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Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS
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En las dos décadas finales del siglo XX y en las primeras de este que
vivimos se introdujeron unas nuevas reformas en el derecho de las personas
en sede familiar. Estas novedades no pueden entenderse sino en un contexto
constitucional de marcada impronta liberal, en el que el Estado está al servicio
de la persona humana y, en reconocimiento de su libertad y autonomía, se
sitúa en un papel subsidiario. Así, la centralidad que asume la libertad de las
personas se despliega en la autonomía para perseguir sus peculiares
proyectos de realización espiritual y material, y es esta una concepción de la
libertad que se funda en la propia dignidad inherente a las personas, y
trascendente a la sociedad y el estado. En tal marco, las reformas legales, por
una parte, continuaron con la línea de ampliar el espacio a la negociación al
juego de las voluntades de ambos cónyuges en diversos ámbitos familiares y,
por otra, bajo la inspiración individualista del liberalismo político, abrieron a la
autonomía individual de los cónyuges unos nuevos campos de acción, porque
ahora ya no sólo se trata de una cierta "autonomía negocial" sino de una
"autonomía individual" para definir sus proyectos de mayor realización
espiritual y material, que se traduce en la disposición de sus propios y
peculiares "intereses", mediante la atribución de una potestad singular de
autorregulación, aunque con la limitación derivada de la protección de los
intereses de sus miembros más débiles.
Así, las reglas sobre las personas y sobre la familia, no pueden leerse sino
en clave de esa legalidad constitucional, que ha superado ampliamente las
maneras más habituales de aproximarse al derecho de las personas y de la
familia, ancaldas en muchos aspectos, todavía, en visiones decimonónicas.
Las obligaciones de los cónyuges entre sí han tenido también una lectura
constitucional, especialmente la de guardarse fe, concebida ahora de modo
más amplio que la tradicionalmente ligada a la prohibición del adulterio, y que
está estrechamente ligada a la comunidad d evida que instaura el matrimonio 46.
§ 7. La filiación y las relaciones entre padres e hijos. Las relaciones entre
padres e hijos han sido especial objeto de la actividad definitoria de la
jurisprudencia constitucional, y a ella hay que estar particularmente atentos,
como consecuencia de las profundas variaciones derivadas de las reformas
legales en sede de cuidado personal y de relación directa y regular. La
generalidad de las sentencias se entienden a la luz del principio del interés
superior del niño, que el mismo Tribunal Constitucional se ha esforzado por
delimitar58.
Este mismo tribunal ha mostrado una vacilante tendencia, que debería ser
indudable, a reconocer el derecho a contraer matrimonio (ius conubii) a los
extranjeros que no residen legalmente en el país. Ha declarado, así, en varias
sentencias que el ius conubii, en cuanto que libertad fundamental de las
personas, no puede verse afectado por una exigencia reglamentaria y, en
consecuencia, no se ajusta a derecho que el Registro Civil exija a un extranjero
acreditar su residencia legal en el país para la celebración de su matrimonio 105.
En igual dirección, ha declarado que la cédula para extranjeros no es el único
documento que permite acreditar la identidad de una persona, para efectos de
celebrar un matrimonio y, por ende, ha de admitirse el pasaporte 106.
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Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS
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INICIO DE:
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA DE CHILE
CAPÍTULO I BASES DE LA INSTITUCIONALIDAD
CAPÍTULO III DE LOS DERECHOS Y DEBERES CONSTITUCIONALES
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hombre, que son superiores y anteriores al Estado y a la Constitución, que no los crea
sino que reconoce y asegura" (Tribunal Constitucional, 10 de junio de 2008, cons. 16º,
Rol Nº 943-07 Ina), y en ese mismo año advertía que era: "[M]enester poner de relieve
que si la Carta Política asegura a todas las personas los derechos fundamentales, lo hace
en el entendido que preexisten a ella" (Tribunal Constitucional, 26 de junio de 2008, cons.
24º, Rol Nº 976-08). Esta consideración se ha consolidado en fallos posteriores, que la
han asumido como punto de partida para los razonamientos acerca de la entidad y
naturaleza de los derechos fundamentales, y en varios de ellos se la transcribe
literalmente (Tribunal Constitucional, 7 de julio de 2009, cons. 18º, Rol Nº 1218-08 Ina;
Tribunal Constitucional, 8 de septiembre de 2009, cons. 18º, Rol Nº 1287-08; Tribunal
Constitucional, 6 de agosto de 2010, cons. 87º, Rol Nº 1710-10 Inc). En el mismo sentido
ya se había pronunciado la jurisprudencia de los tribunales ordinarios de justicia y, así, se
ha precisado en relación con este artículo 1º de la Constitución que: "Esta disposición se
estructura sobre la base de ciertos valores o principios esenciales como la libertad del
hombre, el que los derechos fundamentales de las personas son anteriores y superiores
al Estado y la Constitución y que el Estado, en cumplimiento de su finalidad propia,
consistente en promover el bien común, debe darles segura y eficaz protección"
(C. Suprema, 21 de agosto de 2006, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/5522/2006, Rol
Nº 5022-2014). 2. Normas rectoras para gobernantes y gobernados, a quienes
obligan, y sobre quienes pesa el deber de proteger y promover los derechos
fundamentales. Desde época muy temprana la jurisprudencia constitucional ha
destacado el carácter normativo de las disposiciones contenidas en el artículo 1º de
la Constitución, y su consiguiente carácter imperativo respecto de todos los órganos del
Estado y de los particulares. En su primera formulación se destacaba en 1987 que: "Estos
preceptos no son meramente declarativos sino que constituyen disposiciones expresas
que obligan a gobernantes y gobernados tanto en sí mismas, como también, en cuanto
normas rectoras y vitales, que coadyuvan a desentrañar el verdadero sentido y espíritu
del resto de las disposiciones de la Constitución" (Tribunal Constitucional, 21 de
diciembre de 1987, cons. 21º, Rol Nº 46), consideración que se asumía, literalmente, dos
decenios más tarde (Tribunal Constitucional, 10 de junio de 2008, cons. 16º, Rol Nº 943-
07 Ina). En un segundo momento, la jurisprudencia constitucional desarrolló esta opinión
sobre la base de vincular las disposiciones del artículo 1º de la Constitución con la regla
del inciso 2º de su artículo 5º, de manera que en el mismo año de 2008 se declaraba que:
"Si la Carta Política asegura a todas las personas los derechos fundamentales, lo hace en
el entendido [de] que preexisten a ella; y que, en armonía con lo preceptuado en el
artículo 5º, inciso segundo, los órganos públicos y privados, en ejercicio de la
competencia y facultades, respectivamente, que les han conferido la Constitución y la ley,
no sólo están obligados a respetar esos derechos, sino que, además, a protegerlos y
promoverlos" (Tribunal Constitucional, 26 de junio de 2008, cons. 24º, Rol Nº 976-08).
Este considerando se ha consolidado en fallos posteriores, que lo reproducen literalmente
(Tribunal Constitucional, 7 de julio de 2009, cons. 18º, Rol Nº 1218-08 Ina; Tribunal
Constitucional, 8 de septiembre de 2009, cons. 18º, Rol Nº 1287-08; Tribunal
Constitucional, 6 de agosto de 2010, cons. 87º, Rol Nº 1710-10 Inc). 3. El artículo 1º de
la Constitución y su función cardinal en la interpretación constitucional. La
jurisprudencia constitucional ha destacado, desde sus más antiguos fallos, la posición
central que ocupan las reglas del artículo 1º de la Constitución en el campo de la
interpretación del propio texto constitucional, a las que se ha calificado de: "Normas
rectoras y vitales, que coadyuvan a desentrañar el verdadero sentido y espíritu del resto
de las disposiciones de la Constitución" (Tribunal Constitucional, 21 de diciembre de
1987, cons. 21º, Rol Nº 46), en una consideración que se ha reproducido literalmente en
sentencias posteriores (Tribunal Constitucional, 10 de junio de 2008, cons. 16º, Rol
Nº 943-07; Tribunal Constitucional, 8 de septiembre de 2009, cons. 33º, Rol Nº 1287-08).
El Tribunal Constitucional ha perfilado, progresivamente, el campo operativo de este
artículo 1º en sede de interpretación constitucional y ha remarcado su papel de orientar al
intérprete constitucional, de modo que ya en 1983 destacaba la posición que debía asumir
el intérprete constitucional de cara al artículo 1º de la Constitución, y lo hacía en los
siguientes términos: "El artículo 1º de la Carta Fundamental es de un profundo y rico
contenido doctrinario, que refleja la filosofía que inspira nuestra Constitución y orienta al
intérprete en su misión de declarar y explicar el verdadero sentido y alcance del resto de
la preceptiva constitucional" (Tribunal Constitucional, 27 de octubre de 1983, cons. 9º, Rol
Nº 19). Este considerando, con leves variantes, era reiterado un lustro más tarde: "El
artículo 1º de la Carta Fundamental constituye uno de los preceptos más fundamentales
en que se basa la institucionalidad, ya que por su profundo y rico contenido doctrinario
refleja la filosofía que inspira nuestra Constitución y orienta al intérprete en su misión de
declarar y explicar el verdadero sentido y alcance del resto de la preceptiva constitucional"
(Tribunal Constitucional, 5 de abril de 1988, cons. 12º, Rol Nº 53) y en alguna sentencia
posterior (Tribunal Constitucional, 18 de abril de 2008, cons. 45º, Rol Nº 740-07).
También ha sido aplicado como argumento en algún caso concreto de interpretación
constitucional: "Es una norma de lógica interpretación constitucional muy aconsejable de
seguir en situaciones como la que enfrentamos, aquella que nos previene que en los
casos en que las palabras o las expresiones de un precepto puedan tener un significado o
un alcance distinto, siempre debe preferirse aquel que mejor se aviene con la finalidad
perseguida por la norma, obtenida del contexto de la Constitución o de los antecedentes
que se tuvieron en vista para establecerla, cuidando siempre que ella armonice con
principios tan fundamentales como los contenidos en los artículos 1º, 4º, 5º, 6º y 7º de
nuestra Carta Fundamental que, como lo expresara este Tribunal en sentencia de 5 de
abril de 1988, Rol Nº 53, son preceptos normativos que reflejan la filosofía que inspira
nuestra Constitución" (Tribunal Constitucional, 26 de junio de 2001, cons. 12º, Rol
Nº 325). Este considerando, igualmente, ha sido reiterado literalmente en fallos
posteriores (Tribunal Constitucional, 11 de enero de 2007, cons. 5º, Rol Nº 591; Tribunal
Constitucional, 14 de septiembre de 2017, cons. 16º, Rol Nº 3364-17-Ina). También ha
sido asumido por la jurisprudencia de los tribunales ordinarios de justicia y, así, por
ejemplo, la Corte Suprema ha declarado que el artículo 1º de la Constitución es: "Una
norma rectora que no hace más que reflejar la filosofía de la Carta Fundamental y orientar
al intérprete acerca del sentido y alcance del resto de las disposiciones constitucionales"
(C. Suprema, 21 de agosto de 2006, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5522/2006, Rol
Nº 5022-2014). 4. La jerarquía axiológica del inciso 1º del artículo 1º de la
Constitución. Entre las diversas normas que integran un sistema jurídico pueden darse
distintas relaciones de jerarquía y, las que con mayor frecuencia se suelen destacar son
las de: a) jerarquía estructural o formal; b) jerarquía material o sustancial; c) jerarquía
lógica o lingüística, y d) jerarquía axiológica. Esta última es la relación que se da entre las
normas desde la perspectiva de los valores y, por ende, siempre implica un juicio de valor,
en ciertos casos explícito en alguna norma, pero en la generalidad se presenta como un
juicio de valor realizado por el intérprete. Así, por ejemplo, de las normas del Capítulo I o
III de la Constitución podría juzgarse su jerarquía axiológica, incluso respecto de las
restantes normas constitucionales, como derivadas de su singular rigidez para ser
modificadas (art. 127 inc. 2º Cpr), pero también, tal ha sido el juicio de valor realizado por
la judicatura constitucional en su labor de interpretación del inciso 1º del artículo 1º de
la Constitución, calificándoselo de "principio matriz del sistema institucional vigente"
(Tribunal Constitucional, 26 de junio de 2008, cons. 22º, Rol Nº 976-08; Tribunal
Constitucional, 8 de septiembre de 2009, cons. 16º, Rol Nº 1287-08; Tribunal
Constitucional, 27 de abril de 2010, cons. 27º, Rol Nº 1.348-2009) y respecto del cual se
ha declarado: "El artículo primero de la Constitución señala: 'Las personas nacen libres e
iguales en dignidad y derechos'. Se trata de una disposición que no sólo encabeza la
Carta Fundamental, sino que se irradia en todo su articulado. Consecuentemente, todos
los preceptos de la Constitución deben subordinarse a su tenor literal y a su significado"
(Tribunal Constitucional, 6 de agosto de 2010, cons. 85º, Rol Nº 1710-10 Inc).
