corte Suprema: "En la demanda de autos, el actor solicita expresamente el cese de la
xcma. 

administración extraordinaria de la sociedad conyugal ejercida por su cónyuge —quien


para poder administrar los bienes sociales, debió obtener el nombramiento de curadora de
los bienes de su cónyuge ausente—, en razón de que el artículo 1763 del Código Civil
dispone que cesando la causa de la administración extraordinaria recobrará el marido sus
facultades administrativas, previo decreto judicial, señalando en procura de su pretensión
el hecho de haber nombrado mandataria en Chile y su deseo de que ella ejecute por él, la
administración de la sociedad conyugal [...] Que no puede el actor pretender seguir
ausente, —es decir, alejado del lugar en que debiera encontrarse activa o pasivamente
para hacer valer sus derechos, o usar de alguna facultad, o para responder de las
demandas que terceros puedan hacer valer en su contra— y actuar en la administración
de la sociedad conyugal mediante las gestiones de un tercero, auto designado
mandatario, porque para que a éste último pudiere corresponderle la administración
extraordinaria de la sociedad conyugal, sería menester que fuere designado judicialmente
curador de bienes, lo que sólo sería procedente por incapacidad o excusa de la mujer, de
conformidad a lo previsto en los artículos 475, 462, 477 y 1758 del Código Civil,
situaciones que no acontecen en la especie. La citada designación de mandatario en
Chile podrá encontrar significación respecto de los negocios y bienes propios del
demandante, pero no acerca de aquéllos que dicen relación con el patrimonio de la
sociedad conyugal, toda vez que la clásica definición que estimaba al marido dueño del
patrimonio social —Claro Solar, Alessandri, etc.— ha perdido significación y sentido en el
actual contexto de reconocimiento de la capacidad y de los derechos de la mujer, a la luz
de las modificaciones introducidas por las leyes Nºs. 10.271, 18.802, 19.335 y 19.947.
Seguir sosteniendo que el marido es señor y dueño de los bienes sociales, no pasa de ser
una reminiscencia histórica (pues)... nadie puede desconocer que la mujer, gradualmente,
se ha ido transformando en una coadministradora de los bienes sociales, al extremo que
ella tiene injerencia, en este momento, en la mayor parte de los actos relevantes de
administración. (Regímenes Patrimoniales, Pablo Rodríguez Grez, página 109, Editorial
Jurídica de Chile, año 1996). Si el ausente ha constituido procurador para determinados
negocios en que puede consistir tal vez el giro principal a que se dedicaba, los terceros
que tienen que ver con esos negocios se entenderán con el procurador y el
desaparecimiento del ausente con quien contrataron no les ocasionará seguramente
perjuicios. En el resto de los negocios que forman parte del patrimonio del ausente, su
cónyuge, si lo tiene, sus hijos, sus parientes, habrán podido tomar a su cargo la
administración abandonada o constituídose (sic) en agentes oficiosos, mientras se
practican las diligencias necesarias para averiguar el paradero del ausente (Explicaciones
de Derecho Civil Chileno y Comparado, Luis Claro Solar, página 179, Editorial Jurídica de
Chile, año 1979); [...] Que, por otra parte, entender que el mandatario del marido podría
ejercer la administración ordinaria de la sociedad conyugal, al actuar por cuenta y riesgo
de aquél, resulta del todo inconveniente e impropio, teniendo en consideración que la
sociedad conyugal es un régimen patrimonial en el matrimonio, el cual genera una
comunidad de gananciales sobre la base de una estructura establecida en la ley y de una
administración especial también reglada en ella, la cual deberá atender esencialmente a
respetar la comunidad de vida —consortium vitae— que se produce cuando los
contrayentes se ofrecen y reciben mutuamente como marido y mujer, por lo que la sola
posibilidad de concebir la impertinente intromisión de un tercero obrando en la calidad
precedentemente apuntada, significaría desconocer la naturaleza misma del vínculo
matrimonial e importaría el riesgo de incorporar una amenaza permanente a la armónica
relación entre los cónyuges" (C. Suprema, 3 de junio de 2008, cons. 6º, 7º y 8º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2546/2008, Rol Nº 881-2006).

Artículo 1759. La mujer que tenga la administración de la sociedad,


administrará con iguales facultades que el marido.

No obstante, sin autorización judicial, previo conocimiento de causa, no


podrá enajenar o gravar voluntariamente ni prometer enajenar o gravar los
bienes raíces sociales.

No podrá tampoco, sin dicha autorización, disponer entre vivos a título


gratuito de los bienes sociales, salvo el caso del artículo 1735.

Todo acto en contravención a este artículo será nulo relativamente. La


acción corresponderá al marido, sus herederos o cesionarios y el cuadrienio
para pedir la declaración de nulidad se contará desde que cese el hecho que
motivó la curaduría.

En ningún caso se podrá pedir la declaración de nulidad pasados diez años


desde la celebración del acto o contrato.

Si la mujer que tiene la administración extraordinaria de la sociedad conyugal


se constituye en aval, codeudora solidaria, fiadora u otorga cualquiera otra
caución respecto de terceros, sólo obligará sus bienes propios y los que
administre en conformidad a los artículos 150, 166 y 167. Para obligar los
bienes sociales necesitará la autorización de la justicia, dada con conocimiento
de causa.

En la administración de los bienes propios del marido, se aplicarán las


normas de las curadurías.281

Concordancias: Código Civil: artículos 138, 150, 166, 167, 393, 394, 1511, 1682 y 1735.

Artículo 1760. Todos los actos y contratos de la mujer administradora, que


no le estuvieren vedados por el artículo precedente, se mirarán como actos y
contratos del marido, y obligarán en consecuencia a la sociedad y al marido;
salvo en cuanto apareciere o se probare que dichos actos y contratos se
hicieron en negocio personal de la mujer.

Concordancias: Código Civil: artículo 1759.

Artículo 1761. La mujer administradora podrá dar en arriendo los inmuebles


sociales o ceder su tenencia, y el marido o sus herederos estarán obligados al
cumplimiento de lo pactado por un espacio de tiempo que no pase de los
límites señalados en el inciso 4º del artículo 1749.

Este arrendamiento o cesión, sin embargo, podrá durar más tiempo, si la


mujer, para estipularlo así, hubiere sido especialmente autorizada por la
justicia, previa información de utilidad.282

Concordancias: Código Civil: artículos 714, 1749 inciso 4º.

Artículo 1762. La mujer que no quisiere tomar sobre sí la administración de


la sociedad conyugal, ni someterse a la dirección de un curador, podrá pedir la
separación de bienes; y en tal caso se observarán las disposiciones del Título
VI, párrafo 3 del Libro I.283

Concordancias: Código Civil: artículos 463, 470. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de


Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 14 letra a).

Artículo 1763. Cesando la causa de la administración extraordinaria de que


hablan los artículos precedentes, recobrará el marido sus facultades
administrativas, previo decreto judicial.

Concordancias: Código Civil: artículos 1758 a 1762.

358. Del término de la "larga ausencia" y del cese de la administración


Jurisprudencia: 
extraordinaria de la sociedad conyugal. Se ha explicado que: "La recuperación por el
marido de sus facultades administrativas, previo decreto judicial a que alude el artículo
1763 del Código Civil, se justifica habida consideración que su retorno pone término a la
hipótesis de 'larga ausencia', determinante de la designación de su mujer como curadora
de sus bienes y consecuente administradora de la sociedad conyugal, conforme al artículo
1758, inciso 1º del mismo Código" (C. Suprema, 3 de junio de 2008, cons. 14º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2546/2008, Rol Nº 881-2006). 359. De si la "ausencia" cesa por
el solo hecho de constituir el marido un procurador general, permaneciendo
físicamente ausente y, por ende, de si cesa en tal caso la administración
extraordinaria de la sociedad conyugal. Esta cuestión la ha planteado así la E  Corte xcma.

Suprema: "El punto jurídico en discordia es si cabe entender que la prolongada ausencia
del marido cesa por la sola circunstancia de haber éste constituido mandato general pero
manteniendo su domicilio en el extranjero en la medida que este hecho pudiera ser
constitutivo de la causal de expiración de la administración extraordinaria, radicada hasta
entonces en la mujer, lo que conllevaría el restablecimiento de las facultades del marido
como administrador ordinario, pero representado por su procurador general"
(C. Suprema, 3 de junio de 2008, cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/2546/2008, Rol
Nº 881-2006) y, frente a ellas, se han sostenido dos opiniones, a saber: a) Voto de
mayoría: La "ausencia" no termina por el solo hecho de la constitución de un procurador
general: en principio se ha declarado: "Que la recuperación por el marido de sus
facultades administrativas, previo decreto judicial a que alude el artículo 1763 del Código
Civil se justifica habida consideración que su retorno pone término a la hipótesis de 'larga
ausencia', determinante de la designación de su mujer como curadora de sus bienes y
consecuente administradora de la sociedad conyugal, conforme al artículo 1758, inciso 1º
del mismo Código. Pero, evidentemente, la pretensión de que la 'ausencia' puede terminar
en forma ficta, a través de la designación de un apoderado general, que, facultado por el
marido quien mantiene su domicilio en el extranjero asume por el solo hecho del mandato
la administración extraordinaria de la comunidad de gananciales persistente entre ambos
cónyuges no divorciados, es jurídicamente incompatible con el sentido del régimen que
gobierna la administración del patrimonio de esa especie de comunidad de bienes que es
la sociedad conyugal" (C. Suprema, 3 de junio de 2008, cons. 14º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2546/2008, Rol Nº 881-2006), fundándose esta opinión en las
siguientes argumentaciones: i) "Cabe descartar, desde luego, la aplicación al caso de las
normas generales contenidas en los artículos 473 y 491 del Código Civil, en cuanto
ambos coinciden en que el nombramiento de curador de bienes del ausente es
improcedente o expira, respectivamente, por la constitución de un procurador general que
se haga cargo de sus negocios. La razón de este aserto se conecta con la naturaleza
propia del mandato, definido como 'un contrato en que una persona confía la gestión de
uno o más negocios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera'
(artículo 2116 del Código Civil). Luego, el comitente sólo puede encomendar al procurador
la gestión de uno o más negocios propios, mas no ajenos, siendo del caso recordar que el
mandato general obrante en autos sólo concierne a los bienes del causante, pero no
ciertamente, a los que integran el patrimonio de la sociedad conyugal ni menos a los del
haber propio de la mujer, que, de aceptarse la tesis del fallo objetado, deberían ser
también gestionados por la apoderada del marido, que no es curadora de los bienes de la
sociedad conyugal" (C. Suprema, 3 de junio de 2008, cons. 15º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2546/2008, Rol Nº 881-2006); ii) "Las normas decisorio litis
aplicables son las de los artículos 1763 y 1758, en relación con los artículos 138, 475 y
477, todos del Código Civil. Acorde con la articulación propuesta, es dable colegir que la
simple nominación por el marido de un apoderado general, no importa término de su 'larga
ausencia', determinante del nombramiento de su mujer como curadora de sus bienes y
administradora de la sociedad conyugal, porque tal administración extraordinaria no cesa
sino cuando el marido retorna y retoma comunicación con su familia. La concesión de un
mandato, como el rolante a fojas 32, complementado a fojas 300 de autos, no pone
término a la situación de alejamiento físico y no produce, por ende, el cese de la causa de
la administración extraordinaria de que habla el artículo 1763 ni el traspaso de dicha
administración a otro que la mujer, mediante el otorgamiento de poder a un tercero que
tampoco es curador de bienes de la sociedad conyugal, como lo exige, para el caso que
la mujer no pueda o no quiera asumir la guarda, el artículo 1758, en su inciso 2º. El
primero de estos dos últimos preceptos ha sido, pues, aplicado erróneamente en el
evento sub lite, en tanto se ha omitido indebidamente la aplicación del segundo, errores
que, de no haberse cometido, habrían obligado a desestimar la demanda, que el
jurisdicente reclamado acogió" (C. Suprema, 3 de junio de 2008, cons. 16º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2546/2008, Rol Nº 881-2006), y iii) "Que a similar conclusión
conduce la correcta lectura, de los artículos 138, 475 y 477 del Código sustantivo. El
primero y el último de estos preceptos confluyen en el sentido que el impedimento de
larga o indefinida duración como el de 'prolongada ausencia del marido' que cita el inciso
1º del artículo 138 dan lugar a lo prevenido en el título 'De la sociedad conyugal',
referencia que, en la actualidad, debe entenderse formulada al Título XXII 'De las
convenciones matrimoniales y de sociedad conyugal', luego de la sustitución introducida
al epígrafe por el artículo 2º de la Ley Nº 10.271, de 1952, y, específicamente, a su
párrafo 4º 'De la administración extraordinaria de la sociedad conyugal', artículos 1758 a
1763. Sucede, empero, que ninguna de las disposiciones del párrafo aludido hace
mención a la constitución de mandato del ausente como hipótesis de excepción que
impide el nombramiento de curador de bienes a su respecto, conforme al ordinal 2º del
artículo 473 del mentado Código. De ello se sigue que, siendo los artículos 477 y 138
especiales respecto del 473, prefieren sobre éste, correspondiendo precisar que, ninguna
norma del párrafo 4º del Título XXII, contiene ninguna alusión a la posibilidad de que un
mandatario general pueda asumir la administración extraordinaria de la sociedad
conyugal, prefiriendo el derecho preferente del cónyuge no divorciado para la curaduría
de bienes del ausente, referido en el artículo 475, en su remisión al artículo 462 del
Código Civil" (C. Suprema, 3 de junio de 2008, cons. 17º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2546/2008, Rol Nº 881-2006); b) Voto de minoría: La "ausencia"
termina por el solo hecho de la constitución de un procurador general: en opinión de
minoría se ha fundado esta opinión en las siguientes argumentaciones: i) "Que el artículo
491 del Código Civil refiere expresamente, entre las causales de cese de la curaduría del
ausente, el hecho de hacerse cargo de sus negocios un procurador general debidamente
constituido [...] Que consta del mérito de autos que el ausente compareció dando noticias
de su existencia y paradero y que constituyó, además, mandato general con
administración de bienes, designando como apoderada o procuradora a su hermana"
(C. Suprema, 3 de junio de 2008, Voto de minoría, cons. 2º y 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2546/2008, Rol Nº 881-2006), y ii) "Que, con la existencia del
mandato general, es claro que el actor dejó de estar ausente y que por ende, debe cesar
la curaduría de sus bienes que ostenta su mujer y que ha servido de base o fundamento
para otorgar a ésta la administración extraordinaria de la sociedad conyugal, de forma tal
que al revocar el fallo del tribunal a quo y acoger en definitiva la demanda de autos, los
jueces del mérito no han cometido infracción de ley y por el contrario, han efectuado una
correcta aplicación de la normativa legal sobre la materia" (C. Suprema, 3 de junio de
2008, Voto de minoría, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/2546/2008, Rol Nº 881-2006).

5. De la disolución de la sociedad conyugal y partición de gananciales

Artículo 1764. La sociedad conyugal se disuelve:

1º. Por la disolución del matrimonio;

2º. Por la presunción de muerte de uno de los cónyuges, según lo prevenido


en el título Del principio y fin de las personas;
3º. Por la sentencia de separación judicial o de separación total de bienes: si
la separación es parcial, continuará la sociedad sobre los bienes no
comprendidos en ella;284

4º. Por la declaración de nulidad del matrimonio;

5º. Por el pacto de participación en los gananciales o de separación total de


bienes, según el Título XXII-A del Libro Cuarto y el artículo 1723. 285

Concordancias: Código Civil: artículos 84, 155, 165, 170, 1723, 1792-1 inciso 2º, 2304 a 2313. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 34, 42.

360. Una vez disuelta la sociedad conyugal se forma una comunidad. En


Jurisprudencia: 
ese sentido, de manera uniforme, se ha sostenido que: "Producida la disolución de la
sociedad conyugal, ésta cesa inmediatamente y se forma entre los cónyuges, o entre el
cónyuge sobreviviente y los herederos del otro una indivisión o comunidad universal"
(C. Apelaciones de San Miguel, 19 de octubre de 2012, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2341/2012, Rol Nº 612-2012). 361. Del cobro de las deudas de
la sociedad una vez que ella se ha disuelto. En cuanto que ya no existe sociedad
conyugal, sino que se ha formado una comunidad, la jurisprudencia, a la vera de la
doctrina, entiende que: "Como señala la Doctrina, en relación con el cobro judicial de las
deudas de la sociedad conyugal una vez disuelta ésta, si: "el acreedor dirige su acción
contra el marido por el total de la deuda que grava la sociedad, lo que es posible a virtud
del art. 1778, sólo podrá perseguir y embargar sus bienes propios y su cuota en los
sociales, mas no la totalidad de éstos, y así se ha fallado. Si embarga todo el bien, la
mujer o sus herederos pueden deducir la correspondiente tercería para que el embargo se
reduzca a esa cuota..." (Alessandri Rodríguez, Arturo. Tratado Práctico de las
Capitulaciones Matrimoniales, de la Sociedad Conyugal y de los Bienes Reservados de la
Mujer Casada. Imprenta Universitaria. Santiago, 1935, pág. 500)" (C. Apelaciones de San
Miguel, 19 de octubre de 2012, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/2341/2012, Rol Nº 612-
2012), de modo que si se ha: "Disuelto la sociedad conyugal y cesado
consecuencialmente la administración del marido sobre los bienes sociales, cuyo dominio
corresponde ahora a una comunidad, si el ejecutante pretendía perseguir el cobro de su
acreencia sobre la totalidad de dichos bienes debió necesariamente dirigir su acción en
contra de ambos comuneros, lo que no ha ocurrido en la especie" (C. Apelaciones de San
Miguel, 19 de octubre de 2012, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/2341/2012, Rol Nº 612-
2012). 362. En el supuesto del pacto de separación total de bienes, la sociedad
conyugal se disuelve por el solo ministerio de la ley sin que sea necesario realizar
la liquidación de la sociedad conyugal. Así se ha declarado que: "La Jurisprudencia de
la Excma. Corte Suprema ha establecido que 'Por el pacto de separación total de bienes
la disolución de la sociedad conyugal se produce por el solo ministerio de la ley y sus
consecuencias afectan inmediatamente tanto a los cónyuges mismos como a los terceros'
(C.S. 1954; R. t. 21, sec. 1ª, pág. 85). Por lo tanto, no es necesaria la liquidación de la
sociedad conyugal, sino que basta el pacto de separación total de bienes, para que se
produzca la disolución de la sociedad conyugal" (C. de Apelaciones de Santiago, 23 de
marzo de 1990, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/280/1990, Rol Nº 438-
1987). 363. Quien pacta separación total de bienes para burlar a sus acreedores no
realiza un acto simulado de separación de bienes y, por ende, la sociedad conyugal
se disuelve. En este sentido se ha declarado que: "Si se trata de un acto simulado, se
debe comenzar por aislar el acto aparente del acto encubierto y, hecho esto, juzgar su
validez. El pacto de separación total de bienes y la consiguiente liquidación de la sociedad
conyugal, si se le miran aisladamente, son inatacables porque en ellos no existe vicio
alguno. En efecto, el que para burlar a sus acreedores se separa de bienes con su
cónyuge y liquida la sociedad conyugal, no obra en apariencia o simuladamente. La
terminación de la sociedad conyugal es real y definitiva, en los términos del art. 1764 Nº 5
y la sustitución de ese régimen por el de separación de bienes, es efectiva, de modo que,
cualquiera que sea la reacción que se produzca frente a terceros, ella se producirá entre
los cónyuges. El traspaso de los bienes del marido a la mujer, aunque se haga con el sólo
efecto declarativo, será efectivo, y ha de conducir a la adjudicación de los bienes a la
mujer y al marido. Allí no hay nada oculto. Eso es lo que se quiso y lo que se logró,
aunque el propósito haya sido el burlar a terceros y escapar a las consecuencias del
derecho de prenda general" (C. Apelaciones de Antofagasta, 7 de marzo de 2008, cons.
1º, LegalPublishing: Cl/Jur/7723/2008, Rol Nº 720-2007, conf. C. Suprema, 15 de mayo
de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/7722/2008, Rol Nº 1979-2008).

Artículo 1765. Disuelta la sociedad, se procederá inmediatamente a la


confección de un inventario y tasación de todos los bienes que usufructuaba o
de que era responsable, en el término y forma prescritos para la sucesión por
causa de muerte.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 858 a 865, 895 a 900.

364. De los bienes que deben ser inventariados. Se ha declarado en este


Jurisprudencia: 
punto: "Que, siendo lo esencial de toda partición la división del activo común y el pago o
distribución de las deudas, el partidor debe respetar escrupulosamente las reglas sobre
formación del activo y su valoración. En este sentido, es clave la norma contenida en el
artículo 1765 del Código Civil, que ordena formar un inventario y luego proceder a la
tasación de todos los bienes que la sociedad usufructuaba o de que era responsable, y
que fue precisamente lo que en la comunidad que se liquida en este juicio se procedió a
hacer. Paralelamente debe tenerse presente lo que dispone el artículo 1739 del código
Civil, que presume como sociales a "toda cantidad de dinero y de cosas fungibles, todas
las especies, créditos, derechos y acciones que existieren en poder de cualquiera de los
cónyuges durante la sociedad o al tiempo de su disolución... Por último, debe
considerarse lo que dispone el artículo 1768, que prescribe que "aquel de los cónyuges o
sus hederemos que dolosamente hubiere ocultado o distraído alguna cosa de la sociedad,
perderá su porción en la misma cosa y se verá obligado a restituirla doblada. Del conjunto
de estas disposiciones se concluye que han de inventariarse todos los bienes existentes
al momento de la disolución de la sociedad conyugal, que los bienes que estén en poder
de los cónyuges se presumen sociales, y que existe una severa sanción al ocultamiento o
distracción dolosa de los bienes por parte de los comuneros" (C. Suprema, 20 de marzo
de 2013, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/632/2013, Rol Nº 493-2012). 365. Las
utilidades de bienes sociales que no existían al momento de disolverse la sociedad
conyugal no pueden inventariarse y, no inventariados, menos pueden incluirse en
el laudo y ordenata. Así se ha declarado que: "[L]a inclusión de la partida referida a las
utilidades de los años 2004, 2005, 2006 y 2007 merece ser reprochada, no por el hecho
mismo de que pudiesen incluirse las utilidades obtenidas en un predio perteneciente a la
sociedad conyugal, cuales el caso, sino por la circunstancia que se hayan colacionado en
el laudo y ordenata dineros que no fueron previamente incluidos en el inventario y que
claramente no existían al momento en que se formó la comunidad, es decir, una vez
decretado el divorcio. Esta circunstancia se comprueba al revisarse el inventario aprobado
por la partición, en cual no se hace referencia a dichos dineros, y que luego al distribuirse
se le descuentan al comunero señor [...]. Es obvio que si tales utilidades no existían al
momento de disolverse la sociedad conyugal, no debieron inventariarse, porque no
podían formar parte de los bienes a repartir, pues, como ya se dijo, lo que debe
inventariarse es lo que existe como activo de la sociedad conyugal al momento de
procederse a la partición, en este caso, cuando termina el matrimonio. Durante la vigencia
de la sociedad conyugal, los frutos de los bienes sociales si bien forman parte del haber
social, se incorporan al activo y son administrados con el marido, de forma tal que, si no
hay antecedentes de que han sido distraídos u ocultados dolosa o fraudulentamente, tales
bienes se presumen que han sido destinados a la manutención de la sociedad conyugal"
(C. Suprema, 20 de marzo de 2013, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/632/2013, Rol
Nº 493-2012).

Artículo 1766. El inventario y tasación, que se hubieren hecho sin


solemnidad judicial, no tendrán valor en juicio, sino contra el cónyuge, los
herederos o los acreedores que los hubieren debidamente aprobado y firmado.

Si entre los partícipes de los gananciales hubiere menores, dementes u otras


personas inhábiles para la administración de sus bienes, serán de necesidad el
inventario y tasación solemnes; y si se omitiere hacerlos, aquel a quien fuere
imputable esta omisión, responderá de los perjuicios; y se procederá lo más
pronto posible a legalizar dicho inventario y tasación en la forma debida.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 895 a 900.

Artículo 1767. La mujer que no haya renunciado los gananciales antes


delmatrimonio o después de disolverse la sociedad, se entenderá que los
acepta con beneficio de inventario.

Concordancias: Código Civil: artículos 1247 y 1719.

366. El derecho a renunciar los gananciales es de carácter absoluto. Se ha


Jurisprudencia: 
declarado que el derecho de la mujer o de sus herederos a renunciar a los gananciales es
un derecho absoluto que puede ejercerse sin que sea necesaria motivación legitimante
alguna. Puede, por lo mismo, renunciarse aun en perjuicio de los intereses del
renunciante (C. Apelaciones de Santiago, 18 de enero de 2002, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2323/2002, Rol Nº 6067-1999).

Artículo 1768. Aquel de los cónyuges o sus herederos que dolosamente


hubiere ocultado o distraído alguna cosa de la sociedad, perderá su porción en
la misma cosa y se verá obligado a restituirla doblada.

Concordancias: Código Civil: artículos 44 y 1231, inciso 2º.

367. Esta disposición consagra un ilícito civil con sanción específica. Así


Jurisprudencia: 
se ha declarado que: "La situación regulada por el artículo 1768 del Código Civil, que
constituye un ilícito civil, en que la ley establece de un modo explícito la sanción y el
monto de la indemnización a favor del ofendido al expresar que el cónyuge que
dolosamente ocultó o distrajo cosas de la sociedad, perderá su porción en la misma cosa
y deberá restituirla doblada" (C. Suprema, 28 de agosto de 2006, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5533/2006, Rol Nº 1122-2004). 368. Requisitos para que exista
"ocultación" o "distracción". Sobre este punto, alguna jurisprudencia se ha limitado a
seguir a los autores: "Siguiendo a Alessandri, para que haya ocultación o distracción es
menester que concurran simultáneamente los siguientes requisitos: a) existencia de una
masa partible entre los cónyuges, ya que su objeto es privar al otro de la parte que en ese
bien le corresponde; b) acto material de ocultación o distracción, que puede consistir en
silenciar, esconder, sustraer, apoderarse o hacer desaparecer un bien y, en general, en
cualquier hecho que importe eliminar bienes o valores de la liquidación de la sociedad
para destruir la igualdad entre los cónyuges o sus herederos o para burlar a los
acreedores, no siendo necesario que el acto constituya delito penal; c) intención dolosa,
esto es, con intención de apropiárselo, sea para destruir la igualdad entre cónyuges o
para burlar a los acreedores de la sociedad; y, d) pudiendo recaer sobre toda clase de
bienes, corporales o incorporales, muebles o inmuebles, puesto que la ley no distingue. Y
agrega, el citado autor, respecto de la época en que puede tener lugar: "Nada dice la ley
acerca de la época de la ocultación o distracción deba tener lugar: puede verificarse en
cualquier momento, durante la sociedad o después de disuelta, mientras se hace la
partición. (Ob. cit., pp. 514-517). Asimismo, más recientemente Ramos Pazos: "En cuanto
al momento en que pudo verificarse la ocultación o distracción, nada dice la ley, por lo que
cabe concluir que puede realizarse en cualquier momento antes de la liquidación "(Ramos
Pazos, René, Derecho de Familia, sexta edición, Editorial Jurídica de Chile, 2007, p. 274).
En relación a la intención dolosa del cónyuge culpable, Fueyo ha escrito: "...Vale decir, a
sabiendas del destino social que corresponde a esa cosa, destino que se ha burlado
conscientemente, para aprovechar el beneficio que ello importa y el recíproco perjuicio
que causa a la masa social en su integridad misma. (ob. cit., p. 169). Somarriva, por su
parte, indica: "Es fácil comprender cuál es el móvil que puede inducir a uno de los
cónyuges o a sus herederos al ocultar bienes sociales: impedir que ellos se partan entre
los cónyuges; excluirlos de los gananciales de la sociedad. (Ob. cit., tomo I, 1983, p. 316)"
(C. Apelaciones de Concepción, 6 de diciembre de 2012, cons. 14º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2776/2012, Rol Nº 577-2012). 369. De si la acción fundada en
este artículo debe ser conocida por la justicia ordinaria o por el árbitro que entiende
en la liquidación. Sobre esta cuestión, últimamente, se han defendido dos posiciones, a
saber: a) Voto de mayoría: La acción fundada en el artículo 1768 es de conocimiento de
la justicia ordinaria. Esta opinión se ha fundado en los siguientes razonamientos y
argumentaciones: i) "Que las reglas de competencia absoluta determinan que clase,
jerarquía o categoría de tribunales es la que debe intervenir en el conocimiento del
asunto. Los factores que la determinan en general son: cuantía, materia y fuero; Factores
que, en particular y en materia arbitral se refieren a materia, personas y tiempo. A su vez,
la materia está constituida, precisamente, por la naturaleza y extensión del asunto
sometido al conocimiento del Tribunal. En efecto, se ha distinguido por los legisladores las
materias comprendidas en la competencia del juez árbitro, expresando en los artículos
1330 y 1331 del Código Civil los principios que orientan la determinación pertinente en
este sentido. Es así que la primera de estas normas indica que antes de proceder a la
partición, se decidirán por la justicia ordinaria las controversias sobre derechos en la
comunidad partible, esto es todo lo que derive en el aumento o disminución de los bienes
comunes o de uno de los comuneros de manera exclusiva o excluyente de los demás,
norma de carácter absoluto, en que se entrega a la justicia ordinaria cualquier
controversia que incida en que uno de los comuneros tenga mayores o menores derechos
en la masa partible, esto es, en todo cuanto afecte la cantidad final que le será
asignada, dado que al partidor le corresponde decidir los bienes que conforme a los
derechos de las partes deba asignarse a cada uno, pero, en ningún caso precisar o
decidir en relación a la extensión de sus derechos. La segunda de las normas en
referencia al expresar que las cuestiones sobre la propiedad de objetos en que alguien
alegue un derecho exclusivo y que en consecuencia no deben entrar en la masa partible,
serán decididas por la justicia ordinaria, ha querido significar, en concordancia con la
disposición anterior, que toda alegación que tienda a asignar bienes de manera exclusiva
y excluyente a uno de los comuneros, por cualquier causa, debe ser resuelto por los
tribunales ordinarios, no se limita al hecho que se alegue dominio, sino cualquier derecho,
el que puede estar derivado de un hecho atribuido a uno de los cónyuges, como es la
situación regulada por el artículo 1768 del Código Civil, que constituye un ilícito civil, en
que la ley establece de un modo explícito la sanción y el monto de la indemnización a
favor del ofendido al expresar que el cónyuge que dolosamente ocultó o distrajo cosas de
la sociedad, perderá su porción en la misma cosa y deberá restituirla doblada. De esta
forma si se controvierte la propiedad de la cosa supuestamente ocultada o distraída,
corresponde que la justicia ordinaria la determine, lo mismo que, no obstante ser pacífico
dicho aspecto, se llegue a disminuir los derechos de uno de los cónyuges, tanto por
perder su porción en la cosa, como por el hecho que debe retribuirla doblada, todo lo que
se realizará, en el común de los casos de manera imaginaria. Tal razonamiento guarda
concordancia con el hecho que el artículo 1330 del Código citado haga referencia
precisamente al conjunto de situaciones similares a la en estudio" (C. Suprema, 28 de
agosto de 2006, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5533/2006, Rol Nº 1122-2004), y
ii) "Que, esta Corte ha resuelto que es de competencia de la justicia ordinaria y no del
árbitro que conoce de la liquidación de la sociedad conyugal y partición de los bienes
quedados al fallecimiento de la mujer, el conocimiento de la acción deducida por el marido
(cónyuge sobreviviente) en contra de su hijo como heredero de su mujer, en la cual
solicita se le aplique la sanción prevista en el artículo 1768 del Código Civil, respecto de
un bien raíz cuya posesión inscrita le reconoce y que el demandado se ha negado a
restituirlo no obstante que lo adquirió para él en virtud de un mandato que para ese efecto
le otorgó (C. Suprema, 14 de abril de 1958, R., t. 55, sec. 1ª, p. 52)" (C. Suprema, 28 de
agosto de 2006, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5533/2006, Rol Nº 1122-
2004); b) Voto de minoría: La acción fundada en el artículo 1768 es de conocimiento del
árbitro que entiende en la liquidación de la sociedad conyugal si estuviere constituido el
juicio particional. Esta opinión la fundaron los ministros disidentes en las siguientes
razones: i) "Que la acción emanada del artículo 1768 del Código Civil puede deducirse
ante la justicia ordinaria o ante el partidor; pero si estuviere constituido el juicio particional
conocerá de ella el partidor, pues se trata de una cuestión que debe servir de base para la
repartición y que la ley no somete expresamente al conocimiento de la justicia ordinaria.
No cabe invocar al respecto el artículo 1331 del Código Civil, que se refiere al caso en
que se alegue que un bien no es partible por no pertenecer ni en todo ni en parte a la
sociedad conyugal, lo que en el caso del artículo 1768 no sucede, porque el bien es
social, forma parte del haber partible, y si debe adjudicarse íntegramente a uno de los
cónyuges es a título de pena y no porque tenga su dominio exclusivo" (C. Suprema, 28
de agosto de 2006, Nº LegalPublishing: 34934); ii) "Así lo reconocen distinguidos
tratadistas del derecho civil chileno (Manuel Somarriva Undurraga, Indivisión y
Partición, Editorial Jurídica de Chile, 1956, tomo I, Nº 235, página 302, y Arturo Alessandri
Rodríguez, Tratado práctico de las capitulaciones matrimoniales, de la sociedad conyugal
y de los bienes reservados de la mujer casada, Imprenta Universitaria, 1935, Nº 852,
página 524)" (C. Suprema, 28 de agosto de 2006, Voto de minoría, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5533/2006, Rol Nº 1122-2004), y iii) "Que la jurisprudencia de
esta Corte Suprema también confirma lo expresado en el motivo precedente. En efecto,
en la sentencia de 14 de abril de 1958, que aparece publicada en la página 52, de la
Segunda Parte, Sección Primera, del tomo 55 de la Revista de Derecho y Jurisprudencia,
dictada en un litigio particional sobre liquidación de sociedad conyugal donde se había
promovido la acción del artículo 1768 del Código Civil, dice, en su considerando 5º, que
para que esa acción sea procedente se requiere la concurrencia de dos elementos que
deben servirle de base: a) la existencia de un hecho de ocultamiento o distracción dolosa
de un bien; y b) que este bien sea de propiedad de la sociedad conyugal. De lo cual se
deduce que la acción debe recaer en bienes de dominio no discutido de la sociedad y
que, lo que da origen a su nacimiento es solamente el hecho de la ocultación o distracción
dolosa de esos bienes. De aquí que ella no pueda ser calificada de una acción de dominio
de aquellas que según el artículo 1331 del Código Civil deben ser decididas por la justicia
ordinaria. O sea, si bien la acción del artículo 1768 del Código Civil puede ser conocida y
fallada por el juez partidor, cuando se promueve una cuestión formal de dominio respecto
a que los bienes materia de la ocultación pertenezcan a la sociedad conyugal, como en el
caso en que recayó aquel fallo, se involucra una materia inherente al artículo 1331, lo que
hace que de ello deba conocer la justicia ordinaria" (C. Suprema, 28 de agosto de 2006,
Voto de minoría, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5533/2006, Rol Nº 1122-2004).

Artículo 1769. Se acumulará imaginariamente al haber social todo aquello


de que los cónyuges sean respectivamente deudores a la sociedad, por vía de
recompensa o indemnización, según las reglas arriba dadas.

Concordancias: Código Civil: artículo 1734.

Artículo 1770. Cada cónyuge, por sí o por sus herederos, tendrá derecho a


sacar de la masa las especies o cuerpos ciertos que le pertenezcan, y los
precios, saldos y recompensas que constituyan el resto de su haber.

La restitución de las especies o cuerpos ciertos deberá hacerse tan pronto


como fuere posible después de la terminación del inventario y avalúo; y el pago
del resto del haber dentro de un año contado desde dicha terminación. Podrá
el juez, sin embargo, ampliar o restringir este plazo a petición de los
interesados, previo conocimiento de causa.

Concordancias: Código Civil: artículos 1494 inciso 2º, 1734.

Artículo 1771. Las pérdidas o deterioros ocurridos en dichas especies o


cuerpos ciertos deberá sufrirlos el dueño, salvo que se deban a dolo o culpa
grave del otro cónyuge, en cuyo caso deberá éste resarcirlos.

Por el aumento que provenga de causas naturales e independientes de la


industria humana, nada se deberá a la sociedad.

Concordancias: Código Civil: artículo 44.

Artículo 1772. Los frutos pendientes al tiempo de la restitución, y todos los


percibidos desde la disolución de la sociedad, pertenecerán al dueño de las
respectivas especies.
Acrecen al haber social los frutos que de los bienes sociales se perciban
desde la disolución de la sociedad.

Concordancias: Código Civil: artículos 645, 647.

Artículo 1773. La mujer hará antes que el marido las deducciones de que


hablan los artículos precedentes; y las que consistan en dinero, sea que
pertenezcan a la mujer o al marido, se ejecutarán sobre el dinero y muebles de
la sociedad, y subsidiariamente sobre los inmuebles de la misma.

La mujer, no siendo suficientes los bienes de la sociedad, podrá hacer las


deducciones que le correspondan, sobre los bienes propios del marido,
elegidos de común acuerdo. No acordándose, elegirá el juez.

Artículo 1774. Ejecutadas las antedichas deducciones, el residuo se dividirá


por mitad entre los dos cónyuges.

Artículo 1775. No se imputarán a la mitad de gananciales del cónyuge


sobreviviente las asignaciones testamentarias que le haya hecho el cónyuge
difunto, salvo que éste lo haya así ordenado; pero en tal caso podrá el cónyuge
sobreviviente repudiarlas, si prefiere atenerse al resultado de la partición.

Artículo 1776. La división de los bienes sociales se sujetará a las reglas


dadas para la partición de los bienes hereditarios.

Concordancias: Código Civil: Título X, Libro III.

370. De la formación de una comunidad al disolverse la sociedad


Jurisprudencia: 
conyugal. Es esta una opinión consolidada en la jurisprudencia, y como tal asumida por
la E Corte Suprema. Así, en 1990 recordaba que esa opinión se había defendido desde
xcma. 

principios del siglo XX: "La Jurisprudencia de nuestra Corte Suprema ha establecido,
también, que producida la disolución de la sociedad conyugal, ésta cesa inmediatamente
y se forma entre los cónyuges una indivisión o comunidad universal (C.S. 26 oct. 1916; G.
1916, 2º sem., Nº 75, p. 219; R. t. 14, sec. 1ª, p. 302; Id. 17 junio 1917; G. 1917; R. t. 14,
sec. 1ª, p. 48; Id. 16 sep. 1921; G. 1921, 2º sem., Nº 46, p. 182; R. t. 21, sec. 1ª, p. 129;
Id. 10 de mayo 1929, G. 1929, 1  sem., Nº 33, p. 219; R. t. 27, sec. 1ª, p. 462; Id. 18 junio
er.

1934: G. 1934, 1  sem., Nº 33, p. 208; R. t. 31, sec. 1ª, p. 454; Id. 25 oct. 1937; G. 1937,
er.

2º sem., Nº 76, p. 324; R. t. 35, sec. 1ª, p. 137; Id. 2 agosto 1943; R. t. 41, sec. 1ª, p. 382)"
(C. de Apelaciones de Santiago, 23 de marzo de 1990, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/280/1990, Rol Nº 438-1987). En época más reciente, ha
advertido que: "Siempre que se disuelve la sociedad de bienes que tiene lugar por el
ministerio de la ley entre los cónyuges, a menos que se haya pactado el régimen de
separación total de bienes o régimen de participación en los gananciales se forma entre
ellos una comunidad que debe dividirse. Esta división es materia de arbitraje obligatorio, y
conforme al artículo 1776 del Código Civil, se sujeta a las reglas de la partición de bienes
hereditarios" (C. Suprema, 23 de marzo de 2009, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6185/2009, Rol Nº 6890-2007). En la misma línea ha insistido en
que: "[C]abe tener presente que al disolverse la sociedad de bienes entre los cónyuges se
forma entre ellos un cuasicontrato de comunidad que debe dividirse y que según el
artículo 1776 del Código Civil se sujeta a las reglas de la partición de bienes hereditarios"
(C. Suprema, 24 de noviembre de 2016, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/7755/2016, Rol
Nº 19292-2016). 371. De la noción de liquidación de la sociedad conyugal. Se ha
entendido que: "La liquidación de la sociedad conyugal, es el conjunto de operaciones
destinadas a separar los bienes de los cónyuges, de los de la sociedad, dividir las
utilidades (gananciales) y reglamentar el pago de las deudas. El artículo 1776 del Código
Civil señala que la división de los bienes de los cónyuges se somete a las reglas de la
partición de bienes hereditarios y esta puede hacerse por los cónyuges de común acuerdo
o por la justicia, norma esta última que se complementa con las disposiciones de la Ley
de Matrimonio Civil" (C. de Apelaciones de San Miguel, 12 de septiembre de 2008, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/Jur/5580/2008, Rol Nº 2810-2008). 372. De las reglas aplicables
a la liquidación de la sociedad conyugal. Se ha insistido por la jurisprudencia en que:
"[P]ara una adecuada resolución de este recurso es preciso señalar que la partición
respecto de la cual se ha alzado en recurso de casación en el fondo la parte de don [...],
está referida a una comunidad quedada por la terminación de la una sociedad conyugal
habida entre los copartícipes, y que comenzó al disolverse el matrimonio que existía entre
ambos, por divorcio. Este punto tiene interés, porque marca una diferencia respecto de
otros tipos de comunidades, en el sentido que no puede confundirse la situación jurídica
que regula la operación misma de la sociedad conyugal, con la que se produce a su
término, una vez que ésta se disuelve por alguna de las causas legales que contempla el
Código Civil en su artículo 1764. Además, debe precisarse que, sin perjuicio de las reglas
generales sobre partición de bienes, el mismo Código contempla reglas especiales para la
liquidación de la sociedad conyugal, entre los artículos 1765 a 1785" (C. Suprema, 20 de
marzo de 2013, cons. 4º, Legal Publishing: Cl/ Jur/632/2013, Rol Nº 493-2012). 373. De
la finalidad de la división. Se ha recordado que: "Mediante dicha institución, se
singularizan los derechos de cada cónyuge, pasando el derecho cuotativo a ser
reemplazado por el bien o bienes adjudicados" (C. Suprema, 23 de marzo de 2009, cons.
6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6185/2009, Rol Nº 6890-2007). 374. De las fases de la
liquidación de la sociedad conyugal. Se ha precisado por la jurisprudencia: "[L]a
liquidación de una comunidad habida luego de la terminación de una sociedad conyugal,
obliga a entender que en ella han de aplicarse las reglas propias de la sociedad conyugal,
para los efectos de cumplir con cada una de las etapas que el Código exige en la
liquidación de una comunidad de este tipo, y que la doctrina ha sintetizado en:
a) formación del inventario; b) tasación de los bienes; c) formación de la masa partible,
mediante las acumulaciones y deducciones que ordena la ley; d) división del pasivo
común, y e) reparto de los gananciales" (C. Suprema, 20 de marzo de 2013, cons. 5º,
Legal Publishing: Cl/ Jur/632/2013, Rol Nº 493-2012). 375. Del efecto declarativo de las
adjudicaciones en la liquidación de la sociedad conyugal. Se ha precisado que los
principios contenidos en los artículos 1344 y 718 del Código Civil: "Resultan aplicables a
las adjudicaciones efectuadas en el contexto de la liquidación de una sociedad conyugal"
(C. de Apelaciones de Santiago, 22 de diciembre de 2008, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7721/2008, Rol Nº 7539-2007). En el mismo sentido que:
"La partición de bienes es un acto declarativo de dominio y, como tal, tiene un efecto
retroactivo consistente en que se reputa al adjudicatario ser dueño o poseedor exclusivo
de los efectos que le hubieren cabido en la partición, durante todo el tiempo que duró la
indivisión; por otro lado, se entiende también que jamás ha tenido parte alguna en los
demás bienes que no le fueron adjudicados. Esta ficción tiene su consagración positiva en
lo dispuesto en el artículo 1344 del Código Civil, aplicable también a la liquidación de la
sociedad conyugal, por la expresa remisión que hace el artículo 1776, del mismo cuerpo
legal" (C. de Apelaciones de Rancagua, 28 de noviembre de 2005, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7338/2005, Rol Nº 811-2005). 376. De si el efecto declarativo
de las adjudicaciones implica que se retrotraigan al momento de la adquisición del
bien por la sociedad conyugal o al de la disolución de la sociedad conyugal. Esta
cuestión ha sido planteada del siguiente modo: "Para los fines de la retroactividad del
efecto declarativo, es dable asumir dos fronteras temporales: la fecha de adquisición del
bien durante la vigencia de la sociedad conyugal (postulado de la tercerista) o la época de
disolución de ese régimen patrimonial" (C. de Apelaciones de Santiago, 22 de diciembre
de 2008, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7721/2008, Rol Nº 7.539-2007). Frente a
estas dos posibilidades, se han defendido las dos opiniones. 376.1. El efecto declarativo
de las adjudicaciones implica retrotraerse hasta el momento de adquisición del bien
por la sociedad conyugal: así se ha entendido que: "Estas adjudicaciones tienen un
efecto declarativo, consagrado en el artículo 1344 del Código Civil, entendiéndose que el
cónyuge adjudicatario ha sido dueño exclusivo del bien desde su adquisición por la
sociedad. Viene a ser entonces el efecto declarativo de la partición un verdadero efecto
retroactivo de la misma, pues una vez efectuada la partición o adjudicación se borra el
estado de indivisión y la ley supone que el adjudicatario ha sucedido directa y
exclusivamente al difunto en los bienes que le corresponden. (Manuel Somarriva
Undurraga, Derecho Sucesorio, Editorial Jurídica de Chile, 1981, Nº 52.256, página 488)"
(C. Suprema, 23 de marzo de 2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6185/2009, Rol
Nº 6890-2007); 376.2. El efecto declarativo de las adjudicaciones implica
retrotraerse hasta el momento de disolverse la sociedad conyugal: y en ese sentido
se ha argumentado: "Que, en nuestro derecho, la sociedad conyugal no importa la
formación de una comunidad o copropiedad entre los cónyuges. Lejos de ello, frente a los
terceros el marido es el único dueño de los bienes sociales (artículo 1750 del Código
Civil). La comunidad solo tiene lugar al tiempo de la disolución. De ahí que ese efecto
declarativo sólo pueda retrotraerse al momento de disolverse la sociedad conyugal. Por lo
tanto, las consecuencias de los actos de administración ejecutados válidamente por el
marido, durante la vigencia de la sociedad conyugal, esto es, antes de la formación de la
comunidad de bienes, no pueden verse alterados por adjudicaciones ulteriores. El artículo
1779 del citado código reafirma esta conclusión" (C. de Apelaciones de Santiago, 22 de
diciembre de 2008, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/7721/2008, Rol Nº 7539-
2007). 377. Del efecto declarativo de las adjudicaciones y de si les adviene aplicable
el artículo 1464 número 3 del Código Civil. Sobre esta cuestión se ha declarado: "Que,
como consecuencia del efecto declarativo de la partición, los actos o contratos celebrados
durante el período de indivisión por uno de los copropietarios, subsistirán a la liquidación
en la medida que los bienes que hayan sido objeto de dichos actos o contratos, les sean
adjudicados a dicho copropietario o que hubieren sido consentidos por aquellos a
quienes, en definitiva se les adjudicaren. Ejemplo de lo anterior es lo dispuesto en el
inciso segundo del artículo 718, respecto de las enajenaciones y gravámenes en general;
lo señalado en el artículo 1344, inciso segundo, respecto de la enajenación efectuada por
un co asignatario de una herencia; lo expresado en el artículo 2417, respecto de la
hipoteca de cuota y la caducidad de la misma en su caso [...] Que la liquidación de
sociedad conyugal, siendo una especie de partición a la cual le son aplicables las reglas
generales que gobiernan la materia, según ya se vio, también tiene un carácter
declarativo y no translaticio del dominio; por lo tanto, no constituye enajenación y,
consecuencialmente, no le es aplicable lo dispuesto en el artículo 1464 Nº 3 del Código
Civil, razón por la cual la existencia de embargos no es obstáculo para la práctica de las
correspondientes inscripciones de adjudicación" (C. de Apelaciones de Rancagua, 28 de
noviembre de 2005, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7338/2005, Rol Nº 811-
2005). 378. La liquidación de la sociedad conyugal se asimila a un contrato para los
efectos de la procedencia de la acción pauliana. En este sentido se ha razonado por la
E  Corte Suprema del modo siguiente: "Que el artículo 1776 del Código Civil, referido a la
xcma.

disolución de la sociedad conyugal, establece: 'La división de los bienes sociales se


sujetará a las reglas dadas para la partición de los bienes hereditarios'. Por su parte, el
artículo 1348 de dicho Código dispone que las particiones se anulan o se rescinden de la
misma manera y según las mismas reglas que los contratos. Por otro lado, la liquidación
de la sociedad conyugal es una convención, desde que esta última se define como el
acuerdo de voluntades destinado a crear, modificar, extinguir o transferir derechos u
obligaciones. Por su parte, nuestro Código Civil, en lo relativo a sus disposiciones, en el
artículo 1437, hace sinónimas las expresiones 'contrato' o 'convención' [...] Que de lo
antes expuesto es posible concluir que la liquidación de la sociedad conyugal, para los
efectos de la procedencia de la acción pauliana, se asimila a un contrato. Sin embargo,
aun de no ser así, es indudable que le asiste la naturaleza de un acto jurídico bilateral, o
convención, desde que se trata de un acto voluntario, una manifestación de voluntades de
los cónyuges, destinado a producir efectos jurídicos, crear, modificar o extinguir derechos"
(C. Suprema, 29 de enero de 2013, cons. 5º y 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/200/2013, Rol
Nº 9426-2010). En el mismo sentido se ha pronunciado algún tribunal de alzada: "[L]a
liquidación de la sociedad conyugal, para los efectos de la procedencia de la acción
pauliana, se asimila a un contrato. Sin embargo, aun de no ser así, es indudable que le
asiste la naturaleza de un acto jurídico bilateral, o convención, desde que se trata de un
acto voluntario, una manifestación de voluntades de los cónyuges, destinado a producir
efectos jurídicos, crear, modificar o extinguir derechos" (C. Apelaciones de Talca, 2 de
febrero de 2015, cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/530/2015, Rol Nº 1405-
2014). 379. Para determinar la existencia de lesión enorme en la liquidación de la
sociedad conyugal, ha de determinarse el valor comercial de los bienes al tiempo
de la adjudicación. En este sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema: "[E]l justo
xcma. 

precio de los inmuebles para efectos de establecer la existencia de lesión grave en el acto
de liquidación de la sociedad conyugal, debe determinarse por el valor comercial de
dichos bienes al tiempo de la adjudicación, debiendo ponderarse igualmente otras
circunstancias materiales o jurídicas susceptibles de alterarlo (Gaceta Jurídica Nº 127,
página 57)" (C. Suprema, 19 de enero de 2015, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/255/2015, Rol Nº 5311-2014).

Artículo 1777. La mujer no es responsable de las deudas de la sociedad,


sino hasta concurrencia de su mitad de gananciales.

Mas para gozar de este beneficio deberá probar el exceso de la contribución


que se le exige, sobre su mitad de gananciales, sea por el inventario y
tasación, sea por otros documentos auténticos.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 895 a 900.

Artículo 1778. El marido es responsable del total de las deudas de la


sociedad; salvo su acción contra la mujer para el reintegro de la mitad de estas
deudas, según el artículo precedente.

Concordancias: Código Civil: artículo 1777.

Artículo 1779. Aquel de los cónyuges que, por el efecto de una hipoteca o


prenda constituida sobre una especie que le ha cabido en la división de la
masa social, paga una deuda de la sociedad, tendrá acción contra el otro
cónyuge para el reintegro de la mitad de lo que pagare; y pagando una deuda
del otro cónyuge, tendrá acción contra él para el reintegro de todo lo que
pagare.

Concordancias: Código Civil: artículos 2384, 2407.

Artículo 1780. Los herederos de cada cónyuge gozan de los mismos


derechos y están sujetos a las mismas acciones que el cónyuge que
representan.

Concordancias: Código Civil: artículos 951 incisos 1º y 2º, 954.

6. De la renuncia de los gananciales hecha por parte de la mujer después de la


disolución de la sociedad

Artículo 1781. Disuelta la sociedad, la mujer mayor o sus herederos


mayores tendrán la facultad de renunciar los gananciales a que tuvieren
derecho. No se permite esta renuncia a la mujer menor, ni a sus herederos
menores, sino con aprobación judicial.

Concordancias: Código Civil: artículos 12, 26, 150 inciso 7º,  1719 inciso 1º.

Artículo 1782. Podrá la mujer renunciar mientras no haya entrado en su


poder ninguna parte del haber social a título de gananciales.

Hecha una vez la renuncia no podrá rescindirse, a menos de probarse que la


mujer o sus herederos han sido inducidos a renunciar por engaño o por un
justificable error acerca del verdadero estado de los negocios sociales.

Esta acción rescisoria prescribirá en cuatro años, contados desde la


disolución de la sociedad.

Concordancias: Código Civil: artículos 44, 1719 inciso 1º, 1781.

Jurisprudencia: 380. Del tiempo durante el cual la mujer conserva el derecho a


renunciar a los gananciales. La E Corte Suprema ha explicado esta cuestión en torno
xcma. 

a la utilización en el inciso 1º de este artículo de la voz 'mientras' y, así ha declarado que:


"[C]abe consignar que el legislador utiliza la conjunción temporal "mientras", como única
alusión a tiempo para los efectos del ejercicio de la prerrogativa que le concede a la mujer
casada, para luego someter dicho ejercicio a una condición, cual es, que "no haya entrado
en su poder ninguna parte del haber social a título de gananciales". En otros términos, la
facultad de renunciar permanece en el acervo de la mujer casada en régimen de sociedad
conyugal durante todo el lapso en que mantenga una conducta negativa en relación con
los gananciales, esto es, que ninguna porción de ellos haya ingresado al ámbito de su
disponibilidad, es decir, sin que haya realizado actos que induzcan al observador a
entender una aceptación de los gananciales, sin que haya desarrollado conductas más
allá de los actos que puedan considerarse puramente conservativos, de inspección o de
administración provisoria urgente y que importen, sin duda, la aceptación de los
gananciales [...] Que, en esa línea de argumentos, inconcuso aparece que el "plazo" para
renunciar a los gananciales no está dado por ninguna otra circunstancia que no sea el
ingreso de alguna parte de los gananciales al poder de la mujer, cuestión que, en la
especie, no se ha dado, ya que ni siquiera la solicitante realizó las gestiones pertinentes
para obtener la posesión efectiva de la herencia que habría quedado al fallecimiento de su
cónyuge, tampoco gestionó para la conservación, inspección o administración provisoria
de urgencia en relación con los gananciales, por lo tanto, mal puede presumirse que optó
por sumar sus bienes propios al haber social, pues permaneció en inactividad, en lo que a
los gananciales se refiere, hasta el momento en que manifestó expresamente su voluntad
de renunciar a ellos, a través de la escritura pública descrita en el motivo segundo de esta
sentencia" (C. Suprema, 17 de febrero de 2015, cons. 6º y 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/899/2015, Rol Nº 11362-2014).

Artículo 1783.Renunciando la mujer o sus herederos, los derechos de la


sociedad y del marido se confunden e identifican, aun respecto de ella.

Artículo 1784. La mujer que renuncia conserva sus derechos y obligaciones


a las recompensas e indemnizaciones arriba expresadas.

Concordancias: Código Civil: artículos 1734, 2481.

Artículo 1785. Si sólo una parte de los herederos de la mujer renuncia, las


porciones de los que renuncian acrecen a la porción del marido.

7. De la dote y de las donaciones por causa de matrimonio

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículos 190, 191 y 192.

Artículo 1786. Las donaciones que un esposo hace a otro antes de


celebrarse el matrimonio y en consideración a él, y las donaciones que un
tercero hace a cualquiera de los esposos antes o después de celebrarse el
matrimonio y en consideración a él, se llaman en general donaciones por
causa de matrimonio.
Concordancias: Código Civil: artículo 100.

Artículo 1787. Las promesas que un esposo hace al otro antes de


celebrarse el matrimonio y en consideración a él, o que un tercero hace a uno
de los esposos en consideración al matrimonio, se sujetarán a las mismas
reglas que las donaciones de presente, pero deberán constar por escritura
pública, o por confesión del tercero.

Concordancias: Código Civil: artículos 1386 a 1436.

Artículo 1788. Ninguno de los esposos podrá hacer donaciones al otro por


causa de matrimonio, sino hasta el valor de la cuarta parte de los bienes de su
propiedad que aportare.

Artículo 1789. Las donaciones por causa de matrimonio, sea que se


califiquen de dote, arras o con cualquiera otra denominación, admiten plazos,
condiciones y cualesquiera otras estipulaciones lícitas, y están sujetas a las
reglas generales de las donaciones, en todo lo que no se oponga a las
disposiciones especiales de este título.

En todas ellas se entiende la condición de celebrarse o haberse celebrado el


matrimonio.

Concordancias: Código Civil: artículos 1070, 1080, 1473, 1494, 1790 inciso 3º.

Artículo 1790. Declarada la nulidad del matrimonio, podrán revocarse todas


las donaciones que por causa del mismo matrimonio se hayan hecho al que lo
contrajo de mala fe, con tal que de la donación y de su causa haya constancia
por escritura pública.

La sentencia firme de separación judicial o divorcio autoriza, por su parte, a


revocar todas las donaciones que por causa del mismo matrimonio se hayan
hecho al cónyuge que dio motivo a la separación judicial o al divorcio por su
culpa verificada la condición señalada en el inciso precedente. 286

En la escritura del esposo donante se presume siempre la causa de


matrimonio, aunque no se exprese.

Carecerá de esta acción revocatoria el cónyuge putativo que también


contrajo de mala fe.

Concordancias: Código Civil: artículos 47, 1786, 1789 inciso 2º, 1792. Ley Nº  19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 26, 32, 35, 51 inciso 3º, 52, 59.

Artículo 1791. En las donaciones entre vivos o asignaciones testamentarias


por causa de matrimonio, no se entenderá la condición resolutoria de faltar el
donatario o asignatario sin dejar sucesión, ni otra alguna, que no se exprese en
el respectivo instrumento, o que la ley no prescriba.

Concordancias: Código Civil: artículo 1136.

Artículo 1792. Si por el hecho de uno de los cónyuges se disuelve el


matrimonio antes de consumarse, podrán revocarse las donaciones que por
causa de matrimonio se le hayan hecho, en los términos del artículo 1790.

Carecerá de esta acción revocatoria el cónyuge por cuyo hecho se disolviere


el matrimonio.

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 1790.

TÍTULO XXII-A287 RÉGIMEN DE LA PARTICIPACI&#211


;N EN LOS GANANCIALES

1. Reglas generales

Artículo 1792-1. En las capitulaciones matrimoniales que celebren en


conformidad con el párrafo primero del Título XXII del Libro Cuarto del Código
Civil los esposos podrán pactar el régimen de participación en los gananciales.

Los cónyuges podrán, con sujeción a lo dispuesto en el artículo 1723 de ese


mismo Código, sustituir el régimen de sociedad conyugal o el de separación
por el régimen de participación que este Título contempla. Del mismo modo,
podrán sustituir el régimen de participación en los gananciales, por el de
separación total de bienes.

Concordancias: Código Civil: artículos 135, inciso 2º, 1715 inciso 2º, 1723. Ley Nº  4.808, sobre
Registro Civil,  D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 38,
incisos 2º y 3º, 39 número 11.

Artículo 1792-2. En el régimen de participación en los gananciales los


patrimonios del marido y de la mujer se mantienen separados y cada uno de
los cónyuges administra, goza y dispone libremente de lo suyo. Al finalizar la
vigencia del régimen de bienes, se compensa el valor de los gananciales
obtenidos por los cónyuges y éstos tienen derecho a participar por mitades en
el excedente.
Los principios anteriores rigen en la forma y con las limitaciones señaladas
en los artículos siguientes y en el párrafo I del Título VI del Libro Primero del
Código Civil.

: 381. El modelo asumido por el legislador es el de participación de


Jurisprudencia
gananciales en su modalidad "crediticia". Así lo ha recordado, en alguna ocasión, la
jurisprudencia: "Que, en relación con el régimen de participación en los gananciales
existen dos variables. a) El de la "comunidad diferida" en la cual los bienes que forman los
gananciales de ambos cónyuges pasan a formar una comunidad de la cual estos son
titulares, debiendo posteriormente procederse a la liquidación de dicha comunidad. b) La
otra alternativa llamada "variable crediticia" que es la que sigue la Ley Nº 19.335, en ella
los patrimonios del marido y de la mujer se mantienen separados y cada uno de los
cónyuges administra, goza y dispone libremente de lo suyo. Al final de la vigencia del
régimen de bienes, se compensa el valor de los gananciales obtenidos por los cónyuges y
éstos tienen derecho a participar por mitades en el excedente. (Régimen de Participación
en los Gananciales. Prof. Hernán Troncoso Larronde. Revista de Derecho Universidad de
Concepción. Nº 195, año LXII (En-Jun. 1994). 3.- Que, del libelo de demanda que rola a
fojas 1 aparece que en la especie, no obstante que se pida "la separación judicial de
bienes" (sic), es lo cierto que también se manifiesta que corresponde efectuar la
"liquidación de los gananciales" y como el fundamento legal señalado es el artículo 1792-
26 del Código Civil, no cabe duda que la situación de autos corresponde a la indicada en
la letra b) del motivo precedente, previsto en el artículo 1792-20 del mismo texto legal. Así
las cosas, se debe entender que durante el tiempo que duró el régimen de participación
en los gananciales acordado por las partes, el patrimonio de la demandante y el del
demandado se mantuvieron separados. En consecuencia, cada uno de los cónyuges
administró libremente lo suyo. De igual modo, por haberse extinguido aquel régimen
correspondería, —si se aporta la prueba idónea suficiente— compensar las utilidades que
cada uno de ellos obtuvo a título oneroso, configurándose un crédito a favor de aquel que
obtuvo menos gananciales" (C. Apelaciones de Concepción, 4 de diciembre de 2014,
cons. 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/9337/2014, Rol Nº 1573-2014).

2. De la administración del patrimonio de los cónyuges

Artículo 1792-3. Ninguno de los cónyuges podrá otorgar cauciones


personales a obligaciones de terceros sin el consentimiento del otro cónyuge.
Dicha autorización se sujetará a lo establecido en los artículos 142, inciso
segundo, y 144, del Código Civil.

Concordancias: Código Civil: artículos 46, 142 inciso 2º, 144.

Artículo 1792-4. Los actos ejecutados en contravención al artículo


precedente adolecerán de nulidad relativa.
El cuadrienio para impetrar la nulidad se contará desde el día en que el
cónyuge que la alega tuvo conocimiento del acto.

Pero en ningún caso podrá perseguirse la rescisión pasados diez años


desde la celebración del acto o contrato.

Concordancias: Código Civil: artículos 1682 inciso 3º, 1684 y 1691.

Artículo 1792-5. A la disolución del régimen de participación en los


gananciales, los patrimonios de los cónyuges permanecerán separados,
conservando éstos o sus causahabientes plenas facultades de administración y
disposición de sus bienes.

A la misma fecha se determinarán los gananciales obtenidos durante la


vigencia del régimen de participación en los gananciales.

3. De la determinación y cálculo de los gananciales

Artículo 1792-6. Se entiende por gananciales la diferencia de valor neto


entre el patrimonio originario y el patrimonio final de cada cónyuge.

Se entiende por patrimonio originario de cada cónyuge el existente al


momento de optar por el régimen que establece este Título y por su patrimonio
final, el que exista al término de dicho régimen.

Concordancias: Código Civil: artículos 1792-7, 1792-14.

382. De la determinación de la existencia de gananciales. En relación con


Jurisprudencia: 
esta cuestión se ha precisado: "[P]ara determinar la existencia de gananciales es
indispensable establecer si existe o no una diferencia entre el patrimonio originario y el
patrimonio final de cada uno de los cónyuges, vale decir, al momento en que pactaron
dicho régimen 8 de julio de 2000 como a la fecha en que se puso término al mismo, 7 de
noviembre de 2012" (C. Apelaciones de Concepción, 4 de diciembre de 2014, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9337/2014, Rol Nº 1573-2014).

Artículo 1792-7. El patrimonio originario resultará de deducir del valor total


de los bienes de que el cónyuge sea titular al iniciarse el régimen, el valor total
de las obligaciones de que sea deudor en esa misma fecha. Si el valor de las
obligaciones excede al valor de los bienes, el patrimonio originario se estimará
carente de valor.
Se agregarán al patrimonio originario las adquisiciones a título gratuito
efectuadas durante la vigencia del régimen, deducidas las cargas con que
estuvieren gravadas.

Artículo 1792-8. Los bienes adquiridos durante la vigencia del régimen de


participación en los gananciales se agregarán al activo del patrimonio
originario, aunque lo hayan sido a título oneroso, cuando la causa o título de la
adquisición sea anterior al inicio del régimen de bienes.

Por consiguiente, y sin que la enumeración siguiente sea taxativa, se


agregarán al activo del patrimonio originario:

1) Los bienes que uno de los cónyuges poseía antes del régimen de bienes,
aunque la prescripción o transacción con que los haya hecho suyos haya
operado o se haya convenido durante la vigencia del régimen de bienes.

2) Los bienes que se poseían antes del régimen de bienes por un título
vicioso, siempre que el vicio se haya purgado durante la vigencia del régimen
de bienes por la ratificación o por otro medio legal.

3) Los bienes que vuelven a uno de los cónyuges por la nulidad o resolución
de un contrato, o por haberse revocado una donación.

4) Los bienes litigiosos, cuya posesión pacífica haya adquirido cualquiera de


los cónyuges durante la vigencia del régimen.

5) El derecho de usufructo que se haya consolidado con la nuda propiedad


que pertenece al mismo cónyuge.

6) Lo que se paga a cualquiera de los cónyuges por capitales de créditos


constituidos antes de la vigencia del régimen. Lo mismo se aplicará a los
intereses devengados antes y pagados después.

7) La proporción del precio pagado con anterioridad al inicio del régimen, por
los bienes adquiridos de resultas de contratos de promesa.

Concordancias: Código Civil: artículos 709, 765 inciso 2º, 771 inciso 1º, 780 inciso 2º, 806 inciso 4º,
1792-8,  1489, 1554, 1687.

Artículo 1792-9. Los frutos, incluso los que provengan de bienes originarios,


no se incorporarán al patrimonio originario. Tampoco las minas denunciadas
por uno de los cónyuges, ni las donaciones remuneratorias por servicios que
hubieren dado acción contra la persona servida.

Concordancias: Código Civil: artículos 537, 643, 644, 1730. Código de Minería: artículo 25.
Artículo 1792-10. Los cónyuges son comuneros, según las reglas
generales, de los bienes adquiridos en conjunto, a título oneroso. Si la
adquisición ha sido a título gratuito por ambos cónyuges, los derechos se
agregarán a los respectivos patrimonios originarios, en la proporción que
establezca el título respectivo, o en partes iguales, si el título nada dijere al
respecto.

Concordancias: Código Civil: artículos 2304 a 2313.

Artículo 1792-11. Los cónyuges o esposos, al momento de pactar este


régimen, deberán efectuar un inventario simple de los bienes que componen el
patrimonio originario.

A falta de inventario, el patrimonio originario puede probarse mediante otros


instrumentos, tales como registros, facturas o títulos de crédito.

Con todo, serán admitidos otros medios de prueba si se demuestra que,


atendidas las circunstancias, el esposo o cónyuge no estuvo en situación de
procurarse un instrumento.

383. De los medios de pruebas en los procedimientos a que da lugar el


Jurisprudencia: 
régimen de participación en los gananciales. Sobre esta cuestión se ha precisado que
existe una prelación de los medios de prueba admitidos por la ley: "Que, en esta clase de
juicio procede, siguiendo al profesor don René Ramos Pazos, una jerarquía de pruebas
que operan conforme al siguiente orden: a) El inventario. b) A falta de inventario, otros
instrumentos. c) Si se prueba que no fue posible procurarse un instrumento, por cualquier
medio de prueba, sin limitaciones. (Derecho de Familia, Tomo I, Editorial Jurídica de
Chile, Tercera edición, página 303)" (C. Apelaciones de Concepción, 4 de diciembre de
2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/9337/2014, Rol Nº 1573-2014). 384. Del
inventario como medio de prueba. Se ha dicho: "Que, es evidente que "el inventario"
como medio de prueba adecuado para esta clase de juicio, está relacionado con el
señalado en el artículo 1792-11 del Código Civil. En efecto, dicha norma establece que los
cónyuges o esposos, al momento de pactar este régimen deberán efectuar un inventario
simple de los bienes que componen el patrimonio originario. Este documento, suscrito por
ambos cónyuges al momento de pactar el régimen de participación en los gananciales es
el medio de prueba idóneo para justificar la existencia de los patrimonios originarios de los
contrayentes" (C. Apelaciones de Concepción, 4 de diciembre de 2014, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9337/2014, Rol Nº 1573-2014). 385. Los medios de prueba, a
falta de inventario, también se aplican al pasivo. Así se ha declarado que: "[S]i los
consortes al momento de pactar el régimen de participación en los gananciales no
efectuaron un inventario simple de los bienes que componían el activo del patrimonio
originario, cuyo es el caso, de acuerdo a lo señalado en el artículo 1792 11 del
mencionado Código, se debe probar mediante otros instrumentos, tales como registros,
facturas o títulos de crédito; disposición que también aplica tratándose del pasivo; y será
la judicatura la que deberá ponderar dichos medios de prueba para los efectos indicados"
(C. Suprema, 26 de marzo de 2018, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/1489/2018, Rol
Nº 8005-2017).
Artículo 1792-12. Al término del régimen de participación en los
gananciales, se presumen comunes los bienes muebles adquiridos durante él,
salvo los de uso personal de los cónyuges. La prueba en contrario deberá
fundarse en antecedentes escritos.

Concordancias: Código Civil: artículo 47.

Artículo 1792-13. Los bienes que componen el activo originario se valoran


según su estado al momento de entrada en vigencia del régimen de bienes o
de su adquisición. Por consiguiente, su precio al momento de incorporación al
patrimonio originario será prudencialmente actualizado a la fecha de la
terminación del régimen.

La valoración podrá ser hecha por los cónyuges o por un tercero designado
por ellos. En subsidio, por el juez.

Las reglas anteriores rigen también para la valoración del pasivo.

386. La determinación y valoración de los bienes que componen los


Jurisprudencia: 
patrimonios es una operación contable. En este sentido se ha declarado que: "[S]e
debe tener presente que la determinación y valoración de los bienes que componen los
patrimonios, como de las partidas que comprenden los pasivos, tanto de los originarios
como de los finales de cada cónyuge, es una labor intelectual compleja de tipo asentable,
esto es, una operación contable, que, en el evento que aquellos no la hayan hecho por sí
o por un tercero designado al efecto, corresponde que la realice el juez competente,
conforme lo dispone el artículo 1792 13 del Código Civil" (C. Suprema, 26 de marzo de
2018, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/1489/2018, Rol Nº 8005-2017).

Artículo 1792-14. El patrimonio final resultará de deducir del valor total de


los bienes de que el cónyuge sea dueño al momento de terminar el régimen, el
valor total de las obligaciones que tenga en esa misma fecha.

Artículo 1792-15. En el patrimonio final de un cónyuge se agregarán


imaginariamente los montos de las disminuciones de su activo que sean
consecuencia de los siguientes actos, ejecutados durante la vigencia del
régimen de participación en los gananciales:

1) Donaciones irrevocables que no correspondan al cumplimiento


proporcionado de deberes morales o de usos sociales, en consideración a la
persona del donatario.

2) Cualquier especie de actos fraudulentos o de dilapidación en perjuicio del


otro cónyuge.

3) Pago de precios de rentas vitalicias u otros gastos que persigan asegurar


una renta futura al cónyuge que haya incurrido en ellos. Lo dispuesto en este
número no regirá respecto de las rentas vitalicias convenidas al amparo de lo
establecido en el Decreto Ley Nº 3.500, de 1980, salvo la cotización adicional
voluntaria en la cuenta de capitalización individual y los depósitos en cuentas
de ahorro voluntario, los que deberán agregarse imaginariamente conforme al
inciso primero del presente artículo.

Las agregaciones referidas serán efectuadas considerando el estado que


tenían las cosas al momento de su enajenación.

Lo dispuesto en este artículo no rige si el acto hubiese sido autorizado por el


otro cónyuge.

Concordancias: Código Civil: artículo 1792-17.

Artículo 1792-16. Dentro de los tres meses siguientes al término del


régimen de participación en los gananciales, cada cónyuge estará obligado a
proporcionar al otro un inventario valorado de los bienes y obligaciones que
comprenda su patrimonio final. El juez podrá ampliar este plazo por una sola
vez y hasta por igual término.

El inventario simple, firmado por el cónyuge, hará prueba en favor del otro
cónyuge para determinar su patrimonio final. Con todo, éste podrá objetar el
inventario, alegando que no es fidedigno. En tal caso, podrá usar todos los
medios de prueba para demostrar la composición o el valor efectivo del
patrimonio del otro cónyuge.

Cualquiera de los cónyuges podrá solicitar la facción de inventario en


conformidad con las reglas del Código de Procedimiento Civil y requerir las
medidas precautorias que procedan.

Concordancias: Código Civil: artículos 49, 1494 inciso 2º. Código de Procedimiento Civil: artículos 858
a 865.

Artículo 1792-17. Los bienes que componen el activo final se valoran según


su estado al momento de la terminación del régimen de bienes.

Los bienes a que se refiere el artículo 1792-15 se apreciarán según el valor


que hubieran tenido al término del régimen de bienes.

La valoración de los bienes podrá ser hecha por los cónyuges o por un
tercero designado por ellos. En subsidio, por el juez.

Las reglas anteriores rigen también para la valoración del pasivo.

Concordancias: Código Civil: artículo 1792-15.


Artículo 1792-18. Si alguno de los cónyuges, a fin de disminuir los
gananciales, oculta o distrae bienes o simula obligaciones, se sumará a su
patrimonio final el doble del valor de aquéllos o de éstas.

: 387. De la simulación y los actos simulados. Aunque la E Corte Suprema


Jurisprudencia xcma.

en alguna sentencia ha señalado que no hay en el Código Civil uso de la voz "simulación"


o de sus derivadas, lo cierto es que en este artículo se reconoce la existencia de
obligaciones simuladas. De ahí que esta regla preste un apoyo concreto para fundar las
explicaciones que, tradicionalmente, ha elaborado la doctrina y jurisprudencia en relación
con la simulación. Así, por ejemplo, la referida Corte Suprema ha explicado en qué
consiste la simulación, y descrito las clases de ella que pueden presentarse: "Que la
simulación es una materia que no ha sido prevista en nuestro Código Civil, entre sus
preceptos no se emplea el vocablo simulación, su desarrollo es fruto de la doctrina de los
autores y de la jurisprudencia. La palabra simulación viene de la latina simul y actio, y
según su etimología indica el concierto o la inteligencia de dos o más personas para dar a
una cosa la apariencia de otra. El profesor Avelino León Hurtado explica que 'la
simulación consiste en aparentar una declaración de voluntad que no se desea, contando
con la aquiescencia de la parte a quien esa declaración va dirigida. Mediante la
simulación se da a los terceros un falso concepto de la realidad, la naturaleza, los
participantes, los beneficiarios o las modalidades, de la operación' (La voluntad y la
capacidad en los actos jurídicos. Edit. Jurídica, 1963, p. 175). De acuerdo con la doctrina,
para que haya simulación se necesita que concurran los siguientes requisitos:
a) disconformidad producida deliberadamente entre la voluntad interna y la declarada;
b) acuerdo sobre este particular entre las partes; y c) intención de engañar a terceros.
Faltando cualquiera de estos requisitos el acto no es simulado. La simulación siempre
tiene por objeto engañar a los terceros o cometer un fraude a la ley. La simulación admite
diversas clases, pero para los efectos del recurso, interesa aquella que distingue entre
simulación absoluta y simulación relativa. Si el acto simulado no encubre otro realmente
requerido por las partes, la simulación es absoluta. Hay sólo una apariencia de contrato
que carece de todo contenido verdadero. Esta forma de simulación se emplea
comúnmente para perjudicar a los acreedores 'simulando' una disminución del activo o un
aumento del pasivo. La simulación es sólo relativa cuando se celebra un acto diverso del
que realmente desean las partes para que éste quede oculto a los ojos de terceros.
Generalmente se trata de donaciones que se disfrazan bajo la forma de contratos
onerosos. En este caso hay un contrato simulado (compraventa, por ejemplo) y un
contrato disimulado (donación) que es el realmente celebrado por las partes (obra citada,
p. 178). Esta clasificación de simulación ha sido reconocido expresamente por nuestra
jurisprudencia; y así se ha fallado que 'hay simulación cuando el consentimiento
manifestado en un acto o contrato no corresponde a la voluntad real, por lo que
prácticamente pueden producirse dos clase de simulación: la simulación absoluta, cuando
se celebra un acto jurídico que nada tiene de real y que es solamente ficticio en su
totalidad; y la simulación relativa, cuando se ha querido realizar un acto diferente del
manifestado, sea en su totalidad, como si se disfraza de compraventa una donación, sea
sólo parcialmente, como si en un contrato se inserta una cláusula diferente de la
convenida en verdad o se indica un beneficio distinto del real' (Revista de Derecho y
Jurisprudencia. Tomo XLVI, Sec. 1ª, pág. 737)" (Cs. 22-X-2015, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6352/2015, Rol Nº 5183-2015).

Artículo 1792-19. Si el patrimonio final de un cónyuge fuere inferior al


originario, sólo él soportará la pérdida.
Si sólo uno de los cónyuges ha obtenido gananciales, el otro participará de la
mitad de su valor.

Si ambos cónyuges hubiesen obtenido gananciales, éstos se compensarán


hasta la concurrencia de los de menor valor y aquel que hubiere obtenido
menores gananciales tendrá derecho a que el otro le pague, a título de
participación, la mitad del excedente.

El crédito de participación en los gananciales será sin perjuicio de otros


créditos y obligaciones entre los cónyuges.

: 388. La tres hipótesis previstas en esta disposición. Se ha advertido por la


Jurisprudencia
jurisprudencia que: "[L]o que corresponde es comparar los patrimonios originales y finales
de los consortes, y el resultado de dicho proceso sólo puede dar lugar a dos situaciones:
o el valor del patrimonio originario es igual o superior al del valor del patrimonio final, en
cuyo caso no hay ganancias; o el valor de éste es superior al del aquél, caso en que el
excedente es reputado gananciales; y precisado aquello, procede aplicar lo que dispone
el artículo 1792 19 del Código Civil, pudiendo generarse, ahora, tres hipótesis: i. que el
patrimonio final de un cónyuge sea inferior al originario, en cuyo caso, sólo él debe
soportar la pérdida, la que no se comparte, por lo mismo, significa que no generó
gananciales. Se sostiene que "la regla es justa, porque el cónyuge debe soportar las
consecuencias de su mala administración" (Court Murasso, Eduardo, Curso de Derecho
de Familia, Editorial Legal Publishing, Santiago, pág. 221); solución que también aplica si
ambos cónyuges no presentan perdidas ni ganancias, obviamente porque no hay nada
que compartir (Corral Talciani, Hernán, "Los regímenes matrimoniales en Chile:
Problemas actuales y perspectivas de cambio", Editorial Jurídica de Chile, Santiago, año
1998, pág. 167); del mismo modo si los dos presentan pérdidas, porque, como se dijo, no
se comparten y deben ser asumidas por el patrimonio de cada uno (López Díaz, Carlos,
"Manual de Derecho de Familia y Tribunales de Familia", Tomo I, Editorial Librotecnia,
Santiago, año 205, pág. 404 ); ii. que solo uno de los cónyuges haya obtenido
gananciales, evento en que el otro debe participar de la mitad de su valor, naciendo a su
favor un crédito de participación; y iii. que ambos hayan obtenido gananciales, caso en
que se deben compensar hasta la concurrencia del de menor valor y aquel que obtuvo
menores gananciales, tiene derecho a que el otro le pague, a título de participación, la
mitad del excedente" (C. Suprema, 26 de marzo de 2018, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1489/2018, Rol Nº 8005-2017). 389. Las pérdidas no se
comparten. En este sentido se ha advertido: "Que no está demás recordar que el artículo
1792-19 del Código Civil ordena, expresamente, que si el patrimonio final de uno de los
cónyuges fuere inferior al originario, la pérdida gravitará sólo sobre él, sin afectar al otro
cónyuge. En otras palabras las pérdidas no se comparten" (C. Apelaciones de
Concepción, 4 de diciembre de 2014, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/9337/2014, Rol
Nº 1573-2014). En este mismo sentido, la E. Corte Suprema ha declarado que: "[E]l
xcma 

inciso 1º del artículo 1792 19 del Código Civil sólo impide que compartan las mermas,
debiendo soportarlas quien las generó, por lo que corresponde que el ganancioso
participe de la mitad del valor de lo conseguido. Corrobora dicha conclusión la
circunstancia que el régimen de que se trata es uno de participación limitada a las
ganancias conseguidas por los cónyuges, con compensación de beneficios, porque
terminado se debe llevar a cabo un ajuste de cuentas, operación de tipo contable cuya
finalidad es determinar si hubo o no gananciales, a través de la comparación de los
patrimonios originarios y finales de cada uno. Sobre esta temática, resulta ilustrativo lo
que da cuenta la discusión parlamentaria originada con motivo de la Ley Nº 19.335, que
introdujo en el Código Civil el régimen de la participación en los gananciales, en el sentido
que "...En cuanto a la segunda parte del artículo, se compartió su idea, en el sentido de
que, si un cónyuge ha visto disminuir su patrimonio, él sólo afronte la pérdida económica,
lo que no obsta a su derecho a obtener gananciales, si le correspondiese..." (Historia de la
Ley Nº 19.335, Primer Trámite Constitucional: Cámara de Diputados, Primer Informe de
Comisión de Constitución, Legislación y Justicia sobre el Proyecto de Ley que modifica el
Código Civil en materia de Régimen Patrimonial y otros cuerpos legales que indica,
Boletín Nº 432 07, Sesión 42, Legislatura 325, Cámara de Diputados, 13 de enero de
1993, pág. 289)" (C. Suprema, 26 de marzo de 2018, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1489/2018, Rol Nº 8005-2017).

4. Del crédito de participación en los gananciales

Artículo 1792-20. El crédito de participación en los gananciales se originará


al término del régimen de bienes.

Se prohíbe cualquier convención o contrato respecto de ese eventual crédito,


así como su renuncia, antes del término del régimen de participación en los
gananciales.

Concordancias: Código Civil: artículos 12, 1466 in fine, 1719 inciso 3º, 2481 número 3.

390. De qué sea el crédito de participación en los gananciales y de sus


Jurisprudencia: 
caracteres. La E Corte Suprema ha precisado que: "[C]onforme lo que señalan los
xcma. 

artículos 1729 19 y 1792 20 del Código Civil, el crédito de participación en los gananciales
cuya característica es la de un derecho personal y se encuentra sometido a normas
especiales, tiene su origen al término del régimen de que se trata, cuando uno de los
cónyuges obtuvo ganancias o cuando ambos las obtuvieron, pero de distinto valor, y está
regulado en los artículos 1792 20 a 1792 26 del referido estatuto. Según la doctrina "es el
que la ley otorga al cónyuge que a la expiración del régimen de participación en los
gananciales ha obtenido gananciales por monto inferior a los del otro cónyuge o no los ha
obtenido, con el objeto de que este último le pague, en dinero efectivo, a título de
participación, la mitad del exceso o la mitad de lo que obtuvo, si el primero nada obtuvo"
(Orrego Acuña, Juan Andrés, "Temas de Derecho de Familia", Editorial Metropolitana,
Santiago, año 2007, pág. 408)" (C. Suprema, 26 de marzo de 2018, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1489/2018, Rol Nº 8005-2017).

Artículo 1792-21. El crédito de participación en los gananciales es puro y


simple y se pagará en dinero.
Con todo, si lo anterior causare grave perjuicio al cónyuge deudor o a los
hijos comunes, y ello se probare debidamente, el juez podrá conceder plazo de
hasta un año para el pago del crédito, el que se expresará en unidades
tributarias mensuales. Ese plazo no se concederá si no se asegura, por el
propio deudor o un tercero, que el cónyuge acreedor quedará de todos modos
indemne.

Concordancias: Código Civil: artículos 578, 1494 inciso 2º.

Artículo 1792-22. Los cónyuges, o sus herederos, podrán convenir daciones


en pago para solucionar el crédito de participación en los gananciales.

Renacerá el crédito, en los términos del inciso primero del artículo


precedente, si la cosa dada en pago es evicta, a menos que el cónyuge
acreedor haya tomado sobre sí el riesgo de la evicción, especificándolo.

Concordancias: Código Civil: artículos 1569 inciso 2º, 1792-21 inciso 1º, 2382.

Artículo 1792-23. Para determinar los créditos de participación en los


gananciales, las atribuciones de derechos sobre bienes familiares, efectuadas
a uno de los cónyuges en conformidad con el artículo 147 del Código Civil,
serán valoradas prudencialmente por el juez.

Concordancias: Código Civil: artículo 147.

Artículo 1792-24. El cónyuge acreedor perseguirá el pago, primeramente,


en el dinero del deudor; si éste fuere insuficiente, lo hará en los muebles y, en
subsidio, en los inmuebles.

A falta o insuficiencia de todos los bienes señalados, podrá perseguir su


crédito en los bienes donados entre vivos, sin su consentimiento, o enajenados
en fraude de sus derechos. Si persigue los bienes donados entre vivos, deberá
proceder contra los donatarios en un orden inverso al de las fechas de las
donaciones, esto es, principiando por las más recientes. Esta acción prescribirá
en cuatro años contados desde la fecha del acto.

Artículo 1792-25. Los créditos contra un cónyuge, cuya causa sea anterior


al término del régimen de bienes, preferirán al crédito de participación en los
gananciales.

Artículo 1792-26. La acción para pedir la liquidación de los gananciales se


tramitará breve y sumariamente, prescribirá en el plazo de cinco años contados
desde la terminación del régimen y no se suspenderá entre los cónyuges. Con
todo, se suspenderá a favor de sus herederos menores.

Concordancias: Código Civil: artículos 2515, inciso 1º, 2509, inciso final.


5. Del término del régimen de participación en los gananciales

Artículo 1792-27. El régimen de participación en los gananciales termina:

1) Por la muerte de uno de los cónyuges.

2) Por la presunción de muerte de uno de los cónyuges, según lo prevenido


en el Título II, "Del principio y fin de la existencia de las personas", del Libro
Primero del Código Civil.

3) Por la declaración de nulidad del matrimonio o sentencia de divorcio. 288

4) Por la separación judicial de los cónyuges.289

5) Por la sentencia que declare la separación de bienes.

6) Por el pacto de separación de bienes.

Concordancias: Código Civil: artículos 84, inciso 1º, 178, 165 y 158. Ley Nº  19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 34, 50, 59.

C. LEY Nº 19.947 ESTABLECE NUEVA LEY DE MATRIMONIO CIVIL290

Publicada en el Diario Oficial de 17 de mayo de 2004

Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su aprobación al


siguiente

Proyecto de ley:

Artículo primero.Sustitúyese la Ley de Matrimonio Civil, de 10 de enero de


1884, por la siguiente:
LEY DE MATRIMONIO CIVIL

CAPÍTULO I DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 1º. La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. El


matrimonio es la base principal de la familia.

La presente ley regula los requisitos para contraer matrimonio, la forma de


su celebración, la separación de los cónyuges, la declaración de nulidad
matrimonial, la disolución del vínculo y los medios para remediar o paliar las
rupturas entre los cónyuges y sus efectos.

Los efectos del matrimonio y las relaciones entre los cónyuges y entre éstos
y sus hijos, se regirán por las disposiciones respectivas del Código Civil.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 1º. Código Civil: artículo 102.


Decreto  Nº  326, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, D.O: 28.04.1989: artículo 10.1. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos,D.O. 29.04.1989: artículo 23.1. Decreto Nº 873, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica,  D.O.  5.01.1990: artículos 1º, 3º, 6º número 1,
17. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 2º, 5º, 8º, 9º, 10.

391. No existe una definición legal de la familia. Sin perjuicio de las notas
Jurisprudencia: 
caracterizadoras de la familia que se desprenden del texto constitucional, hay en la
legislación chilena algunas disposiciones legales que, de manera expresa, señalan a
quiénes se ha de entender como miembros de una familia: el Código Civil en su artículo
815 para los efectos de la extensión de los derechos de uso y habitación, y la ley la Ley
Nº 17.564 de 22 de noviembre de 1971 en relación con el derecho a subsidio en casos de
sismo o catástrofe, de lo que se deduce que el derecho no asume un único concepto de
familia, sino que él está determinado por el ámbito jurídico concreto en el cual está
destinada a operar, y de ahí lo desencaminado de los esfuerzos por determinar "el"
significado de la "familia" en la legislación chilena. En tal sentido, es necesario advertir,
como lo ha precisado en algunas ocasiones la jurisprudencia, que las dos disposiciones
que se han citado, ni constituyen una "definición legal" de lo que es la familia, ni deben ser
entendidas e interpretadas extensivamente para hacer de ellas unas enumeraciones de
carácter general, pues están ceñidas a los ámbitos concretos en los que las ha utilizado el
legislador, si bien pueden ofrecer ciertos matices que precisan la noción legal de la familia
en el derecho chileno. La jurisprudencia ha advertido que: "La actual Ley de Matrimonio
Civil, Nº 19.947, en su artículo 1º, señala que 'la familia es el núcleo fundamental de la
sociedad. El matrimonio es la base principal de la familia', pero sin que el legislador defina
ese concepto. Lo mismo ocurre con la actual Ley Nº 20.066, sobre violencia intrafamiliar,
al señalar en su artículo 5º, las situaciones que esa normativa protege" (C. Suprema, 21
de agosto de 2006, cons. 15º, LegalPublishing: Cl/Jur/5522/2006, Rol Nº 5022-2004).

Artículo 2º. La facultad de contraer matrimonio es un derecho esencial


inherente a la persona humana, si se tiene edad para ello. Las disposiciones
de esta ley establecen los requisitos para asegurar el libre y pleno
consentimiento de los contrayentes.

El juez tomará, a petición de cualquier persona, todas las providencias que le


parezcan convenientes para posibilitar el ejercicio legítimo de este derecho
cuando, por acto de un particular o de una autoridad, sea negado o restringido
arbitrariamente.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º, 19 número 2. Código Civil: artículos


54, 55, 102, 105, 106, 107. Ley Nº  16.618, Ley de Menores, D.O.  8.03.1967, texto refundido fijado por
D.F.L. Nº  1, D.O. 30.05.2000: artículo 38. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 5º número 2º, 8º, 32 inciso 2, 44 letra a), 46 letra a), 48 letra a), 59 inciso 2º. Decreto Nº   778,
Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989:
artículo 23. Decreto Nº  326, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, D.O: 28.04.1989: artículo 10.1. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O.  9.12.1989,
artículo 16. Decreto Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica,
D.O.  5.01.1990: artículo 17. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones
Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, D.O.  17.09.2008, artículo 23.1 letra a).

392. De ius conubii como derecho fundamental, aunque no esté


Jurisprudencia: 
mencionado expresamente en la Constitución. La Constitución Política de la República
de 1980 no consideró, como sí lo hacen otras, de manera expresa el reconocimiento de la
citada libertad, si bien ella puede fácilmente deducirse de su artículo 1º y del artículo 19
número 2º. Así, en su día lo apuntó alguna doctrina constitucional y civil bajo la categoría
de "libertad innominada" (Guzmán Brito, A.), todo ello sin perjuicio de la incorporación al
sistema jurídico chileno de las disposiciones de los tratados internacionales, dentro del
marco del artículo 5º de la misma Constitución. El ius conubii en cuanto "facultad" ha de
entenderse más bien como una "libertad" fundamental de la persona humana, porque si
bien es posible concebirla como capaz de ejercitarse erga omnes no lo es en relación con
una persona determinada y, por ende, frente a esta facultad no existe un cierto y
determinado "deber" de contraer matrimonio. Es también una libertad fundamental de
carácter "esencial" e "inherente" a la "persona humana", en tanto que ella no constituye
más que una declaración explícita de una libertad constitucionalmente reconocida y que
se vincula directamente con las "bases de la institucionalidad". En efecto, su
reconocimiento en la Ley Nº 19.947 no hace más que explicitar su consagración
constitucional, fundado en el artículo 1º de la Constitución, en cuanto que se reconoce
que: "Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos" y que, al hallarse el
Estado "al servicio de la persona humana" y sujeto al deber de promover el bien común,
con la precisa obligación de contribuir a crear las condiciones sociales que permitan "a
todos y cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización
espiritual y material posible", debe entenderse que la formación de una familia, sobre la
base del matrimonio, es, precisamente, no sólo una concreta manifestación de esa
libertad natural de todas las personas, sino también el ejercicio natural de sus
operaciones enderezadas a conseguir el fin de su vida, en cuanto ámbito de su mayor
desarrollo espiritual y material posible. Aquella base, pues, de la institucionalidad
constituida por el deber estatal de promoción del bien común, situado en un contexto que
permita a todas y cada una de las personas "su mayor desarrollo espiritual y material
posible", ha de tenerse siempre en cuenta y no olvidarse cuando se trate de la
interpretación o aplicación de las disposiciones legales tocantes al ius conubii, que ahora
consagra el inciso 1º del artículo 2º de la "Ley de Matrimonio Civil". En este sentido se ha
pronunciado la E Corte Suprema: "Que el Tribunal Constitucional en diferentes
xcma. 

sentencias ha empleado como módulo de comparación para resolver la legitimidad de la


legislación interna, la normativa internacional, en la medida que establezca disposiciones
fundamentales a favor de las personas. De esta forma la norma de la Convención
Americana de Derechos Humanos resulta plenamente aplicable en cuanto su artículo 17
contempla la protección de la familia, pues constituye 'el elemento natural y fundamental
de la sociedad y debe ser protegida por la sociedad y el Estado', idea que contempla
igualmente el artículo 1º de la Constitución Política de la República, en cuanto dispone:
'Es deber del Estado..., dar protección a la población y a la familia, propender al
fortalecimiento de ésta, promover la integración armónica de todos los sectores de la
Nación...'. Luego reconoce la Convención 'el derecho del hombre y la mujer a contraer
matrimonio'. De todo lo expuesto se colige la existencia de derechos fundamentales que
no necesariamente se encuentran expresamente declarados en el texto fundamental y,
entre ellos, está el derecho a contraer matrimonio. De la misma forma, pero de manera
expresa, se consagra la igualdad en dignidad y derecho de todas las personas, la
igualdad ante la ley y la justicia, como en la tutela judicial de todas estas garantías"
(C. Suprema, 27 de junio de 2017, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/4689/2017,
Rol Nº 10.224-2017). 393. Del ius connubii y los extranjeros que no han ingresado
legalmente al país. El sistema constitucional chileno de protección de los derechos y
garantías fundamentales tiene como centro a las personas, lo que no es más que una
lógica consecuencia de las bases de la institucionalidad reconocidas en el capítulo I de
la Constitución Política de la República. De ahí que en ella se declare que: "Las personas
nacen libres e iguales en dignidad y derechos" (art. 1º inc. 1º) y que "La Constitución
asegura a todas las personas" (art. 19 inc. 1º) una serie de derechos y garantías, entre los
cuales se consigna el de: "La igualdad ante la ley" (art. 19 número 2 inc. pr.), de guisa
que: "En Chile no hay persona ni grupo privilegiados" (art. 19 número 2) y por ello: "Ni la
ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias" (art. 19 número 2 inc.
2º) y así resulta imperioso que se asegure también: "La igual protección de la ley en el
ejercicio de sus derechos" (art. 19 número 3 inc. 1º). Es en el contexto anterior en el cual
se sitúa el reconocimiento del ius conubii contenido en este artículo 2º de la Ley de
Matrimonio Civil de 2004, que reconoce que: "La facultad de contraer matrimonio es un
derecho esencial inherente a la persona humana". En el ordenamiento jurídico chileno la
categoría de persona se construye, necesariamente, sobre los ya citados pilares
constitucionalmente reconocidos de la libertad e igualdad, como se admite en el artículo
55 del Código Civil: "Son personas todos los individuos de la especie humana, cualquiera
que sea su edad, sexo, estirpe o condición". De este modo, sólo desde una cualidad
externa y accidental: "Divídense en chilenos y extranjeros" (art. 55 CC in fine), es decir,
lógicamente, se es persona antes que chileno o extranjero y, por la misma razón, se
impone constitucionalmente la declaración del artículo 57 del Código Civil: "La ley no
reconoce diferencias entre el chileno y el extranjero en cuanto a la adquisición y goce de
los derechos civiles que regla este Código", de la que es un simple corolario la regla
sentada en el artículo 997 del mismo Código: "Los extranjeros son llamados a las
sucesiones ab intestato abiertas en Chile de la misma manera y según las mismas reglas
que los chilenos". Sentado lo anterior, el ius conubii se sitúa en el ordenamiento jurídico
chileno como una facultad inherente a todas las personas, sin que pueda establecerse
diferencia alguna respecto de su ejercicio entre una persona chilena y otra extranjera, de
modo que, por una parte, si una ley la estableciera ella se encontraría herida de
inconstitucionalidad por vulneración de los artículos 1º inciso 1º y 19 números 2 y 3 de
la Constitución Política de la República, de su artículo 5º en relación con las disposiciones
de los tratados internacionales ratificados por Chile y 19 número 26, en cuanto ningún
precepto legal que regule, complemente o, eventualmente, limite el ius conubii puede
afectarlo "en su esencia", ni imponerle "condiciones, tributos o requisitos que impidan su
libre ejercicio", y por otra, si alguna institución estatal o alguno de sus integrantes
estableciera una diferencia entre chilenos y extranjeros para ejercitar el ius conubii tal
actuación constituiría un acto ilegal, por contrario a los artículos 2º de la Ley Nº 19.947 y
55 y 57 del Código Civil. En esta sede se ha planteado en el último tiempo una
controversia relacionada con el ejercicio del ius conubii por parte de extranjeros en Chile a
propósito del artículo 76 del Decreto Ley Nº 1.094 de 19 de julio de 1975, cuyo texto es el
siguiente: "Los servicios y organismos del Estado o Municipales deberán exigir a los
extranjeros que tramiten ante ellos asuntos de la competencia de esos servicios, que
previamente comprueben su residencia legal en el país y que están autorizados o
habilitados para realizar el correspondiente acto o contrato". La interpretación de este
artículo, al menos en lo que toca al ejercicio del ius conubii por parte de extranjeros
residentes en Chile, legal o ilegalmente, no admite constitucionalmente que se defienda la
posibilidad de impedir a un extranjero, que no reside legalmente en el país, el ejerció
del ius conubii para contraer matrimonio, pues tal interpretación pugnaría con los
preceptos constitucionales que se han citado e, incluso más, es razonable sostener que
en esta materia dicha disposición del Decreto Ley Nº 1.094 está herida de
inconstitucionalidad. Sobre la base del citado artículo 76 del Decreto Ley Nº 1.094 de
1975 la Dirección Nacional del Registro Civil dictó la Resolución número 5, de 14 de
febrero de 1996, en virtud de la cual se instruyó a los Directores Regionales, Jefes
Provinciales y Oficiales Civiles de dicho servicio, en cuanto al modo de proceder en los
casos de extranjeros que estuvieran ilegalmente en el país disponiéndose que: "al estar
vencidos sus documentos de identidad, el extranjero se encuentra residiendo en forma
ilegal en el país, y por lo tanto, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 76 del D. L.
Nº 1.094 de 1975, Ley de Extranjería, no puede gestionar ningún trámite ante este
servicio, sin que previamente regularice su residencia legal en el país", precisándose en la
Resolución número 28, de 23 de julio de 1996, que: "Se mantiene la prohibición de
celebrar matrimonios cuando uno o ambos contrayentes son extranjeros que se
encuentran residiendo en forma ilegal en el país, y la de atender cualquier otro
requerimiento de actuación proveniente de estos extranjeros, salvo la inscripción de
nacimiento de su hijo y su reconocimiento como hijo natural, el que quedará como hijo de
extranjero transeúnte". Si, como queda dicho el referido artículo 76 no resiste una
interpretación que restrinja el ejercicio del ius conubii menos puede dar pie para que un
servicio público, fundándose en ella, dicte resoluciones dirigidas a impedir que los
extranjeros sin residencia legal en el país puedan contraer matrimonio, pues tales
resoluciones, como las indicadas número 5 y número 28 de 1996, son ilegales por
contrarias al artículo 2º de la Ley Nº 19.947 y artículos 55 y 57 del Código Civil. Planteada
esta cuestión ante los tribunales ordinarios, la jurisprudencia de la E Corte Suprema no
xcma. 

es uniforme, y durante los primeros meses de este año de 2017 es reflejo de una poco
gratificante consecuencia de la mutabilidad en la composición de sus salas, porque, con
diferencia de días, y según qué ministros o abogados integrantes las compongan, las
sentencias se inclinan por considerar arbitraria e ilegal la actuación del Registro Civil o
no. 393.1. El ius connubi, en cuanto que libertad fundamental de las personas, no
puede verse afectado por una exigencia reglamentaria y, en consecuencia, no se
ajusta a derecho que el Registro Civil que exija a un extranjero acreditar su
residencia legal en el país para la celebración de su matrimonio. La primacía del ius
conubbi en relación con el indicado artículo 76 del Decreto Ley Nº 1.094, se ha defendido
en la jurisprudencia sobre la base de dos argumentaciones diversas. 393.1.1. Primacía
del ius conubii por entenderse derogado el artículo 76 del Decreto Ley Nº 1.094.
Esta opinión la defendió la profesora Leonor Etcheberry Court, para criticar una errada
sentencia de la E Corte Suprema del año 2005. Consideraba en aquel tiempo que,
xcma. 

además, de que el referido artículo del Decreto Ley Nº 1.094 era inconstitucional, había de


entenderse derogado tácitamente: "Se puede entender que dicho DL ha sido derogado
tácitamente y no puede ser aplicado en lo que se refiere a la prohibición de contraer
matrimonio, cuya esencia se encuentra protegida por normas constitucionales y legales,
superiores al DL mencionado" (Revista Chilena de Derecho Privado, 4, 2005, p. 257).
Esta opinión la asumió la E Corte Suprema en sentencia de 4 de mayo de 2017, por
xcma. 

mayoría formada por los Ministros Sergio Muñoz, Carlos Aránguiz, Jorge Dahm y el
Abogado Integrante Jorge Lagos, y voto en contra de la Ministra Rosa Egnem: "[E]s
preciso determinar si existe antinomia en las disposiciones constitucionales y legales,
sobre la base específica de los supuestos fácticos de este recurso. Es así que
corresponde precisar si la norma legal del artículo 76 del Decreto Ley Nº 1.094 de 1975,
antes transcrita, en este caso guarda armonía con las disposiciones constitucionales que
disponen que las 'personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos'; que es 'deber
del Estado... dar protección... a la familia, propender al fortalecimiento de ésta, promover
la integración armónica de todos los sectores de la Nación...' (artículo 1º, inciso primero y
final); que la 'Constitución asegura a todas las personas: 2º. La igualdad ante la ley. En
Chile no hay persona ni grupo privilegiados', agregando: 'Ni la ley ni autoridad alguna
podrán establecer diferencias arbitrarias; 3º La igual protección de la ley en el ejercicio de
sus derechos'. Debiendo tenerse, además en consideración, la norma del inciso segundo
del artículo 5º de la Carta Política y el artículo 17 de la Convención Americana de
Derechos Humanos, la cual ya ha sido transcrita [...] Noveno: Que la disposición legal en
referencia permite a las autoridades estatales, requeridas en actos de su competencia,
exigir a los extranjeros que comprueben la legalidad de su residencia. Las citadas normas
constitucionales reconocen la posibilidad de contraer matrimonio como un derecho que
emana de la naturaleza humana, por lo tanto, que no puede estar sometido a exigencias
formales previas. Surge una antinomia, contradicción o falta de armonía que es necesario
resolver. Décimo: Que al estar determinado por la referencia expresa que se efectuó, en
la Comisión de Estudio de la Nueva Constitución, al redactar el inciso segundo del artículo
5º de la Constitución Política de la República, que el derecho a contraer matrimonio es un
derecho esencial que emana de la naturaleza humana, el cual ya se encontraba
reconocido de igual forma en el artículo 17 de la Convención Americana de Derechos
Humanos, constituyéndose en una de las formas en que se puede fundar una familia, la
cual el Estado tiene el deber de proteger y fortalecer, sin que pueda realizar
legítimamente ninguna conducta que pretenda desconocerlo, no obstante, las acciones
llevadas adelante por la autoridad administrativa ciertamente, en los hechos, desconocen
esta garantía. A lo anterior se agrega la igualdad de derechos e igualdad ante la ley y la
justicia de todas las personas que habitan nuestro país, incluidos los extranjeros, por lo
cual resulta injustificadamente discriminatoria la exigencia efectuada a quienes no son
nacionales chilenos que se encuentran irregularmente en nuestro país que presenten su
cédula de identidad para contraer matrimonio, la cual el mismo Servicio se niega otorgar.
Esto, sin perjuicio de cumplir las demás determinaciones que la autoridad administrativa
haya dispuesto a su respecto. Conclusión que adquiere mayor fundamento si se tiene en
consideración el hecho que la Contraloría General de la República dispuso que esa
exigencia ya no es exigible a los extranjeros que se encuentran irregularmente en nuestro
país, para inscribir el nacimiento de sus hijos. Las normas constitucionales y la
convención internacional disponen que toda persona que habita el Estado de Chile es
titular del derecho a contraer matrimonio y fundar una familia, en lo cual la autoridad tiene
el deber de ampararla, por lo mismo, no puede ser turbado en el ejercicio de ese derecho.
Por su parte la norma legal, indirectamente y por vía interpretativa de la autoridad
administrativa, impide el ejercicio del derecho a contraer matrimonio al ciudadano
extranjero por quien se recurre, por carecer de residencia legal en Chile. Por tales
razonamientos es posible concluir que la norma legal del artículo 76 del Decreto Ley
Nº 1.094 de 1975 se encuentra derogada por las diferentes disposiciones constitucionales
posteriores, en cuanto con su aplicación al caso, se pretende desconocer el derecho a
contraer matrimonio de un extranjero que habita en Chile. Luego, el mismo razonamiento
resulta aplicable tratándose del acuerdo de unión civil que los recurrentes pretenden
celebrar. Undécimo: Que, en atención a lo razonado, careciendo de sustento legal que la
respalde, el proceder de la autoridad del Registro Civil e Identificación es contraria a las
normas constitucionales referidas y actualmente vigentes, por lo cual el recurso
corresponde ser acogido, amparando los derechos fundamentales de la persona por
quien se recurre, al infringirse la igualdad ante la ley y efectuarse discriminaciones
arbitrarias a su respecto para contraer matrimonio" (C. Suprema, 4 de mayo de 2017,
cons. 7º, 9º, 10º y 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/2600/2017, Rol Nº 4732-2017). Un mes
más tarde fue confirmada en sentencia de 27 de junio de 2017, pronunciada por su
tercera sala integrada por los Ministros señores Sergio Muñoz, Carlos Aránguiz, y Manuel
Valderrama, y los Abogados Integrantes Álvaro Quintanilla y Jaime Rodríguez, y en ella
se reprodujeron los considerandos del fallo que se ha transcrito (C. Suprema, 27 de junio
de 2017, cons. 8º a 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/4689/2017, Rol Nº 10224-2017). Alterada
la composición de esta Sala, en sentencia de 7 de agosto de 2017 la E Corte Suprema
xcma.

se apartó de esta opinión, y en este nuevo caso similar estimó que la actuación del
Registro Civil no era arbitraria, y en esta sentencia quedaron en minoría los Ministros
señores Aránguiz y Valderrama, que en su voto reiteraron su opinión tocante a la
derogación del artículo 76 del referido decreto ley: "Que al estar determinado por la
referencia expresa que se efectuó, en la Comisión de Estudio de la Nueva Constitución, al
redactar el inciso segundo del artículo 5º de la Constitución Política de la República, que
el derecho a contraer matrimonio es un derecho esencial que emana de la naturaleza
humana, el cual ya se encontraba reconocido de igual forma en el artículo 17 de la
Convención Americana de Derechos Humanos, constituyéndose en una de las formas en
que se puede fundar una familia, la cual el Estado tiene el deber de proteger y fortalecer,
sin que pueda realizar legítimamente ninguna conducta que pretenda desconocerlo, no
obstante, las acciones llevadas adelante por la autoridad administrativa ciertamente, en
los hechos, desconocen esta garantía. A lo anterior se agrega la igualdad de derechos e
igualdad ante la ley y la justicia de todas las personas que habitan nuestro país, incluidos
los extranjeros, por lo cual resulta injustificadamente discriminatoria la exigencia
efectuada a quienes no son nacionales chilenos que se encuentran irregularmente en
nuestro país que presenten su pasaporte en regla o cédula de identidad para contraer
matrimonio, la cual el mismo Servicio se niega otorgar. Esto, sin perjuicio de cumplir las
demás determinaciones que la autoridad administrativa haya dispuesto a su respecto. Las
normas constitucionales y la convención internacional disponen que toda persona que
habita el Estado de Chile es titular del derecho a contraer matrimonio y fundar una familia,
en lo cual la autoridad tiene el deber de ampararla, por lo mismo, no puede ser turbado en
el ejercicio de ese derecho. Por su parte la norma legal, indirectamente y por vía
interpretativa la autoridad administrativa, impide el ejercicio del derecho a contraer
matrimonio al ciudadano extranjero por quien se recurre, por carecer de residencia legal
en Chile. Por tales razonamientos es posible concluir que la norma legal del artículo 76
del Decreto Ley Nº 1.094 de 1975 se encuentra derogada por las diferentes disposiciones
constitucionales posteriores, en cuanto con su aplicación al caso se pretende desconocer
el derecho a contraer matrimonio de un extranjero que habita en Chile. 10º. Que en
atención a lo razonado, es del parecer de los disidentes que, careciendo de sustento legal
que la respalde, el proceder de la autoridad del Registro Civil e Identificación es contraria
a las normas constitucionales referidas y actualmente vigentes, por lo cual la sentencia en
alzada debió ser confirmada, amparando los derechos fundamentales de la persona por
quien se recurre, al infringirse la igualdad ante la ley y efectuarse discriminaciones
arbitrarias a su respecto para contraer matrimonio" (C. Suprema, 7 de agosto de 2017,
voto de minoría, cons. 9º y 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/5179/2017, Rol Nº 19018-
2017). Una nueva composición de la Sala hizo regresar al Tribunal a la defensa de las
garantías constitucionales, al afirmarse la derogación del citado artículo 76 del Decreto
Ley Nº 1.094 (C. Suprema, 12 de julio de 2018, cons. 5º a 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3640/2018, Rol Nº 12130-2018). 393.1.2. Primacía del ius
connubii por entenderlo como libertad fundamental a la luz de Constitución y
Tratados internacionales vigentes en Chile. Esta correcta comprensión del ius
conubii la sostuvo acertadamente la I Corte de Apelaciones de Santiago al conocer de un
lma. 

recurso de protección en su sentencia de 6 de enero de 2005: "Que el Código Civil y


la Ley de Matrimonio Civil, de reciente vigencia, norman en todos sus aspectos la
institución del matrimonio que sigue siendo un contrato según la célebre e incólume
definición del artículo 102 del mencionado Código y, como tal, basta la voluntad
expresada nomine propio (sic) o a través de un representante de los contrayentes para
que el oficial del registro civil deba procede a la celebración del mismo, previo los trámites
de la información y manifestación. Que resulta a todas luces improcedente pretender, que
una simple circular de un servicio público que contiene instrucciones de carácter
administrativo, pueda prevalecer sobre normas legales tan explícitas" (C. Apelaciones de
Santiago, 6 de enero 2005, Rol Nº 8139-2004). La declaración que se ha transcrito de la
I Corte de Apelaciones de Santiago se pronunció al conocer de un recurso de protección
lma. 

interpuesto en contra del Director Nacional del Servicio de Registro Civil y otros
funcionarios de dicho servicio porque el oficial del Registro Civil de la circunscripción de
Independencia de la ciudad de Santiago se negó a celebrar el matrimonio de una
extranjera sin residencia legal en el país, que se hallaba detenida en el cuartel
Independencia de la Policía de Investigaciones, con un ciudadano chileno, que había
conferido mandato, al tenor del artículo 103 del Código Civil, para la referida celebración,
y como fundamento de su negativa se dio como razón, en lo que aquí interesa, la
aplicación del referido artículo 76 del Decreto Ley Nº 1.094 de 1975 y las dos citadas
resoluciones de la Dirección Nacional del Registro Civil de 1996, concluyendo los
ministros del tribunal de alzada que: "El actuar de la Oficial Civil de Circunscripción
Independencia de negarse a la celebración del matrimonio de los recurrentes, ha sido
arbitraria e ilegal, conculcando la garantía constitucional del numeral 2º del artículo 19 de
la Constitución Política de la República que consagra la igualdad ante la ley en términos
enfáticos y amplios" (C. Apelaciones de Santiago, 6 de enero de 2005, Rol Nº 8139-
2004). Tal constitucional, legal y acertada doctrina fue desconocida por la E Corte xcma. 

Suprema que, conociendo por vía de apelación de la sentencia de la I Corte de lma. 

Apelaciones de Santiago, en su fallo de 22 de marzo de 2005 sostuvo que los


funcionarios del Servicio de Registro Civil habían obrado legalmente, al tenor del tantas
veces citado artículo 76 del Decreto Ley Nº 1.094 y, por ende, en caso alguno podían ser
obligadas: "[A] realizar un trámite abiertamente ilegal como el que se pretende, menos
aún por los Tribunales de Justicia, cuya misión consiste en velar por el respecto de la
Constitución y las leyes" (C. Suprema, 22 de marzo de 2005, cons. 6º). Sin embargo, la
misma E Corte Suprema, en voto de mayoría formada por los ministros Carlos Aránguiz
xcma. 

y Andrea Muñoz y el abogado integrante Jaime Rodríguez, rectificaron la opinión anterior


y en su fundada sentencia reconocieron el carácter fundamental del ius conubii y su
campo operativo incapaz de ser afectado por disposiciones reglamentarias e, incluso,
legales: "Que de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 1º, inciso 2º, de la Ley Nº 19.947,
que establece una Nueva Ley de Matrimonio Civil, es dicho cuerpo legal el que regula los
requisitos para contraer matrimonio y la forma de su celebración, así como las
instituciones y mecanismos previstos en caso de ruptura del vínculo entre los cónyuges y
sus efectos. Las normas reglamentarias del nuevo estatuto se contienen en el Decreto
Nº 673 dictado para tal efecto. En ese marco, que cabe consignar, asimismo, que el
artículo 2º de la citada ley, incorpora una norma que, no obstante, su rango legal, emerge
como una que reconoce el derecho a contraer matrimonio como un derecho fundamental.
Por su importancia, en lo que toca a la materia que aquí se discute, se transcribe
íntegramente: 'Artículo 2º. La facultad de contraer matrimonio es un derecho esencial
inherente a la persona humana, si se tiene edad para ello. Las disposiciones de esta ley
establecen los requisitos para asegurar el libre y pleno consentimiento de los
contrayentes. El juez tomará, a petición de cualquier persona, todas las providencias que
le parezcan convenientes para posibilitar el ejercicio legítimo de este derecho cuando, por
acto de un particular o de una autoridad, sea negado o restringido arbitrariamente'.
Tercero: Que el reconocimiento del derecho a contraer matrimonio denominado
también ius connubi se encuentra en plena concordancia con lo dispuesto en diversas
Convenciones Internacionales suscritas por nuestro país, tales como la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos. En efecto, el artículo 17 del primer instrumento mencionado señala: '1. La familia
es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida por la sociedad
y el Estado; 2. Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a
fundar una familia si tienen la edad y las condiciones requeridas para ello por las leyes
internas, en la medida que éstas no afecten al principio de no discriminación establecido
en esta Convención', conceptos que el artículo 23 de la última de las nombradas repite en
términos similares. En consecuencia, atendido lo dispuesto en el artículo 5º de la
Constitución Política, que obliga al Estado a respetar y promover los derechos esenciales
que emanan de la naturaleza humana, sea que estén garantizados por la Carta
Fundamental o por Tratados Internacionales ratificados por Chile y que se encuentren
vigentes, el derecho a contraer matrimonio se encuentra dentro de aquel elenco de
derechos que todos los órganos del Estado deben respetar y promover. Cuarto: Que, por
lo reflexionado, la negativa del Servicio de Registro Civil a celebrar el matrimonio de la
recurrente constituye un acto arbitrario, desde que se verifica 'una carencia de
razonabilidad en el actuar', que es una de las situaciones en que reiterada jurisprudencia
de nuestros tribunales afinca la existencia de arbitrariedad, por cuanto dicho órgano del
Estado ha hecho una interpretación que desconoce la regla básica de la especialidad, que
le habría permitido interpretar la norma de extranjería o darle un alcance que se ajuste al
sistema matrimonial vigente en nuestro ordenamiento y que no menoscabe el derecho
fundamental a contraer matrimonio que tienen todas las personas, sean nacionales o
extranjeros. Asimismo, el acto arbitrario constituye una especie de antijuridicidad o
situación contraria a derecho, por lo que también ha de predicarse ilegalidad a su
respecto. Quinto: Que, en tal circunstancia, el acto del Servicio de Registro Civil lesiona el
derecho a la igualdad contemplado en el artículo 19 Nº 2 de la Constitución Política, toda
vez que no hay ninguna justificación para imponer a los extranjeros restricciones para la
celebración del matrimonio en nuestro país que no constan en la Ley de Matrimonio Civil y
que, en consecuencia, generan una diferencia arbitraria en relación a los ciudadanos
chilenos, que contradice la garantía constitucional examinada" (C. Suprema, 6 de julio de
2017, cons. 2º, 3º, 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/4490/2017, Rol Nº 5073-2017;
reiterados en sentencia del mismo día: C. Suprema, 6 de julio de 2017, cons. 2º, 3º, 4º y
5º, LegalPublishing: Cl/Jur/4491/2017, Rol Nº 5067-2017).En igual orientación ha
destacado la E Corte Suprema, en voto de mayoría, que el ius conubii constituye una
xcma. 

libertad fundamental implícita en el texto constitucional: "Que el Tribunal Constitucional en


diferentes sentencias ha empleado como método de comparación para resolver la
legitimidad de la legislación interna, la normativa internacional, en la medida que
establezca disposiciones fundamentales a favor de las personas. De esta forma la norma
de la Convención Americana de Derechos Humanos resulta aplicable en cuanto su
artículo 17 contempla la protección de la familia, pues constituye "el elemento natural y
fundamental de la sociedad y debe ser protegida por la sociedad y el Estado", idea que
contempla igualmente el artículo 1º de la Constitución Política de la República, en cuanto
dispone: "Es deber del Estado ..., dar protección a la población y a la familia, propender al
fortalecimiento de ésta, promover la integración armónica de todos los sectores de la
Nación ...". Luego reconoce la Convención "el derecho del hombre y la mujer a contraer
matrimonio". De todo lo expuesto se colige la existencia de derechos fundamentales que
no necesariamente se encuentran expresamente declarados en el texto fundamental y,
entre ellos, está el derecho a contraer matrimonio. De la misma forma, pero de manera
expresa, se consagra la igualdad en dignidad y derecho de todas las personas, la
igualdad ante la ley y la justicia, como en la tutela judicial de todas estas garantías"
(C. Suprema, 12 de julio de 2018, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/3640/2018, Rol
Nº 12130-2018). 393.2. No es arbitraria la actuación del Registro Civil que exige a un
extranjero acreditar su residencia legal en el país para la celebración de su
matrimonio. Esta errada opinión, contraria al respeto de las libertades fundamentales
aseguradas a todas las personas en la Constitución Política de la República y en los
tratados internacionales vigentes en el país, fue sostenida, como se anticipó,
tempranamente por la E Corte Suprema, cuando en su sentencia de 22 de marzo de
xcma. 

2005 revocó un acertado fallo de la I Corte de Apelaciones de Santiago. En el último


lma. 

tiempo algunas sentencias de la E Corte Suprema han reincidido en una lectura e


xcma. 

interpretación lesivas de los derechos de las personas, en cuanto que restrictiva de la


libertad fundamental en la que consiste el ius conubii. En sentencia de mayoría de 2 de
enero de 2017: "Que se invoca como garantía constitucional vulnerada la asegurada en el
Nº 2º del artículo 19 de la Carta Magna, ya que reclaman haber sido víctimas de una
discriminación arbitraria, que los coloca en una posición de desigualdad frente al resto de
las personas que por tener una condición migratoria distinta pueden contraer
matrimonio. Séptimo: Que sobre el punto conviene tener en cuenta que por mandato legal
el organismo se halla obligado a denegar la solicitud de celebrar el contrato matrimonial
entre peticionarios que no comprueben su estancia legal y, en cambio, sí es posible su
acogimiento respecto de quienes cumplen ese presupuesto. Como los recurrentes, con
arreglo a la estadía migratoria anómala del señor Reinoso, se ubica en la premisa inicial,
de modo que no es dable reprochar ilegalidad ni arbitrariedad en la negativa del Servicio
de Registro Civil e Identificación. Octavo: Que en el raciocinio segundo del veredicto en
revisión se hace constar que la negativa del ente público no obedeció propiamente a la
falta de la cédula de identidad, sino más bien al carácter de residente irregular de uno de
los pretendidos contrayentes, ya que el ciudadano extranjero entró al territorio en forma
clandestina, específicamente por un paso no habilitado, lo que per se configura el delito
tipificado en el artículo 69, incisos primero y segundo, del Decreto Ley Nº 1.094 y, por lo
mismo, no tiene una permanencia legal. La simple ausencia de la cédula de identidad no
ha sido considerada por esta Corte como impedimento a los extranjeros domiciliados en
condiciones normales para contraer matrimonio en Chile, como lo demuestra lo obrado y
resuelto en los autos Nº 19.634 2016, rol de este tribunal. Noveno: Que, en consecuencia,
los sentenciadores del grado, al desechar el recurso de protección interpuesto, dieron
correcta y cabal aplicación a la preceptiva patria que en el presente gobierna esta
disciplina, de manera que no se vislumbran la ilegalidad ni arbitrariedad alegadas"
(C. Suprema, 2 de enero de 2017, cons. 6º a 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/642/2017, Rol
Nº 92.948-2016). Meses más tarde, en un caso posterior, en que el oficial de Registro
Civil exigió, en forma previa a la celebración del matrimonio, que quien pretendía
contraerlo acreditara que tenía residencia legal en el país, de acuerdo con lo dispuesto
por el artículo 76 del Decreto Ley Nº 1.094 de 1975, la E Corte Suprema insistió en voto
xcma. 

de mayoría, en esta interpretación que menoscaba y mina los derechos


constitucionalmente garantizados. Ha declarado: "Que atendida la situación migratoria del
recurrente Héctor Manuel de Jesús Figueroa y lo preceptuado por el artículo 5º del
Decreto Supremo Nº 597, Reglamento de Extranjería que establece: 'Los extranjeros
estarán obligados a presentar a las autoridades correspondientes, cuando lo requieran,
sus documentos de identidad o de extranjería para acreditar su condición de residencia en
Chile', se desprende, necesariamente, que la actuación del Servicio de Registro Civil e
Identificación no es ilegal ni arbitraria, al conformarse a la normativa vigente sobre la
materia" (C. Suprema, 7 de agosto de 2017, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5179/2017,
Rol Nº 19018-2017). Ha agregado: "Que se invocan como vulneradas las garantías
constitucionales contenidas en los Nºs. 2 y 4 del artículo 19 de la Carta Fundamental,
aduciendo el recurrente que fue víctima de discriminación arbitraria, que lo sitúa en una
posición de desigualdad frente al resto de las personas por tener una calidad migratoria
distinta. Octavo: Que la circunstancia invocada para configurar la arbitrariedad no es tal.
En efecto, por mandato legal el Servicio se encuentra obligado a denegar la solicitud de
celebrar el contrato de matrimonio en relación con solicitantes que no comprueben su
residencia legal y, en cambio, sí es posible acceder respecto de quienes cumplen ese
presupuesto siendo éste el elemento relevante para esta Corte, para decidir el conflicto
planteado. Como el recurrente, atendida su situación migratoria se ubica en el primer caso
antes propuesto, motivo por el que no está en condiciones de reprochar arbitrariedad a la
conducta del Servicio de Registro Civil e Identificación. Noveno: Que en las condiciones
antes descritas y establecido como ésta que, conforme a lo explicado, el servicio
reclamado no ha negado el derecho del actor a contraer matrimonio, sino que le ha
exigido en forma previa regularizar su situación migratoria, conforme a la normativa legal
que al efecto rige en el país, no es posible atribuir ilegalidad ni arbitrariedad a la entidad
recurrida. Además, no habiéndose esgrimido ni comprobado que las exigencias
formuladas a quien acciona, no hayan sido requeridas a otras personas que se hubieren
encontrado en igual condición a la que le afecta no procede entender configurada la
vulneración de la garantía constitucional del Nº 2 del artículo 19 de la Constitución Política
de la República, así como tampoco de la contenida en el Nº 4 del mismo texto que se
esgrimen conculcadas, razones todas por las que el recurso en examen no ha podido
prosperar" (C. Suprema, 7 de agosto de 2017, cons. 7º, 8º y
9º, LegalPublishing: Cl/Jur/5179/2017, Rol Nº 19018-2017). En todo caso, la mayoría
incorporó en esta sentencia un considerando, que reconoce los problemas de
constitucionalidad de esta interpretación, porque asumió que era posible acudir al
E Tribunal Constitucional, pero ni lo hizo ni ajustó su sentencia a la legalidad
xcmo. 

constitucional: "Que por lo demás el artículo 93 Nº 6 de la Carta Fundamental otorga al


Tribunal Constitucional la atribución de 'Resolver, por la mayoría de sus miembros en
ejercicio, la inaplicabilidad de un precepto legal cuya aplicación en cualquier gestión que
se siga ante un tribunal ordinario o especial, resulte contraria a la Constitución', indicando
al efecto que 'En el caso del número 6º, la cuestión podrá ser planteada por cualquiera de
las partes o por el juez que conoce del asunto. Corresponderá a cualquiera de las salas
del tribunal declarar, sin ulterior recurso, la admisibilidad de la cuestión siempre que
verifique la existencia de una gestión pendiente ante el tribunal ordinario o especial, que la
aplicación del precepto legal impugnado pueda resultar decisivo en la resolución de un
asunto, que la impugnación esté fundada razonablemente y se cumplan los demás
requisitos que establezca la ley. A esta misma sala le corresponderá resolver la
suspensión del procedimiento en que se ha originado la acción de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad'" (C. Suprema, 7 de agosto de 2017, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5179/2017, Rol Nº 19018-2017). En esta misma línea la E Corte
xcma. 

Suprema insistió en voto de mayoría en esta errada y lesiva opinión, que hiere las más
básicas garantías de las personas, y formaron minoría el ministro señor Muñoz y la
abogado integrante señora Etcheberry (C. Suprema, 6 de agosto de
2018, Cl/Jur/4286/2018, Rol Nº 3462-2018). 394. De la primacía del ius conubii: la
cédula para extranjeros no es el único documento que permite acreditar la
identidad para efectos de celebrar un matrimonio. Una cuestión directamente
relacionada con la anterior ha sido resuelta por la E Corte Suprema, sobre la base de la
xcma. 

primacía de ius conubii. Se ha resuelto que es arbitraria la negativa del Registro Civil de
dar hora a un extranjero para la celebración de matrimonio, fundado en que ha
presentado su pasaporte en vigor y no la cédula de extranjero: "analizada la normativa
invocada por las partes, esta Corte observa que el citado artículo 76 del Decreto
Ley Nº 1.094 efectivamente exige a los extranjeros que acrediten su residencia legal en el
país y que demuestren que se encuentran habilitados para la celebración del acto o
contrato requerido, acompañándose copia del pasaporte en su presentación de 18 de
mayo de 17 de mayo del año en curso, documento que a esta fecha aún se encuentra
vigente y que a juicio de esta Corte es un documento idóneo para la adecuada
identificación del extranjero y, por ende, también lo habilita para contraer matrimonio, sin
que la recurrida haya controvertido que los contratantes carecen de los requisitos legales
establecidos en nuestra legislación aplicable por igual a Chilenos como también a
extranjeros. Quinto: Que, en armonía con lo razonado, no cabe sino concluir que la
recurrente Servicio de Registro Civil e Identificación ha incurrido en una conducta
arbitraria, esto es, infundada, al estimar que el único documento idóneo que sirve para
acreditar la identidad de los contrayentes es la cédula para extranjeros, siendo suficiente
un pasaporte válido y vigente, conducta que priva a los recurrentes del legítimo ejercicio
de su derecho a celebrar matrimonio civil, no obstante cumplir los requisitos legales para
ello. Sexto: Que la recurrida con su conducta atenta efectivamente contra la igualdad ante
la ley, al exigir una documentación específica para acreditar la identidad del ciudadano
extranjero, en circunstancias que el pasaporte válido y vigente también es un documento
idóneo para ello" (C. Suprema, 26 de mayo de 2017, cons. 4º, 5º y 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3383/2017, Rol Nº 29835-2017).

Artículo 3º. Las materias de familia reguladas por esta ley deberán ser


resueltas cuidando proteger siempre el interés superior de los hijos y del
cónyuge más débil.

Conociendo de estas materias, el juez procurará preservar y recomponer la


vida en común en la unión matrimonial válidamente contraída, cuando ésta se
vea amenazada, dificultada o quebrantada.

Asimismo, el juez resolverá las cuestiones atinentes a la nulidad, la


separación o el divorcio, conciliándolas con los derechos y deberes
provenientes de las relaciones de filiación y con la subsistencia de una vida
familiar compatible con la ruptura o la vida separada de los cónyuges.
Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 1º. Código Civil: artículos 222 inciso 2º,
225 inciso 3º, 244 inciso 3º, 245 inciso 2º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículos
27 inciso 2º, 31 inciso 1º, 36, 55, inciso 2º, 85 inciso 2º. Ley Nº   19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 16. Decreto Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 23.4. Decreto Nº  873, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica,  D.O.  5.01.1990: artículo 17.4.

395. Protección del cónyuge débil y bienes familiares. Se ha declarado que:


Jurisprudencia: 
"La institución de los bienes familiares [...] Desde otra perspectiva constituye también una
garantía o forma de protección para el cónyuge más débil o para el que tenga el cuidado
de los hijos, en casosde separación de hecho o de disolución del matrimonio"
(C. Suprema, 15 de abril de 2009, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/7687/2009, Rol
Nº 1086-2009). 396. Protección del interés del cónyuge débil y compensación
económica. Se ha estimado por alguna jurisprudencia que la compensación económica:
"[R]epresenta la concreción del principio de protección del cónyuge más débil, consagrado
en el artículo 3º de la Ley Nº 19.947, desde que el mismo pretende evitar o paliar los
efectos derivados de la falta de equivalencia patrimonial y de perspectivas económicas
futuras producidas entre los cónyuges como consecuencia de haberse producido las
situaciones descritas" (C. Suprema, 7 de julio de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/10002/2009, Rol Nº 1370-2009; C. Suprema, 16 de octubre de
2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7489/2014, Rol Nº 7548-2014). En la misma línea
se sostiene que: "El instituto que se viene analizando constituye la más importante
concreción del principio protector del cónyuge más débil consagrado en el artículo 3º de la
misma ley" (C. de Apelaciones de Punta Arenas, 9 de febrero de 2009, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5926/2009, Rol Nº 307-2008), y que: "La compensación
económica contemplada en la Ley de Matrimonio Civil Nº 19.947, es un mecanismo por el
cual se busca proteger al cónyuge más débil, dado el desequilibrio económico que se
puede producir al cesar el deber de socorro que tienen los cónyuges entre sí y en
particular la obligación de proporcionarse alimentos" (C. de Apelaciones de Coyhaique, 20
de marzo de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/5799/2008, Rol Nº 26-2008). Sobre
los mismos presupuestos se ha declarado: "Que dentro de los principios en que se inspira
la Ley Nº 19.974 de Matrimonio Civil está el de protección, que precisamente se recoge
en el inciso 1º del artículo 3º de este cuerpo legal al disponer que las materias que esta
ley regula deben ser resueltas cuidando siempre de proteger no sólo el interés superior de
los hijos, sino también otorgando protección al cónyuge más débil, lo cual demuestra que
la intención del legislador respecto del matrimonio es que éste sea fuente de igualdad y
equilibrio entre los cónyuges y no un medio de aprovechamiento o ventaja de uno a costa
del otro. En este sentido, la compensación económica que establece el artículo 61 de la
Ley de Matrimonio Civil, lo que pretende es cubrir el desequilibrio o disparidad económica
que se produce entre los cónyuges una vez terminado el matrimonio, como consecuencia
del hecho esencial de haber dedicado la mujer un prolongado periodo de su vida al
cuidado de los hijos o a las labores propias del hogar, situación que indefectiblemente la
afecta para enfrentar la vida futura de un modo independiente, por el costo laboral
experimentado, debiendo asumir las dificultades o la disminución de posibilidades de esta
nueva condición para insertarse en la vida laboral" (C. Apelaciones de Concepción, 12 de
diciembre de 2014, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9498/2014, Rol Nº 440-2014).
CAPÍTULO II DE LA CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO

Párrafo 1º De los requisitos de validez del matrimonio

Artículo 4º. La celebración del matrimonio exige que ambos contrayentes


sean legalmente capaces, que hayan consentido libre y espontáneamente en
contraerlo y que se hayan cumplido las formalidades que establece la ley.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 2º  inciso 1º, 5º, 6º, 7º, 8º, 11 inciso 1º, 12, 18 inciso 2º, 20 inciso 3º. Decreto Nº 778, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo
23.3. Decreto Nº 326, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales,  D.O.  28.04.1989: artículo 10.1. Decreto Nº  789, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989,
artículo 16.1. Decreto Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica,  D.O.  5.01.1990: artículo 17.3. Decreto Nº  201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 23.1
letra a).

Artículo 5º. No podrán contraer matrimonio:

1º Los que se hallaren ligados por vínculo matrimonial no disuelto;

2º Los que se hallaren ligados por un acuerdo de unión civil vigente, a menos
que el matrimonio lo celebre con su conviviente civil; 291

3º Los menores de dieciséis años;

4º Los que se hallaren privados del uso de razón; y los que por un trastorno
o anomalía psíquica, fehacientemente diagnosticada, sean incapaces de modo
absoluto para formar la comunidad de vida que implica el matrimonio;

5º Los que carecieren de suficiente juicio o discernimiento para comprender


y comprometerse con los derechos y deberes esenciales del matrimonio, y

6º Los que no pudieren expresar claramente su voluntad por cualquier


medio, ya sea en forma oral, escrita o por medio de lenguaje de señas.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,
D.O.  5.08.1999: artículo 37 inciso 1º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 9º,
14, 44 letra a), 46 inciso 1º letras a) y d), 47, 48 letras a) y d). Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión
civil, D.O.  21.04.2015: artículos 1º, 9º inciso 2º. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº  19.947 de Matrimonio Civil, D.O.  30.10.2004: artículo 8º. Decreto Nº  778, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 23.2. Decreto
Nº  789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, D.O.  9.12.1989, artículo 16.2. Decreto Nº 873, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 17.2. Decreto Nº  201, Min.
Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad, D.O.  17.09.2008, artículo 23.1 letra a).

397. De la incapacidad de vínculo matrimonial no disuelto y de la


Jurisprudencia: 
aplicación del artículo 1683 del Código Civil. En declaración contraria a una asentada
jurisprudencia (C. Suprema, 1 de julio de 2003, LegalPublishing: Cl/Jur/2362/2003; Corte
de Apelaciones de Santiago, 30 de julio de 2002, LegalPublishing: Cl/Jur/2272/2002) y a
toda sana razón jurídica, la I Corte de Apelaciones de Concepción ha declarado aplicable
lma. 

el artículo 1683 del Código Civil en sede de nulidad de matrimonio demandada por


vínculo matrimonial no disuelto de modo que al probarse que el actor tenía pleno
conocimiento, de manera real y efectiva, de que se encontraba casado y de que tal
vínculo no se había disuelto, esto es, sabía fehacientemente de la existencia del vicio que
invalidaba su segundo matrimonio, "corresponde rechazar su demanda de nulidad de
matrimonio", porque: "[C] onforme al principio contenido en el artículo 1683 del Código
Civil, de que nadie puede aprovecharse de su propio dolo o culpa, en relación con lo
previsto en el artículo 46 letra d) de la Ley Nº 19.947, aparece claro que el actor carece de
legitimación activa para impetrar la acción de declaración de nulidad de su matrimonio con
doña [...] En efecto, del propio fundamento de su demanda, así como de certificados y
actas de sus matrimonios que el actor acompañó al proceso, resulta evidente que al
contraer matrimonio con doña [...], tenía pleno conocimiento, de manera real y efectiva,
que se encontraba casado con doña [...] y que tal vinculo no se había disuelto, esto es,
sabía fehacientemente de la existencia del vicio que invalidaba su segundo matrimonio,
razón por la cual corresponde rechazar su demanda de nulidad de matrimonio" (C. de
Apelaciones de Concepción, 21 de abril de 2008, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6663/2008, Rol Nº 2193-2007).

Artículo 6º. No podrán contraer matrimonio entre sí los ascendientes y


descendientes por consanguinidad o por afinidad, ni los colaterales por
consanguinidad en el segundo grado.

Los impedimentos para contraerlo derivados de la adopción se establecen


por las leyes especiales que la regulan.

Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 31 y 102. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 37 inciso 1º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 9º, 14, 44 letra a), 46 inciso 1º letra e), 47 y 48.   Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O.  21.04.2015: artículo 9º inciso 1º. Decreto Nº  673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº  19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 8º.

Artículo 7º. El cónyuge sobreviviente no podrá contraer matrimonio con el


imputado contra quien se hubiere formalizado investigación por el homicidio de
su marido o mujer, o con quien hubiere sido condenado como autor, cómplice o
encubridor de ese delito.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Código Procesal Penal: artículos 7º, 231, 232, 233, 343.
Código Penal: 15, 16, 17 y 391. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 9º, 14,
44 letra a), 46 letra e), 48 y 7º transitorio. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº  19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 8º.

Artículo 8º. Falta el consentimiento libre y espontáneo en los siguientes


casos:

1º Si ha habido error acerca de la identidad de la persona del otro


contrayente;

2º Si ha habido error acerca de alguna de sus cualidades personales que,


atendida la naturaleza o los fines del matrimonio, ha de ser estimada como
determinante para otorgar el consentimiento, y

3º Si ha habido fuerza, en los términos de los artículos 1456 y 1457 del


Código Civil, ocasionada por una persona o por una circunstancia externa, que
hubiere sido determinante para contraer el vínculo.

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 1456 y 1457. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,
D.O.  17.05.2004: artículos 2º inciso 1º, 4º, 9º, 10 inciso 2º, 11 inciso 1º, 14, 18 inciso 2º, 44 letra b), 46
inciso 1º letra b), 47 y 48 letra b). Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015:
artículo 9º inciso 1º. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, D.O.  29.04.1989: artículo 23.3. Decreto Nº  789, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O.  9.12.1989,
artículo 16.1 letra b). DecretoNº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica,
D.O.  5.01.1990: artículo 17.3.

398. De la noción de "cualidad personal". Se ha asumido por la


Jurisprudencia: 
jurisprudencia que: "La cualidad en que incurra en error el contrayente respecto de su
cónyuge, como lo señala Hernán Corral Talciani en artículo publicado por la Academia
Judicial de Chile sobre Seminario de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil, debe ser 'una
cualidad inherente a la personalidad del cónyuge, de carácter permanente, y
suficientemente grave como para ser objetivamente determinante para consentir en el
matrimonio'" (C. de Apelaciones de Rancagua, 1 de junio de 2007, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6861/2007, Rol Nº 372-2007). 399. Del error sobre una cualidad
personal y de la impotencia coeundi. Se ha estimado que: "Tampoco resulta serio que
siendo el matrimonio la base de la sociedad civil, se pretenda objetar su celebración, por
una vía que contempla causales extremadamente graves para su anulación, que en caso
alguno se puede recurrir por la irresponsabilidad de no conversar acerca de temas que si
bien son de importancia para la convivencia futura, no constituyen errores equivalentes a
la impotencia coeundi (imposibilidad de efectuar el acto sexual), que sí es un elemento
que es determinante, desde un punto de vista objetivo, para contraer matrimonio, de
modo que su presencia atenta contra el consentimiento libre y espontáneo" (C. de
Apelaciones de Rancagua, 1 de junio de 2007, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6861/2007, Rol Nº 372-2007). 400. Del error sobre una cualidad
personal y de la negativa a la procreación. Se ha entendido que se debe descartar
desde ya, el supuesto error basado en la circunstancia que la cónyuge "no tiene la más
mínima intención de tener hijos", pues evidentemente la negativa de procrear
inmediatamente de celebrado el matrimonio aparece como una legítima opción de una
persona joven que prefiere privilegiar la relación de pareja a la de formar una familia" (C.
de Apelaciones de Rancagua, 1 de junio de 2007, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6861/2007, Rol Nº 372-2007). 401. Del error sobre una cualidad
personal y de la diferencia de fe religiosa de los cónyuges. Sobre este punto se ha
sentado que el error sobre: "[L]as convicciones morales y religiosas, exige que ellas sean
de tipo 'fundamentalista', en el sentido que signifiquen una restricción a la libertad de uno
de los cónyuges o de los hijos; se trata de exigencias desmesuradas, de tal envergadura
o magnitud que ellas coarten la libertad del otro o puedan llegar a constituir una amenaza
a la convivencia pacífica de los contrayentes" (C. de Apelaciones de Rancagua, 1 de junio
de 2007, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6861/2007, Rol Nº 372-2007). 402. Error
sobre la cualidad personal y diferencia de fe religiosa de los cónyuges. Se ha
precisado que: "En cuanto a la circunstancia de que el demandante profese la religión
católica y se trate de un creyente activo de dicha religión con asistencia semanal a los
oficios religiosos y que la demandada sea evangélica, al igual que toda su familia, que
rechaza sus ídolos católicos, llegando a las ofensas y, que no se podrá contraer el
sagrado vínculo en un templo católico, tampoco puede ser constitutiva de un error de una
cualidad personal, atendido los fines del matrimonio, que haya sido determinante para
contraer el vínculo, atento que el celebrar una ceremonia de carácter religioso o de otra
índole, en caso alguno puede ser determinante de manera objetiva en consentir en la
celebración del matrimonio, más aún cuando en el actual régimen matrimonial, para quien
profesa férreamente una religión determinada, como lo asevera el actor, existe la opción
de casarse exclusivamente por el credo que profesa, esto es, la religión católica, ya que
conforme al artículo 20 de la Ley de Matrimonio Civil, si el matrimonio se celebra ante una
entidad religiosa que goza de personalidad jurídica, produce los mismos efectos que el
matrimonio civil" (C. de Apelaciones de Rancagua, 1 de junio de 2007, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6861/2007, Rol Nº 372-2007).

Párrafo 2º De las diligencias para la celebración del matrimonio

Artículo 9º. Los que quisieren contraer matrimonio lo comunicarán por


escrito, oralmente o por medio de lenguaje de señas, ante cualquier Oficial del
Registro Civil, indicando sus nombres y apellidos; el lugar y la fecha de su
nacimiento; su estado de solteros, viudos o divorciados y, en estos dos últimos
casos, el nombre del cónyuge fallecido o de aquél con quien contrajo
matrimonio anterior, y el lugar y la fecha de la muerte o sentencia de divorcio,
respectivamente; su profesión u oficio; los nombres y apellidos de los padres, si
fueren conocidos; los de las personas cuyo consentimiento fuere necesario, y
el hecho de no tener incapacidad o prohibición legal para contraer matrimonio.

Si la manifestación no fuere escrita, el Oficial del Registro Civil levantará acta


completa de ella, la que será firmada por él y por los interesados, si supieren y
pudieren hacerlo, y autorizada por dos testigos.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículo 11. Decreto Nº  673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de Matrimonio
Civil, D.O. 30.10.2004: artículos 1º inciso 1º, 2º, 3º y 4º. Decreto Nº  201, Min. Relaciones Exteriores,
Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad,  D.O.  17.09.2008, artículo 21.

Artículo 10. Al momento de comunicar los interesados su intención de


celebrar el matrimonio, el Oficial del Registro Civil deberá proporcionarles
información suficiente acerca de las finalidades del matrimonio, de los
derechos y deberes recíprocos que produce y de los distintos regímenes
patrimoniales del mismo.

Asimismo, deberá prevenirlos respecto de la necesidad de que el


consentimiento sea libre y espontáneo.

Deberá, además, comunicarles la existencia de cursos de preparación para


el matrimonio, si no acreditaren que los han realizado. Los futuros contrayentes
podrán eximirse de estos cursos de común acuerdo, declarando que conocen
suficientemente los deberes y derechos del estado matrimonial. Este inciso no
se aplicará en los casos de matrimonios en artículo de muerte.

La infracción a los deberes indicados no acarreará la nulidad del matrimonio


ni del régimen patrimonial, sin perjuicio de la sanción que corresponda al
funcionario en conformidad a la ley.

Concordancias: Código Civil:  artículo  102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 37, 38 y 41. Ley Nº  19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 9º. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de
Matrimonio Civil,  D.O.  30.10.2004: artículos 5º y 6º. Decreto Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 23.3. Decreto Nº 326, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, D.O:
28.04.1989: artículo 10.1. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación
de todas las formas de discriminación contra la mujer,  D.O.  9.12.1989, artículo 16.1 letra b). Decreto
Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica,  D.O.  5.01.1990: artículo 17.3.
Decreto Nº  201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de
las Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 23.1 letra a).

Artículo 11. Los cursos de preparación para el matrimonio, a que se refiere


el artículo anterior, tendrán como objetivo promover la libertad y seriedad del
consentimiento matrimonial que se debe brindar, particularmente en su relación
con los derechos y deberes que importa el vínculo, con el fin de contribuir a
que las personas que deseen formar una familia conozcan las
responsabilidades que asumirán de la forma más conveniente para acometer
con éxito las exigencias de la vida en común.

Estos cursos podrán ser dictados por el Servicio de Registro Civil e


Identificación, por entidades religiosas con personalidad jurídica de derecho
público, por instituciones de educación públicas o privadas con reconocimiento
del Estado, o por personas jurídicas sin fines de lucro cuyos estatutos
comprendan la realización de actividades de promoción y apoyo familiar.

El contenido de los cursos que no dictare el Servicio de Registro Civil e


Identificación será determinado libremente por cada institución, con tal que se
ajusten a los principios y normas de la Constitución y de la ley. Para facilitar el
reconocimiento de estos cursos, tales instituciones los inscribirán, previamente,
en un Registro especial que llevará el Servicio de Registro Civil.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículo 2º inciso 1º, 8º transitorio. Decreto Nº  673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de
Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículos 31, 32 y 33. Ley Nº 19.638, sobre Constitución Jurídica de
las Iglesias y Organizaciones Religiosas, D.O. 14.10.1999. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores,
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 23.3. Decreto Nº  326,
Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, D.O:
28.04.1989: artículo 10.1. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica,  D.O.  5.01.1990: artículo 17.3. Decreto Nº  201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 23.1
letra a).

Artículo 12. Se acompañará a la manifestación una constancia fehaciente


del consentimiento para el matrimonio, dado por quien corresponda, si fuere
necesario según la ley y no se prestare oralmente ante el oficial del Registro
Civil.

Concordancias: Código Civil: artículos 102 y 105 a 116. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 39 números 8º y
9º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 9º inciso 1º y 14. Decreto Nº  673, Min.
de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículos 3º inciso 1º
número 6, 7º, 9º, 10, 11 y 12.

Artículo 13. Las personas pertenecientes a una etnia indígena, según el


artículo 2º de la Ley Nº 19.253, podrán solicitar que la manifestación, la
información para el matrimonio y la celebración de éste se efectúen en su
lengua materna.

En este caso, así como en el que uno o ambos contrayentes no conocieren


el idioma castellano, o fueren sordomudos que no pudieren expresarse por
escrito, la manifestación, información y celebración del matrimonio se harán por
medio de una persona habilitada para interpretar la lengua del o los
contrayentes o que conozca el lenguaje de señas.

En el acta se dejará constancia del nombre, apellido y domicilio del


intérprete, o de quien conozca el lenguaje de señas.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.253, sobre Protección, Fomento y Desarrollo de
los Indígenas, D.O. 5.10.1993, artículo 2º. Decreto Nº  673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº  19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 19. Decreto Nº 778, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo 27. Decreto
Nº  201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 21.

Artículo 14. En el momento de presentarse o hacerse la manifestación, los


interesados rendirán información de dos testigos por lo menos, sobre el hecho
de no tener impedimentos ni prohibiciones para contraer matrimonio.

Concordancias: Código Civil: artículos 105 a 116. Ley Nº 19.947, de Matrimonio


Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 4º, 5º, 6º y 7º. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº  19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículos 7º, 8º y 14.

Artículo 15.Inmediatamente después de rendida la información y dentro de


los noventa días siguientes, deberá procederse a la celebración del
matrimonio. Transcurrido dicho plazo sin que el matrimonio se haya efectuado,
habrá que repetir las formalidades prescritas en los artículos precedentes.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº  19.947 de Matrimonio Civil,D.O.  30.10.2004: artículos 7º, 8º y 15.

Artículo 16. No podrán ser testigos en las diligencias previas ni en la


celebración del matrimonio:

1º Los menores de 18 años;

2º Los que se hallaren en interdicción por causa de demencia;

3º Los que se hallaren actualmente privados de razón;

4º Los que hubieren sido condenados por delito que merezca pena aflictiva y
los que por sentencia ejecutoriada estuvieren inhabilitados para ser testigos, y

5º Los que no entendieren el idioma castellano o aquellos que estuvieren


incapacitados para darse a entender claramente.

Concordancias: Código Civil: artículos 26, 102, 342, 456 a 468, 1447 inciso 1º. Ley Nº 4.808, sobre
Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 16.

Párrafo 3º De la celebración del matrimonio

Artículo 17. El matrimonio se celebrará ante el oficial del Registro Civil que


intervino en la realización de las diligencias de manifestación e información.
La celebración tendrá lugar ante dos testigos, parientes o extraños, y podrá
efectuarse en el local de su oficina o en el lugar que señalaren los futuros
contrayentes, siempre que se hallare ubicado dentro de su territorio
jurisdiccional.

El matrimonio en artículo de muerte podrá celebrarse ante el Oficial del


Registro Civil, sin los trámites previos de la manifestación e información.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.477, Orgánica del Registro Civil e
Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º número 1, 2 y 3. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 10 inciso 3º, 16, 45. Decreto Nº  673, Min. de Justicia, Reglamento de la
Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil,  D.O.  30.10.2004: artículo 17.

Artículo 18. En el día de la celebración y delante de los contrayentes y


testigos, el Oficial del Registro Civil dará lectura a la información mencionada
en el artículo 14 y reiterará la prevención indicada en el artículo 10, inciso
segundo.

A continuación, leerá los artículos 131, 133 y 134 del Código Civil.
Preguntará a los contrayentes si consienten en recibirse el uno al otro como
marido o mujer y, con la respuesta afirmativa, los declarará casados en nombre
de la ley.

Concordancias: Código Civil: artículos 131, 133 y 134. Ley Nº  4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 37, 38. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 10 inciso 2º y 14. Decreto Nº 673, Min. de
Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 18. Decreto
Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo 23.3. Decreto Nº 326, Min. Relaciones Exteriores, Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, D.O: 28.04.1989: artículo 10.1. Decreto
Nº  789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer,  D.O.  9.12.1989, artículo 16.1 letra b). Decreto Nº  873, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica,  D.O.  5.01.1990: artículo 17.3. Decreto Nº  201, Min.
Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad,  D.O.  17.09.2008, artículo 23.1 letra a).

Artículo 19. El Oficial del Registro Civil levantará acta de todo lo obrado, la


que será firmada por él, por los testigos y por los cónyuges, si supieren y
pudieren hacerlo. Luego, procederá a hacer la inscripción en los libros del
Registro Civil en la forma prescrita en el reglamento.

Si se trata de matrimonio en artículo de muerte, se especificará en el acta el


cónyuge afectado y el peligro que le amenazaba.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 4º números 1º y 2º, 12, 37, 38, 39, 40 y 41.
Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º números 1, 2 y
3. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 10 inciso 3º, 13 inciso final, 17 inciso
3º. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de Matrimonio
Civil, D.O. 30.10.2004: artículos 19, 20, 21 y 22.
Párrafo 4º De los matrimonios celebrados ante entidades religiosas de derecho
público

Artículo 20. Los matrimonios celebrados ante entidades religiosas que


gocen de personalidad jurídica de derecho público producirán los mismos
efectos que el matrimonio civil, siempre que cumplan con los requisitos
contemplados en la ley, en especial lo prescrito en este Capítulo, desde su
inscripción ante un Oficial del Registro Civil.

El acta que otorgue la entidad religiosa en que se acredite la celebración del


matrimonio y el cumplimiento de las exigencias que la ley establece para su
validez, como el nombre y la edad de los contrayentes y los testigos, y la fecha
de su celebración, deberá ser presentada por aquéllos ante cualquier Oficial
del Registro Civil, dentro de ocho días, para su inscripción. Si no se inscribiere
en el plazo fijado, tal matrimonio no producirá efecto civil alguno.

El Oficial del Registro Civil verificará el cumplimiento de los requisitos legales


y dará a conocer a los requirentes de la inscripción los derechos y deberes que
corresponden a los cónyuges de acuerdo a esta ley. Los comparecientes
deberán ratificar el consentimiento prestado ante el ministro de culto de su
confesión. De todo lo anterior quedará constancia en la inscripción respectiva,
que también será suscrita por ambos contrayentes.

Sólo podrá denegarse la inscripción si resulta evidente que el matrimonio no


cumple con alguno de los requisitos exigidos por la ley. De la negativa se podrá
reclamar ante la respectiva Corte de Apelaciones.

Los efectos del matrimonio así inscrito se regirán, en todo, por lo prescrito en
esta ley y en los demás cuerpos legales que se refieren a la materia.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 4º número 1º, 38, 40 bis, 40 ter. Ley
Nº  19.638, sobre Constitución Jurídica de las Iglesias y Organizaciones Religiosas,D.O.  14.10.1999.
Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de Matrimonio Civil,D.O. 30.10.2004:
artículos 23 a 30.
CAPÍTULO III DE LA SEPARACIÓN DE LOS CÓNYUGES

Párrafo 1º De la separación de hecho

Artículo 21. Si los cónyuges se separaren de hecho, podrán, de común


acuerdo, regular sus relaciones mutuas, especialmente los alimentos que se
deban y las materias vinculadas al régimen de bienes del matrimonio.

En todo caso, si hubiere hijos, dicho acuerdo deberá regular también, a lo


menos, el régimen aplicable a los alimentos, al cuidado personal y a la relación
directa y regular que mantendrá con los hijos aquel de los padres que no los
tuviere bajo su cuidado. En este mismo acuerdo, los padres podrán convenir un
régimen de cuidado personal compartido.

Los acuerdos antes mencionados deberán respetar los derechos conferidos


por las leyes que tengan el carácter de irrenunciables.

Concordancias: Código Civil: artículos 12, 135, 222, 225, 229, 321, 334, 1715 a 1792-27, 2451. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 22, 26 inciso 2º y 27 inciso 2º.

Artículo 22. El acuerdo que conste por escrito en alguno de los


siguientes instrumentos otorgará fecha cierta al cese de la convivencia:

a) escritura pública, o acta extendida y protocolizada ante notario público;

b) acta extendida ante un Oficial del Registro Civil, o

c) transacción aprobada judicialmente.

No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, si el cumplimiento del acuerdo


requiriese una inscripción, subinscripción o anotación en un registro público, se
tendrá por fecha del cese de la convivencia aquélla en que se cumpla tal
formalidad.

La declaración de nulidad de una o más de las cláusulas de un acuerdo que


conste por medio de alguno de los instrumentos señalados en el inciso primero,
no afectará el mérito de aquél para otorgar una fecha cierta al cese de la
convivencia.
Concordancias: Código Civil: artículos 1699, 1700, 2446, 2451. Código de Procedimiento Civil:
artículos 324 y 325. Código Orgánico de Tribunales: artículo 401. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro
Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996: artículos 3º, 4º número 10.

403. De la constitucionalidad de la regla de este artículo de cara a la


Jurisprudencia: 
igualdad ante la ley. El E Tribunal Constitucional ha precisado que no están heridas de
xcmo. 

inconstitucionalidad las reglas que establecen una diferencia de regulación en cuanto a la


prueba de la fecha del cese de la convivencia establecida entre los matrimonios
celebrados con anterioridad a la Ley Nº 19.947 y los celebrados con posterioridad:
"[P]arece claro que el límite probatorio impuesto en los artículos 22 y 25 de la ley del ramo
respecto de los cónyuges que contrajeron matrimonio después de su vigencia, por
remisión del inciso tercero de su artículo 2º transitorio, no importa crear una diferenciación
arbitraria respecto de personas que se encuentran en similar situación. El distingo, por el
contrario, deviene lógico y razonable, en la medida que procura evitar que, por la vía de la
simulación, se vulneren los objetivos de la norma, como podría suceder en el caso de
producirse un consenso fraudulento entre los cónyuges respecto de la fecha del cese de
la convivencia, alternativa que no podría darse en el caso de quienes se casaron con
anterioridad a la ley. Lo cierto es, en consecuencia, que ninguno de los relacionados
preceptos limita la libertad probatoria del juez, en términos de impedirle dar por acreditada
la fecha del cese de la convivencia por otros medios. Y una limitación de esa naturaleza
no compromete la garantía específica del debido proceso, porque no se perfila como
arbitraria o injusta, ni tampoco transgrede la garantía de igualdad ante la ley, desde que
impone un tratamiento distinto a quienes se encuentran en situación también diversa. Esa
misma disquisición permite excluir igualmente la procedencia de la impugnación dirigida
respecto de la presunta afectación por los artículos impugnados de la garantía
constitucional de igualdad ante la ley, en cuanto se pretende que esos preceptos
constituirían a las personas casadas antes del 17 de mayo de 2004 en un "grupo
privilegiado", en razón de gozar de una "libertad probatoria" a la que no tendrían acceso
quienes contrajeron el vínculo con posterioridad. La propuesta contravención
constitucional se construye sobre los mismos presupuestos asociados a la regla del
debido proceso, no violentada en la especie, lo que hace válida la extensión a esta
hipótesis de la conclusión precedente. Y, finalmente, es patente que la restricción
probatoria denunciada como incompatible con la Carta Fundamental, no afecta la esencia
de ninguna de las garantías reconocidas en ésta, desde que en modo alguno compromete
su contenido esencial" (Tribunal Constitucional, 26 de marzo de 2013, cons. 15º, Rol
Nº 2207-12 Ina). 404. El cese de la convivencia puede probarse no sólo por los
medios previstos en este artículo, y es al juez de la causa a quien toca su
ponderación. En rigor, en este artículo no se fijan reglas sobre la prueba del cese de la
convivencia, sino que simplemente se prescribe que determinados medios (los que en él
se mencionan) producen el efecto de conferir fecha cierta al citado cese de la convivencia,
sin que se excluya el que pueda probarse por otros medios. En este sentido, y teniendo
en cuenta particularmente los artículos 28 y 29 de la Ley Nº 19.968, se ha pronunciado la
I Corte de Apelaciones de Valdivia: "Para probar el hecho del cese de la convivencia no
lma. 

se exige perentoriamente que solo se acompañen los instrumentos a que se refiere el


artículo 22 de la Ley Nº 19.947 como lo menciona el fallo apelado, ya que no existe
disposición expresa en la ley mencionada que limite las probanzas solo a determinados
medios, lo cual sería atentatorio al principio de la libertad probatoria en materia de familia,
pugnando igualmente con la facultad de los jueces de familia de apreciar la prueba
conforme a las reglas de la sana crítica, llegando a la convicción del caso sujeto a su
decisión en base a los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y de los
conocimientos científicamente afianzados, asignando a tales elementos valor probatorio
que en su razón éstos produzcan, con sujeción a las reglas de la lógica y conocimiento
que de la experiencia. Todo ello dentro de la razonabilidad del actuar, esto es, que el
hombre común actúa normalmente conforme a la razón. Conforme a lo anterior, las partes
en estos autos han ejercido sus acciones y defensas partiendo de la premisa que se
encuentran unidos entre si por vínculo matrimonial, habiendo cesado la convivencia por
más de un año, como al efecto han manifestado los testigos" (C. Apelaciones de Valdivia,
22 de noviembre de 2010, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/9912/2010, Rol Nº 170-2010).
El mismo tribunal se afirmó en esta interpretación en una sentencia posterior: "Que el
artículo 28 de la Ley Nº 19.968, establece que en los asuntos sometidos al conocimiento
de dichos Tribunales existe libertad probatoria, lo que permite a las partes probar los
hechos en cada caso por cualquier medio producido conforme a la ley. Por su parte, el
artículo 29 del mismo texto legal faculta al juez para, de oficio, ordenar que se acompañen
aquellos medios de prueba que, a su juicio, resulte necesario producir en atención al
conflicto familiar de que se trate [...] Que de las normas transcritas, se desprende que
para probar el hecho del cese de la convivencia no sólo resultan idóneos los instrumentos
a que se refiere el artículo 22 de la Ley Nº 19.947 como se esgrime en el fallo apelado,
puesto que no existe disposición expresa en la ley mencionada que limite las probanzas
sólo a determinados medios, lo cual sería atentatorio al principio de la libertad probatoria
en materia de familia, y la facultad de los Jueces de familia de apreciar la prueba
conforme a las reglas de la sana crítica" (C. Apelaciones de Valdivia, 28 de marzo de
2011, cons. 6º y 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/1528/2012, Rol Nº 41-2012). Esta
interpretación ha sido confirmada por el E Tribunal Constitucional, que ha declarado:
xcmo. 

"Que, contrariamente a lo que discurre la requirente, el cese de la convivencia, tratándose


de matrimonios celebrados con posterioridad a la entrada en vigor de la Ley Nº 19.947,
puede probarse por cualquier medio. Así lo ha resuelto la Corte de Apelaciones de
Valdivia, en sentencia de 22 de noviembre de 2010, recaída en el Rol Nº 170-2010, que
en lo pertinente reza: "De acuerdo a lo que disponen los artículos 28 y 29 de la Ley
Nº 19.968, que crea los Tribunales de Familia, en los asuntos sometidos al conocimiento
de dichos tribunales especiales existe libertad de prueba para las partes, vale decir, que
éstas para probar los hechos del pleito podrán hacerlo por cualquier medio producido
conforme a la ley. Además, el juez está facultado para, de oficio, ordenar que se
acompañen aquellos medios de prueba que, a su juicio, resulte necesario producir en
atención al conflicto familiar de que se trate" (considerando 6º). Y a guisa de colofón,
agrega la misma resolución que "para probar el hecho del cese de la convivencia no se
exige perentoriamente que sólo se acompañen los instrumentos a que se refiere el
artículo 22 de la Ley Nº 19.947, como lo menciona el fallo apelado, ya que no existe
disposición expresa en la ley mencionada que limite las probanzas sólo a determinados
medios, lo cual sería atentatorio al principio de libertad probatoria en materia de familia,
pugnando igualmente con la facultad de los jueces de familia de apreciar la prueba
conforme a las reglas de la sana crítica, llegando a la convicción del caso sujeto a su
decisión en base a los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y de los
conocimientos científicamente afianzados, asignando a tales elementos valor probatorio
que en su razón éstos produzcan, con sujeción a las reglas de la lógica y conocimientos
que da la experiencia. Todo ello dentro de la razonabilidad del actuar, esto es, que el
hombre común actúa normalmente conforme a la razón" (considerando 9º). Idéntica
posición, con ligeros matices, adopta la misma Corte de Apelaciones de Valdivia en la
sentencia recaída en el Rol Nº 72-2012, de 29 de mayo de 2012, especialmente en su
considerando 9º" (Tribunal Constitucional, 26 de marzo de 2013, cons. 14º, Rol Nº 2207-
12 Ina). De ahí fluye que: "[E]s al juez de la causa al que incumbe ponderar la pertinencia
y valor de las demás pruebas que las partes en el juicio de divorcio puedan hacer valer
para acreditar la época de cese de la convivencia, sin exclusión de medios probatorios,
como se ha fallado por la jurisdicción ordinaria" (Tribunal Constitucional, 26 de marzo de
2013, cons. 17º, Rol Nº 2207-12 Ina). 405. Es la fecha del otorgamiento de alguno de
los instrumentos a que se refiere este artículo la que determina la fecha del cese de
la convivencia, y no la que en tal instrumento declaren las partes. Así, rectamente, lo
ha declarado el Excmo. Tribunal Constitucional: "[L]a compulsa de los antecedentes
acompañados ante esta instancia constitucional permite colegir que la pretensión de los
litigantes, en el juicio sometido a conocimiento y fallo de la justicia ordinaria, es que se
tenga por establecido como un hecho de la causa que el cese de la convivencia "se
produjo el día nueve de agosto del año dos mil diez, y que a la fecha no se ha reanudado
la vida en común" (cláusula 2ª de la escritura pública sobre acuerdo suficiente entre las
partes, que rola a fojas 13 y siguientes de estos autos). Pero ocurre que la escritura en
que se plasma este acuerdo, es de 20 de diciembre de 2011, vale decir, la mencionada
fecha de cese antecede en más de 16 meses a aquélla de su suscripción por los
otorgantes. Sin embargo, esta estipulación se encuentra expresamente sancionada como
ineficaz en el inciso cuarto del artículo 55 de la Ley de Matrimonio Civil, que literalmente
prescribe: "En todo caso, se entenderá que el cese de la convivencia no se ha producido
con anterioridad a las fechas a que se refieren los artículos 22 y 25, según corresponda".
Está fuera de dudas que la fecha a que se refiere el artículo 22 —aplicable en la especie,
toda vez que la notificación de la demanda es posterior a la de otorgamiento del
instrumento público de marras— es precisamente la de su otorgamiento, como lo dispone
el inciso primero del artículo 1700 del Código Civil, en armonía con el mandato del artículo
55. De allí que este último precepto se venga a erigir en norma decisorio litis de la
controversia civil, desde que enerva toda posibilidad del juez de darle eficacia probatoria
al acuerdo entre los cónyuges en el sentido de fijar el término de su convivencia con
antelación a la época de otorgarse la escritura correspondiente. Empero, el órgano
requirente no ha imputado ningún vicio de inconstitucionalidad a la aludida disposición de
la Ley Nº 19.947, lo que obsta a que el titular de la jurisdicción respectiva pueda
abstenerse de darle aplicación y, consecuentemente, determinar una data de cese de la
convivencia distinta de aquélla de la autorización de la escritura que da fe del acuerdo
regulatorio de las relaciones mutuas entre los contrayentes. Como a esa época no habían
transcurrido aún los tres años requeridos para la configuración de la causal del inciso
tercero del artículo 55 de la mentada ley, no restaría sino rechazar la pretensión procesal
puesta en movimiento, en la medida que el inciso cuarto de la misma norma, no
impugnado como inconstitucional, le impide al juez de la causa aplicar, sin limitaciones, el
artículo 25 de la misma preceptiva, ya explicado en su alcance. En el contexto descrito,
aun cuando la declaración de inaplicabilidad impetrada fuere acogida —lo que se plantea
como mero ejercicio teórico y dentro del marco procesal en que la requirente sitúa su
argumentación—, el cese de la convivencia no podría remontarse a un momento anterior
al de la escritura, tanto en virtud de lo dispuesto en los citados artículos 1700 del Código
Civil y 55, inciso cuarto, de la Ley de Matrimonio Civil, como en el artículo 2º, disposición
Tercera de la misma ley, que niega valor probatorio a la confesional para acreditar la
fecha de cese de la convivencia entre los cónyuges" (Tribunal Constitucional, 26 de
marzo de 2013, cons. 15º, Rol Nº 2207-12 Ina). 406. Interpretación de la palabra
"transacción" utilizada en este artículo. Se ha sostenido que la: "limitación de los
medios probatorios a sólo antecedentes escritos pretende excluir aquellas probanzas que
pueden ser manipuladas por quien las presenta o que, por sus características (testigo-
confesional) ofrezcan dudas o imprecisiones sobre el momento preciso del cese de la
convivencia que pudiere afectar la decisión del Tribunal", y de allí: "Que la palabra
'transacción' usada en la Ley de Matrimonio Civil, debe interpretarse entonces, en el
contexto antes señalado; esto es, un acuerdo escrito de los cónyuges, que dan
(sic) cuenta del cese de la convivencia y regulan (sic) de común acuerdo los efectos de la
separación, en este caso de la relación con los hijos comunes, sin que sea determinante
para ello si este acuerdo se ha producido judicial o extrajudicialmente, porque la
solemnidad está dada por la aprobación del tribunal, ya sea de la transacción o del
avenimiento, que le da fecha cierta al acuerdo y a la manifestación de voluntad de las
partes" (C. de Apelaciones de San Miguel, 18 de noviembre de 2010, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9728/2010, Rol Nº 551-2010). 407. Una sentencia judicial que
aprueba un avenimiento constituye un medio idóneo para acreditar el cese de la
convivencia. Se ha declarado que: "[T]ransacción y avenimiento debidamente aprobados
por el juez, constituyen equivalentes jurisdiccionales que ponen término al pleito
resolviendo el asunto controvertido. Pero en el caso de autos no sólo nos encontramos
ante un avenimiento debidamente aprobado por el tribunal, sino que existe una sentencia
que, con motivo de la separación de los padres establece el cuidado de los menores hijos
de ambos. De esta forma la documental acompañada por el actor es idónea para acreditar
el cese de convivencia de los cónyuges en la forma establecida en el artículo 22 ya
citado" (C. de Apelaciones de San Miguel, 18 de noviembre de 2010, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9728/2010, Rol Nº 551-2010).

Artículo 23. A falta de acuerdo, cualquiera de los cónyuges podrá solicitar


que el procedimiento judicial que se sustancie para reglar las relaciones
mutuas, como los alimentos que se deban, los bienes familiares o las materias
vinculadas al régimen de bienes del matrimonio; o las relaciones con los hijos,
como los alimentos, el cuidado personal o la relación directa y regular que
mantendrá con ellos el padre o madre que no los tuviere bajo su cuidado, se
extienda a otras materias concernientes a sus relaciones mutuas o a sus
relaciones con los hijos.

Concordancias: Código Civil: artículos 135, 141, 222, 225, 229, 321, 334, 1715 a 1792-27. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 21, 22 y 25. Ley Nº 19.968, crea Tribunales
de Familia,  D.O.  30.08.2004: artículos 8º, 17.

Artículo 24. Las materias de conocimiento conjunto a que se refiere el


artículo precedente se ajustarán al mismo procedimiento establecido para el
juicio en el cual se susciten.

En la resolución que reciba la causa a prueba, el juez fijará separadamente


los puntos que se refieran a cada una de las materias sometidas a su
conocimiento.

La sentencia deberá pronunciarse sobre todas las cuestiones debatidas en el


proceso.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículo 17.

Artículo 25. El cese de la convivencia tendrá también fecha cierta a partir de


la notificación de la demanda, en el caso del artículo 23.

Asimismo, habrá fecha cierta, si no mediare acuerdo ni demanda entre los


cónyuges, cuando, habiendo uno de ellos expresado su voluntad de poner fin a
la convivencia a través de cualquiera de los instrumentos señalados en las
letras a) y b) del artículo 22 o dejado constancia de dicha intención ante el
juzgado correspondiente, se notifique al otro cónyuge. En tales casos, se
tratará de una gestión voluntaria y se podrá comparecer personalmente. La
notificación se practicará según las reglas generales.

Concordancias: Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 22 y 23.

408. En el supuesto del inciso 2º, el cómputo del término de cese de la


Jurisprudencia: 
convivencia principia desde la notificación legal de la resolución que así lo dispone.
Así lo ha precisado la I Corte de Apelaciones de Concepción, para desechar la opinión de
lma. 

una de las partes, según la cual dicho plazo debía comenzar a correr desde que
transcurriera el término para recurrir la resolución que ordenaba la notificación: "[El
apelante sostiene que debió rechazarse la demanda de divorcio al no estar cumplidos los
tres años de cese de convivencia. En este punto, estima que tratándose la notificación del
acta de cese de convivencia, de una gestión no contenciosa, el plazo sólo puede empezar
a computarse una vez transcurrido el término para recurrir en contra de la resolución que
ordena dicha notificación. 3º) Que esta particular interpretación que pretende del artículo
25 de la Ley Nº 19.947, escapa a su tenor literal, razón suficiente para rechazar esta
petición del apelante. En efecto, dicha norma legal contempla expresamente que habrá
fecha cierta del cese de convivencia cuando, habiendo uno de ellos expresado su
voluntad de poner fin a la convivencia a través de cualquiera de los instrumentos
señalados en las letras a) y b) del artículo 22 o dejado constancia de dicha intención ante
el juzgado correspondiente, se notifique al otro cónyuge... Es cierto que la gestión es de
naturaleza no contenciosa, por ello tiene lugar la aplicación de normas procesales civiles,
entre otras, que los plazos empiezan a correr desde la notificación legal de la resolución
que lo dispone, de lo que cabe colegir que es ese el punto de partida para el cómputo del
término de cese de convivencia y no aquel que pretende el recurrente" (C. Apelaciones
de Concepción, 10 de febrero de 2017, cons. 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/503/2017,
Rol Nº 686-2016).

Párrafo 2º De la separación judicial

1. De las causales

Artículo 26. La separación judicial podrá ser demandada por uno de los


cónyuges si mediare falta imputable al otro, siempre que constituya una
violación grave de los deberes y obligaciones que les impone el matrimonio, o
de los deberes y obligaciones para con los hijos, que torne intolerable la vida
en común.

No podrá invocarse el adulterio cuando exista previa separación de hecho


consentida por ambos cónyuges.

En los casos a que se refiere este artículo, la acción para pedir la separación
corresponde únicamente al cónyuge que no haya dado lugar a la causal.

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 131, 132, 133, 134, 136, 222 a 242. Ley Nº   19.947, de
Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 21, 22 y 54. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 15.

409. El adulterio de uno de los cónyuges configura un supuesto de la


Jurisprudencia: 
causa genérica que habilita para solicitar la separación judicial. Se ha declarado así
que: "En la norma legal precitada [art. 26] se contiene una cláusula amplia o genérica para
motivar la separación judicial, cuyo rasgo distintivo es la necesidad de que medie una falta
imputable a uno de los cónyuges. Una de las hipótesis que puede configurarla está
constituida por la "violación grave de los deberes y obligaciones que impone el
matrimonio". De acuerdo con lo que prescribe el artículo 131 del Código Civil, el de
fidelidad es uno de los deberes inherentes al vínculo matrimonial. Sin perjuicio de la
amplitud de ese concepto, en la regulación legal se ha puesto el acento en su expresión
de lealtad sexual. Tanto es así que el artículo 132 de ese texto legal dispone,
expresamente, que el adulterio comporta una grave infracción al deber de fidelidad,
puntualizando enseguida que cometen adulterio 'la mujer casada que yace con varón que
no sea su marido y el varón casado que yace con mujer que no sea su cónyuge'.
Consecuentemente, por valoración legal inequívoca el adulterio puede significar una
causal que autorice la separación judicial" (C. Apelaciones de Santiago, 25 de julio
de 2012, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/2141/2012, Rol Nº 2416-2011). Se reitera este
considerando en sentencia posterior (C. Apelaciones de Santiago, 22 de marzo de 2013,
cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/628/2013, Rol Nº 2079-2012). 410. La limitación del
supuesto de adulterio en el caso del inciso 2º de este artículo. Sobre ella se ha
declarado que: '[L]a misma ley ha colocado límites para la procedencia de una pretensión
de esta clase, al disponer que "No podrá invocarse el adulterio cuando exista previa
separación de hecho consentida por ambos cónyuges'. Como suele acontecer muchas
veces, el derecho, las normas, deben adaptarse a realidad imperante o a los cambios que
experimentan las relaciones en sociedad, de manera que han de reconocer y regular las
situaciones que se ya se están verificando en el plano del ser. En ese sentido
corresponde entender que la Ley de Matrimonio Civil haya dedicado un párrafo especial
(1º del Capítulo III) para normar lo que precisamente denomina como 'separación de
hecho', esto es, un estado de ruptura de la vida en común, producido sin intervención
judicial, 'de facto'. Dicha regulación importa un reconocimiento de la autonomía de los
cónyuges para suspender ciertos efectos del matrimonio, disponibilidad que inclusive
alcanza al deber de fidelidad sexual, de momento que la regla legal que se ha traído a
colación inciso segundo del artículo 26 de la Ley de Matrimonio Civil impide invocar el
adulterio como causa para la separación judicial, cuando ha intercedido una separación
de hecho, de común acuerdo (Javier Barrientos Grandon, Derecho de las Personas. El
Derecho Matrimonial, Abeledo Perrot/Thomson Reuters, Santiago, 2011, pp. 582-583)"
(C. Apelaciones de Santiago, 25 de julio de 2012, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2141/2012, Rol Nº 2416-2011). El mismo tribunal ha reiterado
esta opinión en sentencia posterior, en la que se transcribe el considerando que antecede
(C. Apelaciones de Santiago, 22 de marzo de 2013, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/628/2013, Rol Nº 2079-2012).

Artículo 27. Sin perjuicio de lo anterior, cualquiera de los cónyuges podrá


solicitar al tribunal que declare la separación, cuando hubiere cesado la
convivencia.

Si la solicitud fuere conjunta, los cónyuges deberán acompañar un acuerdo


que regule en forma completa y suficiente sus relaciones mutuas y con
respecto a sus hijos. El acuerdo será completo si regula todas y cada una de
las materias indicadas en el artículo 21. Se entenderá que es suficiente si
resguarda el interés superior de los hijos, procura aminorar el menoscabo
económico que pudo causar la ruptura y establece relaciones equitativas, hacia
el futuro, entre los cónyuges cuya separación se solicita.

Concordancias: Código Civil: artículos 222 inciso 2º, 225 inciso 3º, 244 inciso 3º, 245 inciso 2º. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 3º inciso 1º, 21, 22 y 31. Ley Nº  19.968, crea
Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 15. Decreto Nº  789, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 16.1.

. La ley no exige un plazo determinado de cese de la convivencia. Se ha


Jurisprudencia: 411
precisado en este sentido: "Que, tal como lo afirma la sentenciadora de primer grado, la
ley no exige un período determinado de cese de la convivencia para que proceda la
separación judicial. El artículo 27 inciso primero, antes referido, sólo exige el cese de la
convivencia" (C. Apelaciones de Concepción, 9 de septiembre de 2016, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7358/2016, Rol Nº 357-2016). 412. La calidad de separado
judicialmente no constituye estado civil. Los cónyuges, desde que se subinscribe la
sentencia que decreta la separación judicial al margen de la respectiva inscripción
matrimonial, de acuerdo con el inciso 2º del artículo 32 de la Ley de Matrimonio Civil,
adquieren la calidad de separados: "Efectuada la subinscripción [...] los cónyuges
adquirirán la calidad de separados [...]". Sin perjuicio de lo cual, como ejemplo de poca
prolijidad legislativa lo constituye la parte final del artículo 38 de la misma ley que señala
que si produce la reanudación de la vida en común de los cónyuges después de
decretada su separación judicial se "restablece el estado civil de casados", torpeza
reiterada en la modificación al inciso 1º del artículo 305 del Código Civil: "El estado civil de
casado, separado judicialmente, [...]", expresión que no es conciliable con la de "calidad
de separados" empleada en el citado inciso 2º del artículo 32 de la ley y, respecto de la
cual, algunos autores se han inclinado por la tesis de entender que se trata de un nuevo
"estado civil", ya por simples razones de la literalidad de los textos legales, ya por razones
finalistas que permitirían asumir de mejor modo la visión de los católicos que entienden
como indisoluble el matrimonio sacramental. Toda interpretación exige, al tenor del inciso
1º del artículo 22 del Código Civil, acudir al "contexto de la ley", que "servirá para ilustrar
el sentido de cada una de sus partes, de manera que haya entre todas ellas la debida
correspondencia y armonía". El contexto de la Ley de Matrimonio Civil es unívoco en esta
materia: la separación judicial no genera un "nuevo estado civil", pues los separados
conservan su estado civil de casados, y así la parte final del referido inciso 2º del dicho
artículo 32 de la ley es terminante al declarar que, si bien los cónyuges adquieren la
calidad de separados, ella "no los habilita para volver a contraer matrimonio", pues
continúan como "cónyuges", y por ello: el artículo 33 de la misma ley advierte que: "La
separación judicial deja subsistentes todos los derechos y obligaciones personales que
existen entre los cónyuges [...]"; el artículo 34 declara que termina la sociedad conyugal o
el régimen de participación en los gananciales que hubiera existido "entre los cónyuges";
el artículo 35, a su vez, señala que: "El derecho de los cónyuges a sucederse entre sí no
se altera por la separación judicial [...]"; el artículo 37 dice: "El hijo concebido una vez
declarada la separación judicial de los cónyuges [...]"; el mismo artículo 38 comienza con
la frase: "La reanudación de la vida en común de los cónyuges [...]"; el artículo 39 se
refiere a "ambos cónyuges"; y en los artículos 40 y 41 vuelve a hablarse de "los
cónyuges". De guisa que la única armonía posible de todas estas disposiciones en la Ley
Nº 19.947, exige interpretar como impropia la expresión estado civil atribuida a la calidad
de separado judicialmente que se contiene en el citado artículo 38 de la ley. Lo mismo
cabe decir de la modificación al artículo 305 del Código Civil, pues no hay manera de
armonizarlo con ninguno de sus artículos referidos al matrimonio si se entendiera que la
separación judicial genera un nuevo estado civil, ni con muchos otros, y un solo ejemplo
que ministra el artículo 35 de la ley: ¿Cómo se justificarían los derechos hereditarios
recíprocos de quienes tuvieren el "estado civil de separados" sin descabalar por completo
todo el régimen de la sucesión por causa de muerte? Además, cómo armonizarlo con la
noción de estado civil que, en cuanto atributo de la personalidad, no admite duplicidad
respecto de una misma fuente, pues, tal como lo reitera nuestra Jurisprudencia: "El estado
civil es un atributo de la personalidad y, por ende, no puede existir duplicación de estados
respecto de una misma fuente, produce efectos erga omnes, pues no sólo interesa al
individuo en particular sino a la sociedad en su conjunto, no admite divisiones y es
permanente mientras no se adquiera otro de acuerdo a la ley" (C. Suprema, 7 de mayo
de 2007, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/4675/2007, Rol Nº 5616-2006). La
jurisprudencia, con buen sentido y criterio, no ha dudado en afirmar que la separación
judicial no general un estado civil y ha agregado como una de sus razones el recurso a la
historia fidedigna de la ley: "En igual sentido formula un criterio Andrea Muñoz Sánchez
(artículo en obra 'Seminario Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil' realizado por la Academia
Judicial de Chile, los días 13 y 14 octubre de 2004)", al expresar: "si bien en la discusión
del proyecto se aprobó la idea de crear un nuevo estado civil de separados, en su última
etapa se revisó y acogió una indicación tendiente a corregir ese error, atendido que una
persona no puede tener el estado civil de separada y de casada al mismo tiempo. Así fue
como se estableció que se adquiere simplemente la calidad de separados, como hemos
dicho. Con todo, lamentablemente, no se hicieron los ajustes del caso, en relación a otras
normas que se referían al tema, habiendo quedado al menos dos disposiciones que
parecieran mantener la idea anterior: la del artículo 38, que al referirse a la reanudación
de la vida en común señala que se restablece 'el estado civil de casados', como
sugiriendo que durante la separación el estado era el otro y el artículo 305, que
derechamente lo introduce como un estado civil más. Con todo, en una interpretación
sistemática, que tenga a la vista la historia de la ley, podría sostenerse que el verdadero
sentido no es otro que el de consagrarlo como una simple condición, pero que subsiste y
prima el estado civil de casado" (C. de Apelaciones de Santiago, 23 de julio de 2008,
cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/5494/2008, Rol Nº 2919-2008), y, en su consecuencia,
ha declarado que: "En criterio de estos sentenciadores resulta más apropiado considerar
que la calidad de separados a que alude el artículo 27 de la Ley Sobre Matrimonio Civil,
no constituye un estado civil, sino que tal como se señaló precedentemente en el motivo
anterior, es una mera condición que conserva en aquellos que la adquieren vía resolución
judicial la calidad de estado civil de casado" (C. de Apelaciones de Santiago, 23 de julio
de 2008, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/5494/2008, Rol Nº 2919-
2008). 413. Separación judicial y transacción. Como corolario de la opinión defendida
en la sentencia que queda citada, se declaró en ella que es posible transigir sobre la
calidad de separado: "En el caso sub lite ha quedado demostrado que los solicitantes
presentaron ante el Cuarto Juzgado de Familia, una transacción en una materia propia de
una separación matrimonial judicial, y teniendo presente que en criterio de estos
sentenciadores resulta más apropiado considerar que la calidad de separados a que
alude el artículo 27 de la Ley Sobre Matrimonio Civil, no constituye un estado civil, sino
que tal como se señaló precedentemente en el motivo anterior, es una mera condición
que conserva en aquellos que la adquieren vía resolución judicial la calidad de estado civil
de casado" (C. de Apelaciones de Santiago, 23 de julio de 2008, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5494/2008, Rol Nº 2919-2008).

2. Del ejercicio de la acción

Artículo 28. La acción de separación es irrenunciable.

Concordancias: Código Civil: artículo 12. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 41, 57.

Artículo 29. La separación podrá solicitarse también en el procedimiento a


que dé lugar alguna de las acciones a que se refiere el artículo 23, o una
denuncia por violencia intrafamiliar producida entre los cónyuges o entre
alguno de éstos y los hijos.

Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículo 23. Ley Nº  19.968, crea
Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º.

Artículo 30. Tratándose de cónyuges casados bajo el régimen de sociedad


conyugal, cualquiera de ellos podrá solicitar al tribunal la adopción de las
medidas provisorias que estime conducentes para la protección del patrimonio
familiar y el bienestar de cada uno de los miembros que la integran.

Lo dispuesto en el presente artículo se aplicará sin perjuicio del derecho que


asiste a las partes de solicitar alimentos o la declaración de bienes familiares,
conforme a las reglas generales.

Concordancias: Código Civil: artículos 135, 141, 321, 1723. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículos 8º y 22.

Artículo 31. Al declarar la separación, el juez deberá resolver todas y cada


una de las materias que se señalan en el artículo 21, a menos que ya se
encontraren reguladas o no procediere la regulación judicial de alguna de ellas,
lo que indicará expresamente. Tendrá en especial consideración los criterios de
suficiencia señalados en el artículo 27.

El juez utilizará los mismos criterios al evaluar el acuerdo presentado o


alcanzado por los cónyuges, procediendo en la sentencia a subsanar sus
deficiencias o modificarlo si fuere incompleto o insuficiente.

En la sentencia el juez, además, liquidará el régimen matrimonial que


hubiere existido entre los cónyuges, si así se le hubiere solicitado y se hubiere
rendido la prueba necesaria para tal efecto.

Concordancias: Código Civil: artículo 1776. Código Orgánico de Tribunales: artículo 227 número 1.
Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,D.O.  17.05.2004: artículos 21, 27 y 36.

414. No es necesario solicitar, además de la separación judicial, que se


Jurisprudencia: 
declare la disolución de la sociedad conyugal. Sobre este punto se ha declarado que:
"El artículo 31 de la Ley de Matrimonio Civil establece que al declarar la separación
judicial el juez deberá, entre otras materias, liquidar en la sentencia 'el régimen
matrimonial que hubiese existido entre los cónyuges, si así se le hubiere solicitado y se
hubiere rendido la prueba necesaria para tal efecto'. Aunque no se pidió expresamente en
la demanda que junto con la separación judicial se declarase la disolución de la sociedad
conyugal, ello no era necesario desde que este efecto constituye una consecuencia
natural de acogerse aquella acción, como explícitamente lo establece el artículo 34 de la
Ley de Matrimonio Civil, de manera que la omisión de la demanda que ha representado la
parte demandada para oponerse a la liquidación del régimen de bienes, carece
jurídicamente de toda importancia" (C. de Apelaciones de Concepción, 24 de septiembre
de 2007, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5560/2007, Rol Nº 1015-2007). 415. Sólo
procede la liquidación de la sociedad conyugal si los cónyuges la solicitan de
común acuerdo. Así se ha entendido que: "Si bien de los términos del inciso tercero del
artículo 31 de la Ley de Matrimonio Civil pareciera que la solicitud de liquidación puede
siempre plantearse sin condiciones cuando se acciona de separación judicial, tal criterio
no tiene sustento legal. En efecto, de acuerdo con el artículo 227 Nº 1 del Código
Orgánico de Tribunales, la liquidación de una sociedad conyugal es materia de arbitraje
forzoso, pero a dicho artículo se agregó un inciso final por el artículo octavo de la Ley de
Matrimonio Civil, con el fin de establecer que 'Los interesados, de común acuerdo, pueden
también solicitar al juez que conoce el procedimiento sobre la separación judicial... que
liquide la sociedad conyugal'. Por tanto, sólo de un modo excepcional la ley permite que
sea el tribunal que conoce de un juicio de separación judicial el que proceda a efectuar la
liquidación del régimen de bienes existente entre los cónyuges, y ello ocurrirá únicamente
en el caso de que ambos lo soliciten de común acuerdo, quedando excluido el caso que
sólo uno de ellos lo pida. La ley no ha podido desconocer esa situación puesto que las
normas que se encuentran en aparente colisión aparecen consagradas en el mismo
cuerpo legal (artículo 31 y artículo octavo de la Ley de Matrimonio Civil), de manera que
una interpretación racional y armónica de las mismas no puede sino llevar a concluir que
el juez de familia sólo está facultado para liquidar una sociedad conyugal cuando las
partes lo piden de común acuerdo y hubieren aportado la prueba necesaria para ello" (C.
de Apelaciones de Concepción, 24 de septiembre de 2007, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5560/2007, Rol Nº 1015-2007).
3. De los efectos

Artículo 32. La separación judicial produce sus efectos desde la fecha en


que queda ejecutoriada la sentencia que la decreta.

Sin perjuicio de ello, la sentencia ejecutoriada en que se declare la


separación judicial deberá subinscribirse al margen de la respectiva inscripción
matrimonial. Efectuada la subinscripción, la sentencia será oponible a terceros
y los cónyuges adquirirán la calidad de separados, que no los habilita para
volver a contraer matrimonio.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Código de Procedimiento Civil: artículos 174, 231. Ley
Nº  4.808, de  Registro Civil, artículo 4º número 4º. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e
Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º número 2. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,
D.O.  5.08.1999: artículo 20 inciso final. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil, D.O.  17.05.2004: artículos
2º inciso 1º, 5º número 1, 31, 42.

416. La calidad de separado judicialmente no constituye estado civil.


Jurisprudencia: 
Queda dicho que se ha estimado que: "Resulta más apropiado considerar que la calidad
de separados a que alude el artículo 27 de la Ley Sobre Matrimonio Civil, no constituye un
estado civil, sino que tal como se señaló precedentemente en el motivo anterior, es una
mera condición que conserva en aquellos que la adquieren vía resolución judicial la
calidad de estado civil de casado" (C. de Apelaciones de Santiago, 23 de julio de 2008,
cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/5494/2008, Rol Nº 2919-2008). Véase Jurisprudencia al
artículo 27 de esta ley.

Artículo 33. La separación judicial deja subsistentes todos los derechos y


obligaciones personales que existen entre los cónyuges, con excepción de
aquellos cuyo ejercicio sea incompatible con la vida separada de ambos, tales
como los deberes de cohabitación y de fidelidad, que se suspenden.

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 131, 132, 133, 134.

Artículo 34. Por la separación judicial termina la sociedad conyugal o el


régimen de participación en los gananciales que hubiere existido entre los
cónyuges, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 147 del Código Civil.

Concordancias: Código Civil: artículos 135, 147, 1764 número 3º, 1792-27 número 4.

Artículo 35. El derecho de los cónyuges a sucederse entre sí no se altera


por la separación judicial. Se exceptúa el caso de aquél que hubiere dado lugar
a la separación por su culpa, en relación con el cual el juez efectuará en la
sentencia la declaración correspondiente, de la que se dejará constancia en la
subinscripción.

Tratándose del derecho de alimentos, regirán las reglas especiales


contempladas en el Párrafo V, del Título VI del Libro Primero del Código Civil.

Concordancias: Código Civil: artículos 172 a 175, 177 y 178, 994 inciso 1º, 1182 inciso 2º. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículo 26.

Artículo 36. No se alterará la filiación ya determinada ni los deberes y


responsabilidades de los padres separados en relación con sus hijos. El juez
adoptará todas las medidas que contribuyan a reducir los efectos negativos
que pudiera representar para los hijos la separación de sus padres.

Concordancias: Código Civil: artículos 181, 183, 184, 185, 222 a 242. Ley Nº  19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 1º inciso 2º, 3º y 31.

Artículo 37. El hijo concebido una vez declarada la separación judicial de los


cónyuges no goza de la presunción de paternidad establecida en el artículo
184 del Código Civil. Con todo, el nacido podrá ser inscrito como hijo de los
cónyuges, si concurre el consentimiento de ambos.

Concordancias: Código Civil: artículos 184, 188. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículo 32.

4. De la reanudación de la vida en común

Artículo 38. La reanudación de la vida en común de los cónyuges, con


ánimo de permanencia, pone fin al procedimiento destinado a declarar la
separación judicial o a la ya decretada, y, en este último caso, restablece el
estado civil de casados.

Concordancias: Código Civil: artículos 304 y 305. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de


Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 20 inciso final. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículo 55 inciso final.

Artículo 39. Decretada la separación judicial en virtud del artículo 26, la


reanudación de la vida en común sólo será oponible a terceros cuando se
revoque judicialmente dicha sentencia, a petición de ambos cónyuges, y se
practique la subinscripción correspondiente en el Registro Civil.
Decretada judicialmente la separación en virtud del artículo 27, para que la
reanudación de la vida en común sea oponible a terceros, bastará que ambos
cónyuges dejen constancia de ella en acta extendida ante el Oficial del
Registro Civil, subinscrita al margen de la inscripción matrimonial. El Oficial del
Registro Civil comunicará estas circunstancias al tribunal competente, quien
ordenará agregar el documento respectivo a los antecedentes del juicio de
separación.

Concordancias: Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil,  D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 4º número 4º. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e
Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º número 2. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 20 inciso final. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 26 y 27.

Artículo 40. La reanudación de la vida en común, luego de la separación


judicial, no revive la sociedad conyugal ni la participación en los gananciales,
pero los cónyuges podrán pactar este último régimen en conformidad con el
artículo 1723 del Código Civil.

Concordancias: Código Civil: artículos 135, 1723, 1792-1 y 1792-2.

Artículo 41. La reanudación de la vida en común no impide que los


cónyuges puedan volver a solicitar la separación, si ésta se funda en hechos
posteriores a la reconciliación de los cónyuges.

Concordancias: Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículo 28.

CAPÍTULO IV DE LA TERMINACIÓN DEL MATRIMONIO

Párrafo 1º Disposiciones generales

Artículo 42. El matrimonio termina:

1º Por la muerte de uno de los cónyuges;

2º Por la muerte presunta, cumplidos que sean los plazos señalados en el


artículo siguiente;
3º Por sentencia firme de nulidad, y

4º Por sentencia firme de divorcio.

Concordancias: Código Civil: artículos 78, 80 y 102. Código de Procedimiento Civil: artículo 174.  Ley
Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 26. Decreto Nº  778, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo
23.4. Decreto Nº  789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas
de discriminación contra la mujer,  D.O.  9.12.1989, artículo 16.1 letra c). Decreto Nº  873, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 17.4.

417. Las causas de terminación del matrimonio son taxativas y


Jurisprudencia: 
excluyentes unas de otras. En este sentido se ha declarado: "Que en conformidad al
artículo 42 de la Ley Nº 19.947 el matrimonio termina por la muerte de uno de los
cónyuges; por la muerte presunta cumplidos los plazos señalados en la ley, por sentencia
firme de nulidad y por sentencia firme de divorcio. Las causales por su naturaleza son
taxativas y excluyentes entre sí de modo tal que el vínculo matrimonial no puede sino
finalizar por una de ellas" (C. Suprema, 15 de marzo de 2010, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/16774/2010, Rol Nº 8945-2009). En igual orientación se ha
reiterado que: "[D]el artículo 42 de la Ley de Matrimonio Civil Nº 19.947, su numeral
primero dispone que el matrimonio termina por la muerte de uno de los cónyuges y el
numeral cuarto por divorcio, constituyendo, en la especie, dos tipos de finalización de
éste, no pudiendo aplicarse ambas, toda vez que el referido artículo contempla cuatro
situaciones de término del matrimonio independiente una de la otra" (C. Apelaciones de
Concepción, 19 de febrero de 2013, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/384/2013, Rol
Nº 48-2013). 418. Si uno de los cónyuges muere antes del "cúmplase" de la
sentencia definitiva de divorcio, ésta queda sin efecto, pues en tal caso el
matrimonio ha terminado por la muerte de uno de los cónyuges. Así se ha declarado
que: "[D]el artículo 42 de la ley de matrimonio civil Nº 19.947, su numeral primero dispone
que el matrimonio termina por la muerte de uno de los cónyuges y el numeral cuarto por
divorcio, constituyendo, en la especie, dos tipos de finalización de éste, no pudiendo
aplicarse ambas, toda vez que el referido artículo contempla cuatro situaciones de término
del matrimonio independiente una de la otra y en el presente caso consta de los
antecedentes que doña [...] falleció con fecha 29 de septiembre de 2012, esto es, con
anterioridad al cúmplase de 10 de octubre de 2012, de la sentencia definitiva que decretó
el divorcio entre el recurrente y la causante, dictada en causa Rit C-213-2012, por el
Tribunal de Familia de Tomé, toda vez que ella fue apelada y posteriormente confirmada
por esta Corte el 12 de septiembre de 2012, en causa Rol Nº 316-2012 [...] Que, de lo
anterior, queda claro que el matrimonio entre el recurrente y la causante se disolvió por la
muerte de aquella, quedando sin efecto, en consecuencia, la sentencia anteriormente
indicada, que dio lugar al divorcio entre las partes y otorgó una compensación económica
en favor de la referida causante" (C. Apelaciones de Concepción, 19 de febrero de 2013,
cons. 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/384/2013, Rol Nº 48-2013). En el mismo sentido se
ha pronunciado la E Corte Suprema para confirmar una sentencia que ordenaba
xcma. 

cancelar la subsinscripción de una sentencia de divorcio, porque el demandado murió con


anterioridad a que la sentencia estuviera ejecutoriada: "la lectura del libelo que se
examina permite advertir que los sentenciadores hicieron una correcta aplicación de la
normativa atinente al caso de que se trata, de modo tal que no incurrieron en infracción
legal que influya, sustancialmente, en lo dispositivo del fallo. En efecto, tal como se
razona en la sentencia impugnada la sentencia de primera instancia que declaró el
divorcio entre las partes no se encontraba ejecutoriada al momento en que el vínculo
matrimonial, aún vigente, concluyó por la causal del artículo 42 Nº 1 de la Ley Nº 19.947,
esto es, por la muerte natural del demandado don [...], ocurrida el 25 de octubre de 2012,
razón por la cual, a partir de esa fecha la demandante pasó a tener el estado civil de
viuda. Por ende, debe disponerse la cancelación de la subinscripción de la sentencia de
divorcio debido a que la causa de término del matrimonio no fue ésta" (C. Suprema, 29 de
diciembre de 2014, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/9886/2014, Rol Nº 26537-2014).

Párrafo 2º De la terminación del matrimonio por muerte presunta

Artículo 43. El matrimonio termina por la muerte presunta de uno de los


cónyuges, cuando hayan transcurrido diez años desde la fecha de las últimas
noticias, fijada en la sentencia que declara la presunción de muerte.

El matrimonio también se termina si, cumplidos cinco años desde la fecha de


las últimas noticias, se probare que han transcurrido setenta años desde el
nacimiento del desaparecido. El mismo plazo de cinco años desde la fecha de
las últimas noticias se aplicará cuando la presunción de muerte se haya
declarado en virtud del número 7 del artículo 81 del Código Civil.

En el caso de los números 8 y 9 del artículo 81 del Código Civil, el


matrimonio se termina transcurrido un año desde el día presuntivo de la
muerte.

El posterior matrimonio que haya contraído el cónyuge del desaparecido con


un tercero, conservará su validez aun cuando llegare a probarse que el
desaparecido murió realmente después de la fecha en que dicho matrimonio se
contrajo.

Concordancias: Código Civil: artículos 80 a 94.

CAPÍTULO V DE LA NULIDAD DEL MATRIMONIO


Párrafo 1º l. De las causales

Artículo 44. El matrimonio sólo podrá ser declarado nulo por alguna de las
siguientes causales, que deben haber existido al tiempo de su celebración:

a) Cuando uno de los contrayentes tuviere alguna de las incapacidades


señaladas en el artículo 5º, 6º ó 7º de esta ley, y

b) Cuando el consentimiento no hubiere sido libre y espontáneo en los


términos expresados en el artículo 8º.

Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 1º inciso 2º, 3º, 5º, 6º,
7º, 8º, 45, 46 y 49.  Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 26 inciso 2º.

419. Del matrimonio válido y del matrimonio nulo. La E  Corte Suprema ha


Jurisprudencia:  xcma.

precisado en alguna ocasión la distinción entre matrimonios válidos y matrimonios nulos:


"[C]abe tener presente que el matrimonio se divide, en cuanto a su eficacia, en válido y
nulo. El primero es aquél que no se encuentra afectado por ninguna causal que pueda
acarrear su nulidad, en tanto que el segundo es aquél que tiene algún vicio, de forma o de
fondo, que afecta su validez y que permite restarle eficacia. Por su parte, el matrimonio
nulo puede calificarse, a su vez, en simplemente nulo o putativo. El primero, como
cualquier otro acto que ha sido declarado nulo por una sentencia judicial, deja de producir
los efectos de tal, y lo que es más, se considera como si nunca hubiese sido celebrado,
que jamás ha producido efecto alguno y se reputa que no ha existido jamás, es decir, la
apariencia de legitimidad que el hecho de la celebración había dado a la unión de dos
personas, desaparece retroactivamente por la resolución que se ha pronunciado sobre la
nulidad" (C. Suprema, 27 de noviembre de 2014, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9028/2014, Rol Nº 7798-2014). 420. Disciplina propia y peculiar
de la nulidad del matrimonio y exclusión de la aplicación de las reglas de la nulidad
patrimonial. Si en los últimos años de aplicación de la Ley de Matrimonio Civil de 1884 se
apreciaba una tendencia mayoritaria de la jurisprudencia a negar la aplicación de las
reglas de la nulidad patrimonial en sede de matrimonio, bajo la vigencia de la Ley
Nº 19.947, acertadamente, la jurisprudencia de los tribunales superiores de justicia ha
mantenido ese criterio mayoritario, es decir, excluye del campo operativo de la nulidad
matrimonial las disposiciones del Título XX del Libro IV del Código Civil, referidas a la
nulidad de los actos o contratos patrimoniales, por estimar que la nulidad del matrimonio
se rige por su propia disciplina, contenida en la Ley de Matrimonio Civil. En este sentido,
ya en 2006, se declaraba que: "Esta Corte, si bien concuerda con dicha opinión, precisa
que las normas relativas a la nulidad de los actos o contratos a que se refiere el Título XX
(arts. 1681 a 1684 y 1687) no resultan aplicables a la materia en cuestión, por su clara
connotación de orden patrimonial y por existir en esa ley normas especiales como las
mencionadas precedentemente" (C. Apelaciones de Rancagua, 7 de septiembre de 2006,
cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2982/2006, Rol Nº 416-2006). En la misma dirección,
aunque con un leve matiz, se ha inclinado la E Corte Suprema: "Cabe tener presente
xcma. 

que el régimen de nulidad del acto del matrimonio no puede regirse estrictamente por las
reglas comunes del Título XX del Libro IV, que se refieren más propiamente a la nulidad
de las obligaciones o contratos patrimoniales. Si bien puede estimarse como marco
referencial, el estatuto de las normas de nulidad del derecho patrimonial, debe tenerse en
consideración que existen principios o reglas especiales, a los que se debe atender
preferentemente, en cumplimiento a lo dispuesto por el artículo 13 del Código Civil, por
tratarse de una materia que afecta al derecho de familia. Así si en principio no hay
inconveniente en que se apliquen las disposiciones de la nulidad derecho común, ello sólo
"en cuanto no se produzca incompatibilidad" (René Ramos Pazo. Derecho de
Familia. Editorial Jurídica de Chile, año 2000, 3ª Edición, Tomo I, página 70). Así también
lo ha resuelto esta Corte al señalar: "Que, además, los jueces del mérito han cometido
una falsa aplicación de la ley al decidir la litis con normas del Código Civil, que son
propias del ámbito patrimonial, las que han sido usadas de un modo improcedente en el
derecho de familia. Dicha infracción queda palmariamente demostrada al extender los
sentenciadores las normas del Código Civil, del estatuto patrimonial, a situaciones que
jamás han estado bajo el imperio de las aludidas normas, como ocurre en la especie con
la nulidad de matrimonio que se rige por preceptos propios, de orden público. (Rol
Nº 3895-2002)" (C. Suprema, 19 de marzo de 2012, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/646/2012, Rol Nº 6539-2011). Corolarios de esta opinión son los
siguientes: 420.1. Exclusión de la aplicación del artículo 1683 del Código Civil en
cuanto a que no puede el juez declarar de oficio la nulidad del matrimonio. Así se ha
declarado que: "Encontrándose especialmente regulada la causal de nulidad matrimonial
en estudio y respetando el carácter de derecho estricto que presenta la normativa que la
rige y las especiales particularidades de la misma, dadas principalmente por su naturaleza
y relación con el derecho de familia, no resulta procedente la aplicación en este caso de
las disposiciones del estatuto de la nulidad patrimonial —como es el artículo 1683 del
Código Civil— en cuya virtud se autoriza al juez para declarar la nulidad del acto o
contrato cuando el vicio que lo afecta aparece de manifiesto en el mismo, por ser ello
incompatible con la regulación expresa y especial dispuesta por el legislador en la
materia. En efecto, tal contrariedad se manifiesta en que mediante la actuación oficiosa
del tribunal se ha declarado la nulidad matrimonial en circunstancias que conforme a la
propia ley que regula la institución dicha acción se encuentra prescrita, tal como por lo
demás, fue declarado en el juicio en la audiencia preparatoria" (C. Suprema, 19 de marzo
de 2012, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/646/2012, Rol Nº 6539-2011) y, en el caso del
que conocía el tribunal, se invalidó la sentencia de la instancia, advirtiéndose en el fallo de
reemplazo que: "Tratándose el caso sub-lite de una nulidad matrimonial fundada en la
existencia de vínculo matrimonial no disuelto, acción que no se ejerció dentro del plazo de
un año que para estos efectos establece la ley, no corresponde declarar la nulidad de
oficio por el tribunal, amparado en normas del derecho patrimonial que resultan ajenas a
dicho instituto" (C. Suprema, 19 de marzo de 2012, sentencia de reemplazo, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/646/2012, Rol Nº 6539-2011); 420.2. Exclusión de la aplicación
del artículo 1683 del Código Civil en cuanto a la irrelevancia del dolo y del
conocimiento del vicio que invalidaba el matrimonio. Bajo la vigencia de la Ley de
Matrimonio Civil de 1884, la E Corte Suprema había declarado que: "La prohibición de
xcma. 

alegar la nulidad absoluta que impone el artículo 1683 del Código Civil al que ha
celebrado un contrato sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba, se refiere sólo
a los actos de carácter patrimonial y no al matrimonio civil, por tratarse éste de un
instituto sui generis al cual no le son aplicables las reglas del Código Civil sino las de la
Ley de Matrimonio Civil, las que contemplan la posibilidad de interponer acción de nulidad
a los presuntos cónyuges, sin que se contemple en ella ninguna excepción respecto de
las personas a quienes esté prohibido su ejercicio" (C. Suprema, 1 de julio de 2003, cons.
3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2362/2003, Rol Nº 3895-2002). Ha mantenido esta opinión
bajo la vigencia de la Ley Nº 19.947: "Que la acción de nulidad de matrimonio propia del
derecho de familia, escapa a la pretensión particular de los involucrados en beneficio del
interés social comprometido, presentando singularidades en cuanto a las causales,
titularidad o legitimación procesal de las acciones, al saneamiento y a los plazos de
prescripción. Se ha discutido también la posibilidad de aplicar la prohibición del artículo
1683 del Código Civil que impide alegar la nulidad a quien ha contraído sabiendo o
debiendo saber el vicio que afecta al acto o contrato, en este caso al matrimonio,
concluyéndose mayoritariamente por la doctrina la improcedencia de aplicar la sanción
por prevalecer el interés público envuelto en la materia" (C. Suprema, 19 de marzo de
2012, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/646/2012, Rol Nº 6539-2011). Esta opinión se
justifica porque el dolo, en cuanto que vicio del consentimiento, no tiene cabida en sede
de validez o invalidez del matrimonio, de ahí que la regla de excepción a la titularidad de
los presuntos cónyuges para el ejercicio de la acción de nulidad del matrimonio sólo se
refiera a excluir al cónyuge que no padeció el error o la fuerza (art. 46 letra b) Lmc), pues
la ratio sobre la que descansa el artículo 1683 del Código Civil en sede patrimonial es la
represión de una conducta dolosa del contratante que sabía o debía saber el vicio que
invalidaba el acto o contrato. En este sentido se ha declarado, en relación con la
posibilidad de que el cónyuge bígamo demande la declaración de nulidad, que: "De las
disposiciones citadas resulta entonces que la Ley Nº 19.947 concede la titularidad de la
acción de nulidad de matrimonio por la causal de vínculo matrimonial no disuelto: a) a los
presuntos cónyuges, esto es, a aquellos contrayentes que se hallaren ligados por vínculo
matrimonial no disuelto y que por ello la ley califica de presuntos, quienes así quedan
legitimados para reclamar la nulidad, la que puede impetrar incluso el propio bígamo
invocando este impedimento" (C. de Apelaciones de Valdivia, 7 de agosto de 2007, cons.
3º, LegalPublishing: Cl/Jur/4632/2007, Rol Nº 421-2007). Sin perjuicio de lo anterior, la
I Corte de Apelaciones de Concepción en una regresiva sentencia de 21 de abril de
lma. 

2008, ha declarado la procedencia de la aplicación del citado artículo 1683 en sede de


nulidad matrimonial para excluir del ejercicio de la acción de nulidad al cónyuge que,
ligado por matrimonio no terminado, "contrajo" "segundo matrimonio" y luego demandó la
declaración de nulidad de ese su "segundo" matrimonio: "Que conforme al principio
contenido en el artículo 1683 del Código Civil, de que nadie puede aprovecharse de su
propio dolo o culpa, en relación con lo previsto en el artículo 46 letra d) de la Ley
Nº 19.947, aparece claro que el actor carece de legitimación activa para impetrar la acción
de declaración de nulidad de su matrimonio con doña [...] En efecto, del propio
fundamento de su demanda, así como de certificados y actas de sus matrimonios que el
actor acompañó al proceso, resulta evidente que al contraer matrimonio con doña [...],
tenía pleno conocimiento, de manera real y efectiva, que se encontraba casado con doña
[...] y que tal vinculo no se había disuelto, esto es, sabía fehacientemente de la existencia
del vicio que invalidaba su segundo matrimonio, razón por la cual corresponde rechazar
su demanda de nulidad de matrimonio" (C. Apelaciones de Concepción, 21 de abril de
2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/6663/2008, Rol Nº 2193-2007). 421. Carácter
taxativo de las causas de nulidad matrimonial. La jurisprudencia ha recordado que:
"Tratándose de nulidad matrimonial rige el principio de 'no hay nulidad sin texto', así se
desprende del artículo 44 de la Ley Nº 19.947, al señalar que 'el matrimonio sólo podrá
ser declarado nulo por algunas de las siguientes causales...'. Lo anterior, da cuenta del
mayor grado de rigurosidad asignado por la ley, precisamente en razón de las
implicancias sociales que trae aparejada la declaración de nulidad del matrimonio. 'Al
legislador le interesa la subsistencia de la institución por lo que sólo se resigna a
sancionar con la nulidad cuando se transgreden causales estrictas y taxativamente
mencionadas en la ley como tales'. Es el principio francés de '...pas de nullité de mariage
sans un texte qui la pronnonce expressement'. (Hernán Corral Talciani, "Nueva Ley de
Matrimonio Civil, Ley Nº 19.947", en Seminario del Colegio de Abogados de Chile, mayo
del año 2004). La nulidad matrimonial es de derecho estricto y, por lo tanto, sus causales
requieren texto expreso de ley, la interpretación debe ser restrictiva y no procede la
analogía como regla auxiliar de la hermenéutica legal. Asimismo, no existe un motivo
genérico de nulidad, como sucede en el derecho común —artículos 1681 y 1682 del
Código Civil— sino que para impetrar una acción de esta naturaleza se requiere de la
existencia de alguna de las causales señaladas por el legislador" (C. Suprema, 19 de
marzo de 2012, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/646/2012, Rol Nº 6539-2011). En el
mismo sentido, se ha declarado que: "La regulación de la acción de la nulidad matrimonial
en el texto de la Ley Nº 19.947 es rigurosa y taxativa, no admitiendo ni causales ni
titulares genéricos, como acontece en el examen de la nulidad en el derecho patrimonial,
y tampoco la aplicación de disposiciones legales distintas a ellas" (C. de Apelaciones de
Valdivia, 7 de agosto de 2007, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/4632/2007, Rol Nº 421-
2007). 422. No hay nulidades de matrimonio de pleno derecho. Este principio lo ha
recordado la E  Corte Suprema: "Tampoco existe nulidad ipso iure, por lo que el
xcma.

matrimonio será válido y producirá sus efectos, entretanto no sea declarado nulo por
sentencia ejecutoriada, conforme se establece del artículo 42 Nº 3 de la Ley de
Matrimonio Civil" (C. Suprema, 19 de marzo de 2012, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/646/2012, Rol Nº 6539-2011). 423. Prueba de la causa de
nulidad e ineficacia probatoria de sentencia canónica. Se ha precisado que: "[P]ara
que pueda ser acogida una acción de nulidad, en los términos de la nueva normativa
legal, resulta también de toda evidencia que la o las causales que se invoquen deben ser
probadas por medio de las evidencias consagradas en el Código de Procedimiento en lo
civil, sin que baste el mero hecho de que haya existido una nulidad eclesiástica, como se
ha planteado, aunque se base en las mismas causales que en el presente juicio se han
invocado. Desde luego, hay que precisar que no resulta prueba suficiente la copia de la
sentencia dictada en sede eclesiástica, o aun una copia del juicio completo, ya que en el
presente caso sólo tiene la calidad de un documento y en el evento de que pudiere
otorgársele la calidad de documento o instrumento público, cabe recordar que al tenor del
artículo 1700 del Código Civil, El instrumento público hace plena fe en cuanto al hecho de
haberse otorgado y su fecha, pero no es cuanto a la verdad de las declaraciones que en
él hayan hecho los interesados. En esta parte no hace plena fe sino contra los
declarantes" (C. Apelaciones de Santiago, 29 de octubre de 2007, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6764/2007, Rol Nº 5453-2006).

Artículo 45. Es nulo el matrimonio que no se celebre ante el número de


testigoshábiles determinados en el artículo 17.

Concordancias: Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 16, 17 y 48 letra e).

Párrafo 2º De la titularidad y del ejercicio de la acción de nulidad

Artículo 46. La titularidad de la acción de nulidad del matrimonio


corresponde a cualesquiera de los presuntos cónyuges, salvo las siguientes
excepciones:
a) La nulidad fundada en el número 3º del artículo 5º podrá ser demandada
por cualquiera de los cónyuges o por alguno de sus ascendientes, pero
alcanzados los dieciséis años por parte de ambos contrayentes, la acción se
radicará únicamente en el o los que contrajeron sin tener esa edad; 292

b) La acción de nulidad fundada en alguno de los vicios previstos en el


artículo 8º corresponde exclusivamente al cónyuge que ha sufrido el error o la
fuerza;

c) En los casos de matrimonio celebrado en artículo de muerte, la acción


también corresponde a los demás herederos del cónyuge difunto;

d) La acción de nulidad fundada en la existencia de un vínculo matrimonial


no disuelto corresponde, también, al cónyuge anterior o a sus herederos, y

e) La declaración de nulidad fundada en alguna de las causales


contempladas en los artículos 6º y 7º podrá ser solicitada, además, por
cualquier persona, en el interés de la moral o de la ley.

El cónyuge menor de edad y el interdicto por disipación son hábiles para


ejercer por sí mismos la acción de nulidad, sin perjuicio de su derecho a actuar
por intermedio de representantes.

Concordancias: Código Civil: artículos 26, 342 y 442 a 455. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 5º número 2, 6º, 7º, 8º y 58.  Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión
civil, D.O.  21.04.2015: artículo 26 incisos 3º, 4º, 6º y 7º.

424. Naturaleza personal de la acción de nulidad, con ciertos efectos


Jurisprudencia: 
patrimoniales. Se han entendido que: "Aun cuando la acción de autos corresponde a una
acción personal del ámbito del derecho de familia, dicha naturaleza especial posee
efectos propios que explican que tenga consecuencias de índole patrimonial y que se
extienda a terceros que no son parte directa en los actos. Tal complejidad que se
presenta en el ámbito de las relaciones en la institución en estudio, permite concluir que la
distinción que formula la recurrente no puede ser aplicada con el rigor que se pretende.
Dicho criterio se refuerza en la circunstancia que la Ley Nº 19.585 de acuerdo a la
interpretación de sus preceptos, contemple a propósito de las acciones de filiación, la
posibilidad de que se accione después de fallecida una persona, precisamente en contra
de sus herederos, a fin de determinar la verdadera identidad de una persona, lo que
implica reconocer que las acciones que se han examinado presentan peculiaridades
impuestas por su especial naturaleza, lo que no es posible ignorar" (C. Suprema, 26 de
enero de 2009, cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/5819/2009, Rol Nº 6466-
2008). 425. Los titulares que pueden ejercer la acción de nulidad están
determinados expresamente por la ley. Así se ha advertido que: "El legislador
determinó expresamente los titulares activos de dicha acción de nulidad, es decir,
aquellos que se encuentran autorizados para perseguir la declaración de ineficacia del
supuesto vínculo matrimonial afectado por un vicio que amerite esa sanción"
(C. Suprema, 31 de marzo de 2008, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/6691/2008, Rol
Nº 975-2008; C. Suprema, 26 de enero de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5819/2009, Rol Nº 6466-2008). 426. Por regla general, no se
admiten titulares genéricos para el ejercicio de la acción de nulidad. En este sentido
se ha destacado que: "La regulación de la acción de la nulidad matrimonial en el texto de
la Ley Nº 19.947 es rigurosa y taxativa, no admitiendo ni causales ni titulares genéricos,
como acontece en el examen de la nulidad en el derecho patrimonial, y tampoco la
aplicación de disposiciones legales distintas a ellas" (C. de Apelaciones de Valdivia, 7 de
agosto de 2007, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/4632/2007, Rol Nº 421-
2007). 427. Titularidad para el ejercicio de la acción de nulidad y aplicación a ella del
artículo 1683 del Código Civil. Se mantiene, bajo la vigencia de la Ley Nº 19.947, la
existencia de dos opiniones en esta materia, aunque se consolida la opinión
negativa: a) Opinión favorable a la aplicación del artículo 1683: en una declaración
contraria a una asentada jurisprudencia y a toda sana razón jurídica, la Ilma. Corte de
Apelaciones de Concepción ha declarado aplicable el artículo 1683 del Código Civil en
sede de nulidad de matrimonio demandada por vínculo matrimonial no disuelto, de modo
que al probarse que el actor tenía pleno conocimiento, de manera real y efectiva, de que
se encontraba casado y de que tal vínculo no se había disuelto, esto es, sabía
fehacientemente de la existencia del vicio que invalidaba su segundo matrimonio,
"corresponde rechazar su demanda de nulidad de matrimonio", porque: "[C]onforme al
principio contenido en el artículo 1683 del Código Civil, de que nadie puede aprovecharse
de su propio dolo o culpa, en relación con lo previsto en el artículo 46 letra d)  de la Ley
Nº 19.947, aparece claro que el actor carece de legitimación activa para impetrar la acción
de declaración de nulidad de su matrimonio con doña [...] En efecto, del propio
fundamento de su demanda, así como de certificados y actas de sus matrimonios que el
actor acompañó al proceso, resulta evidente que al contraer matrimonio con doña [...],
tenía pleno conocimiento, de manera real y efectiva, que se encontraba casado con doña
[...] y que tal vinculo no se había disuelto, esto es, sabía fehacientemente de la existencia
del vicio que invalidaba su segundo matrimonio, razón por la cual corresponde rechazar
su demanda de nulidad de matrimonio" (C. de Apelaciones de Concepción, 21 de abril de
2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6663/2008, Rol Nº 2193-2007); b) Opinión
contraria a la aplicación del artículo 1683: de acuerdo con la naturaleza propia y
peculiar del matrimonio y de su disciplina singular en sede de nulidad, acertadamente se
ha decidido: "Que la prohibición de alegar la nulidad absoluta que impone el artículo 1683
del Código Civil al que ha celebrado un contrato sabiendo o debiendo saber el vicio que lo
invalidaba, se refiere sólo a los actos de carácter patrimonial y no al matrimonio civil, por
tratarse éste de un instituto sui generis al cual no le son aplicables las reglas del Código
Civil sino las de la Ley de Matrimonio Civil, las que contemplan la posibilidad de interponer
acción de nulidad a los presuntos cónyuges, sin que se contemple en ella ninguna
excepción respecto de las personas a quienes esté prohibido su ejercicio" (C. Suprema, 1
de julio de 2003, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2362/2003, Rol Nº 3895-2002). En la
misma línea que: "El ámbito de aplicación de la aludida normativa [Ley de Matrimonio
Civil] resulta claramente comprensivo de la acción de nulidad impetrada en estos autos,
excluyendo y prevaleciendo, por su marcada especialidad, a los preceptos contemplados
en el Título XX, del Código Civil, que, en general, reglan la nulidad y rescisión de otros
actos y contratos, especialmente de aquellos de índole patrimonial que en dicho cuerpo
legal se contemplan. Por este motivo, las limitaciones que en esos preceptos se contienen
para ejercer acción de nulidad, como lo es la prevista en el artículo 1683 respecto de
quienes sabían o debían saber del vicio de nulidad que invalidaba el acto, no deben
hacerse extensivas al ejercicio de la acción de nulidad de un contrato de matrimonio,
regida, como se ha expresado, por normas legales especiales que no impiden impetrarla
a cualquiera de los cónyuges, aun concurriendo dicha circunstancia" (C. de Apelaciones
de Santiago, 30 de julio de 2002, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/2272/2002, Rol
Nº 8526-2001). 428. La titularidad pasiva de la acción, al no estar precisada por la
Ley de Matrimonio Civil, se rige por los principios y reglas generales. Se ha
entendido así, que: "Si bien la ley en materia de nulidad matrimonial ha previsto y admitido
la intervención de personas distintas de aquéllas que celebraron el contrato matrimonial,
permitiéndoles accionar en las condiciones que la misma establece, lo cierto es que la
controversia de autos dice relación con la determinación de quienes son sujetos pasivos
de dicha acción, situación que la Ley de Matrimonio Civil, no regula especialmente, como
lo hace a propósito de la legitimidad activa, debiendo aplicarse, por lo tanto, los principios
y normas generales de Derecho para resolver sobre este aspecto" (C. Suprema, 26 de
enero de 2009, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/5819/2009, Rol Nº 6466-
2008). 429. Titulares activos de la acción de nulidad fundada en la existencia de
vínculo matrimonial no disuelto. Se ha declarado que: "La Ley Nº 19.947 concede la
titularidad de la acción de nulidad de matrimonio por la causal de vínculo matrimonial no
disuelto: a) a los presuntos cónyuges, esto es, a aquellos contrayentes que se hallaren
ligados por vínculo matrimonial no disuelto y que por ello la ley califica de presuntos,
quienes así quedan legitimados para reclamar la nulidad la que puede impetrar incluso el
propio bígamo invocando este impedimento; b) al cónyuge anterior, esto es, a aquel no
bígamo que se vio afectado por el matrimonio posterior del otro contrayente; y c) a los
herederos de este último, quienes al igual que aquél, tienen un interés en impedir los
inconvenientes de la consolidación de dos matrimonios y con ello la de dos líneas de
descendencia matrimonial o de dos sociedades conyugales, u otros de semejante
significación" (C. de Apelaciones de Valdivia, 7 de agosto de 2007, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/4632/2007, Rol Nº 421-2007). En el mismo sentido la E Corte xcma. 

Suprema ha destacado que: "[C]uando la causal se refiere al impedimento de hallarse


ligado el contrayente por matrimonio anterior no disuelto, pueden demandar la nulidad los
presuntos cónyuges del segundo matrimonio. El legislador, en la actual Ley de Matrimonio
Civil, amplió la titularidad de la misma, al cónyuge del primer matrimonio o a sus
herederos, pero no la extendió ni mantuvo la regla anterior, en el sentido de permitir
también su ejercicio a todo aquel que tenga interés, como serían los herederos del
cónyuge del segundo matrimonio" (C. Suprema, 31 de marzo de 2008, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6691/2008, Rol Nº 975-2008). El mismo tribunal ha reiterado que:
"[C]uando la causal se refiere al impedimento de hallarse ligado el contrayente por
matrimonio anterior no disuelto, pueden demandar la nulidad los presuntos cónyuges del
segundo matrimonio, y de acuerdo con la actual Ley de Matrimonio Civil, el cónyuge del
primer matrimonio o sus herederos" (C. Suprema, 26 de enero de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5819/2009, Rol Nº 6466-2008). 430. La acción de nulidad por
vínculo matrimonial no disuelto no compete a los herederos del presunto cónyuge.
Se ha precisado la doble excepción en que se encuentra esta causa, y que consiste en
que en este caso la acción de nulidad puede intentarse, excepcionalmente, al haber
muerto uno de los cónyuges, por el cónyuge anterior o por sus descendientes, pero en
ningún caso corresponde a los herederos del presunto cónyuge, es decir, a los herederos
de aquel que contrajo el segundo matrimonio. En este sentido la I Corte de Apelaciones
lma. 

de Valdivia sostuvo: "Que vigente el nuevo estatuto normativo, la tesis doctrinal de atribuir
cierta amplitud a la transmisibilidad a la acción de nulidad matrimonial, estimando
legitimados para su ejercicio a los herederos de los presuntos cónyuges, según se infería
de lo dispuesto en el artículo 34 de la antigua Ley de Matrimonio Civil, fundada en la
causal de vínculo matrimonial no disuelto, de don René Ramos Pazos (Derecho de
Familia; t. I, p. 82 Tercera Edición; Edit. Jurídica) resulta desestimada a la luz del rigor de
los nuevos preceptos" (C. de Apelaciones de Valdivia, 7 de agosto de 2007, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/4632/2007, Rol Nº 421-2007). La E Corte Suprema ha asumido
xcma. 

el mismo criterio: "[C] omo acertadamente lo decidieron los Jueces del grado, la hija y
heredera del cónyuge del segundo matrimonio, carece de legitimidad activa para intentar
esta acción" (C. Suprema, 31 de marzo de 2008, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6691/2008, Rol Nº 975-2008). 431. No es posible ejercitar la
acción de nulidad por vínculo matrimonial no disuelto invocando la calidad de
tercero con interés. Se ha declarado que la: "[P]retensión de atribuirse la calidad de
tercero con interés en el ejercicio de esta acción resulta estéril desde que conforme a lo
dispuesto en el artículo 46 letra e) de la Ley Nº 19.947 no es posible invocar tal interés
cuando la acción de nulidad de matrimonio se funda en la causal del vínculo matrimonial
no disuelto" (C. de Apelaciones de Valdivia, 7 de agosto de 2007, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4632/2007, Rol Nº 421-2007). En la misma línea se ha declarado
que: "Cuando la causal se refiere al impedimento de hallarse ligado el contrayente por
matrimonio anterior no disuelto, pueden demandar la nulidad los presuntos cónyuges del
segundo matrimonio. El legislador, en la actual ley de Matrimonio Civil, amplió la
titularidad de la misma, al cónyuge del primer matrimonio o a sus herederos, pero no la
extendió ni mantuvo la regla anterior, en el sentido de permitir también su ejercicio a todo
aquel que tenga interés, como serían los herederos del cónyuge del segundo matrimonio"
(C. Suprema, 31 de marzo de 2008, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/6691/2008, Rol
Nº 975-2008). 432. Titularidad pasiva de los herederos del cónyuge bígamo. Se ha
declarado que: "La regla general en materia de nulidad matrimonial es que ella sólo puede
ser intentada mientras vivan ambos cónyuges, estableciéndose como excepción en lo
pertinente a la causal materia de autos, que la acción podrá intentarse dentro del año
siguiente al fallecimiento de uno de los cónyuges. En este caso es la propia ley la que
establece la posibilidad de que dentro del plazo de un año de fallecido uno de los
cónyuges, se ejerza la acción, lo que implica determinar en contra de quien o quienes ella
debe dirigirse. Al respecto, no cabe duda alguna que la segunda cónyuge debe ser parte
en dicho proceso, puesto que ella celebró el acto cuya invalidación se pretende y por ello
es evidente, entonces, el interés y legitimidad que la habilita al efecto. La situación en el
caso del fallecimiento del cónyuge bígamo, debe apreciarse y resolverse desde la
perspectiva de que ha sido la propia ley la que ha permitido la existencia de un juicio, no
obstante haber fallecido una de las partes, en este caso, el naturalmente legitimado para
ser demandado. Lo anterior implica reconocer la posibilidad de que quienes por el
ministerio de la ley representan al causante, es decir, sus herederos de acuerdo a lo
dispuesto por el artículo 1097 del Código Civil, sean sujetos pasivos de la referida acción.
En efecto, la propia ley los ha colocado en esta situación y ello se entiende, por lo demás,
por el hecho que en dicha calidad presentan un interés directo y real en los resultados del
caso, el que debe ser protegido mediante el reconocimiento de su derecho a ser parte y
ejercer la legítima defensa de sus intereses jurídicos" (C. Suprema, 26 de enero de 2009,
cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/5819/2009, Rol Nº 6466-2008).

Artículo 47. La acción de nulidad del matrimonio sólo podrá intentarse


mientras vivan ambos cónyuges, salvo los casos mencionados en las letras
c) y d) del artículo precedente.

Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículo 46 letras c)  y d).  Ley
Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 26 inciso 3º.

Artículo 48. La acción de nulidad de matrimonio no prescribe por tiempo,


salvo las siguientes excepciones:
a) Tratándose de la nulidad fundada en la causal establecida en el número 3º
del artículo 5º, la acción prescribirá en un año, contado desde la fecha en que
el cónyuge inhábil para contraer matrimonio hubiere adquirido la mayoría de
edad;293

b) En los casos previstos en el artículo 8º, la acción de nulidad prescribe en


el término de tres años, contados desde que hubiere desaparecido el hecho
que origina el vicio de error o fuerza;

c) Cuando se tratare de un matrimonio celebrado en artículo de muerte, la


acción de nulidad prescribirá en un año, contado desde la fecha del
fallecimiento del cónyuge enfermo;

d) Cuando la causal invocada sea la existencia de un vínculo matrimonial no


disuelto, la acción podrá intentarse dentro del año siguiente al fallecimiento de
uno de los cónyuges, y

e) Cuando la acción de nulidad se fundare en la falta de testigos hábiles,


prescribirá en un año, contado desde la celebración del matrimonio.

Concordancias: Código Civil: artículo 25. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 5º números 1 y 2, 8º, 16, 17, 20 inciso 1º. Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O.  21.04.2015: artículo 26 incisos 4º, 5º, 6º.

Artículo 49. Cuando, deducida la acción de nulidad fundada en la existencia


de un matrimonio anterior, se adujere también la nulidad de este matrimonio,
se resolverá en primer lugar la validez o nulidad del matrimonio precedente.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 5º número 1, 44 letra a).

Párrafo 3º De los efectos

Artículo 50. La nulidad produce sus efectos desde la fecha en que queda


ejecutoriada la sentencia que la declara, retrotrayéndose las partes al estado
en que se encontraban al momento de contraer el vínculo matrimonial, sin
perjuicio de lo dispuesto en el presente artículo y en los dos artículos
siguientes.
La sentencia ejecutoriada en que se declare la nulidad de matrimonio,
deberá subinscribirse al margen de la respectiva inscripción matrimonial y no
será oponible a terceros sino desde que esta subinscripción se verifique.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 174. Ley Nº 4.808, sobre Registro


Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 4º número 4º. Ley
Nº  19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación,D.O.  19.10.1996: artículo 4º número 2. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 2º inciso 1º, 51 y 52.

433. Efecto retroactivo de la declaración de nulidad matrimonial. Se ha


Jurisprudencia: 
precisado que: "La declaración de nulidad del matrimonio produce el efecto de retrotraer a
las partes al estado anterior a su celebración, de conformidad a las normas y principios
generales de la institución jurídica de la nulidad de los actos y contratos, aplicables a los
diferentes ámbitos del derecho, con las solas excepciones que la ley contempla en
atención al carácter de familia del acto anulado" (C. Suprema, 20 de abril de 2009, cons.
6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9270/2009, Rol Nº 7414-2008). 434. Efecto retroactivo de la
declaración de nulidad y derecho a montepío de la viuda que, contrayendo nuevo
matrimonio, obtiene la declaración de nulidad de este último. Sobre esta cuestión se
ha entendido que: "Si bien de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 34 de la Ley Nº 6.037,
a la viuda del imponente que contrae segundas nupcias no le asiste el derecho a
montepío, perdiéndolo si gozaba de él, lo cierto es que ello no obsta a que por aplicación
de los principios y efectos generales de la nulidad del acto en cuestión, se pueda impetrar
el restablecimiento a la situación inicial en la que se le reconoció el goce del beneficio.
Pues, precisamente ésta es la consecuencia que la nulidad genera y que no es posible
desconocer. Por lo demás, la misma norma tal como lo señalan los Jueces del fondo,
establece que las mujeres que pierdan el derecho a montepío por contraer matrimonio lo
recuperarán si quedan viudas más tarde. Lo anterior demuestra que la pérdida del
beneficio no es definitiva ni irrevocable, al contemplarse expresamente una situación en
que se vuelve al estado anterior, recuperándose el derecho a recibir pensión. En este
caso, la ley ha debido señalarlo expresamente, pues el segundo matrimonio fue válido,
circunstancia diversa a la de autos, donde se trata precisamente de un acto que no lo es
y, por lo mismo, supone que en términos generales, éste no ha producido los efectos
propios, por lo que con su invalidación se sitúa las partes en el estado inmediatamente
anterior al de su celebración" (C. Suprema, 20 de abril de 2009, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9270/2009, Rol Nº 7414-2008).

Artículo 51. El matrimonio nulo que ha sido celebrado o ratificado ante el


Oficial del Registro Civil produce los mismos efectos civiles que el válido
respecto del cónyuge que, de buena fe y con justa causa de error, lo contrajo,
pero dejará de producir efectos civiles desde que falte la buena fe por parte de
ambos cónyuges.

Si sólo uno de los cónyuges contrajo matrimonio de buena fe, éste podrá
optar entre reclamar la disolución y liquidación del régimen de bienes que
hubieren tenido hasta ese momento, o someterse a las reglas generales de la
comunidad.
Las donaciones o promesas que por causa de matrimonio se hayan hecho
por el otro cónyuge al que casó de buena fe, subsistirán no obstante la
declaración de la nulidad del matrimonio.

Con todo, la nulidad no afectará la filiación ya determinada de los hijos,


aunque no haya habido buena fe ni justa causa de error por parte de ninguno
de los cónyuges.

Concordancias: Código Civil: artículos 180, 181, 182, 183, 184 y 185, 1786 a 1792. Ley Nº  19.947, de
Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 17, 20 y 52.

: 435. Del "matrimonio putativo", en cuanto que hace excepción a los


Jurisprudencia
efectos generales de la nulidad. Se ha advertido por la E Corte Suprema que:
xcma. 

"Teniendo en consideración los efectos extremadamente rigurosos y duros para los


cónyuges y para los hijos que produce la aplicación irrestricta de la teoría de la nulidad en
el caso del matrimonio y para paliar tales consecuencias es que se creó la teoría del
matrimonio putativo, entendido como una excepción a las reglas generales de la nulidad,
excepción que tiene su fundamento en el consentimiento de los contrayentes,
acompañado imprescindiblemente, de la buena fe que debe haber tenido, al menos, uno
de ellos. De esta manera el matrimonio putativo es aquél que, al menos uno de los
cónyuges, ha creído legítimo al contraerlo, cumpliendo las formalidades ordinarias, pero al
que la ley rechaza por una causal desconocida por las partes, o al menos por una de
ellas" (C. Suprema, 27 de noviembre de 2014, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9028/2014, Rol Nº 7798-2014). 436. De los efectos del
"matrimonio putativo". Sobre este punto se ha precisado: "Que la Ley de Matrimonio
Civil, tanto la antigua como la actualmente en vigencia, así como el derogado artículo 122
del Código Civil, regularon el matrimonio putativo en similares términos, estableciendo
que es aquél que produce idénticos efectos civiles que el válido, respecto del cónyuge
que, de buena fe y con justa causa de error, lo contrajo. En cuanto a los referidos efectos,
el matrimonio putativo constituye una excepción al principio de la retroactividad de la
nulidad civil debido a la naturaleza jurídica especial de esta institución, teniendo en
consideración que se trata de una entidad en la cual es imposible restituir a las partes a
su estado anterior, y muchos de cuyos efectos no pueden dejar de ser considerados sin
ocasionar un grave daño a los contrayentes, hijos e incluso a terceros" (C. Suprema, 27
de noviembre de 2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/9028/2014, Rol Nº 7798-2014).

Artículo 52. Se presume que los cónyuges han contraído matrimonio de


buena fe y con justa causa de error, salvo que en el juicio de nulidad se
probare lo contrario y así se declare en la sentencia.

Concordancias: Código Civil: artículo 47. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículo 62 inciso 1º.

437. Esta, en cuanto que regla general, constituye una presunción


Jurisprudencia: 
simplemente legal. En este sentido se ha señalado que: "[T]al como razonan los
sentenciadores del fondo, el artículo 52 de la Ley Nº 19.947 zanja cualquiera duda acerca
de si la buena fe debe probarse o se presume, al igual que en materia posesoria. En
efecto, la disposición legal antes citada indica en forma expresa que "se presume que los
cónyuges han contraído matrimonio de buena fe y con justa causa de error, salvo que en
el juicio de nulidad se probare lo contrario y así se declarare en la sentencia". En este
contexto, la presunción simplemente legal antes mencionada no resultó desvirtuada por
ninguna prueba en contrario, desde que los sentenciadores de la instancia así lo
establecen y dieron por sentado, además, que, conforme a las máximas de la experiencia,
quien pudo haber reparado en la existencia del vínculo matrimonial no disuelto era el
oficial del Registro Civil que celebró el segundo matrimonio, lo que no ocurrió; no se
lográndose acreditar, entonces, que la demandada hubiera actuado de mala fe al
momento de contraer matrimonio con [...] De este modo, no habiéndose dado por sentado
que la demandada actuó de mala fe y sin justa causa de error, los jueces del fondo
concluyeron —consecuencialmente— que la buena fe se mantuvo en el tiempo, hasta la
notificación de la primera demanda de nulidad intentada contra [...]" (C. Suprema, 23 de
septiembre de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/6703/2014, Rol Nº 22493-2014).

CAPÍTULO VI DEL DIVORCIO

Artículo 53. El divorcio pone término al matrimonio, pero no afectará en


modo alguno la filiación ya determinada ni los derechos y obligaciones que
emanan de ella.

Concordancias: Código Civil: artículos 180, 181, 182, 183, 184 y 185. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 1º inciso 2º, 3º, 42 número 4 y 60.

438. De la noción de divorcio. Se ha declarado que: "Si bien la ley de


Jurisprudencia: 
Matrimonio Civil, no define el divorcio, sino que se limita a señalar en el artículo 53 que
pone término al matrimonio, y que no afectará en modo alguno la filiación ya determinada,
ni los derechos y obligaciones que emanan de ella, en base a la regulación establecida en
la Ley Nº 19.947 y al sentido natural y obvio, se puede definir al divorcio como la causal
de término del matrimonio válidamente celebrado, que declara el Juez, a petición de uno o
ambos cónyuges, cumpliendo previamente los requisitos que lo autorizan y en ciertos
casos, transcurrido que sea el plazo previsto por la ley" (J. Familia Rancagua, 8 de enero
de 2006, cons. 12º, conf. C. Suprema, 30 de enero de 2007,
LegalPublishing: Cl/Jur/3467/2007, Rol Nº 96-2007). 439. El divorcio pone término al
matrimonio y no a la familia. En relación con el artículo 1º de la Constitución Política de
la República, lo ha recordado la I Corte de Apelaciones de San Miguel: "En el contexto
lma. 

del artículo 1º de la Constitución Política de la República se ha declarado que: La


Constitución Política de la República ha consagrado a la familia como el núcleo
fundamental de la sociedad. La Excma. Corte Suprema ha entendido y así lo ha resuelto
que el divorcio de los cónyuges no pone término a la familia, por lo que no puede quedar
desprotegida por esta sola circunstancia" (C. Apelaciones de San Miguel, 20 de
diciembre de 2010, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/17092/2010, Rol Nº 673-
2010). 440. No procede la declaración de divorcio si uno de los cónyuges muere
durante la tramitación del juicio de divorcio. Así se ha sostenido: "Que la parte
demandada en la acción de divorcio acompañó legalmente en segunda instancia el
certificado de defunción de su cónyuge, con el cual acreditó el deceso del actor acaecido
el 7 de abril de 2006, esto es, con posterioridad al fallo de primer grado [...] Que el estado
civil de viuda de la demandada respecto del actor se encuentra fehacientemente
acreditado en la causa, de manera que habiendo operado de pleno derecho la causal del
numeral 1º del artículo 42 antes mencionado muerte natural o real de uno de los cónyuges
no corresponde declarar judicialmente el divorcio de un vínculo matrimonial ya extinguido.
Si la nueva Ley de Matrimonio Civil permite que las parejas pongan término al matrimonio
por medio del divorcio con disolución de vínculo, lo es en el entendido que ambos
cónyuges viven, lo que se ratifica con la definición, no modificada, del artículo 102 del
Código Civil, al disponer que el matrimonio es un contrato solemne por el cual un hombre
y una mujer se unen actual e indisolublemente y por toda la vida. De lo anterior se infiere,
en lo que nos interesada destacar, que el fallecimiento de uno de los contrayentes pone
fin a la referida institución, adquiriendo el cónyuge sobreviviente el estado civil de viudo"
(C. Suprema, 7 de mayo de 2007, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/4675/2007, Rol
Nº 5616-2006), y que: "Si el divorcio importa un cambio de estado civil como
consecuencia de declarar terminada la unión de pareja, enfrentados a la disolución de ese
vínculo por el fallecimiento de uno de los cónyuges, no cabe a este tribunal emitir
pronunciamiento acerca de un matrimonio inexistente" (C. Suprema, 7 de mayo de 2007,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/4675/2007, Rol Nº 5616-2006). Estas consideraciones
fueron reiteradas por el mismo tribunal en sentencia posterior (C. Suprema, 15 de marzo
de 2010, cons. 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/16774/2010, Rol Nº 8945-2009). 441. No
procede la declaración de divorcio respecto de un matrimonio nulo. Así, si se
presenta una demanda de divorcio por cese de la convivencia, aunque ésta fuere efectiva
y se probare, si se alegare que el matrimonio, cuyo divorcio se impetra, es nulo por la
concurrencia de algún capítulo de nulidad, no puede pronunciarse el divorcio y debe
discutirse primero sobre su validez. En este sentido se ha pronunciado, acertadamente, la
I . Corte de Apelaciones de Rancagua en su sentencia de 7 de septiembre de 2006 al
lma

negar lugar a una demanda de divorcio por cese de convivencia intentada por el marido y
a la cual la mujer contestó que, siendo efectivo el cese de la convivencia, también lo era el
que dicho matrimonio era nulo, porque en el momento de contraerlo su cónyuge se
hallaba ligado por vínculo matrimonial no disuelto y, en consecuencia, afectado por la
incapacidad para ejercitar el ius conubii declarada en el artículo 5º, Nº 1 de la Ley
Nº 19.947, y así sentó en su considerando 4º: "Que, discurriendo acerca de la nulidad
matrimonial, efectivamente la Ley Nº 19.947, en el Nº 1 del artículo 5º establece una
incapacidad especial que invalida el matrimonio porque impide que el cónyuge afectado
aporte alguno de los elementos esenciales de aquel, 'ligados a la unidad de su naturaleza,
predeterminada por los caracteres del ius conubii y de su ejercicio' (Nuevo Derecho
Matrimonial Chileno, Javier Barrientos Grandon y Aránzazu Novales Alquézar - Ed.
LexisNexis - año 2005). Se trata, en efecto, de 'Los que se hallaren ligados por vínculo
matrimonial no disuelto' y válido al tiempo de la celebración del matrimonio posterior,
como resulta en la especie. Tal como se ha consignado, consta de fs. 46 que el
demandante, a la fecha en que contrajo matrimonio con la demandada (23 de junio de
1992) tenía un ligamen matrimonial no disuelto y válido con [...] desde el 8 de julio de
1985, lo cual le incapacitaba para contraer nuevas nupcias" (C. Apelaciones de
Rancagua, 7 de septiembre de 2006, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/2982/2006, Rol
Nº 416-2006). Sobre tales bases, declaró: "Que, en consecuencia, dado que el segundo
matrimonio es nulo, no puede prosperar la demanda deducida en estos autos que
pretende precisamente ponerle término por cese de convivencia, razón por la que se
rechazará" (C. Apelaciones de Rancagua, 7 de septiembre de 2006, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2982/2006, Rol Nº 416-2006). 442. El divorcio exige siempre la
invocación de una de las causas legales que habilitan para solicitar su declaración,
la que siempre debe probarse. Se ha destacado, así: "Que la Ley de Matrimonio Civil al
consagrar el divorcio vincular, como una de las formas de poner término al matrimonio
adscribió a lo que, en doctrina como en el derecho comparado, se denomina 'sistema
causado', haciendo referencia a la causal que se invoca como fundamento de la demanda
de divorcio, como también a su acreditación y prueba, resultando, para estos efectos,
indiferente sí la acción de divorcio es unilateral como ocurre en el caso de autos o bien
cuando es bilateral, es decir cuando es solicitado por ambos cónyuges, y del mismo modo
cuando el demandado acepta la causal, no la controvierte, o se allana a la acción, de
forma tal, en cualquiera de las hipótesis referidas, debe ser acreditado el hecho
constitutivo de la causal que constituye el fundamento de la acción de divorcio"
(C. Apelaciones de Santiago, 9 de octubre de 2012, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2258/2012, Rol Nº 874-2012; C. Apelaciones de Santiago, 27 de
marzo de 2015, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/1625/2015, Rol Nº 306-2015). 443. El
divorcio no puede declararse sino por una sola de las tres causas consignadas en
la ley, y no por dos o más de ellas a la vez. Así se ha declarado: "Que de la sola lectura
de la parte resolutiva del la sentencia recurrida se advierte, que en su resuelvo I se acoge
la acción de divorcio por cese de convivencia interpuesta unilateralmente por doña [...]
contra don [...] y como consecuencia de aquello, declara terminado el matrimonio
celebrado entre ambos, y, luego, en su resolución III acoge la demanda reconvencional
fundada en la culpa o falta de la demandada reconvencional, declarando, como
consecuencia de ello, terminado el mismo matrimonio [...] Que a propósito de la causal
que se analiza es útil precisar que, según lo ha decidido reiteradamente la Excma. Corte
Suprema, para que se entienda concurrente debe tratarse de, a lo menos, dos decisiones
que pugnen entre sí y que no puedan cumplirse al mismo tiempo. En el presente caso,
según se ha dejado de manifiesto en el motivo que antecede, la sentenciadora del grado
adoptó dos decisiones antagónicas, en cuanto acoge la demanda principal y la demanda
reconvencional, a la vez, declarando terminado el matrimonio por dos causales que
difieren entre sí, con consecuencias diversas, tal como lo puntualiza la señora Fiscal
Judicial en su dictamen, ya que como consecuencia del divorcio culpable se pierde el
derecho a solicitar compensación económica, lo que no fue considerado en el fallo
impugnado, ya que su rechazo se sustenta en la falta de concurrencia de los requisitos
para ello. Asimismo, el cumplimiento del fallo se verá dificultado, porque, si bien de
conformidad con lo que dispone el artículo 53 de la Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, el
vínculo matrimonial se entiende terminado desde que quede ejecutoriada la sentencia que
así lo declare, ésta debe ser subinscrita al margen de la inscripción matrimonial, sin que,
en la especie, se pueda determinar en forma inequívoca la causal que condujo a decretar
el divorcio [...] Que, por consiguiente, el fallo criticado, con las falencias anotadas, queda
claramente incurso en la causal contemplada en el numeral séptimo del artículo 768 del
Código de Procedimiento Civil, pues no ha sido extendido en la forma dispuesta por la ley"
(C. Apelaciones de Valparaíso, 14 de febrero de 2013, cons. 3º a 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/347/2013, Rol Nº 883-2012).

Párrafo 1º De las causales

Artículo 54. El divorcio podrá ser demandado por uno de los cónyuges, por
falta imputable al otro, siempre que constituya una violación grave de los
deberes y obligaciones que les impone el matrimonio, o de los deberes y
obligaciones para con los hijos, que torne intolerable la vida en común.

Se incurre en dicha causal, entre otros casos, cuando ocurre cualquiera de


los siguientes hechos:

1º.- Atentado contra la vida o malos tratamientos graves contra la integridad


física o psíquica del cónyuge o de alguno de los hijos;

2º.- Trasgresión grave y reiterada de los deberes de convivencia, socorro y


fidelidad propios del matrimonio. El abandono continuo o reiterado del hogar
común, es una forma de trasgresión grave de los deberes del matrimonio;

3º.- Condena ejecutoriada por la comisión de alguno de los crímenes o


simples delitos contra el orden de las familias y contra la moralidad pública, o
contra las personas, previstos en el Libro II, Títulos VII y VIII, del Código Penal,
que involucre una grave ruptura de la armonía conyugal;

4º.- Conducta homosexual;

5º.- Alcoholismo o drogadicción que constituya un impedimento grave para la


convivencia armoniosa entre los cónyuges o entre éstos y los hijos, y

6º.- Tentativa para prostituir al otro cónyuge o a los hijos.

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 131, 132, 133, 134, 136, 222 a 242. Ley Nº   19.947, de
Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 26, 42 número 4, 53, 56 inciso 2º, 62 inciso 2º. Ley
Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículos 8º número 15, 106 inciso 2º.

444. El divorcio por falta imputable o "divorcio sanción". La Ley de


Jurisprudencia: 
Matrimonio Civil del año 2004 acoge ampliamente la concepción del divorcio-culpa o
divorcio-sanción, detalladamente reglado en su artículo 54, pues permite a uno de los
cónyuges demandar la terminación del matrimonio por la declaración del divorcio fundado
en una "falta imputable al otro". En este sentido la jurisprudencia ha destacado: "Que el
denominado divorcio culpa o divorcio sanción procede, en términos generales, por causa
imputable a uno de los cónyuges, siempre que la misma constituya una falta grave y, en
algunos casos, reiterada, de los deberes matrimoniales. En este tipo el proceso de
divorcio es un debate sobre la culpabilidad o la inocencia" (C. de Apelaciones de
Concepción, 26 de mayo de 2008, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/5659/2008, Rol
Nº 2437-2007). Con todo, se advierte que el juicio que debe realizar el tribunal no es
sobre la existencia de un ilícito y su castigo, sino sólo sobre la existencia o no de una
causa de término del matrimonio, como lo ha declarado una reciente jurisprudencia
reiteradamente afirmada por el Tribunal Constitucional: "Que la ocurrencia de los hechos
—tengan ellos connotación civil o penal— que fundamentan la violación grave de los
deberes y obligaciones citados, es el antecedente necesario de esta causal de disolución
del vínculo matrimonial: 'Se incurre en dicha causal, entre otros casos, cuando ocurre
cualquiera de los siguientes hechos [...]', declara el mencionado artículo 54. Así, el ámbito
de responsabilidad es de carácter contractual, porque existe un vínculo previo entre autor
y víctima del daño, y no delictual o cuasi delictual. La declaración del juez de la causa
recae sobre la constatación de la existencia de una causal de término del contrato de
matrimonio; no versa, como elemento esencial de la acción, sobre la configuración de un
ilícito y su castigo. El divorcio no es, pues, jurídicamente una pena, sin perjuicio de los
efectos patrimoniales que produce" (Tribunal Constitucional, 31 de diciembre de 2009,
cons. 8º, Rol Nº 1490; Tribunal Constitucional, 31 de diciembre de 2009, cons. 8º, Rol
Nº 1424; Tribunal Constitucional, 12 de agosto de 2010, Rol Nº 1499). 445. Causa
genérica para demandar el divorcio por "falta imputable". La jurisprudencia ha
tendido a destacar que para la procedencia de esta especie de divorcio sólo se requiere la
existencia de una causa genérica, alguna vez calificada de "subjetiva", calificación esta
que no parece avenirse a la descripción legal, y, en tal sentido, se ha precisado que: "La
Ley de Matrimonio Civil en el inciso primero del artículo 54 contiene una causal de
divorcio subjetiva y genérica al disponer: El divorcio podrá ser demandado por uno de los
cónyuges, por falta imputable al otro, siempre que constituya una violación grave de los
deberes y obligaciones que les impone el matrimonio, o de los deberes y obligaciones
para con los hijos, que torne intolerable la vida en común" (C. Suprema, 19 de enero de
2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5766/2009, Rol Nº 7843-2008). Ha destacado,
igualmente, la jurisprudencia que para la procedencia de esta especie de divorcio la
genérica "falta imputable" no equivale a una contravención que tenga asignada como
pena el divorcio: "[L]a existencia de una falta imputable a un cónyuge; en este punto, es
menester señalar que el juicio de divorcio no gira en torno a la verificación de una
contravención cuya pena sea el divorcio, sino que se trata de establecer la existencia o no
de una causal de término del vínculo matrimonial, la cual puede encuadrarse en aquella
genérica establecida en el inciso primero del artículo 54 de la Ley Nº 19.547, o en alguno
de los hechos específicos que relatan los numerales siguientes de dicha norma, y que el
cónyuge que demanda sea inocente en la falta que se atribuye como motivo del divorcio"
(C. Suprema, 29 de septiembre de 2016, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6728/2016, Rol
Nº 22093-2016). 446. Requisitos de procedencia del divorcio por "falta imputable".
Para que uno de los cónyuges pueda demandar la declaración judicial de esta especie de
divorcio es preciso que: 1º) Concurra la causa genérica de una "falta imputable al otro", al
tenor del artículo 54 de la Ley Nº 19.947, y que de ella se siga como consecuencia el que
se torne intolerable la vida en común; 2º) Que el cónyuge que demanda la declaración del
divorcio sea "inocente" en relación con la causa, de acuerdo con el artículo 56 inciso 2º de
la misma ley. La jurisprudencia, ordinariamente, desglosa el primero de tales requisitos en
dos: a) la existencia de la falta imputable, y b) el volver intolerable la vida en común, pero,
en propiedad, este último no es un requisito autónomo, sino que constituye un elemento
que integra la propia noción de falta imputable, en cuanto que efecto suyo. Así, por
ejemplo, se ha declarado que: "Para que uno de los cónyuges pueda demandar la
declaración judicial del divorcio es preciso que de conformidad con el inciso 1º del artículo
54 de la Ley de Matrimonio civil concurran copulativamente los siguientes requisitos:
a) existencia de falta imputable al otro cónyuge; b) que dicha falta constituya una
infracción grave a los deberes y obligaciones que impone el matrimonio a los cónyuges y
c) que dicha falta torne intolerable la vida en común" (C. de Apelaciones de Concepción,
26 de mayo de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/5659/2008, Rol Nº 2437-
2007). 447. Primer requisito: la "falta imputable". La categoría de "falta imputable" la
asumió el legislador de la disciplina que el Code Civil fijaba para el divorcio en su artículo
242, antes de su reforma en 2005, y ella constituye una noción novedosa dentro del
derecho privado chileno, que ha impuesto la necesidad de conceptualizarla, lo que se ha
hecho, deteniéndose en el examen de sus dos elementos: a) la "falta", y b) la
imputabilidad, aunque ello se ha hecho sin mayor detenimiento: 447.1. De la noción de
"falta": ella implica una cierta conducta u omisión que importa la ausencia del exacto
cumplimiento de una obligación y, por lo tanto, presupone: 1º) la pre-existencia de una
obligación que, al tenor de la ley, está circunscrita a una concreta especie de
obligaciones, o causadas en el matrimonio o causadas en la ley, y 2º) la ausencia de la
prestación debida o su imperfecta ejecución. En relación con la precisión de significado de
la noción de "falta", la jurisprudencia, en principio, ha recurrido al Diccionario de la
Academia y, así por ejemplo, la I Corte de Apelaciones de Concepción, en sentencia de
lma. 

26 de mayo de 2008, ha sentado que: "[D]ebe existir una 'falta', entendido dicho concepto
según el Diccionario de la Lengua Española como el 'quebrantamiento de una obligación'
(C. de Apelaciones de Concepción, 26 de mayo de 2008, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5659/2008, Rol Nº 2437-2007); 447.2. De la imputabilidad: que
presupone un juicio de atribución de responsabilidad y, por ende, requiere de la capacidad
en el cónyuge que incurre en la falta. Alguna jurisprudencia ha entendido que la
imputabilidad implica la culpa en el cónyuge que incurre en la falta: "Es necesario tener
presente que debe existir una 'falta' [...] la que debe ser 'imputable' al otro cónyuge, vale
decir, atribuible a culpa del otro cónyuge" (C. de Apelaciones de Concepción, 26 de mayo
de 2008, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/5659/2008, Rol Nº 2437-2007) y, en otras
ocasiones, se ha destacado que ella exige la concurrencia del conocimiento de la
infracción a la obligación y la voluntad de infringirla: "Para que dichas faltas sean
imputables a la cónyuge es necesario que se hayan cometido con plena voluntad,
conocimiento y conciencia de ésta" (C. de Apelaciones de Santiago, 4 de julio de 2008,
cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6081/2008, Rol Nº 937-2008) y, aplicando estos criterios,
se ha declarado que: "[D]ichas faltas son imputables a la cónyuge, ya que ésta actuó con
pleno conocimiento y voluntad respecto a su comportamiento de infidelidad, ya que
además de allanarse a la demanda, reconoce el abandono del hogar común, la existencia
y duración de su relación extramarital con [...] y su convivencia con éste" (C. de
Apelaciones de Santiago, 4 de julio de 2008, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6081/2008, Rol Nº 937-2008). 448. La consistencia y efectos
de la "falta imputable": Aunque la noción de "falta imputable" no está definida
legalmente, sí se ha ocupado la ley en precisar las condiciones que debe cumplir para
que se constituya en causa que permita solicitar el divorcio. Tales condiciones se refieren
a su consistencia y a sus efectos: a) la consistencia de la falta imputable: la ley exige que
la falta imputable tenga una cierta y precisa entidad, pues, 1º) por una parte, requiere que
ella consista en una "violación grave", y 2º) por otra, limita esa violación grave a ciertos
deberes y obligaciones, precisados legalmente, y b) la consecuencia de la falta imputable:
una falta imputable, con la entidad que se ha esbozado, sólo se constituye en causa para
impetrar la declaración de divorcio si genera como efecto necesario el que vuelva
"insoportable la vida en común". 449. La consistencia de la falta imputable: la
gravedad de la violación. El legislador ha exigido una cierta entidad a la falta imputable
para erigirla en causa de divorcio, y esa entidad la ha determinado en cuanto que ella
debe consistir en una "violación grave". Al igual que en el caso de la causa genérica de
separación judicial (art. 26 inc. 1º Lmc), no ha precisado la ley qué es lo que ha de
entenderse por la "gravedad" de la violación, pero pareciera que esta nota esencial para
que concurra la causa de divorcio ha de ligarse, necesariamente, al efecto que la misma
ley vincula a ella, a saber, "que torne intolerable la vida en común", circunstancia esta que
habrá de ponderar el juez en el marco que le fija el inciso 2º del artículo 3º de la Ley de
Matrimonio Civil. La jurisprudencia, en las ocasiones en las que se ha pronunciado sobre
la exigencia de la "gravedad" de la violación, por una parte, ha acudido, igualmente, al
Diccionario de la Academia para dotarla de contenido: "La falta imputable debe 'constituir
una infracción 'grave', esto es, según el mismo Diccionario 'grande, de mucha entidad o
importancia' a los deberes y obligaciones que impone el matrimonio, o sea, a los deberes
de fidelidad, socorro, ayuda mutua, respeto, protección y convivencia, que torne
intolerable la vida en común" (C. de Apelaciones de Concepción, 26 de mayo de 2008,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/5659/2008, Rol Nº 2437-2007) y, por otra, que: "La
concurrencia o no de los requisitos de gravedad y de reiteración de la infracción deberá
ser ponderada en cada caso por el juez" (C. de Apelaciones de Concepción, 26 de mayo
de 2008, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5659/2008, Rol Nº 2437-2007). 450. La
consistencia de la falta imputable: los deberes y obligaciones infringidos. De
acuerdo con el inciso 1º de este artículo 54 de la Ley Nº 19.947, la falta imputable al otro
cónyuge sólo se alza en causa para que el cónyuge inocente demande la declaración del
divorcio, cuando constituye una violación grave de dos géneros de "deberes y
obligaciones", a saber: a) Violación grave de los deberes y obligaciones que impone el
matrimonio: la expresión "violación grave de los deberes y obligaciones que les impone el
matrimonio" se ha inspirado, si no copiado directamente, en el artículo 242 del Code
Civil en la redacción que le diera la ley de reforma de 1975, pero con la eliminación de la
disyunción tocante a la "reiteración" de la violación, que exigía dicho texto. Este supuesto
de los "deberes y obligaciones que les impone el matrimonio" precisa el primero de los
ámbitos en el que puede producirse la "violación grave" por parte de uno de los cónyuges,
y aparece ligado, directamente, a la naturaleza esencial del matrimonio determinada
especialmente por su fin del bien de los cónyuges, que es el que le atribuye una serie de
efectos bajo la categoría de obligaciones recíprocas, que se entienden como
complementarios para el más acabado y pleno cumplimiento del precitado fin. De este
modo, cualquier falta imputable al otro cónyuge que constituya una violación grave de los
deberes y obligaciones del matrimonio, tales como los de guardarse fe, socorro, ayuda
mutua, respeto, protección y convivencia, puede configurar la causa genérica de divorcio
que describe el inciso primero del artículo 54 de la ley. A pesar de que el legislador sólo
se limitó a precisar de una manera genérica este supuesto de "violación grave de los
deberes y obligaciones" que el matrimonio impone a los cónyuges, en el inciso 2º del
referido artículo 54 se contiene una enumeración, no taxativa, de ciertos hechos que
hacen que se incurra en la causa de divorcio, pues los supuestos enumerados van
precedidos de la siguiente frase: "Se incurre en dicha causal, entre otros casos, cuando
ocurre cualquiera de los siguientes hechos [...]", entre los que pueden identificarse siete
hechos que caben dentro de este primer supuesto de "violación grave"; b) Violación grave
de los deberes y obligaciones para con los hijos: Este segundo supuesto precisa el otro
ámbito en el que puede producirse la "violación grave" por parte de uno de los cónyuges,
y aparece ligado directamente a la naturaleza esencial del matrimonio determinada
especialmente por su fin de la procreación y bien de la prole, que determina, en cuanto
efectos propios del matrimonio, una serie de obligaciones en relación con los hijos, de las
cuales se ocupa, particularmente, el Código Civil en el Título IX de su Libro I, bajo la
rúbrica: "De los derechos y obligaciones entre los padres y los hijos", presididos todos
ellos por el principio consagrado en el inciso 2º de su artículo 222. Al igual que en el caso
de la "violación grave" de los deberes y obligaciones que el matrimonio impone a los
cónyuges, al tratar la ley de este segundo supuesto deja abierta la puerta para que la
concurrencia de diversos hechos puedan configurar la causa de genérica de divorcio
definida en el inciso 1º del artículo 54 de la Ley de Matrimonio Civil, pero también en la
enumeración, no taxativa, que hace de ciertos hechos que configuran esta causa de
divorcio se incluyen algunos que tocan directamente a la violación grave de los deberes y
obligaciones para con los hijos. 451. La consecuencia de la "falta imputable": tornar
"intolerable la vida en común". La ley exige que a la concurrencia de las exigencias de
una falta imputable, que consista en la violación grave de ciertos derechos y deberes, se
una, como efecto generado por esa violación grave, el de tornar "intolerable la vida en
común", de tal manera que este último requisito es un elemento que debe ser
apropiadamente acreditado ante el tribunal, y ponderado por éste a la luz del deber que le
impone el inciso 2º del artículo 3º de la Ley de Matrimonio Civil, respecto de la resolución
de las materias de familia: "Conociendo de estas materias, el juez procurará preservar y
recomponer la vida en común en la unión matrimonial válidamente contraída, cuando ésta
se vea amenazada, dificultada o quebrantada". La "vida en común" es, al tenor de los
artículos 133 y 102 del Código Civil, una obligación recíproca de ambos cónyuges, cuyo
cumplimiento sólo puede excusarse si existen "razones graves para no hacerlo" (art. 133),
pero el legislador, en sede de divorcio asume que, en ciertos casos, el cumplimiento de
esa obligación para uno de los cónyuges se puede tornar "insoportable", concretamente,
cuando el otro cónyuge incurre en una "violación grave" de los dos géneros de deberes y
obligaciones que se mencionan en el inciso 1º del artículo 54 de la Ley Nº 19.947, de allí
que resulte determinante precisar qué debe entenderse por "intolerable". La Ley de
Matrimonio Civil no ofrece ningún criterio específico para precisar la noción de
"intolerable", que es voz opuesta a la de "tolerable" y a su nombre verbal "tolerar", las que
en derecho civil siempre están ligadas a la idea de admitir una cierta situación que
envuelve, en definitiva, sufrir o padecer una cierta carga, como lo denotan las cinco
ocasiones en el que el Código Civil recurre a ellas (arts. 600, 802, 2195, 2499).
"Intolerable", entonces, se refiere en esta sede a la situación en que se sitúa un cónyuge
en la que no puede soportar ni sufrir el cumplimiento de la obligación de vida en común,
como consecuencia de hechos de su cónyuge que consisten en la ya citada violación
grabe de ciertos deberes y obligaciones. Pero si esto es así, tampoco la ley ha señalado
los parámetros o baremos que permitan fijar la frontera entre lo tolerable y lo no tolerable,
sin perjuicio de lo cual, el tribunal, que es quien ha de trazar esa línea, debe tener en
cuenta, al menos, el principio rector de la igual dignidad de los cónyuges, de manera que
la dignidad de los cónyuges se constituye en criterio para determinar si ciertos hechos son
o no compatibles con la vida en común. En efecto, el matrimonio constituye un estado
que, necesariamente, se constituye y desarrolla sobre el principio de la igualdad jurídica y
moral de marido y mujer, como se reconoce en los pactos y convenciones internacionales
suscriptos por el estado, que en cuanto igualdad moral de los cónyuges es la
consecuencia de la igual dignidad de las personas reconocida en el inciso 1º del artículo
1º de la Constitución Política de la República, de la que derivan una serie de propiedades
que asumen la naturaleza de derechos, como lo reconoce nuestra jurisprudencia
constitucional, y entre los que se encuentran el derecho a la vida, a la integridad física y
psíquica y a la protección de la salud: "De la dignidad que singulariza a toda persona
humana se deriva un cúmulo de atributos, con los que nace y que conserva durante toda
su vida. Entre tales atributos se hallan los derechos públicos subjetivos o facultades que
el ordenamiento jurídico le asegura con carácter de inalienables, imprescriptibles e
inviolables en todo momento, lugar y circunstancia. De esos atributos se nombran aquí,
por su vínculo directo con la causa a ser decidida, el derecho a la vida, a la integridad
física y psíquica y a la protección de la salud cuyo ejercicio legítimo la Constitución exige
respetar siempre incluyendo la esencia inafectable de lo garantizado en ellos" (Tribunal
Constitucional, 26 de junio de 2008, Rol Nº 976-08). De este modo la lesión o atentado
contra la dignidad de los cónyuges se vuelve en un hecho intolerable jurídicamente, no
sólo para el cónyuge, sino, en abstracto, para todo elordenamiento jurídico. En esta línea,
alguna jurisprudencia ha ligado esta consecuencia de tornar intolerable la vida en común
a la lesión a la dignidad de otro cónyuge, aunque vinculándola más estrechamente a la
honra. En tal sentido se ha sostenido que: "El legislador estimó que la causal invocada
exige una intensidad que haga intolerable la convivencia y a la vez lleva implícito un
ataque al honor, reputación o dignidad del otro cónyuge" (C. de Apelaciones de Santiago,
4 de julio de 2008, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6081/2008, Rol Nº 937-2008). Al
aplicar esta opinión al caso concreto del que conocía, estimó que: "Es indiscutible que el
hecho que una mujer abandone a lo menos dos veces a su cónyuge, por otro hombre con
quien mantiene una relación extramarital, por largos periodos, dejando a cargo del padre
las tres hijas, indudablemente es un hecho gravísimo que efectivamente hace intolerable
la convivencia entre ambos. La concurrencia de la deslealtad y el abandono son
suficientes para provocar vejamen, y constituyen una actitud de violenta desconsideración
hacia el marido" (C. de Apelaciones de Santiago, 4 de julio de 2008, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6081/2008, Rol Nº 937-2008). En el último tiempo la E Corte xcma. 

Suprema ha vinculado la noción de volver intolerable la vida en común, a un cierto juicio


de razonabilidad, en concreto, la razonabilidad de una perturbación que impida soportar la
convivencia conyugal: "[E]l artículo 54 de la Ley Nº 19.947, en su inciso primero, exige,
además de la violación grave de los deberes y obligaciones matrimoniales, que tal
infracción provoque entre los cónyuges un quiebre de tal entidad que haga imposible
recuperar el vínculo matrimonial, impidiendo la vida en común, pues tal transgresión la ha
tornado intolerable. Aquello significa que los actos realizados por el cónyuge culpable,
para que haga procedente el divorcio, deben provocar un estado de conmoción y disturbio
tal, que le impida a la víctima soportar de manera razonable la convivencia con el cónyuge
infractor" (C. Suprema, 29 de septiembre de 2016, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6728/2016, Rol Nº 22093-2016). Ha entendido, igualmente, que
se trata de una exigencia de carácter subjetivo, pero susceptible de manifestaciones
externas: "Que, como se observa, tal exigencia, si bien es de carácter subjetivo pues se
refiere a un estado sicológico o de ánimo es susceptible de manifestarse por medio de
actos externos. De este modo, el presupuesto en comento, se configura en la medida que
se justifique una relación de causalidad entre la falta imputada al cónyuge culpable, y la
turbación interna que impide mantener o retomar la comunidad de vida, haciéndola
insoportable, imposible de aguantar" (C. Suprema, 29 de septiembre de 2016, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6728/2016, Rol Nº 22093-2016). 452. Los hechos que la ley
tipifica como constitutivos de "falta imputable". Sin perjuicio de haberse establecido
en la Ley de Matrimonio Civil una sola causa genérica, consistente en la falta imputable,
para la procedencia del divorcio por culpa, a diferencia del criterio que se adoptó en sede
de separación judicial, en el inciso 2º de este artículo 54 se enumeran una serie de
"hechos", cuya ocurrencia se entiende que hacen caer, al cónyuge que incurre en ellos,
en la dicha causa de falta imputable. Estos hechos, en todo caso, han de obedecer a los
principios y caracteres de la causa genérica, como, con toda claridad se ha precisado por
la Jurisprudencia: "En estricto rigor, la ley de matrimonio civil contempla una sola causal
de divorcio por culpa o divorcio/sanción, que no es otra que la prevista en el inciso
primero de esa norma. Acto seguido y sólo a modo ejemplar, se especifican determinados
casos en los cuales puede entenderse configurado el motivo de divorcio. Empero, como
se trata de presunciones o hipótesis enunciativas, para que puedan dar lugar a la
terminación del matrimonio es menester que respondan a la idea matriz que inspira la
causal examinada" (C. Apelaciones de Santiago, 17 de junio de 2011, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4963/2011, Rol Nº 1462-2010). 453. Las situaciones descritas
en los numerales del inciso 2º como conductas u omisiones, no taxativas, que se
presume que configuran la causa genérica del inciso 1º. La jurisprudencia ha
destacado que este artículo 54: "En su inciso segundo el legislador presume situaciones
que la configuran, es decir, enumera una serie de transgresiones, conductas u omisiones
que constituyen severas faltas al vínculo conyugal, sin ser taxativas o excluyentes de
otras hipótesis que se encuadren en la causal general" (C. Suprema, 19 de enero de
2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5766/2009, Rol Nº 7843-2008). 454. El primer
supuesto específico del inciso 2º: "atentado contra la vida o malos tratamientos
graves". Sobre este punto se ha estimado que: "En el caso que la causal se funde en
malos tratamientos graves contra la integridad física o psíquica del cónyuge, los malos
tratamientos deben ser graves y si bien el legislador no estableció pautas para definir la
gravedad, su apreciación queda sujeta a la prudencia del juez, y deben atentar contra la
integridad física o psíquica del cónyuge afectado" (C. de Apelaciones de Concepción, 26
de mayo de 2008, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/5659/2008, Rol Nº 2437-
2007). 455. El primer supuesto específico del inciso 2º y hechos que, entre otros, lo
configuran. La jurisprudencia ha reconocido, entre otros, los siguientes hechos que
configuran este primer supuesto típico de falta imputable: 455.1. De la violencia física
como constitutiva de violencia intrafamiliar que da origen a este supuesto: así, por
ejemplo, la I Corte de Apelaciones de Valdivia, en sentencia de 16 de agosto de 2006,
lma. 

declaraba: "Que apreciando la prueba rendida, conforme a las normas de la sana crítica,
se arriba a la siguiente conclusión: la conducta desplegada por la demandada es
constitutiva de falta que constituye una violación grave del deber de respeto y protección
que se deben los cónyuges entre sí, tornándose, en consecuencia, intolerable la vida en
común. Al respecto, son elocuentes las dos condenas por violencia intra-familiar de que
ha sido objeto la demandada (roles Nºs. 1574 y 1720 del mismo Tribunal)"
(C. Apelaciones de Valdivia, 16 de agosto de 2006, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2904/2006, Rol Nº 287-2006); 455.2. Del quebrantamiento de
una prohibición judicial de acercarse a la residencia de un cónyuge: se ha
reconocido que la violación, por parte del demandado, de una prohibición judicial que le
impedía acercarse al hogar de la demandada, consistente en concurrir a las afueras de su
domicilio para insultarla y que le acarrearon una condena por el delito de desacato,
configuran esta causal específica. Así se ha declarado que: "El atentado contra la vida o
los malos tratamientos graves que pueden afectar tanto la integridad física o psíquica del
cónyuge o de sus hijos se ha verificado plenamente en esta causa, conforme lo
demuestra la secuencia de los hechos consignada en el motivo primero, en cuanto a que
las relaciones entre las partes, desde el mes de marzo del 2007, por lo menos, se
apartaron del cauce propio del matrimonio, y que este desvío se ha tornado definitivo,
conforme se encuentra patentizado en los sucesos del mes de mayo del 2008, a raíz de
los cuales se impuso al demandado una sentencia condenatoria por el delito de desacato,
cuya antesala lo mostró como una persona ofensiva frente al domicilio de su cónyuge y
sus hijos, presentes éstos, en una actitud que no puede menos que calificarse de
agresión psíquica en contra de la actora, y de sus vástagos, sin que se pueda admitir
como excusa la acusación de infidelidad aducida en contra de ella, pues, si aun cuando
hubiese tenido pruebas sobre este punto, tal agravio debió perseguirlo por los cauces
legales correspondientes" (C. Apelaciones de Antofagasta, 19 de agosto de 2010, cons.
3º, LegalPublishing: Cl/Jur/5114/2010, Rol Nº 97-2010); 455.3. Del envío de correos
electrónicos y de la violencia psíquica: Se ha juzgado que uno de los casos en los que
se configura este supuesto es el del envío de correos electrónicos a terceros, en los que
uno de los cónyuges da conocer hechos tocantes al otro: "Contribuye a formar convicción
de la existencia de la referida causal de divorcio, el despacho por parte del demandado de
correos electrónicos informando de los hechos a diversas personas, pues cualquier haya
sido su obligación laboral o de otra índole, no puede desconocerse que tal publicidad
lesionaba psíquicamente no sólo la fama de su cónyuge y de su familia, sino que de la
propia, circunstancias todas que la lógica y la experiencia conducen a determinar que la
vida en común de las partes se ha tornado intolerable, debiéndose acoger la demanda de
divorcio culposo, deducida por la actora" (C. Apelaciones de Antofagasta, 19 de agosto
de 2010, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5114/2010, Rol Nº 97-2010). 456. El segundo
supuesto específico del inciso 2º y las exigencias de "gravedad" y "reiteración". Se
ha advertido que: "En relación al hecho previsto en el Nº 2 del inciso segundo del artículo
54 de la Ley de Matrimonio Civil no sólo ha exigido gravedad, sino que además reiteración
en la infracción [...] La concurrencia o no de los requisitos de gravedad y de reiteración de
la infracción deberá ser ponderada en cada caso por el juez" (C. de Apelaciones de
Concepción, 26 de mayo de 2008, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/5659/2008, Rol
Nº 2437-2007). 457. El segundo supuesto específico del inciso 2º en el caso
de "trasgresión grave y reiterada" del deber de fidelidad. Se ha discutido la extensión
que debe darse al "deber de fidelidad" para los efectos de considerar que su trasgresión
grave y reiterada por parte de uno de los cónyuges le hace incurrir en la causa de divorcio
de este artículo 54. En la jurisprudencia se han mantenido dos opiniones: a) una
mayoritaria que no lo circunscribe a la simple prohibición del adulterio, y b) una minoritaria
que lo restringe al solo caso del adulterio: 457.1. Opinión mayoritaria: la violación no
se limita al adulterio: esta opinión, que se consolidó progresivamente en la
jurisprudencia de los tribunales ordinarios, ha sido asumida por el E Tribunal xcmo. 

Constitucional, que, al respecto, ha sentado que: "[D]ebe tenerse presente que el adulterio
no es la única transgresión grave al deber de fidelidad propio del matrimonio, y
constitutivo por tanto de la causal de divorcio por culpa establecida en el artículo 54, Nº 2,
de la Ley de Matrimonio Civil, sino que también lo son "otros hechos de infidelidad
conyugal de gran significación que importen un severo atentado al vínculo matrimonial",
entre los cuales se comprende el trato reiterado de uno de los cónyuges con persona de
otro sexo con la que tenga muestras de afecto y pasión impropias de exteriorizarse con
quien no sea su marido o mujer. (Sentencia de la Corte Suprema de 14 de marzo de
2011, en "Gaceta Jurídica" 369, pág. 176, considerandos séptimo y octavo)" (T.
Constitucional, 10 de abril de 2014, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/1326/2014, Rol
Nº 2435-2013). Este considerando ha sido reiterado por el mismo Tribunal en sentencia
posterior (T. Constitucional, 30 de diciembre de 2014, cons. 10º, Rol Nº 2681-14-Ina).
Esta doctrina es congruente con la precisión de las obligaciones de los cónyuges del
artículo 131 del Código Civil, que se refiere al "guardarse fe", y con "la comunidad de vida
que implica el matrimonio", que reconoce la Ley Nº 19.947 en su artículo 5º número 3º. En
esta línea la jurisprudencia ha sostenido que: "La infracción al deber de fidelidad no sólo
se traduce en que uno de los cónyuges cometa adulterio, puesto que éste no es sino una
forma en particular de infringir dicha obligación. Más bien, incurre en esta infracción y, por
ende, en esta causal de divorcio, el marido o mujer que realiza una conducta que
compromete la búsqueda del bien para ambos cónyuges, entendido este último concepto
en términos amplios, abarcador de todas las circunstancias de la vida conyugal, esto es
que se destruye la fe, confianza y lealtad debida manifestada ostensiblemente en el
quehacer personal del cónyuge infractor" (C. de Apelaciones de Arica, 31 de agosto de
2003, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6769/2006, Rol Nº 300-2006, conf. C. Suprema,
12 de marzo de 2007, LegalPublishing: Cl/ Jur/668/2007, Rol Nº 5048-2006). En igual
sentido se ha declarado que: "[L]a infracción al deber de fidelidad no se restringe sólo al
adulterio, que constituye una forma de infringir dicha obligación, sino además, cuando se
destruye la fe, la confianza y lealtad manifestada ostensiblemente en el quehacer
personal del cónyuge infractor" (C. Apelaciones de Valdivia, 26 de junio de 2014, cons.
2º, LegalPublishing: Cl/Jur/3903/2014, Rol Nº 90-2013). La E Corte Suprema ha
xcma. 

afirmado esta misma orientación cuando ha declarado que: "El artículo 131 del Código
Civil, del Título VI, Libro I, denominado 'Obligaciones y Derechos entre cónyuges',
establece que 'Los cónyuges están obligados a guardarse fe, a socorrerse y ayudarse
mudamente en todas las circunstancias de la vida. El marido y la mujer se deben respeto
y protección recíprocos'. A su vez, el artículo 132 del mismo texto señala que 'el adulterio
constituye una grave infracción al deber de fidelidad que impone el matrimonio y da origen
a las sanciones que la ley prevé'. De las normas transcritas se infiere que el adulterio, en
los términos definidos por el inciso segundo del citado artículo 132, no es la única causal
de divorcio referida a la fidelidad matrimonial, como lo exigía la antigua ley de Matrimonio
Civil para el divorcio perpetuo en su artículo 21. El numeral 2º del artículo 54 de la Ley
Nº 19.947 sanciona la grave y reiterada infracción al deber recíproco de guardarse fe, en
el que sin duda se comprende esa conducta, pero también otros hechos de infidelidad
conyugal de gran significación que importen un severo atentado al vínculo matrimonial"
(C. Suprema, 12 de marzo de 2007, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/4651/2007, Rol
Nº 5048-2006). Estas consideraciones las ha reiterado en algún fallo posterior
(C. Suprema, 19 de enero de 2009, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/5766/2009, Rol
Nº 7843-2008), y las ha aplicado en más de algún caso concreto, también, en su
sentencia de 14 de marzo de 2011, en la que ha declarado que: "Resulta errado sostener
como lo hace la recurrente que la única manera de incurrir en la causal de infidelidad es la
existencia de adulterio, esto es, de relaciones sexuales extramatrimoniales, pues según
se desprende del artículo 132 del Código Civil, ésta es sólo una de las formas, si bien
grave, de incumplir dicho deber, En el caso de autos, se encuentra establecido como un
hecho de la causa que la cónyuge en reiteradas oportunidades llevó a hombres a la casa,
con los cuales se besaba y luego entraba al dormitorio, situación que por su naturaleza y
gravedad permite por sí misma la configuración de la causal de divorcio en comento"
(C. Suprema, 14 de marzo de 2011, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/9332/2011, Rol
Nº 9529-2010). Del mismo modo, ha declarado: "[E]n el ámbito de la lealtad sexual no
está referido solo a la prohibición de relaciones sexuales, sino a cualquier acto que la
conciencia social repute como infidelidad conyugal, esto es, como una ruptura del deber
de guardarse fe, ya sea con personas de distinto o del mismo sexo, y supongan o no la
realización completa de cópula o ayuntamiento sexual; y son los términos de la discusión
parlamentaria que recayó sobre la normativa que contempla las causales de divorcio, la
que permite concluir que la obligación de los cónyuges de guardarse fe, contemplada en
el artículo 131 del Código Civil, en el ámbito de la sexualidad, es comprensible de la
lealtad o fidelidad en un sentido amplio, y es por ello que se consagró como tal la
'conducta homosexual'" (C. Suprema, 7 de mayo de 2014, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2078/2014, Rol Nº 7795-2013). Estas consideraciones,
igualmente, han sido asumidas por algún tribunal de alzada (C. Apelaciones de San
Miguel, 15 de octubre de 2010, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/8390/2010, Rol Nº 456-
2010). En esta misma orientación se ha razonado: "Que una de las cuestiones que se
deben dilucidar para poder llegar a una decisión es qué se entiende por 'deber de
fidelidad'. A éste se refiere expresamente el artículo 131 del Código Civil, el cual declara
la naturaleza y entidad de este deber cuando dispone que: 'Los cónyuges están obligados
a guardarse fe, a socorrerse y ayudarse mutuamente en todas las circunstancias de la
vida'. Que, en relación a la expresión 'fe' es necesario tener presente lo que señala el
artículo 20 del Código Civil al prescribir que 'Las palabras de la ley se entenderán en su
sentido natural y obvio, según el uso general de las mismas palabras; pero cuando el
legislador las haya definido expresamente para ciertas materias, se les dará en éstas su
significado legal'. Y al no haberla definido la ley debemos acudir al Diccionario de la Real
Academia Española que la conceptualiza como 'la palabra que se da o promesa que se
hace a alguien con cierta solemnidad o publicidad'. A este respecto, así entendida y
analizada en el ámbito del matrimonio, Barrientos Grandon, Javier y otro, escribe en su
obra Nuevo Derecho Matrimonial Chileno: Este deber de guardarse fe aparece como un
necesario complemento para las más plena consecución del fin del bien de los cónyuges,
supuesto que sin él aparecería como imposible la constitución de la comunidad de vida
instituida entre marido y mujer desde el mismo momento en el que se ofrecieron y
aceptaron recíprocamente como tales, comprometiendo la integridad de sus personas en
el consorcio que formaron. Supuesto lo anterior, este deber de guardarse fe no solo se
estrecha en los angostos límites de la fidelidad sexual, sino que se proyecta en todos los
ámbitos de la vida, luego 'guardar la fe' conyugal implica 'fidelidad' y ésta no es más que
la 'Lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona, la que no aparece
determinada solamente por la naturaleza y fines de la institución matrimonial y, por ende,
se extiende a todos los ámbitos en los cuales se proyecta la comunidad de vida entre
marido y mujer. Que, por consiguiente debe entenderse que la causal invocada es amplia
y comprende todos los actos y los hechos que implican deslealtad en relación a la
obligación de convivencia, afectando la dignidad del otro cónyuge" (C. de Apelaciones de
Santiago, 4 de julio de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/6081/2008, Rol Nº 937-
2008). Sobre la base de tales consideraciones, y en aplicación de ellas, la citada Corte ha
declarado que el segundo supuesto específico del inciso 2º de este artículo 54 de la ley,
en el caso de "trasgresión grave y reiterada" del deber de fidelidad, se configura por
entablar una "relación sentimental" con una tercera persona: "La demandada entabló una
relación sentimental con un hombre diferente a su marido, con anterioridad a que se
produjera la referida separación [...] Que sobre la base de los hechos anotados los
sentenciadores acogieron la demanda de divorcio declarando terminado el matrimonio
que unió a las partes por la causal del Nº 2 del artículo 54 de la Ley Nº 19.947,
considerando para ello que el hecho que se ha tenido por establecido es constitutivo de
transgresión por parte de la demandada principal del deber de guardar fidelidad a su
marido, no siendo la única manera de incurrir en tal transgresión la existencia de adulterio,
esto es, de relaciones sexuales extramatrimoniales, pues según se desprende del artículo
132 del Código Civil, ésta es sólo una de las formas, si bien grave, de incumplir dicho
deber" (C. de Apelaciones de Santiago, 4 de julio de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6081/2008, Rol Nº 937-2008). En el mismo sentido se ha
sostenido que: "Siendo el concepto de fidelidad mucho más amplio que el de adulterio, se
puede afirmar por ello que el deber de fidelidad no sólo abarca el adulterio, sino que basta
una vinculación con un tercero que no guarde los límites de lo común y habitual en
relaciones sociales y denote una proximidad de tipo sentimental" (C. de Apelaciones de
Santiago, 4 de julio de 2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6081/2008, Rol Nº 937-
2008). En esta misma línea la E Corte Suprema ha precisado: "Que el incumplimiento
xcma. 

del deber de fidelidad del otro cónyuge, como causal de divorcio, se configura con la
acreditación de la concurrencia de situaciones que demuestren no sólo la ruptura del
compromiso de lealtad sexual que implica el matrimonio, situación que coincide con la
definición de adulterio que entrega el artículo 132 del Código Civil antes citado, que lo
confina a la existencia de trato carnal de uno de los cónyuges con un tercero, sino
también cualquier otro hecho que implique una relación que no guarde los límites de lo
común o habitual con alguien ajeno al vínculo matrimonial, que dé cuenta de una
proximidad sentimental impropia al deber matrimonial de guardarse fe entre los cónyuges"
(C. Suprema, 29 de septiembre de 2016, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6728/2016,
Rol Nº 22093-2016); 457.2. Opinión minoritaria: la violación se limita al adulterio: esta
opinión, más apegada a una visión tradicional y sexualizada de la unión conyugal, se ha
defendido con el solo apoyo en una cierta lectura del número 2º del referido inciso 1º del
artículo 54 de la ley y, así, se ha declarado que: "Por la forma en que está redactado el
precepto, parece estar dirigido a sancionar directamente el adulterio, definido en el
artículo 132 del Código Civil" (C. de Apelaciones de Concepción, 26 de mayo de 2008,
cons. 11º, Cl/ Jur/5659/2008, Rol Nº 2437-2007). 458. El segundo supuesto específico
del inciso 2º en el caso de "trasgresión grave y reiterada" del deber de fidelidad, en
relación con tornar "intolerable la vida en común". Se ha declarado que las relaciones
extramaritales producidas con posterioridad al cese de la vida en común de los cónyuges
no configura el supuesto específico de este número 2º, en cuanto que no puede estimarse
que vuelva intolerable la vida en común, precisamente porque ésta ya no existía: "[L]as
relaciones posteriores a la fecha del cese de la convivencia, reconocidas por el
demandado, no pueden ser tomadas en consideración para los efectos de configurar la
causal de divorcio por culpa que se hace valer, toda vez que ellas se producen en un
período de tiempo en que la vida en común ya había concluido, lo que impide que se
configure el requisito de que la violación de los deberes que impone el matrimonio "torne
intolerable la vida en común" (C. Apelaciones de Antofagasta, 6 de febrero de 2013, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/268/2013, Rol Nº 279-2012). 459. El segundo supuesto
específico del inciso 2º en el caso de "trasgresión grave y reiterada" del deber de
fidelidad se configura por entablar una "relación sentimental" con una tercera
persona. Así se ha declarado que: "La demandada entabló una relación sentimental con
un hombre diferente a su marido, con anterioridad a que se produjera la referida
separación [...] Que sobre la base de los hechos anotados los sentenciadores acogieron
la demanda de divorcio declarando terminado el matrimonio que unió a las partes por la
causal del Nº 2 del artículo 54 de la Ley Nº 19.947, considerando para ello que el hecho
que se ha tenido por establecido es constitutivo de transgresión por parte de la
demandada principal del deber de guardar fidelidad a su marido, no siendo la única
manera de incurrir en tal transgresión la existencia de adulterio, esto es, de relaciones
sexuales extramatrimoniales, pues según se desprende del artículo 132 del Código Civil,
ésta es sólo una de las formas, si bien grave, de incumplir dicho deber" (C. Suprema, 19
de enero de 2009, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/5766/2009, Rol Nº 7843-2008). En el
mismo sentido se ha sostenido que: "Siendo el concepto de fidelidad mucho más amplio
que el de adulterio, se puede afirmar por ello que el deber de fidelidad no sólo abarca el
adulterio, sino que basta una vinculación con un tercero que no guarde los límites de lo
común y habitual en relaciones sociales y denote una proximidad de tipo sentimental" (C.
de Apelaciones de Santiago, 4 de julio de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6081/2008, Rol Nº 937-2008). 460. El segundo supuesto
específico del inciso 2º en el caso de la separación de hecho y la violación grave
del deber de fidelidad. La separación de hecho no afecta a la obligación de guardarse fe
que pesa sobre los cónyuges. La única excepción la constituye la regla contenida en el
inciso segundo del artículo 26 de la Ley Nº 19.947, en relación con el hecho específico del
adulterio, pues señala que: "No podrá invocarse el adulterio cuando exista previa
separación de hecho consentida por ambos cónyuges". Esto significa que el principio
general es el que la separación de hecho no afecta a la obligación de guardarse fe o de
fidelidad, y que reconoce como única excepción la del referido artículo 26, cuyo campo
operativo tiene dos limitaciones: a) sólo procede en el caso de separación de hecho
consentida por ambos cónyuges, y b) sólo se refiere al supuesto del adulterio, sin
extenderse a otros ámbitos de la obligación de guardarse fe. En ese marco legal, es
contraria a la ley vigente una interpretación que entienda que, por regla general, la
separación de hecho suspende la obligación de fidelidad, como lo ha sostenido, sin
mayores razones, la I Corte de Apelaciones de Valparaíso, al declarar en sentencia de 20
lma. 

de diciembre de 2010 que: "La obligación de fidelidad que aparece como una
consecuencia del ánimo de permanecer juntos y unidos en el proyecto que implica el vivir
y cohabitar cumpliendo las obligaciones recíprocas que el matrimonio impone, cesan
desde que opera la separación de hecho y, en tal sentido, si no se probó que durante la
vigencia de la cohabitación hubo graves y reiteradas faltas al deber de fidelidad, las
situaciones que con posterioridad a la separación pudieran afectar a alguno de los
cónyuges, no puede constituir la causal de divorcio invocada en estos autos"
(C. Apelaciones de Valparaíso, 20 de diciembre de 2010, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/12135/2010, Rol Nº 740-210). 461. El segundo supuesto
específico del inciso 2º en el caso de "abandono continuo o reiterado del hogar
común". El hecho del abandono del hogar común representa no sólo una violación grave
de la obligación de vida en común, prevista en los artículos 133 y 102 del Código Civil,
sino también, ordinariamente, de las obligaciones de socorro y ayuda mutua en todas las
circunstancias de la vida (art. 131 CC), pues la forma normal de dar cumplimiento a ellas
es en la vida cotidiana en común, pues el bien de los cónyuges, en cuanto que fin del
matrimonio, se persigue día tras día. En este sentido, la I Corte de Apelaciones de
lma. 

Santiago, en voto de mayoría de su sentencia de 17 de junio de 2011, ha destacado que


la tipificación del abandono del hogar común, como hecho que configura la causa
genérica de divorcio por falta imputable, debe implicar la transgresión de más de una
obligación del matrimonio, pues su descripción se refiere a una trasgresión grave, en
plural, de los "deberes del matrimonio", de modo que el simple alejamiento del hogar
común no representaría por sí solo, un supuesto de abandono, el que requeriría de
generar una situación de desamparo como consecuencia, no sólo de la trasgresión de la
obligación de vida en común, sino de la de socorro: "De acuerdo con su uso frecuente,
'abandono' denota la idea de dejar algo o a alguien; 'continuo' alude a lo que dura, se
hace o se extiende sin interrupción; y 'reiterado' es aquello que se hace o sucede
repetidamente. Por consiguiente, conforme a la literalidad de la norma, pudiera asumirse
que el mero hecho de dejar el hogar común bastaría para configurar un divorcio por culpa.
Inclusive sin que sea determinante el tiempo transcurrido desde su verificación.
Extremando el argumento, unos pocos días podrían ser suficientes. Sin embargo, una
conclusión de ese tipo merece varios reparos. En primer término, un abandono así
entendido compromete únicamente el deber de cohabitación. Por lo tanto, no asigna
sentido al hecho que la misma regla legal indique en su parte final que el abandono del
hogar es una forma de transgresión de 'los deberes del matrimonio', remarcando la
pluralidad. En segundo término, la conclusión enunciada tampoco sería coherente con
otras causales de divorcio, como la relativa al cese de la convivencia, en que el legislador
ha exigido tiempos mínimos para su configuración, esto es, uno o tres años, según fuere
el caso. Finalmente, restringe la acepción a una cuestión puramente objetiva, como si se
tratara de dejar un lugar y no a una persona. Esas inconsistencias quieren significar que
para estar en presencia de un caso de "abandono del hogar común" no basta con la sola
vulneración del deber de cohabitar, es preciso que junto a ello se produzca una situación
de desamparo, de desatención, de falta de protección —de 'abandono'— del otro
cónyuge, en términos que, aparte de infringirse el deber de convivencia, se vulnere
también otros deberes del matrimonio. En suma, en cuanto divorcio/sanción o por falta
culpable, la causal supone la actitud de uno de los cónyuges de sustraerse del
cumplimiento de aquellos deberes-derechos personales inherentes a matrimonio. En
particular, interesa aquí el abandono del deber de cohabitación y el de asistencia o de
socorro. Esto que se dice resulta concordante con la esencia del matrimonio que, en
último término, importa una comunidad de vida" (C. Apelaciones de Santiago, 17 de junio
de 2011, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/4963/2011, Rol Nº 1462-2010). Aciertan
los ministros de la mayoría en cuanto a que "el abandono del hogar común" implica la
violación de varias de las obligaciones que impone el matrimonio: vida en común, socorro
y ayuda mutua en todas las circunstancias de la vida, precisamente, porque el legislador
así lo declara y presume, de modo expreso, en la parte final del número 2º del inciso 2º de
este artículo 54, es decir, no puede discutirse que el abandono del hogar común
transgrede a una pluralidad de "los deberes que impone el matrimonio", de modo que
resulta imprescindible determinar el significado de la expresión "abandono continuo o
reiterado", pues, probada que sea su ocurrencia se incurre en el hecho típico descrito en
la ley como falta imputable que da causa al divorcio. Sin embargo, los razonamientos
posteriores del voto de mayoría no son acertados: a) No resulta del todo incuestionable,
en cambio, acudir sólo al "uso frecuente" de la voz "abandono" para determinar su
significado, pues él, excluida su utilización en sede del derecho de las cosas (arts. 602
inciso 2º, 621 inciso 1º, 624 incisos 3º y 4º, 656 regla 5ª, 829, 858, todos del CC), se
emplea, precisamente, en sede de derecho de las personas tocante a la familia en los
artículos 238, 240, 271 número 2º y 324 inciso final del Código Civil, a propósito de los
hijos abandonados, y en una ley, la Nº 16.908, que trata precisamente del "abandono de
familia" y que presuponen, precisamente, el hecho físico del alejamiento y la consiguiente
situación de desamparo o desasistencia, que, para los efectos de la causa de divorcio, la
ley presume que se generan, y no, como entiende el voto de mayoría ya citado, en cuanto
a que el hecho físico del alejamiento del hogar común "compromete únicamente el deber
de cohabitación. Por lo tanto, no asigna sentido al hecho que la misma regla legal indique
en su parte final que el abandono del hogar es una forma de transgresión de 'los deberes
del matrimonio', remarcando la pluralidad". No se trata, como han entendido lo ministros
de la mayoría, que la ley exija que el abandono transgreda varios de los derechos que
impone el matrimonio, sino, todo lo contrario: la ley presume que infringe a varios de ellos;
b) Tampoco es atendible el razonamiento de los ministros de la mayoría, en cuanto a que:
"En segundo término, la conclusión enunciada tampoco sería coherente con otras
causales de divorcio, como la relativa al cese de la convivencia, en que el legislador ha
exigido tiempos mínimos para su configuración, esto es, uno o tres años, según fuere el
caso", y no lo es, porque el "cese de la convivencia" no es categoría sinónima de la de
"abandono del hogar común", entre otras cosas, porque ella puede originarse por el
mutuo acuerdo de los cónyuges, y uno de los caracteres que delimita jurídicamente a la
noción de abandono es su carácter de unilateral. Menos se sostiene el tercero de sus
razonamientos: "Finalmente, restringe la acepción a una cuestión puramente objetiva,
como si se tratara de dejar un lugar y no a una persona", precisamente, porque parte de la
inconsistente premisa del "uso frecuente" de la voz "abandono" y no de su interpretación
"por medio de otras leyes, particularmente si versan sobre el mismo asunto", como
prescribe el Código Civil en el inciso final de su artículo 22, que no se trata del "abandono"
en sede de bienes, sino del "abandono" en sede de derecho de las personas,
precisamente singularizado por la objetividad del apartamiento físico del hijo o de la
familia; c) No reparan, tampoco, los ministros de la mayoría, en que, a diferencia de los
supuestos anteriores, la ley plantea una alternativa a la exigencia de la "reiteración"
consistente en la "continuidad" del abandono, es decir, no se requiere que sea continuo y
reiterado sino continuo o reiterado. Esta alternativa se presenta como una justa precisión
en relación con una conducta cuyos efectos se pueden prolongar en el tiempo por el solo
hecho de producirse una vez, si el alejamiento del hogar se vuelve un hecho en el que
persevera el cónyuge, como en dicho sentido la misma I Corte de Apelaciones de
lma. 

Santiago, en sentencia de 4 de julio de 2008, se había manifestado: "La reiteración no


solo está dada por los diferentes episodios de abandono del hogar común, sino también
por la circunstancia que cada día que la cónyuge ha permanecido fuera del hogar familiar,
está reiterando la afección al deber de fidelidad" (C. Apelaciones de Santiago, 4 de julio
de 2008, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6081/2008, Rol Nº 937-2008). De lo dicho, se
infiere que el "abandono del hogar común", en sede de divorcio por falta imputable, es un
hecho que consiste en el alejamiento de dicho hogar, por decisión unilateral de uno de los
cónyuges, al que la ley atribuye los efectos de transgredir varios "deberes de los que
impone el matrimonio", como lo entendió en ministro Patricio Villarroel Valdivia, en el voto
de minoría de la indicada sentencia de 17 de junio de 2011: "En su concepto, la causal del
'abandono de hogar' se configura por el hecho de que alguno de los cónyuges infrinja su
deber de convivencia, con tal que ello se produzca de un modo reiterado o permanente,
como aconteciera en la especie. Respecto de la gravedad exigida para ese
incumplimiento, es la propia ley la que asigna a ese hecho la entidad necesaria para
hacer lugar al divorcio" (C. Apelaciones de Santiago, 17 de junio de 2011, voto de
minoría, LegalPublishing: Cl/Jur/4963/2011, Rol Nº 1462-2010). Entender lo contrario
lleva, como de hecho llevó a la I Corte de Apelaciones de Santiago, a resolver que: "En la
lma. 

especie se ha pretendido configurar la causal a partir del sólo hecho que el cónyuge dejó
el hogar común de un modo definitivo, continuo o permanente. Esa circunstancia, de
suyo, es atentatoria de uno de los deberes aludidos, pero —conforme se ha explicado—
no alcanza a constituir la causal de divorcio/sanción esgrimida en la demanda"
(C. Apelaciones de Santiago, 17 de junio de 2011, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4963/2011, Rol Nº 1462-2010), es decir, a permitir que un
cónyuge se aleje del hogar común para siempre y de un modo "continuo", que es lo único
que exige la ley, y que su cónyuge abandonada advenga privada de la posibilidad de
impetrar la declaración de divorcio. 462. El segundo supuesto específico del inciso 2º
en el caso de "abandono continuo o reiterado del hogar común", cuando se
produce la sola separación física de los cónyuges. La E Corte Suprema ha entendido
xcma. 

que la mera separación física de los cónyuges no constituye un hecho que configure la
causa para impetrar el divorcio por culpa:"[T]al como se razona en el motivo cuarto de la
sentencia impugnada, si bien es cierto quedó establecido en la causa que el demandado
no vive en el hogar común con la actora, el sólo hecho de la separación física de los
cónyuges no configura una transgresión grave de los deberes del matrimonio, ya que para
que ocurra, es menester que el cónyuge demandante se encuentre en una situación de
abandono evidente a causa de un hecho atribuible al demandado, carente de razón o
imputable al mismo. En este contexto —tal como lo dejan de manifiesto los
sentenciadores del fondo— la decisión del cónyuge demandado de no cohabitar junto a la
actora no obedece a una conducta caprichosa o carente de razón, sino más bien, a las
serias divergencias conyugales existentes entre las partes que quedan de manifiesto del
certificado de la ministra de fe del tribunal a quo, tenido a la vista, según el cual el sistema
SIFTA registra dieciséis causas entre las partes, entre las que se cuenta una por divorcio
culposo, rechazada" (C. Suprema, 22 de diciembre de 2014, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9767/2014, Rol Nº 26513-2014). 463. El cuarto supuesto
específico del inciso 2º en el caso de "conducta homosexual". Este hecho de uno de
los cónyuges, que le hace incurrir en la causa genérica para que el otro demande la
declaración judicial del divorcio suscita una serie de cuestiones dogmáticas y prácticas,
sobre el que es preciso, al menos, advertir lo siguiente: 463.1. De la novedad de esta
causa: el expreso señalamiento de la "conducta homosexual" como hecho constitutivo de
la causa legal para impetrar la declaración judicial del divorcio representa una novedad en
el sistema jurídico chileno y también en relación con muchos derechos
extranjeros; 463.2. De la especificidad de esta causa y su diferencia de la
homosexualidad: la Comisión de Constitución del Senado, en segundo trámite
constitucional, fue la que incluyó este hecho como constitutivo de la causa genérica de
divorcio por falta imputable al otro cónyuge, y en su Informe dejó expresa constancia de
ser ella un hecho distinto al de la mera homosexualidad. En efecto, para la referida
Comisión este supuesto típico constitutivo de la falta imputable al otro cónyuge consiste
en un "comportamiento externo objetivo", es decir, implica la realización de ciertos actos o
modos de ser de naturaleza homosexual, y ello debe ser así porque el encabezado del
inciso 2º del artículo 56 inicia la enumeración ejemplar de casos que hacen incurrir en la
causa para impetrar el divorcio con la precisión de que ellos son "hechos". La conducta
homosexual, en consecuencia, es un "hecho", que implica necesariamente un
comportamiento externo objetivo y, por ende, es de naturaleza diversa a la
homosexualidad que, en sí misma, no es un acto o un comportamiento, y por ello la
misma Comisión precisó que para que pudiera invocarse este supuesto no bastaba con
"la mera condición o inclinación homosexual", y así, en el Informe de la Comisión de
Constitución se consignó que: "La comisión coincidió en que debe exigirse un
comportamiento externo objetivo y no la mera condición o inclinación homosexual". En
ese sentido se ha pronunciado el E Tribunal Constitucional: "Que la historia de la
xcmo. 

elaboración de la disposición legal impugnada indica igualmente que no se pretendió con


ella sancionar la mera orientación homosexual de alguno de los cónyuges. En efecto, en
el Primer Informe de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del
Senado, de fecha 9 de julio de 2003, se expresa, refiriéndose al precepto que hoy es el
Nº 4 del artículo 54 de la Ley de Matrimonio Civil, que "la cuarta circunstancia es la
conducta homosexual. La Comisión coincidió en que debe exigirse un comportamiento
externo objetivo y no la mera condición o inclinación sexual"; [...] Que, como puede
apreciarse, la legislación civil chilena actualmente vigente sobre matrimonio y divorcio
considera constitutivas de una transgresión grave al deber de fidelidad propio del
matrimonio tanto las conductas infractoras de ese deber de uno de los cónyuges con
personas de otro sexo como con las del mismo sexo, sin que se considere que incurre en
tal reproche el cónyuge que sienta atractivo o tenga inclinación por personas de su mismo
sexo o del otro [...] la legislación sobre matrimonio y divorcio existente en Chile no
considera como causal de divorcio culpable la mera orientación afectiva hacia persona del
otro o del mismo sexo, y únicamente considera transgresión grave al deber de fidelidad
propio del matrimonio la conducta, o actos, de uno de los cónyuges con personas del otro
o del mismo sexo, que implique contacto sexual o que, sin llegar a serlo, constituya la
exteriorización de afectos propios del matrimonio, por lo que no existiendo una
diferenciación arbitraria, como la que se reprocha en el requerimiento, éste debe ser
rechazado" (T. Constitucional, 10 de abril de 2014, cons. 13º, 14º 18º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1326/2014, Rol Nº 2435-2013). Estos considerandos han sido
reiterados por el mismo Tribunal en sentencia posterior (T. Constitucional, 30 de
diciembre de 2014, cons. 13º y 14º, Rol Nº 2681-14-Ina). La E Corte Suprema ha
xcma. 

asumido esta concepción, y con ello ha disipado alguna lectura distraída de la


jurisprudencia: "[E]n lo que concierne a la causal propiamente tal, se debe tener presente
que no la conforma la condición o tendencia homosexual; pues, según dan cuenta las
actas que recogen el debate al interior de la Comisión de Constitución del Senado, en
segundo trámite constitucional, lo que la configura es un "comportamiento externo objetivo
y no la mera condición o inclinación homosexual". La orientación sexual del individuo, esto
es, la atracción que tiene como objeto de enamoramiento, predominante o exclusivo, a
una persona del mismo sexo, no conforma la causal, por lo tanto, lo que se debe probar
es que el cónyuge que se pretende demandar exteriorizó una conducta homosexual, la
que "... puede interpretarse como un conjunto de actos que constituyan habitualidad, por
lo que la conducta homosexual puede ser definida como la participación de una persona
en actividades sexuales predominante o exclusivamente con miembros de su propio
sexo..." (Del Picó Rubio, Jorge, Derecho Matrimonial Chileno: Antecedentes, principios
informadores e instituciones fundamentales, Abeledo Perrot, Santiago, 2010, p. 423"
(C. Suprema, 7 de mayo de 2014, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2078/2014, Rol
Nº 7795-2013). Así, pues, este supuesto no debe confundirse con el de la
homosexualidad, que operaría como eventual causa para solicitar la declaración de
nulidad si hubiera existido error que recayera en dicha cualidad personal de acuerdo con
el artículo 8º número 2 de la Ley Nº 19.947. En tal confusión había incurrido la
jurisprudencia en la siguiente sentencia: "1º Que el demandado de autos dedujo demanda
reconvencional fundándola en la causal del artículo 54 Nº 4 de la Ley Nº 19.947 sobre
Matrimonio Civil, específicamente por atribuirle a la demandante ser lesbiana. 2º Que la
demandante reconoce su condición sexual de tal, que la ha asumido así, y esta se la
reveló a su marido tiempo atrás, como también a su hija mayor, no así al menor de sus
hijos puesto que estima que éste no tiene aún la madurez suficiente para entenderlo [...]
este respecto cabe señalar que si bien nada ilícito o censurable hay a este respecto, lo
cierto es que el matrimonio es aquella unión entre un hombre y una mujer conforme lo
señala el artículo 102 del Código Civil. Tal condición no se refiere únicamente a la
biológica sino que también a la sicológica, puesto que es en este plano donde se dan las
relaciones afectivas. En el presente caso, si bien ambos cónyuges son de sexo biológico
diferente, no es así en el plano psicológico, pues a ambos los atraen personas del mismo
sexo, cual es el femenino" (C. de Apelaciones de Santiago, 7 de septiembre de 2007,
cons. 1º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6745/2007, Rol Nº 1729-2007); 463.3. De la exigencia
de la realización de conductas: si se sigue la lógica de la Comisión, para que pueda
prosperar este hecho típico constitutivo de la causa genérica de divorcio por falta
imputable al otro cónyuge será preciso probar, no la homosexualidad del cónyuge al que
se demanda, sino que éste exteriorizó una conducta homosexual, respecto de cuya causa
nada peculiar ha exigido la ley, si bien, lo más frecuente será que ella sea la
homosexualidad del cónyuge, aunque pudiera ser otra que, en todo caso, es irrelevante
para estos efectos. Como la ley no ha precisado qué ha de entenderse por "conducta", su
determinación queda entregada a la jurisprudencia, y, en principio, pareciera que ella se
podría entender en un sentido psicológico, de manera que debería tomarse como un
determinado comportamiento, en este caso, de carácter sexual y, por ende, representaría
una cierta manera de ser de las acciones del otro cónyuge, que excluirían, por ejemplo,
un acto esporádico, pero, por el contrario, si se la tiene como expresiva de "acto" o
"actuación" la conclusión debiera ser otra. Ligado directamente al entendimiento que se
tenga de la expresión "conducta" aparece la de si ellas, necesariamente, han de consistir
en la realización de actos sexuales, pues es posible que una persona manifieste
"conductas homosexuales", sin que ellas se concreten en la realización de actos
homosexuales con otra persona, cuáles podrían ser ciertas conductas de "travestismo",
por ejemplo. El E Tribunal Constitucional ha asumido esta lectura de la causa de que
xcmo. 

aquí se trata: "Que, como puede apreciarse, el mismo tenor literal de la disposición legal
impugnada muestra que los meros sentimientos de tendencia homosexual de una
persona no son suficientes para incurrir en la causal de divorcio culpable que se
cuestiona. En efecto, el encabezado del inciso segundo del artículo 54 de la Ley de
Matrimonio Civil señala que se incurre en la causal de violación grave de los deberes y
obligaciones que impone el matrimonio, "cuando ocurre cualquiera de los siguientes
hechos", que a continuación enumera y entre los que se encuentra el Nº 4 "Conducta
homosexual". La falta imputable, por consiguiente, es un hecho, esto es un acto o
actividad constitutiva de conducta homosexual, un comportamiento de esta índole, y no
una mera preferencia u orientación sexual" (T. Constitucional, 10 de abril de 2014, cons.
12º, LegalPublishing: Cl/Jur/1326/2014, Rol Nº 2435-2013). En el mismo sentido, y en
sentencia posterior, ha precisado que: "[L]a legislación sobre matrimonio y divorcio
existente en Chile no considera como causal de divorcio culpable la mera orientación
afectiva hacia persona del otro o del mismo sexo, y únicamente considera transgresión
grave al deber de fidelidad propio del matrimonio la conducta, o actos, de uno de los
cónyuges con personas del otro o del mismo sexo, que impliquen contacto sexual o que,
sin llegar a serlo, constituyan la exteriorización de afectos propios del matrimonio, lo que
no representa una diferenciación arbitraria respecto a otras causales de divorcio por culpa
como sostiene el requerimiento, pues todas ellas —al menos— suponen una infracción al
deber de fidelidad conyugal, sin perjuicio de que alguna de tales conductas, además,
llegue a ser constitutiva de delito. De ahí que el requerimiento deba ser rechazado"
(T. Constitucional, 30 de diciembre de 2014, cons. 18º, Rol Nº 2681-14-Ina). Esta opinión,
deja al descubierto lo errada de alguna opinión jurisprudencia previa, particularmente
desprolija en lo jurídico, peligrosamente invasiva en sus apreciaciones sociológicas y
gravemente discriminatoria, pues en la sentencia que queda citada de la I Corte de
lma. 

Apelaciones de Santiago de 7 de septiembre de 2007, se ha sostenido, contra toda lógica


y jurídica razón, que el supuesto de la "conducta homosexual" no exige una "conducta",
porque se ha declarado lo siguiente: "Que la sociedad chilena, si bien ha evolucionado
con el tiempo, aceptándose hoy más que antes el que existan parejas de un mismo sexo,
lo cierto es que aún hay un rechazo social a ellas. Esto lleva a que su conducta afectiva y
amorosa se realice en forma privada; en público se comportan como su condición
biológica les indica. Por ello es que no sea posible exigir, además de la manifestación de
ambos cónyuges de la condición sexual de la demandante, el que exista testimonio
explícito de conductas lesbianas de la misma, puesto que estas no se vierten en público, y
más aún en este caso, en que la propia demandada señala que no ha revelado su
condición sexual a su hijo menor, por no tener suficiente madurez para entenderlo" (C. de
Apelaciones de Santiago, 7 de septiembre de 2007, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6745/2007, Rol Nº 1729-2007); 463.4. De la crítica a
la inclusión de este supuesto: Definido el hecho típico de la "conducta homosexual" en
los términos que quedan referidos se vuelve necesario reafirmar la opinión que ya
defendí, nada más promulgarse la Ley Nº 19.947, en cuanto a que ella es jurídicamente
superflua y discriminatoria. Es jurídicamente superflua, porque una eventual conducta
homosexual mantenida durante el matrimonio, constituiría, en principio y por sí misma, la
causa genérica de divorcio definida en el inciso 1º del artículo 54 de la ley, en una de las
dos siguientes posibilidades: a) importaría una violación grave del deber de respeto que
impone el matrimonio a los cónyuges, de acuerdo con lo prescrito en la parte final del
artículo 131 del Código Civil, de manera que podría tenérsela como una falta que, en
muchos casos, podría imputarse al cónyuge que tiene la conducta homosexual, y
b) representaría, igualmente, una trasgresión grave del deber de convivencia y, en ciertos
casos, del deber de fidelidad propios del matrimonio, que el número 2º del inciso 2º del
artículo 54 ya califica como hecho que hace incurrir en la causa genérica de divorcio de su
inciso 1º. Jurídicamente discriminatoria lo es en relación con el juicio específico que
realiza respecto de la "conducta homosexual" y no de la "conducta heterosexual", porque
también una "conducta heterosexual" puede configurar la causa genérica del inciso 1º y
no se la ha mencionado expresamente. A lo que se suma el que, como la descripción
genérica de la causa de divorcio es una "falta imputable al otro" cónyuge, pareciera que la
ley ha efectuado una cierta y previa atribución de responsabilidad por la "conducta
homosexual", a la que entiende directamente como "imputable", sin considerar que es
posible que, en muchas situaciones, la referida "conducta" no pueda ser calificada como
una "falta imputable", sino como una consecuencia de causas, biológicas o psicológicas,
respecto de la cual no puede realizarse un juicio de reproche al cónyuge que la
manifiesta. 464. De la falta imputable y la reparación del daño causado. La existencia
de hechos que configuran esta causa genérica para impetrar el divorcio, no excluye el que
ellos generen, además, responsabilidad penal o civil para el cónyuge que los cometió, de
manera que si de ellos resulta un daño que pueda ser imputado a malicia o negligencia
del cónyuge, quedan cubiertos por la regla general sentada en el inciso 1º del artículo
2329 del Código Civil y, por ende, debe ser reparado. Una reciente jurisprudencia
constitucional ha reconocido, y con razón, el principio que queda enunciado en el párrafo
precedente, en cuanto que presupone que si los hechos que configuran la "violación
grave" que se alza como causa de divorcio son, además, constitutivos de un ilícito penal o
civil, la declaración del divorcio no restaura el daño ocasionado a la víctima, de manera
que en justicia es procedente que se persiga la responsabilidad, civil o penal de su autor.
Así se ha declarado por el Tribunal Constitucional, en sentencias de 31 de diciembre de
2009 y 12 de agosto de 2010, que en los juicios fundados en este artículo 54: "La
declaración del juez de la causa recae sobre la constatación de la existencia de una
causal de término del contrato de matrimonio; no versa, como elemento esencial de la
acción, sobre la configuración de un ilícito y su castigo. El divorcio no es, pues,
jurídicamente una pena, sin perjuicio de los efectos patrimoniales que produce" (Tribunal
Constitucional, 31 de diciembre de 2009, cons. 8º, Rol Nº 1424; Tribunal Constitucional,
12 de agosto de 2010, Rol Nº 1499). Advierte, además, que: "La conclusión anterior debe
entenderse sin perjuicio de la responsabilidad —de otra naturaleza— que pueden generar
autónomamente el o los hechos fundantes de la causal de divorcio invocada. Estos
pueden ser, además, ilícitos criminales —atentado contra la vida o integridad física del
cónyuge o de alguno de los hijos, comisión de crímenes o simples delitos contra el orden
de las familias, por ejemplo— o civiles, como la transgresión grave y reiterada de los
deberes de convivencia, socorro y fidelidad. La pena criminal o la reparación
indemnizatoria, en este caso, son el efecto del ilícito penal o civil, pero no de la
declaración de divorcio" (Tribunal Constitucional, 31 de diciembre de 2009, cons. 8º, Rol
Nº 1424; Tribunal Constitucional, 31 de diciembre de 2009, cons. 9º, Rol Nº 1490;
Tribunal Constitucional, 12 de agosto de 2010, Rol Nº 1499). El mismo criterio han
seguido los tribunales ordinarios de justicia. Así lo ha hecho la E Corte Suprema al
xcma. 

confirmar una sentencia en casación: "más allá de las disquisiciones doctrinarias sobre la
procedencia de la reparación por el incumplimiento de los deberes matrimoniales, en la
especie se ha determinado la responsabilidad civil del demandado como consecuencia de
acreditarse el deterioro emocional o psicológico que le ha causado a la actora fruto de sus
conductas antijurídicas que han motivado el divorcio por culpa decretado respecto de las
partes. Cabe precisar que el daño que se indemniza no es el que ocasiona el divorcio en
sí mismo, sino el menoscabo que proviene directamente del o los actos culpables
generadores de responsabilidad extracontractual que los tribunales del grado tuvieron por
legalmente establecidos en el proceso. En este sentido, refiriéndose a la reparación del
daño causado con ocasión del divorcio, el autor Francisco Herane Vives, sostiene que:
"(...) en principio, no se vislumbra ninguna buena razón para impedir, a priori, una posible
indemnización por el incumplimiento de los deberes matrimoniales. Ahora bien, lo anterior
no significa que todo daño sufrido por el divorcio de origen, por su sola existencia, a la
procedencia de una reparación, sino que deben configurarse los presupuestos exigidos
por la responsabilidad extracontractual: una conducta antijurídica, factor de atribución:
dolo o culpa, un nexo causal y, por supuesto, un daño"; a lo que agrega "(...) concuerdo
con la mayoría de la doctrina que se ha expresado al respecto, en cuanto a que los daños
derivados del divorcio vincular por incumplimiento de los deberes matrimoniales, en la
medida que se reúnan los requisitos señalados precedentemente, no constituyen
responsabilidad contractual sino que más bien obedecen al ámbito de lo extracontractual,
con fundamento en el carácter jurídico del matrimonio". (Herane V., Francisco,
"Reparación por incumplimiento de los deberes matrimoniales", en Estudios de Derecho
Civil, Familia y Derecho Sucesorio, Tomo V, Abeledo Perrot-Thomson Reuters, págs. 105
y ss.). En esta misma línea argumentativa, clarificadoras resultan las conclusiones del
profesor Gonzalo Severín Fuster, en cuanto afirma que: "(...) no será admisible una
indemnización de perjuicios entre los cónyuges por los hechos constitutivos de divorcio
sanción sino cuando se trate de ofensas o atentados a la vida o la integridad física y
síquica. Con esto lo que hacemos es dejar abierta la posibilidad de obtener una
reparación en los casos en que ha existido algún tipo de violencia intrafamiliar, a la vez
que cerramos, por ejemplo, para el adulterio, el alcoholismo, la conducta homosexual, etc.
Desde luego, si con ocasión de algunos de estos hechos se produce un hecho ilícito,
entonces la responsabilidad civil es ampliamente aplicable. La utilización de este criterio
nos conduce a la aplicación del estatuto de la responsabilidad extracontractual y, por
tanto, para que en definitiva se obtenga la indemnización es necesario acreditar la
concurrencia de sus elementos..."; "El juez civil, que conocerá de la demanda ordinaria de
daños, deberá tener presente para estos efectos, por un lado, la declaración previa de
divorcio, para probar el hecho, y por otro, la existencia de alguna reparación previa, por
daños patrimoniales, que pudo haberse otorgado por los Tribunales de Familia,
conociendo violencia intrafamiliar, o por la Justicia Penal, cuando conociendo de delitos
tales como lesiones o maltrato habitual, se haya interpuesto la acción de responsabilidad
civil en dicha sede" (Severín Fuster, Gonzalo, "Indemnización entre cónyuges por los
daños causados con ocasión del divorcio", en Estudios de Derecho Civil, Familia y
Derecho Sucesorio, Tomo V, Abeledo Perrot-Thomson Reuters, págs. 165 y ss.)"
(C. Suprema, 30 de diciembre de 2014, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/9975/2014, Rol
Nº 10622-2014). 465. Segundo requisito: La inocencia del cónyuge que demanda el
divorcio. Además de la concurrencia de la causa de divorcio del artículo 54 de la ley,
para que un cónyuge pueda demandar la declaración de divorcio se requiere que sea
inocente en relación con la causa que invoca, pues en el inciso 2º del artículo 56 de la Ley
de Matrimonio Civil se prescribe, en relación con los cónyuges y el divorcio, que:
"Cualquiera de ellos podrá demandarlo, salvo cuando se invoque la causal contemplada
en el artículo 54, en cuyo caso la acción corresponde sólo al cónyuge que no hubiere
dado lugar a ella". La citada regla se inspira en el mismo principio de la establecida en el
inciso 3º del artículo 26 de la Ley Nº 19.947 en sede de separación judicial por falta
imputable, pues en él se lee que: "En los casos a que se refiere este artículo, la acción
para pedir la separación corresponde únicamente al cónyuge que no haya dado lugar a la
causal".

Artículo 55. Sin perjuicio de lo anterior, el divorcio será decretado por el juez


si ambos cónyuges lo solicitan de común acuerdo y acreditan que ha cesado
su convivencia durante un lapso mayor de un año.

En este caso, los cónyuges deberán acompañar un acuerdo que,


ajustándose a la ley, regule en forma completa y suficiente sus relaciones
mutuas y con respecto a sus hijos. El acuerdo será completo si regula todas y
cada una de las materias indicadas en el artículo 21. Se entenderá que es
suficiente si resguarda el interés superior de los hijos, procura aminorar el
menoscabo económico que pudo causar la ruptura y establece relaciones
equitativas, hacia el futuro, entre los cónyuges cuyo divorcio se solicita.

Habrá lugar también al divorcio cuando se verifique un cese efectivo de la


convivencia conyugal durante el transcurso de, a lo menos, tres años, salvo
que, a solicitud de la parte demandada, el juez verifique que el demandante,
durante el cese de la convivencia, no ha dado cumplimiento, reiterado, a su
obligación de alimentos respecto del cónyuge demandado y de los hijos
comunes, pudiendo hacerlo.

En todo caso, se entenderá que el cese de la convivencia no se ha


producido con anterioridad a las fechas a que se refieren los artículos 22 y 25,
según corresponda.

La reanudación de la vida en común de los cónyuges, con ánimo de


permanencia, interrumpe el cómputo de los plazos a que se refiere este
artículo.

Concordancias: Código Civil: artículos 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:


artículos 3º inciso 1º, 21, 22, 25 y 38.

466. De la noción de divorcio por cese de la convivencia. Se ha entendido


Jurisprudencia: 
que: "La causal de divorcio basada en el cese efectivo de la convivencia conyugal es una
expresión de la tendencia que entiende el divorcio, no como una sanción ante un hecho
culpable de alguno de los cónyuges, sino como resultado o producto de un matrimonio
que ha visto frustrado su proyecto de vida en común, en forma que resulta previsible la
imposibilidad de recomponer la vida conyugal. Para determinar la concurrencia de esa
situación, el legislador nacional optó por construir la causal sobre la base de una
separación de hecho que ha durado un tiempo razonable, entendiendo que la muestra
objetiva más palmaria del fracaso, es el período prolongado durante el cual el matrimonio
ha vivido separado" (C. de Apelaciones de Santiago, 26 de marzo de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/563/2008, Rol Nº 4751-2006). 467. De lo requisitos para que
proceda la declaración de divorcio por mutuo acuerdo de los cónyuges. Las
condiciones que la ley exige para que proceda la declaración del divorcio, sobre la base
del acuerdo común de los cónyuges, son las siguientes: a) Solicitud conjunta de los
cónyuges; b) Cese de la convivencia por un lapso mayor a un año; c) Presentación de un
acuerdo regulador de relaciones mutuas de los cónyuges y respecto de sus hijos. 468. De
la solicitud de común acuerdo. El "común acuerdo" de los cónyuges que exige esta
disposición versa sobre "el ejercicio de la acción de divorcio", y supone el consentimiento
en cuanto que encuentro de las voluntades del marido y mujer, que se manifiesta,
precisamente, en la demanda conjunta de divorcio. 469. Del cese de la convivencia por
un lapso mayor a un año. La ley, al igual que en el caso de la separación judicial reglada
en su artículo 27, sólo exige el "cese de la convivencia" sin la condición de su efectividad
y, tampoco, ha definido qué debe entenderse por cese de la convivencia. El "cese de la
convivencia" no es más que una situación de hecho que implica que se ha dejado de
observar la obligación conyugal de vivir juntos, de la que se trata en los artículos 102 y
133 del Código Civil. Ella está determinada, básicamente, por el animus separationis, es
decir, por la voluntad de apartarse de la vida en común, que hasta ese momento se
cumplía junto al otro cónyuge, de manera que carece de la misma trascendencia
el corpus separationis, esto es, el hecho material de la separación física de los cónyuges,
porque la vida en común puede mantenerse sin él y fundada en la sola affectio o intención
"de vivir juntos", como ocurre cuando los cónyuges, por ejemplo, por razones de trabajo,
estudios o por enfermedad, viven en lugares diferentes, pero si se pierde la
dicha affectio o voluntad "de vivir juntos" la convivencia no subsiste y cesa, porque
desaparece la vida en común, aunque los cónyuges vivan bajo el mismo techo, situación
que puede originarse en la imposibilidad económica de un cónyuge para procurarse otra
residencia o en su propósito de velar por el interés superior de sus hijos, y esto es así,
porque la convivencia no se refiere a la materialidad de compartir una misma residencia,
sino a la voluntad de vivir en compañía el uno junto al otro. La jurisprudencia, rectamente,
ha asumido la citada concepción del "cese de la convivencia". Así se ha declarado que:
"La ley no ha definido lo que se entiende por 'cese efectivo de la convivencia conyugal',
pero debemos asumir que con ello se está refiriendo a una rupturaconsciente de la
convivencia conyugal y precisamente por ello, no es incompatible con la vida en el mismo
domicilio, o bajo el mismo techo, como tampoco lo es con el mero alejamiento físico. Lo
anterior significa que el ánimo de los cónyuges, en cuanto a mantener o no la relación
matrimonial es fundamental, de manera que si la determinación consciente ha sido la de
suspender la convivencia conyugal, aunque la separación material no se haya producido,
ya sea por el interés de los hijos o por dificultades económicas, u otra causa, se puede
entender que hay un cese efectivo de la convivencia del matrimonio, siempre que existan
actos materiales que demuestren claramente la existencia de tal ánimo; del mismo modo
que habrá situaciones en que no obstante vivir separados, no se dé el supuesto de un
cese de convivencia, si permanece el ánimo de vivir juntos o de mantener la relación
conyugal, lo que puede ocurrir por razones de trabajo, estudios u otra situación de similar
naturaleza, que implique que alguno de los cónyuges debe permanecer ausente del hogar
común" (C. Apelaciones de Santiago, 26 de marzo de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/563/2008, Rol Nº 4751-2006). La I  Corte de Apelaciones de
lma.

Concepción, en sentencia de 9 de junio de 2011 asumió la parte inicial de la citada


consideración: "Que aunque la ley no ha definido lo que se entiende por 'cese efectivo de
la convivencia conyugal' debe entenderse que con ello se está refiriendo a una ruptura
consciente de la convivencia conyugal, no siendo por ello, incompatible con la vida en el
mismo domicilio, o bajo el mismo techo, como tampoco lo es con el mero alejamiento
físico" (C. Apelaciones de Concepción, 9 de junio de 2011, cons. 31º, Nº LegalPublishing:
49960). En el mismo sentido se ha declarado que es: "La no subsistencia de
la affectio,requisito que caracteriza la intención de no hacer vida en común, aun en el
evento, cuyo no es el caso de autos, convivan los cónyuges bajo un mismo techo"
(C. Apelaciones de Concepción, 11 de septiembre de 2007, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5555/2007, Rol Nº 970-2007), porque, como ya había afirmado el
mismo tribunal en sentencia de 18 de mayo de 2007, en el cese efectivo de la convivencia
lo fundamental "no es el corpus separationis o hecho material de la separación física, sino
lo esencial es el animus separationis, ya que si la affectio subsiste, no se produce el cese
efectivo de la convivencia, y, por el contrario, si ésta desaparece, tiene lugar el cese de la
convivencia aunque los cónyuges convivan bajo el mismo techo (Nuevo Derecho
Matrimonial Chileno.Javier Barrientos Grandon y Aránzazu Novales Alquézar. Editorial
LexisNexis. Edición agosto de 2004)" (C. Apelaciones de Concepción, 18 de mayo de
2007, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/6926/2007, Rol Nº 519-2007). Esta opinión, que
ha sido confirmada por la E  Corte Suprema (C. Suprema, 23 de septiembre de 2009,
xcma.

LegalPublishing: Cl/Jur/9689/2009, Rol Nº 6391-2009; C. Suprema, 10 de enero de


2011, LegalPublishing: Cl/Jur/6109/2011, Rol Nº 6462-2010), se ha consolidado en las
decisiones de los tribunales de alzada: "[C]omo se ha probado, si bien demandante y
demandado habitan en el mismo domicilio, sin embargo, ambos hacen vidas totalmente
separadas, desde hace aproximadamente nueve años a la fecha, lo que se manifiesta en
un comportamiento que da cuenta de la nula intención de continuar siendo cónyuges,
permaneciendo ambos en el domicilio de Raimundo Morris 1226 Población Esperanza, en
Chiguayante, por razones estrictamente económicas, derivadas de la precaria situación
que poseen, la demandante como dueña de casa y el demandado en su calidad de
pensionado, lo que les impide irse del lugar, toda vez que ninguno de ellos cuenta con
condiciones económicas para vivir fuera del domicilio. De lo señalado, se puede concluir
que entre ambos cónyuges se ha producido el cese efectivo de la convivencia, que
consiste en el animus separationis, y no solamente en el corpus separationis, toda vez
que la prueba producida da cuenta que entre demandante y demandado no
existe affectio, aunque convivan los esposos bajo el mismo techo (Barrientos Javier y
Alquézar Aránzazu, Nuevo derecho matrimonial chileno; Lexis Nexis, Segunda Edición,
Agosto de 2004, p. 390). El cese efectivo de la convivencia, como requisito para dar lugar
al divorcio, no necesariamente significa separación de techo, lo fundamental para su
determinación no es el lugar donde residan los cónyuges, sino la existencia, o no,
del animus separationis. Así, bien puede un matrimonio decidir separarse y, por motivos
económicos o por el bien de los hijos, continuar viviendo bajo el mismo techo sin ánimo de
hacer vida marital. (Quintanilla, María Soledad. "Aplicación jurisprudencial de las nuevas
causales de terminación del matrimonio" en Revista de Derecho de la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso XXXI, Valparaíso, Chile, 2º semestre de 2008,
p. 275)" (C. Apelaciones de Concepción, 11 de diciembre de 2014, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9496/2014, Rol Nº 475-2014). 470. De la prueba del cese de la
convivencia. En esta materia, es preciso diferenciar entre los matrimonios celebrados
con posterioridad a la entrada en vigor de la Ley Nº 19.947 y los celebrados con
anterioridad a ella. Esta diferenciación ha sido declarada conforme al texto constitucional:
"[P]arece claro que el límite probatorio impuesto en los artículos 22 y 25 de la ley del ramo
respecto de los cónyuges que contrajeron matrimonio después de su vigencia, por
remisión del inciso tercero de su artículo 2º transitorio, no importa crear una diferenciación
arbitraria respecto de personas que se encuentran en similar situación. El distingo, por el
contrario, deviene lógico y razonable, en la medida que procura evitar que, por la vía de la
simulación, se vulneren los objetivos de la norma, como podría suceder en el caso de
producirse un consenso fraudulento entre los cónyuges respecto de la fecha del cese de
la convivencia, alternativa que no podría darse en el caso de quienes se casaron con
anterioridad a la ley. Lo cierto es, en consecuencia, que ninguno de los relacionados
preceptos limita la libertad probatoria del juez, en términos de impedirle dar por acreditada
la fecha del cese de la convivencia por otros medios. Y una limitación de esa naturaleza
no compromete la garantía específica del debido proceso, porque no se perfila como
arbitraria o injusta, ni tampoco transgrede la garantía de igualdad ante la ley, desde que
impone un tratamiento distinto a quienes se encuentran en situación también diversa. Esa
misma disquisición permite excluir igualmente la procedencia de la impugnación dirigida
respecto de la presunta afectación por los artículos impugnados de la garantía
constitucional de igualdad ante la ley, en cuanto se pretende que esos preceptos
constituirían a las personas casadas antes del 17 de mayo de 2004 en un "grupo
privilegiado", en razón de gozar de una "libertad probatoria" a la que no tendrían acceso
quienes contrajeron el vínculo con posterioridad. La propuesta contravención
constitucional se construye sobre los mismos presupuestos asociados a la regla del
debido proceso, no violentada en la especie, lo que hace válida la extensión a esta
hipótesis de la conclusión precedente. Y, finalmente, es patente que la restricción
probatoria denunciada como incompatible con la Carta Fundamental, no afecta la esencia
de ninguna de las garantías reconocidas en ésta, desde que en modo alguno compromete
su contenido esencial, sin perjuicio de lo que se argumentará en la reflexión siguiente" (T.
Constitucional, 26 de marzo de 2013, cons. 15º, Rol Nº 2207-12 Ina). De este modo, ha
de diferenciarse entre: 470.1. Matrimonios celebrados con posterioridad a la entrada
en vigor de la Ley Nº 19.947: respecto de ellos, el cese de la convivencia puede
probarse por cualquier medio de prueba, y la I  Corte de Apelaciones de Valdivia, en
lma.

sentencia de 22 de noviembre de 2010, ha ofrecido las razones que justifican este


principio: a) "De acuerdo a lo que disponen los artículos 28 y 29 de la Ley Nº 19.968, que
crea los Tribunales de Familia, en los asuntos sometidos al conocimiento de dichos
Tribunales especiales existe libertad de prueba para las partes, vale decir, que éstas para
probar los hechos del pleito podrán hacerlo por cualquier medio producido conforme a la
ley. Además, el Juez está facultado para, de oficio, ordenar que se acompañen aquellos
medios de prueba que, a su juicio, resulte necesario producir en atención al conflicto
familiar de que se trate" (C. Apelaciones de Valdivia, 22 de noviembre de 2010, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9912/2010, Rol Nº 170-2010). Este considerando ha sido asumido
literalmente por el E  Tribunal Constitucional (T. Constitucional, 26 de marzo de 2013,
xcmo.

cons. 14º, Rol Nº 2207-12 Ina); y b) "Para probar el hecho del cese de la convivencia no
se exige perentoriamente que solo se acompañen los instrumentos a que se refiere el
artículo 22 de la Ley Nº 19.947 como lo menciona el fallo apelado, ya que no existe
disposición expresa en la ley mencionada que limite las probanzas solo a determinados
medios, lo cual sería atentatorio al principio de la libertad probatoria en materia de familia,
pugnando igualmente con la facultad de los Jueces de familia de apreciar la prueba
conforme a las reglas de la sana crítica, llegando a la convicción del caso sujeto a su
decisión en base a los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y de los
conocimientos científicamente afianzados, asignando a tales elementos valor probatorio
que en su razón éstos produzcan, con sujeción a las reglas de la lógica y conocimiento
que de la experiencia. Todo ello dentro de la razonabilidad del actuar, esto es, que el
hombre común actúa normalmente conforme a la razón" (C. Apelaciones de Valdivia, 22
de noviembre de 2010, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/9912/2010, Rol Nº 170-2010). Al
igual que en el caso anterior, este considerando ha sido asumido literalmente por el
E  Tribunal Constitucional (T. Constitucional, 26 de marzo de 2013, cons. 14º, Rol
xcmo.

Nº 2207-12 Ina); y 470.2. Matrimonios celebrados con anterioridad a la entrada en


vigor de la Ley Nº 19.947: el inciso 3º del artículo 2º transitorio de la Ley Nº 19.947
establece que: "No regirán las limitaciones señaladas en los artículos 22 y 25 de la Ley de
Matrimonio Civil para comprobar la fecha de cese de la convivencia entre los cónyuges;
sin embargo, el juez podrá estimar que no se ha acreditado si los medios de prueba
aportados al proceso no le permiten formarse plena convicción sobre ese hecho". Sobre
este régimen especial el E  Tribunal Constitucional ha precisado que: "Las facilidades
xcmo.

probatorias dispuestas, pues, en el artículo 2º transitorio de la Ley Nº 19.947, en su


relación con los artículos 22 y 25 permanentes de la misma preceptiva, encuentran
adecuada explicación en su trámite legislativo. Allí quedó establecido que, en concepto de
los legisladores, el juez quedaría autorizado para desestimar la eficacia de prueba
completa emanada de los instrumentos y actuaciones judiciales a los que se revistió de tal
eficacia en los citados artículos 22 y 25, si el resto de la evidencia aportada no concordare
con la evidencia que de ellos se desprende, en lo tocante a la data de cese de la
convivencia. De lo cual se deduce que el juez natural conserva la posibilidad —no
obstante el valor fijado a los instrumentos y actuaciones dotados de plena efectividad para
tener por determinada la fecha de cese de la convivencia entre los cónyuges, en la
gestión de divorcio vincular— para revisar la certeza de la respectiva probanza, tal como
puede hacerlo respecto de aquélla rendida por los cónyuges casados después de la
entrada en vigencia de la ley, en aquellos casos en que hubiere sospecha de fraude" (T.
Constitucional, 26 de marzo de 2013, cons. 13º, Rol Nº 2207-12 Ina). 471. De la
presentación de un acuerdo regulador de relaciones mutuas de los cónyuges y
respecto de sus hijos. El inciso 2º del artículo 55 de la Ley Nº 19.947 exige que los
cónyuges que solicitan el divorcio de común acuerdo, y que acreditan que ha cesado su
convivencia durante un lapso mayor de un año, acompañen a su demanda conjunta un
acuerdo regulador de sus relaciones mutuas y con respecto a sus hijos. 472. La
exigencia del acuerdo regulador, previsto en el inciso 2º, presupone la existencia de
hijos comunes o de relaciones mutuas por regular. Así se ha declarado que: "La
exigencia contemplada en el inciso 2º del referido artículo 55 de la Ley Nº 19.947,
establecida para cautelar el interés superior de los hijos y del cónyuge más débil, supone,
por cierto, la existencia de hijos comunes y de asuntos que sea necesario regular entre
los cónyuges. En el caso sub lite, ha quedado de manifiesto que los solicitantes no tienen
hijos comunes y que no existen asuntos pendientes entre ellos, toda vez que, según
consta del certificado de matrimonio acompañado a fs. 1, en el acto del matrimonio
pactaron separación total de bienes y, de la lectura del acta de la audiencia de
conciliación especial de fs. 24, aparece que renunciaron expresamente a su derecho a
compensación económica. En razón de lo expresado, en concepto de estos
sentenciadores, no existen asuntos pendientes de regulación entre los cónyuges,
resultando, por tanto, no obstante el carácter perentorio de la norma, innecesaria la
presentación de acuerdo alguno al respecto" (C. de Apelaciones de Santiago, 19 de
octubre de 2007, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/5465/2007, Rol Nº 7396-2006). 473. Si
el acuerdo regulador se refiere a las relaciones mutuas entre cónyuges no puede
comprender la renuncia al derecho de alimentos. En este sentido se ha declarado que:
"El convenio regulador en el caso de divorcio solicitado por ambos cónyuges, exigido por
el inciso segundo del artículo 55 de la Ley Nº 19.947, tiene por objeto acordar cuestiones
de orden patrimonial derivadas de la ruptura matrimonial, el que debe ser completo y
suficiente. La ley determina su contenido en el artículo 21 de la ley de Matrimonio Civil y el
límite dispuesto por el legislador es el respeto a los derechos conferidos por las leyes que
tengan el carácter de irrenunciables. Por consiguiente, si se trata de los derechos entre
cónyuges el acuerdo que regula las prestaciones mutuas entre las partes no puede
comprender la renuncia al derecho de alimentos [...] Que, en las condiciones anotadas, lo
declarado por la demandante en la causa antes referida, carece de relevancia jurídica, no
importa renuncia a sus derechos y el único efecto que puede atribuirse a esa
manifestación es que ella optó por no ejercer la acción pertinente en ese procedimiento.
De lo anterior, resulta que la actora, mientras le asista el derecho, no se encontraba
inhabilitada para demandar de alimentos a su cónyuge por otra vía procesal, de acuerdo a
las reglas generales, sin perjuicio de lo que el tribunal determine en definitiva. En efecto,
el tenor del artículo 334 del Código Civil, es claro al prevenir que el derecho de pedir
alimentos no puede trasmitirse por causa de muerte, ni venderse o cederse de modo
alguno, ni renunciarse" (C. Suprema, 15 de enero de 2007, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3887/2007, Rol Nº 456-2006). 474. El divorcio unilateral por
"cese efectivo de la convivencia" (inciso 3º). En este inciso 3º se regula un caso de
divorcio-remedio, a instancia unilateral de uno de los cónyuges, por la constatación de
una situación de cese efectivo de la convivencia conyugal de 3 años, como mínimo, salvo
que el demandado solvente hubiera dejado de cumplir reiteradamente con su obligación
de alimentos respecto del cónyuge y de los hijos comunes. La jurisprudencia, que ha
asumido sin dificultad la nomenclatura de "divorcio por cese de la convivencia", ha
destacado en alguna ocasión que este género de divorcio representa el reconocimiento
legal al fracaso matrimonial y que se inserta en la línea de los modelos de "divorcio-
remedio". Así, por ejemplo, la I Corte de Apelaciones de Santiago, en sentencia de 26 de
lma. 

marzo de 2008, ha afirmado que: "La causal de divorcio basada en el cese efectivo de la
convivencia conyugal es una expresión de la tendencia que entiende el divorcio, no como
una sanción ante un hecho culpable de alguno de los cónyuges, sino como resultado o
producto de un matrimonio que ha visto frustrado su proyecto de vida en común, en forma
que resulta previsible la imposibilidad de recomponer la vida conyugal. Para determinar la
concurrencia de esa situación, el legislador nacional optó por construir la causal sobre la
base de una separación de hecho que ha durado un tiempo razonable, entendiendo que
la muestra objetiva más palmaria del fracaso, es el período prolongado durante el cual el
matrimonio ha vivido separado" (C. Apelaciones de Santiago, 26 de marzo de 2008, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/Jur/563/2008, Rol Nº 4751-2006). Esta consideración la ha
reiterado, literalmente, algún otro tribunal de Alzada (C. de Apelaciones de Valdivia, 22 de
noviembre de 2010, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/9912/2010, Rol Nº 170-
2010). 475. De los requisitos del divorcio unilateral por "cese efectivo de la
convivencia" (inciso 3º). Por regla general, la jurisprudencia reduce a tres los requisitos
o condiciones que exige la ley para la procedencia del divorcio unilateral, y así se ha
declarado por la E Corte Suprema, en sentencia de 30 de octubre de 2006, que: "Para el
xcma. 

divorcio por voluntad unilateral exige, el inciso tercero de este artículo, la concurrencia de
los siguientes requisitos: a) el cese de la convivencia efectiva durante, a lo menos, tres
años; b) que el demandante acredite, si lo exige el otro cónyuge, haber dado
cumplimiento a su obligación de alimentos respecto del demandado y sus hijos comunes;
y c) que no se haya producido una reanudación de la vida en común de los cónyuges con
ánimo de permanencia, pues en tal evento se interrumpe el cómputo del plazo legal"
(C. Suprema, 30 de octubre de 2006, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/5672/2006, Rol
Nº 1233-2006). En el mismo sentido numerosas sentencias posteriores (C. Apelaciones
de Concepción, 28 de diciembre de 2007, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6543/2007,
Rol Nº 1314-2007, conf. C. Suprema, 14 de abril de 2008,
LegalPublishing: Cl/Jur/7342/2008, Rol Nº 1718-2008; C. de Apelaciones de Concepción,
3 de abril 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5636/2008, Rol Nº 1947-2007;
C. Suprema, 29 de enero de 2009, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/9942/2009, Rol
Nº 6744-2008; C. de Apelaciones de Concepción, 27 de marzo de 2009, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6205/2009, Rol Nº 20-2009; C. Suprema, 6 de abril de 2009,
cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/9570/2009, Rol Nº 727-2009; C. Suprema, 19 de
diciembre de 2012, cons. 4º, Legal Publishing: Cl/Jur/2909/2012, Rol Nº 6755-2012). Sin
perjuicio de lo anterior, por razones dogmáticas y sistemáticas, resulta preferible expresar
la citada trilogía de condiciones o requisitos del siguiente modo: 1ª) Cese efectivo de la
convivencia conyugal; 2ª) Plazo mínimo de tres años no interrumpidos del cese efectivo
de la convivencia conyugal, y 3ª) Cumplimiento por el demandante de sus obligaciones de
alimentos para con su cónyuge e hijos. 476. Primer requisito: el cese efectivo de la
convivencia. A diferencia de la separación judicial causada en el cese de la convivencia,
que se regula en el inciso 1º del artículo 27 de la Ley Nº 19.947, en esta sede de divorcio
se exige que el cese de la convivencia sea "efectivo". Este requisito de la "efectividad" del
cese de la convivencia, no obstante su apariencia de objetividad, no ha de referirse a los
que algunos civilistas denominan, por influencia canónica, corpus separationis o hecho
material de la separación física, sino propiamente al animus separationis, ya que si
la affectio subsiste entre los cónyuges no habrá una tal efectividad del cese de la
convivencia, aunque haya separación material y los esposos vivan en lugares diferentes
y, por el contrario, si falta la affectio, tendrá lugar técnicamente el cese de la convivencia
aunque convivan los esposos bajo el mismo techo. En este sentido, la jurisprudencia ha
advertido que: "La ley no ha definido lo que se entiende por "cese efectivo de la
convivencia conyugal", pero debemos asumir que con ello se está refiriendo a una ruptura
consciente de la convivencia conyugal y precisamente por ello, no es incompatible con la
vida en el mismo domicilio, o bajo el mismo techo, como tampoco lo es con el mero
alejamiento físico" (C. de Apelaciones de Santiago, 26 de marzo de 2008, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/563/2008, Rol Nº 4751-2006). Con mayor precisión la E  Corte xcma.

Suprema ha reafirmado que: "Como lo ha señalado la Doctrina el requisito de efectividad


del cese de convivencia debe ser 'efectivo', no obstante su aparente objetividad, no ha de
referirse a lo que algunos civilistas denominan, por influencia canónica, 'corpus
separationis' o hecho material de la separación física, sino propiamente al 'animus
separationis', ya que si la 'affectio' subsiste entre los cónyuges no habrá cese efectivo de
la convivencia, aunque haya separación material y los cónyuges vivan en lugares
diferentes y, por el contrario, si falta la 'affectio', tendrá lugar técnicamente el cese de la
convivencia aunque convivan los esposos bajo el mismo techo" (J. Familia, Punta Arenas,
28 de abril de 2010, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/12462/2010, Rol Nº 945-2009, conf.
C. Suprema, 10 de enero de 2011, LegalPublishing: Cl/Jur/6109/2011, Rol Nº 6462-
2010). Sobre la base de esta concepción se debe tener en cuenta que: 476.1. Es posible
la existencia de cese efectivo de la convivencia por ausencia de affectio o intención
de vivir juntos ("animus separationis"). En este sentido se ha dicho que: "El ánimo de
los cónyuges, en cuanto a mantener o no la relación matrimonial es fundamental, de
manera que si la determinación consciente ha sido la de suspender la convivencia
conyugal, aunque la separación material no se haya producido, ya sea por el interés de
los hijos o por dificultades económicas, u otra causa, se puede entender que hay un cese
efectivo de la convivencia del matrimonio, siempre que existan actos materiales que
demuestren claramente la existencia de tal ánimo" (C. de Apelaciones de Santiago, 26 de
marzo de 2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/563/2008, Rol Nº 4751-2006). En el
mismo sentido se ha declarado que es: "La no subsistencia de la affectio, requisito que
caracteriza la intención de no hacer vida en común, aún en el evento, cuyo no es el caso
de autos, convivan los cónyuges bajo un mismo techo" (C. Apelaciones de Concepción,
11 de septiembre de 2007, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/5555/2007, Rol Nº 970-
2007). Esta concepción se ha mantenido en sentencias posteriores: "[N]o es necesario
para el cese de la convivencia el corpus separationis, sino la no subsistencia de
la affectio,requisito que caracteriza la intención de no hacer vida en común, lo que ha
sucedido en el caso subjudice, aún cuando convivan los cónyuges bajo un mismo techo"
(C. de Apelaciones de Concepción, 11 de septiembre de 2007, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2461/2008, Rol Nº 1724-2007); "Esta I. Corte, en sentencia
dictada en Rol Nº 1724-2007, ha declarado que no es necesario para el cese de
convivencia el corpus separationis, sino la no subsistencia de la affectio,requisito que
caracteriza la intención de no hacer vida en común" (C. Apelaciones de Concepción, 11
de diciembre de 2014, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/9496/2014, Rol Nº 475-2014).
Esto es así, porque en el cese efectivo de la convivencia lo fundamental: "[N]o es el
corpus separationis o hecho material de la separación física, sino lo esencial es el animus
separationis, ya que si la affectiosubsiste, no se produce el cese efectivo de la
convivencia, y, por el contrario, si ésta desaparece, tiene lugar el cese de la convivencia
aunque los cónyuges convivan bajo el mismo techo (Nuevo Derecho Matrimonial
Chileno. Javier Barrientos Grandon y Aránzazu Novales Alquézar. Editorial LexisNexis.
Edición agosto de 2004)" (C. de Apelaciones de Concepción, 18 de mayo de 2007, cons.
10º, LegalPublishing: Cl/Jur/6926/2007, Rol Nº 519-2007), y 476.2. La existencia de
cese efectivo de la convivencia no se impide por la falta de "corpus separationis".
Se ha reparado en que: "Para que pueda entenderse que ha existido cese de la
convivencia no es óbice el que ambos estén viviendo en la misma casa, pues, como ya se
dijo, si ocurre esta situación, pero entre ellos no existe la affectio, y ello se prueba
judicialmente, puede estimarse que existe la causal de divorcio producto del cese de
convivencia. En suma, el hecho de estar viviendo 'bajo el mismo techo', pero separados
afectiva y materialmente no obsta a que pueda entenderse configurada la causal en
estudio" (C. de Apelaciones de Concepción, 18 de mayo de 2007, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6926/2007, Rol Nº 519-2007). En igual sentido se ha declarado
que: "Habrá situaciones en que no obstante vivir separados, no se dé el supuesto de un
cese de convivencia, si permanece el ánimo de vivir juntos o de mantener la relación
conyugal, lo que puede ocurrir por razones de trabajo, estudios u otra situación de similar
naturaleza, que implique que alguno de los cónyuges debe permanecer ausente del hogar
común" (C. de Apelaciones de Santiago, 26 de marzo de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/563/2008, Rol Nº 4751-2006). 477. Primer requisito: El cese
efectivo de la convivencia e irrelevancia de las causas que la originaron. En el
supuesto del divorcio unilateral impetrado por la causa del inciso 3º del artículo 55 sólo
cabe verificar el cese de la convivencia: "[S]in que corresponda a este tribunal calificar la
responsabilidad que le puede haber cabido a alguno de los cónyuges en dicha situación,
ya que lo que aquí se ha invocado es la situación de hecho del cese de convivencia y no
el incumplimiento de las obligaciones de parte de ninguno de ellos" (C. de Apelaciones de
Santiago, 26 de marzo de 2008, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/563/2008, Rol Nº 4751-
2006). 478. Segundo requisito: Plazo mínimo de tres años no interrumpidos del cese
efectivo de la convivencia conyugal. La duración mínima que ha de tener el cese
efectivo de la convivencia, para que pueda impetrarse el divorcio, ha de ser de tres años.
En relación con este plazo se deben tener en cuenta lo siguiente: 478.1. De la fecha del
cese efectivo de la convivencia: el inciso tercero del artículo 55 de la Ley Nº 19.947
hace aplicable, para los efectos de determinar la fecha del cese efectivo de la convivencia
y del inicio del cómputo del plazo de tres años para impetrar el divorcio en este supuesto,
las reglas fijadas a propósito de la separación de hecho en sus artículos 22 y 25,
y 478.2. Del plazo no interrumpido por la reanudación de la vida en común "con
ánimo de permanencia": ha de tenerse en cuenta que el plazo mínimo de tres años de
cese efectivo de la vida en común no ha de haberse interrumpido por la reanudación de la
vida en común de marido y mujer, como lo prescribe el inciso final del artículo 55 de la ley
de Matrimonio Civil. El efecto de interrumpir el plazo, lo produce la reanudación de la vida
en común "con ánimo de permanencia", en relación con lo cual se ha precisado que:
"[P]ara interrumpir el plazo de cese de convivencia exigido por la ley, no basta la
reunión íntima ocasional de los cónyuges, sino que debe efectuarse con ánimo de
permanencia, esto es, según el Diccionario de la Real Academia, "Duración, intención
firme, de constancia, perseverancia, estabilidad e inmutabilidad, lo que permite concluir
que debe existir intención de volver a compartir sus vidas con todos los derechos y
obligaciones que implica el contrato de matrimonio de manera constante, excluyéndose,
por tanto, todo encuentro ocasional o ajeno a tal intención" (C. Apelaciones de
Concepción, 20 de noviembre de 2012, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/2653/2012, Rol
Nº 385-2012). 479. Tercer requisito: Del cumplimiento por el demandante de su
obligación de alimentos para con su cónyuge e hijos. El cónyuge demandado puede
defenderse de la acción de divorcio, fundada en esta causa, si su demandante, durante el
tiempo en que ha cesado la convivencia, no ha cumplido reiteradamente con su obligación
de alimentos respecto de él y de sus hijos comunes, pudiendo hacerlo. Así, pues, en el
referido inciso 3º de la Ley Nº 19.947, como lo señala la jurisprudencia: "La ley reconoce
al contrayente demandado la posibilidad de enervar la acción de divorcio pidiendo al Juez
que verifique que el actor durante el cese de la convivencia no ha dado cumplimiento,
reiterado, a su obligación en calidad de alimentante" (C. Suprema, 29 de enero de 2009,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/9942/2009, Rol Nº 6744-2008). Este considerando se
ha reiterado en sentencias posteriores del mismo tribunal (C. Suprema, 6 de abril de
2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/9570/2009, Rol Nº 727-2009; C. Suprema, 7 de
junio de 2010, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/16793/2010, Rol Nº 2857-2010;
C. Suprema, 14 de julio de 2014, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4417/2014, Rol Nº 8137-2013), y también en sentencias de
algunos tribunales de alzada (C. de Apelaciones de Concepción, 27 de marzo de 2009,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6205/2009, Rol Nº 20-2009; C. Apelaciones de
Concepción, 31 de enero de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/199/2014, Rol
Nº 334-2013). 480. El incumplimiento de la obligación de alimentos asume la
naturaleza de una excepción perentoria, y ha de ser probada por quien la alega. Que
su naturaleza sea la de una excepción perentoria lo la declarado la E  Corte Suprema:
xcma.

"Se trata, pues, de una excepción perentoria que debe ser alegada por el cónyuge
afectado" (C. Suprema, 29 de enero de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9942/2009, Rol Nº 6744-2008; C. Suprema, 7 de junio de 2010,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/16793/2010, Rol Nº 2857-2010), en la misma línea que
lo han hecho algunos tribunales de alzada (C. Apelaciones de Concepción, 31 de enero
de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/199/2014, Rol Nº 334-2013). En cuanto a su
naturaleza y prueba, la E Corte Suprema ha reiterado que: "[L]a ley reconoce al
xcma.

contrayente demandado la posibilidad de enervar la acción de divorcio pidiendo al juez


que verifique que el actor durante el cese de la convivencia no ha dado cumplimiento,
reiteradamente, a su obligación en calidad de alimentante. Se trata, pues, de una
excepción perentoria que debe ser alegada por el cónyuge afectado y el peso de la
prueba, por aplicación de la regla general del artículo 1698 del Código Civil, corresponde
al actor" (C. Suprema, 29 de enero de 2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/9942/2009,
Rol Nº 6744-2008; C. Suprema, 7 de junio de 2010, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/16793/2010, Rol Nº 2857-2010), y casi en iguales términos ha
reafirmado: "Que la ley reconoce al contrayente demandado de divorcio la posibilidad de
enervar la acción pidiendo al juez que verifique que el actor durante el cese de la
convivencia no ha dado cumplimiento, reiterado, a su obligación en calidad de
alimentante. De lo anterior se desprende que la excepción perentoria debe ser alegada
por el cónyuge afectado, y que el peso de la prueba por aplicación de la regla general del
artículo 1698 del Código Civil, corresponde al actor" (C. Suprema, 14 de julio de 2014,
cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/4417/2014, Rol Nº 8137-2013). Este considerando ha
sido asumido por algunos tribunales alzada: "La Excma. Corte Suprema, en sentencia de
7 de junio de 2010, corrobora la afirmación precedente en cuanto a la calidad de
perentoria de la excepción opuesta, al señalar que "La ley reconoce al contrayente
demandado la posibilidad de enervar la acción de divorcio pidiendo al juez que verifique
que el actor durante el cese de la convivencia no ha dado cumplimiento reiterado, a su
obligación en calidad de alimentante. De lo anterior se desprende que la excepción
perentoria debe ser alegada por el cónyuge afectado y que el peso de la prueba, por
aplicación de la regla general del artículo 1698 del Código Civil, corresponde al actor"
(C. Apelaciones de Concepción, 31 de enero de 2014, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/199/2014, Rol Nº 334-2013). 481. La finalidad de la excepción
de incumplimiento reiterado de la obligación de alimentos. De la historia fidedigna de
la ley se desprende que con la regla del inciso 3º del artículo 55 se pretendía, al menos:
a) vedar la posibilidad de obtener el divorcio al cónyuge que no había cumplido con
ciertas obligaciones propias del matrimonio; b) proteger, por dicha vía, el interés del
cónyuge débil y el interés superior de los hijos; c) que esa posibilidad consistiera en una
circunstancia objetiva, que evitara la discrecionalidad judicial. La jurisprudencia, al
analizar esta posibilidad de denegar la declaración del divorcio unilateral, aunque sin
referirse a la historia fidedigna de la ley, ha destacado que ella se inspira en los principios
de la protección del cónyuge débil y el interés superior de los hijos, concibiéndola como
una sanción para la violación de la obligación de socorro que pesa sobre los cónyuges.
Se ha afirmado, así, que: "La disposición del inciso tercero del artículo 55 de la Ley
Nº 19.947, en cuanto permite al cónyuge demandado oponerse al divorcio que se
demande por la causal de cese de convivencia por más de tres años, alegando
incumplimiento en la obligación de socorro, está estableciendo una sanción al alimentante
negligente, que reiterada y constantemente incumple su obligación de dar alimentos, que
mantiene una conducta pertinaz de evadir dicha obligación" (C. de Apelaciones de
Santiago, 24 de diciembre de 2007, cons. 7º. LegalPublishing: Cl/Jur/6803/2007, Rol
Nº 10411-2006). Estas ideas fueron reafirmadas por la E Corte Suprema, y acabarían
xcma. 

convirtiéndose en la doctrina común: "La finalidad de la disposición en comento, al


establecer la posibilidad de que la acción de divorcio sea rechazada debido a la
contumacia del cónyuge demandante al cumplimiento de sus obligaciones alimenticias, ha
sido materializar los principios transversales a toda la legislación de familia, como el de
protección al cónyuge más débil y el del interés superior de los hijos, castigando la
infracción del deber de socorro. Así, acreditado el referido incumplimiento de las
obligaciones alimenticias, sea con respecto los hijos comunes o al propio cónyuge
demandado, el cónyuge deudor es sancionado con la mantención (sic) de la vigencia del
vínculo matrimonial, no pudiendo solicitar su disolución" (C. Suprema, 29 de enero de
2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9942/2009, Rol Nº 6744-2008). Este considerando
se ha recibido, casi sin alteraciones, en sentencias posteriores del mismo tribunal
(C. Suprema, 7 de junio de 2010, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/16793/2010, Rol
Nº 2857-2010; C. Suprema, 19 de diciembre de 2012, cons. 6º, Legal
Publishing: Cl/Jur/2909/2012, Rol Nº 6755-2012; C. Suprema, 14 de julio de 2014, cons.
7º, LegalPublishing: Cl/Jur/4417/2014, Rol Nº 8137-2013). En la misma línea, se ha
sostenido que: "[L]a finalidad de la disposición, cual es, sancionar la infracción a la
obligación de socorro y el principio de protección al cónyuge más débil, que debe siempre
ser respetado en estas materias, conducen necesariamente a concluir que corresponde
igualmente desestimar la demanda sea que el incumplimiento haya sido con el cónyuge o
con los hijos comunes" (C. Apelaciones Concepción, 28 de diciembre de 2007, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6543/2007, Rol Nº 1314-2007, conf. C. Suprema, 14 de abril de
2008, LegalPublishing: Cl/ Jur/7342/2008, Rol Nº 1718-2008). Estas ideas se han
consolidado en la jurisprudencia de la E Corte Suprema: "La finalidad de la disposición
xcma. 

es sancionar, en definitiva, la infracción a la obligación de socorro y el principio de


protección al cónyuge más débil y de los hijos" (C. Suprema, 6 de abril de 2009, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9570/2009, Rol Nº 727-2009); "[L]a finalidad de la disposición, es
sancionar la infracción a la obligación de socorro y el principio de protección al cónyuge
más débil" (C. Suprema, 23 de mayo de 2011, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9351/2011, Rol Nº 1126-2011). Con una concepción algo más
amplia, pero también en la que se destaca su carácter de sanción, se ha declarado que:
"[T]al disposición legal, como fluye de la historia fidedigna de su establecimiento, tiene su
origen en el derecho comparado, específicamente, en aquella contenida en el artículo 240
del Código Civil francés que reza: 'Si el otro cónyuge determina que el divorcio tendría, o
bien para él, en especial habida cuenta de su edad y de la duración del matrimonio, o bien
para los hijos, consecuencias materiales o morales de una excepcional dureza, el juez
denegará la demanda' (conforme se traduce en el sitio oficial www.legifrance.gouv.fr), que
consagra la denominada 'cláusula de dureza', por cuanto, faculta al juez a denegar el
divorcio en el caso que se determine que su declaración resulte en una carga demasiado
gravosa o 'dura' al otro cónyuge o sus hijos, fórmula que, como se aprecia, tiene por
objeto mitigar los efectos nocivos que el divorcio puede acarrear, impidiendo la disolución
del vínculo matrimonial si aquello deviene en perjuicio para el otro cónyuge o los hijos. Sin
embargo, en nuestro país, tal enfoque, que en un inicio fue recogido en similares términos
en una primera redacción del proyecto legislativo, fue gradualmente morigerado y
restringido hasta llegar a su actual redacción, que delimita su ámbito de aplicación
específicamente a las obligaciones alimenticias, de manera que la finalidad original de tal
instituto que, como se sostuvo, en el derecho comparado es evadir el menoscabo que el
divorcio puede provocar en la familia del solicitante, en nuestro país devino en una
defensa procesal, transformando la satisfacción regular de los alimentos que se adeudan
en un requisito de la acción de divorcio. Así, la excepción de incumplimiento reiterado se
perfila como una sanción contra aquel que pudiendo hacerlo, no cumple de manera
regular con sus obligaciones alimentarias, enervando la acción de divorcio" (C. Suprema,
7 de septiembre de 2016, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6319/2016, Rol Nº 31183-
2016). 482. De la interpretación de la regla del inciso 3º. En el último tiempo la
E Corte Suprema en alguna sentencia ha sostenido: "Que la excepción de
xcma. 

incumplimiento reiterado en el pago de pensiones alimenticias, resulta ser una alteración


a la regla general prevista por el legislador, esto es, que el matrimonio termina por el
divorcio, por lo que su aplicación debe ser restrictiva. Reafirma lo anterior el carácter de la
institución en estudio, pues constituye una sanción civil, instituida en resguardo al derecho
de alimentos, respecto del cónyuge que de manera contumaz no cumple sus obligaciones
alimentarias" (C. Suprema, 5 de marzo de 2013, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/502/2013, Rol Nº 719-2013). Es esta una opinión, no sólo
discutible, sino que está fundada en unas premisas no conectadas lógica y
jurídicamente: 482.1. La existencia de esta regla no constituye una excepción a la
regla general según la cual el matrimonio termina por divorcio: con esta excepción, o
sin ella, el divorcio es una causa de término para todos los matrimonios. Cosa distinta es
el que la E Corte Suprema pretenda, en contra del texto de la ley, hacer equivalente el
xcma. 

juicio: "Todo matrimonio puede terminar por divorcio" con el juicio: "Siempre que un
cónyuge demande el divorcio, debe accederse a él". El primero de tales juicios está
fundado en la ley (art. 42 número 4º), pero el segundo no tiene fundamento alguno en la
ley, pues tal regla no existe en el derecho chileno. Si ella existiera, bien podría decirse
que la regla del inciso 3º de este artículo 55 constituye una excepción a ella, pero como
no existe en la ley, es mejor hablar de lo que existe, y lo que existe es que la regla del
inciso 3º es un requisito para acceder a la declaración de divorcio, así como lo es el cese
de la convivencia, o el plazo que éste debe haber durado; 482.2. No es posible fundar
una interpretación restrictiva del inciso 3º en una naturaleza excepcional que no
existe: esta afirmación se explica por sí sola. 483. Requisitos para que opere la
excepción por incumplimiento reiterado de la obligación de alimentos. Una prolífica
jurisprudencia en esta materia ha reconocido que son cuatro los requisitos para que opere
la excepción por incumplimiento reiterado de la obligación de alimentos: Se ha declarado,
así, que: "Para que opere esta excepción a la causal de divorcio en comento es menester:
a) Que exista una solicitud en tal sentido por la parte demandada; b) Que se verifique que,
durante el cese de la convivencia, el demandante no ha dado cumplimiento reiterado a su
obligación de alimentos respecto del cónyuge demandado y de los hijos comunes; y
c) Que este incumplimiento sea injustificado. Además, aunque la norma no lo dice
expresamente, será menester que dichos alimentos estén regulados por sentencia
ejecutoriada o por algún equivalente jurisdiccional" (C. de Apelaciones de Santiago, 24 de
diciembre de 2007, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6803/2007, Rol Nº 10411-2006). En
el mismo sentido la E Corte Suprema ha sentado que: "Requisitos para que la excepción
xcma. 

de incumplimiento pueda prosperar y, en definitiva, cumpla con su finalidad de producir el


rechazo de la acción de divorcio, son: a) que exista la obligación de alimentos; b) que el
demandante no haya dado cumplimiento a dicha obligación alimenticia, respecto de su
cónyuge y/o de los hijos comunes; c) que tal incumplimiento se haya verificado durante el
cese de la convivencia; d) que exista reiteración en el incumplimiento y que el
demandante de divorcio haya podido cumplir con dicha obligación" (C. Suprema, 29 de
enero de 2009, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/9942/2009, Rol Nº 6744-2008;
C. Suprema, 7 de junio de 2010, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/16793/2010, Rol
Nº 2857-2010). Aunque en el último tiempo, la E Corte Suprema ha enunciado
xcma. 

tales requisitos en una trilogía: "[P]ara que opere la excepción antes referida debe ocurrir:
a) que se haya convenido o exista una sentencia judicial que condene al demandante de
divorcio al pago de una pensión alimenticia a su cónyuge o a los hijos comunes; b) que el
demandante antes señalado haya tenido los medios necesarios para cumplir esa
obligación alimenticia; y c) que, a pesar de ello, en forma reiterada, haya incumplido con
el pago de la pensión respecto del cónyuge demandado y de los hijos en común"
(C. Suprema, 5 de marzo de 2013, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/502/2013, Rol
Nº 719-2013). En resumen, para que proceda el rechazo de la acción de divorcio
unilateral, se requiere que se cumplan los siguientes tres requisitos: a) Solicitud del
cónyuge demandado; b) Existencia de una obligación de alimentos previamente
declarada; c) Incumplimiento injustificado y reiterado de la obligación de alimentos durante
el cese de la convivencia. 484. Primer requisito: Solicitud del cónyuge demandado.
De los propios términos de la ley se deriva la necesidad de que el cónyuge, contra quien
se dirige la acción de divorcio unilateral, solicite al tribunal que ella sea rechazada por
darse el presupuesto del inciso 3º del artículo 55 de la ley, de allí que la jurisprudencia la
haya calificado como una excepción perentoria, cuya prueba corresponde al cónyuge que
interpuso la acción de divorcio y no al que opone la excepción. En tal sentido, una
jurisprudencia uniforme ha sentado que el incumplimiento reiterado debe ser alegado
como excepción perentoria y el peso de la prueba corresponde al actor: "La ley reconoce
al contrayente demandado la posibilidad de enervar la acción de divorcio pidiendo al juez
que verifique que el actor durante el cese de la convivencia no ha dado cumplimiento,
reiterado, a su obligación en calidad de alimentante. De lo anterior se desprende que la
excepción perentoria debe ser alegada por el cónyuge afectado y que el peso de la
prueba, por aplicación de la regla general del artículo 1698 del Código Civil, corresponde
al actor" (C. Suprema, 29 de enero de 2009, cons. 5º, LegalPubli-
shing: Cl/Jur/9942/2009, Rol Nº 6744-2008). Este considerando se ha recibido
literalmente en sentencias posteriores del mismo tribunal (C. Suprema, 6 de abril de
2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/9570/2009, Rol Nº 727-2009; C. Suprema, 7 de
junio de 2010, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/16.793/2010, Rol Nº 2857-2010;
C. Suprema, 14 de julio de 2014, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/4417/2014, Rol
Nº 8137-2013), y también sólo en su primer período: "[L]a ley reconoce al contrayente
demandado la posibilidad de enervar la acción de divorcio pidiendo al juez que verifique
que el actor durante el cese de la convivencia no ha dado cumplimiento, reiteradamente, a
su obligación en calidad de alimentante" (C. Suprema, 2 de abril de 2012, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5041/2012, Rol Nº 10039-2011; C. Suprema, 19 de diciembre de
2012, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/2909/2012, Rol Nº 6755-2012). Corolario del
requisito anterior es el que no procede la actuación de oficio del tribunal en esta
materia. 485. Segundo requisito: existencia de una obligación de alimentos. En
relación con este segundo requisito la jurisprudencia ha precisado algunos de sus
aspectos. 485.1. Debe tratarse de una obligación de alimentos previamente
declarada e indubitada. En este sentido se ha declarado: "[C]omo se puede observar, el
alimentante está en situación de deudor de pensiones alimenticias a partir de un contrato
de transacción que desconoce y cuya data aparentemente es de 2001, sin que se haya
hecho efectivo el cobro de las pensiones supuestamente adeudadas hasta este año 2016.
Es sólo este año en que el demandante de divorcio unilateral toma conocimiento cierto de
la deuda contraída con la demandada de autos, disponiéndose incluso por la I. Corte de
Apelaciones de Santiago su notificación personal para que pueda hacer valer los
derechos que le correspondan, resguardando así su derecho fundamental al debido
proceso. Noveno: Que, en tal condición, el demandante de divorcio unilateral en estos
autos, Sr. [...], no se encuentra en la condición de excepción establecida en el artículo 55
de la Ley Nº 19.947, ya que su eventual incumplimiento del pago de pensiones
alimenticias no se encuentra afinado y establecido indubitadamente por una resolución
judicial, desde el momento en que la I. Corte de Apelaciones de Santiago anuló el juicio y
ordenó retrotraer los autos en que se practicó la liquidación de la deuda hasta la nueva
notificación de la misma, dando la oportunidad al supuesto deudor a discutir aquélla
(C. Apelaciones de Valparaíso, 14 de noviembre de 2016, cons. 8º y 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7497/2016, Rol Nº 682-2016). 485.2. Debe tratarse de una
obligación de alimentos, ya se hayan declarado como provisorios o definitivos. La
jurisprudencia ha entendido que, dados los términos del inciso 3º de este artículo 55, la
obligación de alimentos cuyo pago ha sido decretado no diferencia entre alimentos
provisorios o definitivos, y así lo ha declarado la E  Corte Suprema: "Cabe precisar que la
xcma.

ley no distingue entre incumplimiento de alimentos provisorios o definitivos para efectos


de la interposición de la excepción en estudio, como asimismo que en todo caso los
primeros se fijan al momento mismo de la presentación de la demanda y constituyen un
derecho durante la tramitación del juicio respectivo, de manera, que no se vislumbra razón
para excluirlos, debiendo analizarse según las circunstancias del caso si se verifican los
demás requisitos legales" (C. Suprema, 29 de enero de 2009, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9942/2009, Rol Nº 6744-2008). 486. Tercer requisito:
Incumplimiento injustificado y reiterado de la obligación de alimentos durante el
cese de la convivencia. En cuanto al incumplimiento, la jurisprudencia, de modo
uniforme, ha sostenido que: 486.1. Se trata de una circunstancia objetiva: Queda dicho
al tratar de la finalidad perseguida por esta excepción que, una de ellas, precisamente era
la de establecer una causa objetiva para el rechazo de la acción de divorcio unilateral, y
este carácter lo ha asumido la jurisprudencia. Se ha sostenido, así, que, una vez:
"[V]erificado el incumplimiento se satisface la exigencia de la norma legal, sin que sea
procedente examinar circunstancias de otro orden, pues el tenor literal de la disposición
es claro en cuanto a exigir incumplimiento reiterado y ese se produce por el sólo hecho de
no haber pagado las respectivas pensiones de alimentos, en este caso, decretadas a
favor de la cónyuge demandada y sus hijos" (C. Apelaciones de Concepción, 28 de
diciembre de 2007, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6543/2007, Rol Nº 1314-2007). Este
criterio lo ha mantenido la I  Corte de Apelaciones de Concepción (C. de Apelaciones de
lma.

Concepción, 3 de abril de 2008, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/5636/2008, Rol


Nº 1947-2007; C. de Apelaciones de Concepción, 27 de marzo de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6205/2009, Rol Nº 20-2009; C. Apelaciones de Concepción, 27
de julio de 2010, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/ Jur/4397/2010, Rol Nº 215-2010), y ha
sido aceptado por la E  Corte Suprema, desde que confirmara la sentencia de la citada
xcma.

Corte de Concepción de 28 de diciembre de 2007 (C. Suprema, 14 de abril de 2008,


LegalPublishing: Cl/Jur/7342/2008, Rol Nº 1718-2008), de modo que ya desde el año
siguiente reprodujo el citado considerando en alguna de sus sentencias (C. Suprema, 6
de abril de 2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9570/2009, Rol Nº 727-
2009); 486.2. No es necesario que se refiera copulativamente al cónyuge e hijos
comunes: De acuerdo con la redacción de la parte final del inciso 3º del artículo 55, que
utiliza una conjunción copulativa y no una disyuntiva para referirse al incumplimiento
reiterado de la obligación de alimentos "respecto del cónyuge demandado y de los hijos
comunes, pudiendo hacerlo, pareciera como si la excepción exigiera para su
consideración el no haber dado cumplimiento a ambas obligaciones, es decir, tanto
respecto del cónyuge como de los hijos comunes. Sin embargo, la jurisprudencia se ha
afirmado en que basta el incumplimiento de la obligación de alimentos respecto del
cónyuge o de los hijos según sea el caso. Así lo declaró tempranamente la E  Corte xcma.

Suprema: "Si bien la norma transcrita emplea la conjunción copulativa 'y', dando a
entender que debe haber incumplimiento respecto de ambos alimentarios, la finalidad de
la disposición, cual es, sancionar la infracción a la obligación de socorro y el principio de
protección al cónyuge más débil, que debe siempre ser respetado en estas materias,
conducen necesariamente a concluir que corresponde igualmente desestimar la demanda
sea que el incumplimiento haya sido con el cónyuge o con los hijos comunes"
(C. Suprema, 21 de noviembre de 2006, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3770/2006, Rol
Nº 3320-2006). En el año siguiente el mismo tribunal confirmaba esta opinión, que había
sido asumida en una sentencia de la I  Corte de Apelaciones de Concepción de 28 de
lma.

diciembre de 2007 (C. Suprema, 14 de abril de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/7342/2008,


Rol Nº 1718-2008). Hoy se la puede tener como opinión común y consolidada, como lo
comprueba su aceptación por los tribunales de alzada, que en sus sentencias reiteran
literalmente el ya transcrito considerando de la sentencia de la E  Corte Suprema de 21
xcma.

de noviembre de 2006 (C. Apelaciones de Concepción, 25 de mayo de 2007, cons. 9º,


LegalPublishing: Cl/ Jur/968/2007, Rol Nº 671-2007; C. Apelaciones de Concepción, 21
de diciembre de 2007, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/3089/2007, Rol Nº 1549-2007;
C. Apelaciones de Concepción, 28 de diciembre de 2007, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3133/2007, Rol Nº 1314-2007; C. Apelaciones de Concepción, 3
de abril de 2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5636/2008, Rol Nº 1947-2007;
C. Apelaciones de Concepción, 27 de marzo de 2009, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6205/2009, Rol Nº 20-2009; C. Apelaciones de Chillán, 5 de abril
de 2010, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2098/2010, Rol Nº 9-2010); 486.3. No precisa
de haberse decretado apremios en contra del cónyuge incumplidor para que se
configure: Para que se configure el incumplimiento basta con que los alimentos hubieran
sido decretados y que el cónyuge demandante no hubiera satisfecho la obligación así
decretada, sin que se requiera que se hubieran decretado apremios en su contra. Así lo
ha sostenido desde el año 2007 la I  Corte de Apelaciones de Concepción: "El artículo 55
lma.

inciso 3º, tantas veces mencionado, sólo exige que el actor no haya dado cumplimento,
reiterado, a su obligación de alimentos respecto del cónyuge demandado y de los hijos
comunes, pudiendo hacerlo; no siendo necesario, en consecuencia, que se haya
decretado algún apremio de los establecidos en la Ley Nº 14.908 sobre Abandono de
Familia y Pago de Pensiones Alimenticias" (C. Apelaciones de Concepción, 25 de mayo
de 2007, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/ Jur/968/2007, Rol Nº 671-2007). Este
consideranto lo ha reproducido literalmente en alguna de sus sentencias posteriores
(C. Apelaciones de Concepción, 27 de marzo de 2009, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6205/2009, Rol Nº 20-2009; C. Apelaciones de Concepción, 27
de julio de 2010, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/4397/2010, Rol Nº 215-2010). Por la
misma razón, se ha declarado, por el mismo tribunal de alzada, que no se exige para el
incumplimiento reiterado la reiteración de apremios: "Cuando la ley ha querido imponer
como exigencia previa para un fin determinado la reiteración de apremios, lo ha dicho
expresamente, como es el caso del artículo 19 de la Ley Nº 14.908 recién mencionada, en
que, para decretar las medidas que dicha norma contempla, ha exigido que en el
expediente respectivo se hubieren ordenado al menos dos veces alguno de los apremios
señalados en el artículo 14 de la citada ley; tan es así que la circunstancia ya señalada
será especialmente considerada para resolver sobre: [...] b) La falta de contribución a que
hace referencia el artículo 225 del Código Civil, esto es, no podrá confiarse el cuidado
personal al padre o madre que no hubiese contribuido a la mantención (sic) del hijo
mientras estuvo bajo el cuidado del otro padre, pudiendo hacerlo" (C. Apelaciones de
Concepción, 25 de mayo de 2007, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/ Jur/968/2007, Rol
Nº 671-2007; C. de Apelaciones de Concepción, 27 de marzo de 2009, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6205/2009, Rol Nº 20-2009; C. Apelaciones de Concepción, 27
de julio de 2010, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/4397/2010, Rol Nº 215-
2010); 486.4. Hay incumplimiento a pesar de la consignación judicial del valor de los
alimentos no pagados en tiempo oportuno: Así se ha afirmado que: "En la especie se
ha tenido por establecido en la sentencia atacada que al deducirse la acción de divorcio el
actor no había cumplido con su obligación alimenticia, pero se considera que el pago
efectuado por el mismo, en las condiciones descritas en el motivo octavo, ha producido el
efecto de extinguir, en definitiva, su obligación, haciendo posible su pretensión de
divorcio. Sin embargo, tal conclusión resulta contraria a la naturaleza de la excepción en
comento, la que no puede analizarse sólo desde una perspectiva pecuniaria, sino que
deben tenerse presente, además, los objetivos y principios que mediante su consagración
legal se ha buscado proteger, apareciendo en este ámbito que en todo caso el pretendido
cumplimiento del actor ha sido tardío y por lo mismo inoportuno para los efectos de hacer
fenecer la posibilidad de enervar el divorcio, sin que exista acto alguno de parte del
cónyuge que pueda contrariar esta conclusión, como el intento de cumplir aun
parcialmente con su obligación, sin esperar el largo período que transcurrió en este caso.
Por otra parte el demandante no acreditó, recayendo sobre él la carga probatoria de
hacerlo, que hubiere estado impedido de cumplir con la referida obligación,
desprendiéndose por el contrario según el mérito del proceso que sí estaba en
condiciones de hacerlo, atendida su capacidad y situación económica y patrimonial"
(C. Suprema, 29 de enero de 2009, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/9942/2009, Rol
Nº 6744-2008); 486.5. No es necesario que el cónyuge demandado haya reclamado
judicialmente el cobro de los alimentos debidos: Contraria a la jurisprudencia anterior
y, por ende, no fundada en la historia fidedigna de la ley ni consistente con las finalidades
que se tuvieron en cuenta para el establecimiento de la citada excepción, es una doctrina
defendida por I  Corte de Apelaciones de Concepción en una sentencia de 2011, según la
lma.

cual se impone como requisito adicional, y no exigido por la ley, para la procedencia de la
excepción de incumplimiento, el que hubiera existido reclamación judicial de los alimentos
no pagados por parte del cónyuge que la opone: "Que es necesario considerar que no
puede haber estado en el ánimo del legislador de la Ley de Matrimonio Civil que un
incumplimiento que no registra cobros compulsivos tenga el drástico efecto de enervar la
acción de divorcio. Ello, porque como lo sostuvo Portalis, hace más de dos siglos, en el
célebre Discurso Preliminar del Código Civil francés, 'las leyes no son meros actos de
poder; son actos de sabiduría, de justicia y de razón'" (C. Apelaciones de Concepción, 9
de junio de 2011, cons. 11º, Nº LegalPublishing: 49960). Sin necesidad de acudir a
Portalis "a la ballesta", los ministros de la I  Corte de Apelaciones de Concepción podían
lma.

haberse ocupado en leer la tramitación de la Ley Nº 19.947, que constituye la historia


fidedigna de su establecimiento, y habrían conocido cuál fue "el ánimo del legislador" en
esta materia, y así no habrían sentenciado una causa apoyándose en un considerando
que es, en realidad, una suposición, ni fundada ni razonada: "no puede haber estado en el
ánimo del legislador [...]"; 486.6. El incumplimiento debe ser reiterado: Para precisar la
exigencia de la reiteración se ha declarado en 2007 por la I Corte de Apelaciones de
lma.