Constitucional, parece sugerir que la mayoría asume que existe una noción de persona en
el Código Civil y otra noción en la Constitución: "IX. El concepto de persona en la
Constitución [...] Que lo primero que cabe señalar es que el Código Civil señala que la
existencia legal de toda persona principia al nacer [...] Tenemos que analizar cuál es la
visión que tiene la Constitución en la materia" (Tribunal Constitucional, 28 de agosto de
2017, cons. 63º y 64º, LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-Cpt). Es
ésta una "sugerencia" de gran interés, pero muchísimo más seria de lo que en la
sentencia se refleja. La noción de personas en el Código Civil es una categoría que ha de
entenderse en su contexto. Aunque el Código Civilde Bello ocupó una posición
constitucional en el ordenamiento jurídico chileno durante el siglo XIX y buena parte del
siglo XX, no se concibió, ni pudo serlo, en el contexto de una cultura constitucional
construida sobre el pilar de los "derechos de las personas", que es propia del Occidente
civilizado sobre todo después de la segunda gran guerra. Persona en el lenguaje del
Código Civil se entiende, ante todo, por su oposición a res(cosa - objeto), como único
centro de titularidad de derechos, con una clara influencia de la doctrina de Savigny sobre
la "relación de derecho" (remito a mi El Código Civil. Su jurisprudencia e Historia, 2016, I,
pp. 225-234). Esa concepción y su contexto tenían un campo operativo propio,
históricamente anterior al de la construcción constitucional de la categoría de persona
fundada en su "dignidad", porque esta última se ha articulado en Occidente con
posterioridad a la época del Código. Hay, pues, culturalmente concepciones diversas
entre el contexto del Código Civil y el de la Constitución. Aquí el interés de la sugerencia
del Tribunal Constitucional, aquí también la decepción, porque perdió la ocasión de
razonar sobre ello, y de referirse al papel que desempeña el texto constitucional y su
interpretación en la lectura de nuestro Código Civil. No se trata de una cuestión de
legalidad, sino de la posición de la Constitución en el actual estado del sistema de fuentes
del sistema jurídico chileno o, en otras palabras, de cómo se entiende la supremacía de la
Constitución, porque en muchas ocasiones, incluso en más de algún razonamiento de
esta sentencia de 28 de agosto de 2017, se mantiene la posición "constitucional" del
Código Civil. 7. De la categoría de persona ligada al nacimiento. Con ocasión del
examen del citado proyecto de ley relativo a la despenalización de la interrupción
voluntaria del embarazo el E Tribunal Constitucional ha sentado en 2017 una doctrina
xcmo.
nueva en relación con la que los tribunales ordinarios de justicia habían mantenido hasta
ahora, y que descansaba en la lectura de las reglas del Código Civil, de las que se
deducía la centralidad de la distinción entre "existencia natural" de las personas y
"existencia legal" de ellas. Sobre tal base, además de otros fundamentos, la E Corte xcma.
Suprema había declarado que el nacimiento no era condición precisa para la existencia
natural de las personas, de guisa que no le cabía duda en cuanto a que el nasciturus
quedaba comprendido dentro de tal categoría. Así, por ejemplo, había explicado: "En
efecto, de acuerdo con el artículo 55 del Código, son personas todos los individuos de la
especie humana debiendo entenderse por individuo, conforme con su acepción natural y
obvia, cada ser organizado sea animal o vegetal respecto de la especie a que pertenece.
De este punto de vista dado que la criatura concebida y no nacida constituye un ser único
e independiente, cuya entidad no se confunde con la de sus progenitores, cabe por tanto
entender que queda plenamente comprendido dentro del concepto que de la persona
tiene nuestro legislador civil. Por lo demás, según el propio tenor literal del art. 74, el
nacimiento determina la existencia legal de la persona, lo cual se explica en razón de la
clase de derechos de que se ocupa nuestro Código Civil, pero no implica que antes de él
aquélla no exista para otros efectos tanto o más importantes. Ello lo corrobora el artículo
80, el cual sí se refiere a la existencia natural de la persona al disponer que aquélla
termina con la muerte, evidenciando que ésta es diversa de su existencia legal. Asimismo,
nos parece qué exigir el nacimiento como supuesto necesario para adquirir la condición
de persona no implica que antes de su verificación no estemos ya frente a un sujeto
humano y, por ende, titular de garantías tan esenciales como el derecho a la vida. No
considerarlo así implicaría que el status de persona dependería, en definitiva, de la
definición que de tal concepto tuviere el legislador o el propio constituyente y que si hoy
se asocia por algunos al hecho del parto, el día de mañana podría estar vinculado con la
viabilidad del recién nacido o cualquier otro criterio que se estableciere cumpliendo con
los requisitos formales para la dictación de la norma" (C. Suprema, 16 de abril de 2009,
cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/7939/2009, Rol Nº 1882-2008). El E Tribunal xcmo.
Constitucional: "Que, sin embargo, éste no es el único sentido que se pueda atribuir a
esta expresión. También, tiene el sentido de un hecho biológico. Para la Constitución, en
efecto, el nacimiento no es un hecho jurídico menor. Desde luego, la Constitución la usa
para definir la nacionalidad, al distinguir entre los nacidos 'en el territorio de Chile' y los
nacidos 'en territorio extranjero' (artículo 10 Nºs. 1 y 2). Enseguida, la usa para establecer
la ciudadanía. Conforme al artículo 13 de la Constitución, para ser ciudadano, hay que ser
chileno. Asimismo, la Constitución lo utiliza para establecer el requisito de la edad. Éste lo
establece la Constitución para dos efectos. De un lado, para la ciudadanía. Se requiere 18
años de edad para ello (artículo 13). Del otro, para ocupar cargos públicos. Así, para ser
Presidente de la República se requiere tener 35 años (artículo 25); para ser diputado, 21
(artículo 48); para ser senador, 35 (artículo 50); para ser Fiscal Nacional, 40 años (artículo
83); para ser contralor, se requieren 40 años (artículo 98). Finalmente, la utiliza para
establecer la condición de persona (artículo 1º inciso primero)" (Tribunal Constitucional,
28 de agosto de 2017, cons. 70º, LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-
17-Cpt).
identidad con la dignidad humana, noción esta última que considera como la "piedra
angular de todo el edificio de los derechos fundamentales", concluye que aunque nuestra
Carta Fundamental carece de una referencia o reconocimiento expreso de la identidad
como prerrogativa humana básica, ello no obstaculiza su protección constitucional, debido
justamente a la estrecha vinculación entre ambos conceptos, y, además, por la expresa
protección con que cuenta en diversos tratados internacionales vigentes, en nuestro país
(sentencia de 13 de mayo de 2008, antecedentes Rol 834 07) [...] como el artículo 1 de la
Constitución Política de la República establece que las personas nacen libres e iguales en
dignidad y derechos, y el de identidad es uno personalísimo, inherente a toda persona,
independiente de su edad, sexo o condición social, por lo tanto, está íntimamente
vinculado a la dignidad humana, la inferencia lógica es que debe ser considerado entre
aquellos derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana a que se refiere el
inciso 2º del artículo 5 de la misma, que, conforme a su tenor, se erigen como límite al
ejercicio de la soberanía, imponiendo a los órganos del Estado respetarlos y promoverlos"
(C. Suprema, 19 de diciembre de 2017, cons. 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/8084/2017,
Rol Nº 38238-2016). En igual línea ha reiterado que: "[E]l Tribunal Constitucional chileno
ha señalado expresamente la vinculación existente entre el derecho a la identidad y la
dignidad de las personas "el criterio sostenido por esta Magistratura en el sentido de que
el derecho a la identidad personal está estrechamente ligado a la dignidad humana, en
cuanto valor que, a partir de su consagración en el artículo 1º, inciso primero, de la Ley
Suprema, constituye la piedra angular de todos los derechos fundamentales que la Ley
Suprema consagra. Asimismo, que aun cuando la Constitución chilena no reconozca, en
su texto, el derecho a la identidad, ello no puede constituir un obstáculo para que el juez
constitucional le brinde adecuada protección, precisamente por su estrecha vinculación
con la dignidad humana y porque se encuentra protegido expresamente en diversos
tratados internacionales ratificados por Chile y vigentes en nuestro país. La estrecha
vinculación entre el derecho a la identidad personal y la dignidad humana es innegable,
pues la dignidad sólo se afirma cuando la persona goza de la seguridad de conocer su
origen y, sobre esa base, puede aspirar al reconocimiento social que merece. Desde este
punto de vista, el derecho a la identidad personal goza de un status similar al del derecho
a la nacionalidad del que una persona no puede carecer. Las consideraciones que
preceden justifican, precisamente, incluir el derecho a la identidad personal entre aquellos
derechos esenciales a la naturaleza humana a que alude el artículo 5º, inciso segundo, de
la Constitución, y que se erigen como límite de la soberanía, debiendo los órganos del
Estado respetarlos y promoverlos, ya sea que estén asegurados en la propia Carta
Fundamental o en tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren
vigentes" (T.C. rol 1611 10)" (C. Suprema, 29 de mayo de 2018, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2501/2018, Rol Nº 70584-2016). Este tribunal ha acudido a este
mismo considerando para explicar que ese derecho a la identidad, fundado en la dignidad
de las personas, se extiende a la identidad de género: "[E]specíficamente, en identidad de
género, la Ley Nº 20.609 que establece medidas contra la discriminación, reconoce
expresamente la valoración y protección jurídica de la "identidad de género", prohibiendo
discriminaciones sobre tal base, de conformidad a su artículo 2º inciso primero, y en su
artículo 17, que modifica en la línea expresada el artículo 12 del Código Penal. El derecho
a la identidad de género importa que toda persona tiene derecho al libre desarrollo de su
personalidad conforme a éste, con independencia de cuál sea su sexo biológico, genético,
anatómico, morfológico, hormonal, de asignación u otro. Así, este derecho incluye el de
ser identificado de forma que se reconozca plenamente la identidad de género propia y la
consonancia entre esta identidad y el nombre y sexo señalado en los documentos
identificatorios de la persona, sean las actas del Registro de Estado Civil, los documentos
de identidad, electorales, de viaje u otros. Undécimo: Que es en estas situaciones, donde
los principios constitucionales y legales entran en juego en un Estado de Derecho, en
cumplimiento del mandato del inciso cuarto del artículo 1º de la Constitución, de
encontrarse el Estado al servicio de la persona humana, contribuyendo a crear las
condiciones sociales para el mayor desarrollo personal de tipo material y espiritual
posible. En este tipo de situaciones especiales es donde habrá de primar la faz de la
identidad de género, precisamente como eje esencial en el autorreconocimiento como
persona singular y frente a la sociedad. En definitiva, si actualmente la ley permite el
cambio de nombre y, a la vez, prescribe que el nombre debe ajustarse al sexo, entonces
se concluye que todo cambio de nombre debe respetar la realidad que le sirve de
parámetro y, si tal realidad se encuentra consignada equivocadamente, debe ser
corregido el instrumento respectivo, junto a la modificación del nombre. Por lo expuesto es
que, sin perjuicio de no existir norma legal expresa que faculte el cambio de sexo registral,
como sí ocurre respecto del cambio de nombre, no proceder de la forma señalada
importaría, como la jurisprudencia ha reiterado, una afectación de las obligaciones
contenidas en los tratados internacionales y de los principios constitucionales y legales
antes señalados en perjuicio de la solicitante" (C. Suprema, 29 de mayo de 2018, cons.