Rancagua, que: "Cabe señalar que de acuerdo al Diccionario de la Lengua Española (22ª
edición 2001. Espasa), reiterado significa Que se hace o sucede repetidamente. Y
repetidamente significa "Con repetición, varias veces".Se trata en consecuencia de
realizar un mismo comportamiento por un espacio de tiempo, que es precisamente lo que
ha hecho el alimentante" (C. Apelaciones de Rancagua, 30 de abril de 2007, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/781/2007, Rol Nº 681-2006). En la misma línea, dos años más
tarde la I  Corte de Apelaciones de Concepción advertía que: "Este artículo exige que el
lma.

incumplimiento sea reiterado y, reiterado según el Diccionario de la Lengua Española,


significa 'que se hace o sucede repetidamente'. Y, repetidamente significa con repetición,
varias veces'. Se trata en consecuencia de realizar el mismo comportamiento por un
espacio de tiempo. En el caso, el actor dejó de pagar los alimentos durante dos años por
su cesantía laboral, sin embargo, el pago de la pensión se regularizó al obtener un nuevo
trabajo, además de pagar la deuda atrasada en cuotas de acuerdo al avenimiento. En su
momento, el actor estuvo impedido por causa justificada para cancelar la pensión fijada"
(C. de Apelaciones de Concepción, 24 de febrero de 2009, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6068/2009, Rol Nº 1707-2008). 487. De la posibilidad de
enervar la excepción: impedimentos que obstaculizaron la adecuada solución de la
obligación alimenticia. La jurisprudencia ha admitido la posibilidad de enervar la
excepción cuando el incumplimiento del alimentante se ha debido a causas que se
constituyeron en obstáculo para cumplirla adecuadamente: "La excepción de
incumplimiento reiterado se enerva si el recurrente acredita que el no pago o satisfacción
irregular de los alimentos, se debió a la concurrencia de impedimentos que obstaculizaron
su adecuada solución, esto es, en razón del concurso de un estorbo que redundó en la
carencia de medios para su cumplimiento, pues, como bien señala el recurrente, el
sentido de la disposición analizada no es la mera sanción al deudor incumplidor, sino que
punir a aquel que, pudiendo pagar, no lo hace" (C. Suprema, 7 de septiembre de 2016,
cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6319/2016, Rol Nº 31183-2016). Se admite, así: "[L]a
inserción de una contraexcepción que permite al solicitante del divorcio, a pesar de su
incumplimiento reiterado, prosperar en su pretensión si acredita que no pudo satisfacer su
deber. Pues bien, así fluye de las actas pertinentes relativas a la discusión de la normativa
en estudio, en las que se dejó expresa constancia de la posibilidad de soslayar la punición
mencionada si se acredita que no se encontraba en posición de cumplir. Ése es el sentido
que explica la introducción de la frase 'pudiendo hacerlo' en la parte final del inciso 3º del
artículo en referencia, el que además perfila de manera inequívoca, que la intención del
legislador es castigar al deudor que voluntariamente se muestra renuente a pagar"
(C. Suprema, 7 de septiembre de 2016, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6319/2016, Rol
Nº 31.183-2016). 488. De la calificación que ha de hacer el juez de la
contraexcepción. Se ha precisado por la E Corte Suprema: "Que el ejercicio de
xcma. 

calificación de la concurrencia de la contraexcepción, si bien se le entrega al juez, no


quiere decir que se trate de uno meramente discrecional, sino que debe sujetarse a la
acreditación de la concurrencia de elementos objetivos que revelen que el incumplimiento
incurrido no responde a una actitud contumaz y rebelde, sino a circunstancias no queridas
e insuperables por el actor, que le obstaculizaron dar satisfacción a los alimentos debidos.
Una de dichas circunstancias consideradas por el legislador como justificadoras del
incumplimiento, es justamente la pérdida del trabajo por el cónyuge deudor. En efecto, en
la discusión parlamentaria se hizo expresa mención a la cesantía como ejemplo de
situación en que el alimentante no se encuentra en condiciones de poder efectuar el
cumplimiento, lo que además ha sido reconocido tanto por la jurisprudencia como por la
doctrina, pues se ha entendido que la posibilidad de dar o no cumplimiento a la obligación
alimenticia, debe ser determinada en relación a la capacidad o solvencia del deudor,
donde el desempleo, la quiebra, o ciertas enfermedades invalidantes, inciden directa y
perniciosamente en ello (así lo explican Javier Barrientos y Aránzazu Novales en su
obra Nuevo derecho matrimonial chileno, Editorial Thomson Reuters, Santiago, 2004,
p. 389)" (C. Suprema, 7 de septiembre de 2016, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6319/2016, Rol Nº 31183-2016). 489. Sobre la excepción de
incumplimiento y la cosa juzgada. Se ha planteado la cuestión tocante a resolver si,
una vez deducida la acción de divorcio unilateral y rechazada por haberse acogido la
excepción de incumplimiento reiterado de la obligación de alimentos, puede el cónyuge
incumplidor, tras haber pagado la cantidades que adeudaba, deducir, nuevamente la
acción de divorcio. La I  Corte de Apelaciones de La Serena se ha inclinado por la
lma.

negativa, y así declaró que, una vez acogida la excepción de incumplimiento reiterado y,
por ende, rechazada la acción de divorcio, no es posible acoger una nueva demanda
sobre la base de haber pagado el actor los alimentos que no había satisfecho:
"Habiéndose por un lado, rechazado por sentencia definitiva firme la demanda de divorcio
inicialmente promovida, debido al incumplimiento reiterado del actor en el pago de la
pensión alimenticia a favor de la hija común [...], durante el período de cese de la
convivencia entre los cónyuges; y por el otro, habiéndose invocado en el nuevo juicio por
el actor para sustentar su actual pretensión de divorcio, que se encuentra al día en el
pago de las pensiones de alimentos a favor de la hija común, no cabe sino concluir que la
actual demanda de divorcio se funda en idéntica pretensión de la que fuera rechazada por
sentencia firme dictada por esta misma Corte", y que: "La excepción del inciso tercero del
artículo 55 de la Ley Nº 19.947, discurre sobre la base que las pensiones alimenticias
durante el período de cese de convivencia no hubieran sido pagadas, lo cual, en este
caso, quedó reconocido por sentencia definitiva firme anterior, que no puede ser alterada
por una nueva sentencia, dictada sobre la misma materia, en juicio seguido entre las
mismas partes. Esta realidad fáctico-jurídica es inamovible y no admite ser removida por
la circunstancia de hallarse el demandante al día en el pago de las pensiones de
alimentos al momento de presentar su nuevo libelo, ya que entonces, por la vía de la
solución sobreviniente de deudas alimenticias atrasadas, podría siempre enervarse la
excepción, lo cual, no es el propósito tenido en vista por el legislador al establecerla, ya
que la causal de divorcio por cese de convivencia de más de tres años es posible de
invocar, siempre y cuando el solicitante de divorcio hubiera exhibido de contrapartida,
durante el tiempo alegado de cese de la convivencia común, una conducta constante de
cumplimiento oportuno e íntegro de sus deberes legales alimenticios" (C. Apelaciones de
La Serena, 15 de septiembre de 2010, cons. 7º y 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/12105/2010,
Rol Nº 92-2010). 490. La excepción y su aplicación con efecto retroactivo a los
incumplimientos de la obligación de alimentos con anterioridad a la entrada en
vigor de la Ley Nº 19.947. Se ha planteado, igualmente, la cuestión de si es posible
aplicar la excepción de incumplimiento reiterado de la obligación de alimentos, en relación
con los incumplimientos acontecidos con anterioridad a la entrada en vigor de la Ley de
Matrimonio Civil. Debe recordarse que en el artículo 2º transitorio de la dicha ley, en su
inciso 1º, se contiene la siguiente regla: "Los matrimonios celebrados con anterioridad a la
entrada en vigencia de esta ley se regirán por ella en lo relativo a la separación judicial, la
nulidad y el divorcio", con las únicas limitaciones que se señalan en sus incisos 2º y 3º
que se refieren a las formalidades y requisitos externos del matrimonio y las causales de
nulidad que su omisión origina, al igual que las limitaciones señaladas en los artículos 22
y 25 de la ley en relación a la comprobación de la fecha de cese de la convivencia. Sobre
la base de tales disposiciones, una jurisprudencia uniforme, defendida por la E  Cortexcma.

Suprema desde 2008 en adelante, ha sostenido que: "La Ley Nº 19.947 no respetó el
principio previsto en el artículo 3º de la Ley sobre Efecto Retroactivo de las Leyes en el
sentido que el estado civil adquirido y así como las causales de su extinción se rigen por
la ley vigente a la fecha de su constitución. Por consiguiente, todo el régimen de nulidad
de la nueva ley, tanto en lo que dice relación con las causales, titulares de la acción,
plazos y requisitos se aplica a los matrimonios celebrados con anterioridad a su vigencia y
los cónyuges pueden anular su matrimonio en conformidad con sus disposiciones, con la
salvedad que no rigen para estas personas las limitaciones contempladas en los artículos
22 y 25 de la Ley de Matrimonio Civil, para acreditar el cese de la convivencia, la que se
puede probar por otros medios distintos a los señalados en esas normas" (C. Suprema,
31 de marzo de 2008, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/1939/2008, Rol Nº 975-2008).
Este considerando lo reprodujo el mismo tribunal en una sentencia suya del año siguiente
(C. Suprema, 26 de enero de 2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5819/2009, Rol
Nº 6466-2008). Tales presupuestos ya se hallaban implícitos en la opinión que, desde
2006, asumía la E  Corte Suprema cuando precisaba que este: "Precepto transitorio no
xcma.

vino sino a franquear la posibilidad de que los matrimonios celebrados antes de la


vigencia de la Ley Nº 19.947 se sujetaran a sus disposiciones en lo relativo a separación
judicial, nulidad y divorcio, ya que de no mediar esta regla, ellos habrían quedado
sometidos en tales materias a la normativa que regía con anterioridad, en virtud de lo
prescrito en el artículo 22 de la Ley sobre Efecto Retroactivo de las Leyes, en orden a que
'en todo contrato se entenderán incorporadas las leyes vigentes al tiempo de su
celebración'" (C. Suprema, 14 de septiembre de 2006, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3071/2006, Rol Nº 2663-2006). Esta opinión la ha mantenido de
manera invariable, y en muchas sentencias posteriores se reproduce literalmente el
considerando que queda transcrito (C. Suprema, 30 de octubre de 2006, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3634/2006, Rol Nº 2021-2006; C. Suprema, 14 de diciembre de
2006, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/8377/2006, Rol Nº 3937-2006; C. Suprema, 19 de
marzo de 2007, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/3485/2007, Rol Nº 5585-2006;
C. Suprema, 21 de marzo de 2007, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/7367/2007, Rol
Nº 2791-2006; C. Suprema, 18 de junio de 2007, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1137/2007, Rol Nº 3241-2005; C. Suprema, 21 de junio de 2007,
cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/1171/2007, Rol Nº 2860-2005; C. Suprema, 18 de julio
de 2007, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/7370/2007, Rol Nº 4640-2006; C. Suprema, 30
de julio de 2007, cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/6026/2007, Rol Nº 2718-2007;
C. Suprema, 3 de diciembre de 2007, LegalPublishing: Cl/Jur/6382/2007, Rol Nº 4678-
2007; C. Suprema, 17 de abril de 2008, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/7961/2008, Rol
Nº 5224-2007; C. Suprema, 15 de julio de 2008, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7962/2008, Rol Nº 2738-2008; C. Suprema, 24 de julio de 2008,
cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/7963/2008, Rol Nº 2473-2007; C. Suprema, 9 de
noviembre de 2010, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/9235/2010, Rol Nº 5328-2010). En
dicho contexto, si es posible solicitar el divorcio respecto de matrimonios celebrados con
anterioridad a la entrada en vigor de la Ley Nº 19.947 es justo, también, que se pueda
defender el demandado en conformidad con la nueva ley. Pretender lo contrario es
hipocresía y caradura y, por lo demás, que no pudiera hacerlo violentaría gravemente las
finalidades que el legislador tuvo en cuenta para establecer la regla del inciso 3º de este
artículo 55, pues, entre otras, ellas eran proteger al cónyuge débil y el interés superior de
los hijos. Estos se verían defraudados por una desacertada interpretación de la ley y,
recuérdese, que el legislador se ha preocupado, especialmente, de evitar que se
obtengan sentencias en fraude de la ley, cuyo principio se recibe en el inciso 4º del
artículo 83 de la Ley de Matrimonio Civil. Sin perjuicio de lo que se lleva dicho, sobre esta
cuestión se han defendido las dos opiniones posibles, advirtiéndose que la que ha
contado con la aprobación de la E Corte Suprema es la que se inclina por hacer
xcma. 

aplicable la excepción a los incumplimientos acaecidos con anterioridad a la entrada en


vigor de la Ley Nº 19.947 y, en su consecuencia, ha casado las sentencias de alzada que
sostenían la opinión contraria: a) Opinión de la E Corte Suprema: la aplicación
xcma. 

retroactiva de la excepción en virtud del artículo 2º transitorio de la Ley Nº 19.947:


Esta interpretación, sano ejemplo de que hay que estar "a las duras y a las maduras", se
ha sentado por la E  Corte Suprema, en sentencia de 30 de julio de 2007: "Que la regla
xcma.

contenida en el artículo 2º transitorio de la Ley Nº 19.947, asigna efectos inmediatos a la


nueva ley y, por ende, quienes deseen divorciarse a partir de la entrada en vigor de sus
disposiciones, opción ejercida por el actor al presentar su demanda, pueden hacerlo
probando que ya tienen cumplido el tiempo exigido por la ley y, por su parte, los
demandados pueden enervar la acción si alegan la situación prevista en el inciso tercero
del artículo 55 de la Ley Nº 19.947, esto es, que el demandante durante el período que
media entre el cese efectivo de la convivencia y la demanda, no cumplió reiteradamente
con su obligación alimentaria, respecto del cónyuge demandado o los hijos comunes,
pudiendo hacerlo" (C. Suprema, 30 de julio de 2007, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6026/2007, Rol Nº 2718-2007), agregándose, en relación con la
sentencia de la I  Corte de Apelaciones de Chillán que había sostenido lo contrario, que:
lma.

"De acuerdo a lo anterior, yerran los sentenciadores al afirmar que el no pago reiterado de
la obligación alimenticia, durante el cese de la convivencia, es una sanción civil carente de
efecto retroactivo, toda vez que el régimen de divorcio en su integridad, salvo las
excepciones legales, se aplica, por expresa disposición del artículo 2º transitorio a los
matrimonios celebrados con anterioridad al 18 de noviembre de 2004. Por consiguiente,
no es lícito al intérprete distinguir entre los diversos aspectos que regulan la materia,
discriminando en perjuicio de los derechos de la cónyuge demandada. Por otra parte, sea
que se califique la norma del inciso tercero de citado artículo 55, como una excepción
perentoria destinada a enervar la acción de divorcio o como un presupuesto de la misma,
igualmente rige la norma en estudio" (C. Suprema, 30 de julio de 2007, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6026/2007, Rol Nº 2718-2007). En dicha línea la citada I  Cortelma.

de Apelaciones de Chillán, al poco tiempo asumió la doctrina sentada por la E Corte xcma.

Suprema al declarar que: "No resulta efectivo que el no pago reiterado de la obligación
alimenticia durante el cese de la convivencia, sea una sanción civil carente de efecto
retroactivo, ya que la actual Ley de Matrimonio Civil, que entró en vigencia el 18 de
noviembre de 2004, en sus artículos transitorios contempló la situación de los matrimonios
contraídos antes de la aplicación de la nueva normativa. El artículo 2º transitorio de la Ley
Nº 19.947 dispone que los matrimonios celebrados con anterioridad a la entrada en
vigencia de esta ley, se regirán por ella en lo relativo a la separación judicial, la nulidad y
el divorcio" (C. Apelaciones de Chillán, 7 de diciembre de 2007, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5536/2007, Rol Nº 249-2007), y "por consiguiente, la regla
contenida en el artículo 2º transitorio de la Ley Nº 19.947 asigna efectos inmediatos a la
nueva ley y, por ende, quienes deseen divorciarse a partir de la entrada en vigor de sus
disposiciones, opción ejercida por el actor al presentar su demanda, pueden hacerlo
probando que ya tienen cumplido el tiempo exigido por la ley y, por su parte, la
demandada puede enervar la acción si alega la situación prevista en el inciso 3º del
artículo 55, esto es, que el demandante durante el período que media entre el cese
efectivo de la convivencia y la demanda, no cumplió reiteradamente con su obligación
alimentaria, pudiendo hacerlo" (C. Apelaciones de Chillán, 7 de diciembre de 2007, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5536/2007, Rol Nº 249-2007). La E  Corte Suprema ha
xcma.

reafirmado este criterio en sentencia de 9 de noviembre de 2010, en la que reiteró


literalmente el considerando 12º de su sentencia de 2007 (C. Suprema, 9 de noviembre
de 2010, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/9235/2010, Rol Nº 5328-2010); b) Opinión de
minoría: la finalidad sancionatoria de la excepción y su interpretación restrictiva no
admiten que opere con efecto retroactivo: Esta interpretación, buen ejemplo del querer
tener "la cuba llena y la suegra borracha", ha entendido, saltándose a la torera el artículo
2º transitorio de la ley, que la regla del inciso 3º del artículo 55 impone una sanción civil
que no puede tener aplicación retroactiva. Esta opinión pretende que se asuma una
premisa falsa: la Ley Nº 19.947 consagró, respecto de los cónyuges, un "derecho al
divorcio" sin limitaciones y, así, la "privación de este derecho al divorcio" se alzaría
como una "sanción civil". Incluso si se admitiera como discutible el que la Ley Nº 19.947
hubieraconsagrado un "derecho al divorcio", lo que no admite discusión es que ese
pretendido derecho opere en un campo precisamente determinado por la ley. Así, si se
siguiera una tan torcida y errada interpretación de la ley, habría que decir que lo que la
Ley Nº 19.947 hace es lo siguiente: fija unos presupuestos para que, si ellos se cumplen,
los cónyuges gocen del "derecho a divorciarse", de modo que si tales presupuestos no se
cumplen, no "adquieren tal derecho". Esta situación es, por lo demás, lo normal en sede
de derechos: v. gr. para que una persona sea titular del derecho de alimentos deben
cumplirse los presupuestos fijados por la ley, pues, si ellos no se dan no se adquiere el
derecho de alimentos. En el caso del pretendido "derecho a divorciarse", para ser titular
de él, entre otros presupuestos, la ley exige que quien lo pretende haya dado
cumplimiento a "su obligación de alimentos respecto del cónyuge demandado y de los
hijos comunes, pudiendo hacerlo", de modo que si no ha dado cumplimiento a esta
obligación nunca, es decir, en momento alguno, ha llegado a ser titular del "derecho a
divorciarse" y, por ende, mal podría imponérsele una "sanción civil" para privarle de un
derecho del que jamás ha sido titular. La opinión que concibe a la regla del inciso 3º de
este artículo 55 de la Ley Nº 19.947 como una "sanción civil", consistente en la "privación
del derecho a divorciarse", ha sido defendida, tempranamente por la I  Corte de lma.

Apelaciones de Concepción en su sentencia de 3 de julio de 2006: "Es preciso señalar


que el divorcio vincular, y por lo mismo, la sanción contemplada en el inciso 3º del artículo
55 fueron introducidos por la Ley Nº 19.947 y que entró a regir el 17 de noviembre de
2004, según dispuso en su inciso final. La privación de la acción de divorcio vincular por el
no pago reiterado de la obligación de alimentos, constituye una verdadera sanción civil, de
manera que no parece admisible su aplicación con efecto retroactivo, como se pretende
por la demandada en el caso. El no pago reiterado de alimentos, en efecto, hasta la fecha
de la entrada en vigencia de la nueva Ley de Matrimonio Civil, acarreaba, y por cierto, aun
acarrea, diversas consecuencias adversas para el alimentante tales como las medidas de
apremio contempladas en el artículo 14 de la Ley de Abandono de Familia y Pago de
Pensiones Alimenticias; de existir sociedad conyugal, otorga el derecho a la mujer para
demandar la separación judicial de bienes; priva del cuidado personal del hijo mientras
estuvo bajo el cuidado del otro padre, pudiendo hacerlo [...] De modo, pues, que bajo el
imperio de la ley anterior, en que aconteció el incumplimiento reiterado del actor, tal hecho
acarreaba otras sanciones civiles, mas no la privación de la acción de divorcio, no
pudiéndosele aplicar esa sanción a los actos ejecutados bajo el imperio de la ley antigua,
que no lo contemplaba" (C. Apelaciones de Concepción, 3 de julio de 2006, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2153/2006, Rol Nº 996-2006). La misma doctrina ha defendido en
sentencias posteriores (C. Apelaciones de Concepción, 20 de julio de 2007, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1423/2007, Rol Nº 586-2007; C. Apelaciones de Concepción, 10
de enero de 2008, cons. 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/1295/2008, Rol Nº 1011-2007).
En su sentencia de 13 de diciembre de 2010 insistía en que: "La privación de la acción de
divorcio vincular, por el no pago reiterado de la obligación de alimentos, durante el cese
de la convivencia, es una sanción civil, por lo que no es admisible su aplicación con efecto
retroactivo, como consecuencia de lo dispuesto en el artículo 9º del Código Civil, el que
indica que 'La ley puede sólo disponer para lo futuro y no tendrá jamás efecto retroactivo'.
Así las cosas, el eventual incumplimiento reiterado del pago de las obligaciones de
alimentos, puede acarrear otras sanciones civiles, pero no la privación de la acción de
divorcio, que no puede aplicarse a los actos ejecutados bajo el imperio de la antigua ley,
que no la contemplaba" (C. Apelaciones de Concepción, 13 de diciembre de 2010, cons.
6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/12376/2010, Rol Nº 306-2010). Esta sentencia, curiosamente,
cita en su apoyo la referida sentencia de la I Corte de Apelaciones de Chillán, que fue
lma. 

revocada por la E Corte Suprema, de la que no hace mención alguna. La I Corte de


xcma.  lma. 

Concepción, con una perseverancia digna de mejor causa, persiste en su obcecada


defensa de esta opinión: "Que, por lo demás respecto a la cláusula de la dureza, esta
Corte ha resuelto que el artículo 55 inciso 3º de la Ley Nº 19.947, al negar la acción de
divorcio al cónyuge que no ha cumplido en forma reiterada con su obligación alimenticia,
le está imponiendo una sanción, que de conformidad al artículo 9º del Código Civil,
no puede tener aplicación cuando el incumplimiento ha ocurrido antes de la entrada en
vigencia de la ley que establece la sanción (Rol Nº 996-2006)" (C. Apelaciones de
Concepción, 14 de enero de 2015, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/228/2015, Rol
Nº 315-2014). A esta misma sinrazón han adherido algunos tribunales de alzada del norte
del país. Así la I  Corte de Apelaciones de La Serena, en sentencia de 16 de noviembre
lma.

de 2007, sostuvo que: "El divorcio vincular fue establecido en nuestra legislación en virtud
de la Ley Nº 19.947 (Ley sobre Matrimonio Civil), publicada en el Diario Oficial de 17 de
mayo de 2004, la que entró en vigencia seis meses después, según fue dispuesto en su
artículo final (esto es, entró a regir el 17 de noviembre de 2004). Ahora bien, si el inciso 3º
del artículo 55 de ley en estudio, prescribe una sanción civil que inhibe acoger la acción
de divorcio en beneficio del cónyuge incumplidor de su obligación de prestar alimentos,
durante el cese efectivo de la convivencia conyugal, no podría ser aplicable tal sanción
con efecto retroactivo, toda vez que el artículo 9º del Código Civil señala que la ley sólo
puede disponer para lo futuro, y no tendrá jamás efecto retroactivo" (C. de Apelaciones de
La Serena, 16 de noviembre de 2007, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6637/2007, Rol
Nº 386-2007). La I  Corte de Apelaciones de Antofagasta, que ha entendido que: "La
lma.

privación de la acción de divorcio vincular por el no pago reiterado de la obligación de


alimentos, constituye una verdadera sanción civil, de manera que no parece admisible su
aplicación con efecto retroactivo, como se pretende por la demandada en el caso" (C. de
Apelaciones de Antofagasta, 5 de febrero de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8519/2009, Rol Nº 1303-2008), porque: "La sanción del artículo
55 inciso 3º de la Ley Nº 19.947, por su naturaleza, debe interpretarse en forma restrictiva
y, por ende, no admite aplicación retroactiva" (C. de Apelaciones de Antofagasta, 5 de
febrero de 2009, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/8519/2009, Rol Nº 1303-2008),
agregándose que: "El no pago reiterado de alimentos, en efecto, hasta la fecha de la
entrada en vigencia de la nueva Ley de Matrimonio Civil, acarreaba, y por cierto, aun
acarrea, diversas consecuencias adversas para el alimentante tales como las medidas de
apremio contempladas en el artículo 14 de la Ley de Abandono de Familia y Pago de
Pensiones Alimenticias; de existir sociedad conyugal, otorga el derecho a la mujer para
demandar la separación judicial de bienes; priva del cuidado personal del hijo mientras
estuvo bajo el cuidado del otro padre, pudiendo hacerlo, etcétera. De modo, pues, que
bajo el imperio de la ley anterior, en que aconteció el incumplimiento reiterado del actor,
tal hecho acarreaba otras sanciones civiles, mas no la privación de la acción de divorcio,
no pudiéndosele aplicar esa sanción a los actos ejecutados bajo el imperio de la ley
antigua, que no lo contemplaba" (C. de Apelaciones de Antofagasta, 5 de febrero de
2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/8519/2009, Rol Nº 1303-2008).

Párrafo 2º De la titularidad y el ejercicio de la acción

Artículo 56. La acción de divorcio pertenece exclusivamente a los cónyuges.

Cualquiera de ellos podrá demandarlo, salvo cuando se invoque la causal


contemplada en el artículo 54, en cuyo caso la acción corresponde sólo al
cónyuge que no hubiere dado lugar a aquélla.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 53, 54, 62 inciso 2º.

491. No es posible ejercitar la acción de divorcio por vía reconvencional


Jurisprudencia: 
en un juicio cuya demanda principal se refiere a alimentos de una persona mayor
de edad: Así se ha declarado que: "Como es sabido, no existe reconvención de una
demanda reconvencional. De ello se sigue que, de aceptarse que la acción de divorcio
puede hacerse valer por la vía reconvencional en un Juicio de Alimentos, se dejaría a la
parte demandada reconvencional en la imposibilidad jurídica de solicitar se regulen y
resuelvan en el mismo juicio, materias como la declaración de bienes familiares, las
vinculadas al régimen de bienes del matrimonio y el cuidado personal y la relación directa
y regular con los hijos comunes. La Ley de Matrimonio Civil no sólo permite expresamente
que se planteen estas materias por la vía reconvencional, según se contempla en el inciso
final del artículo 64 y artículo 89 de ese cuerpo legal, sino que determina que deben
resolverse necesariamente y en forma conjunta con la acción principal de divorcio" (C. de
Apelaciones de San Miguel, 24 de octubre de 2008, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5587/2008, Rol Nº 3064-2008).

Artículo 57. La acción de divorcio es irrenunciable y no se extingue por el


mero transcurso del tiempo.

Concordancias: Código Civil: artículos 12, 2492, 2514. Ley Nº 19.947, de Matrimonio


Civil,D.O. 17.05.2004: artículo 28.

492. La irrenunciabilidad de la acción de divorcio no se opone a la


Jurisprudencia: 
posibilidad de desistirse de la acción ya ejercitada. En ese sentido se ha declarado:
"Esta conclusión no se opone al carácter irrenunciable de la acción de divorcio, pues en
virtud del mismo lo que está vedado es la renuncia a ejercitar la acción, pero una vez que
ésta se ha entablado, nada impide al actor desistirse de ella (lo cual podría estimarse
también como improcedente, si se lleva a extremos la irrenunciabilidad)" (C. Apelaciones
de Santiago, 21 de enero de 2010, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/717/2010, Rol
Nº 2003-2009) y, en su consecuencia y sobre la base del artículo 150 del Código de
Procedimiento Civil, estimó que la resolución que declara el desistimiento: "Se trata
jurídicamente de una sentencia interlocutoria que pone término al juicio, con el valor
procesal equivalente al de la propia sentencia definitiva, y en consecuencia, como bien lo
sostiene el apelante, con ella se extingue la acción, quedándole impedido al demandante
reiterar la demanda con el mismo supuesto material, y en el evento de insistir, el
demandado podrá oponer a la acción de cosa juzgada [...] Así pues, ninguna duda puede
caber que desistido de la acción, no podía el demandante interponer una nueva demanda
exactamente con el mismo supuesto material" (C. Apelaciones de Santiago, 21 de enero
de 2010, cons. 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/717/2010, Rol Nº 2003-2009). 493. El juez
de familia carece de facultades para apercibir a la demandante con tenerla por
desistida de su acción si no comparece a una audiencia. Así se ha sostenido por la
E Corte Suprema: "Que el tribunal de la instancia no ha podido declarar el desistimiento
xcma. 

de la acción deducida, al no existir un acto de parte que dé cuenta de una voluntad en


este sentido, aún a pretexto del apercibimiento decretado en este sentido, al no
encontrarse facultado para dichos efectos por la ley. Tampoco el principio de la 'actuación
de oficio', que rige en el procedimiento de familia, justifica una determinación como la de
que se trata, desde que el mismo apunta a la celeridad del proceso, favoreciendo la
intervención activa del juez respecto del otorgamiento de medidas de protección, avance
progresivo del juicio y salvaguarda de su sustanciación, pero en caso alguno puede
constituirse en impedimento para el legítimo derecho de accionar y continuar con su
tramitación [...] Que, al ponerse término al juicio mediante la dictación de la resolución que
tiene por desistida a la demandante de la acción impetrada en autos, sin que haya
mediado un acto de esta naturaleza o que dé cuenta de una intención en este sentido, se
la priva de su derecho a accionar, discutir y acreditar la procedencia de sus
argumentaciones y pretensiones, independientemente de cuál sea la decisión que, en
definitiva, recaiga sobre las mismas, afectándose de este modo el curso del proceso, al
verificarse un atentado de la referida garantía constitucional" (C. Suprema, 18 de abril de
2011, cons. 4º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9337/2011, Rol Nº 10082-2010).

Artículo 58. El cónyuge menor de edad y el interdicto por disipación son


hábiles para ejercer por sí mismos la acción de divorcio, sin perjuicio de su
derecho a actuar por intermedio de representantes.

Concordancias: Código Civil: artículos 26, 342 y 442 a 455. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil,D.O. 17.05.2004: artículo 46 inciso 2º.

Párrafo 3º De los efectos

Artículo 59. El divorcio producirá efectos entre los cónyuges desde que


quede ejecutoriada la sentencia que lo declare.
Sin perjuicio de ello, la sentencia ejecutoriada en que se declare el divorcio
deberá subinscribirse al margen de la respectiva inscripción matrimonial.
Efectuada la subinscripción, la sentencia será oponible a terceros y los
cónyuges adquirirán el estado civil de divorciados, con lo que podrán volver a
contraer matrimonio.

Concordancias: Código Civil: artículos 304 y 305. Código de Procedimiento Civil: artículo 174. Ley
Nº  4.808, sobre Registro Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000:
artículo 4º número 4º. Ley Nº  19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación,D.O. 19.10.1996:
artículo 4º número 2. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,D.O.  17.05.2004: artículos 2º inciso 1º, 50 y 60.

494. "Cúmplase" y efecto de la sentencia entre los cónyuges. Se ha


Jurisprudencia: 
sentado que: "El artículo 59 de la Ley aludida, señala el momento preciso en que éstos
expiran al establecer que 'el divorcio producirá efectos entre los cónyuges desde que
queda ejecutoriada la sentencia que lo declare', lo que conforme lo dispone el artículo 174
del Código de Procedimiento Civil, debe estimarse que se produce desde que se pone el
cúmplase a la sentencia que declara el divorcio" (C. de Apelaciones de La Serena, 16 de
abril de 2008, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/5414/2008, Rol Nº 218-
2008). 495. Aplicación de las reglas generales para determinar el tribunal
competente para conocer de la ejecución de una sentencia de divorcio que fija una
compensación económica. Así se ha advertido que: "No existen normas legales
especiales para establecer el tribunal que deba conocer de la ejecución de una sentencia
de divorcio que haya fijado compensación económica, sea que tal fallo haya sido
pronunciado por un juzgado de familia o por un juzgado civil, motivo por el cual es
procedente aplicar en estos casos las normas generales de cumplimiento de resoluciones
judiciales que establece nuestro ordenamiento procesal en el Título XIX del Libro I del
Código de Procedimiento Civil en relación con las reglas pertinentes establecidas en el
Código Orgánico de Tribunales" (C. de Apelaciones de Concepción, 6 de agosto de 2008,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5678/2008, Rol Nº 498-2008). 496. El tribunal
competente para conocer de la ejecución de una sentencia de divorcio que fija una
compensación económica se establece por las reglas de los artículos 113 y
114 Cot y 231 232 Cpc. Se ha precisado: "Que las únicas normas legales de aplicación
general para determinar el tribunal al cual corresponde conocer de la ejecución de una
sentencia están contempladas en los artículos 113 y 114 del Código Orgánico de
Tribunales y 231 y 232 del Código de Procedimiento Civil. Las indicadas disposiciones,
llevan a concluir que en el caso específico de autos, la ejecución de la sentencia definitiva
le corresponde al mismo tribunal que pronunció dicho fallo en primera instancia, o sea es
competente para tal efecto el Primer Juzgado Civil de Concepción, considerando además
el procedimiento ejecutivo del que se ha valido la parte ejecutante para tal fin. 9. Que,
consecuente con lo anterior, esta Corte estima que para solicitar la ejecución de la
sentencia definitiva ya referida, la acreedora ha optado válidamente, de acuerdo a lo
señalado en los artículos 113 inciso 1º del Código Orgánico de Tribunales y 231 inciso 1º
del Código de Procedimiento Civil, por solicitar su cumplimiento forzado ante el mismo
tribunal que pronunció dicha sentencia, utilizando correctamente el procedimiento que se
contempla en los artículos 233 y siguientes del Código citado, cuya aplicación es
procedente en la especie por haberse intentado precisamente ante el referido tribunal
absolutamente competente" (C. de Apelaciones de Concepción, 6 de agosto de 2008,
cons. 8º y 9º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5678/2008, Rol Nº 498-2008).
Artículo 60. El divorcio pone fin a las obligaciones y derechos de carácter
patrimonial cuya titularidad y ejercicio se funda en la existencia del matrimonio,
como los derechos sucesorios recíprocos y el derecho de alimentos, sin
perjuicio de lo dispuesto en el Párrafo 1 del Capítulo siguiente.

Concordancias: Código Civil: 102, 131, 136, 321 número 1º, 332, 983 inciso 1º, 988, 989, 994 inciso
1º, 1182 número 3. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 42, 59 y 61 a 66.

497. Las obligaciones y derechos de carácter patrimonial entre los


Jurisprudencia: 
cónyuges cesan desde el "cúmplase" de la sentencia que declara el divorcio. Se ha
señalado que: "Por una parte, el artículo 60 de la citada ley, dispone que el divorcio pone
fin a las obligaciones y derechos de carácter patrimonial cuya titularidad y ejercicio se
funda en la existencia del matrimonio, como son, entre otros, el derecho de alimentos, y
por otra parte, el artículo 59 de la ley aludida, señala el momento preciso en que éstos
expiran al establecer que 'el divorcio producirá efectos entre los cónyuges desde que
queda ejecutoriada la sentencia que lo declare', lo que conforme lo dispone el artículo 174
del Código de Procedimiento Civil, debe estimarse que se produce desde que se pone el
cúmplase a la sentencia que declara el divorcio. Que, en el caso de autos, las partes
solicitaron que el cese se produjera en momentos distintos a lo dispuesto en la ley,
conforme ya se ha explicado, por lo que el Juez de la causa, debió necesariamente
resolver la controversia conforme a derecho, es decir, fijando el cese de la pensión de
alimentos sin pronunciarse a favor de ninguna de las dos peticiones de las partes, sino
aplicando la norma que dispone que el cese de alimentos se produjo desde el momento
en que la sentencia quedó ejecutoriada y declaró el divorcio entre las partes" (C. de
Apelaciones de La Serena, 16 de abril de 2008, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5414/2008, Rol Nº 218-2008). 498. De la existencia del
matrimonio en cuanto presupuesto que habilita a los cónyuges para demandar
alimentos. La E Corte Suprema se ha ocupado en explicar la regla de este artículo 60
xcma. 

en relación con la extinción del derecho de alimentos entre cónyuges: "El título que
habilita a los cónyuges para demandarse recíprocamente alimentos no tiene otro
fundamento que la existencia del matrimonio, de manera que disuelto dicho vínculo,
desaparece la causa que justifica dicho deber. Sólo en la medida que el demandante sea
titular del derecho procede verificar si concurren los requisitos de estado de necesidad del
alimentario y capacidad económica del alimentante para otorgar los alimentos. En efecto,
es presupuesto procesal del ejercicio de la acción de alimentos, acreditar estar legitimado
para recabar tal derecho. En tal contexto, parece útil señalar que uno de los presupuestos
básicos del ejercicio de toda acción es justificar la legitimación de las partes para actuar
en la posición de tales, lo cual, como lo ha entendido esta Corte, se refiere a la
demostración de la efectividad de la calidad invocada por las partes de un proceso, en
cuanto correspondencia de la acción que se deduce respecto del actor (legitimación
activa) o demandado (legitimación pasiva) [...] Que, de este modo, la normativa antes
citada permite concluir que, en relación al derecho de alimentos, sólo están legitimados
para ser partes en una relación procesal en que se discuta la procedencia de dicho
derecho y obligación recíproca, quienes procesalmente demuestren la posición de
cónyuges, descendientes, ascendientes, hermanos o donante y donatario, en los términos
del artículo 321 del Código Civil, siendo de carga del demandante acreditar de dicha
circunstancia" (C. Suprema, 1 de febrero de 2016, cons. 7º y 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/700/2016, Rol Nº 6524-2015). 499. Una vez ejecutoriada la
sentencia de divorcio cesa la obligación de alimentos entre los cónyuges. En este
sentido se ha afirmado: "Que el matrimonio implica una comunidad de vida y de afectos
que la ley protege, estableciendo los deberes y obligaciones derivados de esa institución
en relación a los cónyuges, los hijos y los bienes. Sin embargo, la actual Ley de
Matrimonio Civil, en su artículo 42 reglamenta su término, disponiendo luego los efectos
del divorcio vincular, al prevenir en su artículo 59, que éste producirá efectos entre los
cónyuges desde que quede ejecutoriada la sentencia que lo declara. El divorcio pone fin,
a las obligaciones y derechos de carácter patrimonial que tengan por fuente al
matrimonio, sea desde el punto de vista de la titularidad o del ejercicio de los derechos.
Por consiguiente, la obligación alimenticia termina legalmente como consecuencia del
fallo que pone fin a la unión matrimonial y una vez que éste se encuentre ejecutoriado"
(C. Suprema, 30 de julio de 2007, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/6036/2007, Rol
Nº 2776-2007). Ello es así porque: "Desde la ejecutoria del fallo que declara el divorcio
del matrimonio habido entre las partes cesa la obligación del marido de proporcionar
alimentos a su cónyuge, por carecer ésta de título que lo justifique" (C. Suprema, 30 de
julio de 2007, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6036/2007, Rol Nº 2776-2007). Así han de
cesar los alimentos que hubieran sido decretados con anterioridad a ese momento de la
ejecutoriedad de la sentencia de divorcio, ya hubieran sido alimentos definitivos o
provisorios. Así se ha declarado, por ejemplo, que: "[E]s de justicia relacionar el artículo
60 de la Ley de Matrimonio Civil con los efectos de la sentencia firme por divorcio allí
previstos, en que ordena, como consecuencia de éste la extinción de todos los derechos
de carácter patrimonial y que en este caso eran los alimentos provisorios que el
demandado reconvencional proporcionaba a la actora" (C. Apelaciones de Concepción,
16 de octubre de 2014, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7623/2014, Rol Nº 334-2014).

CAPÍTULO VII DE LAS REGLAS COMUNES A CIERTOS CASOS DE


SEPARACIÓN, NULIDAD Y DIVORCIO

Párrafo 1º De la compensación económica

Artículo 61. Si, como consecuencia de haberse dedicado al cuidado de los


hijos o a las labores propias del hogar común, uno de los cónyuges no pudo
desarrollar una actividad remunerada o lucrativa durante el matrimonio, o lo
hizo en menor medida de lo que podía y quería, tendrá derecho a que, cuando
se produzca el divorcio o se declare la nulidad del matrimonio, se le compense
el menoscabo económico sufrido por esta causa.

Concordancias: Código Civil: 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,D.O.  17.05.2004: artículos 42
números 3 y 4, 50, 59, 60, 62. Ley Nº 20.255, establece Reforma Previsional,  D.O.  17.03.2008: artículo
80. Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 27 inciso 1º.
500. De los principios que inspiran y gobiernan la compensación
Jurisprudencia: 
económica. El reconocimiento de la compensación económica como un derecho
matrimonial, de acuerdo con el artículo 60 de la Ley de Matrimonio Civil, necesariamente,
se ha de entender a la luz de los principios que rigen la institución del matrimonio y de
aquellos otros que el legislador ha considerado como especialmente relevantes en sede
de familia matrimonial, a muchos de los cuales se hizo referencia en la tramitación del
proyecto de ley que culminó en la Ley Nº 19.947 y que forman parte de su historia
fidedigna: a) el principio de igualdad moral y jurídica de los cónyuges; b) la
corresponsabilidad. 501. La compensación económica y el principio de igualdad
moral y jurídica de los cónyuges. En el artículo 60 de la Ley de Matrimonio Civil se
reconoce que la compensación económica es un derecho de carácter patrimonial "cuya
titularidad y ejercicio se funda en la existencia del matrimonio", y es el único al que el
divorcio no le pone fin, como consecuencia de la parte final de dicha disposición. De ello
se desprende que la compensación económica es un "derecho matrimonial", pues se
funda en él su titularidad y ejercicio. El matrimonio y su régimen jurídico, en todo lo
tocante a la posición y relaciones entre los cónyuges, descansa en el principio
constitucional de la igualdad entre hombres y mujeres (19 Nº 2 inc. 1º Cpr), que no es
más que un corolario del primer inciso del artículo 1º de la Constitución Política de la
República, que consagra la igualdad moral ("en dignidad") y jurídica ("derechos") en la
que nacen todas las personas, y que se concreta, en este caso, en la específica igualdad
entre marido y mujer, en cumplimiento de lo previsto en el artículo 23 Nº 4 del "Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos" y del artículo 24 Nº 4 del llamado "Pacto de
San José de Costa Rica", que obligan al Estado chileno a adoptar: "Las medidas
apropiadas para asegurar la igualdad de derechos y responsabilidades de ambos esposos
en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del mismo" y, muy
especialmente, para dar cumplimiento a diversas disposiciones de la "Convención sobre
la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer" (art. 16, 1, letra
c) obligatorias, igualmente, para el Estado de Chile. La jurisprudencia de los tribunales de
alzada comienza a reparar en la centralidad de este principio en sede matrimonial, y así,
la I Corte de Apelaciones de Talca, en sentencia de 16 de diciembre de 2010 redactada
lma. 

por su ministro don Eduardo Meins Olivares, ha admitido que: "Como lo refiere el profesor
Javier Barrientos Grandon, en su artículo 'La Compensación económica como 'derecho'
de uno de los cónyuges y 'obligación' correlativa del otro', publicado en la Revista Chilena
de Derecho Privado, Nº 9, diciembre de 2007, Fernando Fueyo Laneri, de la Escuela de
Derecho de la Universidad Diego Portales, págs. 9-44, el matrimonio y su régimen jurídico
descansa, en todo lo relativo a la posición y relaciones entre los cónyuges, en el principio
constitucional de la igualdad entre hombres y mujeres, recogida en el artículo 19 Nº 2
inciso 1º de la Constitución Política de la República, que se concreta, en la especie, en la
específica igualdad entre marido y mujer, en cumplimiento de lo previsto en el artículo 23
Nº 4 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y del artículo 24 Nº 4 del
denominado Pacto de San José de Costa Rica, los que obligan al Estado chileno a
adoptar las medidas apropiadas para asegurar la igualdad de derechos y
responsabilidades de ambos esposos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en
caso de disolución de éste y, muy especialmente, para dar cumplimiento a diversas
disposiciones de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer (art. 16, 1, letra c) obligatorias, igualmente, para el Estado de Chile"
(C. Apelaciones de Talca, 16 de diciembre de 2010, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/Jur/12341/2010, Rol Nº 209-2010). El Estado está, así, obligado a
arbitrar las "medidas apropiadas para asegurar la igualdad de derechos y
responsabilidades de ambos esposos [...] en caso de disolución del mismo" [matrimonio],
y así se justifica la regulación del derecho de compensación económica y de su obligación
correlativa, como una concreta medida dirigida a evitar una discriminación en perjuicio de
un cónyuge en el momento del término del matrimonio por divorcio o nulidad, pero
también, para evitar la pervivencia de ciertos modelos discriminatorios durante la
existencia del matrimonio, derivados de entender que la dedicación al cuidado del hogar
común y de los hijos, con la imposibilidad o dificultad de un desarrollo profesional y laboral
conciliable con ella, representa un cierto "costo" propio de uno de los cónyuges, tal como
lo ha entendido la ya citada sentencia de la I Corte de Apelaciones de Talca
lma. 

(C. Apelaciones de Talca, 16 de diciembre de 2010, cons. 5º,


LegalPublishing: Cl/Jur/12341/2010, Rol Nº 209-2010). Como consecuencia de lo
anterior, el derecho de compensación económica y su obligación correlativa descansan,
necesariamente, en tal igualdad jurídica de los cónyuges, y ello implica que, en caso
alguno, puede ser ejercido, interpretado o aplicado de manera discriminatoria, como lo
sería, por ejemplo, cualquier interpretación que asuma que las distribuciones de papeles o
cargas en el matrimonio están condicionadas por hábitos o costumbres que asignan a la
mujer los trabajos domésticos, o que la mujer debe ceder en sus aspiraciones laborales o
profesionales frente a los de su marido, o que éste no debe participar en igualdad del
cuidado de los hijos o del hogar común, o que el matrimonio impone una serie de cargas o
sacrificios a la mujer. En el sentido indicado, en la referida sentencia de la I . Corte de
lma

Apelaciones de Talca se ha afirmado: "Que el derecho de compensación económica y su


obligación correlativa descansen en la igualdad jurídica de los cónyuges importa que, en
caso alguno, puede ser ejercido, interpretado o aplicado de manera discriminatoria"
(C. Apelaciones de Talca, 16 de diciembre de 2010, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/12341/2010, Rol Nº 209-2010). Por esta razón, el tribunal de
alzada no consintió un interpretación discriminatoria para la mujer, en la que el tribunal de
la instancia había fundado la denegación de la compensación económica, y que hacía
referencia a un cierto "plan de familia" que atribuía exclusivamente a la mujer el cuidado
de los hijos y del hogar común: "En la especie, pugna con lo que ha quedado dicho lo
expresado en el eliminado motivo séptimo del fallo en estudio en orden a que la actora
reconvencional, si bien se dedicó al cuidado de sus dos hijos y las labores inherentes del
hogar, no es menos cierto que tal hecho fue constitutivo de un plan de familia asumido por
los cónyuges en ejercicio de su autoridad paterna, admitiendo que la misma padece de
hipertiroidismo, depresión y fibromialgia" (C. Apelaciones de Talca, 16 de diciembre de
2010, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/12341/2010, Rol Nº 209-2010). 502. La
compensación económica y el principio de la corresponsabilidad. El establecimiento
del derecho de compensación económica aparece, también, como un mecanismo dirigido
a incentivar la corresponsabilidad y como corrector de todas las carencias que para uno
de los cónyuges se hubieran generado porque el otro, por las razones que fuere, no
hubiera asumido esa responsabilidad común en cuanto al mantenimiento del hogar común
y el cuidado de los hijos. El sistema jurídico no puede mantener estructuras que
impliquen, directa o indirectamente, la asunción por parte de uno de los cónyuges,
normalmente la mujer, de la responsabilidad por el hogar común y los hijos, pues de ellas
se derivan una serie de efectos adversos para las mujeres y para su desarrollo personal y
social. Es también en relación con este ámbito en el que la citada "Convención" impone a
los estados partes la adopción de medidas apropiadas para: "Garantizar que la educación
familiar incluya una comprensión adecuada de la maternidad como función social y el
reconocimiento de la responsabilidad común de hombres y mujeres en cuanto a la
educación y al desarrollo de sus hijos, en la inteligencia de que el interés de los hijos
constituirá la consideración primordial en todos los casos" (art. 5º letra b). La referida
"Convención" impone, igualmente, al estado de Chile la obligación de adoptar "todas las
medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la esfera del
empleo a fin de asegurar a la mujer, en condiciones de igualdad con los hombres, los
mismos derechos" (art. 11.1), de manera que si durante el matrimonio la mujer o,
eventualmente el marido, no hubiera podido desarrollarse en el ámbito del mercado
laboral remunerado en las mismas condiciones que su cónyuge, el sistema jurídico debe
arbitrar mecanismos para hacer desaparecer esa discriminación y sus efectos
perjudiciales. El derecho de compensación económica se muestra, entonces, como una
de esas respuestas del sistema jurídico, dirigidas, específicamente, a procurar la
conciliación de la vida de hogar con la vida laboral remunerada, no sólo para incentivarla
durante el matrimonio sino, sobre todo, para remediar las consecuencias nocivas que
pudieran haberse derivado para uno de los cónyuges como consecuencia de no haber
podido conciliarlas plenamente o en la medida deseable. 503. La compensación
económica y el principio de protección al cónyuge débil. Sobre la base de lo
expresado en los números anteriores, en principio, debe afirmarse que el derecho a la
compensación económica procede, con independencia de que a quien corresponda se
encuentre o no en la posición de cónyuge débil, si bien, lo ordinario será que, como
consecuencia de la dedicación al cuidado de los hijos y del hogar común, el titular del
derecho a la compensación económica se encuentre, efectivamente, en una situación de
debilidad y ello es lo que explica que, frecuentemente, durante la tramitación de la ley, en
lo que toca a la compensación económica, se hiciera referencia a la protección del
cónyuge débil. La doctrina, con mayor o menor intensidad ha destacado la relevancia de
la protección del cónyuge débil en relación con la compensación económica, y la
jurisprudencia, de una manera reiterada, al menos desde una sentencia de la E Corte xcma. 

Suprema de 2009, coincide en que ella: "Representa la concreción del principio de


protección del cónyuge más débil, consagrado en el artículo 3º de la Ley Nº 19.947, desde
que el mismo pretende evitar o paliar los efectos derivados de la falta de equivalencia
patrimonial y de perspectivas económicas futuras producidas entre los cónyuges como
consecuencia de haberse producido las situaciones descritas" (C. Suprema, 7 de julio de
2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/10002/2009, Rol Nº 1370-2009). Este
considerando se ha recibido en innumerables sentencias del mismo tribunal (C. Suprema,
12 de noviembre de 2009, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3354/2009, Rol Nº 7033-
2009; C. Suprema, 23 de febrero de 2010, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/16771/2010,
Rol Nº 867-2010; C. Suprema, 21 de junio de 2010, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3441/2010, Rol Nº 578-2010; C. Suprema, 5 de julio de 2010,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/16812/2010, Rol Nº 2018-2010; C. Suprema, 29 de julio
de 2010, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/11903/2010, Rol Nº 2971-2010; C. Suprema,
13 de diciembre de 2010, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/12008/2010, Rol Nº 5765-
2010; C. Suprema, 28 de enero de 2011, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/10745/2011,
Rol Nº 7636-2010; C. Suprema, 9 de mayo de 2011, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9340/2011, Rol Nº 726-2011; C. Suprema, 23 de mayo de 2011,
cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9349/2011, Rol Nº 1625-2011; C. Suprema, 27 de
febrero de 2012, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/462/2012, Rol Nº 10403-
2011; C. Suprema, 13 de noviembre de 2012, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2584/2012, Rol Nº 3897-2012; C. Suprema, 21 de diciembre de
2012, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/2919/2012, Rol Nº 5629-2012; C. Suprema, 28
de enero de 2013, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/192/2013, Rol Nº 7107-
2012; C. Suprema, 1 de abril de 2013, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/699/2013, Rol
Nº 7897-2012; C. Suprema, 19 de septiembre de 2013, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2019/2013, Rol Nº 3521-2013; C. Suprema, 13 de noviembre de
2013, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/2613/2013, Rol Nº 4659-2013; C. Suprema, 14 de
julio de 2014, cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/4417/2014, Rol Nº 8137-
2013; C. Suprema, 16 de octubre de 2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7489/2014,
Rol Nº 7548-2014), y también en varios fallos de algún tribunal de alzada
(C. Apelaciones de La Serena, 24 de febrero de 2010, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1559/2010, Rol Nº 299-2009; C. Apelaciones de La Serena, 21
de enero de 2011, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/870/2011, Rol Nº 199-2010). En la
misma línea se sostiene que: "El instituto que se viene analizando constituye la más
importante concreción del principio protector del cónyuge más débil consagrado en el
artículo 3º de la misma ley" (C. Apelaciones de Punta Arenas, 9 de febrero de 2009,
cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/5926/2009, Rol Nº 307-2008), y que: "La compensación
económica contemplada en la Ley de Matrimonio Civil Nº 19.947, es un mecanismo por el
cual se busca proteger al cónyuge más débil, dado el desequilibrio económico que se
puede producir al cesar el deber de socorro que tienen los cónyuges entre sí y en
particular la obligación de proporcionarse alimentos" (C. Apelaciones de Coyhaique, 20
de marzo de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/5799/2008, Rol Nº 26-2008), y que
se: "Considera del todo ajena al estado civil de las personas la institución de la
compensación económica, institución dispuesta por la ley para regular una situación que
se origina a consecuencia de una separación, declaración de nulidad de matrimonio, o de
divorcio y que es de carácter patrimonial o económica en cuanto con ella se presente
resguardar pecuniariamente al cónyuge económicamente más débil de un matrimonio que
termina a través del pago por parte del otro cónyuge de una suma de dinero o de bienes
avaluables en dinero, bajo el presupuesto legal de que el primero ha menguado sus
ingresos económicos en pos de velar por intereses del matrimonio, como lo son el hogar y
los hijos comunes, dejando al otro cónyuge la posibilidad de desarrollarse laboral y
económicamente" (C. Apelaciones de Arica, 5 de agosto de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5352, Rol Nº 390-2008). 504. Del pretendido principio de la
corrección del desequilibrio económico. En una línea de interpretación que se acerca
a la concepción de la originaria prestación compensatoria del derecho español, en la que
la noción de "desequilibrio económico" entre los cónyuges sí que era relevante, se
entendió por algunos autores que la compensación económica se inspiraba en la finalidad
de corregir un desequilibrio económico entre los cónyuges, y esa misma concepción fue
asumida por alguna jurisprudencia de los tribunales ordinarios de justicia: "La
compensación económica representa una obligación impuesta por la ley al cónyuge
deudor a favor del cónyuge beneficiario y que tiene por objeto corregir el desequilibrio o
disparidad económica que se produce con la terminación del matrimonio por su
dedicación exclusiva o preferente por la familia. Que si bien esta corrección monetaria
debe mirar hacia atrás, esto es, desde el inicio del matrimonio y hasta la fecha en que
duró la convivencia efectiva, también tiene el propósito de compensar el efecto del
menoscabo en el futuro" (C. Apelaciones de Concepción, 23 de junio de 2009, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8355/2009, Rol Nº 174-2009). En sentido similar, se ha señalado
que: "La reparación que se impone por la ley busca corregir el desequilibrio o disparidad
entre las partes a fin de que puedan enfrentar la situación futura e individual de cada uno
de ellos, protegiéndose de esta manera al que ha tenido la condición de más débil"
(C. Suprema, 7 de julio de 2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/10002/2009, Rol
Nº 1370-2009). Frente a tal opinión, la historia fidedigna del establecimiento de la
compensación económica deja en claro que se descartó que ella se concibiera como un
derecho dirigido a corregir el eventual desequilibrio económico que pudiera existir entre
los cónyuges al término del matrimonio. En definitiva, la noción del "desequilibrio
económico" no fue recibida en la ley, y se optó por la de "menoscabo económico".
Finalmente, frente a la opinión que ha defendido la concepción de una compensación
económica inspirada en el principio de la corrección de un desequilibrio económico, la
jurisprudencia constitucional ha sido terminante al sentar la improcedencia de tal doctrina,
y así ha declarado el E Tribunal Constitucional, en sus sentencias de 31 de diciembre de
xcmo. 

2009 y 12 de agosto de 2010, en relación con el derecho de compensación económica,


que: "Su función no es compensar el desequilibrio material que pudo haberse producido
como consecuencia del divorcio ni tampoco restablecer la igualdad entre los cónyuges,
sino resarcir el menoscabo pecuniario que el cuidado de los hijos o del hogar produjo en
el cónyuge al impedirle desarrollar una actividad remunerada, en forma total o parcial"
(Tribunal Constitucional, 31 de diciembre de 2009, cons. 11º, Rol Nº 1423; Tribunal
Constitucional, 12 de agosto de 2010, cons. 11º, Rol Nº 1499). Esta acertada
jurisprudencia constitucional contribuye a alejar uno de los conceptos que más ha
perturbado la aplicación del régimen legal de la compensación económica que, a
diferencia de la originaria prestación compensatoria del derecho español, no se construye
sobre la categoría de "desequilibrio patrimonial" entre los cónyuges, sino sobre la del
"menoscabo", de manera que en el derecho chileno la compensación económica
procederá siempre que exista menoscabo económico, derivado del supuesto descrito en
este artículo 61, exista o no desequilibrio patrimonial entre los cónyuges a cuyo
matrimonio se pone término por divorcio o declaración de nulidad. En el último tiempo la
jurisprudencia de la E Corte Suprema ha tendido a uniformarse en torno a esta opinión,
xcma. 

que niega la relevancia del desequilibrio económico como criterio para determinar la
existencia del derecho a la compensación económica. Así, por ejemplo, se ha declarado:
"[E]sta Corte no comparte el criterio manifestado por los sentenciadores del grado, en
orden a considerar como fundamento de procedencia de la compensación económica la
reparación del desequilibrio patrimonial producido entre los cónyuges que se divorcian
disparidad cuya constatación puede ser útil como criterio de determinación de su cuantía,
pero no como su causa o principio" (C. Suprema, 29 de septiembre de 2016, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6900/2016, Rol Nº 58918-2016). 505. Noción de la
compensación económica como derecho de uno de los cónyuges y obligación
correlativa del otro. Si en un primer momento la doctrina y jurisprudencia se aproximaron
a la compensación económica con la pretensión de determinar cuál era su "naturaleza
jurídica", por suponer que de la precisión de ella se derivarían, necesariamente, sus
caracteres, posteriormente se ha consolidado la tendencia a entenderla, tal como se
prevé en su régimen legal, es decir, como un "derecho" de uno de los cónyuges frente a la
"obligación" correlativa del otro, cuyos presupuestos de hecho son los descritos en este
artículo 61 de la ley. El artículo 60 de la Ley Nº 19.947, situado en sede "De los efectos"
del divorcio, constituye el quicio sobre el cual descansa la concepción de la
"compensación económica" como un derecho. Su texto, el siguiente: "El divorcio pone fin
a las obligaciones y derechos de carácter patrimonial cuya titularidad y ejercicio se funda
en la existencia del matrimonio, como los derechos sucesorios recíprocos y el derecho de
alimentos, sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo 1 del capítulo siguiente". Ese "párrafo
1 del capítulo siguiente", al que se refiere la citada disposición, es el destinado al
tratamiento "De la compensación económica", es decir, en una primera lectura, lo que, en
definitiva, señala el legislador es lo siguiente: a) hay obligaciones y derechos de carácter
patrimonial cuya titularidad y ejercicio se funda en la existencia del matrimonio; b) dentro
de tales derechos se encuentran los derechos sucesorios recíprocos y el derecho de
alimentos; c) el divorcio, por regla general, pone fin a tales obligaciones y derechos, y
d) ese efecto del divorcio, no afecta a la compensación económica. Una segunda lectura
deja al descubierto que la excepción mencionada en la parte final del citado artículo 60 se
ha explicitado, en tanto que el legislador entiende que la compensación económica se
sitúa entre las obligaciones y derechos de carácter patrimonial, cuya titularidad y ejercicio
se funda en la existencia del matrimonio, y es por ese tal carácter de derecho, que el
artículo 61 de la misma ley lo describe desde la perspectiva de señalar que es "uno de los
cónyuges" el que, reuniendo las condiciones que prevé la ley, "tendrá derecho" a que "se
le compense [...]" y, en igual línea, se encarga el inciso 2º del artículo 64, de imponer al
juez, en ciertos casos, el deber de informar "a los cónyuges la existencia de este derecho
durante la audiencia preparatoria". Se tiene así una caracterización legal de la
"compensación económica" como un derecho de carácter patrimonial, cuya titularidad y
ejercicio se funda en la existencia del matrimonio, que permite exigir la compensación
económica a aquel cónyuge que, situado en el presupuesto descrito por el artículo 61 de
la Ley de Matrimonio Civil, del menoscabo económico que sufrió y que queda al
descubierto con la declaración de la nulidad o del divorcio. 505.1. La compensación
económica desde la perspectiva de que sea un derecho. La E Corte Suprema desde
xcma. 

una sentencia de 2007 ha seguido la vía de caracterizar a la compensación económica


desde la perspectiva de su categoría de "derecho". En efecto, en aquel año declaraba
que: "[L]a compensación económica consiste en el derecho que asiste a uno de los
cónyuges cuando por haberse dedicado al cuidado de los hijos o a las labores propias del
hogar no pudo durante el matrimonio desarrollar una actividad lucrativa, o lo hizo en
menor medida de lo que podía y quería, para que se le compense el menoscabo
económico que, producido el divorcio o la nulidad, sufrirá por ésta causa" (C. Suprema,
26 de junio de 2007, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/1216/2007, Rol Nº 1.912-2007).
Este considerando fue asumido literalmente en una serie de sentencias posteriores del
mismo tribunal (C. Suprema, 24 de marzo de 2008, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1877/2008, Rol Nº 53-2008; C. Suprema, 5 de mayo de 2008,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6730/2008, Rol Nº 1528-2008; C. Suprema, 5 de agosto
de 2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/2238/2008, Rol Nº 1528-2008; C. Suprema, 14
de diciembre de 2009, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/4725/2009, Rol Nº 7039-
2009; C. Suprema, 21 de abril de 2010, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/2713/2010, Rol
Nº 1090-2010; C. Suprema, 26 de abril de 2010, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5600/2010, Rol Nº 1303-2010), y también en varios fallos de
diversos tribunales de alzada (C. Apelaciones de Antofagasta, 5 de octubre de 2007,
cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6590/2007, Rol Nº 468-2007; C. Apelaciones de
Concepción, 5 de diciembre de 2008, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/5713/2008, Rol
Nº 2090-2008; C. Apelaciones de Santiago, 29 de julio de 2010, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8484/2010, Rol Nº 3425-2009; C. Apelaciones de Concepción, 4
de agosto de 2010, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/4581/2010, Rol Nº 208-2010). Desde
el año 2009 en adelante, la E Corte Suprema, junto con mantener la citada
xcma. 

caracterización de la compensación económica como un derecho, ha precedido al citado


considerando de una advertencia, dirigida a hacer constar que no existe una definición
legal de la compensación económica, pero que de varias de las disposiciones de la Ley
de Matrimonio Civil se desprende su naturaleza de derecho: "[S]i bien la actual Ley de
Matrimonio Civil no define ni determina la naturaleza jurídica de la compensación
económica, en su Capítulo VII, párrafo 1º, artículos 61 a 66, regula el régimen legal
aplicable, señalando los presupuestos que la hacen procedente, los factores a tener
presente para su avaluación y la forma como debe fijarse. Sin embargo, de las
disposiciones citadas, puede concluirse que la institución en estudio consiste en el
derecho que asiste a uno de los cónyuges cuando por haberse dedicado al cuidado de los
hijos o a las labores propias del hogar no pudo durante el matrimonio desarrollar una
actividad lucrativa, o lo hizo en menor medida de lo que podía y quería, para que se le
compense el menoscabo económico que, producido el divorcio o la nulidad, sufrirá
por esta causa" (C. Suprema, 7 de julio de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/10002/2009, Rol Nº 1370-2009). Este considerando, al igual que
en el caso anterior, se ha reproducido literalmente en sentencias posteriores del mismo
tribunal (C. Suprema, 12 de noviembre de 2009, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3354/2009, Rol Nº 7033-2009; C. Suprema, 23 de febrero de
2010, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/16771/2010, Rol Nº 867-2010; C. Suprema, 21 de
junio de 2010, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/16809/2010, Rol Nº 578-
2010; C. Suprema, 29 de julio de 2010, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/11903/2010, Rol
Nº 2971-2010; C. Suprema, 13 de diciembre de 2010, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/12008/2010, Rol Nº 5765-2010; C. Suprema, 27 de febrero de
2012, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/462/2012, Rol Nº 10403-2011; C. Suprema, 16 de
octubre de 2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7489/2014, Rol Nº 7548-2014).
También ha sido asumido literalmente en las sentencias de algún tribunal de alzada
(C. Apelaciones de La Serena, 21 de enero de 2011, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/870/2011, Rol Nº 199-2010). En el último tiempo la E Corte xcma. 

Suprema destaca el carácter de crédito que asume la compensación económica: "En


definitiva, es un crédito que nace una vez verificada la ruptura matrimonial, por nulidad o
divorcio, a condición [de] que concurran ciertas condiciones que el legislador ha
establecido y que deberá calificar el juez" (C. Suprema, sent. reemplazo 21 de junio de
2018, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/3071/2018, Rol Nº 39439-2017). 505.2. La
compensación económica desde la perspectiva de que sea una obligación. Como
consecuencia de la caracterización de la compensación económica como un derecho para
uno de los cónyuges, aparece su otra cara, en cuanto que se muestra una obligación
correlativa para el otro cónyuge. La jurisprudencia, igualmente, ha asumido esta mirada.
Así, por ejemplo, la I Corte de Apelaciones de Concepción ha declarado que: "La
lma. 

compensación económica representa una obligación impuesta por la ley al cónyuge


deudor a favor del cónyuge beneficiario y que tiene por objeto corregir el desequilibrio o
disparidad económica que se produce con la terminación del matrimonio por su
dedicación exclusiva o preferente por la familia" (C. Apelaciones de Concepción, 23 de
junio de 2009, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/8355/2009, Rol Nº 174-2009), opinión
ésta que debe entenderse con la salvedad de su referencia a la noción de "desequilibrio o
disparidad económica". En la misma línea se ha situado la jurisprudencia del E Tribunal
xcmo. 

Constitucional. En un primer momento de una manera genérica en sus sentencias de 31


de diciembre de 2009 y 12 de agosto de 2010. En ellas reconocía que la compensación
económica no era mmás que un deber de un cónyuge respecto del otro: "La dedicación de
uno de los cónyuges a los hijos y al hogar no configura para el otro cónyuge que no hace
lo mismo en igual medida una conducta ilícita que requiera dolo y de la cual derive una
sanción de orden penal, ni tampoco una multa a todo evento y preestablecida, sino sólo
un deber más de un cónyuge a favor del otro" (Tribunal Constitucional, 31 de noviembre
de 2009, cons. 11º, Rol Nº 1423; Tribunal Constitucional, 31 de diciembre de 2009, cons.
11º, Rol Nº 1490; Tribunal Constitucional, 12 de agosto de 2010, cons. 11º, Rol Nº 1499).
Desde una sentencia de 26 de septiembre de 2012, el mismo Tribunal, a la luz de una
serie de opiniones de los autores, declaró abiertamente que la compensación económica
constituía una obligación que, examinada a la luz de las causas de las obligaciones que
se señalan en el artículo 1437 del Código Civil, hallaba su causa en la ley: "[E]s indudable
que la fuente de esta obligación civil de compensación económica postmatrimonial es —
en los términos del artículo 1437 del Código Civil— la ley, directamente, y no el contrato.
Acerca de ello, existe unánime convergencia en la doctrina de los juristas. Estos últimos
mantienen diferencias acerca de cuántas son las causales legales de compensación
económica y también acerca de cuál es el fundamento jurídico último o naturaleza
material de la misma. Pero no difieren —insistimos— en que se trata de una obligación
legal" (Tribunal Constitucional, 27 de septiembre de 2012, cons. 8º, Rol Nº 2102-11- Ina).
Ha reiterado esta opinión, con referencia expresa al considerando que qued citado en
sentencia posterior: "Que, conforme lo ha expresado esta sede constitucional, la fuente de
la obligación civil de compensación económica post matrimonial es —en los términos del
artículo 1437 del Código Civil— la ley y no el contrato. Sobre el punto existe consenso
unánime en la doctrina, que sólo discrepa acerca de las causales legales de
compensación económica o su fundamento jurídico último, pero no respecto de su
naturaleza legal (STC Rol Nº 2102/11, de 27 de septiembre de 2012, considerando 8º)"
(Tribunal Constitucional, 21 de noviembre de 2013, cons. 10º, Rol Nº 2265-12-
Ina). 506. De la compensación económica como derecho matrimonial de carácter
patrimonial y de la aplicación extendida de su regulación y determinación al
acuerdo de unión civil. El derecho de compensación económica y su obligación
correlativa, pertenece al género de los derechos personales o créditos, y tiene unos
caracteres propios. La Ley de Matrimonio Civil le asignó los siguientes: a) el de un
derecho matrimonial, entendido así en la medida en que su titularidad y ejercicio se funda
en la existencia del matrimonio (art. 60 de la Lmc), y b) el de un derecho de carácter
patrimonial dentro de los citados derechos matrimoniales (art. 60 de la Lmc). En este
sentido el E Tribunal Constitucional ha declarado que: "[E]s claro que la compensación
xcmo. 

económica matrimonial es una obligación legal de alcance patrimonial, fundada en


relaciones de familia basadas en precedente matrimonio terminado por divorcio" (Tribunal
Constitucional, 27 de septiembre de 2012, cons. 22º, Rol Nº 2102-11- Ina). Esa originaria
caracterización se mantiene, a pesar de las innovaciones introducidas por la Ley
Nº 20.830, que crea el acuerdo de unión civil. En efecto, esta ley, en el inciso 1º de su
artículo 27 consagró la existencia de un derecho a compensación del menoscabo
económico experimentado por el conviviente civil, cuando: "[C]omo consecuencia de
haberse dedicado al cuidado de los hijos o a las labores propias del hogar común, uno de
los convivientes civiles no pudo desarrollar una actividad remunerada o lucrativa durante
la vigencia del acuerdo de unión civil, o lo hizo en menor medida de lo que podía y quería,
tendrá derecho a que, cuando se produzca el término del acuerdo por las causales
señaladas en las letras d), e) y f) del artículo precedente, se le compense el menoscabo
económico sufrido por esta causa". Este derecho de compensación que, como se aprecia
claramente, se ha estructurado a imagen del previsto en este artículo 61 de laLey
Nº 19.947, por mandato del inciso 2º del citado artículo 27 de la ley de acuerdo de unión
civil: "se regulará y determinará en la forma prevista en los artículos 62 a 66 de la Ley
Nº 19.947". Lo anterior significa que, formalmente, la nueva ley no hizo extensivo el
derecho de compensación económica del artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil al
acuerdo de unión civil, sino que reconoció un derecho diferente para este último acuerdo,
pero sí que le hizo aplicable el régimen del derecho de compensación económica
matrimonial en cuanto a su regulación y determinación. De este modo, el derecho de
compensación económica consagrado en este artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil se
mantiene como un derecho de carácter matrimonial, en cuanto que su causa es,
precisamente, el matrimonio: 506.1. De la compensación económica del artículo 61 de
la Ley Nº 19.947 como un derecho matrimonial: su carácter de derecho matrimonial,
sitúa al derecho de compensación económica y a su obligación correlativa en sede
familiar, es decir, se trata en definitiva, de un derecho personal u obligación propio de la
familia matrimonial, así como también lo son, por ejemplo, los derechos y obligaciones
que existen entre los padres e hijos sujetos a patria potestad (art. 1437 del CC) o entre los
guardadores y sus pupilos; 506.2. De la compensación económica del artículo 61 de
la Ley Nº 19.947 como un derecho de contenido patrimonial: dentro del amplio campo
de los derechos y obligaciones de familia, la compensación económica se sitúa al interior
de los derechos y obligaciones matrimoniales y, dentro de aquéllos, en el específico
campo de los de carácter patrimonial, al igual que los derechos sucesorios recíprocos y el
derecho de alimentos (art. 60 de la Lmc). Así aparece diferenciado de aquellos otros
derechos y obligaciones matrimoniales que tienen un carácter personal (como opuesto a
patrimonial) y que son aquéllos de los que se ocupa, preferentemente, el Código Civil en
diversos artículos de su título de las "Obligaciones y derechos entre los cónyuges", entre
los que se encuentran las obligaciones de guardarse fe, de socorrerse y ayudarse
mutuamente en todas las circunstancias de la vida (art. 131 del CC) y el derecho y deber
de vivir en el hogar común (art. 133 del CC). 507. De la compensación económica
como derecho matrimonial de carácter patrimonial y de la exclusión de su
procedencia en las uniones de hecho. En el campo propio de los derechos y
obligaciones de familia, la compensación económica es un derecho matrimonial, en
cuanto que su "titularidad y ejercicio se funda en la existencia del matrimonio" (art. 60 de
la Lmc). Ello implica, necesaria y naturalmente, que no hay tal derecho cuando no hay
matrimonio, de lo que se siguen algunas consecuencias de interés. Entre ellas, en el
estado actual del derecho chileno está zanjada legalmente la eventual discusión sobre la
procedencia o no del derecho de compensación económica en las "uniones de hecho",
pues como ellas no son matrimonio, no pueden dar origen al derecho de compensación
económica y su obligación correlativa que, por imperativo legal, es un derecho que
presupone la existencia de un matrimonio. En ese sentido se ha pronunciado,
recientemente, la jurisprudencia y, así, la E Corte Suprema ha declarado, para confirmar
xcma. 

una sentencia en que se reconoció a una persona que había mantenido una unión de
hecho con otra, el derecho a una cierta prestación económica, fundada en la equidad, que
tal prestación, en ningún caso correspondía a la compensación económica reconocida en
el artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil: "Los yerros que en este acápite denuncia el
arbitrio deben ser descartados, en primer término, porque la institución que regula la Ley
de Matrimonio Civil, no es aquella a la que los sentenciadores han acudido para la
resolución del conflicto, desde que resulta inconcuso que no ha existido matrimonio que
anular o respecto del cual se haya dictado sentencia de divorcio" (C. Suprema, 7 de
marzo de 2012, cons. 16º, LegalPublishing: Cl/Jur/517/2012, Rol Nº 337-2011). Ha
precisado, además, que: "Dentro del contexto que se planteó la controversia, resulta
palmario que la pretensión de la actora se ha fundado en la aplicación de la equidad al
caso concreto, puesto que a su juicio, y no obstante no existir norma legal que así lo
defina, es acreedora, entre otros, del derecho a ser compensada económicamente por el
deterioro de sus posibilidades de ejercer una actividad lucrativa, en atención a la
dedicación que debió emplear en el cuidado de su conviviente, derecho que dice le asiste,
no por aplicación directa de las disposiciones que la legislación positiva contempla sobre
la materia, particularmente en el artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil, sino porque
dicha norma confrontada con la situación fáctica que a su respecto concurre, logra
identidad en el sustrato que permite su razón de ser" (C. Suprema, 7 de marzo de 2012,
cons. 21º, LegalPublishing: Cl/Jur/517/2012, Rol Nº 337-2011). Nada de lo que se lleva
dicho ha resultado alterado como consecuencia de la promulgación de la Ley Nº 20.830,
que crea el acuerdo de unión civil. En efecto, esta ley no regula las uniones de hecho,
sino que un específico y muy concreto contrato, que genera determinados derechos y
obligaciones entre quienes lo acuerdan. De este modo, aquellas personas que, como
hasta ahora, no celebren un matrimonio ni convengan un acuerdo de unión civil, y
convivan con ciertos caracteres de afectividad, permanencia, notoriedad, etc., continúan
en la límbica situación de una "unión de hecho", carente, por regla general, de régimen
legal, y sujeta a la disciplina que la jurisprudencia se ha ocupado en consolidar a lo largo
del tiempo. Así: a) la compensación económica del artículo 61 de laLey Nº 19.947
presupone la existencia de matrimonio; y b) la compensación económica del artículo 27
de la Ley Nº 20.830 presupone la existencia de un acuerdo de unión civil. 508. De la
compensación económica como derecho sujeto a caducidad. De la disciplina legal
del derecho de compensación económica se desprende que es un derecho sujeto a
caducidad o a la preclusión de la acción para reclamarlo, es decir, se trata de un derecho
que se extingue por el solo ministerio de la ley al no cumplirse las exigencias impuestas a
su titular para hacerlo efectivo, en concreto, por no ejercerlo en los precisos momentos
procesales que prevé la ley. Ello es así, porque, los momentos para exigir el derecho de
compensación económica son, de acuerdo con las reglas fijadas en los incisos 2º y 3º del
artículo 64 de la Ley Nº 19.947: a) la demanda de nulidad o divorcio; b) en escrito
complementario de la demanda, y c) en la reconvención por parte de la demandada. En
ese sentido se ha declarado que: "Sobre el particular el profesor Pablo Rodríguez Grez,
en artículo publicado en la Revista de la Universidad del Desarrollo Actualidad
Jurídica, Nº 20, julio 2009, Tomo I, páginas 365 y siguientes, denominado "Ley de
Matrimonio Civil: interpretación, efectos e insuficiencia", señala que 'La compensación
económica del artículo 61 de la LMC es un derecho sujeto a caducidad (extinción por el
solo ministerio de la ley al no cumplirse las exigencias impuestas a su titular para hacerla
efectiva). Puede afirmarse que pesa sobre el titular de este derecho una "carga que
consiste en hacerlo valer en la oportunidad que corresponde'" (C. Apelaciones de
Concepción, 10 de noviembre de 2010, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/12369/2010,
Rol Nº 295-2010). La regla del inciso 2º del artículo 64 de la Ley de Matrimonio Civil
prevé, en cuanto a la compensación económica, que: "Si no se solicitare en la demanda,
el juez informará a los cónyuges la existencia de este derecho durante la audiencia
preparatoria", y ella resulta inconciliable con la literalidad del artículo 58 de la Ley de
Tribunales de Familia: "El demandado deberá contestar la demanda por escrito, con al
menos cinco días de anticipación a la fecha de realización de la audiencia preparatoria. Si
desea reconvenir, deberá hacerlo de la misma forma, conjuntamente con la contestación
de la demanda [...]", es decir, la demandada debe contestar por escrito a la demanda y
reconvenir con anterioridad a la audiencia preparatoria que es, precisamente, el momento
en el que la ley dispone que el juez le informará de su derecho a exigir compensación
económica, pero como esto sólo puede realizarlo en la contestación a la demanda o en la
reconvención, su derecho ya habría precluido. La E Corte Suprema se ha hecho cargo
xcma. 

de la citada antinomia legal y, acertadamente, ha hecho primar lo principios que informan


el derecho de compensación económica por sobre la literalidad del texto de la Ley de
Tribunales de Familia y, así, en sentencia de 23 de mayo de 2011, ha declarado: "Que la
resolución del conflicto debe buscarse atendiendo a los principios que informan el derecho
y el procedimiento de Familia y, en este sentido, cabe considerar lo dispuesto por el
artículo 9º de la Ley Nº 19.968, que hace aplicables en la especie la oralidad,
concentración, desformalización, inmediatez, actuación de oficio y búsqueda de
soluciones colaborativas. Así, si el legislador ha establecido expresamente la obligación
del juez del grado de informar a la demandada sobre la existencia del derecho a
compensación económica, permitiéndole incluso la posibilidad de hacerlo a través de
reconvención oral, —en la audiencia preparatoria— no puede desconocerse la especial
preocupación e interés de la ley de brindar la debida protección procesal a aquella parte
más débil de la relación matrimonial de cuya terminación se trata" (C. Suprema, 23 de
mayo de 2011, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9347/2011, Rol Nº 1413-2011), y "Que
de lo razonado se desprende que la correcta aplicación e interpretación de las normas
citadas, impone conciliar aquella finalidad de especial protección, que permite hacer
efectivo el derecho a impetrar o reclamar la compensación económica por sobre aquella
otra que, haciendo extensivas exigencias previstas en normas procesales generales, no lo
permite" (C. Suprema, 23 de mayo de 2011, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/9347/2011,
Rol Nº 1413-2011). Por esas razones anuló todo lo obrado en un procedimiento en el que
se había considerado precluido el derecho de la demandada a exigir la compensación
económica, al interpretar literalmente el referido artículo 58 de la Ley de Tribunales de
Familia: "Que en esta línea de razonamiento, la tramitación dada por el juez a quo a la
demanda reconvencional no condice con el criterio antes destacado, ya que ha hecho
regir el mandato general contenido en la norma del artículo 58 de la Ley Nº 19.968, aun
cuando ello determinara la omisión en el cumplimiento del propio deber de informar a la
parte del derecho en cuestión, sin adoptar ninguna medida —como las que contempla el
ordenamiento jurídico— que permitiera arribar a una solución distinta, que no significara
privación de derecho para la afectada [...] Que, así las cosas, la decisión de no permitir la
materialización del derecho a reclamar compensación económica, no obstante haber
manifestado la demandada su intención de hacerlo, al ser informada en este sentido por
el tribunal, desconoce el legítimo derecho de la parte de ejercer una acción y a que ésta
sea conocida y resuelta por el tribunal previsto por el ordenamiento jurídico, todo lo cual
afecta el debido curso del proceso" (C. Suprema, 23 de mayo de 2011, cons. 8º y 9º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9347/2011, Rol Nº 1413-2011). 509. De la compensación
económica como derecho renunciable. El carácter patrimonial del derecho de
compensación económica lo sitúa fuera de la esfera de aquellos derechos matrimoniales
de carácter irrenunciable y también fuera de la irrenunciabilidad declarada para el derecho
de alimentos, precisamente, porque es diverso de éste y no tiene caracteres asistenciales.
La jurisprudencia ha mantenido esta opinión cada vez que le ha tocado pronunciarse
sobre cuestiones ligadas a ella. Se ha reconocido, así, que: "La compensación económica
tiene un carácter patrimonial, que admite incluso la renuncia de las partes a ella"
(C. Apelaciones de San Miguel, 6 de septiembre de 2007, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5507/2007, Rol Nº 1286-2007). Incluso se ha entendido que se
presume que se renuncia a demandar este derecho cuando no se lo ejercita en las
oportunidades procesales previstas: "Si no se solicitare en la demanda, el juez informará a
los cónyuges la existencia de este derecho durante la audiencia de conciliación", lo que
implica que pesa sobre el Juez de Familia el deber de comunicarle a los cónyuges cual es
el significado de la institución de la Compensación Económica, esto es, darles a conocer
los derechos que les asisten en el juicio de divorcio al efecto, deber que, como se ha
visto, fue cabalmente cumplido por el juez a quo. Precisado ello y constando
fehacientemente que la parte apelante fue, oportuna y personalmente, notificada de la
nueva audiencia donde podría hacer uso del derecho a demandar compensación
económica, ella no concurrió a dicha audiencia y tampoco instruyó a sus representantes al
efecto, de lo que no puede menos que presumirse que, debidamente informada, decidió
no ejercer tal derecho" (C. Apelaciones de Arica, 5 de agosto de 2008, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5352/2008, Rol Nº 390-2008). 510. De los caracteres de los que
carece el derecho de compensación económica. Tras una viva discusión, se han
consolidado una serie de opiniones en la doctrina y jurisprudencia, en cuanto a descartar
determinados caracteres que, en algún momento, se habían atribuido a la compensación
económica. Entre ellos, los siguientes: 510.1. El derecho de compensación económica
no tiene carácter alimenticio: El carácter no alimenticio del derecho de compensación
económica se definió con claridad durante la tramitación de la Ley Nº 19.947, y la
jurisprudencia ha tendido a uniformarse en el mismo sentido. Así se ha declarado que:
"Desde ya, se estima dejar establecido que la compensación económica no son
alimentos, sólo se le asimila a ellos para los efectos del cumplimiento de su pago, al tenor
de lo señalado en el inciso final del artículo 66 de la Ley de Matrimonio Civil"
(C. Apelaciones de Santiago, 12 de marzo de 2007, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5078/2007, Rol Nº 1576-2006), y que: "No puede confundirse una
compensación económica derivada del término del matrimonio con una pensión
alimenticia, por lo que si bien el demandado reconvencional paga una importante cantidad
por este último concepto, ella no es óbice para fijar una compensación económica de
acuerdo con el menoscabo que efectivamente sufrió la demandante reconvencional"
(C. Apelaciones de Concepción, 20 de octubre de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5656/2008, Rol Nº 2499-2007). Por esta misma razón, se ha
advertido que: "No resulta pertinente fundar la petición en que el divorcio importa la
pérdida de la pensión de alimentos que percibe, puesto que ello es sólo legal y lógica
consecuencia del término de la relación conyugal" (C. Apelaciones de Santiago, 4 de
diciembre de 2007, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/3616/2007, Rol Nº 2732-2006,
conf. C. Suprema, 10 de marzo de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/5075/2008, Rol Nº 554-
2008). Sin perjuicio de lo que se lleva dicho, el E Tribunal Constitucional en su sentencia
xcmo. 

de 27 de diciembre de 2012, realizó una serie de consideraciones, caracterizadas por su


confusión y contradictoriedad. En ellas asumía que la compensación económica no tenía
una naturaleza exclusivamente alimenticia, pero que sí tenía una naturaleza asistencia
para ciertos efectos: "[S]i bien la compensación económica no tiene una exclusiva
naturaleza alimentaria, exhibe sin embargo múltiples características y elementos de los
alimentos y, en todo caso, una naturaleza asistencial para ciertos efectos. En efecto, se
aleja de la naturaleza alimentaria, en cuanto si bien se funda en el matrimonio, no se
sostiene permanentemente en él porque cuando se aplica, la calidad de cónyuges ha
desaparecido. La perspectiva de los alimentos es principalmente hacia la mantención
futura del alimentario, a diferencia de la compensación que atiende hacia el pasado,
manifestado en el presente y proyectado hacia el futuro, para corregir un menoscabo
equitativamente. Además, la compensación debe pagarse en principio de una sola vez o
en un corto plazo, para resolver el conflicto matrimonial, a diferencia de los alimentos, que
son periódicos y por un prolongado tiempo, mientras se mantengan las circunstancias de
estado de necesidad, vínculo de familia y capacidad económica del alimentante. Por
último, la compensación se fija definitivamente por una sola vez y no está sujeta a
modificación o variación, a diferencia de los alimentos que son provisionales" (Tribunal
Constitucional, 27 de septiembre de 2012, cons. 15º, Rol Nº 2102-11- Ina). Este
considerando se contradecía con el 17º y con el 18º de la misma sentencia, en los que se
resumía la discusión parlamentaria, de la que consta que la compensación económica
carece de naturaleza alimenticia. Aquella escasa claridad y confusión se ha remedidado
casi totalmente en la sentencia del mismo tribunal, de 21 de noviembre de 2013, en la
que, refiriéndose al fallo de 2012, se hace una remisión sólo a su considerando 17º para
declarar: "Que, no obstante compartir con ellos su carácter asistencial, el instituto de la
compensación económica no se identifica con el derecho de alimentos, con el cual
registra algunas diferencias, entre las cuales que se fija definitivamente de una sola vez,
sin estar sujeto a modificación o variación. En contraste, los alimentos están expuestos a
variación, en función de la situación del alimentante (considerando 15º de la sentencia
antes relacionada). Tal comprensión se confirma con la confrontación de la historia
fidedigna de la Ley Nº 19.947 y sus antecedentes en el Derecho Comparado, sobre lo que
abunda la reflexión 17ª del fallo aludido" (Tribunal Constitucional, 21 de noviembre de
2013, cons. 11º, Rol Nº 2265-12-Ina). 510.2. El derecho de compensación económica
no tiene carácter asistencial: En coherencia con la opinión anterior, también se ha
destacado que el derecho de compensación económica carece de un carácter asistencial.
Así se ha declarado que: "La circunstancia que la compensación económica no tenga,
como erradamente lo dice el recurrente, un carácter asistencial y alimenticio, puesto que
no tiene por finalidad conceder alimentos a uno de los cónyuges, sino resarcir el
menoscabo económico sufrido por uno de ellos y tan solo por alguno de los motivos que
indica el artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil" (C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de
agosto de 2010, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/16861/2010, Rol Nº 368-2010). La
E Corte Suprema al confirmar esta sentencia ha reafirmado: "Que en lo concerniente a
xcma. 

las alegaciones que formula también el recurrente en relación al carácter alimenticio que
la ley asigna a la cuota en que se ha fijado la compensación económica, lo es sólo para
efectos de su cumplimiento, de modo que no es posible atribuirle otros más allá de lo
dispuesto por el legislador, por lo demás la intransmisibilidad de la obligación alimenticia
está referida a los alimentos futuros, precisamente por su naturaleza asistencial, puesto
que falleciendo el alimentario o beneficiario de los mismos, desaparece el estado de
necesidad que se pretende remediar" (C. Suprema, 28 de diciembre de 2010, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/16860/2010, Rol Nº 6602-2010). El E Tribunal Constitucional en
xcmo. 
su confusa sentencia de 27 de septiembre de 2012, razonaba sobre un pretendido
carácter asistencial de la compensación económica, para ciertos efectos, y lo hacía
fundado en una equivocada comprensión de la institución: "Que, sin embargo, los puntos
de cercanía o coincidencia entre la compensación postmatrimonial y los alimentos son
también relevantes, lo que no hace en absoluto artificial su asimilación legal y
jurisprudencial para ciertos efectos. Así, es indudable que si bien el menoscabo que se
compensa está causado inmediatamente por el divorcio, y reconoce como causa remota o
basal el tipo de roles sociales sexuales con los que se vinculó la pareja durante la
vigencia del matrimonio, es clarísimo que todo ello puede repercutir en un verdadero
estado de necesidad del cónyuge débil en el proceso de divorcio, entendiendo por tal
aquel que está en peores condiciones económicas, de salud, previsionales, profesionales
y análogas, para afrontar su vida futura de modo autónomo, sobre todo si le corresponde
el cuidado de los hijos menores, manteniendo su forma de vida en lo socioeconómico. Por
ende, la compensación será una suerte de expresión final del deber de socorro y auxilio
mutuo que debió cumplirse entre los cónyuges, antes de materializar el divorcio, de modo
que aún hasta ese momento la obligación se sostiene en el matrimonio, aunque se pague
efectivamente después. Sin duda, tiene también que ver con la mantención futura del
cónyuge débil, al menos por un período limitado, lo que le da un alcance alimentario o al
menos asistencial, indesmentible. Si, además, para favorecer al deudor —nótese—, la
compensación se fija en cuotas por un cierto plazo, la semejanza es mayor aún. Todavía
más, alguna relevante doctrina discute que las cuotas de la compensación no puedan
modificarse, ya que se sostiene que al asimilarse a los alimentos para efectos de su
cobro, en una lectura amplia de la norma, el juez podría variar el monto de las cuotas
(Vidal Olivares. Revista Chilena de Derecho Privado. UDP. Nº 12. Julio 2009,
p. 92). (Tribunal Constitucional, 27 de septiembre de 2012, cons. 15º, Rol Nº 2102-
11- Ina). Este considerando, que también se contradecía con lo razonado en su
considerando 17º, fue obviado en la sentencia del mismo tribunal de 21 de noviembre de
2013, que queda citado en el número anterior (Tribunal Constitucional, 21 de noviembre
de 2013, cons. 11º, Rol Nº 2265-12-Ina). 510.3. La compensación económica no tiene
carácter punitivo: La jurisprudencia constitucional ha aclarado, correctamente, que, en
ningún caso, puede concebirse que la compensación económica tenga el carácter de una
sanción: "Debe precisarse que esta reparación económica no tiene carácter punitivo [...]
La dedicación de uno de los cónyuges a los hijos y al hogar no configura para el otro
cónyuge que no hace lo mismo en igual medida una conducta ilícita que requiera dolo y
de la cual derive una sanción de orden penal, ni tampoco una multa a todo evento y
preestablecida, sino sólo un deber más de un cónyuge a favor del otro" (Tribunal
Constitucional, 31 de diciembre de 2009, cons. 11º, Rol Nº 1423; Tribunal Constitucional,
31 de diciembre de 2009, cons. 11º, Rol Nº 1424; Tribunal Constitucional, 31 de
diciembre de 2009, cons. 11º, Rol Nº 1490; Tribunal Constitucional, 12 de agosto de
2010, cons. 11º, Rol Nº 1499); 510.4. La compensación económica no tiene carácter
indemnizatorio: La cuestión referida al eventual carácter indemnizatorio de la
compensación económica ha sido de las más frecuentes en la doctrina y la jurisprudencia.
La opinión que se mantenga sobre esta cuestión depende, directamente, de lo que se
entienda por "menoscabo económico", de modo que cuando a éste se lo asimila, de algún
modo, a la categoría de "daño" se tiende a atribuir a la compensación económica un cierto
carácter indemnizatorio, como se verá párrafos abajo, sin perjuicio de lo cual se anticipa
aquí que el "menoscabo económico" no asume la naturaleza jurídica de un "daño
indemnizable" sino, más bien, la de una cierta "carencia" que debe ser compensada y que
es la que le otorga su singularidad frente al régimen de la responsabilidad civil clásica, por
lo que me he apartado de la opinión que defendiera inicialmente. En este sentido, alguna
jurisprudencia ha precisado que la compensación económica no presenta los caracteres
de la responsabilidad civil: "Los autores que han examinado en Chile este nuevo instituto
legal han discutido si puede dársele un carácter indemnizatorio y todos llegan a sostener
que no la tiene plenamente, porque no se trata de una responsabilidad civil y tanto así que
no exige culpa del demandado. Pero es lo cierto que debe distinguirse una indemnización
de una compensación. Se trata de una forma de resarcimiento de un cierto daño, es decir,
de una cierta pérdida producida al cónyuge beneficiario por el hecho de haber dedicado el
esfuerzo de vida al cuidado de los hijos o a las tareas del hogar común y que ha
impedido, por lo mismo, una vida de trabajo con resultado económico y que permita así
enfrentar la vida futura una vez producida la extinción del matrimonio" (C. Apelaciones de
Punta Arenas, 9 de febrero de 2009, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/5926/2009, Rol
Nº 307-2008). 511. De la estructura del supuesto que origina el derecho de
compensación económica. El derecho de compensación económica reposa sobre un
supuesto de hecho que, de presentarse, es el que le da origen y que se encuentra
descrito en este artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil. Así como el derecho de
alimentos descansa en una cierta causa legal o título, que puede ser la ley o la
convención, y requiere para que pueda ser exigido de un cierto presupuesto de hecho,
que consiste en la situación o estado de necesidad del alimentario, el derecho de
compensación económica requiere, también, de una causa, que puede serlo la ley o la
convención y, en el caso en que su causa es la ley, exige, igualmente, un cierto
presupuesto de hecho para que pueda ser reclamado, y que presenta una estructura
compleja. La ley, en definitiva, lo que hace en el artículo 61 es señalar cuándo un cónyuge
tendrá este "derecho" a que "se le compense", y esa pregunta la aborda en las siguientes
dos perspectivas: a) En el plano temporal: es decir, en qué momento el cónyuge tendrá
derecho a que se le compense, y su respuesta es clara: "cuando se produzca el divorcio o
se declare la nulidad del matrimonio"; b) En el plano de los hechos: esto es, precisa la ley
qué hecho debe haberse producido para que el cónyuge tenga ese derecho a que se le
compense y, a pesar de su redacción, la respuesta también es clara: Cuando se haya
producido para el cónyuge el hecho de haber "sufrido" un "menoscabo
económico". 512. El menoscabo económico como único supuesto de hecho del
derecho de compensación económica. El "menoscabo económico sufrido" aparece
como un hecho de estructura compleja y por ello la ley precisa que el "único menoscabo
económico sufrido" que origina el derecho a su compensación es el que aparezca como
efecto de la concurrencia de dos causas concretas: 1ª) cuando su "causa" próxima o
inmediata sea, precisamente, la consistente en que "se produzca el divorcio o se declare
la nulidad del matrimonio" ("por esta causa"), y 2ª) cuando tenga por "causa" remota o
mediata, es decir, sea la "consecuencia" de una determinada situación de hecho que:
a) debe haberse producido "durante el matrimonio", y b) debe haber consistido en que
"uno de los cónyuges" se dedicó "al cuidado de los hijos o a las labores propias del hogar
común" y que este hecho haya generado a dicho cónyuge una de las dos siguientes
consecuencias: i) no haber podido "desarrollar una actividad remunerada o lucrativa
durante el matrimonio", o ii) haberlo hecho "en menor medida de lo que podía y quería". El
examen anterior hace aparecer, con claridad, que es el "menoscabo económico sufrido" el
hecho que origina que uno de los cónyuges se sitúe como titular del derecho de
compensación económica, cuya causa o "título" es la ley y, por lo tanto, el "menoscabo
económico" se sitúa como el único presupuesto de hecho, o "requisito" para que el
cónyuge tenga derecho a su compensación. 513. Del menoscabo económico. El
"menoscabo económico sufrido" se presenta como el único supuesto de hecho que
origina el derecho a su compensación, circunstancia esta que no ha sido advertida, por
regla general, ni por la doctrina ni por la jurisprudencia, aunque últimamente se ha
destacado que "es elemento central de la compensación económica", o que es "requisito
esencial" para su procedencia, y así es frecuente que, en una óptica tradicional, se
entienda que la compensación económica exige la concurrencia de una serie de
"requisitos" o que se integra por varios "elementos" que, en verdad, no son requisitos de
ella, sino que forman parte de la estructura compleja del hecho en el que consiste el
"menoscabo económico sufrido". Lo único que debe acreditar un cónyuge para exigir el
derecho de compensación económica es: que ha sufrido un menoscabo económico, en
los términos descritos por el artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil, complementados,
en cuanto a la existencia del menoscabo, por su artículo 62. De ahí que resulte
imprescindible determinar en qué consiste el menoscabo económico, cuya estructura
compleja queda descrita en el número anterior. Es el carácter matrimonial del derecho de
compensación económica el que, al situarlo en sede de derechos de familia, impide, por
una parte, que la categoría de "menoscabo económico" sea, ligeramente, identificada con
las nociones de "daño" o "perjuicios" en sede de responsabilidad contractual o
extracontractual, y exige, por otra, que sea delimitado en el ámbito propio del derecho
matrimonial y en el más amplio campo del derecho de las personas en sede familiar, pues
constituye una categoría propia de aquél y al interior de éste. El menoscabo económico se
presenta como una categoría que da cuenta de una cierta situación de hecho que queda
de manifiesto por causa de la declaración del divorcio o de la nulidad (arts. 61, 62, 55 inc.
3º de la Lmc), o por causa de la declaración de la separación judicial (arts. 27 inc. 2º y 31
de la Lmc). En efecto, el "menoscabo económico", que queda al descubierto al verificarse
su causa legal próxima, se revela como una cierta carencia, cuya causa está en el
pasado, que se revela en el presente y cuyos efectos se proyectarán en el futuro. El
término del matrimonio por divorcio o nulidad, o el término de la vida en común por la
separación judicial operan como causa legal próxima del "menoscabo económico" de uno
de los cónyuges, en cuanto que es esa causa la que revela una cierta carencia, que hasta
ese momento permanecía oculta bajo el velo de la existencia del matrimonio o del
mantenimiento de la vida en común. El "menoscabo económico sufrido", como
presupuesto de hecho que origina el derecho de compensación, tiene, según lo dicho, una
causa próxima y una causa remota, la primera, legalmente, precisada en el artículo 61 de
la Ley de Matrimonio Civil, y la segunda, en el mismo artículo y en el 63. 514. De la causa
próxima del menoscabo económico. La causa próxima del "menoscabo económico
sufrido" está limitada, según el artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil a la declaración
del divorcio o de la nulidad, pues, precisamente, cuando se produce alguna de estas dos
declaraciones queda al descubierto la carencia que afecta a alguno de los cónyuges y
que, hasta ese momento, permanecía oculta porque la disciplina matrimonial contribuía a
que, en principio, no resultara relevante para el cónyuge que la sufría. La jurisprudencia
ha comenzado a entender del modo que queda referido a esta causa legal del menoscabo
económico. Así, la E Corte Suprema ha declarado que: "Este detrimento se torna
xcma. 

relevante al terminar el matrimonio, con la declaración de nulidad o de divorcio, pues con


ello finalizan una serie de obligaciones y deberes que compensaban de alguna manera
este desequilibrio durante la vigencia del mismo" (C. Suprema, 7 de julio de 2009, cons.
6º, LegalPublishing: Cl/Jur/10002/2009, Rol Nº 1370-2009). En igual sentido ha
destacado que el menoscabo económico se manifiesta al concluir el vínculo matrimonial:
"[E]ste presupuesto aparece ligado al empobrecimiento de uno de los cónyuges producto
de las circunstancias antes descritas y que se manifiesta al concluir el vínculo matrimonial
y se traduce en la disparidad económica de éstos y en la carencia de medios del cónyuge
beneficiario para enfrentar su vida separada" (C. Suprema, 16 de octubre de 2014, cons.
6º, LegalPublishing: Cl/Jur/7489/2014, Rol Nº 7548-2014). Con mayor examen, la misma
E Corte Suprema, ha reconocido que el "detrimento" o "menoscabo" experimentado por
xcma. 

uno de los cónyuges se vuelve relevante al término del matrimonio, porque:


"Precisamente al producirse el término del vínculo matrimonial que unía a las partes, deja
de tener causa tal detrimento, el que durante la vigencia del mismo se veía compensado
con las obligaciones y deberes que la ley establece para la institución del matrimonio,
como el deber de asistencia y socorro que existe entre los cónyuges del que derivan entre
otras, la obligación de proporcionar alimentos" (C. Suprema, 21 de junio de 2010, cons.
13, LegalPublishing: Cl/ Jur/16809/2010, Rol Nº 578-2010). Este considerando ha sido
recibido literalmente en sentencias posteriores del mismo tribunal (C. Suprema, 28 de
enero de 2011, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/ Jur/10745/2011, Rol Nº 7636-
2010; C. Suprema, 9 de mayo de 2011, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9340/2011, Rol
Nº 726-2011; C. Suprema, 23 de mayo de 2011, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9349/2011, Rol Nº 1625-2011; C. Suprema, 27 de febrero de
2012, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/462/2012, Rol Nº 10403-2011; C. Suprema, 13 de
noviembre de 2012, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/2584/2012, Rol Nº 3897-
2012; C. Suprema, 21 de diciembre de 2012, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2919/2012, Rol Nº 5629-2012; C. Suprema, 28 de enero de 2013,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/192/2013, Rol Nº 7107-2012; C. Suprema, 1 de abril de
2013, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/699/2013, Rol Nº 7897-2012; C. Suprema, 10 de
septiembre de 2013, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/2019/2013, Rol Nº 3521-
2013; C. Suprema, 13 de noviembre de 2013, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2613/2013, Rol Nº 4659-2013; C. Suprema, 14 de julio de 2014,
cons. 15º, LegalPublishing: Cl/Jur/4417/2014, Rol Nº 8137-2013; C. Suprema, 16 de
octubre de 2014, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/7489/2014, Rol Nº 7548-2014). En
igual orientación la I Corte de Apelaciones de Talca, ha sido particularmente precisa al
lma. 

reconocer que: "Objetivamente el menoscabo económico del cónyuge que se halle en el


supuesto fáctico del artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil existía durante el matrimonio
y al ordenamiento jurídico no le era ajeno, pues durante su vigencia había diversos
instrumentos que impedían o minimizaban la consecuencias perniciosas derivadas de él,
evitando, de ese modo, la existencia de un trato discriminatorio. Ejemplos de ellos son las
obligaciones de socorro y auxilio mutuos, la posición de heredero del cónyuge respecto
del otro, los beneficios de seguridad social y de prestaciones de salud extendidas al
cónyuge que no trabajaba remuneradamente, instrumentos jurídicos mediante los cuales
se lograba, en mayor o menor medida, el cumplimiento del mandato de adoptar las
"medidas apropiadas para asegurar la igualdad de derechos y responsabilidades de
ambos esposos durante el matrimonio" (C. Apelaciones de Talca, 16 de diciembre de
2010, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/12341/2010, Rol Nº 209-2010), pero es en el
momento del término del matrimonio cuando ese menoscabo se vuelve relevante: "Que
sin embargo, declarados el divorcio o la nulidad del matrimonio, desaparecen los aludidos
instrumentos jurídicos que durante el matrimonio impedían o evitaban un trato
discriminatorio, lo que genera, como efecto reflejo, la aparición de la situación objetiva de
menoscabo económico del cónyuge que se halle en la situación prevista en el artículo 61
de la Ley de Matrimonio Civil, la que desplegará sus perniciosas consecuencias en la vida
futura de ese cónyuge" (C. Apelaciones de Talca, 16 de diciembre de 2010, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/12341/2010, Rol Nº 209-2010). 515. De la causa remota del
menoscabo económico. La carencia, en la que consiste el menoscabo económico y que
queda al descubierto cuando se produce el divorcio o se declara la nulidad del
matrimonio, sólo puede tener una única y exclusiva causa remota para que origine el
derecho a su compensación y, como tal, está definida legalmente en este artículo 61 de
la Ley Nº 19.947: "Si, como consecuencia de haberse dedicado al cuidado de los hijos o a
las labores propias del hogar común, uno de los cónyuges no pudo desarrollar una
actividad remunerada o lucrativa durante el matrimonio, o lo hizo en menor medida de lo
que podía y quería, tendrá derecho [...]". Es causa remota del menoscabo, en cuanto que
ella, precisamente operó en el pasado como generadora del menoscabo económico, que
por eso la ley se refiere a él como "sufrido", es decir, en tiempo pasado, pues fue en él,
precisamente, donde se originó, y en el presente, esto es, en el momento de verificarse su
causa próxima que es la declaración del divorcio o de la nulidad, sólo queda al
descubierto. Ese pasado, además, está precisado temporalmente: "durante el
matrimonio", lo que implica, naturalmente, que no forman parte del menoscabo
económico, ni las carencias previas a la celebración del matrimonio, ni las posteriores a
su término por el divorcio o la declaración de su nulidad. Dicha causa remota del
menoscabo económico es, a su vez, compleja, porque su estructura es, también, la de
unos hechos que operan como causa de dos efectos concretos: 515.1. De los hechos
que constituyen la causa remota del menoscabo: los hechos que se encuentran en el
origen del menoscabo económico son definidos legalmente como una alternativa, es
decir, basta con que se haya producido uno de ellos para que pueda haberse causado los
efectos que conducen al menoscabo económico: 1º. La dedicación de "uno de los
cónyuges" al "cuidado de los hijos", o 2º. La dedicación de uno de los cónyuges "a las
labores propias del hogar común". Que estos hechos constituyen una alternativa y no una
exigencia copulativa, lo ha entendido y declarado terminantemente la jurisprudencia: "La
compensación económica es procedente sea que las partes tengan un hijo o varios en
común; no ha sido la intención ni el espíritu del legislador discriminar en relación al
números de hijos, pues aun tratándose de matrimonios sin prole, el beneficio de que se
trata igualmente resulta procedente si quien lo demanda prueba el menoscabo económico
padecido producto de haberse dedicado a las labores propias del hogar" (C. Suprema, 30
de julio de 2007, sent. de reemplazo, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/6021/2007, Rol
Nº 2582-2007); 515.2. De los efectos de los hechos que constituyen la causa remota
del menoscabo económico: esos hechos sólo se sitúan como generadores del
menoscabo, si de ellos se derivan, como "consecuencia", unos ciertos efectos, que la ley
también describe de manera alternativa, esto es, que no es necesario que se produzcan
los dos que menciona, sino uno solo de ellos para que se presente el supuesto del
menoscabo económico: 1º) Que el cónyuge que se dedicó a una de la alternativas
previstas en la ley, no haya podido "desarrollar una actividad remunerada o lucrativa
durante el matrimonio", o 2º) que de haberlo hecho, ello haya sido "en menor medida de lo
que podía y quería". Ha reconocido, igualmente, la jurisprudencia esta relación de
causalidad al interior del supuesto de hecho que origina el menoscabo económico y, en tal
sentido, se ha considerado que la dedicación al cuidado de los hijos o a las labores del
hogar común debe ser la causa necesaria de que el cónyuge no hubiera podido
desarrollar una actividad remunerada o lucrativa o de que lo hubiera hecho en menor
medida de lo que podía y quería, y en este sentido se ha sostenido que es necesario que:
"El no desarrollo de una actividad económica o su desarrollo disminuido (y el consecuente
menoscabo, detrimento o perjuicio) guarde una relación de causalidad con el cuidado de
los hijos y/o el desarrollo de las actividades propias del hogar común. Atendido este
requisito, si el cónyuge demandante no se dedicó a los hijos o al hogar común sino a otras
actividades, no se cumpliría con la relación de causalidad exigida por el legislador"
(C. Apelaciones de Punta Arenas, 9 de febrero de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5926/2009, Rol Nº 307-2008). 516. Del hecho de la dedicación
al cuidado de los hijos o del hogar común, en cuanto que circunstancia objetiva. En
relación con el hecho de la dedicación al cuidado de los hijos o del hogar común, del que
necesariamente debe seguirse la consecuencia de no haber podido el cónyuge dedicarse
a una actividad económica remunerada o el haberlo hecho en menor medida de lo que
podía y quería, debe señalarse, como punto de partida, que se trata de una circunstancia
objetiva, de guisa que si uno de los cónyuges prueba la concurrencia de la citada
dedicación y la existencia del menoscabo que queda en evidencia como una cierta
carencia por la declaración del divorcio o la nulidad, ese cónyuge se sitúa en la posición
de acreedor del derecho de compensación económica, sin que quepa indagar por las
razones subjetivas que pudieron mover a que, en la concreta vida matrimonial, se haya
producido ese hecho, es decir, no cabe, para efectos de juzgar la existencia del derecho
del cónyuge, preguntarse por qué se dedicó al cuidado del hogar y de los hijos, pues
hacerlo implicaría asumir criterios discriminatorios en la relación entre marido y mujer. En
esta orientación aparece, como extraordinariamente lúcido y ajustado a los principios de
no discriminación entre marido y mujer, el siguiente razonamiento de la I Corte de
lma. 

Apelaciones de Concepción: "Que es propio de la convivencia marital que cada cónyuge


asuma diversos roles frente a las exigencias de la vida, y en este sentido, en países en
vías de desarrollo como el nuestro, es bastante común que sea el marido quien se
encargue de obtener los recursos económicos para la subsistencia familiar y la mujer
quien deba por su parte asumir las responsabilidades del hogar, renunciando, sino total, al
menos parcialmente, a la obtención de metas laborales. Es precisamente esta entrega de
la mujer a las labores del hogar y a los hijos comunes la que le permite al marido
dedicarse con libertad a capacitarse e insertarse en la vida laboral. Este acuerdo, expreso
o tácito, no puede significar para la cónyuge un reproche ni menos una opción que la prive
de la compensación que regulan los artículos 61 y siguientes de la Ley Nº 19.947"
(C. Apelaciones de Concepción, 10 de septiembre de 2007, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5554/2007, Rol Nº 238-2007). De la objetividad del hecho de la
citada dedicación se siguen algunas consecuencias de interés: 516.1. No obsta al
derecho a la compensación económica el régimen de bienes del matrimonio, ni, en
su caso, la liquidación de la sociedad conyugal: Así se ha precisado que: "[M]ientras la
compensación económica está destinada a reparar el menoscabo que se produjo en el
patrimonio de uno de los cónyuges como consecuencia de haberse dedicado durante el
matrimonio al cuidado de los hijos o del hogar común, en la medida que ello le impidió
desarrollar una actividad remunerada, la liquidación de la sociedad conyugal es la forma
ordinaria de poner término a la comunidad que se forma entre los cónyuges, al disolverse
dicho régimen matrimonial, existiendo al efecto una causa jurídica distinta e independiente
de los hechos que motivan la compensación económica y los gananciales provenientes de
la liquidación de la sociedad conyugal, por lo que al efecto no cabe sustitución alguna
entre ellos. (Causa Rol Nº 676-06 C.A. de Santiago)" (C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de
agosto de 2012, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1682/2012, Rol Nº 335-2012). Se ha
agregado: "Que la conclusión a la que se ha arribado precedentemente, no puede ser
otra, debido a que lo contrario significaría que la circunstancia de estar casado ambos
cónyuges bajo el régimen de sociedad conyugal o participación en los gananciales,
inhibiría siempre a uno de ellos a solicitar compensación económica, dándose los
requisitos que la ley establece al efecto, lo que debe desecharse, debido a que ambas
instituciones tienen su sustento y razón de ser en situaciones diversas, por una parte se
trata de liquidar el haber de la sociedad que los cónyuges han obtenido durante su
matrimonio y en lo segundo el derecho a compensar al cónyuge que habiéndose dedicado
al cuidado del hogar y protección de la familia, no pudo desarrollar una actividad
remunerada, lo que redundará en una escasez de medios que le permitan tener una vejez
adecuada al nivel de vida del que era portador mientras estaba vigente la vida en común"
(C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de agosto de 2012, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1682/2012, Rol Nº 335-2012); 516.2. No obsta al derecho a la
compensación económica el que la dedicación al cuidado de los hijos o al hogar
común haya sido una "decisión voluntaria" del cónyuge que lo demanda: Tal es la
opinión que ha asentado la E Corte Suprema la que, además, ha declarado que no
xcma. 

puede admitirse que la cónyuge que se ha dedicado al cuidado de los hijos y del hogar
común, por voluntad propia, ha asumido que carecería de cotizaciones previsionales y,
por ende, no gozaría del derecho a compensación económica: "Que no obstante lo
anterior y a pesar, además, que en el motivo duodécimo del fallo de primera instancia,
reproducido por el de segunda, los jueces del fondo, enunciaron los requisitos de
procedencia de la compensación económica, estimaron que "fue opción de la demandante
reconvencional no desarrollar actividades remuneradas fuera del hogar común
dedicándose al cuidado de los hijos y privilegiar el vinculo de apego son sus
hijos", "asumiendo con ello que no contaría con cotizaciones previsionales durante ese
período". Interpretación que atenta contra el correcto sentido, fines y alcance que el
legislador quiso otorgarle a dicho instituto, desconociendo, además, los parámetros
legales de suyo relevantes, como la situación previsional de las partes, la edad y estado
de salud de la cónyuge beneficiaria, situación patrimonial de ambos —factores de
consideración— previstos expresamente en el artículo 62 de la Ley de Matrimonio Civil"
(C. Suprema, 16 de octubre de 2014, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/7489/2014, Rol
Nº 7548-2014). La misma línea seguía el tribunal cuando declaraba que: "[S] e equivoca
también el recurrente cuando sostiene que debió haberse probado "el ánimo" o
disposición de la demandante reconvencional para desempeñar una labor remunerada,
puesto que bien podría haberse debido a una opción personal. En efecto, no es un
requisito de procedencia de la compensación económica, el que la solicitante se haya
visto obligada o forzada a no trabajar en forma remunerada para cuidar a sus hijos o el
hogar común —esto es, que hubiera sido contra su voluntad— por lo que no constituye un
impedimento para su establecimiento el que, eventualmente, ello hubiera obedecido a una
opción personal, un acuerdo de pareja u otra circunstancia" (C. Suprema, 8 de mayo de
2014, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/2088/2014, Rol Nº 14121-2013). En igual sentido
se había pronunciado la I Corte de Apelaciones de Antofagasta: "Que, en consecuencia,
lma. 

estando acreditado que la actora reconvencional desde que contrajo matrimonio estuvo al
cuidado del hogar y de sus hijos mientras se mantuvo la convivencia con su marido, esto
es, durante seis años, fluye que durante ese tiempo no tuvo la oportunidad de trabajar u
obtener entradas económicas, debiendo por ende rechazarse la alegación del demandado
en el sentido que la actora carece del derecho a la compensación, porque si se ha visto
imposibilitada de ejercer, ya sea en forma absoluta o relativa, de un oficio remunerado por
134 meses, se ha debido a que ella tomó la decisión de dedicarse al cuidado de su actual
pareja y de los tres hijos que tienen en común [...]" y en el considerando 7º: "Que las
alegaciones del demandado, como se dijo, serán rechazadas, porque no afectan la
existencia misma del derecho a la compensación [...]" (C. Apelaciones de Antofagasta, 5
de octubre de 2007, cons. 6º y 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6590/2007, Rol Nº 468-
2007); 516.3. No obsta al derecho a la compensación económica el que la
dedicación al cuidado de los hijos o al hogar común haya sido una "decisión
convenida" por los cónyuges durante el matrimonio: en esta línea se ha estimado:
"Que, puede no haber discusión en cuanto a que los cónyuges acuerden, al interior del
matrimonio, que uno de ellos se dedicará preferentemente al cuidado de los hijos y de la
familia común, siendo precisamente tal situación la que implica que a ese cónyuge es a
quien debe darse compensación económica, puesto que se ha sacrificado profesional o
laboralmente, quedando en una situación desmejorada frente al otro, que ha podido
trabajar fuera del hogar común, sin limitación alguna" (C. Apelaciones de Concepción, 13
de febrero de 2013, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/356/2013, Rol Nº 13-
2013); 516.4. No se requiere que los hijos a cuyo cuidado se dedica el cónyuge sean
comunes: Esto es así, no sólo porque el texto legal no señala que deba tratarse de hijos
comunes, sino porque si se trata de hijos de uno de los cónyuges que viven en el hogar
común, el cuidado que les dedica el otro cónyuge tiene la misma naturaleza que el
cuidado de los hijos propios, si de tal cuidado se origina la consecuencia de no haberse
podido dedicar a una actividad remunerada o de haberlo hecho en menor medida de lo
que podía y quería; 516.5. La eventual asistencia doméstica en el cuidado de los
hijos o en las labores del hogar común no altera el hecho de la dedicación de uno
de los cónyuges a dicho cuidado: Esto es así, porque la dicha dedicación es una
circunstancia objetiva y, porque, como, consciente y certeramente, ha agregado la I . lma

Corte de Apelaciones de Concepción, en sentencia de 5 de diciembre de 2008: "El hecho


de haber tenido la demandante, esporádicamente, asistencia por intermedio de una
empleada doméstica, como lo señala el hijo de ambos, no puede constituir un
impedimento para la procedencia de la compensación económica, como quiera que, aun
si dicha asistencia no hubiera sido esporádica, la dedicación al cuidado de los hijos no
necesariamente debe ser considerada cuando la madre no tiene asistencia doméstica,
sino que aún con ella, por cuanto su labor va mucho más allá del trabajo que pueda
realizar una asesora del hogar; no puede desconocerse el sacrificio, esfuerzo y desgaste
que significa la crianza y formación de los hijos, funciones indelegables en una empleada
doméstica" (C. Apelaciones de Concepción, 5 de diciembre de 2008, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5713/2008, Rol Nº 2090-2008). En dicha línea, el mismo tribunal
se ha afirmado en esta sana orientación al declarar que: "La dedicación al cuidado de los
hijos exigida por el artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil, no necesariamente debe ser
considerada cuando la madre no tiene asistencia doméstica, sino que aun con ella"
(C. Apelaciones de Concepción, 10 de enero de 2011, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6193/2011, Rol Nº 429-2010). 517. La consecuencia de no
haber podido desarrollar una actividad remunerada o lucrativa o haberlo hecho en
menor medida de lo que quería o podía. Esta consecuencia de la dedicación al cuidado
de los hijos o al hogar común es, también, una circunstancia objetiva, de manera que no
hay exigencia legal alguna que se refiera a la voluntad de los cónyuges respecto de ella.
La jurisprudencia de la E Corte Suprema ha seguido esta opinión, y se ha encargado de
xcma. 

combatir la contraria que, en ciertas ocasiones, defendió algún tribunal de alzada. Así ha
declarado, para revocar una sentencia que exigía una consideración subjetiva del
supuesto de no dedicación a una actividad remunerada o lucrativa, que: "La interpretación
realizada por los jueces del fondo, no se ajusta al verdadero sentido y alcance que tienen
las normas que contemplan la institución en estudio, pues establece exigencias que la ley
no contempla, al concluir que en la especie a la actora no le asiste el derecho a reclamar
compensación económica debido a que el no haber desarrollado una actividad económica
durante el matrimonio, en su caso, obedeció a una decisión personal. En efecto, los
jueces del grado al sustentar su decisión en tal fundamento, están requiriendo de una
voluntad, intención o acuerdo especial entre las partes que se aparta del texto de la
norma, para la cual basta que uno de los cónyuges no hubiere desarrollado actividad
remunerada o lucrativa o lo hubiere hecho en menor medida de lo que podía y quería por
dedicarse al cuidado de los hijos y/o hogar común; circunstancias todas que en el caso
sub-lite al emanar irrefutablemente del mérito de los antecedentes, han sido asentadas
como presupuestos fácticos" (C. Suprema, 13 de diciembre de 2010, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/12008/2010, Rol Nº 5765-2010). En igual sentido ya se había
pronunciado la I Corte de Apelaciones de Santiago: "La procedencia de la compensación
lma. 

económica no depende de si el cónyuge que la solicita decidió no trabajar o fue una


situación a la cual se vio obligado, siendo sus únicos requisitos el que éste no haya
desarrollado una labor lucrativa, en razón de haberse dedicado al cuidado de los hijos o
del hogar y que como consecuencia de ello, se produzca un menoscabo en su patrimonio"
(C. Apelaciones de Santiago, 26 de marzo de 2008, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/563/2008, Rol Nº 4751-2006). Sobre la base del mismo principio,
la I Corte de Apelaciones de Rancagua ha reconocido que la no dedicación a una
lma. 

actividad remunerada o lucrativa debe ponderarse sobre la base de antecedentes


objetivos y no en relación con la aquiescencia u oposición del otro cónyuge: "El requisito
de impedimento para realizar una actividad lucrativa por parte del cónyuge más débil,
debe ponderarse considerando antecedentes objetivos que consten en el juicio —en este
caso se encuentran consignados, pero depreciados, en la sentencia en examen— y no
debe examinarse en relación a la aquiescencia u oposición del marido, como parecía
entenderlo la sentenciadora en parte de su razonamiento eliminado" (C. Apelaciones de
Rancagua, 10 de septiembre de 2010, cons. 3º, LegalPublishing: 45845). Como
consecuencia del carácter objetivo de esta circunstancia, la jurisprudencia ha precisado
que: 517.1. La escasa formación o nivel de instrucción no obstan a que se configure
el supuesto del derecho a compensación económica: Así se ha declarado por la
I Corte de Apelaciones de Antofagasta: "[N]o es óbice que la demandante reconvencional
lma. 

haya tenido baja instrucción primaria, desde que el deterioro adviene de todas maneras
en la medida que no le ha permitido dedicarse al enriquecimiento personal, sea
estudiando en este caso concreto, o adquiriendo una habilidad en la actividad laboral que
le permita una remuneración adecuada" (C. Apelaciones de Antofagasta, 21 de
septiembre de 2007, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/1962/2007, Rol Nº 167-2007). Esta
misma opinión mantuvo en una sentencia poco posterior que fue confirmada por la
E Corte Suprema: "No es óbice que la demandante reconvencional haya tenido baja
xcma. 

instrucción educacional desde que el deterioro adviene de todas maneras en la medida


que no le ha permitido dedicarse al enriquecimiento personal, sea estudiando en este
caso, concreto, o adquiriendo una habilidad en la actividad laboral que le permita una
remuneración adecuada, más aún si se trata de una madre respecto de un hijo que murió
de cáncer y estuvo a su cuidado permanentemente según propio reconocimiento de las
partes por a lo menos tres años, para lo cual debió dedicarse a realizar labores de aseo
en el hospital a cambio de hospedaje, alimentación y autorización de acceso ilimitado al
menor en la sección de pediatría correspondiente" (C. Apelaciones de Antofagasta, 25 de
octubre de 2007, cons. 3º, conf. C. Suprema, 3 de enero de 2008,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7225/2008, Rol Nº 6361-2007). En la misma línea, la I Corte de
lma. 

Apelaciones de Santiago, frente al argumento del demando que: "Se limitó a agregar, al
contestar la demanda reconvencional, que su cónyuge nunca pudo trabajar porque no
tenía preparación alguna", resolvió que era éste un "argumento que no será tenido en
cuenta por estos sentenciadores desde que en el mundo laboral efectivamente existen
trabajos que requieren una determinada preparación, como los profesionales, y otros, en
cambio, en que tal preparación no es necesaria. La demandante reconvencional pudo
perfectamente desempeñarse en algún trabajo remunerado que no requiriera estudios
avanzados y si tal no hizo fue, precisamente, por tener que dedicarse a cuidar del hogar
común, lo que permitió a su cónyuge mejorar su patrimonio, desde que no tenía que velar
o preocuparse del cuidado de los hijos o de los quehaceres domésticos"
(C. Apelaciones de Santiago, 24 de octubre de 2007, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6762/2007, Rol Nº 6710-2006). Igual criterio ha sostenido la
I Corte de Apelaciones de Concepción: "[C]ontrariamente a lo que sostiene el apelante, la
lma. 

circunstancia de que la demandante no tenga estudios superiores y carezca de profesión


u oficio, no la hace perder su derecho a la compensación económica por haberse
dedicado exclusivamente al cuidado de los hijos y del hogar común durante el matrimonio.
Precisamente, la finalidad de la compensación económica es compensarla por la pérdida
de esa posibilidad, más aun cuando el propio demandado reconoce que la actora no se
encuentra incapacitada para el trabajo. Cosa distinta es que la falta de capacitación
laboral que alega el recurrente sea uno de los factores que deberán considerarse al
momento de fijar el monto de la compensación, pero sin que pueda afectarse la existencia
misma de este derecho. Estimar lo contrario importaría dejar fuera de la aplicación de esta
ley a las dueñas de casa lo que por cierto resultaría absolutamente discriminatorio e
injusto" (C. Apelaciones de Concepción, 12 de diciembre de 2014, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9498/2014, Rol Nº 440-2014); 517.2. La circunstancia de que el
cónyuge demandante hubiera trabajado no excluye, por sí sola, el derecho de
compensación económica: Se ha resuelto, así, por la E Corte Suprema que: "El hecho
xcma. 

que (sic) la cónyuge, hubiere desarrollado una actividad remunerada, no constituye una
circunstancia que por sí misma permita negarle a dicha parte, el derecho a obtener la
compensación económica que reclama" (C. Suprema, 5 de mayo de 2008, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6730/2008, Rol Nº 1528-2008); 517.3. No se requiere prueba
específica de haber tenido oportunidad de trabajar o de haber tenido formación
profesional: Sanamente la I Corte de Apelaciones de Concepción ha sentado: "Que la
lma. 

actora reconvencional debe ser compensada del menoscabo económico sufrido con el
matrimonio, aún cuando el dedicarse a la familia haya sido una opción de vida, ya que no
es exigencia una prueba concreta y específica de haber tenido la oportunidad laboral"
(C. Apelaciones de Concepción, 16 de febrero de 2011, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1486/2011, Rol Nº 519-2010). Este considerando lo ha reiterado
en una sentencia posterior (C. Apelaciones de Concepción, 17 de julio de 2014, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/4857/2014, Rol Nº 239-2014). 518. La causalidad entre el
hecho de la dedicación y su consecuencia. La ley exige que el no haber desarrollado
una actividad remunerada o lucrativa, o haberlo hecho en menor medida de lo que se
podía y quería, sea una consecuencia de la dedicación a los hijos o a las labores del
hogar común, y en relación con esta necesaria causalidad, se han mantenido en la
doctrina y jurisprudencia dos opiniones encontradas: la una, que exige que se pruebe la
dicha relación de causalidad, y la otra que no la exige, por entender que basta la prueba
de la referida dedicación, porque ella, en sí misma, causa, indefectiblemente, la ya dicha
consecuencia exigida por el artículo 61 de la ley: a) Causalidad necesaria y no
exigencia de su prueba: La opinión según la cual la dedicación al cuidado de los hijos o
a las labores del hogar común genera, indefectiblemente, un impedimento, real o material,
para desarrollar una actividad remunerada, sin que, en consecuencia resulte necesario
probar la causalidad, se ajusta estrechísimamente al principio constitucional de la
igualdad entre hombres y mujeres y a las disposiciones de la Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. Fue defendida por la
I Corte de Apelaciones de Antofagasta desde el año 2007, y poco tiempo después fue
lma. 

confirmada por la E Corte Suprema. Aquel tribunal, en julio de 2007 declaraba: "Que
xcma. 

habiéndose acreditado con la confesional del demandado que efectivamente la actora


reconvencional desde que se casó estuvo al cuidado de sus hijos y del hogar, mientras se
mantuvo la convivencia con su marido, esto es, durante doce años, fluye que durante ese
tiempo no tuvo la oportunidad de trabajar ni estudiar u obtener entradas económicas"
(C. Apelaciones de Antofagasta, 9 de julio de 2007, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6575/2007, Rol Nº 1367-2006). Pocos meses después reiteraba
esta opinión, ahora con mayores fundamentos: "Es de aceptación general tanto en la
jurisprudencia como en la doctrina lo estatuido en el artículo 1698 del Código Civil, en
cuanto debe probar las obligaciones, el que las alega y su extinción quien lo reclama, pero
este principio nemine discrepante requiere a la luz de las reglas de la sana crítica el
análisis lógico y de experiencia frente al reclamo que hace la cónyuge sobre el derecho a
la compensación económica por el detrimento ínsito que se ha producido en el desarrollo
de su vida como consecuencia de haberse dedicado al cuidado de los hijos o a las
labores propias del hogar común. Interesa entonces reflexionar acerca de la naturaleza o
el origen de esta obligación; y no se requiere un razonamiento muy profundo para concluir
que surge a propósito del cuidado de los niños y la dedicación a las labores propias del
hogar común. En consecuencia, debe reflexionarse sobre la base de la lógica y la
experiencia, el significado o contenido del cuidado de los hijos o las labores propias del
hogar común, que en términos sociales siempre ha sido desconocido, sin entregar el lugar
que corresponde dentro de la actividad humana; más aún en países subdesarrollados
cuyas funciones propias de crianza y cuidado de los hijos se suple y se disemina en
distintas personas como vecinos, familiares cercanos, normalmente abuelos, empleados
domésticos o trabajadores de casa particular, por lo tanto, la apreciación exacta de esta
idea se ve obnubilada frente a la mujer que se hace responsable en la crianza y labores
propias del hogar común. Quien ha estado a cargo de esta actividad sabe perfectamente
el sacrificio, esfuerzo y desgaste que significa tal responsabilidad, sin perjuicio de las
imponderables, de accidentes, enfermedades y otros problemas. Por consiguiente,
probado que sea el hecho de la crianza o la dedicación a las labores del hogar, surge
indefectiblemente la consecuencia del deterioro en el desarrollo del individuo, porque se
ha impedido real o materialmente una actividad destinada al enriquecimiento personal
para obtener conocimientos o destrezas que permitan un trabajo remunerado y un
desenvolvimiento independiente" (C. Apelaciones de Antofagasta, 29 de febrero de 2008,
cons. 1º y 2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1703/2008, Rol Nº 63-2008). Estos considerandos
fueron reproducidos por el mismo tribunal en una de sus sentencias del año siguiente
(C. Apelaciones de Antofagasta, 7 de julio de 2009, cons. 1º y 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9683/2009, Rol Nº 2-2009), la que fue confirmada en casación por
la E Corte
xcma. 
Suprema (C. Suprema, 7 de septiembre de 2009,
LegalPublishing: Cl/Jur/9682/2009, Rol Nº 5706-2009, cfr. C. Suprema, 3 de enero de
2008, LegalPublishing: Cl/ Jur/7225/2008, Rol Nº 6361-2007). En la misma línea se ha
entendido por la I . Corte de Apelaciones de Valparaíso, que: "Haberse dedicado la Sra.
lma

[...] al hogar común y al cuidado personal de los hijos, se presume que no pudo
desarrollar una actividad laboral, puesto que de no haberse dedicado al hogar, habría
desempeñado una actividad remunerada o lucrativa, la que debe ser estimada en todo
caso como una colaboración prestada a la actividad laboral desempeñada por el
demandado, para la manutención del hogar común" (C. Apelaciones de Valparaíso, 10 de
abril de 2008, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/5435/2008, Rol Nº 2856-2007). Como
aplicación concreta del principio anterior, la I Corte de Apelaciones de Concepción ha
lma. 

reconocido que la reducción de jornada laboral para dedicarse al cuidado de los hijos, por
lógica y experiencia, genera un menor desarrollo laboral: "Las máximas de experiencia y
las reglas de la lógica demuestran que la demandante, durante la convivencia conyugal y
con motivo de dedicarse al cuidado de sus hijos y del hogar, redujo su jornada de trabajo
lo que redundó en un desarrollo laboral realizado en menor medida de lo que la
demandante quería y podía realizar" (C. Apelaciones de Concepción, 23 de marzo de
2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/10003/2009, Rol Nº 9-2009); b) Causalidad no
necesaria y exigencia de su prueba: En doctrina ha defendido esta opinión Domínguez
Águila, y le ha seguido la I Corte de Apelaciones de Punta Arenas: "Que el no desarrollo
lma. 

de una actividad económica o su desarrollo disminuido (y el consecuente menoscabo,


detrimento o perjuicio) guarde una relación de causalidad con el cuidado de los hijos y/o el
desarrollo de las actividades propias del hogar común. Atendido este requisito, si el
cónyuge demandante no se dedicó a los hijos o al hogar común sino a otras actividades,
no se cumpliría con la relación de causalidad exigida por el legislador. Es carga del
cónyuge solicitante acreditar este punto. Como dice el citado autor, 'Hay entonces entre el
menoscabo y esa dedicación —al hogar común— un vínculo causal que debe ser probada
por el demandante', conclusión que ha sido reafirmada por la jurisprudencia"
(C. Apelaciones de Punta Arenas, 9 de febrero de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5926/2009, Rol Nº 307-2008). 519. El "menoscabo" ha de ser
económico y no de otra índole. En ese sentido se pronunció la I Corte de Apelaciones
lma. 

de Concepción en una sentencia de 2007: "Que no debe atribuirse a la compensación


económica consagrada en la ley, un carácter alimenticio o indemnizatorio, no obstante
que presente algunos rasgos comunes o semejantes y, lo que se pretende reparar es, en
todo caso, una pérdida patrimonial y no moral" (C. de Apelaciones de Concepción, 23 de
agosto de 2007, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/5543/2007, Rol Nº 664-2007). En el año
siguiente la E Corte Suprema mantenía la misma opinión, al casar una sentencia que
xcma. 

había admitido que era posible compensar el daño moral experimentado por la cónyuge
que demandaba el derecho de compensación económica, la E Corte Suprema ha
xcma. 

declarado: "Que se encuentra probado en autos que doña [...] se dedicó al cuidado de los
hijos comunes en especial, del menor que padecía esquizofrenia el que falleció, y que
producto de esto no pudo trabajar en forma remunerada, en los términos que podría
haberlo, hecho de no mediar estas circunstancias, lo que revela que ella sufrió detrimento
o perjuicio económico, debido a la situación antes descrita, lo que debe ser reparado
mediante el otorgamiento de la correspondiente compensación económica a que se
refiere la disposición anteriormente citada, la que tiene por objeto el resarcimiento de los
perjuicios de este orden y no de otra índole, según la propia ley lo señala" (C. Suprema, 4
de agosto de 2008, sentencia de reemplazo, cons. 4º, Rol Nº 3120-2008). 520. Sobre la
prueba del "menoscabo económico". Es esta una cuestión distinta de la tocante a la
prueba de la dedicación al cuidado de los hijos o del hogar común y es también diversa de
la referida a la prueba del hecho de no haber podido dedicarse a una actividad económica
o lucrativa, y a propósito de esta tercera cuestión se advierten dos opiniones: a) Es
necesario que el cónyuge demandante del derecho de compensación económica
pruebe el menoscabo: aunque en época reciente esta opinión comienza a ser discutida,
es la que mayoritariamente se ha asumido por la jurisprudencia. Así, la E Corte xcma. 

Suprema, en una sentencia de 2007, declaraba que: "Este menoscabo debe ser probado
por quien lo invoca en su favor y para ello el legislador se encargó de señalar las
circunstancias que permiten determinar que ha existido tal menoscabo" (C. Suprema, 28
de noviembre de 2007, cons. 11º, LegalPUblishing: Cl/Jur/6358/2007, Rol Nº 1787-2007).
Este considerando lo reprodujo literalmente el mismo tribunal en algunas de sus
sentencias posteriores (C. Suprema, 27 de abril de 2009, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7949/2009, Rol Nº 904-2009), y también con alguna ligera
variante de redacción: "Además, este presupuesto debe ser probado por quien lo invoca
en su favor y para ello el legislador se encargó de señalar algunas circunstancias que
permitan determinar que ha existido tal menoscabo" (C. Suprema, 7 de julio de 2009,
cons. 6º, LegalPUblishing: Cl/Jur/10002/2009, Rol Nº 1370-2009). La misma orientación
fue asumida en algunas sentencias de ciertos tribunales de alzada: la I Corte delma. 

Apelaciones de Punta Arenas ha estimado que: "La compensación económica


efectivamente viene a ser la reparación de un menoscabo. Pero ese menoscabo, debe ser
debidamente probado por el cónyuge solicitante" (C. de Apelaciones de Punta Arenas, 9
de febrero de 2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5926/2009, Rol Nº 307-2008); la
I Corte de Apelaciones de Concepción ha declarado que: "No basta con que concurra el
lma. 

supuesto típico de la compensación, ya señalado, sino que es esencial el tercer elemento


constitutivo, esto es, el menoscabo económico, que no se presume, es necesaria su
prueba, incluida la de las circunstancias que, a título ejemplar, enumera el artículo 62 de
la referida ley y la de otras que justificadamente se estimen pertinentes. Así, la prueba
que rinda el cónyuge solicitante recaerá sobre el supuesto típico del artículo 61, la
existencia del menoscabo y la cuantía de la compensación solicitada" (C. de Apelaciones
de Concepción, 3 de abril de 2008, cons. 16º, LegalPublishing: Cl/Jur/5636/2008, Rol
Nº 1947-2007), y este mismo tribunal de alzada ha reiterado: "[E]l menoscabo económico
es el supuesto que origina el derecho a su compensación, siendo necesariamente su
prueba de cargo de quien pretende su existencia y que en función de ello invoca el
derecho a la compensación" (C. Apelaciones de Concepción, 9 de abril de 2014, cons.
9º, LegalPublishing: Cl/Jur/1154/2014, Rol Nº 570-2013). En alguna ocasión también se
ha exigido la prueba del nexo causal entre la dedicación al cuidado de los hijos o al hogar
común y el referido menoscabo: "Es carga del cónyuge solicitante acreditar este punto.
Como dice el citado autor, 'Hay entonces entre el menoscabo y esa dedicación —al hogar
común— un vínculo causal que debe ser probada por el demandante', conclusión que ha
sido reafirmada por la jurisprudencia" (C. de Apelaciones de Punta Arenas, 9 de febrero
de 2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5926/2009, Rol Nº 307-2008); b) No es
necesario que el cónyuge demandante del derecho de compensación económica
pruebe el menoscabo: en esta línea se ha afirmado que: "Debe tenerse presente que la
exigencia contenida en la sentencia de primera instancia, en cuanto a una prueba directa
del menoscabo económico, no es aceptable desde que, conforme lo señala el artículo 61
antes mencionado, basta para la procedencia de la compensación económica que se
encuentre establecido el hecho de que la actora podía y quería dedicarse a labores
lucrativas o remuneradas en mayor medida de lo que lo hizo a causa de su dedicación a
los hijos o a las labores propias del hogar común, debiendo determinarse la existencia del
menoscabo y la cuantía de la compensación, conforme a lo señalado en el artículo 62 de
la referida Ley de Matrimonio Civil" (C. de Apelaciones de Concepción, 23 de marzo de
2009, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/10003/2009, Rol Nº 9-2009). Como consecuencia
de entender que siempre la dedicación al cuidado de los hijos o al hogar común ocasiona
un menoscabo, se ha declarado que: "Quien ha estado a cargo de esta actividad sabe
perfectamente el sacrificio, esfuerzo y desgaste que significa tal responsabilidad, sin
perjuicio de las imponderables, de accidentes, enfermedades y otros problemas, por
consiguiente, probado que sea el hecho de la crianza o la dedicación a las labores del
hogar, surge indefectiblemente la consecuencia del deterioro en el desarrollo del
individuo, porque se ha impedido real o materialmente una actividad destinada al
enriquecimiento personal para obtener conocimientos o destrezas que permitan un trabajo
remunerado y un desenvolvimiento independiente" (C. Apelaciones de Antofagasta, 10 de
septiembre de 2007, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/6586/2007, Rol Nº 297-2007). Esta
opinión la ha mantenido en sentencias posteriores el citado tribunal de alzada, y en
algunas de ellas ha reproducido el considerando que se ha transcrito (C. Apelaciones de
Antofagasta, 21 de septiembre de 2007, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/1962/2007, Rol
Nº 167-2007; C. Apelaciones de Antofagasta. 29 de febrero de 2008, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1703/2008, Rol Nº 63-2008). En igual orientación se ha
reconocido: "Que la sola comprobación del hecho anterior, es decir, que la demandante
reconvencional, durante todo el tiempo señalado, no trabajó remuneradamente, como
consecuencia de haberse dedicado completamente al cuidado de los hijos y a las labores
del hogar, permite presumir que se ha generado un menoscabo en su patrimonio, toda
vez que las máximas de la experiencia indican que el trabajo doméstico no se traduce, por
regla general, en la percepción de ingresos correlativos, en circunstancias que la
demandante podría haber desarrollado, a lo menos, labores lucrativas similares a las que
hoy día, con más edad y sin una capacitación especial, se encuentra desempeñando" (C.
de Apelaciones de Santiago, 26 de enero de 2007, cons.
5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6686/2007, Rol Nº 676-2006).

Artículo 62. Para determinar la existencia del menoscabo económico y la


cuantía de la compensación, se considerará, especialmente, la duración del
matrimonio y de la vida en común de los cónyuges; la situación patrimonial de
ambos; la buena o mala fe; la edad y el estado de salud del cónyuge
beneficiario; su situación en materia de beneficios previsionales y de salud; su
cualificación profesional y posibilidades de acceso al mercado laboral, y la
colaboración que hubiere prestado a las actividades lucrativas del otro
cónyuge.
Si se decretare el divorcio en virtud del artículo 54, el juez podrá denegar la
compensación económica que habría correspondido al cónyuge que dio lugar a
la causal, o disminuir prudencialmente su monto.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 52, 54, 56 inciso 2º, 60, 61. Ley Nº  20.255, establece Reforma Previsional, D.O. 17.03.2008:
artículos 80 y 81.  Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 27 inciso 2º.

521. El papel de esta disposición y su relación con la existencia del


Jurisprudencia: 
menoscabo económico y el quantum de la compensación. Desde los primeros
momentos de aplicación de la Ley Nº 19.947, la lectura que se hizo de su artículo 62 no
fue única, sobre todo desde la perspectiva de la relación en la que se situaba respecto del
artículo 61 de la misma ley. La dificultad estriba en que en el artículo 61 se configura el
derecho de compensación económica y, al hacerlo, se determinan los presupuestos para
su procedencia, en otras palabras, sus "requisitos" que, como se ha explicado a propósito
de tal artículo, en realidad, se reducen a uno: la existencia del menoscabo económico,
generado por las causas que el mismo artículo señala. Pero, por su parte, en este artículo
62, expresamente se prescribe que "para determinar la existencia del menoscabo
económico" se deben considerar los factores que en él se enumeran. De ahí que surja la
cuestión relativa a determinar el papel que desempeñan los factores fijados en el inciso 1º
de este artículo 62 en relación con la existencia del menoscabo económico. Dos han sido
las opiniones que se han defendido en este punto. 521.1. De la necesaria vinculación
entre el supuesto del artículo 61 y los factores señalados en el inciso 1º del artículo
62. De modo expreso, la I Corte de Apelaciones de Concepción ha defendido en algunas
lma. 

de sus sentencias la opinión que estima que los factores del inciso 1º del artículo 62,
además de desempeñar su papel para determinar el monto de la compensación, cumplen
la función de presentarse como circunstancias que también determinan la existencia del
menoscabo económico. De este modo, el menoscabo económico no sólo se configuraría,
sobre la base de las causas estructurales que se establecen en el artículo 61, sino que
sería preciso relacionarlas con los factores previstos en el artículo 62. Así, en una
sentencia de 2008 declaraba el referido tribunal que: "[N]o basta con que concurra el
supuesto típico de la compensación, sino que es esencial el tercer elemento constitutivo,
esto es, el menoscabo económico, que no se presume, es necesaria su prueba, incluida
la de las circunstancias que, a título ejemplar, enumera el artículo 62 de la referida ley y la
de otras que justificadamente se estimen pertinentes. Así, la prueba que rinda el cónyuge
solicitante recaerá sobre el supuesto típico del artículo 61, la existencia del menoscabo y
la cuantía de la compensación solicitada" (C. Apelaciones de Concepción, 13 de marzo
de 2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5625/2008, Rol Nº 1446-2007). De ahí que
entendiera: "Que, como puede apreciarse, la disposición transcrita precedentemente
[art. 62], enumera las circunstancias que deben considerarse para no sólo determinar la
cuantía de la compensación, sino la existencia misma del menoscabo económico cuya
compensación se reclama; así, estas circunstancias permiten determinar si el divorcio o
nulidad causan verdaderamente un menoscabo y su entidad, a partir de la cual se llega
al quantum de la compensación. Es por ello que el fallo, sea que acoja o rechace la
demanda de compensación económica, debe fundarse precisamente en estas
circunstancias, y el juez debe aplicar todas las circunstancias del artículo 62, en la medida
que ellas concurran en la situación de los cónyuges, y de esta aplicación conjunta
resultará si el divorcio o la nulidad produce o no menoscabo y la cuantía de la
compensación" (C. Apelaciones de Concepción, 13 de marzo de 2008, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5625/2008, Rol Nº 1446-2007). Estos considerandos los ha
reproducido en sentencia posterior (C. de Apelaciones de Concepción, 3 de abril de 2008,
cons. 16º y 19º, LegalPublishing: Cl/Jur/5636/2008, Rol Nº 1947-2007). La E Corte xcma. 

Suprema se ha inclinado en el último tiempo por esta opinión: "Cualquiera sea la opción
que se tome para valorizar el menoscabo sufrido por el o la solicitante, corresponde
aplicar también los criterios correctores contemplados en el artículo 62 del cuerpo legal
citado, norma que como se sabe, cumple una doble función, desde que debe utilizarse
para certificar la existencia del menoscabo económico, como también para determinar su
cuantía, pudiendo redundar su aplicación en un aumento o disminución del monto
predeterminado" (C. Suprema, sent. reemplazo 21 de junio de 2018, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3071/2018, Rol Nº 39439-2017). 521.2. De la independencia del
supuesto del artículo 61 respecto de los factores del artículo 62. Ha sido la misma
I Corte de Apelaciones de Concepción, en fallo dividido, la que ha adherido a esta
lma. 

opinión. Así lo ha hecho cuando ha declarado: "Que con la prueba rendida han quedado
acreditados los presupuestos para la compensación económica, esto es, que como
consecuencia de haberse dedicado al cuidado de los hijos y a las labores propias del
hogar común, no pudo desarrollar una actividad remunerada o lucrativa durante el
matrimonio y ello le originó un menoscabo económico" (C. Apelaciones de Concepción, 9
de noviembre de 2010, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/11007/2010, Rol Nº 370-2010),
pero en el voto en contra se reiteraba la otra opinión, y se reproducían los ya citados dos
considerandos que conectan los artículos 61 y 62 (C. Apelaciones de Concepción, 9 de
noviembre de 2010, voto en contra, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/11007/2010, Rol
Nº 370-2010). 522. La indicación de los factores que se hace en este artículo no es
taxativa. Tal es la opinión que ha expresado la E Corte Suprema: "[E]n relación a la
xcma. 

supuesta omisión de la aplicación del artículo 62 de la Ley Nº 19.947, norma que alude a


diversos factores —no taxativos— que el juez habrá de tomar en consideración para
determinar la procedencia y cuantía de la compensación, cabe señalar que de la lectura
de ambos fallos de instancia, se aprecia que, por el contrario, los sentenciadores
decidieron, precisamente, sobre la base de la apreciación de esos criterios" (C. Suprema,
25 de agosto de 2014, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/5871/2014, Rol Nº 3830-
2014). Esta opinión se ha consolidado en su jurisprudencia del último tiempo: "Dichos
criterios no son taxativos y permiten observar el menoscabo padecido en el pasado,
aunque aparezcan, en cierto modo, en perspectiva de futuro, ya que algunos de ellos se
preguntan por el estado actual y futuro de los cónyuges. (Pizarro W., Carlos, "La Cuantía
de la Compensación Económica", en Revista de Derecho, Vol. XXII, Nº 1, julio de 2009,
pág. 42)" (C. Suprema, sent. reemplazo 21 de junio de 2018, cons. 2º, LegalPublishing:
Cl/Jur/3071/2018, Rol Nº 39439-2017). 523. El juez debe apreciar en cada caso
particular los factores enunciados en esta disposición. La E Corte Suprema, desde
xcma. 

una sentencia de 2007, se ha afirmado en una opinión que parece entender que las
circunstancias previstas en este artículo 62, más que referirse a la existencia y monto del
menoscabo económico, tocan a la misma compensación económica, y que la apreciación
de ellas queda confiada al juez de la causa. En efecto, ha declarado aquel tribunal que:
"[L]a compensación económica no corresponde al valor exacto de lo que habría podido
obtener el cónyuge beneficiario de haber trabajado o de haberlo hecho en mayor medida.
En efecto, mediante esta institución no se trata de indemnizar la pérdida de una ganancia
probable, es decir, su objetivo no es restituir lo perdido por su equivalente exacto y sólo se
busca mitigar la situación económica desmedrada que afecta a quien tiene derecho a ella.
Es el juez de la causa quien debe apreciar, en cada caso en particular, las circunstancias
precisas del pasado de los cónyuges y las situaciones del futuro que el legislador indica
para determinar su existencia y monto" (C. Suprema, 28 de noviembre de 2007, cons.
14º, LegalPublishing: Cl/Jur/6358/2007, Rol Nº 1787-2007). Con una ligera variante de
redacción, el mismo tribunal ha reiterado este considerando en sentencias posteriores:
"[L]a compensación económica no corresponde al valor exacto de lo que habría podido
obtener el cónyuge beneficiario de haber trabajado o de haberlo hecho en mayor medida.
En efecto, mediante esta institución no se trata de indemnizar la pérdida de una ganancia
probable, es decir, su objetivo no es restituir lo perdido por su equivalente exacto y sólo se
busca mitigar la situación económica desmedrada que afecta a quien tiene derecho a ella.
Es el juez de la causa quien debe apreciar, en cada caso en particular, los criterios
subjetivos del pasado de los cónyuges y las situaciones del futuro que el legislador
sugiere para determinar su existencia y monto" (C. Suprema, 19 de enero de 2009, cons.
6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5767/2009, Rol Nº 7939-2008; C. Suprema, 27 de abril de
2009, cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/7949/2009, Rol Nº 904-2009). Este
considerando, además, ha sido recibido en sentencias de algunos tribunales de alzada
(C. Apelaciones de Santiago, 1 de septiembre de 2009, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/571/2009, Rol Nº 7731-2007; C. Apelaciones de Santiago, 24 de
junio de 2010, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/3506/2010, Rol Nº 3478-
2009; C. Apelaciones de Santiago, 28 de octubre de 2010, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9089/2010, Rol Nº 330-2010; C. Apelaciones de Santiago, 2 de
mayo de 2010, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/4440/2012, Rol Nº 1654-2011). Esta
opinión ha sido recibida, igualmente, en alguna sentencia reciente, en la que se recuerda
la jurisprudencia que aquí se ha reseñado: "Que, no obstante la argumentación del
apelante, la avaluación del monto de la compensación económica queda entregada al
criterio del tribunal, quien debe considerar los factores propuestos en el tantas veces
citado artículo 62. La regulación de la cuantía es una cuestión prudencial. "Es el juez de la
causa quien debe apreciar, en cada caso en particular, las circunstancias precisas del
pasado de los cónyuges y las situaciones del futuro que el legislados indica para
determinar su existencia y monto." (C.S. Rol Nº 1787-2007) Ha resuelto la E Corte xcma. 

Suprema de Justicia que la regulación de la cuantía de la compensación económica es


una atribución que la propia ley asigna a los jueces. (C.S. Rol Nº 7515 2009). Y que en
esta materia el juez tiene discrecionalidad para fijar la cuantía, pero debe ajustarse a los
parámetros establecidos por el legislador. (C.S. 3495 2006)" (C. Apelaciones de
Concepción, 17 de febrero de 2015, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/952/2015, Rol
Nº 450-2014). 524. Del factor de la "vida en común". Sobre este criterio de
determinación de la existencia del menoscabo y de la cuantía de la compensación se han
sostenido las siguientes opiniones: 524.1. No es necesario examinar la distribución de
las tareas y responsabilidad que hubieran hecho los cónyuges durante la vida en
común: en ese sentido se ha declarado que: "La compensación económica que refieren
las citadas disposiciones legales [arts. 61 y 62], tiene por objeto establecer una
indemnización compensatoria a favor del cónyuge que se halle en la situación descrita en
la ley; y para determinar la existencia de menoscabo económico y cuanto se pagará al
cónyuge más débil, es necesario hacer una revisión de la vida en común, sin considerar la
distribución de tareas y responsabilidades que los cónyuges hubieren acordado" (C. de
Apelaciones de Santiago, 19 de agosto de 2008, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5507/2008, Rol Nº 1535-2008); 524.2. La duración de la vida
en común no es el único factor a considerar por el juez: ha recordado la E Corte xcma. 

Suprema, en sentencia de 7 de junio de 2010, que este criterio no está limitado al solo
tiempo de la efectiva convivencia conyugal: "Dentro de estos elementos se encuentra la
duración del matrimonio y de la vida en común y si bien este último es relevante, lo cierto
es que en ningún caso constituye el único a considerar por el juez en la regulación de la
compensación económica, la que contrariamente a lo argumentado por el recurrente, no
se circunscribe sólo al período de la convivencia efectiva, desde que la misma busca
reparar los efectos que la terminación del matrimonio y la extinción de los derechos y
obligaciones generarán a las partes, en especial, la más débil, por la pérdida de dicho
estatuto" (C. Suprema, 7 de junio de 2010, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/16795/2010,
Rol Nº 2582-2010). 525. Del factor de la "situación patrimonial" de los cónyuges. Por
algún tribunal de alzada se ha estimado que la determinación de la situación patrimonial
de los cónyuges opera como una circunstancia que, en principio, debe considerarse para
evitar que la fijación del quantum de la compensación deje a quien debe pagarla en una
situación de detrimento patrimonial: "[L]a determinación de la cuantía de la compensación
económica debe ser relacionada con la capacidad patrimonial de ambas partes, ya que de
lo que se trata es de equiparar a las partes (ex cónyuges) favoreciendo al más débil de la
relación, pero sin que ello implique, en modo alguno, dejar al cónyuge que estará obligado
a dar la compensación económica, en una situación de detrimento patrimonial respecto
del cónyuge que recibirá la referida compensación" (C. Apelaciones de Concepción, 9 de
octubre de 2014, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7269/2014, Rol Nº 326-
2014). 526. Del factor de la "situación patrimonial" de los cónyuges. La jurisprudencia
en este último tiempo ha tratado de este factor, aunque de manera incidental, sin perjuicio
de lo cual, es posible advertir algunas opiniones que comienzan a sostenerse en relación
con él. 526.1. La situación patrimonial del cónyuge demandante, como criterio para
juzgar su posición de "cónyuge débil", y para negar la compensación si es mejor
que la del demandado. Esta interpretación la ha defendido la I Corte de Apelaciones de
lma. 

Concepción: "Que la eventual compensación económica a que tendría derecho la actora


reconvencional, por los períodos no trabajados y en los que se dedicó al cuidado de los
hijos y las labores del hogar, en la forma ya establecida en el fallo, desaparece ante la
finalidad esencial de la institución que es la protección al cónyuge más débil, conforme al
principio establecido en el artículo 3º de la Ley de Matrimonio Civil, que dispone: 'Las
materias de familia reguladas por esta ley deberán ser resueltas cuidando proteger
siempre el interés superior de los hijos y del cónyuge más débil'. En la especie y conforme
a las probanzas aportadas, la actora no resulta serlo porque su situación patrimonial, sin
perjuicio del régimen matrimonial de separación total de bienes existente desde un
principio con su cónyuge, se ha acreditado es superior a la de éste, como se desprende
de sus informes socioeconómicos. Así, es un hecho cierto que posee el ahorro previsional
ya indicado ($ 9.866.216), superior al de [...] ($ 4.170.201) y, además, es propietaria plena
de un predio y titular de una cuota hereditaria indivisa en otros cuatro inmuebles, todos
ellos en la comuna de Arauco; el demandado reconvencional, en cambio, sólo es
comunero en un inmueble, todo ello según consta de registro de audio de la audiencia
preparatoria y las copias de las inscripciones aportadas en autos, respectivamente. 8º.
Que, en consecuencia, la sentencia apelada será enmendada, según se dirá. Por estas
consideraciones y los dispuesto en los artículos 186 del Código de Procedimiento Civil y
3º y 61 de la Ley Nº 19.947 y 66 y 67 de la Ley Nº 19.968, se revoca, en lo apelado y sin
costas del recurso, la sentencia definitiva de catorce de marzo de dos mil diecisiete
dictada por el Juzgado de Letras con competencia en Familia de Arauco que acogió la
demanda reconvencional de compensación económica y en su lugar se decide que ésta
queda rechazada, sin costas" (C. Apelaciones de Concepción, 28 de julio de 2017, cons.
7º y 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/4972/2017, Rol Nº 209-2017). 526.2. La situación
patrimonial del cónyuge y la liquidación de la sociedad conyugal. Se ha precisado,
en relación con los cónyuges casados en sociedad conyugal, que: "Los gananciales
obtenidos al liquidar la sociedad conyugal, tienen una causa jurídica distinta e
independiente de los hechos que motivan la compensación económica y, en
consecuencia, no cabe sustitución alguna entre ellos. Cosa distinta es que al
determinarse la procedencia y cuantía de la compensación, se atienda, entre otros
criterios, a la situación patrimonial de ambos cónyuges" (C. de Apelaciones de San
Miguel, 12 de septiembre de 2008, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5580/2008, Rol
Nº 2810-2008). 527. Del factor de "la buena o mala fe". Sobre este factor hay alguna
jurisprudencia disímil: a) Opinión que se desentiende de este factor: y así se ha
razonado que en la ley: "Se señala, además, un aspecto moral: la buena o mala fe, que
aunque es un principio general en el derecho, no resulta en este tema del todo pertinente,
lo que es evidente en el derecho comparado, donde obviamente no se menciona"
(C. Apelaciones de Concepción, 29 de febrero de 2008, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1706/2008, Rol Nº 1329-2007). Esta opinión, con la reproducción
literal del considerando que queda transcrito, ha sido reiterada por el mismo tribunal de
alzada en sentencias posteriores (C. Apelaciones de Concepción, 13 de marzo de 2008,
cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/5625/2008, Rol Nº 1446-2007; C. de Apelaciones de
Concepción, 3 de abril de 2008, cons. 20º, LegalPublishing: Cl/Jur/5636/2008, Rol
Nº 1947-2007); b) Opinión que lo estima relevante: en esta posición, genéricamente se
ha señalado que: "En relación al requisito de la buena o mala fe, la doctrina la hace
exigible respecto del cónyuge beneficiario, opinando que, si éste ha actuado de mala fe,
sería una justificación para reducir el monto de la compensación económica, si se le
otorgara" (C. de Apelaciones de Coyhaique, 20 de marzo de 2008, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5799/2008, Rol Nº 26-2008). 528. Del factor de la "cualificación
profesional y posibilidades de acceso al mercado laboral". A él se ha referido la
jurisprudencia ligándolo a la dedicación al cuidado de los hijos o del hogar común al
declarar: "Que es propio de la convivencia marital que cada cónyuge asuma diversos
roles frente a las exigencias de la vida, y en este sentido, en países en vías de desarrollo
como el nuestro, es bastante común que sea el marido quien se encargue de obtener los
recursos económicos para la subsistencia familiar y la mujer quien deba por su parte
asumir las responsabilidades del hogar, renunciando, sino total, al menos parcialmente, a
la obtención de metas laborales. Es precisamente esta entrega de la mujer a las labores
del hogar y a los hijos comunes la que le permite al marido dedicarse con libertad a
capacitarse e insertarse en la vida laboral. Este acuerdo, expreso o tácito, no puede
significar para la cónyuge un reproche ni menos una opción que la prive de la
compensación que regulan los artículos 61 y siguientes de la Ley Nº 19.947" (C. de
Apelaciones de Concepción, 10 de septiembre de 2007, cons.
3º, LegalPublishing: Cl/Jur/5554/2007, Rol Nº 238-2007). 529. Del factor de
la "colaboración" prestada a las actividades lucrativas del otro cónyuge. Se ha
entendido que esta colaboración se produce por el solo hecho de dedicarse al cuidado de
los hijos o del hogar común. Así se ha declarado que por: "Haberse dedicado la Sra. [...] al
hogar común y al cuidado personal de los hijos, se presume que no pudo desarrollar una
actividad laboral, puesto que de no haberse dedicado al hogar, habría desempeñado una
actividad remunerada o lucrativa, la que debe ser estimada en todo caso como una
colaboración prestada a la actividad laboral desempeñada por el demandado, para la
manutención del hogar común" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 10 de abril de 2008,
cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5435/2008, Rol Nº 2856-2007). En la misma orientación
se ha declarado que: "A juicio de estos sentenciadores, es indudable que esta diferencia
de riqueza ocurrió por el apoyo y colaboración que la cónyuge demandante prestó para la
manutención de los hijos y del hogar común, lo que le acarreó un evidente menoscabo
económico, que sólo se hace patente hoy, en que su matrimonio llega a su fin a instancias
del demandado, lo que la transforma en la cónyuge más débil, a la cual la ley quiere
proteger, cuando en su artículo 3º dispone: 'Las materias de familia reguladas por esta ley
deberán ser resueltas cuidando proteger siempre el interés superior de los hijos y del
cónyuge más débil'; por lo que se estima de justicia hacer lugar a la demanda
reconvencional" (C. de Apelaciones de Coyhaique, 20 de marzo de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5799/2008, Rol Nº 26-2008). 530. La decisión del tribunal de
denegar o disminuir el monto de la compensación económica no es revisable en
casación. Así se ha declarado que: "El legislador otorgó al juez la facultad para denegar
la compensación económica que habría correspondido al cónyuge que dio lugar a la
causal de divorcio del artículo 54 de la Ley Nº 19.947 o para disminuir prudencialmente su
monto. De ello se deduce que la decisión que se adopte en esta materia no es revisable
por la vía del recurso de casación" (C. Suprema, 12 de marzo de 2007, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/4651/2007, Rol Nº 5048-2006). Véase la Jurisprudencia al
artículo 64 de esta ley, número 436.

Artículo 63. La compensación económica y su monto y forma de pago, en


su caso, serán convenidos por los cónyuges, si fueren mayores de edad,
mediante acuerdo que constará en escritura pública o acta de avenimiento, las
cuales se someterán a la aprobación del tribunal.

Concordancias: Código Civil: artículo 26. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 61, 64,  65, 66. D.L. Nº  824, Ley de la Renta,  D.O.  31.12.1974: artículo 17 número 31. Ley
Nº  20.039, libera de impuesto a la renta a las compensaciones económicas por término del
matrimonio,  D.O.  8.02.2008: artículo 1º.  Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015:
artículo 27 inciso 2º.

531. De la compensación económica convencional y del cumplimiento de


Jurisprudencia: 
las exigencias legales. En relación con esta cuestión se ha realizado dos precisiones de
importancia, que tocan a la naturaleza y a los caracteres de la compensación económica,
cuando ella, su monto y su forma de pago se determinan convencionalmente. 531.1. La
convención de los cónyuges no altera la naturaleza de la compensación económica.
En este sentido se ha pronunciado el E  Tribunal Constitucional, que en sentencia de
xcmo.

2012 ha declarado que: "[E]s claro que la compensación económica matrimonial es una
obligación legal de alcance patrimonial, fundada en relaciones de familia basadas en
precedente matrimonio terminado por divorcio, en donde el convenio regulador aprobado
judicialmente no es la fuente misma de la obligación sino sólo uno de los modos de
definirla, cuantificarla o liquidarla formalmente, dotándola de la fuerza ejecutiva
equivalente a una sentencia ejecutoriada, al ser homologada a una decisión judicial"
(Tribunal Constitucional, 27 de septiembre de 2012, cons. 22º, Rol Nº 2102-11-
Ina). 531.2. La convención de los cónyuges no puede prescindir del cumplimiento
de las exigencias legales. Sobre este punto se ha declarado: "Que si bien la ley faculta a
los cónyuges para liquidar de común acuerdo la sociedad conyugal y convenir una
compensación económica en los términos que ellos decidan, dicho pacto no puede omitir
los requisitos exigidos por la ley para su validez" (C. de Apelaciones de San Miguel, 12 de
septiembre de 2008, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5580/2008, Rol Nº 2810-2008). De
ahí que, por ejemplo: "Si los cónyuges decidieran adjudicar el inmueble social y el
automóvil a uno de ellos, deberán necesariamente en forma previa efectuar la liquidación
de la sociedad conyugal, debido a que en caso contrario se podría perjudicar los derechos
válidamente adquiridos por terceros, respecto de aquéllos" (C. de Apelaciones de San
Miguel, 12 de septiembre de 2008, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/5580/2008, Rol
Nº 2810-2008). 532. El tribunal, para prestar su aprobación al acuerdo, debe
considerar las exigencias legales y la protección del cónyuge débil. En este sentido
se ha declarado: "Que la escritura pública en que se incorporó el acuerdo de los
cónyuges, importa el reconocimiento de éstos respecto de la procedencia de la
compensación económica y de la forma de pago de la misma, de acuerdo a las reglas de
la sana crítica y en particular de la lógica, al juez a quo, sólo le resta considerar si es
efectivo o no que se cumplen con los requisitos señalados en la ley para dar lugar a la
misma; norma que entonces, deberá siempre ser interpretada en armonía con los
principios que informan el derecho de familia y especialmente el de proteger al cónyuge
más débil, hecho ponderado por las partes al momento de fijarla, ya que se trata de una
materia patrimonial, que por lo tanto es renunciable, más aún si se tiene presente la edad,
y condiciones de los comparecientes del proceso" (C. de Apelaciones de San Miguel, 6 de
septiembre de 2007, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/5507/2007, Rol Nº 1286-
2007). 533. Se admite el acuerdo pendiente la tramitación del procedimiento de
divorcio en el que se convienen las prestaciones económicas a favor de uno de los
cónyuges, renunciando a cualquier derecho o acción que recíprocamente pudiere
corresponderle. Se ha admitido así que: "De lo reseñado por los actuales litigantes en la
mencionada escritura pública de 25 de enero de 2005, cabe poner de relieve que, a la
sazón, estaba pendiente y en tramitación este juicio de divorcio al que inclusive se hace
inequívoca referencia en su cláusula cuarta—; que a través suyo tales comparecientes
declararon que nada se adeudaban; y, en fin, que de su contexto aparece que el objeto
esencial del acuerdo estaba constituido por la regulación de aspectos patrimoniales
relacionados con el vínculo matrimonial que se pretendía disolver. En esas condiciones y
como quiera que no existen antecedentes para sostener que las prestaciones económicas
allí asumidas obedezcan a una mera liberalidad o al pago de alguna obligación
alimenticia, se tiene que los dineros entregados en ese acto por don [...] y la obligación
que contrajo de solucionar el crédito hipotecario que afectaba al bien raíz aludido, no
pudieron sino corresponder a un acuerdo que los cónyuges adoptaron en materia de
compensación económica. En suma, ellos convinieron acerca de la procedencia, cuantía y
modo de entero de aquella" (C. Apelaciones de Santiago, 23 de abril de 2007, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/3682/2007, Rol Nº 5680-2007, conf. C. Suprema, 22 de octubre
de 2008, LegalPublishing: Cl/ Jur/5229/2008, Rol Nº 5388-2008).

Artículo 64. A falta de acuerdo, corresponderá al juez determinar la


procedencia de la compensación económica y fijar su monto.

Si no se solicitare en la demanda, el juez informará a los cónyuges la


existencia de este derecho durante la audiencia preparatoria. 294

Pedida en la demanda, en escrito complementario de la demanda o en la


reconvención, el juez se pronunciará sobre la procedencia de la compensación
económica y su monto, en el evento de dar lugar a ella, en la sentencia de
divorcio o nulidad.

Concordancias: Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 60, 61, 63. Ley
Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 56, 58, 59, 61. D.L. Nº 824, Ley de la
Renta, D.O. 31.12.1974: artículo 17 número 31. Ley Nº  20.039, libera de impuesto a la renta a las
compensaciones económicas por término del matrimonio,  D.O.  8.02.2008: artículo 1º.  Ley Nº  20.830,
crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 27 inciso 2º.

534. De la fijación del monto de la compensación económica y del arbitrio


Jurisprudencia: 
del juez. Desde temprano la E Corte Suprema asumió: "Que si bien en esta materia
xcma. 

cabe reconocer que el juez tiene discrecionalidad para fijar la cuantía de la compensación
económica, se debe también considerar que el legislador estableció ciertos parámetros
para ello, exponiendo criterios que dicen relación con el matrimonio, con el cónyuge
deudor y con la situación personal del beneficiario" (C. Suprema, 20 de diciembre de
2006, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3853/2006, Rol Nº 3495-2006). Este considerando
lo ha reproducido literalmente en alguna sentencia posterior (C. Suprema, 1 de junio de
2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/7978/2009, Rol Nº 3079-2009), o con alguna ligera
variante de redacción: "Si bien en esta materia el juez tiene discrecionalidad para fijar la
cuantía de la compensación económica, se debe también considerar que el legislador
estableció ciertos parámetros para ello, señalando criterios que dicen relación con el
matrimonio, con el cónyuge deudor y con la situación personal del beneficiario"
(C. Suprema, 28 de noviembre de 2007, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/6358/2007,
Rol Nº 1787-2007; C. Suprema, 27 de abril de 2009, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7949/2009, Rol Nº 904-2009; C. Suprema, 22 de junio de 2009,
cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/778/2009, Rol Nº 3303-2009; C. Suprema, 29 de julio de
2009, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/9666/2009, Rol Nº 3911-2009). Es esta una
opinión consolidada y que frecuentemente es reiterada por los tribunales de alzada: "Si
bien en esta materia el juez tiene discrecionalidad para fijar la cuantía de la compensación
económica, se debe también considerar que el legislador estableció ciertos parámetros
para ello, exponiendo criterios que dicen relación con el matrimonio, con el cónyuge
deudor y con la situación personal del beneficiario" (C. Apelaciones de Santiago, 24 de
junio de 2010, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3506/2010, Rol Nº 3478-2009); "'Es el
juez de la causa quien debe apreciar, en cada caso en particular, las circunstancias
precisas del pasado de los cónyuges y las situaciones del futuro que el legislados indica
para determinar su existencia y monto' (C.S. Rol Nº 1787-2007) Ha resuelto la E Corte
xcma. 

Suprema de Justicia que la regulación de la cuantía de la compensación económica es


una atribución que la propia ley asigna a los jueces. (C.S. Rol Nº 7515-2009). Y que en
esta materia el juez tiene discrecionalidad para fijar la cuantía, pero debe ajustarse a los
parámetros establecidos por el legislador. (C.S. Rol Nº 3495-2006)" (C. Apelaciones de
Concepción, 17 de febrero de 2015, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/952/2015, Rol
Nº 450-2014). 535. La determinación del monto de la compensación económica
exige un proceso de análisis y valoración probatoria. La E Corte Suprema ha
xcma. 

destacado: "Que es preciso enfatizar que la determinación del quantum de la


compensación económica por su naturaleza, hace necesario un proceso de análisis y
valoración probatoria el cual, como se estableció en la consideración que antecede, no es
propio de las funciones a que ha de avocarse un tribunal de casación sino solo en cuanto
tal valoración lo haya sido por los sentenciadores del grado, con inobservancia de los
principios que conforman el sistema bajo el cual la prueba rendida ha de ser estudiada,
esto es, los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos
científicamente afianzados" (C. Suprema, 27 de octubre de 2014, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7853/2014, Rol Nº 23335-2014). 536. De la fijación del monto
de la compensación económica y del recurso de casación. La E Corte Suprema se
xcma. 

ha afirmado en la opinión según la cual, la determinación del monto de la compensación


económica queda entregada a los jueces de la instancia y que, en principio, no es
revisable en casación: "Esta materia corresponde a una facultad entregada a la
apreciación de los jueces de la instancia, que en general, no es revisable por esta vía
[casación]" (C. Suprema, 19 de enero de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5767/2009, Rol Nº 7939-2008). Es esta una opinión que el mismo
tribunal reitera frecuentemente: "[L]a regulación del monto de la compensación
económica, constituye una cuestión prudencial, como facultad entregada a la apreciación
de los jueces de la instancia, la que, en general, no es revisable por esta vía"
(C. Suprema, 11 de febrero de 2015, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/732/2015, Rol
Nº 28904-2014). El mismo tribunal sí que ha matizado que la posibilidad de revisión en
casación de la determinación del monto de la compensación económica, estaría ligado a
advertirse que en él ha existido una "arbitrariedad manifiesta". Tal es lo que ha sostenido
la E Corte Suprema: "[L]a regulación del monto de las referidas compensación y pensión,
xcma. 

de conformidad a la ley, constituye una cuestión prudencial entregada a la apreciación de


los jueces de la instancia, la que en general no es revisable por esta vía, salvo que se
aprecie arbitrariedad manifiesta, cuyo no es el caso" (C. Suprema, 28 de febrero de 2013,
cons. 3º, Legal Publishing: Cl/Jur/461/2013, Rol Nº 8981-2012). En igual sentido se ha
declarado que: "[L]o realmente refutado es la manera en se determinó la cuantía y forma
de pago de la compensación económica, una cuestión de apreciación del tribunal, que no
es posible de revisar por esta vía, si no se advierte arbitrariedad en su establecimiento"
(C. Suprema, 20 de noviembre de 2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/8766/2014, Rol
Nº 8076-2014). La revisión, por la vía de casación de la determinación del quantum de la
compensación económica, está ligada a la comprobación de la eficacia y portunidad de
las reglas de la sana crítica adoptadas, de acuerdo con el artículo 32 de la Ley Nº 19.968:
"Que los errores o infracciones que se denuncian y, en especial, al artículo 32 de la Ley
Nº 19.968 —que es la norma a partir de la cual se construyen los demás errores que por
esta vía se denuncian— redundan en la falta de análisis de los medios probatorios y en la
omisión de las razones que sirven de sustento a la decisión jurisdiccional y cuyo resultado
se materializó en no acceder de manera íntegra a la pretensión de la demandante por
concepto de compensación económica. Sin embargo, ha de quedar asentado que la labor
de un tribunal de casación no se condice con aquella por la cual el juzgador asuma la
posición de valorar nuevamente la prueba vertida en el proceso sino la de comprobar la
eficacia y oportunidad de las reglas de la sana crítica adoptadas y cuya ausencia
permitiría a estos jueces sustituir la decisión defectuosa" (C. Suprema, 20 de noviembre
de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/8766/2014, Rol Nº 8076-2014). Esta
argumentación se reitera en una serie de otras sentencias del mismo tribunal
(C. Suprema, 23 de octubre de 2014, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/7779/2014, Rol
Nº 23212-2014). 537. La cuantía de la compensación económica no debe probarse.
Como consecuencia del principio señalado en el número anterior se ha declarado que:
"Se equivoca el recurrente al afirmar que correspondía a la demandante reconvencional
probar, además, la cuantía de la compensación que demanda" (C. Suprema, 28 de
noviembre de 2007, cons. 15º, LegalPublishing: Cl/Jur/6358/2007, Rol Nº 1787-
2007). 538. El monto de la compensación económica no equivale al valor exacto de
lo que habría podido obtener el cónyuge beneficiario de haber trabajado o de
haberlo hecho en mayor medida. Se ha sostenido que: "La compensación económica
no corresponde al valor exacto de lo que habría podido obtener el cónyuge beneficiario de
haber trabajado o de haberlo hecho en mayor medida. En efecto, mediante esta
institución no se trata de indemnizar la pérdida de una ganancia probable, es decir, su
objetivo no es restituir lo perdido por su equivalente exacto y sólo se busca mitigar la
situación económica desmedrada que afecta a quien tiene derecho a ella. Es el juez de la
causa quien debe apreciar, en cada caso en particular, los criterios subjetivos del pasado
de los cónyuges y las situaciones del futuro que el legislador sugiere para determinar su
existencia y monto. En fin, verificado el cumplimiento de los presupuestos que la hacen
procedente, esto es, acreditado en autos que se ha producido una situación injusta desde
el punto de vista patrimonial para el cónyuge más débil de la relación matrimonial que
termina, producida por la legítima opción de haberse dedicado al cuidado de los hijos y a
las labores del hogar, corresponde a los jueces de la instancia fijar prudencialmente su
monto" (C. Suprema, 28 de noviembre de 2007, cons.
14º, LegalPublishing: Cl/Jur/6358/2007, Rol Nº 1787-2007). Este considerando lo ha
reproducido el mismo tribunal en sesntencias posteriores (C. Suprema, 19 de enero de
2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/5767/2009, Rol Nº 7939-2008; C. Suprema, 27 de
abril de 2009, cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/7949/2009, Rol Nº 904-2009). 539. El
monto de la compensación siempre debe fijarse en la sentencia. Se ha advertido que:
"Aun cuando la legislación entrega amplia libertad al juez para fijar la forma de pago de la
compensación, sea como capital en suma única, bajo las modalidades que establece el
artículo 65 de la misma ley o en cuotas periódicas con una duración determinada, su
monto siempre debe ser fijado en la sentencia y la forma de enterarlo variará de acuerdo
al mérito del proceso" (C. Suprema, 1 de junio de 2009, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7978/2009, Rol Nº 3079-2009). 540. El monto de la
compensación económica debe fijarse en una suma determinada e invariable. Tal es
hoy día la opinión común y que puede tenerse por consolidada. Así, la E Corte Suprema
xcma. 

asumía esta opinión en una sentencia de 2006: "Que, a falta de acuerdo entre las partes,
corresponde al juez de la causa establecer si se dan los requisitos que la institución exige
y fijar su monto. Al relacionar los artículos 63, 64, 65 y 66 de la Ley Nº 19.947, resulta que
el legislador no ordena pagar una pensión mensual, sino un monto determinado que es
invariable en el tiempo, cualesquiera sean las circunstancias personales y patrimoniales
de los interesados —deudor o acreedor— posteriores a la sentencia que la regula"
(C. Suprema, 20 de diciembre de 2006, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/3853/2006, Rol
Nº 3495-2006). Este considerando lo ha reproducido literalmente el mismo tribunal en
muchas de sus sentencias posteriores (C. Suprema, 28 de noviembre de 2007, cons.
12º, LegalPublishing: Cl/Jur/6358/2007, Rol Nº 1787-2007; C. Suprema, 27 de abril de
2009, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/7949/2009, Rol Nº 904-2009; C. Suprema, 1 de
junio de 2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7978/2009, Rol Nº 379-2009;
C. Suprema, 22 de junio de 2009, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/778/2009, Rol
Nº 3303-2009; C. Suprema, 6 de julio de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/782/2009, Rol Nº 3298-2009; C. Suprema, 29 de julio de 2009,
cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/9666/2009, Rol Nº 3911-2009; C. Suprema, 5 de agosto
de 2009, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/9671/2009, Rol Nº 4766-2009; C. Suprema, 17
de agosto de 2009, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/315/2009, Rol Nº 4680-2009;
C. Suprema, 14 de diciembre de 2009, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/4725/2009, Rol
Nº 7039-2009; C. Suprema, 21 de abril de 2010, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2713/2010, Rol Nº 1090-2010; C. Suprema, 26 de abril de 2010,
cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/5600/2010, Rol Nº 1303-2010; C. Suprema, 28 de
diciembre de 2012, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2989/2012, Rol Nº 6903-2012;
C. Suprema, 26 de febrero de 2014, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/329/2014, Rol
Nº 10964-2013; C. Suprema, 7 de mayo de 2014, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2071/2014, Rol Nº 12250-2013). 541. No es posible fijar como
compensación económica una pensión vitalicia. En este sentido, la E Corte Suprema
xcma. 

ha precisado que: "Es evidente que la compensación no es una pensión que deba ser
pagada periódicamente y en forma vitalicia, pues sin calificar jurídicamente su naturaleza
y teniendo presente que se busca compensar un detrimento económico, éste debe
traducirse en un monto fijo, racional y proporcional a las circunstancias de las partes, sin
perjuicio de la forma de pago que se establezca" (C. Suprema, 20 de diciembre de 2012,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/3853/2006, Rol Nº 3495-2006; C. Suprema, 1 de junio
de 2009, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/7978/2009, Rol Nº 3079-2009). Esto es así,
porque: "Al relacionar los artículos 63, 64, 65 y 66 de la Ley Nº 19.947, resulta que el
legislador no ordena pagar una pensión mensual, sino un monto determinado que es
invariable en el tiempo, cualesquiera sean las circunstancias personales y patrimoniales
de los interesados deudor o acreedor posteriores a la sentencia que la regula"
(C. Suprema, 20 de diciembre de 2012, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/3853/2006, Rol
Nº 3495-2006; C. Suprema, 1 de junio de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7978/2009, Rol Nº 3079-2009). De ahí que se haya declarado
que: "Al decidir los sentenciadores otorgar a la demandante reconvencional una pensión
vitalicia por concepto de compensación económica, han vulnerado las normas de los
artículos 62, 63, 64, 65 y 66 de la Ley Nº 19.947, lo que influyó sustancialmente en lo
resolutivo del fallo recurrido, desde que condujo a los jueces a condenar erradamente al
demandado a pagar una suma indeterminada" (C. Suprema, 20 de diciembre de 2012,
cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/3853/2006, Rol Nº 3495-2006; C. Suprema, 1 de junio
de 2009, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/7978/2009, Rol Nº 3079-2009). 542. No es
posible fijar como compensación económica una pensión de alimentos. Así se ha
afirmado que: "Para la fijación de la compensación económica se pueden utilizar todas las
alternativas que hagan posible su cumplimiento, pero en ningún caso ella se puede
transformar en una especie de pensión alimenticia" (C. de Apelaciones de Concepción, 20
de mayo de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/5656/2008, Rol Nº 2499-
2007). 543. No es posible fijar como compensación económica un usufructo
vitalicio. En este sentido se ha declarado: "Que la circunstancia de establecer como
compensación económica el usufructo vitalicio de la propiedad social, vulnera la
naturaleza jurídica de esta institución, toda vez que con el divorcio y la compensación
económica, se busca evitar mantener vínculos entre los cónyuges, ya sea por hecho
imputable a uno de ellos que haya dado lugar al divorcio, o de común acuerdo, cesan su
vida común sin interés en seguir vinculados para el futuro" (C. Apelaciones de Talca, 9 de
marzo de 2012, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/552/2012, Rol Nº 2-2012). 544. No es
posible imputar al monto de la compensación económica los gananciales habidos
en la sociedad conyugal. Se ha declarado así: "Que la circunstancia de haberse
procedido a la liquidación de la sociedad conyugal el año 1992, fecha en la cual había
cesado la convivencia entre los cónyuges, no es compensable con lo demandado por
concepto de compensación económica, toda vez que la naturaleza jurídica de esta última
corresponde a una indemnización compensatoria a favor del cónyuge más débil, que para
el caso de marras lo es la demandada, y la liquidación es la forma como se adjudica a
cada parte lo habido en la sociedad conyugal, es decir, son dos instituciones jurídicas
distintas, tanto por su objeto como por su naturaleza, con lo cual no cabe asimilarlas"
(C. de Apelaciones de Santiago, 19 de agosto de 2008, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5507/2008, Rol Nº 1535-2008). En la misma orientación se ha
precisado que: "Mientras la compensación económica está destinada a reparar el
menoscabo que se produjo en el patrimonio de uno de los cónyuges como consecuencia
de haberse dedicado durante el matrimonio al cuidado de los hijos o del hogar común, en
la medida que ello le impidió desarrollar una actividad remunerada, la liquidación de la
sociedad conyugal es la forma ordinaria de poner término a la comunidad que se forma
entre los cónyuges, al disolverse dicho régimen matrimonial, por cualquiera de las causas
que contempla la ley" (C. de Apelaciones de San Miguel, 12 de septiembre de 2008, cons.
5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5580/2008, Rol Nº 2810-2008). 545. Deber del juez de
informar de la existencia del derecho a solicitar compensación económica. Se ha
entendido que: "Pesa sobre el Juez de Familia el deber de comunicarle a los cónyuges
cual es el significado de la institución de la Compensación Económica, esto es, darles a
conocer los derechos que les asisten en el juicio de divorcio al efecto" (C. de Apelaciones
de Arica, 5 de agosto de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/5352/2008, Rol Nº 390-
2008). La omisión del cumplimiento de este deber irroga a la parte afectada un perjuicio
sólo reparable mediante la invalidación de la sentencia que llegare a pronunciarse: "En la
especie, ha quedado en evidencia que el juez de primer grado no informó a la demandada
sobre la existencia del derecho a compensación económica, no instó a su apoderado a
reconvenir oralmente y no le indicó que no procedía la reserva de derechos para tramitar
por cuerda separada tal acción ni se buscó la solución colaborativa entre las partes
respecto de esta materia. Este proceder y omisiones contrarían los principios del
procedimiento ante los Juzgados de Familia, consagrados en el artículo 9º de la Ley
Nº 19.968, que establece que el procedimiento que aplicarán los Juzgados de Familia
será oral, concentrado y desformalizado, primando los principios de inmediación,
actuación de oficio y búsqueda de soluciones colaborativas entre las partes, y de paso ha
dejado a la demandada sin derecho a impetrar la compensación económica que
expresamente manifestó en la audiencia tener interés en ejercer, lo que le causa grave
perjuicio, reparable sólo con la invalidación de la sentencia" (C. de Apelaciones de Puerto
Montt, 2 de julio de 2009, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/8395/2009, Rol Nº 82-
2009). 546. Oportunidades para demandar la compensación económica e
improcedencia de reservarse tal derecho, en la audiencia, para hacerlo valer por
cuerda separada. Así se ha declarado que: "La reserva de demandar por cuerda
separada las compensaciones económicas, ella no es procesalmente pertinente, desde
que tales compensaciones sólo pueden pedirse conjuntamente con la demanda de
divorcio, en un escrito complementario o en la reconvención, conforme dispone el artículo
64 de la Ley Nº 19.947, y no por cuerda separada" (C. de Apelaciones de Puerto Montt, 2
de julio de 2009, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/8395/2009, Rol Nº 82-
2009). 547. Renuncia al derecho a demandar la compensación económica si no se la
pide en las oportunidades procesales previstas. Se ha entendido que se renuncia a
demandar este derecho cuando no se lo ejercita en las oportunidades procesales
previstas y así se ha declarado que estableciendo la ley que: "Si no se solicitare en la
demanda, el juez informará a los cónyuges la existencia de este derecho durante la
audiencia de conciliación", lo que implica que pesa sobre el Juez de Familia el deber de
comunicarle a los cónyuges cual es el significado de la institución de la Compensación
Económica, esto es, darles a conocer los derechos que les asisten en el juicio de divorcio
al efecto, deber que, como se ha visto, fue cabalmente cumplido por el juez a quo.
Precisado ello y constando fehacientemente que la parte apelante fue, oportuna y
personalmente, notificada de la nueva audiencia donde podría hacer uso del derecho a
demandar compensación económica, ella no concurrió a dicha audiencia y tampoco
instruyó a sus representantes al efecto, de lo que no puede menos que presumirse que,
debidamente informada, decidió no ejercer tal derecho" (C. de Apelaciones de Arica, 5 de
agosto de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5352/2008, Rol Nº 390-2008).

Artículo 65. En la sentencia, además, el juez determinará la forma de pago


de la compensación, para lo cual podrá establecer las siguientes modalidades:

1.- Entrega de una suma de dinero, acciones u otros bienes. Tratándose de


dinero, podrá ser enterado en una o varias cuotas reajustables, respecto de las
cuales el juez fijará seguridades para su pago.

2.- Constitución de derechos de usufructo, uso o habitación, respecto de


bienes que sean de propiedad del cónyuge deudor. La constitución de estos
derechos no perjudicará a los acreedores que el cónyuge propietario hubiere
tenido a la fecha de su constitución, ni aprovechará a los acreedores que el
cónyuge beneficiario tuviere en cualquier tiempo.

Concordancias: Código Civil: artículos 147 inciso final, 764, 811. Ley Nº  19.947, de Matrimonio
Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 61, 62, 66. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,  D.O.  30.08.2004:
artículos 65, 66. Ley Nº  20.255, establece Reforma Previsional,D.O.  17.03.2008: artículo 80. Ley
Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 27 inciso 2º.

548. Pago en una sola vez como regla general. Se ha declarado que: "Como
Jurisprudencia: 
regla general, la compensación será pagada de una sola vez y, por excepción, según lo
dispuesto en el artículo 66 de la Ley de Matrimonio Civil, el legislador autoriza su pago en
cuotas" (C. Suprema, 1 de junio de 2009, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/7978/2009,
Rol Nº 3079-2009). 549. Enumeración no taxativa de las modalidades de pago. Es
esta una opinión consolidada en la jurisprudencia de la E Corte Suprema: "Según
xcma. 
previene el artículo 65 de la Ley de Matrimonio Civil, en la sentencia definitiva, además de
fijar el monto a compensar por el menoscabo padecido, se debe también determinar su
forma de pago. Para ello la misma disposición señala las modalidades que se pueden
utilizar al efecto, las que sin ser taxativas, se refieren a diversas formas para su entero y
pago. En primer lugar, se alude a la entrega de una suma de dinero, acciones u otros
bienes y en segundo término, a la constitución de derecho de usufructo, uso o habitación,
respecto de bienes que sean de propiedad del cónyuge deudor" (C. Suprema, 1 de junio
de 2009, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7978/2009, Rol Nº 3079-2009). En el mismo
sentido se ha reiterado: "Que el artículo 65 de la Ley de Matrimonio Civil señala que en la
sentencia definitiva, además de fijar el monto a compensar por el menoscabo padecido,
se debe también determinar su forma de pago, señalando la misma disposición las
modalidades que se pueden utilizar, la que sin ser taxativa, se refiere a diversas formas
para su entero y pago, tales como la entrega de una suma de dinero, de acciones u otros
bienes, la constitución de derecho de usufructo, uso o habitación, respecto de bienes que
sean de propiedad del cónyuge deudor" (C. Suprema, 28 de diciembre de 2012, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2989/2012, Rol Nº 6903-2012). Se ha confirmado esta opinión
cuando se ha declarado: "Que en lo que respecta a la infracción del artículo 65 de la Ley
Nº 19.947, de la lectura de la norma se advierte que la enumeración allí contemplada, no
es taxativa, y no podría ser de otra forma, por las distintas posibilidades que, para cada
caso particular, pueden concurrir para permitir el pago en comento, siempre que quede a
salvo el interés del cónyuge acreedor y no se altere la finalidad de la institución"
(C. Suprema, 1 de septiembre de 2014, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6136/2014, Rol
Nº 4148-2014). 550. Es posible que, como forma de pago, se adjudiquen bienes
muebles o derechos sobre ciertos bienes, tales como los que son de propiedad
común de los cónyuges. Así se ha declarado por la E Corte Suprema: "En cuanto al
xcma. 

artículo 65 de la citada ley, no es correcto lo que señala el recurrente al decir que en dicho
artículo no existe la posibilidad de adjudicar bienes o derechos en los bienes para
determinar la forma de pago de la compensación económica; dicho artículo en su numeral
1 dispone: 'En la sentencia, además, el juez determinará la forma de pago de la
compensación, para lo cual podrá establecer las siguientes modalidades: 1. Entrega de
una suma de dinero, acciones u otros bienes'. Es claro entonces que, al señalar la entrega
de otros bienes, el legislador se refiere a la posibilidad de entregar un bien mueble, un
inmueble o derechos que se tengan en uno u otro; por lo cual no existe un error por parte
de los jueces al establecer como forma de pago el traspaso de los derechos en el
inmueble en que ambos cónyuges son comuneros" (C. Suprema, 4 de octubre de 2016,
cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/6813/2016, Rol Nº 17137-2016). 551. No puede fijarse
como modalidad de pago una pensión periódica. Se ha declarado que: "Es evidente
que la compensación no es una pensión que deba ser pagada periódicamente y en forma
vitalicia, pues sin calificar jurídicamente su naturaleza y teniendo presente que se busca
compensar un detrimento económico, éste debe traducirse en un monto fijo, racional y
proporcional a las circunstancias de las partes, sin perjuicio de la forma de pago que se
establezca" (C. Suprema, 1 de junio de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7978/2009, Rol Nº 3079-2009). 552. No puede fijarse como
forma de pago de la compensación la transferencia del porcentaje que le
correspondería al cónyuge deudor en un bien perteneciente a la sociedad conyugal.
En este sentido se ha declarado que: "[L]a modalidad de pago consistente en la
transferencia en dominio del cincuenta por ciento del bien raíz perteneciente a la sociedad
conyugal, que se individualiza, y que le corresponderá al demandado a título de mitad de
gananciales, una vez disuelta a consecuencia del término del matrimonio por sentencia de
divorcio, deberá ser revisada. En efecto, mientras no se encuentre firme y ejecutoriada la
sentencia de divorcio, el matrimonio existente entre las partes no termina y, en
consecuencia, tampoco se disuelve la sociedad conyugal existente entre ellos, de manera
que no es jurídicamente posible el pago de la compensación económica mediante la
transferencia de dominio del cincuenta por ciento que al cónyuge deudor le corresponderá
a título de gananciales en un bien inmueble en este caso determinado. Producida la
disolución de la sociedad conyugal, se formará una comunidad entre los cónyuges, o ex
cónyuges en este caso, cuya división de los bienes sociales se sujetará a las reglas dadas
para la partición de los bienes hereditarios, como lo tiene mandado el artículo 1776 del
Código Civil. La partición, por su parte, ha sido definida como un conjunto complejo de
actos encaminados a poner fin al estado de indivisión mediante la liquidación y
distribución entre los copartícipes del caudal poseído pro indiviso en partes o lotes que
guarden proporción con los derechos cuotativos de cada uno de ellos (Manuel Somarriva
Undurraga, Indivisión y Partición, quinta edición, p. 227). De modo que, sin entrar a la
liquidación de la comunidad resultante a la disolución de la sociedad conyugal, mediante
la partición, no puede ordenarse el pago de la compensación económica, como lo
pretende la sentencia en alzada, fijándose el valor del cincuenta por ciento de un bien
social en la misma suma fijada para dicha compensación. Dicho bien debe ser, en primer
lugar, tasado, tal como lo tiene ordenado el artículo 1765 del Código Civil, y sólo entonces
podrá establecerse una equivalencia entre su valor y la compensación ordenada pagar.
En el caso, y sin que existan antecedentes probatorios allegados al proceso, el juez ha
establecido dicha equivalencia en la suma de $ 15.000.000., procedimiento que esta
Corte no comparte [...] Que, refuerza lo dicho, lo prescrito en el artículo 227 Nº 1 del
Código Orgánico de Tribunales que somete obligatoriamente al conocimiento por árbitros,
en lo que interesa, la liquidación de una sociedad conyugal, de manera que en dicho
ámbito y competencia deberá establecerse, en primer lugar, la tasación del bien inmueble
perteneciente a la sociedad conyugal existente entre las partes del pleito. No está demás,
en este sentido, señalar que la suma ordenada pagar a título de compensación
económica, producida la disolución de la sociedad conyugal, corresponderá a una
recompensa del cónyuge acreedor en contra del cónyuge deudor, y que podrá hacer valer
al tiempo de la referida liquidación, cuyo podría ser el caso de autos" (C. Apelaciones de
Concepción, 29 de enero de 2013, cons. 8º y 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/440/2013, Rol
Nº 217-2012). 553. Fijación de seguridades para el pago y retención por el
empleador de parte de las remuneraciones. Se ha admitido: "Que para asegurar y
facilitar el pago de las cuotas, esta Corte estima acertada la modalidad de retención
ordenada por la sentencia en alzada, debiendo oficiarse a la empleadora para ello" (C. de
Apelaciones de Concepción, 24 de febrero de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6068/2009, Rol Nº 1707-2008).

Artículo 66. Si el deudor no tuviere bienes suficientes para solucionar el


monto de la compensación mediante las modalidades a que se refiere el
artículo anterior, el juez podrá dividirlo en cuantas cuotas fuere necesario. Para
ello, tomará en consideración la capacidad económica del cónyuge deudor y
expresará el valor de cada cuota en alguna unidad reajustable.

La cuota respectiva se considerará alimentos para el efecto de su


cumplimiento, a menos que se hubieren ofrecido otras garantías para su
efectivo y oportuno pago, lo que se declarará en la sentencia.

Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 64 inciso 1º, 65. Ley


Nº  14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000.  Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O.  21.04.2015: artículo 27 inciso 2º.

554. La carencia de bienes suficientes constituye un hecho negativo y,


Jurisprudencia: 
por ende, no puede obligarse a su prueba a quien lo invoca, y él se desprende de la
capacidad económica de las partes. En este sentido se ha declarado: "Que en relación
a la vulneración del artículo 66 de la Ley de Matrimonio Civil, cabe precisar que desde la
perspectiva de la lógica de la dogmática jurídica procesal, no es posible obligar a la parte
a que acredite un hecho negativo, —tal como lo propone el recurrente—, esto es, que se
verifique, analice e inclusive se razone sobre: 'que el cónyuge deudor carece de bienes',
aquello atenta contra la integridad y entendimiento de la construcción del fundamento
jurídico, ya que se estaría discurriendo sobre algo que no existe al momento de su
análisis, el que 'no tiene bienes', motivo por el cual entonces, es necesario que la
interpretación del contenido y objetivo de la citada norma, según se desprende de los
artículos 19 y siguientes del Código Civil, debe ser hecha del modo que más conforme
parezca al espíritu general de la legislación y a la equidad natural [...] Que lo procedente
para determinar el referido elemento, esto es la existencia o no de bienes del cónyuge
deudor, será a través de la determinación de la capacidad económica de las partes y
sobre la base de dicho presupuesto fáctico —positivo— las partes y el juez deberán
propender a desarrollar sus defensas, prueba y razonamiento. De lo expuesto se concluye
entonces, que la determinación de 'si el deudor no tuviere bienes suficientes para
solucionar el monto de la compensación', es una cuestión que dice relación con la
capacidad económica de las partes, y por lo mismo constituye una situación fáctica que
debe ser determinada por los jueces de fondo y que no es permitido a este tribunal alterar,
a menos que se hayan vulnerado las reglas de la sana crítica, lo que conforme a lo que se
viene razonando, tampoco se verificó en la especie" (C. Suprema, 21 de julio de 2014,
cons. 8º y 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/4721/2014, Rol Nº 1493-2014). 555. Libertad del
juez para determinar su pago en cuotas. Sobre esta cuestión se ha declarado que:
"[E]n cuanto a la modalidad de pago en cuotas, cuestionada por el impugnante, el
legislador en su artículo 66 autoriza su pago y por consiguiente no puede sino concluirse
que el sentenciador goza de amplia libertad para fijar la forma de pago de la
compensación económica" (C. Apelaciones de Concepción, 17 de febrero de 2015, cons.
9º, LegalPublishing: Cl/ Jur/952/2015, Rol Nº 450-2014). 556. Improcedencia de la
inclusión de una "cláusula de aceleración" como garantía para el pago. Se ha
declarado sobre esta cuestión, que: "No resulta procedente incluir en el pago decretado
una cláusula de aceleración, que hace exigible el total de la compensación para el caso
en que no se pague alguna de las cuotas, como señala el fallo recurrido en su parte
resolutiva, por cuanto dicha garantía no fue solicitada por la actora reconvencional en su
demanda, ni los artículos 65 y 66 de la Ley Nº 19.947 facultan al juez para establecerla. A
este respecto, es del caso señalar que el inciso segundo del artículo 66 de la Ley de
Matrimonio Civil expresa que 'la cuota respectiva se considerará alimentos para el efecto
de su cumplimiento, a menos que se hubieran ofrecido otras garantías para su efectivo y
oportuno pago, los que se declarará en la sentencia'. Esta norma no hace más que
corroborar la improcedencia de la cláusula de aceleración como seguridad para el pago
de las cuotas adeudadas, establecida de oficio por el tribunal a quo" (C. de Apelaciones
de San Miguel, 22 de diciembre de 2010, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/12486/2010,
Rol Nº 687-2010). 557. La disposición del inciso 2º no es una regla de
competencia. Se ha precisado que: "El artículo 66 inciso 2º de la Ley de Matrimonio Civil
tampoco puede ser considerado una norma de competencia, ya que únicamente ha
establecido una asimilación de las 'cuotas' de una compensación económica a los
alimentos para efectos de su cumplimiento, pero sin dar regla alguna sobre el tribunal que
conozca de la ejecución" (C. de Apelaciones de Concepción, 6 de agosto de 2008,
Nº LegalPublishing: 39.590). 558. La aplicación del arresto por el no pago de las
cuotas, como consecuencia de preverse en el inciso 2º que la compensación
económica "se considerará alimentos para el efecto de su cumplimiento", no es
contraria a la Constitución. Así lo ha decidido el E Tribunal Constitucional. En
xcmo. 

sentencia de 27 de septiembre de 2012 declaró expresamente: "Que, tal como esta


Magistratura Constitucional ha señalado, el sentido de la norma internacional del artículo
7.7 del Pacto de San José de Costa Rica es "prohibir que una persona pueda sufrir
privación de libertad como consecuencia del no pago de una deuda. Lo prohibido es que
la conducta de no pagar una obligación pecuniaria sea tratada jurídicamente como causa
de una sanción privativa de libertad". (Sentencia Rol Nº 807-7, de 4 de octubre de 2007,
considerando decimotercero). Luego, no se infringe esa norma internacional si, para
favorecer el cumplimiento de una obligación legal, como es la compensación económica
establecida en favor del ex cónyuge débil, se le permite al cónyuge deudor pagarla en
cuotas judicialmente determinadas y, después, ante el incumplimiento de esa facilidad, no
se le sanciona penalmente sino que se le presiona o apremia para que cumpla, mediante
una restricción de libertad consistente en una orden judicial de arresto nocturno" (Tribunal
Constitucional, 27 de septiembre de 2012, cons. 35º, Rol Nº 2102-11-Ina). Esta opinión, y
con referencia a la sentencia que queda citada, la ha reafirmado en fallo de 21 de
noviembre de 2013: "El verdadero punto de conflicto constitucional radica en que "se
considerará alimentos, para el efecto de su cumplimiento", a la cuota respectiva de la
compensación económica, en virtud de lo que dispone el inciso segundo del artículo 66 de
la Ley Nº 19.947 y sólo por eso se podría llegar a aplicar el artículo 14 de la Ley
Nº 14.908, en sí irreprochable, al caso de incumplimiento de la cuota de compensación
económica en favor de la mujer divorciada, que ya no es cónyuge del deudor
(considerando 27º del fallo relacionado); [...] Que no es éste el único caso de asimilación
por nuestro legislador de obligaciones legales a las de contenido alimentario. Homóloga
connotación tiene el arresto decretado judicialmente por incumplimiento de pago de
cotizaciones previsionales, en los artículos 12 y 14 de la Ley Nº 17.322, estimado como
apremio legítimo y no constitutivo de hipótesis de prisión por deudas (STC Rol Nº 519/06,
de 5 de junio de 2007); el dispuesto respecto del contribuyente incumplidor de sus
obligaciones tributarias, en los artículos 93 a 95 del Código Tributario —si bien rechazado
en empate de votos—; el que concierne al arresto que puede imponerse al representante
legal de una empresa que ha incurrido en prácticas antisindicales, por incumplir su
obligación de reincorporar al trabajador despedido por dicha causal, conforme a los
artículos 292, inciso séptimo, del Código del Trabajo y 238 del Código de Procedimiento
Civil (STC Rol Nº 1971, de 13 de diciembre de 2011), entre varias otras. En todos estos
supuestos, se estimó que el incumplimiento de obligaciones impuestas por la ley,
sancionado con apremios de arresto, no contravenía la Constitución Política ni la
Convención Americana de Derechos Humanos, en su artículo 7º, único invocado en la
especie; [...] Que el arresto no tiene "naturaleza ni fines penales", a diferencia de la prisión
o detención, que sí presentan esa connotación. La finalidad de la medida de apremio es
conminar al cumplimiento de una obligación legal, de modo tal que, cumplida, cesa o se
extingue como tal obligación, lo que no ocurre en el ámbito de las sanciones penales.
Esta interpretación, sustentada por esta Magistratura en STC Rol Nº 1006/07, de 22 de
enero de 2009, considerando 19º, se corresponde con la opinión sostenida por los
profesores Silva Bascuñán y Ovalle, en Sesión Nº 107 de la Comisión de Estudios de la
Nueva Constitución (cita contenida en la consideración 37a de la sentencia antes
mencionada); [...] Que la medida de arresto nocturno prevista en el artículo 14, inciso
primero, de la Ley Nº 14.908 no es, en definitiva, una medida privativa, sino restrictiva de
la libertad personal, mínimamente invasiva, que no produce el efecto paradojal de impedir
el trabajo del deudor para pagar su obligación, como ocurriría en el caso de tratarse de un
arbitrio privativo de la libertad. No es, por ende, una limitación desproporcionada,
susceptible de comprometer ese derecho fundamental en su esencia, lo que excluye su
calificación como un apremio ilegítimo, como, por lo demás, lo declaró este Tribunal en su
pronunciamiento recaído en el Rol Nº 2102, de 27 de septiembre de 2012; [...] Que el
razonamiento que antecede se inscribe en el marco de decisiones precedentes de nuestra
Magistratura constitucional, al tenor de las cuales es dable concluir que las normas
legales cuya idoneidad constitucional se controvierte, no se apartan del parámetro
constitucional" (Tribunal Constitucional, 21 de noviembre de 2013, cons. 12º a 16º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2747/2013, Rol Nº 2265-2012). Esta opinión la ha asumido la
E Corte Suprema: "Que de acuerdo con la norma antes referida [art. 66], y lo ordenado
xcma. 

expresamente en la sentencia dictada en autos de fecha 6 de junio del presente año


obtenida del sistema computacional, es la propia ley, la que permite considerar 'alimentos'
para efectos de su cumplimiento a las cuotas impagas por concepto de compensación
económica y pudiendo decretarse el arresto nocturno y el arraigo como medidas de
apremio al estar contempladas expresamente en el artículo 14 de la Ley Nº 14.908 sobre
Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias para el caso de no cumplimiento
de los alimentos decretados, por lo que no es posible considerar que la resolución
recurrida sea arbitraria e ilegal" (C. Suprema, 26 de octubre de 2016, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7244/2016, Rol Nº 1056-2016). En igual sentido ha reiterado que:
"[E]l fraccionamiento en cuotas de la compensación económica, en los términos que
dispone el inciso segundo del artículo 66 del cuerpo legal ya citado, conlleva
expresamente considerar la obligación de pagar tal parcela, como alimentos para los
efectos de su cumplimiento, de manera que todo lo que atañe a su solución queda sujeto
a las prescripciones del artículo 14 de la ley 14.908, que contempla la medida de arresto
en caso de incumplimiento" (C. Suprema, 26 de septiembre de 2017, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6172/2017, Rol Nº 39635-2017). 559. No habiéndose
constituido garantías para el pago de las cuotas, es procedente que se decrete,
como medida de apremio, en contra del deudor su arresto nocturno. Esta opinión se
ha fundado en que: "Existiendo una taxativa, especial y específica disposición legal que
determina que las cuotas de la compensación económica declarada por sentencia, deben
ser consideradas como alimentos para el efecto de cumplimiento, es plenamente
procedente imponer al deudor, como medida de apremio, el arresto nocturno, en la forma
que lo indica dicha norma legal, dado que consta fehacientemente que, quien tiene la
obligación contraída, no ha dado cumplimiento a su obligación en la forma pactada, no
habiendo pagado ninguna de las cuotas a que se comprometió, desde el mes de julio del
año 2009, por lo que es dable apremiarlo en la forma que establece la disposición legal
recién citada, no resultando pertinente el análisis interpretativo que el juez otorga al
artículo 66 de la Ley Nº 19.947, si se considera el claro y literal tenor de esta disposición"
(C. de Apelaciones de Coyhaique, 15 de septiembre de 2010, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/12417/2010, Rol Nº 26-2010). Esta decisión se explica porque el
juez de la instancia había negado el apremio de arresto nocturno, fundándose "en el
marcado carácter indemnizatorio que ostentaría la compensación económica,
sobreponiendo, una interpretación sistemática del artículo 66 de la Ley Nº 19.947, a la luz
del ordenamiento jurídico y, disposiciones que protegen y aseguran la libertad individual,
por sobre el tenor literal del mismo artículo que da a la compensación el carácter de
alimentos para efectos de su cumplimiento y, al efecto, cita el artículo 7º Nº 7 de la
Convención Americana de Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica en el
cual se ampara". 560. El cumplimiento de la sentencia que ordena el traspaso de
fondos previsionales a la cuenta de capitalización del cónyuge compensado, queda
sujeto al procedimiento de apremio de los artículos 434 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil. En este sentido se ha declarado: "[P]or sentencia de dos de abril de
dos mil trece, pronunciada por el Juzgado de Familia de Punta Arenas, en los autos Rit
Nº 631-2012, se acogió la demanda unilateral de divorcio por cese de convivencia,
declarando terminado el matrimonio celebrado entre doña [...] y don [...] con fecha 20 de
mayo de 1071. Asimismo, acogió la demanda de compensación económica deducida por
la misma actora y condenó al demandado a pagar por dicho concepto la suma de
$ 20.000.000 (veinte millones de pesos), obligación que debía ser pagada mediante su
traspaso, desde la cuenta de capitalización individual del demandado en AFP Habitat a la
cuenta de capitalización individual de la demandante en AFP Cuprum [...] Que, para los
efectos de exigir el cobro compulsivo de la obligación referida a la compensación
económica, cabe tener en consideración que de acuerdo a lo que prevé el inciso 2º del
artículo 66 de la Ley de Matrimonio Civil la cuota respectiva se considerará alimentos para
los efectos de su cumplimiento, salvo que se hubieren ofrecido otras garantías para su
efectivo y oportuno pago. Relacionado con lo anterior, se debe consignar que el artículo
12 de la Ley Nº 14.908 establece el procedimiento de ejecución y apremio en caso de
incumplimiento en el pago de los alimentos, normativa aplicable al caso de autos. Atento
lo antes referido y lo regulado en el artículo 27 de la Ley Nº 19.968, que hace aplicables
en forma supletoria las disposiciones comunes a todo procedimiento establecidas en el
Código de Procedimiento Civil, resulta pertinente al caso de autos lo estatuido en los
artículos 231 y siguientes de este cuerpo legal, que especifican la forma en que debe
solicitarse y darse cumplimiento a las sentencias dictadas por tribunales competentes, y
en particular el procedimiento ejecutivo de apremio, de conformidad con lo dispuesto en
los artículos 434 y siguientes del Código antes referido" (C. Suprema, 18 de diciembre de
2014, cons. 2º y 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/9676/2014, Rol Nº 11935-2014).

Párrafo 2º De la conciliación

Artículo 67. Solicitada la separación, sea que la demanda se presente


directamente o de conformidad al artículo 29, o el divorcio, el juez, durante la
audiencia preparatoria, deberá instar a las partes a una conciliación,
examinando las condiciones que contribuirían a superar el conflicto de la
convivencia conyugal y verificar la disposición de las partes para hacer posible
la conservación del vínculo matrimonial.295

El llamado a conciliación tendrá por objetivo, además, cuando proceda,


acordar las medidas que regularán lo concerniente a los alimentos entre los
cónyuges y para los hijos, su cuidado personal, la relación directa y regular que
mantendrá con ellos el padre o la madre que no los tenga bajo su cuidado, y el
ejercicio de la patria potestad.
Concordancias: Código Civil: artículos 225, 227, 229, 243, 244, 245, 321 números 1º y 2º. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 26, 27, 29, 54, 55, 70, 90. Ley Nº 19.968,
crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 59, 60 y 61.

Artículo 68. Si el divorcio fuere solicitado de común acuerdo por ambos


cónyuges, las partes podrán asistir a la audiencia a que se refiere el artículo
anterior personalmente o representadas por sus apoderados. 296

Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículo 55 incisos 1º y 2º. Ley
Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 59, 60 y 61.

Artículo 69. En la audiencia preparatoria, el juez instará a las partes a


conciliación y les propondrá personalmente bases de arreglo, procurando
ajustar las expectativas de cada una de las partes. 297

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículo 61.

Artículo 70. Si las partes no alcanzaren acuerdo, el juez deberá


pronunciarse sobre las medidas que se adoptarán en forma provisional,
respecto de las materias indicadas en el inciso segundo del artículo 67,
mientras dura el juicio.298

Concordancias: Código Civil: artículos 225, 227, 229, 243, 244, 245, 321 números 1º y 2º. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículo 67 inciso 2º.

Párrafo 3º De la mediación299

CAPÍTULO VIII DE LA LEY APLICABLE Y DEL RECONOCIMIENTO DE LAS


SENTENCIAS EXTRANJERAS

Artículo 80. Los requisitos de forma y fondo del matrimonio serán los que


establezca la ley del lugar de su celebración. Así, el matrimonio celebrado en
país extranjero, en conformidad con las leyes del mismo país, producirá en
Chile los mismos efectos que si se hubiere celebrado en territorio chileno,
siempre que se trate de la unión entre un hombre y una mujer.
Sin embargo, podrá ser declarado nulo de conformidad a la ley chilena, el
matrimonio celebrado en país extranjero que se haya contraído en
contravención a lo dispuesto en los artículos 5º, 6º y 7º de esta ley.

Tampoco valdrá en Chile el matrimonio que se haya contraído en el


extranjero sin el consentimiento libre y espontáneo de los contrayentes.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 5º, 6º, 7º y 8º. Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 12.

Artículo 81. Los efectos de los matrimonios celebrados en Chile se regirán


por la ley chilena, aunque los contrayentes sean extranjeros y no residan en
Chile.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículo 84.

Artículo 82. El cónyuge domiciliado en Chile podrá exigir alimentos del otro


cónyuge ante los tribunales chilenos y de conformidad con la ley chilena.

Del mismo modo, el cónyuge residente en el extranjero podrá reclamar


alimentos del cónyuge domiciliado en Chile.

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 321 número 1.

Artículo 83. El divorcio estará sujeto a la ley aplicable a la relación


matrimonial al momento de interponerse la acción.

Las sentencias de divorcio y nulidad de matrimonio dictadas por tribunales


extranjeros serán reconocidas en Chile conforme a las reglas generales que
establece el Código de Procedimiento Civil.

En ningún caso tendrá valor en Chile el divorcio que no haya sido declarado
por resolución judicial o que de otra manera se oponga al orden público
chileno.

Tampoco se reconocerá valor a las sentencias obtenidas en fraude a la ley.


Se entenderá que se ha actuado en fraude a la ley cuando el divorcio ha sido
declarado bajo una jurisdicción distinta a la chilena, a pesar de que los
cónyuges hubieren tenido domicilio en Chile durante cualquiera de los tres
años anteriores a la sentencia que se pretende ejecutar, si ambos cónyuges
aceptan que su convivencia ha cesado a lo menos ese lapso, o durante
cualquiera de los cinco años anteriores a la sentencia, si discrepan acerca del
plazo de cese de la convivencia. El acuerdo o la discrepancia entre los
cónyuges podrá constar en la propia sentencia o ser alegado durante la
tramitación del exequátur.
Concordancias: Código Civil: artículos 9º, 59, 102. Código de Procedimiento Civil: artículos 242 a 248.
Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 2º transitorio inciso 1º e inciso final. Ley
Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 12.

561. Las normas referidas al divorcio son de orden público, en cuanto que


Jurisprudencia: 
tocan al estado civil, de lo que se sigue que sólo pueden reconocerse aquellas
sentencias extranjeras que hayan pronunciado el divorcio sobre la base de alguna
causa homologable a las que admite la ley chilena. En este sentido se ha declarado
que: "En nuestro ordenamiento jurídico las disposiciones que regulan el estado civil de las
personas son normas de orden público y, por lo tanto, las sentencias extranjeras que
dispongan el divorcio deben decretarlo por causales que puedan homologarse con
aquellas que la legislación nacional acepta para justificarlo" (C. Suprema, 8 de febrero de
2010, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/17031/2010, Rol Nº 11253-2008; C. Suprema, 30
de julio de 2014, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/5002/2014, Rol Nº 16749-2013). En la
misma línea se ha advertido: "Que las normas legales que regulan el estado civil de las
personas son normas de orden público, de modo que si una sentencia de divorcio dictada
en un país extranjero se fundamenta en circunstancias que la ley chilena no acepta como
causales para decretarlo, resulta contraria a las leyes de la República y se opone al orden
público chileno" (C. Suprema, 25 de agosto de 2014, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5837/2014, Rol Nº 5560-2013). 562. De si procede conceder el
exequátur a una sentencia de divorcio pronunciado en el extranjero sobre la base
del mero acuerdo de las partes. En relación con esta cuestión la opinión de la E Corte xcma. 

Suprema ha experimentado una variación. En efecto, en un primer momento se inclinó por


estimar que no procedía la concesión del exequátur, en cuanto, que la legislación chilena
exigía, además, un determinado plazo desde el cese de la convivencia. En el último
tiempo ha cambiado de parecer, pues estima que procede conceder el exequátur, en
cuanto que el plazo sería una simple exigencia procesal: a) Opinión originaria: No
procede conceder el exequatur a una sentencia de divorcio pronunciado sobre la
base del mero acuerdo de las partes, porque en la legislación chilena se exige,
además, acreditar el cese de la convivencia. Así se ha afirmado que: 'La actual Ley de
Matrimonio Civil en su artículo 42, previene que el matrimonio termina, entre otras
causales, por la del numeral 4º que dispone: 'Por sentencia firme de divorcio' y, su artículo
55 prescribe que: 'El divorcio será decretado por el juez si ambos cónyuges lo solicitan de
común acuerdo y acreditan que ha cesado la convivencia durante un lapso mayor de un
año'. De lo anterior se infiere que en nuestra legislación no basta el mutuo acuerdo de los
cónyuges, sino que, además, es necesario el cese de la convivencia por un plazo no
menor de un año, circunstancia esta última que no aparece establecida ni acreditada en la
sentencia" (C. Suprema, 5 de enero de 2010, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/46/2010,
Rol Nº 4287-2009; C. Suprema, 8 de febrero de 2010, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/17031/2010, Rol Nº 11253-2008; C. Suprema, 7 de junio de 2010,
cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/5836/2010, Rol Nº 3858-2007). Así: "[R]esulta que no
puede admitirse que surta efectos en Chile la sentencia cuyo exequátur se pide, porque
ella contraviene las leyes de la República, en la medida que significa la disolución de un
matrimonio por una causal no prevista por el ordenamiento patrio, según la normativa
actualmente vigente" (C. Suprema, 7 de junio de 2010, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5836/2010, Rol Nº 3858-2007); b) Opinión más reciente:
procede la concesión del exequátur: en ese sentido se ha declarado: "Por sentencia de
13 de julio de 2012, dictada por el Juzgado Primera Instancia 16, Barcelona, España, se
decreta el divorcio de las partes solicitado de consuno [...] Que la causal sustentada en el
fallo extranjero es homologable con la referida en nuestro ordenamiento jurídico de cese
de la convivencia conyugal, en el caso que se solicite el divorcio de común acuerdo por
los cónyuges o uno de ellos de manera unilateral, puesto que dicha causal tiene un
componente sustancial y otro de admisibilidad procesal. El factor material consiste en que
la vida en pareja concluyó o fracasó irremediablemente, y el segundo elemento referido al
aspecto adjetivo es el transcurso del plazo, en el entendido que no podrá requerirse antes
de un año por ambos cónyuges o de tres por uno de ellos. Es el primer presupuesto el
que integra el núcleo fundamental de la causal y al que corresponde poner acento en el
análisis en materia de exequátur y los aspectos concomitantes, pero los procesales deben
ser aquilatados en su justa medida, siendo resorte de cada país contemplarlo con mayor o
menor extensión o simplemente omitirlo. Además, se debe considerar que del mérito de
los antecedentes aparece que se dio cumplimiento a lo dispuesto en el inciso segundo del
artículo 55 de la Ley Nº 19.947, en orden a presentar un acuerdo que regule las
relaciones con los hijos comunes" (C. Suprema, 24 de diciembre de 2014, cons. 3º y 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9826/2014, Rol Nº 3666-2013). En igual sentido se ha declarado:
"Que lo resuelto en la sentencia objeto de este exequátur, en cuanto declara el divorcio
entre las partes, no contraviene las leyes nacionales sustantivas, desde que la legislación
nacional en su artículo 42 de Ley de Matrimonio Civil previene que el matrimonio termina,
entre otras causales, por la del numeral 4º, que dispone: "Por sentencia firme de divorcio"
y —en lo pertinente para resolver la materia de autos— su artículo 55, inciso 3º, prescribe
que: "habrá lugar también al divorcio cuando se verifique un cese efectivo de la
convivencia conyugal durante el transcurso de, a lo menos, tres años. En efecto, la causal
sustentada en el fallo extranjero es homologable con la referida en nuestro ordenamiento
jurídico de cese de la convivencia conyugal por uno o tres años, en el caso que se solicite
el divorcio de común acuerdo por los cónyuges o uno de ellos de manera unilateral,
puesto que dicha causal tiene un componente sustancial y otro de admisibilidad procesal.
El factor material consiste en que la vida en pareja concluyó por motivos fundados,
estando de acuerdo los cónyuges en ello y, el segundo elemento, referido al aspecto
adjetivo es el transcurso del plazo, en el entendido que no podrá requerirse antes de un
año por ambos cónyuges o de tres por uno de ellos. Es el primer presupuesto el que
integra el núcleo fundamental de la causal y al que corresponde poner acento en el
análisis en materia de exequátur y los aspectos concomitantes, pero los procesales deben
ser aquilatados en su justa medida, siendo resorte de cada país contemplarlo con mayor o
menor extensión o simplemente omitirlo. Así las cosas, la causal invocada para obtener el
divorcio dice relación, en definitiva, con la figura de un divorcio basado en el fracaso del
matrimonio, situación que no difiere, en esencia, de la regulada en el artículo 55 de la Ley
Nº 19.947, en la medida que el divorcio por cese de convivencia, lo que constata es el
quiebre de la relación conyugal sin indagar en los hechos" (C. Suprema, 22 de diciembre
de 2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/9757/2014, Rol Nº 8919-2010). Este
considerando se reitera, prácticamente de modo literal, en otras sentencias (C. Suprema,
15 de diciembre de 2014, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9509/2014, Rol Nº 1276-2013;
C. Suprema, 10 de noviembre de 2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/8285/2014, Rol
Nº 2783-2014); C. Suprema, 28 de agosto de 2017, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5642/2017, Rol Nº 16646-2017).

Artículo 84. La ley que rija el divorcio y la nulidad del matrimonio se aplicará


también a sus efectos.

Concordancias: Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 80, 81, 83.
CAPÍTULO IX DE LOS JUICIOS DE SEPARACIÓN, NULIDAD DE
MATRIMONIO Y DIVORCIO

Párrafo 1º Disposiciones generales

Artículo 85. La tramitación de la separación judicial, de la nulidad de


matrimonio y del divorcio se regirá por lo dispuesto en este Capítulo y en las
demás leyes que resulten aplicables, del modo que parezca más conforme con
la paz y la concordia entre los miembros de la familia afectada.

Cuando existieren menores de edad comprometidos, el juez deberá


considerar especialmente el interés superior del niño, y oirá a aquél que esté
en condiciones de formarse un juicio propio, teniéndose debidamente en
cuenta sus opiniones, en función de su edad y madurez, al resolver todos los
asuntos relacionados con su persona o sus bienes.

El juez, en cualquier momento, podrá adoptar de oficio las medidas que crea
convenientes para el cumplimiento de lo anterior, así como para solucionar de
la mejor manera posible las rupturas o conflictos matrimoniales.

Concordancias: Código Civil: artículo 26. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 1º inciso 2º, 3º, 27 inciso 2º, 31 inciso 1º, 36, 55 inciso 2º. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículos 8º número 15, 16. Ley Nº 20.422, establece normas sobre igualdad
de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad, D.O. 10.02.2010, artículo 10.
Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990:
artículo 3º.

563. El "interés superior del niño" constituye una regla de interpretación


Jurisprudencia: 
en este género de juicios. Se ha recordado: "Que en estas materias cabe considerar
como una regla de interpretación el interés superior del niño y aun cuando el concepto es
jurídicamente indeterminado puede afirmarse que alude a asegurar el ejercicio y
protección de los derechos fundamentales de los menores y a posibilitar la mayor
satisfacción de todos los aspectos de su vida orientados a asegurar el libre y sano
desarrollo de su personalidad" (C. Suprema, 14 de abril de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7338/2008, Rol Nº 1384-2008). Con leves matices este
considerando se ha reiterado en sentencias posteriores (C. Suprema, 1 de abril de 2014,
cons. 13º, LegalPublishing: Cl/ Jur/757/2014, Rol Nº 12917-2013). 564. En los juicios de
divorcio es aplicable el artículo 357 número 4 del Código Orgánico de Tribunales.
Así se ha declarado que: "De conformidad a lo dispuesto en el numeral 4º del artículo 357
del Código Orgánico de Tribunales, el Ministerio Público debe ser oído en los juicios sobre
el estado civil de las personas, naturaleza que tiene el de autos, donde se ha ejercido una
acción de divorcio" (C. Suprema, 27 de septiembre de 2007, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5189/2007, Rol Nº 4361-2007) y, en consecuencia, el hecho de:
"[Q]ue la sentencia impugnada fue dictada sin audiencia del requerido Ministerio o Fiscal
Judicial, lo que ciertamente constituye un vicio de procedimiento y conduce a la
invalidación pertinente, en la medida que se ha faltado a un trámite dispuesto por la ley,
en atención a la naturaleza e interés comprometido en este tipo de materias"
(C. Suprema, 27 de septiembre de 2007, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5189/2007,
Rol Nº 4361-2007). Se ha precisado: "Que si bien el trámite o diligencia de que se trata no
está contenido en ninguna de las enumeraciones que se detallan en los artículos 795 y
800 del Código antes citado, que señalan cuáles son de aquella entidad, analizadas
gramaticalmente ambas normas debe destacarse que ellas se inician con la expresión 'en
general', que es una locución adverbial que equivale a 'de un modo general'. En este
contexto, la referida expresión lleva a sostener que las enumeraciones contenidas en las
reglas antes indicadas tienen un carácter tal que permite aceptar que otras disposiciones
puedan también referirse a trámites o diligencias cuya omisión justifique la causal en
estudio" (C. Suprema, 11 de septiembre de 2007, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6145/2007, Rol Nº 3634-2007), de lo que se sigue que: "Es
evidente que tales enumeraciones no son taxativas, y en tal evento, la audiencia del
Ministerio Público Judicial a que se refiere el artículo 357 del Código Orgánico de
Tribunales, ya referido, tiene en los juicios que versan sobre el estado civil de las
personas, como lo es la acción de divorcio, carácter de trámite o diligencia esencial
dispuesto por la ley" (C. Suprema, 11 de septiembre de 2007, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6145/2007, Rol Nº 3634-2007).

Artículo 86. El proceso será reservado, a menos que el juez, fundadamente


y a petición expresa de los cónyuges, resuelva lo contrario.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículo 15.

Párrafo 2º Competencia y procedimiento

Artículo 87. Será competente para conocer de las acciones de separación,


nulidad o divorcio, el juzgado con competencia en materias de familia, del
domicilio del demandado.

Concordancias: Código Civil: artículos 15, 59. Código Orgánico de Tribunales: artículos 5º, 134. Ley
Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 15, 60.

565. La regla de este artículo tiene plena aplicación si el demandado tiene


Jurisprudencia: 
domicilio en Chile. Tal es la interpretación que han asumido diversos tribunales de
alzada. Así se ha declarado: "[E]l artículo 87 de la Ley Nº 19.947, que establece: "Será
competente para conocer de las acciones de separación, nulidad o divorcio, el juzgado
con competencia en materias de familia, del domicilio del demandado". Norma que
ciertamente tiene plena aplicación en la medida que el demandado tenga domicilio en
Chile, desde que atiende al domicilio de este último para determinar la competencia
territorial entre los distintos jueces de familia de la República" (C. de Apelaciones de San
Miguel, 25 de agosto de 2017, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/5627/2017, Rol Nº 589-
2017). En igual dirección se ha dicho que: "La norma del artículo 87 de la Ley de
Matrimonio Civil ha de entenderse en la forma literal que expresa el juez de primer grado,
en la medida que la demandada tenga domicilio en Chile" (C. de Apelaciones de
Santiago, 18 de marzo de 2008, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/1854/2008, Rol Nº 363-
2008). 566. Si el demandado no tiene domicilio en Chile, el tribunal competente es el
correspondiente Juzgado de Familia chileno, y aquél ha de ser notificado por
exhorto internacional. Es ésta una opinión que se ha consolidado en la jurisprudencia,
que parte de la base de que ha de realizarse una interpretación que exceda el mero
examen de la literalidad de la regla contenida en el artículo 87: "Sin embargo, cuando
contra quien se dirige la acción registra domicilio en el extranjero, como ocurre en este
caso, dicha norma no admite una interpretación meramente literal, debiendo recurrirse
para su entendimiento a otras disposiciones y principios del ordenamiento jurídico" (C. de
Apelaciones de San Miguel, 25 de agosto de 2017, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5627/2017, Rol Nº 589-2017). La interpretación sistemática que
permite establecer que el demandado que tiene domicilio en extranjero puede serlo ante
un tribunal de familia chileno, y notificado por exhorto, atiende a lo previsto en el artículo
15 del Código Civil, 81 de la Ley de Matrimonio Civil y al principio de inexcusabilidad que
pesa sobre los tribunales. Esta interpretación se ha mantenido en diversos
supuestos. 566.1. Aplicación de esta interpretación al matrimonio celebrado en
Chile. Tal es la jurisprudencia uniforme, mantenida por los tribunales de alzada y
confirmada por la E Corte Suprema. Se ha declarado: "Que si bien el artículo 87 de la
xcma. 

Ley Nº 19.947 establece que: 'Será competente para conocer de las acciones de
separación, nulidad o divorcio, el juzgado con competencia en materias de familia, del
domicilio del demandado', esta norma debe entenderse en relación al domicilio en Chile,
por el efecto territorial de la misma, sin que pueda estimarse que por el hecho de estar
actualmente la demandada residiendo en Alemania, sean los tribunales de dicho país los
llamados a conocer de esta acción. 7. Que en el caso de autos, se está ante un ausente
con domicilio o residencia conocido en Alemania. 8. Que una cosa es la competencia de
un tribunal y otra distinta es el emplazamiento del o de la demandada. 9. Que la
declaración de incompetencia que formula la Sra. juez de Familia de Viña del Mar, por
resolución de 8 de enero de 2010, en último término significa que ningún tribunal chileno
tendría 'jurisdicción' para conocer de esta acción de divorcio, que incide en un matrimonio
celebrado en Chile, por chilenos, de acuerdo con las normas chilenas, lo cual deja en
último término al actor privado de tener acceso a la justicia en Chile. 10. Que habiendo
tenido la demandada de autos su domicilio en Chile en [...], el Juzgado de Familia de Viña
del Mar es competente para conocer de esta demanda, debiendo notificarse la misma por
exhorto internacional en los términos del artículo 76 del Código de Procedimiento Civil"
(C. de Apelaciones de Valparaíso, 29 de marzo de 2010, cons. 6º a 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1968/2010, Rol Nº 101-2010). Esta opinión ha sido asumida por la
E Corte Suprema: "[T]ratándose como sucede en el caso sub lite de un matrimonio
xcma. 

celebrado en Chile, éste debe disolverse con arreglo a la ley chilena, no pudiendo
impedirse o limitarse el derecho del cónyuge con residencia en el territorio nacional a
impetrar la correspondiente acción de nulidad o divorcio ante los tribunales de familia, por
la circunstancia que el otro no tenga domicilio en el país, debiendo procederse, tal como
se solicita en el libelo, a la notificación de la demanda mediante exhorto internacional"
(C. Suprema, 7 de junio de 2010, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/16797/2010, Rol
Nº 1967-2010). Una explicación que asume y explica las razones de esta opinión puede
leerse en la siguiente sentencia: "Que, en esta línea de razonamiento, debe considerarse
el artículo 81 de la Ley de Matrimonio Civil, que prescribe 'Los efectos de los matrimonios
celebrados en Chile se regirán por la ley chilena, aunque los contrayentes sean
extranjeros y no residan en Chile'. Por su parte, el artículo 15 del Código Civil dispone: 'A
las leyes patrias que reglan las obligaciones y derechos civiles permanecerán sujetos los
chilenos, no obstante, su residencia o domicilio en país extranjero. 1º En lo relativo al
estado de las personas y a su capacidad para ejecutar ciertos actos, que hayan de tener
efecto en Chile; 2º En las obligaciones y derechos que nacen de las relaciones de familia;
pero sólo respecto de sus cónyuges y parientes chilenos'. Cuarto. Que tratándose como
sucede en el caso sub lite de un matrimonio celebrado en Chile, éste debe disolverse con
arreglo a la ley chilena, no pudiendo impedirse o limitarse el derecho del cónyuge con
residencia en el territorio nacional a impetrar la correspondiente acción de nulidad o
divorcio ante los Tribunales de Familia, por la circunstancia que el otro no tenga domicilio
en el país, debiendo procederse, tal como se solicita en el libelo, a la notificación de la
demanda mediante exhorto internacional, encontrándose regulado el procedimiento para
dicho exhorto en el Acta 77, del año 2015, de la Excelentísima Corte Suprema. Quinto.
Que en base al principio de inexcusabilidad, imperativamente establecido en el artículo 76
de la Constitución Política de la República, conforme al cual, solicitada la intervención de
un tribunal en forma legal, éste no puede excusarse de conocer, resolver y hacer ejecutar
lo resuelto ni aun a pretexto de no haber ley que resuelva el asunto, por lo que no resulta
procedente que el tribunal, requerido para el conocimiento de un asunto que debe
someterse y decidirse conforme la legislación nacional, deniegue el ejercicio de la acción
que la propia legislación exige para la declaración y consiguiente reconocimiento de los
efectos del divorcio, nulidad o separación en el país. Sexto. Que, por lo expuesto,
necesariamente ha de concluirse que es competente para conocer de estos antecedentes
el Tribunal de Familia de Puente Alto" (C. de Apelaciones de San Miguel, 25 de agosto de
2017, cons. 3º a 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/5627/2017, Rol Nº 589-
2017). 566.2. Aplicación de esta interpretación al matrimonio celebrado en el
extranjero y debidamente subinscrito en Chile. Así se declaró por la I Corte de lma. 

Apelaciones de Santiago en 2008: "La norma del artículo 87 de la Ley de Matrimonio Civil
ha de entenderse en la forma literal que expresa el juez de primer grado, en la medida
que la demandada tenga domicilio en Chile, cuyo no es el caso, de modo que habrá de
ponerse en cocimiento de ésta la demanda interpuesta en su contra mediante el
correspondiente exhorto internacional" (C. de Apelaciones de Santiago, 18 de marzo de
2008, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1854/2008, Rol Nº 363-2008). Las razones que
dio el tribunal de alzada para sostener esta interpretación fueron las siguientes: "Ha de
tenerse en consideración el principio de no excusabilidad, ampliamente recogido en
nuestra legislación, mediante el cual solicitada la intervención de un tribunal, éste no
puede soslayarla ni aun a pretexto de no haber ley que resuelva el caso, de modo que un
tribunal nacional ha de pronunciarse, teniendo para ello presente que la extraterritorialidad
de la ley, en el Código Orgánico de Tribunales está tratada en forma excepcionalísima, de
manera que si un nacional, residente en Chile, que solicita el divorcio de un matrimonio
que está surtiendo plenos efectos en Chile, por haber sido subinscrito en el país, no
puede obligárselo a concurrir a un país extranjero a fin de que sea resuelto su asunto" (C.
de Apelaciones de Santiago, 18 de marzo de 2008, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1854/2008, Rol Nº 363-2008). 567. La disolución de un
matrimonio celebrado en el extranjero e inscrito en Chile debe pronunciarse por
tribunales chilenos si el cónyuge demandado tiene su domicilio en Chile: Así se ha
declarado, respecto de un matrimonio celebrado en Suiza y declarado disuelto por un
tribunal de dicho país como consecuencia de la acción de divorcio entablada por el
cónyuge residente en Suiza en contra del otro, que residía en Chile y que no compareció
al citado juicio de divorcio: "La disolución del matrimonio habido entre las partes debió
someterse al conocimiento de los tribunales nacionales, conforme a lo previsto en los
artículos 134 y siguientes del Código Orgánico de Tribunales y 87 de la Ley Nº 19.947,
siendo éstos los únicos competentes para pronunciarse sobre la materia. En efecto, la
demandada de autos desde 1992 ha tenido domicilio y residencia en este país y así lo
reconoce el propio demandante, quien confiesa que el cese de la vida marital se produjo
como consecuencia de su decisión de radicarse en Suiza. A lo anterior cabe agregar que
carece de toda trascendencia jurídica que la ley extranjera pueda otorgar competencia a
sus tribunales para conocer un asunto de esta naturaleza, puesto que en la legislación
patria no existe ninguna norma que haga primar la aplicación de la ley de dicho país en
este tipo de asuntos" (C. Suprema, 3 de diciembre de 2007, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6382/2007, Rol Nº 4678-2007).

Artículo 88. Los juicios de separación, nulidad o divorcio se tramitarán


conforme al procedimiento que señale, para tal efecto, la ley sobre juzgados de
familia.

Sin perjuicio de lo anterior, se aplicarán las reglas especiales que siguen.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículos 55 a 67.

568. Características peculiares del procedimiento en este género de


Jurisprudencia: 
juicios en relación con el procedimiento ordinario de la Ley Nº 19.968. Se ha
estimado que: "Los juicios de separación, nulidad y divorcio, no obstante regirse en
general por las normas del juicio ordinario aplicable a los Juzgados de familia, deben
observar ritualidades especiales atendida la naturaleza de aquellos procesos y las
materias que en ellos deben resolverse, como ya ha quedado destacado en este fallo. De
ahí que sea dable afirmar que las particulares características de los juicios de separación,
nulidad y divorcio y las normas que le son aplicables, configuran un procedimiento
diferente y especial respecto del contemplado en los artículos 55 y siguientes de la Ley
Nº 19.968" (C. de Apelaciones de San Miguel, 24 de octubre de 2008, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5587/2008, Rol Nº 3064-2008).

Artículo 89. Las acciones que tengan por objetivo regular el régimen de


alimentos, el cuidado personal de los hijos o la relación directa y regular que
mantendrá con ellos aquél de los padres que no los tenga bajo su cuidado,
cuando no se hubieren deducido previamente de acuerdo a las reglas
generales, como asimismo todas las cuestiones relacionadas con el régimen
de bienes del matrimonio, que no hubieren sido resueltas en forma previa a la
presentación de la demanda de separación, nulidad o divorcio, deberán
deducirse en forma conjunta con ésta o por vía reconvencional, en su caso, y
resolverse tan pronto queden en estado, de acuerdo al procedimiento
aplicable.

La misma regla se aplicará en caso de que se pretenda modificar el régimen


de alimentos, el cuidado personal de los hijos o la relación directa y regular que
mantendrán con el padre o la madre que no los tenga bajo su cuidado, que
hubieren sido determinados previamente. El cumplimiento del régimen fijado
previamente sobre dichas materias se tramitará conforme a las reglas
generales.

Concordancias: Código Civil: artículos 225, 229, 321 número 2. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 8º números 1, 2, 4, 14.

569. Imposibilidad de acumulación entre demanda de alimentos mayores


Jurisprudencia: 
y la acción de divorcio formulada por vía reconvencional en la audiencia
preparatoria. Se ha advertido que: "Como es sabido, no existe reconvención de una
demanda reconvencional. De ello se sigue que, de aceptarse que la acción de divorcio
puede hacerse valer por la vía reconvencional en un Juicio de Alimentos, se dejaría a la
parte demandada reconvencional en la imposibilidad jurídica de solicitar se regulen y
resuelvan en el mismo juicio, materias como la declaración de bienes familiares, las
vinculadas al régimen de bienes del matrimonio y el cuidado personal y la relación directa
y regular con los hijos comunes. La Ley de Matrimonio Civil no sólo permite expresamente
que se planteen estas materias por la vía reconvencional, según se contempla en el inciso
final del artículo 64 y artículo 89 de ese cuerpo legal, sino que determina que deben
resolverse necesariamente y en forma conjunta con la acción principal de divorcio" (C. de
Apelaciones de San Miguel, 24 de octubre de 2008, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5587/2008, Rol Nº 3064-2008). Se ha añadido que: "[P]or la
misma razón, la acumulación necesaria de las acciones de alimentos mayores, como
demanda, y la de divorcio, como reconvención, afectaría irremediablemente el derecho
del cónyuge demandado reconvencionalmente de divorcio, para plantear las materias
señaladas en el motivo precedente y particularmente el derecho a compensación
económica previsto en el artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil, a que alude el artículo
61" (C. de Apelaciones de San Miguel, 24 de octubre de 2008, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5587/2008, Rol Nº 3064-2008).

Artículo 90. En el llamado a conciliación a que se refiere el artículo 67, se


incluirán las materias señaladas en el inciso segundo de dicha disposición, aun
cuando no se hubieren solicitado en conformidad a lo dispuesto en el artículo
precedente, y se resolverán tan pronto queden en estado, de acuerdo al
procedimiento aplicable.

Concordancias: Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 67, 89. Ley Nº 19.968,
crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 61 número 5.

Artículo 91. Cuando se haya interpuesto solicitud de divorcio, en cualquier


momento en que el juez advierta antecedentes que revelen que el matrimonio
podría estar afectado en su origen por un defecto de validez, se los hará saber
a los cónyuges, sin emitir opinión. Si en la audiencia, o dentro de los treinta
días siguientes, alguno de los cónyuges solicita la declaración de nulidad, el
procedimiento comprenderá ambas acciones y el juez, en la sentencia
definitiva, se pronunciará primero sobre la de nulidad.

Concordancias: Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículo 44.

Artículo 92. Derogado.300
Artículos segundo a noveno.301

Artículo final. Esta ley entrará en vigencia seis meses después de su


publicación en el Diario Oficial.

En esa fecha quedará derogada la actual Ley de Matrimonio Civil, de 10 de


enero de 1884.

ARTÍCULOS TRANSITORIOS

Artículo 1º. Mientras no se encuentren instalados los juzgados de familia, no


se aplicará lo dispuesto en los artículos 87 y 88 de esta ley, regulándose la
competencia y el procedimiento para el conocimiento de las acciones de
separación judicial, nulidad de matrimonio y divorcio, de acuerdo a las
siguientes disposiciones:

Primera.- Será competente para conocer de las acciones de separación


judicial, nulidad o divorcio, el juez de letras que ejerza jurisdicción en materia
civil en el domicilio del demandado.

El mismo tribunal será competente para conocer las materias a que se


refiere el artículo 89 de esta ley, en cuanto fueren deducidas conjuntamente
con la demanda o con la reconvención, en su caso.

Segunda.- Cuando los cónyuges solicitaren conjuntamente que se declare


su separación judicial, de conformidad al artículo 27, el procedimiento se
sustanciará en conformidad a las reglas del Título I del Libro IV del Código de
Procedimiento Civil, y el juez resolverá con conocimiento de causa.

Tercera.- Salvo el caso señalado en la disposición anterior, los procesos de


separación judicial, nulidad de matrimonio y divorcio se sustanciarán conforme
a las reglas del juicio ordinario, con las siguientes modificaciones:

1. En caso de que se sometieren también al conocimiento del tribunal


materias señaladas en el artículo 89 de esta ley, se tramitarán en forma
incidental, en cuaderno separado, y serán resueltas en la sentencia definitiva.

2. Si no se alcanzare conciliación en la audiencia a que se refiere el artículo


68 y no se ordenare efectuar un proceso de mediación conforme al artículo 71,
la contestación de la demanda y la reconvención, en su caso, se deberán
deducir oralmente, al término de la misma audiencia.
En los casos a que aluden el inciso tercero del artículo 76, la contestación de
la demanda y la reconvención, en su caso, deberán presentarse por escrito
dentro de los diez días siguientes a la fecha en que se efectúe la notificación,
por cédula, de la resolución que aprueba el acta de mediación en la cual no se
obtuvo acuerdo sobre la nulidad, la separación o el divorcio, o que tiene por
acompañada al proceso el acta de término de la mediación fracasada,
respectivamente.

3. Las excepciones dilatorias deberán deducirse en la contestación de la


demanda y se tramitarán junto a las demás excepciones en forma conjunta a la
cuestión principal.

4. De la reconvención, en su caso, se dará traslado por cinco días a la parte


demandante.

5. No procederán los trámites de réplica y dúplica, ni las disposiciones


contenidas en el Título II, del Libro II, del Código de Procedimiento Civil.

6. Será aplicable lo dispuesto en los artículos 686 y 687 del Código de


Procedimiento Civil.

7. La prueba confesional no será suficiente para acreditar la fecha de cese


de la convivencia entre los cónyuges.

8. La nómina vigente de peritos para el territorio jurisdiccional respectivo será


complementada con la mención de los demás interesados en actuar como
peritos en los asuntos a que se refiere la Ley de Matrimonio Civil, para lo cual,
dentro de los sesenta días siguientes a la publicación de esta ley, cada Corte
de Apelaciones abrirá un plazo de treinta días a fin de que tales personas
presenten sus antecedentes. Las listas complementarias definitivas de peritos
serán formadas por la Corte Suprema, sobre la base de las propuestas de las
Cortes de Apelaciones, a más tardar treinta días antes de la fecha a que alude
el artículo final de esta ley.

Los honorarios de los peritos serán fijados prudencialmente por el juez, una
vez evacuado el informe pericial, con sujeción al arancel máximo que fijará el
Ministerio de Justicia.

9. La prueba se apreciará en conformidad a las reglas de la sana crítica.

10. La apelación de la sentencia definitiva se concederá en ambos efectos,


no se esperará la comparecencia de las partes y tendrá preferencia para la
vista de la causa. Las demás resoluciones sólo serán apelables en el efecto
devolutivo.
Artículo 2º. Los matrimonios celebrados con anterioridad a la entrada en
vigencia de esta ley se regirán por ella en lo relativo a la separación judicial, la
nulidad y el divorcio.

Sin perjuicio de lo anterior, las formalidades y requisitos externos del


matrimonio y las causales de nulidad que su omisión originan, se regirán por la
ley vigente al tiempo de contraerlo; pero los cónyuges no podrán hacer valer la
causal de nulidad por incompetencia del oficial del Registro Civil, prevista en el
artículo 31 de la Ley de Matrimonio Civil del 10 de enero de 1884.

Además, no regirán las limitaciones señaladas en los artículos 22 y 25 de la


Ley de Matrimonio Civil para comprobar la fecha de cese de la convivencia
entre los cónyuges; sin embargo, el juez podrá estimar que no se ha acreditado
si los medios de prueba aportados al proceso no le permiten formarse plena
convicción sobre ese hecho.

De conformidad al inciso primero, habiéndose previamente cumplido el


procedimiento sobre ejecución de las resoluciones pronunciadas por tribunales
extranjeros, regulados por los artículos 242 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil, las sentencias relativas a divorcios pronunciados por
tribunales extranjeros tendrán fuerza en Chile, sin perjuicio de haber sido
dictadas con anterioridad a la fecha de entrada en vigencia de esta ley. 302

Concordancias: Ley de Efecto Retroactivo de las Leyes,D.O.  7.10.1861: artículo 3º. Ley Nº  19.947, de
Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 22, 25, 87. Código de Procedimiento Civil: artículos 242 a
248.

570. Aplicación retroactiva de la Ley Nº 19.947 en lo relativo a la


Jurisprudencia: 
separación judicial, nulidad y divorcio. Se ha explicado que: "La Ley Nº 19.947 no
respetó el principio previsto en el artículo 3º de la Ley sobre Efecto Retroactivo de las
Leyes en el sentido que el estado civil adquirido y así como las causales de su extinción
se rigen por la ley vigente a la fecha de su constitución. Por consiguiente, todo el régimen
de nulidad de la nueva ley, tanto en lo que dice relación con las causales, titulares de la
acción, plazos y requisitos se aplica a los matrimonios celebrados con anterioridad a su
vigencia y los cónyuges pueden anular su matrimonio en conformidad con sus
disposiciones, con la salvedad que no rigen para estas personas las limitaciones
contempladas en los artículos 22 y 25 de la Ley de Matrimonio Civil, para acreditar el cese
de la convivencia, la que se puede probar por otros medios distintos a los señalados en
esas normas" (C. Suprema, 30 de octubre de 2006, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3634/2006, Rol Nº 2021-2006). Esta opinión la ha mantenido el
mismo tribunal, y en muchas sentencias posteriores ha recibido literalmente el
considerando que queda transcrito (C. Suprema, 31 de marzo de 2008, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6691/2008, Rol Nº 975-2008; C. Suprema, 26 de enero de 2009,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5819/2009, Rol Nº 6466-2008). 571. De la finalidad de
esta disposición. Se ha precisado que este "Precepto transitorio no vino sino a franquear
la posibilidad de que los matrimonios celebrados antes de la vigencia de la Ley Nº 19.947
se sujetaran a sus disposiciones en lo relativo a separación judicial, nulidad y divorcio, ya
que de no mediar esta regla, ellos habrían quedado sometidos en tales materias a la
normativa que regía con anterioridad, en virtud de lo prescrito en el artículo 22 de la Ley
sobre Efecto Retroactivo de las Leyes, en orden a que en todo contrato se entenderán
incorporadas las leyes vigentes al tiempo de su celebración" (C. Suprema, 14 de
septiembre de 2006, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3071/2006, Rol Nº 2663-2006).
Este considerando lo ha recibido literalmente el mismotribunal en una serie de sentencias
posteriores (C. Suprema, 30 de octubre de 2006,
cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/3634/2006, Rol Nº 2021-2006; C. Suprema, 14 de
diciembre de 2006, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/8377/2006, Rol Nº 3937-2006;
C. Suprema, 19 de marzo de 2007, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/3485/2007, Rol
Nº 5585-2006; C. Suprema, 21 de marzo de 2007, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7367/2007, Rol Nº 2791-2006; C. Suprema, 18 de junio de 2007,
cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/1137/2007, Rol Nº 3241-2005; C. Suprema, 24 de julio
de 2008, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/963/2008, Rol Nº 2473-2007; C. Suprema, 9
de noviembre de 2010, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/9235/2010, Rol Nº 5328-
2010). 572. Aplicación retroactiva del inciso 3º del artículo 55 de la Ley Nº 19.947.
Porque hay que estar "a las duras y a las maduras", de modo que si es posible solicitar el
divorcio respecto de matrimonios celebrados con anterioridad a la entrada en vigor de la
Ley Nº 19.947 es justo, también, que se pueda defender el demandado en conformidad
con la nueva ley. Pretender lo contrario, no sólo es actuar contra derecho, sino hipocresía
y caradura. Una jurisprudencia uniforme, defendida por la E  Corte Suprema desde 2008
xcma.

en adelante, ha sostenido que: "La Ley Nº 19.947 no respetó el principio previsto en el


artículo 3º de la Ley sobre Efecto Retroactivo de las Leyes en el sentido que el estado civil
adquirido y así como las causales de su extinción se rigen por la ley vigente a la fecha de
su constitución. Por consiguiente, todo el régimen de nulidad de la nueva ley, tanto en lo
que dice relación con las causales, titulares de la acción, plazos y requisitos se aplica a
los matrimonios celebrados con anterioridad a su vigencia y los cónyuges pueden anular
su matrimonio en conformidad con sus disposiciones, con la salvedad que no rigen para
estas personas las limitaciones contempladas en los artículos 22 y 25 de la Ley de
Matrimonio Civil, para acreditar el cese de la convivencia, la que se puede probar por
otros medios distintos a los señalados en esas normas" (C. Suprema, 31 de marzo de
2008, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1939/2008, Rol Nº 975-2008). Este considerando
lo reprodujo el mismo tribunal en una sentencia suya del año siguiente (C. Suprema, 26
de enero de 2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5819/2009, Rol Nº 6466-2008). Tales
presupuestos ya se hallaban implícitos en la opinión que, desde 2006, asumía la
E  Corte Suprema cuando precisaba que este "Precepto transitorio no vino sino a
xcma.

franquear la posibilidad de que los matrimonios celebrados antes de la vigencia de la Ley


Nº 19.947 se sujetaran a sus disposiciones en lo relativo a separación judicial, nulidad y
divorcio, ya que de no mediar esta regla, ellos habrían quedado sometidos en tales
materias a la normativa que regía con anterioridad, en virtud de lo prescrito en el artículo
22 de la Ley sobre Efecto Retroactivo de las Leyes, en orden a que 'en todo contrato se
entenderán incorporadas las leyes vigentes al tiempo de su celebración'" (C. Suprema, 14
de septiembre de 2006, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3071/2006, Rol Nº 2663-2006).
Esta opinión la ha mantenido de manera invariable, y en muchas sentencias posteriores
se reproduce literalmente el considerando que queda transcrito (C. Suprema, 30 de
octubre de 2006, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3634/2006, Rol Nº 2021-2006;
C. Suprema, 14 de diciembre de 2006, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/8377/2006, Rol
Nº 3937-2006; C. Suprema, 19 de marzo de 2007, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3485/2007, Rol Nº 5585-2006; C. Suprema, 21 de marzo de
2007, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/7367/2007, Rol Nº 2791-2006; C. Suprema, 18 de
junio de 2007, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/1137/2007, Rol Nº 3241-2005;
C. Suprema, 21 de junio de 2007, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/1171/2007, Rol
Nº 2860-2005; C. Suprema, 18 de julio de 2007, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7370/2007, Rol Nº 4640-2006; C. Suprema, 30 de julio de 2007,
cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/6026/2007, Rol Nº 2718-2007; C. Suprema, 3 de
diciembre de 2007, LegalPublishing: Cl/Jur/6382/2007, Rol Nº 4678-2007; C. Suprema,
17 de abril de 2008, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/7961/2008, Rol Nº 5224-2007;
C. Suprema, 15 de julio de 2008, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/7962/2008, Rol
Nº 2738-2008; C. Suprema, 24 de julio de 2008, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7963/2008, Rol Nº 2473-2007; C. Suprema, 9 de noviembre de
2010, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/9235/2010, Rol Nº 5328-2010). En dicho contexto,
si es posible solicitar el divorcio respecto de matrimonios celebrados con anterioridad a la
entrada en vigor de la Ley Nº 19.947, es justo, también, que se pueda defender el
demandado en conformidad con la nueva ley. Pretender lo contrario es hipocresía y
caradura y, por lo demás, que no pudiera hacerlo violentaría gravemente las finalidades
que el legislador tuvo en cuenta para establecer la regla del inciso 3º de este artículo 55,
pues, entre otras, ellas eran proteger al cónyuge débil y el interés superior de los hijos.
Estos se verían defraudados por una desacertada interpretación de la ley y, recuérdese,
que el legislador se ha preocupado, especialmente, de evitar que se obtengan sentencias
en fraude de la ley, cuyo principio se recibe en el inciso 4º del artículo 83 de la Ley de
Matrimonio Civil. Sin perjuicio de lo que se lleva dicho, sobre esta cuestión se han
defendido las dos opiniones posibles, advirtiéndose que la que ha contado con la
aprobación de la E  Corte Suprema es la que se inclina por hacer aplicable la excepción
xcma.

a los incumplimientos acaecidos con anterioridad a la entrada en vigor de la Ley


Nº 19.947 y, en su consecuencia, ha casado las sentencias de alzada que sostenían la
opinión contraria: a) Opinión de la E Corte Suprema: la aplicación retroactiva de la
xcma. 

excepción en virtud del artículo 2º transitorio de la Ley Nº 19.947: Esta interpretación,


sano ejemplo de que hay que estar "a las duras y a las maduras", se ha sentado por la
E  Corte Suprema, en sentencia de 30 de julio de 2007: "Que la regla contenida en el
xcma.

artículo 2º transitorio de la Ley Nº 19.947, asigna efectos inmediatos a la nueva ley y, por
ende, quienes deseen divorciarse a partir de la entrada en vigor de sus disposiciones,
opción ejercida por el actor al presentar su demanda, pueden hacerlo probando que ya
tienen cumplido el tiempo exigido por la ley y, por su parte, los demandados pueden
enervar la acción si alegan la situación prevista en el inciso tercero del artículo 55 de la
Ley Nº 19.947, esto es, que el demandante durante el período que media entre el cese
efectivo de la convivencia y la demanda, no cumplió reiteradamente con su obligación
alimentaria, respecto del cónyuge demandado o los hijos comunes, pudiendo hacerlo"
(C. Suprema, 30 de julio de 2007, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6026/2007, Rol
Nº 2718-2007), agregándose, en relación con la sentencia de la I  Corte de Apelaciones
lma.

de Chillán que había sostenido lo contrario, que: "De acuerdo a lo anterior, yerran los
sentenciadores al afirmar que el no pago reiterado de la obligación alimenticia, durante el
cese de la convivencia, es una sanción civil carente de efecto retroactivo, toda vez que el
régimen de divorcio en su integridad, salvo las excepciones legales, se aplica, por
expresa disposición del artículo 2º transitorio a los matrimonios celebrados con
anterioridad al 18 de noviembre de 2004. Por consiguiente, no es lícito al intérprete
distinguir entre los diversos aspectos que regulan la materia, discriminando en perjuicio de
los derechos, de la cónyuge demandada. Por otra parte, sea que se califique la norma del
inciso tercero de citado artículo 55, como una excepción perentoria destinada a enervar la
acción de divorcio o como un presupuesto de la misma, igualmente rige la norma en
estudio" (C. Suprema, 30 de julio de 2007, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/6026/2007,
Rol Nº 2718-2007). En dicha línea, la citada I Corte de Apelaciones de Chillán al poco
lma. 

tiempo asumió la doctrina sentada por la E Corte Suprema al declarar que: "No resulta
xcma. 

efectivo que el no pago reiterado de la obligación alimenticia durante el cese de la


convivencia, sea una sanción civil carente de efecto retroactivo, ya que la actual Ley de
Matrimonio Civil, que entró en vigencia el 18 de noviembre de 2004, en sus artículos
transitorios contempló la situación de los matrimonios contraídos antes de la aplicación de
la nueva normativa. El artículo 2º transitorio de la Ley Nº 19.947 dispone que los
matrimonios celebrados con anterioridad a la entrada en vigencia de esta ley, se regirán
por ella en lo relativo a la separación judicial, la nulidad y el divorcio" (C. Apelaciones de
Chillán, 7 de diciembre de 2007, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5536/2007, Rol
Nº 249-2007), y "por consiguiente, la regla contenida en el artículo 2º transitorio de la Ley
Nº 19.947 asigna efectos inmediatos a la nueva ley y, por ende, quienes deseen
divorciarse a partir de la entrada en vigor de sus disposiciones, opción ejercida por el
actor al presentar su demanda, pueden hacerlo probando que ya tienen cumplido el
tiempo exigido por la ley y, por su parte, la demandada puede enervar la acción si alega la
situación prevista en el inciso 3º del artículo 55, esto es, que el demandante durante el
período que media entre el cese efectivo de la convivencia y la demanda, no cumplió
reiteradamente con su obligación alimentaria, pudiendo hacerlo" (C. Apelaciones de
Chillán, 7 de diciembre de 2007, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5536/2007, Rol
Nº 249-2007). La E Corte Suprema ha reafirmado este criterio en sentencia de 9 de
xcma. 

noviembre de 2010, en la que reiteró literalmente el considerando 12º de su sentencia de


2007 (C. Suprema, 9 de noviembre de 2010, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9235/2010, Rol Nº 5328-2010); b) Opinión de minoría: la
finalidad sancionatoria de la excepción y su interpretación restrictiva no admiten
que opere con efecto retroactivo: Esta interpretación, buen ejemplo del querer tener "la
cuba llena y la suegra borracha", ha entendido, saltándose a la torera el artículo 2º
transitorio de la ley, que la regla del inciso 3º del artículo 55 impone una sanción civil que
no puede tener aplicación retroactiva. Esta opinión pretende que se asuma una premisa
falsa: la Ley Nº 19.947 consagró, respecto de los cónyuges, un "derecho al divorcio" sin
limitaciones y, así, la "privación de este derecho al divorcio" se alzaría como una "sanción
civil". Incluso si se admitiera como discutible el que la Ley Nº 19.947 hubiera consagrado
un "derecho al divorcio", lo que no admite discusión es que ese pretendido derecho opere
en un campo precisamente determinado por la ley. Así, si se siguiera una tan torcida y
errada interpretación de la ley, habría que decir que lo que la Ley Nº 19.947 hace es lo
siguiente: fija unos presupuestos para que, si ellos se cumplen, los cónyuges gocen del
"derecho a divorciarse", de modo que si tales presupuestos no se cumplen, no "adquieren
tal derecho". Esta situación es, por lo demás, lo normal en sede de derechos: v. gr. para
que una persona sea titular del derecho de alimentos deben cumplirse los presupuestos
fijados por la ley, pues, si ellos no se dan no se adquiere el derecho de alimentos. En el
caso del pretendido "derecho a divorciarse", para ser titular de él, entre otros
presupuestos, la ley exige que quien lo pretende haya dado cumplimiento a "su obligación
de alimentos respecto del cónyuge demandado y de los hijos comunes, pudiendo
hacerlo", de modo que si no ha dado cumplimiento a esta obligación nunca, es decir, en
momento alguno, ha llegado a ser titular del "derecho a divorciarse" y, por ende, mal
podría imponérsele una "sanción civil" para privarle de un derecho del que jamás ha sido
titular. La opinión que concibe a la regla del inciso 3º de este artículo 55 de la Ley
Nº 19.947 como una "sanción civil", consistente en la "privación del derecho a
divorciarse", ha sido defendida, tempranamente por la I Corte de Apelaciones de
lma. 

Concepción en su sentencia de 3 de julio de 2006: "Es preciso señalar que el divorcio


vincular, y por lo mismo, la sanción contemplada en el inciso 3º del artículo 55 fueron
introducidos por la Ley Nº 19.947 y que entró a regir el 17 de noviembre de 2004, según
dispuso en su inciso final. La privación de la acción de divorcio vincular por el no pago
reiterado de la obligación de alimentos, constituye una verdadera sanción civil, de manera
que no parece admisible su aplicación con efecto retroactivo, como se pretende por la
demandada en el caso. El no pago reiterado de alimentos, en efecto, hasta la fecha de la
entrada en vigencia de la nueva Ley de Matrimonio Civil, acarreaba, y por cierto, aun
acarrea, diversas consecuencias adversas para el alimentante tales como las medidas de
apremio contempladas en el artículo 14 de la Ley de Abandono de Familia y Pago de
Pensiones Alimenticias; de existir sociedad conyugal, otorga el derecho a la mujer para
demandar la separación judicial de bienes; priva del cuidado personal del hijo mientras
estuvo bajo el cuidado del otro padre, pudiendo hacerlo [...] De modo, pues, que bajo el
imperio de la ley anterior, en que aconteció el incumplimiento reiterado del actor, tal hecho
acarreaba otras sanciones civiles, mas no la privación de la acción de divorcio, no
pudiéndosele aplicar esa sanción a los actos ejecutados bajo el imperio de la ley antigua,
que no lo contemplaba" (C. de Apelaciones de Concepción, 3 de julio de 2006, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2153/2006, Rol Nº 996-2006). La misma doctrina ha defendido en
sentencias posteriores (C. de Apelaciones de Concepción, 20 de julio de 2007, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1423/2007, Rol Nº 586-2007; C. de Apelaciones de Concepción,
10 de enero de 2008, cons. 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/1295/2008, Rol Nº 1011-
2007). En su sentencia de 13 de diciembre de 2010 insistía en que: "La privación de la
acción de divorcio vincular, por el no pago reiterado de la obligación de alimentos, durante
el cese de la convivencia, es una sanción civil, por lo que no es admisible su aplicación
con efecto retroactivo, como consecuencia de lo dispuesto en el artículo 9º del Código
Civil, el que indica que 'La ley puede sólo disponer para lo futuro y no tendrá jamás efecto
retroactivo'. Así las cosas, el eventual incumplimiento reiterado del pago de las
obligaciones de alimentos, puede acarrear otras sanciones civiles, pero no la privación de
la acción de divorcio, que no puede aplicarse a los actos ejecutados bajo el imperio de la
antigua ley, que no la contemplaba" (C. de Apelaciones de Concepción, 13 de diciembre
de 2010, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/12376/2010, Rol Nº 306-2010). Esta sentencia,
curiosamente, cita en su apoyo la referida sentencia de la I Corte de Apelaciones de
lma. 

Chillán, que fue revocada por la E Corte Suprema, de la que no hace mención alguna.
xcma. 

La I Corte de Concepción, con una perseverancia digna de mejor causa, persiste en su


lma. 

obcecada defensa de esta opinión: "Que, por lo demás respecto a la cláusula de la


dureza, esta Corte ha resuelto que el artículo 55 inciso 3º de la Ley Nº 19.947, al negar la
acción de divorcio al cónyuge que no ha cumplido en forma reiterada con su obligación
alimenticia, le está imponiendo una sanción, que de conformidad al artículo 9 del Código
Civil, no puede tener aplicación cuando el incumplimiento ha ocurrido antes de la entrada
en vigencia de la ley que establece la sanción (Rol Nº 996-2006)" (C. Apelaciones de
Concepción, 14 de enero de 2015, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/228/2015, Rol
Nº 315-2014). A esta misma sinrazón han adherido algunos tribunales de alzada del norte
del país. Así, la I Corte de Apelaciones de La Serena, en sentencia de 16 de noviembre
lma. 

de 2007, sostuvo que: "El divorcio vincular fue establecido en nuestra legislación en virtud
de la Ley Nº 19.947 (Ley sobre Matrimonio Civil), publicada en el Diario Oficial de 17 de
mayo de 2004, la que entró en vigencia seis meses después, según fue dispuesto en su
artículo final (esto es, entró a regir el 17 de noviembre de 2004). Ahora bien, si el inciso 3º
del artículo 55 de ley en estudio, prescribe una sanción civil que inhibe acoger la acción
de divorcio en beneficio del cónyuge incumplidor de su obligación de prestar alimentos,
durante el cese efectivo de la convivencia conyugal, no podría ser aplicable tal sanción
con efecto retroactivo, toda vez que el artículo 9º del Código Civil señala que la ley sólo
puede disponer para lo futuro, y no tendrá jamás efecto retroactivo" (C. de Apelaciones de
La Serena, 16 de noviembre de 2007, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6637/2007, Rol
Nº 386-2007). La I Corte de Apelaciones de Antofagasta, que ha entendido que: "La
lma. 

privación de la acción de divorcio vincular por el no pago reiterado de la obligación de


alimentos, constituye una verdadera sanción civil, de manera que no parece admisible su
aplicación con efecto retroactivo, como se pretende por la demandada en el caso" (C. de
Apelaciones de Antofagasta, 5 de febrero de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8519/2009, Rol Nº 1303-2008), porque: "La sanción del artículo
55 inciso 3º de la Ley Nº 19.947, por su naturaleza, debe interpretarse en forma restrictiva
y, por ende, no admite aplicación retroactiva" (C. de Apelaciones de Antofagasta, 5 de
febrero de 2009, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/8519/2009, Rol Nº 1303-2008),
agregándose que: "El no pago reiterado de alimentos, en efecto, hasta la fecha de la
entrada en vigencia de la nueva Ley de Matrimonio Civil, acarreaba, y por cierto, aun
acarrea, diversas consecuencias adversas para el alimentante tales como las medidas de
apremio contempladas en el artículo 14 de la Ley de Abandono de Familia y Pago de
Pensiones Alimenticias; de existir sociedad conyugal, otorga el derecho a la mujer para
demandar la separación judicial de bienes; priva del cuidado personal del hijo mientras
estuvo bajo el cuidado del otro padre, pudiendo hacerlo, etcétera. De modo, pues, que
bajo el imperio de la ley anterior, en que aconteció el incumplimiento reiterado del actor,
tal hecho acarreaba otras sanciones civiles, mas no la privación de la acción de divorcio,
no pudiéndosele aplicar esa sanción a los actos ejecutados bajo el imperio de la ley
antigua, que no lo contemplaba" (C. de Apelaciones de Antofagasta, 5 de febrero de
2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/8519/2009, Rol Nº 1303-2008).

Artículo 3º. Los juicios de nulidad de matrimonio ya iniciados al momento de


entrar en vigencia la presente ley continuarán sustanciándose conforme al
procedimiento vigente al momento de deducirse la demanda respectiva, salvo
que las partes soliciten al juez continuar su tramitación de acuerdo a las
normas que prevé esta ley.

En dicho caso, se aplicará a la nulidad del matrimonio la legislación vigente


al momento de contraerse el vínculo.

Artículo 4º. Los juicios por divorcio perpetuo o temporal ya iniciados con


anterioridad a la vigencia de la presente ley continuarán tramitándose como
juicios de separación judicial bajo el procedimiento regulado al momento de
deducir la demanda respectiva.

Con todo, las partes podrán solicitar al juez que prosiga el juicio comenzado,
o que se aplique lo dispuesto en la disposición Segunda del artículo 1º
transitorio.

La resolución judicial, en su caso, indicará el estado desde el cual continúa


la sustanciación del procedimiento y, ejecutoriada la sentencia definitiva, regirá
lo dispuesto en el artículo 6º transitorio.

Artículo 5º. La prosecución de los juicios a que se refieren los artículos 3º y


4º precedentes no impedirá que, una vez terminados por sentencia
ejecutoriada, puedan ejercerse las acciones previstas en esta ley, sin perjuicio
de la excepción de cosa juzgada que, en este caso, pudiere corresponder.

Artículo 6º. Las personas que con anterioridad a la vigencia de la presente


ley se hayan divorciado, temporal o perpetuamente, por sentencia ejecutoriada,
tendrán el estado civil de separados, y se regirán por lo dispuesto en ella para
los separados judicialmente respecto del ejercicio de derechos y demás efectos
anexos que tengan lugar después de su entrada en vigencia.

Concordancias: Código Civil: artículo 304.

Artículo 7º. Las incapacidades referidas a los imputados que se establecen


en los artículos 7º y 78 de la Ley de Matrimonio Civil se entenderán hechas a
los procesados en las causas criminales seguidas por hechos acaecidos con
anterioridad a la entrada en vigencia de la reforma procesal penal en la región
respectiva.

Concordancias: Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículo 7º.

Artículo 8º. Dentro de los seis meses siguientes a la fecha de publicación de


esta ley se expedirán, por intermedio del Ministerio de Justicia, las normas
reglamentarias que sean necesarias para la ejecución cabal de este cuerpo
legal, especialmente las que regulen los Registros a que se refieren los
artículos 11, inciso final, y 77 de la Ley de Matrimonio Civil.

Concordancias: Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículo 11 inciso final. Decreto
Nº  673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo
33.

Facúltase al Presidente de la República para que, dentro del mismo plazo,


fije el texto refundido, coordinado y sistematizado del Código Civil y de las
leyes que se modifican expresamente en esta ley, para lo cual podrá incorporar
las modificaciones y derogaciones de que hayan sido objeto tanto expresa
como tácitamente; reunir en un mismo texto disposiciones directa y
sustancialmente relacionadas entre sí que se encuentren dispersas, e
introducir cambios formales, sea en cuanto a redacción, para mantener la
correlación lógica y gramatical de las frases, a titulación, a ubicación de
preceptos y otros de similar naturaleza, pero sólo en la medida en que sean
indispensables para su coordinación y sistematización. El ejercicio de estas
facultades no podrá importar, en caso alguno, la alteración del verdadero
sentido y alcance de las disposiciones legales vigentes.

Habiéndose cumplido con lo establecido en el Nº 1º del artículo 82 de la


Constitución Política de la República y por cuanto he tenido a bien aprobarlo y
sancionarlo; por tanto promúlguese y llévese a efecto como Ley de la
República.

Santiago, 7 de mayo de 2004.- Ricardo Lagos Escobar,Presidente de la


República.- Luis Bates Hidalgo, Ministro de Justicia.- Cecilia Pérez Díaz,
Ministra Directora del Servicio Nacional de la Mujer.
Lo que transcribo para su conocimiento.- Le saluda atentamente, Jaime
Arellano Quintana, Subsecretario de Justicia.

D. DECRETO Nº 673 APRUEBA NORMAS REGLAMENTARIAS


SOBRE MATRIMONIO CIVIL Y REGISTRO DE MEDIADORES
Publicado en el Diario Oficial de 30 de octubre de 2004

Santiago, 27 de agosto de 2004.- Hoy se decretó lo que sigue:

Núm. 673.- Vistos: El artículo 32 Nº 8 de la Constitución Política de la


República, la Ley Nº 18.575, Orgánica de Bases Generales de la
Administración del Estado, cuyo texto refundido, coordinado y sistematizado se
aprobó por D.F.L. Nº 1/19.653, de 13 de diciembre de 2000, el Libro I Títulos
IV, V y VI del Código Civil, la Ley Nº 4.808 sobre Registro Civil, la Ley
Nº 19.947 que establece nueva Ley de Matrimonio Civil, la Ley Nº 19.477,
Orgánica del Servicio de Registro Civil e Identificación, y lo dispuesto en la
Resolución Nº 520, de 1996, de la Contraloría General de la República.

Considerando: Que en fecha 17 de mayo de 2004 se publicó en el Diario


Oficial la Ley Nº 19.947, que sustituye la Ley de Matrimonio Civil, de 10 de
enero de 1884, cuyo artículo 8º transitorio dispone que se expedirán, por
intermedio del Ministerio de Justicia, las normas reglamentarias necesarias
para su ejecución, especialmente las que regulen los registros a que se
refieren los artículos 11, inciso final y 77 de la Ley Nº 19.947, como el
procedimiento para practicar la inscripción de matrimonio en los libros del
Registro Civil.

Decreto:

Apruébase el siguiente:

Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil.

TÍTULO I DEL MATRIMONIO


Párrafo 1º Disposiciones generales

Artículo 1º. El matrimonio se podrá contraer ante cualquier Oficial Civil, de


conformidad con las normas contenidas en la Ley Nº 19.947 sobre Matrimonio
Civil y en este reglamento.

Asimismo, se podrá contraer matrimonio ante el ministro de culto autorizado


por cualquiera de las entidades religiosas que gocen de personalidad jurídica
de derecho público, de conformidad a la Ley Nº 19.947 y a lo dispuesto en los
Párrafos 5º y 6º de este Título.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004. Ley
Nº  19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 2º letra g). Decreto
Nº  673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo
2º inciso 1º.

Párrafo 2º De las diligencias previas a la celebración del matrimonio

Artículo 2º. Los que quisieren contraer matrimonio, lo comunicarán por


escrito, oralmente o por medio del lenguaje de señas ante cualquier Oficial del
Registro Civil.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículo 9º. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008:  artículo 21. Decreto Nº  673, Min. de
Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de Matrimonio Civil,D.O.  30.10.2004: artículo 1º inciso 1º.

Artículo 3º. Si la manifestación fuere escrita, deberá contener las siguientes


menciones:

1. Nombres y apellidos de los interesados;

2. Lugar y fecha de sus nacimientos;


3. El estado civil de solteros, viudos o divorciados;

4. Profesión u oficio de los interesados;

5. Nombres y apellidos de los padres, si fueren conocidos;

6. Nombres y apellidos de las personas cuyo consentimiento fuere


necesario;

7. El hecho de no tener incapacidad o prohibición legal para contraer


matrimonio;

8. El lugar, local o establecimiento en que se celebrará el matrimonio;

9. Firma de ambos manifestantes, y

10. La fecha en que es emitida.

El contrayente cuyo estado civil sea de viudo o divorciado deberá indicar,


además, el nombre del cónyuge fallecido o de aquel con quien contrajo
matrimonio anterior, y el lugar y la fecha de la muerte o sentencia de divorcio,
respectivamente.

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 105 a 116, 304. Ley Nº  19.947, de Matrimonio
Civil,D.O. 17.05.2004: artículo 9º inciso 1º.

Artículo 4º. Si la manifestación no fuere escrita, el Oficial Civil levantará un


acta con las menciones a que se refiere el artículo anterior, indicando, además,
la fecha en que se extiende, la que será firmada por él y por los interesados, si
supieren y pudieren hacerlo, y autorizada por dos testigos.

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 105 a 116. Ley Nº 19.947, de Matrimonio


Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 9º inciso 2º, 16. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº  19.947 de Matrimonio Civil,D.O.  30.10.2004: artículo 3º.

Artículo 5º. En la manifestación, el Oficial Civil deberá informar y prevenir a


los futuros contrayentes en los términos previstos en los incisos primero y
segundo del artículo 10 de la Ley Nº 19.947.

Además, deberá comunicarles la existencia de cursos de preparación para el


matrimonio, si no acreditaren que los han realizado.

Los futuros contrayentes podrán acreditar que han realizado previamente el


curso de preparación para el matrimonio, a través de un certificado original
emanado de las entidades a que se refiere el artículo 11 de la Ley Nº 19.947.
Con todo, los futuros contrayentes de común acuerdo podrán eximirse de los
referidos cursos si al momento de la manifestación del matrimonio, declaran
ante el Oficial Civil, que conocen suficientemente los deberes y derechos del
estado matrimonial.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 37, 38 y 41. Ley Nº  19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 9º incisos 1º y 2º, 10, 11. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento
de la Ley Nº  19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículos 6º, 31, 32,  33.

Artículo 6º. El deber de comunicar la existencia de cursos de preparación


para el matrimonio no se aplicará en los casos de matrimonios en artículo de
muerte.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículo 10 inciso 3º.

Artículo 7º. En el momento de presentarse o hacerse la manifestación, los


interesados rendirán también información de dos testigos a lo menos, sobre el
hecho de no tener impedimentos ni prohibiciones para contraer matrimonio.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 9º inciso 1º, 14, 16.

Artículo 8º. Los testigos que hayan de rendir esa información, prestarán sus


declaraciones uno después del otro y separadamente ante el Oficial Civil quien
preguntará a cada testigo si los que quisieren contraer matrimonio tienen o no
algún impedimento o prohibición para ello, a cuyo efecto dará lectura a los
artículos 5º al 7º inclusive de la Ley Nº 19.947.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 5º, 6º, 7º, 16.

Artículo 9º. Se acompañará a la manifestación una constancia fehaciente


del consentimiento para el matrimonio, dado por quien corresponda, si fuere
necesario según la ley y no se prestare oralmente ante el Oficial del Registro
Civil.

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 105 a 116. Ley Nº 19.947, de Matrimonio


Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 9º inciso 1º, 12.

Artículo 10. Si la persona que deba prestar su consentimiento reside fuera


de la circunscripción, bastará como testimonio fehaciente de éste, el acta de
comparecencia extendida ante el Oficial Civil de su residencia.

El acta consignará el nombre del Oficial Civil, nombre y apellidos del


compareciente, su domicilio, parentesco o cargo que lo habilite para consentir,
nombres y apellidos de la persona a quien se otorga y de los de aquélla con
quien ésta va a contraer matrimonio.

El acta será autorizada por el Oficial Civil y firmada por el compareciente; si


este último no supiere o no pudiere hacerlo se dejará testimonio de esta
circunstancia, expresando el motivo por el cual no firma; y procederá a
estampar la impresión digital del pulgar de su mano derecha o en su defecto de
cualquier otro dedo.

El consentimiento a que se refieren los incisos anteriores, caducará a los


seis meses de haberse otorgado, a menos que el compareciente fijare otro
plazo.

Del testimonio del consentimiento se dejará constancia en la respectiva


inscripción de matrimonio.

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 105 a 116. Ley Nº 19.947, de Matrimonio


Civil,D.O. 17.05.2004: artículo 12.

Artículo 11. En caso que la persona o personas cuyo consentimiento fuere


necesario para el matrimonio lo prestare verbalmente ante el Oficial Civil, se
dejará constancia del hecho, firmada por la persona que comparezca, o se
expresará la circunstancia por la cual no firma si no supiere o no pudiere
hacerlo.

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 105 a 116. Ley Nº 19.947, de Matrimonio


Civil,D.O. 17.05.2004: artículo 12.

Artículo 12. El Oficial Civil no permitirá el matrimonio sin el asenso o licencia


de la o las personas cuyo consentimiento sea necesario, según las reglas
señaladas en los artículos 105 al 116 del Código Civil.

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 105 a 116. Ley Nº 19.947, de Matrimonio


Civil,D.O. 17.05.2004: artículo 12.

Artículo 13. El Oficial del Registro Civil correspondiente no permitirá el


matrimonio del que trata de volver a casarse, sin que se le presente certificado
auténtico del nombramiento de curador especial para los efectos de los
artículos 124 y 125 del Código Civil, o sin que preceda información sumaria de
que no tiene hijos de precedente matrimonio, que estén bajo su patria potestad
o bajo su tutela o curaduría.

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 124, 125. Ley Nº  19.947, de Matrimonio
Civil,D.O. 17.05.2004: artículo 14.
Artículo 14. El Oficial Civil no permitirá el matrimonio de la mujer, sin que
por parte de ésta se justifique no estar comprendida en el impedimento del
artículo 128 del Código Civil.

Concordancias: Código Civil: artículos 102, 128. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículo 14.

Artículo 15.Inmediatamente después de rendida la información a que se


refiere el artículo 14 de la Ley Nº 19.947 y dentro de los noventa días
siguientes, deberá procederse a la celebración del matrimonio.

Transcurrido dicho plazo sin que el matrimonio se haya efectuado, habrá que
repetir las formalidades para su celebración.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 14, 15. Decreto Nº  673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio
Civil, D.O. 30.10.2004: artículos 7º, 8º.

Párrafo 3º De la celebración del matrimonio ante el Oficial Civil

Artículo 16. El matrimonio se celebrará ante el Oficial Civil que intervino en


la realización de las diligencias de manifestación e información, dentro del
plazo contemplado en el artículo anterior.

La celebración tendrá lugar ante dos testigos, parientes o extraños, y podrá


efectuarse en el local de su oficina o en el lugar que señalaren los futuros
contrayentes, siempre que se encontrare ubicado dentro de su territorio
jurisdiccional.

El matrimonio en artículo de muerte podrá celebrarse ante el Oficial Civil, sin


los trámites previos de la manifestación e información.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 10 inciso 3º, 16, 17, 19 inciso 2º, 45, 46 inciso 1º letra a).

Artículo 17. En el día de la celebración y delante de los contrayentes y


testigos, el Oficial Civil dará lectura a la información rendida sobre el hecho de
que los contrayentes no tienen impedimentos ni prohibiciones para contraer
matrimonio y reiterará la prevención respecto de la necesidad de que el
consentimiento sea libre y espontáneo.
A continuación, leerá los artículos 131, 133 y 134 del Código Civil.
Preguntará a los contrayentes si consienten en recibirse el uno al otro como
marido o mujer y con la respuesta afirmativa, los declarará casados en nombre
de la ley.

Concordancias: Código Civil: artículo 131, 133 y 134. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 37 y 38. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 10 inciso 2º, 14, 18. Decreto Nº  778, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo
23.3. Decreto Nº 326, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, D.O: 28.04.1989: artículo 10.1. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989,
artículo 16.1 letra b). Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica,  D.O.  5.01.1990: artículo 17.3. Decreto Nº  201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 23.1
letra a).

Artículo 18. El Oficial Civil no procederá a la inscripción del matrimonio sin


haber manifestado privadamente a los contrayentes que pueden reconocer a
los hijos comunes nacidos antes del matrimonio, para los efectos de lo
dispuesto en el artículo 38 de la Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 4º números 1º y 2º, 38. Ley Nº  19.477,
Orgánica del Registro Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º números  1, 2 y 3. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 19. Decreto Nº  673, Min. de Justicia,
Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil,  D.O.  30.10.2004: artículo 28 inciso 2º.

Artículo 19. El Oficial Civil levantará acta de todo lo obrado, la que será
firmada por él, por los testigos y por los cónyuges, si supieren y pudieren
hacerlo. En su caso, se dejará constancia del nombre, apellido y domicilio del
intérprete, o de quien conozca el lenguaje de señas, o del peligro que
amenazaba al cónyuge en el caso de matrimonios en artículo de muerte,
conforme lo dispuesto en los artículos 13, inciso final, y 19 de la Ley Nº 19.947.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 4º números 1º y 2º, 12, 37, 38, 39, 40 y 41.
Ley Nº  19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º números 1, 2 y
3. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 10 inciso 3º, 13 inciso final, 17 inciso
3º.

Párrafo 4º De la inscripción del matrimonio celebrado ante el Oficial Civil


Artículo 20. Inmediatamente después de celebrado el matrimonio, el Oficial
Civil procederá a hacer la inscripción en los libros del Registro Civil de la
circunscripción en que se efectuó dicho acto.

Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por


D.F.L.Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 4º números 1º y 2º. Ley Nº  19.477, Orgánica del Registro Civil e
Identificación,D.O.  19.10.1996: artículo 4º números 1, 2 y 3. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 19 inciso 1º.

Artículo 21. La inscripción del matrimonio, sin perjuicio de las indicaciones


comunes a toda inscripción, deberá contener las menciones señaladas en el
artículo 39 de la Ley Nº 4.808.

Si alguno de los contrayentes no supiere o no pudiere firmar, se dejará


testimonio de esta circunstancia, expresando el motivo por el cual no firman; y
procederá a estampar la impresión digital del pulgar de su mano derecha o en
su defecto de cualquier otro dedo.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículos 4º números 1º y 2º, 12, 37, 38, 39, 40 y 41.
Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación,D.O.  19.10.1996: artículo 4º números 1, 2 y
3. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículo 19 inciso 1º.

Artículo 22. Tratándose de matrimonios celebrados en artículo de muerte, el


Oficial Civil anotará en la respectiva inscripción, las circunstancias en que se
ha efectuado el matrimonio, individualizando al cónyuge afectado, el peligro
que lo amenazaba, y especialmente la de haberse celebrado en artículo de
muerte.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículo 19 inciso 2º.

Párrafo 5º Del matrimonio celebrado ante entidades religiosas con


personalidad jurídica de derecho público

Artículo 23. Las entidades religiosas autorizadas para celebrar matrimonios


en conformidad con lo dispuesto en el artículo 20 de la Ley Nº 19.947, son
aquellas que gozan de personalidad jurídica de derecho público de acuerdo a
la Ley Nº 19.638.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 4º número 1º, 38, 40 bis, 40 ter. Ley
Nº  19.638, sobre Constitución Jurídica de las Iglesias y Organizaciones Religiosas,  D.O.  14.10.1999.
Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículo 20. Decreto Nº  673, Min. de Justicia,
Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil,  D.O.  30.10.2004: artículo 24.

Artículo 24. El Servicio de Registro Civil e Identificación contará en su base


de datos con una nómina de las entidades religiosas con personalidad jurídica
de derecho público a que se refiere el artículo precedente.

Esta nómina se formará y mantendrá actualizada mediante la información


que periódicamente entregará el Ministerio de Justicia al Servicio de Registro
Civil e Identificación.

Concordancias: Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de Matrimonio


Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 23.

Artículo 25. Podrán celebrar matrimonios en conformidad al artículo 20 de


la Ley Nº 19.947, los ministros de culto, pertenecientes a una entidad religiosa
que goce con personalidad jurídica de derecho público, que acrediten el
cumplimiento de los siguientes requisitos:

a) Saber leer y escribir;

b) Contar con la autorización para celebrar matrimonio, extendida por una


entidad religiosa que goce con personalidad jurídica de derecho público que
hubiere cumplido con todos los requisitos exigidos por la ley para que le fuere
reconocida tal calidad jurídica.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.638, sobre Constitución Jurídica de las Iglesias y
Organizaciones Religiosas, D.O. 14.10.1999. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículo 20.

Párrafo 6º De la ratificación e inscripción en el Registro Civil del matrimonio


celebrado ante entidades religiosas

Artículo 26. Para la inscripción del matrimonio celebrado ante entidades


religiosas, los contrayentes deberán presentar ante cualquier Oficial Civil,
dentro de ocho días contados desde la fecha de celebración del mismo, el acta
que otorgue la entidad religiosa de acuerdo con el artículo 20 de la Ley
Nº 19.947. Si el matrimonio no se inscribiere en el plazo fijado, no producirá
efecto civil alguno.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.638, sobre Constitución Jurídica de las Iglesias y
Organizaciones Religiosas,D.O.  14.10.1999. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículo 20.

Artículo 27. El acta que acredite la celebración del matrimonio religioso


deberá cumplir con lo dispuesto en el artículo 40 bis de la Ley Nº 4.808.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 40 bis. Ley Nº  19.638, sobre Constitución
Jurídica de las Iglesias y Organizaciones Religiosas,D.O. 14.10.1999. Ley Nº  19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 20.

Artículo 28. Antes de proceder a la inscripción del matrimonio religioso, el


Oficial Civil verificará el cumplimiento de los requisitos legales y dará a conocer
a los requirentes de la inscripción los derechos y deberes que corresponden a
los cónyuges de acuerdo a la ley.

Asimismo, deberá dar cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 18 de este


reglamento, manifestando privadamente a los contrayentes que pueden
reconocer los hijos comunes nacidos antes del matrimonio, y celebrar los
pactos de separación total de bienes o participación en los gananciales.

A continuación, preguntará a los contrayentes si ratifican el consentimiento


prestado ante el ministro de culto de su confesión.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 38. Ley Nº 19.638, sobre Constitución
Jurídica de las Iglesias y Organizaciones Religiosas, D.O. 14.10.1999. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 20. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947
de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 18.

Artículo 29. Si resulta evidente que el matrimonio no cumple con alguno de


los requisitos exigidos por la ley, el Oficial Civil denegará la inscripción. De la
negativa, se podrá reclamar ante la respectiva Corte de Apelaciones.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículo 20 inciso 4º.

Artículo 30. La inscripción del matrimonio celebrado ante una entidad


religiosa, sin perjuicio de las indicaciones comunes a toda inscripción, deberá
contener las menciones señaladas en el artículo 40 ter de la Ley Nº 4.808.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 4º números 1º y 2º, 12, 37, 38, 39, 40, 40
ter. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículo 20.
Párrafo 7º De los cursos de preparación para el matrimonio y su registro

Artículo 31. Los cursos de preparación para el matrimonio podrán ser


impartidos por el Servicio de Registro Civil e Identificación, por entidades
religiosas con personalidad jurídica de derecho público, por instituciones de
educación públicas o privadas con reconocimiento del Estado o por personas
jurídicas sin fines de lucro cuyos estatutos comprendan la realización de
actividades de promoción y apoyo familiar.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 10 inciso 2º, 11. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de
Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículos 5º y 6º.

Artículo 32. El contenido de los cursos que no dictare el Servicio de Registro


Civil e Identificación será determinado libremente por las instituciones a que se
refiere el artículo anterior, con tal que se ajusten a los principios y normas de la
Constitución y de la ley.

Los cursos para la preparación del matrimonio tendrán una duración no


inferior a cinco horas de duración, debiendo otorgarse al interesado un
certificado que acredite su realización.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 10 inciso 2º, 11. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de
Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículos 5º, 6º, 31.

Artículo 33. Los cursos de preparación para el matrimonio que no dictare el


Servicio de Registro Civil e Identificación se inscribirán previamente en un
registro especial que llevará el Servicio, debiendo expresarse, a lo menos, la
individualización de la entidad, institución o persona jurídica que lo imparta, el
contenido general del curso y la individualización del requirente.

Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004:
artículos 10 inciso 2º, 11. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de
Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 4º transitorio.

;TULO II 303 DISPOSICIONES TRANSITORIAS


T&#205
Artículo 1º. El presente reglamento comenzará a regir conjuntamente con la
Ley Nº 19.947, sin perjuicio de aquellas medidas que el Ministerio de Justicia y
el Servicio de Registro Civil e Identificación deban adoptar previamente para la
adecuada ejecución de dicha ley y del presente reglamento.

Artículo 2º. El Ministerio de Justicia pondrá a disposición del Servicio de


Registro Civil e Identificación la nómina de las entidades religiosas que gozan
de personalidad jurídica de derecho público, en conformidad a lo previsto en
los artículos 23 y 24 de este reglamento.

Concordancias: Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de Matrimonio


Civil,D.O. 30.10.2004: artículos 23 y 24.

Artículo 3º. A fin de facilitar la acreditación de los requisitos previstos en el


artículo 20 de la Ley Nº 19.947, las entidades religiosas autorizadas en
conformidad a lo previsto en el artículo 25 de este reglamento, podrán poner a
disposición del Servicio de Registro Civil una nómina de los ministros de culto
habilitados para la celebración de matrimonios.

Concordancias: Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículo 20. Decreto Nº  673,
Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de Matrimonio Civil,D.O.  30.10.2004: artículo 25.

Artículo 4º. Las entidades, instituciones o personas jurídicas a que se refiere


el artículo 31 de este reglamento, podrán hacer llegar al Servicio de Registro
Civil e Identificación los antecedentes de los cursos de preparación para el
matrimonio que deseen registrar en conformidad a lo dispuesto en el artículo
33.

Concordancias: Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.947 de Matrimonio


Civil,D.O. 30.10.2004: artículos 31 y 33.

Artículo 5º. Derogado.304

Artículo 6º. Derogado.305

Anótese, tómese razón y publíquese.- Ricardo Lagos Escobar, Presidente de


la República.- Luis Bates Hidalgo, Ministro de Justicia.

Lo que transcribo para su conocimiento.- Le saluda atentamente, Jaime


Arellano Quintana, Subsecretario de Justicia.
E. DECRETO LEY Nº 824 APRUEBA TEXTO QUE INDICA DE
LA LEY SOBRE IMPUESTO A LA RENTA
Publicado en el Diario Oficial de 31 de diciembre de 1974

Vistos: lo dispuesto en los Decretos Leyes Nºs. 1 y 128, de 1973, y 527, de


1974, la Junta de Gobierno ha resuelto dictar el siguiente

Decreto Ley:

.................

Artículo 17. No constituye renta:

...............

31.- Las compensaciones económicas convenidas por los cónyuges en


escritura pública, acta de avenimiento o transacción y aquellas decretadas por
sentencia judicial.

F. LEY Nº 20.255 ESTABLECE REFORMA PREVISIONAL


Publicada en el Diario Oficial de 17 de marzo de 2008

Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su aprobación al


siguiente

Proyecto de ley:

.................

TÍTULO III NORMAS SOBRE EQUIDAD DE GÉNERO Y AFILIADOS


JÓVENES
.................

Párrafo segundo Compensación económica en materia previsional en caso de


nulidad o divorcio

Artículo 80. Al considerar la situación en materia de beneficios previsionales


a que se refiere el artículo 62 de la Ley Nº 19.947, sobre Matrimonio Civil, y ello
origine total o parcialmente un menoscabo económico del que resulte una
compensación, el juez, cualquiera haya sido el régimen patrimonial del
matrimonio, podrá ordenar el traspaso de fondos desde la cuenta de
capitalización individual afecta al Decreto Ley Nº 3.500, de 1980, del cónyuge
que deba compensar a la cuenta de capitalización del cónyuge compensado o
de no existir ésta, a una cuenta de capitalización individual, que se abra al
efecto.

Dicho traspaso, no podrá exceder del 50% de los recursos acumulados en la


cuenta de capitalización individual del cónyuge que debe compensar, respecto
de los fondos acumulados durante el matrimonio.

Concordancias: Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículo 62. D.L. Nº 824, Ley de
la Renta,  D.O.  31.12.1974: artículo 17 número 31. Ley Nº 20.039, libera de impuesto a la renta a las
compensaciones económicas por término del matrimonio,D.O.  8.02.2008: artículo 1º.

: 573. El cumplimiento de la sentencia que ordena el traspaso de fondos


Jurisprudencia
previsionales a la cuenta de capitalización del cónyuge compensado, queda sujeto
al procedimiento de apremio de los artículos 434 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil. En este sentido se ha declarado: "[P]or sentencia de dos de abril de
dos mil trece, pronunciada por el Juzgado de Familia de Punta Arenas, en los autos Rit
Nº 631-2012, se acogió la demanda unilateral de divorcio por cese de convivencia,
declarando terminado el matrimonio celebrado entre doña [...] y don [...] con fecha 20 de
mayo de 1071. Asimismo, acogió la demanda de compensación económica deducida por
la misma actora y condenó al demandado a pagar por dicho concepto la suma de $
20.000.000 (veinte millones de pesos), obligación que debía ser pagada mediante su
traspaso, desde la cuenta de capitalización individual del demandado en AF Habitat a la
cuenta de capitalización individual de la demandante en AFP Cuprum [...] el artículo 80 de
la Ley Nº 20.255 dispone que al considerar la situación en materia de beneficios
previsionales a que se refiere el artículo 62 de la Ley Nº 19.947, y ello origine total o
parcialmente un menoscabo económico del que resulte una compensación, el juez,
cualquiera haya sido el régimen patrimonial del matrimonio, podrá ordenar el traspaso de
fondos desde la cuenta de capitalización individual afecta al Decreto Ley Nº 3.500, de
1980, del cónyuge que deba compensar a la cuenta de capitalización del cónyuge
compensado o de no existir ésta, a una que se abra al efecto [...]. Que, para los efectos
de exigir el cobro compulsivo de la obligación referida a la compensación económica,
cabe tener en consideración que de acuerdo a lo que prevé el inciso 2º del artículo 66 de
la Ley de Matrimonio Civil la cuota respectiva se considerará alimentos para los efectos
de su cumplimiento, salvo que se hubieren ofrecido otras garantías para su efectivo y
oportuno pago. Relacionado con lo anterior, se debe consignar que el artículo 12 de la
Ley Nº 14.908 establece el procedimiento de ejecución y apremio en caso de
incumplimiento en el pago de los alimentos, normativa aplicable al caso de autos. Atento
lo antes referido y lo regulado en el artículo 27 de la Ley Nº 19.968, que hace aplicables
en forma supletoria las disposiciones comunes a todo procedimiento establecidas en el
Código de Procedimiento Civil, resulta pertinente al caso de autos lo estatuido en los
artículos 231 y siguientes de este cuerpo legal, que especifican la forma en que debe
solicitarse y darse cumplimiento a las sentencias dictadas por tribunales competentes, y
en particular el procedimiento ejecutivo de apremio, de conformidad con lo dispuesto en
los artículos 434 y siguientes del Código antes referido" (C. Suprema, 18 de diciembre de
2014, cons. 2º, 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/9676/2014, Rol Nº 11935-2014).

Artículo 81. La Superintendencia de Pensiones deberá tener a disposición


de los tribunales estudios técnicos generales que contribuyan a resolver con
bases objetivas la situación previsional que involucre a cónyuges. De estimarlo
necesario, el juez podrá requerir al citado organismo antecedentes específicos
adicionales.

La Superintendencia establecerá, mediante norma de carácter general, los


procedimientos aplicables en los traspasos de fondos, apertura de las cuentas
de capitalización individual que se requirieran y demás aspectos
administrativos que procedan.

Concordancias: Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículo 62.

.................

TÍTULO VIII DISPOSICIONES TRANSITORIAS

.................
Párrafo tercero Disposiciones transitorias del Título III, sobre normas sobre
equidad de género y afiliados jóvenes

Artículo vigésimo quinto. Las normas contenidas en el Párrafo 2º del Título


III entrarán en vigencia el primer día del séptimo mes siguiente al de su
publicación en el Diario Oficial y sólo serán aplicables en los juicios de nulidad
o divorcio que se inicien con posterioridad a dicha fecha.

.................

Habiéndose cumplido con lo establecido en el Nº 1º del artículo 93 de la


Constitución Política de la República y por cuanto he tenido a bien aprobarlo y
sancionarlo; por tanto promúlguese y llévese a efecto como Ley de la
República.

Santiago, 11 de marzo de 2008.- Michelle Bachelet Jeria, Presidenta de la


República.- Osvaldo Andrade Lara, Ministro del Trabajo y Previsión Social.-
Edmundo Pérez Yoma, Ministro del Interior.- Andrés Velasco Brañes, Ministro
de Hacienda.- Laura Albornoz Pollmann, Ministra Directora Servicio Nacional
de la Mujer.

Lo que transcribo a Ud. para su conocimiento.- Saluda a Ud., Mario


Ossandón Cañas, Subsecretario de Previsión Social.

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Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada



Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS

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INICIO DE:
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
B. CÓDIGO CIVIL
C. LEY Nº 19.585 MODIFICA EL CÓDIGO CIVIL Y OTROS CUERPOS LEGALES EN MATERIA DE FILIACIÓN
D. LEY DE EFECTO RETROACTIVO DE LAS LEYES
E. LEY Nº 16.618 LEY DE MENORES
F. LEY Nº 19.620 DICTA NORMAS SOBRE ADOPCIÓN DE MENORES
G. DECRETO Nº 944 REGLAMENTO DE LA LEY Nº 19.620 QUE DICTA NORMAS SOBRE ADOPCIÓN DE
MENORES
H. AUTOS ACORDADOS

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INICIO DE:
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
1. CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO
2. CONVENCIÓN SOBRE PROTECCIÓN DEL NIÑO Y COOPERACIÓN EN MATERIA DE ADOPCIÓN
INTERNACIONAL
3. CONVENCIÓN SOBRE LOS ASPECTOS CIVILES DEL SECUESTRO INTERNACIONAL DE NIÑOS

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INICIO DE:
1. CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO
PREÁMBULO
PARTE I
PARTE II
PARTE III

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Preámbulo

IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES


A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES

1. CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO

Decreto Ministerio de Relaciones Exteriores Nº 830,D.O. 27.09.1990

PREÁMBULO

Los Estados Partes en la presente Convención,

Considerando que, de conformidad con los principios proclamados en la


Carta de las Naciones Unidas, la libertad, la justicia y la paz en el mundo se
basan en el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales
e inalienables de todos los miembros de la familia humana.

Teniendo presente que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado
en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre y en la dignidad y
el valor de la persona humana, y que han decidido promover el progreso social
y elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad.

Reconociendo que las Naciones Unidas han proclamado y acordado en la


Declaración Universal de Derechos Humanos y en los pactos internacionales
de derechos humanos, que toda persona tiene todos los derechos y libertades
enunciados en ellos, sin distinción alguna, por motivos de raza, color, sexo,
idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social,
posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Recordando que en la Declaración Universal de Derechos Humanos las


Naciones Unidas proclamaron que la infancia tiene derecho a cuidados y
asistencia especiales.

Convencidos de que la familia, como grupo fundamental de la sociedad y


medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, y en
particular de los niños, debe recibir la protección y asistencia necesarias para
poder asumir plenamente sus responsabilidades dentro de la comunidad.

Reconociendo que el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su


personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad,
amor y comprensión.
Considerando que el niño debe estar plenamente preparado para una vida
independiente en sociedad y ser educado en el espíritu de los ideales
proclamados en la Carta de las Naciones Unidas y, en particular, en un espíritu
de paz, dignidad, tolerancia, libertad, igualdad y solidaridad.

Teniendo presente que la necesidad de proporcionar al niño una protección


especial ha sido enunciada en la Declaración de Ginebra de 1924 sobre los
Derechos del Niño y en la Declaración de los Derechos del Niño adoptada por
la Asamblea General el 20 de noviembre de 1959, y reconocida en la
Declaración Universal de Derechos Humanos, en el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (en particular, en los artículos 23 y 24), en el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (en particular, en
el artículo 10) y en los estatutos e instrumentos pertinentes de los organismos
especializados y de las organizaciones internacionales que se interesan en el
bienestar del niño.

Teniendo presente que, como se indica en la Declaración de los Derechos


del Niño, "el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y
cuidados especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como
después del nacimiento".

Recordando lo dispuesto en la Declaración sobre los principios sociales y


jurídicos relativos a la protección y el bienestar de los niños, con particular
referencia a la adopción y la colocación en hogares de guarda, en los planos
nacional e internacional; las Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la
administración de la justicia de menores (Reglas de Beijing); y la Declaración
sobre la protección de la mujer y el niño en estados de emergencia o de
conflicto armado.

Reconociendo que en todos los países del mundo hay niños que viven en
condiciones excepcionalmente difíciles y que esos niños necesitan especial
consideración.

Teniendo debidamente en cuenta la importancia de las tradiciones y los


valores culturales de cada pueblo para la protección y el desarrollo armonioso
del niño.

Reconociendo la importancia de la cooperación internacional para el


mejoramiento de las condiciones de vida de los niños en todos los países, en
particular en los países en desarrollo.

Han convenido en lo siguiente:


PARTE I

Artículo 1º

Para los efectos de la presente Convención, se entiende por niño todo ser
humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le
sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad.

Concordancias: Código Civil: artículo 26. Ley Nº 16.618, Ley de Menores,  D.O.  8.03.1967: artículo 1º.
Decreto Ley Nº 2.465, Ley Orgánica del Servicio Nacional de Menores, D.O. 16.01.1979: artículo 1º
inciso 2º. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 16 inciso 3º.

Artículo 2º

1. Los Estados Partes respetarán los derechos enunciados en la presente


Convención y asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin
distinción alguna, independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la
religión, la opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la
posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra
condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales.

2. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar
que el niño se vea protegido contra toda forma de discriminación o castigo por
causa de la condición, las actividades, las opiniones expresadas o las
creencias de sus padres, o sus tutores o de sus familiares.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 2. Código Civil: artículos 33,


55. Ley Nº 19.253, sobre protección, fomento y desarrollo de los indígenas,D.O. 5.10.1993: artículo 8º.
Ley Nº 20.032,  establece sistema de atención a la niñez y adolescencia a través de la red de
colaboradores delSename, y su régimen de subvención,  D.O.  25.07.2005: artículos 1º y 2º. Decreto
Nº  1.378, Min. de Justicia, aprueba reglamento de la Ley Nº 20.084,  que establece un sistema de
responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal,  D.O.  25.04.2007: artículo 4º.
Decreto Nº  225, Min. Relaciones Exteriores, Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos
delNiño relativa a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de los niños en la pornografía,
con su corrección a la letra b)  de su artículo 7º, D.O. 6.09.2003.

Artículo 3º

1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las


instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las
autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración
primordial a que se atenderá será el interés superior del niño.

2. Los Estados Partes se comprometen a asegurar al niño la protección y el


cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los
derechos y deberes de sus padres, tutores u otras personas responsables de
él ante la ley y, con ese fin, tomarán todas las medidas legislativas y
administrativas adecuadas.
3. Los Estados Partes se asegurarán de que las instituciones, servicios y
establecimientos encargados del cuidado o la protección de los niños cumplan
las normas establecidas por las autoridades competentes, especialmente en
materia de seguridad, sanidad, número y competencia de su personal, así
como en relación con la existencia de una supervisión adecuada.

Concordancias: Código Civil: artículos 222, 225, 229, 234, 240, 244 inciso 3º y 245. Constitución
Política: artículo 1º, 5º inciso 2º. Decreto Ley Nº 2.465, Ley Orgánica del Servicio Nacional de
Menores, D.O. 16.01.1979: artículo 3º. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999:
artículos 1º, 3º inciso 2º, 22 inciso 3º, 24 inciso final, 30 inciso final. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 3º inciso 1º, 27 inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículos 16, 22 inciso 1º. Ley Nº 20.084, sobre  Responsabilidad Penal
Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículo 2º. Ley Nº 20.422, establece normas sobre igualdad de
oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad, D.O. 10.02.2010, artículo 10. Decreto
Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 1º. Ley Nº  20.084, establece un sistema de responsabilidad de los
adolescentes por infracciones a la ley penal,  D.O.  7.12.2005: artículo 2º. Decreto Nº  1.378, Min. de
Justicia, aprueba reglamento de la Ley Nº  20.084, que establece un sistema de responsabilidad de los
adolescentes por infracciones a la ley penal, D.O. 25.04.2007: artículo 2º. Decreto Nº 789, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, D.O. 9.12.1989, artículos 5º letra b), 16.1 letra d). Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 7.1, 9º, 12, 18, 20.3, 21.

574. La noción de interés superior del niño ligada a la plena satisfacción


Jurisprudencia: 
de sus derechos. Aunque la jurisprudencia ha solido destacar que la noción "interés
superior del niño" no se encuentra definida legalmente, o que se trataría de un concepto
"jurídicamente indeterminado", ha realizado el esfuerzo de delimitarlo. Lo ha hecho, sobre
todo, al ligarlo a las ideas de "desarrollo integral del menor" y, en particular, a la de
"satisfacción de sus derechos", pero sin dejar de destacar que esa noción se delimita por
las circunstancias de cada caso en particular: 574.1. El "interés superior del niño"
como una noción "no definida legalmente", "indeterminada" o "abierta": así se ha
advertido que es : "[E]l interés superior de los menores, concepto no definido por la ley"
(C. Suprema, 23 de mayo de 2006, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/4965/2006, Rol
Nº 1228-2006); que su "concepto es jurídicamente indeterminado" (C. Suprema, 14 de
abril de 2008, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/7338/2008, Rol Nº 1384-2008;
C. Suprema, 11 de diciembre de 2014, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/9481/2014, Rol
Nº 21997-2014); o que: "La terminología 'interés superior' se enmarca en aquella clase de
nociones que la lingüística jurídica califica de 'abiertas', habida cuenta su
indescriptibilidad" (C. Suprema, 17 de septiembre de 2014, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6646/2014, Rol Nº 2545-2014); 574.2. El "interés superior del
niño" ligado a la plena satisfacción de sus derechos y al desarrollo de su
personalidad: la jurisprudencia se ha ido afirmando en la idea de vincular el interés
superior del niño con la plena satisfacción de sus derechos. En muchas ocasiones esta
idea se vincula a la del libre desarrollo de la personalidad del niño: "Aun cuando el
concepto es jurídicamente indeterminado puede afirmarse que alude a asegurar el
ejercicio y protección de los derechos fundamentales de los menores y a posibilitar la
mayor satisfacción de todos los aspectos de su vida orientados a asegurar el libre y sano
desarrollo de su personalidad" (C. Suprema, 14 de abril de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7338/2008, Rol Nº 1384-2008). En la misma línea se ha advertido
que: "[H]a de tenerse en consideración que el interés superior del niño, como principio
fundamental e inspirador del ordenamiento jurídico en asuntos de familia y de menores,
que se encuentra consagrado en las referidas normas, aun cuando su definición se
encuentra en desarrollo o constituya un concepto indeterminado, cuya magnitud se
aprecia cuando es aplicado al caso concreto, puede afirmarse que el mismo alude al
pleno respeto de los derechos esenciales del niño, niña o adolescente, buscándose a
través del mismo el asegurar el ejercicio y protección de los derechos fundamentales de
los menores y posibilitar la mayor satisfacción de todos los aspectos de su vida,
orientados al desarrollo de su personalidad" (C. Suprema, 1 de abril de 2014, cons. 13º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/757/2014, Rol Nº 12917-2013). En alguna ocasión, incluso, se la
ligó a sus intereses o "derechos" afectivos: "[E]l interés superior del niño consiste en la
plena satisfacción de sus derechos afectivos, económicos y de educación" (C. Suprema,
14 de abril de 2008, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/7338/2008, Rol Nº 1384-2008). En
el último tiempo, la E Corte Suprema ha tendido a ligarlo directamente con la "plena
xcma. 

satisfacción de los derechos" del niño: "[D]e conformidad a lo que dispone el artículo 3.1
de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, el principio del interés superior
del niño es el que debe primar e inspirar las decisiones concernientes a ellos y que deben
adoptar las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales y las
autoridades administrativas o los órganos legislativos. Dicho principio debe identificarse
con sus derechos, por lo tanto, como lo sostiene la doctrina, 'el interés superior del niño es
la plena satisfacción de sus derechos'; bienestar que podrá obtener en la medida que
pueda desarrollar su personalidad de manera plena y armónica, y, para ello, necesita
crecer en un ambiente de familia que le brinde amor y comprensión, y que también le
proporcione los medios para satisfacer sus necesidades materiales" (C. Suprema, 23 de
febrero de 2015, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/1023/2015, Rol Nº 1481-2015).
Vinculado directamente al libre desarrollo de la personalidad del niño, se ha razonado de
este modo: "[E]l principio que debe guiar tal decisión es el del interés superior del niño,
que se encuentra recogido en nuestra legislación interna y consagrado en la Convención
de los Derechos del Niño suscrita por nuestro país, que, pese a no encontrarse definido,
ha sido entendido jurisprudencialmente como aquel que alude a "asegurar al menor el
ejercicio y protección de sus derechos fundamentales; y a posibilitar la mayor suma de
ventajas en todos los aspectos de su vida, en perspectiva de su autonomía y orientado a
asegurar el libre desarrollo de su personalidad, concepto en todo caso, cuyos contornos
deben delimitarse en concreto, en cada caso" (Corte de Apelaciones de Santiago, rol
Nº4105 2004)" (C. Suprema, 18 de abril de 2018, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1784/2018, Rol Nº 40736-2017); 574.3. El "interés superior del
niño" se delimita por las circunstancias de cada caso en particular: en este sentido,
la E Corte Suprema ha señalado que: "[D]ebe considerarse como principio rector de
xcma. 

interpretación y de decisión, el del interés superior del niño, concepto que aunque
jurídicamente indeterminado y de contornos imprecisos, aparece delimitado por las
circunstancias de cada caso en particular" (C. Suprema, 24 de julio de 2013, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1622/2013, Rol Nº 2455-2013). En el último tiempo el mismo
tribunal reitera este considerando, aunque ha eliminado la referencia a que se trate de un
concepto de "contornos imprecisos" y, así, se ha limitado a consignar que: "[E]l interés
superior del niño, concepto que aunque jurídicamente es indeterminado, aparece
delimitado por las circunstancias de cada caso en particular y principalmente en el juicio
en comento" (C. Suprema, 29 de septiembre de 2014, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6948/2014, Rol Nº 634-2014; C. Suprema, 11 de diciembre de
2014, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/9481/2014, Rol Nº 21997-2014). En la misma
línea se ha destacado que: "La terminología 'interés superior' se enmarca en aquella clase
de nociones que la lingüística jurídica califica de 'abiertas', habida cuenta su
indescriptibilidad, que empuja a una definición funcional, siempre atenta y consecuente
con la circunstancialidad casuística" (C. Suprema, 17 de septiembre de 2014,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6646/2014, Rol Nº 2545-2014). 575. El interés superior del
niño no se entiende como un derecho. Se ha precisado que: "Pese a la finalidad de la
Convención de hacer un aporte a la protección efectiva de los derechos del niño mediante
la consagración del principio de su interés superior, la determinación del contenido del
mismo no ha sido una cuestión pacífica, que en todo caso significa un principio jurídico
garantista, en el sentido de que asegura la efectividad de los derechos subjetivos
remitidos directamente al inventario de derechos contemplados en la propia Convención
obligando tanto al poder público como a los entes privados a respetarlos, mas no estamos
en presencia de un derecho sino de un interés social amparado por el derecho"
(C. Suprema, 2 de noviembre de 2006, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6715/2006, Rol
Nº 6553-2005). 576. Del interés superior del niño como consideración primordial de
los tribunales. La I Corte de Apelaciones de Concepción ha entendido que constituye
lma. 

una forma concreta de dar cumplimiento a este mandado adoptar la medida especial de
mantener en una cuenta de ahorro a nombre de una menor huérfana de madre, hasta que
alcance la capacidad, parte del dinero obtenido como indemnización por la muerte de su
madre y al efecto ha razonado: "Que la Convención de las Naciones Unidas sobre los
Derechos del Niño, de fecha 20 de noviembre de 1989, ratificada por la República de
Chile y por tanto incorporada al derecho nacional, establece en su artículo 3 que en todas
las medidas concernientes a los niños que tomen, entre otros, los tribunales, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño. Y en su
artículo 20 señala que los niños, temporal o permanentemente privados de su medio
familiar o cuyo superior interés exija que no permanezcan en ese medio, tendrán derecho
a la protección y asistencia especiales del Estado. 2º. Que el interés superior del hijo es el
principio básico que inspira la moderna legislación sobre menores, y ha sido recogido,
entre otros, en los artículos 222, 225, 229, 234, 240 y 242 del Código Civil y siendo deber
del Estado y por tanto de esta Corte que ejerce una función jurisdiccional del Estado por
mandato constitucional, el propender a la protección y asistencia especial de la menor
demandante, se ordenará mantener parte de la indemnización en una cuenta especial de
ahorro a nombre de [la menor], atendido el mérito de los informes socioeconómicos
evacuados como medidas para mejor resolver, que señalan que el padre de ella no puede
hacerse cargo del cuidado de su hija y que vive en una condición modesta. Esta es una
forma especial de protección de los bienes de la menor que esta Corte debe cautelar,
hasta que ella alcance edad suficiente para obrar por sí misma con suficiente juicio y
discernimiento" (C. de Apelaciones de Concepción, 25 de junio de 2001, cons. 1º y 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2653/2001, Rol Nº 2162-2000, conf. C. Suprema, 13 de
septiembre de 2001, LegalPublishing: Cl/Jur/2652/2001, Rol Nº 2925-2001). 577. El
"interés superior del niño" y su delimitación en el caso concreto, de cara al recurso
de casación. De la concepción jurisprudencial que concibe al "interés superior del niño"
como una noción que se concreta en el caso en particular, la E Corte Suprema ha
xcma. 

extraído el corolario de la dificultad para que esa labor de concreción realizada por los
tribunales de la instancia, quede sujeta a la revisión en casación. En este sentido ha
declarado: "La terminología 'interés superior' se enmarca en aquella clase de nociones
que la lingüística jurídica califica de 'abiertas', habida cuenta su indescriptibilidad, que
empuja a una definición funcional, siempre atenta y consecuente con la circunstancialidad
casuística [...]. Aplicado a lo presente, lo anterior supone de parte de quienes, como los
jueces, están llamados a apreciar la realidad sometida a su opinión bajo el prisma del
interés superior del niño, un compromiso de fidelidad a lo que se les revela y los convence
como mayormente ventajoso para aquél. Y eso conforma un ejercicio personalísimo cuyas
características lo alejan del rol fiscalizador a que está destinado el recurso de casación en
el fondo" (C. Suprema, 17 de septiembre de 2014, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6646/2014, Rol Nº 2545-2014). 578. Interés superior del niño y
medidas de protección consistentes en erradicarlos de su hogar. Se ha sostenido en
esta materia: "Que el artículo 3º de la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada
por la Asamblea de las Naciones Unidas en el año 1989, establece que en todas las
medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de
bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos,
una consideración primordial a que se atenderá será el 'interés superior del niño'. El
profesor señor Hernán Corral Talciani señala a propósito de este tema que 'si se trata de
velar por el interés superior del niño, hay que hacer los mayores esfuerzos para que éste
pueda desarrollarse en el medio familiar que lo vio nacer y en especial, con sus padres.
Son los padres los que Constitucionalmente tienen el derecho y el deber de educar a sus
hijos'. Los niños sólo de sus padres biológicos recibirán el afecto, la estimulación, el apoyo
y protección necesarios en cada estadio de su evolución, porque tales sentimientos fluyen
de lo más profundo del corazón por la vinculación tan estrecha que existe entre aquellos y
sus hijos. Sin duda alguna que incierto es el futuro para aquellos menores que residirán
en un hogar o en poder de terceras personas, porque vivirán otra realidad distinta a la de
un hogar, junto a sus otros hermanos, aun cuando carente de bienes materiales y la
experiencia que vivirán en un hogar, lejos de ayudar al proceso formativo de su alma
infantil, los situará en una posición vulnerable frente a agresiones, por ejemplo, de otros
menores. Los niños merecen amor, merecen ser deseados y acogidos en el seno de su
propia familiar y una muestra clara de ello es el hecho de que su propia madre ha apelado
de la medida de que fue objeto su hijo en esta y en otra causa que es de conocimiento de
esta misma sala, respecto de otro de sus hijos. Estima este tribunal que en circunstancias
muy calificadas, extraordinarias, debidamente probadas o por carencia de sus
progenitores, pueden terceras personas o un hogar asumir el rol de orientar el proceso
formativo del alma infantil en sus primeros años de su vida, que no es el caso de autos"
(C. de Apelaciones de Valdivia, 19 de marzo de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7539/2008, Rol Nº 1-2008). 579. Del interés superior del niño y
del derecho de alimentos. Se ha advertido que: "La normativa contenida en la
Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por Chile, que entró en vigencia el 27
de septiembre de 1990, y de aplicación obligatoria en Chile conforme al artículo 5º de la
Constitución Política de la República, la que en su artículo 3º Nºs. 1 y 2 establece que 'en
todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o
privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos
legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del
niño' y que los 'Estados Partes se comprometen a asegurar al niño la protección y el
cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y
deberes de sus padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley y, con ese
fin, tomarán todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas', y finalmente, el
artículo 27 Nº 4 señala que los 'Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas
para asegurar el pago de la pensión alimenticia por parte de los padres u otras personas
que tengan la responsabilidad financiera por el niño, tanto si viven en el Estado Parte
como si viven en el extranjero'. El interés superior del niño importa la plena satisfacción de
sus derechos, entre ellos, el derecho que se le concedan alimentos, y de percibirlos
materialmente" (C. de Apelaciones de Concepción, 13 de junio de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5671/2008, Rol Nº 377-2008).

Artículo 4º

Los Estados Partes adoptarán todas las medidas administrativas, legislativas


y de otra índole para dar efectividad a los derechos reconocidos en la presente
Convención. En lo que respecta a los derechos económicos, sociales y
culturales, los Estados Partes adoptarán esas medidas hasta el máximo de los
recursos de que dispongan y, cuando sea necesario, dentro del marco de la
cooperación internacional.

Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículos


29, 30. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo 11.

580. Protección integral del menor y obligaciones del Estado. Se ha


Jurisprudencia: 
declarado que: "La Convención Internacional de los Derechos del Niño, es el instrumento
fundamental de la doctrina de protección integral del menor. El Derecho Internacional, y
especialmente esta convención, irrumpe con una nueva tesis en cuanto el niño como
sujeto de derechos que puede hacer valer tanto frente a sus padres como frente a
terceros, respaldado por una normativa orgánica y completa cuyo destinatario es el niño,
sin apellidos de ninguna clase. Esto es lo que se conoce como Doctrina de la Protección
Integral del Menor, cuyo fin consiste en garantizar los derechos de la infancia, es decir, se
trata de respetar sus derechos con el fin de que lleguen en el futuro a ejercitarlos en
plenitud. Y para estos efectos el artículo 44 de la Convención Internacional de los
Derechos del Niño, dispone que nuestro país tiene la obligación positiva de adecuar su
Derecho interno y sus políticas públicas a la Convención. Por tanto, la incumple tanto
cuando vulnera los derechos del niño como cuando omite emprender una readecuación
de su derecho interno a la normativa internacional" (C. Suprema, 2 de noviembre de
2006, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/6715/2006, Rol Nº 6553-2005).

Artículo 5º

Los Estados Partes respetarán las responsabilidades, los derechos y los


deberes de los padres o, en su caso, de los miembros de la familia ampliada o
de la comunidad, según establezca la costumbre local, de los tutores u otras
personas encargadas legalmente del niño de impartirle, en consonancia con la
evolución de sus facultades, dirección y orientación apropiadas para que el
niño ejerza los derechos reconocidos en la presente Convención.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 10. Código Civil: 222 inciso
2º.

581. Se vulnera este artículo si, en un procedimiento de adopción, no se


Jurisprudencia: 
tiene en cuenta a uno de los abuelos que solicita se declare la susceptibilidad de la
adopción. En este sentido se ha declarado que: "[E]l artículo 1º de la Ley Nº 19.620
señala al respecto: 'La adopción tiene por objeto velar por el interés superior del
adoptado, y amparar su derecho a vivir y desarrollarse en el seno de una familia que le
brinde el afecto y le procure los cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades
espirituales y materiales, cuando ello no pueda ser proporcionado por su familia de
origen'. Que, en consecuencia, de acuerdo al tenor de esta disposición, para los efectos
de otorgar una adopción, y en este caso de una declaración de susceptibilidad de
adopción, debe establecerse en forma fehaciente que ninguna de las personas que
conforman la familia biológica de la menor esté en condiciones de otorgarle los cuidados y
el afecto que ella les pueda otorgar. En el presente caso, la indagación ha versado
respecto de los padres de la menor, no así en lo que respecta a la abuela materna de ella,
ya mencionada [...]. Que el artículo 5 de la Convención de los Derechos del Niño
establece que los Estados Partes respetarán las responsabilidades, los derechos y los
deberes de los padres, o, en su caso de la familia ampliada o de la comunidad, para que
éste ejerza los derechos que la Convención establece, en tanto en el artículo 7 de la
misma Convención señala que los niños tienen derecho a ser inscritos inmediatamente
después de su nacimiento, a tener un nombre y una nacionalidad y conocer a sus padres,
lo que se conoce doctrinalmente como principio de identidad, derechos que son preteridos
en el presente caso a través de la sentencia que se analiza, pues por una parte,
desconoce la existencia de una familiar directa de la menor que está en condiciones de
hacerse cargo de ella y le resta a los padres a tener un contacto futuro con ella, atendida
las dificultades que han tenido respecto de anotaciones prontuariales por la comisión de
diversos delitos y el consumo de drogas. Que si bien es cierto las circunstancias
mencionadas son factores determinantes que impiden, por ahora, que los padres de la
menor puedan tenerla bajo su cuidado, esa situación no se aplica a la abuela paterna
pues, como ya se dijo, está al cuidado de otras dos menores, hermanas de la mencionada
y cuenta con un informe favorable, el ya referido" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 7 de
diciembre de 2012, cons. 4º y 9º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2789/2012, Rol Nº 705-2012).

Artículo 6º

1. Los Estados Partes reconocen que todo niño tiene el derecho intrínseco a
la vida.

2. Los Estados Partes garantizarán en la máxima medida posible la


supervivencia y el desarrollo del niño.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 1. Código Penal: artículos


351, 394. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O.
27.09.1990: artículos 24, 27.

582. De las obligaciones del Estado en relación con las prestaciones


Jurisprudencia: 
debidas a los niños. De este artículo de la Convención, y de sus artículos 24 y 27, la
jurisprudencia ha destacado que: "[S]e infiere que el Estado debe proporcionar a los niños
las condiciones necesarias y las atenciones y prestaciones de salud que requieran para
su desarrollo, supervivencia y protección" (C. de Apelaciones de Santiago, 15 de
diciembre de 2014, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/9627/2014, Rol Nº 65176-2014).

Artículo 7º

1. El niño será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y tendrá


derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la
medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos.

2. Los Estados Partes velarán por la aplicación de estos derechos de


conformidad con su legislación nacional y las obligaciones que hayan contraído
en virtud de los instrumentos internacionales pertinentes en esta esfera, sobre
todo cuando el niño resultara de otro modo apátrida.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 10. Código Civil: artículos 56, 222, 224,
225, 229. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 3º números 1, 2 y 3, 28, 29, 30, 31, 54. Ley Nº  19.477, Orgánica del
Registro Civil e Identificación,  D.O.  19.10.1996: artículo 4º números 1 y 2. Ley Nº 19.620, sobre
Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999: artículo 27 inciso 3º. Ley Nº 20.032,  establece sistema de
atención a la niñez y adolescencia a través de la red de colaboradores del Sename, y su régimen de
subvención, D.O. 25.07.2005: artículo 15 letra c).

583. Noción de "nombre". Se ha reconocido que: "El nombre de una persona


Jurisprudencia: 
es un atributo de la personalidad, por el solo hecho de existir, que le permite diferenciarse
de cualquiera otra y además, un derecho substancial de toda persona y que incluso se
encuentra protegido por una norma penal, como es el artículo 214 del Código Punitivo que
sanciona al que usurpare el nombre de otro" (C. Suprema, 31 de marzo de 2006, cons.
10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7432/2006, Rol Nº 2569-2004). 584. Derecho a conocer a
sus padres y a ser cuidado por ellos "en la medida de lo posible" en relación con la
adopción. Se ha estimado que ante la eventual pugna entre el derecho del niño "a
conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos" y su "derecho a vivir y desarrollarse en el
seno de una familia que le brinde el afecto y le procure los cuidados tendientes a
satisfacer sus necesidades espirituales y materiales, cuando ello no le pueda ser
proporcionado por su familia de origen", consagrado en el artículo 1º de la Ley Nº 19.620,
debe atenderse a que el primero de ellos lo es "en la medida de lo posible" y, así, se ha
admitido que una menor fuera adoptada por el matrimonio formado por su madre biológica
y por el marido de ésta, con quienes había convivido desde la infancia: "4º. Que una de
las dificultades que puede afectar a [...] en su desarrollo personal, es que viviendo como
lo hace actualmente tiene apellido paterno distinto del esposo de su madre y diferente de
aquella que se considera como su hermana menor, lo que evidentemente se lograría
solucionar con la adopción definitiva. 5º. Que si bien es cierto que entre los derechos de
los menores reconocidos por la Convención de los Derechos del Niño está el conocer a
sus padres y ser cuidado por ellos, lo que bajo un punto de vista teórico podría afectar el
procedimiento de adopción, estos sentenciadores creen que como la Convención citada
establece que este derecho es 'en la medida de lo posible', estiman que es muchísimo
más importante y trascendental que [...] conviva en una comunidad matrimonial, donde se
incluye a su madre biológica, que por ley tiene el cuidado personal de ella, y que reciba
también el afecto del marido de ella y de la otra hija común, a quienes reconoce como su
familia desde la infancia" (C. de Apelaciones de San Miguel, 8 de mayo de 2008, cons. 4º
y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5566/2008, Rol Nº 2178-2007).

Artículo 8º

1. Los Estados Partes se comprometen a respetar el derecho del niño a


preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones
familiares de conformidad con la ley sin injerencias ilícitas.

2. Cuando un niño sea privado ilegalmente de algunos de los elementos de


su identidad o de todos ellos, los Estados Partes deberán prestar la asistencia
y protección apropiadas con miras a restablecer rápidamente su identidad.

Concordancias: Código Civil: artículos 195, 199, 320. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 27 inciso 3º.

Artículo 9º
1. Los Estados Partes velarán por que el niño no sea separado de sus
padres contra la voluntad de éstos, excepto cuando, a reserva de revisión
judicial, las autoridades competentes determinen, de conformidad con la ley y
los procedimientos aplicables, que tal separación es necesaria en el interés
superior del niño, tal determinación puede ser necesaria en casos particulares,
por ejemplo, en los casos en que el niño sea objeto de maltrato o descuido por
parte de sus padres o cuando éstos viven separados y debe adoptarse una
decisión acerca del lugar de residencia del niño.

2. En cualquier procedimiento entablado de conformidad con el párrafo 1 del


presente artículo, se ofrecerá a todas las partes interesadas la oportunidad de
participar en él y de dar a conocer sus opiniones.

3. Los Estados Partes respetarán el derecho del niño que esté separado de
uno o de ambos padres a mantener relaciones personales y contacto directo
con ambos padres de modo regular, salvo si ello es contrario al interés superior
del niño.

4. Cuando esa separación sea resultado de una medida adoptada por un


Estado Parte, como la detención, el encarcelamiento, el exilio, la deportación o
la muerte (incluido el fallecimiento debido a cualquier causa mientras la
persona esté bajo la custodia del Estado) de uno de los padres del niño, o de
ambos, o del niño, el Estado Parte proporcionará, cuando se le pida, a los
padres, al niño o, si procede, a otro familiar, información básica acerca del
paradero del familiar o familiares ausentes, a no ser que ello resultase
perjudicial para el bienestar del niño. Los Estados Partes se cerciorarán,
además, de que la presentación de tal petición no entrañe por sí misma
consecuencias desfavorables para la persona o personas interesadas.

Concordancias: Código Civil: artículos 224, 225, 226, 229, 234, 237, 238, 239, 242. Ley Nº   16.618,
Ley de Menores, D.O.  8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O.  30.05.2000: artículo 16 bis
inciso 2º, 30, 42, 43, 48, 62 inciso final. Decreto Ley Nº  2.465, Ley Orgánica del Servicio Nacional de
Menores, D.O.  16.01.1979: artículo 3º. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O.  5.08.1999:
artículo 12. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 68, 69, 71. Ley
Nº  20.032, establece sistema de atención a la niñez y adolescencia a través de la red de colaboradores
del Sename, y su régimen de subvención, D.O. 25.07.2005: artículos 15 letra c), 18 a 21. Ley
Nº  20.422, establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con
discapacidad, D.O.  10.02.2010, artículo 10. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño, D.O.  27.09.1990: artículo 10.

: 585. De la aplicación de la noción de "interés superior del niño" y de


Jurisprudencia
escapar, "por sí misma", al control por la vía del recurso de casación. En este
sentido se ha pronunciado la E  Corte Suprema cuando ha declarado: "[Q]ue la parte
xcma.

relativa a la contravención de los artículos 9º Nº 1 y 18 de la Convención sobre los


Derechos del Niño, que consagran el concepto de 'interés superior' como factor nuclear
de su estructuración, no es por sí misma susceptible de un control de naturaleza
propiamente jurídico, único que incumbe a un recurso de casación en el fondo. Se trata de
una expresión abierta a la que el juicio jurisdiccional da contenido casuístico, lo que se
traduce en que su protagonismo se anide en una apreciación no asible en esta sede"
(C. Suprema, 15 de diciembre de 2014, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/9514/2014, Rol
Nº 6861-2014).

Artículo 10

1. De conformidad con la obligación que incumbe a los Estados Partes a


tenor de lo dispuesto en el párrafo 1 del artículo 9º, toda solicitud hecha por un
niño o por sus padres para entrar en un Estado Parte o para salir de él a los
efectos de la reunión de la familia será atendida por los Estados Partes de
manera positiva, humanitaria y expeditiva. Los Estados Partes garantizarán,
además, que la presentación de tal petición no traerá consecuencias
desfavorables para los peticionarios ni para sus familiares.

2. El niño cuyos padres residan en Estados diferentes tendrá derecho a


mantener periódicamente, salvo en circunstancias excepcionales, relaciones
personales y contactos directos con ambos padres. Con tal fin, y de
conformidad con la obligación asumida por los Estados Partes en virtud del
párrafo 2 del artículo 9º, los Estados Partes respetarán el derecho del niño y de
sus padres a salir de cualquier país, incluido el propio, y de entrar en su propio
país. El derecho de salir de cualquier país estará sujeto solamente a las
restricciones estipuladas por ley y que sean necesarias para proteger la
seguridad nacional, el orden público, la salud o la moral públicas o los
derechos y libertades de otras personas y que estén en consonancia con los
demás derechos reconocidos por la presente Convención.

Concordancias: Código Civil: artículo 229. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990: artículo 9º. Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los aspectos civiles del secuestro internacional de niños, D.O. 17.06.1994: artículo
21.

Artículo 11

1. Los Estados Partes adoptarán medidas para luchar contra los traslados
ilícitos de niños al extranjero y la retención ilícita de niños en el extranjero.

2. Para este fin, los Estados Partes promoverán la concertación de acuerdos


bilaterales o multilaterales o la adhesión a acuerdos existentes.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,  D.O.  17.06.1994: artículo 1º letra a). Decreto Nº 1.215, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en materia de adopción
internacional, D.O. 4.10.1999: artículo 1º, letra b). Decreto Nº 225, Min. Relaciones Exteriores,
Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativa a la venta de niños, la
prostitución infantil y la utilización de los niños en la pornografía, con su corrección a la letra b)   de su
artículo 7º,  D.O.  6.09.2003. Decreto Nº 342, Min. Relaciones Exteriores, Protocolo para prevenir,
reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la
Convencion de las Naciones Unidas contra la delincuencia organizada transnacional, D.O. 16.02.2005.
Artículo 12

1. Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de


formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos
los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las
opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño.

2. Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser escuchado en


todo procedimiento judicial o administrativo que afecte al niño, ya sea
directamente o por medio de un representante o de un órgano apropiado, en
consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional.

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 3º, 14 inciso


1º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 69. Decreto Nº 1.215, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en materia de adopción
internacional, D.O. 4.10.1999: artículo 4º, letra d), 21.2.

586. Del sentido y consecuencias de este artículo. La E.  Corte Suprema


Jurisprudencia:  xcma

ha advertido que: "[E]l artículo 12 establece que el niño, niña y adolescente tiene derecho
a manifestar sus deseos y sentires de manera libre y a que sean tenidos en cuenta en la
oportunidad que se resuelva el asunto que les incumbe, enlazándose directamente con el
principio de la autonomía progresiva. Lo señalado importa, por lo tanto, que deben ser
considerados como sujetos de derechos humanos y civiles, y al estar en las condiciones
que indica dicha norma, debe necesariamente escuchárseles de manera tal de establecer
una comunicación, un diálogo con ellos" (C. Suprema, 14 de mayo de 2018, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2211/2018, Rol Nº 39739-2017). 587. La fijación de audiencias
para oír a los niños concreta el derecho consagrado en el artículo 12 de la
Convención. En este sentido se ha declarado que: "[S]e debe inferir que la fijación de
una o más audiencias en los juicios que inciden en materias que conciernen a niños,
niñas o adolescentes, con la finalidad de escucharlos, de establecer un diálogo con ellos,
constituye una forma de concretar el derecho que consagra el artículo 12 de la
Convención de los Derechos del Niño, y en la medida que se den las condiciones que
señala, debe ser considerada como necesaria e imprescindible" (C. Suprema, 14 de
mayo de 2018, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/2211/2018, Rol Nº 39739-
2017). 588. Derecho del niño a ser oído y determinación del "interés superior del
adoptado". Se ha entendido que: "El interés superior del adoptado no sólo se puede
reconstituir a través del ministerio social que las instituciones a cargo de velar por sus
derechos puedan expresar, sino que también y de un modo principal —cuando ello es
posible— a través del propio parecer del menor (artículo 12 de la Convención sobre los
Derechos del Niño y 36 de la Ley Nº 16.618) que, en el caso sub lite, como se ha dicho,
resulta categórico" (C. de Apelaciones de Rancagua, 24 de julio de 2002, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4182/2002, Rol Nº 18724-2002).

Artículo 13

1. El niño tendrá derecho a la libertad de expresión; ese derecho incluirá la


libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin
consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o impresas, en forma
artística o por cualquier otro medio elegido por el niño.
2. El ejercicio de tal derecho podrá estar sujeto a ciertas restricciones, que
serán únicamente las que la ley prevea y sean necesarias:

a) Para el respeto de los derechos o la reputación de los demás; o

b) Para la protección de la seguridad nacional o el orden público o para


proteger la salud o la moral públicas.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 6 inciso 1º, número 12,


número 25. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 17.

Artículo 14

1. Los Estados Partes respetarán el derecho del niño a la libertad de


pensamiento, de conciencia y de religión.

2. Los Estados Partes respetarán los derechos y deberes de los padres y, en


su caso, de los representantes legales, de guiar al niño en el ejercicio de su
derecho de modo conforme a la evolución de sus facultades.

3. La libertad de profesar la propia religión o las propias creencias estará


sujeta únicamente a las limitaciones prescritas por la ley que sean necesarias
para proteger la seguridad, el orden, la moral o la salud públicos o los derechos
y libertades fundamentales de los demás.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 6 inciso 1º. Código Civil:


artículo 222 inciso 2º.

589. De cómo han de entenderse los límites del derecho interno al


Jurisprudencia: 
derecho a libertad de pensamiento, de conciencia y de religión de los niños. Sobre
este punto se ha declarado: "Que la libertad que la C[onvención sobre los] D[erechos del]
N[iño] prevé para el niño, en lo confrontado en autos, en el artículo 14, es su derecho a
libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, cuya guía, de igual modo que en el
artículo 5, está radicada en los padres, o en su caso en los representantes legales.
Reconoce como límite, solo lo prescrito en la ley, que sea necesario para proteger la
seguridad, el orden, la moral o la salud públicos o los derechos y libertades
fundamentales de los demás. De forma tal, que la remisión al derecho interno obedece al
respeto a prescripciones legales prohibitivas relativas a los objetivos específicos
señalados. La moral, en el sentido que interesa a los recurrentes, excluyente por
incorrecta de una formación familiar con dos referentes hombres, que asumen en
conjunto, la función parental que corresponde a uno de ellos, no es una idea que pueda
entenderse, sin más, representada en la Convención. De la misma manera como un
determinado credo religioso, no es el aludido en la idea de libertad de religión" (C. de
Apelaciones de Punta Arenas, 22 de diciembre de 2014, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9825/2014, Rol Nº 435-2014).

Artículo 15
1. Los Estados Partes reconocen los derechos del niño a la libertad de
asociación y a la libertad de celebrar reuniones pacíficas.

2. No se impondrán restricciones al ejercicio de estos derechos distintas de


las establecidas de conformidad con la ley y que sean necesarias en una
sociedad democrática, en interés de la seguridad nacional o pública, el orden
público, la protección de la salud y la moral públicas o la protección de los
derechos y libertades de los demás.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 números 13 y 15.

Artículo 16

1. Ningún niño será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida


privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a
su honra y a su reputación.

2. El niño tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o


ataques.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 números 4 y 5.

Artículo 17

Los Estados Partes reconocen la importante función que desempeñan los


medios de comunicación y velarán por que el niño tenga acceso a información
y material procedentes de diversas fuentes nacionales e internacionales, en
especial la información y el material que tengan por finalidad promover
su bienestar social, espiritual y moral y su salud física y mental. Con tal objeto,
los Estados Partes:

a) Alentarán a los medios de comunicación a difundir información y


materiales de interés social y cultural para el niño, de conformidad con el
espíritu del artículo 29;

b) Promoverán la cooperación internacional en la producción, el intercambio


y la difusión de esa información y esos materiales procedentes de diversas
fuentes culturales, nacionales e internacionales;

c) Alentarán la producción y difusión de libros para niños;

d) Alentarán a los medios de comunicación a que tengan particularmente en


cuenta las necesidades lingüísticas del niño perteneciente a un grupo
minoritario o que sea indígena;
e) Promoverán la elaboración de directrices apropiadas para proteger al niño
contra toda información y material perjudicial para su bienestar, teniendo en
cuenta las disposiciones de los artículos 13 y 18.

Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 13, 18, 29. Ley Nº 19.253, sobre protección, fomento y desarrollo de
los indígenas,  D.O.  5.10.1993: artículo 1º inciso 3º, 7º, 28.

Artículo 18

1. Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en garantizar el


reconocimiento del principio de que ambos padres tienen obligaciones
comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del niño. Incumbirá a
los padres, o en su caso, a los representantes legales la responsabilidad
primordial de la crianza y el desarrollo del niño. Su preocupación fundamental
será el interés superior del niño.

2. A los efectos de garantizar y promover los derechos enunciados en la


presente Convención, los Estados Partes prestarán la asistencia apropiada a
los padres y a los representantes legales para el desempeño de sus funciones
en lo que respecta a la crianza del niño y velarán por la creación de
instituciones, instalaciones y servicios para el cuidado de los niños.

3. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para que los
niños cuyos padres trabajan tengan derecho a beneficiarse de los servicios e
instalaciones de guarda de niños para los que reúnan las condiciones
requeridas.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 10. Código Civil: artículos


222, 224, 243. Código del Trabajo: artículos 95 bis, 203 a 208. Ley Nº   20.422, establece normas sobre
igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad,D.O.  10.02.2010, artículo
10. Decreto Nº  47, Min. de Vivienda y Urbanismo, Ordenanza General de Urbanismo y
Construcciones, D.O. 5.06.1992: artículo 4.14.12.

590. Obligaciones comunes de los padres y custodia compartida. En


Jurisprudencia: 
relación con este artículo de la Convención, se ha entendido que esta "[D]isposición legal
no establece expresamente la tuición o cuidado personal compartida del menor en el
evento de que los padres se encuentren separados. Lo que dicha disposición enuncia es
el principio de igualdad de derechos y obligaciones que ambos padres (separados o
no) tienen en el cuidado, crianza, alimentación y en general, del desarrollo del niño. Estos
mismos principios están y conforman nuestra legislación relativa a los alimentos, deber de
socorro, familia, educación, etc. y que tienen ambos padres respecto de sus hijos" (C. de
Apelaciones de Chillán, 24 de abril de 2008, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/5613/2008,
Rol Nº 90-2008, conf. C. Suprema, 15 de julio de 2008,
LegalPublishing: Cl/Jur/2931/2008, Rol Nº 3097-2008). 591. De la aplicación de la
noción de "interés superior del niño" y de escapar, "por sí misma", al control por la
vía del recurso de casación. En este sentido se ha pronunciado la E  Corte Supremaxcma.

cuando ha declarado: "[Q]ue la parte relativa a la contravención de los artículos 9 Nº 1 y


18 de la Convención sobre los Derechos del Niño, que consagran el concepto de 'interés
superior' como factor nuclear de su estructuración, no es por sí misma susceptible de un
control de naturaleza propiamente jurídico, único que incumbe a un recurso de casación
en el fondo. Se trata de una expresión abierta a la que el juicio jurisdiccional da contenido
casuístico, lo que se traduce en que su protagonismo se anide en una apreciación no
asible en esta sede" (C. Suprema, 15 de diciembre de 2014, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9514/2014, Rol Nº 6861-2014).

Artículo 19

1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas,


administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra
toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente,
malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se
encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de
cualquier otra persona que lo tenga a su cargo.

2. Esas medidas de protección deberían comprender, según corresponda,


procedimientos eficaces para el establecimiento de programas sociales con
objeto de proporcionar la asistencia necesaria al niño y a quienes cuidan de él,
así como para otras formas de prevención y para la identificación, notificación,
remisión a una institución, investigación, tratamiento y observación ulterior de
los casos antes descritos de malos tratos al niño y, según corresponda, la
intervención judicial.

Concordancias: Código Civil: artículos 225 inciso 3º, 229 inciso 2º, 234, 238. Ley Nº 16.618, Ley de
Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículos 15, 16 bis,
30, 31, 33, 62. Código del Trabajo: artículos 13 a 18. Código Penal: artículos 366, 366 bis, 366 ter, 366
quáter, 366 quinquies, 367, 367 bis, 367 ter. Decreto Nº 225, Min. Relaciones Exteriores, Protocolo
Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativa a la venta de niños, la prostitución
infantil y la utilización de los niños en la pornografía, con su corrección a la letra b) de su artículo
7º,D.O.  6.09.2003.

Artículo 20

1. Los niños temporal o permanentemente privados de su medio familiar, o


cuyo superior interés exija que no permanezcan en ese medio, tendrán
derecho a la protección y asistencia especiales del Estado.

2. Los Estados Partes garantizarán, de conformidad con sus leyes


nacionales, otros tipos de cuidado para esos niños.

3. Entre esos cuidados figurarán, entre otras cosas, la colocación en hogares


de guarda, la kafala del Derecho Islámico, la adopción, o de ser necesario la
colocación en instituciones adecuadas de protección de menores. Al considerar
las soluciones, se prestará particular atención a la conveniencia de que haya
continuidad en la educación del niño y a su origen étnico, religioso, cultural y
lingüístico.
Concordancias: Ley Nº 16.618, Ley de Menores,  D.O.  8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículos  16 bis, 30, 31, 44, 45, 54, 55, 56, 57, 60. Ley Nº  19.968, crea
Tribunales de Familia,  D.O.  30.08.2004: artículos 68, 69, 70, 71. Ley Nº  20.422, establece normas
sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con
discapacidad,D.O.  10.02.2010: artículo 10.

592. En cumplimiento del Nº 1 de este artículo se entiende que es una


Jurisprudencia: 
medida de protección para una menor huérfana de madre, y cuyo padre no podía
hacerse cargo de su cuidado personal, el que se mantenga en una cuenta bancaria,
hasta su mayor edad, parte del dinero procedente del pago de la indemnización por
la muerte de su madre. Así lo determinó la I Corte de Apelaciones de Concepción al
lma. 

declarar: "Que la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, de
fecha 20 de noviembre de 1989, ratificada por la República de Chile y por tanto
incorporada al derecho nacional, establece en su artículo 3º que en todas las medidas
concernientes a los niños que tomen, entre otros, los tribunales, una consideración
primordial a que se atenderá será el interés superior del niño. Y en su artículo 20 señala
que los niños, temporal o permanentemente privados de su medio familiar o cuyo superior
interés exija que no permanezcan en ese medio, tendrán derecho a la protección y
asistencia especiales del Estado. 2º. Que el interés superior del hijo es el principio básico
que inspira la moderna legislación sobre menores, y ha sido recogido, entre otros, en los
artículos 222, 225, 229, 234, 240 y 242 del Código Civil y siendo deber del Estado y por
tanto de esta Corte que ejerce una función jurisdiccional del Estado por mandato
constitucional, el propender a la protección y asistencia especial de la menor demandante,
se ordenará mantener parte de la indemnización en una cuenta especial de ahorro a
nombre de [la menor], atendido el mérito de los informes socioeconómicos evacuados
como medidas para mejor resolver, que señalan que el padre de ella no puede hacerse
cargo del cuidado de su hija y que vive en una condición modesta. Esta es una forma
especial de protección de los bienes de la menor que esta Corte debe cautelar, hasta que
ella alcance edad suficiente para obrar por sí misma con suficiente juicio y discernimiento"
(C. de Apelaciones de Concepción, 25 de junio de 2001, cons. 1º y 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2653/2001, Rol Nº 2162-2000, conf. C. Suprema, 13 de
septiembre de 2001, LegalPublishing: Cl/Jur/2652/2001, Rol Nº 2925-2001).

Artículo 21

Los Estados Partes que reconocen o permiten el sistema de adopción


cuidarán de que el interés superior del niño sea la consideración primordial y:

a) Velarán por que la adopción del niño sólo sea autorizada por las
autoridades competentes, las que determinarán, con arreglo a las leyes y a los
procedimientos aplicables y sobre la base de toda la información pertinente y
fidedigna, que la adopción es admisible en vista de la situación jurídica del niño
en relación con sus padres, parientes y representantes legales y que, cuando
así se requiera, las personas interesadas hayan dado con conocimiento de
causa su consentimiento a la adopción sobre la base del asesoramiento que
pueda ser necesario;

b) Reconocerán que la adopción en otro país puede ser considerada como


otro medio de cuidar del niño, en el caso de que éste no pueda ser colocado en
un hogar de guarda o entregado a una familia adoptiva o no pueda ser
atendido de manera adecuada en el país de origen;

c) Velarán por que el niño que haya de ser adoptado en otro país goce de
salvaguardias y normas equivalentes a las existentes respecto de la adopción
en el país de origen;

d) Adoptarán todas las medidas apropiadas para garantizar que, en el caso


de adopción en otro país, la colocación no dé lugar a beneficios financieros
indebidos para quienes participan en ella;

e) Promoverán, cuando corresponda, los objetivos del presente artículo


mediante la concertación de arreglos o acuerdos bilaterales o multilaterales y
se esforzarán, dentro de este marco, por garantizar que la colocación del niño
en otro país se efectúe por medio de las autoridades u organismos
competentes.

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 29 a 36, 42,


43, 44. Decreto Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620,  sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 27 a 30. Ley Nº  20.422, establece normas sobre igualdad de
oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad,  D.O.  10.02.2010: artículo 10. Decreto
Nº  1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en materia
de adopción internacional,  D.O.  4.10.1999. Decreto Nº  225, Min. Relaciones Exteriores, Protocolo
Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativa a la venta de niños, la prostitución
infantil y la utilización de los niños en la pornografía, con su corrección a la letra b) de su artículo
7º, D.O. 6.09.2003.

593. De la adopción como una institución de ultima ratio. La jurisprudencia


Jurisprudencia: 
se ha preocupado en destacar este carácter de la adopción. Así, se ha declarado: "[Q]ue
los jueces del grado no quebrantaron lo que disponen los artículos 1 y 15 de la Ley
Nº 19.620, y el artículo 21 de la Convención de los Derechos del Niño, ya que se asentó
como hecho de la causa que la familia de origen de la niña no cuenta con un pariente apto
para cuidarla y velar por su interés superior, lo que implica que los jueces de la instancia
justamente conciben la institución de la adopción como de última ratio, lo que significa que
en el ámbito administrativo y judicial deben agotarse todos los esfuerzos al interior de la
familia de origen antes que se decida separar a un niño menor respecto de aquélla, de
manera definitiva e irreversible" (C. Suprema, 11 de diciembre de 2014, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9481/2014, Rol Nº 21997-2014). En igual sentido se había
declarado que: "[E]l artículo 21 de la Convención sobre los Derechos del Niño, en su letra
b) dispone que los Estados Parte que reconocen o permiten el sistema de adopción
cuidarán de que el interés superior del niño sea la consideración primordial y reconocerán
que la adopción en otro país puede ser considerada como otro medio de cuidar del niño,
en el caso de que éste no pueda ser colocado en un hogar de guarda o entregado a una
familia adoptiva o no pueda ser atendido de manera adecuada en el país de origen. La
norma trascrita condiciona la adopción de un niño en un país distinto al de su origen,
cuando en el propio no pueda ser atendido de manera adecuada" (C. Suprema, 1 de abril
de 2013, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/700/2013, Rol Nº 7517-2012). 594. El juez que
conoce de un procedimiento de adopción debe explicitar, si la deniega, las razones
por la que no se satisface con ella el interés superior del niño. En este sentido se ha
declarado: "Que es preciso señalar que la Convención de los Derechos del Niño establece
en su artículo 21 que los Estados Partes que reconocen o permiten el sistema de
adopción cuidarán de que el interés superior del niño sea la consideración primordial, en
el presente caso el juez de instancia aun cuando dio por establecido que los jóvenes han
entablado un vínculo afectivo, material y relacional seguro con los solicitantes, que están
de acuerdo con ser adoptados y que los solicitantes son idóneos a estos efectos, procede
a decidir que no son susceptibles de adopción, sin señalar de qué forma, habiéndose
dado por probado lo señalado precedentemente, no se satisface el interés superior de los
menores, pese a que éstos se encuentran viviendo en un entorno familiar y cercano
proporcionado por los solicitantes" (C. Suprema, 1 de abril de 2013, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/700/2013, Rol Nº 7517-2012).

Artículo 22

1. Los Estados Partes adoptarán medidas adecuadas para lograr que el niño
que trate de obtener el estatuto de refugiado o que sea considerado refugiado
de conformidad con el derecho y los procedimientos internacionales o internos
aplicables reciba, tanto si está solo como si está acompañado de sus padres o
de cualquier otra persona, la protección y la asistencia humanitaria adecuadas
para el disfrute de los derechos pertinentes enunciados en la presente
Convención y en otros instrumentos internacionales de Derechos Humanos o
de carácter humanitario en que dichos Estados sean partes.

2. A tal efecto los Estados Partes cooperarán, en la forma que estimen


apropiada, en todos los esfuerzos de las Naciones Unidas y demás
organizaciones intergubernamentales competentes u organizaciones no
gubernamentales que cooperen con las Naciones Unidas por proteger y ayudar
a todo niño refugiado y localizar a sus padres o a otros miembros de su familia,
a fin de obtener la información necesaria para que se reúna con su familia. En
los casos en que no se pueda localizar a ninguno de los padres o miembros de
la familia, se concederá al niño la misma protección que a cualquier otro niño
privado permanente o temporalmente de su medio familiar, por cualquier
motivo, como se dispone en la presente convención.

Concordancias: Decreto Nº  597, Min. del Interior, Reglamento de Extranjería, 14.06.1984: artículos 53
a 66.

Artículo 23

1. Los Estados Partes reconocen que el niño mental o físicamente impedido


deberá disfrutar de una vida plena y decente en condiciones que aseguren su
dignidad, le permitan llegar a bastarse a sí mismo y faciliten la participación
activa del niño en la comunidad.

2. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño impedido a recibir


cuidados especiales y alentarán y asegurarán, con sujeción a los recursos
disponibles, la prestación al niño que reúna las condiciones requeridas y a los
responsables de su cuidado de la asistencia que se solicite y que sea
adecuada al estado del niño y a las circunstancias de sus padres o de otras
personas que cuiden de él.

3. En atención a las necesidades especiales del niño impedido, la asistencia


que se preste conforme al párrafo 2 del presente artículo será gratuita siempre
que sea posible, habida cuenta de la situación económica de los padres o de
las otras personas que cuiden del niño, y estará destinada a asegurar que el
niño impedido tenga un acceso efectivo a la educación, la capacitación, los
servicios sanitarios, los servicios de rehabilitación, la preparación para el
empleo y las oportunidades de esparcimiento y reciba tales servicios con el
objeto de que el niño logre la integración social y el desarrollo individual,
incluido su desarrollo cultural y espiritual, en la máxima medida posible.

4. Los Estados Partes promoverán, con espíritu de cooperación


internacional, el intercambio de información adecuada en la esfera de la
atención sanitaria preventiva y del tratamiento médico, psicológico y funcional
de los niños impedidos, incluida la difusión de información sobre los métodos
de rehabilitación y los servicios de enseñanza y formación profesional, así
como el acceso a esa información a fin de que los Estados Partes puedan
mejorar su capacidad y conocimientos y ampliar su experiencia en estas
esferas. A este respecto, se tendrán especialmente en cuenta las necesidades
de los países en desarrollo.

Concordancias: Ley Nº  19.284, establece normas para la plena integración social de personas con
discapacidad, D.O. 14.01.1994. Decreto Nº  387, Min. de Educación, Crea Consejo Consultivo de
Educación Especial, D.O. 14.07.2007. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad,  D.O.  17.09.2008: artículos 3º
letra h), 4º.3º, 7º, 8.2 letra b, 18.2, 23, 24.2, 24.3, 25 letra b), 30.5 letra d).

Artículo 24

1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al disfrute del más alto
nivel posible de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y
la rehabilitación de la salud. Los Estados Partes se esforzarán por asegurar
que ningún niño sea privado de su derecho al disfrute de esos servicios
sanitarios.

2. Los Estados Partes asegurarán la plena aplicación de este derecho y, en


particular, adoptarán las medidas apropiadas para:

a) Reducir la mortalidad infantil y en la niñez;

b) Asegurar la prestación de la asistencia médica y la atención sanitaria que


sean necesarias a todos los niños, haciendo hincapié en el desarrollo de la
atención primaria de salud;
c) Combatir las enfermedades y la malnutrición en el marco de la atención
primaria de la salud mediante, entre otras cosas, la aplicación de la tecnología
disponible y el suministro de alimentos nutritivos adecuados y agua potable
salubre, teniendo en cuenta los peligros y riesgos de contaminación del medio
ambiente;

d) Asegurar atención sanitaria prenatal y postnatal apropiada a las madres;

e) Asegurar que todos los sectores de la sociedad, y en particular los padres


y los niños, conozcan los principios básicos de la salud y la nutrición de los
niños, las ventajas de la lactancia materna, la higiene y el saneamiento
ambiental y las medidas de prevención de accidentes, tengan acceso a la
educación pertinente y reciban apoyo en la aplicación de esos conocimientos;

f) Desarrollar la atención sanitaria preventiva, la orientación a los padres y la


educación y servicios en materia de planificación de la familia.

3. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas eficaces y apropiadas


posibles para abolir las prácticas tradicionales que sean perjudiciales para la
salud de los niños.

4. Los Estados Partes se comprometen a promover y alentar la cooperación


internacional con miras a lograr progresivamente la plena realización del
derecho reconocido en el presente artículo. A este respecto, se tendrán
plenamente en cuenta las necesidades de los países en desarrollo.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 9.

Artículo 25

Los Estados Partes reconocen el derecho del niño que ha sido internado
en un establecimiento por las autoridades competentes para los fines de
atención, protección o tratamiento de su salud física o mental a un examen
periódico del tratamiento a que esté sometido y de todas las demás
circunstancias propias de su internación.

Concordancias: Ley Nº 20.032,establece sistema de atención a la niñez y adolescencia a través de la


red de colaboradores del Sename, y su régimen de subvención,D.O. 25.07.2005: artículos 22 y 23.

Artículo 26

1. Los Estados Partes reconocerán a todos los niños el derecho a


beneficiarse de la seguridad social, incluso del seguro social, y adoptarán las
medidas necesarias para lograr la plena realización de este derecho de
conformidad con su legislación nacional.
2. Las prestaciones deberán concederse, cuando corresponda, teniendo en
cuenta los recursos y la situación del niño y de las personas que sean
responsables del mantenimiento del niño, así como cualquier otra
consideración pertinente a una solicitud de prestaciones hecha por el niño o en
su nombre.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 18.

Artículo 27

1. Los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño a un nivel de


vidaadecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social.

2. A los padres u otras personas encargadas del niño les incumbe la


responsabilidad primordial de proporcionar, dentro de sus posibilidades y
medios económicos, las condiciones de vida que sean necesarias para el
desarrollo del niño.

3. Los Estados Partes, de acuerdo con las condiciones nacionales y con


arreglo a sus medios, adoptarán medidas apropiadas para ayudar a los padres
y a otras personas responsables por el niño a dar efectividad a este derecho y,
en caso necesario, proporcionarán asistencia material y programas de apoyo,
particularmente con respecto a la nutrición, el vestuario y la vivienda.

4. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para asegurar
el pago de la pensión alimenticia por parte de los padres u otras personas que
tengan la responsabilidad financiera por el niño, tanto si viven en el Estado
Parte como si viven en el extranjero. En particular, cuando la persona que
tenga la responsabilidad financiera por el niño resida en un Estado diferente de
aquel en que resida el niño, los Estados Partes promoverán la adhesión a los
convenios internacionales o la concertación de dichos convenios, así como la
concertación de cualesquiera otros arreglos apropiados.

Concordancias: Código Civil: artículos  224, 230, 232, 233. Ley Nº  14.908, sobre Abandono de Familia
y Pago de Pensiones Alimenticias,  D.O.  5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,  D.O.  30.05.2000. Decreto Nº  23, Min. de Relaciones Exteriores, Convención sobre la  Obtención
de Alimentos en el Extranjero,  D.O.  23.01.1961.

595. La falta de recursos económicos de los padres para atender al menor


Jurisprudencia: 
no constituye causal suficiente para declarar que es susceptible de adopción. En
este sentido se ha afirmado que: "En cuanto a la no proporción por parte de los padres al
menor de la atención personal o económica como causal de declaración de
susceptibilidad para ser éste adoptado, la ley no autoriza que la falta de recursos
económicos para atender al niño sea causal suficiente para resolver favorablemente tal
declaración y la falta de atención en cuanto comprende el aspecto personal y afectivo,
debe estar acreditado de manera suficiente que ello es imputable a los padres" (C. de
Apelaciones de Santiago, 28 de noviembre de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5540/2008, Rol Nº 3677-2007). Se ha advertido, igualmente, que:
"Aun cuando, actualmente no podrían estar en condiciones de proporcionarle atención
económica adecuada, esta sola circunstancia no constituye causa legal para la
susceptibilidad de adopción" (C. de Apelaciones de Puerto Montt, 9 de julio de 2007,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/7056/2007, Rol Nº 302-2007), entre otras razones,
porque: "Con todo, el artículo 9 Nº 1 de la Convención sobre los Derechos del Niño,
establece el derecho del niño a vivir junto a sus padres y que éste no sea separado de
ellos contra la voluntad de éstos. En concordancia con esta norma, el numeral 3 del
artículo 27 de citado Tratado, obliga a los Estados partes, a tomar medidas apropiadas
para ayudar a los padres a dar efectividad a este derecho, logrando así a favor de los
menores un nivel de vida adecuada para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y
social y, en caso necesario, proporcionar asistencia" (C. de Apelaciones de Puerto Montt,
9 de julio de 2007, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/7056/2007, Rol Nº 302-
2007). 596. Interés superior del niño y derecho de alimentos en caso de
"insuficiencia" de los padres. Se ha advertido que: "El artículo 27 Nº 4 señala que los
'Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para asegurar el pago de la
pensión alimenticia por parte de los padres u otras personas que tengan la
responsabilidad financiera por el niño, tanto si viven en el Estado Parte como si viven en
el extranjero'. El interés superior del niño importa la plena satisfacción de sus derechos,
entre ellos, el derecho que se le concedan alimentos, y de percibirlos materialmente. Que
del estudio armónico del artículo 3º inciso final de la Ley Nº 14.908, 232 del Código Civil,
3º y 27 de la Convención sobre los Derechos del Niño, estos sentenciadores arriban a la
convicción que el artículo 232 del Código citado utiliza la expresión 'insuficiencia' en un
sentido amplio, comprensivo de la situación de carencia de bienes o imposibilidad
absoluta de servicio del demandado principal como también la de no pago o renuencia en
pagar la pensión alimenticia" (C. de Apelaciones de Concepción, 13 de junio de 2008,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5671/2008, Rol Nº 377-2008).

Artículo 28

1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a la educación y, a fin


de que se pueda ejercer progresivamente y en condiciones de igualdad de
oportunidades ese derecho, deberán en particular:

a) Implantar la enseñanza primaria obligatoria y gratuita para todos;

b) Fomentar el desarrollo, en sus distintas formas, de la enseñanza


secundaria, incluida la enseñanza general y profesional, hacer que todos los
niños dispongan de ella y tengan acceso a ella y adoptar medidas apropiadas
tales como la implantación de la enseñanza gratuita y la concesión de
asistencia financiera en caso de necesidad;

c) Hacer la enseñanza superior accesible a todos, sobre la base de la


capacidad, por cuantos medios sean apropiados;

d) Hacer que todos los niños dispongan de información y orientación en


cuestiones educacionales y profesionales y tengan acceso a ellas;
e) Adoptar medidas para fomentar la asistencia regular a las escuelas y
reducir las tasas de deserción escolar.

2. Los Estados Partes adoptarán cuantas medidas sean adecuadas para


velar porque la disciplina escolar se administre de modo compatible con la
dignidad humana del niño y de conformidad con la presente convención.

3. Los Estados Partes fomentarán y alentarán la cooperación internacional


en cuestiones de educación, en particular a fin de contribuir a eliminar la
ignorancia y el analfabetismo en todo el mundo y de facilitar el acceso a los
conocimientos técnicos y a los métodos modernos de enseñanza. A este
respecto, se tendrán especialmente en cuenta las necesidades de los países
en desarrollo.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 10. Ley Nº 20.032,  establece


sistema de atención a la niñez y adolescencia a través de la red de colaboradores del  Sename, y su
régimen de subvención, D.O. 25.07.2005: artículo 2º número 2º.

Artículo 29

1. Los Estados Partes convienen en que la educación del niño deberá estar
encaminada a:

a) Desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del


niño hasta el máximo de sus posibilidades;

b) Inculcar al niño el respeto de los derechos humanos y las libertades


fundamentales y de los principios consagrados en la Carta de las Naciones
Unidas;

c) Inculcar al niño el respeto de sus padres, de su propia identidad cultural,


de su idioma y sus valores, de los valores nacionales del país en que vive, del
país de que sea originario y de las civilizaciones distintas de la suya;

d) Preparar al niño para asumir una vida responsable en una sociedad libre,
con espíritu de comprensión, paz, tolerancia, igualdad de los sexos y amistad
entre todos los pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos y personas de
origen indígena;

e) Inculcar al niño el respeto del medio ambiente natural.

2. Nada de lo dispuesto en el presente artículo o en el artículo 28 se


interpretará como una restricción de la libertad de los particulares y de las
entidades para establecer y dirigir instituciones de enseñanza, a condición de
que se respeten los principios enunciados en el párrafo 1 del presente artículo
y de que la educación impartida en tales instituciones se ajuste a las normas
mínimas que prescriba el Estado.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 10. Código Civil:


artículos 222 inciso 1º, 224. Ley Nº  20.032, establece sistema de atención a la niñez y adolescencia a
través de la red de colaboradores del  Sename, y su régimen de subvención, D.O. 25.07.2005: artículo
2º número 2. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 17, 28.

Artículo 30

En los Estados en que existan minorías étnicas, religiosas o lingüísticas o


personas de origen indígena, no se negará a un niño que pertenezca a tales
minorías o que sea indígena el derecho que le corresponde, en común con los
demás miembros de su grupo, a tener su propia vida cultural, a profesar y
practicar su propia religión, o a emplear su propio idioma.

Concordancias: Ley Nº  19.253, sobre protección, fomento y desarrollo de los


indígenas,D.O. 5.10.1993: artículos 1º inciso 3º, 7º, 28, 32, 33.

Artículo 31

1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al descanso y el


esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a
participar libremente en la vida cultural y en las artes.

2. Los Estados Partes respetarán y promoverán el derecho del niño a


participar plenamente en la vida cultural y artística y propiciarán oportunidades
apropiadas, en condiciones de igualdad, de participar en la vida cultural,
artística, recreativa y de esparcimiento.

Concordancias: Ley Nº 20.032,establece sistema de atención a la niñez y adolescencia a través de la


red de colaboradores del Sename, y su régimen de subvención,D.O. 25.07.2005: artículo 2º.

Artículo 32

1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido contra
la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que
pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud
o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social.

2. Los Estados Partes adoptarán medidas legislativas, administrativas,


sociales y educacionales para garantizar la aplicación del presente artículo.
Con ese propósito y teniendo en cuenta las disposiciones pertinentes de otros
instrumentos internacionales, los Estados Partes, en particular:

a) Fijarán una edad o edades mínimas para trabajar;


b) Dispondrán la reglamentación apropiada de los horarios y condiciones de
trabajo;

c) Estipularán las penalidades u otras sanciones apropiadas para asegurar la


aplicación efectiva del presente artículo.

Concordancias: Código del Trabajo: artículos 13 a 18. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores,
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,  D.O.  29.04.1989: 10.3. Decreto Nº 225, Min.
Relaciones Exteriores, Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del niño relativa a la
venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de los niños en la pornografía, con su corrección a
la letra b) de su artículo 7º,  D.O.  6.09.2003.

Artículo 33

Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas, incluidas


medidas legislativas, administrativas, sociales y educacionales, para proteger a
los niños contra el uso ilícito de los estupefacientes y sustancias sicotrópicas
enumeradas en los tratados internacionales pertinentes, y para impedir que se
utilice a niños en la producción y el tráfico ilícitos de esas sustancias.

Concordancias: Decreto Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo 10.3. Decreto Nº 225, Min. Relaciones Exteriores, Protocolo
Facultativo de la Convención sobre los Derechos del niño relativa a la venta de niños, la prostitución
infantil y la utilización de los niños en la pornografía, con su corrección a la letra b) de su artículo
7º, D.O. 6.09.2003.

Artículo 34

Los Estados Partes se comprometen a proteger al niño contra todas las


formas de explotación y abuso sexuales. Con este fin, los Estados Partes
tomarán, en particular, todas las medidas de carácter nacional, bilateral y
multilateral que sean necesarias para impedir:

a) La incitación o la coacción para que un niño se dedique a cualquier


actividad sexual ilegal;

b) La explotación del niño en la prostitución u otras prácticas sexuales


ilegales;

c) La explotación del niño en espectáculos o materiales pornográficos.

Concordancias: Ley Nº 16.618, Ley de Menores,  D.O.  8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículos 15, 16 bis, 33. Código Penal: artículos 366, 366 bis, 366 ter, 366 quáter,
366 quinquies, 367, 367 bis, 367 ter. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos,D.O.  29.04.1989: artículo 10. 3. Decreto Nº  225, Min. Relaciones
Exteriores, Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del niño relativa a la venta de
niños, la prostitución infantil y la utilización de los niños en la pornografía, con su corrección a la letra
b)  de su artículo 7º, D.O. 6.09.2003.
Artículo 35

Los Estados Partes tomarán todas las medidas de carácter nacional, bilateral
y multilateral que sean necesarias para impedir el secuestro, la venta o la trata
de niños para cualquier fin o en cualquier forma.

Concordancias: Decreto Nº 225, Min. Relaciones Exteriores, Protocolo Facultativo de la Convención


sobre los Derechos del niño relativa a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de los
niños en la pornografía, con su corrección a la letra b) de su artículo 7º,D.O.  6.09.2003.

Artículo 36

Los Estados Partes protegerán al niño contra todas las demás formas de
explotación que sean perjudiciales para cualquier aspecto de su bienestar.

Concordancias: Decreto Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo 10.3. Decreto Nº 225, Min. Relaciones Exteriores, Protocolo
Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativa a la venta de niños, la prostitución
infantil y la utilización de los niños en la pornografía, con su corrección a la letra b) de su artículo
7º,D.O.  6.09.2003.

Artículo 37

Los Estados Partes velarán por que:

a) Ningún niño sea sometido a torturas ni a otros tratos o penas crueles,


inhumanos o degradantes. No se impondrá la pena capital ni la de prisión
perpetua sin posibilidad de excarcelación por delitos cometidos por menores de
18 años de edad;

b) Ningún niño sea privado de su libertad ilegal o arbitrariamente. La


detención, el encarcelamiento o la prisión de un niño se llevará a cabo de
conformidad con la ley y se utilizará tan sólo como medida de último recurso y
durante el período más breve que proceda;

c) Todo niño privado de libertad sea tratado con la humanidad y el respeto


que merece la dignidad inherente a la persona humana, y de manera que se
tengan en cuenta las necesidades de las personas de su edad. En particular,
todo niño privado de libertad estará separado de los adultos, a menos que ello
se considere contrario al interés superior del niño, y tendrá derecho a mantener
contacto con su familia por medio de correspondencia y de visitas, salvo en
circunstancias excepcionales;

d) Todo niño privado de su libertad tendrá derecho a un pronto acceso a la


asistencia jurídica y otra asistencia adecuada, así como derecho a impugnar la
legalidad de la privación de su libertad ante un tribunal u otra autoridad
competente, independiente e imparcial y a una pronta decisión sobre dicha
acción.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 17. Ley Nº 20.084,  establece


un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal, D.O. 7.12.2005:
artículo 31 inciso 3º.

Artículo 38

1. Los Estados Partes se comprometen a respetar y velar por que se


respeten las normas del Derecho Internacional humanitario que les sean
aplicables en los conflictos armados y que sean pertinentes para el niño.

2. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas posibles para asegurar
que las personas que aún no hayan cumplido los 15 años de edad no
participen directamente en las hostilidades.

3. Los Estados Partes se abstendrán de reclutar en las fuerzas armadas a


las personas que no hayan cumplido los 15 años de edad. Si reclutan personas
que hayan cumplido 15 años, pero que sean menores de 18, los Estados
Partes procurarán dar prioridad a los de más edad.

4. De conformidad con las obligaciones dimanadas del Derecho Internacional


humanitario de proteger a la población civil durante los conflictos armados, los
Estados Partes adoptarán todas las medidas posibles para asegurar la
protección y el cuidado de los niños afectados por un conflicto armado.

Artículo 39

Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para promover
la recuperación física y psicológica y la reintegración social de todo niño
víctima de: cualquier forma de abandono, explotación o abuso; tortura u otra
forma de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes; o conflictos
armados. Esa recuperación y reintegración se llevarán a cabo en un ambiente
que fomente la salud, el respeto de sí mismo y la dignidad del niño.

Artículo 40

1. Los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño de quien se alegue


que ha infringido las leyes penales o a quien se acuse o declare culpable de
haber infringido esas leyes a ser tratado de manera acorde con el fomento de
su sentido de la dignidad y el valor, que fortalezca el respeto del niño por los
derechos humanos y las libertades fundamentales de terceros y en la que se
tengan en cuenta la edad del niño y la importancia de promover la
reintegración del niño y de que éste asuma una función constructiva en la
sociedad.
2. Con ese fin, y habida cuenta de las disposiciones pertinentes de los
instrumentos internacionales, los Estados Partes garantizarán, en particular:

a) Que no se alegue que ningún niño ha infringido las leyes penales, ni se


acuse o declare culpable a ningún niño de haber infringido esas leyes, por
actos u omisiones que no estaban prohibidos por las leyes nacionales o
internacionales en el momento en que se cometieron;

b) Que todo niño del que se alegue que ha infringido las leyes penales o a
quien se acuse de haber infringido esas leyes se le garantice, por lo menos, lo
siguiente:

i) Que se lo presumirá inocente mientras no se pruebe su culpabilidad


conforme a la ley;

ii) Que será informado sin demora y directamente o, cuando sea procedente,


por intermedio de sus padres o sus representantes legales, de los cargos que
pesan contra él y que dispondrá de asistencia jurídica u otra asistencia
apropiada en la preparación y presentación de su defensa;

iii) Que la causa será dirimida sin demora por una autoridad u órgano judicial
competente, independiente e imparcial en una audiencia equitativa conforme a
la ley, en presencia de un asesor jurídico u otro tipo de asesor adecuado y, a
menos que se considerare que ello fuere contrario al interés superior del niño,
teniendo en cuenta en particular su edad o situación y a sus padres o
representantes legales;

iv) Que no será obligado a prestar testimonio o a declararse culpable, que


podrá interrogar o hacer que se interrogue a testigos de cargo y obtener la
participación y el interrogatorio de testigos de descargo en condiciones de
igualdad;

v) Si se considerare que ha infringido, en efecto, las leyes penales, que esta
decisión y toda medida impuesta a consecuencia de ella, serán sometidas a
una autoridad u órgano judicial superior competente, independiente e imparcial,
conforme a la ley;

vi) Que el niño contará con la asistencia gratuita de un intérprete si no


comprende o no habla el idioma utilizado;

vii) Que se respetará plenamente su vida privada en todas las fases del


procedimiento.

3. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para promover
el establecimiento de leyes, procedimientos, autoridades e instituciones
específicos para los niños de quienes se alegue que han infringido las leyes
penales o a quienes se acuse o declare culpables de haber infringido esas
leyes, y en particular:

a) El establecimiento de una edad mínima antes de la cual se presumirá que


los niños no tienen capacidad para infringir las leyes penales;

b) Siempre que sea apropiado y deseable, la adopción de medidas para


tratar a esos niños sin recurrir a procedimientos judiciales, en el entendimiento
de que se respetarán plenamente los Derechos Humanos y las garantías
legales.

4. Se dispondrá de diversas medidas, tales como el cuidado, las órdenes de


orientación y supervisión, el asesoramiento, la libertad vigilada, la colocación
en hogares de guarda, los programas de enseñanza y formación profesional,
así como otras posibilidades alternativas a la internación en instituciones, para
asegurar que los niños sean tratados de manera apropiada para su bienestar y
que guarde proporción tanto con sus circunstancias como con la infracción.

Concordancias: Ley Nº 20.084,  establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por


infracciones a la ley penal,  D.O.  7.12.2005. Ley Nº 20.422, establece normas sobre igualdad de
oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad,  D.O.  10.02.2010: artículo 10. Decreto
Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990: artículo
3.1.

597. De la finalidad de estas reglas. La jurisprudencia ha reconocido que la


Jurisprudencia: 
finalidad de estas normas "[N]o es otra que proteger la integridad física y psicológica de
los menores, aun cuando éstos se encuentren en situaciones en que se les atribuya
alguna conducta que constituya infracción penal, hasta que su responsabilidad sea
establecida por tribunal competente" (C. Suprema, 28 de enero de 2011, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1104/2011, Rol Nº 9301-2010). 598. La Ley Nº 20.084, sobre
responsabilidad penal de los adolescentes, debe entenderse como un corolario del
artículo 40.1 de esta Convención. Así lo ha estimado la E Corte Suprema, cuando ha
xcma. 

advertido que: "[D]ebe tenerse en cuenta que la Ley Nº 20.084 estableció un subsistema
penal especial en favor de los adolescentes infractores de ley completamente distinto del
régimen normativo anterior, el que como único elemento distintivo del estatuto de los
adultos preveía un castigo de prisión disminuido. Lo anterior es consecuencia del tenor
del artículo 40.1 de la Convención sobre Derechos del Niño que dispone que los niños
infractores deberán ser tratados de acuerdo con su particular dignidad, cuidando
fortalecer valores y su reintegración a la sociedad, lo que encuentra reconocimiento legal
en el artículo 2º de la citada ley, el que dispone que en todas las actuaciones judiciales o
administrativas relativas a procedimientos, sanciones y medidas aplicables a los
adolescentes infractores de la ley penal se deberá tener en consideración el interés
superior del adolescente, que se expresa en el reconocimiento y respeto de sus derechos
[...]. Que los referidos criterios normativos son recogidos en la ley especial y generan un
conjunto de derechos que legitiman la reacción penal. Se dispone entonces de normas
penales especiales que sólo son aplicables a los jóvenes porque los medios punitivos y
toda la actividad estatal ante el ilícito tienen en cuenta que ha de ejecutarse sin
desatender el interés superior del niño, esto es, sin afectar el desarrollo del menor. Lo
anterior es directa consecuencia de haberse aceptado que los destinatarios de unas y
otras normas, los adolescentes y los adultos, son distintos. Por ello ha de aceptarse que
estas últimas reglas conforman el subsistema penal aplicable a los adolescentes, que
tienen el carácter de especiales, y que las comunes han de entenderse como de
aplicación subsidiaria" (C. Suprema, 19 de noviembre de 2012, cons. 7º y 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2630/2012, Rol Nº 7098-2012). 599. Contraría el número 1 de
este artículo pretender atribuir a las sanciones previstas en la Ley Nº 20.084 unos
fines diversos de aquellos que se señalan en su artículo 20. En ese sentido se ha
declarado: "Que respecto de la materia debatida la jurisprudencia de la Corte Suprema ha
sostenido que las sanciones de la Ley Nº 20.084 tienen un fin expresamente previsto en
su artículo 20, esto es, hacer efectiva la responsabilidad de los adolescentes por los
hechos delictivos que cometan, de modo que no puede atribuírseles otros fines diversos,
ni dentro de su propio sistema de responsabilidad penal, ni mucho menos fuera de éste,
como lo sería utilizar esa sanción no ya para hacer efectiva la responsabilidad penal del
menor, sino para agravarla por los ilícitos cometidos siendo adulto. Empero, no sólo hay
una contravención formal al usar las sanciones de la Ley Nº 20.084 para un objetivo
distinto al dehacer efectiva la responsabilidad penal del adolescente, sino también una
colisión material, pues esa pena adjudicada siendo adolescente, nuevamente por
mandato expreso del citado artículo 20 y del artículo 40 Nº 1 de la Convención sobre los
Derechos del Niño, que fue su fuente informadora, debe orientarse a su 'plena integración
social' y nada más contrario y alejado a dicha directriz que luego valerse de esa sanción
precisamente para incrementar las penas privativas de libertad cuyo efecto desocializador
y despersonalizante no requiere prueba que el sistema penal de adultos prevé para la
generalidad de los delitos. Lo recién explicado se aviene al artículo 21.2 de las Reglas de
Beijing (Asamblea General Naciones Unidas, Resolución Nº 40/33 de 23 de noviembre de
1985), de acuerdo al cual 'los registros de menores delincuentes no se utilizarán en
procesos de adultos relativos a casos subsiguientes en los que esté implicado el mismo
delincuente', directrices y normas programáticas que no es posible ignorar aunque éstas
no hayan sido incorporadas formalmente al ordenamiento jurídico chileno, no al menos sin
dejar de lado el elemento histórico de interpretación contenido en el inciso segundo del
artículo 19 del Código Civil, desde que constituyó uno de los instrumentos internacionales
informadores del proyecto de la Ley Nº 20.084, según se lee en su Mensaje, así como de
la Convención sobre los Derechos del Niño, tal como consta en su Preámbulo, texto que,
a su vez, debe ser revisado por las autoridades cuando aplican la Ley Nº 20.084 por
expreso mandato del inciso segundo de su artículo segundo" (C. de Apelaciones de
Santiago, 10 de abril de 2015, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2022/2015, Rol Nº 416-
2015).

Artículo 41

Nada de lo dispuesto en la presente convención afectará a las disposiciones


que sean más conducentes a la realización de los Derechos del Niño y que
puedan estar recogidas en:

a) El derecho de un Estado Parte; o

b) El Derecho Internacional vigente con respecto a dicho Estado.


PARTE II

Artículo 42

Los Estados Partes se comprometen a dar a conocer ampliamente los


principios y disposiciones de la Convención por medios eficaces y apropiados,
tanto a los adultos como a los niños.

Concordancias: Decreto Ley Nº 2.465, Ley Orgánica del Servicio Nacional de


Menores,D.O.  16.01.1979: artículo 1º. Ley Nº 20.032,  establece sistema de atención a la niñez y
adolescencia a través de la red de colaboradores delSename, y su régimen de
subvención, D.O. 25.07.2005: artículo 16. Ley Nº 20.084, sobreResponsabilidad Penal
Adolescente,D.O.  7.12.2005: artículos 29, 30.

Artículo 43

1. Con la finalidad de examinar los progresos realizados en el cumplimiento


de las obligaciones contraídas por los Estados Partes en la presente
Convención, se establecerá un Comité de los Derechos del Niño que
desempeñará las funciones que a continuación se estipulan.

2. El Comité estará integrado por dieciocho expertos de gran integridad


moral y reconocida competencia en las esferas reguladas por la presente
Convención. Los miembros del Comité serán elegidos por los Estados Partes
entre sus nacionales y ejercerán sus funciones a título personal, teniéndose
debidamente en cuenta la distribución geográfica, así como los principales
sistemas jurídicos.306

3. Los miembros del Comité serán elegidos, en votación secreta, de una lista
de personas designadas por los Estados Partes. Cada Estado Parte podrá
designar a una persona escogida entre sus propios nacionales.

4. La elección inicial se celebrará a más tardar seis meses después de la


entrada en vigor de la presente Convención y ulteriormente cada dos años.
Con cuatro meses, como mínimo, de antelación respecto de la fecha de cada
elección, el Secretario General de las Naciones Unidas dirigirá una carta a los
Estados Partes invitándolos a que presenten sus candidaturas en un plazo de
dos meses. El Secretario General preparará después una lista en la que
figurarán por orden alfabético todos los candidatos propuestos, con indicación
de los Estados Partes que los hayan designado, y la comunicará a los Estados
Partes en la presente Convención.

5. Las elecciones se celebrarán en una reunión de los Estados Partes


convocada por el Secretario General en la Sede de las Naciones Unidas. En
esa reunión, en la que la presencia de dos tercios de los Estados Partes
constituirá quórum, las personas seleccionadas para formar parte del comité
serán aquellos candidatos que obtengan el mayor número de votos y una
mayoría absoluta de los votos de los representantes de los Estados Partes
presentes y votantes.

6. Los miembros del comité serán elegidos por un período de cuatro años.
Podrán ser reelegidos si se presenta de nuevo su candidatura. El mandato de
cinco de los miembros elegidos en la primera elección expirará al cabo de dos
años; inmediatamente después de efectuada la primera elección, el Presidente
de la reunión en que ésta se celebre elegirá por sorteo los nombres de esos
cinco miembros.

7. Si un miembro del comité fallece o dimite o declara que por cualquier otra
causa no puede seguir desempeñando sus funciones en el comité, el Estado
Parte que propuso a ese miembro designará entre sus propios nacionales a
otro experto para ejercer el mandato hasta su término, a reserva de la
aprobación del comité.

8. El comité adoptará su propio reglamento.

9. El comité elegirá su mesa por un período de dos años.

10. Las reuniones del comité se celebrarán normalmente en la Sede de las


Naciones Unidas o en cualquier otro lugar conveniente que determine el
comité. El comité se reunirá normalmente todos los años. La duración de las
reuniones del comité será determinada y revisada, si procediera, por una
reunión de los Estados Partes en la presente convención, a reserva de la
aprobación de la Asamblea General.

11. El Secretario General de las Naciones Unidas proporcionará el personal


y los servicios necesarios para el desempeño eficaz de las funciones del
comité establecido en virtud de la presente convención.

12. Previa aprobación de la Asamblea General, los miembros del comité


establecido en virtud de la presente convención recibirán emolumentos con
cargo a los fondos de las Naciones Unidas, según las condiciones que la
asamblea pueda establecer.

Artículo 44

1. Los Estados Partes se comprometen a presentar al comité, por conducto


del Secretario General de las Naciones Unidas, informes sobre las medidas
que hayan adoptado para dar efecto a los derechos reconocidos en la
convención y sobre el progreso que hayan realizado en cuanto al goce de esos
derechos:
a) En el plazo de dos años a partir de la fecha en la que para cada Estado
Parte haya entrado en vigor la presente convención;

b) En lo sucesivo, cada cinco años.

2. Los informes preparados en virtud del presente artículo deberán indicar


las circunstancias y dificultades, si las hubiere, que afecten al grado de
cumplimiento de las obligaciones derivadas de la presente convención.
Deberán asimismo, contener información suficiente para que el comité tenga
cabal comprensión de la aplicación de la convención en el país de que se trate.

3. Los Estados Partes que hayan presentado un informe inicial completo al


comité no necesitan repetir, en sucesivos informes presentados de
conformidad con lo dispuesto en el inciso b) del párrafo 1 del presente artículo,
la información básica presentada anteriormente.

4. El comité podrá pedir a los Estados Partes más información relativa a la


aplicación de la convención.

5. El comité presentará cada dos años a la Asamblea General de las


Naciones Unidas, por conducto del Consejo Económico y Social, informes
sobre sus actividades.

6. Los Estados Partes darán a sus informes una amplia difusión entre el
público de sus países respectivos.

600. Protección integral del menor y obligaciones del Estado. Se ha


Jurisprudencia: 
declarado que: "La Convención Internacional de los Derechos del Niño, es el instrumento
fundamental de la doctrina de protección integral del menor. El Derecho Internacional, y
especialmente esta convención, irrumpe con una nueva tesis en cuanto el niño como
sujeto de derechos que puede hacer valer tanto frente a sus padres como frente a
terceros, respaldado por una normativa orgánica y completa cuyo destinatario es el niño,
sin apellidos de ninguna clase. Esto es lo que se conoce como Doctrina de la Protección
Integral del Menor, cuyo fin consiste en garantizar los derechos de la infancia, es decir, se
trata de respetar sus derechos con el fin de que lleguen en el futuro a ejercitarlos en
plenitud. Y para estos efectos el artículo 44 de la Convención Internacional de los
Derechos del Niño, dispone que nuestro país tiene la obligación positiva de adecuar su
Derecho interno y sus políticas públicas a la Convención. Por tanto, la incumple tanto
cuando vulnera los derechos del niño como cuando omite emprender una readecuación
de su derecho interno a la normativa internacional" (C. Suprema, 2 de noviembre de
2006, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6715/2006, Rol Nº 6553-2005). 601. Sentido del
compromiso asumido por el Estado. En ese ámbito se ha sostenido que: "La
incorporación de esta Convención a la legislación nacional significa que como
contenedora de ciertos principios que deben ilustrar el sistema, la legislación nacional
debe adecuarse a ella, en un mayor, o menor plazo, a fin de recoger y expresar la
voluntad, contenida al suscribir tal Convención de respetar los derechos de los niños. En
este aspecto, el recurrente sostiene igual postulado en cuanto a que se trata de un
compromiso de los gobiernos a proteger y asegurar, los derechos de la infancia y han
aceptado su responsabilidad ante la comunidad mundial por el cumplimiento de este
compromiso. Quinto: Que, compromiso, según el Diccionario de la Real Academia de la
Lengua, significa en su primera acepción obligación contraída, y en su segunda, palabra
dada, esto es, en sus dos acepciones, concordante en cuanto se ha dicho, a adecuar la
legislación a este conjunto de principios" (C. Suprema, 2 de noviembre de 2006, cons. 4º
y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6715/2006, Rol Nº 6553-2005). 602. La adecuación del
derecho interno a los principios de la Convención. Se ha entendido que: "Tratándose
de principios que ilustran la legislación y se incorporan a ella, en los mismos términos que
los restantes principios que se consagran constitucionalmente, la adecuación de la
normativa interna supone el plasmar tales principios en normas positivas que traduzcan
esos principios en derechos concretos que puedan ser materia de protección por la
legislatura" (C. Suprema, 2 de noviembre de 2006, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6715/2006, Rol Nº 6553-2005).

Artículo 45

Con objeto de fomentar la aplicación efectiva de la convención y de estimular


la cooperación internacional en la esfera regulada por la convención:

a) Los organismos especializados, el Fondo de las Naciones Unidas para la


Infancia y demás órganos de las Naciones Unidas tendrán derecho a estar
representados en el examen de la aplicación de aquellas disposiciones de la
presente convención comprendidas en el ámbito de su mandato. El Comité
podrá invitar a los organismos especializados, al Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia y a otros órganos competentes que considere
apropiados a que proporcionen asesoramiento especializado sobre la
aplicación de la convención en los sectores que son de incumbencia de sus
respectivos mandatos. El comité podrá invitar a los organismos especializados,
al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y demás órganos de las
Naciones Unidas a que presenten informes sobre la aplicación de aquellas
disposiciones de la presente convención comprendidas en el ámbito de sus
actividades;

b) El Comité transmitirá, según estime conveniente, a los organismos


especializados, al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y a otros
órganos competentes, los informes de los Estados Partes que contengan una
solicitud de asesoramiento o de asistencia técnica, o en los que se indique esa
necesidad, junto con las observaciones y sugerencias del Comité, si las
hubiere, acerca de esas solicitudes o indicaciones;

c) El comité podrá recomendar a la Asamblea General que pida al Secretario


General que efectúe, en su nombre, estudios sobre cuestiones concretas
relativas a los derechos del niño;

d) El comité podrá formular sugerencias y recomendaciones generales


basadas en la información recibida en virtud de los artículos 44 y 45 de la
presente convención. Dichas sugerencias y recomendaciones generales
deberán transmitirse a los Estados Partes interesados y notificarse a la
Asamblea General, junto con los comentarios, si los hubiere, de los Estados
Partes.

PARTE III

Artículo 46

La presente convención estará abierta a la firma de todos los Estados.

Artículo 47

La presente convención está sujeta a ratificación. Los instrumentos de


ratificación se depositarán en poder del Secretario General de las Naciones
Unidas.

Artículo 48

La presente convención permanecerá abierta a la adhesión de cualquier


Estado. Los instrumentos de adhesión se depositarán en poder del Secretario
General de las Naciones Unidas.

Artículo 49

1. La presente convención entrará en vigor el trigésimo día siguiente a la


fecha en que haya sido depositado el vigésimo instrumento de ratificación o de
adhesión en poder del Secretario General de las Naciones Unidas.

2. Para cada Estado que ratifique la convención o se adhiera a ella después


de haber sido depositado el vigésimo instrumento de ratificación o de adhesión,
la convención entrará en vigor el trigésimo día después del depósito por tal
Estado de su instrumento de ratificación o adhesión.

Artículo 50

1. Todo Estado Parte podrá proponer una enmienda y depositarla en poder


del Secretario General de las Naciones Unidas. El Secretario General
comunicará la enmienda propuesta a los Estados Partes, pidiéndoles que le
notifiquen si desean que se convoque una conferencia de Estados Partes con
el fin de examinar la propuesta y someterla a votación. Si dentro de los cuatro
meses siguientes a la fecha de esa notificación un tercio, al menos de los
Estados Partes se declara en favor de tal conferencia, el Secretario General
convocará una conferencia con el auspicio de las Naciones Unidas. Toda
enmienda adoptada por la mayoría de Estados Partes, presentes y votantes en
la conferencia, será sometida por el Secretario General a la Asamblea General
para su aprobación.

2. Toda enmienda adoptada de conformidad con el párrafo 1 del presente


artículo entrará en vigor cuando haya sido aprobada por la Asamblea General
de las Naciones Unidas y aceptada por una mayoría de dos tercios de los
Estados Partes.

3. Cuando las enmiendas entren en vigor serán obligatorias para los Estados
Partes que las hayan aceptado, en tanto que los demás Estados Partes
seguirán obligados por las disposiciones de la presente convención y por las
enmiendas anteriores que hayan aceptado.

Artículo 51

1. El Secretario General de las Naciones Unidas recibirá y comunicará a


todos los Estados el texto de las reservas formuladas por los Estados en el
momento de la ratificación o de la adhesión.

2. No se aceptará ninguna reserva incompatible con el objeto y el propósito


de la presente convención.

3. Toda reserva podrá ser retirada en cualquier momento por medio de una
notificación hecha a ese efecto y dirigida al Secretario General de las Naciones
Unidas, quien informará a todos los Estados. Esa notificación surtirá efecto en
la fecha de su recepción por el Secretario General.

Artículo 52

Todo Estado Parte podrá denunciar la presente Convención mediante


notificación hecha por escrito al Secretario General de las Naciones Unidas. La
denuncia surtirá efecto un año después de la fecha en que la notificación haya
sido recibida por el Secretario General.

Artículo 53

Se designa depositario de la presente Convención al Secretario General de


las Naciones Unidas.

Artículo 54
El original de la presente Convención, cuyos textos en árabe, chino, español,
francés, inglés y ruso son igualmente auténticos, se depositará en poder del
Secretario General de las Naciones Unidas.

En testimonio de lo cual, los infrascritos plenipotenciarios, debidamente


autorizados para ello por sus respectivos gobiernos, han firmado la presente
convención.

2. CONVENCIÓN SOBRE PROTECCIÓN DEL NIÑO Y COOPERACIÓN


EN MATERIA DE ADOPCIÓN INTERNACIONAL

Decreto Ministerio de Relaciones Exteriores Nº 1.215, D.O. 4.10.1999

Los Estados signatarios de la presente Convención,

Reconociendo que el niño, para el desarrollo pleno y armónico de su


personalidad, debería crecer en un ambiente de familia y en una atmósfera de
felicidad, amor y comprensión;

Recordando que cada Estado debería adoptar, como un asunto prioritario,


las medidas apropiadas que permitan que el niño permanezca al cuidado de su
familia de origen;

Reconociendo que la adopción internacional puede representar, para un niño


a quien no se le ha podido encontrar una familia adecuada en su Estado de
origen, la ventaja de tener una familia estable;

Convencidos de la necesidad de adoptar medidas que permitan garantizar


que las adopciones internacionales se lleven a cabo en beneficio del niño y
respetando sus derechos fundamentales, y para evitar el secuestro, la venta o
el tráfico de niños;

Deseando establecer para tal efecto, disposiciones comunes que consideren


los principios señalados en instrumentos internacionales, principalmente
aquellos contemplados en la Convención de las Naciones Unidas sobre los
Derechos del Niño del 20 de noviembre de 1989, en la Declaración de las
Naciones Unidas sobre Principios Sociales y Jurídicos relacionados con la
Protección y Bienestar de Menores con Referencia Especial a la Colocación
Adoptiva y la Adopción Nacional e Internacional (Resolución Nº 41/85 de la
Asamblea General de fecha 3 de diciembre de 1986).

Han convenido en lo siguiente:

CAPÍTULO I ÁMBITO DE APLICACIÓN DE LA CONVENCIÓN

Artículo 1º

Los propósitos de la presente Convención son:

a. establecer salvaguardias que permitan garantizar que las adopciones


internacionales se lleven a cabo en beneficio del niño y respetando sus
derechos fundamentales conforme le son reconocidos por el Derecho
Internacional;

b. instaurar un sistema de cooperación entre los Estados Contratantes para


garantizar que dichas salvaguardias sean respetadas y, con ello, impedir el
secuestro, venta o tráfico de niños;

c. garantizar el reconocimiento de las adopciones realizadas en conformidad


con la Convención en los Estados Contratantes.

Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 11. Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
aspectos civiles del secuestro internacional de niños,  D.O.  17.06.1994: artículo 1º letra a). Decreto
Nº  225, Min. Relaciones Exteriores, Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del niño
relativa a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de los niños en la pornografía, con su
corrección a la letra b)  de su artículo 7º, D.O. 6.09.2003. Decreto Nº  342, Min. Relaciones Exteriores,
Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que
complementa la convención de las naciones unidas contra la delincuencia organizada
transnacional,  D.O.  16.02.2005.

Artículo 2º

1. La Convención se aplicará cuando un niño con residencia habitual en


unEstado Contratante ("el Estado de origen") ha sido, es o va a ser trasladado
a otro Estado Contratante ('el Estado receptor") después de ser adoptado en el
Estado de origen por un matrimonio o persona con residencia habitual en el
Estado receptor, o bien, para efectos de llevar a cabo dicha adopción en el
Estado receptor o en el Estado de origen.
2. La Convención sólo contempla las adopciones que establecen un vínculo
de filiación permanente.

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículo 29.

Artículo 3º

La Convención dejará de aplicarse si no se han otorgado los acuerdos que


seseñalan en el artículo 17, subpárrafo c, antes de que el niño cumpla
dieciocho años.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículo 17.

CAPÍTULO II REQUISITOS PARA ADOPCIONES INTERNACIONALES

Artículo 4º

Una adopción se llevará a cabo en el ámbito de aplicación de la Convención,


sólo si las autoridades competentes del Estado de origen:

a. han determinado que el niño es susceptible de ser dado en adopción;

b. han decidido, tras considerar debidamente las posibilidades de colocar al


niño en el Estado de origen, que una adopción internacional presenta mayores
beneficios para el niño;

c. se han asegurado de que

1) las personas, instituciones y autoridades cuyo consentimiento es


necesario para la adopción, han sido asesoradas según fuere necesario y
debidamente informadas de las consecuencias de su consentimiento,
especialmente, respecto a si una adopción originará la terminación del vínculo
jurídico existente entre el niño y su familia de origen;

2) dichas personas, instituciones y autoridades han dado su consentimiento


libremente, en la forma legal exigida y expresado o constatado por escrito;

3) los consentimientos no se han obtenido mediante pago o retribución de


índole alguna y no han sido revocados, y
4) el consentimiento de la madre, cuando fuere exigido, ha sido otorgado
sólo después del nacimiento del niño; y

d. se han asegurado, tomando en consideración la edad y grado de madurez


del niño, de que

1) éste ha sido asesorado y debidamente informado de las consecuencias de


la adopción y de su consentimiento a la adopción en caso de que dicho
consentimiento fuere exigido;

2) se han tomado en consideración los deseos y opiniones del niño;

3) el consentimiento del niño, cuando fuere requerido, ha sido otorgado


libremente, en la forma legal exigida y expresado o constatado por escrito;

4) dicho consentimiento no se ha obtenido mediante pago o retribución de


índole alguna.

Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 3º, 14 inciso 1º,
29, 31, 32, 42, 43, 44. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 11, 12, 21 letra d). Decreto Nº  1.215, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre protección del niño y cooperación en materia de adopción internacional,
D.O.  4.10.1999: artículos 16, 29.

Artículo 5º

Una adopción se llevará a cabo en el ámbito de aplicación de la Convención,


sólo si las autoridades competentes del Estado receptor:

a. han determinado que los eventuales padres adoptivos son idóneos y


apropiados;

b. se han asegurado de que los eventuales padres adoptivos han sido


asesorados según fuere necesario; y

c. han determinado que el niño se encuentra, o será, autorizado a ingresar y


residir en forma permanente en ese Estado.

Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 29, 31, 32.


Decreto Nº  1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en
materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 17 letra d), 29.
CAPÍTULO III AUTORIDADES CENTRALES Y ORGANISMOS
ACREDITADOS

Artículo 6º

1. El Estado Contratante designará a una Autoridad Central para cumplir con


las obligaciones que la Convención impone a dichas autoridades.

2. Los Estados Federales, los Estados que tengan más de un sistema


jurídico o los Estados con unidades territoriales autónomas podrán designar a
más de una Autoridad Central y especificar el alcance territorial o personal de
sus funciones. En casos en que un Estado hubiera designado a más de una
Autoridad Central, deberá nombrar a la Autoridad Central a la que pueda
enviarse cualquier comunicación para ser transmitida a la Autoridad Central
competente dentro del Estado.

Artículo 7º

1. Las Autoridades Centrales se prestarán cooperación mutua y fomentarán


la cooperación entre las autoridades competentes de sus Estados para
proteger a los niños y alcanzar los demás objetivos de la Convención.

2. Adoptarán, directamente, todas las medidas apropiadas para:

a. proporcionar información de las legislaciones de sus Estados en materia


de adopción y otra información de carácter general, como por ejemplo,
estadísticas y formularios de tipo estándar;

b. informarse mutuamente sobre el funcionamiento de la Convención y, en la


medida de lo posible, eliminar cualesquiera obstáculos para su aplicación.

Artículo 8º

Las Autoridades Centrales adoptarán, directamente o a través de las


autoridades públicas, todas las medidas pertinentes para impedir ganancias
pecuniarias indebidas u otras en relación con una adopción y para evitar toda
práctica contraria a los objetivos de la Convención.

Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 42, 43, 44.


Decreto Nº  1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en
materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículo 32.

Artículo 9º
Las Autoridades Centrales adoptarán, directamente o a través de las
autoridades públicas u otros organismos debidamente acreditados en su
Estado, todas las medidas pertinentes, en especial para:

a. reunir, conservar e intercambiar información sobre la situación del niño y


los eventuales padres adoptivos en tanto sea necesario para finalizar el
proceso de adopción;

b. facilitar, tramitar y activar el procedimiento con miras a obtener la


adopción;

c. promover en sus Estados el desarrollo de los servicios de asesoramiento


en materia de adopción y de situaciones posteriores a la adopción;

d. intercambiar informes de evaluación general sobre experiencias en


materia de adopción internacional;

e. en la medida en que la ley de su Estado lo permita, responder a las


solicitudes justificadas de otras Autoridades Centrales o autoridades públicas
en relación con una situación de adopción en particular.

Concordancias: Decreto Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620,  sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 29.

Artículo 10

La acreditación sólo se otorgará y mantendrá a aquellos organismos que


hubieran demostrado su aptitud para llevar a cabo, en forma apropiada, las
funciones que les hubieran sido encomendadas.

Concordancias: Decreto Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620,  sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 23 a 26.

Artículo 11

Un organismo acreditado deberá:

a. llevar a cabo solamente objetivos sin fines de lucro, de acuerdo con


aquellas condiciones y dentro de aquellos límites que las autoridades
competentes del Estado de acreditación hubieran fijado;

b. ser dirigido y compuesto por personas calificadas en cuanto a su


integridad moral y en cuanto a su capacitación o experiencia laboral en el
campo de la adopción internacional; y
c. estar sometido a supervisión por parte de autoridades competentes de ese
Estado en lo que respecta a su composición, funcionamiento y situación
financiera.

Concordancias: Decreto Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620,  sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 23 a 26.

Artículo 12

Un organismo acreditado en un Estado Contratante sólo podrá actuar en otro


Estado Contratante si las autoridades competentes de ambos Estados lo
hubieran autorizado.

Concordancias: Decreto Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620,  sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 23, 24.

Artículo 13

Cada Estado Contratante comunicará a la Oficina Permanente de la


Conferencia de La Haya sobre Derecho Internacional Privado la designación de
las Autoridades Centrales y, cuando correspondiere, el ámbito de sus
funciones, al igual que los nombres y direcciones de los organismos
acreditados.

CAPÍTULO IV EXIGENCIAS DE PROCEDIMIENTO EN MATERIA DE


ADOPCIÓN INTERNACIONAL

Artículo 14

Las personas que habitualmente residan en un Estado Contratante que


deseen adoptar a un niño residente habitual de otro Estado Contratante
presentarán una solicitud a la Autoridad Central del Estado en que
habitualmente residan.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 39.2, 41.

Artículo 15

1. Si la Autoridad Central del Estado receptor considerare que las personas


solicitantes son aptas e idóneas para adoptar, preparará un informe que
incluya información acerca de su identidad, aptitud e idoneidad para adoptar,
antecedentes familiares e historial médico, condición social, motivos para la
adopción, capacidad para enfrentar una adopción internacional y, asimismo, las
características del (los) niño(s) cuya adopción (es) estarían en condiciones de
asumir.

2. Deberá transmitir el informe a la Autoridad Central del Estado de origen.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 19.3, 22.5, 31, 39.2.

Artículo 16

1. Si la Autoridad Central del Estado de origen considera que el niño es apto


para ser adoptado, deberá:

a. preparar un informe que contenga datos acerca de su identidad,


factibilidad de su adopción, antecedentes, condición social, historia familiar,
historial médico, incluido el de su familia y cualesquiera necesidades
especiales del niño;

b. considerar en debida forma la educación del niño y sus antecedentes


étnicos, religiosos y culturales;

c. asegurarse de que se han obtenido todos los consentimientos en


conformidad con el artículo 4º; y

d. determinar, sobre la base de los informes relativos al niño y a los


eventuales padres adoptivos especialmente, si la colocación que se contempla
es la que más beneficiará al niño.

2. Deberá enviar a la Autoridad Central del Estado receptor su informe


acerca del niño, las pruebas de que han obtenido los consentimientos
necesarios y las razones de por qué se determinó darlo en adopción. Deberá
procurar no revelar la identidad de la madre y del padre si dichas identidades
pueden no revelarse en el Estado de origen.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 4º, 19.3, 22.5, 31, 39.2.

Artículo 17

Cualquier decisión que adopte el Estado de origen respecto a que un niño


debería ser confiado a sus eventuales padres adoptivos, sólo se llevará a cabo
si:

a. la Autoridad Central de ese Estado se hubiera asegurado de que los


padres adoptivos estarían de acuerdo;
b. la Autoridad Central del Estado receptor hubiera aprobado esa decisión,
en caso de que dicha aprobación fuere exigida por la ley de ese Estado o por
la Autoridad Central del Estado de origen.

c. las Autoridades Centrales de ambos Estados hubieran acordado que


procedería dar curso a la adopción; y

d. se hubiera determinado, en conformidad con el artículo 5º, que los


eventuales padres adoptivos serían aptos e idóneos y que el niño está o estará
autorizado para ingresar y residir en forma permanente en el Estado receptor.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional, D.O.  4.10.1999: artículos 3º, 5º, 19.1, 23.1.

Artículo 18

Las Autoridades Centrales de ambos Estados adoptarán todas las medidas


necesarias con el objeto de obtener el permiso para que el niño abandone el
Estado de origen e ingrese y resida en forma permanente en el Estado
receptor.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional, D.O.  4.10.1999: artículo 39.2.

Artículo 19

1. El traslado del niño desde el Estado de origen sólo se realizará si se


hubieran cumplido las exigencias del artículo 17.

2. Las Autoridades Centrales de ambos Estados se asegurarán de que este


traslado se lleve a cabo en condiciones seguras y adecuadas y, si fuere
posible, en compañía de los padres adoptivos o eventuales padres adoptivos.

3. Si el traslado del niño no se efectúa, los informes a que se refiere el


artículo 15 y 16 serán devueltos a las autoridades que los enviaron.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional, D.O.  4.10.1999: artículos 15, 16, 17, 39.2.

Artículo 20

Las Autoridades Centrales se mantendrán mutuamente informadas acerca


del proceso de adopción y las medidas adoptadas para finalizarlo. Asimismo,
se informarán acerca del avance de la colocación si se requiriere un período de
prueba.
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional, D.O.  4.10.1999: artículo 39.2.

Artículo 21

1. Cuando la adopción se fuere a realizar después del traslado del niño al


Estado receptor y la Autoridad Central de ese Estado determinare que la
colocación permanente del niño con los eventuales padres adoptivos no
beneficia al niño, dicha Autoridad Central adoptará las medidas necesarias
para proteger al niño, en especial:

a. dispondrá que el niño sea retirado de la casa de los eventuales padres


adoptivos y que permanezca bajo cuidado temporal;

b. en consulta con la Autoridad Central del Estado de origen, dispondrá sin


demora una nueva colocación del niño con miras a la adopción o, si esto no
procediere, dispondrá una colocación alternativa de carácter duradero. La
adopción del niño no se llevará a cabo sino hasta que la Autoridad Central del
Estado de origen haya sido debidamente informada en relación con los nuevos
padres adoptivos;

c. como último recurso, disponer el regreso del niño si ello fuere más
favorable para éste.

2. Tomando en consideración la edad y grado de madurez del niño, éste


deberá ser consultado y, cuando correspondiere, se obtendrá su
consentimiento respecto a las medidas que deban adoptarse en virtud de este
artículo.

Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 3º, 14 inciso 1º.
Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículo 69. Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 12. Decreto
Nº  1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en materia
de adopción internacional, D.O. 4.10.1999: artículo 4º, letra d), 39.2.

Artículo 22

1. Las funciones de una Autoridad Central en virtud de este Capítulo podrán


ser desempeñadas por las autoridades públicas o por los organismos
acreditados en virtud del Capítulo III, en la medida en que la ley de ese Estado
lo autorizare.

2. Cualquier Estado Contratante podrá declarar al depositario de la


Convención que las funciones de la Autoridad Central en virtud de los artículos
15 a 21 podrán ser desempeñadas en ese Estado, en la medida en que la ley
lo permita y sujeto a la supervisión de las autoridades competentes de dicho
Estado, por organismos o personas que:
a. cumplan los requisitos de integridad, competencia profesional, experiencia
y responsabilidad exigidas de ese Estado;

b. estén calificadas en cuanto a su integridad moral y en cuanto a su


capacitación o experiencia laboral en el campo de la adopción internacional.

3. Un Estado Contratante que haga la declaración contemplada en el párrafo


2 informará los nombres y direcciones de estos organismos o personas a la
Oficina Permanente de la Conferencia de La Haya sobre Derecho Internacional
Privado.

4. Cualquier Estado Contratante podrá declarar al depositario de la


Convención que las adopciones de niños que habitualmente residen en su
territorio sólo se podrán realizar si las funciones de las Autoridades Centrales
se cumplen de acuerdo con el párrafo 1.

5. No obstante cualquier declaración formulada en virtud del párrafo 2, los


informes contemplados en los artículos 15 y 16 se prepararán, en todo caso,
bajo la responsabilidad de la Autoridad Central u otras autoridades u
organismos en conformidad con el párrafo 1.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional, D.O.  4.10.1999: artículos 15 a 21.

CAPÍTULO V RECONOCIMIENTO Y CONSECUENCIAS DE LA ADOPCIÓN

Artículo 23

1. Una adopción certificada por la autoridad competente del Estado de


adopción en cuanto a que ésta se realizó en conformidad con la Convención
será reconocida por el ministerio de la ley en los otros Estados Contratantes.
La certificación especificará cuándo y quién otorgó los acuerdos en virtud del
artículo 17, subpárrafo c.

2. Cada Estado Contratante deberá, al momento de firmar, ratificar, aceptar,


aprobar o adherirse, notificar al depositario de la Convención la identidad y las
funciones de la autoridad o autoridades que tienen competencia para extender
la certificación en ese Estado. Asimismo, notificará al depositario cualquier
modificación que se produzca en la designación de dichas autoridades.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 17, 27.2.
Artículo 24

El reconocimiento de una adopción podrá ser rechazado en un Estado


Contratante sólo si la adopción es contraria, en forma manifiesta, a su política
pública tomando en consideración lo que más beneficiaría al niño.

Artículo 25

Cualquier Estado Contratante podrá declarar al depositario de la Convención


que no estará obligado en virtud de ésta, a reconocer las adopciones que se
lleven a cabo en conformidad con un convenio celebrado a través de la
aplicación del artículo 39, párrafo 2.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículo 39.2.

Artículo 26

1. El reconocimiento de una adopción incluye el reconocimiento de:

a. el vínculo filial jurídico entre el niño y sus padres adoptivos;

b. responsabilidad de la patria potestad de los padres adoptivos respecto al


niño;

c. el término de la relación jurídica preexistente entre el niño y su madre o


padre, si la adopción tiene ese efecto en el Estado Contratante en que se llevó
a cabo;

2. En caso de que la consecuencia de una adopción sea la terminación del


vínculo filial jurídico preexistente, el niño deberá gozar en el Estado receptor, y
en cualquier otro Estado Contratante en que se reconozca la adopción, de
derechos equivalentes a los que se deriven de las adopciones que tengan esa
consecuencia en cada uno de tales Estados.

3. Los párrafos precedentes no impedirán la aplicación de disposiciones más


favorables para el niño que estén en vigor en el Estado Contratante que
reconoce la misma.

Artículo 27

1. Cuando una adopción otorgada en el Estado de origen no tiene como


consecuencia el término del vínculo filial jurídico preexistente, el Estado
receptor que reconoce la adopción en virtud de la Convención podrá convertirla
en una adopción que tenga ese efecto:
a. si la ley del Estado receptor lo autorizare en esa forma; y

b. si los consentimientos a que se refiere el artículo 4º, subpárrafo c y d, han


sido o son otorgados para los efectos de la adopción.

2. El artículo 23 se aplica a la decisión sobre la conversión de la adopción.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículo 23.

CAPÍTULO VI DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 28

La Convención no afecta a ninguna ley de un Estado de origen que exija que


laadopción de un niño con residencia habitual en ese Estado se lleve a cabo
dentro del mismo o que prohíba la colocación del niño en el Estado receptor, o
su traslado a ése, antes de la adopción.

Artículo 29

No deberá haber contacto alguno entre los eventuales padres adoptivos y


los padres del niño o cualquier otra persona que esté a cargo de éste hasta
que se haya cumplido con las exigencias del artículo 4º, subpárrafos a al c, y
del artículo 5º, subpárrafo a, a menos que la adopción se realice dentro de una
familia o salvo que el contacto se ajuste a las condiciones estipuladas por la
autoridad competente del Estado de origen.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 4º y 5º.

Artículo 30

1. Las autoridades competentes de un Estado Contratante se asegurarán


de que se conserve la información que tengan en su poder relativa al origen del
niño, especialmente, la relacionada con la identidad de sus padres y el historial
médico del niño.

2. Se asegurarán de que el niño o sus representantes tengan acceso a dicha


información con el asesoramiento adecuado y en la medida que sea autorizado
por la ley de ese Estado.
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999: artículo 27 inciso 3º.
Decreto Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 3º inciso 2º, 6º letra h), 30. Decreto Nº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990: artículos 7.1, 8.1. Decreto
Nº  1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en materia
de adopción internacional, D.O. 4.10.1999: artículo 31.

Artículo 31

Sin perjuicio de lo señalado en el artículo 30, los datos personales que se


reúnan o transmitan en virtud de la Convención, en particular, a los que se
refieren los artículos 15 y 16, se utilizarán sólo para los propósitos para los que
fueron reunidos o transmitidos.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 15 y 16.

Artículo 32

1. Nadie podrá obtener beneficios pecuniarios indebidos u otra ganancia de


una actividad relacionada con una adopción internacional.

2. Sólo se podrán cobrar o pagar los costos y gastos, incluidos honorarios


profesionales razonables de las personas que intervinieron en la adopción.

3. Los directores, administradores y empleados de los organismos que


intervengan en una adopción no recibirán remuneraciones desproporcionadas
en relación con los servicios prestados.

Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 42, 43, 44.


Decreto Nº  1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en
materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículo 8º.

Artículo 33

Una autoridad competente que constate que no se respetó alguna


disposición de esta Convención o que existe un riesgo inminente de que ello
ocurra, deberá informar de inmediato a la Autoridad Central de su Estado. Esta
Autoridad Central tendrá la responsabilidad de garantizar la adopción de
medidas adecuadas.

Artículo 34

Si la autoridad competente del Estado de destino de un documento así lo


solicitare, se deberá proporcionar una traducción, debidamente certificada
como versión fiel del original. Salvo que se disponga de otro modo, los costos
de dicha traducción serán solventados por los eventuales padres adoptivos.
Artículo 35

Las autoridades competentes de los Estados Contratantes actuarán en


forma expedita en el proceso de adopción.

Artículo 36

Con relación a un Estado que tenga dos o más sistemas jurídicos en materia
de adopción aplicables en distintas unidades territoriales:

a. cualquier referencia a residencia habitual en ese Estado se interpretará


como residencia habitual en una unidad territorial de ese Estado;

b. cualquier referencia a la ley de ese Estado se interpretará como la ley


vigente en la unidad territorial correspondiente;

c. cualquier referencia a las autoridades competentes o autoridades públicas


de ese Estado se interpretará como las personas autorizadas para actuar en la
unidad territorial correspondiente;

d. cualquier referencia a los organismos acreditados de ese Estado se


interpretará como los organismos acreditados en la unidad territorial
correspondiente.

Artículo 37

Con relación a un Estado que, en materia de adopción, tiene dos o más


sistemas jurídicos aplicables a diferentes categorías de personas, cualquier
referencia a la ley de ese Estado se interpretará como el sistema jurídico
determinado por la ley de ese Estado.

Artículo 38

Un Estado dentro del cual las diversas unidades territoriales tienen sus
propias normas en materia de adopción, no estará obligado a aplicar la
Convención cuando un Estado con un sistema jurídico único no estaría
obligado a hacerlo.

Artículo 39

1. La Convención no afecta a ningún instrumento internacional en que los


Estados Contratantes sean Partes y que contenga disposiciones sobre
materias regidas por la Convención, salvo que los Estados Partes hicieren una
declaración en contrario respecto a tal instrumento.
2. Cualquier Estado Contratante podrá celebrar convenios con uno o más
Estados Contratantes con miras a mejorar la aplicación de la Convención en
sus relaciones recíprocas. Dichos convenios podrán derogar sólo las
disposiciones de los artículos 14 a 16 y 18 a 21. Los Estados que hubieran
celebrado un convenio de esta naturaleza enviarán una copia al depositario de
la Convención.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional, D.O. 4.10.1999: artículos 14, 15, 16, 18, 19, 20, 21,
25.

Artículo 40

No se aceptará reserva alguna a la Convención.

Artículo 41

Una vez que la Convención hubiere entrado en vigor en el Estado receptor y


el Estado de origen, ésta se aplicará en cada caso en que se hubiera recibido
una solicitud formulada de acuerdo con el artículo 14.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,  D.O.  4.10.1999: artículo 14.

Artículo 42

El Secretario General de la Conferencia de La Haya sobre Derecho


Internacional Privado convocará periódicamente a una Comisión Especial con
el objeto de revisar el funcionamiento práctico de la Convención.

CAPÍTULO VII CLÁUSULAS FINALES

Artículo 43

1. La Convención estará abierta para firma de los Estados que hubieran sido
Miembros de la Conferencia de La Haya sobre Derecho Internacional Privado
en la fecha de su Decimoséptima Sesión y de los demás Estados que hubieran
participado en esa Sesión.

2. Será ratificada, aceptada o aprobada y los instrumentos de ratificación,


aceptación o aprobación se depositarán en el Ministerio de Relaciones
Exteriores del Reino de los Países Bajos, depositario de la Convención.
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,  D.O.  4.10.1999: artículo 46.1.

Artículo 44

1. Cualquier otro Estado podrá adherir a la Convención después de su


entrada en vigor en conformidad con el artículo 46, párrafo 1.

2. El instrumento de adhesión se entregará al depositario.

3. La adhesión sólo surtirá efecto en lo que respecta a las relaciones entre el


Estado adherente y aquellos Estados Contratantes que no hubieran objetado
su adhesión dentro de seis meses a contar de la fecha de recibo de la
notificación que se señala en el subpárrafo b del artículo 48. Asimismo, los
Estados podrán formular una objeción en el momento de ratificar, aceptar o
aprobar la Convención con posterioridad a una adhesión. Cualquier tal objeción
será notificada al depositario.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,  D.O.  4.10.1999: artículos 46.1, 48.

Artículo 45

1. Si un Estado tiene dos o más unidades territoriales en las que se apliquen


distintos sistemas jurídicos respecto a materias tratadas en la Convención,
podrá declarar al momento de firmar, ratificar, aceptar, aprobar o adherir, que
esta Convención regirá para todas sus unidades territoriales o sólo para una o
más de ésas, y podrá modificar esa declaración en cualquier momento
mediante la presentación de una nueva declaración.

2. Cualquier declaración de esa naturaleza será notificada al depositario y


señalará expresamente las unidades territoriales en que se aplicará la
Convención.

3. Si un Estado no formula declaración alguna en virtud de este artículo, la


Convención se aplicará a todas las unidades territoriales de ese Estado.

Artículo 46

1. La Convención entrará en vigor el primer día del mes siguiente a la


expiración de un plazo de tres meses contado desde la fecha en que haya sido
depositado el tercer instrumento de ratificación, aceptación o aprobación a que
se refiere el artículo 43.2. En lo sucesivo, la Convención entrará en vigor:

a. para cada Estado que la ratifique, acepte o apruebe posteriormente, o que


se adhiera a la misma, el primer día del mes siguiente a la expiración de un
plazo de tres meses contados desde la fecha de depósito de su instrumento de
ratificación, aceptación, aprobación o adhesión;

b. para una unidad territorial a la que se haya hecho extensiva la aplicación


de la Convención en conformidad con el artículo 45, el primer día del mes
siguiente a la expiración de un plazo de tres meses contados desde la fecha de
notificación que se señala en ese artículo.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 43, 44.

Artículo 47

1. Un Estado Parte de la Convención podrá denunciarla mediante


notificación por escrito dirigida al depositario.

2. La denuncia surtirá efecto el primer día del mes siguiente a la expiración


de un plazo de doce meses contado desde la fecha en que la notificación haya
sido recibida por el depositario. Cuando en la notificación se establezca un
plazo más largo para que la denuncia surta efecto, ésta se hará efectiva a la
expiración de ese plazo contado desde la fecha en que la notificación haya
sido recibida por el depositario.

Artículo 48

El depositario notificará a los Estados Miembros de la Conferencia de La


Haya sobre Derecho Internacional Privado, a los demás Estados que
participaron en la Decimoséptima Sesión y a los Estados que hayan adherido
en conformidad con el artículo 44, lo siguiente:

a. las firmas, ratificaciones, aceptaciones y aprobaciones a que se refiere el


artículo 43;

b. las adhesiones y las objeciones a las mismas a que se refiere el artículo


44;

c. la fecha en que la Convención entre en vigor en conformidad con el


artículo 46;

d. las declaraciones y designaciones a que se refieren los artículos 22, 23,


25 y 45;

e. los acuerdos a que se refiere el artículo 39;

f. las denuncias a que se refiere el artículo 47.


En testimonio de lo cual, los infrascritos, debidamente autorizados para estos
efectos, han suscrito la presente Convención.

Hecha en La Haya, el día 29 de mayo de 1993, en los idiomas inglés y


francés, siendo ambos textos igualmente auténticos, en un solo ejemplar que
será depositado en los archivos del Gobierno del Reino de los Países Bajos, y
del cual se enviará una copia certificada por los canales diplomáticos a cada
uno de los Estados Miembros de la Conferencia de La Haya sobre Derecho
Internacional Privado en la fecha de su Decimoséptima Sesión, y a cada uno
de los demás Estados que hubieran participado en esa Sesión.

Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 22, 23, 25, 39, 43, 44, 45,
47.

En testimonio de lo cual, los infrascritos, debidamente autorizados para estos


efectos, han suscrito la presente Convención.

Hecha en La Haya, el día 29 de mayo de 1993, en los idiomas inglés y


francés, siendo ambos textos igualmente auténticos, en un solo ejemplar que
será depositado en los archivos del Gobierno del Reino de los Países Bajos, y
del cual se enviará una copia certificada por los canales diplomáticos a cada
uno de los Estados Miembros de la Conferencia de La Haya sobre Derecho
Internacional Privado en la fecha de su Decimoséptima Sesión, y a cada uno
de los demás Estados que hubieran participado en esa Sesión.

3. CONVENCIÓN SOBRE LOS ASPECTOS CIVILES DEL SECUESTRO INTERNACIONAL DE NIÑOS307

CONVENCIÓN ADOPTADA POR LA DECIMOCUARTA SESIÓN Y FIRMADA


EL 25 DE OCTUBRE DE 1980

Decreto Ministerio de Relaciones Exteriores Nº 386,D.O. 17.06.1994

.................

Los Estados signatarios de la presente Convención,


Profundamente convencidos de que los intereses de los niños son de
importancia primordial en cualquier materia relativa a su tuición;

Deseando proteger al niño, en el plano internacional, contra los efectos


perjudiciales de un traslado o de una retención ilícitos, y de establecer
procedimientos para garantizar el regreso inmediato del niño al Estado de su
residencia habitual, así como de asegurar la protección del derecho de visita;

Han resuelto concertar una Convención para este efecto, y han convenido en
las siguientes disposiciones:

CAPÍTULO I CAMPO DE APLICACIÓN DE LA CONVENCIÓN

Artículo 1º

La presente Convención tiene por objeto:

a) asegurar el inmediato regreso de los niños trasladados a, o retenidos


ilícitamente en cualquier Estado Contratante;

b) hacer respetar efectivamente en los demás Estados Contratantes los


derechos de tuición y de visita existentes en un Estado Contratante.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículos 3º, 4º, 5º.

603. De la finalidad y del ámbito de aplicación de la Convención. Se ha


Jurisprudencia: 
destacado que la Convención sólo pretende que se restituya al menor al Estado de su
residencia habitual, sin entrar a discutir cuestiones de fondo: "Que la Convención de La
Haya sobre Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores, aprobada por el
Congreso de nuestro país en enero de 1994, es un instrumento multilateral que pretende,
sin entrar en cuestiones de fondo sobre los derechos parentales, restituir al niño al Estado
de su residencia habitual. En efecto, de acuerdo a lo establecido en el artículo 1, tiene por
finalidad, a) garantizar la restitución inmediata de los menores trasladados o retenidos de
manera ilícita en cualquier Estado Contratante; y b) velar porque los derechos de custodia
y visita vigentes en uno de los Estados contratantes se respeten" (C. Suprema, 8 de
mayo de 2017, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/2732/2017, Rol Nº 55035-2016). En igual
sentido se ha insistido en que: "La aplicación del citado estatuto internacional supone,
como se ha dicho, la violación de un derecho de tuición reconocido en virtud de una ley
del Estado en el cual el niño tenía su residencia habitual inmediatamente antes de su
traslado o retención" (C. Suprema, 7 de mayo de 2007,
LegalPublishing: Cl/Jur/5864/2007, Rol Nº 4943-2006). Igualmente se ha advertido que:
"[E]l objetivo inspirador de la Convención es la restitución del niño ante retenciones y
traslados que puedan afectar el derecho de tuición o de visitas de alguno de sus padres"
(C. Suprema, 28 de febrero de 2013, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/460/2013, Rol
Nº 8727-2012). Este considerando se ha reiterado en sentencias posteriores del mismo
tribunal (C. Suprema, 5 de noviembre de 2014, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8102/2014, Rol Nº 7119-2014). En igual orientación se ha
señalado que: "[L]a Convención Sobre los Aspectos Civiles del Secuestro Internacional de
Menores, suscrita en La Haya el 25 de octubre de 1980, tiene por finalidad, según se
estatuye en su artículo primero, garantizar la restitución inmediata de los menores
trasladados o retenidos de manera ilícita en cualquier Estado contratante y velar por que
los derechos de tuición y de visita vigentes en uno de éstos, se respeten en los demás"
(C. Suprema, 18 de noviembre de 2013, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/2680/2013, Rol
Nº 4350-2013). 604. El procedimiento ante el Estado requerido no persigue revisar
lo que se haya resuelto en sede jurisdiccional. En este sentido se ha advertido que:
"[R]esulta manifiesto que el procedimiento ante el Estado requerido no tiene como objeto
revisar lo que ya ha sido resuelto en sede jurisdiccional, sino únicamente, verificar si han
tenido lugar hechos que constituyen los excepcionales motivos previstos en la
Convención para no disponer el regreso del niño" (C. Suprema, 28 de febrero de 2013,
cons. 10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/460/2013, Rol Nº 8727-2012). 605. Necesidad de
probar en juicio la existencia del derecho extranjero que confiere la tuición al
solicitante y su vigencia. La jurisprudencia estima que, del ámbito de vigencia de la
Convención, entendido como se ha reseñado en el número primero: "Se colige la
necesidad de haberse probado en autos el derecho que la ley de ese país le habría
conferido al padre de la menor. Ahora bien, tal presupuesto necesariamente debió
haberse acreditado en el juicio por el demandante, tanto en cuanto a la existencia de la o
las normas jurídicas que en dicho país extranjero le conferían la tuición de la menor, ya
sea en forma conjunta o separada con la madre, como también la actual vigencia de dicho
ordenamiento jurídico" (C. Suprema, 7 de mayo de 2007,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5864/2007, Rol Nº 4943-2006).

Artículo 2º

Los Estados Contratantes adoptarán todas las medidas apropiadas para


asegurar la realización de los objetivos de la Convención dentro de los límites
de su territorio. Para este efecto, deberán recurrir a los procedimientos de
urgencia.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículo 11.

Artículo 3º

El traslado o la retención de un niño se considerará ilícito en los siguientes


casos:

a) cuando tiene lugar en violación a un derecho de tuición asignado a una


persona, una institución o cualquier otro organismo, en forma separada o
conjunta, en virtud de la ley del Estado en el cual el niño tenía su residencia
habitual inmediatamente antes de su traslado o retención; y
b) cuando dicho derecho ha sido efectivamente ejercido en forma separada o
conjunta en el momento del traslado o retención, o lo hubiera sido si no
hubieren ocurrido tales hechos.

El derecho de tuición mencionado en la cláusula a) anterior, podrá derivar en


particular de una atribución de pleno derecho, de una resolución judicial o
administrativa, o de un acuerdo en vigencia en virtud de la ley de ese Estado.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños, D.O. 17.06.1994: artículos 1º, 12, 14, 15, 29.

Artículo 4º

La Convención se aplicará a cualquier niño que haya sido residente habitual


de un Estado Contratante inmediatamente antes de la contravención de los
derechos de tuición o de visita. La aplicación de la Convención cesará cuando
el niño cumpla la edad de 16 años.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículo 1º.

Artículo 5º

Según el sentido de la presente Convención:

a) el "derecho de tuición" comprenderá el derecho relativo a los cuidados de


la persona del niño y, en particular, el derecho a determinar su lugar de
residencia;

b) el "derecho de visita" comprenderá el derecho de llevar al niño por un


período limitado a un lugar que no sea su lugar de residencia habitual.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículo 1º.

CAPÍTULO II AUTORIDADES CENTRALES

Artículo 6º

Cada Estado Contratante designará a una Autoridad Central encargada de


cumplir con las obligaciones que le serán impuestas por la Convención.
Los Estados Federales, es decir, aquellos en los que existen varios sistemas
de derecho, o los Estados que tienen organizaciones territoriales autónomas,
serán libres de designar a más de una Autoridad Central, y de especificar la
extensión territorial de los poderes de cada una de dichas Autoridades. El
Estado que haya hecho uso de esta facultad designará a la Autoridad Central a
la cual podrán dirigirse las solicitudes para ser transmitidas a la Autoridad
Central competente dentro de ese Estado.

Artículo 7º

Las Autoridades Centrales deberán cooperar entre sí y promover una


colaboración entre las autoridades competentes en sus respectivos Estados,
con el fin de asegurar el regreso inmediato de los niños, y de llevar a cabo los
demás objetivos de la presente Convención.

En particular, ya sea directamente o a través de algún intermediario, dichas


autoridades deberán adoptar todas las medidas procedentes para:

a) localizar a un niño que ha sido trasladado o retenido ilícitamente;

b) prevenir nuevos peligros para el niño o perjuicios para las partes


interesadas, adoptando o disponiendo la adopción de medidas provisorias;

c) asegurar la devolución voluntaria del niño, o facilitar una solución


amigable;

d) intercambiar, si ello fuere útil, informaciones relativas a la situación social


del niño;

e) proporcionar informaciones generales sobre las leyes de su Estado


relativas a la aplicación de la Convención;

f) entablar o facilitar el inicio de un procedimiento judicial o administrativo,


con el fin de obtener el regreso del niño y, llegado el caso, permitir la
organización o el ejercicio efectivo del derecho de visita;

g) otorgar o facilitar, llegado el caso, la obtención de asesoría judicial y


jurídica, incluida la participación de un abogado;

h) asegurar, en el plano administrativo, si fuere necesario y oportuno, el


regreso sin peligro del niño;

i) mantenerse informado mutuamente acerca del funcionamiento de esta


Convención y, en la medida que sea posible, eliminar los obstáculos que
pudieren presentarse para su aplicación.
Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículo 21 inciso 2º.

CAPÍTULO III REGRESO DEL NIÑO

Artículo 8º

Toda persona, institución u organismo que reclame que un niño ha sido


trasladado o retenido en violación de un derecho de tuición, podrá recurrir a la
Autoridad Central del lugar de residencia habitual del niño, o bien a la de
cualquier otro Estado Contratante, para solicitar asistencia con el fin de
asegurar el regreso del niño.

La solicitud deberá contener:

a) informaciones relativas a la identidad del solicitante, del niño y de la


persona que supuestamente se llevó o retuvo al niño;

b) la fecha de nacimiento del niño, si fuere posible obtenerla;

c) los motivos en los cuales se basa el solicitante para reclamar el regreso


del niño;

d) todas las informaciones disponibles respecto de la ubicación del niño y la


identidad de la persona con la que se presume que éste se encuentra;

La solicitud podrá estar acompañada o completada por:

e) una copia legalizada de cualquier Resolución o acuerdo pertinente;

f) un certificado o una declaración jurada que provenga de la Autoridad


Central o de otra autoridad competente del Estado de residencia habitual del
niño, o de una persona calificada, con respecto a la ley del Estado sobre esta
materia;

g) cualquier otro documento pertinente.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños, D.O.  17.06.1994: artículos 5º, 9º. Auto Acordado de la E   Corte
xcma.

Suprema, sobre procedimiento aplicable al Convenio de La Haya relativo a los efectos civiles del
secuestro internacional de menores, D.O. 3.11.1998, modificado por Acuerdo de la E  Corte Suprema
xcma.

de 3.05.2002, D.O. 17.05.2002, regla 2ª.


Artículo 9º

En caso de que la Autoridad Central que reciba una solicitud en virtud del
artículo 8º tuviere motivos para pensar que el niño se encuentra en otro Estado
Contratante, ésta transmitirá la solicitud directamente y sin demora a la
Autoridad Central de dicho Estado Contratante, e informará a la Autoridad
Central requirente o, llegado el caso, al solicitante.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículo 8º.

Artículo 10

La Autoridad Central del Estado en que se encuentra el niño adoptará o


dispondrá que se adopten todas las medidas apropiadas para asegurar su
devolución voluntaria.

Artículo 11

Las autoridades judiciales o administrativas de los Estados Contratantes


deberán recurrir a procedimientos de urgencia para el regreso de los niños.

Si la autoridad judicial o administrativa respectiva no adoptare una resolución


en un plazo de seis semanas a contar del inicio de los procedimientos, el
solicitante, o la Autoridad Central del Estado requerido por iniciativa propia o a
instancias de la Autoridad Central del Estado requirente, podrá pedir una
declaración sobre las razones de ese retraso. Si la Autoridad Central del
Estado requerido recibiere la respuesta, deberá transmitirla a la Autoridad
Central del Estado requirente o, llegado el caso, al solicitante.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículo 2º.

606. No existen reglas expresas sobre limitaciones a los elementos de


Jurisprudencia: 
juicio para la resolución de estos asuntos. Se ha declarado así: "Que ni la Convención
en la materia ni el Auto Acordado de este Tribunal 'Sobre Procedimiento aplicable al
Convenio de La Haya relativo a Efectos Civiles del Secuestro Internacional de Menores'
establecen limitaciones de carácter obligatorio en cuanto a los elementos de juicio
pertinentes para la resolución del asunto y cuáles deben ser excluidos de valoración. Por
consiguiente, la apreciación de la prueba en conciencia, según los razonamientos del fallo
recurrido, se ajusta a los antecedentes del proceso" (C. Suprema, 11 de diciembre de
2006, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/8375/2006, Rol Nº 5086-2006).

Artículo 12

Cuando un niño ha sido trasladado o retenido ilícitamente en conformidad


con el artículo 3º, y ha transcurrido un período inferior a un año, desde el
traslado o retención en el momento de iniciar el procedimiento ante la autoridad
judicial o administrativa del Estado Contratante donde se encuentra el niño, la
autoridad correspondiente ordenará su regreso inmediato.

La autoridad judicial o administrativa, aun cuando el procedimiento se haya


iniciado después de la expiración del período de un año previsto en el párrafo
anterior, también deberá ordenar el regreso del niño, a menos que se haya
demostrado que éste se ha integrado a su nuevo medio.

En caso de que la autoridad judicial o administrativa del Estado requerido


tenga razones para creer que se ha trasladado al niño a otro Estado, ésta
podrá suspender el procedimiento o rechazar la solicitud de regreso del niño.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños, D.O. 17.06.1994: artículos 3º, 20. Auto Acordado de la E  Corte
xcma.

Suprema, sobre procedimiento aplicable al Convenio de La Haya relativo a los efectos civiles del
secuestro internacional de menores, D.O. 3.11.1998, modificado por Acuerdo de la E  Corte Suprema
xcma.

de 3.05.2002, D.O. 17.05.2002), regla 10ª.

Artículo 13

No obstante las disposiciones del artículo precedente, la autoridad judicial o


administrativa del Estado requerido no estará obligada a ordenar el regreso del
niño en caso de que la persona, la institución, o el organismo que se opone a
su regreso establece que:

a) la persona, la institución o el organismo que estaba encargado del


cuidado del niño no ejercía realmente el derecho de tuición en el momento del
traslado o la retención, o había consentido o accedido posteriormente a dicho
traslado o retención; o

b) existe un grave riesgo de que el regreso del niño lo exponga a un peligro


físico o sicológico, o de otro modo lo ponga en una situación intolerable.

La autoridad judicial o administrativa podrá también negarse a ordenar el


regreso del niño, si comprueba que él se opone a su regreso, y ha llegado a
una edad y a un grado de madurez en las que su opinión merece tenerse en
cuenta.

Al considerar las circunstancias mencionadas en este artículo, las


autoridades judiciales o administrativas deberán tener en cuenta las
informaciones relativas a la situación social del niño, proporcionadas por la
Autoridad Central o cualquier otra autoridad competente del Estado de
residencia habitual de éste.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños, D.O. 17.06.1994: artículo 3º. Auto Acordado de la E  Corte Suprema,
xcma.
sobre procedimiento aplicable al Convenio de La Haya relativo a los efectos civiles del secuestro
internacional de menores, D.O. 3.11.1998, modificado por Acuerdo de la E   Corte Suprema de
xcma.

3.05.2002, D.O. 17.05.2002), regla 10ª.

607. Las causas consignada en las distintas letras de este artículo


Jurisprudencia: 
constituyen excepciones al principio de restitución, que inspira a la Convención.
Así se ha declarado por la E Corte Suprema: "[L]a regla general en la materia está
xcma. 

constituida por la inmediata restitución del menor a su país de residencia habitual, en el


caso que se den los supuestos a que atiende el artículo 3º del Convenio referido, los que,
en la especie, se tuvieron por establecidos, según se anotó en el fundamento segundo de
este fallo. La excepción está dada por las situaciones previstas en el artículo 13 del
Convenio, específicamente por el riesgo de exponer a la niña a un peligro grave con su
devolución al país de residencia" (C. Suprema, 11 de marzo de 2014, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/396/2014, Rol Nº 9869-2013). En igual sentido, y en relación con
la letra b) de este artículo, se ha advertido: "Que la causal establecida en el tratado en
examen constituye así una excepción al principio de restitución, inspirador del Convenio
en estudio, cuya acreditación permite alterar la regla general sobre restitución de acuerdo
a los criterios fundamentales fijados por el tratado" (C. Suprema, 16 de junio de 2014,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/3411/2014, Rol Nº 16650-2013; C. Suprema, 5 de
noviembre de 2014, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/8102/2014, Rol Nº 7119-2014), y
que: "[L]a circunstancia antes aludida, que integra el tratado en examen, constituye una
excepción al principio de restitución inspirador del Convenio, en cuya virtud y no obstante
concurrir nominalmente los presupuestos para ordenar la restitución, se faculta para no
disponer el regreso del menor si se comprueba que ello le provocará grave riesgo físico o
psíquico o, de una situación intolerable, lo que deberá ser demostrado en el proceso en el
que se ha impetrado la solicitud de entrega o traslado" (C. Suprema, 18 de noviembre de
2013, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2680/2013, Rol Nº 4350-2013). 608. Las
situaciones previstas en las letras de este artículo, en cuanto excepciones al
principio general, han de interpretarse restrictivamente. Tal ha sido el criterio que ha
declarado la E Corte Suprema: "[L]a regla general en la materia está constituida por la
xcma. 

inmediata restitución del menor a su país de residencia habitual, en el caso que se den los
supuestos a que atiende el artículo 3º del Convenio referido, los que, en la especie, se
tuvieron por establecidos, según se anotó en el fundamento segundo de este fallo. La
excepción está dada por las situaciones previstas en el artículo 13 del Convenio,
específicamente por el riesgo de exponer a la niña a un peligro grave con su devolución al
país de residencia, y como excepción debe ser interpretada y aplicada restrictivamente,
es decir, bajo supuestos fehacientemente demostrados, que no dejen lugar a dudas sobre
el perjuicio que pudiera acarrear al menor devolverlo a su situación anterior al traslado,
objetivando su interés y no las circunstancias habidas entre los adultos que litigan por su
cuidado personal, el que, por lo demás, debe ser debatido en la sede correspondiente"
(C. Suprema, 11 de marzo de 2014, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/396/2014, Rol
Nº 9869-2013). 609. Las hipótesis de excepción de este artículo, en el marco del
interés superior del niño, deben ser acreditadas por quien se opone a la restitución
del menor. En ese sentido se ha declarado: "Que la determinación de si la menor se
encuentra en alguna de las hipótesis que la norma de excepción contempla es una
cuestión compleja que debe ser analizada desde los diferentes ámbitos que la naturaleza
particular del caso impone como exigencia, considerándose especialmente, el principio
del Interés Superior del Niño, pero al mismo tiempo, debe subrayarse, que por la expresa
disposición del Convenio en comento, las hipótesis de excepción, deben ser suficiente y
debidamente acreditadas por la persona que se opone a la restitución, a quien le
corresponde la carga de demostrar que en el caso concreto se hace aplicable la situación
de salvedad a la regla general" (C. Suprema, 16 de junio de 2014, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3411/2014, Rol Nº 16650-2013). Este considerando se ha
reiterado en sentencias posteriores del mismo tribunal (C. Suprema, 5 de noviembre de
2014, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/8102/2014, Rol Nº 7119-2014). Sobre esta
necesidad de prueba ya se había advertido: "Que la causal establecida en el tratado en
examen constituye así una excepción al principio de restitución, inspirador del Convenio
en estudio, que faculta al cumplirse los presupuestos establecidos para no ordenar la
restitución del menor si se comprueba que ello le provocará grave riesgo físico o psíquico
o de una situación intolerable, lo que deberá ser demostrado en el proceso en que se ha
efectuado la solicitud de entrega o traslado" (C. Suprema, 11 de julio de 2013, cons. 14º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1517/2013, Rol Nº 2577-2013). 610. Interpretación y sentido de
las expresiones "grave riesgo" y "peligro físico o sicológico", contenidas en la
excepción de la letra b) de esta disposición. La E Corte Suprema al tratar de esta
xcma. 

cuestión ha declarado: "Que la excepción en estudio sólo permite no ordenar la restitución


del menor si se comprueba que ello le provocará grave riesgo físico o psíquico o una
situación intolerable, lo que deberá ser demostrado en el proceso en que se ha efectuado
la solicitud de entrega o traslado. De lo anterior, surge la necesidad de definir en este
ámbito los conceptos a los que alude la disposición en cuestión y que permiten alterar la
regla general de restitución. En este sentido, el alcance de la norma debe derivarse de las
expresiones 'grave riesgo' y 'peligro físico o psicológico', las que de acuerdo con las
acepciones gramaticales de tales vocablos, según el Diccionario de Lengua Española de
la Real Academia Española, pueden entenderse como alusivas a situaciones de gran
entidad que implican la contingencia, inminencia o proximidad de que se produzca un
daño material, moral, espiritual o psicológico. También puede ser consecuencia del
carácter 'intolerable de la permanencia en el país requerido'" (C. Suprema, 28 de febrero
de 2013, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/460/2013, Rol Nº 8727-2012). Este mismo
criterio se ha seguido en sentencias posteriores: "De lo anterior, surge la necesidad de
definir, en este ámbito, los conceptos a que alude la disposición en análisis y que
permiten alterar la regla general sobre restitución de acuerdo a los criterios fundamentales
fijados por el tratado. En este sentido, el interés se centra en las expresiones 'grave
riesgo' y 'peligro físico o psicológico', mismas que, de acuerdo con las acepciones
gramaticales de tales vocablos, según el Diccionario de Lengua Española de la Real
Academia, puede entenderse que ellas aluden a situaciones de gran entidad que
traduzcan la inminencia o proximidad de ocasionarse al menor un daño o mal, relativos al
plano material y moral, espiritual, o de la psiquis, o bien, que de cualquier forma lo
enfrenten a una situación intolerable" (C. Suprema, 18 de noviembre de 2013, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2680/2013, Rol Nº 4350-2013). Casi literalmente se ha vuelto a
decir que: "En este sentido, el interés se centra en las expresiones "grave riesgo" y
"peligro físico o psicológico", las que de acuerdo con las acepciones gramaticales de tales
vocablos, según el Diccionario de Lengua Española de la Real Academia, puede
entenderse que ellas aluden a situaciones de gran entidad que implican la contingencia,
inminencia o proximidad que se produzca un daño material, moral, espiritual o
psicológico" (C. Suprema, 16 de junio de 2014, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3411/2014, Rol Nº 16650-2013; C. Suprema, 5 de noviembre de
2014, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/8102/2014, Rol Nº 7119-2014). 611. La
determinación de si el menor se encuentra en alguna de las hipótesis previstas en
este artículo exige, en el caso concreto, atender al interés superior del niño. Así se
ha advertido: "Que la determinación de si el menor se encuentra en alguna de las
hipótesis que la norma de excepción contempla es una cuestión compleja que debe ser
analizada desde los diferentes ámbitos que la naturaleza particular del caso impone como
exigencia. Sobre ello ha de considerarse también que el niño es un sujeto de derecho
especial, dotado de una supra protección, pues goza de garantías adicionales, atendida
su vulnerabilidad y fragilidad. En este sentido, cobra aplicación el denominado Principio
del Interés Superior del Niño, consagrado e inspirador de la Convención aludida y de
vigencia transversal en nuestro ordenamiento jurídico, el que si bien presenta un
contenido indeterminado, sujeto a la comprensión y a la extensión que cada sociedad y su
momento histórico le asignen, puede sostenerse que alude o dice relación con la
satisfacción integral de sus derechos, en todos los ámbitos de su desarrollo. En efecto, el
mismo pretende asegurar al menor el ejercicio y protección de sus derechos
fundamentales y a posibilitar la mayor suma de ventajas en todos los aspectos de su vida,
en la perspectiva de su autonomía y orientado a asegurar el libre desarrollo de su
personalidad. Lo anterior, se ve reforzado por lo dispuesto en la Convención de los
Derechos del Niño, en sus artículos 3º Nº 1 y 27 Nº 1" (C. Suprema, 18 de noviembre de
2013, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/2680/2013, Rol Nº 4350-2013). 612. La discusión
acerca de la concurrencia de la excepción de la letra b) no autoriza a pronunciarse
sobre la decisión jurisdiccional previa, cuyo cumplimiento se demanda ejecutar. En
este sentido la E Corte Suprema ha precisado que: "Si bien es cierto que la causal
xcma. 

también se corresponde con el concepto 'interés superior del niño', éste no autoriza a que
en el país al que se lleve al niño se litigue nuevamente acerca de lo que ha sido objeto de
proceso y de decisión, puesto que la Convención analizada es un instrumento destinado a
ejecutar la resolución por habérsela desacatado. Lo que debe ser objeto de este segundo
proceso es la concurrencia de las causales ya señaladas. Lo anterior debe entenderse
así, precisamente, en interés superior del niño, porque su situación se encuentra resuelta,
y porque no merece otro juicio. De esta manera, cuando a propósito de constatar las
causales se reproduce el proceso vulnerado por el secuestro, se afecta este principio
rector" (C. Suprema, 28 de febrero de 2013, cons. 13º, LegalPublishing: Cl/ Jur/460/2013,
Rol Nº 8727-2012). En aplicación de este criterio se ha declarado, en un caso concreto:
"Que las razones dadas en la sentencia para justificar la mantención de la niña en Chile
no obstante haberse resuelto su situación en la jurisdicción francesa, motivos 5º y 6º,
pueden ser razonables para decidir el pleito, pero no lo son para pronunciarse respecto de
la aplicación de la Convención, porque importan una cuestión jurídica de naturaleza
distinta. En primer lugar porque se aparta del compromiso de hacer ejecutar lo ya
resuelto, cual es el motivo fundante del instrumento. Ninguno de los raciocinios justifican
que si se cumple lo resuelto por la jurisdicción francesa se colocará a la niña en 'grave
riesgo', 'peligro físico o psicológico' o 'situación intolerable'. Como se ha dicho, son
argumentos impertinentes a esta cuestión y pertenecen al juicio de tuición" (C. Suprema,
28 de febrero de 2013, cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/460/2013, Rol Nº 8727-
2012). 613. Aplicación de la excepción de la letra b) de esta disposición. Se ha
estimando que al haberse establecido "de manera indubitada, que resulta altamente
perjudicial y de riesgo para la menor que sea desarraigada de los lazos que ha construido
en nuestro país, lazos que son fundamentales para su crecimiento y confianza y además,
la separación obligada de su madre provocará en la niña graves alteraciones psicológicas
a corto plazo y profundas inseguridades en el desarrollo futuro de su personalidad [...] en
la especie se ha configurado la causal de excepción consagrada en la letra b) del artículo
13 de la Convención Sobre los Aspectos Civiles del Secuestro Internacional de Niños,
esto es, de no ser obligatorio para la autoridad judicial o autoridad administrativa ordenar
el regreso del niño por encontrarse acreditado que existe un grave riesgo que se lo
exponga a un peligro psicológico, o de otro modo lo ponga en una situación intolerable"
(C. de Apelaciones de San Miguel, 9 de agosto de 2007, cons. 10º y 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5501/2007, Rol Nº 1042-2007).

Artículo 14
Con el fin de determinar si ha existido un traslado o retención ilícitos en
conformidad con el artículo 3º, la autoridad judicial o administrativa del Estado
requerido podrá tomar en consideración directamente la ley y las resoluciones
judiciales o administrativas reconocidas formalmente o no en el Estado de
residencia habitual del niño, sin recurrir a los procedimientos específicos para
la prueba de esa ley, o para el reconocimiento de resoluciones extranjeras que
de otro modo serían aplicables.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículo 3º.

Artículo 15

Las autoridades judiciales o administrativas de un Estado contratante


podrán, antes de ordenar el regreso del niño, pedir que el solicitante obtenga
de las autoridades del Estado de residencia habitual del niño una resolución o
una certificación en la que conste que el traslado o la retención fueron ilícitos
en conformidad con el artículo 3º de la Convención, en la medida en que
pudiere obtenerse dicha resolución o certificación en ese Estado. Las
Autoridades Centrales de los Estados Contratantes ayudarán en lo posible al
solicitante a obtener tal resolución o certificación.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículo 3º.

Artículo 16

Después de haber sido informadas del traslado ilícito de un niño, o de su


retención en el marco del artículo 3º, las autoridades judiciales o
administrativas del Estado Contratante al cual el niño ha sido trasladado o
donde es retenido, no podrán resolver sobre los méritos del derecho de tuición
hasta que se haya determinado que no se reúnen las condiciones establecidas
por la presente Convención para el regreso del niño, o hasta que haya
transcurrido un período razonable sin que se haya efectuado una solicitud en
aplicación de esta Convención.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículo 3º.

Artículo 17

El solo hecho de que una resolución relativa al derecho de tuición haya sido
pronunciada o sea susceptible de ser reconocida en el Estado requerido, no
podrá justificar que se rehúse devolver al niño en el marco de esta Convención;
sin embargo, las autoridades judiciales o administrativas del Estado requerido
podrán tener en cuenta los motivos de dicha resolución que estuvieren dentro
del ámbito de aplicación de esta Convención.

Artículo 18

Las disposiciones de este capítulo no limitarán el poder de la autoridad


judicial o administrativa de ordenar el regreso del niño en cualquier momento.

Artículo 19

Ninguna resolución sobre el regreso del niño en el marco de esta


Convención, afectará los méritos del derecho de tuición.

Artículo 20

El regreso del niño en conformidad con las disposiciones del artículo 12,
podrá ser rechazado si éste no estuviere permitido por los principios
fundamentales del Estado requerido sobre la protección de los Derechos
Humanos y de las libertades fundamentales.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículo 12.

CAPÍTULO IV DERECHO DE VISITA

Artículo 21

Una solicitud dirigida a la Autoridad Central de un Estado Contratante podrá


ser presentada para que se organice o proteja el ejercicio efectivo del derecho
de visita, conforme a la misma modalidad que una solicitud para el regreso del
niño.

Las Autoridades Centrales estarán ligadas por las obligaciones de


cooperación estipuladas en el artículo 7º para asegurar el ejercicio pacífico del
derecho de visita y el cumplimiento de cualquier condición a la cual esté sujeto
el ejercicio de dicho derecho. Asimismo, éstas tomarán medidas para eliminar,
en lo posible, los obstáculos que se opongan al ejercicio de tal derecho.

Las Autoridades Centrales, ya sea directamente o a través de intermediarios,


podrán entablar o favorecer el inicio de un procedimiento legal con miras a
organizar o proteger el derecho de visita y las condiciones a las cuales pueda
estar sujeto el ejercicio de ese derecho.
Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículos 5º, 7º, 29.

CAPÍTULO V DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 22

Ninguna fianza ni depósito, de cualquier índole que sea, podrá ser impuesto
para garantizar el pago de las costas y gastos judiciales en el contexto de los
procedimientos judiciales o administrativos dentro del marco de esta
Convención.

Artículo 23

Ninguna legislación ni formalidad similar será requerida en el contexto de


esta Convención.

Artículo 24

Cualquier solicitud, comunicación u otro documento enviados a la Autoridad


Central del Estado requerido deberá efectuarse en el idioma original y deberá ir
acompañado de una traducción al idioma oficial o a uno de los idiomas oficiales
del Estado requerido o, si no fuere posible realizar dicha traducción, de una
traducción al francés o al inglés.

No obstante, un Estado Contratante podrá, efectuando la reserva en


conformidad con el artículo 42, oponerse a la utilización del francés o del
inglés, pero no de ambos, en cualquier solicitud, comunicación u otro
documento dirigidos a su Autoridad Central.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículo 42.

Artículo 25

Los nacionales de un Estado Contratante y las personas que residen


habitualmente en ese Estado tendrán derecho, en los asuntos concernientes a
la aplicación de esta Convención, a asesoría judicial y jurídica en cualquier otro
Estado Contratante, en las mismas condiciones que si ellos mismos fueren
nacionales de ese otro Estado y residieran habitualmente en ése.

Artículo 26
En la aplicación de esta Convención, cada Autoridad Central sufragará sus
propias costas.

La Autoridad Central y los demás servicios públicos de los Estados


Contratantes no impondrán ningún cargo en relación con las solicitudes
presentadas en virtud de esta Convención. En particular, no podrán exigir al
solicitante el pago de las costas y gastos judiciales del proceso o,
eventualmente, los gastos ocasionados por la participación de un abogado. Sin
embargo, podrán exigir el pago de los gastos en que se incurra o de aquellos
en los que se incurrirá en las operaciones vinculadas con el regreso del niño.

No obstante, un Estado Contratante podrá, efectuando la reserva prevista en


el artículo 42, declarar que sólo está obligado a pagar los cargos estipulados
en el párrafo precedente, relacionados con la participación de un abogado o de
un asesor jurídico, o con las costas judiciales, en la medida en que dichos
costos puedan ser cubiertos por su sistema de asistencia judicial y jurídica.

Al ordenar el regreso del niño o al resolver sobre el derecho de visita en


virtud de esta Convención, la autoridad judicial o administrativa podrá, llegado
el caso, exigir a la persona que trasladó o retuvo al niño, o que impidió el
derecho de visita, el pago de todos los gastos necesarios en que haya debido
incurrir el solicitante o en que se haya incurrido a su nombre, en especial, los
gastos de viaje, de representación judicial del solicitante y de regreso del niño,
así como de todos los gastos efectuados para localizar al niño.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículo 42.

Artículo 27

Cuando estuviere de manifiesto que no se cumplen las condiciones


requeridas por esta Convención, o que la solicitud no es fundada, una
Autoridad Central no estará obligada a aceptar dicha solicitud. En tal caso, ésta
informará de inmediato sobre sus motivos al solicitante o, llegado el caso, a la
Autoridad Central que le transmitió la solicitud.

Artículo 28

Una Autoridad Central podrá exigir que la solicitud vaya acompañada de una
autorización por escrito que le otorgue poder para actuar por cuenta del
solicitante, o para designar a un representante habilitado para actuar en su
nombre.

Artículo 29
Esta Convención no impide la facultad de la persona, la institución o el
organismo que reclamare que ha habido una violación del derecho de tuición
en conformidad con los artículos 3 ó 21, de dirigirse directamente a las
autoridades judiciales o administrativas de los Estados Contratantes, en
aplicación o no de las disposiciones de esta Convención.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículos 3º, 21.

Artículo 30

Cualquier solicitud presentada a la Autoridad Central o directamente a las


autoridades judiciales o administrativas de un Estado Contratante en
conformidad con los términos de esta Convención, así como cualquier
documento o información que fuere anexado a ésa o proporcionado por una
Autoridad Central, serán válidos ante los tribunales o las autoridades
administrativas de los Estados Contratantes.

Artículo 31

Con respecto a un Estado que en materia de tuición de niños tiene dos o


varios sistemas de derecho aplicables en unidades territoriales diferentes:

a) cualquier referencia a la residencia habitual en ese Estado se considerará


una referencia a la residencia habitual en una unidad territorial de ese Estado;

b) cualquier referencia a la ley del Estado de residencia habitual se


considerará una referencia a la ley de la unidad territorial en la cual el niño
tiene su residencia habitual.

Artículo 32

Con respecto a un Estado que en materia de tuición de niños tiene dos o


varios sistemas de derecho aplicables a diferentes categorías de personas,
cualquier referencia a la ley de ese Estado se considerará una referencia al
sistema de derecho designado por el derecho de ese Estado.

Artículo 33

Un Estado en el cual diferentes unidades territoriales tienen sus propias


reglas de derecho en materia de tuición de niños, no estará obligado a aplicar
la Convención en aquellos casos en que un Estado con un sistema de derecho
unificado no estuviere obligado a aplicarla.

Artículo 34
En las materias en las que se aplica la Convención, ésta prevalecerá sobre
la Convención del 5 de octubre de 1961 acerca de la competencia de las
autoridades y de la ley aplicable en materia de protección de menores, entre
los Estados Partes de ambas Convenciones. Por lo demás, la presente
Convención no restringe la aplicación de otro instrumento internacional en vigor
entre el Estado de origen y el Estado requerido, ni del derecho no convencional
del Estado requerido, con el fin de obtener el regreso del niño que ha sido
trasladado o retenido ilícitamente, o de organizar el derecho de visita.

Artículo 35

La Convención sólo se aplicará en los Estados Contratantes en casos de


traslados o retenciones ilícitos que se hayan producido después de su entrada
en vigencia en esos Estados.

Si se hubiere efectuado una declaración en conformidad con los artículos 39


ó 40, la referencia a un Estado Contratante efectuada en el Párrafo precedente
significará la unidad o las unidades territoriales a las cuales se aplica esta
Convención.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículos 39, 40.

Artículo 36

Ninguna estipulación de esta Convención impedirá que dos o varios Estados


Contratantes, con el objeto de limitar las restricciones a las cuales pudiere
estar sujeto el regreso del niño, convengan entre ellos derogar de entre sus
disposiciones, aquellas que puedan implicar tales restricciones.

CAPÍTULO VI CLÁUSULAS FINALES

Artículo 37

La Convención estará abierta para su firma por parte de los Estados que
fueron miembros de la Conferencia de La Haya sobre Derecho Internacional
Privado, en su Decimocuarta Sesión.

Ésta será ratificada, aceptada o aprobada y los instrumentos de ratificación,


aceptación o aprobación serán depositados en el Ministerio de Relaciones
Exteriores del Reino de los Países Bajos.
Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículo 43.

Artículo 38

Cualquier otro Estado podrá adherir a la Convención.

El instrumento de adhesión será depositado en el Ministerio de Relaciones


Exteriores del Reino de los Países Bajos.

La Convención entrará en vigencia para un Estado adherente, el primer día


del tercer mes calendario después del depósito de su instrumento de adhesión.

La adhesión sólo tendrá efecto en lo que concierne a las relaciones entre el


Estado adherente y los Estados Contratantes que hayan declarado aceptar
dicha adhesión. Una declaración tal deberá también ser efectuada por parte de
cualquier Estado Miembro que ratifique, acepte o apruebe la Convención
posteriormente a la adhesión. Esta declaración será depositada en el Ministerio
de Relaciones Exteriores del Reino de los Países Bajos; éste enviará por vía
diplomática una copia certificada a cada uno de los Estados Contratantes.

La Convención entrará en vigencia entre el Estado adherente y el Estado


que ha declarado aceptar esta adhesión, el primer día del tercer mes
calendario después del depósito de la declaración de aceptación.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículos 43, 45.

Artículo 39

Cualquier Estado, en el momento de la firma, ratificación, aceptación,


aprobación o adhesión, podrá declarar que la Convención se extenderá a todos
los territorios que éste representa en el plano internacional o a uno o a varios
de ellos. Esta declaración se hará efectiva en el momento en que la
Convención entre en vigencia en ese Estado.

Esta declaración, así como cualquier extensión posterior, serán notificadas al


Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino de los Países Bajos.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículos  35, 43.

Artículo 40

Un Estado Contratante que tiene dos o varias unidades territoriales en las


cuales se aplican sistemas de derecho diferentes en materias en las que rige
esta Convención, podrá, en el momento de la firma, ratificación, aceptación,
aprobación o adhesión, declarar que la presente Convención se aplicará a
todas sus unidades territoriales o sólo a una o a varias de ellas, y podrá
modificar en cualquier momento esta declaración efectuando una nueva
declaración.

Estas declaraciones deberán notificarse al Ministerio de Relaciones


Exteriores del Reino de los Países Bajos, y deberán indicar expresamente las
unidades territoriales a las cuales se aplica la Convención.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículos 35, 41, 43.

Artículo 41

En caso de que un Estado Contratante tuviere un sistema de Gobierno en


virtud del cual los poderes ejecutivo, judicial y legislativo están distribuidos
entre las Autoridades Centrales y otras autoridades de ese Estado, la firma,
ratificación, aceptación o aprobación de la Convención, o la adhesión a ésta, o
una declaración efectuada en virtud del artículo 40, no tendrán ninguna
consecuencia en cuanto a la distribución interna de los poderes dentro de ese
Estado.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículo 40.

Artículo 42

Cualquier Estado Contratante, podrá, a más tardar en el momento de la


ratificación, aceptación, aprobación o adhesión, o en el momento de efectuar
una declaración en virtud de los artículos 39 ó 40, hacer una o ambas reservas
previstas en los artículos 24 y 26, párrafo 3. Ninguna otra reserva será
aceptada.

Cualquier Estado podrá, en cualquier momento, retirar una reserva que haya
hecho. Dicho retiro deberá ser notificado al Ministerio de Relaciones Exteriores
del Reino de los Países Bajos.

El efecto de la reserva cesará el primer día del tercer mes calendario


después de la notificación mencionada en el párrafo precedente.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículos 24, 26 inciso 3º, 39, 40.

Artículo 43
La Convención entrará en vigencia el primer día del tercer mes calendario
después del depósito del tercer instrumento de ratificación, aceptación,
aprobación o adhesión previsto en los artículos 37 y 38.

Después de ello, la Convención entrará en vigencia:

1. para cada Estado que ratifique, acepte, apruebe o adhiera posteriormente,


el primer día del tercer mes calendario después del depósito de su instrumento
de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión;

2. para los territorios o las unidades territoriales a las cuales se ha extendido


la Convención en conformidad con los artículos 39 ó 40, el primer día del tercer
mes calendario después de la notificación estipulada en esos artículos.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículos 37, 38, 39, 40, 44.

Artículo 44

La Convención tendrá una duración de cinco años, a contar de la fecha de


su entrada en vigencia en conformidad con el artículo 43, párrafo primero,
incluso para aquellos Estados que posteriormente la hayan ratificado, aceptado
o aprobado, o que hayan adherido a ella.

Si no hubiere denuncia, la Convención se renovará tácitamente cada cinco


años.

La denuncia será notificada, al menos seis meses antes de la expiración del


plazo de cinco años, al Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino de los
Países Bajos. Ésta podrá limitarse a determinados territorios o unidades
territoriales a las cuales se aplica la Convención.

La denuncia sólo tendrá efecto en relación con el Estado que la haya


notificado. La Convención permanecerá en vigencia para los demás Estados
Contratantes.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículo 43.

Artículo 45

El Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino de los Países Bajos


notificará a los Estados Miembros de la Conferencia, así como a los Estados
que hayan adherido en conformidad con las disposiciones del artículo 38:
1. las firmas, ratificaciones, aceptaciones y aprobaciones estipuladas en el
artículo 37;

2. las adhesiones estipuladas en el artículo 38;

3. la fecha en la cual la Convención entrará en vigencia en conformidad con


lo dispuesto en el artículo 43;

4. las extensiones estipuladas en el artículo 39;

5. las declaraciones mencionadas en los artículos 38 y 40;

6. las reservas previstas en los artículos 24 y 26, párrafo 3, y el retiro de


reservas previsto en el artículo 42;

7. las denuncias estipuladas en el artículo 44.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículos 24, 26, 37, 38, 39, 40, 42, 44.

En testimonio de lo cual, los suscritos, debidamente autorizados, han firmado


la presente Convención.

Hecho en La Haya, el 25 de octubre de 1980, en los idiomas inglés y


francés, siendo ambos textos igualmente auténticos, en un solo ejemplar, que
será depositado en los archivos del Gobierno del Reino de los Países Bajos y
cuya copia certificada será enviada por vía diplomática a cada uno de los
Estados Miembros de la Conferencia de La Haya sobre Derecho Internacional
Privado, en la fecha de su Decimocuarta Sesión.

B. CÓDIGO CIVIL

A) TÍTULO PRELIMINAR
5. Definición de varias palabras de uso frecuente en las leyes

.................

Artículo 33. Tienen el estado civil de hijos respecto de una persona


aquellos cuya filiación se encuentra determinada, de conformidad a las reglas
previstas por el Título VII del Libro I de este Código. La ley considera iguales a
todos los hijos.308

Concordancias: Código Civil:artículos 179 a 194, 305, 982. Constitución Política de la República:


artículo 19 número 2. Decreto Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 10.3. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 2.1.

614. Del principio de igualdad y el interés superior del hijo. La


Jurisprudencia: 
jurisprudencia constitucional ha destacado la estrecha relación que existe entre el
principio de igualdad ante la ley, concretado en este caso en el de la igualdad de todos los
hijos, y el interés superior de éstos: "[R] ecogiendo el principio de igualdad ante la ley
establecido en la Constitución, el artículo 33 del Código Civil declara que: "La ley
considera iguales a todos los hijos", regla fundamental directamente relacionada con el
principio del interés superior del hijo, establecido en el artículo 222 del mismo código"
(T. Constitucional, 14 de septiembre de 2017, cons. 23º, Rol Nº 3364-17-Ina). 615. Del
principio de igualdad y la determinación de la filiación y sus efectos. En relación con
la actual disciplina de la filiación, se ha declarado que: "El principio de igualdad, se recoge
en la determinación de la filiación y los efectos que ella produce, siendo clave en esto
último el artículo 33 del Código Civil, en cuanto establece que la ley considera iguales a
todos los hijos y, respecto a lo primero, al permitir que todo individuo tenga derecho a
ejercer las acciones para que se establezca su identidad, a través de la libre investigación
de la paternidad o maternidad, tenga o no determinada una filiación" (C. de Apelaciones
de Santiago, 4 de marzo de 2004, cons. 4º, LegalPubli-shing: Cl/Jur/1927/2004, Rol
Nº 1999-2002, conf. Cs. 5-V-2005, LegalPublishing: Cl/Jur/2602/2005, Rol Nº 1325-
2004). Como aplicación de este reconocimiento del principio de igualdad, se ha declarado
que no existe razón para que un padre pretenda pagar una pensión de alimentos con un
ciento monto respecto de un hijo de filiación matrimonial y con otro para uno de filiación
no matrimonial: "No parece atendible acoger la petición del demandante señor [...] de
reducir a $ 30.000 la pensión alimenticia que otorga a su hijo no matrimonial, en
circunstancias que a dos de sus hijos matrimoniales le proporciona la suma de $ 250.000
mensuales, esto es, $ 125.000 a cada uno de ellos. Debe considerarse, además, que el
apelante se comprometió a hacerse cargo de los gastos en útiles escolares, vestuario,
movilización y salud. No se divisa razón para hacer esta distinción entre uno y otro hijo,
puesto que sabido es que todo niño tiene derecho a un nivel de vida adecuado para su
desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social, el que se vería alterado si se acogiera
la petición del apelante en orden a disminuir considerablemente el dinero que le
proporciona para sus gastos" (C. de Apelaciones de Valdivia, 9 de agosto de 2007, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/Jur/7036/2007, Rol Nº 606-2007). 616. La determinación de la
filiación como presupuesto del estado civil. Esta conclusión se ha sostenido del modo
siguiente: "El artículo 33 del Código Civil, que establece que 'tienen el estado civil de hijos
respecto de una persona aquellos cuya filiación se encuentra determinada, de
conformidad a las reglas previstas por el Título VII del Libro Primero de este Código. La
ley considera iguales a todos los hijos. Es decir, no hay estado civil sin una filiación
determinada conforme a la ley'" (C. de Apelaciones de Valdivia, 6 de julio de 2007, cons.
5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7032/2007, Rol Nº 116-2007). En el mismo sentido se ha
precisado: "Que la filiación es el vínculo jurídico que une a un hijo con su padre o madre, y
su determinación otorga el estado civil de hijo, acorde lo señala el artículo 33 del Código
Civil, disposición que termina señalando que 'la ley considera iguales a todos los hijos'"
(C. de Apelaciones de San Miguel, 5 de marzo de 2015, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1268/2015, Rol Nº 401-2014). 617. La filiación, en cuanto que
ligada a la dignidad de las personas, implica que las reglas sobre el estado civil han
de interpretarse del modo más inclusivo posible. Así se ha declarado que: "La filiación
constituye un derecho ligado estrechamente a la dignidad humana y el derecho al
'nombre' es un atributo de la personalidad protegido constitucionalmente. De esta forma,
toda interpretación de la normativa respecto a la calidad de hijo y del estado civil de una
persona, debe realizarse de forma que reconozca de manera más amplia e inclusiva ese
atributo" (C. de Apelaciones de San Miguel, 5 de marzo de 2015, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1268/2015, Rol Nº 401-2014).

.................

Artículo 37. La filiación de los hijos puede no encontrarse determinada


respecto de su padre, de su madre o de ambos.309

Concordancias: Código Civil: artículos 183 a 194.

.................

B) LIBRO I DE LAS PERSONAS

TÍTULO VII310 DE LA FILIACI&#243


;N

1. Reglas generales

Artículo 179. La filiación por naturaleza puede ser matrimonial o no


matrimonial.
La adopción, los derechos entre adoptante y adoptado y la filiación que
pueda establecerse entre ellos, se rigen por la ley respectiva.

Concordancias: Código Civil: artículo 33. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999:
artículos 1º, 37 y 38. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica,  D.O.  5.01.1990: artículo 17 número  5.

618. De la noción de filiación. Ha asumido la jurisprudencia el siguiente


Jurisprudencia: 
concepto de filiación: "La filiación se ha definido como 'el vínculo jurídico que une a un hijo
con su padre o con su madre y que consiste en su relación de parentesco establecida por
la ley entre un ascendiente y su inmediato descendiente, o sea, su descendiente en
primer grado' (Manual de Derecho de Familia, Enrique Rossel Saavedra, Nº 325,
pág. 314)" (C. Suprema, 14 de mayo de 2009, cons. 13º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9944/2009, Rol Nº 6313-2008; C. Suprema, 21 de octubre de
2013, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/2318/2013, Rol Nº 4311-2013). En otros términos
se ha dicho que: "La filiación es la relación jurídica existente entre dos personas, una de
las cuales se ha designado jurídicamente como padre o madre de otra" (C. de
Apelaciones de Santiago, 28 de agosto de 2008, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5511/2008, Rol Nº 2921-2008), o que: "[L]a filiación es el vínculo
jurídico que une a un hijo con su padre o madre, y su determinación otorga el estado civil
de hijo, acorde lo señala el artículo 33 del Código Civil, disposición que termina señalando
que 'la ley considera iguales a todos los hijos'" (C. de Apelaciones de San Miguel, 5 de
marzo de 2015, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/1268/2015, Rol Nº 401-2014). 619. La
filiación, en cuanto que hecho jurídico, constituye un estado civil. En este sentido se
ha declarado que: "[L]a filiación es un hecho jurídico, que constituye un estado civil, es
fuente de derechos y obligaciones y con el objeto de determinarla se puede investigar
libremente la maternidad o paternidad por los amplios medios de prueba que la ley
concede" (C. Suprema, 21 de octubre de 2013, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2318/2013, Rol Nº 4311-2013).

Artículo 180. La filiación es matrimonial cuando existe matrimonio entre los


padres al tiempo de la concepción o del nacimiento del hijo.

Es también filiación matrimonial la del hijo cuyos padres contraen matrimonio


con posterioridad a su nacimiento, siempre que la paternidad y la maternidad
hayan estado previamente determinadas por los medios que este Código
establece, o bien se determinen por reconocimiento realizado por ambos
padres en el acto del matrimonio o durante su vigencia, en la forma prescrita
por el artículo 187. Esta filiación matrimonial aprovechará, en su caso, a la
posteridad del hijo fallecido.

En los demás casos, la filiación es no matrimonial.

Concordancias: Código Civil: artículos 33, 37, 183, 184 y siguientes. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 36, 51 inciso 4º, 53.

Artículo 181. La filiación produce efectos civiles cuando queda legalmente


determinada, pero éstos se retrotraen a la época de la concepción del hijo.
No obstante, subsistirán los derechos adquiridos y las obligaciones
contraídas antes de su determinación, pero el hijo concurrirá en las sucesiones
abiertas con anterioridad a la determinación de su filiación, cuando sea llamado
en su calidad de tal.

Todo lo anterior se entiende sin perjuicio de la prescripción de los derechos y


de las acciones, que tendrá lugar conforme a las reglas generales.

La acreditación de la filiación determinada se realizará conforme con las


normas establecidas en el Título XVII.

Concordancias: Código Civil: artículos 33, 37, 222 y siguientes, 304, 951, 1182, 2514 y siguientes.

620. De la noción de determinación de la filiación.Se ha estimado que: "La


Jurisprudencia: 
filiación puede estar determinada o no determinada y lo estará, cuando se encuentra
legalmente establecida la paternidad o maternidad o ambas. Así, en opinión de algunos
autores, esto no es más que la afirmación jurídica de una realidad biológica presunta y
será legal cuando la ley, en base a (sic) ciertos supuestos de hecho, la establece,
verificándose los elementos que la constituyen" (C. de Apelaciones de Santiago, 28 de
agosto de 2008, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/5511/2008, Rol Nº 2921-2008).

Artículo 182. El padre y la madre del hijo concebido mediante la aplicación


de técnicas de reproducción humana asistida son el hombre y la mujer que se
sometieron a ellas.

No podrá impugnarse la filiación determinada de acuerdo a la regla


precedente, ni reclamarse una distinta.

Concordancias: Código Civil: artículo 211 y siguientes.

2. De la determinación de la maternidad

Artículo 183. La maternidad queda determinada legalmente por el parto,


cuando el nacimiento y las identidades del hijo y de la mujer que lo ha dado a
luz constan en las partidas del Registro Civil.

En los demás casos la maternidad se determina por reconocimiento o


sentencia firme en juicio de filiación, según lo disponen los artículos siguientes.

Concordancias: Código Civil: artículos 217 a 219. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil,  D.O.  10.02.1930,
texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 31 número 4.
3. De la determinación de la filiación matrimonial

Artículo 184. Se presumen hijos del marido los nacidos después de la


celebración del matrimonio y dentro de los trescientos días siguientes a su
disolución o a la separación judicial de los cónyuges. 311

No se aplicará esta presunción respecto del que nace antes de expirar los
ciento ochenta días subsiguientes al matrimonio, si el marido no tuvo
conocimiento de la preñez al tiempo de casarse y desconoce judicialmente su
paternidad. La acción se ejercerá en el plazo y forma que se expresa en los
artículos 212 y siguientes. Con todo, el marido no podrá ejercerla si por actos
positivos ha reconocido al hijo después de nacido.

Regirá, en cambio, la presunción de paternidad respecto del nacido


trescientos días después de decretada la separación judicial, por el hecho de
consignarse como padre el nombre del marido, a petición de ambos cónyuges,
en la inscripción de nacimiento del hijo.312

La paternidad así determinada o desconocida podrá ser impugnada o


reclamada, respectivamente, de acuerdo con las reglas establecidas en el
Título VIII.

Concordancias: Código Civil: artículos 47, 76, 102, 212 y siguientes, 188 inciso 1º y 1712. Código de
Procedimiento Civil:artículos 426 inciso 1º, 753 a 757. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 6º número 2. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17 de mayo de 2004: artículos 17 a 19, 20 inciso 1º, 37.  Ley
Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 21.

621. De los presupuestos de la presunción pater is est: la maternidad, de


Jurisprudencia: 
guisa que si ella falla, no puede operar la presunción. En relación con esta
presunción, y con el sentido que adquirió después de la reforma del sistema de filiación,
se ha señalado que: "Si bien esta presunción difiere de la consignada en el artículo 180
del Código Civil vigente antes de la reforma de la Ley Nº 19.585, en cuanto aquella
reputaba padre al marido en función de una regla que ponía el acento en la concepción
del hijo dentro del matrimonio, lo cierto es que en ambas subyace el supuesto del
cumplimiento de los deberes de cohabitación y de fidelidad que existen entre los
cónyuges" (C. Suprema, 18 de diciembre de 2014, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9643/2014, Rol Nº 5121-2014). Esta presunción se construye,
entre otros elementos, sobre la base del supuesto conocido de la maternidad, de manera
que si éste falla, la presunción no puede operar. Así, en un caso concreto, se ha
declarado: "Que, en el caso que nos ocupa, se produce la paradoja de que,
encontrándose establecido como un hecho de la causa que la madre de la demandada es
una persona distinta a aquella que aparece en la inscripción matrimonial lo que desde ya
pone de manifiesto la concurrencia de la hipótesis de un 'falso parto' pueda subsistir la
presunción de paternidad del marido, actualmente fallecido, en circunstancias que ésta
supone que se encuentra establecida la maternidad de la madre y se apoya,
precisamente, en el hecho que, atendidos los deberes matrimoniales antes referidos, el
hijo fue concebido (según la legislación anterior) por ambos cónyuges. En tal
circunstancia, y si bien el legislador no ha contemplado la posibilidad de impugnar la
filiación matrimonial propiamente tal sino la paternidad y la maternidad, en forma
individual ante la ausencia de uno de los elementos básicos para su determinación, como
es la maternidad de quien aparece como madre de la demandada, estima esta Corte que
la presunción de paternidad ha quedado desprovista de sustento fáctico y, en
consecuencia, no debe atenderse a ella" (C. Suprema, 18 de diciembre de 2014, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9643/2014, Rol Nº 5121-2014). 622. Es la presunción "pater is
est" la que determina la filiación matrimonial y, en cuanto que simplemente legal, la
vía para cuestionarla es la acción de impugnación. Es ésta una opinión que los
tribunales reiteran con frecuencia: "[L]a filiación matrimonial queda determinada, por regla
general como ocurrió en la especie, por el nacimiento del hijo durante el matrimonio, con
tal que la maternidad y la paternidad estén legalmente establecidas en conformidad a los
artículos 183 y 184 del Código Civil. La acción de impugnación, tiene por objeto que el
tribunal declare que es inexacta una filiación que se ostenta, es decir, el objeto de la
misma es que se deje sin efecto un estado civil que se ejerce respecto de cierta persona.
Por consiguiente, es la presunción legal de paternidad la que establece el estado civil de
hijo y la forma de cuestionarla es, precisamente, a través del ejercicio de la
correspondiente acción de impugnación ejercida en los plazos previstos por el legislador"
(C. Suprema, 30 de octubre de 2012, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2406/2012, Rol
Nº 3674-2012). En igual sentido el mismo tribunal ya había declarado que: "[E] s la
presunción legal de paternidad la que establece el estado civil de hijo y la forma de
cuestionarla es, precisamente, a través del ejercicio de la correspondiente acción de
impugnación de la filiación no matrimonial" (C. Suprema, 26 de marzo de 2007, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3489/2007, Rol Nº 5698-2006). En el último tiempo ha recordado
que: "Se trata, en todo caso, de una presunción simplemente legal, que puede ser
desvirtuada y los titulares de la acción de impugnación son el marido y sus herederos y
todo aquel a quien la paternidad le irrogue perjuicio, en condiciones acotadas por el
legislador el hijo, su representante legal y quien reclama ser el verdadero padre"
(C. Suprema, 18 de diciembre de 2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/9643/2014, Rol
Nº 5121-2014). 623. La presunción "pater is est" no puede ser desvirtuada por el
hecho de no consignarse el nombre del padre en la partida de nacimiento del hijo.
Se ha precisado que: "El ordenamiento jurídico nacional los hijos nacidos o concebidos
durante el matrimonio están amparados por la presunción legal denominada 'pater is est'.
Esta presunción no puede ser desvirtuada por el mero hecho de haber solicitado la madre
la inscripción de nacimiento del hijo sin indicar el apellido del marido. Con todo, aun
cuando la partida de nacimiento omita registrar el nombre del padre del niño o niña ello no
altera la naturaleza matrimonial de la filiación ni la transforma en indeterminada" (C. de
Apelaciones de Santiago, 28 de agosto de 2008, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5511/2008, Rol Nº 2921-2008). En igual orientación se ha
señalado que: "En el derecho chileno la presunción de paternidad del marido, establecida
por el artículo 184 del Código Civil, no puede ser desvirtuada por el mero hecho de haber
solicitado la madre la inscripción del hijo sin indicar el apellido del marido, de modo que si
la partida de nacimiento omite designar este último, ello no puede ser prueba suficiente de
la naturaleza no matrimonial de la filiación del hijo" (C. Suprema, 7 de diciembre de 2004,
cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/1855/2004, Rol Nº 2526-2004). 624. La
presunción "pater is est" no puede ser desvirtuada por el hecho de consignarse en
la partida de nacimiento del hijo a una persona distinta de la del marido de la madre.
Se ha declarado así que: "La inscripción de nacimiento del menor en que se indicó como
padre de éste a uno distinto del marido, así como su posterior reconocimiento como hijo
natural por un tercero, no surtieron ningún efecto, comoquiera que la filiación legítima del
hijo (hoy filiación matrimonial) quedó determinada de pleno derecho en virtud de la
presunción 'pater is est' que consagra el inciso primero del artículo 184 del Código Civil; y
no puede ser desvirtuada sino en la forma y por las personas que indican los artículos 212
al 216 del mismo código, y en tanto ello no ocurre, la presunción legal de paternidad surte
todos su efectos" (C. de Apelaciones de Temuco, 6 de mayo de 2002, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4542/2002, Rol Nº 1843-2001, conf. C. Suprema, 18 de marzo de
2003, LegalPublishing: Cl/ Jur/4131/2003, Rol Nº 2316-2002). 625. La paternidad
determinada de acuerdo con este artículo sólo puede impugnarse por el padre
mediante la acción concedida en el artículo 212 del Código Civil. Así, se ha declarado
que: "La paternidad determinada en el artículo 184 del Código Civil sólo puede
impugnarse por el padre, a través de la acción concedida en el artículo 212 del texto legal
señalado, la que debe ser ejercida dentro de los plazos que la norma contempla, sin que
sea posible considerar que la sola circunstancia de acreditar la verdad biológica a través
del examen de ADN, constituya una excepción a la norma" (C. Suprema, 13 de junio de
2005, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/4218/2005, Rol Nº 4827-2004).

Artículo 185. La filiación matrimonial queda determinada por el nacimiento


del hijo durante el matrimonio de sus padres, con tal que la maternidad y la
paternidad estén establecidas legalmente en conformidad con los artículos 183
y 184, respectivamente.

Tratándose del hijo nacido antes de casarse sus padres, la filiación


matrimonial queda determinada por la celebración de ese matrimonio, siempre
que la maternidad y la paternidad estén ya determinadas con arreglo al artículo
186 o, en caso contrario, por el último reconocimiento conforme a lo
establecido en el párrafo siguiente.

La filiación matrimonial podrá también determinarse por sentencia dictada en


juicio de filiación, que se subinscribirá al margen de la inscripción de
nacimiento del hijo.

Concordancias: Código Civil: artículos 183, 184, 186, 194, 195 y siguientes. Ley Nº 4.808, sobre
Registro Civil,  D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículos 6º
número 3, 8º. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 8.

4. De la determinación de la filiación no matrimonial


Artículo 186. La filiación no matrimonial queda determinada legalmente por
el reconocimiento del padre, la madre o ambos, o por sentencia firme en juicio
de filiación.

Concordancias: Código Civil: artículo 194. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004:
artículo 8º número 8.

626. De la existencia de sólo dos formas, excluyentes entre sí, para


Jurisprudencia: 
determinar la filiación no matrimonial. Se ha aclarado que: "En nuestra legislación
existen dos formas para determinar la filiación no matrimonial, que son excluyentes entre
sí: por reconocimiento voluntario de los padres en alguna de las formas que indica el
actual artículo 187 del Código Civil, o por sentencia judicial, en juicio de filiación (artículo
186 del Código citado)" (C. de Apelaciones de Concepción, 31 de marzo de 2008, cons.
9º, LegalPublishing: Cl/Jur/7525/2008, Rol Nº 883-2002).

Artículo 187. El reconocimiento del hijo tendrá lugar mediante una


declaración formulada con ese determinado objeto por el padre, la madre o
ambos, según los casos:

1º Ante el Oficial del Registro Civil, al momento de inscribirse el nacimiento


del hijo o en el acto del matrimonio de los padres;

2º En acta extendida en cualquier tiempo, ante cualquier oficial del Registro


Civil;

3º En escritura pública, o

4º En acto testamentario.

Si es uno solo de los padres el que reconoce, no será obligado a expresar la


persona en quien o de quien tuvo al hijo.

El reconocimiento que no conste en la inscripción de nacimiento del hijo,


será subinscrito a su margen.

Concordancias: Código Civil: artículo 305 inciso 2º. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 6º número 1,
8º, 31 número 4, 32, 37 y 38.

627. El reconocimiento de la paternidad constituye un acto jurídico que ha


Jurisprudencia: 
de cumplir con sus requisitos de existencia y validez. En tal sentido la E Corte xcma. 

Suprema ha declarado que: "[S]e debe tener presente que el reconocimiento o la decisión
de admitir la propia paternidad es un acto jurídico que, como tal, requiere de una
declaración de voluntad destinada a generar precisamente la consecuencia jurídica
establecida en la ley, que consiste en que formalmente se tiene a una determinada
persona como hijo del que reconoce, lo que hace surgir, en consecuencia, el estado filial
y, con ello, compromisos de orden espiritual y material respecto de la persona que se
reconoce; por lo que se debe inferir que la voluntad es una condición ineludible para que
se genere el vínculo jurídico filial. Y como acto jurídico debe cumplir con los requisitos de
existencia y de validez que le son propios, y su inobservancia provocará su nulidad; razón
por la que una forma de dejar sin efecto el acto de reconocimiento es mediante el ejercicio
de la acción de nulidad, la que si se funda en la circunstancia que el reconocimiento fue
producto de una voluntad viciada, conforme a lo dispuesto en el artículo 202 del Código
Civil, prescribe en el plazo de un año desde la fecha de otorgamiento del acto, en caso de
error y dolo; y, tratándose de fuerza, desde el día en que ésta cesó" (C. Suprema, 10 de
septiembre de 2014, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6427/2014, Rol Nº 3437-
2014). Parte de este considerando se ha reproducido literalmente en sentencias
posteriores: "[S]e debe tener presente que el reconocimiento o la decisión de admitir la
propia paternidad es un acto jurídico que, como tal, requiere de una declaración de
voluntad destinada a generar precisamente la consecuencia jurídica establecida en la ley,
que consiste en que formalmente se tiene a una determinada persona como hijo del que
reconoce, lo que hace surgir, en consecuencia, el estado filial y, con ello, compromisos de
orden espiritual y material respecto de la persona que se reconoce; por lo que se debe
inferir que la voluntad es una condición ineludible para que se genere dicho vínculo; la
que, en consecuencia, debe encontrarse exenta de vicios para producir legítimamente los
referidos efectos, en caso contrario, la ley autoriza a quien reconoce a ejercer la acción en
estudio dentro del plazo de un año desde la fecha de otorgamiento del acto, en caso de
error y dolo; y, tratándose del vicio de la fuerza, desde el día en que ésta cesó, según lo
dispone el artículo 202 del Código Civil" (C. Suprema, 18 de marzo de 2015, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1444/2015, Rol Nº 12492-2014). 628. Noción
de "reconocimiento" y sus caracteres. Se ha dicho que: "El reconocimiento voluntario,
representa un acto jurídico de admisión de paternidad respecto de un hijo, caracterizado
por su carácter solemne, no sujeto a modalidad, abstracto e irrevocable, sin que la ley
haya exigido evidencia sobre la verdad del hecho de la progenitura" (C. de Apelaciones
de Valparaíso, 17 de julio de 2008, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/3006/2008, Rol
Nº 1529-2008). En otras palabras, que: "El reconocimiento es un acto jurídico unilateral
solemne que, en el caso que nos ocupa reviste las características de voluntario destinado
a producir efectos jurídicos y de suyo irrevocable, cuya finalidad es el reconocer la calidad
de hijo a cierta persona, aceptando todos los derechos y obligaciones que dicho
reconocimiento lleva consigo, como se colige de lo estatuido en los artículos 187 y 189 del
Código Civil" (C. de Apelaciones de Antofagasta, 18 de marzo de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7382/2008, Rol Nº 490-2007). 629. Disciplina aplicable al acto
del reconocimiento en cuanto a su existencia y validez. En voto de prevención se ha
sostenido que: "El reconocimiento de un hijo es un acto unilateral, en el cual no se
requiere probar la veracidad de la paternidad o maternidad; se rige por las normas
generales del derecho en cuanto a los requisitos de existencia, validez y nulidad, salvo la
excepción en cuanto al plazo de prescripción prevista en el artículo 202 del Código Civil;
es solemne, no sujeto a modalidad y expresamente irrevocable como categóricamente lo
establece el artículo 189 del Código Civil" (C. Suprema, 12 de marzo de
2007, prevención, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/3904/2007, Rol Nº 4679-
2006). 630. El reconocimiento es declarativo en cuanto a la afirmación de la relación
biológica. En este sentido se ha declarado: "Que no puede discutirse que todo hijo tiene
un padre desde su nacimiento, por razones biológicas. Por lo mismo es indudable que el
reconocimiento es declarativo en lo que respecta a la afirmación de la relación biológica
de filiación. En efecto, constata algo existente desde antes 'in natura', que es la
paternidad. Ésta no se crea por el reconocimiento. Simplemente se constata, declara o
confiesa" (Fernando Fueyo Laneri, Derecho Civil, Tomo IV, 'Derecho de Familia',
pág. 445, Imp. y Lito. Universo S.A., 1959)" (C. Apelaciones de Puerto Montt, 5 de febrero
de 2015, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/681/2015, Rol Nº 593-2014).
Artículo 188. El hecho de consignarse el nombre del padre o de la madre, a
petición de cualquiera de ellos, al momento de practicarse la inscripción del
nacimiento, es suficiente reconocimiento de filiación. 313

Concordancias: Código Civil: artículo 194. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil,  D.O.  10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 6º número 1, 8º y 32.

631. Constitucionalidad de esta disposición. Frente a la solicitud de declarar


Jurisprudencia: 
inaplicables por inconstitucionalidad los artículos 188, 199 y 199 bis del Código
Civil, modificados por la Ley Nº 20.030, por estimar que vulnerarían la igualdad ante la ley,
porque introducirían una diferencia arbitraria en el derecho a la defensa, dado que ésta
sería "más benigna para el demandante que para el demandado", el Tribunal
Constitucional ha declarado la constitucionalidad de ésta y las otras disposiciones: "Los
preceptos legales impugnados en esta litis no han pretendido discriminar en el ejercicio de
las acciones de filiación ante los tribunales de justicia sino que, por el contrario, su
propósito ha obedecido a la idea de corregir las distorsiones que dificultaban el debido
acceso a la justicia en un ámbito que, como se ha expresado, tiene que ver con la plena
protección de un derecho ligado estrechamente al valor de la dignidad humana, cual es el
derecho a la identidad personal. Sobre el particular, ha de tenerse presente que aun
cuando la Constitución chilena no lo reconozca expresamente en su texto, ello no puede
constituir un obstáculo para que el juez constitucional le brinde adecuada protección. Lo
anterior, precisamente, por su estrecha vinculación con la dignidad humana y porque
tampoco puede desconocerse que él sí se encuentra protegido expresamente en diversos
tratados internacionales ratificados por Chile y vigentes en nuestro país, como la
Convención sobre los Derechos del Niño (artículo 7º), el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos (artículo 24.2) y la Convención Americana de Derechos Humanos
(artículo 18)" (Tribunal Constitucional, 13 de mayo de 2008, Rol Nº 834-07).

Artículo 189. No surtirá efectos el reconocimiento de un hijo que tenga


legalmente determinada una filiación distinta, sin perjuicio del derecho a ejercer
las acciones a que se refiere el artículo 208.

El reconocimiento es irrevocable, aunque se contenga en un testamento


revocado por otro acto testamentario posterior, y no susceptible de
modalidades.

El reconocimiento no perjudicará los derechos de terceros de buena fe que


hayan sido adquiridos con anterioridad a la subinscripción de éste al margen de
la inscripción de nacimiento del hijo.

Concordancias: Código Civil: artículos 208, 221, 305, 1212 a 1215. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 38 inciso 1º.

632. Del carácter irrevocable del reconocimiento y sus efectos.Sobre este


Jurisprudencia: 
punto se ha precisado: "Que teniendo el reconocimiento voluntario —factor de
determinación— el carácter de irrevocable, no resulta procedente que el autor de tal
reconocimiento pueda actuar en contra de su propio acto, que consistió en admitir en
forma voluntaria y solemne su paternidad respecto de un hijo, al margen de si el acto se
corresponde o no con la realidad. Admitir lo contrario significaría aceptar una revocación
simulada o encubierta del reconocimiento, lo cual ha sido prohibido por el legislador,
artículo 189 Código Civil" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 17 de julio de 2008, cons. 5º,
LegalPu-blishing: Cl/Jur/3006/2008, Rol Nº 1529-2008). La irrevocabilidad del
reconocimiento se ha justificado por la jurisprudencia del modo siguiente: "[L]a
retractación no es admisible en la legislación nacional, según lo dispone expresamente el
artículo 189 del Código Civil, y su justificación es la protección de los derechos
reconocidos y, eventualmente, de terceros; y su sustento está dado porque la normas en
materia de filiación son de orden público por lo que la autonomía de la voluntad sólo tiene
cabida en los casos que prevé de manera expresa" (C. Suprema, 18 de marzo de 2015,
cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/1444/2015, Rol Nº 12492-2014). 633. De la
irrevocabilidad del reconocimiento y de la posibilidad de quien reconoce de
impugnar el reconocimiento. Sobre esta cuestión se han mantenido dos opiniones,
aunque es claramente mayoritaria la contraria a la posibilidad de que quien realizó el
reconocimiento pueda, con posterioridad, impugnarlo: a) Opinión mayoritaria: Quien
reconoció no puede impugnar el reconocimiento: se ha entendido que, por el carácter
irrevocable del reconocimiento, quien lo ha realizado no puede, amparándose en una
eventual calidad de tercero, accionar para impugnarlo y así se ha declarado que: "La
lógica concordancia de los artículos 208, 214, 216 y 317 del Código Civil, permite
sostener que el padre reconociente no podría ser el titular de la acción de impugnación
por cuanto éste o sus herederos son los legitimarios pasivos de la misma, es decir, el
legítimo contradictor de una demanda de esta naturaleza será el padre aparente si
accionan el hijo o sus herederos; el padre y el hijo accionan los terceros interesados o el
padre biológico y, los herederos del padre muerto si acciona el hijo, su representante legal
o sus herederos" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 17 de julio de 2008, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3006/2008, Rol Nº 1529-2008). En la misma orientación se ha
declarado que: "El artículo 189 inciso 2º del Código Civil establece que el reconocimiento
es irrevocable, de modo tal que el reconociente no puede con posterioridad impugnarlo, ni
menos aún atribuirse la calidad de tercero para ampararse en dicha norma, desde que
ello resultaría atentatorio en orden a salvaguardar la estabilidad en la filiación de una
persona, en aras del interés superior del hijo que debe subyacer en todas las decisiones
judiciales" (C. de Apelaciones de Antofagasta, 18 de marzo de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7382/2008, Rol Nº 490-2007); b) Opinión minoritaria: Quien
reconoció puede impugnar el reconocimiento: así se ha defendido que: "Si bien
conforme al artículo 189 inciso segundo del Código Civil el reconocimiento de la
paternidad es irrevocable, ello dice relación con el que no puede ser dejado sin efecto por
un mero acto de voluntad del que lo prestó, pero no implica que no pueda ser atacado por
la vía de la impugnación de la paternidad, pues en tal caso no es el que presta el
reconocimiento quien deja sin efecto el mismo, sino que el Tribunal, convocado por la
sociedad para dirimir a través de un acto de autoridad la situación en conflicto" (C. de
Apelaciones de Temuco, 24 de enero de 2008, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7139/2008, Rol Nº 947-2007). 634. De la posibilidad de
solicitar la nulidad del acto de reconocimiento. Sin perjuicio del carácter irrevocable
del reconocimiento, y como cuestión diversa de él, se ha reconocido que: "El artículo 189
inciso 2º del Código Civil, establece que el reconocimiento es irrevocable, de modo tal que
el reconociente no puede impugnarlo posteriormente, lo cual debe entenderse sin
perjuicio de que existan vicios de la voluntad que ameriten dar lugar a la nulidad del acto
del reconocimiento, la que procederá en el evento de que haya sido víctima de error,
fuerza o dolo" (C. Apelaciones de Antofagasta, 24 de junio de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7746/2008, Rol Nº 402-2008, conf. C. Suprema, 15 de
septiembre de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/7745/2008, Rol Nº 4496-2008). En el mismo
sentido se ha declarado: "Que el legislador ha dotado, al autor de este acto jurídico, de la
acción de nulidad, para el evento de configurarse causales de ineficacia, que autoricen
dicha nulidad" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 17 de julio de 2008, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/3006/2008, Rol Nº 1529-2008). En igual orientación se afirmado
que: "Lo anterior, debe entenderse sin perjuicio que la estabilidad cede ante la presencia
de vicios de la voluntad que pueden dar lugar a la nulidad del acto de reconocimiento, la
que es procedente cuando ha sido víctima de error, fuerza o dolo, acción que también
corresponderá a sus herederos de acuerdo a lo estatuido en el artículo 1684 del Código
Civil" (C. de Apelaciones de Antofagasta, 18 de marzo de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7382/2008, Rol Nº 490-2007). La E  Corte Suprema ha asumido
xcma.

esta opinión: "[L]os sentenciadores efectuaron una correcta interpretación de las normas
jurídicas pertinentes al caso, toda vez que, de conformidad con lo dispuesto en el artículo
189 del Código Civil, el acto de reconocimiento es irrevocable, otorgando la ley la
posibilidad de solicitar su nulidad, por vicios de la voluntad en el plazo de un año desde su
otorgamiento o, en el caso de fuerza, desde el día en que cesó, para lo que es necesario
que se acrediten los elementos que configuraron el vicio de la voluntad alegada"
(C. Suprema, 13 de septiembre de 2016, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6330/2016,
Rol Nº 46516-2016).

Artículo 190. El reconocimiento por acto entre vivos señalado en el artículo


187, podrá realizarse por medio de mandatario constituido por escritura pública
y especialmente facultado con este objeto.

Concordancias: Código Civil: artículos 187, 2116, 2130 inciso 1º.

Artículo 191. El hijo que, al tiempo del reconocimiento, fuere mayor de edad,


podrá repudiarlo dentro del término de un año, contado desde que lo conoció.
Si fuere menor, nadie podrá repudiarlo sino él y dentro de un año, a contar
desde que, llegado a la mayor edad, supo del reconocimiento.

El curador del mayor de edad que se encuentre en interdicción por demencia


o sordomudez, necesitará autorización judicial para poder repudiar.

El disipador bajo interdicción no necesitará autorización de su representante


legal ni de la justicia para repudiar.

El repudio deberá hacerse por escritura pública, dentro del plazo señalado
en el presente artículo. Esta escritura deberá subinscribirse al margen de la
inscripción de nacimiento del hijo.

La repudiación privará retroactivamente al reconocimiento de todos los


efectos que beneficien exclusivamente al hijo o sus descendientes, pero no
alterará los derechos ya adquiridos por los padres o terceros, ni afectará a los
actos o contratos válidamente ejecutados o celebrados con anterioridad a la
subinscripción correspondiente.

Toda repudiación es irrevocable.


Concordancias: Código Civil: artículos 26,  194  y 442. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículos 6º números 1,
8º.

Artículo 192. No podrá repudiar el hijo que, durante su mayor edad, hubiere


aceptado el reconocimiento en forma expresa o tácita.

La aceptación es expresa cuando se toma el título de hijo en instrumento


público o privado, o en acto de tramitación judicial.

Es tácita cuando se realiza un acto que supone necesariamente la calidad de


hijo y que no se hubiere podido ejecutar sino en ese carácter.

Concordancias: Código Civil: artículos 1241, 1242, 1278 inciso 1º, 1449, 2124.

Artículo 193. Si es muerto el hijo que se reconoce o si el reconocido menor


falleciere antes de llegar a la mayor edad, sus herederos podrán efectuar la
repudiación dentro del año siguiente al reconocimiento, en el primer caso, o de
la muerte, en el segundo, sujetándose a las disposiciones de los artículos
anteriores.

Si el reconocido mayor de edad falleciere antes de expirar el término que


tiene para repudiar, sus herederos podrán efectuar la repudiación durante el
tiempo que a aquél hubiese faltado para completar dicho plazo.

Concordancias: Código Civil: artículo 26.

Artículo 194. La repudiación de cualquiera de los reconocimientos que dan


lugar a la filiación matrimonial de los nacidos antes del matrimonio de los
padres, que fuere otorgada en conformidad con las normas anteriores,
impedirá que se determine legalmente dicha filiación.

Concordancias: Código Civil: artículo 185 inciso 2º.

TÍTULO VIII DE LAS ACCIONES DE FILIACIÓN314

1. Reglas generales
Artículo 195. La ley posibilita la investigación de la paternidad o maternidad,
en la forma y con los medios previstos en los artículos que siguen.

El derecho de reclamar la filiación es imprescriptible e irrenunciable. Sin


embargo, sus efectos patrimoniales quedan sometidos a las reglas generales
de prescripción y renuncia.

Concordancias: Código Civil: artículos 12, 33, 37, 181, 198 inciso 1º, 320 inciso 1º y 2450. Constitución
Política: artículo 5º inciso 2º. Código Orgánico de Tribunales: artículo 357número  4. Decreto Nº 830,
Min. Relaciones Exteriores, Convención de los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículos 7º y 8º.
Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica,  D.O.  5.01.1990: artículo
18.

635. De los principios y bases generales del régimen jurídico de la


Jurisprudencia: 
filiación. La jurisprudencia ha insistido en que el estatuto de la filiación se estructura
sobre los principios: a) de la igualdad de las personas; b) del derecho a la identidad, y
c) del interés superior del niño. Tales principios se concretan: a) en la facultad de toda
persona para establecer su verdadera filiación; b) la amplitud probatoria para conseguir
dicho propósito, y c) la búsqueda de la verdad biológica, sobre la formal o aparente, a
menos que ella contraríe el interés superior del niño. En este sentido la E Corte Suprema
xcma. 

ha caracterizado al estatuto de filiación del modo siguiente: "[E]l estatuto de filiación


chileno, se instituye en el respeto de los principios de igualdad de los seres humanos, el
derecho a la identidad y el interés superior del niño. Los referidos derechos se concretan,
en lo atingente, en la facultad de cualquier persona de accionar con el fin de establecer su
verdadera filiación, para lo cual la ley admite una total amplitud probatoria y otorga
atribuciones al juez para que indague activamente con el objeto de lograr el propósito
perseguido, cual es, la búsqueda de la verdad real o biológica por sobre la formal o
aparente, a menos que el interés superior del niño pueda verse conculcado por dicha
verdad" (C. Suprema, 18 de marzo de 2015, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/1444/2015,
Rol Nº 12492-2014). En relación con la disciplina introducida por la Ley Nº 19.585 se
reconoce que: "La Ley Nº 19.585, en vigor desde el 27 de octubre de 1999, modificó el
régimen filiativo imperante en nuestro país a esa fecha. La legislación interna se ajustó a
las disposiciones contenidas en los tratados internacionales ratificados por Chile,
alejándose definitivamente del sistema establecido en el Código Civil, para dar paso a una
normativa igualitaria, protectora e inspirada, entre otros principios, en el interés superior
del niño y la libre investigación de la paternidad y de la maternidad" (C. de Apelaciones de
Santiago, 28 de agosto de 2008, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5511/2008, Rol
Nº 2921-2008). Para destacar los mismos principios, se ha señalado: "Que el derecho a la
identidad es una de las bases esenciales que inspiran el nuevo estatuto filiativo y se
expresa normativamente, entre otros, en el artículo 195 del Código Civil, al consagrar el
derecho a la libre investigación de la paternidad o maternidad, con miras a la búsqueda de
la verdad real o biológica sobre la verdad formal" (C. Suprema, 12 de marzo de 2007,
cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3904/2007, Rol Nº 4679-2006), y que: "La filosofía que
inspira el actual estatuto filiativo, explicitada en el mensaje del Ejecutivo y recogida en
numerosas disposiciones de la Ley Nº 19.585, se construye sobre la base de tres
principios ordenadores básicos, la igualdad de los seres humanos, la supremacía del
interés superior del menor y el derecho a la identidad que tiene toda persona" (C. de
Apelaciones de Santiago, 4 de marzo de 2004, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1927/2004, Rol Nº 1999-2002, conf. C. Suprema, 5 de mayo de
2005, LegalPublishing: Cl/Jur/2879/2005, Rol Nº 1325-2004). También se ha advertido
que: "La Ley Nº 19.585, bajo cuyo amparo se inició la presente acción de reclamación de
filiación no matrimonial, estableció sustanciales reformas al sistema filiativo regido por las
antiguas disposiciones civilistas. En términos generales existen ahora dos principios
involucrados en la promoción de las acciones de filiación. El primero de ellos apunta a la
libre investigación de la paternidad o maternidad, que conforme lo previsto en el artículo
195 del Código Civil está destinado a obtener la verdad real, biológica de una relación
filiativa. El segundo, es de reconocer la más amplia admisibilidad probatoria, que como
consecuencia lógica del principio anterior lo consagra el artículo 198 del cuerpo legal
citado" (C. Apelaciones de Antofagasta, 22 de marzo de 2004, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2407/2004, Rol Nº 16357-2003, conf. C. Suprema, 9 de
septiembre de 2004, LegalPublishing: Cl/Jur/2406/2004, Rol Nº 1521-2004). 636. Del
derecho a la identidad como parte de la dignidad de la persona humana. La
jurisprudencia constitucional, en un primer momento, de manera genérica estableció la
vinculación entre el derecho a la identidad y la dignidad de la persona humana, sin
perjuicio de que no estuviera reconocido expresamente en la Constitución. Así, en 2008 el
E  Tribunal Constitucional se refería incidentalmente a: "[U]n derecho ligado
xcmo.

estrechamente al valor de la dignidad humana, cual es el derecho a la identidad personal.


Sobre el particular, ha de tenerse presente que aun cuando la Constitución chilena no lo
reconozca expresamente en su texto, ello no puede constituir un obstáculo para que el
juez constitucional le brinde adecuada protección. Lo anterior, precisamente, por su
estrecha vinculación con la dignidad humana y porque tampoco puede desconocerse que
él sí se encuentra protegido expresamente en diversos tratados internacionales ratificados
por Chile y vigentes en nuestro país, como la Convención sobre los Derechos del Niño
(artículo 7º), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo 24.2) y la
Convención Americana de Derechos Humanos (artículo 18)" (Tribunal Constitucional, 13
de mayo de 2008, Rol Nº 834-07). En la misma línea, y con mayor claridad, ha sostenido
en el último tiempo que: "[F]orma parte de la dignidad de la persona humana el derecho a
la identidad que, aunque la Constitución no la consagra como derecho, se debe tener
incorporada al concepto de dignidad personal. Por eso, es que todo ser humano desde
que nace tiene derecho al nombre patronímico que, en lo posible responda a su origen
biológico, para que todo niño sepa la familia a la que pertenece y conocer la historia de
sus antepasados" (Tribunal Constitucional, 14 de septiembre de 2017, cons. 23º, Rol
Nº 3364-17-Ina). 637. De la investigación de la paternidad y maternidad y del
derecho a la identidad. Se ha estimado que: "En relación al derecho a la identidad que
tiene toda persona, sin duda el principio fundamental que inspira a la actual legislación,
como se desprende del mensaje del Ejecutivo, también expresado en la ley, bajo el título
'De las Acciones de Filiación', desde luego comprende el derecho de todo individuo a
conocer su origen biológico, lo cual se traduce, como se dijo, en el derecho a acceder a
una investigación judicial para saber quiénes son sus padres y, consecuencialmente, a
tener la relación padre o madre e hijo que surge del nexo biológico, lo que también
implica, a diferencia de la normativa hoy derogada, hacer prevalecer la verdad real o
biológica por sobre la verdad formal, siendo esenciales al respecto los artículos 195, 198 y
199 del Código Civil, que en términos generales y de un modo amplio, hacen posible la
investigación de la paternidad o maternidad" (C. de Apelaciones de Santiago, 4 de marzo
de 2004, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1927/2004, Rol Nº 1999-2002,
conf. C. Suprema, 5 de mayo de 2005, LegalPublishing: Cl/ Jur/2879/2005, Rol Nº 1325-
2004). 638. De las acciones de filiación como acciones de estado de familia. Se ha
estimado que: "La investigación de la paternidad y maternidad se hace a través de las
llamadas acciones de filiación, las que constituyen una especie de acciones de estado de
familia, entendiéndose por tal a la ubicación que cada persona tiene dentro de ésta"
(C. Suprema, 14 de mayo de 2009, cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/9944/2009, Rol
Nº 6313-2008). 639. De la noción y finalidad de las acciones de filiación. Se ha
sentado que: "A través de ellas [acciones de filiación] se persigue un pronunciamiento
judicial que cree, modifique o extinga un estado de familia y se encuentran actualmente
reglamentadas en el Libro I, Título VIII, en los artículos 195 a 221 del Código Civil,
permitiendo determinar la paternidad y maternidad a través de un proceso judicial,
mediante la investigación y la utilización de toda clase de pruebas" (C. Suprema, 14 de
mayo de 2009, cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/9944/2009, Rol Nº 6313-2008). En
otros términos, se ha expresado que: "Las acciones filiativas se definen como aquellas
que tienen por objeto obtener de los Tribunales de Justicia un pronunciamiento relativo a
la filiación, ya sea declarándola, si no ha quedado determinada de otra manera, o bien
negando la que se ha establecido formalmente" (C. de Apelaciones de Antofagasta, 16 de
septiembre de 2004, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/569/2004, Rol Nº 418-
2004; C. Apelaciones de Antofagasta, 18 de marzo de 2008, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7382/2008, Rol Nº 490-2007). Esta concepción se ha repetido en
alguna otra sentencia: "Las acciones de filiación son aquéllas que tienen por objeto
obtener de los tribunales un pronunciamiento relativo a la filiación, ya declarándola, si no
ha quedado determinada de otra manera, o bien negando que lo sea la establecida
formalmente" (C.de Apelaciones de Concepción, 31 de marzo de 2008, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7525/2008, Rol Nº 883-2002). 640. Del significado de la
irrenunciabilidad de la acción de reclamación de la filiación como prohibición de
renuncia a ejercerla. Se ha precisado que: "Al establecer el artículo 195 del Código Civil
que no es renunciable la acción de reclamación de filiación, sino sólo sus efectos
patrimoniales, impide que el interesado pueda abdicar anticipadamente de su derecho a
ejercer su acción, entendida como el derecho de toda persona a poner en movimiento la
jurisdicción" (C. de Apelaciones de Santiago, 21 de noviembre de 2008, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7173/2008, Rol Nº 4436-2008, conf. C. Suprema, 13 de abril de
2009, LegalPublishing: Cl/ Jur/7723/2009, Rol Nº 720-2009). 641. De la
irrenunciabilidad del derecho a reclamar la filiación, y del desistimiento de la
demanda de reclamación y sus efectos. La jurisprudencia ha entendido que no se
opone a la irrenunciabilidad del derecho a reclamar la filiación, el que quien lo ha
ejercitado judicialmente, luego desista de su acción durante el curso del procedimiento.
Así lo ha declarado la I Corte de Apelaciones de Santiago, y confirmado la E Corte
lma.  xcma. 

Suprema, cuando ha estimado que la irrenunciabilidad declarada en el inciso 2º del


artículo 195 del Código Civil: "No significa, sin embargo, que una vez que el individuo ha
ejercitado su derecho deduciendo la acción ante tribunal competente, cuando ha
consumado su derecho y su pretensión está ya entregada la decisión a la autoridad
jurisdiccional, no pueda desistirse de ella, extinguiendo con ello su acción, ni menos lo
autoriza para desconocer los efectos que la ley procesal asigna a la resolución del juez
que decide acoger el desistimiento de su demanda" (C. de Apelaciones de Santiago, 21
de noviembre de 2008, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/7173/2008, Rol Nº 4436-2008,
conf. C. Suprema, 13 de abril de 2009, LegalPublishing: Cl/Jur/7723/2009, Rol Nº 720-
2009). En cuanto a los efectos que produce el desistimiento, la jurisprudencia no es
uniforme, y no puede aún afirmarse que haya una opinión consolidada. 641.1. De la
opinión que entiende que el desistimiento de una acción de reclamación de filiación
produce cosa juzgada material. En una interpretación que asume una perspectiva
preferentemente procesal, la citada I Corte de Apelaciones de Santiago estima que el
lma. 

desistimiento produce cosa juzgada material y, por ende, no podría nuevamente


intentarse la acción de reclamación desistida, sin que a esta conclusión obste la
declaración de irrenunciabilidad del derecho a reclamar la filiación. La sentencia en que se
mantuvo tal opinión fue confirmada por la E Corte Suprema: "Esta interpretación permite
xcma. 

conciliar lo dispuesto en el artículo 195 del Código Civil con lo establecido en el artículo
150 del Código de Procedimiento Civil, considerando que no existe ninguna disposición
que haga esta última norma inaplicable a la acción de que se trata [...]. Que lo expuesto
no desconoce los instrumentos internacionales invocados por la parte recurrente, por no
estar aquí comprometido el interés superior del niño, el derecho a la identidad, ni el
principio de la libre investigación de la paternidad y maternidad. En este caso el
demandante ejerció su derecho a reclamar judicialmente la filiación respecto de una
determinada persona, pero su acción de reclamación se extinguió por efecto de su
desistimiento, que fue acogido por sentencia interlocutoria pasada en autoridad de cosa
juzgada" (C. de Apelaciones de Santiago, 21-XI-2008, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7173/2008, Rol Nº 4436-2008, conf. Cs. 13-IV-2009,
LegalPublishing: Cl/Jur/7723/2009, Rol Nº 720-2009). 641.2. De la opinión que entiende
que el desistimiento de una acción de reclamación de filiación no produce cosa
juzgada material. En este sentido se ha pronunciado recientemente la E Corte Suprema
xcma. 

al rechazar un recurso de casación contra una sentencia de la I Corte de Apelaciones de


lma. 

Rancagua. En su sentencia, declaró el tribunal: "Que en lo que dice relación con las
alegaciones referidas precedentemente, cabe señalar que no se advierten las infracciones
de ley acusadas, toda vez que la sentencia que por este arbitrio se revisa interpretó
correctamente las normas jurídicas aplicables al caso, desde que, conforme lo dispuesto
en el artículo 195 del Código Civil, la acción interpuesta es de carácter irrenunciable e
imprescriptible, constituyendo el desistimiento una abdicación o renuncia del juicio, lo que
no opera tratándose de acciones establecidas en favor del derecho a la identidad, por
tratarse de una acción de orden público, en la que dicho equivalente jurisdiccional no tiene
mérito de producir la denominada cosa juzgada material" (C. Suprema, 7 de diciembre de
2015, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/7632/2015, Rol Nº 18859-2015). 642. De la
improcedencia en los juicios de filiación de la transacción y el llamado a
conciliación. Se ha declarado "así" que: "Tratándose de un juicio de filiación, materia en
la que no es procedente la transacción puesto que, precisamente, versa sobre el estado
civil de las personas, no corresponde el llamamiento de las partes a conciliación"
(C. Suprema, 3 de abril de 2003, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/4216/2003, Rol
Nº 2903-2002).

Artículo 196. Derogado.315

Artículo 197. El proceso tendrá carácter de secreto hasta que se dicte


sentencia de término, y sólo tendrán acceso a él las partes y sus apoderados
judiciales.

La persona que ejerza una acción de filiación de mala fe o con el propósito


de lesionar la honra de la persona demandada es obligada a indemnizar los
perjuicios que cause al afectado.

Concordancias: Código Civil: artículos 33, 198, 304, 2329 inciso 1º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 15. Código de Procedimiento Civil: artículos 341 y siguientes.

643. De la procedencia de la acción de indemnización respecto de las tres


Jurisprudencia: 
acciones de filiación regladas en el Título VIII del Libro I del Código Civil. Sobre esta
cuestión se ha declarado que: "Contrariamente a lo sostenido por el impugnante limitar la
norma en su aplicación sólo a las acciones de reclamación de filiación significaría
derechamente alterarla. No es posible en consecuencia acudir al elemento histórico que
hace valer el recurrente, por cuanto el inciso segundo del artículo 197 del Código Civil no
se presta a dos o más interpretaciones, es decir, no hay ambigüedad en su texto en
cuanto a su ámbito de aplicación en lo relativo a las acciones que hacen procedente la
obligación indemnizatoria [...] el artículo 197 inciso 2º del Código Civil, contenido en el
párrafo de las reglas generales en los juicios de filiación, es, aplicable a la generalidad de
estos juicios, entre ellos, los de impugnación" (C. Suprema, 24 de noviembre de 2009,
cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3871/2009, Rol Nº 2275-2008). En el mismo sentido se
ha afirmado que: "En relación con la procedencia de la demanda de indemnización de
perjuicios en los juicios de impugnación de filiación que cuestiona la demandada, es
preciso agregar a lo dicho por la juez del grado, que el Título VIII del Libro I del Código
Civil, relativo a las Acciones de Filiación, dentro del párrafo correspondiente a las reglas
generales incluyó el derecho a deducir demanda de indemnización de perjuicios por el
ejercicio de una acción de filiación, sea de mala fe, o con el propósito de lesionar la honra
de la persona demandada, sin hacer distinción alguna respecto de las tres acciones de
filiación que el título contempla. Si el legislador hubiera querido restringir su ejercicio en
forma exclusiva respecto de la acción de reclamación, así lo habría dicho expresamente
con aquella, pues cada una de las acciones de filiación las trató en forma separada, sin
que en ellas se indicara la improcedencia de la acción indemnizatoria establecida de
manera genérica, en el señalado artículo 197 del Código Civil" (C. de Apelaciones de
Rancagua, 1 de abril de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/7487/2008, Rol Nº 592-
2007). 644. Constituye "mala fe" el acto de entablar acciones manifiestamente
prescritas y respecto de las que se carece de legitimación activa. En esta línea se ha
señalado que: "Para reforzar la idea de la mala fe que han tenido los demandados al
deducir la demanda de impugnación y reclamación en la causa rol Nº 0121 05, ya
mencionada, no sólo está la presentación de una demanda, relacionada con temas de
familia absolutamente reservados respecto de los cuales no tenían legitimidad activa
alguna y que se fundó en disposiciones legales derogadas, como se dejó establecido en
el fallo dictado en esa causa, si no que además, la demanda se presentó apenas habían
transcurridos tres meses después del fallecimiento del padre del actor, lo que denota un
espíritu dañosos, sin que resulte verosímil la circunstancia de que los demandados
supieron el mismo día de la defunción del padre de [...], se hubieren enterado de los
hechos que se denuncian en el libelo de dicho juicio. No obstante que lo dicho es mucho,
no es todo, ya que a ello hay que agregar la osadía de deducir una demanda con
acciones manifiestamente prescritas, lo que atenta contra toda prudencia procesal, pues
si bien es efectivo que la prescripción puede ser renunciada, al no alegarla, lo cierto es
que una mínima precaución aconsejaba no presentarla, salvo que, como necesariamente
ha de presumirse, la intención de los demandantes no está en perseguir el éxito de la
demanda, sino que dar a conocer, por escrito, una situación de hecho, que
necesariamente, iba a provocar en los destinatarios un impacto emocional muy fuerte" (C.
de Apelaciones de Rancagua, 1 de abril de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7487/2008, Rol Nº 592-2007; conf. C. Suprema, 24 de noviembre
de 2009, LegalPublishing: Cl/Jur/3871/2009, Rol Nº 2275-2008). 645. Rige en esta
materia la regla general conforme a la cual la mala fe debe probarse. Se ha
reconocido así que: "Es un principio que rige en materia civil, regulado incluso en el
artículo 707 del Código Civil, que la buena fe se presume, recayendo, en consecuencia, el
peso de la prueba de la mala fe en quien la alega. Que en el caso de autos, el actor
reconvencional no rindió prueba alguna para acreditar la mala fe del actor, y por lo mismo
no desvirtuó la presunción ya indicada, por lo que, atendido que falta uno de los
elementos que la legislación establece para acoger una acción como la deducida, como
es la mala fe del actor en acción de filiación, necesariamente deberá rechazarse la acción
reconvencional" (J. de Letras de La Unión, 6 de marzo de 2002, cons. 9º, conf.
C. Suprema, 3 de octubre de 2002, LegalPublishing: Cl/Jur/1442/2002, Rol Nº 2646-
2002).
Artículo 198. En los juicios sobre determinación de la filiación, la maternidad
y la paternidad podrán establecerse mediante toda clase de pruebas,
decretadas de oficio o a petición de parte.

No obstante, para estos efectos será insuficiente por sí sola la prueba


testimonial, y se aplicarán a la de presunciones los requisitos del artículo 1712.

Concordancias: Código Civil: artículo 1712. Código de Procedimiento Civil: artículos 341 y siguientes.
Código Orgánico de Tribunales: artículo 10 inciso 1º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 8.

646. De la determinación de la filiación, y de su régimen especial en


Jurisprudencia: 
materia probatoria y de sus principios. La jurisprudencia de diversos tribunales de
alzada ha destacado la existencia de un régimen probatorio especial en sede de
determinación de la filiación. La I  Corte de Apelaciones de Antofagasta declaraba en
lma.

2004: "Que la prueba para determinar la filiación se rige por reglas especiales. Se admite
toda clase de pruebas y ellas pueden ser decretadas a petición de parte o de oficio" (C.
de Apelaciones de Antofagasta, 22 de marzo de 2004, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2407/2004, Rol Nº 16357-2003, conf. C. Suprema, 9 de
septiembre de 2004, LegalPublishing: Cl/ Jur/2406/2004, Rol Nº 1521-2004). Años más
tarde, la I Corte de Apelaciones de Concepción recibía este considerando, con una ligera
lma.

alteración sistemática: "Que la prueba para determinar la filiación se rige por reglas
especiales, estableciendo la ley dos principios generales en el artículo 198 del Código
Civil: a) se admite toda clase de pruebas, y b) ellas pueden ser decretadas a petición de
parte o de oficio" (C. de Apelaciones de Concepción, 31 de marzo de 2008, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1935/2008, Rol Nº 883-2002). 647. De la alteración de la regla
probatoria contenida en el artículo 1698 del Código Civil. Desde el año 2007 la
E Corte Suprema se ha mantenido constante en sostener que la regla del artículo 1698
xcma.

del Código Civil se ha alterado en sede de determinación de la filiación. En aquel año


declaraba que: "El artículo 198 del mismo texto legal previene que en los juicios sobre
determinación de la filiación, la maternidad y la paternidad podrán establecerse mediante
toda clase de pruebas, decretadas de oficio o a petición de parte. De lo anterior se infiere
que en materia probatoria se altera la pasividad de los tribunales y la norma general
contenida en el artículo 1698 del Código Civil, que impone a las partes litigantes la carga
de probar la existencia de las obligaciones o su extinción" (C. Suprema, 29 de enero de
2007, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3457/2007, Rol Nº 4325-2006). Este
considerando lo ha recibido literalmente en varias de sus sentencias posteriores
(C. Suprema, 4 de abril de 2011, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/2872/2011, Rol
Nº 10016-2010; C. Suprema, 16 de mayo de 2011, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9342/2011, Rol Nº 1102-2011; C. Suprema, 29 de septiembre de
2011, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7926/2011, Rol Nº 4324-2011). 648. Del sentido
de esta disposición. Se ha sentado por la E Corte Suprema que: "[P]ara esta normativa
xcma. 

se pueden admitir todos los medios probatorios, incluidos los periciales de connotación
biológica, con la sola excepción de la prueba testimonial, que no es apta para acreditar,
por si sola, la paternidad o maternidad reclamada, sin perjuicio de considerar que ellas
puedan estimarse ya sea como base de una presunción judicial o una presunción judicial,
conforme a lo establecido en los artículos 383 y 384 del Código de Procedimiento Civil"
(C. Suprema, 31 de marzo de 2006, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/4914/2006, Rol
Nº 2569-2004). 649. A estas diligencias probatorias no le es aplicable el plazo fatal
del artículo 159 del Código de Procedimiento Civil. En este sentido se ha declarado
que: "Si el legislador otorgó atribuciones al juez para decretar pruebas de oficio en la
búsqueda de la verdad real, sin limitaciones, como se dispone el artículo 198 del Código
Civil, ninguna lógica jurídica tendría imponer a esas diligencias probatorias, decretadas
como medida para mejor resolver, el plazo fatal para su cumplimiento previsto en la
norma del artículo 159 del Código de Procedimiento Civil. La legislación dejaría de ser
coherente y lógica, si se admite que conocido el recargo de trabajo del Instituto público
especializado, el examen de ADN decretado en esos términos, quede sin efecto sólo por
la demora en su cumplimiento" (C. de Apelaciones de Santiago, 18 de enero de 2012,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/135/2012, Rol Nº 6314-2008). 650. De la interpretación
de la expresión "toda clase de pruebas". Se ha declarado que: "Es del caso tener
presente que en la frase 'toda clase de pruebas' la ley ha querido referirse a todas
aquellas pruebas no contempladas expresamente en los artículos 1698 del Código Civil y
341 del Código de Procedimiento Civil. En la actualidad, cualquier medio lícito que ayude
a la obtención de la verdad es admisible en este tipo especialísimo de controversias. La
intención clara del legislador es que el proceso esté orientado a descubrir la verdad" (C.
de Apelaciones de Antofagasta, 22 de marzo de 2004, cons.
2º, LegalPublishing: Cl/Jur/2407/2004, Rol Nº 16357, conf. C. Suprema, 9 de septiembre
de 2004, LegalPublishing: Cl/ Jur/2406/2004, Rol Nº 1521-2004). 651. Las fotografías
no pueden estimarse como un medio de prueba, pero sí puede tenérselas como
antecedentes inductivos de una presunción judicial. Se ha declarado así "Que, si
bien, las fotografías acompañadas a los autos no son susceptibles de ser consideradas
como un medio de aprueba de acuerdo a la enumeración contemplada en el artículo 341
del Código de Procedimiento Civil, ello no priva a dichos antecedentes de la posibilidad de
ser considerados como inductivos de una presunción judicial, más aún, si se tiene en
cuenta que en la presente causa se rindió prueba testifical por la parte demandante, y se
acompañaron documentos públicos, probanzas que unidas a las reproducciones
fotográficas antes indicadas y a la negativa a la práctica del examen de ADN, constituyen
elementos de juicio suficientes para acreditar el reconocimiento de la filiación biológica del
menor" (C. de Apelaciones de Santiago, 19 de noviembre de 2003,
LegalPublishing: Cl/Jur/1780/2003, Rol Nº 10525-2002, conf. C. Suprema, 25 de octubre
de 2004, LegalPublishing: Cl/Jur/1745/2004, Rol Nº 198-2004).

Artículo 199. Las pruebas periciales de carácter biológico se practicarán


por el Servicio Médico Legal o por laboratorios idóneos para ello, designados
por el juez. Las partes siempre, y por una sola vez, tendrán derecho a solicitar
un nuevo informe pericial biológico.316

El juez podrá dar a estas pruebas periciales, por sí solas, valor suficiente
para establecer la paternidad o la maternidad, o para excluirla. 317

En todo caso, el juez recabará por la vía más expedita posible, antes de
dictar sentencia, los resultados de las pericias practicadas que no hubieren
sido informados al tribunal.318

La negativa injustificada de una de las partes a practicarse el examen hará


presumir legalmente la paternidad o la maternidad, o la ausencia de ella, según
corresponda.319
Se entenderá que hay negativa injustificada si, citada la parte dos veces, no
concurre a la realización del examen. Para este efecto, las citaciones deberán
efectuarse bajo apercibimiento de aplicarse la presunción señalada en el inciso
anterior.320

Concordancias: Código Civil: artículos 47, 206 y 207. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 45.

652. De las pruebas periciales y del derecho a la identidad biológica. La


Jurisprudencia: 
jurisprudencia ha estimado que: "La prueba biológica es el método científico más eficaz
para el logro del valor justicia en un ámbito donde se encuentra comprometido el derecho
de una persona a conocer su identidad de origen y, consiguientemente las partes deben
estar en disposición de colaborar para el logro de ese fin; y quien tiene una actitud
contraria no puede, en ningún caso, beneficiarse con ello" (C. Suprema, 24 de julio de
2006, cons. 16º, LegalPublishing: Cl/Jur/7928/2006, Rol Nº 1262-2004). En igual sentido
se ha advertido que: "Se hace necesario anotar que la prueba biológica de ADN,
oportunamente decretada y notificada al demandado, constituye el método científico más
eficaz para el logro del valor justicia en un ámbito donde se encuentra comprometido el
derecho de una persona a conocer su identidad de origen y, consiguientemente, las
partes deben estar en disposición de colaborar con ese fin y, quien tiene una actitud
contraria, sin causa que lo exonere, no puede, en ningún caso, beneficiarse con su
inactividad al invocarla en su favor" (C. Suprema, 16 de mayo de 2011, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9342/2011, Rol Nº 1102-2011). 653. Las pruebas periciales
biológicas y su disciplina legal no pueden estimarse lesivas al derecho a la honra.
Así lo ha declarado el Tribunal Constitucional al sentar que: "La protección constitucional
de la honra no se refiere a la valoración que cada persona tiene de sí misma, sino que a
la valoración que, objetivamente, ella merece dentro del conglomerado social en que se
desenvuelve. De esta manera, el derecho al respeto y protección de la honra de la
persona y de su familia debe ejercerse con arreglo a límites extrínsecos que derivan de la
necesidad de respetar las reglas que la sociedad se ha dado para su pleno
desenvolvimiento. Si entre esas reglas está la búsqueda de la verdad que se obtiene a
través del ejercicio de acciones impetradas ante los tribunales de justicia, no puede
estimarse lesivo al derecho garantizado por el artículo 19 Nº 4 de la Constitución, la
existencia de un procedimiento judicial que, conformado por reglas como las introducidas
por los artículos 188, 199 y 199 bis del Código Civil, propende, precisamente, a la
obtención de la verdad en un tema tan ligado al respeto de la dignidad humana como es
la necesidad de determinar fehacientemente la identidad de una persona" (Tribunal
Constitucional, 13 de mayo de 2008, Rol Nº 834-07). 654. Las pruebas periciales
biológicas y el derecho a la privacidad familiar. Se ha declarado: "Que la privacidad
familiar alegada, no puede ir por sobre el derecho de un probable hijo no matrimonial del
causante, a investigar su filiación, lo que atentaría contra el principio de igualdad ante la
ley" (C. de Apelaciones de Temuco, 6 de octubre de 2010, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8063/2010, Rol Nº 1395-2010). 655. De la posibilidad de
practicar pericias biológicas al cadáver del presunto padre o madre. Sobre esta
cuestión se han defendido dos opiniones, y se aprecia que en la jurisprudencia más
reciente se tiende a admitir la procedencia de esta prueba: a) Admisibilidad de la
pericia biológica: la realización de una prueba pericial consistente en un examen de
ADN, obtenido mediante la exhumación del cadáver de quien se pretende presunto padre
de la demandante, no importa una violación del derecho a la privacidad familiar, de guisa
que si un tribunal ordena que se practique, "sólo ha hecho uso de la única prueba
absolutamente certera en la investigación de la paternidad y plenamente aceptada en
nuestra legislación y en uso de sus facultades", fundándose esta opinión en que: a) "la
privacidad familiar alegada, no puede ir por sobre el derecho de un probable hijo no
matrimonial del causante, a investigar su filiación, lo que atentaría contra el principio de
igualdad ante la ley"; b) "tampoco puede estimarse vulnerada la intimidad familiar, en
circunstancias que se encuentra judicializada la gestión de reconocimiento de paternidad,
lo que ya implica que una intimidad con tal grado de secretismo, ya no existe", y c) "el uso
del ADN en los estudios de vínculos de parentesco debe basarse, necesariamente y de
acuerdo al Servicio Médico Legal, con muestra de sangre del presunto padre fallecido y, si
no, es el caso, realizar una exhumación del presunto padre y disponer de muestra ósea,
que es lo que la jueza de primer grado ordenó" (C. de Apelaciones de Temuco, 6 de
octubre de 2010, cons. 2º, 3º y 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/8063/2010, Rol Nº 1395-2010).
Esta opinión coincide con la que se defendiera en el voto de minoría de una sentencia
pronunciada por la E Corte Suprema el 2 de noviembre de 2004, sostenida por el
xcma. 

ministro D. Domingo Kokisch y por el abogado integrante D. René Abeliuk, en la que


estuvieron por acoger el recurso de casación interpuesto en contra de la sentencia que
había negado que se practicara una pericia biológica a una cadáver, fundándose en: "Que
el antecedente histórico que se señala en la obra 'Nuevo Estatuto Filiativo' de la
Universidad de Chile y Sernam, página 72, indica dos cosas: a) Confirma que puede
hacerse el examen pericial al cadáver de acuerdo al artículo 199 del Código Civil, pues al
aceptar que ello ocurre por excepción, obviamente reconoce que el mismo puede
decretarse, pero siempre que proceda la acción de reclamación, desconocimiento o
impugnación de paternidad o maternidad o de hijo, pues esos serían los casos de
excepción, y b) Pero también la cita demuestra que el legislador tenía una concepción
restrictiva de la posibilidad de accionar estando difunto algunos de los involucrados. Ello,
porque se habla de que la probabilidad es escasa" (C. Suprema, 2 de noviembre de
2004, voto de minoría, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/1773/2004, Rol Nº 2820-2004).
Añadían que: "Esta última interpretación resulta más adecuada al texto general de la ley, y
especialmente a los artículos 195, 196, 198, 199, 200 y demás del texto actual del Código
Civil que posibilitan una amplia investigación de la paternidad o maternidad; y la
imprescriptibilidad de la acción de reclamación" (C. Suprema, 2 de noviembre de 2004,
voto de minoría, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/1773/2004, Rol Nº 2820-
2004). b) Inadmisibilidad de la pericia biológica: planteada esta cuestión, uno de los
Juzgados de Letras de Osorno, en sentencia de primera instancia de 20 de diciembre de
2002, declaró: "Que a objeto de despejar toda duda acerca de la verdad objetiva en que
se sustenta la pretensión de la actora, es menester precisar que en el caso sub judice no
puede cobrar aplicación bajo ningún respecto lo prevenido en el artículo 199 inciso 2º del
Código Civil. En estos autos, desaparecido el presunto padre, y demandados los
herederos, éstos se opusieron justificadamente a la prueba pericial correspondiente para
determinar la filiación del actor, ello en ejercicio de los derechos personales que
legítimamente opusieron a la ejecución de la pericia; vinculados con la libertad e
inviolabilidad de la memoria y restos mortales de [...], en ausencia de manifestación de
voluntad del difunto, por lo que la decisión de los parientes se puede estimar
absolutamente plausible, tal como lo resolvió la Iltma. Corte de Valdivia en sentencia de
fecha 17 de abril de 2002, rolante a fs. 65 del tomo II" (J. de Letras de Osorno, 20 de
diciembre de 2002, cons. 23º, LegalPublishing: Cl/Jur/969/2002, Rol Nº 26172-2000).
Apelada esta sentencia, en relación con este punto, la I Corte de Apelaciones de
lma. 

Valdivia lo confirmó agregando: "Que el examen de A.D.N. solicitado recae sobre los


restos de [...], persona fallecida el [...], de tal manera que sólo es posible este examen si
se procede a la exhumación del cadáver de [...]. Que la exhumación de cadáveres sólo
procede en los casos expresamente autorizados por la ley, como se ha señalado en la
resolución de fojas 65 de este tomo en esta causa y esta situación se encuentra reglada
en el artículo 139 del Código Sanitario, 121 del Código de Procedimiento Penal, Ley
Orgánica del Servicio Médico Legal, y Ley Nº 19.451 sobre Trasplantes y Donación de
Órganos. Que el artículo 148 del Código Sanitario permite realizar actos de disposición
del cadáver sólo en caso de autorización de parientes, lo que no ocurre en estos autos"
(C. de Apelaciones de Valdivia, 26 de mayo de 2003, cons. 3º y 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1788/2003, Rol Nº 14153-2003). Interpuesto recurso de casación
en la forma por haberse pronunciado el fallo faltándose a una diligencia de prueba
esencial, la E  Corte Suprema, con el voto de tres de sus ministros, rechazó el citado
xcma.

recurso y para hacerlo tuvo en cuenta la historia de la tramitación del inciso 1º del artículo
199 del Código Civil, introducido por la Ley Nº 19.585: "Que esta última disposición fue
introducida por la Ley Nº 19.585 publicada en el Diario Oficial de 26 de octubre de 1998,
cuya discusión parlamentaria señala que: 'Por las indicaciones (Nºs. 71 y 74); se podría
añadir que este tipo de prueba no puede practicarse; sino en vida del hijo y del supuesto
padre o madre. La mayoría de la comisión del Senado estimó que es indiscutible que hay
varios bienes jurídicos en juego, pero que, por consideraciones relacionadas tanto con la
familia como por la sociedad, esta limitación era absolutamente razonable, ya que no
impide interponer ni proseguir la acción, sino que solamente evita situaciones que pueden
afectar moralmente a los deudos del fallecido, como la exhumación del cadáver para
obtener muestras. La minoría de la comisión, por su parte, creyó que, de acogerse la
propuesta, se restringirán de manera importante las posibilidades de que se establezca la
afiliación, sobre todo por la alta confiabilidad que arrojan los exámenes biológicos.
Subrayaron que, conforme al mismo proyecto de ley, si bien el derecho de reclamar la
filiación es imprescriptible, sus efectos patrimoniales quedan sometidos a las reglas
generales, por lo que el transcurso del tiempo mermará la posibilidad de que se accione
judicialmente'. No obstante lo anterior, se acordó luego por el Senado en el inciso 1º,
suprimir la frase: 'Este tipo de prueba no podrá practicarse sino en vida del hijo y del
supuesto padre o madre'. Ello porque se llegó a la convicción, luego de examinar
detenidamente las acciones de filiación, sus titulares y los plazos para interponerlos, de
que la posibilidad de que se ordene practicar pruebas periciales biológicas sobre
personas fallecidas son escasas. Aceptó que si la muerte ocurre estando pendiente el
juicio, no resulta equitativo privar al actor de un medio de prueba relevante para su
pretensión. Le mereció mayores dudas a algunos de sus H.H. señores integrantes la
admisibilidad de estas pruebas cuando no se ha entablado la acción, sobre todo
considerando que, si el demandado estuviese vivo, tendría siempre la posibilidad, de
negarse, a riesgo de presumirse la filiación, pero en definitiva se convino en aceptarlas,
teniendo en cuenta los términos restringidos en que los herederos del difunto pueden
reclamar la filiación de conformidad al artículo 206; o sea, sólo cuando se trata de un hijo
póstumo o cuyo padre o madre murió dentro de los 180 días siguientes al parto. Quinto:
Que, a su vez, el artículo 206 del Código Civil dispone que si el hijo es póstumo o si
alguno de los padres fallece dentro de los ciento ochenta días siguientes al parto, la
acción podrá dirigirse en contra de los herederos del padre o madre fallecidos dentro del
plazo de tres años, contados desde su muerte o, si el hijo es incapaz desde que se haya
alcanzado la plena capacidad. La norma propuesta por la Cámara de Diputados permitía
accionar contra los herederos del padre o madre que ha fallecido dentro del plazo de dos
años contados desde esa fecha o desde el conocimiento de la prueba en que se haya
fundado la demanda, pero la comisión del Senado no compartió dicho precepto, en
especial, en cuanto admitir en general las demandas contra los herederos del padre o de
la madre fallecida y decidió conceder la acción de reclamación contra los herederos del
padre o madre que hayan fallecido, antes del reconocimiento del hijo o dentro de los 180
días siguientes al parto" (C. Suprema, 2 de noviembre de 2004, cons. 4º y 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1773/2004, Rol Nº 2820-2004). Así declaró: "Que el inciso 2º del
artículo 19 del Código Civil preceptúa que para interpretar una expresión obscura de la
ley, puede recurrirse a su intención o espíritu claramente manifestado en la historia
fidedigna de su establecimiento, por lo que en la especie resulta que a ley sólo admite la
reclamación de filiación en la forma restrictiva que establece el aludido artículo 206"
(C. Suprema, 2 de noviembre de 2004, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/1773/2004, Rol
Nº 2820-2004). 656. Del entendimiento de la voz "injustificada". Se ha entendido que:
La 'justificación' a que se refiere la ley, debe entenderse en relación con antecedentes de
carácter objetivo que permitan a cualquier persona analizar y comprender racionalmente
el motivo que se esgrime como justificación para la negativa, y no en apreciaciones
netamente subjetivas, como el honor o los principios, los que por sí solos son imposibles
de evaluar en términos aplicables a todas las personas, puesto que entenderlo de otra
manera llevaría al extremo de considerar que cualquier sentimiento o apreciación
personal acerca de lo que es el honor, la moral o los principios es una justificación para no
realizarse el examen que determina la ley" (J. de Letras de Viña del Mar, 21 de junio de
2002, cons. 24º, LegalPublishing: Cl/Jur/1531/2002, Rol Nº 653-2000, conf. C. Suprema,
8 de marzo de 2004, LegalPublishing: Cl/Jur/2326/2004, Rol Nº 1504-2003). 657. El
nuevo informe pericial biológico ("contramuestra") no constituye un presupuesto
necesario para que opere la presunción del inciso 4º. Este principio se desprende del
solo texto de este artículo 199, de modo que si se ha solicitado ese segundo informe
pericial y, justificada o injustificadamente, quien lo solicitó no concurre a practicarse el
examen, el procedimiento puede seguir su curso sin necesidad de que se realice ese
segundo informe, al que no se le aplica la disciplina de la presunción, que opera sólo
respecto de la prueba pericial biológica referida en la primera parte del inciso 1º de este
artículo 199. En este sentido se ha declarado que: "[E]l artículo 199 del Código Civil, que
se ha mencionado por la parte demandada como sustento de sus alegaciones, dice
relación con la circunstancia de haberse negado la parte a realizarse la pericia solicitada
una vez que citada por dos veces, bajo apercibimiento, no concurre a la realización del
examen, debido a lo cual opera la presunción de paternidad que dicha disposición
establece, caso que no es el de autos en que realizado el examen respectivo, el
demandado pidió una contramuestra, por lo que en ese entendido debía poner todos sus
esfuerzos a disposición del tribunal con el objeto de poder realizarse el aludido examen, lo
que, como se ha dicho en la especie no ocurrió. No correspondiendo para este caso
decretar un apercibimiento, debido a que la presunción de paternidad no podría ser
aplicada, dado que, como se dijo, el examen para determinarla ya se había practicado,
contando el tribunal, por lo tanto, con la prueba biológica para determinar la paternidad
cuestionada" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 9 de agosto de 2012, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1677/2012, Rol Nº 409-2012). 658. La presunción establecida
en el inciso 4º es de carácter legal y no de derecho. Lo ha declarado así el Tribunal
Constitucional: "Debe descartarse, de plano, que el artículo 199 del Código Civil, en la
redacción introducida por la Ley Nº 20.030, haya establecido una presunción de derecho
al disponer: 'La negativa injustificada de una de las partes a practicarse el examen hará
presumir legalmente la paternidad o la maternidad, o a la ausencia de ella, según
corresponda'. Claramente, esta norma introduce una presunción legal, de aquéllas que
admiten prueba en contrario, y no una presunción de derecho como sostiene el
requirente" (Tribunal Constitucional, 13 de mayo de 2008, Rol Nº 834-07). 659. El
establecimiento de la citada presunción legal no vulnera el derecho al debido
proceso. Así lo ha sentado el Tribunal Constitucional al señalar que: "Resulta evidente
que el legislador no ha querido que la determinación de la paternidad o maternidad, a
través de la práctica de la prueba pericial de carácter biológico, quede entregada a la
mera voluntad del demandado, quien podría negarse injustificadamente a someterse a
ella frustrando la posibilidad de determinar la identidad personal. Esta idea resulta aún
más meridiana si se tiene presente que la certeza que proporcionan tales pruebas
biológicas, conforme a los avances de la ciencia médica, permite, asimismo, excluir
cualquier vínculo de paternidad o maternidad que se impute sin fundamento alguno. De
allí que el inciso primero del artículo 199 precise que: 'El juez podrá dar a estas pruebas
periciales, por sí solas, valor suficiente para establecer la paternidad o la maternidad, o
para excluirla'. Desde esta perspectiva, la práctica inmediata de la prueba pericial
biológica y la presunción legal que ella acarrea respecto de un demandado renuente que
no comparece a la audiencia preparatoria o que niega o manifiesta dudas sobre su
paternidad, en circunstancias que tal prueba podría liberarlo definitivamente de la
imputación del vínculo de filiación, no resulta contraria al principio del debido proceso
legal garantizado por la Constitución, puesto que no afecta los elementos de éste que
tienden a garantizar el derecho a la defensa, como podría ser la libre producción de la
prueba en conformidad a la ley o la facultad de recurrir contra una decisión judicial que se
estima abusiva o injusta. Por el contrario, la norma que se cuestiona tiende a la
realización del valor de la justicia a través de la búsqueda de la verdad y a la promoción y
respeto de un derecho que, como se ha argumentado, forma parte del haz de facultades
reconocidas a toda persona por la Carta Fundamental, independientemente de su edad y
condición" (Tribunal Constitucional, 13 de mayo de 2008, Rol Nº 834-2007). En el mismo
sentido la E  Corte Suprema ha declarado que: "La presentación de una acción de
xcma.

filiación como la que se ha intentado y la aplicación de la presunción legal que el inciso


cuarto del artículo 199 del Código Civil establece, no constituye una vulneración a los
principios de igualdad y debido proceso, no afectándose ninguno de los aspectos que
componen a este último, como el derecho de ser oído, de presentar pruebas para
demostrar las pretensiones de las partes, de que la decisión sea razonada y de recurrir en
su contra. En efecto, el demandado ha podido ejercer en la especie los derechos que
como sujeto pasivo de la relación jurídico procesal, la ley le reconoce; circunstancia
diversa es que éste no lo haya hecho, asumiendo una actitud de rebeldía en cuanto a
realizar la diligencia pericial decretada, que con mayor certeza habría determinado la
efectividad de la filiación biológica reclamada" (C. Suprema, 16 de mayo de 2011, cons.
7º, LegalPublishing: Cl/Jur/9342/2011, Rol Nº 1102-2011). 660. Prueba para desvirtuar
la presunción legal de paternidad o maternidad. Sobre este punto se ha recordado
que: "La presunción consiste en deducir un hecho desconocido de ciertas circunstancias y
antecedentes conocidos; hay en la presunción un procedimiento de deducción. Cuando
los hechos conocidos los establece el legislador, estamos en presencia de una presunción
legal y las simplemente legales se caracterizan porque admiten prueba en contrario, es
decir, pueden destruirse demostrando que la deducción es equivocada o falsa"
(C. Suprema, 21 de septiembre de 2006, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/6358/2006, Rol
Nº 1438-2006) y, en consecuencia, que: "Para restar eficacia a la presunción legal y su
consecuente valor probatorio, resulta necesario acreditar los hechos que contradicen
aquellos constitutivos de la presunción con el objeto de destruirla, prueba que
corresponde a la parte en contra de quien se invoca" (C. Suprema, 21 de septiembre de
2006, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6358/2006, Rol Nº 1438-2006). 661. Necesidad
de que la citación sea practicada en forma personal. Se ha declarado así que: "Si bien
la ley no lo dice expresamente, por la trascendencia y graves consecuencias que importa
para el demandado el establecimiento de la filiación reclamada en materia de alimentos,
derechos hereditarios, etc., es de toda evidencia que la citación para el peritaje biológico
no ha podido ser otra que la personal realizada directamente a la parte y no a su
apoderado, y al no haber sucedido así, su inconcurrencia a la citación no ha podido servir
de motivo eficaz para fundar aquella grave presunción en su contra" (C. de Apelaciones
de Concepción, 12 de mayo de 2008, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/5655/2008, Rol
Nº 1325-2003). Así se ha agregado: "Que la exigencia anterior cobra mayor relevancia si
se considera que esa presunción constituye una verdadera sanción para el que
desobedece la orden judicial, y siendo así, importa un requisito que emana de la
naturaleza de las cosas que la citación debe rodearse de las garantías necesarias para
asegurar que ella llegue real y efectivamente a conocimiento de la parte, como ocurre con
la notificación personal, a fin de que libre y voluntariamente adopte las decisiones que
estime del caso" (C. de Apelaciones de Concepción, 12 de mayo de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5655/2008, Rol Nº 1325-2003). 662. La citación implica el
emplazamiento del demandado y es preciso que se realice en dos oportunidades.
En tal sentido se ha afirmado: "Que la citación del demandado implica el emplazamiento
personal o por alguno de los medios establecidos en la propia ley de familia, como las
cartas certificadas, cuestión que debe hacerse al menos en dos oportunidades" (C. de
Apelaciones de Puerto Montt, 23 de abril de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2151/2008, Rol Nº 60-2008). 663. Finalidad de las citaciones
prescritas en el inciso final. Se ha declarado en relación con este aspecto que: "La
citación o emplazamiento del demandado para la diligencia tiene por objeto dotar de
verosimilitud y de base a la presunción legal de paternidad establecida en la legislación,
no bastando, para ello, la práctica de una sola notificación en la que se indiquen dos
fechas probables para la diligencia" (C. de Apelaciones de Puerto Montt, 23 de abril de
2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/2151/2008, Rol Nº 60-2008). 664. No es
aceptable que, al decretarse la realización de pericias biológicas, en la resolución
se cite a la persona que ha de someterse a ellas, para dos fechas diversas, una en
defecto de la primera. En este sentido se ha pronunciado la E  Corte Suprema: "Que,
xcma.

en la especie, se constata que el demandado fue citado dos veces a someterse a las
pruebas biológicas en el Servicio Médico Legal, bajo el apercibimiento legal
correspondiente, sin embargo en cada oportunidad se fijaron dos fechas consecutivas
para su realización, lo que ha producido una confusión en la forma de aplicar la regla, que
hace perder nitidez a la presunción declarada por el juez ante la inasistencia injustificada
del demandado, a tres de las cuatro fechas fijadas en total. Si bien el establecimiento de
dos fechas consecutivas en la citación puede parecer una medida de gestión apropiada
para darle celeridad al proceso, constituye una práctica que genera este tipo de riesgos,
que entorpecen la regularidad del proceso y obligan a sanearlo para darle máxima
transparencia [...]. Que, así las cosas, y por existir un vicio que afecta la regular marcha
del procedimiento, este Tribunal debe, en uso de las facultades correctoras previstas en el
inciso final del artículo 84 del Código de Procedimiento Civil, en relación con los artículos
13 y 27 de la Ley Nº 19.968, invalidar de oficio lo obrado en autos, retrotrayendo la causa
al estado que se dirá en lo resolutivo" (C. Suprema, 23 de diciembre de 2014, cons. 6º y
7º, LegalPublishing: Cl/Jur/9772/2014, Rol Nº 5128-2014).

Artículo 199 bis. Entablada la acción de reclamación de filiación, si la


persona demandada no comparece a la audiencia preparatoria o si negare o
manifestare dudas sobre su paternidad o maternidad, el juez ordenará, de
inmediato, la práctica de la prueba pericial biológica, lo que se notificará
personalmente o por cualquier medio que garantice la debida información del
demandado.

El reconocimiento judicial de la paternidad o maternidad se reducirá a acta


que se subinscribirá al margen de la inscripción de nacimiento del hijo o hija,
para lo cual el tribunal remitirá al Registro Civil copia auténtica. 321
Concordancias: Código Civil: artículo 199. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 6º número 3.

665. De la constitucionalidad de esta disposición. Frente a la alegación


Jurisprudencia: 
referida a que esta disposición, junto a los artículos 188 y 199, estaría herida de
inconstitucionalidad por atentar contra la igualdad entre demandantes y demandados en
los procesos de filiación, el Tribunal Constitucional ha declarado lo contrario al afirmar
que: "Los preceptos legales impugnados en esta litis no han pretendido discriminar en el
ejercicio de las acciones de filiación ante los tribunales de justicia sino que, por el
contrario, su propósito ha obedecido a la idea de corregir las distorsiones que dificultaban
el debido acceso a la justicia en un ámbito que, como se ha expresado, tiene que ver con
la plena protección de un derecho ligado estrechamente al valor de la dignidad humana,
cual es el derecho a la identidad personal. Sobre el particular, ha de tenerse presente que
aun cuando la Constitución chilena no lo reconozca expresamente en su texto, ello no
puede constituir un obstáculo para que el juez constitucional le brinde adecuada
protección. Lo anterior, precisamente, por su estrecha vinculación con la dignidad humana
y porque tampoco puede desconocerse que él sí se encuentra protegido expresamente en
diversos tratados internacionales ratificados por Chile y vigentes en nuestro país, como la
Convención sobre los Derechos del Niño (artículo 7º), el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos (artículo 24.2) y la Convención Americana de Derechos Humanos
(artículo 18)" (Tribunal Constitucional, 13 de mayo de 2008, Rol Nº 834-2007).

Artículo 200. La posesión notoria de la calidad de hijo respecto de


determinada persona servirá también para que el juez tenga por
suficientemente acreditada la filiación, siempre que haya durado a lo menos
cinco años continuos y se pruebe por un conjunto de testimonios y
antecedentes o circunstancias fidedignos que la establezcan de un modo
irrefragable.

La posesión notoria consiste en que su padre, madre o ambos le hayan


tratado como hijo, proveyendo a su educación y establecimiento de un modo
competente, y presentándolo en ese carácter a sus deudos y amigos; y que
éstos y el vecindario de su domicilio, en general, le hayan reputado y
reconocido como tal.

Concordancias: Código Civil: artículos 198 inciso 2º y 218 inciso 1º.

666. De la noción de posesión notoria de estado de hijo. La jurisprudencia


Jurisprudencia: 
ha recordado que: "La posesión notoria del estado civil, desde antiguo, ha señalado que
se compone de tres factores: el nombre, el trato y la fama. Esto es, que al presunto hijo se
le conozca con el nombre y/o apellido de sus padres; que la forma de tratar a la persona
sea familiar de la forma en que se trata comúnmente a un hijo y que en los círculos en
que se desenvuelve socialmente sea reconocido y conocido como hijo de quien se pide su
reconocimiento" (C. Suprema, 27 de noviembre de
2003, LegalPublishing: Cl/Jur/1679/2003, Rol Nº 1940-2003). 667. La posesión notoria
del estado de hijo no puede probarse sólo mediante prueba testimonial. Esta
interpretación de las reglas de este artículo se ha defendido del modo siguiente: "[L]a
procedencia del instituto de la posesión notoria del estado civil de hijo requiere del
cumplimiento de los requisitos legales y su debida acreditación en el juicio en el que se
reclama una supuesta paternidad, toda vez que la ley exige probar la posesión notoria con
un 'conjunto de testimonios, antecedentes o circunstancias fidedignos que la establezcan
de un modo irrefragable'. Tales exigencias plantean la interrogante acerca de la
posibilidad que la posesión en cuestión sea justificada únicamente con el mérito de la
prueba testimonial rendida, situación que debe responderse negativamente de acuerdo al
tenor literal del artículo 200 del Código Civil, que expresamente alude a estos elementos,
es decir, requiere más de una sola prueba y esto para salvaguardar la armonía y no
vulnerar ni contrariar lo dispuesto por el inciso segundo del artículo 198 del Código del
ramo, que prescribe la insuficiencia de la prueba testimonial por sí sola para establecer la
paternidad o maternidad disputada" (C. Suprema, 29 de febrero de 2012, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/472/2012, Rol Nº 9607-2011). 668. La posesión notoria del
estado civil de hijo es un medio de prueba y no constituye una acción de filiación
independiente. Es ésta una opinión que se ha sostenido de manera invariable en la
jurisprudencia. Se ha advertido, así: "Que los sentenciadores efectuaron una correcta
interpretación de las normas jurídicas pertinentes al caso, toda vez, que tal como ha sido
sostenido por esta Corte (en autos rol Nº 4311-2013, entre otros), la posesión notoria del
estado civil de hijo es un medio de prueba y no constituye una acción de filiación
independiente, toda vez que las acciones de reclamación e impugnación de la paternidad,
consagradas por el nuevo estatuto filiativo, se sustentan en la premisa de la verdad
biológica, en el sentido que lo que por ellas se pretende es la declaración de la existencia
de una determinada filiación en el primer caso y, en el segundo, la declaración de que la
filiación que se ostenta no es real" (C. Suprema, 7 de septiembre de 2016, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6320/2016, Rol Nº 39477-2016). 669. Primacía de la "verdad
social". Se ha declarado que, por lo sentado en este artículo y en el siguiente: "[S]e
puede afirmar que el legislador prefiere la verdad social, y al declarar que la acción de
impugnación caduca en los plazos que establece, es evidente que la intención o espíritu
de la ley es hacer primar la estabilidad del estado filiativo ya adquirido, por consiguiente
no es efectivo que el factor biológico y por ende los exámenes de ADN sean absolutos y
determinantes para excluir la paternidad en estas materias" (C. Apelaciones de
Concepción, 7 de septiembre de 2010, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/6783/2010, Rol
Nº 219-2010).

Artículo 201. La posesión notoria del estado civil de hijo, debidamente


acreditada, preferirá a las pruebas periciales de carácter biológico en caso de
que haya contradicción entre una y otras.

Sin embargo, si hubiese graves razones que demuestren la inconveniencia


para el hijo de aplicar la regla anterior, prevalecerán las pruebas de carácter
biológico.

Concordancias: Código Civil: artículos 199, 305 incisos 1º y 2º.

670. Necesidad de acreditar la posesión notoria para la aplicación de esta


Jurisprudencia: 
regla. Se ha precisado que: "Si en el juicio de filiación queda establecido el nexo biológico
de paternidad o maternidad, el juez para decidir si se acoge o no la acción de reclamación
o impugnación deducida, no está facultado para examinar el interés superior del menor,
puesto que excepcionalmente y en caso que se acredite la posesión notoria del estado
civil de hijo y esta verdad formal sea distinta o contradictoria con la verdad biológica,
podrá resolver en función del criterio antes señalado, sin embargo, para aplicar dicha
disposición legal, como lo pretende el demandado, la posesión notoria del estado civil de
hijo tiene que estar debidamente acreditada" (C. de Apelaciones de Santiago, 4 de marzo
de 2004, cons. 24º, LegalPublishing: Cl/Jur/1927/2004, Rol Nº 1999-2002,
conf. C. Suprema, 5 de mayo de 2005, LegalPublishing: Cl/ Jur/2879/2005, Rol Nº 1325-
2004). 671. Exigencia del plazo de cinco años de posesión notoria del estado civil y
no admisión de la opinión de oponerla desde el nacimiento del hijo con
prescindencia del plazo. Así, en un caso concreto se ha declarado que: "En efecto, no
concurre la exigencia temporal para que el demandado pueda oponer la posesión notoria
del estado civil de hijo, respecto del menor cuya paternidad se disputa, puesto que no ha
transcurrido el plazo mínimo de cinco años continuos que exige el artículo 200 del Código
Civil, en que debe concurrir el nombre, el trato y la fama y, ninguna razón de lógica ni de
texto permite sostener, como lo hace el demandado, que el artículo 201 del Código Civil,
no obstante que señala que la posesión notoria debe estar 'debidamente acreditada'
pueda oponerla desde el nacimiento del menor, con prescindencia del factor tiempo, y
puesto que esa interpretación, fundada en la opinión de algunos congresistas, no ha sido
recogida por la ley" (C. de Apelaciones de Santiago, 4 de marzo de 2004, cons. 25º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1927/2004, Rol Nº 1999-2002, conf. C. Suprema, 5 de mayo de
2005, LegalPublishing: Cl/ Jur/2879/2005, Rol Nº 1325-2004). 672. Valor de la "prueba
pericial" y "posesión notoria del estado civil de hijo". Se ha declarado que: "El
derecho a la identidad es una de las bases esenciales que inspiran el nuevo estatuto
filiativo y se expresa normativamente, entre otros, en el artículo 195 del Código Civil, al
consagrar el derecho a la libre investigación de la paternidad o maternidad, con miras a la
búsqueda de la verdad real o biológica sobre la verdad formal. Con esta inspiración las
pruebas periciales de carácter biológico son fundamentales para determinar la identidad
de una persona como un derecho esencial. Sin embargo, el legislador reconoce
excepciones a la búsqueda de dicha verdad, haciendo primar la posesión notoria de
estado civil si ella es contradictoria con la realidad biológica, facultando al juez para
decidir lo contrario en aras de respetar el interés superior del niño, si existe grave
inconveniente para este último" (C. de Apelaciones de Concepción, 7 de septiembre de
2010, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6783/2010, Rol Nº 219-2010). Fundada en el
razonamiento anterior, la Corte declaró: "Que, de los artículos 200 y 201 del Código Civil
se puede afirmar que el legisladorprefiere la verdad social, y al declarar que la acción de
impugnación caduca en los plazos que establece, es evidente que la intención o espíritu
de la ley es hacer primar la estabilidad del estado filiativo ya adquirido, por consiguiente
no es efectivo que el factor biológico y por ende los exámenes de ADN sean absolutos y
determinantes para excluir la paternidad en estas materias" (C. de Apelaciones de
Concepción, 7 de septiembre de 2010, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/6783/2010, Rol
Nº 219-201). Es ésta una opinión que puede tenerse como consolidada, en cuanto que la
E Corte Suprema la ha defendido reiteradamante. En efecto, ha declarado que: "Las
xcma. 

pruebas periciales de carácter biológico son fundamentales para determinar la identidad


de una persona como un derecho esencial. Sin embargo, el legislador reconoce
excepciones a la búsqueda de esa verdad, haciendo primar la posesión notoria de estado
civil si ella es contradictoria con la realidad biológica, facultando al juez para decidir lo
contrario en aras de respetar el interés superior del niño, si existe grave inconveniente
para este último" (C. Suprema, 12 de marzo de 2007, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3904/2007, Rol Nº 4679-2006), de modo que: "La posesión
notoria de hijo, debidamente acreditada como quedó asentado en el fallo prefiere a las
pruebas periciales de carácter biológico en caso de que haya contradicción entre unas y
otras, como acontece en la especie y, al no haberse reclamado ni probado en el juicio la
existencia de graves razones que demuestren la inconveniencia para el hijo de aplicar la
regla del artículo 201 del Código Civil, no es procedente a través de un recurso de
derecho estricto, como lo es el de autos, alterar los hechos de la causa, ni revisar la recta
o incorrecta aplicación de disposiciones que el recurrente no estimó conculcadas"
(C. Suprema, 12 de marzo de 2007, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3904/2007, Rol
Nº 4679-2006). En la misma orientación se ha afirmado que: "No resulta efectivo que la
Ley Nº 19.585 consagre como principio absoluto la verdad material por sobre la formal,
como pretende estimarlo el recurrente, puesto que dicho estatuto legal contiene
disposiciones, como el artículo 201 del Código Civil, que prefiere la posesión notoria del
estado civil de hijo por sobre la prueba pericial de carácter biológico, en caso de cumplirse
determinados requisitos" (C. Suprema, 13 de junio de 2005, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4218/2005, Rol Nº 4827-2004).

Artículo 202. La acción para impetrar la nulidad del acto de reconocimiento


por vicios de la voluntad prescribirá en el plazo de un año, contado desde la
fecha de su otorgamiento o, en el caso de fuerza, desde el día en que ésta
hubiere cesado.

Concordancias: Código Civil: artículos 1451, 1681 y siguientes. Ley Nº  4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 6º número 6.

673. De la disciplina aplicable al acto del reconocimiento en cuanto a su


Jurisprudencia: 
existencia y validez. En voto de prevención se ha sostenido que: "El reconocimiento de
un hijo es un acto unilateral, en el cual no se requiere probar la veracidad de la paternidad
o maternidad; se rige por las normas generales del derecho en cuanto a los requisitos de
existencia, validez y nulidad, salvo la excepción en cuanto al plazo de prescripción
prevista en el artículo 202 del Código Civil; es solemne, no sujeto a modalidad y
expresamente irrevocable como categóricamente lo establece el artículo 189 del Código
Civil" (C. Suprema, 12 de marzo de 2007, prevención, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3904/2007, Rol Nº 4679-2006). 674. De la prescripción de la
acción de nulidad y de la posibilidad de ejercitar la acción de impugnación del
artículo 216 del Código Civil. La jurisprudencia mayoritaria niega a quien realizó el
reconocimiento la posibilidad de impugnarlo, entre otras razones, por el carácter
irrevocable del reconocimiento de acuerdo con el artículo 189 del Código Civil (vide su
Jurisprudencia) y también porque no puede entendérsele comprendido en la noción de
"toda persona" a que se refiere el artículo 216 del Código Civil (vide su Jurisprudencia),
sin perjuicio de lo cual, una opinión minoritaria admite la posibilidad de impugnación y
estima que el plazo de prescripción previsto en este artículo 202 no obsta al ejercicio de la
acción de impugnación de acuerdo con el artículo 216 al amparo de la expresión "toda
persona", en la que se comprendería al reconociente y, sin perjuicio de la confusión en
que incurre esta opinión en cuanto a lo que sean la "irrevocabilidad", la "nulidad" y la
"impugnación", su razonamiento es el siguiente: "El hecho que el artículo 202 del Código
Civil establezca que la acción para impetrar la nulidad del acto de reconocimiento por
vicios de la voluntad prescribirá en el plazo de un año, contado desde la fecha de su
otorgamiento o, en el caso de fuerza, desde el día en que ésta hubiere cesado, no
conlleva que se vede a quien prestó el reconocimiento, y que por hechos posteriores toma
conocimiento de que el menor no es su hijo, el ejercicio de la acción de impugnación que
establece el artículo 216 del Código Civil, toda vez que él queda comprendido dentro de la
situación contemplada en el inciso quinto de la misma norma que dispone que también
podrá impugnar la paternidad determinada por reconocimiento toda persona que pruebe
un interés actual en ello, en el plazo de un año desde que tuvo ese interés y pudo hacer
valer su derecho" (C. de Apelaciones de Temuco, 24 de enero de 2008, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/139/2008, Rol Nº 947-2007). 675. De la nulidad del
reconocimiento fundado en el error, que consiste en suponerse padre cuando, en
realidad no se es. Quien ha reconocido la paternidad de un niño, puede impetrar la
declaración de nulidad del acto del reconocimiento, sobre la base de haberlo realizado en
la errada creencia de ser padre de la criatura a que ha reconocido como hija. La prueba
de ese error puede fundarse en las pericias biológicas, y es a partir de ellas desde la que
ha de computarse el plazo de prescripción de la acción, pues sólo desde el momento en
que se conoce el resultado de las pruebas de adquiere la conciencia del error en el que se
ha incurrido en el acto del reconocimiento. En este sentido la E Corte Suprema ha
xcma. 

declarado que: "[R]esulta innegable que el actor ha sido objeto de una justa causa de
error, por no haber tenido conocimiento de todas las circunstancias que influyeron en el
acto de reconocimiento de paternidad, puesto que, luego de mantener una relación de
convivencia con la demandada por más de tres años, creyó como surge de manera
natural y obvia, que la niña era su hija; creencia que de no haber existido, habría evitado
que la reconociera como tal, cuestión que se revela a partir de la presente acción y que
aquélla se mantuvo hasta conocer el resultado del examen biológico que incorporó al
proceso, cuyo resultado fue reiterado por una segunda prueba genética, puesto que en
ambos se lo excluyó de paternidad respecto de la niña, sin que dicha prueba fuese
refutada por la contraria, de manera que al demandante, atendido el actual estado de la
ciencia y los hechos establecidos en la causa, no le era posible desprenderse de esa falsa
representación de la realidad, sino una vez obtenida esa certeza biológica, a través de
dichos exámenes, por lo que la acción de autos no pudo sino ser impetrada desde la
referida fecha. 8º) Que, reflexionar en contrario, esto es, excluir la posibilidad de ejercer la
acción de autos por haber transcurrido el plazo que establece el artículo 202 del Código
Civil, no es aplicable al caso de autos, puesto que en la especie el actor nunca pudo
verificar la falsa representación de la realidad, sino una vez que se sometió
particularmente a una prueba biológica, de forma tal que sólo a partir de esa fecha le fue
posible ejercer sus derechos y, porque, además, limitar la referida acción, sin que se haya
verificado la veracidad de los exámenes particulares, los que, en todo caso, permiten
construir las bases de una presunción, pugna con prerrogativas de mayor rango
reconocidas constitucionalmente, al conculcar el derecho a la tutela judicial efectiva, que
en este caso es proporcional con la finalidad perseguida de dotar de seguridad jurídica a
la filiación de un individuo, el que se vincula con el derecho a la identidad, que es un
derecho humano fundamental amparado por Tratados Internacionales y la Constitución
Política de la República y que forma parte del núcleo duro de los derechos esenciales de
las personas" (C. Suprema, 18 de marzo de 2015, cons. 7º y 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1444/2015, Rol Nº 12492-2014). Por tales razones, si el tribunal
niega lugar a la petición del demandante de nulidad, de ordenar las pericias biológicas
para acreditar el error, vulnera una serie de reglas constitucionales, legales y de tratados
internacionales: "Que, como consecuencia de lo expuesto, cabe señalar que se está
frente a dos situaciones, por un lado, el reconocimiento de paternidad que el actor efectuó
de buena fe, presumiendo que la niña era su hija, atendido a que mantuvo una relación de
convivencia con la demandada por un lapso superior a tres años y, por otro, la existencia
de dos exámenes de ADN que dan cuenta que no es el padre biológico, es decir, aparece
una certeza científica, que necesariamente obliga al juez, en pos del debido proceso y la
protección de los derechos del niño a cotejarla con la referida presunción. Ante dicho
escenario jurídico, se hace procedente decretar la referida prueba pericial, con el fin de
verificar si en la especie se configuró o no una errónea representación de la realidad que
lo llevó a reconocer a la niña. Por consiguiente, haber desechado la solicitud del actor en
cuanto a que se realizara una prueba de ADN por ser ésta 'impertinente' para la acción de
este tipo y el desconocer en ese mismo sentido todo valor a los exámenes privados que
se agregaron a los autos, se tradujo en que se impidió al actor ejercer su derecho a la
libertad de prueba, y con ello al de acreditar el fundamento de un posible vicio del
consentimiento, por lo que en consecuencia el juicio en estudio debe dar garantía de un
racional y justo procedimiento [...]. Que, al haber negado el tribunal de familia la solicitud
del interesado de efectuar dicha prueba, en la forma, que por lo demás, según los jueces
del grado era la correcta y pertinente, conculcó el principio fundamental que informa todo
procedimiento, esto es, el debido proceso, puesto que se impidió al actor ejercer su
derecho a defensa y con ello acreditar el hecho que configuraba el núcleo fundamental del
vicio del consentimiento que habría afectado el acto del reconocimiento de paternidad sub
lite, por lo que se vulneró la correcta interpretación de la ley y ello ha influido
substancialmente en lo dispositivo de la sentencia, todo lo cual permite actuar de oficio
para dejar sin efecto la sentencia de alzada que confirmó la primera instancia y rechazó la
demanda de nulidad de reconocimiento" (C. Suprema, 18 de marzo de 2015, cons. 9º y
10º, LegalPublishing: Cl/Jur/1444/2015, Rol Nº 12492-2014).

Artículo 203. Cuando la filiación haya sido determinada judicialmente contra


la oposición del padre o madre, aquél o ésta quedará privado de la
patria potestad y, en general, de todos los derechos que por el ministerio de la
ley se le confieren respecto de la persona y bienes del hijo o de sus
descendientes. El juez así lo declarará en la sentencia y de ello se dejará
constancia en la subinscripción correspondiente.

El padre o madre conservará, en cambio, todas sus obligaciones legales


cuyo cumplimiento vaya en beneficio del hijo o sus descendientes.

Sin embargo, se restituirán al padre o madre todos los derechos de los que
está privado, si el hijo, alcanzada su plena capacidad, manifiesta por escritura
pública o por testamento su voluntad de restablecerle en ellos. El
restablecimiento por escritura pública producirá efectos desde su
subinscripción al margen de la inscripción de nacimiento del hijo y será
irrevocable. El restablecimiento por acto testamentario producirá efectos desde
la muerte del causante.

Concordancias: Código Civil: artículos 222 y siguientes, 243 y siguientes, 248 y 994 inciso 2º. Ley
Nº  4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 6º números 3 y 7, 8º inciso 1º.

676. De los caracteres de la sanción impuesta en el inciso primero. Se ha


Jurisprudencia: 
precisado que: "Esta 'pérdida de derechos', a que alude el citado precepto, es un efecto
propio de toda filiación no matrimonial determinada judicialmente 'contra la oposición del
padre o madre'. Se trata de una sanción dispuesta por la ley para el padre o madre que
debió ser forzado a asumir sus responsabilidades, lo que demuestra que el Juez no puede
liberar al padre o madre de ese efecto, si el reconocimiento ha sido forzado" (C. de
Apelaciones de Concepción, 31 de marzo de 2008, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7525/2008, Rol Nº 883-2002). 677. El allanamiento del
demandado excluye la aplicación de la sanción. De modo que, por el contrario, si: "El
demandado, no se ha allanado derechamente a la demanda, pues expresamente pidió
que 'se la acoja o rechace', según los resultados de las pruebas tendientes a comprobar
su 'supuesta paternidad', en especial las que digan relación con los peritajes biológicos.
Es indudable que si se hubiere allanado a ella, si bien la paternidad aparecería
determinada judicialmente, podría no habérsele impuesto la sanción establecida en el
inciso 1º del artículo 203, en atención a que tal decisión no hubiera sido dictada 'contra la
oposición del padre', pero, como se ha anotado, en este caso no fue así, por lo que debe
aplicársele la referida sanción" (C. de Apelaciones de Concepción, 31 de marzo de
2008, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/7525/2008, Rol Nº 883-2002). 678. No implica
"oposición" que se solicite conocer, previamente, el resultado del examen de
ADN. Así se ha declarado que: "Apreciando los antecedentes conforme a las reglas de la
sana crítica, fluye que efectivamente, tal como lo consigna el recurrente, de su manera de
actuar no se desprende que se haya opuesto al reconocimiento en los términos que
señala el artículo 203 del Código Civil, toda vez que lo único que solicitó fue conocer el
examen de ADN en forma previa, lo que no implica que ello haya de considerarse como
una negativa" (C. de Apelaciones de Antofagasta, 17 de octubre de 2007, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5355/2007, Rol Nº 381-2007).

2. De las acciones de reclamación

Artículo 204. La acción de reclamación de la filiación matrimonial


corresponde exclusivamente al hijo, al padre o a la madre.

En el caso de los hijos, la acción deberá entablarse conjuntamente contra


ambos padres.

Si la acción es ejercida por el padre o la madre, deberá el otro progenitor


intervenir forzosamente en el juicio, so pena de nulidad.

Concordancias: Código Civil: artículos 206 y 317 inciso 2º. Código de Procedimiento Civil: artículo
768  número 9. Código Orgánico de Tribunales: artículo 357  número 4. Ley Nº  19.968, crea Tribunales
de Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 8.

679. De la noción de "acción de reclamación". Se ha estimado que: "La


Jurisprudencia: 
acción de reclamación es aquella que se ejercita con el objeto de resolver una pretensión
muy concreta que es la atribución de un estado a quien carece de él, por no ostentar
ninguno o por gozar de otro que no corresponde, definiéndoselas como aquellas que
otorga la ley al hijo en contra de su padre o madre o a éstos en contra de aquél para que
se resuelva judicialmente que una es hija de otra" (C. Suprema, 14 de mayo de
2009, cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/9944/2009, Rol Nº 6313-2008). Esta concepción
se ha consolidado en la jurisprudencia y con iguales o similares términos es
habitualmente reiterada por la E  Corte Suprema: "[L]a acción de reclamación es aquella
xcma.

que se ejercita con el objetivo que se resuelva una pretensión precisa que es la atribución
de un estado a una persona que carece de él, por no exteriorizar ninguno o por exhibir
otro que no corresponde, y se la define como aquella que otorga la ley al hijo en contra de
su padre o madre o a éstos en contra de aquél para que judicialmente se decida que uno
es hijo de otro" (C. Suprema, 25 de agosto de 2015, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4793/2015, Rol Nº 1102-2015). 680. De los titulares de la
acción de reclamación. Se ha explicado por la E  Corte Suprema que: "Los titulares de
xcma.

las acciones de reclamación pueden serlo el hijo, el padre o la madre" (C. Suprema, 14


de mayo de 2009, cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/9944/2009, Rol Nº 6313-
2008). 681. De la acción de reclamación de paternidad o maternidad y del vínculo
biológico. Se ha estimado que esta acción: "Constituye una aspiración del legislador en
orden a que toda persona tenga determinada una filiación de paternidad o maternidad,
coincidente con el nexo biológico, de allí que favorezca, como se ha dicho, su amplia
investigación, sin atender al tiempo transcurrido, puesto que tal derecho es irrenunciable e
imprescriptible, como lo señala el inciso 2º del artículo 195 del Código Civil" (C. de
Apelaciones de Santiago, 4 de marzo de 2004, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1927/2004, Rol Nº 1999-2002, conf. C. Suprema, 5 de mayo de
2005, LegalPublishing: Cl/ Jur/2879/2005, Rol Nº 1325-2004).

Artículo 205. La acción de reclamación de la filiación no matrimonial


corresponde sólo al hijo contra su padre o su madre, o a cualquiera de éstos
cuando el hijo tenga determinada una filiación diferente, para lo cual se
sujetarán a lo dispuesto en el artículo 208.

Podrá, asimismo, reclamar la filiación el representante legal del hijo incapaz,


en interés de éste.

Concordancias: Código Civil: artículos 43, 206, 208 y 317 inciso 2º.

De la constitucionalidad de este artículo en cuanto no vulnera el


Jurisprudencia: 682. 
principio de igualdad al establecer un régimen diferenciado de deducción de
acciones. Por la vía de la inplicabilidad se planteó ante el E Tribunal constitucional:
xcmo. 

"Que el artículo 205 del Código Civil vulneraría la garantía de igualdad ante la ley, al
establecer una diferencia arbitraria que se manifiesta en el trato respecto de los hijos y los
padres cuando el hijo tiene determinada su filiación, y del padre cuando el hijo no tiene
determinada su filiación" (Tc. 14-IX-2017, cons. 21º, Rol Nº 3364-17-Ina). La diferencia
arbitraría se hacía consistir en la necesida impuesta, cuando el hijo tiene determinada una
filiación diferente, de deducrir la de reclamación de la filiación no matrimonial y también la
de impugnación de la filiación existente. El Tribunal estimó que no existía tal difererencia
arbitraria, en cuanto que la diferencia se hallaba justificada por la necesidad de proteger al
hijo: "Que, el artículo 205 del Código Civil, admite al hijo, al padre, o a la madre,interponer
la acción de reclamación de la filiación no matrimonial en el caso que el hijo tenga
determinada una filiación diferente, en cuyo caso tendrá, por exigencia de la disposición
legal impugnada, que deducir dos acciones, la de reclamación de la filiación no
matrimonial y también la acción de impugnación de la filiación existente. Esta obligación
de ejercer ambas acciones, responde a la necesidad de proteger al hijo, el cual puede
pasar de la filiación que tiene a la demandada, con todo los efectos que ello conlleva en
su personalidad, especialmente en su salud psíquica. [...] Que, el pleno respeto a la
dignidad de la persona humana exige que la ley tenga un especial cuidado en las reglas
sobre filiación en relación con los hijos, y que en todo el sistema establecido siempre debe
prevalecer el bienestar del hijo por sobre el interés de los padres, y lo deseable es que
dichos padres tengan presente siempre, en su proceder la integridad psíquica y emocional
de su hijo. Esto es lo verdaderamente importante; [...] Que, lo anterior conlleva a que el
sistema de filiación ,en particular los términos en que está concebida la norma legal
censurada, no se divisa una diferencia arbitraria, sino que más bien un fundamento
razonable que la justifica, haciéndola un instrumento jurídico idóneo, que permite alcanzar
el objetivo previsto por el legislador, el cual consiste en dar certeza jurídica en el orden de
la filiación a padres e hijos en relación con el estado civil, certeza que se adquiere por la
sentencia dictada en el juicio de familia de que trata la acción contenida en la disposición
legal cuestionada; [...] Que, la norma legal impugnada al consagrar la acción de
reclamación de la filiación no matrimonial y limitar su ejercicio sólo al hijo contra su padre
o madre, y respecto de ellos si el hijo tiene determinada una filiación distinta, no hace
diferencias arbitrarias, esto es, antojadizas y carentes de razón, considerando que lo que
se tuvo presente al delimitarlas, en la forma señalada en el texto legal, fue abrir
oportunidades para determinar con la máxima exactitud posible el origen filial de una
persona, acorde a su realidad familiar, la cual podrá ser concordante con el origen
biológico, y la menor de las veces puede ocurrir que no sea así" (Tribunal Constitucional
14 de septiembre de 2017, cons. 24º a 27º, Rol Nº 3364-17-Ina). 683. De la actuación en
interés del hijo y no del representante legal. Se ha advertido: "Que por expresa
disposición del inciso segundo del artículo 205 del Código Civil, el representante legal del
hijo incapaz puede reclamar la filiación no matrimonial en interés de éste. En el caso de
autos, la actora reconoció al hijo al inscribirlo y pasó, por el ministerio de la ley, a ser su
representante legal. De la misma norma se infiere que hoy la madre, como representante
legal, puede demandar la filiación paterna que otorga la calidad de hijo con todos los
derechos que el ordenamiento reconoce, con la única limitación de que la acción de
reclamación sólo puede ejercerse en el interés del hijo y no en el de la madre o padre u
otro representante legal que tenga el menor a su cuidado" (C. Suprema, 24 de julio de
2006, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/7928/2006, Rol Nº 1262-2004). 684. Es
irrelevante que en la demanda se haya omitido expresar que la demandante actuaba
en representación de su hijo incapaz. Se ha estimado que: "Carece de relevancia
jurídica el hecho de que en el libelo se haya omitido expresar que la demandante obraba
en representación de su hijo incapaz, por cuanto, al no existir controversia en orden a que
la compareciente tiene tal calidad y al no haberse reclamado que la madre ejerció la
acción en su interés, la actuación de la actora satisface plenamente la exigencia legal y de
esa suerte, la norma que se dice vulnerada ha sido rectamente aplicada por los
sentenciadores" (C. Suprema, 24 de julio de 2006, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7928/2006, Rol Nº 1262-2004).

Artículo 206. Si el hijo es póstumo, o si alguno de los padres fallece dentro


de los ciento ochenta días siguientes al parto, la acción podrá dirigirse en
contra de los herederos del padre o de la madre fallecidos, dentro del plazo de
tres años, contados desde su muerte o, si el hijo es incapaz, desde que éste
haya alcanzado la plena capacidad.

Concordancias: Código Civil: artículos 317, 485 y 538.

685. Del juicio de constitucionalidad sobre este artículo: las vacilaciones


Jurisprudencia: 
de la jurisprudencia constitucional. En los últimos años las reglas contenidas en esta
disposición han dado pie a la discusión acerca de si ellas son conformes o no a la
Constitución Política de la República. Tal cuestión se ha planteado ante el E Tribunal
xcmo. 

Constitucional, por la vía de la declaración de su inaplicabilidad y por la de su declaración


de inconstitucionalidad: a) en relación con la primera, se ha declarado por sentencias de
mayoría, su inaplicabilidad en diversos casos concretos, y b) en cuanto a la segunda, se
ha desestimado declarar su inconstitucionalidad por falta del quorum requerido para
ello. 685.1. De las declaraciones de inaplicabilidad por inconstitucionalidad de este
artículo: los fallos de mayoría del E Tribunal Constitucional han optado por las dos
xcmo. 
siguientes posiciones: 685.1.1. De la inaplicabilidad íntegra del artículo 206: en este
sentido se han pronunciado las siguientes sentencias: 1ª) de 29 de septiembre de 2009,
por estimarlo contrario: a) al artículo 5º inciso 2º de la Constitución, en relación con su
artículo 1º inciso 1º, y b) al artículo 19 número 2 de la misma Constitución (Tribunal
Constitucional, 29 de septiembre de 2009, LegalPublishing: Cl/Jur/7347/2009, Rol
Nº 1340-2009 Ina); 2ª) de 30 de agosto de 2011, por juzgarlo contrario al artículo 19
número 2 de la misma Constitución (Tribunal Constitucional, 30 de agosto de
2011, LegalPublishing: Cl/Jur/7347/2009, Rol Nº 1563-2009 Ina); 3ª) de 1 de septiembre
de 2011, por considerarlo contrario al artículo 19 número 2 de la misma Constitución
(Tribunal Constitucional, 1 de septiembre de
2011, LegalPublishing: Cl/ Jur/7347/2009, Rol Nº 1537-2009 Ina); 4ª) de 1 de septiembre
de 2011, por tenerlo como contrario al artículo 19 número 2 de la misma Constitución
(Tribunal Constitucional, 1 de septiembre de
2011, LegalPublishing: Cl/Jur/7347/2009, Rol Nº 1656-2010 Ina). 685.1.2. De
la inaplicabilidad sólo de su frase "dentro de los ciento ochenta días siguientes al
parto": en esta línea se han situado las siguientes sentencias: 1ª) de 4 de septiembre de
2012, por estimar que dicha frase es contraria al artículo 19 número 2 de la Constitución
(Tribunal Constitucional, 4 de septiembre de
2012, LegalPublishing: Cl/Jur/7347/2009, Rol Nº 2035-2011 Ina); 2ª) de 4 de septiembre
de 2012, por la misma razón anterior, si bien por razones del caso concreto se rechazó el
requerimiento (Tribunal Constitucional, 4 de septiembre de
2012, LegalPublishing: Cl/Jur/7347/2009, Rol Nº 2105-2011 Ina); 3ª) de 2 de julio de
2013, por estimar que dicha frase es contraria al artículo 19 número 2 de la Constitución
(Tribunal Constitucional, 2 de julio de 2013, LegalPublishing: Cl/Jur/7347/2009, Rol
Nº 2303-2012 Ina). 685.2. De no haber lugar a la declaración de inconstitucionalidad
por falta del quorum requerido: tal es la resolución contenida en la sentencia de 21 de
marzo de 2013 del citado E Tribunal Constitucional. En ella sus ministros defendieron las
xcmo. 

tres opiniones que se habían mantenido en los requerimientos de inaplicabilidad de este


artículo: 1ª) Inconstitucionalidad íntegra del artículo 206: opinión que contó con el voto
de cuatro magistrados, por estimarlo contrario al principio de igualdad ante la ley (art. 19
número 2 de la Constitución), y por la consiguiente imposibilidad de realizar una
interpretación de dicho artículo que se ajuste a la Constitución; 2ª) Inconstitucionalidad
parcial del artículo 206, en cuanto a su frase "dentro de los ciento ochenta días
siguientes al parto": opinión por la que se inclinaron dos magistrados, por entenderla
como una errada "extrapolación" de una regla de filiación no matrimonial que es contraria
a la Constitución; y 3ª) Constitucionalidad del artículo 206: opinión que fue defendida
por dos magistrados, que reiteraron las razones de sus disidencias a las sentencias de 30
de agosto de 2011 y de 1 y 4 de septiembre de 2012 (Tribunal Constitucional, 21 de
marzo de 2013, LegalPublishing: Cl/Jur/7347/2009, Rol Nº 2081-2011 Inc). Igual
resolución, de no haber lugar a la declaración de inaplicabilidad por falta de quórum, y con
la defensa de las mismas tres opiniones en sentencia posterior del mismo E Tribunal
xcmo. 

Constitucional (Tribunal Constitucional, 6 de marzo de


2014, LegalPublishing: Cl/Jur/7347/2009, Rol Nº 2408-2013-Ina). 686. De las razones
para defender la inconstitucionalidad íntegra del artículo 206 del Código Civil. Las
razones que se han esgrimido en apoyo de esta opinión son las siguientes: 1ª) Esta regla
es contraria al artículo 5º inciso 1º de la Constitución Política de la República en
relación con su artículo 1º inciso 1º en cuanto que restringe a sus solos casos el
ejercicio de la acción en contra de los herederos del padre o madre fallecidos. Así lo
ha declarado el Tribunal Constitucional, porque: a) "Una interpretación armónica del
sistema de reconocimiento de la filiación existente en Chile permite concluir que los
herederos de la persona cuya paternidad o maternidad se reclama pueden quedar
salvaguardados, en alguna forma, en su integridad psíquica y en la honra de su familia y,
también, en su derecho de propiedad generado a raíz de la sucesión por causa de
muerte; en este último caso, porque la posibilidad de reclamar la herencia del supuesto
padre o madre siempre estará limitada por las reglas generales de prescripción y
renuncia. Expresado en otros términos, esta forma de entender la calidad de los
herederos como legitimados pasivos permanentes y, en todo evento, en las acciones de
reclamación de maternidad o paternidad no conduce a la anulación total de sus derechos
que podrían verse comprometidos, sino que simplemente los restringe, posibilidad que no
le está vedada al legislador, siempre que no pase a llevar la esencia de los derechos
respectivos ni les imponga condiciones, tributos o requisitos que impidan su libre ejercicio,
conforme al numeral 26 del artículo 19 de la Constitución, lo que no acontece en el
presente caso" (Tribunal Constitucional, 29 de septiembre de 2009, cons.
24º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7347/2009, Rol Nº 1340-2009); b) "En el caso del hijo que,
como ocurre en la especie, está reclamando el reconocimiento de su filiación, aunque no
se encuentre dentro de los supuestos previstos en el artículo 206 del Código Civil a juicio
del juez de la causa, se encontraría en la imposibilidad de accionar contra los herederos
del supuesto padre viéndose privado absolutamente de la facultad de ejercer su derecho
a la identidad personal, afectándose, además y de forma permanente, su integridad
psíquica y su honra" (Tribunal Constitucional, 29 de septiembre de 2009, cons. 25º, Rol
Nº 1340-09); c) "No corresponde acoger una interpretación que, restringiendo la
posibilidad de obtener el reconocimiento de la paternidad sólo a la concurrencia de los
supuestos previstos en el artículo 206 del Código Civil, pugne con el artículo 5º, inciso
segundo, de la Constitución, dejando sin efecto el derecho a la identidad personal, en
estrecho ligamen con el valor de la dignidad humana, consignado en su artículo 1º, inciso
primero" (Tribunal Constitucional, 29 de septiembre de 2009, cons.
27º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7347/2009, Rol Nº 1340-2009). Contradice, así, esta
jurisprudencia constitucional a la que había sido defendida por los tribunales ordinarios de
justicia en cuanto a que la regla del artículo 206 no tenía aplicación respecto del hijo que
entablaba la acción de reclamación de paternidad en contra de los herederos de su padre
difunto fuera de los supuestos específicos que en el mismo se reconocían, pues se había
declarado que: "Frente a las normas precitadas que proclaman la imprescriptibilidad de la
acción de reclamación de paternidad, la circunstancia que la acción puede dirigirse contra
los herederos del padre fallecido, unido a la amplitud de medios de prueba que otorga el
legislador para lograr que se acredite o investigue una determinada filiación, a juicio de
estos sentenciadores, los lleva a concluir, conforme lo consagran las normas de
interpretación de la ley contenidas en los artículos 22 y 23 del Código Civil; que el artículo
aplicado en el caso de autos, sólo norma la situación particular en que se haya el hijo
póstumo, o sea el nacido después del fallecimiento de su padre o madre, y del hijo cuyo
padre o madre fallece dentro de los 180 días siguientes al parto, sin que de esa norma
pueda hacerse una interpretación extensiva, o bien restringir el sentido de las normas
contenidas en los artículos 205 y 317 del Código Civil, puesto que es justamente el
contexto de la ley, el que debe servir para ilustrar su sentido y alcance" (C. de
Apelaciones de Valparaíso, 14 de abril de 2008, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5161/2008, Rol Nº 1292-2007, conf. C. Suprema, 18 de junio de
2008, LegalPublishing: Cl/ Jur/3201/2008. Rol Nº 3201-2008). 2ª) Esta regla es
contraria al principio de la igualdad ante la ley. En este sentido se ha estimado que:
"Es posible constatar, efectivamente, que el artículo 206 del Código Civil introduce una
diferencia entre la misma categoría de personas, que corresponden a aquéllas que
reclaman el reconocimiento de su filiación. En efecto, la norma legal reprochada permite
accionar contra los herederos del supuesto padre o madre para obtener ese
reconocimiento sólo en dos casos: a) si el hijo es póstumo o b) si el padre o madre fallece
dentro de los 180 días siguientes al parto. En cambio, quienes también reclaman el
reconocimiento de su filiación, pero no se encuentran dentro de los supuestos previstos
en la norma cuestionada, carecen de acción para obtenerlo" (Tribunal Constitucional, 29
de septiembre de 2009, cons. 31º, LegalPublishing: Cl/Jur/7347/2009. Rol Nº 1340-2009;
Tribunal Constitucional, 30 de agosto de 2011, cons. 15º,
LegalPublishing: Cl/Jur/10901/2011. Rol Nº 1563-2009 Ina; Tribunal Constitucional, 1 de
septiembre de 2011, cons. 15, LegalPublishing: Cl/ Jur/7808/2011. Rol Nº 1537-
2009 Ina). Se ha agregado que: "El examen de la historia del establecimiento del artículo
206 del Código Civil revela que, lejos de apreciarse un fundamento objetivo y razonable
en la limitación que dicha norma establece para reclamar de los herederos del padre o
madre fallecidos el reconocimiento de la filiación, se tuvo en cuenta la regulación
contenida en una norma precedente que aludía a una distinción entre tipos o
categorías de hijos que el proyecto del Ejecutivo quiso precisamente superar. Por lo tanto,
se consideró un criterio que ya no tenía cabida en la nueva legislación y que motivó —
como se ha recordado— críticas de parte de algunos parlamentarios, precisamente por
estimarse que introducía una diferencia entre aquellos cuyo padre o madre fallece antes o
después de los 180 días siguientes al parto, generando, por ende, un vacío legal"
(Tribunal Constitucional, 29 de septiembre de 2009, cons. 34º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7347/2009. Rol Nº 1340-2009; Tribunal Constitucional, 30 de
agosto de 2011, cons. 18º, LegalPublishing: Cl/Jur/10901/2011. Rol Nº 1563-2009 Ina;
Tribunal Constitucional, 1 de septiembre de 2011, cons. 18,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7808/2011. Rol Nº 1537-2009 Ina). De modo que: "Si de lo
señalado se desprende la falta de razonabilidad en la diferencia de trato entre quienes
demandan el reconocimiento de su filiación habiendo fallecido el padre o madre antes de
los 180 días siguientes al parto, por un lado, o después de ese lapso, por otro, algo similar
se puede afirmar en relación con el requisito de la idoneidad de la norma para perseguir el
fin previsto por el legislador. En efecto, si, como se ha recordado se trataba de equilibrar
la búsqueda de la verdad en materia de libre investigación de la paternidad con la
necesidad de preservar la paz y la armonía familiar de los herederos violentada por falsas
imputaciones de paternidad, bastaba con introducir resguardos frente a ese tipo de
demandas (como la verosimilitud de las pruebas acompañadas) o con asegurar que se
respondiera de la mala fe empleada, pero sin sacrificar el pleno respeto del derecho a la
identidad personal, según se ha razonado en el capítulo anterior" (Tribunal Constitucional,
29 de septiembre de 2009, cons. 35º, LegalPublishing: Cl/Jur/7347/2009. Rol Nº 1340-
2009; Tribunal Constitucional, 30 de agosto de 2011, cons. 19º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/10901/2011. Rol Nº 1563-2009 Ina; Tribunal Constitucional, 1 de
septiembre de 2011, cons. 19, LegalPublishing: Cl/Jur/7808/2011. Rol Nº 1537-2009 Ina).
De ahí que: "Así, la diferencia de trato introducida por el artículo 206 del Código Civil
importa que si, como en la especie, una persona se entera de su verdadera filiación
después de transcurridos 180 días dela muerte de su padre, frente a quien lo hace antes
de transcurrido ese término, y como consecuencia de ello, se ve privada de poder
accionar en pos del reconocimiento de la paternidad respectiva, ve afectado su derecho a
la igualdad ante la ley" (Tribunal Constitucional, 29 de septiembre de 2009, cons. 27º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7347/2009. Rol Nº 1340-2009; Tribunal Constitucional, 30 de
agosto de 2011, cons. 20º, LegalPublishing: Cl/Jur/10901/2011. Rol Nº 1563-2009 Ina;
Tribunal Constitucional, 1 de septiembre de 2011, cons. 20,
LegalPublishing: Cl/Jur/7808/2011. Rol Nº 1537-2009 Ina). En la sentencia sobre la
declaración de inconstitucionalidad de este artículo, los magistrados que estuvieron por
declarar su completa inconstitucionalidad, agregaron: 1º) El artículo 206 del Código
Civil establece una doble diferencia de trato: "Que, de esta forma y en respuesta a la
primera cuestión planteada en torno a la aplicación del principio de igualdad ante la ley en
el presente conflicto constitucional, debe concluirse que teniendo todas las personas la
misma posibilidad de obtener el reconocimiento de su paternidad, el artículo 206 del
Código Civil introduce una diferencia de trato entre quienes, en principio, gozan de un
mismo reconocimiento esencial ante el ordenamiento jurídico chileno, en forma no acorde
al deber que los órganos del Estado tienen de respetar y promover los derechos
esenciales asegurados a las personas no sólo en la Carta Fundamental sino que,
también, en los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentran
vigentes" (Tribunal Constitucional, 21 de marzo de 2013, voto particular, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3914/2013, Rol Nº 2081-2011 Inc). Esa diferencia de trato tiene
dos manifestaciones: a) "Dicha diferencia de trato consiste en que la acción de
reclamación de filiación, en aquellos casos en que el progenitor ha fallecido, se concede
sólo al hijo póstumo o a aquél cuyo padre o madre fallece dentro de los ciento ochenta
días siguientes al parto. Sólo en estos casos podrá deducirse acción contra los herederos
del padre o madre fallecidos. Sin embargo y como es fácil advertir, aquella persona cuyo
padre o madre fallece después de transcurridos los ciento ochenta días siguientes al
parto, carecerá de acción de reclamación de filiación contra los herederos de aquél o
aquélla, precisamente por no encontrarse dentro del supuesto exigido por el artículo 206
del Código Civil. He aquí una primera diferencia de trato que esta Magistratura puede
constatar" (Tribunal Constitucional, 21 de marzo de 2013, voto particular, cons. 10º, Rol
Nº 2081-2011 Inc); y b) "Pero, además, existe una segunda diferencia de trato derivada
del artículo 206 del Código Civil. Ella consiste en que el hijo póstumo o cuyo padre o
madre ha fallecido dentro de los ciento ochenta días siguientes al parto, puede dirigir la
acción de reclamación de la filiación en contra de los herederos del padre o madre
fallecidos, sólo dentro del plazo de tres años, contados desde su muerte (o si el hijo es
incapaz, desde que éste haya alcanzado la plena capacidad). Tal limitación de plazo no
se concilia con lo prevenido en el artículo 195 del Código Civil, conforme al cual 'el
derecho de reclamar la filiación es imprescriptible e irrenunciable (...)', como regla general
aplicable a todas las personas y como concreción del principio constitucional de igualdad
ante la ley del artículo 19 Nº 2 de la Constitución Política. Así, los hijos póstumos o cuyo
padre o madre ha fallecido dentro de los ciento ochenta días siguientes al parto, y que se
enteran de su filiación después de transcurridos tres años desde la muerte del respectivo
progenitor, ven caducada la posibilidad de reclamar su paternidad o maternidad
entablando la respectiva acción contra los herederos del padre o madre fallecido, por
expresa disposición del artículo 206 del Código Civil" (Tribunal Constitucional, 21 de
marzo de 2013, voto particular, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/3914/2013, Rol
Nº 2081-2011 Inc); 2º) El artículo 206 anula el derecho a conocer la identidad
personal. Así se estima que: "[L]a regulación contenida en el artículo 206 del Código Civil
no resulta idónea al objetivo de que se pueda investigar libremente la paternidad, que se
propuso el legislador, pues con miras a resguardar la paz y armonía familiar de los
herederos del supuesto padre o madre, termina anulando el derecho a conocer la
identidad personal para quienes se encuentran fuera de los supuestos de la norma
impugnada: los hijos cuyo padre o madre fallece después de los ciento ochenta días
siguientes al parto y aquellos que se enteran de la identidad de su progenitor y pretenden
ejercer la acción de reclamación respectiva después de los tres años contados desde su
muerte o desde que hayan alcanzado la plena capacidad. En las circunstancias descritas
no puede sostenerse, válidamente, que exista un equilibrio entre el derecho del supuesto
hijo y el de los herederos del supuesto padre o madre, sino que un derecho se superpone
al otro al punto de anularlo" (Tribunal Constitucional, 21 de marzo de 2013, voto
particular, cons. 17º, LegalPublishing: Cl/Jur/3914/2013, Rol Nº 2081-2011 Inc). 3º) El
artículo 206 no supera el "test" de proporcionalidad. Se entiende: "Que, por las
mismas razones esgrimidas, la norma que se examina no supera el test de
proporcionalidad, pues el medio empleado —limitar la acción de reclamación de la
paternidad a los hijos cuyo padre o madre muere dentro de los ciento ochenta días
siguientes al parto y siempre que la acción se deduzca dentro de los tres años contados
desde la muerte del progenitor—, bajo el pretexto de proteger la estabilidad familiar de los
herederos, genera un vacío legal de gravedad para aquellos supuestos hijos que no
cumplen esas condiciones para iniciar la acción de reclamación de su filiación" (Tribunal
Constitucional, 21 de marzo de 2013, voto particular, cons.
18º, LegalPublishing: Cl/Jur/3914/2013, Rol Nº 2081-2011 Inc). 687. De las razones
para defender la inconstitucionalidad parcial del artículo 206 del Código Civil. Esta
opinión ha sido argumentada del modo siguiente: "Que en la búsqueda de una explicación
racional para el establecimiento del referido término de ciento ochenta días contados
desde el nacimiento del presunto hijo para que tenga lugar la muerte del padre, no cabe
sino concluir que el mismo es resultado de una extrapolación impropia de dicho plazo
desde la regulación de la paternidad presuntiva derivada del artículo 76 del Código Civil
(base de la presunción de pater is est, en relación con lo dispuesto en el inciso primero
del artículo 180 del mismo Código), plenamente aplicable para determinar la filiación
matrimonial, a una situación de posible filiación no matrimonial, como es la planteada en
autos. De allí que determinar la procedencia de la acción de filiación contra los herederos
en función de la muerte del padre dentro de un cierto plazo, por lo demás exiguo, contado
desde el nacimiento del hijo, resulte ser un condicionamiento sin base lógica, por lo
mismo contrario al estándar de razonabilidad con el que debe confrontarse cualquier
diferencia de trato por parte del legislador [...]. Que, en cambio, el otro requisito impuesto
por el impugnado artículo 206, cual es que la acción se deduzca dentro de los tres años
siguientes a la muerte del padre o a la fecha en que el presunto hijo haya alcanzado la
plena capacidad, es enteramente razonable, por consideraciones elementales de certeza
jurídica, atendido lo cual estos juzgadores no lo estiman susceptible de reproche de
inconstitucionalidad [...]. Que, en atención a lo precedentemente razonado, el
requerimiento de inaplicabilidad en contra del artículo 206 del Código Civil debe acogerse
parcialmente, sólo en lo que atinge a la exigencia de que el presunto padre haya debido
fallecer dentro del plazo de ciento ochenta días posteriores al nacimiento del hijo para que
sea procedente la reclamación de la filiación respecto de los herederos de aquél, y así se
declarará" (Tribunal Constitucional, 4 de septiembre de 2012, cons. 4º, 5º y 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2148/2012. Rol Nº 2035-2011 Ina; Tribunal Constitucional, 4 de
septiembre de 2012, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/2147/2012. Rol Nº 2105-
2011 Ina; Tribunal Constitucional, 2 de julio de 2013, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3889/2013. Rol Nº 2303-2012 Ina). Estos argumentos fueron
reiterados en el voto de los dos magistrados que estuvieron por acoger la declaración
parcial de inconstitucionalidad de este artículo: "[P]ara estos Ministros, el indicado término
de 180 días posteriores al alumbramiento para que tenga lugar la muerte del presunto
padre o madre como requisito de procedencia de la acción filiatoria, no obedece a ningún
sustento razonable y sólo podría explicarse como una extrapolación impropia del mismo
término desde la normativa de la filiación matrimonial (y específicamente desde el
cimiento de la presunción conocida como 'pater is est') a una situación que claramente es
de filiación no matrimonial. Se trataría, en suma, de un error del legislador que tiene por
resultado una transgresión constitucional. 2º. Que, en cambio, no se advierte, en nuestra
opinión, arbitrariedad alguna en la exigencia del plazo de tres años desde la muerte del
supuesto progenitor para la interposición de la acción filiatoria, desde el momento que nos
parece un plazo razonable que conjuga bien la articulación de los intereses y derechos en
juego en conflictos de este carácter" (Tribunal Constitucional, 21 de marzo de 2013, voto
particular, LegalPublishing: Cl/Jur/3914/2013, Rol Nº 2081-2011 Inc). 688. De las
razones para defender la constitucionalidad del artículo 206 del Código Civil. Las
razones esgrimidas para sostener esta opinión son las siguientes: 1ª) No existe
contradicción entre la imprescriptibilidad del derecho a reclamar la filiación y la
posibilidad de entablar la acción de reclamación de filiación no matrimonial sólo
durante la vida del padre o madre. Se ha estimado así, que "[S] in perjuicio de que el
artículo 195 del Código Civil consagra la imprescriptibilidad e irrenunciabilidad del derecho
a reclamar la filiación, la acción de reclamación de filiación no matrimonial, regulada en
los artículos 205 y 206 del Código Civil, establece que le corresponde dicha acción sólo al
hijo contra su padre o madre, pudiendo tener solamente el carácter de legítimo
contradictor sus herederos, al tenor de lo prescrito por el inciso segundo del artículo 317
del Código Civil, en la situación definida en el artículo 206 impugnado, esto es, cuando el
actor sea un hijo póstumo o el demandado haya fallecido dentro de los 180 días
siguientes al parto. 6º. Esta aparente contradicción entre imprescriptibilidad del derecho a
reclamar la filiación y posibilidad de entablar la acción de reclamación de filiación no
matrimonial sólo durante la vida del padre o madre no es tal. Como bien precisa Hernán
Corral Talciani, la imprescriptibilidad del derecho a reclamar la filiación 'debe entenderse
referido a su extinción por el mero paso del tiempo', pero esta acción caduca por la
muerte del posible demandado (Determinación de la filiación y acciones de estado en la
reforma de la Ley Nº 19.585, 1998, XX, Revista de Derecho de la Universidad Católica de
Valparaíso, 1999, pág. 64). Igualmente lo reconoce René Ramos Pazos (Derecho de
Familia, VII Edición, pág. 429), aseverando que la doctrina nacional ha confirmado la
caducidad de la acción por la muerte del padre o la madre y que, salvo en los casos
excepcionales contemplados por la norma legal impugnada en estos autos, no puede
intentarse contra los herederos. 7º. El carácter excepcional del artículo 206 del Código
Civil, al otorgar un plazo adicional de caducidad de tres años, también ha sido reconocido
por la doctrina. Si se entendiera que la excepcionalidad del artículo 206 del Código Civil
se limita únicamente al plazo de tres años y no a la acción misma para ser entablada en
contra de los herederos del fallecido, se llegaría al absurdo de desproteger, a través de un
plazo menor de caducidad en la acción, a aquellos hijos que son los que más lo
necesitan: el póstumo o cuyo padre o madre fallece dentro de los 180 días después del
parto. Esta situación es reconocida también por René Ramos Pazos, quien apoya la tesis
de que es posible demandar a los herederos, pero reconoce: "No puedo sí, dejar de
señalar que el artículo 206 es buen argumento para sostener la tesis contraria, pues se
puede decir que si el hijo póstumo, que es quien requiere una mayor protección, tiene un
plazo para demandar a los herederos, parece ilógico que en los demás casos no lo haya"
(Derecho de Familia, VII Edición, pág. 431). 8º. La justificación de la aludida caducidad de
la acción de reclamación de filiación no matrimonial por la muerte del eventual
demandado está patente en la historia fidedigna de la Ley Nº 19.585, que
introdujo numerosas modificaciones a los artículos 195 y siguientes del Código Civil y,
entre ellos, a los artículos que tratan la reclamación de la filiación no matrimonial"
(Tribunal Constitucional, 30 de agosto de 2011, voto particular, cons. 6º, 7º y 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015, Rol Nº 1563-2009 Ina; Tribunal Constitucional, 1 de
septiembre de 2011, voto particular, cons. 5º, 6º, 7º y
8º, LegalPublishing: Cl/Jur/7808/2011, Rol Nº 1537-2009 Ina; Tribunal Constitucional, 1
de septiembre de 2011, voto particular, cons. 6º, 7º y 8º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9121/2011, Rol Nº 1656-2010 Ina). 2ª) Razonabilidad de
las excepciones a la caducidad. En este sentido se ha explicado que: "[E]stimamos que
el legislador sí tuvo presente fundamentos objetivos y razonables al introducir
excepciones a la caducidad. En efecto, la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia
y Reglamento del Senado, en el segundo informe complementario, explicó claramente las
razones que tuvo para aprobar el artículo 206, al decir que '(...) la Comisión convino en la
necesidad de resguardar la seguridad jurídica, a que apuntó el cambio realizado en el
segundo informe respecto del primero de estos artículos.(...)' (Historia de la Ley
Nº 19.585, pág. 1020). Apoyan esta conclusión las expresiones del Mensaje Presidencial,
de la Ministra del Sernam, de la Diputada Guzmán y el Diputado Encina, ya citadas, con lo
que se confirma que, salvo la opinión de una minoría de parlamentarios, reflejada en una
indicación desechada, esta legislación siempre tuvo como propósito establecer una acción
de filiación no matrimonial sujeta a caducidad por la muerte del presunto padre o madre"
(Tribunal Constitucional, 30 de agosto de 2011, voto particular, cons. 16º,
LegalPublishing: Cl/Jur/10901/2011, Rol Nº 1563-2009 Ina; Tribunal Constitucional, 1 de
septiembre de 2011, voto particular, cons. 16º, LegalPublishing: Cl/Jur/7808/2011, Rol
Nº 1537-2009 Ina; Tribunal Constitucional, 1 de septiembre de 2011, voto particular,
cons. 16º, LegalPublishing: Cl/Jur/9121/2011, Rol Nº 1656-2010 Ina). En la ya
mencionada sentencia sobre declaración de inconstitucionalidad de este artículo, los
magistrados que fueron de esta opinión reiteraron sus razonamientos: "Que, entrando al
fondo del asunto, continuamos afirmando que el artículo 206 del Código Civil no es
contrario a la Constitución, por las razones que expusimos, latamente, en nuestra
disidencia a la sentencia de 30 de agosto de 2011 (rol Nº 1563), y que hemos reiterado en
las sentencias de 1 de septiembre de 2011 (roles Nºs. 1537 y 1656), y de 4 de septiembre
de 2012 (roles Nºs. 2105 y 2035), que resulta innecesario reproducir nuevamente"
(Tribunal Constitucional, 21 de marzo de 2013, voto particular, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3914/2013, Rol Nº 2081-2011 Inc). Pero, además, representaron
que: "Creemos pertinente, además, insistir en lo que dijéramos en sentencia de 4 de
diciembre de 2012 (rol Nº 2035), cuando hicimos presente que, en nuestra opinión,
tratándose del establecimiento de beneficios, como el plazo adicional o de gracia que esa
sentencia declaró inaplicable por inconstitucional, el legislador goza de una facultad, que
es de carácter político, que puede ejercer con cierta discrecionalidad, siendo una cuestión
pacífica que no es sinónimo de arbitrariedad. Comprendemos que tratándose de materias
tan sensibles como la de que aquí se trata, habrá siempre distintas opiniones y hasta
disconformidad con la mayor o menor generosidad o prudencia con que se ejerció esta
facultad política, pero ello no basta para convertir un precepto en inconstitucional, único
motivo que autoriza a esta Magistratura, como tribunal de derecho que es, para expulsar
una norma legal del sistema jurídico" (Tribunal Constitucional, 21 de marzo de 2013, voto
particular, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/3914/2013, Rol Nº 2081-2011 Inc).

Artículo 207. Si hubiere fallecido el hijo siendo incapaz, la acción podrá ser


ejercida por sus herederos, dentro del plazo de tres años contado desde la
muerte.

Si el hijo falleciere antes de transcurrir tres años desde que alcanzare la


plena capacidad, la acción corresponderá a sus herederos por todo el tiempo
que faltare para completar dicho plazo.

El plazo o su residuo empezará a correr para los herederos incapaces desde


que alcancen la plena capacidad.

Concordancias: Código Civil: artículo 26.

Artículo 208. Si estuviese determinada la filiación de una persona y quisiere


reclamarse otra distinta, deberán ejercerse simultáneamente las acciones de
impugnación de la filiación existente y de reclamación de la nueva filiación.
En este caso, no regirán para la acción de impugnación los plazos señalados
en el párrafo 3 de este Título.

Concordancias: Código Civil: artículos 189 inciso  1º, y 320.

689. De la finalidad y razones del ejercicio simultáneo de las acciones de


Jurisprudencia: 
impugnación y de reclamación. Se ha advertido desde temprano por la E Corte xcma. 

Suprema que: "Si la filiación cualquiera que sea está determinada, como en el caso de
autos, para reclamar otra distinta, debe impugnarse la existente, lo que obliga a que sean
interpuestas simultáneamente la acción de impugnación y la de reclamación, como lo
establece el citado artículo 208, y ello es lógicamente explicable porque, obviamente, se
ha querido evitar decisiones contradictorias; de este modo, resulta que el padre biológico
está legitimado para reclamar la filiación que pretende, pero la ley le impone el deber de
impugnar simultáneamente la que ya está determinada, sin que de ningún modo excluya
el reclamar una filiación no matrimonial" (C. Suprema, 5 de mayo de 2005, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2879/2005, Rol Nº 1325-2004). Este considerando, con leves
alteraciones, era reiterado por el mismo tribunal en una sentencia del año siguiente: En el
mismo sentido se ha precisado que: "Si la filiación de una persona cualquiera que sea
está determinada, como ocurre en el caso de autos, para reclamar otra distinta debe
impugnarse la existente, lo que obliga a que sean interpuestas simultáneamente la acción
de impugnación y la de reclamación, como lo establece el citado artículo 208. Ello es
lógicamente explicable, porque la ley ha querido evitar decisiones contradictorias en la
materia; de este modo, resulta que el hijo está legitimado para reclamar la filiación que
pretende, pero la ley le impone el deber de impugnar simultáneamente la filiación que ya
tiene determinada" (C. Suprema, 21 de septiembre de 2006, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8156/2006, Rol Nº 3316-2005). Con posterioridad, esta misma
opinión, aunque no dependiente literalmente del considerando que se ha transcrito, la ha
expresado la I Corte de Apelaciones de Santiago: "La acción de reclamación de estado
lma. 

civil debe ser interpuesta simultáneamente con la de impugnación de la filiación existente,


pues de esa manera se evita que alguien pueda tener dos filiaciones contradictorias entre
sí; lo que no aconteció en el caso que se revisa" (C. de Apelaciones de Santiago, 28 de
agosto de 2008, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/5511/2008, Rol Nº 2921-2008). 690. De
la ampliación de los titulares de la acción de impugnación en virtud del artículo
208. Se ha entendido que: "Tratándose de un progenitor no matrimonial, como lo es el
actor, la interposición conjunta de ambas acciones, como han sido deducidas, constituye
requisito esencial, toda vez que la reclamación, tal como lo señala el artículo 205 del
Código Civil, sólo es permitida cuando existe determinada una filiación diferente, de lo
cual se sigue, entonces, que al espectro de titulares de las acciones de impugnación,
establecido expresamente en la ley, debe siempre agregarse a los titulares de la acción
de reclamación de la filiación que resulte incompatible con la formalmente establecida" (C.
de Apelaciones de Santiago, 4 de marzo de 2004, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1927/2004, Rol Nº 1999-2002, conf. C. Suprema, 5 de mayo de
2005, LegalPublishing: Cl/Jur/2879/2005, Rol Nº 1325-2004). 691. Aplicación de este
artículo cuando la filiación está determinada, sea que fuere matrimonial o no
matrimonial. La jurisprudencia ha advertido que: "No cabe duda que el artículo 208,
tantas veces citado, como acertadamente lo señala el fallo que se revisa y tal como se
dijo en el segmento 11 de este dictamen, se aplica tanto en el supuesto que la filiación ya
determinada fuere matrimonial como no matrimonial, puesto que la disposición en
comento no distingue y, además, toda vez que el legislador quiso aplicar una institución o
una norma a un solo tipo de filiación, lo que es excepcional, lo dijo expresamente, de
manera que no es lícito al demandado formular esa distinción" (C. de Apelaciones de
Santiago, 4 de marzo de 2004, cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/1927/2004, Rol
Nº 1999-2002, conf. C. Suprema, 5 de mayo de 2005, LegalPublishing: Cl/Jur/2879/2005,
Rol Nº 1325-2004). Se ha agregado, que: "Además, la ubicación del precepto, sin lugar a
dudas, permite discernir que se aplica en ambas hipótesis, ya que los artículos 206 y 207
del Código Civil, inmediatamente anteriores al precepto, se refieren respectivamente,
tanto a los titulares de la acción de reclamación en filiación matrimonial, como a los
titulares en la de reclamación no matrimonial y, por su parte, el artículo 209, que sucede a
la norma en conflicto, referido a la solicitud de alimentos provisionales, se aplica a ambas
filiaciones, de manera que ninguna razón permite sostener, como alega el demandado,
que el artículo 208 se refiera únicamente al supuesto que la filiación ya de determinada
fuere no matrimonial" (C. de Apelaciones de Santiago, 4 de marzo de 2004, cons. 15º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1927/2004, Rol Nº 1999-2002, conf. C. Suprema, 5 de mayo de
2005, LegalPublishing: Cl/Jur/2879/2005, Rol Nº 1325-2004). 692. Sentido de la
inexistencia de plazos en el supuesto de este artículo. Se ha precisado que: "La
inexistencia de plazos para ejercer la acción de impugnación, es un beneficio para quien
se presenta como verdadero padre o madre, y que conjuntamente reclama para sí una
filiación distinta a la que ostenta el hijo. Por tal razón, la afirmación del recurrente en
cuanto cree que basta deducir la acción de impugnación de su propia paternidad
conjuntamente con una acción de reclamación (donde obviamente no reclama para sí la
filiación), para soslayar los plazos del artículo 212 del Código Civil es absolutamente
contraria a lo regulado en las normas invocadas como vulneradas" (C. Suprema, 13 de
junio de 2005, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/4218/2005, Rol Nº 4827-2004).
Igualmente se ha argumentado que: "Tratándose de un padre biológico, que debe deducir
simultáneamente las acciones de impugnación y reclamación como lo ordena el artículo
208 del Código Civil, no corre plazo alguno, puesto que dicha norma, en su inciso
segundo, establece que 'En este caso, no regirán para la acción de impugnación los
plazos señalados en el párrafo 3º de este título', todo lo cual es comprensible si se
advierte que la simultaneidad en el ejercicio de ambas acciones ha sido impuesta por la
ley precisamente para obtener que los tiempos se cumplan a la par; y, verbi gracia
(sic) que la reclamación sea imprescriptible (artículo 179 Título VII Código Civil) y la
impugnación 'simultánea' no se extinga independientemente, lo que en sí sería
insostenible" (C. Suprema, 5 de mayo de 2005, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2879/2005, Rol Nº 1325-2004). 693. De la imprescriptibilidad de
la acción de reclamación. En la línea de lo apuntado en el número anterior, se ha
declarado: "Que la acción de reclamación intentada, propia del nuevo sistema de filiación,
introducido por la Ley Nº 19.585, ha concedido la posibilidad para la menor de establecer
incluso mediante investigación, la paternidad de su supuesto progenitor y ésta tiene el
carácter de imprescriptible de acuerdo a lo dispuesto por el inciso segundo del artículo
208 del Código del Ramo, no previéndose plazo alguno para su interposición"
(C. Suprema, 11 de junio de 2012, cons. 8º, Legal Publishing: Cl/Jur/1082/2012, Rol
Nº 10815-2011).

Artículo 209. Reclamada judicialmente la filiación, el juez podrá decretar


alimentos provisionales en los términos del artículo 327.

Concordancias: Código Civil: artículo 327. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004:
artículo 8º  número 8.
Artículo 210. El concubinato de la madre con el supuesto padre, durante la
época en que ha podido producirse legalmente la concepción, servirá de base
para una presunción judicial de paternidad.

Si el supuesto padre probare que la madre cohabitó con otro durante el


período legal de la concepción, esta sola circunstancia no bastará para
desechar la demanda, pero no podrá dictarse sentencia en el juicio sin
emplazamiento de aquél.

Concordancias: Código Civil: Mensaje X, artículos 76 y 1712. Código de Procedimiento Civil: artículo


26 inciso 1º.

3. De las acciones de impugnación

Artículo 211. La filiación queda sin efecto por impugnación de la paternidad


o de la maternidad conforme con los preceptos que siguen.

Concordancias: Código Civil: artículos 130, 184 inciso final, 182, 220, 315 y 320. Código Orgánico de
Tribunales: artículo 357 número  4. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo
8º número 8.

694. De la finalidad de la "acción de impugnación". Se ha aclarado en este


Jurisprudencia: 
punto que: "Si lo que se persigue es contradecir y anular una determinación de estado
filiativo se deberá concurrir a las acciones previstas en los artículos 211 a 221 del mismo
cuerpo legal" (C. Suprema, 14 de mayo de 2009, cons. 13º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9944/2009, Rol Nº 6313-2008). 695. De la noción de acción de
impugnación. Se ha asumido que: "La acción de impugnación tiene por objeto que el
tribunal declare que es inexacta una filiación que se ostenta, es decir, el objeto de la
misma es que se deje sin efecto un estado civil que se ejerce respecto de cierta persona"
(C. Suprema, 26 de marzo de 2007, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3489/2007, Rol
Nº 5698-2006). 696. La acción de impugnación no se dirige a impugnar el título que
atribuye la filiación, sino la filiación misma. En este sentido se ha precisado que: "La
acción de impugnación, regulada en los artículos 211 y siguientes del Código Civil, tiene
por objeto impugnar la filiación que se encuentra determinada y no el título que la
atribuye, que en este caso está dado por el reconocimiento voluntario" (C. de Apelaciones
de Valparaíso, 17 de julio de 2008, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/3006/2008, Rol
Nº 1529-2008). En voto de prevención en la E Corte Suprema se ha seguido el mismo
xcma. 

criterio: "Que la acción de que se trata, regulada en los artículos 211 y siguientes del
estatuto del ramo, tiene por objeto impugnar la filiación que se encuentra determinada y
no el título que la atribuye" (C. Suprema, 12 de marzo de 2007, prevención, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3904/2007, Rol Nº 4679-2006). 697. De los titulares de la
acción de impugnación. Se ha entendido que: "Tratándose de un progenitor no
matrimonial, como lo es el actor, la interposición conjunta de ambas acciones, como han
sido deducidas, constituye requisito esencial, toda vez que la reclamación, tal como lo
señala el artículo 205 del Código Civil, sólo es permitida cuando existe determinada una
filiación diferente, de lo cual se sigue, entonces, que al espectro de titulares de las
acciones de impugnación, establecido expresamente en la ley, debe siempre agregarse a
los titulares de la acción de reclamación de la filiación que resulte incompatible con la
formalmente establecida" (C. de Apelaciones de Santiago, 4 de marzo de 2004, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1927/2004, Rol Nº 1999-2002, C. Suprema, 5 de mayo de 2005,
LegalPublishing: Cl/Jur/2879/2005, Rol Nº 1325-2004).

Artículo 212. La paternidad del hijo concebido o nacido durante el


matrimonio podrá ser impugnada por el marido dentro de los ciento ochenta
días siguientes al día en que tuvo conocimiento del parto, o dentro del plazo de
un año, contado desde esa misma fecha, si prueba que a la época del parto se
encontraba separado de hecho de la mujer.

La residencia del marido en el lugar del nacimiento del hijo hará presumir
que lo supo inmediatamente; a menos de probarse que por parte de la mujer
ha habido ocultación del parto.

Si al tiempo del nacimiento se hallaba el marido ausente, se presumirá que


lo supo inmediatamente después de su vuelta a la residencia de la mujer; salvo
el caso de ocultación mencionado en el inciso precedente.

Concordancias: Código Civil: artículos 184, 211 y 214. Ley Nº  4.808, sobre Registro
Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 6º número 2.

698. De la caducidad de la acción de impugnación y de la estabilidad de la


Jurisprudencia: 
filiación. Se ha entendido que:"Se puede afirmar que el legislador prefiere la verdad
social, y al declarar que la acción de impugnación caduca en los plazos que establece, es
evidente que la intención o espíritu de la ley es hacer primar la estabilidad del estado
filiativo ya adquirido, por consiguiente no es efectivo que el factor biológico y por ende los
exámenes de ADN sean absolutos y determinantes para excluir la paternidad en estas
materias" (C.de Apelaciones de Concepción, 7 de septiembre de 2010, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6783/2010, Rol Nº 219-2010).

Artículo 213. Si el marido muere sin conocer el parto, o antes de vencido


el término para impugnar señalado en el artículo anterior, la acción
corresponderá a sus herederos, y en general, a toda persona a quien la
pretendida paternidad irrogare perjuicio actual, por ese mismo plazo, o el
tiempo que faltare para completarlo.

Cesará este derecho, si el padre hubiere reconocido al hijo como suyo en su


testamento o en otro instrumento público.

Concordancias: Código Civil: artículo 212.

699. Del plazo en el que los herederos del marido pueden impugnar la


Jurisprudencia: 
paternidad. Se ha precisado, en cuanto a las reglas de este artículo en relación con las
del 212: "[Q]ue los herederos del marido o las personas actualmente perjudicadas por la
pretendida paternidad sólo pueden ejercer la acción de impugnación si éste muere sin
conocer el parto o antes de vencido el término que él tenía para hacerlo. En tal caso, el
plazo del que disponen es el mismo término asignado al marido si éste no hubiere
comenzado a correr, o el tiempo que faltare para completarlo. No obstante, caduca el
derecho de los herederos o terceros perjudicados si el padre hubiere reconocido al hijo
como suyo en su testamento o en otro instrumento público" (C. Suprema, 30 de octubre
de 2012, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2406/2012, Rol Nº 3674-2012). 700. El plazo
para impugnar o su residuo comienza a contarse desde la muerte del marido. Para
sostener esta opinión se ha razonado del modo siguiente: "Que en cuanto a la época a
partir de la cual debe comenzar el cómputo de dicho plazo —cuestión en la que se centra
la controversia— cualquiera de las hipótesis de que se trate, cabe consignar que la ley no
señala desde cuándo se cuenta el plazo total o el residuo. Al respecto, cabe consignar la
opinión que sobre el punto tienen autores como don Hernán Corral Talciani, quien
manifiesta en este sentido: 'En tal caso, el plazo del que disponen es el mismo término
asignado al marido si éste no hubiere comenzado a correr, o el tiempo que faltare para
completarlo, todo ello contado desde la muerte del marido'. ('Determinación de la Filiación
y Acciones de Estado en la Reforma de la Ley Nº 19.585', 1998. Documento de Trabajo
Nº 25, Universidad de los Andes, 1999, pág. 52) y doña Maricruz Gómez de la Torre
Vargas, al expresar: 'El Plazo es el mismo que tenía el marido, si éste no hubiera
comenzado a correr, o el tiempo que faltare para completarlo, todo ello contado desde su
muerte' (El Sistema Filiativo Chileno. Editorial Jurídica de Chile. 2007, pág. 101)"
(C. Suprema, 30 de octubre de 2012, cons. 8º, Legal Publishing: Cl/Jur/2406/2012, Rol
3674-2012). Se ha agregado: "Que a tal conclusión en cuanto a la época en que debe
comenzar a computarse el plazo que los herederos tienen para accionar en un caso como
el de que se trata, esto es, cuando se impugna la paternidad matrimonial del marido
fallecido, se arriba, si se tiene en consideración que a tal hecho se remitía el antiguo
artículo 186 del Código Civil, el cual precisamente consideraba la muerte del padre como
el evento determinante para estos efectos. Por otro lado, el actual artículo 216 del Código
del ramo, aunque referido al cuestionamiento de la paternidad por reconocimiento del
propio hijo, establece que los herederos de éste pueden impetrar una acción de dicha
naturaleza por el mismo plazo o el tiempo que faltare para completarlo, contado desde la
muerte del hijo. En este sentido, no puede desconocerse que la muerte del marido es
el hecho que da origen a la condición de heredero y que autoriza a éstos, a ejercer la
impugnación de filiación en contra del supuesto hijo, por lo que apareciendo ligado este
derecho al deceso del padre, lo lógico es que el plazo para su ejercicio, debe
contabilizarse a partir de la verificación del mismo; garantizándose de este modo,
además, la certeza y consolidación en el estatuto filiativo" (C. Suprema, 30 de octubre de
2012, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/2406/2012, Rol Nº 3674-2012).

Artículo 214. La paternidad a que se refiere el artículo 212 también podrá


ser impugnada por el representante legal del hijo incapaz, en interés de éste,
durante el año siguiente al nacimiento.

El hijo, por sí, podrá interponer la acción de impugnación dentro de un año,


contado desde que alcance la plena capacidad.

Concordancias: Código Civil: artículos 43, 212 y 216 inciso 2º.

Artículo 215. En el juicio de impugnación de la paternidad del hijo de


filiación matrimonial, la madre será citada, pero no obligada a parecer.
Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículo 52.

Artículo 216. La paternidad determinada por reconocimiento podrá ser


impugnada por el propio hijo, dentro del plazo de dos años contado desde que
supo de ese reconocimiento.

Si el hijo fuese incapaz, esta acción se ejercerá conforme a las reglas


previstas en el artículo 214.

Si el hijo muere desconociendo aquel acto, o antes de vencido el plazo para


impugnar la paternidad, la acción corresponderá a sus herederos por el mismo
plazo o el tiempo que faltare para completarlo, contado desde la muerte del
hijo.

Todo lo anterior se aplicará también para impugnar la paternidad de los hijos


nacidos antes del matrimonio de sus padres, pero el plazo de dos años se
contará desde que el hijo supo del matrimonio o del reconocimiento que la
producen.

También podrá impugnar la paternidad determinada por reconocimiento toda


persona que pruebe un interés actual en ello, en el plazo de un año desde que
tuvo ese interés y pudo hacer valer su derecho.

Concordancias: Código Civil: artículos 186 y siguientes, 202 y 214. Ley Nº  4.808, sobre Registro
Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 6º número 3.

701. De los titulares de la acción de impugnación de la filiación


Jurisprudencia: 
determinada por reconocimiento. La jurisprudencia al interpretar coordinadamente este
artículo 216 con otros del Código Civil ha precisado: "Que respecto de los titulares de la
acción intentada, el artículo 216 del texto legal citado dispone que la paternidad
determinada por reconocimiento podrá ser impugnada por el propio hijo, por su
representante o por sus herederos y, en el caso del artículo 208 del Código Civil, por el
padre biológico, si la ejerce simultáneamente con la acción de reclamación. El inciso final
de la primera norma agrega que: También podrá impugnar la paternidad... toda persona
que pruebe interés actual en ello, en el plazo de un año contado desde que tuvo ese
interés y pudo hacer valer su derecho" (C. Suprema, 12 de marzo de 2007, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3904/2007, Rol Nº 4679-2006). 702. De la impugnación de la
paternidad determinada por reconocimiento en el supuesto del inciso final: Cómo
ha de entenderse la expresión "toda persona". Dos han sido las opiniones en cuanto a
este punto, a saber: 702.1. Opinión mayoritaria: La expresión "toda persona" se
refiere a terceros ajenos a la vinculación que se impugna: en este sentido se han
pronunciado diversos tribunales de alzada. La I Corte de Apelaciones de Antofagasta ha
lma. 

declarado: que: "La paternidad también la puede impugnar toda persona que pruebe un
interés actual en ello, habiendo señalado la doctrina que en este caso se refiere a terceros
interesados, ya que desde la dictación (sic) del Código Civil se ha facultado a terceras
personas que no han intervenido en el acto, para impugnarlo cuando sea de su
interés" (C. de Apelaciones de Antofagasta, 18 de marzo de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7382/2008, Rol Nº 490-2003); y la I Corte de Apelaciones de
lma. 
Valparaíso: "Que el legislador al emplear la expresión 'toda persona', se está refiriendo a
terceros ajenos a la vinculación que se impugna" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 17
de julio de 2008, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/3006/2008, Rol Nº 1529-2008). En la
misma orientación, en una prevención a una sentencia de la E Corte Suprema, se ha
xcma. 

advertido: "Que el legislador al emplear la expresión 'toda persona', se refiere a terceros


ajenos a la vinculación que se impugna. El padre reconociente no se incluye entre las
personas con un interés actual en el juicio, pues entregarle la acción de impugnación
significaría, en definitiva, permitir una revocación simulada o encubierta, que el legislador
prohíbe. De otra parte, el tenor literal de la norma en estudio conduce a la misma
conclusión, toda vez que el artículo 216 del Código Civil, omite al padre reconociente
entre los potenciales titulares de la acción, idea que se ratifica aún más si se tiene
presente la norma contenida en el inciso segundo del artículo 213 del Código Civil"
(C. Suprema, 12 de marzo de 2007, prevención, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3904/2007, Rol Nº 4679-2006); 702.2. Opinión minoritaria: La
expresión "toda persona" no diferencia entre terceros ajenos al acto que se
impugna y quienes realizaron dicho acto: así se ha afirmado que: "Debe señalarse que
si el inciso quinto del artículo 216 del Código Civil, no distingue no cabe al interprete
efectuar distinciones, máxime cuando se está ante una área como son las relaciones de
familia en que la verdad de los hechos que la sustentan son esenciales para poder
proteger adecuadamente a esta institución que goza del amparo constitucional, como
asimismo los propios intereses del menor en cuanto a tener certeza de sus relaciones de
familia" (C. de Apelaciones de Temuco, 24 de enero de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7139/2008, Rol Nº 947-2007). 703. De la impugnación de la
paternidad determinada por reconocimiento en el supuesto del inciso final: De si el
padre que reconoció puede impugnar el reconocimiento, en cuanto que se le
considere o no incluido en la expresión "toda persona": como cuestión que está
directamente ligada a la reseñada en el número anterior, también en relación con ella se
han defendido dos opiniones: 703.1. Opinión mayoritaria: El padre que reconoce está
excluido de esta acción: se ha sostenido en esta línea que: "El artículo 216 del citado
cuerpo legal reconoce como titulares de la acción de impugnación de la paternidad
determinada por reconocimiento, al hijo, al representante legal del hijo, a los herederos de
éste y a toda persona que pruebe un interés actual en ello. Es decir, el padre reconociente
está excluido de ejercer esta acción, lo que guarda relación con lo dispuesto en el inciso
final del artículo 213 del Código Civil" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 17 de julio de
2008, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3006/2008, Rol Nº 1529-2008). Se ha
argumentado que: "La lógica concordancia de los artículos 208, 214, 216 y 317 del Código
Civil, permite sostener que el padre reconociente no podría ser el titular de la acción de
impugnación por cuanto éste o sus herederos son los legitimarios pasivos de la misma, es
decir, el legítimo contradictor de una demanda de esta naturaleza será el padre aparente
si accionan el hijo o sus herederos; el padre y el hijo accionan los terceros interesados o
el padre biológico y, los herederos del padre muerto si acciona el hijo, su representante
legal o sus herederos" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 17 de julio de 2008, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3006/2008, Rol Nº 1529-2008). En el mismo sentido se ha
sentado que: "El artículo 189 inciso 2º del Código Civil, establece que el reconocimiento
es irrevocable, de modo tal que el reconociente no puede con posterioridad impugnarlo, ni
menos aún atribuirse la calidad de tercero para ampararse en dicha norma, desde que
ello resultaría atentatorio en orden a salvaguardar la estabilidad en la filiación de una
persona, en aras del interés superior del hijo que debe subyacer en todas las decisiones
judiciales" (C. de Apelaciones de Antofagasta, 18 de marzo de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing:Cl/Jur/7382/2008, Rol Nº 490-2007); 703.2. Opinión minoritaria: El
padre que reconoce no está excluido de esta acción: para defender esta opinión se ha
dicho que: "El hecho que el artículo 202 del Código Civil establezca que la acción para
impetrar la nulidad del acto de reconocimiento por vicios de la voluntad prescribirá en el
plazo de un año, contado desde la fecha de su otorgamiento o, en el caso de fuerza,
desde el día en que ésta hubiere cesado, no conlleva que se vede a quien prestó el
reconocimiento, y que por hechos posteriores toma conocimiento de que el menor no es
su hijo, el ejercicio de la acción de impugnación que establece el artículo 216 del Código
Civil, toda vez que él queda comprendido dentro de la situación contemplada en el inciso
quinto de la misma norma que dispone que también podrá impugnar la paternidad
determinada por reconocimiento toda persona que pruebe un interés actual en ello, en el
plazo de un año desde que tuvo ese interés y pudo hacer valer su
derecho" (C. de Apelaciones de Temuco, 24 de enero de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7139/2008, Rol Nº 947-2007). 704. De la impugnación de la
paternidad determinada por reconocimiento en el supuesto del inciso final: De si
los ascendientes del padre que reconoció al hijo pueden impugnar el
reconocimiento, en cuanto que se les considera como terceros, siempre que tengan
interés en ello. Planteada la cuestión tocante a si, una vez muerto el padre que reconoció
a un hijo, puede la madre de aquel, es decir, la abuela, impugnar el reconocimiento, el
tribunal de primera instancia accedió a la demanda, pero el tribunal de alzada:
"[R]evocando el fallo de primer grado, resolvieron rechazar la acción intentada por estimar
que de acuerdo a lo dispuesto en los artículos 208, 214, 216 y 317 del Código Civil, el
padre que reconoció a alguien como su hijo no es titular de la acción de impugnación de
filiación, por cuanto éste o sus herederos sólo son legitimados pasivos de la misma. Al
respecto, consideran que el inciso primero del artículo 216 del Código citado, reconoce
como titulares de la acción de impugnación de la paternidad determinada por
reconocimiento, al hijo, a su representante legal, a los herederos de aquél y a toda
persona que pruebe un interés actual en ello y, en relación a esto último, el legislador se
refiere a terceros ajenos a la vinculación que se cuestiona". La E Corte Suprema, en
xcma. 

casación, anuló el fallo de alzada, y declaró: "Que la norma atingente al debate es el


inciso final del artículo 216 del Código Civil, que prescribe: 'También podrá impugnar la
paternidad determinada por reconocimiento toda persona que pruebe un interés actual en
ello, en el plazo de un año desde que tuvo ese interés y pudo hacer valer su derecho'. Es
precisamente en razón de esta disposición que los ascendientes cuyo es el caso de la
actora pueden ejercer una acción de esta naturaleza, en cuanto se encuentren 'en la
situación de cualquier tercero que tengainterés actual' (René Abeliuk Manasevich. La
filiación y sus Efectos. Tomo I. Editorial Jurídica, pág. 200). Así, en la medida que se
pruebe tal interés, ellos tienen la legitimidad activa para impugnar la paternidad
reconocida por el descendiente, esto es, para cuestionar el acto de reconocimiento. Dicho
interés debe ser actual y de carácter patrimonial o pecuniario; el interés meramente moral
no autoriza para accionar" (C. Suprema, 19 de noviembre de 2012, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2626/2012, Rol Nº 4617-2012). 705. De la impugnación de la
paternidad determinada por reconocimiento en el supuesto del inciso final: De la
naturaleza del "interés" que legitima para accionar. El punto de partida de esta
cuestión lo constituye la exigencia que impone el inciso final al tercero, para que pueda
accionar, y que consiste en que pruebe un "interés actual", tal como lo ha destacado la
jurisprudencia:: "El ejercicio de esta acción requiere el cumplimiento de los requisitos que
la misma disposición establece, consistente en que quienes pretenden cuestionar el acto
de reconocimiento deben demostrar un interés que justifique y legitime su accionar"
(C. Suprema, 1 de junio de 2009, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/9430/2009, Rol
Nº 1896-2009). Sobre estas bases se han mantenido dos opiniones: a) la que considera
que este interés ha de ser patrimonial; y b) la que estima que el interés puede,
igualmente, ser no patrimonial. 705.1. De la opinión que entiende que el interés que
justifica el accionar de los terceros debe ser de carácter pecuniario: ésta es la
opinión habitual de la jurisprudencia y la que se ha defendido desde los primeros tiempos
de la reforma del régimen de la filiación, época en que era la única que solía expresarse.
En este sentido la E Corte Suprema declaraba en 2009 que: "Dicho interés es de
xcma. 

carácter pecuniario, el meramente moral no autoriza la intromisión de terceros en un


proceso en el que no han tenido participación alguna y que por lo mismo, no les compete.
Asimismo, se debe cumplir con el imperativo que debe ser actual, de manera tal que la
mera calidad de herederos que se invoca por los demandantes, no los habilita para
impugnar el reconocimiento de paternidad de que se trata, desde que sus derechos
hereditarios no nacen sino con la delación de la herencia pretendida, hecho que por ser
futuro e incierto, no cumple con la exigencia en comento" (C. Suprema, 1 de junio de
2009, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/9430/2009, Rol Nº 1896-2009). Ratificaba esta
concepción al precisar que: "Tal interpretación en orden a la naturaleza del interés que se
requiere para ejercer la acción de impugnación de que se trata, es la que tanto la doctrina
como la jurisprudencia reconocen, lo que se corrobora, además, con la historia de la
legislación que ha regulado la materia, de la que se desprende que el solo interés moral
de terceros no los legitima en este proceder. En efecto, cuando el legislador ha
considerado que este tipo de motivaciones es suficiente, lo ha señalado expresamente,
situación que en la actualidad no ocurre en la Ley Nº 19.585, que ha venido a regular la
materia" (C. Suprema, 1 de junio de 2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/9430/2009,
Rol Nº 1896-2009). En el último tiempo, el mismo tribunal ha recordado que: "Como
señala la sentencia impugnada, el interés a que alude la norma citada debe ser
patrimonial, esto es, de carácter pecuniario y tener la condición de ser actual, es decir,
existir al momento de deducir la acción, calificación jurídica que corresponde hacer al
sentenciador a la luz de los hechos asentados en el proceso" (C. Suprema, 4 de
noviembre de 2015, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6731/2015, Rol Nº 6217-
2015); 705.2. De la opinión que entiende que el interés que justifica el accionar de
los terceros no se limita al patrimonial: es ésta una opinión que se ha defendido sólo
en el último tiempo, si bien en las decisiones de la E Corte Suprema aún se pueden
xcma. 

encontrar sentencias que se inclinan por esta nueva opinión, pero también por la habitual.
Esta opinión, que no limita el interés para actuar en esta especie de acciones al
patrimonial o pecuniario, se aviene y corresponde de mejor manera a la naturaleza del
derecho de las personas y, en particular, a la generalidad de los intereses del menor. La
I Corte de Apelaciones de San Miguel defendía esta opinión en una de sus sentencias
lma. 

del año 2012: "Es procedente analizar la concurrencia de un interés actual, el cual emana
de acuerdo a todo lo señalado de manera natural y obvia de la propia naturaleza de la
filiación y sus efectos, de lo que se colige que el interés no puede ser limitado a un mero
nivel pecuniario, puesto que aquello importaría desconocer todos los principios que
informan el derecho de familia y en especial desatender el interés superior del niño, el que
constituye el pilar fundamental y marco sobre el cual deben reglamentarse en definitiva
las relaciones que emanan de la filiación [...]. Que el referido principio, se concreta en la
especie con el derecho a la identidad de todo niño, pero dicha identidad no puede estar
sustentada en una falacia que fue cohonestada por el sistema, como ocurre en la especie,
puesto que de acuerdo a los exámenes de ADN agregados en autos, el demandado don
[...] no es el padre biológico del menor. Aquello repugna no sólo al ordenamiento de
familia sino que al derecho en general, debido a que mantener en estas circunstancias la
filiación sub lite, podría perpetuar una situación injusta a la luz de las probanzas allegadas
[...]. Que la posibilidad de alcanzar la verdad material u objetiva, que es la identidad
biológica, es de rango superior de aquel estatuto de filiación aparente, ya que constituye
un derecho de la personalidad y como tal es inherente al ser humano, sólo por ser tal, en
consecuencia, se trata de derechos esenciales y primigenios que al legislador únicamente
cabe reconocer y garantizar [...]. Que siguiendo el hilo conductor de lo expuesto, el interés
actual de los demandantes en la especie se refleja en todas y cada uno de los efectos que
la filiación tiene al momento de ser establecida, lo que se traduce en que un niño que
biológica ni afectivamente es parte de la familia de los demandantes, por ley pasa a ser
integrante de la misma, y con ello, en su caso, los demandantes pueden no como una
mera expectativa sino por orden de la ley ser alimentantes, cuidadores, guardadores e
incluso su patrimonio hereditario se ve comprometido, atendido el carácter imperativo que
reglamenta nuestro sistema sucesorio [...]. Que teniendo especialmente presente,
además, que el artículo 216 del Código Civil no ordena que el interés que contempla sea
exclusivamente de carácter pecuniario y todo lo expuesto en relación a la naturaleza y
fines del derecho de familia, se colige por esta Corte que en la especie no sólo existe un
interés, en el sentido lato y extenso del concepto, sino que además en su índole
patrimonial actual. Ello es evidente puesto que a los demandantes les asiste una serie
otros intereses y principios, incluso mayor jerarquía, que se ven conculcados con la
mantención de una filiación que se sustenta en una falacia plasmada legalmente sobre la
base de un error, razones todas por las cuales, se deberá acoger la acción de
impugnación de paternidad" (C. de Apelaciones de San Miguel, 16 de febrero de 2012,
cons. 5º a 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/415/2012, Rol Nº 863-2011). Dos años más tarde,
la E  Corte Suprema, en contra de la opinión que había defendido en 2009, asumió esta
xcma.

nueva concepción: "[P]ara interpretar el concepto relativo al 'interés' cuya titularidad se


asigna según lo expresa la norma (art. 216 inciso quinto del Código Civil) a 'toda persona'
parece necesario atender al actual estado de los principios y doctrina que tratan de la
materia de filiación. (Entre otros, autores, Maricruz Gómez de la Torre Vargas. El Sistema
filiativo chileno, Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, septiembre 2007; Hernán
Corral Talciani, 'Acciones de filiación: legitimación y conflictos de intereses', Revista de
Derecho de la U. de Concepción, pp. 225-226, 2009 [2011], pp. 53-90), como asimismo la
evolución normativa que ha experimentado el estatuto de filiación vigente en nuestro país,
todo lo cual cimenta una interpretación que persigue engarzar estos conceptos con los
principios fundamentales que informan el Derecho de Familia [...]. Que, en este contexto,
resulta útil recordar que el estatuto de filiación chileno, se sustenta en el respeto de los
principios de igualdad de los seres humanos, el derecho a la identidad y el interés
superior del niño, como se evidencia en la resolución del Tribunal Constitucional (STC Rol
Nº 834 INA del 13 de mayo de 2008). El primer derecho enunciado se concreta, entre
otros, en la facultad de cualquier persona de accionar con el fin de establecer su
verdadera filiación, para lo cual la ley admite una faz extensa del derecho probatorio y
otorga atribuciones al juez para que indague activamente con el objeto de lograr el
propósito perseguido, cual es, la búsqueda de la verdad real o biológica por sobre la
formal o aparente [...]. Que la Carta Fundamental señala que la familia es el núcleo
fundamental de la sociedad y el Estado debe propender a su fortalecimiento. Por su parte
los artículos 195, 198 y 199 del Código Civil, expresan normativamente el principio del
derecho a la identidad, cuya orientación está dirigida a privilegiar la verdad biológica por
sobre la verdad formal, esto es, determinar con la mayor certeza posible quién es el padre
o madre biológica. El artículo 216 del Código Civil —en lo pertinente— establece:
'También podrá impugnar la paternidad determinada por reconocimiento toda persona que
pruebe un interés actual en ello, en el plazo de un año desde que tuvo ese interés y pudo
hacer valer su derecho' [...]. Que siguiendo el hilo conductor de las normas citadas, lo
señalado en relación a los principios que informan el estatuto del Derecho de Filiación, se
debe entonces interpretar el "interés" que exige el legislador en el citado artículo 216, bajo
la luz de los referidos principios precedentemente colacionados. En ese contexto, el dato
jurídico del interés se conforma por un componente sustancial que armoniza con las
directrices fundamentales que inspiran a las acciones de filiación recientemente
expresados y que, en consecuencia, al ser exigido como habilitante para el ejercicio de la
acción, no puede limitarse a lo meramente patrimonial o económico que así considerado
es contradictorio con la propia normativa del Derecho de Familia que en varios artículos
(225 y 330 Código Civil, 12 Nº 2 Ley Nº 19.620), dejan en claro que el elemento
patrimonial no es el preponderante al momento de decidir en estas materias como
tampoco puede ser obstáculo para ejercer la presente acción debiendo aquilatarse y
ponderarse en su justa medida, en la oportunidad que ello proceda [...]. Que sobre la base
de los antecedentes expuestos, se colige que el respeto irrestricto que debe exigirse para
la formalidad del procedimiento, es que exista un interés del demandante que se
compatibilice con la acción impetrada, así es como, en la especie, constituyen hechos de
la causa que la menor de autos no es nieta biológica de los demandantes, tal como se
acreditó a través de la prueba pericial biológica, siendo este elemento importante en el
desarrollo actual de la problemática pues supone en ellos un genuino interés en dilucidar
y establecer el real estatuto de filiación de autos [...]. Que ante este sustrato fáctico, se
devela de manera natural y obvia, que exista una preocupación legítima de los
demandantes en orden a determinar si la niña [...] es parte de su familia por
consanguineidad, interés que en esta materia y atendida la normativa expuesta, resulta
suficiente para entender que aquélla se encuentra en la hipótesis del inciso cuarto del
artículo 216 del Código Civil" (C. Suprema, 20 de octubre de 2014, cons. 4º a 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7585/2014, Rol Nº 7779-2014). 706. De la actualidad del
"interés": no puede considerarse como requisito de admisibilidad de la acción, de
ahí que si se alega su falta como excepción dilatoria, ésta no puede prosperar. Para
sentar este principio se ha razonado que: "Según se desprende del tenor literal del
artículo 216 del Código Civil, el interés actual que tiene que tener el tercero para impugnar
la paternidad debe ser probado, pero respecto de la tramitación y fallo de las excepciones,
el artículo 61 de la Ley Nº 19.968 no le da facultad al juez de recibir la excepción a
prueba, sino que le ordena pronunciarse inmediatamente evacuado el traslado de la
excepción, a diferencia de lo que sucede en el artículo 90 del Código de Procedimiento
Civil, donde permite que los incidentes se reciban a prueba, en caso de ser esta
necesaria" (C. de Apelaciones de Santiago, 13 de agosto de 2008, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7747/2008, Rol Nº 4335-2007). Luego: "Si el artículo 216 del
Código Civil exige probar el interés actual y el artículo 61 de la Ley Nº 19.968 no permite
recibir la causa a prueba respecto de las excepciones, debe concluirse que dicha prueba
del interés actual no se debe considerar como requisito de admisibilidad de interposición
de la acción misma, sino que está encaminada a determinar el éxito o fracaso de la acción
misma de impugnación, por lo cual la alegación de la inexistencia de dicho interés actual,
no se refiere a la corrección del procedimiento sino que afecta el fondo de la acción
deducida, por lo cual, opuesta en carácter de excepción dilatoria, no puede
prosperar" (C. de Apelaciones de Santiago, 13 de agosto de 2008, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7747/2008, Rol Nº 4335-2007).

Artículo 217. La maternidad podrá ser impugnada, probándose falso parto, o


suplantación del pretendido hijo al verdadero.

Tienen derecho a impugnarla, dentro del año siguiente al nacimiento, el


marido de la supuesta madre y la misma madre supuesta.

Podrán también impugnarla, en cualquier tiempo, los verdaderos padre o


madre del hijo, el verdadero hijo o el que pasa por tal si se reclama
conjuntamente la determinación de la auténtica filiación del hijo verdadero o
supuesto. Si la acción de impugnación de la maternidad del pretendido hijo no
se entablare conjuntamente con la de reclamación, deberá ejercerse dentro del
año contado desde que éste alcance su plena capacidad.

No obstante haber expirado los plazos establecidos en este artículo, en el


caso de salir inopinadamente a la luz algún hecho incompatible con la
maternidad putativa, podrá subsistir o revivir la acción respectiva por un año
contado desde la revelación justificada del hecho.

Concordancias: Código Civil: artículos 183 y 320.

Artículo 218. Se concederá también la acción de impugnación a toda otra


persona a quien la maternidad aparente perjudique actualmente en sus
derechos sobre la sucesión testamentaria, o abintestato, de los supuestos
padre o madre, siempre que no exista posesión notoria del estado civil.

Esta acción expirará dentro de un año, contado desde el fallecimiento de


dichos padre o madre.

Concordancias: Código Civil: artículos 200, 988 y 1812.

Artículo 219. A ninguno de los que hayan tenido parte en el fraude de falso


parto o de suplantación, aprovechará en manera alguna el descubrimiento del
fraude, ni aun para ejercer sobre el hijo los derechos de patria potestad, o para
exigirle alimentos, o para suceder en sus bienes por causa de muerte.

La sentencia que sancione el fraude o la suplantación deberá declarar


expresamente esta privación de derechos y se subinscribirá al margen de la
inscripción de nacimiento del hijo.

Concordancias: Código Civil: artículos 243, 244, 246. 2. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 6º número 7.

Artículo 220. No procederá la impugnación de una filiación determinada por


sentencia firme, sin perjuicio de lo que se dispone en el artículo 320.

Concordancias: Código Civil: artículos 3º inciso 2º, 195 inciso 2º, 208, 315 y 320.

Artículo 221. La sentencia que dé lugar a la acción de reclamación o de


impugnación deberá subinscribirse al margen de la inscripción de nacimiento
del hijo, y no perjudicará los derechos de terceros de buena fe que hayan sido
adquiridos con anterioridad a la subinscripción.

Concordancias: Código Civil: artículos 181 incisos 1º y 2º, 189 inciso 3º, 315 y 320. Ley Nº  4.808,
sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos
6º número 3, 8º inciso 1º.
TÍTULO IX DE LOS DERECHOS Y OBLIGACIONES ENTRE LOS PADRES Y LOS HIJOS322-323

Artículo 222. La preocupación fundamental de los padres es el interés


superior del hijo, para lo cual procurarán su mayor realización espiritual y
material posible, y lo guiarán en el ejercicio de los derechos esenciales que
emanan de la naturaleza humana de modo conforme a la evolución de sus
facultades.

Los hijos deben respeto y obediencia a sus padres. 324

Concordancias: Código Civil: artículos 225, 229, 244 inciso 3º y 245. Constitución Política de la
República: artículo 5º inciso 2º. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 3º
inciso 2º, 24 inciso final, 30 inciso final. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 3º
inciso 1º, 27 inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 16, 22
inciso 1º. Ley Nº 20.418, Fija normas sobre orientación, información y prestaciones en materia de
regulación de la fertilidad, D.O. 28.01.2010: artículo 2º inciso 2º. Ley Nº  21.067, crea la defensoría de
los derechos de la niñez, D.O. 29.01.2018: artículo 5º. Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de
la Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 1º. Decreto Nº 789, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, D.O. 9.12.1989, artículos 5º letra b), 16.1 letra d). Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 3º, 7.1, 9º, 12, 18, 29.

707. El interés superior del niño no se entiende como un derecho. La


Jurisprudencia: 
E  Corte Suprema, en un intento por precisar el marco dentro del cual había de fijarse el
xcma.

contenido y significación del "interés superior del niño", se inclinó por advertir que, a pesar
de la finalidad de garantía y protección que éste implica, no se lo concibe como un
derecho: "Pese a la finalidad de la Convención de hacer un aporte a la protección efectiva
de los derechos del niño mediante la consagración del principio de su interés superior, la
determinación del contenido del mismo no ha sido una cuestión pacífica, que en todo caso
significa un principio jurídico garantista, en el sentido de que asegura la efectividad de los
derechos subjetivos remitidos directamente al inventario de derechos contemplados en la
propia Convención obligando tanto al poder público como a los entes privados a
respetarlos, mas no estamos en presencia de un derecho sino de un interés social
amparado por el derecho" (C. Suprema, 2 de noviembre de 2006, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6715/2006, Rol Nº 6553-2005). Esta opinión debe, actualmente,
temperarse por la concepción que del "interés superior del niño" ha explicitado el Comité
de los Derechos del Niño en su "Observación general Nº 14 (2013)", en cuyo número 6 se
precisa que: "El Comité subraya que el interés superior del niño es un concepto triple", y
en su letra c) explica que es: "Un derecho sustantivo: el derecho del niño a que su interés
superior sea una consideración primordial que se evalúe y tenga en cuenta al sopesar
distintos intereses para tomar una decisión sobre una cuestión debatida, y la garantía de
que ese derecho se pondrá en práctica siempre que se tenga que adoptar una decisión
que afecte a un niño, a un grupo de niños concreto o genérico o a los niños en general. El
artículo 3º, párrafo 1, establece una obligación intrínseca para los Estados, es de
aplicación directa (aplicabilidad inmediata) y puede invocarse ante los tribunales". 708. El
interés superior del niño como principio hermenéutico para conducir a una efectiva
garantía de los derechos de los hijos. Se ha precisado que el "interés superior del
niño", reconocido en la Convención de los Derechos del Niño: "En cuanto traducido a la
norma importa que 'los padres... procurarán su mayor realización espiritual y material y lo
guiarán en el ejercicio de los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana
de modo conforme a la evolución de sus facultades'. Aquí cobra toda su importancia el
concepto del interés superior del niño como principio hermenéutico. A través de él, la
solución al conflicto debe conducir a una efectiva garantía de los derechos del hijo,
evitando en todo caso que el principio en sí, importe un desmedro de los derechos de
otras personas" (C. Suprema, 2 de noviembre de 2006, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6715/2006, Rol Nº 6553-2005). Este entendimiento del "interés
superior del niño" se sitúa en plena armonía con la "Observación general Nº 14 (2013)"
del Comité de los Derechos del Niño, en cuanto que en su número 6, letra b), advierte que
el "interés superior del niño" opera como: "Un principio jurídico interpretativo fundamental:
si una disposición jurídica admite más de una interpretación, se elegirá la interpretación
que satisfaga de manera más efectiva el interés superior del niño. Los derechos
consagrados en la Convención y sus Protocolos facultativos establecen el marco
interpretativo". 709. Sentido de la preocupación fundamental de los padres. Se ha
declarado que: "Los artículos 222 y 224 del Código Civil establecen que la preocupación
fundamental de los padres es el interés superior del hijo para lo cual procurarán su mayor
realización espiritual y material posible, tocando de consuno a los padres el cuidado
personal de la crianza y educación de sus hijos, respectivamente. Que en mérito de las
normas precedentemente señaladas, el cuidado, crianza y educación de los hijos
constituye un deber jurídico superior, que obliga legal y prioritariamente a los padres a
tomar todas las medidas necesarias para la mayor realización integral de los hijos" (J. de
Letras de Punta Arenas, 11 de febrero de 2002, cons. 7º y 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1318/2002, conf. C. Suprema, 26 de junio de 2002,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1316/2002, Rol Nº 1624-2002). 710. El interés del hijo en
cuanto que ligado al respeto de sus derechos esenciales y a su autonomía
progresiva. En el intento por precisar la noción de "interés del hijo" la E Corte Suprema
xcma. 

ha declarado que: "[E]l interés del adolescente, como principio fundamental e inspirador


de nuestro ordenamiento jurídico, de relevancia transversal en la legislación de familia y
de menores. Así lo dispone por lo demás, entre otros, el artículo 222 del Código Civil y,
aún cuando su definición se encuentra en desarrollo o constituya un concepto
indeterminado, cuya magnitud se aprecia cuando es aplicado al caso concreto, puede
afirmarse que el mismo, alude al pleno respeto de los derechos esenciales del niño, niña
o adolescente, buscándose a través del mismo, el asegurar el ejercicio y protección de los
derechos fundamentales de los menores y posibilitar la mayor satisfacción de todos los
aspectos de su vida, orientados al desarrollo de su personalidad [...] en la especie, el
referido interés se relaciona con dos aspectos, por un lado, con el permitir que [...] se
desarrolle dentro de un entorno conocido y aceptado por él y, por otro —muy ligado a lo
anterior—, se refiere al respeto de su autonomía progresiva" (C. Suprema, 6 de octubre
de 2014, cons. 6º y 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/7101/2014, Rol Nº 3666-2014). 711. El
interés superior del hijo y el derecho a la identidad biológica. Se ha declarado que:
"La primacía del interés superior del niño en el ámbito de la solución de los conflictos no
puede desconocer los derechos de quienes, ejercitándolos, intentan hacer valer aquellos
que emanan de su vinculación con los mismos, pues de primar el criterio sustentado en el
recurso, la condición de bienestar actual de un menor en relación con su entorno
importaría que, por aplicación de éste, se negaría el acceso a obtener el reconocimiento
de otros, lo cual se contrapone a principios constitucionales que ilustran el sistema y que
se encuentran en pie de igualdad, ya que la finalidad del mismo, es rescatar, en el
análisis, el bienestar general tanto presente como futuro y que tal como lo recoge el
artículo 222 del Código Civil, buscando en su primer aspecto, la mayor realización
espiritual y material del niño, que no se advierte pueda verse afectada en el hecho del
reconocimiento de la existencia de su padre biológico, atento, además, a las vinculaciones
que la propia madre del menor estableció entre padre e hijo" (C. Suprema, 2 de
noviembre de 2006, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6715/2006, Rol Nº 6553-2005).

Artículo 223. Aunque la emancipación confiera al hijo el derecho de obrar


independientemente, queda siempre obligado a cuidar de los padres en su
ancianidad, en el estado de demencia, y en todas las circunstancias de la vida
en que necesitaren sus auxilios.

Tienen derecho al mismo socorro todos los demás ascendientes, en caso de


inexistencia o de insuficiencia de los inmediatos descendientes.

Concordancias: Código Civil: artículos 269 y siguientes, 968número  3, 1208 número  2.

Artículo 224. Toca de consuno a los padres, o al padre o madre


sobreviviente, el cuidado personal de sus hijos. Éste se basará en el principio
de corresponsabilidad, en virtud del cual ambos padres, vivan juntos o
separados, participarán en forma activa, equitativa y permanente en la crianza
y educación de sus hijos.325

El cuidado personal del hijo no concebido ni nacido durante el matrimonio,


reconocido por uno de los padres, corresponde al padre o madre que lo haya
reconocido. Si no ha sido reconocido por ninguno de sus padres, la persona
que tendrá su cuidado será determinada por el juez.

Concordancias: Código Civil: artículos 187,  225, 236, 240, 321 a 337. Constitución Política de la
República: artículo 19  número 10 inciso 5º. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 6º número 5. Ley Nº 16.618, Ley de
Menores,D.O.  8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 43. Ley
Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 19, 24 incisos 3º y 4º. Ley Nº  19.968,
crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 1. Ley Nº  20.418, Fija normas sobre
información, orientación y prestaciones en materia de regulación de la fertilidad,D.O.  28.01.2010:
artículo 2º inciso 2º. Ley Nº  20.609, establece medidas contra la discriminación,D.O.  24.07.2012:
artículo 4º inciso 1º. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer,D.O.  9.12.1989, artículos 5º letra b) y 16.1. Decreto
Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículos
7.1, 18.1, 29.

712. De qué se entiende por "cuidado personal". El E  Tribunal


Jurisprudencia:  xcmo.

Constitucional ha declarado sobre este punto: "Que, en términos llanos, el cuidado


personal se refiere al conjunto de obligaciones y facultades que se derivan de convivir o
compartir la vida cotidiana de los hijos, tales como determinar su residencia, convivir con
ellos, cuidarlos, educarlos, etc. Resulta evidente que cuando los padres viven juntos, ese
conjunto de obligaciones y facultades se ejercen de consuno por ellos, como se
desprende del artículo 224 del Código Civil, según el cual 'toca de consuno a los padres, o
al padre o madre sobreviviente, el cuidado personal de sus hijos'" (Tribunal
Constitucional, 16 de junio de 2015, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015, Rol
Nº 2699-14-Ina). 713. Del campo operativo de este artículo, en cuanto que se
extiende a hijos de filiación matrimonial o no matrimonial, cuando los padres hacen
vida en común. En este sentido se ha precisado que: "[S]e debe tener presente que el
artículo 224 del Código Civil es la regla de atribución legal del cuidado personal
tratándose de la situación de padres, casados o no, que hacen vida en común con sus
hijos" (C. Suprema, 10 de noviembre de 2015, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6835/2015, Rol Nº 4889-2015). 714. De la regla de este artículo
en cuanto que entendida como concreción del principio de corresponsabilidad. Así
lo ha estimado la E  Corte Suprema cuando ha declarado que: "[E]l artículo 224 del
xcma.

Código Civil es la regla de atribución legal del cuidado personal tratándose de la situación
de padres, casados o no, que hacen vida en común con sus hijos y, en este caso, como
ambos progenitores deben hacerse cargo del cuidado personal, crianza y educación de la
prole, la referida disposición es la primera que concreta, como se advierte de su lectura, el
principio de la corresponsabilidad que apunta a la distribución de responsabilidades o al
ejercicio mancomunado del cuidado personal, crianza y educación de los hijos, es decir,
que postula que ambos padres deben comprometerse y participar en forma activa,
equitativa y permanente en dichas actividades aunque no haya vida en común; surgiendo
el derecho correlativo de los hijos a que sus progenitores velen por ellos" (C. Suprema,
10 de noviembre de 2015, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6835/2015, Rol Nº 4889-
2015). 715. Del principio de la corresponsabilidad como imperativo legal en
cualquier régimen de cuidado personal. La E  Corte Suprema ha advertido que: "[L] a
xcma.

reforma introducida por la Ley Nº 20.680 al Título IX, Libro I, del Código Civil, en lo que
interesa, persigue reforzar la idea que los padres deben asumir de manera plena la
responsabilidad que les cabe en la crianza, educación y establecimiento de los hijos,
vivan juntos o separados, estableciendo que el principio de corresponsabilidad es un
imperativo legal en todos los regímenes de cuidado personal una vez cesada la vida en
común, con la finalidad que los padres asuman la responsabilidad de velar por el interés
de sus hijos para procurar su mayor realización espiritual y material posible" (C. Suprema,
10 de noviembre de 2015, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6835/2015, Rol Nº 4889-
2015). En este mismo sentido ha insistido en que: "[S]egún se advierte de los términos del
inciso 1º del artículo 224 del Código Civil, es el principio de la corresponsabilidad el que
prima en el tema de que se trata, que apunta a la distribución de responsabilidades o al
ejercicio mancomunado del cuidado personal, crianza y educación de los hijos, esto es,
que insta a que ambos padres se comprometan y participen en forma activa, equitativa y
permanente en dichas actividades aunque no haya vida en común, para procurar su
mayor realización espiritual y material posible, por ende, tiene el carácter de principio
informador en lo tocante a la crianza de la prole; surgiendo, como contrapartida, el
derecho correlativo de los hijos a que sus progenitores velen por ellos" (C. Suprema, 12
de julio de 2017, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/4531/2017, Rol Nº 9226-
2017). Precisamente, en cuanto que se trata de un principio que se impone legalmente,
ha de tenerse especialmente en cuenta en las resoluciones judiciales que, para que opere
efectivamente, ha de considerar la adopción de: 1º) las medidas y dispositivos necesarios
para que el padre o la madre, o ambos si fuere el caso, ejerzan el cuidado personal de
sus hijos sobre la base de este principio, que se presenta como una manifestación del
interés superior del niño, en cuanto que está en su interés mantener una plena y sana
relación con su padre y con su madre; 2º) las medidas y dispositivos necesarios para
evitar que uno de los padres impida que este principio de corresponsabilidad se haga
efectivo, al frustrar o dificultar al otro el ejercicio del cuidado personal. 716. Del sentido y
contenido de la obligación de los padres del cuidado personal de la crianza y
educación de sus hijos. La E  Corte Suprema, aun antes de la reforma de este texto,
xcma.

había declarado que: "[E]l artículo 224 del Código Civil, establece que corresponde a los
padres, o al padre o madre sobreviviente el cuidado personal de la crianza y educación de
sus hijos. Éste es un deber genérico, comprensivo de todos los que corresponden a los
padres respecto de sus hijos, como responsabilidades que derivan precisamente de la
filiación y que deben cumplirse teniendo como preocupación fundamental el interés
superior del hijo, en conformidad con el inciso segundo del artículo 222 del Código Civil"
(C. Suprema, 24 de junio de 2010, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/3505/2010, Rol
Nº 608-2010). Este considerando lo reiteró el mismo tribunal en alguna sentencia
posterior (C. Suprema, 2 de agosto de 2010, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/4244/2010,
Rol Nº 3792-2010). Se había precisado, igualmente, que: "El cuidado, crianza y educación
de los hijos constituye un deber jurídico superior, que obliga legal y prioritariamente a los
padres a tomar todas las medidas necesarias para la mayor realización integral de los
hijos" (J. de Letras de Punta Arenas, 11 de febrero de 2002, cons. 7º y 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1318/2002, conf. Cs. 26-VI-2002,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1316/2002, Rol Nº 1624-2002). 717. El cuidado personal ha de
entenderse en función de los intereses del niño. Se ha destacado así que: "El cuidado
personal, entendido como el derecho de los padres a tener a sus hijos en su compañía o
el derecho de los padres a la crianza, educación y establecimiento del menor de edad, o
por lo menos una educación básica, un oficio de profesión al hijo. Tuición que no está
concebida para que los padres puedan disfrutarla egoísta y arbitrariamente, sino que más
bien, como el derecho del niño para que a través de ella se le brinde cuidado y protección
en la forma más conveniente para su salud física y psicológica. Así, en estos casos, debe
atenderse más que a la posición de los padres, a la de los hijos" (C. de Apelaciones de
Coihaique, 18 de junio de 2010, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/16845/2010, Rol Nº 10-
2010, conf. C. Suprema, 4 de octubre de 2010, LegalPublishing: Cl/Jur/16844/2010, Rol
Nº 5303-2010). Por ello la actuación de los padres reconoce una serie de limitaciones
derivadas del principio del interés superior del hijo: "En este sentido, cobran especial
interés los efectos que el referido principio produce en el marco de las relaciones
parentales, en las que, por un lado, se encuentra el derecho y responsabilidad de los
padres de cuidar y educar a los hijos y por otro, la protección y desarrollo de la autonomía
del niño en el ejercicio de sus derechos, lo que limita las facultades o roles de los padres,
precisamente por interés superior de los menores, en aras de la satisfacción integral de
sus derechos" (C. Suprema, 24 de junio de 2010, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3505/2010, Rol Nº 608-2010). 718. La obligación de los padres
del cuidado personal de la crianza y educación de sus hijos presupone la
convivencia habitual entre aquéllos y éstos. En este sentido se ha destacado por la
jurisprudencia que: "Los derechos y deberes que comprenden el cuidado personal,
suponen una convivencia habitual entre padres e hijos. El derecho-función de tener a los
hijos menores en su compañía se encuentra indisolublemente ligado a su guarda y
custodia, lo que implica una comunidad de vida con ellos" (C. Suprema, 24 de junio de
2010, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/3505/2010, Rol Nº 608-2010). Este considerando
se ha reiterado literalmente en alguna sentencia posterior (C. Suprema, 2 de agosto de
2010, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/4244/2010, Rol Nº 3792-2010). En idéntico
sentido se había declarado que: "El artículo 224 del Código Civil, establece que
corresponde a los padres, o al padre o madre sobreviviente, el cuidado personal de la
crianza y educación de sus hijos. Dicho concepto alude a un deber genérico, comprensivo
de todos aquellos que le corresponden a los padres respecto de sus hijos,
responsabilidades que derivan precisamente de la filiación y que deben cumplirse
teniendo como preocupación fundamental el interés superior del hijo, de conformidad a lo
dispuesto por el inciso segundo del artículo 222 del Código Civil. Los derechos y deberes
que comprenden el cuidado personal, presuponen la convivencia habitual entre padres e
hijos. En efecto este derecho función de tener a los hijos menores en su compañía, se
encuentra indisolublemente ligado a su guarda y custodia, lo que implica una comunidad
de vida con éstos" (C. Suprema, 29 de julio de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3041/2008, Rol Nº 3469-2008). 719. En cumplimiento de esta
obligación los padres deben procurar que sus hijos tengan igual y oportuno acceso
a la justicia. En este sentido se ha entendido que: "En mérito de la condición de
representantes legales de los padres respecto de sus hijos menores, en relación con el
deber protección, cuidado y crianza de los mismos, es deber de éstos el adoptar los
resguardos y medidas necesarias para que el hijo tenga igual y oportuno acceso a la
justicia, resultando entonces obligación jurídica de los padres recurrir a la autoridad
judicial para la investigación y solución de los conflictos jurídicos en que se vean
afectados" (J. de Letras de Punta Arenas, 11 de febrero de 2002, cons. 13º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1318/2002, conf. C. Suprema, 26 de junio de 2002,
LegalPublishing: Cl/Jur/1316/2002, Rol Nº 1624-2002).

Artículo 225. Si los padres viven separados podrán determinar de común


acuerdo que el cuidado personal de los hijos corresponda al padre, a la madre
o a ambos en forma compartida. El acuerdo se otorgará por escritura pública o
acta extendida ante cualquier oficial del Registro Civil y deberá ser subinscrito
al margen de la inscripción de nacimiento del hijo dentro de los treinta días
subsiguientes a su otorgamiento. Este acuerdo establecerá la frecuencia y
libertad con que el padre o madre que no tiene el cuidado personal mantendrá
una relación directa y regular con los hijos y podrá revocarse o modificarse
cumpliendo las mismas solemnidades.

El cuidado personal compartido es un régimen de vida que procura estimular


la corresponsabilidad de ambos padres que viven separados, en la crianza y
educación de los hijos comunes, mediante un sistema de residencia que
asegure su adecuada estabilidad y continuidad.

A falta del acuerdo del inciso primero, los hijos continuarán bajo el cuidado
personal del padre o madre con quien estén conviviendo.

En cualesquier de los casos establecidos en este artículo, cuando las


circunstancias lo requieran y el interés superior del hijo lo haga conveniente, el
juez podrá atribuir el cuidado personal del hijo al otro de los padres, o radicarlo
en uno solo de ellos, si por acuerdo existiere alguna forma de ejercicio
compartido. Lo anterior debe entenderse sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 226.

En ningún caso el juez podrá fundar exclusivamente su decisión en la


capacidad económica de los padres.

Siempre que el juez atribuya el cuidado personal del hijo a uno de los
padres, deberá establecer, de oficio o a petición de parte, en la misma
resolución, la frecuencia y libertad con que el otro padre o madre que no tiene
el cuidado personal mantendrá una relación directa y regular con los hijos,
considerando su interés superior, siempre que se cumplan los criterios
dispuestos en el artículo 229.
Mientras una nueva subinscripción relativa al cuidado personal no sea
cancelada por otra posterior, todo nuevo acuerdo o resolución será inoponible
a terceros.326

Concordancias: Código Civil:artículos 222 inciso 1º, 226, 229, 242 inciso 2º y 245. Código del Trabajo:
artículos 195 inciso 3º y 200. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930: artículos 6º números
4, 5 y 8 inciso 1º. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias,
D.O.  5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 19 inciso 2º letra a).
Ley Nº  16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,
D.O.  30.05.2000: artículos 42, 43 y 48. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos
21 incisos 2º y 3º, 22 inciso 2º, 23, 27. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004:
artículos 8º número 1, 92 número 4. Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, Decreto Nº  789. Min. Relaciones Exteriores, D.O.  9.12.1989: artículo
16.1.

720. De la finalidad que persiguen las reglas de este artículo: privilegiar la


Jurisprudencia: 
estabilidad y el interés superior del hijo. El E Tribunal Constitucional ha advertido
xcmo. 

que: "El propósito detrás de esta norma es fácil de apreciar: causar el menor impacto
posible en el desarrollo personal del niño, sin que éste deba sufrir consecuencias
indeseadas por el hecho de estar cambiando constantemente de residencia entre la de la
madre y la del padre. Así se constata en el mensaje presidencial de la Ley Nº 20.680, que
introdujo la nueva formulación del referido artículo (boletines 7007-18 y 5917-18,
refundidos)" (Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 16º, Legal
Publishing: Cl/Jur/2645/2016, Rol Nº 2867-15-Ina). La E Corte Suprema, por su parte,
xcma. 

ha advertido que: "[R]esulta de interés tener presente que el legislador al modificar las
normas que regulan el cuidado personal de los hijos durante la vida separada de sus
padres, dio cabida legal al régimen de tuición compartida; corrigió la forma como se
interpretaba la preferencia materna como regla legal de carácter supletoria; y eliminó el
criterio de inhabilidad de uno o de ambos padres en la atribución judicial de la tuición, con
la finalidad de privilegiar la aplicación del principio rector en materia de familia, esto es, el
interés superior del niño, niña y adolescente" (C. Suprema, 12 de julio de 2017, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4531/2017, Rol Nº 9226-2017). Con ligeras variantes de
redacción este considerando lo ha reproducido en sentencias posteriores (C. Suprema, 28
de agosto de 2018, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/939/2018, Rol Nº 4807-
2018). 721. Del campo operativo de este artículo. El E Tribunal Constitucional ha
xcmo. 

precisado: "Que, según se desprende de su tenor, el artículo 225 del Código Civil
establece reglas que dicen relación con la atribución del cuidado personal del hijo, cuando
los padres viven separados. Es decir, normas que parten del supuesto de que los padres
del hijo llevan una vida separada o independiente entre sí, suponiendo éste un contexto
de aplicación diverso al del artículo 224, cual es que estando vivos ambos padres, éstos
llevan una vida separada o independiente. La finalidad de este precepto, entonces, es
normar la atribución del cuidado personal en ese contexto preciso [...]. Que, entonces, el
artículo 225 del Código Civil supone un 'contexto de crisis familiar, fracaso y,
frecuentemente, graves desavenencias que han llevado a los padres a interrumpir o
terminar la vida en común junto a sus hijos'. Es en ese escenario en el que el Derecho
debe 'arbitrar técnicas que, en la medida de lo posible, garanticen a los niños, niñas y
adolescentes involucrados involuntariamente en estas crisis la continuidad de su crianza y
educación y la estabilidad de vida que requieren para el desarrollo armónico de su
personalidad hasta la madurez. A esto deberían apuntar y éste es verdaderamente el
objetivo de las reglas de atribución del cuidado personal de los hijos en el supuesto de
familias separadas' (Rodríguez Pinto, María Sara (2009): 'El cuidado personal de niños y
adolescentes en la familia separada: criterios de resolución de conflictos de intereses
entre padres e hijos en el nuevo derecho chileno de familia'. En Revista Chilena de
Derecho, vol. 36 Nº 3, pp. 545-586)" (Tribunal Constitucional, 16 de junio de 2015, cons.
4º y 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3348/2015, Rol Nº 2699-14-Ina). 722. La atribución del
cuidado personal del hijo, cuyos padres viven separados, puede ser:
a) convencional, b) legal o c) judicial. Así lo ha advertido el E Tribunal Constitucional:
xcmo. 

"[E]l artículo 225 del Código Civil supone un 'contexto de crisis familiar, fracaso y,
frecuentemente, graves desavenencias que han llevado a los padres a interrumpir o
terminar la vida en común junto a sus hijos' [...]. Y es precisamente para hacer frente a lo
anterior que el artículo 225 del Código Civil establece tres reglas distintas. Aquella que
permite la atribución convencional del cuidado personal, la que lo atribuye legalmente, y la
que permite al juez zanjar dicha cuestión" (Tribunal Constitucional, 16 de junio de 2015,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3348/2015, Rol Nº 2699-14-Ina). Si tales son las
"fuentes" para atribuir el cuidado personal de los hijos, la jurisprudencia ha destacado que
la reforma operada por la Ley Nº 20.680, de 21 de junio de 2013, ha consagrado la
igualdad de condiciones de los padres para el ejercicio del cuidado personal de sus
hijos. En este sentido la E Corte Suprema ha declarado que: "Resulta útil señalar que la
xcma. 

Ley Nº 20.680, que introduce modificaciones al Código Civil y a otros cuerpos legales,
tuvo por objeto proteger la integridad del niño en caso de que sus padres vivan
separados, regulando materias relativas al cuidado personal de los hijos, la relación
directa y regular y la patria potestad. En materia de cuidado personal estableció cambios
en las formas de atribución y en el ejercicio de este derecho-deber, inspirados en los
principios de autonomía de la voluntad, igualdad de los padres y en el principio rector del
interés superior del niño, mantuvo las fuentes de atribución del cuidado personal, esto es,
convencional, legal y judicial, esta última, también denominada supletoria, es aquella que
opera a falta de acuerdo de los padres: 'el hijo continuará bajo el cuidado del padre o
madre con quien estén conviviendo', consagrando con ello la igualdad de condiciones de
los padres para el ejercicio del cuidado personal de los hijos y protegiendo con ello, su
interés superior, al mantener su situación fáctica, priorizando su estabilidad material y
espiritual" (C. Suprema, 6 de octubre de 2014, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7101/2014, Rol Nº 3666-2014). 723. De la atribución
convencional del cuidado personal de los hijos. La E Corte Suprema ha destacado el
xcma. 

papel que se reconoce a la autonomía de los padres para decidir acerca del cuidado
personal de sus hijos: "[E]l artículo 225 del estatuto en referencia establece las reglas de
atribución de responsabilidad del cuidado personal en el evento que los padres vivan
separados. En dicho caso, se consagra como criterio rector preeminente, la autonomía de
los padres, pues el legislador expresa como primera preferencia, que sean los
progenitores quienes acuerden el ejercicio del cuidado personal, sea asignándolo a uno
de ellos,o asumiéndolo de manera compartida" (C. Suprema, 5 de septiembre de 2016,
cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/6163/2016, Rol Nº 16275-2016). De su lado, la
jurisprudencia constitucional ha precisado que, de acuerdo con la regla del inciso 1º del
artículo 225 del Código Civil, la atribución convencional del cuidado personal de los hijos
puede asumir dos variantes, a saber, la atribución exclusiva del cuidado personal a uno
de los padres, o la atribución del cuidado compartido. En tal sentido el E Tribunal
xcmo. 

Constitucional ha declarado: "Que en virtud de la primera de estas reglas, habilitante de la


atribución convencional del cuidado personal del hijo, los padres que viven separados son
los que determinan, en ejercicio de la autonomía de la voluntad que el legislador les
reconoce: a) cuál de ellos, de modo exclusivo, ejercerá el cuidado personal del hijo, o
bien, b) que ambos ejercerán el cuidado personal del hijo, de manera compartida. Dicho
acuerdo está sometido al cumplimiento de las solemnidades y formalidades por vía de
publicidad que en el mismo artículo se establecen" (Tribunal Constitucional, 16 de junio
de 2015, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015 Rol Nº 2699-2014 Ina). 723.1. De la
atribución convencional: el cuidado personal compartido sólo puede tener su
origen en la convención de los padres. El mismo E Tribunal Constitucional ha
xcmo. 

asumido la opinión que, desde la entrada en vigor la reforma operada por la Ley
Nº 20.680, ha defendido la E Corte Suprema en cuanto a que el cuidado personal
xcma. 

compartido es un régimen que únicamente puede tener su origen en el acuerdo de los


padres. Así ha explicado: "Que lo relevante de esta distinción entre corresponsabilidad
parental y cuidado personal compartido radica en que, en definitiva, 'el principio de
corresponsabilidad no autoriza al juez para atribuir judicialmente el cuidado personal a
ambos padres separados (cfr. artículo 225, inciso primero). El cuidado personal
compartido solamente puede establecerse por convención entre los padres. La
corresponsabilidad parental es un principio adoptado por el legislador; no es un régimen
legal de cuidado personal' (Rodríguez Pinto (2014) p. 80). O, en términos más lacónicos,
que '(...) el juez carece, según esta regla de la Reforma, de facultades para asignar el
cuidado compartido en ausencia de acuerdo entre los padres' (Tapia Rodríguez, Mauricio
(2014): 'Comentarios críticos a la reforma del cuidado personal de los hijos (Ley
Nº 20.680)'. En Revista de Derecho de Familia Nº 1, p. 17). Cabe señalar que no resulta
antojadizo ni irracional que el legislador haya supeditado la procedencia del cuidado
personal compartido a la existencia de un acuerdo entre los padres, que compartirán la
custodia, previendo la ley dicha forma de cuidado personal sólo si hay acuerdo entre ellos,
cuestión que emana nítidamente no sólo del inciso tercero del artículo 225 del Código
Civil, sino que también de sus incisos primero y cuarto. Lo anterior, por cuanto, como ya
hemos visto, el artículo 225 del Código Civil supone que los padres viven separados, por
lo que, de no existir acuerdo, no resulta difícil avizorar que no habrá la suficiente
coordinación para que el niño no se vea menoscabado por una alternancia no consentida
por ambos progenitores, no pudiendo razonablemente el juez imponer el cuidado
compartido contra la voluntad de uno de ellos. El debate legislativo fue claro en este
sentido, al punto de que, por una parte, se distinguió nítidamente el cuidado personal
compartido de la corresponsabilidad, como también que el cuidado personal sólo podía
proceder ante acuerdo de las partes. Tanto así, que se llegó a plantear la existencia de un
'principio que se ha recogido durante toda la tramitación del proyecto, cual es que el
cuidado personal compartido sólo puede proceder por acuerdo de los padres, ya que si
ellos no se pueden poner de acuerdo en lo macro, menos podrán hacerlo en cuestiones
cotidianas' (intervención de Susan Ortega, representante del Sernam en la discusión que
hubo en la Comisión Mixta). O bien que 'es indudable que el cuidado compartido supone
ciertas condiciones y capacidades en los padres y en su relación entre ellos' (intervención
de la profesora Carmen Domínguez, en la Comisión Mixta). Lo mismo en torno a la
distinción entre cuidado personal compartido y corresponsabilidad, destacando de entre
numerosas intervenciones aquella que señala enfáticamente que 'el principio de
corresponsabilidad, que inspira todo el proyecto y que no debe confundirse con la
institución del cuidado compartido' (intervención de la profesora Fabiola Lathrop ante la
Comisión Mixta)" (Tribunal Constitucional, 16 de junio de 2015, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015, Rol Nº 2699-2014 Ina). Esta opinión, como se ha
anticipado, es la misma que ha mantenido la E Corte Suprema. En efecto, se ha
xcma. 

declarado por ella que: "El inciso 1º [del art. 225], por su parte, señala que los padres que
viven separados pueden de consuno determinar que el cuidado personal de los hijos
corresponda a ambos en forma compartida, precisando que el acuerdo se debe otorgar
por escritura pública o acta extendida ante cualquier oficial del Registro Civil y deberá ser
subinscrito al margen de la inscripción de nacimiento del hijo dentro de los treinta días
siguientes a su otorgamiento; y el inciso 4º que el juez sólo puede atribuir el cuidado
personal a uno de los progenitores, por lo que excluye la posibilidad de otorgar una
modalidad de custodia compartida sino existe acuerdo entre ellos [...] en consecuencia,
los sentenciadores del fondo no han infringido dicha disposición al decidir que el régimen
de cuidado compartido no puede ser regulado por vía judicial a través de una sentencia,
sino que sólo por acuerdo de los padres" (C. Suprema, 10 de noviembre de 2015, cons.
6º y 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6835/2015, Rol Nº 4889-2015). En igual sentido se ha
declarado que: "[L]a determinación de los sentenciadores en relación a fijar el cuidado
compartido a favor del menor de autos, no tomó en consideración el inciso tercero del
artículo 225 que señala expresamente que 'En cualquiera de los casos establecidos en
este artículo, cuando las circunstancias lo requieran y el interés superior del hijo lo haga
conveniente, el juez podrá atribuir el cuidado personal del hijo al otro de los padres, o
radicarlo en uno solo de ellos, si por acuerdo existiere alguna forma de ejercicio
compartido'. Del cual se deduce sin ninguna duda, que el juez no tiene atribución para fijar
como forma de ejercer el cuidado personal de un hijo, el de hacerlo en forma de cuidado
compartido, ya que la ley establece claramente todas las posibles soluciones que puede
tomar el juez, en los casos sometidos a su decisión" (C. Suprema, 17 de diciembre de
2015, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/7869/2015, Rol Nº 6320-2015). Para justificar esta
opción de la ley, se ha advertido: "Que la doctrina y el derecho extranjero están de
acuerdo en señalar, respecto al cuidado compartido, que 'Otro rasgo importante de esta
institución es su fuente en la convención de los padres. Los acuerdos de tuición conjunta
o alternada desde su introducción en los años 1980 son convenios entre los padres.
Requieren el mutuo acuerdo entre progenitores. Lo que resulta difícil de aceptar es que
los tribunales de familia decreten estos sistemas contra la voluntad de uno de los padres.
En el ámbito norteamericano, hay numerosos estudios que desaconsejan la tuición
compartida si no hay un alto grado de armonía y cooperación entre los padres' (Rodríguez
Pinto, María Sara, 'El cuidado personal de niños y adolescentes', página 97). Quinto: Que
es por lo anterior que el legislador no le dio atribuciones al juez para fijar el cuidado
compartido, porque los padres que llevan sus disputas a los tribunales y prefieren que un
extraño decida en lugar de ellos mismos, quién está mejor capacitado para ejercer el
cuidado de sus hijos o que decida en definitiva al cuidado de quién sus hijos estarán
mejor; no son los padres de los que habla la doctrina, éstos que se encuentran en un alto
grado de armonía y cooperación" (C. Suprema, 17 de diciembre de 2015, sentencia de
reemplazo cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7869/2015, Rol Nº 6320-
2015). 723.2. De la atribución convencional: el cuidado personal compartido es
distinto del principio de corresponsabilidad. El E Tribunal Constitucional también ha
xcmo. 

asumido en este punto la opinión de la E Corte Suprema. Así ha advertido que: "Resulta
xcma. 

interesante destacar que a continuación del inciso primero del artículo 225, que faculta a
los padres para que mediante acuerdo establezcan el cuidado compartido de su hijo, el
inciso segundo del mismo artículo precisa que dicha forma de cuidado 'procura estimular
la corresponsabilidad de ambos padres que viven separados'. De éste fluye nítidamente
que cuidado personal compartido y corresponsabilidad parental (artículo 224 del Código
Civil) son cuestiones diferenciables. El precepto reconoce que el cuidado compartido
estimula la corresponsabilidad, pero no lo identifica con ella. Sobre ello, se ha afirmado
que 'el principio de corresponsabilidad parental no es sinónimo de cuidado personal
compartido y, al mismo tiempo, que un buen régimen de relación directa y regular puede
concretar también tal principio' o, bien, que 'la corresponsabilidad parental debe ser
ejercida con independencia del tipo de custodia que acordaron los padres o que decretó el
juez' (Acuña San Martín, Marcela (2013): 'El principio de corresponsabilidad parental'.
En Revista de Derecho de la Universidad Católica del Norte, Vol. 20 Nº 2). Y en un
sentido análogo, que 'cuidado personal compartido y corresponsabilidad tienen una
estrecha relación. La tuición compartida es una forma de ejercitar la corresponsabilidad
parental después de la separación. Pero ambos conceptos no se identifican. La
corresponsabilidad no exige cuidado compartido como único régimen posible de tuición
durante la separación. La corresponsabilidad puede ejercitarse de diversas formas'
(Rodríguez Pinto, María Sara (2014): 'Nuevas normas sobre cuidado personal, relación
directa y regular y patria potestad en el Código Civil Chileno. Reformas introducidas por la
Ley Nº 20.680 de 2012'. En Revista de Derecho de Familia, Nº 1, p. 80)" (Tribunal
Constitucional, 16 de junio de 2015, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015, Rol
Nº 2699-2014-Ina). La E Corte Suprema, por su parte, se ha ocupado en precisar: "Que,
xcma. 

según lo dispone el inciso 2º del artículo 225 del Código Civil, el cuidado personal
compartido es un régimen de vida que procura estimular la corresponsabilidad de ambos
padres que viven separados, en la crianza y educación de los hijos comunes, mediante un
sistema de residencia que asegure su adecuada estabilidad y continuidad. En
consecuencia, cuidado personal compartido y corresponsabilidad no son conceptos
sinónimos, como parece sugerirse en el recurso, pues el primero es un sistema de vida
que persigue mantener activa la participación del padre y de la madre en los aspectos
señalados durante la vida separada, luego, es una de las tantas formas de ejercitar la
corresponsabilidad parental en ese caso, y el segundo es un principio informador en lo
tocante a la crianza de los hijos" (C. Suprema, 10 de noviembre de 2015, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6835/2015, Rol Nº 4889-2015). En la misma línea se ha
precisado: "Que es necesario, asimismo, sostener que cuidado personal compartido y
corresponsabilidad no son conceptos sinónimos, pues el primero es un sistema de vida
que persigue mantener activa la participación del padre y de la madre en los aspectos
señalados durante la vida separada, luego, es una de las tantas formas de ejercitar la
corresponsabilidad parental en ese caso, y el segundo es un principio informador en lo
tocante a la crianza de los hijos. Por lo cual es un error establecer que la mejor forma de
cumplir con el principio de la corresponsabilidad, establecido en el artículo 224 del Código
Civil, es el cuidado compartido; ya que se logra lo mismo radicando el cuidado personal
en uno de los padres y fijando un régimen directo y regular en favor del padre o madre no
custodio" (C. Suprema, 17 de diciembre de 2015, sentencia de reemplazo, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7869/2015, Rol Nº 6320-2015). 723.3. De la atribución
convencional: el cuidado compartido no puede decretarlo el juez fundado en el
principio de corresponsabilidad. Así lo ha precisado, el E Tribunal Constitucional:
xcmo. 

"Que lo relevante de esta distinción entre corresponsabilidad parental y cuidado personal


compartido radica en que, en definitiva, 'el principio de corresponsabilidad no autoriza al
juez para atribuir judicialmente el cuidado personal a ambos padres separados (cfr.
artículo 225, inciso primero). El cuidado personal compartido solamente puede
establecerse por convención entre los padres. La corresponsabilidad parental es un
principio adoptado por el legislador; no es un régimen legal de cuidado personal'
(Rodríguez Pinto (2014) p. 80). O, en términos más lacónicos, que '(...) el juez carece,
según esta regla de la Reforma, de facultades para asignar el cuidado compartido en
ausencia de acuerdo entre los padres' (Tapia Rodríguez, Mauricio (2014): 'Comentarios
críticos a la reforma del cuidado personal de los hijos (Ley Nº 20.680)'. En Revista de
Derecho de Familia Nº 1, p. 17)" (Tribunal Constitucional, 16 de junio de 2015, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015, Rol Nº 2699-1204 Ina). 723.4. De la atribución
convencional: ante la discrepancia sobre su interpretación, no procede la
aplicación de apremios previstos en el artículo 48 de la Ley Nº 16.618. En este
sentido se ha pronunciado la E.  Corte Suprema: "Que el artículo 48 de la Ley Nº 16.618
xcma

establece, entre otras, reglas para obtener el cumplimiento del régimen de relación directa
y regular con el niño cuando el cuidado personal está radicado en uno de los padres,
mediante la aplicación de los apremios tipificados en el artículo 66 de la misma ley [...]
Que de los antecedentes fluye que, en este caso, las partes acordaron un régimen de
cuidado personal compartido en conformidad al artículo 225 del Código Civil, cuyo
establecimiento y delimitación está entregado por ley a los padres y que se encuentra
fuera de los casos regulados por las disposiciones más arriba transcritas [...] Que
existiendo, en este caso, una discrepancia entre las partes en cuanto a la interpretación
del acuerdo arribado con fecha 13 de mayo de 2015, lo que correspondía era que el
Tribunal de Familia los citara a una audiencia en que, oyendo a los niños, propusiera las
bases para solucionar el conflicto suscitado, en virtud del principio de colaboración que
rige los procedimientos de familia en conformidad al artículo 14 de la Ley Nº 19.968 con
miras a mitigar la confrontación entre los progenitores" (C. Suprema, 10 de septiembre de
2018, cons. 2º, 3º y 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/5106/2018, Rol Nº 22224-2018). 724. De
la atribución legal del cuidado personal del hijo. La actual regla de atribución legal del
cuidado personal, vigente desde la entrada en vigor de la Ley Nº 20.680, no ha significado
que se superen todos los inconvenientes que generaba la regla anterior. De ahí que en el
poco tiempo de su vigencia ha dado pie a la discusión de una serie de
cuestiones. 724.1. De la atribución legal del cuidado personal del hijo: el campo
operativo de la regla. El E Tribunal Constitucional ha precisado, en relación con la regla
xcmo. 

de atribución legal del cuidado personal al padre con quien conviva el menor, que: "La
segunda regla es aquella contenida en el inciso tercero del artículo 225, objeto de
impugnación en estos autos, que atribuye legalmente el cuidado personal del hijo al padre
o madre con quien esté conviviendo. La norma, al efecto, reza que 'los hijos continuarán
bajo el cuidado personal del padre o madre con quien estén conviviendo'. Ella supone que
entre los padres que viven separados no se haya arribado a un acuerdo en torno al
cuidado personal del hijo, en ejercicio de la regla del inciso primero del mismo artículo,
acuerdo que, como vimos, puede consistir tanto en que uno solo de ellos ejercerá el
cuidado personal o, por el contrario, que lo ejercerán ambos. Importante es destacar, por
ahora, que la norma en cuestión no sólo atiende indiferenciadamente a la condición de
progenitor —se aplica indistintamente al padre o a la madre— sino que exige la
concurrencia de una circunstancia adicional para determinar cuál de los progenitores
detentará el cuidado del hijo: que convivan con éste. Es decir, el hijo se mantendrá bajo el
cuidado ya del padre o ya de la madre, que conviva con él. Es evidente que no puede
mantenerse bajo el cuidado de ambos, pues la norma supone la vida separada de los
padres. La exigencia de convivencia entre el padre y el hijo es el supuesto esencial o
relevante de la regla en cuestión, que desencadena su aplicación" (Tribunal
Constitucional, 16 de junio de 2015, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015, Rol
Nº 2699-2014 Ina). 724.2. De la atribución legal del cuidado personal: el presupuesto
de la convivencia con uno de los padres. El E Tribunal Constitucional se ha ocupado
xcmo. 

en destacar que la regla del inciso 3º del artículo 225 del Código Civil implica, como
presupuesto para que opere, la concurrencia de una circunstancia de hecho, que consiste
en la convivencia del hijo con uno de sus padres: "Que preciso resulta asentar que para
que la regla cuestionada se haga operativa, se requiere de la concurrencia de una
situación de hecho, consistente en la convivencia entre el hijo y el progenitor al que se
confiere el cuidado personal, es decir, un vivir juntos, pues el término convivir implica 'vivir
en compañía de otro u otros' (Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua).
En este caso, entonces, la regla supone que exista una comunidad de vida entre el
progenitor al que le atribuye el cuidado personal y el hijo al que dicho cuidado se refiere.
Dicha cuestión, ha afirmado la jurisprudencia, protege el interés superior del niño, niña, o
adolescente, al amparar una situación fáctica existente, consagrando la igualdad de
condiciones de los padres para el ejercicio del cuidado personal. Y es que la cuestión
determinante es que se dé ese supuesto fáctico, no si se trata del padre o de la madre,
pues la regla se puede aplicar a uno u otro, siempre que conviva con su hijo" (Tribunal
Constitucional, 16 de junio de 2015, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015, Rol
Nº 2699-2014 Ina). 724.3. De la atribución legal del cuidado personal: se privilegia el
mantenimiento de la estabilidad del hijo. La E Corte Suprema ha destacado que la
xcma. 
nueva regla de atribución legal del cuidado personal se inspira en el propósito de priorizar
la estabilidad material y espiritual del hijo, y evitar la alteración de una situación
preexistente. En este sentido ha declarado: "Que resulta útil señalar que la Ley Nº 20.680,
que introduce modificaciones al Código Civil y a otros cuerpos legales, tuvo por objeto
proteger la integridad del niño en caso de que sus padres vivan separados, regulando
materias relativas al cuidado personal de los hijos, la relación directa y regular y la patria
potestad. En materia de cuidado personal estableció cambios en las formas de atribución
y en el ejercicio de este derecho-deber, inspirados en los principios de autonomía de la
voluntad, igualdad de los padres y en el principio rector del interés superior del niño,
mantuvo las fuentes de atribución del cuidado personal, esto es, convencional, legal y
judicial; esta última, también denominada supletoria, es aquella que opera a falta de
acuerdo de los padres: 'el hijo continuará bajo el cuidado del padre o madre con quien
estén conviviendo', consagrando con ello la igualdad de condiciones de los padres para el
ejercicio del cuidado personal de los hijos y protegiendo con ello, su interés superior, al
mantener su situación fáctica, priorizando su estabilidad material y espiritual"
(C. Suprema, 6 de octubre de 2014, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/7101/2014, Rol
Nº 3666-2014). El E Tribunal Constitucional, con expresa referencia a la sentencia que
xcmo. 

queda transcrita, ha asumido la misma interpretación de la regla de atribución legal del


cuidado personal de los hijos: "La regla, en definitiva, privilegia la estabilidad del niño, niña
o adolescente, en aras de resguardar su interés superior. En este sentido, la Corte
Suprema ha sostenido en un fallo reciente 'que la Ley Nº 20.680, que introduce
modificaciones al Código Civil y a otros cuerpos legales, tuvo por objeto proteger la
integridad del niño en caso de que sus padres vivan separados, regulando materias
relativas al cuidado personal de los hijos, la relación directa y regular y la patria potestad.
En materia de cuidado personal estableció cambios en las formas de atribución y en el
ejercicio de este derecho-deber, inspirados en los principios de autonomía de la voluntad,
igualdad de los padres y en el principio rector del interés superior del niño; mantuvo las
fuentes de atribución del cuidado personal, esto es, convencional, legal y judicial; esta
última, también denominada supletoria, es aquella que opera a falta de acuerdo de los
padres: "el hijo continuará bajo el cuidado del padre o madre con quien estén
conviviendo", consagrando con ello la igualdad de condiciones de los padres para el
ejercicio del cuidado personal de los hijos y protegiendo con ello su interés superior, al
mantener su situación fáctica, priorizando su estabilidad material y espiritual'
(considerando 3º de la sentencia rol Nº 3666-2014, de 6.10.2014)" (Tribunal
Constitucional, 16 de junio de 2015, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3348/2015, Rol
Nº 2699-2014 Ina). Esta opinión la ha confirmado el mismo Tribunal en sentencia
posterior, y lo ha hecho sobre la base de la finalidad perseguida por las reglas de este
artículo 225 y por el principio de salvaguardar el interés superior del hijo: "El propósito
detrás de esta norma es fácil de apreciar: causar el menor impacto posible en el
desarrollo personal del niño, sin que éste deba sufrir consecuencias indeseadas por el
hecho de estar cambiando constantemente de residencia entre la de la madre y la del
padre. Así se constata en el mensaje presidencial de la Ley Nº 20.680, que introdujo la
nueva formulación del referido artículo (boletines 7007-18 y 5917-18, refundidos). Ahora
bien, en el inciso tercero de la norma indicada, la intención del legislador, recién retratada,
se torna aún más evidente, puesto que a falta de acuerdo en el régimen de cuidado
personal del menor, 'los hijos continuarán bajo el cuidado personal del padre o madre con
quien estén conviviendo'. Es decir, el legislador privilegia y respeta una situación de
hecho, cual es que los hijos continúen viviendo con quien, hasta el momento, lo han
hecho, no causando perturbaciones en su forma de vida actual ni afectaciones
significativas en su ambiente más cercano. Con ello, se toma en consideración el interés
superior del niño, que en casos como éste —cuando ambos padres viven [separados]—
viene dado por el respeto a su desarrollo material y personal y por la protección que deba
darse al entorno familiar en el cual se encuentra viviendo" (Tribunal Constitucional, 12 de
abril de 2016, cons. 16º, LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015, Rol Nº 2867-2015 Ina). El
criterio del mantenimiento de la estabilidad espiritual y material del hijo lo ha considerado
la E Corte Suprema como uno de los factores que pueden ser estimados para atribuir
xcma. 

judicialmente el cuidado personal del hijo, al tenor de la letra j) del artículo 225-2 del
Código Civil (vide art. 225-2 y su jurisprudencia). 724.4. De la atribución legal del
cuidado personal: el mantenimiento de la estabilidad del hijo y el cambio de
domicilio del menor decidido unilateralmente por el padre custodio. La E Corte xcma. 

Suprema sanamente ha enfrentado esta cuestión desde la única perspectiva posible: el


"interés superior del niño". Al hacerlo destaca la finalidad de priorizar la estabilidad del hijo
y el riesgo de menoscabo que, en principio, significa una alteración de su situación
preexistente, a menos que se compruebe que de esa alteración advendrá una mejor
satisfacción de su interés. La E Corte Suprema en sentencia de 6 de octubre de 2014,
xcma. 

precisamente ha asumido que el cambio de domicilio del menor, pretendido


unilateralmente por uno de los padres, implica una alteración de su estabilidad y, por
ende, no se condice con su interés superior: "Que en la especie, el referido interés se
relaciona con dos aspectos, por un lado, con el permitir que [...] se desarrolle dentro de un
entorno conocido y aceptado por él y, por otro, —muy ligado a lo anterior—, se refiere al
respeto de su autonomía progresiva. En este contexto, resulta que ninguno de dichos
aspectos fue debidamente considerado por los jueces del grado, puesto que su decisión
desatendió la situación actual en la que se encuentra [...], esto es, que su vida hasta
ahora, se ha desarrollado en la ciudad de Villa Alemana, lugar donde concurre al colegio y
tiene su red social, por lo que resolver entregar su cuidado personal a su madre,
significaría disponer de un cambio sustancial en su vida, que involucra incluso radicarse
en otra ciudad, todo lo cual trae consigo necesariamente alteraciones y adaptaciones, que
sí ya para un adulto son difíciles de sobrellevar, con mayor razón lo será para un
adolescente, más aún si se tiene presente su resistencia al cambio, tal como lo manifestó
en su oportunidad y que atendida su edad, no es posible de pasar por alto, salvo que
existan antecedentes que permitan concluir que con ello no se resguarda debidamente su
interés superior, lo que, conforme al mérito de los antecedentes no se advierte, más si
tiene presente que se estableció que no existe inhabilidad alguna de los progenitores para
ejercer el cuidado personal de su hijo" (C. Suprema, 6 de octubre de 2014, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7101/2014, Rol Nº 3666-2014). Es ésta una línea que la E Corte xcma. 

Suprema mantiene en sus fallos recientes. Así, en sentencia de 14 de octubre de 2015,


también se ha referido al traslado de domicilio pretendido por uno de los padres para
llevar consigo a su hijo, con lo cual se altera la situación preexistente del menor y, por
ende, el ejercicio del cuidado personal y de su correlativo régimen de relación directa y
regular. El punto de partida del examen hecho por el tribunal es, precisamente, el de la
conservación de la estabilidad representada por la situación existente, en cuanto que ella
permite evaluar y determinar el interés superior del hijo: "Sabido es que uno de los
elementos propios para dilucidar el interés superior del niño en un caso específico es
justamente que exista claridad y buenas razones para cambiar una situación dada"
(C. Suprema, 14 de octubre de 2015, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6112/2015, Rol
Nº 1624-2014). Sobre la base de ese principio, la E Corte Suprema realiza el ejercicio de
xcma. 

ponderar la situación existente de cara a la eventual situación futura, alterada por la


modificación del domicilio del menor, que pretendía realizar la madre. La situación
existente, caracterizada por una estrecha relación entre el padre y su hijo, hacía parte de
su interés superior, y el menoscabarla como consecuencia de un cambio de domicilio se
presentaba como una alteración de la situación existente, precisamente contraria a su
interés superior: "En este caso se encuentra acreditado que el padre mantiene una
relación no sólo a título personal sino que con su entorno familiar con su hijo, lo que se
verá fracturado por la salida del país del menor y ese trastorno en su cotidiano no
aparece, de acuerdo a lo dicho en la sentencia recurrida, que sea mejor o que vaya a
estar en mejores condiciones. No existiendo antecedentes que permitan concluir que
exista certeza o, al menos, rayana en la certeza, de que el cambio significa un beneficio
cierto en relación a la situación actual, no parece conveniente, al menos por ahora,
conforme al interés superior del niño, un cambio tan radical, que aleje al menor del padre,
lo que significaría un contacto físico escaso o, al menos, bastante esporádico. En estas
condiciones, y a la luz del interés superior del niño, no se constata que la salida del país
del menor le resulte beneficiosa en contraste con la situación actual del mismo, que le
permite, mantener una relación fluida con su padre, en consonancia con los derechos y
deberes que emanan de las relaciones paterno-filiales" (C. Suprema, 14 de octubre de
2015, sent. cas., cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6112/2015, Rol Nº 1624-
2014). 724.5. De la atribución legal del cuidado personal: una regla que elimina
criterios de discriminación. El E Tribunal Constitucional ha entendido, al igual que la
xcmo. 

doctrina, que la nueva regla de atribución legal del cuidado personal de los hijos elimina
los defectos de carácter discriminatorio que tenía la regla anterior: "La disposición viene a
reemplazar al antiguo artículo 225 del Código Civil, el que también contenía reglas de
atribución legal, convencional y judicial del cuidado personal del hijo, cuando sus padres
vivían separados. En lo que respecta a la atribución legal, la norma pertinente estaba
contenida en el inciso primero, el que prescribía: 'Si los padres viven separados, a la
madre toca el cuidado personal de los hijos'. Según se desprende de su lectura, surgen
dos elementos diferenciadores relevantes entre una y otra disposición. Por una parte, la
nueva regla de atribución legal se puede aplicar ya al padre o a la madre, no así la
anterior. Y, además, en la nueva regla la sola condición de progenitor no basta para su
aplicación, pues se exige que el padre o madre al que la norma le confiere el cuidado
personal del hijo, conviva con éste. De allí que la doctrina ya haya reconocido que el
inciso tercero del artículo 225, ahora reprochado, es 'una norma de atribución supletoria,
que deja en igualdad de condiciones a los padres, eliminando la preferencia materna, y
que protege el interés superior de los hijos al mantener su situación, priorizando su
estabilidad material y espiritual. Esta regla supletoria presenta importantes beneficios; por
una parte, permite una continuidad en la vida del menor, en aquellos casos en que los
padres estén separados y uno de ellos se hace cargo de los hijos y el otro desaparece o
se desentiende de sus responsabilidades; o en aquellos casos en que ambos padres se
encuentran presentes en la vida de su hijo, pero no han firmado un acuerdo. Por otro lado,
evita tener que judicializar todos los casos a efectos de que el Tribunal de Familia atribuya
el cuidado personal, reconociendo la situación de hecho existente' (Lepin Molina, Cristián
(2013): 'Reformas a las Relaciones Paterno-Filiales. Análisis de la Ley Nº 20.680'.
En Revista de Derecho, Escuela de Postgrado Nº 3, julio 2013, pp. 285-308). Asimismo,
se ha señalado que 'deroga las reglas de preferencia basadas en el sexo de los padres, al
momento de atribuir funciones parentales. Así, eliminando la preferencia materna,
establece que, a falta de acuerdo, los hijos continuarán bajo el cuidado personal del padre
o madre con quien estén conviviendo. Este aspecto fue a tal punto controvertido, que dio
lugar a la creación de una Comisión Mixta, en cuyo seno se privilegió la necesidad de una
regla supletoria en situaciones de hecho en que los padres ya se hubieran separado; mas,
sin sacrificar el principio de igualdad parental'. (Lathrop Gómez, Fabiola (2013):
'Comentarios a la reforma al Código Civil en materia de efectos de la filiación', en
la Semana Jurídica del 29 de julio al 2 agosto de 2013)" (Tribunal Constitucional, 16 de
junio de 2015, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015, Rol Nº 2699-
2014 Ina). 724.6. De la atribución legal del cuidado personal: la constitucionalidad
de la regla del inciso 3º del artículo 225 del Código Civil. El E Tribunal Constitucional,
xcmo. 
requerido para pronunciarse en torno a la constitucionalidad de la nueva regla, ha sentado
como punto de partida el que ella no afecta el principio de igualdad: "[S] e puede señalar
que la regla contenida en el inciso tercero del artículo 225 del Código Civil, por una parte,
consagra una igualdad de condiciones entre los progenitores a los efectos del cuidado
personal del hijo, pues bien puede aplicarse al padre o a la madre, y, por la otra, ampara
la estabilidad del hijo, al mantenerlo bajo el cuidado del progenitor con el que ya vive,
resguardando entonces la comunidad de vida existente entre ambos, con lo que se
propende además al respeto de su interés superior" (Tribunal Constitucional, 16 de junio
de 2015, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015, Rol Nº 2699-2014 Ina). En
desarrollo de esta idea, ha precisado: "[...] a juicio de este Tribunal, el reproche planteado
por el requirente debe ser desestimado, pues la aplicación del precepto no origina una
infracción a la garantía de igualdad ante la ley. Lo anterior por cuanto la regla no resulta, a
nuestro juicio, tachable de arbitraria, ello aun en el caso de que se entendiera que
introduce una diferencia entre personas que están en una misma situación, cuestión que
no se comparte. Lo anterior, por cuanto la norma precisamente se aplica en un supuesto
en que los padres no se hallan en una idéntica situación, pues es uno de ellos —no
ambos— el que convive con el hijo y lo cuida. Es decir, sólo con uno de ellos el hijo
mantiene una comunidad de vida, no así con el otro. Y aun si se entendiera, como lo hace
el requirente, que el precepto introduce una diferencia entre sujetos que se encuentran en
una misma situación, cual sería ser padres del hijo en común, la misma no puede
calificarse de arbitraria, que es lo que en definitiva repudia la Constitución. Lo anterior, por
cuanto la atribución del cuidado personal del niño al progenitor con el que convive, parece
razonable e inspirada en el interés superior del niño. Ya hemos visto que tanto la doctrina
como la jurisprudencia han entendido que la regla en cuestión se muestra respetuosa de
la igualdad que debe existir entre los progenitores, pues puede aplicarse tanto al padre
como a la madre, a la par que resguarda debidamente el interés superior del niño,
reconociendo y amparando una situación ya existente, con lo que se protege su
estabilidad. Y, por lo demás, en el contexto fáctico en que la regla está llamada a operar
—vida separada de los padres— no resulta irracional ni desproporcionado que el padre
que viva con el hijo sea aquel al que la ley le atribuya su cuidado personal, sin dejar la
cuestión en indeterminación, mientras los padres, en ejercicio de la autonomía de la
voluntad que en estas materias sensibles se les reconoce y cuyo ejercicio promueve el
legislador, arriban a la formalización de algún acuerdo o, bien, recurren al tribunal
competente para que zanje quién debe detentar dicho cuidado" (Tribunal Constitucional,
16 de junio de 2015, cons. 16º, LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015, Rol Nº 2699-
2014 Ina). Ha agregado, finalmente: "Que si bien puede haber otras opciones legislativas
diversas a la establecida en el inciso tercero del artículo 225 del Código Civil, la norma
vigente no parece desproporcionada ni irracional. Siendo así, la adopción de esta regla
por el legislador resulta ser una opción lícita de éste, inspirada nada más y nada menos
que en cautelar el interés superior de los niños, privilegiando su estabilidad, según ya se
ha dicho latamente en esta sentencia. Y debe agregarse que, por lo demás, la regla
contenida en el inciso tercero del artículo 225 no es absoluta, sino que, por el contrario,
ella puede ser alterada por acuerdo de los padres. Y también, y sea cual fuere la forma en
que se hubiere determinado la titularidad del cuidado personal, por resolución judicial
dictada conforme al inciso cuarto del artículo en cuestión" (T. Constitucional, 16 de junio
de 2015, cons. 17º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3348/2015, Rol Nº 2699-2014 Ina). 725. De
la atribución judicial como regla supletoria. Como punto de partida la jurisprudencia ha
destacado el papel supletorio del juez en esta materia: "[S]e consagra como criterio rector
preeminente la autonomía de los padres, pues el legislador expresa como primera
preferencia que sean los progenitores quienes acuerden el ejercicio del cuidado personal,
sea asignándolo a uno de ellos, o asumiéndolo de manera compartida. A falta de dicho
acuerdo, la norma consagra un régimen que respeta el statu quo existente, al señalar que
los hijos continuarán bajo el cuidado del padre o madre con quien estén conviviendo,
privilegiando la manera que en los hechos se ha distribuido esta labor. Así, el juez sólo
puede, de manera supletoria y ante la falta de concierto, modificar dicha situación fáctica,
mediante la atribución del cuidado personal del hijo al otro de los padres, o radicándolo en
uno de ellos, en el caso de cuestionarse el cuidado compartido acordado" (C. Suprema, 5
de septiembre de 2016, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/6163/2016, Rol Nº 16275-
2016). 726. La atribución judicial del cuidado personal del hijo tiene como único
criterio rector el de su interés superior: supresión de la preferencia materna y del
criterio de la inhabilidad. Esto es así, sobre todo, desde la entrada en vigor de la Ley
Nº 20.680 de 21 de junio de 2013, que pretendió, entre otros fines, privilegiar el interés
superior de los hijos como criterio de atribución de su cuidado personal. Así, y con razón,
lo ha entendido y declarado la E Corte Suprema en sentencia de 27 de mayo de 2015:
xcma. 

"[S]e debe tener presente que la Ley Nº 20.680, publicada en el Diario Oficial de 21 de
junio de 2013, introdujo modificaciones a diferentes disposiciones del Código Civil, a
aquellas que regulan el cuidado personal de los hijos durante la vida separada de sus
padres, con la finalidad, en lo que aquí interesa, de eliminar la preferencia materna como
regla legal de carácter supletoria de atribución del cuidado personal y el criterio de
inhabilidad de uno o de ambos padres en dicha atribución y, con ello, privilegiar la
aplicación del principio rector en materia de familia, esto es, el interés superior del niño"
(C. Suprema, 27 de mayo de 2015, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3050/2015, Rol
Nº 29566-2014). De ahí que el mismo tribunal, al referirse al artículo 225 del Código Civil
y a la atribución judicial del cuidado personal de los hijos, haya sentado categóricamente
que el único criterio para decidirlo es el interés superior del hijo: "[S]i no existe acuerdo
respecto del cuidado personal del hijo, le corresponde al padre o madre con quien esté
conviviendo; sin perjuicio de que cuando las circunstancias lo requieran y el interés
superior del hijo lo haga conveniente, el juez puede atribuir el cuidado personal al otro de
los padres, lo que significa que se elimina toda alusión a causales de inhabilidad de los
progenitores, y el interés superior del niño, esto es, su bienestar, se erige como único
criterio de atribución judicial" (C. Suprema, 27 de mayo de 2015, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3050/2015, Rol Nº 29566-2014). Esta sana interpretación la ha
confirmado expresamente la E Corte Suprema en sentencias posteriores: "[E]l legislador
xcma. 

le impone al juez para la definición de estas situaciones, adoptar la decisión pertinente


basado en la conveniencia del interés superior del hijo, calificación que el legislador le
entrega al órgano jurisdiccional conforme los parámetros que contempla el artículo 225-2
del Código Civil. Esto significa que la decisión que resuelva tal controversia debe ser
construida desde el punto de vista de lo ventajoso y beneficioso que será para el hijo el
ejercicio de su cuidado por uno u otro padre, es decir, el argumento que dirime la
contienda es aquel que permite discernir lo más conveniente para el niño y su interés, y
aquello, según lo ya señalado, se define conforme la decisión que asegure y garantice el
disfrute de la mayor cantidad de derechos para el niño" (C. Suprema, 18 de octubre de
2016, cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/7188/2016, Rol Nº 35161-2016). En igual
orientación se ha señalado que: "[C]abe recordar que el legislador al modificar las normas
que regulan el cuidado personal de los hijos durante la vida separada de sus padres, dio
cabida legal al régimen de tuición compartida; corrigió la forma como se interpretaba la
preferencia materna como regla legal de carácter supletoria; y eliminó el criterio de
inhabilidad de uno o de ambos padres en la atribución judicial de la tuición, con la
finalidad de privilegiar la aplicación del principio rector en materia de familia, esto es, el
interés superior del niño, niña y adolescente" (C. Suprema, 11 de julio de 2017, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4513/2017, Rol Nº 4827-2017). En la misma línea ha insistido en
que: "[S]i no existe acuerdo acerca de quién tendrá la tuición, el cuidado personal
corresponde al padre o madre con quien esté conviviendo; sin perjuicio de que cuando las
circunstancias lo requieran y el interés superior del hijo lo haga conveniente, el juez puede
atribuir el cuidado personal al otro de los padres, lo que implica la supresión de toda
alusión a causales de inhabilidad de los progenitores, y el interés superior del niño, esto
es, su bienestar, se erige como único criterio de atribución judicial" (C. Suprema, 12 de
julio de 2017, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/4531/2017, Rol Nº 9226-2017). En este
mismo sentido, y para destacar la eliminación del criterio de la inhabilidad, ha destacado
la E. Corte Suprema que: "[S]i no existe acuerdo de tuición compartida el cuidado
xcma 

personal corresponde al padre o madre con quien esté conviviendo; sin perjuicio de que
cuando las circunstancias lo requieran y el interés superior del hijo lo haga conveniente, el
juez puede atribuir el cuidado personal al otro de los padres, lo que significa que
se elimina toda alusión a causales de inhabilidad de los progenitores, y el interés superior
del niño, esto es, su bienestar, se erige como único criterio de atribución judicial"
(C. Suprema, 28 de agosto de 2018, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/939/2018, Rol
Nº 4807-2018). En fin, también ha advertido que: "[L]a Ley Nº 20.680 deroga la regla de
atribución preferente de los hijos menores a la madre, estableciendo la preeminencia del
acuerdo de los padres en la materia y, como preceptiva provisional y supletoria, la
mantención del cuidado en quien estuviere conviviendo con la prole a esa fecha, mientras
no exista una decisión judicial al respecto. En cuanto a esta última regla de atribución, se
impone al juez como único norte el interés superior del niño, y como criterios y
circunstancias a ponderar, aquellas contempladas en el artículo 225-2 del Código Civil"
(C. Suprema, 11 de julio de 2017, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/4513/2017, Rol
Nº 4827-2017). 727. De la atribución judicial del cuidado personal a uno de los
padres, y el establecimiento de oficio de un régimen de relación directa y regular. El
inciso final de este artículo 225 del Código Civil impone al juez la obligación de establecer,
de oficio, un régimen de relación directa y regular, cuando atribuye al otro padre el
cuidado personal del menor, y para ello ha de atender a los criterios señalados en el
artículo 229. La E Corte Suprema, en relación con esta obligación del juez, ha declarado
xcma. 

que si no se acredita la existencia de alguna inhabilidad en el padre no custodio o el


eventual perjuicio para el desarrollo integral del hijo, el juez debe actuar de oficio para
establecer el régimen de relación directa y regular: "Que del análisis de las disposiciones
jurídicas transcritas, y no habiéndose acreditado ningún antecedente que permita concluir
la existencia de una inhabilidad del progenitor o un eventual perjuicio en el desarrollo
integral del adolescente, los sentenciadores actuaron correctamente, no vulnerando las
normas jurídicas que se denuncian, pues dieron pleno cumplimento al imperativo de fijar
un régimen comunicacional entre el padre que no ejerce el cuidado personal y su hijo,
pues es la única manera de mantener los lazos afectivos creados entre ambos, con el fin
de fortalecer sus relaciones, fijando un régimen que se adecúa al contexto y dinámica
familiar, que permita garantizar una relación con el padre no custodio, con el fin de
desarrollar el interés superior del adolescente y su derecho a la identidad, logrando
fortalecer el vínculo afectivo" (C. Suprema, 13 de junio de 2018, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2844/2018, Rol Nº 4397-2018). 728. El cuidado personal de los
hijos no puede ser "diferido provisoriamente" por uno de los progenitores a otras
personas. La E Corte Suprema ha destacado este principio básico en cuanto a la
xcma. 

atribución del cuidado personal de los hijos, cuyas fuentes son exclusivamente las que se
desprenden de las reglas contenidas en este artículo 225 y que, además, no pueden
discriminar a un padre en beneficio del otro: "[E]l cuidado personal de los hijos, como ya
se explicó, no puede ser 'diferido provisoriamente' por uno de los progenitores a otras
personas, es decir, la madre de mutuo proprio no tiene la facultad de determinar que el
cuidado personal de L.F. quedara en manos de sus abuelos, por el período que establecía
en su escrito, puesto que aquello vulnera el régimen normativo que al efecto contempla el
ordenamiento jurídico, discriminando indebidamente al padre, quien es el primero en ser
llamado a ejercer el cuidado personal de su hijo, más aún si se tiene presente que no se
encuentra inhabilitado para su cumplimiento. En consecuencia, pierde sustento fáctico y
legal el fundamento vertido en el fallo impugnado, en cuanto que la 'madre dejó
transitoriamente a su hijo en casa de los abuelos paternos', y que por ello nunca salió de
su custodia, puesto que dicho argumento es improcedente con relación al mérito de estos
autos" (C. Suprema, 6 de octubre de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/7101/2014,
Rol Nº 3666-2014). 729. De la atribución del cuidado personal al otro padre o de su
radicación en uno solo de los padres. De modo expreso el inciso 4º del artículo 225
del Código Civil prevé que el juez puede atribuir judicialmente el cuidado personal al
padre, que está desprovisto de él, cuando "las circunstancias lo requieran y el interés
superior del hijo lo haga conveniente". Es preciso, pues, evaluar y determinar el "interés
superior del hijo" para justificar la atribución de su cuidado personal al padre que solicita
que se le asigne. El artículo 225-2 del Código Civil proporciona unos criterios o
circunstancias que han de ser considerados en el desarrollo de esta tarea. Ellos se
encuentran en debida correspondencia con las disposiciones de la "Observación general
Nº 14 (2013)" del Comité de los Derechos del Niño, en particular de su capítulo "V:
Aplicación: la evaluación y determinación del interés superior del niño". La citada
"Observación general Nº 14 (2013)" en su número 46 advierte que: "El 'interés superior
del niño' es un derecho, un principio y una norma de procedimiento basados en una
evaluación de todos los elementos del interés de uno o varios niños en una situación
concreta". Para evaluarlo y determinarlo en función de tomar una decisión sobre una
medida concreta, se deben seguir una serie de pasos: "a) En primer lugar, determinar
cuáles son los elementos pertinentes, en el contexto de los hechos concretos del caso,
para evaluar el interés superior del niño, dotarlos de un contenido concreto y ponderar su
importancia en relación con los demás; b) En segundo lugar, para ello, seguir un
procedimiento que vele por las garantías jurídicas y la aplicación adecuada del derecho".
En esta perspectiva, tal como lo aclara el número 47 de la referida "Observación general
Nº 14 (2013)": "La evaluación y la determinación del interés superior del niño son dos
pasos que deben seguirse cuando haya que tomar una decisión". Por una parte: "La
'evaluación del interés superior' consiste en valorar y sopesar todos los elementos
necesarios para tomar una decisión en una determinada situación para un niño o grupo de
niños en concreto. Incumbe al responsable de la toma de decisiones y su personal (a ser
posible, un equipo multidisciplinario) y requiere la participación del niño), y por otra parte:
"Por 'determinación del interés superior' se entiende el proceso estructurado y con
garantías estrictas concebido para determinar el interés superior del niño tomando como
base la evaluación del interés superior". 730. Quien solicita la modificación del
régimen de cuidado personal existente ha de probar que la variación conviene al
interés superior del hijo. En este sentido se ha declarado: "[D]ebiendo precisarse por
último que correspondía en este caso a la demandante reconvencional acreditar que
convenía a los intereses de su hija variar el régimen imperante, a objeto de propender a
un nivel superior de desarrollo tanto en el ámbito afectivo como intelectual" (C. de
Apelaciones de La Serena, 24 de noviembre de 2014, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8956/2014, Rol Nº 26-2014).

Artículo 225-2. En el establecimiento del régimen y ejercicio del cuidado


personal, se considerarán y ponderarán conjuntamente los siguientes criterios
y circunstancias:
a) La vinculación afectiva entre el hijo y sus padres, y demás personas de su
entorno familiar.

b) La aptitud de los padres para garantizar el bienestar del hijo y la


posibilidad de procurarle un entorno adecuado, según su edad.

c) La contribución a la mantención del hijo mientras estuvo bajo el cuidado


personal del otro padre, pudiendo hacerlo.

d) La actitud de cada uno de los padres para cooperar con el otro, a fin de
asegurar la máxima estabilidad al hijo y garantizar la relación directa y regular,
para lo cual considerará especialmente lo dispuesto en el inciso quinto del
artículo 229.

e) La dedicación efectiva que cada uno de los padres procuraba al hijo antes
de la separación y, especialmente, la que pueda seguir desarrollando de
acuerdo con sus posibilidades.

f) La opinión expresada por el hijo.

g) El resultado de los informes periciales que se haya ordenado practicar.

h) Los acuerdos de los padres antes y durante el respectivo juicio.

i) El domicilio de los padres.

j) Cualquier otro antecedente que sea relevante atendido el interés superior


del hijo.327

Concordancias: Código Civil: artículos 222, 224, 225, 229 inc. 5º. Decreto Nº  830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 12, 18.

731. De la no taxatividad de los criterios señalados en este artículo y de su


Jurisprudencia: 
ponderación conjunta. La E Corte Suprema ha declarado que este artículo: "[C]ontiene
xcma. 

un listado no taxativo de 'criterios y circunstancias' que deben considerarse en su conjunto


al momento de decidir en qué padre quedará radicado el cuidado personal del hijo"
(C. Suprema, 12 de julio de 2017, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/4531/2017, Rol
Nº 9226-2017). Esta consideración la ha reproducido literalmente en sentencias
posteriores (C. Suprema, 12 de septiembre de 2017, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6742/2017, Rol Nº 15582-2017). En esta misma línea ha reiterado
que: "[L]a reforma introducida por la Ley Nº 20.680 en la materia, agregó una norma al
Código Civil (artículo 225 2) que considera una serie de criterios y circunstancias que
deben ser ponderados, conjuntamente, en sede judicial, para determinar a cuál de los
progenitores corresponderá el ejercicio del cuidado personal que esté siendo objeto de
controversia, lineamientos que contribuyen a dilucidar la aplicación de dicho principio al
caso concreto. Dicha apreciación habrá de basarse, ciertamente, en el mérito del proceso,
a la luz de los hechos establecidos conforme a las reglas de la sana crítica, según lo
preceptuado en el artículo 32 de la Ley Nº 19.968" (C. Suprema, 18 de abril de 2018,
cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/1784/2018, Rol Nº 40736-2017). 732. De la apreciación
de los criterios de este artículo y de su relación con los criterios de la "Observación
general Nº 14 (2013)" del Comité de los Derechos del Niño. El modelo adoptado en
este artículo, de fijación de criterios y circunstancias para precisar cuál sea el interés
superior del niño en el caso concreto que toque, de cara a la atribución de su cuidado
personal, coincide con el que asumió el Comité de los Derechos del Niño en la ya
indicada "Observación general Nº 14 (2013)", que los establece en sus números 53 y
siguientes. Ellos son los que considera acertadamente la jurisprudencia reciente de
nuestra E Corte Suprema: "Es necesario construir el interés superior de L [...] para esto
xcma. 

debemos tomar en cuenta lo que señala la Observación General Nº 14 de la Naciones


Unidas al decir que 'el concepto de interés superior del niño es flexible y adaptable. Debe
ajustarse y definirse de forma individual, con arreglo a la situación concreta del niño o los
niños afectados y teniendo en cuenta el contexto, la situación y las necesidades
personales'; y el artículo 225-2 del Código Civil que fija una serie de criterios que sirven
para determinar el cuidado personal del niño y por ende sirven para la construcción del
interés superior del niño en cada caso en particular; para establecer que los jueces del
fondo sí tuvieron presente el interés superior del niño al momento de declarar nos
referiremos a dichos criterios en relación al caso de marras" (C. Suprema, 14 de octubre
de 2015, sent. reemplazo, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6112/2015, Rol Nº 1624-
2014). 733. De la apreciación del factor señalado en la letra a). La E Corte Suprema
xcma. 

ha valorado de este modo esta circunstancia: "a) La vinculación afectiva entre el hijo y sus
padres y demás personas de su entorno familiar: claramente el niño ha vivido con su
madre desde que nació, pero el niño tiene una buena relación con su padre, y sus
hermanas por parte del padre, lo que sin lugar a dudas es un plus en su relación familiar;
asimismo en Chile se ha relacionado en forma continua además con sus abuelos
paternos" (C. Suprema, 14 de octubre de 2015, sent. reemplazo, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6112/2015, Rol Nº 1624-2014). 734. De la apreciación del
factor señalado en la letra b). El bienestar del hijo comprende lo material y espiritual,
con especial significación en cuanto a su bienestar afectivo. A esta circunstancia se ha
referido la E Corte Suprema cuando ha expresado que: "'b) La aptitud de los padres para
xcma. 

garantizar el bienestar del hijo y la posibilidad de procurarle un entorno adecuado según


su edad': en cuanto a lo que debe entenderse por bienestar del hijo, claramente se refiere
a un bienestar afectivo y económico adecuado para el normal desarrollo del niño, en este
punto debemos remitirnos a los informes periciales que declararon que ambos padres
eran hábiles para ejercer sus roles parentales y además ambos trabajarán para darle lo
necesario para el bienestar económico" (C. Suprema, 14 de octubre de 2015, sent.
reemplazo, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6112/2015, Rol Nº 1624-2014). 735. De la
apreciación del factor señalado en la letra e). Es singularmente interesante en este
punto advertir que la E Corte Suprema ha explicado la centralidad que adquiere para
xcma. 

adoptar una decisión sobre el cuidado personal el tiempo que afectivamente ha pasado el
padre con su hijo, y el que eventualmente pasaría en una situación de modificación:
"[E] sto es lo que en el derecho extranjero se denomina el Aproximation Standard: el cual
le indica al juez como criterio el atribuir conjunta o alternadamente el cuidado personal de
los hijos a ambos progenitores, pero a cada uno de ellos en proporción al tiempo que
antes de la separación dedicaba al cuidado de los hijos" (C. Suprema, 14 de octubre de
2015, sent. reemplazo, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6112/2015, Rol Nº 1624-
2014). 736. De la apreciación del factor señalado en la letra f). Es éste un elemento
que el juez de familia deberá ponderar debidamente. La E Corte Suprema ha dicho
xcma. 

sobre él que: "[E]s claro que no se puede construir un interés superior del niño, sin
escuchar la opinión de éste y tomarla en cuenta de acuerdo a su edad y madurez, de
acuerdo a lo establecido para estos efectos en el principio de la autonomía progresiva,
recogido en la Convención de los Derechos del Niño, en su artículo 5º y el inciso segundo
del artículo 242 del Código Civil, que obliga al juez al momento de dictar sus resoluciones
tener en cuenta la opinión del niño, en función de su edad y madurez" (C. Suprema, 14
de octubre de 2015, sent. reemplazo, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6112/2015, Rol
Nº 1624-2014). 737. De la apreciación del factor señalado en la letra j). La E Cortexcma. 

Suprema ha considerado entre otros antecedentes, a que hace referencia esta letra del
artículo 225-2, el relativo a la "estabilidad emocional y material del hijo", en directa
relación con la finalidad de procurar el mantenimiento de una situación existente de
estabilidad (vide art. 225 y su jurisprudencia). En este sentido ha declarado: "'Cualquier
otro antecedente que sea relevante atendido el interés superior del hijo'; es en este punto
que debemos referirnos al efecto probable de cualquier cambio de situación del menor, tal
como lo señala la Children's Act del derecho inglés para fijar el interés superior de los
niños, se valora aquí la incidencia que pueda tener para éste el cambio de residencia,
estudios, amigos y personas con quienes se relacione. Los tribunales ingleses, de
acuerdo con la doctrina, tienden a no variar el status quo del menor, salvo necesidad, y
afecta por igual en relación con padres y madres. Lo que se nos quiere decir, en definitiva,
es que cada vez que el juez tome una decisión que provoque un cambio de circunstancias
de vida al niño, éste debe acreditar que dicho cambio le traerá beneficios, tal como se lo
exige el artículo 49 de la Ley de Menores. Tanto así que, de no traerle beneficios sino de
dejarlos en igualdad de condiciones a la situación actual, el juez debe preferir la
estabilidad de los menores. Lo anterior, se justifica por una razón bastante simple: todo
cambio a cualquiera edad implica un riesgo y más en niños que no tienen aún un carácter
formado como para oponerse a los efectos hostiles" (C. Suprema, 14 de octubre de 2015,
sent. reemplazo, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6112/2015, Rol Nº 1624-2014). En
relación con este último punto cobran especial relevancia los criterios asumidos en la
"Observación general Nº 14 (2013)" del Comité de los Derechos del Niño, dirigidos a
ponderar para construir en el caso concreto su interés superior, la circunstancia de no
separarle de su padre, ni de su familia extensa, y de procurar que se mantenga su
estabilidad familiar. Así lo ha entendido la E Corte Suprema, cuando ha admitido la
xcma. 

aplicación de los criterios de la citada "Observación general Nº 14 (2013)": "En este punto,
debe examinarse lo que establece la Observación general Nº 14 (2013) de las Naciones
Unidas, en relación con la Convención de los Derechos del Niño, y a que su interés
superior sea una consideración primordial. Dentro de los elementos que deben tenerse en
cuenta al evaluar el interés superior del niño se encuentra 'La preservación del entorno
familiar y mantenimiento de las relaciones. Nº 58. El Comité recuerda que es
indispensable llevar a cabo una evaluación y determinación del interés superior del niño
en el contexto de una posible separación del niño y sus padres (arts. 9º, 18 y 20) Nº 59.
La familia es la unidad fundamental de la sociedad y el medio natural para el crecimiento y
el bienestar de sus miembros, en particular de los niños. El derecho del niño a la vida
familiar está protegido por la Convención. Nº 60. Prevenir la separación familiar y
preservar la unidad familiar son elementos importantes del régimen de protección del
niño. Asimismo, el niño que esté separado de uno o ambos padres tiene derecho a
mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres de modo regular,
salvo si ello es contrario al interés superior del niño. Nº 61. Dada la gravedad de los
efectos en el niño de que lo separen de sus padres, dicha medida sólo debería aplicarse
como último recurso, por ejemplo, cuando el niño esté en peligro de sufrir un daño
inminente o cuando sea necesario por otro motivo; la separación no debería llevarse a
cabo si se puede proteger al niño de un modo que se inmiscuya menos en la familia.
Antes de recurrir a la separación, el estado debe proporcionar apoyo a los padres para
que cumplan con sus responsabilidades parentales y restablecer o aumentar la capacidad
de la familia para cuidar del niño, a menos que la separación sea necesaria para proteger
al niño'" (C. Suprema, 14 de octubre de 2015, sent. reemplazo, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6112/2015, Rol Nº 1624-2014). 738. De la apreciación de los
criterios y circunstancias de este artículo, y su posibilidad de revisión en casación.
La E Corte Suprema sobre esta cuestión ha estimado que, en cuanto que tales criterios y
xcma. 

circunstancias, se vinculan a situaciones de hecho, es el juez de la instancia quien las


determina sobre la base de la prueba rendida, de modo que solamente podría
considerarse infringido este artículo si se alega y acredita una vulneración de las reglas de
la sana crítica. Esta vulneración podría presentarse cuando: a) no se hubieran aplicado
los referidos criterios; b) se los hubiera aplicado equivocadamente, o c) se los hubiera
aplicado a situaciones no consideradas en la disposición. En este sentido se ha declarado
que: "[L]os criterios contemplados en la citada norma dicen relación con situaciones de
hecho, que necesariamente el juzgador determinará apreciando la prueba rendida, como
resulta ser, por ejemplo, la vinculación afectiva entre el hijo y sus padres, la contribución a
la mantención de los hijos, la dedicación efectiva procurada a los hijos antes de la
separación, su disposición a cooperar con el otro progenitor, el resultado de los informes
periciales, entre otros. Así las cosas, la norma no puede estimarse vulnerada, en cuanto
hace una determinada apreciación de los hechos, distinta a la que la parte estima
correcta, ya que ello sólo podría verificarse, en el evento de acreditar la vulneración de las
reglas de la sana crítica, lo que, en la especie, como se ha dicho en el acápite
correspondiente, no ha sido denunciado más allá de manifestar disconformidad con la
apreciación del tribunal ni acreditado por el recurrente. Cosa distinta es que el recurrente
hubiere denunciado la no aplicación de los criterios contemplados en la norma o la
interpretación equivocada de los mismos, o su aplicación a una situación que no es la
contemplada en la disposición, lo que, en todo caso, supondría examinar los hechos y
eventualmente modificarlos, cuestión que también pasa por acreditar la vulneración a las
reglas de la sana crítica lo que, como se ha dicho, no acontece en autos" (C. Suprema, 5
de marzo de 2015, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/1287/2015, Rol Nº 21821-2014).

Artículo 226. Podrá el juez, en el caso de inhabilidad física o moral de


ambos padres, confiar el cuidado personal de los hijos a otra persona o
personas competentes, velando primordialmente por el interés superior del niño
conforme a los criterios establecidos en el artículo 225-2. 328

En la elección de estas personas se preferirá a los consanguíneos más


próximos y, en especial, a los ascendientes, al cónyuge o al conviviente civil
del padre o madre, según corresponda.329

Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 225-2, 239, 242 inciso 2º, 271 número  4. Código Penal:
artículo 370 bis. Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil,  D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 6º número 5. Ley Nº  16.618, Ley de Menores,D.O. 8.03.1967, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 42 y 43. Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores,D.O.  5.08.1999: artículos 8º letra c, 12 número 1. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículos 8º número 1, 74.  Ley Nº 20.830, crea el Acuerdo de Unión Civil,
D.O.  21.04.2015: artículo 1º.  Decreto  Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
Derechos del Niño,D.O.  27.09.1990: artículo 18.

739. De ser esencial la prueba de la incapacidad de los padres para


Jurisprudencia: 
confiar el cuidado personal a un tercero. En este sentido ha advertido la E Corte xcma. 

Suprema que: "[P] ara confiar el cuidado personal de los hijos a un tercero, esto es, una
persona diferente a los padres, es menester, primeramente, acreditar que ambos padres
son inhábiles física o moralmente para encargarse del cuidado de sus hijos, pues la
inhabilidad de sólo uno, implicaría la atribución de este derecho deber, en el otro, y no en
un tercero, de manera que es esencial para que la acción prospere la acreditación de la
concurrencia de incapacidad de ambos padres, la que por la remisión expresa a los
criterios del artículo 225-2 del Código Civil, debe relacionarse con las causales del artículo
42 de la Ley Nº 16.618, que instituye un listado de causales y circunstancias en las cuales
se debe entender la concurrencia de inhabilidad física o moral de los padres, casos a
partir de los cuales el juez deberá fundamentar y explicar tal decisión, todo ello presidido,
por el principio del interés superior del niño, y que atendida la delicada entidad de los
derechos en juego, es un imperativo para el órgano jurisdiccional, no sólo configurarlas
con toda precisión, sino también ponderarlas de manera expresa y transparente"
(C. Suprema, 5 de septiembre de 2016, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6163/2016, Rol
Nº 16275-2016). En igual sentido la I Corte de Apelaciones de Concepción ha recordado
lma. 

que: "[C]omo se desprende claramente del precepto citado, sólo en la eventualidad de


encontrarse inhabilitados, física o moralmente, los padres, el juez podrá entregar el
cuidado personal del niño a una tercera persona, de manera que es esencial para que la
acción deducida en esta causa prospere, la concurrencia de la incapacidad referida" (C.
de Apelaciones de Concepción, 29 de marzo de 2017, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1274/2017, Rol Nº 79-2017). 740. De cómo ha de entenderse la
"inhabilidad física o moral". El E Tribunal Constitucional ha estimado que la inhabilidad
xcmo. 

física comprende la muerte natural o presunta o alguna enfermedad, y la moral sólo se


extiende a los supuestos del artículo 42 de la Ley de Menores: "[C] onforme al artículo 226
citado la facultad del juez para confiar el cuidado personal de los menores a un tercero
diverso de alguno de los padres, por causa de inhabilidad, debe entenderse sólo en
sentido físico o moral. La inhabilidad física es, evidentemente, la muerte natural o
presunta, o alguna enfermedad o condición biológica impediente. Y la inhabilidad moral,
por su parte, sólo corresponde a alguno de los casos señalados en el artículo 42 de la Ley
de Menores" (Tribunal Constitucional, 9 de mayo de 2017, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2892-2017, Rol Nº 2987-2016-Ina). 741. La concurrencia de
alguna de las causas de inhabilidad debe ser explicitada y fundada por el juez. Se
ha declarado en este sentido: "[E]l supuesto del artículo 226 del Código Civil, que exige
para separar a los hijos del cuidado de sus padres, la inhabilidad física o moral, la que
además debe fundarse, como ya se ha señalado, en alguna de las circunstancias del
artículo 42 de la Ley Nº 16.618, precepto que instituye un listado de causales en las que
se debe entender configurada dicha inhabilidad, que el juez debe explicitar y en las que
además debe fundamentar su decisión" (C. de Apelaciones de Concepción, 29 de marzo
de 2017, cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/1274/2017, Rol Nº 79-2017). 742. La falta de
reconocimiento por parte del padre del menor no le sitúa en un supuesto de
inhabilidad física. Esta opinión, que ha defendido el E Tribunal Constitucional, se
xcmo. 

fundamenta en la interpretación de la expresión "inhabilidad física o moral" que se ha


reseñado en el número anterior: "[L]a narrativa del requerimiento arranca del supuesto
que no faltan en sentido legal ambos padres, para los efectos del artículo 226, inciso
primero, en relación al artículo 224, inciso segundo, del Código Civil. Así las cosas, tal y
como las entiende la magistrado requirente, la madre falta porque murió de muerte natural
y el padre de los niños no faltaría, aun cuando está vivo, porque su filiación paterna está
indeterminada, por lo cual no es posible radicar el cuidado personal declarativo de los
niños a su cargo, toda vez que no ha reconocido voluntariamente a ninguno de los
menores, tal y como lo exige el inciso segundo, primera parte, del artículo 224 del Código
Civil, citado, que a la letra dispone: 'El cuidado personal del hijo no concebido ni nacido
durante el matrimonio, reconocido por uno de los padres, corresponde al padre o madre
que lo haya reconocido'. Entonces, la única solución sería inaplicar parcialmente el
artículo 226, inciso primero, del Código Civil, para equiparar ambas situaciones y así
dotar, por esa vía, de más facultades a la jueza; Tercero. Que, sin embargo, hacer
equivalente el hecho que el padre vivo no pueda legalmente recibir el encargo de cuidado
personal declarativo de los infantes, porque no los ha reconocido voluntariamente, a la
situación de falta de padre, para los efectos del artículo 226, inciso primero, del Código
Civil, por la vía de la inaplicabilidad, de modo tal que la jueza quede así habilitada para
discernir el cuidado personal constitutivo en favor de un tercero, sin aplicar los normas de
las guardas, ni en lo procesal ni tampoco en lo sustantivo, es un exceso interpretativo que
impide el control constitucional. Ello, por cuanto conforme al artículo 226 citado la facultad
del juez para confiar el cuidado personal de los menores a un tercero diverso de alguno
de los padres, por causa de inhabilidad, debe entenderse sólo en sentido físico o moral.
La inhabilidad física es, evidentemente, la muerte natural o presunta, o alguna
enfermedad o condición biológica impediente. Y la inhabilidad moral, por su parte, sólo
corresponde a alguno de los casos señalados en el artículo 42 de la Ley de Menores,
citado en la parte expositiva de este fallo, ninguna de las cuales concurre a la especie, por
lo que entender lo contrario se opone al principio de interpretación restrictiva de las
normas de excepción, por lo cual se pretende la supresión de la aplicación de esa norma
y demás relacionadas por vía constitucional; Cuarto. Que, empero, como el padre está
vivo, nada se opone a que se determine judicialmente su filiación, mediante el ejercicio de
la correspondiente acción judicial de reclamación de estado, de modo tal que como
el reconocimiento del vínculo filial será forzoso, el padre no quede habilitado para ejercer
el cuidado personal de sus hijos y, por lo mismo, entonces por la vía de la parte final, del
inciso segundo, del artículo 224 del Código Civil, la jueza requirente estará en condiciones
de asignar el cuidado personal de los menores a un tercero, libremente, velando por el
interés superior del niño conforme a esa normativa y sin echar mano tampoco del régimen
de guardas" (Tribunal Constitucional, 9 de mayo de 2017, cons. 2º, 3º y 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2892-2017, Rol Nº 2987-2016-Ina). 743. La consideración del
interés superior del niño no implica que se prescinda de la exigencia de la
inhabilidad física o moral de los padres, para que proceda confiar el cuidado
personal del menor a un tercero. Es ésta la opinión que ha defendido la E Corte xcma. 

Suprema: "[E]n la especie, corresponde aplicar el precepto contenido en el actual artículo


226 del Código Civil, desde que quien disputa el cuidado personal de los niños a sus
padres, es la abuela paterna, esto es, un tercero en la relación de filiación. Sin embargo,
como se aprecia del fallo impugnado, fundamenta su decisión revocatoria concediéndole
a la demandante el cuidado personal de los niños, en la conveniencia que les irroga
permanecer bajo el cuidado personal de su abuela paterna. Decimotercero: Que como se
viene diciendo, dicha fundamentación es impropia a la naturaleza de la demanda
deducida, pues habiéndose solicitado por un tercero el cuidado personal de los niños,
debió acreditarse la inhabilidad de ambos padres para ejercerla y la competencia de quien
la solicita, lo que no se realizó en la especie, ya que no se acreditó inhabilidad respecto
de la demandada, ni se hizo ninguna referencia a la competencia de la solicitante,
soslayándose la norma que expresamente regla el caso de los terceros pretensores de tal
atribución. Decimocuarto: Que es en este sentido que la recurrente reclama como vicio de
casación en el fondo la falta de referencia a la inhabilidad de la madre, puesto que para
acceder a una petición como la de la especie, era menester como primera cuestión,
acreditar la inhabilidad de ambos progenitores, sin que el criterio de la conveniencia del
interés del niño pueda utilizarse haciendo abstracción de aquella condición, verificándose
con ello un actuar erróneo en la sentencia impugnada, al emplearse al caso concreto una
norma no correspondiente al efecto, olvidando y omitiendo la aplicación de la regla
específica aplicable al caso concreto, sorteando, con ello, las exigencias contempladas
expresamente por la ley, la cual los jueces del fondo estaban obligados a considerar,
configurándose, pues, la infracción del artículo 225 en relación con el 226 del Código Civil,
razón por la que debe ser acogido, al haber influido sustancialmente el yerro indicado en
lo dispositivo de la sentencia impugnada" (C. Suprema, 5 de septiembre de 2016, cons.
12º, 13º y 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/6163/2016, Rol Nº 16275-2016). Esta opinión la ha
asumido la I Corte de Apelaciones de Concepción: "La sola circunstancia que el artículo
lma. 

226 del Código Civil haga referencia al interés superior del niño, de acuerdo a los criterios
orientadores del artículo 225-2 del mismo cuerpo legal, no altera en absoluto la conclusión
precedente, toda vez que dicha referencia no elimina la exigencia de inhabilidad física o
moral de la madre para separar a los hijos de su cuidado personal y entregarlos a
terceros. En otras palabras, el criterio del interés superior del niño no puede ser utilizado,
haciendo abstracción de la condición exigida expresamente por la norma citada, esto es,
la inhabilidad física o moral de la madre, en este caso. Así lo ha señalado la
jurisprudencia de la Excelentísima Corte Suprema en sentencia de casación rol Nº 16275-
2016" (C. Apelaciones de Concepción, 29 de marzo de 2017, cons. 14º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1274/2017, Rol Nº 79-2017).

Artículo 227. En las materias a que se refieren los artículos precedentes, el


juez oirá a los hijos y a los parientes.330

Las resoluciones que se dicten, una vez ejecutoriadas, se subinscribirán en


la forma y plazo que establece el artículo 225.

El juez podrá apremiar en la forma establecida en el artículo 543 del Código


de Procedimiento Civil, a quien fuere condenado por resolución judicial que
cause ejecutoria, a hacer entrega del hijo y no lo hiciere o se negare a hacerlo
en el plazo que se hubiere determinado para estos efectos. En igual apremio
incurrirá el que retuviere especies del hijo y se negare a hacer entrega de ellas
a requerimiento del juez.331

Concordancias: Código Civil: artículos 42, 225, 242 inciso 2º. Código de Procedimiento Civil:
artículos 174, 543. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 6º número 5, 8º inciso 1º. Ley Nº  16.618, Ley de
Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 43. Ley
Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999: artículo 3º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 22 inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículos 5º inciso 2º letra b)  y 8º número 1. Convención de los Derechos del
Niño, Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores,D.O. 27.09.1990: artículo 12.

Artículo 228. Derogado.332

Artículo 229. El padre o madre que no tenga el cuidado personal del hijo


tendrá el derecho y el deber de mantener con él una relación directa y regular,
la que se ejercerá con la frecuencia y libertad acordada directamente con quien
lo tiene a su cuidado según las convenciones a que se refiere el inciso primero
del artículo 225 o, en su defecto, con las que el juez estimare conveniente para
el hijo.
Se entiende por relación directa y regular aquella que propende a que el
vínculo familiar entre el padre o madre que no ejerce el cuidado personal y su
hijo se mantenga a través de un contacto periódico y estable.

Para la determinación de este régimen, los padres, o el juez en su caso,


fomentarán una relación sana y cercana entre el padre o madre que no ejerce
el cuidado personal y su hijo, velando por el interés superior de este último, su
derecho a ser oído y la evolución de sus facultades, y considerando
especialmente:

a) La edad del hijo.

b) La vinculación afectiva entre el hijo y su padre o madre, según


corresponda, y la relación con sus parientes cercanos.

c) El régimen de cuidado personal del hijo que se haya acordado o


determinado.

d) Cualquier otro elemento de relevancia en consideración al interés superior


del hijo.

Sea que se decrete judicialmente el régimen de relación directa y regular o


en la aprobación de acuerdos de los padres en estas materias, el juez deberá
asegurar la mayor participación y corresponsabilidad de éstos en la vida del
hijo, estableciendo las condiciones que fomenten una relación sana y cercana.

El padre o madre que ejerza el cuidado personal del hijo no obstaculizará el


régimen de relación directa y regular que se establezca a favor del otro padre,
conforme a lo preceptuado en este artículo.

Se suspenderá o restringirá el ejercicio de este derecho cuando


manifiestamente perjudique el bienestar del hijo, lo que declarará el tribunal
fundadamente.333

Concordancias: Código Civil: artículos 225, 225-2, 229. Ley Nº  16.618, Ley de
Menores,D.O.  8.03.1967, modificada por Ley Nº 19.711, que Regula el Derecho a Visita a los Hijos
Sometidos a la Tuición de uno de los Padres,D.O. 18.01.2001: artículos 48, 49, 49 bis,  66 inciso 3º. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 21 inciso 2º, 23, 27, 55 inciso 2º. Ley
Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículos 8º número 2, 67 letra e). Convención
de los Derechos del Niño, Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores,D.O. 27.09.1990: artículos 9º, 12.

De la relación directa y regular, en cuanto que derecho y deber. La


Jurisprudencia: 744. 
E. Corte Suprema ha destacado que la relación directa y regular, por una parte, asume la
xcma 

entidad de un derecho, ligado al ejercicio de la coparentalidad y, por otra, la entidad de un


derecho del ñiño, que concreta su interés superior: "[La] relación directa y regular [..]
corresponde a un "derecho deber", pues se entiende que en el contexto del derecho de
familia se despliegan obligaciones recíprocas que se constituyen al mismo tiempo como
privilegios y exigencias, que, en este caso, les corresponden tanto al hijo como al padre
que carece de su cuidado personal, a fin de relacionarse con él. Es un derecho deber que
desde la perspectiva del ejercicio de la coparentalidad le corresponde al padre, y a la vez
es un derecho del niño, en cuanto concreción de su interés superior de disfrutar de sus
relaciones de familia" (C. Suprema, 21 de diciembre de 2017, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/8133/2017, Rol Nº 38044-2017). Este considerando lo ha
reiterado en sentencias posteriores: "[C]abe señalar, tal como esta Corte lo ha sostenido
(Rol Nº 38.044 17, entre otros), que corresponde a un "derecho deber", pues se entiende
que en el contexto del derecho de familia se despliegan obligaciones recíprocas que se
constituyen al mismo tiempo como privilegios y exigencias, que, en este caso, les
corresponden tanto al hijo como al padre que carece de su cuidado personal, a fin de
relacionarse con él. Es un derecho deber que, desde la perspectiva del ejercicio de la
coparentalidad le corresponde al padre, y a la vez es un derecho del niño, en cuanto
concreción de su interés superior de disfrutar de sus relaciones de familia" (C. Suprema,
18 de abril de 2018, reemplazo, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/1752-2018, Rol
Nº 42651-2017). 745. La comunicación con sus padres es un derecho del niño. Así
se ha declarado: "Que la comunicación con sus padres es un derecho del niño en las
relaciones de familia" (C. Suprema, 31 de diciembre de
2008, LegalPublishing: Cl/ Jur/7748/2008, Rol Nº 6419-2008). En este mismo sentido se
ha insistido en que: "[E]s preciso recordar que la Ley Nº 19.585 suprimió la expresión
'derecho de visitas', sustituyéndola por el derecho deber a una relación directa y regular,
de este modo se visualiza que el énfasis ya no se encuentra en la prerrogativa del padre o
madre que no vive con sus hijos de gozar de su compañía, sino que es un derecho del
niño, independiente del de sus progenitores, tal y como se consagra en el artículo 229 del
Código Civil" (C. Suprema, 18 de mayo de 2016, cons. 14º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/3294/2016, Rol Nº 35522-2015). En la misma dirección se ha
reiterado que: "[L]a característica básica de la regulación de los efectos que devienen de
las relaciones de familia, y en especial, de los que deriven del vínculo de filiación, es la
idea de que a sus actores les corresponde una serie de derechos y deberes que por su
especial naturaleza se configuran como derechos funciones o derechos deberes más que
simples obligaciones. De este modo, la prerrogativa de mantener una relación directa y
regular con los hijos ya no es una facultad o privilegio propio del padre o madre que
carece del cuidado personal de su prole, sino que, al mismo tiempo, es un derecho del
hijo, en cuanto redunda en su interés superior; por lo mismo, se trata de figuras
indisponibles que el legislador busca proteger y garantizar. Así, esta Corte ya ha
declarado que la comunicación con sus padres es un derecho del niño, y que tal
prerrogativa es a la vez una función y deber de aquéllos" (C. Suprema, 10 de abril de
2017, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/1617/2017, Rol Nº 47842-2016). Ha destacado,
igualmente, con extraordinaria claridad que: "[L]os niños, en cuanto individuos en
desarrollo, requieren de una serie de apoyos patrimoniales y morales que inciden
radicalmente en su madurez, siendo uno de los pilares de su bienestar el ejercicio del
derecho de comunicarse con sus progenitores" (C. Suprema, 10 de abril de 2017, cons.
13º, LegalPublishing: Cl/Jur/1617/2017, Rol Nº 47842-2016). 746. De cómo ha de
entenderse el derecho del hijo a mantener una relación directa y regular con el
padre que no tenga su cuidado personal. La E Corte Suprema ha destacado: "Que,
xcma. 

ahora bien, la importancia del cumplimento de este derecho del niño a mantener un
contacto continuo y habitual con aquel de los padres que no está a cargo de su cuidado
personal, va en directo beneficio del niño para que de esta forma aquel progenitor que no
vive la cotidianeidad del día a día del niño, pueda mantener un vínculo armónico que le
permita intervenir en su crianza, educación y corrección. En efecto, lo que se busca a
través del cumplimiento del derecho es que los niños cuenten con un lazo sano y cercano,
asegurándoles una vinculación afectiva con el progenitor que no tiene a su cargo su
cuidado personal, velando para que crezcan bajo la participación y corresponsabilidad de
ambos padres, en todas las etapas de su vida, siempre con miras a su interés superior"
(C. Suprema, 18 de mayo de 2016, cons. 15º, LegalPublishing: Cl/Jur/3294/2016, Rol
Nº 35522-2015). También se ha advertido: "Que esa prerrogativa, conforme se anota en
el artículo 229 del Código Civil, es aquella que asegura un contacto periódico y estable
entre el hijo y su padre o madre, cuyo ejercicio se entrega primordialmente al acuerdo
libre y voluntario al que arriben el progenitor con quien tenga el cuidado del hijo, y en su
defecto por el juez" (C. Suprema, 10 de abril de 2017, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1617/2017, Rol Nº 47842-2016). 747. Del sentido y contenido
del derecho y deber de los padres de mantener una relación directa y regular con
sus hijos. La E Corte Suprema ha explicado la finalidades y caracteres que configuran
xcma. 

la relación directa y regular, al ligarla al mantenimiento de los lazos familiares, al fomento


de una relación cercana entre padres e hijos, a la consideración del interés superior del
hijo, a la exigencia de que el padre custodio no obstaculice esta relación, y a la limitación
de su suspensión o restricción: "[L]a relación directa y regular tiene por objeto propender a
la mantención periódica y estable del lazo familiar entre el hijo y su padre o madre que no
ejerce su cuidado personal, que permita fomentar una relación cercana entre ellos, que
está fundamentado en el vínculo de filiación que los une; razón por la que, la norma legal
citada velando por el interés superior del hijo mandata que no debe ser obstaculizado por
quien lo tiene a su cuidado, limitando su suspensión o restricción solo en el evento que
perjudique su bienestar, esto es, de manera excepcional, para cuyo efecto la decisión
debe ser debidamente fundada; y, además, establece criterios que la judicatura ha de
tener en consideración en la oportunidad en que tiene que adoptar una decisión al
respecto, que son los siguientes: a) la edad del hijo, b) la vinculación afectiva, c) el
régimen de cuidado personal vigente y d) cualquier otro elemento de relevancia en
consideración al interés superior del hijo; debiendo el juez decretar el régimen que
asegure la mayor participación y corresponsabilidad de los padres en la vida del hijo" (C.
Suprema, 24 de septiembre de 2018, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5159/2018, Rol
Nº2814-2018). 748. El tribunal no puede privar a un padre de su derecho a mantener
una relación directa y regular con sus hijos. Se ha precisado, así, que: "El Tribunal no
puede privar al demandante de ejercer este derecho y solamente se encuentra facultado
para establecer las condiciones de frecuencia y libertad en que deba ser ejercido, y en
caso que este derecho manifiestamente perjudique el bienestar de los hijos, lo que el
Tribunal debe declarar fundadamente, se puede suspender o restringir su ejercicio" (C. de
Apelaciones de San Miguel, 15 de mayo de 2001, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/709/2001, Rol Nº 654-2000). En igual sentido la E Corte xcma. 