9º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2501/2018, Rol Nº 70584-2016). 18. La dignidad de las
personas ligada al respeto de la vida privada de las personas. Como corolario de
hallarse en la dignidad de las personas el fundamento de sus derechos, se ha declarado
que: "[L] a Carta Fundamental asegura a todas las personas, sin distinción ni exclusión
alguna, en su artículo 19 Nº 4 inciso primero, 'El respeto y protección a la vida privada y
pública y a la honra de la persona y de su familia'. En tal sentido considera esta
Magistratura necesario realzar la relación sustancial, clara y directa, que existe entre la
dignidad de la persona, por una parte, y su proyección inmediata en la vida privada de ella
y de su familia, por otra, circunstancia que vuelve indispensable cautelar, mediante el
respeto y la protección debidas, ese ámbito reservado de la vida, en el cual no es lícito
penetrar sin el consentimiento del afectado, de un lado, o por decisión de la autoridad
fundada en la ley que hubiere sido dictada con sujeción a la Constitución, de otro"
(Tribunal Constitucional, 28 de octubre de 2003, cons. 18º, Rol Nº 389). Este
considerando ha sido recordado en sentencias posteriores: "[E]ste Tribunal realzó, en esa
misma sentencia, la relación sustancial, clara y directa, que existe entre la dignidad de la
persona, por una parte, y su proyección inmediata en la vida privada de ella y de su
familia, aseguradas en el artículo 19 Nº 4 de la Carta Fundamental, como en lo que
respecta a la inviolabilidad de las comunicaciones, garantizada en el Nº 5 de esa misma
norma, por la otra" (Tribunal Constitucional, 1 de agosto de 2006, cons. 19º, Rol
Nº 521). 19. La dignidad de las personas como fundamento del derecho a la honra.
Al igual que en el caso anterior, así ha sido entendido por el E Tribunal Constitucional,
xcmo.
que ha declarado que: "Como se aprecia del contexto del debate habido en la Comisión
de Estudio, el derecho a la honra, cuyo respeto y protección la Constitución asegura a
todas las personas, alude a la 'reputación', al 'prestigio' o el 'buen nombre' de todas las
personas, como ordinariamente se entienden estos términos, más que al sentimiento
íntimo del propio valer o a la dignidad especial o gloria alcanzada por algunos. Por su
naturaleza es, así, un derecho que emana directamente de la dignidad con que nace la
persona humana, un derecho personalísimo que forma parte del acervo moral o espiritual
de todo hombre y mujer, que no puede ser negado o desconocido por tratarse de un
derecho esencial propio de la naturaleza humana" (Tribunal Constitucional, 10 de junio de
2008, cons. 25º, Rol Nº 943-07 Ina). En la misma sentencia se insistió en: "[Q]ue el
respeto y protección del derecho a la honra, que asegura la Constitución, es sinónimo de
derecho al respeto y protección del 'buen nombre' de una persona, derecho de carácter
personalísimo que es expresión de la dignidad humana consagrada en su artículo 1º, que
se vincula, también, con el derecho a la integridad psíquica de la persona, asegurado por
el Nº 1 de su artículo 19 [...]" (Tribunal Constitucional, 10 de junio de 2008, cons. 27º, Rol
Nº 943-07 Ina). En la misma orientación se ha declarado: "Que el derecho a la honra, por
su esencia espiritual y moral como emanación de la dignidad de la persona humana,
carente de materialidad, no posee en sí mismo valor económico o patrimonial, por lo que
el resultado dañino de los atentados en su contra se traducirá, ordinariamente, en
sufrimientos o mortificaciones de igual carácter, esto es, en daño moral, aunque
eventualmente, en ciertos casos, pueda adquirir alguna significación económica
susceptible de ser calificada de daño patrimonial" (Tribunal Constitucional, 6 de junio de
2017, cons. 14º, Rol Nº 3194-16-Ina). 20. La dignidad de las personas ligada a la
inviolabilidad del hogar y toda forma de comunicación privada. Del mismo modo se
ha declarado: "Que se asegura, asimismo y con idéntica amplitud, en el numeral 5 de
aquel artículo 19, 'La inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicación privada',
puntualizándose que las comunicaciones y documentos privados pueden interceptarse,
abrirse o registrarse en los casos y formas determinados por la ley. Nuevamente, estima
esta Magistratura oportuno destacar el ligamen que existe entre la dignidad de la persona
y el ejercicio de este derecho esencial, pues la inviolabilidad de las comunicaciones
privadas debe ser considerada una extensión, lógica e inevitable, sobre todo en la vida
moderna, del carácter personalísimo o reservado que tienen ellas como base de la
libertad individual y su proyección en los más diversos aspectos de la convivencia"
(Tribunal Constitucional, 28 de octubre de 2003, cons. 19º, Rol Nº 389). 21. Dignidad de
las personas y presunción de inocencia. Es este un corolario concreto de la ya citada
concepción de la dignidad de las personas como fundamento de sus derechos: "Que la
prohibición de presumir de derecho la responsabilidad penal constituye 'un principio que
es concreción de la dignidad de la persona humana, consagrada como valor supremo en
el artículo 1º de la Constitución Política, y del derecho a la defensa en el marco de un
debido proceso, en los términos que reconoce y ampara el artículo 19 Nº 3 de la Ley
Fundamental', como esta Magistratura sentenció en fallo recaído sobre la causa Rol
Nº 519-2006" (Tribunal Constitucional, 18 de diciembre de 2007, cons. 21º, Rol Nº 787-
07 Ina). Este considerando ha sido reiterado en sentencias posteriores (Tribunal
Constitucional, 24 de enero de 2008, cons. 21, Rol Nº 797-07 Ina; Tribunal Constitucional,
6 de marzo de 2008, cons. 24, Rol Nº 829-07 Ina). 22. Dignidad de las personas y
principio de proporcionalidad de las penas. Se ha reconocido por la jurisprudencia
constitucional la estrrecha relación que existe entre el la dignidad de las personas y el
principio de proporcionalidad que informa el sistema penal: "[B]ajo un prisma de los
principios informadores del sistema de penas en nuestro ordenamiento jurídico, cuatro
principios lo reglan: legalidad, proporcionalidad, resocialización y humanización. Desde
luego el de proporcionalidad, que se vincula con la exigencia de que la dignidad de la
persona humana y los derechos que le son inherentes constituyan el fundamento del
orden político y social de la nación, nos lleva a sostener que la pena que se imponga deba
ser la más idónea para cumplir con los fines de la prevención del delito" (Tribunal
Constitucional, 2 de octubre de 2018, cons. 29º, Rol Nº 4610-17-Ina). 23. Dignidad de
las personas y correcto funcionamiento de los servicios de televisión. Por la vía de
la protección constitucional se ha declarado: "Que el respeto por la "dignidad humana"
forma parte del "correcto funcionamiento" de los servicios de televisión sin que se precise
de una definición normativa por el organismo fiscalizador ni por la ley para que resulte
exigible dicho respeto, pues la "dignidad humana" constituye un valor cuyos contornos
son fácil y claramente discernibles por diferentes cuerpos normativos, partiendo por la
propia Carta Fundamental, mediante el desarrollo de derechos fundamentales que
garantiza y los instrumentos internacionales atingentes, hasta diversos cuerpos legales
entre los que cabe destacar la propia Ley Nº 19.733" (C. Apelaciones de Santiago, 14 de
julio de 2014, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/4475/2014, Rol Nº 1225-
2014). 24. Dignidad de las personas y protección de la identidad de los menores
vinculados a la comisión de un delito. Como corolario de lo señalado en el número
anterior, la jurisprudencia ha destacado el papel que desempeña la dignidad de las
personas, en particular cuando se trata de menores, pues en ella se enraíza la protección
que se les ha de dispensar. Se ha declarado así: "Que la expresión dignidad relativa a la
persona humana, es de tal importancia en nuestro sistema jurídico que se haya en el
primer artículo de la Constitución Política de la República que dispone: "Las personas
nacen libres e iguales en dignidad y derechos", ubicándose además éste dentro del
Capítulo I que sintetiza las normas, valores y principios trascendentales sobre los que se
asienta la estructura jurídica del Estado de Chile, las que por su carácter de norma
jurídica y relevancia, no es posible negar su conocimiento ni su alcance. Cuarto: Que la
dignidad no está definida por el constituyente ni por el legislador chileno. Siguiendo al
Profesor Humberto Nogueira Alcalá (Derechos Fundamentales y Garantías
Constitucionales, Tomo I, editorial Librotecnia, 2007, páginas 13 a 20) la dignidad de las
personas es "un rasgo distintivo de los seres humanos respecto de los demás seres
vivos", siendo una "calidad integrante e irrenunciable de la condición humana", la que
"constituye a una persona como un fin en sí misma, impidiendo que sea considerada un
instrumento o medio para otro fin", dotándola de la posibilidad del pleno desarrollo de la
personalidad humana. Quinto: La dignidad humana implica el necesario reconocimiento
de que todos los seres humanos, en su calidad de tal, son iguales entre sí, principio al que
se integran todos los derechos fundamentales reconocidos constitucionalmente, por lo
que la "negación o el desconocimiento de uno, de algunos o de todos estos derechos
significa la negación y el desconocimiento de la dignidad humana en su ineludible e
integral generalidad". (La Dignidad Humana en los Instrumentos Internacionales sobre
Derechos Humanos, Héctor Gros Espiell, Anuario de Derechos Humanos. Nueva Época.
Universidad Complutense, Madrid, Vol. 4. 2003, página 198). Sexto: Que en
consecuencia, por su importancia en nuestro ordenamiento jurídico, no es posible
sostener que los contornos jurídicos de la dignidad de la persona son vagos, toda vez que
su respeto se encuentra en la observancia de los Derechos Humanos. En este sentido, el
artículo 33 de la Ley Nº 19.733 que prohíbe la divulgación de la identidad de los menores
de edad que se encuentran vinculados a un delito, únicamente es un ejemplo de
consagración legal de la forma como se debe actuar en general para resguardar sus
derechos a la vida privada, honra y reputación conforme a las disposiciones de la
Convención de los Derechos del Niño (Tratado Internacional ratificado por Chile
y promulgada el 27 de septiembre de 1990) y que los órganos administrativos del Estado
están llamados a proteger" (C. Apelaciones de Santiago, 5 de julio de 2013, cons. 3º a 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1473/2013, Rol Nº 1352-2013).