Suprema: "Como se aprecia, el tenor literal de la norma citada impide al órgano


jurisdiccional privar a un padre de dicho derecho, correspondiendo a su competencia
establecer las condiciones de su ejercicio, de manera que su suspensión sólo se justifica
en la medida que se configuren causas graves y sobre la base de una ponderación
concreta y casuística del interés superior del niño, y ello exige una valoración
especialmente completa y exhaustiva de los antecedentes probatorios" (C. Suprema, 10
de abril de 2017, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/1617/2017, Rol Nº 47842-
2016). 749. La privación de un determinado régimen comunicacional ha de ser una
medida de ultima ratio. Se ha declarado, así: "Que de esta manera, al olvidar los
sentenciadores que la privación de un régimen comunicacional de un padre con sus hijos
debe responder a una medida de última ratio, considerando que les asiste plena libertad
para establecer las condiciones de frecuencia en que deba ser ejercido el contacto filial,
por el cual puede fijar un régimen más o menos restringido, a fin de hacer compatible el
ejercicio de tal beneficio con los otros derechos que le asisten a los hijos, infringen de ese
modo, también, el contenido del interés superior del niño" (C. Suprema, 10 de abril de
2017, cons. 15º, LegalPublishing: Cl/Jur/1617/2017, Rol Nº 47842-2016). 750. Del
establecimiento de oficio de un régimen de relación directa y regular cuando el juez
atribuye a uno de los padres el cuidado personal del menor. El artículo 225
del Código Civil en su inciso final impone al juez la obligación de establecer, de oficio, un
régimen de relación directa y regular, cuando atribuye al otro padre el cuidado personal
del menor, y para ello ha de atender a los criterios señalados en el artículo 229. La
E Corte Suprema, en relación con esta obligación del juez, ha declarado, que si no se
xcma. 

acredita la existencia de alguna inhabilidad en el padre no custodio o el eventual perjuicio


para el desarrollo integral del hijo, el juez debe actuar de oficio para establecer el régimen
de relación directa y regular: "Que del análisis de las disposiciones jurídicas transcritas, y
no habiéndose acreditado ningún antecedente que permita concluir la existencia de una
inhabilidad del progenitor o un eventual perjuicio en el desarrollo integral del adolescente,
los sentenciadores actuaron correctamente, no vulnerando las normas jurídicas que se
denuncian, pues dieron pleno cumplimento al imperativo de fijar un régimen
comunicacional entre el padre que no ejerce el cuidado personal y su hijo, pues es la
única manera de mantener los lazos afectivos creados entre ambos, con el fin de
fortalecer sus relaciones, fijando un régimen que se adecúa al contexto y dinámica
familiar, que permita garantizar una relación con el padre no custodio, con el fin de
desarrollar el interés superior del adolescente y su derecho a la identidad, logrando
fortalecer el vínculo afectivo" (C. Suprema, 13 de junio de 2018, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2844/2018, Rol Nº 4397-2018). 751. De cómo ha de entenderse
la "corresponsabilidad" a que se refiere el inciso 4º. Sobre este punto la E Corte xcma. 

Suprema ha aclarado que: "[L]a 'corresponsabilidad' a que alude el artículo 229 del
Código Civil no es que importe —como se pretende— el establecimiento de un
determinado 'régimen' de parte del juez familia, ya que, en realidad, constituye un
principio jurídico que propende a la participación de ambos padres en el ejercicio de los
derechos y deberes que comprende la autoridad parental, esto es, que ambos padres
asuman en común ciertas funciones en relación con los hijos, como las de mayor impacto
en su formación integral: su crianza y educación. En este contexto, el solo hecho de
haberse dispuesto un régimen amplio de relación directa y regular entre el padre y la hija
—como ocurrió en este caso— salvaguarda el principio que se cree vulnerado, no
advirtiéndose, por tanto, contravención alguna al artículo 229 del Código Civil. A mayor
abundamiento, la infracción que se denuncia tampoco altera lo resuelto en la sentencia
impugnada, ya que lo que la recurrente denomina un 'régimen de corresponsabilidad' no
fue pedido explícitamente en su demanda reconvencional y, por lo mismo, tampoco fue
objeto de la controversia, apareciendo recién, en el escrito de apelación de la sentencia
de primer grado" (C. Suprema, 4 de septiembre de 2009, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6367/2014, Rol Nº 21334-2014). En igual dirección ha advertido
que: "La corresponsabilidad, por su parte, es un principio jurídico que tiende a que ambos
padres participen en el ejercicio de los derechos y deberes que engloba la autoridad
parental, esto es, que asuman de consuno ciertas funciones en relación con los hijos,
como son las relativas a su crianza y educación, para que disfruten a sus progenitores de
manera natural, formadora, sana y afectiva, considerando siempre su interés superior
como el objetivo fundamental, aspecto en el que los padres deben necesariamente
cooperar y deponer las posturas que asumen en su propio beneficio" (C. Suprema, 24 de
septiembre de 2018, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5159/2018, Rol Nº2814-
2018). 752. Derecho a ser oído y opinión del menor, que no es vinculante para el
juez y no es, por sí misma, equivalente a su interés superior. En relación con esta
cuestión, la E . Corte Suprema ha precisado: "Si bien la opinión de la niña es importante,
xcma

ella no es vinculante para el juez y por sí sola no equivale a lo que se debe entender por
interés superior, además que en este caso preciso se justificó la razón porque no se
fallaría de acuerdo a lo que la niña había manifestado, en ciertos casos el paternalismo es
justificado por la doctrina, sobre todo cuando la niña no está en las mejores condiciones
para decidir, sintiendo la presión excesiva de uno de los padres" (C. Suprema, 11 de
octubre de 2016, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6960/2016, Rol Nº 16928-
216). 753. Para exigir el cumplimiento de un avenimiento recaído sobre el régimen
de relación directa y regular procede aplicar el procedimiento establecido en el
artículo 66 inciso tercero de la Ley de Menores y no el del Código de Procedimiento
Civil. Se ha declarado así: "Que la ley de menores, por las características propias
destinada a la protección de los menores y resguardar entre otros, los derechos
vulnerados del menor y las demás normas que contienen, constituye una ley especial, con
normas especiales que priman sobre otras de general aplicación en los procedimientos,
según un ya conocido y reiterado axioma hermenéutico. Ello es suficiente para desestimar
los argumentos del recurrente que estima que para el cumplimiento del avenimiento sobre
régimen de regulación directa y regular se deben aplicar para su ejecución los artículos
231 y 238 y demás del Código de Procedimiento Civil y que de acuerdo al artículo 241
sería procedente la apelación. No es ése el procedimiento a seguir, ante el claro tenor del
artículo 66 inciso tercero de la Ley de Menores" (C. de Apelaciones de Concepción, 2 de
mayo de 2008, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/5652/2008, Rol Nº 73-2008). 754. El
apremio decretado por el Tribunal de Familia, consistente en la orden de arresto en
contra de quien no cumple el régimen de relación directa y regular establecido por
sentencia ejecutoriada, no vulnera la libertad personal y, en consecuencia, no
habilita para acoger un recurso de amparo. Es ésta una opinión mantenida desde
antiguo por los tribunales de alzada, y confirmada por la E Corte Suprema. Así se ha
xcma. 

declarado: "Que de los antecedentes relacionados se desprende que el apremio


decretado en contra de la amparada, reconoce su causa en su persistente negativa a
acatar la decisión adoptada por la Juez de Menores, en la sentencia que reguló la forma
en que debe cumplirse el régimen comunicacional entre padre e hijo, que cautela el
artículo 229 del Código Civil, conducta que se estima injustificada por no haberse
acompañado a estos antecedentes ni al cuaderno de suspensión del régimen de visitas
rol Nº 1459-2004, a que antes se ha hecho mención, ningún elemento de prueba que
justifique la intervención de esta Corte por la vía del recurso de amparo impetrado. En
consecuencia, el apremio despachado contra la amparada de fecha 20 de diciembre
último, ha sido dictada por juez competente, con facultades para decretarlo, de acuerdo a
lo prevenido en los artículos 48 y 66 de la Ley Nº 18.618 y con mérito suficiente. Y de
acuerdo, además, con lo prescrito en los artículos 306 y siguientes del Código de
Procedimiento Penal, se rechaza el recurso de amparo deducido" (C. de Apelaciones de
Santiago, 31 de diciembre de 2004, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/1889/2004, Rol
Nº 36501-2004, conf. C. Suprema, 5 de enero de 2005,
LegalPublishing: Cl/Jur/2792/2005, Rol Nº 18-2005). En la misma dirección se ha
sostenido: "Que, del mérito de los antecedentes, lo informado por la Jueza recurrida a
fojas 6 y 7 de estos autos y las causas tenidas a la vista, en especial la Rit C-878-2005
del Juzgado de Familia de Rancagua, se desprende que la libertad personal de la
amparada no ha sido perturbada o amenazada en forma ilegal, como lo pretende el
recurrente, puesto que la orden de arresto despachada en su contra, lo ha sido dentro de
los casos señalados por la ley y por autoridad con facultades legales para ello,
ajustándose además al mérito del proceso, amén del debido resguardo de las
formalidades legales. En efecto, es la Ley Nº 16.618, en su artículo 66, la que autoriza al
Juez de Familia respectivo, para aplicar los apremios establecidos en el artículo 543 del
Código de Procedimiento Civil, a aquellos que habiendo sido condenados por sentencia
ejecutoriada, infringieren las resoluciones que determinan el ejercicio del derecho a que
se refiere el artículo 229 del Código Civil. El apremio que establece la ley puede consistir
en arresto hasta por 15 días. La resolución no aparece así ilegal, aun cuando pudiera
estimarse imperfecta, ya que en definitiva ésta no se basta a sí misma, por cuanto como
se señaló precedentemente, requerirá de un nuevo pronunciamiento del Tribunal, a fin de
establecer la efectividad del incumplimiento y la procedencia del arresto previamente
ordenado, pudiendo concluirse entonces que se trata más bien de una advertencia
particularmente enérgica que no por ello deja de ser consecuente con la naturaleza del
apremio, especialmente si se tiene presente que en caso de reiterarse la desobediencia
de la recurrente, como ya se lleva dicho, necesariamente el Tribunal, y ninguna otra
autoridad, deberá declarar incurso dicho apercibimiento despachando la correspondiente
orden de arresto" (C. de Apelaciones de Rancagua, 21 de febrero de 2006, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7315/2006, Rol Nº 90-2006, conf. C. Suprema, 6 de marzo de
2006, LegalPublishing: Cl/Jur/7314/2006, Rol Nº 923-2006). 755. De la variación de
domicilio del menor cuando existe un régimen de relación directa y regular fijado
convencional o judicialmente. El régimen de cuidado personal no es una institución que
pueda concebirse de modo aislado e independiente del régimen de relación directa y
regular. Ambas constituyen esencialmente las caras de un mismo dispositivo dirigido a
garantizar la estabilidad emocional y material de los hijos y, por esta vía, amparar y
proteger su "interés superior". Esa necesaria e imprescindible correspondencia e
interdependencia es la que se reconoce en el inciso 5º del artículo 225 del Código Civil,
destacada, precisamente, porque su regla se inicia con la voz "siempre". Con ello el
Estado ha procurado dar efectivo cumplimiento a las previsiones de la "Convención de los
Derechos del Niño", en particular a lo que dispone en su artículo 9.3, en cuanto que es un
derecho del niño cuyos padres viven separados "a mantener relaciones personales y
contacto directo con ambos padres de modo regular". De este modo, el establecimiento
de un determinado régimen de cuidado personal, debe hacerse en función de permitir el
más adecuado régimen de relación directa y regular, sobre la base del "interés superior
del niño" y, desde la perspectiva de que, antes que todo, se trata de un derecho del hijo,
cuyo fin último es garantizar su estabilidad y por esta vía reconocer la prioridad de su
interés por encima de cualquier otro. Tal fue el principio básico sobre el que se concibió y
ejecutó la reforma del Código Civil operada por la Ley Nº 20.680. En efecto, en la
"Indicación" del Presidente de la República de 23 de marzo de 2011 se hacía presente a
la Cámara de Diputados que las reformas planteadas tenían por finalidad que el cuidado
personal atribuido a uno de los padres se conciliara de la manera más efectiva posible
con un régimen de relación directa y regular imprescindible para que el padre no custodio
ejerciera "el derecho y el deber de seguir participando de la crianza, educación y
decisiones importantes para sus hijos": "Favorecer las relaciones directas y regulares
entre el padre no custodio y el hijo y la corresponsabilidad en el cuidado por parte de
madre y padre. Es indispensable que el menor tenga una relación fluida y continua con el
padre no custodio, ya que ello no sólo es un derecho del padre, sino que es también un
requisito necesario para el adecuado desarrollo del hijo. A su vez, es del todo
imprescindible que el padre no custodio tenga el derecho y el deber de seguir participando
de la crianza, educación y decisiones importantes para sus hijos. Para ello se propone
definir la 'relación directa y regular' para el padre que no tiene el cuidado personal,
además de establecer en la ley el deber del juez de asegurar una relación más cercana y
estable entre padre e hijo y una mayor participación y corresponsabilidad de su parte,
para lo cual deberá precisar las condiciones que lo permitan" (Boletines 5.917-18 y 7.007-
18 (Refundidos), Oficio de Indicaciones del Ejecutivo, Indicación sustitutiva, 30 de marzo
de 2011 a la Cámara, Nº 001-359). En ese contexto la determinación de un cierto régimen
de relación directa y regular, convencional o judicialmente, está causal y necesariamente
ligada al cuidado personal y a las circunstancias en que éste se atribuyó al otro padre.
Esa inexcusable interdependencia se manifiesta una manera muy expecial en relación
con la detemrinación del domicilio y residencia habitual del menor, porque ella constituye
un presupuesto básico para determinar el régimen de relación directa y regular. De ahí se
sigue que el cambio de domicilio del padre a quien se ha atribuido el cuidado personal del
hijo, y por consiguiente la mudanza de la residencia habitual del menor, incida
directamente sobre el régimen de relación directa y regular. Lógica consecuencia de ello
es que en el derecho chileno, un cambio de circunstancias decidido unilateralmente por
uno de los padres, y del que se deriva la alteración substancial de un régimen de relación
directa y regular acordado convencionalmente y judicialmente aprobado o determinado
solo judicialmente, debe necesariamente ser puesto en noticia del tribunal competente
mediante la correspondiente petición de modificación del régimen fijado, sobre la base de
justificar que el pretendido cambio se asila en el interés superior del hijo. El sistema
jurídico no tolera que, por una vía de hecho, cual es el traslado material de la residencia
como consecuencia de un cambio de domicilio, se impida o dificulte el ejercicio del
régimen de relación directa y regular, acordado de común acuerdo por los padres y
judicialmente aprobado. El cambio unilateral, sin aprobación judicial, constituye un caso
concreto y muy claro en que se obstaculiza el régimen de relación directa y regular
vigente, al tenor de la regla fijada en el penúltimo de los incisos del artículo 229 del
Código Civil y, en cuanto tal, ha de ser estimado en sede judicial. El padre a quien no está
confiado el cuidado personal, ha de conservar una serie de derechos-deberes en relación
con su hijo y, entre ellos, naturalmente el ligado a la "adopción conjunta de las decisiones
importantes relativas a la vida de este último". No hay duda alguna de esto: la fijación del
domicilio del hijo es una de esas "decisiones importantes" de la vida de hijo. Lo es porque
de ella dependerá, precisamente, la relación que mantendrá con su familia, es decir, el
derecho que la Convención de los Derechos del Niño le reconoce a vivir en familia y a no
ser separado de esta, pende precisamente de la fijación del domicilio del hijo, su
consiguiente relación con padre y madre, con su familia extensa, con el entorno social y
cultural en el que se ha de desarrollar para lograr su mayor realización material y
espiritual posible, y, en definitiva, el contexto en el cual ha de desenvolver su
personalidad. Que la fijación del "domicilio del hijo" sea una de esas cuestiones
trascendentales y de importancia es una opinión indiscutida, por ejemplo, para la
jurisprudencia española, que es la que se tuvo a la vista en el momento de reformar el
régimen del Código Civil que condujo a la Ley Nº 20.680. El Tribunal Supremo de España,
en sentencia de 26 de octubre de 2012, precisamente confirmó tal opinión, al decidir que:
"La ruptura matrimonial deja sin efecto la convivencia y obliga a los progenitores a
ponerse de acuerdo para el ejercicio de alguna de estas facultades que traen causa de la
patria potestad, entre otra la de fijar el nuevo domicilio y, como consecuencia, el de los
hijos que se integran dentro del grupo familiar afectado por la ruptura coincidente por lo
general con el de quien ostenta la guarda y custodia. ESTAMOS, SIN DUDA, ANTE UNA
DE LAS DECISIONES MÁS IMPORTANTES QUE PUEDEN ADOPTARSE EN LA VIDA
DEL MENOR Y DE LA PROPIA FAMILIA, que deberá tener sustento en el acuerdo de los
progenitores o en la decisión de uno de ellos consentida expresa o tácitamente por el otro,
y solo en defecto de este acuerdo corresponde al juez resolver lo que proceda previa
identificación de los bienes y derechos en conflicto a fin de poder calibrar de una forma
ponderada la necesidad y proporcionalidad de la medida adoptada, sin condicionarla al
propio conflicto que motiva la ruptura" (Tribunal Supremo, Madrid, 26-X-2012, cons. 2º,
Nº Recurso 1238/2011, Nº Resolución 642/2012, Roj: STS 6811/2012). La jurisprudencia
chilena más reciente se ha ocupado en esta cuestión, cada vez más frecuente en la
práctica. Ha iniciado una sana tendencia a enfrentarla desde la perspectiva del interés
superior del hijo y de la inescindible vinculación que existe entre el cuidado personal y el
régimen de relación directa y regular. Del mismo modo, tiende a situar en su justo lugar
los eventuales intereses de los padres. 755.1. El cambio de domicilio debe sujetarse a
control judicial. En este sentido la E Corte Suprema ha declarado: "No le parece a este
xcma. 

tribunal que lo dispuesto en el artículo 9.1. de la Convención sobre los Derechos del Niño
se oponga al ejercicio de la facultad de quien es titular del cuidado personal, de fijar el
lugar donde se asienta con el niño, en la medida que sea controlado por un juez
especializado en asuntos de familia, que vele porque se resguarde el interés superior del
niño, dentro del cual un punto relevante será la mantención de la relación con el padre no
custodio, como lo prevé la propia norma citada al referir lo siguiente: artículo 9.1. Los
Estados Partes velarán por que el niño no sea separado de sus padres contra la voluntad
de éstos, excepto cuando, a reserva de autorización judicial, las autoridades competentes
determinen, de conformidad con la ley y los procedimientos aplicables, que tal separación
es necesaria en el interés superior del niño, agregando que tal separación puede ser
necesaria, por ejemplo, por descuido por parte de sus padres, o cuando éstos viven
separados y debe adoptarse una decisión sobre el lugar de residencia del niño"
(C. Suprema, 30 de diciembre de 2015, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/8129/2015, Rol
Nº 2252-2015). 755.2. No puede aceptarse un cambio de domicilio del menor
fundado en el interés del padre o madre que tiene su cuidado personal. Así, la
E Corte Suprema en su sentencia de 14 de octubre de 2015, en un caso en que la
xcma. 

madre, por decisión unilateral fundada en su solo interés, pretendía mudar de domicilio y,
así, afectar la situación preexistente de su hijo: "Lo que queda claro del proceso, es que
quien quiere cambiar imperiosamente de país es la madre de los niños; pero
lamentablemente no es ella el centro del problema en estos casos, y son los padres los
que deben sacrificarse, si así puede estimarse al hecho de vivir en Chile, donde la madre
siempre ha tenido un trabajo, donde habla el idioma, donde nació y creció su hijo, etc., por
el bienestar de su hijo" (C. Suprema, 14 de octubre de 2015, sent. reemplazo cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6112/2015, Rol Nº 1624-2014).

Artículo 229-2. El hijo tiene derecho a mantener una relación directa y


regular con sus abuelos. A falta de acuerdo, el juez fijará la modalidad de esta
relación atendido el interés del hijo, en conformidad a los criterios del artículo
229.334

Concordancias: Código Civil: artículos 229, 232.

756. De la naturaleza y caracteres de este derecho de los hijos, concebida


Jurisprudencia: 
a la luz del principio de su interés superior. La E Corte Suprema ha precisado que
xcma. 

existe diferencia entre el régimen que se establece para el derecho de los hijos a
mantener una relación directa y regular con sus abuelos, y aquel que se fija en relación
con el padre que carece de su cuidado personal: "[C]onforme fluye del artículo 229-2 del
Código de Bello, se reconoce expresamente la misma posibilidad de mantener tal relación
directa y regular, a los abuelos, disposición introducida con las modificaciones que
incorporó la dictación de la Ley Nº 20.680 de 21 de junio de 2013, al señalar que 'el hijo
tiene derecho a mantener una relación directa y regular con sus abuelos. A falta de
acuerdo, el juez fijará la modalidad de esta relación atendido el interés del hijo, en
conformidad a los criterios del artículo 229'. Sin embargo, se advierte de su redacción un
importante contraste. Pues bien, a diferencia del régimen referido a los padres, respecto
de los abuelos, la relación directa y regular no es un derecho deber que se le atribuye a
estos últimos, sino que se reconoce explícitamente como un derecho radicado en los
hijos, y no en aquéllos, pero tampoco un deber, sino más bien una prerrogativa que le
asiste a los nietos. En efecto, la modificación normativa que se viene mencionando, de
alguna manera vino no sólo a recoger la tendencia jurisprudencial que a dicha época se
encontraba cada vez más asentada, de reconocer la posibilidad de fijar judicialmente un
régimen comunicacional entre abuelos y nietos, sino también tuvo por objeto aclarar sus
contornos. Conforme se observa de la historia fidedigna de la ley, se decidió reconocer
expresamente la aptitud convencional y judicial, en su caso, de fijar un sistema que
garantice la relación habitual entre abuelos y nietos, siguiendo la tendencia comparada de
ampliar los titulares de los regímenes comunicacionales, pero haciendo una distinción con
la naturaleza que tal vínculo asume respecto de los padres. Si bien en la discusión
legislativa se planteó tal posibilidad como un derecho de los abuelos, la consideración a la
idea del interés superior del niño como norma fundamental, devino en su comprensión
como un derecho que le asiste a este último. En consecuencia, la inclusión de los abuelos
a dicho régimen con carácter de legal, tiene como fundamento el bienestar de los niños, y
en especial el derecho a crear vínculos con su familia extensa, y la voluntad legislativa de
fortalecer el derecho a su identidad, conocer y reconocer sus orígenes e identificarse con
una historia familiar determinada" (C. Suprema, 19 de diciembre de 2016, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8389/2016, Rol Nº 46451-2016). 757. El derecho de lo hijos a
mantener una relación directa y regular con sus abuelos es autónomo. En este
sentido se ha advertido que: "[E]l actual texto del artículo 229-2 del Código Civil, la
relación directa y regular de los abuelos con sus nietos se escinde del marco del derecho
deber de los padres, configurándose como un derecho autónomo cuya titularidad le
corresponde a los hijos, con el fin de garantizar el vínculo con sus ascendientes. De este
modo, dicha normativa no puede depender del ejercicio del régimen comunicacional de
otros parientes, puesto que al no tratarse de una prolongación del derecho deber de los
padres, su tratamiento debe ser independiente al ejercicio del vínculo filial con el
progenitor que no ejerce su cuidado, pues se trata de garantizar el derecho del hijo, y no
alguna prerrogativa de los abuelos [...] bajo el postulado del deber estatal de garantizar el
bienestar emocional de los niños, incluyendo la posibilidad de mantener y fortalecer su
identidad, conocer sus orígenes y vincularse con su familia extensa, se dispone que la
prerrogativa de mantener una relación directa y regular con sus abuelos, corresponde a
un régimen autónomo y diferente al anterior, en cuanto derecho que le corresponde a los
hijos, y no una facultad de los abuelos, no obstante que su regulación judicial se sujeta a
los criterios del inciso tercero de artículo 229 del Código Civil" (C. Suprema, 19 de
diciembre de 2016, cons. 8º y 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/8389/2016, Rol Nº 46451-
2016). 758. El régimen de comunicación de los abuelos con sus nietos en la
jurisprudencia previa a la introducción del artículo 229-2. Con anterioridad a la
incorporación de este artículo al Código Civil se había admitido este derecho de los hijos,
aunque desde la perspectiva de los abuelos. En este sentido se había razonado que: "Sin
embargo, y no obstante que la normativa citada [art. 229] al igual que el artículo 48 de la
Ley Nº 16.618 consagra el referido derecho-deber en el marco de los efectos de la
relación filial, el legislador también ha contemplado expresamente la posibilidad que se
conceda el derecho a visitar y relacionarse con el menor también a otros parientes. En
efecto, así lo dispone el inciso final del mencionado precepto legal, el cual prevé: 'El juez,
luego de oír a los parientes y a la persona que tenga el cuidado personal del menor, podrá
conferir derecho a visitarlo a los parientes que individualice, en la forma y condiciones que
determine, cuando parezca de manifiesto la conveniencia para el menor; y podrá,
asimismo, suprimirlo o restringirlo cuando pudiera perjudicar su bienestar' [...]. Que la
referida disposición legal autoriza al juez a conferir a uno o más parientes el derecho a
visitar a un menor y por lo mismo les concede la facultad de solicitar tal reconocimiento,
configurándose el presupuesto que la ley contempla, esto es, cuando aparezca de
manifiesto la conveniencia para el niño. La consagración legal de esta regla está, por lo
demás, en directa concordancia y armonía con las disposiciones de la Convención sobre
los Derechos del Niño, orientadas al respeto y resguardo de los derechos de estos sujetos
—los menores— a preservar su identidad y las relaciones familiares, tal como se
prescribe en el artículo 8º del citado cuerpo normativo [...]. Que de esta manera nuestro
ordenamiento legal posibilita la existencia de un régimen comunicacional entre abuelos y
nietos y, consiguientemente, el derecho del niño a tener, conocer y desarrollarse en una
familia y a no ser separado de ella, con la finalidad de otorgarle las mayores posibilidades
de lograr un óptimo desarrollo de su personalidad, derecho que se relaciona con el de
identidad y con la obligación del juez de dictar resoluciones que den efectiva vigencia a
dicha garantía" (C. de Apelaciones de San Miguel, 24 de noviembre de 2011, cons. 4º a
6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/8772/2011, Rol Nº 456-2011).

Artículo 230. Los gastos de educación, crianza y establecimiento de los


hijos son de cargo de la sociedad conyugal, según las reglas que tratando de
ella se dirán. Si no la hubiere, los padres contribuirán en proporción a sus
respectivas facultades económicas.

En caso de fallecimiento del padre o madre, dichos gastos corresponden al


sobreviviente.

Concordancias: Código Civil: artículos 160, 224, 233, 1740  número 5, 1744, 1792-2. Constitución
Política de la República: artículo 19 Nº 10 inciso 5º.

Artículo 231. Si el hijo tuviere bienes propios, los gastos de su


establecimiento, y en caso necesario, los de su crianza y educación, podrán
sacarse de ellos, conservándose íntegros los capitales en cuanto sea posible.

Concordancias: Código Civil: artículos 224, 230. Constitución Política de la República: artículo


19número 10 inciso 5º. Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por
D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 45 inciso 2º.

Artículo 232. La obligación de alimentar al hijo que carece de bienes pasa,


por la falta o insuficiencia de ambos padres, a sus abuelos, por una y otra línea
conjuntamente.

En caso de insuficiencia de uno de los padres, la obligación indicada


precedentemente pasará en primer lugar a los abuelos de la línea del padre o
madre que no provee; y en subsidio de éstos a los abuelos de la otra línea. 335

Concordancias: Código Civil: artículos 27, 229-2, 321, 326, 578, 959, 1167 inciso 2º, 1168, 2284 inciso
1º. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 3º inciso final. Decreto Nº  830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención de los Derechos del Niño, D.O.  27.09.1990: artículos 3.1, 6, 24, 27,
28, 31.

759. La interpretación de las reglas de este artículo, y del artículo 3º de la


Jurisprudencia: 
Ley Nº 14.908, ha de hacerse a la luz del interés superior del niño. La E Corte xcma. 

Suprema sanamente ha tenido en cuenta, para interpretar las reglas de este artículo y del
31 de la Ley Nº 14.908, la disposición de la Convención de los Derechos del Niño, en
particular su artículo 3.1. Sobre la base de tal presupuesto ha estimado que la
interpretación de estas disposiciones ha de estar presidida por el interés superior del niño.
En tal sentido ha declarado que: "En caso de insuficiencia de uno de los padres, la
obligación indicada precedentemente pasará en primer lugar a los abuelos de la línea del
padre o madre que no provee; y en subsidio de éstos a los abuelos de la otra línea". La
segunda norma acusada infringida, inciso final del artículo 3 de la Ley Nº 14.908, indica, lo
siguiente: "Cuando los alimentos decretados no fueren pagados o no fueren suficientes
para solventar las necesidades del hijo, el alimentario podrá demandar a los abuelos, de
conformidad con lo que establece el artículo 232 del Código Civil. La interpretación de las
citadas disposiciones legales debe efectuarse a la luz de uno de los principios rectores en
materia de familia, a saber, el interés superior de los niños, niñas y adolescentes, que
persigue el ejercicio y goce pleno y efectivo de sus derechos y garantías, pues el derecho
a percibir alimentos, esto es, a obtener una prestación que comprenda la alimentación, la
vestimenta y la habitación, como lo preciso para que la persona que los solicita pueda
desarrollarse espiritual y materialmente, lo que abarca la educación y la salud, también
actividades recreativas y de esparcimiento, no solo tiene por finalidad conservar o
mantener la vida física de la persona del alimentario sino también propender a su
desarrollo intelectual y moral, y, por lo tanto, está relacionado con el deber de los
progenitores de contribuir a sufragar los gastos que aquello demande. Al respecto, el
artículo 3.1 de la Convención de los Derechos del Niño señala que: "En todas las medidas
concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar
social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño." Además, los
artículos 6, 24, 27.1, 28 y 31 de la citada convención proclaman el derecho del niño a la
vida, a la supervivencia y al desarrollo; a la salud; a un nivel de vida adecuado para su
desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social; a la educación; y a la recreación" (C.
Suprema, 6 de marzo de 2017, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/962/2017, Rol
Nº 76.375-2016). En igual línea, el mismo tribunal ya había sostenido en una sentencia
anterior: "Que una adecuada y correcta interpretación de las citadas disposiciones
legales, debe sin duda efectuarse a la luz del principio rector en materia de familia
concernida a los niños, niñas y adolescentes, denominado "interés superior del niño", que
persigue el ejercicio y goce pleno y efectivo de sus derechos y garantías, siendo
inconcuso que el derecho a percibir alimentos se enmarca dentro del contexto de la más
básica y mínima de las exigencias que el Estado debe tutelar a favor de los niños,
prerrogativa que se encuentra íntimamente relacionada al deber de los progenitores de
sufragar los gastos de crianza, educación y establecimiento de los hijos, para dotarlos de
los medios necesarios para que puedan desarrollarse plenamente en el aspecto espiritual
y material, esto es, en todos los ámbitos de su vida" (C. Suprema, 8 de febrero de 2017,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/303472017, Rol Nº 43.405-2016). 760. La obligación
de prestar alimentos que pesa sobre los abuelos tiene su causa en la ley. El Código
Civil destina en su libro I el Título XVIII, a tratar precisamente: "De los alimentos que se
deben por ley a ciertas personas", y entre estos se encuentran aquellos que los abuelos
deben a sus nietos. En efecto, en su artículo 321 se declara que, entre otros, se deben
alimentos: "3º. A los descendientes", y esta regla, que no fija grado de término, se
complementa con las de su artículo 326, que se ponen en el supuesto de haber
ascendientes de distintos grados, en cuyo caso ha de recurrirse a los "próximo grado".
Estas reglas generales, que comprenden a los abuelos, en cuanto que ascendientes de
segundo grado en línea recta de sus nietos, se especifica en el artículo 3 inciso final de la
Ley Nº 14.908, que prevé que: "Cuando los alimentos decretados no fueren pagados o no
fueren suficientes para solventar las necesidades del hijo, el alimentario podrá demandar
a los abuelos, de conformidad con lo que establece el artículo 232 del Código Civil". Es,
en fin, este artículo 232 el que describe los presupuestos para el nacimiento de la
obligación legal de alimentar a sus nietos y que pesa sobre los abuelos. De todas estas
disposiciones se desprende que para el Código Civil se trata de una obligación legal, en
cuanto que está causada en la ley, y no en la voluntad de los ascendientes. Así lo ha
entendido la jurisprudencia. Con brevedad la E Corte suprema ha declarado que: "La
xcma. 

fuente de la obligación es la propia ley" (C. Suprema, 4 de agosto de 2014, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5184/2014, Rol Nº 1617-2014). Con algo más de detenimiento ha
afirmado que: "Dicha obligación que le corresponde a los abuelos tiene como causa la ley,
y consiste en un traslado de la obligación que pesa sobre los padres hacia los abuelos,
que procede cuando los alimentos decretados a favor del alimentario no son pagados por
el alimentante principal, o no son suficientes" (C. Suprema, 21 de abril de 2016, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2671/2016, Rol Nº 19358-2016). 761. Los presupuestos
objetivos para que opere la obligación de los abuelos de prestar alimentos a sus
nietos: La "falta" o "insuficiencia". La obligación que pesa sobre los abuelos, de
prestar alimentos a sus nietos, opera en dos supuestos objetivos que están definidos por
la ley. Ellos son, según se prevé en el artículo 232 del Código Civil, en relación con el
inciso final del artículo 3º de la ley 14.908, la "falta" o la "insuficiencia" de ambos padres, o
la "insuficiencia" de uno de ellos. 761.1. Su interpretación amplia a la luz de la mayor
extensión del interés superior del niño. A pesar de lo anfibológica que resulta la frase
'por la falta o insuficiencia de ambos padres', la jurisprudencia en el último tiempo ha
tendido a consolidar una interpretación que le atribuye una significación amplia, sobre
todo cuando ha tratado de precisar el contenido de la voz 'insuficiencia' que, en definitiva,
prácticamente ha pasado a cubrir también a la voz 'falta'. Ha fundado esta interpretación
en las disposiciones de la Convención de los Derechos del Niño, con la sana orientación
de dar la mayor efectividad posible a los derechos y garantías de los menores, en el
contexto marcado por el principio de la salvaguarda de su interés superior. En la línea que
queda expresada, tempranamente la I.  Corte de Apelaciones de Concepción declaraba,
lma

en sentencia de 13 de junio de 2008: "Que el Código Civil no define la expresión


'insuficiencia', por lo que es necesario fijar su sentido y alcance [...] Del estudio armónico
del artículo 3º inciso final de la Ley Nº 14.908, 232 del Código Civil, 3º y 27 de la
Convención sobre los Derechos del Niño, estos sentenciadores arriban a la convicción
que el artículo 232 del Código citado utiliza la expresión 'insuficiencia' en un sentido
amplio, comprensivo de la situación de carencia de bienes o imposibilidad absoluta de
servicio del demandado principal como también la de no pago o renuencia en pagar la
pensión alimenticia" (Ca. Concepción, 13 de junio de 2008, cons. 5º y 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5671/2008, Rol Nº 377-2008). La E  Corte Suprema ha asumido
xcma.

esa misma orientación y, así, ha declarado en sentencia de 13 de enero de 2016, que:


"En relación a la argumentación de los demandantes, en el sentido que ya no existe tal
insuficiencia, atendido que el padre del niño se encuentra cumpliendo la pensión regulada
en su favor, considera el tribunal que la expresión 'insuficiencia' utilizada por el artículo
232 del Código Civil debe ser entendida en un sentido amplio, comprensivo de situaciones
de carencia de bienes o imposibilidad absoluta de servicio del obligado principal, como la
de no pago o renuencia en pagar la pensión alimenticia, en armonía con lo dispuesto en
los artículos 3º de la Ley Nº 14.908, 3º y 27 de la Convención sobre los Derechos del
Niño" (C. Suprema, 13 de enero de 2016, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/291/2016, Rol
Nº 10431-2015). En alguna ocasión el mismo tribunal ha recordado que tal concepción es
su opinión consolidada: "Como ya se ha señalado por esta Corte, la obligación de
proporcionar alimentos que la ley establece respecto de los abuelos, de una u otra línea,
procede cuando los alimentos decretados no fueren pagados o no fueren suficientes para
solucionar las necesidades del hijo (Ingreso Nº 2416-12), esto significa, que la voz
"insuficiencia" debe comprenderse en un sentido amplio, que incluya no sólo la situación
de carencia de bienes o imposibilidad absoluta del alimentante preferente para hacerse
cargo de su obligación, sino también el simple hecho del no pago, lo que también entraña
la mera renuencia y rebeldía en su cumplimiento" (C. Suprema, 15 de diciembre de 2015,
cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/7864/2015, Rol Nº 8129-2015). 761.2. De la
interpretación de la voz 'falta' y de sus supuestos. En el citado contexto general, la
jurisprudencia ha estimado que la voz 'falta', cubre, al menos, los supuestos que
acontinuación se mencionan 761.2.1. La "ausencia" de uno de los padres. Se trata,
aquí, de la "falta" de la propia persona obligada a prestar alimentos como padre. Así lo
declaró la I Corte de Apelaciones Pedro Aguirre Cerda, en sentencia de 30 de agosto de
lma.

1999: "13º) [E]l padre está ausente ("falta" según el texto del artículo 231 del Código
Civil), pues no cumplió su obligación de proporcionar alimentos a los hijos, ignorándose su
paradero, y los recursos de la madre resultan insuficientes [...] 15º) Que en consecuencia
debe concluirse que en el caso sub lite se satisfacen las exigencias del artículo 231, inciso
primero del Código Civil [...]" (Ca. Pedro Aguirre Cerda, 30-VIII-1999, cons. 13º y 15º,
en Rdj. XCVI, Nº 2, Santiago de Chile, mayo-agosto, 1999, IIª Parte, Sección IIª, p.
83). 761.2.2. La carencia de bienes o absoluta imposibilidad de prestar los alimentos
por el obligado a ellos. En este sentido la "falta" se concibe como una especie de
"insuficiencia absoluta". Así lo ha estimado la E  Corte Suprema, en sentencia de 12 de
xcma.

diciembre de 2015, aunque referida a la voz 'insuficiencia': "Como ya se ha señalado por


esta Corte, la obligación de proporcionar alimentos que la ley establece respecto de los
abuelos, de una u otra línea, procede cuando los alimentos decretados no fueren pagados
o no fueren suficientes para solucionar las necesidades del hijo (Ingreso Nº 2416-12), esto
significa, que la voz "insuficiencia" debe comprenderse en un sentido amplio, que incluya
no sólo la situación de carencia de bienes o imposibilidad absoluta del alimentante
preferente para hacerse cargo de su obligación, sino también el simple hecho del no
pago, lo que también entraña la mera renuencia y rebeldía en su cumplimiento" (C.
Suprema, 15 de diciembre de 2015, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/ 7864/2015, Rol
Nº 8129-2015). En igual sentido el mismo tribunal en sentencia de 13 de enero de 2016:
"[C]onsidera el tribunal que la expresión 'insuficiencia' utilizada por el artículo 232 del
Código Civil debe ser entendida en un sentido amplio, comprensivo de situaciones de
carencia de bienes o imposibilidad absoluta de servicio del obligado principal, como la de
no pago o renuencia en pagar la pensión alimenticia, en armonía con lo dispuesto en los
artículos 3º de la Ley Nº 14.908, 3º y 27 de la Convención sobre los Derechos del Niño"
(C. Suprema, 13 de enero de 2016, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/291/2016, Rol
Nº 10431-2015). 761.2.3. El no pago o renuencia a pagar la pensión de alimentos.
Concebida, también en este caso, la falta como una especie de "insuficiencia absoluta".
Las dos sentencias que quedan citadas en el número anterior da sobrada cuenta de esta
visión de la E  Corte Suprema.761.3. De la interpretación de la voz 'insuficiencia' y de
xcma.

sus supuestos. La palabra 'insuficiencia', por su parte, ha sido interpretada, como se ha


dicho, de una manera amplia, que incluso llega a cubrir la propia noción de "falta", de
guisa que bien puede señalarse que para nuestros tribunales, la "falta" de pago de la
prestación de alimentos, por imposibilidad absoluta o renuencia, se alza como un caso de
"insuficiencia" absoluta o total, y que una carencia de bienes que sólo llega a obtaculizar o
impedir que se cubran por completo las necesidades del alimentario, es un supuesto de
"insuficiencia parcial". Es ilustrativa de esta orientación una sentencia de la E  Corte
xcma.

Suprema de 6 de marzo de 2017: "Las normas legales que se denuncian conculcadas


establecen como hipótesis para que pase a los abuelos la obligación de dar alimentos al
hijo que no tiene bienes, la falta o insuficiencia de ambos padres para solventar sus
necesidades, expresiones que dan cuenta de la idea de carencia, privación, escasez,
deficiencia atribuible al demandado principal de la obligación de que se trata;
presupuestos legales que se pueden originar porque simplemente la pensión de alimentos
regulada judicial o extrajudicialmente no ha sido pagada por el progenitor sobre el que
pesaba dicho compromiso, lo que se traduce en que las necesidades del hijo no han sido
cubiertas por aquél, o la fijada no alcanza a comprender todos los desembolsos en que se
debe incurrir para satisfacerlas, por lo tanto, resultó exigua" (C. Suprema, 6 de marzo de
2017, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/962/2017, Rol Nº 76.375-2016). 762. De la
"subsidiariedad" de la obligación de los abuelos de prestar alimentos a sus nietos:
una opinión matizable.Por regla general la doctrina, sin mayor detalle, considera que la
relación que existe entre la obligación de los padres de prestar alimentos a sus hijos, y la
de los abuelos, es de subsidiariedad, de guisa que califica a la de estos últimos como una
obligación subsidiaria. En esta misma línea se ha uniformado la jurisprudencia, y así lo
comprueba una reiterada opinión de la E.  Corte Suprema. Así, por ejemplo, en sentencia
xcma

de 30 de octubre de 2012 advertía que: "[E]l deber legal de proporcionar alimentos que


recae sobre los abuelos respecto de sus nietos, como presupuesto esencial, constituye
una obligación subsidiaria, en términos tales que el nacimiento y exigibilidad de la misma
sólo tiene lugar cuando se presentan las hipótesis legales, relacionadas con el
incumplimiento o cumplimiento imperfecto de los alimentos por el principal obligado" (C.
Suprema, 30 de octubre de 2012, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/2409/2012, Rol
Nº 2416-2012). En la misma línea advirtió en sentencia posterior que respecto de los
abuelos: "La obligación alimenticia en relación a sus nietos, es subsidiaria a la de los
padres, quienes son los principales obligados" (C. Suprema, 10 de septiembre de 2013,
cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/2018/2013, Rol Nº 4.081-2013). En sentencia posterior
ha reiterado esta opinión: "[L]a obligación de proporcionar alimentos que la ley establece
respecto de los abuelos, de una u otra línea, se encuentra supeditada a la verificación de
los presupuestos que ella misma establece. En efecto, esta responsabilidad sólo puede
reclamarse respecto de las personas indicadas, cuando los alimentos decretados no
fueren pagados o no fueren suficientes para solventar las necesidades del hijo, es decir,
ante la falta o insuficiencia de los progenitores, como principales y naturales obligados a
la manutención de sus hijos [...] en este sentido, cabe tener presente que el padre de las
alimentarias no ha sido demandado para contribuir de mayor manera con su obligación
legal de proporcionar alimentos a sus hijas, de manera que no puede sino concluirse que
en la especie no se cumplen los presupuestos que la ley ha previsto para los efectos de
hacer responsable de la obligación alimenticia a la abuela paterna, puesto que no se
configura el requisito básico de haberse constatado la insuficiencia e imposibilidad de
obtener por parte del padre una contribución mayor a aquella que realiza, al no haber
instado ella en este sentido a través de las formas que la ley contempla, limitándose a
accionar nuevamente en contra de la demandada, respecto de la cual la obligación
alimenticia en relación a sus nietas, es subsidiaria a la de los padres, quienes son los
principales obligados" (C. Suprema, 17 de diciembre de 2014, cons. 6º y 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9613/2014, Rol Nº 21756-2014). Este considerando lo ha
reiterado, casi literalmente el mismo tribunal en sentencias posteriores: "Que del análisis
de las disposiciones citadas se desprende que la obligación de proporcionar alimentos
que la ley establece respecto de los abuelos, de una u otra línea, se encuentra supeditada
a la verificación de los presupuestos que establece. En efecto, esta responsabilidad sólo
puede reclamarse respecto de las personas indicadas cuando los alimentos decretados
no fueren pagados o no fueren suficientes para solventar las necesidades del hijo, es
decir, ante la falta o insuficiencia de los progenitores, como principales y naturales
obligados a la manutención de sus hijos" (C. Suprema, 15 de diciembre de 2015, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7864/2015, Rol Nº 8129-2015). En igual sentido se ha sentado
por algún tribunal de alzada que: "[D]e acuerdo al claro tenor de los preceptos legales
anotados, para establecer un deber de alimentos para los abuelos, es preciso que
previamente se establezca la insuficiencia de ambos padres, siendo por tanto subsidiaria
la obligación de los abuelos" (Ca. Santiago, 21-VIII-2012, cons.
6º, LegalPublishing: Cl/Jur/1866/2012, Rol Nº 43-2012). Esta opinión no está exenta de
dificultades, y exige unas precisiones dogmáticas de las que no se ha hecho cargo la
jurisprudencia. 763. De la "subsidiariedad" y los problemas de su conexión con
exigencias procesales. La jurisprudencia conectó, a la calificación de "subsidiariedad" de
la obligación de los abuelos, la cuestión tocante a si era exigencia para que se les pudiera
exigir su prestación el que se hubiera demandado previamente a los padres para el
cumplimiento de la suya, o que se demandara el aumento de la pensión que resultaba
insuficiente. Ha habido dos opiniones en este punto, y se impone en el último tiempo la
que tiene a destacar la autonomía d ela obligación que pèsa sobre los abuelos, al menos,
desde esta perspectiva procesal. 763.1. La opinión que exige la demanda previa a los
padres. En este sentido se ha pronunciado la I Corte de Apelaciones de Concepción:
lma. 

"Que el artículo 321 del Código dice que se deben alimentos: "Nº 2. A los descendientes",
entre los cuales deben entenderse, tanto los hijos como los nietos". Sin embargo, el
artículo 326 del Código Civil reglamenta el orden de precedencia que debe observarse en
la situación que una misma persona reúna varios títulos de los enunciados en el artículo
321 del mismo Código, advirtiendo que, en tal caso, sólo podrá hacer uso de uno de ellos,
precisando que entre varios ascendientes debe recurrirse a los de próximo grado, en la
especie, al padre, agregando que sólo en el caso de insuficiencia de todos los obligados
por el título preferente, podrá recurrirse a otro; En consecuencia, sólo puede recurrirse a
los más lejanos dentro del mismo grado o a los del grado siguiente, en este caso a los
abuelos paternos, cuando se haya establecido a través de una sentencia ejecutoriada la
insuficiencia del padre para otorgar alimentos; 3º Que refuerza lo anterior, lo dispuesto en
el artículo 232 del Código Civil, en cuanto dispone que la obligación de alimentar al hijo
que carece de bienes pasa, por falta o insuficiencia de ambos padres, a sus abuelos, por
una y otra línea conjuntamente; 4º Que, sin perjuicio de lo reflexionado precedentemente,
cabe precisar que el artículo 3º inciso final de la Ley Nº 14.908 dispone que cuando los
alimentos decretados no fueren pagados o no fueren suficientes para solventar las
necesidades del hijo, el alimentario podrá demandar a los abuelos, en conformidad con lo
que establece el artículo 232 del Código Civil; Conforme a la primera norma transcrita
precedentemente, los abuelos no pueden ser demandados directamente pues es claro
que éstos sólo van a responder cuando los alimentos decretados no fueren pagados o no
fueren suficientes, y sólo van a estar decretados cuando mediante sentencia se haya
resuelto la insuficiencia" (Ca. Concepción, 20-II-2013, cons. 2º a 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/400/2013, Rol Nº 17-2013). En la misma línea, aqunque desde
otra perspectiva, la E Corte Suprema ha declarado que: "[R] esta determinar el momento
xcma. 

que la prevención legislativa tiene en cuenta para la consumación de tal traslación. Al


efecto, su circunstancia gatilladora está dada por el complemento 'por la falta o
insuficiencia de ambos padres'. Es decir, una vez constatada y, consecuentemente,
procesalmente acreditada la ausencia total o parcial de los obligados principales,
entonces la carga se muta a los abuelos" (C. Suprema, 4 de agosto de 2014, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5184/2014, Rol Nº 1617-2014). 763.2. La opinión que se desliga
de la exigencia de demanda previa a los padres, y de otras exigencias, como las
medidas de apremio previas. La I Corte de Apelaciones de Santiago ha defendido esta
lma. 

opinión, en cuanto que entiende que la ley substantiva no exige esta exigencia procesal
de la demanda previa, para que se haga efectiva la obligación de los abuelos: "Que, con
todo, respecto de la alegación de la demandada en su recurso de apelación, relativa a
haberse demandado directamente a los abuelos, sin que exista ninguna sentencia que
haya decretado alimentos ni tampoco un proceso que hubiere dejado establecido la
insuficiencia del aporte del padre en relación con las necesidades alimentarias, la decisión
de mayoría de esta Corte considera que si bien la obligación legal de los abuelos es
subsidiaria a la de los padres, pues opera sólo ante la falta o insuficiencia de éstos, lo
cierto es que tal carácter no impone la obligación de entablar demandas sucesivas en
contra de padres y abuelos y que exista una sentencia previa que establezca su
imposibilidad total o parcial de contribuir, como requisito previo para reclamar alimentos
respecto de una persona legalmente obligada a ello, exigencia que por lo demás es
contraria al carácter de subsistencia del derecho de alimentos y al principio del interés
superior del niño, bastando que en el mismo juicio en que se demande de alimentos a los
abuelos se determine si los obligados preferentes o del mismo orden se encuentran
capacitados para satisfacer la exigencia de alimentos y que los padres carecen de
recursos para estos efectos o ellos son insuficientes" (Ca. Santiago, 21-VIII-2012, cons.
9º, LegalPublishing: Cl/Jur/1866/2012, Rol Nº 43-2012). En el último tiempo la E. Corte
xcma 

Suprema se inclina por desvincular de la obligación de los abuelos, exigencias procesales


previas vinculadas a la demanda a los padres. Ha declarado, así, que no puede
imponerse la obligación de agotar todos los medios de persecusión al padre para que
pueda demandarse a los abuelos el cumplimiento de su obligación: "Que, en esas
condiciones, y considerando los hechos que se tuvieron por establecidos por los jueces
del fondo, en particular, los consignados bajo las letras d. y e. del motivo 2º, se configura
plenamente el supuesto que hace surgir el deber jurídico del abuelo paterno demandado
de contribuir al sustento de sus nietos y de acuerdo a sus facultades. Concluir en los
términos señalados en la sentencia impugnada, esto es, que la demandante ante la
renuencia del progenitor a cumplir su obligación legal debe agotar los medios al efecto,
importa imponer una exigencia que no está establecida en la ley y que genera una
dilación en la satisfacción de las necesidades de los alimentarios, conculcándose, con
ello, por las reflexiones señaladas, el derecho que les asiste a obtener de su abuelo
paterno los recursos económicos necesarios para su manutención. Lo razonado, conduce
a que se haga lugar al recurso de casación en el fondo deducido por la parte
demandante" (C. Suprema, 6 de marzo de 2017, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/962/2017, Rol Nº 76375-2016). Ha afirmado la misma línea, para
declarar que no puede exigirse que previamente a exigir el cumplimiento de la obligación
de los abuelos, se imponga la necesidad de demandar al padre el aumento de los
alimentos decretados: "Que, por último, el hecho que no se haya demandado de aumento
de la pensión de alimentos al padre en otro procedimiento, no es argumento válido para
estimar que se incurrió en una errada interpretación de las normas transcritas y que se
denuncian conculcadas, porque el presupuesto que permite demandar a los abuelos se
configura por el hecho de acreditarse que "los alimentos no son suficientes para solventar
las necesidades del hijo", como lo señala en forma perentoria el artículo 3º, inciso final, de
la Ley Nº 14.908; hipótesis que también establece el artículo 232 del Código Civil, ya que
autoriza que se demande a los abuelos ante la "insuficiencia de ambos padres" para
sufragar los gastos de crianza, educación y establecimiento de los hijos, situación que se
configura cuando es exigua la pensión de alimentos que deben pagar los progenitores;
hipótesis que, como se señaló, se tuvo por establecida en la sentencia de manera
inamovible, de manera que se trata de una cuestión que no puede afectar el derecho de
aquellos a recabarla de sus abuelos paternos ante la insuficiencia de la pensión que el
padre paga" (C. Suprema, 8 de febrero de 2017, cons.
9º, LegalPublishing: Cl/ Jur/303472017, Rol Nº 43.405-2016). Manifiesta también esta
misma tendencia, la opinión de la E Corte Suprema que defiende que no es necesario
xcma. 

que se hayan decretado apremios en contra del padre que ha incumplido la obligación de
prestar alimentos a sus hijos. En este sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema,
xcma. 

sobre todo habida cuenta del interés superior del niño y de no hallarse tal exigencia en
texto legal alguno: "Que una adecuada y correcta interpretación de las citadas
disposiciones legales, debe sin duda efectuarse a la luz del principio rector en materia de
familia concernida a los niños, niñas y adolescentes, denominado 'interés superior del
niño', que persigue el ejercicio y goce pleno y efectivo de sus derechos y garantías,
siendo inconcuso que el derecho a percibir alimentos se enmarca dentro del contexto de
la más básica y mínima de las exigencias que el Estado debe tutelar a favor de los niños,
prerrogativa que se encuentra íntimamente relacionada al deber de los progenitores de
sufragar los gastos de crianza, educación y establecimiento de los hijos, para dotarlos de
los medios necesarios para que puedan desarrollarse plenamente en el aspecto espiritual
y material, esto es, en todos los ámbitos de su vida. Noveno: Que es un hecho de la
causa el incumplimiento histórico del padre de la obligación de contribuir al pago de las
necesidades y alimentos del hijo, desde que se le impuso judicialmente, manteniendo una
deuda impaga por dicho concepto, a partir del año 2012. A lo anterior se debe agregar la
precaria situación económica de la madre y del niño, hecho que quedó acreditado por los
jueces del fondo. En consecuencia, a juicio de esta Corte, se configura plenamente el
supuesto que hace surgir el deber jurídico del abuelo paterno de contribuir al sustento del
niño, de acuerdo a sus facultades. Décimo: Que no de otra manera debe entenderse por
configurada la hipótesis de la insuficiencia a que se refieren los artículos 3º, inciso final, de
la Ley Nº 14.908, 232 y 302 del Código Civil, pues no contienen elemento alguno que
permita entender que dicho concepto se encuentra sujeto al cumplimiento de exigencias
como las que pretende el fallo impugnado, desde que el uso de los mecanismos de
apremio para obtener el pago de lo adeudado en materia de alimentos, corresponde a una
herramienta procesal, que en caso alguno, constituye un requisito para configurar la
hipótesis de las normas antes referidas, de manera que basta para acreditar la
insuficiencia que permita el paso de la obligación del padre alimentante principal a los
abuelos, que su contribución, conforme a lo que en derecho le corresponde, es parcial e
incompleta en relación a las necesidades del alimentario, situación acreditada en autos"
(C. Suprema, 15 de diciembre de 2015, cons. 8º a 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7864/2015, Rol Nº 8129-2015). 764. La autonomía de la
prestación de alimentos a que están obligados los abuelos: la determinación de la
cuantía de la prestación de alimentos no está limitada por aquello a que el primer
obligado debía pagar. En una clara de muestra de una tendencia proclive a superar la
concepción de la obligación de los abuelos, ligada a un entendimiento simple de la
"subsidiariedad", la E Corte Suprema ha asumido la autonomía de esta obligación desde
xcma. 

la perspectiva de de la determinación del monto de su prestación. La jurisprudencia ha


sentado este principio, al superar una cierta comprensión de la "subsidiariedad" atribuida
a la obligación que pesa sobre los abuelos, de modo que, en el fondo, destaca que la
obligación que pesa sobre ellos es de carácter autónomo una vez que se acreditan los
presupuestos para su nacimiento: "[C]abe precisar, que si bien el deber legal de
proporcionar alimentos que recae sobre los abuelos respecto de sus nietos, como
presupuesto esencial, constituye una obligación subsidiaria, en términos tales que el
nacimiento y exigibilidad de la misma sólo tiene lugar cuando se presentan las hipótesis
legales, relacionadas con el incumplimiento o cumplimiento imperfecto de los alimentos
por el principal obligado, ello no significa que la contribución a la carga por el resto del o
los obligados, deba determinarse únicamente sobre la base de lo que el primero se
encontraba obligado a pagar, sino que deben considerarse las necesidades del o los
alimentarios y la capacidad del o los demás obligados, cuando precisamente, como ocurre
en la especie, se trata de salvar la situación de insuficiencia en el aporte del alimentante y
así determinar la parte y forma en que el deudor concurre a la prestación. A tal conclusión
se arriba teniendo en consideración, la naturaleza esencial que presenta el derecho-deber
de proporcionar alimentos y el principio del interés superior del niño y de la solidaridad
familiar" (C. Suprema, 30 de octubre de 2012, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2409/2012, Rol Nº 2416-2012).
Artículo 233. En caso de desacuerdo entre los obligados a la contribución
de los gastos de crianza, educación y establecimiento del hijo, ésta será
determinada de acuerdo a sus facultades económicas por el juez, el que podrá
de tiempo en tiempo modificarla, según las circunstancias que sobrevengan.

Concordancias: Código Civil: artículos 224, 230, 231.

Artículo 234. Los padres tendrán la facultad de corregir a los hijos, cuidando


que ello no menoscabe su salud ni su desarrollo personal. Esta facultad
excluye toda forma de maltrato físico y sicológico y deberá, en todo caso,
ejercerse en conformidad a la ley y a la Convención sobre los Derechos del
Niño.336

Si se produjese tal menoscabo o se temiese fundadamente que ocurra, el


juez, a petición de cualquiera persona o de oficio, podrá decretar una o más de
las medidas cautelares especiales del artículo 71 de la Ley Nº 19.968, con
sujeción al procedimiento previsto en el Párrafo primero del Título IV de la
misma ley, sin perjuicio de las sanciones que correspondiere aplicar por la
infracción.337

Cuando sea necesario para el bienestar del hijo, los padres podrán solicitar
al tribunal que determine sobre la vida futura de aquel por el tiempo que estime
más conveniente, el cual no podrá exceder del plazo que le falte para cumplir
dieciocho años de edad.

Las resoluciones del juez no podrán ser modificadas por la sola voluntad de
los padres.

Concordancias: Código Civil: artículos 222, 235, 271 número  1. Código Orgánico de Tribunales:


artículo 10 inciso 1º. Ley Nº  16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 48, 49 y 57. Ley Nº  19.806, Normas Adecuatorias del Sistema Legal
Chileno a la Reforma Procesal Penal, D.O. 31.05.2002: artículo 37. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículos 8º número 7, 71, 102 N. Ley Nº 20.066, de Violencia
Intrafamiliar, D.O. 7.10.2005: artículo 5º. Convención sobre los Derechos del Niño, Decreto Nº  830, Min.
Relaciones Exteriores,  D.O.  27.09.1990: artículo 9º número  1.

765. De las facultades de corregir a los hijos y sus límites. En relación con
Jurisprudencia: 
esta facultad, ya con anterioridad a la modificación que introdujo al inciso primero la Ley
Nº 20.286, de 15 de septiembre de 2008, se había declarado que eran: "[F]acultades que
están asociadas a la educación y crianza y que no pueden esgrimirse como autorizadas
para agredir o violentar" (J. de Letras de Santiago, 29 de julio de 2007, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1455/2000, conf. C. Suprema, 4 de abril de 2001,
LegalPublishing: Cl/Jur/2150/2001, Rol Nº 4839-2000).

Artículo 235. Las disposiciones contenidas en el artículo precedente se


extienden, en ausencia, inhabilidad o muerte de ambos padres, a cualquiera
otra persona a quien corresponda el cuidado personal del hijo.
Concordancias: Código Civil: artículo 234.

Artículo 236. Los padres tendrán el derecho y el deber de educar a sus


hijos, orientándolos hacia su pleno desarrollo en las distintas etapas de su vida.

Concordancias: Código Civil: artículos  222 inciso 2º, 224, 237, 238. Constitución Política: artículo
19  número 10 inciso 3º y número  11 inciso 4º. D.F.L. Nº 2, Min. de Educación, Fija texto refundido,
coordinado y sistematizado de la Ley Nº  20.370, con las normas no derogadas del D.F.L. Nº 1, de
2005, D.O. 2.07.2010: artículos 2º, 4º, 8º, 9º, 10 letra b. Decreto Nº 236, Min. Relaciones Exteriores,
Pacto internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, D.O. 27.05.1989: artículo 13.
Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer,  D.O.  9.12.1989, artículos 5º letra b)  y 16.1 letra d). Decreto Nº  830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 29.

766. Un padre no puede ser excluido de participar en el proceso formativo


Jurisprudencia: 
de sus hijos, salvo que haya sido privado de tal derecho por sentencia judicial. La
jurisprudencia se ha afirmado, sanamente, en esta opinión, al discutirse si al padre o
madre a quien se ha confiado el cuidado personal de sus hijos le toca en exclusiva
entender en la educación de sus hijos. Así se ha advertido que: "[S]i bien podría
concluirse —como lo ha dicho la jurisprudencia— que el padre que tiene el cuidado
personal del hijo, excluye al otro progenitor en el proceso formativo de ese "dicha
interpretación no es aceptable desde el momento en que las relaciones paterno filiales
son complejas, esto es, constituyen a la vez un derecho y un deber, de manera tal que
ningún padre, a menos que una sentencia judicial —atendido el interés superior del niño—
puede ser privado de su derecho ni eximido de su obligación, no sólo a tener con su hijo
una relación directa y personal sino que de participar activamente en cada una de las
etapas del desarrollo del menor, pronunciamiento jurisdiccional en tal sentido que no ha
sido invocado ni se encuentra acreditado en forma legal en estos antecedentes (Rol
Nº 4359-2010 C.A. Santiago)" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 25 de agosto de 2011,
cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6852/2011, Rol Nº 415-2011).

Artículo 237. El derecho que por el artículo anterior se concede a los


padres, cesará respecto de los hijos cuyo cuidado haya sido confiado a otra
persona, la cual lo ejercerá con anuencia del tutor o curador, si ella misma no
lo fuere.

Concordancias: Código Civil: artículo 236. Código del Trabajo: artículo 203 inciso final.

Artículo 238. Los derechos concedidos a los padres en los artículos


anteriores no podrán reclamarse sobre el hijo que hayan abandonado.

Concordancias: Código Civil: artículo 271  número 2. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de


Menores,D.O.  5.08.1999: artículos 8º, 12 números 2 y 3.

Artículo 239. En la misma privación de derechos incurrirán los padres que


por su inhabilidad moral hayan dado motivo a la providencia de separar a los
hijos de su lado; a menos que ésta haya sido después revocada.

Concordancias: Código Civil: artículos 226, 271  número 4. Código Penal: artículo 370 bis. Ley
Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 12 número 1.
Artículo 240. Si el hijo abandonado por sus padres hubiere sido alimentado
y criado por otra persona, y quisieren sus padres sacarle del poder de ella,
deberán ser autorizados por el juez para hacerlo, y previamente deberán
pagarle los costos de su crianza y educación, tasados por el juez.

El juez sólo concederá la autorización si estima, por razones graves, que es


de conveniencia para el hijo.

Concordancias: Código Civil: artículos 224, 230. Ley Nº 16.618, Ley de Menores,  D.O.  8.03.1967,
texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 47. Convención de los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 9º.

767. De la noción de "abandono" y de la procedencia de la autorización


Jurisprudencia: 
para que los padres puedan sacarlo del poder de quienes le han alimentado y
criado. En relación con la situación regulada en esta disposición se ha señalado, en un
caso concreto: "Que la menor de autos fue colocada en casa de terceros los demandados
por su madre cuando sólo tenía días de vida; del padre no se tiene en autos noticia
alguna y la madre no volvió a tener contacto con la niña ni a prestarle ayuda económica,
según se desprende del propio informe social de la madre y su entorno familiar, en el
último párrafo fs. 32 y fs. 33, sin que en cambio conste en lo más mínimo la oposición que
refiere de parte de los demandados. 2. Que además de ello la testigo [...], a fs. 22 refiere
vivir muy cerca de la casa en que reside la menor y no conocer a la actora, afirmando que
la niña conoce a los demandados como sus únicos padres, todo lo cual lleva a concluir
que en la especie no ha habido simplemente la colocación de una menor en casa de
terceros, sino derechamente un abandono, que hace procedente la aplicación del artículo
240 inciso final del Código Civil, desde que hasta donde en la causa consta la madre no
prestó durante todo el tiempo intermedio entre la entrega a terceros y la demanda,
ninguna asistencia, ni personal ni económica, a la niña. 3. Que en el proceso no hay un
solo antecedente probatorio que permita al tribunal concluir que pueda ser conveniente
para una menor de tres años de edad verse entregada a una persona que le es
completamente desconocida, por mucho que exista un parentesco del que la infante no
puede tener ninguna noción dada su corta edad, y al mismo tiempo verse desarraigada
del hogar que a sus ojos es el suyo, alejada de quienes son para ella sus padres y sus
hermanos. Mucho menos puede entenderse que existan antecedentes graves para
concluir que tal decisión pueda ser conveniente y antes al contrario, la elemental razón de
la poca edad de la menor, que conlleva su imposibilidad de comprender los lazos
consanguíneos que invoca la actora y entender asimismo la situación en sí, permiten por
el contrario, concluir que para su estabilidad psicológico emocional tal decisión no sería
acertada, lo que impide adoptarla, por el imperativo mandato del artículo ya citado" (C. de
Apelaciones de Rancagua, 4 de agosto de 2004, cons. 1º a 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5595/2004, Rol Nº 21919).

Artículo 241. Si el hijo de menor edad ausente de su casa se halla en


urgente necesidad, en que no puede ser asistido por el padre o madre que
tiene su cuidado personal, se presumirá la autorización de éste o ésta para las
suministraciones que se le hagan, por cualquier persona, en razón de
alimentos, habida consideración de su posición social.
El que haga las suministraciones deberá dar noticia de ellas al padre o
madre lo más pronto que fuere posible. Toda omisión voluntaria en este punto
hará cesar la responsabilidad.

Lo dicho del padre o madre en los incisos precedentes se extiende en su


caso a la persona a quien, por muerte o inhabilidad de los padres, toque la
sustentación del hijo.

Concordancias: Código Civil: artículos 323 inciso 1º, 330. Ley Nº  16.618, Ley de
Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 47. Ley
Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 12. Convención sobre los Derechos
del Niño, Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores,  D.O.  27.09.1990: artículo 9º.

Artículo 242. Las resoluciones del juez bajo los respectos indicados en las


reglas anteriores se revocarán por la cesación de la causa que haya dado
motivo a ellas, y podrán también modificarse o revocarse, en todo caso y
tiempo, si sobreviene motivo justo, y se cumple con los requisitos legales.

En todo caso, para adoptar sus resoluciones el juez atenderá, como


consideración primordial, al interés superior del hijo, y tendrá debidamente en
cuenta sus opiniones, en función de su edad y madurez.

Concordancias: Código Civil: artículos 222 inciso 2º, 224 inciso 2º, 225 inciso 3º, 226 inciso 1º, 227,
229, 233, 234 y 240. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 3º inciso 1º.
Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 5º inciso 2º letra b), 69. Decreto
Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 1º. Convención sobre los Derechos del Niño, Decreto Nº  830, Min.
Relaciones Exteriores,  D.O.  27.09.1990: artículos 9.1 y 18.1.

768. Del interés superior del hijo como criterio regulador de las relaciones
Jurisprudencia: 
entre padres e hijos. Se ha destacado que: "La filosofía que inspira el actual estatuto
filiativo, explicitada en el mensaje del Ejecutivo y recogida en numerosas disposiciones de
la Ley Nº 19.585, se construye sobre la base de tres principios ordenadores básicos, la
igualdad de los seres humanos, la supremacía del interés superior del menor y el derecho
a la identidad que tiene toda persona [...] Que, tal como se dijo, el interés superior del
menor es otro de los principios rectores de la nueva legislación, concebido como criterio
regulador de las relaciones entre padres e hijos, ampliamente recogido en el texto de la
ley, cuya esencial manifestación es el inciso 2º del artículo 242 del Código Civil, según el
cual, en la adopción de sus decisiones, el juez atenderá, en todo caso, como
consideración primordial, al interés superior del hijo" (C. de Apelaciones de Santiago, 4 de
marzo de 2004, cons. 3º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/1927/2004, Rol Nº 1999-2002, conf.
C. Suprema, 5 de mayo de 2005, LegalPublishing: Cl/ Jur/2879/2005, Rol Nº 1325-2004).

TÍTULO X DE LA PATRIA POTESTAD338-339


1. Reglas generales

Artículo 243. La patria potestad es el conjunto de derechos y deberes que


corresponden al padre o a la madre sobre los bienes de sus hijos no
emancipados.

La patria potestad se ejercerá también sobre los derechos eventuales del


hijo que está por nacer.

Concordancias: Código Civil: Mensaje XVI, artículos 72, 75, 77, 269 y siguientes, 486 y 1437.
Convención sobre los Derechos del Niño, Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,D.O.  27.09.1990:
artículos 5º y 18. Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer,
Decreto Nº  789. Min. Relaciones Exteriores,D.O. 9.12.1989: artículo 16 número 1 letra a).

769. La patria potestad está radicada exclusivamente en los padres, y


Jurisprudencia: 
jamás puede tocar a un tercero. Se ha insistido por la E Corte Suprema en que: "[S]e
xcma. 

hace menester dejar asentado que el artículo 243 del Código Civil define la patria
potestad señalando que "es el conjunto de derechos y deberes que corresponden al padre
o a la madre sobre los bienes de sus hijos no emancipados". El sentido de la norma citada
es claro, por cuanto de su tenor literal no es posible concluir sino que la patria potestad
está radicada exclusivamente en los progenitores [...]. Que, por otro lado, si bien es cierto
que el cuidado personal puede ser otorgado a una persona distinta de los padres, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 226 del Código Civil, como es el caso de
autos, no puede entenderse que por este supuesto, los abuelos pasen a tener la patria
potestad de la niña, ya que, como se dejó sentado en el motivo 4º, esta institución es un
atributo exclusivo de los padres. Lo anterior no se contradice con lo dispuesto en el
artículo 245 del Código citado, disposición que señala que si los padres viven separados,
la patria potestad será ejercida por aquel que tenga a su cargo el cuidado personal del
hijo, porque tal atribución se produce de conformidad con lo dispuesto en el artículo 225
del citado Código, norma que se refiere exclusivamente a los padres" (C. Suprema, 5 de
marzo de 2013, cons. 4º y 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/488/2013, Rol Nº 26-2013). En la
misma línea ha advertido la E Corte Suprema: "[Q]ue de conformidad al artículo 243 del
xcma. 

Código Civil la patria potestad es el conjunto de derechos y obligaciones que


corresponden al padre o a la madre sobre los bienes de sus hijos no emancipados. En
tanto, el artículo 244 del mismo cuerpo de leyes expresa que ésta será ejercida por el
padre o la madre o ambos conjuntamente. De ahí que es posible concluir que esta
institución es un atributo exclusivo de los padres y jamás corresponde a un tercero"
(C. Suprema, 1 de abril de 2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/757/2014, Rol
Nº 12917-2013). 770. De los derechos que confiere la patria potestad. La
jurisprudencia ha explicado que: "La patria potestad confiere a su titular los siguientes
derechos: 1) derecho legal de goce sobre los bienes del hijo; 2) derecho de administrar
los bienes del hijo; y 3) representación del menor" (C. Suprema, 24 de junio de 2011,
cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/9758/2011, Rol Nº 6526-2009), si bien se ha precisado
que: "Estrictamente sólo el goce de los bienes del hijo es un derecho, la administración y
la representación son obligaciones que pesan sobre el titular de la patria potestad"
(C. Suprema, 24 de junio de 2011, cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/9758/2011, Rol
Nº 6526-2009). 771. Los derechos que confiere la patria potestad son de orden
público. Así se ha sentado que: "Estos derechos son de orden público, de forma que no
pueden ser objeto de derogaciones, renuncias o pactos" (C. Suprema, 24 de junio de
2011, cons. 14º, LegalPublishing: Cl/ Jur/9758/2011, Rol Nº 6526-2009). 772. Quien
ejerce la patria potestad administra los créditos que, consistentes en alimentos
devengados, han ingresado al patrimonio del hijo sujeto a la patria potestad. En ese
sentido se ha pronunciado la I Corte de Apelaciones de Rancagua: "Que, la patria
lma. 

potestad está definida por el artículo 243 del Código Civil, como '... el conjunto de
derechos y deberes que corresponden al padre o a la madre sobre los bienes de sus hijos
no emancipados...'. Por su parte y no estando claramente definida por la ley la naturaleza
jurídica de los alimentos, don Antonio Vodanovic Haklicka entre otros, los conceptualiza
como '... las prestaciones, generalmente en dinero, o rara vez en especies, que continua y
periódicamente hace el alimentante al alimentario para cumplir su obligación alimenticia'
(Derecho de Alimentos, Edit. LexisNexis, 1996, pág. 23). De lo anterior es posible inferir
que, las pensiones por alimentos una vez devengadas, ingresan al patrimonio del
alimentario como crédito en su favor y como tal son bienes susceptibles de ser
administrados por quién tenga la patria potestad de este último [...]. Que, así las cosas,
razón tiene la apelante cuando señala en su recurso que la obligación alimenticia que
constituye la materia del juicio tiene un origen legal y está plenamente reconocida, siendo
la transacción sólo el modo de cumplirla o llevarla a cabo, como en estos autos lo han
pactado las propias partes. En este sentido preciso es señalar que, de conformidad con la
patria potestad conferida al padre del menor, cobra plena validez el derecho-obligación de
éste de velar por la adecuada administración de los bienes del hijo, entre los cuales se
encuentra precisamente la representación judicial del menor para demandar cualquier
incumplimiento de las pensiones alimenticias que le correspondan, o como en este caso,
en que se reúnen ambas calidades jurídicas de demandado y custodio de los interese del
hijo, velar por la satisfacción cabal de sus necesidades" (C. de Apelaciones de Rancagua,
27 de junio de 2014, cons. 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/3950/2014, Rol Nº 112-
2014).773. No se funda en la patria potestad la responsabilidad civil, del padre o la
madre por el hecho de sus hijos menores, establecida en el artículo 2320 del
Código Civil. En este sentido se inclina una sana jurisprudencia, que ha tendido a
consolidarse en el último tiempo. Así, la E Corte Suprema al casar un fallo que había
xcma. 

vinculado la responsabilidad civil de los padres al ejercicio de la patria potestad respecto


del menor que había cometido un ilícito, declaró que: "[E]l fallo de segunda instancia —
infringiendo otra vez la ley— pretende fundar la legalidad de la ejecución de la sentencia
de marras en contra de los padres de quien cometió y fue condenado por el ilícito, en el
hecho de que éstos tendrían la representación del mismo en virtud de que, cuando se
cometió el delito, los padres ejercían la patria potestad respecto de su hijo por ser éste
menor de edad, incurriendo así en un doble error de derecho ya que, por una parte,
cuando en sede penal se entabló la acción civil en contra del autor del delito éste ya era
mayor de edad y, por lo mismo, se había emancipado, cuanto porque la patria potestad
concede derechos bien precisos a los padres, como lo son la representación del hijo
menor, el derecho a administrar sus bienes y a obtener el goce de los mismos, cuestión
que nada tiene que ver con la responsabilidad que a los padres puede caberles por los
hechos ilícitos cometidos por sus hijos, materia que como es sobradamente sabido, el
Código Civil trata en sus Título XXXV del Libro IV" (C. Suprema, 22 de agosto de 2012,
cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/1878/2012, Rol Nº 2830-2012). Igual opinión había
mantenido la I Corte de Apelaciones de Santiago, en sentencia que fue confirmada por la
lma. 

E Corte Suprema: "[C]omo se desprende del artículo 2320 del Código Civil, la
xcma. 

responsabilidad del padre por el hecho ajeno no se funda en la patria potestad, sino que
en el hecho de que el hijo viva en la misma casa, como lo señala en forma expresa esa
disposición legal" (C. de Apelaciones de Santiago, 4 de enero de 1999, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2849/1999, Rol Nº 36782-1997, conf. C. Suprema, 11 de mayo
de 1999, LegalPublishing: Cl/Jur/27/1999, Rol Nº 458-1999).

Artículo 244. La patria potestad será ejercida por el padre o la madre o


ambos conjuntamente, según convengan en acuerdo suscrito por escritura
pública o acta extendida ante cualquier oficial del Registro Civil, que se
subinscribirá al margen de la inscripción de nacimiento del hijo dentro de los
treinta días siguientes a su otorgamiento.

A falta de acuerdo, toca al padre y a la madre en conjunto el ejercicio de la


patria potestad.340

Con todo, los padres podrán actuar indistintamente en los actos de mera
conservación. Respecto del resto de los actos, se requerirá actuación conjunta.
En caso de desacuerdo de los padres, o cuando uno de ellos esté ausente o
impedido o se negare injustificadamente, se requerirá autorización judicial. 341

En todo caso, cuando el interés del hijo lo haga indispensable, a petición de


uno de los padres, el juez podrá confiar el ejercicio de la patria potestad al
padre o madre que carecía de él, o radicarlo en uno solo de los padres, si la
ejercieren conjuntamente. Ejecutoriada la resolución, se subinscribirá dentro
del mismo plazo señalado en el inciso primero.

En defecto del padre o madre que tuviere la patria potestad, los derechos y
deberes corresponderán al otro de los padres.

Concordancias: Código Civil: artículos 203, 222,  252 inciso 4º, 270 números 1º y 2º, 271. Ley
Nº  4.808, sobre Registro Civil,  D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000:
artículos 6º números 4º y 5º, 8º inciso 1º.

Artículo 245. Si los padres viven separados, la patria potestad será ejercida


por aquel que tenga a su cargo el cuidado personal del hijo, o por ambos, de
conformidad al artículo 225.342

Sin embargo, por acuerdo de los padres o resolución judicial fundada en el


interés del hijo, podrá atribuirse la patria potestad al otro padre o radicarla en
uno de ellos si la ejercieren conjuntamente. Además, basándose en igual
interés, los padres podrán ejercerla en forma conjunta. Se aplicarán al acuerdo
o a la resolución judicial las normas sobre subinscripción previstas en el
artículo precedente.343

En el ejercicio de la patria potestad conjunta, se aplicará lo establecido en el


inciso tercero del artículo anterior.344
Concordancias: Código Civil: artículos 225, 243, 244 inciso 3º. Constitución Política de la República:
artículo 5º inciso 2º. Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, D.O. 9.12.1989: artículo 16.1 letra d). Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por  D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículos 6º números 4 y 5, 8º inciso 1º. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17 de mayo de 2004: artículo 21.

Jurisprudencia:  774. La regla del inciso 1º no exige que se practique la inscripción


prevista en el artículo 225 para que ejerza la patria potestad el padre que tiene a su
cargo el cuidado personal del hijo. En este sentido se ha pronunciado la E xcma. Corte
Suprema: "[R]esulta necesario consignar que el artículo 245 inciso 1º del Código Civil
señala que: "Si los padres viven separados, la patria potestad será ejercida por aquel que
tenga a su cargo el cuidado personal del hijo, o por ambos, de conformidad al artículo
225". Por su parte el artículo 225 incisos 1º y 3º del Código Civil, señalan en lo pertinente
que: "Si los padres viven separados podrán determinar de común acuerdo que el cuidado
personal de los hijos corresponda al padre, a la madre o a ambos en forma compartida. El
acuerdo se otorgará por escritura pública o acta extendida ante cualquier oficial del
Registro Civil y deberá ser subinscrito al margen de la inscripción de nacimiento del hijo,
dentro de los treinta días subsiguientes a su otorgamiento. Este acuerdo establecerá la
frecuencia y libertad con que el padre o madre que no tiene el cuidado personal
mantendrá una relación directa y regular con los hijos y podrá revocarse o modificarse
cumpliendo las mismas solemnidades. A falta del acuerdo del inciso primero, los hijos
continuarán bajo el cuidado personal del padre o madre con quien estén conviviendo" [...]
Que conforme a los hechos asentados en la causa y de acuerdo a lo preceptuado en las
normas transcritas, resulta evidente que la madre tiene el cuidado personal de su hijo [...],
y en consecuencia, le corresponde el ejercicio de la patria potestad, sin que sea exigible
en este caso la existencia de alguna anotación al margen de la inscripción de nacimiento
del hijo, pues tal exigencia únicamente se ha establecido tal como lo preceptúa el artículo
225 del Código Civil para el caso que los padres vivan separados y exista acuerdo
respecto al ejercicio del cuidado personal, o este ha sido confiado exclusivamente a uno
de los padres por una resolución judicial, bastando solo con acreditar que la madre tiene
el cuidado personal del hijo lo que resultó probado según concluyeron los sentenciadores"
(C. Suprema, 25 de junio de 2018, cons. 12º y 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/3120/2018,
Rol Nº 36696-2017).

Artículo 246. Mientras una subinscripción relativa al ejercicio de la patria


potestad no sea cancelada por otra posterior, todo nuevo acuerdo o resolución
será inoponible a terceros.

Concordancias: Código Civil: artículo 225 inciso final. Código del Trabajo: artículo 13. Ley Nº 4.808,
sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 6º
número 4. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,D.O.  17 de mayo de 2004: artículo 22 inciso 2º.

Artículo 247. No obstará a las reglas previstas en los artículos 244 y 245 el


régimen de bienes que pudiese existir entre los padres.

Concordancias: Código Civil: artículos 150, 244, 245, 252 y 1749.

Artículo 248. Se nombrará tutor o curador al hijo siempre que la paternidad


y la maternidad hayan sido determinadas judicialmente contra la oposición del
padre y de la madre. Lo mismo sucederá respecto del hijo cuyos padres no
tengan derecho a ejercer la patria potestad o cuya filiación no esté determinada
legalmente ni respecto del padre ni respecto de la madre.

Concordancias: Código Civil: artículos 203, 267 inciso 2º, 354 a 357 inciso 2º, 360, 368 incisos 1º y
final. Código Penal: artículo 370 bis.

Artículo 249. La determinación legal de la paternidad o maternidad pone fin


a la guarda en que se hallare el hijo menor de edad y da al padre o la madre,
según corresponda, la patria potestad sobre sus bienes.

Concordancias: Código Civil: artículos 26 y 243.

2. Del derecho legal de goce sobre los bienes de los hijos y de su


administración

Artículo 250. La patria potestad confiere el derecho legal de goce sobre


todos los bienes del hijo, exceptuados los siguientes:

1º Los bienes adquiridos por el hijo en el ejercicio de todo empleo, oficio,


profesión o industria. Los bienes comprendidos en este número forman su
peculio profesional o industrial;

2º Los bienes adquiridos por el hijo a título de donación, herencia o legado,


cuando el donante o testador ha estipulado que no tenga el goce o la
administración quien ejerza la patria potestad; ha impuesto la condición de
obtener la emancipación, o ha dispuesto expresamente que tenga el goce de
estos bienes el hijo, y

3º Las herencias o legados que hayan pasado al hijo por incapacidad,


indignidad o desheredamiento del padre o madre que tiene la patria potestad.

En estos casos, el goce corresponderá al hijo o al otro padre, en


conformidad con los artículos 251 y 253.

El goce sobre las minas del hijo se limitará a la mitad de los productos y el
padre que ejerza la patria potestad responderá al hijo de la otra mitad.

Concordancias: Código Civil: Mensaje XVI, artículos 12, 251, 253, 810 y 2466 inciso final. Código de
Minería: artículo 25.
Jurisprudencia:  775. De los bienes que forman parte del peculio profesional del hijo de familia. Se ha declarado que forma parte del
peculio profesional del hijo de familia la participación que tenga en una sociedad en la que también sean socios sus padres, al igual que las utilidades
que dicha sociedad les reporte, de manera, que no es posible exigir a su padre, también socio en una sociedad, que colacione a sus declaraciones de
impuesto los retiros que individualmente y en su calidad de socios de una sociedad hicieron, en el ejercicio tributario respectivo, sus hijos menores
adultos: "Que, conforme lo dispone el artículo 250 Nº 1 del Código Civil, 'La patria potestad confiere el derecho legal de goce sobre todos los bienes del
hijo, exceptuados los siguientes: 1º. Los bienes adquiridos por el hijo en el ejercicio de todo empleo, oficio, profesión o industria. Los bienes
comprendidos en este número forman su peculio profesional o industrial...'. Que la circunstancia de ser los dos hijos menores adultos del contribuyente
(María Betania y Benjamín Rubén) socios de una sociedad (en la que además participan los padres de los menores), ha de implicar necesariamente que
ellos quedan comprendidos dentro de la excepción de la norma antes transcrita, de suerte tal que su peculio profesional o industrial estaría compuesto,
tanto por la participación que ellos tengan en la sociedad de que se trata, así como las utilidades que dicha sociedad les pudiera reportar. Ha de
considerarse que si el Tribunal competente autorizó a los menores adultos para incorporarse a una sociedad, es porque se ha estimado que ellos se
encuentran en condiciones de ejercer los derechos y asumir las obligaciones que les impone su condición de socios de la sociedad de que se trata.
Además, necesariamente se tiene que haber estimado para dar tal autorización, que la incorporación de los menores adultos a la sociedad en cuestión
era lo más beneficioso para ellos, desde que el Tribunal debe siempre velar, por sobre todo, porque se salvaguarde el interés superior del niño, niña o
adolescente [...]. Que, en tales condiciones no resulta procedente exigir que el contribuyente, padre de los menores adultos (María Betania y Benjamín
Rubén), colacione a sus declaraciones de impuesto los retiros que individualmente y en su calidad de socio de una sociedad hicieron, en el ejercicio
tributario respectivo, los menores adultos ya individualizados. Máxime aún si no se ha cuestionado por el Servicio fiscalizador las declaraciones de
impuesto de cada uno de los menores adultos a que nos venimos refiriendo" (C. de Apelaciones de Concepción, 8 de septiembre de 2010, cons. 3º y 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6874/2010, Rol Nº 2019-2008).

Artículo 251. El hijo se mirará como mayor de edad para la administración y


goce de su peculio profesional o industrial, sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 254.

Concordancias: Código Civil: artículos 26, 254, 348 inciso 2º, y 1447. Código de Comercio: artículo 10.
Código de Minería: artículos 24 y 25. Código del Trabajo: artículo 13.

Artículo 252. El derecho legal de goce es un derecho personalísimo que


consiste en la facultad de usar los bienes del hijo y percibir sus frutos, con
cargo de conservar la forma y sustancia de dichos bienes y de restituirlos, si no
son fungibles; o con cargo de volver igual cantidad y calidad del mismo género,
o de pagar su valor, si son fungibles.

El padre o madre no es obligado, en razón de su derecho legal de goce, a


rendir fianza o caución de conservación o restitución, ni tampoco a hacer
inventario solemne, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 124. Pero si no
hace inventario solemne, deberá llevar una descripción circunstanciada de los
bienes desde que entre a gozar de ellos.

Cuando este derecho corresponda a la madre casada en sociedad conyugal,


ésta se considerará separada parcialmente de bienes respecto de su ejercicio y
de lo que en él obtenga. Esta separación se regirá por las normas del artículo
150.

Si la patria potestad se ejerce conjuntamente por ambos padres y no se ha


acordado otra distribución, el derecho legal de goce se dividirá entre ellos por
iguales partes.

El derecho legal de goce recibe también la denominación de usufructo legal


del padre o madre sobre los bienes del hijo. En cuanto convenga a su
naturaleza, se regirá supletoriamente por las normas del Título IX del Libro II.

Concordancias: Código Civil: artículos 46, 124, 150, 244 inciso 1º, 575, 764 y siguientes, 766 número
1, 775 inciso 1º. Código de Procedimiento Civil: artículos 858 y siguientes. Ley de Efecto Retroactivo de
las Leyes: artículo 4º.  Substituye el régimen concursal vigente por una ley de reorganización y
liquidación de empresas y personas, y perfecciona el rol de la Superintendencia del ramo,
D.O.  30.12.2013: artículo 132.

776. El derecho a percibir los frutos de los bienes propios del hijo toca al
Jurisprudencia: 
padre o madre que ejerce la patria potestad, y esta o aquel los adquiere por el solo
ministerio de la ley. En este sentido se ha destacado que: "[Q]uien ejerce la patria
potestad del menor tiene el uso y goce de los bienes propios de éste, pero además tiene
el derecho a percibir sus frutos, de los que se hace dueño. Lo anterior es concordante
además con lo que dispone al efecto el artículo 790 del Código Civil, ubicado en el Título
IX del Libro II, en cuanto señala: 'Los frutos civiles pertenecen al usufructuario día por día'
[...]. Que, por su parte, el que los frutos de los bienes del hijo sujeto a patria potestad
pertenecen a quien tiene el derecho legal de goce se ve reafirmado por el hecho de
disponer el artículo 252 ya citado: 'Cuando este derecho corresponda a la madre casada
en sociedad conyugal, ésta se considerará separada parcialmente de bienes respecto de
su ejercicio y de lo que en él obtenga. Esta separación se regirá por las normas del
artículo 150'. En efecto, según se señala en el informe de la Comisión de Constitución,
Legislación y Justicia respecto del proyecto de la Ley Nº 19.585, que modificó el Código
Civil y otros cuerpos legales en materia de filiación, Boletín Nº 1060-07, tal decisión se
adoptó para permitir a la mujer casada bajo régimen de sociedad conyugal la
administración de los frutos obtenidos en el ejercicio del derecho legal de goce. El informe
antes indicado consigna: 'Los frutos, como consecuencia del concepto mismo del derecho
legal de goce, deberían incorporarse por regla general al patrimonio del padre o de la
madre que ejerza este derecho. Sin embargo, en el caso de la mujer casada en sociedad
conyugal, lo anterior significaría que los frutos ingresarían a esta sociedad y pasarían a
ser administrados por el marido'" (C. Suprema, 13 de marzo de 2012, cons. 7º y 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/574/2012, Rol Nº 8761-2009). Sobre tales bases se reafirma que:
"[E]s la ley la que establece que producto de tal derecho, que es personalísimo e
irrenunciable, el padre que ejerce la patria potestad del hijo, como en este caso, se hace
dueño de los frutos de los bienes del hijo. El dominio de los frutos lo adquiere por el solo
ministerio de la ley" (C. Suprema, 13 de marzo de 2012, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/574/2012, Rol Nº 8761-2009).

Artículo 253. El que ejerza el derecho legal de goce sobre los bienes del hijo
tendrá su administración, y el que se encuentre privado de ésta quedará
también privado de aquél.

Si el padre o la madre que tiene la patria potestad no puede ejercer sobre


uno o más bienes del hijo el derecho legal de goce, éste pasará al otro; y si
ambos estuviesen impedidos, la propiedad plena pertenecerá al hijo y se le
dará un curador para la administración.

Concordancias: Código Civil: artículos 251, 257, 258 y 344.

Artículo 254. No se podrán enajenar ni gravar en caso alguno los bienes


raíces del hijo, aun pertenecientes a su peculio profesional o industrial, ni sus
derechos hereditarios, sin autorización del juez con conocimiento de causa.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 891. Código Orgánico de Tribunales: artículo


366.
Artículo 255. No se podrá hacer donación de ninguna parte de los bienes
del hijo, ni darlos en arriendo por largo tiempo, ni aceptar o repudiar una
herencia deferida al hijo, sino en la forma y con las limitaciones impuestas a los
tutores y curadores.

Concordancias: Código Civil: artículos 397, 402, 407, 1225, 1236, 1250, 1411 inciso final. Código de
Procedimiento Civil: artículo 891. Código Orgánico de Tribunales: artículo 366.

Artículo 256. El padre o madre es responsable, en la administración de los


bienes del hijo, hasta de la culpa leve.

La responsabilidad para con el hijo se extiende a la propiedad y a los frutos,


en aquellos bienes del hijo en que tiene la administración, pero no el goce, y se
limita a la propiedad cuando ejerce ambas facultades sobre los bienes.

Concordancias: Código Civil: artículos 44 inciso 3º, 537, 643, 645, 646, 647.

Artículo 257. Habrá derecho para quitar al padre o madre, o a ambos, la


administración de los bienes del hijo, cuando se haya hecho culpable de dolo,
o de grave negligencia habitual, y así se establezca por sentencia judicial, la
que deberá subinscribirse al margen de la inscripción de nacimiento del hijo.

Perderá también la administración siempre que se suspenda la patria


potestad, en conformidad con el artículo 267.

Concordancias: Código Civil: artículos 44, 267. Código de Procedimiento Civil: artículo 3º. Ley
Nº  4.808, sobre Registro Civil,D.O. 10.02.1943: artículos 6º número  7 y 8º inciso 1º.

Artículo 258. Privado uno de los padres de la administración de los bienes,


la tendrá el otro; si ninguno de ellos la tuviese, la propiedad plena pertenecerá
al hijo, y se le dará un curador para la administración.

Concordancias: Código Civil: artículo 348 inciso 2º.

Artículo 259. Al término de la patria potestad, los padres pondrán a sus hijos
en conocimiento de la administración que hayan ejercido sobre sus bienes.

Concordancias: Código Civil: artículo 2481 número 4.

3. De la representación legal de los hijos


Artículo 260. Los actos y contratos del hijo no autorizados por el padre o la
madre que lo tenga bajo su patria potestad, o por el curador adjunto, en su
caso, le obligarán exclusivamente en su peculio profesional o industrial.

Pero no podrá tomar dinero a interés, ni comprar al fiado (excepto en el giro


ordinario de dicho peculio) sin autorización escrita de las personas
mencionadas. Y si lo hiciere, no será obligado por estos contratos, sino hasta
concurrencia del beneficio que haya reportado de ellos.

Concordancias: Código Civil: artículos 43, 137 inciso 2º, 1445 número 1, 1447 y 1682.

Artículo 261. Si entre los padres hubiere sociedad conyugal, los actos y
contratos que el hijo celebre fuera de su peculio profesional o industrial y que el
padre o madre que ejerce la patria potestad autorice o ratifique por escrito, o
los que éstos efectúen en representación del hijo, obligan directamente al
padre o madre en conformidad a las disposiciones de ese régimen de bienes y,
subsidiariamente, al hijo, hasta concurrencia del beneficio que éste hubiere
reportado de dichos actos o contratos.

Si no hubiere sociedad conyugal, esos actos y contratos sólo obligan, en la


forma señalada en el inciso anterior, al padre o madre que haya intervenido. Lo
anterior no obsta a que pueda repetir contra el otro padre, en la parte en que
de derecho haya debido proveer a las necesidades del hijo.

Concordancias: Código Civil: artículos 134 y 230.

Artículo 262. El menor adulto no necesita de la autorización de sus padres


para disponer de sus bienes por acto testamentario que haya de tener efecto
después de su muerte, ni para reconocer hijos.

Concordancias: Código Civil: artículos 186, 1004, 1005 inciso final. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 3º inciso 2º.

Artículo 263. Siempre que el hijo tenga que litigar como actor contra el


padre o la madre que ejerce la patria potestad, le será necesario obtener la
venia del juez y éste, al otorgarla, le dará un curador para la litis.

El padre o madre que, teniendo la patria potestad, litigue con el hijo, sea
como demandante o como demandado, le proveerá de expensas para el juicio,
que regulará incidentalmente el tribunal, tomando en consideración la cuantía e
importancia de lo debatido y la capacidad económica de las partes.

Concordancias: Código Civil: artículos 163, 265 y 494. Código de Procedimiento Civil: artículos 829,
830, 852, 854 inciso 2º.

777. De la imposibilidad de autocontratación en procedimientos


Jurisprudencia: 
judiciales. A propósito de esta regla se ha señalado que: "Si bien la autocontratación es
generalmente aceptada en materia civil, ella no tiene cabida en los procedimientos
judiciales contenciosos, que llevan implícita la concurrencia de intereses contrapuestos.
Así se desprende de diversas disposiciones que impiden que un representante pueda
defender judicialmente los intereses de su representado, como los artículos 263 y 265 del
Código Civil, referidos a casos en que el hijo menor deba litigar contra el padre o madre
que ejerce la patria potestad, para cuyo efecto habrá de designársele un curador ad litem"
(C. de Apelaciones de Santiago, 5 de abril de 2006, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/8861/2006, Rol Nº 9800-2005).

Artículo 264. El hijo no puede parecer en juicio, como actor, contra un


tercero, sino autorizado o representado por el padre o la madre que ejerce la
patria potestad, o por ambos, si la ejercen de manera conjunta.

Si el padre, la madre o ambos niegan su consentimiento al hijo para la


acción civil que quiera intentar contra un tercero, o si están inhabilitados para
prestarlo, podrá el juez suplirlo, y al hacerlo así dará al hijo un curador para la
litis.

Concordancias: Código Civil: artículo 494. Código de Procedimiento Civil: artículos 829, 830, 852, 854
inciso 2º.

Artículo 265. En las acciones civiles contra el hijo deberá el actor dirigirse al
padre o madre que tenga la patria potestad, para que autorice o represente al
hijo en la litis. Si ambos ejercen en conjunto la patria potestad, bastará que se
dirija en contra de uno de ellos.

Si el padre o madre no pudiere o no quisiere prestar su autorización o


representación, podrá el juez suplirla, y dará al hijo un curador para la litis.

Concordancias: Código Civil: artículo 494. Código de Procedimiento Civil: artículos 852, 854 inciso 2º.
Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 19.

778. Es ilegal la orden de arresto decretada en contra de un menor adulto


Jurisprudencia: 
por un Tribunal de Familia si ella se dictó sin que el menor actuara debidamente
representado o se le designara un curador. Así, por vía de amparo constitucional, se
ha declarado que: "[D]el tenor del recurso y lo informado por el Juez recurrido, se
desprende que como consecuencia de adeudarse por el menor de edad [...], sumas de
dinero por concepto de alimentos provisorios decretados en una causa tramitada ante el
Juzgado de Familia de esta ciudad, se decretó su arresto nocturno; esta decisión es
reclamada como ilegal y perturbadora del derecho de la libertad del referido menor, toda
vez que fue dictada en un procedimiento en el cual el referido menor no ha comparecido
en forma legal, en los términos que señala los artículo 265 inciso 2º del Código Civil.
Concordante, es dable argumentar que la disposición del Código aludido refiere la
circunstancia que si el padre o madre del menor no pudiere o no quisiere prestar su
autorización o representación, podrá el juez suplirla y dará al hijo un curador para la litis.
Lo anterior es precisamente lo ocurrido en los antecedentes atento la falta de capacidad
del menor para su comparecencia en juicio, situación acorde a lo dispuesto en el inciso 3º
del artículo 1447 del Código Civil que refiere que el menor adulto es relativamente
incapaz. Cuarto: Que en este orden de ideas, el decreto de detención resulta ilegal toda
vez que el Juez no debió sustraerse de un procedimiento establecido por el legislador
sobre la materia y que, en síntesis, se centra en la calidad de menor adulto que ostenta el
afectado por la medida, quien debe comparecer en conformidad a las normas protectoras
dictadas al efecto, así, dicha orden aparece dictada fuera de los casos establecidos por la
ley" (C. de Apelaciones de Arica, 3 de octubre de 2007, cons. 3º y 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5334/2007, Rol Nº 208-2007).

Artículo 266. No será necesaria la intervención paterna o materna para


proceder criminalmente contra el hijo; pero el padre o madre que tiene la patria
potestad será obligado a suministrarle los auxilios que necesite para su
defensa.

Concordancias: Código Civil: artículo 136.

4. De la suspensión de la patria potestad

Artículo 267. La patria potestad se suspende por la demencia del padre o


madre que la ejerce, por su menor edad, por estar en entredicho de administrar
sus propios bienes, y por su larga ausencia u otro impedimento físico, de los
cuales se siga perjuicio grave en los intereses del hijo, a que el padre o madre
ausente o impedido no provee.

En estos casos la patria potestad la ejercerá el otro padre, respecto de quien


se suspenderá por las mismas causales. Si se suspende respecto de ambos, el
hijo quedará sujeto a guarda.

Concordancias: Código Civil: artículos 257 inciso 2º, 258, 267 inciso 1º.

779. La "larga ausencia" como causa de la suspensión de la patria


Jurisprudencia: 
potestad no implica, por sí misma, el grave perjuicio en los intereses del hijo que
exige este artículo para que se produzca la suspensión. En este sentido se ha
declarado que: "[L]a propia ley contempla la posibilidad que la patria potestad se
suspenda respecto de uno de los padres o de ambos, en cuyo caso, el hijo quedará sujeto
a guarda. La suspensión sólo procederá en la medida que concurra alguna de las
hipótesis previstas en el artículo 267 del Código Civil, cuales son: demencia del padre o
madre que la ejerce, por su menor edad, por estar en entredicho de administrar sus
propios bienes, y por su larga ausencia u otro impedimento físico, de los cuales se siga
perjuicio grave en los intereses del hijo, que el padre o madre ausente o impedido no
provea [...]. Que, en la especie, se ha esgrimido como fundamento para solicitar la
suspensión de la patria potestad que ejerce el padre de [la menor], su larga ausencia.
Pero, tal como lo han razonado los sentenciadores y según se desprende del propio tenor
literal de la norma, dicha causal exige, además, que de ella se siga un perjuicio grave en
los intereses del hijo a que el padre ausente no provea. La disposición en comento
entonces contempla diversas situaciones fácticas, que en consecuencia, requieren de
prueba, cuales son, una larga ausencia del padre y un detrimento de tal naturaleza y
entidad que produzca un menoscabo a los intereses del hijo. El fallo que se analiza ha
dado por establecido como hecho de la causa, la larga ausencia del padre, pero no la
existencia de un perjuicio a los intereses de su hija. Por otra parte, en su demanda el
actor tampoco ha indicado cuál es el interés de la niña que resultaría afectado por dicha
falta del padre, limitándose a expresar sin precisión que la suspensión de la patria
potestad le permitiría continuar brindándole bienestar emocional, cariño y protección a la
menor. Al respecto no puede entenderse que el perjuicio que exige el artículo 267 del
Código Civil sea un aspecto inherente a la larga ausencia como lo pretende el recurrente
sino que requiere la constatación de una lesión en los derechos personales o
patrimoniales de [la menor], y aunque ésta no ha gozado de los cuidados de su padre ni
ha tenido una relación directa y regular, de ello no se ha seguido una afección a sus
intereses, pues ha contado con el cuidado, primero de su madre y luego de sus abuelos,
en tanto el padre ha colaborado económicamente para su subsistencia" (C. Suprema, 1
de abril de 2014, cons. 6º y 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/757/2014, Rol Nº 12917-2013).

Artículo 268. La suspensión de la patria potestad deberá ser decretada por


el juez con conocimiento de causa, y después de oídos sobre ello los parientes
del hijo y el defensor de menores; salvo que se trate de la menor edad del
padre o de la madre, caso en el cual la suspensión se producirá de pleno
derecho.

El juez, en interés del hijo, podrá decretar que el padre o madre recupere la
patria potestad cuando hubiere cesado la causa que motivó la suspensión.

La resolución que decrete o deje sin efecto la suspensión deberá


subinscribirse al margen de la inscripción de nacimiento del hijo.

Concordancias: Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil,  D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 6º número 5, 8º inciso 1º. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 3.

5. De la emancipación

Artículo 269. La emancipación es un hecho que pone fin a la patria potestad


del padre, de la madre, o de ambos, según sea el caso. Puede ser legal o
judicial.

Concordancias: Código Civil: Mensaje XVI, artículo 243. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 3.

Artículo 270. La emancipación legal se efectúa:


1. Por la muerte del padre o madre, salvo que corresponda ejercitar la patria
potestad al otro;

2. Por el decreto que da la posesión provisoria, o la posesión definitiva en su


caso, de los bienes del padre o madre desaparecido, salvo que corresponda al
otro ejercitar la patria potestad;

3. Por el matrimonio del hijo, y

4. Por haber cumplido el hijo la edad de dieciocho años.

Concordancias: Código Civil: Mensaje XVI, artículos 26, 78, 81 número 6, 82, 102, 269.

Artículo 271. La emancipación judicial se efectúa por decreto del juez:

1º Cuando el padre o la madre maltrata habitualmente al hijo, salvo que


corresponda ejercer la patria potestad al otro;

2º Cuando el padre o la madre ha abandonado al hijo, salvo el caso de


excepción del número precedente;

3º Cuando por sentencia ejecutoriada el padre o la madre ha sido condenado


por delito que merezca pena aflictiva, aunque recaiga indulto sobre la pena, a
menos que, atendida la naturaleza del delito, el juez estime que no existe
riesgo para el interés del hijo, o de asumir el otro padre la patria potestad, y

4º En caso de inhabilidad física o moral del padre o madre, si no le


corresponde al otro ejercer la patria potestad.

La resolución judicial que decrete la emancipación deberá subinscribirse al


margen de la inscripción de nacimiento del hijo.

Concordancias: Código Civil: artículos 226, 234 inciso 2º, 238, 239, 497 número 11, 1012 número 8.
Código Penal: artículo 370 bis. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil,  D.O.  10.02.1930, texto refundido
fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 6º número 5, 8º inciso 1º. Ley Nº  14.908, sobre
Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias,  D.O.  5.10.1962, texto refundido fijado por
D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 19 inciso 2º letra b). Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 8º letra c) y 12 número  1. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 3.

Artículo 272. Toda emancipación, una vez efectuada, es irrevocable.

Se exceptúa de esta regla la emancipación por muerte presunta o por


sentencia judicial fundada en la inhabilidad moral del padre o madre, las que
podrán ser dejadas sin efecto por el juez, a petición del respectivo padre o
madre, cuando se acredite fehacientemente su existencia o que ha cesado la
inhabilidad, según el caso, y además conste que la recuperación de la patria
potestad conviene a los intereses del hijo. La resolución judicial que dé lugar a
la revocación sólo producirá efectos desde que se subinscriba al margen de la
inscripción de nacimiento del hijo.

La revocación de la emancipación procederá por una sola vez.

Concordancias: Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil,  D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículos 6º número 5, 8 inciso 1º. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 3.

Artículo 273. El hijo menor que se emancipa queda sujeto a guarda.

Concordancias: Código Civil: artículo 435.

Artículo 274. Derogado.345

Artículo 275. Derogado.346

Artículo 276. Derogado.347

Artículo 277. Derogado.348

Artículo 278. Derogado.349

Artículo 279. Derogado.350

Artículo 280. Derogado.351

Artículo 281. Derogado.352

Artículo 282. Derogado.353

Artículo 283. Derogado.354

Artículo 284. Derogado.355

Artículo 285. Derogado.356

Artículo 286. Derogado.357

Artículo 287. Derogado.358

Artículo 288. Derogado.359

Artículo 289. Derogado.360
Artículo 290. Derogado.361

Artículo 291. Derogado.362

Artículo 292. Derogado.363

Artículo 293. Derogado.364

Artículo 294. Derogado.365

Artículo 295. Derogado.366

Artículo 296. Derogado.367

C. LEY Nº 19.585 MODIFICA EL CÓDIGO CIVIL Y OTROS


CUERPOS LEGALES EN MATERIA DE FILIACIÓN
Publicada en el Diario Oficial de 26 de octubre de 1998

.................

ARTÍCULOS TRANSITORIOS

Artículo 1º. Todos los que posean el estado de hijo natural a la fecha de


entrada en vigencia de la presente ley, tendrán los derechos que ésta
establece.

El padre o la madre cuya paternidad o maternidad haya sido determinada


judicialmente conforme con los números 2º, 3º y 4º del anterior artículo 271 del
Código Civil, tendrá la calidad, obligaciones y derechos que esta ley atribuye al
padre o a la madre cuya paternidad o maternidad ha sido determinada
judicialmente contra su oposición.

Con todo, los derechos hereditarios se regirán por la ley vigente al tiempo de
la apertura de la sucesión.
Concordancias: Código Civil: artículo 188. Ley de Efecto Retroactivo de las Leyes: artículos 5º, 19, 20
y 21.

Artículo 2º. Las personas que a la entrada en vigencia de esta ley no tengan


una filiación determinada, podrán reclamarla en la forma y de acuerdo a las
reglas establecidas en ésta, salvo lo dispuesto en el artículo 6º transitorio.

En consecuencia, la persona que hubiere intentado una acción para obtener


alimentos conforme con el anterior artículo 280, números 1º, 2º, 3º o 5º del
Código Civil, podrá demandar la reclamación del estado de hijo de acuerdo con
las disposiciones que establece la presente ley.

También podrán reclamar la filiación en conformidad con las normas que


establece esta ley aquellos que hayan ejercido respecto de una persona todas
las citaciones que prevén los anteriores artículos 271 número 5º y 280 número
4º del Código Civil, sin haber obtenido la calidad de hijo natural o simplemente
ilegítimo con derecho a alimentos, pero no podrán solicitar la citación judicial de
la misma persona de acuerdo con el nuevo artículo 188 del mismo Código.

En todo caso, las personas que hayan adquirido el derecho a alimentos en


conformidad con los anteriores artículos 280 a 291 del Código Civil o a
cualquier beneficio de carácter pecuniario en virtud de leyes especiales,
conservarán esos derechos hasta su expiración conforme a las normas
respectivas.

Los derechos hereditarios se regirán por la ley vigente al tiempo de la


apertura de la sucesión.

Concordancias: Código Civil: artículo 188. Ley de Efecto Retroactivo de las Leyes: artículos 19, 20 y
21.

780. Del sentido general del efecto retroactivo de la ley. Se ha entendido


Jurisprudencia: 
que esta: "disposición transitoria, referida a determinadas acciones, entre ellas la de
impugnación y de reclamación, sólo deja vigente de la antigua ley ciertos plazos, en su
duración, si es que hubieran comenzado a correr, lo que es lógico, ya que si ha
transcurrido una parte, se trataría de una acción que existía respecto del titular que la
ejerce, obviamente que, de otra manera, no podría haber comenzado a correr un plazo,
pero en cambio, en cuanto a la titularidad de las acciones y a la forma en que éstas se
ejerzan, se va a aplicar íntegramente el nuevo estatuto filiativo, de lo cual se desprende,
como principio esencial, que bajo ningún respecto las personas que antes no tuvieron
derecho a ejercer una acción, dado las restrictivas normas anteriores, y que en cambio,
ahora sí tuvieran derecho, no pudieran ejercer dichas acciones" (C. de Apelaciones de
Santiago, 4 de marzo de 2004, cons. 18º, LegalPublishing: Cl/Jur/1927/2004, Rol
Nº 1999-2002, conf. C. Suprema, 5 de mayo de 2005, LegalPublishing: Cl/Jur/2602/2005,
Rol Nº 1325-2004). 781. Acción de reclamación de la paternidad o maternidad y
efecto retroactivo de la ley. Se ha declarado que: "En virtud del artículo 5º transitorio de
dicha ley, quienes no hubieran tenido derecho a reclamar la filiación, porque no eran
titulares de la acción respectiva, y ahora sí pudieran hacerlo, en virtud de la nueva
normativa, se rigen por esta última, toda vez que el legislador quiso beneficiar a todos los
nacidos antes de la ley, en orden a poder determinar su filiación, acorde con el principio
de hacer prevalecer la verdad biológica por sobre la formal" (C. de Apelaciones de
Santiago, 4 de marzo de 2004, cons. 17º, LegalPublishing: Cl/Jur/1927/2004, Rol
Nº 1999-2002, conf. C. Suprema, 5 de mayo de 2005,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2602/2005, Rol Nº 1325-2004). 782. Impugnación de la
paternidad y efecto retroactivo de la ley. Se ha declarado que: "Antes de entrar en
vigencia la Ley Nº 19.585, el actor no podía impugnar la filiación, puesto que la ley no le
reconocía tal derecho. Pero como consecuencia de la dictación (sic) de la normativa
señalada, el padre biológico puede impugnar una filiación, debiendo hacerlo, como se
dijo, simultáneamente con la reclamación de la paternidad y sólo a partir de esta fecha
comenzará a correr el plazo de caducidad, si existiere, puesto que antes de la entrada en
vigencia de la ley no era titular de la acción" (C. Suprema, 5 de mayo de 2005, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2602/2005, Rol Nº 1325-2004).

Artículo 3º. Las personas que bajo la legislación que esta ley modifica


tengan determinado por sentencia judicial o transacción aprobada por la
justicia, el derecho a percibir alimentos necesarios, podrán solicitar la
adecuación de la pensión alimenticia determinada, de acuerdo con el nuevo
artículo 323 del Código Civil que esta ley establece.

Pero no se alterarán en caso alguno las pensiones devengadas con


anterioridad a la entrada en vigencia de la presente ley.

Concordancias: Código Civil: artículo 323.

Artículo 4º. La guarda a que estuviere sujeto el hijo natural expirará por la


entrada en vigencia de esta ley, cuando de acuerdo con ella el hijo debiere
estar sujeto a patria potestad. El respectivo padre o madre entrará de pleno
derecho en el ejercicio de la patria potestad que le corresponde.

Las emancipaciones voluntarias realizadas en conformidad al anterior


artículo 265 del Código Civil, conservarán el valor y los efectos que les atribuía
el texto de esa disposición.

Concordancias: Ley de Efecto Retroactivo de las Leyes: artículo 8º.

Artículo 5º. Los plazos para impugnar, desconocer o reclamar la filiación,


paternidad o maternidad, o para repudiar un reconocimiento o legitimación por
subsiguiente matrimonio, que hubieren comenzado a correr conforme a las
disposiciones que esta ley deroga o modifica se sujetarán en su duración a
aquellas disposiciones, pero la titularidad y la forma en que deben ejercerse
esas acciones o derechos se regirá por la presente ley.

Los plazos a que se refiere el inciso anterior que no hubieren comenzado a


correr, aunque digan relación con hijos nacidos con anterioridad a la entrada
en vigencia de esta ley, se ajustarán a la nueva legislación.
No obstante, no podrá reclamarse la paternidad o maternidad respecto de
personas fallecidas con anterioridad a la entrada en vigencia de la presente
ley.

Pero podrán interponerse las acciones contempladas en los artículos 206 y


207 del Código Civil dentro del plazo de un año, contado desde la entrada en
vigencia de la presente ley, siempre que no haya habido sentencia judicial
ejecutoriada que rechace la pretensión de paternidad o maternidad. En este
caso, la declaración de paternidad o maternidad producirá efectos
patrimoniales a futuro y no podrá perjudicar derechos adquiridos con
anterioridad por terceros.

Concordancias: Código Civil: artículos 206 y 207. Ley de Efecto Retroactivo de las Leyes: artículo 24.

Artículo 6º. La presente ley no alterará el efecto de cosa juzgada de las


sentencias ejecutoriadas con anterioridad a su entrada en vigencia, aunque
resolvieren sobre acciones de estado civil, de desconocimiento, impugnación o
reclamación de la filiación, paternidad o maternidad, atribución y suspensión de
la patria potestad o emancipación del hijo.

Y por cuanto he tenido a bien aprobarlo y sancionarlo; por tanto promúlguese


y llévese a efecto como Ley de la República.

Santiago, 13 de octubre de 1998.- EDUARDO FREI RUIZ-TAGLE,


Presidente de la República.- María Soledad Alvear Valenzuela, Ministra de
Justicia.- Josefina Bilbao Mendezona, Ministra Servicio Nacional de la Mujer.

Lo que transcribo a Ud. para su conocimiento.- Saluda atentamente a Ud.,


José Antonio Gómez Urrutia, Subsecretario de Justicia.

D. LEY DE EFECTO RETROACTIVO DE LAS LEYES


Santiago, 7 de octubre de 1861

.................

Artículo 4º. Los derechos de usufructo legal y de administración que el


padre de familia tuviere en los bienes del hijo, y que hubieren sido adquiridos
bajo una ley anterior, se sujetarán, en cuanto a su ejercicio y duración, a las
reglas dictadas por una ley posterior.
Concordancias: Código Civil: artículos 250 a 259.

E. LEY Nº 16.618 LEY DE MENORES


DECRETO CON FUERZA DE LEY Nº 1

Ministerio de Justicia

FIJA TEXTO REFUNDIDO, COORDINADO Y SISTEMATIZADO DEL


CÓDIGO CIVIL; DE LA LEY Nº 4.808, SOBRE REGISTRO CIVIL; DE LA
LEY Nº 17.344, QUE AUTORIZA CAMBIO DE NOMBRES Y
APELLIDOS; DE LA LEY Nº 16.618, LEY DE MENORES; DE LA LEY
Nº 14.908, SOBRE ABANDONO DE FAMILIA Y PAGO DE PENSIONES
ALIMENTICIAS, Y DE LA LEY Nº 16.271, DE IMPUESTO A LAS
HERENCIAS, ASIGNACIONES Y DONACIONES

Publicado en el Diario Oficial de 30 de mayo de 2000

Santiago, 16 de mayo del 2000.- Hoy se decretó lo que sigue:

Teniendo presente:

1. Que el artículo 8º de la Ley Nº 19.585, facultó al Presidente de la


República para fijar el texto refundido, coordinado y sistematizado del Código
Civil y de las leyes que se modifican expresamente en la presente ley; como,
asimismo, respecto de todos aquellos cuerpos legales que contemplen
parentescos y categorías de ascendientes, parientes, padres, madres, hijos,
descendientes o hermanos legítimos, naturales e ilegítimos, para lo cual podrá
incorporar las modificaciones y derogaciones de que hayan sido objeto tanto
expresa como tácitamente;

2. Que entre las leyes que complementan las disposiciones del Código Civil
deben considerarse las siguientes: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil; Ley
Nº 17.344, que Autoriza Cambio de Nombres y Apellidos; Ley Nº 16.618, Ley
de Menores; Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones
Alimenticias, y la Ley Nº 16.271, de Impuesto a las Herencias, Asignaciones y
Donaciones;

3. Que asimismo es recomendable por razones de ordenamiento y de


utilidad práctica, que en los textos refundidos del Código Civil y de las leyes
señaladas precedentemente, se indique mediante notas al margen el origen de
las normas que conformarán su texto legal; y

Visto: lo dispuesto en el artículo 8º de la Ley Nº 19.585, dicta el siguiente:

DECRETO CON FUERZA DE LEY

Artículo 6º. Fíjase el siguiente texto refundido, coordinado y sistematizado


de la Ley Nº 16.618, Ley de Menores:

LEY DE MENORES368

TÍTULO PRELIMINAR

Artículo 1º. La presente ley se aplicará a los menores de edad, sin perjuicio


de las disposiciones especiales que establecen otra edad para efectos
determinados.

En caso de duda acerca de la edad de una persona, en apariencia menor, se


le considerará provisionalmente como tal, mientras se compruebe su edad.

Concordancias: Código Civil: artículos 26, 314. Decreto Ley Nº 2.465, Ley Orgánica del Servicio
Nacional de Menores, D.O. 16.01.1979: artículo 1º inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 16 inciso 3º. Ley Nº  20.084, sobre Responsabilidad Penal
Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículo 3º. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 1º.

.................

TÍTULO I369
TÍTULO II DE LA POLICÍA DE MENORES Y SUS FUNCIONES

Artículo 15. Créase en la Dirección General de Carabineros un


Departamento denominado "Policía de Menores", con personal especializado
en el trabajo con menores. Este departamento establecerá en cada ciudad
cabecera de provincia y en los lugares que sean asiento de un juzgado de
Letras de Menores, Comisarías o Subcomisarías de Menores.

La Policía de Menores tendrá las siguientes finalidades:

a) Recoger a los menores en situación irregular con necesidad de asistencia


o protección;370

b) Ejercer, de acuerdo con las instrucciones que imparta el Servicio Nacional


de Menores, el control de los sitios estimados como centros de corrupción de
menores;371

c) Fiscalizar los espectáculos públicos, centros de diversión o cualquier lugar


donde haya afluencia de público, con el fin de evitar la concurrencia de
menores, cuando no sean apropiados para ellos, y

d) Denunciar al Ministerio Público los hechos penados por el artículo 62. 372

e) Otorgar protección inmediata a un niño, niña o adolescente que se


encuentre en situación de peligro grave, directo e inminente para su vida o
integridad física.

Para ello, concurriendo tales circunstancias, podrá ingresar a un lugar


cerrado y retirar al niño, niña o adolescente, debiendo en todo caso poner de
inmediato los hechos en conocimiento del Juez de Menores, del Crimen o
Fiscal del Ministerio Público, según corresponda. 373

Concordancias: Ley Nº 16.618, Ley de Menores,  D.O.  8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 62. Decreto Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo 10.3. Decreto Nº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículos 3º, 19.

Artículo 16. Derogado.374

Artículo 16 bis. En aquellos casos en que aparezcan gravemente


vulnerados o amenazados los derechos de un menor de edad, Carabineros de
Chile deberá conducirlo al hogar de sus padres o cuidadores, en su caso, y
entregarlo a ellos, informándoles de los hechos que motivaron la actuación
policial.

Si, para cautelar la integridad física o psíquica del menor, fuere


indispensable separarlo de su medio familiar o de las personas que lo tuvieren
bajo su cuidado, Carabineros de Chile lo conducirá a un Centro de Tránsito y
Distribución e informará de los hechos a primera audiencia al juez de menores
respectivo.375

Tratándose de la comisión de un delito de que fuere víctima un menor de


edad, Carabineros deberá, además, poner los antecedentes en conocimiento
del Ministerio Público de acuerdo a las reglas generales.

En todas las hipótesis previstas en este artículo en que Carabineros hubiere


llevado a un menor a un Centro de Tránsito y Distribución, el encargado del
Centro que reciba al menor de edad deberá conducirlo ante el referido juez, a
primera audiencia, a fin que éste adopte las medidas que procedan de
conformidad con esta ley.376

Concordancias: Auto Acordado de la E Corte Suprema de 30.09.2005, relativo al funcionamiento de


xcma. 

los Juzgados de Familia, D.O. 8.10.2005: artículo 4º número 7. Decreto Nº  778, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 10.3. Decreto
Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990:
artículos 3.3, 9º, 19.

Artículo 17. Se prohíbe a los jefes de establecimientos de detención


mantener a los menores de dieciocho años en comunicación con otros
detenidos o presos mayores de esa edad.377

El funcionario que no diere cumplimiento a esta disposición será castigado,


administrativamente, con suspensión de su cargo hasta por el término de un
mes.

Concordancias: Ley Nº 20.084, Establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por


infracciones a la ley penal,D.O. 7.12.2005: artículos 31 inciso 3º, 48. Decreto Nº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990: artículos 3.3, 37.

TÍTULO III378-3 DE LA JUDICATURA DE MENORES, SU ORGANIZACI&#243


;N Y ATRIBUCIONES

Artículo 18. Derogado.379

Artículo 19. Derogado. 380-381

Artículo 20. Derogado.382
Artículo 21. Derogado.383

Artículo 22. Derogado.384

Artículo 23. Derogado.385

Artículo 24. Derogado.386

Artículo 25. Derogado.387

Artículo 26. Derogado.388

Artículo 27. Derogado.389

Artículo 28. Derogado.390

Artículo 29. Derogado.391

Artículo 30. En los casos previstos en el artículo 8º, números 7) y 8), de la
ley que crea los juzgados de familia, el juez de letras de menores, mediante
resolución fundada, podrá decretar las medidas que sean necesarias para
proteger a los menores de edad gravemente vulnerados o amenazados en sus
derechos.392

En particular, el juez podrá:

1) disponer la concurrencia a programas o acciones de apoyo, reparación u


orientación a los menores de edad, a sus padres o a las personas que lo
tengan bajo su cuidado, para enfrentar y superar la situación de crisis en que
pudieren encontrarse, e impartir las instrucciones pertinentes, y

2) disponer el ingreso del menor de edad en un Centro de Tránsito o


Distribución, hogar substituto o en un establecimiento residencial.

Si adoptare la medida a que se refiere el número 2), el juez preferirá, para


que asuman provisoriamente el cuidado del menor, a sus parientes
consanguíneos o a otras personas con las que aquél tenga una relación de
confianza.

La medida de internación en un establecimiento de protección sólo


procederá en aquellos casos en que, para cautelar la integridad física o síquica
del menor de edad, resulte indispensable separarlo de su medio familiar o de
las personas que lo tienen bajo su cuidado, y en defecto de las personas a que
se refiere el inciso anterior. Esta medida tendrá un carácter esencialmente
temporal, no se decretará por un plazo superior a un año, y deberá ser
revisada por el tribunal cada seis meses, para lo cual solicitará los informes
que procedan al encargado del Centro u hogar respectivo. Sin perjuicio de ello,
podrá renovarse en esos mismos términos y condiciones, mientras subsista la
causal que le dio lugar. En todo caso, el tribunal podrá sustituir o dejar sin
efecto la medida antes del vencimiento del plazo por el que la hubiere
dispuesto. 393

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 1. Ley Nº 19.968, crea


Tribunales de Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 8º números 7 y 8, 72 inciso final. Decreto Nº  830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 3.3, 9º, 19.

783. La medida de entrega del cuidado personal de un menor fundada en


Jurisprudencia: 
este artículo es asistencial y no cesa por el mero transcurso del tiempo. Así se ha
declarado: "Que, en el caso sub-lite, es un hecho pacífico que por resolución judicial de 14
de octubre de 2002 en causa sobre protección del menor I.A.H.G. y su hermano, se aplicó
medida a su favor entregándose el cuidado y atención personal de ellos, en especial de
su salud y educación, a la demandante, sin que en dicha resolución se hubiere fijado
plazo o condición para la duración de la medida decretada; la que no ha sido dejada sin
efecto o modificada. Tal decisión fue adoptada en conformidad a lo dispuesto por los
artículos 26 Nº 7 y 30 de la Ley Nº 16.618, es decir, como medida necesaria para proteger
a los menores de edad gravemente vulnerados o amenazados en sus derechos [...]. Que
de lo anterior se desprende que la madre o el padre del menor fueron privados del
cuidado personal del hijo, mediante la dictación de la resolución que dispuso su entrega a
la actora, determinación que —como se ha dicho— no fue dejada sin efecto o modificada
y que en atención a su naturaleza asistencial, no puede considerarse que por el mero
transcurso del tiempo, haya dejado de tener validez, sobre todo si en los hechos, la
situación se mantuvo sin variaciones permaneciendo el menor bajo el resguardo de la
demandante hasta la ocurrencia de los hechos que motivaron esta acción" (C. Suprema,
24 de septiembre de 2010, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7767/2010, Rol Nº 5245-
2010).

Artículo 31. El juez podrá ejercer las facultades que le otorga esta ley, a
petición del Ministerio Público, de los organismos o entidades que presten
atención a menores, de cualquiera persona y aun de oficio. En el ejercicio de
estas facultades podrá el juez ordenar las diligencias e investigaciones que
estime conducentes. 394-395

Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 19.

Artículo 32. Derogado.396

Artículo 33. Si con ocasión del desempeño de sus funciones el juez de


letras de menores tuviere conocimiento de la comisión de un delito que
comprometa la salud, educación o buenas costumbres de un menor, y cuyo
juzgamiento corresponda a otros tribunales, deberá denunciarlo, remitiéndole
copia de los antecedentes.397
Concordancias: Decreto Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo 10.3. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 19.

Artículo 34. Derogado.398

Artículo 35. Derogado.399

Artículo 36. Derogado.400

Artículo 37. Derogado.401

Artículo 38. En los juicios de disenso si no se alega causa legal, en los


casos en que haya obligación de hacerlo, el juez deberá dar inmediatamente
autorización para el matrimonio.

Si la persona que debe prestar el consentimiento no concurre a la audiencia,


se entiende que retira el disenso. Lo dicho, no regirá con respecto al Oficial del
Registro Civil.

Concordancias: Código Civil: artículos 111, 112 inciso 2º, 113. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 5.

Artículo 39. Derogado.402

Artículo 40. Derogado.403

Artículo 41. Derogado.404

Artículo 42. Para el solo efecto del artículo 226 del Código Civil, se


entenderá que uno o ambos padres se encuentran en el caso de inhabilidad
física o moral:

1º. Cuando estuvieren incapacitados mentalmente;405

2º. Cuando padecieren de alcoholismo crónico;

3º. Cuando no velaren por la crianza, cuidado personal o educación del hijo;

4º. Cuando consintieren en que el hijo se entregue en la vía o en los lugares


públicos a la vagancia o a la mendicidad, ya sea en forma franca o a pretexto
de profesión u oficio;406

5º. Cuando hubieren sido condenados por secuestro o abandono de


menores;407
6º. Cuando maltrataren o dieren malos ejemplos al menor o cuando la
permanencia de éste en el hogar constituyere un peligro para su moralidad;

7º. Cuando cualesquiera otras causas coloquen al menor en peligro moral o


material. 408

Concordancias: Código Civil: artículo 226. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de


Menores,D.O.  5.08.1999: artículo 12. Decreto Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 10.3. Decreto Nº  830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 9.1.

784. Este artículo solo tiene aplicación en el supuesto de que el juez


Jurisprudencia: 
confíe los hijos a un tercero, y no para confiarlos a uno de los padres. Tal fue el
sentido de la reforma que le introdujo a su inciso 1º la Ley Nº 20.680, y así lo ha advertido
la E Corte Suprema: "[R]esulta conveniente establecer que el fallo impugnado incurre,
xcma. 

además, en una falsa aplicación del artículo 42 de la Ley Nº 16.618, desde que luego de
la reforma introducida por la Ley Nº 20.680, de junio de 2013, ha quedado establecido
claramente que dicha disposición tiene aplicación "para el solo efecto" del artículo 226 del
Código Civil, que se pone en el caso de que el juez confíe el cuidado de los hijos a un
tercero, debido a la inhabilidad física o moral de ambos padres. Dicho de otra manera,
yerra el sentenciador al considerar que el artículo 42 de la ley de menores es "el referente
para resolver el caso sub lite", ya que lo aplica a un caso no regulado por la norma, lo que
ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, ya que al considerar inhabilitada a la
madre bajo los parámetros del citado artículo 42, ha confiado el cuidado de la niña al
padre" (C. Suprema, 9 de marzo de 2015, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/1362/2015,
Rol Nº 21450-2014). 785. Las causas de inhabilidad enumeradas en este artículo son
taxativas. En ese sentido se ha declarado que este artículo "contiene una enumeración
taxativa de las situaciones que importan dichas inhabilidades" (C. de Apelaciones de
Copiapó, 11 de noviembre de 2010, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/12099/2010, Rol
Nº 99-2010; Corte de Apelaciones de Copiapó, 13 de octubre de 2010, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/12098/2010, Rol Nº 81-2010). 786. Las causas de inhabilidad
enumeradas en esta disposición deben ser graves y permanentes. Se ha sostenido
respecto de estas inhabilidades que: "necesariamente, deben revestir la calidad de graves
y permanentes, toda vez que, a pesar de no encontrarse señaladas tales circunstancias
en el artículo 12 de la Ley Nº 19.620, las mismas se desprenden del principio rector en
esta materia, esto es, el interés superior del niño, y del principio de primacía de la familia
biológica, los que exigen al juez de la causa su constatación en forma cuidadosa,
debiendo estar acreditadas con una certeza absoluta, en atención, también, a las
consecuencias que conlleva toda declaración de susceptibilidad de adopción" (C. de
Apelaciones de Copiapó, 11 de noviembre de 2010, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/12099/2010, Rol Nº 99-2010; Corte de Apelaciones de Copiapó,
13 de octubre de 2010, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/12098/2010, Rol Nº 81-2010).

Artículo 43. La pérdida de la patria potestad, la suspensión de su ejercicio y


lapérdida o suspensión de la tuición de los menores no importa liberar a los
padres o guardadores de las obligaciones que les corresponden de acudir a su
educación y sustento.
El juez de letras de menores determinará la cuantía y forma en que se
cumplirán estas obligaciones, apreciando las facultades del obligado y sus
circunstancias domésticas.409

La sentencia que dicte tendrá mérito ejecutivo y permitirá exigir su


cumplimiento ante el tribunal correspondiente.

Concordancias: Código Civil: artículos 224, 225 inciso 3º, 226, 243, 267, 268 y 271. Decreto Nº 830,
Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 9º.

Artículo 44. La asignación familiar que corresponda a los padres del menor
la percibirán los establecimientos o personas naturales que, por disposición del
juez o del Consejo Técnico de la Casa de Menores, tengan a su cargo al
menor.

En el caso indicado en el inciso anterior, la asignación familiar sólo podrá


pagarse a los establecimientos o personas que indique el juez de letras de
menores.

Artículo 45. El juez podrá ordenar, dentro de las normas del juicio de


alimentos y sujeto a las mismas disposiciones de procedimiento y apremio que
el padre, madre o la persona obligada a proporcionar alimentos al menor,
paguen la respectiva pensión al establecimiento o persona que lo tenga a su
cargo.

Si los menores que se encontraren en la situación indicada en el inciso


anterior, tuvieren bienes propios, su representante legal deberá destinar, de las
rentas provenientes de dichos bienes, las cantidades que fueren necesarias
para su cuidado y educación, de acuerdo con el monto y plazo fijados por el
juez de letras de menores.

Concordancias: Código Civil: artículo 231.

Artículo 46. Derogado.410

Artículo 47. El solo hecho de colocar al menor en casa de terceros no


constituye abandono para los efectos del artículo 240 del Código Civil. En este
caso, queda a la discreción del juez el subordinar o no la entrega del menor a
la prestación que ordena dicho artículo, decisión que adoptará en resolución
fundada.411

Concordancias: Código Civil: artículo 240.

Artículo 48. En caso de que los padres del menor vivan separados, y no


hubieren acordado la forma en que el padre o madre que no tuviere el cuidado
personal del hijo mantendrá con él una relación directa y regular, cualquiera de
ellos podrá solicitar al juez de letras de menores que la regule. Asimismo,
podrá pedir al tribunal que modifique la regulación que se haya establecido de
común acuerdo o por resolución judicial, si fuere perjudicial para el bienestar
del menor.

Si se sometiere a decisión judicial la determinación de la persona a quien


corresponderá ejercer el cuidado personal del menor, y no se debatiere la
forma en la que éste se relacionará con el padre o madre que quede privado
de su cuidado personal, la resolución se pronunciará de oficio sobre este
punto, con el mérito de los antecedentes que consten en el proceso.

Cuando, por razones imputables a la persona a cuyo cuidado se encuentre


el menor, se frustre, retarde o entorpezca de cualquier manera la relación en
los términos en que ha sido establecida, el padre o madre a quien le
corresponde ejercerla podrá solicitar la recuperación del tiempo no utilizado, lo
que el tribunal dispondrá prudencialmente.

En caso de que el padre o madre a quien corresponda mantener la relación


con el hijo dejase de cumplir, injustificadamente, la forma convenida para el
ejercicio del derecho o la establecida por el tribunal, podrá ser instado a darle
cumplimiento, bajo apercibimiento de decretar su suspensión o restricción, lo
que no obstará a que se decreten apremios cuando procedan de conformidad
al inciso tercero del artículo 66.

Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso anterior, la suspensión o restricción


del ejercicio del derecho por el tribunal procederá cuando manifiestamente
perjudique el bienestar del hijo. Si se acompañan antecedentes graves y
calificados que lo justifique, podrá accederse provisionalmente a la solicitud. La
resolución del tribunal deberá ser fundada y, cuando sea necesario para su
adecuado cumplimiento, podrá solicitarse que se ponga en conocimiento de los
terceros que puedan resultar involucrados, como los encargados del
establecimiento educacional en que estudie el menor.

El juez, luego de oír a los padres y a la persona que tenga el cuidado


personal del menor, podrá conferir derecho a visitarlo a los parientes que
individualice, en la forma y condiciones que determine, cuando parezca de
manifiesto la conveniencia para el menor; y podrá, asimismo, suprimirlo o
restringirlo cuando pudiera perjudicar su bienestar. 412

Concordancias: Código Civil: artículo 229. Ley Nº  16.618, Ley de Menores,  D.O.  8.03.1967, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 66 inciso 3º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales
de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 1. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 9º.

787. La madre que tiene el cuidado personal no puede ser privada de él en


Jurisprudencia: 
virtud de una medida de protección dictada por el Tribunal de Familia. Se ha
declarado que: "Correspondiéndole como se ha dicho, en este caso el cuidado de la
menor a su madre, ella no puede ser privada del mismo sino por la existencia de
inhabilidad, de causa calificada o porque el interés superior de la menor así lo aconseje,
como se desprende de lo dispuesto en los artículos 225 y 226 del Código Civil, en relación
con lo prescrito por el artículo 42 de la Ley Nº 16.618 y esto debe ser discutido y resuelto
en el procedimiento especialmente previsto por la ley para estos efectos, el que presenta
una naturaleza y estándares de convicción distintos, a aquel que tiene por objeto
determinar la aplicación de una medida de protección y no está destinado a resolver en
forma definitiva, sobre el cuidado personal de una niño o niña o adolescente"
(C. Suprema, 15 de junio de 2009, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/9945/2009, Rol
Nº 2.651-2009), de manera que: "La decisión de los sentenciadores importa una
infracción al artículo 225 del Código Civil, en relación con el artículo 48 de la Ley
Nº 16.618, puesto que se ha desconocido la regla que dichas disposiciones establecen,
en orden a que la crianza de los hijos, en caso de separación de los padres, corresponde
a la madre, pues se priva, a ésta de la titularidad del cuidado de su hija, a través de un
procedimiento que no ha tenido por objeto discutir la ocurrencia de causales o motivos
que la ley contempla para inhabilitar a alguno de los progenitores, disponiéndose una
medida que va más allá de los ámbitos de protección, al decretarse ésta en el carácter
que se ha hecho, esto es, en forma definitiva, desconociéndose, la naturaleza de las
mismas y las exigencias de temporalidad que exige la ley" (C. Suprema, 15 de junio de
2009, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/9945/2009, Rol Nº 2651-2009). 788. De la
procedencia de orden de arresto contra el padre que tiene el cuidado personal del
menor e incumple el régimen de relación directa y regular fijado. Es esta una opinión
consolidada en la jurisprudencia. Así, por ejemplo, se ha advertido: "Que los artículos 48 y
66 de la Ley Nº 16.618, en relación al artículo 229 del Código Civil, tornan procedente la
aplicación en la especie de lo dispuesto en artículo 543 del Código de Procedimiento Civil,
en el cual se contemplan medidas de apremio para los casos en que el padre o madre
que detente el cuidado personal del hijo, incumpla el régimen de relación directa y regular
establecido a favor de un menor de edad, como en este caso" (C. Apelaciones de
Temuco, 20 de enero de 2017, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/2511/2017, Rol Nº 10-
2017). 789. Acordado un régimen de cuidado personal compartido, la discrepancia
sobre su interpretación, no da pie a la aplicación de la orden de arresto. En este
sentido se ha precisado: "Que el artículo 48 de la Ley Nº 16.618 establece, entre otras,
reglas para obtener el cumplimiento del régimen de relación directa y regular con el niño
cuando el cuidado personal está radicado en uno de los padres, mediante la aplicación de
los apremios tipificados en el artículo 66 de la misma ley, que en su inciso tercero dispone
que "El que fuere condenado en procedimiento de tuición, por resolución judicial que
cause ejecutoria, a hacer entrega de un menor y no lo hiciere o se negare a hacerlo en el
plazo señalado por el tribunal, o bien, infringiere las resoluciones que determinan ejercicio
del derecho a que se refiere el artículo 229 del Código Civil, será apremiado en la forma
establecida por el artículo 543 del Código de Procedimiento Civil. En igual apremio
incurrirá el que retuviese especies del menor o se negare a hacer entrega de ellas a
requerimiento del tribunal" [...] Que de los antecedentes fluye que, en este caso, las partes
acordaron un régimen de cuidado personal compartido en conformidad al artículo 225 del
Código Civil, cuyo establecimiento y delimitación está entregado por ley a los padres y
que se encuentra fuera de los casos regulados por las disposiciones más arriba
transcritas [...] Que existiendo, en este caso, una discrepancia entre las partes en cuanto
a la interpretación del acuerdo arribado con fecha 13 de mayo de 2015, lo que
correspondía era que el Tribunal de Familia los citara a una audiencia en que, oyendo a
los niños, propusiera las bases para solucionar el conflicto suscitado, en virtud del
principio de colaboración que rige los procedimientos de familia en conformidad al artículo
14 de la Ley Nº 19.968 con miras a mitigar la confrontación entre los progenitores" (C.
Suprema, 10 de septiembre de 2018, cons. 2º, 3º y 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/5106/2018,
Rol Nº 22224-2018).

Artículo 48 bis.Derogado.413

Artículo 48 ter. Cuando se deduzca una demanda de alimentos a favor de


los hijos, o entre los cónyuges en forma adicional a aquélla, o se solicite la
regulación del cuidado personal o de la relación directa y regular que
mantendrá con ellos aquél de los padres que no los tenga bajo su cuidado, y
no exista previamente una resolución judicial que regule dichas materias o que
apruebe el acuerdo de las partes sobre las mismas, cualquiera de las partes
podrá solicitar al tribunal que emita en la sentencia un pronunciamiento sobre
cada una de ellas, aunque no hubieren sido incluidas en la demanda respectiva
o deducidas por vía reconvencional. El tribunal hará lugar a esa solicitud, a
menos que no se den los presupuestos que justifican su regulación.

Para estos efectos, las acciones que hubieren dado lugar a la interposición
de la demanda se tramitarán conforme al procedimiento que corresponda,
mientras que las demás se sustanciarán por vía incidental, a menos que el
tribunal, de oficio o a petición de parte, resuelva tramitarlas en forma conjunta. 414

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 1.

Artículo 49. La salida de menores desde Chile deberá sujetarse a las


normas que en este artículo se señalan, sin perjuicio de lo dispuesto en la Ley
Nº 18.703.

Si la tuición del hijo no ha sido confiada por el juez a alguno de sus padres ni
a un tercero, aquél no podrá salir sin la autorización de ambos padres, o de
aquel que lo hubiere reconocido, en su caso.

Confiada por el juez la tuición a uno de los padres o a un tercero, el hijo no


podrá salir sino con la autorización de aquel a quien se hubiere confiado.

Regulado el derecho a que se refiere el artículo 229 del Código Civil por
sentencia judicial o avenimiento aprobado por el tribunal, se requerirá también
la autorización del padre o madre a cuyo favor se estableció. 415

El permiso a que se refieren los incisos anteriores deberá prestarse por


escritura pública o por escritura privada autorizada por un Notario Público.
Dicho permiso no será necesario si el menor sale del país en compañía de la
persona o personas que deben prestarlo.

En caso de que no pudiere otorgarse o sin motivo plausible se negare la


autorización por uno de aquellos que en virtud de este artículo debe prestarla,
podrá ser otorgada por el juez de letras de menores del lugar en que tenga su
residencia el menor. El juez, para autorizar la salida del menor en estos casos,
tomará en consideración el beneficio que le pudiere reportar y señalará el
tiempo por el que concede la autorización.

Expirado el plazo a que se refiere el inciso anterior sin que el menor,


injustificadamente, vuelva al país, podrá el juez decretar la suspensión de las
pensiones alimenticias que se hubieren decretado.

En los demás casos para que un menor se ausente del país requerirá la
autorización del juzgado de letras de menores de su residencia. 416-417-418

Concordancias: Código Civil: artículos 222 y 229. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago
de Pensiones Alimenticias,  D.O.  5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000:
artículo 19 inciso 1º número 3. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º
número 10.

790. La autorización otorgada por escritura pública o privada autorizada


Jurisprudencia: 
ante notario extranjero no está sujeta a las exigencias del artículo 345 del Código
de Procedimiento Civil, pues debe primar la libertad personal y de desplazamiento
del menor. En este sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema: "Que el artículo 49
xcma. 

de la Ley Nº 16.618 dispone que el permiso para la salida del país de un menor otorgada
por uno de los padres deberá prestarse por escritura pública o por escritura privada
autorizada por un Notario Público, sin que sea exigible en la especie cumplir los extremos
que contempla el artículo 345 del Código de Procedimiento Civil, disposición que trata de
la presentación de instrumentos públicos como prueba en juicio, situación diversa a la de
autos, donde sobre las formalidades pertinentes las que por lo demás, parecen cumplidas
en el documento suscrito en el año 2012 y que el firmado este año reitera en su
contenido, debe primar la protección de los derechos del menor amparado reconocidos en
la Constitución Política de la República, como su libertad personal y de desplazamiento,
así como su derecho a mantener el vínculo y contacto con su padre residente en un país
vecino, reconocido en los artículos 8 y 9 de la Convención sobre los Derechos del Niño,
sobre todo si esto será realizado acompañado por su madre" (C. Suprema, 11 de julio de
2017, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/4504/2017, Rol Nº 34373-2017). 791. La facultad
de autorizar o negar la salida del país, es una prerrogativa que la ley confiere a los
padres, en directa vinculación con el derecho y deber de mantener una relación
directa y regular con sus hijos. La solicitud de autorización judicial para la salida de un
menor del país, cuando el padre que tiene la prerrogativa de prestarla no la da, ha sido
utilizada en el último tiempo como un mecanisno al que, en la práctica, se recurre
abusivamente para alterar el régimen de comunicación directa y regular existente. En
efecto, en muchas ocasiones la madre que tiene el cuidado personal, y que pretende
establecerse en el extranjero o viajar al fuera del país para permanecer ahí por largos
períodos de tiempo, solicita que, ante la negativa del padre, el juez autorice la salida del
país de sus hijos. La ocurrencia de estos casos ha llevado a la E Corte Suprema axcma. 

advertir la íntima conexión que existe entre la facultad de autorizar o negar la salida del
menor y el derecho a mantener una relación directa y regular: "Que entre las diversas
prerrogativas que por ley le asisten a los padres para con sus hijos está la de autorizar o
negar la salida del país, que está regulada en los artículos 49 y 49 bis de la Ley
Nº 16.618; y se trata de una que se encuentra íntimamente vinculada al derecho-deber de
los progenitores de mantener con sus hijos una relación directa y regular" (C. Suprema,
10 de septiembre de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6425/2014, Rol Nº 443-
2014). Esta advertencia la ha reiterado la E Corte Suprema en sentencias posteriores:
xcma. 

"Que en relación a la infracción de lo dispuesto en el artículo 49 de la Ley Nº 16.618 y en


el artículo 3 de la Convención de los Derechos del Niño, tal como ha sido referido por esta
Corte (Ingreso Nº 4443-2014) entre las diversas prerrogativas que por ley le asisten a los
padres para con sus hijos, está la de autorizar o negar la salida del país, que se halla
regulada en los artículos 49 y 49 bis de la Ley Nº 16.618, que se encuentra íntimamente
vinculada al derecho deber de los progenitores de mantener con sus hijos una relación
directa y regular" (C. Suprema, 18 de abril de 2017, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1800/2017, Rol Nº 2844-2017). Ciertamente, el derecho y deber
del padre o madre consagrado en el artículo 229 del Código Civil, no puede coartarse o,
en la práctica, aniquilarse como consecuencia del recurso a la autorización de la salida
del menor fuera del país, en cuya lógica y finalidad no se encuentra la de permitir que los
hijos se separen de sus padre por largos períodos, o años incluso y, más aún, cuando el
único criterio al que la ley atiende para haber confiado el cuidado personal al padre
requirente de la autorización es el interés superior del hijo. 792. La facultad de autorizar
o negar la salida del país, junto a los demás derechos y deberes de los padres,
configuran la autoridad paterna y, en cuanto tal, ha de concebirse y explicarse a la
luz del principio del interés superior del hijo. Así lo ha destacado la
E Corte Suprema, cuando ha declarado que la prerrogativa de autorizar o negar la salida
xcma. 

del país del hijo: "[S]e encuentra íntimamente vinculada al derecho-deber de los
progenitores de mantener con sus hijos una relación directa y regular; el que,
conjuntamente con los derechos-deberes de los padres de cuidar al hijo, corregirlo y
preocuparse de su crianza, y los deberes de los hijos para con sus padres, dan contenido
a la autoridad paterna que descansa en la declaración de principio referida en el inciso 2º
del artículo 222 del Código Civil, que, al efecto, señala que: 'La preocupación fundamental
de los padres es el interés superior del hijo, para lo cual procurarán su mayor realización
espiritual y material posible, y lo guiarán en el ejercicio de los derechos esenciales que
emanan de la naturaleza humana de modo conforme a la evolución de sus facultades';
norma que está en plena armonía con la Declaración de los Derechos del Niño,
proclamada por la Organización Internacional de las Naciones Unidas el 20 de noviembre
de 1959, pues dispone, lo siguiente: 'El interés superior del niño debe ser el principio
rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación; dicha
responsabilidad incumbe en primer término a los padres' (principio 8º, inciso 2º)"
(C. Suprema, 10 de septiembre de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/6425/2014, Rol
Nº 443-2014). Esta consideración la ha repetido el máximo tribunal en sentencia posterior
(C. Suprema, 18 de abril de 2017, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/1800/2017, Rol
Nº 2844-2017). 793. Del procedimiento a que ha de sujetarse la solicitud: aplicación
del artículo 102 de la Ley Nº 19.968. La I Corte de Apelaciones de Santiago ha
lma. 

estimado que, ante la ausencia de una regla legal expresa, sólo queda aplicar a esta
petición el procedimiento de los actos judiciales no contenciosos establecido en el artículo
102 de la Ley Nº 19.968, pero con la importante distinción que toca a los casos en los que
puede resolverse de plano y aquellos otros en los que es necesario oír a los interesados:
"[A]l no indicar el artículo 49 y 49 bis de la Ley Nº 16.618 un procedimiento especial, al no
establecer elementos que requieran aplicar un procedimiento contencioso y considerando
que la naturaleza de la gestión hace necesario un procedimiento breve y sumario, sólo
cabe aplicar las normas de los actos judiciales no contenciosos del artículo 102 de la Ley
Nº 19.968. Conforme a dicha norma, la solicitud puede resolverse de plano a menos que
se considere necesario oír a los interesados. Que dicha autorización judicial al padre o
madre que la haya requerido y que tenga al menor a su cuidado, procede en caso de que
no pudiere otorgarse o sin motivo plausible se negare la autorización por uno de aquellos
que en virtud de este artículo debe prestarla, cuando se solicita por viaje determinado, o
siempre que se acredite que el otro progenitor, injustificadamente, ha dejado de cumplir el
deber, regulado judicial o convencionalmente, de mantener una relación directa y regular
con su hijo, cuando se solicita para salir del país con él en distintas ocasiones dentro de
los dos años siguientes. Que en el primer caso, cuando la autorización no pudiere
otorgarse, claramente podría tramitarse de plano, previa acreditación de los supuestos de
la imposibilidad. Por el contrario, en los otros dos casos aquello no resulta posible en
tanto los supuestos son, o que o que se niega la autorización 'sin fundamento plausible' o
que el otro progenitor 'injustificadamente' ha dejado de cumplir el deber; claramente en
estos casos resulta absolutamente necesario oír a los interesados, en específico al otro
progenitor, quien precisamente puede justificar su negativa o, probado que no cumple su
deber, justificar aquello, máxime en casos como el presente, en que el propio solicitante
indica el lugar en que puede ser habido dicho interesado, siendo tramite esencial el que
se ponga la solicitud en conocimiento de aquel para que pueda hacer valer sus derechos"
(C. Apelaciones de Santiago, 24 de febrero de 2017, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2165/2017, Rol Nº 3025-2016). 794. El juez para conceder o
negar la autorización ha de ponderar, a la luz del principio del interés superior del
ñino reconocido en la ley nacional y tratados internacionales, la garantía del niño a
no ser separado de sus padres y el derecho deber de mantener una relación directa
y regular, y el beneficio que la salida del país pueda reportar al menor. En este
sentido, la E Corte Suprema ha advertido: "Que en los procedimientos sobre derecho de
xcma. 

familia, el interés superior del niño constituye un principio fundamental para adoptar
cualquier decisión que afecte la vida de éstos. Dicho principio, aunque difícil de
conceptualizar, alude al pleno respeto de los derechos esenciales del niño, niña o
adolescente y su finalidad cubre el desarrollo de los potenciales de aquéllos y la
satisfacción de sus necesidades en los diferentes aspectos de su vida [...] Que para
conseguir ese objetivo, atendida la pluralidad de sus fines, es necesario tener en cuenta,
los derechos y deberes de los padres. De este modo, el artículo 3.2 de la Convención
sobre los Derechos del Niño y el artículo 9.1 de dicha convención, señalan que los
Estados Partes deben velar porque el niño no sea separado de sus padres contra la
voluntad de éstos; en el mismo sentido, el número 3 de ese cuerpo normativo obliga a que
mantenga relaciones personales y contacto directo con ambos padres de manera regular,
salvo si ello es contrario al interés superior del niño. Por su parte y siguiendo el hilo
conductor de lo expuesto, el inciso final del artículo 49 de la Ley Nº 16.618 dispone, en lo
pertinente, que para otorgar la autorización sub lite, se debe considerar el beneficio que
pudiere reportar el viaje al infante" (C. Suprema, 28 de enero de 2015, cons. 3º y 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/420/2015, Rol Nº 8820-2014). Sobre la base de tales
presupuestos, el mismo tribunal resolvió un caso concreto, en que consideró contrario al
interés superior del menor que se concediera la autorización para su salida fuera del país:
"[C]orresponde al juez conjugar convenientemente esas disposiciones internacionales
ratificadas por Chile y la normativa interna, a fin de lograr un equilibrio entre el derecho
deber de la madre, quien tiene a su cargo el cuidado personal de B.M.M.R. y que para el
caso de autos se traducirá en que él debería viajar a Turquía, y el derecho deber del niño
y su padre a mantener un régimen comunicacional que les permita conservar su vínculo
filial, que hasta ahora ha sido estrecho y constante, como lo han reconocido los litigantes.
En la especie, dicha colisión deberá ser resuelta bajo el prisma del interés superior del
niño, el que tendrá como norte lo dispuesto en el artículo 49 de la Ley Nº 16.618 en lo que
se refiere al beneficio que le pudiere reportar su salida del país [...] Que en concordancia
con lo argumentado precedentemente, y en relación a la denuncia efectuada por el
recurrente en orden a que los sentenciadores habrían quebrantado el interés superior del
niño, resulta conveniente señalar que el fallo impugnado dejó asentado como hecho de la
causa "que el padre ejerce activamente su derecho deber de mantener una relación fluida
con su hijo, y por sobre todo, que quiere ser partícipe de su crianza y cuidados
personales, manteniendo una conducta consecuente con su manifestación de voluntad",
"lo que ha demostrado a través de una participación en todo lo relacionado con la
asistencia de su hijo al jardín infantil y las necesidades especiales de atención de salud
que ha requerido" [...] Que, por otra parte, la causa que motivó el viaje y por la cual se
solicitó la autorización es, por una parte, que la madre tendría una oferta de trabajo en
Turquía que significaría un aumento de sus ingresos que le permitiría ahorrar y con ello
mejorar el nivel de vida de sus hijos a su regreso al país y, por otra, la oportunidad que
ellos tengan acceso a otra cultura. Sin embargo, de la prueba rendida, como lo señaló el
juez de primer grado y no explicitado por los jueces de alzada no permite colegir la
existencia de la referida oferta de trabajo, su remuneración ni las condiciones de vida que
el infante tendría en el extranjero [...] Que en este contexto, la autorización de salida del
país en estudio quebranta de manera evidente el interés superior de B.M.M.R., porque
sobre la base de los hechos asentados por los jueces de la instancia, se desprende que
ha mantenido un contacto permanente con su padre, construyéndose un lazo afectivo y
un apego emocional entre ambos, por lo que la "posibilidad de acceso a otra cultura y el
que la madre adquiriera ahorros para mejorar su nivel de vida al regresar a Chile",
primero, son supuestos no acreditados en autos y, segundo, no constituyen factores que
atendida su actual etapa de desarrollo sean más trascendentes que su derecho a
mantener un vínculo afectivo con su padre, con quien conduce una relación directa y
regular [...] Que en efecto, se vulneró su derecho a mantener con su progenitor un
verdadero régimen comunicacional, puesto que a la distancia, con un niño de sólo tres
años de edad no es posible que pueda compartir junto a su padre experiencias de vida
significativas, que le permitan adquirir confianza en sí mismo y habilidades de integración
que signifiquen para su futuro un mejor desarrollo como persona, fines que en esta etapa
de la vida de B.M.M.R., son más trascendentes que los de conocer otro idioma o
realidades socioculturales diferentes [...] Que en consecuencia, se vulneró la estabilidad
emocional presente y probablemente la futura del niño, quien a su corta edad no cuenta
con los recursos y herramientas a la hora de adaptarse a nuevos desafíos, reorganizar y
solucionar los conflictos, que por el momento quedarán en un intervalo, el que de acuerdo
a las máximas de la experiencia, siempre renacen en la vida adulta" (C. Suprema, 28 de
enero de 2015, cons. 5º a 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/420/2015, Rol Nº 8820-2014). Esta
interpretación, que se ajusta a la legislación nacional y a los tratados internacionales,
comienza a consolidarse en la jurisprudencia de la E Corte Suprema. Así, no hace
xcma. 

mucho ha reiterado que: "[E]n los juicios sobre materias de familia, el interés superior del
niño constituye un principio fundamental para adoptar cualquier decisión que afecte su
vida. Dicho principio, aunque difícil de conceptualizar, alude al pleno respeto de los
derechos esenciales del niño, niña o adolescente y su finalidad cubre el desarrollo de los
potenciales de aquéllos y la satisfacción de sus necesidades en los diferentes aspectos
de su vida. Séptimo: Que, para conseguir ese objetivo, atendida la pluralidad de sus fines,
es necesario tener en cuenta los derechos y deberes de los padres. De este modo, los
artículos 3.2 y 9.1 de la Convención sobre los Derechos del Niño señalan que los Estados
partes deben velar porque el niño no sea separado de sus padres contra la voluntad de
éstos; y obliga a que mantenga relaciones personales y contacto directo con ambos
padres de manera regular, salvo si ello es contrario al interés superior del niño. Octavo:
Que, por consiguiente, corresponde al juez conjugar convenientemente esas
disposiciones internacionales ratificadas por Chile y la normativa interna, a fin de lograr un
equilibrio entre el derecho deber de la madre, quien tiene a su cargo el cuidado personal
de J.P. y R.J. y que, para el caso de autos, se traducirá en que deberían viajar a los
Estados Unidos de Norteamérica, y el derecho deber de los niños y su padre de mantener
un régimen comunicacional que les permita conservar su vínculo filial. En la especie,
dicha colisión deberá ser resuelta bajo el prisma del interés superior de los niños, que
tendrá como norte lo dispuesto en el artículo 49 de la Ley Nº 16.618 en lo que se refiere al
beneficio que le pudiere reportar su salida del país. Noveno: Que, en ese contexto, y tal
como fue referido por los sentenciadores del fondo, la parte demandante no logró
acreditar la existencia de un real beneficio que a los niños reporte la salida del país y que,
consecuentemente, amerite la autorización, como lo exige el artículo 49 tantas veces
referido, máxime si en la especie el fallo impugnado dejó asentado como hecho de la
causa que el demandado tiene una presencia importante en la vida de los niños,
ejerciendo un régimen de relación directa y regular en forma permanente, unido a la
existencia de un vínculo estable y afectivo con sus hijos, caracterizándose por un apego
sano y seguro, construyendo en sus años de vida un lazo afectivo, posesionándolo como
una figura positiva y reconocible en su calidad de tal dentro de la estructura familiar que a
su edad conciben. De igual manera, los jueces del grado destacaron del informe
psicológico practicado a los niños que perciben a su padre como una figura presente
dentro de su estructura familiar, contando con una identificación positiva, pudiendo afectar
el vínculo por un distanciamiento o ausencia de comunicación" (C. Suprema, 18 de abril
de 2017, cons. 6º a 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/1800/2017, Rol Nº 2844-2017).

Artículo 49 bis. En la sentencia el juez podrá decretar que la autorización a


que se refiere el inciso sexto del artículo anterior habilita al padre o madre que
la haya requerido y que tenga al menor a su cuidado para salir del país con él
en distintas ocasiones dentro de los dos años siguientes, siempre que se
acredite que el otro progenitor, injustificadamente, ha dejado de cumplir el
deber, regulado judicial o convencionalmente, de mantener una relación directa
y regular con su hijo. El plazo de permanencia del menor de edad en el
extranjero no podrá ser superior a quince días en cada ocasión. 419

Artículo 50. Derogado.420

TÍTULO IV DE LAS CASAS DE MENORES E INSTITUCIONES ASISTENCIALES421

Artículo 51. Derogado.422

Artículo 52. Derogado.423

Artículo 53. Derogado.424

Artículo 54. Los establecimientos que dependan del Servicio Nacional de


Salud, del Ministerio de Educación Pública o de otros organismos fiscales o
autónomos, deberán recibir a los menores enviados por los Juzgados de Letras
de Menores o los Consejos Técnicos, de acuerdo a las normas que fije el
reglamento.
Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 3.3.

Artículo 55. Las instituciones privadas reconocidas como colaboradoras del


Servicio Nacional de Menores, deberán disponer a lo menos de un 20% de las
plazas de sus establecimientos para admitir a los menores que el Juzgado de
Letras de Menores o el Consejo Técnico respectivo destine para su internación
en ellos.

La obligación establecida en el inciso anterior se hará efectiva de


conformidad al convenio que celebre cada institución con el Servicio Nacional
de Menores y a lo que determine el reglamento.

Si el Director del establecimiento estima inconveniente el ingreso o


permanencia de alguno de estos menores, podrá pedir a la autoridad que haya
dictado la medida, la reconsideración de ésta.

Los directores de establecimientos particulares que estimaren inconveniente


la permanencia en ellos de algún menor ingresado por motivos distintos de los
indicados en el inciso primero, deberán ponerlos a disposición del juez de
letras de menores, con el fin de que éste adopte, si lo estimare pertinente, las
medidas señaladas en los artículos 26, Nº 7), y 29, en las mismas condiciones
establecidas en él.425

Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 3.3.

Artículo 56. Los establecimientos de protección de menores y hogares


sustitutos, deberán mantener a los menores hasta su mayoría de edad, sin
perjuicio de la facultad del juez de letras de menores de modificar o revocar las
medidas decretadas.426

Concordancias: Código Civil: artículo 26. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 3.3.

Artículo 57. En tanto un menor permanezca en alguno de los


establecimientos u hogares sustitutos regidos por la presente ley, su cuidado
personal, la dirección de su educación y la facultad de corregirlo
corresponderán al director del establecimiento o al jefe del hogar sustituto
respectivo. La facultad de corrección deberá ejercerse de forma que no
menoscabe la salud o desarrollo personal del niño, conforme al artículo 234 del
Código Civil.

La obligación de cuidado personal incluirá la de informar periódicamente al


juez de menores sobre la aplicación de la medida decretada. 427
Concordancias: Código Civil: artículo 234. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 3.3.

Artículo 58. Derogado.428

Artículo 59. Derogado.429

Artículo 60. El plan escolar de los establecimientos o servicios regidos por


esta ley, deberá permitir a los alumnos continuar sus estudios en otros
establecimientos educacionales.

Artículo 61. En la provincia de Santiago, el Politécnico Elemental de


Menores "Alcibíades Vicencio" tendrá un carácter industrial y agrícola, para
niños varones y deberá desarrollar sus actividades en ambiente familiar.

Su funcionamiento será regido por un reglamento.

Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 3.3.

TÍTULO V DISPOSICIONES PENALES

Artículo 62. Será castigado con prisión en cualquiera de sus grados o


presidio menor en su grado mínimo, o multa de seis a diez unidades tributarias
mensuales:430

1º El que ocupare a menores de dieciocho años en trabajos u oficios que los


obliguen a permanecer en cantinas o casas de prostitución o de juego; 431

2º El empresario, propietario o agente de espectáculos públicos en que


menores de edad hagan exhibiciones de agilidad, fuerza u otras semejantes
con propósito de lucro;432

3º El que ocupare a menores de edad en trabajos nocturnos, entendiéndose


por tales aquellos que se ejecutan entre las diez de la noche y las siete de la
mañana.433

El maltrato resultante de una acción u omisión que produzca menoscabo en


la salud física o psíquica de los menores, no comprendido en leyes especiales
sobre materias similares, será sancionado con todas o algunas de las
siguientes medidas:
1) Asistencia del agresor a programas terapéuticos o de orientación familiar,
bajo el control de la institución que el juez estime más idónea o conveniente,
tales como el Servicio Nacional de la Mujer, el Servicio Nacional de Menores, el
Centro de Diagnósticos del Ministerio de Educación o los Centros Comunitarios
de Salud Mental Familiar, declarándolo así en la sentencia definitiva. La
Institución designada deberá, periódicamente, remitir los informes de
cumplimiento al tribunal en que esté radicada la causa;

2) Realización de trabajos determinados, a petición expresa del ofensor, en


beneficio de la comunidad, para la Municipalidad o para las corporaciones
municipales existentes en la comuna correspondiente a su domicilio, análogos
a la actividad, profesión u oficio del condenado o relacionados con ellos, sin
que estos trabajos alteren sus labores habituales, y

3) Multa, a beneficio municipal, equivalente al ingreso diario del condenado,


de uno a diez días, la que se fijará prudencialmente por el juez.

Lo dispuesto en este artículo será también aplicable cuando las personas


indicadas en el inciso primero abandonen al menor sin velar por su crianza y
educación o lo corrompan. 434-435

Concordancias: Ley Nº 16.618, Ley de Menores,  D.O.  8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 15 inciso 2º letra d). Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 11. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos,D.O. 29.04.1989: 10.3. Decreto Nº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990: artículo 19.

Artículo 63. Derogado.436

Artículo 64. Si en una investigación aparecieren hechos respecto de los


cuales deba intervenir el juez de letras de menores, el Ministerio Público
deberá ponerlos en su conocimiento. De la misma manera procederá el tribunal
que constate la existencia de esos hechos durante la tramitación de un
proceso.437

Artículo 65. Derogado.438

Artículo 66. Deberán denunciar los hechos constitutivos de maltrato de


menores aquellos que en conformidad a las reglas generales del Código
Procesal Penal estuvieren obligados a hacerlo; la misma obligación y
sanciones afectarán a los maestros y otras personas encargadas de la
educación de los menores.439

El que se negare a proporcionar a los funcionarios que establece esta ley


datos o informes acerca de un menor o que los falseare, o que en cualquiera
otra forma dificultare su acción, será castigado con prisión en su grado mínimo,
conmutable en multa de un quinto de unidad tributaria mensual por cada día de
prisión. Si el autor de esta falta fuere un funcionario público, podrá ser,
además, suspendido de su cargo hasta por un mes.440

El que fuere condenado en procedimiento de tuición, por resolución judicial


que cause ejecutoria, a hacer entrega de un menor y no lo hiciere o se negare
a hacerlo en el plazo señalado por el tribunal, o bien, infringiere las
resoluciones que determinan el ejercicio del derecho a que se refiere el artículo
229 del Código Civil será apremiado en la forma establecida por el artículo 543
del Código de Procedimiento Civil. En igual apremio incurrirá el que retuviese
especies del menor o se negare a hacer entrega de ellas a requerimiento del
tribunal. 441-442

Concordancias: Código Civil: artículo 229. Código de Procedimiento Civil: artículo 543. Código
Procesal Penal: artículo 175. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 19.

795. Al ser la Ley de Menores una ley especial, es su procedimiento, de


Jurisprudencia: 
acuerdo con el inciso tercero de este artículo, el que debe aplicarse para exigir el
cumplimiento de un avenimiento recaído sobre el régimen de relación directa y
regular y no el del Código de Procedimiento Civil. Se ha declarado así: "Que la ley de
menores, por las características propias destinada a la protección de los menores y
resguardar entre otros, los derechos vulnerados del menor y las demás normas que
contienen, constituye una ley especial, con normas especiales que priman sobre otras de
general aplicación en los procedimientos, según un ya conocido y reiterado axioma
hermenéutico. Ello es suficiente para desestimar los argumentos del recurrente que
estima que para el cumplimiento del avenimiento sobre régimen de regulación directa y
regular se deben aplicar para su ejecución los artículos 231 y 238 y demás del Código de
Procedimiento Civil y que de acuerdo al artículo 241 sería procedente la apelación. No es
ese el procedimiento a seguir, ante el claro tenor del artículo 66 inciso tercero de la Ley de
Menores" (C. de Apelaciones de Concepción, 2 de mayo de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5652/2008, Rol Nº 73-2008). 796. La resolución que apercibe
en virtud del inciso tercero de este artículo es inapelable. Así se ha sentado: "Que la
resolución que apercibe a la demandada para que dé cumplimiento al avenimiento
celebrado por las partes de acuerdo al artículo 66 inciso tercero de la ley de menores, no
es apelable porque no es una sentencia definitiva de primera instancia, ni es de aquellas
que pongan término al procedimiento o hagan imposible su continuación y, desde luego,
no se pronuncia sobre medidas cautelares, de conformidad al artículo 67 de la Ley
Nº 19.968 sobre Tribunales de Familia. 6. Que la resolución en cuestión no pone término
al procedimiento o hace imposible su continuación, porque la materia discutida es materia
que incide en la regulación o modificación del régimen de relación directa y regular de los
hijos de los litigantes, donde las partes pueden solicitar de acuerdo las circunstancias, la
modificación de este régimen" (C. de Apelaciones de Concepción, 2 de mayo de 2008,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5652/2008, Rol Nº 73-2008). 797. El apremio
decretado por el Tribunal de Familia, consistente en la orden de arresto en contra
de quien no cumple el régimen de relación directa y regular establecido por
sentencia ejecutoriada, no vulnera la libertad personal y, en consecuencia, no
habilita para acoger un recurso de amparo. Es ésta una jurisprudencia que puede
tenerse por asentada y común. Incluso la E Corte Suprema ha declarado que no procede
xcma. 

el recurso de amparo cuando, al haberse probado el incumplimiento del régimen de


relación directa y regular, éste se halla suspendido por una medida de protección: "Que el
artículo 66 de la Ley Nº 16.618 dispone que "El que... infringiere las resoluciones que
determinan el ejercicio del derecho a que se refiere el artículo 229 del Código Civil, será
apremiado en la forma establecida por el artículo 543 del Código de Procedimiento
Civil...". Por su parte, la referida norma dispone que "cuando se pida apremio contra el
deudor, podrá el tribunal imponerle arresto hasta por quince días o multa proporcional, y
repetir estas medidas para obtener el cumplimiento de la obligación". 2º. Que las
resoluciones por medio de las cuales se sancionó a la amparada con multas por
incumplimiento del régimen de relación directa y regular fijado entre don [...] y su hija [...],
se encuentran firmes, como consta de la resolución dictada el 22 de febrero pasado en los
autos Rol Ingreso [...] de la Corte de Apelaciones de Concepción. 3º. Que aparece,
entonces, que la orden de arresto despachada en contra de doña [...] ha sido dispuesta
por tribunal competente y con facultades para ello, sin que obste la suspensión del
referido régimen de relación directa y regular que fue dispuesta por resolución del
Juzgado de Familia de Angol en la causa Rit [...], teniendo en consideración que se
encuentran acreditados los incumplimientos en la causa en que incide el presente
recurso" (C. Suprema, 9 de marzo de 2017, cons. 1º, 2º y 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/800/2017, Rol Nº 6978-2017).

Artículo 67. Derogado.443

TÍTULO VI DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 68. Los servicios creados por la presente ley serán considerados


como de beneficencia para los efectos del artículo 1056 del Código Civil.

Concordancias: Código Civil: artículo 1056. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 3.3.

Artículo 69. Las solicitudes y actuaciones judiciales o administrativas a que


dé origen el cumplimiento de esta ley estarán exentas de todo impuesto fiscal o
municipal y de derechos arancelarios.

Artículo 70. Las capellanías, clases de religión y moral o asesorías


religiosas o espirituales que se creen en los Hogares, Casas de Menores o
Centros de Defensa o rehabilitación pertenecientes al Estado y las que existan
en la actualidad en esos mismos establecimientos, podrán ser ejercidas y
solicitadas, conjunta o separadamente a título gratuito, por cualquiera entidad o
iglesia, sin discriminación alguna, que ejercite la función religiosa o espiritual.

Concordancias: Código Civil: artículo 1291 inciso 3º.


Artículo 71. El Presidente de la República, mediante decreto supremo
expedido mediante el Ministerio de Justicia, determinará los Centros de
Diagnósticos existentes y su localización.444

Artículo 72. Derogado.445

ARTÍCULOS TRANSITORIOS

Artículo 1º. Mientras se establezcan los jueces de letras de menores a que


se refiere el artículo 18, el juez letrado de mayor cuantía desempeñará las
funciones de tal en cada departamento, y en donde hubiere más de uno, el del
tribunal de más antigua creación.

Artículo 2º. Derogado.446

Artículo 3º. Los menores que, a la fecha de vigencia de la Ley Nº 16.520, se


encontraren recluidos por medida de protección en los establecimientos
penales de la República, deberán ser puestos a disposición del juez de
menores respectivo, con el fin de que éste determine su internación en alguno
de los establecimientos indicados en la presente ley o le aplique alguna de las
otras medidas indicadas en el artículo 29.

Los que se encuentren detenidos, procesados o condenados por crimen,


simple delito o falta, pasarán a los respectivos Centros de Readaptación, a
medida que ellos sean creados, disponiéndose, entretanto, las medidas para
obtener su total segregación del resto de la población penal en los
establecimientos en que actualmente estuvieren recluidos.

Tómese razón, comuníquese, publíquese e insértese en la recopilación


correspondiente de la Contraloría General de la República.- Eduardo Frei
Montalva.- Pedro J. Rodríguez G.

F. LEY Nº 19.620 DICTA NORMAS SOBRE ADOPCIÓN DE MENORES447

Publicada en el Diario Oficial de 5 de agosto de 1999


Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su aprobación al
siguiente:

Proyecto de ley:

TÍTULO I DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 1º. La adopción tiene por objeto velar por el interés superior del
adoptado, y amparar su derecho a vivir y desarrollarse en el seno de una
familia que le brinde el afecto y le procure los cuidados tendientes a satisfacer
sus necesidades espirituales y materiales, cuando ello no le pueda ser
proporcionado por su familia de origen.

La adopción confiere al adoptado el estado civil de hijo respecto del o los


adoptantes en los casos y con los requisitos que la presente ley establece.

Concordancias: Código Civil: artículos 33, 222, 225, 229, 244 inciso 3º y 245. Constitución Política  de
la República:  artículos 1º, 5º inciso 2º. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999:
artículos 3º inciso 2º, 15 inciso 2º, 22 inciso 3º, 24 inciso final, 30 inciso final. Ley Nº  19.947, de
Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 3º inciso 1º, 27 inciso 2º. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículos 16, 22 inciso 1º. Decreto Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la
Ley Nº  19.620 sobre Adopción de Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 1º. Decreto Nº  789, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer,D.O.  9.12.1989, artículos 5º letra b), 16.1 letra d). Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño,D.O.  27.09.1990: artículos 3º, 5.1, 7.1, 9º, 12, 18, 20.3, 21.

: 798. De la adopción, su noción y su finalidad. La E Corte Suprema cuando


Jurisprudencia xcma. 

ha estimado necesario ofrecer un concepto o noción de la "adopción", lo ha hecho


preferentemente desde la perspectiva de su finalidad: en cuanto que una institución que
procura dar una familia al adoptado. En algunas ocasiones la ha concebido, simplemente
como una cierta institución del derecho de familia, y en otras ha seguido la concepción
que la describe desde la categoría de la "ficción legal". Ha señalado, así: "Que la
adopción es una institución del derecho de familia que la doctrina define como la relación
jurídica entre adoptante y adoptado, que se constituye por sentencia judicial, cuyo objetivo
es dar al segundo una familia que le proporcione afecto y los cuidados necesarios para la
satisfacción de sus necesidades espirituales y materiales, todo en un marco de respeto a
los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana, cuando no pueda ser
proporcionado por la familia de origen" (C. Suprema, 4 de junio de 2015, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3172/2015, Rol Nº 30.315-2014). Este considerando lo ha
reproducido literalmente el tribunal en sentencias posteriores: "Que, conforme ya se ha
expresado por esta Corte, es conveniente recordar que la adopción es una institución del
derecho de familia que la doctrina define como la relación jurídica entre adoptante y
adoptado, que se constituye por sentencia judicial, cuyo objetivo es dar al segundo una
familia que le proporcione afecto y los cuidados necesarios para la satisfacción de sus
necesidades espirituales y materiales, todo en un marco de respeto a los derechos
esenciales que emanan de la naturaleza humana, y cuando no pueda ser proporcionado
por la familia de origen" (C. Suprema 15 de diciembre de 2015, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7895/2015, Rol Nº 6904-2015). En el mismo sentido, de destacar
la finalidad protectora del menor, la E Corte Suprema ha señalado: "[Q]ue la finalidad
xcma. 

última de la institución de la adopción es proteger al niño, niña o adolescente que va a ser


objeto de la misma, proporcionándole una familia que lo resguarde y le brinde las
condiciones necesarias y mínimas para su adecuado desarrollo, al no haber podido contar
con su familia biológica que le pudiese entregar dicha prerrogativa" (C. Suprema, 11 de
diciembre de 2014, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/9481/2014, Rol Nº 21.997-
2014). Es este un considerando que se reproduce en diversos fallos del mismo tribunal
(C. Suprema, 29 de septiembre de 2014, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/6948/2014,
Rol Nº 634-2014). Como ilustrativa de la tendencia a describirla a la luz de la noción de
"ficción legal" se puede citar la siguiente sentencia: "Que es preciso señalar además que
según la doctrina, la adopción es 'una ficción legal por la que se considera como hijo a
quien no lo es biológicamente' [...] la finalidad de la institución legal de la adopción —
como fuente de filiación— se centra principalmente en el beneficio del menor que va a ser
adoptado más allá del de los adoptantes, pues lo que se pretende es proporcionarle a
éste una familia que lo proteja y le brinde las condiciones para su adecuado desarrollo,
como hijo de éstos, al no haber podido contar con una familia biológica" (C. Suprema, 1
de abril de 2013, cons. 6º y 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/700/2013, Rol Nº 7517-
2012). 799. De los principios que informan la adopción. La jurisprudencia de la
E Corte Suprema ha avanzado progresivamente en el campo de precisar, por una parte,
xcma. 

cuáles son los principios que informan la adopción y, por otra, determinar el contenido y
las funciones que están llamados a desempeñar en los procesos de adopción. Si en un
primer momento sólo se solía destacar el principio del "interés superior del adoptado", en
la actualidad se insiste en que junto a él operan como principios: el derecho del menor a
ser oído y a dar su opinión, el de la subsidiariedad y preferencia de la familia de origen, el
derecho de identidad del adoptado, el de preferencia de la familia matrimonial, y el de
preferencia de la adopción nacional. En este sentido, la E Corte Suprema ha destacado
xcma. 

que: "Los principios que informan dicha institución y que está reglada en la Ley Nº 19.620,
sobre adopción, son los siguientes: de la subsidiaridad, del interés superior del adoptado,
el derecho de identidad del adoptado, el derecho del niño a dar su opinión y a otorgar su
consentimiento respecto de su adopción, y de preferencia de la familia matrimonial y de la
adopción nacional" (C. Suprema, 4 de junio de 2015, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/3172/2015, Rol Nº 30.315-2014). Este considerando se ha
reproducido literalmente en sentencias posteriores (Cs. 15-XII-2015, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7895/2015, Rol Nº 6904-2015). En igual orientación ha advertido,
con especial referencia a los procesos de adopción: "Que tampoco debe olvidarse que los
procesos de adopción, dentro de los cuales se incluye el trámite de la declaración de
susceptibilidad de adopción, se rige por ciertos principios que presiden la actuación de los
órganos jurisdiccionales, destacando, entre ellos, el principio de la subsidiaridad de la
adopción, el derecho de identidad del adoptado, y el principio de preferencia de la familia
biológica o de origen" (C. Suprema, 17 de diciembre de 2015, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7918/2015, Rol Nº 8246-2015). 799.1. Del interés superior del
adoptado. La jurisprudencia se ha ocupado especialmente de dos cuestiones: el papel
que desempeña el interés superior del adoptado como criterio de interpretación y de
decisión, y la determinación de ese interés superior. 799.1.1. Del interés superior del
niño como principio rector de interpretación y de decisión. La E Corte Suprema hizo
xcma. 

hincapié en un primer momento en que el "interés superior del niño", en sede de


adopción, debía considerarse especialmente como un principio de interpretación, que se
vinculaba directamente con la protección de los derechos fundamentales de los menores
y con la posibilidad de permitirles el libre y sano desarrollo de su personalidad: "Que en
estas materias cabe considerar como una regla de interpretación el interés superior del
niño y aun cuando el concepto es jurídicamente indeterminado puede afirmarse que alude
a asegurar el ejercicio y protección de los derechos fundamentales de los menores y a
posibilitar la mayor satisfacción de todos los aspectos de su vida orientados a asegurar el
libre y sano desarrollo de su personalidad" (C. Suprema, 14 de abril de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7338/2008, Rol Nº 1384-2008). En el mismo sentido se ha
declarado que: "En esta materia debe considerarse como una regla de interpretación el
interés superior del niño, y aun cuando el concepto es jurídicamente indeterminado puede
afirmarse que alude a asegurar el ejercicio y protección de los derechos fundamentales de
los menores, y a posibilitar la mayor satisfacción de todos los aspectos de su vida
orientados a asegurar el libre y sano desarrollo de su personalidad; lo que se halla acorde
con lo estipulado en el artículo 1º de la Carta Fundamental, habiéndolo así establecido la
E Corte Suprema en sentencia dictada con fecha 14 de abril de 2008, en causa Rol
xcma. 

Nº 1384-2008" (C. Apelaciones de Antofagasta, 24 de junio de 2008, cons. 7º,


LegalPublishing: Cl/ Jur/2732/2008, Rol Nº 334-2008). En el último tiempo la E Corte xcma. 

Suprema también ha destacado el papel del interés superior del niño como criterio rector
de la decisión en sede de adopción: "[E]n estas materias debe considerarse, como
principio rector de interpretación y de decisión, el del interés superior del niño, concepto
que aunque jurídicamente indeterminado y de contornos imprecisos, aparece delimitado
por las circunstancias de cada caso en particular, y en la especie, por aquello que resulte
ser lo más aconsejable para asegurar la protección de los derechos fundamentales del
menor y posibilitar la satisfacción de todos los requerimientos de una vida normal,
orientados al equilibrio y sano desarrollo de sus personalidades en un ambiente de afecto,
de contención y de formación integral" (C. Suprema, 18 de junio de 2012, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1329/2012, Rol Nº 12.550-2011; C. Suprema, 20 de agosto de
2012, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/1780/2012, Rol Nº 2709-2012; C. Suprema, 9 de
enero de 2013, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/59/2013, Rol Nº 6948-
2012; C. Suprema, 1 de abril de 2013, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/700/2013, Rol
Nº 7517-2012). En el mismo sentido diversos fallos de tribunales de alzada, que se
remiten al transcrito considerando de las sentencias de la E Corte Supremaxcma. 

(C. Apelaciones de Santiago, 14 de diciembre de 2012, cons. 6º,


LegalPublishing: Cl/Jur/2844/2012, Rol Nº 905-2012; C. Apelaciones de Concepción, 10
de septiembre de 2012, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/2030/2012, Rol Nº 265-
2012; C. Apelaciones de Concepción, 5 de octubre de 2015, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6052/2015, Rol Nº 367-2015). 799.1.2. De la determinación
del "interés superior del adoptado". Se ha entendido que: "El interés superior del
adoptado, no sólo se puede reconstituir a través del ministerio social que las instituciones
a cargo de velar por sus derechos puedan expresar, sino que también y de un modo
principal —cuando ello es posible— a través del propio parecer del menor (artículos 12 de
la Convención sobre los Derechos del Niño y 36 de la Ley Nº 16.618) que, en el caso sub
lite, como se ha dicho, resulta categórico" (C. Apelaciones de Rancagua, 24 de julio de
2002, cons. 5º LegalPublishing: Cl/Jur/4182/2002, Rol Nº 18724-2002). 799.2. De la
subsidiariedad de la adopción y de la prioridad de la familia biológica. La E Corte xcma. 

Suprema ha insistido en que: "[E]s palmario que la finalidad de la institución legal de la


adopción en cuanto fuente de filiación se centra principalmente en el beneficio del niño
que va a ser adoptado más allá del de los adoptantes, pues lo que se pretende es
proporcionarle a éste una familia que lo proteja y le brinde las condiciones para su
adecuado desarrollo, como hijo de éstos, al no haber podido contar con su familia
biológica. De ello también se sigue, como principio rector de la adopción, el de la prioridad
de la familia biológica, que se relaciona estrechamente con el derecho a la identidad del
niño, pues el legislador evidencia manifiesta preferencia por la familia de origen y la
consideración de la adopción no como una forma alternativa de filiación, sino subsidiaria.
Por lo demás, así fluye de lo expresado en la Convención Internacional de los Derechos
del Niño que en su artículo 7.1 establece que éste tiene derecho a conocer a sus padres y
a ser cuidado por ellos; a su vez, en los artículos 8.1 y 9.1, respectivamente, se consagra
el compromiso que los Estados Partes asumieron en orden a respetar el derecho del niño
a preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares
de conformidad con la ley, sin injerencias ilícitas, y a velar porque el niño no sea separado
de sus padres contra la voluntad de éstos excepto cuando, a reserva de revisión judicial,
las autoridades competentes determinen, de conformidad con la ley y los procedimientos
aplicables, que tal separación es necesaria con miras al interés superior del niño; en el
artículo 20.1 la adopción se contempla como una medida de protección tratándose de
niños privados de su medio familiar, o cuyo interés superior exija que no permanezcan en
ese medio; y en el artículo 21 la obligación de los Estados Partes de hacer todos los
esfuerzos para brindar apoyo a las familias biológicas, de modo que sean capaces de
mantener a sus hijos y así puedan desarrollarse en el medio familiar que los vio nacer, y
en especial con sus padres. Refuerza dicha postura lo dispuesto por el artículo 15 de la
Ley de Adopción, que indica que debe hacerse todo lo posible para conseguir que el niño
conserve su familia de origen, de modo que la resolución judicial que lo declare en estado
o vía de ser adoptado debe dictarse cuando previamente se haya establecido "la
imposibilidad de disponer de otras medidas que permitan la permanencia del menor en la
familia de origen" [...] el carácter o naturaleza subsidiaria de la adopción, determina que el
referido instituto sólo puede materializarse ante la inexistencia jurídica de la familia
biológica nuclear o extensa, o si estando determinada se encuentra impedida de contener
en su interior al niño y de proporcionarle las condiciones para su desarrollo, o cuando el
grupo familiar lo rechaza o los padres no asumen sus funciones y responsabilidades
filiales" (C. Suprema, 15 de diciembre de 2015, cons. 6º y 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7895/2015, Rol Nº 6904-2015). Se ha declarado, igualmente:
"Que la Ley Nº 19.620, en su artículo 1º dispone, que 'La adopción tiene por objeto velar
por el interés superior del adoptado y amparar su derecho a vivir y desarrollarse en el
seno de una familia que le brinde el afecto y le procure los cuidados tendientes a
satisfacer sus necesidades espirituales y materiales cuando ello no le puede ser
proporcionado por su familia de origen'. Que de la disposición trascrita se desprende uno
de los principios fundamentales de la institución en estudio, cual es el de la subsidiariedad
y de la prioridad de la familia biológica, en estricta relación con el derecho a la identidad
del niño. En efecto, el legislador ha manifestado preferencia por la familia de origen y la
consideración de la adopción no como una forma alternativa de filiación, sino de carácter
subsidiario. En estrecha concordancia con lo anterior, el artículo 15 de la referida
normativa, dispone que debe hacerse todo lo posible para conseguir que el niño conserve
su familia de origen, de modo que la resolución judicial que declare al niño en estado o vía
de ser adoptado debe dictarse cuando previamente se haya establecido 'la imposibilidad
de disponer de otras medidas que permitan la permanencia del menor en la familia de
origen'. Por su parte, el artículo 8º del Reglamento de la Ley de Adopción reitera este
principio al disponer que los programas de adopción, en lo referido a la orientación y
apoyo a la familia de origen, deben tener como objetivo fundamental constatar si ésta
podría procurarle los cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades espirituales y
materiales. Así, el carácter o naturaleza subsidiaria de la adopción, determina que ésta
sólo va a poder materializarse ante la inexistencia jurídica de la familia biológica nuclear o
extensa o si, siendo ésta determinada, se encuentra impedida de contener en su interior
al menor y de proporcionarle las condiciones para su desarrollo o cuando el grupo familiar
rechaza al niño o los padres no asumen sus funciones y responsabilidades filiales"
(C. Apelaciones de Concepción, 14 de agosto de 2012, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1730/2012, Rol Nº 277-2012). En alguna ocasión se ha
destacado que del principio de subsidiariedad se deriva el carácter "excepcional" de la
adopción: "[L]a finalidad última de la institución de la adopción es proteger al niño, niña o
adolescente que va a ser objeto de la misma, proporcionándole una familia que lo
resguarde y le brinde las condiciones necesarias y mínimas para su adecuado desarrollo,
al no haber podido contar con su familia biológica que le pudiese entregar dicha
prerrogativa. De allí su carácter excepcional, cuya aplicación debe ajustarse estrictamente
a la regulación normativa dispuesta y a su eje central, que es el interés superior del niño,
concepto que aunque jurídicamente es indeterminado, aparece delimitado por las
circunstancias de cada caso en particular y principalmente en el juicio en comento"
(C. Suprema, 11 de diciembre de 2014, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/9481/2014, Rol
Nº 21997-2014). Es este un considerando que se reproduce en diversos fallos del mismo
tribunal (C. Suprema, 29 de septiembre de 2014, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6948/2014, Rol Nº 634-2014). En la misma línea, en otras
ocasiones, se ha optado por el giro de calificar a la adopción como una institución de
"ultima ratio" y, así se ha advertido: "[L]a institución de la adopción es de última 'ratio'; lo
que significa que en el orden administrativo y judicial se deben agotar todos los esfuerzos
al interior de la familia de origen antes de adoptar una decisión que se traduzca en la
separación de los menores respecto de aquella, de manera definitiva e irreversible"
(C. Suprema, 29 de julio de 2014, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/4953/2014, Rol
Nº 1831-2014). Esta idea se ha desarrollado en alguna sentencia: "[S]iendo la adopción
un orden jurídico subsidiario que se debe al interés superior del niño, se constituye como
un instituto de ultima ratio, es decir, que sólo procede en el caso que la familia de origen
de un niño no se encuentre en condiciones de darle el afecto y los cuidados necesarios
para su bienestar en el orden espiritual y material. Ello se ve consagrado no solamente en
la legislación interna de nuestro país, sino también en el orden internacional por medio,
por ejemplo, del compromiso que asumió el Estado chileno al suscribir la Convención de
los Derechos del Niño, de respetar su derecho a preservar su identidad, velar porque no
sea separado de sus padres contra la voluntad de éstos excepto cuando se acredite que
tal separación es necesaria en el interés superior del niño y de hacer todos los esfuerzos
para brindar apoyo a las familias biológicas, a fin de que sean el lugar idóneo donde se
puedan desarrollar física y espiritualmente. Como fruto de lo anterior, la resolución judicial
que declare a un niño como susceptible de ser adoptado debe dictarse solamente cuando,
de manera previa, se establezca la imposibilidad de disponer de otras medidas que
permitan la permanencia del menor en la familia de origen" (C. Suprema, 17 de diciembre
de 2015, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/7918/2015, Rol Nº 8246-2015). En fin, en otras
ocasiones, con menos detalle, se ha advertido que: "[L]a adopción se ha estimado que
tiene un carácter de subsidiario, sólo para el evento de no existir otras medidas que
permitan la permanencia del menor al interior de su grupo familiar de origen" (C. de
Apelaciones de Santiago, 14 de diciembre de 2012, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2844/2012, Rol Nº 905-2012). 800. El principio de primacía de
la familia biológica no se limita a la familia nuclear, sino que abraza a la familia
extensa. En relación con el principio de primacía de la familia biológica, se ha precisado
que ella no se limita a la familia nuclear, esto es, a la ceñida al padre y madre del menor,
sino que se extiende a su familia amplia, no sólo por lo prescrito en este artículo 1º de la
ley, sino también por lo dispuesto en el artículo 5º de la Convención de los Derechos del
Niño, de modo que, por ejemplo, no se puede desatender el eventual derecho de la
abuela: "[E]l artículo 1º de la Ley Nº 19.620, señala al respecto: "La adopción tiene por
objeto velar por el interés superior del adoptado, y amparar su derecho a vivir y
desarrollarse en el seno de una familia que le brinde el afecto y le procure los cuidados
tendientes a satisfacer sus necesidades espirituales y materiales, cuando ello no pueda
ser proporcionado por su familia de origen". Que, en consecuencia, de acuerdo al tenor de
esta disposición, para los efectos de otorgar una adopción, y en este caso de una
declaración de susceptibilidad de adopción, debe establecerse en forma fehaciente que
ninguna de las personas que conforman la familia biológica de la menor esté en
condiciones de otorgarle los cuidados y el afecto que ella les pueda otorgar. En el
presente caso, la indagación ha versado respecto de los padres de la menor, no así en lo
que respecta a la abuela materna de ella, ya mencionada [...] Que el artículo 5º de la
Convención de los Derechos del Niño establece que los Estados Partes respetarán las
responsabilidades, los derechos y los deberes de los padres, o, en su caso de la familia
ampliada o de la comunidad, para que éste ejerza los derechos que la Convención
establece que los Estados Partes respetarán las responsabilidades, los derechos y los
deberes de los padres, o, en su caso de la familia ampliada o de la comunidad, para que
éste ejerza los derechos que la Convención establece, en tanto en el artículo 7 de la
misma Convención señala que los niños tienen derecho a ser inscritos inmediatamente
después de su nacimiento, a tener un nombre y una nacionalidad y conocer a sus padres,
lo que se conoce doctrinalmente como principio de identidad, derechos que son preteridos
en el presente caso a través de la sentencia que se analiza, pues por una parte,
desconoce la existencia de una familiar directa de la menor que está en condiciones de
hacerse cargo de ella y le resta a los padres a tener un contacto futuro con ella, atendida
las dificultades que han tenido respecto de anotaciones prontuariales por la comisión de
diversos delitos y el consumo de drogas. Que si bien es cierto las circunstancias
mencionadas son factores determinantes que impiden, por ahora, que los padres de la
menor puedan tenerla bajo su cuidado, esa situación no se aplica a la abuela paterna
pues, como ya se dijo, está al cuidado de otras dos menores, hermanas de la mencionada
y cuenta con un informe favorable, el ya referido" (C. Apelaciones de Valparaíso, 7 de
diciembre de 2012, cons. 4º y 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/2789/2012, Rol Nº 705-
2012). 801. Los principios de primacía de la familia biológica y de subsidiariedad de
la adopción y su relación con el "interés superior del niño". Los citados principios
deben entenderse siempre en el contexto determinado por el interés superior del niño, tal
como lo ha declarado la E . Corte Suprema: "[C]abe destacar que si bien en la materia
xcma

rigen los principios de la subsidiaridad de la adopción y de la prioridad de la familia


biológica, consagrados en nuestra legislación, considerando dicha institución como una
forma alternativa, cuando el niño o niña no cuente con un medio familiar adecuado que lo
acoja, a tal punto que la ley previene que debe hacerse todo lo posible para conseguir que
el menor conserve su familia de origen; conforme a los cuales, la declaración en cuestión
procede sólo y una vez que se haya acreditado la imposibilidad de disponer de otras
medidas que permitan la permanencia del menor con ésta. En el caso de autos, esta
circunstancia ha resultado fehacientemente demostrada, desde que la familia biológica no
es capaz de asumir la integral satisfacción de los derechos de la menor en todos los
ámbitos de su vida, pues aunque la niña tiene dos hermanos mayores, éstos no han
demostrado debidamente su interés y capacidades para hacerse cargo de ella. Así
entonces la obligación de velar por su interés superior se centra, ante la imposibilidad de
dar aplicación a la regla general inspiradora en esta materia, en asegurar su derecho a
vivir y desarrollarse en el seno de una familia que le brinde afecto y le procure los
cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades espirituales y de orden materiales, que
le permitan su desarrollo, posibilitando la mayor suma de ventajas en todos los aspectos
de su vida" (C. Suprema, 20 de agosto de 2012, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1780/2012, Rol Nº 2709-2012). Estas consideraciones las ha
reiterado en sentencias posteriores: "[C]abe destacar que, si bien en la materia rigen los
principios de la subsidiaridad de la adopción y de la prioridad de la familia biológica,
consagrados en nuestra legislación considerando dicha institución como una forma
alternativa cuando el niño o niña no cuente con un medio familiar adecuado que lo acoja,
lo cierto es que esta última circunstancia ha resultado fehacientemente demostrada,
desde que no existe tampoco una familia extensa capaz de asumir la integral satisfacción
de los derechos del menor en todos los ámbitos de su vida, apareciendo entonces que la
obligación de velar por su interés superior ha de centrarse en instar por el amparo de su
derecho a vivir y desarrollarse en el seno de una familia que le brinde afecto y le procure
los cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades espirituales y de orden material,
permitiéndole alcanzar el desarrollo y protección de los derechos fundamentales que le
corresponden, posibilitando la mayor suma de ventajas en todos los aspectos de su vida,
en la perspectiva de su autonomía y orientado a asegurar el libre desenvolvimiento de su
personalidad, prescindiendo de su filiación de origen, todo lo que no pudo ser
proporcionada por su familia biológica y extensa" (C. Suprema, 9 de enero de 2013, cons.
8º, LegalPublishing: Cl/Jur/59/2013, Rol Nº 6948-2012; C. Suprema, 1 de abril de 2013,
cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/700/2013, Rol Nº 7517-2012). En la misma dirección se
ha declarado que: "[E]stas sentenciadoras estiman que si bien la institución de la
adopción tiene un carácter subsidiario, como plantea la recurrente, su aplicación resulta
pertinente y necesaria cuando la familia de origen no puede velar por el interés superior
del niño y, en el caso que nos ocupa, de acuerdo a la prueba producida e incorporada en
la audiencia respectiva, se determinó que la familia de origen no reúne las condiciones
para cuidarla o no se interesa de manera seria en hacerlo, por lo que, al resolver la juez a
quo de manera favorable la solicitud formulada por el Servicio Nacional de Menores y
declarar susceptible de adopción a la niña L.Q.C. no ha infringido los principios de
subsidiariedad de la adopción y prioridad de la familia biológica, consagrados en nuestra
legislación y en los tratados internacionales sobre la materia, pues la preminencia de la
familia de origen se encuentra supeditada al interés superior del niño" (C. Apelaciones de
San Miguel, 28 de noviembre de 2012, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2760/2012, Rol
Nº 694-2012). 802. La "subsidiariedad de la adopción" implica una evaluación
concreta del menor respecto de quien se solicita se declare la susceptibilidad de su
adopción. En este sentido la E Corte Suprema ha precisado: "La subsidiariedad de la
xcma. 

adopción a que alude la norma, y que es alegada por la recurrente, supone hacer una
evaluación de la situación concreta de las niñas en cuestión, a la luz de su interés
superior, de manera que si los sentenciadores han estimado, como ocurre en la especie,
que los cuidados tendientes a alcanzar el pleno desarrollo de [...] y [...], no pueden ser
proporcionados por su familia materna —no fueron reconocidas por sus padres— no
existe el yerro denunciado, desde que prima su derecho a vivir y a desarrollarse en el
seno de una familia que les brinde afecto y les permita satisfacer sus necesidades
espirituales y materiales. Así, el derecho a vivir con su familia de origen, pasa porque ello
no afecte el interés superior del niño, cuestión que los sentenciadores deberán ponderar
proyectando también cómo será su vida a futuro, de mantenerse el mismo estado de
cosas" (C. Suprema, 22 de diciembre de 2014, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9725/2014, Rol Nº 8204-2014). 803. La internación prolongada
en un hogar de menores afecta el derecho del menor a vivir y desarrollarse en el
seno de una familia. Así, para los efectos de la declaración de susceptibilidad de una
adopción, se ha declarado que: "La prolongación excesiva de dicha internación —
fenómeno conocido como 'institucionalización' del menor— redunda en una merma
cualitativa del derecho de vivir y desarrollarse en un medio familiar que satisfaga sus
requerimientos espirituales y materiales esenciales" (C. de Apelaciones de Rancagua, 24
de julio de 2002, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/4182/2002, Rol Nº 18724-2002).
Artículo 2º. La adopción se sujetará, en cuanto a su tramitación, a las
normas establecidas en esta ley y, en lo no previsto por ella, a las del Título III
de la ley que crea los Juzgados de Familia.448

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículos 9º a 67.

Artículo 3º. Durante los procedimientos a que se refiere esta ley, el juez


tendrá debidamente en cuenta las opiniones del menor, en función de su edad
y madurez.

Si fuese menor adulto, será necesario su consentimiento, que manifestará


expresamente ante el juez durante el respectivo procedimiento previo a la
adopción, en relación con la posibilidad de ser adoptado, y en el curso del
procedimiento de adopción, respecto de la solicitud presentada por el o los
interesados. En caso de negativa, el juez dejará constancia de las razones que
invoque el menor. Excepcionalmente, por motivos sustentados en el interés
superior de aquél, podrá resolver fundadamente que prosiga el respectivo
procedimiento.

Concordancias: Código Civil: artículo 26. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999:
artículo 14 inciso 1º. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 69. Decreto
Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990: artículo
12. Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación
en materia de adopción internacional,  D.O.  4.10.1999: artículo 4º, letra d).

Artículo 4º. El Servicio Nacional de Menores y los organismos acreditados


ante éste para los efectos de lo establecido en el artículo 6º en conformidad a
las disposiciones que sean aplicables, podrán hacerse parte en todos los
asuntos que regula esta ley, en defensa de los derechos del menor
comprendido dentro de sus normas. Esta facultad podrá ejercerse hasta que
surta efectos la adopción y, con posterioridad, sólo en relación con el juicio de
nulidad de la adopción.

Concordancias: Decreto Ley Nº 2.465, Ley Orgánica del Servicio Nacional de


Menores, D.O. 16.01.1979. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999: artículos 6º,
38.

Artículo 5º. El Servicio Nacional de Menores deberá llevar dos registros:


uno, de personas interesadas en la adopción de un menor de edad, en el cual
se distinguirá entre aquellas que tengan residencia en el país y las que residan
en el extranjero; y otro, de personas que pueden ser adoptadas. El Servicio
velará por la permanente actualización de esos registros.

La sola circunstancia de que un menor de edad que puede ser adoptado o


un interesado en adoptar no figure en esos registros no obstará a la adopción,
si se cumplen todos los procedimientos y requisitos legales.
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 9º inciso final,
16, 26 número 4, 30 inciso 1º. Decreto Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre
Adopción de Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 4º y 5º. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21.

Artículo 6º. Podrán intervenir en los programas de adopción sólo el Servicio


Nacional de Menores o los organismos acreditados ante éste.

La acreditación se otorgará únicamente a corporaciones o fundaciones que


tengan entre su objeto la asistencia o protección de menores de edad,
demuestren competencia técnica y profesional para ejecutar programas de
adopción, y sean dirigidas por personas idóneas.

La concesión o denegación de la acreditación se dispondrá por resolución


fundada del Director Nacional del Servicio Nacional de Menores, motivada en
la concurrencia o ausencia de todos los requisitos señalados; la suspensión o
revocación procederá en caso de ausencia o pérdida de alguno de los
requisitos indicados.

La institución a la cual se deniegue, suspenda o revoque la acreditación


podrá solicitar reposición ante el mismo Director, e interponer en subsidio
recurso jerárquico, por intermedio del Ministerio de Justicia, ante el Presidente
de la República, dentro del plazo de treinta días, contado desde que le sea
notificada la resolución. Dicha solicitud deberá presentarse acompañando los
antecedentes de hecho y de derecho que la fundamenten.

Concordancias: Código Civil: artículos 49, 545. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de


Menores,D.O.  5.08.1999: artículos 4º, 7º, 9º inciso 2º número 3, 15 inciso 3º, 20 inciso 1º, 23 inciso 4º
número 3. Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores,D.O.  18.03.2000: artículos 2º, 14 a 26. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 3.3.

Artículo 7º. El programa de adopción es el conjunto de actividades


tendientes a procurar al menor una familia responsable. Estas actividades las
realizarán el Servicio Nacional de Menores y los organismos acreditados ante
éste a través de profesionales expertos y habilitados en esta área. Comprende
principalmente el apoyo y la orientación a la familia de origen del menor, la
recepción y el cuidado de éste, la evaluación técnica de los solicitantes y la
preparación de éstos como familia adoptiva, a cuyo efecto les corresponderá
acreditar la idoneidad requerida en el artículo 20 de esta ley.

Para estos efectos, se entiende por familia de origen los parientes


consanguíneos a que se refiere el artículo 14 y, a falta de ellos, a quienes
tengan bajo su cuidado al menor.

Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 14, 20, 21


inciso 2º. Decreto Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 6º, 7º, 8º, 9º, 10, 11 y 12. Decreto Nº  830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990: artículo 21 letra a).

TÍTULO II DE LOS PROCEDIMIENTOS PREVIOS A LA ADOPCIÓN

Artículo 8º. Los menores de 18 años, que pueden ser adoptados, son los


siguientes:

a) El menor cuyos padres no se encuentran capacitados o en condiciones de


hacerse cargo responsablemente de él y que expresen su voluntad de
entregarlo en adopción ante el juez competente.

b) El menor que sea descendiente consanguíneo de uno de los adoptantes,


de conformidad al artículo 11.

c) El menor que haya sido declarado susceptible de ser adoptado por
resolución judicial del tribunal competente, de acuerdo a lo dispuesto en los
artículos 12 y siguientes.

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 9º inciso 2º,


11, 12 a 19. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).

804. La disciplina fijada por la ley de adopción no atiende a la


Jurisprudencia: 
nacionalidad del menor. En este sentido se ha declarado que: "[E]s necesario agregar
que resulta irrelevante determinar la nacionalidad de los jóvenes a efectos de este
procedimiento toda vez que la Ley Nº 19.620 de adopción no hace distinción al efecto, así
el artículo 8º señala que pueden ser adoptados "los menores" sin efectuar precisión
alguna en torno a la nacionalidad de los mismos, precepto que está en armonía con lo
dispuesto en el artículo 2º de la Convención de los Derechos del Niño señala en su
artículo 2º que 'Los Estados Partes respetarán los derechos enunciados en la presente
Convención y asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin distinción
alguna, independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión
política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los
impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra condición del niño, sus padres o sus
representantes legales'" (C. Suprema, 1 de abril de 2013, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/700/2013, Rol Nº 7517-2012). 805. La edad del menor
susceptible de ser adoptado se determina al momento de la solicitud de declaración
de la susceptibilidad de adopción. Esta interpretación se ha fundado en el interés
superior del menor, y se ha hecho del modo siguiente: "Si bien el procedimiento de
susceptibilidad de adopción es previo a ésta, es un requisito para la misma, constituyendo
en definitiva una unidad a efectos de considerar que lo que se declare en el procedimiento
de susceptibilidad de adopción debe ser considerado como un supuesto fáctico
inmodificable para el procedimiento de adopción. El proceso de investigación a que hace
referencia el mensaje del proyecto indaga la situación de los menores al momento de
presentarse la solicitud, al respecto un antecedente relevante acerca de los jóvenes es
que ambos al momento de la solicitud referida de susceptibilidad de adopción, de la
dictación del fallo de primer grado y segundo grado eran menores, por lo tanto la
circunstancia de haber alcanzado uno de ellos la mayoría de edad al producirse la vista
de la causa ante este Tribunal de Casación no puede convertirse en un elemento que
obstaculice la posibilidad de que éstos se integren formalmente a una familia que en la
práctica ya conforman con los solicitantes. En relación a lo anterior resulta pertinente
tener en cuenta lo sostenido por parte de la doctrina en el sentido de considerar a la
susceptibilidad de adopción como un reemplazo de la adopción simple: "3º Caso del
menor que ha sido declarado susceptible de ser adoptado. Esta es una gran novedad de
la actual Ley de Adopción, mientras la anterior trabajaba más sobre el concepto del menor
abandonado. Como lo veremos, esta declaración será siempre judicial, por lo que en
definitiva, puede remplazar a la adopción simple, abriendo así el camino como lo hacía la
simple para llegar a la plena". (La filiación y sus efectos. Abeliuk Manasevich, R. Tomo I.
Editorial Jurídica de Chile. 2003. Pág. 244.). Es decir, con la declaración de
susceptibilidad de adopción, se puede entender que los jóvenes se encuentran
encaminados hacia la adopción plena. Cabe señalar que para concluir lo anterior se tiene
en especial consideración el interés superior del niño, siendo determinante al efecto
ilustrarse con la forma en que se recoge este principio en materia de Ley de
Responsabilidad Penal Adolescente, estatuto especial que dispone en su artículo 3º que
la presente normativa se aplica a quienes en el momento en que se hubiere dado principio
de ejecución del delito sean mayores de catorce y menores de dieciocho años. De este
modo, aun cuando los menores alcancen la mayoría de edad al momento de ser
condenados, se les aplica el estatuto especial referido. De este modo, si en situaciones
como la descrita precedentemente en razón del interés superior del niño la norma permite
la aplicación retroactiva de ésta atendiendo la edad del imputado al momento de la
ejecución del delito, teniendo en especial consideración que el ilícito fue cometido cuando
era menor de edad, por los mismo fundamentos, esto es el interés superior del niño, se
debe estar a la edad que tenían los jóvenes al momento de la solicitud de declaración de
susceptibilidad de adopción para determinar si cumplen con los requisitos de edad para
ser adoptados, en el presente caso [...] era menor de edad al momento de la solicitud
respectiva" (C. Suprema, 1 de abril de 2013, cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/700/2013,
Rol Nº 7517-2012).

Artículo 9º. Tratándose de alguno de los menores a que se refiere la letra


a) del artículo anterior, el padre o la madre que haya expresado su voluntad
de entregarlo en adopción de conformidad al artículo 56, o ambos si fuere el
caso, tendrán un plazo de treinta días para retractarse, contados desde la
fecha en que hayan declarado esa voluntad ante el tribunal. Vencido este
plazo, no podrán ejercitar tal derecho.

El procedimiento se iniciará con dicha declaración de voluntad y se


procederá en la forma que se indica:

1. La audiencia preparatoria se llevará a cabo entre el décimo y el


decimoquinto día posterior a la presentación de la solicitud. Al ratificar la
declaración de voluntad, el juez informará personalmente a el o los solicitantes
sobre la fecha en que vencerá el plazo con que cuentan para retractarse.
2. Si la solicitud sólo hubiere sido deducida por uno de los padres, ordenará
que se cite a la audiencia preparatoria al otro padre o madre que hubiere
reconocido al menor de edad, bajo apercibimiento de que su inasistencia hará
presumir su voluntad de entregar al menor en adopción. En dicha audiencia
podrán allanarse o deducir oposición respecto de la solicitud.

La citación se notificará personalmente, si el padre o la madre tiene domicilio


conocido. Para este efecto, si no se conociera el domicilio, al proveer la
solicitud, el tribunal requerirá al Servicio Electoral y al Servicio de Registro Civil
e Identificación que le informen, dentro de quinto día, el último domicilio de
dicha persona que conste en sus registros. De no establecerse el domicilio, o
de no ser habido en aquél que hubiere sido informado, la notificación se
efectuará por medio de aviso que se publicará en el Diario Oficial conforme a lo
dispuesto en los incisos tercero y cuarto del artículo 14.

3. El Tribunal comprobará que los padres del menor de edad no se


encuentran capacitados o en condiciones de hacerse cargo responsablemente
de él.

Se entenderán comprobadas estas circunstancias con el informe que, en tal


sentido, haya emitido y presentado en audiencia aquel de los organismos
aludidos en el artículo 6º que patrocine al padre o madre compareciente o, si
no mediare tal patrocinio, con el que el tribunal ordene emitir a alguno de esos
organismos, para ser conocido en la audiencia de juicio.

4. Si el padre o la madre que no hubiere deducido la solicitud hubiere


fallecido o estuviere imposibilitado de manifestar su voluntad, bastará la sola
declaración del compareciente. En dicho caso, como también si no se deduce
oposición, el tribunal resolverá en la audiencia preparatoria, en tanto cuente
con la rendición del informe a que alude el numeral precedente y haya
transcurrido el plazo de retractación a que se refiere el numeral 1 precedente.

5. En su caso, la audiencia de juicio se llevará a cabo dentro de los quince


días siguientes a la audiencia preparatoria. Sin embargo, si el plazo de
retractación a que se refiere el numeral 1 precedente estuviere pendiente a esa
fecha, la audiencia de juicio se efectuará dentro de los cinco días siguientes a
su vencimiento.

No podrá suspenderse el desarrollo de la audiencia de juicio ni decretarse su


prolongación en otras sesiones por la circunstancia de que, hasta el día
previsto para su realización, no se hayan recibido los informes u otras pruebas
decretadas por el tribunal.
6. La notificación de la sentencia definitiva a los comparecientes, en todo
caso, se hará por cédula en el domicilio que conste en el tribunal, salvo que
sea posible efectuarla en forma personal en la audiencia respectiva.

Una vez ejecutoriada, será puesta en conocimiento del Servicio Nacional de


Menores, para los efectos previstos en el artículo 5º. 449

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 5º, 6º, 8º letra
a), 14 incisos 3º y 4º, 15 inciso 1º, 19 inciso 2º letra a). Decreto Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de
la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de Menores,  D.O.  18.03.2000: artículo 5º. Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).

806. Si citado el padre presta su consentimiento para la adopción no es


Jurisprudencia: 
necesario practicar las actuaciones previstas respecto de los menores cuyos
padres no se encuentran capacitados o en condiciones de hacerse cargo
responsablemente de él. Así se ha declarado que: "Citado el padre de acuerdo a lo
previsto en el artículo 9º de la ley citada, comparece a fs. 11 y con fecha 10 de agosto de
2000 dando su consentimiento para la adopción señalando que conoce las consecuencias
que ello ocasionará, hace presente que no ha tenido contacto con el menor desde que
éste tenía 1 año de edad. Cuarto: Que en estas circunstancias no es procedente realizar
por inoficiosas las demás actuaciones a que se refiere el mencionado artículo 9º, que trata
de los menores cuyos padres no se encuentran capacitados o en condiciones de hacerse
cargo responsablemente de él y expresen su voluntad de entregarlo en adopción ante el
juez pertinente" (C. Apelaciones de San Miguel, 2 de abril de 2002, cons. 3º y 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3948/2002, Rol Nº 1269-2001).

Artículo 10. El procedimiento a que se refiere el artículo anterior podrá


iniciarse antes del nacimiento del hijo, sólo cuando sea patrocinado por el
Servicio Nacional de Menores o un organismo acreditado ante éste. En tal
caso, se efectuarán los trámites que correspondan, y sólo quedará pendiente la
ratificación de la madre y la dictación de sentencia. En caso de no existir
patrocinio, el tribunal remitirá los antecedentes al Servicio Nacional de
Menores, suspendiendo la tramitación de la solicitud. 450

Dentro del plazo de treinta días, contado desde el parto, la madre deberá
ratificar ante el tribunal su voluntad de entregar en adopción al menor. No
podrá ser objeto de apremios para que ratifique y, si no lo hiciere, se la tendrá
por desistida de su decisión.

Con todo, si la madre falleciere antes de ratificar, será suficiente


manifestación de su voluntad de dar al menor en adopción la que conste en el
proceso.

Ratificada por la madre su voluntad, el juez citará a la audiencia de juicio


para dentro de los cinco días siguientes. 451
Concordancias: Código Civil: artículos 74 y 75. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 9º. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre
los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).

Artículo 11. En el caso del menor a que se refiere la letra b) del artículo 8º,
cuando uno de los cónyuges que lo quisieran adoptar es su padre o madre, y
sólo ha sido reconocido como hijo por él o ella, se aplicará directamente el
procedimiento previsto en el Título III.

Si el hijo ha sido reconocido por ambos padres o tiene filiación matrimonial,


será necesario el consentimiento del otro padre o madre, aplicándose, en lo
que corresponda, lo dispuesto en el artículo 9º.

A falta del otro padre o madre, o si éste se opusiere a la adopción, el Juez


resolverá si el menor es susceptible de ser adoptado de conformidad a los
artículos siguientes.

En caso de que uno de los solicitantes que quieran adoptar sea otro
ascendiente consanguíneo del padre o madre del menor, se aplicará el
procedimiento establecido en los artículos 9º o 13, según corresponda. 452

Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 179, 180, 184, 185. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 8º letra b), 9º, 13. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).

Artículo 12. Procederá la declaración judicial de que el menor es susceptible


de ser adoptado, sea que su filiación esté o no determinada, cuando el padre,
la madre o las personas a quienes se haya confiado su cuidado se encuentren
en una o más de las siguientes situaciones:

1. Se encuentren inhabilitados física o moralmente para ejercer el cuidado


personal, de conformidad al artículo 226 del Código Civil.

2. No le proporcionen atención personal o económica durante el plazo de


dos meses. Si el menor tuviera una edad inferior a un año, este plazo será de
treinta días.453

No constituye causal suficiente para la declaración judicial respectiva, la falta


de recursos económicos para atender al menor.

3. Lo entreguen a una institución pública o privada de protección de menores


o a un tercero, con ánimo manifiesto de liberarse de sus obligaciones legales.

Se presume ese ánimo cuando la mantención del menor a cargo de la


institución o del tercero no obedezca a una causa justificada, que la haga más
conveniente para los intereses del menor que el ejercicio del cuidado personal
por el padre, la madre o las personas a quienes se haya confiado su cuidado.
Se presume, asimismo, cuando dichas personas no visiten al menor, por lo
menos una vez, durante cada uno de los plazos señalados en el número
precedente, salvo causa justificada. Para este efecto, las visitas quedarán
registradas en la institución.

Los que reciban a un menor en tales circunstancias, deberán informar al juez


competente del hecho de la entrega y de lo expresado por el o los padres, o
por las personas que lo tenían a su cuidado.

Los casos de abandono del menor en la vía pública, en lugar solitario o en


un recinto hospitalario, se entenderán comprendidos dentro de la causal de
este número. En dichos casos se presumirá el ánimo de entregar al menor en
adopción por la sola circunstancia de abandono. 454

Concordancias: Código Civil: artículos 37, 47, 226. Código Penal: artículos 349, 350, 351. Ley
Nº  16.618, Ley de Menores,  D.O.  8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000:
artículo 42. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 14, 19 inciso 2º letra
b). Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 9.1, 21 letra a), 27.3.

807. La declaración judicial de susceptibilidad de adopción como


Jurisprudencia: 
situación excepcional: el beneficio del adoptado y los principios de subsidiariedad
y primacía de la familia biológica. La E Corte Suprema se ha preocupado en destacar
xcma.

que: "Como ya se ha expresado, en nuestro sistema jurídico la adopción es una institución


que encuentra su sustento en el principio rector del derecho de familia adecuado al interés
superior del niño. En efecto, correspondiendo la adopción a una ficción legal por la que se
considera como hijo a quien no lo es, debe centrarse en el beneficio del adoptado más
que el de los adoptantes, pero sólo en la hipótesis en que aquel no le pueda ser
proporcionado por la familia de origen, lo que se reconduce a los principios basales de
este instituto denominados de la subsidiariedad y de la prioridad de la familia biológica. Lo
anterior, significa que la declaración de susceptibilidad de adopción, en cuanto acto
jurídico procesal que se inserta en el contexto de un procedimiento de constitución de la
filiación adoptiva, sólo procede como respuesta jurisdiccional que, dado el carácter
definitivo e irreversible del estado civil que estatuye, debe resolverse con el compromiso
de otorgar prioridad y preeminencia a la familia de origen en la decisión a la cual se arribe
y sólo en el caso que falte aquélla; por ello, para configurar la procedencia de la adopción
no basta sólo acreditar que el niño no puede contar con alguno de sus padres biológicos
para la satisfacción de su derecho a vivir y desarrollarse en el seno de una familia que le
brinde afecto y los cuidados que necesita, sino que es menester probar la imposibilidad de
garantizar los derechos del adoptado manteniendo la vinculación e identidad con su
familia biológica amplia. En efecto, el concepto de familia con el cual se compromete el
legislador no se limita en caso alguno a la sola familia nuclear padre y madre, sino a la
familia extensa. Según se advierte de la sentencia impugnada, aparece que la indagación
efectuada en este proceso se focalizó exclusivamente respecto al padre del adolescente,
omitiendo y pasando por alto toda referencia a su vinculación con la familia extensa
paterna, cuyos miembros han participado en la etapa probatoria de este juicio,
manifestando su interés en vincularse con el adolescente, lo que no ha sido debidamente
considerado ni evaluado a la luz del interés superior del niño, infringiendo de este modo la
normativa en referencia" (C. Suprema, 15 de diciembre de 2015, cons. 13º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7895/2015, Rol Nº 6904-2015). En la misma orientación por
algún tribunal de alzada se había advertido: "Que es derecho de todo niño no ser
separado de sus padres y crecer al amparo y bajo la responsabilidad de éstos y, en todo
caso, en un ambiente de afecto y de seguridad moral y material, y salvo circunstancias
excepcionales, no deberá separarse al niño de corta edad de su madre [...] Que tal
situación excepcional es la declaración de que el niño es susceptible de ser adoptado y
procede de acuerdo al artículo 12 de la Ley Nº 19.620" (C. de Apelaciones de Santiago,
28 de noviembre de 2008, cons. 1º y 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/5540/2008, Rol Nº 3677-
2007). 808. Si la filiación está determinada, la concurrencia de las causales debe
acreditarse respecto de sus padres. Así se ha sentado que: "Las causales por las que
puede proceder la declaración de susceptibilidad de adopción son la inhabilidad física o
moral, la falta de atención personal, afectiva y económica y la entrega a una institución o a
un tercero con ánimo de liberarse de las obligaciones paternas. Estas causales deben
acreditarse respecto de los padres, si la filiación se encuentra determinada" (C. de
Apelaciones de Rancagua, 6 de septiembre de 2005, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7267/2005, Rol Nº 628-2005). 809. De la primera causal: su
estructura definida en relación con el artículo 226 del Código Civil y artículo 42 de la
Ley Nº 16.618. La E Corte Suprema ha advertido: "Que resulta útil señalar, que la
xcma.

declaración judicial para que un menor sea susceptible de ser adoptado por la causal del
numeral 1º del artículo 12 de la Ley de Adopción, conforme a la remisión que hace el
legislador al artículo 226 del Código Civil, se vincula al artículo 42 de la Ley Nº 16.618,
que dispone, en lo pertinente: 'Para efectos del artículo 226 del Código Civil, se entenderá
que uno o ambos padres se encuentran en el caso de inhabilidad física o moral:
3º) Cuando no velaren por la crianza, cuidado personal o educación del hijo; y 7º) Cuando
cualesquiera otras causas coloquen al menor en peligro moral o material'" (C. Suprema, 6
de julio de 2015, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/3812/2015, Rol Nº 31946-
2014). 810. De la primera causal: la inhabilidad física o moral constituye una
cuestión de mérito, que han de calificar los jueces de la instancia. En este sentido se
ha pronunciado la E Corte Suprema: "[E]s menester señalar que la inhabilidad física o
xcma. 

moral de los padres para ejercer el cuidado de sus hijos —a que se refiere el citado
artículo 12, en su numeral 1º— es una cuestión de mérito, que deben calificar los jueces
de la instancia, a la luz del caso concreto, lo que en la especie está dado por la
evaluación del comportamiento de la madre durante un período de tiempo determinado y
la incidencia que éste ha tenido en el desarrollo de sus hijas, las que a su corta edad han
vivenciado, según los sentenciadores, desapego afectivo y falta de un referente estable y
protector, que urge ser remediado. En ese contexto, no es posible exigir un estándar fijo o
específico para estimar que concurre la inhabilidad de los padres, por lo que debe
desestimarse el yerro denunciado" (C. Suprema, 22 de diciembre de 2014, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9725/2014, Rol Nº 8204-2014). 811. De la primera causal: la
inhabilidad, física o moral para ejercer el cuidado personal debe ser grave y
permanente. En este sentido se ha estimado que: "En relación a la primera de las
inhabilidades, tanto física como moral, podemos entender por ellas aquellas que enumera
el artículo 42 de la Ley Nº 16.618, las que deben ser graves y permanentes, aun cuando
el artículo 12 de la Ley Nº 19.620 no lo señale expresamente; el interés superior del
menor y elprincipio de prioridad de la familia biológica, permiten exigir que el juez sólo dé
por acreditada esta causal cuando se trate de inhabilidad grave y permanente" (C. de
Apelaciones de Rancagua, 6 de septiembre de 2005, Nº LegalPublishing:
32856). 812. De la primera causal: No constituye inhabilidad moral el hecho de que
el padre esté privado de libertad cumpliendo una pena. Así se ha declarado que: "Si
bien el padre se encontraba cumpliendo condena al momento de iniciarse la presente
causa, ello no lo convierte en una persona moralmente inhábil en forma permanente, si
atendemos a la función rehabilitadora de la pena, la cual a la fecha se encuentra
cumpliendo en libertad" (C. Apelaciones de Rancagua, 6 de septiembre de 2005, cons.
2º, LegalPublishing: Cl/Jur/7267/2005, Rol Nº 628-2005). 813. De la primera causal: No
constituye inhabilidad moral la conducta del padre hacia los profesionales que ha
intervenido en los cuidados del menor. Así se ha declarado que: "[A] juicio de esta
Corte, no concurre en la especie ninguna de las circunstancias anotadas
precedentemente, por cuanto, como ya se dejó establecido, el padre del menor ha estado
presente en su vida en forma permanente, no habiéndose acreditado tampoco su
inhabilidad física o moral. En efecto, no resulta suficiente para configurar esta causal la
actitud desafiante y agresiva que según las profesionales informantes el padre mantiene
en sus relaciones con ellas, por cuanto no se ha acreditado que esta conducta se repita o
dirija respecto de su hijo al que nunca ha abandonado" (C. de Apelaciones de Valparaíso,
9 de octubre de 2012, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/2257/2012). 814. De la segunda
causal: la falta de atención, en cuanto comprende el aspecto personal y afectivo,
debe acreditarse como imputable a los padres. En este sentido se ha afirmado que:
"En cuanto a la no proporción por parte de los padres al menor de la atención personal o
económica como causal de declaración de susceptibilidad para ser éste adoptado, la ley
no autoriza que la falta de recursos económicos para atender al niño sea causal suficiente
para resolver favorablemente tal declaración y la falta de atención en cuanto comprende
el aspecto personal y afectivo, debe estar acreditado de manera suficiente que ello es
imputable a los padres" (C. de Apelaciones de Santiago, 28 de noviembre de 2008, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5540/2008, Rol Nº 3677-2007). En un caso concreto se ha
sentado que: "El interés superior del niño consiste en la plena satisfacción de sus
derechos afectivos, económicos y de educación. En la especie los solicitantes cubren
todas las necesidades de la niña y ella forma parte de una familia bien constituida, con
fuertes lazos de cariño y protección, lo que no se observa con el padre biológico. Por
consiguiente, al no haber prestado [...] atención personal, afectiva y económica a su hija
por más de 4 años, se cumple en la especie la situación prevista en el Nº 2 del artículo 12
de la Ley Nº 19.620" (C. Suprema, 14 de abril de 2008, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7338/2008, Rol Nº 1384-2008). 815. De la segunda causal: la
falta de recursos económicos para atender al menor no constituye causal
suficiente. Se ha advertido que: "Aun cuando, actualmente no podrían estar en
condiciones de proporcionarle atención económica adecuada, esta sola circunstancia no
constituye causa legal para la susceptibilidad de adopción" (C. de Apelaciones de Puerto
Montt, 9 de julio de 2007, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/7056/2007, Rol Nº 302-2007),
entre otras razones, porque: "Con todo, el artículo 9º Nº 1 de la Convención sobre los
Derechos del Niño, establece el derecho del niño a vivir junto a sus padres y que éste no
sea separado de ellos contra la voluntad de éstos. En concordancia con esta norma, el
numeral 3 del artículo 27 de citado Tratado, obliga a los Estados partes, a tomar medidas
apropiadas para ayudar a los padres a dar efectividad a este derecho, logrando así a
favor de los menores un nivel de vida adecuada para su desarrollo físico, mental,
espiritual, moral y social y, en caso necesario, proporcionar asistencia" (C. de
Apelaciones de Puerto Montt, 9 de julio de 2007, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7056/2007, Rol Nº 302-2007). 816. De la segunda causal: la
deficiencia de vivienda del padre no constituye causal suficiente. En este ajustado
sentido se ha declarado que: "[N]o es posible considerar la deficiencia en su vivienda,
antigua y afectada por el sismo del año 2010, como causal suficiente para considerar un
riesgo físico y moral del menor, pues según lo informan las mismas profesionales éste
nunca ha pernoctado en ese lugar y porque el propio inciso segundo del numeral 2 del
artículo 12 antes transcrito dispone que no constituye causal suficiente para estos efectos
la falta de recursos económicos para atender al menor" (C. de Apelaciones de
Valparaíso, 9 de octubre de 2012, cons. 6º. Legal Publishing: Cl/ Jur/2257/2012). 817. De
la tercera causal: exige para configurarse que se cumplan, copulativamente, sus
presupuestos. Se ha declarado que: "Respecto de la causal de haber los padres o las
personas a las que se les haya confiado el cuidado del menor lo entregan a una
institución de protección de menores o a un tercero con ánimo manifiesto de librarse de
sus obligaciones legales, para su configuración estos requisitos deben cumplirse
copulativamente y sólo se presume que hay ánimo de entrega cuando ésta no obedece a
una causa justificada, que la haga más conveniente para los intereses del menor; o
cuando el padre, la madre o los terceros, en su caso, a quienes se les confió el cuidado
del menor, no lo visitan, por lo menos por una vez, durante el plazo de dos meses o en el
plazo de treinta días, si el niño es menor de un año. Presunciones legales que desde
luego admiten prueba en contrario que la desvirtúen" (C. de Apelaciones de Santiago, 28
de noviembre de 2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5540/2008, Rol Nº 3677-
2007). 818. De la tercera causal: exigencia del ánimo manifiesto de desligarse de los
deberes para con el menor. Se ha afirmado, así, que: "Para la concurrencia de la tercera
de las causales, se requiere que la entrega se haya hecho, no por necesidad, sino con el
ánimo manifiesto de desligarse de los deberes para con el menor" (C. de Apelaciones de
Rancagua, 6 de septiembre de 2005, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/7267/2005, Rol
Nº 628-2005). 819. De la tercera causal: no se configura si los menores están
sujetos a una medida de protección y bajo el cuidado de una institución o persona
diversa a sus padres y que éstos hayan aceptado dicha situación. En este sentido se
ha entendido: "Que el hecho de que los menores se encuentren afectos a una medida de
protección y bajo el cuidado de una Institución privada o persona distinta de sus padres, y
que tal situación haya sido aceptada por éstos, no importa la configuración de la hipótesis
legislativa contemplada en el numeral 3 del artículo 12 de la Ley Nº 19.620, desde que,
ésta exige el ánimo manifiesto de liberarse de sus obligaciones legales; componente
subjetivo, que estos sentenciadores no divisan en la conducta desplegada por los padres
de los menores" (C. de Apelaciones de Puerto Montt, 9 de julio de 2007, cons.
8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7267/2005, Rol Nº 628-2005). 820. De la tercera causal: el
abandono del menor en la vía pública, lugar solitario o recinto hospitalario. Sobre
esta hipótesis se ha sostenido que: "La causal de abandono del menor en la vía pública,
en lugar solitario o en un recinto hospitalario se entenderá comprendido del antes
mencionado artículo 12 de la Ley Nº 19.620, y se presume el ánimo de entrega en
adopción por la sola circunstancia de abandono del niño" (C. de Apelaciones de Santiago,
28 de noviembre de 2008, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5540/2008, Rol Nº 3677-
2007). 821. De la oposición a la declaración de susceptibilidad de la adopción y de
la necesidad de que quien la objete se encuentre actualmente al cuidado del menor.
En este sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema: "cabe consignar que el exordio
xcma. 

del artículo 12 en referencia emplea como sujetos al padre, a la madre y a 'las personas a
quienes se haya confiado' el cuidado de los infantes, por lo que para que la objeción sea
pertinente es indispensable que la abuela recurrente se encontrara en tal situación, es
decir, que a ella le estuviera confiado el cuidado. Atendida la dinámica connatural a esta
clase de contencioso, resulta evidente que la norma no apunta a quien en el pasado,
alguna vez, hubiere estado en situación semejante, sino al que lo esté presentemente"
(C. Suprema, 22 de octubre de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/7727/2014, Rol
Nº 3655-2014).

Artículo 13. El procedimiento que tenga por objeto declarar que un menor es
susceptible de ser adoptado, se iniciará de oficio por el juez, a solicitud del
Servicio Nacional de Menores o a instancia de las personas naturales o
jurídicas que lo tengan a su cargo.
Cuando el procedimiento se inicie por instituciones públicas o privadas que
tuvieren a su cargo al menor, la solicitud deberá ser presentada por sus
respectivos directores.

Cuando el procedimiento se inicie por personas naturales, éstas deberán


acompañar a la solicitud el respectivo informe de idoneidad, a que se refiere el
artículo 23, que los habilite como padres adoptivos. 455

En el caso de los menores de filiación no determinada respecto de ninguno


de sus padres, sólo podrá iniciar el procedimiento el Servicio Nacional de
Menores o el organismo acreditado ante éste bajo cuyo cuidado se
encuentren. 456

Concordancias: Código Civil: artículo 33. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999:
artículo 23. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).

Artículo 14. Recibida la solicitud precedente, el juez, a la brevedad posible,


citará a los ascendientes y a los otros consanguíneos del menor, hasta el tercer
grado en la línea colateral, siempre que la filiación estuviere determinada, para
que concurran a la audiencia preparatoria a exponer lo que sea conveniente a
los intereses de aquél, pudiendo oponerse a la solicitud, bajo apercibimiento de
que, si no concurren, se presumirá su consentimiento favorable a la
declaración de que el menor es susceptible de ser adoptado. Asimismo, deberá
citarse al menor, en su caso, a la o las personas a cuyo cuidado esté y a todos
quienes puedan aportar antecedentes para una acertada resolución del asunto,
que hubieren sido mencionados en la solicitud.

La citación se notificará personalmente a los padres del menor, y por carta


certificada a las demás personas; todo ello, en cuanto tuvieren domicilios
conocidos. Para este efecto, si no se conocieran los domicilios, el tribunal
requerirá, en los términos a que se refiere el párrafo segundo del número 2 del
artículo 9º, al Servicio Electoral y al Servicio de Registro Civil e Identificación
que le informen, dentro de quinto día, el último domicilio de dichas personas
que conste en sus registros.

De no establecerse el domicilio de alguna de ellas, o de no ser habido en


aquel que hubiere sido informado, el juez ordenará de inmediato que la
notificación se efectúe por medio de un aviso que se publicará gratuitamente
en el Diario Oficial el día 1 ó 15 de un mes o el día hábil siguiente si aquél
fuese feriado. De igual forma se citará a los ascendientes y consanguíneos del
menor de edad cuya filiación no esté determinada. El aviso deberá incluir el
máximo de datos disponibles para la identificación del menor. La notificación se
entenderá practicada tres días después de la publicación del aviso.
A las personas que no comparecieren se las considerará rebeldes por el solo
ministerio de la ley, y respecto de ellas las siguientes resoluciones surtirán
efecto desde que se pronuncien. 457

Concordancias: Código Civil: artículos 27 y 28. Código de Procedimiento Civil: artículo 84. Ley
Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 3º, 7º inciso 2, 9º número 2. Decreto
Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990:
artículos 12, 21 letra a). Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del
niño y cooperación en materia de adopción internacional,  D.O.  17.06.1994: artículo 4º, letra d).

822. Si el padre tiene domicilio conocido, su notificación por aviso


Jurisprudencia: 
invalida el procedimiento. Se ha declarado así: "Que de la orden de investigar, rolante a
fojas 17, y de lo obrado, a fojas 31 y 32, aparece que el padre de la menor de autos [...],
tenía domicilio conocido donde debió ser notificado personalmente de la solicitud de fojas
1 [...] Que conforme lo dispone el artículo 14 inciso tercero del cuerpo legal antes
mencionado, la notificación por aviso mediante publicación de extractos, sólo tiene lugar
subsidiariamente para el caso de no haberse obtenido resultados positivos en la
determinación del domicilio del padre [...] Que, al no haberse dado estricto cumplimiento a
la notificación legal, en forma personal, según lo ordena la ley, se ha privado al padre de
la menor de ejercer los derechos que ésta contempla"(C. Apelaciones de San Miguel, 29
de marzo de 2001, cons. 1º, 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/1343/2001, Rol Nº 774-
2000). 823. Del sentido de la exigencia de la publicación en el Diario Oficial. Se ha
entendido por la E Corte Suprema que: "Se debe tener presente además que el artículo
xcma. 

14 de la Ley Nº 19.620 señala que recibida la solicitud de declaración de susceptibilidad


de adopción, el juez a la brevedad posible, citará a los ascendientes y a los otros
consanguíneos del menor, hasta el tercer grado en la línea colateral, siempre que la
filiación estuviere determinada, debiendo notificarse a los padres del menor
personalmente y a los demás parientes por carta certificada. A continuación la norma
señala que de no establecerse el domicilio de alguna de ellas o de no ser habido en aquel
que se hubiere informado, el juez ordenará de inmediato que la notificación se efectúe por
medio de un aviso que se publicará en el Diario Oficial. De la norma antes citada se
advierte que el legislador tuvo en vista la situación de los menores cuyos nacimientos se
hayan producido o registrado en Chile, pudiendo presumirse, a partir de este hecho, que
cuentan con parientes dentro del territorio chileno. Sin embargo en el caso de los menores
de autos no se dan los supuestos anteriores toda vez que en atención los hechos
asentados en la causa ha quedado acreditado no cuentan con otros parientes —distintos
a [...]— en nuestro país, por lo tanto resulta ineficaz realizar una notificación mediante el
Diario Oficial ya que éste tiene sólo circulación nacional" (C. Suprema, 1 de abril de 2013,
cons. 8º, Legal Publishing: Cl/Jur/700/2013).

Artículo 15. La audiencia preparatoria y la audiencia de juicio se llevarán a


cabo en los términos que establecen los números 1 y 5 del artículo 9º,
respectivamente.

El juez resolverá acerca de la veracidad de los hechos y circunstancias que


se invocan para solicitar la declaración de que el menor es susceptible de ser
adoptado, en especial la imposibilidad de disponer de otras medidas que
permitan la permanencia del mismo en su familia de origen y las ventajas que
la adopción representa para él.
Los informes que se evacuen y rindan al respecto deberán solicitarse a
alguno de los organismos a que se refiere el artículo 6º, pudiendo el tribunal
estimar suficientemente acreditadas dichas circunstancias sobre su solo mérito.

Si no se dedujere oposición y se contare con los antecedentes de prueba


suficientes para formarse convicción, el tribunal dictará sentencia en la
audiencia preparatoria. 458

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículos 6º, 7º inciso 2º,
9º números 1 y 5. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 9.1, 21 letra a).

824. De los principios de la primacía de la familia de origen y de la


Jurisprudencia: 
subsidiariedad de la adopción. La jurisprudencia ha destacado que en el inciso 2º de
este artículo 15, en relación con el artículo 1º de esta ley, se reconocen y afirman como
principios fundantes de la adopción los de subsidiariedad y de primacía de la familia de
origen. En tal sentido, la E Corte Suprema ha declarado: "Que los principios de la
xcma.

subsidiariedad de la adopción y de la prioridad de la familia biológica se encuentran


consagrados en el artículo 1º de la Ley Nº 19.620, al establecer que 'La adopción tiene
por objeto velar por el interés superior del adoptado, y amparar su derecho a vivir y
desarrollarse en el seno de una familia que le brinde el afecto y le procure los cuidados
tendientes a satisfacer sus necesidades espirituales y materiales, cuando ello no le pueda
ser proporcionado por su familia de origen'. De lo anterior fluye que la adopción procede
perfilándose de manera evidente como un instituto de ultima ratioen el caso que la familia
de origen de un niño no se encuentre en condiciones de darle el afecto y los cuidados
para su bienestar en el orden espiritual y material, por lo que conforme se dispone en el
inciso 2º del artículo 15, para resolver una solicitud de declaración de susceptibilidad debe
acreditarse fundadamente la imposibilidad de disponer de otras medidas que permitan la
permanencia del niño en su familia de origen y las ventajas que representa su entrega en
adopción" (C. Suprema, 15 de diciembre de 2015, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7895/2015, Rol Nº 6904-2015). Igual opinión había manifestado
poco antes el mismo tribunal: "[U]no de los principios fundamentales de la institución en
estudio, cual es el de la subsidiariedad de la adopción y de la prioridad de la familia
biológica, en estricta relación con el derecho a la identidad del niño. En efecto, el
legislador ha manifestado preferencia por la familia de origen y la consideración de la
adopción no como una forma alternativa de filiación, sino de carácter subsidiario. En
estrecha concordancia con lo anterior, el artículo 15 de la referida normativa, dispone que
debe hacerse todo lo posible para conseguir que el niño conserve su familia de origen, de
modo que la resolución judicial que declare al niño en estado o vía de ser adoptado debe
dictarse cuando previamente se haya establecido 'la imposibilidad de disponer de otras
medidas que permitan la permanencia del menor en la familia de origen'" (C. Suprema 6
de julio de 2015, sent. reemplazo, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/3812/2015, Rol
Nº 31.946-2014); y que: "El principio de la subsidiariedad de la adopción y de la prioridad
de la familia biológica se encuentra recogido en el artículo 1º de la Ley Nº 19.620, dado
que establece lo siguiente: 'La adopción tiene por objeto velar por el interés superior del
adoptado, y amparar su derecho a vivir y desarrollarse en el seno de una familia que le
brinde el afecto y le procure los cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades
espirituales y materiales, cuando ello no le pueda ser proporcionado por su familia de
origen'. Por lo tanto, sólo cabe entregar a un niño en adopción cuando se acredite que su
familia de origen no está en condiciones de darle el afecto y los cuidados para su
bienestar en el orden espiritual y material; y es por ello que el juez, según lo dispone el
inciso 2º del artículo 15, debe resolver acerca de la efectividad de los hechos y
circunstancias que se invocan para solicitar la declaración de susceptibilidad de adopción,
en especial que no es posible disponer de otras medidas que permitan la permanencia del
niño en su familia de origen y las ventajas que representa su entrega en adopción"
(C. Suprema, 4 de junio de 2015, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/3172/2015, Rol
Nº 30315-2014). Una orientación similar ha seguido algún tribunal de alzada: "[L]os
principios de la subsidiariedad de la adopción y de la prioridad de la familia biológica,
consagrados en nuestra legislación, desde que la propia Ley Nº 19.260, según se aprecia
de sus artículos 1º y 15, manifiesta una preferencia inicial por la familia de origen,
considerando a la adopción como una forma subsidiaria, cuando el niño o niña no cuente
con un medio familiar adecuado que lo acoja, a tal punto que la ley previene que debe
hacerse todo lo posible para conseguir que el menor conserve su familia de origen. Así
entonces la declaración en cuestión procede sólo y una vez que se ha acreditado la
imposibilidad de disponer de otras medidas que permitan la permanencia del menor con
ésta. En el caso sub lite estas circunstancias, sin embargo, no han resultado
demostradas, apareciendo, entonces que la propia obligación de velar por el interés
superior del menor, se centra en que se haga todo lo posible para desarrollar una
vinculación sana con su padre, sin prescindir de su filiación de origen, pues ello significa
privarlo de su propia historia e identidad personal" (C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de
octubre de 2012, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/2257/2012).

Artículo 16. La sentencia que declare que el menor puede ser adoptado se


notificará por cédula a los consanguíneos que hayan comparecido al proceso,
en el domicilio que conste en el mismo, salvo que sea posible efectuar la
notificación en forma personal en la audiencia respectiva. Una vez
ejecutoriada, será puesta en conocimiento del Servicio Nacional de Menores,
para los efectos previstos en el artículo 5º.459

Concordancias: Código Civil: artículo 28. Código de Procedimiento Civil: artículo 174. Ley Nº  19.620,
sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 5º, 19 inciso 2º.

Artículo 17. Contra la sentencia que declare al menor como susceptible de


ser adoptado o la que deniegue esa declaración, procederá el recurso de
apelación en el solo efecto devolutivo.

La sentencia recaída en procesos en que no sea parte el Servicio Nacional


de Menores o un organismo acreditado ante éste, que no se apelare, deberá
elevarse en consulta al tribunal superior.

Estas causas gozarán de preferencia para su vista y fallo.

Ejecutoriada la sentencia que declara al menor susceptible de ser adoptado,


el tribunal oficiará al Servicio Nacional de Menores para que lo incorpore en el
correspondiente registro a que se refiere el artículo 5º.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 162, 174, 192, 197. Código Orgánico de
Tribunales: artículo 63 número 3. Decreto Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620
sobre Adopción de Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 5º.
Artículo 18. Conocerá de los procedimientos a que se refiere este Título y el
Título III, el juez de letras, con competencia en materias de familia, del
domicilio o residencia del menor.460

Se entenderá por domicilio del menor el correspondiente a la respectiva


institución, si se encontrare bajo el cuidado del Servicio Nacional de Menores o
de un organismo acreditado ante éste.

El tribunal ante el cual se hubiere incoado alguno de los procedimientos a


que se refiere el presente artículo, será competente para conocer de las
medidas de protección que se soliciten respecto del mismo menor. En su caso,
si hubiese procesos de protección incoados relativos al menor, el juez ordenará
acumularlos al de susceptibilidad o adopción, sin perjuicio de tener a la vista
los antecedentes de los procesos terminados en relación al mismo. 461

Concordancias: Código Civil: artículo 72. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004:
artículo 8º número 12. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).

Artículo 19. El juez ante el cual se siga alguno de los procedimientos


regulados en este Título, podrá confiar el cuidado personal del menor a
quienes hayan manifestado al tribunal su voluntad de adoptarlo y cumplan con
los requisitos señalados en los artículos 20, 21 y 22. Para los efectos de
resolver dicha solicitud, el juez citará a una audiencia para dentro de quinto
día, debiendo concurrir los solicitantes con los antecedentes que avalen su
petición. El procedimiento será reservado respecto de terceros distintos de los
solicitantes.462

La resolución que apruebe dicha solicitud producirá sus efectos sólo una vez
ejecutoriada la sentencia que declare que el menor de edad es susceptible de
ser adoptado. Excepcionalmente, mediante resolución fundada, podrá
autorizarse el cumplimiento de dicha resolución durante el curso del respectivo
procedimiento, en los siguientes casos:

a) Cuando se siga el procedimiento regulado en el artículo 9º, una vez


certificado el vencimiento del plazo de treinta días a que se refiere su
encabezamiento, sin que se haya producido la retractación de la voluntad de
entregar al menor en adopción y no se haya deducido oposición. 463

b) En los casos a que se refiere el artículo 12, desde el término de la


audiencia preparatoria, en caso que no se haya deducido oposición a que se
declare que el menor es susceptible de ser adoptado. En su caso, se
considerará especialmente la concurrencia de alguna de las presunciones que
establece el artículo 12 de la presente ley.464
En los casos a que se refiere el inciso precedente el juez informará
personalmente a los interesados acerca del estado del procedimiento,
advirtiéndoles sobre la eventualidad de que, en definitiva, se deniegue la
declaración del menor como susceptible de ser adoptado. 465

Los menores cuyo cuidado personal se confíe a quienes hayan manifestado


al tribunal su voluntad de adoptarlos serán causantes de asignación familiar, y
en esa calidad podrán acceder a los beneficios previstos en las Leyes
Nºs. 18.469 y 18.933, según el caso, y los otros que les correspondan. 466

Si hubiese procesos de protección incoados en relación con el menor, el juez


ordenará acumularlos a los autos.467

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 174. Código del Trabajo: artículos: 199 inciso
2º, 200, 201. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 9º, 12, 20, 21, 22,
39. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 15. Decreto Nº  830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).

TÍTULO III DE LA ADOPCIÓN

Párrafo Primero De la constitución de la adopción por personas residentes en


Chile

Artículo 20. Podrá otorgarse la adopción a los cónyuges chilenos o


extranjeros, con residencia permanente en el país, que tengan dos o más años
de matrimonio, que hayan sido evaluados como física, mental, psicológica y
moralmente idóneos por alguna de las instituciones a que se refiere el artículo
6º, que sean mayores de veinticinco años y menores de sesenta, y con veinte
años o más de diferencia de edad con el menor adoptado. Los cónyuges
deberán actuar siempre de consuno en las gestiones que requieran de
expresión de voluntad de los adoptantes.

El juez, por resolución fundada, podrá rebajar los límites de edad o la


diferencia de años señalada en el inciso anterior. Dicha rebaja no podrá
exceder de cinco años.
Los requisitos de edad y diferencia de edad con el menor no serán exigibles
si uno de los adoptantes fuere ascendiente por consanguinidad del adoptado.

Tampoco será exigible el mínimo de años de duración del matrimonio,


cuando uno o ambos cónyuges estén afectados de infertilidad.

En todo caso, no podrá concederse la adopción a los cónyuges respecto de


los cuales se haya declarado la separación judicial, mientras ésta subsista. En
su caso, la reconciliación deberá acreditarse conforme lo dispone la Ley de
Matrimonio Civil. 468

Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 122. Código de Procedimiento Civil: artículo 174. Ley
Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999: artículo 6º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 32, 38 a 41. Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº  19.620 sobre Adopción de Menores,D.O.  18.03.2000: artículos 10, 32. Decreto Nº  830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).

825. De la exigencia de duración del matrimonio de los adoptantes. En


Jurisprudencia: 
cuanto a la finalidad de esta exigencia, la E  Corte Suprema ha asumido la opinión de la
xcma.

doctrina: "Que el requisito de duración mínima de vida matrimonial, previsto en la norma


transcrita respecto de quienes aspiran a adoptar un niño, niña o adolescente
'desamparado', en conformidad a la ley actualmente vigente, responde,
fundamentalmente, a la finalidad de que el hogar al cual se pretende incorporarlo, tenga la
estabilidad suficiente para procurarle los cuidados que éste no tuvo en su familia de
origen y que satisfagan sus necesidades espirituales y materiales. Además, se dice,
supone un tiempo razonable en que la pareja podrá haber comprobado que no podrá
concebir descendencia de manera natural (Corral Talciani, Hernán, Adopción y Filiación
Adoptiva, Editorial Jurídica, año 2002, pág. 197)" (C. Suprema, 5-X-2016, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6915/2016, Rol Nº 25876-2016). 826. De la exigencia de
duración del matrimonio y de su interpretación sistemática. A la luz del interés
superior del niño, y de la finalidad de esta exigencia, entendida como garantía de
estabilidad del hogar al que se integrará el adoptado, la E  Corte Suprema ha entendido
xcma.

que ha de interpretarse como exigencia de estabilidad de la familia adoptante, lo que


permite que se acceda a la adopción aunque no se hubiera cumplido ese mínimo de dos
años: "[Si bien, en la especie, la vida matrimonial no alcanza a completar el tiempo
previsto en la norma, al encontrarse acreditado que ésta ha sido precedida por una
extensa convivencia de la pareja que supera ampliamente el plazo legal se cumple con la
finalidad anotada, desde que esa circunstancia permite colegir que la unión de los
solicitantes está dotada de la consistencia necesaria para satisfacer las necesidades de la
adolescente y da garantías de estabilidad y seguridad para el goce de sus derechos. Ello,
no sólo porque la convivencia tuvo una larga duración, sino, además, porque el hecho que
dicha unión haya devenido, después de ese extenso período (9 años), en un matrimonio,
supone la existencia de un compromiso y disposición mayor de ambos cónyuges, que
permite proyectar la perdurabilidad del vínculo y elimina el temor de que no estén
calificados para dar estabilidad a la adolescente. Por otra parte, tratándose de una
'adopción de integración', como se denomina aquella en que la niña/o o adolescente está
desamparada sólo respecto de uno de sus progenitores, ya que el otro la mantiene a su
cuidado y la ha insertado en el hogar que ha formado con su cónyuge, el que no obstante
no ser el padre o madre biológico, la trata como tal, resulta acertado atender a la finalidad
de la norma, ya que de esa manera se le otorga la posibilidad de sancionar jurídicamente
dicha relación filial de hecho, lo que va en beneficio del interés de la adolescente. Noveno:
Que, cabe agregar que, a la luz de lo dispuesto en el artículo 22 del Código Civil, la
interpretación de la norma en estudio obliga a examinar el contexto de la ley de adopción,
para verificar la debida correspondencia y armonía entre todas sus partes. En tal sentido,
resulta útil establecer que la Ley Nº 19.620, en el inciso final del artículo 22, prevé la
posibilidad de que se otorgue la adopción si, después de iniciada la tramitación, ha sido
declarada la separación judicial o el divorcio, siempre que convenga al interés superior del
adoptado. En efecto, si se considera que la adopción puede prosperar aún en la hipótesis
de que los solicitantes lleven una vida separada, e incluso una vez disuelto el vínculo, no
se ve cómo podría limitarse la interpretación en la situación que nos ocupa, desde que
pareciera que la estabilidad en aquellos casos no estaría dada, necesariamente, por la
existencia del matrimonio o de una convivencia matrimonial, debiendo dársele
preeminencia al interés superior del niño, niña o adolescente" (C. Suprema, 5-X-2016,
cons. 8º y 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/6915/2016, Rol Nº 25876-2016). 827. De los
límites de edad respecto de los adoptantes y del "interés superior del adoptado". La
E  Corte Suprema ha entendido que los límites de edad que norma este artículo están
xcma.

establecidos en función del "interés superior del adoptado": "Que para un adecuado
entendimiento del asunto propuesto, cabe tener presente que la causa se inició por una
petición por la cual los recurrentes solicitaron que se ordenara al Servicio Nacional de
Menores que los incluyera o los autorice para participar en el proceso técnico de
evaluación de idoneidad, establecido en el artículo 7º de la Ley Nº 19.620, puesto que no
fueron incluidos porque uno supera los 60 años de edad. Quinto: Que el artículo 1º de la
Ley Nº 19.620 reconoce la adopción como una institución que tiene por objeto velar por el
interés superior del niño, entendiendo que se cumple en la medida que se ampare su
derecho a vivir y desarrollarse en el seno de una familia que le brinde cuidados y afecto,
en el caso que su familia de origen esté impedida de hacerlo. Sin embargo, el artículo 20
del mismo cuerpo legal establece límites de edad respecto de los adoptantes,
señalándose que deben ser mayores de 25 y menores de 60 años de edad. Sexto: Que
dicha limitación etaria debe interpretarse también a partir de los principios inspiradores de
la ley en comento, la cual, en el contexto del interés superior del niño, busca amparar el
derecho de los niños incorporados a una familia adoptiva, a desarrollarse en el seno de
una que le brinde todos los cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades espirituales
y materiales. En tal entendido, la limitación de edad responde a la búsqueda de la
garantía plena del interés superior del niño, y su redacción no permite la flexibilidad
alegada" (C. Suprema, 18 de mayo de 2015, cons. 4º, 5º, 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2876/2015, Rol Nº 3796-2015).

Artículo 21. En caso de que no existan cónyuges interesados en adoptar a


un menor que cumplan con todos los requisitos legales o que sólo les falte el
de residencia permanente en Chile, podrá optar como adoptante una persona
soltera, divorciada o viuda, con residencia permanente en el país, respecto de
quien se haya realizado la misma evaluación y que cumpla con los mismos
rangos de edad y de diferencia de edad con el menor que se pretende
adoptar.469

Este interesado deberá, además, haber participado en alguno de los


programas de adopción a que se refiere el artículo 7º.
Si hubiere varios interesados solteros o viudos que reúnan similares
condiciones, el tribunal preferirá a quien sea pariente consanguíneo del menor,
y en su defecto, a quien tenga su cuidado personal.

Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de
Menores,D.O.  5.08.1999: artículo 7º. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil,D.O.  17.05.2004: artículos 50
inciso 1º, 59 inciso 2º.

Artículo 22. Siempre que concurran los demás requisitos legales, podrá


otorgarse la adopción al viudo o viuda, si en vida de ambos cónyuges se
hubiere iniciado la tramitación correspondiente o, no habiéndose iniciado ésta,
el cónyuge difunto hubiere manifestado su voluntad de adoptar conjuntamente
con el sobreviviente. En estos casos, la adopción se entenderá efectuada por
ambos cónyuges, desde la oportunidad a que se refiere el inciso segundo del
artículo 37.

La voluntad del cónyuge difunto deberá probarse por instrumento público,


por testamento o por un conjunto de testimonios fidedignos que la establezcan
de modo irrefragable. No bastará la sola prueba de testigos.

Los cónyuges que hubieren iniciado la tramitación de una adopción, podrán


solicitar que ésta se conceda aun después de declarada su separación judicial
o el divorcio, si conviene al interés superior del adoptado. 470

Concordancias: Código Civil: artículos 999, 1699. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de
Menores,D.O.  5.08.1999: artículos 1º, 37 inciso 2º. Ley Nº  19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 32, 59.

Párrafo Segundo De la competencia y el procedimiento de adopción

Artículo 23. Será competente para conocer de la adopción el juez de letras,


con competencia en materias de familia, del domicilio del menor. 471

Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 2º de la presente ley, la adopción


tendrá el carácter de un procedimiento no contencioso, en el que no será
admisible oposición.472

La solicitud de adopción deberá ser firmada por todas las personas cuya
voluntad se requiera según lo dispuesto por los artículos 20, 21 y 22. 473

A la solicitud deberán acompañarse los siguientes antecedentes:


1. Copia íntegra de la inscripción de nacimiento de la persona que se
pretende adoptar.

2. Copia autorizada de la resolución judicial que declara que el menor puede


ser adoptado, dictada en virtud del artículo 8º, letras a) o c); o certificados que
acrediten las circunstancias a que se refiere la letra b) del artículo 8º, en su
caso. Este inciso fue reemplazado por el artículo 125, Nº 9, letra b), de la Ley
Nº 19.968, publicada en el Diario Oficial de 30 de agosto de 2004. 474

3. Informe de evaluación de idoneidad física, mental, psicológica y moral del


o los solicitantes, emitido por alguna de las instituciones aludidas en el artículo
6º.

En caso de que dos o más menores que se encuentren en situación de ser


adoptados sean hermanos, el tribunal procurará que los adopten los mismos
solicitantes.

Si distintas personas solicitan la adopción de un mismo menor, las


solicitudes deberán acumularse, a fin de ser resueltas en una sola sentencia. 475

Concordancias: Código Civil: artículo 41. Código de Procedimiento Civil: artículo 817. Ley Nº  19.620,
sobre Adopción de Menores, D.O.  5.08.1999: artículos 2º, 6º, 8º, 13 inciso 3º, 20, 21, 22. Ley Nº 19.968,
crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 13. Decreto Nº  944, Min. de Justicia,
Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de Menores, D.O.  18.03.2000: artículo 6º letra d).
Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990:
artículo 21 letra a).

Artículo 24. Recibida por el tribunal la solicitud de adopción, la acogerá a


tramitación una vez verificado el cumplimiento de los requisitos legales. En la
misma resolución ordenará agregar los antecedentes del proceso previo de
susceptibilidad para la adopción y citará a los solicitantes, con sus
antecedentes de idoneidad y medios de prueba, a la audiencia preparatoria,
que se llevará a cabo entre los cinco y los diez días siguientes. Se deberá,
asimismo, citar al menor, en su caso.

Si en base a los antecedentes expuestos se acreditan las ventajas y


beneficios que la adopción le reporta al menor, podrá resolver en la misma
audiencia. En caso contrario, decretará las diligencias adicionales que estime
necesarias, a ser presentadas en la audiencia de juicio, la que se realizará
dentro de los quince días siguientes. Las diligencias no cumplidas a la fecha de
realización de la audiencia se tendrán por no decretadas y el tribunal procederá
a dictar sentencia, sin más trámite.

Si los solicitantes no tienen el cuidado personal del menor, deberán


solicitarlo conjuntamente con la adopción, procediendo el juez a resolver en la
audiencia preparatoria, pudiendo disponer las diligencias que estime
pertinentes para establecer la adaptación a su futura familia.

El juez, en cualquier etapa del procedimiento, podrá poner término al


cuidado personal del menor por los interesados, cuando así lo estime
necesario para el interés superior de aquél. En todo caso, cesará de pleno
derecho si el tribunal denegare la solicitud de adopción, de lo que se dejará
constancia en la misma sentencia, la cual dispondrá además la entrega del
menor a quien confíe su cuidado en lo sucesivo. 476

Concordancias: Código del Trabajo: artículos 199 inciso 2º, 200, 201. Ley Nº  19.620, sobre Adopción
de Menores,  D.O.  5.08.1999: artículos 1º, 3º, 22 inciso 3º. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 12, 21 letra a).

Artículo 25. La sentencia se notificará por cédula a los solicitantes, en el


domicilio que conste en el proceso, salvo que sea posible efectuar la
notificación en forma personal en la audiencia respectiva. 477

En contra de esta sentencia procederá el recurso de apelación, el que


gozará de preferencia para su vista y fallo, y se tramitará de acuerdo a las
reglas de los incidentes.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 48, 82.

Artículo 26. La sentencia que acoja la adopción, ordenará:

1. Que se oficie a la Dirección Nacional del Registro Civil e Identificación y a


cualquier otro organismo público o privado, solicitando el envío de la ficha
individual del adoptado y de cualquier otro antecedente que permita su
identificación, los que serán agregados al proceso. 478

2. Que se remitan los antecedentes a la Oficina del Registro Civil e


Identificación del domicilio de los adoptantes, a fin de que se practique una
nueva inscripción de nacimiento del adoptado como hijo de los adoptantes.
Esta inscripción deberá practicarse a requerimiento de uno o ambos
adoptantes o por un tercero a su nombre.479

Cuando se acoja la adopción de dos o más personas y la diferencia de edad


entre ellas fuere inferior a doscientos setenta días, la sentencia, al precisar la
fecha de nacimiento de cada uno, cuidará de que exista entre sus fechas de
nacimiento el plazo referido. Lo mismo se hará cuando igual situación se
presente entre el o los adoptados y los hijos de los adoptantes, procurando en
estos casos que exista la diferencia mínima de edad mencionada. Si la
diferencia de edad entre los adoptados o entre éstos y los hijos de los
adoptantes es muy pequeña, podrá establecerse como fecha de nacimiento la
misma, de modo que aparezcan nacidos en el mismo día. En caso de que el
menor haya nacido antes del matrimonio de los adoptantes, el juez,
prudencialmente, podrá establecer como fecha del nacimiento una que concilie
la edad que aparente el menor con la posibilidad de que hubiese sido
concebido por los adoptantes. Estas normas no se aplicarán cuando los
solicitantes hubieren renunciado a la reserva del artículo 28, salvo que
hubieren pedido expresamente en la solicitud de adopción que se apliquen.

La nueva inscripción de nacimiento del adoptado contendrá las indicaciones


que señala el artículo 31 de la Ley Nº 4.808.

3. Que se cancele la antigua inscripción de nacimiento del adoptado,


tomándose las medidas administrativas conducentes a mantener en reserva su
anterior identidad.

4. Que se oficie al Servicio Nacional de Menores, si el adoptado o los


adoptantes figuraren en los registros a que se refiere el artículo 5º, a fin de que
proceda a eliminarlos de ellos.

5. Que se oficie, cuando corresponda, al Ministerio de Educación, a fin de


que se eliminen del registro curricular los antecedentes relativos al menor de
edad adoptado y se incorpore otro registro de acuerdo a la nueva identidad de
éste.480

Concordancias: Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil,  D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 3º número 1º, 31. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e
Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º número 2. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 5º, 28, 39. Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº  19.620 sobre Adopción de Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 4º inciso 3º.

Artículo 27. La Dirección Nacional del Servicio de Registro Civil e


Identificación recibirá los antecedentes del oficial del Registro Civil que haya
practicado la inscripción de la adopción.481

Cumplida dicha diligencia, la Dirección los enviará al Jefe del Archivo


General del Servicio de Registro Civil e Identificación, quien los mantendrá bajo
su custodia en sección separada, de la cual sólo podrán salir por resolución
judicial. Podrán únicamente otorgarse copias de la sentencia o de los
antecedentes de adopción por resolución judicial, a pedido del adoptado, de los
adoptantes o de los ascendientes y descendientes de éstos. Si los peticionarios
no son los adoptantes, la autorización se concederá siempre previa citación de
éstos, salvo que se acredite su fallecimiento.482

Para este efecto, cualquier interesado mayor de edad y plenamente capaz


que tenga antecedentes que le permitan presumir que fue adoptado podrá
solicitar personalmente al Servicio de Registro Civil e Identificación que le
informe si su filiación tiene ese origen.
Concordancias: Código Civil: artículo 26. Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº  19.620 sobre Adopción de Menores,  D.O.  18.03.2000: artículos 3º inciso 2º, 6 letra h), 30, 39.
Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990:
artículos 7.1, 8.1. Decreto Nº  1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,  D.O.  4.10.1999: artículos 30, 31.

Artículo 28. Todas las tramitaciones, tanto judiciales como administrativas


y la guarda de documentos a que dé lugar la adopción, serán reservadas, salvo
que los interesados en su solicitud de adopción hayan requerido lo contrario.
En este caso, en la sentencia se dejará constancia de ello y no será aplicable
lo dispuesto en la parte primera de este artículo.

No obstará a la reserva las certificaciones que pidan al tribunal los


solicitantes, durante la tramitación del proceso, a fin de impetrar derechos que
les correspondan o realizar actuaciones en beneficio del menor que tienen bajo
su cuidado personal.

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 26 número 2


inciso 2º, 39. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 15. Decreto Nº  944,
Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de Menores,  D.O.  18.03.2000:
artículo 33.

Párrafo Tercero De la constitución de la adopción por personas no residentes en Chile483

Artículo 29. La adopción de un menor por personas no residentes en Chile


se constituirá de acuerdo al procedimiento establecido en el Párrafo Segundo
de este Título y se sujetará, cuando corresponda, a las Convenciones y a los
Convenios Internacionales que la regulen y que hayan sido ratificados por
Chile.484

Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letras b), c) d) y e). Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre protección del niño y cooperación en materia de adopción
internacional,D.O.  4.10.1999: artículos 14 a 22.

Artículo 30. La adopción de que trata este Párrafo sólo procederá cuando


no existan matrimonios chilenos o extranjeros con residencia permanente en
Chile interesados en adoptar al menor y que cumplan los requisitos legales.
Corresponderá al Servicio Nacional de Menores certificar esta circunstancia,
sobre la base de los registros señalados en el artículo 5º.
Con todo, el juez podrá acoger a tramitación la solicitud de adopción de un
menor presentada por un matrimonio no residente en Chile, aun cuando
también estén interesadas en adoptarlo personas con residencia permanente
en el país, si median razones de mayor conveniencia para el interés superior
del menor, que expondrá fundadamente en la misma resolución.

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999: artículo 5º. Decreto
Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 27. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre
los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra b).

Artículo 31. Sólo podrá otorgarse la adopción regulada en este Párrafo a los


cónyuges no residentes en Chile, sean nacionales o extranjeros, que cumplan
con los requisitos señalados en los artículos 20, incisos primero, tercero y
cuarto, y 22.

La identidad de los solicitantes podrá acreditarse mediante un certificado


otorgado por el consulado de Chile en el país respectivo, sujeto, en todo caso,
a ratificación ante el tribunal una vez que debiesen comparecer personalmente
los solicitantes conforme lo dispone el inciso primero del artículo 35 de la
presente ley.485

La solicitud de adopción, en todos los casos regulados por este párrafo,


deberá ser patrocinada por el Servicio Nacional de Menores o un organismo
acreditado ante éste.486

Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999: artículos 5º, 6º, 20
incisos 1º, 3º y 4º, 22, 35 inciso 1º. Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620
sobre Adopción de Menores,  D.O.  18.03.2000: artículo 28. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra b).

Artículo 32. Los matrimonios no residentes en Chile, interesados en la


adopción, deberán presentar con su solicitud de adopción, autenticados,
autorizados y legalizados, según corresponda, y traducidos al castellano, los
siguientes antecedentes:

1. Certificado de nacimiento de los solicitantes.

2. Certificado de matrimonio de los solicitantes.

3. Copia íntegra de la inscripción de nacimiento de la persona que se


pretende adoptar.

4. Copia autorizada de la resolución judicial que declara que el menor puede


ser adoptado, dictada en virtud del artículo 8º, letras a) o c); o certificados que
acrediten las circunstancias a que se refiere la letra b) del artículo 8º, en su
caso.487
5. Certificado expedido por el cónsul chileno de profesión u honorario, si lo
hubiere, en que conste que los solicitantes cumplen con los requisitos para
adoptar según la ley de su país de residencia o, en su defecto, otro instrumento
idóneo que permita al tribunal formarse esa convicción.

6. Certificado de la autoridad de inmigración del país de residencia de los


solicitantes en que consten los requisitos que el menor adoptado debe cumplir
para ingresar en el mismo.

7. Certificado autorizado por el organismo gubernamental competente del


país de residencia de los solicitantes, si lo hubiere o, en caso contrario, otro
instrumento idóneo para formar la convicción del tribunal, en que conste la
legislación vigente en aquel país en relación con la adopción así como acerca
de la adquisición y pérdida de la nacionalidad del futuro adoptado.

8. Informe social favorable emitido por el organismo gubernamental o privado


acreditado que corresponda del país de residencia de los solicitantes, si lo
hubiere, o en su defecto, otros antecedentes que acrediten esta materia a
satisfacción del tribunal.

9. Certificados que comprueben, a satisfacción del tribunal, la salud física y


mental de los solicitantes, otorgados por profesionales competentes del país de
residencia de los solicitantes.488

10. Informe sicológico, otorgado por profesionales competentes del país de


residencia de los solicitantes.489

11. Antecedentes que acrediten la capacidad económica de los


solicitantes.490

12. Fotografías recientes de los solicitantes. 491

13. Tres cartas de honorabilidad de los solicitantes, otorgadas por


autoridades o personas relevantes de la comunidad en su país de residencia. 492

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999: artículos 8º, 33. Decreto
Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 11 inciso final. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letras b) y c). Decreto Nº  1.215,
Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en materia de adopción
internacional, D.O. 4.10.1999: artículos 4º, letra c), 5º.

Artículo 33. El tribunal no acogerá a tramitación la solicitud de adopción que


no acompañe los documentos mencionados en el artículo anterior. 493

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículo 32.


Artículo 34. Será competente para conocer de la adopción de que trata este
párrafo el juez de letras de menores correspondiente al domicilio del menor o
de la persona o entidad a cuyo cuidado se encuentre.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 13.

Artículo 35. Los solicitantes deberán comparecer personalmente ante el


juez cuando éste lo estime necesario, lo que dispondrá a lo menos en una
oportunidad durante el curso del proceso.

En los casos del inciso primero del artículo 19 y del inciso tercero del artículo
24, el juez podrá autorizar que el menor que se pretende adoptar quede al
cuidado de uno de los solicitantes, pero no podrá salir del territorio nacional sin
autorización del tribunal.

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículos 19 inciso 1º, 24
inciso 3º.

Artículo 36. Para los efectos de lo dispuesto en los artículos 26, números 1,


2 y 3, y 27, se remitirá el expediente a la oficina del Servicio de Registro Civil e
Identificación de la comuna de Santiago.

Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O.  5.08.1999: artículos 26 números 2 y


3, 27.

Párrafo Cuarto De los efectos de la adopción y de su expiración

Artículo 37. La adopción confiere al adoptado el estado civil de hijo de los


adoptantes, con todos los derechos y deberes recíprocos establecidos en la
ley, y extingue sus vínculos de filiación de origen, para todos los efectos civiles,
salvo los impedimentos para contraer matrimonio establecidos en el artículo 5º
de la Ley de Matrimonio Civil, los que subsistirán. Para este efecto, cualquiera
de los parientes biológicos que menciona esa disposición podrá hacer presente
el respectivo impedimento ante el Servicio de Registro Civil e Identificación
desde la manifestación del matrimonio y hasta antes de su celebración, lo que
dicho Servicio deberá verificar consultando el expediente de adopción.

La adopción producirá sus efectos legales desde la fecha de la inscripción de


nacimiento ordenada por la sentencia que la constituye.
Concordancias: Código Civil: artículos 33, 179 inciso 2º. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 22 inciso 1º, 45 inciso 3. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 5º, 6º inciso 2º.

Artículo 38. La adopción es irrevocable. Con todo, el adoptado, por sí o por


curador especial, podrá pedir la nulidad de la adopción obtenida por medios
ilícitos o fraudulentos.

La acción de nulidad prescribirá en el plazo de cuatro años contado desde la


fecha en que el adoptado, alcanzada su plena capacidad, haya tomado
conocimiento del vicio que afecta a la adopción.

Conocerá de la acción de nulidad el juez con competencia en materias de


familia del domicilio o residencia del adoptado, en conformidad al
procedimiento ordinario previsto en la ley que crea los juzgados de familia. 494

Concordancias: Código Civil: artículos 26, 189 inciso 2º, 345, 494, 495. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 3º número 4º.
Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 4º, 45 inciso final. Ley Nº 19.968,
crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 17.

TÍTULO IV DE LAS SANCIONES

Artículo 39. El funcionario público que revele antecedentes de que tenga


conocimiento en razón de su cargo y que de acuerdo a esta ley son reservados
o permita que otro los revele, será sancionado con la pena de suspensión del
empleo en sus grados mínimo a medio y multa de seis a veinte unidades
tributarias mensuales.

En caso de reiteración de la conducta señalada en el inciso anterior, la pena


será la de inhabilitación absoluta para cargos u oficios públicos en cualquiera
de sus grados y multa de veintiuna a treinta unidades tributarias mensuales. La
misma pena se aplicará si en razón de la revelación se ocasionare grave daño
al menor o a sus padres biológicos o adoptivos.

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículos 19 inciso 1º, 26
número 3, 27 inciso 2º, 28, 40.

Artículo 40. El que, sin hallarse comprendido en el artículo anterior, revelare


los mismos antecedentes teniendo conocimiento de su carácter de reservados,
será castigado con pena de multa de seis a veinte unidades tributarias
mensuales.

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículo 39.


Artículo 41. El que, con abuso de confianza, ardid, simulación, atribución de
identidad o estado civil u otra condición semejante, obtuviere la entrega de un
menor para sí, para un tercero o para sacarlo del país, con fines de adopción,
será sancionado con la pena de presidio menor en cualquiera de sus grados y
multa de diez a veinte unidades tributarias mensuales.

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículo 44.

828. De los supuestos en los que se configuran los elementos típicos de


Jurisprudencia: 
atribución de "otra condición semejante" y "ardid". En un caso concreto se ha
declarado que: "Del atento análisis del hecho que se tuvo por probado, aparece que la
intervención de la acusada fue justamente, la que motivó la entrega de los niños y tal
como en aquél se aprecia, la imputada se hizo pasar por asistente social de un Juzgado
de Menores, lo que constituye la 'atribución de otra condición semejante', que propició su
llegada a las madres, a quienes además —según también se lee del presupuesto fáctico
establecido— ofreció dinero y regalías, que en el caso concreto se traducen en el hecho
de haberles ofrecido su propia casa para que se quedaran en ella antes del parto,
trasladando a las madres hasta el hospital y luego yéndolas a buscar. Con ello también
creó un ardid y abusó de la confianza puesta en las mujeres" (C. Suprema, 8 de
septiembre de 2008, Nº LegalPublishing: 39874). 829. Se configura el supuesto de este
artículo cuando se entrega el cuidado de un menor a un matrimonio de extranjeros
sin intención de retomar el cuidado personal. Así se ha declarado que: "[E]ntregar el
cuidado personal de su hijo a un matrimonio extranjero para que se hiciera cargo de su
crianza, sin tener la intención de retomar su cuidado con posterioridad sino solo de
visitarlo en dicho país, cuestión que no se condice con la entrega del cuidado personal de
un hijo a un tercero, sino más bien, con darle a éste el derecho a criar y educar al menor,
evadiendo los trámites propios de una adopción internacional. 3º) Que atendida la
diferencia entre la voluntad real y aquella declarada, en cuanto a la finalidad de la entrega
del cuidado del niño y su autorización para salir del país en compañía de terceros, se
configura una simulación, en los términos que refiere el tipo penal del artículo 41 de la Ley
Nº 19.620" (C. Apelaciones de Santiago, 29 de enero de 2013, cons. 2º y 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/242/2013).

Artículo 42. El que solicitare o aceptare recibir cualquier clase de


contraprestación por facilitar la entrega de un menor en adopción, será
sancionado con la pena de presidio menor en su grado mínimo a medio y multa
de diez a quince unidades tributarias mensuales.

El funcionario público que incurriere en alguna de las conductas descritas en


el presente artículo será sancionado de conformidad al inciso anterior, si no le
correspondiere una pena superior de conformidad a lo dispuesto en los
Párrafos 4º y 9º del Título V del Libro II del Código Penal.

Concordancias: Código Penal: artículos 223 a 232, 248 a 251. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 43, 44. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990: artículo 21 letra d). Decreto Nº  1.215, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en materia de adopción
internacional, D.O. 4.10.1999: artículos 8º, 32.
Artículo 43. Lo dispuesto en el artículo anterior no será aplicable a aquellas
personas que legítimamente solicitaren o aceptaren recibir una
contraprestación por servicios profesionales que se presten durante el curso de
los procedimientos regulados en esta ley, sean éstos de carácter legal, social,
psicológico, psiquiátrico, u otros semejantes.

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999: artículo 42. Decreto
Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990: artículo
21 letra d). Decreto Nº  1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,  D.O.  4.10.1999: artículos 8º, 32.

Artículo 44. Las penas contempladas en los artículos 41 y 42 se


aumentarán en un grado si el delito fuere cometido por autoridad, empleado
público, abogado, médico, matrona, enfermera, asistente social o por el
encargado, a cualquier título, del cuidado del menor, cuando ejecutaren las
conductas que allí se sancionan abusando de su oficio, cargo o profesión.

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 41 y 42.


Decreto Nº  1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en
materia de adopción internacional,  D.O.  4.10.1999: artículos 8º, 32.

DISPOSICIONES FINALES

Artículo 45. Deróganse las Leyes Nºs. 7.613 y 18.703 y los artículos 26,


número 5, y 39 de la Ley Nº 16.618.

Los que tengan la calidad de adoptante y adoptado conforme a la Ley


Nº 7.613 o a las reglas de la adopción simple contemplada en la Ley
Nº 18.703, continuarán sujetos a los efectos de la adopción previstos en las
respectivas disposiciones, incluso en materia sucesoria.

No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, esos adoptantes y adoptados,


cualquiera sea su edad, podrán acordar que se les apliquen los efectos que
establece el artículo 37, inciso primero, de esta ley, si se cumplen los
siguientes requisitos:

a) El pacto deberá constar en escritura pública, que suscribirán el o los


adoptantes y el adoptado, por sí mismo o por curador especial, según el caso.
Si la adopción se otorgó conforme a la Ley Nº 7.613, además deberán prestar
su consentimiento las otras personas que señala su artículo 2º, y, en el caso de
la adopción simple establecida en la Ley Nº 18.703, las personas casadas no
divorciadas requerirán el consentimiento de su respectivo cónyuge;
b) El pacto se someterá a la aprobación del juez competente, la que se
otorgará luego de que se realicen las diligencias que el tribunal estime
necesarias para acreditar las ventajas para el adoptado. Tales diligencias, en el
caso de la adopción regulada por la Ley Nº 7.613, contemplarán
necesariamente la audiencia de los parientes a que se refiere el inciso primero
de su artículo 12, si los hay; y, tratándose de la adopción simple que norma la
Ley Nº 18.703, la audiencia de los padres del adoptado siempre que ello sea
posible, y

c) La escritura pública y la resolución judicial que apruebe el pacto deberán


remitirse a la oficina correspondiente del Servicio de Registro Civil e
Identificación, a fin de que se practique una nueva inscripción de nacimiento
del adoptado como hijo del o de los adoptantes, y sólo desde esa fecha
producirán efecto respecto de las partes y de terceros. 495

Se aplicará a la adopción constitutiva de estado civil así obtenida el artículo


38 de esta ley, con la salvedad de que, además del adoptado, podrán solicitar
su declaración de nulidad las personas que tengan actual interés en ella, en el
cuadrienio que empezará a computarse desde la inscripción practicada en el
Registro Civil. 496

Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por


D.F.L.Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 3º. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999:
artículos 37 y 38.

Artículo 46. Introdúcense las siguientes modificaciones al Decreto con


Fuerza de Ley Nº 150, de 1982, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social:

1. Sustitúyense la coma y la conjunción "y" colocadas al final de la letra


e) del artículo 2º, por un punto y coma (;).

2. Sustitúyese el punto aparte (.) colocado al final de la letra f) del artículo 2º


por una coma (,) seguida de la conjunción "y".

3. Agrégase la siguiente letra g) nueva al artículo 2º: "g) Las personas


naturales que tengan menores a su cargo en virtud de lo establecido en el
Nº 4º del artículo 29 de la Ley Nº 16.618.".

4. Sustitúyense la coma (,) y la conjunción "y" colocadas al final de la letra


e) del artículo 3º, por un punto y coma (;).

5. Sustitúyese el punto aparte (.) colocado al final de la letra f) del artículo 3º


por una coma (,) seguida de la conjunción "y".

6. Agrégase la siguiente letra g) nueva al artículo 3º: "g) Los menores, en los


mismos términos que establece la letra b) de este artículo, que hubiesen sido
confiados al cuidado de personas naturales en virtud de lo establecido en el
Nº 4º del artículo 29 de la Ley Nº 16.618.".

7. Agrégase al artículo 8º el siguiente inciso segundo: "Las personas a que


se refiere la letra g) del artículo 2º ejercerán el referido derecho ante los
organismos indicados en el artículo 27, y, en caso de no estar afectas a ellos,
lo ejercerán en los términos señalados en el inciso primero de este artículo".

Artículo 47. Esta ley entrará en vigor simultáneamente con la Ley Nº 19.585,


que modifica el Código Civil en lo relativo a filiación. En consecuencia, las
causas que comenzaren a tramitarse con posterioridad a la entrada en vigencia
de la presente ley, se sujetarán a sus disposiciones. 497

Artículo primero transitorio. El Director Nacional del Servicio Nacional de


Menores podrá otorgar provisoriamente, hasta por dos años, la calidad de
organismo acreditado ante ese Servicio a personas jurídicas o establecimientos
que no estén constituidos como corporaciones o fundaciones, siempre que se
encuentren desempeñando actividades relacionadas con la adopción a la fecha
de entrada en vigencia de esta ley y cumplan los demás requisitos señalados
en el inciso segundo del artículo 6º. En estos casos se aplicará también lo
dispuesto en los restantes incisos del mismo artículo 6º. 498

Artículo segundo transitorio. Las causas que hubieren comenzado a


tramitarse con anterioridad a la entrada en vigencia de esta ley, continuarán
substanciándose por el procedimiento establecido en las Leyes Nºs. 7.613 y
18.703, hasta su completa tramitación, ante el mismo tribunal que estaba
conociendo de ellas. Quienes adquieran la calidad de adoptante y adoptado en
dichas causas se sujetarán a lo previsto en los incisos segundo, tercero y
cuarto del artículo 45.
499-500

Habiéndose cumplido con lo establecido en el Nº 1º del artículo 82 de la


Constitución Política de la República y por cuanto he tenido a bien aprobarlo y
sancionarlo; por tanto promúlguese y llévese a efecto como Ley de la
República.

Santiago, 26 de julio de 1999.- Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Presidente de la


República.- María Soledad Alvear Valenzuela, Ministra de Justicia.
G. DECRETO Nº 944 REGLAMENTO DE LA LEY Nº 19.620 QUE
DICTA NORMAS SOBRE ADOPCIÓN DE MENORES
Publicado en el Diario Oficial de 18 de marzo de 2000

Santiago, 18 de noviembre de 1999.- Hoy se decretó lo que sigue:

Núm. 944.- Visto: Lo dispuesto en el artículo 32, Nº 8 de la Constitución


Política de la República; lo prescrito en los artículos 5º, 6º, 7º, 12, 14, 19, 20,
21 y 29 al 36 de la Ley Nº 19.620, y lo contemplado en los artículos 3º, 8º, 15 y
16 del Decreto Ley Nº 2.859, de 1979, y artículos 9º y 12 de la Convención
sobre Protección del Niño y Cooperación en Materia de Adopción Internacional,
y

Considerando:

1.- Que teniendo en vista la necesidad de readecuar la legislación nacional


que regulaba la adopción en Chile, en atención a las exigencias y
concepciones que vienen señaladas en la Convención Internacional de los
Derechos del Niño, instrumento que fuere ratificado por nuestro país con fecha
13 de agosto de 1990 y publicado en el Diario Oficial con fecha 27 de
septiembre de 1990, se ha reemplazado la legislación aplicable a la materia,
mediante la dictación de la Ley Nº 19.620;

2.- Que dicha ley ha sido publicada en el Diario Oficial el 5 de agosto del
mismo año;

3.- Que el nuevo cuerpo legal habilita al Servicio Nacional de Menores para
desarrollar diversas funciones en carácter técnico y auxiliares a la labor que
deben desempeñar los Tribunales de Justicia en esta materia, particularmente
en lo relativo a la mantención de registros, desarrollo de programas de
adopción, patrocinio de solicitudes de adopción e intervención judicial de
carácter pericial;

4.- Que se ha previsto que dichas funciones puedan ser desarrolladas


directamente por el Servicio Nacional de Menores como también por
instituciones especialmente acreditadas para ello, y

5.- Que diversas normas contenidas en la Ley, referidas a las funciones


antes señaladas y al proceso de acreditación de instituciones para el fin de
desarrollar programas de adopción, requieren de un adecuado complemento
normativo en miras a precisar aspectos puntuales de su aplicación y
operatividad práctica,
Decreto:

Apruébase el siguiente texto del Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre


Adopción de Menores de Edad:

TÍTULO I DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 1º. Las disposiciones del presente Reglamento se aplicarán


considerando siempre el interés superior del niño.

Dicho interés superior considerará su realización personal, espiritual y


material, y el respeto a los derechos esenciales que emanan de la naturaleza
humana, de modo conforme a la evolución de sus facultades.

Concordancias: Código Civil: artículos 33, 222, 225, 229, 244 inciso 3º y 245. Constitución Política:
artículos 1º, 5º inciso 2º. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999: artículos 1º, 3º
inciso 2º, 22 inciso 3º, 24 inciso final, 30 inciso final. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 3º inciso 1º, 27 inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículos 16, 22 inciso 1º. Ley Nº 20.422, establece normas sobre igualdad de
oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad,D.O.  10.02.2010, artículo 10. Decreto
Nº  789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer,  D.O.  9.12.1989, artículo 16.1 letra d). Decreto Nº  830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 3º, 7.1, 9, 12, 18, 20.3,
21.

Artículo 2º. Para los efectos del desarrollo e intervención en el programa de


adopción previsto en el artículo 6º de la Ley Nº 19.620, el Servicio Nacional de
Menores actuará a través de las Unidades de Adopción de sus Direcciones
Regionales, ejerciendo su Dirección Nacional la supervisión y fiscalización de
las mismas, así como las funciones a que dé lugar la acreditación de los
organismos interesados en desarrollar el referido programa. 501

En el caso de los organismos acreditados, la supervisión de los programas


de adopción que éstos ejecuten, corresponderá a las respectivas Direcciones
Regionales del Servicio Nacional de Menores, a través de un funcionario
especializado en la materia, perteneciente a la Unidad de Adopción Regional
respectiva, quien quedará sujeto a las instrucciones emanadas de la Dirección
Nacional del Servicio, la que además ejercerá la fiscalización de los mismos. 502

No obstante, la Dirección Nacional del Servicio Nacional de Menores podrá


mantener aquellas funciones que en la práctica no sea posible cumplir a través
de sus Direcciones Regionales.
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículo 6º. Decreto
Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 6º, 7º, 9º, 11.

Artículo 3º. Las Unidades de Adopción del Servicio Nacional de Menores y


los organismos acreditados pueden brindar asesoría y apoyo al adoptado, los
adoptantes, los ascendientes y descendientes de éstos, que deseen iniciar un
proceso de búsqueda de sus orígenes.

En relación con las personas que deseen obtener información sobre su


adopción, en conformidad con lo dispuesto en el artículo 27 de la Ley
Nº 19.620 y obtengan autorización para ello, por resolución judicial, podrán ser
asesorados por el Servicio Nacional de Menores o por el organismo acreditado
que haya intervenido en su proceso de adopción, a fin de evitar la ocurrencia
de conflictos emocionales o minimizar su impacto y colaborar en el reencuentro
con su familia biológica, considerando el derecho de ésta a que se respete su
privacidad.503

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículos 6º, 27. Decreto
Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores,D.O.  18.03.2000: artículos 6º, 7º, 9º, 11.

TÍTULO II DE LOS REGISTROS DE PERSONAS INTERESADAS EN LA


ADOPCIÓN DE UN MENOR DE EDAD Y DE PERSONAS QUE PUEDEN SER
ADOPTADAS

Artículo 4º. El Servicio Nacional de Menores deberá llevar un registro de


personas postulantes a la adopción de un menor, en el que se distinguirá entre
matrimonios chilenos o extranjeros con residencia permanente en Chile; así
como las personas chilenas o extranjeras, solteras o viudas, con residencia
permanente en el país, y aquellos matrimonios nacionales o extranjeros no
residentes en Chile, que hayan sido evaluados como idóneos por el aludido
Servicio o por los organismos acreditados ante aquél. 504

Para tales efectos, dentro de los cinco primeros días de cada mes, los
organismos acreditados y las Direcciones Regionales del Servicio deberán
remitir a la Dirección Nacional del mismo, la información pertinente, conforme a
las instrucciones que sobre la materia determine dicho organismo. 505

Los postulantes serán mantenidos en los registros hasta el término del


proceso de adopción, debiendo ser eliminados de los mismos por orden
judicial. Para estos efectos, las Direcciones Regionales del Servicio, remitirán
dentro de quinto día a la Dirección Nacional, los oficios que reciban de los
tribunales en conformidad a lo dispuesto en el artículo 26 Nº 4 de la Ley
Nº 19.620.506

Por su parte, los organismos acreditados y las referidas Unidades de


Adopción, deberán conservar información relativa a aquellas personas que
abandonen el proceso de postulación o resulten desaprobadas, temporal o
definitivamente, como eventuales padres adoptivos. 507

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 5º, 26 número


4.

Artículo 5º. Asimismo, el Servicio Nacional de Menores deberá llevar un


registro de menores que pueden ser adoptados, el que se formará sobre la
base de las sentencias que declaren la susceptibilidad para la adopción de los
mismos, de acuerdo con los procedimientos contemplados en los artículos 9º y
13 y siguientes de la Ley Nº 19.620, según lo previsto en los incisos finales de
los artículos 9º y 17 de dicho cuerpo legal.508

1) Eliminado.509

2) Eliminado.510

A este registro le será aplicable lo dispuesto en el inciso tercero del artículo


precedente.

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 5º, 9º inciso


final, 13, 17 inciso final. Decreto Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre
Adopción de Menores,  D.O.  18.03.2000: artículo 4º inciso 3º.

TÍTULO III DE LOS PROGRAMAS DE ADOPCIÓN

Artículo 6º. El programa de adopción es el conjunto de actividades


tendientes a procurar al menor una familia responsable, las que serán
realizadas por el Servicio Nacional de Menores y los organismos acreditados
ante éste a través de profesionales expertos y habilitados en esta área y
deberán comprender, a lo menos, las siguientes:

a) Apoyo y orientación a la familia de origen del menor;

b) Recepción y cuidado del menor;


c) Evaluación técnica de los solicitantes desde el punto de vista físico,
mental, psicológico y moral;

d) Certificación de la idoneidad de los postulantes, para los efectos de dar


cumplimiento a lo previsto en el artículo 23 Nº 3 de la ley;

e) Preparación de los postulantes como padres adoptivos;

f) Propuesta de los postulantes al Tribunal competente y gestiones


vinculadas al encuentro de aquellos que hayan sido seleccionados por éste
como alternativa de familia con el niño de quien se trate;

g) Seguimiento del caso y asesoría a la familia adoptiva cuando lo


requiera;511

h) Asesoría y apoyo al adoptado que desee conocer antecedentes de su


familia de origen, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 3º del presente
Reglamento;512

i) Cualquiera otra actividad relacionada con los objetivos del organismo que
desarrolle el aludido programa, previa autorización de la entidad
acreditadora.513

Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999: artículos 7º, 23 número
3. Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 2º, 3º, 16 letra d).

Artículo 7º. Las Unidades de Adopción y los organismos acreditados


deberán disponer las medidas tendientes a velar por la estricta separación de
las actividades destinadas a brindar orientación y apoyo a la familia de origen
del menor, respecto de aquellas vinculadas a la selección y preparación de
postulantes a adopción, así como de las actividades relacionadas con el
cuidado y protección del menor.514

Concordancias: Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 2º, 3º, 12.

Artículo 8º. El programa de apoyo y orientación a la familia de origen del


menor tendrá como objetivo fundamental constatar si ésta podría procurarle los
cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades espirituales y materiales, de
modo que, de no ser así, sus padres o aquel que lo haya reconocido en su
caso preste su consentimiento en forma libre y responsable luego de haber
sido debidamente informados de las consecuencias de su decisión y, en
especial, de su irrevocabilidad, así como del procedimiento a seguir, en
conformidad con los objetivos definidos para la adopción en el artículo 1º de la
Ley Nº 19.620 y en el artículo 21 letra a) de la Convención Internacional de los
Derechos del Niño.

La asesoría psicosocial que se brinde a la familia que decide entregar a su


hijo en adopción, deberá incluir su preparación para la búsqueda que a su
respecto pueda emprender el menor en una edad futura.

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999: artículo 1º. Decreto
Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 6º. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre
los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).

Artículo 9º. Respecto de los menores que se confíen al cuidado de cada


organismo acreditado para su eventual adopción, se deberá brindar la mayor
colaboración posible al tribunal que deberá resolver si se encuentran en
situación de ser adoptados. Para tales efectos, dichos organismos deberán
solicitar ante el tribunal competente la declaración de que un menor es
susceptible de ser adoptado, así como la práctica de toda diligencia
conducente a acreditar tal condición. El Servicio Nacional de Menores, a través
de las Unidades de Adopción Regionales, velará por que tanto sus instituciones
coadyuvantes y colaboradoras, como los organismos acreditados ante este
Servicio, den especial cumplimiento a este precepto. 515

Para estos efectos deberá reunirse una completa información que


comprenda en la medida de lo posible, antecedentes psicosociales y de salud
de los progenitores, antecedentes de gestación y nacimiento del menor, así
como aquella relativa a su historia de vida, de salud, desarrollo psicomotor o
informe psicológico, según corresponda. Lo anterior, a objeto que si se
determina que el menor requiere efectivamente una familia adoptiva, se
seleccione aquella que responda adecuadamente a sus características y
necesidades y sobre la base de estos antecedentes, dicha familia decida sobre
su adopción. 516

Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).

Artículo 10. El proceso de evaluación para determinar la idoneidad física,


mental, psicológica y moral de los postulantes como familia adoptiva, deberá
privilegiar el interés superior del menor por sobre el interés de las personas
interesadas en adoptar. Con dicho objeto, la referida evaluación deberá
realizarse conforme a las pautas técnicas elaboradas por la Dirección Nacional
del Servicio Nacional de Menores.517

Concordancias: Código Civil: artículos 33, 222, 225, 229, 244 inciso 3º y 245. Ley Nº  19.620, sobre
Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 1º, 3º inciso 2º, 22 inciso 3º, 24 inciso final, 30 inciso
final. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,  D.O.  17.05.2004: artículos 3º inciso 1º, 27 inciso 2º. Ley
Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,  D.O.  30.08.2004: artículos 16, 22 inciso 1º. Ley Nº  20.422,
establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con
discapacidad,D.O.  10.02.2010, artículo 10. Decreto Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº  19.620 sobre Adopción de Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 1º, 11, 20. Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 3º, 7.1, 9º,
12, 18, 20.3, 21.

Artículo 11. Para la evaluación a que se refiere el artículo precedente, las


Unidades de Adopción Regionales y los organismos acreditados, deberán
exigir al menos, tratándose de postulantes residentes en Chile, los siguientes
antecedentes:

a) Fotografías recientes de los solicitantes.

b) Certificados de nacimiento de el o los solicitantes y de matrimonio cuando


corresponda.

c) Informe de familia, destinado a evaluar las condiciones socio-económicas


y familiares de el o los solicitantes.

d) Informe psicológico destinado a evaluar la salud mental de los postulantes


y su capacidad para asumir funciones parentales.

e) Certificados de salud física y antecedentes médicos relativos a su


infertilidad, cuando corresponda.

f) Antecedentes sobre la capacidad económica de el o los postulantes.

g) Cartas de parientes y personas cercanas, que den cuenta de su opinión


respecto de la futura y eventual incorporación del adoptado a la familia.

h) Autobiografía de el o los postulantes.

Tratándose de aquellos solicitantes evaluados como idóneos, e incorporados


en consecuencia al registro de postulantes a que se refiere el artículo 5º de la
Ley Nº 19.620, los documentos consignados en las letras c) y d) del inciso
precedente, no podrán tener una antigüedad superior a un año, al cabo del
cual deberán ser actualizados.

En el caso de las solicitudes provenientes de matrimonios residentes en el


extranjero, se deberá exigir la documentación señalada en el artículo 32 de la
Ley Nº 19.620.518

Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 5º, 20, 32.


Decreto Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 10.

Artículo 12. Los programas de adopción deben comprender acciones de


capacitación y asesoría a los postulantes durante el proceso pre-adoptivo, que
les permitan prepararse para ejercer la paternidad adoptiva. Asimismo, deben
brindar apoyo y acompañamiento a las familias adoptivas durante el proceso
de integración del menor a su familia, o por el tiempo que ellos lo requieran. 519

Concordancias: Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 2º, 3º, 7º.

Artículo 13. Suprimido.520

TÍTULO IV DE LOS ORGANISMOS ACREDITADOS

Artículo 14. Se entenderá por organismo acreditado toda corporación o


fundación que haya sido reconocida como tal por el Servicio Nacional de
Menores para ejecutar un programa de adopción, en el caso de procesos que
involucren a personas residentes en Chile o para actuar como intermediarios,
de conformidad con sus proyectos de funcionamiento, en el caso de entidades
que actúen en el extranjero.521

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999: artículo 6º. Decreto
Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 15 a 26.

Artículo 15. Deberá tratarse de corporaciones o fundaciones que tengan


dentro de su objeto la asistencia o protección de menores, que demuestren de
conformidad a la ley que tienen competencia técnica y profesional que las
habilite para desarrollar e implementar programas de adopción. Dichas
entidades deberán ser dirigidas por profesionales cualificados por su formación
y experiencia en el tema de la adopción o en el trabajo con la infancia.

Los organismos que postulen a la acreditación deberán contar con un equipo


profesional multidisciplinario, de las áreas psicosocial y jurídica, con formación
o experiencia en el tema de la adopción o en el trabajo con la infancia.

Sin perjuicio de lo indicado en el inciso precedente, dichos organismos, así


como las Unidades de Adopción del Servicio Nacional de Menores, podrán
recurrir a los servicios de profesionales externos especializados para el
desarrollo de las funciones propias de un programa de adopción, sólo cuando
se trate de aquellas enunciadas en las letras c) y e) del artículo 6º del presente
Reglamento.522

Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículo 6º. Decreto


Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 6º letras c)  y e).
Artículo 16. El organismo nacional que postule a la acreditación, deberá
presentar una solicitud por escrito en tal sentido ante el Director Nacional del
Servicio Nacional de Menores, adjuntando los siguientes documentos:

a) Copia autorizada de los Estatutos de la respectiva Corporación o


Fundación y de sus modificaciones, si las hubieren. 523

b) Copia autorizada del decreto que concedió la personalidad jurídica a la


Corporación o Fundación de que se trate y certificado de vigencia de ésta,
emitido con no más de un mes de anterioridad a la presentación. 524

c) Individualización completa de la(s) persona(s) que la dirigen y administran,


a la cual deberán acompañarse los antecedentes que acrediten la formación o
experiencia de cada una de ellas, en el tema de la adopción o en el trabajo con
la infancia, tales como cédula de identidad, certificado de título, ambos en
copia autorizada, certificado de antecedentes y currículum vitae, adjuntando a
este último los certificados y documentos que den cuenta de lo señalado en el
mismo.525

d) Proyecto de funcionamiento que contenga los programas de adopción que


desarrollarán y las actividades específicas que ejecutarán, para el
cumplimiento de los objetivos indicados en el artículo 6º de este Reglamento.

e) Declaración jurada extendida ante Notario, en que conste el compromiso


de la corporación o fundación respectiva, de dar cumplimiento a las
instrucciones generales o especiales que dicte el Servicio Nacional de Menores
en materia de adopción, firmado por el presidente de su Directorio. 526-527

Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículo 6º. Decreto


Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 6º.

Artículo 17. La Dirección Nacional del Servicio Nacional de Menores tendrá


un plazo de 30 días, contado desde la recepción de los documentos señalados
en el artículo anterior, para estudiar y resolver la solicitud de acreditación
presentada por un organismo nacional y, en todo caso, tendrá la facultad de
solicitar se adjunten mayores antecedentes o se complemente la información
proporcionada, a fin de cautelar la seriedad y especialización de los
organismos postulantes.528

De ser necesarios antecedentes complementarios, el Servicio los solicitará


por escrito y éstos deberán ser acompañados en un plazo máximo de 30 días,
contados desde la fecha en que fueron requeridos. Si la documentación
faltante o complementaria no es presentada transcurrido dicho plazo, se tendrá
por desistida la solicitud, lo que se certificará mediante oficio del Director
Nacional.529
Sin perjuicio de lo anterior, el Servicio Nacional de Menores podrá
complementar la información proporcionada, solicitando los antecedentes que
estime necesarios a otros organismos públicos o privados, en relación a la
entidad de que se trate, dentro del plazo señalado en el inciso precedente. 530

En estas situaciones, el Servicio Nacional de Menores deberá pronunciarse


sobre la solicitud en un plazo no mayor a veinte días, contados desde que se
haya recepcionado la información complementaria.

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999: artículo 6º. Decreto
Nº  944, Min. de Justicia,  Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 16.

Artículo 18. Con el mérito de los antecedentes señalados, el Director


Nacional del Servicio Nacional de Menores podrá conceder o denegar la
acreditación al organismo solicitante, mediante resolución fundada, la que
deberá notificarse por carta certificada remitida al domicilio del respectivo
organismo. La notificación se entenderá efectuada al tercer día siguiente a
aquel en que fue despachada la carta certificada por la oficina de correos que
corresponda.

Si se denegare dicha acreditación, el organismo correspondiente podrá


solicitar reposición ante el mismo Director, e interponer en subsidio recurso
jerárquico ante el Presidente de la República, por intermedio del Ministerio de
Justicia, dentro del plazo de treinta días, contados desde que le fuera
notificada la resolución denegatoria. Dicha solicitud deberá presentarse
acompañando los antecedentes de hecho y de derecho que la fundamenten.
La reposición será resuelta por el Ministro de Justicia por orden del Presidente
de la República.531

Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículo 6º. Decreto


Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 16, 17.

Artículo 19. Los organismos nacionales acreditados quedarán bajo la


supervisión técnica de la Dirección Regional del Servicio Nacional de Menores
que corresponda, en relación al cumplimiento de sus objetivos y
procedimientos. A su vez, la Dirección Nacional del Servicio ejercerá la
supervisión y fiscalización técnica de las Unidades de Adopción Regionales del
mismo. Para tales efectos, se deberá presentar anualmente a la Dirección
Nacional, un informe de gestión por parte de los organismos acreditados y de
las Unidades de Adopción de las Direcciones Regionales, que incluya, a lo
menos, estadísticas sobre el número de postulantes, con indicación de
aquellos que recibieron un menor susceptible de ser adoptado y de cuantos de
ellos concluyeron su proceso de adopción; número de menores acogidos por el
organismo, indicando sus edades; número de madres biológicas atendidas por
el organismo, señalando el porcentaje de ellas que entregó a su hijo con fines
de adopción y el porcentaje que se desistió de tal decisión. Además, se deberá
acompañar una evaluación integral del proyecto de funcionamiento a que se
refiere la letra d) del artículo 16 de este Reglamento.

Sin perjuicio de lo anterior, la Dirección Nacional del Servicio Nacional de


Menores podrá constituirse en los organismos acreditados, así como en las
Unidades de Adopción Regionales del Servicio, cuando requiera supervisar y/o
fiscalizar las actuaciones que cualquiera de ellos realice.

Asimismo, los organismos nacionales acreditados deberán informar al


Servicio Nacional de Menores cualquier cambio en las personas que los dirijan
o administren, en sus equipos profesionales, en su domicilio o en cualquiera
otra modificación sustancial que afecte su estructura o funcionamiento, dentro
del plazo de 30 días de ocurrida ésta. Las personas que se integren en
reemplazo de aquellas que ejerzan labores profesionales o que realicen
funciones de dirección o administración en el organismo acreditado, deberán
cumplir con las exigencias previstas en la letra c) del artículo 16 del
Reglamento.532

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999: artículo 6º. Decreto
Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 16.

Artículo 20. El organismo acreditado que por causa sobreviniente se vea


privado de alguno de los requisitos establecidos en el artículo 6º inciso
segundo de la Ley Nº 19.620, que no lo inhabilite para continuar operando,
será sancionado por el Director Nacional del Servicio Nacional de Menores con
la suspensión de su acreditación por un plazo que no excederá de 90 días.

Durante dicho período, el organismo deberá corregir los procedimientos o


subsanar las irregularidades detectadas, en el plazo fijado al efecto por la
Dirección Nacional del Servicio.

Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículo 6º inciso 2º. Ley
Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 6º. Decreto Nº  944, Min. de Justicia,
Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de Menores,D.O.  18.03.2000: artículo 21.

Artículo 21. Si un organismo acreditado se viere privado de alguno de los


requisitos establecidos en el artículo 6º inciso segundo de la Ley Nº 19.620 en
forma tal que lo inhabilite para continuar operando, o, en caso de haberse
aplicado la suspensión regulada en el artículo anterior no subsanare las
acciones u omisiones que la motivaron en el plazo fijado para ello por la
Dirección Nacional del Servicio o reincida en las mismas, el Director Nacional
del Servicio Nacional de Menores podrá revocar la acreditación otorgada
mediante resolución fundada.
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículo 6º inciso 2º. Ley
Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 6º. Decreto Nº  944, Min. de Justicia,
Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de Menores,D.O.  18.03.2000: artículo 20.

Artículo 22. El organismo cuya acreditación sea suspendida o revocada en


virtud de lo dispuesto en los artículos precedentes, podrá recurrir de dicha
resolución, en la forma y plazo contemplados en el inciso 2º del artículo 18 del
presente Reglamento.

Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículo 6º. Decreto


Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 18 inciso 2º, 20, 21.

Artículo 23. Tratándose de entidades extranjeras que deseen obtener


acreditación en Chile en conformidad con lo dispuesto en el artículo 12 de la
Convención Internacional de La Haya sobre Protección del Niño y Cooperación
en materia de Adopción Internacional, para los efectos de actuar como
intermediarios en favor de matrimonios residentes en su país que postulen a la
adopción de menores residentes en Chile, deberá tratarse de organismos sin
fines de lucro, en las condiciones y dentro de los límites fijados por las
autoridades competentes del Estado que lo haya reconocido o acreditado, que
sean dirigidos y administrados por personas cualificadas por su formación o
experiencia para actuar en el ámbito de la adopción internacional y que estén
sometidos al control de las autoridades competentes de dicho Estado, en
cuanto a su composición, funcionamiento y situación financiera. 533

Para estos efectos deberá cumplirse con lo dispuesto en la letra c) del


artículo 16 de este Reglamento. 534

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999: artículo 6º inciso 2º. Ley
Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 6º. Decreto Nº  944, Min. de Justicia,
Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de Menores,  D.O.  18.03.2000: artículo 16 letra c).
Decreto Nº  1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en
materia de adopción internacional,  D.O.  4.10.1999: artículos 10, 11, 12.

Artículo 24. Los organismos extranjeros a los que se refiere el artículo


precedente, deberán presentar solicitud escrita de acreditación ante el Director
Nacional del Servicio Nacional de Menores, adjuntando los siguientes
documentos, debidamente legalizados y traducidos al español:

1.- Certificación emitida por la Autoridad central de su país, en que conste su


reconocimiento para operar en Chile, en materia de adopción internacional. 535

2.- Certificación emitida por la autoridad central de su país, en el que se


indiquen los criterios y requisitos considerados por esa autoridad para
acreditarlos en conformidad a lo dispuesto en el artículo 12 de la Convención
de La Haya relativa a la Protección del Niño y a la Cooperación en materia de
Adopción Internacional.536
3.- Certificado expedido por el cónsul chileno de profesión u honorario, que
indique que la entidad que ha otorgado el reconocimiento al organismo
extranjero para operar en Chile, de acuerdo a lo señalado en el numerando
anterior, es la Autoridad competente conforme a su legislación.

4.- Antecedentes que acrediten su formalización jurídica, estatutos o normas


que los regulen, su composición, objetivos y domicilio del organismo en Chile.

5.- Proyecto de funcionamiento que incluya procedimiento de evaluación,


selección y preparación de matrimonios postulantes a adopción y criterios
técnicos empleados al respecto; pautas para el seguimiento de la familia en su
país de residencia, una vez que el menor ha sido adoptado por ésta,
compromiso de efectuar dicho seguimiento y los criterios previstos para la
asesoría y apoyo al adoptado que desee conocer antecedentes de su familia
de origen.

Para los efectos de cumplir con las exigencias relativas al contenido del
proyecto de funcionamiento, los organismos extranjeros acreditados deberán
ceñirse estrictamente a las formalidades que el Servicio Nacional de Menores
indique para estos fines. 537-538

Concordancias: Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 23. Decreto Nº  1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre protección del niño y cooperación en materia de adopción internacional,  D.O.  4.10.1999: artículos
10, 11, 12.

Artículo 25. En lo relativo al otorgamiento o denegación de la acreditación a


un organismo extranjero, se aplicará lo previsto en los artículos 17 y 18 del
presente Reglamento, con las siguientes modificaciones:

1.- El plazo previsto en el artículo 17 inciso 2º, en caso de solicitar el Servicio


antecedentes complementarios, será de 60 días.539

2.- En relación al inciso 3º del artículo 17, se entenderá especialmente


comprendida entre las entidades de quienes puede requerir mayores
antecedentes el Servicio, la Autoridad central que otorgó reconocimiento al
organismo en su país de origen.540

3.- La resolución que conceda o deniegue la acreditación solicitada, de


acuerdo a lo dispuesto en el artículo 18 inciso 1º, deberá notificarse por carta
certificada remitida al domicilio en Chile del representante del respectivo
organismo o al de éste en su defecto.

Concordancias: Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 17 y 18.
Artículo 25 bis. Los organismos extranjeros acreditados por el Servicio
Nacional de Menores para actuar como intermediarios en los procesos que
involucren a personas residentes en el extranjero con menores residentes en
Chile, deberán presentar anualmente a la Dirección Nacional del mismo, un
informe de gestión, que incluya a lo menos, estadísticas sobre el número de
matrimonios postulantes, con indicación de cuántos de éstos recibieron un
menor en adopción, señalando la edad de los postulantes y de los menores y
el número de postulaciones desistidas. Además, se deberá acompañar una
evaluación integral del proyecto de funcionamiento a que se refiere el número 4
del artículo 24 de este Reglamento.

Sin perjuicio de lo anterior, la Dirección Nacional del Servicio Nacional de


Menores podrá solicitar a los organismos acreditados, cualquier antecedente o
información, que estime necesarios para supervisar y/o fiscalizar las
actuaciones que realicen.541

Concordancias: Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 24.

Artículo 26. En el caso de que un organismo extranjero acreditado incurra


en alguna de las conductas previstas en el artículo 20 inciso 1º del presente
Reglamento, el Director Nacional del Servicio Nacional de Menores comunicará
formalmente los hechos a la Autoridad competente que lo hubiese reconocido
en su país de origen y podrá suspender transitoriamente la acreditación
otorgada en Chile, por un plazo máximo de 90 días, si la gravedad de las
conductas así lo amerita.

Con el mérito de lo informado por la Autoridad competente de su país de


origen y especialmente en caso que las irregularidades observadas no
pudieren ser subsanadas, atendida su gravedad, o que el organismo reincida
en la ejecución de las conductas referidas, el Director Nacional del Servicio
Nacional de Menores podrá revocar la acreditación otorgada, mediante
resolución fundada que será notificada por carta certificada tanto al organismo
afectado como a la Autoridad acreditante en su país de origen.

El organismo cuya acreditación sea suspendida o revocada, podrá recurrir


de la resolución que así lo disponga en la forma y plazo previstos en el inciso
2º del artículo 18 del presente Reglamento.

Concordancias: Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 18 inciso 2º, 20 inciso 1º.
TÍTULO V DE LA ADOPCIÓN POR PERSONAS NO RESIDENTES EN CHILE

Artículo 27. Para los efectos de la certificación prevista en el artículo 30 de


la Ley Nº 19.620, la Dirección Nacional del Servicio Nacional de Menores
tendrá un plazo de 10 días contados desde que se solicite dicho certificado. El
ejercicio de esta obligación corresponderá al Director Nacional del Servicio o a
la persona en quien éste delegue tal función.

En caso de ser necesarios antecedentes adicionales para ello, la Dirección


Nacional deberá solicitarlos dentro de tercero día de recibida la petición,
debiendo emitir el certificado correspondiente en un plazo no superior a 10 días
contados desde que se reciban los antecedentes requeridos.

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículo 30.

Artículo 28. Con el objeto de dar cumplimiento a lo previsto por el artículo 31


de la Ley Nº 19.620, en lo que se refiere a la evaluación física, mental,
sicológica y moral de los solicitantes residentes en el extranjero y, en la medida
que la postulación de éstos no haya sido patrocinada por un organismo
extranjero acreditado, dichos matrimonios deberán remitir previamente al
Servicio Nacional de Menores o a un organismo nacional acreditado, los
antecedentes previstos por el artículo 32 de la citada ley, debiendo aquél o
éste en su caso, pronunciarse dentro del plazo de 20 días, contado desde la
recepción de la respectiva solicitud.542

En caso de ser necesaria información adicional, el organismo que haya


recibido la solicitud deberá requerirlos dentro de quinto día de efectuada la
presentación, debiendo en todo caso pronunciarse en un plazo no superior a
20 días contados desde que se reciba la información. 543

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículos 31, 32. Decreto
Nº  1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en materia
de adopción internacional,D.O.  4.10.1999: artículo 5º.

Artículo 29. Para el seguimiento de la familia adoptiva residente en el


extranjero, una vez que el menor ha sido adoptado por ésta, según lo
dispuesto en el artículo 9º de la Convención de La Haya sobre la Protección del
Niño y Cooperación en Materia de Adopción Internacional, se distinguirá:

a) Si el matrimonio ha sido patrocinado por un organismo extranjero


acreditado, éste llevará a cabo el seguimiento por un período no inferior a un
año de acuerdo a las pautas presentadas al solicitar su acreditación en Chile.
Para tales efectos, el organismo deberá efectuar a lo menos un informe
semestral.
b) Si el matrimonio ha sido patrocinado por la autoridad central del Estado de
residencia de los postulantes, el seguimiento será efectuado por la referida
autoridad central o por la entidad especializada, que ella determine, por el
mismo período, debiendo remitirse a lo menos un informe semestral. 544

Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra c). Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre protección del niño y cooperación en materia de adopción internacional,  D.O.  4.10.1999: artículo
9º.

Artículo 30. La autoridad central del Estado de recepción del adoptado y los


organismos extranjeros acreditados, en caso, podrán brindar asesoría y apoyo
al adoptado, los adoptantes, los ascendientes y descendientes de éstos, que
deseen iniciar un proceso de búsqueda de sus orígenes. Sin perjuicio de lo
anterior, las personas que deseen obtener información sobre su adopción, en
conformidad con lo dispuesto en el artículo 27 de la Ley Nº 19.620 y sean
autorizadas para ello por resolución judicial, podrán ser asesoradas por el
Servicio Nacional de Menores a su solicitud, o por el organismo acreditado que
haya intervenido en su proceso de adopción.545

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículo 27.

DISPOSICIONES FINALES

Artículo 31. Los plazos que señala el presente Reglamento serán de días


hábiles.

Artículo 32. Tratándose de la adopción por parte de personas extranjeras


residentes en Chile, los postulantes deberán acompañar el certificado de
permanencia definitiva, otorgado por el Departamento de Extranjería y
Migración del Ministerio del Interior.546

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículos 29 a 36.

Artículo 33. La reserva a que están sujetas las tramitaciones


administrativas, de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 28 inciso 1º de la Ley
Nº 19.620, comprenderá asimismo la información concerniente a los niños que
permanezcan en programas o proyectos de cuidado residencial y las gestiones
que se realicen a fin de solicitar la declaración de que un niño es susceptible de
ser adoptado.547

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,D.O.  5.08.1999: artículo 28 inciso 1º.
DISPOSICIONES TRANSITORIAS

Artículo 1º. Suprimido.548

Artículo 2º. Suprimido.549

Tómese razón, comuníquese y publíquese.- EDUARDO FREI RUIZ-TAGLE,


Presidente de la República.- María Soledad Alvear Valenzuela, Ministro de
Justicia.

Lo que transcribo para su conocimiento.- Le saluda atentamente, José


Antonio Gómez Urrutia, Subsecretario de Justicia.

H. AUTOS ACORDADOS

1. AUTO ACORDADO SOBRE PROCEDIMIENTO APLICABLE AL


CONVENIO DE LA HAYA RELATIVO A LOS EFECTOS CIVILES DEL
SECUESTRO INTERNACIONAL DE MENORES

E Corte Suprema, D.O. 3.11.1998,
xcma. 

modificado por Acuerdo de 3.05.2002, D.O. 17.05.2002

1º Será competente para conocer de la solicitud respectiva el Tribunal de


Menores del domicilio presunto del menor y si en la comuna respectiva
existiere más de un Juzgado de Menores, el conocimiento de dicha solicitud
corresponderá al que se encuentre de turno conforme a las reglas generales.

830. De la derogación de las reglas del auto acordado incompatibles con


Jurisprudencia: 
las de la Ley Nº 19.968. Tal ha sido la opinión uniforme defendida por la E Cortexcma. 

Suprema: "[C]abe consignar que esta Corte ha resuelto reiteradamente que la Ley
Nº 19.968, que comenzó a regir el 1º de octubre de 2005, esto es, con posterioridad a la
dictación del Auto Acordado de este tribunal sobre Procedimiento Aplicable al Convenio
de La Haya Relativo a los Efectos Civiles del Secuestro Internacional de Menores, dictado
el 9 de octubre de 1998 y modificado el 3 de mayo de 2002, ha producido la derogación
tácita de aquellas disposiciones que este último contempla, en cuanto presenten
incompatibilidad con el nuevo estatuto regulatorio. Así el procedimiento que la referida ley,
que crea los Tribunales de Familia, establece como ordinario general aplicable a todos los
asuntos contenciosos cuyo conocimiento corresponda a los Juzgados de Familia y que no
tengan señalado otro distinto, resulta aplicable a materias como la sustracción de
menores en el ámbito de la referida convención, a saber, entregada primitivamente a los
Juzgados de Menores por el mencionado Auto Acordado. De este modo, la tramitación de
la materia que nos ocupa debe llevarse a cabo bajo las normas del procedimiento
ordinario que se establece en el párrafo cuarto del título I de la referida ley, la que en lo
atingente, dispone en su artículo 32, que la apreciación de la prueba se rige por las
normas y principios de la sana crítica" (C. Suprema, 11 de julio de 2013, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1517/2013, Rol Nº 2577-2013).

2º Ingresada la solicitud el Tribunal deberá emitir las órdenes necesarias a


las distintas instituciones del país para la localización del menor en el territorio
chileno, sin que se exija solemnidad alguna como no sea el que se acompañe
a la misma los requisitos señalados en el artículo 8º de la Convención aludida.

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículo 8º.

3º No deberá requerirse ni legalizaciones ni otras formalidades similares a la


documentación presentada salvo que estuvieren redactada en otro idioma en
cuyo caso deberá acompañarse una traducción al idioma Castellano realizada
por un perito inscrito en la nómina de la Corte de Apelaciones respectiva.

4º Apenas ingresada la solicitud, deberá decretarse de inmediato la orden de


arraigo del menor.

5º La solicitud deberá ser proveída dentro del plazo de veinticuatro horas


siguientes a su interposición, fijándose un comparendo para dentro de quinto
día entre la persona que ha trasladado o retenido ilícitamente al menor y el
solicitante con su abogado, plazo que deberá contarse desde la última
notificación. El menor deberá también ser oído en la misma audiencia.

6º La resolución que cite a comparendo se notificará por Carabineros de


Chile, Receptor Judicial o por Receptor ad hoc que el Juzgado designará en su
caso y si el notificado no fuere habido, bastará que el Ministro de fe certifique
que se trata de su morada para notificarlo conforme el art. 44 del Código de
Procedimiento Civil, sin necesidad de establecer que éste se encuentra en el
lugar del juicio. Si no pudiera realizarse la notificación en esa forma, la
resolución se notificará al Defensor Público quien deberá asumir la
representación del ausente.

7º La audiencia respectiva tendrá por objeto establecer si el menor se


encuentra en el país y si concurre alguna de las causales de oposición a la
entrega autorizadas por la Convención. Además, si fuere necesario rendir
prueba, ella deberá producirse en la misma audiencia, sin perjuicio de la
facultad del tribunal para decretar medidas para mejor resolver, dentro del
plazo que tiene para dictar sentencia, las que deberán evacuarse dentro del
plazo de quince días, al cabo del cual las no cumplidas se tendrán por no
decretadas.

La prueba se apreciará en conciencia.550

8º La sentencia definitiva deberá dictarse dentro del plazo de cinco días,


contados desde la terminación del comparendo o del cumplimiento o caducidad
de las medidas para mejor resolver.551

9º La sentencia definitiva sólo será impugnable a través del recurso de


apelación, el que deberá interponerse dentro del plazo de cinco días contados
desde la notificación respectiva. Este recurso deberá conocerse en cuenta por
el tribunal de alzada, dentro del plazo de cinco días contados desde que
ingresen los autos en la Secretaría y sin esperar la comparecencia de las
partes.

Las demás resoluciones que se dicten durante la sustanciación del


procedimiento, no serán susceptibles de recurso alguno. 552

10º Las medidas para mejor resolver se decretarán para verificar si se


configuran las circunstancias de oposición previstas en los artículos 12 y 13 de
la Convención, que facultan a la autoridad judicial para no ordenar el regreso
del menor, y si éste se encuentra en el país.553

Concordancias: Decreto Nº  386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O.  17.06.1994: artículos 12 y 13.

Publíquese en el Diario Oficial.

Transcríbase a las Cortes de Apelaciones del país para que lo pongan


en conocimiento de los jueces de menores de su territorio; a la señora Ministro
de Justicia.

Fdo.: Roberto Dávila Díaz, Presidente, y los Ministros señores Faúndez,


Álvarez García, Carrasco, Correa, Navas, Libedinsky, Ortiz, Benquis, Tapia,
Rodríguez, Cury, Álvarez Hernández, Marín, Yurac y Espejo. Proveído por la
E Corte Suprema, Carlos A. Meneses Pizarro, Secretario.
xcma. 

Saluda atentamente a Ud., Roberto Dávila Díaz, Presidente.- Carlos A.


Meneses Pizarro, Secretario.
2. MODIFICACIÓN AL AUTO ACORDADO SOBRE SECUESTRO
INTERNACIONAL DE MENORES

E xcma. 
Corte Suprema, 3 de mayo de 2002, D.O. 17.05.2002

En Santiago, a tres de mayo de dos mil dos, se reunió el Tribunal Pleno bajo
la presidencia de su titular don Mario Garrido Montt y con la asistencia de los
Ministros señores Álvarez García, Libedinsky, Ortiz, Benquis, Tapia, Gálvez,
Chaigneau, Rodríguez, Cury, Pérez, Álvarez Hernández, Marín, Yurac, Espejo,
Medina, Segura y señorita Morales.

MODIFICACIÓN AL AUTO ACORDADO


SOBRE SECUESTRO INTERNACIONAL DE MENORES

El Tribunal Pleno tomó conocimiento de los informes que evacuaron los


jueces de menores, en los antecedentes administrativos signados con el
número 18.122, mediante los cuales dan a conocer las dificultades que se les
han suscitado, en la aplicación práctica del Auto Acordado de esta Corte sobre
Procedimiento Aplicable al Convenio de La Haya relativo a los Aspectos Civiles
del Secuestro Internacional de Menores. Teniendo presente lo anterior se
acordó modificar dicho Auto Acordado en el siguiente sentido:

Se reemplaza el artículo 7º por el siguiente:

Artículo 7º. La audiencia respectiva tendrá por objeto establecer si el menor


se encuentra en el país y si concurre alguna de las causales de oposición a la
entrega autorizadas por la Convención. Además, si fuere necesario rendir
prueba, ella deberá producirse en la misma audiencia, sin perjuicio de la
facultad del tribunal para decretar medidas para mejor resolver, dentro del
plazo que tiene para dictar sentencia, las que deberán evacuarse dentro del
plazo de quince días, al cabo del cual las no cumplidas se tendrán por no
decretadas.

La prueba se apreciará en conciencia.

Se reemplaza el artículo 8º por el siguiente:

Artículo 8º. La sentencia definitiva deberá dictarse dentro del plazo de cinco


días, contados desde la terminación del comparendo o del cumplimiento o
caducidad de las medidas para mejor resolver.

Se reemplaza el artículo 9º por el siguiente:


Artículo 9º. La sentencia definitiva sólo será impugnable a través del recurso
de apelación, el que deberá interponerse dentro del plazo de cinco días
contados desde la notificación respectiva. Este recurso deberá conocerse en
cuenta por el tribunal de alzada, dentro del plazo de cinco días contados desde
que ingresen los autos en la Secretaría y sin esperar la comparecencia de las
partes.

Las demás resoluciones que se dicten durante la sustanciación del


procedimiento, no serán susceptibles de recurso alguno.

Se reemplaza el artículo 10 por el siguiente:

Artículo 10. Las medidas para mejor resolver se decretarán para verificar si


se configuran las circunstancias de oposición previstas en los artículos 12 y 13
de la Convención, que facultan a la autoridad judicial para no ordenar el
regreso del menor, y si éste se encuentra en el país.

El Presidente señor Garrido y el Ministro señor Rodríguez, fueron de opinión


de que, no obstante que del tenor del artículo 9º aparece claro que en este tipo
de procedimiento no proceden los recursos de casación en la forma y en el
fondo, corresponde mantener la última frase del antiguo número 8º del Auto
Acordado, para evitar posibles confusiones.

El Ministro señor Rodríguez, también estuvo por disponer que la audiencia a


que alude el artículo 7º, debe tener además por objeto que se procure asegurar
la devolución del niño, o facilitar una solución amigable.

Transcríbase a las Cortes de Apelaciones del país para su cumplimiento y


para que, con igual objeto, lo comuniquen a los juzgados de sus respectivas
jurisdicciones.

Publíquese en el Diario Oficial.

Para constancia se extiende la presente acta.

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Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada



Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS

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INICIO DE:
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
A. CÓDIGO CIVIL
B. LEY DE EFECTO RETROACTIVO DE LAS LEYES
C. LEY Nº 18.600 ESTABLECE NORMAS SOBRE DEFICIENTES MENTALES

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INICIO DE:
A. CÓDIGO CIVIL
LIBRO I DE LAS PERSONAS

 VOLVER
INICIO DE:
LIBRO I DE LAS PERSONAS
TÍTULO XIX DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS EN GENERAL
TÍTULO XX DE LAS DILIGENCIAS Y FORMALIDADES QUE DEBEN PRECEDER AL EJERCICIO DE LA
TUTELA O CURADURÍA
TÍTULO XXI DE LA ADMINISTRACIÓN DE LOS TUTORES Y CURADORES RELATIVAMENTE A LOS BIENES
TÍTULO XXII REGLAS ESPECIALES RELATIVAS A LA TUTELA
TÍTULO XXIII REGLAS ESPECIALES RELATIVAS A LA CURADURÍA DEL MENOR
TÍTULO XXIV REGLAS ESPECIALES RELATIVAS A LA CURADURÍA DEL DISIPADOR
TÍTULO XXV REGLAS ESPECIALES RELATIVAS A LA CURADURÍA DEL DEMENTE
TÍTULO XXVI REGLAS ESPECIALES RELATIVAS A LA CURADURÍA DEL SORDO O SORDOMUDO
TÍTULO XXVII DE LAS CURADURÍAS DE BIENES
TÍTULO XXVIII DE LOS CURADORES ADJUNTOS
TÍTULO XXIX DE LOS CURADORES ESPECIALES
TÍTULO XXX DE LAS INCAPACIDADES Y EXCUSAS PARA LA TUTELA O CURADURÍA
TÍTULO XXXI DE LA REMUNERACIÓN DE LOS TUTORES Y CURADORES
TÍTULO XXXII DE LA REMOCIÓN DE LOS TUTORES Y CURADORES
 VOLVER
INICIO DE:
TÍTULO XIX DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS EN GENERAL
1. DEFINICIONES Y REGLAS GENERALES
2. DE LA TUTELA O CURADURÍA TESTAMENTARIA
3. DE LA TUTELA O CURADURÍA LEGÍTIMA
4. DE LA TUTELA O CURADURÍA DATIVA

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1. Definiciones y reglas generales

V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS

A. CÓDIGO CIVIL

LIBRO I DE LAS PERSONAS

TÍTULO XIX DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS EN GENERAL

1. Definiciones y reglas generales

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 84.

Artículo 338. Las tutelas y las curadurías o curatelas son cargos impuestos


a ciertas personas a favor de aquellos que no pueden dirigirse a sí mismos o
administrar competentemente sus negocios, y que no se hallan bajo potestad
de padre o madre, que pueda darles la protección debida. 554

Las personas que ejercen estos cargos se llaman tutores o curadores y


generalmente guardadores.555

Concordancias: Código Civil: Mensaje XVII.  Código de Procedimiento Civil: artículo 838.

831. De la no arbitrariedad en la distinción entre personas sujetas a


Jurisprudencia: 
guarda y las que no lo están. El E Tribunal Constitucional ha entendido que existe una
xcmo. 

diferencia objetiva entre las personas sujetas guardas y aquellas otras que no lo están, y
que la objetividad de esa diferencia excluye que pueda entenderse como una
discriminación arbitraria, que contraríe el principio de igualdad. Ha explicado que: "[E]xiste
una diferencia objetiva entre personas capaces e incapaces. El artículo 338 del Código
Civil señala, en este sentido, que: 'Las tutelas y las curadurías [...]'. En otros términos, el
legislador reconoce que existen personas que, por distintas causas que va detallando
(artículos 435 y siguientes del Código Civil), no pueden dirigirse a sí mismas o administrar
competentemente sus negocios, por lo que requieren que otra persona las represente y
vele por sus intereses. Por ello es que, desde antaño, se ha entendido que 'la guarda
tiene por objeto no solamente el cuidado y educación de los incapaces, sino también la
conservación y administración de sus bienes'. (Corte Suprema, 6 de octubre de 1928, G.
1928, 2º sem., Nº 50, p. 306. En: Repertorio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas.
Código Civil, 2ª edición, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1968, p. 316). Así, las
normas sobre guardas de personas incapaces han sido establecidas, fundamentalmente,
en protección de éstas, pero también envuelven un interés social, lo que hace que los
preceptos que las rigen sean de orden público. En sentencia recaída en el Rol Nº 988-
2007, la Corte de Apelaciones de Valparaíso, explicando los alcances del artículo 456 del
Código Civil, ha señalado, precisamente, que el 'estado habitual de demencia' a que se
refiere dicha norma 'impide a una persona tener la libre voluntad de obligarse y la
responsabilidad de sus actos, lo que la hace absolutamente incapaz y por ello, el
legislador la protege mediante la consecuente declaración de interdicción, a la vez que
protege el interés público cuando se trata de una persona que presenta estados de furia
que puede llevarla a realizar actos dañosos en otros individuos' (considerando 1º). En
consecuencia, existe una diferencia de trato entre personas capaces e incapaces que
obliga al legislador a diseñar los mecanismos necesarios para proteger a estas últimas, al
tiempo que asegura la protección del interés social. Pero de ello no se sigue,
necesariamente, que se desconozca su capacidad de goce, discriminándolas
arbitrariamente en relación con quienes gozan de una capacidad plena. Ejemplo de ello
es el artículo 1686 del Código Civil, que dispone: 'Los actos y contratos de los incapaces
en que no se ha faltado a las formalidades y requisitos necesarios, no podrán declararse
nulos ni rescindirse, sino por las causas en que gozarán de este beneficio las personas
que administran libremente sus bienes'" (Tribunal Constitucional, 26 de enero de 2016,
cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/737/2016, Rol Nº 2703-2015-Ina). 832. De la noción
de guardas y de su carácter de instituciones de orden público. Se ha asumido por la
jurisprudencia que: "Las denominadas guardas tienen por objeto velar por la persona y los
intereses de los incapaces; y, en segundo término, que la doctrina está conteste en
señalar que: a) las tutelas y curadurías son 'instituciones de orden público, aunque sean
de derecho privado' (Claro Solar, Explicaciones de Derecho Civil, De las Personas,
pág. 173), b) que las disposiciones que las reglamentan, como dicen relación con los
derechos de familia, 'son de orden público. No pueden ser modificadas, en consecuencia,
por voluntad de las partes', (Alessandri, Derecho de Familia, pág. 190)" (C. de
Apelaciones de Santiago, 6 de septiembre de 2007, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5092/2007, Rol Nº 5828-2001). 833. Las disposiciones sobre
las guardas son de orden público. En línea con lo sentado en el número anterior se ha
sostenido que: "Las disposiciones relativas a las 'guardas son por excelencia
disposiciones de orden público' y más precisamente, son leyes imperativas de interés
público o general, de manera que su infracción o inobservancia acarrea indefectiblemente
la nulidad absoluta, tanto así que la doctrina, en particular Alessandri y Somarriva, en
su Curso de Derecho Civil, pág. 227 señalan como ejemplo de este tipo de sanción los
artículos 11, 1461,1462, 1467 inciso 2º, 1475 inciso 2º y 1682 todos del Código Civil" (C.
de Apelaciones de Santiago, 6 de septiembre de 2007, cons. 13º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5092/2007, Rol Nº 5828-2001). Esta misma opinión se ha
asumido por la jurisprudencia constitucional: "[E]l legislador reconoce que existen
personas que, por distintas causas que va detallando (artículos 435 y siguientes del
Código Civil), no pueden dirigirse a sí mismas o administrar competentemente sus
negocios, por lo que requieren que otra persona las represente y vele por sus intereses.
Por ello es que, desde antaño, se ha entendido que 'la guarda tiene por objeto no
solamente el cuidado y educación de los incapaces, sino también la conservación y
administración de sus bienes'. (Corte Suprema, 6 de octubre de 1928, G. 1928, 2º sem.,
Nº 50, p. 306. En: Repertorio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas. Código Civil,
2ª edición, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1968, p. 316). Así, las normas sobre
guardas de personas incapaces han sido establecidas, fundamentalmente, en protección
de éstas, pero también envuelven un interés social, lo que hace que los preceptos que las
rigen sean de orden público" (Tribunal Constitucional, 26 de enero de 2016, cons. 14º,
LegalPublishing: Cl/Jur/737/2016, Rol Nº 2703-2015-Ina). 834. De la distinción entre
tutela y curatela y de su sujeción a unos mismos principios. El E Tribunal xcmo. 

Constitucional, sobre la base de alguna explicación de la doctrina, ha recordado la


distinción que asume el Código Civil entre tutela y curatela, pero ha advertido que a una y
otra se aplican los mismos principios: "Que el Código Civil reglamenta de manera profusa
y detallada las guardas en el Título XIX del Libro I. Bajo el concepto de guardas se
estudian las instituciones de la tutela y la curaduría. La distinción entre ambas
instituciones tiene una explicación histórica. De acuerdo a la doctrina, la tutela en el
Derecho Romano se refería a la protección de la persona y, en forma secundaria, a la
protección de sus bienes. En la curatela, la situación era la opuesta. Al redactarse nuestro
actual Código, la distinción en el texto se mantuvo, aunque en la práctica era
prácticamente inexistente (Ramos Pazos, René, Derecho de Familia, tomo II, Santiago,
Editorial Jurídica, 2001, pág. 524). Por lo demás, en uno y otro caso se aplican los
mismos principios, ya que protegen los mismos intereses (Somarriva, Manuel, Derecho de
Familia, Santiago, Editorial Nascimento, 1946, pág. 529)" (Tribunal Constitucional 12 de
abril de 2016, cons. 5º, Rol Nº 2867-15-Ina). 835. De las características comunes a las
tutelas y curatelas. El mismo E Tribunal Constitucional ha destacado: "Que las tutelas y
xcmo. 

curatelas comparten ciertas características. Primero, se trata de cargos obligatorios para


ciertas personas. De hecho, la ley hace responsable civilmente a quien no sirve o acepta
el cargo (artículo 521 del Código Civil). Por otro lado, y para el caso de las guardas dadas
en testamento, el guardador que se excusa sin causa legítima se hace indigno de suceder
(artículo 971 del mismo Código). En segundo lugar, se dan sólo a los incapaces. En tercer
lugar, se dan sólo a aquellos incapaces que no estén sujetos a patria potestad, potestad
marital o guardas, contemplando la ley algunas excepciones al respecto (artículos 348,
349 y 350 del Código Civil). En cuarto lugar, de acuerdo al artículo 43, el guardador es el
representante legal del pupilo. Finalmente, por regla general, los guardadores son
personas naturales, salvo las excepciones que establece la ley (Rozas Vial,
Fernando, Las Guardas, Boletín de Investigaciones, Nº 548, año IX, Nº 48-49, 1981, págs.
23 y 24)" (Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 7º, Rol Nº 2867-15-
Ina). 836. De qué signifique que las guardas sean "cargos impuestos". La E. Corte xcma 

Suprema ha ligado el entendimiento de la expresión "cargos impuestos", empleada en el


inciso 1º de este artículo para caracterizar a las tutelas y curatelas, a las siguientes dos
ideas: 1ª) El deber del legislador de proteger a los incapaces: en este sentido ha
declarado: "Que es un imperativo del legislador velar por la protección en la vida del
derecho de las personas incapaces y la manera más eficaz de atender sus intereses es la
de dotarlos de un representante legal que pueda salvaguardar sus derechos y subsanar
en cierta medida la incapacidad de que padecen. De ahí que el artículo 338 del Código
Civil, refiriéndose a los guardadores, señala que son cargos impuestos a ciertas personas
a favor de aquellos que no pueden dirigirse a sí mismos o administrar competentemente
sus negocios y que naturalmente no se hallan bajo potestad de padre y madre que pueda
darles la protección debida. Tal es la índole de la función que le incumbe a los curadores
generales que son los guardadores que han de velar por los intereses del demente como
lo acota el artículo 342 del Código Civil" (C. Suprema, 12 de junio de 2018, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2769-2018, Rol Nº 36160-2017); 2ª) La obligación de aceptación
de la curaduría o tutela: así a advertido que: "Al decir el precepto antes citado que estos
cargos son impuestos a ciertas personas, significa que el curador está obligado a la
aceptación del empeño cuyo ejercicio se le confía previas diligencias y formalidades que
deben cumplirse salvo excusa fundada, porque su designación tiene por objeto brindarle
precisamente con su concurso la protección adecuada que requiere el incapaz, cuya es la
finalidad que persigue alcanzar el legislador al consagrar la figura del curador general" (C.
Suprema, 12 de junio de 2018, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/2769-2018, Rol
Nº 36160-2017).

Artículo 339. Las disposiciones de este título y de los dos siguientes están


sujetas a las modificaciones y excepciones que se expresarán en los títulos
especiales de la tutela y de cada especie de curaduría.

Concordancias: Código Civil: artículo 13.

Artículo 340. La tutela y las curadurías generales se extienden no sólo a los


bienes sino a la persona de los individuos sometidos a ellas.

Concordancias: Código Civil: artículo 342.

837. El otorgamiento de la curaduría comprende el del cuidado personal


Jurisprudencia: 
del pupilo. En este sentido se ha pronunciado la I Corte de Apelaciones de Rancagua:
lma. 

"Que según lo señala el artículo 338 del Código Civil las tutelas o curadurías son cargos
impuestos a ciertas personas a favor de aquellos que no pueden dirigirse a sí mismos o
administrar competentemente sus negocios, y que no se hallan bajo potestad de padre o
madre, que pueda darles la protección debida, y se extienden, según lo dispuesto por el
artículo 340 del mismo Código, no sólo a los bienes, sino a la persona de los individuos
sometidos a ella. Noveno: Que de lo prescrito en la norma ante señalada, puede
concluirse que el otorgamiento de la curaduría incluye el del cuidado personal de la
adolescente de que se trata, conclusión que concuerda con lo resuelto por el Tribunal de
Familia, en resolución de 5 de agosto del año 2015, cuya copia rola a fojas 8, pues la
norma que cita para rechazar la petición de complementar la sentencia y agregar en
forma que también se otorga el cuidado personal, es precisamente el artículo 340,
señalando al respecto que dicha norma establece también como obligación del tutor la de
cuidar a la persona del pupilo, de lo que aparece que el tribunal entendió otorgado el
cuidado personal al abuelo materno de la adolescente [...] Décimo: Que abonan la
conclusión anterior, el hecho que la madre de la adolescente falleció y que su filiación
paterna no se encuentra determinada, razón por la cual su cuidado personal
necesariamente debe ser de cargo de un tercero distinto de sus padres" (Ca. Rancagua,
6 de enero de 2016, cons. 8º, 9º y 10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/171/2016, Rol Nº 4034-
2015).

Artículo 341. Están sujetos a tutela los impúberes.

Concordancias: Código Civil: artículo 26.

Artículo 342. Están sujetos a curaduría general los menores adultos; los que


por prodigalidad o demencia han sido puestos en entredicho de administrar sus
bienes; y los sordos o sordomudos que no pueden darse a entender
claramente.556

Concordancias: Código Civil: artículos 26, 340, 442 y 456.

838. De la finalidad de las curadurías. Se ha advertido que: "La interdicción


Jurisprudencia: 
por demencia, disipación o por cualquier otra causa de incapacidad, tiene por fin esencial
la protección de la persona a quien se restringe su aptitud de obrar, dotándola de un
curador que cuide de su persona y de sus bienes, permitiéndole desenvolverse en un
plano de igualdad en sus relaciones jurídicas" (C. de Apelaciones de Temuco, 30 de
enero de 2008, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/7528/2008, Rol Nº 906-2007). 839. De la
noción y finalidades de la interdicción. Se ha declarado que: "Puede conceptuarse
(sic) la interdicción como el estado de una persona que ha sido declarada por sentencia
judicial, incapaz de ejercitar actos jurídicos, privándola de la administración de sus bienes,
previo el juicio correspondiente. Esta institución está establecida en interés del propio
interdicto, de su familia y de la sociedad, y para aquellas personas que por circunstancias
diversas, no pueden actuar por sí mismas en los actos de la vida civil debido a su falta de
capacidad intelectual, que los coloca en situación de inferioridad respecto de las demás
personas, ya que no pueden proveer eficazmente a la administración de sus intereses"
(C. de Apelaciones de Concepción, 10 de junio de 2008, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5669/2008, Rol Nº 240-2008).

Artículo 343. Se llaman curadores de bienes los que se dan a los bienes del
ausente, a la herencia yacente, y a los derechos eventuales del que está por
nacer.

Concordancias: Código Civil: artículos 75, 77, 356, 481, 1240, 2509 número 3. Código de
Procedimiento Civil: artículos 844, 849 y 850.

Artículo 344. Se llaman curadores adjuntos los que se dan en ciertos casos


a las personas que están bajo potestad de padre o madre, o bajo tutela o
curaduría general, para que ejerzan una administración separada. 557
Concordancias: Código Civil: artículos 257, 258, 348 inciso 2º, 350, 419 inciso final, 492, 493. Código
de Procedimiento Civil: artículo 851.

Artículo 345. Curador especial es el que se nombra para un negocio


particular.

Concordancias: Código Civil: artículos 494, 495. Código de Procedimiento Civil: artículo 852. Ley
Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 38.

840. Curador especial y principio dirigido a evitar el conflicto de intereses.


Jurisprudencia: 
Ha asumido la jurisprudencia que: "En materias de guardas la doctrina está conteste en el
sentido que (sic), cuando ocurre un conflicto de intereses, entre incapaz y su
representante, es preciso nombrar un curador especial para que represente al primero, y
en tal caso dicho guardador toma el nombre de curador ad litem. (Somarriva, Derecho de
Familia, ya citado, Nº 680, página 648)" (C. de Apelaciones de Santiago, 6 de septiembre
de 2007, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/5092/2007, Rol Nº 5828-2001).

Artículo 346. Los individuos sujetos a tutela o curaduría se llaman pupilos.

Concordancias: Código Civil: artículo 20.

Artículo 347. Podrán colocarse bajo una misma tutela o curaduría dos o


más individuos, con tal que haya entre ellos indivisión de patrimonios.

Divididos los patrimonios, se considerarán tantas tutelas o curadurías como


patrimonios distintos, aunque las ejerza una misma persona.

Una misma tutela o curaduría puede ser ejercida conjuntamente por dos o


más tutores o curadores.

Concordancias:  Código Civil: artículos 372 inciso 1º, 362, 413, 418, 419, 464 inciso 1º, 475 inciso 3º,
483.

Artículo 348. No se puede dar tutor ni curador general al que está bajo la


patria potestad, salvo que ésta se suspenda en alguno de los casos
enumerados en el artículo 267.

Se dará curador adjunto al hijo cuando el padre o la madre son privados de


la administración de los bienes del hijo o de una parte de ellos, según
el artículo 251.558

Concordancias: Código Civil: artículos 251, 257, 258, 267 y 344.

Artículo 349. Se dará curador a los cónyuges en los mismos casos en que,
si fueren solteros, necesitarían de curador para la administración de sus
bienes.559

Concordancias: Código Civil: artículos 139 y 163.


Artículo 350. Generalmente, no se puede dar tutor ni curador al que ya lo
tiene: sólo podrá dársele curador adjunto, en los casos que la ley designa.

Concordancias: Código Civil: artículo 344.

Artículo 351. Si el tutor o curador, alegando la excesiva complicación de los


negocios del pupilo y su insuficiencia para administrarlos cumplidamente,
pidiere que se le agregue un curador, podrá el juez acceder, habiendo oído
sobre ello a los parientes del pupilo y al respectivo defensor.

El juez dividirá entonces la administración del modo que más conveniente le


parezca.

Concordancias: Código Civil: artículo 42. Decreto con Fuerza de Ley Nº 3, Ley General de
Bancos,D.O.  19.12.1997: artículo 86 Nº  4.

Artículo 352. Si al que se halla bajo tutela o curaduría se hiciere una


donación, herencia o legado, con la precisa condición de que los bienes
comprendidos en la donación, herencia o legado, se administren por una
persona que el donante o testador designa, se accederá a los deseos de éstos;
a menos que, oídos los parientes y el respectivo defensor, apareciere que
conviene más al pupilo repudiar la donación, herencia o legado, que aceptarlo
en esos términos.

Si se acepta la donación, herencia o legado, y el donante o testador no


hubiere designado la persona, o la que ha sido designada no fuere idónea,
hará el magistrado la designación.

Concordancias: Código Civil: artículo 42. Decreto con Fuerza de Ley Nº  3 Ley General de
Bancos,D.O.  19.12.1997: artículo 48 Nº  4.

Artículo 353. Las tutelas o curadurías pueden ser testamentarias, legítimas


o dativas.

Son testamentarias las que se constituyen por acto testamentario.

Legítimas, las que se confieren por la ley a los parientes o cónyuge del


pupilo.

Dativas, las que confiere el magistrado.

Sigue las reglas de la guarda testamentaria la que se confiere por acto entre
vivos, según el artículo 360. 560

Concordancias: Código Civil: artículos 360, 366, 370. Código de Procedimiento Civil: artículo 838.
2. De la tutela o curaduría testamentaria

Artículo 354. El padre o madre puede nombrar tutor, por testamento, no sólo


a los hijos nacidos, sino al que se halla todavía en el vientre materno, para en
caso que nazca vivo.561

Concordancias: Código Civil: artículos 75, 999.

Artículo 355. Puede asimismo nombrar curador, por testamento, a los


menores adultos; y a los adultos de cualquiera edad que se hallan en estado
de demencia, o son sordos o sordomudos que no entienden ni se dan a
entender claramente.562

Concordancias: Código Civil: artículos 26, 1447 inciso 1º.

Artículo 356. Puede asimismo nombrar curador, por testamento, para la


defensa de los derechos eventuales del hijo que está por nacer.

Concordancias: Código Civil: artículos 75 y 343.

Artículo 357. Carecerá de los derechos que se le confieren por los artículos


precedentes, el padre o madre que ha sido privado de la patria potestad por
decreto de juez, según el artículo 271, o que por mala administración haya sido
removido judicialmente de la guarda del hijo.563

También carecerá de estos derechos el padre o madre cuando la filiación ha


sido determinada judicialmente contra su oposición. 564-565

Concordancias: Código Civil: artículos 271, 360.

Artículo 358. Si tanto el padre como la madre han nombrado guardador por


testamento, se atenderá en primer lugar al nombramiento realizado por aquel
de los padres que ejercía la patria potestad del hijo. 566

Concordancias: Código Civil: artículos 243 a 249.

Artículo 359. Si no fuere posible aplicar la regla del artículo anterior, se


aplicará a los guardadores nombrados por el testamento del padre y de la
madre, las reglas de los artículos 361 y 363.567

Concordancias: Código Civil: artículos 361 y 363.


Artículo 360. No obstante lo dispuesto en el artículo 357, el padre, la madre
y cualquier otra persona, podrán nombrar un curador, por testamento o por
acto entre vivos, cuando donen o dejen al pupilo alguna parte de sus bienes,
que no se les deba a título de legítima.

Esta curaduría se limitará a los bienes que se donan o dejan al pupilo. 568

Concordancias: Código Civil: artículo 357. Decreto con Fuerza de Ley Nº 3, Ley General de
Bancos,D.O.  19.12.1997: artículo 86 Nº  4.

Artículo 361. Podrán nombrarse por testamento dos o más tutores o


curadores que ejerzan simultáneamente la guarda; y el testador tendrá la
facultad de dividir entre ellos la administración.

Concordancias: Código Civil: artículos 359, 419. Decreto con Fuerza de Ley Nº 3, Ley General de
Bancos,  D.O.  19.12.1997: artículo 86 Nº  4.

Artículo 362. Si hubiere varios pupilos, y los dividiere el testador entre los


tutores o curadores nombrados, todos éstos ejercerán de consuno la tutela o
curaduría, mientras el patrimonio permanezca indiviso; y dividido el patrimonio,
se dividirá entre ellos por el mismo hecho la guarda, y serán independientes
entre sí.

Pero el cuidado de la persona de cada pupilo tocará exclusivamente a su


respectivo tutor o curador, aun durante la indivisión del patrimonio.

Concordancias: Código Civil: artículos 340, 347, 418.

Artículo 363. Si el testador nombra varios tutores o curadores que ejerzan


de consuno la tutela o curaduría, y no dividiere entre ellos las funciones, podrá
el juez, oídos los parientes del pupilo, confiarlas a uno de los nombrados o al
número de ellos que estimare suficiente, y en este segundo caso, dividirla
como mejor convenga para la seguridad de los intereses del pupilo.

Concordancias: Código Civil: artículos 42, 359.

Artículo 364. Podrán asimismo nombrarse por testamento varios tutores o


curadores que se substituyan o sucedan uno a otro; y establecida la
substitución o sucesión para un caso particular, se aplicará a los demás en que
falte el tutor o curador; a menos que manifiestamente aparezca que el testador
ha querido limitar la substitución o sucesión al caso o casos designados.

Concordancias: Código Civil: artículos 1156, 1157.

Artículo 365. Las tutelas y curadurías testamentarias admiten condición


suspensiva y resolutoria, y señalamiento de día cierto en que principien o
expiren.
Concordancias: Código Civil: artículos 1070, 1080, 1479 y 1494.

3. De la tutela o curaduría legítima

Artículo 366. Tiene lugar la guarda legítima cuando falta o expira la


testamentaria.

Tiene lugar especialmente cuando es emancipado el menor, y cuando se


suspende la patria potestad por decreto del juez. 569

Concordancias: Código Civil: artículos 267, 268, 269, 353. Código de Procedimiento Civil: artículo 839.

Artículo 367. Los llamados a la tutela o curaduría legítima son, en general:

Primeramente, el padre del pupilo;

En segundo lugar, la madre;

En tercer lugar, los demás ascendientes de uno y otro sexo;

En cuarto lugar, los hermanos de uno y otro sexo del pupilo, y los hermanos
de uno y otro sexo de los ascendientes del pupilo.

Si no hubiere lugar a la tutela o curaduría del padre o madre, el juez, oídos


los parientes del pupilo, elegirá entre los demás ascendientes, y a falta de
ascendientes, entre los colaterales aquí designados, la persona que le
pareciere más apta, y que mejores seguridades presentare; y podrá también, si
lo estimare conveniente, elegir más de una, y dividir entre ellas las funciones. 570

Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 41, 42, 346, 347 inciso final. Código de Procedimiento
Civil: artículo 839.

841. El orden de prelación fijado en este artículo se fundamenta en los


Jurisprudencia: 
lazos familiares tradicionales. Tal es la explicación que le ha dado el E Tribunal xcmo. 

Constitucional: "Que, para el caso de las tutelas o curadurías legítimas, el legislador ha


establecido un cierto orden para definir quiénes son los llamados a asumir esta carga
legal. Así, en primer lugar es llamado el padre del pupilo; en segundo lugar, la madre; en
tercer lugar, los demás ascendientes de uno y otro sexo; y en cuarto lugar, los hermanos
de uno y otro sexo del pupilo, y los hermanos de uno y otro sexo de los ascendientes del
pupilo. Es un orden que, como puede observarse, toma en consideración los lazos
familiares tradicionales, partiendo como es natural por los padres, para finalizar con los
colaterales" (Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 19º, Rol Nº 2867-15-
Ina). 842. Las reglas establecidas en este artículo se imponen como un mandato al
juez, y constituyen un orden de prelación que debe observar. Así las ha entendido la
jurisprudencia constitucional: "Que esta regla, como puede observarse, contiene
directrices obligatorias para el juez. No se trata de recomendaciones, sino de un mandato.
Tampoco se trata de una opción para el juez, sino de una obligación de seguir dicho
orden: a falta de padre o madre que deban cargar con la tutela o curaduría, debe nombrar
a algún ascendiente. Y, a falta de ascendientes, esto es, en ausencia total de ellos, debe
nombrar a los colaterales que cumplan con las dos especificaciones señaladas en dicho
artículo. Por ello, como tal, es una regla de prelación. En este caso, el legislador da
preferencia a un cierto orden de parientes por sobre otros, para determinar a quién debe
ser dada la guarda. Si falta el primer orden, esto es, no existe ningún pariente dentro de
tal categoría, recién ahí es posible pasar al siguiente orden. Y así sucesivamente con los
cuatro órdenes que contempla" (Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 21º,
Rol Nº 2867-15-Ina). Para reafirmar esta interpretación ha advertido el E Tribunal xcmo. 

Constitucional: "Que dicha interpretación se fortalece al analizar el lenguaje utilizado por


el codificador en este artículo, cuando utiliza de manera directa y clara números ordinales
para señalar a cada uno de los órdenes. La norma no otorga una opción, es decir, una
libertad o facultad de elegir entre los órdenes que en ella se plantean. Tanto el análisis
literal del precepto, de la manera que ya vimos, como su interpretación sistemática dentro
de las normas de las guardas, no permiten sostener que el juez sea libre de elegir a quién
convocar para discernir el cargo de tutor o curador. No se trata de un caso en que el juez
tenga plena libertad para llamar, si él lo estimare conveniente, por ejemplo, a los
ascendientes por sobre el padre o la madre, sino que debe dar respeto irrestricto al orden
que ahí se plantea" (Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 22º, Rol Nº 2867-
15-Ina). De lo anterior se desprende que: "[E]l juez, para diferir la curaduría legítima, sólo
posee libertad en dos aspectos: a) para elegir, dentro de un grado u orden específico, al
pariente llamado a ejercer el cargo de curador; y b) si es que lo estima pertinente, elegir
más de una persona para ejercer el cargo y dividir entre ellas las funciones, de acuerdo al
inciso final del artículo 367. En estas dos cuestiones, se agota la libertad del juez en esta
materia. De la lectura del precepto, en ningún caso se desprende que el juez tenga
libertad para elegir qué grado u orden prefiere al otro, puesto que esa decisión ya la ha
tomado el legislador. Para pasar de un orden a otro, es necesario que falten el o los
parientes que componen el orden en cuestión" (Tribunal Constitucional, 12 de abril de
2016, cons. 27º, Rol Nº 2867-15-Ina). 843. De cómo ha de entenderse la expresión
"falta del ascendiente" o pariente. Sobre esta cuestión el E Tribunal Constitucional ha
xcmo. 

precisado: "Que, por falta de el o los parientes, según el sentido natural y obvio,
entendemos ausencia de una persona en el sitio en que debía estar. Que, por lo mismo,
cuando un pariente falta, quiere decir que no existe. En este sentido, estimamos que la
legislación no se refiere a la falta de un pariente como mera ausencia temporal, sino como
una inexistencia. No se refiere, entonces, a casos de ausencia por descuidos, lejanías,
viajes, falta de ubicación o paradero desconocido u otros motivos temporales. La muerte,
como hecho que pone término a la existencia jurídica de las personas, es un ejemplo de
persona que falta en el orden definido. También, la aplicación de una excusa legal o una
causal de cesación reglada. Pero la expresión 'falta' no es un título habilitante para que,
por mera interpretación, se desordene el orden legal establecido para asumir las guardas"
(Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 28º, Rol Nº 2867-15-Ina). 844. Las
reglas de este artículo no establecen criterios precisos para la asignación de la
tutela o curatela. Así lo ha advertido el mismo Tribunal Constitucional: "Que, por otro
lado, la regla contenida en el artículo 367 no establece criterios amplios de asignación de
la tutela o curaduría. En efecto, en ella sólo se establece un orden de prelación y, en el
inciso final, consigna dos parámetros que debe considerar el juez para el caso de diferir la
guarda a un colateral y siempre que hubiere más de uno: a) la persona que le pareciere
más apta, y b) la persona que mejores seguridades presentare. No hay más criterios
sobre los cuales el juez pueda desplazar válidamente su decisión" (Tribunal
Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 22º, Rol Nº 2867-15-Ina). 845. Que no
considera este artículo el interés superior del menor, a diferencia de lo que se
establece en el Código Civil para atribuir el cuidado personal del hijo cuyos padres
viven. Esta diferencia de régimen la ha advertido el Tribunal Constitucional: "Una
situación bastante diferente experimentan los niños cuyos padres han fallecido, puesto
que a ellos no se les aplican las normas de los artículos 222 y siguientes del Código Civil.
A ellos se les aplican, como hemos revisado, las normas sobre tutores o curadores, cuyas
prescripciones hacen nula referencia a la consideración primordial que en dichas materias
debe merecer el interés superior del niño, como derecho, principio y norma de
procedimiento. En este caso, la determinación de quién debe quedar a cargo del menor,
viene dada por la existencia de un orden de prelación taxativo de parientes llamados al
cargo y bajo un procedimiento no contencioso con escasas formalidades y que tampoco
contempla oír al pupilo en ninguno de sus trámites" (Tribunal Constitucional, 12 de abril
de 2016, cons. 16º, Rol Nº 2867-15-Ina). 846. Que no establece este artículo, a
diferencia del artículo 225-2 del Código Civil, criterios precisos para determinar la
asignación de la tutela o curatela. Esta diferencia también la ha advertido la
jurisprudencia constitucional: "Que, por otro lado, la regla contenida en el artículo 367 no
establece criterios amplios de asignación de la tutela o curaduría. En efecto, en ella sólo
se establece un orden de prelación y, en el inciso final, consigna dos parámetros que
debe considerar el juez para el caso de diferir la guarda a un colateral y siempre que
hubiere más de uno: a) la persona que le pareciere más apta, y b) la persona que mejores
seguridades presentare. No hay más criterios sobre los cuales el juez pueda desplazar
válidamente su decisión. Por el contrario, para el caso de hijos que cuentan con padres
vivos, el artículo 225-2 del Código Civil dispone un amplio catálogo de criterios para que el
juez, en su ponderación, determine quién debe cuidar del menor. Entre los criterios que
allí se mencionan, cabe destacar la vinculación afectiva entre el hijo y sus padres; la
aptitud de los padres para garantizar el bienestar del hijo y la posibilidad de procurarle un
entorno adecuado; la dedicación que cada padre procura al hijo; la opinión expresa del
hijo, y cualquier otro antecedente que sea relevante, atendido el interés superior del hijo"
(Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 24º, Rol Nº 2867-15-
Ina). 847. Posición de desventaja del menor huérfano frente a aquel cuyos padres
viven. Las dos diferencias indicadas en los números precedentes sitúan en una posición
de desventaja al menor huérfano, de cara a aquel cuyos padres viven: "[E]l artículo 367
deja en una posición profundamente desventajosa a los menores cuyos padres no se
encuentran vivos, ya que el juez que determina su régimen de cuidado no tiene margen
de discrecionalidad para determinar quién debe quedar al cuidado de ellos, debiendo
guiarse exclusivamente por el orden de prelación establecido en dicho artículo y
respetando los escasos criterios de atribución que en él se señalan. No existe ninguna
consideración por el interés superior del niño ni mucho menos se establece como criterio
de ponderación la opinión del pupilo" (Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons.
24º, Rol Nº 2867-15-Ina). 848. De la inaplicabilidad por inconstitucionalidad de este
artículo. Se ha declarado inaplicable este artículo por el E  Tribunal Constitucional en un
xcmo.

caso concreto: solicitado el discernimiento de la curaduría por un hermano de dos


menores huérfanos, que contaban con un abuelo vivo: "[E]n el caso concreto, la aplicación
del artículo 367 del Código Civil tiene efectos inconstitucionales, al afectarse la integridad
psíquica de las menores, de acuerdo al artículo 19, Nº 1º, y la garantía de igualdad ante la
ley, establecida en el artículo 19, Nº 2º, de la Constitución Política" (Tribunal
Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 28º, Rol Nº 2867-15-Ina).
Artículo 368. Es llamado a la guarda legítima del hijo no concebido ni nacido
durante el matrimonio el padre o madre que primero le haya reconocido, y si
ambos le han reconocido a un tiempo, el padre.

Este llamamiento pondrá fin a la guarda en que se hallare el hijo que es


reconocido, salvo el caso de inhabilidad o legítima excusa del que, según el
inciso anterior, es llamado a ejercerla.

Si la filiación no ha sido determinada o si la filiación ha sido establecida


judicialmente contra la oposición del padre o madre, la guarda del hijo será
dativa.571

Concordancias: Código Civil: artículos 76, 180, 184, 185, 186.

Artículo 369. Si continuando el pupilaje cesare en su cargo el guardador


legítimo, será reemplazado por otro de la misma especie.

Concordancias:  Código Civil: artículo 366.

4. De la tutela o curaduría dativa

Artículo 370. A falta de otra tutela o curaduría, tiene lugar la dativa.

Concordancias: Código Civil: artículo 353. Código de Procedimiento Civil: artículos 838, 840 y 851.
Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 6.

Artículo 371. Cuando se retarda por cualquiera causa el discernimiento de


una tutela o de una curaduría, o durante ella sobreviene un embarazo que por
algún tiempo impida al tutor o curador seguir ejerciéndola, se dará, por el
magistrado, tutor o curador interino, para mientras dure el retardo o el
impedimento.

Pero si hubiere otro tutor o curador que pueda suplir la falta, o si se tratare
de nombrar un tutor o curador que suceda al que actualmente desempeña la
tutela o curaduría, y puede éste continuar en ella algún tiempo, no tendrá lugar
el nombramiento del interino.

Concordancias: Código Civil: artículos 373, 375 Nº  2, 500 inciso 2º, 532 y 543. Código de
Procedimiento Civil: artículos 838 y 842.
Artículo 372. El magistrado, para la elección del tutor o curador dativo,
deberá oír a los parientes del pupilo, y podrá en caso necesario nombrar dos o
más, y dividir entre ellos las funciones, como en el caso del artículo 363.

Si hubiere curador adjunto, podrá el juez preferirle para la tutela o curaduría


dativa.

Concordancias: Código Civil: artículos 42, 347 inciso 2º, 363 y 367. Código Penal: artículo 838. Código
de Procedimiento Civil: artículo 851.

849. La obligación de oír a los parientes del pupilo no procede cuando la


Jurisprudencia: 
tutela o curatela es legítima. Este principio, que se deduce sin dificultad del inciso 1º de
este artículo, ha sido recordado alguna vez: "[B]asta para rechazar este capítulo de la
casación el que la supuesta infracción de la disposición referida habría sido cometida en
la tramitación del proceso y no en la sentencia que se revisa. Sin embargo, a mayor
abundamiento, cabe precisar que el artículo 372 del Código Civil, que expresa que 'el
Magistrado, para la elección del tutor o curador dativo, deberá oír a los parientes del
pupilo, y podrá en caso necesario nombrar dos o más, y dividir entre ellos las funciones,
como en el caso del artículo 363', obliga a citar a los parientes del pupilo sólo tratándose
de guardas dativas, cuyo no es el caso de autos, en que la curatela que se solicita es
legítima" (C. Suprema, 31 de julio de 2000, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/393/2000,
Rol Nº 3246-1999).

TÍTULO XX DE LAS DILIGENCIAS Y FORMALIDADES QUE DEBEN


PRECEDER AL EJERCICIO DE LA TUTELA O CURADURÍA

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 84.

Artículo 373. Toda tutela o curaduría debe ser discernida.

Se llama discernimiento el decreto judicial que autoriza al tutor o curador


para ejercer su cargo.

Concordancias: Código Civil: artículos 377, 436. Código Orgánico de Tribunales: artículo 150. Código
de Procedimiento Civil: artículos 853, 854 y 857. Código Sanitario: artículo 133 inciso 2º.

Artículo 374. Para discernir la tutela o curaduría será necesario que preceda


el otorgamiento de la fianza o caución a que el tutor o curador esté obligado.

Ni se le dará la administración de los bienes, sin que preceda inventario


solemne.
Concordancias: Código Civil: artículos 46 y 378. Código de Procedimiento Civil: artículos 855 y 858.
Código Sanitario: artículo 133 inciso 2º.

Artículo 375. Son obligados a prestar fianza todos los tutores o curadores,


exceptuados solamente:

1º. El cónyuge y los ascendientes y descendientes; 572

2º. Los interinos, llamados por poco tiempo a servir el cargo;

3º. Los que se dan para un negocio particular, sin administración de bienes.

Podrá también ser relevado de la fianza, cuando el pupilo tuviere pocos


bienes, el tutor o curador que fuere persona de conocida probidad y de
bastantes facultades para responder de ellos.

Concordancias: Código Civil: artículos 46, 371 inciso 1º, 376, 2335. Código de Procedimiento Civil:
artículos 371, 500 inciso 2º, 532, 543, 855 y 856. Código Sanitario: artículo 133 inciso 2º. Decreto con
Fuerza de Ley Nº 3, Ley General de Bancos,  D.O.  19.12.1997: artículo 87.

Artículo 376. En lugar de la fianza prevenida en el artículo anterior, podrá


prestarse prenda o hipoteca suficiente.573

Concordancias: Código Civil: artículos 46, 375, 2337, 2384, 2407. Código de Procedimiento Civil:
artículo 855.

Artículo 377. Los actos del tutor o curador anteriores al discernimiento, son


nulos; pero el discernimiento, una vez otorgado, validará los actos anteriores,
de cuyo retardo hubiera podido resultar perjuicio al pupilo. 574

Concordancias: Código Civil: artículos 11, 373.

Artículo 378. El tutor o curador es obligado a inventariar los bienes del


pupilo en los noventa días subsiguientes al discernimiento, y antes de tomar
parte alguna en la administración, sino en cuanto fuere absolutamente
necesario.

El juez, según las circunstancias, podrá restringir o ampliar este plazo.

Por la negligencia del guardador en proceder al inventario y por toda falta


grave que se le pueda imputar en él, podrá ser removido de la tutela o
curaduría como sospechoso, y será condenado al resarcimiento de toda
pérdida o daño que de ello hubiere resultado al pupilo, de la manera que se
dispone en el artículo 423.

Concordancias: Código Civil: artículos 44,  374 inciso 2º, 423, 1494 inciso 2º.
850. La omisión del cumplimiento de la obligación confeccionar inventario
Jurisprudencia: 
solemne no priva de validez a los actos del curador. En este sentido se ha declarado:
"Que en lo relativo al inventario solemne, debemos señalar que su incumplimiento acarrea
sanciones que no van aparejadas con la nulidad absoluta, sino que como toda negligencia
o falta grave trae como consecuencia la remoción del curador y la condena al
resarcimiento de toda pérdida o daño que hubiere resultado al pupilo" (C. Apelaciones de
Santiago, 3 de noviembre de 2008, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/696/2008, Rol Nº 14-
2007).

Artículo 379. El testador no puede eximir al tutor o curador de la obligación


de hacer inventario.

Concordancias: Código Civil: artículo  10.

Artículo 380. Si el tutor o curador probare que los bienes son demasiado


exiguos para soportar el gasto de la confección de inventario, podrá el juez,
oídos los parientes del pupilo y el defensor de menores, remitir la obligación de
inventariar solemnemente dichos bienes, y exigir sólo un apunte privado, bajo
las firmas del tutor o curador, y de tres de los más cercanos parientes, mayores
de edad, o de otras personas respetables a falta de éstos.

Concordancias: Código Civil: artículo 42.

Artículo 381. El inventario deberá ser hecho ante escribano y testigos en la


forma que en el Código de Enjuiciamiento se prescribe.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 858 a 865 inclusive.

Artículo 382. El inventario hará relación de todos los bienes raíces y


muebles de la persona cuya hacienda se inventaría, particularizándolos uno a
uno, o señalando colectivamente los que consisten en número, peso o medida,
con expresión de la cantidad y calidad; sin perjuicio de hacer las explicaciones
necesarias para poner a cubierto la responsabilidad del guardador.

Comprenderá asimismo los títulos de propiedad, las escrituras públicas y


privadas, los créditos y deudas del pupilo de que hubiere comprobante o sólo
noticia, los libros de comercio o de cuentas, y en general todos los objetos
presentes, exceptuados los que fueren conocidamente de ningún valor o
utilidad, o que sea necesario destruir con algún fin moral.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 861 y 880.

Artículo 383. Si después de hecho el inventario se encontraren bienes de


que al hacerlo no se tuvo noticia, o por cualquier título acrecieren nuevos
bienes a la hacienda inventariada, se hará un inventario solemne de ellos, y se
agregará al anterior.
Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 858 y 864.

Artículo 384. Debe comprender el inventario aun las cosas que no fueren


propias de la persona cuya hacienda se inventaría, si se encontraren entre las
que lo son; y la responsabilidad del tutor o curador se extenderá a las unas
como a las otras.

Concordancias: Código Civil: artículos 11, 1254. Código de Procedimiento Civil: artículos 861, 880.

Artículo 385. La mera aserción que se haga en el inventario de pertenecer a


determinadas personas los objetos que se enumeran, no hace prueba en
cuanto al verdadero dominio de ellos.

Artículo 386. Si el tutor o curador alegare que por error se han relacionado


en el inventario cosas que no existían, o se ha exagerado el número, peso, o
medida de las existentes, o se les ha atribuido una materia o calidad de que
carecían, no le valdrá esta excepción; salvo que pruebe no haberse podido
evitar el error con el debido cuidado de su parte, o sin conocimientos o
experimentos científicos.

Artículo 387. El tutor o curador que alegare haber puesto a sabiendas en el


inventario cosas que no le fueron entregadas realmente, no será oído, aunque
ofrezca probar que tuvo en ello algún fin provechoso al pupilo.

Concordancias: Código Civil: artículo 11.

Artículo 388. Los pasajes obscuros o dudosos del inventario se


interpretarán a favor del pupilo, a menos de prueba contraria.

Concordancias: Código Civil: artículos 23, 1566.

Artículo 389. El tutor o curador que sucede a otro, recibirá los bienes por el
inventario anterior y anotará en él las diferencias. Esta operación se hará con
las mismas solemnidades que el anterior inventario, el cual pasará a ser así el
inventario del sucesor.

TÍTULO XXI DE LA ADMINISTRACIÓN DE LOS TUTORES Y CURADORES


RELATIVAMENTE A LOS BIENES

Concordancias: Código Sanitario: artículo 133. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 84.
Artículo 390. Toca al tutor o curador representar o autorizar al pupilo en
todos los actos judiciales o extrajudiciales que le conciernan, y puedan
menoscabar sus derechos o imponerle obligaciones.

Concordancias: Código Civil: artículo 43. Código de Minería: artículo 24.

Artículo 391. El tutor o curador administra los bienes del pupilo, y es


obligado a la conservación de estos bienes y a su reparación y cultivo. Su
responsabilidad se extiende hasta la culpa leve inclusive.

Concordancias: Código Civil:artículos 44, 2132 inciso 1º.

Artículo 392. Si en el testamento se nombrare una persona a quien el


guardador haya de consultar en el ejercicio de su cargo, no por eso será éste
obligado a someterse al dictamen del consultor; ni haciéndolo, cesará su
responsabilidad.

Si en el testamento se ordenare expresamente que el guardador proceda de


acuerdo con el consultor, tampoco cesará la responsabilidad del primero por
acceder a la opinión del segundo; pero habiendo discordia entre ellos no
procederá el guardador sino con autorización del juez, que deberá concederla
con conocimiento de causa.

Concordancias: Código Civil: artículo 419.

Artículo 393. No será lícito al tutor o curador, sin previo decreto judicial,


enajenar los bienes raíces del pupilo, ni gravarlos con hipoteca, censo o
servidumbre, ni enajenar o empeñar los muebles preciosos o que tengan valor
de afección; ni podrá el juez autorizar esos actos, sino por causa de utilidad
o necesidad manifiesta.

Concordancias: Código Civil: artículos 395, 659 inciso 2º, 820, 2279, 2384, 2407. Código de
Procedimiento Civil: artículo 891. Código Orgánico de Tribunales: artículo 366. Ley Nº 14.171, Atribuye
Valor de Escritura Pública a Ciertos Documentos Privados Protocolizados,  D.O.  26.10.1960: artículo 65.

851. El aporte social consistente en un bien raíz constituye un acto de


Jurisprudencia: 
"enajenación" comprendido en la regla de este artículo 393. En este sentido se ha
pronunciado la E Corte Suprema: "La Ley Nº 20.659 explicita la naturaleza de persona
xcma. 

jurídica de la sociedad, entre otros, en sus artículos 1 y 2, este último en su acápite


segundo, algo que encuentra completa convergencia con el inciso segundo del artículo
2053 del Código Civil, para el que el ente societario forma una persona jurídica distinta de
los socios individualmente considerados. Por ello es que el aporte del socio constituyente
ve convertida su individualidad dominical en 'fondo social', cuanto más si el aporte lo es
'en dominio', de modo que, en rigor de verdad, lo que opera mediante el acto de
disposición en que consiste el aporte, es que el derecho preexistente egresa del
patrimonio del aportante para ingresar al de la sociedad; el aporte viene siendo, de esa
forma, una transferencia, en la especie, del dominio de un bien raíz al capital social.
Consecuentemente, la contribución al fondo social que de sus singularizados derechos
pretende la demandante, constituye una enajenación, en los términos del referido artículo
393 del estatuto de derecho privado, aserto éste que encuentra confirmación en
disposiciones tales como los artículos 375 del Código de Comercio, 2082 y 2084 del Civil,
siendo de advertir, por lo demás, que en la cláusula quinta del proyecto social se lee que
"los socios pagan al contado, mediante el aporte en dominio..." (fojas 29)" (C. Suprema, 2
de enero de 2018, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/19/2018, Rol Nº 2294-2016).

Artículo 394. La venta de cualquiera parte de los bienes del pupilo


enumerados en los artículos anteriores, se hará en pública subasta.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 892, 893 y 894.

Artículo 395. No obstante la disposición del artículo 393, si hubiere


precedido decreto de ejecución y embargo sobre los bienes raíces del pupilo,
no será necesario nuevo decreto para su enajenación.

Tampoco será necesario decreto judicial para la constitución de una


hipoteca, censo o servidumbre, sobre bienes raíces que se han transferido al
pupilo con la carga de constituir dicha hipoteca, censo o servidumbre.

Concordancias: Código Civil: artículos 393, 820, 2279, 2407.

Artículo 396. Sin previo decreto judicial no podrá el tutor o curador proceder


a la división de bienes raíces o hereditarios que el pupilo posea con otros pro-
indiviso.

Si el juez, a petición de un comunero o coheredero, hubiere decretado la


división, no será necesario nuevo decreto.

Concordancias: Código Civil: artículos 1322 y 1326.

Artículo 397. El tutor o curador no podrá repudiar ninguna herencia deferida


al pupilo, sin decreto de juez con conocimiento de causa, ni aceptarla sin
beneficio de inventario.

Concordancias: Código Civil: artículos 1225, 1236 y 1250.

Artículo 398. Las donaciones o legados no podrán tampoco repudiarse sino


con arreglo a lo dispuesto en el artículo 1236; y si impusieren obligaciones o
gravámenes al pupilo, no podrán aceptarse sin previa tasación de las cosas
donadas o legadas.575

Concordancias: Código Civil: artículo 1236. Código de Procedimiento Civil: artículos 895 a 900.

Artículo 399. Hecha la división de una herencia o de bienes raíces que el


pupilo posea con otros proindiviso, será necesario, para que tenga efecto,
nuevo decreto de juez, que con audiencia del respectivo defensor la apruebe y
confirme.

Concordancias: Código Civil: artículo 1342.

Artículo 400. Se necesita asimismo previo decreto para proceder a


transacciones o compromisos sobre derechos del pupilo que se valúen en más
de un centavo, y sobre sus bienes raíces; y en cada caso la transacción o el
fallo del compromisario se someterán a la aprobación judicial, so pena de
nulidad.576

Concordancias: Código Civil: artículo 2446. Código Orgánico de Tribunales: artículo 223. Decreto Ley
Nº  1.123, Sustituye Unidad Monetaria, D.O. 4.08.1975: artículo 4º.

Artículo 401. El dinero que se ha dejado o donado al pupilo para la


adquisición de bienes raíces, no podrá destinarse a ningún otro objeto que la
impida o embarace; salvo que intervenga autorización judicial con conocimiento
de causa.

Concordancias: Código Civil: artículos 1089, 1416.

Artículo 402. Es prohibida la donación de bienes raíces del pupilo, aun con
previo decreto de juez.

Sólo con previo decreto de juez podrán hacerse donaciones en dinero u


otros bienes muebles del pupilo; y no las autorizará el juez, sino por causa
grave, como la de socorrer a un consanguíneo necesitado, contribuir a un
objeto de beneficencia pública, u otro semejante, y con tal que sean
proporcionadas a las facultades del pupilo, y que por ellas no sufran un
menoscabo notable los capitales productivos.

Los gastos de poco valor para objetos de caridad, o de lícita recreación, no


están sujetos a la precedente prohibición.

Concordancias: Código Civil:artículos 10, 28, 403, 1188 inciso 2º.

Artículo 403. La remisión gratuita de un derecho se sujeta a las reglas de la


donación.

Concordancias: Código Civil: artículos 402, 1395 inciso 3º, 1440, 1653, Libro III, Título XIII.

Artículo 404. El pupilo es incapaz de ser obligado como fiador sin previo


decreto judicial, que sólo autorizará esta fianza a favor de un cónyuge, de un
ascendiente o descendiente, y por causa urgente y grave. 577

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 891. Código Orgánico de Tribunales: artículo


366.
Artículo 405. Los deudores del pupilo que pagan al tutor o curador, quedan
libres de todo nuevo pago.

Concordancias: Código Civil: artículo 1579.

Artículo 406. El tutor o curador deberá prestar el dinero ocioso del pupilo


con las mejores seguridades, al interés corriente que se obtenga con ellas en la
plaza.

Podrá, si lo estimare preferible, emplearlo en la adquisición de bienes raíces.

Por la omisión en esta materia, será responsable de lucro cesante, en cuanto


aparezca que el dinero ocioso del pupilo pudo emplearse con utilidad
manifiesta y sin peligro.

Concordancias: Código Civil: artículos 423, 1556. Ley Nº  7.869, fijó Texto Definitivo de la Ley sobre
"Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales",D.O. 21.11.1944: artículo 9º. Decreto con
Fuerza de Ley Nº 3, Ley General de Bancos, D.O. 19.12.1997: artículo 89. Decreto Nº 2.935, Min.
Hacienda, autoriza la Existencia de la "Sociedad Constructora de Establecimientos
Hospitalarios",  D.O.  28.06.1945. Decreto Nº  764, Min. Salubridad, fijó el Texto Refundido de las Leyes
Nºs. 7.874, 8.066, 8.107 y 9.300,D.O.  30.03.1949. Decreto Nº  1.101, Min. Obras Públicas, fija el Texto
Definitivo del Decreto con Fuerza de Ley Nº  2, de 1959, sobre Plan Habitacional,  D.O.  18.07.1960:
artículo 37.

Artículo 407. No podrá el tutor o curador dar en arriendo ninguna parte de


los predios rústicos del pupilo por más de ocho años, ni de los urbanos por más
de cinco, ni por más número de años que los que falten al pupilo para llegar a
los dieciocho.

Si lo hiciere no será obligatorio el arrendamiento para el pupilo o para el que


le suceda en el dominio del predio, por el tiempo que excediere de los límites
aquí señalados.578

Concordancias: Código Civil: artículos 10, 1962. Código de Procedimiento Civil: artículo 891. Código
Orgánico de Tribunales: artículo 366.

Artículo 408. Cuidará el tutor o curador de hacer pagar lo que se deba al


pupilo, inmediatamente que sea exigible el pago, y de perseguir a los deudores
por los medios legales.

Artículo 409. El tutor o curador tendrá especial cuidado de interrumpir las


prescripciones que puedan correr contra el pupilo.

Concordancias: Código Civil: artículo 2503.

Artículo 410. El tutor o curador podrá cubrir con los dineros del pupilo las
anticipaciones que haya hecho a beneficio de éste, llevando los intereses
corrientes de plaza, mas para ello deberá ser autorizado por los otros tutores o
curadores generales del mismo pupilo, si los hubiere, o por el juez en subsidio.

Si el pupilo le fuere deudor de alguna especie, raíz o mueble, a título de


legado, fideicomiso, o cualquier otro, será preciso que la posesión de ella se dé
al tutor o curador por los otros tutores o curadores generales, o por el juez en
subsidio.

Concordancias: Código Civil: artículos 340, 342.

Artículo 411. En todos los actos y contratos que ejecute o celebre el tutor o
curador en representación del pupilo, deberá expresar esta circunstancia en la
escritura del mismo acto o contrato; so pena de que omitida esta expresión, se
repute ejecutado el acto o celebrado el contrato en representación del pupilo, si
fuere útil a éste, y no de otro modo.

Concordancias: Código Civil: artículo 43.

852. De la representación del pupilo y de la contemplatio domini. Se ha


Jurisprudencia: 
declarado que: "Si bien para que opere la representación, es necesario que el
representante exprese que lo hace a nombre del representado, requisito que la doctrina
llama contemplatio domine, no debe olvidarse, nos recuerda un conocido autor, que el
legislador acepta la existencia de la representación legal aun cuando no haya
habido contemplatio domine expresada en el acto o contrato, cuando éste ha sido útil al
pupilo. Así lo deja de manifiesto el artículo 411 del Código Civil al establecer como
sanción, cuando el tutor o curador actúa en representación del pupilo, sin expresarlo, que
"se repute ejecutado el acto o celebrado el contrato en representación del pupilo, si fuere
útil a éste y no de otro modo". Y explica que "si el legislador ha permitido que en este
caso ella la representación exista es porque se trata de representación legal, en que se
hallan en juego los intereses de un incapaz, los que deben estar eficazmente protegidos
contra la posible mala fe o negligencia de un guardador que la misma ley le impone. De
aquí que omitida la "contemplatio domine haya representación si el contrato beneficia al
pupilo" (David Stitchkin B. "La representación en los actos jurídicos", Memoria de prueba,
1936, pág. 112)" (C. Apelaciones de Concepción, 25 de marzo de 1996, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2581/1996, Rol Nº 10332-1995, conf. C. Suprema, 11 de junio de
1996, LegalPublishing: Cl/Jur/2580/1996, Rol Nº 1891-1996). 853. De la interpretación
extensiva de esta regla al hijo de familia. Se ha estimado que: "Si bien la norma que
cita el profesor Stitchkin está referida a los tutores o curadores, es evidente que sienta un
principio de protección a los incapaces, que no se ve por qué habría de limitarse
exclusivamente a los pupilos y no deba extenderse además al hijo de familia. Donde
existe la misma razón debe existir la misma disposición, reza el viejo aforismo"
(C. Apelaciones de Concepción, 25 de marzo de 1996, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2581/1996, Rol Nº 10332-1995, conf. C. Suprema, 11 de junio de
1996, LegalPublishing: Cl/Jur/2580/1996, Rol Nº 1891-1996).

Artículo 412. Por regla general, ningún acto o contrato en que directa o


indirectamente tenga interés el tutor o curador, o su cónyuge, o cualquiera de
sus ascendientes o descendientes, o de sus hermanos, o de sus
consanguíneos o afines hasta el cuarto grado inclusive, o alguno de sus socios
de comercio, podrá ejecutarse o celebrarse sino con autorización de los otros
tutores o curadores generales, que no estén implicados de la misma manera, o
por el juez en subsidio.579

Pero ni aun de este modo podrá el tutor o curador comprar bienes raíces del
pupilo, o tomarlos en arriendo; y se extiende esta prohibición a su cónyuge, y a
sus ascendientes o descendientes.580

Concordancias: Código Civil: artículos 10, 41, 1799. Decreto con Fuerza de Ley Nº  3, Ley General de
Bancos,  D.O.  19.12.1997: artículo 86 Nº  4 inciso final.

854. La regla del inciso 1º es de carácter imperativo y, por ende, la


Jurisprudencia: 
sanción para el caso de su contravención es la nulidad relativa. Tal es la
interpretación que le ha dado la E  Corte Suprema: "Que la norma del artículo 412 inciso
xcma.

primero del Código Civil establece lo siguiente: 'Por regla general, ningún acto [...]'. Como
es posible apreciar, la norma en comento no tiene carácter prohibitivo, sino imperativo, ya
que establece ciertas condiciones bajo las cuales el acto en que exista el conflicto de
interés a que alude, pueda celebrarse, a saber, que sea autorizado por los otros tutores o
curadores en ejercicio, o en su defecto, por el juez. Así, la sanción aplicable a los actos
ejecutados en contravención a lo dispuesto en el citado artículo 412 del Código Civil,
inciso primero, es la nulidad relativa, desde que se trata de la omisión de un requisito que
la ley exige para su validez, en consideración al estado o calidad de las personas que
participan en él" (C. Suprema, 29 de mayo de 2016, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6819/2016, Rol Nº 19470-2016). 855. La regla del inciso 2º no
se refiere a los bienes que el pupilo posea proindiviso con su guardador o con
otras personas. Así lo ha estimado la I  Corte de Apelaciones de Santiago: "Que, cabe
lma.

tener presente que la prohibición establecida en el inciso 2º de la disposición citada en el


motivo precedente, se refiere a determinados bienes raíces que pertenezcan
exclusivamente al pupilo, o sea, que estén incorporados a su patrimonio, que el guardador
reciba en especies y que en igual forma el guardador esté obligado a restituir; no se
refiere a bienes que el pupilo posea proindiviso con su tutor o curador o con otras
personas" (C. Apelaciones de Santiago, 1 de enero de 2016, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4705/2016, Rol Nº 2992-2016).

Artículo 413. Habiendo muchos tutores o curadores generales, todos ellos


autorizarán de consuno los actos y contratos del pupilo; pero en materias que,
por haberse dividido la administración, se hallen especialmente a cargo de uno
de dichos tutores o curadores, bastará la intervención o autorización de éste
solo.

Se entenderá que los tutores o curadores obran de consuno, cuando uno de


ellos lo hiciere a nombre de los otros, en virtud de un mandato en forma; pero
subsistirá en este caso la responsabilidad solidaria de los mandantes.

En caso de discordia entre ellos, decidirá el juez.

Concordancias: Código Civil: artículos 347, inciso 3º, 419, 440  y 511.


Artículo 414. El tutor o curador tiene derecho a que se le abonen los gastos
que haya hecho en el ejercicio de su cargo; en caso de legítima reclamación,
los hará tasar el juez.

Artículo 415. El tutor o curador es obligado a llevar cuenta fiel, exacta y en


cuanto fuere dable, documentada, de todos sus actos administrativos, día por
día; a exhibirla luego que termine su administración; a restituir los bienes a
quien por derecho corresponda; y a pagar el saldo que resulte en su contra.

Comprende esta obligación a todo tutor o curador, incluso el testamentario,


sin embargo de que el testador le haya exonerado de rendir cuenta alguna, o le
haya condonado anticipadamente el saldo; y aunque el pupilo no tenga otros
bienes que los de la sucesión del testador, y aunque se le dejen bajo la
condición precisa de no exigir la cuenta o el saldo. Semejante condición se
mirará como no escrita.

Concordancias: Código Civil: artículos 379, 771 inciso 2º, 1071 inciso 1º, 1480 inciso 4º.

Artículo 416. Podrá el juez mandar de oficio, cuando lo crea conveniente,


que el tutor o curador, aun durante su cargo, exhiba las cuentas de su
administración o manifieste las existencias a otro de los tutores o curadores del
mismo pupilo, o a un curador especial, que el juez designará al intento.

Podrá provocar esta providencia, con causa grave, calificada por el juez
verbalmente, cualquier otro tutor o curador del mismo pupilo, o cualquiera de
los consanguíneos más próximos de éste, o su cónyuge, o el respectivo
defensor.

Concordancias: Código Civil: artículos 345,  419. Código Orgánico de Tribunales: artículo 366 Nº  1.

Artículo 417. Expirado su cargo, procederá el guardador a la entrega de los


bienes tan pronto como fuere posible; sin perjuicio de ejecutar en el tiempo
intermedio aquellos actos que de otro modo se retardarían con perjuicio del
pupilo.

Artículo 418. Habiendo muchos guardadores que administren de consuno,


todos ellos a la expiración de su cargo presentarán una sola cuenta; pero si se
ha dividido entre ellos la administración, se presentará una cuenta por cada
administración separada.

Concordancias: Código Civil: artículos 347 inciso 3º, 362.

Artículo 419. La responsabilidad de los tutores y curadores que administran


conjuntamente es solidaria; pero dividida entre ellos la administración, sea por
el testador, sea por disposición o con aprobación del juez, no será responsable
cada uno, sino directamente de sus propios actos, y subsidiariamente de los
actos de los otros tutores o curadores, en cuanto ejerciendo el derecho que les
concede el artículo 416, inciso 2º, hubiera podido atajar la torcida
administración de los otros tutores o curadores.

Esta responsabilidad subsidiaria se extiende aun a los tutores o curadores


generales que no administran.

Los tutores o curadores generales están sujetos a la misma responsabilidad


subsidiaria por la torcida administración de los curadores adjuntos.

Concordancias: Código Civil: artículos 344, 347 inciso 3º, 361, 392, 416 inciso 2º, 420, 493, 1511.

Artículo 420. La responsabilidad subsidiaria que se prescribe en el artículo


precedente, no se extiende a los tutores o curadores que, dividida la
administración por disposición del testador, o con autoridad del juez,
administren en diversas comunas.581

Concordancias: Código Civil: artículos 361, 419.

Artículo 421. Es solidaria la responsabilidad de los tutores o curadores


cuando sólo por acuerdo privado dividieren la administración entre sí.

Concordancias: Código Civil: artículo 1511.

Artículo 422. Presentada la cuenta por el tutor o curador, será discutida por


la persona a quien pase la administración de los bienes.

Si la administración se transfiere a otro tutor o curador, no quedará cerrada


la cuenta sino con aprobación judicial, oído el respectivo defensor. 582

Artículo 423. Contra el tutor o curador que no dé verdadera cuenta de su


administración, exhibiendo a la vez el inventario y las existencias, o que en su
administración fuere convencido de dolo o culpa grave, habrá por parte del
pupilo el derecho de apreciar y jurar la cuantía del perjuicio recibido,
comprendiendo el lucro cesante; y se condenará al tutor o curador en la
cuantía apreciada y jurada; salvo que el juez haya tenido a bien moderarla.

Concordancias: Código Civil: artículos 44, 406, 1556. Código Orgánico de Tribunales: artículos 230,
366 número 1.

Artículo 424. El tutor o curador pagará los intereses corrientes del saldo que
resulte en su contra, desde el día en que su cuenta quedare cerrada o haya
habido mora en exhibirla; y cobrará a su vez los del saldo que resulte a su
favor, desde el día en que cerrada su cuenta los pida.

Concordancias: Código Civil: artículo 2156.


Artículo 425. Toda acción del pupilo contra el tutor o curador en razón de la
tutela o curaduría, prescribirá en cuatro años, contados desde el día en que el
pupilo haya salido del pupilaje.

Si el pupilo fallece antes de cumplirse el cuadrienio, prescribirá dicha acción


en el tiempo que falte para cumplirlo.

Concordancias: Código Civil: artículos 2509 inciso 2 Nº 1, 2520.

Artículo 426. El que ejerce el cargo de tutor o curador, no lo siendo


verdaderamente, pero creyendo serlo, tiene todas las obligaciones y
responsabilidades del tutor o curador verdadero, y sus actos no obligarán al
pupilo, sino en cuanto le hubieren reportado positiva ventaja.

Si se le hubiere discernido la tutela o curaduría, y hubiere administrado


rectamente, tendrá derecho a la retribución ordinaria, y podrá conferírsele el
cargo, no presentándose persona de mejor derecho a ejercerlo.

Pero si hubiere procedido de mala fe, fingiéndose tutor o curador, será


precisamente removido de la administración, y privado de todos los
emolumentos de la tutela o curaduría, sin perjuicio de la pena a que haya lugar
por la impostura.

Artículo 427. El que en caso de necesidad, y por amparar al pupilo, toma la


administración de los bienes de éste, ocurrirá al juez inmediatamente para que
provea a la tutela o curaduría, y mientras tanto procederá como agente oficioso
y tendrá solamente las obligaciones y derechos de tal. Todo retardo voluntario
en ocurrir al juez, le hará responsable hasta de la culpa levísima.

Concordancias: Código Civil: artículos 44, 2286 a 2290, 2294.

TÍTULO XXII REGLAS ESPECIALES RELATIVAS A LA TUTELA

Concordancias: Código Sanitario: artículo 133. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 84.

Artículo 428. En lo tocante a la crianza y educación del pupilo es obligado el


tutor a conformarse con la voluntad de la persona o personas encargadas de
ellas, según lo ordenado en el Título IX, sin perjuicio de ocurrir al juez, cuando
lo crea conveniente.583

Pero el padre o madre que ejercen la tutela no serán obligados a consultar


sobre esta materia a persona alguna.584
Artículo 429. El tutor, en caso de negligencia de la persona o personas
encargadas de la crianza y educación del pupilo, se esforzará por todos los
medios prudentes en hacerles cumplir su deber, y si fuere necesario ocurrirá al
juez.

Concordancias: Código Civil: artículos 44, 224, 230, 232.

Artículo 430. El pupilo no residirá en la habitación o bajo el cuidado personal


de ninguno de los que, si muriese, habrían de suceder en sus bienes.

No están sujetos a esta exclusión los ascendientes. 585

Concordancias: Código Civil: artículo 464.

Artículo 431. Cuando los padres no hubieren provisto por testamento a la


crianza y educación del pupilo, suministrará el tutor lo necesario para estos
objetos, según competa al rango social de la familia; sacándolo de los bienes
del pupilo, y en cuanto fuere posible, de los frutos.

El tutor será responsable de todo gasto inmoderado en la crianza y


educación del pupilo, aunque se saque de los frutos.

Para cubrir su responsabilidad, podrá pedir al juez que, en vista de las


facultades del pupilo, fije el máximum de la suma que haya de invertirse en su
crianza y educación.

Concordancias: Código Civil: artículos 224, 230, 241, 537, 643, 644, 647.

Artículo 432. Si los frutos de los bienes del pupilo no alcanzaren para su
moderada sustentación y la necesaria educación, podrá el tutor enajenar o
gravar alguna parte de los bienes, no contrayendo empréstitos ni tocando los
bienes raíces o los capitales productivos, sino por extrema necesidad y con la
autorización debida.

Concordancias: Código Civil: artículos 231, 537, 644, 647.

Artículo 433. En caso de indigencia del pupilo, recurrirá el tutor a las


personas que por sus relaciones con el pupilo estén obligadas a prestarle
alimentos, reconviniéndolas judicialmente, si necesario fuere, para que así lo
hagan.

Concordancias: Código Civil: artículos 321 a 337.

Artículo 434. La continuada negligencia del tutor en proveer a la


sustentación y educación del pupilo, es motivo suficiente para removerle de la
tutela.586
Concordancias: Código Civil: artículos 44, 539 Nº  2.

TÍTULO XXIII REGLAS ESPECIALES RELATIVAS A LA CURADURÍA DEL


MENOR

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 84.

Artículo 435. La curaduría del menor de que se trata en este título, es


aquella a que sólo por razón de su edad está sujeto el adulto emancipado.

Concordancias: Código Civil: artículos 26, 269, 270, 271, 273, 338, 339, 342.

Artículo 436. Llegado el menor a la pubertad, su tutor entrará a desempeñar


la curatela por el solo ministerio de la ley.

En consecuencia, no será necesario que se le discierna el cargo, ni que


rinda nuevas cauciones, ni que practique inventario. Las cuentas de la tutela y
de la curatela se rendirán conjuntamente.587

Concordancias: Código Civil: artículo 373.

Artículo 437. El menor adulto que careciere de curador debe pedirlo al juez,
designando la persona que lo sea.

Si no lo pidiere el menor, podrán hacerlo los parientes; pero la designación


de la persona corresponderá siempre al menor, o al juez en subsidio.

El juez, oyendo al defensor de menores, aceptará la persona designada por


el menor, si fuere idónea.

Concordancias: Código Civil: artículos 26, 970. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 6.

Artículo 438. Podrá el curador ejercer, en cuanto a la crianza y educación


del menor, las facultades que en el título precedente se confieren al tutor
respecto del impúber.

Concordancias: Código Civil: artículos 428 a 434.

Artículo 439. El menor que está bajo curaduría tendrá las mismas facultades
administrativas que el hijo sujeto a patria potestad, respecto de los bienes
adquiridos por él en el ejercicio de un empleo, oficio, profesión o industria.
Lo dispuesto en el artículo 260 se aplica al menor y al curador. 588

Concordancias: Código Civil: artículos 251 y 260. Código de Comercio: artículos 10 y 18.

Artículo 440. El curador representa al menor, de la misma manera que el


tutor al impúber.

Podrá el curador, no obstante, si lo juzgare conveniente, confiar al pupilo la


administración de alguna parte de los bienes pupilares; pero deberá autorizar
bajo su responsabilidad los actos del pupilo en esta administración.

Se presumirá la autorización para todos los actos ordinarios anexos a ella.

El curador ejercerá también, de pleno derecho, la tutela o curatela de los


hijos bajo patria potestad del pupilo.589

Concordancias: Código Civil: artículos 43, 390. Ley Nº 18.600, sobre Deficientes


Mentales,D.O.  19.02.1987: artículo 4º inciso 2º.

Artículo 441. El pupilo tendrá derecho para solicitar la intervención del


defensor de menores, cuando de alguno de los actos del curador le resulte
manifiesto perjuicio; y el defensor, encontrando fundado el reclamo, ocurrirá al
juez.

Concordancias: Código Orgánico de Tribunales: artículo 366.

TÍTULO XXIV REGLAS ESPECIALES RELATIVAS A LA CURADURÍA DEL


DISIPADOR

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 84.

Artículo 442. A los que por pródigos o disipadores han sido puestos en
entredicho de administrar sus bienes, se dará curador legítimo, y a falta de
éste, curador dativo.

Esta curaduría podrá ser testamentaria en el caso del artículo 451.

Concordancias: Código Civil: artículos 342, 366, 370, 451, 1447 inciso 3º. Código Orgánico de
Tribunales: artículo 465 número 1. Código de Minería: artículo 24. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 46 inciso 2º, 58. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 6.

856. De los efectos de la declaración de interdicción por disipación. Se ha


Jurisprudencia: 
precisado que: "El efecto de la interdicción por disipador es el de privar al interdicto de la
libre disposición de sus bienes y de su administración, la que pasa y es ejercida de pleno
derecho por el curador designado" (C. Suprema, 11 de noviembre de 1991, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/477/1991, Rol Nº 28751).

Artículo 443. El juicio de interdicción podrá ser provocado por el cónyuge no


separado judicialmente del supuesto disipador, por cualquiera de sus
consanguíneos hasta en el cuarto grado, y por el defensor público. 590

El defensor público será oído aun en los casos en que el juicio de


interdicción no haya sido provocado por él.591

Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 91 y
98. Código de Procedimiento Civil: artículo 843. Código Orgánico de Tribunales: artículo 366. Ley
Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 6.

Artículo 444. Si el supuesto disipador fuere extranjero, podrá también ser


provocado el juicio por el competente funcionario diplomático o consular.

Concordancias: Código Civil: artículo 56. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 91 y 98.
Código de Procedimiento Civil: artículo 843.

Artículo 445. La disipación deberá probarse por hechos repetidos de


dilapidación que manifiesten una falta total de prudencia.

El juego habitual en que se arriesguen porciones considerables del


patrimonio, donaciones cuantiosas sin causa adecuada, gastos ruinosos,
autorizan la interdicción.

Concordancias: Código Civil: artículo 44 inciso 2º. Código de Derecho Internacional Privado:


artículos 91 y 98.

Artículo 446. Mientras se decide la causa, podrá el juez, a virtud de los


informes verbales de los parientes o de otras personas, y oídas las
explicaciones del supuesto disipador, decretar la interdicción provisoria.

Concordancias: Código Civil: artículo 461. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 91 y 98.
Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 22.

857. La interdicción provisoria es un tipo de medida cautelar innovativa y,


Jurisprudencia: 
existiendo un grado de verosimilitud debe presumirse el periculum in damni. Se ha
estimado que: "La interdicción provisoria, por las características que le son propias debe
entenderse como un tipo de medida cautelar innovativa, ya que a través de la misma se
efectúa por el tribunal sustanciador una declaración interina sobre el fondo. Como tal en
los procesos de familia, la misma puede ser decretada de oficio o a petición de parte [...]
Que en el caso de la referida medida cautelar, existiendo un grado de verosimilitud de los
fundamentos de la acción debe entrar a presumirse el 'periculum in damni o in facti', toda
vez que es evidente que de no decretarse la medida se produciría un perjuicio a los
intereses de la propia afectada ya que el transcurso del tiempo más o menos prolongado
que dura la sustanciación del proceso, podría provocar que ella caiga en estado de
insolvencia" (C. de Apelaciones de Temuco, 30 de enero de 2008, cons. 6º y 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7528/2008, Rol Nº 906-2007). En el mismo sentido, se ha
declarado que: "Conforme al artículo 446 del Código Civil 'mientras se decide la causa,
podrá el juez, a virtud de los informes verbales de los parientes o de otras personas, y
oídas las explicaciones del supuesto disipador, decretar la interdicción provisoria', de
manera que de la norma transcrita se infiere que para decretar la interdicción provisoria
no es necesario prueba absoluta de incapacidad del demandado, toda vez que la
interdicción provisoria, por las características que le son propias, viene a ser una medida
cautelar, en cuanto a través de la misma se efectúa por el tribunal de la causa una
declaración interina sobre el fondo de la cuestión. Es un símil a los actuales procesos de
familia, y por tanto la interdicción puede ser decretada de oficio por el tribunal o bien a
petición de partes, bastando que de los fundamentos de la acción se acompañen
antecedentes, documentos u otros medios de prueba que permitan presumir el 'periculum
in damni o in facti', es decir, un grado de verosimilitud de los fundamentos de la acción
intentada, toda vez que de lo contrario, esto es, de no decretarse la medida, se podría
producir un perjuicio a los intereses de la propia afectada por el transcurso del tiempo que
dure la sustanciación del proceso, y que es precisamente lo que esta Corte observa en el
caso en estudio, toda vez que la persona respecto de la cual se pide la interdicción
provisoria tiene 54 años de edad y un Síndrome de Down que afecta un 80% su
capacidad mental, y en tal situación puede ser beneficiaria, por parte del Estado, de un
subsidio habitacional que vendría a solucionar un problema de vivienda para toda su
familia y de la propia interdicta provisoria" (C. Apelaciones de Coyhaique, 13 de junio de
2011, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/9763/2011, Rol Nº 52-2011). 858. Es facultad
privativa del tribunal decretar la medida cautelar de interdicción provisoria. Se ha
declarado así que: "Es una facultad privativa del tribunal decretar la medida cautelar de
interdicción provisoria, estos sentenciadores con las pruebas rendidas en el proceso, han
llegado a la convicción que resulta conveniente y beneficiosa para la demandada que se
declare su interdicción provisoria. 10. Que así las cosas, concurriendo en la situación en
estudio los requisitos exigidos por la normativa civil vigente y siendo beneficioso para la
demandada que se declare por ahora su interdicción provisoria, corresponde, como bien
lo resolvió el juez a quo, acoger la solicitud formulada al respecto por la parte
demandante. 11. Que, por último, en relación a lo manifestado por la demandada en el
escrito de apelación, cabe tener presente únicamente que para decretar la interdicción
provisoria basta que concurran en el proceso los requisitos y antecedentes probatorios de
que dan cuenta los artículos 446 y 456 del Código Civil" (C. de Apelaciones de
Concepción, 10 de junio de 2008, cons. 9º, 10º y 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/5669/2008,
Rol Nº 240-2008). 859. Esta disposición se aplica a la interdicción del demente. Se
ha advertido: "Que conforme al artículo 446 del Código Civil, mientras se decide la causa
en que se debate la interdicción de un supuesto disipador, podrá el juez, a virtud de los
informes verbales de los parientes o de otras personas, y oídas las explicaciones del
afectado, decretar su interdicción provisoria. Si bien dicha norma está establecida para la
Curadoría del Disipador, por expresa disposición del artículo 461 del Código Civil se
aplica también la interdicción del demente" (C. de Apelaciones de Temuco, 30 de enero
de 2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7528/2008, Rol Nº 906-2007). 860. De la
interdicción provisoria y de la prueba. Se ha precisado que: "Para decretar la medida
en cuestión no es necesario la prueba absoluta de la incapacidad del demandado sino
únicamente la existencia de antecedentes que hagan verosímil el estado de salud mental
que se atribuye al futuro interdicto, por cuanto es obvio que son las restantes pruebas
practicadas al interior del proceso las que determinarán el estado de salud definitivo de
éste" (C. de Apelaciones de Temuco, 30 de enero de 2008, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7528/2008, Rol Nº 906-2007). En el mismo sentido se había
declarado que: "Es privativo del Tribunal decretar la medida en cuestión, toda vez que la
expresión 'podrá' está indicando que queda al arbitrio de aquél decretarlo o no, y por ello,
no resulta ni conveniente ni beneficioso para la demandada que se declare por ahora su
interdicción provisoria, debiendo previamente producirse mayores antecedentes que
hagan plausible acceder a ella" (C. de Apelaciones de Santiago, 5 de enero de 1995,
cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/1249/1995).

Artículo 447. Los decretos de interdicción provisoria o definitiva deberán


inscribirse en el Registro del Conservador y notificarse al público por medio
de tres avisos publicados en un diario de la comuna, o de la capital de la
provincia o de la capital de la región, si en aquélla no lo hubiere. 592

La inscripción y notificación deberán reducirse a expresar que tal individuo,


designado por su nombre, apellido y domicilio, no tiene la libre administración
de sus bienes.

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículos 91 y 98. Ley Nº  4.808, sobre
Registro Civil,  D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 4
número 4, 8. Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes Raíces,D.O. 24.06.1857: artículo 52
número 4.

861. El cumplimiento de una sentencia extranjera que declara la


Jurisprudencia: 
interdicción por demencia no exige que el solicitante tenga un interés actual ni que
posea algún derecho comprometido. En este sentido se ha declarado que: "[E]l
cumplimiento de una sentencia extranjera que declara la interdicción por demencia no
exige que el solicitante tenga algún interés actual ni tampoco que posea algún derecho
comprometido, como lo postula el Sr. Fiscal judicial subrogante en su informe agregado a
estos autos, por cuanto la ejecución del decreto de interdicción se limita a su inscripción y
publicación en los términos que exige el citado artículo 447 del Código Civil"
(C. Suprema, 25 de enero de 2017, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/2962/2017, Rol
Nº 95040-2016).

Artículo 448. Se deferirá la curaduría:

1º. A los ascendientes, pero el padre o madre cuya paternidad o maternidad


haya sido determinada judicialmente contra su oposición o que esté casado
con un tercero no podrá ejercer este cargo;

2º. A los hermanos, y

3º. A otros colaterales hasta en el cuarto grado. 593

El juez tendrá libertad para elegir en cada clase de las designadas en los
números anteriores la persona o personas que más a propósito le
parecieren.594

A falta de las personas antedichas tendrá lugar la curaduría dativa. 595


Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28 y 41. Código de Derecho Internacional Privado: artículo
98.

Artículo 449. El curador del marido disipador administrará la sociedad


conyugal en cuanto ésta subsista y ejercerá de pleno derecho la guarda de los
hijos en caso de que la madre, por cualquier razón, no ejerza la patria
potestad.596

El curador de la mujer disipadora ejercerá también, y de la misma manera, la


tutela o curatela de los hijos que se encuentren bajo la patria potestad de ella,
cuando ésta no le correspondiera al padre.597

Concordancias: Código Civil: artículo 1758. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 98.

Artículo 450. Ningún cónyuge podrá ser curador del otro declarado


disipador.

La mujer casada en sociedad conyugal cuyo marido disipador sea sujeto a


curaduría, si es mayor de dieciocho años o después de la interdicción los
cumpliere, tendrá derecho para pedir separación de bienes. 598

Concordancias: Código Civil: artículos 155 y 1762. Código de Derecho Internacional Privado: artículo
98.

Artículo 451. El padre o madre que ejerza la curaduría del hijo disipador


podrá nombrar por testamento la persona que, a su fallecimiento, haya de
sucederle en la guarda.599

Concordancias: Código Civil: artículos 354 y 355. Código de Derecho Internacional Privado: artículo
98.

Artículo 452. El disipador tendrá derecho para solicitar la intervención del


ministerio público, cuando los actos del curador le fueren vejatorios o
perjudiciales; y el curador se conformará entonces a lo acordado por el
ministerio público.

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 98.

Artículo 453. El disipador conservará siempre su libertad, y tendrá para sus


gastos personales la libre disposición de una suma de dinero, proporcionada a
sus facultades, y señalada por el juez.

Sólo en casos extremos podrá ser autorizado el curador para proveer por sí
mismo a la subsistencia del disipador, procurándole los objetos necesarios.

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 98. Ley Nº  18.600, sobre
Deficientes Mentales, D.O. 19.02.1987: artículo 4º inciso 2. Ley Nº  19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 46 inciso 2º, 58.

Artículo 454. El disipador será rehabilitado para la administración de lo


suyo, si se juzgare que puede ejercerla sin inconveniente; y rehabilitado, podrá
renovarse la interdicción, si ocurriere motivo.

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 98.

Artículo 455. Las disposiciones indicadas en el artículo precedente serán


decretadas por el juez con las mismas formalidades que para la interdicción
primitiva; y serán seguidas de la inscripción y notificación prevenidas en el
artículo 447; que en el caso de rehabilitación se limitarán a expresar que tal
individuo (designado por su nombre, apellido y domicilio) tiene la libre
administración de sus bienes.

Concordancias: Código Civil: artículos 447, 454. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 98.
Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil,  D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículos 4 número 4, y 8. Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes
Raíces,D.O.  24.06.1857: artículo 52 Nº 4. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004:
artículo 8º número 6.

TÍTULO XXV REGLAS ESPECIALES RELATIVAS A LA CURADURÍA DEL


DEMENTE

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 84. Ley Nº  18.600, sobre
Deficientes Mentales, D.O.  19.02.1987: artículo 18 bis. Ley Nº 19.735, Modifica la Ley Nº  18.600,
Estableciendo Nuevas Normas sobre los Discapacitados Mentales, D.O. 22.06.2001: artículo único
Nº  17.

Artículo 456. El adulto que se halla en un estado habitual de demencia,


deberá ser privado de la administración de sus bienes, aunque tenga intervalos
lúcidos.

La curaduría del demente puede ser testamentaria, legítima o dativa.

Concordancias: Código Civil: artículos 26 y 342. Código Sanitario: artículo 133. Código de


Procedimiento Civil: artículo 357 Nº 2. Código Orgánico de Tribunales: artículo 465 Nº  1. Ley Nº  17.105,
sobre Alcoholes, Bebidas Alcohólicas y Vinagres, D.O. 14.04.1969: artículos 133 a 138. Ley Nº  18.600,
sobre Deficientes Mentales,  D.O.  19.02.1987: artículos 4 inciso 2º, 18 bis. Ley Nº  19.735, Modifica la
Ley Nº 18.600, Estableciendo Nuevas Normas sobre los Discapacitados Mentales,  D.O.  22.06.2001:
artículo único Nº 17. Decreto Supremo Nº 68,  D.O.  10.03.1927. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 6. Ley Nº  20.422, Establece normas sobre igualdad de
oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad, D.O. 10.02.2010: artículos 1º, 3 letra a),
5º, 6º letra a), 9º, 11. Resolución Exenta Nº  776, Reglamento para la internación de las personas con
enfermedades mentales, 28.08.1998: artículo 32.
862. De no afectarse la garantía constitucional de la igualdad, por la
Jurisprudencia: 
declaración de interdicción. En este sentido el E Tribunal Constitucional ha precisado:
xcmo. 

"no se infringe la igualdad ante la ley cuando ésta da un tratamiento distinto a personas
que, por su condición física o mental, no están en condiciones de administrar libremente
sus bienes y de participar activa y plenamente en la vida en sociedad. Desde el punto de
vista de la finalidad que persiguen las medidas de resguardo y protección que el legislador
puede diseñar para proteger los intereses de las personas discapacitadas y de la
sociedad en su conjunto, la declaración de interdicción satisface precisamente esa doble
finalidad, en la medida que esté rodeada de todos los elementos que aporten al juez la
certeza de que no se está afectando la capacidad de aquellas personas sin un
fundamento suficiente. En este sentido, la Corte Constitucional de Colombia ha reparado
en la necesidad imperiosa de probar médicamente la incapacidad antes de decretar la
interdicción de una persona, afirmando que 'el acompañamiento de un certificado médico
a una demanda en la que se solicita que una persona sea declarada interdicta por
demencia, no constituye una mera formalidad exigida por la ley procesal para la admisión
de una demanda de esta naturaleza, sino que está llamado a cumplir fines específicos
como son (i) constituye un soporte probatorio insustituible para que el juez competente
tenga los elementos de juicio necesarios para proveer sobre la admisión de una demanda
de interdicción; y, ii) se erige en una garantía fundamental para el demandado, dado que
no todas las personas deben soportar un proceso de esa naturaleza, sino solamente
aquellas sobre las cuales se acredita una condición de discapacidad que amerite, por lo
menos, la apertura del proceso.' (Sentencia T 026/14, de 27 de enero de 2014,
fundamento 6.6)" (Tribunal Constitucional, 26 de enero de 2016, cons. 14º,
LegalPublishing: Cl/Jur/737/2016, Rol Nº 2703-2015-Ina). Algún tribunal de alzada había
mantenido la misma opinión, aunque observada desde otra perspectiva: "En la situación
de la interdicción por demencia no es justo ni equitativo colocar al interdicto en iguales
condiciones que al hombre normal, porque al aplicar la ley las mismas sanciones al
sujeto, al supeditarlo a las mismas reglas, no se produciría la igualdad que persigue la ley
en su resultado más amplio" (C. de Apelaciones de Concepción, 10 de junio de 2008,
cons. 1º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5669/2008, Rol Nº 240-2008). 863. De la noción de
"interdicción por demencia". Se ha entendido que: "La interdicción —por demencia en
este caso— es el estado de una persona que ha sido declarada por sentencia judicial
incapaz de ejercitar actos jurídicos, privándola de la administración de sus bienes, previo
el juicio correspondiente" (C. Apelaciones de Santiago, 24 de junio de 2014, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3827/2014, Rol Nº 1135-2014). Ha precisado el E Tribunal xcmo. 

Constitucional que: "[L]a declaración de interdicción, esto es, el decreto judicial por medio
del cual se priva a una persona (demente, disipador) de administrar sus bienes no pugna,
necesariamente, con el reconocimiento de su capacidad jurídica, pues la normativa
vigente exige que el juez pondere los antecedentes concretos del afectado" (Tribunal
Constitucional, 26 de enero de 2016, cons. 20º, LegalPublishing: Cl/ Jur/737/2016, Rol
Nº 2703-2015-Ina). 864. De la finalidad de protección de la interdicción por causa de
demencia. La E.  Corte Suprema ha advertido que: "El artículo 456 del Código Civil
xcma

dispone que "el adulto que se halla en un estado habitual de demencia deberá ser privado
de la administración de sus bienes, aunque tenga intervalos lúcidos". El procedimiento
que nuestro ordenamiento jurídico contempla para tales efectos es el de la solicitud de
interdicción por demencia. Su objetivo es la protección de la persona a quien se restringe
su aptitud de obrar, dotándola de un curador que cuide de su persona y de sus bienes,
permitiéndole desenvolverse en un plano deigualdad en sus relaciones jurídicas" (C.
Suprema, 21 de marzo de 2018, cons. 8º y 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/1395/2018, Rol
Nº 33859-2017). 865. La interdicción está establecida en interés del interdicto, de su
familia y de la sociedad. En este sentido se ha pronunciado la E  Corte Suprema: "La
xcma.
interdicción está establecida en interés del propio interdicto, de su familia y de la
sociedad, y para aquellas personas que por circunstancias diversas no pueden actuar por
sí mismas en los actos de la vida civil debido a su falta de capacidad intelectual, lo que los
coloca en situación de inferioridad respecto de las demás personas, ya que no pueden
proveer eficazmente a la administración de sus intereses. Asimismo, tal declaración
puede ser ejercida para defender el derecho, eventual y futuro, de los asignatarios
forzosos en el patrimonio del interdicto, después de su fallecimiento" (C. Suprema, 21 de
marzo 2018, cons. 8º y 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/1395/2018, Rol Nº 33859-
2017). 866. De la interdicción por demencia y del principio de igualdad. Se ha
estimado que: "En la situación de la interdicción por demencia no es justo ni equitativo
colocar al interdicto en iguales condiciones que al hombre normal, porque al aplicar la ley
las mismas sanciones al sujeto, al supeditarlo a las mismas reglas, no se produciría la
igualdad que persigue la ley en su resultado más amplio" (Ca. Concepción, 10 de junio de
2008, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5669/2008, Rol Nº 240-2008). 867. De los
requisitos para que proceda la declaración de interdicción por demencia. Se ha
precisado que: "Las condiciones que requiere la ley para someter a interdicción a una
persona son las siguientes: a) que sea un adulto; b) que el adulto sea demente; y c) que
el estado de demencia sea habitual" (C. de Apelaciones de Concepción, 27 de junio de
2008, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/5669/2008, Rol Nº 240-2008). 868. De la
interpretación de la voz "demencia". Se ha dicho en este punto: "Que el Código Civil no
define el término 'demencia', de manera que se torna necesario precisar el alcance que
debe darse a dicho término. El tratadista Luis F. Borja dice que 'si bien las enfermedades
mentales son variadísimas, el legislador las ha comprendido todas en la palabra
demencia' (En Estudios sobre el Código Civil Chileno, Paris, Roger, 1901, tomo VII,
página 74). El autor Alfredo Barros Errázuriz manifiesta que 'nuestro Código comprende
bajo la palabra demencia todos aquellos estados en que puede encontrarse una persona
privada de su razón' (Curso de Derecho Civil, Nascimento, 1931, tomo IV, página 378,
Nº 248). El distinguido civilista Luis Claro Solar expresa: 'Comprende la ley en la palabra
demencia la enajenación mental bajo todas las formas en que pueda presentarse y en
todos sus grados, cualquiera que sea el nombre que se le dé (En Explicaciones de
Derecho Civil Chileno, tomo V, 'De las personas', página 100, Nº 2420). El profesor
Manuel Somarriva Undurraga sostiene que: 'La expresión demente la toma nuestro
Código en un sentido amplio, comprendiendo toda alteración mental que prive de razón a
un individuo' (En Derecho de Familia, Editorial Nascimento, 1963). Por último, el profesor
René Ramos Pazos dice que: 'También es conocido que unánimemente la doctrina estima
que demencia implica cualquier tipo de privación de razón, sin importar cuál sea el
nombre técnico de la enfermedad que la produce' (En Derecho de Familia, tomo II,
Editorial Jurídica de Chile, tomo II, 2007, página 612). Nuestros tribunales al respecto han
señalado: '[Q]ue aun cuando la ley no define, para el caso de decretar la interdicción,
quiénes son dementes, es indudable que designa con esta denominación, dados el motivo
y objeto por que los somete a curatela, no sólo a los que por debilidad o desórdenes
intelectuales, de carácter habitual, carecen en absoluto de razón, sino también a los que,
por las mismas causas, no pueden dirigirse a sí mismos o administrar competentemente
sus negocios (C. de Apelaciones de Concepción, 27 de agosto de 1896. Gaceta de los
Tribunales, año 1896, tomo II, página 614, sentencia 3325). Lo anterior permite concluir
que la interpretación que debe darse a la expresión demencia no es en su significado
científico o técnico, sino que debe tomarse claramente en su sentido más amplio, más
diverso, esto es, en sentido de enfermedad mental'" (C. de Apelaciones de Concepción,
27 de junio de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5669/2008, Rol Nº 240-2008). En
términos generales, la jurisprudencia constitucional se ha plegado a esta interpretación,
para insistir en que su determinación se trata de una cuestión de hecho, que debe juzgar
y ponderar el juez: "Que la justicia ordinaria ha observado que '[la referida disposición] no
define qué se entiende por demencia, ni estado habitual de demencia, tratándose ésta de
una cuestión de hecho que debe ser decidida por el juez, ocurriendo que se ha entendido
que el citado Código ha comprendido en el término demencia no sólo al loco furioso sino
también a aquel a quien falta inteligencia, como los casos de idiotismo e imbecilidad, y
también al demente propiamente tal que se caracteriza por una debilidad o nulidad de las
facultades intelectuales o morales y, en general, a todo trastorno, total y completo, de la
razón que impide a una persona tener la libre voluntad de obligarse y la responsabilidad
de sus actos, lo que lo hace absolutamente incapaz (...).' (Corte de Apelaciones de
Valparaíso. Sentencia Rol Nº 988-07, de 1º de abril de 2008, c. 1º)" (Tribunal
Constitucional, 26 de enero de 2016, cons. 19º, LegalPublishing: Cl/Jur/737/2016, Rol
Nº 2703-2015-Ina). 869. La administración confiada al curador comprende todo
género de bienes del demente. Sobre la base de no distinguirse en este artículo especie
alguna de bienes de cuya administración es privado el demente por su delcaración de
interdicción, en coherencia con la regla del artículo 390 del Código Civil, se ha declarado
que la adminitración confiada el tutor abarca todo tipo de bienes, incluyéndose
naturalmente entre ellos los derechos sociales y la facultad de administrar una sociedad:
"s necesario tener en consideración que el artículo 456 del Código Civil dispone que "El
adulto que se halla en un estado habitual de demencia, deberá ser privado de la
administración de sus bienes, aunque tenga intervalos lúcidos." Por su parte, el artículo
390 del referido cuerpo legal establece "Toca al tutor o curador representar o autorizar al
pupilo en todos los actos judiciales o extrajudiciales que le conciernan, y puedan
menoscabar sus derechos o imponerle obligaciones" [...] Que se advierte que las normas
precedentemente citada entregan de forma omnicomprensiva al tutor la facultad de actuar
en representación de su pupilo, sin realizar distinción alguna en torno a la naturaleza de
los bienes de su propiedad. Es necesario en este punto tener presente que, en relación a
la participación en la sociedad materia de autos de [...] , ésta no se circunscribe
únicamente al aporte social, sino también a la facultad de conducir a ésta conforme al
objeto social trazado, lo que se concreta en la forma de administración pactada por los
socios, que en este caso corresponde a ambos. En este orden de ideas, resulta
indiscutido que no sólo forman parte del patrimonio del pupilo los derechos sociales sino
también la facultad de administrar la sociedad, en consecuencia le corresponde a la
curadora la administración y representación a estos efectos, en particular en el presente
caso, donde debe resguardar que no se produzca un menoscabo de los derechos o la
imposición de obligaciones a su pupilo, dado que en la práctica la administración la está
ejerciendo el socio minoritario" (C. Suprema, 18 de enero de 2018, cons. 4º y 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/304/2018, Rol Nº 38659-2017).

Artículo 457. Cuando el niño demente haya llegado a la pubertad, podrá el


padre de familia seguir cuidando de su persona y bienes hasta la mayor edad;
llegada la cual deberá precisamente provocar el juicio de interdicción.

Concordancias: Código Civil: artículo 26. Ley Nº 18.600, sobre Deficientes


Mentales, D.O. 19.02.1987: artículo 9º. Ley Nº 19.735, Modifica la Ley Nº  18.600, Establece Nuevas
Normas sobre los Discapacitados Mentales,  D.O.  22.06.2001: artículo único Nº 9.

Artículo 458. El tutor del pupilo demente no podrá después ejercer la


curaduría sin que preceda interdicción judicial, excepto por el tiempo que fuere
necesario para provocar la interdicción.
Lo mismo será necesario cuando sobreviene la demencia al menor que está
bajo curaduría.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 6.

Artículo 459. Podrán provocar la interdicción del demente las mismas


personas que pueden provocar la del disipador.

Deberá provocarla el curador del menor a quien sobreviene la demencia


durante la curaduría.

Pero si la locura fuere furiosa, o si el loco causare notable incomodidad a los


habitantes, podrá también el procurador de ciudad o cualquiera del pueblo
provocar la interdicción.

Concordancias: Código Civil: artículo 443. Código de Procedimiento Civil: artículo 843. Ley Nº  19.968,
crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 6.

: 870. Esta disposición no establece orden de prelación alguno para los


Jurisprudencia
efectos de instar por la declaración de interdicción del disipador. Así se ha declarado
que: "[E]l artículo 459 del Código Civil no tiene el carácter de residual ni establece un
orden de prelación o preferencia para el ejercicio de la facultad allí consagrada y, por ello,
nada impide al defensor público iniciar el juicio de interdicción en forma independiente de
la cónyuge y demás familiares directos de [...]" (C. Apelaciones de Santiago, 24 de junio
de 2014, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/3827/2014, Rol Nº 1135-2014). 871. Se puede
acudir al tribunal para que requiera al Ministerio Público que provoque el juicio de
interdicción del demente. En ese sentido se ha sostenido: "Que el juicio de interdicción
es de orden público y encontrándose el ministerio de los defensores públicos
expresamente capacitado para requerir al juez la declaración de incapacidad por
demencia de una persona, considerando la finalidad de este contradictorio y los principios
que lo inspiran, nada impide al solicitante proceder en los términos que lo ha hecho y no
se advierte obstáculo legal para acceder a su petición, en tanto el fin de la gestión de
autos no es otro que notificar al defensor público de turno para actuar en el ámbito de su
competencia [...] Que, por otro lado, no existe perjuicio alguno para el eventual
demandado de interdicción por demencia, por cuanto una vez iniciado el juicio
correspondiente procede acreditar en él el cumplimiento de los requisitos de fondo para
declarar su eventual incapacidad, instancia en la cual sus derechos serán resguardados
conforme lo disponen las normas de procedimiento e igualmente allí pueden comparecer
terceros que tengan interés en el resultado del pleito. En este contexto, si la circunstancia
de provocar la interdicción por un funcionario público legalmente capaz —en este caso
por el defensor público de turno— no es más que una formalidad, resulta legítimo concluir
que el solicitante de autos puede por esta vía procesal requerir al juez a fin de que inste al
órgano respectivo para actuar en los términos en que se encuentra legitimado. Lo anterior
se refuerza si se tiene presente que a través de esta actuación se busca simplemente se
designe al defensor público de turno para provocar el juicio de interdicción y ante la
ausencia de un procedimiento claro que determine la forma de requerir la intervención de
este auxiliar de la administración de justicia, el empleado en autos cumple esta finalidad y
satisface la exigencia del artículo 817 del Código de Procedimiento Civil" (C. Apelaciones
de Santiago, 24 de junio de 2014, cons. 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3827/2014, Rol
Nº 1135-2014).

Artículo 460. El juez se informará de la vida anterior y conducta habitual del


supuesto demente, y oirá el dictamen de facultativos de su confianza sobre la
existencia y naturaleza de la demencia.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 6.

Artículo 461. Las disposiciones de los artículos 446, 447 y 449 se extienden


al caso de demencia.600

Concordancias: Código Civil: artículos 446, 447, 449. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 4º número 4,
8º. Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes Raíces, D.O. 24.06.1857: artículo 52 número 4.

872. La interdicción provisoria por demencia es un tipo de medida


Jurisprudencia: 
cautelar innovativa y, existiendo un grado de verosimilitud debe presumirse
el periculum in damni. Se ha estimado que: "La interdicción provisoria, por las
características que le son propias debe entenderse, como un tipo de medida cautelar
innovativa, ya que a través de la misma se efectúa por el tribunal substanciador una
declaración interina sobre el fondo. Como tal en los procesos de familia, la misma puede
ser decretada de oficio o a petición de parte [...] Que en el caso de la referida medida
cautelar, existiendo un grado de verosimilitud de los fundamentos de la acción debe entrar
a presumirse el "periculum in damni o in facti", toda vez que es evidente que de no
decretarse la medida se produciría un perjuicio a los intereses de la propia afectada ya
que el transcurso del tiempo más o menos prolongado que dura la sustanciación del
proceso, podría provocar que ella caiga en estado de insolvencia [...] Que mayor
abundamiento para decretar la medida en cuestión no es necesario la prueba absoluta de
la incapacidad del demandado sino únicamente la existencia de antecedentes que hagan
verosímil el estado de salud mental que se atribuye al futuro interdicto, por cuanto es
obvio que son las restantes pruebas practicadas al interior del proceso las que
determinarán el estado de salud definitivo de éste" (C. de Apelaciones de Temuco, 30 de
enero de 2008, cons. 6º, 7º y 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/7528/2008, Rol Nº 906-
2007). 873. El tribunal de alzada puede nombrar curador definitivo si tal
nombramiento ha sido postergado por el tribunal de primera instancia. En este
sentido se ha declarado: "Que, la postergación de la designación del curador definitivo
produce un vacío en la representación de la interdicta por la expiración de la curaduría
provisoria y la nueva realización de trámites que ya fueron efectuados y lo más grave se
le priva de poder disponer de fondos para sostener la atención médica que recibe [...]
Que, el artículo 843, 839 en relación con el artículo 208 todos del Código de
Procedimiento Civil permiten fallar las cuestiones ventiladas en primera instancia y sobre
las cuales no se haya pronunciado la sentencia apelada y en este caso se conoce por
este tribunal de alzada de una apelación por la omisión del nombramiento de un curador
definitivo de bienes de la persona de doña" (C. Apelaciones de Santiago, 4 de noviembre
de 2009, cons. 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2971/2009, Rol Nº 4586-2008).

Artículo 462. Se deferirá la curaduría del demente:


1º A su cónyuge no separado judicialmente, sin perjuicio de lo dispuesto en
el artículo 503;601

2º. A sus descendientes;

3º. A sus ascendientes, pero el padre o madre cuya paternidad o maternidad


haya sido determinada judicialmente contra su oposición o que esté casado
con un tercero no podrá ejercer el cargo;

4º. A sus hermanos, y

5º. A otros colaterales hasta en el cuarto grado. 602

El juez elegirá en cada clase de las designadas en los números 2º, 3º, 4º y
5º, la persona o personas que más idóneas le parecieren.

A falta de todas las personas antedichas tendrá lugar la curaduría dativa.

Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 41, 370 y 503. Código Sanitario: artículo 133. Código de
Procedimiento Civil: artículo 843.

: 874. Este artículo no establece un orden de prelación de las personas a


Jurisprudencia
quienes se puede deferir la curaduría del demente. En este sentido se ha declarado:
"[Q]ue el artículo 462 del Código Civil no establece un orden de prelación, como lo sugiere
el defensor público en su informe de fojas 298. En efecto, el citado precepto solo otorga
facultad al juez de la causa para deferir la curaduría legítima del demente entre las
personas de los números 2º a 5º, siendo obligatorio designar curador al cónyuge no
separado judicialmente" (C. Apelaciones de Santiago, 24 de junio de 2014, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3827/2014, Rol Nº 1135-2014). Este criterio lo ha asumido la
E Corte Suprema: "Que al señalar el artículo 462 del Código Civil las personas a quienes
xcma. 

ha de discernirse la curaduría general del demente, no se ha fijado un orden de


precedencia entre ellos, como lo establece expresamente el artículo 475 del mismo
Código para el curador de bienes del ausente, por lo que no ha de entenderse que deban
preferir unos a otros en el orden de su enumeración, más si se considera que el propio
cónyuge se excusó de ejercer la guarda; que a su vez el artículo 464 releva a quien fuere
llamado a heredarle del cuidado inmediato del pupilo, como es el caso de los hijos que
han recurrido, excluyendo a los padres de este impedimento, y cuanto además que el
consabido artículo 462 faculta al juez en cada clase, salvo al cónyuge, de elegir a la o las
personas que más idóneas le parecieren" (C. Suprema, 12 de junio de 2018, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2769-2018, Rol Nº 36160-2017). 875. Del entendimiento de la
prelación de este artículo en función del criterio de la idoneidad, y no como un
mero orden consecutivo legal. En este sentido se ha pronunciado la I Corte de lma. 

Apelaciones de Santiago: "[R]esulta necesario dejar constancia que de la forma como se


decidirá, ello se encuentra en plena armonía con lo dispuesto en el artículo 462 del
Código Civil, por cuanto la prelación que allí se establece tiene como base la idoneidad de
la persona que se designe para cumplir el cometido de curador de un interdicto, por lo que
no necesariamente debe entenderse que se trata de un orden consecutivo legal puro y
simple, donde unos excluyen a los que vienen después, como, tampoco, para ello es
exigencia legal que sean declarados inhábiles los anteriores. Además, ello debe
analizarse en concordancia con lo que establece el artículo 464 del mismo cuerpo legal
que permite dar el cuidado inmediato de la persona demente a sus padres"
(C. Apelaciones de Santiago, 9 de mayo de 2017, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2859/2017, Rol Nº 9010-2016). Esta sentencia fue confirmada en
casación por la E. Corte Suprema: "Que al decidir los jueces de alzada a los padres de la
xcma 

interdicta para ejercer la curaduría general que se les ha discernido, atendido el estado
habitual de demencia que la afectaba, ha de entenderse que se ha ponderado
prudencialmente su nombramiento entre quienes más idóneos le parecieron, como consta
del sustrato fáctico descrito precedentemente [...] Que, por lo mismo, no se divisa que se
hubiese incurrido en vulneración a las disposiciones de los artículos 462, 475 y 464 del
Código Civil en que se sostiene el recurso interpuesto" (C. Suprema, 12 de junio de 2018,
cons. 8º y 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/2769-2018, Rol Nº 36160-2017).

Artículo 463. La mujer curadora de su marido demente, tendrá la


administración de la sociedad conyugal.603

Si por su menor edad u otro impedimento no se le defiriere la curaduría de


su marido demente, podrá a su arbitrio, luego que cese el impedimento, pedir
esta curaduría o la separación de bienes.

Concordancias: Código Civil: artículos 135, 503, 1758.

Artículo 464. Si se nombraren dos o más curadores al demente, podrá


confiarse el cuidado inmediato de la persona a uno de ellos, dejando a los
otros la administración de los bienes.

El cuidado inmediato de la persona del demente no se encomendará a


persona alguna que sea llamada a heredarle, a no ser su padre o madre, o su
cónyuge.

Concordancias: Código Civil: artículos 347 inciso 2º, 430. Decreto con Fuerza de Ley Nº 3, Ley
General de Bancos, D.O. 19.12.1997: artículo 86 Nº 4.

Artículo 465. Los actos y contratos del demente, posteriores al decreto de


interdicción, serán nulos; aunque se alegue haberse ejecutado o celebrado en
un intervalo lúcido.

Y por el contrario, los actos y contratos ejecutados o celebrados sin previa


interdicción, serán válidos; a menos de probarse que el que los ejecutó o
celebró estaba entonces demente.

Concordancias: Código Civil: artículo 1447 inciso 1º. Código de Derecho Internacional Privado: artículo
91. Ley Nº  18.600, sobre Deficientes Mentales, D.O. 19.02.1987: artículo 4º inciso 2º.

876. De la regla general de la validez de los actos ejecutados con


Jurisprudencia: 
anterioridad al decreto de interdicción provisoria o definitiva. Este principio, que es el
asumido en el inciso 2º de este artículo, suele ser recordado por la jurisprudencia: "[A]l no
haberse decretado la interdicción provisoria o definitiva de la paciente por demencia, los
actos y contratos que ella suscribiera se reputan válidos, mientras no se demuestre lo
contrario" (C. Apelaciones de Santiago, 29 de diciembre de 2014, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/10095/2014, Rol Nº 8684-2014). 877. De la limitación a la regla
general: la prueba de la demencia en el momento de ejecutar el acto o contrato.
Sobre esta cuestión la I Corte de Apelaciones de Santiago ha declarado: "Que para
lma. 

acreditar la privación de la razón de una persona en un momento determinado, se


requiere una multiplicidad de medios que permitan formar convicción" (C. Apelaciones de
Santiago, 14 de julio de 2014, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/4515/2014, Rol Nº 2846-
2013).

Artículo 466. El demente no será privado de su libertad personal, sino en los


casos en que sea de temer que usando de ella se dañe a sí mismo, o cause
peligro o notable incomodidad a otros.

Ni podrá ser trasladado a una casa de locos, ni encerrado, ni atado, sino


momentáneamente, mientras a solicitud del curador, o de cualquiera persona
del pueblo, se obtiene autorización judicial para cualquiera de estas medidas.

Concordancias: Código Sanitario: artículos 131 y 132. Ley Nº 18.600, sobre deficientes


mentales, D.O. 19.02.1987: artículo 9º. Ley Nº 19.735, Modifica la Ley Nº  18.600, Establece nuevas
normas sobre discapacitados mentales,  D.O.  22.06.2001: artículo único número 9. Ley Nº  20.422,
Establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con
discapacidad, D.O. 10.02.2010: artículos 1º, 3º letra a), 5º, 6º letra a), 9º, 11. Decreto Nº  201, Min.
Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad,  D.O.  17.09.2008, artículo 14.

Artículo 467. Los frutos de sus bienes, y en caso necesario, y con


autorización judicial, los capitales, se emplearán principalmente en aliviar su
condición y en procurar su restablecimiento.

Concordancias: Código Civil: artículos 471, 537, 644, 647.

Artículo 468. El demente podrá ser rehabilitado para la administración de


sus bienes si apareciere que ha recobrado permanentemente la razón; y podrá
también ser inhabilitado de nuevo con justa causa.

Se observará en estos casos lo prevenido en los artículos 454 y 455.

Concordancias: Código Civil: artículos 454 y 455. Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil,  D.O.  10.02.1930,
texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 4 número 4, 8. Reglamento del
Registro Conservatorio de Bienes Raíces, D.O. 24.06.1857: artículo 52 número 4.

TÍTULO XXVI REGLAS ESPECIALES RELATIVAS A LA CURADURÍA DEL SORDO O SORDOMUDO604

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 84.


Artículo 469. La curaduría del sordo o sordomudo, que no puede darse a
entender claramente y ha llegado a la pubertad, puede ser testamentaria,
legítima o dativa.605

Concordancias: Código Civil: artículos 342, 355, 366, 370, 1447 inciso 1º. Ley Nº 4.808, sobre
Registro Civil,  D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 4º
número 4, 8. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 6.

Artículo 470. Los artículos 449, 457, 458 inciso 1º, 462, 463 y 464 se
extienden al sordo o sordomudo que no pueda darse a entender claramente. 606

Concordancias: Código Civil: artículo 1758. Decreto con Fuerza de Ley Nº 3, Ley General de
Bancos,D.O.  19.12.1997: artículo 86 Nº  4.

Artículo 471. Los frutos de los bienes del sordo o sordomudo que no pueda


darse a entender claramente, y en caso necesario, y con autorización judicial,
los capitales, se emplearán especialmente en aliviar su condición y en
procurarle la educación conveniente.607

Concordancias: Código Civil: artículos 467, 537, 644, 647.

Artículo 472. Cesará la curaduría cuando el sordo o sordomudo se haya


hecho capaz de entender y de ser entendido claramente, si él mismo lo
solicitare, y tuviere suficiente inteligencia para la administración de sus bienes;
sobre lo cual tomará el juez los informes competentes. 608

Concordancias: Código Civil: artículo 1447. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de


Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 6.

TÍTULO XXVII DE LAS CURADURÍAS DE BIENES

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 84.

Artículo 473. En general, habrá lugar al nombramiento de curador de los


bienes de una persona ausente cuando se reúnan las circunstancias
siguientes:

1ª. Que no se sepa de su paradero, o que a lo menos haya dejado de estar


en comunicación con los suyos, y de la falta de comunicación se originen
perjuicios graves al mismo ausente o a terceros;

2ª. Que no haya constituido procurador, o sólo le haya constituido para


cosas o negocios especiales.
Concordancias: Código Civil: artículos 83, 343, 2130 inciso 1º. Código Orgánico de Tribunales: artículo
152. Código de Procedimiento Civil: artículos 844 y 845. Código Orgánico de Tribunales: artículo 367.
Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 6.

878. De la protección del ausente y del nombramiento de curador de


Jurisprudencia: 
bienes. Se ha declarado que: "El Código Civil provee un sistema de protección de los
derechos e intereses de las personas que se ausentan por largo tiempo de su respectivo
domicilio, originando la falta de comunicación con los suyos perjuicios, al mismo ausente
o a terceros. La vía idónea, ideada al efecto es la designación de un curador de bienes,
conforme a la regla general reseñada en el artículo 473 del citado Código" (C. Suprema,
3 de junio de 2008, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2546/2008, Rol Nº 881-
2006). 879. Se comprende dentro de la noción de "ausente" al deudor que se
oculta. Así se ha declarado que: "Nuestra legislación se ha encargado de regular la
situación del sujeto pasivo de la notificación, cuando se encuentra en el extranjero; es así
como, por ejemplo, en el Código Civil, se contempla en los artículos 473 y siguientes, la
posibilidad de la designación de un curador al ausente, comprendiéndose, incluso dentro
de tal al deudor que se oculta, y confiriéndole al acreedor el derecho de pedir dicho
nombramiento para responder a sus demandas" (C. Apelaciones de Concepción, 30 de
abril de 2007, cons. 22º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5299/2007, Rol Nº 2617-2003, conf.
C. Suprema, 26 de noviembre de 2007, LegalPublishing: Cl/Jur/5298/2007, Rol Nº 3723-
2007). 880. Si el ausente es casado, su mujer no separada judicialmente puede
impetrar que se la nombre curadora del marido y de sus bienes y, por ese solo
hecho, le corresponde la administración de la sociedad conyugal. En este sentido se
ha precisado que: "Si el ausente es casado y deja mujer no divorciada (sic), ésta puede
solicitar y obtener su nombramiento como curadora del marido o de sus bienes,
correspondiéndole, por esa sola circunstancia, la administración de la sociedad conyugal.
El evento que hace procedente esta forma de administración de la sociedad conyugal,
que el párrafo 4º del Título XXII del Código Civil denomina "extraordinaria" es la "larga
ausencia" (del marido), sin comunicación con su familia (inciso 1º, del artículo 1758)"
(C. Suprema, 3 de junio de 2008, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2546/2008, Rol
Nº 881-2006).

Artículo 474. Podrán provocar este nombramiento las mismas personas que


son admitidas a provocar la interdicción del demente.

Además, los acreedores del ausente tendrán derecho para pedir que se
nombre curador a los bienes para responder a sus demandas.

Se comprende entre los ausentes al deudor que se oculta.

Concordancias: Código Civil: artículos 443, 444 y 459. Código de Procedimiento Civil: artículo 847.

Artículo 475. Pueden ser nombradas para la curaduría de bienes del


ausente las mismas personas que para la curaduría del demente en
conformidad al artículo 462, y se observará el mismo orden de preferencia
entre ellas.

Podrá el juez, con todo, separarse de este orden, a petición de los herederos
legítimos o de los acreedores, si lo estimare conveniente.
Podrá asimismo nombrar más de un curador y dividir entre ellos la
administración, en el caso de bienes cuantiosos, situados en diferentes
comunas.609

Concordancias: Código Civil: artículos 347 inciso 3º, 462.

Artículo 476. Intervendrá en el nombramiento el defensor de ausentes.

Concordancias: Código Orgánico de Tribunales: artículos 366, 367 y 369.

881. Del nombramiento de curador de ausentes y de la intervención del


Jurisprudencia: 
defensor de ausentes. Se ha advertido que: "La gestión de nombramiento de curador de
ausentes no termina con la resolución que designa a una persona, ni basta para que
produzca plenos efectos que ella misma se constituya en fiadora y reduzca a escritura
pública el nombramiento y la fianza, trámite que no está previsto en la ley, ya que lo que
debe reducirse a escritura pública, firmada por el juez, es el decreto judicial que autoriza
al curador para ejercer su cargo. Ahora bien, para que el tribunal ordene otorgar tal
escritura es necesario que preceda el otorgamiento por escritura pública de la fianza a
que el curador esté obligado, la que debe ser aprobada por el tribunal con audiencia del
Defensor respectivo" (C. Suprema, 17 de junio de 1997, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/997/1997, Rol Nº 383-1996).

Artículo 477. Si el ausente ha dejado mujer no separada judicialmente, se


observará lo prevenido para este caso en el título De la sociedad conyugal.610

Concordancias: Código Civil: artículos 138, 1753 a 1758.

882. La regla de este artículo es especial en relación con la sentada en el


Jurisprudencia: 
artículo 473. Se ha dicho así que: "Siendo los artículos 477 y 138 especiales respecto del
473, prefieren sobre éste, correspondiendo precisar que, ninguna norma del párrafo 4º del
Título XXII, contiene ninguna alusión a la posibilidad de que un mandatario general pueda
asumir la administración extraordinaria de la sociedad conyugal, prefiriendo el derecho
preferente del cónyuge no divorciado (sic) para la curaduría de bienes del ausente,
referido en el artículo 475, en su remisión al artículo 462 del Código Civil" (C. Suprema, 3
de junio de 2008, cons. 17º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2546/2008, Rol Nº 881-2006).

Artículo 478. Si la persona ausente es mujer casada, no podrá ser curador


el marido sino en los términos del artículo 503.611

Concordancias: Código Civil: artículo 503.

Artículo 479. El procurador constituido para ciertos actos o negocios del


ausente, estará subordinado al curador; el cual, sin embargo, no podrá
separarse de las instrucciones dadas por el ausente al procurador, sino con
autorización de juez.

Concordancias: Código Civil: artículos 2116 inciso 2º, 2130 inciso 1º.


Artículo 480. Si no se supiere el paradero del ausente, será el primer deber
del curador averiguarlo.

Sabido el paradero del ausente, hará el curador cuanto esté de su parte para
ponerse en comunicación con él.

Artículo 481. Se dará curador a la herencia yacente, esto es, a los bienes de


un difunto, cuya herencia no ha sido aceptada.

La curaduría de la herencia yacente será dativa.

Concordancias: Código Civil: artículos 343, 370, 1240, 2509 Nº  3. Código Orgánico de Tribunales:
artículos 152 inciso 1º y 369. Código de Procedimiento Civil: artículo 849. Ley Nº 19.968, crea
Tribunales de Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 6.

883. De la noción de herencia yacente. Ha asumido la jurisprudencia que: "La


Jurisprudencia: 
herencia yacente es definida por el profesor Manuel Somarriva Undurraga como aquella
que no ha sido aceptada en el plazo de 15 días por algún heredero, siempre que no exista
albacea con tenencia de bienes designado en el testamento, o si lo hay, no ha aceptado
el albacea el cargo. En igual sentido la define el profesor Ramón Meza Barros. Los
requisitos para declararla se encuentran establecidos en el artículo 1240 del citado
Código" (C. de Apelaciones de Concepción, 27 de junio de 2007, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6930/2007, Rol Nº 937-2007). 884. De las atribuciones del
curador de la herencia yacente. En esta materia se ha declarado que: "El curador de la
herencia yacente, entre otras atribuciones, puede ejercer todas las acciones judiciales que
corresponden al difunto, respecto de los bienes que componen la herencia y las defensas
que procedan para conservar dichos bienes" (C. de Apelaciones de Concepción, 27 de
junio de 2007, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6930/2007, Rol Nº 937-2007).

Artículo 482. Si el difunto a cuya herencia es necesario nombrar curador


tuviere herederos extranjeros, el cónsul de la nación de éstos tendrá derecho
para proponer el curador o curadores que hayan de custodiar y administrar los
bienes.

Concordancias: Código Civil: artículos 56,  444. Código de Procedimiento Civil: artículos 849 y 886.

Artículo 483. El magistrado discernirá la curaduría al curador o curadores


propuestos por el cónsul, si fueren personas idóneas; y a petición de los
acreedores, o de otros interesados en la sucesión, podrá agregar a dicho
curador o curadores otro u otros, según la cuantía y situación de los bienes que
compongan la herencia.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 347 inciso 3º, 849, 886 inciso 2º.

Artículo 484. Después de transcurridos cuatro años desde el fallecimiento


de la persona cuya herencia está en curaduría, el juez, a petición del curador y
con conocimiento de causa, podrá ordenar que se vendan todos los bienes
hereditarios existentes, y se ponga el producido a interés con las debidas
seguridades, o si no las hubiere, se deposite en las arcas del Estado.

Concordancias: Código Civil: artículos 983 inciso 1º, 995.

Artículo 485. Los bienes que han de corresponder al hijo póstumo, si nace


vivo, y en el tiempo debido, estarán a cargo del curador que haya sido
designado a este efecto por el testamento del padre, o de un curador
nombrado por el juez, a petición de la madre, o a petición de cualquiera de las
personas que han de suceder en dichos bienes, si no sucede en ellos el
póstumo.

Podrán nombrarse dos o más curadores, si así conviniere.

Concordancias: Código Civil: artículos 77, 354, 356, 370,  486 inciso 2º,  491 inciso 3º. Código
Orgánico de Tribunales: artículo 152 inciso 2º. Código de Procedimiento Civil: artículo 850.

Artículo 486. La persona designada por el testamento del padre para la


tutela del hijo, se presumirá designada asimismo para la curaduría de los
derechos eventuales de este hijo, si antes de su nacimiento, fallece el padre. 612

Lo dispuesto en este artículo y en el precedente no tendrá lugar cuando


corresponda a la madre la patria potestad.613

Concordancias: Código Civil: artículos 47, 77, 354, 356, 485,  491 inciso 3º.

Artículo 487. El curador de los bienes de una persona ausente, el curador


de una herencia yacente, el curador de los derechos eventuales del que está
por nacer, están sujetos en su administración a todas las trabas de los tutores
o curadores, y además se les prohíbe ejecutar otros actos administrativos que
los de mera custodia y conservación, y los necesarios para el cobro de los
créditos y pago de las deudas de sus respectivos representados.

Concordancias: Código Civil: artículos 75, 343, 473, 481, 486, 490 y 491.

Artículo 488. Se les prohíbe especialmente alterar la forma de los bienes,


contraer empréstitos, y enajenar aun los bienes muebles que no sean
corruptibles, a no ser que esta enajenación pertenezca al giro ordinario de los
negocios del ausente, o que el pago de las deudas la requiera.

Concordancias: Código Civil: artículos 10, 489.

Artículo 489. Sin embargo de lo dispuesto en los artículos precedentes, los


actos prohibidos en ellos a los curadores de bienes serán válidos, si justificada
su necesidad o utilidad, los autorizare el juez previamente.
El dueño de los bienes tendrá derecho para que se declare la nulidad de
cualquiera de tales actos, no autorizado por el juez; y declarada la nulidad,
será responsable el curador de todo perjuicio que de ello se hubiere originado
a dicha persona o a terceros.

Concordancias: Código Civil: artículo 10. Ley Nº 7.869, fijó Texto Definitivo de la Ley sobre "Sociedad
Constructora de Establecimientos Educacionales", D.O. 21.11.1944: artículo 9º.

Artículo 490. Toca a los curadores de bienes el ejercicio de las acciones y


defensas judiciales de sus respectivos representados; y las personas que
tengan créditos contra los bienes podrán hacerlos valer contra los respectivos
curadores.

Concordancias: Código Civil: artículo 343.

Artículo 491. La curaduría de los derechos del ausente expira a su regreso;


o por el hecho de hacerse cargo de sus negocios un procurador general
debidamente constituido; o a consecuencia de su fallecimiento; o por el decreto
que en el caso de desaparecimiento conceda la posesión provisoria.

La curaduría de la herencia yacente cesa por la aceptación de la herencia, o


en el caso del artículo 484, por el depósito del producto de la venta en las
arcas del Estado.

La curaduría de los derechos eventuales del que está por nacer, cesa a
consecuencia del parto.

Toda curaduría de bienes cesa por la extinción o inversión completa de los


mismos bienes.

Concordancias: Código Civil: artículos 77, 343, 354, 356, 370 y 484.

885. Del término de la gestión de nombramiento de curador de


Jurisprudencia: 
ausentes. Se ha declarado que: "La gestión de nombramiento de curador de ausentes no
termina con la resolución que designa a una persona, ni basta para que produzca plenos
efectos que ella misma se constituya en fiadora y reduzca a escritura pública el
nombramiento y la fianza, trámite que no está previsto en la ley, ya que lo que debe
reducirse a escritura pública, firmada por el juez, es el decreto judicial que autoriza al
curador para ejercer su cargo. Ahora bien, para que el tribunal ordene otorgar tal escritura
es necesario que preceda el otorgamiento por escritura pública de la fianza a que el
curador esté obligado, la que debe ser aprobada por el tribunal con audiencia del
Defensor respectivo" (C. Suprema, 17 de junio de 1997, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/997/1997, Rol Nº 383-1996).
TÍTULO XXVIII DE LOS CURADORES ADJUNTOS

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 84. Código de Procedimiento Civil:


artículo 851.

Artículo 492. Los curadores adjuntos tienen sobre los bienes que se pongan
a su cargo las mismas facultades administrativas que los tutores, a menos que
se agreguen a los curadores de bienes.

En este caso no tendrán más facultades que las de curadores de bienes.

Concordancias: Código Civil: artículos 344, 348 inciso 2º.

Artículo 493. Los curadores adjuntos son independientes de los respectivos


padres, maridos, o guardadores.

La responsabilidad subsidiaria que por el artículo 419 se impone a los tutores


o curadores que no administran, se extiende a los respectivos padres, maridos,
o guardadores respecto de los curadores adjuntos.

Concordancias: Código Civil: artículos 344, 419.

TÍTULO XXIX DE LOS CURADORES ESPECIALES

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 84. Código de Procedimiento Civil:


artículo 852.

Artículo 494. Las curadurías especiales son dativas.

Los curadores para pleito o ad litem son dados por la judicatura que conoce
en el pleito, y si fueren procuradores de número no necesitarán que se les
discierna el cargo.

Concordancias: Código Civil: artículos 345, 353, 370 y 373. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 330. Código de Procedimiento Civil: artículos 852, 854 inciso 2º. Código Procesal Penal:
artículos 302, 459, 466. Ley Nº  15.231, sobre organización y atribuciones de los Juzgados de Policía
Local, texto refundido fijado por Decreto Nº  307, D.O. 23.05.1978: artículo 14, letra A número 3. Ley
Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 6.

Artículo 495. El curador especial no es obligado a la confección de


inventario, sino sólo a otorgar recibo de los documentos, cantidades o efectos
que se pongan a su disposición para el desempeño de su cargo, y de que dará
cuenta fiel y exacta.
Concordancias: Código Civil: artículo 378.

TÍTULO XXX DE LAS INCAPACIDADES Y EXCUSAS PARA LA TUTELA O


CURADURÍA

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 84.

Artículo 496. Hay personas a quienes la ley prohíbe ser tutores o curadores,


y personas a quienes permite excusarse de servir la tutela o curaduría.

Concordancias: Código Civil: artículos 44, 271 y 1272. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 86. Código Sanitario: Libro VII. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad,  D.O.  17.09.2008, artículo
23.2.

1. De las incapacidades

I. Reglas relativas a defectos físicos y morales

Artículo 497. Son incapaces de toda tutela o curaduría:

1º. Los ciegos;

2º. Los mudos;

3º. Los dementes, aunque no estén bajo interdicción;

4º. Los fallidos mientras no hayan satisfecho a sus acreedores;

5º. Los que están privados de administrar sus propios bienes por disipación;

6º. Los que carecen de domicilio en la República;


7º. Los que no saben leer ni escribir;

8º. Los de mala conducta notoria;

9º. Los condenados por delito que merezca pena aflictiva, aunque se les
haya indultado de ella;614

10º. Suprimido.615

11º. El que ha sido privado de ejercer la patria potestad según el artículo


271;616

12º. Los que por torcida o descuidada administración han sido removidos de
una guarda anterior, o en el juicio subsiguiente a ésta han sido condenados,
por fraude o culpa grave, a indemnizar al pupilo.

Concordancias: Código Civil: artículos 44, 271 y 1272. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 86. Código Sanitario: Libro VII. Código de Procedimiento Penal: artículo 18. Decreto Nº  201,
Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas
con Discapacidad,  D.O.  17.09.2008, artículo 23.2.

887. De la "mala conducta" como causa que inhabilita para ser designado
Jurisprudencia: 
curador. La E.  Corte Suprema ha considerado que no es hábil para el desempeño de la
xcma

curaduría de su padre, quien es investigado en causas judiciales por lesiones cometidas


en el contexto de violencia intrafamiliar y que, además, ha sido investigado en otro género
de causas: "Que la sentencia tuvo por acreditados los siguientes hechos: [...] Don [...] no
tiene una conducta que le permita ser designado como curador, pues en octubre del año
[...]fue sobreseído [...] en causa [...] seguida por el delito de manejo en estado de
ebriedad; luego, en enero del mismo año y por el mismo tribunal, se aprobó la decisión del
Ministerio Público de no perseverar en la causa [...] por usurpación de nombre; además,
mantiene dos causas en el Juzgado de Garantía de [...], una por lesiones leves, causa [...]
y otra por lesiones menos graves [...], ambas corresponden a lesiones causadas en
contexto de violencia intrafamiliar, en la primera se aprobó la decisión de no perseverar
del Ministerio Público y en la segunda fue sobreseído definitivamente [...] Que la
calificación de la conducta del recurrente se sustenta en hechos que no pueden ser
modificados por esta Corte a menos que se denuncie y acredite el quebrantamiento de
normas de aquellas denominadas reguladoras de la prueba, lo que no ha ocurrido en la
especie , los que, si bien, no acreditan la existencia de condenas, dan cuenta de su
constante vinculación con situaciones de violencia y otras similares, que no se avienen
con la responsabilidad que pretende se le asigne, por lo que se han aplicado
correctamente las normas sustantivas atinentes al caso; lo mismo que debe concluirse en
cuanto a la designación de su hermana, quien explica, en la audiencia de conciliación a
que alude el recurso, su solicitud de dinero, precisamente, para atender las deudas
originadas en el cuidado de su padre, lo que, en consecuencia, no puede incidir en una
evaluación negativa de su conducta, ni afectar su idoneidad. Lo anterior permite concluir
que la sentencia impugnada es producto de una correcta interpretación de las normas
jurídicas pertinentes, por lo que el arbitrio debe ser desestimado en esta etapa de su
tramitación, por adolecer de manifiesta falta de fundamento" (C. Suprema, 26 de octubre
de 2017, cons. 4º y 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/6989/2017, Rol Nº 21892-2017).
II. Reglas relativas a las profesiones, empleos y cargos públicos

Artículo 498. Son asimismo incapaces de toda tutela o curaduría:

1º. Derogado.617

2º. Derogado.618

3º. Los que tienen que ejercer por largo tiempo, o por tiempo indefinido, un
cargo o comisión pública fuera del territorio chileno.

Concordancias: Código Civil: artículo 1272. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

III. Reglas relativas al sexo

Artículo 499. Derogado.619

IV. Reglas relativas a la edad

Artículo 500. No pueden ser tutores o curadores los que no hayan cumplido


veintiún años.620

Sin embargo, si es deferida una tutela o curaduría al ascendiente o


descendiente, que no ha cumplido veintiún años, se aguardará que los cumpla
para conferirle el cargo, y se nombrará un interino para el tiempo intermedio. 621

Se aguardará de la misma manera al tutor o curador testamentario que no ha


cumplido veintiún años. Pero será inválido el nombramiento del tutor o curador
menor, cuando llegando a los veintiuno sólo tendría que ejercer la tutela o
curaduría por menos de dos años.622

Concordancias: Código Civil: artículos 26, 371, 375 Nº 2, 532, 543, 1447. Código de Derecho
Internacional Privado: artículo 86.

Artículo 501. Cuando no hubiere certidumbre acerca de la edad, se juzgará


de ella según el artículo 314, y si en consecuencia se discierne el cargo al tutor
o curador nombrado, será válido y subsistirá, cualquiera que sea realmente la
edad.

Concordancias: Código Civil: artículo 314. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

V. Reglas relativas a las relaciones de familia

Artículo 502. El padrastro no puede ser tutor o curador de su entenado.

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

Artículo 503. El marido y la mujer no podrán ser curadores del otro cónyuge
si están totalmente separados de bienes.

Con todo, esta inhabilidad no regirá en el caso del artículo 135, en el de


separación convencional ni en el evento de haber entre los cónyuges régimen
de participación en los gananciales, en todos los cuales podrá el juez, oyendo
a los parientes, deferir la guarda al marido o a la mujer. 623-624

Concordancias: Código Civil: artículos 135, 478. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

887. El pacto de separación de bienes convenido en el acto del


Jurisprudencia: 
matrimonio es un caso de "separación convencional" que cae bajo la regla del
inciso 2º de este artículo. En este sentido se ha declarado: "Que sabido es que la
separación total de bienes pactada en el acto del matrimonio constituye una separación
convencional de bienes. Así, por permitirlo en forma expresa el artículo 503 inciso 2º del
Código Civil la mujer puede ser designada curadora de su marido demente"
(C. Apelaciones de Concepción, 6 de enero de 2004, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/254/2004, Rol Nº 1356-2003).

Artículo 504. El hijo no puede ser curador de su padre disipador.

Concordancias: Código Civil: artículo 33. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.
VI. Reglas relativas a la oposición de intereses o diferencia de religión entre el
guardador y el pupilo

Artículo 505. No podrá ser tutor o curador de una persona el que le dispute


o haya disputado su estado civil.625

Concordancias: Código Civil: artículo 304. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

Artículo 506. No pueden ser solos tutores o curadores de una persona los


acreedores o deudores de la misma, ni los que litiguen con ella, por intereses
propios o ajenos.

El juez, según le pareciere más conveniente, les agregará otros tutores o


curadores que administren conjuntamente, o los declarará incapaces del cargo.

Al cónyuge y a los ascendientes y descendientes del pupilo no se aplicará la


disposición de este artículo.

Concordancias: Código Civil: artículo 507. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

Artículo 507. Las disposiciones del precedente artículo no comprenden al


tutor o curador testamentario, si se prueba que el testador tenía conocimiento
del crédito, deuda o litis, al tiempo de nombrar a dicho tutor o curador.

Ni se extienden a los créditos, deudas o litis que fueren de poca importancia


en concepto del juez.

Concordancias: Código Civil: artículo 506. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

Artículo 508. Los que profesan diversa religión de aquella en que debe ser o


ha sido educado el pupilo, no pueden ser tutores o curadores de éste, excepto
en el caso de ser aceptados por los ascendientes, y a falta de éstos por los
consanguíneos más próximos.

Concordancias: Código Civil: artículos 27 y 28. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.
Ley Nº  19.638, sobre Constitución Jurídica de las Iglesias y Comunidades Religiosas,  D.O.  14.10.1999:
artículo  6º letra d). Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 18 Nº  4. Decreto Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de
San José de Costa Rica,  D.O.  5.01.1990: artículo 12 Nº 4.
VII. Reglas relativas a la incapacidad sobreviniente

Artículo 509. Las causas antedichas de incapacidad, que sobrevengan


durante el ejercicio de la tutela o curaduría, pondrán fin a ella.

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

Artículo 510. La demencia del tutor o curador viciará de nulidad todos los


actos que durante ella hubiere ejecutado, aunque no haya sido puesto en
interdicción.

Concordancias: Código Civil: artículo 465. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

Artículo 511. Si la mujer que ejerce la tutela o curaduría contrajere


matrimonio, continuará desempeñándola, siempre que por el hecho del
matrimonio no haya de quedar sujeto el pupilo a la patria potestad del marido o
de la mujer. En este caso cesará dicha guarda. 626

Concordancias: Código Civil: artículo 2481 número 6º. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 86.

VIII. Reglas generales sobre las incapacidades

Artículo 512. Los tutores o curadores que hayan ocultado las causas de


incapacidad que existían al tiempo de deferírseles el cargo o que después
hubieren sobrevenido, además de estar sujetos a todas las responsabilidades
de su administración, perderán los emolumentos correspondientes al tiempo en
que, conociendo la incapacidad, ejercieron el cargo.

Las causas ignoradas de incapacidad no vician los actos del tutor o curador;
pero, sabidas por él, pondrán fin a la tutela o curaduría.

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

Artículo 513. El guardador que se creyere incapaz de ejercer la tutela o


curatela que se le defiere, tendrá para provocar el juicio sobre su incapacidad
los mismos plazos que para el juicio sobre sus excusas se prescriben en el
artículo 520.
Sobreviniendo la incapacidad durante el ejercicio de la tutela o curaduría,
deberá denunciarla al juez dentro de los tres días subsiguientes a aquel en que
dicha incapacidad haya empezado a existir o hubiere llegado a su
conocimiento; y se ampliará este plazo de la misma manera que el de treinta
días que en el artículo 520 se prescribe.

La incapacidad del tutor o curador podrá también ser denunciada al juez por
cualquiera de los consanguíneos del pupilo, por su cónyuge, y aun por
cualquiera persona del pueblo.

Concordancias: Código Civil: artículo 520. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

2. De las excusas

Artículo 514. Pueden excusarse de la tutela o curaduría:

1º. El Presidente de la República, los Ministros de Estado, los Ministros de la


Corte Suprema y de las Cortes de Apelaciones, los fiscales y demás personas
que ejercen el ministerio público, los jueces letrados, el defensor de menores,
el de obras pías y demás defensores públicos;

2º. Los administradores y recaudadores de rentas fiscales;

3º. Los que están obligados a servir por largo tiempo un empleo público a
considerable distancia de la comuna en que se ha de ejercer la guarda; 627

4º. Los que tienen su domicilio a considerable distancia de dicha comuna; 628

5º. El padre o la madre que tenga a su cargo el cuidado cotidiano del


hogar;629

6º. Los que adolecen de alguna grave enfermedad habitual o han cumplido
sesenta y cinco años;

7º. Los pobres que están precisados a vivir de su trabajo personal diario;

8º. Los que ejercen ya dos guardas; y los que, estando casados, o teniendo
hijos, ejercen ya una guarda; pero no se tomarán en cuenta las curadurías
especiales.
Podrá el juez contar como dos la tutela o curaduría que fuere demasiado
complicada y gravosa;630

9º. Los que tienen bajo su patria potestad cinco o más hijos vivos;
contándoseles también los que han muerto en acción de guerra bajo las
banderas de la República;631

10. Los sacerdotes o ministros de cualquiera religión; 632

11. Los individuos de las Fuerzas de la Defensa Nacional y del Cuerpo de


Carabineros, que se hallen en actual servicio; inclusos los comisarios,
médicos, cirujanos y demás personas adictas a los cuerpos de línea o a las
naves del Estado.633

Concordancias: Código Civil: artículo 971. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.
Código Orgánico de Tribunales: artículos 365, 366 y 367. Código de Justicia Militar: artículo 418.
Decreto con Fuerza de Ley Nº  3, Ley General de Bancos, D.O. 19.12.1997: artículo 86 inciso final.

Artículo 515. En el caso del artículo precedente, número 8º, el que ejerciere


dos o más guardas de personas que no son hijos suyos, tendrá derecho para
pedir que se le exonere de una de ellas a fin de encargarse de la guarda de un
hijo suyo; pero no podrá excusarse de ésta.634

Concordancias: Código Civil: artículo 514 Nº  8. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

Artículo 516. La excusa del número 9º, artículo 514, no podrá alegarse para
no servir la tutela o curaduría del hijo.635

Concordancias: Código Civil: artículo 514 Nº  9. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

Artículo 517. No se admitirá como excusa el no hallar fiadores, si el que la


alega tiene bienes bastantes; en este caso será obligado a constituir hipoteca o
prenda sobre ellos hasta la cantidad que se estime suficiente para responder
de su administración.636

Concordancias: Código Civil: artículo 376. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

Artículo 518. El que por diez o más años continuos haya servido la guarda
de un mismo pupilo, como tutor o curador, o como tutor y curador
sucesivamente, podrá excusarse de continuar en el ejercicio de su cargo; pero
no podrá alegar esta excusa el cónyuge, ni un ascendiente o descendiente. 637

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

Artículo 519. Las excusas consignadas en los artículos precedentes


deberán alegarse, por el que quiera aprovecharse de ellas, al tiempo de
deferirse la guarda; y serán admisibles, si durante ella sobrevienen.
Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

Artículo 520. Las excusas para no aceptar la guarda que se defiere, deben


alegarse dentro de los plazos siguientes:

Si el tutor o curador nombrado se halla en el territorio jurisdiccional en que


reside el juez que ha de conocer de ellas, las alegará dentro de los treinta días
subsiguientes a aquel en que se le ha hecho saber su nombramiento; y si no
se halla en dicho territorio jurisdiccional, pero sí en el territorio de la República,
se ampliará este plazo cuatro días por cada cincuenta kilómetros de distancia
entre la ciudad cabecera de dicho territorio jurisdiccional y la residencia actual
del tutor o curador nombrado.638

Concordancias: Código Civil: artículo 49. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

Artículo 521. Toda dilación que exceda del plazo legal y que con mediana
diligencia hubiera podido evitarse, impondrá al tutor o curador la
responsabilidad de los perjuicios que se siguieren de su retardo en encargarse
de la tutela o curaduría; y hará además inadmisibles sus excusas voluntarias, a
no ser que por el interés del pupilo convenga aceptarlas.

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

Artículo 522. Los motivos de excusa, que durante la guarda sobrevengan,


no prescriben por ninguna demora en alegarlos.639

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

Artículo 523. Si el tutor o curador nombrado está en país extranjero, y se


ignora cuándo ha de volver, o si no se sabe su paradero, podrá el juez, según
las circunstancias, señalar un plazo dentro del cual se presente el tutor o
curador a encargarse de la tutela o curaduría o a excusarse; y expirado el
plazo, podrá, según las circunstancias, ampliarlo, o declarar inválido el
nombramiento; el cual no convalecerá, aunque después se presente el tutor o
curador.

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.

3. Reglas comunes a las incapacidades a las excusas


Artículo 524. El juicio sobre las incapacidades o excusas alegadas por el
guardador deberá seguirse con el respectivo defensor.

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86. Ley Nº 19.968, crea Tribunales
de Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 6.

Artículo 525. Si el juez en la primera instancia no reconociere las causas de


incapacidad alegadas por el guardador, o no aceptare sus excusas, y si el
guardador no apelare, o por el tribunal de apelación se confirmare el fallo del
juez a quo, será el guardador responsable de cualesquiera perjuicios que de su
retardo en encargarse de la guarda hayan resultado al pupilo.

No tendrá lugar esta responsabilidad, si el tutor o curador, para exonerarse


de ella, ofreciere encargarse interinamente de la tutela o curaduría.

Concordancias: Código Civil: artículo 2329 inciso 1º. Código de Comercio: artículo 528. Código de
Derecho Internacional Privado: artículo 86.

TÍTULO XXXI DE LA REMUNERACIÓN DE LOS TUTORES Y CURADORES

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 84.

Artículo 526. El tutor o curador tendrá, en general, en recompensa de su


trabajo la décima parte de los frutos de aquellos bienes de su pupilo que
administra.

Si hubiere varios tutores o curadores que administren conjuntamente, se


dividirá entre ellos la décima por partes iguales.

Pero si uno de los guardadores ejerce funciones a que no está anexa la


percepción de frutos, deducirá el juez de la décima de los otros la
remuneración que crea justo asignarle.

Podrá también aumentar la décima de un guardador, deduciendo este


aumento de la décima de los otros, cuando hubiere una manifiesta
desproporción entre los trabajos y los emolumentos respectivos.

Se dictarán estas dos providencias por el juez, en caso necesario, a petición


del respectivo guardador, y con audiencia de los otros.

Concordancias: Código Civil: artículos 116,  527, 537, 644, 647. Código de Comercio: artículo 528.
Artículo 527. La distribución de la décima se hará según las reglas
generales del artículo precedente, incisos 1º y 2º, mientras en conformidad a
los incisos 3º y 4º no se altere por acuerdo de las partes o por decreto del juez;
ni regirá la nueva distribución sino desde la fecha del acuerdo o del decreto.

Concordancias: Código Civil: artículo 526.

Artículo 528. Los gastos necesarios ocurridos a los tutores o curadores en


el desempeño de su cargo se les abonarán separadamente, y no se imputarán
a la décima.

Concordancias: Código Civil: artículo 526.

Artículo 529. Toda asignación que expresamente se haga al tutor o curador


testamentario en recompensa de su trabajo, se imputará a lo que de la décima
de los frutos hubiere de caber a dicho tutor o curador; y si valiere menos,
tendrá derecho a que se le complete su remuneración; pero si valiere más, no
será obligado a pagar el exceso mientras éste quepa en la cuota de bienes de
que el testador pudo disponer a su arbitrio.

Artículo 530. Las excusas aceptadas privan al tutor o curador testamentario


de la asignación que se le haya hecho en remuneración de su trabajo.

Pero las excusas sobrevinientes le privarán solamente de una parte


proporcional.

Concordancias: Código Civil: artículo 526.

Artículo 531. Las incapacidades preexistentes quitan al guardador todo


derecho a la asignación antedicha.

Si la incapacidad sobreviene sin hecho o culpa del guardador, o si éste


fallece durante la guarda, no habrá lugar a la restitución de la cosa asignada,
en todo o parte.

Concordancias: Código Civil: artículo 44.

Artículo 532. Si un tutor o curador interino releva de todas sus funciones al


propietario, corresponderá su décima íntegra al primero por todo el tiempo que
durare su cargo; pero si el propietario retiene alguna parte de sus funciones,
retendrá también una parte proporcionada de su décima.

Si la remuneración consistiere en una cuota hereditaria o legado, y el


propietario hubiere hecho necesario el nombramiento del interino por una
causa justificable, como la de un encargo público, o la de evitar algún grave
perjuicio en sus intereses, conservará su herencia o legado íntegramente, y el
interino recibirá la décima de los frutos de lo que administre.

Concordancias: Código Civil: artículos 371 inciso 1º, 375 Nº  2, 500 inciso 2º, 525 inciso 2º, 543.

Artículo 533. El tutor o curador que administra fraudulentamente o que


contraviene a la disposición del artículo 116, pierde su derecho a la décima, y
estará obligado a la restitución de todo lo que hubiere percibido en
remuneración de su cargo.

Si administra descuidadamente, no cobrará la décima de los frutos en


aquella parte de los bienes que por su negligencia hubiere sufrido detrimento o
experimentado una considerable disminución de productos.

En uno y otro caso queda además salva al pupilo la indemnización de


perjuicios.

Concordancias: Código Civil: artículos 44, 116, 2314, 2329 inciso 1º.

Artículo 534. Si los frutos del patrimonio del pupilo fueren tan escasos
queapenas basten para su precisa subsistencia, el tutor o curador será
obligado a servir su cargo gratuitamente; y si el pupilo llegare a adquirir más
bienes, sea durante la guarda o después, nada podrá exigirle el guardador en
razón de la décima correspondiente al tiempo anterior.

Concordancias: Código Civil: artículos 537, 644, 647.

Artículo 535. El guardador cobrará su décima a medida que se realicen los


frutos.

Para determinar el valor de la décima, se tomarán en cuenta, no sólo las


expensas invertidas en la producción de los frutos, sino todas las pensiones y
cargas usufructuarias a que esté sujeto el patrimonio.

Concordancias: Código Civil: artículos 526, 537, 644, 647, 908.

Artículo 536. Respecto de los frutos pendientes al tiempo de principiar o


expirar la guarda, se sujetará la décima del tutor o curador a las mismas reglas
a que está sujeto el usufructo.640

Concordancias: Código Civil: artículos 645 inciso 1º, 647 inciso 2º, 781 a 790.

Artículo 537. En general, no se contarán entre los frutos de que debe


deducirse la décima, las materias que separadas no renacen, ni aquellas cuya
separación deteriora el fundo o disminuye su valor.
Por consiguiente, no se contará entre los frutos la leña o madera que se
vende, cuando el corte no se hace con la regularidad necesaria para que se
conserven en un ser los bosques y arbolados.

La décima se extenderá, sin embargo, al producto de las canteras y minas.

Concordancias: Código Civil: artículos 571 inciso 1, 644, 645, 646, 783, 784, 906 inciso 2, 925, 1980,
2423.

Artículo 538. Los curadores de bienes de ausentes, los curadores de los


derechos eventuales de un póstumo, los curadores de una herencia yacente, y
los curadores especiales, no tienen derecho a la décima. Se les asignará por el
juez una remuneración equitativa sobre los frutos de los bienes que
administran, o una cantidad determinada, en recompensa de su trabajo.

Concordancias: Código Civil: artículo 481.

TÍTULO XXXII DE LA REMOCIÓN DE LOS TUTORES Y CURADORES

Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 84. Código de Procedimiento Civil:


artículo 680 Nº 4.

Artículo 539. Los tutores o curadores serán removidos:

1º. Por incapacidad;

2º. Por fraude o culpa grave en el ejercicio de su cargo, y en especial por las
señaladas en los artículos 378 y 434;

3º. Por ineptitud manifiesta;

4º. Por actos repetidos de administración descuidada;

5º. Por conducta inmoral, de que pueda resultar daño a las costumbres del
pupilo.

Por la cuarta de las causas anteriores no podrá ser removido el tutor o


curador que fuere ascendiente, o descendiente, o cónyuge del pupilo, pero se
le asociará otro tutor o curador en la administración.

Concordancias: Código Civil: artículos 44, 378, 426 inciso 3º, 434, 506 inciso 2º y 524.
Artículo 540. Se presumirá descuido habitual en la administración por el
hecho de deteriorarse los bienes, o disminuirse considerablemente los frutos; y
el tutor o curador que no desvanezca esta presunción dando explicación
satisfactoria del deterioro o disminución, será removido.

Concordancias: Código Civil: artículo 47.

Artículo 541. El que ejerce varias tutelas o curadurías y es removido de una


de ellas por fraude o culpa grave, será por el mismo hecho removido de las
otras, a petición del respectivo defensor, o de cualquiera persona del pueblo, o
de oficio.

Concordancias: Código Civil: artículo 44. Código Orgánico de Tribunales: artículo 10 inciso 1º.

Artículo 542. La remoción podrá ser provocada por cualquiera de los


consanguíneos del pupilo, y por su cónyuge, y aun por cualquiera persona del
pueblo.

Podrá provocarla el pupilo mismo, que haya llegado a la pubertad,


recurriendo al respectivo defensor.

El juez podrá también promoverla de oficio.

Serán siempre oídos los parientes, y el ministerio público.

Concordancias: Código Civil: artículos 26, 27, 28, 42, 346. Código Orgánico de Tribunales: artículos 10
inciso 1 y 366.

Artículo 543. Se nombrará tutor o curador interino para mientras penda el


juicio de remoción, siempre que el tribunal, oyendo a los parientes, estimare
que conviene dicho nombramiento. El interino excluirá al propietario que no
fuere ascendiente, descendiente o cónyuge; y será agregado al que lo fuere. 641

Concordancias: Código Civil: artículos 42, 371, 375 Nº  2, 500 inciso 2º  y 532.

Artículo 544. El tutor o curador removido deberá indemnizar cumplidamente


al pupilo.

Será asimismo perseguido criminalmente por los delitos que haya cometido
en el ejercicio de su cargo.

Concordancias: Código Civil: artículos 2314, 2329 inciso 1º. Ley de efecto retroactivo de las
leyes,7.10.1861: artículo 9º inciso 2º.
B. LEY DE EFECTO RETROACTIVO DE LAS LEYES
Santiago, 7 de octubre de 1861

.................

Artículo 9º. Los guardadores válidamente constituidos bajo una legislación


anterior, seguirán ejerciendo sus cargos en conformidad a la legislación
posterior, aunque según ésta hubieran sido incapaces de asumirlos; pero en
cuanto a sus funciones, a su remuneración y a las incapacidades o excusas
supervinientes estarán sujetos a la legislación posterior.

En cuanto a la pena en que, por descuidada o torcida administración


hubiesen incurrido, se les sujetará a las reglas de aquella de las dos
legislaciones que fuere menos rigorosa a este respecto; las faltas cometidas
bajo la nueva ley se castigarán en conformidad a éste.

Concordancias: Código Civil: artículo 338. Constitución Política de la República: artículo 19, número 3º
inciso 7º.

...............

C. LEY Nº 18.600 ESTABLECE NORMAS SOBRE DEFICIENTES


MENTALES
Publicada en el Diario Oficial de 19 de febrero de 1987

La Junta de Gobierno de la República de Chile ha dado su aprobación al


siguiente

Proyecto de ley

.................
Artículo 4º. La constatación, calificación, evaluación y declaración de la
discapacidad mental, así como la certificación de ésta, se hará de conformidad
al procedimiento señalado en el Título II de la Ley Nº 19.284 y en el
reglamento.

Cuando la discapacidad mental de una persona se haya inscrito en el


Registro Nacional de la Discapacidad, su padre o madre podrá solicitar al juez
que, con el mérito de la certificación vigente de la discapacidad, otorgada de
conformidad al Título II de la Ley Nº 19.284, y previa audiencia de la persona
con discapacidad, decrete la interdicción definitiva por demencia y nombre
curador definitivo al padre o madre que la tuviera bajo su cuidado permanente.
Si el cuidado permanente lo ejercen los padres de consuno, podrá deferir la
curaduría a ambos. El juez procederá con conocimiento y previa citación
personal y audiencia del discapacitado. En caso de ausencia o impedimento de
los padres, los parientes más cercanos podrán proceder de igual forma, sin
perjuicio de lo establecido en el artículo 18 bis. Se aplicará a la persona
discapacitada interdicta lo que prevén los artículos 440 y 453 del Código Civil
para la guarda del menor adulto y del disipador, respectivamente. La suma de
dinero que se asigne al discapacitado para sus gastos personales podrá ser
fijada prudencialmente por el mismo curador, de acuerdo con su grado de
discapacidad. La persona interdicta podrá celebrar contratos de trabajo con la
autorización del curador.642

Concordancias: Código Civil: artículos 450, 453.

888. Caracteres de la Ley Nº 18.600 y de su interpretación. Se ha advertido


Jurisprudencia: 
que: "[S]e debe tener presente para arribar a esta conclusión, que la Ley Nº 18.600 es
una ley especial y de su texto se infiere que la finalidad perseguida es proteger a las
personas con discapacidad mental, en un procedimiento simplificado que tiene el carácter
voluntario, reduciéndolo a trámites específicos que priman sobre las normas del Código
Civil y de Procedimiento Civil sobre la materia, agilizándolo para la obtención de la
interdicción. De tal manera, que toda interpretación que se haga de las normas que
contempla la ley, tienen que ser orientadas a la agilización de los trámites, mas no aplicar
aquéllas que estaban destinadas a un juicio de lato conocimiento incurriendo en
diligencias que la ley no contempla" (C. Apelaciones de Concepción, 15 de enero de
2013, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/107/2013, Rol Nº 1567-2012). En el mismo
sentido se había declarado que: "Que para resolver la controversia vertida en estos autos,
es necesario determinar si la Ley Nº 18.600 que establece normas sobre deficientes
mentales, prima por sobre las normas generales contenidas en el Código Civil y de
Procedimiento Civil. 2º Que en este orden de ideas cabe tener presente que la referida
Ley Nº 18.600, fue publicada con fecha 19 de febrero de 1987, cuya última modificación
entró en vigencia el 17 de marzo de 2008, esto es, con posterioridad a la Resolución
46/119, de la Asamblea General de la ONU, respecto a la Convención sobre Principios
para la Protección de los Enfermos Mentales y el mejoramiento de la atención de la salud
mental y la publicación de los mencionados Códigos. 3º Que, asimismo, prevalece sobre
las disposiciones de dichos cuerpos legales, atendido lo dispuesto en los artículos 13, 22
y 24 del Código Civil, teniendo presente además el espíritu que tuvo el legislador al
momento de dictar la referida ley, esto es, precisamente agilizar los trámites para la
declaración de interdicción por demencia y nombramiento de un curador, cuando la
persona respecto de la cual se solicita dicha declaración, se encuentre previamente
inscrita en el Registro Nacional de Discapacitados" (C. de Apelaciones de San Miguel, 17
de enero de 2012, cons. 1º a 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/137/2012, Rol Nº 1390-
2011). 889. En ausencia de los padres, los parientes más cercanos de la persona
discapacitada pueden solicitar la declaración de interdicción de acuerdo con este
artículo 4. Planteada la cuestión de: "si la solicitud de declaración de interdicción que
contempla el artículo 4 de la Ley Nº 18.600 puede ser solicitada únicamente por los
padres de la menor, como lo entiende el a quo o, por el contrario, frente a la ausencia de
los padres, puede ser solicitada por su hermana, sin cumplir con las normas del Código
de Procedimiento Civil y Código Civil sobre la materia", se ha resuelto que: "[E]n ausencia
de los padres de la discapacitada, son los parientes más cercanos quienes pueden
solicitar la interdicción definitiva por demencia, y que corresponde a la hermana, quien es
la solicitante y la tiene a su cuidado y debe ser nombrada como curadora definitiva.
6º. Que se debe destacar que el referido artículo 4º de la ley dispone que "En caso de
ausencia o impedimento de los padres, los parientes más cercanos podrán proceder de
igual forma" (lo destacado es nuestro). Expresión de "igual forma" que denota que se
debe proceder de la misma manera como podrían haber actuado sus padres si hubieren
estado presente de acuerdo al mismo artículo, esto es, que la interdicción puede ser
solicitada por los parientes y ser nombrados como curadores. 7º. Que en nada altera lo
anterior, lo contemplado en la misma disposición legal, que dispone "sin perjuicio de lo
establecido en el artículo 18 bis", porque esta norma le es aplicable a "Las personas
naturales o jurídicas que se encuentren inscritas en el Registro Nacional de la
Discapacidad y que tengan a su cargo personas con discapacidad mental, cualquiera sea
su edad, serán curadores provisorios de los bienes de éstos, por el sólo ministerio de la
ley,..." 8º. Que dicha norma se emplea cuando no existen parientes más cercanos y, en
ausencia de aquéllos, se recurren a las personas naturales o jurídicas que se encuentren
inscritas en el Registro Nacional de la Discapacidad y que tengan a su cargo personas
con discapacidad mental, los que deben ser nombrados curadores provisionales por el
sólo ministerio de la ley. 9º. Que no siendo aplicable dicha norma, por la existencia de
parientes cercanos como lo es su hermana, no corresponde cumplir ninguna de las
demás exigencias que contempla la misma norma" (C. Apelaciones de Concepción, 15 de
enero de 2013, cons. 5º a 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/107/2013, Rol Nº 1567-
2012). 890. La declaración de interdicción definitiva a que se refiere este artículo
constituye un procedimiento judicial no contencioso. En este sentido se ha declarado
que: "[P]ara asegurar la debida protección a los discapacitados mentales, la Ley
Nº 20.422 de febrero de 2010 mantiene la norma del artículo 4º de la Ley Nº 18.600,
permitiendo la pronta declaración de interdicción definitiva por demencia y nombrar
curador definitivo al padre o la madre que lo tuviere bajo cuidado permanente. Quinto:
Que, esta disposición señala el procedimiento para dicha declaración, en los casos en
que la discapacidad mental de una persona se encuentre inscrita en el Registro Nacional
de Discapacidad, imponiendo al juez la obligación de proceder con conocimiento y previa
citación personal y audiencia del discapacitado. Señalando como único trámite obligatorio
la citación a audiencia de la persona con discapacidad. Sexto: Que, la disposición
requiere para la declaración de interdicción definitiva, la intervención del juez y no
considera se promueva contienda entre partes, tratándose entonces de un procedimiento
no contencioso, toda vez que el artículo 817 del Código de Procedimiento Civil señala que
son actos judiciales no contenciosos aquellos que según la ley requieren de la
intervención del juez y en que no se promueve contienda alguna entre partes. Séptimo:
Que, de esta forma, la imposición al juez de actuar con conocimiento se entiende referida
al artículo 824, quedando sometida su tramitación al libro IV del mismo Código, con más
las diligencias ordenadas por el artículo 4º antes mencionado" (C. Apelaciones de San
Miguel, 5 de septiembre de 2011, cons. 5º a 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7433/2011, Rol
Nº 739-2011).

.................

José T. Merino Castro,Almirante, Comandante en Jefe de la Armada,


Miembro de la Junta de Gobierno.- Fernando Matthei Aubel, General del Aire,
Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, Miembro de la Junta de
Gobierno.- Rodolfo Stange Oelckers, General Director de Carabineros,
Miembro de la Junta de Gobierno.- Humberto Gordon Rubio, Teniente General
de Ejército, Miembro de la Junta de Gobierno.

Por cuanto he tenido a bien aprobar la precedente ley, la sanciono y la firmo


en señal de promulgación. Llévese a efecto como Ley de la República.

Regístrese en la Contraloría General de la República, publíquese en el Diario


Oficial e insértese en la recopilación Oficial de dicha Contraloría.

Santiago, 30 de enero de 1987.- Augusto Pinochet Ugarte, General de


Ejército, Presidente de la República.- Manuel Concha Martínez, Brigadier,
Ministro de Hacienda subrogante.- Guillermo Arthur Errázuriz, Ministro del
Trabajo y Previsión Social subrogante.- Juan Giaconi Gandolfo, Ministro de
Salud.

Lo que transcribo a Ud. para su conocimiento.- Saluda atentamente a Ud.-


Manuel Concha Martínez, Brigadier de Ejército, Subsecretario de Hacienda.

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Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada




Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS

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INICIO DE:
VI. DE LOS ALIMENTOS
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
B. CÓDIGO CIVIL
C. LEY Nº 14.908 SOBRE ABANDONO DE FAMILIA Y PAGO DE PENSIONES ALIMENTICIAS

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INICIO DE:
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
1. CONVENCIÓN SOBRE LA OBTENCIÓN DE ALIMENTOS EN EL EXTRANJERO
PREÁMBULO

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1. Convención sobre la obtención de alimentos en el extranjero

VI. DE LOS ALIMENTOS

A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES

1. CONVENCIÓN SOBRE LA OBTENCIÓN DE ALIMENTOS EN EL


EXTRANJERO
Decreto Ministerio de Relaciones Exteriores Nº 23,D.O. 23.01.1961

PREÁMBULO

Considerando que es urgente la solución del problema humanitario originado


por la situación de las personas sin recursos que tienen derecho a obtener
alimentos de otras que se encuentran en el extranjero.

Considerando que el ejercicio en el extranjero de acciones sobre prestación


de alimentos o la ejecución en el extranjero de decisiones relativas a la
obligación de prestar alimentos suscita graves dificultades legales y de orden
práctico.

Dispuestas a establecer los medios conducentes a resolver ese problema y a


subsanar las mencionadas dificultades.

Las Partes Contratantes han convenido lo siguiente:

Artículo 1º
Alcance de la Convención

1º. La finalidad de la presente Convención es facilitar a una persona llamada


en lo sucesivo demandante, que se encuentra en el territorio de una de las
Partes Contratantes, la obtención de los alimentos que pretende tener derecho
a recibir de otra persona, llamada en lo sucesivo demandado, que está sujeta a
la jurisdicción de otra Parte Contratante. Esta finalidad se perseguirá mediante
los servicios de organismos llamados en lo sucesivo Autoridades Remitentes e
Instituciones Intermediarias.

2º. Los medios jurídicos a que se refiere la presente Convención son


adicionales a cualesquiera otros medios que puedan utilizarse conforme al
derecho interno o al derecho internacional, y no substitutivos de los mismos.

Concordancias: Decreto Nº  23, Min. de Relaciones Exteriores, Convención sobre la obtención de


Alimentos en el Extranjero,D.O. 23.01.1961: artículo 8º. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.

Artículo 2º
Designación de organismos

1º. En el momento de depositar el instrumento de ratificación o adhesión,


cada Parte Contratante designará una o más autoridades judiciales o
administrativas para que ejerzan en su territorio las funciones de Autoridades
Remitentes.

2º. En el momento de depositar el instrumento de ratificación o adhesión,


cada Parte Contratante designará un organismo público o privado para que
ejerza en su territorio las funciones de Institución Intermediaria.

3º. Cada Parte Contratante comunicará sin demora al Secretario General de


las Naciones Unidas las designaciones hechas conforme a lo dispuesto en los
párrafos 1 y 2 y cualquier modificación al respecto.

4º. Las Autoridades Remitentes y las Instituciones Intermediarias podrán


comunicarse directamente con las Autoridades Remitentes y las Instituciones
Intermediarias de las demás Partes Contratantes.

Artículo 3º
Solicitud a la Autoridad Remitente

1º. Cuando el demandante se encuentre en el territorio de una de las Partes


Contratantes, denominada en lo sucesivo Estado del demandante, y el
demandado esté sujeto a la jurisdicción de otra Parte Contratante, que se
denominará Estado del demandado, el primero podrá presentar una solicitud a
la Autoridad Remitente de su Estado encaminada a obtener alimentos del
demandado.

2º. Cada Parte Contratante informará al Secretario General acerca de los


elementos de prueba normalmente exigidos por la ley del Estado de la
Institución Intermediaria para justificar la demanda de prestación de alimentos,
de la forma en que la prueba debe ser presentada para ser admisible y de
cualquier otro requisito que haya de satisfacerse de conformidad con esa ley.

3º. La solicitud deberá ir acompañada de todos los documentos pertinentes,


inclusive, en caso necesario, un poder que autorice a la Institución
Intermediaria para actuar en nombre del demandante o para designar a un
tercero con ese objeto. Se acompañará también una fotografía del demandante
y, de ser posible, una fotografía del demandado.

4º. La Autoridad Remitente adoptará las medidas a su alcance para


asegurar el cumplimiento de los requisitos exigidos por la ley del Estado de la
Institución Intermediaria. Sin perjuicio de lo que disponga dicha ley, la solicitud
expresará:

a) El nombre y apellido del demandante, su dirección, fecha de nacimiento,


nacionalidad y ocupación, y, en su caso, el nombre y dirección de su
representante legal;
b) El nombre y apellido del demandado y, en la medida en que sean
conocidas por el demandante, sus direcciones durante los últimos cinco años,
su fecha de nacimiento, nacionalidad y ocupación;

c) Una exposición detallada de los motivos en que se funda la pretensión del


demandante y del objeto de ésta y cualesquiera otros datos pertinentes, tales
como los relativos a la situación económica y familiar del demandante y del
demandado.

Concordancias: Decreto Nº  23, Min. de Relaciones Exteriores, Convención sobre la obtención de


Alimentos en el Extranjero,D.O.  23.01.1961: artículo 5.2.

Artículo 4º
Transmisión de los documentos

1º. La Autoridad Remitente transmitirá los documentos a la Institución


Intermediaria del Estado del demandado, a menos que considere que la
solicitud no ha sido formulada de buena fe.

2º. Antes de transmitir estos documentos, la Autoridad Remitente se


cerciorará de que los mismos reúnen los requisitos de forma de acuerdo con la
ley del Estado del demandante.

3º. La Autoridad Remitente podrá hacer saber a la Institución Intermediaria


su opinión sobre los méritos de la pretensión del demandante y recomendar
que se conceda a éste asistencia jurídica gratuita y exención de costas.

Concordancias: Decreto Nº  23, Min. de Relaciones Exteriores, Convención sobre la obtención de


Alimentos en el Extranjero,D.O.  23.01.1961: artículo 5.1.

Artículo 5º
Transmisión de sentencias y otros actos judiciales

1º. La Autoridad Remitente transmitirá, a solicitud del demandante y de


conformidad con las disposiciones del artículo 4º, cualquier decisión provisional
o definitiva, o cualquier otro acto judicial, que haya intervenido en materia de
alimentos en favor del demandante en un tribunal competente de cualquiera de
las Partes Contratantes, y, si fuere necesario y posible, copia de las
actuaciones en que haya recaído esa decisión.

2º. Las decisiones y actos judiciales a que se refiere el párrafo precedente


podrán ser transmitidos para reemplazar o completar los documentos
mencionados en el artículo 3º.
3º. El procedimiento previsto en el artículo 6º podrá incluir, conforme a la ley
del Estado del demandado, el exequátur o el registro, o una nueva acción
basada en la decisión transmitida en virtud de lo dispuesto en el párrafo 1.

Concordancias: Decreto Nº  23, Min. de Relaciones Exteriores, Convención sobre la obtención de


Alimentos en el Extranjero,D.O.  23.01.1961: artículos 3, 4, 6.

Artículo 6º
Funciones de la Institución Intermediaria

1º. La Institución Intermediaria, actuando siempre dentro de las facultades


que le haya conferido el demandante, tomará todas las medidas apropiadas
para obtener el pago de alimentos, inclusive por transacción, y podrá, en caso
necesario, iniciar y proseguir una acción de alimentos y hacer ejecutar
cualquier sentencia, decisión u otro acto judicial.

2º. La Institución Intermediaria tendrá convenientemente informada a la


Autoridad Remitente. Si no pudiere actuar, le hará saber los motivos de ello y le
devolverá la documentación.

3º. No obstante cualquier disposición de esta Convención, la ley aplicable a


la resolución de las acciones de alimentos y de toda cuestión que surja con
ocasión de las mismas será la ley del Estado del demandado, inclusive el
derecho internacional privado de ese Estado.

Concordancias: Código Civil: artículo 15.

Artículo 7º
Exhortos

Si las leyes de las dos Partes Contratantes interesadas admiten exhortos, se


aplicarán las disposiciones siguientes:

a) El tribunal que conozca de la acción de alimentos podrá enviar exhortos


para obtener más pruebas, documentales o de otra especie, al tribunal
competente de la otra Parte Contratante o a cualquier otra autoridad o
institución designada por la Parte Contratante en cuyo territorio haya de
diligenciarse el exhorto;

b) A fin de que las Partes puedan asistir a este procedimiento o estar
representadas en él, la autoridad requerida deberá hacer saber a la Institución
Intermediaria, a la Autoridad Remitente que corresponda y al demandado, la
fecha y el lugar en que hayan de practicarse las diligencias solicitadas;

c) Los exhortos deberán cumplimentarse con la diligencia debida; y si a los


cuatro meses de recibido un exhorto por la autoridad requerida no se hubiere
diligenciado, deberán comunicarse a la autoridad requirente las razones a que
obedezca la demora o la falta de cumplimiento;

d) La tramitación del exhorto no dará lugar al reembolso de derechos o


costas de ninguna clase;

e) Sólo podrá negarse la tramitación del exhorto:

1º. Si no se hubiere establecido la autenticidad del documento;

2º. Si la Parte Contratante en cuyo territorio ha de diligenciarse el exhorto


juzga que la tramitación de éste menoscabaría su soberanía o su seguridad.

Artículo 8º
Modificación de decisiones judiciales

Las disposiciones de la presente Convención se aplicarán asimismo a las


solicitudes de modificación de decisiones judiciales dictadas en materia de
prestación de alimentos.

Concordancias: Decreto Nº  23, Min. de Relaciones Exteriores, Convención sobre la obtención de


Alimentos en el Extranjero,D.O.  23.01.1961: artículo 1º.

Artículo 9º
Exenciones y facilidades

1º. En los procedimientos regidos por esta Convención, los demandantes


gozarán del mismo trato y de las mismas exenciones de gastos y costas
otorgadas por la ley del Estado en que se efectúe el procedimiento a sus
nacionales o a sus residentes.

2º. No podrá imponerse a los demandantes, por su condición de extranjeros


o por carecer de residencia, caución, pago o depósito alguno para garantizar el
pago de costas o cualquier otro cargo.

3º. Las Autoridades Remitentes y las Instituciones Intermediarias no


percibirán remuneración de ninguna clase por los servicios prestados de
conformidad con esta Convención.

Artículo 10
Transferencias de fondos

La Parte Contratante cuya legislación imponga restricciones a la


transferencia de fondos al extranjero concederá la máxima prioridad a la
transferencia de fondos destinados al pago de alimentos o a cubrir los gastos a
que den lugar los procedimientos previstos en esta Convención.
Artículo 11
Cláusula relativa a los Estados federales

Con respecto a los Estados federales o no unitarios, se aplicarán las


disposiciones siguientes:

a) En lo concerniente a los artículos de esta Convención, cuya aplicación


depende de la acción legislativa del poder legislativo federal, las obligaciones
del gobierno federal serán, en esta medida, las mismas que las de las Partes
que no son Estados federales;

b) En lo concerniente a los artículos de esta Convención, cuya aplicación


dependa de la acción legislativa de cada uno de los Estados, provincias o
cantones constituyentes que, en virtud del régimen constitucional de la
federación, no estén obligados a adoptar medidas legislativas, el gobierno
federal, a la mayor brevedad posible y con recomendación favorable,
comunicará el texto de dichos artículos a las autoridades competentes de los
Estados, provincias o cantones;

c) Todo Estado federal que sea Parte en la presente Convención,


proporcionará, a solicitud de cualquiera otra Parte Contratante que le haya sido
transmitida por el Secretario General, un resumen de la legislación y de las
prácticas vigentes en la federación y en sus entidades constitutivas con
respecto a determinada disposición de la Convención, indicando hasta qué
punto, por acción legislativa o de otra índole, se ha aplicado tal disposición.

Artículo 12
Aplicación territorial

Las disposiciones de la presente Convención se aplicarán igualmente a


todos los territorios no autónomos o en fideicomiso y a todos los demás
territorios de cuyas relaciones internacionales sea responsable una Parte
Contratante, a menos que dicha Parte Contratante, al ratificar la Convención o
adherirse a ella, haya declarado que no se aplicará a determinado territorio o
territorios que estén en esas condiciones. Toda Parte Contratante que haya
hecho esa declaración podrá en cualquier momento posterior extender la
aplicación de la Convención al territorio o territorios así excluidos o a cualquiera
de ellos, mediante notificación al Secretario General.

Concordancias: Decreto Nº  23, Min. de Relaciones Exteriores, Convención sobre la obtención de


Alimentos en el Extranjero,D.O.  23.01.1961: artículo 15.1.

Artículo 13
Firma, ratificación y adhesión
1º. La presente Convención quedará abierta hasta el 31 de diciembre de
1956, a la firma de todo miembro de las Naciones Unidas, de todo Estado no
miembro que sea parte en el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia o
miembro de un organismo especializado, y de todo otro Estado no miembro
que haya sido invitado por el Consejo Económico y Social a participar en la
Convención.

2º. La presente Convención será ratificada. Los instrumentos de ratificación


serán depositados en poder del Secretario General.

3º. Cualquiera de los Estados que se mencionan en el párrafo 1 de este


artículo podrá adherirse a la presente Convención en cualquier momento. Los
instrumentos de adhesión serán depositados en poder del Secretario General.

Concordancias: Decreto Nº  23, Min. de Relaciones Exteriores, Convención sobre la obtención de


Alimentos en el Extranjero,D.O.  23.01.1961: artículos 17.1, 21.

Artículo 14
Entrada en vigor

1º. La presente Convención entrará en vigor el trigésimo día siguiente a la


fecha en que se haya efectuado el depósito del tercer instrumento de
ratificación o de adhesión con arreglo a lo previsto en el artículo 13.

2º. Con respecto a cada uno de los Estados que la ratifiquen o se adhieran a
ella después del depósito del tercer instrumento de ratificación o adhesión, la
Convención entrará en vigor treinta días después de la fecha en que dicho
Estado deposite su instrumento de ratificación o de adhesión.

Artículo 15
Denuncia

1º. Cualquiera de las Partes Contratantes podrá denunciar la presente


Convención mediante notificación al Secretario General. Dicha denuncia podrá
referirse también a todos o algunos de los territorios mencionados en el artículo
12.

2º. La denuncia surtirá efecto un año después de la fecha en que el


Secretario General reciba la notificación, excepto para los casos que se estén
sustanciando en la fecha en que entre en vigencia dicha denuncia.

Artículo 16
Solución de controversias

Si surgiere entre Partes Contratantes una controversia respecto a la


interpretación o aplicación de la presente Convención, y si tal controversia no
pudiere ser resuelta por otros medios, será sometida a la Corte Internacional
de Justicia. La controversia será planteada ante la Corte mediante la
notificación del compromiso concertado por las Partes en la controversia, o
unilateralmente a solicitud de una de ellas.

Artículo 17
Reservas

1º. Si un Estado formula una reserva relativa a cualquier artículo de la


presente Convención en el momento de depositar el instrumento de ratificación
o de adhesión, el Secretario General comunicará el texto de la reserva a las
demás Partes Contratantes y a todos los demás Estados mencionados en el
artículo 13. Toda Parte Contratante que se oponga a la reserva podrá notificar
al Secretario General, dentro del plazo de noventa días contados a partir de la
fecha de la comunicación, que no acepta dicha reserva, y en tal caso la
Convención no entrará en vigor entre el Estado que haya objetado la reserva y
el que la haya formulado. Todo Estado que se adhiera posteriormente a la
Convención podrá hacer esta notificación en el momento de depositar su
instrumento de adhesión.

2º. Toda Parte Contratante podrá retirar en cualquier momento una reserva
que haya formulado anteriormente y deberá notificar esa decisión al Secretario
General.

Artículo 18
Reciprocidad

Una Parte Contratante no podrá invocar las disposiciones de la presente


Convención respecto de otra Parte Contratante sino en la medida en que ella
misma esté obligada.

Artículo 19
Notificaciones del Secretario General

1º. El Secretario General notificará a todos los Estados miembros de las


Naciones Unidas y a los Estados no miembros mencionados en el artículo 13:

a) Las comunicaciones previstas en el párrafo 3 del artículo 2º;

b) Las informaciones recibidas conforme al párrafo 2 del artículo 3º;

c) Las declaraciones y notificaciones hechas conforme al artículo 12;

d) Las firmas, ratificaciones y adhesiones hechas conforme al artículo 13;


e) La fecha en que la Convención haya entrado en vigor conforme a las
disposiciones del párrafo 1 del artículo 14;

f) Las denuncias hechas conforme al párrafo 1 del artículo 15;

g) Las reservas y notificaciones hechas conforme al artículo 17.

2º. El Secretario General notificará también a todas las Partes Contratantes


las solicitudes de revisión y las respuestas a las mismas hechas conforme a lo
dispuesto en el artículo 20.

Artículo 20
Revisión

1º. Toda Parte Contratante podrá pedir en cualquier momento la revisión de


la presente Convención mediante notificación dirigida al Secretario General.

2º. El Secretario General transmitirá dicha notificación a cada una de las


Partes Contratantes y le pedirá que manifieste dentro de un plazo de cuatro
meses si desea la reunión de una Conferencia para considerar la revisión
propuesta. Si la mayoría de las Partes Contratantes responde en sentido
afirmativo, dicha Conferencia será convocada por el Secretario General.

Artículo 21
Idiomas y depósito de la Convención

El original de la presente Convención, cuyos textos español, chino, francés,


inglés y ruso son igualmente auténticos, será depositado en poder del
Secretario General, quien enviará copias certificadas conformes a todos los
Estados a que se hace referencia en el artículo 13.

Es copia fiel del original.- F. Orrego, Subsecretario.

B. CÓDIGO CIVIL

LIBRO I DE LAS PERSONAS


TÍTULO XVIII DE LOS ALIMENTOS QUE SE DEBEN POR LEY A CIERTAS
PERSONAS

Concordancias: Ley Nº  14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones


Alimenticias,D.O.  5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000. Decreto Nº  23,
Min. de Relaciones Exteriores, Convención sobre la obtención de Alimentos en el
Extranjero,  D.O.  23.01.1961.

Artículo 321. Se deben alimentos:

1º Al cónyuge;

2º A los descendientes;

3º A los ascendientes;

4º A los hermanos, y

5º Al que hizo una donación cuantiosa, si no hubiere sido rescindida o


revocada.643

La acción del donante se dirigirá contra el donatario.

No se deben alimentos a las personas aquí designadas, en los casos en que


una ley expresa se los niegue.

Concordancias: Código Civil: artículos 33, 41, 174, 175, 177, 326, 1627, 1740 inciso 2º. Código Penal:
artículos 361 a 366 bis, 370. Ley Nº  14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones
Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 1º. Ley
Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 37. Ley Nº  19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17 de mayo de 2004: artículo 60. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 4.

891. De la noción de "alimentos" y de su contenido. La E Corte Suprema


Jurisprudencia:  xcma. 

se ha ocupado en precisar el significado de la palabra "alimentos". Lo ha hecho, sobre la


base de considerar que ha de indagarse cuál sea su "sentido natural y obvio", es decir,
estima que el entendimiento de esta palabra utilizada en la ley debe realizarse según la
regla general que se establece en el período inicial del artículo 20 del Código Civil. En ese
contexto, mantiene la concepción tradicional de asumir que el "sentido natural y obvio" de
las palabras está dado por el que les atribuye el Diccionario de la Real Academia
Española. Ha sentado así: "Que el sentido natural y obvio de la palabra 'alimentos' es
aquella que da el Diccionario de la Lengua Española, en su quinta significación, en cuanto
que es 'la prestación debida entre parientes próximos cuando quien la recibe no tiene la
posibilidad de subvenir a sus necesidades'" (C. Suprema, 23 de abril de 2015, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2276/2015, Rol Nº 22372-2014). Fundada en tal significación, ha
agregado que ese sentido natural y obvio: "[N]o solo comprende lo imperioso para existir,
es decir, la comida, el vestuario y un lugar donde vivir, sino que debe abarcar lo preciso
para que la persona que los solicita pueda desarrollarse espiritual y materialmente, lo que
implica que debe cubrir la vivienda, educación y salud, también actividades recreativas y
de esparcimiento" (C. Suprema, 23 de abril de 2015, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2276/2015, Rol Nº 22372-2014). Esta orientación la ha seguido la
E Corte Suprema en sentencias posteriores: "Que los alimentos, conforme la quinta
xcma. 

acepción que da el Diccionario de la Lengua Española, constituyen 'la prestación debida


entre parientes próximos cuando quien la recibe no tiene la posibilidad de subvenir a sus
necesidades', y deben comprender no sólo la comida, el vestuario y un lugar donde vivir,
sino que lo preciso para que la persona que los solicita pueda desarrollarse espiritual y
materialmente, lo que involucra la educación y la salud, también actividades recreativas y
de esparcimiento, por lo tanto, la obligación de proporcionarlos no sólo tiene por finalidad
conservar o mantener la vida física de la persona del alimentario sino también propender
a su desarrollo intelectual y moral" (C. Suprema, 3 de mayo de 2017, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2886/2017, Rol Nº 3695-2017). Este considerando se reproduce
literalmente en sentencias posteriores (C. Suprema, 24 de agosto de 2017, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5588/2017, Rol Nº 11518-2017). ; C. Suprema, 1 de marzo de
2018, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/987/2018, Rol Nº 40265-2017). En cierto modo,
esta vía de determinación del entendimiento que había de darse a la palabra "alimentos"
la había seguido algún tribunal de alzada: "Que en opinión de esta Corte, y conforme a los
principios generales contenidos en el Código Civil, los alimentos no son sino los auxilios
que aquellos parientes próximos han de prodigar al alimentario para la subsistencia de
éste y mientras se mantengan las necesidades del mismo y las facultades del
alimentante" (C. Apelaciones de Santiago, 31 de marzo de 2011, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9526/2011, Rol Nº 695-2010). La argumentación y estrategia de
la E Corte Suprema en su sentencia de 2015 es diversa de aquella que habían adoptado
xcma. 

algunos tribunales de alzada. En efecto, ciertas Cortes de Apelaciones habían optado por
asumir las opiniones de los autores, de modo que a través de ellas se precisaba la
significación de los alimentos. Así, por ejemplo, se había declarado que:
"Doctrinariamente se ha sostenido que los alimentos son los medios materiales para la
existencia física de las personas, esto es, el bienestar general de los alimentarios y debe
incluirse su integridad psicológica, que implica considerar que el menor no puede sufrir las
consecuencias de una separación, alterando el status social que ha tenido, lo que implica
que debe, en la medida que los ingresos del alimentante lo permitan, continuar
desarrollando todas y cada una de las actividades a que estaba acostumbrado
(actividades extraprogramáticas, de entretención y comunicación con sus pares),
adecuándose de esta manera a las normas contenidas en la Convención sobre Derechos
del Niño. Finalmente dentro del concepto de alimentos se debe incluir lo relativo a la
instrucción y educación de los alimentarios" (C. de Apelaciones de Valdivia, 7 de enero de
2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/8657/2009, Rol Nº 1007-2008). En un sentido
similar, se había advertido: "Que la doctrina señala que los alimentos son las prestaciones
a que está obligada una persona respecto de otra de todo aquello que resulte necesario
para satisfacer las necesidades de la existencia; y define el derecho de alimentos como
aquel que la ley otorga a una persona para demandar de otra, que cuenta con los medios
para proporcionárselos, lo que necesite para subsistir de un modo correspondiente a su
posición social, que debe cubrir a lo menos el sustento, habitación, vestidos, salud,
movilización, enseñanza básica y media, aprendizaje de alguna profesión u oficio"
(C. Apelaciones de San Miguel, 28 de julio de 2014, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9318/2014, Rol Nº 386-2014). 892. Fundamento y contenido
de la obligación de alimentos. En cuanto a los fundamentos del derecho de alimentos,
se han mencionado como tales a los siguientes: 892.1. El derecho a la vida: en este
sentido se ha pronunciado la I Corte de Apelaciones de Concepción: "Que el derecho de
lma. 

alimentos está encaminado a garantizar la subsistencia del alimentario y su fundamento


radica, sin duda, en el derecho a la vida. Es sabido que los alimentos son las
subsistencias que se dan a ciertas personas, que le permiten subvenir a las necesidades
de su existencia, que a lo menos deben cubrir el sustento diario, habitación, vestuario,
salud, movilización, vivienda, esparcimiento y educación básica y media del alimentario,
hasta el aprendizaje de alguna profesión u oficio" (C. de Apelaciones de Concepción, 13
de junio de 2008, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5671/2009, Rol Nº 377-
2008); 892.2. El imperativo de cubrir las necesidades de existencia de una persona:
así se ha expresado la I Corte de Apelaciones de San Miguel: "[E]l derecho de alimentos
lma. 

se fundamenta en el imperativo de cubrir las necesidades de existencia que se presentan


en la persona, que por el estado de necesidad en que se encuentra, se constituye en
acreedor de quien es obligado a su satisfacción, mediante la correspondiente contribución
que se le impone. Lo anterior es recogido por los artículos 323 y 330 del Código Civil, que
disponen que los alimentos deben habilitar al alimentado para subsistir de un modo
correspondiente a su posición social, y que los alimentos no se deben sino en la parte en
que los medios de subsistencia del alimentario no alcancen para subsistir de un modo
correspondiente a su posición social" (C. Apelaciones de San Miguel, 28 de julio de 2014,
cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/9318/2014, Rol Nº 386-2014); 892.3. La solidaridad
familiar: tal es lo que ha defendido la I Corte de Apelaciones de Coihayque: "[S] iendo el
lma. 

fundamento de los alimentos el principio de la solidaridad familiar, que obliga a los


parientes que señala la propia ley a atender las necesidades vitales que algunos de ellos
tenga o no pueda satisfacer por sí mismo, debe proporcionárselos, al menos para que
subsista de un modo correspondiente a su posición social, y debe cubrir, a lo menos, el
sustento, habitación, vestidos, salud, movilización, enseñanza pre escolar, básica y
media, etc., es posible, entonces, concluir, que los criterios de justicia a ser aplicados en
el derecho de la pensión alimenticia, en tanto necesidades del alimentario y las
circunstancias domésticas del alimentante, deben quedar satisfechas siguiendo tales
parámetros, sin olvidar que la regulación de la cuantía de los alimentos corresponde a una
cuestión prudencial entregada al Juez de la instancia, quien es soberano en su
determinación, con la limitación de sujetarse a los elementos y exigencias que establece
la ley" (C. Apelaciones de Coihayque, 17 de octubre de 2014, cons. 31,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7581/2014, Rol Nº 31-2014). 893. De los caracteres del
derecho a alimentos. Se ha asumido: "Que la obligación legal de prestar alimentos se
caracteriza por ser su correlativo un derecho extrapatrimonial, de carácter social, actual,
recíproco y cuya fuente es la ley, de gran contenido ético y cuya manifestación última se
entroniza en un derecho subjetivo fundamental: el derecho a la vida" (C. Apelaciones de
Santiago, 1 de septiembre de 2004, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2566/2004, Rol
Nº 3279-2003, conf. C. Suprema, 21 de septiembre de 2005,
LegalPublishing: Cl/Jur/3038/2005, Rol Nº 5334-2004). 894. La obligación de alimentos
es de tracto sucesivo. En este sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema: "[E]s
xcma. 

necesario reiterar que la obligación de pagar alimentos, atendida su naturaleza, es de


tracto sucesivo, puesto que sus efectos nacen y se cumplen a través del tiempo, y que,
por lo mismo, consiste en una prestación periódica" (C. Suprema, 24 de marzo de 2015,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/1583/2015, Rol Nº 23380-2014). 895. Elementos para
determinar la obligación de alimentos. Se ha sostenido que: "Los elementos para la
determinación de la obligación alimenticia son: a) el título que acredite el parentesco que
habilita la reclamación; b) la capacidad económica del alimentante; c) la necesidad del
alimentario; d) la condición personal de los progenitores y e) obligaciones familiares del
alimentante" (C. de Apelaciones de Valdivia, 7 de enero de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8657/2009, Rol Nº 1007-2008). En otros términos se ha dicho:
"Que con el fin de terminar el círculo de los fundamentos doctrinarios de la prestación
alimenticia, es conveniente reiterar los requisitos para que ésta opere: a) texto legal que
otorgue al demandante el derecho de exigir alimentos, b) que el demandante de alimentos
se encuentre verdaderamente necesitado; y c) que el obligado a dar alimentos tenga
capacidad económica para proporcionarlos" (C. Apelaciones de Santiago, 1 de
septiembre de 2004, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/2566/2004, Rol Nº 3279-2003,
conf. C. Suprema, 21 de septiembre de 2005, LegalPublishing: Cl/Jur/3038/2005, Rol
Nº 5334-2004). 896. No se requiere hallarse en la indigencia para reclamar
alimentos. Se ha recordado: "Que la Excma. Corte Suprema ha resuelto que "para pedir
alimentos no es necesario estar en la indigencia; en el caso de los alimentos necesarios
basta que al que los impetra no le alcance para sustentar la vida los medios de
subsistencia que posee (R. t. 62, secc. 1ª, p. 305)" (C. de Apelaciones de Concepción, 16
de enero de 2008, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7504/2008, Rol Nº 1316-
2002). 897. La obligación de alimentos no está condicionada a que el alimentario se
encuentre en posibilidad de ejercer una actividad remunerada. Así se ha advertido,
en relación con los alimentos debidos entre cónyuges, al declarar que: "[P]ara hacer
efectiva la obligación de alimentos se requiere la existencia de un título que habilite para
demandarlos, facultades económicas del obligado a proporcionarlos y sus circunstancias
domésticas, y estado de necesidad del alimentario. Así lo prescriben los artículos 321,
329 y 330 del Código Civil. Por lo tanto, nada tiene que ver aquí que el alimentario se
encuentre o no en la imposibilidad física o de salud para ejercer una labor remunerada"
(C. Apelaciones de Concepción, 23 de noviembre de 2011, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8761/2011, Rol Nº 597-2011). 898. La obligación de alimentos
nace de la ley y no de la sentencia que acoge la demanda o aprueba una
transacción o avenimiento. Así se ha declarado que: "La sentencia definitiva que acoge
una demanda sobre alimentos, o como ocurre en el caso en estudio, un avenimiento y
transacción de alimentos, sólo es inamovible mientras se mantengan las circunstancias
que le hicieron procedente, ya que la obligación de prestar alimentos no arranca de la
transacción sino de la ley, por tanto, puede ser modificada si las circunstancias que
sirvieron para justificarla llegan también a variar" (C. de Apelaciones de Santiago, 14 de
julio de 2006, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6181/2006, Rol Nº 3143-2006). 899. Los
alimentos que, en un acuerdo regulador, se obliga un padre a conceder a sus hijos
mayores de veintiún años y que no están estudiando, tienen la naturaleza de
voluntarios. En este sentido se ha declarado que: Que, según consta a fojas 4 y
siguientes, entre doña [...] y don [...], se suscribió, con fecha 1º de septiembre de 2011, un
acuerdo completo y suficiente, pacto de separación de bienes y liquidación de sociedad
conyugal, a propósito de un procedimiento de divorcio seguido entre ambos [...] En su
cláusula quinta se estableció que: "Se hace presente que en estos momentos las dos
hijas de las partes no son causantes de pensión de alimentos de acuerdo a la ley,
específicamente conforme a lo dispuesto en el artículo 332 del Código Civil [...] Que, tal
cual aparece del tenor literal de la cláusula quinta del acuerdo completo y suficiente
referido en el considerando que antecede, las hijas de don [...] no son causantes de
pensión de alimentos conforme lo dispone el artículo 332 del Código Civil. En efecto, su
hija [...], a esa fecha, tenía 30 años de edad y la otra de sus hijas, [...], 24 años, sin
encontrarse estudiando una profesión u oficio; es más, se acredita que, a la sazón, era
Cirujano Dentista. Entonces, los alimentos a que se obligó el Sr. Soto Tapia a favor de sus
hijas eran de carácter voluntarios y no legales, ascendentes a la suma de doscientos
cincuenta mil pesos [...] Que, a su turno, el artículo 337 del Código Civil, establece que las
disposiciones de este título no rigen respecto de las asignaciones alimenticias hechas
voluntariamente en testamento o por donación entre vivos; acerca de las cuales deberá
estarse a la voluntad del testador o donante, en cuanto haya podido disponer libremente
de lo suyo [...] Que, si bien el acuerdo completo y suficiente no es una donación, tras la
cláusula que establece los alimentos voluntarios aludidos existe un "ánimo de
beneficencia", ya que, como se dijo en él, las beneficiarias de los mismos no ostentaban
los requisitos para pedir alimentos legales, todo lo cual trae consigo el que pudieren ser
asimilados dentro de la hipótesis contemplada en el artículo 337 ya referido, lo que
deviene en la no aplicación de las normas contenidas en el Título XVIII, del Libro I del
Código Civil, referido a los alimentos que se deben por ley a ciertas personas, lo que
incluiría a los apremios" (C. Apelaciones de Concepción, 21 de diciembre de 2012, cons.
2º a 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2944/2012, Rol Nº 156-2012). 900. De la obligación de
alimentos para con el cónyuge. La E Corte Suprema en esta sede, al igual que en
xcma. 

otras que tocan al matrimonio, ha mantenido decisiones vacilantes, muchas veces


explicables por una marcada visión moralizante de las reglas del derecho civil, que no
tiene en cuenta la radical distinción entre las obligaciones, que lo son por justicia, de
aquellas otras que lo son ex honestate, es decir, por consideraciones morales. Esta
distinción no significa desconocer que tras muchas obligaciones ex justitia se halla
también alguna ex honestate, sólo que al derecho únicamente le importan las que tocan a
la justicia. La obligación legal de alimentos entre los cónyuges es tal por una razón de
justicia, ligada a las cargas que implica la vida en común y el consorcio conyugal, incluso
si los cónyuges hacen vida separada. De allí que, durante la vigencia del matrimonio
exista entre ellos la obligación de prestarse alimentos. Pero, suprimida la causa de tal
obligación, que es la existencia del matrimonio, cesa también su efecto, esto es, la dicha
obligación. En este recto sentido se ha pronunciado la E. Corte Suprema cuando ha
xcma 

advertido que: "[E]l título que habilita a los cónyuges para demandarse recíprocamente
alimentos no tiene otro fundamento que la existencia del matrimonio, de manera que
disuelto dicho vínculo, desaparece la causa que justifica dicho deber. Sólo en la medida
que el demandante sea titular del derecho procede verificar si concurren los requisitos de
estado de necesidad del alimentario y capacidad económica del alimentante para otorgar
los alimentos. En efecto, es presupuesto procesal del ejercicio de la acción de alimentos,
acreditar estar legitimado para recabar tal derecho. En tal contexto, parece útil señalar
que uno de los presupuestos básicos del ejercicio de toda acción es justificar la
legitimación de las partes para actuar en la posición de tales, lo cual, como lo ha
entendido esta Corte, se refiere a la demostración de la efectividad de la calidad invocada
por las partes de un proceso, en cuanto correspondencia de la acción que se deduce
respecto del actor (legitimación activa) o demandado (legitimación pasiva). Octavo: Que,
de este modo, la normativa antes citada permite concluir que, en relación al derecho de
alimentos, sólo están legitimados para ser partes en una relación procesal en que se
discuta la procedencia de dicho derecho y obligación recíproca, quienes procesalmente
demuestren la posición de cónyuges, descendientes, ascendientes, hermanos o donante
y donatario, en los términos del artículo 321 del Código Civil, siendo de carga del
demandante acreditar de dicha circunstancia" (C. Suprema, 1 de febrero de 2016, cons.
7º y 8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/700/2016, Rol Nº6524-2015). Por el contrario, el mismo
tribunal en alguna sentencia anterior se había pronunciado en el sentido de estimar que la
obligación legal de alimentos entre los cónyuges, no sólo se fundaba en el matrimonio,
sino en otras circunstancias. Así, por ejemplo, sostuvo que: "La obligación de alimentos
para el cónyuge debe ser entendida en razón de la comunidad de vida, formación o
mantención del patrimonio, participación mutua en los esfuerzos de superación y esmeros
de la pareja, no en el mero hecho del matrimonio" (C. Suprema, 14 de octubre de 2002,
cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/1445/2002, Rol Nº 2435-2002). 901. De la obligación
de alimentos entre cónyuges y del abandono del hogar común. Se advierte en este
punto el mantenimiento de las dos opiniones tradicionales, a saber: a) Opinión que
entiende que el cónyuge que abandona voluntariamente el hogar común carece del
derecho a demandar alimentos: y así se ha sostenido que: "Acorde con las normas que
regulan las normas relativas a los alimentos a que ha hecho referencia la señora juez a
quo se encuentra la disposición del artículo 133 del Código Civil, que se encuentra entre
aquellas que reglan los deberes y obligaciones entre los cónyuges, estatuyendo que
ambos tienen el derecho y el deber de vivir en el hogar común, salvo que a alguno de
ellos le asista razones graves para no hacerlo y la del artículo 134 del texto mencionado
que dispone que tanto el marido cuanto la mujer deben proveer a las necesidades de la
familia común, atendiendo a sus facultades económicas y al régimen de bienes que entre
ellos medie, correspondiendo al juez regular la contribución, si es necesario [...] Que con
la prueba que se ha rendido en la causa, en especial, el documento de fs. 83 y siguientes,
el Memorándum de fs. 92 de la Armada de Chile, la declaración prestada por los testigos
[...], a fs. 120 y siguientes, la confesión prestada en juicio por la actora a fs. 138 al tenor
del pliego de fs. 137, esta Corte ha llegado a la convicción que la demandante hizo
abandono en forma voluntaria del hogar común, puesto que no ha mediado acción u
omisión por parte del demandado que la hubiera impelido a hacerlo. En efecto, no se ha
justificado que haya ejercido, por ejemplo, actos constitutivos de violencia intrafamiliar,
que hayan puesto en peligro su integridad física o psíquica, o falta grave a los deberes de
socorro, ayuda mutua o fidelidad que hubieren sido los motivos principales por los cuales
ella decidió hacer abandono del hogar común [...] en razón que las obligaciones que
contraen marido y mujer son mutuas y recíprocas este Tribunal estima que no tiene
derecho a exigir del demandado que se los proporcione puesto que la conducta que
desplegó, lo exime de la obligación de suministrarle aquéllos. Por lo demás, no se
encuentra acreditado que esté en un estado de necesidad tal, económica o de salud, que
amerite regulación de alimentos a su favor, teniendo aún edad para desempeñarse en la
vida laboral" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 2 de septiembre de 2007, cons. 1º, 2º y
5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5384/2007, Rol Nº 1692-2007); b) Opinión que entiende
que el cónyuge que abandona voluntariamente el hogar común conserva el derecho
a demandar alimentos: en este sentido se ha dicho que: "El hecho de que la mujer
abandone voluntariamente el hogar común, tampoco le priva del derecho de alimentos, ya
que de conformidad con el principio general contenido en el art. 321 del Código Civil, se
concede el derecho de alimentos a las personas designadas en dicha disposición, entre
ellos el cónyuge, salvo que una ley expresa se los niegue, y como la ley en el caso de la
mujer que se encuentra en esa situación nada dispuso, forzoso es concluir que conserva
incólume su derecho" (C. de Apelaciones de Concepción, 4 de agosto de 2000, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2027/2000, Rol Nº 549-2000). En igual línea se ha declarado
que: "[S]i bien la actora se encuentra entre los beneficiarios de alimentos, de acuerdo al
listado del artículo 321 del Código Civil, las necesidades de la alimentaria, como las
capacidades del alimentante serán, necesariamente, materia de prueba y objeto de la litis,
no siendo por ahora, suficiente, el hecho de que hubiere sido la demandante quien
hubiere hecho abandono del hogar común, ubicado en una propiedad que a ambos
cónyuges pertenece, puesto que la ley no ha condicionado a este hecho el derecho de
alimentos" (C. Apelaciones de Coyhaique, 13 de marzo de 2012, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/590/2012, Rol Nº 10-2012). 902. Dentro de
los "descendientes" se comprende a los hijos y nietos. Se ha explicitado así: "Que el
artículo 321 del Código dice que se deben alimentos: '...Nº 2. A los descendientes', entre
los cuales deben entenderse, tanto los hijos como los nietos" (C. de Apelaciones de
Concepción, 15 de abril de 2009, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/9946/2009, Rol Nº 33-
2009). 903. De si entre los descendientes puede contarse al hijo que está por nacer
cuando es de filiación no matrimonial. La jurisprudencia reconoce que sobre esta
cuestión no hay uniformidad de opiniones entre los autores: "Que la procedencia de la
demanda de alimentos a favor del hijo que está por nacer, no ha sido un tema pacífico, en
lo que se refiere al legitimado pasivo, cuando se trata de una demanda deducida por la
madre que no es la cónyuge del demandado. Así, por ejemplo, la distinguida profesora y
ex ministro de esta Corte señora Irma Bavestrello Bontá, en su libro Derecho de Menores,
Segunda Edición Actualizada (Editorial LexisNexis, edición de mayo de 2003), señala
que: 'Al referirse la ley a la madre del hijo que está por nacer, no cabe duda que se refiere
a la cónyuge del demandado, por cuanto la favorece la presunción de paternidad del
artículo 184 del Código Civil'. Otros autores como el profesor Juan Andrés Orrego Acuña,
por el contrario, aceptan la posibilidad de admitir la demanda cuando la madre no tiene
vínculo matrimonial con el demandado. (Los Alimentos en el Derecho Chileno, Editorial
Metropolitana, año 2007)" (C. Apelaciones de Concepción, 15 de marzo de 2013, cons.
2º, LegalPublishing: Cl/Jur/579/2013, Rol Nº 38-2013). La I Corte de Apelaciones de
lma. 

Concepción recientemente se ha inclinado por la opinión afirmativa: "Que, diversas


disposiciones legales y constitucionales nos llevan a aceptar como legitimado pasivo al
presunto padre cuando no hay matrimonio con la futura madre. En efecto, las
disposiciones fundamentales sobre la materia, esto es el artículo 1º inciso 4º de la Ley
Nº 14.908, que dispone que la madre, cualquiera sea su edad, podrá solicitar alimentos
para el hijo ya nacido o que está por nacer" y el artículo 321 del Código Civil que dispone
que "Se deben alimentos, 3º a los descendientes", no hacen distinción alguna respecto de
si hay vínculo matrimonial entre la madre del nasciturus y el demandado de alimentos, por
lo que cobra vigencia el antiguo aforismo donde si el legislador no distingue no le es lícito
al intérprete distinguir. No cabe duda que con dichas disposiciones legales, el legislador
está cumpliendo con el mandato constitucional contenido en el artículo 19 Nº 1 de la
Constitución Política de la República que, en su inciso segundo, señala que la ley protege
la vida del que está por nacer. Por otra parte, en la Convención sobre los Derechos del
Niño, ratificada por Chile y vigente desde el 12 de septiembre de 1990, en el preámbulo
se hace presente que "el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección
y cuidados especiales, incluso la debida protección legal tanto antes como después del
nacimiento" y en el artículo 2º se señala "Los Estados Partes respetarán los derechos
enunciados en la presente Convención y asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su
jurisdicción, sin distinción alguna independientemente de la raza, el color, el sexo, el
idioma, la religión, la opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la
posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra condición del
niño, de sus padres o de sus representantes legales". Por último, en relación a lo
argumentado por la señora Bavestrello para sostener que la ley se refiere a la cónyuge
del demandado, debe tenerse presente que también existe en nuestro Código Civil una
presunción legal de paternidad para el hijo no matrimonial en el artículo 210, modificado
por Ley Nº 19.585 de 1998, que establece que "El concubinato de la madre con el
presunto padre, durante la época en que ha podido producirse legalmente la concepción,
servirá de base para una presunción judicial de paternidad" (C. Apelaciones de
Concepción, 15 de marzo de 2013, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/579/2013, Rol
Nº 38-2013). 904. La obligación legal de prestar alimentos a los hijos procede a todo
evento. Tal es lo que se ha declarado por la I Corte de Apelaciones de Punta Arenas:
lma. 

"[L]a obligación legal de prestar alimentos a los hijos menores procede a todo evento,
porque los hijos son merecedores de especial protección de sus progenitores como
primeros obligados al deber de crianza, de modo que por sobre las normas generales que
regulan el derecho de alimentos, están las normas especiales sobre el interés superior del
niño" (C. Apelaciones de Punta Arenas, 22 de agosto de 2014, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5833/2014, Rol Nº 59-2014).
Artículo 322. Las reglas generales, a que está sujeta la prestación de
alimentos, son las siguientes; sin perjuicio de las disposiciones especiales que
contiene este Código respecto de ciertas personas.

Concordancias: Código Civil: artículo 13.

Artículo 323. Los alimentos deben habilitar al alimentado para subsistir


modestamente de un modo correspondiente a su posición social.

Comprenden la obligación de proporcionar al alimentario menor de veintiún


años la enseñanza básica y media, y la de alguna profesión u oficio. Los
alimentos que se concedan según el artículo 332 al descendiente o hermano
mayor de veintiún años comprenderán también la obligación de proporcionar la
enseñanza de alguna profesión u oficio.644

Concordancias: Código Civil: artículos 174, 175, 241, 330, 332, 434, 1210 inciso 2º.

905. De los límites que se imponen a la regla general fijada en el inciso 1º


Jurisprudencia: 
de este artículo. La E Corte Suprema entiende que: "Que de conformidad con lo
xcma. 

dispuesto en el artículo 329 del Código Civil: 'En la tasación de los alimentos se deberán


tomar siempre en consideración las facultades del deudor y sus circunstancias
domésticas'. Por su parte, el inciso primero del artículo 323 del mismo cuerpo legal
dispone: 'Los alimentos deben habilitar al alimentado para subsistir modestamente de un
modo correspondiente a su posición social'". Que dicha norma, contiene ciertas reglas
normas de orden público que intervienen como límites para los efectos de su regulación.
Por un lado, actúa como deslinde mínimo el artículo 3º de la Ley Nº 14.908, que establece
una presunción por la cual, se entiende que el alimentante tiene los medios para otorgar
alimentos, cuyo monto no podrá ser inferior al 40% del ingreso mínimo remuneracional
que corresponda, y por otro lado, como limitación a su máximo, encontramos el artículo 7º
del mismo cuerpo legal, que prohíbe fijar como monto de la pensión, una suma o
porcentaje que exceda del 50% de las rentas del alimentante" (C. Suprema, 5 de
noviembre de 2015, sent. reemplazo, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6825/2015, Rol
Nº 5186-2015). 906. De la noción de la expresión "posición social".En poco más de
dos líneas, que darían pie para una serie de consideraciones, por ejemplo, en lo tocante
al principio de igualdad, se ha sostenido que: "Por posición social se entiende el rango o
jerarquía que se reconoce a un individuo en relación con los demás miembros de la
sociedad. Se considera que la posición social de la mujer casada es la del marido y en el
caso sublitis el alimentante es un empresario que posee bienes importantes, como lo ha
confesado en el juicio" (C. de Apelaciones de Concepción, 16 de enero de 2008, cons.3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7504/2008, Rol Nº 1316-2002). 907. Del contenido de la
prestación de la obligación de alimentos respecto de los hijos. Se ha precisado que:
"La pensión alimenticia debe comprender la satisfacción de las necesidades esenciales de
los hijos de acuerdo a sus condiciones académicas actuales, y que dicen relación con su
sustento, habitación, conservación de la salud en consonancia con el principio del interés
superior de los menores, rubros que deben ser tomados en cuenta al momento de fijar
el quantum de la obligación alimenticia, y en esta parte ha de tenerse muy presente que
esta última debe ser cubierta por ambos padres, en proporción a sus posibilidades
económicas" (C. de Apelaciones de Valdivia, 7 de enero de 2009, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8657/2009). 908. Aunque el alimentante tenga elevados
ingresos, la prestación de alimentos que debe a su alimentario está determinada
por las necesidades de éste. En este sentido se ha pronunciado la I Corte de lma.

Apelaciones de San Miguel: "Que, si bien es cierto, aunque la persona obligada a dar
alimentos tenga elevados ingresos económicos, no se le podrá exigir el pago de una
pensión alimenticia superior a las necesidades que se han establecido del alimentario, lo
cierto es que de conformidad a lo señalado ut supra, que la sentenciadora de la instancia,
haciendo una ponderación real de las necesidades del alimentario, que le permita vivir de
un modo correspondiente a su posición social, determinó que la suma fijada no excede las
necesidades del menor ni la real capacidad económica de las partes" (C. Apelaciones de
San Miguel, 28 de julio de 2014, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/9318/2014, Rol Nº 386-
2014). 909. El hijo mayor de veintiún años sólo puede demandar alimentos si está
estudiando. En este sentido se ha declarado: "Que del tenor de las normas legales que
se han traído a colación [arts. 321, 323 y 332], interpretadas de conformidad a las reglas
contenidas en el Párrafo 4 del Título Preliminar del Código Civil, aparece claro el sentido
de la ley, esto es, que la hija mayor de veintiún años sólo tiene derecho para demandar
alimentos a su padre cuando se encuentre estudiando una profesión u oficio, sin que en el
inciso segundo del artículo 323 se encuentre expresión obscura alguna, que permita
recurrir a su intención o espíritu" (C. Apelaciones de San Miguel, 20 de febrero de 2013,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/397/2013, Rol Nº 55-2013).

Artículo 324. En el caso de injuria atroz cesará la obligación de prestar


alimentos. Pero si la conducta del alimentario fuere atenuada por
circunstancias graves en la conducta del alimentante, podrá el juez moderar el
rigor de esta disposición.

Sólo constituyen injuria atroz las conductas descritas en el artículo 968.

Quedarán privados del derecho a pedir alimentos al hijo el padre o la madre


que le haya abandonado en su infancia, cuando la filiación haya debido ser
establecida por medio de sentencia judicial contra su oposición. 645

Concordancias: Código Civil: artículos 177, 203, 271 número 2, 332 inciso 2, 968 número 3, 1208
número 2.

La "injuria atroz" que hace cesar la obligación de alimentos


Jurisprudencia: 910. 
es únicamente la que se corresponde con la del artículo 968 del Código Civil. La
E. Corte Suprema ha advertido que, con posterioridad a la reforma operada por la ley
xcma 

Nº 19.585 de 26 de octubre de 1998, para los efectos del artículo 324 del Código Civil no
hay más "injuria atroz" que aquella que se corresponde con la descrita en el artículo 986
del mismo cuerpo legal: "La incursión en la historia de la actual redacción del artículo 324
autoriza concluir que, a partir de la entrada en vigencia de la Ley Nº 19.585, aquélla se
corresponde con las conductas descritas en el artículo 968 del cuerpo de leyes de
derecho privado. 11º. Como fluye del tenor de esa disposición copiada en supra 8º ella
consagra las situaciones en las que un heredero o legatario pasa a ser indigno de suceder
a un difunto. Como la norma define actitudes, estos jueces asumen que ellas han venido a
llenar el vacío de ley, de manera que no cabe más que entender que la injuria atroz del
inciso primero del artículo 324 esa que hace cesar la obligación de prestar alimentos es la
descrita en el artículo 968" (C. Suprema, 2 de agosto de 2016, cons. 10º y
11º, LegalPublishing: Cl/Jur/5532/2016, Rol Nº 18110-2015). 911. De la remisión del
inciso 1º al artículo 968 y de su causa del número 2º: "atentado grave" contra "el
honor". El artículo 968 del Código Civil prescribe que: "Son indignos de suceder al difunto
como herederos o legatarios: [...] 2º. El que cometió atentado grave contra la vida, el
honor o los bienes de la persona de cuya sucesión se trata, o de su cónyuge, o de
cualquiera de sus ascendientes o descendientes, con tal que dicho atentado se pruebe
por sentencia ejecutoriada". La remisión del inciso 1º del artículo 324 al referido artículo
968 implica la "indignidad" para exigir alimentos. Así se ha declarado, enrevesada y poco
castizamente, por la E. Corte Suprema que: "Según el acápite segundo del artículo 968
xcma 

están revestidos de semejante indignidad los que han cometido atentado grave contra la
vida, el honor o los bienes de la persona de cuya sucesión se trata. Si se trae ese
predicamento al beneficiario de alimentos, parece adecuado aseverar que es indigno de
recibirlos el alimentario que ha cometido atentado grave contra el honor que es lo que
aquí convoca del alimentante" (C. Suprema, 2 de agosto de 2016, cons.
12º, LegalPublishing: Cl/Jur/5532/2016, Rol Nº 18110-2015). 912. De la causa del
número 2º del artículo 968, y de qué ha de entenderse por "atentado grave" contra
"el honor". La E Corte Suprema ha precisado que el "atentado grave" no es, en el
xcma. 

contexto del inciso 1º, una descripción de hechos, sino una calificación de algunos de
ellos. Así se ha advertido: "[D]ebe señalarse que el cometer "atentado grave contra... el
honor", sujeto de la oración del numeral segundo del precepto en comento, no constituye
una descripción, sino una calificación o conceptualización de hechos que podrían revestir
el carácter de tal atentado y de semejante gravedad, lo que, por lo demás, se aviene con
el exordio del discurso legal, que es relativo a "indignidades", abstracción que sólo puede
adquirir sentido para el derecho, en tanto cuanto asociada a hechos concretos. Por otro
lado, el reenvío del artículo 324 inciso segundo al artículo 968 equivale a predicar, con el
legislador, que el que cometió injuria atroz contra la persona del alimentante se hizo
indigno de ser su alimentario" (C. Suprema, 2 de agosto de 2016, cons.
13º, LegalPublishing: Cl/Jur/5532/2016, Rol Nº 18110-2015). 913. De la causa del
número 2º del artículo 968, y de la exigencia de probarse el atentado grave contra la
vida, honor o bienes "por sentencia ejecutoriada". El número 2º del artículo 968 exige
que el "atentado grave contra la vida, el honor o los bienes", que se invoca como causa
de la indignidad, "se pruebe por sentencia ejecutoriada". Esta exigencia ha planteado la
cuestión de si lo requerido es la existencia de una sentencia firme, dictada con
anterioridad a la acción de cese por causa de injuria, en una causa distinta y destinada a
esa precisa finalidad, que declare de manera explícita haberse incurrido en
comportamientos atrozmente injuriosos. En este sentido se había pronunciado la I. Corte
lma 

de Apelaciones de Santiago en sentencia de 8 de septiembre de 2015: "Dicho atentado se


ha de acreditar por sentencia ejecutoriada, y contrariamente a como se estampó en el
fallo de primer grado, tratándose de atentados graves contra la vida, el honor o los bienes,
en este caso del alimentante, ellos deben ser materia de un procedimiento en el cual se
litigue precisamente por alguno de dichos motivos, y en el cual exista una sentencia
condenatoria, y que se encuentre ejecutoriada. Esa será la prueba, que además será
irrefutable, de la injuria atroz que podrá invocarse, ya que no podrá discutirse lo que ha
sido declarado judicialmente, de haber incurrido el alimentario en ella respecto del
alimentante, y por lo tanto, se podrá justificadamente decretar el cese de los alimentos. 3º)
Que, entenderlo de otro modo, como ha ocurrido en este caso, importa dejar entregada la
calificación de la injuria atroz ya no a una sentencia ejecutoriada previa, sino que al juez
que conozca de la demanda de cese de los alimentos, lo cual ciertamente no se aviene
con el texto expreso y claro de la normativa que se ha transcrito" (Ca. Santiago, 8 de
septiembre de 2015, cons. 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/5265/2015, Rol Nº 1462-2015).
Esta sentencia fue revocada en casación por la E Corte Suprema, que precisó que, a su
xcma. 

juicio, la exigencia del período final del inciso 1º del artículo 324 sólo se extiende a la
existencia de una sentencia que permita probar el o los hechos y comportamientos
susceptibles de ser calificados como injuria atroz, y no esta misma. En tal sentido, el
tribunal sostuvo lo siguiente: 1º) "La exigencia de sentencia ejecutoriada que contiene el
referido artículo 968 Nº 2º no es ni puede ser relativa a la existencia de cosa juzgada con
respecto a la injuria atroz, justamente por ser ésta una calificación jurídica, fruto de una
apreciación de una realidad determinada y específica" (C. Suprema, 2 de agosto de 2016,
cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/5532/2016, Rol Nº 18110-2015); 2º) "El artículo 968 no
describe conductas sino que define actitudes, aspecto de suyo trascendente para resolver
lo que se viene planteando, pues forma parte del derecho sancionatorio, en general, su
indefectible condición de hacer recaer el castigo, claramente determinado, sobre una
conducta, igualmente descrita, lo que conduce a inferir que lo que el artículo 968 Nº 2 pide
a la sentencia de su epílogo es que con ella se pueda probar el o los hechos y
comportamientos susceptibles de ser calificados como injuria atroz, y no esta misma. Lo
que ha de fluir de la causa pretérita en que recayó la mentada sentencia firme, es el o el
conjunto de actos atentatorios. Al juez de familia la apreciación de si ése o ésos colocan a
las alimentarias en la desmedrada calidad de indignas para recibir alimentos o, en otras
palabras, si son pasibles del epíteto de atrozmente injuriantes" (C. Suprema, 2 de agosto
de 2016, cons. 15º, LegalPublishing: Cl/Jur/5532/2016, Rol Nº 18110-2015). Estas
opiniones las fundó en las siguientes dos razones que, a pesar de la redacción afectada y
churigueresca, se pueden comprender: 1ª) "Tal entendimiento se ve corroborado por el
tenor del artículo 973 del código en referencia, al predicar que "Las causas de indignidad
mencionadas en los artículos precedentes no podrán alegarse contra disposiciones
testamentarias posteriores a los hechos que las producen ", con lo cual distingue
claramente entre las causales de indignidad y los hechos que las producen; son niveles
distintos dentro del ejercicio intelectual conducente al juicio jurisdiccional, cuya confusión
puede llevar a distorsiones que terminan por desvanecerse la finalidad de la ley" (C.
Suprema, 2 de agosto de 2016, cons. 16º, LegalPublishing: Cl/Jur/5532/2016, Rol
Nº 18110-2015); y 2ª) "Contribuye a la explicada aprehensión del espectro preceptivo en
estudio, en orden a que compete al juez de familia que conoce la acción de cese de la
carga alimentaria por causa de injuria atroz de las alimentarias, el examen de todos los
antecedentes que le permitan evaluar la realidad que la litis le presenta, la segunda
oración del inciso primero del artículo 324: "Pero si la conducta del alimentario fuere
atenuada por circunstancias graves en la conducta del alimentante, podrá el juez moderar
el rigor de esta disposición". Va de suyo que esa atribución se hace inconcebible y, por
ende, la norma deviene letra muerta si se confina en la sentencia ejecutoriada el imperio
absoluto de la prueba de haber existido injuria atroz. Dígase que esta facultad entregada
al juez que conoce de la causa de cese introducida por indicación senatorial en el
Segundo Trámite Constitucional del proyecto de la Ley Nº 19.585 para morigerar los
efectos de la injuria, sobre la base de conductas del alimentante que pudieran haber
influido en la generación de los comportamientos injuriosos, supone reconocerle
competencia para determinar si hubo o no injuria atroz" (C. Suprema, 2 de agosto de
2016, cons. 17º, LegalPublishing: Cl/Jur/5532/2016, Rol Nº 18110-2015). 914. El
adulterio de la mujer no constituye injuria atroz para los efectos de privarla del
derecho de alimentos. En cuanto que el artículo 324 del Código Civil prescribe en su
inciso 1º que, en el caso de injuria atroz, cesará la obligación de alimentos, y precisa en
su inciso 2º que sólo constituyen injuria atroz las conductas descritas en el artículo 968, es
decir, la que vuelven indigno de suceder al difunto, y como entre estas no se menciona al
adulterio, la jurisprudencia se ha afirmado en la opinión que sostiene que el adulterio no
constituye injuria atroz y, por lo tanto, no priva del derecho de alimentos. Así lo declaraba
en el año 2000 la I Corte de Apelaciones de Concepción: "[C]abe señalar que la actora
lma. 

reconoció en la demanda que debido a la conducta de su cónyuge buscó una vida


afectiva fuera del matrimonio y es así como tengo mi pareja a quien no puede exigirle que
solucione mis gastos personales y los del menor, pero aun atribuyéndole a esa
declaración el mérito de una confesión judicial de adulterio, este hecho no la priva del
derecho de exigir alimentos de su marido. En efecto, si bien antes de la dictación de la
Ley Nº 19.585, publicada en el Diario Oficial de 26 de octubre de 1998, para entrar a regir
a contar del 27 de octubre de 1999, pudo discutirse si el adulterio de la mujer era
constitutivo de injuria atroz, dado que este concepto no había sido definido por el
legislador, la jurisprudencia judicial mayoritariamente había resuelto en el sentido de que
la obligación del marido de prestar alimentos a su mujer no cesaba por el adulterio de
ésta; pero a partir de la vigencia de dicha ley, que modificó diversos artículos del Código
Civil, el problema quedó zanjado legalmente pues estableció que sólo constituían injuria
atroz las conductas descritas en el art. 968 del Código Civil, entre las que no se encuentra
el adulterio de la mujer (art. 324 del Código Civil). 3) Que, por consiguiente, produciendo
la Ley Nº 19.585 efecto inmediato, lo que significa que el derecho de alimentos queda en
su ejercicio regido por las nuevas normas, que además eliminaron la distinción entre
alimentos congruos y necesarios, debe desecharse la excepción opuesta por el
demandado, pues la mujer adúltera tiene el derecho (y, según la jurisprudencia, siempre
lo tuvo) de exigir alimentos a su marido, y éste la obligación de proporcionárselos, en la
parte que sus medios de subsistencia no le alcancen para subsistir modestamente de un
modo correspondiente a su posición social, como lo establecen los arts. 323 y 332 del
Código Civil, en su actual redacción" (C. Apelaciones de Concepción, 4 de agosto de
2000, cons. 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2027/2000, Rol Nº 549-2000). En esta misma
línea se situó la E Corte Suprema: "1º) Que de acuerdo al actual artículo 324 del Código
xcma. 

Civil, hoy se encuentra definida la injuria atroz, reproduciendo, en virtud de la modificación


de la Ley Nº 19.585 de 26 de octubre de 1998, el concepto que tanto la jurisprudencia
como la doctrina ya tenían establecido, en orden a que ella se produce en los casos de
indignidad para suceder, enumerados en el artículo 968 del Código Civil y, la causal que
sería aplicable en este caso, está contemplada en el Nº 2º de este último precepto, esto
es, por haberse cometido atentado grave contra la vida, el honor o los bienes de la
persona, del alimentante. Pero como el precepto exige que las circunstancias constitutivas
de la causal estén acreditadas por sentencia ejecutoriada, no puede prosperar la
alegación de injuria atroz en esta causa, ya que si bien esta modificación legal se ha
producido en el curso del juicio, ella debe aplicársele al tenor de lo dispuesto en el artículo
9º de la Ley Nº 19.585, que dispuso su entrada en vigencia para un año después de la
fecha de su publicación en el Diario Oficial, y de lo preceptuado en el artículo 3º de la Ley
sobre Efecto Retroactivo de las Leyes del año 1861, en cuya virtud los derechos y
obligaciones anexos al estado civil se subordinarán a la ley posterior, sea que ésta
constituya nuevos derechos u obligaciones, sea que modifique o derogue los antiguos.
2º) Que,además, la legislación anterior distinguía en el artículo 324 del Código Civil entre
alimentos congruos y necesarios y entre injuria grave y atroz, haciendo esta última cesar
enteramente la obligación de prestar alimentos, tal como se dispone hoy día, pero en el
caso de la injuria grave se rebajaban los alimentos congruos a necesarios. Pero aun
durante su vigencia, tanto la jurisprudencia como la doctrina consideraban que entre
cónyuges existían normas especiales y en tal evento el artículo 322 del Código Civil
determina que el Título XVIII, en el que está contenido el artículo 324, invocado por el
demandado, establece las reglas generales a que está sujeta la prestación de alimentos
sin perjuicio de las disposiciones especiales que contiene este Código respecto a ciertas
personas y, para el caso de los cónyuges, los artículos 174 a 177 del referido cuerpo legal
fijan lo que ocurre en el caso de divorcio perpetuo, cuya primera causal es justamente el
adulterio de cualquiera de los cónyuges. Pues bien, aun cuando el cónyuge haya dado
causa al divorcio por su culpa, de acuerdo a los artículos 175 y 177, tendrá derecho para
que el otro cónyuge lo provea de lo que necesite para su modesta sustentación, teniendo
en cuenta para arreglar la contribución la conducta que haya observado el alimentario
antes y después del divorcio, pero también el grado de atenuación de esa culpabilidad por
la conducta del cónyuge que solicitó el divorcio. En consecuencia, si aun en el caso de
haberse decretado el divorcio por adulterio, no se pierde el derecho de alimentos para el
cónyuge infractor, menos procederá aplicar el artículo 324 del Código Civil si no hay
injuria atroz por no haberse comprobado los hechos que la constituyen por sentencia
ejecutoriada" (C. Suprema, 9 de julio de 2001, cons. 1º y 2º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1860/2001, Rol Nº 1185-2000).

Artículo 325. Derogado.646

Artículo 326. El que para pedir alimentos reúna varios títulos de los


enumerados en el artículo 321, sólo podrá hacer uso de uno de ellos, en el
siguiente orden:

1º El que tenga según el número 5º.

2º El que tenga según el número 1º.

3º El que tenga según el número 2º.

4º El que tenga según el número 3º.

5º El del número 4º no tendrá lugar sino a falta de todos los otros.

Entre varios ascendientes o descendientes debe recurrirse a los de próximo


grado. Entre los de un mismo grado, como también entre varios obligados por
un mismo título, el juez distribuirá la obligación en proporción a sus facultades.
Habiendo varios alimentarios respecto de un mismo deudor, el juez distribuirá
los alimentos en proporción a las necesidades de aquéllos.

Sólo en el caso de insuficiencia de todos los obligados por el título


preferente, podrá recurrirse a otro. 647

Concordancias: Código Civil: artículos 27, 232, 321. Ley Nº  14.908, sobre Abandono de Familia y
Pago de Pensiones Alimenticias,D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 3º inciso final.

915. La "insuficiencia" debe acreditarse por sentencia ejecutoriada para


Jurisprudencia: 
poder recurrir a los otros obligados. Es esta una opinión que se ha consolidado en la
jurisprudencia de los tribunales de alzada: "Sólo puede recurrirse a los más lejanos dentro
del mismo grado o a los del grado siguiente, en este caso a los abuelos paternos, cuando
se haya establecido a través de una sentencia ejecutoriada la insuficiencia del padre para
otorgar alimentos" (C. de Apelaciones de Concepción, 15 de abril de 2009, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9946/2009, Rol Nº 33-2009). En el mismo sentido se ha declarado
que: "[S]ólo puede recurrirse a los más lejanos dentro del mismo grado o a los del grado
siguiente, en este caso a los abuelos paternos, cuando se haya establecido a través de
una sentencia ejecutoriada la insuficiencia del padre para otorgar alimentos"
(C. Apelaciones de Concepción, 20 de febrero de 2013, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/400/2013, Rol Nº 17-2013). 916. De si en el supuesto del
inciso 2º es necesario demandar conjuntamente a todos quienes tienen la calidad
de alimentantes. La E.  Corte Suprema se ha inclinado por la negativa: "[E]l problema
xcma

jurídico planteado por la recurrente consiste en determinar si el artículo 326 citado impone
al alimentario la carga de demandar conjuntamente, en caso de pluralidad de
alimentantes, a todos aquellos que tengan dicha calidad, o si, por el contrario, puede
accionar solo en contra de aquellos que estime que, efectivamente, podrán concurrir a la
satisfacción de sus necesidades [...] Que una interpretación armónica y sistemática del
artículo en referencia, tomando en consideración los principios del derecho de familia y
aquellas normas generales sobre alimentos reguladas en el Código Civil artículos 321 y
siguientes y en la legislación especial Ley Nº 14.908 , lleva a concluir que el inciso
segundo del artículo 326 del Código Civil no establece la obligación de demandar
conjuntamente a todos aquellos que tengan la calidad de alimentantes en caso de
pluralidad, pudiendo el alimentario dirigir su demanda en contra de él o los obligados que
estime que efectivamente podrán otorgarle alimentos, quienes cumplirán la obligación en
atención a su capacidad económica. De tal manera que la facultad del juez de distribuir la
obligación alimenticia en proporción a las facultades de los alimentantes, en caso de
existir varios obligados por un mismo título, debe ser entendida solo en aquellos casos en
que el alimentante opta por demandar conjuntamente a varios obligados, lo que no puede
significar una carga adicional para el demandante de accionar siempre en contra de todos
y cada uno de ellos" (C. Suprema, 6 de marzo de 2017, cons. 5º y
6º, LegalPublishing: Cl/Jur/722/2017, Rol Nº 83.525-2016). Para apoyar. Aún más, su
decisión ha razonado: "Que acoger la tesis jurídica planteada por la recurrente, esto es,
que el alimentario tiene la carga de demandar conjuntamente, en caso de pluralidad de
alimentantes, a todos aquellos que tengan dicha calidad, implica incorporar requisitos
adicionales no contemplados por la ley, que, evidentemente, dificultaría el ejercicio del
derecho de percibir alimentos" (C. Suprema, 6 de marzo de 2017, cons.
7º, LegalPublishing: Cl/Jur/722/2017, Rol Nº 83.525-2016).

Artículo 327. Mientras se ventila la obligación de prestar alimentos, deberá


el juez ordenar que se den provisoriamente, con el solo mérito de los
documentos y antecedentes presentados; sin perjuicio de la restitución, si la
persona a quien se demanda obtiene sentencia absolutoria. 648

Cesa este derecho a la restitución, contra el que, de buena fe y con algún


fundamento plausible, haya intentado la demanda.

Concordancias: Ley Nº  14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones


Alimenticias,D.O.  5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 5º. Ley
Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 4.

Artículo 328. En el caso de dolo para obtener alimentos, serán obligados


solidariamente a la restitución y a la indemnización de perjuicios todos los que
han participado en el dolo.

Concordancias: Código Civil: artículos 44, 1511, 2314, 2317.

917. Los Tribunales de Familia no son competentes para conocer de la


Jurisprudencia: 
demanda de indemnización de perjuicios por la obtención dolosa de alimentos. Ya
antes de la eliminación del número 19 del artículo 8º de la Ley Nº 19.968 se había
declarado así: "Tercero: Que conforme a lo dispuesto por el numeral 19 del artículo 8º de
la Ley Nº 19.968, vigente a la época de dictación de la resolución en estudio, los
tribunales de familia eran competentes para conocer y resolver de las cuestiones
personales derivadas de las relaciones de familia entre las partes. Cuarto: Que la acción
intentada, se sustenta en la responsabilidad que le cabe a la demandada en los perjuicios
materiales y morales sufridos por el actor a través de la obtención dolosa de alimentos a
favor de una menor que no es hija suya. Quinto: Que, conforme a lo señalado la
resolución de los sentenciadores en orden a considerar que no es de competencia del
tribunal en cuestión el conocimiento y resolución de la acción intentada, por corresponder
a un asunto de orden patrimonial, no es errada, puesto que se ajusta al claro sentido de la
norma en mención. En efecto, aun cuando el actor invoca como fundamento de su
pretensión que la acción proviene de una cuestión que se deriva directa e inmediatamente
de las relaciones de familia, ello no altera la naturaleza jurídica de la responsabilidad que
se pretende hacer efectiva y de los perjuicios reclamados, lo que determina precisamente
la incompetencia del tribunal, no siendo procedente concluir en un sentido contrario al
criterio conforme al cual se ha resuelto [...] Dicha decisión no implica, en modo alguno,
vulnerar el principio de inexcusabilidad como se pretende, por cuanto la intervención de
los tribunales de justicia para la resolución del asunto en cuestión no ha sido requerida
conforme a la ley, esto es, no ha sido deducida ante el tribunal naturalmente competente
en razón de la materia planteada. Por ello, mal puede violentarse el derecho a acceder al
sistema jurisdiccional, ni menos el debido proceso, al tener que comparecer ante el juez
naturalmente competente, ante el cual el actor podrá exponer sus alegaciones y ver
resueltas sus pretensiones en el procedimiento contemplado por la ley" (C. Suprema, 17
de diciembre de 2008, cons. 3º, 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/5254/2008, Rol Nº 5298-
2008).

Artículo 329. En la tasación de los alimentos se deberán tomar siempre en


consideración las facultades del deudor y sus circunstancias domésticas.

Concordancias: Código Civil: artículo 330.

918. Parámetros objetivos para la fijación de alimentos. Se ha advertido


Jurisprudencia: 
que: "El artículo 323 del Código Civil señala que los alimentos deben habilitar al
alimentado 'para subsistir modestamente de un modo correspondiente a su posición
social' y comprende 'la obligación de proporcionar al alimentario menor de veintiún años,
la enseñanza básica y media y la de alguna profesión u oficio', disposición que ha de
relacionarse con lo que dispone el artículo 332 del mismo cuerpo legal. En materia de
alimentos los artículos 329 y 330 del Código Civil señalan que los alimentos deben fijarse
objetivamente, considerando los ingresos o capacidad económica del obligado y las
necesidades del o los alimentarios; esto es, debe existir una justa relación entre ambos
elementos —capacidad y necesidades— de tal forma que la cuota que se establezca sea
la necesaria para cubrir los gastos de la mantención de los hijos en los rubros señalados
precedentemente" (C. de Apelaciones de Valdivia, 7 de enero de 2009, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8657/2009, Rol Nº 1007-2008). 919. Del cambio de las
facultades económicas del alimentante, y de la rebaja o aumento de la pensión ya
fijada. La E. Corte Suprema, sobre la base de lo dispuesto en el artículo 323 del Código
xcma 

Civil y en este artículo 329, ha declarado que el contenido de sus reglas: "[P]ermite colegir
que si las facultades económicas del alimentante cambian, ya sea disminuyen o
aumentan, es posible solicitar la rebaja o el aumento de la pensión ya fijada, tal como
señala el recurrente" (C. Suprema, 13 de diciembre de 2017, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7966/2017, Rol Nº 30191-2017).

Artículo 330. Los alimentos no se deben sino en la parte en que los medios


de subsistencia del alimentario no le alcancen para subsistir de un modo
correspondiente a su posición social.649

Concordancias: Código Civil: artículos 241, 323 inciso 1º, 329.

920. El contenido de la prestación de alimentos es, por esencia, mutable


Jurisprudencia: 
en el tiempo. Así se ha razonado que: "El artículo 329 de dicho Código trata de la
tasación de los alimentos, y el artículo 330 señala que los alimentos no se deben sino en
la parte en que los medios de subsistencia del alimentario no le alcancen para subsistir de
un modo conveniente a su posición social. Así, mientras el Juez ha de ser cauteloso en el
examen de las necesidades del alimentario y de las facultades o circunstancias
domésticas del deudor, tampoco puede abstraerse de considerar la edad de los
alimentarios a la época de la petición de alimentos [...] La obligación alimenticia, por
esencia mutable en el tiempo tanto como las facultades del obligado y las necesidades de
los beneficiarios, no admite a juicio de esta Corte la determinación actual en los términos
solicitados. Así entonces, el juicio de alimentos, según esta Corte, no tiene por objeto ni
puede ser la vía para que el Juez, en un juicio especial de esta clase, y bajo el pretexto de
perseguirse una pensión de alimentos, efectúe un balance o equilibrio de los patrimonios
separados personales o familiares de quienes se encuentran involucrados por razones de
parentesco en casos como el de la especie" (C. Apelaciones de Santiago, 31 de marzo
de 2011, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9526/2011, Rol Nº 695-2010). 921. La
ponderación que hace el juez de la instancia para determinar la cuantía y
proporcionalidad de los alimentos es, en principio, una facultad no sujeta a revisión
en casación, salvo que se vulneren los principios de la sana crítica. Es esta una
opinión consolidada de la E Corte Suprema, como reiteradamente suele recordar en sus
xcma. 

sentencias: "[C]abe señalar que también es improcedente la vulneración que se denuncia


al artículo 330 del Código Civil, porque se dirige en contra de la ponderación que los
jueces de la instancia efectuaron para determinar la cuantía y proporcionalidad de los
alimentos fijados, facultad que como reiteradamente ha señalado este tribunal no es
posible de revisar por esta vía, a menos que se advierta arbitrariedad en el
establecimiento de los presupuestos que sustentan su decisión, esto es, si se estiman
vulnerados los principios que informan el sistema de la sana crítica, yerro que como ya se
dijo, no fue denunciado por el arbitrio, impidiendo de esta manera realizar un análisis
sobre el asunto" (C. Suprema, 15 de diciembre de 2014, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9511/2014, Rol Nº 4310-2014). En igual sentido ha declarado el
mismo tribunal que: "[L]a regulación del quántum de los alimentos es una cuestión de
hecho cuyo establecimiento corresponde a los jueces del grado, y que, por lo mismo,
escapa del control que debe efectuar esta Corte, a través de la presente vía, salvo que en
el proceso de establecimiento de dicha cuantía se advierta falta de razonabilidad o
contrariedad con los principios probatorios imperantes, lo que tampoco se verificó de
acuerdo a lo expuesto anteriormente" (C. Suprema, 1 de diciembre de 2014, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9124/2014, Rol Nº 21.843-2014). En la misma línea se ha dicho
que: "[L] a determinación del quántum de la pensión alimenticia, por su naturaleza
requiere justamente de un proceso de análisis y valoración de la prueba rendida, tarea
que, como reiteradamente se ha sostenido, es ajena a las facultades de este tribunal de
casación, y sólo será abordable en aquellos casos en que el juzgador al realizar la labor
de valoración de prueba quebrante los principios que conforman el sistema de la sana
crítica, esto es, los de la lógica, máximas de la experiencia o los conocimientos
científicamente afianzados, lo que como ya se dijo no se denunció como infringido"
(C. Suprema, 17 de noviembre de 2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/8587/2014, Rol
Nº 24384-2014).

Artículo 331. Los alimentos se deben desde la primera demanda, y se


pagarán por mesadas anticipadas.

No se podrá pedir la restitución de aquella parte de las anticipaciones que el


alimentario no hubiere devengado por haber fallecido.

Concordancias: Código Civil: artículos 1170 y 1361.

922. La obligación de alimentos legales nace desde que se origina el


Jurisprudencia: 
estado de necesidad en el alimentario y la regla de este artículo 331 tiene un
carácter excepcional.Se ha recordado que: "La obligación de proporcionar alimentos
legales, se origina desde que concurre en el alimentario el requisito del estado de
necesidad y, que el legislador en el artículo 331 del Código Civil, establece una norma
especial al considerar que existiendo acción judicial, dicho estado se verifica a contar de
la primera demanda, importando esto una excepción a la regla general, en orden a que
las resoluciones judiciales sólo surten efectos desde que quedan ejecutoriadas o causan
ejecutoria en conformidad a la ley" (C. Suprema, 14 de octubre de 2007, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/4827/2007, Rol Nº 5135-2007). Este considerando se ha recibido
en sentencias posteriores del mismo tribunal, con el agregado de que la obligación de
alimentos se hace exigible desde la notificación de la demanda: "[C]abe recordar que el
artículo 331 del Código Civil dispone, en lo que interesa: "Los alimentos se deben desde
la primera demanda, y se pagarán por mesadas anticipadas". Dicha disposición tiene su
justificación en el entendido que la obligación de proporcionar alimentos legales se origina
desde que concurre en el alimentario el requisito del estado de necesidad,
estableciéndose una norma especial al considerar que, existiendo acción judicial, dicho
estado se verifica a contar de la primera demanda, "...importando esto una excepción a la
regla general, en orden a que las resoluciones judiciales sólo surten efecto desde que
quedan ejecutoriadas o causan ejecutoria en conformidad a la ley" (Corte Suprema Rol
Nº 5135 2007). Por tanto, la obligación alimenticia se hace exigible a partir de la
notificación de la demanda, desde que la misma pretende amparar y proveer las
necesidades de los alimentarios, que el legislador entiende se presentan desde que se
reclama la obligación" (C. Suprema, 6 de septiembre de 2018, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5060/2018, Rol Nº 936-2018). En igual sentido, el mismo tribunal
ha reiterado: "Que en relación con las vulneraciones denunciadas a los artículos 1740
número 5, 1749 y 1750 del Código Civil, para los efectos de rechazar su configuración
basta con considerar que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 331 del cuerpo
de leyes mencionado, los alimentos se deben desde la primera demanda, de manera que
no es procedente requerir por esta vía una condena retroactiva por ese concepto. Que, en
efecto, la disposición antes citada altera la regla general en materia de cumplimiento de
las resoluciones judiciales, según la cual sólo se cumplen desde que quedan
ejecutoriadas de acuerdo a la ley, puesto que la obligación alimenticia se hace exigible a
partir de la notificación de la demanda, regulación que resulta aplicable al caso sub-lite,
desde que la misma pretende amparar y proveer las necesidades de los alimentarios, que
el legislador entiende se presentan desde que se reclama la obligación alimenticia, lo que
sucede en la especie. Por otro lado, aunque la obligación de proporcionar alimentos
legales se origina desde que concurre en el alimentario el requisito del estado de
necesidad, el legislador en el artículo 331 del Código Civil, al disponer que "Los alimentos
se deben desde la primera demanda", ha establecido que, existiendo acción judicial, dicho
estado se configura a contar de la primera demanda" (C. Suprema, 24 de septiembre de
2014, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6721/2014, Rol Nº 5356-2014).

Artículo 332. Los alimentos que se deben por ley se entienden concedidos


para toda la vida del alimentario, continuando las circunstancias que
legitimaron la demanda.

Con todo, los alimentos concedidos a los descendientes y a los hermanos se


devengarán hasta que cumplan veintiún años, salvo que estén estudiando una
profesión u oficio, caso en el cual cesarán a los veintiocho años; que les afecte
una incapacidad física o mental que les impida subsistir por sí mismos, o que,
por circunstancias calificadas, el juez los considere indispensables para su
subsistencia.650

Concordancias: Código Civil: artículos 41, 323 inciso 2º. Ley Nº  19.968, Crea los Tribunales de
Familia, D.O. 20.08.2004: artículo 19 inciso 5º. Ley Nº  20.422, Establece normas sobre igualdad de
oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad, D.O. 10.02.2010: artículo 5º.

923. La prestación de alimentos no es inmodificable, sino que, siempre ha


Jurisprudencia: 
de atender a las circunstancias del alimentante y del alimentario. En ese sentido se
ha declarado: "Que, como lo expresa el Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española, pensión es un 'auxilio pecuniario que bajo ciertas condiciones se concede para
estimular o ampliar estudios o conocimientos científicos, artísticos o literarios'. Por su
parte, según el mismo texto, alimento es 'la comida y bebida que el hombre y los animales
toman para subsistir' o que reciben 'para su nutrición'. Además, significa 'lo que sirve para
mantener la existencia de algunas cosas que, como el fuego, necesita de pábulo o pasto'.
Igualmente, el concepto incluye las 'asistencias que se dan para el sustento adecuado de
alguna persona a quien se deben por ley, disposición testamentaria, fundación de
mayorazgo o contrato'. Por su parte 'alimentario', se aplica a lo 'propio de la alimentación
o referente a ella'. Y 'alimentación', por su cuerda, es la 'acción y efecto de alimentar o
alimentarse', y también es el 'conjunto de lo que se toma o se proporciona como alimento'.
Específicamente en el área jurídica, 'alimentar' es 'suministrar a alguna persona lo
necesario para su manutención y subsistencia, arregladamente al estado civil, a la
condición social y a las necesidades y recursos del alimentista y pagador'. Del conjunto de
las acepciones aquí repetidas del indicado texto auténtico puede observarse claramente
que la pensión de alimentos lleva ínsita en su esencia la idea relativa a las
consideraciones de lo que se denomina 'la condición social' y 'las necesidades y
recursos'. Estos últimos dos conceptos: 'condición social' y 'necesidades y recursos',
encierran la esencia de conceptos de carácter eminentemente temporal. En efecto, puede
tenerse hoy una determinada condición social, y pueden variar también hoy las
necesidades y recursos de que se contaba ayer. En el caso especial del alimentante
señor [...], no sólo hay que hacer como indica el Código Civil en su artículo 329, al
expresar que 'en la tasación de los alimentos se deberán tomar siempre en consideración
las facultades del deudor y sus circunstancias domésticas', como tampoco puede
analizarse aislada y únicamente lo dicho en su artículo 330, según el cual 'los alimentos
no se deben sino en la parte en que los medios de subsistencia del alimentario no le
alcancen para subsistir del modo correspondiente a su condición social'. Por eso, el
notable Código de Bello, ante la precariedad de dos preceptos que interpretados en forma
separada resultaban aparentemente inconciliables entre sí, el artículo siguiente, esto es el
332, vino a corregir y a dar armonía a los dos artículos que les precedían, al señalar que
los alimentos que se deben por ley 'se entienden concedidos por toda la vida del
alimentario, continuando las circunstancias que legitimaron la demanda' (C. Apelaciones
de Santiago, 31 de marzo de 2011, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/9526/2011, Rol
Nº 695-2010). 924. Variación de las circunstancias económicas del alimentante y
carga de la prueba. Se ha declarado que: "En concordancia con lo preceptuado por el
artículo 332 del Código Civil, en orden a que los alimentos que se deben por ley se
entienden concedidos para toda la vida del alimentario, continuando las circunstancias
que legitimaron la demanda, ha correspondido al demandante acreditar la situación
excepcional de haber variado sustancialmente las condiciones de quienes son parte en
esa relación de alimentos, esto es, las facultades económicas, y cargas que deben
soportar" (C. de Apelaciones de San Miguel, 30 de marzo de 2001, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/691/2001, Rol Nº 1407-2000). 925. Si la alimentaria es menor
de 28 años y cursa estudios, no obstante que ya posea un título técnico, no
procede el cese de la obligación de alimentos. En ese sentido ha interpretado la
E Corte Suprema la regla del inciso 2º de este artículo 332: "Que uno de los titulares del
xcma. 

derecho de alimentos son precisamente los descendientes, según se lee del numeral 2º
del artículo 321 del Código Civil, obligación que recae sobre los padres en ejercicio de la
autoridad parental y, en subsidio, en los demás ascendientes del alimentario. En ese
entendido, uno de los principales deberes de los progenitores y que deriva del ejercicio de
la potestad concedida, es el deber de educar a los hijos, el cual se traduce, entre otros, en
solventar los egresos que demande el cursar regularmente el alimentario sus estudios
básicos, medios y aun superiores, con la salvedad que ha de ser hasta que el educando
cumpla 28 años. De allí que el inciso 2º del artículo 332 del cuerpo legal citado determine
que 'los alimentos concedidos a los descendientes...se devengarán hasta que cumplan
veintiún años, salvo que estén estudiando una profesión u oficio, caso en el cual cesarán
a los veintiocho años' [...] Que es preciso enfatizar que los jueces del grado, haciendo uso
de la facultad que es de su exclusiva competencia, consistente el establecimiento de los
hechos previa ponderación de los medios de prueba, fijaron el marco fáctico según el
cual, la alimentaria, Jessica de veinticinco años, si bien... 'cuenta con un título de carácter
técnico, lo cierto es que también se encuentra matriculada y es alumna regular de una
carrera de nivel profesional, esto es, Educadora de Párvulos... En ese sentido se
encuentra dentro del tramo etáreo en que el alimentario en este caso el descendiente
puede continuar o está habilitado para reclamar del alimentante, en este caso su padre,
pensión de alimentos'... [...] Que para resolver el asunto controvertido es imprescindible,
tal como lo hicieron los jueces de la instancia, estarse a lo que dispone el artículo 332 del
Código Civil, que contempla uno de los casos de extinción de la obligación alimenticia,
como es el cese de las necesidades del alimentario. En consecuencia, constituyendo un
hecho no discutido que la alimentaria continúa realizando estudios profesionales y que se
encuentra dentro del rango etáreo que le habilita para ser titular del derecho de percibir
alimentos, se debe concluir que la demanda se encuentra correctamente rechazada"
(C. Suprema, 22 de diciembre de 2014, cons. 4º a 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9739/2014,
Rol Nº 27955-2014). 926. Legitimación del padre del hijo mayor de edad que vive a
sus expensas, pero por razones de estudios no reside junto a él, para demandar
alimentos. El artículo 19 de la ley Nº 19. 968, prevé que: "En los casos del inciso
segundo del artículo 332 del Código Civil, aquél de los padres en cuyo hogar vive el
alimentario mayor de edad se entenderá legitimado, por el solo ministerio de la ley, para
demandar, cobrar y percibir alimentos de quien corresponda, en interés del alimentario,
sin perjuicio del derecho de éste para actuar personalmente, si lo estima conveniente. Si
el alimentario no actúa personalmente se entenderá que acepta la legitimación activa del
padre o madre junto a quien vive". Esta disposición dio lugar a la siguiente cuestión:
"determinar si al encontrarse el alimentario estudiando en una ciudad distinta de aquella
donde vive su padre, puede éste entenderse legitimado, por el solo ministerio de la ley,
para demandar alimentos a la madre, en interés de su hijo, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 19 inciso quinto de la Ley Nº 19.968, o si, a la inversa, debe el
alimentario actuar personalmente". El tribunal de alzada se pronunción por la negativa:
"[D] esestimó la demanda que el actor interpuso en representación de su hijo [...],
señalando que, por el hecho de tener más de 18 años, y atendido que la capacidad de
poder representar a los hijos en juicio emana de la patria potestad, la cual termina por ley,
entre otras causales, cuando el hijo cumple la mayoría de edad, tal como se establece en
el Nº 4 del artículo 270 del Código Civil, perdió dicha capacidad, salvo que el hijo se la
otorgue de manera expresa, lo que no ocurrió en la especie. Asimismo, refirieron que la
Ley Nº 19.968 consigna una salvedad sólo respecto de las acciones relacionadas a la
pensión de alimentos, hipótesis conforme a la cual el padre en cuyo hogar vive el
alimentario mayor de edad se entenderá legitimado, por el solo ministerio de la ley, para
demandar alimentos en su interés, la que, por su carácter excepcional, debe interpretarse
restrictivamente; y como en el evento sub lite resulta claro que el hijo mayor de edad no
vive con el padre, puesto que aquél estudia una carrera universitaria en la ciudad de
Copiapó, debe entenderse que reside en esta última ciudad, pues ese tipo de carrera, de
acuerdo a las máximas de la experiencia, implica una serie de actividades que se
despliegan de manera regular en el tiempo y durante varios años, lo que unido a la
distancia que existe entre las ciudades de Copiapó y Rancagua, es menester colegir que
el alimentario no vive con su padre, y al no haberlo autorizado para representarlo en este
juicio, lo obrado por el actor a su nombre carece de valor; razón por la que denegaron la
demanda, sin perjuicio de su derecho a instaurarla nuevamente como en derecho
corresponda". La E Corte Suprema, en casación revocó el fallo anterior y se pronunció
xcma. 

por la afirmativa: "[C]onviene destacar que el precepto en comento aparece incorporado


en el párrafo segundo bajo el epígrafe "Reglas generales", del Título III, denominado "Del
procedimiento ordinario ante los juzgados de familia", que estatuye, en lo que interesa:
"Representación. En los casos del inciso segundo del artículo 332 del Código Civil, [...]".
Esta regla consagra la legitimación activa para demandar alimentos, entendiendo la
existencia de una vinculación del padre o la madre que vive con su hijo con la relación
jurídica litigiosa, conjuntamente con su interés para sostenerla [...] Que, a su turno, el
artículo 332 del Código Civil, inserto dentro del Libro I, Título XVIII denominado "De los
alimentos que se deben por ley a ciertas personas", señala: "Los alimentos [...] Que,
desde luego, es útil recordar que uno de los objetivos de la legislación en materia de
familia, es asegurar el ejercicio, goce pleno y efectivo de los derechos y garantías de los
alimentarios, y el derecho a percibir alimentos debe comprender la alimentación,
vestimenta y la habitación, como lo preciso para que la persona que los solicita pueda
desarrollarse espiritual y materialmente, por lo tanto, abarca la educación y la salud,
también actividades recreativas y de esparcimiento, y no solo tiene por finalidad conservar
o mantener la vida física de la persona del alimentario sino también propender a su
desarrollo intelectual y moral, y, por ende, está relacionado con el deber de los
progenitores de contribuir a sufragar los gastos que aquello requiere [...] Que una
inteligencia armónica y sistemática del inciso quinto del artículo 19 de la Ley Nº 19.968, a
la luz de los principios del derecho de familia y aquellas normas generales sobre
alimentos reguladas en el Código Civil artículos 321 y siguientes y en la legislación
especial Ley Nº 14.908 , lleva a concluir que la situación fáctica que se tuvo por
establecida puede subsumirse en aquella, desde que el alimentario mayor de edad, [...]
vive a expensas de su padre y se tuvo por acreditado que, a pesar de estudiar en una
ciudad distinta en la que aquél reside, es quien satisface actualmente sus necesidades,
consistentes en alimentación, vestuario y gastos de subsistencia. La circunstancia de
permanecer en la ciudad de Copiapó para cumplir las actividades académicas propias de
la carrera que estudia en una sede de la Universidad de Atacama, es eminentemente
temporal y transitoria, mientras se lleva a cabo el respectivo año académico, pues el
alimentante en el hogar familiar, junto a su padre y hermano, ubicado en la ciudad de
Rancagua, durante los fines de semana, feriados y periodos estivales de cada año [...]
Que, en las condiciones expuestas, y si se repara en los hechos que se tuvieron por
establecidos por los jueces del fondo, en particular, los consignados bajo los números 3 y
4 del motivo segundo de esta sentencia, se configura plenamente el supuesto que hace
surgir el derecho del actor para demandar alimentos en interés de su hijo [...], por vivir
éste a sus expensas. Otra disquisición quebranta el derecho que le asiste al actor de
obtener alimentos en interés de su hijo, de suerte que se impone el acogimiento del
recurso de casación que promovió" (C. Suprema, 2 de noviembre de 2017, cons. 4º a 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7940/2017, Rol Nº 34627-2017).

Artículo 333. El juez reglará la forma y cuantía en que hayan de prestarse


los alimentos, y podrá disponer que se conviertan en los intereses de un capital
que se consigne a este efecto en una caja de ahorros o en otro establecimiento
análogo, y se restituya al alimentante o sus herederos luego que cese la
obligación.

Concordancias: Ley Nº  14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones


Alimenticias,D.O.  5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 9º. Ley
Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículo 8º número 4.

Artículo 334. El derecho de pedir alimentos no puede transmitirse por causa


de muerte, ni venderse o cederse de modo alguno, ni renunciarse.

Concordancias: Código Civil: artículos 12, 951 inciso 2º y 1810. Ley de Matrimonio Civil
19.947, D.O. 17 de mayo de 2004: artículo 21 inciso 3º.

: 927. El derecho de alimentos es imprescriptible. Este carácter del derecho


Jurisprudencia
de alimentos se ha deducido de la regla contenida en este artículo y en el siguiente: "El
artículo 334 del Código Civil, señala que el derecho de pedir alimentos no puede
transmitirse por causa de muerte, ni venderse o cederse de modo alguno, ni renunciarse.
A su turno, el artículo 335 del mismo Código, expresa que el que debe alimentos no
puede oponer al demandante en compensación lo que el demandante le deba a él. Tales
disposiciones, confieren al derecho de alimentos el carácter de imprescriptible, porque
está fuera del comercio humano. Dicho de otro modo, no puede ganarse ni perderse por
prescripción" (C. Apelaciones de Antofagasta, 14 de octubre de 2010, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8420/2010, Rol Nº 155-2010). Este considerando ha sido
reiterado literalmente en sentencias posteriores de algunos tribunales de alzada
(C. Apelaciones de Santiago, 17 de enero de 2013, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/120/2013, Rol Nº 1860-2012). 928. El derecho de pedir
alimentos al cónyuge no puede renunciarse en el acuerdo regulador que se refiere a
las relaciones mutuas entre cónyuges. Así se ha declarado que: "El convenio regulador
en el caso de divorcio solicitado por ambos cónyuges, exigido por el inciso segundo del
artículo 55 de la Ley Nº 19.947, tiene por objeto acordar cuestiones de orden patrimonial
derivadas de la ruptura matrimonial, el que debe ser completo y suficiente. La ley
determina su contenido en el artículo 21 de la Ley de Matrimonio Civil y el límite dispuesto
por el legislador es el respeto a los derechos conferidos por las leyes que tengan el
carácter de irrenunciables. Por consiguiente, si se trata de los derechos entre cónyuges el
acuerdo que regula las prestaciones mutuas entre las partes no puede comprender la
renuncia al derecho de alimentos [...] Que, en las condiciones anotadas, lo declarado por
la demandante en la causa antes referida, carece de relevancia jurídica, no importa
renuncia a sus derechos y el único efecto que puede atribuirse a esa manifestación es
que ella optó por no ejercer la acción pertinente en ese procedimiento. De lo anterior,
resulta que la actora, mientras le asista el derecho, no se encontraba inhabilitada para
demandar de alimentos a su cónyuge por otra vía procesal, de acuerdo a las reglas
generales, sin perjuicio de lo que el tribunal determine en definitiva. En efecto, el tenor del
artículo 334 del Código Civil, es claro al prevenir que el derecho de pedir alimentos no
puede transmitirse por causa de muerte, ni venderse o cederse de modo alguno, ni
renunciarse" (C. Suprema, 15 de enero de 2007, cons. 3º y 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3887/2007, Rol Nº 456-2006).

Artículo 335. El que debe alimentos no puede oponer al demandante en


compensación lo que el demandante le deba a él.

Concordancias: Código Civil: artículos 1655,  1662.

Artículo 336. No obstante lo dispuesto en los dos artículos precedentes, las


pensiones alimenticias atrasadas podrán renunciarse o compensarse; y el
derecho de demandarlas transmitirse por causa de muerte, venderse y
cederse; sin perjuicio de la prescripción que competa al deudor.

Concordancias: Código Civil: artículos 12, 334, 335.

929. Las pensiones alimenticias devengadas están en el comercio


Jurisprudencia: 
humano. En este sentido se ha explicado por la I  Corte de Apelaciones de Antofagasta,
lma.

la regla de este artículo 336: "[D]istinto es el caso de las pensiones alimenticias


decretadas y devengadas, las cuales al estar en el comercio humano, no sólo pueden
prescribir si no son cobradas, sino que también pueden ser objeto de contratos, tales
como transacción; pues como lo señala el artículo 336 del Código Civil, las pensiones
alimenticias atrasadas podrán renunciarse o compensarse; y el derecho de demandarlas,
transmitirse por causa de muerte, venderse y cederse; sin perjuicio de la prescripción que
completa el deudor" (C. Apelaciones de Antofagasta, 14 de octubre de 2010, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/8420/2010, Rol Nº 155-2010). 930. El alimentario mayor de
edad puede renunciar las diferencias de pensiones alimenticias atrasadas, aunque
la administración de la pensión esté confiada a su madre. Se ha reconocido así que:
"Establecido por documento de fojas 2 que el único alimentario de estos autos [...] nació el
7 de diciembre de 1978, por lo que celebró dicho avenimiento siendo mayor de edad,
cabe aplicar a su respecto la norma contenida en el artículo 336 del Código Civil en el
sentido de estar facultado para renunciar o compensar las diferencias que pudieran haber
surgido entre las pensiones alimenticias producidas entre el fallo de 23 de julio de 1999 y
el 9 de agosto de 2000, fecha de la sentencia de segundo grado que confirmó con
declaración el anterior. Debe tenerse también en consideración que la administración de
la pensión alimenticia no entraba la libre disposición que el alimentario pueda hacer de la
pensión que cede en su exclusivo beneficio" (C. Apelaciones de Santiago, 9 de agosto de
2000, cons. 2º, Cl/Jur/721/200, Rol Nº 3799-1999, conf. C. Suprema, 20 de enero de
2003, LegalPublishing: Cl/ Jur/2026/2003, Rol Nº 4613-2002). 931. Sólo se puede
alegar la prescripción de los alimentos devengados, una vez que se ha practicado
la liquidación del crédito. En este sentido se ha pronunciado la I Corte de Apelaciones
lma.

de Antofagasta: "Que la posibilidad de alegar la prescripción solo va a surgir una vez


practicada la liquidación del crédito, por lo mismo no puede decirse que las actuaciones
anteriores del demandado puedan constituir interrupción de la prescripción cuando la
misma supone el reconocimiento de la existencia de una deuda determinada"
(C. Apelaciones de Antofagasta, 14 de octubre de 2010, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8420/2010, Rol Nº 155-2010). 932. El término para declarar la
prescripción de los alimentos devengados corre desde la fecha en que se hizo
exigible cada mensualidad. Esta opinión se ha fundado en el carácter de tracto sucesivo
que se le asigna a la obligación de pagar alimentos. Así, la E Corte Suprema ha
xcma.

declarado que: "[E]s necesario reiterar que la obligación de pagar alimentos, atendida su
naturaleza, es de tracto sucesivo, puesto que sus efectos nacen y se cumplen a través del
tiempo, y que, por lo mismo, consiste en una prestación periódica por lo que el término
legal necesario para declarar la prescripción corre a partir de la fecha en que se hizo
exigible cada mensualidad, oportunidad a partir de la cual el alimentario puede ejercer
todas las acciones que el ordenamiento jurídico le confiere para obtener su pago íntegro,
debiendo, en todo caso, respetar las disposiciones que norman la prescripción extintiva"
(C. Suprema, 24 de marzo de 2015, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/1583/2015, Rol
Nº 23380-2014). 933. La excepción de prescripción de los alimentos devengados
puede oponerse en cualquier estado del juicio, salvas las limitaciones del artículo
310 del Código de Procedimiento Civil. Tal es la opinión que ha sostenido la I  Corte de
lma.

Apelaciones de Talca: "Que es cierto que el derecho-obligación sobre pensiones


alimenticias devengadas, prescribe por el transcurso del tiempo, acorde con lo prevenido
por los artículos 336, 2514 y 2515 del Código Civil; en tanto que la excepción atinente a
ello, puede oponerse en cualquier estado del juicio, con las limitaciones contempladas en
el artículo 310 del Código de Procedimiento Civil" (C. Apelaciones de Talca, 20 de
noviembre de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/8859/2014, Rol Nº 198-
2014). 934. De la interrupción del plazo de prescripción de las pensiones decretadas
y devengadas. En relación con esta materia se ha declarado que: "La posibilidad de
alegar la prescripción sólo va a surgir una vez practicada la liquidación del crédito, por lo
mismo no puede decirse que las actuaciones anteriores del demandado puedan constituir
interrupción de la prescripción cuando la misma supone el reconocimiento de la existencia
de una deuda determinada, lo que no ocurre en la especie. Tampoco produce el efecto
interruptivo los pagos efectuados por el demandado, pues conforme a las reglas de
imputación al pago particularmente lo previsto en los artículos 1596 y siguientes del
Código Civil, él mismo debe entenderse efectuado a las obligaciones determinadas y no
discutidas, esto es, aquellas contenidas en la liquidación de 31 de julio de 2009, que el
Tribunal en audiencia de 21 de septiembre de igual año, la declaró firme, todo sin perjuicio
del derecho del deudor de efectuar la imputación a la deuda que elija" (C. Apelaciones de
Antofagasta, 14 de octubre de 2010, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/8420/2010, Rol
Nº 155-2010). 935. De la renuncia tácita a la prescripción de los alimentos
devengados. La E Corte Suprema ha entendido que si el deudor de los alimentos es
xcma. 

demandado, objeta solamente el modo de calcular los reajustes de los alimentos


devengados o la fijación de la época desde la que le es exigible, se entiende que ha
renunciado tácitamente a la prescripción. Así ha declarado que: "[Q]ueda de manifiesto
que el alimentante realizó una serie de gestiones anteriores, que no han tenido el
propósito de alegar la prescripción que invoca. En efecto, frente a la primera liquidación
del crédito de alimentos que le fuera notificada con fecha 27 de mayo de 2013, hizo
diversas alegaciones —corrección del procedimiento, cautelar innovativa, objeción de la
liquidación por errores en la aplicación de reajustes, entre otras— antes de alegar la
prescripción. Habiéndose acogido la objeción, por errores de cálculo, se dio lugar a una
nueva liquidación —que es la que motiva estos autos— respecto de la cual, con fecha 19
de julio de 2013, el alimentante volvió a formular objeciones y, en el primer otrosí, opuso
la prescripción [...] Que, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 2494 del Código
Civil, la prescripción puede ser renunciada, una vez cumplida, en forma expresa o tácita.
Se renuncia tácitamente, señala la norma, 'cuando el que puede alegarla manifiesta por
un hecho suyo que reconoce el derecho del dueño o del acreedor; por ejemplo, cuando
cumplidas las condiciones legales de la prescripción, el poseedor de la cosa la toma en
arriendo, o el que debe dinero paga intereses o pide plazo' [...] Que, en consecuencia, con
sus actuaciones, el alimentante de autos ha reconocido la obligación de alimentos, sólo
que no ha concordado con algunos aspectos, tales como el modo de calcular los
reajustes, o el momento desde el cual le es exigible la suma fijada por concepto de
habitación de los alimentarios. De manera que se entiende que ha renunciado,
tácitamente, a la prescripción que le podría haber beneficiado [...] Que, así las cosas,
habrá de acogerse la defensa opuesta por los alimentarios y rechazar la excepción de
prescripción opuesta por el alimentante" (C. Suprema, 8 de enero de 2015, cons. 1º a 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/38/2015, Rol Nº 10891-2014).

Artículo 337. Las disposiciones de este título no rigen respecto de las


asignaciones alimenticias hechas voluntariamente en testamento o por
donación entre vivos; acerca de las cuales deberá estarse a la voluntad del
testador o donante, en cuanto haya podido disponer libremente de lo suyo.

Concordancias: Código Civil: artículos 996 inciso 3º, 1069, 1128 y 1134.

936. Los alimentos que, en un acuerdo regulador, se obliga un padre a


Jurisprudencia: 
conceder a sus hijos mayores de veintiún años y que no están estudiando, tienen la
naturaleza de voluntarios, luego, no procede respecto de ellos decretar el apremio
de arresto. En este sentido se ha declarado que: "Que, a su turno, el artículo 337 del
Código Civil, establece que las disposiciones de este título no rigen respecto de las
asignaciones alimenticias hechas voluntariamente en testamento o por donación entre
vivos; acerca de las cuales deberá estarse a la voluntad del testador o donante, en cuanto
haya podido disponer libremente de lo suyo [...] Que, si bien el acuerdo completo y
suficiente no es una donación, tras la cláusula que establece los alimentos voluntarios
aludidos existe un 'ánimo de beneficencia', ya que, como se dijo en él, las beneficiarias de
los mismos no ostentaban los requisitos para pedir alimentos legales, todo lo cual trae
consigo el que pudieren ser asimilados dentro de la hipótesis contemplada en el artículo
337 ya referido, lo que deviene en la no aplicación de las normas contenidas en el Título
XVIII, del Libro I del Código Civil, referido a los alimentos que se deben por ley a ciertas
personas, lo que incluiría a los apremios [...] Que, no obstante la duda razonable que
pudiere existir acerca de la naturaleza voluntaria de los alimentos en virtud de los cuales
se libró el apercibimiento en contra de don Marcelino Agustín Soto Ponce, calificación que
trae consigo, como se dijo, la no aplicación de las normas contenidas en el Título XVIII,
del Libro I del Código Civil, referido a los alimentos que se deben por ley a ciertas
personas, incluido a los apremios, estos sentenciadores son de parecer que la libertad
personal constituye una garantía constitucional de tal envergadura y primacía que debe
ser rigurosa y celosamente protegida —no obstante la incertidumbre arriba planteada—
motivo por el cual, se accederá a la petición de amparo en los términos que se indicará en
lo resolutivo de esta sentencia" (C. Apelaciones de Concepción, 21 de diciembre de
2012, cons. 4º, 5º y 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2944/2012, Rol Nº 156-2012).

C. LEY Nº 14.908 SOBRE ABANDONO DE FAMILIA Y PAGO DE


PENSIONES ALIMENTICIAS
DECRETO CON FUERZA DE LEY Nº 1

Ministerio de Justicia

FIJA TEXTO REFUNDIDO, COORDINADO Y SISTEMATIZADO DEL CÓDIGO CIVIL; DE LA LEY Nº 4.808, SOBRE

REGISTRO CIVIL; DE LA LEY Nº 17.344, QUE AUTORIZA CAMBIO DE NOMBRES Y APELLIDOS; DE LA LEY Nº 16.618,
LEY DE MENORES; DE PLA LEY Nº 14.908, SOBRE ABANDONO DE FAMILIA Y PAGO DE PENSIONES ALIMENTICIAS, Y
DE LA LEY Nº 16.271, DE IMPUESTO A LAS HERENCIAS, ASIGNACIONES Y DONACIONES651

Publicado en el Diario Oficial de 30 de mayo de 2000

Hoy se decretó lo que sigue

Teniendo presente:

1.- Que el artículo 8º de la Ley Nº 19.585, facultó al Presidente de la


República para fijar el texto refundido, coordinado y sistematizado del Código
Civil y de las leyes que se modifican expresamente en la presente ley; como,
asimismo, respecto de todos aquellos cuerpos legales que contemplen
parentescos y categorías de ascendientes, parientes, padres, madres, hijos,
descendientes o hermanos legítimos, naturales e ilegítimos, para lo cual podrá
incorporar las modificaciones y derogaciones de que hayan sido objeto tanto
expresa como tácitamente;

2.- Que entre las leyes que complementan las disposiciones del Código Civil
deben considerarse las siguientes: Ley Nº 4.808 sobre Registro Civil; Ley
Nº 17.344, que autoriza cambio de nombres y apellidos; Ley Nº 16.618, Ley de
Menores; Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones
Alimenticias y la Ley Nº 16.271, de Impuesto a las Herencias, Asignaciones y
Donaciones;

3.- Que asimismo es recomendable por razones de ordenamiento y de


utilidad práctica, que en los textos refundidos del Código Civil y de las leyes
señaladas precedentemente, se indique mediante notas al margen el origen de
las normas que conformarán su texto legal; y

Visto: lo dispuesto en el artículo 8º de la Ley Nº 19.585, dicta el siguiente:

Decreto con Fuerza de Ley

ARTÍCULO 7º. Fíjase el siguiente texto refundido, coordinado y


sistematizado de la Ley Nº 14.908 sobre Abandono de Familia y Pago de
Pensiones Alimenticias.

Artículo 1º. De los juicios de alimentos, conocerá el juez de familia del


domicilio del alimentante o del alimentario, a elección de este último. Estos
juicios se tramitarán conforme a la Ley Nº 19.968, con las modificaciones
establecidas en este cuerpo legal.652

Será competente para conocer de las demandas de aumento de la pensión


alimenticia el mismo tribunal que decretó la pensión o el del nuevo domicilio del
alimentario, a elección de éste.653

De las demandas de rebaja o cese de la pensión conocerá el tribunal del


domicilio del alimentario.654

La madre, cualquiera sea su edad, podrá solicitar alimentos para el hijo ya


nacido o que está por nacer. Si aquélla es menor, el juez deberá ejercer la
facultad que le otorga el artículo 19 de la Ley Nº 19.968, en interés de la
madre. 655-656-657

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 1. Código Civil: artículos 75,


77. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 8º número 4, 19. Decreto
Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990: artículo
27.4.

: 937. De concederse a la madre la legitimación activa para demandar


Jurisprudencia
alimentos en favor de su hijo menor, se sigue que pueda renunciar a los alimentos
devengados. Así lo ha declarado la E Corte Suprema: "[R]esulta útil señalar que el
xcma. 

artículo primero de la Ley Nº 14.908 dispone que la madre podrá solicitar alimentos para
el hijo, esto es, reconoce respecto de ella legitimación activa con que cuenta para ejercer
la acción de alimentos, en lo pertinente para el caso de autos, cuando el hijo sea menor
de edad, sobre la base de dicho sustento legal, es que entonces la actora solicitó, luego
de obtener la pensión de alimentos, el cumplimiento de la misma por no pago del
alimentante y en ambos casos en favor del alimentario [...] Que a partir de la referida
legitimación de la madre del alimentario, se desprenden dos cuestiones fundamentales,
primero que los litigantes del proceso sobre alimentos son los padres del alimentario, y en
consecuencia este último, siendo menor de edad, no es parte del proceso, sino el
beneficiario de lo obtenido en él, y no podría ser de otra manera puesto que el fin de los
alimentos, es habilitarlo para subsistir modestamente de un modo correspondiente a su
posición social, como dispone el artículo 322 del Código Civil, resguardando con ello su
interés superior, y en segundo lugar, la referida proposición permite concluir que es la
madre, quien puede renunciar a los alimentos devengados durante el período que el
alimentario es menor de edad, pues es aquélla quien posee la legitimación activa para
ejercer la acción correspondiente y porque además fue ella quien durante el período que
el padre no pagó los alimentos, se hizo cargo de su manutención" (C. Suprema, 9 de
octubre de 2014, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7242/2014, Rol Nº 7544-
2014). 938. El alimentario menor carece de facultad para transigir sobre alimentos
devengados. Este principio no es más que un corolario del señalado en el número
anterior: "[L]a sentencia impugnada se ajusta a derecho, puesto que las deudas que se
pretende resolver por el alimentante, a través de la transacción que celebró con el
alimentario, datan del período en que éste se encontraba a cargo de su madre como
menor de edad, por lo que, la única legitimada para renunciar a aquéllos es la
demandante y no el hijo, quien adquiere dicha prerrogativa, a partir de su mayoría de
edad, por lo que sólo desde ese día podrá renunciar a los alimentos devengados a su
favor, atendido que adquiere la capacidad legal para ejercer las acciones que estime
conveniente para el resguardo de sus derechos [...] Que, en consecuencia, la transacción
sublite, atendido que sólo fue suscrita por el alimentante y el alimentario —sin concurrir la
parte demandante—, carece del poder liberatorio que pretende otorgarle el recurrente,
porque carece del sustento fáctico primordial para adquirir fuerza obligatoria, conforme al
artículo 1545 del Código Civil, esto es, de la concurrencia de su aceptación por la
demandante, como ya se dijo, la legitimada al efecto. De forma que no se revela la
infracción de derecho que enuncia el recurrente, puesto que la referida transacción sólo
genera derechos para quienes tienen la titularidad de las pensiones devengadas, y
conforme al mérito autos la misma corresponde a la demandante quien no concurrió a su
celebración" (C. Suprema, 9 de octubre de 2014, cons. 6º y 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7242/2014, Rol Nº 7544-2014).

Artículo 2º. La demanda podrá omitir la indicación del domicilio del


demandado si éste no se conociera. En tal caso, el tribunal procederá en
conformidad a lo previsto en el artículo 23 de la Ley Nº 19.968.658

El demandado deberá informar al tribunal todo cambio de domicilio, de


empleador y de lugar en que labore o preste servicios, dentro de treinta días
contados desde que el cambio se haya producido.659

Al demandado que no dé cumplimiento a lo previsto en el inciso anterior se


le impondrá, a solicitud de parte, una multa de 1 a 15 unidades tributarias
mensuales, a beneficio fiscal. 660-661

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículo 23.


Artículo 3º. Para los efectos de decretar los alimentos cuando un menor los
solicitare de su padre o madre, se presumirá que el alimentante tiene los
medios para otorgarlos.

En virtud de esta presunción, el monto mínimo de la pensión alimenticia que


se decrete a favor de un menor alimentario no podrá ser inferior al cuarenta por
ciento del ingreso mínimo remuneracional que corresponda según la edad del
alimentante. Tratándose de dos o más menores, dicho monto no podrá ser
inferior al 30% por cada uno de ellos.

Todo lo anterior es sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso primero del


artículo 7º de la presente ley.

Si el alimentante justificare ante el tribunal que carece de los medios para


pagar el monto mínimo establecido en el inciso anterior, el juez podrá rebajarlo
prudencialmente.

Cuando los alimentos decretados no fueren pagados o no fueren suficientes


para solventar las necesidades del hijo, el alimentario podrá demandar a los
abuelos, de conformidad con lo que establece el artículo 232 del Código
Civil.662

Concordancias: Código Civil: artículos 47, 232. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de
Pensiones Alimenticias,  D.O.  5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000:
artículos 7º inciso 1, 11 inciso 2. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.

939. Del sentido y significado de la presunción legal del inciso 1º. Se ha


Jurisprudencia: 
precisado que: "[E]l fallo impugnado para establecer la capacidad económica del
alimentante ha dado aplicación a la presunción establecida en el inciso primero del
artículo 3º de la Ley Nº 14.908, en orden a que éste tiene medios para otorgarlos. Lo
anterior, no implica en ningún caso, que por efectos de tal presunción legal se deba
considerar que el mismo percibe como ingresos el equivalente a un ingreso mínimo. La
ley en este sentido lo que hace es presumir la circunstancia que el alimentante posee
medios para cumplir con la obligación alimenticia que sobre el mismo recae, respecto en
este caso de un hijo" (C. Suprema, 24 de abril de 2009, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7941/2009, Rol Nº 1293-2009). El mismo tribunal ha precisado
que: "[P]ara los efectos de decretar alimentos cuando un menor los solicita de su padre o
madre, el legislador establece la presunción de que el alimentante tiene los medios para
otorgarlos, en virtud de lo cual fija determinados mínimos, según sea el número de hijos
que lo demande (artículo 3º Ley Nº 14.908). La citada presunción se justifica en la entidad
del derecho de alimentos, el cual está encaminado a garantizar la subsistencia del
alimentario, por lo que se ha dicho, incluso, que su fundamento radica en el derecho a la
vida (Corte de Concepción, 13 de junio de 2008, Nº Legal Publishing: 39244)" (C.
Suprema, 7 de febrero de 2018, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/602/2018, Rol
Nº 36264-2017). 940. La presunción legal del inciso 1º queda desvirtuada si existe
una prueba de mayor jerarquía. En ese sentido se ha declarado: que: "En lo que
concierne al artículo 3º de la Ley Nº 14.908, es lo cierto que la presunción que establece
en su inciso final de cara a que el padre alimentante que es demandado de alimentos por
un hijo menor dispone de los medios para proporcionarlos, ha perdido toda
transcendencia en lo presente, comoquiera que el impugnante no ha desconocido en
autos que su actual remuneración se ha elevado considerablemente con respecto a la que
disponía en la regulación cuyo monto discute, al punto que en el propio escrito de
casación expresa que sus ingresos fluctúan mensualmente entre doscientos cincuenta mil
y trescientos cuarenta y cuatro mil pesos. No hace falta detenerse mayormente en torno a
que la prueba presuncional queda preterida cuando existe otra de mayor jerarquía, como
la que viene de destacarse, lo que trae como consecuencia que el hipotético vicio que en
esta última sección del recurso se representa, en caso alguno influyera en lo dispositivo"
(C. Suprema, 28 de julio de 2014, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/4892/2014, Rol
Nº 17261-2013). 941. Del significado de la voz 'insuficiencia'. Se ha estimado: "Que el
Código Civil no define la expresión 'insuficiencia', por lo que es necesario fijar su sentido y
alcance [...] Del estudio armónico del artículo 3º inciso final de la Ley Nº 14.908, 232 del
Código Civil, 3º y 27 de la Convención sobre los Derechos del Niño, estos sentenciadores
arriban a la convicción que el artículo 232 del Código citado utiliza la expresión
'insuficiencia' en un sentido amplio, comprensivo de la situación de carencia de bienes o
imposibilidad absoluta de servicio del demandado principal como también la de no pago o
renuencia en pagar la pensión alimenticia" (C. de Apelaciones de Concepción, 13 de junio
de 2008, cons. 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/5671/2008, Rol Nº 377-2008). 942. Los
abuelos sólo pueden ser demandados cuando exista sentencia ejecutoriada que
establezca la insuficiencia del padre para otorgar alimentos. Se ha sentado así que:
"Los abuelos no pueden ser demandados directamente pues es claro que éstos sólo van
a responder cuando los alimentos 'decretados' no fueren pagados o no fueren suficientes,
y sólo van a estar 'decretados' cuando concurra la circunstancia final mencionada en el
motivo segundo de este fallo" (C. de Apelaciones de Concepción, 15 de abril de 2009,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/9946/2009, Rol Nº 33-2009), es decir: "Que, en
consecuencia, sólo puede recurrirse a los más lejanos dentro del mismo grado o a los del
grado siguiente, en este caso a los abuelos paternos, cuando se haya establecido a
través de una sentencia ejecutoriada la insuficiencia del padre para otorgar alimentos" (C.
de Apelaciones de Concepción, 15 de abril de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9946/2009, Rol Nº 33-2009). Esta opinión la ha reiterado el mismo
tribunal de alzada, y con expresa referencia a la sentencia que queda transcrita: "[C]abe
precisar que el artículo 3º inciso final de la Ley Nº 14.908 dispone que cuando los
alimentos decretados no fueren pagados o no fueren suficientes para solventar las
necesidades del hijo, el alimentario podrá demandar a los abuelos, en conformidad con lo
que establece el artículo 232 del Código Civil; Conforme a la primera norma transcrita
precedentemente, los abuelos no pueden ser demandados directamente pues es claro
que éstos sólo van a responder cuando los alimentos decretados no fueren pagados o no
fueren suficientes, y sólo van a estar decretados cuando mediante sentencia se haya
resuelto la insuficiencia. (C. de Apelaciones de Concepción, sentencia de 15 de abril de
2009, Rol Nº 33-2009)" (C. Apelaciones de Concepción, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/400/2013, Rol Nº 17-2013). Véase supra Jurisprudencia número
762. 943. El pago imperfecto de los alimentos decretados por parte del alimentante
no los torna insuficientes, para los efectos de solicitar su aumento. En este sentido
se ha declarado que: "[L]os alimentos fijados deben incrementarse ante nuevas
condiciones, o el pago ya decretado, ejecutarse. De tal modo, el cumplimiento imperfecto
por el padre alimentario no torna en insuficiente la pensión fijada, en los términos que
exigen los artículos 232 del Código Civil y el 3 inciso final de la Ley Nº 14.908"
(C. Apelaciones de San Miguel, 7 de julio de 2017, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/4469/2017, Rol Nº 434-2017). 944. La regla del inciso 4º, que
faculta al juez para rebajar el monto de lo alimentos, no es imperativa. Así lo ha
declarado la E. Corte Suprema: "[N]o es una norma imperativa, sino una que faculta al
xcma 

juez para rebajar el monto mínimo" (C. Suprema, 7 de febrero de 2018, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/602/2018, Rol Nº 36264-2017). 945. La carencia de medios, a
que se refiere el inciso 4º, no se deduce, per se, de la privación de libertad del
alimentante. En este sentido se ha advertido que: "[L]a privación de libertad no
significa per se carencia de medios, no sólo porque la institucionalidad penitenciaria
contempla la posibilidad de ejercer algún oficio remunerado y, de hecho, ello es tomado
en consideración para los efectos del otorgamiento de determinados beneficios, sino
porque aquél que es privado de libertad puede contar con bienes para afrontar su
obligación, de manera que para levantar la presunción establecida en la norma, el que lo
pide debe acreditar la carencia de medios, lo que no es un hecho establecido en la
especie" (C. Suprema, 7 de febrero de 2018, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/602/2018,
Rol Nº 36264-2017). 946. La ponderación del juez de la instancia sobre el alzamiento
de la presunción no es revisable en casación. Se ha sostenido, así, que: "[H]a de
tenerse presente que el levantamiento de la presunción será producto de una ponderación
de quien ejerce la jurisdicción de instancia, lo que no es revisable por la vía de un recurso
de derecho estricto como es el de casación" (C. Suprema, 7 de febrero de 2018, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/602/2018, Rol Nº 36264-2017).

Artículo 4º. En los juicios en que se demanden alimentos el juez deberá


pronunciarse sobre los alimentos provisorios, junto con admitir la demanda a
tramitación, con el solo mérito de los documentos y antecedentes presentados.

El demandado tendrá el plazo de cinco días para oponerse al monto


provisorio decretado. En la notificación de la demanda deberá informársele
sobre esta facultad.

Presentada la oposición, el juez resolverá de plano, salvo que del mérito de


los antecedentes estime necesario citar a una audiencia, la que deberá
efectuarse dentro de los diez días siguientes.

Si en el plazo indicado en el inciso segundo no existe oposición, la


resolución que fija los alimentos provisorios causará ejecutoria.

El tribunal podrá acceder provisionalmente a la solicitud de aumento, rebaja


o cese de una pensión alimenticia, cuando estime que existen antecedentes
suficientes que lo justifiquen.

La resolución que decrete los alimentos provisorios o la que se pronuncie


provisionalmente sobre la solicitud de aumento, rebaja o cese de una pensión
alimenticia, será susceptible del recurso de reposición con apelación
subsidiaria, la que se concederá en el solo efecto devolutivo y gozará de
preferencia para su vista y fallo.

El juez que no dé cumplimiento a lo previsto en el inciso primero incurrirá en


falta o abuso que la parte agraviada podrá perseguir conforme al artículo 536
del Código Orgánico de Tribunales.663
Concordancias: Código Orgánico de Tribunales: artículo 536. Código de Procedimiento Civil: artículos
84, 85, 181. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.

947. Se establecen en esta disposición dos fórmulas, no excluyentes


Jurisprudencia: 
entre sí, de impugnación a la resolución que fija alimentos provisorios: a) la
objeción y b) la reposición apelando en subsidio. Se ha declarado en este sentido:
"Que pese a la lamentable redacción del nuevo artículo 4º de la Ley de Alimentos, es
claro que se establecen dos fórmulas de impugnación a la resolución de alimentos
provisorios, que no se excluyen entre sí; la primera es la objeción, que en suma no
corresponde más que a la necesidad de restablecer la bilateralidad de la audiencia que el
sistema en principio niega, cuando ordena pronunciarse de plano al proveer la demanda,
sobre el punto. Luego, la posterior reposición apelando en subsidio que el artículo
permite, evidentemente tiene que referirse a la decisión que ha resuelto la objeción pues
es imposible interpretar que la ley ha querido dar una opción a la parte, en cuanto a tener
que elegir entre objetar o pedir reposición con apelación subsidiaria. Es imposible porque
la objeción no tendría en tal caso ningún sentido, pues nadie la preferiría desde que el
otro sistema permite tanto solicitar al mismo tribunal la modificación —tal como la objeción
— pero además reservar el recurso al superior, que en el caso de la objeción no se
contempla. Así pues, lo que la ley quiere es establecer dos mecanismos sucesivos y no
alternativos, para reclamar contra los alimentos provisorios fijados" (C. de Apelaciones de
Rancagua, 14 de diciembre de 2007, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6904/2007, Rol
Nº 974-2007). 948. Se aplican las reglas del Código de Procedimiento Civil en
cuanto a la facultad del juez para acceder provisionalmente al aumento, rebaja o
cese de una pensión de alimentos. De esta disposición y de lo prescrito en el inciso 1º
del artículo 181 del Código de Enjuiciamiento Civil se ha sostenido que: "Que de los
preceptos reseñados, fluye, que en lo que aquí interesa, que es facultad del Tribunal
acceder o no provisionalmente a la solicitud de cese de una pensión alimenticia, cuando
estime que existen antecedentes suficientes que lo justifiquen, potestad de la cual hizo
uso la Juez de Familia recurrida en el caso que nos ocupa [...] Que la jurisprudencia ha
resuelto con bastante claridad que "La regla del inciso 1º del artículo 181 del Código de
Procedimiento Civil que faculta al tribunal que dictó un auto o decreto firme para
modificarlo o dejarlo sin efecto cuando se hicieren valer nuevos antecedentes que así lo
exijan, debe interpretarse en armonía con las reglas de los artículos 84 y 85, porque al
acompañar esos nuevos antecedentes, la parte que lo hace formula un incidente al
respecto y si tales antecedentes dicen relación con trámites esenciales del procedimiento
podrán presentarse sin limitación de tiempo, y, en caso contrario, tan pronto lleguen a
conocimiento de la parte y mientras esté pendiente aún la ejecución de lo resuelto, porque
estas últimas reglas que miran a la tramitación de todos los incidentes, no contienen la
excepción que resulta del presente artículo y, siendo ellas de orden público, deben
cumplirse siempre. (C. Valdivia, 3 de noviembre de 1933. R., t. 35, sec. 2ª, p. 9)" (C. de
Apelaciones de Antofagasta, 12 de noviembre de 2007, cons. 5º y 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6596/2007, Rol Nº 58-2007). 949. De la interpretación de la
expresión 'nuevos antecedentes' en materia de familia. Se ha dicho, con deficiente
redacción, que: "[S]i bien la ley no define qué debe entenderse por nuevos antecedentes,
en conformidad a la Ley Nº 19.968 aplicable en la especie, éstos corresponde a la
valoración de ellos, que en cada caso efectúe el Juez de Familia, de acuerdo a las reglas
de la sana crítica" (C. de Apelaciones de Antofagasta, 12 de noviembre de 2007, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6596/2007, Rol Nº 58-2007). 950. Se aplican las reglas
generales del Código de Procedimiento Civil a la interposición de reposición y
apelación subsidiaria contra una resolución que regula alimentos provisorios,
pronunciada en audiencia. Sobre este punto se ha dicho: "Que la Ley Nº 14.908 no se
puso en el caso que los alimentos provisorios fueren regulados en audiencia, pero hace
apelable la resolución que se pronuncia acerca de ellos; la Ley Nº 19.968 consagra que el
recurso de apelación debe ser escrito. En consecuencia, para ajustar ambos textos
acorde con los principios del debido proceso y la doble instancia, debe concluirse que la
apelación discutida en estos autos debe interponerse, necesariamente, por escrito, por lo
que aquella hecha valer por el recurrente, dentro del plazo legal para presentar tal libelo,
es oportuna y debe aceptarse" (C. de Apelaciones de Talca, 12 de septiembre de 2007,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5525/2007, Rol Nº 573-2007).

Artículo 5º. El juez, al proveer la demanda, ordenará que el demandado


acompañe, en la audiencia preparatoria, las liquidaciones de sueldo, copia de
la declaración de impuesto a la renta del año precedente y de las boletas de
honorarios emitidas durante el año en curso y demás antecedentes que sirvan
para determinar su patrimonio y capacidad económica. En el evento de que no
disponga de tales documentos, acompañará, o extenderá en la propia
audiencia, una declaración jurada, en la cual dejará constancia de su
patrimonio y capacidad económica. La declaración de patrimonio deberá
señalar el monto aproximado de sus ingresos ordinarios y extraordinarios,
individualizando lo más completamente posible, si los tuviere, sus activos, tales
como bienes inmuebles, vehículos, valores, derechos en comunidades o
sociedades.

Para efectos de lo anterior, el tribunal citará al demandado a la audiencia


preparatoria personalmente o representado, bajo apercibimiento del apremio
establecido en el artículo 543 del Código de Procedimiento Civil.

Si el demandado no da cumplimiento a lo ordenado conforme al inciso


primero, o si el tribunal lo estima necesario, deberá solicitar de oficio al Servicio
de Impuestos Internos, a las Instituciones de Salud Previsional, a las
Administradoras de Fondos de Pensiones y a cualquier otro organismo público
o privado, los antecedentes que permitan acreditar la capacidad económica y el
patrimonio del demandado.

El ocultamiento de cualquiera de las fuentes de ingreso del demandado,


efectuado en juicio en que se exija el cumplimiento de la obligación alimenticia,
será sancionado con la pena de prisión en cualquiera de sus grados.

El demandado que no acompañe todos o algunos de los documentos


requeridos o no formule la declaración jurada, así como el que presente a
sabiendas documentos falsos, y el tercero que le proporcione maliciosamente
documentos falsos o inexactos o en que se omitan datos relevantes, con la
finalidad de facilitarle el ocultamiento de sus ingresos, patrimonio o capacidad
económica, serán sancionados con las penas del artículo 207 del Código
Penal.
La inclusión de datos inexactos y la omisión de información relevante en la
declaración jurada que el demandado extienda conforme a este artículo, será
sancionada con las penas del artículo 212 del Código Penal.

Los actos celebrados por el alimentante con terceros de mala fe, con la
finalidad de reducir su patrimonio en perjuicio del alimentario, así como los
actos simulados o aparentes ejecutados con el propósito de perjudicar al
alimentario, podrán revocarse conforme al artículo 2468 del Código Civil. Para
estos efectos, se entenderá que el tercero está de mala fe cuando conozca o
deba conocer la intención fraudulenta del alimentante. Todo lo anterior es sin
perjuicio de la responsabilidad penal que corresponda. La acción se tramitará
como incidente, ante el juez de familia. La resolución que se pronuncie sobre
esta materia será apelable en el solo efecto devolutivo. 664

Concordancias: Código Civil: artículo 2468. Código Penal: artículos 207, 212. Código de
Procedimiento Civil: artículo 543. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.

951. La carga de la prueba en lo tocante a las facultades del deudor y sus


Jurisprudencia: 
circunstancias domésticas pesa sobre el mismo deudor. Así lo ha declarado la
E Corte Suprema, sobre la base de este artículo 5º, del inciso 1º del artículo 7º de esta
xcma.

misma ley, y del artículo 329 del Código Civil: "[R]esulta útil señalar que el artículo 329 del
Código Civil dispone que en la tasación de los alimentos se deberán tomar siempre en
consideración las facultades del deudor y sus circunstancias domésticas; a su vez, el
inciso primero del artículo 7º de la Ley Nº 14.908 prohíbe fijar una pensión que exceda del
50% de las rentas del alimentante, y por su parte, el artículo 5º del referido texto
normativo señala que corresponde al demandado de alimentos acompañar los
antecedentes que sirvan para determinar su patrimonio y capacidad económica. Es decir,
la obligación procesal de proporcionar toda la prueba que permita visualizar las facultades
financieras del demandado le concierne a él, sin perjuicio de la prerrogativa de la contraria
de refutarla en la forma legal que corresponda" (C. Suprema, 15 de diciembre de 2014,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/9517/2014, Rol Nº 18924-2014). 952. Las reglas sobre
la acción pauliana, introducidas por la Ley Nº 20.192, rigen in actum. Se ha
declarado que: "Del estudio armónico del texto de la Ley Nº 20.152 y del artículo 24 de la
Ley sobre Efecto Retroactivo de las Leyes, fluye que el artículo 5º de la Ley Nº 14.908,
modificado por la Ley Nº 20.152, no tiene efecto retroactivo, de modo que comenzó a
regir in actum desde la fecha de vigencia de dicha ley, esto es, desde el 9 de enero de
2007" (C. de Apelaciones de Concepción, 22 de mayo de 2008, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2415/2008, Rol Nº 2439-2007). 953. Su tramitación incidental
implica la aplicación de las reglas del Título IX del Libro I del Código de
Enjuiciamiento Civil, tratándose de un "incidente ordinario", que no paraliza el
curso del juicio principal. En este sentido se ha determinado: "Que deducida la acción
revocatoria o pauliana contenida en el artículo 2468 del Código Civil en un juicio de
alimentos, debe procederse a su tramitación conforme a las reglas establecidas en el
Libro l Título lX del Código de Enjuiciamiento Civil. De otra parte, en el caso que nos
ocupa se trata de una cuestión accesoria al pleito que la doctrina y la jurisprudencia
denominan 'incidente ordinario' y no tiene la virtud de paralizar la prosecución del asunto
principal, toda vez que, no recae sobre cuestiones de competencia, implicancia,
recusaciones o incapacidades del demandado, las cuales, sí, deben resolverse
previamente" (C. de Apelaciones de Temuco, 18 de marzo de 2008,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5722/2008, Rol Nº 1134-2007). 954. Requisitos de
procedencia de la acción revocatoria en sede de alimentos. En esta materia se ha
precisado: "Que, la revocación prevista en el artículo 5º inciso final de la Ley Nº 14.908
requiere el cumplimiento de estrictos requisitos: a) que se trate de actos celebrados por el
alimentante con terceros de mala fe; b) que la celebración de tales actos tenga la precisa
finalidad de reducir el patrimonio del alimentante, en perjuicio del alimentario;
c) alternativamente, que se trate de actos simulados o aparentes ejecutados con el
propósito de perjudicar al alimentario; d) que la revocación se produzca 'conforme al
artículo 2468 del Código Civil'. La disposición aclara que se entenderá que el tercero está
de mala fe cuando conozca o deba conocer la intención fraudulenta del alimentante. Es
indudable que no basta la sola disminución del patrimonio para que proceda la
revocación. Hasta tal grado gravita el mal estado de los negocios del deudor, que la falta
de prueba al efecto, hace improcedente la acción pauliana (C. Santiago, octubre 1914,
Rev. t. 11, sec. 2ª, pág. 75)" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 20 de enero de 2009,
LegalPublishing: 41651). 955. Derecho de propiedad y fundamentos de los estrictos
requisitos de procedencia de la acción revocatoria. Se ha sostenido: "Que, los
estrictos requisitos que exige la ley para la procedencia de la revocación tienen su
fundamento en el derecho de propiedad, constitucionalmente garantizado, pues resulta
inimaginable que durante el juicio de alimentos exista una suerte de tácita y permanente
prohibición de gravar y enajenar que afecte a todo el patrimonio del demandado. Las
restricciones son derecho estricto. A más, atendida la ubicación del artículo 2468 dentro
del Título "De la Prelación de créditos", y aun en su interpretación más extensiva, la
acción pauliana o revocatoria solo procederá en los "casos en que, no existiendo bienes
suficientes del deudor para solucionar íntegramente los créditos existentes en su contra,
sea menester implementar la primacía y concurrencia de los acreedores al pago con el
patrimonio insuficiente" (C.S. Gaceta 1937, 2º semestre Nº 47, pág. 191. Rev. t. 35,
sec. 1ª, pág. 12)" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 20 de enero de 2009,
LegalPublishing: 41651). 956. Prueba y onus probandi en la acción revocatoria. Se ha
declarado que: "El peso de la prueba recae sobre el alimentario, quien habrá de acreditar,
a más del mal estado de los negocios del alimentante: a) la mala fe del tercero, b) el
conocimiento, por parte del tercero, de la intención fraudulenta del alimentante; c) la
intención del alimentante de reducir su patrimonio; d) que tal reducción haya tenido el
propósito de perjudicar al alimentario" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 20 de enero de
2009, LegalPublishing: 41.651).

Artículo 6º. Las medidas precautorias en estos juicios podrán decretarse por


el monto y en la forma que el tribunal determine de acuerdo con las
circunstancias del caso.

Toda resolución que fije una pensión de alimentos deberá determinar el


monto y lugar de pago de la misma.665

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 290 a 302. Decreto Nº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990: artículo 27.4.

Artículo 7º. El tribunal no podrá fijar como monto de la pensión una suma o


porcentaje que exceda del cincuenta por ciento de las rentas del alimentante.
Las asignaciones por "carga de familia" no se considerarán para los efectos
de calcular esta renta y corresponderán, en todo caso, a la persona que causa
la asignación y serán inembargables por terceros.

Cuando la pensión alimenticia no se fije en un porcentaje de los ingresos del


alimentante, ni en ingresos mínimos, ni en otros valores reajustables, sino en
una suma determinada, ésta se reajustará semestralmente de acuerdo al alza
que haya experimentado el Índice de Precios al Consumidor fijado por
el Instituto Nacional de Estadísticas, o el organismo que haga sus veces,
desde el mes siguiente a aquél en que quedó ejecutoriada la resolución que
determina el monto de la pensión.666

El secretario del tribunal, a requerimiento del alimentario, procederá a


reliquidar la pensión alimenticia, de acuerdo con lo establecido en el inciso
anterior. 667-668

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 174.

957. Del límite del 50% establecido en el inciso 1º, como beneficio para el
Jurisprudencia: 
alimentante y de su finalidad. Se ha advertido que: "[D]ebe precisarse, como ya se
insinuó precedentemente, que el límite que establece el artículo 7º de la Ley Nº 14.908
corresponde a una regla estipulada por el legislador a favor del alimentante, que tiene por
objeto garantizar su propia manutención con el producto de sus rentas, evitando dejarlo
en desmedro patrimonial" (C. Suprema, 17 de noviembre de 2016, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8850/2016, Rol Nº 73821-2016). 958. Del límite del 50%
establecido en el inciso 1º, y de la carga del alimentante de probar sus rentas. La
E Corte Suprema ha sentado que es al alimentante a quien toca la carga de la prueba
xcma. 

del monto de sus rentas, para los efectos del límite del 50% fijado en el inciso 1º, en
cuanto que se trata de un beneficio establecido en su favor: "Que el artículo 7º de la Ley
Nº 14.908 constituye un límite para los efectos de la fijación judicial de los alimentos que
se deben, establecido a favor del alimentante. De este modo, a éste le corresponde la
carga de acreditar sus rentas para efectos de fijar el límite máximo de la regulación
dineraria de las pensiones que deba" (C. Suprema, 17 de noviembre de 2016, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8850/2016, Rol Nº 73821-2016). 959. De cómo ha de
entenderse la voz "rentas" utilizada en el inciso 1º. Se ha declarado por la E Cortexcma. 

Suprema que, para los efectos de establecer el límite del 50%: "[E]l legislador utiliza como
criterio de determinación el concepto de 'renta', que en nuestra legislación tributaria se
entiende como 'los ingresos que constituyan utilidades o beneficios que rinda una cosa o
actividad y todos los beneficios, utilidades e incrementos de patrimonio que se perciban o
devenguen cualquiera que sea su naturaleza, origen o denominación'" (C. Suprema, 17
de noviembre de 2016, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/8850/2016, Rol Nº 73821-
2016). 960. Las "ayudas económicas" no configuran "rentas" y, por ende, no cabe
computarlas para efectos del límite del 50%. En este sentido se ha declarado que:
"Claramente, carecen de tal carácter [rentas] los ingresos que se perciben como ayuda
económica, por lo que tales montos no son susceptibles de ser considerados para efectos
del artículo 7º en comento, verificándose, de este modo, el error de derecho acusado en el
libelo impugnatoria" (C. Suprema, 17 de noviembre de 2016, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/8850/2016, Rol Nº 73821-2016). 961. Los reajustes no
constituyen una obligación autónoma e independiente de los alimentos, sino que
son de naturaleza accesoria. Así se ha declarado por la E Corte Suprema que: "El
xcma. 

alimentante confunde la obligación principal, la que reconoce plenamente constituida por


la pensión de alimentos con los reajustes que de ella emanan, y que son obligatorios
conforme lo dispone el inciso tercero del artículo 7º de la Ley Nº 14.908, por lo que su
argumento carece de fuerza desde que los reajustes tienen el carácter de accesorios a la
obligación a la que acceden, en este caso, a la de alimentos, de manera que si el
recurrente ha reconocido, como ya se expresó, la deuda principal, no puede al mismo
tiempo desconocer los reajustes que derivan por mandato legal de aquélla; pretendiendo
erigirlos como una obligación "autónoma e independiente" a la que, a su juicio, le sería
aplicable la prescripción, siendo dicha tesis improcedente en la medida que se trata de
una única obligación, la cual si bien se devenga mes a mes, no implica que sus reajustes
adquieran por ese hecho una autonomía respecto de la misma, que permita fraccionarla
para los efectos de aplicar la prescripción" (C. Suprema, 24 de marzo de 2015, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1583/2015, Rol Nº 23380-2014). 962. De la interpretación de la
voz 'alza' y meses con Índice de Precios al Consumidor negativo. Sobre este punto
se ha estimado que: "Aunque es indiscutible que el tenor literal del artículo referido utiliza
el vocablo 'alza', la reajustabilidad a que alude debe entenderse en el contexto del
fenómeno inflacionario que históricamente ha caracterizado a la economía de nuestro
país, de manera que las obligaciones de tracto sucesivo se cumplan al momento del
pago, debidamente reajustadas, y no en forma puramente nominal, es decir, entregando
el deudor al acreedor una suma con igual poder adquisitivo que la original para que, de
ese modo, el segundo no se vea perjudicado por aquel fenómeno [...] Que, no obstante,
en los últimos años no es excepcional que, debido a las políticas gubernamentales
adoptadas en este ámbito, se haya controlado parcialmente tal situación, de manera que
ha sido una realidad la existencia de períodos en que el 'alza' del I.P.C. ha sido igual a
cero, esto es, no ha existido incremento de un mes a otro; e incluso más, en ciertos
meses, derechamente, el I.P.C. ha sido negativo; con lo que, sin desconocer el derecho
de los recurrentes a la reajustabilidad de sus pensiones alimenticias, lo cierto es que ésta
sólo puede tener lugar cuando la variación del I.P.C. ha sido positiva, por lo cual el
Instituto Nacional de Estadísticas, requerido acerca del "alza del mismo en un
determinado lapso como ha ocurrido en las situaciones de autos", debe informar
incluyendo los meses en que el I.P.C. ha sido positivo, aquellos en que ha sido igual a
cero, y naturalmente, las mensualidades en que dicho índice se ha mostrado negativo,
comunicando el resultado que técnica y matemáticamente corresponda" (C. Apelaciones
de Punta Arenas, 25 de mayo de 2007, cons. 5º y 6º, Cl/Jur/3945/2007, Rol Nº 41-2007,
conf. C. Suprema, 17 de julio de 2007, LegalPublishing: Cl/Jur/3944/2007, Rol Nº 2953-
2007).

Artículo 8º. Las resoluciones judiciales que ordenen el pago de una pensión


alimenticia, provisoria o definitiva, por un trabajador dependiente establecerán,
como modalidad de pago, la retención por parte del empleador. La resolución
judicial que así lo ordene se notificará a la persona natural o jurídica que, por
cuenta propia o ajena o en el desempeño de un empleo o cargo, deba pagar al
alimentante su sueldo, salario o cualquier otra prestación en dinero, a fin de
que retenga y entregue la suma o cuotas periódicas fijadas en ella
directamente al alimentario, a su representante legal, o a la persona a cuyo
cuidado esté.669
La notificación de las resoluciones a que se refiere el inciso anterior se
efectuará por carta certificada, dejándose testimonio en el proceso de que la
persona fue notificada por este medio, de la fecha de entrega de la carta a la
oficina de correos, la individualización de dicha oficina y el número de
comprobante emitido por ella, el cual se adherirá al proceso a continuación del
testimonio. La notificación se entenderá practicada al tercero día hábil siguiente
a la fecha recién aludida. Si la carta certificada fuere devuelta por la oficina de
correos por no haberse podido entregar al destinatario, se adherirá al
proceso.670

El demandado dependiente podrá solicitar al juez, por una sola vez, con
fundamento plausible, en cualquier estado del juicio y antes de la dictación de
la sentencia, que sustituya, por otra modalidad de pago, la retención por parte
del empleador, siempre que dé garantías suficientes de pago íntegro y
oportuno.671

La solicitud respectiva se tramitará como incidente. En caso de ser acogida,


la modalidad de pago decretada quedará sujeta a la condición de su íntegro y
oportuno cumplimiento.

De existir incumplimiento, el juez, de oficio, y sin perjuicio de las sanciones y


apremios que sean pertinentes, ordenará que en lo sucesivo la pensión
alimenticia decretada se pague conforme al inciso primero. 672

Concordancias: Código Civil: artículo 43. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de
Pensiones Alimenticias,D.O.  5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000:
artículos 11 inciso 3º, 13. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos
del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.

Artículo 9º. El juez podrá decretar o aprobar que se imputen al pago de la


pensión, parcial o totalmente, los gastos útiles o extraordinarios que efectúe el
alimentante para satisfacer necesidades permanentes de educación, salud o
vivienda del alimentario.673

El juez podrá también fijar o aprobar que la pensión alimenticia se impute


total o parcialmente a un derecho de usufructo, uso o habitación sobre bienes
del alimentante, quien no podrá enajenarlos ni gravarlos sin autorización del
juez. Si se tratare de un bien raíz, la resolución judicial servirá de título para
inscribir los derechos reales y la prohibición de enajenar o gravar en los
registros correspondientes del Conservador de Bienes Raíces. Podrá requerir
estas inscripciones el propio alimentario.

La constitución de los mencionados derechos reales no perjudicará a los


acreedores del alimentante cuyos créditos tengan una causa anterior a su
inscripción.
En estos casos, el usufructuario, el usuario y el que goce del derecho de
habitación estarán exentos de las obligaciones que para ellos establecen los
artículos 775 y 813 del Código Civil, respectivamente, estando sólo obligados a
confeccionar un inventario simple. Se aplicarán al usufructuario las normas de
los artículos 819, inciso primero, y 2466, inciso tercero, del Código Civil.

Cuando el cónyuge alimentario tenga derecho a solicitar, para sí o para sus


hijos menores, la constitución de un usufructo, uso o habitación en conformidad
a este artículo, no podrá pedir la que establece el artículo 147 del Código Civil
respecto de los mismos bienes.

El no pago de la pensión así decretada o acordada hará incurrir al


alimentante en los apremios establecidos en esta ley y, en el caso del derecho
de habitación o usufructo recaído sobre inmuebles, se incurrirá en dichos
apremios aun antes de haberse efectuado la inscripción a que se refiere el
inciso segundo.674

Concordancias: Código Civil: artículos 147, 764, 775, 811, 813, 819 inciso 1º, 2466 inciso 3º.
Decreto  Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.

963. La facultad concedida al juez por el inciso 1º de este artículo implica


Jurisprudencia: 
una forma de compensación. Así lo ha entendido la I Corte de Apelaciones de
lma. 

Antofagasta: "Que lo que se impugna al interponer el presente recurso de queja, es haber


imputado a pensiones adeudadas producto de una liquidación, montos que el alimentante
habría pagado por atenciones de salud de uno de los hijos en común. Al respecto cabe
consignar que el artículo 330 del Código Civil permite la compensación entre las
pensiones atrasadas y lo que el alimentario o demandante adeuda al alimentante, la única
limitación que admite lo anterior es que la compensación se refiera a pensiones futuras o
no devengadas aún. La referida norma debe ser relacionada con lo dispuesto en el
artículo 9º de la Ley Nº 14.908 en su inciso 1º que faculta al juez para decretar o aprobar
la imputación de los gastos útiles o extraordinarios que efectúe el alimentante para
satisfacer necesidades permanentes de educación, salud o vivienda del alimentario. De lo
anterior se desprende que la facultad del juez contenida en el citado inciso 1º del artículo
9º de la Ley Nº 14.908 es una forma de compensación" (C. Apelaciones de Antofagasta,
2 de septiembre de 2014, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/6232/2014, Rol Nº 53-
2014). 964. El usufructo al que se refiere el inciso 2º tiene carácter alimenticio y es
distinto del reglado en el artículo 147 del Código Civil. En este sentido se ha
declarado que: "De la norma transcrita [147] se desprende que ella no es de naturaleza
propiamente alimenticia y no constituye tampoco una simple repetición del artículo 11 de
la Ley Nº 14.908, pues mientras esta última tiene como fin asegurar el pago de una
pensión de alimentos, aquélla, en cambio, se ha establecido en beneficio de la familia,
aun cuando no exista discusión acerca de las necesidades económicas del cónyuge,
pudiendo constituirse un usufructo, uso o habitación sobre un bien declarado familiar,
incluso en favor de una persona cuyo vínculo matrimonial con el propietario del bien haya
sido declarado nulo y, por lo mismo, disuelto, no siendo, por consiguiente, asignataria del
derecho de alimentos regulado en los artículos 321 y siguientes del Código Civil"
(C. Suprema, 16 de agosto de 2000, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2099/2000, Rol
Nº 3871-1999). Este considerando ha sido asumido por algún tribunal de alzada: "Por otra
parte, la E Corte Suprema ha declarado que el artículo 147 del Código Civil no tiene un
xcma. 

carácter alimenticio, como sí lo tiene el artículo 11 de la Ley Nº 14.908 y ser además


distintos sus objetivos" (C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de septiembre de 2004, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5502/2004, Rol Nº 941-2001). En igual sentido se ha declarado
que: "[C]abe argüir que el usufructo que contempla la disposición aludida debe ser
considerado distinto al de carácter alimentario que establece el artículo 11 de la Ley
Nº 14.908. De este modo que los fundamentos esgrimidos por el actor no pueden ser
aceptados como causa de pedir para tal propósito" (J. Letras de Río Negro, 30 de octubre
de 2000, cons. 16º, LegalPublishing: Cl/Jur/2558/2000, Rol Nº 17712, conf. C. Suprema,
25 de julio de 2001, Cl/Jur/2948/2001, Rol Nº 1337-2001). 965. De la inoponibilidad del
usufructo al acreedor hipotecario. Se ha declarado en un caso concreto que:
"Habiéndose establecido precedentemente que el demandado señor [...], había otorgado
con anterioridad a la constitución del usufructo hipoteca en favor del Banco de A.
Edwards, actual Banco de Chile, para garantizar un crédito hipotecario, como asimismo
las obligaciones que contrajera en el futuro con el mismo banco. Sólo cabe concluir que
por ser posterior la constitución del usufructo en cuestión, no puede afectar la hipoteca,
porque ésta se efectuó sobre la plena propiedad y le es inoponible, al acreedor
hipotecario, por todo lo cual éste no está obligado a soportar dicho gravamen y limitación,
tanto más, que las obligaciones por las cuales actualmente el acreedor hace efectiva la
garantía real, son anteriores a la constitución del usufructo, todo lo cual le da pleno
derecho al acreedor hipotecario para solicitar el alzamiento y cancelación del usufructo, ya
que no está obligado a soportar la disminución del valor de su garantía por la sola
voluntad del deudor" (J. Letras de Santiago, 13 de mayo de 2004, Cl/Jur/3965/2004, Rol
Nº 2393-2000, conf. C. Suprema, 6 de marzo de 2006,
LegalPublishing: Cl/Jur/7313/2006, Rol Nº 493-2005). 966. Son los tribunales de familia
los competentes para conocer del incumplimiento de los pagos de dividendos y
colegiaturas establecidos en una sentencia de alimentos, aunque existan contratos
con terceros en relación con esos pagos. En este sentido se ha declarado: "se debe
tener presente que el inciso primero del artículo 113 del Código Orgánico de Tribunales
señala que: 'La ejecución de las resoluciones corresponde a los tribunales que las
hubieren pronunciado en primera o en única instancia' y el inciso primero del artículo 231
(236) del Código de Procedimiento Civil, a su vez, que: 'La ejecución de las resoluciones
corresponde a los tribunales que las hayan pronunciado en primera o en única instancia.
Se procederá a ella una vez que las resoluciones queden ejecutoriadas o causen
ejecutoria en conformidad a la ley'. Noveno: Que, entonces, los sentenciadores dejaron en
la indefensión a los alimentarios al sostener que los tribunales de familia no tienen
competencia para conocer del incumplimiento de los pagos de dividendos y colegiaturas,
ya que el hecho de existir un contrato con terceras personas no asegura el cumplimiento
por parte del demandante y, por ende, la íntegra satisfacción de la pensión de alimentos.
No son sino los tribunales de familia los llamados a resguardar dichos derechos y de velar
por el efectivo cumplimiento de la pensión fijada, ya que así lo reconoce el artículo 9º
inciso final de la Ley Nº 14.908 y los incisos primeros de los artículos 113 del Código
Orgánico de Tribunales y 231 del Código de Procedimiento Civil, son los tribunales que
pronuncien las sentencias, en este caso, los de familia, los encargados de su completa
ejecución, por lo cual les corresponde el cumplimiento íntegro de la misma y no sólo del
pago de la suma de dinero, como dispuso la sentencia impugnada" (C. Suprema, 19 de
julio de 2017, cons. 8º y 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/4688/2017, Rol Nº 83391-2016).
Artículo 10. El juez podrá también ordenar que el deudor garantice el
cumplimiento de la obligación alimenticia con una hipoteca o prenda sobre
bienes del alimentante o con otra forma de caución.

Lo ordenará especialmente si hubiere motivo fundado para estimar que el


alimentante se ausentará del país. Mientras no rinda la caución ordenada, que
deberá considerar el período estimado de ausencia, el juez decretará el arraigo
del alimentante, el que quedará sin efecto por la constitución de la caución,
debiendo el juez comunicar este hecho de inmediato a la misma autoridad
policial a quien impartió la orden, sin más trámite. 675-676

Concordancias: Código Civil: artículos 46, 2384, 2407. Ley Nº  14.908, sobre Abandono de Familia y
Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 14 inciso 6º. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.

967. Esta disposición es inaplicable al usufructo del artículo 147 del


Jurisprudencia: 
Código Civil. En este sentido se ha estimado que: "El artículo 147 del Código Civil no
tiene un carácter alimenticio, como sí lo tiene el artículo 11 de la Ley Nº 14.908 y ser
además distintos sus objetivos, por lo que no es aplicable la limitación que contiene el
artículo 10 de esta última ley, lo que no impide al alimentante ejercer el derecho que le
otorga el inciso final de la misma disposición legal, de pedir en la sede que corresponda la
reducción del monto de la pensión alimenticia a que está obligado, si estima que han
variado las circunstancias existentes al momento en que ésta fue fijada" (C. Suprema, 16
de agosto de 2000, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/442/2000, Rol Nº 3871-1999). Esta
opinión la han asumido los tribunales de alzada: "Por otra parte, la E Corte Suprema ha
xcma. 

declarado que el artículo 147 del Código Civil no tiene un carácter alimenticio, como sí lo
tiene el artículo 11 de la Ley Nº 14.908 y ser además distintos sus objetivos, por lo que no
es aplicable la limitación que contiene el artículo 10 de esta última ley, lo que no impide al
alimentante ejercer el derecho que le otorga el inciso final de la misma disposición legal,
de pedir en la sede que corresponda la reducción del monto de la pensión alimenticia a
que está obligado, si estima que han variado las circunstancias existentes al momento en
que ésta fue fijada" (C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de septiembre de 2004, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5502/2004, Rol Nº 941-2001).

Artículo 11. Toda resolución judicial que fijare una pensión alimenticia, o


que aprobare una transacción bajo las condiciones establecidas en el inciso
tercero, tendrá mérito ejecutivo. Será competente para conocer de la ejecución
el tribunal que la dictó en única o en primera instancia o el del nuevo domicilio
del alimentario.

En las transacciones sobre alimentos futuros tendrán la calidad de ministros


de fe, además de aquellos señalados en otras disposiciones legales, los
Abogados Jefes o Coordinadores de los Consultorios de la respectiva
Corporación de Asistencia Judicial, para el solo efecto de autorizar las firmas
que se estamparen en su presencia.
El juez sólo podrá dar su aprobación a las transacciones sobre alimentos
futuros, a que hace referencia el artículo 2451 del Código Civil, cuando se
señalare en ellas la fecha y lugar de pago de la pensión, y el monto acordado
no sea inferior al establecido en el artículo 3º de la presente ley. La mención de
la fecha y lugar de pago de la pensión será necesaria, asimismo, para que el
tribunal apruebe los avenimientos sobre alimentos futuros.

Salvo estipulación en contrario, tratándose de alimentantes que sean


trabajadores dependientes, el juez ordenará como modalidad de pago de la
pensión acordada la retención por parte del empleador.

Esta modalidad de pago se decretará, sin más trámite, toda vez que el
alimentante no cumpla con la obligación alimenticia acordada. 677

Concordancias: Código Civil: artículos 2451. Código de Procedimiento Civil: artículo 434. Ley
Nº  14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículos 3º, 8º inciso 1, 13. Decreto Nº  830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.

968. Para que un avenimiento sobre alimentos futuros adquiera valor, se


Jurisprudencia: 
requiere su aprobación judicial. Así se ha advertido que: "[E]s preciso señalar que el
artículo 11 de la Ley Nº 14.908 en relación con el artículo 2451 del Código Civil exigen
para el valor de un avenimiento sobre alimentos futuros, que dicha convención haya sido
aprobada judicialmente, lo cual viene dado por su especial trascendencia respecto de los
obligados, al tratarse de derechos personalísimos de carácter alimenticio, cuyo cobro
puede mantenerse largo tiempo e implicar medidas de apremio y otras de carácter
ejecutivo" (C. Apelaciones de San Miguel, 29 de agosto de 2014, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6159/2014, Rol Nº 394-2014). 969. La finalidad de estas reglas
es asegurar el pago de una pensión de alimentos. En este sentido se ha declarado
que: "La protección de la familia es, sin duda, el fundamento de la norma que contiene el
artículo 147 del Código Civil, conclusión a la que se llega si se tiene presente que los
derechos de usufructo, uso o habitación que ella regula, sólo pueden ser constituidos por
el órgano jurisdiccional respecto de aquellos bienes declarados familiares y en beneficio
del cónyuge no propietario —incluso después de pronunciada la nulidad del matrimonio—
y que para disponerlos, el juez debe tener en cuenta el interés de los hijos y las fuerzas
patrimoniales de los cónyuges. En cambio, el artículo 11 de la Ley Nº 14.908, tiene una
finalidad más restringida puesto que su normativa sólo pretende asegurar el pago de una
determinada pensión alimenticia, en que el alimentario puede no ser necesariamente el
cónyuge o los hijos del alimentante" (C. Suprema, 16 de agosto de 2000, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2099/2000, Rol Nº 3871-1999). 970. Para que proceda la
ejecución es necesario invocar una resolución judicial que haya fijado la pensión
de alimento o que haya aprobado una transacción. Así se ha recordado: "Que, para
que sea procedente la ejecución es menester invocar 'una resolución judicial que fijare
una pensión alimenticia, o que aprobare una transacción...', conforme lo establece el
artículo 11 de la Ley Nº 14.908, precepto que debe entenderse en relación con el artículo
434 del Código de Procedimiento Civil, cuyo numeral primero establece que constituyen
títulos ejecutivos: 'Sentencia firme, bien sea definitiva o interlocutoria', entendiéndose que
una sentencia se encuentra firme o ejecutoriada, una vez notificada a las partes si no
procede recurso alguno en contra de ella; y en caso contrario, desde que se notifique el
decreto que la mande cumplir, una vez que terminen los recursos deducidos, o desde que
transcurran todos los plazos que la ley concede para la interposición de dichos recursos,
sin que se hayan hecho valer por las partes, todo lo anterior por así disponerlo el artículo
174 del mismo Código" (C. Apelaciones de Santiago, 23 de octubre de 2012, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2378/2012, Rol Nº 1260-2012).

Artículo 12. El requerimiento de pago se notificará al ejecutado en la forma


establecida en los incisos primero y segundo del artículo 23 de la ley que crea
los juzgados de familia.678

Solamente será admisible la excepción de pago y siempre que se funde en


un antecedente escrito.

Si no se opusieran excepciones en el plazo legal, se omitirá la sentencia y


bastará el mandamiento para que el acreedor haga uso de su derecho en
conformidad al procedimiento de apremio del juicio ejecutivo.

Si las excepciones opuestas fueren inadmisibles, el tribunal lo declarará así y


ordenará seguir la ejecución adelante.

El mandamiento de embargo que se despache para el pago de la primera


pensión alimenticia será suficiente para el pago de cada una de las venideras,
sin necesidad de nuevo requerimiento; pero si no se efectuara oportunamente
el pago de una o más pensiones, deberá, en cada caso, notificarse por carta
certificada el mandamiento, pudiendo el demandado oponer excepción de pago
dentro del término legal a contar de la notificación. 679

Concordancias: Código Civil: artículo 1568. Código de Procedimiento Civil: artículos 443 número 1º,
464 número 9. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 23, incisos 1º y 2º.
Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990:
artículo 27.4.

Artículo 13. Si la persona natural o jurídica que deba hacer la retención a


que se refieren los artículos 8º y 11, desobedeciere la respectiva orden judicial,
incurrirá en multa, a beneficio fiscal, equivalente al doble de la cantidad
mandada retener, lo que no obsta para que se despache en su contra o en
contra del alimentante el mandamiento de ejecución que corresponda. 680

La resolución que imponga la multa tendrá mérito ejecutivo una vez


ejecutoriada.681

El empleador deberá dar cuenta al tribunal del término de la relación laboral


con el alimentante. En caso de incumplimiento, el tribunal aplicará, si
correspondiere, la sanción establecida en los incisos precedentes. La
notificación a que se refiere el artículo 8º deberá expresar dicha
circunstancia.682
En caso de que sea procedente el pago de la indemnización sustitutiva del
aviso previo a que se refieren los artículos 161 y 162 del Código del Trabajo,
será obligación del empleador retener de ella la suma equivalente a la pensión
alimenticia del mes siguiente a la fecha de término de la relación laboral, para
su pago al alimentario.

Asimismo, si fuere procedente la indemnización por años de servicio a que


hace referencia el artículo 163 del Código del Trabajo, o se pactare ésta
voluntariamente, el empleador estará obligado a retener del total de dicha
indemnización el porcentaje que corresponda al monto de la pensión de
alimentos en el ingreso mensual del trabajador, con el objeto de realizar el
pago al alimentario. El alimentante podrá, en todo caso, imputar el monto
retenido y pagado a las pensiones futuras que se devenguen.

El no cumplimiento de las retenciones establecidas en los dos incisos


precedentes hará aplicable al empleador la multa establecida en el inciso
primero de este artículo, sin perjuicio de la responsabilidad civil y penal que
corresponda. 683-684

Concordancias: Código del Trabajo: artículos 161, 162, 163. Ley Nº  14.908, sobre Abandono de
Familia y Pago de Pensiones Alimenticias,  D.O.  5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 8º, 11. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre
los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.

Artículo 14. Si decretados los alimentos por resolución que cause ejecutoria


en favor del cónyuge, de los padres, de los hijos o del adoptado, el alimentante
no hubiere cumplido su obligación en la forma pactada u ordenada o hubiere
dejado de pagar una o más de las pensiones decretadas, el tribunal que dictó
la resolución deberá, a petición de parte o de oficio y sin necesidad de
audiencia, imponer al deudor como medida de apremio, el arresto nocturno
entre las veintidós horas de cada día hasta las seis horas del día siguiente,
hasta por quince días. El juez podrá repetir esta medida hasta obtener el
íntegro pago de la obligación.685

Si el alimentante infringiere el arresto nocturno o persistiere en el


incumplimiento de la obligación alimenticia después de dos períodos de arresto
nocturno, el juez podrá apremiarlo con arresto hasta por quince días. En caso
de que procedan nuevos apremios, podrá ampliar el arresto hasta por 30 días.

Para los efectos de los incisos anteriores, el tribunal que dicte el apremio, si
lo estima estrictamente necesario, podrá facultar a la policía para allanar y
descerrajar el domicilio del demandado y ordenará que éste sea conducido
directamente ante Gendarmería de Chile. La policía deberá intimar
previamente la actuación a los moradores, entregándoles una comunicación
escrita o fijándola en lugar visible del domicilio. Si el alimentante no es habido
en el domicilio que consta en el proceso, el juez ordenará a la fuerza pública
investigar su paradero y adoptará todas las medidas necesarias para hacer
efectivo el apremio.686

En todo caso, la policía podrá arrestar al demandado en cualquier lugar en


que éste se encuentre. 687

En caso de que fuere necesario decretar dos o más apremios por la falta de
pago de unas mismas cuotas, las pensiones alimenticias atrasadas
devengarán el interés corriente entre la fecha de vencimiento de la respectiva
cuota y la del pago efectivo.

En las situaciones contempladas en este artículo, el juez dictará también


orden de arraigo en contra del alimentante, la que permanecerá vigente hasta
que se efectúe el pago de lo adeudado. Para estos efectos, las órdenes de
apremio y de arraigo expresarán el monto de la deuda, y podrá recibir
válidamente el pago la unidad policial que les dé cumplimiento, debiendo
entregar comprobante al deudor. Esta disposición se aplicará asimismo en el
caso del arraigo a que se refiere el artículo 10.

Si el alimentante justificare ante el tribunal que carece de los medios


necesarios para el pago de su obligación alimenticia, podrá suspenderse el
apremio y el arraigo, y no tendrá aplicación lo dispuesto en el inciso cuarto.
Igual decisión podrá adoptar el tribunal, de oficio, a petición de parte o de
Gendarmería de Chile, en caso de enfermedad, invalidez, embarazo y
puerperio que tengan lugar entre las seis semanas antes del parto y doce
semanas después de él, o de circunstancias extraordinarias que impidieren el
cumplimiento del apremio o lo transformaren en extremadamente grave. 688

Concordancias: Código Civil: artículo 75 inciso 2º. Código Procesal Penal: artículo 155 letra d). Ley
Nº  14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 10 inciso 2º, 15, 19 inciso 1. Decreto
Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo 10.2. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 6.2, 27.4.

971. De la constitucionalidad de la regla que permite el arresto, y de su no


Jurisprudencia: 
contravención a los tratados internacionales. En términos generales, se ha planteado
que la posibilidad de decretar el arresto por el no pago de prestaciones alimenticias,
podría contrariar la regla que, contenida en diversos tratados internacionales vigentes,
proscribe la "prisión por deudas", en particular el artículo 7.7 del "Pacto de San José de
Costa Rica". El E Tribunal Constitucional ha asentado una doctrina que se puede tener
xcmo.

por consolidada en este punto: el campo operativo de la prohibición es el de las


obligaciones contractuales y, por ende, no afecta, en principio, a las obligaciones legales,
entre las que se cuentan la de carácter alimenticio. Así en sentencia de 27 de septiembre
de 2012 el referido Tribunal recordaba la doctrina que ha mantenido en este punto: "esta
Magistratura Constitucional ha enfatizado reiteradamente ese alcance de la referida
prohibición internacional. Como se señaló en el Rol Nº 1145-2008 (considerando 25º):
"...en tales ocasiones ha sostenido que sus normas persiguen proscribir que una persona
sea privada de su libertad como consecuencia del no pago de una obligación contractual,
esto es, de aquélla derivada de un acuerdo de voluntades que vincula a las partes en el
ámbito civil. Ha afirmado, en este sentido, que "lo prohibido es que la conducta de no
pagar una obligación pecuniaria sea tratada jurídicamente como causa de una sanción
privativa de libertad" (Rol Nº 807, considerando 13º)...". En ese orden de ideas, en la
sentencia Rol Nº 576 se afirmó que "el artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos establece que "nadie será encarcelado por el solo hecho de no poder
cumplir una obligación contractual", esto es, una deuda emanada de un contrato civil.
Sobre el punto, la doctrina ha señalado que esto significa que la privación de libertad
basada en el incumplimiento de obligaciones legales, sean de derecho privado o público,
es aceptable. De modo que cuando un tribunal impone la privación de libertad para
compeler al cumplimiento de una obligación legal, ello no importa una vulneración de la
prohibición de la prisión por deudas. (Manfred Nowak, U.N. Covenant on Civil and Political
Rights. CCPR Commentary. N.P. Engel, Publisher. Kerl, Strasburg, Arlington)". Agregó,
asimismo, que "se ha concluido que las obligaciones contractuales a que suelen aludir los
pactos internacionales dicen más bien relación con obligaciones civiles emanadas
típicamente del derecho privado y no de aquéllas establecidas por la ley". Recordó
también lo sostenido por el Tribunal Constitucional español en orden a que "sólo puede
hablarse con propiedad de prisión por deudas cuando la insolvencia tiene su base en el
incumplimiento de una obligación contractual" (considerando 27º)". Luego agrega dicho
fallo Rol Nº 1145-08: "...En lo que respecta a la Convención Americana de Derechos
Humanos... la doctrina especializada ha recordado que durante la redacción de este
inciso en la Conferencia Especializada hubo alguna discusión en torno al concepto de
'deudas', suscitado por la pregunta de si éste excluiría la posibilidad de la privación de
libertad por no pagar las pensiones alimenticias para la cónyuge y los hijos. Ante ello, 'el
delegado de Brasil señaló que el concepto jurídico de deudas en el mundo romanista era
el más amplio posible, por lo que él no podía aceptar esta redacción. El delegado de
Colombia aclaró que él entendería el concepto como se entendía en la Constitución de
Colombia, es decir, referido a deudas u obligaciones meramente civiles 'salvo de arraigo
judicial' (...). La discusión no finalizó con una interpretación común del concepto, sino que
con la adición de una oración que dejaba fuera de la prohibición 'los mandatos de
autoridad judicial competente por causas de incumplimiento de los deberes alimentarios',
dejando, en cambio, dentro de la prohibición, la prisión basada en el incumplimiento de
obligaciones civiles (Cecilia Medina Quiroga. La Convención Americana: Teoría y
Jurisprudencia, Centro de Derechos Humanos, Facultad de Derecho de la Universidad de
Chile, Santiago, 2003, pp. 254 y 255)... Consecuentemente, puede entenderse que, tanto
en el caso del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos cuanto en el de la
Convención Americana de Derechos Humanos, la prohibición de la prisión por deudas
abarca aquellas que tengan naturaleza civil, esto es, originadas en una relación
contractual". El mismo predicamento ha sido expresado por este Tribunal Constitucional,
en los roles Nºs. 1006-07, 576-06, 519-06, 1971-11, 1518-09, inter alia (Tribunal
Constitucional, 27 de septiembre de 2012, cons. 31º, Rol Nº 2102-11-Ina). Desde otra
perspectiva, en esa misma sentencia se argumentó: "Que, todavía más, en este preciso
punto cabe considerar que la medida de arresto nocturno, "entre las veintidós horas de
cada día hasta las seis horas del día siguiente, hasta por quince días", conforme al
artículo 14, inciso segundo, de la Ley Nº 14.908, en su texto vigente, no constituye una
medida privativa de libertad, en términos de encierro completo, sino sólo una medida
restrictiva de libertad, mínimamente invasiva, que persigue precisamente no excluir al
apremiado del ámbito social de su vida de relación, porque precisamente el
desenvolvimiento de ella en lo laboral y económico le permitirá cumplir la obligación de
cuya ejecución forzada se trata. Aplicar una medida privativa libertad absoluta produciría
un efecto paradojal, en términos de impedir conseguir los recursos económicos para
cumplir la obligación, con lo que se acercaría más a una reacción punitiva que de
apremio. Ahora bien: en el Pacto de San José de Costa Rica lo que se prohíbe es la
detención por deudas, entendida ésta como privación de libertad y no como mera
restricción de la misma, de manera que también desde esta perspectiva la medida de
apremio de arresto nocturno satisface el baremo internacional y constitucional. Y es, en
todo caso, más benigna que la consideración propiamente penal de la eventual
configuración de un delito de quebrantamiento de sentencia, en los términos del artículo
240 del Código de Procedimiento Civil, que en este caso resulta desplazada" (Tribunal
Constitucional, 27 de septiembre de 2012, cons. 38º, Rol Nº 2102-11-Ina). Esta opinión la
ha reiterado en sentencia posterior: "Que el arresto no tiene 'naturaleza ni fines penales',
a diferencia de la prisión o detención, que sí presentan esa connotación. La finalidad de la
medida de apremio es conminar al cumplimiento de una obligación legal, de modo tal que,
cumplida, cesa o se extingue como tal obligación, lo que no ocurre en el ámbito de las
sanciones penales. Esta interpretación, sustentada por esta Magistratura en STC Rol
Nº 1006/07, de 22 de enero de 2009, considerando 19º, se corresponde con la opinión
sostenida por los profesores Silva Bascuñán y Ovalle, en Sesión Nº 107 de la Comisión
de Estudios de la Nueva Constitución (cita contenida en la consideración 37ª de la
sentencia antes mencionada) ...Que la medida de arresto nocturno prevista en el artículo
14, inciso primero, de la Ley Nº 14.908 no es, en definitiva, una medida privativa, sino
restrictiva de la libertad personal, mínimamente invasiva, que no produce el efecto
paradojal de impedir el trabajo del deudor para pagar su obligación, como ocurriría en el
caso de tratarse de un arbitrio privativo de la libertad. No es, por ende, una limitación
desproporcionada, susceptible de comprometer ese derecho fundamental en su esencia,
lo que excluye su calificación como un apremio ilegítimo, como, por lo demás, lo declaró
este Tribunal en su pronunciamiento recaído en el Rol Nº 2102, de 27 de septiembre de
2012" (Tribunal Constitucional, 21 de noviembre de 2013, cons. 14º y 15º, Rol Nº 2265-
12-Ina). 972. No es legal decretar orden de arresto y de arraigo si no se ha
practicado liquidación de la deuda de alimentos. En este sentido, y acertadamente, se
ha pronunciado, por vía de amparo, algún tribunal de alzada: "Que como se puede
apreciar no ha existido liquidación que determine fehacientemente la suma adeudada por
concepto de alimentos, de manera que tampoco ha existido la posibilidad de que las
partes debatan acerca de la certeza de la suma que arroje la liquidación [...] Que no cabe
duda que en un procedimiento adversarial como el que nos convoca, las partes tienen
inalienable derecho a plantear sus posiciones o defensas frente a lo que resuelva el
Tribunal respecto de la materia debatida, nada de lo cual ha ocurrido en esta causa,
respecto de la liquidación de lo adeudado, puesto que como ya se ha dicho no ha existido
una formal liquidación de la deuda, luego no es posible que el Tribunal despache una
orden de arresto y de arraigo en contra de un supuesto deudor, sin tenerse la certeza del
monto adeudado" (C. Apelaciones de Concepción, 8 de febrero de 2013, cons. 4º y 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/301/2013, Rol Nº 22-2013). 973. No procede la orden de
arresto si se ha iniciado juicio ejecutivo en contra del deudor y embargado bienes
para hacer efectiva su obligación. Así se ha decretado, por vía de amparo
constitucional, que: "Que de los antecedentes reseñados precedentemente, queda de
manifiesto que el amparado ha incumplido persistentemente su obligación de pagar los
alimentos fijados por sentencia ejecutoriada, y que ha sido arrestado en varias
oportunidades, medidas de apremio que no han surtido efecto, porque no se ha puesto al
día en el pago de las mismas. 5º) Que, sin embargo, del análisis de los antecedentes,
aparece que la demandante de alimentos inició un juicio ejecutivo cobrando la deuda por
concepto de pensiones de alimentos, solicitándose el embargo de un bien raíz; el que
deberá ser rematado si el amparado no paga lo adeudado, quedando, por esa vía, la
deuda pagada o al menos reducida. En esas condiciones, al haber optado la parte
demandante por el cobro de la deuda por la vía ejecutiva ordinaria, existiendo bienes
donde puede hacer efectiva su acreencia, y teniendo, además, en consideración que se
fijó una audiencia para conocer la demanda de rebaja de alimentos para el día 11 de abril
de 2008, corresponde acoger la presente acción constitucional. Por lo antes razonado y
teniendo, además, presente lo dispuesto en el artículo 21 de la Constitución Política de la
República, artículos 2º y 14 de la Ley Nº 14.908, se acoge el recurso de amparo a favor
del recurrido [...], sólo en cuanto se suspende la medida de arresto decretada en su
contra" (C. Suprema, 31 de diciembre de 2007, cons. 4º y 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5325/2007, Rol Nº 6888-2007). 974. No procede decretar orden
de arresto si está pendiente un juicio de rebaja de alimentos. Así se ha determinado
por vía de amparo constitucional: "[A] juicio de estos ministros, el haberse despachado
orden de arresto en contra del amparado encontrándose pendiente de resolver el juicio a
que se ha aludido precedentemente, en el cual el tribunal debe entrar a ponderar las
probanzas acompañadas por las partes y a analizar si aún subsisten respecto del
alimentante y alimentario las mismas condiciones que se tuvieron en vista al concederla,
lo que ocurrió el 30 de marzo de 1995, según lo comprueba la sentencia rolante a fs. 39 y
40 de los autos rol Nº 1.430 el apremio personal decretado en contra del amparado ha
sido expedido fuera de los casos previstos por la ley, lo que amerita plenamente deducir
el presente recurso en conformidad a lo dispuesto en los artículos 306 y siguiente del
Código de Procedimiento Penal y 21 de la Constitución Política de la República" (C. de
Apelaciones de Valparaíso, 19 de noviembre de 2003, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3011/2003, Rol Nº 683-2003). 975. No procede decretar orden
de arraigo si se encuentra pendiente la resolución sobre objeción a la
liquidación. Lo ha resuelto así, por la vía de amparo, la E Corte Suprema: "Que según
xcma. 

aparece de los expedientes tenidos a la vista, sobre fijación de pensión alimenticia y de


rebaja de la misma, respectivamente, aún se encuentra pendiente la objeción a la
liquidación de pensiones alimenticias devengadas y no pagadas deducida por el
alimentario a fojas 18, diligencia que permitiría determinar con certeza la existencia de la
deuda y de su monto, requisito previo para decretar una medida restrictiva de la libertad
personal" (C. Suprema, 23 de febrero de 2006, LegalPublishing: Cl/Jur/7294/2006, Rol
Nº 773-2006). 976. Si, decretada la orden de arresto, el afectado por ella ha
efectuado alegaciones que deben ponerse en conocimiento de la contraria y, luego
resolverse en audiencia, procede que se suspendan interinamente los apremios. Así
lo ha estimado la I Corte de Apelaciones de Valparaíso: "[D]e lo expuesto, aparece que
lma. 

se han formulado alegaciones por el amparado, las que el tribunal debe poner en
conocimiento de la contraria a fin que exponga lo pertinente a sus derechos, para
posteriormente, analizarse en audiencia, en la que las partes presenten los fundamentos
que avalen sus pretensiones, lo que a la fecha no ha ocurrido, por lo que la acción será
acogida en tal sentido. Además, aparece de manifiesto su interés de cumplir con su
obligación, al reconocer, a lo menos, parte de ella y por el pago aludido en el motivo que
antecede [...] Que sin perjuicio de lo expuesto y considerando que el artículo 14 de la Ley
Nº 14.908 permite disponer los apremios que en ella se indican para obtener el
cumplimiento de la obligación, resulta necesario que en el ínterin que se realiza la referida
audiencia, ellos sean suspendidos" (C. Apelaciones de Valparaíso, 18 de febrero de
2015, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/919/2015, Rol Nº 54-2015). 977. Las
"circunstancias extraordinarias" del inciso final: una enfermedad grave debe ser
considerada como tal. Así se ha declarado en relación con un alimentante que padecía:
"un cuadro de hemoptisis severa, enfisema pulmonar con bronquiectasias múltiples y
necesidad de tratamiento quirúrgico, que se traduce en una insuficiencia respiratoria
irreversible", declarándose: "Que atendida la enfermedad que padece el amparado, que
consta del certificado de fojas 10 de estos antecedentes, cabe tener presente lo dispuesto
en el artículo 14 inciso final de la Ley Nº 14.908, que autoriza la suspensión del apremio
en el caso de acreditarse circunstancias extraordinarias que impidan el cumplimiento o lo
transformen en excepcionalmente grave" (C. Apelaciones de Santiago, 11 de enero de
2012, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/83/2012, Rol Nº 41-2012). 978. Si se opta por el
cumplimiento incidental previsto en este artículo, no hay regla específica que fije
una oportunidad concreta para oponer la excepción de prescripción. En este sentido
se ha pronunciado la I Corte de Apelaciones de Concepción: "Que, para poder discernir
lma. 

el presente conflicto, relativo a la oportunidad o extemporaneidad de la excepción de


prescripción opuesta por el demandado, debemos dilucidar la naturaleza del
procedimiento empleado por la demandante para instar por el cumplimiento de la
obligación alimenticia [...] Que, de la relación de actuaciones realizada precedentemente
queda claro que la solicitante optó por el cumplimiento incidental, rápido, desformalizado y
especialísimo previsto en el artículo 14 de la Ley Nº 14.908, sin iniciar un juicio ejecutivo
formal, en los términos regulados en los artículos 11 y 12 de la misma ley. En
consecuencia, no existe una norma concreta que imponga una oportunidad específica
para que el deudor oponga la excepción de prescripción de las pensiones alimenticias
devengadas [...] Que, así las cosas, la decisión impugnada resulta errónea y debe ser
enmendada, dando tramitación a la aludida excepción, para luego resolverla como en
derecho corresponda" (C. Apelaciones de Concepción, 17 de abril de 2015, cons. 4º a 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2174/2015, Rol Nº 86-2015).

Artículo 15. El apremio regulado en el artículo precedente se aplicará al


que, estando obligado a prestar alimentos a las personas mencionadas en
dicha disposición, ponga término a la relación laboral por renuncia voluntaria o
mutuo acuerdo con el empleador, sin causa justificada, después de la
notificación de la demanda y carezca de rentas que sean suficientes para
poder cumplir la obligación alimenticia.689

Concordancias: Ley Nº  14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones


Alimenticias,D.O.  5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 14, 16
inciso final. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.

Artículo 16. Sin perjuicio de los demás apremios y sanciones previstos en la


ley, existiendo una o más pensiones insolutas, el juez adoptará, a petición de
parte, las siguientes medidas:

1. Ordenará, en el mes de marzo de cada año, a la Tesorería General de la


República, que retenga de la devolución anual de impuestos a la renta que
corresponda percibir a deudores de pensiones alimenticias, los montos
insolutos y las pensiones que se devenguen hasta la fecha en que debió
haberse verificado la devolución.

La Tesorería deberá comunicar al tribunal respectivo el hecho de la retención


y el monto de la misma.
2. Suspenderá la licencia para conducir vehículos motorizados por un plazo
de hasta seis meses, prorrogables hasta por igual período, si el alimentante
persiste en el incumplimiento de su obligación. Dicho término se contará desde
que se ponga a disposición del administrador del Tribunal la licencia respectiva.

En el evento de que la licencia de conducir sea necesaria para el ejercicio de


la actividad o empleo que genera ingresos al alimentante, éste podrá solicitar la
interrupción de este apremio, siempre que garantice el pago de lo adeudado y
se obligue a solucionar, dentro de un plazo que no podrá exceder de quince
días corridos, la cantidad que fije el juez, en relación con los ingresos
mensuales ordinarios y extraordinarios que perciba el alimentante.

Las medidas establecidas en este artículo procederán también respecto del


alimentante que se encuentre en la situación prevista en el artículo anterior. 690

Concordancias: Ley Nº  14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones


Alimenticias,D.O.  5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 15, 19
inciso 1º. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.

979. De la naturaleza de la medida de suspensión de la licencia de


Jurisprudencia: 
conducir. Se ha precisado que: "La medida de suspensión de la licencia para conducir
vehículos motorizados, como lo establece el artículo 16 del D.F.L. Nº 1, de 2000 del
Ministerio de Justicia constituye una medida de apremio, esto es, un medio o mecanismo
de ejecución compulsiva de la resolución judicial que dispone el cumplimiento de una
pensión alimenticia insoluta, vale decir, un medio de ejecución que el legislador ha
otorgado al juez de familia para constreñir al alimentante a pagar las pensiones
alimenticias no pagadas. El apremio judicial es, por consiguiente, toda medida coactiva
que toma un juez para obligar a una persona a que cumpla con lo mandado por él" (C. de
Apelaciones de Concepción, 13 de octubre de 2008, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6188/2008, Rol Nº 236-2008). 980. Al no ser la suspensión de
la licencia de conducir una medida cautelar, la resolución que se pronuncia sobre
ella es inapelable. Así se ha declarado que. "La suspensión de la licencia para conducir
vehículos motorizados y la obligación de consignación para promover nuevos incidentes
en un juicio no constituyen medidas cautelares al tenor de lo dispuesto en los artículos 22,
71 y 92 de la Ley Nº 19.968, y en los Títulos IV y V del Libro II del Código de
Procedimiento Civil. En efecto, la primera constituye una medida de apremio, esto es, un
medio de ejecución compulsiva de una resolución judicial que dispone el cumplimiento de
una pensión alimenticia insoluta, y la segunda importa una sanción de carácter procesal
para la parte incidentista que ha promovido y perdidos dos o más incidentes en un mismo
juicio. 9. Que en consecuencia, la resolución impugnada no es de aquellas que se
pronuncie "sobre medidas cautelares", de modo que conforme al artículo 67 Nº 2 de la
Ley Nº 19.968 es inapelable" (C. de Apelaciones de Concepción, 13 de octubre de 2008,
cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/6188/2008, Rol Nº 236-2008).

Artículo 17. Derogado.691
Artículo 18. Serán solidariamente responsables del pago de la obligación
alimenticia los que, sin derecho para ello, dificultaren o imposibilitaren el fiel y
oportuno cumplimiento de dicha obligación.692

El tercero que colabore con el ocultamiento del paradero del demandado


para efectos de impedir su notificación o el cumplimiento de alguna de las
medidas de apremio establecidas en la presente ley, será sancionado con la
pena de reclusión nocturna, entre las veintidós horas de cada día hasta las seis
horas del día siguiente, hasta por quince días. 693

Concordancias: Código Civil: artículo 1511. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.

981. Del sentido de la solidaridad en el pago de la obligación de


Jurisprudencia: 
alimentos.Aunque la sentencia que aquí se menciona se dictó antes de la eliminación de
la referencia al concubinato, su doctrina es del todo aplicable en la actualidad, más aún si
quien mantiene una relación concubinaria con el alimentante queda comprendido dentro
del amplio giro 'los que' utilizado en este artículo 18, y así se sentó que: "La Sra. [...] ha
sido demandada ahora en calidad de conviviente del Sr. [...]. Es decir, en virtud de lo
dispuesto por el artículo 18 de la Ley de Alimentos, pero ello significa que la calidad que
obligaría a la señalada demandada deriva necesaria y únicamente de la obligación que el
Sr. [...] tendría para con la actora. [la conviviente] no puede ser solidariamente
responsable sino en cuanto aquél lo sea; y, todavía más, en cuanto él lo sea y ella haya
dificultado el fiel cumplimiento de esa obligación de [...]. Así, es imposible que se
demande sólo a la concubina pues ésta, per se, ninguna obligación tiene para con [...].
Esa demanda es, por tanto, inseparable de la que se presente contra el cónyuge como
primer obligado. Dicho de otro modo, en tanto no conste que él está obligado a pagar una
pensión, ella no puede estarlo de modo alguno, porque su obligación no nace de una
relación entre su persona y la actora, sino de una relación entre su persona y la del otro
demandado, en tanto ese otro demandado sea responsable de alimentos" (C. de
Apelaciones de Rancagua, 14 de junio de 2004, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5551/2004, Rol Nº 21217).

Artículo 19. Si constare en el proceso que en contra del alimentante se


hubiere decretado dos veces alguno de los apremios señalados en los artículos
14 y 16, procederá en su caso, ante el tribunal que corresponda y siempre a
petición del titular de la acción respectiva, lo siguiente: 694

1. Decretar la separación de bienes de los cónyuges.

2. Autorizar a la mujer para actuar conforme a lo dispuesto en el inciso


segundo del artículo 138 del Código Civil, sin que sea necesario acreditar el
perjuicio a que se refiere dicho inciso.

3. Autorizar la salida del país de los hijos menores de edad sin necesidad del
consentimiento del alimentante, en cuyo caso procederá en conformidad a lo
dispuesto en el inciso sexto del artículo 49 de la Ley Nº 16.618.695
La circunstancia señalada en el inciso anterior será especialmente
considerada para resolver sobre:

a) La falta de contribución a que hace referencia el artículo 225 del Código
Civil.

b) La emancipación judicial por abandono del hijo a que se refiere el artículo
271, número 2, del Código Civil. 696-697

Concordancias: Código Civil: artículos 138, 155, 225, 271 número 2. Ley Nº 14.908, sobre Abandono
de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias,  D.O.  5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículos 14, 16. Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº  1,  D.O.  30.05.2000: artículo 49 inciso 6º. Decreto Nº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990: artículo 27.4.

982. De si el decreto de dos apremios es causa objetiva para solicitar la


Jurisprudencia: 
separación judicial de bienes. Sobre esta cuestión se ha estimado que: "En cuanto al
requisito establecido por el artículo 19 de la Ley Nº 14.908 para proceder a decretar la
separación judicial de bienes de los cónyuges, esta disposición exige el haberse
decretado dos veces el apremio correspondiente, requisito objetivo que ha procedido en la
especie, no siendo procedente analizar las razones o motivos del atraso y, toda vez, que
de acuerdo a lo consultado al abogado, que alegó en estrados, respecto del punto en
cuestión, el arriendo atrasado que habría motivado el incumplimiento en el pago de la
pensión alimenticia constituye sólo una parte, aunque considerable, de la referida
obligación" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 9 de marzo de 2006, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6075/2006, Rol Nº 1326-2004, conf. C. Suprema, 9 de noviembre
de 2006, Cl/Jur/6074/2006, Rol Nº 1759-2006). Sin perjuicio de que el fallo en que se
contiene la declaración anterior fue confirmado en casación, allí la E  Corte Suprema xcma.

advirtió: "Que aun cuando podría discutirse si la causal del artículo 19 de la Ley
Nº 14.908, es objetiva o por el contrario requiere probar la culpa o dolo del alimentante, lo
cierto es que el demandado no acreditó en autos que se encontrara absolutamente
impedido, sin responsabilidad de su parte de solucionar la pensión de alimentos
decretada en favor de la actora, de suerte que los errores de derecho denunciados, en los
términos propuestos, no pueden prosperar, pues la base fáctica que lo sustenta, esto es,
la imposibilidad de pago por un hecho no imputable, no se encuentra asentada en la
sentencia que se revisa, de lo cual se deduce que la presunción de culpa emanada del
incumplimiento de la obligación alimenticia impuesta por sentencia judicial a diferencia de
lo afirmado por el recurrente no aparece desvirtuada. Lo anterior resulta inamovible para
este tribunal por cuanto al no haber denunciado el recurrente infracción de normas
reguladoras de la prueba, resulta imposible decidir en sentido contrario. En consecuencia,
los errores de derecho reclamados, en todo caso, carecería de influencia en lo dispositivo
del fallo que se revisa" (C. Suprema, 9 de noviembre de 2006, cons.
15º, Cl/Jur/6074/2006, Rol Nº 1759-2006).

Artículo 20. Derogado.698

Tómese razón, comuníquese, publíquese e insértese en la Recopilación de


la Contraloría General de la República.- Jorge Alessandri Rodríguez.- Enrique
Ortúzar.
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Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada



Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS

 VOLVER
INICIO DE:
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
A. LEY Nº 20.830 CREA EL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
B. DECRETO LEY Nº 3.500 ESTABLECE NUEVO SISTEMA DE PENSIONES
C. LEY Nº 20.255 ESTABLECE REFORMA PREVISIONAL
D. LEY Nº 18.834 ESTATUTO ADMINISTRATIVO
E. LEY Nº 18.883 ESTATUTO ADMINISTRATIVO PARA FUNCIONARIOS MUNICIPALES

 VOLVER
INICIO DE:
A. LEY Nº 20.830 CREA EL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
TÍTULO I DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL Y DE LOS CONVIVIENTES CIVILES
TÍTULO II DE LA CELEBRACIÓN DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL, DE SUS REQUISITOS DE VALIDEZ Y
PROHIBICIONES
TÍTULO III DE LOS ACUERDOS DE UNIÓN CIVIL CELEBRADOS EN EL EXTRANJERO
TÍTULO IV DE LOS EFECTOS DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
TÍTULO V DISPOSICIONES GENERALES
TÍTULO VI DEL TÉRMINO DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
TÍTULO VII MODIFICACIONES A DIVERSOS CUERPOS LEGALES
DISPOSICIONES TRANSITORIAS

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Título I Del acuerdo de unión civil y de los convivientes civiles

VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL

A. LEY Nº 20.830 CREA EL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL


Publicada en el Diario Oficial de 21 de abril de 2015

Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su aprobación al


siguiente

Proyecto de ley:

TÍTULO I DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL Y DE LOS CONVIVIENTES


CIVILES

Artículo 1º. El acuerdo de unión civil es un contrato celebrado entre dos


personas que comparten un hogar, con el propósito de regular los efectos
jurídicos derivados de su vida afectiva en común, de carácter estable y
permanente. Los contrayentes se denominarán convivientes civiles y serán
considerados parientes para los efectos previstos en el artículo 42 del Código
Civil.

Su celebración les conferirá el estado civil de conviviente civil. El término de


este pacto restituirá a los contrayentes el estado civil que tenían antes de
celebrar este contrato, salvo en la situación prevista en la letra c) del artículo
26.

Concordancias: Código Civil: artículos 42, 55, 227 inc. 1º, 304, 363, 1438. Ley Nº   20.830, crea el
acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículos 7º, 26, 28.

983. Del acuerdo de unión civil en cuanto que "contrato". La Ley Nº 20.830


Comentarios: 
no se ocupa de las uniones de hecho, sino que, tal como se anticipa en el título que se le
dio: "crea" un contrato y, en su consecuencia, se dedica a regular el contrato que crea. En
una muy inicial aproximación, no parece desencaminado advertir que la creación de este
"contrato" generará algunas cuestiones ligadas, precisamente, a su caracterización como
"contrato". 983.1. De la adopción de la categoría de "contrato" en la gestación y
tramitación de la ley. Desde la primera moción parlamentaria, con la que se inició la
tramitación de la que acabaría promulgándose como Ley Nº 20.830, se asumió la
categoría de "contrato" como aquella que había de configurar el "acuerdo" que se
proponía crear. Así, en la moción del senador Andrés Allamand, de 29 de junio de 2010,
con la que presentaba al Senado un "Proyecto de ley que crea el contrato denominado
"acuerdo de vida en común", el inciso 1º de su artículo 1º decía que: "El acuerdo de vida
en común es un contrato celebrado por dos personas naturales, mayores de edad, para
regular sus relaciones de convivencia en un hogar común, con voluntad de permanencia y
de ayuda mutua" (Boletín Nº 7.011-07). Por su parte, en el Mensaje (Nº 156-359) de 8 de
agosto de 2011, del presidente de la república, con el que iniciaba un "Proyecto de ley
que crea el acuerdo de vida en pareja", el inciso 1º de su artículo 1º rezaba: "El Acuerdo
de Vida en Pareja es un contrato celebrado entre dos personas con el propósito de
regular los efectos jurídicos derivados de su vida afectiva en común" (Boletín Nº 7.873-
07). Así, la Ley Nº 20.830, por regla general recurre a la voz 'contrato' para referirse a este
acuerdo en diversas ocasiones, v. gr. arts. 1º inc. 2º, 7º, 9º, 15 inc. 1º, 28. Aunque no
hubo mayor discusión acerca de la utilización de esta categoría, resulta claro que su uso
refleja la influencia del francés Pacte civil de solidarité, creado por la ley número 99-944,
de 15 de noviembre de 1999, que al incorporar al libro I del Code Civil un título XII Du
pacte civil de solidarité et du concubinage, incluyó un artículo 515-1 en el que se lee
que: Un pacte civil de solidarité est un contrat conclu par deux personnes physiques
majeures, de sexe différent ou de même sexe, pour organiser leur vie commune ["Un
pacto civil de solidaridad es un contrato concluido por dos personas físicas mayores, de
sexo diferente o del mismo sexo, para organizar su vida común"]. 983.2. De si el acuerdo
de unión civil es reconducible o no a la categoría de "contrato" definida en el
artículo 1438 del Código Civil. El planteamiento de esta cuestión no es solo el fruto del
"peso" de añejos debates "matrimoniales", sino que obedece a requerimientos mucho más
prácticos. La Ley Nº 20.830 no incluye ninguna disposición que se refiera a las reglas que,
en defecto de las suyas, hayan de aplicarse a este acuerdo. De modo que si se
entendiera que se trata de un "contrato", que cabe en la definición del artículo 1438
del Código Civil, se seguiría la aplicación supletoria de las reglas de su libro IV en lo que
toca a los contratos patrimoniales. Nada raro sería que, por ejemplo, en sede de nulidad
de este acuerdo, se suscite la cuestión acerca de si le advienen o no aplicables las de la
nulidad de los actos y contratos patrimoniales del referido libro IV, v. gr. nada dice la ley
sobre la eventual influencia del dolo para inducir a la celebración de este acuerdo, ni de si
quien conocía el vicio que hería de invalidez al acuerdo puede demandar su
nulidad. 983.2.1. De los rasgos que aproximan a este acuerdo a la noción de
contrato patrimonial. Hay dispersas entre los artículos de la Ley Nº 20.830, algunas
reglas coincidentes con las que son características de los contratos patrimoniales: a) De
la capacidad para celebrar el acuerdo: en el artículo 7º de la ley se prescribe que: "Para
la validez de este contrato será necesario que los contrayentes sean mayores de edad y
tengan la libre administración de sus bienes", de modo que, en cuanto a su regla general,
resulta concordante con las del artículo 1447 del Código Civil; b) De ciertas causas de
terminación del acuerdo: en la letra d) del artículo 26 de esta ley se prevé que el
acuerdo termine: "Por mutuo acuerdo de los convivientes civiles", lo que concuerda con la
regla del artículo 1545 del Código Civil y con la del inciso 1º de su artículo
1567. 983.2.2. De los rasgos que alejan a este acuerdo de la noción de contrato
patrimonial y lo aproximan a la categoría de acto personal o familiar. Hay, también,
una serie de notas que marcan una clara distancia entre este acuerdo y los contratos
patrimoniales, y que tienden a aproximarlo a ciertos actos propios del derecho de las
personas o de carácter familiar, en particular, al matrimonio: 1ª) De ciertas reglas sobre
la capacidad para contraerlo: si la regla general de la capacidad para concluir este
acuerdo es la mayoría de edad, unida a la libre administración de los bienes, se admite,
por vía de limitación a ella, que pueda ser celebrado personalmente por el disipador
interdicto. Tal es lo que se prevé en el artículo 7º de esta ley y, en cuanto que tal, esta
regla concuerda con varias otras que son propias del derecho de las personas, tales como
las del inciso 3º del artículo 191 del Código Civil, y las de los artículos 46 inciso final y 58
de la Ley Nº 19.947. Por otra parte, hay una serie de limitaciones a la facultad para
contraer el acuerdo de unión civil, que se han estructurado a imagen de ciertas
prohibiciones características de la disciplina matrimonial: v. gr. la prohibición de celebrarlo
entre ciertos parientes (art. 9º inc. 1º), la prohibición de celebrarlo con quien esté casado o
unido por acuerdo civil vigente (art. 9º inc. 2º), las restricciones para quien tiene hijos bajo
patria potestad o a quien está sujeta otra persona en guarda, a quienes se hace aplicable
la disciplina fijada en los artículos 124 a 127 del Código Civil (art. 10), y la aplicación
del tempus nugendi a la mujer, una vez terminado el acuerdo de unión civil, que la ley
extiende también a la celebración de otro acuerdo de unión civil (art. 11); 2ª) De su
carácter de acto puro y simple: el artículo 3º de la ley le otorga este carácter al impedir
que pueda sujetarse a plazo, condición, modo o gravamen. Con ello se atribuye a este
acuerdo una nota que es característica de los actos propios del derecho de las
personas: v. gr. el matrimonio, en cuanto que unión "actual" según el artículo 102
del Código Civil, o el reconocimiento de un hijo, de acuerdo con la regla del artículo 189
inciso 2º del mismo Código; 3ª) De la improcedencia de la promesa de celebración: así
se dispone en el período final del artículo 3º de la ley, y con ello se rige este acuerdo por
una regla contraria a la establecida en el artículo 1554 del Código Civil; 4ª) De las
formalidades a que queda sujeta su celebración: su celebración, de acuerdo con la
disciplina que le fijan los artículos 5º y 6º de esta ley, se ha sometido a un modelo que se
ha vuelto frecuente en el derecho chileno para una serie de actos característicos del
derecho de las personas: a) su celebración ante un oficial del Registro Civil, tal como
está previsto en relación con la celebración del matrimonio en la Ley Nº 19.947, o con el
reconocimiento del hijo de filiación no matrimonial en el artículo 187 inciso 1º número 2º
del Código Civil; b) su celebración por mandatario especialmente facultado, de modo
semejante a como puede contraerse el matrimonio, según lo prevé el artículo 103
del Código Civil; c) su régimen de registro, al igual que el matrimonio y otros actos
propios del derecho de las personas, el acta de su celebración, levantada por el oficial del
Registro Civil, queda sujeta a registro en un libro especial llevado por el Servicio de
Registro Civil e Identificación (art. 6º); d) su posibilidad de celebrarse in articulo
mortis,de la mención incidental que, en sede de titularidad de la acción de nulidad, se
contiene en el artículo 26 letra f) inciso 6º de la Ley Nº 20.830, resulta que es posible
celebrar este contrato in articulo mortis, sin que haya más referencia a esta posibilidad de
celebración en parte alguna de la ley. En el caso de la celebración del matrimonio in
articulo mortis, su regulación está fijada en la ley del Registro Civil (art. 41), pero la ley de
matrimonio civil sí que realizó las necesarias advertencias en algunos de sus artículos en
relación con ellos, no sólo para permitir su celebración ante el oficial del Registro Civil sin
la manifestación e información previas (art. 17) y sin la exigencia de los cursos (art. 10),
sino también para prever, lo que es de singular trascendencia, las especiales obligaciones
del oficial ante quien se celebra, en relación con las constancias del acta de celebración
(art. 19 inc. 2º), pero sobre esto nada hay en los artículos 5º y 6º de la Ley
Nº 20.830; 5ª) De sus efectos: el acuerdo de unión civil genera dos grupos de efectos:
uno, que abarca algunas consecuencias jurídicas que, propiamente, no tienen la
naturaleza de derechos y obligaciones; y otro, que comprende una serie de derechos y
obligaciones entre los contrayentes: a) De los efectos que no tienen naturaleza de
derechos u obligaciones: la ley atribuye al acuerdo de unión civil una serie de efectos,
indisponibles para quienes lo contraen, y que, en principio, son característicos del derecho
de las personas, y no del derecho patrimonial: 1º) da origen a un estado civil: el de
conviviente civil (art. 1º inc. 2º) y, a su vez, a tal estado civil se le atribuyen determinados
efectos, v. gr. el de dar origen a una incapacidad para celebrar matrimonio (art. 5º Nº 2º
Ley Nº 19.947) o para contraer el mismo acuerdo de unión civil (art. 9º inc. 2º); 2º) da
origen a parentesco por afinidad entre un conviviente civil y los consanguíneos del
otro conviviente civil (art. 4º); 3º) da origen, en el caso de acuerdos de unión civil
entre personas de distinto sexo, al presupuesto para que se configure la
presunción de paternidad de que trata el artículo 184 del Código Civil(art. 21); 4º) da
pie a que, para ciertos efectos, se considere a los convivientes civiles como
parientes: en concreto para aquellos casos en que la ley dispone que se oiga a
determinados parientes, según la regla del artículo 42 del Código Civil (art. 1º inc.
1º); b) De los efectos que tienen naturaleza de derechos y obligaciones: en este
ámbito, los efectos de este contrato son únicamente los que establece la Ley Nº 20.830
(art. 2º) y aquellos otros que se le extienden, porque, para ciertos efectos, los convivientes
civiles se equiparan a los convivientes (art. 24) y, en algún caso, a los cónyuges (art. 25).
La autonomía de la voluntad de los contrayentes, pues, no opera en relación con los
efectos del acuerdo, pues ellos están definidos expresamente por la ley. La única
salvedad, y más bien limitada, es la del pacto que se permite que convengan los
contrayentes para acordar sujetarse al régimen patrimonial determinado por la ley o,
eventualmente, para substituirlo durante la vigencia del acuerdo (art. 15). Con todo, es
muy significativo que, por sí mismo, el acuerdo de unión civil no produzca efectos
patrimoniales entre los convivientes. Tal es la regla general, que fija el primer período del
inciso 1º del artículo 15 de la ley al prescribir que: "Los convivientes civiles conservarán la
propiedad, goce y administración de los bienes adquiridos a cualquier título antes de la
celebración del contrato y de los que adquieran durante la vigencia de éste [...]". La ley
permite, en todo caso, que en el momento de celebrarse el acuerdo de unión civil, los
contrayentes concluyan un "pacto", en virtud del cual vengan en someterse expresamente
a un específico régimen de comunidad bienes, cuyos caracteres y reglas están fijados en
la misma ley. Así, pues, es un pacto accesorio al acuerdo de unión civil el que genera
ciertos efectos patrimoniales entre los convivientes civiles. Unos efectos que, en todo
caso, no pueden ser establecidos por los convivientes, sino que son precisamente los
prefijados por la ley. Eso es lo que prevé el período final del inciso 1º del referido artículo
15 de la ley: "[...] a menos que se sometan de manera expresa a las reglas que se
establecen a continuación, las que deberán ser acordadas por los contrayentes al
momento de celebrarse el acuerdo de unión civil. De este pacto se dejará constancia en el
acta y registro que se indica en el artículo 6º". Sobre tales bases, los principales derechos
y obligaciones que genera este acuerdo son: 1º) da origen a derechos sucesorios entre
los convivientes civiles: el acuerdo de unión civil vuelve, recíprocamente, a quienes lo
contraen herederos ab intestatoy legitimarios, que concurren a la sucesión con los
mismos derechos que el cónyuge supérstite (art. 16 inc. 1º) y, además, posibilita que
puedan ser asignatarios de la cuarta de mejora (art. 16 inc. 2º); 2º) genera entre los
convivientes civiles ciertas obligaciones de asistencia económica: el deber de ayuda
mutua y la obligación de solventar los gastos generados por la vida en común
(art. 14); 3º) genera ciertos efectos que, en cuanto que derechos u obligaciones
originariamente previstos para los cónyuges, se extienden a los convivientes
civiles, o se definen en función de ellos: los casos expresos considerados por la Ley
Nº 20.830, a saber: i) la declaración de bien familiar: los bienes familiares que,
introducidos en el derecho chileno de las personas por la Ley Nº 19.335 de 23 de
septiembre de 1994, como una institución propia del derecho matrimonial, amplían su
campo operativo al acuerdo de unión civil por el mandato expreso del inciso final del
artículo 15 de la Ley Nº 20.830: "Cualquiera sea el régimen de bienes que exista entre los
convivientes civiles, tendrá aplicación lo dispuesto en los artículos 141 a 149 del Código
Civil"; ii) el derecho de adjudicación preferente del bien que sea o haya sido
residencia principal de la familia para el conviviente civil supérstite: el derecho del
cónyuge supérstite a que su cuota hereditaria se entere con preferencia mediante la
adjudicación a su favor del inmueble en que reside, y que sea o haya sido la vivienda
principal de la familia, fue incorporado al derecho chileno de las personas por la Ley
Nº 19.585 de 26 de octubre de 1998. Ahora se extiende expresamente al conviviente civil
supérstite, según se previene en el artículo 19 de la Ley Nº 20.830: "El conviviente civil
sobreviviente tendrá también el derecho de adjudicación preferente que la regla 10ª del
artículo 1337 del Código Civil otorga al cónyuge sobreviviente [...]"; iii) el derecho a una
eventual compensación económica: el artículo 27 inciso 1º de la ley crea un derecho a
compensación económica, que tiene como presupuesto la existencia de un acuerdo de
unión civil, y que se ha definido sobre la base del derecho que previó la Ley Nº 19.947 en
su artículo 61 en sede matrimonial. En este caso el legislador no optó por hacer extensivo
directamente ese derecho matrimonial a los convivientes civiles, sino que prefirió
configurarlo como un derecho propio del acuerdo de unión civil, aunque definido a imagen
del matrimonial descrito en el referido artículo 61 de la ley de matrimonio civil, aunque
sometió su regulación y determinación a las reglas fijadas para la compensación
económica matrimonial. Así lo dispone el inciso 2º del artículo 27 de la Ley Nº 20.830:
"Esta compensación se regulará y determinará en la forma prevista en los artículos 62 a
66 de la Ley Nº 19.947"; iv) la obligación de dar sepultura al cadáver del que fuera
conviviente civil: el Código Sanitario, en su artículo 140 preveía que la obligación de dar
sepultura a un cadáver recayera sobre el cónyuge supérstite o sobre el pariente más
próximo que estuviera en condiciones de sufragar los gastos. Ahora, el artículo 38 de la
Ley Nº 20.830 ha dado un nuevo texto al expresado artículo 140, para incluir como
obligada a "la persona con la que el difunto haya mantenido un acuerdo de unión civil
vigente al momento de su muerte"; 4º) Da origen al derecho a autorizar el uso, para
injertos con fines terapéuticos, de tejidos del cuerpo cadáver del conviviente
civil: así lo prevé la nueva redacción que, por mandato del artículo 38 de la Ley
Nº 20.830, se ha dado al inciso 2º del artículo 147 y al artículo 148 del Código
Sanitario; 5º) Da origen a una serie de derechos previsionales y de seguridad social:
que resultan de las prescripciones del artículo 29 de la Ley Nº 20.830, y de las
modificaciones que introdujo a una serie de leyes sobre estas materias. 6ª) De la
disciplina de su terminación: una primera observación toca a la terminología utilizada
por el legislador. Ha optado por el verbo "terminar", de modo que, en principio, este
contrato "termina" (1º inc. 2º, 12 reglas 4ª, 5ª y 6ª, 26, 27 inc. 1º y 3º, 28). En esto parece,
también, haber seguido el modelo de la Ley Nº 19.947 (art. 42). Con todo, en los artículos
11 y 18 se recurre al verbo 'expirar'. La disciplina de la "terminación" del acuerdo de unión
civil se sitúa, claramente, en el contexto del derecho de las personas, y asume algunas de
las tendencias que han parecido a asentarse en los derechos occidentales en el último
tiempo, caracterizadas por la ampliación del campo de acción de la autonomía de las
personas. En términos generales, se trata de un modelo de terminación en el que subyace
el régimen de la terminación del matrimonio, y al que se han incorporado algunas reglas
novedosas. Termina así el acuerdo de unión civil: a) por la muerte natural de uno de los
convivientes civiles (art. 26 letra a). Esta causa es análoga a la fijada en el artículo 42
número 1º de la Ley Nº 19.947; b) por la muerte presunta de uno de los convivientes
civiles (art. 26 letra b), análoga también a la señalada en el artículo 42 número 2º de la
Ley Nº 19.947, complementado por las reglas de su artículo 43, que expresamente se
hacen aplicables a la terminación del acuerdo de unión civil; c) por la comprobación
judicial de la muerte de uno de los convivientes civiles (art. 26 letra b), es esta una
regla que no existe en la Ley Nº 19.947, pues nada hay sobre la comprobación judicial de
la muerte como causa de término del matrimonio en los artículos 42 y 43 de la Ley
Nº 19.947; d) por el matrimonio de los convivientes civiles entre sí, si son personas
de distinto sexo(art. 26 letra c), causa propia de terminación de este contrato; e) por
mutuo acuerdo de los convivientes civiles, acuerdo que ha de constar por escritura
pública o en acta otorgada ante el oficial del Registro Civil (art. 26 letra d). Si bien esta
causa de terminación del acuerdo mueve a la inmediata conexión con las reglas de los
artículos 1545 y 1567 inciso 1º del Código Civil, ella más bien da cuenta de la ausencia de
toda "indisolubilidad" en este acuerdo, en concreto, de la indisolubilidad intrínseca, en
cuanto que son las propias partes las que, en ejercicio de su autonomía, pueden ponerle
término, sin intervención de tercero alguno. En ese punto parece haberse recibido la
tendencia de aquellos derechos que han eliminado la indisolubilidad de los actos que
implican la unión personal de los contrayentes, ora matrimonio, ora uniones de hecho, o
similares; f) por voluntad unilateral de los convivientes civiles, la que también ha de
constar por escritura pública o en acta otorgada ante el oficial del Registro Civil (art. 26
letra e), y aunque se prevé que ha de ser notificada al otro conviviente civil (art.  26 letra
e) inc. 2º y 3º), la falta de la notificación no afectará al término de la unión civil (art. 26
letra e) inc. 4º), de manera que se trata de un singular reconocimiento del repudio; g) por
declaración judicial de nulidad del acuerdo(art. 26 letra f). La Ley Nº 20.830 creó una
especial disciplina en relación con la nulidad de este contrato. Ella, en término generales,
se ha inspirado en el régimen de la nulidad del matrimonio, aunque con algunas notorias
diferencias y, por cierto, con unas reglas que se alejan de las relativas a la nulidad de los
actos y negocios patrimoniales. En principio, y al igual que la nulidad del matrimonio, no
reconoce la ley la distinción entre nulidad absoluta o relativa del acuerdo, sino,
simplemente la existencia de una genérica nulidad, lo que, por ejemplo, resulta claro si lee
coordinadamente el artículo 7º y el artículo 26 letra f) inciso 2º de la ley: i) de las causas
de nulidad: son las que se derivan de la regla fijada en el inciso 2º de la letra f) del
artículo 26 de la ley y que, son las siguientes: i.i) La minoridad, que en esto concuerda
con una causa de nulidad patrimonial (arts. 7º y 26 letra f) inciso 2º); i.ii) la carencia de la
libre administración de los bienes, con la excepción del disipador puesto en entredicho de
administrar sus bienes (arts. 7º y 26 letra f) inciso 2º); i.iii) la ausencia de consentimiento
libre y espontáneo de los contrayentes (arts. 8º y 26 letra f) inciso 2º), que se ha asumido
a imagen de la disciplina de la ley de matrimonio civil (art. 8º), aunque con ciertas
diferencias de redacción y de contenido. De esta causa genérica conviene advertir que, al
igual que en sede matrimonial, no se reconoce que el dolo pueda impedir el
consentimiento libre y espontáneo en la conclusión del acuerdo de unión civil, sin
embargo, bien puede plantearse que el dolo sí que puede tener su lugar en relación con la
validez o invalidez del pacto de contenido patrimonial a que se refiere el artículo 15 inciso
1º de la ley. De este modo, sólo se admite que obstan a la libertad y espontaneidad del
consentimiento el error y la fuerza. En cuanto al error, sólo se acepta como causa de
nulidad el que recae "en la identidad de la persona del otro contrayente" (arts. 8º inc. 2º
letra a) y 26 letra f) inciso 2º), que es causa idéntica a la que prevé la ley de matrimonio
civil (art. 8º número 1º), pero nada se dice acerca del error en alguna de las cualidades
personales del otro contrayente, y en esto se aparta del modelo matrimonial. Por lo que
toca a la fuerza, se sigue parcialmente el modelo de la ley de matrimonio civil (art. 8º
número 3º), en cuanto que la fuerza es causa de nulidad de este acuerdo, si la ha habido
"en los términos de los artículos 1456 y 1457 del Código Civil" (arts. 8º inc. 2º letra b) y 26
letra f) inciso 2º), pero no se reprodujo el período final de la disposición correlativa de la
Ley Nº 19.947, es decir, aquella que reza: "ocasionada por una persona o por una
circunstancia externa, que hubiere sido determinante para contraer el vínculo"; i.v) el
parentesco entre los contrayentes, de modo que es causa de nulidad del acuerdo de
unión civil la existencia entre los contrayentes de parentesco por consanguinidad en sus
líneas ascendente y descendente, sin límite de grado, y en la línea colateral "en el
segundo grado", o de parentesco por afinidad en sus líneas ascendente y descendente,
sin límite de grado (arts. 9º inc. 1º y 26 letra f) inciso 2º). En esto se ha recibido, sin
variación, la disciplina matrimonial fijada en la Ley Nº 19.947 (art. 6º inc. 1º); i.v) el vínculo
matrimonial no disuelto(arts. 9º inc. 2º, y 26 letra f) inciso 2º), es decir, quien tiene el
estado civil de casado no puede celebrar un acuerdo de unión civil, so pena de nulidad; y
i.vi) el acuerdo de unión civil vigente (arts. 9º inc. 2º, y 26 letra f) inciso 2º). Unas últimas
observaciones sobre la causas de nulidad, y que marca otras diferencias con el régimen
de la nulidad matrimonial: no se ha recibido aquella tradicional del derecho matrimonial,
desde antiguo llamada "impedimento de crimen", y que sí se reconoce por la Ley
Nº 19.947 (art. 7º); no se ha recibido la disciplina tocante al uso de razón o de suficiente
juicio y discernimiento, de modo que, si se planteara la cuestión tocante a la eventual
demencia de un contrayente ¿a qué reglas habría que estar?; ii) de la titularidad de la
acción de nulidad: baste aquí con apuntar que se ha seguido, muy de cerca, el régimen
de la titularidad de la acción de nulidad del matrimonio (art. 26 letra f) incisos 3º a
7º); iii) de la competencia de los tribunales para conocer del procedimiento de
nulidad: de acuerdo con la regla general, sentada en el inciso 1º del artículo 22 de la Ley
Nº 20.030, es competente el juez con competencia en materias de familia. 983.3. De lo
que pueda entenderse que signifique que este "acuerdo" sea un "contrato". Si en
Francia la elección de la palabra 'pact' pudo parecer afortunada, unida a la categoría de
"contrat", para evitar que se trasladara a esta sede la discusión que se había dado en
alguna época acerca de si el matrimonio era un "contrato" o una "institución", ello no pudo
evitar que se planteara una cuestión diversa: de si la naturaleza de este pacto era
exclusivamente patrimonial o sí, en cambio, también contaba con caracteres familiares.
En el derecho chileno, la caracterización de este acuerdo como "contrato" se ha realizado
en un contexto muy diverso a aquel en que se asumió en el artículo 102 del Código
Civil que el matrimonio era un contrato. En efecto, como he tenido ocasión de explicar en
otros lugares (Código Civil. Edición concordada con observaciones históricas..., I,
Santiago de Chile, LegalPublishing-Thomson Reuters, 2014, pp. 227-229; y Derecho de
las personas. El derecho matrimonial, Santiago de Chile, Abeledo Perrot-Thomson
Reuters, 2011, pp. 217-218), el codificador civil adoptó la voz 'contrato' en el artículo 102
como opuesta a la de 'sacramento', pues ese binomio era el que se hallaba en el centro
de la disciplina matrimonial a la luz de su doble regulación: civil y canónica. Cosa distinta
es que la casi generalidad de los civilistas chilenos del siglo XX trasladaran,
irreflexivamente, al derecho chileno una discusión propia de la cultura jurídica francesa en
cuanto a qué significaba la caracterización contractual del matrimonio. La voz 'contrato' en
el derecho chileno de las personas, al menos desde la Ley Nº 19.947, ha comenzado a
adquirir un contenido y unos caracteres definitorios que permiten, entiendo que sin
mayores dudas, afirmar que es característica de este campo operativo y, por ende,
diversa de la utilizada en sede patrimonial. La ley de matrimonio civil de 2004 destacó, por
una parte, la posición central del "consentimiento matrimonial" en la naturaleza del
matrimonio y, por otra, la necesaria y fundante vinculación entre ese consentimiento
matrimonial y el ius conubii, en cuanto que derecho esencial e inherente de todas las
personas. De ahí que la voz contrato asume, como contenido básico, la de representar
una categoría asentada en una singular libertad esencial de las personas, de modo que a
través de ella se ha de manifestar un consentimiento libre y espontáneo, dirigido a lograr,
en los términos que el derecho posibilita, la mayor realización espiritual y material posible
de quienes lo contraen (véase mi Derecho de las personas..., cit. pp. 223-226). En esa
misma línea se sitúa la caracterización del acuerdo de unión civil como un contrato. Lo es,
en la medida en que se trata de una expresión de la libertad de las personas, en cuanto a
definir sus proyectos vitales de realización personal y, por ende, se alza como categoría
que da cauce a un cierto y específico consentimiento personal, que ha de ser libre y
espontáneo (art. 8º Ley Nº 20.830). La historia de la tramitación y aprobación de la Ley
Nº 20.830 da cuenta, de manera constante, de esa concepción, si bien normalmente
expresada desde la perspectiva de la "autonomía de la voluntad", pero ligada a la
definición de proyectos vitales. Así, por ejemplo, en la moción el senador Allamand, con la
que se iniciaba la discusión del proyecto de ley, de 29 de junio de 2010, se hacía constar
que: "En cuanto a su fundamento [...] el proyecto descansa en una convicción: Que una
sociedad democrática y de libertades exige reconocimiento y respeto por aquellas
opciones de vida, que sin perjudicar a terceros, expresan la autonomía de la voluntad"
(Boletín Nº 7.011-07), y en el mensaje del presidente de la república, de 8 de agosto de
2011, con el que iniciaba el proyecto de ley que creaba el acuerdo de vida en pareja, se
reconocía que: "Se trata, en último término, de una convicción fundada en la obligación
que pesa sobre todos quienes ejercemos responsabilidades públicas por voluntad
soberana del pueblo, de orientar siempre nuestro actuar hacia la obtención del bien
común, fin último del Estado, según se encuentra recogido en el artículo 1º de nuestra
Constitución Política: "El Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es
promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que
permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor
realización espiritual y material posible, con pleno respeto a los derechos y garantías que
esta Constitución establece" (BoletínNº 7.873-07). Esas orientaciones están presentes a
lo largo de toda la discusión parlamentaria, así, por ejemplo, la Comisión de Legislación
del Senado, hizo constar en su "Segundo Informe" que, para rechazar por unanimidad
una indicación que señalaba que: "No podrá además celebrarse por una persona más de
un acuerdo de vida en pareja por año", "Al iniciarse el debate de esta disposición, se
observó que ella limitaba la autonomía de la voluntad o la libertad de las personas para
celebrar los contratos que estimen convenientes. Se agregó que una limitación como esta
no está establecida para el matrimonio, motivo por lo que no resulta razonable imponerla
en este caso". 983.4. De la singularidad de la disciplina de los "contratos" en el
derecho de las personas. De la particular significación que ha asumido la voz 'contrato'
en el derecho chileno de las personas, se sigue la singularidad de la disciplina legal a la
que quedan sometidos aquellos actos a los que se atribuye tal carácter. Hay, en
consecuencia, un régimen jurídico propio de los "contratos" en el derecho de las personas
que, inicialmente prefigurado en la Ley Nº 19.947, ha continuado su consolidación con la
Ley Nº 20.830. Entre los caracteres que configuran esta disciplina singular en el derecho
de las personas, es posible destacar las siguientes: 1ª) Descansa directamente en
derechos inherentes y esenciales a las personas. El "contrato", en el campo operativo
del derecho de las personas, es una de las categorías a través de la cual se vuelve
operativo el núcleo más definitorio de los derechos inherentes a las personas: la libertad
individual, en su concreto ejercicio para definir los proyectos personales de vida, en el
marco de la obligación estatal de contribuir las condiciones sociales que permitan a todas
y cada una de las personas su mayor realización espiritual y material posibles. De ahí que
la interpretación y aplicación que se ha de dar a las reglas que constituyen esta disciplina,
ha de estar presidida por las garantías constitucionales de esa libertad, de modo que se le
dé la mayor efectividad posible. Esto implica no solo asumir las interpretaciones que sean
"conformes" a la Constitución, sino también, en el evento de que haya varias que puedan
serlo, aquellas que estén "orientadas" a la Constitución. 2ª) Se configura a través del
ejercicio de una libertad que recae, en principio, sobre la propia integridad de las
personas que la ejercen. En general, el ejercicio de la libertad en el derecho de las
personas recae sobre la misma persona que la ejercita, y no sobre objetos externos a ella.
Es la propia integridad de las personas, o bienes espirituales ligados a ella, el "objeto"
sobre el que recae el ejercicio de la libertad. De ahí que no haya de extrañar que,
precisamente, el ejercicio de la libertad al operar sobre el mismo sujeto que la ejercita, le
haga mudar de statuspersonal y que, de ordinario, genere un cierto y preciso estado civil.
La libertad, en cambio, cuando se ejerce en el derecho patrimonial recae sobre objetos
externos a las personas que la ejercitan. Unos bienes, normalmente, de significación
económica, y sin que el ejercicio de la libertad haga mudar de status a quien concluye un
cierto acto o negocio. Es esta una nota distintiva del ejercicio de la libertad en el derecho
de las personas que no toca solo a los "contratos", es decir a los actos que implican el
consentimiento libre y espontáneo de dos personas, sino también a aquellos que reflejan
la voluntad de solo una de ellas. Así, por ejemplo, en el acto del reconocimiento de un hijo
de filiación no matrimonial, quien reconoce ejercita su libertad, y este ejercicio no recae
sobre un objeto externo, sino sobre su propia persona, sin que opere directamente sobre
un cierto objeto externo de contenido económico. Lo mismo puede decirse del acto de
repudiación del reconocimiento, ejecutado por el hijo reconocido mayor de edad, o del
acto de la adopción realizado por el adoptante. En el "contrato" de matrimonio, el ejercicio
de la libertad de quienes lo celebran, lo es no para disponer directamente sobre
contenidos económicos, sino para formar una comunidad de vida que compromete a las
propias personas de los contrayentes que, en cuanto que cónyuges, se reciben y aceptan
como "marido y mujer" (art. 18 inc. 1º Ley Nº 19.947). Aún más, puede no haber un
compromiso patrimonial, según sea la opción de regímenes patrimoniales, de guisa que
esa libertad compromete a personas y ensus personas: guardarse fe, respetarse,
protegerse, auxiliarse mutuamente. En el "contrato" de acuerdo de unión civil, el ejercicio
de la libertad de los contrayentes opera, igualmente sobre sus personas y, muy en
concreto, sobre ciertos bienes espirituales suyos, pues, de acuerdo con el inciso 1º del
artículo 1º de la Ley Nº 20.830, la ejercen para regular los efectos jurídicos que derivan
"de su vida afectiva común", y lo hacen sobre el siguiente presupuesto: "que comparten
un hogar [...]". Al igual que en el caso del matrimonio, puede existir un acuerdo de unión
civil, sin que la libertad de los contrayentes se ejercite sobre contenidos patrimoniales
porque, de acuerdo con el artículo 15 inciso 1º de la Ley Nº 20.830, la conclusión de este
contrato, por sí misma, no afecta la situación patrimonial de quienes lo concluyen, y es un
pacto accesorio, de claro contenido económico, el que puede hacerlo. 3ª) La relevancia
de las personas de los contrayentes para la validez del contrato. La especial posición
que asume la integridad de las personas de los contrayentes, en cuanto que sobre ella
opera la libertad que se ejercita al celebrar un contrato propio del derecho de las personas
y, por ende, que sobre ellas mismas recaigan los efectos del contrato concluido, justifica
que la persona del contrayentes se alce como un factor clave para la conclusión del
contrato. De ahí que el error en la persona de los contrayentes opere en esta sede con
mayor amplitud que en el campo de los contratos de índole patrimonial. La disciplina del
error se vuelve en el derecho de las personas en un dispositivo jurídicamente eficaz para
proteger a las personas, a sus derechos inherentes y esenciales y, por lo mismo, a su
libertad. La defensa del mayor campo operativo del error en el derecho de las personas
no es más que la defensa de la libertad. En el derecho patrimonial no está, por principio,
comprometida la integridad personal de quienes celebran un contrato, de ahí que el papel
del error en la persona del contratante desempeñe un papel menor, de cara a la validez
del contrato que se conviene. Por lo mismo, parece razonable que, como regla general,
en el período inicial del inciso 1º del artículo 1455 del Código Civil se establezca que: "El
error acerca de la persona con quien se tiene intención de contratar no vicia el
consentimiento", y que sólo se admita como limitación a dicha regla, el caso en: "que la
consideración de esta persona sea la causa principal del contrato". A diferencia de esta
situación, en los contratos propios del derecho de las personas, el error opera en los
siguientes campos: a) El error acerca de la identidad de la persona del otro
contrayente, que siempre constituye una causa de nulidad del matrimonio (art. 8º Nº 1º
Ley Nº 19.947), y también del acuerdo de unión civil (art. 8º inc. 2º letra a) Ley
Nº 20.830); b) El error acerca de alguna de las cualidades personales del otro
contrayente, que opera, dentro de un cierto contexto, en relación con el matrimonio y, por
ende, su existencia acarrea la nulidad del contrato de matrimonio (art. 8º Nº 2º Ley
Nº 19.947). En cambio, la Ley Nº 20.830 no trata de este error como causa de nulidad del
acuerdo de unión civil. Fue, como se explicará detenidamente en el comentario al artículo
8º de esta ley, una decisión expresa de los legisladores (803.1 y 803.2). Tal decisión es,
además de contraria a la libertad de las personas, difícilmente razonable de cara a
justificar que no constituya una discriminación frente a quienes contraen
matrimonio. 4ª) Prevé una serie de dispositivos que, como garantías de forma, se
dirigen a asegurar la libertad y espontaneidad del consentimiento. Los caracteres
propios de la libertad de las personas, cuando opera en el campo del derecho de las
personas, descritos sumarísimamente en los números anteriores, exigen que su ejercicio
esté amparado por una serie de seguridades que, por vía de exigencias de forma, impidan
que pueda menoscabar o vulnerar a la propia persona que la ejercita. Esto se entiende
mejor si se recuerda que en el ejercicio de esta libertad están en juego derechos
inherentes y esenciales de las personas y, por lo general, su bienestar espiritual. Así, si
del ejercicio de la libertad puede resultar el mudar de status personal o configurar uno
nuevo, y asumir los de cónyuge, conviviente civil, o padre o madre, parece razonable
arbitrar los dispositivos que sean necesarios para evitar la afectación de la integridad de
las personas como consecuencias de torcer, vulnerar, o menguar su propia libertad. Entre
tales dispositivos se encuentran los siguientes: 1º) Se admite la actuación por
mandatario, pero sólo bajo la forma de mandato especial. Es esta una garantía que,
en términos generales, opera en el derecho de las personas no sólo respecto de los
"contratos", sino también de muchos de sus actos unilaterales. Así, entre estos últimos, el
reconocimiento de un hijo de filiación no matrimonial, según la regla del artículo 190
del Código Civil, puede realizarse por medio de mandatario "constituido por escritura
pública y especialmente facultado con este objeto"; y entre los primeros, el contrato de
matrimonio, de acuerdo con el artículo 103 del Código Civil, que prevé que pueda
"celebrarse por mandatario especialmente facultado para este efecto", y ahora el contrato
de acuerdo de unión civil que, según el artículo 15 inciso 3º de la Ley Nº 20.830 "podrá
celebrarse por mandatario facultado especialmente para este efecto", además, "deberá
otorgarse por escritura pública"; 2º) Se exige que la celebración del contrato se realice
ante un oficial del Servicio de Registro Civil e Identificación. Es esta una precaución
que, desde la perspectiva de lo que aquí se trata, constituye una garantía para el ejercicio
de libertad y la espontaneidad del consentimiento contractual en sede de derecho de las
personas. La intervención del oficial del Registro Civil, y no de otro funcionario u oficial
público, parece justificada, no sólo por el carácter de agente público, sino porque a su
Servicio está ligado, precisamente, el registro de los actos vinculados al status de las
personas. La celebración o, en su caso, la ratificación del matrimonio ante el oficial del
Registro Civil está prevista en la Ley Nº 19.947, y la del acuerdo de unión civil en los
artículos 5º y 6º de la Ley Nº 20.830; 3º) Se excluye la posibilidad de acudir al
documento y a la firma electrónica. Es la misma naturaleza del ejercicio de la libertad
en el derecho de las personas, y sus singulares caracteres, así como la diferente
funcionalidad y finalidades de los actos y contratos que puede generar, las que vuelven
razonable que no se permita la procedencia de la firma electrónica, como señal fidedigna,
para la conclusión de los contratos en sede personal. Así, la Ley Nº 19.799, sobre
documentos electrónicos, firma electrónica y servicios de certificación de dicha firma, de
12 de abril de 2002, después de prever en el inciso 1º de su artículo 3º la procedencia y
validez de la firma electrónica en los actos y contratos de las personas naturales y
jurídicas, previó en su inciso 2º que: "Lo dispuesto en el inciso anterior no será aplicable a
los actos o contratos otorgados o celebrados en los casos siguientes: [...] c) Aquellos
relativos al derecho de familia". En igual dirección, la E  Corte Suprema, en su auto
xcma.

acordado de 17 de octubre de 2006, "Sobre uso de documento y firma electrónica por


notarios, conservadores y archiveros judiciales", advierte sobre: "La imposibilidad de
adoptar firma electrónica para los actos o contratos en que se exige determinada
solemnidad que no es susceptible de cumplirse mediante documento electrónico, aquellos
en que se requiera la concurrencia personal de alguna de las partes y los relativos al
derecho de familia". 983.5. Del acuerdo de unión civil y de su definición. La ley ha
configurado a este acuerdo como un acto en virtud del cual dos personas naturales, con
prescindencia de su sexo, convienen en someterse a un estatuto jurídico legalmente
predeterminado. La definición que del acuerdo de unión civil se da en el período inicial del
inciso 1º del artículo 1º de la Ley Nº 20.830 no refleja con propiedad lo que de sus mismas
disposiciones resulta que es el referido acuerdo. 983.5.1. Es un acto o contrato. La ley,
queda dicho y explicado (793.3), define al acuerdo como un "contrato", y ello significa que
no es más que un acto que expresa un consentimiento libre y espontáneo en el ejercicio
de la libertad personal (793.4). Se trata de un acto propio del derecho de las personas y
no del derecho patrimonial. Desde esta perspectiva, también se ha advertido sobre ello, el
derecho chileno de las personas ha tendido a optar por utilizar la voz 'contrato', y que ella
a asumido un contenido y unos caracteres diversos a los que tiene cuando se la emplea
en el derecho patrimonial. En otros derechos se ha optado por términos o expresiones
diversos, pero su adopción en el derecho chileno habría generado, igualmente, una serie
de problemas. La palabra 'pacto', a la que acudió el legislador francés de 1999, se sitúa
en un contexto diverso al chileno, pues en Francia estuvo, en buena medida condicionada
por la voluntad de crear una figura situada en el derecho patrimonial y no en el derecho de
las personas. Su adopción en el derecho chileno se habría enfrentado, igualmente, con la
dificultad de una tradición en la que la voz 'pacto' tiene unos usos muy consolidados, y
que la dotan de un contenido difícilmente conciliable con el acuerdo de unión civil, pues,
por ejemplo, ordinariamente el uso de la palabra 'pacto' está ligada a un acuerdo de
carácter accesorio. En un contexto más general, en otras tradiciones, como la italiana por
ejemplo, se ha recurrido a la expresión 'negocio jurídico familiar' (negozio giuridico
familiare) para referirse a los actos característicos del "derecho de familia". Es esta una
expresión que tiene el mérito de marcar una clara diferencia con los negocios jurídicos
patrimoniales. Con todo, su adopción en el derecho chileno, enfrenta, al menos, dos
problemas: por una parte, la voz italiana 'negozio' no es propiamente un equivalente de la
castellana 'negocio' que, por lo demás, en el uso jurídico chileno, aunque poco usada,
tiene una clara connotación patrimonial y, por otra, destacaría un cierto componente
"familiar" en este acuerdo que, claro está que lo tiene, pero que no es lo definitorio, en
cuanto que se trata de un acto que es expresión de libertad personal. Advierto, en todo
caso, que mi opinión se ha afirmado en cuanto a estimar inapropiada la visión "familiar"
del derecho de las personas: que, si bien todo lo familiar es personal, no todo lo personal
es familiar. A falta, pues, de mayores disquisiciones, el uso de la voz 'contrato' para definir
este acuerdo, es un recurso que, si se lo entiende en su contexto del derecho de las
personas, no resulta distorsionador. 983.5.2. De dos personas naturales. El acuerdo es
un acto que, necesariamente ha de expresar el consentimiento libre y espontáneo de dos
personas naturales. La definición legal no incluye de modo expreso su limitación a las
personas naturales, pero ella se desprende, no sólo de la misma definición legal (vida
afectiva en común) y de todas sus disposiciones. No parece equivocado en esto el criterio
asumido por el legislador. En el proyecto inicial del senador Allamand sí se contenía una
referencia expresa a que el "acuerdo de vida en común" que proponía se limitaba a las
personas naturales, pues en el inciso 1º de su artículo 1º se leía que: "El acuerdo de vida
en común es un contrato celebrado por dos personas naturales [...]", y en su artículo 4º se
reiteraba que: "Sólo podrán celebrar este contrato las personas naturales [...]"
(Boletín Nº 7.011-07). Esa precisión se explicaba porque aquel proyecto se mostraba
claramente influido por el modelo francés del "pacto civil de solidaridad", situado
claramente en sede patrimonial. En primer trámite constitucional, la Comisión de
Legislación del Senado optó, sin mayor referencia a esta cuestión concreta, por el texto
presentado por el presidente de la república, que no incluía la precisión de que se tratara
de personas naturales. Según la definición legal, las personas que celebran este acuerdo
"comparten un hogar [...] de carácter estable y permanente". En esto la definición es, o
claramente deficiente o notoriamente poco rigurosa jurídicamente. En cualquier caso, creo
que poco importará en la práctica. Mas, como no soy legislador, sí que me preocupa algo
el derecho. En efecto: ¿Cómo ha de entenderse, en derecho, esa caracterización legal del
acuerdo? Podría estimarse que se ha entendido que es un presupuesto para celebrar este
acuerdo el que las personas que lo concluyen ya compartan un hogar, de guisa que el
legislador no ha tenido en cuenta a quienes, sin compartir un hogar, quieran,
precisamente, a partir de la conclusión del acuerdo comenzar a compartirlo. Se trata de
un presupuesto de hecho, del que no hay más noticia en las restantes disposiciones de la
ley. Claramente ese presupuesto no es un "requisito" para celebrar el acuerdo, porque no
es tratado como tal. Así, aunque se diga expresamente en la ley que este es un acuerdo
de personas "que comparten un hogar", nada impide que quienes no lo compartan
puedan celebrarlo. En este contexto, aparece, al menos desde esta lectura del inciso 1º
del artículo 1º de la ley, una impensada diferencia entre este acuerdo y el matrimonio: es
legalmente el matrimonio el que instaura una comunidad de vida entre los contrayentes,
es decir, es la causa de esa comunidad de vida, en cambio, legalmente el acuerdo de
unión civil no instaura una comunidad de vida entre quienes lo celebran. Para acabar, solo
decir que en relación con este último punto, en el proyecto del senador Allamand existía
una referencia al "hogar común", pero no contextualizada como presupuesto para la
celebración del acuerdo, sino, para indicar que el acuerdo tenía por finalidad regular las
relaciones de convivencia en un hogar común. Así le leía en el inciso 1º del artículo 1º de
aquel proyecto: "El acuerdo de vida en común es un contrato celebrado por dos personas
naturales, mayores de edad, para regular sus relaciones de convivencia en un hogar
común, con voluntad de permanencia y de ayuda mutua". Aunque en primer trámite
constitucional se optó por el texto del mensaje del presidente de la república, que no
contenía referencia alguna al "hogar común", los senadores Hernán Larraín, Novoa, y
Orpis presentaron una indicación en la que se encuentra el origen de esta poco
afortunada expresión. En efecto, la indicación que presentaron para reemplazar el inciso
1º del artículo 1º era la siguiente: "Artículo 1º.- Concepto de acuerdo de vida en común. El
acuerdo de vida en común es un contrato, celebrado entre dos personas naturales del
mismo sexo, mayores de edad, que comparten un hogar y comunidad de vida con
voluntad de permanencia, de manera pública y notoria. Tiene por fin regular los efectos
jurídicos que puedan derivarse de su relación de convivencia como pareja exclusiva y
excluyente" (Boletines 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). 983.5.3. De igual o distinto
sexo. La definición legal del acuerdo tampoco hace referencia a este carácter, y no ha
hecho mal en esto el legislador. No distingue, pues, la ley las personas que pueden
celebrar el acuerdo en función de su sexo. Con todo, el sexo de los contrayentes es
considerado en ciertas situaciones particulares, v. gr. artículos 11, 21. Adviértese aquí, en
todo caso, que desde el primer trámite constitucional quedó zanjada la discusión
planteada en cuanto a que la ley que se pretendía aprobar iba a regular un acuerdo tanto
para personas de distinto sexo como del mismo sexo. 983.5.4. Para someterse a un
estatuto jurídico legalmente predeterminado. En propiedad, la finalidad de este
acuerdo es, simplemente, la de sujetarse quienes lo contraen, a un estatuto jurídico
prefijado por la ley y que no puede ser alterado por los contrayentes. Desde esta
perspectiva la definición legal es, o ingenua, o engañosa, o expresiva de una manera
restrictiva de entender la libertad. En efecto, en ella se señala que este contrato es
celebrado: "con el propósito de regular los efectos jurídicos derivados de su vida afectiva
en común". 983.5.4.1. De lo que significa "regular los efectos". ¿Qué entiende la ley
por "regular los efectos"? Claramente no significa que sean los contrayentes los que
definan el régimen de su vida en común, es decir, qué efectos va a generar entre ellos, y
cuál será la disciplina aplicable a esos efectos: la ley no lo permite. Tampoco significa
que, sobre la base de un estatuto jurídico mínimo de efectos definidos por la ley, se
permita a los contrayentes definir o disciplinar otros diversos mediante este acuerdo: la ley
tampoco permite esta posibilidad. Los "efectos jurídicos de la vida afectiva en común", no
son más que los derechos y obligaciones causados en ella. Esos derechos y obligaciones
no tienen por causa al acuerdo de vida en común, sino que su causa es la ley. Así lo
prevé expresamente el artículo 2º de la ley: "El acuerdo generará para los convivientes
civiles los derechos y obligaciones que establece la presente ley". Esta concepción se ve
reafirmada por el artículo 28 de la ley, en cuanto que en él se confirma que los derechos y
obligaciones entre los contrayentes no son causados en el contrato, sino que ellos
"derivan" de su "vigencia", de modo que cuando el acuerdo termina se pone "fin a todas
las obligaciones y derechos cuya titularidad y ejercicio deriven de la vigencia del contrato".
Esos derechos y obligaciones los fija la ley, y no los contrayentes, a quienes también se
impide, por el artículo 3º de la ley, sujetarlos a plazo, condición, modo o gravamen alguno.
En otras palabras, la ley ofrece a las personas un estatuto predeterminado e inmodificable
de derechos y obligaciones, al que pueden acceder las personas, a condición de celebrar
un acuerdo de unión civil. Nada hay de censurable en ello. Pero no hay que olvidar que
este modelo, implica una decisión entre varias opciones posibles. Se ha optado por no
seguir un modelo que permitiera a los contrayentes, dentro de los términos admisibles por
el sistema jurídico, ejercitar su voluntad para definir el régimen de su vida en común.
Entre la libertad de las personas y el modelo matrimonial, claramente se ha optado por
este último. Así, entonces, el "propósito de regular los efectos", a que se refiere la
definición legal, se diluye en un mero acto voluntario de sujeción a una cierta disciplina
legal indisponible para los contrayentes. 983.5.4.2. De la intrascendencia jurídica de la
"vida afectiva en común de carácter estable y permanente". A despecho de lo que se
señala en el inciso 1º del artículo 1º de la Ley Nº 20.830, la "vida afectiva en común de
carácter estable y permanente" carece de toda relevancia jurídica para la celebración y
validez de este acuerdo. Antes de explicar esta afirmación, es preciso hacer alguna
referencia a una cuestión textual. 983.5.4.2.1. De la obscuridad de la redacción del
inciso 1º del artículo 1º. La incorporación, en un momento avanzado de la tramitación
legislativa, de la expresión 'de carácter estable y permanente', genera algunas dudas. Si
embargo, su inclusión, para efectos prácticos, es del todo irrelevante. De la lectura del
inciso 1º no queda completamente claro si el "carácter estable y permanente" se predica
del "hogar", de la "vida afectiva en común", o, incluso, de la "regulación". En efecto,
pareciera que la redacción del artículo recurre a una frase subordinada adverbial
impropia: "con el propósito de regular los efectos de su vida afectiva en común". De ahí
que pudiera excluirse de la oración principal, que resultaría así: "El acuerdo de unión civil
es un contrato celebrado entre dos personas que comparten un hogar de carácter estable
y permanente". En esta lectura es el hogar compartido el que tiene carácter de estable y
permanente, y la frase subordinada expresa la finalidad de ese acuerdo. Otra lectura de
este inciso permite entender que la frase que se inicia con la palabras 'con el propósito'
finaliza con la voz 'permanente', de manera que el propósito del acuerdo sería regular los
efectos jurídicos que derivan de la vida afectiva en común, y que esta es la que se
caracteriza por su estabilidad y permanencia. En fin, también podría leerse como si es el
propósito de regular" el que tiene el carácter de estable y permanente. Como fuere, la
redacción no es afortunada. Esta expresión fue incorporada al inciso 1º del artículo 1º de
la ley a indicación de la senadora Soledad Alvear, y fue aceptada en primer trámite
constitucional en la Comisión de Legislación del Senado, según da cuenta el "Segundo
Informe". En la citada Comisión se consideró: "La indicación número 8, de la exsenadora
señora Alvear, para intercalar a continuación de la voz "común", la siguiente frase: ", de
carácter estable y permanente", y por mayoría de votos y con una sola abstención, fue
aprobada. Parece que los miembros de la Comisión tampoco tenían mucha claridad sobre
lo que implicaba incluir esta expresión a la definición del acuerdo. Así, el senador Espina,
la entendía referida al acuerdo mismo: "[Q]uien, en una primera aproximación al estudio
de estas indicaciones, se mostró partidario de aprobar la indicación número 8, porque,
arguyó, marca una orientación que debiera caracterizar este acuerdo, es decir su carácter
estable y permanente"; el senador Araya, entendía que su inclusión afectaría a la causas
de término del acuerdo: "El Honorable Senador señor Araya opinó que también estaba a
favor de lo propuesto en ella. Agregó que si se aprueba esta indicación, ella repercutiría
en el análisis las causales por las que se puede poner término a un acuerdo de vida en
pareja"; y el senador Hernán Larraín la estimaba innecesaria: "el Honorable Senador
Larraín, don Hernán, manifestó que esta indicación no era necesaria, porque lo que se
regula mediante este contrato es la vida afectiva en común. Se trata, sostuvo, de un pacto
entre dos personas de duración indefinida. En consecuencia, afirmó, esta indicación es
redundante" (Boletines 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). En todo caso, intervenciones
posteriores de algunos de estos senadores parecen apuntar a que estimaban que esos
caracteres se predicaban de la "vida afectiva en común". Así, al discutirse las indicaciones
al registro de los acuerdos celebrados en el extranjero: "El Honorable Senador señor
Araya recordó que cuando se definió por la Comisión el acuerdo de vida en pareja se
puso de manifiesto que lo que se estaba regulando son los efectos jurídicos derivados de
la vida afectiva en común, de carácter estable y permanente"; y el senador Espina, al
concluir los trabajos de la Comisión: "[S]olicitó dejar constancia de la gran actividad que
tuvo la Comisión durante el estudio en general y particular de este proyecto. Connotó que
la complejidad de los temas discutidos ameritaba adoptar decisiones y realizar cambios
relevantes respecto a la redacción original del mismo. Por lo anterior, resaltó que lo hecho
por la Comisión es fruto de dicha labor, donde se escuchó a diversos profesores
especialistas en el área y a las distintas organizaciones interesadas en que Chile tenga
una nueva institución, distinta del matrimonio, pero cuyo origen y fundamento emana de
una relación que se funda en una vida afectiva en común, de carácter estable y
permanente" (Boletines 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). Esta fue, en definitiva, la visión
que primó en la tramitación posterior de la ley. De ser así, el acuerdo de unión civil tendría
como propósito que los contrayentes regularan su vida afectiva en común, estable y
permanente. 983.5.4.2.2. De la irrelevancia jurídica de la vida afectiva en común, de
carácter estable y permanente. La afectividad es un dato, como muchos, pre-jurídico. El
derecho tradicionalmente la ha mirado con prevención y desconfianza. Estos recelos
tendieron a aumentar en los derechos estatales a partir del siglo XIX y buena parte del
siglo XX. Es la cara de una afectividad, que mueve a no fiarse de las declaraciones de los
parientes y los amigos, de las donaciones y contratos entre cónyuges, de la imparcialidad
de los jueces, de la rectitud de los funcionarios públicos, etc. Su otra cara, la de una
afectividad de la que no se temen malas consecuencias, ha tenido siempre una disciplina
propia, no jurídica, característica de los clásicos órdenes de la "amistad" y del "amor", y en
la que el derecho tradicionalmente no se inmiscuido. En el desarrollo de los derechos
estatales a partir del siglo XIX, en un contexto moderno de desconocimiento de órdenes
normativos distintos a los del derecho estatal, se generó el problema de "juridizar" una
serie de actos en los que la afectividad jugaba un papel disciplinado por el orden de la
amistad. Una de las soluciones por las que optó el derecho estatal fue suprimir la
afectividad como factor de relevancia jurídica en ciertos actos: el caso más típico es el de
las regulaciones estatales del matrimonio: es irrelevante la afectividad que pueda existir
entre quienes celebran el contrato de matrimonio, y una de estas manifestaciones de esa
irrelevancia es el desconocimiento del dolo como factor que obste a la validez del
contrato. Otra solución fue "juridizar" reglas propias de la disciplina del "amor", por
ejemplo, al "juridizar" las llamadas "obligaciones personales" entre los cónyuges. Pero
como su naturaleza y disciplina no eran jurídicas, los propios estados comenzaron a
advertir la dificultad de aplicarles un orden jurídico estatal. El reconocimiento de esa
impotencia e inoperancia del derecho estatal frente a la afectividad, fue primero velada:
"no, que, en realidad, no se trata propiamente de obligaciones jurídicas, sino de
"deberes", que son más bien morales", y a ello no queda más que decir: "pues, bien,
entonces, si son morales no los regule". Precisamente este ha sido el segundo paso y,
así, muchos derechos estatales han hecho prácticamente desaparecer tales "derechos y
obligaciones personales" del matrimonio. En ese contexto, la Ley Nº 20.830 confiesa que
ha creado un contrato para que dos personas "regulen" los efectos jurídicos que derivan
"de su vida afectiva en común, estable y permanente". Queda dicho que ello no es cierto,
porque los contrayentes no son quienes la regulan, sino que es la propia ley. Así, lo que
ha pretendido hacer la ley, en realidad es: reconocer una serie de efectos (derechos y
obligaciones) que derivan de la vida afectiva en común, estable y permanente, que
mantienen dos personas. Pero tampoco es esto lo que ha hecho. En efecto, si hubiera
sido tal, la vida afectiva en común, estable y permanente, se habría alzado como
presupuesto o requisito para el reconocimiento de tales efectos y, en consecuencia, como
parece que lo atisbaba en senador Araya, la ausencia de esa vida en común así
caracterizada, habría obstado al reconocimiento de tales efectos y, en definitiva, habría
conducido a la nulidad del acuerdo. Nada de esto hay en la ley. Podría decirse, que la ley
da por supuesto que ella existe, como si de una presunción se tratara, pero si así fuera
sería un presupuesto que no podría desconocerse legalmente y que, en consecuencia,
carecería de toda trascendencia jurídica. En definitiva, lo que ha hecho la ley, es crear un
contrato que, una vez celebrado, confiere a las personas naturales que lo celebran una
serie de derechos y obligaciones, predeterminados en la ley. Así las cosas, dos personas
naturales, que no tienen una vida afectiva en común, o que si la tienen no es estable ni
permanente, pueden celebrar este acuerdo. Pueden hacerlo, porque no es requisito para
su celebración (vide arts. 5º y 6º), y si lo celebran, lo celebran válidamente, porque la
ausencia de esa vida afectiva en común, o de su estabilidad y permanencia, no es causa
de nulidad del acuerdo (videart. 26). Nada parece impedir que, por ejemplo, dos amigos
celebren un acuerdo de unión civil o que, sin siquiera mediar amistad, dos personas lo
celebren con fines muy concretos: por ejemplo la de procurarse un legitimario. A igual
conclusión se arriba si la perspectiva de examen es la siguiente: el propósito del acuerdo
es regular la vida afectiva común, estable y permanente, es decir, este es el fin (causa
final) del acuerdo, de modo que si el fin fuera otro, el acuerdo advendría desprovisto de su
causa final y, por ende, carecería de validez. Nada de esto hay en la Ley Nº 20.830, a
diferencia, por ejemplo, de la Ley Nº 19.947 (art. 5º) que sí tiene en cuenta los fines del
matrimonio en función de su validez o nulidad. Por último, la intrascendencia jurídica de la
vida afectiva en común, estable y permanente, es plenamente coherente con los
caracteres de inestabilidad y disolubilidad que se atribuyen al acuerdo. En efecto, el
acuerdo puede terminar, en cualquier momento, "por mutuo acuerdo de los convivientes
civiles" (art. 26 letra d) o "por voluntad unilateral de uno de los convivientes civiles" (art. 26
letra e). ¿Puede haber algo más inestable y menos permanente que unos derechos y
obligaciones que pueden cesar en cualquier momento (no hay requisito de plazo
alguno) por voluntad de ambas partes o, incluso, de solo una de ellas, y que pueden
cesar, haya o no haya afectividad, porque así lo desea una de las partes, y sin expresión
de causa? "Nosotros, que nos queremos tanto debemos separarnos, no me preguntes
más. No es falta de cariño, te quiero con el alma, te juro que te adoro y en nombre de este
amor, y por tu bien, te digo adiós". Claro que Pedro Junco lo dice mejor que nuestros
legisladores. 983.6. De los contrayentes: "convivientes civiles". En la parte inicial del
período final del inciso 1º del artículo 1º de la ley se declara que: "Los contrayentes se
denominarán convivientes civiles". La ley, por regla general recurre a esta denominación
(arts. 2º, 4º, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26 27), salvo en el caso del
inciso 2º de su artículo 11, en que utiliza simplemente la voz 'conviviente'. Repárese en
que, a partir de la entrada en vigor de esta ley, la expresión "conviviente civil" tiene una
significación propia, que es diversa de la voz 'conviviente, a la que se acude en otras
leyes. Esta última continuará aplicándose a aquellas personas que mantienen una unión
de hecho y que, en consecuencia, no ha celebrado acuerdo de unión civil. Adviértase,
igualmente, que aunque "conviviente civil" y "conviviente" sean categorías diferentes, el
campo operativo de la segunda incluye al de la primera, pero no a la inversa. Esto es así,
porque en el artículo 22 de la Ley Nº 20.830 se fijó la siguiente regla: "Las leyes y
reglamentos que hacen alusión a los convivientes, sea con esta expresión u otras que
puedan entenderse referidas a ellos, serán igualmente aplicables a los convivientes
civiles". No hay una regla inversa, es decir, a los "convivientes" no se le aplican las leyes y
reglamentos que se refieren a los "convivientes civiles". 983.7. De los convivientes
civiles considerados, para ciertos efectos, como parientes. En la parte final del inciso
1º del artículo 1º de la ley se declara que los convivientes civiles: "[S]erán considerados
parientes para los efectos previstos en el artículo 42 del Código Civil". Los convivientes
civiles no son parientes entre sí, es decir, el acuerdo de unión civil no es una causa de
parentesco, aunque genere un estado civil (art. 1º inc. 2º) y sean, recíprocamente,
herederos ab intestato y legitimarios (art. 16 inc. 1º). Por ellos la ley precisa que "serán
considerados", no que "lo sean" y, además, para unos muy precisos efectos: los del
artículo 42 del Código Civil, es decir, para aquellos "casos en que la ley dispone que se
oiga a los parientes de una persona". 983.8. Del estado civil de "conviviente civil". El
período inicial del inciso 2º del artículo 2º de la ley prescribe que la celebración del
acuerdo de unión civil "conferirá el estado civil de conviviente civil". La adopción de esta
regla dio origen a una de las discusiones más prolongadas durante la tramitación del
proyecto de ley. En el proyecto presentado por el senador Allamand se asumía la regla
contraria, porque en el inciso 3º de su artículo 1º se leía que: "La celebración de este
contrato no alterará el estado civil de los contratantes" (BoletínNº 7.011-07), y en la misma
línea y con mayor expresividad, en el proyecto presentado por el presidente de la
república, pues en el inciso 2º de su artículo 1º se decía que: "El acuerdo solo generará
los derechos y obligaciones que establece la presente ley y en ningún caso, alterará el
estado civil de los contratantes" (Boletín Nº 7.873-07). La inclusión de la regla definitiva se
produjo en el curso del primer trámite constitucional. Tuvo su origen en una indicación
presentada por la senadora Alvear, que proponía la incorporación de un inciso 3º al
artículo 1º del proyecto, y cuyo texto era el siguiente: "La celebración del presente
contrato conferirá a los contrayentes el estado civil de convivientes legales". Fue
aprobada por la Comisión de Legislación del Senado por mayoría de votos. En el curso de
la tramitación posterior se le dio su ubicación y redacción definitiva. Este estado civil,
generado por el acuerdo, es tan permanente como el acuerdo. Así lo establece el período
final del citado inciso 2º del artículo 1º: "El término de este acuerdo restituirá a los
contrayentes el estado civil que tenían antes de celebrar este contrato, salvo el la
situación prevista en la letra c) del artículo 26". La excepción a la regla general, que es la
de la indicada letra c) del artículo 26 es explicable, porque esa causa de término del
contrato es: "el matrimonio de los convivientes civiles entre sí, cuando proceda", en cuyo
caso, se pierde el estado civil de conviviente civil y se adquiere el de casado. Adviértase
que esa regla general implica una consecuencia singular: que si el acuerdo civil termina
por la muerte de uno de los convivientes civiles, la ley no ha considerado que para el
supérstite se genere un estado civil que pudiera haber sido equivalente al de viudo, al que
da origen la muerte del cónyuge (art. 305 Código Civil), ni tampoco ha previsto una regla
que, directamente, le haya atribuido el estado civil de viudo. En caso alguno podría
considerarse que esa equivalencia pudiera derivarse de la regla del artículo 23 de la ley,
en cuanto que ella, además de partir de la base de que los convivientes civiles están
vivos, sólo se refiere a las inhabilidades, incompatibilidades y prohibiciones que las leyes
y reglamentos establecen respecto de los cónyuges, las que, de pleno derecho, se
extienden a los convivientes civiles. No se reparó aquí, como en otros puntos, en el "valor
simbólico" que también se pretendió que tuviera esta ley, pero más que eso, tampoco en
más de alguna cuestión que puede plantear esta omisión. Nada digo de la eventual
discriminación que implica respecto del cónyuge supérstite que, en cuanto que viudo, está
sujeto a algunas reglas que no se aplicarán al que fue conviviente civil (v. gr.
art. 1075 Código Civil).

Artículo 2º. El acuerdo generará para los convivientes civiles los derechos y
obligaciones que establece la presente ley.

Concordancias: Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículos 1º, 14, 24, 28.

984. De los derechos y obligaciones generados por el acuerdo de unión


Comentario: 
civil. La regla de este artículo 2º, como se ha anticipado, es la que se sitúa como principio
básico de una ley que fija un estatuto jurídico predeterminado para el acuerdo de unión
civil. Los efectos de este contrato, en cuanto que los derechos y obligaciones que de él
emanan, son únicamente los que establece la Ley Nº 20.830. Sin embargo, esta regla
debe ser contextualizada. En efecto, los derechos y obligaciones que el acuerdo civil
genera para los convivientes civiles, siempre son los que están expresamente previstos
en la ley, pero no exclusivamente en la Ley Nº 20.830. Esto es así por ciertas remisiones
a otras leyes, contenidas en la misma Ley Nº 20.830, y por las reformas o modificaciones
que ella mismo introdujo a otros cuerpos legales. De este modo, los derechos i
obligaciones generados por este acuerdo son los siguientes: 1º) Los reconocidos en los
artículos de la Ley Nº 20.830 destinados específicamente a regular el acuerdo de
unión civil: es decir, los que resultan de sus primeros veintiocho artículos, pues desde el
artículo 29 en adelante sus disposiciones se ocupan de modificaciones a otras leyes.
Tales son: a) obligaciones de ayuda mutua y asunción de gastos generados por la vida en
común (art. 14); b) derechos sucesorios entre los convivientes civiles (art. 16); c) derecho
a obtener la declaración de bien familiar (art. 15 inc. final); d) derecho de adjudicación
preferente del bien que sea o haya sido residencia principal de la familia para el
conviviente civil supérstite (art. 19); e) derecho a una eventual compensación económica
en caso de término del acuerdo (art. 27); f) la carga de asumir la curaduría del conviviente
civil demente (art. 25); 2º) Derechos y obligaciones que, al estar reconocidos en
leyes o reglamentos a los "convivientes", se extienden a los "convivientes civiles":
esto es así, como consecuencia de la regla fijada en el artículo 24 de la ley: "Las leyes y
reglamentos que hacen alusión a los convivientes, sea con esta expresión u otras que
puedan entenderse referidas a ellos, serán igualmente aplicables a los convivientes
civiles"; 3º) Derechos y obligaciones reconocidos expresamente en otras leyes: en
general, se trata de todos aquellos derechos y obligaciones que, como consecuencia de
las reformas que introdujo la Ley Nº 20.830 a otras leyes, se reconocen a quienes hayan
celebrado un acuerdo de unión civil y se mantenga vigente. Se trata de derechos y
obligaciones de diversas especies. Por ejemplo, la obligación de dar sepultura al cadáver
del que fuera conviviente civil (art. 140 CódigoSanitario), o el derecho a autorizar el uso,
para injertos con fines terapéuticos, de tejidos del cuerpo cadáver del conviviente civil
(arts. 147 y 148 Código Sanitario). También, y muy importantes, por ejemplo, os derechos
reconocidos para los efectos del régimen público de salud y del sistema privado de salud
(art. 29), del sistema de pensiones (arts. 5º, 7º, 58, 72, 88, 92 Decreto Ley Nº 3.500, arts.
4º y 34 Ley Nº 20.255).

Artículo 3º. El acuerdo no podrá sujetarse a plazo, condición, modo ni


gravamen alguno. Tampoco podrá prometerse su celebración.

Concordancias: Código Civil: artículos 10, 1070 inciso 2º, 1080, 1089, 1473, 1494, 1554. Ley
Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º.

985. Del acuerdo de unión civil como acto puro y simple. Esta regla, como se
Comentario: 
ha anticipado (793.2.2), atribuye a este contrato el carácter de puro y simple, en cuando
que no admite plazo, condición, modo o gravamen alguno. El origen de esta regla se sitúa
en el proyecto presentado por el senador Allamand, pues en el inciso 4º de su artículo 1º
se leía que: "El acuerdo no podrá sujetarse a plazo, condición, modo ni gravamen alguno,
salvo los que se establecen en esta ley" (Boletín Nº 7.011-07). Aunque la Comisión de
Legislación del Senado acordó no incorporarlo directamente, con posterioridad, fue
incluido por la vía de una indicación y, así, en primer trámite constitucional el Senado
aprobó un artículo 3º que rezaba: "El acuerdo no podrá sujetarse a plazo, condición, modo
ni gravamen alguno. Tampoco podrá prometerse su celebración". En segundo trámite
constitucional, la Cámara de Diputados substituyó la frase 'plazo, condición, modo ni
gravamen alguno' por las palabras "modalidad alguna". Esta modificación se habían
fundado en la crítica que se había alzado en relación con la utilización del término
'gravamen', que se estimaba propio del derecho patrimonial. Esta substitución fue,
finalmente, rechazada por el Senado en tercer trámite constitucional (BoletinesNºs. 7.011-
07 y 7.873-07, refundidos). 986. De la imposibilidad de prometer la celebración de un
acuerdo de vida en común. La regla del período final de este artículo se incorporó en el
curso del primer trámite constitucional en el Senado, a indicación de los senadores
Hernán Larraín, Novoa y Orpis, quienes propusieron la siguiente indicación (Nº 74): "No
podrá prometerse la celebración de un acuerdo de vida en común". Fue aprobada, por
unanimidad, por la Comisión de Legislación del Senado en primer trámite constitucional,
con las enmiendas necesarias para situarlo como segunda oración del artículo 3º del
proyecto (Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos).
Artículo 4º. Entre un conviviente civil y los consanguíneos de la persona con
la que está unida por un acuerdo de unión civil existirá, mientras éste se
encuentre vigente, parentesco por afinidad. La línea y grado de afinidad de una
persona con un consanguíneo de su conviviente civil se califica por la línea o
grado de consanguinidad de dicho conviviente civil.

Concordancias: Código Civil: artículos 9 inciso 1º, 27, 28, 31. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión
civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º.

987. Del acuerdo de unión civil como causa de parentesco por afinidad.


Comentario: 
Como consecuencia de la adopción de esta regla, en cuya base se encuentran las
disposiciones contenidas en el artículo 31 del Código Civil, la noción de parentesco por
afinidad amplía su campo operativo en el derecho chileno, pues ya no sólo es propia del
matrimonio, sino también de este nuevo contrato. Con todo, hay una diferencia en su
modo de operar en uno u otro caso. En efecto, en sede matrimonial el Código Civil prevé
que él no se extingue por el término del matrimonio, en cuanto que, es definido como
aquel parentesco que existe entre una persona "que está o ha estado casada" y los
consanguíneos de su marido o mujer. Esa regla se situaba en su originario contexto de un
matrimonio indisoluble y, en principio, sólo extinguible por la muerte de uno de los
cónyuges. Después de las sucesivas reformas al régimen matrimonial originario
del Código Civil y, en particular, en el contexto de la disciplina introducida por la Ley
Nº 19.947, no resulta del todo justificado que, por ejemplo, una vez terminado el
matrimonio por divorcio, se mantenga el parentesco por afinidad. Ello tiene, entre otras
consecuencias, el efecto de generar una limitación a la facultad para contraer matrimonio
(ius conubii) y, ahora, para celebrar el acuerdo de unión civil. Como sea, de cara al
artículo 31 en vigor del Código Civil, el parentesco por afinidad causado en un acuerdo de
unión civil sólo existe mientras el citado contrato está vigente. La regla de este artículo 4º
no existía en ninguno de los dos proyectos que dieron origen a la Ley Nº 20.830. En el
curso del primer trámite constitucional hubo una serie de opiniones dirigidas a incluirla y,
en definitiva, la senadora Alvear propuso como indicación la siguiente: "Entre una persona
que ha celebrado este contrato y los consanguíneos de su conviviente existe parentesco
por afinidad". En la misma línea, la senadora Rincón propuso la siguiente indicación: "La
celebración del presente contrato conferirá a los contrayentes el estado civil de
convivientes legales, y dará lugar al parentesco por afinidad en los términos del artículo
31 del Código Civil", complementada por otra, dirigida a modificar el artículo 31
del Código Civil, cuyo primer inciso proponía substituir por este: "Parentesco por afinidad
es el que existe entre una persona que está o ha estado casada, o tiene o ha tenido un
acuerdo de vida en pareja, y los consanguíneos de su cónyuge o conviviente legal", y el
segundo por el siguiente: "La línea y grado de afinidad de una persona con un
consanguíneo de su cónyuge o conviviente legal, se califica por la línea o grado de
consanguinidad de dicho cónyuge o conviviente legal". Al discutirse, conjuntamente, estas
indicaciones en primer trámite constitucional, se propuso en la Comisión de legislación del
Senado un nuevo texto para el artículo 4º del proyecto, que fue aprobado por unanimidad,
y que era el siguiente: "Entre un conviviente civil y los consanguíneos de la persona con la
que está unida por un acuerdo de vida en pareja existirá, mientras éste se encuentre
vigente, parentesco por afinidad. La línea y grado de afinidad de una persona con un
consanguíneo de su conviviente civil, se califica por la línea o grado de consanguinidad de
dicho conviviente civil". En la citada Comisión se trató, en particular, del punto tocante a la
terminación de este parentesco con el término del acuerdo y, en principio, los senadores
que intervinieron parecieron coincidir en que se justificaba que en esto difiriera del
matrimonio: "El Presidente accidental de la Comisión, Honorable Senador señor Tuma,
preguntó si el parentesco por afinidad se mantiene, a pesar del término del matrimonio. El
profesor Eduardo Court señaló que la legislación que regula el matrimonio dispone que el
parentesco por afinidad perdura aún cuando uno de los cónyuges haya fallecido. Hizo
presente que cuando el Código consagró dicha norma no existía el divorcio tal como está
regulado actualmente. Si el matrimonio se disolvía por nulidad, el parentesco por afinidad
terminaba. El Presidente accidental de la Comisión, Honorable Senador señor Tuma
opinó que en este punto, el acuerdo de vida en pareja, debiese producir el mismo efecto
que respecto al matrimonio. Preguntó qué justificaba establecer un criterio distinto
respecto a ambas instituciones. El profesor señor Eduardo Court aseveró que el
matrimonio tendría un carácter más estable que el acuerdo, sobre todo tomando en
cuenta las formas de terminación. El Honorable Senador señor Araya estimó acertada la
redacción propuesta, y recoge la discusión de la Comisión. Remarcó que la naturaleza
jurídica del acuerdo de vida en pareja no ha sido definida, porque si bien contiene normas
de orden público familiar, en algunas de sus reglas, se aplican criterios que corresponden
al ámbito de los contratos civiles y comerciales. Expresó que atendida la naturaleza
especial del acuerdo de vida en pareja, debiese precisarse que con el término del acuerdo
de vida en pareja, concluye el parentesco por afinidad. El Honorable Senador señor
Espina manifestó que estaba de acuerdo con lo señalado por el Honorable Senador señor
Araya. Añadió que el parentesco por afinidad es una figura curiosa, dada la naturaleza y
las características del acuerdo. Añadió que prolongar el parentesco por afinidad una vez
terminado el acuerdo, generará muchos conflictos. Hizo presente que era partidario de
terminar con dicho parentesco cuando concluye el acuerdo. Estimó que ello debe
precisarse en la norma. El Honorable Senador Larraín, don Hernán, propuso agregar a la
redacción propuesta precedentemente la idea de que este parentesco por afinidad se
mantendrá mientras se encuentre vigente el acuerdo de vida en pareja. El Honorable
Senador señor De Urresti señaló que debe se debe indicar, en un inciso diferente, lo
planteado por el Honorable Senador señor Araya. El Honorable Senador señor Espina
acotó que la idea propuesta por el Honorable Senador señor Larraín corrige la norma
propuesta y resuelve la duda acerca de la duración del parentesco por afinidad"
(Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos).

TÍTULO II DE LA CELEBRACIÓN DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL, DE


SUS REQUISITOS DE VALIDEZ Y PROHIBICIONES

Artículo 5º. El acuerdo de unión civil se celebrará en el Servicio de Registro


Civil e Identificación, ante cualquier oficial, quien levantará acta de todo lo
obrado, la que será firmada por él y por los contrayentes. La celebración podrá
efectuarse en el local de su oficina o en el lugar que señalaren los
contrayentes, siempre que se hallare ubicado dentro de su territorio
jurisdiccional.

En este acto, los contrayentes deberán declarar, bajo juramento o promesa,


por escrito, oralmente o por lenguaje de señas acerca del hecho de no
encontrarse ligados por vínculo matrimonial no disuelto o un acuerdo de unión
civil vigente.

El acuerdo podrá celebrarse por mandatario facultado especialmente para


este efecto. El mandato deberá otorgarse por escritura pública en la que se
indiquen los nombres, apellidos, nacionalidad, profesión u oficio y domicilio de
los contrayentes que quedarán sujetos al acuerdo y del mandatario.

El mandatario requerirá facultad expresa para convenir por su mandante la


comunidad de bienes a que se refiere el artículo 15.

Concordancias: Código Civil: artículos 103, 190, 2130 inciso 1º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,
D.O.  17.05.2004, artículos 9º, 17. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015:
artículos 1º, 9º inciso 2º, 10, 11, 15.

988. Del acto de celebración del acuerdo de unión civil. En términos


Comentario: 
generales, la celebración del acuerdo de unión civil se ha sujetado a una disciplina que ha
tenido como modelo la que estableció la Ley Nº 19.947 en sus artículos 17 y 19, respecto
del matrimonio, complementada por su artículo 9º, y por el artículo 103 del Código Civil,
con las modificaciones que se juzgaron necesarias, dado los caracteres que se
atribuyeron a este nuevo contrato. No existe gestión o diligencia previa a su celebración,
que pueda equivaler a la manifestación e información propias del matrimonio, de modo
que los contrayentes, directamente pueden celebrar este contrato ante cualquier oficial del
Registro Civil y, al igual que en el caso del matrimonio, la celebración puede verificarse en
el local de la oficina del oficial del Registro Civil, o en un lugar señalado por los
contrayentes, a condición de hallarse dentro de su territorio jurisdiccional. Se recibe,
también, la regla del artículo 9º de la Ley Nº 19.947, en cuanto al reconocimiento del uso
del lenguaje de señas, y la posibilidad de celebrarlo por mandatario, en términos similares
a los que el artículo 103 del Código Civil fija respecto del matrimonio. Dos advertencias
que conviene tener presente: a) por mandato del artículo 10 de la Ley Nº 20.830, si la
persona que quiere celebrar un acuerdo de unión civil tiene la patria potestad de un hijo o
la guarda de otra, previamente ha de haber cumplido con las diligencias previstas en
los artículos 124 y 125 del Código Civil, es decir, la confección del inventario solemne en
los términos previstos en tales disposiciones. Como el mismo artículo 1º de la ley hace
aplicable en este punto el artículo 126 del Código Civil, el oficial del Registro Civil no ha
de permitir la celebración del acuerdo de unión civil, sin que se le presente certificado
auténtico del nombramiento de curador especial para los objetos señalados en los
artículos 124 y 125 del Código Civil; b) por disposición del artículo 11 de la Ley Nº 20.830,
si se trata de una mujer que quiere celebrar el acuerdo de unión civil con un hombre, y ha
mantenido otro acuerdo civil previo, el oficial del Registro Civil no permitirá la celebración
del nuevo acuerdo civil sin que por parte de la mujer se justifique que no está
comprendida en la limitación que le impone el citado artículo 11. 988.1. ¿De la
celebración del acuerdo in articulo mortis? A diferencia de la Ley Nº 19.947 que, en
sus artículos 17 inciso final y 19 inciso final, se ocupa de la celebración del matrimonio in
articulo mortis, nada se dice en el artículo 5º ni menos en el 6º de esta Ley Nº 20.830
acerca de la posibilidad de celebrar el acuerdo de unión civil en aquel trance. Pero, a
pesar del silencio aquí guardado, en el artículo 26 letra f) inciso 6º de la ley se da por
supuesto que es posible la celebración de este nuevo contrato in articulo mortis. En
efecto, en aquel inciso, al tratarse de la extinción de la acción de nulidad, se prevé, como
regla general, que: "La muerte de uno de los convivientes civiles extingue la acción de
nulidad", pero con ciertas limitaciones, de las que la primera es: "salvo cuando el acuerdo
de unión civil haya sido celebrado en artículo de muerte", porque en este caso: "la acción
podrá ser intentada por los herederos del difunto dentro del plazo de un año contado
desde el fallecimiento". El origen de este inciso del artículo 26 de la Ley Nº 20.830, se
sitúa en una indicación de la senadora Alvear que, aunque rechazada por la Comisión de
Legislación del Senado en primer trámite constitucional, fue reiterada, en este punto, casi
a la letra por una indicación del senador Allamand, y esta sí fue aprobada en primer
trámite constitucional por el Senado. Sin embargo, ni en este momento, ni en ningún otro
de la tramitación del proyecto, se planteó la cuestión de ¿cómo había de producirse tal
celebración? No es una cuestión menor que, aunque la buena fe se presume, todos
somos conscientes de la flaqueza de nuestra naturaleza humana, más de alguna vez
cautivada por los cantos del fraude. Para precaver eventuales disputas, la Ley Nº 19.947
dispuso que, aunque el matrimonio in articulo mortis, podía celebrarse sin los trámites
previos de la manifestación e información (art. 17 inc. final) y exento de la disciplina
docente de los cursos de preparación matrimonial (art. 10 inc. 3º), es preciso que el oficial
civil especifique en el acta "el cónyuge afectado y el peligro que le amenazaba" (art. 19
inc. final). No parece injustificado que, ante el silencio de la Ley Nº 20.830, se tome una
igual precaución si se trata de la celebración de un acuerdo de unión civil in articulo
mortis. 988.2. De la necesidad de dar facultad expresa al mandatario para pactar la
sujeción a la comunidad de bienes regida por la ley. Se ha avanzado que el acuerdo
de unión civil no produce, por sí mismo, efecto alguno en relación con la situación
patrimonial de los contrayentes (art. 15 inc. 1º). Si embargo, la ley ofrece a quienes
contraen este acuerdo un particular régimen de comunidad de bienes, cuya disciplina,
inmodificable, se fija en su artículo 15. Si los contrayentes deciden sujetarse a tal régimen,
han de concluir un pacto accesorio, en el mismo acto de la celebración del acuerdo. Es en
el contenido netamente patrimonial de este pacto, en el que se funda su tratamiento
diverso al de la conclusión del acuerdo. De ahí que se haya decidido incluir la regla del
inciso final de este artículo 5º: "El mandatario requerirá facultad expresa para convenir por
su mandante la comunidad de bienes a que se refiere el artículo 15".

Artículo 6º. El acta levantada por el oficial del Registro Civil, a que se refiere
el artículo anterior, se inscribirá en un registro especial que llevará el Servicio
de Registro Civil e Identificación.