esta concepción al declarar, por vía de amparo, que: "[N]o es posible desatender las
circunstancias personales y familiares de la amparada, quien cuenta con más de 12 años
de residencia ininterrumpida en Chile, quien se encuentra casada con un ciudadano
chileno, con quien tiene tres hijos, de manera que de ejecutarse la medida ciertamente se
transgrede el interés superior de los menores, pues se perturbará su identidad familiar y
nacional, infringiendo los deberes que se imponen para los Estados en los artículos 3.1,
7.1, 8.1 y 9.1 de la Convención de los Derechos del Niño, y se afecta lo dispuesto en el
artículo 1º de la Constitución Política de la República que establece que la familia es el
núcleo fundamental de la sociedad, siendo deber del Estado dar protección a la población
y a la familia, así como propender al fortalecimiento de ésta" (C. Suprema, 23 de enero
de 2018, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/1246/2018, Rol Nº 1152-2018). En término
similares ha insistido en: "Que, no es posible desatender las circunstancias personales y
familiares de la amparada, quien, según se encuentra demostrado, el diecisiete de enero
de dos mil seis, contrajo matrimonio con un ciudadano chileno, con el cual tiene tres hijos,
un hombre y dos mujeres, una de las cuales se encuentra cursando una carrera
universitaria y la otra estudiando en el Liceo Profesional Abdón Cifuentes. Por otra parte,
la amparada, mediante Resolución Exenta Nº 933, de ocho de marzo del año dos mil seis,
obtuvo el permiso de residencia definitiva en el país, todo lo cual da cuenta de su arraigo
en el territorio nacional, por más de veinte años, de manera que de ejecutarse la medida
ciertamente se transgrede lo dispuesto en el artículo 1º de la Constitución Política de la
República que establece que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad, siendo
deber del Estado dar protección a la población y a la familia, así como propender al
fortalecimiento de ésta" (C. Suprema, 20 de marzo de 2018, cons. 2º, Cl/Jur/1355/2018,
Rol Nº 4293-2018). 33. De la protección de la familia y la reserva o secreto. La
jurisprudencia constitucional ha entendido que: "Un interés legítimo es un interés posible
de concretar y relevante para el derecho en la medida que la motivación que lo explica
resulta acorde con los valores y los principios de la Constitución. Este es el del interés de
mantener documentos o antecedentes privados en secreto si se temiera que su
divulgación va a afectar, por ejemplo, a una determinada familia, en circunstancias que el
Estado tiene el deber de protegerla, de acuerdo a lo previsto en el inciso final del artículo
1º de la Carta Fundamental" (Tribunal Constitucional, 9 de agosto de 2007, cons. 19º, Rol
Nº 634-2006). 34. De la protección de la familia y la relación laboral de trabajadora
embarazada. En sede laboral se ha suscitado una interesante cuestión tocante a la
protección de la familia y la firmeza del vínculo laboral de una trabajadora embarazada, en
relación con la cual se han sostenido las siguientes dos opiniones: a) Voto de mayoría:
los incisos 2º y 4º de este artículo no obligan "al Estado a convertir el vínculo laboral
temporal de una mujer embarazada en permanente, el que, de establecerse, significaría la
imposición de una carga al empleador, pues existen otras fórmulas a través de las cuales
el Estado puede cumplir su misión servicial a favor de las personas" (Tribunal
Constitucional, 14 de septiembre de 2007, Rol Nº 698-06; C. Suprema, 15 de julio de
2008, LegalPublishing: 39720; Corte de Apelaciones de La Serena, 30 de marzo de 2009,
LegalPublishing: Cl/Jur/8206/2009, Rol Nº 16-2009); b) Voto de minoría: "La situación de
maternidad de la requirente se superpone a las normas del Código del Trabajo que
regulan su situación laboral si se respeta en su cabalidad lo prescrito en el segundo inciso
del artículo 1º de la Constitución: 'La familia es el núcleo fundamental de la sociedad'. Su
condición de madre soltera no hace sino acentuar el carácter protector que el precepto
constitucional señalado adquiere respecto de sus reclamaciones" (Tribunal Constitucional,
14 de septiembre de 2007, Rol Nº 698-06; C. Suprema, 15 de julio de 2008,
Nº LegalPublishing: 39720; C. de Apelaciones de La Serena, 30 de marzo de
2009, LegalPublishing: Cl/Jur/8206/2009, Rol Nº 16-2009). 35. De la protección de la
familia y la compensación económica por declaración de nulidad o divorcio. Se ha
sostenido que, sin perjuicio de las diferentes opiniones acerca de la naturaleza de la
compensación económica: "Hay un elemento común, cual es el detrimento, menoscabo
económico que se produce a uno de los cónyuges con motivo del divorcio, por haber
privilegiado el cuidado de la familia, institución que el constituyente protege y declara ser
base de la sociedad, estableciendo para ello un remedio que impide su empobrecimiento
al término del contrato de matrimonio, cual es corregir la situación de menoscabo
producida a propósito del rol desempeñado, que no tiene la naturaleza jurídica de una
pensión alimenticia, sino de una indemnización por la pérdida legítima de derechos u
opciones sufridos en comparación con el otro cónyuge" (C. de Apelaciones de
Valparaíso, 10 de abril de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/5435/2008, Rol Nº 2856-2007).
En la misma línea se ha declarado que: "El motivo que tuvo en vista el legislador, al
establecer este derecho a compensación de tipo económico, dice relación con la
compensación a que tiene derecho aquél de los cónyuges que se ha sacrificado,
renunciando a mejores expectativas económicas, por haber privilegiado el cuidado de los
hijos comunes y la realización de las labores propias del hogar común, a fin de fortalecer
a la familia, que es el núcleo fundamental de la sociedad, conforme lo declara el artículo
1º de la Constitución Política de la República de Chile" (C. de Apelaciones de Valparaíso,
22 de febrero de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/7406/2008, Rol Nº 1293-2007). 36. De la
protección de la familia y la prohibición de acuerdos reparatorios en los delitos por
violencia intrafamiliar de acuerdo con el artículo 19 de la Ley Nº 20.066. Se ha
sostenido que: "No está de más indicar, por repetido que sea, que dicha norma prohibitiva
[art. 19 Ley Nº 20.066] tiene su razón de ser, entre otras consideraciones, como se
desprende de las actas legislativas de discusión, en el cuestionamiento que se hizo del
eventual 'consentimiento que en los acuerdos reparatorios podría verse forzada la víctima
a otorgar, dada su condición de tal', situación que se une a la relevante circunstancia de
ser la familia el núcleo fundamental de la sociedad, de manera que siempre existirá un
interés público prevalente en la continuación de la persecución penal en los actos ilícitos
que horaden de cualquier forma su integridad. Por lo demás, se debe también tener
presente que el objeto de la ley en estudio es el de prevenir, sancionar y erradicar la
violencia intrafamiliar y otorgar protección a las víctimas de la misma" (C. de Apelaciones
de La Serena, 27 de marzo de 2009, LegalPublishing: Cl/Jur/8525/2009, Rol Nº 60-2009).
Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 1º. Código Civil: artículos 54, 55, 57, 74,
75, 77, 243 inciso 2º, 343, 485, 486, 487, 962. Código Orgánico de Tribunales: artículo 10 inciso 1º.
Código Sanitario: artículos 16 y 119. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones
Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 2º, inciso
3º. Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967: artículos 26 Nº 7 y 40. Ley Nº 19.070, aprueba
Estatuto de los profesionales de la Educación, D.O. 1.07.1991: artículo 8º bis. Ley Nº 20.418, Fija
normas sobre información, orientación y prestaciones en materia de regulación de la
fertilidad, D.O. 28.01.2010: artículo 4º inciso final. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 6º. Decreto Nº 326, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, D.O:
28.04.1989: artículos 11 y 12. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica, D.O. 5.01.1990: artículos 1º, 4º Nº 1, 5º Nº 1. Decreto Nº 84, Min. Relaciones Exteriores,
Convención Internacional sobre la Protección de los derechos de los trabajadores migratorios y de sus
familiares, D.O. 8.06.2005, artículo 9º. Ley Nº 20.120, Sobre investigación científica en el ser humano,
su genoma y prohíbe la clonación humana, D.O. 22.09.2006, art. 1º.
III. De las personas como titulares de los derechos que asegura la Constitución. La
jurisprudencia constitucional ha hecho hincapié en que sólo son las personas los titulares
de los derechos que asegura la Constitución Política de la República, de acuerdo con el
encabezado de este artículo 19, en relación con el inciso 1º de su artículo 1º: "Que uno de
los efectos más importantes de atribuir a alguien su condición de persona para efectos
constitucionales, es que sólo éstas tienen derecho. Así lo dice la Constitución. Los
derechos se aseguran 'a todas las personas' (encabezado artículo 19). Lo mismo indica el
artículo 1º, inciso primero de la Constitución: 'las personas nacen libres e iguales en
dignidad y derechos'. También varios numerales del artículo 19 emplean la voz 'persona'
para resaltar el titular del derecho que establece y regula" (Tribunal Constitucional, 28 de
agosto de 2017, cons, 66º, LegalPublishing: Cl/Jur/5597/2017, Rol Nº 3729 (3751)-17-
Cpt). De esta lectura se siguen una serie de consecuencias, que la jurisprudencia,
habitualmente de los tribunales ordinarios, se ha ocupado en precisar. 42. De la
titularidad de las personas, sin que se admita distinción alguna. Este aspecto
universal de la titularidad de las personas, en relación con los derechos que la
Constitución les asegura, se ha recordado por la I Corte de Apelaciones de Coihaique:
lma.
supuestos ha de primar el derecho a la vida, sin perjuicio de velar por la dignidad del
paciente. Así, en un temprano fallo de 1992 se declaraba: "Que si bien es cierto, nuestra
Constitución, en el artículo 19 Nº 6 asegura a todos los habitantes la libertad de
conciencia, la manifestación de todas las creencias y el ejercicio libre de todos los cultos
que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres o al orden público, en este caso,
habiendo conducido doña [...] a su hijo al Hospital Regional para ser atendido por el grave
estado en que se encontraba, lo que se puede deducir de los antecedentes, el cotejo de
los intereses en conflicto, el derecho a la vida y la libertad de conciencia, debe prevalecer
el primero de los nombrados, porque la recurrida solicitó la atención médica para su hijo, a
fin de preservar su salud y conservar su vida, disponiendo el hospital de los elementos
humanos y materiales para que el paciente recuperara la salud y mantuviera la vida,
proporcionándosele al enfermo los auxilios médicos necesarios, entre ellos la transfusión
de sangre, que lo han llevado a su recuperación. Que, por otra parte, el juramento y rol
profesional del médico lo obligan a preservar la vida [...] Que el mal que sufre don [...] es
necesariamente fatal si no se le administra el preciso y adecuado tratamiento de recibir
transfusión de glóbulos rojos, lo que evidentemente tendrá influencia en la salud del
enfermo, disponiendo el establecimiento hospitalario de los elementos para practicarlo.
Que la vida se garantiza por la Constitución en la medida que pueda privarse de ella al
individuo por agentes extraños a él, por un atentado de terceros, resultando evidente que
se encontraba el paciente seriamente amenazado, por la actitud de la recurrida, en el
derecho a la vida e integridad física y síquica, puesto que de persistirse en su
planteamiento, se puede inferir el progresivo deterioro en la salud y un posible desenlace
fatal de no otorgarse el tratamiento aconsejado por su médico, arriesgándose
innecesariamente la vida del enfermo" (C. Suprema, cons. 6º y 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/431/1992, Rol Nº 18640). Diez años más tarde, se afirmaba el
tribunal en la misma opinión: "Que el derecho a la vida encuentra su centro primordial en
el hecho de preservar la vida en todas sus etapas y dimensiones constituyendo dicho
derecho, además, el fundamento de fondo u objetivo de nuestro ordenamiento jurídico el
cual impone como deber, a todos los poderes u órganos públicos, de proteger dicho bien
jurídico frente a cualquier ataque o amenaza de que pueda ser objeto, considerando que
toda la vida en sociedad se realiza en el entendido de que el fin de la actividad humana es
la sobrevivencia y desarrollo integral de la persona humana [...] Que en el caso que se
conoce se puede constatar que se produce una colisión de derechos y de deberes entre
el derecho a la vida y el derecho a la libertad religiosa y, por otro lado, la colisión de
deberes del médico que se traduce en el deber de respetar la voluntad de su paciente y el
deber de velar y resguardar la vida y salud de éste, que lo obliga a hacer todo aquello que
esté a su alcance para salvarle la vida por estar a su cuidado. Que, en este orden de
cosas y si bien puede señalarse que no existe ordenamiento jurídico que otorgue una
protección de un derecho de manera absoluta, puesto que siempre pueden existir
derechos que entran en tensión o contradicción y considerando el fundamento indicado en
el motivo anterior, estos sentenciadores entienden que el derecho a la vida debe primar o
prevalecer sobre el derecho a la libertad religiosa, considerando que el derecho a la vida
constituye un derecho natural y fundamental que el hombre posee en cuanto individuo y
persona y por ello debe ser protegido y salvaguardado con preeminencia de cualquier otro
[...] Que, por otra parte, constituye una obligación de los médicos tratantes, cuyo rol
profesional lo obliga a preservar la vida, el procurar por todos los medios y técnicas que
integran la lex artis médica el mantener la vida de sus pacientes utilizando la transfusión
de sangre cuando ello fuere estricta y absolutamente necesario, aun contra la voluntad del
paciente y de sus familiares que, por motivos religiosos, se niegan a aceptar tal
tratamiento, en razón de que debe primar, como ya se dijo, la preservación de la salud y
la vida de las personas sobre cualquiera otra consideración que ponga en riesgo
inminente la vida del enfermo [...] Que nuestro ordenamiento jurídico nacional consagra
en el artículo 19 Nº 1 de la Constitución Política de la República, el derecho a la vida y la
integridad física y psíquica de la persona, garantía protegida especialmente por el recurso
de protección establecido en el artículo 20 de la Carta Fundamental de modo que ninguna
persona pueda sufrir por causa de actos u omisiones arbitrarios e ilegales privación,
perturbación o amenaza en el ejercicio del referido derecho, siendo deber imperativo,
especialmente de las autoridades públicas, velar por la salud y la vida de las personas
que conforman la sociedad [...] Que atendidas las circunstancias establecidas en este
recurso y la necesidad imperiosa de no poner en peligro la vida del enfermo en cuyo favor
se ha recurrido, el recurso de protección deducido en estos autos debe ser acogido, sin
perjuicio, en todo caso, en aras de la dignidad y libertad religiosa del paciente Carrillo
Sáez, agotar los recursos y medios existentes, como así también adoptar los
procedimientos necesarios para suministrar a éste los medicamentos alternativos que
sean precisos y previos, de modo tal que la hemotransfusión que deba ser efectuada a
éste sólo se haga efectiva en situación de existir un riesgo vital para la vida del enfermo
indicado" (C. Suprema, 8 de octubre de 2002, cons. 3º a 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/3774/2002, Rol Nº 3716-2002). La misma opinión han mantenido
los tribunales de alzada. La I Corte de Apelaciones de Santiago ha declarado: "Que, más
lma.