El Registro Especial de Acuerdo de Unión Civil que llevará el Servicio de


Registro Civil e Identificación deberá incluir las siguientes referencias: nombre
completo y sexo de los contrayentes; fecha, hora, lugar y comuna en la que se
celebra este contrato; y la certificación, realizada por el oficial del Registro Civil,
del cumplimiento de los requisitos establecidos para su celebración.

Concordancias: Ley Nº 19.947, de matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004, artículo 19. Ley Nº 20.830, crea
el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículos 10, 11, 12 regla 3ª, 26 letra f).

989. De la inscripción del acta. Como ya se anticipara (793.2.2), este contrato,


Comentario: 
en el contexto del derecho de las personas, se halla sometido a un cierto régimen de
registro. En el entendido de que es el acta que debe levantar el oficial del Registro Civil
ante quien se celebra el acuerdo, la que debe ser inscrita, y lo ha de ser en un registro
especial que deberá llevar el Servicio de Registro Civil e Identificación. A este registro se
le denomina: "Registro Especial de Acuerdo de Unión Civil". Aunque nada se señala
expresamente en la ley, de la generalidad de sus disposiciones se desprende que, al igual
que en sede matrimonial, la omisión del acta o de su inscripción no constituyen capítulos
de nulidad del acuerdo de unión civil. Ellas, en todo caso, pueden generar un problema de
prueba en relación no sólo, con la misma celebración y existencia del acuerdo, sino con
una de sus consecuencias: la prueba del estado civil de conviviente civil. Adviértase, en
fin, que la Ley Nº 20.830 no ha ordenado incluir el caso del estado civil como uno de
aquellos que, según el artículo 305 del Código Civil, ha de acreditarse frente a terceros y
probarse por la referida inscripción.

Artículo 7º. Para la validez de este contrato será necesario que los


contrayentes sean mayores de edad y tengan la libre administración de sus
bienes. No obstante lo anterior, el disipador que se halle en interdicción de
administrar lo suyo podrá celebrar, por sí mismo, este acuerdo.

Concordancias: Código Civil: artículos 26, 442, 1446, 1447. Ley Nº 19.947, de matrimonio Civil,
D.O.  17.05.2004, artículo 5º. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículos
1º, 9º, 26 letra f) e inciso 4º.

990. De la capacidad para celebrar este contrato y de las incapacidades


Comentario: 
legales. La capacidad para celebrar un contrato, propio del derecho de las personas,
como consecuencia de su estructura y funcionalidad (793.4), tiene una disciplina que
técnicamente se distancia de la capacidad en sede de contratos patrimoniales. Así, en tal
contexto, la capacidad legal para contraer matrimonio, se vincula necesariamente al ius
conubii, en cuanto que derecho esencial e inherente a la persona humana, de modo que
la capacidad es la regla general y, por ende, las incapacidades para contraerlo se muestra
como excepcionales limitaciones al ius conubii y, en cuanto que tales, son tratadas con
buena técnica en la Ley Nº 19.947 (vide mi Derecho de las personas..., pp. 318-323). Una
incapacidad para celebrar un contrato, en el derecho de las personas, se presenta como
una imposibilidad legal que afecta a ciertas personas, porque una circunstancia de iure,
legalmente calificada, obsta a que pueda aportar alguno de los elementos propios del
contrato de que se trata. En relación con el contrato de matrimonio esas incapacidades
son las de: a) edad; b) vínculo matrimonial no disuelto; c) crimen; y d) parentesco
(vide mi Derecho de las personas..., pp. 323-324). La capacidad, en relación con el
acuerdo de unión civil, sigue una lógica similar, aunque no fundada en el reconocimiento
expreso de un derecho esencial e inherente a las personas, como lo es el ius conubii, sino
en una libertad proyectada en la determinación de un personal proyecto vital (793.4). Así,
en principio, toda persona es capaz para celebrar el acuerdo de unión civil, salvo aquellas
que, por una circunstancia de iure, legalmente definida, no pueden hacerlo, porque la
concurrencia de esa circunstancia les impide aportar algún elemento propio del acuerdo y,
en tal sentido, se trata de incapacidades legales. La Ley Nº 20.830 reconoce las
siguientes incapacidades legales para celebrar el contrato de unión civil: a) edad (art. 7º),
en cuanto que la minoridad, que es una circunstancia de iure, se estima que impide la
conclusión de un acuerdo en que, es la propia persona del contrayente la que resulta
afectada; b) parentesco (art. 9º inc. 1º), que es también una circunstancia de iure, y cuyo
fundamento se ha situado en razones de bien común o de orden público, amén de otras
de carácter antropológico o sociológico; c) vínculo matrimonial no disuelto (art. 9º inc. 2º),
que es igualmente circunstancia de iure, justificada en esta sede en una doble
perspectiva, para no herir las propiedades del matrimonio, y porque quien ya es cónyuge,
no puede aportar elementos propios de un acuerdo de unión civil; y d) acuerdo de unión
civil vigente (art. 9º inc. 2º), incapacidad propia de este nuevo contrato, fundado en quien
ya es conviviente civil no puede aportar elementos que le son propios a una pretendida
nueva unión. A diferencia del contrato de matrimonio, la Ley Nº 20.830, sin justificación,
no ha reconocido la tradicional incapacidad de crimen, que la Ley Nº 19.947, en relación
con el matrimonio, consagra en su artículo 7º. Ni en el proyecto del senador Allamand, ni
en el del presidente de la república, se incluía la incapacidad de crimen. En el curso del
primer trámite constitucional, los senadores Hernán Larraín, Novoa y Orpis, presentaron
una indicación (Nº 16) al artículo 2º del proyecto, destinada a incluir esta incapacidad,
pues en ella se proponía como inciso 3º del artículo 2º el siguiente: "El contratante
sobreviviente de un acuerdo de vida en común no podrá celebrar una convención de este
tipo con aquel al que le haya sido formalizada la investigación por el homicidio de su
cocontratante, como tampoco con quien sea condenado como autor, cómplice o
encubridor del mismo delito". Al discutirse esta indicación, el senador Larraín la retiró,
aunque no por ninguna razón que tocara directamente a esta incapacidad, sino porque
pesó en él una observación del senador Araya: "[S]eñaló que compartía la observación
del Honorable Senador Araya, razón por la que retiraba la indicación número 16". La
referida observación había sido la siguiente: "El Honorable Senador señor Araya
manifestó que no tiene claridad respecto a la expresión "legalmente capaces" que utiliza
la indicación, porque de acuerdo a nuestra legislación civil, específicamente el artículo
1445, se prescribe que para celebrar un contrato la persona debe ser legalmente capaz,
de lo contrario esta convención es inválida". Bien se puede apreciar, la confusión que
reinaba en este punto entre los miembros de la Comisión. Solo por lo que importa a la
incapacidad de crimen, baste con señalar que ella no existe en el derecho patrimonial. No
parece haber buenas razones para haber excluido esta incapacidad legal. 991. De las
incapacidades legales: la incapacidad de edad. En relación con esta incapacidad, la
Ley Nº 20.830, se aparta de la Ley Nº 19.947 en varios aspectos. En efecto, la ley
establece: a) una regla general de incapacidad, que consiste en la minoridad; b) una regla
que, por vía de excepción, amplía la incapacidad al mayor que carece de la libre
administración de sus bienes; y c) una regla que, por vía de limitación, restringe la
excepción anterior, al no hacerla aplicable al pródigo declarado en interdicción. 991.1. De
la regla general: la minoridad: tal es la regla general que, de modo expreso, se fija en
este artículo cuando exige que para la "validez" del acuerdo de unión civil los
contrayentes sean "mayores de edad". Bien sabido es que, de acuerdo con el artículo 26
del Código Civil, es "mayor de edad, o simplemente mayor, el que ha cumplido dieciocho
años" y, por el contrario, que es "menor de edad, o simplemente menor, el que no ha
llegado a cumplirlos". Esta regla general, aleja en este punto a este contrato del de
matrimonio, y lo aproxima al régimen de los actos y contratos en sede patrimonial. La
exigencia de la mayoría de edad se hallaba tanto en el proyecto de senador Allamand
(arts. 1º y 4º), como en el presentado por el presidente de la república (art. 2º). En primer
trámite constitucional, la Comisión de Legislación del Senado, por unanimidad, aprobó el
artículo 2 del proyecto del presidente de la república, que rezaba: "Solo podrán celebrar el
Acuerdo de Vida en Pareja las personas que sean mayores de edad y que tengan la libre
administración de sus bienes". En segundo trámite constitucional se discutió la posibilidad
de equiparar la edad de celebración de este acuerdo, a la exigida para contraer
matrimonio, es decir, la de dieciséis años. Entre quienes compartían esta opinión se
hallaba el profesor Mauricio Tapia que: "[M]encionó que el matrimonio fija como edad para
su celebración los 16 años (art. 5º Nueva Ley de Matrimonio Civil, en adelante "LMC"). No
aprecia por qué este contrato de familia, que envuelve un compromiso de menor entidad
en obligaciones y derechos que el matrimonio, exigirá como mínimo tener 18 años.
Debería conciliarse con la regla del matrimonio". Con todo, en segundo trámite
constitucional no se alteró la citada regla, pues el texto del entonces artículo 7º quedó
aprobado con la siguiente redacción: "Para la validez de este contrato será necesario que
los contrayentes sean mayores de edad y tengan la libre administración de sus bienes".
Finalmente, en la Comisión mixta, se le dio la redacción definitiva (Boletines Nºs. 7.011-07
y 7.873-07, refundidos). En definitiva, pesaron en la adopción de esta regla dos razones
diversas: 1ª) Una visión patrimonial del acuerdo de unión civil: esta visión, en todo
caso, era equivocada. En efecto, en cuanto que se asumió en el inciso 1º del artículo 15
de la ley, que el acuerdo de unión civil no produce, por sí mismo, efecto alguno de
carácter patrimonial entre los cónyuges, es extravagante el argumento de exigir la
mayoría de edad y la libre disposición de los bienes para celebrar este acuerdo. El
régimen patrimonial legal, al que pueden sujetarse los contrayentes, no se genera por el
acuerdo de unión civil, sino, al tenor del señalado inciso 1º del artículo 15 de la ley, por un
pacto accesorio, que pueden convenir los contrayentes en el acto de celebración del
contrato. Este pacto, que sí es patrimonial, tiene reglas propias, precisamente, por no
participar de la misma naturaleza del acuerdo, como lo reconoce la misma ley, por
ejemplo, en el inciso final del artículo 5º. Técnicamente, nada habría impedido que se
hubiera establecido: a) que el acuerdo de unión civil pudiera ser celebrado por personas
mayores de dieciséis años; y b) que, a imagen de lo que por ejemplo se prescribe en el
artículo 1721 inciso 1º del Código Civil, el pacto de sujetarse al régimen de comunidad de
bienes exigiera una determinada autorización, o, para mayor simplicidad que, a imagen
del artículo 1723 del Código Civil, ese pacto se permitiera sólo a los contrayentes
mayores de edad, sin perjuicio de que durante la vigencia del contrato y, una vez
alcanzada la mayoría de edad, se les permitiera pactarlo por una vez. En este contexto, la
opinión del profesor Tapia cobra fuerza. Así, en definitiva, el argumento "patrimonial" no
es más que una razón extravagante a la cuestión de la que se trataba. En efecto, una
cuestión era la tocante a la capacidad exigida para celebrar el acuerdo de unión civil,
propio del derecho de las personas, y otra la referida a la capacidad requerida para
celebrar un pacto, accesorio y diverso del acuerdo, de contenido patrimonial; 2ª) La
protección de la infancia: a esta razón recurrió el profesor Nicolás Espejo para defender
el requisito de la mayoría de edad, y para reclamar que se elevara a ella la exigida para
contraer matrimonio: "El representante de UNICEF, señor Nicolás Espejo, consideró
correcto que el legislador estime la mayoría de edad, como un requisito esencial para
poder celebrar este contrato (artículo 7º). La mayoría de edad para la celebración de
contratos que establecen relaciones familiares y confieren estado civil debe ser un
requisito fundamental fijado por la legislación interna. Sin embargo, de fijar el legislador
chileno este límite correcto de edad, no se comprende la vigencia del actual artículo 5º,
Nº 2 de la Ley de Matrimonio Civil, que permite la celebración de un matrimonio a
menores de 16 años de edad. Reiteró que estima adecuado lo dispuesto en el artículo 7º
del proyecto de ley. Sin embargo, de mantenerse esta disposición, debiera modificarse la
Ley de Matrimonio Civil (Art 5º, Nº 2), a efectos de equiparar el nivel de protección de los
niños frente a la celebración de contratos personalísimos en el ámbito familiar, con
efectos en su vida presenta y futura, como su estado civil". Este argumento fue recordado
en el curso del segundo trámite constitucional: "El diputado señor Rincón recordó que
muchos invitados hicieron presente que no resultaba lógico que para celebrar el pacto de
unión civil se exija la mayoría de edad y que en el caso del matrimonio se permita que
pueda contraerse a partir de los 16 años. El señor Elizalde aclaró que los invitados han
recomendado elevar la edad para contraer matrimonio y mantener la edad que se exige
para celebrar el pacto de unión civil" (Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). La
razón esgrimida por el profesor Espejo, sí que era una razón que tocaba a justificar la
decisión que se había adoptado. Ella, con todo, implicaba una decisión acerca de una
cuestión más amplia, en la que los legisladores no quisieron entrar. En el dilema, pues, de
las razones técnicas que habrían justificado asumir la regla de los dieciséis años, y la
razón de protección a los menores para mantener la de dieciocho años, me inclino por el
peso de esta última. Así, no me resulta inapropiada la regla general que consagra este
artículo, como tampoco me parecería desencaminado elevar a dieciocho años la
incapacidad de edad en sede matrimonial. 991.2. De la ampliación de la incapacidad a
los mayores de edad que carecen de la libre administración de sus bienes: la regla
general de la incapacidad legal situada en los dieciocho años, puede extenderse a una
edad superior cuando la persona está privada de la administración de sus bienes. Así, no
toda persona mayor de edad es capaz de celebrar válidamente un acuerdo de unión civil,
pues requiere, además, tener "la libre administración de sus bienes". Es decir, la
ampliación de la regla general implica que no pueden celebrar este contrato aquellas
personas mayores de edad que se hallen bajo interdicción de administrar lo suyo, en
concreto, por causa de demencia, o por sordera o sordomudez que le impida darse a
entender claramente. No así el disipador interdicto, como se verá en el número siguiente.
Esta ampliación de la incapacidad legal por edad, al igual que en el caso de la regla
general, distancia a este contrato de la disciplina del matrimonio. En el primer trámite
constitucional, cuando en la Comisión de Legislación del Senado, se discutió una
indicación de la senadora Rincón, dirigida a eliminar la frase 'y que tengan la libre
administración de sus bienes', pareciera que los senadores tuvieron en cuenta para
rechazarla, el argumento que se vinculaba a que los contrayentes podían pactar un cierto
régimen patrimonial: "Al iniciarse el estudio de esta proposición, el asesor del Honorable
Senador señor Espina, señor Pablo Urquízar, manifestó que tal como se encuentra
aprobado el proyecto, los contratantes pueden pactar la comunidad de bienes y obligar su
patrimonio. Agregó que en consecuencia se requiere que tengan la libre administración de
sus bienes. Luego de un breve intercambio de opiniones, la Comisión, por la unanimidad
de los integrantes, Honorables Senadores señores Araya, De Urresti, Espina, Harboe y
Larraín, rechazó esta indicación" (Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07,
refundidos). 991.3. De la restricción a la ampliación de la incapacidad: el disipador
interdicto: queda excluido de la ampliación de la incapacidad por edad el disipador
declarado en interdicción, pues, a pesar de carecer de la libre administración de sus
bienes "podrá celebrar, por sí mismo, este acuerdo". En la adopción de esta salvedad a la
ampliación, pesó el ejemplo del matrimonio. En efecto, su origen se encuentra en una
indicación del senador Allamand, dirigida a incorporar la siguiente regla en el entonces
artículo 2º del proyecto: "Esta última inhabilidad no será aplicable al disipador que se halle
en interdicción de administrar lo suyo". Al discutirse en la Comisión de Legislación del
Senado, en primer trámite constitucional: "el profesor de derecho civil, señor Eduardo
Court, manifestó que carece de sentido que el disipador interdicto no pueda celebrar un
acuerdo de vida en pareja, si está facultado para contraer matrimonio. La Comisión, por la
unanimidad de sus miembros presentes, Honorables Senadores señores Allamand,
Araya, De Urresti y Harboe, aprobó esta indicación enmendada en la nueva redacción del
artículo 2º". Pero, además: "[C]on el fin dar una estructura más sistemática a esta
iniciativa, la Comisión acordó consignar el inciso primero del artículo 2º como nuevo
artículo 7º. Su texto es el siguiente: "Artículo 7º.- Para la validez de este contrato será
necesario que los contrayentes sean mayores de edad y tengan la libre administración de
sus bienes. No obstante lo anterior, el disipador que se halle en interdicción de administrar
lo suyo podrá celebrar, por sí mismo, este acuerdo". Concurrieron a este acuerdo la
unanimidad de los miembros presentes de la Comisión, Honorables Senadores señores
Allamand, Araya, De Urresti y Harboe" (Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07,
refundidos). 991.4. La acción de nulidad fundada en esta incapacidad: advertencia y
remisión. La peculiar configuración de esta incapacidad legal tiene consecuencias en
relación con el ejercicio de la acción de nulidad fundada en ella y con su expiración, de las
que se tratará en el comentario al artículo 26. Aquí solo se advierte de la anomalía que
implica la regla del artículo 26 letra f) inciso 4º: a) si la causa de nulidad es la menor edad,
la acción de nulidad sólo puede ser intentada por la persona menor o por sus
ascendientes, y prescribe al cabo de un año desde que la persona menor ha alcanzado la
mayoría de edad; b) si la causa de nulidad es la carencia de la libre administración de los
bienes, no hay regla especial y, en consecuencia, ha de aplicarse la regla del inciso 3º de
la letra f) del referido artículo 26 de la ley. Ello significa que la acción de nulidad
corresponde a cualquiera de los presuntos convivientes civiles, y que solo puede
ejercitarse si ambos viven.

Artículo 8º. Será necesario, además, que los contrayentes hayan consentido


libre y espontáneamente en celebrarlo.

Se entenderá que falta el consentimiento libre y espontáneo en los


siguientes casos:

a.- Si ha habido error en la identidad de la persona del otro contrayente.

b.- Si ha habido fuerza, en los términos de los artículos 1456 y 1457 del
Código Civil.

Concordancias: Código Civil: artículos 1456, 1457. Ley Nº  19.947, de matrimonio Civil,
D.O.  17.05.2004, artículo 8º. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 26
letra f).

992. Del consentimiento libre y espontáneo de los contrayentes. Se ha


Comentario: 
destacado el papel que desempeña el consentimiento libre y espontáneo en los contratos
propios del derecho de las personas y, en particular, en el acuerdo de unión civil
(793.3) e, igualmente, se ha advertido sobre la singular relevancia de la persona de los
contrayentes, de cara a la validez del contrato (793.4). En tal contexto, la necesidad de
que el acuerdo de unión civil exprese realmente un consentimiento libre y espontáneo, se
despliega en dos ámbitos diversos, a saber: 1º) el de la capacidad para formar o expresar
un consentimiento libre y espontáneo; y 2º) el del consentimiento no afectado por un
vicio. 993. De las incapacidades para formar o emitir un consentimiento libre y
espontáneo. En cuanto que el derecho de las personas es un espacio en el que se
despliega la libertad de las personas, la ley ha de velar porque ella, no sólo se pueda
ejercer plenamente, sino que, además, las consecuencias de su ejercicio, que recaen
sobre la propia persona que la ejerce, resulten precisamente como queridas libre y
espontáneamente. Así, una persona que es legalmente capaz para celebrar un contrato
propio del derecho de las personas, en cuanto que no le afecta ninguna circunstancia de
iure para ejercitar su libertad (incapacidades legales), puede, no obstante verse afectada
por alguna circunstancia de facto que le impide su ejercicio para formar o emitir un
consentimiento libre y espontáneo, v. gr. la privación de razón, o la imposibilidad de
expresar claramente su voluntad por cualquier medio. Estas circunstancias de hecho son
las que originan las incapacidades para formar o emitir un consentimiento libre y
espontáneo. En relación con el contrato de matrimonio, la Ley Nº 19.947 reconoce cuatro
circunstancias de hecho que impiden que una persona pueda formar o emitir un
consentimiento libre y pleno: a) la privación del uso de razón (art. 5º número 3); b) el
trastorno o anomalía psíquica (art. 5º número 3º); c) la carencia de suficiente juicio o
discernimiento (art. 5º número 4º); y d) la imposibilidad de expresar claramente la voluntad
por cualquier medio (art. 5º número 5º). Estas incapacidades, a diferencia de las
"incapacidades legales" (v. gr. parentesco, vínculo matrimonial no disuelto, crimen), son
absolutas, en cuanto que se trata de ciertas circunstancias de hecho que obstan a la
formación de un consentimiento válido, de modo que si ellas se presentan obran el efecto
de impedir ("incapacitar") que el afectado por ellas pueda celebrar el contrato respecto de
cualquier persona (vide mi Derecho de las personas..., pp. 324-327). A diferencia de la ley
de matrimonio civil, la Ley Nº 20.830 no hace referencia alguna a estas incapacidades.
Esta omisión da pie a diversas cuestiones, de las que aquí sólo se plantearán las dos
siguientes: 993.1. De la celebración del acuerdo de unión civil por una persona
privada de razón. La privación del uso de razón en el momento de contraer matrimonio
es una circunstancia de hecho que obsta a la formación de un consentimiento libre y
pleno. De ahí que la Ley Nº 19.947 la elevara a la categoría de incapacidad (art. 5º
número 1º) y, por ende, su existencia se constituye en una causa de nulidad del
matrimonio (art. 44 letra a). Esta regla tiene su equivalente en el derecho patrimonial
reglado en el libro IV del Código Civil, pues en él se declara que los "dementes" son
absolutamente incapaces (art. 1447), y en sus actos y contratos hay nulidad absoluta
(art. 1682 inc. 2º). No hay regla alguna en la Ley Nº 20.830 que toque este punto en
relación con el acuerdo de unión civil. Se está aquí en presencia de una notoria
deficiencia que, como muchas otras de las que adolece la Ley Nº 20.830, trae su origen
en su desastrada tramitación parlamentaria. En concreto, los legisladores no acabaron de
asumir que, a partir del primer trámite constitucional, la nueva figura que se creaba ya no
era un contrato propio del derecho patrimonial, sino un acto propio del derecho de las
personas, o del "derecho de familia", que fue la expresión utilizada permanentemente en
el trámite parlamentario del proyecto. Ello, como se explica en el comentario al artículo 26
de esta ley, significó que se decidiera expresamente no aplicar al acuerdo las reglas de
la nulidad contenidas en el Libro IV del Código Civil. Pero para mantener la coherencia
con tal decisión debía haberse asumido la tarea de fijar una disciplina completa para la
nulidad del acuerdo, lo que no se hizo. De ahí resulta que nadie reparara en que,
descartada la aplicación del Libro IV del Código Civil, había que decidir qué ocurría con
ciertas incapacidades, por ejemplo, la del "demente", sobre la que nada dijo el proyecto.
Bueno, en realidad, si se dijo algo, pero quizá hubiera sido mejor que no se hubiera dicho.
En segundo trámite constitucional, al discutirse el artículo 7º y la indicación dirigida a
eliminar de su texto la frase: "No obstante lo anterior, el disipador que se halle en
interdicción de administrar lo suyo podrá celebrar, por sí mismo, este acuerdo", se trató
incidentalmente de la cuestión que tocaba a la capacidad del demente. Para apoyar la
eliminación de la citada oración: "El diputado señor Squella hizo presente que para el
matrimonio no se contempla esta exigencia", y para defenderla: "El señor Elizalde informó
que esa norma se generó a partir de una indicación del senador Allamand. El asesor
jurídico del Ministerio Secretaría General de Gobierno, señor Pascual Sanhueza recordó
que en el proyecto original se disponía que solo pueden celebrar el pacto de unión civil las
personas mayores de edad que tengan la libre administración de sus bienes. Esta norma
excluía tanto a los interdictos por disipación como por demencia. Recordó que en el caso
del matrimonio, la ley dispone que no pueden contraerlo los que se hallaren privados del
uso de razón; y los que por un trastorno o anomalía psíquica, fehacientemente
diagnosticada, sean incapaces de modo absoluto para formar la comunidad de vida que
implica el matrimonio. El objetivo que perseguía la indicación presentada por el senador
Allamand era restringir la posibilidad de celebrar el pacto solo a los interdictos por
demencia". En definitiva, se acordó la supresión de la indicada frase
(Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). De las opiniones que se han transcrito,
resultaba claro que aún a esta altura de la tramitación parlamentaria, en buena parte de
los legisladores y de los asesores se mantenía la confusión acerca del carácter que tenía
el acuerdo, pues muchos seguían discurriendo sobre la base de un acuerdo de carácter
patrimonial, lo que ya se había descartado en el primer trámite constitucional. Finalmente,
en tercer trámite constitucional se restableció la frase suprimida por la Cámara de
Diputados, y así fue aprobada por la Comisión Mixta (Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07,
refundidos). Pareciera concluirse, pues, que los legisladores, sobre la base de una errada
concepción patrimonial del acuerdo, y en contra de sus propias decisiones en sede de
nulidad, estimaron que al excluir al disipador interdicto de la incapacidad legal para
contraer matrimonio, se mantenía exclusivamente la del demente y, con ello, a este se le
vedaba la posibilidad de celebrar el acuerdo. En esto estaban en lo cierto, pero quedaba
pendiente la pregunta: ¿Y si celebra el acuerdo un demente que no esté declarado en
interdicción, ese acuerdo es válido o nulo? Si el sentido común les hubiera llevado a
responder que un acuerdo tal debía ser nulo, la pregunta siguiente había de ser: ¿En qué
texto legal está consagrada esa causa de nulidad del acuerdo? La respuesta no podía ser
en el libro IV del Código Civil, pues ahí están las reglas generales de la nulidad, porque si
tal se hubiera respondido, habría que haber representado: No es así, porque ustedes
mismos decidieron expresamente eliminar la aplicación de tales reglas al acuerdo de
unión civil. Tampoco la respuesta podía ser: está en el proyecto de ley, pues carecía de
una regla para este caso. ¿Podía ser la respuesta: que la privación de razón está
considerada como causa de nulidad de matrimonio? En principio no, porque el proyecto,
ni la ley definitiva, contiene regla alguna que haga aplicable el régimen de la nulidad
matrimonial en defecto de las disposiciones de la Ley Nº 20.830 ¿Pero, dado el caso,
podrían aplicarse por analogía? Para no continuar en este batiburrillo. Como entiendo que
el sentido común mueve a estimar que quien se halla privado de razón en el momento de
celebrar el acuerdo, es incapaz de formar un consentimiento libre y pleno, esa
incapacidad es causa de la nulidad del acuerdo. Lo es porque, frente a un vacío de la ley,
el juez ha de inclinarse por la nulidad fundado en la regla del artículo 170 número 5º
del Código de Procedimiento Civil, en relación con el inciso 1º de este artículo 8º de la ley,
que, como regla general, exige un consentimiento libre y espontáneo y, claramente, quien
actúa privado de razón, ni es libre, ni actúa espontáneamente. 993.2. De la celebración
del acuerdo de unión civil por una persona sorda o sordomuda que no pueda darse
a entender claramente. Este supuesto se sitúa en el mismo limbo en el que se halla el de
la persona privada de razón. Con sus naturales diferencias, valga lo dicho respecto de
ella, y recuérdese que el Código Civilen sede patrimonial a tales personas las tiene por
incapaces absolutas (art. 1447 inc. 1º). Con todo hay una diferencia que, en la práctica,
podría permitir darle una solución, aunque no por la vía de la nulidad. En efecto, el artículo
5º de la Ley Nº 20.830 prevé que en el acto de la celebración del acuerdo ante el oficial
del Registro Civil: "[L]os contrayentes deberán declarar, bajo juramento o promesa, por
escrito, oralmente o por lenguaje de señas acerca del hecho de no encontrarse ligados
por vínculo matrimonial no disuelto o un acuerdo de unión civil vigente". De este modo,
una persona sorda o sordomuda, que no pueda darse a entender claramente, no podrá,
precisamente por una circunstancia de hecho que le impide prestar su consentimiento,
celebrar este acto, en cuanto que no podrá realizar la declaración prevista en el citado
inciso. Su incapacidad para emitir un consentimiento libre y espontáneo es evidente y de
sentido común. 994. Del consentimiento viciado. Una persona legalmente capaz, y a la
que lo le afecta ninguna incapacidad para formar o emitir un consentimiento libre y
espontáneo, puede, con todo, celebrar inválidamente. En efecto, ello se producirá cuando
su consentimiento resulte afectado por un vicio. Siguió aquí el legislador el modelo del
artículo 8º de la Ley Nº 19.947, aunque con una serie de diferencias. La estructura lógica
es la misma: hay ciertos hechos que impiden la libertad y espontaneidad del
consentimiento. Son ellos los que en sede patrimonial se acostumbra tratar dentro de la
categoría de "vicios del consentimiento". La Ley Nº 20.830 solamente reconoció dos
vicios: a) el error en la identidad de la persona del otro contrayente; y b) la fuerza. La
exclusión del dolo se explica, precisamente, porque desde el momento en que el acuerdo
de unión civil se concibió como un acto propio del derecho de las personas, se abandonó,
al menos en este punto concreto, la idea de sujetarlo a las reglas del derecho patrimonial.
En efecto, la visión patrimonialista del acuerdo que inspiraba el proyecto del senador
Allamand es la que justificaba en el inciso 2º de su artículo 16 se previera que: "Es
igualmente nulo el acuerdo que adolezca de error, fuerza o dolo", y la misma concepción
del proyecto del presidente de la república explica, como se ha anticipado, que en la letra
f) de su artículo 6º se previera que el acuerdo terminaba por declaración de nulidad del
acuerdo y que se agregara que: "Será nulo el acuerdo que no reúna los requisitos
establecidos en los artículos 2º, 3º y 4º de esta ley, sin perjuicio de lo establecido en el
Libro IV del Código Civil". De este modo, en ninguno de los proyectos había una
disposición que, de modo expreso y concreto, tratara de la validez del consentimiento.
Esta ausencia fue advertida durante el primer trámite parlamentario al discutirse el
reconocimiento en Chile de los acuerdos similares celebrados en país extranjero. En
efecto, en la Comisión de Legislación del Senado, se discutió si era conveniente o no
detallar las causas por las que, de conformidad con la ley chilena, podía se declarado nulo
un acuerdo celebrado en el extranjero. Una opinión era la de quienes estimaban que no
era necesario, porque ellas ya se encontraban señaladas, a propósito de la capacidad
para celebrar el acuerdo (art. 7º): "El Honorable Senador señor Araya destacó que si uno
hace una interpretación sistemática de la norma aprobada, el tema de la capacidad está
resuelto, dado que el nuevo artículo 7º dispone que podrán celebrar el acuerdo de vida en
pareja las personas que sean mayores de edad y que tengan la libre administración de
sus bienes", pero en ese momento se advirtió que nada había en la ley referido a la
nulidad del acuerdo por los vicios del consentimiento: "El Honorable Senador señor
Larraín recalcó que error, fuerza y dolo no quedarían comprendidos dentro de las
causales de nulidad". Por tal razón este senador: "Precisó que lo que se debe hacer es
agregar a este proyecto un artículo nuevo que regule esta materia". Esta opinión pareció
razonable y, acabó aprobándose la proposición de incorporar un nuevo artículo al
proyecto, que es así, la primera versión del actual artículo 8º de la ley: "El profesor señor
Court, recordó que la Ley de Matrimonio Civil trata en detalle las incapacidades y los
vicios del consentimiento. Agregó que el proyecto en discusión solo se refiere a las
incapacidades y nada dice respecto a los vicios del consentimiento. Aseveró que una
posibilidad consiste en agregar un artículo nuevo que precise lo referente a los vicios del
consentimiento. El asesor legislativo del Ministerio Secretaría General de Gobierno, señor
Eugenio San Martín propuso explicitar causales especiales de nulidad al acuerdo de vida
en pareja. El Presidente de la Comisión, Honorable Senador señor Harboe sugirió aprobar
las dos reglas en discusión y agregar una disposición en que se haga una mención
expresa a determinados vicios del consentimiento que pueden dar lugar a la nulidad del
acuerdo. La Comisión, por la unanimidad de sus miembros presentes, aprobó esta
proposición. Concurrieron a este acuerdo los Honorables Senadores señores Araya, De
Urresti, Harboe y Larraín" (Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). El texto que
se propuso para el nuevo artículo 8º era el siguiente: "Artículo 8º. [1] Será necesario,
además, que los contrayentes hayan consentido libre y espontáneamente en celebrarlo.
[2] Se entenderá que falta el consentimiento libre y espontáneo en los siguientes casos:
a.- Si ha habido error acerca de la persona del otro contrayente, y b.- Si ha habido fuerza,
en los términos de los artículos 1456 y 1457 del Código Civil". Antes de aprobarse, como
de hecho se hizo por la unanimidad de los miembros de la Comisión, se discutió
brevemente acerca de la conveniencia o no de reconocer que el dolo podía viciar el
consentimiento, pero, por la consideración personal de este contrato, a imagen del
matrimonio, se lo excluyó: "Durante el análisis de esta disposición el Honorable Senador
Larraín, don Hernán, planteó que podrían existir otras causales que podrían dar origen a
un consentimiento. En este punto del debate, se recordó que la Ley de Matrimonio Civil
solo contempla al error y la fuerza como vicios del consentimiento. Asimismo, se hizo
presente que el dolo no está considerado como una circunstancia que puede viciar el
consentimiento" (BoletinesNºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). 994.1. Del
consentimiento viciado: el error en la identidad de la persona del otro contrayente.
Queda dicho en el número anterior que, ni en el proyecto presentado por el senador
Allamand ni en el del presidente de la república se incluía una disposición concreta para
tratar de los "vicios del consentimiento", y que fue en el curso del primer trámite
parlamentario cuando se decidió, en la Comisión de Legislación del Senado, incorporar un
artículo para tratar de esta cuestión (803). En su primera versión, el reconocimiento del
error como vicio que impide la formación de un consentimiento libre y espontáneo, se
definía simplemente como un error que recaía en la persona del otro contrayente. El texto
de esa versión era: "Si ha habido error acerca de la persona del otro contrayente".
Durante el segundo trámite constitucional, en la Comisión de Legislación de la Cámara de
Diputados se discutió esa redacción, en particular, desde la perspectiva de si había de
incluirse o no al error en una cualidad personal del otro contratante. Se oyeron y
defendieron tres opiniones: a) quienes estimaban que, a imagen de la ley de matrimonio
civil, debía ser considerado: "El Profesor Cristián Lepín señaló que existe una insuficiente
regulación del error y de la fuerza. El Acuerdo de Vida en Pareja es un contrato
celebrado intuito personae. Recordó que en la nueva Ley de Matrimonio Civil se incorporó
el error en la persona como determinante de la nulidad de matrimonio"; b) quienes
consideraban que debía ser excluido: "El profesor Mauricio Tapia manifestó que en
materia de vicios del consentimiento no se prevé el 'error en las cualidades personales',
que sí se contempla en el matrimonio (art. 8º Nº 2 LMC). Personalmente no está de
acuerdo con este tipo de error en las cualidades, que está inspirado en el derecho
canónico, y que envuelve en realidad una causal de divorcio disfrazada de nulidad [...] En
su opinión, esta causal relativa a las 'cualidades personales' no debería reconocerse en el
AVP"; y c) quienes, en fin, juzgaban que este género de error debía quedar sujeto al
arbitrio judicial: "Es preferible aludir solo al error en la persona del otro contrayente, con el
fin que los jueces determinen si comprende o no las cualidades esenciales del otro
contrayente". En ese contexto, los diputados Rincón y Chahín presentaron una indicación,
inspirada en la idea de que había de seguirse el modelo de la ley de matrimonio civil, pero
con exclusión del error en las cualidades personales, de modo que era preciso modificar
la regla para que ella sólo se refiriera al error "en la identidad" de la persona: "Los
diputados señores Rincón y Chahin formularon indicación para sustituir en la letra a) la
frase "acerca de la" por la siguiente: "en la identidad de la". Los diputados autores de la
indicación explicaron que esta tiene por propósito mantener la misma redacción que
existe en el caso del matrimonio, que en el artículo 8º Nº 1 de la ley de matrimonio civil,
contiene una norma similar. Asimismo, se desecha la causal Nº 2 del artículo 8º de esa
ley". Esta indicación fue aprobada, con solo un voto en contra y una abstención. En tercer
trámite constitucional, el Senado la rechazó y revivió el texto originario, pero, finalmente,
en Comisión mixta se aprobó el texto según la redacción que le había dado la Cámara de
Diputados (Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). De este modo, el único error
que vicia el consentimiento en el acuerdo de unión civil es el que recae en la identidad del
otro contrayente. De producirse este error, el acuerdo de unión civil es nulo (art. 26 letra
f) inc. 2º). La acción de nulidad solo podrá ser intentada por el contrayente afectado, y
dentro del plazo de un año desde celebrado el acuerdo (art. 26 f) inc. 5º). 994.2. Una
observación sobre el error en las cualidades personales y el acuerdo de unión civil.
En la decisión de no incluir el error en una cualidad personal pesó, probablemente, la
opinión de quienes entendían que ese género de error no obedecía más que a una
influencia del derecho canónico sobre la ley de matrimonio civil. Una influencia que, por lo
demás, no se veía con buenos ojos. En este sentido, la Comisión de la Cámara de
Diputados tuvo presente, como se ha anticipado, la opinión del profesor Mauricio Tapia:
"Tampoco debieran ampliarse las nulidades a aquellas previstas para el matrimonio, y
tomadas del derecho canónico, que no son más que causales de divorcio encubiertas (por
ejemplo, el "error en las cualidades personales")". En la misma línea: "El profesor Eduardo
Court manifestó que no se refiere al "error en la identidad de la persona", como establecía
la antigua Ley de Matrimonio Civil. Tampoco alude, en hora buena, al error en las
cualidades determinantes del otro contrayentes, como sí lo hace la actual Ley de
Matrimonio Civil. Esta ley establece causales de nulidad más accesibles para que las
personas prefieran anularse antes que divorciarse". Los legisladores no prestaron mayor
atención a esta cuestión, aunque el profesor Corral Talciani había llamado la atención
desde la perspectiva de advertir la ausencia de regulación del error en una cualidad
personal. Así pareciera que pesaron las opiniones de los profesores que eran contrarios a
incluirlo. Como se aprecia de los textos que se han transcrito, las razones para no tratar
del error en una cualidad personal como causa de nulidad del acuerdo de unión civil,
estuvieron condicionadas por una cierta lectura de la ley de matrimonio civil y, desde tal
perspectiva, dan cuenta de una visión ideologizada que pasó por alto una mirada desde el
mismo derecho de las personas. Si usted yerra en una cualidad personal, que ha sido
determinante para que concluya el acuerdo de unión civil, su misma persona resulta
afectada por ese error, y adviene herida su libertad, en cuanto que su proyecto personal
de vida descansa en una cierta falsedad, que no le es atribuible ni imputable. Así, si el
derecho no reconoce que ese error afecta a su propia persona, y hace que el acuerdo sea
válido y genere sus afectos, es su persona la afectada, y es su libertad personal y sus
derechos esenciales los que resultan oprimidos y menguados. Pero aun hay más: si usted
conviviente civil, que ha errado en una cualidad personal, ha de convivir válidamente con
su libertad herida, ha de soportar la injustificada discriminación que significa que si usted
hubiera contraído matrimonio, sí que su libertad habría sido respetada, que en esto la ley
ha consagrado, en relación con el matrimonio, una clara discriminación. Advierto aquí que
el profesor Mauricio Tapia sí que era consciente de esta situación discriminatoria. No
comparto, eso sí, la medicina que proponía administrar para remediarla, porque estimo
que ella es contraria a la defensa de la libertad de las personas. Decía el profesor Tapia
en la Comisión de la Cámara: "El profesor Mauricio Tapia manifestó que en materia de
vicios del consentimiento no se prevé el "error en las cualidades personales", que sí se
contempla en el matrimonio (art. 8º Nº 2 LMC). Personalmente no está de acuerdo con
este tipo de error en las cualidades, que está inspirado en el derecho canónico, y que
envuelve en realidad una causal de divorcio disfrazada de nulidad. Hizo presente esta
circunstancia sólo para mostrar la asimetría entre el matrimonio y el AVP, pues toda
asimetría en la regulación puede estimarse discriminatoria. En su opinión, esta causal
relativa a las "cualidades personales" no debería reconocerse en el AVP y debería
eliminarse en el matrimonio (para mantener la simetría), pues sólo da lugar a conflictos y
problemas de interpretación" (Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). 994.3. Del
consentimiento viciado: la fuerza. La primera versión de la letra b de este artículo 8º es
la que se originó en la Comisión de Legislación del Senado, y que acabaría como la
definitiva: "Si ha habido fuerza, en los términos de los artículos 1456 y 1457 del Código
Civil". Reaparece, así, en esta nueva sede el texto del antiguo artículo 33 número 2º de la
Ley de Matrimonio Civil de 1884, porque no se siguió en este punto al artículo 8º número
3º de la Ley Nº 19.947 que, en sede matrimonial, prevé que falta el consentimiento libre y
espontáneo: "Si ha habido fuerza en los términos de los artículos 1456 y 1457 del Código
Civil, ocasionada por una persona o por una circunstancia externa, que hubiere sido
determinante para contraer el vínculo". En segundo trámite constitucional, el profesor
Mauricio Tapia hizo ver en la Comisión de Legislación de la Cámara la conveniencia de
adoptar íntegro el texto del citado artículo 8º Nº 3 de la Ley Nº 19.947: "Por otra parte, en
cuanto a la fuerza (letra b del artículo 8º del proyecto de AVP), consideró pertinente
introducir la frase final prevista en el numeral 3º del artículo 8º de la LMC, pues aclara el
sentido de este vicio del consentimiento en materia familiar, esto es: "ocasionado por una
persona o por una circunstancia externa, que hubiere sido determinante para contraer el
vínculo" (Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). No pesó, sin embargo, su
opinión en los legisladores. En todo caso, ni tuve en su momento como singularmente
relevante la innovación de la Ley Nº 19.947, ni menos me lo parece ahora su omisión en
la Ley Nº 20.830. La disciplina de la fuerza en este artículo 8º, al igual que en el homólogo
de la Ley Nº 19.947 y en los artículos 1456 y 1457, gira en torno a la "coacción" o "fuerza
moral". La fuerza, en cuanto que impide un consentimiento libre y espontáneo, se
configura por la necesaria concurrencia de dos elementos diversos: 1º) un acto de
violencia o fuerza (vis), que constituye su elemento objetivo; y 2º) el temor (metus), como
consecuencia de ese acto de violencia, y que constituye su elemento subjetivo, porque se
traduce en una conmoción del ánimo que experimenta la persona por causa del mal
irreparable y grave con el cual es amenazada. Esta relación de causa a efecto, entre el
acto de coacción (vis) y el justo temor (metus) que él genera, se reconoce de modo
expreso en la parte final del inciso 1º del artículo 1456 del Código Civil (Para más detalles
remito a mi Derecho de las personas..., pp. 403-412). Debe advertirse, en todo caso, que
la fuerza como factor que impide el consentimiento libre y espontáneo de los contrayentes
opera tanto cuando se ejerce respecto de uno de ellos, como cuando lo es respecto de
ambos. Tal es lo que se declara expresamente en el inciso 4º de la letra f) del artículo 26
de esta ley: "Será también nulo el acuerdo celebrado mediante fuerza ejercida en contra
de uno o de ambos contrayentes [...]". Si se ha celebrado el acuerdo por fuerza, el
acuerdo de unión civil es nulo (art. 26 letra f) inc. 2º), y la acción de nulidad solo podrá ser
intentada por el contrayente afectado, y dentro del plazo de un año desde que cesó la
fuerza (art. 26 f) inc. 5º).

Artículo 9º. No podrán celebrar este contrato entre sí los ascendientes y


descendientes por consanguinidad o afinidad, ni los colaterales por
consanguinidad en el segundo grado.

Tampoco podrán celebrarlo las personas que se encuentren ligadas por un


vínculo matrimonial no disuelto o un acuerdo de unión civil vigente.

Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 31, 102. Ley Nº 19.947, de matrimonio Civil,
D.O.  17.05.2004, artículo 6º inciso 1º. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015:
artículos 1º, 4º, 5º inciso 2º, 7º, 26 letra f).

995. De las incapacidades legales. Queda dicho que las incapacidades legales
Comentario: 
para celebrar un contrato, en el derecho de las personas, se presentan como ciertas
imposibilidades legales que afectan a determinadas personas, porque una
circunstancia de iure, legalmente calificada, obsta a que puedan aportar alguno de los
elementos propios del contrato de que se trata (799). La primera de esas incapacidades
es la incapacidad de edad, de la que se trata en el artículo 7º. Por razones sistemáticas,
que suelen ser también de sentido común, este artículo 9º debió haberse situado a
continuación del artículo 7º, de guisa que debió ser el 8º. A este debió seguir un artículo
9º, que no existe, dedicado al tratamiento de las incapacidades para formar o emitir un
consentimiento (802), y sólo a continuación de éste debía haberse situado el actual
artículo 9º, que así hubo de haber sido artículo 10º. No fue así. Entonces es preciso
advertir que la cuestión tocante a las incapacidades legales, cuyo tratamiento comenzó en
comentario al artículo 7º (799 y 800), continúa en este comentario al artículo 9º. 995.1. De
las incapacidades legales: el parentesco. El parentesco es una circunstancia de iure,
es decir, configurada por el derecho y, en cuanto que tal, es reconocida, en algunas de
sus especies y grados, como una incapacidad legal para celebrar un acuerdo de unión
civil. La definición que la Ley Nº 20.830 hace de esta incapacidad en el inciso 1º de este
artículo 9º está tomada literalmente del inciso 1º de la Ley Nº 19.947. Comprende, así, a
ciertas personas ligadas por parentesco de consanguinidad o de afinidad. Esta
incapacidad se presenta en los siguientes supuestos: 1º) Incapacidad fundada en el
parentesco por consanguinidad: sobre la base de las reglas de los artículos 27 y 28
del Código Civil, esta incapacidad se extiende a dos grupos de parientes por
consanguinidad: a) ascendientes y descendientes entre sí en toda la línea, es decir,
comprende a toda la serie de parientes que desciendes unos de otros, que no son más
que los que se hallan en línea recta y, por ende, no tiene limitación de grado;
b) colaterales en el segundo grado, en este caso la limitación de extiende a los parientes
que descienden de un tronco común, pero solo a los comprendidos en el segundo grado,
es decir, incluye únicamente a los hermanos, tanto de doble vínculo, o "hermanos
carnales", como a los de vínculo singular, o "hermanos paternos" o "hermanos maternos"
(art. 41 Código Civil); 2º) Incapacidad fundada en el parentesco por afinidad: esta
incapacidad se refiere exclusivamente al parentesco por afinidad cuya causa es el
matrimonio, y que es el definido en el artículo 31 del Código Civil. Esto es así, porque
aunque el artículo 4º de la Ley Nº 20.830 reconoce un parentesco por afinidad causado en
el acuerdo de unión civil, esta afinidad, a diferencia de la causada en el matrimonio, sólo
existe mientras se encuentra vigente el acuerdo de unión civil (796). Para que pueda
presentarse esta incapacidad, en consecuencia, es presupuesto que quien pretende
contraer un acuerdo de unión civil haya estado casado, y que ese matrimonio ya
terminado haya causado el parentesco por afinidad, que no se extingue por el término del
matrimonio. Esta incapacidad comprende únicamente a los parientes afines entre sí, en
toda la línea recta, es decir, sin limitación de grado. Si se presenta la incapacidad legal de
parentesco, el acuerdo de unión civil es nulo (art. 26 letra f) inc. 2º). La acción de nulidad,
en cuanto a su titularidad y a su extinción, se somete a la regla general fijada en el inciso
3º de la letra f) del artículo 26 de la ley: "La acción de nulidad corresponderá a cualquiera
de los presuntos convivientes civiles y sólo podrá ejercitarse mientras ambos
vivan". 995.2. De las incapacidades legales: vínculo matrimonial no disuelto. El
matrimonio es, al igual que las restantes incapacidades legales, una circunstancia de
iure que impide la celebración de un acuerdo de unión civil. Esta incapacidad, por una
parte, deriva de la nota de "unidad" que caracteriza al matrimonio, porque una persona
válidamente casada ha formado una comunidad de vida y, en cuanto que tal, no puede
aportar los elementos necesarios para que se configure el contrato de unión civil y, por
otra, se alza como un dispositivo para cautelar las propiedades legales del matrimonio.
Desde esta perspectiva el legislador ha establecido la incompatibilidad de estos contratos
entre sí. En primer trámite constitucional, la Comisión de Legislación del Senado aprobó,
sin modificaciones, el inciso 3º del artículo 2º del proyecto del presidente de la república,
que consagraba esta incapacidad en los términos siguientes: "Tampoco podrá celebrar el
acuerdo aquella persona que esté sujeta a vínculo matrimonial o a un Acuerdo de Vida en
Pareja vigente" (BoletinesNºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). Con posterioridad, en la
misma Comisión se aprobó una indicación que proponía un nuevo artículo 9º, que recibía
las reglas contenidas en los incisos 2º y 3º del artículo 2º del proyecto, que ya se había
aprobado en general. Este nuevo artículo 9º, que fue aprobado, contenía el siguiente
inciso 2º: "Tampoco podrán celebrarlo las personas que se encuentren ligadas por un
vínculo matrimonial o un acuerdo de vida en pareja no disuelto" (Boletines Nºs. 7.011-07 y
7.873-07, refundidos). En el curso posterior de la tramitación parlamentaria se le dio su
redacción definitiva, que únicamente implicó una ligera variante de redacción, para referir
la disolución al matrimonio y la vigencia al acuerdo, y la adopción de la denominación
definitiva de este acuerdo, como de unión civil. Si se presenta esta incapacidad legal, el
acuerdo de unión civil es nulo (art. 26 letra f) inc. 2º). La acción de nulidad en este caso,
de manera semejante a como ocurre en sede matrimonial, no solo compete a los
contrayentes, sino también al conviviente civil anterior o a sus herederos (art. 26 letra
f) inc. 7º). Excepcionalmente, la acción de nulidad no se extingue por la muerte de uno de
los convivientes civiles, pues, en este caso, podrá ser intentada por los herederos del
difunto dentro del plazo de un año contado desde el fallecimiento (art. 26 letra f) inc.
6º). 995.3. De las incapacidades legales: acuerdo de unión civil vigente. Esta
incapacidad aparece, al igual que las demás, como una circunstancia de iure que impide
la celebración de un acuerdo. Es una circunstancia que incapacita por la existencia de un
factor jurídico: la existencia de otro acuerdo de unión civil. En este plano, el acuerdo opera
respecto de sí mismo, de manera similar a como lo hace el matrimonio válido, que
incapacita legalmente para la celebración de otro matrimonio. Si se da el caso de esta
incapacidad legal, el acuerdo de unión civil es nulo (art. 26 letra f) inc. 2º). La acción de
nulidad en este caso, de manera semejante a como ocurre en sede matrimonial, no solo
compete a los contrayentes, sino también al conviviente civil anterior o a sus herederos
(art. 26 letra f) inc. 7º). En cuanto a la extinción de la acción de nulidad fundada en esta
causa, también se consagra una regla de excepción. En efecto, la acción de nulidad no se
extingue por la muerte de uno de los convivientes civiles y, en este caso, podrá ser
intentada por los herederos del difunto dentro del plazo de un año contado desde el
fallecimiento (art. 26 letra f) inc. 6º).

Artículo 10. La persona que, teniendo la patria potestad de un hijo o la


guarda de otra, quiera celebrar un acuerdo de unión civil, deberá sujetarse a lo
prescrito en los artículos 124 a 127 del Código Civil.

Concordancias: Código Civil: artículos 124 a 127, 338, 346. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión
civil, D.O.  21.04.2015: artículo 5º.

996. De la exigencias especiales para celebrar el acuerdo de unión civil (I):


Comentario: 
Supuesto de quien tiene hijos sujetos a patria potestad o pupilos. El Código Civil en
sus artículos 124 y 125 exige a quien, teniendo hijos de precedente matrimonio bajo su
patria potestad o bajo tutela o curaduría, quiere contraer matrimonio, que proceda al
inventario solemne de los bienes que esté administrando y que pertenezcan a sus dichos
hijos o pupilos, como herederos de su cónyuge difunto o a cualquier otro título. Para la
facción del citado inventario se ha de dar a los hijos un curador especial, y este
nombramiento procederá incluso si los hijos no tuvieren bienes propios de ninguna clase
en poder del padre o de la madre. En este último caso el curador especial debe testificar
sobre esta circunstancia. Por su parte, el artículo 126 del Código Civil manda al oficial del
Registro Civil que no permita el matrimonio del que trata de volver a casarse, sin que se le
presente certificado auténtico del nombramiento de curador especial para los objetos
previstos en los citados artículos 124 y 125, o sin que preceda información sumaria
acerca de que no tiene hijos de precedente matrimonio, que estén bajo su patria potestad
o bajo su tutela o curaduría. Finalmente, en el artículo 127 se prevé la sanción para el
viudo o divorciado o quien hubiera anulado su matrimonio, y por cuya negligencia hubiera
dejado de hacerse en tiempo oportuno el inventario prevenido en el artículo 124: "perderá
el derecho de suceder como legitimario o como heredero abintestato al hijo cuyos bienes
ha administrado". La extensión al acuerdo de unión civil de la disciplina de esta
"prohibición", característica del matrimonio, no existía en ninguno de los dos proyectos
que dieron origen a la Ley Nº 19.947. En efecto, este artículo tuvo su origen en una
proposición que el profesor Eduardo Court presentó, durante el primer trámite
parlamentario del proyecto, en la Comisión de Legislación de Senado. Esta proposición se
hizo cuando ya el acuerdo de unión civil había abandonado sus caracteres de contrato
patrimonial, y se había encauzado hacia un contrato propio del derecho de las personas.
En una de las sesiones de la citada Comisión: "[E] l profesor señor Eduardo Court, hizo
presente que era necesario incorporar otras disposiciones a la iniciativa en estudio.
Explicó que ellas tienen por objeto prever algunas situaciones que se pueden producir y
que dicen relación con las reglas que habría que aplicar en materia de impedimento de
guardas, de segundas nupcias y presunción de paternidad, todas materias que hay que
resolver para evitar futuros conflictos". La primera de tales disposición era la que se
contenía en un nuevo artículo 10, cuyo texto era el siguiente: "La persona que, teniendo la
patria potestad de un hijo o la guarda de otra, quiera celebrar un acuerdo de vida en
pareja, deberá sujetarse a lo prescrito por los artículos 124 y 126 del Código Civil, y si los
infringe deberá indemnizar al hijo o pupilo por los perjuicios que la omisión del inventario
les irrogue, presumiéndose la culpa por el solo hecho de la omisión". Los miembros de la
Comisión: "[E]stimaron atendible la idea de incorporar estas disposiciones al proyecto de
ley en discusión en particular. Luego de un breve intercambio de opiniones, el señor
Presidente de la Comisión, hizo presente que los miembros de la Comisión patrocinaban
esta propuesta y la sometió a votación". Fue aprobada por la unanimidad de sus
miembros presentes (Boletines 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). En segundo trámite
constitucional se formularon diversos reparos a la regla aprobada por el Senado. En
general, se explicaban porque tras ellos subyacía la idea de que, en esta materia, al
acuerdo de unión civil habían de aplicársele las mismas reglas que al matrimonio: a) La
diversidad de "sanciones" ante el incumplimiento de la exigencia: se criticó que la
disposición estableciera una regla de responsabilidad civil para el caso del
incumplimiento, en vez de la sanción de pérdida de derechos sucesorios, que era la que
imponía el Código Civil en sede matrimonial. En este sentido: "El profesor Cristián Lepín
señaló que en los artículos 10 y 11 se establecen una suerte de impedimentos
impedientes o prohibiciones similares a los del matrimonio, pero con distintos efectos. En
esta ley la consecuencia será la responsabilidad civil y no la pérdida de los derechos
sucesorios, como ocurre en el caso del matrimonio. La incorporación de esta hipótesis de
responsabilidad civil parece exagerada considerando la materia de que se trata". En igual
orientación, el profesor Mauricio Tapia observó que: "[N]o se entiende cuál es el sentido
de establecer una sanción de indemnización de perjuicios, además con "presunción de
culpa" (esto es, una responsabilidad civil agravada), en caso de que el conviviente que
tiene hijos bajo patria potestad o pupilos omita el inventario que regulan estas normas.
Esto porque el artículo 10 del proyecto AVP hace aplicable en la materia el artículo 126
del Código Civil, que señala categóricamente que es obligación del oficial civil exigir ese
inventario para dar lugar a la suscripción del AVP. En otras palabras, si es una obligación
del oficial civil el exigirlo y se le prohíbe celebrar un AVP sin ese instrumento, ¿por qué
luego se sanciona al conviviente, y sobre todo de esa manera tan drástica?"; b) la no
aplicación de algunas reglas del Código Civil a esta exigencia: esta crítica la formuló el
mismo profesor Mauricio Tapia: "Su redacción es sumamente ambigua. Sugirió ajustarla a
los términos de los artículos 124 y siguientes del Código Civil, pues está inspirada en
ellos. De la misma forma, desconoce si se efectuó una revisión exhaustiva de la
aplicabilidad de los otros artículos del título V del Libro I del Código Civil, relativo al
impedimento segundas nupcias (arts. 124 a 127), de los cuales, en este aspecto, sólo se
declara aplicables al AVP los artículos 124 y 126. Desde ya, le parece que el artículo 125
es sin duda aplicable" (Boletines 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). Estas críticas pesaron
en la Comisión, y luego de haberse recibido una nueva opinión del profesor Court, cuatro
diputados formularon indicación para substituir el texto del artículo 1º por uno nuevo, que
era el siguiente: "La persona que, teniendo la patria potestad de un hijo o la guarda de
otra, quiera celebrar un pacto de unión civil, deberá sujetarse a lo prescrito por los
artículos 124 a 127 del Código Civil". Esta indicación fue aprobada por unanimidad
(Boletines 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). En el curso posterior de la tramitación
parlamentaria, no experimentó más alteración que la adecuación al nombre definitivo que
decidió darse al acuerdo.

Artículo 11. Cuando un acuerdo de unión civil haya expirado, la mujer que


está embarazada no podrá contraer matrimonio con un varón distinto ni
celebrar un nuevo acuerdo antes del parto, o, no habiendo señales de preñez,
antes de cumplirse los doscientos setenta días subsiguientes a la expiración
del acuerdo.

Pero se podrán rebajar de este plazo todos los días que hayan precedido
inmediatamente a dicha expiración y en los cuales haya sido absolutamente
imposible el acceso del conviviente varón a la mujer.

El oficial del Registro Civil correspondiente no permitirá la celebración del


matrimonio o del nuevo acuerdo sin que por parte de la mujer se justifique no
estar comprendida en el impedimento precedente.

Concordancias: Código Civil: artículos 76, 128, 129. Ley Nº 19.947, de matrimonio Civil,
D.O.  17.05.2004, artículo 80. Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo
5º.

997. De las exigencias especiales para celebrar el acuerdo de unión civil (II):
Comentario: 
Supuesto especial respecto de las mujeres. En sede matrimonial, el artículo 128
del Código Civil fija una regla especial en relación con la mujer, cuyo precedente
matrimonio ha sido declarado nulo o que ha terminado por divorcio, pues le prohíbe pasar
a nuevas nupcias, en los siguientes dos supuestos: a) Si está embarazada: no podrá
contraer nuevo matrimonio sino hasta después del parto; b) Si no hubiera señales de
preñez: no podrá contraer nuevo matrimonio sino hasta después de cumplidos los
doscientos setenta días subsiguientes a la disolución del matrimonio, o a la declaración de
su nulidad. Como limitación a esta regla se prevé la posibilidad de rebajar de ese plazo
todos los días que hayan precedido inmediatamente a la disolución o declaración de
nulidad, y en los cuales hubiera sido absolutamente imposible el acceso del marido a la
mujer. El artículo 129 del Código Civil, por su parte, ordena al oficial del Registro Civil que
no permita "el matrimonio de la mujer sin que por parte de esta se justifique no estar
comprendida en el impedimento del artículo 128". Si se pasa contra esta prohibición, el
artículo 130 del Código Civil prevé una sanción para la mujer y su nuevo cónyuge: "Serán
obligados solidariamente a la indemnización de todos los perjuicios y costas ocasionados
a terceros por la incertidumbre de la paternidad, la mujer que antes del tiempo debido
hubiere pasado a otras nupcias, y su nuevo marido". Eventualmente puede configurarse el
tipo penal previsto en el inciso 1º del artículo 384 del Código Penal: "El que por sorpresa o
engaño hiciere intervenir al funcionario que debe autorizar su matrimonio sin haber
observado las prescripciones que la ley exige para su celebración, aun cuando el
matrimonio sea válido, sufrirá la pena de reclusión menor en su grado mínimo". Esta
singular exigencia del Código Civil en sede matrimonial no se extendía al acuerdo de
unión civil en ninguno de los proyectos que dieron origen a la Ley Nº 19.947. Al igual que
en el caso de la exigencia consagrada en el artículo 9º de la ley, la de este artículo 10,
elaborada sobre la base de los artículos 128 y 129 del Código Civil, fue incorporada en el
primer trámite parlamentario, a proposición del profesor Eduardo Court (805). En una
sesión de la Comisión de Legislación del Senado propuso la inclusión de un nuevo
artículo 11 al proyecto, cuyo texto, distribuido en tres incisos, era el siguiente: "Artículo 11.
[1] Cuando un acuerdo de vida en pareja haya expirado, la mujer que está embarazada no
podrá contraer matrimonio con un varón distinto ni celebrar un nuevo acuerdo antes del
parto, o, no habiendo señales de preñez, antes de cumplirse los doscientos setenta días
subsiguientes a la expiración del acuerdo. [2] Pero se podrán rebajar de este plazo todos
los días que hayan precedido inmediatamente a dicha expiración y en los cuales haya
sido absolutamente imposible el acceso del conviviente varón a la mujer. [3] El oficial del
Registro Civil correspondiente no permitirá la celebración del matrimonio o del nuevo
acuerdo sin que por parte de la mujer se justifique no estar comprendida en el
impedimento precedente". Fue aprobado por unanimidad en la referida Comisión
(Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). En segundo trámite constitucional, en la
Comisión de Legislación de la Cámara de Diputados hubo una gran coincidencia entre las
personas llamadas a dar su opinión, en orden a eliminar este artículo. La razones sobre
las que basaban su rechazo eran dos: a) el anacronismo de esta regla, en una época en
que los avances de las disciplinas médicas, permiten evitar las dudas y cavilaciones sobre
la paternidad; y b) la discriminación que suponía para la mujer (Boletines Nºs. 7.011-07 y
7.873-07, refundidos). Estas críticas no hacían más que recibir las que la jurisprudencia
de los últimos años, en particular de la I Corte de Apelaciones de Santiago en sentencia
lma. 

de 2009 y de la I Corte de Apelaciones de Punta Arenas en sentencia de 2012, había


lma. 

formulado a la regla del artículo 128 del Código Civil (vide en esta obra, Jurisprudencia,


136 y 137). En tercer trámite constitucional, el Senado rechazó la modificación propuesta
por la Cámara de Diputados. Finalmente, en Comisión mixta se aprobó el texto que el
Senado había aprobado para el artículo 11, con la única modificación de adecuarlo a la
nueva denominación del acuerdo (Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos).

TÍTULO III DE LOS ACUERDOS DE UNIÓN CIVIL CELEBRADOS EN


EL EXTRANJERO

Artículo 12. Los acuerdos de uniones civiles o contratos equivalentes, no


constitutivos de matrimonio, que regulen la vida afectiva en común de dos
personas del mismo o de distinto sexo, sujetos a registro y celebrados
válidamente en el extranjero, serán reconocidos en Chile, en conformidad con
las siguientes reglas:

1ª. Los requisitos de forma y fondo del acuerdo se regirán por la ley del país
en que haya sido celebrado.
2ª. Sin embargo, podrá ser declarado nulo de conformidad a la ley chilena, el
acuerdo celebrado en territorio extranjero que se haya contraído en
contravención a lo dispuesto en los artículos 7º, 8º y 9º de esta ley.

3ª. Para que el acuerdo otorgado en país extranjero produzca efectos en


Chile, deberá inscribirse en el Registro Especial de Acuerdo de Unión Civil que
establece el artículo 6º. Los efectos de este acuerdo, una vez inscrito conforme
a lo señalado precedentemente, se arreglarán a las leyes chilenas, aunque los
contrayentes sean extranjeros y no residan en el territorio nacional.

4ª. La terminación del acuerdo y los efectos de la misma se someterán a la


ley aplicable a su celebración.

5ª. Las sentencias que declaren la nulidad o la terminación del acuerdo,


dictadas por tribunales extranjeros, serán reconocidas en Chile conforme a las
reglas generales que establece el Código de Procedimiento Civil.

6ª. Los actos auténticos en que conste la terminación de uno de estos


acuerdos serán reconocidos en Chile, en conformidad con la legislación chilena
vigente en esta materia.

Los matrimonios celebrados por personas del mismo sexo en el extranjero


serán reconocidos en Chile como acuerdo de unión civil si cumplen con las
reglas establecidas en esta ley y sus efectos serán los mismos de este
acuerdo.

Concordancias: Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículos 1º, 6º, 7º, 8º,
9º.

998. De los acuerdos de unión civil o contratos equivalentes celebrados en


Comentario: 
el extranjero. La Ley Nº 20.830 prevé el reconocimiento en Chile de los acuerdos de
unión civil o contratos equivalentes que, celebrados en el extranjero, regulen la vida
afectiva en común de dos personas. En principio se sigue el modelo asumido por la Ley
Nº 19.947 en sede matrimonial, aunque con una serie de diferencias. Con todo, hay un
elemento básico y común al de sede matrimonial: es indiferente que el acuerdo o contrato
equivalente se haya celebrado en el extranjero por chilenos o por extranjeros, pues se fija
un régimen común para su reconocimiento. El reconocimiento en Chile de los acuerdos o
pactos equivalentes celebrados en país extranjeros no se consideraba, ni en el proyecto
del senador Allamand ni en el del presidente de la república. Tal ausencia se explicaba
por el carácter marcadamente patrimonial que asumía el acuerdo en ambos proyectos,
pero a partir del momento en que la nueva figura que se proponía derivó en un acto
característico del derecho de las personas, se hizo patente la necesidad de pronunciarse
en relación con el reconocimiento de los acuerdos celebrados en el extranjero. La
discusión acerca de esta posibilidad se produjo en el primer trámite constitucional y,
durante su curso dio origen a una serie de indicaciones que tenían por finalidad la
inclusión de una disposición que fijara los términos en los que había de verificarse tal
reconocimiento. Después de una larga discusión, en la que se oyó a profesores de
derecho civil y de derecho internacional privado, el ejecutivo presentó una indicación que
proponía un nuevo artículo 7º, cuyo texto era el siguiente: "Artículo 7º. Los acuerdos de
vida en pareja, uniones civiles o contratos equivalentes, no constitutivos de matrimonio,
que regulen la vida afectiva en común de dos personas del mismo o de distinto sexo,
sujetos a registro y celebrados válidamente en el extranjero, serán reconocidos en Chile,
en conformidad con las siguientes reglas:". La Comisión, por la unanimidad de sus
miembros presentes, aprobó dicha redacción, "con la sola enmienda de considerarla
como inciso primero del nuevo artículo 12" (Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07,
refundidos). Del mismo modo, se aprobaron las diferentes reglas que componen el inciso
1º de este artículo 12, con la salvedad de la regla de su inciso final, que fue incorporada
más adelante. 998.1. De los requisitos generales exigidos para el reconocimiento de
acuerdos o contratos equivalentes celebrados en el extranjero. Para que proceda el
reconocimiento es preciso que se cumplan las siguientes exigencias: 1ª) Existencia de
un acuerdo o contrato equivalente que regule la vida afectiva de dos personas:
desde una perspectiva positiva esta exigencia implica que pueden reconocerse: a) todos
aquellos acuerdos que, con independencia de su denominación, tengan por contenido la
regulación de la vida afectiva en común y; b) todos los acuerdos de dos personas, con
independencia de su sexo. Desde una perspectiva negativa, esta exigencia significa que
quedan excluidos: a) aquellos acuerdos cuya finalidad no sea la de regular la vida afectiva
en común; b) aquellos acuerdos eventualmente concluidos por más de dos personas; y
c) los matrimonios, entre un hombre y una mujer, en cuanto que no puede pretenderse
que sean reconocidos como acuerdos de unión civil, pues tiene un régimen especial de
reconocimiento, como matrimonios, fijado en el artículo 80 de la Ley
Nº 19.947; 2ª) Existencia de un acuerdo o contrato equivalente sujeto a registro:
únicamente pueden reconocerse aquellos acuerdos o contratos equivalentes que, en su
país de celebración, estén sometidos a algún régimen de registro; 3ª) Existencia de un
acuerdo o contrato equivalente celebrados válidamente: la celebración válida del
acuerdo o del contrato equivalente es condición imprescindible para su reconocimiento en
Chile. 998.2. De los efectos en Chile del acuerdo o contrato equivalente celebrado
en el extranjero. Para que un acuerdo de unión civil o contrato equivalente celebrado en
país extranjero produzca efectos en Chile es imprescindible su inscripción. Esta
inscripción debe realizare en el Registro Especial de Acuerdos de Unión Civil, que debe
llevar el Servicio de Registro Civil e Identificación. Una vez verificada la inscripción, los
efectos del acuerdo quedan sujetos a la ley chilena, con independencia de la nacionalidad
y de la residencia de los contrayentes. 998.3. De la disciplina de la terminación del
acuerdo o contrato equivalente celebrado en el extranjero. La regla general en esta
materia es la que se fija en la regla 4ª de este artículo. Así, tanto la terminación como sus
efectos se hallan sujetos a la ley del país en que el acuerdo o contrato equivalente fue
celebrado. Sobre estas bases se vuelve necesario diferenciar dos posibles
supuestos: 1º) Acuerdos o contratos equivalentes cuyo término se ha producido en
el extranjero: en este caso cobran aplicación las reglas 5ª y 6ª de este artículo: a) si el
acuerdo ha terminado por una sentencia dictada por un tribunal extranjero, esta será
reconocida en Chile de acuerdo con las disposiciones generales previstas en el Código de
Procedimiento Civil; b) si el acuerdo a terminado por otra forma que conste en un acto
auténtico, este será reconocido en Chile de acuerdo con la legislación chilena vigente en
esta materia; 2º) Acuerdo o contratos equivalentes y su término en Chile: la regla
general es la ya citada: su terminación y los efectos de esta se someten a la ley del país
en que fue celebrado. Hay, sin embargo, una disciplina especial respecto de la nulidad
como causa de término. En efecto, sin perjuicio de que los requisitos de forma y fondo del
acuerdo se rigen por la ley del país en que el acuerdo o contrato equivalente fue
celebrado, en Chile puede ser declarado nulo, de acuerdo con la ley chilena, si en la
celebración del acuerdo no se han cumplido los requisitos de: a) capacidad legal de los
contrayentes, es decir, si se ha celebrado en contravención de las reglas fijadas en los
artículos 7º y 9º de la Ley Nº 20.830; y b) consentimiento libre y espontáneo, esto es, si se
ha pasado contra las reglas fijadas en el artículo 8º de la misma ley. 999. De los
matrimonios entre personas del mismo sexo celebrados en país extranjero. La Ley
Nº 19.947, en la parte final del inciso 1º de su artículo 80, descartó que los matrimonios
celebrados entre personas del mismo sexo en país extranjero, pudieran ser reconocidos
en Chile como matrimonios. En efecto, sentó como regla general que el matrimonio
celebrado en país extranjero produciría en Chile los mismos efectos que si se hubiera
celebrado en territorio chileno, pero "siempre que se trate de la unión entre un hombre y
una mujer". La regla contenida en el inciso final de este artículo 12 es coherente con la
que asumió el citado inciso 1º del artículo 80 de la Ley Nº 19.947, en cuanto que los
matrimonios entre personas del mismo sexo celebrados en el extranjero, no son
reconocidos en Chile como matrimonios, sino como acuerdos de unión civil, siempre y
cuando cumplan con las reglas establecidas en la propia Ley Nº 20.830, en cuyo caso sus
efectos serán los mismos que los de un acuerdo de unión civil. Esta regla no existía en el
proyecto del senador Allamand ni en el del presidente de la república. En primer trámite
constitucional, cuando se discutió y aprobó en la Comisión de Legislación del Senado el
actual inciso 1º del artículo 12, con todas sus reglas, se planteó la discusión acerca de si
era necesaria o no una regla relativa a la situación de los matrimonios entre personas del
mismo sexo celebrados en país extranjero. Hubo una gran coincidencia, aunque fundada
en razones diversas, en cuanto a que no parecía apropiado prestar reconocimiento a tales
matrimonios como acuerdos de unión civil: "El asesor del Honorable Senador señor
Espina, señor Urquízar manifestó que debe explicitarse que un matrimonio entre personas
del mismo sexo celebrado en país extraño no tendrá valor en Chile conforme a las
disposiciones de la presente ley. El Presidente del Movilh, señor Rolando Jiménez señaló
estar de acuerdo con lo propuesto por el señor Urquízar, porque entiende que se
presentará en el mediano plazo un proyecto de ley que regule el matrimonio igualitario. El
Honorable Senador señor Larraín aseveró que ambas instituciones no deben mezclarse.
Agregó que la norma del artículo 80 de la Ley de Matrimonio Civil dispone que el
matrimonio entre personas del mismo sexo, celebrado en el extranjero, no puede tener
validez en Chile, porque no cumple con los requisitos para ser considerado como
matrimonio en nuestro país. El profesor señor Cornejo recordó que el acuerdo de vida en
pareja está configurado como un estatuto diferente al del matrimonio". Se entendió en
este momento que no era necesaria una regla tal, porque el artículo 12, según su
encabezado, reglaba el reconocimiento de acuerdos de unión civil y no de matrimonios:
"En esta parte del debate, se hizo presente que el inciso primero del artículo 12 ya
aprobado señala que lo que se reconocerá en esta norma serán los acuerdos de vida en
pareja, uniones civiles o contratos equivalentes, no constitutivos de matrimonio, por lo que
la duda planteada ha quedado aclarada". En segundo trámite parlamentario se renovó
esta discusión en la Comisión de Legislación de la Cámara de Diputados. Hubo diversas
opiniones que estimaron razonable que se reconociera como acuerdos de unión civil a los
matrimonios celebrados en el extranjero entre personas del mismo sexo. Entre ellas la del
diputador Saffirio, que presentó una indicación para agregar al artículo 12 el siguiente
inciso: "Los matrimonios celebrados por personas del mismo sexo en el extranjero serán
reconocidos en Chile si cumplen con los requisitos establecidos en este artículo y sus
efectos serán los mismos de un Pacto de Unión Civil". Puesta en votación fue aprobada
por siete votos a favor, dos en contra y dos abstenciones. En tercer trámite constitucional
éstas y las restantes modificaciones introducidas por la Cámara, fueron rechazadas por el
Senado. En la subsiguiente Comisión mixta, se consideró reformular la redacción del
inciso 2º y, así, se le dio una nueva redacción, que fue aprobada por mayoría, y que es la
que se consolidó como la definitiva (Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos).
Artículo 13. Los convivientes civiles que hayan celebrado el acuerdo o
contrato de unión equivalente en territorio extranjero se considerarán
separados de bienes, a menos que al momento de inscribirlo en Chile pacten
someterse a la comunidad prevista en el artículo 15 de esta ley, dejándose
constancia de ello en dicha inscripción.

Concordancias: Código Civil: artículo 135 inciso 2º. Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O.  21.04.2015: artículos 1º, 6º, 13, 15.

1000. De la disciplina patrimonial de los acuerdos o pactos equivalentes


Comentario: 
celebrados en país extranjero y reconocidos en Chile. En este punto la ley ha seguido
el principio general consagrado en el inciso 1º de su artículo 15: el acuerdo de unión civil
no genera, por sí mismo, efectos en la situación patrimonial de los cónyuges. De este
modo, la regla de considerar a los convivientes civiles, de un acuerdo o pacto equivalente
reconocido en Chile, como separados de bienes, simplemente confirma el régimen
general de este nuevo contrato. Es un pacto accesorio, también según prescribe el
referido inciso 1º del artículo 15 de la ley, el que puede dar origen a una disciplina legal de
carácter patrimonial para los convivientes civiles. Si en el caso de los acuerdos
celebrados en Chile, ese pacto debe concluirse en el momento de la celebración del
contrato, en el caso de los acuerdos o pactos equivalentes reconocido en Chile, ese pacto
debe realizarse en el momento de la inscripción del acuerdo (art. 6º), y debe hacerse
constar en la inscripción. Por lo demás, la Ley Nº 20.830 ha reproducido en esta sede la
regla que opera en el campo del matrimonio y que se contiene en el inciso 2º del artículo
135 del Código Civil. De hecho en ella se encuentra inspirada, como se reconoció en la
Comisión de Legislación del Senado en el curso del primer trámite constitucional, que fue
el momento en el que se decidió su incorporación. La discusión tuvo como base una
propuesta del profesor Eduardo Court, que era la siguiente: "Los convivientes que hayan
celebrado un acuerdo de regulación de la vida afectiva en común, sujeto a registro, en
territorio extranjero se mirarán en Chile como separados de bienes, a menos que
inscriban el acuerdo en el Registro de la Primera Sección de la comuna de Santiago, y
pacten en ese acto someterse a la comunidad prevista en el artículo 8º de esta ley,
dejándose constancia de ello en dicha inscripción". Se oyó la opinión del profesor Cornejo
quien apoyó la propuesta anterior: "Al iniciarse el estudio de este tema, el profesor
Cornejo destacó que uno de los aspectos referidos a las uniones o acuerdos de vida en
pareja que queda sujeta a una reglamentación especial es el referido a su régimen
patrimonial. Agregó que en esta materia, la regla de derecho internacional privado chilena
dispuesta a propósito del matrimonio se encuentra en el artículo 135 inc. 2º del Código
Civil, el cual dispone que "Los que se hayan casado en país extranjero se mirarán en
Chile como separados de bienes, a menos que inscriban su matrimonio en el Registro de
la Primera Sección de la Comuna de Santiago, y pacten en ese acto sociedad conyugal o
régimen de participación en los gananciales, dejándose constancia de ello en dicha
inscripción". Enfatizó que la redacción preparada por el profesor señor Court prevé la
reproducción de la regla dispuesta en materia de matrimonio, entendiéndose que será
aplicable a su respecto el régimen de separación, a menos que pacten someterse al
régimen de comunidad previsto en el proyecto. Más allá de los problemas que esta
solución localista pueda implicar desde la perspectiva de los principios y orientaciones del
Derecho internacional privado, consideró que se trata de una propuesta de regulación
completa, que resuelve el problema planteado de una manera que resguarda la
coherencia en su tratamiento por parte del ordenamiento jurídico chileno. Sin embargo,
debe tenerse presente que, al tratar de la inscripción en el Registro Civil, puede que
resulte necesaria su incorporación por medio de una indicación por parte del Poder
Ejecutivo". Al tenerse en cuenta esta última advertencia y, previa autorización de la sala
del Senado, la presidenta de la república presentó una indicación, que recogía las
conclusiones a que se había llegado en la Comisión. El texto de esa indicación era el
siguiente: "Los convivientes civiles que hayan celebrado el acuerdo o contrato de unión
equivalente en territorio extranjero, se considerarán separados de bienes, a menos que al
momento de inscribirlo en Chile pacten someterse a la comunidad prevista en el artículo
décimo de esta ley, dejándose constancia de ello en dicha inscripción". Se hizo presente
que: "[E]lla recogía las inquietudes planteadas precedentemente durante examen de este
tema en la Comisión. Asimismo, que la mencionada inscripción se podrá hacer en
cualquier oficina del Servicio de Registro Civil, por lo que no se exigirá que ella se efectúe
en el Registro de la Primera Sección de la Comuna de Santiago. Finalmente, que en la
regla propuesta se hacían otras adecuaciones de forma para adecuarla a otras
disposiciones aprobadas por la Comisión". En tales términos fue aprobada, por
unanimidad, por la Comisión de Legislación del Senado, y se aclaró que pasaba a ser el
artículo 13 del proyecto (Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos).

TÍTULO IV DE LOS EFECTOS DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL

Artículo 14. Los convivientes civiles se deberán ayuda mutua. Asimismo,


estarán obligados a solventar los gastos generados por su vida en común, de
conformidad a sus facultades económicas y al régimen patrimonial que exista
entre ellos.

Concordancias: Código Civil: artículos 131, 134.

1001. De los deberes y obligaciones entre los convivientes civiles. En sede


Comentario: 
matrimonial, las obligaciones que genera el matrimonio entre los cónyuges están
directamente vinculadas a la plena comunidad de vida instaurada entre los cónyuges,
sobre la base del principio de su igualdad jurídica y moral, pues están determinadas por
los fines del mismo matrimonio. Estos fines que, en términos generales, se reconducen a
la idea del bien de los cónyuges, se constituyen en la causa que configura y justifica el
nacimiento de una serie de recíprocos derechos y obligaciones conyugales, que se
muestran como ciertos "efectos" del matrimonio jurídicamente considerados, en cuanto
que se tienen por complementarios para la realización plena y efectiva de sus mismos
fines. Como tales fines carecen de una consideración patrimonial prevalente, el contenido
de las obligaciones conyugales está, igualmente determinado por esa naturaleza, en
principio, no patrimonial. Es lo que habitualmente se suele expresar como el contenido
inmaterial de las obligaciones entre los cónyuges. La existencia de ciertas obligaciones
entre los convivientes civiles no obedece a los mismos principios. La diferencia radical
estriba en que, según las prescripciones de la Ley Nº 20.830, el acuerdo de unión civil no
instaura entre los convivientes civiles una comunidad de vida que esté jurídicamente
determinada por sus fines. Es, en la lógica de la ley, la comunidad de vida afectiva la que
causa ciertas obligaciones entre los convivientes civiles. Unas obligaciones que, en el
contexto patrimonial que asumían los proyectos originarios del senador Allamand y del
presidente de la república, parecían vincularse al hecho de la convivencia común, en
cuanto que aparecían como marcadas por su contenido patrimonial: la ayuda mutua y la
de sufragar los gastos de la vida en común. Así se hizo constar en el primer trámite
parlamentario, al discutirse en particular el proyecto en la Comisión de Legislación del
Senado, para rechazar las indicaciones que se habían presentado dirigidas a incluir las
obligaciones de "respeto", "protección" y de "fidelidad". En efecto, se pusieron en
discusión dos indicaciones: "La primera agrega en el artículo 7º luego de la voz 'ayuda
mutua,' la frase: 'respeto, protección'. La segunda, para agregar antes de la voz 'ayuda
mutua', la palabra 'fidelidad'. Fueron rechazadas, precisamente, sobre la base del
argumento de la diferencia estructural entre el matrimonio y este acuerdo: 'Durante el
debate de estas indicaciones se tuvo presente que este contrato es diferente al
matrimonio. Se recordó que si bien se funda en el afecto y en la ayuda mutua, no
establece, entre otros, determinados deberes personales característicos de la institución
matrimonial como son la cohabitación y el socorro. Igualmente que no está considerada la
hipótesis de divorcio culposo como ocurre en el matrimonio, pues se trata de una
institución distinta, tal como fue definido previamente en el Mensaje y la Moción que
dieron origen a esta iniciativa y que fue confirmado posteriormente por esta Comisión.
Atendidas estas consideraciones, la Comisión, por la unanimidad de sus miembros
presentes, Honorables Senadores señores Allamand, De Urresti y Harboe, rechazó
ambas indicaciones'" (Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). Este criterio se
mantuvo inalterado en el curso posterior de la tramitación parlamentaria del proyecto de
ley. Así, al discutirse en segundo trámite parlamentario, la Comisión de la Cámara de
Diputados rechazó una indicación que proponía substituir la primera oración de este
artículo 14 por la siguiente: "Los convivientes civiles se deberán ayuda mutua, fidelidad,
respeto y protección recíproca". 1001.1. Del deber de ayuda mutua. Este deber estaba
considerado en el proyecto del senador Allamand, en cuyo artículo 7º, inciso 1º se leía
que: "Las partes del acuerdo se deben, recíprocamente, ayuda mutua". La consagración
de este deber constituía, en cierto modo, una concreción de la caracterización que se
hacía del propio acuerdo en el inciso 1º del artículo 1º de tal proyecto porque, según la
definición que de él se daba, el contrato se celebraba entre dos personas "para regular
sus relaciones de convivencia en un hogar común, con voluntad de permanencia y de
ayuda mutua" (BoletínNº 7.011-07). En términos similares se reconocía en el período
inicial del artículo 7º del proyecto del Presidente de la República: "Durante la vigencia del
Acuerdo de Vida en Pareja, los contratantes se deberán ayuda mutua". En primer trámite
parlamentario no hubo mayor discusión sobre este punto, y en la Comisión de Legislación
del Senado fue aprobado y quedó consagrado en la parte inicial del artículo 7º con la
siguiente redacción: "Los contratantes del acuerdo de vida en pareja se deberán ayuda
mutua [...]". En todo caso, y aunque no hubo ninguna decisión sobre ellas, se plantearon
en la Comisión algunas observaciones que, en términos generales, reflejaban las
discusiones que sobre el contenido de este "deber" se han suscitado en sede matrimonial:
a) de su carácter jurídico y de su posibilidad de ser exigido: de modo impreciso y no
exactamente fiel a la realidad, el asesor del Ministerio Secretaría General de Gobierno
hizo presente: "[Q]ue la Corte Suprema ha señalado que no son susceptibles de
regulación judicial los deberes antes mencionados ni puede obtenerse su cumplimiento
forzado, ya que en este caso estamos en presencia de una regla de carácter moral más
que una legal"; b) el contenido de este deber: se advirtió que este deber podía ser
considerado, en cuanto a su contenido, en un sentido material y también inmaterial, y se
planteó si incorporaba o no el derecho de alimentos. La profesora Fabiola Lathrop:
"Señaló que respecto a la ayuda mutua, la jurisprudencia ha señalado que ésta puede
tener un sentido material como inmaterial. Reflexionó si este deber incorpora la obligación
de prestar alimentos" (BoletinesNºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). Al discutirse en
particular este proyecto, volvieron a plantearse las dos cuestiones anteriores y, como se
explicará en los números siguientes, se adoptaron ciertas decisiones que contribuyen a
precisar la respuesta a ellas. Fue, precisamente, durante la discusión en particular en la
Comisión de Legislación del Senado, en primer trámite constitucional, cuando se asumió
la redacción que sería definitiva de este artículo 14 en lo que toca al deber de ayuda
mutua. 1001.1.1. Del deber de "ayuda mutua" y su contenido. La expresión 'ayuda
mutua' se ha tomado del derecho matrimonial. En esta sede, la doctrina y la
jurisprudencia, tendieron a uniformarse en cuanto a que la "ayuda mutua", a diferencia de
la obligación de "socorro", carece de entidad o contenido de carácter patrimonial, en
cuanto que su contenido se muestra como definido por un núcleo de solidaridad y
afección, que se expresa en los cuidados, atenciones personales y solícitas
consolaciones que los cónyuges se deben el uno al otro en todas las circunstancias de la
vida, especialmente en aquellas ocasiones de desgracia, adversidad o infortunio
(vide mi Derecho de las personas..., pp. 530-534). Esta misma visión de la "ayuda mutua",
como ligada a unos contenidos "inmateriales", es la que hacía ver la E  Corte Suprema al
xcma.

informar sobre el proyecto de ley, que acabaría promulgándose como Ley Nº 20.830. En
efecto, en su opinión, contenida en oficio de 13 de enero de 2014, hizo presente que:
"[S]e ha asignado al acuerdo de vida en pareja un estatuto jurídico similar al que rige al
matrimonio civil, consagrando finalidades de asistencia mutua que incluyen tanto aspectos
materiales como inmateriales, puesto que dicho el acuerdo aparece definido en el artículo
primero del proyecto como "Un contrato celebrado entre dos personas con el propósito de
regular los efectos jurídicos derivados de su vida afectiva en común" y según la redacción
final del artículo Y", los contratantes "se deberán ayuda mutua y estarán obligados a
solventar los gastos generados por su vida en común de conformidad a sus facultades
económicas y al régimen patrimonial que exista entre ellos"" (Boletines Nºs. 7.011-07 y
7.873-07, refundidos). En el mismo sentido pareció inclinarse la Comisión de Legislación
del Senado, al discutir en primer trámite constitucional, una serie de indicaciones
presentadas a la redacción originalmente aprobada de este artículo, en particular, por lo
que tocaba a la relación entre el contenido de este deber de ayuda mutua y un eventual
derecho de alimentos. De este punto se trata en el número siguiente. 1001.1.2. Del deber
de "ayuda mutua" y derecho de alimentos. En sede matrimonial el derecho de
alimentos tradicionalmente ha estado vinculado a la obligación de socorro entre los
cónyuges (vide mi Derecho de las personas..., pp. 514-530). Este criterio es el que, en
definitiva, primó durante el primer trámite constitucional del proyecto de ley, de modo que
resultó desvinculada la obligación de ayuda mutua de una eventual obligación de
alimentos entre los convivientes civiles. En efecto, al discutirse en particular la redacción y
contenido de este artículo: "[E]l Honorable Senador señor Araya expresó que era muy
relevante la redacción de esta disposición porque si se ratifica la idea de que la firma de
este contrato impone a las partes el deber de ayuda mutua, lo anterior podría entenderse
que cualquiera de ellas pueda demandar de alimentos en caso de necesidad". A
continuación, el profesor Eduardo Court advirtió sobre la diferencia entre la "ayuda mutua"
y el "socorro" y sobre su opinión contraria a admitir la procedencia del derecho de
alimentos en el acuerdo de unión civil: "El profesor de Derecho Civil, señor Eduardo Court
precisó que el deber de ayuda mutua en el matrimonio no corresponde al derecho de
alimentos. Indicó que lo que más se asemeja al derecho de alimentos es el deber de
socorro. Expresó que no era partidario de consagrar el derecho de alimentos, ya que
bastaría que una de los contratantes manifieste su voluntad de poner término al acuerdo
para que se extinga ese derecho. El Honorable Senador señor Araya enfatizó que lo
anterior demuestra que este es un tema que no ha sido resuelto por la Comisión, y que se
relaciona con la naturaleza jurídica del acuerdo de vida en pareja". Finalmente, la
Comisión, para fundar el rechazo de las indicaciones que se habían presentado, hizo
constar que la obligación de socorro era propia del matrimonio, de modo que aquí se
destacaba una diferencia básica con el acuerdo que se estaba regulando: "Durante el
debate de estas indicaciones se tuvo presente que este contrato es diferente al
matrimonio. Se recordó que si bien se funda en el afecto y en la ayuda mutua, no
establece, entre otros, determinados deberes personales característicos de la institución
matrimonial como son la cohabitación y el socorro" (Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07,
refundidos). En definitiva, en este momento se adoptó la redacción de la parte inicial de
este artículo 14, que ya no experimentó modificaciones posteriores. En la línea que
asumiera la Comisión de Legislación del Senado, no se incluyó regla alguna sobre el
derecho de alimentos, ni menos se modificó el artículo 321 del Código Civil para incluir al
"conviviente civil" entre las personas a quienes se debe alimentos. Así lo había sugerido
el profesor Mauricio Tapia, en el curso del segundo trámite constitucional, del proyecto de
ley, pero esa idea no fue aprobada. 1001.2. De la obligación de solventar los gastos
generados por la vida en común. Al igual que en el caso del deber de ayuda mutua,
esta obligación se incluía en los dos proyectos que dieron origen a la Ley Nº 20.830,
aunque con algunos matices. En el artículo 7º inciso 2º del proyecto presentado por el
senador Allamand, esta obligación se caracterizaba por su disponibilidad para los
contrayentes, porque podía ser excluida o alterada por voluntad de los contrayentes:
"Asimismo, salvo pacto en contrario, ambos contratantes deberán contribuir a solventar
los gastos generados por la vida común, según sus posibilidades económicas"
(Boletín Nº 7.011-07). En el proyecto del presidente de la república no se admitía la
disponibilidad de esta obligación, pues en su artículo 7º, simplemente se preveía que:
"Durante la vigencia del Acuerdo de Vida en Pareja, los contratantes se deberán ayuda
mutua y deberán contribuir a solventar los gastos generados por su vida en común,
atendiendo a sus facultades económicas" (Boletín Nº 7.873-07). Al discutirse en primer
trámite parlamentario, la Comisión de Legislación de Senado atendió a una indicación que
sugería incluir una referencia al régimen de bienes existente entre los contrayentes, de
modo que fue aprobada esta obligación, y se le dio una redacción que difería, aunque
escasamente, de la de los proyectos originarios, ahora porque se la consagraba en el
artículo 7º del proyecto en los siguientes términos: "Los contratantes del acuerdo de vida
en pareja se deberán ayuda mutua y estarán obligados a solventar los gastos generados
por su vida en común, de conformidad a sus facultades económicas y al régimen
patrimonial que exista entre ellos" (Boletines 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). En el curso
de la discusión en particular del proyecto en primer trámite parlamentario, la Comisión de
Legislación del Senado le dio la redacción, que ya sería la definitiva.

Artículo 15. Los convivientes civiles conservarán la propiedad, goce y


administración de los bienes adquiridos a cualquier título antes de la
celebración del contrato y de los que adquieran durante la vigencia de éste, a
menos que se sometan de manera expresa a las reglas que se establecen a
continuación, las que deberán ser acordadas por los contrayentes al momento
de celebrarse el acuerdo de unión civil. De este pacto se dejará constancia en
el acta y registro que se indica en el artículo 6º.

1ª. Los bienes adquiridos a título oneroso durante la vigencia del acuerdo se
considerarán indivisos por mitades entre los convivientes civiles, excepto los
muebles de uso personal necesario del conviviente que los ha adquirido.
2ª. Para efectos de esta ley, se tendrá por fecha de adquisición de los bienes
aquélla en que el título haya sido otorgado.

3ª. Se aplicarán a la comunidad formada por los bienes a que se refiere este
artículo las reglas del Párrafo 3º del Título XXXIV del Libro IV del Código Civil.

Si los convivientes civiles hubieren pactado el régimen de comunidad podrán


sustituirlo por el de separación total de bienes.

El pacto que los convivientes civiles celebren para sustituir el régimen de


comunidad deberá otorgarse por escritura pública y no surtirá efectos entre las
partes ni respecto de terceros, sino desde que esa escritura se subinscriba al
margen de la respectiva inscripción del acuerdo de unión civil. Esta
subinscripción solo podrá practicarse dentro de los treinta días siguientes a la
fecha de la escritura en que se pacte la separación. El pacto que en ella conste
no perjudicará, en caso alguno, los derechos válidamente adquiridos por
terceros respecto de cada uno de los convivientes civiles.

En la escritura pública de separación total de bienes, los convivientes civiles


podrán liquidar la comunidad o celebrar otros pactos lícitos, o una y otra cosa;
pero todo ello no producirá efecto alguno entre las partes ni respecto de
terceros, sino desde la subinscripción a que se refiere el inciso anterior.

Tratándose de uniones civiles o contratos equivalentes, que regulen la vida


afectiva en común de dos personas del mismo o de distinto sexo, sujetos a
registro y celebrados válidamente en el extranjero que no se encuentren
inscritos en Chile, y que cumplan con los requisitos establecidos en esta ley,
será menester proceder previamente a su inscripción en el Registro Especial
que establece el artículo 6º de esta ley. Mediante el reglamento señalado en el
artículo 48 se determinará la forma en que se dará cumplimiento a lo
establecido en este inciso.

Cualquiera sea el régimen de bienes que exista entre los convivientes civiles,
tendrá aplicación lo dispuesto en los artículos 141 a 149 del Código Civil.

Concordancias: Código Civil: artículos 141 a 149, 159, 1723, 2304 a 2313. Ley Nº  20.830, crea el
acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículos 1º, 5º, 6º, 13, 22, 48.

1002. Del régimen de relaciones patrimoniales entre los convivientes civiles:


Comentario: 
principios rectores. La fijación de una disciplina tocante a las relaciones patrimoniales
entre los convivientes civiles, implicó la necesidad de adoptar ciertas decisiones básicas o
de principios, sobre todo en relación con: a) la libertad y autonomía que en esta materia
se iba a reconocer a quienes celebraran el acuerdo; y b) los efectos patrimoniales que
iban a atribuirse al acuerdo. Aunque estas cuestiones no se plantearon directamente,
ellas estuvieron presentes durante buena parte de la tramitación del
proyecto. 1002.1. Libertad restringida a la decisión de sujetarse o no a un estatuto
patrimonial determinado por la ley y, al optarse por el legalmente predefinido, a
substituirlo por otro, también predeterminado. Aunque los dos proyectos que dieron
origen a la Ley Nº 20.830 concebían al acuerdo desde una óptica básicamente
patrimonial, en ambos se descartaba la posibilidad de reconocer a los contrayentes la
libertad para regular sus relaciones patrimoniales, es decir, para que determinaran las
reglas a que ellas iban a quedar sujetas. Se optó, desde el principio, por desconocer tal
libertad. Tal desconocimiento tenía intensidades diferentes en cada uno de los proyectos.
El proyecto del senador Allamand, cuyos principios en esta materia serían los que a la
larga se adoptaron, descansaba sobre la idea de que los contrayentes eran libres para
elegir entre dos opciones: a) que el acuerdo no alterara la situación patrimonial que tenía
cada uno de ellos al momento de la celebración, lo que en la práctica significaba que en
este caso el acuerdo carecía de efectos patrimoniales, porque durante su vigencia los
contrayentes se encontrarían en una situación similar a la de los cónyuges separados
totalmente de bienes; o b) que expresamente decidieran sujetarse a un régimen de
comunidad, cuya disciplina estaba fijada en la propia ley, y que los contrayentes no
podían modificar, y ni siquiera substituir durante la vigencia del contrato. Tal era la
disciplina que se preveía en el artículo 8º del referido proyecto: "Ambas partes
conservarán la propiedad, goce y administración de los bienes adquiridos a cualquier
título antes del contrato y de los que adquieran durante la vigencia de éste, a menos que
se sometan expresamente e irrevocablemente a las reglas que se establecen a
continuación: 1ª. Los bienes adquiridos a título oneroso durante la vigencia del acuerdo,
se considerarán indivisos por mitades entre las partes, excepto los muebles de uso
personal necesario de la parte que los ha adquirido. 2ª. Para efectos de esta ley, por
fecha de adquisición de los bienes se entenderá aquélla en que el título haya sido
otorgado. 3ª. Se aplicarán a la comunidad formada por los bienes a que se refiere este
artículo las reglas del párrafo 3º del Título XXXIV del Libro IV del Código Civil". En el
proyecto del Presidente de la República desaparecía la opción que permitía el proyecto
del senador Allamand. Ello era así porque se atribuía al acuerdo, siempre y en todo caso,
el efecto de generar una cierta comunidad entre los contrayentes, sin que se admitiera la
posibilidad de su substitución durante la vigencia del acuerdo. Tal era el modelo adoptado
en el inciso 1º del artículo 8º de aquel proyecto: "Para todos los efectos legales, se
formará entre los contratantes una comunidad de bienes respecto de todos los bienes
muebles adquiridos a título oneroso no sujetos a registro, que hubiesen adquirido durante
la vigencia del Acuerdo de Vida en Pareja. La comunidad terminará en los casos
señalados en el artículo 5º", y en su regla complementaria, la del inciso 2º, se disponía
que: "A dicha comunidad se le aplicará lo dispuesto en los artículos 2304 a 2313 del
Código Civil". Durante el curso del primer trámite constitucional, la Comisión de
Legislación del Senado, en la discusión en general del proyecto, se inclinó por el texto del
artículo 8º del proyecto del senador Allamand, y desechó que se ampliara la libertad de
los contrayentes a las posibilidades de: a) acordar o elegir someterse a otros regímenes
diversos del de la comunidad legal que se establecía, en concreto al de participación en
los gananciales; y b) convenir la exclusión de determinados bienes del régimen de la
comunidad legal. Esta decisión se adoptó al rechazarse una indicación de los senadores
Walker y Alvear que, sobre la base de presumir que durante la vigencia del acuerdo los
bienes adquiridos a título oneroso ingresaban a una comunidad que se regiría por las
reglas de los artículos 2304 a 2313 del Código Civil, permitía a los contrayentes: "excluir
libremente de dicha comunidad los bienes que estimen convenientes, los que, en
consecuencia, ingresarán al patrimonio propio que corresponda", y les facultaba para que:
"al momento de la celebración del acuerdo de vida en pareja, o por una vez durante su
existencia, acordar expresamente que se regirán por el régimen de separación de bienes
o de participación en los gananciales regulado en el Título XXII-A del Libro IV del Código
Civil". Así, por mayoría de votos (3 a 2) se aprobó el texto del proyecto del senador
Allamand, y con el mismo resultado se rechazó la referida indicación y el texto del artículo
8º del proyecto del presidente de la república. La misma Comisión, al discutir en particular
el proyecto, se ratificó en estas ideas, las que quedaron reflejadas en la nueva redacción
que se dio al inciso 1º del que ahora pasaba a ser artículo 14 del proyecto: "Los
convivientes civiles conservarán la propiedad, goce y administración de los bienes
adquiridos a cualquier título antes de la celebración del contrato y de los que adquieran
durante la vigencia de éste, a menos que se sometan de manera expresa e irrevocable a
las reglas que se establecen a continuación, las que deberán ser acordadas por los
contrayentes al momento de celebrarse el acuerdo de vida pareja. De este pacto se
dejará constancia en el acta y registro que se indica en el artículo 6º". De este modo se
reafirmaba que los contrayentes carecían de libertad para regular los efectos
patrimoniales de su vida en común, sin que se reparara en la incongruencia que resultaba
entre este principio y la definición que se había aprobado del acuerdo en el artículo 1º del
proyecto, pues en ella, precisamente se señalaba que su propósito era "regular" los
efectos jurídicos derivados de la vida afectiva en común de los contrayentes. A estos sólo
les quedaba la libertad para decidir que el acuerdo careciera de todo efecto de carácter
patrimonial, o para sujetarse, "de manera expresa e irrevocable", al régimen legal de
comunidad que se iba a establecer en la ley. En segundo trámite constitucional, la
Comisión de Legislación de la Cámara de Diputados, aceptó una modificación dirigida a
permitir que los contrayentes que hubieran acordado en el momento de la celebración
someterse al régimen de comunidad, pudieran durante la vigencia del acuerdo poner
término a la comunidad y volver a la situación patrimonial previa a la celebración. Esta
decisión, expresada en terminología matrimonial, fue la siguiente: "La Comisión adoptó los
siguientes acuerdos: [...] Reemplazar en el nuevo inciso tercero la oración "y, una vez
celebrado, no podrá dejarse sin efecto por el mutuo consentimiento de los convivientes
civiles" por la oración "y podrá dejarse sin efecto solo por una vez, por el mutuo
consentimiento de estos". Esta decisión, para los efectos que aquí interesan, se tradujo en
que la nueva redacción del inciso 1º del artículo 14 pasaba a ser la siguiente: "Los
convivientes civiles conservarán la propiedad, goce y administración de los bienes
adquiridos a cualquier título antes de la celebración del contrato y de los que adquieran
durante la vigencia de éste, a menos que se sometan de manera expresa a las reglas que
se establecen a continuación, las que deberán ser acordadas por los contrayentes al
momento de celebrarse el pacto de unión civil. De este pacto se dejará constancia en el
acta y registro que se indica en el artículo 6º". Se complementaba esta disposición con la
regla del nuevo inciso 2º de este artículo 14: "Si los convivientes civiles hubieren pactado
el régimen de comunidad podrán sustituirlo por el de separación total de bienes". Este
sistema, aunque rechazado en tercer trámite constitucional, fue reasumido por la
Comisión mixta y, así, quedó consagrado en el texto definitivo de los incisos 1º y 2º del
artículo 15 de la Ley Nº 20.830. 1002.2. La carencia de efectos patrimoniales del
acuerdo de unión civil. La cuestión tocante a los efectos patrimoniales que habrían de
atribuirse al acuerdo estuvo condicionada porque, durante la tramitación parlamentaria del
proyecto, se la situó consciente o inconscientemente en el contexto de los "regímenes
patrimoniales" del matrimonio. Esta premisa, a mi juicio no era la más apropiada, sobre
todo si se trataba de un proyecto de ley que pretendía reconocer la libertad de las
personas. En efecto, la primera distorsión que produjo fue la de trasladar a esta nueva
sede del acuerdo de unión civil una serie de categorías propias de la sede matrimonial,
cuyas consecuencias, entre otras, fueron la de posponer la libertad de las personas frente
a consideraciones dignas de menor atención, y la de asumir modelos matrimoniales de
análisis del todo perturbadores, particularmente, desde la perspectiva de un eventual
"régimen patrimonial primario", o de un "régimen patrimonial subsidiario". Al discutirse el
proyecto en particular, durante el primer trámite constitucional en la Comisión de
Legislación del Senado, imperó sin contrapeso el enfoque "matrimonial" de los regímenes
patrimoniales. Así: "El Presidente de la Comisión, Honorable Senador señor Harboe hizo
presente que el artículo aprobado por la Comisión establece como regla general el
régimen de separación de bienes y en subsidio el de comunidad", y como debido a la
presentación de una serie de indicaciones no parecía haber acuerdo sobre este punto: "el
señor Presidente de la Comisión sometió a votación la idea de que el régimen general
aplicable a este contrato sea el de separación de bienes", y el resultado fue que: "La
Comisión, por mayoría de votos, respaldó este criterio". En segundo trámite constitucional,
la Comisión de Legislación de la Cámara de Diputados mantuvo este criterio. En efecto,
se presentó en el curso de la discusión de este artículo una indicación dirigida a fijar como
"régimen general" el de la comunidad: "El diputado señor Rincón explicó que la indicación
establece como regla general la comunidad, en reemplazo de la separación de bienes.
Por ello, antes de pronunciarse sobre esta indicación y sobre otras, la Comisión debe
adoptar una definición en orden al régimen patrimonial supletorio que se fijará". Fue
rechazada por unanimidad: "Sometida a votación la indicación, fue rechazada por la
unanimidad de las diputadas y diputados presentes". Con todo, en este mismo trámite
parlamentario, como se ha explicado en el número anterior, se decidió permitir a quienes
hubieran convenido sujetarse al régimen de comunidad, substituirlo durante la vigencia
del acuerdo por el de separación de bienes. En este momento se configuró la estructura
jurídica básica de la disciplina relativa a las relaciones patrimoniales entre los convivientes
civiles, caracterizada por lo siguientes: 1º) El acuerdo de unión civil no produce, por sí
mismo, efectos patrimoniales entre los convivientes civiles: ello resulta de la nueva
redacción que en este momento se dio al referido inciso 1º del artículo 14 del proyecto:
"Los convivientes civiles conservarán la propiedad, goce y administración de los bienes
adquiridos a cualquier título antes de la celebración del contrato y de los que adquieran
durante la vigencia de éste [...]"; 2º) Un pacto accesorio al acuerdo puede generar,
respecto de la situación patrimonial de los contrayentes, el efecto de someterse a un
régimen de comunidad disciplinado por la ley: la carencia de efectos patrimoniales del
acuerdo de unión civil se plantea como una regla absoluta, pero sin perjuicio de ella, se
introdujo la figura de un pacto que, con carácter accesorio al acuerdo, podían convenir los
contrayentes, en el momento de la celebración del acuerdo, para someterse a la especial
comunidad reglada por la ley. Ello era así porque el mantenimiento de la situación
patrimonial previa de cada uno de los contrayentes, se mantenía, de acuerdo con el citado
inciso 1º, "a menos que se sometan de manera expresa a las reglas que se establecen a
continuación, las que deberán ser acordadas por los contrayentes al momento de
celebrarse el pacto de unión civil". A este acuerdo accesorio, en el mismo inciso 1º, se le
caracteriza como un "pacto", pues en su período final se prescribía que: "De este pacto se
dejará constancia en el acta y registro que se indica en el artículo 6º, y se reiteraba este
carácter en el nuevo inciso 2º: "Si los convivientes civiles hubieren pactado el régimen de
comunidad [...]". Aunque las modificaciones introducidas por la Cámara de Diputados en
segundo trámite constitucional, fueron rechazadas por el Senado en tercer trámite
constitucional, la Comisión mixta al acordar un nuevo texto para el artículo 15 reasumió en
su inciso 1º el texto de la Cámara de Diputados, con la única variante de adoptar la
denominación definitiva de "acuerdo de unión civil", y revivió el inciso 2º: "Si los
convivientes civiles hubieren pactado el régimen de comunidad podrán sustituirlo por el de
separación total de bienes". De este modo se llegó a la redacción definitiva, que consagró
el principio básico conforme al cual el acuerdo de unión civil no produce, por sí mismo
efectos patrimoniales entre los convivientes civiles, y que estos sólo pueden derivar de un
pacto accesorio, cuya finalidad está determinada por la ley: someterse a la disciplina de la
especial comunidad reglada en el mismo artículo 15 de la ley. 1003. Situación
patrimonial de los convivientes civiles que solo celebran el acuerdo de unión civil.
En relación con este supuesto, cuatro son, al menos, las cuestiones sobre las que aquí se
llamará la atención. 1003.1. La situación patrimonial previa de los contrayentes, se
mantiene durante la vigencia del contrato de unión civil. Los contrayentes del acuerdo
de unión civil pueden libremente decidir no someterse a la disciplina legal de la
comunidad que se regula en el artículo 15 de la Ley Nº 20.830. Tal decisión no afecta en
nada a la validez del acuerdo de unión civil o a los efectos que, en otros campos, la ley le
atribuye. De este modo, la "regulación" de la situación patrimonial de los convivientes
civiles no resulta ser un elemento constitutivo del contrato de unión civil. Si se quiere
expresarlo en la terminología del derecho patrimonial, no es ella un elemento ni esencial,
ni de la naturaleza del contrato. Es simplemente una cuestión accesoria y, en coherencia
con este carácter, la Ley Nº 20.830, a diferencia de la Ley Nº 19.947 (art. 10 inc. 1º), no
impone al oficial del Registro Civil que interviene en la celebración del acuerdo de unión
civil la obligación de proporcionar a los contrayentes la información suficiente relativa a la
posibilidad de pactar la comunidad de bienes legalmente prefijada. De este modo, si los
contrayentes no convienen en someterse a la comunidad fijada por la ley, el acuerdo de
unión civil no altera la situación patrimonial que cada uno de ellos tenía al momento de la
celebración, y tampoco la altera hacia el futuro. Tal es lo que, expresamente se prescribe
en el período inicial del inciso 1º del artículo 15 de la ley: "Los convivientes civiles
conservarán la propiedad, goce y administración de los bienes adquiridos a cualquier
título antes de la celebración del contrato y de los que adquieran durante la vigencia de
éste". En la lectura "matrimonial" que los parlamentarios hicieron de esta regla, ella
implica: a) que los convivientes civiles se sitúan en la posición de "separados totalmente
de bienes", porque el acuerdo de unión civil admitiría como "régimen patrimonial
supletorio" el de la "separación total de bienes"; b) que se ha asumido una regla opuesta a
la que existe en sede matrimonial (arts. 135, 1718 Código Civil). 1003.2. Aplicación del
mismo principio a los acuerdos o convenios equivalentes celebrados en el
extranjero. Ha de advertirse que en este punto, la ley aplica los mismos principios a los
acuerdos de unión civil o contratos equivalentes celebrados en el extranjero. Ello es así,
porque en el artículo 13 se declara que, en relación con tales acuerdos o contratos
equivalentes, los convivientes civiles "se considerarán separados de bienes", salvo que "al
momento de inscribirlo en Chile pacten someterse a la comunidad prevista en el artículo
15 de esta ley, dejándose constancia de ello en dicha inscripción". 1003.3. Imposibilidad
de pactar la comunidad legal del artículo 15 durante la vigencia del contrato de
unión civil. El único momento en que se puede pactar la comunidad de que trata el
artículo 15 es el de la celebración del acuerdo de unión civil, de manera que si en aquel
momento no de convino en dicho pacto, durante la vigencia del contrato, no pueden los
convivientes civiles pactar que se someterán a la disciplina de esa comunidad legal. Tal
es lo que se deriva de la regla del inciso 1º del citado artículo 15: "deberán [...] al
momento de celebrarse el acuerdo de unión civil" y, ad contra, de la regla de su inciso 2º,
que sólo permite a quienes han pactado la comunidad substituirla por la "separación total
de bienes". Se ha revivido, en una sede diversa, la regla matrimonial del artículo 1723
del Código Civil, incluso en unos términos que no se corresponden con los de su texto
reformado. 1003.4. Libertad de regular las relaciones patrimoniales según las
normas del derecho común patrimonial. El acuerdo de unión civil no veda a quienes lo
han contraído sin pacto de sometimiento a la comunidad de bienes del artículo 15 de la
Ley Nº 20.830, que en cualquier momento puedan regular convencionalmente sus
relaciones patrimoniales. Los convivientes civiles en este caso son libres para disponer y
administrar sus bienes según las reglas del derecho común patrimonial. Así, nada obsta a
que, por ejemplo, puedan recurrir a alguna figura de sociedad para dar una cierta
disciplina a sus relaciones patrimoniales, o que acuerden una cierta comunidad
convencional de bienes, o, incluso, a que recurran a alguna figura contractual de creación
específica para ello. Todo lo anterior, sobre el presupuesto, de que tal libertad de
convenciones patrimoniales debe ejercitarse en el campo definido por las reglas del
derecho patrimonial. 1004. Situación patrimonial de los convivientes civiles que
pactan someterse a la disciplina legal de la comunidad del artículo 15. Los
convivientes civiles, no como consecuencia de la celebración del acuerdo de unión civil,
sino como efecto de un pacto, convenido en el momento de la celebración del acuerdo,
pueden quedar sometidos a una disciplina patrimonial, cuya base es la de una comunidad
de bienes regulada legalmente. 1004.1. Características de la comunidad legal prevista
en el artículo 15 de la ley. Las características de esta disciplina de comunidad son las
que se explicarán en los números siguientes. 1004.1.1. Su origen se encuentra en un
pacto accesorio al acuerdo de unión civil. Tal es lo que se desprende de la regla fijada
en el inciso 1º de este artículo 15 de la ley, confirmada por el período inicial de su inciso
2º: "Si los convivientes civiles hubieren pactado el régimen de comunidad [...]". Esta
característica, y de ahí la insistencia que he tenido en destacarla en varios números
precedentes, es determinante, no sólo para comprender los caracteres del contrato de
unión civil sino, sobre todo, para aprehender cuál sea la disciplina de este pacto, en
especial, en cuanto a su validez. De este tema se tratará detenidamente en el número
siguiente de este comentario. 1004.1.2. La disciplina de esta comunidad está fijada
por la ley, y no por la voluntad de las partes. Aunque el origen de esta comunidad se
encuentra en el pacto de los contrayentes del acuerdo de unión civil, ella no es
propiamente una comunidad convencional. Esto es así porque las reglas a las que se
sujeta están predeterminadas por la ley. La voluntad de los contrayentes solo juega en
relación con la decisión de someterse o no a este sistema de comunidad. En este sentido
la Ley Nº 20.830 es particularmente clara, cuando utiliza, en el inciso 1º de su artículo 15,
la expresión: "se sometan de manera expresa a las reglas que se establecen a
continuación", y en su artículo 13 reitera que el contenido del pacto no es más que
el sometimiento a la comunidad que ella regula: "pacten someterse a la comunidad
prevista en el artículo 15 de esta ley". 1004.1.3. Su objeto está constituido por ciertos
bienes adquiridos a partir de la celebración del pacto. La Ley Nº 20.830 se ocupa, en
particular, de determinar cuáles son los bienes que forman esta comunidad. En principio,
se trata de bienes que han de reunir las siguientes condiciones: a) ser inmuebles o
muebles, salvo, en relación con estos últimos, los de "uso personal necesario" del
conviviente que los haya adquirido; b) independiente de qué conviviente los haya
adquirido; c) siempre que la adquisición se produzca durante la vigencia del acuerdo, con
la importante precisión de entenderse, para estos efectos, que la fecha de adquisición de
los bienes es aquella en la que el título haya sido otorgado; y d) que la causa de la
adquisición haya sido onerosa. 1004.1.4. Su régimen es el fijado para el cuasicontrato
de comunidad reglado en el Libro IV del Código Civil. Tal es lo que se prevé en la
regla 3ª del inciso 1º de este artículo 15. Con todo, ha de tenerse en cuenta que la regla
básica de esta comunidad está constituida por la que se establece en la regla 1ª del inciso
1º del ya citado artículo 15: "Los bienes adquiridos a título oneroso durante la vigencia del
acuerdo se considerarán indivisos por mitades entre los convivientes civiles [...]". Me
abstengo aquí de referirme al régimen de la comunidad en el Código Civil. Sólo advertir
que los legisladores, en este punto, han entendido que la aplicación del régimen de
comunidad a este contrato de unión civil, recogía la tradición jurisprudencial de hacerlo
aplicable a las relaciones patrimoniales habidas en las uniones de hecho. No era la única
opción y, probablemente, tampoco era la mejor. 1004.1.5. Puede ser sustituido durante
la vigencia del acuerdo de unión civil. En la clave matrimonial que asumió el legislador
en esta materia, en el inciso 2º de este artículo 15 se prevé que: "Si los convivientes
civiles hubieren pactado el régimen de comunidad podrán sustituirlo por el de separación
total de bienes". En verdad, esta regla implica que se reconoce a los convivientes civiles
la posibilidad de dejar sin efecto el pacto de sometimiento a las reglas de la comunidad
legal y, en consecuencia, volver al régimen general de la carencia de efectos
patrimoniales del acuerdo de unión civil. Este pacto está especialmente reglado en los
incisos 3º y 4º del artículo 15 de la ley. 1004.1.5.1. De las exigencias que debe cumplir
el pacto para producir efectos. Las condiciones a que debe sujetarse este pacto, para
que genere sus efectos propios, en general, han seguido el modelo que en el inciso 2º del
artículo 1723 del Código Civil se hallaba fijado para el pacto que pueden convenir los
cónyuges para substituir el régimen de sociedad de bienes por el de participación en los
gananciales o de separación total de bienes. De ahí que las condiciones que ha de
cumplir el pacto para su validez sean las siguientes: a) debe otorgarse por escritura
pública: si no se cumple esta condición, no surtirá efectos, ni entre las partes, ni respecto
de terceros; b) la escritura pública en que conste debe subinscribirse: esto es, ha de
subinscribirse al margen de la respectiva inscripción del acuerdo de unión civil, y sólo
desde ese momento el pacto de substitución producirá efectos entre los cónyuges y
respecto de terceros; c) la inscripción debe realizarse dentro de cierto plazo: la ley prevé
que la citada subinscripción "sólo podrá practicarse dentro de los treinta días siguientes a
la fecha de la escritura en que se pacte la separación". En consecuencia, la ley fija un
plazo fatal ("dentro de") para realizar la subinscripción, de modo que si no se verifica en
él, el oficial civil habrá de negarse a practicarla y, como consecuencia de ello, el pacto no
generará efectos, ni entre las partes, ni respecto de terceros. 1004.1.5.2. De los efectos
del "pacto de substitución". Sólo una vez otorgado por escritura pública, y subinscrita
esta dentro de los treinta días siguientes a su celebración, el pacto producirá efectos,
tanto respecto de los convivientes civiles como respecto de terceros, pero con una
limitación en relación con estos últimos, porque él no perjudicará, en ningún caso, los
derechos que válidamente hayan podido haber adquirido respecto de cada uno de los
convivientes civiles. Se ha seguido en este punto el modelo del artículo 1723 inciso 2º
del Código Civil. Del mismo modo se ha seguido, igualmente, el modelo del artículo 3º del
citado artículo 1723, en cuanto se permite a los convivientes civiles que en la misma
escritura pública en la que conste el pacto de substitución, procedan a la liquidación de la
comunidad, como también se les permite la inclusión en ella de otros pactos lícitos. El
principal efecto del pacto de substitución es que a partir del momento en que comienza a
producir sus efectos, los bienes adquiridos por cada cónyuge a título oneroso se
incorporaran al patrimonio del adquirente, de mismo modo en que hasta ese momento
habían incorporado los adquiridos a título gratuito. Con todo la comunidad no termina más
que por su causa efectiva de término, que es la división del haber común, es decir, ella se
mantiene en relación con los bienes que hasta ese instante formaban la
comunidad. 1004.2. Del término de la comunidad legal prevista en el artículo 15 de la
ley. Su terminación está sujeta a las reglas generales de la comunidad, sin perjuicio de lo
cual tiene algunas disposiciones propias. En todo caso, en relación con las reglas
generales del término de la comunidad: no le resulta aplicable la del número 1º del artículo
2312 del Código Civil, en cuanto que no es posible que se produzca la reunión de las
cuotas de los convivientes civiles en una sola persona, y tampoco pareciera que pueda
plantearse su terminación por la destrucción de la cosa común, es decir, por aplicación de
lo previsto en el número 2º del citado artículo del Código Civil. El supuesto normal de
término de la comunidad será el previsto en el número 3º del indicado artículo 2313
del Código Civil, esto es, por la división del haber común, sujeto a ciertas reglas
especiales. Distinto del término de la comunidad, por la liquidación, será la situación que
se produzca cuando, sin haberse producido la división de la comunidad, ella subsista con
los bienes que se hayan incorporado bajo el régimen de indivisión hasta un cierto y
determinado momento. Este momento puede ser: a) el del término del acuerdo de unión
civil, porque ese instante determina el momento final hasta el que pueden incorporarse
bienes en indivisión, de modo que la comunidad se mantendrá con tales bienes hasta que
sea efectivamente liquidada; y b) el de la substitución del régimen de comunidad por el de
separación total de bienes, porque no es obligatorio que en el pacto de substitución se
proceda a la liquidación de la comunidad, la que se mantendrá con los bienes a ella
incorporados hasta la fecha del pacto de substitución, y sólo terminará cuando se
verifique su liquidación. Para concluir, sólo advertir que la liquidación de la comunidad
puede: a) ser realizada por los propios convivientes civiles (art. 15 inc. 4º); b) por quienes
fueron convivientes civiles, que así entiendo la regla del artículo 22 inciso 2º de la ley,
para que tenga algún sentido práctico. En efecto, técnicamente los convivientes civiles
únicamente pueden liquidar la comunidad cuando ella es consecuencia del pacto de
substitución del régimen de comunidad y, por ende, no afecta al acuerdo de unión civil,
situación que está prevista en el artículo 15 inciso 4º. Si termina el acuerdo de unión civil,
ya no hay convivientes civiles, pero continuarán como comuneros hasta que se liquide la
comunidad, lo que podrán hacer de común acuerdo, según el entendimiento que doy a la
regla del artículo 22 inciso 2º; c) por los herederos de los convivientes civiles, también
según la regla del artículo 22 inciso 2º; d) por un juez partidor, al que las partes o sus
herederos sometan de común acuerdo la liquidación, y al que podrán conferir el carácter
de árbitro arbitrador; e) por un juez partidor nombrado por el juez a petición de cualquiera
de los convivientes civiles, todo esto de acuerdo con las reglas generales. 1005. Del
pacto de sometimiento a las reglas de la comunidad prevista en el artículo 15 de la
ley. El pacto que la Ley Nº 20.830 prevé, en el inciso 1º de su artículo 15, como el
dispositivo a través del cual los contrayentes de un acuerdo civil pueden someterse a las
reglas de la comunidad que ella misma establece, exige algún comentario
adicional. 1005.1. De las características de este pacto. De las distintas disposiciones de
la ley que se refieren a él, directa o indirectamente, resultan una serie de características
que posibilitan su definición. 1005.1.1. Es un pacto accesorio al acuerdo de unión civil.
Su carácter accesorio deriva precisamente del hecho de que no puede existir ni subsistir
sino en relación con el acuerdo de unión civil, es decir, necesita de este acuerdo para su
subsistencia. Por su parte, el carácter de principal que asume el acuerdo de unión civil en
relación con este pacto accesorio lo fija la misma ley, en cuanto que del inciso 1º de su
artículo 15 se desprende que el contrato de unión civil subsiste por sí mismo sin
necesidad del pacto. En definitiva, puede haber acuerdo de unión civil sin pacto de
sometimiento a la comunidad, pero no puede haber pacto de sometimiento a la
comunidad sin acuerdo de unión civil. De este carácter accesorio se siguen, en principio,
todas las consecuencias jurídicas que el sistema reconoce para el gobierno y régimen de
los actos accesorios y que, de ordinario, expresamos con la locución accesorium sequitur
principale. 1005.1.2. Es un pacto que sólo puede convenirse en un determinado
momento. La ley ha dispuesto como único momento en el que puede convenirse este
pacto, el de la celebración del acuerdo de unión civil. No hay otra
posibilidad. 1005.1.3. Es un pacto cuyo contenido está predeterminado legalmente. El
contenido de este pacto no puede ser establecido por los contrayentes del acuerdo civil,
quienes solamente se limitan a convenir en él que se someten, "de manera expresa", a
las reglas que el mismo artículo 15 de la ley señala para regular una cierta comunidad de
bienes entre ellos. 1005.1.4. Es un pacto sujeto a las reglas del derecho patrimonial.
El contenido de este pacto implica la sujeción a un determinado estatuto de carácter
patrimonial, no sólo porque la propia ley determina que, en la práctica, implique la
aplicación de una categoría o institución patrimonial (comunidad), sino porque ella misma
le hace aplicable el estatuto patrimonial de la comunidad de bienes del libro IV del Código
Civil. Este carácter patrimonial del pacto, ya presente desde su origen en el proyecto del
senador Allamand, del que fue asumido, es el que explica realmente, por qué se adoptó la
regla de capacidad en los dieciocho años, y por qué se adoptaron, igualmente, sus reglas
complementarias tocantes a la libre administración de los bienes. Pero como se anticipó,
los legisladores no advirtieron que de la capacidad para concluir el pacto de sujeción a las
reglas de la capacidad, no había de seguirse necesariamente que las reglas de la
capacidad para concluir el acuerdo de unión civil habían de ser las mismas (801). Este
contexto, unido al carácter accesorio de este pacto, es el que justifica que, en cuanto a su
validez o invalidez, quede sujeto a las disciplina del derecho patrimonial y, en
consecuencia, que su nulidad pueda ser declarada de conformidad con las reglas del
Libro IV del Código Civil. Bien puede suceder que un acuerdo de unión civil sea válido,
pero que el pacto sea nulo o anulable. De este modo, por ejemplo, un acuerdo de unión
civil no puede ser declarado nulo por causa de dolo, pero sí puede serlo el pacto de
sumisión a las reglas de la comunidad. No es necesario advertir que la nulidad del pacto
no afecta a la validez del acuerdo de unión civil. 1005.2. De la constancia del pacto en
el acta y registro. Prevé la ley que: "De este pacto se dejará constancia en el acta y
registro que se indica en el artículo 6º". En cuanto que el acta y su registro deben ser
realizadas por el oficial del Registro Civil, la omisión de la constancia en ellas constituirá al
oficial en responsable de las consecuencias de tal omisión. Esta, naturalmente, generará
eventualmente un problema de prueba difícilmente salvable para los
contrayentes. 1006. De la declaración de bien familiar. El inciso final de este artículo 15
de la ley hace aplicable al acuerdo de unión civil, con independencia de si los
contrayentes han pactado o no su sometimiento a la comunidad de bienes reglada en el
mismo artículo, las reglas que el Código Civil, en sus artículos 141 a 149, destinan a la
regulación "De los bienes familiares" en sede matrimonial. Esta regla, no considerada en
el proyecto del senador Allamand, ni el del presidente de la república, fue incorporada en
primer trámite constitucional por la Comisión del Legislación del Senado. En efecto, al
discutirse el proyecto en particular, se tuvo en consideración una indicación de la
senadora Alvear que proponía una regulación completa diversa a la aprobada por la
Comisión en general, y cuya última regla era: "Cualquiera sea el régimen de bienes que
exista entre los contratantes, tendrá aplicación lo dispuesto en los artículos 141 a 149 del
Código Civil". La Comisión, por la unanimidad de sus miembros, aprobó este inciso, que
en dicho momento fue situado como el final del artículo 15 del proyecto. Como podría
predicarse de varias reglas de la Ley Nº 20.830, es probable que la del inciso final del
artículo 15 esté llamada a tener una aplicación residual, sobre todo, si se extienden al
campo del acuerdo de unión civil una serie de principios que la jurisprudencia ha tendido a
consolidar en sede matrimonial. Veamos sólo dos posibles supuestos: 1º) La
jurisprudencia en sede matrimonial afirma sin discusión que la declaración de bienes
familiares presupone la existencia de matrimonio, de modo que si no lo hay, no puede
haber bienes familiares. De tal principio se ha seguido que: a) si el matrimonio ha
terminado por divorcio antes de la demanda de declaración de bien familiar, no se cumple
con el requisito de la existencia de matrimonio (165.1.1.1); b) si el matrimonio termina por
divorcio durante el curso del procedimiento de declaración de bien familiar, tampoco se
cumple con el requisito de existencia de matrimonio (165.1.1.2). Mutatis mutandi, si no
existe acuerdo de unión civil no puede haber declaración de bien familiar, así dado el
sistema de término de acuerdo, que consagra el derecho de los convivientes a ponerle
término por decisión unilateral, aquel que tema la demanda de declaración familiar optará
por hacer terminar el acuerdo, y con mayor razón lo hará el conviviente civil ya
demandado. La discusión, entonces, podría plantearse en cuanto a los caracteres del
derecho a poner término al acuerdo por decisión unilateral, que pareciera por la historia
de la ley que se entendía como absoluto; 2º) En sede matrimonial, la jurisprudencia
últimamente ha tendido a reafirmar el principio conforme al cual "un cónyuge no constituye
familia", de modo que excluye la posibilidad de declarar bien familiar cuando no existen
hijos y los cónyuges se encuentran separados de hecho (165.1.2.1). De aplicarse este
mismo criterio en sede de acuerdo de unión civil, sobre todo en los casos del contraído
entre personas del mismo sexo, la declaración del bien familiar será prácticamente
ilusoria.

Artículo 16. Cada conviviente civil será heredero intestado y legitimario del


otro y concurrirá en su sucesión de la misma forma y gozará de los mismos
derechos que corresponden al cónyuge sobreviviente.

El conviviente civil podrá también ser asignatario de la cuarta de mejoras.

Concordancias: Código Civil: artículos 952, 956, 980, 983 inciso 1º, 988, 989, 1167, 1181, 1182, 1183,
1184, 1185, 1195, 1204. Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículos 17,
18.

1007. De los derechos sucesorios entre los convivientes civiles. Desde los
Comentario: 
proyectos que dieron origen a la Ley Nº 20.830 se aprecia la coincidencia de opinión en
cuanto a conferir derechos sucesorios a los convivientes civiles, si bien, en cuanto a sus
aspectos concretos hubo algunas diferencias. Así, por ejemplo, en el proyecto del senador
Allamand se llamaba al conviviente civil supérstite a la sucesión intestada del causante,
no se le confería la calidad de legitimario, pero sí se le incluía entre quienes podían ser
beneficiarios de la cuarta de mejora. Igual criterio seguía el proyecto presentado por el
presidente de la república, aunque incluía una exigencia de tiempo de vigencia del
acuerdo para que se generaran los derechos sucesorios: "cuando el Acuerdo de Vida en
Pareja haya tenido una vigencia mínima de un año y termine por la muerte de una de las
partes" (art. 9º). 1007.1. Del conviviente civil como heredero ab intestato de su
conviviente civil. En el inciso 1º de este artículo se reconoce al conviviente civil la
calidad de heredero ab intestato de su conviviente civil, con la limitación contenida en el
artículo 18, es decir, que tal calidad se tiene sólo si el acuerdo de unión civil, celebrado en
su día con el causante, no había expirado a la fecha de la delación de la herencia, esto
es, al momento de fallecer la persona de cuya sucesión se trata (art. 956 Código Civil). En
la práctica esta regla implica que ha de entenderse complementada con el "conviviente
civil" la designación de los llamados a la sucesión intestada que se contiene en el inciso
1º del artículo 983 del Código Civil. El conviviente civil concurrirá en la sucesión intestada
"de la misma forma" que el "cónyuge sobreviviente", y gozará de "los mismos derechos"
que este. Excuso aquí explicar la disciplina sucesoria del cónyuge supérstite
(véase Código Civil arts. 988, 989, 996). En el proyecto del senador Allamand no se
equiparaban los derechos los conviviente civil supérstite a los del cónyuge supérstite. En
efecto, en el inciso 1º del artículo 11 de aquel proyecto se leía que: "En la sucesión
intestada del contratante fallecido, el sobreviviente concurrirá con los hijos del difunto y
recibirá en todo caso una porción equivalente a lo que por legítima rigorosa o efectiva
corresponda a cada hijo", y en su inciso 2º se disponía que: "Si el difunto no ha dejado
posteridad, concurrirá con sus ascendientes de gradomás próximo y en este caso, la
herencia se dividirá en dos partes, una para el contratante sobreviviente y una para los
ascendientes. A falta de éstos, llevará todos los bienes el contratante sobreviviente". El
proyecto del presidente de la república, como se ha anticipado, seguía esta línea, pero
con la restricción que se podía leer en su artículo 9º. En su inciso 1º se preveía que: "Para
los efectos de las regulaciones establecidas en el Libro Tercero, Título II, del Código Civil,
respecto de la sucesión intestada, cuando el Acuerdo de Vida en Pareja haya tenido una
vigencia mínima de un año y termine por la muerte de una de las partes, el contratante
sobreviviente concurrirá con los hijos del causante, recibiendo una porción que será igual
a lo que, por legítima rigorosa o efectiva, corresponda al hijo o a cada hijo si fueren más
de uno", y en su inciso 2º, que: "Si el causante no ha dejado descendencia, le sucederán
el contratante sobreviviente y sus ascendientes de grado más próximo. En este caso, la
herencia se dividirá en dos partes iguales, una para el contratante sobreviviente y la otra
para los ascendientes. A falta de estos últimos, llevará todos los bienes el contratante
sobreviviente, y, a falta de contratante, los ascendientes". La adopción del criterio de
equiparar los derechos sucesorios del conviviente civil a los del cónyuge se produjo en el
curso del primer trámite constitucional del proyecto. En efecto, en la Comisión de
Legislación del Senado, una vez concluido el debate sobre una serie de indicaciones al
que acabaría como artículo 9º de la ley: "[E]l Presidente de la Comisión sometió a
votación el criterio de que al conviviente civil le deben corresponder los mismos derechos
hereditarios que al cónyuge sobreviviente", y la Comisión, por la unanimidad de sus
miembros presentes, coincidió: "con la idea de que al conviviente civil sobreviviente le
corresponden los mismos derechos que al cónyuge que se encuentra en la misma
condición". 1007.2. Del conviviente civil como legitimario de su conviviente civil. La
legítima, cuya existencia, en los derechos de nuestra tradición que la conservan, no se
debe al iussino a la pietas o en el mejor de los casos al officium, es una institución que
hiere profundamente a la libertad, y de cuya inconstitucionalidad tengo "fundadas
sospechas". Descontado el caso de los ascendientes que proveyeron a la subsistencia,
cuidado y educación del causante, en que podría haber una razón de derecho para
mantenerla, soy de aquellos que entienden que deberían ser eliminadas. Pero vayamos
de esta declaración de principios al desnudo texto de la ley. El inciso 1º de este artículo
confiere al conviviente civil la calidad de legitimario de su conviviente civil, con la ya
referida limitación contenida en el artículo 18 de la ley, si bien en este caso ha de
recordarse que, como lo ha declarado la jurisprudencia, la legítima ya existe en vida del
causante y, en cuanto que tal, también la calidad de legitimario, sin que por ello quepa
confundir el momento en que se adquiere la calidad de legitimario con aquel en que se
determina la calidad de heredero (véase mi Código Civil. Edición
concordada..., Jurisprudencia al art. 1182). La regla de este inciso 1º del artículo 16 ha de
relacionarse con la del inciso 1º del artículo 1182 del Código Civil, que enumera a los
legitimarios. En este punto, al igual que en el tocante a su calidad de heredero ab
intestato, la Ley Nº 20.830 le sitúa en una posición equivalente a la del cónyuge
supérstite. Sin entrar en la explicación de la situación de este último, sólo recuérdese aquí
que, de acuerdo con el artículo 1183 del Código Civil: "Los legitimarios concurren y son
excluidos y representados según el orden y reglas de la sucesión intestada". La calidad de
legitimario conferida al conviviente civil, que no estaba considerada en ninguno de los
proyectos que dio origen a la Ley Nº 20.830, se incorporó al proyecto durante el primer
trámite constitucional. 1007.3. Del conviviente civil como asignatario de la cuarta de
mejora. Es el inciso 2º de este artículo 16 el que prevé que el conviviente civil puede ser
asignatario de la cuarta de mejoras. De este modo, el inciso 1º del artículo 1195
del Código Civil, que señala quiénes pueden ser asignatarios de la cuarta de mejoras, ha
de entenderse complementado por la regla de este inciso 2º del artículo 16 de la Ley
Nº 20.830.

Artículo 17. El conviviente civil sobreviviente podrá ser desheredado por


cualquiera de las tres primeras causas de desheredamiento indicadas en el
artículo 1208 del Código Civil.

Concordancias: Código Civil: artículos 1207, 1208. Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O.  21.04.2015: artículo 16 inciso 1º.
1008. Del desheredamiento del conviviente civil. Bello, desde el primer
Comentario: 
proyecto de libro De la sucesión por causa de muerte, optó por el uso de la voz
'desheredamiento', que le era familiar por su amplia utilización en las Siete Partidas,
aunque ya el "Diccionario de Autoridades" publicado por la Academia en 1732 la tenía por
palabra anticuada, frente a la que tenía por usual, que era 'desheredación'. Así, en el
inciso 1º del artículo 1207 del Código Civil se lee que: "Desheredamiento es una
disposición testamentaria en que se ordena que un legitimario sea privado del todo o
parte de su legítima". En este contexto, en cuanto que el inciso 1º del artículo 16 de la Ley
Nº 20.830 confiere al conviviente civil la calidad de legitimario de su conviviente civil, en
este artículo 17 se prevé la posibilidad de que sea desheredado. El desheredamiento solo
procede por las tres primeras de las causas enumeradas en el artículo 1208 del Código
Civil, en la línea de lo que prevé el inciso final de ese mismo artículo 1208 en relación con
el cónyuge. Esta regla sobre el desheredamiento resultó como lógica consecuencia de
haberse conferido, durante el curso del primer trámite constitucional, la calidad de
legitimario al conviviente civil. En concreto, en la Comisión de Legislación del Senado el
profesor Eduardo Court: "[P]recisó, que si se le da carácter de legitimario, lo más
adecuado sería añadir a este artículo la siguiente regla: "El contratante sobreviviente
podrá ser desheredado por cualquiera de las tres primeras causas de desheredamiento
indicadas en el artículo 1208 del Código Civil". La Comisión, por la unanimidad de sus
miembros presentes, Honorables Senadores señores Allamand, Araya, De Urresti y
Harboe, concordó con este planteamiento y acordó sustituir el inciso segundo del artículo
9º por las siguientes disposiciones. "Artículo 17. El conviviente civil sobreviviente podrá
ser desheredado por cualquiera de las tres primeras causas de desheredamiento
indicadas en el artículo 1208 del Código Civil".

Artículo 18. Los derechos sucesorios y la condición de legitimario que esta


ley otorga al conviviente civil sobreviviente sólo tendrán lugar si el acuerdo de
unión civil celebrado con el difunto no ha expirado a la fecha de la delación de
la herencia.

Concordancias: Código Civil: artículos 956, 983, 1182. Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O.  21.04.2015: artículos 1º, 16, 26 letras a) y b), 28.

1009. De la limitación de los derechos sucesorios y de la calidad de


Comentario: 
legitimario del conviviente civil. El momento que determina los derechos sucesorios y
la calidad de legitimario es el de la delación de la herencia del conviviente civil. Es decir,
de acuerdo con el artículo 956 del Código Civil, aquel en que se produce el llamamiento
de la ley a aceptar o repudiar la asignación, que no es más que el del momento de fallecer
la persona de cuya sucesión se trata. Desde esta perspectiva esta regla del artículo 17 de
la ley no significa más que los derechos sucesorios y la calidad de legitimario dependen
del hecho de encontrarse vigente el acuerdo de unión civil. Son, en este caso, coherentes
con este artículo 17, las reglas de los artículos: 1º inciso 2º, en cuanto que el estado civil
de conviviente civil termina con el término del acuerdo; 26 letra a) y b) que señalan como
causas de término del acuerdo de unión civil la muerte natural de uno de los convivientes,
o la declaración de su muerte presunta; y 28, según el cual el término del acuerdo de
unión civil pone fin a todos los derechos cuya titularidad y ejercicio derivan de la vigencia
del contrato.

Artículo 19. El conviviente civil sobreviviente tendrá también el derecho de


adjudicación preferente que la regla 10ª del artículo 1337 del Código Civil
otorga al cónyuge sobreviviente. Tendrá, asimismo, en iguales condiciones que
las prescritas en esta regla, los derechos de habitación y de uso, que la misma
concede al cónyuge sobreviviente para el caso en que el valor total del
inmueble en que resida y que sea o haya sido la vivienda principal de la familia,
así como del mobiliario que lo guarnece, excedan su cuota hereditaria.

Concordancias: Código Civil: artículos 811 a 819, 1318 inciso 2º, 1337 regla 10ª.

1010. Del derecho de adjudicación preferente del conviviente civil


Comentario: 
supérstite. La Ley Nº 19.585, de 26 de octubre de 1998, incorporó en el artículo 1337
del Código Civil una regla 10ª, entre aquellas a las que ha de sujetarse el partidor para
proceder a la distribución de los efectos hereditarios entre los coasignatarios. En dicha
regla se consagra, a favor del cónyuge supérstite, un derecho de adjudicación preferente,
que es intransferible e intransmisible. Consiste en que tendrá derecho a que su cuota
hereditaria se entere con preferencia mediante la adjudicación a su favor de la propiedad
del inmueble en que resida y que sea o haya sido la vivienda principal de la familia, así
como del mobiliario que lo guarnece, siempre que ellos formen parte del patrimonio del
difunto. Como disposición complementaria a la anterior se dispone que, si el valor de
dichos bienes excede la cuota hereditaria del cónyuge, este podrá pedir que sobre
aquellas cosas que no le fueren adjudicadas en propiedad se constituya en su favor
derechos de habitación y de uso, en atención a la naturaleza de las cosas, con carácter
de gratuitos y vitalicios. En este caso, el derecho de habitación no será oponible a
terceros de buena fe en tanto que no se inscriba la resolución que lo constituye en el
Registro del Conservador, y en todo lo no previsto se regirá por las reglas del Título X "De
los derechos de uso y habitación", del Libro II del Código Civil. Al igual que en el caso de
otras disposiciones de la Ley Nº 20.830, la regla de este artículo 19 no existía en sus
proyectos iniciales, y fue incorporada cuando el acuerdo de unión civil, por una parte, ya
se había perfilado como un acto del derecho de las personas y, por otra, comenzaba a
perfilar sus efectos desde la perspectiva de equiparar la situación de sus contrayentes a la
de los cónyuges. En efecto, en el proyecto del senador Allamand se incluía un artículo 13
que, aunque inspirado en la regla del Código Civil, tenía una entidad diversa, pues en su
inciso 1º preveía que: "En la partición de la comunidad existente entre los herederos del
contratante fallecido, el contratante sobreviviente tendrá derecho a que su cuota
hereditaria se entere con preferencia mediante la adjudicación en favor suyo de la
propiedad del inmueble en que haya residido con el difunto, así como del mobiliario que lo
guarnece, siempre que ellos formen parte de la indivisión existente en virtud del acuerdo
de vida en común, o del solo patrimonio del difunto". Su inciso 2º reproducía la regla del
Código Civil: "El derecho a la adjudicación preferente de que habla esta regla no puede
transferirse ni transmitirse". Sobre esta base, en primer trámite constitucional, durante la
discusión en particular del proyecto en la Comisión de Legislación del Senado, se discutió
una indicación presentada por el mismo senador Allamand dirigida a reconocer al
contrayente supérstite el derecho de adjudicación preferente que el Código
Civil reconocía al cónyuge supérstite. En concreto la indicación implicaba reproducir en el
proyecto el contenido de la regla 10ª del ya citado artículo 1337 del Código de Bello. La
Comisión, después de oír al profesor Eduardo Court, aprobó por unanimidad esta
proposición, pero mediante el recurso de referirlo a la disposición del Código Civil: "Al
iniciarse el estudio de esta indicación, el señor Presidente de la Comisión, ofreció el uso
de la palabra al profesor de derecho civil, señor Eduardo Court, quien subrayó que en
esta indicación se replica la regla décima del artículo 1337 del Código Civil. Precisó que
debe consagrarse expresamente porque no estamos ante un derecho sucesorio, sino que
ante un derecho que se reclama en la partición. Hizo presente que en materias anteriores
se ha hecho solo una referencia al articulado. La Comisión acordó acoger esta última
idea. Al respecto se propuso aprobarla en los siguientes términos: "Artículo 19. El
conviviente civil sobreviviente, tendrá también el derecho de adjudicación preferente que
la regla 10ª del artículo 1337 del Código Civil otorga al cónyuge sobreviviente. Tendrá,
asimismo, en iguales condiciones que las prescritas en esta regla, los derechos de
habitación y de uso, que la misma concede al cónyuge sobreviviente para el caso en que
el valor total del inmueble en que resida y que sea o haya sido la vivienda principal de la
familia, así como del mobiliario que lo guarnece, excedan su cuota hereditaria". La
Comisión, por la unanimidad de sus miembros presentes, Honorables Senadores señores
Allamand, Araya, De Urresti y Harboe, aprobó la indicación 64 d), en los términos
indicados precedentemente". En segundo trámite constitucional, fue aprobado por
unanimidad, en la Comisión de Legislación de la Cámara de Diputados.

Artículo 20. El conviviente civil tendrá legitimación activa para reclamar las
indemnizaciones derivadas de los perjuicios a que hubiere lugar por el hecho
ilícito de un tercero que hubiere causado el fallecimiento de su conviviente civil
o que lo imposibilite para ejercer por sí mismo las acciones legales
correspondientes, sin perjuicio de las otras indemnizaciones a que tenga
derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común.

Concordancias: Código Civil: 2284, 2314, 2329. Código Procesal Penal: artículos 108, 109.

1011. De la responsabilidad civil por los daños causados por terceros a uno
Comentario: 
de los convivientes civiles. La desgraciada redacción de este artículo, y su poco feliz
historia legislativa, no facilitan la tarea de explicarlo con claridad, si es que ello puede
hacerse. Con todo, si se sigue el curso de la tramitación del proyecto ese proceso puede
ofrecer algunas luces. 1011.1. Del proceso de formación de este artículo. En sede de
uniones de hecho, la cuestión tocante a si procede o no que el miembro de una unión de
hecho pueda demandar la indemnización del daño que le provocó la muerte de la persona
con quien convivía, atribuible a un tercero, generó una discusión que la jurisprudencia
acabó por zanjar en los años finales del siglo pasado. En efecto, si en un primer momento
se negaba al conviviente la posibilidad de accionar, porque se entendía que carecía de
interés legítimo para hacerlo, una aislada sentencia de la I Corte de Apelaciones de
lma. 

Santiago, de 3 de enero de 1945, admitió que sí pudiera demandar la reparación por el


daño que le había causado la muerte de su conviviente. Con todo, hubo que esperar
hasta los años finales del siglo pasado para que los tribunales acabaran por consolidar
este criterio. Así, en una serie de sentencias, registrables al menos desde 1999 en
adelante, los tribunales situaron la repuesta a esta cuestión en torno a la relevancia que el
derecho había de reconocer a la nota de afectividad del hecho constitutivo de la unión no
matrimonial, y descartaron la perspectiva que lo enfrentaba desde la noción de la
"legitimidad" o "ilegitimidad" del "interés". De tal manera, la jurisprudencia encontró en el
imprescindible carácter afectivo que reviste el hecho que genera y mantiene a la unión no
matrimonial, la razón y fundamento para defender la opinión según la cual, quien ha
tenido o mantiene una unión no matrimonial es titular de la acción correspondiente para
exigir la reparación del daño moral que puede haber experimentado, como consecuencia
o por repercusión del que directamente soportó la víctima de un hecho dañoso
(vide mi De las uniones de hecho, Santiago de Chile, LexisNexis, 2008, pp. 87-111). Los
legisladores, al parecer, pretendieron que en la Ley Nº 20.830 se consagrara de manera
expresa esa opinión jurisprudencial, mediante su reconocimiento como un derecho para el
conviviente civil. Sin embargo, el resultado de la tramitación parlamentaria del proyecto y
que se tradujo en el texto de este artículo 20 de la ley, es singularmente deficiente, sin
que ni la redacción del artículo, ni el contenido de sus mal hilvanadas frases contribuyan a
desentrañar su sentido. 1011.1.1. Finalidad originaria de la regla (Primer trámite
constitucional): reconocimiento expreso de la opinión de la jurisprudencia en sede
de uniones de hecho: En el proyecto del senador Allamand se incluía un artículo 19,
cuyo texto era el siguiente: "En caso de fallecimiento de un contratante a consecuencia de
un hecho ilícito de un tercero, el sobreviviente tendrá legitimación activa para reclamar las
indemnizaciones civiles por los perjuicios patrimoniales y morales a que haya lugar". Este
artículo se discutió en primer trámite constitucional, en la Comisión de Legislación del
Senado, junto a una indicación presentada por la senadora Alvear para incorporar en el
proyecto un artículo 9º bis, cuyo texto era: "En caso de fallecimiento de un conviviente
legal a consecuencia de un hecho ilícito de un tercero, el conviviente legal sobreviviente
tendrá legitimación activa para reclamar las indemnizaciones civiles derivadas de los
perjuicios patrimoniales y morales a que haya lugar". Durante la discusión en general del
proyecto, se plantearon dos opiniones frente a la regla que se proponía: a) la de quienes
estimaban que era innecesaria, porque ella podía deducirse de ciertas reglas del Código
Civil: "El señor Pablo Urquízar señaló que es innecesaria la propuesta de la Honorable
Senadora señora Alvear porque ya se encuentra expresamente recogido en el artículo
2315 del Código Civil, relacionado con los artículos 951 y 1097, por lo que no es relevante
regular la transmisibilidad de los derechos para efectos de la legitimación activa"; y b) la
de quienes consideraban que era conveniente expresarla, para evitar variaciones
jurisprudenciales, sin perjuicio de que ella recibía la jurisprudencia dominante en materia
de uniones de hecho: "La profesora señora Lathrop destacó que de la armonía de las
normas antes mencionadas puede colegirse lo señalado por el señor Urquizar, pero la
jurisprudencia que reconoce explícitamente al conviviente como víctima de la
responsabilidad civil causada es prueba de que esta armonía, al no estar explícita en la
ley, puede interpretarse de diferente manera. Añadió que la propuesta en discusión
recoge lo que la jurisprudencia viene reconociendo". Esta última opinión fue la que
prevaleció, porque: "Puesta en votación la indicación de la Honorable Senadora señora
Alvear y el artículo 19 del proyecto de ley del ex senador señor Allamand, fueron
aprobados por la unanimidad de los miembros presentes, Honorables Senadores señora
Alvear y Pérez, doña Lily y señor Walker, don Patricio". Se incorporó, así, como nuevo
artículo 10 del proyecto: "En caso de fallecimiento de un conviviente a consecuencia de
un hecho ilícito de un tercero, el conviviente sobreviviente tendrá legitimación activa para
reclamar las indemnizaciones civiles derivadas de los perjuicios patrimoniales y morales a
que haya lugar". En el curso de la discusión en particular del proyecto, en la Comisión de
Legislación del Senado, se formularon tres indicaciones que, directa o indirectamente,
implicaban la supresión del que en ese momento el artículo 10 del proyecto. La discusión
a que dieron origen volvió a dejar al descubierto que se entendía que el propósito de esta
regla era consagrar legalmente la opinión de la jurisprudencia que, en sede de uniones de
hecho, reconocía al conviviente la posibilidad de demandar la reparación del daño que,
por repercusión, le hubiera causado la muerte de su conviviente atribuible a un tercero.
Volvieron a expresarse las dos opiniones que ya se habían defendido, es decir, que tal
regla era innecesaria, y que era preferible declararla de modo expreso: "El asesor del
Honorable Senador señor Espina, señor Pablo Urquízar señaló que el artículo 10 viene a
explicitar lo que ya existe en materia de responsabilidad extracontractual, por lo tanto no
tiene sentido reiterarlo en esta disposición. Agregó que el derecho a obtener
indemnización es transmisible. Agregó que de esta manera el contratante puede ejercer la
acción en caso de fallecimiento del otro contratante. El profesor de derecho civil, señor
Eduardo Court hizo presente que era cierto que la jurisprudencia ha aceptado
indemnizaciones por daño moral para los convivientes. Sin embargo, aclaró que era una
situación que se había aceptado en algunos fallos, pero que esto no era una tendencia
uniforme. Como consecuencia de lo anterior, estimó que el artículo 10 aprobado en
general es absolutamente necesario. Agregó que era discutible que la acción
indemnizatoria en materia de daño moral sea transmisible. El Honorable Senador señor
Araya declaró que la norma en cuestión es necesaria. Añadió que debe modificarse el
artículo 108 del Código Procesal Penal, porque éste trata de la víctima y quienes tienen
derecho a demandar indemnización. En ella, por razones obvias no se consagra al
contratante de un acuerdo de vida en pareja". En definitiva, primó el mismo criterio que se
había impuesto durante la discusión en particular, y el artículo se mantuvo inalterado,
pues contó don dos votos a favor y una abstención. Salía así del primer trámite
constitucional una regla, cuya finalidad no era más que la de consagrar legalmente la
opinión de la jurisprudencia que permitía al conviviente demandar la reparación del daño
que, como víctima por repercusión, pudiera haberle ocasionado la muerte de su
conviviente por el hecho de un tercero. 1011.1.2. Las cosas se complican (Segundo
trámite constitucional): diputados en acción: en este trámite constitucional, durante el
cual se escuchó la opinión de varios profesores de derecho civil, la discusión del artículo
que había aprobado el Senado dio origen a una serie de cuestiones que, relevantes o no,
comenzaron a enrevesar una regla que, hasta ese momento, discutible o no, resultaba
medianamente clara. Las opiniones y cuestiones que se plantearon fueron las
siguientes: a) Regla innecesaria y posibles consecuencias negativas de su
aprobación: en esta posición se situaron, con leves matices, el profesor Hernán Corral y
la profesora Carmen Domínguez. El primero, entendía que la aprobación de esta regla
podría mover a la jurisprudencia a cambiar la opinión que había mantenido en sede de
uniones de hecho, de manera que ahora exigiera la celebración de un acuerdo de unión
civil para que el conviviente pudiera accionar por la reparación del daño causado: "El
profesor Hernán Corral señaló que la jurisprudencia ha reconocido este derecho, sin
embargo, con la aprobación de esta norma podría ocurrir que los tribunales estimen que
sólo habrá lugar a la indemnización cuando hubo AVP previo. O sea que, en definitiva, el
proyecto podría ser hasta perjudicial para las uniones de hecho". Por su parte: "La
profesora Carmen Domínguez destacó el error que supone que el proyecto conceda una
legitimación expresa en materia de daño moral, que nadie ni siquiera el cónyuge, los hijos
o los padres tienen legalmente hoy en Chile. Ello es una discriminación y es una norma
que requiere muchos otros aspectos de análisis para admitirla. Por lo pronto debiera
condicionar la legitimación de la prueba de un daño efectivo. Por otra parte, cabe recordar
que el daño moral tiene origen jurisprudencial y no legal. Al ser su reconocimiento
exclusivamente jurisprudencial, si se incluye en la ley se corren serios riesgos de afectar
con ello la comprensión que hasta ahora los tribunales han hecho de esta institución. Este
no es un tema soslayable, hay innumerable experiencia en derecho comparado al
respecto que indica que no es recomendable hacerlo y el proyecto yerra al introducir esta
referencia". Se planteaban, así, dos argumentos para justificar la opinión que estimaba
innecesario este artículo: a) podría perjudicar a quienes mantuvieran una unión de hecho,
sobre todo, si el nuevo texto daba pie para variar la jurisprudencia de los últimos años; y
b) provocaría una distorsión en sede de responsabilidad civil al reconocer legalmente un
inédito supuesto de titularidad para demandar la reparación del daño moral, que ni
siquiera existía respecto del cónyuge. No logro comprender, lo confieso, por qué se
entendió que estas objeciones, en particular la primera, quedaban desvirtuadas si en el
texto aprobado por el Senado se eliminaba del artículo la expresión "patrimoniales y
morales", que calificaba a los perjuicios cuya indemnización podía ser demandada. En
efecto, en relación con la primera objeción: "El diputado señor Squella hizo presente que
al incluir la referencia a los perjuicios patrimoniales y morales se podría terminar
afectando a aquellos convivientes que seguirán en una relación de hecho, dado que se
podría interpretar a que quienes no han celebrado el pacto de unión civil no les asiste tal
derecho". En relación con la segunda, en esta ocasión sí con cierta lógica, se planteó la
misma solución: "El señor Elizalde sostuvo que podría ser razonable eliminar la expresión
'patrimoniales y morales', dado que este sería uno de los pocos casos en que la
legislación alude directamente al daño moral. De eliminarse tales expresiones, serán los
tribunales quienes determinen la extensión de los perjuicios. Ello no obsta a que pueda
solicitarse se indemnicen los perjuicios morales y patrimoniales". En definitiva: "Luego de
un breve debate, los diputados presentes concordaron en eliminar la expresión
'patrimoniales y morales". En todo caso, y a pesar de las deficientes razones o
argumentos que se dieron, sí resulta claro que en ningún momento se consideró que el
sentido de la regla que se aprobaba implicaba que la celebración del acuerdo de unión
civil iba a constituir un requisito para la procedencia de la acción para reclamar la
reparación del daño causado al conviviente; b) Regla necesaria para evitar un cambio
en la jurisprudencia: en este momento esta opinión fue reiterada por el profesor Eduardo
Court, ahora apoyada, también, en la observación tocante a que la jurisprudencia
únicamente se había pronunciado en relación con uniones de hecho entre personas de
distinto sexo: "El profesor Eduardo Court manifestó que se ha sostenido que la
legitimación activa para demandar indemnización de perjuicio en caso de fallecimiento de
un conviviente no sería necesaria, porque la jurisprudencia así lo ha recogido. Al respecto
indicó que esta fuera de ser muy reciente, puede cambiar. Además puntualizó que la
jurisprudencia se ha referido a convivencias de personas de distinto sexo. La norma
proporciona la certeza que no tiene un fallo judicial. El profesor Alessandri en su tratado
sobre responsabilidad extracontractual del año 1943 señalaba que la concubina no era
titular de la acción en caso de muerte de su concubino, porque no tenía un interés
legítimo, ya que su relación era contraria a las buenas costumbres"; c) Regla necesaria y
conveniencia de su ampliación a casos distintos de la muerte de uno de los
convivientes civiles: fue este el momento de la tramitación del proyecto en el que se
introdujo la discusión acerca de uno de los aspectos más perturbadores de la regla
finalmente aprobada: su extensión a supuestos distintos del de la muerte del conviviente
civil, aunque en una primera discusión no se tomó decisión alguna sobre la materia. Esta
cuestión la planteó el profesor Mauricio Tapia: "El profesor Mauricio Tapia explicó que
esta norma establece la legitimación activa del conviviente civil, en caso de muerte de su
pareja, para demandar perjuicios al tercero que provocó esa muerte. No se entiende por
qué reducirla sólo al caso de muerte, pues en caso de accidente grave también es
perfectamente posible que pueda entablarla. Por ejemplo, si fruto del accidente un
conviviente queda parapléjico, ¿acaso eso no envuelve un dolor constante (perjuicio
moral) para el otro? Esta posibilidad existe en la práctica en el caso de cónyuges, por lo
que esta regla se presenta como más restrictiva que en el matrimonio y por ello es
discriminatoria". En la línea de la ampliación: "El señor Mery sostuvo que la redacción
propuesta por el Senado, al circunscribir la legitimación activa únicamente al fallecimiento,
significaría una discriminación. Tampoco se soluciona el problema si se extiende la
legitimación a lesiones graves o gravísimas, porque también está en juego el daño propio
sufrido por el conviviente, a raíz del perjuicio ocasionado al otro. Esta redacción privará de
legitimación a los convivientes que no han suscrito el pacto de unión civil y los que sí lo
han suscrito solo podrán demandar en la hipótesis de fallecimiento, en circunstancias que
el daño puede manifestarse en otras esferas de la personalidad, no relacionadas con la
vida o integridad de las personas [...] El señor Mery estimó que bastaría con aludir a un
hecho ilícito"; y en igual orientación: "El diputado señor Saffirio sugirió ampliar la
legitimación activa a las lesiones graves". Pareciera que esta cuestión, sobre la que no
hubo indicación particular ni votación en concreto, se entendió solucionada por recurrir en
la nueva redacción que se dio al artículo a la expresión "acto ilícito" y por haber
substituido su período inicial "En caso de fallecimiento...", es decir, se asumió la solución
que había propuesto el señor Mery. Consta, en todo caso, que en relación con este
problema se entendió que el sentido de la disposición que se aprobaba implicaba permitir
la reparación de los daños sufridos no sólo por la muerte de la persona del
conviviente; d) Regla necesaria y necesidad de fijar un criterio en cuanto a la
legitimación del conviviente para accionar cuando su conviviente estuviere
impedido: una vez tratadas las cuestiones anteriores: "El señor Elizalde señaló que ahora
resta dilucidar si se otorgará legitimación activa al conviviente civil cuando por el hecho
ilícito de un tercero el otro no puede accionar, o se le extenderá la legitimación por el solo
hecho de ser conviviente de la persona que sufrió el ilícito". Sobre esta cuestión, ya
planteada confusamente, porque no se precisaba a qué perjuicios se refería: "El diputado
señor Rincón reiteró que en su opinión estando vivo el directamente afectado no puede
ser sustituido", pero: "El señor Elizalde expresó que si la persona víctima del hecho ilícito
no puede manifestar su voluntad a consecuencia de tal hecho, debiera reemplazarse la
alusión al "fallecimiento" por otra que diga relación con la inhabilidad o incapacidad que
sufre". En este punto de la discusión: "El señor Mery señaló que es necesario aclarar que
se trata de dos legitimados. Uno es la víctima, que siempre puede ejercer la acción, más
allá de lo que disponga esta ley. El otro conviviente no está demandando por los daños
que sufrió el conviviente víctima. Está demandando por el daño propio. Está reclamando
por el perjuicio que sufrió él, a raíz del detrimento que sufrió su conviviente por el hecho
ilícito de un tercero". En definitiva, sobre este problema la Comisión no adoptó decisión
alguna. Con todo, y muy importante, quedaba en claro que este era un problema que no
se relacionaba con la reparación del daño por repercusión; e) El texto aprobado por la
Comisión de Legislación de la Cámara: finalmente, los diputados Gutiérrez y Saffirio
formularon una indicación para reemplazar el texto del artículo que había aprobado el
Senado, por uno nuevo, en el que se entendía que se recogían las opiniones y acuerdos
de la Comisión. Este nuevo texto era el siguiente: "Artículo 20. El conviviente civil tendrá
legitimación activa para reclamar las indemnizaciones derivadas de los perjuicios a que
haya lugar, a consecuencia de un acto ilícito cometido en detrimento del otro conviviente",
y: "Sometida a votación la indicación fue aprobada por la unanimidad de las diputadas y
diputados presentes". De este modo, y sin perjuicio de la redacción aprobada, parece
claro que la Comisión de Legislación de la Cámara entendía que el sentido del artículo
que se aprobaba implicaba: a) que se consagraba expresamente la legitimación del
conviviente civil para reclamar la reparación por los perjuicios que le ocasionaran el daño
inferido a su conviviente; b) que no se erigía al acuerdo de unión civil en requisito para
que un conviviente pudiera demandar la reparación del daño; y c) que los daños por los
que podía exigir la reparación no se limitaban a los ocasionados por la muerte de su
conviviente civil. 1011.1.3. Y el artículo acaba como acaba (la Comisión mixta): fue la
Comisión mixta la que dio la redacción definitiva a este artículo. En ella se acordó
substituir los dos textos aprobados (el del Senado y el de la Cámara) por uno nuevo, que
es el finalmente promulgado. Este nuevo texto fue aprobado por la unanimidad de los
miembros de la Comisión. Hasta ahora no hay mayores detalles de las discusiones
producidas en el seno de la Comisión, porque como ella misma hizo constar en su
Informe, de 28 de enero de 2015: "Dado el brevísimo plazo que se tuvo para elaborar el
presente informe, la Comisión Mixta acordó que en este documento sólo se consignen las
normas que generaron las discrepancias, los acuerdos alcanzados y la proposición que se
somete a la consideración de ambas Corporaciones. En un texto complementario, que se
elaborará posteriormente, se dejará constancia en extenso de las consideraciones y
argumentos que se tuvieron en cuenta durante el estudio de esta iniciativa"
(BoletinesNºs. 7.011-07 y 7.873-07 refundidos, "Informe de la Comisión mixta",
Valparaíso, 28-I-2015, p. 2). Sin perjuicio de ello, la redacción definitiva parece reflejar las
decisiones que se adoptaron en relación con las cuestiones que ya se habían planteado
en la Comisión de Legislación de la Cámara de Diputados, en particular: a) la legitimación
del conviviente civil para demandar la indemnización, y que no había tenido un respuesta
expresa en el segundo trámite constitucional; y b) los daños que darían pie a la
legitimación del conviviente civil. Sin embargo, esa misma redacción da cuenta de dos
posibilidades: a) o en la Comisión no se entendió que un problema era el de los daños por
repercusión respecto de los cuales se confería legitimación activa al conviviente civil para
exigir su reparación, y otro el de quién podía ejercer la acción de reparación cuando el
conviviente civil se hallaba imposibilitado para hacerlo; o b) dándose cuenta de que se
trataba de dos cuestiones distintas, estimó la Comisión que la horrorosa redacción
aprobada solucionaba ambos problemas. 1011.2. Del sentido del artículo 20 de la Ley
Nº 20.830. La historia de la tramitación parlamentaria de este artículo, a pesar de sus
embrollos y confusiones, contribuye a precisar dos puntos básicos para darle un sentido
razonable. Él está determinado por: 1º) el propósito de reconocer al conviviente civil el
derecho que, la jurisprudencia había reconocido al conviviente, para demandar la
reparación del daño experimentado como consecuencia (por repercusión) de la muerte de
su conviviente; y 2º) el propósito de no alterar esa opinión jurisprudencial, en cuanto, no
pertenece al sentido de este artículo la finalidad de exigir que para la procedencia del
derecho a reclamar la reparación se exija la celebración de un acuerdo de unión civil.
Estos dos principios se ven reafirmados por una inédita declaración de la Comisión de
Legislación de la Cámara de Diputados, pues su "Informe" tocante a la discusión en
particular del proyecto comienza con este párrafo: "Vuestra Comisión, en forma previa a la
discusión particular, dejó constancia que la aprobación de este proyecto no significa que
se elimine toda la creación jurisprudencial previa referida a las convivencias"
(Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07 refundidos, "Informe de la Comisión de Constitución,
Legislación y Justicia", Valparaíso, 6 de enero de 2015, p. 130). Sobre tales bases se
explica la regla de este artículo. 1011.2.1. Legitimación activa del conviviente civil
para demandar la reparación del daño por repercusión. La lectura que aquí se hará
exige explicar esta cuestión en sus dos supuestos por separado. 1011.2.1.1. El daño por
repercusión causado en la muerte del conviviente civil. Tanto en la inicial regla
formulada en el proyecto del senador Allamand, como en la indicación de la senadora
Alvear, la regla que se pretendía establecer se situaba en sede de daño por repercusión.
En efecto, se pretendía con ella responder a la pregunta: ¿Puede el conviviente civil
demandar la reparación de los daños que, por repercusión, ha experimentado por la
muerte de su conviviente civil atribuible a un tercero? En primer trámite constitucional y en
segundo trámite constitucional nada alteró ese escenario en que se planteaba la
discusión. La respuesta, también inalterada en el curso de la tramitación parlamentaria
fue: sí, está legitimado para hacerlo. Con esta respuesta se entendía, además, que no se
hacía más que reconocer la opinión de la jurisprudencia, que en sede de uniones de
hecho había dado la misma respuesta y, también, se estimaba que al incluirla como una
regla legal, se evitarían discusiones jurisprudenciales. No pareció, en todo caso,
indiscutible que este derecho del conviviente civil se restringiera al exclusivo supuesto de
los daños ocasionados por la muerte de su conviviente, y por ello en segundo trámite
constitucional se eliminó la referencia al fallecimiento del conviviente. Sin embargo, en la
Comisión mixta volvió a señalarse el caso del fallecimiento del conviviente. Se lo hizo con
una redacción que no parece prestar dudas en cuanto a que, finalmente, la regla
adoptada restringió la legitimación activa reconocida expresamente al solo caso de los
perjuicios causados por la muerte del conviviente. Tal es el sentido de la regla contenida
en el período inicial de este artículo 20: "El conviviente civil tendrá legitimación activa para
reclamar las indemnizaciones derivadas de los perjuicios a que hubiere lugar por el hecho
ilícito de un tercero que hubiere causado el fallecimiento de su conviviente
civil". 1011.2.1.2. El daño por repercusión causado en hechos ilícitos que no
ocasionan la muerte del conviviente civil. La redacción del período inicial de este
artículo 20 es inequívoca: no se refiere más que a las indemnizaciones derivadas de los
perjuicios a que hubiere lugar por el hecho ilícito de un tercero "que hubiere causado el
fallecimiento de su conviviente civil". Así formulada la regla, no se corresponde con el
propósito que tuvo en vista la Comisión de Legislación de la Cámara de Diputados, que
precisamente eliminó la referencia al fallecimiento del conviviente para que ella
comprendiera la reparación de daños por repercusión cuando el hecho ilícito no hubiera
causado la muerte del conviviente. Aunque la Comisión mixta no haya querido alterar la
decisión de la Cámara, en orden a que los daños por repercusión no eran solo los
causados por la muerte, la redacción que aprobó los restringió solo a ellos. En efecto, en
ningún caso se los puede tener por comprendidos en la continuación del artículo: "o que lo
imposibilite para ejercer por sí mismo las acciones legales correspondientes", porque este
período tiene por finalidad solucionar una cuestión diversa. Pero, en fin, queda en pie la
siguiente pregunta: ¿Y los daños por repercusión originados en el hecho ilícito que no
causó la muerte del conviviente? Hay dos respuestas posibles: a) El conviviente civil
puede reclamar su reparación fundado en este artículo 20: esta opinión podría
fundarse: en la historia de la ley; y en los propósitos declarados en el segundo trámite
constitucional, de los que se derivaría la finalidad perseguida por el artículo 20. Con todo,
ella no puede fundarse en el texto del artículo 20. Esta lectura es demasiado bondadosa
con la negligencia legislativa y, además implicaría una discriminación fundada en el
estado civil, en cuanto que los cónyuges carecerían de tal legitimación; b) El conviviente
civil puede reclamar su reparación fundado en el derecho común: tal es lo que se
desprende de la cláusula final de este artículo 20. En efecto, si como regla especial esta
disposición le confiere legitimación activa de modo expreso sólo en sede de daño por
repercusión causado en la muerte del conviviente civil, los eventuales daños por
repercusión causados en un hecho que no sea la muerte del conviviente civil, pueden dar
origen a su reparación según las reglas del derecho común
(821.2.3). 1011.2.2. Legitimación activa del conviviente civil para demandar la
reparación del daño causado a su conviviente cuando este se encuentra
imposibilitado de demandarlo por sí mismo. Esta fue la cuestión que, aunque
confusamente, se planteó en el segundo trámite constitucional por el señor Elizalde, y que
ya no se situaba en sede de daño por repercusión. El problema que se quería enfrentar
era el siguiente: uno de los convivientes sufre un hecho ilícito que le ocasiona una serie
de daños, pero no la muerte, y se encuentra en una situación que le imposibilita de ejercer
por sí mismo la acción para reclamar la reparación del daño que ha sufrido. Pareciera que
se pensaba, por ejemplo, en resultados dañosos que, por ejemplo, le dejaran en estado
de coma o, como en términos generales se expresó "si la persona víctima del hecho ilícito
no puede manifestar su voluntad a consecuencia de tal hecho". En tal situación la regla
que se adoptó es la de permitir, sin que se exija representación de especie alguna, sobre
la base del solo estado civil de conviviente, que el conviviente civil pueda accionar para
reclamar la reparación de los daños experimentados, no por él, sino por su conviviente
dañado. Naturalmente en este caso, lo obtenido como reparación ingresa al patrimonio
del conviviente imposibilitado y no del que, por él, ha ejercido la acción. En la práctica lo
que los legisladores han decidido es que en este caso el conviviente no dañado actúe
como si fuera representante de su conviviente dañado. Tal es el sentido que ha de darse,
a pesar de su impropia y deficiente redacción, a este artículo 20 en cuanto que incluye la
frase 'o que lo imposibilite para ejercer por sí mismo las acciones legales
correspondientes". De ella resulta, al menos, que el conviviente que sufrió un daño no
puede ejercer por sí mismo las acciones a que tiene derecho para reclamar las
indemnizaciones y, frente a esta imposibilidad, no se sigue la regla común que podría ser
la de requerir de un curador (ad litem, o por demencia si fuere el caso) para demandar,
sino que se confiere la legitimación para demandar a su conviviente. Así, en este caso la
regla del artículo 20 vendría a ser: "El conviviente civil tendrá legitimación activa para
reclamar las indemnizaciones derivadas de los perjuicios a que hubiere lugar por el hecho
ilícito de un tercero que... [a] su conviviente civil [...] lo imposibilite para ejercer por sí
mismo las acciones legales correspondientes". Entendida de este modo, esta es una regla
especial, en cuanto que se aparta del "derecho común", y lo entendieron los legisladores
que, precisamente, en la parte final de este artículo señalan que tal regla es sin perjuicio
de las del derecho común. Consecuencia de ello es que, por su especialidad, esta regla sí
que sólo se aplica en el caso de los convivientes civiles, y que no puede extenderse a
quienes conviven sin haber celebrado un contrato de unión civil. 1011.2.3. Legitimación
activa del conviviente civil para demandar en otros supuestos, si procedieren
según el derecho común. El legislador, en el período final de este artículo prevé que lo
dicho en su primera parte es: "sin perjuicio de las otras indemnizaciones a que tenga
derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común". El sentido que ha de darse
a este período, tanto o más desafortunado en su redacción o ubicación, que los
precedentes, ha de ser el siguiente: Hay unas reglas, las del derecho común, en sede de
reparación del daño causado y de la titularidad de las acciones para exigirla. Sin perjuicio
de tales prescripciones del derecho común, en este artículo se consagran dos reglas
especiales: 1ª) En sede daño por repercusión: se confiere titularidad expresa al
conviviente civil; 2ª) En sede de "representación" para ejercer la acción para obtener la
reparación: el conviviente civil puede ejercer la acción que compete a su conviviente que,
como consecuencia del hecho ilícito de un tercero, ha sufrido daños y ha quedado
imposibilitado de ejercer la acción por sí mismo. De este modo esas "otras
indemnizaciones a que tenga derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho
común", el conviviente civil que no sufrió el hecho ilícito del tercero, podrían ser: a) Los
daños "transmisibles": si el hecho ilícito causó la muerte del conviviente, en relación con
los daños que se admitan como "transmisibles", el derecho a obtener su reparación se
rige por las reglas del derecho común, es decir, toca a los herederos, entre los que ahora
se cuenta el conviviente civil, quien habrá de concurrir con los restantes, v. gr. los hijos o
ascendientes de su conviviente civil fallecido; b) Los daños por repercusión, si existen,
cuando el hecho ilícito no ha causado la muerte del conviviente civil: como ya se
anticipara (950.2.1.2) la regla del período inicial de este artículo 20 no confiere legitimidad
expresa al conviviente civil para demandar la reparación de este género de daños, de
manera que su eventual indemnización se sujeta a las reglas del derecho
común. 1012. Una observación final. Sin perjuicio de lo que se haya discutido y
argumentado en la Comisión mixta, la redacción perpetrada en este artículo 20 debería
enmendarse, y ajustarse a lo que se pretendió establecer como expresión de la voluntad
soberana. Al terminar este esbozo de comentario he recordado a D. Alamiro de Ávila
Martel. De él aprendí muchísimo. En cuanto a la revisión de los textos cada vez valoro
más la enseñanza que me dejó la historia con la que concluyo este comentario. Llevaba
yo algunos meses trabajando en un texto sobre Lastarria y sus obras jurídicas, para que
fuera uno de los capítulos de un libro que preparaba y dirigía don Alamiro. A las cinco de
la tarde del jueves en que acudí, como todas las semanas, a su despacho en la Biblioteca
Central de la Universidad del Estado, le di las primera tres páginas que había escrito. Las
leyó con minucioso cuidado. Tarjó, rayó, y apuntó tanto en ellas que no habían quedado
más que unas cuantas frases de mi texto. Al terminar, me indicó uno de los párrafos en
los que más correcciones había introducido y me preguntó: "¿Qué quiso decir en este
párrafo?". Como mejor pude le expliqué lo que había querido decir. Me miró y su
comentario fue: "Hijo, entonces, ¿por qué no lo dijo?".
Artículo 21. Para efectos de la presunción de paternidad, en caso de
convivientes civiles de distinto sexo se estará a las normas que la regulan en el
artículo 184 del Código Civil.

Concordancias: Código Civil: artículo 184.

1013. De la presunción pater is est en sede de acuerdo de unión civil. La


Comentario: 
decisión de incorporar en el proyecto de ley una regla que, en la práctica, vuelve aplicable
la presunción pater is est, propia del derecho matrimonial, al acuerdo de unión civil, se
adoptó en el primer trámite constitucional, a sugerencia del profesor Eduardo Court. En
efecto, en una de las sesiones en las que la Comisión de Legislación del Senado discutía
en particular el proyecto: "[H]izo presente que era necesario incorporar otras disposiciones
a la iniciativa en estudio. Explicó que ellas tienen por objeto prever algunas situaciones
que se pueden producir y que dicen relación con las reglas que habría que aplicar en
materia de impedimento de guardas, de segundas nupcias y presunción de paternidad,
todas materias que hay que resolver para evitar futuros conflictos". En ese contexto
propuso el siguiente artículo 21: "Se presumen hijos del conviviente varón los nacidos
después de los ciento ochenta días siguientes a la celebración del acuerdo de vida en
pareja y dentro de los trescientos días siguientes a su terminación". Los miembros de la
Comisión: "Estimaron atendible la idea de incorporar estas disposiciones al proyecto de
ley en discusión en particular. Luego de un breve intercambio de opiniones, el señor
Presidente de la Comisión, hizo presente que los miembros de la Comisión patrocinaban
esta propuesta y la sometió a votación. La Comisión, por la unanimidad de sus miembros
presentes, Honorables Senadores Araya, Espina, Harboe y Larraín, aprobó la
incorporación de estas disposiciones a esta iniciativa". En segundo trámite constitucional
se discutió, especialmente, sobre la procedencia de esta regla en sede de acuerdo de
unión civil. En la Comisión de Legislación de la Cámara hubo una serie de opiniones
contrarias a su incorporación, por una serie de razones. Ellas, en principio, se reducían a
que en el acuerdo de unión civil no se presentan los elementos que, en el caso del
matrimonio, prestan fundamento para establecerla. En este sentido: "El profesor Cristián
Lepín señaló que la presunción de paternidad, aunque parezca de perogrullo, solo
debería aplicarse a las parejas heterosexuales. Expresó que cuesta entender esta
presunción de paternidad sin que existan las bases legales para ello. Tales bases serían
la exclusividad en la relación y el deber de fidelidad, que si los tiene el matrimonio. Si no
se exige relación exclusiva ni fidelidad no habría porque presumir que el contrayente es el
padre". En la misma línea, la profesora Carmen Domínguez expresó que: "Este artículo
constituye un grave e irreparable error por varios motivos: primero, porque el AVP no
exige el requisito esencial sobre el que siempre ha razonado la presunción y que es que
exista cohabitación entre la pareja, esto es el deber de tener vida sexual que pueda
generar hijos. En efecto, el AVP no establece el deber de cohabitar ni siquiera el de vivir
juntos, de suerte que es inexplicable darle el efecto que se le está otorgando". Sin
perjuicio de tales objeciones, la Comisión se inclinó por mantenerla. Así, los diputados
Coloma y Rincón formularon indicación para substituir el texto aprobado por el Senado,
por uno nuevo que hacía aplicable la presunción en los mismos términos que lo previsto
en el Código Civil respecto del matrimonio. Esa nueva redacción era la siguiente: "Para
efectos de la presunción de paternidad, en caso de convivientes civiles de distinto sexo se
estará a las normas que la regulan en el artículo 184 del Código Civil". Fue aprobada por
unanimidad de la Comisión. Finalmente, en la Comisión mixta, por la unanimidad de sus
miembros se aprobó el texto en la redacción que le había dado la Cámara de Diputados.
Me cuento entre aquellos que entienden que la extensión al acuerdo de unión civil de la
disciplina matrimonial relativa a la presunción pater is est no ni razonable, ni técnicamente
justificable. El famoso pasaje de Paulo, recibido en el Digesto (2,4,5): quia semper certa
est [mater] etiam si volgo conceperit; pater vero is est, quem nuptiae demonstrant, dio pie
a los canonistas medioevales para construir la presunción que compendiosamente
llamamos: pater is est. Se trataba de una presunción construida en el contexto del
derecho matrimonial canónico, y que no podía desentenderse de la propia comprensión
canónica del matrimonio, y cuya consagración en el campo del derecho secular se
produjo con el Code Civil (vide el iluminador estudio de Anne Lefebvre-Teillard, "Pater is
est quem nuptiae demonstrant, jalons pour une histoire de la présomption de paternité",
en Revue Historique de Droit Français et Étranger, 69 (1991), pp. 331-341).

TÍTULO V DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 22. Deberá conocer de los asuntos a que se refiere el artículo 8º de


la Ley Nº 19.968, que se promuevan entre los convivientes civiles, el juez con
competencia en materias de familia.

Con todo, la liquidación de los bienes comunes podrá efectuarse de común


acuerdo por los convivientes civiles o sus herederos. También podrán las
partes o sus herederos, de común acuerdo, someter la liquidación al
conocimiento de un juez partidor, otorgándole incluso el carácter de árbitro
arbitrador.

Concordancias: Código Civil: artículos 1317 a 1353. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O.  30.08.2004: artículo 8º. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículos
15 inciso 3º, 27 inciso 3º.

1014. De la competencia para conocer de las cuestiones tocantes al acuerdo


Comentario: 
de unión civil. Las reglas que en sede de competencia se establecen en esta ley, no son
más que la consecuencia que se deriva de los caracteres que asumió en acuerdo de
unión civil, en cuanto que un acto propio del derecho de las personas, y no del derecho
patrimonial. Así, en el proyecto del senador Allamand se fijaba, en su artículo 20, la
siguiente regla general: "Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 18, será competente
para conocer de los asuntos a que este contrato dé lugar entre las partes, el juez de letras
del domicilio de cualquiera de las mismas". En la misma línea, en el proyecto del
Presidente de la República, su artículo 15 preveía que: "Será competente para conocer de
los asuntos a que dé lugar el Acuerdo de Vida en Pareja el juez de letras del domicilio de
cualquiera de las partes". En primer trámite constitucional, la Comisión de Legislación del
Senado, aprobó el texto del proyecto del presidente de la república, pero: "[C]on la
enmienda de consignar que serán competentes para conocer de los asuntos a que dé
lugar el acuerdo de vida en pareja los tribunales de familia". Este cambio de criterio se
justificaba por las diversas opiniones que lo habían defendido, entre ellas, las que
expresaron algunas senadoras y profesoras de derecho civil: "La Honorable Senadora
Pérez, doña Lily, consignó que en el Mensaje del Ejecutivo se habla de reconocimiento de
distintos tipos de familia, por lo tanto, lo coherente es que la competencia jurisdiccional,
en este caso, debe ser asignada a los tribunales de familia. La profesora señora Lathrop
se sumó a lo señalado por la Honorable Senadora señora Pérez, doña Lily. Agregó que el
hecho de haberse aprobado por la Comisión que el acuerdo da lugar a un estado civil
hace coherente aprobar la competencia de los tribunales de familia, porque el artículo 8º
de la Ley Nº 19.968 establece que las cuestiones relativas al estado civil son competencia
de estos tribunales. La Honorable Senadora señora Alvear recalcó que a la luz de todas
las normas ya aprobadas, se concluye que mediante este contrato se regulan relaciones
de familia que van más allá de lo meramente patrimonial". Solicitado el informe preceptivo
a la E Corte Suprema, ésta lo emitió con fecha 13 de enero de 2014. En él, el tribunal
xcma. 

advertía que por diversas modificaciones que se habían introducido a los proyectos
originarios, ahora resultaba más coherente que la competencia se atribuyera a los
tribunales de familia: "Que, ahora bien, el texto refundido introduce dos importantes
modificaciones al proyecto original. En primer lugar, al modificar el artículo primero se
crea el estado civil de conviviente legal, incorporando a la norma un inciso tercero de
acuerdo al cual "la celebración del presente contrato conferirá a los contrayentes el estado
civil de convivientes legales". Cabe hacer notar que el proyecto original establecía, en
forma expresa, que en ningún caso el acuerdo alteraría el estado civil de los contratantes.
Al respecto debe tenerse en consideración que el artículo 8º número 8) de la Ley
Nº 19.968 somete a la competencia de los juzgados de familia todas aquellas acciones
que digan relación con la constitución o modificación del estado civil de las personas. de
la materia en análisis la modificación introducida al proyecto original que incorpora la
institución de la compensación económica entre los convivientes legales, en los siguientes
términos: "Artículo 15. Si como consecuencia de haberse dedicado al cuidado de los hijos
o a las labores propias del hogar común, uno de los convivientes no pudo desarrollar una
actividad remunerada o lucrativa durante la vigencia del acuerdo de vida en pareja, o lo
hizo en menor medida de lo que podía y quería tendrá derecho a que, cuando se
produzca el término o se declare la nulidad del acuerdo se le compense el menoscabo
económico sufrido por esta causa. Esta compensación se regulará y determinará en la
forma dispuesta en los artículos 62 a 66 de la Ley Nº 19.947". De este modo, se ha
asignado al acuerdo de vida en pareja un estatuto jurídico similar al que rige al matrimonio
civil, consagrando finalidades de asistencia mutua que incluyen tanto aspectos materiales
como inmateriales, puesto que dicho el acuerdo aparece definido en el artículo primero
del proyecto como "Un contrato celebrado entre dos personas con el propósito de regular
los efectos jurídicos derivados de su vida afectiva en común" y según la redacción final del
artículo Y", los contratantes "se deberán ayuda mutua y estarán obligados a solventar los
gastos generados por su vida en común de conformidad a sus facultades económicas y al
régimen patrimonial que exista entre ellos". Las circunstancias anotadas revelan que con
las modificaciones introducidas al proyecto original. el legislador ha asignado al acuerdo
de vida en pareja un estatuto jurídico que incluye materias propias de la competencia de
los tribunales de familia, lo que hace plausible modificar el criterio sustentado por esta
Corte Suprema sobre la disposición en consulta". Con todo, la Corte realizaba dos
observaciones: 1ª) La necesidad de una mayor precisión de la regla: se advertía por el
tribunal acerca de: "[L]a conveniencia de que la norma sea más explícita en cuanto a cuál
sería el juez competente, ya que en materia de familia hay varias normas en juego, entre
ellas y a modo de ejemplo: si se trata de alimentos, rige el artículo 147 del Código
Orgánico de Tribunales que entrega al demandante la elección del juez competente entre
el domicilio del alimentante o alimentario; además, el mismo artículo distingue si se trata
de aumento o cese de pensión, en cuyo caso también hay diferencia de regla. En cambio
si se trata de divorcio, rige el artículo 87 de la Ley Nº 19.947 esto es, el del domicilio del
demandado. En este caso, convendría aplicar la regla general, esto es, el domicilio del
demandado"; y 2ª) El mantenimiento de la competencia del juez civil en cuanto a las
cuestiones derivadas de la comunidad de bienes entre los convivientes: sobre este punto
representaba la Corte: "Que aun en el evento de asignarse la competencia al tribunal de
familia, debe entenderse que las materias sucesorias y las que rigen el cuasi contrato de
comunidad que se formaría entre los contratantes, quedarían siempre bajo la competencia
del juez civil. La terminación del contrato por declaración de nulidad, conforme a artículo
60 letra f, quedaría, en cambio comprendida dentro de los asuntos propios de la
competencia del juez de familia, situación que la norma consultada debiera explicitar".
Recibidas estas observaciones, la Comisión de Legislación del Senado, en la discusión en
particular del proyecto, aprobó un nuevo texto para este artículo, a la sazón con el número
21, en el que se asumían las observaciones del tribunal: "Conocerá de los asuntos a que
dé lugar el acuerdo de vida en pareja el juez con competencia en materias de familia o el
juez de letras en lo civil, según corresponda a la cuestión debatida". Se puso en
conocimiento de la E  Corte Suprema esta nueva redacción y el tribunal, por oficio de 25
xcma.

de agosto de 2014, hacía presente que: "El nuevo artículo 21 recoge las
recomendaciones formuladas por la Corte Suprema a través del Oficio Nº 140-2011, en el
sentido de precisar que el tribunal competente sería el juez de letras en lo civil; y las
formuladas luego por la misma Corte, en el Oficio Nº 6-2014, en orden a establecer
también la competencia de los tribunales de familia para el conocimiento de determinados
asuntos relativos al acuerdo de vida en pareja, habida consideración de que las
modificaciones que para entonces se habían introducido al proyecto original configuraban
un estatuto jurídico similar al del matrimonio civil, materia que es de conocimiento de
estos tribunales, manteniendo la competencia de tribunales de letras civiles para el
conocimiento de otros asuntos que les son propios, como aquellos relacionados con
materias sucesorias y los relativos al cuasi contrato de comunidad que se formaría entre
los contratantes del acuerdo de vida en pareja. En consecuencia, el nuevo artículo 21 es
acorde con lo establecido en el proyecto de ley que crea el Acuerdo de Vida en Pareja en
su estado actual, otorgando su conocimiento a tribunales con competencia en materias de
familia o con competencia en materia civil, según corresponda a la cuestión incoada". Sin
embargo hacía dos observaciones: 1ª) Conveniencia de precisar que serían las materias
relacionadas con el artículo 8º de la Ley Nº 19.968 las que serían de conocimiento de
tribunales de familia: "[P]arece necesario dar mayor precisión a dicha norma, para que de
ella se desprenda con claridad que todas las cuestiones a que dé lugar el acuerdo de vida
en pareja, relacionadas con el artículo 8º de la Ley Nº 19.968, serán conocidas por los
tribunales de familia; en tanto que aquellas que no digan relación con este artículo, serán
de conocimiento de los tribunales con competencia civil. Luego, aquellas materias
relacionadas con la vocación sucesoria de los convivientes civiles (Libro III del Código
Civil), la comunidad de bienes que entre ellos se forma (párrafo 3º del Título XXXIV del
Libro IV del Código Civil), la nulidad del acuerdo de vida en pareja (Título Vigésimo del
Libro IV del Código Civil), entre otras, serán de competencia de los tribunales civiles"; y
2º) Necesidad de explicitar el juez relativamente competente para el caso concreto: "[E]s
dable nuevamente manifestar la conveniencia de que el proyecto de ley explicite el juez
relativamente competente para el caso concreto, dada la diversidad de reglas que
establecen normas particulares en determinadas circunstancias, como por ejemplo el
artículo 147 del Código Orgánico de Tribunales en materia de alimentos". En la discusión
en particular del proyecto, la Comisión de Legislación del Senado dio una nueva
redacción al artículo 22 del proyecto, con la finalidad de precisar el juez competente, de
manera que el texto de esta disposición aprobado en primer trámite constitucional quedó
del modo siguiente: "Conocerá de los asuntos a que dé lugar el acuerdo de vida en pareja
el juez con competencia en materias de familia o el juez de letras en lo civil, según
corresponda a la cuestión debatida". En segundo trámite constitucional se consolidó la
opinión según la cual, no todas las cuestiones derivadas de un acuerdo de unión civil eran
propias de la competencia del tribunal de familia, pues había algunas que habían de serlo
del juez civil, si perjuicio de entregar a las reglas generales lo relativo a la liquidación de la
comunidad. En tal sentido se aprobó por unanimidad una indicación que substituyó el
texto aprobado por uno nuevo que constaba de los siguientes dos incisos: "Será
competente para conocer y resolver los asuntos que se susciten entre los convivientes
civiles derivados del pacto de unión civil y su terminación, el juez con competencia en
materias de familia", y "La liquidación de la comunidad de bienes, en caso que no sea
realizada por las partes de común acuerdo, se realizará conforme a las reglas generales
en la materia". Finalmente, en la Comisión mixta se asumieron las observaciones que, en
otro oficio había vuelto a hacer la E  Corte Suprema en relación con el texto aprobado
xcma.

por la Cámara de Diputados. Así, fue en esta Comisión en la que se aprobó el texto
definitivo de este artículo 22. 1014.1. Asuntos que tocan al juez con competencia en
materias de familia. Son, de acuerdo con la regla fijada en el inciso 1º de este artículo,
"los asuntos a que se refiere el artículo 8º de la Ley Nº 19.968, que se promuevan entre
los convivientes civiles". Si perjuicio de las cuestiones ligadas a los menores que, en
principio tocan al juez con competencia en materias de familia, no por la existencia de un
acuerdo de unión civil, al igual que los actos de violencia intrafamiliar, los asuntos
directamente ligados a este acuerdo que tocan al juez con competencia en materias de
familia son: 1º) las causas sobre declaración y desafectación de bienes familiares (art. 8º
Nº 14, Ley Nº 19.968); 2º) las causas sobre constitución de derechos de usufructo, uso o
habitación sobre los bienes declarados familiares (art. 8º Nº 14, Ley Nº 19.968); 31); y
3º) la acción de nulidad del acuerdo de unión civil. 1014.2. Asuntos que tocan al juez
civil. El legislador no siguió el criterio que había sugerido en algún momento la E  Corte
xcma.

Suprema, en cuanto a la conveniencia de precisar qué cuestiones quedaban sujetas a la


competencia del juez civil. Con todo, por exclusión de las señaladas en el artículo 8º de la
Ley Nº 19.968 ellas pueden determinarse. Aquí solo advertiré sobre una cuestión que, no
exclusivamente por la regla de este artículo 22, puede plantearse como dudosa. La
nulidad del pacto de sometimiento a las reglas de la comunidad: en cuanto que, como se
ha explicado (815), se trata de un pacto accesorio de carácter patrimonial, estimo que el
conocimiento de su eventual nulidad ha de tocar al juez civil y, por lo demás, no puede
deducirse que esta acción de nulidad se encuentre incluida en alguno de los números del
artículo 8º de la Ley Nº 19.968. 1014.3. La liquidación de la comunidad cuando no la
realicen las partes de común acuerdo toca a un juez partidor. Esta regla es clara en el
caso que prevé el inciso 2º de este artículo 22, es decir, cuando "las partes o sus
herederos, de común acuerdo", someten "la liquidación al conocimiento de un juez
partidor". Con todo hay una cuestión vinculada a la liquidación, en relación con la cual
nada ha previsto de modo expreso la Ley Nº 20.830, y que se relaciona con esta regla de
competencia: ¿Puede uno de los convivientes civiles solicitar la división de la comunidad?
Estimo que sí, en cuyo caso ha de solicitar, según las reglas generales, que el juez
proceda a la designación de un juez partidor. La razones: 1ª) A la comunidad prevista en
el artículo 15 de esta ley se le aplican, por mandato de la regla 3ª de su inciso 1º, "las
reglas del Párrafo 3º del Título XXXIV del Libro IV del Código Civil"; 2ª) Entre estas
últimas reglas se encuentra la del artículo 2313 del Código Civil: "La división de las cosas
comunes y las obligaciones y derechos que de ella resulten se sujetarán a las mismas
reglas que en la partición de la herencia"; 3ª) Una de las reglas básicas de la partición de
la herencia es la fijada en el inciso 1º del artículo 1317 del Código Civil: "Ninguno de los
coasignatario de una cosa universal o singular será obligado a permanecer en la
indivisión; la partición del objeto asignado podrá siempre pedirse con tal que los
coasignatarios no hayan estipulado lo contrario"; 4ª) La comunidad prevista en el artículo
15 de la Ley Nº 20.830 no se encuentra en ninguno de los casos de excepción a la citada
regla del inciso 1º del artículo 1317 del Código Civil. En particular, no es un caso de
aquellos en los que la ley manda mantener la indivisión, pues tal mandato no existe en la
Ley Nº 20.830. Tampoco puede entenderse que esta comunidad entre los convivientes
civiles implica una indivisión forzosa, pues, entre otras razones, ha de recordarse que ella
no es ni de la esencia ni de la naturaleza del acuerdo de unión civil, y que el pacto que
está en su origen es accesorio al acuerdo y se rige por las reglas del derecho patrimonial
(815).

Artículo 23. Todas las inhabilidades, incompatibilidades y prohibiciones que


las leyes y reglamentos establecen respecto de los cónyuges se harán
extensivas, de pleno derecho, a los convivientes civiles.

1015. De la aplicación a los convivientes civiles de las inhabilidades,


Comentario: 
incompatibilidades y prohibiciones que las leyes y reglamentos imponen a los
cónyuges. El origen de esta regla se encuentra en el artículo 12 del proyecto del
presidente de la república, cuyo texto era el siguiente: "Toda inhabilidad, incompatibilidad
o prohibición de carácter legal o reglamentario que se encuentre establecida respecto de
los cónyuges, se hará extensiva, de pleno derecho, a los contratantes de Acuerdo de Vida
en Pareja". En primer trámite constitucional, la Comisión de Legislación del Senado, le dio
su redacción definitiva.

Artículo 24. Las leyes y reglamentos que hacen alusión a los convivientes,


seacon esta expresión u otras que puedan entenderse referidas a ellos, serán
igualmente aplicables a los convivientes civiles.

Concordancias: Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 2º.

1016. De la aplicación de los convivientes civiles de las leyes y reglamentos


Comentario: 
que aludan a los convivientes. Desde el primer trámite constitucional se precisaron dos
puntos clave para entender la posición que iba a asumir la convivencia fundada en una
cuerdo de unión civil en relación con las uniones de hecho: 1º) el proyecto de ley no debía
regular en nada a las uniones de hecho; y 2º) la ley de acuerdo de unión civil que se
aprobara no había de afectar negativamente a las uniones de hecho. En tal contexto,
durante la discusión en particular del proyecto la Comisión de Legislación del Senado
aprobó, con una redacción sugerida por el profesor Eduardo Court, una nueva formulación
del artículo que proponía el proyecto del presidente de la república. El nuevo texto era el
siguiente: "Las leyes y reglamentos que hacen alusión a los convivientes, sea con esta
expresión u otras que puedan entenderse referidas a ellos, serán igualmente aplicables a
los convivientes civiles". Una vez aprobado: "El Presidente de la Comisión, Honorable
Senador señor Harboe señaló que lo que está aprobando el voto de mayoría consiste en
contemplar una norma genérica que irá acompañada de otras disposiciones especiales,
según se da cuenta más adelante en este informe. Añadió que lo que se pretende es,
exclusivamente, establecer que los convivientes civiles o contratantes del acuerdo de vida
en pareja puedan acceder a los derechos y obligaciones establecidos en la ley para los
convivientes de hecho. Agregó que no se pretende extender los derechos que tendrán a
los convivientes civiles a los convivientes de hecho". Tal fue la redacción que acabó como
la definitiva para este artículo.
Artículo 25. Lo dispuesto en el inciso primero del artículo 450 y en el
número 1º del artículo 462, ambos del Código Civil, será aplicable a los
convivientes civiles.

Concordancias: Código Civil: artículos 450 inciso 1º, 462 número 1º.

1017. De la curaduría del conviviente civil disipador o demente. Este artículo


Comentario: 
fue incorporado durante el primer trámite constitucional, por la Comisión de Legislación
del Senado. En ella se aprobó el siguiente texto: "Lo dispuesto en el artículo 450 y en el
número 1º del artículo 462, ambos del Código Civil, será aplicable a los convivientes
civiles". En segundo trámite constitucional, se preció que la referencia era a la regla del
inciso 1º del artículo 450, y así este artículo logró su redacción final. En definitiva, esta
disposición implica: 1º) Que un conviviente civil no puede ser curador de su conviviente
civil declarado disipador; y 2º) Que la curaduría del conviviente civil demente se deferirá,
en primer lugar, a su conviviente civil.

TÍTULO VI DEL TÉRMINO DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL

Artículo 26. El acuerdo de unión civil terminará:

a) Por muerte natural de uno de los convivientes civiles.

b) Por muerte presunta de uno de los convivientes civiles, de conformidad a


lo dispuesto en el artículo 43 de la Ley Nº 19.947, sobre Matrimonio Civil.
Terminará también por la comprobación judicial de la muerte de uno de los
convivientes civiles efectuada por el juez del último domicilio que el difunto
haya tenido en Chile, en los términos prescritos en los artículos 95 y 96 del
Código Civil.

c) Por el matrimonio de los convivientes civiles entre sí, cuando proceda.

d) Por mutuo acuerdo de los convivientes civiles, que deberá constar por
escritura pública o acta otorgada ante oficial del Registro Civil.

e) Por voluntad unilateral de uno de los convivientes civiles, que deberá


constar por escritura pública o acta otorgada ante oficial del Registro Civil.

En cualquiera de estos casos, deberá notificarse al otro conviviente civil,


mediante gestión voluntaria ante el tribunal con competencia en materias de
familia, en la que podrá comparecer personalmente.
La notificación deberá practicarse por medio de receptor judicial, dentro de
los veinte días hábiles siguientes a la subinscripción de la referida escritura
o acta, al margen de la inscripción del acuerdo de unión civil, efectuada en el
registro especial que establece el artículo 6º.

La falta de notificación no afectará el término del acuerdo de unión civil, pero


hará responsable al contratante negligente de los perjuicios que la ignorancia
de dicho término pueda ocasionar al otro contratante. Quedará relevado de
esta obligación si el miembro de la pareja a quien debe notificarse se encuentra
desaparecido, o se ignora su paradero o ha dejado de estar en comunicación
con los suyos. En todo caso, no podrá alegarse ignorancia transcurridos tres
meses de efectuada la subinscripción a que se refiere el inciso precedente.

f) Por declaración judicial de nulidad del acuerdo. La sentencia ejecutoriada


en que se declare la nulidad del acuerdo de unión civil deberá subinscribirse al
margen de la inscripción a que se hace mención en el artículo 6º y no será
oponible a terceros sino desde que esta subinscripción se verifique.

El acuerdo que no reúna los requisitos establecidos en los artículos 7º, 8º y


9º de esta ley es nulo.

La acción de nulidad corresponderá a cualquiera de los presuntos


convivientes civiles y sólo podrá ejercitarse mientras ambos vivan, salvo en las
excepciones contempladas en los incisos siguientes.

Cuando el acuerdo haya sido celebrado por una persona menor de dieciocho
años, la acción de nulidad sólo podrá ser intentada por ella o por sus
ascendientes. En este caso, la acción de nulidad prescribirá al expirar el
término de un año desde que el menor hubiese alcanzado la mayoría de edad.

Será también nulo el acuerdo celebrado mediante fuerza ejercida en contra


de uno o de ambos contrayentes o cuando se ha incurrido en un error acerca
de la identidad de la persona con la que se contrata, caso en el cual la acción
sólo podrá ser intentada por el afectado, dentro del plazo de un año contado
desde que cese la fuerza o desde la celebración del acuerdo, en caso de error.

La muerte de uno de los convivientes civiles extingue la acción de nulidad,


salvo cuando el acuerdo de unión civil haya sido celebrado en artículo de
muerte, o que la causal que funde la acción sea la existencia de un vínculo
matrimonial no disuelto o de otro acuerdo de unión civil, casos en que la acción
podrá ser intentada por los herederos del difunto dentro del plazo de un año
contado desde el fallecimiento.
La acción de nulidad fundada en la existencia de un vínculo matrimonial no
disuelto o de otro acuerdo de unión civil vigente, corresponderá, también, al
cónyuge o al conviviente civil anterior o a sus herederos.

Produciéndose la muerte de uno de los convivientes civiles después de


notificada la demanda de nulidad, podrá el tribunal seguir conociendo de la
acción y dictar sentencia definitiva sobre el fondo del asunto.

El término del acuerdo de unión civil por las causales señaladas en las letras
d) y e) producirá efectos desde que la respectiva escritura pública o el acta
otorgada ante el oficial del Registro Civil, según corresponda, se anote al
margen de la inscripción del acuerdo de unión civil en el registro especial a que
se hace mención en el artículo 6º.

Concordancias: Código Civil: artículos 95, 96, 1545, 1567 inciso 1º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,
D.O.  17.05.2004, artículos 5º número 2, 42, 43, 46, 47, 50, 102. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de
unión civil, D.O.  21.04.2015: artículos 1º, 6º, 7º, 8º, 9º, 27 inciso final.

1018. Del término del acuerdo de unión civil. La disciplina del término del
Comentario: 
acuerdo de unión civil sigue, en líneas generales, la de la terminación del matrimonio.
Esta orientación se asumió a partir del momento en que se abandonó la matriz patrimonial
que originariamente se había dado al acuerdo. Sin embargo, hay una serie de diferencias
en relación con ciertas causas de término, algunas derivadas de la diferente estructura y
caracteres del matrimonio, y otras simplemente de la adopción de determinadas
decisiones legislativas. 1019. Causa de término: muerte natural de uno de los
convivientes civiles. Esta causa de término del acuerdo de unión civil está redactada en
términos diversos a la equivalente de término del matrimonio. En efecto, la Ley Nº 19.947
se limita a señalar en su artículo 42 número 1º que el matrimonio termina: "Por la muerte
de uno de los cónyuges". 1020. Causa de término: muerte presunta de uno de los
convivientes civiles. Esta causa de término del acuerdo de unión civil ha seguido
fielmente la equivalente de término del matrimonio. En efecto, en el número 2º de l artículo
42 de la Ley Nº 19.947 se prevé que el matrimonio termina: "Por la muerte presunta,
cumplidos que sean los plazos señalados en el artículo siguiente". De ello resulta que, por
la remisión que efectúa la letra b) de este artículo 26 de la Ley Nº 20.830 al artículo 43 de
la ley de matrimonio civil, el acuerdo de unión civil termina, cuando concurre la sentencia
que declara la presunción de muerte de uno de los conviviente civiles y un cierto plazo a
contar de las últimas noticias. El momento, pues en que se produce el término del
acuerdo de unión civil puede ser: a) por regla general, cuando hayan transcurrido diez
años desde la fecha de las últimas noticias, fijada en la sentencia que declara la
presunción de muerte; b) si se prueba que desde el nacimiento del desaparecido han
transcurrido setenta años, el acuerdo de unión civil termina una vez cumplidos cinco años
desde las últimas noticias; c) si la declaración de muerte presunta se ha dictado en los
casos en que el desaparecido ha recibido una herida grave en la guerra o porque le
sobrevino otro peligro semejante, el acuerdo de unión civil termina una vez cumplidos
cinco años desde las últimas noticias; d) si la declaración de muerte presunta se ha
fundado en los supuestos de la pérdida de una aeronave, o de un sismo o catástrofe que
provoque o haya podido provocar la muerte de numerosas personas en determinadas
poblaciones o regiones, el acuerdo de unión civil termina al cabo de un años desde el día
presuntivo de la muerte, que es el fijado por el juez en su sentencia, y que corresponde al
día del sismo, catástrofe o fenómeno natural. 1021. Causa de término: comprobación
judicial de la muerte de uno de los convivientes civiles. La disciplina de la
"comprobación judicial de la muerte para efectos civiles" fue incorporada al Código
Civil por mandato de la letra b) del artículo 2º de la Ley Nº 20.577, de 8 de febrero de
2012. Esta nueva institución, cuyo campo operativo es diverso del de la muerte presunta,
tiene lugar en aquellos casos en los que existe certeza acerca de la muerte de una
persona, por las circunstancias en la que ella se ha producido, pero no puede ser
acreditada por la imposibilidad de hallar el cuerpo de la persona de que se trata. La
resolución judicial en virtud de la cual se tiene por comprobada la muerte de una persona,
para efectos civiles, no está considerada como una causa de terminación del matrimonio.
Esta causa de término del acuerdo de unión civil fue incorporada en primer trámite
constitucional, al aprobarse una indicación del senador Allamand, sin que haya dado
ocasión a discutir sobre su procedencia o sobre la diferencia que en este punto se hacía
en relación con el matrimonio. 1022. Causa de término: matrimonio de los
convivientes civiles entre sí, cuando proceda. El origen de esta causa de terminación
del acuerdo se halla en el proyecto del senador Allamand, en cuyo artículo 14, número 4º
se declaraba que el acuerdo de vida en común expira: "Por el matrimonio de los
contratantes entre sí o de uno de ellos con un tercero", que coincidía con los que se
preveía en la letra c del artículo 6º del proyecto del presidente de la república: "El Acuerdo
de Vida en Pareja terminará en cualquiera de los siguientes casos: [...] c. Por el
matrimonio de los contratantes entre sí o de cualquiera de ellos con terceras personas".
En primer trámite constitucional, la Comisión de Legislación del Senado, al discutir en
general el proyecto, aprobó una indicación que daba una nueva redacción a esta
disposición, cuya finalidad era precisar que esta causa de término sólo operaba en
relación con los acuerdos de unión civil celebrados entre personas de distinto sexo. La
nueva redacción era la siguiente: "Por el matrimonio de los contratantes entre sí, cuando
proceda, o de cualquiera de ellos con terceras personas". Durante la discusión en
particular del proyecto, en este mismo trámite constitucional, se acordó substituir la
expresión 'contratantes' y se dio una nueva redacción a la letra c), de modo que ella
quedó restringida al solo caso del matrimonio de los convivientes civiles entre sí. Esta
nueva redacción, que se consolidaría como la definitiva, era la siguiente: "Por el
matrimonio de los convivientes civiles entre sí, cuando proceda". La eliminación de la,
originalmente prevista, causa de término del acuerdo consistente en el matrimonio de uno
de los convivientes civiles con una tercera persona, se explica porque se decidió elevar la
existencia de un acuerdo de unión civil vigente a la categoría de incapacidad para
celebrar matrimonio. Así, se acordó incorporar en el artículo 5º de la Ley Nº 19.947 un
nuevo número 2º, de modo que: "No podrán contraer matrimonio: [...] 2º Los que se
hallaren ligados por un acuerdo de unión civil vigente, a menos que el matrimonio lo
celebre con su conviviente civil". 1023. Causa de término: mutuo acuerdo de los
convivientes civiles. El acuerdo de unión civil, se configuró desde un principio como un
acto caracterizado porque los contrayentes pudieran darle término por consentimiento
mutuo. En efecto, en el proyecto presentado por el senador Allamand, se preveía en el
número 2º de su artículo 14, que el acuerdo de vida en común expiraba: "Por
consentimiento mutuo de las partes, que conste de escritura pública", y en el proyecto del
presidente de la república, se declaraba en la letra d) de su artículo 6º que el acuerdo de
vida en pareja terminaría: "Por mutuo acuerdo que conste por escritura pública, la que
deberá anotarse al margen de la escritura pública a la que hace mención el artículo 3º, si
existiere". En el curso de la discusión en particular del proyecto durante el primer trámite
constitucional, la Comisión de Legislación del Senado aprobó una indicación del Ejecutivo,
que daba la siguiente redacción a esta causa de término: "Por mutuo acuerdo de los
contratantes, el cual deberá constar por escritura pública o acta otorgada ante el Oficial
del Registro Civil, dependiendo de la forma en que se haya celebrado el Acuerdo de Vida
en Pareja". En el curso de la discusión en particular, la Comisión de Legislación del
Senado aprobó una indicación para suprimir el período final: "dependiendo de la forma en
que se haya celebrado el Acuerdo de Vida en Pareja". De este modo el texto aprobado en
primer trámite constitucional por el Senado fue el siguiente: "Por mutuo acuerdo de los
convivientes civiles, que deberá constar por escritura pública o acta otorgada ante el
Oficial del Registro Civil". En segundo trámite constitución, la Comisión de Legislación de
la Cámara de Diputados aprobó una indicación para agregar un inciso 2º a la letra d) del
artículo 26, cuya finalidad era proveer al resguardo del interés de los hijos, si los hubiere,
cuando los convivientes civiles terminaran el acuerdo por mutuo consentimiento. Dicho
inciso era el siguiente: "En este caso deberán acompañar un acuerdo que regule en forma
completa y suficiente sus relaciones mutuas y con respecto a los hijos comunes, en la
forma prevista en el artículo 21 de la Ley Nº 19.947". Finalmente, en la Comisión mixta se
eliminó esta última regla, de modo que la letra d) de este artículo 26 quedó con un solo
inciso, que es el promulgado y publicado. 1023.1. Formas de expresar el mutuo
acuerdo. Después de una serie de discusiones y vacilaciones, el legislador se inclinó por
admitir solamente dos formas a través de las cuales se puede manifestar el mutuo
acuerdo para poner término al contrato de unión civil: a) escritura pública; y b) acta
otorgada ente el oficial del Registro Civil. Con todo, en ambos casos, la ley exige que se
practique una subinscripción al margen de la inscripción del acuerdo de unión civil, para
que esta causa de término produzca sus efectos. 1023.2. Momento a partir del cual esta
causa de término produce sus efectos. Según la regla fijada en el inciso final de este
artículo 26, esta causa de término del acuerdo de unión civil produce sus efectos desde el
momento en que la escritura pública o, en su caso, el acta otorgada ante el oficial del
Registro Civil, se anote al margen de la inscripción del acuerdo de unión civil en el registro
especial de uniones civiles que ha de llevar el Servicio de Registro Civil. 1024. Causa de
término: voluntad unilateral de uno de los convivientes civiles. Al igual que en el
caso del mutuo acuerdo, la voluntad unilateral de uno de los convivientes civiles se
consideró como causa de término de este contrato desde los proyectos que dieron origen
a la Ley Nº 20.830. En el proyecto del senador Allamand, el número 3º de su artículo 14 la
consideraba bajo la siguiente forma: "Por voluntad de una de las partes manifestada en
escritura pública". En el proyecto del presidente de la república, la letra e) de su artículo 6º
la consideraba en estos términos: "Por voluntad unilateral de uno de los contratantes, la
que deberá constar por escritura pública y anotarse al margen de la escritura pública a la
que hace mención el artículo 3º, si existiere" y, además, se prescribía que: "Copia de
dicha escritura deberá enviarse al otro contratante por carta certificada notarial, dentro del
plazo de 10 días hábiles contado desde su otorgamiento. El no envío de la carta no
afectará el término del Acuerdo de Vida en Pareja, pero hará responsable al contratante
negligente de los perjuicios que la ignorancia de dicho término pueda ocasionar al otro
contratante. En todo caso, no podrá alegarse ignorancia transcurrido tres meses de
efectuada la anotación marginal en el registro especial". La discusión parlamentaria de
esta causa de término del acuerdo de unión civil no giró en torno a su procedencia, sino
básicamente en relación con el medio a través del cual había de ponerse en noticia del
otro conviviente civil la voluntad de poner término al acuerdo y, además, los efectos que
habían de seguirse de la falta de la dicha comunicación. En definitiva, las reglas a que
quedó sujeta esta causa de término, configuran un sistema singularmente deficiente y que
puede originar diversos problemas, sobre todo si se tiene en cuenta que el término del
contrato genera el fin del estado civil de conviviente civil y, por regla general, la
recuperación del estado civil anterior a la celebración del acuerdo. Las reglas a que queda
sujeta esta causa de término son las siguientes: 1ª) Forma: sólo puede expresarse la
voluntad unilateral de poner término al acuerdo por una u otra de estas dos formas:
a) escritura pública; b) acta otorgada ante el oficial del Registro Civil; 2ª) Subinscripción:
se exige en el inciso 3º de esta letra e) del artículo 26, que la escritura pública o el acta
otorgada ante el oficial del Registro Civil se subinscriba al margen de la inscripción del
acuerdo de unión civil. La subinscripción, respecto de la cual la ley no fija un plazo dentro
del cual deba practicarse, tiene tres consecuencias relevantes: 1ª) determina, según el
inciso final de este artículo 26, el momento a partir del cual produce sus efectos el término
del acuerdo de unión civil; 2ª) marca el comienzo del plazo de veinte días hábiles para
practicar la notificación que ha de hacerse al otro conviviente civil; y 3ª) señala el principio
del plazo de tres meses dentro del cual se puede alegar ignorancia del término del
acuerdo; 3ª) Notificación al otro conviviente civil: la voluntad unilateral de poner término al
acuerdo de unión civil, manifestada en escritura pública o en acta otorgada por el oficial
del Registro Civil, deberá notificarse al otro conviviente civil. El artículo 27 inciso 3º de la
ley prescribe que esta notificación deberá contener mención de la existencia del derecho
a la compensación económica y, además, constancia de la fecha en que fue subinscrita la
escritura pública o el acta otorgada ante el oficial del Registro Civil, porque a partir de esta
fecha se inicia el cómputo del plazo fatal para demandar la compensación económica.
Esta notificación deberá practicarse: a) mediante gestión voluntaria ante el tribunal con
competencia en materias de familia, sin que a ella se le aplique la exigencia de actuar
mediante letrado; b) dentro del plazo fatal de los veinte días hábiles siguientes a la
subinscripción de la escritura o del acta al margen de la inscripción del acuerdo de unión
civil. La notificación no es un requisito para que opere el término del acuerdo de unión
civil, de manera que su falta no obsta al término de acuerdo, y sólo constituye al
conviviente civil que la ha omitido por negligencia en responsable de los perjuicios que la
ignorancia del término del acuerdo pueda ocasionar al conviviente civil a quien no notificó.
Esta regla tiene una limitación: no podrá alegarse la ignorancia del término del acuerdo de
unión civil una vez transcurridos tres meses desde que se haya efectuado la
subinscripción de la escritura o del acta en que conste la voluntad unilateral de poner
término al acuerdo. La notificación puede excusarse si el conviviente civil al que debía
notificarse: a) se encuentra desaparecido; b) se ignora su paradero; c) ha dejado de estar
en comunicación con los suyos. 4ª) Efectos y época desde la que se producen: los efectos
de la expresión de la voluntad unilateral, manifestada en cualquiera de esas formas, se
producen, al tenor de la regla establecida en el inciso final de este artículo 26, desde el
momento en que la escritura pública o, en su caso, el acta otorgada ante el oficial del
Registro Civil, se anote al margen de la inscripción del acuerdo de unión civil en el registro
especial de uniones civiles que ha de llevar el Servicio de Registro Civil. 1025. Causa de
término: declaración judicial de nulidad del acuerdo. Esta causa de terminación del
acuerdo de unión civil, probablemente tendrá escasa aplicación, debido a la existencia de
las causas de término constituidas por el mutuo acuerdo y por la voluntad unilateral. Su
eventual interés podrá hallarse, seguramente, en aquellos casos en los que el ejercicio de
la acción de nulidad se ha atribuido a los herederos de los convivientes civiles. En líneas
generales se ha seguido el modelo de la disciplina de la nulidad del matrimonio y, para
efectos de este comentario, conviene tratar como punto de partida una cuestión general, y
luego las causas de nulidad, su régimen y sus efectos. 1025.1. De la disciplina propia
de la nulidad del acuerdo de unión civil. La configuración del acuerdo de unión civil
como un acto propio del derecho de las personas, implicó que el régimen de su validez y,
por ende, el de su nulidad, se configuraran como diversos del de la nulidad de los actos
patrimoniales. Una de las principales consecuencias de lo anterior es la de la
inaplicabilidad a este acuerdo de las reglas de la nulidad contenidas en el libro IV
del Código Civil. Con todo, también ha de advertirse, que aunque situado este acto en el
derecho de las personas, los legisladores igualmente optaron por no remitir a las reglas
de nulidad del matrimonio, las que, por consiguiente, tampoco se le aplican, ni directa ni
subsidiariamente. El acuerdo de unión civil cuenta, pues, con una disciplina propia en
relación con la nulidad. Si embargo, esa disciplina presenta algunos vacíos o deficiencias,
que harán que la jurisprudencia tenga que proveer el remedio apropiado (803, 804.2). La
decisión legislativa en cuanto a las reglas que habían de aplicarse a la nulidad del
acuerdo de unión civil se dio, básicamente, en el momento de discutirse la cuestión
tocante a la capacidad e incapacidades para celebrarlo. En el proyecto del senador
Allamand, el acuerdo que se proponía era típicamente un contrato patrimonial, de guisa
que se justificaba que su régimen de capacidad e incapacidades, en general, fuera el
propio de tales actos, cuya disciplina era la del libro IV del Código Civil. En la misma línea
se situaba el proyecto del presidente de la república, que en este punto concreto era aún
más explícito, porque en su artículo 6º letra f) contenía la siguiente regla: "El Acuerdo de
Vida en pareja terminará en cualquiera de los siguientes casos [...] f. Por declaración de
nulidad del acuerdo. Será nulo el acuerdo que no reúna los requisitos establecidos en el
artículo 2º, 3º y 4º de esta ley, sin perjuicio de lo establecido en el Libro IV del Código
Civil". En primer trámite constitucional, al discutirse en la Comisión de Legislación del
Senado la referida letra f) del proyecto del ejecutivo, se consideró también una indicación
de la senadora Alvear, que planteaba substituirla por un texto redactado a imagen del
modelo de la nulidad del matrimonio. Durante el curso de la discusión se planteó
precisamente, cuál había de ser el régimen de nulidad del acuerdo, sobre la base de
considerarlo como un acto meramente patrimonial o, por el contrario, como un acto de
naturaleza diversa. Quedaron en claro las dos visiones que había sobre la materia: a) "Al
comenzar el análisis de estas disposiciones, el asesor del Ministerio Secretaría General
de Gobierno, señor Pablo Urquízar manifestó que el proyecto de ley del Ejecutivo aplica
las reglas generales en materia de nulidad. Añadió que respecto a las propuestas de la
Honorable Senadora señora Alvear, todas ellas buscan asimilar al acuerdo de vida en
pareja con el matrimonio. En ellas se habla de estado civil, compensación económica,
derecho de alimentos y regímenes patrimoniales. En el último texto citado se pretende
aplicar la nulidad matrimonial al acuerdo de vida en pareja"; b) "La profesora señora
Lathrop explicó que hay una diferencia sustancial entre la propuesta de la Honorable
Senadora señora Alvear y el proyecto de ley del Ejecutivo. Consideró que una de las
principales falencias de este último está en materia de nulidad. Añadió que la remisión al
Libro IV del Código Civil que hace el proyecto de ley deja entrever que para el Gobierno el
acuerdo es solo un contrato. Opinó que el acuerdo de vida en pareja no es cualquier
contrato, ya que no da origen solo a relaciones de carácter patrimonial, sino que tiene por
objeto regular relaciones afectivas. Agregó que la propuesta de la Honorable Senadora
señora Alvear altera la lógica del proyecto de ley del Ejecutivo y busca asimilarse a la
nulidad matrimonial, lo que a su juicio es lo correcto. El Honorable Senador señor Walker,
don Ignacio destacó que este tipo de contratos no solo rige relaciones patrimoniales sino
que también personales. Expuso que lo lógico sería que tenga un tratamiento especial
dada la naturaleza de la relación". Nada más se dijo y, puesta en votación, se rechazó la
indicación de la senadora Alvear y se aprobó el texto del proyecto del ejecutivo. Al
discutirse en particular en la Comisión de Legislación del Senado esta cuestión, se
hicieron presentes una serie de indicaciones, entre ellas una de la senadora Alvear, que
insistía en su modelo de una nulidad definida imagen de la matrimonial. En esta ocasión,
y a diferencia de la primera discusión, primó el criterio de considerar que, como la
naturaleza del acuerdo no era patrimonial, había de tener reglas peculiares en sede de
nulidad y, por ende, era inapropiada la remisión a las reglas de la nulidad del Libro IV
del Código Civil, la que fue eliminada, y se le dio una nueva redacción a la letra f): "El
Presidente de la Comisión, Honorable Senador señor Harboe apuntó que la nulidad como
sanción jurídica produce el efecto de que retrotrae a las partes al estado en que se
encontraban antes de celebrar el acto declarado nulo. Advirtió que el texto aprobado en
general por el Senado es más amplio que el que propone la exsenadora en la indicación
49, ya que ella solo circunscribe las acciones de nulidad a los requisitos generales del
artículo 2º del presente proyecto. Aclaró que el texto aprobado por el Senado hace
mención a lo prescrito en el Título Vigésimo del Libro IV del Código Civil. Asimismo, hizo
presente que todos los vicios de nulidad del mencionado Título deben aplicarse al
Acuerdo lo que abre una puerta a la inestabilidad jurídica, tomando en consideración que
el Acuerdo no es un contrato de carácter exclusivamente patrimonial. Por lo anterior,
sugirió eliminar en esta letra la referencia al Título Vigésimo del Libro IV del Código Civil.
El Honorable Senador señor Larraín reiteró que en esta materia el Código Civil consagra
criterios de aplicación general, razón por la que debería mantenerse el texto ya aprobado,
con las enmiendas que acuerde la comisión. El asesor legislativo del Honorable Senador
señor Espina, señor Urquízar, expresó que las indicaciones tienen varias deficiencias,
como por ejemplo, no se contempla como causal de nulidad el error, ni el dolo. Señaló
que la indicación número 49 establece una nulidad especial que sin embargo no resuelve
los problemas reales que pueden llegar a suscitarse. El profesor de Derecho Civil, señor
Court expuso que la remisión que hace la letra f) del artículo 6º al Título Vigésimo del
Libro IV del Código Civil hay que eliminarla, porque en dicho Título se consagra la nulidad
absoluta y relativa, y las causales y los titulares de la acción son distintos. Agregó que
respecto a la indicación 49 suprimiría la facultad de ejercer la acción a todo aquel que
tenga interés. Añadió que esta posibilidad de impetrar la nulidad debe quedar restringida a
los presuntos convivientes. Consideró que hay que hacer una regulación especial de la
nulidad y ella debe acercarse a la que se consagra en la Ley de Matrimonio Civil.
Finalmente, señaló que era relevante lo propuesto por la exsenadora señora Alvear
cuando dispone: "Produciéndose la muerte de uno de los convivientes después de
notificada la demanda de nulidad, podrá el Tribunal seguir conociendo de la acción y
dictar sentencia definitiva sobre el fondo del asunto". A continuación, el Honorable
Senador señor Larraín sugirió reformular el texto aprobado en general por el Senado, a
partir de las observaciones formuladas precedentemente. En consecuencia, propuso
aprobar el siguiente texto: "f. Por declaración judicial de nulidad del acuerdo. La sentencia
ejecutoriada en que se declare la nulidad del acuerdo de vida en pareja deberá
subinscribirse al margen del registro a que se hace mención en el artículo 6º y no será
oponible a terceros sino desde que esta subinscripción se verifique". La Comisión, en
virtud de lo que autoriza el inciso final del artículo 121 del Reglamento del Senado, aprobó
esta nueva redacción para la letra f) del artículo 6º". En la tramitación parlamentaria
posterior no hubo especial discusión sobre este punto. 1025.2. De las causas de nulidad
del acuerdo de unión civil. Están señaladas en los incisos 2º y 4º de la letra f) de este
artículo 26. De ello resulta que la ley eleva a causas de nulidad a las siguientes:
1ª) Minoridad (art. 7º); 2ª) Parentesco (art. 9º inc. 1º); 3ª) Vínculo matrimonial no disuelto
(art. 9º inc. 2º); 4ª) Acuerdo de unión civil vigente (art. 9º inc. 2º); 5ª) Error en la identidad
de la persona del contrayente (art. 8º letra a); y 6ª) Fuerza (art. 8º letra b). El examen
general de estas causas de nulidad del acuerdo da cuenta, por una parte, de que ellas
están vinculadas a dos sedes dogmáticas tradicionales de la nulidad de los actos propios
del derecho de las personas y, por otra, que no existe una regulación para causas
habituales de nulidad de estos actos en una tercera sede propia. Aquí, solamente para
sistematizar, y con la debida remisión a los comentarios precedentes en que se ha tratado
de ellas, se mostrará el esquema de estas causas, incluidas su
omisiones. 1025.2.1. Causas ligadas a la existencia de una incapacidad legal para
celebrar el acuerdo de unión civil. A ellas se refiere el inciso 2º de la letra f) de este
artículo 26 en cuanto que declara que es nulo el acuerdo que no reúna los requisitos
establecidos en los artículos 7º y 9º de la Ley Nº 20.830. Tales causas de nulidad son las
siguientes: 1ª) Incapacidad legal por minoridad: en los términos en que está reglada en el
artículo 7º de la ley; 2ª) Incapacidad legal por parentesco: en las condiciones fijadas en el
inciso 1º del artículo 9º de la ley; 3ª) Incapacidad legal por vínculo matrimonial no disuelto:
en el ámbito que se establece en el inciso 2º del artículo 9º de la ley; y 4ª) Incapacidad
legal por acuerdo de unión civil vigente: tal como se la ha configurado en el inciso 2º del
artículo 9º de la ley. Sólo agregar que, como ya se ha advertido, a diferencia de la nulidad
del matrimonio, la Ley Nº 20.830 no ha considerado la incapacidad legal de
crimen. 1025.2.2. Causas ligadas a la incapacidad para formar o emitir un
consentimiento libre y espontáneo. La Ley Nº 20.830, a diferencia de la Ley Nº 19.947,
no considera a estas incapacidades. Las dos más relevantes son las de quien actúa
privado de razón y la del sordo o sordomudo que no puede darse a entender claramente.
La omisión de reglas en relación con estos supuestos, unida a la exclusión de la
aplicación de las reglas de la nulidad patrimonial en esta sede, así como de las propias de
la nulidad matrimonial, plantea una cuestión compleja, de la que ya se ha
tratado. 1025.2.3. Causas ligadas al consentimiento viciado. A ellas se refiere el
mismo inciso 2º de la letra f) de este artículo 26, en cuanto que prevé que es nulo el
acuerdo que no reúna los requisitos del artículo 8º de la ley, y también su inciso 2º en el
que se declara que será nulo el acuerdo celebrado mediante fuerza o cuando se ha
incurrido en error acerca de la identidad de la persona del otro contrayente. Así, estas
causas de nulidad son las siguientes: 1ª) Error en la identidad de la persona con la que se
celebra el acuerdo de unión civil: en los términos prescritos en la letra a) del artículo 8º de
la ley, sin que, como se ha advertido, se incluyera el error acerca de una cualidad
personal del contrayente; y 2ª) Fuerza ejercida en contra de uno o de ambos
contrayentes: según lo previsto en la letra b) del artículo 8º de la ley. 1025.3. Del
ejercicio de la acción de nulidad del acuerdo de unión civil. La configuración del
acuerdo civil como acto propio del derecho de las personas, justifica que la acción dirigida
a obtener la declaración de su nulidad esté sujeta a una disciplina propia. Tal disciplina se
ha estructurado sobre la base del régimen a que está sometida a acción de nulidad del
matrimonio. La naturaleza personal de buena parte de los intereses de quienes puedan
verse afectados por la declaración de la nulidad del acuerdo de unión civil, incluido el
estado civil, justifica que el legislados haya asumido los mismos dos principios básicos
que gobiernan a la acción de nulidad en sede matrimonial: 1º) se determinan de modo
expreso y taxativo los titulares de la acción; 2º) se excluye la existencia de eventuales
titulares genéricos de ella. Pero, además, se ha excluido la posibilidad del ejercicio de la
acción por cualquier persona "en interés de la moral o de la ley". 1025.3.1. Regla
general: el ejercicio de la acción de nulidad corresponde a cualquiera de los
presuntos convivientes civiles. En una disposición homóloga a la del inciso 1º del
artículo 46 de la Ley Nº 19.947, en el inciso 3º de la letra f) del artículo 26 de la Ley
Nº 20.830 se prevé como regla general que: "La acción de nulidad corresponderá a
cualquiera de los presuntos convivientes civiles [...] salvo en las excepciones
contempladas en los incisos siguientes". 1025.3.2. Excepciones a la regla general. Las
excepciones a la regla general lo son, o por vía de ampliación, o por vía de
limitación: 1025.3.2.1. Excepciones por vía de ampliación. Son las siguientes:
1ª) Menor que ha celebrado el acuerdo de unión civil: en cuyo caso la acción de nulidad
sólo podrá ser intentada por la persona menor o por sus ascendientes (art. 26 letra f) inc.
4º). La regulación de esta excepción no ha seguido el modelo de la letra a) del artículo 46
de la Ley Nº 19.947. La redacción que da a esta excepción la Ley Nº 20.830, unida a no
incluirse la precisión de que una vez cumplidos los dieciocho años la acción se radicará
exclusivamente en los contrayentes, podría dar pie para plantearse la cuestión de si la
titularidad de los ascendientes se extiende más allá de los dieciocho años. No parecería
justificable esta interpretación, porque el mayor de dieciocho años es custodio de sus
propios intereses; 2ª) Matrimonio celebrado in articulo mortis: en cuyo caso, la titularidad
de la acción se extiende a los herederos del difunto (art. 26 letra f) inc. 6º), de manera
similar a como en sede matrimonial se dispone en la letra c) del artículo 46 de la Ley
Nº 19.947; 3ª) Nulidad fundada en la existencia de vínculo matrimonial disuelto: supuesto
en el que también la titularidad de la acción se extiende: a) a los herederos del difunto
(art. 26 letra f) inc. 6º), y b) al cónyuge anterior o a sus herederos (art. 26 letra f) inc. 7º); y
4ª) Nulidad fundada en la existencia de un acuerdo civil vigente: al igual que sucede con
la excepción anterior, la titularidad de la acción se extiende: a) a los herederos del difunto
(art. 26 letra f) inc. 6º), y b) al conviviente civil anterior o a sus herederos (art. 26 letra
f) inc. 7º). 1025.3.2.2. Excepciones por vía de limitación. Son las siguientes: a) Nulidad
fundada en la causa de fuerza: en cuyo caso la titularidad de la acción solo corresponde
al contrayente afectado por la fuerza (art. 26 letra f) inc. 5º). Es esta una regla semejante
a la de la letra b) del artículo 46 de la Ley Nº 19.947; y b) Nulidad fundada en la causa de
error en la identidad de la persona del otro contrayente: al igual que en el caso anterior, la
titularidad de la acción solo toca al contrayente afectado por el error (art. 26 letra f) inc.
5º), que también sigue el modelo de la regla fijada en la letra b) del artículo 46 de la ley de
matrimonio civil. 1025.4. De la extinción de la acción de nulidad del acuerdo de unión
civil. En relación con este punto la ley sigue, igualmente, la disciplina de la extinción de la
acción de nulidad del matrimonio. Hay, así, una regla general, y algunas excepciones a
ella. 1025.4.1. Regla general: la acción se extingue con la muerte de uno de los
convivientes civiles. El carácter fundamentalmente personal de los efectos que genera
la declaración de nulidad del acuerdo de unión civil, justifica que en la parte inicial del
inciso 6º de la letra f) del artículo 26 de la Ley Nº 20.830 se fije como regla general en
esta materia que: "La muerte de uno de los convivientes civiles extingue la acción de
nulidad [...]". Coincide en ello la declaración contenida en el período inicial del inciso 3º de
esta misma letra: "La acción de nulidad corresponderá a cualquiera de los presuntos
convivientes civiles y sólo podrá ejercitarse mientras ambos vivan [...]". La ley al formular
esta regla ha abandonado el uso de la voz 'intentarse' que es aquella a la que recurre la
ley de matrimonio civil en su artículo 47, que procedía de la antigua Ley de Matrimonio
Civil de 1884, y en relación con la cual la jurisprudencia había tenido que precisar su
significación. Ha de advertirse que, según el inciso 8º de la letra f) de este artículo 26, la
muerte de uno de los convivientes civiles una vez notificada la demanda de nulidad, no
conduce al término del procedimiento, porque: "podrá el tribunal seguir conociendo de la
acción y dictar sentencia definitiva sobre el fondo del asunto". 1025.4.2. Excepciones a
la regla general. Los supuestos en los cuales la acción se extingue ("prescribe") en un
momento distinto del de la muerte de uno de los convivientes civiles son los siguientes:
1º) Cuando el acuerdo ha sido celebrado por una persona menor: en cuyo caso "la acción
de nulidad prescribirá al expirar el término de un año desde que el menor hubiese
alcanzado la mayoría de edad" (art. 26 letra f) inc. 4º); 2º) Cuando la acción de nulidad se
funde en la existencia de fuerza: pues en este caso la acción sólo podrá ser intentada en
el término fatal de un año contado desde que cesó la fuerza (art. 26 letra f) inc. 5º);
3º) Cuando la acción de nulidad se funde en la existencia de error en la identidad de la
persona del otro contrayente: porque en este evento la acción sólo podrá intentarse en el
término fatal de un año desde la celebración del acuerdo (art. 26 letra f) inc. 5º);
4º) Cuando el acuerdo de unión civil se ha celebrado in articulo mortis: porque en este
caso la acción podrá ser intentada, por los herederos del difunto, en el plazo fatal de un
año contado desde el fallecimiento (art. 26 letra f) inc. 6º); 5º) Cuando la acción se funde
en la incapacidad de vínculo matrimonial no disuelto: pues si tal sucede, la acción podrá
ser intentada, por los herederos del difunto, en el plazo fatal de un año contado desde el
fallecimiento (art. 26 letra f) inc. 6º); 6º) Cuando la acción se funde en la incapacidad de
acuerdo de unión civil vigente: en tal caso, la acción podrá ser intentada, por los
herederos del difunto, en el plazo fatal de un año contado desde el fallecimiento (art. 26
letra f) inc. 6º). 1025.5. De los efectos de la declaración judicial de nulidad del
acuerdo. La Ley Nº 20.830 no siguió, para los efectos de reconocer esta causa de
nulidad, el modelo de redacción de la Ley Nº 19.947, que en el número 3º de su artículo
42 prescribe que el matrimonio termina: "Por sentencia firma de nulidad". En efecto, en el
período inicial del inciso 1º de la letra f) del artículo 26 se limita a consignar que el
acuerdo de unión civil terminará: "Por declaración judicial de nulidad del acuerdo". Sin
perjuicio de lo cual, en su período siguiente, y de las reglas generales en cuanto a los
efectos de las resoluciones judiciales, han de distinguirse las siguientes situaciones:
1ª) Efectos entre las personas cuyo acuerdo de unión civil se ha declarado nulo: respecto
de ellas la declaración judicial de nulidad produce sus efectos desde el momento en que
queda ejecutoriada la sentencia que la ha declarado; 2ª) Efectos respecto de terceros: en
este punto la Ley Nº 20.830 asume la regla del inciso 2º del artículo 50 de la ley de
matrimonio civil. En efecto, la nulidad judicialmente declarada del acuerdo de unión civil
produce sus efectos, respecto de terceros, desde el momento en que la sentencia
ejecutoriada que la ha declarado se subinscribe al margen de la inscripción del acuerdo
en el registro especial de uniones civiles. Tal es lo que se prescribe en el período final del
referido inciso 1º de la tantas veces citada letra f): "La sentencia ejecutoriada en que se
declare la nulidad del acuerdo de unión civil deberá subinscribirse al margen de la
inscripción a que se hace mención en el artículo 6º y no será oponible a terceros sino
desde que esta subinscripción se verifique".

Artículo 27. Si como consecuencia de haberse dedicado al cuidado de los


hijos o a las labores propias del hogar común, uno de los convivientes civiles
no pudo desarrollar una actividad remunerada o lucrativa durante la vigencia
del acuerdo de unión civil, o lo hizo en menor medida de lo que podía y quería,
tendrá derecho a que, cuando se produzca el término del acuerdo por las
causales señaladas en las letras d), e) y f) del artículo precedente, se le
compense el menoscabo económico sufrido por esta causa.

Esta compensación se regulará y determinará en la forma prevista en los


artículos 62 a 66 de la Ley Nº 19.947.

Con todo, si el acuerdo terminare por aplicación de lo previsto en la letra


e) del artículo 26 de esta ley, la notificación de la terminación unilateral deberá
contener mención de la existencia de este derecho, así como la constancia de
la fecha en la que fue subinscrita la terminación. En este caso, la
compensación económica podrá demandarse ante el tribunal de familia
competente, dentro del plazo de seis meses, contado desde la fecha de
subinscripción de la terminación del acuerdo de unión civil en el registro a que
hace referencia el artículo 6º.

Concordancias: Ley Nº 19.947, de matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004, artículos 62 a 66. Ley


Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículo 8º. Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de
unión civil, D.O.  21.04.2015: artículos 1º, 6º, 22 inciso 1º, 26 letra e).

1026. De la compensación del menoscabo económico. La incorporación en el


Comentario: 
proyecto de ley de una disposición que reconociera a los convivientes civiles una
compensación del menoscabo económico, en términos similares a la establecida y
regulada en los artículos 61 y siguientes de la ley de matrimonio civil, se produjo durante
el primer trámite parlamentario, al discutirse en general el proyecto en la Comisión de
Legislación del Senado. En aquel momento la senadora Alvear presentó una indicación en
tal sentido, que fue aprobada por tres votos a favor y uno en contra, y se situó como
artículo 15 del proyecto. En el primero de sus incisos se definía, a imagen de la regla de
sede matrimonial, el supuesto de procedencia de la compensación del menoscabo
económico: "Si como consecuencia de haberse dedicado al cuidado de los hijos o a las
labores propias del hogar común, uno de los convivientes no pudo desarrollar una
actividad remunerada o lucrativa durante la vigencia del Acuerdo de Vida en Pareja, o lo
hizo en menor medida de lo que podía y quería, tendrá derecho a que, cuando se
produzca el término o se declare la nulidad del acuerdo, se le compense el menoscabo
económico sufrido por esta causa". En el inciso 2º se demitía su regulación y
determinación a las reglas pertinentes de la ley de matrimonio civil: "Esta compensación
se regulará y determinará en la forma dispuesta en los artículos 62 a 66 de la Ley
Nº 19.947". En el curso de la discusión en particular, la Comisión de Legislación del
Senado, introdujo algunas modificaciones al texto aprobado en general, las que quedaron
reflejadas en el nuevo artículo 27, ahora formado por tres incisos, que en la tramitación
posterior del proyecto sólo experimentaron las modificaciones derivadas del cambio de
nombro que sufrió el acuerdo. 1026.1. La estructura del supuesto que origina el
derecho a la compensación económica. El inciso 1º de este artículo 27 replica el
contenido y redacción del artículo 61 de la ley de matrimonio civil, de manera que, en
principio, la compensación económica que se establece en él se configura como un
derecho de uno de los convivientes civiles, con la obligación correlativa del otro. Por la
misma razón el supuesto que la origina presenta la misma estructura compleja del que
presta fundamento a la compensación en sede matrimonial. El menoscabo económico,
concebido igualmente como una cierta carencia, en este caso se revela en el momento de
producirse el término del acuerdo de unión civil por cualquiera de las siguientes tres
causas de término: 1ª) por mutuo acuerdo; 2ª) por voluntad unilateral; y 3ª) por
declaración judicial de la nulidad del acuerdo. Tal menoscabo económico sólo puede tener
una única causa, al igual que en sede matrimonial, y que es la definida legalmente en el
inciso 1º de este artículo 27. Su estructura igualmente es compleja: porque implica la
existencia de unos ciertos hechos que generan una determinada consecuencia.
Los hechos definidos legalmente son: 1º) La dedicación de "uno de los convivientes
civiles" al "cuidado de los hijos", o 2º) La dedicación de uno de los convivientes civiles "a
las labores propias del hogar común". Los efectos de tales hechos los describe la ley
bajo forma alternativo no excluyente: 1º) Que el conviviente civil que se dedicó a una de la
alternativas previstas en la ley, no haya podido "desarrollar una actividad remunerada o
lucrativa durante el matrimonio", o 2º) que de haberlo hecho, ello haya sido "en menor
medida de lo que podía y quería". 1026.2. La disciplina de la compensación del
menoscabo económico. El legislador optó por hacer aplicable, a la regulación y
determinación de la compensación económica en sede de acuerdo de unión civil, las
reglas que fija la ley de matrimonio civil en sus artículos 62 a 66 para el caso de la
compensación económica en sede matrimonial. La única regla peculiar es la que se
contiene en el inciso final de este artículo 27, pues restringe la posibilidad de demandar la
compensación económica en caso de terminación del acuerdo por voluntad unilateral, al
prescribir que sólo puede demandarse en el término fatal de seis meses a contar desde la
fecha de subinscripción de la terminación del acuerdo de unión civil. Tal es la finalidad de
disponerse que la notificación deba contener la mención de la existencia del derecho a la
compensación, y la constancia de la fecha en que fue subinscrita la terminación del
acuerdo. Con todo, como la falta de notificación no afecta al término del acuerdo de unión
civil, puede plantearse la cuestión de en qué situación queda el derecho de demandar la
compensación económica cuando no se ha notificado al conviviente civil. Entiendo que en
este evento podrá demandar la compensación económica según las reglas generales, sin
perjuicio de lo que se prescribe en el inciso 4º de la letra e) del artículo 26: "La falta de
notificación no afectará el término del acuerdo de unión civil, pero hará responsable al
contratante negligente de los perjuicios que la ignorancia de dicho término pueda
ocasionar al otro contratante". Que proceda en este caso el derecho a demandar la
compensación económica según las reglas generales, se deriva del propio texto de este
inciso final. En efecto, en su primer período se pone en el caso de haberse practicado la
notificación con la mención del derecho de compensación y con la constancia de la fecha
de la subinscripción; y en su segundo período señala las consecuencia de presentarse
ese caso: "En este caso la compensación económica [...]". Luego, si no se ha practicado
la notificación, o si ella no se ha practicado en los términos previstos por este inciso 3º, no
se está en el "caso" de excepción del inciso 3º.

Artículo 28. El término del acuerdo de unión civil pondrá fin a todas las
obligaciones y derechos cuya titularidad y ejercicio deriven de la vigencia del
contrato.

Concordancias: Ley Nº 19.947, de matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004, artículo 60. Ley Nº 20.830, crea
el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículos 1º, 2º, 14, 18.

1027. De los efectos del término del acuerdo de unión civil. Es esta una regla
Comentario: 
que ha tomado por modelo la del artículo 60 de la ley de matrimonio civil. De este modo,
el efecto genérico del término del acuerdo de unión civil es el de poner fin a todas las
obligaciones y derechos cuya titularidad y ejercicio derivan de la vigencia del contrato.
Así, por ejemplo, cesan el deber de ayuda mutua y la obligación de solventar los gastos
generados por la vida en común (art. 14); salvo en los casos de muerte natural o
presunta, cesan los derechos sucesorios y desaparece la condición de legitimario de los
convivientes civiles, pues ellas solo tienen lugar si el acuerdo de unión civil celebrado con
el difunto no había expirado a la fecha de la delación de la herencia (art. 18). En un
campo diverso al de los derechos y obligaciones, el término del acuerdo de unión civil
también general una serie de efectos: 1º) pone fin al estado civil de conviviente civil y
restituye a los contrayentes al estado civil anterior a su celebración, salvo cuando la causa
de término ha sido el matrimonio de los convivientes civiles entre sí (art. 1º inc. 2º) pone
fin al parentesco por afinidad que había generado el acuerdo de unión civil, pues este
parentesco solo existe mientras el acuerdo se encuentra vigente.

TÍTULO VII MODIFICACIONES A DIVERSOS CUERPOS LEGALES

Artículo 29. Para los efectos del Régimen Público de Salud y del Sistema
Privado de Salud, contemplado en los Libros II y III, respectivamente, del
Decreto con Fuerza de Ley Nº 1, del Ministerio de Salud, promulgado el año
2005 y publicado el año 2006, que fija el texto refundido, coordinado y
sistematizado del Decreto Ley Nº 2.763, de 1979 y de las leyes Nº 18.933 y
Nº 18.469, el acuerdo de unión civil celebrado en la forma establecida por la
presente ley permitirá a cualquiera de los convivientes civiles ser carga del
otro.

...

Artículo 48. Mediante un reglamento, que llevará la firma del Ministro de


Justicia, se determinará la forma en que se dará cumplimiento a lo establecido
en esta ley.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS

Artículo primero. La presente ley comenzará a regir seis meses después de


su publicación en el Diario Oficial.

Artículo segundo. El mayor gasto fiscal que represente la aplicación de


esta ley durante el año presupuestario de su entrada en vigencia, se financiará
con cargo a los recursos del Ministerio de Justicia, del Ministerio de Salud y, en
lo que faltare, con cargo a la partida Tesoro Público de la Ley de Presupuestos
del Sector Público. En los años siguientes, se financiará con cargo a los
recursos que anualmente contemple la referida ley de presupuestos.

Habiéndose cumplido con lo establecido en el Nº 1º del Artículo 93 de la


Constitución Política de la República y por cuanto he tenido a bien aprobarlo y
sancionarlo; por tanto promúlguese y llévese a efecto como Ley de la
República.

Santiago, 13 de abril de 2015.- Michelle Bachelet Jeria, Presidenta de la


República.- Álvaro Elizalde Soto, Ministro Secretario General de Gobierno.-
Rodrigo Peñailillo Briceño, Ministro del Interior y Seguridad Pública.- Alberto
Arenas de Mesa, Ministro de Hacienda.- Ximena Rincón González, Ministra
Secretaria General de la Presidencia.- José Antonio Gómez Urrutia, Ministro de
Justicia.- Javiera Blanco Suárez, Ministra del Trabajo y Previsión Social.-
Carmen Castillo Taucher, Ministra de Salud.- Paulina Saball Astaburuaga,
Ministra de Vivienda y Urbanismo.
B. DECRETO LEY Nº 3.500 ESTABLECE NUEVO SISTEMA DE
PENSIONES
Publicado en el Diario Oficial de 13 de noviembre de 1980

Santiago, 4 de noviembre de 1980.- Hoy se dictó el siguiente:

Núm. 3.500.- Visto: Lo dispuesto en los decretos leyes Nºs. 1 y 128, de 1973;
527, de 1974; y 991, de 1976,

La Junta de Gobierno de la República de Chile ha acordado dictar el


siguiente Decreto ley:

...

Artículo 5º. Serán beneficiarios de pensión de sobrevivencia, los


componentes del grupo familiar del causante, entendiéndose por tal, el o la
cónyuge o conviviente civil sobreviviente, los hijos de filiación matrimonial, de
filiación no matrimonial o adoptivos, los padres y la madre o el padre de los
hijos de filiación no matrimonial del causante. 699

Cada afiliado deberá acreditar ante la respectiva Administradora, la


existencia de sus eventuales beneficiarios, por los medios legales pertinentes.

Concordancias.  Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.

...

Artículo 7º. Para ser beneficiario o beneficiaria de pensión de sobrevivencia,


el o la conviviente civil sobreviviente debe ser soltero, viudo o divorciado y
haber suscrito un acuerdo de unión civil que se encuentre vigente al momento
del fallecimiento del causante, a lo menos con un año de anterioridad a la
fecha de dicho fallecimiento, o tres años si el acuerdo de unión civil se celebró
siendo el o la causante pensionada de vejez o invalidez.

Las limitaciones relativas a la antigüedad del acuerdo de unión civil no se


aplicarán si a la época del fallecimiento la conviviente civil sobreviviente se
encontrare embarazada o si quedaren hijos comunes. 700

Concordancias. Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.

...
Artículo 58. La pensión de referencia de los beneficiarios de pensión de
sobrevivencia acreditados de acuerdo al artículo 5º será equivalente a los
siguientes porcentajes de la pensión de referencia del causante:

a) sesenta por ciento para el o la cónyuge;

b) cincuenta por ciento para el o la cónyuge, con hijos comunes que tengan
derecho a pensión. Este porcentaje se elevará al sesenta por ciento, cuando
dichos hijos dejen de tener derecho a pensión;

c) treinta y seis por ciento para la madre o el padre de hijos de filiación no


matrimonial reconocidos por el o la causante;

d) treinta por ciento para la madre o el padre de hijos de filiación no


matrimonial reconocidos por el o la causante, con hijos comunes que tengan
derecho a pensión. Este porcentaje se elevará al treinta y seis por ciento
cuando estos hijos dejen de tener derecho a pensión;

e) cincuenta por ciento para los padres que cumplan los requisitos que
señala el artículo 10, y

f) quince por ciento para cada hijo que cumpla los requisitos establecidos en
el artículo 8º. Este porcentaje se reducirá al once por ciento para los hijos
declarados inválidos parciales al cumplir veinticuatro años de edad.

g) quince por ciento para el o la conviviente civil que cumpla los requisitos
del artículo 7º, siempre que concurran hijos del o la causante con derecho a
pensión, que no sean hijos comunes. Cuando no concurran dichos hijos o
cuando éstos dejen de tener derecho a pensión, el porcentaje se elevará al
mencionado en las letras a) o b) dependiendo de si no existen o existen hijos
comunes con derecho a pensión, respectivamente. Cuando concurran hijos
comunes con derecho a pensión del o la causante y adicionalmente existan
hijos del o la causante con derecho a pensión, que no sean comunes con el o
la conviviente civil, el porcentaje de éste o ésta será el establecido en la letra
b) anterior, aumentándose al porcentaje establecido en la letra a) precedente,
en caso que tanto los hijos comunes como los no comunes dejen de tener
derecho a pensión.701

Si dos o más personas invocaren la calidad de cónyuge, de conviviente civil,


de madre o de padre de hijo de filiación no matrimonial de la o el causante, a la
fecha de fallecimiento de estos últimos, el porcentaje que le correspondiere a
cada uno de ellos se dividirá por el número de cónyuges, de convivientes
civiles, de madres o de padres de hijos de filiación no matrimonial que hubiere,
respectivamente, con derecho de acrecer entre ellos. 702
Si al momento de producirse el fallecimiento de un causante, éste o ésta no
tuvieren cónyuge con derecho a pensión, las pensiones de referencia de los
hijos se incrementarán distribuyéndose por partes iguales el porcentaje
establecido en la letra b) del inciso primero. De lo anterior se exceptúan los
hijos que tuvieren una madre o padre con derecho a pensión establecida en las
letras d) o g) precedentes.703

Concordancias. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.

...

Artículo 72. El saldo que quedare en la cuenta de capitalización individual o


en la cuenta de ahorro voluntario de un afiliado fallecido, que incremente la
masa de bienes del difunto, estará exento del Impuesto que establece la Ley
de Impuesto a las Herencias, Asignaciones y Donaciones, en la parte que no
exceda de cuatro mil Unidades de Fomento.

No se exigirá acreditar la posesión efectiva de la herencia al cónyuge ni al


conviviente civil, ni a los padres e hijos del afiliado, para retirar el saldo a que
se refiere el inciso anterior, en aquellos casos en que éste no exceda de cinco
Unidades Tributarias anuales.704

Concordancias.  Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.

...

Artículo 88. Tendrá derecho al beneficio de cuota mortuoria consistente en


el retiro del equivalente a 15 Unidades de Fomento de la respectiva cuenta
individual, quien, unido o no por vínculo de matrimonio o parentesco con el
afiliado fallecido, acredite haberse hecho cargo de los gastos del funeral.

Sin embargo, si quien hubiere hecho los gastos fuere persona distinta del
cónyuge o conviviente civil, hijos o padre del afiliado fallecido, sólo tendrá
derecho a tal retiro hasta la concurrencia del monto efectivo de su gasto, con el
límite de 15 Unidades de Fomento, quedando el saldo hasta completar dicha
cifra a disposición del o la cónyuge o conviviente civil sobreviviente, y a falta de
éste, de los hijos o los padres del afiliado.705

Este pago también deberá ser efectuado, en las mismas condiciones, por la
Compañía de Seguros que, en su caso, estuviere pagando una renta vitalicia.

Cuando el afiliado hubiere seleccionado la modalidad de Renta Vitalicia


Inmediata con Retiro Programado, la cuota mortuoria deberá ser pagada con
recursos de la cuenta de capitalización individual y de la Compañía de Seguros
en proporción a la distribución inicial del saldo entre ambas modalidades de
pensión.

Concordancias.  Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.

...

Artículo 92 M. Los trabajadores dependientes cuyo cónyuge o conviviente


civil posea la calidad de afiliado voluntario, podrán autorizar a sus respectivos
empleadores para que les descuenten de sus remuneraciones, bajo las normas
establecidas en este párrafo y en el artículo 58 del Código del Trabajo, las
sumas que destinen a cotizaciones para la cuenta de capitalización individual
voluntaria de su cónyuge, incluyendo la cotización adicional. El empleador
enterará esta cotización en la Administradora en que se encuentre incorporado
el afiliado voluntario o en la que se encuentre afiliado su trabajador
dependiente, según lo que aquél determine. En el último caso, la
Administradora deberá destinar los recursos pertenecientes al afiliado
voluntario a la Administradora en que éste se encuentre incorporado, en la
forma que la Superintendencia establezca mediante una norma de carácter
general. Respecto de estas cotizaciones se aplicarán las mismas normas
establecidas en el artículo 19 para los trabajadores dependientes. Con todo,
cesará la referida obligación en cada uno de los meses en que proceda un
pago de cotizaciones del trabajador a través de una entidad pagadora de
subsidios.706

La Administradora tendrá derecho a cobrar comisión por transferencia de


cotizaciones, en los mismos términos establecidos en el inciso final del artículo
20 C.

Dicha cotización a nombre del cónyuge o conviviente civil no dará derecho al


trabajador dependiente a la exención tributaria a que se refiere el artículo 18 de
esta ley.707 708
-

Concordancias.  Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.

...

Regístrese en la Contraloría General de la República, publíquese en el Diario


Oficial e insértese en la Recopilación Oficial de dicha Contraloría.

Augusto Pinochet Ugarte, General de Ejército, Presidente de la


República.- José T. Merino Castro, Almirante, Comandante en Jefe de la
Armada.- César Mendoza Durán, General Director de Carabineros.- Fernando
Matthei Aubel, General del Aire, Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea.-
Sergio de Castro Spikula, Ministro de Hacienda.- José Piñera Echenique,
Ministro del Trabajo y Previsión Social.
C. LEY Nº 20.255 ESTABLECE REFORMA PREVISIONAL
Publicada en el Diario Oficial de 17 de marzo de 2008

Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su aprobación al


siguiente

Proyecto de ley:

...

Artículo 4º. Para los efectos de la letra b) del artículo anterior, se entenderá


que componen un grupo familiar el eventual beneficiario y las personas que
tengan respecto de aquél las siguientes calidades:

a) Su cónyuge o conviviente civil;709

b) Sus hijos menores de dieciocho años de edad, y

c) Sus hijos mayores de dicha edad, pero menores de veinticuatro años, que
sean estudiantes de cursos regulares de enseñanza básica, media, técnica o
superior.

Con todo, el eventual beneficiario podrá solicitar que sean considerados en


su grupo familiar las personas que tengan respecto de aquél las siguientes
calidades, siempre que compartan con este el presupuesto familiar:

a) La madre o el padre de sus hijos, no comprendidos en la letra a) del inciso


precedente, y

b) Sus hijos inválidos, mayores de dieciocho años y menores de sesenta y


cinco, y sus padres mayores de sesenta y cinco años, en ambos casos cuando
no puedan acceder a los beneficios del sistema solidario por no cumplir con el
correspondiente requisito de residencia.

En todo caso, el eventual beneficiario podrá solicitar que no sean


considerados en su grupo familiar las personas señaladas en el inciso primero,
cuando no compartan con éste el presupuesto familiar.
Para efectos de acceder a los beneficios del sistema solidario, se
considerará el grupo familiar que el peticionario tenga a la época de
presentación de la respectiva solicitud.

Concordancias.  Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.

...

Artículo 34. Los beneficiarios del Sistema de Pensiones Solidarias que no


sean causantes de asignación por muerte o cuota mortuoria en algún régimen
de seguridad social causarán asignación por muerte en los términos
establecidos en el Decreto con Fuerza de Ley Nº 90, de 1978, del Ministerio del
Trabajo y Previsión Social. El Instituto de Previsión Social deberá verificar el
cumplimiento de este requisito utilizando el Sistema de Información de Datos
Previsionales a que se refiere el artículo 56. 710

Sin embargo, si quien hubiere hecho los gastos del funeral fuere persona
distinta del cónyuge o conviviente civil, hijos o padres del fallecido, sólo tendrá
derecho a tal beneficio hasta la concurrencia del monto efectivo de su gasto,
con el límite establecido en el inciso primero del artículo 6º del decreto con
fuerza de ley citado en el inciso anterior, quedando el saldo hasta completar
dicho límite a disposición del o la cónyuge o conviviente civil sobreviviente, y a
falta de éste, de los hijos o los padres del causante. 711

Respecto de los beneficiarios de cuota mortuoria del artículo 88 del Decreto


Ley Nº 3.500, de 1980, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, cuyo
causante sea beneficiario del Sistema de Pensiones Solidarias, el Instituto de
Previsión Social deberá pagar a quien corresponda y en los términos del
precitado artículo la diferencia que se genere entre el monto efectivo de la
prestación y las 15 unidades de fomento que establece como límite dicho
precepto.712

El Instituto de Previsión Social pagará el beneficio a que se refiere este


artículo con cargo a los aportes fiscales que se contemplen anualmente en su
presupuesto.

Concordancias. Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.

...

Disposiciones transitorias
...

Artículo duodécimo. Las personas que, a la fecha de entrada en vigencia


del Título I de la presente ley, perciban pensión mínima de sobrevivencia con
garantía estatal del Título VII del Decreto Ley Nº 3.500, de 1980, continuarán
percibiendo dicha pensión garantizada. También accederán a esta garantía
estatal de pensión mínima de sobrevivencia, todas aquellas personas que
hasta el último día del décimo quinto año posterior a la publicación de la
presente ley, cumplan con los requisitos para tener derecho a ella.

Las pensiones mínimas señaladas en el inciso anterior, son incompatibles


con el sistema de pensiones solidarias. Sin embargo, las personas
beneficiarias de dicha pensión mínima que cumplan con los requisitos
establecidos para acceder al sistema solidario, podrán acogerse a él,
renunciando en la respectiva solicitud a la mencionada garantía estatal.

Lo dispuesto en la oración final del inciso primero no será aplicable a los


convivientes civiles.713

Concordancias.  Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.

...

Habiéndose cumplido con lo establecido en el Nº 1º del Artículo 93 de la


Constitución Política de la República y por cuanto he tenido a bien aprobarlo y
sancionarlo; por tanto promúlguese y llévese a efecto como Ley de la
República.

Santiago, 11 de marzo de 2008.- Michelle Bachelet Jeria, Presidenta de la


República.- Osvaldo Andrade Lara, Ministro del Trabajo y Previsión Social.-
Edmundo Pérez Yoma, Ministro del Interior.- Andrés Velasco Brañes, Ministro
de Hacienda.- Laura Albornoz Pollmann, Ministra Directora Servicio Nacional
de la Mujer.

D. LEY Nº 18.834 ESTATUTO ADMINISTRATIVO


Publicada en el Diario Oficial de 23 de septiembre de 1989, fijado su texto
refundido, coordinado y sistematizado por el D.F.L. Nº 29 del Ministerio de
Hacienda, publicado en el Diario Oficial de 16 de marzo de 2005
D.F.L. Núm. 29.- Santiago, 16 de junio de 2004.-

Visto:

Lo dispuesto en el artículo 61 de la Constitución Política de la República y la


facultad que me ha conferido el artículo décimo transitorio de la Ley Nº 19.882.

Decreto con fuerza de ley:

Fíjase el siguiente texto refundido, coordinado y sistematizado del Estatuto


Administrativo, aprobado por la Ley Nº 18.834:

...

Artículo 114. En caso de que un funcionario fallezca, el cónyuge o


conviviente civil sobreviviente, los hijos o los padres, en el orden señalado,
tendrán derecho a percibir la remuneración que a éste correspondiere, hasta el
último día del mes en que ocurriere el deceso. 714

Concordancias.  Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O.  21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.

...

Artículos transitorios

...

Artículo 17. En el caso de fallecimiento de un funcionario con derecho a


desahucio, el cónyuge o conviviente civil sobreviviente, los hijos o los padres,
en el orden señalado, tendrán derecho a percibir el desahucio que habría
correspondido al funcionario si se hubiere retirado a la fecha del fallecimiento.
Si no existieren las personas indicadas, el derecho al desahucio integrará el
haber de la herencia.715

Concordancias.  Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.

...

Tómese razón, regístrese, comuníquese y publíquese.- Ricardo Lagos


Escobar, Presidente de la República.- Nicolás Eyzaguirre Guzmán, Ministro de
Hacienda.
E. LEY Nº 18.883 ESTATUTO ADMINISTRATIVO PARA
FUNCIONARIOS MUNICIPALES
Publicada en el Diario Oficial de 29 de diciembre de 1989

La Junta de Gobierno de la República de Chile ha dado su aprobación al


siguiente

Proyecto de ley

...

Artículo 113. En caso de que un funcionario fallezca, el cónyuge o


conviviente civil sobreviviente, los hijos o los padres, en el orden señalado,
tendrán derecho a percibir la remuneración que a éste correspondiere, hasta el
último día del mes en que ocurriere el deceso. 716

Concordancias.  Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.

...

Artículos transitorios

...

Artículo 17. En el caso de fallecimiento de un funcionario con derecho a


desahucio, el cónyuge o conviviente civil sobreviviente, los hijos o los padres,
en el orden señalado, tendrán derecho a percibir el desahucio que habría
correspondido al funcionario si se hubiere retirado a la fecha del fallecimiento.
Si no existieren las personas indicadas, el derecho al desahucio integrará el
haber de la herencia.717
Concordancias.  Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.

...

José T. Merino Castro, Almirante, Comandante en Jefe de la Armada,


Miembro de la Junta de Gobierno.- Fernando Matthei Aubel, General del Aire,
Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, Miembro de la Junta de
Gobierno.- Santiago Sinclair Oyaneder, Teniente General de Ejército, Miembro
de la Junta de Gobierno.- Jorge Portilla Carvajal, General Subdirector, General
Director de Carabineros y Miembro de la Junta de Gobierno subrogante.

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Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada



Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS

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INICIO DE:
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
B. LEY Nº 20.066 ESTABLECE LEY DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

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INICIO DE:
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
1. CONVENCIÓN INTERAMERICANA PARA PREVENIR, SANCIONAR Y ERRADICAR LA VIOLENCIA
CONTRA LA MUJER "CONVENCIÓN DE BELEM DO PARÁ"

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INICIO DE:
1. CONVENCIÓN INTERAMERICANA PARA PREVENIR, SANCIONAR Y ERRADICAR LA VIOLENCIA
CONTRA LA MUJER "CONVENCIÓN DE BELEM DO PARÁ"
CAPÍTULO I DEFINICIÓN Y ÁMBITO DE APLICACIÓN
CAPÍTULO II DERECHOS PROTEGIDOS
CAPÍTULO III DEBERES DE LOS ESTADOS
CAPÍTULO IV MECANISMOS INTERAMERICANOS DE PROTECCIÓN
CAPÍTULO V DISPOSICIONES GENERALES

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Capítulo I Definición y Ámbito de Aplicación

VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES

1. CONVENCIÓN INTERAMERICANA PARA PREVENIR, SANCIONAR


Y ERRADICAR LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER "CONVENCIÓN
DE BELEM DO PARÁ"

Decreto Ministerio de Relaciones Exteriores Nº 1.640, D.O. 11.11.1998

Los Estados Partes de la presente Convención,

Reconociendo que el respeto irrestricto a los derechos humanos ha


sido consagrado en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y reafirmado
en otros instrumentos internacionales y regionales;

Afirmando que la violencia contra la mujer constituye una violación de los


derechos humanos y las libertades fundamentales y limita total o parcialmente
a la mujer el reconocimiento, goce y ejercicio de tales derechos y libertades;

Preocupados porque la violencia contra la mujer es una ofensa a la dignidad


humana y una manifestación de las relaciones de poder históricamente
desiguales entre mujeres y hombres;

Recordando la Declaración sobre la Erradicación de la Violencia contra la


Mujer, adoptada por la Vigesimoquinta Asamblea de Delegadas de la Comisión
Interamericana de Mujeres, y afirmando que la violencia contra la mujer
trasciende todos los sectores de la sociedad independientemente de su clase,
raza o grupo étnico, nivel de ingresos, cultura, nivel educacional, edad o
religión y afecta negativamente sus propias bases;

Convencidos de que la eliminación de la violencia contra la mujer es


condición indispensable para su desarrollo individual y social y su plena e
igualitaria participación en todas las esferas de vida, y Convencidos de que la
adopción de una convención para prevenir, sancionar y erradicar toda forma de
violencia contra la mujer, en el ámbito de la Organización de los Estados
Americanos, constituye una positiva contribución para proteger los derechos de
la mujer y eliminar las situaciones de violencia que puedan afectarlas.

Han convenido en lo siguiente:

CAPÍTULO I DEFINICIÓN Y ÁMBITO DE APLICACIÓN

Artículo 1. Para los efectos de esta Convención debe entenderse por


violencia contra la mujer cualquier acción o conducta, basada en su género,
que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer,
tanto en el ámbito público como en el privado.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 1. Ley Nº 20.066, de


Violencia Intrafamiliar,  D.O.  7.10.2005: artículo 5º. Ley Nº 20.418, Fija normas sobre información,
orientación y prestaciones en materia de regulación de la fertilidad,D.O.  28.01.2010: artículo 1º  inciso 2.
Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer,D.O.  9.12.1989: artículos 1º, 2º. Decreto Nº 1.640, Min. Relaciones
Exteriores, Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer
"Convención de Belem do Parà",  D.O.  11.11.1998: artículos 2º, 5º.
Artículo 2. Se entenderá que violencia contra la mujer incluye la
violencia física, sexual y psicológica:

a. que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra


relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el
mismo domicilio que la mujer, y que comprende, entre otros, violación, maltrato
y abuso sexual;

b. que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona y


que comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas,
prostitución forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como
en instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar, y

c. Que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, dondequiera


que ocurra.

Concordancias: Código del Trabajo: artículos 2º  inciso 2º, 154 número 12, 160 número 1, letra b), 168
inciso 3º, 211-A a 211-E, 425 inciso 2. Ley Nº 18.834, sobre Estatuto Administrativo, texto refundido,
coordinado y sistematizado por Decreto Nº 29, Min. Hacienda,D.O. 16.03.2005: artículo 84 letra l). Ley
Nº  18.883, sobre Estatuto Administrativo para Funcionarios Municipales,  D.O.  29.12.1989: artículo 82
letra l). Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar,D.O.  7.10.2005: artículos 1º, 2º. Decreto Nº 789, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer,D.O.  9.12.1989: artículos 1, 2, 6. Decreto Nº 1.640, Min. Relaciones Exteriores, Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer "Convención de Belem
do Parà", D.O. 11.11.1998: artículo 1º. Decreto Nº 342, Min. Relaciones Exteriores, Protocolo para
prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la
Convención de las Naciones Unidas contra la delincuencia organizada transnacional, D.O. 16.02.2005.

CAPÍTULO II DERECHOS PROTEGIDOS

Artículo 3. Toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia, tanto en


el ámbito público como en el privado.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º, 19 número 1. Ley Nº  20.066, de


Violencia Intrafamiliar,D.O. 7.10.2005: artículos 1º, 2º. Decreto Nº  789, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer,D.O. 9.12.1989:
artículo 7º.

Artículo 4. Toda mujer tiene derecho al reconocimiento, goce, ejercicio


y protección de todos los derechos humanos y a las libertades consagradas
por los instrumentos regionales e internacionales sobre derechos humanos.
Estos derechos comprenden, entre otros:

a. el derecho a que se respete su vida;


b. el derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral;

c. el derecho a la libertad y a la seguridad personales;

d. el derecho a no ser sometida a torturas;

e. el derecho a que se respete la dignidad inherente a su persona y que se


proteja a su familia;

f. el derecho a igualdad de protección ante la ley y de la ley;

g. el derecho a un recurso sencillo y rápido ante los tribunales competentes,


que la ampare contra actos que violen sus derechos;

h. el derecho a libertad de asociación;

i. el derecho a la libertad de profesar la religión y las creencias propias


dentro de la ley, y

j. el derecho a tener igualdad de acceso a las funciones públicas de su país y


a participar en los asuntos públicos, incluyendo la toma de decisiones.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 19 números 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 13, 14,


15, 17. Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar,D.O. 7.10.2005: artículos 1º, 2º, 5º. Decreto Nº 789,
Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer,D.O. 9.12.1989: artículos 1º, 11, 15.

Artículo 5. Toda mujer podrá ejercer libre y plenamente sus derechos


civiles, políticos, económicos, sociales y culturales y contará con la total
protección de esos derechos consagrados en los instrumentos regionales e
internacionales sobre derechos humanos. Los Estados Partes reconocen que
la violencia contra la mujer impide y anula el ejercicio de esos derechos.

Concordancias: Decreto Ley Nº  871, aprueba Convención Interamericana sobre concesión de


Derechos Políticos a la Mujer, D.O. 28.01.1975. Decreto Ley Nº  872, aprueba Convención
Interamericana sobre concesión de Derechos Civiles a la Mujer,  D.O.  28.01.1975. Decreto Nº  789, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, D.O. 9.12.1989: artículo 7º. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos,  D.O.  29.04.1989: artículo 3º. Decreto Nº  1.640, Min. Relaciones
Exteriores, Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer
"Convención de Belem do Parà",  D.O.  11.11.1998: artículo 1º.

Artículo 6. El derecho de toda mujer a una vida libre de violencia incluye,


entre otros:

a. el derecho de la mujer a ser libre de toda forma de discriminación, y


b. el derecho de la mujer a ser valorada y educada libre de patrones
estereotipados de comportamiento y prácticas sociales y culturales basadas en
conceptos de inferioridad o subordinación.

Concordancias: Decreto Nº  789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas
las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989: artículos 1º, 2º, 5º.

CAPÍTULO III DEBERES DE LOS ESTADOS

Artículo 7. Los Estados Partes condenan todas las formas de violencia


contra la mujer y convienen en adoptar, por todos los medios apropiados y sin
dilaciones, políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar dicha violencia
y en llevar a cabo lo siguiente:

a. abstenerse de cualquier acción o práctica de violencia contra la mujer y


velar por que las autoridades, sus funcionarios, personal y agentes e
instituciones se comporten de conformidad con esta obligación;

b. actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la


violencia contra la mujer;

c. incluir en su legislación interna normas penales, civiles y administrativas,


así como las de otra naturaleza que sean necesarias para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra la mujer y adoptar las medidas administrativas
apropiadas que sean del caso;

d. adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor a abstenerse de


hostigar, intimidar, amenazar, dañar o poner en peligro la vida de la mujer de
cualquier forma que atente contra su integridad o perjudique su propiedad;

e. tomar todas las medidas apropiadas, incluyendo medidas de tipo


legislativo, para modificar o abolir leyes y reglamentos vigentes, o para
modificar prácticas jurídicas o consuetudinarias que respalden la persistencia o
la tolerancia de la violencia contra la mujer;

f. establecer procedimientos legales justos y eficaces para la mujer que haya


sido sometida a violencia, que incluyan, entre otros, medidas de protección, un
juicio oportuno y el acceso efectivo a tales procedimientos;

g. establecer los mecanismos judiciales y administrativos necesarios para


asegurar que la mujer objeto de violencia tenga acceso efectivo a
resarcimiento, reparación del daño u otros medios de compensación justos y
eficaces, y

h. adoptar las disposiciones legislativas o de otra índole que sean necesarias


para hacer efectiva esta Convención.

Concordancias: Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar,D.O.  7.10.2005: artículos 1º, 2º, 3º, 7º, 8º, 9º,
11. Decreto Nº  789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer,  D.O.  9.12.1989: artículo 5º. Decreto Nº  1.640, Min. Relaciones
Exteriores, Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer
"Convención de Belem do Parà",  D.O.  11.11.1998: artículo 12.

Artículo 8. Los Estados Partes convienen en adoptar, en forma progresiva,


medidas específicas, inclusive programas para:

a. fomentar el conocimiento y la observancia del derecho de la mujer a una


vida libre de violencia, y el derecho de la mujer a que se respeten y protejan
sus derechos humanos;

b. modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres,


incluyendo el diseño de programas de educación formales y no formales
apropiados a todo nivel del proceso educativo, para contrarrestar prejuicios y
costumbres y todo otro tipo de prácticas que se basen en la premisa de la
inferioridad o superioridad de cualquiera de los géneros o en los papeles
estereotipados para el hombre y la mujer que legitimizan o exacerban la
violencia contra la mujer;

c. fomentar la educación y capacitación del personal en la administración de


justicia, policial y demás funcionarios encargados de la aplicación de la ley, así
como del personal a cuyo cargo esté la aplicación de las políticas de
prevención, sanción y eliminación de la violencia contra la mujer;

d. suministrar los servicios especializados apropiados para la atención


necesaria a la mujer objeto de violencia, por medio de entidades de los
sectores público y privado, inclusive refugios, servicios de orientación para toda
la familia, cuando sea del caso, y cuidado y custodia de los menores afectados;

e. fomentar y apoyar programas de educación gubernamentales y del sector


privado destinados a concientizar al público sobre los problemas relacionados
con la violencia contra la mujer, los recursos legales y la reparación que
corresponda;

f. ofrecer a la mujer objeto de violencia acceso a programas eficaces de


rehabilitación y capacitación que le permitan participar plenamente en la vida
pública, privada y social;
g. alentar a los medios de comunicación a elaborar directrices adecuadas de
difusión que contribuyan a erradicar la violencia contra la mujer en todas sus
formas y a realzar el respeto de la dignidad de la mujer;

h. garantizar la investigación y recopilación de estadísticas y demás


información pertinente sobre las causas, consecuencias y frecuencia de la
violencia contra la mujer, con el fin de evaluar la eficacia de las medidas para
prevenir, sancionar y eliminar la violencia contra la mujer y de formular y aplicar
los cambios que sean necesarios, e

i. promover la cooperación internacional para el intercambio de ideas y


experiencias y la ejecución de programas encaminados a proteger a la mujer
objeto de violencia.

Concordancias: Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar,D.O.  7.10.2005: artículo 3º. Decreto Nº  789,
Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer, D.O. 9.12.1989: artículos 3º, 5º.

Artículo 9. Para la adopción de las medidas a que se refiere este capítulo,


los Estados Partes tendrán especialmente en cuenta la situación de
vulnerabilidad a la violencia que pueda sufrir la mujer en razón, entre otras, de
su raza o de su condición étnica, de migrante, refugiada o desplazada. En igual
sentido se considerará a la mujer que es objeto de violencia cuando está
embarazada, es discapacitada, menor de edad, anciana, o está en situación
socioeconómica desfavorable o afectada por situaciones de conflictos armados
o de privación de su libertad.

Concordancias: Ley Nº  20.066, de Violencia Intrafamiliar,D.O. 7.10.2005: artículo 7º inciso 3º. Decreto


Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos,D.O. 29.04.1989: artículo 6.5.

CAPÍTULO IV MECANISMOS INTERAMERICANOS DE PROTECCIÓN

Artículo 10. Con el propósito de proteger el derecho de la mujer a una vida


libre de violencia, en los informes nacionales a la Comisión Interamericana de
Mujeres, los Estados Partes deberán incluir información sobre las medidas
adoptadas para prevenir y erradicar la violencia contra la mujer, para asistir a la
mujer afectada por la violencia, así como sobre las dificultades que observen
en la aplicación de la mismas y los factores que contribuyan a la violencia
contra la mujer.

Artículo 11. Los Estados Partes en esta Convención y la Comisión


Interamericana de Mujeres, podrán requerir a la Corte Interamericana de
Derechos Humanos opinión consultiva sobre la interpretación de esta
Convención.

Artículo 12. Cualquier persona o grupo de personas, o entidad no


gubernamental legalmente reconocida en uno o más Estados miembros de la
Organización, puede presentar a la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos peticiones que contengan denuncias o quejas de violación del
artículo 7º de la presente Convención por un Estado Parte, y la Comisión las
considerará de acuerdo con las normas y los requisitos de procedimiento para
la presentación y consideración de peticiones estipulados en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y en el Estatuto y el Reglamento de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Concordancias: Decreto Nº  1.640, Min. Relaciones Exteriores, Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer "Convención de Belem do
Parà", D.O. 11.11.1998: artículo 7º.

CAPÍTULO V DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 13. Nada de lo dispuesto en la presente Convención podrá ser


interpretado como restricción o limitación a la legislación interna de los Estados
Partes que prevea iguales o mayores protecciones y garantías de los derechos
de la mujer y salvaguardias adecuadas para prevenir y erradicar la violencia
contra la mujer.

Artículo 14. Nada de lo dispuesto en la presente Convención podrá ser


interpretado como restricción o limitación a la Convención Americana sobre
Derechos Humanos o a otras convenciones internacionales sobre la materia
que prevean iguales o mayores protecciones relacionadas con este tema.

Artículo 15. La presente Convención está abierta a la firma de todos los


Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos.

Artículo 16. La presente Convención está sujeta a ratificación. Los


instrumentos de ratificación se depositarán en la Secretaría General de la
Organización de los Estados Americanos.

Artículo 17. La presente Convención queda abierta a la adhesión de


cualquier otro Estado. Los instrumentos de adhesión se depositarán en la
Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos.
Artículo 18. Los Estados podrán formular reservas a la presente Convención
al momento de aprobarla, firmarla, ratificarla o adherir a ella, siempre que:

a. no sean incompatibles con el objeto y propósito de la Convención;

b. no sean de carácter general y versen sobre una o más disposiciones


específicas.

Artículo 19. Cualquier Estado Parte puede someter a la Asamblea General,


por conducto de la Comisión Interamericana de Mujeres, una propuesta de
enmienda a esta Convención.

Las enmiendas entrarán en vigor para los Estados ratificantes de las mismas
en la fecha en que dos tercios de los Estados Partes hayan depositado el
respectivo instrumento de ratificación. En cuanto al resto de los Estados
Partes, entrarán en vigor en la fecha en que depositen sus respectivos
instrumentos de ratificación.

Artículo 20. Los Estados Partes que tengan dos o más unidades territoriales


en las que rijan distintos sistemas jurídicos relacionados con cuestiones
tratadas en la presente Convención podrán declarar, en el momento de la
firma, ratificación o adhesión, que la Convención se aplicará a todas sus
unidades territoriales o solamente a una o más de ellas.

Tales declaraciones podrán ser modificadas en cualquier momento mediante


declaraciones ulteriores, que especificarán expresamente la o las unidades
territoriales a las que se aplicará la presente Convención. Dichas declaraciones
ulteriores se transmitirán a la Secretaría General de la Organización de los
Estados Americanos y surtirán efecto treinta días después de recibidas.

Artículo 21. La presente Convención entrará en vigor el trigésimo día a partir


de la fecha en que se haya depositado el segundo instrumento de ratificación.
Para cada Estado que ratifique o adhiera a la Convención después de haber
sido depositado el segundo instrumento de ratificación, entrará en vigor el
trigésimo día a partir de la fecha en que tal Estado haya depositado su
instrumento de ratificación o adhesión.

Artículo 22. El Secretario General informará a todos los Estados miembros


de la Organización de los Estados Americanos de la entrada en vigor de la
Convención.

Artículo 23. El Secretario General de la Organización de los Estados


Americanos presentará un informe anual a los Estados miembros de la
Organización sobre el estado de esta Convención, inclusive sobre las firmas,
depósitos de instrumentos de ratificación, adhesión o declaraciones, así como
las reservas que hubieren presentado los Estados Partes y, en su caso, el
informe sobre las mismas.

Artículo 24. La presente Convención regirá indefinidamente, pero cualquiera


de los Estados Partes podrá denunciarla mediante el depósito de un
instrumento con ese fin en la Secretaría General de la Organización de los
Estados Americanos. Un año después a partir de la fecha del depósito del
instrumento de denuncia, la Convención cesará en sus efectos para el Estado
denunciante, quedando subsistente para los demás Estados Partes.

Artículo 25. El instrumento original de la presente Convención, cuyos


textos en español, francés, inglés y portugués son igualmente auténticos, será
depositado en la Secretaría General de la Organización de los Estados
Americanos, la que enviará copia certificada de su texto para su registro y
publicación a la Secretaría de las Naciones Unidas, de conformidad con el
artículo 102 de la Carta de las Naciones Unidas.

En fe de lo cual, los plenipotenciarios infrascritos, debidamente autorizados


por sus respectivos gobiernos, firman el presente Convenio, que se llamará
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
Contra la Mujer "Convención de Belem do Pará".

Hecha en la ciudad de Belem do Pará, Brasil, el nueve de junio de mil


novecientos noventa y cuatro.

B. LEY Nº 20.066 ESTABLECE LEY DE VIOLENCIA


INTRAFAMILIAR
Publicada en el Diario Oficial de 7 de octubre de 2005

Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su aprobación


al siguiente:

Proyecto de ley:

LEY DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR


Párrafo 1º De la violencia intrafamiliar

Artículo 1º. Objeto de la ley. Esta ley tiene por objeto prevenir, sancionar y


erradicar la violencia intrafamiliar y otorgar protección a las víctimas de la
misma.

Concordancias: Ley Nº  20.066, de Violencia Intrafamiliar,D.O.  7.10.2005: artículos 2º, 5º.

1028. Esta ley constituye un estatuto especial que prima frente a las


Jurisprudencia: 
normas del Código Procesal Penal y de la Ley Nº 19.968. Es esta una opinión que
puede tenerse por consolidada y, en relación con la cual, se ha declarado que: "[R]esulta
conveniente destacar que la Ley Nº 20.066 constituye un estatuto especial que prima
frente a las normas del Código Procesal Penal y de la Ley Nº 19.968 que creó los
Tribunales de Familia, y en tal virtud, en el evento de existir antinomia entre ellas, se debe
preferir a las primeras sobre las últimas nombradas, en razón de la materia y objetivos tan
específicos que se hicieron constar en sus disposiciones y por los debates parlamentarios
producidos en el establecimiento (sic) fidedigno de su establecimiento" (C. de
Apelaciones de San Miguel, 10 de enero de 2011, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6345/2011, Rol Nº 1638-2010; cfr. C. Apelaciones de San Miguel,
17 de mayo de 2011, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/ 4243/2011, Rol Nº 490-2011). En
la misma línea se ha reiterado que: "[S]e puede concluir que la Ley Nº 20.066, es especial
frente a las normas del Código Procesal Penal y en tal virtud de existir colisión entre ellas,
sus disposiciones priman sobre la última y, no puede caber duda en ello, dada la materia
y objetivos tan particulares que hicieron constar los legisladores en sus primeras
disposiciones y en los debates producidos durante su gestión parlamentaria"
(C. Apelaciones de San Miguel, 4 de julio de 2012, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1263/2012, Rol Nº 695-2012), y: "Que del análisis de las normas
contenidas en la Ley Nº 20.066 se aprecia claramente que ella, en atención a las materias
que regula, es especial en relación a las normas contenidas en el Código Procesal Penal
y, por ende en el evento de existir una colisión entre ellas, en virtud de dicho principio, sus
disposiciones deben primar sobre aquel cuerpo legal, tal como lo consignara nuestra
Excma. Corte Suprema conociendo del recurso 8467/2009" (C. Apelaciones de
Valparaíso, 7 de agosto de 2012, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/1665/2012, Rol
Nº 817-2012). 1029. Finalidades de la sanción a las conductas de violencia
intrafamiliar. Se ha declarado que: "[L]o que se pretende evitar con la sanción de las
conductas de violencia intrafamiliar es el menoscabo, daño o justificado temor que dichos
actos pueden provocar" (C. Apelaciones de San Miguel, 5 de febrero de 2013, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/258/2013, Rol Nº 787-2012).

Artículo 2º. Obligación de protección. Es deber del Estado adoptar las


medidas conducentes para garantizar la vida, integridad personal y seguridad
de los miembros de la familia.
Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º incisos 2º y 4º, 19 número 1. Ley
Nº  20.066, de Violencia Intrafamiliar,D.O.  7.10.2005: artículo 1º.

: 1030. Este artículo impone una obligación al juez de familia. En ese sentido


Jurisprudencia
se ha declarado: "Que el artículo 2º de la Ley Nº 20.066 establece una obligación para el
Juez de Familia en cuanto a que debe 'adoptar las medidas conducentes para garantizar
la vida, integridad personal y seguridad de los miembros de la familia' y que, en el ámbito
de regulación del artículo 15 de la misma legislación y puntualmente en lo concerniente a
aspectos de cautela, autoriza al tribunal con competencia en lo penal para decretar, en
cualquier etapa de la investigación o del procedimiento sobre delitos constitutivos de
violencia intrafamiliar, y 'aun antes de la formalización', las medidas cautelares 'que sean
necesarias para proteger a la víctima de manera eficaz y oportuna'" (C. Apelaciones de
San Miguel, 6 de marzo de 2015, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1330/2015, Rol
Nº 61-2015).

Artículo 3º. Prevención y Asistencia. El Estado adoptará políticas orientadas


a prevenir la violencia intrafamiliar, en especial contra la mujer, los adultos
mayores y los niños, y a prestar asistencia a las víctimas. 718

Entre otras medidas, implementará las siguientes:

a) Incorporar en los planes y programas de estudio contenidos dirigidos a


modificar las conductas que favorecen, estimulan o perpetúan la violencia
intrafamiliar;

b) Desarrollar planes de capacitación para los funcionarios públicos que


intervengan en la aplicación de esta ley;

c) Desarrollar políticas y programas de seguridad pública para prevenir y


erradicar la violencia intrafamiliar;

d) Favorecer iniciativas de la sociedad civil para el logro de los objetivos de


esta ley;

e) Adoptar las medidas necesarias para dar cumplimiento a la Convención


Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la
Mujer, la Convención sobre los Derechos del Niño y demás instrumentos
internacionales suscritos por el Estado de Chile, y

f) Crear y mantener sistemas de información y registros estadísticos en


relación con la violencia intrafamiliar.

Concordancias: Decreto Nº  789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas
las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989. Decreto Nº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 2.1, 6, 19, 39. Decreto
Nº  1.640, Min. Relaciones Exteriores, Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar
la Violencia contra la Mujer "Convención de Belem do Parà",  D.O.  11.11.1998.
Artículo 4º. Corresponderá al Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género
proponer al Presidente de la República las políticas públicas para el
cumplimiento de los objetivos de esta ley.719

En coordinación y colaboración con los organismos públicos y privados


pertinentes formulará anualmente un plan nacional de acción.

Para los efectos de los incisos anteriores, el Ministerio de la Mujer y la


Equidad de Género tendrá las siguientes funciones: 720

a) Impulsar, coordinar y evaluar las políticas gubernamentales en contra de


la violencia intrafamiliar;

b) Recomendar la adopción de medidas legales, reglamentarias o de otra


naturaleza para prevenir, sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar;

c) Promover la contribución de los medios de comunicación para erradicar la


violencia contra la mujer y realzar el respeto a su dignidad. 721

Corresponderá al Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género


prestar asistencia técnica a los organismos que intervengan en la aplicación de
esta ley que así lo requieran.722

Concordancias: Ley Nº  19.023, crea el Servicio Nacional de la Mujer,  D.O.  3.01.1993.

Artículo 5º. Violencia intrafamiliar. Será constitutivo de violencia intrafamiliar


todo maltrato que afecte la vida o la integridad física o psíquica de quien tenga
o haya tenido la calidad de cónyuge del ofensor o una relación de convivencia
con él; o sea pariente por consanguinidad o por afinidad en toda la línea recta
o en la colateral hasta el tercer grado inclusive, del ofensor o de su cónyuge o
de su actual conviviente.

También habrá violencia intrafamiliar cuando la conducta referida en el inciso


precedente ocurra entre los padres de un hijo común, o recaiga sobre persona
menor de edad, adulto mayor o discapacitada que se encuentre bajo el cuidado
o dependencia de cualquiera de los integrantes del grupo familiar. 723

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 1. Código Civil: artículos 26,


27, 28, 31, 102. Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar, D.O. 7.10.2005: artículo 14. Decreto
Nº  1.640, Min. Relaciones Exteriores, Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar
la Violencia contra la Mujer "Convención de Belem do Parà",  D.O.  11.11.1998: artículos 1º, 2º  letra a).

1031. De la violencia intrafamiliar como una infracción de resultado y


Jurisprudencia: 
como un ilícito de peligro concreto. Se ha sostenido esta opinión señalando que: "De
acuerdo con lo dispuesto en el artículo 5º de la Ley Nº 20.066, es constitutivo de violencia
intrafamiliar todo maltrato que afecte la vida o la integridad física de quien tenga o haya
tenido con el ofensor una relación de convivencia". Como vemos, la violencia intrafamiliar
es definida por la ley como una infracción de resultado, pues para que la conducta sea
ilícita se requiere que produzca un daño en la salud física o psíquica de la víctima.
Constituye, además, un ilícito de peligro concreto" (Tribunal en lo Penal de Angol, 21 de
enero de 2009, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/9598/2009, Rol Nº 131-
2008). 1032. De la extensión del concepto de violencia intrafamiliar. Se ha entendido
que: "Esta disposición legal, como se advierte, contiene un amplio concepto de 'violencia
intrafamiliar' en la cual quedan comprendidas todo tipo de agresiones —físicas o
psíquicas— que pudieren ser constitutivas, eventualmente, de diversos delitos como
homicidios, lesiones, o ilícitos de carácter sexual, conclusión que se desprende de
diversas disposiciones, como por ejemplo, de su artículo 16, cuando señala que las
medidas accesorias indicadas en el artículo 9º serán aplicadas por los tribunales con
competencia en lo penal, cuando el delito constituya un acto de violencia intrafamiliar, sin
perjuicio de las sanciones principales y accesorias que correspondan al delito de que se
trate. Todo ello, entonces, hace concluir que la norma prohibitiva contenida en el artículo
19 ya transcrito, se refiere a toda clase de delito que importe una violencia intrafamiliar, y
no sólo al específico tipificado en su artículo 14 (delito de maltrato habitual)" (C. de
Apelaciones de La Serena, 27 de marzo de 2009, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8525/2009, Rol Nº 60-2009). 1033. De la violencia cometida por
omisión. Se ha sostenido que: "Dentro del concepto violencia intrafamiliar, si bien
muchas acciones son evidentes, otras pueden pasar desapercibidas, como cuando el
ofensor actúa negativamente, en cuestionada pasividad, pero no por ello, por no expresar
su conducta de parte del agente ello puede dejar de ser apreciado como un maltrato,
como un menoscabo hacia la ofendida, como ha sucedido en la presente causa" (C. de
Apelaciones de Antofagasta, 8 de enero de 2009, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8172/2009, Rol Nº 1277-2008). 1034. De la noción de violencia
física. Se ha advertido que: "La violencia física está constituida por actos que atentan o
agreden el cuerpo o la integridad física de la persona, tales como empujones, bofetadas y
golpes, etc." (C. de Apelaciones de Antofagasta, 3 de diciembre de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6007/2008, Rol Nº 1152-2008; cfr. C. de Apelaciones de Valdivia,
31 de marzo de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/5755/2008, Rol Nº 36-2008). 1035. De la
violencia psicológica. La jurisprudencia ha ido, progresivamente, delimitando con
caracteres precisos la noción de violencia psicológica, de manera que se puede advertir
que, si un momento inicial se le tendía a concebir en un contexto que, en buena medida,
recordaba la noción de "fuerza psicológica", en el último tiempo se aprecia
una compresión de ella que abraza las concepciones que le atribuyen las disciplinas que
se ocupan del estudio de la personalidad y de las relaciones interpersonales. Así, por
ejemplo, con esa cierta cercanía a la noción de "fuerza" o "temor" se ha sostenido que:
"La violencia psicológica son las actitudes que tienen por objeto causar temor, intimidar y
controlar las conductas, sentimientos y pensamientos de la persona a quien se está
agrediendo, como las descalificaciones, insultos, control conductual, etc." (C. de
Apelaciones de Antofagasta, 3 de diciembre de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6007/2008, Rol Nº 1152-2008; cfr. C. de Apelaciones de Valdivia,
31 de marzo de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/5755/2008, Rol Nº 36-2008). En cambio, en
una dimensión más amplia se ha afirmado: "Que existe consenso en la jurisprudencia en
que la violencia sicológica comprende toda acción u omisión que dañe la autoestima de
una persona, tendiente a provocarle temor, pánico, inseguridad, control de sus actos,
sentimientos y pensamientos, que implique en el afectado un cambio en su conducta o en
su hábitos, con el propósito de generarle consecuencias negativas en su persona o salud,
como podría ser un estado depresivo" (C. de Apelaciones de Rancagua, 20 de julio de
2012, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/1479/2012, Rol Nº 143-2012). 1036. De la
"violencia económica". La jurisprudencia ha entendido, igualmente, que es constitutiva
de violencia sancionada por esta ley, la que se califica de "económica", de la que se ha
dicho que: "[L]a violencia económica implica una conducta reiterada del agresor en orden
a no cubrir las necesidades básicas de la víctima, pudiendo hacerlo, que le produzca
algún tipo de perjuicio, no sólo de índole patrimonial, sino también en cualquier aspecto
de su personalidad, por ejemplo, en su salud" (C. de Apelaciones de Rancagua, 20 de
julio de 2012, cons. 2º, Legal Publishing: Cl/Jur/1479/2012). 1037. De la noción
de "maltrato". Se ha dicho sobre este punto que: "Debemos analizar previamente, el
término 'maltrato' que emplea el legislador en la definición legal, de conformidad a lo que
el Diccionario de la Real Academia define por tal, a la acción de maltratar, que consiste en
tratar mal a alguien de palabra o de obra o menoscabar. A su vez, la literatura sobre la
violencia intrafamiliar, de carácter psicológico, entiende que es todo tipo de agresión
verbal y gestual, manipulación, chantaje emocional y económico, descalificación de
sentimientos, vivencias, opiniones y maneras de ser, el que puede expresarse de diversas
formas, entre otras, a través de humillaciones, abusos de silencio, imposiciones de
gustos, deseos e ideas o en el control de actos cotidianos de la víctima, siendo un tipo de
violencia psicológica, lo que se conoce como 'violencia económica', que consiste en el
ejercicio de poder abusivo, de quien contando con los medios económicos, se niega a
entregar el dinero para la manutención del grupo familiar, o lo usa para manipular e
imponer su voluntad a los demás integrantes de la familia" (C. Suprema, 26 de febrero de
2009, Nº LegalPublishing: 41717). En la misma línea se han incluido algunos matices en
relación con las circunstancias personales de la víctima: "En cuanto al maltrato referido en
la disposición legal antes señalada, el diccionario de la lengua española indica que es la
acción de 'tratar mal a alguien de palabra y obra' y también 'menoscabar, echar a perder'.
El maltrato puede adquirir numerosas manifestaciones, pues lo relevante como se señala
en la misma disposición es que 'afecte la integridad física o psíquica de la persona'. De
esta manera, un mismo acto puede no tener la misma connotación entre diferentes
personas y condiciones" (C. de Apelaciones de Antofagasta, 3 de diciembre de
2008, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/6007/2008, Rol Nº 1152-2008). 1038. De la
exigencia de la "convivencia", actual o pasada para que se configure el acto de
violencia intrafamiliar. En una opinión, de singular interés, recaída en una denuncia por
eventual violencia entre una suegra y su nuera, se ha sentado que: "Nuestra legislación
no define lo que debe entenderse por familia, pero la doctrina del artículo 815 del Código
Civil, a propósito del derecho de uso y de habitación elabora un concepto, señalando de
acuerdo al inciso 2º de la citada norma: 'La familia comprende al cónyuge, los hijos y a las
personas que a la misma fecha viven con el habitador o usuario y a costa de éstos y las
personas a quienes éstos deban alimentos. Agrega a los sirvientes necesarios para la
familia'. Si bien es cierto, el concepto citado es amplio en cuanto a sus miembros, en lo
que respecta al caso de autos implica el mismo criterio de la Ley Nº 20.066, en atención a
que familia implica convivencia, es decir, un grupo de personas sean o no parientes que
viven bajo el mismo techo. En congruencia con las normas citadas, el artículo 9º letra
a) de la ley del ramo establece medidas accesorias como sanción por actos de violencia
intrafamiliar, señalando: a) 'obligación de abandonar el ofensor el hogar que comparte con
la víctima'. Todo lo anteriormente expuesto demuestra el espíritu de la legislación en
condenar los actos de violencia intrafamiliar, pero dentro de un margen limitado, cual es el
hogar común. De las normas citadas y de su interpretación lógica y armónica, a la luz de
los hechos analizados, se desprende que no se configuran en estos autos los requisitos
para declarar la denuncia como actos constitutivos de violencia intrafamiliar. Como se ha
dicho, es menester para ello la convivencia ya sea actual o pretérita entre ofensor y
ofendido, sin este requisito no se configuran los supuestos establecidos por la ley para
acoger la denuncia deducida, ya que, si bien existen agresiones psicológicas por parte de
la denunciada, al no concurrir el citado presupuesto debe desecharse la denuncia
interpuesta" (C. de Apelaciones de Valdivia, 18 de febrero de 2009, Nº LegalPublishing:
41697). 1039. Del concepto de "relación de convivencia". Sobre esta cuestión se ha
señalado: "Resta en esta parte y finalmente dilucidar cuándo una determinada relación
puede pasar a ser considerada como de 'convivencia', distinguiéndola de ese modo como
un vínculo informal, para que se cumplan así la totalidad de las exigencias que hace el
Legislador para adecuar acabadamente los hechos en el tipo que se viene analizando. A
falta de definición legal, debe el Tribunal calificar como tal y sobre el supuesto de una
aproximación social común generalizada, a una unión de personas que reúna ciertas
características partiendo de la base que el propósito del Legislador al sancionar los actos
de violencia intrafamiliar, es precisamente salvaguardar la integridad de quienes teniendo
lazos de intimidad y proyectos de vida comunes prolongados o no en el tiempo, se ven
afectados por actos de fuerza no consentida desarrollados por uno de ellos que se alza
como el agresor, existiendo razones en el fondo de política criminal inmanentes para
inmiscuirse de este modo en el interior de las familias, en su círculo más íntimo,
enjuiciando la conducta impropia del agresor, sancionándolo y siendo elevada la
punibilidad de quienes incurran en los actos que se reprochan penalmente. En una
convivencia se pueden observar como características generales que pueden ser
apreciadas por todos en un ámbito de relativa equivalencia social compartida, la
existencia de una vida en común, existiendo una relación de pareja en lo afectivo y en el
plano sexual, en que sus dos integrantes poseen una idea futura o más cercana —o bien
la tuvieron— de formar una familia al presentarse este lazo como potencialmente
permanente en el tiempo o con la posibilidad más o menos cierta de extenderse en el o
que se ha venido ya desarrollando y falta para plantearse como tal frente a todos quienes
integran el círculo donde se desenvuelven un acto de formalidad que externalice de este
modo la intencionalidad compartida. Estos comentarios, por lo demás, guardan
concordancia con aquello que para el Diccionario de la Lengua Española quiere decir
convivir, que es 'vivir en compañía de otro u otros, cohabitar' (Diccionario de la Lengua
Española, Tomo I, cit. infra, página 564)" (Tribunal Oral en lo Penal de Angol, 7 de agosto
de 2008, LegalPublishing: 41340). En la misma línea, de requerir unas condiciones
mínimas para que se configure la situación de convivencia, se ha declarado: "Que, la Ley
de Violencia Intrafamiliar en su artículo 5º establece quienes pueden ser sujetos de
violencia intrafamiliar y, menciona entre ellos a quien tenga o haya tenido una relación de
convivencia con el agresor, sin embargo, no define lo que ha de entenderse por
conviviente. Por lo anterior, tanto la jurisprudencia de nuestros tribunales, como la
doctrina se han abocado a establecer ciertos requisitos mínimos para estimar que nos
encontramos frente a este hecho jurídico de enorme trascendencia. De lo anterior, se
pueden reconocer ciertos elementos mínimos de existencia, a saber, cohabitación,
estabilidad y permanencia en el tiempo, publicidad o notoriedad y comunidad de vida,
siendo este último elemento al que mayor importancia se le otorga, pues permite
diferenciar la convivencia de otro tipo de relaciones, y le reconoce su característica
fundamental, cual es, hacer una vida común con el otro. Se ha fundamentado lo
anteriormente dicho, además, en una norma de carácter legal contenida en el artículo 369
del Código Penal, que dispone que "en caso de que un cónyuge o conviviente cometiere
alguno de los delitos previstos en los artículos 361 y 366 Nº 1 en contra de aquel con
quien hace vida en común, se aplicarán las siguientes reglas..." (el subrayado es nuestro),
pues se ha visto en ésta disposición el reconocimiento por parte del legislador de que
exista un mismo proyecto de vida" (C. de Apelaciones de Rancagua, 30 de octubre de
2014, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/7958/2014, Rol Nº 464-2014). 1040. De si el
concepto de "conviviente" incluye a las personas del mismo sexo que mantienen
una situación de convivencia. Sobre esta cuestión se han mantenido dos opiniones, a
saber: a) Voto de mayoría: Se entienden comprendidos los convivientes del mismo
sexo. Así se ha señalado que: "La Corte concuerda con el razonamiento expuesto en el
considerando quinto del fallo en alzada, por lo que concluye que la sentencia se
encuentra ajustada a derecho, en cuanto en el concepto de conviviente incluye en forma
extensiva, a aquel unido a otro en una relación de convivencia homosexual, a quien se
considera además como integrante del grupo familiar, y en consecuencia se rechazará el
recurso de nulidad deducido en contra de lo resuelto en el fallo recurrido. A las fundadas
razones contenidas en el mencionado considerando quinto, cabe agregar que la ley no
distingue si 'quien' tenga o haya tenido la calidad de conviviente con el autor del maltrato
familiar ha de ser una persona de distinto sexo del ofendido, o puede ser del mismo sexo,
por lo que no corresponde al intérprete desatender el tenor literal de la norma so pretexto
de consultar su espíritu" (C. de Apelaciones de La Serena, 8 de enero de 2007,
LegalPublishing: 40951); b) Voto de minoría: No se entienden comprendidos los
convivientes del mismo sexo: en este sentido se ha dicho: "Que la tipificación del delito
de maltrato habitual previsto en el artículo 14 de la Ley Nº 20.066, al emplear el sustantivo
'conviviente' en las diversas situaciones en que se lo menciona, comprende únicamente,
conforme a la legislación vigente, por excepción, como miembro de la familia a aquel que
mantiene dentro de ella una convivencia de carácter heterosexual relativamente estable y
notoria (concubinato). Se excluye, por ende, como parte del grupo familiar a quien, por el
contrario, como extraño, mantiene una relación homosexual estable y notoria, con alguno
de sus integrantes dentro del hogar común, no siendo por ende aquél, objeto de la
especial protección o consideración, que contempla la ley referida, para garantizar la vida,
integridad personal y la seguridad precisamente de los miembros de la familia. Al efecto el
artículo 2º de la Ley de Violencia Intrafamiliar dispone textualmente: "Obligación de
protección: Es deber del Estado adoptar las medidas conducentes para garantizar la vida,
la integridad personal y seguridad de los miembros de la familia" (C. de Apelaciones de
La Serena, 8 de enero de 2007, LegalPublishing: 40951). 1041. En el caso de los
parientes por consanguinidad, la ley no diferencia entre ascendientes y
descendientes. Así se ha declarado que: "Este Tribunal es de parecer que el
sentenciador, efectivamente ha incurrido en un error de derecho, al estimar que a los
hechos de autos respecto de las lesiones de que ha sido víctima la madre de la requerida,
no encuadran o no se comprenden en el artículo 5º de la Ley Nº 20.066 sobre Violencia
Intrafamiliar y consecuencia de ello absuelve a la requerida de tales hechos y considera
es correcta la tesis en que se sustenta el recurso, en cuanto a que el artículo 5º de la ley,
sanciona por igual al menor que ejerce maltrato que afecte la vida o la integridad física o
síquica de quien tenga con éste una relación de parentesco en toda la línea recta, sin
distinción de si es ascendiente o descendiente y como tal error de derecho en la dictación
de la sentencia, ha influido sustancialmente en lo dispositivo de ella, desde que ha
permitido la absolución de la acusada por el delito de lesiones en perjuicio de su madre,
resulta procedente la declaración del vicio de nulidad por la causal que invoca la
recurrente" (C. de Apelaciones de Temuco, 10 de diciembre de 2007, LegalPublishing:
37910). 1042. De las garantías de aquel a quien se imputa haber cometido actos de
violencia intrafamiliar. Se ha advertido en este punto que: "[P]ara poder imputarle a una
persona este tipo de actos, no es suficiente estimar que ciertos rasgos de su personalidad
puedan gatillar episodios de violencia intrafamiliar, sino que se requiere que estos se
exterioricen y se acrediten en sede judicial. Tal afirmación se condice con el carácter
sancionador de las normas que regulan el procedimiento sobre violencia intrafamiliar, en
que, al igual que en sede penal, el imputado está amparado por la presunción de
inocencia, por lo que toda decisión condenatoria debe basarse en la actividad probatoria,
y no en meras conjeturas, especulaciones y apreciaciones" (C. de Apelaciones de
Rancagua, 20 de julio de 2012, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/1479/2012). 1043. El
artículo 400 del Código Penal es inaplicable a delitos de lesiones en el contexto de
violencia intrafamiliar. En este sentido la I  Corte De Apelaciones de Concepción ha
lma.

declarado: "Que es necesario consignar que el artículo 400 del Código Penal es
inaplicable a delitos de lesiones en contexto de violencia intrafamiliar. Ello, porque la
circunstancia del vínculo que une al imputado y la víctima no puede considerarse en dos
ocasiones, la primera para determinar el delito de lesiones menos graves en contexto de
violencia intrafamiliar conforme al artículo 494 Nº 5 del Código Penal y, la segunda para
sostener que esa circunstancia debe ser tomada en consideración para aumentar en un
grado la pena. Lo anterior importa, que el aumento de pena en un grado sólo resulta
aplicable cuando se trata de lesiones menos graves propiamente tales, pero en ningún
caso si la calificación de lesiones menos graves resulta por aplicación del artículo 494
Nº 5 del Código Penal [...] Que de conformidad con lo reseñado, una misma circunstancia
vínculo del acusado con la víctima que ha permitido mudar de las lesiones leves a menos
graves, no puede ser considerado para elevar nuevamente en un grado la respectiva
sanción, pues una misma circunstancia no puede aplicarse dos veces en forma coetánea.
Ello lo impide el principio non bis in idem" (C. de Apelaciones de Concepción, 20 de
febrero de 2015, cons. 16º y 17º, LegalPublishing: Cl/Jur/986/2015, Rol Nº 13-2015).

Párrafo 2º De la Violencia Intrafamiliar de conocimiento de los Juzgados de


Familia

Artículo 6º. Los actos de violencia intrafamiliar que no constituyan


delito serán de conocimiento de los juzgados de familia y se sujetarán al
procedimiento establecido en la Ley Nº 19.968.

Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículos 8º  número 16,
81 incisos 1º  y 2º.

1044. Del significado de la expresión "delito" utilizada en este


Jurisprudencia: 
artículo. Frente a esta cuestión se ha sentado que: "La pregunta es si el legislador al usar
en ese artículo la palabra "delito" se refiere al término amplio, que comprende crímenes,
simples delitos y faltas, o si utiliza el concepto restringido, que excluye a las faltas. No
cabe duda de que lo haga en el sentido restringido que excluye a las faltas, por la muy
simple razón de que en caso contrario no deja absolutamente nada para que sea
conocido por los jueces de familia" (C. de Apelaciones de Rancagua, 2 de agosto de
2007,Nº LegalPublishing: 38.073). 1045. De la competencia de los juzgados de familia
y de los jueces de lo penal en materias de violencia intrafamiliar. Se ha precisado
que: "El artículo 6º de la Ley Nº 20.066 dice que los actos de violencia intrafamiliar que no
sean constitutivos de delito son de competencia de los Tribunales de Familia. Es decir,
divide los actos de violencia intrafamiliar en dos grupos: los que son constitutivos de delito
(cuyo conocimiento corresponde a los jueces de lo penal) y los que no son constitutivos
de delito (cuyo conocimiento corresponde a los Tribunales de Familia)" (C. de
Apelaciones de Rancagua, 2 de agosto de 2007, LegalPublishing: 38073). 1046. De si
los jueces de lo penal pueden conocer en algún caso de faltas relativas a actos de
violencia intrafamiliar. La jurisprudencia se ha inclinado por la afirmativa y así se ha
dicho que: "La posibilidad de que en algún caso el Juez de Garantía pueda fallar una falta
relativa a actos de violencia intrafamiliar se resuelve por la afirmativa, en virtud de lo
dispuesto por el artículo 388 inciso segundo del Código Procesal Penal, visto que cuando
es requerido el imputado por un acto de la naturaleza citada, estimándoselo como simple
delito, el Juez, en su fallo, puede recalificar el ilícito a falta. En efecto; es la calificación
que el Ministerio Público otorgue al hecho en su requerimiento y la pena que el fiscal
solicite, lo que confiere competencia al Juez de Garantía y permite entrar al Procedimiento
Simplificado. Pero, claro está, ni esa calificación ni esa pena impiden al Juez reducirlas, y
será entonces en el fallo donde se realice la calificación definitiva. Luego, en ese caso el
Juez de Garantía sí tiene competencia para dictar fallo por falta en materia de violencia
intrafamiliar, como la tendría también el Tribunal Oral si, a su turno, recalificara como
simple falta, en su fallo, el supuesto delito de este orden por el que se haya acusado, ya
que en ese caso la competencia nacería asimismo de la acusación —con la calificación
que allí se haya propuesto para el hecho— y del subsecuente auto de apertura del juicio.
Y si estos jueces de lo penal tienen esa competencia en esos casos, y si por esas
razones condenan por una falta constitutiva de acto de violencia intrafamiliar, obligados
quedan a aplicar todas las sanciones que correspondan al caso, incluidas las del artículo
9º de la Ley de Violencia Intrafamiliar; no porque se aplique analógicamente el artículo 5º,
ni tampoco en virtud de la autorización del artículo 16 (que no regula el caso de las faltas),
sino porque el mismo artículo 9º obliga a ello, y obliga a quienquiera sea el Juez que falle
la causa, que en principio será sólo el de Familia" (C. de Apelaciones de Rancagua, 2 de
agosto de 2007, LegalPublishing: 38.073). 1047. De si puede el juez de lo penal
conocer de un requerimiento por falta penal que, a su vez, es constitutiva de acto
de violencia intrafamiliar. En esta cuestión concreta la jurisprudencia se ha inclinado por
la negativa: "La respuesta, nos parece, no puede sino ser negativa. Que en efecto; el
artículo 6º de la Ley Nº 20.066 dice que los actos de violencia intrafamiliar que no sean
constitutivos de delito son de competencia de los Tribunales de Familia. Es decir, divide
los actos de violencia intrafamiliar en dos grupos: los que son constitutivos de delito (cuyo
conocimiento corresponde a los jueces de lo penal) y los que no son constitutivos de
delito (cuyo conocimiento corresponde a los Tribunales de Familia). La pregunta es si el
legislador al usar en ese artículo la palabra "delito" se refiere al término amplio, que
comprende crímenes, simples delitos y faltas, o si utiliza el concepto restringido, que
excluye a las faltas. No cabe duda de que lo haga en el sentido restringido que excluye a
las faltas, por la muy simple razón de que en caso contrario no deja absolutamente nada
para que sea conocido por los jueces de familia. 7.- Que para advertir cómo esto es así,
baste con reparar en que el artículo 496 Nº 11 del Código Penal tipifica como falta la
injuria liviana de obra o de palabra, con lo cual resulta meridianamente claro que si no
absolutamente todos los actos de violencia familiar a que se refiere el artículo 5º de la Ley
Nº 20.066, la inmensa, la abrumadora mayoría, serán a lo menos constitutivos de esa falta
genérica, si no de otra más específica, como la del artículo 494 Nº 5, que es la que se
aplicó en el caso sublite. Así, un empujón, un golpe que no provoca lesiones, la agresión
mediante lanzamiento de un objeto aunque no acierte a la víctima, el jalar de los cabellos,
el zarandear desde las ropas —típicos ejemplos de actos de violencia intrafamiliar física,
de que conocen los jueces de familia— son todos casos de injuria liviana de obra, y por
ende son faltas penales que, de interpretarse en forma amplia el concepto de delito que
usa el artículo 6º de la Ley Nº 20.066, escaparían de la competencia especial y recaerían
en la de lo penal. Por su parte los insultos —la gran vertiente del maltrato psicológico—
caben sin duda dentro de las injurias livianas de palabra, y de nuevo están entonces
tipificadas como falta penal, de suerte que también escaparían de la competencia de
familia, si interpretamos en forma amplia la voz "delito" del artículo 6º citado. 8.- Que lo
que hay aquí entonces es que el legislador mediante norma especial —el referido artículo
6º, en concordancia con el artículo 81 de la Ley Nº 19.968 en sus dos primeros incisos—
excluyó de la competencia de los jueces de lo criminal las faltas del Código Penal —o de
otras leyes especiales— que constituyan a su turno actos de violencia intrafamiliar,
reservándolos a la judicatura especial y asignándoles asimismo un trato contravencional
de fondo también distinto, que incluye siempre las penas accesorias del artículo 9º. Ese
trato de fondo deberá ser aplicado normalmente por los jueces de familia y
excepcionalmente por los de lo penal, en los casos analizados en el motivo 4 de este fallo,
en que teniendo la competencia originaria por delito, recalifican en su fallo el hecho. Pero
los mismos jueces penales deberán abstenerse de conocer, cuando lo que se les requiera
sea que entren a resolver derechamente de actos de violencia intrafamiliar que no se
entiendan por el acusador configurar delitos, sino simples faltas, por mucho que se
invoquen normas del Código Penal, pues en ese caso es respecto del procedimiento
mismo que el juez resulta incompetente" (C. de Apelaciones de Rancagua, 2 de agosto
de 2007, LegalPublishing: 38073).

Artículo 7º. Situación de riesgo. Cuando exista una situación de riesgo


inminente para una o más personas de sufrir un maltrato constitutivo de
violencia intrafamiliar, aun cuando éste no se haya llevado a cabo, el tribunal,
con el solo mérito de la denuncia, deberá adoptar las medidas de protección o
cautelares que correspondan.

Se presumirá que existe una situación de riesgo inminente como la descrita


en el inciso anterior cuando haya precedido intimidación de causar daño por
parte del ofensor o cuando concurran además, respecto de éste, circunstancias
o antecedentes tales como: drogadicción, alcoholismo, una o más denuncias
por violencia intrafamiliar, condena previa por violencia intrafamiliar, procesos
pendientes o condenas previas por crimen o simple delito contra las personas o
por alguno de los delitos establecidos en los párrafos 5 y 6 del Título VII, del
Libro Segundo del Código Penal o por infracción a la Ley Nº 17.798, o
antecedentes psiquiátricos o psicológicos que denoten características de
personalidad violenta. Asimismo, se presumirá que hay una situación de riesgo
inminente, cuando el denunciado oponga, de manera violenta, su negativa a
aceptar el término de una relación afectiva que ha mantenido recientemente
con la víctima.724

Además, el tribunal cautelará especialmente los casos en que la víctima esté


embarazada, se trate de una persona con discapacidad o tenga una condición
que la haga vulnerable. Se considerará especialmente como situación de
riesgo inminente el hecho de que un adulto mayor, dueño o poseedor, a
cualquier título, de un inmueble que ocupa para residir, sea expulsado de él,
relegado a sectores secundarios o se le restrinja o limite su desplazamiento al
interior de ese bien raíz, por algunos de los parientes señalados en el artículo
5º.725
Concordancias: Código Civil: artículos 47, 75. Código Penal: artículos 363 a 367 ter. Ley Nº  17.798,
sobre control de armas,  D.O.  13.04.1978. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004:
artículos 5º inciso 2, letra e), 22. Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar,  D.O.  7.10.2005: artículos 5º,
15. Decreto Nº 1.640, Min. Relaciones Exteriores, Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar
y Erradicar la Violencia contra la Mujer "Convención de Belem do Parà",  D.O.  11.11.1998: artículo 9º.
Decreto Nº  99, Min. Relaciones Exteriores, Convención Interamericana para la eliminación de todas las
formas de discriminación contra las personas con discapacidad,  D.O.  20.06.2002. Decreto Nº 201, Min.
Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad,  D.O.  17.09.2008.

1048. La medidas de protección previstas en esta ley tienen una finalidad


Jurisprudencia: 
preventiva. Este carácter de las medidas suele ser recordado por la jurisprudencia: "Que
en torno a la infracción a la ley de violencia intrafamiliar denunciada, es menester tener
presente que las medidas de protección contempladas en ésta y dentro de las cuales se
inserta la que fuera decretada en contra del imputado, pueden ser dispuestas por el
tribunal ante la existencia de una situación de riesgo inminente para una o más personas
de sufrir un maltrato constitutivo de violencia intrafamiliar, aun cuando éste no se haya
llevado a cabo, tal como lo señala el artículo 7º de la Ley Nº 20.066 de Violencia
Intrafamiliar, y el artículo 15, siguiente que las autoriza como medidas de protección eficaz
y oportuna para la víctima. En consecuencia, las mismas tienen un carácter preventivo,
por cuanto deben ser dispuestas por el tribunal siempre que exista una situación de
peligro o riesgo inminente para una víctima de sufrir un episodio de maltrato, violencia o
daño que pueda afectar su vida o integridad física o síquica" (C. de Apelaciones de La
Serena, 12 de febrero de 2015, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/809/2015, Rol Nº 558-
2014). 1049. De los supuestos de situaciones de riesgo inminente. Se ha declarado,
por ejemplo, que: "En suma, en lo que todos los hijos concuerdan es en que hay
demasiadas peleas entre sus padres, a veces con palabras groseras, y en que el padre
bebe y eso aumenta la tensión y las riñas verbales. Eso es lo probado y absolutamente
nada más. Y eso representa un riesgo evidente de violencia intrafamiliar para la mujer y
los hijos y una situación de tensión inadmisible para estos, pero no actos de violencia que
ameriten sanción. Lo que se requiere es utilizar los recursos que la ley provee para
precaver la violencia y para resolver el problema en favor de la familia, que de ninguna
manera aparece económicamente agredida, punto sobre el cual nada hay en el juicio,
máxime si expresamente se admite en la audiencia respectiva que los dos concubinos
han reanudado su vida común. 6. Que conforme lo dispone el artículo 7º de la Ley
Nº 20.066 existe en este caso un riesgo inminente para los hijos de convertirse en
víctimas de violencia intrafamiliar psicológica ejercida por ambos progenitores, y
especialmente por el padre, dado su alcoholismo, de suerte que cabe ordenar medidas
cautelares en favor de los menores. Existe asimismo riesgo de violencia psicológica y
física para doña [...], no obstante sólo poder decirse hasta ahora que ambos convivientes
manejan mal las tensiones propias de su vida en común, dado el alcoholismo de [...] y el
estado de invalidez que afecta a la primera" (C. de Apelaciones de Rancagua, 23 de julio
de 2007, LegalPublishing: 38074). 1050. De si procede el recurso de protección
respecto de una medida cautelar adoptada frente a una situación de riesgo. La
jurisprudencia ha optado por la negativa: "Que el artículo 7º de la Ley Nº 20.066 sobre
violencia intrafamiliar en su inciso primero señala que cuanto exista una situación de
riesgo inminente para una o más personas de sufrir un mal trato constitutivo de violencia
intrafamiliar, aun cuando éste no se haya llevado a cabo, el tribunal con el solo mérito de
la denuncia, deberá adoptar las medidas de protección o cautelares que correspondan.
Cuarto: Que el artículo 22 de la Ley Nº 19.968 sobre Juzgados de Familia dispone que sin
perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales, en cualquier etapa del procedimiento, o
antes de su inicio, el juez, de oficio o a petición de parte, teniendo en cuenta la
verosimilitud del derecho invocado y el peligro en la demora que implica la tramitación,
podrá decretar las medidas cautelares conservativas o innovativas que estime
procedentes. Quinto: Que de acuerdo al tenor de las dos disposiciones legales señaladas
precedentemente, se desprende que al dictar la juez recurrida la resolución que concedió
la medida cautelar sin previa notificación al recurrente, no se ha vulnerado la garantía
constitucional del debido proceso, toda vez que tal como lo señalan los preceptos legales
referidos, las medidas cautelares pueden decretarse en cualquier etapa del procedimiento
y aun con el sólo mérito de la denuncia" (C. Suprema, 9 de mayo de 2006, cons. 3º a 5º,
LegalPublishing: 34231). Se agregó en este asunto que: "No es una materia que, por su
naturaleza, corresponda conocer por el camino de la presente acción cautelar, ya que
según lo expuesto por el mismo recurrente y de lo que surge del mérito de autos, lo
denunciado habría sucedido en los antecedentes, rol interno de tribunal: F 178 2005, rol
único de causas Nº 05 2 0051098 6, y se inserta en un procedimiento de violencia
intrafamiliar, que contempla y sanciona la Ley Nº 20.066, que se inició mediante denuncia
efectuada por la cónyuge del recurrente; se habría concretado mediante una resolución,
dictada en dicho proceso, que es lo que se pretende impugnar por esta vía cautelar. Esto
resulta inadmisible, ya que lo procedente es deducir en su contra los remedios
jurisdiccionales que sean conducentes y no que se utilice esta acción como un recurso
procesal de dicha índole" (C. Suprema, 9 de mayo de 2006, LegalPublishing: 34231).

Artículo 8º. Sanciones. Se castigará el maltrato constitutivo de


violencia intrafamiliar, atendida su gravedad, con una multa de media a quince
unidades tributarias mensuales a beneficio del gobierno regional del domicilio
del denunciante o demandante, para ser destinada a los centros de atención
de víctimas de violencia intrafamiliar existentes en la región respectiva y que
sean de financiamiento público o privado.

El condenado deberá acreditar el pago de la multa dentro de los cinco días


siguientes a la fecha de la notificación de la sentencia, a menos que el juez,
por motivos fundados, prorrogue dicho término hasta por quince días.

En caso de incumplimiento el tribunal remitirá los antecedentes al Ministerio


Público, conforme a lo dispuesto en el artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 240.

Artículo 9º. Medidas accesorias. Además de lo dispuesto en el artículo


precedente, el juez deberá aplicar en la sentencia una o más de las siguientes
medidas accesorias:

a) Obligación de abandonar el ofensor el hogar que comparte con la víctima.

b) Prohibición de acercarse a la víctima o a su domicilio, lugar de trabajo o


estudio, así como a cualquier otro lugar al que ésta concurra o visite
habitualmente. Si ambos trabajan o estudian en el mismo lugar, se oficiará al
empleador o director del establecimiento para que adopte las medidas de
resguardo necesarias. 726

c) Prohibición de porte y tenencia y, en su caso, el comiso, de armas de


fuego. De ello se informará, según corresponda, a la Dirección General de
Movilización, a la Comandancia de Guarnición o al Director de Servicio
respectivo, para los fines legales y reglamentarios que correspondan.

d) La asistencia obligatoria a programas terapéuticos o de orientación


familiar. Las instituciones que desarrollen dichos programas darán cuenta al
respectivo tribunal del tratamiento que deba seguir el agresor, de su inicio y
término.

e) Obligación de presentarse regularmente ante la unidad policial que


determine el juez. 727

El juez fijará prudencialmente el plazo de estas medidas, que no podrá ser


inferior a seis meses ni superior a dos años, atendidas las circunstancias que
las justifiquen. Ellas podrán ser prorrogadas, a petición de la víctima, si se
mantienen los hechos que las justificaron. En el caso de la letra d), la duración
de la medida será fijada, y podrá prorrogarse, tomando en consideración los
antecedentes proporcionados por la institución respectiva. 728

Sin perjuicio de lo anterior, el juez, en la sentencia definitiva, fijará los


alimentos definitivos, el régimen de cuidado personal y de relación directa y
regular de los hijos si los hubiere y cualquier otra cuestión de familia sometida
a su conocimiento por las partes.

Concordancias: Código Civil: artículo 225, 229. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de


Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 8º  número 16, 17, 92, 93, 100, 101. Ley Nº 20.066, de Violencia
Intrafamiliar,D.O. 7.10.2005: artículo 10 inciso 1º, 12 inciso 2º, 16. Decreto Nº  1.640, Min. Relaciones
Exteriores, Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer
"Convención de Belem do Parà",  D.O.  11.11.1998: artículo 7º letra d).

1051. Del carácter y naturaleza de las medidas previstas en este artículo


Jurisprudencia: 
9º. Sobre esta cuestión se aprecia en la jurisprudencia la existencia de una opinión
defendida inicialmente, que entiende que las citadas medidas tienen el carácter de
sanciones penales accesorias y, otra, más reciente, que las concibe como medidas
jurisdiccionales adicionales que carecen del carácter de sanciones penales principales o
accesorias: a) Opinión que entiende que estas medidas constituyen penas
accesorias, es decir, sanciones penales: en este sentido se ha precisado: "Que en
cuanto al primer argumento invocado por la parte recurrente, consistente en que las
medidas accesorias contempladas en el artículo 9º de la Ley Nº 20.066 tendrían una
naturaleza jurídica distinta a la de una sanción penal, es del caso señalar que la gran
mayoría de los autores consideran que la pena es un mal, un sufrimiento o una aflicción
que el Estado hace recaer sobre una persona que, culpablemente, ha ejecutado alguna
de las conductas tipificadas en el ordenamiento jurídico, consistente en la privación o
disminución de ciertos bienes jurídicos individuales. En el caso sub lite, la medida que el
Ministerio Público pretende se aplique al sentenciado responde a la idea recién
expresada, por cuanto se trata, sin lugar a dudas, de una medida restrictiva de la libertad
individual. Por lo demás, el artículo 9º de la Ley Nº 20.066 señala que, además de lo
dispuesto en el artículo 8º que establece las sanciones principales en caso de maltrato
constitutivo de violencia intrafamiliar, el juez deberá aplicar en la sentencia una o más de
las medidas accesorias que la norma consigna, lo cual permite concluir que se está frente
a una pena accesoria, que son aquellas sanciones que necesitan de una pena principal a
la cual deben ir agregadas o que, no imponiéndolas especialmente la ley, ordena que
otras las lleven consigo (Eduardo Novoa Monreal, Curso de Derecho Penal Chileno,
pág. 324)" (C. Apelaciones de San Miguel, 14 de septiembre de 2012, cons. 5º, Legal
Publishing: Cl/ Jur/2117/2012); b) Opinión que estima que se trata de medidas
jurisdiccionales adicionales sin carácter penal: en esta orientación se ha señalado por
la I  Corte de Apelaciones de Concepción: "Que es importante considerar que las
lma.

medidas accesorias contempladas en el artículo 9º de la Ley de Violencia Intrafamiliar son


impuestas normalmente por los Juzgados de Familia, que no tienen competencia en
materia penal, por lo que no pueden estimarse sanciones de naturaleza penal, de manera
que se solo se trata de medidas especiales cuyo objeto es proteger a las víctimas de
actos constitutivos de violencia intrafamiliar, sean éstos constitutivos o no de delitos, por
lo que su imposición al adolescente no contraviene el estatuto penal especial regulado en
la Ley Nº 20.084" (C. Apelaciones de Concepción, 25 de julio de 2014, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4932/2014, Rol Nº 368-2014). El mismo tribunal, con más
detenimiento ha insistido en esta opinión: "Que, según se ha fallado, las medidas
descritas en el artículo 9º de la Ley Nº 20.066, en estricto rigor, no tienen el carácter
jurídico penal de sanción principal o accesoria, sino que, teniendo como propósito el
resguardo del ofendido por el delito, son medidas jurisdiccionales adicionales, que el juez
no tiene otra opción sino decretar cuando el delito constituya un acto de violencia
intrafamiliar, por disposición expresa de la norma en comento. Dicho de otro modo, las
medidas accesorias por actos de violencia intrafamiliar, sólo operan una vez que se ha
determinado la pena aplicable, ya sea en virtud de las reglas del Código Penal, o las de la
Ley Nº 20.084, y tampoco corresponde tenerlas como penas pues se trata de medidas
especiales que tienen por finalidad proteger a la víctima de actos constitutivos de violencia
intrafamiliar, sean éstos constitutivos de delito o no" (C. Apelaciones de Concepción, 1 de
agosto de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5094/2014, Rol Nº 408-2014). En igual
línea se ha situado la I  Corte de Apelaciones de Valdivia: "Que, las medidas descritas en
lma.

el artículo 9º de la Ley Nº 20.066, en estricto rigor, no tienen el carácter jurídico penal de
sanción principal o accesoria, sino que ellas propenden al resguardo del ofendido por el
delito, son medidas jurisdiccionales adicionales, que el juez ha de aplicar en esa
dirección, considerando los antecedentes que lo ameriten. Dicho de otro modo, las
medidas accesorias por actos de violencia intrafamiliar, sólo operan una vez que se ha
determinado la pena aplicable, ya sea en virtud de las reglas del Código Penal, o las de la
Ley Nº 20.084 [...] Que, en un distinto orden de ideas, las medidas accesorias
contempladas en el artículo 9º de la Ley Nº 20.066 no pueden ser consideradas sanciones
de naturaleza penal pues estas se aplican, por regla general, por los Juzgados de Familia,
Tribunales que no tienen competencia en materia penal, reafirmándose claramente que se
trata sólo de medidas especiales que tienen por finalidad proteger a la víctima de actos
constitutivos de violencia intrafamiliar, sean éstos constitutivos de delito o no, de lo que se
sigue que su imposición al adolescente no constituye una infracción al estatuto penal
regulado en la Ley Nº 20.084" (C. Apelaciones de Valdivia, 14 de octubre de 2014, cons.
5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/7399/2014, Rol Nº 505-2014). 1052. Los actos de
violencia intrafamiliar siempre llevan anexas las penas accesorias, sean delitos o
sean faltas. Así se ha declarado que: "Los actos de violencia intrafamiliar llevan siempre
consigo las accesorias del artículo 9º de la Ley de Violencia Intrafamiliar, sea que se trate
de simples faltas o contravenciones, sea que se trate de delitos. Si se trata de simples
faltas o contravenciones, esas penas accesorias las aplican en principio los jueces de
familia, como lo manda el propio artículo 9º, y si se trata de delitos, las aplican los jueces
de lo penal, todo por mandato de los artículos 6º, 9º y 16 de la Ley en estudio. No hay,
pues, error de derecho en la imposición misma de tales sanciones, que siempre
corresponde aplicar y cuya procedencia no deriva nunca de interpretación analógica, sino
siempre de expreso texto legal" (C. de Apelaciones de Rancagua, 2 de agosto de 2007,
Legal Publishing: 38073). 1053. De si procede aplicar a un infractor penal
adolescente alguna de las sanciones accesorias contempladas en la Ley de
Violencia Intrafamiliar. Directamente ligada a la cuestión tocante a la naturaleza y
carácter de estas medidas, se ha planteado la relativa a si es posible aplicarlas a un
infractor penal adolescente. Dos han sido las opiniones en este punto: la de aquellos que,
sobre la base de estimarlas como sanciones de carácter penal, entienden que no es
posible aplicarlas a infractores penales adolescentes, la de quienes, al considerar que
estas medidas carecen de naturaleza penal, juzgan que sí procede aplicarla a infractores
penales adolescentes: a) Opinión que estima que no procede aplicar estas medidas a
los infractores penales adolescentes: en ese sentido se ha razonado del modo
siguiente: "El artículo 6º de la Ley sobre Responsabilidad Penal Adolescente dispone que
"en sustitución de las penas contempladas en el Código Penal y en las leyes
complementarias, a las personas condenadas según esta ley sólo se les aplicará la
siguiente Escala General de Sanciones Penales para Adolescentes, sin que dentro de la
enumeración siguiente se encuentre la reclamada por el Ministerio Público, que
efectivamente corresponde a una sanción accesoria posible de aplicarse en los casos de
Violencia Intrafamiliar. 5º) Que el anteriormente citado artículo 6º solamente considera
como sanciones accesorias posibles las de prohibición de conducir vehículos motorizados
y la de comiso de los objetos, documentos e instrumentos de los delitos. Pero
seguidamente, el artículo 7º autoriza al juez penal para establecer como sanción
accesoria, la obligación de someter al joven a tratamientos de rehabilitación por adicción a
las drogas o al alcohol, siempre que sea necesario en atención a las circunstancias del
adolescente [...] Que si bien —tal como resulta obvio del razonamiento anteriormente
reproducido— el Juez de Garantía no impuso la sanción accesoria solicitada por razones
de prudencia, proporcionalidad y racionalidad, según se expresa, conviene hacer algunas
breves reflexiones acerca de la procedencia de aplicar a los adolescentes infractores
penales alguna clase de sanción no contemplada en la ley especial que les es propia,
antes citada, sino en otras (en este caso, una establecida en la ley de Violencia
Intrafamiliar). 7º ) Que en relación a tal materia, adviértase desde luego que la E  Corte
xcma.

Suprema, en fallo de 7 de noviembre de 2007 (Rol Nº 5441-07) ha declarado lo siguiente:


"Que, finalmente, la Ley Nº 20.084, con carácter especialísimo, establece el
procedimiento, la autoridad, las instituciones, las penas y las medidas cautelares a que
deben ser sometidos los adolescentes infractores, que son aplicados y conocidos por el
Juez de Garantía y el Tribunal de Juicio Oral respectivo. Asimismo, tal como se recoge en
el fallo impugnado, la doctrina y la jurisprudencia nacional están contestes en concluir que
la ley sobre Responsabilidad Penal Adolescente introdujo a nuestra legislación un sistema
nuevo, especial y privilegiado, con el objeto de mejorar el tratamiento penal vigente
respecto de los jóvenes infractores, estableciendo un régimen sancionatorio diferente del
aplicable a los adultos, cuya finalidad no sólo es castigarlo, sino fundamentalmente lograr
su reinserción social, conforme con los estándares dispuestos por la Convención
Internacional de los Derechos del Niño, y demás instrumentos internacionales suscritos
por el Estado chileno, acerca de la misma materia. 8º) Que así, tratándose la Ley
Nº 20.066 (sic) sobre Responsabilidad Penal Adolescente de un cuerpo legal que ha
normado en forma especialísima y privilegiadamente el estatuto penal de los jóvenes, no
cabe, en opinión de esta Corte la aplicación a los adolescentes de ninguna otra clase de
sanciones no contempladas expresamente en la Ley de la materia, lo cual resulta vedado
para el juez y torna improcedente su imposición" (C. de Apelaciones de Santiago, 6 de
mayo de 2009, Nº Legal Publishing: 42.108). Igual opinión se ha defendido por otro
tribunal de alzada: "Que de la simple lectura de las normas recién transcritas, puede
colegirse que el estatuto especial sobre responsabilidad penal juvenil sólo contempla
como sanciones aplicables a los menores de dieciocho años y mayores de catorce, las
contempladas en los artículos 6º y 7º, por cuanto se trata de disposiciones de carácter
taxativo, según se desprende de su tenor literal. Los argumentos de la recurrente pueden
ser muy atendibles de lege ferenda, pero imposibles de aplicar por estos sentenciadores
sin vulnerar el principio de legalidad penal. En efecto, esta garantía comprende una serie
de manifestaciones o plasmaciones, entre las cuales se contempla la imposibilidad para el
juzgador de imponer otras penas que las establecidas por el legislador en cada caso,
hallándose prohibido sustituir por otra la penalidad prevista en cada figura delictivas y,
más aún, aplicar penas que no estén expresamente contempladas. Así las cosas, si se
dispusiere la aplicación de una sanción penal, de una medida de seguridad o de una
medida cautelar a situaciones no contempladas expresamente en la ley, se vulneraría el
principio de legalidad, pues se haría una aplicación analógica de ellas, esto es, a
situaciones no previstas para el caso concreto, vulnerándose con ello la reserva de ley [...]
Que, en consecuencia, no contemplando la Ley Nº 20.084 la aplicación a los adolescentes
infractores de la medida accesoria contemplada en la letra b) del artículo 9º de la Ley
Nº 20.066, y siendo la ley sobre responsabilidad penal adolescente un cuerpo normativo
que regula de manera especialísima el estatuto penal de los jóvenes, no cabe aplicar a
estos menores otras sanciones que las expresamente consagradas en la Ley Nº 20.084.
Así lo señalan, por lo demás, los artículos 6 y 7 de este cuerpo normativo"
(C. Apelaciones de San Miguel, 14 de septiembre de 2012, cons. 7º y 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2117/2012); b) Opinión que estima que sí procede aplicar
estas medidas a los infractores penales adolescentes: la I  Corte de Apelaciones de
lma.

Concepción ha defendido esta opinión del modo siguiente: "Que de conformidad con lo
reseñado, tanto la Ley Nº 20.084 como la Ley Nº 20.066 son leyes especiales de igual
rango o jerarquía, pero una lo es en relación a la persona en su rango etario y la otra, a la
materia independiente a la edad del agente. Las dos leyes no son incompatibles entre sí,
pueden llegar a colisionar en algunos casos, pero no se derogan la una a la otra, de
manera que deben aplicarse imperativamente en la especie. Es dable destacar que en la
Ley Nº 20.084 el bien jurídico protegido es la libertad, siendo su ámbito de aplicación los
adolescentes que hubieren dado principio de ejecución a un delito, y en el caso de la ley
sobre violencia intrafamiliar el bien jurídico protegido es la vida y la integridad física y
psíquica, bienes amparados por nuestra Carta Fundamental. El juez debe hacer cumplir
ambas leyes especiales, en razón de estar juzgando a un adolescente que cometió un
delito en el contexto de violencia intrafamiliar. En tal estadio, aplicada al infractor la
sanción principal y especial de la ley de responsabilidad penal adolescente corresponde
imponer una o más de las medidas accesorias —lo que no es facultativo para el juez—
contempladas en la Ley Nº 20.066 para la protección de la víctima [...] Que el hecho de
establecer el artículo 6º de la Ley Nº 20.084, en su parte final, dos accesorias especiales,
de ninguna manera puede inferirse que dicha enumeración sea taxativa, de modo que es
aquí donde cabe la aplicación de las medidas accesorias de la Ley de Violencia
Intrafamiliar, la que por su especialidad no podía estar contemplada en la de
responsabilidad penal adolescente, debiendo el juez cumplir ambas leyes, como lo
dispone el artículo 1º de la Ley Nº 20.084. En caso contrario, la sanción impuesta al
adolescente sería incompleta, al faltar la o las accesorias que el legislador ordena al juez
imponer para proteger a las víctimas. En la situación en estudio, se impuso al imputado
adolescente como pena principal la de prestación de servicios en beneficio de la
comunidad prevista en el artículo 6º de la Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal
Adolescente, y como medida accesoria la prohibición de acercarse a la víctima
contemplada en el artículo 9º letra b) de la Ley Nº 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar [...]
Que en relación a la materia en análisis, se ha fallado que las medidas accesorias
descritas en el artículo 9º de la Ley Nº 20.066, en estricto rigor, no tienen el carácter
jurídico penal de sanción principal o accesoria, sino que, teniendo como propósito el
resguardo del ofendido por el delito, son medidas jurisdiccionales adicionales, que el juez
no tiene otra opción sino decretar cuando el delito constituya un acto de violencia
intrafamiliar, por disposición expresa de la norma en comento. Dicho de otro modo, las
medidas accesorias por actos de violencia intrafamiliar, sólo operan una vez que se ha
determinado la pena aplicable ya sea en virtud de las reglas del Código Penal, o las de la
Ley Nº 20.084 (Corte de Apelaciones de Valdivia. 21 de abril de 2014. Rol 173-2014).La
Ley Nº 20.066 no excluye de su aplicación a los adolescentes, y tampoco fue derogada
por la Ley Nº 20.084 [...] Que en consecuencia, a un imputado adolescente que ha
cometido un delito en contexto de violencia intrafamiliar debe aplicarse las penas
principales y accesorias previstas en los artículos 6º y 7º de la Ley Nº 20.084, pero
también por imperativo legal una o más de las medidas accesorias previstas en el artículo
9º de la Ley Nº 20.066, en razón de la vital importancia proteccional que debe otorgarse a
las víctimas de estos delitos, las cuales no pueden quedar desvalidas ante su agresor. Lo
anterior, porque el catálogo de sanciones de la Ley Nº 20.084 no impide en la especie
aplicar como medida de protección desde la perspectiva de la víctima y como medida de
seguridad desde el ángulo del sentenciado lo dispuesto en la norma especial contenida en
el artículo 9º de la Ley Nº 20.066, que prohíbe al ofensor acercarse a la víctima. En tal
extremo, dicha medida no se estima por estos sentenciadores como una sanción
accesoria" (C. Apelaciones de Concepción, 25 de julio de 2014, cons. 10º a 13º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4932/2014, Rol Nº 368-2014). El mismo tribunal ha mantenido
esta opinión en sentencia posterior: "Que, según se ha fallado, las medidas descritas en el
artículo 9º de la Ley Nº 20.066, en estricto rigor, no tienen el carácter jurídico penal de
sanción principal o accesoria, sino que, teniendo como propósito el resguardo del
ofendido por el delito, son medidas jurisdiccionales adicionales, que el juez no tiene otra
opción sino decretar cuando el delito constituya un acto de violencia intrafamiliar, por
disposición expresa de la norma en comento. Dicho de otro modo, las medidas accesorias
por actos de violencia intrafamiliar, sólo operan una vez que se ha determinado la pena
aplicable, ya sea en virtud de las reglas del Código Penal, o las de la Ley Nº 20.084, y
tampoco corresponde tenerlas como penas pues se trata de medidas especiales que
tienen por finalidad proteger a la víctima de actos constitutivos de violencia intrafamiliar,
sean éstos constitutivos de delito o no, por lo cual su imposición a un adolescente no
constituye una infracción al estatuto penal regulado en la Ley Nº 20.084 pues, atendida la
finalidad de las medidas accesorias del artículo 9º de la Ley Nº 20.066, y muy
especialmente, la de su letra b), en forma alguna se atenta contra los principios y
objetivos de la Ley Nº 20.084, al imponerse a un infractor adolescente. (Corte de
Apelaciones de Valdivia en autos rol 568-2013 y 173-2014). En concreto, la Ley
Nº 20.066, en función de su objeto que, según resulta de lo dispuesto en su artículo 1º,
dice relación con la prevención, sanción y erradicación de la violencia intrafamiliar y la
necesaria protección de las víctimas de la misma, obliga al juez penal, a la hora de
imponer las penas, a aplicar medidas accesorias, las que, por lo demás, atendida la
especial naturaleza de la violencia intrafamiliar, justifica o explica que no se pormenoricen
en la Ley Nº 20.084. Así se ha declarado que: "Los actos de violencia intrafamiliar llevan
siempre consigo las accesorias del artículo 9º de la Ley de violencia intrafamiliar, sea que
se trate de simples faltas o contravenciones, sea que se trate de delitos" (Corte de
Apelaciones de Rancagua, 2 de agosto de 2007) [...] Que, tal como lo sostiene la jueza en
la sentencia recurrida, tanto la Ley Nº 20.084 como la 20.066 son leyes especiales, la
primera, en atención establecer un estatuto de responsabilidad penal para infractores
adolescentes, y la segunda, al regular casos de violencia intrafamiliar, leyes que difieren
tanto en razón de la materia como en lo que dice relación con sus objetivos, lo que
determina que no se trata de leyes que necesariamente se excluyan, especialmente si se
considera, como ya se ha señalado, que cada una de ellas tiene su propio afán u objeto y
que la medida cuya imposición cuestiona la recurrente no tiene el carácter de pena. En
este sentido, resulta plenamente pertinente la referencia a lo dispuesto en el artículo 16
de la Ley Nº 20.066 [...] Que, en concepto de esta Corte, la aplicación de las medidas
accesorias previstas en el artículo 9º de la Ley Nº 20.066, se conforma a lo prescrito en el
inciso 2º del artículo 1º de la Ley Nº 20.084, y en caso alguno se trate de una toda norma
que contraríe los derechos y garantías que les son reconocidos a los adolescentes
infractores, en la Constitución, en las leyes, en la Convención sobre los Derechos del Niño
y en los demás instrumentos internacionales ratificados por Chile que se encuentren
vigentes, teniendo en especial consideración el fin que se persigue con este tipo de
medidas y su especial naturaleza, según se ha señalado en el considerando cuarto de
esta resolución, conciliándose los fines perseguidos por la Ley Nº 20.084, expresados en
sus artículos 2º y 20, con los de la Ley Nº 20.066, en lo que dice relación especialmente
con la prevención de los episodios de violencia intrafamiliar y de la protección de la
víctima, en función de sus artículos 1º y 2º" (C. Apelaciones de Concepción, 1 de agosto
de 2014, cons. 4º, 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/5094/2014, Rol Nº 408-
2014). 1054. No procede aplicar las medidas accesorias de este artículo en el caso
del delito de desacato, aunque éste se haya producido en sede de violencia
intrafamiliar. En ese sentido se ha declarado que: "[E]l artículo 9º de la Ley Nº 20.066
señala como medidas 'accesorias' las de su artículo 8º, contenidas en las letras que
indica, entre ellas las señaladas en las letras a) y b) aplicadas adicionalmente en la
sentencia revisada, sin que están referidas ni debidamente autorizadas para el delito
descrito en el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, que se sanciona en el fallo
apelado. Por el contrario, la ley solo contempla tales accesorias para otro tipo penal
consistente al maltrato constitutivo de 'Violencia Intrafamiliar', tipificado en la Ley
Nº 20.066. Más aun, ni siquiera se encuentra acreditado en autos que ya exista aplicada
alguna sanción por la violencia intrafamiliar, materia de otro proceso, ni hay antecedentes
que de haberse ya aplicado alguna multa, haya sido o no pagada oportunamente, como
para remitir los antecedentes al Ministerio Público" (C. Apelaciones de San Miguel, 1 de
octubre de 2012, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/2157/2012). El Ministerio Público
estimaba que estaban "bien aplicadas las sanciones accesorias del artículo 9º de la Ley
Nº 20.066, por estar el 'desacato' sancionado dentro de un contexto de violencia
intrafamiliar como señala el punto primero de lo resolutivo de la sentencia en revisión,
pero ello lo cuestiona el apelante que lo estima atentatorio al principio de Legalidad, al no
estar establecido en el tipo vulnerado", ante lo cual el tribunal de alzada insistió en: "Que
a juicio de esta Corte, no estando las sanciones accesorias apeladas establecidas ni aun
referidas en el tipo penal por desacato, cuya sanción se aplica, ni existiendo alguna
extensión que la admita en alguna 'ley formal' (con alcance individual sancionada por el
poder legislativo) ni 'material formal' (norma sancionada con alcance general, pero
interpretada con criterio restrictivo), procede acoger el recurso interpuesto, no sólo por
falta de clara vinculación entre las citadas normas legales, sino además porque de aplicar
desde luego las establecidas para la violencia intrafamiliar pudiere contravenirse sea lo
que ya estuviere resuelto por dicho ilícito, sea la pena que eventualmente se llegare a
aplicar por el mismo" (C. Apelaciones de San Miguel, 1 de octubre de 2012, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2157/2012), y agregó: "Que en consecuencia, mantener tales
sanciones accesorias adicionales, pese a estar concedida la remisión condicional de la
pena, afectaría los principios de legalidad y de reserva a que obligan los artículos 7º inciso
segundo y 19 Nº 3º incisos 7º y final de la Constitución Política de la Republica"
(C. Apelaciones de San Miguel, 1 de octubre de 2012, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2157/2012). 1055. Se incurre en desacato, al tenor del inciso
2º del artículo 240 CPC, por el hecho de incumplir una resolución que decreta una
de las medidas accesorias de este artículo. En este sentido se ha declarado: "Que
también se ha alegado que la infracción de las medidas cautelares establecidas en el
artículo 9º de la Ley Nº 20.066 no está sancionado como desacato por el artículo 10 del
mismo cuerpo legal, lo que no corresponde al texto del citado artículo ya que éste
establece claramente que en caso de incumplimiento de la medida adoptada los
antecedentes deben pasar al Ministerio Público a efectos del inciso segundo del artículo
240 del Código de Procedimiento Civil, lo que claramente indica que debe castigarse
como desacato" (C. Apelaciones de San Miguel, 31 de diciembre de 2012, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2992/2012). Esta opinión, que debe tenerse por consolidada, ya la
había mantenido el mismo tribunal de alzada: "El juez está facultado para decretar, en
cualquier etapa de la investigación o del procedimiento sobre delitos de violencia familiar,
y aun antes de la formalización, entre otras, las medidas cautelares necesarias para
proteger a la víctima de manera eficaz y oportuna y en caso de incumplimiento se deben
poner los antecedentes en conocimiento del Ministerio Público para los efectos previstos
en el inciso segundo del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, sin perjuicio de
disponer arresto hasta por quince días en contra del infractor como medida de apremio.
De lo argüido precedentemente se puede colegir que no es efectivo que el
quebrantamiento de medidas cautelares sólo dé lugar a sanciones procesales. La
conducta del acusado importó quebrantar lo ordenado cumplir judicialmente, pues en
conocimiento de una prohibición, cuyo mandato le fue intimado personalmente, lo
desobedeció haciendo justamente aquello que se le instaba a no hacer. La historia
fidedigna del establecimiento de la ley evidencia el claro propósito de los legisladores
sobre esta materia, puesto que se prefirió modificar derechamente la Ley Nº 19.968, en el
sentido de tipificar como delito de desacato la conducta de quien transgrede las medidas
accesorias o cautelares, ya que el objeto de esta ley es prevenir, sancionar y erradicar la
violencia intrafamiliar y otorgar protección a las víctimas de la misma y se impone como
obligación del Estado la adopción de las medidas conducentes para garantizar la vida,
integridad personal y seguridad de los miembros de la familia, debiendo llevar a cabo
políticas preventivas" (C. de Apelaciones de San Miguel, 10 de enero de 2011,
Nº LegalPublishing: 47.414). En igual orientación se ha recordado que: "Como lo ha
sostenido la jurisprudencia el inciso segundo de la norma legal anteriormente transcrita
describe una conducta punible e indica la sanción que habrá de aplicarse al infractor,
tratándose de una figura penal autosuficiente que cumple satisfactoriamente la exigencia
constitucional de la legalidad y tipicidad, atendido que es la ley que directamente describe
el hecho punible y fija su penalidad. Además, se ha sostenido por la propia jurisprudencia
en forma mayoritaria, que la tipificación penal contenida en el inciso segundo del artículo
240 del Código de Procedimiento Civil es claro en su tenor literal, ya que no distingue, ni
siquiera alude a resoluciones, si éstas deben reconocer una situación permanente y
definitiva, por lo que no puede inferirse que queden excluidas de la paliación de tal
precepto las órdenes transitorias y temporales, ya que se alude en dicha norma el que
quebrantare lo ordenado cumplir (causa Rol Nº 20-2009 Corte de Apelaciones de
Concepción).Que, en consecuencia, al tenor de lo precedentemente expresado, estos
sentenciadores estiman que los jueces del Tribunal Oral incurrieron en una infracción de
derecho que influyó en lo dispositivo del fallo, al hacer diferencia entre normas
permanentes y temporales, alterando la naturaleza de la misma, ya que la citada
disposición legal, no distingue el tipo de resoluciones que pueden ser objeto del delito,
como ya se dijo" (C. de Apelaciones de Chillán, 27 de marzo de 2009,
Nº LegalPublishing: 41.827). 1056. De las exigencias para que se configure el
desacato previsto en el inciso 2º del artículo 240 del Cpc. Se ha declarado que: "Para
que concurra el delito de desacato, previsto y sancionado en el artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil, en relación a los artículos 9º, 10 y 18 de la Ley sobre Violencia
Intrafamiliar, Nº 20.066, es necesario A) que exista una resolución judicial que decrete
alguna de las medidas cautelares dirigidas a proteger a las víctimas de la violencia
intrafamiliar, tales como: A.1) las establecidas en las letras a), b) y c) del artículo 9º de la
Ley Nº 20.066; esto es, que prescriba la obligación de abandonar el ofensor el hogar que
comparte con la víctima; prohíba acercarse a la víctima o a su domicilio, lugar de trabajo o
de estudio; prohíba el porte y tenencia de armas de fuego; A.2) que decrete alguna de las
medidas cautelares establecidas en el artículo 92 de la Ley Nº 19.968, sobre Tribunales
de Familia y A.3) artículo 155 letra g) del Código Procesal Penal. B) que el destinatario de
dicha medida cautelar haya sido comunicado debidamente de su existencia. C) que exista
quebrantamiento de la resolución judicial decretada y D) que el quebrantamiento esté
rodeado de circunstancias que razonablemente importen un riesgo efectivo para la salud,
la integridad, la vida o el patrimonio de la persona protegida, o bien, en casos de ofensas
u hostigamientos permanentes, una alteración intolerable de su tranquilidad" (2º Tribunal
Oral en lo Penal de Santiago, 26 de diciembre de 2008, Nº LegalPublishing:
41.816). 1057. De los bienes jurídicos tutelados en el caso del desacato por
incumplimiento de las medidas decretadas en conformidad a este artículo 9º.Se ha
declarado que: "Los bienes jurídicos protegidos con el delito de desacato, por
quebrantamiento de medidas cautelares dictadas en un contexto de violencia intrafamiliar,
es la conjunción entre la seguridad de la salud, integridad, vida, patrimonio y tranquilidad
de la vida familiar de las personas protegidas por la medida cautelar quebrantada y la
vigencia de la autoridad judicial" (2º Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, 26 de
diciembre de 2008, Nº LegalPublishing: 41.816). 1058. De la necesidad de fijar un
plazo a la medida accesoria para que pueda configurarse el desacato. Así, frente a
una medida consistente en la prohibición de "ingresar al domicilio de la víctima y
acercarse, hasta que las partes sean citadas a la Fiscalía Local de san Bernardo", se ha
estimado: "Que en el presente caso, se ignora si las partes serán efectivamente citadas a
la Fiscalía Local de San Bernardo y la época en que esto podría ocurrir, no habiéndose
dado, en consecuencia, cumplimiento a la disposición señalada en el considerando
séptimo, que incluso se refiere a un lapso de tiempo determinado [art. 9º] Que se estima
por estos sentenciadores que el Tribunal de primera instancia ha hecho en la sentencia
una errónea aplicación del derecho, que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del
fallo, al dar por acreditado el delito de desacato investigado, basándose en una resolución
dictada por el Juzgado de Familia de Buin, que no cumple con el requisito de señalar
determinadamente el plazo que se mantendrá vigente la medida cautelar decretada en
contra del sentenciado" (C. de Apelaciones de San Miguel, 30 de abril de 2008,
Nº LegalPublishing: 38.950). 1059. No procede atender a la voluntad del ofendido
para determinar si se ha incumplido o no con las medidas cautelares de las letras
a) y b) de este artículo. En este sentido se ha declarado que: "[E]sta Corte comparte los
fundamentos de este motivo de nulidad invocado por la recurrente, desde que en parte
alguna del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, en relación con los artículos 10,
15 y 18 de la Ley Nº 20.066 se establece que habrá de atenderse a la voluntad del
ofendido para determinar si se ha incumplido o no con las medidas cautelares del artículo
9º letras a) y b) del mismo cuerpo de normas, en términos que al razonar de esa manera
impone exigencias al tipo que el legislador no ha considerado" (C. Apelaciones de
Santiago, 8 de enero de 2013, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/49/2013).

Artículo 10. Sanciones. En caso de incumplimiento de las medidas


cautelares o accesorias decretadas, con excepción de aquella prevista en la
letra d) del artículo 9º, el juez pondrá en conocimiento del Ministerio Público los
antecedentes para los efectos de lo previsto en el inciso segundo del artículo
240 del Código de Procedimiento Civil, sin perjuicio de imponer al infractor,
como medida de apremio, arresto hasta por quince días.

La policía deberá detener a quien sea sorprendido en quebrantamiento


flagrante de las medidas mencionadas en el inciso precedente.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 240. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de


Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 94. Ley Nº  20.066, de Violencia Intrafamiliar, D.O. 7.10.2005:
artículos 9º letra d), 18.

1060. El incumplimiento de medidas cautelares o accesorias no tiene sólo


Jurisprudencia: 
consecuencias procesales. En ese sentido se ha advertido que: "[N]o resulta efectivo
que el quebrantamiento de medidas cautelares o accesorias sólo dé lugar a
consecuencias procesales, como lo estima el recurrente, ya que la Ley Nº 20.066
expresamente ordena poner los hechos a disposición del Ministerio Público 'para los
efectos de lo previsto en el inciso segundo del artículo 240 del Código de Procedimiento
Civil'. Así, es perfectamente posible que en cumplimiento del mandato de la ley el infractor
se vea 'sometido a dos procesos distintos por hechos independientes y separados: a
aquel por la violencia ejercida y a este otro derivado de su inobservancia a cumplir las
condiciones que aceptó a cambio de la suspensión del procedimiento'. Corte Suprema,
sentencia de 26 de enero de 2010, recaída en Rol Nº 8467" (C. Apelaciones de
Valparaíso, 29 de agosto de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/6158/2014, Rol
Nº 1194-2014). En igual sentido se ha recordado que: "[C] abe señalar que como lo ha
resuelto la Excma. Corte Suprema, el quebrantamiento de medidas cautelares conlleva a
la revocación del beneficio y a la continuación del proceso; y desde el punto de vista de la
ley especial 20.066 aparte de producirse el mismo efecto respecto al juicio penal
suspendido —prevenir, sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar— expresamente el
legislador ordena poner los hechos a disposición del Ministerio Público para que decida o
no denunciarlos y formalizarlo específicamente por el delito de desacato del inciso 2º del
artículo 240 del Código de Procedimiento Civil. De esta suerte es perfectamente posible
que en cumplimiento al mandato de la ley el infractor se vea, como en la situación actual,
sometido a dos procesos distintos por hechos independientes y separados: a aquél, por la
violencia ejercida y a éste otro derivado de su inobservancia a cumplir las condiciones que
aceptó a cambio de la suspensión del procedimiento. Se recuerda que éste es
precisamente el efecto real de la norma del artículo 16 inciso 1º de la ley señalada cuando
dispone que 'sin perjuicio de las sanciones principales y accesorias que correspondan al
delito de que se trate'" (C. Apelaciones de Valparaíso, 7 de mayo de 2014, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2096/2014, Rol Nº 492-2014). 1061. La remisión que se hace
al artículo 240 del Código de Procedimiento Civil sólo tiene el efecto de impulsar la
investigación para establecer si se ha configurado o no el ilícito que se prevé en
dicho artículo. En ese sentido se ha declarado que: "[L]a remisión contenida en los
artículos 10 y 18 de la Ley Nº20.066 al inciso segundo del artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil, no tiene otro efecto que impulsar la respectiva investigación en orden
a determinar la real existencia del ilícito contemplado en esta última norma, lo que importa
establecer la concurrencia de todos los elementos del mismo, esto es: acción, tipicidad,
antijuridicidad y culpabilidad de quien aparece como responsable. Es en este contexto
que el fallo recurrido razona concluyendo que no es suficiente sólo el incumplimiento
formal de una resolución judicial para afirmar la existencia del delito de desacato previsto
en el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil sino que éste requiere
copulativamente el 'quebrantamiento' de lo ordenado y el dolo directo del actor, tal como
lo sostiene la sentencia impugnada" (C. Apelaciones de La Serena, 12 de febrero de
2015, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/809/2015, Rol Nº 558-2014). 1062. En relación
con el delito de desacato, la Ley Nº 20.066 tiene el carácter de estatuto especial
frente al Código Procesal Penal y a la Ley Nº 19.968. Esta opinión la ha defendido la
I  Corte de Apelaciones de Valparaíso: "[E]s menester indicar que, en lo relativo a los
lma.

delitos de desacato, resulta conveniente destacar que la Ley Nº 20.066 constituye un


estatuto especial que prima frente a las normas del Código Procesal Penal y de la
Ley Nº 19.968 que creó los Tribunales de Familia, y en tal virtud, en el evento de existir
antinomia entre ellas, se debe preferir a las primeras sobre las últimas, en razón de la
materia y objetivos tan específicos que se hicieron constar en sus disposiciones y por los
debates parlamentarios producidos en su establecimiento. En ese orden de ideas, el juez
está facultado para decretar, en cualquier etapa de la investigación o del procedimiento
sobre delitos de violencia familiar, y aun antes de la formalización, entre otras, las
medidas cautelares necesarias para proteger a la víctima de manera eficaz y oportuna y
en caso de incumplimiento se deben poner los antecedentes en conocimiento del
Ministerio Público para los efectos previstos en el inciso segundo del artículo 240 del
Código de Procedimiento Civil, sin perjuicio de disponer arresto hasta por quince días en
contra del infractor como medida de apremio. De lo señalado precedentemente se puede
colegir, que no es efectivo que el quebrantamiento de medidas cautelares sólo den lugar a
sanciones procesales. El juez está facultado para decretar, en cualquier etapa de la
investigación o del procedimiento sobre delitos de violencia familiar, y aún antes de la
formalización, entre otras, las medidas cautelares necesarias para proteger a la víctima de
manera eficaz y oportuna y en caso de incumplimiento se deben poner los antecedentes
en conocimiento del Ministerio Público para los efectos previstos en el inciso segundo del
artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, sin perjuicio de disponer arresto hasta por
quince días en contra del infractor como medida de apremio [...] La historia fidedigna del
establecimiento de la ley, evidencia el claro propósito de los legisladores sobre esta
materia, puesto que se prefirió modificar derechamente la Ley Nº 19.968, en el sentido de
tipificar como delito de desacato la conducta de quien transgrede las medidas accesorias
o cautelares, ya que el objeto de esta ley es prevenir, sancionar y erradicar la violencia
intrafamiliar y otorgar protección a las víctimas de la misma y se impone como obligación
del Estado la adopción de las medidas conducentes para garantizar la vida, la integridad
personal y la seguridad de los miembros de la familia, debiendo llevar a cabo políticas
preventivas" (C. Apelaciones de Valparaíso, 11 de febrero de 2015, cons. 6º y
7º, Cl/Jur/719/2015, Rol Nº 2071-2014). 1063. La comunicación de que trata este
artículo ni es condición de procesabilidad ni elemento del tipo constitutivo de
desacato. En este sentido se ha declarado: "La circunstancia prevista en el artículo 10 de
la Ley Nº 20.066, no constituye una condición previa de procesabilidad ni un elemento del
hecho punible, sino un mero trámite para que el Juzgado de Familia ponga en
conocimiento del ente persecutor el incumplimiento correspondiente, para los fines
contemplados en el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, el referido artículo 10,
no establece en forma expresa que la persecución penal procesada, sólo, a instancia del
Juzgado de Familia. La falta de tal requerimiento no altera la naturaleza del delito, no
afecta el ejercicio de la acción penal pública y no desvirtúa la configuración de aquél"
(C. de Apelaciones de Talca, 23 de diciembre de 2008, Nº LegalPublishing: 41471; C. de
Apelaciones de Talca, 31 de julio de 2008, Nº LegalPublishing: 39550).Siguiendo a este
fallo se ha reiterado: "Que en relación al segundo aspecto de la primera causal de nulidad,
esto es, que no se comunicó el hecho por el Tribunal de Familia al Ministerio Público,
conforme lo ordena el artículo 10 de la Ley Nº 20.066, se debe tener presente, como se
ha señalado por la jurisprudencia, que lo expresado por dicha norma no constituye una
condición previa de procesabilidad, ni un elemento del hecho punible, sino un mero
trámite para que el Juzgado de Familia ponga en conocimiento del ente persecutor el
incumplimiento correspondiente, para los fines contemplados en el artículo 240 del Código
de Procedimiento Civil. Además, la falta de tal requerimiento no altera la naturaleza del
delito, no afecta el ejercicio de la acción penal pública y no desvirtúa la configuración de
aquél (causa Rol 587-2008 de la Corte de Apelaciones de Talca)" (C. de Apelaciones de
Chillán, 27 de marzo de 2009, Nº LegalPublishing: 41.827). 1064. El incumplimiento de
las condiciones impuestas para suspender el pronunciamiento de sentencia, de
acuerdo con el artículo 96 de la Ley Nº 19.968, no configura el delito de desacato.
En este sentido se ha pronunciado la Ilma. Corte de Apelaciones de Valparaíso, que ha
declarado: "Que son hechos del juicio (primer considerando Noveno) que el imputado
había sido anteriormente denunciado en el Juzgado de Familia de San Antonio, en la
causa RIT F-166, en la cual, en el marco de lo establecido en el artículo 96 de la Ley
Nº 19.968, el 2 de agosto de 2010, se resolvió suspender 'condicionalmente la dictación
de la sentencia por el término de un año', quedando el denunciado durante dicho plazo,
sujeto al cumplimiento de la condición establecida en el artículo 92 Nº 1 de dicha ley, esto
es, la prohibición de acercamiento al domicilio de la víctima (su cónyuge), lugar de trabajo,
entorno o cualquier lugar donde ella se encuentre, por el plazo de un año, no obstante lo
cual, el 7 de marzo de 2011, alrededor de las 00:50 horas, ingresó al antejardín del
domicilio de su cónyuge, ubicado en la localidad de Llolleo, San Antonio, calle Los Kiwis
Nº 1036, ocasión en que la afectada llamó a Carabineros, quienes procedieron a detener
al acusado, por existir una medida cautelar vigente que le prohibía acercarse a su
cónyuge o a su domicilio [...] 5º. Que al calificar los hechos antes descritos como un delito
de desacato, tal como lo señala la defensa del enjuiciado, los sentenciadores han
cometido una infracción de ley que influyó sustancialmente en lo dispositivo del fallo,
específicamente de los artículos 98 de la Ley Nº 19.968 y 240 inciso 2º del Código de
Procedimiento Civil, con lo cual no resta sino concluir que la sentencia adolece del vicio
de nulidad contemplado en el artículo 377 letra b) del Código Procesal Penal. En efecto, el
incumplimiento en que incurriera el acusado, no fue de una resolución judicial, sino de la
condición impuesta por un Juez de Familia por un lapso determinado, para suspender la
dictación de sentencia. Transcurrido el plazo fijado sin que la suspensión fuere revocada,
no se dicta sentencia acerca de los hechos primitivamente denunciados. Por el contrario,
si el denunciado incumple las condiciones, el juez dictará sentencia. 6º) Que de lo
expuesto en la motivación precedente puede advertirse, que las condiciones acordadas o
impuestas para suspender la dictación de sentencia en el Juzgado de Familia, no es una
resolución judicial, sino que es uno de los requisitos que necesariamente deben cumplirse
dentro de un determinado lapso para que opere esta institución, pues, de lo contrario, el
procedimiento continuará y se dictará fallo. 7º) Que aún más, la ley no ha tipificado ese
incumplimiento como un delito de desacato, sino que en ella sólo se dice que, ante tal
incumplimiento, la sanción será que el juez procederá a dictar sentencia (artículo 98 de la
Ley Nº 19.968). 8º) Que el derecho penal es esencialmente legalista y, al no encontrarse
la acción que se reprocha al imputado, tipificada como delito, ni al haberse dicho de
manera expresa que se le sancionará como tal, no puede ser considerada como la acción
típica, antijurídica y culpable penada por el inciso 2º del artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil, con lo cual este texto legal ha sido infringido" (C. Apelaciones de
Valparaíso, 7 de agosto de 2012, cons. 3º y 5º a 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1649/2012). 1065. El incumplimiento de las condiciones
impuestas para la suspensión condicional del procedimiento, no configura el delito
de desacato. Se ha declarado así en relación con un procedimiento incoado por los
delitos de amenazas en contexto de violencia intrafamiliar, en el que se fijó como
condición de la suspensión condicional del procedimiento la prohibición de acercarse a la
víctima, en relación con lo cual se hizo presente por la I  Corte de Apelaciones de
lma.

Santiago que: "[L]a violación a una de las condiciones impuestas en una suspensión de
esta naturaleza no importa la comisión de un delito de desacato, toda vez que el artículo
239 del Código Procesal Penal señala las consecuencias precisas del incumplimiento de
algunas de las condiciones impuestas, a saber: 'Cuando el imputado incumpliere, sin
justificación, grave o reiteradamente las condiciones impuestas, o fuere objeto de una
nueva formalización de la investigación por hechos distintos, el juez, a petición del fiscal o
la víctima, revocará la suspensión condicional del procedimiento, y éste continuará de
acuerdo a las reglas generales'. Luego, la ley ha regulado expresamente el
incumplimiento de las condiciones fijadas, debiendo el juez en este caso revocar la
suspensión condicional a petición del fiscal o de la víctima, sin que corresponda,
entonces, aplicar la norma penal del inciso segundo del artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil" (C. Apelaciones de Santiago, 15 de mayo de 2012, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1135/2012). 1066. De si la aplicación del artículo 10 implica o
no vulneración del principio ne bis in idem. La jurisprudencia claramente se ha
inclinado por la negativa: "La aplicación del artículo 10 de la Ley Nº 20.066 conforme a lo
dispuesto en el artículo 18 de ella y en relación al artículo 17 y 9º de la misma, en caso
alguno importa vulneración del principio "non bis in idem" (C. de Apelaciones de San
Miguel, 28 de abril de 2008, Nº LegalPublishing: 38.888),precisándose que: "El artículo 18
de la Ley en estudio, establece que en caso de incumplimiento de las medidas a que se
refiere el artículo 17, se aplicará lo dispuesto en el artículo 10; disposición, que por su
parte, establece que, en caso de incumplimiento de las medidas cautelares o accesorias
decretadas, con excepción de aquellas previstas en la letra d) del artículo 9º, se deberá
poner los antecedentes al Ministerio Público para los efectos previsto en el inciso segundo
del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, es decir para los efectos de investigar
el delito de desacato. Quinto: Que, en la especie, al condenar por desacato, como se
resolverá, no representa sino la aplicación de la normativa especial vigente contemplada
en la Ley sobre Violencia Intrafamiliar, que sanciona expresamente el incumplimiento de
la resolución judicial que establece la prohibición de aproximarse a la víctima y bajo
ningún respecto importa una transgresión al principio "non bis in idem", desde que el
hecho de la violación de dicha prohibición, constituye efectivamente un quebrantamiento a
la resolución judicial dictada en el marco de la aplicación de la Ley Nº 20.066 y
sancionada como delito en el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, y por su
parte la norma contenida en el artículo 239 del Código Procesal Penal, no le da tal
calidad, sino que sólo permite la reiniciación de la suspendida acción penal por el delito
primitivo" (C. de Apelaciones de Puerto Montt, 9 de agosto de 2007, LegalPublishing:
36983).

Artículo 11. Desembolsos y perjuicios patrimoniales. La sentencia


establecerá la obligación del condenado de pagar a la víctima los desembolsos
y perjuicios de carácter patrimonial que se hubieren ocasionado con la
ejecución del o los actos constitutivos de violencia intrafamiliar objeto del juicio,
incluida la reposición en dinero o en especie de bienes dañados, destruidos o
perdidos. Estos perjuicios serán determinados prudencialmente por el juez.
Concordancias: Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar, D.O. 7.10.2005: artículo 5º. Decreto
Nº  1.640, Min. Relaciones Exteriores, Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar
la Violencia contra la Mujer "Convención de Belem do Parà",  D.O.  11.11.1998: artículo 7º letra g).

Artículo 12. Registro de sanciones y medidas accesorias. El Servicio de


Registro Civil e Identificación deberá llevar un Registro Especial de las
personas que hayan sido condenadas, por sentencia ejecutoriada, como
autoras de violencia intrafamiliar, así como de las demás resoluciones que la
ley ordene inscribir.

El tribunal, ejecutoriada que sea la sentencia, deberá oficiar al Registro Civil,


individualizando al condenado y la sanción principal y las accesorias aplicadas
por el hecho de violencia intrafamiliar, con excepción de la prevista en la letra
d) del artículo 9º, circunstancias que el mencionado Servicio hará constar,
además, en el respectivo certificado de antecedentes. Este Registro Especial
será puesto en conocimiento del tribunal a solicitud de éste, en los casos
regulados en la ley.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 174. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro
Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º  número 1. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 89. Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar,D.O.  7.10.2005: artículos
9º  letra d), 96 inciso final.

Párrafo 3º De la violencia intrafamiliar constitutiva de delito

Artículo 13. Normas Especiales. En las investigaciones y procedimientos


penales sobre violencia intrafamiliar se aplicarán, además, las disposiciones
del presente Párrafo.

Artículo 14. Delito de maltrato habitual. El ejercicio habitual de violencia


física o psíquica respecto de alguna de las personas referidas en el artículo
5º de esta ley se sancionará con la pena de presidio menor en su grado
mínimo a medio, salvo que el hecho sea constitutivo de un delito de mayor
gravedad, caso en el cual se aplicará sólo la pena asignada por la ley a éste. 729

Para apreciar la habitualidad, se atenderá al número de actos ejecutados,


así como a la proximidad temporal de los mismos, con independencia de que
dicha violencia se haya ejercido sobre la misma o diferente víctima. Para estos
efectos, no se considerarán los hechos anteriores respecto de los cuales haya
recaído sentencia penal absolutoria o condenatoria. 730
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 90. Ley
Nº  20.066, de Violencia Intrafamiliar,D.O.  7.10.2005: artículo 5º.

1067. El delito de "maltrato habitual" como una figura de "delito


Jurisprudencia: 
habitual". En este sentido se ha dicho que: "El tipo penal del artículo 14 de la Ley
Nº 20.066 contiene en realidad una figura que la doctrina nacional y comparada ha
llamado "delito habitual" (Politoff, Sergio; Derecho Penal, T. I; Edit. LexisNexis; 2ª ed.;
2001; Santiago; p. 187), "delitos de conducta múltiple" (Antolisei, Francesco; Manual de
Derecho Penal, Parte General; Edit. Temis; 8ª ed.; 1988; Bogotá; pp. 187 y 188), "delito
de habitualidad" (Welzel, Hans; Derecho Penal Alemán; Edit. Jurídica de Chile; 4ª ed.;
1997; Santiago; pp. 272 y 273), "delito de hábito" (Mir Puig; Ibíd; p. 230) o "delito de
conjunto" (Stratenwerth, Günter; Derecho Penal I, El Hecho Punible; Edit. Hammurabi;
2005; Buenos Aires; p. 539). A este respecto, a manera ejemplar, señala Politoff que
"[s]on delitos habituales aquellos que la ley tipifica cuando se produce la repetición de una
determinada conducta del agente, que sólo por su repetición origina la incriminación
penal"; por su parte, sostiene Mir Puig que "[c]onstituye una modalidad de delito de
pluralidad de actos el delito de hábito... [s]e caracteriza por la necesidad de repetición de
actos en una conexión objetiva tal que pueda hablarse de hábito. Hasta entonces el delito
no se consuma"; y, finalmente, menos claro pero más técnico es Stratenwerth, cuando
señala que "[e]n numerosos tipos penales, la comisión a modo de oficio, habitual o
comercial del delito configura una circunstancia que o bien fundamenta el ilícito o bien
agrava la pena". Ahora bien, el tipo del artículo 14 de la Ley Nº 20.066 claramente
contiene un delito de esta especie, de su sola definición se desprende en forma
irredargüible ello, por cuanto el propio encabezado de la norma reza "Delito de maltrato
habitual", seguidamente empieza hablando de "El ejercicio habitual de..." (id.); y continua
aclarando que "Para apreciar la habitualidad..." (id.)... Res ipsa loquitur... Luego, el tipo
penal no se conforma con el mero ejercicio de un acto para su consumación, requiere de
una serie de ellos, ya que el propio legislador advierte que debe atenderse "al número de
actos"; pero, además, entre los actos debe haber una "proximidad temporal". Entonces, lo
que se castiga es una conducta que revele, como señalan los autores citados
anteriormente, cierto hábito, cierta costumbre, cierta rutina del maltrato; y la misma, en el
entender de las pautas dadas por el legislador, sólo puede configurarse por la comisión de
varios actos de violencia intrafamiliar que acontezcan, además, en un tiempo no muy
extenso, si ello no se produce la conducta es atípica" (Juez de Garantía de Santa Cruz,
25 de agosto de 2007, Nº LegalPublishing: 41.003). 1068. De si la improcedencia de
acuerdos reparatorios, consagrada en el artículo 19, sólo se aplica al delito de
"maltrato habitual". La jurisprudencia se ha inclinado por la negativa y así se ha sentado
que: "Esta disposición legal [artículo 5º], como se advierte, contiene un amplio concepto
de "violencia intrafamiliar" en la cual quedan comprendidas todo tipo de agresiones —
físicas o psíquicas— que pudieren ser constitutivas, eventualmente, de diversos delitos
como homicidios, lesiones, o ilícitos de carácter sexual, conclusión que se desprende de
diversas disposiciones, como por ejemplo, de su artículo 16, cuando señala que las
medidas accesorias indicadas en el artículo 9º serán aplicadas por los tribunales con
competencia en lo penal, cuando el delito constituya un acto de violencia intrafamiliar, sin
perjuicio de las sanciones principales y accesorias que correspondan al delito de que se
trate. Todo ello, entonces, hace concluir que la norma prohibitiva contenida en el artículo
19 ya transcrito, se refiere a toda clase de delito que importe una violencia intrafamiliar, y
no sólo al específico tipificado en su artículo 14 (delito de maltrato habitual)" (C. de
Apelaciones de La Serena, 27 de marzo de 2009, LegalPublishing: 42029).
Artículo 14 bis. En los delitos constitutivos de violencia intrafamiliar, el juez,
para efectos de evaluar la irreprochable conducta anterior del imputado, deberá
considerar las anotaciones que consten en el registro a que se refiere el
artículo 12 de esta ley. 731

Artículo 15. Medidas cautelares. En cualquier etapa de la investigación o


del procedimiento sobre delitos constitutivos de violencia intrafamiliar, y aun
antes de la formalización, el tribunal con competencia en lo penal podrá
decretar las medidas cautelares que sean necesarias para proteger a la víctima
de manera eficaz y oportuna, tales como las que establece el artículo 92 de la
Ley Nº 19.968 y las aludidas en el artículo 7º de esta ley.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,D.O.  30.08.2004: artículo 92. Ley
Nº  20.066, de Violencia Intrafamiliar,D.O. 7.10.2005: artículo 7º. Ley Nº  20.084, sobre  Responsabilidad
Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículo 32.

1069. De la especialidad de esta regla frente a la del artículo 32 de la


Jurisprudencia: 
Ley Nº 20.084. Se ha dicho en esta cuestión que: "existe, es verdad, la norma del artículo
32 de la Ley Nº 20.084, que limita la medida de internación provisoria a los casos en que
se imputen al menor conductas legalmente catalogadas como crímenes. Sin embargo,
existe frente a ella la regla del artículo 15 de la Ley Nº 20.066 que permite al Tribunal
decretar las medidas cautelares "que sean necesarias para proteger a la víctima". Se
produce, pues, al menos en apariencia, una colisión entre las dos normas, que es preciso
solucionar. 2. Que en verdad ambas reglas son especiales; la una, por aplicarse sólo a los
menores y la otra, por regir sólo para los delitos constitutivos de violencia intrafamiliar;
pero la segunda es más específica que la primera que es genérica, porque la ley de
responsabilidad juvenil se aplica a todo tipo de delitos, en tanto que la segunda regula
situaciones relativas a conductas determinadas. La colisión que se aprecia aquí, pues, no
es permanente; no son dos reglas incompatibles per se, sino que son normas que pueden
llegar a colisionar en determinados casos, y por ello, como no se trata de que una ley
derogue a la otra, no puede aplicarse, para dirimir el caso, la regla de prevalencia de la
ley posterior. Para decidir cuál disposición rige, entonces, cuando la colisión se produzca,
ha de atenderse a la jerarquía de las normas constitucionales que en cada cual
cristalizan. En el caso de la ley de responsabilidad juvenil se protege la libertad, en tanto
que en el caso de la ley de violencia intrafamiliar se protege la vida y la integridad física y
psíquica de las personas; valores supremos, bienes jurídicos primeros que
la Constitución ampara, por lo que estando ambos en la balanza han de primar los que
merecen el mayor amparo, razón por la cual prevalece el artículo 15 de la Ley Nº 20.066.
Así pues, ante una situación de ataques reiterados y serios, como los que describe el
Ministerio Público y señala también el juez a quo en su resolución, que afectan a una
mujer también menor de edad y a su hijo lactante, los que no han podido ser detenidos
con otras medidas cautelares de menor rango, es imprescindible asegurar la vida e
integridad de la víctima con la internación provisoria del agresor" (C. de Apelaciones de
Rancagua, 10 de mayo de 2008, Nº LegalPublishing: 38986).

Artículo 16. Medidas accesorias. Las medidas accesorias que establece


el artículo 9º serán aplicadas por los tribunales con competencia en lo penal,
cuando el delito constituya un acto de violencia intrafamiliar, sin perjuicio de las
sanciones principales y accesorias que correspondan al delito de que se trate.
El tribunal fijará prudencialmente el plazo de esas medidas, que no podrá ser
inferior a seis meses ni superior a dos años, atendidas las circunstancias que
las justifiquen. Dichas medidas podrán ser prorrogadas, a petición de la
víctima, si se mantienen los hechos que las justificaron. En el caso de la letra
d) del artículo 9º, la duración de la medida será fijada, y podrá prorrogarse,
tomando en consideración los antecedentes proporcionados por la institución
respectiva. 732

Concordancias: Ley Nº  20.066, de Violencia Intrafamiliar, D.O. 7.10.2005: artículo 9º.