allá de lo que la literatura médica pueda considerar para países de alto desarrollo y que
consecuentemente cuentan con todos los medios técnicos, profesionales y de
infraestructura —cuyo no es el caso de Chile— es indispensable recordar que la vida es
un derecho inherente a la persona humana, es decir, un derecho de la personalidad que
la doctrina ha reconocido existir por su propio valor moral, con independencia de que el
legislador lo haya proclamado, (José Puig Brutau, Compendio de Derecho Civil, Tomo 1,
pág. 169); de manera tal que dicho derecho debe ser respetado por todos [...] Por lo
expuesto resulta moral y jurídicamente indispensable disponer —ante la inminencia de la
muerte de una criatura que lucha por su vida— de todos los métodos con que se cuenta y
que la ciencia médica ha desarrollado en beneficio de los hombres a fin de resguardar su
existencia [...] Que, de esta manera el proceder de los progenitores, oponiéndose a un
procedimiento médico que los profesionales del ramo aconsejan, constituye un acto
arbitrario que atenta derechamente contra el más valioso de los bienes de su hija, la vida,
motivo por el cual no cabe si no acoger el recurso deducido" (C. Apelaciones de
Santiago, 7 de agosto de 2008, cons. 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3130/2008, Rol
Nº 2336-2008). La I Corte de Apelaciones de Concepción: "Que el ordenamiento jurídico
lma.
Valparaíso, en relación con un menor al que sus padres no consentían que se le realizara
una transfusión de sangre, acogió la protección solicitada por el médico tratante y autorizó
la citada transfusión: "Que para dilucidar la controversia es preciso verificar la solución
que ha dado el legislador en esta materia, la cual se encuentra regulada en la Ley
Nº 20.584 que Regula los Derechos y Deberes que tienen las Personas en relación con
Acciones Vinculadas a su Atención en Salud, que en su artículo 15 letra b) ha previsto
esta situación al disponer "No obstante lo establecido en el artículo anterior, no se
requerirá la manifestación de voluntad en las siguientes situaciones: b) En aquellos casos
en que la condición de salud o cuadro clínico de la persona implique riesgo vital o secuela
funcional grave de no mediar atención médica inmediata e impostergable y el paciente no
se encuentre en condiciones de expresar su voluntad ni sea posible obtener el
consentimiento de su representante legal, de su apoderado o de la persona a cuyo
cuidado se encuentre, según corresponda" [...] Que de esta manera se concluye que en
aquellos casos en que el paciente no pueda expresar su voluntad ni sea posible obtener
el consentimiento de sus representantes legales, la manifestación de voluntad no será
requerida, siempre y cuando su condición de salud implique riesgo vital. Que del mérito de
los antecedentes, consta que ésta ha sido precisamente la situación que se ha
presentado respecto de la recién nacida sujeto de protección, la que habiéndose
encontrado en riesgo vital y con indicación de transfusión sanguínea para tratar su severa
anemia, impedida de expresar su voluntad en dicho sentido tampoco fue posible obtenerla
de sus representantes legales, por negativa de éstos, y ante el inminente peligro de su
vida, la médico tratante solicitó a la judicatura su intervención, a fin de obtener una
medida cautelar de la vida de la menor [...] Que así las cosas, se advierte que la
recurrente ha actuado dentro de la hipótesis prevista por el legislador al efecto, y por su
parte, los recurridos han manifestado un interés que contraviene las indicaciones médicas
para el tratamiento de la dolencia de su hija, amenazando de esta manera el derecho a la
vida de la misma, configurándose de esta manera los requisitos establecidos para hacer
procedente esta acción cautelar urgente de rango constitucional. Que no obsta a lo
anterior la existencia y elección de tratamientos alternativos que hasta ahora han sido
efectivos, toda vez que el cuadro de salud de su hija podría encontrarse en una situación
de riesgo vital que hiciera indispensable la aplicación de una medida in extremis, como es
la transfusión sanguínea [...] Que por lo razonado y siendo el derecho a la vida y a la
integridad física y psíquica de la persona humana una de las garantías fundamentales que
la Constitución Política de la República asegura a todas las personas, no cabe sino
acoger el recurso deducido" (C. Apelaciones de Valparaíso, 13 de noviembre de 2013,
cons. 4º a 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2620/2013, Rol Nº 6773-2013). 47. Derecho a la
vida y negativa de los padres a que su hijo sea vacunado, de acuerdo con las reglas
de vacunación del Ministerio de Salud. La jurisprudencia ha seguido, en este punto,
una opinión similar a la explicada en el número anterior. Ha entendido, así, que el derecho
a la vida consagrado constitucionalmente, en relación con una serie de normas de
tratados internacionales, dan pie para que, aún en contra de la voluntad de los padres, se
proceda a la vacunación de los menores, de acuerdo con las reglas de vacunación
previstas por el Ministerio de Salud. En este sentido se ha declarado: "Que el
ordenamiento jurídico nacional consagra en el artículo 19 Nº 1 de la Constitución Política
de la República, el derecho a la vida y la integridad física y síquica de la persona, garantía
protegida especialmente por el recurso de protección establecido en el artículo 20 del
mismo cuerpo legal, de modo que es imperativo, especialmente para los servicios
públicos de salud, velar, precisamente, por la salud y la vida de las personas que
conforman la sociedad, aun contrariando la voluntad de éstas y/o la de su entorno familiar
[...] Que al resolver el presente recurso, debe tenerse presente que: a) Según el
Diccionario de la Lengua Española, la palabra "vacuna" se define como "sustancia
orgánica o virus convenientemente preparado que, aplicado al organismo, hace que éste
reaccione contra él preservándolo de sucesivos contagios". b) Se está recurriendo de
protección a favor de una lactante de 5 meses de edad, por una negativa (omisión) de su
madre, con quien vive y se encuentra bajo su cuidado. c) La Convención de Derechos del
Niño, dispone en su artículo 3º, número 2, que "Los Estados Partes se comprometen a
asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar,
teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras personas
responsables de él ante la ley y, con ese fin tomarán todas las medidas legislativas y
administrativas adecuadas". d) El artículo 24 Nº 1 de la misma Convención, expresa que
"los Estados Partes reconocen el derecho del niño al disfrute del más alto nivel posible de
salud y a los servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la
salud". En el Nº 2 de este mismo artículo señala que se "adoptarán medidas apropiadas
para: a) Reducir la mortalidad infantil y en la niñez"; c)"Combatir las enfermedades y la
malnutrición en el marco de la atención primaria de la salud" [...] Que de lo expuesto en
los fundamentos que preceden, queda de manifiesto que la negativa de la recurrida,
madre de la menor, en vacunarla conforme al calendario de vacunas que ha establecido
el Ministerio de Salud, a través de la Subsecretaría de Salud Pública, ha sido ilegal, esto
es contrario al ordenamiento jurídico, en el caso, al Decreto Exento Nº 6 de 29 publicado
el 19 de abril de 2010 en el Diario Oficial, y arbitrario, por cuanto dicha negativa ha sido
sólo por la voluntad o capricho de la recurrida. Además ha amenazado el legítimo derecho
a la vida de la menor de autos, ya que al no ser vacunada, se encuentra expuesta a
contraer enfermedades inmunoprevenibles que podrían acarrearle discapacidades, e
incluso la muerte" (C. Apelaciones de Concepción, 3 de septiembre de 2012, cons. 2º, 9º,
10º, LegalPublishing: Cl/Jur/1989/2012, Rol Nº 1608-2012). 48. El derecho a la
integridad psíquica de las personas, se vincula con la protección de la honra de
ellas. En este sentido el E Tribunal Constitucional ha declarado: "[Q]ue el respeto y
xcmo.
V. La protección del que está por nacer. En las ocasiones en las que el E Tribunal
xcmo.
relación con la regulación por decreto supremo de la llamada "píldora del día después".
En aquella sentencia se sostuvo que: "Queda claro que, para el Constituyente —y a
diferencia de lo que pueda desprenderse del examen de normas legales determinadas—,
el embrión o el nasciturus es persona desde el momento de la concepción" (Tribunal
Constitucional, 18 de abril de 2008, cons. 54º, Rol Nº 740-07). En la misma línea, la
E Corte Suprema había declarado que el nacimiento no era condición precisa para la
xcma.
existencia natural de las personas, de guisa que no le cabía duda en cuanto a que
el nasciturus quedaba comprendido dentro de tal categoría. Así, por ejemplo, había
explicado: "En efecto, de acuerdo con el artículo 55 del Código, son personas todos los
individuos de la especie humana debiendo entenderse por individuo, conforme con su
acepción natural y obvia, cada ser organizado sea animal o vegetal respecto de la especie
a que pertenece. De este punto de vista dado que la criatura concebida y no nacida
constituye un ser único e independiente, cuya entidad no se confunde con la de sus
progenitores, cabe por tanto entender que queda plenamente comprendido dentro del
concepto que de la persona tiene nuestro legislador civil. Por lo demás, según el propio
tenor literal del artículo 74, el nacimiento determina la existencia legal de la persona, lo
cual se explica en razón de la clase de derechos de que se ocupa nuestro Código Civil,
pero no implica que antes de él aquélla no exista para otros efectos tanto o más
importantes. Ello lo corrobora el artículo 80, el cual sí se refiere a la existencia natural de
la persona al disponer que aquélla termina con la muerte, evidenciando que ésta es
diversa de su existencia legal. Asimismo, nos parece que exigir el nacimiento como
supuesto necesario para adquirir la condición de persona no implica que antes de su
verificación no estemos ya frente a un sujeto humano y, por ende, titular de garantías tan
esenciales como el derecho a la vida. No considerarlo así implicaría que el status de
persona dependería, en definitiva, de la definición que de tal concepto tuviere el legislador
o el propio constituyente y que si hoy se asocia por algunos al hecho del parto, el día de
mañana podría estar vinculado con la viabilidad del recién nacido o cualquier otro criterio
que se estableciere cumpliendo con los requisitos formales para la dictación de la norma"
(C. Suprema, 16 de abril de 2009, cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/7939/2009, Rol
Nº 1882-2008). En su reciente sentencia de 28 de agosto de 2017 ha recordado su
opinión anterior, para apartarse de ella: "[L]a otra sentencia importante es la STC
740/2007. En esta, se discutió la regulación vía decreto supremo de la denominada
píldora del día después. El Tribunal resolvió a raíz de un requerimiento que le presentaron
un grupo de parlamentarios. El Tribunal acogió el requerimiento. En lo que aquí interesa,
sostuvo que el que está por nacer es una persona. En cuanto a sujeto de derecho, por
una parte, cuenta con toda la información genética necesaria para su desarrollo. Por la
otra, es un ser distinto y distinguible completamente de su padre y de su madre. Es un ser
único e irrepetible. El que está por nacer, agregó el Tribunal, tiene dignidad, no puede ser
subsumido en otra entidad y no puede ser manipulado. Y que la protección constitucional
de la persona se inicia desde el momento mismo de la concepción" (Tribunal
Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 21º, Rol Nº 3729 (3751)-17-
Cpt). 50.2. Del nasciturus como objeto jurídico de especial protección, pero no
como persona. El E Tribunal Constitucional en su sentencia de 28 de agosto de 2017
xcmo.
Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º, 8º inciso 2º, 20. Decreto Nº 778,
Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989:
artículo 17. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 11.2. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 1º.
que para que se quede cubierto por la garantía constitucional: "Debe tratarse de
comunicaciones privadas. Éstas son aquellas en que el emitente singulariza al o a los
destinatarios de su comunicación con el evidente propósito de que sólo él o ellos la
reciban (Silva Bascuñán, A; ob.cit., p. 205). El precepto protege aquella forma de
comunicación que dirige el emisor al receptor con el propósito de que únicamente él la
reciba y ambos sepan su contenido; por tanto, se prohíbe a otras personas imponerse de
éste. Las comunicaciones privadas son aquellas que no están abiertas al público (Cea,
José Luis; ob.cit., p. 205). Las comunicaciones privadas son comunicaciones restringidas
entre dos o más personas; no están destinadas al dominio público (Vivanco,
Ángela; Curso de derecho constitucional; tomo 2, Editorial PUC, Santiago, 2006,
p. 364) ... es condición esencial que se trate de comunicaciones que se lleven a cabo por
canales cerrados (Fernández Rodríguez, José; Secreto e intervención de las
comunicaciones en internet; Editorial Thompson Civitas, Madrid, 2004, p. 98 y siguientes).
No es relevante el número de los destinatarios. Pueden ser uno o muchos. En uno y otro
caso, existe inviolabilidad" (Tribunal Constitucional, 11 de septiembre de 2012, cons. 35º,
Rol Nº 2153-11-Ina). Este considerando ha sido asumido en sentencia posterior del
mismo Tribunal (Tribunal Constitucional 31 de enero de 2013, cons. 51º, Rol Nº 2246-
2012-Ina), y desarrollado en otra dictada al cabo de un año: "[L]as comunicaciones
privadas a que se refiere el artículo 19 Nº 5 de la Constitución, son aquellas en que el
emitente singulariza al o a los destinatarios de su comunicación con el evidente propósito
de que sólo él o ellos la reciban. El precepto protege aquella forma de comunicación que
dirige el emisor al receptor con el propósito de que únicamente él la reciba y ambos sepan
su contenido; por tanto, se prohíbe a otras personas imponerse de éste. Las
comunicaciones privadas son aquellas que no están abiertas al público. Las
comunicaciones privadas son comunicaciones restringidas entre dos o más personas; no
están destinadas al dominio público. En este sentido, son comunicaciones no privadas las
que se llevan a efecto por la radio o la televisión. Estas tienen por objeto obtener la
máxima difusión; por lo mismo, no tienen expectativa de secreto. El concepto apunta a
que se trate de comunicaciones que permitan mantener al margen a terceros, sean éstos
un órgano del Estado o un particular. Por lo tanto, es condición esencial que se trate de
comunicaciones que se lleven a cabo por canales cerrados. No es relevante el número de
los destinatarios. Pueden ser uno o muchos. En uno y otro caso, existe inviolabilidad (STC
2246/2012, 2153/2013)" (Tribunal Constitucional, 29 de enero de 2014, cons. 29º, Rol
Nº 2379-13-Ina). Este considerando se ha reproducido en sentencia posterior (Tribunal
Constitucional, 27 de diciembre de 2016, cons. 32º, Rol Nº 2982-16-Ina). 71. La
inviolabilidad de las comunicaciones privadas no está condicionada por su
contenido. En este sentido el E. Tribunal Constitucional declaró que: "El carácter
xcmo
que esta garantía constitucional tiene un amplio campo operativo, que implica que pueda
invocarse en los más variados campos, como el laboral y el propio del matrimonio: "El
concepto apunta a que se trate de comunicaciones que permitan mantener al margen a
terceros, sean éstos un órgano del Estado o un particular. Por ello, este derecho puede
invocarse en distintos ámbitos, como el laboral, en el matrimonio, la cárcel. El derecho a
la inviolabilidad de las comunicaciones no se extiende a los propios sujetos que
intervienen en ellas. La impenetrabilidad, el secreto, la opacidad, es respecto de terceros
ajenos a la misma, de aquellos que no son ni emisores ni receptores. Así, por ejemplo, si
un tercero se entera de una comunicación privada y hace uso indebido de ella, se afecta
el artículo 19 Nº 5º (SCS Rol 2502/2012, 11.05.2012)" (Tribunal Constitucional, 11 de
septiembre de 2012, cons. 35º, Rol Nº 2153-11-Ina). Este considerando ha sido asumido
en sentencias posteriores del mismo Tribunal (Tribunal Constitucional 31 de enero de
2013, cons. 51º, Rol Nº 2246-2012-Ina). 74. De la inviolabilidad de las comunicaciones
privadas y las prohibiciones que implica: interceptar, abrir, registrar. Se ha
destacado por la jurisprudencia constitucional que: "[L]a Constitución establece que la
inviolabilidad impide interceptar, abrir o registrar comunicaciones y documentos privados.
De ahí que aquella comunicación que no necesita interceptarse o abrirse porque es
pública o abierta, no es comunicación privada, que esté protegida por esta garantía. La
Constitución utiliza tres expresiones. Con la primera ("interceptar") se garantiza que no se
suspenda o impida que las comunicaciones emitidas por alguien lleguen a destino. Con la
expresión "abrir" se protege que los documentos o las comunicaciones privadas puedan
ser abiertas por terceros. Finalmente, "registrar" es examinar minuciosamente la
comunicación o los documentos para encontrar algo que pueda estar oculto. A través de
estos tres mecanismos, un tercero, distinto a los involucrados en la comunicación, se
impone de su contenido, atropellando el carácter privado de la misma (Silva Bascuñán, A.;
ob.cit., p. 207) [...]En todo caso, estas tres formas de vulnerar la inviolabilidad deben ser
entendidas en forma amplia, abarcando cualquier acción que implique acceder a
comunicaciones privadas. Así como la Constitución no quiso acotar el tipo de
comunicaciones que protegía, designándolas genéricamente como "toda forma de
comunicación privada", para evitar la obsolescencia ante estos nuevos mecanismos,
tampoco quiso explicitar estas fórmulas de vulneración. Por eso su enumeración abierta.
Consecuente con ello, la interceptación, la apertura o el registro se pueden hacer por
cualquier medio tecnológico idóneo para el medio de comunicación empleado" (Tribunal
Constitucional, 11 de septiembre de 2012, cons. 36º, Rol Nº 2153-11-Ina). Este
considerando ha sido asumido en sentencias posteriores del mismo Tribunal (Tribunal
Constitucional 31 de enero de 2013, cons. 52º, Rol Nº 2246-2012-Ina). 75. No es
exigencia la divulgación del contenido de la comunicación privada para que vulnera
la garantía constitucional. En este sentido se ha advertido por E. Tribunal xcmo
Constitucional que: "La norma no exige que después de interceptar, abrir o registrar, se
revele o difunda aquello a lo cual se accedió ilícitamente" (Tribunal Constitucional, 11 de
septiembre de 2012, cons. 36º, Rol Nº 2153-11-Ina). Este considerando ha sido asumido
en sentencias posteriores del mismo Tribunal (Tribunal Constitucional 31 de enero de
2013, cons. 52º, Rol Nº 2246-2012-Ina). 76. Los correos electrónicos caben en la
categoría de "comunicaciones privadas" y su inviolabilidad está amparada por la
garantía constitucional. La jurisprudencia constitucional ha entendido que del texto del
número 5º del artículo 19 de la Constitución, y de su historia, se desprende
indubitablemente que: "Por la evolución de la norma, por su sentido y por su texto, el
precepto comprende las formas actuales y las futuras de comunicaciones, incluido, por
cierto, el correo electrónico" (Tribunal Constitucional 31 de enero de 2013, cons. 46º, Rol
Nº 2246-2012-Ina). En confirmación de esa jurisprudencia el E. Tribunal Constitucional
xcmo
En consecuencia:
...................
Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 21. Código Procesal Penal: artículos 93,
302, 305. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 14.3 letra g). Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de
San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 8.2 letra g). Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 37.
Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º, 5º inciso 2º, 19 número 11 inciso 4º.
Código Civil: artículos 222 inciso 2º, 224 inciso 1º, 230, 231, 233, 234, 235, 236, 237, 238, 2321. Ley
Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 3º inciso 1º, 27 inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea
Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 16, 22 inciso 1º. Decreto Nº 778, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 18.4. Pacto
internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Decreto Nº 236, Min. Relaciones
Exteriores, D.O. 27.05.1989: artículos 13 y 14. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de
San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 12.4. Convención sobre los Derechos del Niño,
Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, D.O. 27.09.1990: artículos 3º, 9º, 12, 14 y 18. Ley
Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967: artículo 43. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 3º inciso 2º, 24 inciso final, 30 inciso final. Decreto Nº 84, Min.
Relaciones Exteriores, Convención Internacional sobre la Protección de los derechos de los
trabajadores migratorios y de sus familiares, D.O. 8.06.2005, artículo 30.
Constitución dispone que "los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a
sus hijos. Corresponderá al Estado otorgar especial protección al ejercicio de este
derecho" (artículo 19, numeral 10º, inciso tercero, de la Constitución). En general, este
derecho-deber funda la posición preeminente y decisiva de los padres en los procesos
educativos formales, informales y no formales de enseñanza. Como lo ha sostenido este
Tribunal, "en cuanto derecho de los padres, es una facultad de obrar frente a órganos del
Estado, instituciones, grupos y personas que pretendieran dirigir, orientar o llevar a cabo
la educación de sus hijos, que se traduce en la elección del establecimiento de enseñanza
en que tendrá lugar la enseñanza formal y en las acciones educativas que realice el
núcleo familiar en la enseñanza informal de niños y adolescentes. Y en cuanto deber
constitucional se traduce en obligaciones de hacer, las que existen tanto en la enseñanza
formal en que los padres han de colaborar con la acción educativa del establecimiento
que eligieron para sus hijos, como en la enseñanza informal en que no pueden eludir la
responsabilidad educativa que les incumbe" (STC Rol Nº 740, considerando 15º)" (T.
Constitucional, 1 de abril de 2015, Voto por rechazar, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1920/2015, Rol Nº 2787-2015). 85. La educación de los hijos
como deber de los padres. Así se ha explicado que: "En cuanto deber constitucional se
traduce en obligaciones de hacer, las que existen tanto en la enseñanza formal en que los
padres han de colaborar con la acción educativa del establecimiento que eligieron para
sus hijos, como en la enseñanza informal en que no pueden eludir la responsabilidad
educativa que les incumbe" (Tribunal Constitucional, 18 de abril de 2008, cons. 15º, Rol
Nº 740-07). 86. Deber de educar a los hijos y responsabilidad civil de los padres. La
jurisprudencia ha entendido que: "La razón por la cual el artículo 2321 del mismo Código
hace siempre responsables a los padres de los delitos o cuasidelitos cometidos por sus
hijos menores, y que conocidamente provengan de mala educación, o de los hábitos
viciosos que les han dejado adquirir; es, porque ellos tuvieron la opción real de formarlos
apropiadamente y no la aprovecharon, que se les hace responsables de tal descuido"
(C. Suprema, 5 de enero de 2005, cons. 49º, LegalPublishing: Cl/Jur/2532/2005, Rol
Nº 3640-2004).
Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º, 10 inciso 3º, 20. Ley Nº 20.609,
establece medidas contra la discriminación, D.O. 24.07.2012: artículo 2º inciso 3º. Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 28 y 29.
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Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS
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INICIO DE:
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
B. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA
C. CÓDIGO CIVIL
D. LEY Nº 19.253 ESTABLECE NORMAS SOBRE PROTECCIÓN, FOMENTO Y DESARROLLO DE LOS
INDÍGENAS, Y CREA LA CORPORACIÓN NACIONAL DE DESARROLLO INDÍGENA
E. LEY Nº 20.609 ESTABLECE MEDIDAS CONTRA LA DISCRIMINACIÓN
F. LEY Nº 20.120 SOBRE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN EL SER HUMANO, SU GENOMA, Y PROHÍBE
LA CLONACIÓN HUMANA
G. DECRETO Nº 5.142 FIJA EL TEXTO REFUNDIDO DE LAS DISPOSICIONES SOBRE NACIONALIZACIÓN DE
EXTRANJEROS
H. LEY Nº 17.344 AUTORIZA EL CAMBIO DE NOMBRES Y APELLIDOS EN LOS CASOS QUE INDICA.
MODIFICA LEY Nº 4.808, SOBRE REGISTRO CIVIL
I. LEY DE EFECTO RETROACTIVO DE LAS LEYES
J. AUTO ACORDADO QUE REGLAMENTA LA APLICACIÓN DEL RECURSO DE RECLAMACIÓN EN CONTRA
DEL DECRETO QUE DISPONE LA PÉRDIDA DE LA NACIONALIDAD
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INICIO DE:
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
1. PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS ADOPTADO POR LA ASAMBLEA
GENERAL DE LA ONU POR RESOLUCIÓN Nº 2.200 EL 16 DE DICIEMBRE DE 1966 Y SUSCRITO POR CHILE
EN LA MISMA FECHA
2. CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS: "PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA"
3. CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA
MUJER, ADOPTADA POR LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU EL 18 DE DICIEMBRE DE 1979, SUSCRITA
POR CHILE EL 17 DE JULIO DE 1980
4. CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO
5. CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD, ADOPTADA POR LA
ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU EL 13 DE DICIEMBRE DE 2006
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1. Pacto internacional de derechos civiles y políticos adoptado por la asamblea general de la onu por
.............