1070. Del carácter imperativo de la regla contenida en el inciso 1º. En este


Jurisprudencia: 
sentido se ha declarado que: "Dicha norma tiene el carácter de imperativa, por lo que la
juez no pudo abstenerse de aplicarla a pretexto de esgrimir lo expresado en el motivo
noveno del fallo en cuestión, por lo que al no hacerlo así, incurrió en un error de derecho
que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, configurándose en la especie la
causal de nulidad prevista en el artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal, razón por
la cual esta Corte acogerá el recurso materia de autos, deducido por el Ministerio Público"
(C. de Apelaciones de Chillán, 20 de septiembre de 2007, LegalPublishing: 37276).

Artículo 17. Condiciones para la suspensión del procedimiento. Para


decretar la suspensión del procedimiento, el juez de garantía impondrá como
condición una o más de las medidas accesorias establecidas en el artículo 9º,
sin perjuicio de las demás que autoriza el artículo 238 del Código Procesal
Penal.

Concordancias: Código Procesal Penal: artículo 238.

1071. Esta regla y la del artículo 9º de la ley priman sobre las contenidas
Jurisprudencia: 
en los artículos 237 y 238 del Código Procesal Penal. Así se ha señalado que: "Como
se aprecia de los artículos 237 del Código Procesal Penal y 17 de la Ley Nº 20.066,
ambos facultan al Tribunal de Garantía para decretar la suspensión del procedimiento.
Estableciendo también tanto el artículo 238 del Código Procesal Penal como el artículo
9º de la Ley sobre Violencia Intrafamiliar, las condiciones a cuyo cumplimiento ha de
quedar sujeto el imputado para tal suspensión. Entre ellas, con una redacción distinta
pero de igual contenido y significado, como se lee de sus respectivos literales
b): "abstenerse de frecuentar determinados lugares o personas según señala el artículo
238 del Código Procesal Penal, y "la prohibición de acercarse a la víctima o a su domicilio,
lugar de trabajo o estudio conforme lo dispone el artículo 9º de la Ley Nº 20.066. Por
consiguiente, encontrándose los artículos 237 y 238 del Código Procesal Penal entre las
normas que regulan el procedimiento ordinario penal, en tanto que los artículos 9º y 17 de
la Ley Nº 20.066, entre aquellas que reglan el procedimiento al que debe someterse "la
investigación y procedimientos penales sobre Violencia Intrafamiliar", es inconcuso que
estas últimas, dada su especialidad, se aplican a las situaciones a que dicho texto legal se
refiere y priman sobre las generales del procedimiento ordinario penal" (C. de
Apelaciones de San Miguel, 5 de junio de 2008, Nº LegalPublishing: 39157; C. de
Apelaciones de San Miguel, 16 de marzo de 2009, Nº LegalPublishing: 41.770).

Artículo 18. Sanciones. En caso de incumplimiento de las medidas a que se


refieren los artículos 15, 16 y 17, se aplicará lo dispuesto en el artículo 10.
Concordancias: Ley Nº  20.066, de Violencia Intrafamiliar, D.O. 7.10.2005: artículos 10, 15, 16, 17.

Artículo 19. Improcedencia de acuerdos reparatorios. En los procesos por


delitos constitutivos de violencia intrafamiliar no tendrá aplicación el artículo
241 del Código Procesal Penal.

Concordancias: Código Procesal Penal: artículo 241.

1072. De la finalidad de esta regla. Se ha declarado que: "No está demás


Jurisprudencia: 
indicar, por repetido que sea, que dicha norma prohibitiva tiene su razón de ser, entre
otras consideraciones, como se desprende de las actas legislativas de discusión, en el
cuestionamiento que se hizo del eventual "consentimiento que en los acuerdos
reparatorios podría verse forzada la víctima a otorgar, dada su condición de tal, situación
que se une a la relevante circunstancia de ser la familia el núcleo fundamental de la
sociedad, de manera que siempre existirá un interés público prevalente en la continuación
de la persecución penal en los actos ilícitos que horaden de cualquier forma su integridad.
Por lo demás, se debe también tener presente que el objeto de la ley en estudio es el de
prevenir, sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar y otorgar protección a las víctimas
de la misma" (C. de Apelaciones de La Serena, 27 de marzo de 2009, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/8525/2009, Rol Nº 60-2009). 1073. Del campo operativo de
esta regla: aplicación respecto de todo delito que implique violencia
intrafamiliar. Se ha entendido que: "Esta disposición legal [artículo 5], como se advierte,
contiene un amplio concepto de 'violencia intrafamiliar' en la cual quedan comprendidas
todo tipo de agresiones —físicas o psíquicas— que pudieren ser constitutivas,
eventualmente, de diversos delitos como homicidios, lesiones, o ilícitos de carácter
sexual, conclusión que se desprende de diversas disposiciones, como por ejemplo, de su
artículo 16, cuando señala que las medidas accesorias indicadas en el artículo 9º serán
aplicadas por los tribunales con competencia en lo penal, cuando el delito constituya un
acto de violencia intrafamiliar, sin perjuicio de las sanciones principales y accesorias que
correspondan al delito de que se trate. Todo ello, entonces, hace concluir que la norma
prohibitiva contenida en el artículo 19 ya transcrito, se refiere a toda clase de delito que
importe una violencia intrafamiliar, y no sólo al específico tipificado en su artículo 14
(delito de maltrato habitual)" (C. de Apelaciones de La Serena, 27 de marzo de 2009,
cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/8525/2009, Rol Nº 60-2009). En el mismo sentido se ha
declarado que: "El artículo 19 de la Ley Nº 20.066 dispone expresamente la
improcedencia de acuerdos reparatorios en los procesos por delitos constitutivos de
violencia intrafamiliar, en los que no tiene aplicación el artículo 241 del Código Procesal
Penal. En consecuencia, y como lo señala en forma imperativa el inciso tercero de esta
última disposición, el juez de oficio o a petición del Ministerio Público, negará la
aprobación a los acuerdos reparatorios convenidos en procedimientos que versaren sobre
hechos diversos de los autorizados en el inciso primero" (C. de Apelaciones de
Coyhaique, 19 de diciembre de 2007, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/7074/2007, Rol
Nº 109-2007).1074. Del campo operativo de esta regla: No se extiende a personas
que pertenecen a un pueblo originario que soluciona sus conflictos mediante
acuerdos reparatorios, en atención al Convenio Nº 169 de la OIT. En un
interesantísimo fallo, se ha declarado que, atendido a los acuerdos reparatorios
constituyen una forma propia de solución de conflictos en la etnia mapuche, y que éstas
deben admitirse según lo prevenido en el Convenio Nº 169 de la OIT, la regla de este
artículo 19 no es aplicable a quienes pertenecen a la dicha etnia: "1.- Que consta del
mérito de los antecedentes, que tanto víctimas como imputado tienen apellidos indígenas,
de manera que su calidad de tal es indiscutida atendido lo previsto en el artículo 2º de la
Ley Nº 19.253. 2.- Que en consecuencia, la controversia en estos autos consiste en
determinar si pueden los intervinientes arribar a acuerdos reparatorios, pese a que se
encuentra prohibido por el artículo 19 de la Ley Nº 20.066 y ello por aplicación del
Convenio 169, norma de rango superior y que obliga a respetar los métodos de resolución
de conflictos de los pueblos originarios. 3.- Que en este sentido, es un hecho público y
notorio en esta Región, que las personas de la etnia mapuche, históricamente han
resuelto sus conflictos, incluso algunos de mayor gravedad que los que motivan esta
causa, mediante la negociación, por cuanto es propio de su cultura resolver de esta
manera los conflictos, razón por la cual resulta plenamente aplicable el Convenio 169 ya
referido por sobre la Ley Nº 20.066. 4.- Por otra parte, actuar de otra manera, impidiendo
el término del conflicto de la forma que se ha producido, implicaría desintegrar a una
familia que ha podido recomponerse mediante una solución que les parece justa, lo que
estaría en contradicción con el Convenio ya referido que obliga a fortalecer la integración
de los pueblos, más aún cuando de esta manera se contribuye a cumplir con el interés
superior de fortalecer la familia de acuerdo a lo que establece la Constitución Política de
la República" (C. Apelaciones de Temuco, 4 de junio de 2012, cons. 1º a 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1033/2012, Rol Nº 388-2012).

Artículo 20. Representación judicial de la víctima. En casos calificados por


el Servicio Nacional de la Mujer, éste podrá asumir el patrocinio y
representación de la mujer víctima de delitos constitutivos de violencia
intrafamiliar que sea mayor de edad, si ella así lo requiere, para los efectos de
lo dispuesto en el artículo 109 del Código Procesal Penal.

Para el cumplimiento de lo dispuesto en el inciso anterior, el Servicio podrá


celebrar convenios con entidades públicas o privadas.

Concordancias: Código Civil: artículo 26. Código Procesal Penal: artículo 109.

Párrafo 4º Otras disposiciones

Artículo 21. Introdúcense las siguientes modificaciones en el Código Penal:

a) Intercálanse, en la circunstancia 4ª del artículo 11, a continuación de la


expresión "a su cónyuge,", las palabras "o su conviviente", seguidas de una
coma (,).

b) En el artículo 390, suprímense la frase "sean legítimos o ilegítimos", así


como la coma (,) que le sigue, y la palabra "legítimos" que sigue al término
"descendientes", e intercálase, a continuación del vocablo "cónyuge", la
expresión "o conviviente".

c) Sustitúyese el artículo 400, por el siguiente:

"Artículo 400. Si los hechos a que se refieren los artículos anteriores de este
párrafo se ejecutan en contra de alguna de las personas que menciona el
artículo 5º de la Ley sobre Violencia Intrafamiliar, o con cualquiera de las
circunstancias Segunda, Tercera o Cuarta del número 1º del artículo 391 de
este Código, las penas se aumentarán en un grado.".

d) Agrégase la siguiente oración al final del Nº 5 del artículo 494: "En ningún
caso el tribunal podrá calificar como leves las lesiones cometidas en contra de
las personas mencionadas en el artículo 5º de la Ley sobre Violencia
Intrafamiliar.".

Artículo 22. Introdúcense las siguientes modificaciones en la Ley Nº 19.968:

a) Sustitúyese el inciso segundo del artículo 90, por el siguiente:

"Si de los antecedentes examinados en la audiencia preparatoria o en la del


juicio aparece que el denunciado o demandado ha ejercido violencia en los
términos establecidos en el artículo 14 de la Ley sobre Violencia Intrafamiliar, el
tribunal los remitirá al Ministerio Público.

b) Reemplázase la primera oración del número 1 del artículo 92, por la


siguiente: "Prohibir al ofensor acercarse a la víctima y prohibir o restringir la
presencia de aquél en el hogar común y en el domicilio, lugar de estudios o de
trabajo de ésta.".

c) Sustitúyese el artículo 94, por el siguiente:

"Artículo 94.- Incumplimiento de medidas cautelares. En caso de


incumplimiento de las medidas cautelares, el juez pondrá en conocimiento del
Ministerio Público los antecedentes para los efectos de lo previsto en el inciso
segundo del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil. Sin perjuicio de
ello, impondrá al infractor, como medida de apremio, arresto hasta por quince
días.".

Artículo 23. Intercálase en el inciso primero del artículo 30 de la Ley


Nº 18.216, a continuación de la expresión "Código Penal", la siguiente oración,
precedida de una coma (,): "o de los delitos contra las personas que sean
constitutivos de violencia intrafamiliar".
Artículo 24. Para los efectos de lo dispuesto en la presente ley, quienes
detenten la calidad de adoptantes o adoptados conforme a lo dispuesto en las
Leyes Nº 7.613 y Nº 18.703, se considerarán ascendientes o descendientes,
según corresponda.

Artículo 25. Vigencia. La presente ley comenzará a regir el 1 de octubre de


2005.

Artículo 26. Derogación. Derógase la Ley Nº 19.325, sin perjuicio de lo


dispuesto en el artículo segundo transitorio de la Ley Nº 19.968. Toda
referencia legal o reglamentaria a la Ley Nº 19.325, debe entenderse hecha a
la presente ley.

Habiéndose cumplido con lo establecido en el Nº 1º del artículo 82 de la


Constitución Política de la República y por cuanto he tenido a bien aprobarlo y
sancionarlo; por tanto promúlguese y llévese a efecto como Ley de la
República.

Santiago, 22 de septiembre de 2005.- Ricardo Lagos Escobar, Presidente de


la República.- Luis Bates Hidalgo, Ministro de Justicia.- Cecilia Pérez Díaz,
Ministra Directora Servicio Nacional de la Mujer.- Francisco Vidal Salinas,
Ministro del Interior.

Lo que transcribo a Ud. para su conocimiento.- Saluda atentamente a Ud.,


Jaime Arellano Quintana, Subsecretario de Justicia.

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Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada



Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS

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INICIO DE:
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
A. LEY Nº 20.084 ESTABLECE UN SISTEMA DE RESPONSABILIDAD DE LOS ADOLESCENTES POR
INFRACCIONES A LA LEY PENAL
B. DECRETO SUPREMO Nº 1.378 APRUEBA REGLAMENTO DE LA LEY Nº 20.084 QUE ESTABLECE UN
SISTEMA DE RESPONSABILIDAD DE LOS ADOLESCENTES POR INFRACCIONES A LA LEY PENAL
C. LEY Nº 19.733 SOBRE LIBERTADES DE OPINIÓN E INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO

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INICIO DE:
A. LEY Nº 20.084 ESTABLECE UN SISTEMA DE RESPONSABILIDAD DE LOS ADOLESCENTES POR
INFRACCIONES A LA LEY PENAL
TÍTULO PRELIMINAR DISPOSICIONES GENERALES
TÍTULO I CONSECUENCIAS DE LA DECLARACIÓN DE RESPONSABILIDAD DE LOS ADOLESCENTES POR
INFRACCIONES A LA LEY PENAL
TÍTULO II PROCEDIMIENTO
TÍTULO III DE LA EJECUCIÓN DE LAS SANCIONES Y MEDIDAS
TÍTULO FINAL
ARTÍCULOS TRANSITORIOS

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Título preliminar disposiciones generales

IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS


ADOLESCENTES
A. LEY Nº 20.084 ESTABLECE UN SISTEMA DE
RESPONSABILIDAD DE LOS ADOLESCENTES POR
INFRACCIONES A LA LEY PENAL
Publicada en el Diario Oficial de 7 de diciembre de 2005

Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su aprobación al


siguiente

Proyecto de ley:

TÍTULO PRELIMINAR DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 1º. Contenido de la ley. La presente ley regula la responsabilidad


penal de los adolescentes por los delitos que cometan, el procedimiento para la
averiguación y establecimiento de dicha responsabilidad, la determinación de
las sanciones procedentes y la forma de ejecución de éstas.

En lo no previsto por ella serán aplicables, supletoriamente, las disposiciones


contenidas en el Código Penal y en las leyes penales especiales.

Tratándose de faltas, sólo serán responsables en conformidad con la


presente ley los adolescentes mayores de dieciséis años y exclusivamente
tratándose de aquéllas tipificadas en los artículos 494 números 1, 4, 5 y 19,
sólo en relación con el artículo 477, 494 bis, 495, número 21, y 496, números 5
y 26, del Código Penal y de las tipificadas en la Ley Nº 20.000. En los demás
casos se estará a lo dispuesto en la Ley Nº 19.968.

Concordancias: Código Penal: artículos 477, 494 números 1, 4, 5 y 19, 494 bis, 495 número 21, 496
números 5 y 26. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículos 8º número 9, 102
A. Ley Nº  20.000, sanciona el tráfico ilícito de estupefacientes y substancias
sicotrópicas,D.O.  16.02.2005. Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar,D.O.  7.10.2005. Ley Nº  20.084,
sobreResponsabilidad Penal Adolescente,D.O.  7.12.2005: artículos 3º, 4º. Decreto Nº 1.378, Min. de
Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº  20.084 que establece un sistema de responsabilidad de los
adolescentes por infracciones a la ley penal, D.O. 25.04.2007: artículo 60. Decreto Nº  830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 37.

1075. Del carácter especialísimo de la Ley Nº 20.084. Se ha señalado sobre


Jurisprudencia: 
este aspecto: "Que en relación a tal materia, adviértase desde luego que la E Corte xcma. 

Suprema, en fallo de 7 de noviembre de 2007 (Rol Nº 5441-07) ha declarado lo siguiente:


"Que, finalmente, la Ley Nº 20.084, con carácter especialísimo, establece el
procedimiento, la autoridad, las instituciones, las penas y las medidas cautelares a que
deben ser sometidos los adolescentes infractores, que son aplicados y conocidos por el
Juez de Garantía y el Tribunal de Juicio Oral respectivo. Asimismo, tal como se recoge en
el fallo impugnado, la doctrina y la jurisprudencia nacional están contestes en concluir que
la Ley sobre Responsabilidad Penal Adolescente introdujo a nuestra legislación un
sistema nuevo, especial y privilegiado, con el objeto de mejorar el tratamiento penal
vigente respecto de los jóvenes infractores, estableciendo un régimen sancionatorio
diferente del aplicable a los adultos, cuya finalidad no sólo es castigarlo, sino
fundamentalmente lograr su reinserción social, conforme con los estándares dispuestos
por la Convención Internacional de los Derechos del Niño, y demás instrumentos
internacionales suscritos por el Estado chileno, acerca de la misma materia" (C. de
Apelaciones de Santiago, 6 de mayo de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8577/2009, Rol Nº 460-2009). 1076. De los caracteres de la
disciplina fijada por la Ley Nº 20.084. Después de algunos años, la E Corte Suprema
xcma. 

ha acabado por caracterizar la disciplina fijada por esta ley en el contexto de la


Convención de los Derechos del Niño, y lo ha hecho en los siguientes términos: "[D]ebe
tenerse en cuenta que la Ley Nº 20.084 estableció un subsistema penal especial en favor
de los adolescentes infractores de ley completamente distinto del régimen normativo
anterior, el que como único elemento distintivo del estatuto de los adultos preveía un
castigo de prisión disminuido. Lo anterior es consecuencia del tenor del artículo 40.1 de la
Convención sobre Derechos del Niño que dispone que los niños infractores deberán ser
tratados de acuerdo con su particular dignidad, cuidando fortalecer valores y su
reintegración a la sociedad, lo que encuentra reconocimiento legal en el artículo 2º de la
citada ley, el que dispone que en todas las actuaciones judiciales o administrativas
relativas a procedimientos, sanciones y medidas aplicables a los adolescentes infractores
de la ley penal se deberá tener en consideración el interés superior del adolescente, que
se expresa en el reconocimiento y respeto de sus derechos [...] Que los referidos criterios
normativos son recogidos en la ley especial y generan un conjunto de derechos que
legitiman la reacción penal. Se dispone entonces de normas penales especiales que sólo
son aplicables a los jóvenes porque los medios punitivos y toda la actividad estatal ante el
ilícito tienen en cuenta que ha de ejecutarse sin desatender el interés superior del niño,
esto es, sin afectar el desarrollo del menor. Lo anterior es directa consecuencia de
haberse aceptado que los destinatarios de unas y otras normas, los adolescentes y los
adultos, son distintos. Por ello ha de aceptarse que estas últimas reglas conforman el
subsistema penal aplicable a los adolescentes, que tienen el carácter de especiales, y que
las comunes han de entenderse como de aplicación subsidiaria" (C. Suprema, 19 de
noviembre de 2012, cons. 7º y 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/2630/2012, Rol Nº 7098-2012).
En la misma dirección se ha destacado: "Que la Ley Nº 20.084 establece un sistema de
responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal y persigue tratar a los
niños infractores de acuerdo con su particular dignidad, cuidando fortalecer valores y su
reintegración a la sociedad, objetivo para el cual —según prescribe el artículo 2º de la Ley
Nº 20.084—, en todas las actuaciones judiciales o administrativas relativas a
procedimientos, sanciones y medidas aplicables a los adolescentes infractores de la ley
penal, se deberá tener en consideración el interés superior de éstos, expresado en el
reconocimiento y respeto de sus derechos. Por lo tanto, la Ley Nº 20.084 viene a
consagrar un nuevo conjunto de reglas y principios estructurados y enlazados entre sí por
valores, fines y una lógica inspiradora sustancialmente diversa a la que informa el sistema
penal de adultos (sentencia de la Excma. Corte Suprema de 17 de septiembre de 2013,
Rol Nº 4419-2013)" (C. Apelaciones de Concepción, 16 de enero de 2015, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/249/2015, Rol Nº 790-2014). En buena medida, tal caracterización
asume y amplía muchas decisiones judiciales anteriores que, por ejemplo, habían
destacado: "Que la Ley Nº 20.084 sobre Responsabilidad de los Adolescentes por
Infracciones a la Ley Penal, fijó un estatuto jurídico nuevo para el tratamiento de
contravenciones a la ley cometidas por menores de dieciocho años y mayores de catorce
años de edad, superando los sistemas de inimputabilidad absoluta relativa, estableciendo
un régimen penal distinto en aspectos sustantivos y procesales, relativamente más
benigno en relación al sistema penal de los adultos, para de esa forma dar satisfacción a
compromisos internacionales, asumidos por el país, al celebrar tratados sobre menores y
asegurar, así, un modelo garantista y moderado respecto de los adolescentes infractores,
especialmente emanados de la Convención sobre Derechos del Niño" (C. Suprema, 2 de
agosto de 2010, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/11905/2010, Rol Nº 1560-2009). En la
misma orientación se había recalcado que: "Sabido es que la Ley Nº 20.084, sobre
Responsabilidad Penal Adolescente, introdujo un sistema especial y privilegiado de
punición de los adolescentes infractores del orden penal en procura de su efectiva
rehabilitación, mejorando el actual tratamiento de infracciones a la ley penal cometidas
por menores de dieciocho y mayores de catorce años, superando los sistemas de
inimputabilidad absoluta y relativa, que gobernaban la materia con anterioridad a la
dictación del aludido cuerpo normativo, para lo cual estableció un régimen penal
diferenciado del aplicable a los adultos, ciertamente más benigno, a fin de dar
cumplimiento de esa forma a compromisos asumidos por el Estado de Chile en diversos
tratados internacionales" (C. de Apelaciones de Santiago, 11 de diciembre de 2008, cons.
6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6147/2008, Rol Nº 2115-2008). Por todo ello se ha advertido
que: "No se trata, por ende, de una normativa meramente adjetiva" (C. Suprema, 6 de
mayo de 2008, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/6734/2008, Rol Nº 710-2008). 1077. De
los propósitos y finalidades de la Ley Nº 20.084. Desde temprano, la jurisprudencia de
la E Corte Suprema ha hecho hincapié en que: "El propósito singularmente perseguido
xcma. 

por el legislador de la Ley Nº 20.084 de asegurar a jóvenes imputados por delitos, una
serie de garantías fundamentales de carácter material y procesal, benigno como
moderado, a la hora de fijar las sanciones finales, estableciendo límites máximos y
rebajas generalizadas por los mismos. No puede olvidarse que esta ley no crea una
suerte de texto penal de los adolescentes, salvo en asuntos muy acotados, lo que hace es
construir un marco legal cuyo objeto es morigerar las sanciones generales, no sustituirlas,
para luego proceder a efectuar una conversión con la naturaleza de la pena
correspondiente a cada caso, pero siempre sujeto a ese contenido mayor que no ha
dejado de regir. A mayor abundamiento, el Mensaje del Ejecutivo con el cual se remitió al
Congreso la presente normativa, expresa que no tuvo por objeto, en caso alguno,
despenalizar las sanciones, sino que se fundó en la necesidad de introducir precisos pero
necesarios ajustes a la ley, de modo de cumplir con los fines que la inspiran, esto es, la
responsabilización y la reinserción social del adolescente, y que la propuesta que se
presenta al Parlamento apunta a confeccionar algunos aspectos procesales y otros
sustantivos que permitirán que ella sea aplicada de manera más uniforme, previniendo
dudas interpretativas y problemas de operatividad. Las que en concreto se estructuraron a
partir de cuatro aspectos fundamentales; por un lado a una reordenación de los artículos
referidos a la determinación de las penas, distinguiendo entre la pena a imponer y la
considerada en abstracto; el segundo referente a la procedencia de la internación
provisoria; otro en cuanto a la detención por flagrancia; y en cuarto y último lugar, lo
referido a los centros semicerrados" (C. Suprema, 6 de mayo de 2008, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6734/2008, Rol Nº 710-2008). Este considerando fue recibido, con
ligerísimas variantes de redacción, en sentencia posterior del mismo tribunal
(C. Suprema, 6 de noviembre de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/1109/2008, Rol
Nº 2617-2008), y con algunas matizaciones en otra sentencia del año 2009: "El propósito
perseguido por el legislador de la Ley Nº 20.084 consistió en asegurar a jóvenes
imputados por delitos una serie de garantías fundamentales de carácter material y
procesal. Como se anticipó, esta ley no crea una suerte de texto penal de los
adolescentes, salvo en asuntos muy acotados, lo que hace es construir un marco legal
cuyo objeto es morigerar las sanciones generales, para luego proceder a efectuar una
conversión de la naturaleza de la pena correspondiente a cada caso y, por último, velar
por la ejecución en los términos más favorables para la integración social del infractor. En
efecto, el Mensaje del Ejecutivo con el cual se remitió al Congreso la presente normativa,
expresa que no tuvo por objeto, en caso alguno, despenalizar las acciones, sino que se
fundó en la necesidad de introducir precisos pero necesarios ajustes a la ley, de modo de
cumplir con los fines que la inspiran, esto es, la responsabilización y la reinserción social
del adolescente" (C. Suprema, 13 de abril de 2009, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8450/2009, Rol Nº 2300-2009). 1078. De la no existencia de un
catálogo particular de hechos ilícitos en relación con los adolescentes. Desde muy
temprano la E Corte Suprema hizo presente este carácter de la Ley Nº 20.084: "[E]n lo
xcma. 

que respecta a los delitos en particular, debe destacarse que la nueva ley no establece un
catálogo propio de ilicitudes, por lo que constituirán hechos punibles para los
adolescentes —los mismos que lo son en el derecho penal de los adultos— conforme a la
legislación punitiva general, en particular la contenida en el libro segundo del Código
Penal" (C. Suprema, 28 de agosto de 2007, cons. 20º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1799/2007, Rol Nº 3627-2007). Al poco tiempo, el mismo tribunal
amplió los términos del considerando anterior: "Que, en lo que, respecta a los delitos en
particular, debe destacarse que el nuevo régimen no establece un catálogo propio de
ilicitudes, que constituirían hechos punibles para los adolescentes, sino que son los
mismos que se contemplan en el libro segundo del Código Penal, por lo que, en general,
todos aquellos aspectos relacionados con el desarrollo del delito, la autoría y participación
criminal, rigen las disposiciones que se establecen para los adultos en el texto punitivo
nacional, reservándose principalmente en materia de sanciones y adjudicación de la
responsabilidad penal, el establecimiento de un nuevo régimen diferenciado propio para
los adolescentes infractores" (C. Suprema, 6 de mayo de 2008, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl Jur/6734/2008, Rol Nº 710-2008). En sentencias posteriores lo recibió
literalmente (C. Suprema, 6 de noviembre de 2008, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1109/2008, Rol Nº 2617-2008; C. Suprema, 13 de enero de 2012,
cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/4474/2012, Rol Nº 565-2012), o con alguna ligera
variante de redacción: "Que el nuevo régimen no establece un catálogo propio de
ilicitudes que constituirían hechos punibles para los adolescentes, a cuyo respecto rigen
las disposiciones que se fijan para los adultos en el texto punitivo nacional, reservándose
principalmente en materia de sanciones, adjudicación de la responsabilidad penal y
modalidad de ejecución de las sentencias, la determinación de un sistema diferenciado
propio para los adolescentes infractores" (C. Suprema, 13 de abril de 2009, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8450/2009, Rol Nº 2300-2009). Este considerando, igualmente,
ha sido recibido en sentencias de diversos tribunales de alzada (C. de Apelaciones de
Concepción, 5 de diciembre de 2008, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/5712/2008, Rol
Nº 757-2008; C. de Apelaciones de Santiago, 28 de diciembre de 2010, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/Jur/12306/2010, Rol Nº 2388-2010). 1079. El desarrollo del delito,
la autoría y la participación criminal, se rigen por las disposiciones que se
establecen para los adultos en el Código Penal. En este sentido se ha declarado
que: "Esta ley no establece un catálogo propio de ilicitudes que constituyen hechos
punibles para los adolescentes, sino que son los mismos que se contemplan en el Libro
Segundo del Código Penal, por lo que, en general, en todos aquellos aspectos
relacionados con el desarrollo del delito, la autoría y la participación criminal, rigen las
disposiciones que se establecen para los adultos en el texto punitivo nacional,
reservándose la Ley Nº 20.084 principalmente en materia de sanciones y adjudicación de
la responsabilidad penal" (C. de Apelaciones de Santiago, 28 de diciembre de 2010, cons.
1º, LegalPublishing: Cl/Jur/12306/2010, Rol Nº 2388-2010). 1080. De la Ley Nº 18.314,
sobre conductas terroristas, y su carácter especialísimo en relación con la Ley
Nº 20.084. La cuestión de determinar si a los adolescentes se les ha de aplicar, con
preferencia a la Ley Nº 20.084, la Ley Nº 18.314, se ha suscitado a propósito de la
posibilidad que esta última concede para ampliar el plazo de la detención, y en relación
con ello se ha declarado lo siguiente: "Que en el caso del adolescente imputado [...], en
que la defensa invoca la preeminencia de la Ley Nº 20.084 por sobre las disposiciones de
la Ley Nº 18.314, y por lo tanto no tendría cabida la extensión del plazo para ser puesto a
disposición del juez de garantía competente, cabe hacer presente, que lo que se reclama
ha sido autorizado por el legislador en el artículo 11 de este último cuerpo legal, dada la
peligrosidad que lleva envuelto el delito terrorista en consideración a que atenta contra la
base de un estado de derecho. En otras palabras, la Ley Nº 18.413 constituye un estatuto
jurídico excepcionalísimo, que contiene o se le aplican normas tanto sustantivas, delitos
tipificados en el Código Penal, con penas aumentadas; como también de procedimiento,
como la reclamada por la recurrente o las reglas particulares establecidas en el artículo 19
Nº 7 letra e) de la Constitución Política de la República, respecto de la prisión preventiva;
que tienen validez sólo cuando se ha invocado dicha ley y que gozan de preferencia sobre
cualquier otro cuerpo legal. Sin embargo, en todas aquellas situaciones no previstas en
este marco jurídico excepcional, tienen plena aplicación las reglas especiales contenidas
en la Ley Nº 20.084 para los imputados menores de edad" (C. de Apelaciones de
Temuco, 7 de noviembre de 2008, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/4001/2008, Rol
Nº 1089-2008). 1081. No existe obstáculo normativo para considerar las anotaciones
penales del adolescente como fundamento de una eventual reincidencia. En este
sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema, y su opinión se ha seguido por los
xcma. 

tribunales de alzada: "Que, como se ha resuelto por la Excma. Corte Suprema, el estatuto
jurídico contenido en la Ley Nº 20.084 es un sistema penal especial a favor de los
adolescentes infractores de ley, considerándose la edad, madurez e interés superior del
adolescente que quebranta el ordenamiento jurídico penal, que tiene un enfoque
resocializador y privilegia la educación e inserción social de la persona, pero la normativa
que corresponde aplicar en materias sustantivas es el Código Penal en cuanto a los
elementos configurativos del tipo penal, antijuridicidad y culpabilidad, así como en lo
relativo a las circunstancias modificatorias de responsabilidad penal, cuestión que surge
con toda evidencia del artículo 1º de la citada ley, precepto que en su inciso segundo
establece la supletoriedad del Código Penal y leyes especiales en lo no previsto por ella.
En este sentido, no existe obstáculo normativo para considerar las anotaciones penales
del adolescente como fundamento de una eventual reincidencia (C.S. Rol Nº 7670-2012)"
(C. Apelaciones de Concepción, 21 de febrero de 2013, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/401/2013, Rol Nº 671-2012).

Artículo 2º. Interés superior del adolescente. En todas las actuaciones


judiciales o administrativas relativas a los procedimientos, sanciones y medidas
aplicables a los adolescentes infractores de la ley penal, se deberá tener en
consideración el interés superior del adolescente, que se expresa en el
reconocimiento y respeto de sus derechos.

En la aplicación de la presente ley, las autoridades tendrán en consideración


todos los derechos y garantías que les son reconocidos en la Constitución, en
las leyes, en la Convención sobre los Derechos del Niño y en los demás
instrumentos internacionales ratificados por Chile que se encuentren vigentes.

Concordancias: Código Civil: artículos 222, 225, 229, 234, 240, 244 inciso 3º y 245. Constitución
Política: artículo 1º, 5º inciso 2º. Decreto Ley Nº  2.465, Ley Orgánica del Servicio Nacional de
Menores, D.O. 16.01.1979: artículo 3º. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,  D.O.  5.08.1999:
artículos 1º, 3º  inciso 2º, 22 inciso 3º, 24 inciso final, 30 inciso final. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 3º inciso 1, 27 inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículos 16, 22 inciso 1º. Decreto Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la
Ley Nº 19.620 sobre Adopción de Menores,  D.O.  18.03.2000: artículo 1º. Decreto Nº 1.378, Min. de
Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº  20.084 que establece un sistema de responsabilidad de los
adolescentes por infracciones a la ley penal,  D.O.  25.04.2007: artículos 2º, 60. Decreto Nº 789, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, D.O. 9.12.1989, artículos 5º letra b), 16.1. letra d). Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 3º, 7.1, 9º, 12, 18, 20.3, 21.

1082. Finalidad de estas reglas. La jurisprudencia ha reconocido que la


Jurisprudencia: 
finalidad de estas normas: "[N]o es otra que proteger la integridad física y psicológica de
los menores, aun cuando éstos se encuentren en situaciones en que se les atribuya
alguna conducta que constituya infracción penal, hasta que su responsabilidad sea
establecida por Tribunal competente" (C. Suprema, 28 de enero de 2011, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1104/2011, Rol Nº 9301-2010).

Artículo 3º. Límites de edad a la responsabilidad. La presente ley se


aplicará a quienes al momento en que se hubiere dado principio de ejecución
del delito sean mayores de catorce y menores de dieciocho años, los que, para
los efectos de esta ley, se consideran adolescentes.

En el caso que el delito tenga su inicio entre los catorce y los dieciocho años
del imputado y su consumación se prolongue en el tiempo más allá de los
dieciocho años de edad, la legislación aplicable será la que rija para los
imputados mayores de edad.

La edad del imputado deberá ser determinada por el juez competente en


cualquiera de las formas establecidas en el Título XVII del Libro I del Código
Civil.

Concordancias: Código Civil: artículos 26, 314. Ley Nº 16.618, Ley de Menores,  D.O.  8.03.1967, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 1º. Decreto Ley Nº 2.465, Ley Orgánica del
Servicio Nacional de Menores,D.O. 16.01.1979: artículo 1º  inciso 2. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,  D.O.  30.08.2004: artículo 16. Ley Nº  20.084, sobre
Responsabilidad  Penal Adolescente,D.O. 7.12.2005: artículo 1º. Decreto Nº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990: artículo 1º.

Artículo 4º. Regla especial para delitos sexuales. No podrá procederse


penalmente respecto de los delitos previstos en los artículos 362, 365, 366 bis,
366 quáter y 366 quinquies del Código Penal, cuando la conducta se hubiere
realizado con una persona menor de 14 años y no concurra ninguna de las
circunstancias enumeradas en los artículos 361 ó 363 de dicho Código, según
sea el caso, a menos que exista entre aquélla y el imputado una diferencia de,
a lo menos, dos años de edad, tratándose de la conducta descrita en el artículo
362, o de tres años en los demás casos.733

Concordancias: Código Penal: artículos 361, 362, 363, 365, 366 bis y 366 quáter. Ley Nº  20.084,
sobreResponsabilidad Penal Adolescente,D.O.  7.12.2005: artículo 1º.

Artículo 5º. Prescripción. La prescripción de la acción penal y de la pena


será de dos años, con excepción de las conductas constitutivas de crímenes,
respecto de las cuales será de cinco años, y de las faltas, en que será de seis
meses.

TÍTULO I CONSECUENCIAS DE LA DECLARACIÓN DE RESPONSABILIDAD


DE LOS ADOLESCENTES POR INFRACCIONES A LA LEY PENAL

Párrafo 1º De las sanciones en general

Artículo 6º. Sanciones. En sustitución de las penas contempladas en el


Código Penal y en las leyes complementarias, a las personas condenadas
según esta ley sólo se les aplicará la siguiente Escala General de Sanciones
Penales para Adolescentes:

a) Internación en régimen cerrado con programa de reinserción social;

b) Internación en régimen semicerrado con programa de reinserción social;

c) Libertad asistida especial;

d) Libertad asistida;

e) Prestación de servicios en beneficio de la comunidad;

f) Reparación del daño causado;

g) Multa, y

h) Amonestación.
Penas accesorias:

a) Prohibición de conducción de vehículos motorizados, y

b) Comiso de los objetos, documentos e instrumentos de los delitos según lo


dispuesto en el Código Penal, el Código Procesal Penal y las leyes
complementarias.734

Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad PenalAdolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos


7º, 8º a 19, 53 inciso final. Decreto Nº 1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº  20.084
que establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley
penal, D.O. 25.04.2007: artículo 3º.

1083. De si procede aplicar a un infractor penal adolescente alguna


Jurisprudencia: 
sanción no considerada en este artículo. La jurisprudencia, de modo uniforme, ha
entendido que las sanciones previstas en este artículo son las únicas que pueden ser
aplicadas a un adolescente infractor de la ley penal. En ese sentido se ha declarado: "Que
de la simple lectura de las normas recién transcritas, puede colegirse que el estatuto
especial sobre responsabilidad penal juvenil sólo contempla como sanciones aplicables a
los menores de dieciocho años y mayores de catorce, las contempladas en los artículos 6º
y 7º, por cuanto se trata de disposiciones de carácter taxativo, según se desprende de su
tenor literal" (C. Apelaciones de San Miguel, 14 de septiembre de 2012, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2117/2012). En igual orientación se ha advertido: "Que, asimismo,
se debe tener presente que el legislador previó de modo exclusivo y excluyente, en el
artículo 6 de la Ley Nº 20.084, el catálogo de las únicas sanciones penales que el
sentenciador puede imponer a un joven infractor; por lo tanto, este se encuentra impedido
de imponerle otras sanciones, castigos o cargas que no estén comprendidos en la que
dicha disposición contempla, incluso aquellas que se impone por la vía accesoria y que se
señala en el inciso 2º del mismo artículo 6º" (C. Apelaciones de Santiago, 31 de mayo de
2013, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/1180/2013, Rol Nº 949-2013). Este considerando
ha sido asumido en sentencias posteriores de otros tribunales de alzada: "Que el
legislador previó de modo exclusivo y excluyente, en el artículo 6 de la Ley Nº 20.084, el
catálogo de las únicas sanciones penales que el sentenciador puede imponer a un joven
infractor. Por lo tanto, este se encuentra impedido de imponerle otras sanciones, castigos
o cargas que no estén comprendidos en las que dicha disposición contempla, incluso
aquellas que se impone por la vía accesoria y que se señala en el inciso 2º del mismo
artículo 6 (sentencia de la I. Corte de Apelaciones de Santiago de 31 de mayo de 2013,
rol 949-2013)" (C. Apelaciones de Concepción, 16 de enero de 2015, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/249/2015, Rol Nº 790-2014). 1084. De si procede aplicar a un
infractor penal adolescente alguna sanción accesoria, que no esté considerada en
este artículo. Como corolario de la opinión explicada en el número anterior, la
jurisprudencia se ha inclinado por la negativa. Así se ha declarado, entre otros casos,
que: a) No procede la aplicación de las sanciones accesorias previstas en la ley de
violencia intrafamiliar: en ese sentido se ha razonado que: "El artículo 6º de la Ley sobre
Responsabilidad Penal Adolescente dispone que "en sustitución de las penas
contempladas en el Código Penal y en las leyes complementarias, a las personas
condenadas según esta ley sólo se les aplicará la siguiente Escala General de Sanciones
Penales para Adolescentes, sin que dentro de la enumeración siguiente se encuentre la
reclamada por el Ministerio Público, que efectivamente corresponde a una sanción
accesoria posible de aplicarse en los casos de Violencia Intrafamiliar. 5º) Que el
anteriormente citado artículo 6º solamente considera como sanciones accesorias posibles
las de prohibición de conducir vehículos motorizados y la de comiso de los objetos,
documentos e instrumentos de los delitos. Pero seguidamente, el artículo 7 autoriza al
juez penal para establecer como sanción accesoria, la obligación de someter al joven a
tratamientos de rehabilitación por adicción a las drogas o al alcohol, siempre que sea
necesario en atención a las circunstancias del adolescente [...] Que si bien —tal como
resulta obvio del razonamiento anteriormente reproducido— el Juez de Garantía no
impuso la sanción accesoria solicitada por razones de prudencia, proporcionalidad y
racionalidad, según se expresa, conviene hacer algunas breves reflexiones acerca de la
procedencia de aplicar a los adolescentes infractores penales alguna clase de sanción no
contemplada en la ley especial que les es propia, antes citada, sino en otras (en este
caso, una establecida en la ley de Violencia Intrafamiliar). 7º) Que en relación a tal
materia, adviértase desde luego que la E Corte Suprema, en fallo de 7 de noviembre de
xcma. 

2007 (Rol Nº 5441-07) ha declarado lo siguiente: "Que, finalmente, la Ley Nº 20.084, con
carácter especialísimo, establece el procedimiento, la autoridad, las instituciones, las
penas y las medidas cautelares a que deben ser sometidos los adolescentes infractores,
que son aplicados y conocidos por el Juez de Garantía y el Tribunal de Juicio Oral
respectivo. Asimismo, tal como se recoge en el fallo impugnado, la doctrina y la
jurisprudencia nacional están contestes en concluir que la Ley sobre Responsabilidad
Penal Adolescente introdujo a nuestra legislación un sistema nuevo, especial y
privilegiado, con el objeto de mejorar el tratamiento penal vigente respecto de los jóvenes
infractores, estableciendo un régimen sancionatorio diferente del aplicable a los adultos,
cuya finalidad no sólo es castigarlo, sino fundamentalmente lograr su reinserción social,
conforme con los estándares dispuestos por la Convención Internacional de los Derechos
del Niño, y demás instrumentos internacionales suscritos por el Estado chileno, acerca de
la misma materia. 8º) Que así, tratándose la Ley Nº 20.066 (sic) sobre Responsabilidad
Penal Adolescente de un cuerpo legal que ha normado en forma especialísima y
privilegiadamente el estatuto penal de los jóvenes, no cabe, en opinión de esta Corte la
aplicación a los adolescentes de ninguna otra clase de sanciones no contempladas
expresamente en la Ley de la materia, lo cual resulta vedado para el juez y torna
improcedente su imposición" (C. de Apelaciones de Santiago, 6 de mayo de 2009, cons.
4º a 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/8577/2009, Rol Nº 460-2009). En el mismo sentido se ha
pronunciado la I Corte de Apelaciones de Valparaíso: "Que conforme lo establece el
lma. 

artículo 1º de la Ley Nº 20.084, esta normativa especial regula la responsabilidad penal de
los adolescentes por los delitos que cometan, el procedimiento aplicable y la
determinación de las sanciones procedentes, las que se encuentran determinadas en el
Título Primero de dicha normativa, incluidas las penas accesorias. Si bien la Ley
Nº 20.066, señala que además de las sanciones previstas en el artículo 8, el juez deberá
aplicar una o más de las medidas accesorias establecidas en el artículo 9, dicho llamado
lo es en primer lugar a las causas por Violencia Intrafamiliar de conocimiento de los
juzgados de familia, como expresamente lo señala el legislador y luego, como lo disponen
los artículos 13 y 16, en la investigación y procedimientos penales sobre violencia
intrafamiliar. Esto último solo debe tener aplicación en los procesos seguidos en contra de
adultos, no pudiendo hacerse extensivas dichas disposiciones, en cuanto constituyan
penas, a los adolescentes porque como ya se ha señalado, a estos solo les son aplicables
las sanciones establecidas en la Ley Nº 20.084, normativa especial y de data posterior a
la Ley Nº 20.066" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 5 de septiembre de 2014, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6258/2014, Rol Nº 1202-2014); b) No procede aplicar como
sanción accesoria el retiro de la licencia de conducir: se ha dicho, así: "Que el
legislador previó de modo exclusivo y excluyente, en el artículo 6 de la Ley Nº 20.084, el
catálogo de las únicas sanciones penales que el sentenciador puede imponer a un joven
infractor. Por lo tanto, este se encuentra impedido de imponerle otras sanciones, castigos
o cargas que no estén comprendidos en las que dicha disposición contempla, incluso
aquellas que se impone por la vía accesoria y que se señala en el inciso 2º del mismo
artículo 6 (sentencia de la I. Corte de Apelaciones de Santiago de 31 de mayo de 2013,
rol 949-2013) [...] Que, en el catálogo de penas del artículo 6 referido, no se contempla
como medida accesoria la de suspensión de licencia de conducir [...]Que, en este
escenario, se ha configurado el motivo de nulidad en estudio, desde que se aplicó al
adolescente acusado una pena accesoria no contemplada en la ley; y que influyó en lo
dispositivo de fallo, desde que se le sancionó de una manera más gravosa que aquella
contemplada en el ordenamiento" (C. de Apelaciones de Concepción, 16 de enero de
2015, cons. 6º, 7º, y 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/249/2015, Rol Nº 790-2014). 1085. No es
aplicable a los adolescentes la Ley Nº 19.970, en cuanto al registro de las huellas
genéticas. En este sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema: "[L]a Ley Nº 19.970
xcma. 

que previno la creación de un registro con las huellas genéticas de todos los imputados y
condenados a los efectos de investigaciones futuras por hechos delictivos, y que es
anterior a la Nº 20.084 sobre Responsabilidad Penal Adolescente, no es aplicable a los
jóvenes infractores, no obstante que su texto no distingue entre adultos y adolescentes.
Ello es así porque la ley particular opta por la mínima intervención y porque, como se ha
dicho, la sanción que se impone también busca la reinserción social del adolescente. En
este contexto normativo no tiene cabida esta sujeción a la autoridad para efectos de la
incorporación al registro de huellas justificada por la sola circunstancia de la sentencia
condenatoria, porque para un adolescente, no obstante los resguardos legales, no es
intrascendente su inclusión para toda la vida en un registro de este tipo porque con ello se
le mantiene entre infractores, en circunstancias que en este subsistema el fin de la pena
es la reinserción social del menor, por lo que toda acción del Estado que no tienda a este
objetivo ciertamente lo contraría [...] Que en la especie resulta pertinente traer a colación
que el Título I de la Ley Nº 20.084, sobre "Consecuencias de la declaración de
responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la Ley Penal", que en su párrafo
1º trata "De las sanciones en general", disponiendo en su artículo 6º que en sustitución de
las penas contempladas en el Código Penal y en leyes complementarias, a las personas
condenadas según esta ley sólo se les aplicará la siguiente Escala General de Sanciones
Penales para Adolescentes:". Posteriormente se explaya la ley sobre los diferentes tipos
de castigos, en tanto que en el artículo 7º, referido a la sanción accesoria, se faculta al
juez a establecer, en caso de ser necesario, el sometimiento a tratamiento de
rehabilitación por adicción a las drogas o al alcohol [...] Que de la reseña anterior queda
de manifiesto que el referido subsistema penal no previó el registro que se discute, y toda
vez que estas materias son de carácter legal, no puede menos que concluirse que cuando
se decide imponerlo al recurrente se infracciona la citada Ley Nº 20.084, por falsa
aplicación, puesto que lo razonado demuestra que en la especie fue excedido el conjunto
de medidas autorizadas respecto de los adolescentes infractores de ley" (C. Suprema, 19
de noviembre de 2012, cons. 9º a 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/2630/2012, Rol Nº 7098-
2012). Igual opinión se ha mantenido por los tribunales de alzada: "Que la Ley Nº 20.084
sobre Responsabilidad Penal Adolescente estableció un sistema penal especial en favor
de los adolescentes infractores de ley, distinto del régimen normativo que rige para los
adultos, y cuyo artículo 2º dispone que en todas las actuaciones judiciales o
administrativas relativas a procedimientos, sanciones y medidas aplicables a los
adolescentes infractores de la ley penal, se deberá tener en consideración el interés
superior del adolescente, que se expresa en el reconocimiento y respeto de sus derechos.
Por su parte, la Ley Nº 19.970 previno la creación de un registro con las huellas genéticas
de todos los imputados y condenados para los efectos de investigaciones futuras por
hechos delictivos, que es anterior a la Ley Nº 20.084 y que no puede estimarse aplicable a
los adolescentes, no obstante que su texto no distingue entre adultos y adolescentes. En
efecto, la referida Ley de registro de condenas no podría haber efectuado tal distinción por
cuanto a la fecha de su dictación no existía el estatuto penal especial para los
adolescentes, y, por lo tanto, no podría haber estado en la mente del legislador hacerla
aplicable a los menores infractores de ley. Y, a la vez, cuando se estableció dicho estatuto
especial en la Ley Nº 20.084, no se contempló en él que los adolescentes debieran dejar
registrada su huella genética en registro alguno. Si esa hubiese sido la intención del
legislador, lo habría dispuesto expresamente [...] Que la Ley Nº 19.970 se refiere al
"Registro de Condenados, de tal manera que al incorporar las huellas genéticas de
determinada persona en tal sistema, ella debe tener la calidad de condenado con alguna
sanción penal, carácter que no tienen las que se establecen en la Ley Nº 20.084 para los
adolescentes, en la que expresamente se señala en su artículo 6º que las sanciones allí
dispuestas son sustitutivas de las penas contempladas en el Código Penal y en leyes
complementarias, y al señalar taxativamente los diferentes tipos de castigos, no menciona
la obtención de huella genética" (C. de Apelaciones de Santiago, 20 de febrero de 2013,
cons. 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/388/2013, Rol Nº 3476-2012). En idéntica
orientación se ha dicho: "[C]abe señalar que el sentenciado es un adolescente y que
como tal, le es aplicable la Ley Nº 20.084 sobre Responsabilidad Penal Adolescente, ley
de carácter especial que es sólo aplicable a los jóvenes infractores y que persigue que
con la sanción impuesta se busque la reinserción social de éstos. Por su parte, la Ley
Nº 19.970 que creó un registro con las huellas genéticas de todos los imputados y
condenados, constituye una ley de carácter general, que resulta inaplicable a los
adolescentes comoquiera que éstos se rigen por un sistema especial, consagrado en una
ley posterior y en la que no se hizo referencia a dicho registro. Lo anterior ha sido también
reconocido por la E Corte Suprema en diversos fallos, entre ellos el Rol Nº 7098-2012"
xcma. 

(C. de Apelaciones de Santiago, 26 de febrero de 2015, cons. 4º,


LegalPublishing: Cl/Jur/1329/2015, Rol Nº 107-2015). La misma opinión ha defendido la
I Corte de Apelaciones de Temuco: "[Si bien la Ley Nº 19.970 que crea el 'Sistema
lma. 

Nacional de Registros de ADN', entró en vigencia cuando ya se encontraba en aplicación


la Ley Nº 20.084, en realidad había sido fue promulgada mucho antes, el 10 de
septiembre de 2004 y publicada en el Diario Oficial menos de un mes después, con fecha
6 de octubre del mismo año 2004. En cambio, la Ley Nº 20.084, que 'Establece un
Sistema de Responsabilidad de los Adolescentes por Infracciones a la Ley Penal', es
posterior, ya que fue promulgada más de un año después que la Ley Nº 19.970, con fecha
28 de noviembre de 2005 y publicada más tarde aún con fecha 7 de diciembre de 2005. 3º
Que tampoco debe olvidarse que la Ley Nº 20.084 establece un sistema de
responsabilidad especial para los adolescentes, en el que si bien supletoriamente se
pueden aplicar otras normas penales, en general se rige por principios y normas muy
distintos, con sanciones especialísimas, por lo que cualquier aplicación supletoria debe
estar en concordancia con los principios generales que informan este sistema especial de
responsabilidad y, principalmente, con el interés superior del adolescente que el artículo
2º de la ley se encarga de recalcar expresamente, lo mismo que la consideración de
'todos los derechos y garantías que les son reconocidos en la Constitución, en las leyes,
en la Convención sobre los Derechos del Niño y en los demás instrumentos
internacionales ratificados por Chile que se encuentren vigentes'. 4º Que por todo lo
anterior, resulta apartado de toda lógica pensar que el mismo legislador que ya había
expedido con anterioridad una normativa como la Ley Nº 19.970, la que incluso fue
promulgada y publicada con bastante antelación a la Ley Nº 20.084, al expedir más de un
año después una normativa especial aplicable a los adolescentes, que establecía todo un
sistema penal dedicado a este segmento de la población, simplemente se olvidara de la
ley de efectos penales que establecía este Registro de ADN y por mero olvido, en la Ley
Nº 20.084 no hiciera mención alguna de la Ley Nº 19.970, cuando eran de fácil previsión
los conflictos que podrían producirse con su aplicación y que, en cambio, agregando un
inciso final al artículo 2º del Decreto Ley Nº 645, de 1925, dispusiera perentoria y
restrictivamente en el artículo 59 de la ley especial sobre responsabilidad penal
adolescente Nº 20.084 que: 'Los antecedentes relativos a los procesos o condenas de
menores de edad sólo podrán ser consignados en los certificados que se emitan para
ingresar a las Fuerzas Armadas, Carabineros de Chile, Gendarmería de Chile y a la
Policía de Investigaciones o para los fines establecidos en el inciso primero del presente
artículo'. 5º Que, en concordancia con los razonamientos anteriores, lo lógico es concluir
que el legislador, consecuente con los principios que informan la normativa sobre
responsabilidad penal adolescente, no tuvo intención de hacer aplicable a este segmento
de la población la normativa sobre Registro de ADN que había expedido con anterioridad
y que se había publicado más de un año antes de la publicación de la Ley Nº 20.084, por
cuanto de haberlo hecho no sólo podría haber entrado en contradicción con las normas
que menciona el artículo 2º de la ley, sino también con lo dispuesto en el artículo 20 de la
misma, que al señalar la finalidad de las sanciones y otras consecuencias, dispone
expresamente que la sanción debe formar parte de una intervención socioeducativa
amplia y orientada a la plena integración social, lo que pugna abiertamente con un
sistema de registro que, por un hecho cometido en la edad adolescente, podría mantener
al joven bajo sospecha para cualquier hecho futuro que pudiera cometerse en los treinta
años posteriores a la imposición de la sanción por la falta juvenil" (C. de Apelaciones de
Temuco, 15 de noviembre de 2016, cons. 2º a 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/9576/2016, Rol
Nº 1172-2016). 1086. Para los efectos del beneficio de la remisión condicional de la
pena, las condenas impuestas a un menor edad en virtud la Ley Nº 20.084, no
pueden ser concebidas como una pena de aquellas que previene el Código Penal
para los mayores de edad. Es esta una opinión que se ha consolidado, como suele
recordarse por la jurisprudencia: "Que en cuanto a la concesión del beneficio de remisión
condicional de la pena, tal como ha sido reiteradamente consagrado por la Jurisprudencia
sobre la materia, las condenas impuestas a un menor edad en virtud de la Ley Nº 20.084
sobre Responsabilidad Penal Adolescente, no pueden ser concebidas como una pena de
aquellas que previene el Código Punitivo para los mayores de edad, toda vez que el
estatuto adolescente obedece en sus sanciones a criterios tendientes a resocializar al
menor infractor, de modo tal que dichas sanciones tiene una naturaleza y persiguen unos
fines propios de rehabilitación y reinserción especial del menor sentenciado, razón por la
que, al realizar un análisis de los requisitos para evaluar un otorgamiento de la remisión
condicional de la pena cuando este menor infractor ha cometido otro ilícito, habiendo ya
alcanzado la mayoría de edad, no puede considerarse la existencia de sanciones
anteriores bajo el régimen de la Ley Nº 20.084" (C. de Apelaciones de San Miguel, 1 de
marzo de 2013, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/497/2013, Rol Nº 156-2013). 1087. La
agravante de reincidencia prevista en el Nº 16 del artículo 12 del Código Penal, está
considerada solo respecto del adulto que comete un nuevo delito, pero no para
quienes con anterioridad han sido sancionados como menores de edad, conforme a
la Ley Nº 20.084. Así se ha estimado: "Que los intervinientes en este recurso han
reconocido que la sanción anterior impuesta al imputado [...] por otro delito de robo con
violencia (que motivó al Ministerio Público a invocar la reincidencia), le fue impuesta
cuando era menor de edad; coincidiéndose, además, en que se le aplicó aquella sanción
conforme a la Ley Nº 20.084, que es especial y diferente a la que le corresponde a un
adulto en las mismas condiciones [...] Que para los efectos de establecer si correspondía
aplicar al imputado [...] a la agravante del Nº 16 del artículo 12 del Código Penal por haber
sido sancionado con anterioridad como infractor de un hecho similar previsto en el artículo
436 inciso primero en relación al artículo 439 del Código Penal, junto a lo establecido en
el motivo anterior, se tendrá en cuenta que tanto en el mensaje del ejecutivo al presentar
al legislativo el proyecto de ley sobre responsabilidad penal adolescente, asociada a las
Reglas de Beijing, como el mensaje del ejecutivo al enviar al Congreso el proyecto de la
Ley Nº 20.253 (antidelincuencia) determinaron un sistema de responsabilidad especial
para los adolescentes, por lo que los sentenciadores al analizar la norma y ponderar la
prueba no debieron prescindir de estos criterios y aplicarlos al caso que conocen, de tal
manera que hicieron una errónea aplicación del derecho, que influyó sustancialmente en
lo resolutivo de la sentencia, particularmente en la determinación de la pena ya que no la
aplicaron en su grado mínimo [...] Que, además, procede tener en consideración que para
la doctrina, el fundamento de la agravante de reincidencia es " la mayor peligrosidad
demostrada por el agente, al no ser intimidado por la condena anterior, lo que demuestra
insuficiencia de ésta para el hechor de una marcada pertinacia a infringir la ley penal" [...]
Que de lo relacionado, se desprende que la reincidencia prevista como agravante en el
Nº 16 del artículo 12 del Código Penal, está considerada solamente respecto del adulto
que comete un nuevo delito (en este caso el mismo hecho ilícito), pero no para aquellos
sujetos (como el acusado de autos) que con anterioridad han sido sancionados. como
menores de edad, conforme a la Ley Nº 20.084 de responsabilidad penal adolescente (y
de acuerdo, además, de la Convención de los Derechos del Niño, en que se sustenta en
gran medida), sin que se les hubiese considerado como "delincuentes", sino "infractores",
por tratarse de menores de dieciocho años. Por todo esto, no puede estimarse que la
infracción anterior del imputado de la causa pueda catalogarse de la misma manera que
la situación delictual establecida en este proceso, en que obró como mayor de edad y con
plena capacidad volitiva y de desarrollo, debiendo, por tanto, descartarse la reincidencia
invocada por el Ministerio Público" (C. de Apelaciones de San Miguel, 17 de diciembre de
2012, cons. 3º a 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2857/2012, Rol Nº 1629-2012).

Artículo 7º. Sanción accesoria. El juez estará facultado para establecer,


como sanción accesoria a las previstas en el artículo 6º de esta ley y siempre
que sea necesario en atención a las circunstancias del adolescente, la
obligación de someterlo a tratamientos de rehabilitación por adicción a las
drogas o al alcohol.

Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal  Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículo


6º. Decreto Nº 1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº  20.084 que establece un
sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal,  D.O.  25.04.2007:
artículos 16, 29, 35 letra b)  número 7, 39, 63 inciso final, 115 inciso final, 121 inciso 3º, 122 inciso 1º.

Párrafo 2º De las sanciones no privativas de libertad

Artículo 8º. Amonestación. La amonestación consiste en la reprensión


enérgica al adolescente hecha por el juez, en forma oral, clara y directa, en un
acto único, dirigida a hacerle comprender la gravedad de los hechos cometidos
y las consecuencias que los mismos han tenido o podrían haber tenido, tanto
para la víctima como para el propio adolescente, instándole a cambiar de
comportamiento y formulándole recomendaciones para el futuro.

La aplicación de esta sanción, en todo caso, requerirá una previa declaración


del adolescente asumiendo su responsabilidad en la infracción cometida.

Los padres o guardadores del adolescente serán notificados de la imposición


de la sanción, en caso de no encontrarse presentes en la audiencia.

Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos


6º  inciso 1º, letra h), 42.

1088. De la "amonestación", de sus finalidades, caracteres y


Jurisprudencia: 
consecuencias. Se ha señalado que: "Sin perjuicio de que la referida sanción no exhibe,
en su naturaleza intrínseca, el carácter de una pena privativa ni restrictiva de la libertad
personal, y que su finalidad es otra, hacerle ver al menor por la autoridad judicial su
indebido comportamiento advirtiéndole las consecuencias negativas de su proceder
instándolo a una reflexión a futuro, lo cierto es que esta Corte razonará, sobre la base de
las consideraciones que siguen, que la facultad que prevé el artículo 41 de la Ley
Nº 20.084, en cuanto autoriza al juez para suspender la imposición de la condena si es
procedente en relación a una pena que no priva ni restringe la libertad, como es la de
amonestación, pero cuya imposición efectiva si genera efectos, al dar origen a una
anotación en el extracto de filiación y antecedentes del adolescente" (C. de Apelaciones
de Santiago, 11 de diciembre de 2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6147/2008, Rol
Nº 2115-2008). 1089. De la suspensión de condena a propósito de la
"amonestación": vide artículo 41 Jurisprudencia).

Artículo 9º. Multa. El juez podrá imponer una multa a beneficio fiscal que no


exceda de diez unidades tributarias mensuales. Para su aplicación y la
determinación de su monto, además de los criterios señalados en el artículo 24
de la presente ley, se considerarán la condición y las facultades económicas
del infractor y de la persona a cuyo cuidado se encontrare.

El juez, a petición del adolescente o de su defensor, podrá autorizar el pago


de la multa en cuotas.

La multa será conmutable, a solicitud del infractor, por la sanción de


servicios en beneficio de la comunidad, a razón de 30 horas por cada tres
unidades tributarias mensuales.

Concordancias: Ley Nº  20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos
6º  inciso 1º, letra g), 24, 42.

Artículo 10. Reparación del daño. La reparación del daño consiste en la


obligación de resarcir a la víctima el perjuicio causado con la infracción, sea
mediante una prestación en dinero, la restitución o reposición de la cosa objeto
de la infracción o un servicio no remunerado en su favor. En este último caso,
la imposición de la sanción requerirá de la aceptación previa del condenado y
de la víctima.

El cumplimiento de la sanción no obstará a que la víctima persiga la


responsabilidad contemplada en el artículo 2320 del Código Civil, pero sólo en
aquello en que la reparación sea declarada como insuficiente.

Concordancias: Código Civil: artículo 2320. Ley Nº 20.084, sobreResponsabilidad Penal


Adolescente,D.O.  7.12.2005: artículos 6º  inciso 1º, letra f), 42.

Artículo 11. Servicios en beneficio de la comunidad. La sanción de


prestación de servicios en beneficio de la comunidad consiste en la realización
de actividades no remuneradas a favor de la colectividad o en beneficio de
personas en situación de precariedad.

La prestación de servicios en beneficio de la comunidad no podrá exceder en


ningún caso de cuatro horas diarias y deberá ser compatible con la actividad
educacional o laboral que el adolescente realice. La sanción tendrá una
extensión mínima de 30 horas y máxima de 120.

La imposición de esta sanción requerirá del acuerdo del condenado,


debiendo, en su caso, ser sustituida por una sanción superior, no privativa de
libertad.

Concordancias: Ley Nº  20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos
6º, inciso 1º, letra e), 23 inciso final, 42.

Artículo 12. Prohibición de conducir vehículos motorizados. La


prohibición de conducir vehículos motorizados se podrá imponer a un
adolescente como sanción accesoria cuando la conducta en que se funda la
infracción por la cual se le condena haya sido ejecutada mediante la
conducción de dichos vehículos.

La sanción se hará efectiva desde el momento de dictación de la sentencia


condenatoria y su duración podrá extenderse hasta el período que le faltare al
adolescente para cumplir veinte años.

En caso de quebrantamiento, se estará a lo dispuesto en el artículo 52 de


esta ley, a menos que a consecuencia de la conducción se hubiere afectado la
vida, la integridad corporal o la salud de alguna persona, caso en el cual se
remitirán los antecedentes al Ministerio Público para el ejercicio de las acciones
que correspondan.

Concordancias: Ley Nº  20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos
6º  inciso 2º, letra a), 42.
Artículo 13. Libertad asistida. La libertad asistida consiste en la sujeción
del adolescente al control de un delegado conforme a un plan de desarrollo
personal basado en programas y servicios que favorezcan su integración
social.

La función del delegado consistirá en la orientación, control y motivación del


adolescente e incluirá la obligación de procurar por todos los medios a su
alcance el acceso efectivo a los programas y servicios requeridos.

El control del delegado se ejercerá en base a las medidas de supervigilancia


que sean aprobadas por el tribunal, que incluirán, en todo caso, la asistencia
obligatoria del adolescente a encuentros periódicos previamente fijados con él
mismo y a programas socio-educativos. Para ello, una vez designado, el
delegado propondrá al tribunal un plan personalizado de cumplimiento de
actividades periódicas en programas o servicios de carácter educativo, socio-
educativo, de terapia, de promoción y protección de sus derechos y de
participación. En él, deberá incluir la asistencia regular al sistema escolar o de
enseñanza que corresponda.

Podrán incluirse en dicho plan medidas como la prohibición de asistir a


determinadas reuniones, recintos o espectáculos públicos, de visitar
determinados lugares o de aproximarse a la víctima, a sus familiares o a otras
personas, u otras condiciones similares.

La duración de esta sanción no podrá exceder de tres años.

Concordancias: Ley Nº  20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos
6º  inciso 1º, letra d), 23 inciso final, 42. Decreto Nº  1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la
Ley Nº 20.084 que establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la
ley penal,  D.O.  25.04.2007: artículo 45.

Artículo 14. Libertad asistida especial. En esta modalidad de libertad


asistida deberá asegurarse la asistencia del adolescente a un programa
intensivo de actividades socio-educativas y de reinserción social en el ámbito
comunitario que permita la participación en el proceso de educación formal, la
capacitación laboral, la posibilidad de acceder a programas de tratamiento y
rehabilitación de drogas en centros previamente acreditados por los
organismos competentes y el fortalecimiento del vínculo con su familia o adulto
responsable.

En la resolución que apruebe el plan, el tribunal fijará la frecuencia y


duración de los encuentros obligatorios y las tareas de supervisión que ejercerá
el delegado.

La duración de esta sanción no podrá exceder los tres años.


Concordancias: Ley Nº  20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos
6º  inciso 1º, letra c), 23 inciso final, 42. Decreto Nº 1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la
Ley Nº 20.084 que establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la
ley penal,  D.O.  25.04.2007: artículo 45.

Párrafo 3º De las sanciones privativas de libertad

Artículo 15. Sanciones privativas de libertad. Las sanciones privativas


de libertad consisten en la internación en régimen semicerrado con programa
de reinserción social y en la internación en régimen cerrado con programa de
reinserción social.

Estos programas de reinserción social se realizarán, en lo posible, con la


colaboración de la familia.

Concordancias: Ley Nº  20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos
6º  inciso 1º, letras a) y b), 18, 26. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
Derechos del Niño,D.O.  27.09.1990: artículo 37.

Artículo 16. Internación en régimen semicerrado con programa de


reinserción social. La sanción de privación de libertad bajo la modalidad de
internación en régimen semicerrado con programa de reinserción social
consistirá en la residencia obligatoria del adolescente en un centro de privación
de libertad, sujeto a un programa de reinserción social a ser desarrollado tanto
al interior del recinto como en el medio libre.

Una vez impuesta la pena y determinada su duración, el director del centro


que haya sido designado para su cumplimiento, propondrá al tribunal un
régimen o programa personalizado de actividades, que considerará las
siguientes prescripciones:

a) Las medidas a adoptar para la asistencia y cumplimiento del adolescente


del proceso de educación formal o de reescolarización. El director del centro
deberá velar por el cumplimiento de esta obligación y para dicho efecto
mantendrá comunicación permanente con el respectivo establecimiento
educacional;

b) El desarrollo periódico de actividades de formación, socio-educativas y de


participación, especificando las que serán ejecutadas al interior del recinto y las
que se desarrollarán en el medio libre, y
c) Las actividades a desarrollar en el medio libre contemplarán, a lo menos,
ocho horas, no pudiendo llevarse a cabo entre las 22.00 y las 07.00 horas del
día siguiente, a menos que excepcionalmente ello sea necesario para el
cumplimiento de los fines señalados en las letras precedentes y en el artículo
20.

El programa será aprobado judicialmente en la audiencia de lectura de la


sentencia o en otra posterior, que deberá realizarse dentro de los quince días
siguientes a aquélla.

El director del centro informará periódicamente al tribunal acerca del


cumplimiento y evolución de las medidas a que se refiere la letra a).

Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículo


6º  inciso 1º, letra b).

Artículo 17. Internación en régimen cerrado con programa de


reinserción social. La internación en régimen cerrado con programa de
reinserción social importará la privación de libertad en un centro especializado
para adolescentes, bajo un régimen orientado al cumplimiento de los objetivos
previstos en el artículo 20 de esta ley.

En virtud de ello, dicho régimen considerará necesariamente la plena


garantía de la continuidad de sus estudios básicos, medios y especializados,
incluyendo su reinserción escolar, en el caso de haber desertado del sistema
escolar formal, y la participación en actividades de carácter socio-educativo, de
formación, de preparación para la vida laboral y de desarrollo personal.
Además, deberá asegurar el tratamiento y rehabilitación del consumo de
drogas para quienes lo requieran y accedan a ello.

Concordancias: Ley Nº  20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos
6º  inciso 1º, letra a), 20.

1090. El programa de reinserción social forma parte integrante de la


Jurisprudencia: 
sanción privativa de libertad y la determinación de su contenido específico es sólo
un complemento que fija las condiciones mínimas de garantía para el menor. Se ha
declarado así, que: "El programa de reinserción social a que se refiere el artículo 17 de la
Ley Nº 20.084 forma parte integrante de la sanción privativa de libertad impuesta por la
sentencia del Tribunal Oral en lo Penal de Puente Alto. Es esta sentencia la que
determinó la índole y duración de la pena que correspondía imponer por el delito
cometido, conforme con lo establecido en el artículo 23 de ese cuerpo legal, la que incluye
el programa de reinserción social que corresponda. De esta manera, la determinación del
contenido específico de dicho programa, a juicio de esta Corte, no constituye sino un
complemento que fija las condiciones mínimas que deben garantizarse al menor
condenado, con el objeto de lograr los objetivos que el artículo 20 del mismo cuerpo legal
asigna a las especiales sanciones que el sistema de responsabilidad penal adolescente
contempla, esto es, una intervención socioeducativa amplia y orientada a la plena
integración social del menor que ha delinquido" (C. de Apelaciones de San Miguel, 24 de
marzo de 2008, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5547/2008, Rol Nº 170-2008). 1091. El
cumplimiento de la condena se inicia desde que la sentencia queda ejecutoriada,
aunque no se haya aprobado el programa de reinserción. En este sentido se ha
sostenido que: "El cumplimiento de la condena por parte del menor sentenciado se inició
desde el instante que ésta quedó ejecutoriada, considerando que el menor condenado se
encontraba privado de libertad a la fecha de dicha sentencia, y por consiguiente, desde
esa data era posible que el juez de garantía a que se refiere el artículo 50 de la Ley
Nº 20.084, pudiera adoptar aquellas medidas sustitutivas y de otro carácter que prevén
sus artículos 53, 54 y 55 [...] Que la afirmación contenida en el considerando precedente
parece irredarguible en la medida que, una conclusión diversa llevaría a sostener que el
plazo transcurrido desde la fecha en que el fallo sancionatorio quedó ejecutoriado y la
época de aprobación del programa de reinserción, no podría considerarse como parte del
cumplimiento de la sentencia. Una conclusión tal carece de toda racionalidad y por otra
parte, contradice directamente principios básicos que sustentan el sistema penal general,
y particularmente, el de responsabilidad penal adolescente. Este último exige considerar
siempre el interés superior del niño, que se expresa en el reconocimiento y respeto a sus
derechos y propender a que las sanciones formen parte de un sistema formativo social y
de enseñanza sistemática, orientado a su integración a la sociedad. Es contrario a esos
principios, el pretender que el cumplimiento de una condena no se inicia sino con la
aprobación de un programa cuya preparación, presentación a la consideración judicial y
posterior aprobación, no depende del condenado, privado en tanto de su libertad" (C. de
Apelaciones de San Miguel, 24 de marzo de 2008, cons. 8º y 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5547/2008, Rol Nº 170-2008).

Artículo 18. Límite máximo de las penas privativas de libertad. Las penas


de internación en régimen cerrado y semicerrado, ambas con programa de
reinserción social, que se impongan a los adolescentes no podrán exceder de
cinco años si el infractor tuviere menos de dieciséis años, o de diez años si
tuviere más de esa edad.

Concordancias: Ley Nº  20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos
6º  inciso 1º, letras a) y b, 15, 16, 17, 22.

Párrafo 4º Sanciones mixtas

Artículo 19. Sanciones mixtas. En el caso del numeral 1 del artículo 23, el


tribunal sólo podrá imponer complementariamente la sanción de internación en
régimen semicerrado, después del segundo año del tiempo de la condena. 735

En los demás casos en que fuere procedente la internación en régimen


cerrado o semicerrado, ambas con programa de reinserción social, el tribunal
podrá imponer complementariamente una sanción de libertad asistida en
cualquiera de sus formas, por un máximo que no supere el tiempo de la
condena principal. Esta última se cumplirá:736

a) Con posterioridad a la ejecución de la pena privativa de libertad, siempre y


cuando en total no se supere la duración máxima de ésta, o

b) En forma previa a su ejecución. En este caso la pena principal quedará en


suspenso y en carácter condicional, para ejecutarse en caso de incumplimiento
de la libertad asistida en cualquiera de sus formas, en el caso de las penas que
se extienden hasta quinientos cuarenta días.

Concordancias: Ley Nº  20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos
23 número 1, 52 número 7.

Párrafo 5º De la determinación de las sanciones

Artículo 20. Finalidad de las sanciones y otras consecuencias. Las


sanciones y consecuencias que esta ley establece tienen por objeto hacer
efectiva la responsabilidad de los adolescentes por los hechos delictivos que
cometan, de tal manera que la sanción forme parte de una intervención socio—
educativa amplia y orientada a la plena integración social.

Concordancias: Ley Nº  20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos
17 inciso 1, 25 inciso 2. Decreto Nº  1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº 20.084
que establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley
penal, D.O. 25.04.2007: artículos 19, 60.

1092. De los criterios orientadores en relación con la finalidad de las


Jurisprudencia: 
sanciones. Desde muy temprano, la E Corte Suprema destacó que: "[E]l legislador en la
xcma. 

Ley Nº 20.084 sí se preocupó de establecer un sistema de sanciones diferenciado, pero


siempre unido como marco referencial al sistema de los adultos, y que desde allí
mediante una serie de mecanismos se llegue a determinar el quantum preciso de una
pena, con lo que procede rechazar otro de los argumentos esgrimidos por la defensa, en
el sentido de sostener que no se contempla pena para el hecho perpetrado por el menor.
En lo que respecta a la determinación final de la pena a imponer, debe señalarse que si
bien en la nueva ley, el artículo 6º en sus letras a) a la h), establece diferentes sanciones,
las que se impondrán en sustitución de las fijadas en el Código Penal y leyes
complementarias en general, no afectan ellas el marco regulatorio previo, puesto que sólo
entrarán a regir luego de cumplidas las reglas de determinación legal del castigo, por lo
que se sigue dependiendo del Código Penal" (C. Suprema, 21 de agosto de 2007, cons.
12º, LegalPublishing: Cl/Jur/1929/2007, Rol Nº 3498-2007). Con muy ligeras variantes,
reprodujo este considerando en sentencias posteriores: "[L]a Ley del ramo, sí se preocupó
de establecer un sistema de sanciones diferenciado, pero siempre unido como marco
referencial al sistema de los adultos, y desde allí mediante una serie de mecanismos,
determinar el quantum preciso de una pena. Lo anterior implica rechazar otro de los
argumentos esgrimidos por la defensa, en el sentido de sostener que no se contempla
pena al caso en que incurrieron sus representados, lo que por la razones expresadas no
es posible que así ocurra. En lo que respecta a la determinación final de la pena a
imponer a cada caso, debe señalarse que si bien en la nueva ley, su artículo 6, en sus
letras a) a la h), establece diferentes sanciones, las que se impondrán en sustitución de
las fijadas en el Código Penal y Leyes complementarias en general, no afectan el marco
regulatorio previo, esto es, sólo entrarán a regir luego de cumplidas las reglas de
determinación legal del castigo, por lo que se sigue dependiendo del Código Penal"
(C. Suprema, 28 de agosto de 2007, cons. 21º, LegalPublishing: Cl/Jur/1799/2007, Rol
Nº 3627-2007). Esta opinión ha sido recibida por algún tribunal de alzada: "La citada
legislación se preocupó de establecer un sistema de determinación de penas enteramente
nuevo, que pretende concretar tanto las finalidades de punición como de rehabilitación de
los adolescentes, conjugando equilibradamente las aspiraciones sociales de seguridad y
justicia con las necesidades del joven de completar sus procesos de maduración y
educación. Es por ello que todas las sanciones que dicha legislación prevé se orientan,
principalmente, a la rehabilitación de los menores, a su reinserción, lo que se pone de
relieve en su artículo 20, al disponer que la sanción tendrá una connotación
socioeducativa y orientada a la plena integración social del menor. De este modo, el
nuevo ordenamiento consagró un marco legal cuyo objeto es morigerar los castigos
generales previstos en el Código Penal, siguiendo las modernas tendencias del derecho
comparado, contemplando un amplio abanico de sanciones no privativas de libertad" (C.
de Apelaciones de Santiago, 11 de diciembre de 2008, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6147/2008, Rol Nº 2115-2008). 1093. Las sanciones fijadas por
esta ley tienen los fines exclusivos que se establecen en este artículo, de guisa que
no puede atribuírsele otros, ni en su propio sistema de responsabilidad, ni fuera de
él. Es esta una opinión asentada en la jurisprudencia de la E Corte Suprema y, en
xcma. 

cuanto tal, reiterada con frecuencia por los tribunales de alzada: "la jurisprudencia de la
Corte Suprema ha sostenido que las sanciones de la Ley Nº 20.084 tienen un fin
expresamente previsto en su artículo 20, esto es, hacer efectiva la responsabilidad de los
adolescentes por los hechos delictivos que cometan, de modo que no puede atribuírseles
otros fines diversos, ni dentro de su propio sistema de responsabilidad penal, ni mucho
menos fuera de éste, como lo sería utilizar esa sanción no ya para hacer efectiva la
responsabilidad penal del menor, sino para agravarla por los ilícitos cometidos siendo
adulto. Empero, no sólo hay una contravención formal al usar las sanciones de la Ley
Nº 20.084 para un objetivo distinto al de hacer efectiva la responsabilidad penal del
adolescente, sino también una colisión material, pues esa pena adjudicada siendo
adolescente, nuevamente por mandato expreso del citado artículo 20 y del artículo 40
Nº 1 de la Convención sobre los Derechos del Niño, que fue su fuente informadora, debe
orientarse a su "plena integración social" y nada más contrario y alejado a dicha directriz
que luego valerse de esa sanción precisamente para incrementar las penas privativas de
libertad cuyo efecto desocializador y despersonalizante no requiere prueba que el sistema
penal de adultos prevé para la generalidad de los delitos" (C. de Apelaciones de Santiago,
10 de abril de 2015, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2022/2015, Rol Nº 416-2015).

Artículo 21. Reglas de determinación de la extensión de las penas. Para


establecer la duración de la sanción que deba imponerse con arreglo a la
presente ley, el tribunal deberá aplicar, a partir de la pena inferior en un grado
al mínimo de los señalados por la ley para el ilícito correspondiente, las reglas
previstas en el Párrafo 4 del Título III del Libro I del Código Penal, con
excepción de lo dispuesto en el artículo 69 de dicho Código. 737

Concordancias: Código Penal: artículos 50 a 68 bis y 70 a 78. Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad


Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículo 35 inciso 2º.

1094. De la no aplicación de la agravante de reincidencia consagrada en el


Jurisprudencia: 
artículo 12 número 6 del Código Penal en sede de responsabilidad penal
adolescente. En este sentido se ha declarado: "Que en lo atingente al hecho de no
aplicar en el robo pesquisado la agravante de reincidencia en delito de la misma especie
del artículo 12 Nº 16 del Código Penal, cabe señalar que el artículo 21 de la Ley
Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, que fija las reglas de determinación
de la extensión de las penas, hace aplicable las reglas previstas en el Párrafo 4º del Título
III del Libro I del Código Penal, con excepción del artículo 69, y no considera la agravante
cuya aplicación echa de menos el Ministerio Público, la que está contemplada en el Título
I del Libro I, de manera que la modificación introducida al artículo 12 Nº 16 del Código
Penal por la Ley Nº 20.253, según el cual basta para considerar circunstancia agravante
el hecho de haber sido condenado el culpable anteriormente por delito de la misma
especie, no resulta aplicable por no estar comprendido entre las normas a las que se
remite la ley especial" (C. de Apelaciones de Santiago, 17 de marzo de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/8545/2009, Rol Nº 2692-2008).

Artículo 22. Aplicación de los límites máximos de las penas privativas de


libertad. Si la sanción calculada en la forma dispuesta en el artículo precedente
supera los límites máximos dispuestos en el artículo 18, su extensión definitiva
deberá ajustarse a dichos límites.738

Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículo


18.

Artículo 23. Reglas de determinación de la naturaleza de la pena. La


determinación de la naturaleza de la pena que deba imponerse a los
adolescentes con arreglo a la presente ley, se regirá por las reglas siguientes:

1. Si la extensión de la pena supera los cinco años de privación de libertad,


el tribunal deberá aplicar la pena de internación en régimen cerrado con
programa de reinserción social.739

2. Si la pena va de tres años y un día a cinco años de privación de libertad o


si se trata de una pena restrictiva de libertad superior a tres años, el tribunal
podrá imponer las penas de internación en régimen cerrado con programa de
reinserción social, internación en régimen semicerrado con programa de
reinserción social o libertad asistida especial.

3. Si la pena privativa o restrictiva de libertad se extiende entre quinientos


cuarenta y un días y tres años, el tribunal podrá imponer las penas de
internación en régimen semicerrado con programa de reinserción social,
libertad asistida en cualquiera de sus formas y prestación de servicios en
beneficio de la comunidad.

4. Si la pena privativa o restrictiva de libertad se ubica entre sesenta y uno y


quinientos cuarenta días, el tribunal podrá imponer las penas de internación en
régimen semicerrado con programa de reinserción social, libertad asistida en
cualquiera de sus formas, prestación de servicios en beneficio de la comunidad
o reparación del daño causado.

5. Si la pena es igual o inferior a sesenta días o si no constituye una pena


privativa o restrictiva de libertad, el tribunal podrá imponer las penas de
prestación de servicios en beneficio de la comunidad, reparación del daño
causado, multa o amonestación.

Tabla Demostrativa Extensión de la sanción y penas aplicables

Desde 5 años y 1 día:

— Internación en régimen cerrado con programa de reinserción social.

— Internación en régimen semicerrado con programa de reinserción social.

Desde 3 años y un día a 5 años:

— Internación en régimen cerrado con programa de reinserción social.

— Internación en régimen semicerrado con programa de reinserción social.

— Libertad asistida especial.

Desde 541 días a 3 años:

— Internación en régimen semicerrado con programa de reinserción social.

— Libertad asistida en cualquiera de sus formas.

— Prestación de servicios en beneficio de la comunidad.

Desde 61 a 540 días:


— Internación en régimen semicerrado con programa de reinserción social.

— Libertad asistida en cualquiera de sus formas.

— Prestación de servicios en beneficio de la comunidad.

— Reparación del daño causado.

Desde 1 a 60 días:

— Prestación de servicios en beneficio de la comunidad.

— Reparación del daño causado.

— Multa.

— Amonestación.

La duración de las sanciones de libertad asistida, libertad asistida especial y


prestación de servicios a la comunidad se regirá por lo dispuesto en los
artículos 11, 13 y 14 de la presente ley.740

Concordancias: Ley Nº  20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos
11, 13, 14, 19 inciso 1º, 25 inciso 1º.

Artículo 24. Criterios de determinación de la pena. Para determinar la


naturaleza de las sanciones, dentro de los márgenes antes establecidos, el
tribunal deberá atender, dejando constancia de ello en su fallo, a los siguientes
criterios:

a) La gravedad del ilícito de que se trate;

b) La calidad en que el adolescente participó en el hecho y el grado de


ejecución de la infracción;

c) La concurrencia de circunstancias atenuantes o agravantes de la


responsabilidad criminal;

d) La edad del adolescente infractor;

e) La extensión del mal causado con la ejecución del delito, y

f) La idoneidad de la sanción para fortalecer el respeto del adolescente por


los derechos y libertades de las personas y sus necesidades de desarrollo e
integración social.
Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículo
9º  inciso 1º.

1095. De los criterios de determinación de la pena y del papel del juez en


Jurisprudencia: 
su interpretación y aplicación. Se ha estimado que: "Estos criterios consagran en
materia de determinación de la pena un necesario grado de flexibilidad para los jueces,
que les permita considerar las particularidades de cada caso, las necesidades de cada
joven y sus posibilidades de rehabilitación, ya que el sistema de penas no debe traducirse
en un ejercicio matemático, por cuanto no puede olvidarse que, aparte del afán
sancionador, informa la ratio legis el fin político criminal de reinsertar al infractor. Lo
anterior permite apreciar que los objetivos perseguidos por el legislador no se agotan con
la determinación de la pena asignada al delito sino que el juez que la impone tiene un rol
activo e integral en asegurar el necesario equilibrio que debe existir entre el intento de
rehabilitar al condenado y la necesidad de proteger a la sociedad frente a las conductas
delictivas de los adolescentes (Sentencia del Tribunal Constitucional de trece de junio de
dos mil siete, Rol Nº 786-2007). En este predicamento, el magistrado del grado siguiendo
paso a paso las etapas que contempla la ley respectiva, y dejando constancia de los
parámetros que tuvo en consideración para fijar la pena definitiva, estando legalmente
facultado para imponerla dentro del grado en que la determinó, es soberano para definir la
extensión que estime conveniente, según las particulares condiciones de cada caso, toda
vez que, la ley nacional, tal como la mayoría de la legislación extranjera consultada en su
establecimiento, no establece un mínimo en cada sanción sino tan sólo el máximo. Esta
es la única manera de darle contenido y coherencia a las diversas normas citadas, y a
todo el nuevo régimen que establece la Ley de Responsabilidad Juvenil, desde que se
trata de un todo orgánico como sistema de establecimiento de sanciones, según ya se
explicó" (Sentencia Corte Suprema de catorce de julio de dos mil ocho, Rol Nº 316-2008)"
(C. Apelaciones de Concepción, 23 de julio de 2010, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4127/2010, Rol Nº 341-2010). 1096. De la potestad del juez en
la determinación de la pena y de la posibilidad de impugnación de la sentencia por
error de derecho en la apreciación de los criterios de determinación de la pena
fijados en este artículo 24. A propósito de esta cuestión se ha precisado que: "Como
también esta Corte ha señalado, es posible impugnar una sentencia por adolecer error de
derecho en la apreciación de los criterios de determinación de la pena contemplados en el
artículo 24 de la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente. Así, se ha indicado que,
aplicadas la reglas objetivas de determinación de la pena, vr. gr. 14 inciso final, 18, 21, 22
y 23 de la Ley Nº 20.084 y el párrafo cuarto del Libro Tercero del Código Penal, las que
por ser precisamente objetivas permiten determinar su quebrantamiento, los parámetros
del artículo 24 de la Ley, aplicables a la hora de fijar la naturaleza y magnitud de la
sanción impuesta, tienen un fin y presentan características que hacen discutible y difícil el
control de su aplicación desde un punto de vista material. Por lo mismo, la norma en
cuestión entrega al sentenciador parámetros que, aún contrarios a la pretensión de
certeza y uniformidad judicial, caen en el terreno de la discrecionalidad judicial,
controlables sí formalmente por vía de la exigencia incrementada por la Ley de
responsabilidad penal juvenil, de argumentación al efecto. No obstante ello, se ha
señalado que debe convenirse que tal discrecionalidad no puede ni debe entenderse
absoluta y, con ello, puede ser objeto de control material, primero, sobre la base de los
principios que rigen la responsabilidad penal adolescente, por ejemplo, el carácter de
último recurso de la privación de libertad y el interés superior del adolescente; en segundo
término, por los objetivos de las sanciones de la ley, retribución y prevención especial
positiva, las exigencias de las mismas, proporcionalidad y necesariedad, y, por último, por
el contenido de los baremos del artículo 24 de la Ley Nº 20.084. Así, siempre sobre la
base de aquellos hechos que se hayan determinado como del juicio, pudiera, por ejemplo,
válidamente discreparse, sobre si un ilícito determinado reviste caracteres de gravedad
que se le atribuye, o sobre una mayor o menor extensión del mal causado e, incluso, de la
idoneidad de la sanción para los efectos previstos en la letra f) del artículo 24 de la Ley,
en la medida que el establecimiento fáctico lleve, por lo menos de modo claro, sino
evidente, a determinar que la calificación efectuada por los jueces de instancia en estas
materias, que ciertamente revestiría el carácter de jurídica, resulta equivocada y, teniendo
influencia en lo dispositivo del fallo, la sentencia podría ser anulada por error de
derecho" (C. de Apelaciones de Copiapó, 16 de marzo de 2009, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8522/2009, Rol Nº 307-2008). 1097. Del criterio de la letra
a): la "gravedad del ilícito". Sobre este parámetro para la determinación de la pena se
ha advertido que: "El parámetro de gravedad del hecho previsto en la letra a) del artículo
24 de la Ley, dice relación con la naturaleza de los bienes jurídicos vulnerados, la forma
de acometimiento de los mismos y la intensidad del quebrantamiento de la norma" (C. de
Apelaciones de Copiapó, 16 de marzo de 2009, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8522/2009, Rol Nº 307-2008). 1098. Del criterio de la letra
b): "el grado de ejecución de la infracción" y de la improcedencia de aplicar a un
adolescente infractor penal lo dispuesto en los artículos 55 y 450 inciso 1º del
Código Penal, que ordenan castigar como consumados los delitos de robo con
violencia o intimidación en las personas y robo en lugar habitado desde que se
encuentran en grado de tentativa. Sobre esta cuestión se ha dicho lo siguiente: "Que en
cuanto a considerar consumado el delito atentos a los artículos 55 y 450 del Código
Penal, el primero de los cuales establece que las disposiciones generales contenidas en
los cuatro artículos precedentes, no se aplican si la tentativa está especialmente penada
por la Ley, de manera que sería improcedente en este caso, rebajar en dos grados la
sanción por tratarse de un delito tentado, ya que lo impediría el citado artículo 450 que
ordena que el robo con intimidación se castigue como consumado desde que se
encuentre en grado de tentativa, cabe concluir que ambas disposiciones, los artículos 55 y
450, no son aplicables a los adolescentes, toda vez que el artículo 24 letra b) de la Ley
Nº 20.084, al referirse a los criterios para determinar la pena, señala específicamente,
entre otros factores, que debe tenerse en cuenta el grado de ejecución de la infracción. Si
es así, resulta lógico que se rebaje la pena en dos grados del mínimo indicado en la ley,
tal como se ha hecho en el fallo recurrido. Es necesario tener presente que el régimen de
sanción para los menores adolescentes está contenido en el párrafo 5º de la Ley
Nº 20.084, cuyos artículos 21, 22 y 23 se refieren a la misma, cuanto a su naturaleza y
determinación; por consiguiente, no corresponde extender el ámbito de aplicación de la
norma del artículo 55 del Código Penal a un imputado que no queda sujeto en cuanto a la
aplicación de la pena a esa preceptiva, sino a la especial de la mencionada Ley
Nº 20.084. Ergo, improcedente se hace la norma del inciso primero del mencionado
artículo 450, toda vez que de no entendérselo así se vulneraría el principio que contiene el
inciso penúltimo del artículo 19 Nº 3 de la Constitución Política de la República,
sobradamente recogido, también, por el derecho internacional vinculante" (C. de
Apelaciones de Santiago, 17 de marzo de 2009, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8545/2009, Rol Nº 2692-2008). En el mismo sentido, en relación
con la no aplicación del citado artículo 450 se ha declarado que: "El artículo 22 de la ley
acerca de la responsabilidad de los menores por conductas constitutivas de ilícitos
penales, nos remite directamente al Párrafo 4º del Título II del Libro I del Código Penal,
donde se establecen los criterios cualitativos como son los de concurrencia en el delito,
esto es, autor o partícipe, y grado de desarrollo del delito, como también directrices
cuantitativas, por ejemplo penas indivisibles o divisibles; así el mayor de 14 y menor de 18
años es considerado por la ley penal por este aspecto como destinatario de ésta a la vez
que inimputable de acuerdo al claro tenor del artículo 10 Nº 2 del mismo Código Punitivo,
por lo que al momento de ser sancionado no se le impondrá, en consecuencia, una pena,
sino una medida en su exclusivo favor con fines determinados precisamente por dicha
causal de inimputabilidad, cual sería su minoría de edad y que se concilia con los
derechos del niño reconocidos en diferentes instrumentos internacionales vigentes en
Chile. 14º Que, en consecuencia, acorde con tales basamentos la manera como se debe
establecer la medida correspondiente si el menor inimputable penalmente debe ser
declarado responsable, como sucede en este caso, es conforme a la garantía que éste
tiene como sujeto de derecho frente al órgano jurisdiccional de que primero se
establecerán los hechos y luego el tribunal aplicará el derecho, y éste, en lo que atañe a
la sanción, conforme a la remisión expresa al Código Penal referida anteriormente, dentro
de los márgenes establecidos en el artículo 23 de la Ley Nº 20.084, en atención a la
calidad del adolescente y el grado de ejecución de la infracción, como lo señala el artículo
24 letra b) de la misma ley, aplicar la pena solicitada por la defensa de 3 años de libertad
asistida especial, de conformidad al artículo 21 de dicha ley, sin que se pueda aplicar el
artículo 450 del Código Penal, por ser inatinente de acuerdo con lo dispuesto en los
artículos 22 inciso primero y 24 letra b) de la Ley citada, al establecerse como primer
criterio: "para determinar la naturaleza de las sanciones, dentro de los márgenes
establecidos (...) "la gravedad del ilícito de que se trate, según el artículo 24 de la Ley,
fijando entonces la pena dentro de ese marco, sin que puedan ser valorados nuevamente,
modificando de ese modo la sanción en perjuicio del menor, con la inclusión de la
circunstancia referida en el artículo 450 del Código Penal, que además mira un fin
retributivo ajeno a las normas sobre responsabilidad de los menores por conductas
constitutivas de ilícitos penales" (C. de Apelaciones de Santiago, 5 de diciembre de 2008,
cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/6145/2008, Rol Nº 2033-2008). Este mismo tribunal ha
reafirmado esta opinión al declarar que: "[L]o dispuesto en el artículo 450 del Código
Penal no resulta aplicable en la especie precisamente atento la sanción que conllevaría y
porque, básicamente, responde al tratamiento de un adulto que comete el ilícito. Lo
anterior, guarda estricta relación con las normas que comprende la Ley Nº 20.084 en
términos de no considerar lo dispuesto en los artículos sobre la cuantía de las penas que
cita el Código Penal; el cuerpo legal citado establece, en definitiva, un subsistema penal
especial a favor de los adolescentes completamente distinto al de los adultos. El
adolescente responsable penalmente se rige, entonces, atento los criterios que le otorga
la citada ley los cuales asumen la categoría de absolutamente válidos para determinar la
naturaleza de las sanciones de conformidad a los artículos 23 y 24 del cuerpo legal citado
[...] Que, consecuencialmente, hace bien el Juzgador de Grado cuando concibe la sanción
sin considerar el artículo 450 del Código punitivo; así, se otorga el verdadero sentido a la
política respecto del adolescente que comete ilícito, traducida —además de lo narrado—
en el tratamiento atento su dignidad, cuidando fortalecer valores y su reintegración a la
sociedad. La no aplicación del artículo 450 del Código Penal en la especie no puede
constituir una infracción al derecho como se pretende por el recurrente" (C. Apelaciones
de Santiago, 24 de diciembre de 2014, cons. 3º y 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/9843/2014,
Rol Nº 3306-2014).

Artículo 25. Imposición conjunta de más de una pena. En las situaciones


regladas en los numerales 3 y 4 del artículo 23, el tribunal podrá imponer
conjuntamente dos de las penas que las mismas reglas señalan, siempre que
la naturaleza de éstas permita su cumplimiento simultáneo.
Lo dispuesto en el inciso precedente tendrá lugar sólo cuando ello permita el
mejor cumplimiento de las finalidades de las sanciones de esta ley expresadas
en el artículo 20 y así se consigne circunstanciadamente en resolución
fundada.

Concordancias: Ley Nº  20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos


20, 23 números 3 y 4.

Artículo 26. Límites a la imposición de sanciones. La privación de libertad se


utilizará sólo como medida de último recurso.

En ningún caso se podrá imponer una pena privativa de libertad si un adulto


condenado por el mismo hecho no debiere cumplir una sanción de dicha
naturaleza.

Concordancias: Ley Nº  20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos
15, 47. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 37.

TÍTULO II PROCEDIMIENTO

Párrafo 1º Disposiciones generales

Artículo 27. Reglas de procedimiento. La investigación, juzgamiento y


ejecución de la responsabilidad por infracciones a la ley penal por parte de
adolescentes se regirá por las disposiciones contenidas en la presente ley y
supletoriamente por las normas del Código Procesal Penal. 741

El conocimiento y fallo de las infracciones respecto de las cuales el


Ministerio Público requiera una pena no privativa de libertad se sujetará a las
reglas del procedimiento simplificado o monitorio, según sea el caso, regulados
en el Título I del Libro IV del Código Procesal Penal.

Concordancias: Código Procesal Penal: artículos 388 a 399.

1099. De si en virtud de esta regla de supletoriedad es procedente aplicar


Jurisprudencia: 
el artículo 149 del Código Procesal Penal en el caso de la medida cautelar de
internación provisoria regulada en la Ley Nº 20.084. La jurisprudencia ha mantenido
dos opiniones: a) No procede la aplicación del citado artículo 149: Planteada la
cuestión de, "si la remisión que el artículo 27 inciso 1º de la Ley Nº 20.084 hace a las
disposiciones del Código Procesal Penal, como normas supletorias en todo lo que no esté
previsto por dicha ley, permite aplicar el artículo 149 del Código Procesal Penal, en cuanto
a la procedencia de la apelación verbal, la I Corte de Apelaciones de Valdivia ha
lma. 

considerado y resuelto: "Que para dar respuesta a la interrogante planteada, cabe


consignar algunas ideas matrices en lo relativo a medidas cautelares personales. A saber,
dos son los requisitos esenciales para los efectos de decretar una medida cautelar, éstos
son los presupuestos materiales y la necesidad de cautela, regulados en los artículos 140
y 155 del Código Procesal Penal. Ahora bien, en lo relativo a la internación provisoria, la
Ley Nº 20.084 establece requisitos adicionales para la concesión de dicha cautelar.
Menciona que se deberá tener en consideración el interés superior del adolescente, que
la privación de libertad se utilizará como medida de último recurso; que la internación
provisoria en un centro cerrado sólo será procedente tratándose de la imputación de las
conductas que de ser cometidas por una persona mayor de 18 años constituirían
crímenes, debiendo aplicarse cuando los objetivos señalados en el inciso primero del
artículo 155 del Código Procesal Penal, no pudieren ser alcanzados mediante la
aplicación de alguna de las demás medidas cautelares personales (artículo 32), y; el Juez
no podrá dar lugar a una medida que parezca desproporcionada en relación con la
sanción que resulte probable de aplicar en caso de condena (artículo 33) [...] Que, otra
particularidad, de la internación provisoria, radica en el lugar donde debe cumplirse, pues
a diferencia de la prisión preventiva, que se cumple en la cárcel, ésta en un Centro de
Internación Provisoria dependiente del Servicio Nacional de Menores [...] Que de lo
expuesto, surge la conclusión, que aplicar el artículo 27 de la Ley Nº 20.084 y 149 del
Código Procesal Penal sin hacer distinciones, vulnera el principio de legalidad establecido
en el artículo 5º del Código Procesal Penal y, que la única manera de evitar tal
vulneración consiste en aplicar restrictivamente el citado artículo 149 del Código Procesal
Penal, de tal suerte que para los menores sólo sea posible la apelación escrita dentro de
quinto día, siendo acertada la declaración de inadmisibilidad de la apelación verbal [...]
Que, se comparte además el argumento dado por el juez informante, en cuanto a que
extender la apelación verbal al caso de menores, tiene consecuencias especialmente
perniciosas, pues implica ampliar la privación de libertad, que queda deferida a la
resolución del recurso, extendiendo la vida de la medida cautelar más allá de lo
expresamente dispuesto por la ley. Por último, el interés superior del niño exige inclinarse
por el sistema de impugnación más favorable para el adolescente imputado [...] Que, en
síntesis, no es posible sostener que la revocación de la internación provisoria, por
aplicación del artículo 27 de la Ley Nº 20.084, se pueda impugnar verbalmente y en
consecuencia, la apelación verbal debe ser declarada inadmisible, toda vez que el
legislador de la Ley Nº 20.253 a sabiendas de la existencia de estas medidas cautelares y
de las penas probables a imponer a los menores de edad, restringió tal sistema de
impugnación sólo a la prisión preventiva y en los delitos de la Ley Nº 20.000, la limitó a la
figura con pena de crimen" (C. Apelaciones de Valdivia, 25 de octubre de 2010, cons.
3º a 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/8888/2010, Rol Nº 373-2010); b) Es procedente la
aplicación del artículo 149: otros tribunales de alzada, en cambio, han optado por esta
opinión, y así se ha señalado que: "Si bien el citado artículo 149 del Código Procesal
Penal se refiere a la prisión preventiva y, en este caso se trata de una medida cautelar
consistente en internación provisoria respecto de un adolescente, que se rige por la Ley
Nº 20.084 sobre Responsabilidad Penal Adolescente, a juicio de estos sentenciadores la
remisión que el artículo 27 inciso 1º de la Ley Nº 20.084 hace a las disposiciones del
Código Procesal Penal, como normas supletorias en todo lo que no esté previsto por
dicha ley, permite aplicar el artículo 149 del Código Procesal Penal porque este último no
es incompatible con alguna norma de esa ley. Lo anterior se ve reafirmado con otras
disposiciones legales del Código Procesal Penal que obviamente también deben aplicarse
en el caso de los adolescentes, tal es el caso de lo dispuesto en el artículo 348 del citado
cuerpo legal que obliga al Tribunal a descontar en la sentencia que condena a una pena
temporal el tiempo que el imputado estuvo detenido, o en prisión preventiva o bajo la
cautelar del artículo 155 letra a), no pudiendo sostenerse que no procede descontar el
tiempo que un adolescente imputado estuvo con la medida de internación provisoria
únicamente porque la disposición no alude a ella, sino a la prisión preventiva, pues pensar
lo contrario llevaría a los adolescentes a una situación más desmedrada que los mayores
de edad" (C. de Apelaciones de Antofagasta, 8 de agosto de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3143/2008, Rol Nº 36-2008). En el mismo sentido se ha dicho
que: "No es necesario recurrir a la analogía para entender que el artículo 149 del Código
Procesal Penal en su actual redacción es aplicable en la especie, desde el momento que
se analiza sólo la procedencia de un recurso de apelación el que, en la instancia superior
podrá ser acogido y/o rechazado. Se debe tener presente que, en el asunto sometido al
conocimiento de esta Corte, se analizan normas contempladas en el párrafo 3º referido a
las Medidas Cautelares Personales, del Título II de la Ley Nº 20.084, párrafo que no
contempla norma especial relativa al recurso de apelación, por lo que se debe dar
aplicación a lo establecido en el artículo 27 de este cuerpo legal, que señala de manera
imperativa que "La investigación, juzgamiento y ejecución de la responsabilidad por las
infracciones a la ley penal por parte de los adolescentes se regirá por las disposiciones
contenidas en la presente ley y supletoriamente por las normas del Código Procesal
Penal" (C. de Apelaciones de San Miguel, 24 de junio de 2008, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6158/2008, Rol Nº 643-2008). Igual opinión ha defendido la
I Corte de Apelaciones de Santiago: "[E]l artículo 27 de la Ley Nº 20.084 establece como
lma. 

norma supletoria las normas del Código Procesal Penal, dentro de las cuales se
encuentra el artículo 149 que hace apelables verbalmente por el Ministerio Público las
resoluciones que nieguen lugar a la prisión preventiva en este caso, la internación
provisoria en casos sobre, entre otros delitos, aquel a que se refiere la presente causa,
razón por la cual la apelación del ente persecutor, habiendo sido presentada en tiempo y
forma, debió haber sido acogida a tramitación. Por estas razones, el presente recurso de
hecho será acogido" (C. Apelaciones de Santiago, 17 de febrero de 2015, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/927/2015, Rol Nº 393-2015). Véase el artículo 32 y su
jurisprudencia al número 915.

Artículo 28. Concurso de procedimientos. Si a una misma persona se le


imputa una infracción sancionada por esta ley y un delito cometido siendo
mayor de dieciocho años, la investigación y juzgamiento de estos hechos se
regirá por las normas del Código Procesal Penal aplicable a los imputados
mayores de edad.

Por su parte, si en un mismo procedimiento se investiga la participación


punible de personas mayores y menores de edad, tendrá lugar lo dispuesto en
los artículos 185 y 274 del Código Procesal Penal. En todo caso, si se hubiere
determinado la sustanciación conjunta de los procesos, se dará cumplimiento,
respecto del menor, de las normas que conforme a esta ley son aplicables al
juzgamiento de los adolescentes.
Concordancias: Código Procesal Penal: artículos 185, 274.

Párrafo 2º Sistema de justicia especializada

Artículo 29. Especialización de la justicia penal para adolescentes. Los


jueces de garantía, los jueces del tribunal de juicio oral en lo penal, así como
los fiscales adjuntos y los defensores penales públicos que intervengan en las
causas de adolescentes, deberán estar capacitados en los estudios e
información criminológica vinculada a la ocurrencia de estas infracciones, en la
Convención de los Derechos del Niño, en las características y especificidades
de la etapa adolescente y en el sistema de ejecución de sanciones establecido
en esta misma ley.

No obstante, todo fiscal, defensor o juez con competencia en materias


criminales se encuentra habilitado para intervenir, en el marco de sus
competencias, si, excepcionalmente, por circunstancias derivadas del sistema
de distribución del trabajo, ello fuere necesario.

En virtud de lo dispuesto en los incisos precedentes, los comités de jueces


de los tribunales de garantía y orales en lo penal considerarán, en el
procedimiento objetivo y general de distribución de causas, la radicación e
integración preferente de quienes cuenten con dicha capacitación.

Cada institución adoptará las medidas pertinentes para garantizar la


especialización a que se refiere la presente disposición.

Concordancias: Ley Nº  20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos
57, 69. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 4º.

Artículo 30. Capacitación de las policías. Las instituciones policiales


incorporarán dentro de sus programas de formación y perfeccionamiento, los
estudios necesarios para que los agentes policiales cuenten con los
conocimientos relativos a los objetivos y contenidos de la presente ley, a la
Convención de los Derechos del Niño y a los fenómenos criminológicos
asociados a la ocurrencia de estas infracciones.

Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 4º.
Párrafo 3º De las medidas cautelares personales

Artículo 31. Detención en caso de flagrancia. Carabineros de Chile y la


Policía de Investigaciones, en sus respectivos ámbitos de competencia,
deberán poner a los adolescentes que se encuentren en las situaciones
previstas en los artículos 129 y 131 del Código Procesal Penal, a disposición
del juez de garantía, de manera directa y en el menor tiempo posible, no
pudiendo exceder de 24 horas. La audiencia judicial que se celebre gozará de
preferencia en su programación. El adolescente sólo podrá declarar ante el
fiscal en presencia de un defensor, cuya participación será indispensable en
cualquier actuación en que se requiera al adolescente y que exceda de la mera
acreditación de su identidad. Dicha detención se regulará, salvo en los
aspectos previstos en este artículo, por el párrafo 3º del Título V del Libro I del
Código Procesal Penal. Si se diere lugar a la ampliación del plazo de la
detención conforme al artículo 132 de dicho Código, ésta sólo podrá ser
ejecutada en los centros de internación provisoria de que trata la presente
ley.742

La detención de una persona visiblemente menor en un establecimiento


distinto de los señalados en el inciso anterior, constituirá una infracción
funcionaria grave y será sancionada con la medida disciplinaria que proceda de
acuerdo al mérito de los antecedentes, sin perjuicio de las demás
responsabilidades en que pueda haber incurrido el infractor.

En la ejecución de la detención e internación provisoria que sea decretada


deberá darse cumplimiento a lo previsto en los artículos 17 de la Ley Nº 16.618
y 37, letra c), de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño. El
menor privado de libertad siempre podrá ejercer los derechos consagrados en
los artículos 93 y 94 del Código Procesal Penal y 37 y 40 de esa Convención.
Los encargados de dichos centros no podrán aceptar el ingreso de menores
sino en virtud de órdenes impartidas por el juez de garantía competente.

Si el hecho imputado al menor fuere alguno de aquéllos señalados en el


artículo 124 del Código Procesal Penal, Carabineros de Chile se limitará a citar
al menor a la presencia del fiscal y lo dejará en libertad, previo señalamiento de
domicilio en la forma prevista por el artículo 26 del mismo Código.

Concordancias: Código Procesal Penal: artículos 26, 93, 94, 124, 129,  131, 132. Ley Nº  16.618, Ley
de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 17.
Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,  D.O.  27.09.1990:
artículos 37 letra c), 40.

1100. Este artículo prevé condiciones particulares para el procesamiento


Jurisprudencia: 
de adolescentes y, de este modo, fortalece la garantía del debido proceso. En ese
sentido la E Corte Suprema ha advertido que: "[E]n relación al deber de no afectar el
xcma. 

derecho a la prohibición de no autoincriminación que también se esgrime como sustento


de la nulidad, es del caso traer a colación la premisa básica prevista en el artículo 8.2 letra
g) de la Convención Americana de Derechos Humanos, cual es el derecho a no ser
obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, lo que recoge también el
artículo 14.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Tal contenido es
receptado en el Código Procesal al prevenir el derecho a guardar silencio como
consecuencia de entenderse que el deber de probar asiste únicamente al acusador, lo
que luego también hace el artículo 31 de la Ley Nº 20.084 sobre Responsabilidad Penal
de los Adolescentes por Infracciones a la Ley Penal, que reza: "Carabineros de Chile y la
Policía de Investigaciones, en sus respectivos ámbitos de competencia, deberán poner a
los adolescentes que se encuentren en las situaciones previstas en los artículos 129 y
131 del Código Procesal Penal, a disposición del juez de garantía, de manera directa y en
el menor tiempo posible, no pudiendo exceder de 24 horas. La audiencia judicial que se
celebre gozará de preferencia en su programación. El adolescente sólo podrá declarar
ante el fiscal en presencia de un defensor, cuya participación será indispensable en
cualquier actuación en que se requiera al adolescente y que exceda de la mera
acreditación de su identidad". Esta última norma, entonces, solo previene condiciones
particulares para el procesamiento de adolescentes que se explican por tratarse de
personas en desarrollo que requieren de un sistema legal que garantice una reacción
penal adecuada a su condición que no les permite tomar decisiones con entera libertad ni
comprender necesariamente las consecuencias procesales de las mismas, sobre todo
cuando se ven enfrentados a persecución penal. La norma legal refuerza la garantía del
debido proceso en su variante de la legalidad del procedimiento, en cuanto previene que
el adolescente únicamente puede prestar declaración ante el Fiscal y en presencia de un
defensor, ciertamente porque, cual ocurre según la regla general ya referida, habrá de
declarar por interés propio" (C. Suprema, 1 de abril de 2015, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1777/2015, Rol Nº 2304-2015). 1101. De que no toda diligencia
de investigación requiere de la presencia del defensor. Se ha entendido que: "Cuando
el artículo 31 de la Ley sobre Responsabilidad Penal Adolescente, luego de la
modificación introducida por la Ley Nº 20.121, que amplió el plazo de detención de los
menores, pero, paralelamente, para asegurar sus derechos, estableció que la
participación del defensor será indispensable para cualquier actuación que requiera al
adolescente y que exceda de la mera acreditación de su identidad, ciertamente se está
refiriendo a diligencias de investigación que, sin autorización judicial, pueden ser
practicadas previo consentimiento del imputado, como, por ejemplo, declaraciones
voluntarias, práctica de exámenes corporales, pruebas caligráficas, entrada y registro de
lugares cerrados, pues sólo en la medida que se asegura al menor imputado una correcta
información de sus derechos y las consecuencias de su autorización, lo que,
evidentemente se logra con la presencia de un abogado defensor, puede estimarse que
su consentimiento resulta válido. Por el contrario, tratándose de diligencias de
investigación que la policía puede practicar sin mediar consentimiento del afectado, orden
del fiscal o autorización judicial, como resulta ser precisamente la incautación de objetos
conforme al artículo 187 del Código Procesal Penal, la presencia del abogado carece de
sentido, como quiera que siempre la diligencia pueda efectuarse. De aceptarse el
predicamento del señor defensor, en orden a que siempre y para toda diligencia de
investigación se requiere la presencia del defensor se llegaría a diversos absurdos lógicos
y jurídicos como, por ejemplo, que aun mediando autorización judicial no podrían
practicarse o dejar al arbitrio del abogado defensor la práctica de diligencias de
investigación que, al mismo tiempo, son cuestiones de seguridad mínimas, como, por
ejemplo y siempre dentro de lo dispuesto en el artículo 187 del Código Procesal Penal, la
incautación de armas que menores detenidos en situación de flagrancia, portaren" (C. de
Apelaciones de Copiapó, 16 de marzo de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8522/2009, Rol Nº 307-2008). En la misma línea se ha entendido
que: "[L]a disposición antes transcrita en cuanto exige la presencia del defensor cuando
declara un menor, no resulta aplicable en la especie, desde que la diligencia cuestionada
se refiere a un reconocimiento fotográfico en dependencias policiales por la víctima,
denunciante de un delito, del que resultó la individualización de dos personas menores de
edad. Evidentemente el resguardo de los derechos y protección de los adolescentes por
medio de la presencia del defensor, en este caso específico es impertinente, puesto que
la actividad policial está dirigida hacia la víctima para el reconocimiento por medio de
fotografías de un set que incluye una variedad de personas, y no se vincula con la
presencia física de los imputados menores" (C. Apelaciones de San Miguel, 19 de marzo
de 2015, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/1740/2015, Rol Nº 369-2015).

Artículo 32. Medidas cautelares del procedimiento. La internación provisoria


en un centro cerrado sólo será procedente tratándose de la imputación de las
conductas que de ser cometidas por una persona mayor de dieciocho años
constituirían crímenes, debiendo aplicarse cuando los objetivos señalados en el
inciso primero del artículo 155 del Código Procesal Penal no pudieren ser
alcanzados mediante la aplicación de alguna de las demás medidas cautelares
personales.743

Concordancias:  Código Procesal Penal: artículo 155.

1102. De la diferencia entre la "prisión preventiva" y la "internación


Jurisprudencia: 
provisoria" y de la imposibilidad de aplicar a esta última las reglas previstas para la
primera. En ese sentido se ha declarado que: "Prisión Preventiva e Internación Provisoria
dan cuenta de medidas cautelares distintas, reguladas en cuerpos legales diferentes [...]
Que, atento a lo anterior y a lo dispuesto por el inciso 2º del artículo 5º del Código
Procesal Penal, no es posible aplicar a la Internación Provisoria las reglas previstas para
la Prisión Preventiva, en concreto, las del recurso de apelación, más aun cuando el
legislador a sabiendas de la existencia de un estatuto procesal especial previsto para los
adolescentes infractores penales nada señala con ocasión de las reformas que introduce,
expresamente, para la cautelar de Prisión Preventiva" (C. de Apelaciones de Valdivia, 24
de enero de 2009, Nº LegalPublishing: 41649), pero cfr. artículo 27 y el número 1º de
su Jurisprudencia. 1103. De la internación provisoria del adolescente hasta la
celebración del juicio y de la presunción de inocencia. Decretada la celebración del
juicio para un término de cerca de nueves meses después de haberse negado su solicitud
de substituir la internación provisoria, se ha estimado, por vía de amparo constitucional,
que: "En primer lugar, toda vez que no ha sido desvirtuada la presunción de inocencia
puesto que el juicio se encuentra pendiente, el adolescente J.A.R.M. debe ser tratado
como inocente, siendo por ello de carácter excepcional y transitoria toda cautelar que
afecte sus derechos. También incide su condición de imputado adolescente que de
acuerdo con lo previsto en el artículo 14.4 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos siempre ha de pretenderse la readaptación social del menor. Además, el ya
citado derecho a un juicio sin dilaciones indebidas en la especie resulta aún más exigible,
desde que el artículo 10.2 apartado b) del citado pacto dispone que los menores serán
llevados a juicio con la mayor celeridad posible. 4º. Que la situación fáctica referida en el
motivo primero ha de ser valorada jurídicamente conforme con las normas y criterios ya
citados en relación con la garantía constitucional de un procedimiento racional y justo; la
que debe ser aplicada de la manera que mejor optimice su contenido, esto es protegiendo
de modo intenso ante los hechos de que se trata. Así las cosas, ante el estatuto que
resulta de las normas invocadas, a juicio de esta Corte no parece razonable aceptar que
el adolescente espere por cerca de nueve meses la realización del juicio en internación
provisoria, por que esta demora vulnera la presunción de inocencia al permitir un trato que
de hecho la desconoce y porque el retardo dificultaría la finalidad de reinserción social
que establecen el proceso penal de los adolescentes y las sanciones que a éstos
corresponde" (C. Suprema, 11 de noviembre de 2008, cons. 3º y 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6894/2008, Rol Nº 6811-2008). 1104. La apelación a la
resolución que decreta la medida de internación provisoria se rige por las reglas
generales del Código Procesal Penal, sin que le sea aplicable la regla del inciso
2º del artículo 149 de dicho Código. Tal es la opinión que ha mantenido la I Corte de
lma. 

Apelaciones de Copiapó: "[R]eiteradamente ha señalado esta Corte con anterioridad, la


medida de internación provisoria a que alude el artículo 32 de la Ley Nº 20.084, es una
cautelar especial establecida en la Ley sobre Responsabilidad Penal Adolescente, a cuyo
respecto la procedencia del recurso de apelación se rige por las reglas generales
establecidas en el Código Procesal Penal, no resultando aplicable la norma del artículo
149 inciso segundo del citado Código, por impedirlo, además, la norma del artículo 5º del
mismo Código, que prohíbe la aplicación analógica de las disposiciones que autorizan la
restricción de la libertad o de otros derechos del imputado, de lo que sigue que la
resolución impugnada a través del presente recurso de hecho se encuentra ajustada a
derecho" (C. Apelaciones de Copiapó, 31 de enero de 2014, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/192/2014, Rol Nº 16-2014). 1105. De la especialidad del
artículo 15 de la Ley de Violencia Intrafamiliar frente a la regla del artículo 32 de la
Ley Nº 20.084. Se ha dicho en esta cuestión que: "Existe, es verdad, la norma del artículo
32 de la Ley Nº 20.084, que limita la medida de internación provisoria a los casos en que
se imputen al menor conductas legalmente catalogadas como crímenes. Sin embargo,
existe frente a ella la regla del artículo 15 de la Ley Nº 20.066 que permite al Tribunal
decretar las medidas cautelares "que sean necesarias para proteger a la víctima". Se
produce, pues, al menos en apariencia, una colisión entre las dos normas, que es preciso
solucionar. 2. Que en verdad ambas reglas son especiales; la una, por aplicarse sólo a los
menores y la otra, por regir sólo para los delitos constitutivos de violencia intrafamiliar;
pero la segunda es más específica que la primera que es genérica, porque la ley de
responsabilidad juvenil se aplica a todo tipo de delitos, en tanto que la segunda regula
situaciones relativas a conductas determinadas. La colisión que se aprecia aquí, pues, no
es permanente; no son dos reglas incompatibles per se, sino que son normas que pueden
llegar a colisionar en determinados casos, y por ello, como no se trata de que una ley
derogue a la otra, no puede aplicarse, para dirimir el caso, la regla de prevalencia de la
ley posterior. Para decidir cuál disposición rige, entonces, cuando la colisión se produzca,
ha de atenderse a la jerarquía de las normas constitucionales que en cada cual
cristalizan. En el caso de la ley de responsabilidad juvenil se protege la libertad, en tanto
que en el caso de la ley de violencia intrafamiliar se protege la vida y la integridad física y
psíquica de las personas; valores supremos, bienes jurídicos primeros que
la Constitución ampara, por lo que estando ambos en las balanza han de primar los que
merecen el mayor amparo, razón por la cual prevalece el artículo 15 de la Ley Nº 20.066.
Así pues, ante una situación de ataques reiterados y serios, como los que describe el
Ministerio Público y señala también el juez a quo en su resolución, que afectan a una
mujer también menor de edad y a su hijo lactante, los que no han podido ser detenidos
con otras medidas cautelares de menor rango, es imprescindible asegurar la vida e
integridad de la víctima con la internación provisoria del agresor" (C. de Apelaciones de
Rancagua, 10 de mayo de 2008, Nº LegalPublishing: 38986). En este mismo sentido, la
E. Corte Suprema ha declarado: "Que el artículo 32 de la Ley Nº 20.084 al disponer que
xcma 

la internación provisoria sólo será procedente tratándose de imputación de conductas que


de ser cometidas por un mayor de edad constituirían crímenes, se eleva como una
salvaguarda a la libertad de los adolescentes y al principio establecido y declarado en el
artículo Nº 2 de la referida ley. 3º) Que el Estado de Chile ha declarado, a través de la Ley
Nº 20.066, que junto con prevenir, sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar debe
establecer los medios para lograr una adecuada protección a la víctima de violencia
intrafamiliar. En este contexto las conductas que se le han imputado al amparado [...] si
bien en la perceptiva del Código Penal importan ilícitos cuya sanción se encuentra, a la
luz del artículo 21, en el ámbitos de los simples delitos, lo cierto es que dada las
características y entidad de los mismos, como también la condición de la víctima, dichas
conductas, a la luz del artículo 5 de violencia intrafamiliar, afectan la vida e integridad
física y psíquica de esta última. 4º) Que por lo anterior la exigencia del artículo 32 de la
Ley Nº 20.084 cede ante el bien jurídico protegido, cual es la vida e integridad física y
psíquica de la víctima por lo que la medida cautelar consistente en la internación
provisoria de Sanhueza Sanhueza no importa una ilegalidad que pueda ser corregida por
la vía de la acción constitucional de amparo" (C. Suprema, 20 de junio de 2018, cons. 2º,
3º y 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/2954/2018, Rol Nº 13117-2018).

Artículo 33.Proporcionalidad de las medidas cautelares. En ningún caso


podrá el juez dar lugar a una medida que parezca desproporcionada en
relación con la sanción que resulte probable de aplicar en caso de condena.

Artículo 34. Permiso de salida diaria. Tratándose de un adolescente


imputado sujeto a una medida de internación provisoria, el juez podrá, en
casos calificados, concederle permiso para salir durante el día, siempre que
ello no vulnere los objetivos de la medida. Al efecto, el juez podrá adoptar las
providencias que estime convenientes.

Concordancias: Decreto Nº 1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº 20.084 que


establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley
penal, D.O. 25.04.2007: artículo 138.

Artículo 35. Principio de oportunidad. Para el ejercicio del principio de


oportunidad establecido en el artículo 170 del Código Procesal Penal, los
fiscales tendrán en especial consideración la incidencia que su decisión podría
tener en la vida futura del adolescente imputado.

Asimismo, para la aplicación de dicha norma se tendrá como base la pena


resultante de la aplicación del artículo 21 de la presente ley.

Concordancias: Código Procesal Penal: artículo 170. Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal


Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículo 21.
Párrafo 4º Inicio de la persecución de la responsabilidad por la infracción a la
ley penal por parte de un adolescente

Artículo 36. Primera audiencia. De la realización de la primera audiencia a


que deba comparecer el imputado deberá notificarse a sus padres o a la
persona que lo tenga bajo su cuidado. Si el juez lo considera necesario,
permitirá la intervención de éstos, si estuvieren presentes en la audiencia.

Artículo 37. Juicio Inmediato. Las reglas del juicio inmediato establecidas


en el artículo 235 del Código Procesal Penal serán plenamente aplicables cada
vez que el fiscal lo solicite y especialmente cuando se trate de una infracción
flagrante imputada a un adolescente.

En estos casos, sólo por razones fundadas que el fiscal señalará en su


petición, el juez de garantía podrá autorizar la realización de diligencias
concretas y determinadas para la investigación de una infracción flagrante, las
que no podrán exceder de 60 días, rigiendo, en lo demás, lo dispuesto en el
artículo siguiente. Igual derecho asistirá a la defensa del imputado, en el mismo
caso.

Concordancias: Código Procesal Penal: artículo 235.

Artículo 38. Plazo para declarar el cierre de la investigación. Transcurrido


el plazo máximo de seis meses desde la fecha en que la investigación hubiere
sido formalizada, el fiscal procederá a cerrarla, a menos que el juez le hubiere
fijado un plazo inferior.

Antes de cumplirse cualquiera de estos plazos, el fiscal podrá solicitar,


fundadamente, su ampliación por un máximo de dos meses.

Párrafo 5º Juicio oral y sentencia


Artículo 39. Audiencia del juicio oral. El juicio oral, en su caso, deberá tener
lugar no antes de los 15 ni después de los 30 días siguientes a la notificación
del auto de apertura del juicio oral.

En ningún caso el juicio podrá suspenderse o interrumpirse por un término


superior a 72 horas.

Artículo 40. Audiencia de determinación de la pena. La audiencia a que se


refiere el inciso final del artículo 343 del Código Procesal Penal deberá llevarse
a cabo en caso de dictarse sentencia condenatoria. En dicha audiencia, el
tribunal podrá requerir la opinión de peritos.

Concordancias: Código Procesal Penal: artículo 343.

Artículo 41. Suspensión de la imposición de condena. Cuando hubiere


mérito para aplicar sanciones privativas o restrictivas de libertad iguales o
inferiores a 540 días, pero concurrieren antecedentes favorables que hicieren
desaconsejable su imposición, el juez podrá dictar la sentencia y disponer en
ella la suspensión de la pena y sus efectos por un plazo de seis meses.

Transcurrido el plazo previsto en el inciso anterior sin que el imputado


hubiere sido objeto de nuevo requerimiento o de una formalización de la
investigación, el tribunal dejará sin efecto la sentencia y, en su reemplazo,
decretará el sobreseimiento definitivo de la causa.

Esta suspensión no afectará la responsabilidad civil derivada del delito.

Lo dispuesto en este artículo es sin perjuicio de la posibilidad de decretar la


suspensión condicional del procedimiento.

Concordancias: Código Civil: artículo 2314.

1106. De la suspensión de la imposición de condena y de su aplicación no


Jurisprudencia: 
sólo respecto de las penas privativas o restrictivas de libertad. Se ha razonado en
este sentido diciendo que: "Los objetivos perseguidos por el legislador no se agotan con la
determinación de la pena asignada al delito y su efectiva imposición, sino que el juez está
llamado a cumplir un rol activo e integral en asegurar el necesario equilibrio que debe
existir entre el intento de rehabilitar al condenado y la necesidad de proteger a la sociedad
frente a las conductas delictivas de los adolescentes, lo que explica la facultad que se le
ha asignado en el artículo 41 para suspender la imposición de la condena, norma que el
Ministerio Público estima ha sido infringido en el presente caso. Noveno: Que,
naturalmente, entender que dicha facultad solo podría ser ejercida en relación a las penas
privativas o restrictivas de libertad que la legislación en análisis contempla, implicaría
reducir los márgenes de discrecionalidad con que se ha querido dotar al juez para utilizar
dicho instrumento en vista al cumplimiento de los fines que orientan esta nueva
institucionalidad y, de paso, privar de contenido y coherencia a las diversas normas que
esa legislación contiene y que inspiran todo el nuevo régimen que establece la Ley de
Responsabilidad Juvenil. De allí, entonces, que la interpretación literal que sostiene la
alegación del Ministerio Público debe ser descartada. Décimo: Que, en efecto, la debida
correspondencia y armonía que debe existir entre las diversas partes del contexto
normativo, en procura de la fiel concreción de sus fines, integrado, en este caso, no sólo
por las disposiciones de la ley local, sino también por los principios y dictados
ordenadores que están contenidos en la Convención Internacional sobre Derechos del
Niño, no permiten justificar una interpretación literal del artículo 41 como la postula el
Ministerio Público y concluir de ella que la facultad que dicha norma concede solo podría
ser ejercida por el juez en relación a la suspensión de la imposición de una condena a
penas privativas y restrictivas de libertad, pues ello no resulta coherente y racional si se
considera que una pena de mayor entidad si se estaría facultado para suspenderla pero
no una sanción de entidad menor. Undécimo: Que descartada entonces, por todo lo que
se ha expresado, una interpretación literal de lo dispuesto en el artículo 41 de la Ley
Nº 20.084, a igual conclusión de que el juez se encuentra facultado para suspender la
aplicación de la pena de amonestación se arriba si se recurre a un criterio de
hermenéutica unánimemente aceptado por la dogmática penal, cual es, la interpretación
extensiva o analógica en favor del afectado" (C. de Apelaciones de Santiago, 11 de
diciembre de 2008, Nº LegalPublishing: 41432).

TÍTULO III DE LA EJECUCIÓN DE LAS SANCIONES Y MEDIDAS

Párrafo 1º Administración

Artículo 42. Administración de las medidas no privativas de libertad. El


Servicio Nacional de Menores asegurará la existencia en las distintas regiones
del país de los programas necesarios para la ejecución y control de las
medidas a que se refiere esta ley, las que serán ejecutadas por los
colaboradores acreditados que hayan celebrado los convenios respectivos con
dicha institución.

Para tal efecto, llevará un registro actualizado de los programas existentes


en cada comuna del país, el que estará a disposición de los tribunales
competentes.

El Servicio revisará periódicamente la pertinencia e idoneidad de los distintos


programas, aprobando su ejecución por parte de los colaboradores acreditados
y fiscalizando el cumplimiento de sus objetivos.
En la modalidad de libertad asistida especial se asegurará la intervención de
la red institucional y de protección del Estado, según se requiera. Será
responsabilidad del Servicio Nacional de Menores la coordinación con los
respectivos servicios públicos.

El reglamento a que alude el inciso final del artículo siguiente contendrá las
normas necesarias para dar cumplimiento a lo establecido en este artículo.

Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículos


6º, 8º a 14. Decreto Nº  1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº  20.084 que establece
un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal, D.O.  25.04.2007:
artículos 30, 40.

Artículo 43. Centros de privación de libertad. La administración de los


Centros Cerrados de Privación de Libertad y de los recintos donde se cumpla
la medida de internación provisoria, corresponderá siempre y en forma directa
al Servicio Nacional de Menores, con excepción de los señalados en la letra
a) siguiente, cuya administración podrá corresponder en forma directa al
Servicio Nacional de Menores o a los colaboradores acreditados que hayan
celebrado los convenios respectivos con dicha institución.

Para dar cumplimiento a las sanciones privativas de libertad y a la medida de


internación provisoria contenidas en esta ley, existirán tres tipos de centros:

a) Los Centros para la Internación en Régimen Semicerrado.

b) Los Centros Cerrados de Privación de Libertad.

c) Los Centros de Internación Provisoria.

Para garantizar la seguridad y la permanencia de los infractores en los


centros a que se refieren las letras b) y c) precedentes, se establecerá en ellos
una guardia armada de carácter externo, a cargo de Gendarmería de Chile.
Ésta permanecerá fuera del recinto, pero estará autorizada para ingresar en
caso de motín o en otras situaciones de grave riesgo para los adolescentes y
revisar sus dependencias con el solo objeto de evitarlas.

La organización y funcionamiento de los recintos aludidos en el presente


artículo se regulará en un reglamento dictado por decreto supremo, expedido
por medio del Ministerio de Justicia, conforme a las normas contenidas en el
presente Título.744

Concordancias: Ley Nº  20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos
6º, 15, 44. Decreto Nº 1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº 20.084 que establece
un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal,  D.O.  25.04.2007:
artículo 139.
Artículo 44. Condiciones básicas de los centros de privación de libertad. La
ejecución de las sanciones privativas de libertad estará dirigida a la
reintegración del adolescente al medio libre.

En virtud de ello, deberán desarrollarse acciones tendientes al


fortalecimiento del respeto por los derechos de las demás personas y al
cumplimiento del proceso de educación formal y considerarse la participación
en actividades socioeducativas, de formación y de desarrollo personal.

Concordancias: Decreto Nº  1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº  20.084 que
establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley
penal, D.O. 25.04.2007: artículo 60.

Artículo 45. Normas de orden interno y seguridad en recintos de privación


de libertad. Los adolescentes estarán sometidos a las normas disciplinarias
que dicte la autoridad para mantener la seguridad y el orden. Estas normas
deben ser compatibles con los derechos reconocidos en la Constitución, en la
Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, en los demás tratados
internacionales ratificados por Chile que se encuentren vigentes y en las leyes.

Dichas normas regularán el uso de la fuerza respecto de los adolescentes y


contendrán, a lo menos, los siguientes aspectos:

a) El carácter excepcional y restrictivo del uso de la fuerza, lo que implica


que deberá ser utilizada sólo cuando se hayan agotado todos los demás
medios de control y por el menor tiempo posible, y

b) La prohibición de aplicar medidas disciplinarias que constituyan castigos


corporales, encierro en celda oscura y penas de aislamiento o de celda
solitaria, así como cualquier otra sanción que pueda poner en peligro la salud
física o mental del adolescente o sea degradante, cruel o humillante.

Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 37.

Artículo 46. Normas disciplinarias en recintos de privación de libertad.


Las medidas y procedimientos disciplinarios que se dispongan deberán
encontrarse contemplados en la normativa del establecimiento y tendrán como
fundamento principal contribuir a la seguridad y a la mantención de una vida
comunitaria ordenada, debiendo, en todo caso, ser compatibles con el respeto
de la dignidad del adolescente.

Para estos efectos, la normativa relativa a dichos procedimientos precisará,


a lo menos, los siguientes aspectos:

a) Las conductas que constituyen una infracción a la disciplina;


b) El carácter y la duración de las sanciones disciplinarias que se pueden
imponer, y

c) La autoridad competente para imponer esas sanciones y aquella que


deberá resolver los recursos que se deduzcan en su contra.

Artículo 47. Excepcionalidad de la privación de libertad. Las sanciones


privativas de libertad que contempla esta ley son de carácter excepcional. Sólo
podrán aplicarse en los casos expresamente previstos en ella y siempre como
último recurso.

Concordancias: Ley Nº  20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos
15, 26. Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 37.

Artículo 48. Principio de separación. Las personas que se encontraren


privadas de libertad por la aplicación de alguna de las sanciones o medidas
previstas en esta ley, sea en forma transitoria o permanente, en un lugar
determinado o en tránsito, deberán permanecer siempre separadas de los
adultos privados de libertad.

Las instituciones encargadas de practicar detenciones, de administrar los


recintos en que se deban cumplir sanciones o medidas que implican la
privación de libertad, los administradores de los tribunales y, en general, todos
los organismos que intervengan en el proceso para determinar la
responsabilidad que establece esta ley, adoptarán las medidas necesarias para
dar estricto cumplimiento a lo dispuesto en el inciso anterior.

El incumplimiento de esta obligación constituirá una infracción grave a los


deberes funcionarios.

Concordancias: Ley Nº  16.618, Ley de Menores,  D.O.  8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1,D.O.  30.05.2000: artículo 17.

Párrafo 2º Derechos y garantías de la ejecución

Artículo 49. Derechos en la ejecución de sanciones. Durante la ejecución


de las sanciones que regula esta ley, el adolescente tendrá derecho a:
a) Ser tratado de una manera que fortalezca su respeto por los derechos y
libertades de las demás personas, resguardando su desarrollo, dignidad e
integración social;

b) Ser informado de sus derechos y deberes con relación a las personas e


instituciones que lo tuvieren bajo su responsabilidad;

c) Conocer las normas que regulan el régimen interno de las instituciones y


los programas a que se encuentre sometido, especialmente en lo relativo a las
causales que puedan dar origen a sanciones disciplinarias en su contra o a que
se declare el incumplimiento de la sanción;

d) Presentar peticiones ante cualquier autoridad competente de acuerdo a la


naturaleza de la petición, obtener una respuesta pronta, solicitar la revisión de
su sanción en conformidad a la ley y denunciar la amenaza o violación de
alguno de sus derechos ante el juez, y

e) Contar con asesoría permanente de un abogado.

Tratándose de adolescentes sometidos a una medida privativa de libertad,


éstos tendrán derecho a:

i) Recibir visitas periódicas, en forma directa y personal, al menos una vez a


la semana;

ii) La integridad e intimidad personal;

iii) Acceder a servicios educativos, y

iv) La privacidad y regularidad de las comunicaciones, en especial con sus


abogados.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19, números 3, 4, 14. Ley Nº 20.084,


sobreResponsabilidad Penal Adolescente,D.O.  7.12.2005: artículo 6º. Decreto Nº  1.378, Min. de
Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº  20.084 que establece un sistema de responsabilidad de los
adolescentes por infracciones a la ley penal,D.O. 25.04.2007: artículos 3º, 4º, 5º, 6º, 11, 12.

Párrafo 3º Del control de ejecución de las sanciones


Artículo 50. Competencia en el control de la ejecución. Los conflictos de
derecho que se susciten durante la ejecución de alguna de las sanciones que
contempla la presente ley serán resueltos por el juez de garantía del lugar
donde ésta deba cumplirse.

En virtud de ello y previa audiencia, el juez de garantía adoptará las medidas


tendientes al respeto y cumplimiento de la legalidad de la ejecución y resolverá,
en su caso, lo que corresponda en caso de quebrantamiento.

Concordancias: Decreto Nº  1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº  20.084 que
establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley
penal, D.O. 25.04.2007: artículo 32.

Artículo 51. Certificación de cumplimiento. La institución que ejecute la


sanción, informará sobre el total cumplimiento de la misma a su término, por
cualquier medio fidedigno, al juez de que trata el artículo anterior, el que
deberá certificar dicho cumplimiento.

Asimismo, deberá informar de cualquier incumplimiento cuando éste se


produzca.

Concordancias: Decreto Nº  1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº  20.084 que
establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal,
D.O.  25.04.2007: artículo 47.

Artículo 52. Quebrantamiento de condena. Si el adolescente no diere


cumplimiento a alguna de las sanciones impuestas en virtud de la presente ley,
el tribunal encargado del control de la ejecución procederá, previa audiencia y
según la gravedad del incumplimiento, conforme a las reglas siguientes:

1. Tratándose de la multa, aplicará en forma sustitutiva la sanción de


prestación de servicios en beneficio de la comunidad por un máximo de 30
horas. Si el adolescente no aceptare la medida, aplicará la libertad asistida en
cualquiera de sus formas por el tiempo señalado en el numeral 3 del presente
artículo.

2. Idéntica regla se seguirá en caso de infracción de la prohibición de


conducir vehículos motorizados, sin perjuicio de la mantención de la prohibición
por el tiempo restante.

3. Tratándose del incumplimiento de las medidas de reparación del daño y


prestación de servicios en beneficio de la comunidad, se aplicará en forma
sustitutiva la libertad asistida en cualquiera de sus formas por un período de
hasta tres meses.

4. El incumplimiento de la libertad asistida se sancionará con libertad asistida


especial o con internación en régimen semicerrado con programa de
reinserción social, con una duración máxima de sesenta días, lo que se
determinará según la gravedad de los hechos que fundan la medida, sin
perjuicio del cumplimiento de la sanción originalmente impuesta.

En caso de incumplimiento reiterado de la libertad asistida, se aplicará lo


dispuesto en el siguiente numeral.

5. El incumplimiento de la libertad asistida especial dará lugar a la sustitución


de la sanción por internación en régimen semicerrado con programa de
reinserción social, por un período equivalente al número de días que faltaren
por cumplir.

6. El incumplimiento de la internación en régimen semicerrado con programa


de reinserción social podrá sancionarse con la internación en un centro cerrado
por un período no superior a los noventa días, sin perjuicio del cumplimiento de
la sanción originalmente impuesta por el tiempo restante. En caso de
reiteración de la misma conducta, podrá aplicarse la sustitución, en forma
definitiva, por un período a fijar prudencialmente por el tribunal, que en caso
alguno será superior al tiempo de duración de la condena inicialmente
impuesta.

7. El incumplimiento del régimen de libertad asistida en cualquiera de sus


formas al que fuere sometido el adolescente en virtud de lo dispuesto en el
artículo 19, facultará al juez para ordenar que se sustituya su cumplimiento por
la internación en régimen cerrado con programa de reinserción social por el
tiempo que resta.

Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículo


19.

Artículo 53. Sustitución de condena. El tribunal encargado del control de la


ejecución de las sanciones previstas en esta ley, de oficio o a petición del
adolescente o su defensor, podrá sustituirla por una menos gravosa, en tanto
ello parezca más favorable para la integración social del infractor y se hubiere
iniciado su cumplimiento.

Para estos efectos, el juez, en presencia del condenado, su abogado, el


Ministerio Público y un representante de la institución encargada de la
ejecución de la sanción, examinará los antecedentes, oirá a los presentes y
resolverá. A esta audiencia podrán asistir los padres del adolescente o las
personas que legalmente hubieren ejercido la tuición antes de su privación de
libertad, y la víctima o su representante. La inasistencia de estos últimos no
será nunca obstáculo para el desarrollo de la audiencia.
La resolución que se pronuncie sobre una solicitud de sustitución será
apelable para ante la Corte de Apelaciones respectiva.

En caso alguno la internación en un régimen cerrado podrá sustituirse por


una de las sanciones previstas en las letras e) o f) del artículo 6º.

Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículo


6º  letras e)  y f), 55 inciso 1º. Decreto Nº 1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley
Nº  20.084 que establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley
penal, D.O. 25.04.2007: artículo 60.

1107. La substitución de la condena admitida por esta disposición no


Jurisprudencia: 
permite soslayar los objetivos, principios y criterios que justificaron la imposición
de la pena. En este sentido se ha declarado que: "Cuando el artículo 53 de la Ley
Nº 20.084, permite la sustitución de la condena por una menos gravosa, en tanto ello
parezca más favorable para la integración social del infractor, no permite soslayar, como
lo pretende el señor abogado defensor, los objetivos, principios y criterios que justificaron
la imposición de la pena, para remitirnos exclusivamente a la integración social del
condenado pues, pudiendo disponerse la sustitución de la condena desde el primer día de
cumplimiento de la misma, de seguirse la opinión del señor abogado, llevaría a la
conclusión que el juez de ejecución podría alterar el sistema sancionatorio de la ley, y con
ello su finalidad, exclusivamente pretextando el fin antes señalado, lo que constituye un
absurdo sistémico, lógico y jurídico" (C. de Apelaciones de Copiapó, 13 de abril de 2009,
Nº LegalPublishing: 41853). 1108. La substitución de la pena ha de efectuarse
considerando un análisis global e integrado de la necesidad de reinserción social,
con la totalidad de principios, fines y criterios que, en el caso concreto, justificaron
la imposición de la pena. Se ha entendido así, que: "La sustitución de pena que
consagra la ley, no puede, sino, efectuarse considerando un análisis global e integrado de
la necesidad de reinserción social, con la totalidad de principios, fines y criterios que, en el
caso concreto, justificaron la imposición de la pena y, en atención a que constituye una
alteración de lo resuelto mediante sentencia definitiva, dictada, ciertamente, con todos los
elementos del caso, sólo en la medida que ello se encuentre plenamente justificado,
necesariamente por medio de antecedentes posteriores que lo acrediten, particularmente
de un cambio efectivo de los patrones de conducta del condenado" (C. de Apelaciones de
Copiapó, 13 de abril de 2009, Nº LegalPublishing: 41853). En una línea similar se ha
afirmado que: "El sistema penal adolescente contempla la modificación de la pena o su
duración, durante la etapa de ejecución de la misma, entre otras, otorgando dicha
atribución al juez de garantía del lugar donde la sanción se esté cumpliendo, potestad que
debe ser ejercida atendiendo a la finalidad socioeducativa que las sanciones
contempladas en este régimen especial de responsabilidad penal tienen previstas en el
artículo 20 de la Ley Nº 20.084, con especial énfasis en los resultados que su aplicación
ha podido tener en el condenado" (C. de Apelaciones de San Miguel, 24 de marzo de
2009, Nº LegalPublishing: 41836). 1109. De la substitución de la pena, de las
potestades del juez para decretarla y de los fines de la pena. Sobre estas cuestiones
se ha razonado así: "Que, la facultad que la ley concede, en el artículo 53 de la Ley
Nº 20.084, al Juez encargado del control de la ejecución de las sanciones previstas en
dicho ordenamiento punitivo especial, de poder sustituir la pena impuesta por una menos
gravosa, si ello parece más favorable para la integración social del infractor, debe
necesariamente enfocarse desde una doble perspectiva, esto es, desde el punto de vista
del adolescente y su bienestar, y de la sociedad de la que forma parte el mismo individuo.
En ese contexto, no cabe duda que la determinación de sustitución punitiva que se
contempla normativamente, no constituye una prerrogativa sin límites, a ultranza, puesto
que, como correlato de esa actividad judicial, el Juez para otorgar tal beneficio al
condenado debe extremar su cautela y sopesar cuidadosamente los efectos que dicha
medida puede tener en la comunidad a la que el sujeto se va a reincorporar, ya que lo que
se pretende, es la integración social del infractor, vale decir, que se encuentre en armonía
tanto el bienestar del adolescente, como el de los demás individuos que conforman el
conglomerado humano en el cual se debería reinsertar el infractor de ley [...] Que en dicho
ámbito, se debe tener en cuenta, que, además del efecto propio de las sanciones, el
sistema penal debe contribuir con sus instituciones y normas a un fin preventivo de orden
general, que cobra mayor relieve en la etapa punitiva, y por consiguiente, resulta
adecuada y apropiada la resolución adoptada por el señor Juez de primer grado de negar
lugar a sustituir la sanción punitiva impuesta al infractor, por un régimen menos gravoso,
ya que la autoridad judicial recurrida, no se formó la convicción que la sustitución pedida
por la defensa del adolescente infractor constituía una genuina integración social, en los
términos propuestos en la Ley del ramo" (C. de Apelaciones de San Miguel, 24 de marzo
de 2009, Nº LegalPublishing: 41836). 1110. El cumplimiento con el programa y la
ausencia de problemas de disciplina no representan elementos que justifiquen la
substitución de condena. En este sentido se ha dicho que: "La circunstancia que el
condenado haya cumplido con el programa y no presente problemas disciplinarios no
constituye elemento que permita y menos justifique la sustitución de la condena. En
efecto, como quedó constancia en la historia legislativa, la sustitución de la condena,
requería un análisis integral, referido a los cambios de comportamiento del menor,
señalando el Honorable Diputado señor Juan Bustos, que debía atenerse a la finalidad
buscada por el sistema, cuál es, la inserción social y que para dicho efecto: "la
observación de buena conducta no constituía un indicador satisfactorio porque bien podría
ser una demostración de la adaptación a la privación de libertad. (Primer Informe de la
Comisión de Constitución, Cámara de Diputados, Boletín 3021-07)" (C. de Apelaciones
de Copiapó, 13 de abril de 2009, Nº LegalPublishing: 41853). 1111. Procede aplicar
dicha substitución de la pena si el adolescente ya ha cumplido la mayoría de edad a
la fecha de la audiencia de substitución. Así se ha dicho: "Que para el logro de tales
fines socioeducativos y de reinserción que persigue la pena respecto de los adolescentes,
el legislador permitió alterar el castigo impuesto en su fase ejecutiva si ello resulta más
favorable para la integración social del infractor. Tal es la materia que en particular
regulan los artículos 49 y 53 de la ley. No es efectivo, como planteó en el Ministerio
Público en estrados, aplicar al caso de marras exclusivamente el artículo 56 de la
legislación en estudio, muy por el contrario, tal precepto reconoce la plena aplicación de
toda la normativa de la Ley Nº 20.084 a los jóvenes que se encuentran en la hipótesis que
ese artículo prevé, cuando dice "En caso que el imputado o condenado por una infracción
a la ley penal fuere mayor de dieciocho años o los cumpliere durante la ejecución de
cualquiera de las sanciones contempladas en esta ley o durante la tramitación del
procedimiento, continuará sometido a las normas de esta ley hasta el término de éste. De
ello se sigue que esta nueva normativa siempre es aplicable al infractor adolescente,
hasta la total ejecución de la sentencia, aun cuando a esa data ya haya alcanzado la
mayoría de edad" (C. Suprema, 26 de marzo de 2009, Nº LegalPublishing: 41807).

Artículo 54. Sustitución condicional de las medidas privativas de libertad. La


sustitución de una sanción privativa de libertad podrá disponerse de manera
condicionada. De esta forma, si se incumpliere la sanción sustitutiva, podrá
revocarse su cumplimiento ordenándose la continuación de la sanción
originalmente impuesta por el tiempo que faltare.
Artículo 55. Remisión de condena. El tribunal podrá remitir el cumplimiento
del saldo de condena cuando, en base a antecedentes calificados, considere
que se ha dado cumplimiento a los objetivos pretendidos con su imposición.
Para ello será aplicable lo dispuesto en los incisos segundo y tercero del
artículo 53.

Para los efectos de resolver acerca de la remisión, el tribunal deberá contar


con un informe favorable del Servicio Nacional de Menores.

Tratándose de una sanción privativa de libertad, la facultad de remisión sólo


podrá ser ejercida si se ha cumplido más de la mitad del tiempo de duración de
la sanción originalmente impuesta.

Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículo


53 incisos 2º y 3º. Decreto Nº  1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº 20.084 que
establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley
penal, D.O. 25.04.2007: artículo 38.

TÍTULO FINAL

Artículo 56. Cumplimiento de la mayoría de edad. En caso que el imputado


ocondenado por una infracción a la ley penal fuere mayor de dieciocho años o
los cumpliere durante la ejecución de cualquiera de las sanciones
contempladas en esta ley o durante la tramitación del procedimiento,
continuará sometido a las normas de esta ley hasta el término de éste.

Si al momento de alcanzar los dieciocho años restan por cumplir menos de


seis meses de la condena de internación en régimen cerrado, permanecerá en
el centro de privación de libertad del Servicio Nacional de Menores.

Si al momento de alcanzar los dieciocho años le restan por cumplir más de


seis meses de la condena de internación en régimen cerrado, el Servicio
Nacional de Menores evacuará un informe fundado al juez de control de
ejecución en que solicite la permanencia en el centro cerrado de privación de
libertad o sugiera su traslado a un recinto penitenciario administrado por
Gendarmería de Chile.

Dicho informe se enviará al tribunal con a lo menos tres meses de


anterioridad a la fecha de cumplimiento de la mayoría de edad y se referirá al
proceso de reinserción del adolescente y a la conveniencia, para tal fin, de su
permanencia en el centro cerrado de privación de libertad. El informe deberá
comunicarse a todas las partes involucradas en el proceso.
En caso de ordenar el tribunal su permanencia, se revisará su situación
según se desarrolle el proceso de reinserción en apreciación de la
administración del centro.

En caso de ordenar el tribunal su traslado a un recinto penitenciario, las


modalidades de ejecución de dicha condena deberán seguir siendo ejecutadas
conforme a las prescripciones de esta ley.

Excepcionalmente, el Servicio Nacional de Menores podrá solicitar al tribunal


de control competente que autorice el cumplimiento de la internación en
régimen cerrado en un recinto administrado por Gendarmería de Chile, cuando
el condenado hubiere cumplido la mayoría de edad y sea declarado
responsable de la comisión de un delito o incumpla de manera grave el
reglamento del centro poniendo en riesgo la vida e integridad física de otras
personas.

En todos los casos previstos en este artículo, el Servicio Nacional de


Menores, Gendarmería de Chile y las autoridades que correspondan adoptarán
las medidas necesarias para asegurar la separación de las personas sujetas a
esta ley menores de dieciocho años con los mayores de edad y de los adultos
sujetos a esta ley respecto de los condenados conforme a la ley penal de
adultos.

Concordancias: Decreto Nº  1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº  20.084 que
establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley
penal, D.O. 25.04.2007: artículos 16, 59 inciso 2, 152, 154.

1112. Este artículo no excluye la aplicación de la substitución de condena,


Jurisprudencia: 
reglada en el artículo 53 y, por ende, procede aplicar la dicha substitución si el
adolescente ya ha cumplido la mayoría de edad a la fecha de la audiencia de
substitución. Así se ha dicho: "Que para el logro de tales fines socioeducativos y de
reinserción que persigue la pena respecto de los adolescentes, el legislador permitió
alterar el castigo impuesto en su fase ejecutiva si ello resulta más favorable para la
integración social del infractor. Tal es la materia que en particular regulan los artículos 49
y 53 de la ley. No es efectivo, como planteó el Ministerio Público en estrados, aplicar al
caso de marras exclusivamente el artículo 56 de la legislación en estudio, muy por el
contrario, tal precepto reconoce la plena aplicación de toda la normativa de la Ley
Nº 20.084 a los jóvenes que se encuentran en la hipótesis que ese artículo prevé, cuando
dice "En caso que el imputado o condenado por una infracción a la ley penal fuere mayor
de dieciocho años o los cumpliere durante la ejecución de cualquiera de las sanciones
contempladas en esta ley o durante la tramitación del procedimiento, continuará sometido
a las normas de esta ley hasta el término de éste. De ello se sigue que esta nueva
normativa siempre es aplicable al infractor adolescente, hasta la total ejecución de la
sentencia, aun cuando a esa data ya haya alcanzado la mayoría de edad" (C. Suprema,
26 de marzo de 2009, Nº LegalPublishing: 41807).

Artículo 57. Academia Judicial. Para los efectos de lo previsto en el artículo


29, la Academia Judicial considerará la dictación de los cursos de
especialización a que esa norma se refiere en el programa de
perfeccionamiento destinado a los miembros de los escalafones primario,
secundario y de empleados del Poder Judicial.

En todo caso, el requisito establecido en dicha disposición podrá ser


acreditado sobre la base de antecedentes que den cuenta del cumplimiento de
cursos de formación especializada en la materia, impartidos por otras
instituciones alternativas a la Academia Judicial. La certificación respectiva la
emitirá dicha institución, en base a los antecedentes que proporcione el
solicitante.

Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículo


29.

Artículo 58. Restricción de libertad de menores de catorce años. Si se


sorprendiere a un menor de catorce años en la ejecución flagrante de una
conducta que, cometida por un adolescente constituiría delito, los agentes
policiales ejercerán todas las facultades legales para restablecer el orden y la
tranquilidad públicas y dar la debida protección a la víctima en amparo de sus
derechos.

Una vez cumplidos dichos propósitos, la autoridad respectiva deberá poner


al niño a disposición del tribunal de familia a fin de que éste procure su
adecuada protección. En todo caso, tratándose de infracciones de menor
entidad podrá entregar al niño inmediata y directamente a sus padres y
personas que lo tengan a su cuidado y, de no ser ello posible, lo entregará a un
adulto que se haga responsable de él, prefiriendo a aquéllos con quienes
tuviere una relación de parentesco, informando en todo caso al Tribunal de
Familia competente.

Para los efectos de que el fiscal pueda interrogar al menor en calidad de


testigo, se estará a las normas generales que regulan la materia.

.................

Artículo 69. Preferencia para integrar ternas. Sin perjuicio de lo dispuesto en


el artículo 281 del Código Orgánico de Tribunales, tendrán preferencia para ser
incluidos en las ternas elaboradas para proveer cargos de juez de garantía
unipersonales y juez de letras con competencia de garantía los postulantes que
hubieren cumplido el curso de especialización a que se refieren los artículos 29
y 56 de la presente ley.

Concordancias: Ley Nº  20.084, sobre  Responsabilidad Penal Adolescente,  D.O.  7.12.2005: artículos
29 y 57.

.................
ARTÍCULOS TRANSITORIOS

Artículo 1º. Vigencia. La presente ley entrará en vigencia dieciocho meses


después de su publicación, con excepción de lo dispuesto en las letras a) y
c) del artículo 68.745

Artículo 2º. Nombramientos. La provisión de los cargos de Jueces de


Garantía, Jueces de Tribunal Oral en lo Penal y Fiscales del Ministerio Público
que establece la presente ley se realizará de acuerdo a las reglas generales
aplicables en cada caso, considerando solamente las siguientes excepciones:

a) Los nuevos cargos deberán encontrarse provistos con a lo menos 45 días


de antelación a la fecha en que empezará a regir el sistema, de acuerdo con lo
dispuesto en el artículo precedente;

b) Para los efectos de dar cumplimiento a lo previsto en la letra a) en el caso


de los Jueces de Garantía e integrantes del Tribunal Oral en lo Penal, las
Cortes de Apelaciones respectivas deberán elaborar y remitir al Ministerio de
Justicia la nómina con las ternas respectivas para cada cargo dentro del plazo
de sesenta días contado desde la publicación de esta ley.

Artículo 3º. Cursos de especialización. La exigencia de especialización y las


modalidades de integración de la sala del tribunal de juicio oral en lo penal y de
distribución de asuntos en los tribunales con competencia en materias
criminales se aplicarán seis meses después de la fecha de entrada en vigencia
de la presente ley.

En todo caso, las Cortes de Apelaciones podrán prorrogar dicho término por
otros seis meses, por motivos fundados.

Artículo 4º. Establécese una comisión formada por expertos, la que se


encargará de evaluar la implementación de la presente ley e informar
trimestralmente acerca del estado de avance de la misma a la Comisión de
Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado y a la Comisión de
Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara de Diputados. Esta comisión
será coordinada por el Ministerio de Justicia.746

Habiéndose cumplido con lo establecido en el Nº 1º del artículo 93 de la


Constitución Política de la República y por cuanto he tenido a bien aprobarlo y
sancionarlo; por tanto promúlguese y llévese a efecto como Ley de la
República.
Santiago, 28 de noviembre de 2005.- Ricardo Lagos Escobar, Presidente de
la República.- Luis Bates Hidalgo, Ministro de Justicia.

Lo que transcribo a Ud. para su conocimiento.- Saluda atentamente a Ud.,


Jaime Arellano Quintana, Subsecretario de Justicia.

B. DECRETO SUPREMO Nº 1.378 APRUEBA REGLAMENTO


DE LA LEY Nº 20.084 QUE ESTABLECE UN SISTEMA DE
RESPONSABILIDAD DE LOS ADOLESCENTES POR
INFRACCIONES A LA LEY PENAL
Publicado en el Diario Oficial de 25 de abril de 2007

Santiago, 13 de diciembre de 2006.- Hoy se decretó lo que sigue:

Núm. 1.378.- Vistos: Lo dispuesto en los artículos 32 Nº 6 y 35 de la


Constitución Política de la República, cuyo texto refundido, coordinado y
sistematizado fue fijado por el Decreto Supremo Nº 100, de 2005, del Ministerio
Secretaría General de la Presidencia; en el Decreto con Fuerza de Ley
Nº 1/19.653, de 2000, que fijó el texto refundido, coordinado y sistematizado de
la Ley Nº 18.575, Orgánica Constitucional de Bases Generales de la
Administración del Estado; en el DecretoNº 830 de 1990, del Ministerio de
Relaciones Exteriores, que promulga la Convención sobre los Derechos del
Niño, en el Decreto Ley Nº 3.346, de 1980, que fija el texto de la Ley Orgánica
del Ministerio de Justicia; en el Decreto Nº 1.597, de 1981, que establece el
Reglamento Orgánico del Ministerio de Justicia; en el Decreto Ley Nº 2.465, de
1979 y sus modificaciones, del Ministerio de Justicia, que crea el Servicio
Nacional de Menores y fija el texto de su Ley Orgánica; en el Decreto Supremo
Nº 356, de 1980, que establece el Reglamento del Servicio Nacional de
Menores; en la Ley Nº 20.032, de 2005, que establece un Sistema de Atención
a la Niñez y Adolescencia a través de la Red de Colaboradores del Servicio
Nacional de Menores y su Régimen de Subvención y en su Reglamento
contenido en el Decreto Supremo Nº 841, de 2005; en la Ley Nº 20.084, de
2005, que establece un Sistema de Responsabilidad de los Adolescentes por
Infracciones a la Ley Penal, en la Ley Nº 20.110, de 2006,que suspende la
entrada en vigencia de la Ley Nº 20.084 y lo dispuesto en la Resolución
Nº 520, de 1996, de la Contraloría General de la República y sus posteriores
modificaciones.
Considerando: Que con fecha 7 de diciembre de 2005, se publicó en el
Diario Oficial la Ley Nº 20.084, que establece un Sistema de Responsabilidad
de los Adolescentes por Infracciones a la Ley Penal, en cuyo articulado se
dispone la expedición, por intermedio del Ministerio de Justicia, de las normas
reglamentarias necesarias para su ejecución;

Decreto:

Apruébase el siguiente Reglamento de la Ley Nº 20.084 que establece un


Sistema de Responsabilidadde los Adolescentes por Infracciones a la Ley
Penal:

REGLAMENTO DE LA LEY Nº 20.084

TÍTULO I DISPOSICIONES GENERALES

Párrafo 1º Principios normativos

Artículo 1º. Finalidad. Las disposiciones de este reglamento tienen por


finalidad regular la ejecución y cumplimiento de las medidas y sanciones
contenidas en la Ley Nº 20.084, que establece un Sistema de Responsabilidad
de los Adolescentes por Infracciones a la Ley Penal.

Artículo 2º. Interés superior del adolescente. En todas las actuaciones


administrativas relativas a los procedimientos, sanciones y medidas aplicables
a los adolescentes infractores de la ley penal, se deberá tener en
consideración el interés superior del adolescente, que se expresa en el
reconocimiento y respeto por sus derechos.

En la aplicación del presente reglamento, las autoridades tendrán en


consideración todos los derechos y garantías que les son reconocidos en la
Constitución, en las leyes, en la Convención sobre los Derechos del Niño y en
los demás instrumentos internacionales ratificados por Chile que se encuentren
vigentes.

Artículo 3º. Derechos en la ejecución de sanciones y medidas. Durante la


ejecución de las sanciones y medidas contenidas en la Ley Nº 20.084, el
adolescente tendrá derecho a:

a) Ser tratado de una manera que reconozca y fortalezca su respeto por los
derechos y libertades de las demás personas, resguardando su desarrollo,
dignidad e integración social;

b) Ser informado de sus derechos y deberes con relación a las personas e


instituciones que lo tuvieren bajo su responsabilidad;

c) Conocer las normas que regulan el régimen interno de las instituciones y


los programas a que se encuentre sometido, especialmente en lo relativo a las
causales que puedan dar origen a sanciones disciplinarias en su contra o a que
se declare el incumplimiento de la sanción;

d) Presentar peticiones ante cualquier autoridad competente de acuerdo a la


naturaleza de la petición, obtener una respuesta pronta, solicitar la revisión de
su sanción en conformidad a la ley y denunciar la amenaza o violación de
alguno de sus derechos ante el juez, y

e) Contar con asesoría permanente de un abogado.

Tratándose de adolescentes sometidos a una medida privativa de libertad,


éstos tendrán derecho a:

i) Recibir visitas periódicas, en forma directa y personal, al menos, una vez a


la semana;

ii) La integridad e intimidad personal;

iii) Acceder a servicios educativos, y

iv) La privacidad y regularidad de las comunicaciones, en especial con sus


abogados.

Artículo 4º. Igualdad y no discriminación arbitraria. Las normas establecidas


en el presente reglamento deben ser aplicadas imparcialmente, no pudiendo
existir diferencias de trato fundadas en el nacimiento, origen étnico,
nacionalidad, sexo, orientación sexual, opinión política, creencia religiosa,
condición socio-económica, circunstancias personales de los padres, familiares
o personas que tengan a su cuidado al adolescente, u otras que tengan por
objeto menoscabar el ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos
del adolescente.

Las diferencias establecidas estrictamente en base a razones de


organización y funcionamiento, no podrán importar menoscabo a los derechos
del adolescente.

Ningún adolescente será sometido a torturas, a tratos crueles, inhumanos o


degradantes, de palabra u obra, ni será objeto de rigor innecesario en la
aplicación de las normas del presente reglamento.

Artículo 5º. Información de derechos y deberes. Al momento del ingreso del


adolescente al centro o programa de los que señala la Ley Nº 20.032 y su
reglamento, en que se verifique el cumplimiento de alguna de las sanciones o
medidas establecidas en la Ley Nº 20.084, deberá informársele de manera
verbal y por escrito, clara y sencillamente, sobre sus derechos y deberes, como
también sobre las reglas de funcionamiento del programa o centro. En caso
que el adolescente no sepa leer o tenga un deficiente nivel cognitivo, será
informado oralmente y de no comprender el idioma oficial o de requerir un
lenguaje especial, se recurrirá a un intérprete.

Periódicamente, la dirección del centro o programa deberá desarrollar


charlas o talleres de difusión y promoción de los derechos y obligaciones de los
adolescentes, incorporando a su familia o adulto responsable, de modo de
asegurar su acabado entendimiento y apoyo.

Artículo 6º. Derecho de petición. Toda persona sujeta a una medida o


sanción establecida en la Ley Nº 20.084, podrá dirigirse ante cualquier
funcionario del centro o programa con el objeto de realizar peticiones o
reclamaciones que digan relación con la afectación de sus derechos, debiendo
éstas ser formalizadas de inmediato y sin demoras injustificadas ante la
autoridad administrativa competente, quien deberá dar pronta respuesta al
interesado.

Artículo 7º. Maltrato. Todos quienes laboren o presten servicios, a


cualquier título, en los centros y programas encargados de la ejecución de las
sanciones y medidas impuestas por la Ley Nº 20.084, se encuentran obligados
a informar a la autoridad respectiva, de inmediato y sin dilaciones injustificadas,
de las situaciones de que tomen conocimiento y que pudieren constituir
vulneración de derechos fundamentales o maltrato, sin perjuicio de la
obligación de denuncia que corresponda, conforme a lo dispuesto en el artículo
175 del Código Procesal Penal.

Para estos efectos, constituye maltrato, toda forma de perjuicio o abuso


físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido
el abuso sexual, respecto de un adolescente mientras se encuentre sujeto a
una medida o sanción impuesta de acuerdo a la Ley Nº 20.084.

Artículo 8º. Denuncia de maltrato. Para efectos de lo señalado en el artículo


precedente, el propio afectado, o cualquier persona que tome conocimiento de
la situación de maltrato o vulneración de derechos, podrán ponerla en
conocimiento de las autoridades judiciales, administrativas o del Ministerio
Público, según corresponda.

La denuncia ante la autoridad administrativa estará desprovista de cualquier


formalidad, pudiendo efectuarse por vía escrita u oral.

Artículo 9º. Sanciones administrativas. Si la conducta a que se refiere el ar-


tículo 7º, fuere constitutiva de alguna de las infracciones contempladas en el
D.F.L.
Nº 29 de 2004, del Ministerio de Hacienda, que fija el texto refundido,
coordinado y sistematizado del Estatuto Administrativo, el director del centro
respectivo informará del hecho al Director Regional del Servicio Nacional de
Menores, quien iniciará una investigación, de acuerdo a las reglas del citado
cuerpo legal.

En los convenios celebrados entre el Servicio Nacional de Menores y los


colaboradores acreditados para la ejecución de las medidas o sanciones
establecidas en la Ley Nº 20.084, sin perjuicio de la eventual responsabilidad
penal que procediere se considerará, atendidas las circunstancias del caso,
incumplimiento grave al convenio, el maltrato o vulneración de los derechos de
los adolescentes por parte de algún miembro de la institución respectiva o que
labore para ella en cualquier calidad.

Artículo 10. Buzones de sugerencias. Todos los centros y programas


regulados por este reglamento, deberán disponer de buzones de recepción de
quejas y sugerencias, los que estarán ubicados en lugares visibles para los
adolescentes y sus visitas. El Servicio Nacional de Menores deberá elaborar
instrucciones para el adecuado funcionamiento de los mismos.

Artículo 11. Derecho a la asistencia jurídica. Toda persona sometida a una


medida o sanción dispuesta por la Ley Nº 20.084 tendrá derecho a la
asistencia jurídica, conforme a las disposiciones del Código Procesal Penal, y a
solicitar asesoría letrada.

Tendrá derecho además a mantener comunicación directa y permanente con


su abogado, debiendo garantizarse en todo momento el carácter privado y
confidencial de aquélla. Las infracciones a lo dispuesto en este inciso
cometidas por funcionarios públicos, darán origen al procedimiento
investigativo que corresponda, para perseguir las eventuales responsabilidades
administrativas pertinentes, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 247 del
Código Penal.

Tratándose de programas ejecutados por colaboradores acreditados, dichas


infracciones se considerarán incumplimiento grave del respectivo convenio.

Artículo 12. Derecho a la confidencialidad y reserva. En toda actuación, así


como en la ejecución de las medidas y sanciones establecidas en la Ley
Nº 20.084, los funcionarios y operadores de las entidades correspondientes,
deberán respetar la confidencialidad o reserva de la información personal de
los adolescentes, para lo cual tendrán especialmente en cuenta lo dispuesto
por la Ley Nº 19.628, sobre protección de la vida privada, y en el artículo 303
en relación con los artículos 220 y 304 del Código Procesal Penal.

Sin perjuicio de lo establecido en el artículo 247 del Código Penal, las


infracciones al inciso anterior cometidas por funcionarios públicos darán origen
a las responsabilidades administrativas pertinentes. Tratándose de programas
ejecutados por colaboradores acreditados, dichas infracciones se considerarán
incumplimiento grave del respectivo convenio.

Artículo 13. Estudios e investigaciones. Para la realización de estudios o


investigaciones académicas referidas a adolescentes que se encuentren en
cumplimiento de alguna sanción o medida establecida en la Ley Nº 20.084, se
solicitará autorización a la Dirección Nacional del Servicio Nacional de
Menores, a la Dirección Nacional de Gendarmería de Chile o la opinión a la
Secretaria Ejecutiva del Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes,
en su caso, debiendo en todo momento, resguardarse la reserva de la
identidad del adolescente.

Para las entrevistas se deberá, asimismo, obtener previamente el


consentimiento informado, expreso y por escrito del adolescente.

Artículo 14. Deber de contar con identificación. Todo adolescente chileno o


extranjero que no cuente con cédula de identidad deberá realizar los trámites
necesarios para su obtención. La institución ejecutora de la sanción o medida
deberá prestar todos los medios a su alcance para facilitar este trámite.

Artículo 15. Extranjeros. Tratándose de un adolescente extranjero, el


ingreso al centro o programa respectivo, se pondrá en conocimiento de las
autoridades consulares de su país cuando éste tuviere su residencia habitual
fuera de Chile o cuando así lo solicitare.

Artículo 16. Ámbito de aplicación. Las disposiciones del presente


reglamento, regirán tanto respecto de los adolescentes a quienes se les
imponga una sanción o medida que deba cumplirse en los centros
administrados directamente por el Servicio Nacional de Menores, en los
programas ejecutados por sus entidades colaboradoras, en las Secciones
Juveniles de los establecimientos penitenciarios que reciban a personas
mayores de 18 años, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 56 de la Ley
Nº 20.084 como en los centros o programas que ejecuten la sanción accesoria
contemplada por el artículo 7º de la Ley Nº 20.084, en lo que fuere pertinente.

Párrafo 2º Funciones generales del Servicio Nacional de Menores

Artículo 17. Administración de las sanciones y medidas no privativas de


libertad. El Servicio Nacional de Menores asegurará la existencia en las
distintas regiones del país de programas para la ejecución y control de las
sanciones y medidas no privativas de libertad a que se refiere la Ley Nº 20.084,
las que serán ejecutadas por los colaboradores acreditados que hayan
celebrado los convenios respectivos con dicha institución.

Artículo 18. Administración de las sanciones y medidas privativas de


libertad. La administración de los centros cerrados de privación de libertad y de
los recintos donde se cumpla la medida de internación provisoria,
corresponderá siempre y en forma directa al Servicio Nacional de Menores.

Para dar cumplimiento a las sanciones privativas de libertad y a la medida de


internación provisoria, contenidas en la Ley Nº 20.084, existirán tres tipos de
centros:

a) Los centros para la internación en régimen semicerrado;

b) Los centros cerrados de privación de libertad, y

c) Los centros de internación provisoria.

Artículo 19. Funcionamiento de centros y programas. Para un mejor


funcionamiento de los centros y programas referidos precedentemente,
tendiente a alcanzar los objetivos planteados en el artículo 20 de la Ley
Nº 20.084, el Servicio Nacional de Menores, fijará las orientaciones técnicas
que contendrán los lineamientos generales de la intervención y del trabajo de
reinserción social, mediante resolución de su dirección nacional la que se
publicará anualmente.
Asimismo, el Servicio Nacional de Menores podrá impartir instrucciones para
el mejor cumplimiento de las disposiciones sobre uso de recursos y
subvenciones, en conformidad a lo dispuesto por la Ley Nº 20.032 y su
reglamento.

En todo caso, dichas orientaciones, así como toda la normativa que se


establezca para el mejor funcionamiento de los centros y programas
encargados de la ejecución de las sanciones y medidas de la Ley Nº 20.084,
deberán ajustarse a lo dispuesto en este reglamento.

Artículo 20. Asesoría técnica. El Servicio Nacional de Menores, a través de


su departamento técnico, pondrá a disposición de los colaboradores o de sus
administraciones directas, modelos y metodologías de intervención y los
resultados de estudios y evaluaciones; y realizará o propiciará la realización de
sistematizaciones de experiencias y buenas prácticas, evaluaciones formativas,
de resultado y de impacto, y capacitaciones del personal y de los equipos
técnicos.

Artículo 21. Supervisión periódica. El Servicio Nacional de Menores


realizará supervisiones periódicas a los programas correspondientes, las que
comprenderán tanto los aspectos técnicos como los financieros.

Artículo 22. Supervisión técnica. La supervisión técnica, estará orientada a


controlar la calidad de la atención, la intervención desarrollada con los
adolescentes y su resultado. Esta será responsabilidad de la respectiva
dirección regional del Servicio Nacional de Menores y consistirá, a lo menos,
en visitas trimestrales de los supervisores técnicos regionales a cada centro o
programa dentro de su ámbito de competencia territorial, para la aplicación de
los instrumentos evaluativos que se encontrarán anexados a las orientaciones
técnicas a que alude el inciso primero del artículo 19.

Tratándose de centros privativos de libertad, comprenderá además:

a) Visitas trimestrales de los Directores Regionales del Servicio Nacional de


Menores, que contemplen reuniones privadas con los adolescentes que se
encuentren internos en los centros;

b) Supervisión mensual de procedimientos frente a conflictos críticos,


mediante informes elaborados por el director del centro, dirigidos a las
respectivas direcciones regionales y al departamento técnico especializado del
Servicio Nacional de Menores, y

c) Control mensual de procedimientos de segregación de adolescentes,


mediante informes elaborados por el director del centro, dirigidos a las
respectivas direcciones regionales y al departamento técnico especializado del
Servicio Nacional de Menores.

Asimismo, la dirección nacional, a través del departamento técnico


especializado, visitará los centros o programas con el objeto de reunirse con
adolescentes, equipos técnicos y directivos.

Para la realización de estas entrevistas, quien realice la respectiva


supervisión, deberá obtener el consentimiento informado, expreso y por escrito
de los adolescentes teniendo, éste en forma exclusiva, acceso a dicha
información.

Artículo 23. Supervisión financiera. Por su parte, la supervisión


financiera estará orientada a velar por el uso adecuado de los recursos, en el
marco del convenio firmado entre el Servicio Nacional de Menores y el
respectivo colaborador acreditado, y de las instrucciones financieras a que se
refiere el inciso segundo del artículo 19. La referida supervisión será realizada
semestralmente por los supervisores financieros regionales.

Artículo 24. Coordinación intersectorial. Corresponderá al Servicio Nacional


de Menores efectuar el seguimiento de los convenios intersectoriales vigentes
para los efectos de este reglamento e implementar nuevos convenios con los
servicios públicos que corresponda.

Será también responsabilidad del Servicio Nacional de Menores efectuar las


coordinaciones a nivel regional con los operadores del sistema de justicia, a fin
de lograr una cabal implementación de estas normas reglamentarias.

TÍTULO II DEL TRATAMIENTO DE REHABILITACIÓN POR ADICCIÓN A LAS


DROGAS O ALCOHOL

Párrafo 1º Normas de aplicación general


Artículo 25. Marco de la intervención. El tratamiento de los problemas
asociados al consumo de alcohol y drogas en adolescentes infractores de ley,
es sólo una parte de su proceso global de inserción social y debe, cuando
corresponda, enmarcarse dentro del Plan de Intervención Individual aprobado
judicialmente y desarrollado por los equipos a cargo de la sanción principal.
Para ello, deberán establecerse sistemas de coordinación con los equipos
involucrados en el proceso de intervención y reinserción social del adolescente.

La atención clínica debe efectuarse mediante un abordaje biopsicosocial, en


modalidad preferentemente ambulatoria, con enfoque integral comunitario,
debe asegurar la continuidad del tratamiento, ser realizada por un equipo
interdisciplinario, articulada, cuando corresponda, con el plan de intervención
individual de la sanción principal y ser evaluada periódicamente.

El tratamiento de los problemas asociados al consumo de alcohol y drogas, y


de cualquier otro trastorno de salud mental que el adolescente presente debe
tratarse en forma conjunta e integrada por el mismo equipo clínico.

En el trabajo con el adolescente y, especialmente en la primera entrevista,


se procurará la presencia de los padres, del adulto responsable de su cuidado
u otro familiar que apoye su proceso de tratamiento.

Los aspectos técnicos del diagnóstico y tratamiento serán regulados por la


normativa sanitaria correspondiente.

Artículo 26. Personal especializado. Los encargados de desarrollar estos


programas deberán contar con una formación profesional compatible, así como
experiencia práctica. Además, el personal deberá recibir una formación que le
permita desempeñar sus funciones de manera especializada; especialmente
respecto de los nuevos estudios sociales de infancia y las peculiaridades del
desarrollo adolescente, las culturas juveniles, los criterios y normas
internacionales de derechos humanos y derechos del niño, el enfoque de
género, el proceso penal adolescente y la información criminológica vinculada
a la ocurrencia de infracciones juveniles a la ley penal, entre otros contenidos
relevantes.

Cada uno de estos programas estará a cargo de un director que será el


responsable de su ejecución técnica y administrativa, debiendo estar
debidamente calificado para su función por su capacidad de gestión, formación
adecuada y experiencia en la materia.

Artículo 27. Relación con el adolescente. En el marco de la relación entre la


institución o programa que desarrolle el tratamiento y el adolescente, deberá
favorecerse un vínculo basado en la empatía, la colaboración y en la claridad
de los límites que impone la función ejercida por el profesional.
El adolescente deberá ser informado de las normas de funcionamiento de la
institución o programa, de las particularidades de su plan de intervención, de
las consecuencias de su incumplimiento y de la responsabilidad que le cabe a
la institución o programa en cuanto a informar a cerca de su situación. Deberá
explicitarse que aquella información que el adolescente entrega a los miembros
del equipo profesional podrá ser expuesta en un informe, o en su defecto ser
explicitada en el contexto de una audiencia oral, sin perjuicio de que aquella
información que sea entregada en términos confidenciales estará resguardada
por las normas del secreto profesional.

Artículo 28. Organización de servicios. Los dispositivos públicos y privados


que brinden atención a los adolescentes infractores con sanción en medio libre,
deberán ser parte de la red de prestadores debidamente acreditada del
Servicio de Salud respectivo en la región en que se ubique el adolescente
infractor cumpliendo su sanción, y por lo tanto, se encuentre dentro de sus
funciones otorgar la atención clínica que estos demanden.

Con relación a las Unidades de Hospitalización de Corta Estadía ubicados al


interior de los centros privativos de libertad, la autoridad sanitaria regional
deberá otorgar la debida autorización para la operación de dicha unidad clínica.

El Servicio de Salud en conjunto con los prestadores establecerá


mecanismos de coordinación y articulación de modo de facilitar el acceso, la
oportunidad y la continuidad de la atención.

Párrafo 2º De la sanción accesoria del artículo 7º de la Ley Nº 20.084

Artículo 29. Programas. La sanción accesoria establecida en el artículo


7º de la Ley Nº 20.084 será desarrollada por los programas, servicios e
instituciones que correspondan, bajo la asesoría del Consejo Nacional para el
Control de Estupefacientes (CONACE) y del Ministerio de Salud,
respectivamente, según determine el tribunal y en conformidad a la Resolución
Exenta Nº 391, de 2006 y la normativa sanitaria pertinente.
Párrafo 3º Del tratamiento de rehabilitación por adicción a las drogas o alcohol
como parte del Plan de Intervención Individual

Artículo 30. Registro de programas. Para los efectos de dar cumplimiento a


lo dispuesto en el artículo 42 de la Ley Nº 20.084, el Ministerio de Justicia
coordinará con el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes la
remisión de un informe trimestral sobre los programas vigentes en cada
comuna, los cuales deberán registrarse conforme a lo dispuesto en el artículo
40 de este reglamento.

El Ministerio de Justicia adoptará las medidas pertinentes tendientes a


determinar el formato y el medio de envío de la información antes referida.

Artículo 31. Plan de intervención individual. El plan de intervención


individual que contemple tratamiento de rehabilitación por adicción a las drogas
o alcohol, deberá incluir:

1. Objetivos terapéuticos de calidad y alto estándar de complejidad, metas


terapéuticas y plazos definidos.

2. Consentimiento informado del adolescente y su familia o adulto


responsable de su cuidado, cuando corresponda.

3. Contrato terapéutico concordado con el adolescente y su familia, u otro


según corresponda.

4. Procedimientos terapéuticos y de rehabilitación con énfasis en la


modificación de cada una de las áreas problema identificadas, los que deberán
quedar debidamente registrados en ficha clínica.

5. El desarrollo del Plan (avances, estancamiento, recaídas y


retrocesos) deberá ser evaluado por el equipo tratante en forma periódica con
el delegado y el equipo de libertad asistida o equipo psicosocial del centro
privativo de libertad, según corresponda y debidamente registrados sus
resultados.

6. Todas las acciones terapéuticas clínicas y psicosociales realizadas al


adolescente, su familia o a adulto responsable de su cuidado, deberán ser
debidamente registradas en la ficha clínica única. Estas serán confidenciales y
sólo estarán disponibles para las reuniones clínicas, auditoría clínica y
evaluación que el sistema implemente para monitorear la calidad técnica de la
atención otorgada al adolescente, sin perjuicio del cumplimiento de las
regulaciones pertinentes.

7. El equipo clínico tratante deberá emitir informes al juez, según la


periodicidad que éste determine. En subsidio de dicha determinación, deberían
remitirlos bimensualmente desde el ingreso del adolescente.

8. Se realizará un plan de seguimiento no inferior a un año desde su egreso.


Dicho plan incluirá el trabajo conjunto entre el equipo tratante en coordinación
con el equipo psicosocial del programa o centro donde cumpla la sanción
principal, el que deberá prever los recursos necesarios para dar cumplimiento a
este período coincidente con la reinserción del adolescente.

TÍTULO III DISPOSICIONES COMUNES A LOS CENTROS Y PROGRAMAS

Artículo 32. Control jurisdiccional. Todas las actuaciones de los


organismos, instituciones y personas que deban ejecutar las medidas y
sanciones de la Ley
Nº 20.084, estarán sujetas a control judicial por parte del tribunal competente,
en los términos del artículo 50 de la Ley Nº 20.084.

Artículo 33. Creación de centros. Los centros a que se refiere la


Ley Nº 20.084, se crearán, modificarán o suprimirán, mediante decreto
supremo del Ministerio de Justicia.

Artículo 34. Ingreso. Sólo por resolución de tribunal competente podrá


ingresar un adolescente a un centro o programa que ejecute una medida o
sanción.

Asimismo, en las Secciones Juveniles a que se refiere el título VII de este


reglamento, sólo se admitirá el ingreso de mayores de 18 años sancionados
por la Ley Nº 20.084, por orden judicial escrita de tribunal competente.

Ante una orden de ingreso de tribunal, en que no se corresponda el sujeto de


atención con las características del centro, programa o unidad, el director del
centro, programa o jefe de unidad respectiva, deberá comunicar de inmediato
dicha situación a la dirección regional del Servicio Nacional de Menores, a la
Secretaría Regional Ministerial de Justicia, al juez de control de ejecución, y al
defensor del adolescente.
Artículo 35. Expediente de ejecución. Siempre que se ordene el ingreso de
un adolescente, deberá formarse un expediente de ejecución completo y
fidedigno que contendrá, a lo menos, lo siguiente:

a) La orden judicial que ordena el ingreso;

b) La Ficha Técnica de Ingreso, que contendrá a lo menos:

1) Identificación personal completa;

2) Situación procesal;

3) Los datos que permitan identificar la causa judicial;

4) El nombre y datos del defensor que intervino en la causa, y

5) La fecha de inicio y la de posible conclusión de la sanción o medida. Si la


sentencia no señalare el tiempo que se le imputa al cumplimiento de la sanción
o la medida, el director del programa deberá solicitarla a la brevedad al tribunal
que la ordenó, por la vía más expedita posible, debiendo oficiar en caso de
demora al respectivo superior jerárquico.

6) El hecho de haberse impuesto la sanción accesoria contemplada en el


artículo 7º de la Ley Nº 20.084.

Respecto de lo establecido en el numeral 4), el Director o Jefe de Unidad


deberá solicitar de inmediato al Defensor Regional la identificación del
defensor, debiendo aquél informar de ello a la brevedad, así como cualquier
otro cambio que se produzca en la atención profesional.

c) El plan de intervención individual sancionado por el juez que dictó la


sentencia y las modificaciones que del mismo haya autorizado el tribunal
competente;

d) Los informes periódicos sobre la evolución y desarrollo del plan de


intervención individual, con las recomendaciones para el cumplimiento de los
objetivos de la Ley Nº 20.084;

e) Copia de los informes remitidos al Tribunal por el centro o programa


encargado de la ejecución de la sanción contemplada por el artículo 7º de la
Ley Nº 20.084, cuando corresponda, y

f) Las sanciones disciplinarias que haya enfrentado la persona condenada o


sujeta a medida.
El expediente de ejecución será de exclusivo uso del personal autorizado por
el director del programa o jefe de la unidad, sin perjuicio de lo cual el defensor
del adolescente o el profesional de apoyo a la defensa que aquél designe bajo
su responsabilidad, tendrá derecho, en todo caso, a acceder a él.

La entrega de información relativa a los datos contenidos en el expediente y


que digan relación con aspectos personales del adolescente se encuentra
sujeta a lo dispuesto en la Ley Nº 19.628 sobre Protección a la Vida Privada.

Artículo 36. Registro. Será responsabilidad del director del centro o


programa respectivo, llevar un registro estadístico digitalizado y actualizado de
quienes permanezcan en él, según las instrucciones que al respecto
proporcione la dirección nacional del Servicio Nacional de Menores.

Copia de la información estadística, referida a la cantidad de ingresos y


egresos, delito y situación procesal en la que se ingresó, duración de la
permanencia en el centro o programa, tribunal, edad de los adolescentes y
otros antecedentes igualmente relevantes, será enviada trimestralmente al
Ministerio de Justicia.

Artículo 37. Informe de cumplimiento de la sanción o medida. Una vez


cumplida la sanción o, en su caso, la medida, el director del programa o el
director del centro, según corresponda, informará inmediatamente este hecho
al juez de control de ejecución, debiendo, asimismo, remitir copia de dicha
información al Servicio de Registro Civil e Identificación y al Defensor del
adolescente.

Artículo 38. Informe para remisión de condena. Para efectos de lo


establecido en el artículo 55 de la Ley Nº 20.084,el Director Regional del
Servicio Nacional de Menores remitirá el informe directamente al tribunal.

Tratándose de medidas no privativas de libertad, el Director Regional del


Servicio Nacional de Menores solicitará al Director del Programa un informe
sobre el proceso de reinserción del adolescente condenado y el cumplimiento
del plan de intervención. Tratándose de jóvenes que se encuentren cumpliendo
su condena en recintos de Gendarmería de Chile, el Director Regional del
Servicio Nacional de Menores solicitará al jefe de la unidad penal donde se
encuentre, el mismo informe.
TÍTULO IV ADMINISTRACIÓN DE SANCIONES Y MEDIDAS NO PRIVATIVAS
DE LIBERTAD

Artículo 39. Programas. Las sanciones y medidas no privativas de libertad


serán ejecutadas en los programas de instituciones colaboradoras acreditadas
ante el Servicio Nacional de Menores, en conformidad a lo dispuesto en la
Ley Nº 20.032 y su reglamento, y en la Ley Nº 20.084 y por las instituciones
encargadas de ejecutar la sanción accesoria del artículo 7º de la
Ley Nº 20.084. Cada uno de estos programas estará a cargo de un director que
será el responsable de su ejecución técnica y administrativa.

Artículo 40. Registro de programas. Para los efectos de dar cumplimiento a


lo dispuesto en el artículo 42 de la Ley Nº 20.084, el Servicio Nacional de
Menores llevará el registro actualizado de los programas existentes en cada
comuna del país que dicha norma señala, el que contendrá, al menos, los
siguientes datos:

1. Nombre de la Institución.

2. Identificación del programa: nombre, dirección, fono, correo electrónico.

3. Identificación del director del programa.

4. Cobertura territorial, número de plazas financiadas y número de plazas


disponibles al último día del mes anterior a su envío.

5. Información acerca del equipo del centro o programa: número de


profesionales, educadores y funcionarios.

La información aludida estará a disposición de los tribunales de justicia y


demás órganos competentes, y será enviada por el Servicio Nacional de
Menores al Ministerio de Justicia, de acuerdo con el formato y el medio de
envío que dicho Ministerio disponga.

Artículo 41. Deber de señalar domicilio. Los adolescentes sujetos a una


sanción no privativa de libertad tienen el deber de informar su domicilio, como
asimismo el cambio de éste a las autoridades del programa. Si el nuevo
domicilio estuviere fuera del territorio en que funciona el programa, el director
del mismo deberá solicitar al juez de control de ejecución, el ingreso del
adolescente al programa que correspondiere, acompañado de sus
antecedentes técnicos correspondientes.

Artículo 42. Personal especializado. Los encargados de desarrollar las


sanciones y medidas no privativas de libertad desempeñarán funciones
socioeducativas, para lo cual deberán contar con una formación profesional
compatible, así como experiencia práctica.

Además, el personal deberá recibir una formación que le permita


desempeñar sus funciones de manera especializada; especialmente respecto
de los nuevos estudios sociales de infancia y las peculiaridades del desarrollo
adolescente, las culturas juveniles, los criterios y normas internacionales de
derechos humanos y derechos del niño, el enfoque de género, el proceso
penal adolescente y la información criminológica vinculada a la ocurrencia de
infracciones juveniles a la ley penal, entre otros contenidos relevantes.

El director del programa estará debidamente calificado para su función por


su capacidad de gestión, formación adecuada y experiencia en la materia.

Artículo 43. Marco de la intervención. La intervención deberá centrarse en


la conducta infractora e intentará desplegar acciones socioeducativas
orientadas a la responsabilización del adolescente, la reparación de sus
derechos vulnerados y de los procesos de criminalización a que ha estado
sometido, su habilitación mediante el fortalecimiento de competencias,
habilidades y capacidades para el desarrollo de un proyecto de vida alternativo;
y oportunidades para su inserción social, mediante actividades como
capacitación laboral, inserción y reinserción escolar, empleabilidad juvenil y
otros programas socioeducativos.

El énfasis dado a cada una de las áreas de intervención señaladas


dependerá de la naturaleza del programa, y será desarrollada a través de
actividades diseñadas y planificadas en función de las necesidades específicas
de los adolescentes, que se expresarán en el plan de intervención individual.

En términos administrativos, las sanciones y medidas estarán sujetas a


estándares de calidad, las que se detallarán en las orientaciones técnicas
establecidas en el artículo 19 de este reglamento.

Para los efectos de dar cumplimiento a las normas sobre sustitución y


remisión de la pena, establecidas en la Ley Nº 20.084, los programas deberán
coordinarse con los restantes centros y programas de la región.

Artículo 44. Relación Delegado-Adolescente. En el marco de la relación


entre el delegado y el adolescente deberá favorecerse un vínculo basado en la
empatía, la colaboración y en la claridad de los límites que impone la función
de control y supervisión ejercida por el profesional. Además, el adolescente
deberá ser informado de las normas de funcionamiento del programa, de las
particularidades de su plan de intervención, de las consecuencias de su
incumplimiento y de la responsabilidad que le cabe al programa en cuanto a
informar acerca de su situación. Deberá explicitarse que aquella información
que el adolescente entrega al profesional podrá ser expuesta en un informe, o
en su defecto ser explicitada en el contexto de una audiencia oral, sin perjuicio
de que aquella información que sea entregada en términos confidenciales
estará resguardada por las normas del secreto profesional.

Artículo 45. Plan de intervención individual en programas de libertad


asistida. De acuerdo a lo dispuesto en los artículos 13 y 14 de la Ley
Nº 20.084, los contenidos del plan de intervención individual en programas de
libertad asistida, deberán comprender la asistencia y cumplimiento del proceso
de educación formal o de reescolarización, en su caso, así como el desarrollo
de actividades socioeducativas, de formación y de participación, así como el
hecho de encontrarse sujeto a una sanción accesoria de tratamiento de
rehabilitación por adicción a las drogas o al alcohol. En este último caso, el
citado plan deberá contener las menciones a que se refiere el artículo 31 de
este reglamento. Las actividades del plan propuesto al tribunal, se definirán en
atención al diagnóstico realizado al ingreso del adolescente al programa.

Asimismo, el plan deberá considerar el acceso efectivo del adolescente a los


servicios y recursos de la red intersectorial. En él deberán indicarse con
claridad los objetivos perseguidos con las actividades programadas, los
resultados esperados y el período de tiempo en que el adolescente deberá
cumplirlas.

Una vez aprobado judicialmente el plan, el director del programa informará al


tribunal acerca de su cumplimiento, con la periodicidad que éste determine. En
ausencia de esta determinación, los informes se remitirán mensualmente.

Artículo 46. Participación de los padres. En el trabajo con el adolescente y,


especialmente en la primera entrevista, se procurará la presencia de los
padres, del adulto responsable de su cuidado u otro familiar que apoye su
proceso de reinserción.

Artículo 47. Incumplimiento. En conformidad a lo establecido en el


artículo 51 inciso segundo de la Ley Nº 20.084, deberá informarse al tribunal de
control de ejecución del incumplimiento de las actividades fijadas en el Plan de
Intervención o en general, del contenido de la sanción impuesta en la
sentencia. Copia de dicho informe, se remitirá al defensor del condenado y al
Ministerio Público cuando corresponda.

Para efectos de lo dispuesto en el inciso precedente, se entenderá por


incumplimiento la ausencia de participación del adolescente en las actividades
del plan de intervención individual, la que deberá ser evaluada periódicamente
por el programa respectivo.
De acuerdo a lo establecido en el artículo 51 de la Ley Nº 20.084, se
informarán especialmente los incumplimientos que consistan en:

a) Inasistencia del adolescente a la primera entrevista con los profesionales


del programa;

b) En el caso de las medidas de libertad asistida, la inasistencia injustificada


en todo un mes, a las actividades programadas;

c) En el caso de la medida de libertad asistida especial, la inasistencia


injustificada, durante quince días, a las actividades programadas y el retiro
anticipado, por decisión del adolescente, de las actividades establecidas en el
plan de intervención, sin autorización del juez competente, y

d) En el caso de la medida de prestación de servicio a la comunidad o de


reparación del daño, la inasistencia aprestar el servicio ordenado o la negativa
de reparar el daño o la reparación acordada, respectivamente.

Artículo 48. Coordinación con los servicios públicos. El Servicio Nacional


de Menores deberá velar por una adecuada coordinación entre los delegados
de libertad asistida y de medidas reparatorias, las Municipalidades y demás
órganos de la Administración del Estado, a fin de permitir el acceso a los
servicios que éstos presten en cuanto faciliten el proceso de reinserción social.

TÍTULO V NORMAS COMUNES PARA LOS CENTROS PRIVATIVOS DE


LIBERTAD

Párrafo 1º Derechos y garantías específicos

Artículo 49. Derechos específicos. Además de los derechos establecidos en


el título I del presente reglamento y en la Ley Nº 20.084, los adolescentes
internos en un centro privativo de libertad tendrán derecho a:
a) Recibir visitas al menos una vez a la semana, con una duración mínima
de tres horas cada vez;

b) Mantener comunicación directa con sus padres o adultos a cargo de su


cuidado, su familia, pareja y amigos;

c) Permanecer en recintos completamente separados de los adultos o en


que, a lo menos, se resguarde adecuadamente su separación durante el
descanso nocturno, en el caso de las personas mayores de 18 años;

d) Recibir atención de acuerdo a sus necesidades de salud y acceder a


servicios educativos y de capacitación laboral;

e) Permanecer en el centro donde se cumple la sanción o medida, salvo los


casos en que las circunstancias y las disposiciones de este reglamento
autoricen su traslado;

f) Solicitar la revisión de la sanción o medida, y

g) Acceder a medios de información, como libros, diarios, revistas y utilizar


los medios audiovisuales autorizados por la autoridad del centro.

Artículo 50. Derecho al descanso nocturno. Todo adolescente tendrá


derecho a un descanso mínimo de ocho horas diarias, en condiciones acordes
con la dignidad humana, no pudiendo interrumpirse ni perturbarse, salvo
situaciones excepcionales señaladas en este reglamento.

Artículo 51. Educación. La dirección del centro deberá disponer las


facilidades para que el adolescente curse su enseñanza básica y media hasta
completarla, de acuerdo a los programas aprobados por el Ministerio de
Educación.

Los adolescentes analfabetos, que presenten problemas de aprendizaje o


tengan algún grado de discapacidad, tendrán derecho a acceder a enseñanza
especial.

Aquellos que hayan egresado del centro podrán finalizar su enseñanza


básica o media, o bien concluir su formación técnico profesional dentro de
aquél, siempre y cuando ello no afecte el normal funcionamiento del mismo, ni
resulte perjudicial para su reinserción.

Sin perjuicio de lo anterior, en forma complementaria o alternativa, se


procurará que exista formación técnica o preparación para el desempeño de
algún oficio, de acuerdo a lo prescrito en el artículo siguiente.
Todos los adolescentes tendrán derecho a recibir educación sexual acorde
con su edad y sus necesidades, debiendo ser impartida de acuerdo a los
planes y programas del Ministerio de Educación.

Artículo 52. Formación y capacitación. El Servicio Nacional de Menores


desarrollará y ejecutará programas permanentes de formación y capacitación
laboral para los adolescentes internos, de acuerdo a sus necesidades e
intereses, a fin de lograr la mejor reinserción social y laboral de los mismos.

Artículo 53. Certificados de estudios. Los certificados o diplomas que


acrediten la aprobación o culminación de los estudios, deberán ser extendidos
en forma tal que en ellos no conste ni sea reconocible que los adolescentes
han estado privados de libertad o en contacto con el sistema penal.

Artículo 54. Vestimentas. Los centros deberán proveer de vestuario a los


adolescentes que lo requieran, debiendo éste ser acorde con la dignidad
humana.

Sin perjuicio de lo anterior, los adolescentes podrán usar sus propias


prendas de vestir, salvo que ello resulte inconveniente por razones fundadas,
las que deberán ser comunicadas a éstos oportunamente.

Artículo 55. Pertenencias del adolescente. Todo adolescente tendrá


derecho a poseer objetos de valor afectivo y pertenencias personales, mientras
no pongan en peligro la seguridad del centro o se trate de aquellos prohibidos
por la ley o este reglamento.

Artículo 56. Actividades recreativas. Dentro de su tiempo libre, los


adolescentes podrán practicar actividades recreativas, para lo cual las
autoridades correspondientes deberán disponer y facilitar equipos,
instalaciones y tiempo suficiente para el efecto.

Artículo 57. Ejercicio de culto. La administración del centro deberá respetar


las creencias religiosas del adolescente y no podrá obligarle a asistir a actos
contrarios a su credo o someterlo a enseñanza y asesoramiento religioso, ni
prohibir la tenencia de objetos de su culto siempre que no afecten la seguridad
del centro.

Asimismo, el adolescente tendrá el derecho a ser asistido y visitado por un


sacerdote, capellán, ministro o líder de su comunidad religiosa, según lo
dispuesto en la Ley Nº 19.638, que establece normas sobre la constitución de
las iglesias y las organizaciones religiosas y su Reglamento. La administración
de los centros facilitará que los representantes de los cultos religiosos oficien
los respectivos servicios.
Artículo 58. Actos posteriores al fallecimiento. De fallecer el adolescente
durante la ejecución de la pena privativa de libertad, el padre, la madre, el
cónyuge o el adulto responsable de su cuidado, podrá solicitar el examen del
certificado de defunción y de los resultados de las investigaciones a que el
fallecimiento hubiere dado lugar.

Artículo 59. Ubicación y traslado. Será atribución de la Dirección Nacional


del Servicio Nacional de Menores determinar los establecimientos en que los
adolescentes cumplirán sus condenas y disponer los traslados de ellos de
acuerdo con la reglamentación vigente.

Asimismo, para efectos de lo establecido en el artículo 56 de la


Ley Nº 20.084, será atribución del Director Nacional de Gendarmería de Chile
determinar los establecimientos en que las personas mayores de edad
cumplirán su sanción.

Para la determinación del centro de cumplimiento deberá considerarse


especialmente la cercanía con su familia y los fines establecidos en la
Ley Nº 20.084.

En casos calificados por la Dirección Regional del Servicio Nacional de


Menores y por razones de seguridad y en resguardo de la integridad del
adolescente, podrá ordenarse su traslado hacia otro centro. En tal caso el
director del centro en que se reciba al adolescente deberá comunicar de
inmediato del traslado al juez de control competente y así como aquel con
competencia en el territorio del centro del que fue trasladado.

Artículo 60. Informe para Traslado al cumplir 18 años. Para los efectos del


informe exigido por el artículo 56 inciso 3º de la Ley Nº 20.084, el director del
centro considerará especialmente los derechos y fines consagrados en los
artículos 1º, 2º, 20 y 44 de la Ley Nº 20.084, así como el respeto del
adolescente a la normativa disciplinaria de este reglamento.

Para los efectos de lo dispuesto en el inciso séptimo del artículo 56 de la


misma ley, se entenderá por incumplimiento grave, la comisión de las faltas a
que se refiere el artículo 108 de este cuerpo normativo, cuando con ello se
ponga en riesgo la vida e integridad física de otras personas.

Párrafo 2º Régimen interno y organización


Artículo 61. Dirección del centro. Los centros privativos de libertad estarán a
cargo de un director, quien será designado por resolución de la Dirección
Nacional del Servicio Nacional de Menores y dependerá técnica y
administrativamente de la respectiva dirección regional.

Sus principales funciones serán las siguientes:

a) Dar cumplimiento a las órdenes emanadas de los tribunales competentes,


debiendo asimismo, mantenerlos permanentemente informados respecto de las
situaciones que afecten a los adolescentes.

b) Asegurar la elaboración, supervisión y ejecución del proyecto de


funcionamiento del centro y la planificación anual, coordinación y supervisión
de las acciones y procedimientos técnicos y administrativos de cada uno de las
unidades que se desempeñen al interior del centro.

c) Coordinar las redes y vínculos con Ministerio Público, Defensoría Penal


Pública, Poder Judicial, Servicios dependientes del Ministerio de Justicia y
organizaciones privadas, a fin de mejorar la gestión y eficacia del centro.

d) Coordinar el trabajo de la unidad técnica con los programas en el medio


libre, los servicios públicos y las municipalidades, a fin de facilitar el acceso a
las instancias y servicios comunitarios que favorezcan la reinserción social del
adolescente una vez que éste obtenga su libertad, así como la rehabilitación
por la adicción a las drogas, en su caso.

e) Presidir las reuniones de la unidad técnica y unidad administrativa y


financiera, dirimir sus asuntos y ordenar que se cumplan las decisiones que allí
se acuerden.

f) Informar de la situación técnica, administrativa y financiera a la autoridad


regional del Servicio Nacional de Menores.

g) Otras que la Dirección Nacional del Servicio Nacional de Menores le


asigne.

Artículo 62. Unidad técnica y unidad administrativa y financiera. En cada


centro funcionarán, al menos, una unidad encargada de la gestión técnica y
otra de la gestión administrativa y financiera. Ellas estarán a cargo de un jefe
técnico y un jefe administrativo, respectivamente, los que, junto al director,
conformarán el equipo directivo del centro.

Artículo 63. Funciones de la unidad técnica. En la unidad técnica estarán


radicadas las siguientes funciones:
a) Velar por el respeto de los derechos de los adolescentes;

b) Elaborar y supervigilar la ejecución del proyecto de funcionamiento del


centro;

c) Elaborar los planes de gestión y supervigilar su implementación,


especialmente en lo relativo a la intervención socioeducativa, al tratamiento de
rehabilitación por adicción a las drogas, al trabajo con las familias de los
adolescentes, con los tribunales de justicia y demás organismos públicos
y privados pertinentes, y

d) Elaborar los informes requeridos para el acceso al régimen de salidas.

La unidad técnica será también responsable de confeccionar y ejecutar


sistemáticamente una malla educativa que asegure la participación de los
adolescentes en su formación escolar y en actividades de carácter
socioeducativo, de formación, preparación para la vida laboral y desarrollo
personal.

Dicha unidad, además, deberá asegurar la aplicación de tratamientos


destinados a la rehabilitación del consumo problemático de drogas y
tratamientos de salud mental para quienes lo requieran y para aquellos a
quienes se imponga la medida prevista en el artículo 7º de la Ley Nº 20.084.

Artículo 64. Funciones de la unidad administrativa y financiera. En la unidad


administrativa y financiera estarán radicadas las siguientes funciones:

a) Proponer y ejecutar el programa financiero y presupuestario del centro;

b Administrar los recursos humanos, materiales y financieros del mismo, y

c) Mantener los registros contables del centro.

Artículo 65. Comité técnico. Existirá, además, en cada centro, un comité


técnico compuesto por su director; el jefe técnico del centro, quien hará las
veces de secretario ejecutivo; el jefe del destacamento de Gendarmería de
Chile del centro de régimen cerrado, y un representante del programa de
tratamiento de adicción a las drogas o alcohol que se ejecute en el centro.
Dicho comité se reunirá bimensualmente con el objeto de evaluar el
funcionamiento en las áreas de competencia común.

Artículo 66. Enfermedad o accidente. En caso de enfermedad o accidente,


el funcionario encargado de la atención directa del adolescente, o quien tome
conocimiento del hecho, deberá adoptar las medidas tendientes a su pronta
atención por parte del personal de salud del centro respectivo, informando de
ello al jefe de la unidad técnica o a quien cumpla sus funciones.

Deberá informarse, asimismo, al director del centro, quien realizará las


gestiones tendientes a procurar el tratamiento y recuperación del afectado,
debiendo, además, poner dicha situación en conocimiento de sus padres o
adulto responsable de su cuidado.

Tratándose de personas sujetas a internación provisoria e informará, por el


medio más expedito, al tribunal que esté conociendo de la causa.

Artículo 67. Traslados. El director del centro deberá arbitrar las medidas


necesarias para dar cumplimiento a las órdenes emanadas del tribunal o
fiscalía respectiva, que dispongan la comparecencia personal del adolescente.

Para ello, el director deberá solicitar a Gendarmería de Chile la ejecución de


dichos traslados, los cuales se realizarán en vehículos del Servicio Nacional de
Menores o de Gendarmería de Chile, o en otros medios de movilización
cuando circunstancias excepcionales así lo requieran.

Los traslados, desde o hacia el centro, cualquiera sea la causa que los
origine, deberán realizarse con discreción, evitando la innecesaria exposición y
tomando las medidas de seguridad pertinentes.

En todo caso, dichos traslados no podrán realizarse conjuntamente con


internos mayores de edad.

Artículo 68. Circulación de dinero. En los centros privativos de libertad


los adolescentes no podrán mantener en su poder dinero efectivo.

Artículo 69. Remuneraciones de adolescentes. Las remuneraciones que los


adolescentes obtengan producto de su trabajo serán custodiadas y distribuidas
por la dirección del centro, quien para este efecto deberá cumplir con los
requerimientos del adolescente. Dicha remuneración será destinada a un fondo
individual que deberá entregársele al momento de su egreso.

Artículo 70. Organización de la rutina diaria. El equipo directivo de cada


centro deberá elaborar las normas de rutina diaria de los mismos, normativa
que será enviada al Director Regional del Servicio Nacional de Menores para
su aprobación y comunicada, posteriormente, al Secretario Regional Ministerial
de Justicia, al Defensor Regional, al Fiscal Regional y al Presidente de la Corte
de Apelaciones respectiva.

La normativa interna de cada centro establecerá el horario en que se


desarrollarán las actividades de los adolescentes, fomentando hábitos similares
a los del medio libre y garantizando un tiempo mínimo de descanso. Además,
deberá atenderse al cumplimiento de las actividades y acciones previstas en el
respectivo plan de ejecución del centro, a las necesidades espirituales, físicas,
culturales y recreativas de los adolescentes, así como las demás acciones que
estén previstas en el plan individual.

Párrafo 3º Infraestructura y seguridad

Artículo 71. Dependencias y catastro. En los centros deberán habilitarse


dependencias donde laboren los funcionarios de sus unidades y, según
corresponda, del destacamento de Gendarmería de Chile y demás organismos
que requieran desarrollar funciones al interior de los mismos.

Cada centro deberá disponer de un catastro de la infraestructura con la que


cuenta, copia del cual será enviada el 1º de marzo de cada año a la Dirección
Nacional del Servicio Nacional de Menores y al Ministerio de Justicia. El
referido catastro contendrá, a lo menos:

a) Número de dependencias con que cuenta el centro y el fin de éstas;

b) El número de dormitorios y su capacidad;

c) La cantidad máxima de adolescentes que puede albergar cada recinto de


acuerdo a factores como dignidad, intimidad, seguridad, higiene y capacidades
de las instalaciones de servicios básicos del centro, y

d) Las inversiones que se hayan realizado en los centros por concepto de


ampliaciones, remodelaciones y adecuaciones a la infraestructura.

Artículo 72. Otras dependencias. Los centros deberán disponer de salas,


patios y áreas para el desarrollo de actividades escolares y formativas, para la
recreación, deporte, atención de salud y para efectuar tratamientos de
rehabilitación por adicción a las drogas o al alcohol decretados en conformidad
al artículo 7º de la Ley Nº 20.084, de acuerdo a las características y número de
los adolescentes atendidos. Además, tratándose de centros de internación
provisoria y centros cerrados de privación de libertad, se asignarán
dependencias para cumplir con la revisión de las visitas y las necesarias para
la atención de la defensa de los adolescentes, asegurando debidamente que
ellas reúnan condiciones de privacidad y comodidad.
Artículo 73. Dormitorios e instalaciones sanitarias. Los centros procurarán
contar con recintos individuales para dormitorio. En caso de no contarse con
los recursos para este efecto, se deberá disponer un reducido número de
adolescentes internos por dormitorio.

En cada dormitorio deberá contarse con un espacio físico que permita al


adolescente guardar sus objetos personales.

Los centros deberán contar, además, con instalaciones sanitarias


suficientes, adecuadas y dignas, en número y condiciones definidas en la
normativa vigente, que permitan realizar el aseo corporal y demás necesidades
de los adolescentes.

Artículo 74. Plan de emergencia. Los centros desarrollarán anualmente un


plan de emergencia, en concordancia con las directrices y normas emanadas
del Servicio Nacional de Menores, respecto de la prevención de riesgos y
seguridad, a fin de prevenir y reaccionar adecuada y oportunamente ante
alguna contingencia.

En todo caso, en lo relativo a la seguridad, los centros siempre deberán


contar con la asesoría de Gendarmería de Chile.

Los procedimientos para abordar las situaciones de riesgo, deberán ser


regulados mediante instructivo impartido por el Servicio Nacional de Menores.

Artículo 75. Medida de separación del grupo. Cuando la seguridad personal


del infractor o de los demás adolescentes se vea seriamente amenazada,
podrá aplicarse la medida de separación del grupo por un máximo de siete
días.

Dicha medida será cumplida en la habitación individual del adolescente, o en


otro recinto de similares características, sin que pueda constituir jamás pena de
aislamiento, debiendo programarse actividades diarias que se llevarán a cabo
al interior de la misma.

Esta medida no podrá ser aplicada a internas embarazadas, ni a madres que


se encuentren amamantando, ni tampoco a aquellos que se encuentren
sometidos a tratamientos psicológicos, psiquiátricos o que estén en las
unidades de corta estadía para tratamiento de drogas o alcohol.

Asimismo, deberá suspenderse la aplicación de la sanción si el adolescente


presenta serias alteraciones en su salud física o mental.
Párrafo 4º Relación abogado y cliente

Artículo 76. Garantía de asistencia jurídica. A fin de garantizar el derecho a


la asistencia jurídica, se otorgarán todas las facilidades a objeto de que
los adolescentes puedan contar con asesoría letrada, no sólo en la defensa de
las causas penales que se sigan en su contra, sino, además, en toda otra
gestión judicial que por su naturaleza, requiera su intervención.

Las autoridades del centro no podrán suspender el derecho de los


adolescentes a ser visitados por las personas a cargo de su defensa judicial o
a comunicarse con ellos.

Artículo 77. Visitas de abogados. Las visitas a adolescentes detenidos o


sujetos a internación provisoria, por parte de abogados u otras personas
habilitadas para representarlos judicialmente, se regirán por las leyes
procesales y, en lo que corresponda, por las disposiciones del presente
reglamento y de lo dispuesto en el decreto Nº 643, de 2000, del Ministerio de
Justicia, que aprueba el Reglamento de visita de abogados y demás personas
habilitadas a los establecimientos penitenciarios.

Los abogados y demás personas habilitadas, tanto al ingreso como durante


su permanencia en el centro, deberán respetar las normas de seguridad y
de convivencia existentes al interior del establecimiento.

Artículo 78. Patrocinio y poder. En cualquier caso, y aun fuera de los


horarios de visita, los abogados y demás habilitados podrán hacer llegar a los
adolescentes, por intermedio de los funcionarios del centro, los escritos en que
se les confiera patrocinio y poder para su conocimiento y firma.

Párrafo 5º Visitas

Artículo 79. Visitas. Los adolescentes tendrán derecho a ser visitados por


sus familiares y amigos, debiendo dichas visitas realizarse con respeto a las
normas de funcionamiento interno del centro. No se podrá imponer como
sanción disciplinaria la privación o restricción de las visitas.
Sólo en casos excepcionales, por razones de seguridad o infraestructura, la
dirección de los centros podrá modificar las condiciones de las mismas, esto
es, en cuanto a la duración, lugar y día en que se realizarán, así como el
número máximo de visitantes.

Artículo 80. Suspensión de la visita. El director del centro podrá ordenar,


por resolución fundada, la suspensión temporal de la visita cuando las normas
de funcionamiento de aquél sean vulneradas. Copia escrita de dicha resolución
se le entregará al adolescente, su familia y al juez de control de ejecución, en
el caso de los condenados; y al tribunal competente.

Artículo 81. Encomiendas y artículos y sustancias prohibidas. Los


adolescentes podrán recibir paquetes o encomiendas, cuyo ingreso, registro y
control serán regulados mediante resolución del Director Nacional del Servicio
Nacional de Menores. Esta regulación, que contendrá una nómina de las
especies y alimentos prohibidos, deberá publicarse en un lugar visible para los
visitantes. Especialmente se considerarán objetos o sustancias prohibidas:

a) Las bebidas alcohólicas;

b) Las drogas, estupefacientes o sustancias tóxicas;

c) Dinero;

d) Todo tipo de elementos que puedan poner en peligro la seguridad de las


personas, y

e) Teléfonos celulares, buscapersonas, radiocomunicadores y, en general,


todo tipo de equipo de comunicación de la misma naturaleza.

Las visitas que por cualquier medio intenten ingresar o ingresen, alguno de
estos elementos al centro, serán denunciadas, cuando corresponda a la
autoridad competente en forma inmediata, por el director del centro.
Comprobada la infracción, el director podrá suspender el derecho de dicha
persona a ingresar al centro por el plazo que estime prudencialmente
necesario.

Artículo 82. Medidas de seguridad. Para el ingreso, permanencia y egreso


de las visitas se adoptarán las medidas de seguridad necesarias, las que
deberán ser compatibles con el respeto a la dignidad de la persona humana,
especialmente en lo referido al registro corporal y de vestimentas. Dicho
registro deberá ser realizado por personal del mismo sexo que el de la visita.
Gendarmería de Chile deberá controlar el ingreso de las visitas mediante la
verificación de su identificación a través de la cédula de identidad y el registro
escrito de sus datos.

Artículo 83. De las visitas extraordinarias. Además de las comunicaciones y


visitas ordinarias establecidas en los artículos precedentes, el director del
centro o el jefe técnico del mismo, podrán conceder otras de carácter
extraordinario o fuera del horario establecido, por motivos justificados o cuando
las necesidades del plan de intervención individual del adolescente lo
aconsejen.

En este caso, el director del centro deberá informar por escrito al personal
del destacamento la autorización de una visita extraordinaria, indicando el
horario y fecha en que se realizará esta visita, la duración de la misma y las
personas autorizadas.

Artículo 84. Visitas de los hijos. Los adolescentes que no tengan consigo a


sus hijos menores de edad, tendrán derecho a visitas diarias de éstos en
dependencias especialmente habilitadas.

Dicha visita tendrá carácter privado, pudiendo siempre mantenerse el


contacto físico entre el padre o la madre y su hijo o hija.

Artículo 85. Visitas íntimas. Tendrá derecho a hacer uso de visitas íntimas


toda persona que haya cumplido 18 años, que esté casada o mantenga una
relación afectiva de pareja y que no se encuentre gozando de alguno de los
beneficios del artículo 124 de este reglamento.

En los mismos términos del inciso anterior, podrán acceder a las visitas
íntimas, los adolescentes menores de 18 y mayores de 16 años, respecto de
su cónyuge o pareja estable con hijos en común.

Artículo 86. Acreditación del vínculo. La acreditación del vínculo señalado


en el artículo precedente se hará mediante alguno de los siguientes
documentos:

a) Certificado de matrimonio;

b) Certificado de nacimiento de los hijos en común, o

c) Informe social emitido por un profesional de la unidad técnica del


respectivo centro.
Párrafo 6º Proceso de egreso

Artículo 87. Proceso de egreso. La unidad técnica del centro planificará y


coordinará al cumplimiento de la sanción respectiva, el proceso de egreso del
adolescente, el que deberá contemplar, a lo menos, una reunión individual con
aquél y otra con el padre, madre o adulto responsable de su cuidado.

Artículo 88. Especies personales. Las especies personales del adolescente


interno que hubieren sido mantenidas bajo custodia por el centro, le serán
devueltas antes de que haga abandono del establecimiento, dejándose
constancia de la entrega y la conformidad del adolescente.

Artículo 89. Expediente. Al quedar en libertad un adolescente por cumplirse


su sanción de internación, su expediente será cerrado y, transcurridos los
plazos que correspondan, será destruido de conformidad a las normas legales
pertinentes. En caso de haberse sustituido la sanción de internación por otra, el
expediente se cerrará sólo al cumplirse un año del total cumplimiento de la
segunda.

Párrafo 7º Comisión interinstitucional de supervisión

Artículo 90. Integrantes. Existirá en cada región, una comisión


interinstitucional de asesoría en la supervisión de los centros de privación de
libertad, compuesta por:

a) El Secretario Regional Ministerial de Justicia, quien será el coordinador de


esta instancia.

b) Un representante de los colaboradores acreditados que trabajen en el


área de infractores de ley, elegido por los directores o representantes
regionales de estas instituciones;

c) Un representante de instituciones de la sociedad civil que trabajen en


infancia o juventud, designado por el Secretario Regional Ministerial de
Justicia;
d) Un representante del mundo académico, designado por el Secretario
Regional Ministerial de Justicia, y

e) Un representante de la Defensoría Penal Pública.

Además, el coordinador de la comisión interinstitucional invitará a un


representante del Poder Judicial, un representante del Ministerio Público, y un
representante de la Oficina Nacional del Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF).

Artículo 91. Funciones de la comisión. Serán funciones de la comisión:

a) Visitar los centros de cada región, al menos dos veces al año, a fin de
asesorar en el debido respeto de los derechos de los adolescentes y de sus
condiciones de vida al interior de los mismos;

b) Solicitar informes de las autoridades públicas pertinentes, y

c) Realizar recomendaciones a las autoridades e instituciones públicas y


privadas correspondientes.

d) Enviar su informe al Ministerio de Justicia, formulando las propuestas que


le parezcan necesarias para el mejoramiento de las condiciones de vida de los
adolescentes en los referidos centros.

Párrafo 8º Normas especiales para mujeres

Artículo 92. Establecimientos para adolescentes mujeres. Las adolescentes


deberán ser internadas en centros exclusivos para la población femenina o en
secciones distintas a las de la población interna masculina.

En todo caso, respecto de las unidades de reclusión mixtas, deberá


asegurarse en ellas la debida segmentación nocturna.

Artículo 93. Servicio de salud. Las adolescentes que se encuentren internas


contarán con servicio médico e instalaciones acordes a sus necesidades
específicas. La dirección del centro respectivo facilitará a aquéllas los artículos
necesarios de uso normal para su higiene, así como métodos anticonceptivos
en la medida que fueren necesarios.
El servicio de salud del centro proporcionará, tanto a hombres como a
mujeres, cursos sobre sexualidad y reproducción, prevención de enfermedades
de transmisión sexual y aquellas otras que sean especialmente relevantes
según sus géneros.

Artículo 94. Personal especializado. El personal que trabaje en los centros


en que se encuentren internadas adolescentes mujeres estará, además,
capacitado en temas de género.

Ningún funcionario del Servicio Nacional de Menores, o de Gendarmería de


Chile, de sexo masculino ingresará en dependencias destinadas al descanso y
aseo de las adolescentes, sin ser acompañado por un miembro del personal
femenino.

Los registros corporales a que sean sometidas las adolescentes serán


efectuados únicamente por funcionarias, resguardando su dignidad. Cuando el
registro importe el despojo de la vestimenta íntima, sólo podrán estar presentes
personas de su mismo sexo.

Artículo 95. Necesidades nutricionales, higiénicas y sanitarias


específicas. Toda adolescente embarazada será sometida regularmente a
exámenes prenatales y su dieta será determinada por un nutricionista, bajo la
estricta dirección y vigilancia del profesional de la salud del establecimiento.

También se dispondrá una dieta especial para las adolescentes internas que
se encuentren amamantando y los niños que permanezcan con sus madres en
el centro, de acuerdo a sus especiales necesidades.

Artículo 96. Traslado maternal y gestiones propias del parto. Para efectos


de ser atendidas en el parto, las adolescentes embarazadas serán trasladadas
a un hospital público. La necesidad de traslado a un recinto hospitalario será
certificada por personal de salud del centro y puesta en conocimiento del juez
de control de ejecución. Las internas podrán elegir un establecimiento de salud
privado para el efecto si cuentan con recursos para financiar su atención en
éste.

El personal de salud del centro deberá efectuar las gestiones necesarias


para el traslado y hospitalización de la adolescente, debiendo además dar
aviso al familiar que ella indique.

Una vez verificado el nacimiento, éste será comunicado por el director del
centro al juez de control de ejecución y al Director Regional del Servicio
Nacional de Menores. Asimismo, el director del centro velará por la debida y
efectiva inscripción del recién nacido en el Servicio de Registro Civil e
Identificación, debiendo obtener un certificado de nacimiento de aquél, para ser
entregado a su madre.

La circunstancia excepcional de que un niño haya nacido al interior de un


centro privativo de libertad nunca podrá ser anotada en su partida de
nacimiento.

Artículo 97. Salida maternal. Las internas embarazadas podrán, desde las


seis semanas anteriores a la fecha prevista para el parto y hasta doce después
del mismo, solicitar al director del centro un permiso para cumplir la pena
privativa de libertad en su propio domicilio o en otro lugar apropiado para tal
efecto. Con tal objeto, el director del centro solicitará el pronunciamiento del
juez de control de ejecución.

Autorizado por el juez, este permiso será supervisado por el Servicio


Nacional de Menores.

Artículo 98. Controles médicos del niño. La autoridad del centro respectivo,


deberá velar por la realización de los controles médicos que requieran los niños
que permanezcan al interior del mismo.

Artículo 99. Lactancia. Las adolescentes con hijos lactantes serán alojadas


en dependencias especiales destinadas al efecto, para facilitar el contacto
materno filial. En este período, el director del centro será responsable tanto de
las medidas higiénicas y sanitarias, como de los cuidados especiales que
requieran la madre y su hijo.

Artículo 100. Permanencia de los hijos en los establecimientos. Los hijos de


las madres que se encuentren privadas de libertad podrán permanecer en los
centros hasta la edad de dos años. Bajo circunstancias excepcionales, y en
ausencia de familiar que se encargue del cuidado del niño, podrá solicitarse al
juez de familia que autorice su permanencia hasta los seis años, cumplidos los
cuales deberá abandonar el recinto. Las madres en su relación materno filial
deberán contar, en todo momento, con el apoyo de personal especializado.

Las normas del presente artículo también serán aplicables a los


adolescentes varones, cuando tengan el cuidado personal del niño y éste no
sea compartido con la madre, y no exista algún adulto que pueda encargarse
de su cuidado.

Ningún adolescente podrá ser presionado o presionada para ceder en forma


definitiva el cuidado personal de su hijo.

Artículo 101. Egreso del establecimiento por parte del niño. Una vez que el
niño cumpla la edad límite establecida en el artículo anterior deberá abandonar
el centro, debiendo el Servicio Nacional de Menores entregarlo a su familia o,
en su defecto, solicitar al juez de familia competente que adopte las medidas
de protección del caso, hasta que la madre o el padre, según el caso, sean
puestos en libertad.

Artículo 102. Guardería. En cada centro donde haya adolescentes mujeres


que convivan con sus hijos, existirán recintos habilitados como sala cuna, con
personal profesional y técnico especializado.

Asimismo, la autoridad deberá velar por la asistencia de los hijos de las


adolescentes privadas de libertad, a jardines infantiles externos administrados
directamente por la Junta Nacional de Jardines Infantiles o a aquellos que esta
corporación indique.

En todo caso, deberá siempre privilegiarse que el niño mantenga contacto


con el mundo exterior.

Artículo 103. Régimen disciplinario. No podrán ser aplicadas las sanciones


disciplinarias de este reglamento a adolescentes embarazadas, a las que
hubieren dado a luz hasta seis meses después del alumbramiento, ni a las
madres con hijos lactantes.

Párrafo 9º De las normas de convivencia interna y de las sanciones

Artículo 104. Objeto de las normas de convivencia. Las normas de


convivencia interna y de disciplina tienen por finalidad contribuir a la seguridad
y a una vida comunitaria ordenada al interior del centro respectivo. Las
referidas normas serán aplicadas con respeto a la dignidad del adolescente,
estimulando el sentido de su responsabilidad, y el respeto por sí mismo y por
los derechos fundamentales propios y de los demás.

Artículo 105. Tipicidad de las infracciones y sanciones. Sólo podrán


considerarse infracciones al presente reglamento aquellas conductas que se
encuentren descritas como faltas de acuerdo a las disposiciones de este
párrafo. Asimismo, no podrán aplicarse otras sanciones que las establecidas
en el presente reglamento, sin perjuicio de las sanciones penales y civiles que
correspondan.
Artículo 106. Publicidad de las sanciones. Todo adolescente sujeto a una
medida o sanción impuesta en virtud de la Ley Nº 20.084, tendrá derecho a
conocer el catálogo de conductas que constituyen falta y su correspondiente
sanción, lo que deberá publicitarse a través de los medios que determine la
Dirección Nacional del Servicio Nacional de Menores.

Asimismo, la información le deberá ser proporcionada por los funcionarios


del centro respectivo de la manera más clara y sencilla posible, procurando que
el adolescente logre una comprensión cabal de las normas disciplinarias y de
convivencia al interior del mismo.

Artículo 107. Clasificación de las sanciones. Las infracciones


reglamentarias cometidas por los adolescentes al interior del centro o durante
los traslados, se clasifican en faltas graves, menos graves y leves.

Artículo 108. Faltas graves. Son faltas graves las siguientes:

a) Agredir física o sexualmente, a cualquier persona;

b) Amenazar seria y plausiblemente con causar un mal importante, a


cualquier persona;

c) Resistirse, grave y activamente, al cumplimiento de las órdenes impartidas


por autoridad o funcionario en el ejercicio legítimo de sus atribuciones;

d) Participar en motines o desórdenes colectivos graves, o instigar a estos


actos cuando efectivamente se produzcan;

e) Intentar o consumar la evasión del centro, o colaborar en la fuga


efectuada por otros;

f) Provocar deliberadamente daños de consideración a dependencias,


materiales o efectos del establecimiento, o a las pertenencias de otras
personas;

g) Hurtar o robar pertenencias de sus compañeros, de funcionarios del


centro o de las visitas que concurran a éste;

h) Portar, tener o fabricar armas, elementos destinados a su fabricación u


objetos peligrosos para la seguridad de las personas, o prohibidos por la
normativa interna del centro;

i) Tener consigo, guardar, consumir o elaborar sustancias o drogas


estupefacientes o psicotrópicas, o bebidas alcohólicas;
j) No regresar al establecimiento después de hacer uso del permiso de
salida, sin causa justificada;

k) Forzar a otro a realizar algunas de las conductas señaladas


precedentemente, y

l) Cometer tres faltas menos graves durante un trimestre.

Artículo 109. Faltas menos graves. Son faltas menos graves las siguientes:

a) Agredir gravemente de palabra a los funcionarios del centro, del Ministerio


Público, del Poder Judicial u otras autoridades;

b) Desobedecer deliberada y pasivamente las órdenes impartidas por


autoridades o funcionarios en el ejercicio legítimo de sus atribuciones;

c) Entorpecer intencionalmente los procedimientos de seguridad o de


régimen interno del centro;

d) Dañar deliberadamente dependencias, materiales, efectos del centro o


pertenencias de los adolescentes internos, funcionarios o de otras personas,
cuando el daño no sea de consideración;

e) Negarse injustificadamente a concurrir a los tribunales;

f) Negarse injustificadamente a dar su identificación, o dar una falsa, cuando


se le solicite por personal de servicio en el ejercicio legítimo de su cargo;

g) Regresar del medio libre manifiestamente drogado o ebrio;

h) Introducir o tener elementos prohibidos por la dirección del centro por


razones de seguridad, tales como máquinas fotográficas, filmadoras,
grabadoras, intercomunicadores, teléfonos celulares y otros de similar
naturaleza; el uso efectivo de dichos elementos o la salida del establecimiento
de los productos de su utilización;

i) Autolesionarse para evadir el cumplimiento de los deberes;

j) Tener mal comportamiento durante los traslados o la permanencia en


tribunales o en comisiones exteriores;

k) Forzar a otro a cometer alguna de las faltas contempladas en el presente


artículo, y

l) La comisión de tres faltas leves en un trimestre.


Artículo 110. Faltas leves. Son faltas leves las siguientes:

a) Presentarse al centro respectivo después de las horas fijadas cuando se


hace uso de permiso de salida, sin causa justificada, o regresar al mismo en
estado de intemperancia o causando alteraciones o molestias a los demás
adolescentes internos;

b) Entorpecer las actividades de trabajo, de capacitación, de estudio y en


general todas aquellas que digan relación con el tratamiento para la reinserción
de los adolescentes internos, y

c) Cualquier otra acción u omisión que no constituya falta grave o menos


grave y que implique la inobservancia de las reglas internas de funcionamiento
del centro.

Artículo 111. Sanción por faltas graves. Las faltas graves serán


sancionadas únicamente con alguna de las medidas siguientes:

a) Reparación del daño causado cuando fuera procedente. Se entenderá


producida la reparación cuando el adolescente reconozca el daño, se disculpe
y el afectado acepte sus disculpas; o cuando se produzca el resarcimiento
material o la compensación simbólica del daño sufrido por la víctima. El equipo
técnico del centro respectivo podrá realizar las funciones de mediación entre el
adolescente y el afectado, e informará a la dirección del mismo sobre el
cumplimiento del acuerdo.

b) Anotación negativa en su ficha personal;

c) Privación de participar en todas las actividades recreativas hasta por


treinta días;

d) Suspensión de permiso de salida por un máximo de dos meses, y

e) Suspensión del derecho a visitas íntimas por un máximo de dos meses.

Artículo 112. Sanción por faltas menos graves. Las faltas menos graves


podrán sancionarse únicamente con alguna de las siguientes medidas:

a) Reparación del daño causado con la falta cometida cuando fuera


procedente. Ella se entenderá cumplida en los mismos términos del literal
a) del artículo 111 de este reglamento;

b) Anotación negativa en su ficha personal;


c) Privación de participar en todas o algunas de las actividades recreativas
hasta por quince días, y

d) Suspensión de permiso de salida por un máximo de un mes.

Artículo 113. Sanción por faltas leves. Las faltas leves podrán sancionarse


únicamente con alguna de las siguientes medidas:

a) Amonestación verbal, que debe consistir en la reprensión enérgica al


adolescente, en forma clara y directa, en un acto único, dirigida a hacerle
comprender la gravedad de los hechos cometidos y sus consecuencias,
instándole a cambiar de comportamiento y formulándole recomendaciones para
el futuro, y

b) Privación de participar en algunas de las actividades recreativas hasta por


siete días.

Artículo 114. Reglas de concurso. Si en la misma investigación el


adolescente resultare responsable de dos o más faltas por hechos distintos, la
comisión señalada en el artículo siguiente podrá, conforme al criterio de
proporcionalidad y de acuerdo a las circunstancias del hecho y a las
personales del infractor, imponer todas las sanciones que procedan o bien sólo
una de ellas. Si se tratare de infracciones de distinta entidad se impondrá la
sanción prevista para la más grave.

En caso de aplicarse más de una sanción se procurará que ellas sean


impuestas simultáneamente. Cuando ello no sea posible, se cumplirán
sucesivamente partiendo por la más grave.

Si un mismo hecho fuere constitutivo de dos o más faltas se aplicará la


correspondiente a la infracción más grave.

Artículo 115. Comisión disciplinaria. Cuando se haya tomado conocimiento


de una infracción reglamentaria, el jefe técnico del centro respectivo
conformará una comisión integrada, además por un asistente social, un
psicólogo u otro funcionario que haya mantenido un trato directo con el
adolescente. En todo caso, esta comisión no podrá estar integrada por menos
de tres personas, incluido el jefe técnico.

Dicha instancia evaluará el hecho, su gravedad, circunstancias y el daño


causado, así como las condiciones personales del adolescente, a fin de
garantizar la proporcionalidad de la sanción.

Asimismo, deberá tener presente si el adolescente se encuentra sujeto a un


tratamiento de rehabilitación por adicción a las drogas o al alcohol, en
conformidad al artículo 7º de la Ley Nº 20.084, el que en ningún caso podrá ser
interrumpido por la imposición de la sanción.

Artículo 116. Formalidades y registro de la sanción. La decisión respecto de


la aplicación de la sanción deberá ser propuesta por la comisión disciplinaria,
debiendo para ello contar con mayoría de votos, en un plazo máximo de
veinticuatro horas. Esta decisión deberá ser puesta de inmediato en
conocimiento del director del centro quien acogerá o desestimará la sanción
propuesta. Sin embargo, cuando la gravedad de la conducta o la urgencia de la
situación lo amerite, el jefe técnico o quien ejerza tal función, podrá adoptar por
sí y de inmediato la medida, sin perjuicio de su posterior revisión por el director
del centro.

Las medidas disciplinarias se registrarán en el expediente de ejecución del


adolescente. En caso de adoptarse una sanción por falta grave, se informará al
juez de control de ejecución. En el caso de los adolescentes sujetos a
internación provisoria se informará, por el medio más expedito, al tribunal que
esté conociendo de la causa.

Artículo 117. Legalidad de la sanción. Sin perjuicio de lo establecido en el


artículo precedente, será responsabilidad del director del centro velar porque el
procedimiento llevado por la comisión disciplinaria se ajuste a las normas
legales y reglamentarias vigentes.

Artículo 118. Debido proceso. En la decisión respecto de la sanción


aplicable a la falta, deberá siempre escucharse al adolescente, quien podrá
hacer valer los antecedentes probatorios que estime pertinentes para su
defensa.

Por su parte, la comisión deberá realizar todas las gestiones necesarias para
comprobar tanto el hecho, como las circunstancias que puedan agravar o
disminuir la responsabilidad del adolescente en el mismo.

Artículo 119. Información y recurso. De todas las gestiones realizadas por la


comisión, destinadas a la averiguación del hecho y sus circunstancias, deberá
ser informado el adolescente.

El director del centro deberá comunicar al adolescente, sus padres o adulto


responsable de su cuidado, de la sanción cuando ésta hubiere sido acogida,
pudiendo éstos recurrir al Director Regional del Servicio Nacional de Menores,
para solicitar la revisión de la resolución.

Artículo 120. Registro de sanciones. En todo centro deberá existir un


registro estadístico actualizado y digitalizado de todos los procedimientos,
decisiones y sanciones disciplinarias aplicadas durante cada año. Dicho
registro no contendrá los datos personales de los adolescentes denunciados o
sujetos a alguna medida disciplinaria.

TÍTULO VI NORMAS ESPECÍFICAS PARA LOS CENTROS PRIVATIVOS DE


LIBERTAD

Párrafo 1º Plan personalizado en los centros para la internación en régimen


semicerrado y cerrado

Artículo 121. Normativa aplicable al régimen semicerrado. La ejecución de


la sanción de internación en los centros semicerrados se desarrollará de
acuerdo a un plan personalizado de actividades que propondrá el director del
centro al tribunal.

Será responsabilidad del director del centro presentar al tribunal competente,


dentro de plazo, una propuesta de plan personalizado de actividades, con las
recomendaciones técnicas sobre etapas, resultados esperados e indicadores,
que hagan posible una reinserción social satisfactoria.

Al fijarse el contenido del plan deberá garantizarse la asistencia y


cumplimiento del proceso de educación formal o de reescolarización, según
corresponda. Asimismo, deberá constar la circunstancia de haberse decretado
la sanción accesoria contemplada por el artículo 7º de la Ley Nº 20.084.

Aquellas actividades destinadas a desarrollarse en el medio libre,


comprenderán, a lo menos, ocho horas diarias, debiendo efectuarse entre las
siete y las veintidós horas, salvo las excepciones que el director del centro
respectivo determine en atención al mejor cumplimiento de los fines
establecidos en la Ley Nº 20.084.

El plan personalizado deberá considerar el acceso efectivo del adolescente a


los servicios y recursos de la red intersectorial externa.
Artículo 122. Normativa aplicable al régimen cerrado. En el caso de las
sanciones en régimen cerrado, el plan de intervención individual deberá ser
elaborado en un plazo de quince días contados desde el ingreso al mismo,
para luego concordarlo con el adolescente, dejando constancia escrita de su
aprobación. Dicho plan, deberá indicar los objetivos de trabajo para al menos,
los seis meses siguientes al referido ingreso, con la descripción de la
metodología a aplicar y los resultados que se espera obtener en cada caso.
Asimismo, deberá constar la circunstancia de haberse decretado la sanción
accesoria contemplada por el artículo 7º de la Ley Nº 20.084.

Toda intervención técnica a que dé lugar la ejecución de la sanción de


internación en régimen cerrado estará a cargo de un equipo compuesto por un
funcionario que hará las veces de tutor, un educador de trato directo y un
profesional asesor, quienes acordarán el diseño, ejecución y evaluación del
plan de intervención individual, conforme a las orientaciones técnicas del
Servicio Nacional de Menores.

Artículo 123. Informes al tribunal. Una vez aprobado o concordado el plan,


según el caso, el director del programa informará al tribunal acerca de su
cumplimiento, con la periodicidad que éste determine. En ausencia de esta
determinación, los informes se remitirán mensualmente.

En los referidos informes se pondrán en conocimiento del tribunal las


excepciones a los límites horarios que el director haya resuelto, en conformidad
al artículo 121.

Párrafo 2º Régimen de salidas en los centros cerrados

Artículo 124. Permisos de salida. Los permisos de salida forman parte de


las actividades de reinserción social y son los siguientes:

a) Salida esporádica;

b) Salida semanal;747

c) Salida de fin de semana, y748

d) Salida con fines educacionales, laborales y de capacitación. 749


Los permisos mencionados en las letras b) y c), se concederán a los
adolescentes que cumplan los requisitos señalados en el presente párrafo, de
modo progresivo, esto es, de manera que el cumplimiento satisfactorio de las
condiciones de uno de ellos permita postular al siguiente.

Sin perjuicio del cumplimiento de los requisitos para el otorgamiento del


beneficio, la decisión final sobre su concesión quedará entregada a la dirección
del centro, la que considerará para ello las necesidades de reinserción del
adolescente, su plan de intervención individual y los requerimientos de
seguridad.

Artículo 125. Otorgamiento de salidas. El director del centro tendrá la


facultad de otorgar, suspender o revocar los permisos de salida, en
conformidad al informe que la unidad técnica respectiva elabore al efecto. Al
momento de otorgarse una salida, el director podrá imponer reglas y
condiciones que deben ser observadas por el adolescente al momento de
hacer uso del beneficio.

Artículo 126. Requisitos para su otorgamiento. Para la concesión de este


beneficio, se deberán cumplir los siguientes requisitos:

a) Haber cumplido el tiempo de condena requerido atendida la categoría de


permiso de salida de que se trate;

b) Contar con informe favorable de la unidad técnica respectiva, dando


cuenta de las ventajas para el proceso de integración social del adolescente,
y750

d) No haber quebrantado la pena, en los 6 meses anteriores a la solicitud. 751

Artículo 127. Denegación de la salida. En caso de no reunirse los requisitos


mencionados en el artículo precedente, el director del centro denegará la
concesión del beneficio por medio de resolución fundada, copia de la cual será
entregada al adolescente y a su defensor.

Artículo 128. Efectos del incumplimiento de una salida. Una vez que el


adolescente vuelva a ingresar al centro, el director del centro decretará la
suspensión o revocación del permiso de salida, según corresponda, cuando
aquel hubiera incumplido injustificadamente las condiciones del beneficio.

Artículo 129. Determinación del incumplimiento. Será facultad del director


del centro, determinar si la inobservancia de una o algunas de las condiciones
impuestas para la salida, son constitutivas de incumplimiento. En este último
caso, deberá emitir una resolución fundada cuya copia será enviada al juez de
control de ejecución.
Para estos efectos siempre existirá incumplimiento cuando, con ocasión de
la salida, el adolescente cometa un nuevo delito, en cuyo caso el director del
centro deberá realizar la denuncia del hecho de conformidad a la ley.

Artículo 130. Salidas esporádicas. El director del centro podrá autorizar, con


vigilancia, la salida esporádica de los adolescentes, a fin de que éstos visiten a
sus parientes próximos o a personas cercanas, en caso de enfermedad,
accidente grave o muerte. También se podrá conceder cuando hechos de gran
relevancia en la vida familiar o personal lo ameriten.

La salida se otorgará tan sólo por el tiempo que el hecho o actividad


requiera.

Artículo 131. Extensión del beneficio. La autorización establecida en el


artículo anterior, podrá igualmente otorgarse con custodia, cuando deban
realizarse diligencias urgentes que requieran la comparecencia personal del
adolescente.

Artículo 132. Salida esporádica anual. El director del centro, en casos


fundados, podrá autorizar, con vigilancia la salida una vez al año y por un
máximo de diez horas a aquellos adolescentes que hayan mostrado una
conducta sobresaliente.

Artículo 133. De la salida semanal. Aquellos adolescentes que hayan


cumplido al menos seis meses de la pena impuesta, podrán solicitar
autorización para salir del centro un día a la semana, sin custodia, dentro del
horario que se establezca al efecto.

Artículo 134. De la salida de fin de semana. Los adolescentes que hayan


cumplido la mitad de la pena impuesta, podrán solicitar la salida de fin de
semana, cuando hubieren dado cumplimiento cabal, durante los últimos tres
meses, a las condiciones del beneficio de salida semanal.

En este caso podrán ser autorizados para salir del centro desde las
dieciocho horas del día viernes hasta las veintidós horas del día domingo, en
cada fin de semana.

Artículo 134 bis. Salida con fines educacionales, laborales y de


capacitación. Se entenderá por ésta, la autorización otorgada por el director del
centro, para que aquellos adolescentes que, habiendo cumplido a lo menos un
cuarto de la pena, puedan salir durante la semana, por un período no superior
a diez horas diarias, con el objeto de concurrir a establecimientos laborales o
instituciones de capacitación laboral y/o formación educacional, con el fin de
desempeñar trabajos, cursar estudios o realizar otras actividades similares.
Para acceder a este permiso sólo se deberá dar cumplimiento a los
requisitos señalados en las letras a) y b) del artículo 126. En este caso, el
informe que elabore la unidad técnica, además de dar cuenta de las ventajas
para el proceso de integración social del adolescente, deberá acreditar de
manera fehaciente la existencia del trabajo o curso que realizará el
adolescente. Para tal efecto se adjuntará al informe, copia del contrato
respectivo o comprobante de la matrícula correspondiente. Si ello no fuere
factible, se adjuntarán los antecedentes que cumplan el mismo propósito.

El director del centro, en la resolución que dicte autorizando y regulando la


salida con fines educacionales, laborales y de capacitación, establecerá,
además, la forma y periodicidad con que se efectuará el control del
cumplimiento de este beneficio.

Asimismo, en dicha resolución, se determinarán las condiciones que se


deberán cumplir con el objeto de resguardar en todo momento la
confidencialidad de la información de los datos sensibles del adolescente y de
la respectiva sanción.

En caso de incumplimiento injustificado, el que comprenderá tanto la


inobservancia a dichos fines como a las condiciones de regreso al centro,
procederá la revocación del permiso, la que deberá ser comunicada por el
Director del Centro al lugar de trabajo del joven o a su institución de
capacitación laboral y/o formación educacional, los que darán a dicha
información, la reserva correspondiente.

Sin perjuicio de la revocación del permiso, señalada en el inciso precedente,


se constituirá la comisión disciplinaria a que se refiere el artículo 115.

La concesión de este permiso no obsta a que el adolescente pueda optar a


las otras salidas contempladas en el artículo 124.752

Párrafo 3º Centros de internación provisoria

Artículo 135. Presunción de inocencia. El principio de presunción de


inocencia establecido en el artículo 4º del Código Procesal Penal informará el
régimen a que se encuentren sujetos todos los adolescentes detenidos o
internados provisoriamente en un centro privativo de libertad.
Artículo 136. Derechos de los detenidos e internados provisoriamente. Sin
perjuicio de los derechos reconocidos en el presente reglamento y de lo que
disponga el tribunal, quienes se encuentren detenidos o sujetos a medidas de
internación provisoria tendrán, además, derecho a:

a) Recibir visitas y a mantener comunicación directa y diaria con su abogado


sin más restricciones que las necesarias para el mantenimiento del orden y la
seguridad del centro respectivo, y

b) Procurarse, a sus expensas, las comodidades y ocupaciones que no


fueren incompatibles con la seguridad del centro.

Artículo 137. Plan de actividades. Ingresado un adolescente a un centro


de internación provisoria, será incorporado al plan de actividades del mismo,
en especial en lo referido al sistema de formación escolar y a las actividades
socioeducativas comprendidas en éste.

Artículo 138. Permiso de salida. Para efectos de lo dispuesto en el artículo


34 de la Ley Nº 20.084, el director del centro respectivo deberá verificar que el
juez haya otorgado la respectiva autorización, organizando la rutina diaria del
adolescente del tal forma que su salida no interfiera con el plan de actividades
del establecimiento.

Párrafo 4º Actuación de Gendarmería de Chile

Artículo 139. Funciones. Gendarmería de Chile, con el objeto de dar


cumplimiento a lo referido en el artículo 43 de la Ley Nº 20.084, destinará un
destacamento de funcionarios en los centros cerrados de privación de libertad
y de internación provisoria, adecuado en número y formación, que tendrá las
siguientes funciones:

a) Ejercer la vigilancia y custodia perimetral permanente de los centros


privativos de libertad;

b) Controlar el ingreso al centro;

c) Colaborar en el manejo de conflictos al interior de los centros;


d) Asesorar a los funcionarios del Servicio Nacional de Menores en el
manejo de conflictos internos y de la seguridad en general, y

e) Realizar los traslados de los adolescentes internos a tribunales y a otras


instancias externas de acuerdo a las solicitudes de la autoridad competente,
directamente o a través de la unidad especializada para estos efectos de
Gendarmería de Chile.

Artículo 140. Control de ingresos. Gendarmería de Chile controlará


diariamente el acceso y salida del personal que labora en el centro, de los
proveedores y del público en general, quedando a su cargo la supervisión del
acceso de personas al área de seguridad del recinto, las que serán sometidas
a un control de identificación y revisión personal y de paquetes que pretendan
ingresar.

Artículo 141. Intervención de guardia armada. Sin perjuicio de lo establecido


en el literal a) del artículo 139, y ante la ocurrencia de conflictos críticos al
interior del centro respectivo, la guardia armada de Gendarmería de Chile
podrá ingresar al mismo, a fin de poner término o evitar los posibles riesgos
que tales conflictos puedan provocar.

Lo anterior será procedente a requerimiento del director del centro o del


funcionario de mayor jerarquía del Servicio Nacional de Menores que se
encuentre en ese momento en el establecimiento. Dicho requerimiento podrá
formularse verbalmente debiendo, en todo caso, dejarse registro en el libro de
novedades e informando a la brevedad posible, a la dirección regional del
Servicio Nacional de Menores.

Artículo 142. Conflicto crítico. Se entiende por conflicto crítico, aquel hecho


que pone en peligro inminente la vida o integridad física de los adolescentes y
demás personas que se encuentren en el centro respectivo, tales como
motines, fugas, riñas, riesgo de autolesiones, lesiones o daños materiales,
incendios, terremotos y otros sucesos de similar entidad.

Artículo 143. Autoridad responsable. Los procedimientos que ejecute el


personal de Gendarmería de Chile ante conflictos críticos, serán
responsabilidad del funcionario de este servicio con mayor jerarquía que se
encuentre en el centro. Cuando los referidos procedimientos impliquen el uso
de la fuerza, este funcionario velará por que aquella se ejerza de modo
proporcional y racional, procurando evitar cualquier menoscabo a los
adolescentes.

Artículo 144. Prevención y contención. En la prevención de los conflictos


críticos, el personal de Gendarmería de Chile, a requerimiento del director del
centro, podrá ingresar a las dependencias interiores del mismo, para efectos de
inspección de las mismas, registro de vestimentas, conteo de la población y
procedimientos que permitan mantener la seguridad en el centro.

Artículo 145. Fuga. En caso de fuga de uno o más adolescentes, el director


del centro deberá informar de inmediato del hecho, por la vía escrita más
rápida, al juez de control de ejecución.

Asimismo, deberá informar lo más pronto posible al Fiscal respectivo, al


defensor del adolescente y a la dirección regional del Servicio Nacional de
Menores, consignando esta circunstancia en el expediente de ejecución y en el
registro informático del centro. En el caso de los adolescentes sujetos a
internación provisoria se informará, por el medio más expedito, al fiscal y al
tribunal que estén conociendo de la causa.

Artículo 146. Uso excepcional de la fuerza. La fuerza se empleará como


último recurso cuando se hayan agotado y fracasado, o no sea posible utilizar,
todos los medios de control pacíficos para la solución del conflicto.

Su uso se restringirá a la reducción y contención del o los adolescentes, no


pudiendo ser humillantes y debiendo emplearse sólo por el lapso de tiempo
estrictamente necesario.

Una vez culminada la intervención, el director del centro deberá disponer que
el personal de salud y la unidad técnica del mismo entreguen una adecuada
atención al o los adolescentes afectados, e informar a la dirección regional del
Servicio Nacional de Menores.

Artículo 147. Armamento. El armamento y demás medios de seguridad que


el personal de Gendarmería de Chile requiera para el desarrollo de sus
funciones, se regulará de conformidad a la ley.

Artículo 148. Informe anual de recursos. Gendarmería de Chile deberá


entregar, cada 1º de marzo, tanto al Servicio Nacional de Menores como al
Ministerio de Justicia, un completo informe de los recursos con que cuenta en
cada centro del país, señalando al menos, su dotación de personal, vehículos,
sistemas de comunicación, armamento y vestuario.

Artículo 149. Tecnovigilancia. Los recursos de tecnovigilancia con que


deban contar los centros privativos de libertad, deberán ser adquiridos por el
Servicio Nacional de Menores, según especificaciones técnicas definidas por
Gendarmería de Chile, las cuales serán aprobadas por el encargado de
seguridad de este servicio.
La adquisición, instalación, mantención y reparación de estos equipos serán
de cargo del Servicio Nacional de Menores, sin perjuicio de la responsabilidad
de los funcionarios de Gendarmería de Chile por el correcto uso de los mismos.

Artículo 150. Registro de Gendarmería de Chile. Sin perjuicio de los


registros que lleve el personal del Servicio Nacional de Menores, Gendarmería
de Chile implementará su propio sistema de registro, para los fines de
vigilancia, traslado y custodia de los adolescentes.

Artículo 151. Coordinación con el Servicio Nacional de Menores. Para el


mejor cumplimiento de las funciones de Gendarmería de Chile, deberán
realizarse periódicamente reuniones de coordinación entre el jefe del
destacamento respectivo de este servicio y el director del centro de que se
trate.

TÍTULO VII SECCIONES JUVENILES DE LOS ESTABLECIMIENTOS


PENITENCIARIOS DE GENDARMERÍA DE CHILE

Párrafo 1º Disposiciones generales

Artículo 152. Espacios segregados. En conformidad a lo dispuesto en el


artículo 56 de la Ley Nº 20.084, Gendarmería de Chile dispondrá de
establecimientos penitenciarios, dentro de los cuales existirán, espacios
segregados respecto del resto de la población denominados Secciones
Juveniles para aquellas personas que, habiendo cumplido 18 años y resten
más de 6 meses para el cumplimiento de la pena, deban cumplir una sanción
en estos recintos por disposición del tribunal competente, y en los demás casos
que expresamente establezca el citado artículo.

Artículo 153. Creación, modificación y supresión de Secciones


Juveniles. Lacreación, modificación y supresión de las Secciones Juveniles en
los establecimientos penitenciarios, se efectuará mediante un decreto supremo
del Ministerio de Justicia expedido bajo la fórmula "Por orden del Presidente de
la República".
Artículo 154. Normativa aplicable. Los mayores de 18 años que
cumplan sanciones privativas de libertad en las Secciones Juveniles de
Gendarmería de Chile, según lo dispuesto en el artículo 56 de la
Ley Nº 20.084, se regirán por dicho cuerpo normativo y por lo dispuesto en el
presente reglamento, en especial respecto del ingreso, estadía, seguridad,
régimen interno, sistema disciplinario y actividades de reinserción social.

Artículo 155. Personal penitenciario, actitud y formación. El personal


penitenciario responsable del funcionamiento de las Secciones Juveniles,
deberá recibir adecuada y constante capacitación sobre los estudios e
información criminológica vinculada a la responsabilidad penal adolescente, la
Ley Nº 20.084, y la Convención de los Derechos del Niño y demás normativa
internacional vigente en Chile.

Párrafo 2º Régimen interno y organización

Artículo 156. Dirección de la sección. Cada sección estará bajo la


responsabilidad de un jefe, quien será designado por resolución de la dirección
nacional de Gendarmería de Chile, y dependerá técnica y administrativamente
del respectivo jefe de la unidad penal.

Artículo 157. Jefe técnico. En estas secciones deberá existir, al menos, un


jefetécnico, encargado de la gestión técnica de la misma.

El trabajo de reinserción social prescrito para cada persona mayor de


dieciocho años que deba cumplir condena en virtud de lo dispuesto en la
Ley Nº 20.084, será aplicado, controlado y supervisado por el respectivo jefe
técnico y su equipo.

Artículo 158. Comité técnico. Existirá, además, en cada sección, un comité


técnico compuesto por el jefe de la Sección Juvenil; el jefe técnico de la misma,
quien hará las veces de secretario ejecutivo y un representante del programa
de tratamiento de adicción a las drogas o alcohol que se ejecute en el centro.
Dicho comité se reunirá bimensualmente con el objeto de evaluar el
funcionamiento en las áreas de competencia común.
Párrafo 3º Comisión interinstitucional de supervisión

Artículo 159. Comisión interinstitucional de supervisión. Existirá una


comisión interinstitucional de supervisión de las Secciones Juveniles de los
establecimientos penitenciarios. A la referida comisión le será aplicable lo
dispuesto en el párrafo 7º del título V, entendiéndose que las referencias
hechas en esas disposiciones a los centros, deben entenderse referidas a las
Secciones Juveniles, para este efecto.

TÍTULO VIII DISPOSICIONES FINALES

Artículo 160. Normas supletorias. En todo lo no regulado en el presente


reglamento se aplicarán las normas contenidas en reglamentos internos de los
Centros, los cuales serán dictados por los Jefes de los respectivos
establecimientos. Dichos reglamentos internos serán aprobados mediante las
resoluciones que al efecto dicten los Directores Nacionales del Servicio
Nacional de Menores y de Gendarmería de Chile, según corresponda.

Artículo 161. Derógase el Decreto Supremo Nº 730 de 3 de diciembre de


1996 y el Decreto Supremo Nº 553 de 22 de enero de 2002, ambos del
Ministerio de Justicia.

Artículo 162. El presente reglamento comenzará a regir conjuntamente con


la Ley Nº 20.084, sin perjuicio de aquellas medidas que el Ministerio de Justicia
y el Servicio Nacional de Menores deban adoptar previamente para la
adecuada ejecución de dicha ley y del presente reglamento.

Anótese, tómese razón y publíquese.- MICHELLE BACHELET JERIA,


Presidenta de la República.- Isidro Solís Palma, Ministro de Justicia.

Lo que transcribo para su conocimiento.- Le saluda atentamente, Verónica


Baraona del Pedregal, Subsecretaria de Justicia.
C. LEY Nº 19.733 SOBRE LIBERTADES DE OPINIÓN E
INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO
Publicada en el Diario Oficial de 04 de junio de 2001

Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su aprobación al


siguiente Proyecto de ley:

LEY SOBRE LAS LIBERTADES DE OPINIÓN E INFORMACIÓN Y


EJERCICIO DEL PERIODISMO

....

Artículo 33. Se prohíbe la divulgación, por cualquier medio de comunicación


social, de la identidad de menores de edad que sean autores, cómplices,
encubridores o testigos de delitos, o de cualquier otro antecedente que
conduzca a ella.

Esta prohibición regirá también respecto de las víctimas de alguno de los


delitos contemplados en el Título VII, "Crímenes y simples delitos contra el
orden de las familias y contra la moralidad pública", del Libro II del Código
Penal, a menos que consientan expresamente en la divulgación.

La infracción a este artículo será sancionada con multa de treinta a ciento


cincuenta unidades tributarias mensuales. En caso de reiteración, la multa se
elevará al doble.

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Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada




Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS

 VOLVER
INICIO DE:
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS
A. LEY Nº 4.808 SOBRE REGISTRO CIVIL
B. LEY Nº 19.968 CREA LOS TRIBUNALES DE FAMILIA
C. DECRETO SUPREMO Nº 763 APRUEBA REGLAMENTO DE LA LEY Nº 19.968 QUE CREA LOS
TRIBUNALES DE FAMILIA Y DEROGA DECRETO Nº 957 QUE APRUEBA NORMAS REGLAMENTARIAS
NECESARIAS PARA LA EJECUCIÓN DE LA LEY Nº 19.968
D. LEY Nº 20.286 INTRODUCE MODIFICACIONES ORGÁNICAS Y PROCEDIMENTALES A LA LEY Nº 19.968,
QUE CREA LOS TRIBUNALES DE FAMILIA
E. AUTO ACORDADO RELATIVO AL FUNCIONAMIENTO DE LOS JUZGADOS DE FAMILIA
ÍNDICE DE MATERIAS

 VOLVER
INICIO DE:
A. LEY Nº 4.808 SOBRE REGISTRO CIVIL
DECRETO CON FUERZA DE LEY Nº 1 FIJA TEXTO REFUNDIDO, COORDINADO Y SISTEMATIZADO DEL
CÓDIGO CIVIL; DE LA LEY Nº 4.808, SOBRE REGISTRO CIVIL; DE LA LEY Nº 17.344, QUE AUTORIZA
CAMBIO DE NOMBRES Y APELLIDOS; DE LA LEY Nº 16.618, LEY DE MENORES; DE LA LEY Nº 14.908,
SOBRE ABANDONO DE FAMILIA Y PAGO DE PENSIONES ALIMENTICIAS, Y DE LA LEY Nº 16.271, DE
IMPUESTO A LAS HERENCIAS, ASIGNACIONES Y DONACIONES

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DECRETO CON FUERZA DE LEY Nº 1 FIJA TEXTO REFUNDIDO, COORDINADO Y SISTEMATIZADO DEL
CÓDIGO CIVIL; DE LA LEY Nº 4.808, SOBRE REGISTRO CIVIL; DE LA LEY Nº 17.344, QUE AUTORIZA
CAMBIO DE NOMBRES Y APELLIDOS; DE LA LEY Nº 16.618, LEY DE MENORES; DE LA LEY Nº 14.908,
SOBRE ABANDONO DE FAMILIA Y PAGO DE PENSIONES ALIMENTICIAS, Y DE LA LEY Nº 16.271, DE
IMPUESTO A LAS HERENCIAS, ASIGNACIONES Y DONACIONES
TÍTULO I DISPOSICIONES GENERALES
TÍTULO II DE LOS NACIMIENTOS
TÍTULO III DE LOS MATRIMONIOS
TÍTULO IV DE LAS DEFUNCIONES
TÍTULO V MEDIDAS QUE FAVORECEN LA CONSTITUCIÓN LEGAL DE LA FAMILIA
TÍTULO VI (ARTS. 56-87) DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS SERVICIOS DEL REGISTRO CIVIL
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Título I Disposiciones generales

X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS

A. LEY Nº 4.808 SOBRE REGISTRO CIVIL

DECRETO CON FUERZA DE LEY Nº 1 FIJA TEXTO REFUNDIDO,


COORDINADO Y SISTEMATIZADO DEL CÓDIGO CIVIL; DE LA LEY
Nº 4.808, SOBRE REGISTRO CIVIL; DE LA LEY Nº 17.344, QUE
AUTORIZA CAMBIO DE NOMBRES Y APELLIDOS; DE LA LEY
Nº 16.618, LEY DE MENORES; DE LA LEY Nº 14.908, SOBRE
ABANDONO DE FAMILIA Y PAGO DE PENSIONES ALIMENTICIAS, Y
DE LA LEY Nº 16.271, DE IMPUESTO A LAS HERENCIAS,
ASIGNACIONES Y DONACIONES

Publicado en el Diario Oficial de 30 de mayo de 2000

Santiago, 16 de mayo del 2000.

Hoy se decretó lo que sigue:

Teniendo presente:

1. Que el artículo 8º de la Ley Nº 19.585, facultó al presidente de la


República para fijar el texto refundido, coordinado y sistematizado del Código
Civil y de las leyes que se modifican expresamente en la presente ley; como,
asimismo, respecto de todos aquellos cuerpos legales que contemplen
parentescos y categorías de ascendientes, parientes, padres, madres, hijos,
descendientes o hermanos legítimos, naturales e ilegítimos, para lo cual podrá
incorporar las modificaciones y derogaciones de que hayan sido objeto, tanto
expresa como tácitamente;

2. Que entre las leyes que complementan las disposiciones del Código Civil
deben considerarse las siguientes: Ley Nº 4.808 sobre Registro Civil; Ley
Nº 17.344, que autoriza cambio de nombres y apellidos; Ley Nº 16.618, Ley de
Menores; Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones
Alimenticias y la Ley Nº 16.271, de Impuesto a las Herencias, Asignaciones y
Donaciones;

3. Que asimismo es recomendable por razones de ordenamiento y de


utilidad práctica, que en los textos refundidos del Código Civil y de las leyes
señaladas precedentemente, se indique mediante notas al margen el origen de
las normas que conformarán su texto legal; y

Visto: Lo dispuesto en el artículo 8º de la Ley Nº 19.585, dicta el siguiente:

Decreto con Fuerza de Ley

Artículo 3º. Fíjase el siguiente texto refundido, coordinado y sistematizado


de la Ley sobre Registro Civil.753

TÍTULO I DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 1º. Las inscripciones de los nacimientos, matrimonios, defunciones


y demás actos y contratos relativos al estado civil de las personas, se harán en
el Registro Civil, por los funcionarios que determina esta ley. 754

Concordancias:  Decreto con Fuerza de Ley Nº  2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 62. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación,
D.O.  19.10.1996.

Artículo 2º. El Registro Civil se llevará por duplicado y se dividirá en tres


libros, que se denominarán:

1º. De los nacimientos;

2º. De los matrimonios, y

3º. De las defunciones.


Concordancias:  Decreto con Fuerza de Ley Nº  2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 62 a 80. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e
Identificación, D.O.  19.10.1996: artículo 4º número 1.

Artículo 3º. En el libro de los nacimientos se inscribirán:

1º. Los nacimientos que ocurran en el territorio de cada comuna;

El padre o la madre, al requerir esta inscripción, podrá solicitar que, junto con
anotarse la comuna en que nació su hijo, se registre, en la misma partida, la
comuna o localidad en la que estuviere avecindada la madre del recién nacido,
la que deberá consignarse como lugar de origen de éste; 755

2º. Los nacimientos que ocurran en viaje dentro del territorio de la República
o en el mar, en la comuna en que termine el viaje o en la del primer puerto de
arribada;

3º. Los nacimientos de hijos de chilenos ocurridos en el extranjero, estando


el padre o madre al servicio de la República. Estos nacimientos deberán
inscribirse ante el cónsul chileno respectivo, quien remitirá los antecedentes al
Ministerio de Relaciones Exteriores, el cual certificará la autenticidad de los
documentos y los enviará al Conservador del Registro Civil para los efectos de
su inscripción en el Registro de la Primera Sección de la comuna de Santiago.

Los hijos de chilenos nacidos en el extranjero, que no se encuentren en el


caso del inciso anterior, podrán, asimismo, ser inscritos en el Registro Civil
chileno en la forma dispuesta en dicho inciso;

4º. Las escrituras públicas de adopción, las que la extingan y las sentencias
ejecutoriadas que le pongan término o declaren su nulidad. 756-757

Concordancias:  Decreto con Fuerza de Ley Nº  2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 1º y 2º. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e
Identificación, D.O.  19.10.1996: artículo 4º  números 1 y 2. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,
D.O.  5.08.1999: artículos 26 número 2, 38.

Artículo 4º. En el libro de los matrimonios se inscribirán:

1º. Los matrimonios que se celebren en el territorio de cada comuna ante un


Oficial del Registro Civil o ante el ministro de culto autorizado por cualquiera de
las entidades religiosas a que se refiere el artículo 20 de la Ley de Matrimonio
Civil;758

2º. Los matrimonios celebrados en artículo de muerte dentro del territorio de


la República en la comuna correspondiente al lugar en que este acto se
verifique;
3º. Los matrimonios celebrados fuera del país por un chileno con un
extranjero o entre dos chilenos, se inscribirán en el Registro de la Primera
Sección de la comuna de Santiago. Para efectuar esta inscripción, cualquiera
de los contrayentes remitirá, debidamente legalizados, los antecedentes que
correspondan, al Ministerio de Relaciones Exteriores. Este Departamento
verificará la autenticidad de los documentos y los enviará al Conservador del
Registro Civil, quien dispondrá la inscripción en el Registro correspondiente; y

4º. Las sentencias ejecutoriadas en que se declare la nulidad del matrimonio


o se decrete la separación judicial o el divorcio; la separación de bienes de los
cónyuges; los instrumentos en que se estipulen capitulaciones matrimoniales y
las sentencias ejecutoriadas que concedan a la mujer o a un curador, la
administración extraordinaria de la sociedad conyugal y las que declaren la
interdicción del marido. Estas subinscripciones podrán solicitarse también del
Conservador del Registro Civil, quien ordenará que se haga la subinscripción
en el libro de la comuna que corresponda.759

Concordancias: Código Civil: artículos  155, 449, 462 número 1º, 463, 1716, 1723 inciso 2º,
1758.Decreto con Fuerza de Ley Nº  2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil,
D.O. 28.08.1930: artículos 2º, 3º, 110. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación,
D.O.  19.10.1996: artículo 4º  números 1 y 3. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O.  17.05.2004:
artículos 17 inciso 3º, 20, 32, 39 inciso 2º, 50 inciso 2º, 51, 59.

Artículo 5º. En el libro de las defunciones se inscribirán:

1º. Las defunciones que ocurran en el territorio de cada comuna;

2º. Las defunciones que ocurran en viaje, en la comuna del lugar en que
debe efectuarse la sepultación. Si el fallecimiento ocurriere en el mar, en la del
primer puerto de arribada de la nave;

3º. Las defunciones de chilenos ocurridas en el extranjero. Para efectuar


esta inscripción se remitirán los documentos debidamente legalizados al
Ministerio de Relaciones Exteriores. Este Departamento verificará la
autenticidad de los documentos y los enviará al Conservador del Registro Civil,
a fin de que disponga la inscripción en el Registro de la comuna
correspondiente.

Las defunciones de los hijos de chilenos ocurridas en el extranjero, podrán,


asimismo, ser inscritas en la forma dispuesta precedentemente. 760

4º. Las defunciones de los militares en campaña, en la comuna


correspondiente al último domicilio del fallecido, y

5º. Las sentencias ejecutoriadas que declaren la muerte presunta, en la


comuna correspondiente al tribunal que hizo la declaración. 761
Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 174. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro
Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º números 1 y 2. Decreto con Fuerza de Ley Nº  2.128,
Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 2º y 3º.

1113. La omisión de la inscripción de la defunción de un chileno en el


Jurisprudencia: 
extranjero no impide el derecho a solicitar la posesión efectiva de los bienes que
dejó a su muerte. Se ha declarado así que: "En lo referente a la argumentación del actor
de que conforme al artículo 5º Nº 3 de la Ley Nº 4.808, corresponde inscribir la defunción
de los chilenos en el extranjero en el Registro Civil Nacional, no altera dicha omisión el
derecho a concederse la posesión efectiva, la que se origina como consecuencia de la
muerte del causante, que en este caso ha sido debidamente acreditada en autos con el
instrumento público de fs. 19 otorgado en los Estados Unidos debidamente legalizado
como prescribe el artículo 345 del Código de Procedimiento Civil y protocolizado en
cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 420 Nº 5 del Código Orgánico de Tribunales"
(C. Apelaciones de Valparaíso, 1 de septiembre de 1994, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2453/1994, Rol Nº 133216).

Artículo 6º. Se subinscribirán al margen de la inscripción de nacimiento del


hijo al que se refieran, los siguientes actos:

1º. Los instrumentos por los cuales se le reconoce como hijo o por los cuales
se repudia ese reconocimiento;

2º. Las sentencias que dan lugar a la demanda de desconocimiento de la


paternidad del nacido antes de expirar los ciento ochenta días subsiguientes al
matrimonio;

3º. Las sentencias que determinan la filiación, o que dan lugar a la


impugnación de la filiación determinada;

4º. Los acuerdos de los padres relativos al cuidado personal del hijo o al
ejercicio de la patria potestad;

5º. Las resoluciones judiciales que disponen el cuidado personal del hijo,
decretan la suspensión de la patria potestad o dan lugar a la emancipación
judicial;

6º. Las sentencias que anulan el acto de reconocimiento o el de repudiación,


y

7º. Los demás documentos que las leyes ordenen subinscribir al margen de
la inscripción de nacimiento.762

Concordancias: Código Civil: artículos 185 inciso final, 187, 221, 225, 227 inciso 2º, 244, 245, 246, 257,
267. Ley Nº  19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación, D.O.  19.10.1996: artículo 4º  número
2.  Decreto con Fuerza de Ley Nº  2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil,
D.O. 28.08.1930: artículos 203, 204, 2067.
1114. El otorgamiento de la curaduría del menor no hace procedente una
Jurisprudencia: 
subinscripción. Así lo ha declarado la I Corte de Apelaciones de Rancagua: "[E]l artículo
lma. 

4º de la Ley Nº 19.477 Orgánica del Servicio de Registro Civil, establece como función del
mismo, la inscripción de los nacimientos, matrimonios y defunciones; y dejar constancia
en dichas inscripciones de los hechos y actos jurídicos que las modifiquen, complementen
y cancelen. A su turno, la Ley sobre Registro Civil establece en su artículo 6º, que deben
subinscribirse al margen de la inscripción de nacimiento las resoluciones judiciales que
disponen el cuidado personal del hijo, decretan la suspensión de la patria potestad o dan
lugar a la emancipación judicial. Por último, el artículo 206 del D.F.L. Nº 2.128, establece
que puede ser objeto de subinscripción toda sentencia ejecutoriada o instrumento público
que interese al estado civil de las personas [...] Que de las normas citadas, es posible
concluir que efectivamente, tal y como lo afirma el servicio, el otorgamiento de una
curaduría no genera una subinscripción, como si lo hace el otorgamiento del cuidado
personal de una niña o adolescente. De esta forma, sólo si entendemos que el
otorgamiento del la curaduría incluyó el otorgamiento del cuidado personal es posible
exigir dicha subinscripción al Servicio de Registro Civil e Identificación" (C. Apelaciones
de Rancagua, 6 de enero de 2016, cons. 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/171/2016, Rol
Nº 4034-2015).

Artículo 7º. En el libro respectivo se inscribirán las sentencias ejecutoriadas


que dispongan la rectificación de cualquiera partida. De esta subinscripción se
tomará razón al margen de la inscripción que se va a rectificar.

Concordancias: Ley Nº 17.344, Autoriza cambio de nombres y apellidos, D.O.  30.05.2000: artículo 3º.

Artículo 8º. Las sentencias judiciales y los instrumentos que, en conformidad


a esta ley, deben ser inscritos o subinscritos en los registros, no podrán
hacerse valer en juicio sin que haya precedido la inscripción o subinscripción
que corresponda.763

Los nacimientos, los matrimonios y defunciones ocurridos en el extranjero y


cuya inscripción no esté autorizada por los artículos anteriores, serán inscritos
en los respectivos libros del Registro Civil Nacional cuando ello sea necesario
para efectuar alguna inscripción o anotación prescrita por la ley. Estas
inscripciones se efectuarán en el Registro de la Primera Circunscripción de la
comuna de Santiago, para lo cual se exhibirá al Oficial del Registro Civil que
corresponda el certificado de nacimiento, matrimonio o defunción legalizado. 764

Artículo 9º. Las inscripciones se harán por orden numérico, una en pos de


otra, se omitirán las abreviaturas y las cantidades o fechas se expresarán en
letras.

Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
RegistroCivil, D.O. 28.08.1930: artículos 86 a 100.

Artículo 10. Los libros del Registro Civil serán numerados y sellados en


cada hoja con el timbre seco del Conservador del Registro Civil. Se abrirán con
un certificado del oficial en que se exprese el número de hojas que contengan
y se cerrarán con otro certificado en que se indique el número de inscripciones
estampadas y cuanta particularidad pueda influir en lo substancial de las
inscripciones, que conduzca a precaver la suplantación u otro fraude.

Para cada inscripción se destinará una página en cuyo margen derecho se


anotarán las subinscripciones que correspondan.

Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº  2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 2º, 3º, 67, 75, 76, 77.

Artículo 11. Una vez cerrados los libros, un ejemplar de éstos se remitirá al


Conservador del Registro Civil, para su archivo. Este funcionario, dentro del
plazo de quince días, hará las observaciones que estimare convenientes, las
cuales serán puestas en conocimiento del Oficial del Registro Civil que
corresponda y el Juez de Letras del departamento respectivo para que haga
efectivas las responsabilidades civiles o criminales que crea procedentes.

Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 2º, 3º, 11, 12 número 1º, 81, 83.

Artículo 12. Toda inscripción deberá expresar:

1º. El lugar, día, mes y año en que se hace;

2º. El nombre, apellidos, edad, profesión y domicilio de los comparecientes;

3º. La circunstancia de que los comparecientes sean conocidos del Oficial


del Registro Civil o la manera como se haya acreditado la identidad personal;

4º. La naturaleza de la inscripción;

5º. La firma de los comparecientes en ambos registros, expresándose, si no


pueden hacerlo, el motivo por que no firman; y dejará, en este último caso, la
impresión digital del pulgar de su mano derecha o, en su defecto, de cualquier
otro dedo, y

6º. La firma del Oficial del Registro Civil. Esta firma se estampará en ambos
registros inmediatamente de terminada la inscripción. Si así no se hiciere, el
funcionario omitente sufrirá la pena de suspensión de su empleo hasta por tres
meses y multa de un milésimo a un escudo. En caso de reincidencia, será
castigado con la pérdida de su empleo.765

Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº  2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 89.
Artículo 13. Los Oficiales del Registro Civil requerirán de los
comparecientes las informaciones que la Dirección General de Estadísticas les
exija para los efectos demográficos.

Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 93.

Artículo 14. El Oficial del Registro Civil se limitará a recibir las declaraciones


de los comparecientes, haciéndoles las observaciones del caso si declararen
hechos evidentemente erróneos. Pero si aquéllos insistieren, las declaraciones
deberán ser admitidas y consignadas tales como hayan sido hechas, junto con
las observaciones del Oficial del Registro Civil, sin perjuicio de las acciones
que competan en contra de los falsos declarantes.

Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 90.

Artículo 15. Los interesados en una inscripción podrán hacerse representar


por medio de mandatario. Se tendrá como mandatario a la persona que se
presente en tal carácter, expresando que ha recibido comisión verbal. Si al
Oficial del Registro Civil mereciere dudas el encargo, podrá exigir o la
comprobación del poder o la comparecencia de las personas a que se refieren
los artículos 29 y 45. El poder para contraer matrimonio deberá otorgarse en la
forma señalada por el artículo 103 del Código Civil. 766

No tendrá aplicación lo previsto en el inciso precedente, tratándose de las


inscripciones a que se refiere el artículo 20 de la Ley de Matrimonio Civil. 767

Concordancias: Código Civil: artículo 103. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O.  10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº  1, D.O.  30.05.2000: artículos 29 y 45.Decreto con Fuerza de Ley
Nº  2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 96, 97,
98. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil, D.O.  17.05.2004: artículo 20.

Artículo 16. Los testigos que presenten los interesados para los efectos de


una inscripción podrán ser parientes de ellos o extraños.

No podrán ser testigos:

1º. Los menores de dieciocho años;

2º. Los que se hallaren en interdicción por causa de demencia;

3º. Los que actualmente se hallaren privados de razón;

4º. Los ciegos, los sordos y los mudos;


5º. Los que estuvieren procesados o condenados por delitos a que se
aplique pena privativa de la libertad por más de cuatro años;

6º. Los que hubieren sido condenados por delitos de falso testimonio;

7º. Los extranjeros que no tengan domicilio en Chile; y

8º. Los que no entiendan la lengua española.

Concordancias:  Código Civil: artículos 26, 55, 56, 59, 342, 456, 1012. Decreto con Fuerza de Ley
Nº  2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 99. Ley
Nº  19.947, de Matrimonio Civil, D.O.  17.05.2004: artículo 18.

Artículo 17. Las inscripciones no podrán ser alteradas ni modificadas sino


en virtud de sentencia judicial ejecutoriada.

No obstante lo anterior, el Director General del Registro Civil Nacional podrá


ordenar, por la vía administrativa, la rectificación de inscripciones que
contengan omisiones o errores manifiestos.768

Asimismo, el Director podrá ordenar, de oficio o a petición de parte, la


rectificación de una inscripción en que aparezca subinscrito el reconocimiento
de un hijo o la sentencia que determina su filiación, con el solo objeto de
asignar al inscrito el o los apellidos que le correspondan y los nombres y
apellidos del padre, madre o ambos, según los casos.769

Se entenderán por omisiones o errores manifiestos todos aquellos que se


desprendan de la sola lectura de la respectiva inscripción o de los
antecedentes que le dieron origen o que la complementan. 770

Las rectificaciones ordenadas administrativamente estarán exentas de


impuesto.

Estas rectificaciones se practicarán de acuerdo con lo dispuesto en el


artículo 104 del Reglamento Orgánico del Registro Civil, aprobado por Decreto
con Fuerza de Ley Nº 2.128, de 10 de agosto de 1930.771

Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O.  30.05.2000: artículo 18 inciso final. Decreto con Fuerza de Ley Nº  2.128, Aprueba
reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 101 a 104. Ley Nº  19.477,
Orgánica del Registro Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 7º  letra e).

1115. La facultad conferida en el inciso 1º permite ordenar la rectificación


Jurisprudencia: 
del sexo en la inscripción de nacimiento cuando se comprueba que al inscrito se le
ha diagnosticado transexualismo o disforia de género, que le hace tener una
identidad sexual distinta de la que aparece en su inscripción, aun cuando su
órganos sexuales no coincidan con esa identidad sexual. En este sentido se ha
pronunciado la I Corte de Apelaciones de Santiago: "Que con los certificados médicos y
lma.
psicológico acompañados con la solicitud, unido al informe médico legal ya reseñado, se
ha podido dar por acreditado que [...] presenta transexualismo, con identidad de género
masculino, habiendo recibido tratamiento hormonal e intervenciones quirúrgicas de
mastectomía e histerectomía, agregándose en el último informe que su aspecto es de
varón, con vello en la barbilla y en el resto del cuerpo, con desarrollo muscular masculino
[...] En la especie nos encontramos en que el solicitante tiene genitales femeninos, tal
como se consigna en la partida respectiva, pero que durante su adolescencia percibió que
psicológicamente su identidad sexual era masculina, iniciando luego una serie de
tratamientos y procedimientos médicos tendientes a transformar su cuerpo al de un varón,
siendo una situación de vida que ha sido comprobada en autos tanto en los hechos como
científicamente [...] Que con la información sumaria de testigos rendida en autos se ha
podido demostrar que la solicitante, es conocido como [...] desde al menos hace ocho
años, ya que viste, actúa y se presenta como sujeto de sexo masculino, quien con la
finalidad de cambiar su aspecto físico se ha realizado intervenciones quirúrgicas como
Mastectomía y Histerectomía [...] Que enfrentados ante tal realidad y disponiendo la Ley
que el nombre de una persona debe estar relacionado con su sexo, es necesario
primeramente pronunciarse acerca de la modificación de éste en su indicación en la
partida de nacimiento. Ha quedado claro en este caso que no es la existencia del órgano
sexual masculino lo que ha hecho al recurrente sentirse varón, sino el profundo
sentimiento de identidad sexual percibido durante su desarrollo vital, que se ha probado
suficientemente en autos a través documentos provenientes de profesionales
competentes y de la declaración de testigos, lo que se confirma con los actos positivos
efectuados por su parte tendiente adaptar su cuerpo, sumándose a ello su imagen
masculina y el uso de un nombre correspondiente a ésta. Tal realidad no es posible
desconocer y a objeto que pueda alcanzar el pleno desarrollo de su personalidad sin
discriminación y con respeto a su vida privada como a su honra, se accederá al cambio de
sexo en la partida de nacimiento respectiva, conforme la facultad del artículo 17 de la Ley
Nº 4.808" (C. Apelaciones de Santiago, 21 de agosto de 2013, cons. 3º a 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2571/2013, Rol Nº 204-2012). El mismo tribunal ha mantenido
esta opinión en sentencias posteriores: "Que la solicitud de rectificación de partida de
nacimiento tiene como base que el solicitante ha sido conocido como hombre en el
entorno social que circunda; lo anterior, atento una condición denominada disforia de
género que significa que una persona desde el punto de vista genotípico y fenotípico
aparece clasificada por un determinado sexo aunque tiene conciencia de ser del sexo
opuesto. En el caso actual, la situación anotada aparece ratificada y diagnosticada por
Médico Siquiatra, Sicóloga y Médico Urólogo y sexología, evidencias todas acompañadas
a los antecedentes. Aún más, atento la condición de disforia, el requirente ha sufrido años
de discriminación en situaciones diversas, en especial en su mundo laboral; y, al margen
de los informes médicos anotados, se han aportado las evidencias de testigos y oficio del
Servicio de Registro Civil, a fojas 40, que emite un informe favorable a la petición [...] Que,
la Ley Nº 17.344 permite el cambio de nombre y atento el mérito de las evidencias
enunciadas, lo cierto y categórico resulta ser que las características anatómicas del
solicitante han variado en el tiempo al haberse practicado mastectomía bilateral total y un
tratamiento hormonal que conlleva, en la actualidad, a una aspecto de hombre, en todo
caso. En este escenario, es dable precisar que la identidad sexual de una persona no
depende de un cambio de sexo, sino de la actitud y vivencia de un sexo situación, se
insiste, debidamente probada por los medios de prueba agregada a los autos [...] Que, en
este escenario, cobra fuerza y vigor la figura jurídica de la ley orgánica del Registro Civil
en cuyo artículo 31 indica que no podrá imponerse un nombre"... equívoco respecto del
sexo" todo lo cual conlleva a entender el sexo como elemento dinámico que define a una
persona; todavía, el sexo, que no depende de la voluntad, debe entenderse por hechos
objetivos y verificables científicamente, precisamente lo ocurrido en estos autos. Lo
anterior concluido, en estrecha relación con el artículo 1, letra a) de la Ley Nº 17.344 que
autoriza el cambio de nombre y sexo. Si bien en la norma citada no figura la consignación
errada del sexo en la partida de nacimiento, al permitirse el cambio de nombre,
necesariamente acarrea el cambio o rectificación del sexo que se consigna en la partida
[...] Que el criterio esbozado ya ha sido reiterado por la Jurisprudencia Nacional y la
Doctrina, citándose al efecto Rol Nº 2541-09 de la I. Corte de Santiago y otros que se
citan por la parte recurrente, que se reproducen, y la opinión del Profesor Carlos
Fernández Sessarego (Derecho a la Identidad Personal. Edit. Astrea. 1992.
Pág. 304) quien señala que los elementos constitutivos del sexo no son estables, dando
así su expresión objetiva. Concordante, los Tratados Internacionales, léase, Convención
Americana de Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derecho Civiles y Políticos,
en sus artículos 11 y 17, respectivamente, anotan el derecho a la dignidad y al libre
desarrollo de la personalidad en estricta relación al principio de no discriminación y a que
nadie será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales a su honra y reputación. Por estas
consideraciones, citas legales, se revoca la sentencia recurrida de veintiocho de
diciembre de dos mil doce escrita a fojas 76 y siguientes y en su lugar se declara que
acoge la demanda deducida a lo principal de fojas 4 y, consecuencialmente se rectifica la
partida de nacimiento en el sentido que se sustituye el nombre que aparece en ella, por el
de [...], además de modificar el sexo registral femenino por el sexo masculino, también
considerado en dicho registro" (C. Apelaciones de Santiago, 21 de marzo de 2014, cons.
1º a 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/489/2014, Rol Nº 629-2013). En igual orientación ha
declarado: "Que frente a la realidad de que da cuenta la prueba rendida y disponiendo la
ley que el nombre de una persona debe estar relacionado con su sexo, resulta claro en
este caso que no es la existencia de los órganos sexuales femeninos lo que ha hecho a la
interesada considerarse mujer, sino el profundo sentimiento de identidad sexual percibido
durante su desarrollo vital, que se ha probado suficientemente en autos, según se expuso,
con los documentos emanados de profesionales competentes y de la declaración de
testigos, lo que se confirma con los actos positivos efectuados por su parte tendientes a
adaptar su cuerpo, sumándose a ello su imagen femenina y el uso de un nombre
correspondiente a ésta. Esta realidad no puede ser desconocida y a objeto de que la
solicitante pueda alcanzar el pleno desarrollo de su personalidad sin discriminación y con
respeto tanto a su vida privada como a su honra, se accederá al cambio de sexo en la
partida de nacimiento respectiva, conforme lo faculta el artículo 17 de la Ley Nº 4.808"
(C. Apelaciones de Santiago, 17 de julio de 2015, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4082/2015, Rol Nº 4454-2015). Esta opinión está consolidada en
la jurisprudencia de este tribunal de alzada (C. Apelaciones de Santiago, 28 de abril de
2014, LegalPublishing: Cl/Jur/1731/2014, Rol Nº 597-2013; C. Apelaciones de Santiago,
27 de junio de 2014, LegalPublishing: Cl/Jur/3922/2014, Rol Nº 7633-2013;
C. Apelaciones de Santiago, 14 de octubre de 2014, LegalPublishing: Cl/Jur/7411/2014,
Rol Nº 2848-2014; C. Apelaciones de Santiago, 24 de noviembre de 2014,
LegalPublishing: Cl/Jur/8902/2014, Rol Nº 6809-2014; C. Apelaciones de Santiago, 22 de
diciembre de 2014, LegalPublishing: Cl/ Jur/9817/2014, Rol Nº 7867-2014), y ha sido
asumida por otros tribunales de alzada (C. Apelaciones de Iquique, 26 de noviembre de
2014, LegalPublishing: Cl/Jur/9000/2014, Rol Nº 496-2014). Véase la Jurisprudencia al
artículo 31 de esta misma ley, y al artículo 1º de la Ley Nº 17.344 en el capítulo II de esta
obra.

Artículo 18. Sólo podrán pedir rectificación de una inscripción las personas a


que ésta se refiera, sus representantes legales o sus herederos.
El juez deberá proceder con conocimiento de causa y resolverá con el mérito
de los instrumentos públicos constitutivos del estado civil que comprueben el
error. A falta de estos instrumentos, resolverá, previa información sumaria y
audiencia de los parientes en la forma prescrita en el Código de Procedimiento
Civil.

Si se dedujere oposición por legítimo contradictor, el negocio se hará


contencioso y se sujetará a los trámites del juicio que corresponda.

Haya habido oposición o no, el juez antes de dictar sentencia oirá a la


Dirección General del Registro Civil Nacional, para lo cual le enviará los
antecedentes completos.772

No obstante, el juez omitirá dicho trámite cuando la solicitud de rectificación


de partidas se funde en reconocimientos de hijos o cuando se trate de corregir
errores u omisiones que revistan los caracteres de manifiestos, en los términos
del artículo anterior. En este caso el juez deberá dejar testimonio de este
hecho en la sentencia, expresando la causa de la omisión. 773

Concordancias: Código Civil: artículo 42. Código de Procedimiento Civil: artículo 839. Ley Nº  4.808,
sobre Registro Civil, D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº  1, D.O. 30.05.2000: artículo
17. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil,
D.O. 28.08.1930: artículo 102. Ley Nº  19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación,
D.O.  19.10.1996: artículo 7º letra e).

Artículo 19. La subinscripción que se haga para cumplir lo resuelto


judicialmente, será anotada al margen de la respectiva partida, y deberá
firmarse y fecharse por el Oficial del Registro Civil en ambos registros, si éstos
estuvieren en su poder.

Si el registro estuviere cerrado, podrá requerirse la anotación del Oficial del


Registro Civil correspondiente o del Conservador del Registro Civil. El
funcionario que haga la anotación deberá comunicarla, dentro de tercero día, al
funcionario en cuyo poder se encuentre el otro ejemplar del registro, para que
proceda a efectuar igual anotación.

Concordancias: Código Civil: artículo 49. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento
orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 2º y 3º.

Artículo 20. Las copias expedidas por los Oficiales del Registro Civil


deberán contener todas las inscripciones y subinscripciones que correspondan
a la persona a que este documento se refiera. Sin embargo, se podrá pedir
certificados relativos a uno o más hechos que aparezcan en una inscripción y,
en este caso, se dejará expreso testimonio de esta circunstancia en el mismo
certificado.
No obstante todo lo anterior, en los certificados expedidos por los Oficiales
del Registro Civil relativos a partidas de nacimiento de hijos reconocidos no se
dejará constancia de las subinscripciones referidas, salvo petición expresa de
que se consignen dicha o dichas subinscripciones. 774

Artículo 21. Si se extraviaren o destruyeren uno o ambos ejemplares de un


registro, o se advirtiere que faltan o presentan deficiencias algunas de sus
partidas, el Director General del Registro Civil Nacional ordenará por escrito al
Jefe del Archivo General del Servicio o al Oficial Civil respectivo, según sea el
caso, la substitución de los registros o que las partidas omitidas o defectuosas
sean extendidas o completadas, conforme a las siguientes reglas:

a) Si faltaren todos los ejemplares de un registro o se advirtiere que no


existen o están incompletas algunas inscripciones o subinscripciones, se
procederá a su reconstitución con el auxilio de los fragmentos o restos que
quedaren de los primitivos registros o partidas, de los antecedentes archivados
en los respectivos legajos de inscripciones o subinscripciones, índices,
certificados y de cualquier otro comprobante que hubiere expedido el Servicio.

Se podrán considerar también para los efectos señalados en el inciso


anterior, las tarjetas estadísticas, listas o boletines, pases de sepultación y
cualquier otro antecedente que permita restablecer de modo fidedigno la
primitiva inscripción o subinscripción.

b) Si sólo se conservara uno de los ejemplares del registro o si existiendo


ambos faltare en uno de ellos una o más partidas, la reconstitución de éstas o
de aquél se hará mediante la copia de las partidas o ejemplar existentes.

Siempre deberá establecerse, de modo previo, la autenticidad y pureza del


ejemplar o partida que hayan de servir de base para la reconstitución, a cuyo
efecto se podrá hacer uso de los elementos o antecedentes mencionados en la
letra anterior.

Si los vicios que se notaren en el registro existente no permitieren extender


la copia a que se refiere el inciso primero de esta letra, el Director General del
Registro Civil Nacional dispondrá, con los antecedentes o elementos indicados,
la rectificación, por la vía administrativa, de la respectiva inscripción.

c) La reconstitución de una inscripción sólo podrá verificarse cuando los


antecedentes acumulados permitan consignar la circunscripción, el número y
año de la inscripción, los nombres y apellidos de los inscritos o de los
contrayentes y la fecha del hecho o acto que la motivó.

d) Mientras no concurran los requisitos señalados en la letra que precede no


se extenderá la inscripción, pero se anotarán en la casilla de las
subinscripciones los antecedentes que se hayan allegado, mencionando la o
las personas a que pudieren corresponder. Dichas anotaciones no constituirán
prueba de estado civil, pero podrán servir de base a una presunción. De ellas
sólo se podrá otorgar copias a requerimiento judicial.

e) Si no fuere posible reconstituir una inscripción de nacimiento o de


defunción conforme a las reglas antes señaladas, las personas designadas en
los artículos 18, 29 y 44 de esta ley podrán solicitar que ellas se practiquen de
nuevo en los registros en uso a la fecha del requerimiento, cumpliéndose las
mismas formalidades exigidas para toda primera inscripción. Estas actuaciones
estarán exentas de impuesto.

En estos casos, si los antecedentes lo permiten, se tomará nota de la nueva


inscripción en la correspondiente página en blanco.

f) La reconstitución de inscripciones, relativas a una misma clase de hechos


o de actos, sean éstos nacimientos, matrimonios o defunciones, y que
primitivamente se hubieren anotado en diversos registros, podrán asentarse
preferentemente en uno solo, que abarque uno o más años de actuación.

Se dejará testimonio de esta operación en los certificados de apertura y


clausura del nuevo registro.

Terminada la reconstitución de una partida o registro, ella deberá ser visada


con la firma o sello del Director General del Registro Civil Nacional o de un
Inspector Visitador del Servicio o de un Oficial Civil de la cabecera de provincia.

Para los efectos señalados en este artículo, los Tribunales de Justicia,


Notarías y Archivos Públicos, las reparticiones fiscales, semifiscales o
municipales, y cualquier persona jurídica o natural, estarán obligados a facilitar
al Director General del Registro Civil Nacional, cuando lo requiera este
funcionario, los certificados, libretas o comprobantes de inscripciones del
Registro Civil que obren en su poder.

Igual obligación pesará sobre las reparticiones o establecimientos que


hubieren recibido del Servicio listas, boletines, tarjetas estadísticas y
cualesquiera otros informes relativos a sus actuaciones.

Verificada la autenticidad del documento, el Jefe del Archivo General del


Registro Civil procederá, a la brevedad posible, a reproducirlo, agregando esta
copia a los legajos de antecedentes que forme para la reconstitución de los
registros. El original deberá ser restituido.

Las copias antes señaladas serán instrumentos eficaces para la


reconstitución de inscripciones.
Se reputarán originales, para los efectos del pago de los impuestos, los
registros que se encuentren en poder del Archivo General del Registro Civil.

La reconstitución de las inscripciones a que se refiere este artículo se hará


bajo la responsabilidad del Director General del Registro Civil Nacional, sin
perjuicio de la que corresponda a los funcionarios encargados de su ejecución.

De los errores cometidos en las partidas rectificadas o reconstituidas


administrativamente, conforme a las disposiciones de esta ley, se deberá
reclamar ante el Director General del Servicio. Contra la resolución que este
funcionario dicte se podrá recurrir, dentro de sesenta días, contados desde su
notificación administrativa hecha por oficio anotado en guía de correo ante el
Juez de Letras de Menor Cuantía en lo Civil del domicilio del peticionario, o
ante el Primer Juzgado de Letras de Menor Cuantía en lo Civil de Santiago.

En los lugares donde no existiere el tribunal a que se ha hecho referencia se


podrá recurrir ante el Juez de Letras de Mayor Cuantía en lo Civil.

El Juez oirá, antes de resolver, al Director General del Registro Civil


Nacional, quien podrá hacerse parte en la gestión. En este caso se aplicarán
las reglas del juicio sumario, teniéndose como demanda la presentación hecha
por el peticionario ante el Juez.

El Director General del Registro Civil Nacional, en todas las actuaciones


derivadas de esta ley, estará exento del pago de impuesto de timbres,
estampillas y papel sellado y derechos arancelarios, incluso los notariales. 775

Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O. 30.05.2000: artículos 18, 19 y 44.

Artículo 22. El extravío o destrucción de un registro o parte de él afectará al


funcionario encargado de su custodia, quien estará obligado a dar
inmediatamente cuenta de ello al Juez del Crimen correspondiente, a fin de
que proceda a instruir de oficio el proceso del caso.

Cuando el autor del extravío o destrucción fuere el funcionario encargado de


su custodia, sufrirá las penas de presidio menor en sus grados medio a
máximo e inhabilitación absoluta perpetua para el cargo.

Si el autor no fuere ese funcionario, sufrirá la pena de presidio menor en su


grado medio.

Respecto a los demás responsables, se aplicará la pena correspondiente en


conformidad a las disposiciones del Código Penal.
Se concede acción pública para denunciar el delito a que se refiere este
artículo.

Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 108.

Artículo 23. Si se hubiere omitido la firma del Oficial del Registro Civil en
una o más inscripciones o subinscripciones o en antecedentes de las mismas,
el que notare la falta de ella dará cuenta, dentro de tercero día, al Conservador
del Registro Civil, quien dispondrá que se firmen por el Oficial que debió
hacerlo, y si esto no fuere posible, por aquel a cuyo cargo se encuentre el
registro, previa comprobación de su autenticidad y pureza. Dicho funcionario
autorizará también las inscripciones y subinscripciones y los antecedentes de
éstas que se encuentren en poder del Conservador, que adolezcan de la
misma omisión.776

Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº  2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 2º, 3º, 109.

Artículo 24. Los certificados o copias de inscripciones o subinscripciones


que expidan el Conservador o los Oficiales del Registro Civil, tendrán el
carácter de instrumentos públicos.777

Solamente los certificados o copias a que se refiere el inciso anterior,


surtirán los efectos de las partidas de que hablan los artículos 305, 306, 307 y
308 del Código Civil.

Concordancias: Código Civil: artículos 305, 306, 307, 308. Decreto con Fuerza de Ley Nº  2.128,
Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 2º y 3º.

1116. No es posible acreditar el parentesco o el estado civil mediante la fe


Jurisprudencia: 
de bautismo. En este punto se ha razonado del siguiente modo: "2º) Que el Servicio de
Registro Civil fue creado por ley de 27 de julio de 1884, estableciendo en su artículo 20
que: Solamente los certificados que expidan el notario conservador que esté a cargo del
archivo y los oficiales del Registro Civil surtirán los efectos de las partidas de que habla el
artículo 305 del Código Civil, norma que aparece reiterada en el artículo 24 de la Ley
Nº 4.808, hoy vigente. 3º) Que entonces, desde la fecha señalada en el numeral anterior,
el estado civil y también el parentesco sólo es posible acreditarlo con las partidas o
certificados que expida el Registro Civil. Y no constando en autos que los actores o la
causante hayan nacido con anterioridad al 27 de julio de 1884, ningún valor puede darse
a los certificados emitidos por los curas de las parroquias de la Inmaculada Concepción
de Maipo, de la Basílica del Corazón de María de Santiago y de Cobquecura,
acompañados por los demandantes" (C. Suprema, 11 de diciembre de 2000, cons. 2º y
3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/4464/2000, Rol Nº 3317/2000).

Artículo 25. Los Oficiales del Registro Civil vigilarán en sus respectivas


comunas, que se hagan las inscripciones de los hechos constitutivos del
estado civil y denunciarán ante la justicia ordinaria a los que hubieren omitido la
inscripción de un nacimiento o de una defunción.

Artículo 26. Pasados tres días después de la defunción, no se podrá


proceder a la inscripción sin decreto judicial.

El juez calificará los motivos que hayan impedido la inscripción, y si esta


omisión se hubiere hecho con dolo o malicia, aplicará las sanciones
establecidas en el Código Penal.778

Concordancias: Código Civil: artículo 44 inciso final.

Artículo 27. El que en escritura pública suministrare maliciosamente datos


falsos sobre un estado civil, sufrirá las penas que el Código Penal aplica al que
faltare a la verdad en la narración de hechos substanciales en documentos
públicos.

Concordancias: Código Civil: artículo 1699.

TÍTULO II DE LOS NACIMIENTOS

Artículo 28. Dentro del término de sesenta días, contado desde la fecha en


que hubiere ocurrido el nacimiento, deberá hacerse la inscripción del recién
nacido, a requerimiento verbal o escrito de alguna de las personas que indica
el artículo siguiente.

Concordancias: Código Civil: artículos 49, 74. Decreto con Fuerza de Ley Nº  2.128, Aprueba
reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 111, 112, 115, 116.
Decreto Nº  778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y políticos,
D.O.  29.04.1989: artículo 24.2.

Artículo 29. Están obligados a requerir la inscripción las siguientes


personas:

1º. El padre, si es conocido y puede declararlo;

2º. El pariente más próximo mayor de dieciocho años, que viviere en la casa
en que hubiere ocurrido el nacimiento;

3º. El médico o partera que haya asistido al parto o, en su defecto,


cualquiera persona mayor de dieciocho años;
4º. El jefe del establecimiento público o el dueño de la casa en que el
nacimiento haya ocurrido, si éste ocurriere en sitio distinto de la habitación de
los padres;

5º. La madre, en cuanto se halle en estado de hacer dicha declaración;

6º. La persona que haya recogido al recién nacido abandonado; y

7º. El dueño de la casa o jefe del establecimiento dentro de cuyo recinto se


haya efectuado la exposición de algún expósito.

Concordancias: Código Civil: artículo 27. Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 15 inciso 1º.Decreto con Fuerza de Ley
Nº  2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 113,
117.

Artículo 30. La inscripción de un hijo podrá requerirse dentro de los treinta


días siguientes a su nacimiento, sólo por el padre o la madre, por sí o por
mandatario. Transcurrido este plazo, están obligadas a requerir dicha
inscripción las demás personas indicadas anteriormente. 779

Concordancias:  Código Civil: artículo 49.  Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño, D.O.  27.09.1990: artículo 7º.

Artículo 31. Las partidas de nacimiento deberán contener, además de las


indicaciones comunes a toda inscripción, las siguientes:

1. Hora, día, mes, año y lugar en que ocurrió el nacimiento;

2. El sexo del recién nacido;

3. El nombre y apellido del nacido, que indique la persona que requiere la


inscripción;

4. Los nombres, apellidos, nacionalidad, profesión u oficio y domicilio de los


padres, o los del padre o madre que le reconozca o haya reconocido. Se dejará
constancia de los nombres y apellidos de la madre, aunque no haya
reconocimiento, cuando la declaración del requirente coincida con el
comprobante del médico que haya asistido al parto, en lo concerniente a las
identidades del nacido y de la mujer que lo dio a luz; y780

5. La comuna o localidad en la que estuviere avecindada la madre del recién


nacido deberá consignarse tanto en esta partida, cuanto en el certificado de
nacimiento, como lugar de origen del hijo.781

No podrá imponerse al nacido un nombre extravagante, ridículo, impropio de


personas, equívoco respecto del sexo o contrario al buen lenguaje. 782
Si el Oficial del Registro Civil, en cumplimiento de lo que dispone el inciso
anterior, se opusiere a la inscripción de un nombre y el que lo solicite insistiere
en ello, enviará de inmediato los antecedentes al Juez de Letras o del
Departamento, quien resolverá en el menor plazo posible, sin forma de juicio,
pero con audiencia de las partes, si el nombre propuesto está comprendido o
no en la prohibición. Estas actuaciones estarán exentas de impuestos. 783

Concordancias:  Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O.  30.05.2000: artículo 33. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico
del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 123, 125, 126, 128. Ley Nº 17.344, Autoriza
cambio de nombres y apellidos, D.O.  30.05.2000: artículo 1º, inciso 2º, letra a). Ley Nº  19.620, sobre
Adopción de Menores, D.O.  5.08.1999: artículo 26 número 2. Decreto Nº 778, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y políticos, D.O.  29.04.1989: artículo 24.2. Decreto
Nº  873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O.  5.01.1990: artículo 18.
Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990:
artículo 7.1. Decreto Nº  201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad, D.O.  17.09.2008, artículo 18.2.

1117. El cambio de nombre, fundado en el transexualismo diagnosticado


Jurisprudencia: 
del inscrito, presta suficiente fundamento para cambiar el sexo de la inscripción de
nacimiento, para evitar que se vuelva "equívoco respecto del sexo". Así se ha
pronunciado la I Corte de Apelaciones de Valparaíso: "Que en cuanto a la petición de
lma. 

cambio de sexo, efectivamente, de los informes médicos se constata que se trata de una
persona transexual, identidad de género femenino, lo que significa que posee la
convicción de que su género es el femenino, pese a haber nacido con las características
masculinas, en el caso, ya se efectuó una cirugía a fin de cambiar su anatomía, sin
perjuicio de que no es indispensable cambiar sus características físicas, ya que su calidad
de mujer la lleva en su psiquis, sólo sus cambios físicos le ayudarían para desenvolverse
mejor en la sociedad [...] Que con lo expuesto hasta ahora es posible concluir que el
solicitante, en todo el desarrollo de su vida y hasta la fecha, ha debido sufrir una afección
psicológica y emocional por el conflicto entre su identidad sexual y el sexo que se le
asignó al nacer, a pesar que según la declaración de los testigos, rendida como
información sumaria, el solicitante ha actuado como del sexo femenino desde su más
temprana edad [...] Que en estas condiciones y considerando que el informe del abogado
don [...], evacuado por orden del Director Nacional del Registro Civil e Identificación,
indicó que atendido los avances de la medicina, los estudios psicológicos y los
antecedentes aportados, el Servicio estará a lo que el Tribunal resuelva y teniendo
presente que uno de los principios que informan la actividad jurisdiccional es la
inexcusabilidad de acuerdo al artículo 76 de la Constitución Política de la República,
según lo cual requerida la intervención de los tribunales, no podrá excusarse de ejercer su
autoridad ni aún por falta de ley que resuelva el asunto sometido a su decisión, esta Corte
hará lugar a lo solicitado por el apelante en cuanto a ordenar al Registro Civil respectivo,
se practique la rectificación también de la mención del sexo del solicitante a su verdadera
identidad, esto es, pertenecer al sexo femenino. Por otra parte, el acceder sólo al cambio
de nombre sin incluir modificar su sexo, sería discriminatorio para el solicitante, dado que
mantener su sexo como masculino le afectaría en su actuación familiar, laboral y social,
por cuanto tendría permanentemente que estar dando las explicaciones respectivas a su
situación de transexualidad, lo que le produciría un menoscabo moral, conforme lo señala
la letra a) del artículo 1º de la Ley Nº 17.344, además de su nombre adquiriría la calidad
de equívoco respecto a su sexo, en los términos del artículo 31, inciso segundo de la Ley
Nº 4.808. Por estas consideraciones, citas legales mencionadas en el contexto y
considerando, además, principios de justicia y equidad, que es posible aplicar a falta de
ley expresa y artículos 186, 818, 819 y 822 del Código de Procedimiento Civil, se declara:
Que se revoca la sentencia apelada de fecha cinco de abril del presente año, escrita de
fs. 29 a 35, que rechaza la solicitud de cambio de sexo y de cambio de nombre deducidas
en lo principal del escrito de fojas 2, y en su lugar se hace lugar a lo solicitado, debiendo
el Servicio de Registro Civil e Identificación del Departamento de Quillota, circunscripción
La Calera, rectificar la partida de nacimiento Nº [...] del año [...], eliminando el nombre de
[...], y colocando el de [...] y rectificar, asimismo, la mención de sexo masculino por el de
femenino" (C. Apelaciones de Valparaíso, 5-IX-2013, cons. 8º, 9º y 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1984/2013, Rol Nº 1263-2013). En el mismo sentido se ha
pronunciado la I Corte de Apelaciones de Santiago: "Que es claro que el problema de los
lma. 

transexuales no ha sido expresamente abordado por la legislación nacional, pero tal como
se señala en el considerando cuarto de la causa Rol Nº 496-2014, de la Corte de
Apelaciones de Iquique, lo cierto es que como se dijo la Ley Nº 4.808 impide la imposición
de un nombre equívoco respecto del sexo, el que no puede limitarse a la simple
observación genotípica, sino que debe corresponder a la identidad sexual del solicitante.
Como también se sostiene en sentencia dictada en causa Rol Nº V-178 2009, dictada por
doña Jenny Book Reyes como jueza del 7º Juzgado Civil de Santiago, 'la imposición del
nombre, acto arbitrario y contingente, sujeto a la decisión humana, no puede apartarse del
parámetro de corrección, hecho objetivo susceptible en todo momento de ser verificado
de manera científica, tanto física como sicológica, como es el sexo. Si la ciencia médica
ha comprobado que el sexo consignado en tales instrumentos no se condice con tal
realidad, lo cierto es que debe reformarse el documento para conducirse con tal
objetividad, y no al revés. En definitiva, si actualmente la ley permite el cambio de nombre
y, a la vez, prescribe que el nombre debe ajustarse al sexo, entonces se concluye que
todo cambio de nombre debe respetar la realidad que le sirve de parámetro y, si tal
realidad se encuentra erradamente consignada, entonces debe ser corregido el
instrumento respectivo, junto a la modificación de nombre'. Undécimo. Que este
razonamiento se viene produciendo en los juzgados civiles que tramitan voluntariamente
estas causas y en las que conocen las Cortes de Apelaciones, pudiendo mencionarse los
Roles Nºs. 2541-2009, 3322-2012, 597-2013, 629-2013, 2848-2014 y 4454-2015, todos
de la Corte de Apelaciones de Santiago, 949-2013 y 6809-2014, ambos de la Corte de
Apelaciones de Valparaíso, amén de la causa 496-2014, ya citada, de la Corte de
Apelaciones de Iquique, de manera que en concordancia con esa jurisprudencia esta
Corte entiende que la legislación interna debe ser leída desde los principios
constitucionales, comenzando con el derecho a la identidad y la dignidad de las personas,
consagrado en el artículo 1º del texto constitucional, entendiendo el primero como lo
define el autor Carlos Fernández Sessarego, en su texto Derecho a la identidad
personal, de la Editorial Astrea, publicado en Buenos Aires, en 1982, como el conjunto de
atributos y características que permiten individualizar a la persona en sociedad; y el
siguiente conforme con la definición que nos entrega el profesor Humberto Nogueira
Alcalá, en su publicación sobre la dignidad humana, los derechos fundamentales, el
bloque de derechos fundamentales y sus garantías constitucionales, que figura en
la Gaceta Jurídica Nº 322, de 2007, como un valor inherente a la persona humana que se
manifiesta a través de la autodeterminación consciente y responsable de su vida y que
exige el respeto de ella por los demás. Duodécimo. Que como lógica consecuencia, esta
Corte entiende que en el caso de autos la solicitud que se ha planteado al tribunal
aparece ajustada a las dos causales legales citadas respecto de la Ley Nº 17.344, pues la
persona que la formula no sólo ha sido conocida desde su adolescencia como hombre,
sino que el hecho de ser reconocido como tal, con la contradicción evidente de su
individualización oficial en la que figura como mujer, le provoca el consiguiente
menoscabo moral y material, impide su realización personal, el libre desarrollo de su
personalidad y lo afecta gravemente en su dignidad como ser humano. Decimotercero:
Que así, siendo claro para esta Corte que el solicitante posee una identidad sexual
diversa a la que le fuera asignada en la inscripción de nacimiento, le asiste el pleno
derecho en el ejercicio de las garantías reconocidas en el artículo 19 de la Constitución
Política de la República, numerales 1, 2, 3 y 4, para ser tratado y reconocido conforme a
su verdadera identidad sexual, como uno de sus iguales, sin discriminación y cautelando
su honra, todo lo cual debe conducir a la corrección de las menciones que se han
indicado, ajustándolas a su realidad, esto es, a un nombre y un sexo masculino. Que, por
lo demás, supeditar la sentencia de reasignación sexual, a la previa realización de una
intervención quirúrgica, implicaría una seria incongruencia, puesto que sería quedarnos
en una visión reduccionista que equipara el sexo como género, con solo una de sus
exteriorizaciones, en este caso la presencia de órganos genitales externos masculinos, en
desmedro de la identidad personal, evaluada desde una perspectiva totalizadora y a partir
de fundados informes de especialistas, complementadas mediante otras pruebas
concordantes incorporadas en la causa" (C. Apelaciones de Santiago, 27 de enero de
2016, cons. 1º, 11º, 12º y 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/846/2016, Rol Nº 12571-
2015). Véase la Jurisprudencia al artículo 17 de esta misma ley, y al artículo 1º de la Ley
Nº 17.344 en el capítulo II de esta obra.

Artículo 32. En la inscripción del nacimiento podrán el padre, la madre o


ambos reconocer al hijo como suyo.

El Oficial del Registro Civil deberá dejar testimonio en la inscripción del


nacimiento de las declaraciones que los padres o sus representantes formulen
en conformidad al número 1º del artículo 187 y al inciso primero del artículo
188 del Código Civil, certificar la identidad del solicitante y exigirle que estampe
su firma, o, si no pudiere firmar, su impresión digital. 784

Asimismo, el Oficial del Registro Civil deberá hacer saber por escrito a la
madre o a la persona que inscriba un hijo de filiación no determinada, los
derechos de los hijos para reclamar la determinación legal de la paternidad o
maternidad y la forma de hacerlos valer ante los tribunales. 785

Concordancias: Código Civil: artículos 37, 187 número 1, 188 inciso 1º.

Artículo 33. Son requisitos esenciales de la inscripción de un nacimiento, la


fecha de éste y el nombre, apellido y sexo del recién nacido.

Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O.  30.05.2000: artículo 31. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico
del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 124.

TÍTULO III DE LOS MATRIMONIOS


Artículo 34. Suprimido.786

Artículo 35. Suprimido.787

Artículo 36. Suprimido.788

Artículo 37. El Oficial del Registro Civil no procederá a la inscripción del


matrimonio sin haber manifestado privadamente a los contrayentes que
pueden reconocer los hijos comunes nacidos antes del matrimonio, para los
efectos de lo dispuesto en el artículo siguiente. 789

Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O. 30.05.2000: artículo 38.

Artículo 38. En el acto del matrimonio o de requerir la inscripción a que se


refiere el artículo 20 de la Ley de Matrimonio Civil podrán los contrayentes
reconocer hijos habidos con anterioridad, y la inscripción que contenga esa
declaración producirá los efectos señalados en el inciso segundo del artículo
185 del Código Civil.790

Podrán, asimismo, pactar separación total de bienes o participación en los


gananciales.791

El Oficial del Registro Civil manifestará, también, a los contrayentes, que


pueden celebrar los pactos a que se refiere el inciso anterior y que si no lo
hacen o nada dicen al respecto, se entenderán casados en régimen de
sociedad conyugal.792

Concordancias: Código Civil: artículos 152, 185, 1715 inciso 2º, 1716 inciso 1º, 1792-1 inciso 1º.
Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,
D.O.  30.05.2000: artículo 37. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil, D.O.  17.05.2004: artículo 20.

Artículo 39. Las inscripciones de matrimonios celebrados ante un Oficial


delRegistro Civil, sin perjuicio de las indicaciones comunes a toda inscripción,
deberán contener:793

1º. El nombre y apellidos paterno y materno de cada uno de los contrayentes


y el lugar en que se celebre;

2º. El lugar y fecha de su nacimiento;

3º. Su estado de soltero, viudo o divorciado. En estos dos últimos casos, el


nombre del cónyuge fallecido o de aquél con quien contrajo matrimonio anterior
y el lugar y la fecha de la muerte o sentencia de divorcio, respectivamente. 794

4º. Su profesión u oficio;


5º. Los nombres y apellidos de sus padres, si fueren conocidos;

6º. El hecho de no tener ninguno de los cónyuges impedimento o prohibición


legal para contraer matrimonio;

7º. Los nombres y apellidos de los testigos y su testimonio, bajo juramento,


sobre el hecho de no existir impedimentos ni prohibiciones para celebrar el
matrimonio y sobre el lugar del domicilio o residencia de los contrayentes;

8º. El nombre y apellido de la persona cuyo consentimiento fuere necesario;

9º. Testimonio fehaciente del consentimiento para el matrimonio, en caso de


necesitársele;

10. El nombre de los hijos que hayan reconocido en este acto; 795

11. Testimonio de haberse pactado separación de bienes o participación en


los gananciales, cuando la hubieren convenido los contrayentes en el acto del
matrimonio.796

12. Nombres y apellidos de las personas cuya aprobación o autorización


fuere necesaria para autorizar el pacto a que se refiere el número anterior;

13. Testimonio fehaciente de esa aprobación o autorización, en caso de ser


necesarias; y

14. Firma de los contrayentes, de los testigos y del Oficial del Registro Civil.

Si alguno de los contrayentes no supiere o no pudiere firmar, se dejará


testimonio de esta circunstancia, sin perjuicio de lo dispuesto en el número
5º del artículo 12.797

Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O. 30.05.2000: artículos 12, 38, 40. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículo 19.

Artículo 40. Son requisitos esenciales de la inscripción de un matrimonio,


los indicados en los números 1 del artículo 12, y 1, 7 y 14 del artículo 39. 798

Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O. 30.05.2000: artículos 12 número 1, 39 números 1, 7 y 14.

Artículo 40 bis. El acta a que se refiere el artículo 20 de la Ley de


Matrimonio Civil deberá estar suscrita por el ministro de culto ante quien
hubieren contraído matrimonio religioso los requirentes, y deberá expresar la
siguiente información:
1º La individualización de la entidad religiosa ante la que se celebró el
matrimonio, con expresa mención del número del decreto en virtud de la cual
goza de personalidad jurídica de derecho público. En el caso de las entidades
religiosas reconocidas por el artículo 20 de la Ley Nº 19.638, deberán citar esta
norma jurídica;

2º La fecha y el lugar de la celebración del matrimonio;

3º El nombre y los apellidos paterno y materno de los contrayentes, así como
sus números de cédula de identidad;

4º La fecha y el lugar de nacimiento de los contrayentes;

5º Su estado de soltero, divorciado o viudo y, en estos dos últimos casos, el


nombre del cónyuge fallecido o de aquél con quien contrajo matrimonio
anterior, y el lugar y la fecha de la muerte o sentencia de divorcio,
respectivamente;

6º Su profesión u oficio;

7º Los nombres y apellidos de sus padres, si fueren conocidos;

8º Los nombres y apellidos de dos testigos, así como sus números de cédula
de identidad, y su testimonio, bajo juramento, sobre el hecho de no tener
ninguno de los contrayentes impedimento o prohibición legal para contraer
matrimonio;

9º El nombre y los apellidos del ministro de culto, así como su número de
cédula de identidad;

10 El hecho de haberse cumplido las exigencias establecidas en la ley para


la validez del matrimonio civil, y

11 La firma de los contrayentes, los testigos y el ministro de culto.

Si alguno de los contrayentes no supiere o no pudiere firmar, se dejará


testimonio de esta circunstancia.

Deberá adjuntarse al acta el documento que acredite la personería del


ministro de culto respectivo. 799

Concordancias: Ley Nº 19.638, sobre Constitución Jurídica de las Iglesias y Organizaciones


Religiosas, D.O.  14.10.1999: artículo 20. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil, D.O.  17.05.2004: artículo
20.
Artículo 40 ter. Para los efectos de lo dispuesto en el artículo 20 de la Ley
de Matrimonio Civil, las inscripciones de matrimonios celebrados ante
entidades religiosas deberán contener o expresar, en su caso:

1º El acta de que trata el artículo precedente;

2º El documento que acredite la personería del respectivo ministro de culto;

3º El hecho de cumplir el acta con los requisitos establecidos en el artículo


precedente;

4º La individualización de la entidad religiosa ante la que se celebró el


matrimonio, con mención del decreto o disposición legal en virtud de la cual
goza de personalidad jurídica de derecho público;

5º Los nombres y apellidos de los contrayentes;

6º Las menciones indicadas en los números 6º, 8º, 9º 10º, 11º, 12º y 13º del
artículo 39 de esta ley;

7º El hecho de haberse cumplido con el plazo a que se refiere el artículo 20


de la Ley de Matrimonio Civil;

8º El hecho de haberse dado a conocer a los requirentes de la inscripción,


los derechos y deberes que corresponden a los cónyuges de acuerdo a la ley;

9º El hecho de haberse otorgado por los requirentes de la inscripción, ante el


Oficial del Registro Civil, la ratificación del consentimiento prestado ante el
ministro de culto, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 20 de la Ley de
Matrimonio Civil, y

10 La firma de los requirentes de la inscripción y del Oficial del Registro Civil.

Son requisitos esenciales de la inscripción de un matrimonio religioso los


indicados en los números 1º, 2º, 9º y 10.800

Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O.  30.05.2000: artículo 39 números 6º, 8º, 9º, 10º, 11º, 12º  y 13º, 40 bis. Ley Nº 19.947, de
Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 20.

Artículo 41. Los matrimonios en artículo de muerte pueden celebrarse ante


cualquier Oficial del Registro Civil y en cualquier lugar.

El Oficial del Registro Civil anotará en la respectiva inscripción, las


circunstancias en que se ha efectuado el matrimonio y, especialmente, la de
haberse celebrado en artículo de muerte.
Concordancias: Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil, D.O.  17.05.2004: artículos 17 inciso 3º, 19 inciso
2º. Decreto Nº  673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil,
D.O.  30.10.2004: artículo 22.

Artículo 42. Derogado.801

Artículo 43. Derogado.802

TÍTULO IV DE LAS DEFUNCIONES

Artículo 44. La inscripción de defunción se hará en virtud del parte verbal o


escrito que, acerca de ella, deben dar los parientes del difunto o los habitantes
de la casa en que ocurrió el fallecimiento o, en su defecto, los vecinos.
Asimismo, se efectuará en virtud de una resolución judicial, en los casos que la
ley lo determine.803

Si el fallecimiento hubiere ocurrido en convento, hospital, lazareto, hospicio,


cárcel, nave, cuartel u otro establecimiento público, el jefe del mismo estará
obligado a solicitar la licencia o pase del entierro y llenar los requisitos
necesarios para la respectiva inscripción en el Registro.

Igual obligación corresponde a la autoridad de policía en el caso de hallarse


un cadáver que no sea reclamado por nadie o del fallecimiento de una persona
desconocida.

Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº  2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 175.

Artículo 45. Al requerirse la inscripción de un fallecimiento deberá


presentarse un certificado expedido por el médico encargado de comprobar las
defunciones o por el que haya asistido al difunto en su última enfermedad, a
menos que la inscripción se haga en virtud de la resolución judicial a que se
refiere el inciso primero del artículo precedente. 804

Si se trata del fallecimiento de un párvulo, el Oficial del Registro Civil


indagará si el nacimiento ha sido inscrito previamente, y si no lo estuviere,
procederá a efectuar, también, esta inscripción.

En dicho certificado se indicará, siendo posible, el nombre, apellido, estado,


profesión, domicilio, nacionalidad y edad efectiva o aproximada del difunto; el
nombre y apellido de su cónyuge y de sus padres; la hora y el día del
fallecimiento, si constare o, en otro caso, las que se consideren probables, y la
enfermedad o la causa que haya producido la muerte.

La verificación de las circunstancias indicadas en el inciso precedente,


siempre que no hubiere facultativo en la localidad, podrá ser substituida por la
declaración de dos o más testigos, rendida ante el Oficial del Registro Civil o
ante cualquiera autoridad judicial del lugar en que haya ocurrido la defunción.
Esta declaración deberá ser hecha, de preferencia, por las personas que
hubieren tratado más de cerca al difunto o que hubieren estado presentes en
sus últimos momentos, de todo lo cual se dejará testimonio expreso en la
inscripción.805

Concordancias: Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O. 30.05.2000: artículos 15 inciso 1º, 48, 50. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba
reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 176 a 182.

Artículo 46. El Oficial hará, en el registro, la inscripción respectiva, y


expedirá la licencia o pase y señalará en ella la hora desde la cual puede
hacerse la inhumación, que no deberá ser sino pasadas las veinticuatro horas
después de la defunción. En caso de epidemia, la inhumación se verificará de
acuerdo con las instrucciones que expida la autoridad sanitaria. 806

Para la inhumación en un cementerio ubicado en un lugar distinto del


fallecimiento, se estará a lo prevenido en las leyes o reglamentos sanitarios
correspondientes.807

Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O.  30.05.2000: artículo 49 inciso 2º.Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento
orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 185, 186.

Artículo 47. Los encargados de los cementerios, de cualquier clase que


sean, y los dueños y administradores de cualquier lugar en que se haya de
enterrar un cadáver, no permitirán que se le dé sepultura sin la licencia o pase
del Oficial del Registro Civil de la comuna en que haya ocurrido la defunción. 808

Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O.  30.05.2000: artículo 49 inciso 2º.Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento
orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 187.

Artículo 48. Los médicos a que se refiere el inciso 1º del artículo 45 que se


negaren a dar gratuitamente el certificado que en él se indica o el que diere
sepultura a un cadáver sin la licencia previa de que habla el artículo 46, sufrirán
la pena señalada en el artículo 496 del Código Penal.

Concordancias: Código Penal: artículo 496. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº  1, D.O.  30.05.2000: artículos 45 inciso 1º, 46. Decreto con Fuerza de Ley
Nº  2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 178.
Artículo 49. No se inscribirá en este registro el fallecimiento de una criatura
que muere en el vientre materno o que perece antes de estar completamente
separada de su madre o que no haya sobrevivido a la separación un momento
siquiera.

En estos casos, el otorgamiento del pase para la sepultación se sujetará a


las formalidades prescritas por los artículos 46 y 47 en lo que fueren
aplicables.809

Concordancias: Código Civil: artículo 74. Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 46 y 47. Decreto con Fuerza de Ley
Nº  2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 198.

Artículo 50. Son requisitos esenciales de la inscripción de una defunción, la


fecha del fallecimiento y el nombre, apellido y sexo del difunto.

Concordancias: Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O. 30.05.2000: artículo 45 inciso 2º. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento
orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 183.

TÍTULO V MEDIDAS QUE FAVORECEN LA CONSTITUCIÓN LEGAL DE LA


FAMILIA

Artículo 51. Los Oficiales del Registro Civil visitarán su respectiva comuna o


sección, en la forma que determine el reglamento, a fin de procurar la
celebración del matrimonio del hombre y la mujer que, haciendo vida marital,
tengan hijos comunes.

Durante su visita, harán las inscripciones de nacimiento que procedan,


denunciarán aquellos que no se hubieren inscrito en época oportuna y cuidarán
de que esas inscripciones se verifiquen.

Concordancias: Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil, D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O.  30.05.2000: artículo 53 inciso 2º. Decreto con Fuerza de Ley Nº  2.128, Aprueba reglamento
orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 329, 332, 333.

1118. De la finalidad y sentido de esta disposición.Se ha declarado de esta


Jurisprudencia: 
disposición que: "Que evidentemente se encuentra orientada en beneficio de los hijos
convivenciales" (C. Suprema, 2 de noviembre de 1995, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1408/1995, Rol Nº 23377) y que: "Establece una obligación para
el Oficial del Registro Civil y, por tanto, no constituye una disposición sustantiva aplicable
al litigio de autos. A mayor abundamiento, y no puede ser de otra forma, la disposición
impele al Oficial del Registro Civil a celebrar un matrimonio válido y no uno con infracción
de ley como lo es el provocar el matrimonio de una persona ligada por vínculo matrimonial
no disuelto y que acarrea su nulidad" (C. Suprema, 2 de noviembre de 1995, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1408/1995, Rol Nº 23377).

Artículo 52. Los dueños y administradores de fundos rústicos o de minas,


los jefes, directores, administradores o gerentes de maestranzas, fábricas,
talleres, hospitales, lazaretos, hospicios, gotas de leche, asistencias públicas,
cárceles, casas de corrección, establecimientos de beneficencia y cuarteles,
que impidieren a los Oficiales del Registro Civil el cumplimiento de las
obligaciones que les impone esta ley, serán penados con una multa hasta de
diez centésimos.810

Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº  2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 330.

Artículo 53. El Juez de Letras del departamento respectivo nombrará, a


propuesta del Oficial propietario y bajo su responsabilidad, un Oficial del
Registro Civil adjunto, mientras dure la visita, que tendrá las mismas facultades
e igual remuneración que aquél.

Cuando el cargo de Oficial del Registro Civil sea desempeñado por una
mujer, o por un Juez Comunal, o cuando se encuentre imposibilitado el titular,
las visitas a que se refiere el artículo 51 serán efectuadas por el Oficial adjunto.

Concordancias: Ley Nº  4.808, sobre Registro Civil, D.O.  10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O. 30.05.2000: artículo 51.  Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico
del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 331.

Artículo 54. Las inscripciones de matrimonio y nacimiento que el Oficial del


Registro Civil practique en las visitas, se harán en registros especiales y en la
forma que determina la presente ley.

Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 336 a 339.

Artículo 55. Las sumas que se asignen para gastos de funerales de las


personas sometidas al régimen de previsión social establecido por las leyes, se
pagarán al cónyuge sobreviviente, hasta la cantidad de dos escudos, sin más
requisito que la presentación del certificado de matrimonio y del certificado de
defunción.811

TÍTULO VI(ARTS. 56-87) DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS SERVICIOS DEL REGISTRO CIVIL812


B. LEY Nº 19.968 CREA LOS TRIBUNALES DE FAMILIA
Publicada en el Diario Oficial de 30 de agosto de 2004

Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su aprobación al


siguiente

Proyecto de ley:

TÍTULO I DE LOS JUZGADOS DE FAMILIA Y SU ORGANIZACIÓN

Párrafo Primero De los Juzgados de Familia

Artículo 1º. Judicatura especializada. Créanse los juzgados de familia,


encargados de conocer los asuntos de que trata esta ley y los que les
encomienden otras leyes generales y especiales, de juzgarlos y hacer ejecutar
lo juzgado.

Estos juzgados formarán parte del Poder Judicial y tendrán la estructura,


organización y competencia que la presente ley establece.

En lo no previsto en ella se regirán por las disposiciones del Código


Orgánico de Tribunales y las leyes que lo complementan.

Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 76, 82. Ley Nº  19.968, crea Tribunales
de Familia, D.O.  30.08.2004: artículo 3º.

Artículo 2º. Conformación. Los juzgados de familia tendrán el número de


jueces que para cada caso señalan los artículos 4º y 4º bis. Contarán, además,
con un consejo técnico, un administrador y una planta de empleados de
secretaría y se organizarán en unidades administrativas para el cumplimiento
eficaz y eficiente de las siguientes funciones: 813

1º. Sala, que consistirá en la organización y asistencia a la realización de las


audiencias.

2º. Atención de público y mediación, destinada a otorgar una adecuada


atención, orientación e información al público que concurra al juzgado,
especialmente a los niños, niñas y adolescentes, a manejar la correspondencia
del tribunal y a desarrollar las gestiones necesarias para la adecuada y cabal
ejecución de las acciones de información y derivación a mediación. 814

3º. Servicios, que reunirá las labores de soporte técnico de la red


computacional del juzgado, de contabilidad y de apoyo a la actividad
administrativa, y la coordinación y abastecimiento de todas las necesidades
físicas y materiales para la realización de las audiencias.

4º. Administración de causas, que consistirá en desarrollar toda la labor


relativa al manejo de causas y registros de los procesos en el juzgado,
incluidas las relativas a las notificaciones; al manejo de las fechas y salas para
las audiencias; al archivo judicial básico, al ingreso y al número de rol de las
causas nuevas; a la actualización diaria de la base de datos que contenga las
causas del juzgado, y a las estadísticas básicas del mismo.

5º. Cumplimiento, que, dada la particular naturaleza de los procedimientos


establecidos en esta ley, desarrollará las gestiones necesarias para la
adecuada y cabal ejecución de las resoluciones judiciales en el ámbito familiar,
particularmente de aquellas que requieren de cumplimiento sostenido en el
tiempo.815

La Corte Suprema, por intermedio de la Corporación Administrativa del


Poder Judicial, velará por el eficiente y eficaz cumplimiento de las funciones a
que se refiere este artículo en los tribunales de letras con competencia en
familia. Será aplicable lo dispuesto en el artículo 26 del Código Orgánico de
Tribunales.816

Concordancias: Código Orgánico de Tribunales: artículo 26. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de


Familia, D.O.  30.08.2004: artículos 4º, 4º  bis, 5º.

Artículo 3º. Potestad jurisdiccional. Cada juez ejercerá unipersonalmente la


potestad jurisdiccional respecto de los asuntos que las leyes encomiendan a
los juzgados de familia.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 1º.


Artículo 4º. Creación de nuevos juzgados. Créanse juzgados de familia, con
asiento en cada una de las siguientes comunas del territorio de la República,
con el número de jueces y con la competencia que en cada caso se señala:

a) "Primera Región de Tarapacá:

Iquique, con siete jueces, con competencia sobre la comuna de Iquique. 817

b) Segunda Región de Antofagasta:

Antofagasta, con diez jueces, con competencia sobre las comunas de


Antofagasta y Sierra Gorda.818

Calama, con cinco jueces, con competencia sobre las comunas de la


provincia de El Loa.819

c) Tercera Región de Atacama:820

Copiapó, con cinco jueces, con competencia sobre las comunas de Copiapó
y Tierra Amarilla.

Vallenar, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de Vallenar y
Alto del Carmen.

d) Cuarta Región de Coquimbo:821

La Serena, con cinco jueces, con competencia sobre las comunas de La


Serena y La Higuera.

Coquimbo, con cuatro jueces, con competencia sobre la misma comuna.

Ovalle, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de Ovalle, Río
Hurtado, Monte Patria y Punitaqui.

e) Quinta Región de Valparaíso:822

Valparaíso, con nueve jueces, con competencia sobre las comunas de


Valparaíso y Juan Fernández.

Viña del Mar, con siete jueces, con competencia sobre las comunas de Viña
del Mar y Concón, y que tendrá, para todos los efectos legales, la categoría de
juzgado asiento de Corte.

Quilpué, con tres jueces, con competencia sobre la misma comuna.


Villa Alemana, con tres jueces, con competencia sobre la misma comuna.

Casablanca, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de


Casablanca, El Quisco, Algarrobo, de la Quinta Región, y Curacaví, de la
Región Metropolitana.

La Ligua, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de La Ligua,
Cabildo, Zapallar y Papudo.

Los Andes, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de la
provincia de Los Andes.

San Felipe, con cuatro jueces, con competencia sobre las comunas de San
Felipe, Santa María, Panquehue, Llay-Llay y Catemu.

Quillota, con cuatro jueces, con competencia sobre las comunas de Quillota,
La Cruz, Calera, Nogales e Hijuelas.

Limache, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de Limache y
Olmué.

San Antonio, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de San
Antonio, Cartagena, El Tabo y Santo Domingo.

f) Sexta Región del Libertador Bernardo O'Higgins:823

Rancagua, con diez jueces, con competencia sobre las comunas de


Rancagua, Graneros, Mostazal, Codegua, Machalí, Coltauco, Doñihue, Coinco
y Olivar.

Rengo, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de Rengo,
Requínoa, Malloa y Quinta de Tilcoco.

San Fernando, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de San
Fernando, Chimbarongo, Placilla y Nancagua.

Santa Cruz, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de Santa
Cruz, Chépica y Lolol.

g) Séptima Región del Maule:824

Talca, con ocho jueces, con competencia sobre las comunas de Talca,
Pelarco, Río Claro, San Clemente, Maule, Pencahue y San Rafael.
Constitución, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de
Constitución y Empedrado.

Curicó, con cinco jueces, con competencia sobre las comunas de Curicó,
Teno, Romeral y Rauco.

Linares, con cuatro jueces, con competencia sobre las comunas de Linares,
Yerbas Buenas, Colbún y Longaví.

Parral, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de Parral y
Retiro.

h) Octava Región del Bío-Bío:825

Chillán, con cuatro jueces, con competencia sobre las comunas de Chillán,
Pinto, Coihueco y Chillán Viejo.

Concepción, con diez jueces, con competencia sobre las comunas de


Concepción, Penco, Hualqui, San Pedro de la Paz y Chiguayante.

Talcahuano, con seis jueces, con competencia sobre las comunas de


Talcahuano y Hualpén, y que tendrá, para todos los efectos legales, la
categoría de juzgado asiento de Corte.826

Los Ángeles, con cinco jueces, con competencia sobre las comunas de Los
Angeles, Quilleco y Antuco.

Yumbel, con un juez, con competencia sobre la misma comuna.

Tomé, con dos jueces, con competencia sobre la misma comuna.

Coronel, con cuatro jueces, con competencia sobre las comunas de Coronel
y Lota.

i) Novena Región de La Araucanía:827

Temuco, con nueve jueces, con competencia sobre las comunas de Temuco,
Vilcún, Melipeuco, Cunco, Freire y Padre Las Casas.

Angol, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de Angol y
Renaico.

j) Décima Región de Los Lagos:828


Osorno, con cinco jueces, con competencia sobre las comunas de Osorno,
San Pablo, Puyehue, Puerto Octay y San Juan de la Costa.

Puerto Montt, con cinco jueces, con competencia sobre las comunas de
Puerto Montt y Cochamó.829

Puerto Varas, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de
Puerto Varas, Llanquihue, Frutillar y Fresia.

Castro, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de Castro,
Chonchi, Dalcahue, Puqueldón y Queilén.

Ancud, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de Ancud y
Quemchi, y que tendrá, para todos los efectos legales, la categoría de juzgado
capital de provincia.

k) Undécima Región de Aisén del General Carlos Ibáñez del Campo:

Coihaique, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de


Coihaique y Río Ibáñez.

l) Duodécima Región de Magallanes:

Punta Arenas, con cuatro jueces, con competencia sobre las comunas de la
provincia de Magallanes.830

m) Región Metropolitana de Santiago:831

Puente Alto, con ocho jueces, con competencia sobre las comunas de la
provincia de Cordillera.

San Bernardo, con seis jueces, con competencia sobre las comunas de San
Bernardo y Calera de Tango.

Peñaflor, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de Peñaflor y
Padre Hurtado.

Talagante, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de


Talagante, El Monte e Isla de Maipo.

Melipilla, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de la


provincia de Melipilla, con excepción de Curacaví.

Buin, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de Buin y Paine.
Colina, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de la provincia
de Chacabuco.

Créanse, además, los siguientes juzgados de familia, que tendrán categoría


de juzgado asiento de Corte para todos los efectos legales, con asiento dentro
de la Provincia de Santiago, con el número de jueces y la competencia que en
cada caso se indica:

Cuatro juzgados de familia, todos con trece jueces, con competencia sobre
las comunas de la provincia de Santiago, con excepción de las comunas de
San Joaquín, La Granja, La Pintana, San Ramón, San Miguel, La Cisterna, El
Bosque, Pedro Aguirre Cerda, Lo Espejo, Pudahuel, Quinta Normal, Cerro
Navia y Lo Prado.832

Dos juzgados, con diez jueces cada uno, con competencia sobre las
comunas de San Miguel, San Joaquín, La Granja, La Pintana, San Ramón,
Pedro Aguirre Cerda, La Cisterna, El Bosque y Lo Espejo.

Un juzgado, con doce jueces, con competencia sobre las comunas de


Pudahuel, Quinta Normal, Cerro Navia y Lo Prado.

n) Decimocuarta Región de los Ríos: Valdivia, con cinco jueces, con


competencia sobre las comunas de Valdivia y Corral. 833

ñ) Decimoquinta Región de Arica y Parinacota:

Arica, con siete jueces, con competencia sobre las comunas de las
provincias de Arica y Parinacota. 834—835

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 2º  inciso 1º.

Artículo 4º bis. Dotación adicional. Sin perjuicio de lo dispuesto en el


artículo anterior, los tribunales que a continuación se indican contarán con el
número adicional de jueces que en cada caso se señala, los que no se
considerarán para la determinación de las dotaciones a que se refiere el
artículo 115 de la presente ley:

1) Juzgado de familia de Iquique, con un juez.

2) Juzgado de familia de Antofagasta, con un juez.

3) Juzgado de familia de Calama, con un juez.

4) Juzgado de familia de Copiapó, con un juez.


5) Juzgado de familia de Ovalle, con un juez.

6) Juzgado de familia de Viña del Mar, con un juez.

7) Juzgado de familia de Quilpué, con un juez.

8) Juzgado de familia de Los Andes, con un juez.

9) Juzgado de familia de San Antonio, con un juez.

10) Juzgado de familia de Rancagua, con tres jueces.

11) Juzgado de familia de San Fernando, con un juez.

12) Juzgado de familia de Talca, con dos jueces.

13) Juzgado de familia de Linares, con un juez.

14) Juzgado de familia de Chillán, con un juez.

15) Juzgado de familia de Concepción, con tres jueces.

16) Juzgado de familia de Los Ángeles, con un juez.

17) Juzgado de familia de Coronel, con un juez.

18) Juzgado de familia de Temuco, con dos jueces.

19) Juzgado de familia de Puerto Varas, con un juez.

20) Juzgado de familia de Puente Alto, con dos jueces.

21) Juzgado de familia de San Bernardo, con un juez.

22) Juzgado de familia de Peñaflor, con un juez.

23) Juzgado de familia de Melipilla, con un juez.

24) Juzgado de familia de Buin, con un juez.

25) Juzgado de familia de Colina, con un juez.

26) El 1º y 2º juzgados de familia de San Miguel, con tres jueces cada uno.

27) Juzgado de familia de Pudahuel, con un juez.


28) Juzgado de familia de Valdivia, con un juez.

29) Juzgado de familia de Arica, con un juez.836

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículos 2º  inciso 1º,
115.

Párrafo Segundo Del consejo técnico

Artículo 5º. Funciones. La función de los profesionales del consejo técnico


será la de asesorar, individual o colectivamente, a los jueces en el análisis y
mejor comprensión de los asuntos sometidos a su conocimiento, en el ámbito
de su especialidad.

En particular, tendrán las siguientes atribuciones:

a) Asistir a las audiencias de juicio a que sean citados con el objetivo de


emitir las opiniones técnicas que le sean solicitadas;

b) Asesorar al juez para la adecuada comparecencia y declaración del niño,


niña o adolescente;

c) Evaluar, a requerimiento del juez, la pertinencia de derivar a mediación o


aconsejar conciliación entre las partes, y sugerir los términos en que esta
última pudiere llevarse a cabo, y837

d) Asesorar al juez, a requerimiento de éste, en la evaluación del riesgo a


que se refiere el artículo 7º de la Ley Nº 20.066, sobre Violencia Intrafamiliar,
y838

e) Asesorar al juez en todas las materias relacionadas con su especialidad.

Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 2º  inciso 1º, 64
inciso 6º, 73. Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar, D.O.  7.10.2005: artículo 7º.

1119. Los profesionales de los Consejos Técnicos, en caso alguno


Jurisprudencia: 
pueden realizar actividades o emitir juicios propios del ejercicio de la jurisdicción.
En este sano sentido se ha declarado: "Que de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 5º de la Ley Nº 19.968, le corresponde a los Consejeros Técnicos, asesorar a los
Jueces de Familia en el análisis y mejor comprensión de los asuntos sometidos a su
decisión, en el ámbito de su especialidad. Sin embargo, se advierte del motivo octavo del
fallo en estudio, que la profesional que intervino en el juicio oral en que recayó dicha
sentencia, realizó una actividad que le es totalmente ajena e impropia —que es inherente
de la labor jurisdiccional, la que es otorgada en forma exclusiva y excluyente a los jueces
—, consistente, por una parte, en afirmar que entre los intervinientes hubo violencia
intrafamiliar, y por otra, en valorar la fuerza probatoria de los testigos de una de ellas, la
que calificó de 'creíbles', lo que no debió ser aceptado por la juez a quo, ni menos ser
considerada para formar convicción" (C. Apelaciones de Rancagua, 20 de julio de 2012,
cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/1479/2012, Rol Nº 143-2012).

Artículo 6º. Integración. En cada juzgado de familia habrá un consejo


técnico interdisciplinario integrado por profesionales especializados en asuntos
de familia e infancia.

Los miembros del consejo técnico son auxiliares de la administración de


justicia.

Artículo 7º. Requisitos para integrar el consejo técnico. Para ser miembro


del consejo técnico, se requerirá poseer título profesional de una carrera que
tenga al menos ocho semestres de duración, otorgado por alguna universidad
o instituto profesional del Estado o reconocido por éste.

Además, se deberá acreditar experiencia profesional idónea y formación


especializada en materias de familia o de infancia de a lo menos dos
semestres de duración, impartida por alguna universidad o instituto de
reconocido prestigio que desarrollen docencia, capacitación o investigación en
dichas materias.839

TÍTULO II DE LA COMPETENCIA DE LOS JUZGADOS DE FAMILIA

Artículo 8º. Competencia de los juzgados de familia. Corresponderá a los


juzgados de familia conocer y resolver las siguientes materias:

1) Las causas relativas al derecho de cuidado personal de los niños, niñas o


adolescentes;

2) Las causas relativas al derecho y el deber del padre o de la madre que no


tenga el cuidado personal del hijo, a mantener con éste una relación directa y
regular;
3) Las causas relativas al ejercicio, suspensión o pérdida de la patria
potestad; a la emancipación y a las autorizaciones a que se refieren los
Párrafos 2º y 3º del Título X del Libro I del Código Civil;

4) Las causas relativas al derecho de alimentos;

5) Los disensos para contraer matrimonio;

6) Las guardas, con excepción de aquellas relativas a pupilos mayores de


edad, y aquellas que digan relación con la curaduría de la herencia yacente,
sin perjuicio de lo establecido en el inciso segundo del artículo 494 del Código
Civil;840

7) Todos los asuntos en que aparezcan niños, niñas o adolescentes


gravemente vulnerados o amenazados en sus derechos, respecto de los
cuales se requiera adoptar una medida de protección conforme al artículo 30
de la Ley de Menores;

8) Las acciones de filiación y todas aquellas que digan relación con la


constitución o modificación del estado civil de las personas; 841

9) Todos los asuntos en que se impute la comisión de cualquier falta a


adolescentes mayores de catorce y menores de dieciséis años de edad, y las
que se imputen a adolescentes mayores de dieciséis y menores de dieciocho
años, que no se encuentren contempladas en el inciso tercero del artículo 1º de
la Ley Nº 20.084.

Tratándose de hechos punibles cometidos por un niño o niña, el juez de


familia procederá de acuerdo a lo prescrito en el artículo 102 N; 842

10) La autorización para la salida de niños, niñas o adolescentes del país, en


los casos en que corresponda de acuerdo con la ley;

11) Las causas relativas al maltrato de niños, niñas o adolescentes de


acuerdo a lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 62 de la Ley Nº 16.618;

12) Los procedimientos previos a la adopción, de que trata el Título II de la


Ley Nº 19.620;

13) El procedimiento de adopción a que se refiere el Título III de la Ley


Nº 19.620;

14) Los siguientes asuntos que se susciten entre cónyuges, relativos al


régimen patrimonial del matrimonio y los bienes familiares: 843
a) Separación judicial de bienes;

b) Las causas sobre declaración y desafectación de bienes familiares y la


constitución de derechos de usufructo, uso o habitación sobre los mismos;

15) Las acciones de separación, nulidad y divorcio reguladas en la Ley de


Matrimonio Civil;

16) Los actos de violencia intrafamiliar;

17) Toda otra materia que la ley les encomiende.844 — 845

Concordancias: Código Civil: artículos 105 a 113, 152, 141, 142, 144, 145 inciso 2º, 147, 155 a 158,
195 a 221, 225 inciso 3º, 226, 227, 229, 234 inciso 2º, 244 inciso 3º, 254, 255, 257, 263, 264, 265, 267,
268, 271, 321, 435. Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O. 30.05.2000: artículos 30, 49, 62 inciso 2º. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,
D.O.  5.08.1999: artículos 8 a 19 y 20 a 38. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 26, 27, 29, 30, 31, 44, 45, 54, 55. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004:
artículos 17, 21 inciso 2º, 54-1 inciso final, 67 número 3, 81. Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar,
D.O.  7.10.2005: artículo 6º. Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O.  7.12.2005:
artículo 1º  inciso 3º. Ley Nº  20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 22. Auto
Acordado de la E Corte Suprema de 30.09.2005, relativo al funcionamiento de los Juzgados de
xcma. 

Familia, D.O.  8.10.2005: artículo 4º.

1120. Los Tribunales de Familia no son competentes para conocer de la


Jurisprudencia: 
demanda de indemnización de perjuicios por la obtención dolosa de alimentos. Ya
antes de la eliminación del número 19 del artículo 8º de la Ley Nº 19.968 se había
declarado así: "Tercero: Que conforme a lo dispuesto por el numeral 19 del artículo 8º de
la Ley Nº 19.968, vigente a la época de dictación de la resolución en estudio, los
tribunales de familia eran competentes para conocer y resolver de las cuestiones
personales derivadas de las relaciones de familia entre las partes. Cuarto: Que la acción
intentada, se sustenta en la responsabilidad que le cabe a la demandada en los perjuicios
materiales y morales sufridos por el actor a través de la obtención dolosa de alimentos a
favor de una menor que no es hija suya. Quinto: Que, conforme a lo señalado la
resolución de los sentenciadores en orden a considerar que no es de competencia del
tribunal en cuestión el conocimiento y resolución de la acción intentada, por corresponder
a un asunto de orden patrimonial, no es errada, puesto que se ajusta al claro sentido de la
norma en mención. En efecto, aun cuando el actor invoca como fundamento de su
pretensión que la acción proviene de una cuestión que se deriva directa e inmediatamente
de las relaciones de familia, ello no altera la naturaleza jurídica de la responsabilidad que
se pretende hacer efectiva y de los perjuicios reclamados, lo que determina precisamente
la incompetencia del tribunal, no siendo procedente concluir en un sentido contrario al
criterio conforme al cual se ha resuelto [...] Dicha decisión no implica, en modo alguno,
vulnerar el principio de inexcusabilidad como se pretende, por cuanto la intervención de
los tribunales de justicia para la resolución del asunto en cuestión no ha sido requerida
conforme a la ley, esto es, no ha sido deducida ante el tribunal naturalmente competente
en razón de la materia planteada. Por ello, mal puede violentarse el derecho a acceder al
sistema jurisdiccional, ni menos el debido proceso, al tener que comparecer ante el juez
naturalmente competente, ante el cual el actor podrá exponer sus alegaciones y ver
resueltas sus pretensiones en el procedimiento contemplado por la ley" (C. Suprema, 17
de diciembre de 2008, cons. 3º a 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5254/2008, Rol Nº 5298-
2008). 1121. No procede la acumulación al juicio de la quiebra de los juicios de
alimentos que se tramitan ante los Tribunales de Familia. Esta cuestión se ha
planteado en atención a lo previsto en el artículo 70 de la Ley de Quiebras: "Que el
párrafo primero del artículo 70 de la Ley de Quiebras, establece el efecto inmediato de la
quiebra, consistente en la acumulación de juicios que se sigan contra el fallido, haciendo
excepción al principio de radicación, en los siguientes términos: "Todos los juicios
pendientes contra el fallido ante otros tribunales de cualquiera jurisdicción y que puedan
afectar sus bienes, se acumularán al juicio de la quiebra. La disposición legal nada
establece respecto de los juicios que se siguen ante los Tribunales de Familia, por lo cual,
se plantea la interrogante de si es posible, o no, su acumulación". Para sostener la opinión
expresada en la rúbrica de este número, la I Corte de Apelaciones de Valdivia, ha
lma. 

considerado lo siguiente: "Que, a juicio de esta Corte, la respuesta es negativa. Sobre la


materia existe consenso doctrinal en el sentido que los juicios de familia escapan al efecto
de la acumulación (al respecto, véase Rafael Gómez Balmaceda y Gonzalo Eyzaguirre
Smart, El Derecho de quiebras, Editorial Jurídica de Chile, 2009, pág. 235; R. Sandoval
López, Derecho comercial, Editorial Jurídica de Chile, t. IV, 6ª ed., 2011, pág. 99).
4º) Que, por lo demás, atendida la índole de la materia sobre que versan los juicios de
alimentos que se siguen ante los Tribunales de Familia, exige que tanto los
procedimientos declarativos como de cumplimiento o ejecución de la obligación de dar
alimentos se mantengan ante ellos, aunque el demandado alimentante haya sido
declarado en quiebra. 5º) Que, en otras palabras, el Tribunal de Familia ante el cual se
sigue o ha seguido el cumplimiento de la obligación de dar alimentos es una materia que
está comprendida dentro del ámbito de la esfera de sus atribuciones, y, como tal, es
competente para seguir conociendo de dicho juicio hasta su completo cumplimiento. Por
lo demás, el profesor don Ricardo Sandoval López (op. cit., pág. 99), señala que es
necesario, entre otros requisitos, para que proceda la acumulación de juicios, el siguiente:
"Debe tratarse de juicios que se ventilan ante tribunales de jurisdicción común". Ello
concuerda con la historia de la Ley de Quiebras (Véase, al respecto, Álvaro Puelma
Accorsi, Curso de Derecho de Quiebras, 2ª ed., Editorial Jurídica de Chile, 1971, págs.
75-77), en el sentido que la acumulación está pensada para los juicios ordinarios
pendientes y ejecutivos pendientes. Por consiguiente, la parte demandante de alimentos
ha de verificar su crédito conforme lo establezca el Tribunal de Familia" (C. Apelaciones
de Valdivia, 5 de febrero de 2013, cons. 3º a 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/265/2013, Rol
Nº 7-2013). 1122. Las medidas de protección permitidas por el Nº 7 de este artículo
deben ponderarse sobre la base de los criterios que establece la sana crítica. En
este sentido se ha declarado por la E Corte Suprema: "Que los artículos 8º Nº 7 de la
xcma. 

Ley Nº 19.968 y 30 de la Ley Nº 16.618 entregan a la esfera de competencia de los jueces


de familia, la facultad de decretar las medidas protectoras necesarias para la custodia
eficaz de los derechos de los niños y adolescentes que se vean vulnerados o
amenazados. Tales remedios deben ser dispuestos sobre la base de los criterios que
establecen las reglas de la sana crítica, pues siendo aplicables las exigencias del artículo
32 de la Ley Nº 19.968, la decisión adoptada debe ser amparada por las exigencias de
racionalidad y proporcionalidad que las reglas de la lógica, las máximas de experiencia y
los conocimientos científicamente afianzados recomiendan. Sexto: Que de esta manera,
la providencia que disponga el juez debe ser ponderada desde la tensión que se produce
entre la eficacia y proporcionalidad de la medida, debiendo tenerse presente, siempre,
como fundamento y finalidad de la acción, el interés superior del niño. En efecto, dicha
reflexión fluye del examen de las normas en comento, en especial, del inciso segundo del
artículo 30 ya citado, que, a vía ejemplar, establece como posibles acciones que el juez
puede tomar, primero, disponer la concurrencia a programas o acciones de apoyo,
reparación u orientación de los afectados, sus padres o encargados, a fin de "superar la
situación de crisis"; y, segundo, disponer el ingreso del niño a alguna institución que
asuma su cuidado o su entrega a parientes o personas de confianza" (C. Suprema, 13 de
septiembre de 2016, cons. 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6591/2016, Rol Nº 52922-
2016).

TÍTULO III DEL PROCEDIMIENTO

Párrafo primero De los principios del procedimiento

Artículo 9º. Principios del procedimiento. El procedimiento que aplicarán los


juzgados de familia será oral, concentrado y desformalizado. En él primarán los
principios de la inmediación, actuación de oficio y búsqueda de soluciones
colaborativas entre partes.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 10, 11, 12, 13,
14, 27.

1123. Finalidad de la desformalización y sus límites. Se ha precisado que:


Jurisprudencia: 
"El propósito de la desformalización, cual es impedir que fórmulas sacramentales
obstaculicen la prosecución del juicio, no importa la absoluta ausencia de formas
procesales para la realización de actuaciones y el cumplimiento de las diligencias
judiciales que ejecutan un debido proceso" (C. Suprema, 30 de octubre de 2007,
Nº LegalPublishing: 37663).

Artículo 10. Oralidad. Todas las actuaciones procesales serán orales, salvo


las excepciones expresamente contenidas en esta ley.

Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso anterior, el juzgado deberá llevar un


sistema de registro de las actuaciones orales. Dicho registro se efectuará por
cualquier medio apto para producir fe, que permita garantizar la conservación y
reproducción de su contenido.

Asimismo, la conciliación que pudiere producirse en las audiencias orales


deberá consignarse en extracto, manteniendo fielmente los términos del
acuerdo que contengan.
Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 9º, 27, 56 inciso
1º, 65 número 5, 102 inciso 2º.

Artículo 11. Concentración. El procedimiento se desarrollará en audiencias


continuas y podrá prolongarse en sesiones sucesivas, hasta su conclusión. El
tribunal sólo podrá reprogramar una audiencia, en casos excepcionales y hasta
por dos veces durante todo el juicio, si no está disponible prueba relevante
decretada por el juez. La nueva audiencia deberá celebrarse dentro de los 60
días siguientes a la fecha de la anterior.

Asimismo, el tribunal podrá suspender una audiencia durante su desarrollo,


hasta por dos veces solamente y por el tiempo mínimo necesario de acuerdo
con la causa invocada, por motivos fundados diversos del señalado en el inciso
precedente, lo que se hará constar en la resolución respectiva.

La reprogramación se notificará conforme a lo dispuesto en el inciso final del


artículo 23, cuando corresponda, con a lo menos tres días hábiles de
anticipación. La resolución que suspenda una audiencia fijará la fecha y hora
de su continuación, la que deberá verificarse dentro de los treinta días
siguientes, y su comunicación por el juez en la audiencia que se suspende se
tendrá como citación y notificación suficientes. 846

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículos 9º, 23 inciso
final.

Artículo 12. Inmediación. Las audiencias y las diligencias de prueba se


realizarán siempre con la presencia del juez, quedando prohibida, bajo sanción
de nulidad, la delegación de funciones. El juez formará su convicción sobre la
base de las alegaciones y pruebas que personalmente haya recibido y con las
que se reciban conforme a lo dispuesto en el numeral 9) del artículo 61.847

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículos 9º, 25, 61
número 9.

1124. No se vulnera el principio de inmediación cuando la audiencia de


Jurisprudencia: 
juicio es suspendida y se reinicia con la presencia de otro juez.Así se ha precisado
que: "Este artículo no indica que el juez sea necesariamente el de la causa y nada obsta
que la audiencia sea practicada por otro juez, pues una norma de rango inferior como la
de los Tribunales de Familia no puede pasar a llevar las disposiciones que le dan
jurisdicción y que están en el ámbito constitucional, razón por la cual también será
rechazada la apelación en este aspecto" (C. de Apelaciones de Chillán, 21 de diciembre
de 2007, Nº LegalPublishing: 37962).

Artículo 13. Actuación de oficio. Promovido el proceso y en cualquier


estado del mismo, el juez deberá adoptar de oficio todas las medidas
necesarias para llevarlo a término con la mayor celeridad. Este principio deberá
observarse especialmente respecto de medidas destinadas a otorgar
protección a los niños, niñas y adolescentes y a las víctimas de violencia
intrafamiliar.

Asimismo, el juez deberá dar curso progresivo al procedimiento, salvando los


errores formales y omisiones susceptibles de ser subsanados, pudiendo
también solicitar a las partes los antecedentes necesarios para la debida
tramitación y fallo de la causa.848

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 9º, 29 inciso 3º,
45 inciso final, 70 inciso 1º, 71.

Artículo 14. Colaboración. Durante el procedimiento y en la resolución


del conflicto, se buscarán alternativas orientadas a mitigar la confrontación
entre las partes, privilegiando las soluciones acordadas por ellas.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 9º, 75 inciso 1º.

Artículo 15. Publicidad. Todas las actuaciones jurisdiccionales y


procedimientos administrativos del tribunal son públicos. Excepcionalmente y a
petición de parte, cuando exista un peligro grave de afectación del derecho a la
privacidad de las partes, especialmente niños, niñas y adolescentes, el juez
podrá disponer una o más de las siguientes medidas:

a) Impedir el acceso u ordenar la salida de personas determinadas de la sala


donde se efectúa la audiencia.

b) Impedir el acceso del público en general u ordenar su salida para la


práctica de diligencias específicas.849

Concordancias: Código Civil: artículo 197. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores,
D.O.  5.08.1999: artículos 19 inciso 1º, 28. Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil, D.O.  17.05.2004: artículo
86. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 26 ter.

Artículo 16. Interés superior del niño, niña o adolescente y derecho a ser


oído. Esta ley tiene por objetivo garantizar a todos los niños, niñas y
adolescentes que se encuentren en el territorio nacional, el ejercicio y goce
pleno y efectivo de sus derechos y garantías.

El interés superior del niño, niña o adolescente, y su derecho a ser oído, son
principios rectores que el juez de familia debe tener siempre como
consideración principal en la resolución del asunto sometido a su conocimiento.

Para los efectos de esta ley, se considera niño o niña a todo ser humano que
no ha cumplido los catorce años y, adolescente, desde los catorce años hasta
que cumpla los dieciocho años de edad.
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 222, 225, 229, 234, 240, 244 inciso 3º  y 245. Constitución
Política: artículo 1º, 5 inciso 2º. Ley Nº  16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado
por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 1º. Decreto Ley Nº  2.465, Ley Orgánica del Servicio Nacional
de Menores, D.O. 16.01.1979: artículo 3º. Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999:
artículos 1º, 3º inciso 2º, 22 inciso 3º, 24 inciso final, 30 inciso final. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,
D.O.  17.05.2004: artículos 3º  inciso 1º, 27 inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O.  30.08.2004: artículos 17, 22 inciso 1º, 30 inciso 2º, 63 inciso final, 69. Ley Nº  20.422, establece
normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad,
D.O.  10.02.2010, artículo 10. Decreto Nº  944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº  19.620 sobre
Adopción de Menores, D.O.  18.03.2000: artículo 1º. Ley Nº  20.084, Establece un sistema de
responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal, D.O. 7.12.2005: artículos 2º, 3º.
Decreto Nº  1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la LeyNº 20.084 que establece un sistema
de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal, D.O.  25.04.2007: artículos 2º,
60. Decreto Nº  789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículos 5º  letra b), 16.1. letra d). Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O.  27.09.1990: artículos 1º, 3º, 7.1,
9º, 12, 18, 20.3, 21.

1125. De qué deba entenderse por "interés superior del niño". La


Jurisprudencia: 
jurisprudencia, tanto constitucional como de los tribunales ordinarios, ha precisado en un
proceso constante cuál es el contenido que ha de atribuirse al "interés superior del niño".
En un primer momento ese esfuerzo partió de la base de considerar que se trataba de un
"concepto indeterminado", pero sin perjuicio de ello se advertía que se trataba de un
"principio fundamental" del ordenamiento jurídico, cuyo contenido se vinculaba a la
protección de los derechos fundamentales del menor y a la satisfacción plena de ellos. En
tal sentido, la E Corte Suprema avisaba que: "En estas materias cabe considerar
xcma. 

siempre el interés superior del niño, principio fundamental en nuestro ordenamiento


jurídico, tal como lo dispone el artículo 16 de la Ley Nº 19.968 y, aun cuando su concepto
sea indeterminado, puede afirmarse que el mismo alude a asegurar el ejercicio y
protección de los derechos fundamentales de los menores y a posibilitar la mayor
satisfacción de todos los aspectos de su vida, orientados al desarrollo de su personalidad"
(C. Suprema, 15 de julio de 2008, LegalPublishing: 39469). En la misma dirección
reiteraba que: "Cabe tener presente que en estas materias debe tenerse siempre en
consideración el interés del niño, como principio fundamental e inspirador de nuestro
ordenamiento jurídico, de relevancia transversal en la legislación de familia y de menores.
Así lo dispone por lo demás, el artículo 16 de la Ley Nº 19.968 y, aun cuando su definición
se encuentra en desarrollo o constituya un concepto indeterminado, cuya magnitud se
aprecia cuando es aplicado al caso concreto, puede afirmarse que el mismo alude al
pleno respeto de los derechos esenciales del niño, niña o adolescente, buscándose a
través del mismo, el asegurar el ejercicio y protección de los derechos fundamentales de
los menores y posibilitar la mayor satisfacción de todos los aspectos de su vida,
orientados al desarrollo de su personalidad" (C. Suprema, 31 de diciembre de 2008,
LegalPublishing: 41453). Con una mayor proyección razonaba algunos años más tarde
que: "[C]abe reflexionar sobre el interés superior de los menores, principio fundamental en
nuestro ordenamiento jurídico, tal como lo dispone el artículo 16 de la Ley Nº 19.968 y,
aun cuando su concepto sea indeterminado, puede afirmarse que el mismo, alude a
asegurar el ejercicio y protección de los derechos fundamentales de los menores y a
posibilitar la mayor satisfacción de todos los aspectos de su vida, orientados al desarrollo
de su personalidad. Dicho principio se identifica con la satisfacción plena de sus
derechos, en su calidad de personas y sujetos de éstos, identificándose de esta manera
'interés superior' con los derechos del niño y adolescente. Si bien se encuentra presente y
se proyecta en todo el sistema jurídico, al erigirse como una garantía de amplitud tal que
obliga no sólo al legislador sino que a todas las autoridades e instituciones y a los propios
padres, interesa de sobremanera el aporte que tiene en el ámbito de la interpretación, al
constituir una norma de resolución de conflictos jurídicos, permitiendo decidir así
situaciones de colisión de derechos, según su contenido y la ponderación de los que se
encuentran en pugna. En este sentido, cobran especial interés los efectos que el referido
principio produce en el marco de las relaciones parentales, en las que, por un lado, se
encuentra el derecho y responsabilidad de los padres de cuidar y educar a los hijos y, por
otro, la necesidad de brindarles protección y garantizar su desarrollo" (C. Suprema, 14 de
enero de 2013, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/88/2013, Rol Nº 7150-2012). En el
último tiempo, la jurisprudencia constitucional ha tendido a abandonar ese presupuesto de
la indeterminación de su concepto y, junto con mantener la idea de que se trata de un
principio fundamental, centra su noción en el pleno respeto de los derechos esenciales del
menor, y en la finalidad protectora de su desarrollo: "Que el interés superior del niño es un
principio fundamental, que se encuentra establecido en la Convención sobre los Derechos
del Niño, ratificada por Chile en el año 1990, y dentro de nuestra legislación. Este principio
consiste en dar pleno respeto a los derechos esenciales de los niños y adolescentes. Su
finalidad es proteger el desarrollo del menor y la plena satisfacción de sus necesidades en
los diferentes aspectos de su vida. Dicho principio ha tenido una fuerte incorporación en
nuestro ordenamiento interno, conforme a lo prescrito en el artículo 3.1 de la referida
Convención. Así, el actual artículo 16 de la Ley Nº 19.968, que Crea los Tribunales de
Familia, publicada en el Diario Oficial el 25 de agosto de 2004, define el alcance de este
principio en cuanto a su aplicación a los procedimientos de familia" (Tribunal
Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 13º, Rol Nº 2867-15-Ina). 1126. De la
naturaleza de este artículo 16: mandato para el juez y derecho del menor. El
E Tribunal Constitucional ha destacado que este artículo 16 es un mandato para el juez
xcmo. 

y, como consecuencia de ello, adviene en un derecho para el menor: "[L]a Ley que Crea
los Tribunales de Familia tiene por finalidad, entre otras cosas, dar absoluta protección al
ejercicio y goce pleno y efectivo de los derechos y garantías que posean los niños que se
relacionen con la justicia de familia. Además, el precepto establece un mandato para el
juez, en el entendido que éste siempre debe tener en consideración principal, al momento
de decidir sobre cuestiones de su competencia, el principio del interés superior del
niño involucrado en la causa concreta que revise. Con ello, nuestro ordenamiento
contempla a este principio no sólo en su ámbito material, sino también en su ámbito
procedimental. Se constituye como un derecho para el o los menores involucrados el que
su interés sea considerado de manera primordial en la decisión judicial" (Tribunal
Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 13º, Rol Nº 2867-15-Ina). 1127. Del interés del
niño y de cómo ha de entenderse su superioridad. La jurisprudencia constitucional ha
explicado la "superioridad" como un juicio de prevalencia del interés del menor frente a
otros intereses que pueden ser dignos de protección. La tutela de este interés y su
calificación de "superior" no constituyen una mera declaración de intenciones o de
propósitos, sino que implican una valoración previa, que ha efectuado el legislador, y que
se concreta, en caso de conflictos de intereses legítimos, en la prevalencia del interés del
menor. En este sentido se ha declarado: "Que dicho interés se traduce en que el juez
debe considerar que los derechos, garantías, ventajas, utilidades del menor, que sean
beneficiosos o convenientes para él, deben prevalecer en caso de conflicto con otras
situaciones dignas de protección. Asimismo, significa que dichas variables deben ir en
mejora del menor cada vez que deba decidir una situación que le afecte" (Tribunal
Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 13º, Rol Nº 2867-15-Ina). Ha precisado,
igualmente, que la "superioridad" no se limita a la sola prevalencia del interés del menor,
sino que, además, se extiende a la búsqueda de la mejora progresiva de su situación:
"Como se observa, la expresión 'interés' no puede quedar reducida a una ventaja o
utilidad, pues comprende también los derechos, garantías o cualquier aspecto o variable
que beneficie al menor. Y la superioridad está dada, por una parte, por la prevalencia de
todo lo que sea conveniente o beneficioso para el menor; y, por otra, por buscar siempre
la mejora progresiva en su situación" (Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons.
13º, Rol Nº 2867-15-Ina). 1128. Del interés superior del niño entendido como
principio. De la jurisprudencia constitucional y de la de los tribunales ordinarios de
justicia, se desprende que el interés superior del niño, en cuanto que principio
fundamental del ordenamiento jurídico chileno, se proyecta, en varios campos operativos,
a saber: como regla de procedimiento, como regla de interpretación, y como regla de
decisión. 1128.1. Del interés superior del niño como regla de procedimiento. El
interés superior del niño es un principio que debe presidir e informar el curso de cualquier
procedimiento, judicial o administrativo, en el que intervengan menores y estén en juego
sus intereses. En este sentido el E Tribunal Constitucional ha recalcado que: "[N]uestro
xcmo. 

ordenamiento contempla a este principio no sólo en su ámbito material, sino también en


su ámbito procedimental" (Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 13º, Rol
Nº 2867-15-Ina), y que ello implica una especial atención a las circunstancias de hecho
que determinan el conflicto que ha de resolverse: "Que el interés superior del niño, como
derecho, principio general y regla de procedimiento, llama a analizar, con especial
atención, las situaciones de hecho que rodean a los conflictos en que se ven involucrados
niñas, niños o adolescentes" (Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 13º, Rol
Nº 2867-15-Ina). 1128.2. Del interés superior del niño como regla de interpretación.
La jurisprudencia de los tribunales ordinarios de justicia, expresada en la opinión de la
E Corte Suprema, ha desarrollado especialmente la operatividad del principio de
xcma. 

superioridad del interés del menor en el plano de la interpretación de las reglas, tanto de
las de procedimiento cuanto de las de decisión del conflicto. En tal contexto ha declarado:
"Que en estas materias cabe considerar como una regla de interpretación el interés
superior del niño y aun cuando el concepto es jurídicamente indeterminado puede
afirmarse que alude a asegurar el ejercicio y protección de los derechos fundamentales de
los menores y a posibilitar la mayor satisfacción de todos los aspectos de su vida
orientados a asegurar el libre y sano desarrollo de su personalidad" (C. Suprema, 14 de
abril de 2008, LegalPublishing: 38656). 1128.3. Del interés superior del niño como
regla de decisión. A este campo operativo del interés superior del niño, entendido como
principio, se ha referido el E Tribunal Constitucional cuando ha recordado que el artículo
xcmo. 

16 de la Ley de Tribunales de Familia: "[E]stablece un mandato para el juez, en el


entendido que éste siempre debe tener en consideración principal, al momento de decidir
sobre cuestiones de su competencia, el principio del interés superior del niño involucrado
en la causa concreta que revise" (Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 13º,
Rol Nº 2867-15-Ina). En la misma línea se ha insistido en que: "[A]demás de constituirse
como principio rector que el juez de familia debe tener siempre como consideración
principal en la resolución de la controversia específica, su aplicación debe ser ponderada
conforme a los contornos concretos de la situación juzgada" (C. Suprema, 10 de abril de
2017, cons. 15º, LegalPublishing: Cl/Jur/1617/2017, Rol Nº 47842-2016). En cuanto a
la aplicación del interés superior del niño en el caso concreto de que se trate, se ha
precisado que: "[L]a noción de interés superior del niño debe ser aplicada en el caso
concreto como doble herramienta: por un lado, como criterio de control, esto es, como
medio para garantizar que el ejercicio de los derechos y obligaciones relativos a la
interacción de los padres con sus hijos sea correctamente ejecutado; y, por otro, como
criterio de solución, lo que significa que la misma noción de interés del niño debe ser la
pauta que dirija la decisión, siendo la solución correcta aquella que justamente coincida
con su interés, concreta y sistemáticamente apreciado (Jean Zermatten en "El interés
Superior del Niño. Del Análisis literal al Alcance Filosófico", Informe de Trabajo, 3-2003,
disponible en http://www.childsrights.org/html/documents/wr/2003 3 es.pdf), cuyo
contenido es la satisfacción de todos los derechos del niño positivamente contemplados
en instrumentos internacionales y la legislación interna" (C. Suprema, 10 de abril de 2017,
cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/1617/2017, Rol Nº 47.842-2016). 1129. Del interés
superior del niño y la cosa juzgada. Frente al conflicto entre el interés superior del niño
y los efectos de la cosa juzgada se han mantenido dos opiniones: a) Opinión de
mayoría: Prevalece el interés superior del niño: en voto de mayoría se ha sostenido
que: "Teniendo especialmente presente el principio fundamental que rige el procedimiento
de familia relativo al interés superior del niño, niña o adolescente, que se establece
expresamente en el artículo 16 de la Ley Nº 19.968, y que además está consagrado en
tratados internacionales suscritos por Chile, como la Convención sobre los Derechos del
Niño, esta Corte es de parecer que en la especie una norma procesal —como lo es
aquella relativa a la cosa juzgada— no puede prevalecer por sobre principios
universalmente aceptados de protección de los derechos del niño, frente a la evidencia de
la paternidad comprobada con un informe biológico no desvirtuado por otras pruebas y
habida consideración del derecho del hijo a conocer su identidad, esto es, a saber
quiénes son sus padres" (C. de Apelaciones de Concepción, 22 de octubre de 2008,
Nº LegalPublishing: 40452); b) Opinión de minoría: Prevalece el efecto de cosa
juzgada: en voto de minoría se ha argumentado: "Que el principio relativo al 'interés
superior del niño, niña o adolescente', que se ha invocado por la demandante, es un
principio rector del procedimiento judicial aplicable a los asuntos relativos a materias de
familia, pero no constituye un derecho de aquellos que garantiza la Constitución Política,
que revisten el carácter de fundamentales. En ningún caso el aludido principio puede ser
invocado como una forma de beneficiar a tales menores en una instancia judicial, por
cuanto de ser así significaría privilegiarlos frente a las personas mayores, lo que resultaría
inadmisible frente a la garantía de 'igualdad ante la ley'. 2.- Que, en consecuencia, tal
principio del 'interés superior del niño' no puede prevalecer por sobre la cosa juzgada,
esto es por sobre aquella verdad que importa una declaración judicial —contenida en
sentencia firme— recaída respecto de la pretensión procesal hecha valer en la
correspondiente demanda, en el caso en estudio, respecto de la pretensión de la primera
demanda que se dedujo en la causa Rol Nº 19125 del Juzgado de Letras de Arauco, pues
de ser así se atentaría contra la seguridad jurídica de la sociedad, ya que sería posible
revisar nuevamente todo lo que se ha decidido judicialmente. El 'interés superior del niño'
llevado al campo de la contienda judicial, debe ajustarse siempre a la garantía
constitucional del debido proceso, que también es universal, establecida en el artículo 19
Nº 3 de la Constitución Política, y que se refiere al correcto ejercicio de la jurisdicción, la
que sería ineficaz sin que se produjera su efecto propio, esto es, la cosa juzgada. Que los
efectos propios de la cosa juzgada —acción y excepción— rigen para todo el orden
procesal y respecto de toda clase de juicios o procedimientos, incluso para los juicios de
reclamación de paternidad, como ocurre en la especie, ya que ninguna excepción se ha
establecido en la legislación que regula las materias de familia; y, tal como lo declaró en la
sentencia impugnada la juez a quo, en el caso en estudio la referida cosa juzgada existe
al concurrir todos los requisitos de la triple identidad a que alude el artículo 177 del Código
de Procedimiento Civil, ya que tanto en la causa Rol Nº 19125 del Juzgado de Letras de
Arauco como en este juicio se trata de las mismas partes litigantes y la cosa pedida como
la causa de pedir son iguales" (C. de Apelaciones de Concepción, 22 de octubre de 2008,
Nº LegalPublishing: 40452). 1130. Del derecho del niño o adolescente a ser oído.
Sobre este punto se ha destacado que: "Constituye también un principio primordial, el
derecho del niño a ser oído, conforme al cual, todo niño, niña o adolescente tiene derecho
a expresar sus opiniones en los diferentes ámbitos de su vida, entre ellos el familiar,
social y judicial. Si bien la obligación de oír al niño no es equiparable con la de aceptar su
deseo, su manifestación constituye un factor importante a analizar en el contexto de los
demás antecedentes del proceso, a fin de contribuir a que la decisión que, en definitiva,
se adopte sea la más favorable a su respecto" (C. Suprema, 29 de julio de
2008, Nº LegalPublishing: 39439). También se ha advertido que: "[D]ebe tenerse en
cuenta el derecho del niño a ser oído, que no se restringe únicamente a un plano
procesal, adquiriendo naturaleza de derecho humano. Este principio dice relación con el
derecho que posee todo niño, niña o adolescente, a manifestar su opinión en los diversos
ámbitos de su vida, sea familiar, social, escolar, etc. Y que dicha opinión sea considerada,
tomando en cuenta la capacidad que pudiere tener para formarse un juicio propio sobre el
asunto que le atañe" (C. de Apelaciones de Concepción, 21 de febrero de 2013, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/410/2013).

Párrafo segundo De las reglas generales

Artículo 17. Acumulación necesaria. Los jueces de familia conocerán


conjuntamente, en un solo proceso, los distintos asuntos que una o ambas
partes sometan a su consideración, siempre que se sustancien conforme al
mismo procedimiento. La acumulación y desacumulación procederán sólo
hasta el inicio de la audiencia preparatoria y serán resueltas por el juez que
corresponda, teniendo especialmente en cuenta el interés superior del niño,
niña o adolescente. La acumulación procederá incluso entre asuntos no
sometidos al mismo procedimiento, si se trata de la situación regulada por el
inciso final del artículo 9º de la Ley Nº 20.066, sobre Violencia Intrafamiliar, y
de las materias previstas en los números 1), 2) y 7) del artículo 8º.850

Concordancias: Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 29. Ley Nº  19.968, crea
Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículo 8º números 1, 2 y 7, 16, 61 inciso final. Ley Nº  20.066,
de Violencia Intrafamiliar, D.O. 7.10.2005: artículo 9º  inciso final. Ley Nº  20.422, establece normas
sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad, D.O.   10.02.2010,
artículo 10.

1131. De la finalidad y campo operativo de esta regla. Se ha precisado:


Jurisprudencia: 
"Que el artículo 17 de la Ley Nº 19.968, tiene por finalidad concentrar en un mismo juicio
la resolución de materias de familia, bajo la condición de que se encuentran sometidas a
las mismas reglas de instrucción, pues ello habilita para que se de cumplimiento cabal a
los trámites y actuaciones que la ritualidad común establece. Si ello no ocurre, la norma
citada ordena —a contrario sensu— que las acciones correspondientes deban ser
conocidas y juzgadas separadamente" (C. de Apelaciones de San Miguel, 24 de octubre
de 2008, Nº LegalPublishing: 40460). 1132. De la imposibilidad de acumularse una
demanda reconvencional de divorcio a un juicio de alimentos. En este sentido se ha
fallado que: "Como es sabido, no existe reconvención de una demanda reconvencional.
De ello se sigue que, de aceptarse que la acción de divorcio puede hacerse valer por la
vía reconvencional en un Juicio de Alimentos, se dejaría a la parte demandada
reconvencional en la imposibilidad jurídica de solicitar se regulen y resuelvan en el mismo
juicio, materias como la declaración de bienes familiares, las vinculadas al régimen de
bienes del matrimonio y el cuidado personal y la relación directa y regular con los hijos
comunes. La Ley de Matrimonio Civil no sólo permite expresamente que se planteen
estas materias por la vía reconvencional, según se contempla en el inciso final del artículo
64 y artículo 89 de ese cuerpo legal, sino que determina que deben resolverse
necesariamente y en forma conjunta con la acción principal de divorcio" (C. de
Apelaciones de San Miguel, 24 de octubre de 2008, Nº LegalPublishing:
40460), agregándose que: "En opinión de estos sentenciadores— que los juicios de
separación, nulidad y divorcio, no obstante regirse en general por las normas del juicio
ordinario aplicable a los Juzgados de familia, deben observar ritualidades especiales
atendida la naturaleza de aquellos procesos y las materias que en ellos deben resolverse,
como ya ha quedado destacado en este fallo. De ahí que sea dable afirmar que las
particulares características de los juicios de separación, nulidad y divorcio y las normas
que le son aplicables, configuran un procedimiento diferente y especial respecto del
contemplado en los artículos 55 y siguientes de la Ley Nº 19.968 [...] Que por la misma
razón, la acumulación necesaria de las acciones de alimentos mayores, como demanda, y
la de divorcio, como reconvención, afectaría irremediablemente el derecho del cónyuge
demandado reconvencionalmente de divorcio, para plantear las materias señaladas en el
motivo precedente y particularmente el derecho a compensación económica previsto en el
artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil, a que alude el artículo 61" (C. de Apelaciones de
San Miguel, 24 de octubre de 2008, Nº LegalPublishing: 40460).

Artículo 18. Comparecencia en juicio. En los procedimientos que se sigan


ante los juzgados de familia, las partes deberán comparecer patrocinadas por
abogado habilitado para el ejercicio de la profesión y representadas por
persona legalmente habilitada para actuar en juicio, a menos que el juez en
caso necesario las exceptúe expresamente, por motivos fundados en
resolución que deberá dictar de inmediato.

Ambas partes podrán ser patrocinadas y representadas en juicio por las


Corporaciones de Asistencia Judicial. La modalidad con que los abogados de
las Corporaciones de Asistencia Judicial asuman la representación en dichas
causas será regulada por el reglamento que dictará para estos efectos el
Ministerio de Justicia.

La renuncia formal del abogado patrocinante o del apoderado no los liberará


de su deber de realizar todos los actos inmediatos y urgentes que sean
necesarios para impedir la indefensión de su representado.

En caso de renuncia del abogado patrocinante o de abandono de hecho de


la defensa, el tribunal deberá designar de oficio a otro que la asuma, a menos
que el representado se procure antes un abogado de su confianza. Tan pronto
éste acepte el cargo, cesará en sus funciones el designado por el tribunal.

La obligación señalada en el inciso primero no regirá tratándose de los


procedimientos establecidos en el Título IV. En estos casos, las partes podrán
comparecer y actuar sin necesidad de mandatario judicial ni de abogado
patrocinante, salvo que el juez lo estime necesario. 851

Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículos 53 inciso 2º, 60
inciso 1, 68 a 102 N.

1133. Del derecho a contar con una defensa letrada. Se ha razonado sobre


Jurisprudencia: 
este punto: "Que en el marco de los nuevos procedimientos que rigen las cuestiones de
familia —más aún tratándose de asuntos de extensa tramitación, abundante prueba y
extrema complejidad, como el que nos convoca [cuidado personal]— resulta
imprescindible adoptar todas las medidas que no sólo el derecho, sino también la
prudencia y el sentido común, nos indiquen para permitir que todas las partes que
intervienen en ellos, puedan ejercer a plenitud su derecho a contar con una defensa
letrada en cada una de las fases del proceso, lo que se trasunta en dar oportunidades
efectivas para que los abogados que cuentan con cabal conocimiento del asunto debatido
puedan contribuir a formar la convicción del sentenciador, en particular, en aquella etapa
tan esencial y determinante como lo es la audiencia en que se rendirá la prueba y que
finalizará con el veredicto del juez a quorespecto del asunto que ha sido sometido a su
decisión" (C. de Apelaciones de Rancagua, 19 de mayo de 2008, Nº LegalPublishing:
39063). 1134. La obligación de comparecencia en juicio mediante abogado
habilitado y representación de persona legalmente habilitada no es aplicable a los
procedimientos de violencia intrafamiliar, por hallarse en el caso del inciso final de
este artículo. Se ha dicho así, que: "El examen del artículo 18 de la Ley Nº 19.968, que
estableció los Tribunales de Familia, de acuerdo al texto modificado por la Ley Nº 20.286,
de fecha 15 de septiembre del 2008, en lo que respecta a las comparecencias de las
partes en juicio, en su inciso 1º prescribe que 'en los procedimientos que se sigan ante los
juzgados de familia, las partes deberán comparecer patrocinadas por abogado habilitado
para el ejercicio de la profesión y representadas por personas legalmente habilitadas para
actuar en juicio, a menos que el juez en caso necesario las exceptúe expresamente, por
motivos fundados en resolución que deberá dictar de inmediato'. Respecto de esta
obligatoriedad, el inciso final de la misma disposición establece que ella no será exigible
en los procedimientos especiales establecidos en el Título IV de la ley en comento, entre
los que se encuentra el relativo a los actos de violencia intrafamiliar, como el de la
especie, al decir: 'En estos casos, las partes podrán comparecer y actuar sin necesidad
de mandatario judicial ni de abogado patrocinante, salvo que el juez lo estime necesario',
excepción que es similar al texto primitivo del artículo 18" (C. de Apelaciones de
Antofagasta, 8 de enero de 2009, Nº LegalPublishing: 41499).

Artículo 19. Representación. En todos los asuntos de competencia de los


juzgados de familia en que aparezcan involucrados intereses de niños, niñas,
adolescentes, o incapaces, el juez deberá velar porque éstos se encuentren
debidamente representados.

El juez designará a un abogado perteneciente a la respectiva Corporación de


Asistencia Judicial o a cualquier institución pública o privada que se dedique a
la defensa, promoción o protección de sus derechos, en los casos en que
carezcan de representante legal o cuando, por motivos fundados, el juez
estime que sus intereses son independientes o contradictorios con los de aquél
a quien corresponda legalmente su representación.
La persona así designada será el curador ad litem del niño, niña,
adolescente o incapaz, por el solo ministerio de la ley, y su representación se
extenderá a todas las actuaciones judiciales, incluyendo el ejercicio de la
acción penal prevista como un derecho de la víctima en el artículo 109 letra
b) del Código Procesal Penal.852

De la falta de designación del representante de que trata este artículo,


podrán reclamar las instituciones mencionadas en el inciso segundo o
cualquier persona que tenga interés en ello.

En los casos del inciso segundo del artículo 332 del Código Civil, aquél de
los padres en cuyo hogar vive el alimentario mayor de edad se entenderá
legitimado, por el solo ministerio de la ley, para demandar, cobrar y percibir
alimentos de quien corresponda, en interés del alimentario, sin perjuicio del
derecho de éste para actuar personalmente, si lo estima conveniente. Si el
alimentario no actúa personalmente se entenderá que acepta la legitimación
activa del padre o madre junto a quien vive.853

Concordancias: Código Civil: artículos 245,  263, 265,  332, 494. Código de Procedimiento Civil:


artículos 852, 854 inciso 2º. Código Procesal Penal: artículo 109 letra b).

1135. Del principio de la debida representación. Se ha advertido que: "El


Jurisprudencia: 
artículo 19 de la Ley Nº 19.968, que en esta materia trasluce el principio de la debida
representación en los asuntos de competencia de los Juzgados de Familia en los que
aparezcan involucrados niños, niñas, adolescentes o incapaces, todo lo cual conlleva al
juez a velar por que éstos se encuentren debidamente representados, imponiéndole la
obligación de designar un abogado de la respectiva corporación de asistencia judicial o
institución privada dedicada a la defensa o protección de sus derechos, especialmente en
los casos —como el actual— en que carezcan de representación legal. Incluso, la
persona así designada, será curador ad litem del incapaz, por el solo ministerio de la ley y
su representación se extenderá a todas las actuaciones en juicio" (C. de Apelaciones de
Arica, 3 de octubre de 2007, Nº LegalPublishing: 37369). 1136. De la naturaleza
imperativa de este artículo y, por ende, no puede entenderse que la petición de
curador ad litem constituye un incidente. En este sentido se ha pronunciado la I Corte lma. 

de Apelaciones de Concepción: "Que la resolución recurrida se funda en lo dispuesto en


el artículo 26 de la Ley Nº 19.968, argumentando que la petición de curador ad
litem constituye un incidente y, como tal, debió haberse interpuesto en la 'continuación' de
la audiencia de juicio celebrada el día 24 de marzo de 2017 y no en una petición aparte
efectuada con posterioridad a ésta. Sin embargo, la norma del artículo 19 de la Ley
Nº 19.968, transcrita con anterioridad en lo pertinente, está ubicada dentro de las normas
generales y tiene un carácter imperativo, por lo cual los jueces, ante las situaciones a que
se refiere dicha norma legal y los artículos 245 y 263 del Código Civil, deben
necesariamente designar curador ad litem, lo cual no ocurrió en la especie"
(C. Apelaciones de Concepción, 16 de junio de 2017, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3993/2017, Rol Nº 219-2017).
Artículo 20. Suspensión de la audiencia. Las partes, de común acuerdo y
previa autorización del juez, podrán suspender hasta por dos veces la
audiencia que haya sido citada.854

Artículo 21. Abandono del procedimiento. Si llegado el día de la celebración


de las audiencias fijadas, no concurriere ninguna de las partes que figuren en
el proceso, y el demandante o solicitante no pidiere una nueva citación dentro
de quinto día, el juez de familia procederá a declarar el abandono del
procedimiento y ordenará el archivo de los antecedentes.

No obstante, en los asuntos a que se refieren los números 7), 8), 9), 11) y
12) del artículo 8º, el juez citará a las partes, en forma inmediata, a una nueva
audiencia bajo apercibimiento de continuar el procedimiento y resolver de
oficio.855

En las causas sobre violencia intrafamiliar, de verificarse las circunstancias


previstas en el inciso primero, el juez ordenará el archivo provisional de los
antecedentes, pudiendo el denunciante o demandante solicitar, en cualquier
momento, la reapertura del procedimiento. Transcurridos un año desde que se
decrete el archivo provisional sin haberse requerido la reanudación del
procedimiento, se declarará, de oficio o a petición de parte, el abandono del
procedimiento, debiendo el juez dejar sin efecto las medidas cautelares que
haya fijado.856

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículo 8º números 7, 9,
11 y 12, 9 inciso final, 100 inciso 1º.

1137. De las diferencias entre el abandono de procedimiento en sede de


Jurisprudencia: 
familia y el procedimiento civil común. Se ha advertido que en los procedimientos de
familia el abandono de procedimiento: "Es repugnado, salvo el caso del artículo 21 de la
Ley Nº 19.968 que lo autoriza para el caso que ninguna de las partes concurriera a la
celebración de las audiencias fijadas por el tribunal (como se aprecia el abandono ya no
es el que regula el procedimiento civil por cuanto la inacción abarca a las dos partes y
sólo en caso de que no concurran a la audiencia respectiva)" (C. de Apelaciones de
Concepción, 26 de septiembre de 2007, Nº LegalPublishing: 37334). 1138. De la no
comparecencia del demandante a la audiencia preparatoria y del deber del juez de
proceder de oficio. Se ha destacado en este punto: "Que, la sola incomparecencia del
demandante a la audiencia preparatoria —y no la de ambas partes— no ha sido prevista
en esta ley, debiendo zanjarse la dificultad mediante la aplicación de otras disposiciones y
principios existentes al efecto" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 6 de enero de 2009,
Nº LegalPublishing: 41518). En tal sentido se ha razonado del modo siguiente: "Que, si la
ley (artículo 21) otorga al actor la facultad de pedir nueva fecha ante la incomparecencia
de ambas partes, parece lógico que, habiendo comparecido una de ellas —el demandado
— con mayor razón pueda el actor ejercer tal facultad, posibilidad que ha sido cercenada
por el juez, al decretar el inmediato archivo de los antecedentes [...]El artículo 9º de la Ley
Nº 19.968, eleva a la categoría de principio la "actuación de oficio del tribunal". En
aplicación de este principio, el artículo 13 inciso 1º ordena que "Promovido el proceso y en
cualquier estado del mismo, el juez deberá adoptar de oficio todas las medidas necesarias
para llevarlo a término con la mayor celeridad". El curso progresivo que el juez debe dar al
procedimiento lo obliga a salvar "los errores formales y omisiones susceptibles de ser
subsanados, pudiendo también solicitar a las partes los antecedentes necesarios para la
debida tramitación y fallo de la causa (inciso 2º). La inconcurrencia del actor, en el
caso sub lite, constituye una evidente omisión, que el juez pudo subsanar de diversas
maneras, en lugar de ordenar el archivo de los antecedentes" (C. de Apelaciones de
Valparaíso, 6 de enero de 2009, Nº LegalPublishing: 41518).

Artículo 22. Potestad cautelar. Sin perjuicio de lo dispuesto en leyes


especiales, en cualquier etapa del procedimiento, o antes de su inicio, el juez,
de oficio o a petición de parte, teniendo en cuenta la verosimilitud del derecho
invocado y el peligro en la demora que implica la tramitación, podrá decretar
las medidas cautelares conservativas o innovativas que estime procedentes.
Estas últimas sólo podrán disponerse en situaciones urgentes y cuando lo exija
el interés superior del niño, niña o adolescente, o cuando lo aconseje la
inminencia del daño que se trata de evitar.

Las medidas cautelares podrán llevarse a efecto aun antes de notificarse a la


persona contra quien se dicten, siempre que existan razones graves para ello y
el tribunal así lo ordene expresamente. Transcurridos cinco días sin que la
notificación se efectúe, quedarán sin valor las diligencias practicadas. El juez
de familia podrá ampliar este plazo por motivos fundados.

En todo lo demás, resultarán aplicables las normas contenidas en los Títulos


IV y V del Libro II del Código de Procedimiento Civil.

Sin perjuicio de lo anterior, tratándose del procedimiento previsto en el


Párrafo primero del Título IV de esta ley, sólo podrán adoptarse las medidas
señaladas en el artículo 71.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 273 a 289 y 290 a 302. Ley Nº 19.968, crea
Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículos 16, 68 a 80. Ley Nº 20.422, establece normas sobre
igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad, D.O.  10.02.2010, artículo
10.

1139. De las especies de medidas en cuanto al momento procesal en que


Jurisprudencia: 
pueden decretarse, y de la disciplina a la que se sujetan. Se ha precisado: "Que, en la
especie, el artículo 22 de la Ley Nº 19.968 establece la potestad de decretar medidas
cautelares, distinguiendo dos momentos procesales en que pueden dictarse: en cualquier
estado del juicio o antes de su inicio. Las primeras son las cautelares propiamente tales y
aquellas que se decreten antes del inicio del procedimiento, son las prejudiciales, y son
las que regula el inciso segundo. Las demás, esto es las propiamente tales, tal como
indica el inciso tercero, se regulan por las disposiciones contenidas en los títulos IV y V
del Libro II del Código de Procedimiento Civil" (C. de Apelaciones de Santiago, 6 de
septiembre de 2012, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/2014/2012, Rol Nº 1914-
2012). 1140. De la noción de medida cautelar innovativa. Se ha sostenido que: "Con la
referencia a medidas cautelares innovativas el legislador refiere a aquellas que tienden a
modificar el estado de hecho o de derecho preexistente. Implican un auténtico ante juicio
de la cuestión debatida, una declaración interina sobre el fondo, lo que obliga a una mayor
prudencia en la apreciación de los requisitos que la justifican; y por su intermedio se
intenta evitar el 'periculum in damni o in facti', esto es un 'perjuicio irreparable', que se
produciría si no se otorga la misma" (C. de Apelaciones de Temuco, 30 de enero de
2008, Nº LegalPublishing: 38319). 1141. De la irreparabilidad como presupuesto de
las medidas cautelares innovativas. Se ha entendido que la: "Irreparabilidad es el
presupuesto propio y característico de la medida cautelar innovativa, consistente en que
la situación que se pretende innovar ocasionaría, de subsistir, un daño irreparable al actor
o de dificultosa reparación" (C. de Apelaciones de Temuco, 30 de enero de 2008,
Nº LegalPublishing: 38319). 1142. Tiene naturaleza de medida cautelar innovativa la
resolución que, en un procedimiento de susceptibilidad de adopción, establece un
régimen de relación directa y regular entre la menor y su abuela. Así se ha declarado
que: "Esta Sala de la Corte de Apelaciones es de opinión que la naturaleza jurídica de la
resolución recurrida corresponde a una medida cautelar, precisamente al establecer un
régimen de relación directa y regular, derecho concedido a favor de la menor, a efectos de
mantener una relación con el padre o madre que no tiene su cuidado personal.
Concordante, debe entenderse que el procedimiento para solicitar una relación directa y
regular, es el procedimiento establecido en la Ley Nº 19.968, y no el actual procedimiento
donde se dilucida la susceptibilidad de adopción de la menor, en términos de determinar
la efectividad de que si la madre y la abuela materna de la niña —B.M.R.R.— se
encuentran inhabilitadas, física o moralmente, para ejercer el cuidado personal en los
términos legales [...] Que, en este escenario, la resolución del Juez debe entenderse
como una medida cautelar de carácter innovativa pues establece una situación jurídica
nueva que no ha sido objeto de solicitud de alguna de las partes de la causa, precisando
que la eventual potestad cautelar que tiene el Juez de familia, atento lo dispone el artículo
22 de la Ley Nº 19.968, se traduce en decretar medidas cautelares conservativas o
innovativas que estime convenientes y en situaciones urgentes, y cuando lo exija el
interés superior del niño o cuando lo aconseje la inminencia del daño que se trata de
evitar" (C. de Apelaciones de Arica, 16 de septiembre de 2009, Nº LegalPublishing:
39889). 1143. La interdicción provisoria es un tipo de medida cautelar innovativa y,
existiendo un grado de verosimilitud, debe presumirse el periculum in damni. Se ha
estimado que: "La interdicción provisoria, por las características que le son propias debe
entenderse, como un tipo de medida cautelar innovativa, ya que a través de la misma se
efectúa por el tribunal substanciador una declaración interina sobre el fondo. Como tal en
los procesos de familia, la misma puede ser decretada de oficio o a petición de parte [...]
Que en el caso de la referida medida cautelar, existiendo un grado de verosimilitud de los
fundamentos de la acción debe entrar a presumirse el 'periculum in damni o in facti', toda
vez que es evidente que de no decretarse la medida se produciría un perjuicio a los
intereses de la propia afectada ya que el transcurso del tiempo más o menos prolongado
que dura la sustanciación del proceso, podría provocar que ella caiga en estado de
insolvencia [...] Que a mayor abundamiento para decretar la medida en cuestión no es
necesario la prueba absoluta de la incapacidad del demandado sino únicamente la
existencia de antecedentes que hagan verosímil el estado de salud mental que se
atribuye al futuro interdicto, por cuanto es obvio que son las restantes pruebas practicadas
al interior del proceso las que determinarán el estado de salud definitivo de éste" (C. de
Apelaciones de Temuco, 30 de enero de 2008, Nº LegalPublishing: 38319). 1144. La
suspensión de la licencia de conducir, acordada de acuerdo con el artículo 16 de la
Ley Nº 14.908, no es una medida cautelar, sino que una medida de apremio. En este
sentido se ha afirmado que: "La medida de suspensión de la licencia para conducir
vehículos motorizados, como lo establece el artículo 16 del D.F.L. Nº 1, de 2000 del
Ministerio de Justicia, constituye una medida de apremio, esto es, un medio o mecanismo
de ejecución compulsiva de la resolución judicial que dispone el cumplimiento de una
pensión alimenticia insoluta, vale decir, un medio de ejecución que el legislador ha
otorgado al juez de familia para constreñir al alimentante a pagar las pensiones
alimenticias no pagadas. El apremio judicial es, por consiguiente, toda medida coactiva
que toma un juez para obligar a una persona a que cumpla con lo mandado por él [...] una
medida de apremio, esto es, un medio de ejecución compulsiva de una resolución judicial
que dispone el cumplimiento de una pensión alimenticia insoluta" (C. de Apelaciones de
Concepción, 13 de octubre de 2008, Nº LegalPublishing: 40418). 1145. La obligación de
consignar para promover nuevos incidentes en juicios no constituye una medida
cautelar, sino una sanción procesal. Se ha advertido en este punto que: "El artículo 88
del Código de Procedimiento Civil, en relación con el artículo 27 de la Ley Nº 19.968
dispone que la parte que haya promovido y perdido dos o más incidentes en un mismo
juicio, no podrá promover ningún otro sin que previamente deposite en la cuenta corriente
del tribunal la cantidad que éste fije. El tribunal de oficio y en la resolución que deseche el
segundo incidente determinará el monto del depósito [...] la obligación de consignación
para promover nuevos incidentes en el juicio constituye una sanción de carácter procesal
que tiene por objeto evitar la promoción incontrolada de incidentes e impedir el empleo de
subterfugios destinados a dilatar desmesuradamente los pleitos. El artículo 88 del Código
de Procedimiento Civil se inspira 'en el propósito de sancionar la promoción de incidentes
dilatorios ya que la celeridad de la administración de justicia es también uno de los
objetivos básicos a que propenden las leyes que rigen el procedimiento' (Aníbal Palma
Fourcade, Las Sanciones en el Derecho Procesal, Editorial Universitaria S.A., Santiago de
Chile, 1960, página 87). También se ha dicho que "se trata, como se ve, de una sanción
eficaz para evitar incidentes manifiestamente dilatorios (Fernando Alessandri Rodríguez.
Reformas introducidas al Código de Procedimiento Civil por la Ley Nº 7.760, 1944, página
49) [...] de conformidad con lo reseñado, es dable concluir que la suspensión de la licencia
para conducir vehículos motorizados y la obligación de consignación para promover
nuevos incidentes en un juicio no constituyen medidas cautelares al tenor de lo dispuesto
en los artículos 22, 71 y 92 de la Ley Nº 19.968, y en los Títulos IV y V del Libro II del
Código de Procedimiento Civil" (C. de Apelaciones de Concepción, 13 de octubre de
2008, Nº LegalPublishing: 40418). 1146. Interpretación de la regla del inciso 2º, en
cuanto que permite decretar medidas como "prejudiciales". Se ha advertido: "Que, la
norma del inciso segundo del artículo 22 de la Ley Nº 19.968 que crea los Tribunales de
Familia, establece una institución que tiene su homólogo en distintos cuerpos legales, y
que son conocidas como medidas prejudiciales. En esencia, las medidas prejudiciales son
aquellas que se solicitan previo al emplazamiento de la contraria y que tienen por objeto,
sea preparar la acción, asegurar el resultado de la acción o bien dar tutela o protección a
una de las partes. La esencia de las medidas prejudiciales, es que por intermedio del
tribunal, se permite al solicitante llevar adelante y ejecutar ciertos actos o gestiones, sin
que la contraria sepa y hechas o practicadas las diligencias, éstas gestiones o diligencias
se notifiquen. De esa manera, atendido que aún no existe litis trabada y a efectos de
evitar gestiones procesales que instrumentales o derechamente contra la buena fe
procesal, el legislador ha sido especialmente cuidadoso en señalar un plazo para que
dichas medidas se notifiquen al afectado, después de que se lleven a cabo. De manera
tal, que si no practica la notificación, éstas quedan sin efectos e, incluso, el afectado tiene
derecho a resarcirse de los perjuicios" (C. Apelaciones de Santiago, 6 de septiembre de
2012, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/2014/2012).

Artículo 23. Notificaciones. La primera notificación a la demandada se


efectuará personalmente por un funcionario que haya sido designado para
cumplir esta función por el juez presidente del comité de jueces, a propuesta
del administrador del tribunal. Dicho funcionario tendrá el carácter de ministro
de fe para estos efectos. La parte interesada podrá siempre encargar, a su
costa, la práctica de la notificación a un receptor judicial. 857

En los casos en que no resulte posible practicar la primera notificación


personalmente, por no ser habida la persona a quien se debe notificar, y
siempre que el ministro de fe encargado de la diligencia establezca cual es su
habitación o el lugar donde habitualmente ejerce su industria, profesión o
empleo y que se encuentra en el lugar del juicio, de lo que dejará constancia,
se procederá a su notificación en el mismo acto y sin necesidad de nueva
orden del tribunal, en la forma señalada en los incisos segundo y tercero del
artículo 44 del Código de Procedimiento Civil. 858

El ministro de fe dará aviso de esta notificación a ambas partes el mismo día


en que se efectúe o a más tardar el día hábil siguiente, dirigiéndoles carta
certificada. La omisión en el envío de la carta no invalidará la notificación, pero
hará responsable al infractor de los daños y perjuicios que se originen y el
tribunal, previa audiencia del afectado, deberá imponerle alguna de las
medidas que se señalan en los números 2, 3 y 4 del inciso tercero del artículo
532 del Código Orgánico de Tribunales.859

Cuando la demanda deba notificarse a persona cuya individualización o


domicilio sean difíciles de determinar, el juez dispondrá que se practique por
cualquier medio idóneo que garantice la debida información del notificado, para
el adecuado ejercicio de sus derechos.860

Las restantes notificaciones se practicarán por el estado diario, salvo que se


trate de las sentencias definitivas y de las resoluciones en que se ordene la
comparecencia personal de las partes que no hayan sido expedidas en el
curso de alguna de las audiencias, las que serán notificadas por carta
certificada.

Las notificaciones por carta certificada se entenderán practicadas desde el


tercer día siguiente a aquél en que fueron expedidas.

Excepcionalmente, y por resolución fundada, el juez podrá ordenar que la


notificación se practique por personal de Carabineros o de la Policía de
Investigaciones.

Los patrocinantes de las partes, en la primera actuación que realicen en el


proceso, deberán indicar otra forma de notificación que elijan para sí, que el
juez califique como expedita y eficaz, bajo apercibimiento de serles notificadas
por el estado diario todas las resoluciones que se dicten en lo sucesivo en el
proceso.861
Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 44. Código Orgánico de Tribunales: artículo
532 números 2, 3 y 4.

Artículo 24. Extensión de la competencia territorial. Los juzgados de familia


que dependan de una misma Corte de Apelaciones podrán decretar diligencias
para cumplirse directamente en cualquier comuna ubicada dentro del territorio
jurisdiccional de dicha Corte.

Lo dispuesto en el inciso anterior se aplicará a los juzgados dependientes de


la Corte de Apelaciones de Santiago, respecto de las actuaciones que deban
practicarse en el territorio de la Corte de Apelaciones de San Miguel y a los
dependientes de esta última, respecto de las actuaciones que deban
practicarse en el territorio jurisdiccional de la primera.

Artículo 25. Nulidad procesal. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo


12,sólo podrá declararse la nulidad procesal cuando se invocare un vicio que
hubiere ocasionado efectivo perjuicio a quien solicitare la declaración. En la
solicitud correspondiente el interesado deberá señalar con precisión los
derechos que no pudo ejercer como consecuencia de la infracción que
denuncia.

La parte que ha originado el vicio o concurrido a su materialización no podrá


solicitar la declaración de nulidad.

Se entenderá que existe perjuicio cuando el vicio hubiere impedido el


ejercicio de derechos por el litigante que reclama.

Toda nulidad queda subsanada si la parte perjudicada no reclama del vicio


oportunamente; si ella ha aceptado tácitamente los efectos del acto y si, no
obstante el vicio de que adolezca, el acto ha conseguido su fin respecto de
todos los interesados.

Los tribunales no podrán declarar de oficio las nulidades convalidadas.

Concordancias: Código Civil: artículo 1683. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,


D.O.  30.08.2004: artículo 12.

1147. La apelación contra la resolución que se pronuncia sobre un


Jurisprudencia: 
incidente de nulidad procesal, interpuesto según el artículo 25 de la Ley Nº 19.968,
se rige por las reglas del Código de Procedimiento Civil. En ese sentido se ha
declarado: "[C]onsta que la discusión versa en cuanto a la procedencia del recurso de
apelación contra el incidente de nulidad procesal interpuesto en conformidad a lo
dispuesto en el artículo 25 de la Ley Nº 19.968 [...] Que, en el presente caso, la resolución
que negó la apelación del incidente de nulidad planteado se funda en lo dispuesto en el
artículo 67 de la Ley Nº 19.968, que señala las materias recurribles de apelación en el
procedimiento ordinario de familia [...] Que, la Ley de Tribunales de Familia no regula de
manera expresa el recurso procedente en materia incidental por lo que, en conformidad al
artículo 27 del mismo cuerpo legal, debe aplicarse en forma supletoria las normas
comunes a todo procedimiento establecidas en el Código de Procedimiento Civil [...] Que,
en el presente caso, la resolución que resolvió la incidencia es una sentencia
interlocutoria que, conforme al artículo 158 del Código del ramo, establece derechos
permanentes para las partes y que como ya se dijo, fue dictada en plena etapa de
ejecución [...] Que, en tal entendido y calificándose la resolución apelada de sentencia
interlocutoria, resultan a su respecto aplicables las normas establecidas en los artículos
187 y 189 del Código ya citado, por lo que en la especie la apelación deducida es del todo
procedente, teniendo además en consideración que la limitación recursiva del artículo 67
de la Ley Nº 19.968 esta circunscrita a la etapa ordinaria del procedimiento" (C. de
Apelaciones de Temuco, 20 de marzo de 2015, cons. 2º a 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1568/2015, Rol Nº 12-2015). 1148. La Ley Nº 19.968 no fija
plazo para interponer el recurso de apelación por lo que, en aplicación de su
artículo 27, han de aplicarse las reglas del Código de Procedimiento Civil. Así lo ha
declarado la I Corte de Apelaciones de Punta Arenas: "Que si bien el artículo 25 de la
lma. 

Ley Nº 19.968 se refiere a la nulidad procesal, dicha disposición legal nada dice sobre el
plazo en que debe interponerse. En efecto, la norma mencionada dispone: "Nulidad
procesal, sin perjuicio [...] Como se ve de la transcripción efectuada surge que nada se
dice acerca del plazo para deducir la nulidad, motivo por el cual el señor juez de la causa
está en lo correcto al declarar extemporáneo el incidente que interpuso la demandante
aplicando la normativa legal pertinente del artículo 83 del Código de Procedimiento Civil
por remisión del artículo 27 de la Ley Nº 19.968 y considerar que para el caso se aplica el
plazo de cinco días desde que se tomó conocimiento del vicio, lo que se produjo en la
audiencia de 26 de noviembre de 2014, que fue aquella donde se dictó la resolución
respecto de la cual se alega la nulidad. De este modo, no habiéndose puesto en duda que
el apelante tomó conocimiento del vicio en la audiencia indicada, donde, además, se
consignó que las partes quedaron notificadas personalmente de lo resuelto y siendo un
hecho de la causa que presentó el incidente de nulidad después de cinco días contados
desde esa fecha, resulta extemporánea su interposición" (C. de Apelaciones de Punta
Arenas, 27 de marzo de 2015, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/1632/2015, Rol Nº 144-
2014). 1149. De la necesidad de "efectivo perjuicio" para declarar la nulidad de
oficio. Verificado el hecho de no haberse advertido por la juez de la instancia, en un
procedimiento de divorcio, del derecho que asistía a las partes para solicitar la
compensación económica, se resolvió: "Que, en el artículo 25 de la Ley Nº 19.968, que
Crea los Tribunales de Familia, se reglamenta la nulidad procesal para los procedimientos
de esta especialidad, y se establece como requisito esencial para su procedencia la
existencia de perjuicio para las partes. En el caso sub lite se aprecia que la única
parte que podría resultar perjudicada con la infracción cometida por la señora Juez de
Familia, al no dar cumplimiento al artículo 64 de la Ley de Matrimonio Civil, sería la
cónyuge demandante, pero atento a su situación personal y familiar le resultaría más
perjudicial la casación del presente juicio, por una cuestión meramente formal, para
obtener una eventual declaración de un hipotético derecho que en la práctica no se podrá
concretar, por lo que esta Corte no hará uso de la facultad de invalidar de oficio" (C. de
Apelaciones de Iquique, 12 de mayo de 2008, Nº LegalPublishing: 39011).

Artículo 26. Acerca de los incidentes. Los incidentes serán promovidos


durante el transcurso de las audiencias en que se originen y se resolverán
inmediatamente por el tribunal, previo debate. Con todo, cuando para la
resolución del incidente resulte indispensable producir prueba que no hubiere
sido posible prever con anterioridad, el juez determinará la forma y oportunidad
de su rendición, antes de resolver. Las decisiones que recayeren sobre estos
incidentes no serán susceptibles de recurso alguno.

Excepcionalmente, y por motivos fundados, se podrán interponer incidentes


fuera de audiencia, los que deberán ser presentados por escrito y resueltos por
el juez de plano, a menos que considere necesario oír a los demás
interesados. En este último caso, citará, a más tardar dentro de tercero día, a
una audiencia especial, a la que concurrirán los interesados con todos sus
medios de prueba, a fin de resolver en ella la incidencia planteada. Con todo, si
se hubiere fijado la audiencia preparatoria o de juicio para una fecha no
posterior al quinto día de interpuesto el incidente, se resolverá en ésta.

Si el incidente se origina en un hecho anterior a una audiencia sólo podrá


interponerse hasta la conclusión de la misma.862

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 67.

Artículo 26 bis. Facultades del juez en la audiencia. El juez que preside la


audiencia dirigirá el debate, ordenará la rendición de las pruebas y moderará la
discusión. Podrá impedir que las alegaciones se desvíen hacia aspectos no
pertinentes o inadmisibles, pero sin coartar el ejercicio de los litigantes para
defender sus respectivas posiciones.

También podrá limitar el tiempo de uso de la palabra a las partes que deban
intervenir durante el juicio, fijando límites máximos igualitarios para todas ellas
o interrumpiendo a quien haga uso manifiestamente abusivo de su facultad.

Además, ejercerá las facultades disciplinarias destinadas a mantener el


orden y decoro durante el debate y, en general, a garantizar la eficaz
realización del mismo.

Quienes asistan a la audiencia deberán guardar respeto y silencio mientras


no estén autorizados para exponer o deban responder a las preguntas que se
les formulen. No podrán llevar armas ni ningún elemento que pueda perturbar
el orden de la audiencia. No podrán adoptar un comportamiento intimidatorio,
provocativo o contrario al decoro.863

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 26 ter.

Artículo 26 ter. Sanciones. Quienes infrinjan las medidas sobre publicidad


previstas en el artículo 15 o lo dispuesto en el artículo 26 bis, podrán ser
sancionados de conformidad con los artículos 530 ó 532 del Código Orgánico
de Tribunales, según corresponda.

Sin perjuicio de lo anterior, el tribunal podrá expulsar a los infractores de la


sala.864
Concordancias: Código Orgánico de Tribunales: artículos 5320 y 532. Ley Nº 19.968, crea Tribunales
de Familia, D.O.  30.08.2004: artículos 15, 26 bis.

Artículo 27. Normas supletorias. En todo lo no regulado por esta ley, serán


aplicables las disposiciones comunes a todo procedimiento establecidas en el
Código de Procedimiento Civil, a menos que ellas resulten incompatibles con la
naturaleza de los procedimientos que esta ley establece, particularmente en lo
relativo a la exigencia de oralidad. En dicho caso, el juez dispondrá la forma en
que se practicará la actuación.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 9º y 10.

1150. Es admisible la agencia oficiosa en los procedimientos de familia,


Jurisprudencia: 
pero sujetándose a las reglas del Código de Procedimiento Civil. Así se ha declarado
que: "La acción de reclamación de filiación no matrimonial seguida ante los Juzgados de
Familia se tramita en conformidad al procedimiento ordinario previsto en la Ley Nº 19.968
y, en lo no regulado por esa normativa, por remisión expresa de su artículo 27, se aplican
las disposiciones comunes a todo procedimiento establecidas en el Código de
Enjuiciamiento Civil, a menos que ellas resulten incompatibles con la naturaleza de los
"regulados por la legislación especial. En estos procesos las partes pueden actuar y
comparecer personalmente a menos que el Juez ordene la asesoría de Letrados
expresamente, lo que hará especialmente en aquellos casos en que una de las partes
cuente con mandatario judicial y abogado patrocinante y la otra no [...] Que en el caso de
autos el abogado don [...], solicitó al Tribunal comparecer en representación de cinco
demandantes que menciona, ausentes en la audiencia, manifestando que lo haría con
"fianza de rato, lo que no fue rechazado por la jueza a quo, tal como se advierte del
registro de audio. La ley procesal acepta la situación descrita, pero exige el cumplimiento
de ciertos requisitos, los que se contienen en el artículo 6º del Código de Procedimiento
Civil. En efecto, el que comparece en juicio en beneficio de otro, sin poder, debe ofrecer
garantía de que su representado aprobará lo que se haya obrado en su nombre y, el
Tribunal por su parte debe calificar las circunstancias del caso, la garantía ofrecida y fijar
un plazo para la ratificación" (C. Suprema, 30 de octubre de 2007, Nº LegalPublishing:
37663). 1151. No se aplica el Código de Procedimiento Civil al régimen de la
concesión de recursos. En este sentido se ha sostenido que: "La aplicabilidad
del Código de Procedimiento Civil en materia de familia es de carácter supletorio, es decir,
sólo en aquellas situaciones en que no exista norma que regule el asunto, y en este
sentido cabe precisar, que el régimen recursivo fue una materia que la Ley de Familia se
preocupó especialmente de regular en el artículo 67 de la misma, teniendo en vista la
naturaleza de este procedimiento y su carácter oral y concentrado, limitando
precisamente, en aras de estos principios, los recursos aplicables en la especie. De moto
tal que al no tratarse la resolución impugnada, de aquellas contempladas por el artículo 67
Nº 2 de la Ley Nº 19.968 no procedía conceder la apelación deducida" (C. de Apelaciones
de Valdivia, 24 de julio de 2008, Nº LegalPublishing: 39528).
Párrafo tercero De la prueba

1. Disposiciones generales acerca de la prueba

Artículo 28. Libertad de prueba. Todos los hechos que resulten pertinentes


para la adecuada resolución del conflicto familiar sometido al conocimiento del
juez podrán ser probados por cualquier medio producido en conformidad a la
ley.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 29.

Artículo 29. Ofrecimiento de prueba. Las partes podrán, en consecuencia,


ofrecer todos los medios de prueba de que dispongan, pudiendo solicitar al
juez de familia que ordene, además, la generación de otros de que tengan
conocimiento y que no dependan de ellas, sino de un órgano o servicio público
o de terceras personas, tales como pericias, documentos, certificaciones u
otros medios aptos para producir fe sobre un hecho determinado.

Las partes tendrán plenas facultades para solicitar a los órganos, servicios
públicos, o terceras personas, la respuesta a los oficios solicitados en la
audiencia preparatoria y que hayan sido admitidos por el tribunal, a fin de que
puedan ser presentados como medios de prueba en la audiencia del juicio. 865

El juez, de oficio, podrá asimismo ordenar que se acompañen todos aquellos


medios de prueba de que tome conocimiento o que, a su juicio, resulte
necesario producir en atención al conflicto familiar de que se trate.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 13, 28.

Artículo 30. Convenciones probatorias. Durante la audiencia preparatoria,


laspartes podrán solicitar, en conjunto, al juez de familia que dé por acreditados
ciertos hechos, que no podrán ser discutidos en la audiencia de juicio. El juez
de familia podrá formular proposiciones a las partes sobre la materia, teniendo
para ello a la vista las argumentaciones de hecho contenidas en la demanda y
en la contestación.

El juez aprobará sólo aquellas convenciones probatorias que no sean


contrarias a derecho, teniendo particularmente en vista los intereses de los
niños, niñas o adolescentes involucrados en el conflicto. Asimismo, el juez
verificará que el consentimiento ha sido prestado en forma libre y voluntaria,
con pleno conocimiento de los efectos de la convención.

Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 16, 61, 62


inciso 1º letra b).

Artículo 31. Exclusión de prueba. El juez de familia, luego de estudiar la


admisibilidad de las pruebas ofrecidas, de resolver las convenciones
probatorias y de escuchar a las partes que hubieren comparecido a la
audiencia preparatoria, ordenará fundadamente que se excluyan de ser
rendidas en el juicio aquellas que fueren manifiestamente impertinentes,
tuvieren por objeto acreditar hechos públicos y notorios, resulten
sobreabundantes o hayan sido obtenidas con infracción de garantías
fundamentales. Las demás serán admitidas y se ordenará su rendición en la
audiencia de juicio respectiva.

1152. De la noción de exclusión de pruebas y de sus caracteres. Se ha


Jurisprudencia: 
precisado: "Que, del artículo 31 de la Ley Nº 19.968 se desprende que la exclusión de
prueba es un acto por el cual el juez de familia, luego de estudiar la admisibilidad de las
pruebas ofrecidas, ordena fundadamente que se excluyan de ser rendidas determinadas
pruebas. Esta exclusión tiene lugar en la audiencia preparatoria. Puede el juez excluir
aquellas i) que fueren manifiestamente impertinentes, ii) que tuvieren por objeto acreditar
hechos públicos y notorios, iii) que resulten sobreabundantes o iv) que hayan sido
obtenidas con infracción de garantías constitucionales. Las tres primeras importan
cuestiones de hecho que el juez debe apreciar y la finalidad es de economía procesal, se
busca despejar la audiencia de juicio y evitar que en ellas se rindan pruebas que no tienen
relación con la cuestión debatida o que sean innecesarias por recaer en hechos públicos y
notorios o por ser sobreabundantes. Cualquiera que sea la razón de la exclusión, el juez
debe hacerlo fundadamente, o sea dar el razonamiento utilizado para alcanzar la
conclusión" (C. Apelaciones de Concepción, 9 de septiembre de 2016, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7358/2016, Rol Nº 357-2016). 1153. De cómo ha de entenderse
el criterio de la pertinencia. Sobre esta cuestión se ha declarado: "Que, el primer criterio
básico para resolver si un medio de prueba debe ser admitido para el juicio es el de la
pertinencia. Para ello debe examinarse si la prueba sirve para hacer más posible la
versión de los hechos que sostiene la parte que la ofrece. Es un examen de carácter
lógico, no dice relación con la credibilidad de la prueba" (C. Apelaciones de Concepción,
9 de septiembre de 2016, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/7358/2016, Rol Nº 357-2016).

Artículo 32. Valoración de la prueba. Los jueces apreciarán la prueba de


acuerdo a las reglas de la sana crítica. En consecuencia, no podrán contradecir
los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos
científicamente afianzados. La sentencia deberá hacerse cargo en su
fundamentación de toda la prueba rendida, incluso de aquella que hubiere
desestimado, indicando en tal caso las razones tenidas en cuenta para hacerlo.

La valoración de la prueba en la sentencia requerirá el señalamiento de los


medios de prueba mediante los cuales se dieren por acreditados cada uno de
los hechos, de modo de contener el razonamiento utilizado para alcanzar las
conclusiones a que llegare la sentencia.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 66 número 4.

1154. Del sentido y contenido de la apreciación de acuerdo con las reglas


Jurisprudencia: 
de la sana crítica. Se ha explicado que: "En este tipo de materias la prueba rendida debe
ser apreciada conforme a la sana crítica, la que debe entenderse constituida
especialmente por las reglas de la experiencia y de la lógica. En este contexto, el examen
de los elementos del juicio debe conducir lógicamente a la conclusión vertida en la
respectiva decisión, debiendo versar sobre la integridad de la prueba y considerar la
multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las probanzas o
antecedentes del proceso, de manera tal que la decisión a la que se arribe mediante el
proceso de valoración, sustente el convencimiento del Tribunal y pueda justificarse ante
los destinatarios de la misma (C. Suprema, 31 de diciembre de 2008, Nº LegalPublishing:
41453). En la misma línea se ha estimado que: "De conformidad a lo que prevé el artículo
32 de la Ley Nº 19.968, los Jueces de Familia apreciarán la prueba de acuerdo a las
reglas de la sana crítica. Siguiendo a la doctrina, y como reiteradamente lo ha resuelto
este Tribunal, este sistema conduce al descubrimiento de la verdad por los medios que
aconsejan la razón y el criterio racional puesto en juicio. Las reglas que la constituyen no
están establecidas en la ley, por ende, se trata de un proceso intelectual, interno y
subjetivo del que analiza. Es una materia esencialmente de apreciación y, por lo mismo,
de hecho, cuya estimación corresponde exclusiva y privativamente a los jueces del fondo.
La regla general es que la actividad de valoración o ponderación de las probanzas y con
ello la fijación de los hechos en el proceso queda agotada en las instancias del juicio, a
menos que los sentenciadores del grado al determinar aquellos hayan desatendido las
razones lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud ha correspondido
asignarles valor y determinar su eficacia" (C. Suprema, 28 de octubre de 2010,
Nº LegalPublishing: 46897; C. Suprema, 15 de julio de 2008, Nº LegalPublishing:
39470). 1155. Sana crítica y "garantía de la motivación". Se ha advertido por la
E Corte Suprema: "Que el citado artículo 32 de la Ley Nº 19.968, establece un sistema
xcma. 

de apreciación de la prueba con libertad. Sin embargo, al mismo tiempo se estatuye que
los jueces no pueden contradecir los principios de la lógica, las máximas de la
experiencia, ni los conocimientos científicamente afianzados. Así, si bien los
sentenciadores gozan de amplitud en el proceso de apreciación, también se encuentran
limitados por la exigencia formulada, en cuanto a que la valoración debe hacerse
respetando los principios y máximas de la sana crítica, como método consagrado por la
ley. Por otro lado, aunque como se ha sostenido, la estimación valorativa de las pruebas y
las conclusiones fácticas de la sentencia son inatacables, esto no la libera del control del
proceso lógico que debe seguir el juez en su razonamiento, precisamente a fin de
custodiar la aplicación de las reglas de la lógica y la experiencia en la fundamentación. En
este ámbito destaca la "garantía de la motivación", en cuya virtud se da al juez libertad de
apreciación pero, al mismo tiempo, se le obliga a correlacionar lógicamente los
argumentos, demostrando su conclusión, para prevenir la arbitrariedad. La motivación
lógica debe ser coherente, es decir, debe basarse en razonamientos armónicos entre sí,
que no contradigan los principios de identidad, de contradicción y tercero excluido.
Además, la motivación debe respetar el principio de razón suficiente, para lo cual el
razonamiento debe constituirse, mediante inferencias razonables deducidas de las
pruebas y de la sucesión de conclusiones que en su virtud se vayan determinando,
satisfaciendo así las exigencias de ser concordante, verdadera y suficiente" (C. Suprema,
1 de abril de 2013, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/699/2013, Rol Nº 7897-2012).
2. De la prueba testimonial

Artículo 33. Deber de comparecer y declarar. Toda persona que no se


encontrare legalmente exceptuada tendrá la obligación de concurrir al
llamamiento judicial practicado, con el fin de prestar declaración testimonial, de
declarar la verdad sobre lo que se le preguntare y de no ocultar hechos,
circunstancias o elementos acerca del contenido de su declaración.

En casos urgentes, los testigos podrán ser citados por cualquier medio,
haciéndose constar el motivo de la urgencia.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 359.

Artículo 34. Renuencia a comparecer o a declarar. Si el testigo legalmente


citado no compareciere sin justa causa, se procederá a apercibirlo con arresto
por falta de comparecencia. Además, podrá imponérsele el pago de las costas
provocadas por su inasistencia.

El testigo que se negare a declarar, sin justa causa, será sancionado con las
penas que establece el inciso segundo del artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 240. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de


Familia, D.O.  30.08.2004: artículo 49 inciso 2º.

Artículo 35. Excepciones a la obligación de comparecencia. No estarán


obligados a concurrir al llamamiento judicial de que tratan los artículos
precedentes, y podrán declarar en la forma señalada en el artículo siguiente:

a) El Presidente de la República y los ex Presidentes; los Ministros de


Estado; los Senadores y Diputados; los miembros de la Corte Suprema; los
integrantes del Tribunal Constitucional; el Contralor General de la República y
el Fiscal Nacional;

b) Los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, el General Director de


Carabineros de Chile y el Director General de la Policía de Investigaciones de
Chile;

c) Los chilenos o extranjeros que gozaren en el país de inmunidad


diplomática, en conformidad a los tratados vigentes sobre la materia, y
d) Los que, por enfermedad grave u otro impedimento, calificado por el
tribunal, se hallaren en imposibilidad de hacerlo.

Con todo, si las personas enumeradas en las letras a), b) y d) renunciaren a
su derecho a no comparecer, deberán prestar declaración conforme a las
reglas generales.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 360.

Artículo 36. Declaración de personas exceptuadas. Las personas


comprendidas en las letras a), b) y d) del artículo anterior serán interrogadas
en el lugar en que ejercieren sus funciones o en su domicilio. A tal efecto,
propondrán oportunamente la fecha y el lugar correspondientes. Si así no lo
hicieren, los fijará el juez. En caso de inasistencia del testigo, se aplicarán las
normas generales. A la audiencia ante el juez tendrán siempre derecho a asistir
las partes. El juez podrá calificar las preguntas que se dirigieren al testigo,
teniendo en cuenta su pertinencia con los hechos y la investidura o estado del
deponente.

Las personas comprendidas en la letra c) del artículo precedente declararán


por informe, si consintieren a ello voluntariamente. Al efecto se les dirigirá un
oficio respetuoso, por medio del ministerio respectivo.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 361.

Artículo 37. Principio de no autoincriminación. Todo testigo tendrá el


derecho de negarse a responder aquellas preguntas cuya respuesta pudiere
acarrearle peligro de persecución penal por un delito. Asimismo, el testigo
podrá ejercer el mismo derecho cuando, por su declaración, pudiere incriminar
a su cónyuge, a su conviviente, a sus ascendientes o descendientes, a sus
parientes colaterales hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad, a
su pupilo o a su guardador, a su adoptante o su adoptado.

Concordancias: Código Procesal Penal: artículo 305.

Artículo 38. Juramento o promesa. Todo testigo, antes de comenzar su


declaración, prestará juramento o promesa de decir verdad sobre lo que se le
preguntare, sin ocultar nada de lo que pudiere conducir al esclarecimiento de
los hechos.

No se tomará juramento o promesa a los testigos menores de dieciocho


años. Se hará constar en el registro la omisión del juramento o promesa.

El juez, si lo estimare necesario, instruirá al testigo acerca del sentido del


juramento o promesa y de su obligación de ser veraz, así como de las penas
con las cuales la ley castiga el delito de falso testimonio.
Concordancias: Código Procesal Penal: artículo 306.

Artículo 39. Individualización del testigo. La declaración del testigo


comenzará por el señalamiento de los antecedentes relativos a su persona, en
especial sus nombres y apellidos, edad, lugar de nacimiento, estado, profesión,
industria o empleo y residencia o domicilio, todo ello sin perjuicio de las
excepciones contenidas en leyes especiales.

Concordancias: Código Procesal Penal: artículo 307.

Artículo 40. Declaración de testigos. En el procedimiento de familia no


existirán testigos inhábiles. Sin perjuicio de ello, las partes podrán dirigir al
testigo preguntas tendientes a demostrar su credibilidad o falta de ella, la
existencia de vínculos con alguna de las partes que afectaren o pudieren
afectar su imparcialidad, o algún otro defecto de idoneidad.

Todo testigo dará razón circunstanciada de los hechos sobre los cuales
declarare, expresando si los hubiere presenciado, si los dedujere de
antecedentes que le fueren conocidos o si los hubiere oído referir a otras
personas.

Artículo 41. Testigos niños, niñas o adolescentes. El testigo niño, niña o


adolescente sólo será interrogado por el juez, debiendo las partes dirigir las
preguntas por su intermedio. Excepcionalmente, el juez podrá autorizar el
interrogatorio directo del niño, niña o adolescente, cuando por su grado de
madurez se estime que ello no afectará su persona.

Artículo 42. Testigos sordos, mudos o sordomudos. Si el testigo fuere


sordo, las preguntas le serán dirigidas por escrito; y si fuere mudo, dará por
escrito sus contestaciones. En caso de que no pudieren darse a entender por
escrito, se aplicará lo dispuesto en el inciso siguiente.

Si el testigo fuere sordomudo, su declaración será recibida por intermedio de


una o más personas que pudieren entenderse con él. Estas personas
prestarán previamente el juramento o promesa prescritos para los testigos.

Artículo 43. De la necesidad de intérprete. Si el testigo no supiere el


idiomacastellano, será examinado por medio de un intérprete mayor de
dieciocho años, quien prestará juramento o promesa de desempeñar bien y
fielmente el cargo, y por cuyo conducto se interrogará al testigo y se recibirán
sus contestaciones.

Artículo 44. Efectos de la comparecencia respecto de otras obligaciones


similares. La comparecencia del testigo a la audiencia a que debiere concurrir,
constituirá siempre suficiente justificación cuando su presencia fuere requerida
simultáneamente para dar cumplimiento a obligaciones laborales, educativas o
de otra naturaleza y no le ocasionará consecuencias jurídicas adversas bajo
circunstancia alguna.

3. Prueba pericial

Artículo 45. Procedencia de la prueba pericial. Las partes podrán recabar


informes elaborados por peritos de su confianza y solicitar que éstos sean
citados a declarar a la audiencia de juicio, acompañando los antecedentes que
acreditaren la idoneidad profesional del perito.

Procederá la prueba pericial en los casos determinados por la ley y siempre


que, para apreciar algún hecho o circunstancia relevante para la causa, fueren
necesarios o convenientes conocimientos especiales de una ciencia, arte u
oficio.

Los informes deberán emitirse con objetividad, ateniéndose a los principios


de la ciencia o a las reglas del arte u oficio que profesare el perito.

Asimismo, el juez, de oficio o a petición de parte, podrá solicitar la


elaboración de un informe de peritos a algún órgano público u organismo
acreditado ante el Servicio Nacional de Menores que reciba aportes del Estado
y que desarrolle la línea de acción a que se refiere el artículo 4º, Nº 3.4, de la
Ley Nº 20.032, cuando lo estime indispensable para la adecuada resolución del
conflicto.866

Concordancias: Código Civil: artículo 199. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O.  30.08.2004: artículos 9º, 13. Ley Nº 20.032, Establece sistema de atención a la niñez y
adolescencia a través de la red de colaboradores del Sename, y su régimen de subvención,
D.O.  25.07.2005: artículo 4º, número 3.4.

Artículo 46. Contenido del informe de peritos. A petición de parte, los peritos


deberán concurrir a declarar ante el juez acerca de su informe. Sin perjuicio de
lo anterior, deberán entregarlo por escrito, con tantas copias como partes
figuren en el proceso, con la finalidad de ponerlo en conocimiento de aquéllas,
con cinco días de anticipación a la audiencia de juicio, a lo menos. 867

Será aplicable a los informes periciales lo dispuesto en el artículo 315 del


Código Procesal Penal.868

Concordancias: Código Procesal Penal: artículo 315. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O.  30.08.2004: artículo 80 inciso 2.
Artículo 47. Admisibilidad de la prueba pericial y remuneración de los
peritos. El juez admitirá la prueba pericial cuando, además de los requisitos
generales para la admisibilidad de las solicitudes de prueba, considerare que
los peritos otorgan suficientes garantías de seriedad y profesionalismo. Con
todo, el tribunal podrá limitar el número de peritos, cuando resultaren excesivos
o pudieren entorpecer la realización del juicio.

Los honorarios y demás gastos derivados de la intervención de los peritos


mencionados en este artículo corresponderán a la parte que los presente.

Artículo 48. Improcedencia de inhabilitación de los peritos. Los peritos no


podrán ser inhabilitados. No obstante, durante la audiencia podrán dirigírseles
preguntas orientadas a determinar su objetividad e idoneidad, así como el rigor
técnico o científico de sus conclusiones. Las partes o el juez podrán requerir al
perito información acerca de su remuneración y la adecuación de ésta a los
montos usuales para el tipo de trabajo realizado.

Artículo 49. Declaración de peritos. La declaración de los peritos en la


audiencia se regirá por las normas establecidas para los testigos, con las
modificaciones que expresamente se señalan en el acápite siguiente.

Si el perito se negare a prestar declaración, se le aplicará lo dispuesto para


los testigos en el artículo 34.

Excepcionalmente, el juez podrá, con acuerdo de las partes, eximir al perito


de la obligación de concurrir a prestar declaración, admitiendo en dicho caso el
informe pericial como prueba.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 34.

4. Declaración de las partes

Artículo 50. Procedencia de la declaración de las partes. Cada parte podrá


solicitar del juez la declaración de las demás sobre hechos y circunstancias de
los que tengan noticia y que guarden relación con el objeto del juicio.

Artículo 51. Contenido de la declaración y admisibilidad de las preguntas.


Las preguntas de la declaración se formularán afirmativamente o en forma
interrogativa, pero con la debida precisión y claridad, sin incorporar
valoraciones ni calificaciones, de manera que puedan ser entendidas sin
dificultad.

El juez resolverá las objeciones que se formulen, previo debate, referidas a


la debida claridad y precisión de las preguntas y a la pertinencia de los hechos
por los cuales la parte haya sido requerida para declarar.

Concordancias: Auto Acordado de la E   Corte Suprema de 30.09.2005, relativo al funcionamiento de


xcma.

los Juzgados de Familia, D.O.  8.10.2005: artículo 2º inciso 2º.

Artículo 52. Sanción por la incomparecencia. Si la parte, debidamente


citada, no comparece a la audiencia de juicio, o compareciendo se negase a
declarar o diese respuestas evasivas, el juez podrá considerar reconocidos
como ciertos los hechos contenidos en las afirmaciones de la parte que solicitó
la declaración. En la citación se apercibirá al interesado acerca de los efectos
que producirá su incomparecencia, su negativa a declarar o si diere respuestas
evasivas.

Concordancias: Auto Acordado de la E Corte Suprema de 30.09.2005, relativo al funcionamiento


xcma. 

de  los Juzgados de Familia, D.O.  8.10.2005: artículo 2º inciso 1º.

Artículo 53. Facultades del tribunal. Una vez concluida la declaración de las


partes, el tribunal podrá dirigir todas aquellas preguntas destinadas a obtener
aclaraciones o adiciones a sus dichos.

Asimismo, cuando no sea obligatoria la intervención de abogados, las partes,


con la autorización del juez, podrán efectuarse recíprocamente preguntas y
observaciones que sean pertinentes para la determinación de los hechos
relevantes del proceso.

El juez podrá rechazar, de oficio, las preguntas que considere impertinentes


o inútiles.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 18. Auto
Acordado de la E Corte Suprema de 30.09.2005, relativo al funcionamiento de los Juzgados de
xcma. 

Familia, D.O.  8.10.2005: artículo 2º inciso 2º.

5. Otros medios de prueba

Artículo 54. Medios de prueba no regulados expresamente. Podrán


admitirse como pruebas: películas cinematográficas, fotografías, fonografías,
video grabaciones y otros sistemas de reproducción de la imagen o del sonido,
versiones taquigráficas y, en general, cualquier medio apto para producir fe.

El juez determinará la forma de su incorporación al procedimiento,


adecuándola, en lo posible, al medio de prueba más análogo.

Párrafo tercero bis

Admisibilidad y etapa de recepci&#243


;n 869

Artículo 54-1. Control de admisibilidad. Uno o más jueces de los que


componen el juzgado, realizarán un control de admisibilidad de las demandas,
denuncias y requerimientos que se presenten al tribunal.

Si en dicho control se advirtiese que la demanda presentada no cumple con


los requisitos formales previstos en el artículo 57, el tribunal ordenará se
subsanen sus defectos en el plazo que el mismo fije, bajo sanción de tenerla
por no presentada.

Con excepción de los numerales 8) y 16) del artículo 8º, si se estimare que la
presentación es manifiestamente improcedente, la rechazará de plano,
expresando los fundamentos de su decisión. La resolución que la rechace será
apelable en conformidad a las reglas generales.

El juez deberá declarar de oficio su incompetencia. 870

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 8º números 8 y


16, 57.

1156. De la finalidad y caracteres del "control de admisibilidad". La


Jurisprudencia: 
E Corte Suprema ha precisado: "Que dicha norma, introducida por la Ley Nº 20.286, tuvo
xcma. 

por objeto entregar facultades a los jueces de familia con el fin de controlar y disminuir el
ingreso de causas en dichos tribunales, no sólo por vía de un control formal de las
demandas ingresadas, sino también por medio de un examen de fondo, a través de la
declaración de 'manifiestamente improcedente', cuando la pretensión carezca de todo
fundamento, tanto fáctico como jurídico. Quinto: Que, sin embargo, tal posibilidad debe
ser contrastada con los límites señalados por la doctrina. A propósito de ello, y como ha
sostenido esta Corte, la inadmisibilidad de la demanda sólo se configura bajo tres
supuestos: por un lado, en el caso de la denominada improponibilidad subjetiva o falta
evidente de legitimación activa o pasiva; por otro lado, en el caso de no justificarse interés
para litigar; y, finalmente, en la llamada situación de improponibilidad objetiva que se
verifica cuando la pretensión carece de sustento legal o porque la demanda tiene un
objeto inmoral o prohibido (así lo propone Bacre, Aldo, Teoría General del Proceso, tomo
II, Buenos Aires, Argentina, Abeledo Perrot, 1991, pp. 346, 347)" (C. Suprema, 5 de
septiembre de 2016, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6165/2016, Rol Nº 28002-
2016).

Artículo 54-2. Facultades del juez en la etapa de recepción. Una vez


admitida la demanda, denuncia o requerimiento a tramitación, el juez
procederá de oficio o a petición de parte, a decretar las medidas cautelares
que procedan, incluyendo la fijación de alimentos provisorios cuando
corresponda. Luego de ello, citará a las partes a la audiencia correspondiente.

El tribunal conocerá también en esta etapa de los avenimientos y


transacciones celebrados directamente por las partes y los aprobará en cuanto
no sean contrarios a derecho.

Si en el acta de mediación consta que el proceso de mediación resultó


frustrado, dispondrá la continuación del procedimiento judicial, cuando
corresponda.871

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 109.

Párrafo cuarto Del procedimiento ordinario ante los juzgados de familia

Artículo 55. Procedimiento ordinario. El procedimiento de que trata este


Párrafo será aplicable a todos los asuntos contenciosos cuyo conocimiento
corresponda a los juzgados de familia y que no tengan señalado otro distinto
en ésta u otras leyes. Respecto de estos últimos, las reglas del presente
Párrafo tendrán carácter supletorio.

Artículo 56. Inicio del procedimiento. El procedimiento comenzará por


demanda escrita.
En casos calificados, el juez, por resolución fundada, podrá autorizar al
demandante a interponer su demanda oralmente, de todo lo cual se levantará
acta de inmediato.872

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 10.

Artículo 57. Requisitos de la demanda. La demanda deberá cumplir los


requisitos del artículo 254 del Código de Procedimiento Civil. Asimismo, podrán
acompañarse los documentos que digan relación con la causa, cuando la
naturaleza y oportunidad de las peticiones así lo requiera. 873

En las causas de mediación previa se deberá acompañar un certificado que


acredite que se dio cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 106. 874

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 254. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de


Familia, D.O.  30.08.2004: artículos 54-1, 106.

Artículo 58. Contestación de la demanda y demanda reconvencional. El


demandado deberá contestar la demanda por escrito, con al menos cinco días
de anticipación a la fecha de realización de la audiencia preparatoria. Si desea
reconvenir, deberá hacerlo de la misma forma, conjuntamente con la
contestación de la demanda y cumpliendo con los requisitos establecidos en el
artículo anterior. Deducida la reconvención, el tribunal conferirá traslado al
actor, quien podrá contestarla por escrito, u oralmente, en la audiencia
preparatoria.875

En casos calificados, el juez, por resolución fundada, podrá autorizar al


demandado a contestar y reconvenir oralmente, de todo lo cual se levantará
acta de inmediato, asegurando que la actuación se cumpla dentro del plazo
legal y llegue oportunamente a conocimiento de la otra parte. 876

La reconvención continuará su tramitación conjuntamente con la cuestión


principal.

Artículo 59. Citación a audiencia preparatoria. Admitida la demanda, el


tribunal citará a las partes a una audiencia preparatoria, la que deberá
realizarse en el más breve plazo posible.877

En todo caso, la notificación de la resolución que cita a la audiencia


preparatoria deberá practicarse siempre con una antelación mínima de quince
días.878

En la resolución se hará constar que la audiencia se celebrará con las partes


que asistan, afectándole a la que no concurra todas las resoluciones que se
dicten en ella, sin necesidad de ulterior notificación. 879
Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 21, 61 inciso 2º.
Auto Acordado de la E Corte Suprema de 30.09.2005, relativo al funcionamiento de los Juzgados de
xcma. 

Familia, D.O.  8.10.2005: artículo 10.

1157. De la no comparecencia del actor y del deber del juez de actuar de


Jurisprudencia: 
oficio. Sobre este punto se ha sentado: "Que, la inconcurrencia del actor a la ya indicada
audiencia y la actuación de oficio que efectúe el tribunal, subsanando tal omisión, puede
perjudicar al demandante, es evidente, y que pueda perder el juicio por falta de prueba,
también lo es, pero la responsabilidad será suya y no del juez, cuya misión no es velar por
el cumplimiento de los deberes del actor, sino "llevar el proceso a término con la mayor
celeridad, salvando los errores formales y omisiones susceptibles de ser subsanados"
(artículo 13). Como ya se dijo, la omisión del actor era perfectamente subsanable
mediante actuación de oficio del juez. Más aun, atendida la especial naturaleza de la
acción de divorcio, incoado el proceso, el demandado también puede estar interesado en
un pronunciamiento judicial sobre el particular, resultando injusto privarlo del mismo por el
simple incumplimiento del actor" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 6 de enero de 2009,
Nº LegalPublishing: 41518).

Artículo 60. Comparecencia a las audiencias. Las partes deberán concurrir


personalmente a la audiencia preparatoria y a la audiencia de juicio,
patrocinadas por abogado habilitado para el ejercicio de la profesión y
representadas por persona legalmente habilitada para actuar en juicio, a
menos que el juez en caso necesario las exceptúe expresamente, por motivos
fundados, en resolución que deberá dictar de inmediato. 880

El juez podrá eximir a la parte de comparecer personalmente, lo que deberá


hacer por resolución fundada.881

Del mismo modo, el demandado que tuviere su domicilio en un territorio


jurisdiccional distinto de aquél en que se presentó la demanda, podrá
contestarla y demandar reconvencionalmente, por escrito, ante el juez con
competencia en materias de familia de su domicilio, sin perjuicio de la
designación de un representante para que comparezca en su nombre en las
audiencias respectivas.882

Concordancias: Ley Nº  19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 87. Ley Nº  19.968, crea
Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículo 18.

1158. Derogación tácita del artículo 87 de la Ley Nº 19.947 en virtud de


Jurisprudencia: 
este artículo. Habiéndose declarado incompetente el tribunal de primera instancia para
conocer de una demanda de divorcio unilateral, porque el demandado tenía su domicilio
en un territorio jurisdiccional distinto, se ha sentado que tal declaración de incompetencia
no procedía, como consecuencia de que en la especie debía primar, por sobre la regla de
este artículo 87, la contenida en el artículo 60 de la Ley Nº 19.968 en cuanto que posterior
a aquella: "Debe tenerse presente que el texto del artículo 60 de la Ley Nº 19.968, y en
particular, su inciso 3º, en cuanto señala "Del mismo modo, el demandado que tuviere su
domicilio en un territorio jurisdiccional distinto de aquél en que se presentó la demanda,
podrá contestarla y demandar reconvencionalmente, por escrito, ante el juez con
competencia en materias de familia de su domicilio, sin perjuicio de la designación de un
representante para que comparezca en su nombre en las audiencias respectivas", fue
fijado por la Ley Nº 20.286, cuya vigencia es posterior a la de la Ley Nº 19.947, no
pudiendo conciliarse el texto de la norma transcrita precedentemente con aquélla del
artículo 87 de la Ley de Matrimonio Civil, por lo que, conforme a lo dispuesto en el artículo
52 del Código Civil, en la especie, se configura una hipótesis de derogación tácita
respecto de la norma del artículo 87 del cuerpo legal antes citado" (C. de Apelaciones de
Valparaíso, 18 de enero de 2011, Nº LegalPublishing: 47484).

Artículo 61. Audiencia preparatoria. En la audiencia preparatoria se


procederá a:

1) Oír la relación breve y sintética, que harán las partes ante el juez, del
contenido de la demanda, de la contestación y de la reconvención que se haya
deducido, y de la contestación a la reconvención, si ha sido hecha por
escrito.883

2) Contestar la demanda reconvencional, en su caso.

Las excepciones que se hayan opuesto se tramitarán conjuntamente y se


fallarán en la sentencia definitiva. No obstante, el juez se pronunciará
inmediatamente de evacuado el traslado respecto de las de incompetencia,
falta de capacidad o de personería, de las que se refieran a la corrección del
procedimiento y de prescripción, siempre que su fallo pueda fundarse en
antecedentes que consten en el proceso o que sean de pública notoriedad. 884

3) Decretar las medidas cautelares que procedan, de oficio o a petición de


parte, a menos que se hubieren decretado con anterioridad, evento en el cual
el tribunal resolverá si las mantiene.

4) Promover, a iniciativa del tribunal o a petición de parte, la sujeción del


conflicto a la mediación familiar a que se refiere el Título V, suspendiéndose el
procedimiento judicial en caso de que se dé lugar a ésta.

5) Promover, por parte del tribunal, la conciliación total o parcial, conforme a


las bases que éste proponga a las partes.

6) Determinar el objeto del juicio.

7) Fijar los hechos que deben ser probados, así como las convenciones
probatorias que las partes hayan acordado.

8) Determinar las pruebas que deberán rendirse al tenor de la propuesta de


las partes y disponer la práctica de las otras que estime necesarias.
9) Excepcionalmente, y por motivos justificados, recibirla prueba que deba
rendirse en ese momento. La documental que se rinda en esta oportunidad no
radicará la causa en la persona del juez que la reciba. 885

10) Fijar la fecha de la audiencia de juicio, la que deberá llevarse a efecto en


un plazo no superior a treinta días de realizada la preparatoria. Sin perjuicio de
ello, el juez podrá, previo acuerdo de las partes, desarrollar la audiencia de
juicio inmediatamente de finalizada la preparatoria. 886

Las partes se entenderán citadas a la audiencia de juicio por el solo


ministerio de la ley y les será aplicable lo dispuesto en el artículo 59, inciso
tercero.887

Para el desarrollo de la audiencia regirán, en cuanto resulten aplicables, las


reglas establecidas para la audiencia de juicio.

En caso de advertir la existencia de hechos comprendidos en el número


7) del artículo 8º, el juez, de oficio o a petición de parte, podrá decretar la
apertura del procedimiento especial previsto en el artículo 68 y citar a la
audiencia respectiva, o incluir estos hechos para los efectos de los números 5),
6), 7) y 8) de este artículo, procediendo a la acumulación necesaria del artículo
17 y pudiendo decretar medidas cautelares de las previstas en el artículo 71. 888

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículos 8º  número 7, 9,
13, 17, 30, 59 inciso 3º, 68, 71, 103 a 114.

1159. No se exige la ratificación de la demanda en la audiencia


Jurisprudencia: 
preparatoria. En tal sentido se ha señalado que: "La Ley Nº 19.968 no ha establecido la
ratificación de la demanda como actuación procesal y requisito necesario para la
prosecución del juicio, cuya omisión impida tal prosecución. En efecto, el número 1 del
artículo 61 señala que en la audiencia preparatoria sólo habrá de oírse 'la relación breve y
sintética, que harán las partes ante el juez, del contenido de la demanda, de la
contestación y de la reconvención que se haya deducido, y de la contestación a la
reconvención, si ha sido hecha por escrito'. Si se identifica la relación breve y sintética de
la demanda con la ratificación de la misma, se desconoce el genuino sentido de la voz
'ratificar', que es definida en el Diccionario de la Lengua Española como 'aprobar o
confirmar actos, palabras o escritos dándolos por valederos y ciertos'. Cuando la ley exige
ratificación, lo señala en forma expresa, como ocurre, por ejemplo, en el artículo 177
del Código del Trabajo. Pero en el presente caso, la demanda se basta por sí sola, sin
necesidad de posterior ratificación, y el impulso procesal del demandante está dado por la
presentación de la demanda y su notificación al demandado, lo que se hizo en autos,
debiendo agregarse que el actor solicitó nueva fecha para la celebración de la audiencia
preparatoria, confirmando así su ánimo de litigar" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 6 de
enero de 2009, Nº LegalPublishing: 41518). 1160. La "relación breve y sintética de la
demanda" y la ausencia del actor a la audiencia. Se ha entendido que: "Una
interpretación armónica de esta disposición [59 inciso 3] con el artículo 61 Nº 1 permite
concluir que la 'relación breve y sintética de la demanda', sólo será exigible cuando el
actor concurra a la audiencia, pero no cuando no concurra, en cuyo caso el juez habrá de
subsanar la omisión con su actuación de oficio y dar curso progresivo a los autos" (C. de
Apelaciones de Valparaíso, 6 de enero de 2009, Nº LegalPublishing:
41518). 1161. Finalidad de la regla del número 2 y sus límites. Se ha precisado que:
"La intención de la norma en cuestión, no es sino la de permitir y favorecer la marcha del
proceso, permitiendo la resolución de aquellas cuestiones que dicen relación con las
referidas excepciones, en forma oportuna y previa, incluso a la resolución final del asunto,
garantizándose la regular y eficaz sustanciación del proceso. No obstante, tal
autorización, sólo opera como es por lo demás, lógico cuando su procedencia es patente,
de otra manera, no se entiende que el tribunal pueda actuar sin dar posibilidad a las
partes de acreditar sus planteamientos" (C. Suprema, 11 de noviembre de 2008,
Nº LegalPublishing: 40444). 1162. De la imposibilidad de fallar en la audiencia de
preparación las excepciones sobre la titularidad de las acción de filiación o sobre el
carácter de legítimo contradictor. En este sentido se ha declarado que: "Determinar
quiénes son titulares o legítimos contradictores en las acciones filiativas, corresponde a
una excepción de fondo que la Ley Nº 19.968, no autoriza al Juez para fallar
inmediatamente en la audiencia de preparación del juicio. El artículo 61 previene que
éstas deben ser resueltas en la sentencia definitiva a excepción de las de incompetencia
del Tribunal, de falta de capacidad o personería y de prescripción, siempre que ellas
aparezcan manifiestamente admisibles" (C. Suprema, 30 de octubre de 2007,
Nº LegalPublishing: 37663).

Artículo 62. Contenido de la resolución que cita a juicio. Al término de la


audiencia preparatoria, no habiéndose producido una solución alternativa del
conflicto, el juez dictará una resolución, que contendrá las menciones
siguientes:

a) La o las demandas que deban ser conocidas en el juicio, así como las
contestaciones que hubieren sido presentadas, fijando el objeto del juicio.

b) Los hechos que se dieren por acreditados, de conformidad a lo dispuesto


por el artículo 30.

c) Las pruebas que deberán rendirse en el juicio, sin perjuicio de lo


establecido en el artículo 63 bis.889

d) La individualización de quienes deberán ser citados a la audiencia


respectiva.

Con todo, en los procedimientos de que trata esta ley tendrá lugar lo
dispuesto en el artículo 336 del Código Procesal Penal. 890

Concordancias: Código Procesal Penal: artículo 336. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O.  30.08.2004: artículos 30, 63 bis.

Artículo 63. Audiencia de juicio. La audiencia se llevará a efecto en un solo


acto, pudiendo prolongarse en sesiones sucesivas si fuere necesario, y tendrá
por objetivo recibir la prueba admitida por el tribunal y la decretada por éste.
El día y hora fijados, el juez de familia se constituirá, con la asistencia del
demandante y el demandado, asistidos por letrados cuando corresponda.

Durante la audiencia, el juez procederá a:

1) Verificar la presencia de las personas que hubieren sido citadas a la


audiencia y declarar iniciado el juicio.

2) Señalar el objetivo de la audiencia, advirtiendo a las partes que deben


estar atentas a todo lo que se expondrá en el juicio.

3) Disponer que los testigos y peritos que hubieren comparecido hagan


abandono de la sala de audiencia.

4) Adoptar las medidas necesarias para garantizar su adecuado desarrollo,


pudiendo disponer la presencia en ellas de uno o más miembros del consejo
técnico.

Podrá asimismo ordenar, en interés superior del niño, niña o adolescente,


que éste u otro miembro del grupo familiar se ausente durante determinadas
actuaciones.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 16. Ley
Nº  20.422, establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con
discapacidad, D.O.  10.02.2010, artículo 10. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño, D.O.  27.09.1990: artículo 3.1.

1163. No procede considerar en la sentencia definitiva la prueba ofrecida


Jurisprudencia: 
en los incidentes tocantes a alimentos provisorios. En este sentido se ha dicho que:
"Esta Corte no comparte la tesis del apoderado de la parte demandante en orden a que
debió considerarse en la sentencia definitiva la prueba ofrecida en los incidentes relativos
a alimentos provisorios, por cuanto según el artículo 63 de la Ley Nº 19.968 la audiencia
de juicio que ha de llevarse a efecto en un solo acto (aun cuando puede prolongarse en
sesiones sucesivas si fuere necesario) tiene por objetivo "recibir la prueba admitida por el
tribunal y la decretada por éste", prueba que se rendirá de acuerdo al orden que fijen las
partes, comenzando por la del demandante y al final ha de rendirse la ordenada por el
tribunal. La sentencia debe hacerse cargo precisamente de la prueba rendida en el juicio,
según lo señala el artículo 66 del mismo cuerpo legal" (C. de Apelaciones de Valdivia, 7
de enero de 2009, Nº LegalPublishing: 41516).

Artículo 63 bis. Prueba no solicitada oportunamente. A petición de alguna


de las partes, el juez podrá ordenar la recepción de pruebas que ellas no
hayan ofrecido oportunamente, cuando justifiquen no haber sabido de su
existencia sino hasta ese momento y siempre que el juez considere que
resultan esenciales para la resolución del asunto.
Si con ocasión de la rendición de una prueba surge una controversia
relacionada exclusivamente con su veracidad, autenticidad o integridad, el juez
podrá autorizar la presentación de nuevas pruebas destinadas a esclarecer
esos puntos, aunque ellas no hayan sido ofrecidas oportunamente y siempre
que no haya sido posible prever su necesidad.891

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículo 62 inciso 1º letra
c).

Artículo 64. Producción de la prueba. La prueba se rendirá de acuerdo al


orden que fijen las partes, comenzando por la del demandante. Al final, se
rendirá la prueba ordenada por el juez.

Durante la audiencia, los testigos y peritos serán identificados por el juez,


quien les tomará el juramento o promesa de decir verdad. A continuación,
serán interrogados por las partes, comenzando por la que los presenta. Los
peritos deberán exponer brevemente el contenido y las conclusiones de su
informe y luego se autorizará su interrogatorio por las partes.

El juez podrá efectuar preguntas al testigo o perito, así como a las partes
que declaren, una vez que fueren interrogadas por los litigantes, con la
finalidad de pedir aclaraciones o adiciones a sus testimonios.

Los documentos, así como el informe de peritos en su caso, serán exhibidos


y leídos en el debate, con indicación de su origen.

Las grabaciones, los elementos de prueba audiovisuales, computacionales o


cualquier otro de carácter electrónico apto para producir fe, se reproducirán en
la audiencia por cualquier medio idóneo para su percepción por los asistentes.
El juez podrá autorizar, con acuerdo de las partes, la lectura o reproducción
parcial o resumida de los medios de prueba mencionados, cuando ello
pareciere conveniente y se asegurare el conocimiento de su contenido. Todos
estos medios podrán ser exhibidos a los declarantes durante sus testimonios,
para que los reconozcan o se refieran a su conocimiento.

Practicada la prueba, el juez podrá solicitar a un miembro del consejo técnico


que emita su opinión respecto de la prueba rendida, en el ámbito de su
especialidad.

Finalmente, las partes formularán, oralmente y en forma breve, las


observaciones que les merezca la prueba y la opinión del miembro del consejo
técnico, así como sus conclusiones, de un modo preciso y concreto, con
derecho a replicar respecto de las conclusiones argumentadas por las demás.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 5º.


Artículo 65. Sentencia. Una vez concluido el debate, el juez comunicará de
inmediato su resolución, indicando los fundamentos principales tomados en
consideración para dictarla. Excepcionalmente, cuando la audiencia de juicio
se hubiere prolongado por más de dos días, podrá postergar la decisión del
caso hasta el día siguiente hábil, lo que se indicará a las partes al término de la
audiencia, fijándose de inmediato la oportunidad en que la decisión será
comunicada.

El juez podrá diferir la redacción del fallo hasta por un plazo de cinco días,
ampliables por otros cinco por razones fundadas, fijando la fecha en que tendrá
lugar la lectura de la sentencia, la que podrá efectuarse de manera resumida.

Artículo 66. Contenido de la sentencia. La sentencia definitiva deberá


contener:

1) El lugar y fecha en que se dicta;

2) La individualización completa de las partes litigantes;

3) Una síntesis de los hechos y de las alegaciones de las partes;

4) El análisis de la prueba rendida, los hechos que estime probados y el


razonamiento que conduce a esa conclusión;

5) Las razones legales y doctrinarias que sirvieren para fundar el fallo;

6) La resolución de las cuestiones sometidas a la decisión del juzgado, y

7) El pronunciamiento sobre pago de costas y, en su caso, los motivos que


tuviere el juzgado para absolver de su pago a la parte vencida.

Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículos 10 inciso final,
32.

1164. Los requisitos del Nº 4 concretan la necesidad de fundamentación


Jurisprudencia: 
de las sentencias, y se vincula con la garantía constitucional del artículo 19 Nº 3
inciso 5º de la Constitución. En este sentido se ha declarado: "Que los requisitos
previstos en el numeral 4º de la citada disposición legal, obedecen a la necesidad de
fundamentación de las sentencias, que ya en el Auto Acordado dictado por esta Corte en
el año 1920, se regulaba pormenorizadamente. La importancia de este requisito, que
obliga al juzgador a exponer y desarrollar los raciocinios de orden fáctico y jurídico que
motivan cada una de sus conclusiones, no sólo dice relación con el hecho que aquello
constituye, en definitiva, el sustento de la decisión mediante la cual se dirime el conflicto
sometido a su conocimiento, sino también con la necesidad de que tales razonamientos
sean conocidos por las partes, de manera que éstas puedan hacer uso de su derecho a
impugnar el fallo que se apoya en tales argumentos. La falta de justificación de las
sentencias se encuentra en estrecha vinculación con la garantía prevista en el artículo 19
Nº 3 inciso 5º de la Carta Fundamental, de acuerdo a la cual, toda sentencia de un órgano
que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso previo y legalmente tramitado"" (C.
Suprema, 21 de junio de 2018, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/3071/2018, Rol
Nº 39439-2017). 1165. No procede considerar en la sentencia definitiva la prueba
ofrecida en los incidentes tocantes a alimentos provisorios. En este sentido se ha
dicho que: "Esta Corte no comparte la tesis del apoderado de la parte demandante en
orden a que debió considerarse en la sentencia definitiva la prueba ofrecida en los
incidentes relativos a alimentos provisorios, por cuanto según el artículo 63 de la Ley
Nº 19.968 la audiencia de juicio que ha de llevarse a efecto en un solo acto (aun cuando
puede prolongarse en sesiones sucesivas si fuere necesario) tiene por objetivo "recibir la
prueba admitida por el tribunal y la decretada por éste", prueba que se rendirá de acuerdo
al orden que fijen las partes, comenzando por la del demandante y al final ha de rendirse
la ordenada por el tribunal. La sentencia debe hacerse cargo precisamente de la prueba
rendida en el juicio, según lo señala el artículo 66 del mismo cuerpo legal" (C. de
Apelaciones de Valdivia, 7 de enero de 2009, Nº LegalPublishing: 41516).

Artículo 66 bis.Celebración de nueva audiencia. Si el juez ante el cual se


desarrolló la audiencia de juicio no pudiera dictar sentencia por causa legal
sobreviniente, aquélla deberá celebrarse nuevamente.

En caso de nombramiento, promoción, destinación, traslado o comisión del


juez ante el cual se desarrolló la audiencia del juicio, éste sólo podrá asumir su
nueva función luego de haber dictado sentencia definitiva en las causas que
tuviese pendientes.892

Artículo 67. Recursos. Las resoluciones serán impugnables a través de los


recursos y en las formas que establece el Código de Procedimiento Civil,
siempre que ello no resulte incompatible con los principios del procedimiento
que establece la presente ley, y sin perjuicio de las siguientes modificaciones:

1) La solicitud de reposición deberá presentarse dentro de tercero día de


notificada la resolución, a menos que dentro de dicho término tenga lugar una
audiencia, en cuyo caso deberá interponerse y resolverse durante la misma.
Tratándose de una resolución pronunciada en audiencia, se interpondrá y
resolverá en el acto.

2) Sólo serán apelables la sentencia definitiva de primera instancia, las


resoluciones que ponen término al procedimiento o hacen imposible su
continuación, y las que se pronuncien sobre medidas cautelares.

3) La apelación, que deberá entablarse por escrito, se concederá en el solo


efecto devolutivo, con excepción de las sentencias definitivas referidas a los
asuntos comprendidos en los numerales 8), 10), 13) y 15) del artículo 8º.893

4) El tribunal de alzada conocerá y fallará la apelación sin esperar la


comparecencia de las partes, las que se entenderán citadas por el ministerio
de la ley a la audiencia en que se conozca y falle el recurso.
5) Efectuada la relación, los abogados de las partes podrán dividir el tiempo
de sus alegatos para replicar al de la otra parte.

6) Procederá el recurso de casación en la forma, establecido en los artículos


766 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, con las siguientes
modificaciones:

a) Procederá sólo en contra de las sentencias definitivas de primera


instancia y de las interlocutorias de primera instancia que pongan término al
juicio o hagan imposible su continuación.

b) Sólo podrá fundarse en alguna de las causales expresadas en los


números 1º, 2º, 4º, 6º, 7º, y 9º del artículo 768 del Código de Procedimiento
Civil, o en haber sido pronunciada la sentencia definitiva con omisión de
cualquiera de los requisitos enumerados en el artículo 66 de la presente ley.

7) Se entenderá cumplida la exigencia de patrocinio de los recursos de


casación, prevista en el inciso final del artículo 772 del Código de
Procedimiento Civil, por la sola circunstancia de interponerlos el abogado que
patrocine la causa.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 766, 768 números 1, 2, 4, 6, 7 y 9, 772 inciso


final. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 8º  números 8, 10, 13 y 15, 9
a 16, 26 inciso 1º, 102 K.

1166. No es posible entablar reposición y apelación subsidiaria en contra


Jurisprudencia: 
de una resolución pronunciada en audiencia. En este sentido se ha estimado: "La
parte demandada de cese o rebaja de la pensión de alimentos, dedujo fuera de audiencia
reposición con apelación subsidiaria en contra de la resolución pronunciada en la
audiencia del 28 de julio anterior y en donde el tribunal accedió a rebajar provisoriamente
dichos alimentos. Tales arbitrios encuentran su recepción en el artículo 4º inciso 6º de la
Ley Nº 14.908, no señalándose sin embargo por este cuerpo legal el término y la forma
para presentar estos recursos [...] Que de su lado la Ley Nº 19.968, que contiene el
procedimiento al cual deben someterse las acciones referidas en el motivo primero y en
particular con ocasión del tratamiento de los recursos procesales, no regula expresamente
el caso de la reposición con apelación subsidiaria. En efecto y en lo que aquí interesa, en
este cuerpo legal únicamente se ordena que tratándose de una resolución pronunciada en
audiencia la reposición deberá interponerse y resolverse en el acto (67 Nº 1) y que
respecto de la apelación ésta debe ser entablada por escrito (67 Nº 3). De lo dicho
entonces, no resulta posible enderezar reposición con apelación subsidiaria en contra de
una resolución pronunciada en audiencia pues no es posible imponer el cumplimiento de
la formalidad de la escrituración cuando se está frente al desarrollo de una actuación
procesal exclusivamente oral. No cabe tampoco la solución que propone la juez a quo, en
orden a deducir el primer recurso —la reposición— y reservarse el derecho a presentar
por escrito los fundamentos de la apelación. Tal tratamiento es del todo extraño no sólo a
las normas ya señaladas sino que a las posibles de advertir al efecto en el Código de
Procedimiento Civil" (C. de Apelaciones de Valdivia, 4 de septiembre de 2008,
Nº LegalPublishing: 39867). 1167. Se aplican las reglas generales del Código de
Procedimiento Civil a la interposición de reposición y apelación subsidiaria de una
resolución pronunciada en audiencia. Sobre la base de la opinión consignada en el
número anterior se ha entendido: "Que no encontrando entonces solución expresa el
asunto que motivó las consideraciones segunda y tercera anteriores, se debe acudir
precisamente a la supletoriedad de las disposiciones contenidas en el Código de
Procedimiento Civil, por remisión prescrita en el artículo 27 de la Ley Nº 19.968, de cuyas
normas se obtiene que tanto el recurso ordinario de reposición como la apelación —esta
última cuando se deduce en contra de resoluciones distintas a la sentencia definitiva—
deben ser presentados por escrito y dentro de quinto día (artículos 29, 181 inciso 2º, 186 y
189 inciso 4º). A este respecto pudiere suscitarse alguna duda atendido el tenor del inciso
3º del artículo 189 y la oralidad propia de la tramitación en tribunales de familia. Sin
embargo y según lo reseñado en el motivo primero, la mujer demandada sin tener la
calidad de letrada litigó personalmente en la audiencia en donde se pronunció la
resolución que motivó la interposición de los recursos —28 de julio de 2008— al no
concurrir a la misma su apoderado, con lo que surge en aplicación la hipótesis contenida
en el inciso 4º siguiente, pues dicha regla prescribe que la apelación verbal permitida por
el inciso 3º para los procedimientos en donde el legislador estableció la oralidad (este
caso) no resulta exigible cuando —como se dijo— se ha concurrido al pleito
personalmente sin tener la calidad de abogado" (C. de Apelaciones de Valdivia, 4 de
septiembre de 2008, Nº LegalPublishing: 39867). En el mismo sentido se ha dicho: "Que
la Ley Nº 14.908 no se puso en el caso que los alimentos provisorios fueren regulados en
audiencia, pero hace apelable la resolución que se pronuncia acerca de ellos; la Ley
Nº 19.968 consagra que el recurso de apelación debe ser escrito. En consecuencia, para
ajustar ambos textos acorde con los principios del debido proceso y la doble instancia,
debe concluirse que la apelación discutida en estos autos debe interponerse,
necesariamente, por escrito, por lo que aquella hecha valer por el recurrente, dentro del
plazo legal para presentar tal libelo, es oportuna y debe aceptarse" (C. de Apelaciones de
Talca, 12 de septiembre de 2007, Nº LegalPublishing: 37218). 1168. El recurso de
apelación que concede este artículo en su número 2º lo es sin referencia a su
posibilidad de entablarlo en forma subsidiaria de la reposición. Así se ha declarado
que: "Se entiende que el artículo 67 precitado concede el recurso de apelación
propiamente tal, sin referirse a la posibilidad de interponer dicho medio impugnatorio en
calidad de subsidiario" (C. de Apelaciones de Coyhaique, 10 de febrero de 2009,
Nº LegalPublishing: 41686). 1169. La apelación de medidas cautelares se rige, en
cuanto a su forma, por las reglas del Código de Procedimiento Civil. Se ha estimado
así que: "La Ley Nº 19.968 que crea los Tribunales de Familia, concede, en el numeral
2) de su artículo 67, el recurso de apelación en contra de resoluciones que se pronuncien
sobre medidas cautelares; sin embargo, respecto a la forma en que debe ser interpuesto,
dicha norma se remite a las disposiciones contenidas en el Código de Procedimiento Civil;
por lo tanto, rige respecto de su interposición el plazo fatal que prescribe el artículo 189
del Código procedimental citado, esto es, cinco días" (C. de Apelaciones de Coyhaique,
10 de febrero de 2009, Nº LegalPublishing: 41686), advirtiéndose que esta regla no se
altera por el hecho de no establecerse plazo para el recurso de reposición, porque: "Si
bien el artículo 181 de este último texto legal permite la reposición de un auto o decreto
haciendo valer nuevos antecedentes, para lo cual no señala plazo alguno para su
presentación, ello no significa que tal prerrogativa se extienda a la interposición de un
recurso de apelación deducido en forma subsidiaria a dicha reposición en los términos del
artículo 188 de igual Código. En otras palabras, por el mero hecho de hacer valer nuevos
antecedentes, no se faculta a las partes a interponer un recurso de apelación en cualquier
tiempo, ni aun de manera subsidiaria a una reposición" (C. de Apelaciones de Coyhaique,
10 de febrero de 2009, Nº LegalPublishing: 41686). 1170. La apelación contra la
resolución que se pronuncia sobre un incidente de nulidad procesal, interpuesto
según el artículo 25 de la Ley Nº 19.968, se rige por las reglas del Código de
Procedimiento Civil. En ese sentido se ha declarado: "[C]onsta que la discusión versa en
cuanto a la procedencia del recurso de apelación contra el incidente de nulidad procesal
interpuesto en conformidad a lo dispuesto en el artículo 25 de la Ley Nº 19.968 [...] Que,
en el presente caso, la resolución que negó la apelación del incidente de nulidad
planteado se funda en lo dispuesto en el artículo 67 de la Ley Nº 19.968, que señala las
materias recurribles de apelación en el procedimiento ordinario de familia [...] Que, la Ley
de Tribunales de Familia no regula de manera expresa el recurso procedente en materia
incidental por lo que, en conformidad al artículo 27 del mismo cuerpo legal, debe aplicarse
en forma supletoria las normas comunes a todo procedimiento establecidas en el Código
de Procedimiento Civil [...] Que, en el presente caso, la resolución que resolvió la
incidencia es una sentencia interlocutoria que, conforme al artículo 158 del Código del
ramo, establece derechos permanentes para las partes y que como ya se dijo, fue dictada
en plena etapa de ejecución [...] Que, en tal entendido y calificándose la resolución
apelada de sentencia interlocutoria, resultan a su respecto aplicables las normas
establecidas en los artículos 187 y 189 del Código ya citado, por lo que en la especie la
apelación deducida es del todo procedente, teniendo además en consideración que la
limitación recursiva del artículo 67 de la Ley Nº 19.968 esta circunscrita a la etapa
ordinaria del procedimiento" (C. Apelaciones de Temuco, 20 de marzo de 2015, cons.
2º a 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/1568/2015, Rol Nº 12-2015). 1171. Al no ser medidas
cautelares la suspensión de la licencia de conducir ni la obligación de consignar
para promover nuevos incidentes en juicio, la resolución que se pronuncia sobre
ellas es inapelable. Así se ha declarado que: "La suspensión de la licencia para conducir
vehículos motorizados y la obligación de consignación para promover nuevos incidentes
en un juicio no constituyen medidas cautelares al tenor de lo dispuesto en los artículos 22,
71 y 92 de la Ley Nº 19.968, y en los Títulos IV y V del Libro II del Código de
Procedimiento Civil. En efecto, la primera constituye una medida de apremio, esto es, un
medio de ejecución compulsiva de una resolución judicial que dispone el cumplimiento de
una pensión alimenticia insoluta, y la segunda importa una sanción de carácter procesal
para la parte incidentista que ha promovido y perdidos dos o más incidentes en un mismo
juicio. 9. Que en consecuencia, la resolución impugnada no es de aquellas que se
pronuncie 'sobre medidas cautelares', de modo que conforme al artículo 67 Nº 2 de la Ley
Nº 19.968 es inapelable" (C. de Apelaciones de Concepción, 13 de octubre de 2008,
Nº LegalPublishing: 40418). 1172. La apelación de las resoluciones dictadas en etapa
del cumplimiento del fallo en juicios de alimentos se rige por las reglas del Título
XIX del Libro I del Código de Procedimiento Civil. Se ha declarado: "Que de
conformidad con el artículo 67 de la Ley Nº 19.968, se establece en materia de recursos,
que las resoluciones serán impugnables a través de los recursos y en las formas que
establece el Código de Procedimiento Civil, siempre que ello no resulte incompatible con
los principios del procedimiento que establece la presente ley, y sin perjuicio de las
modificaciones que indica, entre las cuales en su número 2) dispone que sólo serán
apelables la sentencia definitiva de primera instancia, las resoluciones que ponen término
al procedimiento o hacen imposible su continuación, y las que se pronuncien sobre
medidas cautelares. Que la mencionada ley no contempla disposición alguna respecto del
recurso de apelación de resoluciones dictadas en la etapa de cumplimiento de fallo [...]
Que las formas para exigir el pago de los alimentos se encuentran contenidas en los
artículos 11 y 14 del D.F.L. Nº 1 de fecha 30 de mayo de 2000, del Ministerio de Justicia
que fijó el texto refundido, coordinado y sistematizado del Código Civil, de la Ley Nº 4.408,
sobre Registro Civil, de la Ley Nº 17.344, que autoriza cambio de nombres y apellidos, de
la Ley Nº 16.618 Ley de Menores, de la Ley Nº 14.908 sobre Abandono de Familia y Pago
de Pensiones Alimenticias y de la Ley Nº 16.271 de Impuestos a las Herencias,
Asignaciones y Donaciones. Que el referido Decreto con Fuerza de Ley no contiene
normas sobre el régimen de apelación de resoluciones dictadas en la etapa de
cumplimiento de fallo [...] Que, en consecuencia, necesariamente habrá de recurrirse a las
normas establecidas en el Título XIX, del Libro I del Código de Procedimiento Civil relativo
a la Ejecución de las Resoluciones Pronunciadas por Tribunales chilenos, el que en su
artículo 241, autoriza el recurso de apelación el que se concede en el solo efecto
devolutivo" (C. de Apelaciones de Punta Arenas, 24 de febrero de 2009,
Nº LegalPublishing: 41688). 1173. No procede el recurso de casación en la forma
contra las sentencias definitivas dictadas en segunda instancia. Esta opinión la ha
defendido la E Corte Suprema, sobre la base de la interpretación coordinada del artículo
xcma. 

781 del Código de Procedimiento Civil y de este artículo 67 número 6, letra a) de la Ley
Nº 19.968: "Que el artículo 781 del Código de Procedimiento Civil prescribe que: 'Elevado
un proceso en casación en la forma, el tribunal examinará en cuenta si la sentencia objeto
del recurso es de aquéllas en contra de las cuales lo concede la ley y si éste reúne los
requisitos que establecen los artículos 772 inciso 2º y 776 inciso 1º'. A su vez, la Ley
Nº 19.968, en su artículo 67 Nº 6º a), previene que el recurso de casación en la forma
'procederá sólo en contra de las sentencias definitivas de primera instancia y de las
interlocutorias de primera instancia que pongan término al juicio o hagan imposible su
continuación'. 3º. Que una interpretación armónica de la norma citada junto a los
principios que informan el procedimiento de familia conduce a la conclusión de que la
aludida letra a) del numeral sexto del artículo 67 prescinde del recurso de casación formal
respecto de las sentencias definitivas dictadas en segunda instancia. Lo anterior por
cuanto el inciso primero de la referida disposición, al establecer el régimen impugnativo
del contencioso de familia, excluye los recursos incompatibles con sus principios
inspiradores, como los de celeridad y concentración, razón que lleva a concluir la
exclusión de la nulidad formal respecto de las sentencias que participan de la naturaleza
jurídica de la que por esta vía se revisa" (C. Suprema, 21 de marzo de 2017, cons. 2º y
3º, LegalPublishing: Cl/Jur/1136/2017, Rol Nº 3694-2017). Esta opinión, con reiteración
literal de las consideraciones que se han transcrito, la ha confirmado el mismo tribunal en
sentencias posteriores (C. Suprema, 20 de julio de 2017, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4824/2017, Rol Nº 31958-2017; C. Suprema, 25 de julio de 2017,
cons. 2º y 3º, LegalPubli-shing: Cl/Jur/4879/2017, Rol Nº 27972-2017). C. Suprema, 12
de septiembre de 2017, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/6741/2017, Rol Nº 31775-
2017). 1174. De la aplicación del inciso 3º del artículo 768 del Código de
Procedimiento Civil en sede de casación. Se ha sentado: "Que el artículo 67 de la Ley
Nº 19.968, en su número 6, señala que el recurso de casación en la forma, establecido en
los artículos 766 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, procederá en materia de
familia con las modificaciones que en aquella norma se indican. Luego, cobra aplicación lo
que previene el inciso tercero del artículo 768 del citado Código, en el sentido que no es
procedente la nulidad formal si de los antecedentes aparece de manifiesto que el
recurrente no ha sufrido un perjuicio reparable sólo con la invalidación del fallo o cuando
el vicio no ha influido en lo dispositivo del fallo" (Corte de Apelaciones de Santiago, 12 de
julio de 2007, Nº LegalPublishing: 36633).

TÍTULO IV PROCEDIMIENTOS ESPECIALES


Párrafo primero De la aplicación judicial de medidas de protección de los
derechos de los niños, niñas o adolescentes

Artículo 68. Procedimiento de aplicación de medidas de protección. En los


casos en que la ley exige o autoriza la intervención judicial para adoptar las
medidas de protección jurisdiccionales establecidas en la ley, tendientes a la
protección de los derechos de los niños, niñas o adolescentes cuando éstos se
encontraren amenazados o vulnerados, se aplicará el procedimiento contenido
en el presente Párrafo. En lo no previsto por éste, se aplicarán las normas del
Título III.

La intervención judicial será siempre necesaria cuando se trate de la


adopción de medidas que importen separar al niño, niña o adolescente de uno
o ambos padres o de quienes lo tengan legalmente bajo su cuidado.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículo 61 inciso final.
Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990:
artículo 9.1.

Artículo 69. Comparecencia del niño, niña o adolescente. En este


procedimiento, el juez tendrá debidamente en cuenta las opiniones de los
niños, niñas o adolescentes, considerando su edad y madurez.

Para este efecto podrá escucharlos en las audiencias a que se refieren los
artículos 72 y 73, o en otra especial fijada al efecto, en un ambiente adecuado
y cautelando su salud física y psíquica.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 16, 72, 73.

Artículo 70. Inicio del procedimiento. El procedimiento podrá iniciarse de


oficio o a requerimiento del niño, niña o adolescente, de sus padres, de las
personas que lo tengan bajo su cuidado, de los profesores o del director del
establecimiento educacional al que asista, de los profesionales de la salud que
trabajen en los servicios en que se atienda, del Servicio Nacional de Menores o
de cualquier persona que tenga interés en ello.

El requerimiento presentado por alguna de las personas señaladas en el


inciso anterior no necesitará cumplir formalidad alguna, bastando con la sola
petición de protección para dar por iniciado el procedimiento.
Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 13.

Artículo 71. Medidas cautelares especiales. En cualquier momento del


procedimiento, y aun antes de su inicio, de oficio, a solicitud de la autoridad
pública o de cualquier persona, cuando ello sea necesario para proteger los
derechos del niño, niña o adolescente, el juez podrá adoptar las siguientes
medidas cautelares:

a) Su entrega inmediata a los padres o a quienes tengan legalmente su


cuidado;

b) Confiarlo al cuidado de una persona o familia en casos de urgencia. El


juez preferirá, para que asuman provisoriamente el cuidado, a sus parientes
consanguíneos o a otras personas con las que tenga relación de confianza;

c) El ingreso a un programa de familias de acogida o centro de diagnóstico o


residencia, por el tiempo que sea estrictamente indispensable. En este caso,
de adoptarse la medida sin la comparecencia del niño, niña o adolescente ante
el juez, deberá asegurarse que ésta se verifique a primera horade la audiencia
más próxima.894

d) Disponer la concurrencia de niños, niñas o adolescentes, sus padres, o


las personas que los tengan bajo su cuidado, a programas o acciones de
apoyo, reparación u orientación, para enfrentar y superar las situaciones de
crisis en que pudieren encontrarse, e impartir las instrucciones pertinentes;

e) Suspender el derecho de una o más personas determinadas a mantener


relaciones directas o regulares con el niño, niña o adolescente, ya sea que
éstas hayan sido establecidas por resolución judicial o no lo hayan sido;

f) Prohibir o limitar la presencia del ofensor en el hogar común;

g) Prohibir o limitar la concurrencia del ofensor al lugar de estudio del niño,


niña o adolescente, así como a cualquier otro lugar donde éste o ésta
permanezca, visite o concurra habitualmente. En caso de que concurran al
mismo establecimiento, el juez adoptará medidas específicas tendientes a
resguardar los derechos de aquéllos.895

h) La internación en un establecimiento hospitalario, psiquiátrico o de


tratamiento especializado, según corresponda, en la medida que se requiera
de los servicios que éstos ofrecen y ello sea indispensable frente a una
amenaza a su vida o salud, e

i) La prohibición de salir del país para el niño, niña o adolescente sujeto de la
petición de protección.
En ningún caso, podrá ordenarse como medida de protección el ingreso de
un niño, niña o adolescente a un establecimiento penitenciario para adultos.

La resolución que determine la imposición de una medida cautelar deberá


fundarse en antecedentes que sean calificados como suficientes para ameritar
su adopción, de los que se dejará expresa constancia en la misma.

Para el cumplimiento de las medidas decretadas, el juez podrá requerir el


auxilio de Carabineros de Chile.

Cuando la adopción de cualquier medida cautelar tenga lugar antes del inicio
del procedimiento, el juez fijará desde luego la fecha en que deberá llevarse a
cabo la audiencia preparatoria, para dentro de los cinco días siguientes
contados desde la adopción de la medida.

En ningún caso la medida cautelar decretada de conformidad a este artículo


podrá durar más de noventa días.

Concordancias: Código Civil: artículo 28. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004:
artículos 13, 22 inciso final, 61 inciso final, 80 bis, 92 inciso final. Decreto Nº  830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 9.1. Auto Acordado de la
E Corte Suprema de 30.09.2005, relativo al funcionamiento de los Juzgados de Familia,
xcma. 

D.O.  8.10.2005: artículo 4º.

1175. De los requisitos para la procedencia de estas medidas cautelares.


Jurisprudencia: 
Se ha advertido que: "De conformidad a lo prevenido en el artículo 71 de la Ley Nº 19.968
las medidas cautelares sólo proceden cuando son necesarias para proteger los derechos
del niño y deben fundarse en antecedentes que sean calificados como suficientes para
adoptarlas" (C. Suprema, 22 de mayo de 2008, Nº LegalPublishing: 39079). 1176. La
naturaleza de estas medidas determina su carácter provisorio. Se ha reconocido así:
"Que el juez de familia puede decretar medidas tendientes a proteger y resguardar a un
niño, niña o adolescente que se encuentre en situación de vulnerabilidad, ya sea por
maltrato, abuso, explotación o abandono, entre otras. Éstas pueden consistir en confiarlo
al cuidado de una persona o familia en caso de urgencia, en disponer su ingreso a un
programa de familia de acogida o centro residencial por un período estrictamente
necesario y en prohibir la presencia del agresor o agresora en el hogar o en otro lugar. La
aplicación de estas medidas de protección jurisdiccionales se debe decidir a través de un
procedimiento especial contemplado en la Ley Nº 19.968 […] la naturaleza de estas
medidas determina también el carácter provisorio de las mismas, desde que su finalidad
es otorgar la protección adecuada para poner término a la situación de vulneración que
afecta a los niños o adolescentes, principio que reconoce la ley en los artículos 71, 80 e
inciso 4º del artículo 30 de la Ley Nº 16.618, sin que la aplicación de una medida de este
tipo pueda suplir la necesidad de utilizar las vías y demás procedimientos jurisdiccionales
previstos por el ordenamiento jurídico, para el conocimiento y resolución de otras materias
de familia" (C. Suprema, 15 de junio de 2009, Nº LegalPublishing: 42131). 1177. La
medida de protección consistente en la entrega de una menor a su abuela,
desvinculándola permanentemente de su madre, que tenía su cuidado personal,
excede el campo operativo de estas medidas. Se ha declarado en este punto que: "No
puede desconocerse que la resolución del caso propuesto, excede el ámbito de aplicación
que puede reconocérsele a las medidas en cuestión, puesto que se aparta de la finalidad
y objeto del proceso, abocándose a materias que tienen directa relación con el cuidado
personal de la menor, al disponer la entrega como medida de protección definitiva de ésta
a su abuela, en desmedro de este derecho deber que por disposición de la ley detentaba
su madre, de conformidad a lo dispuesto por el artículo 225 del Código Civil, al tratarse de
una menor, hija de filiación no matrimonial que ha vivido con su madre y la familia que
ésta ha formado, hasta la ocurrencia de los hechos que dieron origen a este proceso"
(C. Suprema, 15 de junio de 2009, Nº LegalPublishing: 42131).

Artículo 72. Audiencia preparatoria. Iniciado el procedimiento, el juez fijará


una audiencia para dentro de los cinco días siguientes, a la que citará al niño,
niña o adolescente, a sus padres, a las personas a cuyo cuidado esté, y a
todos quienes puedan aportar antecedentes para una acertada resolución del
asunto.

Durante la audiencia, el juez informará a las partes acerca del motivo de su


comparecencia, sus derechos y deberes, y responderá a las dudas e
inquietudes que les surjan. Los niños, niñas o adolescentes serán informados
en un lenguaje que les resulte comprensible.896

El juez indagará sobre la situación que ha motivado el inicio del proceso, la


forma en que afecta al niño, niña o adolescente y sobre la identidad de las
personas que se encuentren involucradas en la afectación de sus derechos. 897

Los citados expondrán lo que consideren conveniente y, una vez oídos, el


juez, si contare con todos los elementos probatorios dictará sentencia, a menos
que estime procedente la aplicación de la medida contenida en el numeral
2) del artículo 30 de la Ley Nº 16.618, caso en el cual citará a audiencia de
juicio.898

Concordancias: Ley Nº  16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº  1, D.O. 30.05.2000: artículo 30 número 2. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O.  30.08.2004: artículo 16.

Artículo 73. Audiencia de juicio. De conformidad a lo dispuesto en el


artículoprecedente, esta audiencia tendrá por objetivo recibir la prueba y decidir
el asunto sometido a conocimiento del juez. En ella podrán objetarse los
informes periciales que se hayan evacuado, pudiendo el juez hacerse asesorar
por el consejo técnico.899

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 5º, 72.

Artículo 74. Medida de separación del niño, niña o adolescente de sus


padres. Sólo cuando sea estrictamente necesario para salvaguardar los
derechos del niño, niña o adolescente y siempre que no exista otra más
adecuada, se podrá adoptar una medida que implique separarlo de uno o de
ambos padres o de las personas que lo tengan bajo su cuidado. En este caso,
el juez preferirá a sus parientes consanguíneos o a otras personas con las que
aquél tenga una relación de confianza y, sólo en defecto de los anteriores, lo
confiará a un establecimiento de protección. La resolución que disponga la
medida deberá ser fundada.

Concordancias: Decreto Nº  830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,
D.O.  27.09.1990: artículos 3.3, 7.1, 9.1.

1178. Finalidad de esta disposición es proteger el vínculo filial y natural


Jurisprudencia: 
cuando existe. Se ha declarado así que: "De conformidad a lo prescrito por el artículo 74
de la Ley Nº 19.968, la medida que implique la separación de un hijo de su madre y/o
familia de origen, debe ser dispuesta siempre y únicamente que no exista otra que
asegure el bienestar del primero, pues lo que se pretende es proteger el vínculo filial y
natural cuando ha sido desarrollado, como ocurre en la especie, desde que la menor ha
vivido con su madre y ha sido parte del grupo familiar que ésta ha conformado;
circunstancias que no pueden ser desconocidas y que permiten concluir que en el caso
propuesto, no se dan los presupuestos que la ley indica para disponer la medida en
estudio" (C. Suprema, 15 de junio de 2009, Nº LegalPublishing: 42131).

Artículo 75. Sentencia. Antes de pronunciar sentencia, el juez procurará que


las partes acuerden la forma más conducente a la resolución de la situación
que afecta al niño, niña o adolescente. Si ello no fuere posible, en la sentencia
fundamentará la necesidad y conveniencia de la medida adoptada, indicará los
objetivos que se pretenden cumplir con ella y determinará el tiempo de su
duración.

La sentencia será pronunciada oralmente una vez terminada la audiencia


que corresponda, según sea el caso. El juez deberá explicar claramente a las
partes la naturaleza y objetivos de la medida adoptada, sus fundamentos y su
duración.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 9º, 14.

1179. El tribunal no puede delegar en ningún organismo o servicio la


Jurisprudencia: 
facultad de determinar la duración de la medida adoptada. Al haber decretado el juez
de la instancia que un menor permaneciera "en el Programa Proyecto de Reparación de
Maltrato Infanto-Juvenil Grave "Hijos del Sol", por el plazo que dicho organismo
determine, y nunca más allá de la mayoría de edad del referido menor", la I  Corte de lma.

Apelaciones de Arica declaró que: "[S]iendo las medidas decretadas de carácter cautelar,
ellas requieren que sea el juez quien determine el plazo de duración, tal como
expresamente lo indica el artículo 75 de la Ley Nº 19.968, sin que tal determinación pueda
ser delegada, como lo hizo el juez a quo" (C. Apelaciones de Arica, 8 de febrero de 2013,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/304/2013, Rol Nº 141-2012).

Artículo 76. Obligación de informar acerca del cumplimiento de las medidas


adoptadas. El director del establecimiento, o el responsable del programa, en
que se cumpla la medida adoptada tendrá la obligación de informar acerca del
desarrollo de la misma, de la situación en que se encuentra el niño, niña o
adolescente y de los avances alcanzados en la consecución de los objetivos
establecidos en la sentencia. Ese informe se evacuará cada tres meses, a
menos que el juez señale un plazo mayor, con un máximo de seis meses,
mediante resolución fundada.

En la ponderación de dichos informes, el juez se asesorará por uno o más


miembros del consejo técnico.

Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 5º y 6º. Auto
Acordado de la E Corte Suprema de 30.09.2005, relativo al funcionamiento de los Juzgados de
xcma. 

Familia, D.O.  8.10.2005: artículo 7º.

Artículo 77. Incumplimiento de las medidas adoptadas. Cuando los


padres, personas responsables o cualquier otra persona impidan la ejecución
de la medida acordada, el organismo responsable de su ejecución o
seguimiento comunicará al tribunal la situación para que éste adopte las
medidas que estime conducentes y propondrá, si fuera el caso, la sustitución
por otra medida que permita alcanzar los objetivos fijados. El tribunal
determinará la sustitución de la medida u ordenará los apremios pertinentes
para su cumplimiento forzado.

Artículo 78. Obligación de visita de establecimientos residenciales. Los


jueces defamilia deberán visitar personalmente los establecimientos
residenciales, existentes en su territorio jurisdiccional, en que se cumplan
medidas de protección. El director del establecimiento deberá facilitar al juez el
acceso a todas sus dependencias y la revisión de los antecedentes individuales
de cada niño, niña o adolescente atendido en él. Asimismo, deberá facilitar las
condiciones que garanticen la independencia y libertad de ellos para prestar
libremente su opinión.

Las visitas de que trata el inciso anterior podrán efectuarse en cualquier


momento, dentro de lapsos que no excedan de seis meses entre una y otra,
considerándose el incumplimiento de esta obligación como una falta
disciplinaria grave para todos los efectos legales.

Después de cada visita, el juez evacuará un informe que contendrá las


conclusiones derivadas de la misma, el que será remitido al Servicio Nacional
de Menores y al Ministerio de Justicia.900

Existiendo más de un juez en el territorio jurisdiccional, las visitas deberán


hacerse por turno, de acuerdo con el orden que determine el juez presidente
del comité de jueces del juzgado de familia.

Sin perjuicio de las obligaciones señaladas en los incisos anteriores, los


jueces de familia podrán siempre visitar los centros, programas y proyectos de
carácter ambulatorio existentes en su territorio jurisdiccional, y en que se
cumplan medidas de protección.

Concordancias: Auto Acordado de la E Corte Suprema de 30.09.2005, relativo al funcionamiento de


xcma. 

los Juzgados de Familia, D.O.  8.10.2005: artículo 7º.

Artículo 79. Derecho de audiencia con el juez. Los niños, niñas y


adolescentesrespecto de los cuales se encuentre vigente una medida de
protección judicial, tendrán derecho a que el juez los reciba personalmente,
cuando lo soliciten por sí mismos o a través de las personas señaladas en el
artículo siguiente.

Artículo 80. Suspensión, modificación y cesación de medidas. En cualquier


momento en que las circunstancias lo justifiquen, el juez podrá suspender,
modificar o dejar sin efecto la medida adoptada, de oficio, a solicitud del niño,
niña o adolescente, de uno o de ambos padres, de las personas que lo tengan
bajo su cuidado o del director del establecimiento o responsable del programa
en que se cumple la medida.

Si el tribunal lo considera necesario para resolver, podrá solicitar un informe


psicosocial actualizado del niño, niña o adolescente. Asimismo, podrá citar a
una única audiencia destinada a escuchar a las partes, recibir los antecedentes
y, si corresponde, la declaración del perito que haya elaborado el informe
respectivo, el que deberá ser entregado con la anticipación a que se refiere el
artículo 46.901

Con todo, la medida cesará una vez que el niño, niña o adolescente alcance
la mayoría de edad, sea adoptado o transcurra el plazo por el que se decretó
sin que haya sido modificada o renovada.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 46

Artículo 80 bis. Deber de información del Servicio Nacional de Menores.


Para efectos de la aplicación de las medidas a que se refiere el artículo 71, así
como las que se impongan en virtud de sentencia definitiva, el Servicio
Nacional de Menores, a través de sus Directores Regionales, informará
periódicamente y en forma detallada a cada juzgado de familia la oferta
programática vigente en la respectiva región de acuerdo a las líneas de acción
desarrolladas, su modalidad de intervención y la cobertura existente en ellas,
sea en sus centros de administración directa o bien en los proyectos
ejecutados por sus organismos colaboradores acreditados.

Si el juez estima necesario decretar una medida respecto de la cual no existe


en la Región oferta de las líneas de acción indicadas en la Ley Nº 20.032,
comunicará tal situación al Director Nacional del Servicio Nacional de Menores,
quien deberá adoptar las medidas tendientes a generar tal oferta en el menor
tiempo posible. Entre tanto, el juez decretará alguna de las restantes medidas
del artículo 71. Pero, si la cautelar dispuesta es la de la letra h) de dicho
artículo, el Servicio Nacional de Menores deberá darle cumplimiento de
inmediato y sin más trámite.902

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 71. Ley
Nº  20.032, Establece sistema de atención a la niñez y adolescencia a través de la red de colaboradores
del Sename, y su régimen de subvención, D.O. 25.07.2005.

Párrafo segundo Del procedimiento relativo a los actos de violencia


intrafamiliar

Artículo 81. Competencia. Corresponderá el conocimiento de los conflictos a


que dé origen la comisión de actos de violencia intrafamiliar, regulados en la
Ley Nº 20.066, al juzgado de familia dentro de cuyo territorio jurisdiccional
tenga residencia o domicilio el afectado.903

En todo caso, cualquier tribunal que ejerza jurisdicción en asuntos de familia,


fiscal del Ministerio Público o juez de garantía según corresponda, que tome
conocimiento de una demanda o denuncia por actos de violencia intrafamiliar,
deberá, de inmediato, adoptar las medidas cautelares del caso, aun cuando no
sea competente para conocer de ellas.

En caso de concurrir conjuntamente como víctimas de violencia intrafamiliar


personas mayores y niños, niñas o adolescentes, el juez podrá siempre
adoptar las medidas de protección en conformidad a la ley.

El procedimiento por actos de violencia intrafamiliar se regirá por las normas


contenidas en este Párrafo y, en lo no previsto en ellas, por el Título III de esta
ley.

Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º  número 16.
Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar, D.O.  7.10.2005: artículo 6º.

Artículo 82. Inicio del procedimiento. El procedimiento por actos de violencia


intrafamiliar podrá iniciarse por demanda o por denuncia.

La demanda o denuncia podrá ser deducida por la víctima, sus


ascendientes, descendientes, guardadores o personas que la tengan a su
cuidado. La denuncia, además, podrá hacerse por cualquier persona que tenga
conocimiento directo de los hechos que la motiven, a quien le será aplicable lo
establecido en el artículo 178 del Código Procesal Penal. No obstante, la
denuncia de la víctima le otorgará la calidad de parte en el proceso.

Concordancias: Código Procesal Penal: artículo 178.

1180. Lesiones menos graves en el contexto de violencia intrafamiliar y


Jurisprudencia: 
ampliación del concepto de víctima para los efectos de poner en movimiento el ente
persecutor de la acción penal pública. Se ha señalado que: "El ilícito de que se trata es
de aquellos de acción penal pública en que el Ministerio Público no puede proceder de
oficio sin que, a lo menos, el ofendido por el delito hubiere denunciado el hecho a la
justicia, el Ministerio Público o a la policía, como lo señala el artículo 54 del Código
Procesal Penal, los cuales explicita entre los literales a) y g), sin embargo el ilícito que nos
ocupa no encuadra pura y simplemente en la letra a) de la norma aludida, toda vez que
las lesiones de que se trata son de aquella naturaleza a que se refiere la Ley sobre
violencia intrafamiliar y así lo expuso el requerimiento del Ministerio Público, al tipificar el
ilícito conforme a los artículo 494 Nº 5 y 399 del Código Penal en relación a los artículos
5º y 21 de la Ley Nº 20.066, en cuyo caso en forma excepcional pero conforme a lo
señalado por la letra g) del artículo 54 del Código Procesal Penal, resulta aplicable, sin
contrariar la norma general de esta disposición, lo establecido por el artículo 82 de la Ley
Nº 19.968 sobre Tribunales de Familia, que faculta para que en los ilícitos de la Ley
Nº 20.066, el procedimiento pueda iniciarse por los parientes que señala, sin exigir que la
víctima u ofendido esté impedido de hacerlo, disposición especial, que en definitiva, sin
contrariar lo previsto por el ya referido artículo 54 del Código Procesal Penal, amplía para
los delitos de violencia intrafamiliar, el concepto de víctima, para los efectos de poner en
movimiento el ente persecutor de la acción penal pública, por lo que al no estimarlo así el
sentenciador incurrió en errónea aplicación del derecho que tuvo manifiesta influencia en
lo dispositivo del fallo, toda vez que no acogió la excepción de previo y especial
pronunciamiento interpuesta por la defensa, sino que fue más allá y absolvió al imputado,
no obstante dejar sentado como se dijo que daba por establecido el ilícito y la
participación de autor del imputado" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 27 de diciembre
de 2007, Nº LegalPublishing: 38029).

Artículo 83. Actuación de la policía. En caso de violencia intrafamiliar que


se esté cometiendo actualmente, o ante llamadas de auxilio de personas que
se encontraren al interior de un lugar cerrado u otros signos evidentes que
indicaren que se está cometiendo violencia intrafamiliar, los funcionarios de
Carabineros o de la Policía de Investigaciones deberán entrar al lugar en que
estén ocurriendo los hechos, practicar la detención del agresor, si procediere, e
incautar del lugar las armas u objetos que pudieren ser utilizados para agredir a
la víctima. Deberán, además, ocuparse en forma preferente de prestar ayuda
inmediata y directa a esta última.

El detenido será presentado inmediatamente al tribunal competente, o al día


siguiente si no fuere hora de despacho, considerándose el parte policial como
denuncia. Si no fuere día hábil, el detenido deberá ser conducido, dentro del
plazo máximo de 24 horas, ante el juez de garantía del lugar, a fin de que éste
controle la detención y disponga las medidas cautelares que resulten
procedentes, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 92 de esta ley.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 92.

Artículo 84. Obligación de denunciar. Las personas señaladas en el artículo


175 del Código Procesal Penal estarán obligadas a denunciar los hechos que
pudieren constituir violencia intrafamiliar de que tomen conocimiento en razón
de sus cargos, lo que deberán efectuar en conformidad a dicha norma.

Igual obligación recae sobre quienes ejercen el cuidado personal de aquellos


que en razón de su edad, incapacidad u otra condición similar, no pudieren
formular por sí mismos la respectiva denuncia.

El incumplimiento de las obligaciones establecidas en el presente artículo


será sancionado con la pena prevista en el artículo 494 del Código Penal.

Concordancias: Código Penal: artículo 494. Código Procesal Penal: artículo 175.

Artículo 85. Exámenes y reconocimientos médicos. Los profesionales de la


salud que se desempeñen en hospitales, clínicas u otros establecimientos del
ramo, al realizar los procedimientos y prestaciones médicas que hubieren sido
solicitados, deberán practicar los reconocimientos y exámenes conducentes a
acreditar el daño físico o psíquico ocasionado a la víctima, debiendo además
conservar las pruebas correspondientes. A estos efectos se levantará acta, en
duplicado, del reconocimiento y de los exámenes realizados, la que será
suscrita por el jefe del establecimiento o de la respectiva sección y por los
profesionales que los hayan practicado. Una copia se entregará a la víctima, o
a quien la tuviere bajo su cuidado y la otra, así como los resultados de los
exámenes practicados, se remitirá al tribunal competente, si lo requiriese.

Artículo 86. Contenido de la demanda. La demanda contendrá la


designación del tribunal ante el cual se presenta, la identificación del
demandante, de la víctima y de las personas que componen el grupo familiar,
la narración circunstanciada de los hechos y la designación de quien o quienes
pudieren haberlos cometido, si ello fuere conocido.

Artículo 87. Contenido de la denuncia. La denuncia contendrá siempre


unanarración de los hechos y, si al denunciante le constare, las demás
menciones indicadas en el artículo anterior.

Artículo 88. Identificación del ofensor. Si la denuncia se formulare en una


institución policial y no señalare la identidad del presunto autor, ésta deberá
practicar, de inmediato, las siguientes diligencias para determinarla:
1.- Procurar la identificación conforme a las facultades descritas en el
artículo 85 del Código Procesal Penal, o

2.- Recabar las declaraciones que al efecto presten quienes conozcan su


identidad.

Tratándose de denuncias o demandas interpuestas ante el tribunal, éste


decretará las diligencias conducentes a determinar la identidad del presunto
autor, si ésta no constare. Igual procedimiento seguirá el Ministerio Público
respecto de las denuncias por violencia intrafamiliar de que tome conocimiento.

En las diligencias que la policía practique conforme a este artículo,


mantendrá en reserva la identidad del denunciante o demandante.

Concordancias: Código Procesal Penal: artículo 85.

Artículo 89. Solicitud de extracto de filiación del denunciado o demandado.


Eljuez requerirá al Servicio de Registro Civil e Identificación, por la vía que
estime más rápida y efectiva, el extracto de filiación del denunciado o
demandado y un informe sobre las anotaciones que éste tuviere en el registro
especial que establece el artículo 12 de la Ley Nº 20.066.904

Concordancias: Ley Nº  20.066, de Violencia Intrafamiliar, D.O. 7.10.2005: artículo 12.

Artículo 90. Remisión de antecedentes si el hecho denunciado reviste


caracteresde delito. En caso que los hechos en que se fundamenta la denuncia
o la demanda sean constitutivos de delito, el juez deberá enviar de inmediato
los antecedentes al Ministerio Público.

Si de los antecedentes examinados en la audiencia preparatoria o en la del


juicio aparece que el denunciado o demandado ha ejercido violencia en los
términos establecidos en el artículo 14 de la Ley sobre Violencia Intrafamiliar, el
tribunal los remitirá al Ministerio Público.905

Concordancias: Ley Nº  20.066, de Violencia Intrafamiliar, D.O. 7.10.2005: artículo 14.

Artículo 91. Actuaciones judiciales ante demanda o denuncia de terceros.


Iniciado un proceso por denuncia o demanda de un tercero, previamente a la
realización de la audiencia preparatoria, el juez la pondrá en conocimiento de la
víctima por el medio más idóneo, directo y seguro para su integridad.

Asimismo, el juez podrá recoger el testimonio del demandante o


denunciante, antes de la citada audiencia.

Artículo 92. Medidas cautelares en protección de la víctima. El juez de


familiadeberá dar protección a la víctima y al grupo familiar. Cautelará,
además, su subsistencia económica e integridad patrimonial. Para tal efecto,
en el ejercicio de su potestad cautelar y sin perjuicio de otras medidas que
estime pertinentes, podrá adoptar una o más de las siguientes:

1. Prohibir al ofensor acercarse a la víctima y prohibir o restringir la presencia


de aquél en el hogar común y en el domicilio, lugar de estudios o de trabajo de
ésta, así como en cualquier otro lugar en que la víctima permanezca, concurra
o visite habitualmente. Si ambos trabajan o estudian en el mismo lugar, se
oficiará al empleador o director del establecimiento para que adopte las
medidas de resguardo necesarias.906

2. Asegurar la entrega material de los efectos personales de la víctima que


optare por no regresar al hogar común.

3. Fijar alimentos provisorios.

4. Determinar un régimen provisorio de cuidado personal de los niños, niñas


o adolescentes en conformidad al artículo 225 del Código Civil, y establecer la
forma en que se mantendrá una relación directa y regular entre los
progenitores y sus hijos.

5. Decretar la prohibición de celebrar actos o contratos.

6. Prohibir el porte y tenencia de cualquier arma de fuego, municiones y


cartuchos; disponer la retención de los mismos, y prohibir la adquisición o
almacenaje de los objetos singularizados en el artículo 2º de la Ley Nº 17.798,
sobre Control de Armas. De ello se informará, según corresponda, a la
Dirección General de Movilización, a la Comandancia de Guarnición o al
Director del Servicio respectivo para los fines legales y reglamentarios
pertinentes. Con todo, el imputado podrá solicitar ser excluido de estas
medidas en caso de demostrar que sus actividades industriales, comerciales o
mineras requieren de alguno de esos elementos.907

7. Decretar la reserva de la identidad del tercero denunciante.

8. Establecer medidas de protección para adultos mayores o personas


afectadas por alguna incapacidad o discapacidad.

Las medidas cautelares podrán decretarse por un período que no exceda de


los 180 días hábiles, renovables, por una sola vez, hasta por igual plazo y
podrán, asimismo, ampliarse, limitarse, modificarse, sustituirse o dejarse sin
efecto, de oficio o a petición de parte, en cualquier momento del juicio.
El juez, para dar protección a niños, niñas o adolescentes, podrá, además,
adoptar las medidas cautelares contempladas en el artículo 71, cumpliendo con
los requisitos y condiciones previstas en la misma disposición.

Tratándose de adultos mayores en situación de abandono, el tribunal podrá


decretar la internación del afectado en alguno de los hogares o instituciones
reconocidos por la autoridad competente.908

Para estos efectos, se entenderá por situación de abandono el desamparo


que afecte a un adulto mayor que requiera de cuidados. 909

Concordancias: Código Civil: artículo 225. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O.  30.08.2004: artículos 71, 83 inciso 2º.

1181. Es posible fijar, en virtud de esta disposición, como medida cautelar


Jurisprudencia: 
innovativa un régimen de relación directa y regular, de carácter provisorio, respecto
de los hijos. Se ha entendido que: "Si bien, el inciso primero del artículo 92 de la Ley
Nº 19.968 establece, en una enumeración no taxativa, las medidas cautelares que
proceden en un procedimiento de violencia intrafamiliar, el inciso final del mismo amplía
éstas a terceros que no son necesariamente víctimas de los hechos denunciados, pero
que se ven involucrados en esa problemática, tal como los hijos de los intervinientes.
Pues bien, este artículo resulta medular para resolver la cuestión planteada, ya que es
indudable que la separación de la pareja, cualquiera haya sido el motivo, no puede afectar
a personas inocentes que ven alejarse a uno de sus padres del seno familiar, de allí la
necesidad de fomentar y reconstruir los lazos de afecto y protección con el progenitor que
ya no los acompaña, lo que va en interés directo del niño o niña, y esta Corte estima que
la mejor forma de recomponerlos es establecer una regulación directa y regular de
carácter provisoria, en este caso, de la madre con sus hijos, sin importar que su
establecimiento se origine en un juicio de violencia intrafamiliar, porque hacerlo en esta
oportunidad no está prohibido y no es ajeno a los propósitos que tuvo en vista el
legislador cuando reguló este tipo de procedimiento, además uno de los principios que
inspiran la reforma de enjuiciamiento ante los tribunales de familia es la concentración,
que permite conocer en una sola audiencia todos los problemas que afecten a los
intervinientes, sin necesidad de posponer su vista o de suspenderla para otra oportunidad,
a pretexto de que, a esa fecha, las partes comparezcan asesoradas con abogados,
cuando pueden litigar personalmente. Suspender, sin una razón plausible, significa
desconocer qué es prioritario para un tribunal tan especial como el de familia, que no sea
resolver prontamente los problemas que aquejan a los usuarios, originados en una
relación de parentesco o en las necesidades de subsistencia, eso es lo primordial para
todo aquel que se desempeñe al interior de este tipo de tribunal, quien debe abocarse en
la búsqueda de la mejor de las soluciones para resolver el conflicto sometido a su
conocimiento" (C. de Apelaciones de Santiago, 30 de octubre de 2007,
Nº LegalPublishing: 37608). 1182. De si el juez de familia es competente para dictar
alguna de las medidas cautelares previstas en este artículo cuando el
procedimiento penal se encuentra suspendido en una causa por violencia
intrafamiliar, de la que había conocido el juez de garantía conforme a artículo 14 de
la Ley Nº 20.066. La jurisprudencia se ha inclinado por la afirmativa y así ha señalado
que: "El artículo 92 de la Ley Nº 19.968 ha previsto una serie de medidas cautelares de
protección de la víctima, al grupo familiar y en relación a su subsistencia económica e
integridad patrimonial, y al efecto señala el numeral 2. Asegurar la entrega material de los
efectos personales de la víctima que optare por no regresar al hogar común […] Que de
esta forma se ha determinado el espectro jurídico en que debe situarse la petición del
recurrente, esto es, una causa por hechos que constituyen violencia intrafamiliar, cuyo
procedimiento penal se encuentra suspendido, sin que ello implique que la víctima quede
desprovista de protección, pudiendo solicitar las medidas que estime pertinentes, las que
quedan entregadas al conocimiento de los Tribunales de Familia de acuerdo a lo
precisado en el considerando primero y segundo" (C. de Apelaciones de Valdivia, 30 de
junio de 2009, Nº LegalPublishing: 42258). En tales consideraciones se había sentado
que: "Primero: Que el artículo 81 de la Ley Nº 19.968 dispone que corresponderá el
conocimiento de los conflictos a que dé origen la comisión de actos de violencia
intrafamiliar, regulados en la Ley Nº 20.066, al juzgado de familia dentro de cuyo territorio
jurisdiccional tenga residencia o domicilio el afectado» situación que debe entenderse en
concordancia con lo dispuesto en el artículo 8º Nº 18 del mismo cuerpo legal, que fija la
competencia de los Tribunales de familia. SEGUNDO: Que al tenor de las normas
precitadas, resulta claro establecer que es la Judicatura de familia, el ente jurisdiccional
que debe solucionar los conflictos derivados de situaciones de violencia intrafamiliar"
(C. de Apelaciones de Valdivia, 30 de junio de 2009, Nº LegalPublishing: 42258).

Artículo 93. Comunicación y ejecución de las medidas cautelares. El juez,


en la forma y por los medios más expeditos posibles, pondrá en conocimiento
de la víctima las medidas cautelares decretadas, otorgándole la certificación
correspondiente.

Asimismo, el juez podrá requerir el auxilio de la fuerza pública, disponer su


intervención con facultades de allanamiento y descerrajamiento y ejercer, sin
más trámite, los demás medios de acción conducentes para el cumplimiento de
las medidas cautelares decretadas.

Artículo 94. Incumplimiento de medidas cautelares. En caso de


incumplimiento de las medidas cautelares, el juez pondrá en conocimiento del
Ministerio Público los antecedentes para los efectos de lo previsto en el inciso
segundo del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil. Sin perjuicio de
ello, impondrá al infractor, como medida de apremio, arresto hasta por quince
días.910

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 240.

Artículo 95. Citación a audiencia preparatoria. Recibida la demanda o


denuncia, el juez citará a las partes a la audiencia preparatoria, la que deberá
efectuarse dentro de los diez días siguientes.

En todo caso, el denunciado o demandado deberá comparecer


personalmente, debiendo para estos efectos citarlo el tribunal bajo
apercibimiento de arresto.911

Artículo 96. Suspensión condicional de la dictación de la sentencia. Si el


denunciado o demandado reconoce ante el tribunal los hechos sobre los que
versa la demanda o denuncia y existen antecedentes que permiten presumir
fundadamente que no ejecutará actos similares en lo sucesivo, el juez podrá
suspender condicionalmente la dictación de la sentencia, siempre y cuando se
cumpla cualquiera de las siguientes condiciones:

a) Que se hayan establecido y aceptado por las partes obligaciones


específicas y determinadas respecto de sus relaciones de familia y aquellas de
carácter reparatorio a satisfacción de la víctima;

b) Que se haya adquirido por el demandado o denunciado, con el acuerdo


de la víctima, el compromiso de observancia de una o más de las medidas
cautelares previstas en esta ley por un lapso no inferior a seis meses ni
superior a un año.

En todo caso, el tribunal, previo acuerdo de las partes y en conformidad a lo


dispuesto en el inciso primero, podrá someter a mediación el conflicto para los
efectos de la letra a). Aprobada el acta de mediación, el juez suspenderá
condicionalmente la dictación de la sentencia. Para efectos de lo dispuesto en
este artículo, el juez deberá ser asesorado por uno o más miembros del
consejo técnico, asegurándose que las partes estén en capacidad para
negociar libremente y en un plano de igualdad.

La resolución que apruebe la suspensión de la sentencia será inscrita en el


registro especial que para estos procesos mantiene el Servicio de Registro Civil
e Identificación, en los mismos términos que la sentencia.

Concordancias: Ley Nº  19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación, D.O.  19.10.1996:
artículo  4º  número 1. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículo 98.

1183. El incumplimiento de las condiciones impuestas para suspender el


Jurisprudencia: 
pronunciamiento de sentencia no configura el delito de desacato. En este sentido se
ha pronunciado la I Corte de Apelaciones de Valparaíso, que ha declarado: "Que son
lma. 

hechos del juicio (primer considerando Noveno) que el imputado había sido anteriormente
denunciado en el Juzgado de Familia de San Antonio, en la causa RIT F-166, en la cual,
en el marco de lo establecido en el artículo 96 de la Ley Nº 19.968, el 02 de agosto de
2010, se resolvió suspender "condicionalmente la dictación de la sentencia por el término
de un año", quedando el denunciado durante dicho plazo, sujeto al cumplimiento de la
condición establecida en el artículo 92 Nº 1 de dicha ley, esto es, la prohibición de
acercamiento al domicilio de la víctima (su cónyuge), lugar de trabajo, entorno o cualquier
lugar donde ella se encuentre, por el plazo de un año, no obstante lo cual, el 07 de marzo
de 2011, alrededor de las 00:50 horas, ingresó al antejardín del domicilio de su cónyuge,
ubicado en la localidad de Llolleo, San Antonio, calle Los Kiwis Nº 1036, ocasión en que la
afectada llamó a Carabineros, quienes procedieron a detener al acusado, por existir una
medida cautelar vigente que le prohibía acercarse a su cónyuge o a su domicilio. 5º. Que
al calificar los hechos antes descritos como un delito de desacato, tal como lo señala la
defensa del enjuiciado, los sentenciadores han cometido una infracción de ley que influyó
sustancialmente en lo dispositivo del fallo, específicamente de los artículos 98 de la Ley
Nº 19.968 y 240 inciso 2º del Código de Procedimiento Civil, con lo cual no resta sino
concluir que la sentencia adolece del vicio de nulidad contemplado en el artículo 377 letra
b) del Código Procesal Penal. En efecto, el incumplimiento en que incurriera el acusado,
no fue de una resolución judicial, sino de la condición impuesta por un Juez de Familia por
un lapso determinado, para suspender la dictación de sentencia. Transcurrido el plazo
fijado sin que la suspensión fuere revocada, no se dicta sentencia acerca de los hechos
primitivamente denunciados. Por el contrario, si el denunciado incumple las condiciones,
el juez dictará sentencia. 6º) Que de lo expuesto en la motivación precedente puede
advertirse, que las condiciones acordadas o impuestas para suspender la dictación de
sentencia en el Juzgado de Familia, no es una resolución judicial, sino que es uno de los
requisitos que necesariamente deben cumplirse dentro de un determinado lapso para que
opere esta institución, pues, de lo contrario, el procedimiento continuará y se dictará fallo.
7º) Que aún más, la ley no ha tipificado ese incumplimiento como un delito de desacato,
sino que en ella sólo se dice que, ante tal incumplimiento, la sanción será que el juez
procederá a dictar sentencia (artículo 98 de la Ley Nº 19.968). 8º) Que el derecho penal
es esencialmente legalista y, al no encontrarse la acción que se reprocha al imputado,
tipificada como delito, ni al haberse dicho de manera expresa que se le sancionará como
tal, no puede ser considerada como la acción típica, antijurídica y culpable penada por el
inciso 2º del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, con lo cual este texto legal ha
sido infringido" (C. Apelaciones de Valparaíso, 7 de agosto de 2012, cons. 5º a
8º, LegalPublishing: Cl/Jur/1649/2012, Rol Nº 825-2012).

Artículo 97. Improcedencia de la suspensión condicional de la dictación de


la sentencia. La facultad prevista en el artículo anterior no será procedente en
los siguientes casos:

a) Si el juez estimare conveniente la continuación del proceso;

b) Si ha habido denuncia o demanda previa sobre la comisión de actos de


violencia intrafamiliar en contra del denunciado o demandado, cualquiera que
haya sido la víctima de éstos, y

c) Si el demandado o denunciado hubiere sido condenado previamente por


la comisión de algún crimen o simple delito contra las personas, o por alguno
de los delitos previstos en los artículos 361 a 375 del Código Penal.

Concordancias: Código Penal: artículos 361 a 375.

Artículo 98. Efectos de la suspensión condicional de la dictación de la


sentencia. Si transcurrido un año desde que se hubiese suspendido
condicionalmente la dictación de la sentencia, el denunciado o demandado ha
dado cumplimiento satisfactorio a las condiciones impuestas, el tribunal dictará
una resolución declarando tal circunstancia, ordenará el archivo de los
antecedentes y dispondrá la omisión en el certificado respectivo de la
inscripción practicada, de conformidad con lo dispuesto en el inciso final del
artículo 96.
En caso de incumplimiento del denunciado o demandado de las obligaciones
acordadas en conformidad a la letra a) del inciso primero del artículo 96, el juez
dictará sentencia y, atendida su naturaleza, decretará su ejecución.

Si el denunciado o demandado no cumpliere con alguna de las medidas


impuestas en conformidad a la letra b) del mismo inciso, el tribunal establecerá
tal hecho y dictará sentencia.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 96, 100.

Artículo 99. Revocación. Si la persona denunciada o demandada incurre


en nuevos actos de violencia intrafamiliar en el período de condicionalidad, se
acumularán los antecedentes al nuevo proceso, debiendo el tribunal dictar
sentencia conjuntamente respecto de ambos.

Artículo 100. Término del proceso. El proceso regulado en este Párrafo


podrá terminar por sentencia ejecutoriada o en conformidad a lo dispuesto en
el inciso primero del artículo 98. Podrá, además, terminar por archivo, de
conformidad a lo dispuesto en el artículo 21, inciso tercero. 912

Asimismo, cuando el proceso se hubiere iniciado por demanda o denuncia


de un tercero, el juez de familia, durante la audiencia preparatoria y previo
informe del consejo técnico, podrá poner término al proceso a requerimiento de
la víctima si su voluntad fuere manifestada en forma libre y espontánea.

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 21 inciso 3º, 98.

Artículo 101. Sentencia. La sentencia contendrá un pronunciamiento


sobre la existencia de hechos constitutivos de violencia intrafamiliar,
establecerá la responsabilidad del denunciado o demandado y, en su caso, la
sanción aplicable.

En caso de concurrir conjuntamente como víctimas de violencia intrafamiliar


personas mayores y niños, niñas o adolescentes, el juez podrá siempre
adoptar medidas de protección en conformidad a la ley.

Párrafo tercero De los actos judiciales no contenciosos

Artículo 102. Del procedimiento aplicable. Los actos judiciales no


contenciosos cuyo conocimiento corresponda a los jueces de familia se regirán
por las normas de la presente ley y, en lo no previsto en ellas, por el Libro IV
del Código de Procedimiento Civil, a menos que resulten incompatibles con la
naturaleza de los procedimientos que esta ley establece, particularmente en lo
relativo a la exigencia de oralidad.

La solicitud podrá ser presentada por escrito y el juez podrá resolverla de


plano, a menos que considere necesario oír a los interesados. En este último
caso, citará a una audiencia, a la que concurrirán con todos sus antecedentes,
a fin de resolver en ella la cuestión no contenciosa sometida a su conocimiento.

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: libro IV. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O.  30.08.2004: artículo 10 inciso 1º.

Párrafo cuarto Procedimiento Contravencional ante los Tribunales de Familia913

Artículo 102 A. Las faltas contenidas en la legislación vigente que sean


cometidas por adolescentes, constituirán contravenciones de carácter
administrativo para todos los efectos legales y su juzgamiento se sujetará al
procedimiento regulado en este Párrafo.

Se exceptúan de lo dispuesto en el inciso anterior únicamente las faltas


tipificadas en los artículos 494, Nºs. 1, 4, 5, y 19, este último en lo que dice
relación con el artículo 477; en el artículo 494 bis, en el artículo 495, Nº 21 y en
el artículo 496, Nºs. 5 y 26, todos del Código Penal, y aquellas contempladas
en la Ley Nº 20.000 o en los cuerpos normativos que la sustituyan, cometidas
por adolescentes mayores de 16 años, cuyo conocimiento estará sujeto a lo
preceptuado por la ley que regula la responsabilidad penal de los
adolescentes. 914-915

Concordancias: Código Penal: artículos 477, 494 números 1, 4, 5 y 19, 494 bis, 495 número 21. Ley
Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículo 102 C. Ley Nº 20.000, sanciona el
tráfico ilícito de estupefacientes y substancias sicotrópicas, D.O.  16.02.2005. Ley Nº  20.084,
sobre  Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículo 1º.

Artículo 102 B. Será aplicable al proceso contravencional lo dispuesto en


los Párrafos 1º, 2º y 3º del Título III de esta ley, en lo que no sea incompatible
con lo dispuesto en el presente Título y con la naturaleza infraccional de las
faltas a juzgar.916
Artículo 102 C. Será competente para el conocimiento de los asuntos a que
se refiere el inciso primero del artículo 102 A el tribunal del lugar en que se
hubiere ejecutado el hecho. Tratándose de los asuntos a que se refiere el
numeral 9 del artículo 8º, será competente el tribunal del domicilio del menor,
sin perjuicio de la potestad cautelar que pudiere corresponder al tribunal que
inicialmente conozca del asunto en razón del lugar donde se cometió el
hecho.917

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 102 A.

Artículo 102 D. El procedimiento podrá iniciarse con el solo mérito del parte
policial que dé cuenta de la denuncia interpuesta por un particular o de la falta
flagrante en que se haya sorprendido a un adolescente. En ambos casos la
policía procederá a citar al adolescente para que concurra a primera audiencia
ante el tribunal, lo que deberá quedar consignado en el parte respectivo.

Los particulares también podrán formular la denuncia directamente al


tribunal.918

Artículo 102 E. De la realización de la primera audiencia a que deba


comparecer el imputado deberá notificarse también a sus padres o a la
persona que lo tenga bajo su cuidado, y al denunciante o al afectado, según
corresponda.

Todos quienes sean citados deberán concurrir a la audiencia con sus medios
de prueba.919

: 1184. De ser contraria a la Constitución la utilización de la voz "imputado"


Jurisprudencia
en el inciso 1º de este artículo. El E Tribunal Constitucional, desde una sentencia de 3
xcmo. 

de marzo de 2016, ha estimado en diversos casos concretos que la la voz "imputado"


utilizada en el inciso 1º de este artículo es contraria a la Constitución y, en consecuencia,
adviene inaplicable. El razonamiento del tribunal ha sido el siguiente: "Que llama la
atención que se utilice por la ley la voz 'imputado', toda vez que ello denota, para el
adolescente que tenga obligación de comparecer ante el tribunal de familia, un término
impropio que emplea nuestra legislación procesal penal para referirse al interviniente que
es sindicado por el Ministerio Público o por el querellante particular como eventual
responsable de un delito. Precisamente, la palabra 'imputado' significa 'aquel contra quien
se dirige un proceso penal' (Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Española,
vigesimotercera edición, t. II, año 2014). Otra acepción la da el diccionario jurídico, que
señala que imputado es 'aquel individuo a que cabe atribuirle un delito por la conciencia,
libertad, voluntad y lucidez con que ha obrado'. (Diccionario Jurídico, Dr. Guillermo
Cabanellas de Torres, Editorial Heliasta, Argentina, año 1983). La doctrina penal refiere
que la 'imputabilidad es la capacidad de conocer lo injusto del actuar y de determinarse
conforme a ese conocimiento. Dicho de otro modo, la imputabilidad es la capacidad
personal de ser objeto de reproche por la conducta ejecutada y, consiguientemente,
capacidad de culpabilidad' (Derecho Penal, Enrique Cury. Ed. Universidad Católica de
Chile, año 2005, p. 409)" (Tribunal Constitucional, 3 de marzo de 2016, cons. 12º, Rol
Nº 2743-14-Ina). La utilización de la palabra "imputado" en este artículo, a juicio del
E Tribunal Constitucional, está herida de inconstitucionalidad por ser contraria al artículo
xcmo. 

1º inciso 1º y 19 número 1º de la Constitución Política de la República: "Constituyendo la


voz "imputado", en la norma analizada, una palabra ajena a la connotación que ella tiene,
según se ha manifestado, y considerando que precisamente la disposición legal se
encuentra inserta en el procedimiento contravencional ante los tribunales de familia, este
Tribunal Constitucional declarará inaplicable el precepto legal en esta parte, por tener
efectos contrarios a la Constitución, más precisamente a su artículo 1º que señala "que
las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos" y al artículo 19, Nº 1º, en
cuanto asegura a todas las personas el derecho a la integridad psíquica; aunque estas
normas constitucionales no son invocadas por el requerimiento judicial, esta Magistratura,
en mérito a lo dispuesto en el artículo 88 de su Ley Orgánica Constitucional, se encuentra
facultada para fundamentar la inconstitucionalidad de una norma en causales distintas a
aquellas que han sido invocadas por alguna de las partes en su solicitud de
inaplicabilidad. Tal es el caso del artículo 102 E de la Ley Nº 19.968, al utilizar la
expresión "imputado". Que, además, la Convención sobre los Derechos del Niño indica en
su artículo primero: "niño (es) todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo
que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad
(Caso de los 'Niños de la Calle' (Villagrán Morales y otros) vs. Guatemala, párr. 188). En
las Reglas de Beijing, en las Reglas de Tokio y en las Directrices de Riad se utilizan los
términos 'niño' y 'menor' para designar a los sujetos destinatarios de sus disposiciones.
De acuerdo con las Reglas de Beijing, 'menor es todo niño o joven que, con arreglo al
sistema jurídico respectivo, puede ser castigado por cometer un delito en forma diferente
a un adulto'. En las Reglas de Tokio no se establece salvedad alguna al límite de
dieciocho años de edad. En definitiva, tomando en cuenta la normativa internacional y el
criterio sustentado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se entiende por
'niño' a toda persona que no ha cumplido dieciocho años de edad (Opinión Consultiva
OC-17/02. Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño. Resolución de 28 de agosto
de 2002, solicitada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos). De esta
manera, la voz 'imputado' contraría la naturaleza y esencia de la Ley de Responsabilidad
Penal Juvenil, la cual vino en nuestro país a dar cumplimiento a lo ordenado en la
Convención de los Derechos del Niño, cuyo fin era promover el establecimiento de
procedimientos, autoridades e instituciones específicas para el juzgamiento de los niños a
los que se les impute una infracción de ley penal, por lo que corresponde que los menores
que estén exentos sean puestos a disposición del tribunal competente en asuntos de
familia" (Corte Suprema, roles 5440-2007, 5441-2007 y 5972-2009) (Tribunal
Constitucional, 3 de marzo de 2016, cons. 13º, Rol Nº 2743-14-Ina). Se ha agregado en
sentencia posterior: "Que, además, resulta inapropiado y alejado de la naturaleza del
desarrollo de la personalidad de un adolescente, el que la ley tratándolo como imputado
lleva consigo una connotación delictiva ineludible, que conlleva al ejercicio de derechos y
obligaciones propias de quien está en esa situación procesal y que, atendida la edad del
afectado no puede comprender los efectos jurídicos de tal calidad, para ejercerlos en
plenitud, como lo sería el otorgar mandato a un abogado para su defensa" (Tribunal
Constitucional, 20 de abril de 2017, cons. 13º, Rol Nº 3119-16-Ina). En su consecuencia
se ha declarado: "Que, por lo anterior, tratar al adolescente de 'imputado' implica una
infracción al trato y cuidado que debe tener, por lo que resulta contrario a la Constitución"
(Tribunal Constitucional, 20 de abril de 2017, cons. 14º, Rol Nº 3119-16-Ina).

Artículo 102 F. Si el adolescente no concurriere a la primera citación, el


tribunal podrá ordenar que sea conducido a su presencia por medio de la
fuerza pública. En este caso se procurará que la detención se practique en el
tiempo más próximo posible al horario de audiencias del tribunal. 920

: 1185. De la naturaleza de esta regla. El E Tribunal Constitucional ha


Jurisprudencia xcmo 

declarado: "Que, esta norma jurídica constituye una regla de acatamiento de una orden
judicial que, en general deben cumplir todas las personas, con el objeto de preservar el
estado de derecho" (Tribunal Constitucional, 20 de abril de 2017, cons. 16º, Rol Nº 3119-
16-Ina). 1186. De la interpretación de esta regla como una garantía para el
adolescente. En este sentido se ha pronunciado el E Tribunal Constitucional: "[E]sta
xcmo. 

Magistratura expresa que la disposición legal se debe entender también como una
garantía para el adolescente, en el sentido que el juez de familia resguardará tanto las
garantías constitucionales del adolescente, como la situación fáctica que pudiere
afectarle" (Tribunal Constitucional, 20 de abril de 2017, cons. 16º, Rol Nº 3119-16-
Ina). 1187. De la impropiedad del uso de la voz "detención", en cuanto que se refiere
a la medidad de "arresto". La jurisprudencia constitucional ha estimado que en este
artículo no trata técnicamente de una "detención", sino de una medida de arresto. Así ha
advertido: "Que, aunque esta disposición habilita al juez para ordenar que el adolescente
que no compareciere ante él, pueda ser llevado a su presencia mediante la fuerza pública,
a su vez prevé las medidas del caso para evitar cualquiera situación de riesgo respecto
del adolescente que pudiera afectar sus garantías constitucionales. Si bien la norma legal
usa impropiamente la palabra "detención", jurídicamente, como lo señala la jueza
requirente, es una "orden de arresto" propiamente dicha. En tal sentido, cabe recordar
que el arresto y la detención, siendo instituciones que constriñen y afectan la libertad
personal de un individuo, presentan algunas diferencias. La detención es la privación de
libertad por breve tiempo de una persona si existen fundadas sospechas de ser
responsable de un delito o bien aparecer motivo que induzca a creer que intente eludir la
acción de la justicia y no cooperará en la investigación de un hecho punible (artículo 125
del Código Procesal Penal), en tanto el arresto, por su parte, consiste en una medida de
apremio, mediante la cual se priva temporalmente a una persona de su libertad con el
solo propósito de ponerla a disposición de autoridad competente (artículo 127 del Código
Procesal Penal). De tal manera que, aunque la ley use la voz detención, se está refiriendo
al arresto, por parte de la fuerza pública, de un adolescente rebelde a concurrir a la
citación que se le ha hecho por parte del Tribunal de Familia, arresto que tiene el solo
objeto de ponerlo a disposición del Juez de Familia" (Tribunal Constitucional, 3 de marzo
de 2016, cons. 17º, Rol Nº 2743-14-Ina). 1188. Esta regla no vulnera el principio de
proporcionalidad. Así lo ha entendido el E Tribunal Constitucional: "Que el principio de
xcmo. 

proporcionalidad citado por el requerimiento como infringido en esta disposición legal, se


ha tornado relevante en materia de resguardo de los derechos fundamentales. La doctrina
española ha referido que un acto o ley puede reputarse proporcional, y por ende válido, si
copulativamente se cumplen tres condiciones: 1º) que la intervención de la autoridad sea
adecuada para alcanzar el fin que se propone; 2º) que sea necesaria y no tenga una
alternativa menos gravosa para el interesado, y 3º) que no sea un sacrificio excesivo del
derecho o interés sobre el que se produce la intervención. El principio de proporcionalidad
es uno de los estándares normativos empleados por la jurisdicción constitucional para
determinar la validez de una interferencia en el ejercicio legítimo de un derecho
fundamental, en virtud del cual se examina la idoneidad, necesidad y proporcionalidad
estricta de la medida que interfiere con el derecho. Se le denomina también "principio de
máxima razonabilidad"; Decimonoveno. Que, atendida la parte final del precepto legal
impugnado en cuanto a que la restricción de libertad al adolescente se practique en el
término más próximo posible al horario de audiencias del tribunal de familia, no existe
para esta Magistratura vulneración al principio de proporcionalidad que denuncia el
requerimiento y, por consiguiente, su aplicación no produce efectos contrarios a la Carta
Fundamental en los términos referidos al señalado principio. Esto, teniendo en
consideración que no resulta pertinente invocar la afectación del ya citado principio de
proporcionalidad, puesto que la Ley Nº 20.084, en su Título II, sobre procedimiento,
establece el artículo 27, cuyas normas resultan concordantes con la Convención sobre los
Derechos del Niño: artículos 12 Nº 2, 37 (d), 40 Nº 2 (b) i, ii, iii, iv, v, vi, vii; Reglas de
Beijing: artículos 2.1, 7.1, 10.1, 15.1 y 2, 20.1" (Tribunal Constitucional, 3 de marzo de
2016, cons. 17º, Rol Nº 2743-14-Ina).

Artículo 102 G. El adolescente tendrá derecho a guardar silencio. 921

Artículo 102 H. Al inicio de la audiencia, el juez explicará al adolescente sus


derechos y, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo anterior, lo interrogará
sobre la veracidad de los hechos imputados por el requerimiento. En caso de
que el adolescente reconozca los hechos, el juez dictará sentencia de
inmediato, la que no será susceptible de recurso alguno.

En la sentencia se podrá imponer la sanción de amonestación si ésta resulta


proporcionada a la gravedad de los hechos y a la edad del adolescente para
responsabilizarlo por la contravención, a menos que mediare reiteración, en
cuyo caso deberá imponerse alguna de las restantes sanciones previstas en el
artículo 102 J.922

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 102 J.

: 1189. De los reproches de constitucionalidad al inciso 1º de este artículo.


Jurisprudencia
El E Tribunal Constitucional se ha referido a los eventuales problemas de
xcmo. 

constitucionalidad de este artículo: "Que en su parte final la disposición legal impugnada


preceptúa que el juez de la causa dictará sentencia de inmediato, agregando que dicha
sentencia no será susceptible de recurso alguno, disposición que en esta parte suscita
diversos reproches constitucionales" (Tribunal Constitucional, 3 de marzo de 2016, cons.
24º, Rol Nº 2743-14-Ina). 1189.1. Herida de constitucionalidad por contrariar la
garantía del debido proceso: ausencia de fase probatoria. La jurisprudencia
constitucional así lo ha estimado: "Que en todo proceso la prueba es un derecho de la
persona, sea parte, interviniente o solicitante, en este caso el adolescente, con el
propósito de desvirtuar los hechos que se le atribuyen, como un elemento esencial del
racional y justo procedimiento, por lo que no contemplar una etapa probatoria dentro del
proceso resulta contrario a un procedimiento de la naturaleza que establece la Carta
Fundamental y, en consecuencia, es también contrario al debido proceso en los términos
garantizados por la Constitución Política" (Tribunal Constitucional, 3 de marzo de 2016,
cons. 25º, Rol Nº 2743-14-Ina). 1189.2. Herida de constitucionalidad por contrariar la
garantía del debido proceso: ausencia de recursos. Igualmente se ha estimado que es
contrario a la garantía del debido proceso, en cuanto impide cualquier recurso contra la
eventual sentencia que pronuncie el juez en el supuesto de que trata: "Que el debido
proceso contempla, entre sus elementos constitutivos, el derecho al recurso, el cual
consiste en la facultad de solicitar a un tribunal superior que revise lo resuelto por el
inferior; el racional y justo procedimiento necesariamente debe contemplar la revisión de
las decisiones judiciales: 'impedir la revisión de los hechos es generar respuestas
jurisdiccionales sujetas a errores que no garantizan la debida imparcialidad del juzgador,
al no estar sujeto a control, examen o revisión de lo resuelto'. (Derecho al Recurso, autor
Williams Eduardo Valenzuela Villalobos, Ed. Jurídicas de Santiago, año 2015, p. 54)"
(Tribunal Constitucional, 3 de marzo de 2016, cons. 26º, Rol Nº 2743-14-Ina).

Artículo 102 I. Si el adolescente negare los hechos o guardare silencio, se


realizará el juzgamiento de inmediato, procediéndose a oír a los
comparecientes y a recibir la prueba, tras lo cual se preguntará al adolescente
si tiene algo que agregar. Con su declaración o sin ella, el juez pronunciará
sentencia de absolución o condena.923

: 1190. De ser contrario este artículo a la garantía constitucional del debido


Jurisprudencia
proceso. El E Tribunal Constitucional ha explicado esta regla y su operatividad del modo
xcmo. 

siguiente: "Esta disposición legal regula la situación contraria a la prevista en el artículo


102 H, en el sentido de que el adolescente no reconoce los hechos o bien ejerce el
derecho que le confiere el artículo 102 G de la misma ley, en orden a guardar silencio. En
uno u otro caso, el precepto legal en forma imperativa obliga al juez al juzgamiento
inmediato del hecho y la eventual responsabilidad del adolescente en él, lo que en la
práctica impide la posibilidad de que el adolescente pueda desvirtuarlo rindiendo prueba
al respecto. Por consiguiente, el juez, ante la actitud del adolescente en orden a negar el
hecho o guardar silencio, debe dictar sentencia de inmediato en la causa por mandato de
esta disposición legal" (Tribunal Constitucional, 3 de marzo de 2016, cons. 29º, Rol
Nº 2743-14-Ina). La "prisa de gestión", de que da cuenta este artículo, es contraria a la
garantía constitucional del debido proceso: "Que el juzgamiento de inmediato trae a
colación lo que la doctrina denomina 'la prisa de gestión', que se entiende como aquel
procedimiento que tramitado rápidamente pugna con derechos y garantías esenciales de
las partes en el juicio. Dicha prisa de gestión se observa en nuestro ordenamiento jurídico
en diversos procedimientos y se hace más palmaria en el establecido por la disposición
legal cuya constitucionalidad se examina. La rapidez en el actuar que se le impone al juez
de familia, quien debe proceder con el solo mérito del parte policial, lo pone en una
situación difícil y contraria a la reflexión necesaria con que debe contar todo magistrado
para dictar un fallo justo, y, desde luego, afecta la garantía del debido proceso a que tiene
derecho el adolescente, quien se ve juzgado sólo por un acto policial que consta en un
documento que se ha puesto en conocimiento del tribunal de familia respectivo. De todo lo
anterior se colige en forma meridiana que esta disposición legal es contraria a la
Constitución Política, porque afecta la garantía del debido proceso que le asegura a toda
persona el texto constitucional, afectando en este caso al adolescente" (Tribunal
Constitucional, 3 de marzo de 2016, cons. 30º, Rol Nº 2743-14-Ina). 1191. El resguardo
del interés superior del niño y del interés de la familia exigen la existencia de
medios y recursos idóneos. Se ha advertido, a propósito de este artículo, en la
jurisprudencia constitucional: "Que en orden a una eficaz y oportuna protección de los
intereses del niño y la familia debe contemplarse la intervención de instituciones
debidamente calificadas para ello, que dispongan de personal adecuado, instalaciones
suficientes, medios idóneos y experiencia probada en este género de tareas. En fin, no
basta con que se trate de organismos jurisdiccionales o administrativos; es preciso que
éstos cuenten con todos los elementos necesarios para salvaguardar el interés superior
del niño. En este mismo sentido, el inciso tercero del artículo 3º de la Convención sobre
los Derechos del Niño así lo determina, al agregar: '3.- Los Estados partes se asegurarán
que las instituciones, servicios y establecimientos encargados del cuidado o la protección
de los niños cumplan las normas establecidas por las autoridades competentes,
especialmente en materia de seguridad, sanidad, número y competencia...'; 'no basta con
disponer protecciones y garantías judiciales si los operadores del proceso carecen de
capacitación suficiente sobre lo que supone el interés superior del niño y,
consecuentemente, sobre la protección efectiva de sus derechos' (Opinión consultiva
17/02. Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño. Resolución de 28 de agosto de
2002, solicitada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos)" (Tribunal
Constitucional, 3 de marzo de 2016, cons. 31º, Rol Nº 2743-14-Ina).

Artículo 102 J. El juez podrá imponer al adolescente únicamente alguna de


las siguientes sanciones contravencionales:

a) Amonestación;

b) Reparación material del daño;

c) Petición de disculpas al ofendido o afectado;'

d) Multa de hasta 2 Unidades Tributarias Mensuales;

e) Servicios en beneficio de la comunidad, de ejecución instantánea o por un


máximo de tres horas, y

f) Prohibición temporal de asistir a determinados espectáculos, hasta por tres


meses.

El tribunal podrá aplicar conjuntamente más de una de las sanciones


contempladas en este artículo, lo que deberá fundamentarse en la sentencia. 924-

925

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 102 H.

: 1192. Este artículo no cumple con la exigencia de proporcionalidad. Es


Jurisprudencia
ésta la opinión que ha defendido el E Tribunal Constitucional: "Que el abanico de
xcmo. 

sanciones, que más bien se asimilan a la naturaleza de las penas, que consagra esta
norma jurídica no cumple con los estándares de constitucionalidad que esta Magistratura
ha reseñado conforme al 'principio de proporcionalidad' que se ha consagrado
reiteradamente como un criterio de interpretación, en relación con la intervención penal en
el marco del ius puniendi del Estado. No se establece por la disposición legal una
gradualidad en la aplicación de dichas sanciones, entregando total libertad al juez de
familia para aplicar unas u otras o más de una, lo que hace que se vulnere el principio de
proporcionalidad al no existir reglas suficientemente precisas para evitar la
discrecionalidad en su aplicación por parte del juez. 'La regulación legal debe ser
razonable, no arbitraria, sirviendo como referencia del juicio de razonabilidad la
concurrencia del principio de proporcionalidad, determinado por la relación coherente
entre los medios utilizados y los fines legítimos perseguidos' (STC 541, c. 15º)" (Tribunal
Constitucional, 3 de marzo de 2016, cons. 33º, Rol Nº 2743-14-Ina). 1193. Este artículo
contiene expresiones indeterminadas, lo que incrementa su desproporcionalidad.
En este sentido el mismo E Tribunal Constitucional: "Que, junto con la falta de
xcmo. 

proporcionalidad en la escala de sanciones, cuya aplicación como se ha dicho


precedentemente queda al libre arbitrio del juzgador de familia, contiene esta norma
expresiones indeterminadas, como por ejemplo la 'prohibición temporal de que el
adolescente sancionado asista a determinados espectáculos', sin referirse
específicamente a la naturaleza y clase de éstos, lo que deja con mayor evidencia la
desproporción de las referidas sanciones, particularmente en lo que dice relación con el
subprincipio referido a 'la idoneidad' o adecuación, porque no se divisa la finalidad que se
busca con ello, quedando la aplicación de la sanción a la prudencia del juzgador; si ello lo
unimos a la celeridad con que dicha jurisdicción debe tramitar la causa, tenemos una
amenaza evidente de una administración de justicia que afecte seriamente las garantías
más fundamentales del adolescente en su experiencia ante un poder del Estado. En este
sentido, no se puede preterir que la sanción que se aplique afectará a un ser humano que
está en una etapa de la vida cuyo proceso de formación está en pleno desarrollo y, por lo
tanto, la inadecuada aplicación de las sanciones previstas por esta norma jurídica si es
desproporcionada o injustamente aplicada puede traer graves consecuencias severas en
la personalidad del adolescente y su conducta ante la sociedad" (Tribunal Constitucional,
3 de marzo de 2016, cons. 33º, Rol Nº 2743-14-Ina).

Artículo 102 K. Las sentencias definitivas dictadas en procesos por


infracciones cometidas por adolescentes serán inapelables. 926

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 67.

: 1194. Este artículo, al no permitir el recurso de apelación, vulnera la


Jurisprudencia
garantía del debido proceso. Así lo ha declarado el E Tribunal Constitucional: "Que al
xcmo. 

impedir la disposición legal el recurso de apelación de la sentencia definitiva, está


negando el derecho al recurso sobre el cual se ha referido supra este sentenciador,
constituyendo tal derecho una garantía fundamental que permite a la parte afectada la
posibilidad de que un tribunal superior revise conforme a derecho la sentencia que lo
afecta; en este procedimiento contravencional no se permite aquello, con lo cual se impide
al adolescente una tutela judicial efectiva de sus derechos, produciéndose una
desprotección a éste y creando un vacío de control, lo que pugna con la garantía del
racional y justo procedimiento, garantía establecida en el artículo 19, Nº 3º, de la Carta
Fundamental" (Tribunal Constitucional, 3 de marzo de 2016, cons. 37º, Rol Nº 2743-14-
Ina). Ha agregado, en la misma línea: "Que el derecho a recurrir del fallo ante juez o
tribunal superior está recogido en el artículo 8º, letra h), de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos. Esta garantía, sustentada en precisiones en cuanto a
procedimientos que involucren niños y adolescentes, aparece recogida en la Opinión
Consultiva OC 17/02 del 28 de agosto de 2002. Serie A Nº17, §134, Corte Interamericana
de Derechos Humanos. Condición Jurídica de los Derechos Humanos del Niño), e
igualmente en las garantías en el marco de los procesos, donde se reconoce el derecho a
recurrir el fallo ante juez o tribunal superior, a raíz de lo cual la Corte Interamericana
requiere de la existencia de un órgano de grado superior al que juzgó y condenó al
inculpado, realizando una verdadera revisión de la sentencia. Es más, el recurso debe
tener eficacia, lo cual implica que debe procurar resultados o respuestas al fin para el cual
fue concebido (Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Mohamed vs.
Argentina. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 23
noviembre de 2012 Serie C Nº 225, §99; Corte Interamericana de Derechos Humanos,
Caso Mendoza y otros vs. Argentina. Excepciones Preliminares. Fondo y reparaciones.
Sentencia de 14 de mayo de 2013, Serie C Nº 260, §244)" (Tribunal Constitucional, 3 de
marzo de 2016, cons. 38º, Rol Nº 2743-14-Ina).
Artículo 102 L. A solicitud de parte, el juez podrá sustituir una sanción por
otra durante el cumplimiento de la misma.927

Artículo 102 M. En caso de incumplimiento de la sanción impuesta, el


tribunal remitirá los antecedentes al Ministerio Público para los efectos
previstos en el inciso segundo del artículo 240 del Código de Procedimiento
Civil.928

Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 240.

Artículo 102 N. En los casos en que un niño, niña o adolescente inimputable
incurra en una conducta ilícita, el juez de familia deberá citar a su padre, madre
o a quien lo tenga a su cuidado a una audiencia, para los fines del artículo 234
del Código Civil.929

Concordancias: Código Civil: artículo 234.

TÍTULO V DE LA MEDIACION FAMILIAR930

Artículo 103. Mediación. Para los efectos de esta ley, se entiende por


mediación aquel sistema de resolución de conflictos en el que un tercero
imparcial, sin poder decisorio, llamado mediador, ayuda a las partes a buscar
por sí mismas una solución al conflicto y sus efectos, mediante acuerdos. 931

Concordancias: Decreto Nº 957, Min. de Justicia, Aprueba normas reglamentarias necesarias para la


ejecución de la Ley Nº 19.968, D.O.  23.08.2005.

Artículo 104. Avenimientos obtenidos fuera de un procedimiento de


mediación.Sin perjuicio de lo dispuesto en este Título, las partes podrán
designar de común acuerdo una persona que ejerza entre ellas sus buenos
oficios para alcanzar avenimientos en las materias en que sea procedente de
acuerdo a la ley.932

Artículo 105. Principios de la mediación. Durante todo el proceso de


mediación, el mediador deberá velar por que se cumplan los siguientes
principios en los términos que a continuación se señalan:

a) Igualdad: en virtud del cual el mediador se cerciorará de que los


participantes se encuentren en igualdad de condiciones para adoptar acuerdos.
Si no fuese así, propondrá o adoptará, en su caso, las medidas necesarias
para que se obtenga ese equilibrio. De no ser ello posible, declarará terminada
la mediación.
b) Voluntariedad: por el que los participantes podrán retirarse de la
mediación en cualquier momento. Si en la primera sesión, o en cualquier otro
momento durante el procedimiento, alguno de los participantes manifiesta su
intención de no seguir adelante con la mediación, ésta se tendrá por terminada.

c) Confidencialidad: por el cual el mediador deberá guardar reserva de todo


lo escuchado o visto durante el proceso de mediación y estará amparado por el
secreto profesional. La violación de dicha reserva será sancionada con la pena
prevista en el artículo 247 del Código Penal.

Nada de lo dicho por cualquiera de los participantes durante el desarrollo de


la mediación podrá invocarse en el subsiguiente procedimiento judicial, en caso
de haberlo.

Con todo, el mediador quedará exento del deber de confidencialidad en


aquellos casos en que tome conocimiento de la existencia de situaciones de
maltrato o abuso en contra de niños, niñas, adolescentes o discapacitados. En
todo caso, deberá dar a conocer previamente a las partes el sentido de esta
exención.

d) Imparcialidad: lo que implica que los mediadores serán imparciales en


relación con los participantes, debiendo abstenerse de promover actuaciones
que comprometan dicha condición. Si tal imparcialidad se viere afectada por
cualquier causa, deberán rechazar el caso, justificándose ante el juzgado que
corresponda.

Los involucrados podrán también solicitar al juzgado la designación de un


nuevo mediador, cuando justifiquen que la imparcialidad del inicialmente
designado se encuentra comprometida.

e) Interés superior del niño: por el cual, en el curso de la mediación, el


mediador velará siempre para que se tome en consideración el interés superior
del niño, niña o adolescente, en su caso, pudiendo citarlos sólo si su presencia
es estrictamente indispensable para el desarrollo de la mediación.

f) Opiniones de terceros: en virtud del cual, el mediador velará para que se


consideren las opiniones de los terceros que no hubieren sido citados a la
audiencia, a quienes también podrá citar.933

Concordancias: Código Penal: artículo 247. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,


D.O.  30.08.2004: artículos 107 inciso 4, 108. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño, D.O.  27.09.1990: artículo 3.1.

Artículo 106. Mediación previa, voluntaria y prohibida. Las causas relativas


al derecho de alimentos, cuidado personal y al derecho de los padres e hijos e
hijas que vivan separados a mantener una relación directa y regular, aun
cuando se deban tratar en el marco de una acción de divorcio o separación
judicial, deberán someterse a un procedimiento de mediación previo a la
interposición de la demanda, el que se regirá por las normas de esta ley y su
reglamento.

Lo dispuesto en el inciso anterior no se aplicará a los casos del artículo 54


de la Ley Nº 19.947.

Las partes quedarán exentas del cumplimiento de este requisito, si


acreditaren que antes del inicio de la causa, sometieron el mismo conflicto a
mediación ante mediadores inscritos en el registro a que se refiere el artículo
112 o si hubieren alcanzado un acuerdo privado sobre estas materias.

Las restantes materias de competencia de los juzgados de familia,


exceptuadas las señaladas en el inciso siguiente, podrán ser sometidas a
mediación si así lo acuerdan o lo aceptan las partes.

No se someterán a mediación los asuntos relativos al estado civil de las


personas, salvo en los casos contemplados por la Ley de Matrimonio Civil; la
declaración de interdicción; las causas sobre maltrato de niños, niñas o
adolescentes, y los procedimientos regulados en la Ley Nº 19.620, sobre
adopción.

En los asuntos a que dé lugar la aplicación de la Ley Nº 20.066, sobre


Violencia Intrafamiliar, la mediación procederá en los términos y condiciones
establecidos en los artículos 96 y 97 de esta ley. 934

Concordancias: Ley Nº  19.620, sobre Adopción de Menores, D.O.  5.08.1999. Ley Nº  19.947, de
Matrimonio Civil, D.O.  17.05.2004: artículo 54. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O.  30.08.2004: artículos 57 inciso 2º, 96, 97, 112, 114 inciso 1º. Ley Nº  20.066, de Violencia
Intrafamiliar, D.O.  7.10.2005.

1195. El procedimiento de mediación es obligatorio como cuestión previa


Jurisprudencia: 
a la interposición de una nueva demanda, por lo que no es imperativo en el
contexto de pretensiones ya judicializadas. En este sentido se ha pronunciado la
E Corte Suprema: "Que el ya transcrito artículo 106 de la Ley Nº 19.968, establece que
xcma. 

las causas relativas al derecho de alimentos deben someterse a un procedimiento de


mediación previo a la interposición de la respectiva demanda, configurándose como uno
de los casos en que dicho trámite es obligatorio. Es incuestionable que tal trámite
corresponde a una exigencia que tiene como fundamento legislativo, el mismo que se
tuvo presente al incorporar el artículo 54-1 del cuerpo legal en comento, esto es, crear
una herramienta procesal que permita reducir el ingreso de causas en materia de familia,
y descomprimir por dicha vía la alta congestión de procesos judiciales pendientes en
dichos tribunales, privilegiando la tramitación de aquellas causas en que, no obstante
explorarse la posibilidad de un arreglo de auto o héterocomposición, las partes insisten en
obtener un pronunciamiento judicial que dirima su desacuerdo. Octavo: Que, en este
punto, el recurrente lleva la razón al señalar que el procedimiento de mediación se
consolida entonces, como un trámite prejudicial, por lo que es obligatorio como cuestión
previa a la interposición de una nueva demanda, por lo que no es imperativo en el
contexto de pretensiones ya judicializadas" (C. Suprema, 5 de septiembre de 2016, cons.
7º y 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/6165/2016, Rol Nº 28002-2016). 1196. La demanda de
cese de alimentos deducida, es una acción nueva, por lo que queda sujeta a la
gestión previa de mediación. Así se ha afirmado que: "[S]i bien los alimentos que se
decretan judicialmente, se sujetan a la regla del rebus sic stantibus, en cuanto admite la
posibilidad de que, acreditando la alteración de la situación de hecho que originalmente
los fijó, se obtenga su cese o modificación, la demanda por la cual se deduce tal
pretensión, no tiene por objeto alterar la sentencia que los estableció, sino que busca
obtener una nueva, distinta, fundada en las actuales circunstancias, de manera que el
libelo que propone el cese, rebaja o aumento de los alimentos da inicio a un nuevo
proceso, pues dichas acciones son autónomas, e independientes del proceso que
determinó los alimentos cuya modificación se pretende. En efecto, desde una perspectiva
práctica, tales acciones inician una causa nueva y autónoma, a las cuales se les asigna
un rol de ingreso propio, quedando sujetas a las reglas procesales comunes a todo
procedimiento, como toda acción judicial que se inicia, debiendo ser notificada como
causa nueva para efectos de la traba de la litis, y debiendo ser sustanciadas conforme las
reglas del orden consecutivo legal que las particularidades del rito establecen. Décimo:
Que, del mérito de los hechos establecidos, es palmario entonces, que la demanda de
cese de alimentos deducida, es una acción nueva, que por lo tanto debe someterse a las
exigencias de todo libelo, y también a los requerimientos especiales conforme su materia,
entre ellas, a la del artículo 106 inciso primero de la Ley Nº 19.968, siéndole exigible
acreditar el cumplimiento del trámite previo de mediación. Así lo aconseja, no sólo el
razonamiento que precede, sino también la intención del legislador al introducir tal
requisito procesal, en el sentido de procurar reducir el ingreso de causas en esta materia"
(C. Suprema, 5 de septiembre de 2016, cons. 9º y 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6165/2016, Rol Nº 28002-2016).

Artículo 107. Derivación a mediación y designación del mediador. Cuando


se trate de algunas de las materias que de acuerdo al artículo 106 son de
mediación previa, las partes, de común acuerdo, comunicarán al tribunal el
nombre del mediador que elijan de entre los mediadores contratados en
conformidad a lo dispuesto en los incisos tercero y cuarto del artículo 114,
mediante una presentación que contenga la individualización de los
involucrados y la mención de la o las materias incluidas. A falta de acuerdo en
la persona del mediador o si las partes manifiestan su decisión de dejar
entregada la designación a la resolución del juez, éste procederá a nombrar al
mediador mediante un procedimiento objetivo y general, que garantice una
distribución equitativa entre los contratados para prestar servicios en ese
territorio jurisdiccional y un adecuado acceso a los solicitantes. En todo caso,
siempre se hará presente al requirente la posibilidad de recurrir, a su costa, a
un mediador de los inscritos en el registro señalado en el artículo 112. Estas
actuaciones podrán llevarse a cabo ante cualquier tribunal de familia y para
ellas no se requiere patrocinio de abogado.

Si la acción judicial versa sobre alguna de las materias de mediación


voluntaria, el juez ordenará que, al presentarse la demanda, un funcionario
especialmente calificado instruya al actor sobre la alternativa de concurrir a
ella, quien podrá aceptarla o rechazarla. Del mismo modo, ambas partes
podrán solicitar la mediación o aceptar la que les propone el juez, durante el
curso de la causa, hasta el quinto día anterior a la audiencia del juicio y podrán,
en este caso, designar al mediador de común acuerdo. Si no se alcanzare
acuerdo, el juez procederá a designarlo, de inmediato, de entre quienes figuren
en el Registro de Mediadores, mediante un procedimiento que garantice una
distribución equitativa de trabajo entre los registrados.

La designación efectuada por el tribunal no será susceptible de recurso


alguno. Con todo, deberá revocarse y procederse a una nueva designación si
el mediador fuere curador o pariente, por consanguinidad o afinidad en toda la
línea recta y hasta el cuarto grado en la línea colateral, de cualquiera de las
partes, o hubiere prestado servicios profesionales a cualquiera de ellas con
anterioridad, a menos que los hubiese prestado a ambas en calidad de
mediador.

La solicitud a que se refiere la letra d) del artículo 105, así como la


revocación y nueva designación a que se refiere el inciso anterior, serán
tramitadas en audiencia especial citada al efecto por el tribunal competente.

Una vez realizadas las actuaciones a que se refieren los artículos


precedentes, se comunicará al mediador su designación por la vía más
expedita posible. Dicha comunicación incluirá, además, la individualización de
las partes y las materias sobre las que versa el conflicto. 935

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículos 105 letra d),
112.

Artículo 108. Citación a la sesión inicial de mediación. El mediador


designado fijará una sesión inicial de mediación. A ésta citará, conjunta o
separadamente, a los adultos involucrados en el conflicto, quienes deberán
concurrir personalmente, sin perjuicio de la comparecencia de sus abogados.

La primera sesión comenzará con la información a los participantes acerca


de la naturaleza y objetivos de la mediación, los principios que la informan y el
valor jurídico de los acuerdos a que puedan llegar. 936

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 105.

Artículo 109. Reglas especiales sobre la mediación encausas relativas al


derecho de alimentos. Tratándose de casos que versen, en todo o parte,
sobre el derecho de alimentos, el mediador, en la primera sesión, deberá
informar al alimentario de su derecho de recurrir en cualquier momento al
tribunal para la fijación de alimentos provisorios, de acuerdo al artículo 54-2. De
esta actuación deberá dejarse constancia escrita firmada por el mediador y las
partes. Sin perjuicio de lo cual, las partes podrán adoptar directamente un
acuerdo sobre la materia.

Si el requerido, citado por una sola vez, no acude a la primera sesión de


mediación y no justifica su ausencia, el requirente quedará habilitado para
iniciar el procedimiento judicial.937

Concordancias: Código Civil: artículo 321. Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O.  30.08.2004: artículo 54-2.

Artículo 110. Duración de la mediación. El proceso de mediación no podrá


durar más de sesenta días, contados desde que se comunica al mediador su
designación por parte del juzgado de familia.

Con todo, los participantes, de común acuerdo, podrán solicitar la ampliación


de este plazo hasta por sesenta días más.

Durante ese plazo, podrán celebrarse todas las sesiones que el mediador y
las partes estimen necesarias, en las fechas que de común acuerdo se
determinen. Podrá citarse a los participantes por separado. 938

Artículo 111. Acta de mediación. En caso de llegar a acuerdo sobre todos o


algunos de los puntos sometidos a mediación, se dejará constancia de ello en
un acta de mediación, la que, luego de ser leída por los participantes, será
firmada por ellos y por el mediador, quedando una copia en poder de cada una
de las partes.

El acta deberá ser remitida por el mediador al tribunal para su aprobación en


todo aquello que no fuere contrario a derecho, pudiendo el juez en todo caso,
subsanar los defectos formales que tuviera, respetando en todo momento la
voluntad de las partes expresada en dicha acta. Aprobada por el juez, tendrá
valor de sentencia ejecutoriada.

Si la mediación se frustrare, también se levantará un acta en la que se dejará


constancia del término de la mediación, sin agregar otros antecedentes. En lo
posible, dicha acta será firmada por los participantes, se entregará copia de la
misma a aquella parte que la solicite y se remitirá al tribunal correspondiente,
con lo cual terminará la suspensión del procedimiento judicial o, en su caso, el
demandante quedará habilitado para iniciarlo.

Se entenderá que la mediación se frustra si alguno de los participantes,


citado por dos veces, no concurriere a la sesión inicial, ni justificare causa; si,
habiendo concurrido a las sesiones, manifiesta su voluntad de no perseverar
en la mediación, y, en general, en cualquier momento en que el mediador
adquiera la convicción de que no se alcanzará acuerdos. 939
Artículo 112. Registro de mediadores. La mediación que regula el presente
Título sólo podrá ser conducida por las personas inscritas en el Registro de
Mediadores que mantendrá, permanentemente actualizado, el Ministerio de
Justicia a través de las Secretarías Regionales Ministeriales, con las
formalidades establecidas en el reglamento.

En dicho Registro, deberá individualizarse a todos los mediadores inscritos y


consignarse el ámbito territorial en que prestarán servicios. Éste deberá
corresponder, a lo más, al territorio jurisdiccional de una Corte de Apelaciones
o de varias, siempre que se encuentren en una misma región y a lo menos, a
todo el territorio jurisdiccional de un tribunal de primera instancia con
competencia en asuntos de familia. Además, si corresponde, se señalará su
pertenencia a una institución o persona jurídica.

El Ministerio de Justicia proporcionará a las Cortes de Apelaciones la nómina


de los mediadores habilitados en su respectivo territorio jurisdiccional.
Asimismo, deberá mantener en su página web dicha nómina, la cual deberá
ordenar a los mediadores por comunas y contener los datos básicos de cada
uno de ellos.

Para inscribirse en el Registro de Mediadores se requiere poseer título


profesional de una carrera que tenga al menos ocho semestres de duración,
otorgado por una institución de educación superior del Estado o reconocida por
éste; acreditar formación especializada en mediación y en materias de familia o
infancia, impartida por alguna universidad o instituto que desarrolle docencia,
capacitación o investigación en dichas materias, y no haber sido condenado
por delito que merezca pena aflictiva, por alguno de los delitos contemplados
en los artículos 361 a 375 del Código Penal, ni por actos constitutivos de
violencia intrafamiliar.

Además, deberá disponer de un lugar adecuado para desarrollar la


mediación en cualquier comuna donde tenga jurisdicción el juzgado ante el
cual se acuerde la respectiva mediación.940

Concordancias: Código Penal: artículos 361 a 375. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O.  30.08.2004: artículo 106 inciso 3º, 107 inciso 1º.

Artículo 113. Eliminación del Registro y sanciones. Los mediadores inscritos


serán eliminados del Registro, por el Ministerio de Justicia, en caso de
fallecimiento o renuncia. Asimismo, serán eliminados del Registro en caso de
pérdida de los requisitos exigidos para la inscripción o por la cancelación de la
misma, decretadas por la Corte de Apelaciones competente.

En caso de incumplimiento de sus obligaciones o abuso en el desempeño de


sus funciones, el mediador inscrito podrá ser amonestado o suspendido en el
ejercicio de la actividad por un período no superior a los seis meses. Asimismo,
en casos graves, podrá decretarse la cancelación de la inscripción. Impuesta
esta última, no podrá volver a solicitarse la inscripción.

Las sanciones serán ordenadas por cualquiera de las Cortes de Apelaciones


dentro de cuyo territorio ejerciere funciones el mediador, a petición del
interesado que reclamare contra los servicios prestados, de la institución o
persona jurídica a que pertenezca el mediador, de cualquier juez con
competencia en materias de familia del territorio jurisdiccional de la Corte, o de
la respectiva Secretaría Regional Ministerial de Justicia.

La Corte resolverá con audiencia de los interesados y la agregación de los


medios de prueba que estimare conducentes para formar su convicción.

Las medidas que en ejercicio de estas facultades adoptaren las Cortes de


Apelaciones, serán apelables, sin perjuicio del derecho del mediador para pedir
reposición. La tramitación del recurso se sujetará a lo dispuesto en los incisos
segundo y tercero del artículo 551 del Código Orgánico de Tribunales.

La resolución será comunicada a la correspondiente Secretaría Regional


Ministerial de Justicia para su cumplimiento, el que se hará extensivo a todo el
territorio de la República.

Impuesta la cancelación, el mediador quedará inhabilitado para actuar,


debiendo proveerse una nueva designación respecto de los asuntos que
tuviere pendientes. Por su parte, impuesta una suspensión, el mediador deberá
continuar, hasta su término, con aquellos asuntos que se le hubieren
encomendado en forma previa.

En caso de pérdida de los requisitos, la Corte de Apelaciones respectiva


seguirá el mismo procedimiento señalado en los incisos precedentes. 941

Concordancias: Código Orgánico de Tribunales: artículo 551.

Artículo 114. Costo de la mediación. Los servicios de mediación respecto


de las materias a que se refiere el inciso primero del artículo 106 serán
gratuitos para las partes. Excepcionalmente, podrá cobrarse por el servicio,
total o parcialmente, cuando se preste a usuarios que dispongan de recursos
para financiarlo privadamente. Para estos efectos se considerará, al menos, su
nivel de ingresos, capacidad de pago y el número de personas del grupo
familiar que de ellos dependan, en conformidad con lo que señale el
reglamento.

Para las restantes materias, los servicios de mediación serán de costo de las
partes y tendrán como valores máximos los que contemple el arancel que
anualmente se determinará mediante decreto del Ministerio de Justicia. Con
todo, quienes cuenten con privilegio de pobreza o sean patrocinados por las
corporaciones de asistencia judicial o alguna de las entidades públicas o
privadas destinadas a prestar asistencia jurídica gratuita, tendrán derecho a
recibir el servicio gratuitamente.

Para proveer los servicios de mediación sin costo para las partes, el
Ministerio de Justicia velará por la existencia de una adecuada oferta de
mediadores en las diversas jurisdicciones de los tribunales con competencia en
asuntos de familia, contratando al efecto los servicios de personas jurídicas o
naturales, a fin de que sean ejecutados por quienes se encuentren inscritos en
el Registro de Mediadores.

Las contrataciones a que se refiere el inciso precedente, se harán a nivel


regional, de conformidad a lo dispuesto en la Ley Nº 19.886, de Bases sobre
Contratos Administrativos de Suministro y Prestación de Servicios, y su
reglamento. En todo caso, de contratarse mediadores mediante trato directo,
los términos del mismo deberán ajustarse a iguales condiciones que las
establecidas para la contratación de mediadores licitados, en lo que sea
pertinente.942

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O.  30.08.2004: artículo 106. Ley
Nº  19.886, de Bases sobre contratos administrativos de suministro y prestación de servicios,
D.O.  30.07.2003.

TÍTULO VI PLANTA DE PERSONAL

Artículo 115. Composición de la planta de los juzgados de familia. Los


juzgados de familia que se crean en esta ley tendrán la siguiente planta de
personal, en relación con el número de jueces determinado para cada uno de
ellos en el artículo 4º:

1) Juzgados con un juez: un juez, un administrador, dos miembros del


consejo técnico, un jefe de unidad, dos administrativos jefes, un administrativo
contable, dos administrativos 1º, cuatro administrativos 2º y un auxiliar.

2) Juzgados con dos jueces: dos jueces, un administrador, dos miembros del
consejo técnico, un jefe de unidad, dos administrativos jefes, un administrativo
contable, tres administrativos 1º, cuatro administrativos 2º, dos administrativos
3º y un auxiliar.
3) Juzgados con tres jueces: tres jueces, un administrador, tres miembros
del consejo técnico, un jefe de unidad, dos administrativos jefes, un
administrativo contable, cuatro administrativos 1º, cuatro administrativos 2º,
cuatro administrativos 3º y un auxiliar.

4) Juzgados con cuatro jueces: cuatro jueces, un administrador, cuatro


miembros del consejo técnico, un jefe de unidad, dos administrativos jefes, un
administrativo contable, seis administrativos 1º, cuatro administrativos 2º, cinco
administrativos 3º y un auxiliar.

5) Juzgados con cinco jueces: cinco jueces, un administrador, cinco


miembros del consejo técnico, un jefe de unidad, dos administrativos jefes, un
administrativo contable, siete administrativos 1º, cuatro administrativos 2º, seis
administrativos 3º y un auxiliar.

6) Juzgados con seis jueces: seis jueces, un administrador, seis miembros


del consejo técnico, dos jefes de unidad, dos administrativos jefes, un
administrativo contable, ocho administrativos 1º, cuatro administrativos 2º, seis
administrativos 3º y un auxiliar.

7) Juzgados con siete jueces: siete jueces, un administrador, siete miembros


del consejo técnico, tres jefes de unidad, tres administrativos jefes, un
administrativo contable, ocho administrativos 1º, cuatro administrativos 2º, seis
administrativos 3º y dos auxiliares.

8) Juzgados con ocho jueces: ocho jueces, un administrador, ocho miembros


del consejo técnico, tres jefes de unidad, tres administrativos jefes, un
administrativo contable, nueve administrativos 1º, cinco administrativos 2º,
ocho administrativos 3º y dos auxiliares.

9) Juzgados con nueve jueces: nueve jueces, un administrador, nueve


miembros del consejo técnico, tres jefes de unidad, tres administrativos jefes,
un administrativo contable, diez administrativos 1º, cinco administrativos 2º,
ocho administrativos 3º y dos auxiliares.

10) Juzgados con diez jueces: diez jueces, un administrador, diez miembros


del consejo técnico, cuatro jefes de unidad, cuatro administrativos jefes, un
administrativo contable, once administrativos 1º, cinco administrativos 2º, ocho
administrativos 3º y dos auxiliares.

11) Juzgados con doce jueces: doce jueces, un administrador, doce


miembros del consejo técnico, cuatro jefes de unidad, cuatro administrativos
jefes, un administrativo contable, trece administrativos 1º, seis administrativos
2º, nueve administrativos 3º y dos auxiliares.
12) Juzgados con trece jueces: trece jueces, un administrador, doce
miembros del consejo técnico, cuatro jefes de unidad, cuatro administrativos
jefes, un administrativo contable, trece administrativos 1º, seis administrativos
2º, nueve administrativos 3º y dos auxiliares.943 944 —

Concordancias: Ley Nº  19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 4º y 4º bis.

Artículo 116. Grados de la planta de profesionales. Los jueces, personal


directivo y auxiliares de la administración de justicia de los juzgados de familia
que se crean por esta ley y, en lo pertinente, de los juzgados de letras, tendrán
los grados de la Escala de Sueldos Bases Mensuales del Poder Judicial que a
continuación se indican:

1) Los jueces, el grado correspondiente según asiento del tribunal.

2) Los administradores de juzgados de familia de ciudad asiento de Corte,


capital de provincia y de comunas o de agrupación de comunas, grados VII,
VIII y IX, del Escalafón Superior del Poder Judicial, respectivamente.

3) Los miembros de consejos técnicos de juzgados de familia o de juzgados


de letras, de ciudad asiento de Corte y capital de provincia, grado IX, y de
comunas o agrupación de comunas, grado X, del Escalafón de Miembros del
Consejo Técnico.945

4) Los jefes de unidad de juzgados de familia de ciudad asiento de Corte,


capital de provincia y de comunas o de agrupación de comunas, grados IX, X y
XI del Escalafón Superior del Poder Judicial, respectivamente. 946

Artículo 117. Grados de la planta de empleados. El personal de empleados


de los juzgados de familia que se crean por esta ley, tendrá los grados de la
Escala de Sueldos Bases Mensuales del Personal del Poder Judicial, que a
continuación se indican:

1) administrativo jefe de juzgado de familia de asiento de Corte, grado XI.

2) administrativo jefe de juzgado de familia de capital de provincia;


administrativo contable, administrativo 1º de juzgado de familia de asiento de
Corte, grado XII.

3) administrativo jefe de juzgado de familia de asiento de comuna;


administrativo contable y administrativo 1º de juzgado de familia de capital de
provincia; y administrativo 2º de juzgado de familia de asiento de Corte, grado
XIII.
4) administrativo 1º y administrativo contable de juzgado de familia de
asiento de comuna; administrativo 2º de juzgado de familia de capital de
provincia; y administrativo 3º de juzgado de familia de asiento de Corte, grado
XIV.947

5) administrativo 2º de juzgado de familia de asiento de comuna; y


administrativo 3º de juzgado de familia de capital de provincia, grado XV.

6) administrativo 3º de juzgado de familia de asiento de comuna, grado XVI.

7) auxiliar de juzgado de familia de asiento de Corte, grado XVII.

8) auxiliar de juzgado de familia de capital de provincia y de asiento de


comuna, grado XVIII.

TÍTULO VII DISPOSICIONES VARIAS

Artículo 118. Aplicación especial de normas orgánicas. En todo lo referido a


las materias que a continuación se señalan, se entenderán aplicables a los
juzgados de familia, en cuanto resulten compatibles, las normas del Código
Orgánico de Tribunales para los juzgados de garantía y tribunales de juicio oral
en lo penal: comité de jueces, juez presidente, administradores de tribunales,
jefes de unidad y organización administrativa de los juzgados. En lo relativo a
la subrogación de los jueces, se aplicarán las normas de los juzgados de
garantía.948

Las Cortes de Apelaciones en cuya jurisdicción exista más de un juzgado de


familia, determinarán anualmente las normas que regirán para la distribución
de las causas entre los juzgados.

Artículo 119. Adecuaciones de referencia. Todas las referencias que se


hagan en leyes generales o especiales a los juzgados de letras de menores, a
los jueces de menores o con competencia en materia de menores, se
entenderán hechas a los juzgados y jueces de familia o con competencia en
materia de familia, respectivamente. De la misma forma, las referencias a las
causas o materias de menores se entenderán hechas a las causas o materias
de familia.

Artículo 120.Modificaciones al Código Orgánico de Tribunales. Introdúcense


las siguientes modificaciones en el Código Orgánico de Tribunales:
1) Reemplázanse, en el artículo 37, acápites octavo y décimo, relativos a los
juzgados de letras de Osorno y Puerto Montt, respectivamente, la palabra
"Dos" por "Tres" y "Cuatro" por "Dos", sucesivamente.

2) Sustitúyese, en el artículo 45, letra h), la expresión "menores" por


"familia", las dos veces en que figura.

3) Introdúcense los siguientes artículos 47, 47 A y 47 B, nuevos:

"Artículo 47.- Tratándose de juzgados de letras que cuenten con un juez y un


secretario, las Cortes de Apelaciones podrán ordenar que los jueces se
aboquen de un modo exclusivo a la tramitación de una o más materias
determinadas, de competencia de su tribunal, cuando hubiere retardo en el
despacho de los asuntos sometidos al conocimiento del tribunal o cuando el
mejor servicio judicial así lo exigiere.

La Corporación Administrativa del Poder Judicial informará anualmente a las


Cortes de Apelaciones y al Ministerio de Justicia respecto de la aplicación que
hubiese tenido el sistema de funcionamiento extraordinario y de las
disponibilidades presupuestarias para el año siguiente.

Artículo 47 A.- Cuando se iniciare el funcionamiento extraordinario, se


entenderá, para todos los efectos legales, que el juez falta en su despacho. En
esa oportunidad, el secretario del mismo tribunal asumirá las demás funciones
que le corresponden al juez titular, en calidad de suplente, y por el solo
ministerio de la ley.

Quien debiere cumplir las funciones del secretario del tribunal, de acuerdo a
las reglas generales, las llevará a efecto respecto del juez titular y de quien lo
supliere o reemplazare.

Artículo 47 B.- Las atribuciones de las Cortes de Apelaciones previstas en el


artículo 47 serán ejercidas por una sala integrada solamente por Ministros
titulares.".

4) Intercálase en la letra a) del número 3º del artículo 63, entre las palabras
"civiles" y "del trabajo", la expresión "de familia" precedida de una coma (,).

5) Sustitúyese el inciso tercero del artículo 69 por el siguiente:

"En las tablas deberá designarse un día de la semana para conocer las
causas criminales y otro día distinto para conocer las causas de familia, sin
perjuicio de la preferencia que la ley o el tribunal les acuerden.".

6) Sustitúyese el número 5º del artículo 195 por el siguiente:


"5º Haber sido el juez abogado o apoderado de alguna de las partes en la
causa actualmente sometida a su conocimiento o haber intervenido en ella
como mediador.".

7) Agrégase, en el artículo 248, a continuación de la frase "jueces de letras


incluyen también a", la siguiente frase: "los jueces de juzgados de familia,".

8) Sustitúyense en el inciso segundo del artículo 265 las expresiones


"asistentes sociales" por "miembros de los consejos técnicos".

9) Sustitúyese, en el artículo 269, la expresión "Asistentes sociales" por


"Miembros de los consejos técnicos".

10) Sustitúyese, en el artículo 273, la expresión "sus asistentes sociales" por


"los miembros del consejo técnico".

11) Modifícase el artículo 289 bis de la siguiente forma:

A.- En el inciso primero:

1º En su encabezamiento, sustitúyense las expresiones "asistentes sociales


y bibliotecarios" por "miembros del consejo técnico y bibliotecarios".

2º En su letra a), sustitúyense las expresiones "asistente social o


bibliotecario" y "asistentes sociales o bibliotecarios", la primera vez que se
utilizan, por "miembro del consejo técnico y bibliotecario" y por "miembros de
los consejos técnicos y bibliotecarios", respectivamente; y las expresiones
"asistentes sociales o bibliotecarios", la segunda vez que se utilizan, por
"profesionales que cumplan con los requisitos para integrar los consejos
técnicos y bibliotecarios".

3º En su letra b), sustitúyense las expresiones "asistentes sociales o


bibliotecarios", las dos veces que figuran, por "profesionales que cumplan con
los requisitos para integrar los consejos técnicos o bibliotecarios".

B.- En el inciso final, sustitúyense los términos "asistente social o


bibliotecario" por "miembro del consejo técnico o bibliotecario".

C.- Incorpórase el siguiente inciso final, nuevo:

"Tratándose de los miembros de los consejos técnicos, las ternas


respectivas serán formadas por el juez de letras con competencia de familia,
por el juez de familia que cumpla funciones de juez presidente o por el Comité
de Jueces, según corresponda, y serán resueltas por el Presidente de la Corte
de Apelaciones respectiva.".
12) Modifícase el artículo 292 en los siguientes términos:

a) Agréganse en la segunda categoría, a continuación de la frase


"Encargados de sala de tribunales de juicio oral en lo penal y de juzgados de
garantía de ciudad asiento de Corte de Apelaciones", las siguientes
expresiones: ", administrativos jefes de juzgados de familia de asiento de
Corte".

b) Agréganse al final de la tercera categoría, después de la frase " Oficiales


primeros de los juzgados de capital de provincia", las siguientes expresiones:
", administrativos contables de juzgados de familia de asiento de Corte,
administrativos jefes de juzgados de familia de capital de provincia,
administrativos 1º de juzgados de familia de asiento de Corte".

c) Agréganse al final de la cuarta categoría, antes del punto aparte que


sucede a la palabra "comunas" las frases: "administrativos jefes de juzgados
de familia de comuna, administrativos contables de juzgados de familia de
capital de provincia, administrativos 1º de juzgados de familia de capital de
provincia, y administrativos 2º de juzgados de familia de asiento de Corte".

d) Agréganse al final de la quinta categoría, antes del punto aparte que


sucede a la palabra "comunas" las frases: "administrativos contables de
juzgados de familia de comuna, administrativos 1º de juzgados de familia de
comuna, administrativos 2º de juzgado de familia de capital de provincia y
administrativos 3º de juzgados de familia de asiento de Corte".

e) Agréganse al final de la sexta categoría, antes del punto aparte que


sucede a la palabra "Temuco", las siguientes frases: "administrativos 2º de
juzgados de familia de comuna y administrativos 3º de juzgados de familia de
capital de provincia".

f) Agrégase al final de la séptima categoría, antes del punto aparte que


sucede a la palabra "Justicia", la siguiente frase: "administrativos 3º de
juzgados de familia de comuna".

13) Agrégase, en el inciso segundo del artículo 313, a continuación de la


expresión "criminal", antes del punto, la frase siguiente: "y de familia".

14) Suprímense, en el inciso segundo del artículo 314, las frases "de los
juicios de alimentos," y "y los asuntos relativos a menores".

15) Sustitúyese el párrafo 10 del Título XI por el siguiente:

"De los Consejos Técnicos


Artículo 457.- Los consejos técnicos son organismos auxiliares de la
administración de justicia, compuestos por profesionales en el número y con
los requisitos que establece la ley. Su función es asesorar individual o
colectivamente a los jueces con competencia en asuntos de familia, en el
análisis y mayor comprensión de los asuntos sometidos a su conocimiento en
el ámbito de su especialidad.

Cuando por implicancia o recusación, un miembro del consejo técnico no


pudiere intervenir en una determinada causa, o se imposibilitare para el
ejercicio de su cargo, será subrogado por los demás miembros del consejo
técnico del tribunal a que perteneciere, según el orden de sus nombramientos y
la especialidad requerida.

Si todos los miembros del consejo técnico de un tribunal estuvieren


afectados por una implicancia o recusación, el juez designará un profesional
que cumpla con los requisitos para integrar un consejo técnico de cualquier
servicio público, el que estará obligado a desempeñar el cargo.".

16) Sustitúyense en el inciso segundo del artículo 469, los términos


"asistentes sociales judiciales" por "miembros del consejo técnico".

17) Intercálanse en el inciso cuarto del artículo 471, entre la palabra


"respectivo", la primera vez que se la utiliza, y el punto (.) que la sigue, los
términos "o ante el juez presidente si el tribunal estuviere compuesto por
más de un juez".

18) Sustitúyense, en el artículo 475, las expresiones "asistentes sociales


judiciales" por "miembros de los consejos técnicos".

19) Sustitúyense en el inciso primero del artículo 481 las expresiones


"asistentes sociales judiciales" por "miembros de los consejos técnicos".

20) Sustitúyese, en el artículo 487, la expresión "asistentes sociales" por


"miembros de los consejos técnicos".

21) Sustitúyense en los incisos primero y segundo del artículo 488 las


expresiones "asistentes sociales judiciales" por "miembros de los consejos
técnicos".

22) Intercálase, en el inciso final del artículo 494, entre las palabras


"receptores" y "y procuradores", la frase ", miembros de los consejos técnicos".

Artículo 121. Modificaciones a la Ley Nº 16.618. Introdúcense las siguientes


modificaciones en la Ley Nº 16.618:
1) Deróganse los artículos 18 a 27.

2) Sustitúyese el artículo 28 por el siguiente:

"Artículo 28.- Cuando a un mayor de dieciséis y menor de dieciocho años de


edad se le atribuyere un hecho constitutivo de delito, la declaración previa
acerca del discernimiento será emitida por el juez de garantía competente, a
petición del Ministerio Público, en el plazo de quince días. Con dicho objetivo,
se citará a una audiencia a todos los intervinientes, previa designación de un
defensor para el menor si no tuviere uno de su confianza, a la que deberán
concurrir con todos sus medios de prueba. Si se declarare que el menor ha
obrado con discernimiento, el proceso se regulará de acuerdo a lo previsto en
el Título I del Libro IV del Código Procesal Penal, cualquiera sea la pena
requerida por el fiscal.

Encontrándose firme la resolución del juez de garantía que declare que el


menor ha actuado sin discernimiento, la comunicará al juez de familia, a fin de
que este último determine si corresponde la aplicación de alguna de las
medidas contempladas en el artículo 29.

En el evento de que se declare que el menor ha actuado con discernimiento,


el fiscal podrá igualmente ejercer las facultades contempladas en el Párrafo
1º del Título I del Libro II del Código Procesal Penal o deducir los respectivos
requerimientos o acusaciones.".

3) Sustitúyese, en el encabezamiento del artículo 29, la frase "En los casos


previstos en el artículo 26 Nº 10 de esta ley" por la siguiente: "En los casos
previstos en el artículo 8º, número 10), de la ley que crea los juzgados de
familia".

4) Sustitúyese, en el encabezamiento del artículo 30, la frase "En los casos


previstos en el artículo 26, Nº 7º", por la siguiente: "En los casos previstos en el
artículo 8º, números 7) y 8), de la ley que crea los juzgados de familia".

5) Deróganse los artículos 34, 35, 36, 37, 40 y 48 bis.

6) Elimínase, en el inciso segundo del artículo 43, la frase "en conciencia".

7) Elimínase, en el inciso segundo del artículo 48, la expresión "sin forma de


juicio".

8) Suprímense, en el artículo 65, los textos "dependiendo de la pena que la


ley asigne al hecho," y "o del juez de letras de menores".
Artículo 122. Modificaciones a la Ley Nº 19.325. Introdúcense las siguientes
modificaciones en la Ley Nº 19.325:

1) Deróganse los artículos 2º y 3º.

2) Reemplázase, en el artículo 6º, la frase "en lo civil" por "con competencia


en materia de familia".

Artículo 123. Modificaciones al Código de Procedimiento Civil.


Introdúcense las siguientes modificaciones en el Código de Procedimiento
Civil:

1) Derógase el Nº 5 del artículo 680.

2) Elimínase, en el artículo 836, la frase "por escrito".

3) Suprímese el inciso cuarto del artículo 839.

Artículo 124. Modificaciones a la Ley Nº 14.908. Introdúcense las


siguientes modificaciones en la Ley Nº 14.908:

1) Sustitúyese el inciso primero del artículo 1º por el siguiente:

"Artículo 1º.- De los juicios de alimentos conocerá el juez de familia del


domicilio del alimentante o del alimentario, a elección de este último, los que se
tramitarán conforme a las normas del procedimiento ordinario establecido en la
ley que crea los juzgados de familia en lo no previsto por este cuerpo legal.".

2) Suprímese el inciso cuarto del artículo 2º.

3) Derógase el artículo 4º.

4) Sustitúyese el inciso quinto del artículo 5º por el siguiente:

"La resolución que se pronuncie sobre estos alimentos se notificará por carta
certificada. Esta notificación se entenderá practicada el tercer día siguiente a
aquél en que haya sido expedida la carta.".

5) Sustitúyese, en el inciso segundo del artículo 8º, la palabra "expediente"


por "proceso", las dos veces que aparece en el texto.

6) Introdúcense las siguientes modificaciones en el artículo 12:

a) Sustitúyese el inciso primero por el siguiente:


"Artículo 12.- El requerimiento de pago se notificará al ejecutado en la forma
establecida en los incisos primero y segundo del artículo 23 de la ley que crea
los juzgados de familia.".

b) Reemplázase en el inciso final la expresión "por cédula" por los términos


"por carta certificada".

7) Reemplázase en el inciso segundo del artículo 13 la frase "breve y


sumariamente" por la palabra "incidentalmente".

8) Reemplázase, en el inciso primero del artículo 19, la palabra "expediente"


por "proceso".

9) Derógase el artículo 20.

Artículo 125. Modificaciones a la Ley Nº 19.620. Introdúcense las


siguientes modificaciones en la Ley Nº 19.620, sobre adopción de menores:

1) Sustitúyese, en el artículo 2º, la frase "de la Ley Nº 16.618" por "del


Título III de la Ley que crea los Juzgados de Familia".

2) Sustitúyese el artículo 9º por el siguiente:

"Artículo 9º.- Tratándose de alguno de los menores a que se refiere la letra


a) del artículo anterior, el padre o la madre que haya expresado su voluntad de
entregarlo en adopción de conformidad al artículo 56, o ambos si fuere el caso,
tendrán un plazo de treinta días para retractarse, contados desde la fecha en
que hayan declarado esa voluntad ante el tribunal. Vencido este plazo, no
podrán ejercitar tal derecho.

El procedimiento se iniciará con dicha declaración de voluntad y se


procederá en la forma que se indica:

1. La audiencia preparatoria se llevará a cabo entre el décimo y el


décimoquinto día posterior a la presentación de la solicitud. Al ratificar la
declaración de voluntad, el juez informará personalmente a el o los solicitantes
sobre la fecha en que vencerá el plazo con que cuentan para retractarse.

2. Si la solicitud sólo hubiere sido deducida por uno de los padres, ordenará
que se cite a la audiencia preparatoria al otro padre o madre que hubiere
reconocido al menor de edad, bajo apercibimiento de que su inasistencia hará
presumir su voluntad de entregar al menor en adopción. En dicha audiencia
podrán allanarse o deducir oposición respecto de la solicitud.
La citación se notificará personalmente, si el padre o la madre tiene domicilio
conocido. Para este efecto, si no se conociera el domicilio, al proveer la
solicitud, el tribunal requerirá al Servicio Electoral y al Servicio de Registro Civil
e Identificación que le informen, dentro de quinto día, el último domicilio de
dicha persona que conste en sus registros. De no establecerse el domicilio, o
de no ser habido en aquél que hubiere sido informado, la notificación se
efectuará por medio de aviso que se publicará en el Diario Oficial conforme a lo
dispuesto en los incisos tercero y cuarto del artículo 14.

3. El Tribunal comprobará que los padres del menor de edad no se


encuentran capacitados o en condiciones de hacerse cargo responsablemente
de él.

Se entenderán comprobadas estas circunstancias con el informe que, en tal


sentido, haya emitido y presentado en audiencia aquel de los organismos
aludidos en el artículo 6º que patrocine al padre o madre compareciente o, si
no mediare tal patrocinio, con el que el tribunal ordene emitir a alguno de esos
organismos, para ser conocido en la audiencia de juicio.

4. Si el padre o la madre que no hubiere deducido la solicitud hubiere


fallecido o estuviere imposibilitado de manifestar su voluntad, bastará la sola
declaración del compareciente. En dicho caso, como también si no se deduce
oposición, el tribunal resolverá en la audiencia preparatoria, en tanto cuente
con la rendición del informe a que alude el numeral precedente y haya
transcurrido el plazo de retractación a que se refiere el numeral 1 precedente.

5. En su caso, la audiencia de juicio se llevará a cabo dentro de los quince


días siguientes a la audiencia preparatoria. Sin embargo, si el plazo de
retractación a que se refiere el numeral 1 precedente estuviere pendiente a esa
fecha, la audiencia de juicio se efectuará dentro de los cinco días siguientes a
su vencimiento.

No podrá suspenderse el desarrollo de la audiencia de juicio ni decretarse su


prolongación en otras sesiones por la circunstancia de que, hasta el día
previsto para su realización, no se hayan recibido los informes u otras pruebas
decretadas por el tribunal.

6. La notificación de la sentencia definitiva a los comparecientes, en todo


caso, se hará por cédula en el domicilio que conste en el tribunal, salvo que
sea posible efectuarla en forma personal en la audiencia respectiva.

Una vez ejecutoriada, será puesta en conocimiento del Servicio Nacional de


Menores, para los efectos previstos en el artículo 5º.".

3) Reemplázase el inciso final del artículo 10 por el siguiente:


"Ratificada por la madre su voluntad, el juez citará a la audiencia de juicio
para dentro de los cinco días siguientes.".

4) Reemplázase el artículo 14 por el siguiente:

"Artículo 14.- Recibida la solicitud precedente, el juez, a la brevedad posible,


citará a los ascendientes y a los otros consanguíneos del menor, hasta el tercer
grado en la línea colateral, siempre que la filiación estuviere determinada, para
que concurran a la audiencia preparatoria a exponer lo que sea conveniente a
los intereses de aquél, pudiendo oponerse a la solicitud, bajo apercibimiento de
que, si no concurren, se presumirá su consentimiento favorable a la
declaración de que el menor es susceptible de ser adoptado. Asimismo, deberá
citarse al menor, en su caso, a la o las personas a cuyo cuidado esté y a todos
quienes puedan aportar antecedentes para una acertada resolución del asunto,
que hubieren sido mencionados en la solicitud.

La citación se notificará personalmente a los padres del menor, y por carta


certificada a las demás personas; todo ello, en cuanto tuvieren domicilios
conocidos. Para este efecto, si no se conocieran los domicilios, el tribunal
requerirá, en los términos a que se refiere el párrafo segundo del número 2 del
artículo 9º, al Servicio Electoral y al Servicio de Registro Civil e Identificación
que le informen, dentro de quinto día, el último domicilio de dichas personas
que conste en sus registros.

De no establecerse el domicilio de alguna de ellas, o de no ser habido en


aquel que hubiere sido informado, el juez ordenará de inmediato que la
notificación se efectúe por medio de un aviso que se publicará gratuitamente
en el Diario Oficial el día 1 ó 15 de un mes o el día hábil siguiente si aquél
fuese feriado. De igual forma se citará a los ascendientes y consanguíneos del
menor de edad cuya filiación no esté determinada. El aviso deberá incluir el
máximo de datos disponibles para la identificación del menor. La notificación se
entenderá practicada tres días después de la publicación del aviso.

A las personas que no comparecieren se las considerará rebeldes por el solo


ministerio de la ley, y respecto de ellas las siguientes resoluciones surtirán
efecto desde que se pronuncien.".

5) Reemplázase el artículo 15 por el siguiente:

"Artículo 15.- La audiencia preparatoria y la audiencia de juicio se llevarán a


cabo en los términos que establecen los números 1 y 5 del artículo 9º,
respectivamente.

El juez resolverá acerca de la veracidad de los hechos y circunstancias que


se invocan para solicitar la declaración de que el menor es susceptible de ser
adoptado, en especial la imposibilidad de disponer de otras medidas que
permitan la permanencia del mismo en su familia de origen y las ventajas que
la adopción representa para él.

Los informes que se evacuen y rindan al respecto deberán solicitarse a


alguno de los organismos a que se refiere el artículo 6º, pudiendo el tribunal
estimar suficientemente acreditadas dichas circunstancias sobre su solo mérito.

Si no se dedujere oposición y se contare con los antecedentes de prueba


suficientes para formarse convicción, el tribunal dictará sentencia en la
audiencia preparatoria.".

6) Reemplázase el artículo 16 por el siguiente:

"Artículo 16. La sentencia que declare que el menor puede ser adoptado se
notificará por cédula a los consanguíneos que hayan comparecido al proceso,
en el domicilio que conste en el mismo, salvo que sea posible efectuar la
notificación en forma personal en la audiencia respectiva. Una vez
ejecutoriada, será puesta en conocimiento del Servicio Nacional de Menores,
para los efectos previstos en el artículo 5º.".

7) Introdúcense las siguientes modificaciones en el artículo 18:

a) Reemplázase, en el inciso primero, la frase "materia de menores" por


"materias de familia".

b) Agrégase, en el inciso tercero, a continuación del punto aparte, que pasa


a ser punto seguido, el siguiente texto: "En su caso, si hubiese procesos de
protección incoados relativos al menor, el juez ordenará acumularlos al de
susceptibilidad o adopción, sin perjuicio de tener a la vista los antecedentes de
los procesos terminados en relación al mismo.".

8) Introdúcense las siguientes modificaciones en el artículo 19:

a) Reemplázase el inciso primero por el siguiente:

"El juez ante el cual se siga alguno de los procedimientos regulados en este
Título, podrá confiar el cuidado personal del menor a quienes hayan
manifestado al tribunal su voluntad de adoptarlo y cumplan con los requisitos
señalados en los artículos 20, 21 y 22. Para los efectos de resolver dicha
solicitud, el juez citará a una audiencia para dentro de quinto día, debiendo
concurrir los solicitantes con los antecedentes que avalen su petición. El
procedimiento será reservado respecto de terceros distintos de los
solicitantes.".
b) En el inciso segundo, sustitúyense las letras a) y b) por las siguientes:

"a) Cuando se siga el procedimiento regulado en el artículo 9º, una vez


certificado el vencimiento del plazo de treinta días a que se refiere su
encabezamiento, sin que se haya producido la retractación de la voluntad de
entregar al menor en adopción y no se haya deducido oposición.

b) En los casos a que se refiere el artículo 12, desde el término de la


audiencia preparatoria, en caso que no se haya deducido oposición a que se
declare que el menor es susceptible de ser adoptado. En su caso, se
considerará especialmente la concurrencia de alguna de las presunciones que
establece el artículo 12 de la presente ley.".

9) Introdúcense las siguientes modificaciones en el artículo 23:

a) Reemplázase, en el inciso primero, la frase "materia de menores" por


"materias de familia".

b) Sustitúyense los incisos segundo y tercero por los siguientes:

"Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 2º de la presente ley, la adopción


tendrá el carácter de un procedimiento no contencioso, en el que no será
admisible oposición.

La solicitud de adopción deberá ser firmada por todas las personas cuya
voluntad se requiera según lo dispuesto por los artículos 20, 21 y 22.".

10) Sustitúyese el artículo 24 por el siguiente:

"Artículo 24.- Recibida por el tribunal la solicitud de adopción, la acogerá a


tramitación una vez verificado el cumplimiento de los requisitos legales. En la
misma resolución ordenará agregar los antecedentes del proceso previo de
susceptibilidad para la adopción y citará a los solicitantes, con sus
antecedentes de idoneidad y medios de prueba, a la audiencia preparatoria,
que se llevará a cabo entre los cinco y los diez días siguientes. Se deberá,
asimismo, citar al menor, en su caso.

Si en base a los antecedentes expuestos se acreditan las ventajas y


beneficios que la adopción le reporta al menor, podrá resolver en la misma
audiencia. En caso contrario, decretará las diligencias adicionales que estime
necesarias, a ser presentadas en la audiencia de juicio, la que se realizará
dentro de los quince días siguientes. Las diligencias no cumplidas a la fecha de
realización de la audiencia se tendrán por no decretadas y el tribunal procederá
a dictar sentencia, sin más trámite.
Si los solicitantes no tienen el cuidado personal del menor, deberán
solicitarlo conjuntamente con la adopción, procediendo el juez a resolver en la
audiencia preparatoria, pudiendo disponer las diligencias que estime
pertinentes para establecer la adaptación a su futura familia.

El juez, en cualquier etapa del procedimiento, podrá poner término al


cuidado personal del menor por los interesados, cuando así lo estime
necesario para el interés superior de aquél. En todo caso, cesará de pleno
derecho si el tribunal denegare la solicitud de adopción, de lo que se dejará
constancia en la misma sentencia, la cual dispondrá además la entrega del
menor a quien confíe su cuidado en lo sucesivo.".

11) Sustitúyese el inciso primero del artículo 25 por el siguiente:

"La sentencia se notificará por cédula a los solicitantes, en el domicilio que


conste en el proceso, salvo que sea posible efectuar la notificación en forma
personal en la audiencia respectiva.".

12) Sustitúyese en el numeral 1 del inciso primero del artículo 26 la


expresión "a los autos" por "al proceso", y en el numeral 2, la expresión "remita
el expediente" por "remitan los antecedentes".

13) Sustitúyese, en el inciso primero del artículo 27, la palabra "autos" por


"antecedentes" y, en el inciso segundo, elimínase la palabra "autorizadas"
seguida a continuación de "copias", y sustitúyese la frase "del expediente" por
"de los antecedentes".

14) Elimínase, en el artículo 29, lo establecido a continuación del punto


seguido (.), después de la palabra "Chile".

15) Reemplázase el inciso tercero del artículo 38, por el siguiente:

"Conocerá de la acción de nulidad el juez con competencia en materias de


familia del domicilio o residencia del adoptado, en conformidad al
procedimiento ordinario previsto en la ley que crea los juzgados de familia.".

Artículo 126.Modificaciones al Código Civil. Introdúcense las siguientes


modificaciones en el Código Civil:

1) Elimínase en el inciso primero del artículo 138 bis la frase "previa citación
del marido" y las comas (,) entre las cuales se ubica, y agrégase luego del
punto aparte (.), que pasa a ser coma (,), la frase: "previa audiencia a la que
será citado el marido".

2) Introdúcense las siguientes modificaciones en el artículo 141:


a) Reemplázase el inciso segundo, por el siguiente:

"El juez citará a los interesados a la audiencia preparatoria. Si no se


dedujese oposición, el juez resolverá en la misma audiencia. En caso contrario,
o si el juez considerase que faltan antecedentes para resolver, citará a la
audiencia de juicio.".

b) Sustitúyese, en el inciso tercero, la palabra "presentación" por


"interposición".

3) Sustitúyese, en el artículo 144, después del punto seguido (.), el texto "El
juez procederá con conocimiento de causa, y con citación del cónyuge, en caso
de negativa de éste" por la oración "El juez resolverá previa audiencia a la que
será citado el cónyuge, en caso de negativa de éste".

4) Sustitúyese, en el inciso primero del artículo 227, el texto "el juez


conocerá y resolverá breve y sumariamente, oyendo" por el siguiente: "el juez
oirá".

5) Reemplázase, en el inciso final del artículo 1749, el texto "con


conocimiento de causa y citación de la mujer" por el siguiente: "previa
audiencia a la que será citada la mujer".

Artículo 127. Modificaciones al Decreto Ley Nº 3.346, de 1980, Ley


Orgánica del Ministerio de Justicia. Introdúcense en el Decreto Ley Nº 3.346,
de 1980, Ley Orgánica del Ministerio de Justicia, las siguientes modificaciones:

a) Reemplázase la letra t) de su artículo 2º por la siguiente:

"t) Llevar el Registro de Mediadores a que se refieren la Ley de Matrimonio


Civil y la Ley que crea los Juzgados de Familia, y fijar el arancel respectivo.".

b) En su artículo 11º, agrégase una nueva letra d), pasando la actual a ser
letra e) y modificándose la numeración correlativa de las siguientes, de este
tenor:

"d) Asistir a las Secretarías Regionales Ministeriales en relación con el


Registro de Mediadores y brindar el apoyo requerido para la coordinación y
licitación de servicios de mediación.".

Artículo 128. Modificaciones del Decreto con Fuerza de Ley Nº 1, de 1990,


del Ministerio de Justicia. Modifícase el artículo único del Decreto con Fuerza
de Ley Nº 1, de 1990, del Ministerio de Justicia, que adecuó las plantas y
escalafones del personal de la Subsecretaría de Justicia a lo dispuesto en el
artículo 5º de la Ley Nº 18.834, en la forma que a continuación se indica:
Créanse, en la planta de la Subsecretaría de Justicia, dos cargos de
profesionales, grado 4º de la Escala Única de Sueldos, y dos cargos de
profesionales, grado 7º de la Escala Única de Sueldos, todos en la Planta de
Profesionales.

Artículo 129. Supresión de Juzgados de Letras de Menores. Suprímense los


juzgados de menores de Arica, Iquique, Antofagasta, Calama, Copiapó, La
Serena, Valparaíso, Viña del Mar, San Felipe, Quillota, San Antonio,
Rancagua, Curicó, Talca, Linares, Chillán, Los Ángeles, Concepción,
Talcahuano, Coronel, Temuco, Valdivia, Osorno, Puerto Montt, Castro,
Coyhaique, Punta Arenas, Santiago, Pudahuel, San Miguel, Puente Alto y San
Bernardo.

Artículo 130. Supresión de cargos de asistentes sociales. Suprímense los


cargos de asistente social existentes en la planta del Escalafón Secundario del
Poder Judicial.

Artículo 131. Aplicación de procedimiento en Juzgados de Letras con


competencia en familia. Serán aplicables a las causas de competencia de los
juzgados de familia que sean conocidas por los juzgados de letras, los
procedimientos establecidos en los Títulos III, IV y V de esta ley.

Artículo 132. Creación de cargos en Juzgados de Letras. Créase un cargo


de miembro de consejo técnico, en cada uno de los siguientes juzgados de
letras:

1)Juzgado de Letras de Pozo Almonte

2) Juzgado de Letras de María Elena

3) Juzgado de Letras de Taltal

4) Juzgado de Letras de Tocopilla

5) Juzgado de Letras de Caldera

6) Juzgado de Letras de Chañaral

7) Juzgado de Letras de Freirina

8) Juzgado de Letras de Diego de Almagro

9) Juzgado de Letras de Vicuña

10 Juzgado de Letras de Illapel


11) Juzgado de Letras de Andacollo

12) Juzgado de Letras de Combarbalá

13) Juzgado de Letras de Los Vilos

14) Juzgado de Letras de Isla de Pascua

15) Juzgado de Letras de Petorca

16) Juzgado de Letras de Putaendo

17) Juzgado de Letras de Quintero

18) Juzgado de Letras de Litueche

19) Juzgado de Letras de Peralillo

20) Juzgado de Letras de Peumo

21) Juzgado de Letras de Pichilemu

22) Juzgado de Letras de San Vicente

23) Juzgado de Letras de Cauquenes

24) Juzgado de Letras de Molina

25) Juzgado de Letras de Curepto

26) Juzgado de Letras de Chanco

27) Juzgado de Letras de Licantén

28) Juzgado de Letras de San Javier

29) Juzgado de Letras de Cabrero

30) Juzgado de Letras de Bulnes

31) Juzgado de Letras de Coelemu

32) Juzgado de Letras de Curanilahue

33) Juzgado de Letras de Florida


34) Juzgado de Letras de Laja

35) Juzgado de Letras de Lebu

36) Juzgado de Letras de Mulchén

37) Juzgado de Letras de Nacimiento

38) Juzgado de Letras de Quirihue

39) Juzgado de Letras de Santa Bárbara

40) Juzgado de Letras de Santa Juana

41) Juzgado de Letras de Cañete

42) Juzgado de Letras de Yungay

43) Juzgado de Letras de Arauco

44) Juzgado de Letras de San Carlos

45) Juzgado de Letras de Lautaro

46) Juzgado de Letras de Nueva Imperial

47) Juzgado de Letras de Toltén

48) Juzgado de Letras de Purén

49) Juzgado de Letras de Carahue

50) Juzgado de Letras de Collipulli

51) Juzgado de Letras de Curacautín

52) Juzgado de Letras de Pucón

53) Juzgado de Letras de Traiguén

54) Juzgado de Letras de Pitrufquén

55) Juzgado de Letras de Villarrica

56) Juzgado de Letras de Victoria


57) Juzgado de Letras de Loncoche

58) Juzgado de Letras de Los Lagos

59) Juzgado de Letras de Río Negro

60) Juzgado de Letras de Hualaihué

61) Juzgado de Letras de Calbuco

62) Juzgado de Letras de Chaitén

63) Juzgado de Letras de La Unión

64) Juzgado de Letras de Los Muermos

65) Juzgado de Letras de Maullín

66) Juzgado de Letras de Paillaco

67) Juzgado de Letras de Panguipulli

68) Juzgado de Letras de Quellón

69) Juzgado de Letras de Quinchao

70) Juzgado de Letras de Río Bueno

71) Juzgado de Letras de Mariquina

72) Juzgado de Letras de Aisén

73) Juzgado de Letras de Cisnes

74) Juzgado de Letras de Cochrane

75) Juzgado de Letras de Chile Chico

76) Juzgado de Letras de Natales

77) Juzgado de Letras de Porvenir.

Créase, en cada uno de los juzgados de letras señalados en los


numerales anteriores, con la excepción establecida en el inciso siguiente, un
cargo de oficial 3º, con el grado de la Escala de Sueldos Bases Mensuales del
Personal del Poder Judicial que corresponda según el asiento del juzgado
respectivo.

Créase, en cada uno de los juzgados de letras que se indican a


continuación, dos cargos de oficial 3º, con el grado de la Escala de Sueldos
Bases Mensuales del Personal del Poder Judicial que corresponda según el
asiento del juzgado respectivo:

1) Juzgado de Letras de Pozo Almonte

2) Juzgado de Letras de Taltal

3) Juzgado de Letras de Caldera

4) Juzgado de Letras de Chañaral

5) Juzgado de Letras de Quintero

6) Juzgado de Letras de Peumo

7) Juzgado de Letras de Bulnes

8) Juzgado de Letras de Curanilahue

9) Juzgado de Letras de Lebu

10) Juzgado de Letras de Carahue

11) Juzgado de Letras de Collipulli

12) Juzgado de Letras de Calbuco

13) Juzgado de Letras de La Unión

14) Juzgado de Letras de Panguipulli

15) Juzgado de Letras de Quellón

16) Juzgado de Letras de Río Bueno.

Artículo 133.Modificaciones al Decreto Ley Nº 3.058. Introdúcense las


siguientes modificaciones en el Decreto Ley Nº 3.058, que modifica el sistema
de remuneraciones del Poder Judicial:
1) Sustitúyese, en el inciso tercero del artículo 3º, la expresión "Asistentes
Sociales" por "Miembros de los Consejos Técnicos".

2) Sustitúyese, en el artículo 4º, la expresión "ASISTENTES SOCIALES" por


"MIEMBROS DE LOS CONSEJOS TÉCNICOS".

3) Sustitúyese, en el artículo 5º, el Escalafón de Asistentes Sociales del


Poder Judicial, por el siguiente:

"Escalafón de Miembros de los Consejos Técnicos del Poder Judicial.

Miembros de los Consejos Técnicos Juzgados de Letras de Familia de


Asiento Corte de Apelaciones: grado IX.

Miembros de los Consejos Técnicos Juzgados de Letras de Familia de


capital de provincia y Miembros de los Consejos Técnicos Juzgados de Letras
de Familia de comuna o agrupación de comunas: grado X.".

Artículo 134. Entrada en vigencia. Esta ley empezará a regir el día 1 de


octubre de 2005.

Artículo 135. Imputación presupuestaria. El mayor gasto que represente la


aplicación de esta ley se financiará con cargo a los recursos que se consignen
en la partida presupuestaria Tesoro Público del primer año correspondiente a
su entrada en vigencia.

ARTÍCULOS TRANSITORIOS

Artículo primero. Las causas ya radicadas en los juzgados de letras de


menores, al momento de entrada en vigencia de la presente ley, seguirán
siendo conocidas por éstos hasta su sentencia de término.

Para dicho efecto, los procedimientos y demás disposiciones derogadas por


la presente ley, así como los tribunales señalados, subsistirán vigentes por el
término necesario para la conclusión de dichos procesos.

Lo anterior, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo décimo transitorio.

Artículo segundo. Las causas de competencia de los juzgados de familia


que, a la fecha de entrada en vigencia de esta ley, se encontraren radicadas en
juzgados con competencia en lo civil, continuarán radicadas en éstos y se
sustanciarán conforme a las normas procesales vigentes a la fecha de inicio de
las mismas, hasta la sentencia de término.

Artículo tercero. La alusión al centro residencial contenida en el artículo 71,


letra c), se entenderá que corresponde al Centro de Tránsito y Distribución,
mientras se mantengan en funcionamiento dichos centros, conforme a lo
dispuesto por el artículo 51 de la Ley Nº 16.618.

Artículo cuarto. El Presidente de la República, dentro del plazo de 90 días,


contado desde la publicación de esta ley, y mediante decreto supremo
expedido a través del Ministerio de Justicia, el que también será suscrito por el
Ministro de Hacienda, establecerá las normas reglamentarias necesarias para
la ejecución de esta ley.

Artículo quinto. Dentro de los 120 días siguientes a la publicación de la


presente ley, las Cortes de Apelaciones efectuarán el llamado a concurso para
proveer sólo los cargos de jueces de familia que la Corte Suprema, a través de
un auto acordado, indique, con un máximo de 128 cargos.

Las Cortes de Apelaciones llamarán a concurso para proveer los cargos de


jueces de familia que no sean llenados en virtud de la regla anterior, con la
antelación necesaria para que quienes sean nombrados asuman antes del
1º de octubre de 2007.

La Corte Suprema, con el informe previo de la Corporación Administrativa


del Poder Judicial y de acuerdo a la disponibilidad presupuestaria
correspondiente, en junio y diciembre de cada año, o excepcionalmente con
anterioridad, comunicará al Presidente de la República si resultare necesario
proceder al nombramiento de nuevos jueces de familia, atendida la carga de
trabajo que los respectivos juzgados presenten.

Asimismo, las Cortes de Apelaciones respectivas podrán abrir los primeros


concursos de administradores de juzgado de familia, sin necesidad de que los
jueces hayan asumido previamente sus cargos.

La Corte de Apelaciones respectiva, cuando corresponda, deberá determinar


el juzgado y la oportunidad en que cada miembro del Escalafón Primario,
Secundario y de Empleados del Poder Judicial, que deban ser traspasados de
conformidad a los artículos siguientes, pasará a ocupar su nueva posición, de
acuerdo a las necesidades de funcionamiento del nuevo sistema.

Para la determinación del número de cargos vacantes del personal


administrativo y del Escalafón Secundario que serán provistos, una vez
efectuados los traspasos respectivos, se seguirán las reglas establecidas en el
artículo 115 de la presente ley, de manera que sólo serán nombrados y
asumirán sus funciones aquellos que resulten del número de jueces cuyos
cargos vayan a ser llenados, de acuerdo a lo dispuesto en el presente artículo.

La Corte Suprema podrá impartir instrucciones a las Cortes respectivas, para


el adecuado desarrollo del procedimiento de nombramientos, traspasos e
instalación de los juzgados de familia. Las normas sobre provisión de los
cargos en los juzgados de familia que se contemplan en este artículo y en los
siguientes se aplicarán sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 77, inciso
final, de la Constitución Política de la República.

Artículo sexto. La instalación de los juzgados de familia que señala el


artículo 4º se efectuará, a más tardar, con un mes de antelación a la entrada en
vigencia de la presente ley. Con este objeto, la Corporación Administrativa del
Poder Judicial deberá poner a disposición de las respectivas Cortes de
Apelaciones los locales destinados al funcionamiento de dichos juzgados.

La designación de los jueces que habrán de servir en dichos juzgados se


regirá por las reglas comunes, en lo que no sean modificadas o
complementadas por las normas siguientes:

1) Los jueces de menores cuyos tribunales son suprimidos por esta ley,
podrán optar a los cargos de juez de familia, dentro de su mismo territorio
jurisdiccional. Este derecho deberá ser ejercido, en su caso, dentro de los 30
días siguientes a la fecha de la publicación de esta ley.

Si no ejercen el derecho antes previsto, serán destinados por la Corte de


Apelaciones respectiva, con a lo menos 90 días de antelación a la supresión
del tribunal, en un cargo de igual jerarquía al que a esa fecha poseyeren y de
la misma jurisdicción, sin necesidad de nuevo nombramiento y sin que resulte
afectado, bajo ningún respecto, ninguno de sus derechos funcionarios.

2) La Corte de Apelaciones respectiva, cuando corresponda, deberá


determinar el juzgado y la oportunidad en que cada juez pasará a ocupar su
nueva posición de acuerdo con las necesidades de funcionamiento del sistema,
y lo dispuesto en el artículo anterior.

3) Para proveer los cargos vacantes que quedaren sin ocupar en los
juzgados de familia, una vez aplicada la regla establecida en el número 1), las
Cortes de Apelaciones respectivas deberán llamar a concurso para elaborar las
ternas con los postulantes que reúnan los requisitos exigidos por el Código
Orgánico de Tribunales, según las categorías respectivas. La Corte podrá
elaborar ternas simultáneas, con la finalidad que los nombramientos permitan
una adecuada instalación de los juzgados respectivos.
4) El Presidente de la República procederá a la designación de los nuevos
jueces.

5) Para ser incluido en las ternas para proveer los cargos de juez de familia,
con arreglo a lo previsto en el número 3) de este artículo, los postulantes,
además de cumplir con los requisitos comunes, deberán haber aprobado el
curso habilitante que la Academia Judicial impartirá al efecto. Con este objeto,
la Academia Judicial deberá adoptar las medidas necesarias a fin de que se
impartan suficientes cursos habilitantes. Asimismo, podrá acreditar o convalidar
como curso habilitante estudios equivalentes que hayan realizado los
postulantes.

6) En casos excepcionales, cuando no hubiere postulantes que cumplan los


requisitos establecidos en la letra b) del artículo 284 del Código Orgánico de
Tribunales, resultará aplicable la regla contenida en la letra c) de la misma
disposición.

7) Los jueces a que se refiere el número 1) no sufrirán disminución de


remuneraciones, pérdida de la antigüedad que poseyeren en el Escalafón
Primario del Poder Judicial, ni disminución de ninguno de sus derechos
funcionarios.

8) Los secretarios de los juzgados que son suprimidos por la presente ley,
gozarán de un derecho preferente para ser incluidos en las ternas que se
formen para proveer los cargos de jueces de familia de su misma jurisdicción,
en relación con los postulantes que provengan de igual o inferior categoría,
siempre que hayan figurado en las dos primeras listas de mérito durante los
dos últimos años.

Asimismo, dichos secretarios que, por cualquier circunstancia, no fueren


nombrados en los juzgados de familia que se crean por la presente ley, serán
destinados por la Corte de Apelaciones respectiva, con a lo menos 90 días de
antelación a la supresión del tribunal, en un cargo de igual jerarquía al que a
esa fecha poseyeren y de la misma jurisdicción, sin necesidad de nuevo
nombramiento y sin que resulte afectado, bajo ningún respecto, ninguno de sus
derechos funcionarios.

En el evento de que no existan vacantes en la misma jurisdicción, dentro del


plazo indicado en el inciso precedente, el Presidente de la Corte de
Apelaciones comunicará este hecho a la Corte Suprema, para que sea ésta la
que destine al secretario al cargo vacante que se encuentre más próximo a su
jurisdicción de origen, sin que se produzca afectación de ninguno de sus
derechos funcionarios.
9) Las Cortes de Apelaciones respectivas podrán abrir los concursos y
elaborar las ternas para proveer los cargos del Escalafón Primario que
quedarán vacantes en los juzgados de letras, producto del nombramiento de
jueces que asumirán sus funciones en fechas posteriores, sin necesidad de
esperar tal evento. En estos casos, el Presidente de la República fijará en el
decreto respectivo la fecha de asunción de funciones, pudiendo contemplar la
posibilidad de que tal circunstancia sea determinada en cada caso por la Corte
de Apelaciones que corresponda, de acuerdo a la fecha en que se materialice
la vacante.

Artículo séptimo. Para el ingreso a los cargos de miembro de los consejos


técnicos creados en esta ley, los asistentes sociales y psicólogos, que prestan
actualmente servicios en juzgados de letras de menores, en juzgados de letras,
en Cortes de Apelaciones o en el Programa de Violencia Intrafamiliar adjunto a
algunos de los tribunales anteriores, habrán de regirse por las normas
siguientes:

1) A más tardar con ciento ochenta días de antelación a la fecha de entrada
en vigencia de la presente ley, la Corporación Administrativa del Poder Judicial
deberá practicar un examen a esos profesionales sobre materias relacionadas
con la presente ley, debiendo informar su resultado a la Corte de Apelaciones
respectiva.

2) Recibido el resultado del examen, la Corte de Apelaciones, en un acto


único, confeccionará la nómina de todos los asistentes sociales de planta,
ordenados según grado, de acuerdo a los factores siguientes: el promedio de
las calificaciones obtenidas en los tres años anteriores, la antigüedad en el
servicio y la nota obtenida en el examen. La Corte Suprema determinará
mediante auto acordado la ponderación de cada uno de los factores señalados,
para cuyo objeto serán oídos los representantes de la Asociación Nacional de
Asistentes Sociales del Poder Judicial, la Corporación Administrativa del Poder
Judicial y el Ministerio de Justicia.

3) A más tardar con ciento cincuenta días de antelación a la fecha de


entrada en vigencia de la presente ley, se efectuará el traspaso de los
asistentes sociales incorporados en la nómina señalada en el número anterior,
a los cargos de miembro del consejo técnico de los juzgados con competencia
en materia de familia de la respectiva Corte de Apelaciones, de conformidad a
lo dispuesto en el artículo 5º transitorio. Para estos efectos, se les otorgará el
derecho de optar dentro de los cargos existentes en dicho territorio, respetando
el estricto orden de prelación de la nómina ya referida. Si no existieren
vacantes en dichos juzgados, el profesional tendrá derecho a continuar
desempeñándose en un cargo en extinción de igual grado y remuneración,
adscrito al juzgado con competencia en materia de familia que la Corte de
Apelaciones determine. Para este solo efecto, créanse, en los juzgados con
competencia en materia de familia, los cargos adscritos necesarios para que
los profesionales que ejerzan esta opción accedan a un empleo de igual grado
y remuneración. Esos cargos constituirán dotación adicional y se extinguirán de
pleno derecho al cesar en funciones, por cualquier causa, el profesional
correspondiente. Si dentro del territorio jurisdiccional de la Corte respectiva se
abriere una vacante del mismo grado, los profesionales que hubiesen sido
asignados en un cargo en extinción serán destinados por el Presidente de la
Corte a dicha vacante.

4) En ningún caso el proceso de traspaso podrá significar disminución de


remuneraciones, pérdida de antigüedad en el Poder Judicial y en la categoría
del escalafón, cambios en los sistemas previsionales y de atención de salud, ni
menoscabo o pérdida de algunos de los derechos funcionarios que el asistente
social poseyere al momento de efectuarse su nueva asignación de funciones
en los nuevos juzgados.

5) Una vez efectuado el traspaso referido en los números anteriores, cada


Corte de Apelaciones confeccionará la nómina de los asistentes sociales y
psicólogos a contrata de su jurisdicción, ordenados según grado, de acuerdo a
los factores y al procedimiento de ponderación señalados en el número 2) del
presente artículo. A esos profesionales se les otorgará el derecho de optar
dentro de los cargos existentes en el territorio de la respectiva Corte,
respetando el estricto orden de prelación de la nómina ya referida. Si ejercieren
su opción para desempeñarse en un cargo de igual grado existente en un
juzgado con asiento en una comuna distinta a aquélla en que cumplieren sus
funciones, se les designará en calidad de titulares, en los cargos vacantes de
miembros del consejo técnico, según los grados asignados por esta ley a esos
cargos. Si no fuere así, serán traspasados al juzgado con competencia en
materia de familia existente en la comuna donde ejercen sus funciones,
manteniéndoles su calidad funcionaria.

6) Para los efectos de los traspasos y designaciones referidos en los


números anteriores, los profesionales serán asimilados a los grados
establecidos en el Decreto Ley Nº 3.058, que modifica el sistema de
remuneraciones del Poder Judicial, en su artículo 5º, atendiendo al lugar de
asiento del tribunal donde cumplieren funciones.

7) Para los efectos indicados en los números anteriores, las Cortes de


Apelaciones de Santiago y San Miguel actuarán conjuntamente.

8) Los cargos vacantes que quedaren sin llenar, una vez aplicadas las reglas
anteriores, serán concursados de acuerdo a las normas establecidas en el
Título X del Código Orgánico de Tribunales.
Artículo octavo. Los empleados de secretaría de los tribunales de menores
que son suprimidos por esta ley y los empleados pertenecientes al Programa
de Violencia Intrafamiliar, ingresarán a cumplir funciones en los juzgados de
familia de acuerdo a las reglas siguientes:

1) A más tardar con ciento ochenta días de antelación a la fecha de entrada
en vigencia de esta ley, la Corporación Administrativa del Poder Judicial deberá
aplicar un examen sobre materias relacionadas con la presente ley a todos los
empleados de los juzgados de menores y pertenecientes al Programa de
Violencia Intrafamiliar, que se verán afectados por la misma, debiendo informar
de sus resultados a la Corte respectiva.

2) Recibido el resultado del examen, la Corte de Apelaciones, en un acto


único, confeccionará la nómina de todos los empleados de planta de los
tribunales que son suprimidos por la presente ley, ordenados según grado, de
acuerdo a los factores siguientes: las calificaciones obtenidas en el año
anterior, la antigüedad en el servicio y la nota obtenida en el examen. La Corte
Suprema determinará mediante auto acordado la ponderación de cada uno de
los factores señalados, para cuyo efecto serán oídos los representantes de la
Asociación Nacional de Empleados del Poder Judicial, la Corporación
Administrativa del Poder Judicial y el Ministerio de Justicia.

3) A más tardar con ciento cincuenta días de antelación a la fecha de


entrada en vigencia de la presente ley se iniciará el proceso de nombramiento
de los empleados en los cargos de los juzgados de familia, así como el
traspaso de aquellos que se desempeñan en los tribunales que son suprimidos
por la presente ley, procediendo del modo siguiente:

1º El Presidente de la Corte de Apelaciones llenará las vacantes de los


cargos de los juzgados de familia de su jurisdicción, con aquellos empleados
de planta de los tribunales que son suprimidos por la presente ley, según sus
grados. Para tal efecto, respetando el estricto orden de prelación que resulte
de la aplicación de lo previsto en el número 2) de este artículo, se les otorgará
el derecho de optar a un cargo del mismo grado existente en un juzgado con
competencia en materia de familia del territorio de la Corte respectiva. Si no
existieren cargos vacantes en dichos juzgados, el empleado tendrá derecho a
continuar desempeñándose en un cargo en extinción de igual grado y
remuneración, adscrito al juzgado con competencia en materia de familia que
la Corte de Apelaciones determine. Para este solo efecto, créanse, en los
juzgados con competencia en materia de familia, los cargos adscritos
necesarios para que los empleados que ejerzan esta opción accedan a un
empleo de igual grado y remuneración. Esos cargos constituirán dotación
adicional y se extinguirán de pleno derecho al cesar en funciones, por cualquier
causa, el empleado correspondiente. Si dentro del territorio jurisdiccional de la
Corte respectiva se abriere una vacante del mismo grado, los empleados que
hubieren sido asignados en un cargo en extinción serán destinados por el
Presidente de la Corte a dicha vacante.

Una vez efectuado el traspaso referido en el párrafo anterior, cada Corte de


Apelaciones confeccionará la nómina de los empleados a contrata de los
tribunales de menores que son suprimidos por esta ley y de los empleados
pertenecientes al Programa de Violencia Intrafamiliar de su jurisdicción,
ordenados según grado, de acuerdo a los factores y al procedimiento de
ponderación señalados en el número 2) del presente artículo. A dichos
empleados se les otorgará el derecho de optar dentro de los cargos existentes
en el territorio de la respectiva Corte, respetando el estricto orden de prelación
de la nómina ya referida. Si ejercieren su opción para desempeñarse en un
cargo de igual grado existente en un juzgado con asiento en una comuna
distinta a aquélla en que cumplieren sus funciones, se les designará en calidad
de titulares, en los cargos vacantes, según los grados asignados por esta ley a
esos cargos. Si no fuere así, serán traspasados al juzgado con competencia en
materia de familia existente en la comuna donde ejercen sus funciones,
manteniéndoles su calidad funcionaria.

Para los efectos de la aplicación del presente número, las Cortes de


Apelaciones de Santiago y San Miguel actuarán conjuntamente y serán
consideradas como un solo territorio jurisdiccional.

2º Si quedare algún empleado a contrata de los tribunales que son


suprimidos por la presente ley o del Programa de Violencia Intrafamiliar que no
encontrare vacantes en un juzgado con competencia en materia de familia, la
Corte de Apelaciones respectiva lo destinará al tribunal que determine,
excluidos los juzgados de garantía y tribunales de juicio oral en lo penal, sin
necesidad de nuevo nombramiento, manteniéndole su calidad funcionaria y sin
que ello pueda irrogar un mayor gasto.

3º Los funcionarios a que se refiere el número anterior, podrán


transitoriamente ser asignados a otros tribunales de la misma jurisdicción de la
Corte de Apelaciones, exclusivamente por el período necesario para proveer la
destinación en carácter de titular a un cargo vacante del mismo grado, lo que
no podrá significar menoscabo de ninguno de sus derechos funcionarios.

4º Los cargos que quedaren vacantes, una vez aplicadas las reglas
anteriores, sólo podrán ser llenados mediante las reglas de concurso público
que el Código Orgánico de Tribunales contempla y según las disponibilidades
presupuestarias existentes. Para este efecto, los empleados de secretaría
cuyos tribunales son suprimidos por la presente ley y los del Programa de
Violencia Intrafamiliar gozarán de un derecho preferente para ser incluidos en
terna en los cargos a que postulen dentro de su jurisdicción, frente a los demás
postulantes y, cuando corresponda, frente a los postulantes externos. En todo
caso, tal preferencia se mantendrá sólo hasta el primer nombramiento
originado como consecuencia de la aplicación de esta prerrogativa.

4) En ningún caso el proceso de traspaso podrá significar disminución de


remuneraciones, pérdida de antigüedad en el Poder Judicial y en la categoría
del escalafón, cambios en los sistemas previsionales y de atención de salud, ni
menoscabo o pérdida de algunos de los derechos funcionarios que el
empleado poseyere al momento de efectuarse su nueva asignación de
funciones en los nuevos juzgados.

5) Suprimido.949

6) Los funcionarios a que se refiere el artículo 132, en sus incisos segundo y


tercero, deberán asumir sus funciones a más tardar con 30 días de antelación
a la fecha de entrada en vigencia de la presente ley.

Artículo noveno.Tratándose de los postulantes en los concursos para los


cargos vacantes del Escalafón Secundario y de Empleados del Poder Judicial,
la Corporación Administrativa del Poder Judicial procederá a efectuar las
pruebas de selección de personal que, según las políticas definidas por el
Consejo, corresponda aplicar.

Artículo décimo. La supresión de los juzgados de menores a que se refiere


el artículo 129, se llevará a cabo seis meses después de la entrada en vigencia
de la presente ley.

Las Cortes de Apelaciones respectivas podrán postergar por hasta seis


meses la supresión de algún juzgado de menores de su territorio jurisdiccional,
cuando el número de causas pendientes, al terminar el quinto mes siguiente a
la entrada en vigencia de esta ley, no hubiere disminuido en más del 50%,
respecto de las causas que se encontraban en esa situación cuando la ley
entró a regir. Excepcionalmente, en aquellos casos en que debido al flujo de
causas pendientes resulte estrictamente indispensable, la Corte Suprema, con
informe favorable de la Corporación Administrativa del Poder Judicial, podrá
mantener subsistentes hasta dos juzgados de menores por territorio
jurisdiccional de Corte de Apelaciones, por un plazo máximo adicional de un
año. Vencido este último plazo, las causas que se mantuvieren pendientes
serán traspasadas al juzgado de familia, debiendo designarse en éste a un
juez de familia que asumirá su tramitación en conformidad al
procedimiento vigente al momento de su iniciación.

Con todo, el Primer Juzgado de Letras de Menores de Antofagasta, el Tercer


Juzgado de Letras de Menores de Valparaíso, el Primer Juzgado de Letras de
Menores de Rancagua y el Juzgado de Letras de Menores de San Bernardo,
serán suprimidos el 31 de diciembre de 2007.950
Asimismo, el Segundo Juzgado de Letras de Menores de Concepción, el
Segundo y el Séptimo Juzgados de Letras de Menores de Santiago, el
Segundo Juzgado de Letras de Menores de San Miguel y el Juzgado de Letras
de Menores de Puente Alto, serán suprimidos el 31 de diciembre de 2008. 951

Si a la fecha de la supresión existieren en los tribunales mencionados en los


dos incisos anteriores causas pendientes, éstas serán traspasadas al juzgado
de familia correspondiente, continuándose su tramitación en conformidad al
procedimiento vigente al momento de su inicio.952

Las causas radicadas en el Segundo Juzgado de Letras de Menores de


Pudahuel y en el Cuarto Juzgado de Letras de Menores de San Miguel, serán
absorbidas por el Séptimo Juzgado de Letras de Menores de Santiago y el
Segundo Juzgado de Letras de Menores de San Miguel, respectivamente. 953

En aquellos casos en que la Corte de Apelaciones respectiva disponga la


incorporación al juzgado de familia de los jueces de menores que hubieren sido
nombrados en virtud del derecho establecido en el número 1) del artículo sexto
transitorio precedente, regirán las reglas generales de subrogación, sin
perjuicio del nombramiento con calidad de interino, cuando resulte
indispensable, del cargo vacante respectivo.

Asimismo, las Cortes de Apelaciones podrán nombrar en calidad de interinos


al personal de empleados, cuando, atendida la carga de trabajo del juzgado de
menores suprimido, resulte necesario para su normal funcionamiento.

Artículo undécimo. Lo dispuesto en los artículos 127 y 128 regirá a partir


del día 1 de enero de 2005.".

Habiéndose cumplido con lo establecido en el Nº 1º del Artículo 82 de la


Constitución Política de la República y por cuanto he tenido a bien aprobarlo y
sancionarlo; por tanto promúlguese y llévese a efecto como Ley de la
República.

Artículo duodécimo. Mientras no entren en vigencia las disposiciones


legales que reglarán el tratamiento que corresponda dar a los menores
infractores de la ley penal y a los menores gravemente vulnerados o
amenazados en sus derechos, los jueces de familia podrán adoptar respecto
de niños, niñas y adolescentes, imputados de haber cometido un crimen o
simple delito, las medidas cautelares especiales de que trata el artículo 71 de
esta ley.954

Santiago, 25 de agosto de 2004.- Ricardo Lagos Escobar, Presidente de la


República.- Luis Bates Hidalgo, Ministro de Justicia.- Nicolás Eyzaguirre
Guzmán, Ministro de Hacienda.- Cecilia Pérez Díaz, Ministra Directora del
Servicio Nacional de la Mujer.

Lo que transcribo a Ud. para su conocimiento.- Saluda atentamente a Ud.,


Jaime Arellano Quintana, Subsecretario de Justicia.

C. DECRETO SUPREMO Nº 763 APRUEBA REGLAMENTO DE


LA LEY Nº 19.968 QUE CREA LOS TRIBUNALES DE FAMILIA Y
DEROGA DECRETO Nº 957 QUE APRUEBA NORMAS
REGLAMENTARIAS NECESARIAS PARA LA EJECUCIÓN DE
LA LEY Nº 19.968
Publicado en el Diario Oficial de 25 de mayo de 2009

Santiago, 14 de noviembre de 2008.- Hoy se decretó lo que sigue:

Núm. 763.- Vistos: Lo dispuesto en los artículos 32 Nº 6 y 35 de la


Constitución Política de la República, cuyo texto refundido, coordinado y
sistematizado fue fijado por el Decreto Supremo Nº 100 de 2005, del Ministerio
Secretaría General de la Presidencia; en el Decreto con Fuerza de Ley
Nº 1/19.653 de 2000, que fijó el texto refundido, coordinado y sistematizado de
la Ley Nº 18.575, Orgánica Constitucional de Bases Generales de la
Administración del Estado; en el Decreto Ley Nº 3.346 de 1980, que fija el texto
de la Ley Orgánica del Ministerio de Justicia; en el Decreto Nº 1.597 de 1980,
que establece el Reglamento Orgánico del Ministerio de Justicia; en la Ley
Nº 19.968 de 2004, que crea los Tribunales de Familia; en el Decreto Supremo
Nº 957 de 2004, del Ministerio de Justicia, que Aprueba Normas
Reglamentarias Necesarias para la Ejecución de la Ley Nº 19.968; en la Ley
Nº 20.286 de 2008, que Introduce Modificaciones Orgánicas y Procedimentales
a la Ley Nº 19.968, que Crea los Tribunales de Familia, y lo dispuesto en la
resolución Nº 520 de 1996, de la Contraloría General de la República y sus
posteriores modificaciones.

Considerando:

1º. Que con fecha 30 de agosto de 2004 se publicó en el Diario Oficial la Ley
Nº 19.968, que Crea los Tribunales de Familia.
2º. Que con fecha 23 de agosto de 2005, se publicó en el Diario Oficial el
Decreto Supremo Nº 957, del Ministerio de Justicia, que Aprueba Normas
Reglamentarias Necesarias para la Ejecución de la Ley Nº 19.968.

3º. Que con fecha 15 de septiembre de 2008 se publicó en el Diario Oficial la


Ley Nº 20.286, que Introduce Modificaciones Orgánicas y Procedimentales a la
Ley Nº 19.968, que Crea los Tribunales de Familia, en cuyo artículo Nº 44 se
ordena reemplazar el Título V ''De la Mediación Familiar'', y se dispone la
expedición de las normas reglamentarias necesarias para su ejecución.

4º. Que evaluada en el Ministerio de Justicia la necesidad de reglamentar


materias para la adecuada ejecución del nuevo Título V de la Ley Nº 19.968,
introducido por la Ley Nº 20.286, resulta necesario dictar nuevas normas
reglamentarias referidas a la mediación familiar, que den cuenta de las
modificaciones que se introdujeron al original sistema de mediación establecido
por la Ley Nº 19.968 y derogar, por lo tanto, el Decreto Supremo Nº 957 de
2004, del Ministerio de Justicia, a fin de dar cabal cumplimiento a los objetivos
de la Ley Nº 20.286,

Decreto:

1.- Apruébase el siguiente Reglamento de la Ley Nº 19.968 que Crea los


Tribunales de Familia:

"REGLAMENTO DE LA LEY Nº 19.968 QUE CREA LOS TRIBUNALES DE


FAMILIA"

Párrafo 1º De aplicación de la mediación

Artículo 1º. La mediación que regula el presente Reglamento será aplicable


a todas las materias de competencia de los juzgados de familia, que según el
artículo 106 de la Ley Nº 19.968 sean susceptibles de ser sometidas a un
proceso de mediación previa o voluntaria.
Párrafo 2º Del Registro de Mediadores

Artículo 2º. El Registro de Mediadores será único y su conformación y


administración estarán a cargo del Ministerio de Justicia, a través de sus
Secretarías Regionales Ministeriales.

Artículo 3º. Para los efectos de lo dispuesto en el artículo anterior, el


Ministerio de Justicia deberá:

1) Elaborar y mantener permanentemente actualizada la nómina de


mediadores habilitados para actuar en cada territorio jurisdiccional, y si
corresponde, señalar su pertenencia a una institución o persona jurídica.

2) Poner en conocimiento de todas las Cortes de Apelaciones la nómina de


los mediadores habilitados en su respectivo territorio jurisdiccional. En todo
caso, el Ministerio de Justicia deberá comunicar de inmediato al tribunal
respectivo toda nueva inscripción, suspensión o eliminación que afecte a
mediadores habilitados para actuar en su territorio jurisdiccional.

3) Mantener a disposición de las personas interesadas una nómina


actualizada de los mediadores registrados en cada una de sus Secretarías
Regionales Ministeriales.

Artículo 4º. Serán inscritos en el Registro de Mediadores quienes soliciten


su incorporación a él, siempre que cumplan con los requisitos establecidos en
el artículo 112 de la Ley Nº 19.968.

Para el cumplimiento del requisito sobre formación especializada señalado


en el inciso 4º del citado artículo, al momento de solicitar la incorporación al
Registro se deberá acompañar copia autorizada del título, diploma o certificado
otorgado por una universidad o instituto que desarrolle docencia, capacitación
o investigación en materias de mediación, familia o infancia, el cual deberá
acreditar estudios de, a lo menos, 180 horas teóricas y 40 horas de práctica
efectiva. Del total de horas teóricas, un mínimo de 80 deberán estar centradas
en el proceso de mediación.

Artículo 5º. Las personas interesadas en integrar el Registro de Mediadores


deberán elevar solicitud ante el Ministerio de Justicia, a través de las
respectivas Secretarías Regionales Ministeriales de Justicia. Para ello, llenarán
el correspondiente formulario de postulación, acompañando los antecedentes
que allí se indiquen y que permitan la acreditación del cumplimiento de los
requisitos señalados en el artículo anterior. El formulario de postulación deberá
diseñarse ajustándose a los requerimientos del presente Reglamento.

Artículo 6º. Los mediadores registrados podrán prestar servicios, a lo más,


en el territorio jurisdiccional de una Corte de Apelaciones o de varias, siempre
que se encuentren en una misma región y, a lo menos, dentro de todo el
territorio jurisdiccional de un tribunal de primera instancia con competencia en
asuntos de familia. Al momento de solicitar su incorporación en el Registro de
Mediadores, cada interesado deberá señalar el o los tribunales en cuyo
territorio aspira a ejercer como mediador, indicando la ubicación del o de los
lugares en que prestará sus servicios, en conformidad al artículo 112 de la Ley
Nº 19.968, los que constituirán su domicilio para los efectos del Registro.

Artículo 7º. El Ministerio de Justicia procederá a la revisión de la solicitud


y los antecedentes presentados, debiendo pronunciarse dentro de los veinte
días hábiles siguientes a su recepción. El rechazo de la inscripción del
solicitante en el Registro de Mediadores deberá ser siempre fundado. Tanto el
rechazo como la aceptación de la inscripción en el Registro deberán
comunicarse al interesado conforme a la Ley Nº 19.880 dentro de los cinco
días hábiles siguientes a la fecha de la resolución respectiva.

Artículo 8º. La resolución que rechazare la inscripción del postulante en el


Registro de Mediadores podrá ser impugnada de acuerdo a las reglas
generales contenidas en la Ley Nº 19.880.

Artículo 9º. La inscripción en el Registro de Mediadores podrá suspenderse


por iniciativa del propio mediador, cuando éste comunicare su determinación a
la respectiva Secretaría Regional Ministerial de Justicia, indicando el período
por el cual requiere se extienda la suspensión. También, podrá suspenderse la
inscripción en el Registro por resolución de cualquiera de las Cortes de
Apelaciones dentro de cuyo territorio ejerciere funciones el mediador, en virtud
de lo dispuesto en el artículo 113 de la Ley Nº 19.968.

Artículo 10. El Ministerio de Justicia procederá a eliminar a los mediadores


inscritos del Registro, en los siguientes casos:

1) Fallecimiento del mediador;

2) Renuncia del mediador;

3) Pérdida de los requisitos exigidos para la inscripción, decretada por la


Corte de Apelaciones respectiva;

4) Cancelación de la inscripción, decretada por la Corte de Apelaciones


respectiva.
Párrafo 3º De la Mediación Previa

Artículo 11. Las normas de este párrafo se aplicarán a los casos que deben


someterse a un procedimiento de mediación previo a la interposición de la
demanda, según lo dispuesto en el artículo 106 de la Ley Nº 19.968.

Artículo 12. Las causas relativas al derecho de alimentos, cuidado personal


y al derecho de los padres e hijos e hijas que vivan separados a mantener una
relación directa y regular, aun cuando se deban tratar en el marco de una
acción de divorcio o separación judicial, deberán someterse a un procedimiento
de mediación previo a la interposición de la demanda.

Artículo 13. La derivación a mediación y la designación del mediador se


efectuará en los términos señalados en el artículo 107 de la Ley Nº 19.968. El
instrumento mediante el cual se realizará la derivación deberá contener:

1) La individualización de las partes.

2) El nombre del mediador.

3) La o las materias objeto de la derivación.

En los casos que la designación del mediador corresponda al juez, éste


procederá a su nombramiento a través de un procedimiento objetivo y general,
que garantice una distribución equitativa entre los contratados para prestar
servicios en ese territorio jurisdiccional y un adecuado acceso a los solicitantes.

Artículo 14. La designación efectuada por el tribunal no será susceptible de


recurso alguno. Con todo, deberá revocarse y procederse a una nueva
designación si el mediador fuere curador o pariente, por consanguinidad o
afinidad en toda la línea recta y hasta el cuarto grado en la línea colateral, de
cualquiera de las partes, o hubiere prestado servicios profesionales a
cualquiera de ellas con anterioridad, a menos que los hubiese prestado a
ambas en calidad de mediador.

La solicitud a que se refiere el inciso segundo de la letra d) del artículo 105


de la Ley Nº 19.968, así como la revocación y nueva designación a que se
refiere el inciso anterior de este artículo, serán tramitadas en audiencia
especial citada al efecto por el tribunal competente.

Artículo 15. El tribunal deberá comunicar al mediador su designación por la


vía más expedita posible, incluyendo en dicha comunicación la
individualización de las partes y las materias sobre las que versa el conflicto.

El respectivo mediador tendrá un plazo de dos días hábiles para la


aceptación o rechazo de la designación. En caso de rechazo, el mediador
deberá poner dicha circunstancia en conocimiento del tribunal para que se
proceda a efectuar un nuevo nombramiento.

Párrafo 4º De la Mediación Voluntaria

Artículo 16. Las normas de este párrafo se aplicarán a los casos en que


las partes acuerden o acepten someter a un procedimiento de mediación
cualquier materia de competencia de los juzgados de familia, siempre que no
se trate de la mediación previa regulada en el párrafo anterior, ni de las
materias que se encuentra prohibido someter a mediación señaladas en el
inciso quinto del artículo 106 de la Ley Nº 19.968.

Artículo 17. El procedimiento a que se refiere el artículo anterior comenzará


con la derivación a mediación, la cual se efectuará según lo dispuesto en el
inciso segundo del artículo 107 de la Ley Nº 19.968.

Párrafo 5º Costo de la Mediación

Artículo 18. Los servicios de mediación respecto de las causas relativas


al derecho de alimentos, cuidado personal y al derecho de los padres e hijos e
hijas que vivan separados a mantener una relación directa y regular, aun
cuando se deban tratar en el marco de una acción de divorcio o separación
judicial, serán gratuitos para las partes. Excepcionalmente, podrá cobrarse por
el servicio, total o parcialmente, cuando se preste a usuarios que dispongan de
recursos para financiarlo privadamente.

Para efectos de determinar a quiénes se cobrará por los servicios de


mediación, se utilizará la clasificación socioeconómica que periódicamente
fijará el Ministerio de Justicia mediante decreto suscrito bajo la fórmula ''Por
orden del Presidente de la República''. Para su elaboración se considerará, al
menos, el nivel de ingresos, la capacidad de pago y el número de personas del
grupo familiar que dependan del usuario. Adicionalmente, el Ministerio de
Justicia considerará factores, tales como el ingreso per cápita del grupo
familiar, padecer algún miembro del mismo alguna enfermedad catastrófica o
crónica, tener como grupo un alto nivel de endeudamiento, ser el requirente
jefe de un hogar monoparental, pertenecer a alguna etnia indígena, tener
alguna discapacidad o ser víctima de violencia intrafamiliar.

El usuario, en la primera entrevista con el mediador, y a través de una


declaración jurada simple acreditará, al menos, su nivel de ingresos, número
de integrantes de su grupo familiar y capacidad de pago, los que quedarán
registrados en la Ficha de Ingreso a Mediación Familiar elaborada por el
Ministerio de Justicia, el cual podrá verificar dichos datos en cualquier
momento.

La persona que no sea calificada como beneficiaria de los servicios de


mediación gratuita, podrá reclamar ante la Administración conforme a lo
dispuesto en la Ley Nº 19.880, que establece Bases de los Procedimientos
Administrativos que rigen los actos de los órganos de la Administración del
Estado.

Artículo 19. Los servicios de mediación respecto de las materias no


contempladas en el artículo anterior serán de costo de las partes. Los
honorarios del mediador serán convenidos con las partes, los que en ningún
caso podrán exceder los valores máximos que contemple el arancel del que
trata el siguiente párrafo.

Sin embargo, quienes cuenten con privilegio de pobreza o sean patrocinados


por las Corporaciones de Asistencia Judicial o alguna de las entidades públicas
o privadas destinadas aprestar asistencia jurídica gratuita, tendrán derecho a
recibir el servicio gratuitamente.

En caso de que sólo una de las partes goce de dicho beneficio, el mediador
prestará sus servicios en forma gratuita sólo respecto de ella.
Párrafo 6º Del Arancel de los Mediadores

Artículo 20. El arancel que fije los valores máximos al cual los mediadores
deberán ajustar sus remuneraciones será determinado anualmente por el
Ministerio de Justicia, mediante un decreto suscrito bajo la fórmula ''Por orden
del Presidente de la República''. Para tal determinación se tendrá en
consideración los precios del mercado y las variaciones experimentadas por el
Índice de Precios al Consumidor en el período respectivo.

Artículo 21. Es obligación de cada mediador publicar en su despacho el


arancel a que hace referencia el artículo anterior, a través de un aviso fijado en
un lugar visible al público. Es también obligación del mediador actualizar
periódicamente dicha publicación.

Párrafo 7º De los Acuerdos de Mediación

Artículo 22. Una vez que el acta de mediación ha sido aprobada por el juez,


tendrá valor de sentencia ejecutoriada.

En caso de llegar a acuerdo sobre todos o algunos de los puntos sometidos


a mediación, se procederá de acuerdo con el artículo 111 de la Ley Nº 19.968,
esto es:

1) Se dejará constancia del acuerdo sobre todos o algunos de los puntos
sometidos a mediación en un acta que se denominará acta de mediación.

2) El acta deberá ser leída por los participantes, dejándose constancia de
ello en la misma acta de mediación.

3) El acta deberá ser firmada por las partes y por el mediador, quedando una
copia en poder de cada una de las partes.

4) El acta debe ser remitida por el mediador al tribunal para su aprobación en
todo aquello que no fuere contrario a derecho.
Artículo 23. De conformidad con el artículo 54-2 de la Ley Nº 19.968, el
tribunal conocerá en la etapa de recepción los avenimientos y transacciones
celebrados directamente por las partes y los aprobará en cuanto no sean
contrarios a derecho.

Si en el acta de mediación consta que el proceso de mediación resultó


frustrado, dispondrá la continuación del procedimiento judicial, cuando
corresponda."

2. Deróguese el Decreto Supremo Nº 957, de 2004, del Ministerio de


Justicia, que Aprueba Normas Reglamentarias Necesarias para la Ejecución de
la Ley Nº 19.968.

Anótese, tómese razón y publíquese.- Michelle Bachelet Jeria, Presidenta de


la República.- Carlos Maldonado Curti, Ministro de Justicia.- Andrés Velasco
Brañes, Ministro de Hacienda.

Lo que transcribo para su conocimiento.- Le saluda atentamente, Jorge Frei


Toledo, Subsecretario de Justicia.

D. LEY Nº 20.286 INTRODUCE MODIFICACIONES ORGÁNICAS


Y PROCEDIMENTALES A LA LEY Nº 19.968, QUE CREA LOS
TRIBUNALES DE FAMILIA
Publicada en el Diario Oficial de 15 de septiembre de 2008

Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su aprobación


al siguiente

Proyecto de ley:

.................

ARTÍCULOS TRANSITORIOS
Artículo 1º. Las dotaciones adicionales que se establecen en esta ley, serán
nombradas y asumirán sus funciones en la calidad jurídica y en la fecha que
determine la Corte Suprema, previo informe de la Corporación Administrativa
del Poder Judicial. En todo caso, las dotaciones deberán encontrarse
completamente nombradas a más tardar el 31 de diciembre de 2008.

Artículo 2º. Establécese, a contar del día 1 del mes siguiente a la entrada


en vigencia de esta ley, una bonificación por retiro, en adelante "la
bonificación", para los funcionarios de planta del escalafón de empleados del
Poder Judicial y los contratados asimilados al mismo escalafón; para los
funcionarios de planta y a contrata de la Corporación Administrativa del Poder
Judicial, y para los profesionales del escalafón de miembros de los Consejos
Técnicos del Poder Judicial, que a la fecha referida tengan sesenta y cinco o
más años de edad, si son hombres, o sesenta o más años, si son mujeres o
que cumplan dichas edades hasta el 31 de diciembre de 2008, y que presenten
la renuncia voluntaria a sus cargos desde el cumplimiento de las edades
señaladas precedentemente y hasta los noventa días corridos siguientes al 31
de diciembre de 2008. En el caso de las mujeres, dicho plazo se extenderá
desde que cumplan sesenta años de edad y hasta los noventa días corridos
siguientes a aquel en que cumplan sesenta cinco años.

Respecto a quienes a la fecha de publicación de esta ley tuvieren sesenta y


cinco años de edad, sean hombres o mujeres, el plazo de noventa días se
computará desde la data de la referida publicación.

La bonificación a que se refiere el inciso anterior equivaldrá a un mes de


remuneración imponible por cada año deservicio en alguna de las entidades
señaladas en ese inciso, conun máximo de once meses. La bonificación no
será imponible ni constituirá renta para ningún efecto legal.

El reconocimiento de períodos discontinuos para el cálculo de la bonificación


procederá sólo cuando el funcionario tenga a lo menos cinco años de
desempeño continuo en alguna de las entidades señaladas, anteriores a la
fecha de postulación.

La remuneración que servirá de base para el cálculo de la bonificación será


el promedio de la remuneración imponible mensual de los últimos doce meses
anteriores al retiro, actualizada según el índice de precios al consumidor
determinado por el Instituto Nacional de Estadísticas o por el sistema de
reajustabilidad que lo sustituya, con un límite máximo de noventa unidades de
fomento.

Los funcionarios que cesen en sus cargos y que perciban la bonificación, no


podrán ser nombrados ni contratados en el Escalafón de Empleados del Poder
Judicial, la Corporación Administrativa del Poder Judicial y el escalafón de
miembros de los Consejos Técnicos del Poder Judicial durante los cinco años
siguientes al término de su relación laboral, a menos que devuelvan la totalidad
del beneficio percibido, expresado en unidades de fomento, más el interés
corriente para operaciones reajustables.

Artículo 3º. Las vacantes del Escalafón de Empleados del Poder Judicial


que segeneren por aplicación de lo dispuesto en el artículo precedente, serán
provistas de conformidad a las reglas que siguen:

1) Los cargos vacantes generados en los tribunales superiores de justicia y


en los juzgados de letras civiles, de competencia común, de familia, del trabajo
y de cobranza laboral y previsional, serán provistos por cada Corte de
Apelaciones, en primer lugar, con los empleados de los juzgados suprimidos
por el artículo 10 de la Ley Nº 19.665, de su jurisdicción, que hubieren rendido
el examen a que se refiere el artículo 2º transitorio de la citada ley y se
encuentren pendientes de destinación, y que no hubieren ejercido el derecho
establecido en el artículo precedente.

2) En todo caso, y para el solo efecto de proveer las vacantes de los
juzgados de familia, del trabajo y de cobranza laboral y previsional, se seguirán
además las reglas siguientes:

a) La Corporación Administrativa del Poder Judicial deberá aplicar un


examen especial a los referidos empleados que opten por rendirlo, a más
tardar dentro de los sesenta días corridos contados desde la entrada en
vigencia de esta ley, para evaluar sus aptitudes para las funciones que
desempeñarían en los tribunales a los cuales puedan ser traspasados.

b) Efectuado dicho proceso, la Corte de Apelaciones respectiva


confeccionará con los empleados que hubieren rendido el examen una nómina
ordenada según sus grados, de acuerdo a los factores siguientes: las
calificaciones obtenidas en el año anterior, la antigüedad en el servicio y la nota
obtenida en el examen. La Corte Suprema determinará mediante auto
acordado la ponderación de cada uno de los factores señalados oyendo a la
Corporación Administrativa del Poder Judicial.

c) Elaborada la nómina, el Presidente de la Corte de Apelaciones respectiva


llenará las vacantes de los cargos de los tribunales señalados en el presente
numeral, dentro de su jurisdicción, con los empleados que la integren, según
sus grados. Para tal efecto, respetando el estricto orden de prelación que
resulte de la aplicación de lo previsto en el literal anterior, se les destinará a un
cargo del mismo grado existente en los referidos tribunales.

3) Las vacantes que quedaren en el Escalafón de Empleados del Poder


Judicial, dentro de la jurisdicción de una Corte de Apelaciones, una vez
efectuado el traspaso a que se refieren los numerales precedentes, serán
provistas con los empleados del mismo grado que se desempeñen en un cargo
en extinción, adscrito a un juzgado con competencia en materia de familia de la
misma jurisdicción, de conformidad a lo dispuesto en el numeral 3) del artículo
octavo transitorio de la Ley Nº 19.968, que no hubiesen hecho uso del derecho
señalado en el artículo precedente.

4) Las vacantes del Escalafón de Empleados del Poder Judicial, que no sean
provistas de conformidad a lo dispuesto en los numerales precedentes, serán
llenadas con funcionarios que actualmente se desempeñen en el Escalafón de
Empleados del Poder Judicial, de conformidad a las instrucciones que imparta
al efecto la Corte Suprema, mediante auto acordado.

5) Las vacantes que quedaren en el escalafón de miembros de los Consejos


Técnicos del Poder Judicial, dentro de la jurisdicción de una Corte de
Apelaciones, por aplicación de lo dispuesto en el artículo precedente, serán
provistas con los funcionarios del mismo grado que se desempeñen en un
cargo en extinción adscrito a un juzgado con competencia en materia de familia
de la misma jurisdicción, de conformidad a lo dispuesto en el numeral 3) del
artículo séptimo transitorio de la Ley Nº 19.968, que no hubiesen hecho uso del
derecho señalado en el artículo precedente.

6) En ningún caso el proceso de traspaso que se verifique con ocasión de la


aplicación de esta ley podrá significar disminución de remuneraciones, pérdida
de antigüedad en el Poder Judicial y en la categoría del escalafón, cambios en
los sistemas previsionales y de atención de salud, ni menoscabo o pérdida de
algunos de los derechos funcionarios que el empleado poseyere al momento
de efectuarse su nueva asignación de funciones.

Artículo 4º. Los secretarios cuyos cargos son suprimidos por esta ley


gozarán de un derecho preferente para ser incluidos en las ternas que se
formen para proveer el nuevo cargo de juez de letras de competencia común,
en el juzgado en que servían, en relación con los postulantes que provengan
de igual o inferior categoría, siempre que hayan figurado en las dos primeras
listas de mérito durante los dos últimos años.

Asimismo, los secretarios que, por cualquier circunstancia, no sean


nombrados como jueces en los juzgados de letras de competencia común que
se crean por la presente ley, serán destinados por la Corte de Apelaciones
respectiva, con a lo menos 90 días de antelación a la supresión del tribunal, en
un cargo de igual jerarquía al que a esa fecha posean y de la misma
jurisdicción, sin necesidad de nuevo nombramiento y sin que resulte afectado,
bajo ningún respecto, ninguno de sus derechos funcionarios.
En el evento de que no existan vacantes en la misma jurisdicción, dentro del
plazo indicado en el inciso precedente, el Presidente de la Corte de
Apelaciones comunicará este hecho a la Corte Suprema, para que sea ésta la
que destine al secretario al cargo vacante que se encuentre más próximo a su
jurisdicción de origen, sin que se produzca afectación de ninguno de sus
derechos funcionarios.

Artículo 5º. Los empleados de secretaría de juzgados de competencia


común cuyos cargos son suprimidos por esta ley, que no hayan ejercido el
derecho establecido en el artículo 2º transitorio de esta ley, ingresarán a
cumplir funciones en los juzgados de letras a los cuales pertenecían, de
acuerdo a las reglas siguientes:

1) La Corte de Apelaciones respectiva, en un acto único, confeccionará una


nómina con todos los empleados de planta y otra nómina con los empleados a
contrata de cada tribunal de competencia común, cuyos cargos de secretaría
son suprimidos por la presente ley, ordenados según grado, de acuerdo a los
factores siguientes: las calificaciones obtenidas en el año anterior y la
antigüedad en el servicio. La Corte Suprema determinará mediante auto
acordado la ponderación de cada uno de los factores señalados, para cuyo
efecto serán oídos los representantes de la Asociación Nacional de Empleados
del Poder Judicial, de la Corporación Administrativa del Poder Judicial y del
Ministerio de Justicia.

2) Elaboradas las nóminas, se iniciará el proceso de traspaso de aquellos


empleados que se desempeñan en los cargos que son suprimidos por esta ley,
que no hayan ejercido el derecho establecido en el artículo 2º transitorio, así
como el nombramiento de los empleados en los cargos que se crean en la
misma, que queden vacantes una vez verificado el proceso de traspaso,
procediendo del modo siguiente:

a) El Presidente de la Corte de Apelaciones respectiva llenará las vacantes


de los cargos en los juzgados de competencia común que se crean en esta ley,
dentro de su jurisdicción, comenzando con aquellos empleados de planta
cuyos cargos son suprimidos por la presente ley, según sus grados. Para tal
efecto, respetando el estricto orden de prelación que resulte de la aplicación de
lo previsto en el numeral 1) de este artículo, se les otorgará la opción de optar
a un cargo del mismo grado existente en el Juzgado de Letras de competencia
común en el cual servían. A continuación efectuará el mismo procedimiento
con los empleados a contrata cuyos cargos son suprimidos por la presente ley,
según sus grados.

b) Aquellos funcionarios de planta o a contrata que no hayan sido


designados en los cargos creados por esta ley en los juzgados de letras de
competencia común, deberán ser destinados por la Corte de Apelaciones
respectiva, en un cargo del mismo grado que se encuentre vacante en los
demás tribunales del sistema judicial, en la misma jurisdicción, sin que tal
destinación signifique, en ninguna circunstancia, pérdida de alguno de sus
derechos funcionarios.

Si no existe vacante dentro del territorio jurisdiccional de la Corte de


Apelaciones respectiva, el Presidente de la misma comunicará tal circunstancia
al Presidente de la Corte Suprema, a fin de que destine al funcionario a un
cargo vacante, sin que se produzca afectación de sus derechos funcionarios.

c) En ningún caso el proceso de traspaso podrá significar disminución de


remuneraciones, pérdida de antigüedad en el Poder Judicial y en la categoría
del escalafón, cambios en los sistemas previsionales y de atención de salud, ni
menoscabo o pérdida de algunos de los derechos funcionarios que el
empleado posea al momento de efectuarse su nueva asignación de funciones.

Artículo 6º. El requisito de formación especializada en materias de familia o


infancia exigido por el artículo 112 de la Ley Nº 19.968 para inscribirse en el
Registro de Mediadores, se hará exigible un año después de la entrada en
vigencia de esta ley.

Artículo 7º. La mediación obligatoria a que se refiere el artículo 106 entrará


en vigencia en las diversas Regiones del país, según el siguiente calendario:
en las Regiones Iª, IIª, IIIª, IVª, VIª, IXª, XIª, XIIª, XIVª y XVª, nueve meses
después de la publicación de esta ley; en las Regiones Vª, VIIª, VIIIª y Xª, doce
meses después de la publicación de esta ley, y en la Región Metropolitana,
quince meses después de la publicación de esta ley.

Artículo 8º. El mayor gasto fiscal que represente la aplicación de esta ley
durante el año 2008 se financiará con cargo a la partida presupuestaria 50-01-
03-24.03.104. En los años posteriores se considerará en los respectivos
presupuestos anuales, conforme al programa de implementación establecido y
a las disponibilidades presupuestarias correspondientes.".

Habiéndose cumplido con lo establecido en el Nº 1º del artículo 93 de la


Constitución Política de la República y por cuanto he tenido a bien aprobarlo y
sancionarlo; por tanto promúlguese y llévese a efecto como Ley de la
República.

Santiago, 28 de agosto de 2008.- Michelle Bachelet Jeria, Presidenta de la


República.- Carlos Maldonado Curti, Ministro de Justicia.- Andrés Velasco
Brañes, Ministro de Hacienda.- Laura Albornoz Pollmann, Ministra Directora
Servicio Nacional de la Mujer.
Lo que transcribo a Ud. para su conocimiento.- Saluda atentamente a Ud.,
Jorge Frei Toledo, Subsecretario de Justicia.

E. AUTO ACORDADO RELATIVO AL FUNCIONAMIENTO DE


LOS JUZGADOS DE FAMILIA
Publicado en el Diario Oficial de 8 de octubre de 2005

"En Santiago, a treinta de septiembre de dos mil cinco, se reunió el Tribunal


Pleno bajo la presidencia de su titular don Marcos Libedinsky Tschorne y con la
asistencia de los Ministros señores Ortiz, Benquis, Gálvez, Chaigneau, Pérez,
Marín y Kokisch, señorita Morales y señores Oyarzún, Rodríguez Espoz y
Ballesteros.

AUTO ACORDADO RELATIVO AL FUNCIONAMIENTO DE LOS JUZGADOS


DE FAMILIA

I.- Que la Ley Nº 19.968, que crea los Juzgados de Familia, establece
procedimientos para la solución judicial de los asuntos de familia y un sistema
de mediación anexo a dichos tribunales entrará en vigencia a contar del
primero de octubre próximo, iniciándose también la instalación de los mismos.
Tal como ocurre con otros procesos de reforma, su implementación constituye
una etapa compleja, que implica la adecuación personal y cultural de los
sujetos intervinientes, así como de los usuarios del sistema a las nuevas
infraestructuras, modalidades de gestión y de solución de los diversos
conflictos de relevancia jurídica que afectan a la familia;

II.- Que durante el desarrollo de la capacitación de los actores del sistema se


han detectado diversos criterios interpretativos, respecto del sentido que debe
atribuirse al contenido de determinadas normas de la Ley Nº 19.968, los que
corresponden, básicamente, a aspectos propios de la aplicación de esta nueva
regulación, y no afectan el fondo de la normativa sustantiva que regula la
materia;
III.- Que, de este modo, se hace necesario prevenir que una acentuada
disparidad de criterios pueda afectar el proceso de puesta en marcha de los
Juzgados de Familia, resultando imperativo lograr una uniformidad con
respecto al sentido que pueda asignase a dichas normas, particularmente si se
considera que la implementación de esa nueva judicatura no tiene carácter
progresivo, entrando a vigor en todo el país en una misma fecha.

Por estas razones, en ejercicio de las facultades económicas de que se


encuentra investida esta Corte y en conformidad a lo establecido en los
artículos 79 de la Constitución Política de la República y 96 Nº 4 del Código
Orgánico de Tribunales, se acuerda:

Primero: Que la facultad de las partes para comparecer personalmente a


lasaudiencias en los asuntos de familia no es incompatible con la
comparecencia a audiencias orales, ante los Juzgados de Familia, de los
postulantes de las Corporaciones de Asistencia Judicial ni de los otros
habilitados en derecho que se desempeñan en entidades públicas o privadas
que prestan asistencia jurídica gratuita a personas de escasos recursos.

Segundo: Que, únicamente para el caso de la incomparecencia de la parte


debidamente citada y con el solo objeto de hacer procedente la sanción
prevista en el artículo 52 de la Ley Nº 19.968, la parte que solicite la respectiva
declaración debe presentar, por escrito al tribunal, en sobre cerrado y con a lo
menos dos días hábiles de anticipación a la audiencia de juicio, un listado o
minuta de preguntas redactadas en forma asertiva.

En el evento de la incomparecencia, el pliego será leído en la audiencia,


pudiendo el juez, de oficio o ante incidente formulado por las partes, rechazar
las preguntas que considere impertinentes o inútiles, de conformidad con lo
dispuesto en los artículos 51 y 53 de la Ley Nº 19.968.

Por consiguiente, si la parte debidamente citada concurre a la audiencia de


juicio, la declaración se realizará sin sujeción al referido listado o minuta de
preguntas.

Tercero: Que, a solicitud de parte y de modo excepcional, el tribunal podrá


ordenar la recepción de pruebas que no hubieren sido ofrecidas durante la
audiencia preparatoria, cuando quien lo solicite justifique desconocer su
existencia con anterioridad a la audiencia preparatoria, o cuando se hubiere
producido una modificación sustantiva en los hechos, con posterioridad a la
mencionada audiencia, o cuando existan otras razones fundadas que no le
resulten imputables.

Cuarto: En relación al procedimiento aplicable a los asuntos a que se refiere


el artículo 8º, numeral 10), de la Ley Nº 19.968, sobre la aplicación de medidas
de protección previstas en la Ley Nº 16.618, cuya tramitación se sujeta al
procedimiento ordinario, de conformidad a las reglas generales, deberá estarse
a lo siguiente:

1. La audiencia preparatoria se deberá realizar a más tardar dentro de quinto


día hábil de recibidos los antecedentes en el tribunal y deberá contar siempre
con la asistencia de un miembro del Consejo Técnico;

2. Será aplicable a la referida audiencia lo dispuesto en el artículo 72 de la


Ley Nº 19.968, en lo pertinente;

3. La determinación del objeto del proceso señalará precisamente los hechos


que fundamenten la adopción de una medida de protección;

4. Para resolver, el juez deberá examinar la verosimilitud del hecho


denunciado;

5. En caso de imponerse alguna medida de protección, deberá determinarse


su duración y la periodicidad de los informes de cumplimiento. El tribunal
ordenará asimismo se oficie a la institución respectiva para que dé
cumplimiento a la misma;

6. Si existieren antecedentes suficientes para imponer alguna de las medidas


de protección previstas en el artículo 29 de la Ley Nº 16.618, numerales 1 ó 3,
en este último caso sólo en lo relativo al ingreso a un programa ambulatorio, el
juez podrá así resolverlo en la audiencia preparatoria;

7. En los casos del artículo 16 bis de la Ley Nº 16.618, o de cualquier otra


retención o internación de un niño, niña o adolescente, como asimismo, en
caso de adoptarse una medida cautelar de aquellas previstas en el artículo 71
letras c) o h) de la Ley Nº 19.968 antes del inicio del procedimiento, la
audiencia preparatoria deberá llevarse a efecto a primera hora del día hábil
siguiente a la adopción de dichas medidas. En su caso, el tribunal deberá
conocer acerca de las circunstancias de la retención, internación o medida.

Quinto: Lo dispuesto precedentemente, en relación a los artículos 16 bis de


la Ley Nº 16.618 y 71, letras c) y h) de la Ley Nº 19.968, regirá también para
los procedimientos relativos a la aplicación de medidas de protección de niños,
niñas y adolescentes vulnerados en sus derechos.

Sexto: Cuando se encuentre firme la resolución que declara sin


discernimiento al adolescente, se enviará de inmediato el registro de audio y
antecedentes de la causa, incluida la resolución que haya dictado el Tribunal
de Alzada, en su caso, al Juzgado de Familia correspondiente, el cual
procederá conforme lo dispuesto en el numeral quinto precedente.
Séptimo: En cumplimiento de lo señalado en el artículo 78, inciso tercero, de
la Ley Nº 19.968, el juez evacuará un informe que contendrá las conclusiones
derivadas de la visita, copia informativa del cual será remitido a la Corte de
Apelaciones respectiva y al Servicio Nacional de Menores, para los fines que
estimen pertinentes.

La obligación judicial de visitar los establecimientos residenciales no obsta a


las visitas que, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 76 de la Ley
Nº 19.968, deba efectuar el juez para la adecuada ponderación acerca del
cumplimiento de las medidas adoptadas.

Las visitas del juez deberán efectuarse en compañía de un miembro del


Consejo Técnico.

Octavo: En caso de estimarlo necesario, el juez de familia podrá solicitar de


losfiscales del Ministerio Público los antecedentes que consten en su poder,
referidos a las medidas de resguardo que hubieren tomado en relación con
alguno de los involucrados en el caso.

Noveno: Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo décimo transitorio de la


LeyNº 19.968, los Juzgados de Letras en lo Civil y los Juzgados de Letras de
Menores remitirán al Juzgado de Familia aquellas causas en que se hubiere
dictado sentencia o resolución de término, con el acta de transacción,
avenimiento o conciliación, en su caso, pero sólo en aquellos casos en que se
realice una gestión o se promueva una solicitud, encaminadas a obtener el
cumplimiento de lo resuelto en ellas, disponiendo en tal caso la
correspondiente notificación de las partes.

Recibida que sea la causa, el Juzgado de Familia ingresará al sistema


informático los datos necesarios para proseguir con la tramitación de la misma.

Décimo: Para los fines de lo dispuesto en el artículo 59 de la Ley Nº 19.968,


el tribunal, de oficio y dentro de quinto día hábil, procederá a fijar una segunda
fecha de audiencia preparatoria, en el caso de no haber sido las partes
oportunamente notificadas.

Se hace constar que los Ministros señores Ortiz, Chaigneau, Kokisch y Juica
no comparten la regulación contenida en el numeral segundo de este auto
acordado, relativo a la incomparecencia de la parte citada a declarar a la
audiencia de juicio, por considerar que la misma no se aviene con los principios
de oralidad y desformalización que caracterizan al procedimiento aplicable por
los juzgados de familia.

Los Ministros señores Ortiz, Kokisch y Juica, además, no concurren al


fundamento III porque dicha reflexión importa indicar a los jueces una
determinada interpretación de un texto legal, lo que, en su opinión, excedería
las facultades económicas de que está investida esta Corte. Y, en cuanto a las
indicaciones primera, tercera, cuarta y quinta, el mismo señor Juica y la
Ministro señorita Morales tampoco las aceptan, ya que dichas normas, aparte
de estar consideradas en la propia ley, no pueden ser reguladas por esta vía.
Consecuentemente, sólo estuvieron por impartir instrucciones en lo que atañe
a los puntos sexto y siguientes, a los jueces respectivos, en las materias que
allí se señalan.

Undécimo: En cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 389 G del Código


Orgánico de Tribunales, las funciones propias de ministros de fe se
encomiendan al administrativo que haga las veces de encargado de la unidad
de administración de causas de los Juzgados de Familia, a quien resultaran
aplicables, en lo que fueren pertinentes las disposiciones de Auto Acordado de
la E  Corte Suprema que da instrucciones sobre funciones de los ministros de
xcma.

fe en Juzgados de Garantía y Tribunales Orales, de siete de diciembre del año


dos mil y sus modificaciones de veinticinco de septiembre de dos mil cinco. 955

Comuníquese al Ministerio de Justicia, a las Cortes de Apelaciones del país


y a la Corporación Administrativa del Poder Judicial.

Publíquese en el Diario Oficial.

Para constancia se extiende la presente acta".

Lo que el Secretario de esta Corte cumple por disposición del señor


Presidente.

Saluda atentamente a Ud., Carlos A. Meneses Pizarro, Secretario.

ÍNDICE DE MATERIAS
Este índice incluye las categorías, conceptos, términos y nociones jurídicas
contenidas en la Jurisprudencia y los Comentarios que acompañan a los artículos
de los textos normativos que comprende este Código de la Familia.

La referencia indicada con número arábigo corresponde al número que precede a


cada entrada de la Jurisprudencia o de los Comentarios, en su caso.

A
Abandono

Del hijo

Noción 768

Del hogar común

De si hace cesar el derecho de alimentos 222, 224, 902

Origina una separación de hecho 205, 221

Transgresión grave de los deberes del matrimonio 205, 462, 463

Del menor

Causal de declaración de susceptibilidad de adopción 821

Abandono de procedimiento

En procedimientos de familia 1138

Aborto

Véase nasciturus

Abuelos

Declaración de susceptibilidad de adopción solicitada por abuelos 582

Obligación de prestar alimentos a sus nietos

Causada en la ley 761

Determinación de la cuantía de la prestación: su autonomía 765

Falta o insuficiencia: interpretación amplia en el contexto del interés superior


del niño 762.1

Falta o insuficiencia: sus supuestos 762.2

Insuficiencia: interpretación y supuestos 762.3, 916, 942, 943, 944

Interpretación a la luz del interés superior del niño 760


No exige demanda previa a los padres: discusión 764

No exige que se hayan decretado apremios contra el padre que ha incumplido


su obligación 764.2

Presupuestos para que opere 762

Subsidiariedad de esta obligación: de cómo ha de entenderse 763

Subsidiariedad de esta obligación: relación con exigencias procesales 764,


916, 943

Relación directa y regular con sus nietos

Derecho autónomo 758

Derecho del menor 757

Acción de impugnación

Véase Acciones de filiación

Acción de reclamación de maternidad o paternidad

Véase Acciones de filiación

Acción pauliana

Véase Derecho de alimentos

Procedencia en la liquidación de la sociedad conyugal 378

Acciones de filiación

Acción de im3pugnación

Caducidad 699

Efecto retroactivo de la Ley Nº 19.585 781, 783

Finalidad 695, 697

Noción 696

Plazo cuando impugnan herederos del marido 700, 701


Plazo de prescripción del art. 202 CC 675

Presunción pater is est 623, 626

Titulares: regla general 698

Titulares si se impugna filiación determinada por reconocimiento 702, 703

Titulares si se impugna filiación determinada por reconocimiento: herederos


del que reconoció 705

Titulares si se impugna filiación determinada por reconocimiento: padre como


titular 704

Titulares si se impugna filiación determinada por reconocimiento: tercero 703,


704, 705, 706, 707

Acción de reclamación de filiación

Imprescriptibilidad 158, 694

Irrenunciabilidad 641, 642

Desistimiento 641, 642

Efecto retroactivo de la Ley Nº 19.585 681, 782

Noción 680, 682

Titulares: regla general 157

Titulares: regla general y acción del hijo contra herederos del presunto
padre 159, 681

Titulares respecto del hijo póstumo o padre muerto dentro de 180 días


siguientes al parto: cuestiones de constitucionalidad 686, 687, 688, 689

Titulares si hay una filiación determinada 690, 691, 692, 693

Acción de reclamación de filiación no matrimonial

Actuación en interés del hijo 684, 685

Titulares 683
Acciones de estado de familia 639

Conciliación

Improcedencia de llamado a conciliación 643

Desistimiento de acción de filiación y cosa juzgada 642.1

Ejercicio de mala fe e indemnización 644

Indemnización por su ejercicio de mala fe o con propósito de lesionar la honra


del demandado 644

Legítimo contradictor

Regla general del artículo 157

Excepciones a la regla general 160

Noción y finalidades 640

Posesión notoria del estado civil de hijo

Plazo y su cómputo 672

Preferencia sobre pruebas biológicas 671, 673

Prueba

Admisibilidad de "toda clase de pruebas" 649, 651

Alteración de la regla del art. 1698 CC 648

Diligencias decretadas de oficio 650

Disciplina especial 647

Fotografías como antecedentes para inducir una presunción judicial 652

Pruebas periciales biológicas

Ante la posesión notoria del estado civil de hijo 671, 673

Constitucionalidad de decretarlas en supuestos del art. 199 bis CC 666


No son lesivas al derecho a la honra 64, 654

No son lesivas al derecho a la privacidad familiar 64, 655

Posibilidad de practicarlas a un cadáver 656

Presunción del inciso 4º del art. 199 CC: citación debe ser personal 662

Presunción del inciso 4º del art. 199 CC: citación en dos


oportunidades 663, 665

Pruebas periciales biológicas: presunción del inciso 4º del art. 199 CC:


citación y sus finalidades 664

Presunción del inciso 4º del art. 199 CC: negativa "injustificada" 657

Presunción del inciso 4º del art. 199 CC: no vulnera el debido proceso 660

Presunción del inciso 4º del art. 199 CC: presunción legal 659

Presunción del inciso 4º del art. 199 CC: prueba para desvirtuarla 661

Presunción del inciso 4º del art. 199 CC y "contramuestra" 658

Transacción

Improcedencia de transacción 643

Acuerdo de Unión Civil

Capacidad para celebrarlo e incapacidades

Generalidades 991, 996

Incapacidades legales: incapacidad de acuerdo de unión civil vigente 996.3

Incapacidades legales: incapacidad de edad 992

Incapacidades legales: incapacidad de parentesco 996.1

Incapacidades legales: incapacidad de vínculo matrimonial no disuelto 996.2

Incapacidades para formar o emitir consentimiento: generalidades 994

Incapacidades para formar o emitir consentimiento: privación de razón 994.1


Incapacidades para formar o emitir consentimiento: sordera o
sordomudez que impide darse a entender claramente 994.2

Caracteres

"Contrato" 984

No admite promesa 985

Puro y simple 984.2.2, 986

Celebrados en el extranjero

Reconocimiento en Chile 999

Régimen patrimonial 1001

Celebración

Acta y su inscripción 990

En general 989

In articulo mortis 989.1

Por mandatario 989.2

Consentimiento libre y espontáneo

Generalidades 993

Vicios del consentimiento: error en la identidad de la persona del otro


contrayente 995.1

Vicios del consentimiento: error en una cualidad personal del otro


contrayente 995.2

Vicios del consentimiento: fuerza 995.3

Convivientes civiles

Aplicación de leyes y reglamentos que aluden a los "convivientes" 1017

Considerados parientes para ciertos efectos 984.7


Denominación legal 984.6

Estado civil 984.8

Inhabilidades, incompatibilidades y prohibiciones a que quedan sujetos 1016

Curaduría de conviviente civil por demencia o disipación 1018

Definición 984.5

Efectos

Derechos y obligaciones que genera. En general 985, 1002

Derechos y obligaciones que genera. Ayuda mutua 1002.1

Derechos y obligaciones que genera. Declaración de bien familiar 1007

Derechos y obligaciones que genera. Solventar los gastos de la vida en


común 1002.2

Derechos y obligaciones que genera. Derecho de adjudicación


preferente 1011

Derechos y obligaciones que genera. Derechos sucesorios: 1008, 1010

Derechos y obligaciones que genera. Derechos sucesorios: asignatario de


cuarta de mejora 1008.3

Derechos y obligaciones que genera. Derechos sucesorios: heredero ab


intestato 1008.1

Derechos y obligaciones que genera. Derechos sucesorios: legitimario 1008.2

Derechos y obligaciones que genera. Derechos sucesorios: legitimario y


desheredamiento 1009

Estado civil de conviviente civil 984.8

Parentesco por afinidad 988

Presunción pater is est 1014

Exigencias especiales para que lo contraigan ciertas personas


El que tiene hijos sujetos a patria potestad o pupilos 997

Mujer embarazada y otros supuestos 998

Matrimonio entre personas del mismo sexo celebrado en el extranjero,


reconocido como acuerdo de unión civil 1000

Responsabilidad civil por daños causados por un tercero al conviviente civil

En general 1012

Legitimación activa del conviviente civil para demandar reparación del daño
por repercusión 1012.2.1

Legitimación activa del conviviente civil para demandar reparación del daño
causado a su conviviente cuando este está imposibilitado de demandar por sí
mismo 1012.2.2

Legitimación activa del conviviente civil para demandar reparación del daño
según el derecho común en otros supuestos 1012.2.3

Situación patrimonial de los convivientes civiles

Pacto de sometimiento a la comunidad legal predeterminada 1006

Si celebran acuerdo de unión civil sin pacto: no se altera situación


patrimonial 1004

Si celebran acuerdo de unión civil con pacto de comunidad 1005

Principios rectores 1003

Término del acuerdo de unión civil

Causa de término: comprobación judicial de la muerte de uno de los


convivientes civiles 1022

Causa de término: declaración judicial de nulidad del acuerdo 1026

Causa de término: matrimonio de los convivientes civiles entre sí, cuando


proceda 1023

Causa de término: muerte natural de uno de los convivientes civiles 1020

Causa de término: muerte presunta de uno de los convivientes civiles 1021


Causa de término: mutuo acuerdo 1024

Causa de término: voluntad unilateral 1025

Derecho a compensación del menoscabo económico 1027

Efectos del término del acuerdo de unión civil 1028

Tribunal competente para conocer de las cuestiones tocantes al acuerdo de


unión civil

Juez civil 1015.2

Juez con competencia en materias de familia 1015.1

Juez partidor 1015.3

Vida afectiva en común 1002.5.4.2

Acuerdos Reparatorios

En delitos por violencia intrafamiliar 36

Adopción

Concepto 799

Declaración de susceptibilidad de la adopción

Causas que la hacen procedente. Entrega del menor a institución para


liberarse de sus obligaciones legales: abandono en la vía pública 821

Causas que la hacen procedente. Entrega del menor a institución para


liberarse de sus obligaciones legales: cumplimiento copulativo de sus
requisitos 818

Causas que la hacen procedente. Entrega del menor a institución para


liberarse de sus obligaciones legales: exigencia del "ánimo manifiesto de
desligarse" de las obligaciones 819

Causas que la hacen procedente. Entrega del menor a institución para


liberarse de sus obligaciones legales: no se configura si los menores están
sujetos a medida de protección 820
Causas que la hacen procedente. Falta de atención: carencia de recursos
económicos no la constituye 816

Causas que la hacen procedente. Falta de atención: deficiencia de vivienda


no la constituye 817

Causas que la hacen procedente. Falta de atención: imputable a los


padres 815

Causas que la hacen procedente. Inhabilidad física o moral: cuestión de


mérito 811

Causas que la hacen procedente. Inhabilidad física o moral: grave y


permanente 812

Causas que la hacen procedente. Inhabilidad física o moral: no lo es la


conducta del padre hacia los profesionales que han intervenido en los cuidados
del menor 814

Causas que la hacen procedente. Inhabilidad física o moral: no lo es la


privación de libertad 813

Causas que la hacen procedente. Inhabilidad física o moral: relación con el


art. 42 Ley Nº 16.618 810

Causas que la hacen procedente: si la filiación está determinada deben


acreditarse respecto de los padres 809

Consentimiento del padre y sus efectos si está incapacitado de hacerse cargo


del menor 807

Denegación y razones que la justifican 595

Derechos de los abuelos 582

Determinación de la edad del menor 806

Falta de recursos económicos de los padres no justifica la declaración de


susceptibilidad 596

Institución de carácter excepcional 808

Notificación personal del padre 823

Oposición a la declaración 822
Publicación en el Diario Oficial y su finalidad 824

Delitos cometidos con ocasión de ella 829, 830

Derecho del adoptado a conocer a sus padres 585

Edad de los adoptantes 828

Familia de origen 31

Familia y adopción 29

Finalidad 799

Interés superior del adoptado

Denegación de la adopción y razones que la justifican en función del interés


del adoptado 595

Derecho a ser oído 589

Determinación del interés superior del adoptado 800.1.2

Edad de los adoptantes e interés superior del adoptado 828

Principio rector de interpretación y decisión 800.1

Matrimonio de los adoptantes

Exigencia de cierta duración 826

Interpretación de esta exigencia 827

Principios que la inspiran

Interés superior del adoptado 800.1, 802, 828

Primacía de la familia biológica 800.2, 808, 825

Primacía de la familia biológica: cubre a la familia extensa 801

Primacía de la familia biológica: su relación con el interés superior del


niño 802

Subsidiariedad de la adopción 594, 800.2, 808, 825


Subsidiariedad de la adopción: evaluación del caso concreto 803

Subsidiariedad de la adopción: relación con el interés superior del niño 802

Régimen legal no atiende a la nacionalidad del menor 805

Adulterio

No constituye injuria atroz y no priva del derecho de alimentos 217, 915

No es la única causa de divorcio referida a la obligación de fidelidad 210, 215,


458.1

Separación de hecho y adulterio 411

Véase también Derecho de alimentos, Matrimonio

Agencia oficiosa

Admisible en procedimientos de familia 1151

Alimentos

Véase Derecho de alimentos

Atributos de la personalidad

Véase Estado civil

Véase Nombre

Ausente

Del país e improcedencia de declararle muerto presunto 134

Véase Guardas, Curaduría del ausente

Autocontratación

Prohibida en procedimientos judiciales en que litigan padres e hijos 778

B
Bases de la Institucionalidad
Normas rectoras para gobernantes y gobernados 2

Obligan a gobernantes y gobernados 2

Rectoras de la interpretación constitucional 3, 4

Bienes familiares

Acciones y derechos sobre inmuebles (declaración)

Excluida la analogía para aplicarlo a la cuota que un cónyuge posee sobre un


bien raíz 256

Finalidad de que puedan ser declarados bien familiar 254

Procede respecto de empresas individuales de responsabilidad limitada 255

Beneficio de excusión

Características 264

Finalidad de su existencia 263

No procede en la acción de desposeimiento 266

Características

Carecen de naturaleza alimenticia 238.3

Compatibles con el usufructo del art. 147 del Código Civil 238.5

Distintos del usufructo del art. 147 del Código Civil 238.4

Institución, en su origen, matrimonial, extendida al acuerdo de unión


civil 238.1

Proceden con independencia del régimen patrimonial del matrimonio 238.2

Declaración no afecta a hipoteca previa 265

Declaración provisoria

No puede dejarse sin efecto durante el curso del juicio 244

Derecho de usufructo, uso o habitación sobre bienes familiares


A favor de quién puede constituirse 259

Carece de carácter alimenticio y es distinto del reglado en la Ley


Nº 14.908 260, 261, 262

Derecho a solicitarlo aunque el cónyuge propietario pague pensión de


alimentos 262

Exige que el inmueble esté declarado como bien familiar 258

No le es aplicable el art. 10 de la Ley Nº 14.908 261, 968

Protección de la familia como su fundamento 257

Desafectación

Formas de desafectar 248

Formas de desafectar y su taxatividad 249

Por solicitud de uno de los cónyuges: no exige examinar situación patrimonial


de los cónyuges 251

Por término del matrimonio 252

Tácita 250

Titularidad para solicitar la de acciones y derechos 253

Efectos de la declaración

No afecta hipotecas previas a favor del ejecutante 265

No vuelve inembargable el bien sobre el que recae 245

Para el cónyuge propietario y para el no propietario 246

Prohibición de enajenar y gravar, y la época desde que produce sus


efectos 247

Finalidades

No tienen por finalidad garantizar el derecho de alimentos 237.3

Protección de la familia y de su interés 237.1


Protección del cónyuge débil 237.2

Fundamentos

Obligación de proveer a las cargas de la familia y protección de la vivienda


familiar 236.1

Protección de la familia como imperativo constitucional 236.2

Regla imperativa del artículo 141 inc. 1º del Código Civil 235

Reglas de orden público 234, 267

Requisitos para su declaración 239

Existencia de familia matrimonial o de un acuerdo de unión civil 240

Existencia de un inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges, o de


acciones o derechos sobre inmueble 241, 254, 255

Residencia principal de la familia 242

Requisitos o condiciones no exigidos para su declaración

Desamparo de la familia 243.2

Examen de la situación económica de los miembros de la familia 243.1

C
Chilenos

División entre chilenos y extranjeros

Admisibilidad de la distinción 104

Consecuencias lícitas de la distinción 105

Compensación económica

Véase Acuerdo de unión civil y Matrimonio

Comunicaciones privadas

Véase vida privada


Conciliación

Improcedencia en los juicios de filiación 643

Contratos en derecho de las personas

Acuerdo de unión civil 984.3

Disciplina propia 984.4

Matrimonio 199.1

Cónyuge

Débil

Su protección en sede de compensación económica 397, 504

Su protección en sede de declaración de bien familiar 396

Derecho de adjudicación preferente de la vivienda principal de la familia

Caracteres de este derecho 296

Condiciones para la procedencia de este derecho 295

No requiere de la existencia de otros bienes en el patrimonio en que se


sucede 297

Negativa a declarar respecto del otro 80

Vida privada y su protección 63

Cuidado personal de los hijos

Véase Hijos

Curador

Véase Guardas

D
Datos personales
Domicilio es dato personal protegido 114

Estado civil es dato personal protegido 139

Publicación en redes sociales y privacidad 65

Defunción

Omisión de inscripción de chileno que muere en el extranjero no impide el


derecho a solicitar la posesión efectiva de sus bienes 1114

Delitos de Violencia intrafamiliar

Prohibición de acuerdos reparatorios 36

Derecho a la educación

Deber de los padres de educar a sus hijos 82, 85

Deber de los padres de educar a sus hijos y responsabilidad civil 86

Derecho preferente de los padres a educar a sus hijos 82, 84

Mayor realización espiritual posible y educación 81

Papel subsidiario del Estado 83

Véase también Libertad de enseñanza

Derecho a la honra

Caracteres 59, 60

Contenido 60

De la familia 61

Dignidad de las personas

Fundamento del derecho a la honra 19, 59

Su vinculación con el derecho a la honra 49

Integridad psíquica 48, 62


Límite de la libertad de emitir opinión 49

Protección constitucional

Extensión de su protección 60, 61

Límites a su protección 61

Pruebas periciales biológicas 64, 654

Derecho a la identidad

Comprendido en la dignidad de las personas 17, 637

Interés superior de los hijos 712

Noción y contenido 638

Pruebas periciales 64, 653

Derecho a la integridad física

Su extensión 45

Derecho a la integridad psíquica

Ligado a la protección de la dignidad de las personas 48

Ligado a la protección de la honra de las personas 48, 62

Límite de la libertad de opinión 49

Su extensión 45

Derecho a la privacidad

Véase Vida privada

Derecho a la vida

Convicciones religiosas y derecho a la vida 46

Del que está por nacer, véase Nasciturus

Derecho fundante de los demás 44


Extensión del derecho a la vida 45

Transfusiones de sangre y derecho a la vida 46, 127

Vacunación y derecho a la vida 47

Derecho al "buen nombre"

Como expresión de la dignidad de las personas 19

Derecho al nombre

Véase Nombre

Derecho de adjudicación preferente de la vivienda principal de la


familia

Véase Acuerdo de unión civil, Cónyuge

Derecho de alimentos/Obligación de alimentos

Alimentos

Aumento, rebaja o cese de los decretados: facultad del juez 920, 949

Aumento, rebaja o cese de los decretados: 'nuevos antecedentes' 920, 950

Avenimiento sobre alimentos futuros 969

Concepto 892

Contenido 892, 893

Contenido: Determinación de su cuantía por el juez y recurso de casación 922

Contenido: determinado por las necesidades del alimentario 909

Contenido: expresión 'posición social' y su significado 907

Contenido: mutable en el tiempo 921, 924, 925

Contenido: respecto de los hijos 908

Contenido: variación de las circunstancias económicas del alimentante 925


Devengados: están en el comercio humano 930

Devengados: prescriptibles desde la liquidación 932

Devengados: prescriptibles e interrupción de la prescripción 935

Devengados: prescriptibles y cómputo del plazo 933

Devengados: prescriptibles y oportunidad para oponer la excepción de


prescripción 934

Devengados: prescriptibles y renuncia tácita a alegar la prescripción 936

Devengados: renuncia por el alimentario mayor de edad 931

Devengados: renuncia por la madre del alimentario menor 938

Devengados: transacción no permitida al alimentario menor 939

Provisorios: impugnación de su fijación 948

Provisorios: recursos contra la resolución que los decreta 951

Significado de la voz 'alimentos' 892

Tasación y sus parámetros objetivos 919

Voluntarios concedidos al hijo mayor de 21 años que no estudia 900, 937

Caracteres

Generales 894

Imprescriptibilidad 928

Fundamentos

Derecho a la vida 893.1

Imperativo de cubrir necesidades de existencia 893.2

Solidaridad familiar 893.3

Indemnización por obtención dolosa de alimentos


No son competentes los tribunales de familia para conocer de esta
cuestión 918, 1121

Interés superior del niño y derecho de alimentos 580, 597

Nasciturus

Derecho de alimentos 128, 904

Obligación de alimentos

Caracteres 895

Cese por injuria atroz: adulterio de la mujer no constituye injuria


atroz 217, 915

Cese por injuria atroz: "atentado grave" contra el "honor" 912, 913, 914

Cese por injuria atroz: noción restringida 911

Competencia del Tribunal de Familia para conocer de su incumplimiento 967

Cumplimiento: compensación de gastos útiles o extraordinarios 964

Cumplimiento: derecho de usufructo, uso o habitación 965, 966

Cumplimiento: ejecución 971

Cumplimiento: medidas adicionales a apremios y sanciones 980, 981

Cumplimiento: procedimiento incidental y excepción de prescripción 979

Cumplimiento: solidaridad en el pago 982

Elementos para determinarla 896

Facultades del deudor: acción pauliana 953, 954, 955, 956, 957

Facultades del deudor: cambio en ellas y aumento o rebaja de la pensión 920

Facultades del deudor: prueba 952

Incumplimiento: arresto y su constitucionalidad 972

Incumplimiento: arresto y liquidación previa de la deuda 973


Incumplimiento: improcedencia del arraigo si está pendiente la objeción a la
liquidación 976

Incumplimiento: improcedencia del arresto si se ha iniciado ejecución contra


el deudor 974

Incumplimiento: improcedencia del arresto pendiente el juicio de rebaja de


alimentos 975

Incumplimiento: suspensión de apremios 977, 978

"Insuficiencia" de los obligados por un título 916

Límite del 50% de las rentas del alimentante: beneficio 958

Límite del 50% de las rentas del alimentante: carga de la prueba de las
rentas 959

Límite del 50% de las rentas del alimentante: "rentas" y su significación 960

Límite del 50% de las rentas del alimentante: "rentas" no comprendes las
"ayudas económicas" 961

Nace de la ley y no de la sentencia que acoge la demanda 899

Nace desde que se origina el estado de necesidad 923

No está condicionada a que el alimentario pueda ejercer una actividad


remunerada 898

No presupone la indigencia del alimentario 897

Pluralidad de alimentantes y contra quién ha de dirigirse la demanda 917

Reajustes: interpretación de la voz 'alza' del IPC 963

Reajustes: no constituyen obligación autónoma 962

Seguridades para su cumplimiento 970

Solidaridad en el pago 920

Variación de las circunstancias económicas del alimentante y su prueba 925

Obligación de alimentos de los abuelos respecto de nietos


Véase Abuelos

Obligación de alimentos entre cónyuges

Cesa una vez ejecutoriada la sentencia de divorcio 500

Derecho a pedir alimentos no puede renunciarse en acuerdo regulador 929

Fundamento 901

Incidencia del abandono del hogar común 222, 224, 902

Matrimonio como presupuesto de la obligación 499, 901

Obligación de alimentos respecto de los descendientes

Comprende a hijos y nietos 903

Rebaja por carencia de medios 945, 946, 947

Respecto de los hijos procede a todo evento 905

Respecto de los hijos: presunción de que el alimentante tiene los medios para
otorgarlos 906, 940, 941

Respecto del hijo mayor de 21 años: cuándo procede 910, 926

Respecto del hijo mayor de 21 años que no vive con el padre: legitimación de
éste para demandar los alimentos 927

Respecto del nasciturus 904

Voluntarios

A los que en acuerdo regulador se obliga el padre para sus hijos mayores que
no están estudiando 900

Derechos de las personas

Anteriores y superiores al Estado 1

Cese por muerte 43

Fundamento del orden político y social de la nación 10


Fundamento y fuente en la dignidad de las personas 14

Mandato constitucional de asegurarlos 40

Órganos públicos y privados obligados a respetarlos, protegerlos y promoverlos


2

Propios de la naturaleza de las personas y no creados por la Constitución 38

Sus dimensiones "objetiva" y "subjetiva" 39

Titularidad universal 42

Derechos personalísimos (patrimonio moral)

Su fundamento en la dignidad de las personas 14

Desequilibrio económico

Véase Compensación económica

Dignidad de las personas

Anterior y superior a la sociedad y el estado 9

Como norma y como principio 11

Derecho a la honra

Fundado en la dignidad de las personas 19, 59

Derecho a la identidad

Comprendido en la dignidad de las personas 17, 637

Derechos de las personas

Su fundamentación en la dignidad de las personas 14

Filiación ligada a la dignidad humana 618

Fundamento de la obligación de reparación del daño por lesión de derechos


fundamentales 15

Fundamento del orden político y social de la nación 10


Igual dignidad de las personas y su universalidad 12

Libre desarrollo de la personalidad como expresión de la dignidad de las


personas 16

Presunción de inocencia como expresión de la dignidad de las personas 21

Proporcionalidad de las penas y dignidad de las personas 22

Respeto y protección sin distinción alguna 13

Respeto y protección de la identidad de menores vinculados a comisión de


delitos 24

Respeto y protección de la integridad psíquica de las personas 48

Respeto y protección de la inviolabilidad del hogar como expresión de la


dignidad de las personas 20

Respeto y protección de la privacidad como expresión de la dignidad de las


personas 18, 56, 57

Respeto y protección del buen nombre como expresión de la dignidad de las


personas 19

Servicios de televisión y respeto de la dignidad de las personas 23

Discriminación

Acción de no discriminación arbitraria y su procedimiento

Improcedencia de apelación cuando se rechaza incidente de nulidad de todo


lo obrado 177

Remisión al Código de Procedimiento Civil y su extensión 178

"Justificación razonable"

Concepto 170

Excluye que exista discriminación 168

Identidad de género como causa de discriminación 169, 174

No existe si es sospechosa de vulnerar derechos fundamentales 172


Prueba de la razonabilidad 173

Ponderación por el juez de eventuales derechos en conflicto 171

Prueba

Corresponde al actor 175

Si no la hay ha de estimarse que la denuncia carece de todo fundamento 176

Divorcio

Véase en Matrimonio

Domicilio

Adquisición

Supuestos 115

Ánimo de permanecer

Noción y especies 110

Presunto 116

Real 110

Dato personal protegido 114

Del que vive bajo patria potestad o guarda

La regla de seguir el domicilio paterno, materno o del guardador puede


desvirtuarse 121

Elementos que lo configuran 110

Pluralidad de domicilios

Constituye una excepción 118

De personas jurídicas 117

Supuestos en los que se presenta 119


Residencia

Cambio de residencia y sus efectos 112

Elemento constitutivo del domicilio 110

Noción 111

Mera residencia que hace las veces de domicilio 120

Sitio eriazo no puede constituir domicilio 113

E
Embrión

Es individuo de la especie humana 103.1

Es persona 50.1

Esponsales

Reparación del agravio doloso 196

Estado civil

Adquirido y su inmutabilidad 142, 191

Adquisición y leyes que alteran las condiciones que exigía una ley previa 190

Caracteres 140

Constituido bajo el imperio de una ley, queda a cubierto de leyes posteriores


142

De casado y su extinción por divorcio 192

De hijo es consecuencia de la filiación 145

De hijo natural

Adquirido con anterioridad a la Ley Nº 10.271 193

Adquirido bajo la vigencia de la Ley Nº 10.271 194


Dato de carácter personal y su protección 139

Determinación de la filiación como presupuesto de estado civil 617

Determinación del estado civil es cuestión de derecho 144

Interpretación de sus regla del modo más inclusivo posible 618

Noción

Como atributo de la personalidad 138.2

Contextualizada en sede del derecho de familia 138.1

Normas que lo regulan son de orden público 141

Parentesco, en cuanto que estado civil, y su determinación como cuestión de


derecho 144

Partidas

Ausencia de partidas 151

De la presunción de su autenticidad y pureza 152

Plena prueba y su impugnación 149

Posesión notoria

Caracteres 153

Concepto 153, 667

De la calidad de hijo 667, 668

En el caso de miembros de pueblos originarios 151, 162, 163

Medio de prueba y no acción de filiación independiente 669

Prueba

En el caso de miembros de pueblos originarios 151

Fe de bautismo 148, 149, 1117
Improcedencia de la sola testimonial para acreditar el de hijo 150, 668

Ineficacia de la absolución de posiciones y de la confesión 147

Partidas y su impugnación 149

Pueblos originarios

De si les son aplicables las reglas del derecho común 143, 161

No están obligadas a recurrir a juicio de filiación 164

Posesión notoria de estado civil 151, 161, 162, 163

Sentencias que declaran verdadera o falsa la paternidad o maternidad

Excepción al efecto relativo de las sentencias 154, 155, 156

Extensión de su efecto erga omnes a consecuencias patrimoniales 155

Limitación a su efecto erga omnes en cierto supuesto relacionado con estado


civil de indígenas 156

Separación judicial como no constitutiva de estado civil 146, 414

Extranjeros

Accidentados en Chile pueden demandar indemnización de perjuicios en Chile


107

Amparados por la seguridades constitucionales sin distinción con los


nacionales 41

Carta de nacionalización y potestad para concederla 179

División entre chilenos y extranjeros

Admisibilidad de la distinción 104

Consecuencias lícitas de la distinción 105

Prohibición de la arbitrariedad en el ejercicio de potestades públicas respecto


de extranjeros 106

Habitantes de la República
Sujetos a la ley chilena 96

Limitaciones a su sujeción a la ley chilena 97, 98

Transeúntes

Concepto 108

Concesión de visa de trabajo impide considerarlo como tal 109

F
Familia

Adopción y familia como núcleo fundamental de la sociedad 29

Caracteres

Existe aunque no haya hijos 240.2.3

Existe con prescindencia de la edad de los hijos 240.2.4

Existe con prescindencia de la separación de hecho de los cónyuges 240.2.5

No termina por declaración de divorcio 440

Pluralidad: Un cónyuge no constituye familia 240.2.1

Pluralidad: Un padre y sus hijos constituyen familia, aunque el matrimonio


haya terminado 240.2.2

Concepto

Ligado a la mayor efectividad de los derechos fundamentales 28

No hay definición legal de familia 391

No ligado, necesariamente, al matrimonio 28

De origen en la adopción 31

Derecho a su honra 61

Divorcio no le pone término 440


Fortalecimiento de la familia 30

Medidas que favorecen su constitución legal 1119

Protección de la familia

Compensación económica 35

Deber del Estado 30, 195

Mandato constitucional 30

Mantenimiento de la familia de origen en la adopción 31

Programas asistenciales que permitan a la madre el cuidado de sus hijos 195

Prohibición de acuerdos reparatorios en delitos de violencia intrafamiliar 36

Relación laboral de trabajadora embarazada 34

Reserva o secreto de antecedentes privados 33

Unidad de la familia y decretos de expulsión de inmigrantes 32

Sociabilidad inherente a las personas y su expresión en la familia 27

Familia común

Contribución a sus cargas y necesidades en régimen de separación de bienes


289, 290, 291

Obligación de los cónyuges a proveer a sus necesidades 223

Fe religiosa

Error sobre una cualidad personal que recae en la fe religiosa 402, 403

Incidencia en causas de nulidad de matrimonio 402, 403

Protección del nasciturus y prácticas religiosas de la madre 52, 127

Relación con el derecho a la vida 46

Transfusiones de sangre 46
Vacunación 47

Feto

De si es posible el tipo de homicidio respecto de él 123

De si es titular de derecho al nombre 124

Filiación

Acción de indemnización por ejercicio de mala fe de una acción de filiación

Mala fe debe probarse 646

Mala fe y de qué la constituye 645

Procedencia respecto de las tres acciones de filiación 644

Acciones de filiación

Véase Acciones de filiación

Derecho a la identidad

Fundado en la dignidad de las personas 17, 637

Interés superior del hijo 712

Noción y contenido 638

Pruebas periciales 653

Determinación de la filiación

Noción 621

Presupuesto del estado civil 617, 620

Determinación de la filiación matrimonial

Presunción pater is est no se desvirtúa por consignarse en la partida como


padre a quien no es el marido 625

Presunción pater is est no se desvirtúa por no consignarse en la partida el


nombre del padre 624
Presunción pater is est y acción de impugnación 623, 626

Presunción pater is est y sus presupuestos 622

Determinación de la filiación no matrimonial

Formas de determinación excluyentes entre sí 627

Reconocimiento por consignarse en la partida el nombre del padre o la


madre 632

Reconocimiento y posibilidad de impugnación por quien reconoció 634

Reconocimiento y su carácter declarativo 631

Reconocimiento y su carácter irrevocable 633, 634

Reconocimiento y su impugnación 691, 692, 693, 694, 695, 696

Reconocimiento y su nulidad 635

Reconocimiento y su nulidad por error 676

Reconocimiento y sus caracteres 629

Reconocimiento y sus requisitos de existencia y validez 628, 630, 674

Libre investigación de la paternidad

Coherente con la imprescriptibilidad de la acción de reclamación 158

Noción 619

Presunción pater is est

En acuerdo de unión civil 1014

En determinación de la filiación matrimonial 622, 623, 624, 625, 626

Principios que estructuran su disciplina

Derecho a la identidad 637

Principios generales 636
Principio de igualdad y determinación de la filiación 616

Principio de primacía de la "verdad social" 670

Pueblos originarios

Disciplina especial 161

Posibilidad de obtener su declaración por vía voluntaria 164, 165, 166

Efectos de la resolución obtenida por vía voluntaria 167

G
Guardas

Actos del tutor que requieren decreto judicial

Aporte de bien raíz a una sociedad 852

Caracteres

Instituciones de orden público 833, 834

Comunes a tutelas y curatelas 836

Cargos impuestos 837

Concepto 833

Curador

Obligación de confeccionar inventario y validez de los actos del curador 851

Prohibición para serlo entre cónyuges separados totalmente de bienes 888

Representación del pupilo y contemplatio domini 853

Curador especial

Principio que procura evitar conflicto de intereses 841

Curaduría

Finalidades 839
Curaduría de la herencia yacente

Atribuciones del curador 885

Noción de herencia yacente 884

Curaduría del ausente

Ausente y de quién se comprende en esta categoría 880

Intervención del defensor de ausentes 882

Noción 879

Marido ausente y mujer curadora 881, 883

Término de la gestión para el nombramiento de curador 886

Curaduría del demente

Administración del curador comprende todos los bienes del demente 870

Actos ejecutados antes del decreto de interdicción 877, 878

A quién se defiere la curaduría: no existe orden de prelación 875

A quién se defiere la curaduría: primacía del criterio de la idoneidad 876

Concepto 864

Curador definitivo nombrado por tribunal de alzada si el juez de la instancia


posterga el nombramiento 874

Demencia, interpretación de su significado 869

Finalidad de protección 865

Interdicción declarada según reglas de la Ley Nº 18.600 889, 890, 891

Interdicción provisoria 860, 873

Intereses en función de lo que está establecida la interdicción por


demencia 866

Legitimados para provocar la interdicción 871, 872


Ministerio Público y provocación del juicio de interdicción 872

Requisitos 868

Principio de igualdad e interdicción por demencia 863, 867

Prueba de la demencia en el momento de ejecutar el acto o contrato 878

Sentencia extranjera que declara interdicción por demencia y su cumplimiento


en Chile 862

Significado de la voz 'demencia' 869

Curaduría del disipador

Efectos de la declaración de interdicción 857

Interdicción provisoria: facultad privativa del tribunal 859

Interdicción provisoria: medida cautelar innovativa 858, 873

Interdicción provisoria: prueba 861

Curaduría del menor

Su otorgamiento no hace procedente una subinscripción 1115

Curaduría general

Comprende el cuidado personal del pupilo 838

Curatela legítima

Llamados a servirla y orden de prelación 842

Obligación de oír a los parientes del pupilo no tiene lugar 850

Orden de prelación se impone al juez 843

Orden de prelación y la "falta del ascendiente" o pariente 844

Orden de prelación y sus heridas de inconstitucionalidad 845, 846, 847, 848,


849

Distinción entre tutela y curatela 835


Incapacidades para ser guardador

Mala conducta 887

Interdicción

Concepto 840

Finalidades 840

Principio de igualdad

No es arbitraria la distinción entre personas sujetas a guarda y las que no lo


están 832

Prohibición de ciertos actos al guardador respecto de determinados bienes


propios y exclusivos del pupilo 856

Prohibición de ciertos actos al guardador, sin autorización de cotutores o del


juez en subsidio

Carácter imperativo de esta regla 855

Nulidad relativa como sanción para el incumplimiento 855

Reglas sobre guardas son de orden público 834

Tutela dativa

Obligación de oír a los parientes del pupilo 850

Tutela legítima

Llamados a servirla y orden de prelación 842

Obligación de oír a los parientes del pupilo no tiene lugar 850

Orden de prelación se impone al juez 843

Orden de prelación y la "falta del ascendiente" o pariente 844

Orden de prelación y sus heridas de inconstitucionalidad 845, 846, 847, 848,


849

Tutor
Obligación de confeccionar inventario y validez de los actos del tutor 851

Representación del pupilo y contemplatio domini 853

H
Habitantes de la república

Aplicación territorial de la ley chilena: consagración 95

Aplicación territorial de la ley chilena: contenido 96

Aplicación territorial de la ley chilena: excepciones 97, 98

Divorcio en Chile si, contraído su matrimonio en Chile, su cónyuge reside en


el extranjero 99

Hijos

Abandono

Autorización al padre para que saque a sus hijos de poder de quien les ha
alimentado y criado 768

Noción 768

Autocontratación prohibida en procedimientos judiciales 778

Bienes propios y derecho de goce de los padres 734

Cuidado personal compartido

Distinto de la corresponsabilidad 724.2

No puede decretarlo el juez fundado en la corresponsabilidad 724.3

Solo puede establecerse convencionalmente 724.1

Cuidado personal cuando los padres viven en común

Atribución legal 714

Concepto 713

Contenido 717
Corresponsabilidad 715, 716

Interés superior del hijo lo delimita 718

Obligación de los padres: implica, por ejemplo, procurar acceso del hijo a la
justicia 720

Obligación de los padres: presupone la convivencia habitual 719

Cuidado personal cuando los padres viven separados

Atribución y sus causas: convencional, legal, judicial 723

Atribución convencional: autonomía de los padres como criterio


preeminente 724

Atribución convencional: cuidado compartido sólo puede establecerse


convencionalmente 724.1

Atribución convencional: discrepancias en su interpretación no autoriza a


decretar apremios 724.4, 790

Atribución convencional: padres no pueden diferir el cuidado personal a un


tercero 729

Atribución judicial: aplicación supletoria 726

Atribución judicial: consideración única el interés superior del hijo 727

Atribución judicial: criterios y circunstancias que deben ponderarse: criterios


en particular 734, 735, 736, 737, 738

Atribución judicial: criterios y circunstancias que deben ponderarse: no


taxatividad 732

Atribución judicial: criterios y circunstancias que deben ponderarse:


ponderación conjunta 732, 733

Atribución judicial: criterios y circunstancias que deben ponderarse: revisión


en casación 739

Atribución judicial: fijación de oficio de régimen de relación directa y


regular 728
Atribución judicial: modificación del régimen de cuidado personal
establecido 730, 731

Atribución judicial: supresión del criterio de la inhabilidad 727

Atribución legal: casos en los que opera 725.1

Atribución legal: elimina criterios de discriminación 725.5, 725.6

Atribución legal: mantenimiento de la estabilidad del hijo 725.3, 725.6

Atribución legal: mantenimiento de la estabilidad del hijo y cambio de


domicilio del padre custodio 725.4

Atribución legal: presupone la convivencia del hijo con uno de sus


padres 725.2

Casos en que procede 722

Convención de los derechos del niño no la impone necesariamente 591

Corresponsabilidad 724.2, 724.3

Cuidado compartido: distinto de la corresponsabilidad 724.2

Cuidado compartido: no puede decretarlo el juez fundado en la


corresponsabilidad 724.3

Cuidado compartido: solo fundado en la convención de los padres 724.1

Estabilidad de los hijos 721

Finalidad de las reglas de atribución 721

Igualdad de derechos y obligaciones de ambos padres 591

Interés superior del hijo 721, 727

Madre que tiene el cuidado personal no puede ser privada de él por una
medida de protección dictada por el Tribunal de Familia 788

Cuidado personal confiado a un tercero

Exigencia de prueba de la inhabilidad de los padres 740


Inhabilidad física o moral no puede omitirse por la consideraración al interés
superior del hijo 701

Inhabilidad física o moral y de cómo han de entenderse 741, 785, 786, 787

Inhabilidad física o moral y de su declaración por el juez 742

Inhabilidad física no comprende la falta de reconocimiento por el padre 743

Interés superior del hijo no elimina la exigencia de la inhabilidad 744

Padres no pueden diferir provisoriamente el cuidado personal a un


tercero 729

Deber de los padres de educarles

Un padre no puede ser excluido del proceso formativo de sus hijos, sino por
sentencia judicial 767

Facultad de corrección que tienen los padres 766

Interés superior

Autonomía progresiva y respeto de sus derechos esenciales 711

Criterio regulador de las relaciones entre padres e hijos 769

Cuidado personal entendido en función de su interés superior 718, 727

Derecho a la identidad biológica e interés superior de los hijos 712

No elimina la exigencia de la inhabilidad de los padres para confiar el cuidado


personal a un tercero 744

No se entiende como un derecho 576, 708

Principio de igualdad 615

Principio hermenéutico 709

Salida del país y su autorización otorgada en atención al interés superior del


hijo 793, 795

Suspensión de la relación directa y regular ha de considerarlo


especialmente 749
Patria potestad, véase Patria potestad

Peculio profesional 776

Preocupación fundamental de los padres 710

Pincipio de igualdad

Determinación de la filiación 616

Relación con interés superior del hijo 615

Relación directa y regular con los abuelos

Derecho autónomo 757

Derecho del menor 758

Relación directa y regular con los padres

Apremios: para cumplimiento del régimen decretado 755, 789, 798

Avenimiento: la resolución que apercibe a su cumplimiento es inapelable 797

Avenimiento: su cumplimiento se sujeta al procedimiento de la Ley de


Menores 754, 796

Contenido y sentido 747, 748

Corresponsabilidad 752

Derecho-deber 745

Derecho del hijo 745, 746

Derecho del hijo a ser oído 753

Domicilio del menor y posibilidad de su cambio

Interés del padre no justifica cambio del domicilio 756.2

Si existe régimen de relación directa y regular fijado 756

Sujeto a control judicial 756.1


Fijación de oficio cuando se atribuye judicialmente el cuidado personal 728,
751

Fijación por vía de medida cautelar innovativa 1182

Interés superior del hijo en suspensión de la relación directa y regular 749

Opinión del menor no es equivalente a su interés superior 753

Orden de arresto contra el padre que tiene el cuidado personal e incumple


régimen de relación directa y regular 789, 754

Privación de relación directa y regula como media de ultima ratio 750

Privación no puede ser impuesta por el tribunal 749

Suspensión sólo por causas graves y considerado el interés superior del


hijo 749

Representación del hijo y contemplatio domini 854

Salida del país

Autorización o denegación es prerrogativa ligada al derecho-deber de


mantener una relación directa y regular 792, 795

Autorización otorgada en el extranjero y sus exigencias 791

Autorización otorgada en atención al interés superior del hijo 793, 795

Autorización solicitada al juez y procedimiento a que se sujeta 794, 795

I
Identidad de género

Como causa de discriminación 169, 174

Libre desarrollo de la personalidad 169

Igualdad de las personas

Ante la ley

Su significado y contenido 53, 54
"Diferenciación razonable" o garantía de la igualdad de las personas 25, 53

En la ley

Su protección 55

Nacionales y extranjeros 41

No discriminación 25

Personas vulnerables e igualdad 26

Razonabilidad de las normas de cara a la igualdad 54

Igualdad entre hombres y mujeres

Principio básico del régimen del matrimonio 198

Principio básico en la compensación económica 502

Indígenas

Véase Pueblos originarios, Estado Civil, Filiación

Individuo

De la especie humana

El óvulo fecundado o embrión lo es 86.1

Inmigrantes

Protección de la unidad de sus familias 32

Interdicción

Véase Guardas

Interés superior del niño

Véase Niño

Inviolabilidad del hogar

Su respeto como expresión de la dignidad de las personas 17


Su respeto como expresión del libre desarrollo de la personalidad 66

Ius conubii

Véase en Matrimonio

L
Lesión enorme

En la liquidación de la sociedad conyugal 379

Libertad de enseñanza

Derecho de escoger el establecimiento de enseñanza 87, 88, 89, 90, 91

Libertad personal

Extensiva a imputados, acusados y testigos 79

Negativa del cónyuge a declarar en juicio 80

Libre desarrollo de la personalidad

Autonomía progresiva de los menores y libre desarrollo de la personalidad 711

Como expresión de la dignidad de las personas 16

Identidad de género y libre desarrollo de la personalidad 169

Respeto de la inviolabilidad del hogar como expresión suya 66

M
Matrimonio

Adulterio

No es la única causa de divorcio que toca a la obligación de fidelidad 210,


215, 422.1

Celebrado en el extranjero
Su disolución debe pronunciarse por tribunales chilenos si el demandado está
domiciliado en Chile 568

Compensación económica

Arresto por el no pago de las cuotas 559

Arresto por no pago si no hay garantías constituidas 560

Características en cuanto que derecho 506.1, 507

Características en cuanto que derecho: derecho de contenido


patrimonial 507.2

Características en cuanto que derecho: derecho matrimonial 507.1

Características en cuanto que derecho: derecho renunciable 510

Características en cuanto que derecho: derecho sujeto a caducidad 509

Características en cuanto que obligación 506.2

Concepto como derecho y obligación correlativa 506

Deber del juez de informar de su existencia 546

Desequilibrio económico 505

Determinación por los cónyuges 532

Determinación por los cónyuges: admisible pendiente el juicio de divorcio 534

Determinación por los cónyuges: aprobación judicial 533

Determinación por los cónyuges: cumplimiento de exigencias legales 532.2

Determinación por los cónyuges: no altera su naturaleza 532.1

Improcedencia en las uniones de hecho 508

No tiene carácter alimenticio 511.1

No tiene carácter asistencial 511.2

No tiene carácter indemnizatorio 511.4


No tiene carácter punitivo 511.3

No tiene por finalidad corregir el "desequilibrio económico" producido por el


divorcio 505

Noción como derecho y obligación correlativa 506

Oportunidad para demandarla 547

Oportunidad para demandarla y renuncia a hacerlo 548

Pago de la compensación económica: improcedencia de pago mediante una


pensión periódica 552

Pago de la compensación económica: improcedencia de transferencia de


porcentaje que tocaría al deudor en bien de la sociedad conyugal 553

Pago de la compensación económica: modalidades de pago 550

Pago de la compensación económica: pago en cuotas e improcedencia de


cláusula de aceleración como seguridad 557

Pago de la compensación económica: pago en cuotas por carencia de bienes


suficientes 555

Pago de la compensación económica: pago en cuotas y arbitrio del juez 556

Pago de la compensación económica: pago en cuotas y consideración de


estas como alimentos 558, 559, 560

Pago de la compensación económica: pago por adjudicación de derechos en


bienes comunes de los cónyuges 551

Pago de la compensación económica: pago por transferencia de fondos


previsionales 561, 574

Pago de la compensación económica: regla general un único pago 549

Pago de la compensación económica: seguridades del pago y retención de


parte de las remuneraciones 554

Principios que la rigen 501

Principios que la rigen: corresponsabilidad 503


Principios que la rigen: igualdad moral y jurídica de los cónyuges 502

Principios que la rigen: protección al cónyuge débil 504

Quantum de la compensación 522

Quantum de la compensación: determinación judicial y arbitrio 531, 535, 536

Quantum de la compensación: determinación judicial y casación 531, 537

Quantum de la compensación: determinación judicial y fijación siempre en la


sentencia 540

Quantum de la compensación: determinación judicial y monto determinado e


invariable 541

Quantum de la compensación: determinación judicial y no procedencia de


imputar a ella los gananciales 545

Quantum de la compensación: determinación judicial y no procedencia de


pensión de alimentos 543

Quantum de la compensación: determinación judicial y no procedencia de


pensión vitalicia 542

Quantum de la compensación: determinación judicial y no procedencia de


usufructo vitalicio 544

Quantum de la compensación: factores para determinarlo 523

Quantum de la compensación: factores para determinarlo y apreciación del


juez 523

Quantum de la compensación: factores para determinarlo y su no


taxatividad 523

Quantum de la compensación: factores para determinarlo: buena o mala


fe 528

Quantum de la compensación: factores para determinarlo: colaboración a las


actividades del otro cónyuge 530

Quantum de la compensación: factores para determinarlo: cualificación


profesional 529
Quantum de la compensación: factores para determinarlo: situación
patrimonial de los cónyuges 526, 527

Quantum de la compensación: factores para determinarlo: vida en común 525

Quantum de la compensación: no equivalencia al valor exacto de lo que pudo


haberse obtenido 539

Quantum de la compensación: prueba 538

Supuesto de procedencia 512

Supuesto de procedencia: menoscabo económico 513, 514

Supuesto de procedencia: menoscabo económico: excluye menoscabos de


otra naturaleza 520

Supuesto de procedencia: menoscabo económico: existencia 522

Supuesto de procedencia: menoscabo económico: prueba 521

Supuesto de procedencia: menoscabo económico: su causa próxima 515

Supuesto de procedencia: menoscabo económico: su causa remota 516

Supuesto de procedencia: menoscabo económico: su causa remota:


Dedicación al cuidado de los hijos o del hogar común 517

Supuesto de procedencia: menoscabo económico: su causa remota:


Consecuencia de no haber podido desarrollar actividad remunerada o haberlo
hecho en menor medida 518

Supuesto de procedencia: menoscabo económico: su causa remota y la


causalidad entre la dedicación y sus consecuencias 519

Como contrato

No le es aplicable el art. 1545 del CC 199.1.1

No le es aplicable el art. 1683 del CC 199.1.2, 398

Comunidad de vida instaurada por el matrimonio 202

Condición de no contraer matrimonio impuesta al heredero o legatario


Su naturaleza 293

Sus efectos 294

Consentimiento libre y espontáneo

Error en la cualidad personal que lo impide: noción de cualidad personal 399

Error en la cualidad personal que lo impide: incidencia de la diferencia de fe


religiosa 402, 403

Error en la cualidad personal que lo impide: incidencia de la impotencia


coeundi 400

Error en la cualidad personal que lo impide: incidencia de la negativa a la


procreación 401

Definición jurisprudencial 199.2

Definición legal

De su eventual derogación tácita parcial 180

Su caracterización como "contrato" 199.1

Su caracterización como "indisoluble" 201

Su caracterización como "entre un hombre y una mujer" 200

Su constitucionalidad 200

Derecho de alimentos entre cónyuges 201, 203

Disciplina jurídica

Reservada a la ley 197

Sujeta al principio de igualdad 198

Divorcio

Acción de divorcio no es acumulable a acción de alimentos mayores 492, 570

Acción de divorcio no es renunciable 493


Acción de divorcio no puede ejercerse por vía reconvencional 492, 570

Acción de divorcio y desistimiento 493, 494

Causas legales son solo tres y ha de impetrarse por solo una de ellas 444

Causas legales han de invocarse siempre 443

Concepto 439

De matrimonios celebrados en Chile por chilenos: competencia de tribunales


chilenos, si un cónyuge reside en el extranjero 99

De matrimonios celebrados en Chile por chilenos: competencia de tribunales


chilenos, si ambos cónyuges residen en el extranjero 100

Efectos entre los cónyuges: desde el "cúmplase" 495, 498

Efectos entre los cónyuges y obligación de alimentos 499, 500

Ejecución de la sentencia compete al tribunal según las reglas


generales 496, 497

Ley Nº 19.947 y su aplicación retroactiva 571, 572

Matrimonio nulo no puede terminar por divorcio 442

Ministerio público debe ser oído en juicios de divorcio 565

Muerte del cónyuge antes del "cúmplase" de la sentencia, la deja sin


efecto 419

Muerte del cónyuge durante el juicio impide la declaración de divorcio 441

Pone término al matrimonio y no a la familia 440

Procedimiento a que da lugar y sus peculiaridades frente a la Ley


Nº 19.968 569

Reglas de orden público 562

Tribunal competente: primacía del 60 de la Ley Nº19.968 sobre el art. 87 de


la Ley Nº 19.947 1159

Tribunal competente si el demandado no tiene domicilio en Chile 567


Tribunal competente si el demandado tiene domicilio en Chile 566

Divorcio por cese de la convivencia

Noción 467

Divorcio por cese de la convivencia (mutuo acuerdo)

Requisitos 468

Requisitos: solicitud de común acuerdo 469

Requisitos: cese de la convivencia y plazo 470

Requisitos: cese de la convivencia y su prueba 471

Requisitos: presentación de un acuerdo regulador 472

Requisitos: presentación de un acuerdo regulador presupone la existencia de


hijos 473

Requisitos: presentación de un acuerdo regulador, no puede comprender


renuncia al derecho de alimentos 474

Divorcio por cese de la convivencia (unilateral)

Concepto 475

Requisitos 476

Requisitos: cese efectivo de la convivencia 477

Requisitos: cese efectivo de la convivencia e irrelevancia de sus causas 478

Requisitos: cese efectivo de la convivencia y animus separationis 477.1

Requisitos: cese efectivo de la convivencia y corpus separationis 477.2

Requisitos: cese efectivo de la convivencia y su fecha 479.1

Requisitos: cese efectivo de la convivencia y su no interrupción 479.2

Requisitos: cumplimiento de la obligación de alimentos 480


Requisitos: cumplimiento de la obligación de alimentos: requisitos: solicitud
cónyuge demandado 484, 485

Requisitos: cumplimiento de la obligación de alimentos: requisitos: existencia


de obligación de alimentos 486

Requisitos: cumplimiento de la obligación de alimentos: requisitos


incumplimiento injustificado y reiterado 487

Requisitos: cumplimiento de la obligación de alimentos, su ausencia como


excepción perentoria 481

Requisitos: cumplimiento de la obligación de alimentos, posibilidad de enervar


la excepción 488, 489

Requisitos: cumplimiento de la obligación de alimentos, su ausencia debe


probarse por quien la alega 481

Requisitos: cumplimiento de la obligación de alimentos, su interpretación 483

Requisitos: cumplimiento de la obligación de alimentos, su finalidad 482

Requisitos: cumplimiento de la obligación de alimentos y su aplicación con


efecto retroactivo 491, 573

Requisitos: cumplimiento de la obligación de alimentos y cosa juzgada 490

Requisitos: plazo no interrumpido 479

Requisitos: plazo no interrumpido y su fecha de inicio 479.1

Requisitos: plazo no interrumpido y reanudación de la vida en común 479.2

Divorcio por falta imputable

Concepto 445

Falta imputable: causa genérica para demandarlo 446

Falta imputable: consecuencia de tornar intolerable la vida en común 452

Falta imputable: efectos 449

Falta imputable: deberes y obligaciones infringidos 451


Falta imputable: gravedad de la violación 450

Falta imputable: hechos legalmente tipificados 453

Falta imputable: hechos legalmente tipificados no son los únicos que la


constituyen 454

Falta imputable: noción de "falta" 448.1

Falta imputable: noción de "imputabilidad" 448.2

Falta imputable y reparación del daño causado 465

Falta imputable y sus supuestos: atentando contra la vida o malos


tratamientos graves 455

Falta imputable y sus supuestos: atentado contra la vida o malos tratamientos


graves: envío de correos electrónico 456.3

Falta imputable y sus supuestos. Atentado contra la vida o malos tratamientos


graves: quebrantamiento de prohibición judicial 456.2

Falta imputable y sus supuestos. Atentado contra la vida o malos tratamientos


graves: violencia física 456.1

Falta imputable y sus supuestos. Transgresión grave y reiterada de ciertos


deberes 457

Falta imputable y sus supuestos. Transgresión grave y reiterada de ciertos


deberes: abandono continuo o reiterado del hogar común 462, 463

Falta imputable y sus supuestos. Transgresión grave y reiterada de ciertos


deberes: conducta homosexual 464

Falta imputable y sus supuestos. Transgresión grave y reiterada de ciertos


deberes: conducta homosexual, crítica a esta causa 464.4

Falta imputable y sus supuestos. Transgresión grave y reiterada de ciertos


deberes: conducta homosexual y exigencia de realización de conductas 464.3

Falta imputable y sus supuestos. Transgresión grave y reiterada de ciertos


deberes: conducta homosexual y su diferencia de la homosexualidad 464.2

Falta imputable y sus supuestos. Transgresión grave y reiterada de ciertos


deberes: fidelidad 457, 458
Falta imputable y sus supuestos. Transgresión grave y reiterada de ciertos
deberes: fidelidad y adulterio 215, 216, 458

Falta imputable y sus supuestos. Transgresión grave y reiterada de ciertos


deberes: fidelidad y relación sentimental 460

Falta imputable y sus supuestos. Transgresión grave y reiterada de ciertos


deberes: fidelidad y separación de hecho 461

Falta imputable y sus supuestos. Transgresión grave y reiterada de ciertos


deberes: fidelidad y tornar intolerable la vida en común 459

Requisitos de procedencia 447

Requisitos de procedencia: Falta imputable, consistencia y efectos 449

Requisitos de procedencia: Falta imputable, consistencia y gravedad de la


violación 450

Requisitos de procedencia: Falta imputable, consistencia y los deberes


infringidos 451

Requisitos de procedencia: Falta imputable y hechos típicos que la


configuran 453, 454, 455, 456, 457, 458, 459, 460, 461, 462, 463, 464

Requisitos de procedencia: Falta imputable y noción de falta 448.1

Requisitos de procedencia: Falta imputable y noción de imputabilidad 448.2

Requisitos de procedencia: Falta imputable y reparación del daño


causado 465

Requisitos de procedencia: Falta imputable y su consecuencia 452

Requisitos de procedencia: Inocencia del cónyuge demandante 466

Divorcio pronunciado en el extranjero

Reconocido por causas homologables a las de la ley chilena 562

Reconocimiento del dictado sobre la base del mero acuerdo 563

Fines

Procreación 204, 400, 401


Vivir juntos 205

Incapacidades legales para contraerlo

Vínculo matrimonial no disuelto y aplicación del art. 1683 del CC 199.1.2, 398

Indisolubilidad 201

Ius conubii

Derecho y libertad fundamental 392

Titularidad y ejercicio por extranjeros 393, 394, 395

Universalidad y ejercicio sin distinción 393

Nulidad

Acción de nulidad: carácter personal 425

Acción de nulidad: sujetos pasivos se rigen por las reglas generales 429

Acción de nulidad: sujetos pasivos los herederos del cónyuge bígamo 433

Acción de nulidad: titulares determinados expresamente por la ley 426

Acción de nulidad: titulares genéricos, excluidos por regla general 427

Acción de nulidad: titulares terceros con interés no se admiten por causa de


vínculo matrimonial no disuelto 430

Acción de nulidad: titulares cuando se funda en vínculo matrimonial no


disuelto 430, 431, 432

Acción de nulidad: titulares y art. 1683 CC 199.1.2, 428

Causas: carácter taxativo 422

Causas: prueba e ineficacia de sentencia canónica 424

Causas en particular: vínculo matrimonial no disuelto y titulares de la


acción 430, 431, 432

Disciplina propia y peculiar 199.1.2, 421


Efecto retroactivo de la declaración de nulidad 434, 435

Exclusión de las reglas de la nulidad patrimonial: art. 1683 421.1, 421.2

No hay nulidades de pleno derecho 423

Nulo

Noción 420

No admite declaración de divorcio 442

Obligaciones

Auxilios para acciones o defensas judiciales 227, 228

Expensas para la litis 227, 229, 230, 231, 232, 233

Guardarse fe: adulterio 215

Guardarse fe: extensión y proyecciones 209, 210, 215

Guardarse fe: concepciones sociales 210.1

Guardarse fe: relaciones sentimentales o afectivas 210.2

Guardarse fe: sanciones por su incumplimiento 211

Guardarse fe: y separación de hecho 212

Proveer a las necesidades de la familia común 223

Socorro y ayuda mutua: contenido y extensión 213

Socorro y ayuda mutua: sanciones por su incumplimiento 214

Vivir en el hogar común: concepto y contenido 218, 219

Vivir en el hogar común: justa causa para no cumplirla 220

Participación en los gananciales, véase Regímenes patrimoniales del


matrimonio

Principio de igualdad entre hombres y mujeres 198


Putativo

Efectos 437

Noción 436

Presunción de haber contraído matrimonio de buena fe y con justa causa de


error 438

Separación de bienes, véase Regímenes patrimoniales del matrimonio

Separación de hecho los cónyuges

Adulterio y separación de hecho 411

Cese de la convivencia: su fecha 404, 406

Cese de la convivencia: medios de prueba que son admisibles 405

Cese de la convivencia: por voluntad de un cónyuge y su notificación 409

Cese de la convivencia: sentencia judicial que aprueba avenimiento 408

Cese de la convivencia: transacción como instrumento que otorga fecha


cierta 407

Obligación de guardarse fe 212, 411

Separación judicial de los cónyuges

Calidad de separado judicialmente: no constituye estado civil 146, 413, 417

Calidad de separado judicialmente: puede transigirse sobre ella 414

Liquidación de la sociedad conyugal: no es necesario solicitarla junto a la


separación judicial 415

Liquidación de la sociedad conyugal: solo procede si los cónyuges la solicitan


de común acuerdo 416

Por cese de la convivencia: carece de plazo determinado 412

Por cese de la convivencia: cese de la convivencia y su fecha


cierta 404, 405, 406, 407, 408, 409
Por "falta imputable": Adulterio como supuesto de la causa genérica 410

Por "falta imputable": Adulterio y la limitación para invocarlo 411

Sociedad conyugal, véase Regímenes patrimoniales del matrimonio

Terminación del matrimonio

Causas taxativas y excluyentes unas de otras 418

Divorcio, vide supra

Nulidad, vide supra

Válido 420

Vínculo conyugal y su naturaleza 203

Menores

Derecho a vivir y desarrollarse en una familia

Internación prolongada en hogar de menores lesiona este derecho 804

Ley de responsabilidad penal de los adolescentes y Convención de los


derechos del niño 598, 599

Medidas de protección

Entrega del cuidado personal 784

De su patrimonio 593

Madre que tiene el cuidado personal no puede ser privada de él por una
medida de protección dictada por el Tribunal de Familia 788

Orden de arresto en su contra es ilegal si no actúa representado o con curador


779

Protección y seguridades respecto del menor infractor de leyes penales 598

Protección integral 581, 601

Salida del país


Autorización o denegación es prerrogativa ligada al derecho-deber de
mantener una relación directa y regular 792, 795

Autorización otorgada en el extranjero y sus exigencias 791

Autorización otorgada en atención al interés superior del hijo 793, 795

Autorización solicitada al juez y del procedimiento a que se sujeta 794, 795

Sanciones de la Ley Nº 20.084 tienen fines propios y específicos 600

Muerte

Véase Personas

Muerte presunta

Defensor de ausentes ha de ser oído 137

Fines perseguidos con su declaración 133

Improcedencia de su declaración respecto del "ausente" del país 134

Juez competente 135

Noción 132

Requisitos para su declaración 136

N
Nacimiento

Véase Personas

Nacionalidad

Acción de reclamación por su pérdida 94

Adquisición de la nacionalidad

Ius soli como regla general 93, 109

Atributo de la personalidad 92
Derecho esencial de las personas 92

Privación de la nacionalidad 94

Nacionalización

Potestad para conceder carta de nacionalización 179

Nasciturus

Aborto 51.5

Bien jurídico de especial protección 50.2, 103.2

De si es considerado como persona o no 50, 103, 125

Derecho de alimentos

De si tiene derecho a ellos o no 904

De su derecho de alimentos respecto del presunto padre no casado 128

Persona desde el nacimiento 50.2

Persona desde la concepción 50.1, 103.1

Protección

Confiada a la ley 51

De su vida y no del derecho a la vida 51.4, 126

En cuanto que bien jurídico 50.2

En relación con otros bienes protegidos 51.2

No limitada al ámbito penal 51.6

Razonabilidad 51.3

Protección de su vida y convicciones religiosas de la madre 52, 127

Niños

Autonomía progresiva 587, 711


Convención de los derechos del niño

Adecuación del derecho interno a los principios de la Convención 603

Obligaciones del Estado 602

Derecho a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos 585

Derecho a ser oídos

En adopción y determinación del interés superior del adoptado 589

En relación directa y regular 753

Fijación de audiencias para su ejercicio 588

Opinión del menor no es equivalente a su interés superior 753

Principio en procedimientos en Tribunales de familia 1131

Reconocimiento de su autonomía progresiva 587

Interés superior

Cosa juzgada e interés superior del niño 1130

De si se considera o no como derecho 576, 708, 1127

Derecho de alimentos e interés superior del niño 580, 597

Determinación en caso concreto y recurso de casación 578, 586, 592

En juicios de separación, nulidad y divorcio 564

Mandato para el juez 1127

Medidas de protección deben considerarlo 579

Noción no definida legalmente 575.1, 1126

Noción se concreta en cada caso en particular 575.3

Noción vinculada a la plena satisfacción de sus derechos 575.2, 1126

Principio de igualdad e interés superior del niño 615


Procedimientos en tribunales de familia 1126

Restitución de menor en casos de secuestro internacional e interés superior


del niño 512, 513

Principio 1129

Principio de decisión 1129.3

Principio de procedimiento 1129.1

Principio hermenéutico 1129.2

Superioridad de este interés 1128

Tribunales lo han de tener como consideración primordial 577

Libertad de pensamiento, conciencia y religión, y de sus límites 590

Medida de separación del niño de sus padres y su finalidad 1179

Obligaciones del Estado

Prestaciones de salud 583

Secuestro internacional de niños, véase Secuestro internacional de niños

Nombre

Atributo de la personalidad 180, 618

Cambio de

De un menor: interés superior del niño 188, 189

De un menor de filiación matrimonial 189

Facultad de toda persona para solicitarlo 181

Finalidad de la ley que lo autoriza 182

Menoscabo no es necesario que sea actual y directo 184

Menoscabo no se produce por el solo hecho de llevar el apellido del padre


biológico 185
Prueba de haber sido conocido con un nombre distinto 187

Taxatividad de las causas que permiten solicitarlo 183

Transexualismo es causa para solicitarlo 186, 1118

Concepto 180, 584

Derecho al nombre

Desde la existencia legal de las personas 124

Ligado a la dignidad de las personas 618

P
Parentesco

Concepto 102

Prueba

Ineficacia de la absolución de posiciones y de la confesión 147

Ineficacia de la fe de bautismo 148, 1117

Su determinación es una cuestión de derecho 144

Patria potestad

Derechos que confiere

Administración de créditos consistentes en alimentos devengados 773

De cuáles sean 771

De orden público 772

Derecho legal de goce 777

No es el fundamento de la responsabilidad civil del padre prevista en el


art. 2320 CC 774

Peculio profesional del hijo de familia 776


Privación por determinación de filiación contra la oposición del padre o madre

Allanamiento a la pretensión del actor impide aplicar la privación 678

Caracteres de la sanción 677

Exigir conocer previamente resultado del examen de ADN no implica


oposición 679

No puede corresponder a un tercero 770

Radicada en los padres 770

Si los padres viven separados 775

Suspensión

Por "larga ausencia" 780

Patrimonio reservado de la mujer casada en sociedad conyugal

Véase Regímenes patrimoniales

Peculio profesional del Hijo

De los bienes que lo componen 776

Persona

Significado de la expresión 'ninguna persona' 101

Personas

Concepción 50.1, 103.1

Derechos asegurados por la Constitución

Cese 43

Imperativo constitucional de asegurarlos 40

Propios de su naturaleza 38

Universalidad 42
Dignidad, véase Dignidad de la Personas

Existencia legal

De si es posible el cuasidelito de homicidio respecto del feto 123

Del derecho al nombre y la existencia legal de las personas 124

Igualdad, véase Igualdad de las Personas

Nacimiento

Como hecho biológico 8

Ligado a la noción de persona 7, 50.2, 122

Noción constitucional de persona 6

Muerte

Certificación de médico 130

Cese de la posibilidad de adquirir derechos 131

Cese de la titularidad de derecho asegurados por la Constitución 43

De un cónyuge impide la declaración de divorcio 441

Interpretación de la expresión 'muerte natural' 129

Natural 129

Sujetos de derecho 5, 37

Universalidad de su noción 41

Personas vulnerables

Igualdad de las personas 26

Posesión notoria de estado civil

Véase estado civil

Presunción Pater is est
Véase Acuerdo de unión civil, Filiación

Privacidad

Véase Vida privada

Pruebas periciales biológicas

Véase Acciones de filiación

Pueblos originarios

Estado civil

De si les son aplicables las reglas del derecho común 143, 161

De su prueba 151

Del efecto de la resolución que lo declara por vía voluntaria 156

No están obligadas a recurrir a juicio de filiación 164

Posesión notoria de estado civil 151

Violencia intrafamiliar

Acuerdos reparatorios 1075

R
Redes sociales

Publicación de datos personales y privacidad 65

Regímenes patrimoniales del matrimonio

Participación en los gananciales

Crédito de participación en los gananciales: noción y caracteres 390

De la modalidad "crediticia" asumida por el legislador 381

De la simulación para disminuir los gananciales 387

De los gananciales y su determinación 382


De los medios de prueba: el inventario 384

De los medios de prueba y su procedencia 383

De los medios de prueba y su procedencia a falta de inventario: también se


aplican al pasivo 385

De no "compartirse" las pérdidas 389

Determinación de los patrimonio y su valoración es una operación


contable 386

Determinación del patrimonio originario y del patrimonio final 388

Separación de bienes

Acción para solicitarla y su finalidad 281

Acción para solicitarla y sus titulares 282

Derecho de la mujer a pedirla es imprescriptible 283

Derecho de la mujer a pedirla es irrenunciable 283

Causas para solicitarla: separación de hecho 284, 285

Causas para solicitarla: "mal estado de los negocios del marido" 286, 287

Causas para solicitarla: dos apremios contra el alimentante 983

Total: convenida durante el matrimonio: efectos 306, 307, 308

Total: convenida durante el matrimonio: de cuándo sea inoponible a


terceros 307, 308, 309

Total: convenida durante el matrimonio: del perjuicio a los acreedores 310

Total: convenida durante el matrimonio: tercerías intentadas por la mujer 311

Total: y adquisiciones producidas durante la separación 288

Total: y contribución a las cargas y necesidades de la familia


común 289, 291, 292

Total: y deudas contraídas por los cónyuges 290, 291


Sociedad conyugal

Actos de la mujer respecto de bienes sociales: inoponibles al marido 344

Actos de la mujer respecto de bienes adquiridos por ella, sin comparecencia


del marido: nulidad relativa 353

Actos del marido respecto de bienes de la mujer sin cumplir requisitos


prescritos: la nulidad no la puede impetrar el marido 352

Administración extraordinaria y sus modalidades 354

Administración extraordinaria por parte del curador 356

Administración extraordinaria por parte de la mujer: de cuando procede 355

Administración extraordinaria por parte de la mujer: de su cese 357, 358, 359

Administración por el marido 336

Administración por el marido: actos que ejecuta la mujer respecto de bienes


sociales no adolecen de objeto ilícito 343

Administración por el marido es indelegable 337

Administración por el marido: autorización de la mujer para enajenar o gravar


ciertos bienes 340, 341

Administración por el marido: demandas respecto de derechos de la


mujer 339

Administración por el marido: no es obligado a rendir cuenta 338

Administración por el marido: restricciones solo respecto de enajenaciones


voluntarias 342

Aplicación a casados en país extranjero 226

Capacidad de la mujer para celebrar contratos a nombre propio 346

Concepto 225, 300

Cuasidelito cometido por la mujer y la responsabilidad 335

Derechos de la mujer sobre los bienes sociales 347


Deudas personales de los cónyuges: 335

Deudas sociales y la contribución a ellas 331, 332, 333, 334

Deudas sociales una vez disuelta y su cobro 361

Disolución de la sociedad conyugal e inventario de los bienes 364, 365

Disolución de la sociedad conyugal genera una comunidad 360, 370

Disolución de la sociedad conyugal para burlar a los acreedores 363

Disolución ipso iure por el pacto de separación total de bienes 362

Enajenación o gravamen de los bienes raíces de la mujer: carácter imperativo


del artículo 1754 348

Enajenación o gravamen de los bienes raíces de la mujer: exclusión del inciso


final en las ventas forzosas, 349

Enajenación o gravamen de los bienes raíces de la mujer: nulidad relativa de


la venta hecha por la mujer de un bien propio suyo sin comparecencia de su
marido, 350

Enajenación de inmuebles propios del marido 351

Gananciales: derecho a renunciarlos es un derecho absoluto 304, 366

Gananciales: del tiempo en que pueden renunciarse 380

Gananciales: de su renuncia en el pacto de separación de bienes que


substituye a la sociedad conyugal 305

Haberes 316

Haber propio: ingresan a él los inmuebles que eran de los cónyuges al tiempo
de contraer matrimonio 317, 323, 324

Haber sociedad conyugal: ingresan todos los bienes adquiridos a título


oneroso 318, 319, 320, 321

Interpretación de la regla del artículo 1752 del Código Civil 347

Liquidación de la sociedad conyugal: concepto 371


Liquidación de la sociedad conyugal: de las reglas que le son aplicables 372

Liquidación de la sociedad conyugal: de su finalidad 373

Liquidación de la sociedad conyugal: de sus fases 374

Liquidación de la sociedad conyugal: del efecto declarativo de las


adjudicaciones 375, 376

Liquidación de la sociedad conyugal: del efecto declarativo de las


adjudicaciones y de si le es aplicable el artículo 1464 número 3º del CC 377

Liquidación de la sociedad conyugal: lesión enorme 379

Liquidación de la sociedad conyugal: procedencia de la acción pauliana 378

Liquidación de la sociedad conyugal practicada por los cónyuges: acción


resolutoria y su improcedencia 315

Liquidación de la sociedad conyugal practicada por los cónyuges: acción


revocatoria y su procedencia 314

Liquidación de la sociedad conyugal practicada por los cónyuges: no requiere


trámites previos 313

Liquidación de la sociedad conyugal practicada por los cónyuges: su


naturaleza 312

Naturaleza de la sociedad conyugal 301

Naturaleza de la sociedad conyugal: no es una persona jurídica 302

Naturaleza de la sociedad conyugal: no implica la formación de una


comunidad entre los cónyuges 303

Obligaciones contraídas por el marido: obligación y contribución a las


deudas 345

Ocultación o substracción dolosa de cosas sociales: de quién ha de conocer


de ella 369

Ocultación o substracción dolosa de cosas sociales: ilícito civil con sanción


propia 367
Ocultación o substracción dolosa de cosas sociales: requisitos para que se
configure 368

Orden público de las disposiciones que la rigen 298, 299

Patrimonio reservado de la mujer casada: beneficio de emolumentos a favor


del marido 279

Patrimonio reservado de la mujer casada: disciplina de orden público 270

Patrimonio reservado de la mujer casada: disciplina no modificable


convencionalmente 270.2

Patrimonio reservado de la mujer casada: disciplina no modificable en


capitulaciones matrimoniales 270.1

Patrimonio reservado de la mujer casada: disciplina opera de pleno


derecho 269

Patrimonio reservado de la mujer casada: naturaleza y caracteres 268

Patrimonio reservado de la mujer casada: no genera recompensas a favor de


la sociedad 280

Patrimonio reservado de la mujer casada: obligaciones por los actos


ejecutados respecto de él 278

Patrimonio reservado de la mujer casada: presunción del art. 11 de la ley


Nº 16.392 277

Patrimonio reservado de la mujer casada: presunción del art. 41 de la ley


Nº 18.196 276

Patrimonio reservado de la mujer casada: prueba de su existencia 275

Patrimonio reservado de la mujer casada: requisitos de


procedencia 271, 272, 273, 274

Presunción de adquisición con bienes sociales, de los adquiridos a título


oneroso una vez disuelta la sociedad 325, 326, 327, 328, 329, 330

Recompensa: de su noción 322

Responsabilidad penal de los adolescentes


Adolescente

Que niega los hechos o guarda silencio y potestad del juez de dictar
sentencia de inmediato 1191, 1192

Que reconoce los hechos en la audiencia y potestad del juez de dictar


sentencia de inmediato 1190

Que no concurre a la primera citación 1186, 1187, 1188, 1189

Anotaciones penales del adolescente

Pueden ser fundamento de una eventual reincidencia 1082

Debido proceso

Condiciones particulares de procesamiento 1101

Diligencias de investigación y presencia del defensor 1102

Delitos, autoría y participación se rigen por las reglas generales del Código
Penal 1080

Improcedencia de la utilización de la voz 'imputado' 1185

Impropiedad del uso de la voz 'detención' en el artículo 102-F de la Ley


Nº 1.125

Interés superior del adolescente 1083

Ley Nº 20.084

Carácter especialísimo 1076

Caracteres de su disciplina 1077

Finalidades y propósitos de la ley 1078

No establece un catálogo de hechos ilícitos respecto de los


adolescentes 1079

Posición en la que se sitúa frente a la Ley Nº 18.314 sobre Conductas


Terroristas 1081

Medidas cautelares
Internación provisoria y apelación a la resolución que la decreta 1105

Internación provisoria y presunción de inocencia 1104

Internación provisoria y sus diferencias con la prisión preventiva 1103

Internación provisoria y violencia intrafamiliar 1106

No aplicación a los adolescentes de la Ley Nº 19.970 en cuanto al registro de


huellas genéticas 1086

Recursos

Improcedencia de la apelación vulnera la garantía del debido proceso 1195

Remisión al Código Procesal Penal

De si es aplicable su artículo 149 1100

Sanciones

Agravante de reincidencia del Nº 16 del art. 12 del CP no está considerada


para quien con anterioridad ha sido sancionado como menor de edad según la
Ley Nº 20.084 1088, 1095

Amonestación, finalidades, caracteres y consecuencias 1089

Amonestación y suspensión de condena 1090, 1107

Aplicación exclusiva de las previstas en el art. 6º de la Ley Nº 20.084 1084

Beneficio de remisión condicional de la pena, a su respecto no pueden


entenderse como penas las que impone el Código Penal para los mayores de
edad 1087

Contravencionales y exigencia de proporcionalidad 1193

Contravencionales y cuestiones de inconstitucionalidad 1194

Determinación de la pena y criterios 1093, 1096

Determinación de la pena y criterios: "grado de ejecución de la


infracción" 1099

Determinación de la pena y criterios: "gravedad del ilícito" 1098


Determinación de la pena y criterios: impugnación por error de derecho en su
apreciación 1097

Fines exclusivos 1094

Programa de reinserción integra la sanción privativa de libertad 1091

Programa de reinserción y cumplimiento de la condena 1092

Sanciones accesorias no consideradas en el art. 61 de la Ley Nº 20.084, de si


procede o no aplicarlas 1085

Substitución de condena

Adolescente que ha cumplido mayoría de edad en la audiencia de


substitución 1112, 1113

Potestad del juez para decretarla y fines de la pena 1110, 1111

Sujeta a los objetivos y principios que justificaron la imposición de la


pena 1108, 1109

Suspensión de la imposición de condena

Aplicable no sólo a penas privativas o restrictivas de libertad 1107

Renuncia

A los gananciales

Derecho a renunciarlos es un derecho absoluto 304, 366

En el pacto de separación de bienes que substituye a la sociedad


conyugal 305

Época en que pueden renunciarse 380

Al derecho de alimentos

Alimentos devengados 930, 931

Derecho a pedir alimentos no puede renunciarse en acuerdo regulador 929

Al derecho de compensación económica 510


S
Secuestro internacional de niños

Auto acordado y su vigencia 831

Convención sobre aspectos civiles del secuestro internacional de niños y su


finalidad 604

Procedimiento ante el Estado requerido

Causas que justifican no ordenar el regreso del niño al Estado requirente 608

Causas que justifican no ordenar el regreso del niño al Estado requirente:


"grave riesgo" y "peligro físico" 611, 612, 613, 614

Causas que justifican no ordenar el regreso del niño al Estado requirente:


interpretación restrictiva 609

Causas que justifican no ordenar el regreso del niño al Estado requirente:


necesidad de prueba por quien se opone a la restitución 610

Finalidad del procedimiento 605

Interés superior del niño como criterio rector 612

Medios de prueba: no existen limitaciones 607

Principio de restitución y sus excepciones 608

Prueba en juicio del derecho extranjero que confiere la tuición 606

Segundas nupcias

De las limitaciones para que la contraiga la mujer

De cómo han de entenderse en el contexto actual 206

De la expresión 'absolutamente imposible el acceso' y de su


interpretación 207, 208

Separación judicial

Véase Matrimonio
Simulación

Para disminuir los gananciales 387

Sujetos de derecho

Personas 5, 37

T
Transacción

Improcedencia en los juicios de filiación 643

Procedencia en la separación judicial 414

Transfusión de sangre

Derecho a la vida y negativa de los padres a realizarla 46

Transeúntes

Véase Extranjeros

Transexuales

Cambio de nombre 186, 1118

Rectificación del sexo en la inscripción de nacimiento 1116

Tratamiento médico

Oposición de los padres 46, 47

Tribunales de familia

Competencia respecto de violencia intrafamiliar 1045

Incompetentes para conocer demanda de indemnización por obtención dolosa


de alimentos 1121

Procedimiento

Abandono de procedimiento 1138
Actuación de oficio 1139, 1158

Acumulación: demanda reconvencional de divorcio no puede acumularse a


juicio de alimentos 1133

Acumulación: juicio de alimentos no pueden acumularse al juicio de


quiebra 1122

Acumulación necesaria: finalidad y términos 1132

Agencia oficiosa y su admisibilidad 1151

Apelación de resolución dictada en etapa de cumplimiento del fallo se rige por


reglas del Código de Procedimiento Civil 1173

Apelación: de resolución que resuelve incidente de nulidad procesal se rige


por reglas del Código de Procedimiento Civil 1148, 1171

Apelación de resolución que decreta medidas cautelares se rige por reglas


del Código de Procedimiento Civil 1170

Apelación: plazo para interponer el recurso se rige por reglas generales 1149

Apelación: resoluciones apelables 1169

Audiencia de juicio: no procede considerar en sentencia definitiva la prueba


ofrecida en incidentes tocantes a alimentos provisorios 1164, 1166

Audiencia preparatoria: no comparecencia del actor 1139, 1158, 1161

Audiencia preparatoria: no se exige ratificar la demanda en ella 1160

Audiencia preparatoria: relación breve y sintética de la demanda cuando no


comparece el actor 1161

Casación en la forma no procede contra sentencias definitivas dictadas en


segunda instancia 1174

Conocimiento y fallo de las excepciones 1162, 1163

Control de admisibilidad 1157

Debida representación 1136, 1137

Derecho a defensa letrada 1134


Derecho del niño a ser oído 1131

Desformalización y sus límites 1124

Exclusión de prueba y sus caracteres 1153, 1154

Fundamentación de la sentencia y debido proceso 1165

Inmediación no se vulnera si, suspendida la audiencia de juicio, se reinicia


con presencia de otro juez 1125

Interés superior del niño y adolescente: concepto 1126

Interés superior del niño y adolescente: regla de interpretación 1129.2

Interés superior del niño y adolescente: y cosa juzgada 1130

Mediación previa y su procedencia 1196, 1197

Medida de separación del niño de sus padres y su finalidad 1179

Medidas cautelares: especies y momento en que pueden decretarse 1140

Medidas cautelares: obligación de consignar para promover incidentes no lo


es 1146

Medidas cautelares: recurso de apelación contra resolución que las


decreta 1170

Medidas cautelares: su plazo debe ser fijado por el juez 1180

Medidas cautelares: suspensión de licencia de conducir no lo es, porque es


medida de apremio 1145

Medidas cautelares en protección de la víctima: posibilidad de dictarlas si el


procedimiento penal está suspendido en causa por violencia intrafamiliar 1183

Medidas cautelares especiales: carácter provisorio 1177

Medidas cautelares especiales: requisitos de procedencia 1176

Medidas cautelares especiales: no lo es la consistente en la entrega de una


menor a su abuela, desvinculándola permanentemente de su madre 1178

Medidas cautelares innovativas: concepto 1141


Medidas cautelares innovativas: fijación de régimen relación directa y
regular 1182

Medidas cautelares innovativas: presupuestos 1142

Medidas cautelares innovativas en procedimiento de adopción 1143

Medidas cautelares innovativas en procedimientos de interdicción 1144

Medidas cautelares "prejudiciales" 1147

No comparecencia del demandante a la audiencia preparatoria 1139, 1158

Nulidad de oficio: necesidad de "efectivo perjuicio" para declararla 1150

Obligación de comparecer mediante abogado no es aplicable a


procedimientos de violencia intrafamiliar 1135

Prueba y valoración según las reglas de la sana crítica 1155

Prueba y valoración según las reglas de la sana crítica: garantía de


motivación 1156

Recurso de casación y aplicación del art. 768 inc. 3º del Código de


Procedimiento Civil 1175

Recursos y su concesión no se rigen por el Código de Procedimiento


Civil 1152

Reposición y apelación subsidiaria contra resolución pronunciada en


audiencia 1167, 1168

Resoluciones inapelables 1172

Profesionales de Consejos Técnicos no pueden emitir juicios propios del


ejercicio de la jurisdicción 1120

Tutor

Véase guardas

U
Uniones de hecho
Compensación económica de la ley Ley Nº 19.947 está excluida 508

Compensación económica por razones de equidad 508

V
Vacunas

Negativa de los padres a que sus hijo sean vacunados 47

Vida privada

Comunicaciones privadas

Bienes jurídicos protegidos 69

Correos electrónicos son forma de comunicación privada 76, 77

Divulgación del contenido e inviolabilidad 75

Formas de comunicaciones privadas protegidas 68

Inviolabilidad 66, 68, 71

Inviolabilidad con independencia del contenido de las comunicaciones 71

Inviolabilidad cuando son realizadas por funcionarios públicos 72

Inviolabilidad de las comunicaciones en el matrimonio 73

Inviolabilidad no está sujeta a la divulgación de las comunicaciones 75

Libertad de comunicaciones 69

Límites al legislador para que puedan abrirse, interceptarse o registrarse 78

Noción de comunicaciones privadas 70

Prohibición de interceptar, abrir o registrar 74

Secreto de las comunicaciones 69

Dignidad de las personas 18, 56, 57

Límites 58, 67
Protección 18, 56, 66, 67

Pruebas periciales biológicas 64, 655

Publicación de datos personales 65

Situación entre cónyuges 63

Vinculación con la dignidad de las personas 57

Violencia intrafamiliar

Acuerdos reparatorios y su improcedencia 36

Finalidad de esta prohibición 1073

No se aplica a personas que pertenecen a pueblos originarios que solucionan


sus conflictos mediante acuerdos reparatorios 1075

Se aplica no solo al delito de maltrato habitual 1069, 1074

Caracteres como infracción

Ilícito de peligro concreto 1032

Ilícito de resultado 1032

Competencia de los jueces de lo penal

En general 1046

Si pueden conocer en algún caso de faltas tocantes actos de violencia


intrafamiliar 1047

Si pueden conocer de un requerimiento por falta penal que, a su vez, es


constitutiva de acto de violencia intrafamiliar 1048

Competencia de los tribunales de familia 1046

Concepto y su extensión 1033

Delito y su significado en el art. 6º de la Ley Nº 20.066 1045

En contexto de convivencia
Concepto de convivencia 1040

Entre personas del mismo sexo 1041

Exigencia de convivencia actual o pasada 1039

Entre parientes por consanguinidad

No se diferencia entre ascendientes y descendientes 1042

Garantías del imputado 1043

Lesiones en contexto de violencia intrafamiliar

Inaplicabilidad del art. 400 del Código Penal 1044

Menos graves 1181

Ley Nº 20.066

Estatuto especial que prevalece frente al CPP y Ley Nº 19.968 1029

Maltrato habitual

Delito habitual 1068

Improcedencia de acuerdos reparatorios 1069

Medidas accesorias

Aplicación por el tribunal con competencia en lo penal 1071

Carácter y naturaleza 1052

Improcedencia de decretarlas respecto del delito de desacato 1055

Incumplimiento hace incurrir en delito de


desacato 1056, 1057, 1058, 1059, 1062, 1063, 1064, 1065, 1066, 1067

Incumplimiento no sólo tiene consecuencias procesales 1061

Procedencia o no respecto de un infractor penal adolescente 1054

Siempre acceden a los actos de violencia intrafamiliar, sean delitos o


faltas 1053
Voluntad del ofendido irrelevante para determinar si se ha cumplido con las
medidas cautelares de las letras a) y b) del art. 9º 1060

Medidas cautelares

Especialidad de la regla del art. 15 de la Ley Nº 20.066 frente al art. 32 de la


Ley Nº 20.084 1070

Medidas de protección

Del artículo 7º de la Ley Nº 19.968 se ponderan sobre la base de los criterios


de la sana crítica 1123

Finalidad preventiva 1049

Procedencia o no del recurso de protección contra medida cautelar adoptada


en situación de riesgo 1051

Supuestos de "riesgo inminente" 1050

Obligación estatal de protección 1031

Sanciones

Finalidad 1030

Suspensión de procedimiento

Especialidad frente a reglas del Código Procesal Penal 1072

Suspensión del pronunciamiento de sentencia

Incumplimiento de las condiciones impuestas y sus efectos 1184

Violencia

Comisión por omisión 1034

Económica 1037

Física 1035

Maltrato 1038

Psicológica 1036
ACCIONES DE FILIACIÓN

ACUERDO DE UNIÓN CIVIL

ACUERDO DE UNIÓN CIVIL

ADOPCIÓN

ADULTERIO

CONTRATOS EN DERECHO DE LAS PERSONAS

CÓNYUGE

DERECHO DE ALIMENTOS/OBLIGACIÓN DE ALIMENTOS

DERECHO DE ALIMENTOS/OBLIGACIÓN DE ALIMENTOS

DIGNIDAD DE LAS PERSONAS

DISCRIMINACIÓN

FAMILIA

FAMILIA

GUARDAS

GUARDAS

HIJOS

HIJOS

IGUALDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES

INDÍGENAS

MATRIMONIO

MATRIMONIO

MATRIMONIO

MATRIMONIO

MATRIMONIO
MATRIMONIO

NASCITURUS

NIÑOS

PERSONAS VULNERABLES

POSESIÓN NOTORIA DE ESTADO CIVIL

REGÍMENES PATRIMONIALES DEL MATRIMONIO

REGÍMENES PATRIMONIALES DEL MATRIMONIO

RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES

RENUNCIA

TRIBUNALES DE FAMILIA

TRIBUNALES DE FAMILIA

VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

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