Artículo 12
Concordancias: Código Civil: artículo 59. Constitución Política de la República: artículo 19 número 7,
inciso 2º, letra a. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas
las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 15.4. Decreto Nº 873, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 22.
.............
Artículo 13
Concordancias: Código Civil: artículos 14, 5, 56, 57. Decreto Ley Nº 1.094, Min. Interior, establece
normas sobre extranjeros en Chile, D.O. 19.07.1975: artículos: 1º, 17, 39, 51 inciso 3º, 67 inciso 4º, 68
inciso 1º, 69 inciso 4º, 71, 72, 74 inciso 2º, 75 inciso 1º, 80 inciso 2º, 82 inciso 3º, 84, 85, 86, 87, 88, 89,
90, 91 inciso 2º número 8. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 22.
.............
Artículo 16
Concordancias: Código Civil: artículo 55. Constitución Política de la República: artículo 1º. Decreto
Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 15.2. Decreto Nº 201, Min. Relaciones
Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad,
D.O. 17.09.2008, artículo 12.
.............
Artículo 24
1. Todo niño tiene derecho, sin discriminación alguna por motivos de raza,
color, sexo, idioma, religión, origen nacional o social, posición económica o
nacimiento, a las medidas de protección que su condición de menor requiere,
tanto por parte de su familia como de la sociedad y del Estado.
Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 2º. Ley Nº 4.808, sobre
Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 31.
Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 9.2. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores,
Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículos 18, 19, 20. Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 7º. Decreto
Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículos 15, 18.
.............
Artículo 26
Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho sin
discriminación a igual protección de la ley. A este respecto, la ley prohibirá toda
discriminación y garantizará a todas las personas protección igual y efectiva
contra cualquier discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma,
religión, opiniones políticas o de cualquier índole, origen nacional o social,
posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.
Concordancias: Código Civil: artículos 55, 57. Constitución Política de la República: artículos 1º, 19
número 2º y 3º. Ley Nº 20.430, establece disposiciones sobre protección de refugiados,
D.O. 15.04.2010: artículo 8º. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 15. Decreto
Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 1º.
Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de
las Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 15.
Artículo 27
.............
.............
Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º, 19. Código Civil: artículos 55, 57.
Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y políticos,
D.O. 29.04.1989: artículo 26. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones
Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 15.
.............
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 31. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de
derechos civiles y políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 24.2. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 7º y 8º. Decreto Nº 201, Min.
Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 18.
Artículo 19. Derechos del Niño
Concordancias: Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y
políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 24.1.
Concordancias: Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y
políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 24.3. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre
los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 7º y 8º. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores,
Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad,
D.O. 17.09.2008, artículo 18.
.............
5. Nadie puede ser expulsado del territorio del Estado del cual es nacional, ni
ser privado del derecho a ingresar en el mismo.
Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 7, inciso 2º, letra a. Ley
Nº 20.430, establece disposiciones sobre protección de refugiados, D.O. 15.04.2010. Decreto Ley
Nº 1.094, Min. Interior, establece normas sobre extranjeros en Chile, D.O. 19.07.1975: artículos: 1º, 17,
39, 51 inciso 3º, 67 inciso 4º, 68 inciso 1º, 69 inciso 4º, 71, 72, 74 inciso 2º, 75 inciso 1º, 80 inciso 2º, 82
inciso 3º, 84, 85, 86, 87, 88, 89, 90, 91 inciso 2º número 8. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores,
Pacto internacional de derechos civiles y políticos, D.O. 29.04.1989: artículos 12, 13. Decreto Nº 789,
Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 15.4.
.............
.............
Artículo 9º
1. Los Estados Partes otorgarán a las mujeres iguales derechos que a los
hombres para adquirir, cambiar o conservar su nacionalidad. Garantizarán en
particular, que ni el matrimonio con un extranjero ni el cambio de nacionalidad
del marido durante el matrimonio cambien automáticamente la nacionalidad de
la esposa, la conviertan en apátrida o la obliguen a adoptar la nacionalidad del
cónyuge.
Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 10 número 2º. Decreto Nº 873, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículos 18, 20. Decreto
Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo
7º.
.............
Artículo 15
Concordancias: Código Civil: artículo 133. Constitución Política de las República: artículos 1º inciso 1º,
19 número 2º. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y
políticos, D.O. 29.04.1989: artículos 12, 16, 26. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de
San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículos 1º, 22. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores,
Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad,
D.O. 17.09.2008, artículo 15.
.............
.............
Artículo 7º
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 28, 31. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional
de derechos civiles y políticos, D.O. 29.04.1989: artículos 18, 24. Decreto Nº 873, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículos 18, 20. Decreto Nº 201, Min.
Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 18.
Artículo 8º
Concordancias: Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y
políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 24. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José
de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículos 18, 20.
5. CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON
DISCAPACIDAD, ADOPTADA POR LA ASAMBLEA GENERAL DE LA
ONU EL 13 DE DICIEMBRE DE 2006
.............
Artículo 5º
Igualdad y no discriminación
1. Los Estados Partes reconocen que todas las personas son iguales ante la
ley y en virtud de ella y que tienen derecho a igual protección legal y a
beneficiarse de la ley en igual medida sin discriminación alguna.
Concordancias: Código Civil: artículos 55, 57. Constitución Política de la República: artículos 1º, 19
número 2º y 3º. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y
políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 26. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre
la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 15.
Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo
1º.
.............
Artículo 12
Igual reconocimiento como persona ante la ley
1. Los Estados Partes reafirman que las personas con discapacidad tienen
derecho en todas partes al reconocimiento de su personalidad jurídica.
Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 1º, 19 número 1º, 2º, 3º. Ley Nº 19.968,
crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 92 número 8º. Decreto Nº 778, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y políticos, D.O. 29.04.1989: artículos 16, 26.
.............
Artículo 18
Libertad de desplazamiento y nacionalidad
Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 7, inciso 2º, letra a. Decreto
Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y políticos, D.O. 29.04.1989:
artículos 12, 13, 24.3. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica,
D.O. 5.01.1990: artículos 20, 22. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 7º, 8º.
Artículo 19
Derecho a vivir de forma independiente y
a ser incluido en la comunidad
.............
2º. Los hijos de padre o madre chilenos, nacidos en territorio extranjero. Con
todo, se requerirá que alguno de sus ascendientes en línea recta de primer o
segundo grado, haya adquirido la nacionalidad chilena en virtud de lo
establecido en los números 1º, 3º ó 4º;
Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 55, 56. Constitución Política de la República: artículos 13
inciso 2º y 14 inciso 2º. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 9.2.
: 94. La aplicación de esta regla exige que el recurrente sea chileno. Esta
Jurisprudencia
conclusión, de toda lógica, ha sido expresada por la jurisprudencia en los siguientes
términos: "Como se advierte del claro tenor de la referida disposición, para que pueda
impetrarse dicha acción, es menester que exista por parte de la autoridad administrativa
una conducta positiva o negativa que importe despojar, desposeer, quitar, negar o ignorar
que una determinada persona tiene la nacionalidad chilena, razón por la cual es
imprescindible que en esta clase de asuntos el peticionario sea chileno, sin lugar a dudas"
(C. Suprema, 16 de julio de 2002, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/327/2002, Rol
Nº 2680-2001).
Artículo 13. Son ciudadanos los chilenos que hayan cumplido dieciocho
años de edad y que no hayan sido condenados a pena aflictiva.
La calidad de ciudadano otorga los derechos de sufragio, de optar a cargos
de elección popular y los demás que la Constitución o la ley confieran.
Los ciudadanos con derecho a sufragio que se encuentren fuera del país
podrán sufragar desde el extranjero en las elecciones primarias presidenciales,
en las elecciones de Presidente de la República y en los plebiscitos nacionales.
Una ley orgánica constitucional establecerá el procedimiento para materializar
la inscripción en el registro electoral y regulará la manera en que se realizarán
los procesos electorales y plebiscitarios en el extranjero, en conformidad con lo
dispuesto en los incisos primero y segundo del artículo 18. 110
Concordancias: Código Civil: artículo 26. Constitución Política de la República: artículos 10 número 2º
y 4º, 14 inciso 1º.
Artículo 14. Los extranjeros avecindados en Chile por más de cinco años, y
que cumplan con los requisitos señalados en el inciso primero del
artículo 13, podrán ejercer el derecho de sufragio en los casos y formas que
determine la ley.
2º. Por hallarse la persona acusada por delito que merezca pena aflictiva o
por delito que la ley califique como conducta terrorista, y
3º. Por condena por delitos que la ley califique como conducta terrorista y los
relativos al tráfico de estupefacientes y que hubieren merecido, además, pena
aflictiva.
...........
...........
..........
..........
..........
........
C. CÓDIGO CIVIL
A) TÍTULO PRELIMINAR
3. Efectos de la ley
.................
Concordancias: Código Civil: artículos 6º, 16, 56, 57. Constitución Política de la República: artículo 19
número 22 inciso 1º, 22 inciso 1º. Código Penal: artículo 5º. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 3º. Código Orgánico de Tribunales: artículo 5º inciso 1º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,
D.O. 17.05.2004: artículo 81. Ley Nº 20.430, establece disposiciones sobre protección de refugiados,
D.O. 15.04.2010: artículo 14.
Concordancias: Código Civil: artículos 28, 31, 56, 59, 955 inciso final. Código de Comercio: artículo
113. Código Orgánico de Tribunales: artículo 5º. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 3º,
36, 181, 182. Ley. Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 81, 82. Decreto Nº 23,
Min. de Relaciones Exteriores, Convención sobre la obtención de alimentos en el
extranjero, D.O. 23.01.1961: artículo 6.3.
99. Si un cónyuge reside en Chile puede demandar en Chile la declaración
Jurisprudencia:
de divorcio de su cónyuge que reside en el extranjero. Sobre la base de las reglas
contenidas en este artículo y en el 81 de la Ley de Matrimonio Civil, se ha declarado: "Que
tratándose como sucede en el caso sub lite de un matrimonio celebrado en Chile, éste
debe disolverse con arreglo a la ley chilena, no pudiendo, impedirse o limitarse el
derecho, del cónyuge con residencia en el territorio nacional, a impetrar la
correspondiente acción de nulidad o divorcio ante los tribunales de familia, por la
circunstancia que el otro no tenga domicilio en el país, debiendo procederse, tal como se
solicita en el libelo, a la notificación de la demanda mediante exhorto
internacional". (C. Suprema, 7 de junio de 2010, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/16797/2010, Rol Nº 1967-2010). En el mismo sentido ya se
habían pronunciado algunos tribunales de alzada (C. de Apelaciones de Santiago, 18 de
marzo de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/1854/2008, Rol Nº 363-2008; C. Apelaciones de
Valparaíso, 29 de marzo de 2010, Cl/Jur/1968/2010, Rol Nº 101-
2010). 100. Corresponde a los tribunales de familia chilenos, conocer de la
demanda de divorcio respecto de un matrimonio celebrado en Chile, por una
chilena y un extranjero que actualmente están domiciliados fuera del país. En ese
sentido se ha declarado que: "[E]l artículo 15 del Código Civil prescribe: 'A las leyes
patrias que reglan las obligaciones y derechos civiles permanecerán sujetos los chilenos,
no obstante su residencia o domicilio en país extranjero'. De lo expuesto se desprende
que los chilenos están sujetos a la ley personal chilena cuando residen o se domicilian en
el extranjero en cuanto a la constitución y término del estado de las personas [...] Que, en
consecuencia, doña [...] aún cuando resida o esté domiciliada en Gran Bretaña sí que
queda afecta a la ley chilena en todo lo relativo a su estado civil y a las obligaciones y
derechos que nacen de las relaciones de familia, respecto de su cónyuge y parientes
chilenos [...] Que, por lo expuesto, no cabe duda que son los Tribunales Chilenos, y
especialmente los Juzgados de Familia de Chile los llamados a conocer de las acciones
tendientes a poner término a este matrimonio [...] Que, en estas condiciones, versando la
demanda presentada en autos sobre aquellas materias que están asignadas a los
tribunales de Familia, la norma contenida en el artículo 87 de la Ley Nº 19.947 en cuanto
dispone que es competente el tribunal del domicilio del demandado, es una regla de
competencia relativa, que pretende precisar a cual tribunal de familia le corresponde
conocer la acción" (C. Apelaciones de La Serena, 10 de septiembre de 2010, cons. 5º a
8º, LegalPublishing: Cl/Jur/7029/2010, Rol Nº 179-2010).
.............
Por el contrario, las palabras mujer, niña, viuda y otras semejantes, que
designan el sexo femenino, no se aplicarán al otro sexo, a menos que
expresamente las extienda la ley a él.
Concordancias: Código Civil: artículos 20, 500, 723 inciso 2º, 1447, 2319. Ley Nº 19.221, sobre
mayoría de edad, D.O. 1.06.1993: artículo 1º. Ley Nº 19.828, crea el Servicio Nacional del Adulto
Mayor,D.O. 27.09.2002: artículo 1º inciso 1º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 16 inciso 3º. Ley Nº 20.084, Establece un sistema de responsabilidad
de los adolescentes por infracción a la ley penal, D.O. 7.12.2005: artículo 3º. Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 1º.
.............
Concordancias: Código Civil: artículos 20, 102. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O. 21.04.2015: artículo 4º.
.................
Artículo 42. En los casos en que la ley dispone que se oiga a los parientes
de una persona, se entenderán comprendidos en esa denominación el
cónyuge de ésta y sus consanguíneos de uno y otro sexo, mayores de edad. A
falta de consanguíneos en suficiente número serán oídos los afines.
Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 227 inciso 1º, 363. Código de Procedimiento Civil:
artículos 689 y 839. Código Sanitario: artículo 148. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 7º inciso 2º, y 14. Ley Nº 20.584, regula los derechos y deberes de
las personas en relación con acciones vinculadas a su atención de salud,D.O. 24.04.2012: artículo 16
inciso 5º.Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º. Decreto
Nº 31, Min. Salud, Aprueba Reglamento sobre entrega de información y expresión de consentimiento
informado en las atenciones de salud, D.O. 26.11.2012: artículo 13 inciso 3º.
Concordancias: Código Civil: artículos 545 a 564. Código del Trabajo: artículo 4º.
Concordancias: Código Civil: artículos 20, 25, 57, 74, 982, 997, 1387, 1389, 1446, 1795. Constitución
Política de la República: artículos 1º, 10, 19 Nº 2. Código Tributario: artículo 8º Nº 7. Ley Nº 20.120,
sobre investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe la clonación humana,
D.O. 22.09.2006, artículo 4º Ley Nº 20.609, Establece medidas contra la discriminación,
D.O. 24.07.2012. Ley Nº 21.091, sobre educación superior, D.O. 29.05.2018: artículo 1 inciso
1º.Decreto Ley Nº 1.094, Min. Interior, Establece normas sobre extranjeros en Chile, D.O. 19.07.1975.
Tratado celebrado entre Chile y Gran Bretaña sobre abolir el tráfico de esclavos, Boletín de Leyes y
Decretos del Gobierno 01.09.1842. Decreto Nº 530, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
Derechos Políticos de la Mujer, D.O. 30.09.1967, artículos 1º, 2º y 3º. Decreto Nº 747, Min. Relaciones
Exteriores, Convención Internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial,
D.O. 12.11.1971: artículos 1º, 2º, 3º, 5º. Decreto Nº 764, Min. Relaciones Exteriores, Convención
relativa a la lucha contra las discriminaciones en materia de enseñanza, D.O. 30.11.1971. Decreto Ley
Nº 871, aprueba Convención Interamericana sobre concesión de Derechos Políticos a la Mujer,
D.O. 28.01.1975. Decreto Ley Nº 872, aprueba Convención Interamericana sobre concesión de
Derechos Civiles a la Mujer, D.O. 28.01.1975. Decreto Nº 326, Min. Relaciones Exteriores, Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, D.O. 28.04.1989: artículos 2º, 3º, 7º y 26.
Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
D.O. 29.04.1989: artículos 2º, 3º, 8º, 14, y 16. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989. Decreto
Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
D.O. 29.04.1989: artículos 2º, 3º, 8º y 16. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San
José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículos 1º, 3º, 6º Nº 1. DecretoNº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 2º. Decreto Nº 1.097,
Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la Esclavitud, D.O. 7.11.1995. Decreto Nº 99, Min.
Relaciones Exteriores, Convención Interamericana para la eliminación de todas las formas de
discriminación contra las personas con discapacidad, D.O. 20.06.2002. Decreto Nº 84, Min. Relaciones
Exteriores, Convención Internacional sobre la Protección de los derechos de los trabajadores
migratorios y de sus familiares, D.O. 8.06.2005, artículos 7º y 11. Decreto Nº 201, Min. Relaciones
Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad,
D.O. 17.09.2008.
había declarado que: "Si entendemos que la fertilización es, como es, un proceso
continuo que no resulta separable en etapas o momentos, debemos concluir que el óvulo
fecundado o embrión es ya un individuo de la especie humana y como tal, digno de
protección constitucional y legal para alcanzar su pleno desarrollo hasta que el nacimiento
se produzca, conforme a lo que dispone el artículo 74 del mismo cuerpo legal"
(C. Suprema, 30 de agosto de 2001, cons. 18º, LegalPublishing: Cl/ Jur/4304/2001, Rol
Nº 2186-2001). Esta opinión, que mantuvo la E Corte Suprema en sentencias
xcma.
posteriores, descansaba también en la lectura de las reglas del Código Civil, de las que se
deducía la centralidad de la distinción entre "existencia natural" de las personas y
"existencia legal" de ellas. Sobre tal base, además de otros fundamentos, la E Corte xcma.
Suprema había declarado que el nacimiento no era condición precisa para la existencia
natural de las personas, de guisa que no le cabía duda en cuanto a que
el nasciturus quedaba comprendido dentro de tal categoría. Había explicado: "En efecto,
de acuerdo con el artículo 55 del Código, son personas todos los individuos de la especie
humana debiendo entenderse por individuo, conforme con su acepción natural y obvia,
cada ser organizado sea animal o vegetal respecto de la especie a que pertenece. De
este punto de vista dado que la criatura concebida y no nacida constituye un ser único e
independiente, cuya entidad no se confunde con la de sus progenitores, cabe por tanto
entender que queda plenamente comprendido dentro del concepto que de la persona
tiene nuestro legislador civil. Por lo demás, según el propio tenor literal del artículo 74, el
nacimiento determina la existencia legal de la persona, lo cual se explica en razón de la
clase de derechos de que se ocupa nuestro Código Civil, pero no implica que antes de él
aquélla no exista para otros efectos tanto o más importantes. Ello lo corrobora el artículo
80, el cual sí se refiere a la existencia natural de la persona al disponer que aquélla
termina con la muerte, evidenciando que ésta es diversa de su existencia legal. Asimismo,
nos parece que exigir el nacimiento como supuesto necesario para adquirir la condición
de persona no implica que antes de su verificación no estemos ya frente a un sujeto
humano y, por ende, titular de garantías tan esenciales como el derecho a la vida. No
considerarlo así implicaría que el status de persona dependería, en definitiva, de la
definición que de tal concepto tuviere el legislador o el propio constituyente y que si hoy
se asocia por algunos al hecho del parto, el día de mañana podría estar vinculado con la
viabilidad del recién nacido o cualquier otro criterio que se estableciere cumpliendo con
los requisitos formales para la dictación de la norma" (C. Suprema, 16 de abril de 2009,
cons. 13º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7939/2009, Rol Nº 1882-2008). En su reciente
sentencia de 28 de agosto de 2017 el E Tribunal Constitucional ha recordado su opinión
xcmo.
anterior, para apartarse de ella: "[L]a otra sentencia importante es la STC 740/2007. En
ésta, se discutió la regulación vía decreto supremo de la denominada píldora del día
después. El Tribunal resolvió a raíz de un requerimiento que le presentaron un grupo de
parlamentarios. El Tribunal acogió el requerimiento. En lo que aquí interesa, sostuvo que
el que está por nacer es una persona. En cuanto a sujeto de derecho, por una parte,
cuenta con toda la información genética necesaria para su desarrollo. Por la otra, es un
ser distinto y distinguible completamente de su padre y de su madre. Es un ser único e
irrepetible. El que está por nacer, agregó el Tribunal, tiene dignidad, no puede ser
subsumido en otra entidad y no puede ser manipulado. Y que la protección constitucional
de la persona se inicia desde el momento mismo de la concepción" (Tribunal
Constitucional, 28 de agosto de 2017, cons. 21º, Rol Nº 3729 (3751)-17-
Cpt). 103.2. Del nasciturus como objeto jurídico de especial protección, pero no
como persona. El E Tribunal Constitucional en su sentencia de 28 de agosto de 2017
xcmo.
inconstitucionalidad respecto del Decreto Supremo Nº 776, del Ministerio del Interior y
Seguridad Pública, que Establece Visto Consular de Turismo a Nacionales de Haití,
publicado en el Diario Oficial de 17 de abril de 2018, ha reconocido que, a pesar de que
pueda apreciarse, en ciertas referencias del ordemiento jurídico, a la nacionalidad como
una "categoría sospechosa", lo cierto es que se mantiene la división entre chilenos y
extranjeros, y que de ella pueden derivarse consecuencias lícitas: "[I]ndependientemente
de que se perciban las alusiones a la nacionalidad como una "categoría sospechosa", en
el ordenamiento positivo no ha desaparecido el estrato jurídico de los "extranjeros" ni las
consecuencias lícitas que se derivan de ello. Las personas, dice el Código Civil,
"divídense en chilenos y extranjeros" (artículo 55)" (Tribunal constitucional, 19-VII-2018,
cons. 15º, Rol Nº 4757-18-Cds). 105. De la división entre chilenos y extranjeros es
posible derivar consecuencias lícitas, entre ellas, las de fijar un estatuto para su
ingreso al país. En este sentido se ha pronunciado el E. Tribunal Constitucional: "en el
xcmo
Constitucional ha precisado que, del hecho de que sea posible al estado fijar estatutos en
relación con el ingreso de extranjerosal país y su permanencia en él, ello en ningún caso
puede entenderse como la permisión del ejercicio de sus potestades arbitrariamente: "[L]o
dicho, no puede interpretarse en el sentido de que el Estado chileno —al dictar sus leyes
o decretos— pueda comportarse "arbitrariamente" con los extranjeros. El que se le
conceda un espacio de discrecionalidad para regular el ingreso, estadía y permanencia de
los extranjeros en el país, en ejercicio de la soberanía, tal como apuntan acá los
diputados requirentes, no significa que las autoridades de caso queden investidas de un
poder que, por libérrimo, pueda llegar al extremo de abolir principios tan caros al orden
institucional como son los de racionalidad e imparcialidad, antes explicados. Nada más
consecuente con el Derecho Público chileno que entender la proscripción de la
arbitrariedad —formulada además en la prohibición de que "Ni la ley ni autoridad alguna
podrán establecer diferencias arbitrarias"— como parte integrante de las Bases de la
Institucionalidad" (Tribunal constitucional, 19-VII-2018, cons. 16º, Rol Nº 4757-18-Cds).
En este sentido, la jurisprudencia constitucional se sitúa en la línea del pensamiento que
Bello había defendido tempranamente en sus Principios de derecho de gentes (Primera
parte, cap. 5, § 7), en los que había sostenido que razones económicas y políticas
mostraban la inconveniencia de la distinción entre nacionales y extranjeros. Pero, admitía
que el reconocimiento de la autonomía y libertad de los estados justificaba que pudieran
fijar reglas particulares respecto de los extranjeros. Sin embargo, esta era una potestad
que debía ejercerse en términos de justicia, y sin que implicara desconocer la protección
que les era debida, incluso frente a los naturales: "Pero estas reglas deben ser conocidas
de todos y no es lícito alterarlas caprichosamente; o en caso de hacerse en ellas alguna
novedad que empeore la condicion de los estranjeros, dicta la justicia que se conceda un
plazo razonable a los que no quieran conformarse con el nuevo orden, para que se
trasladen con sus bienes a otra parte. La salida de los estranjeros debe ser enteramente
libre, si no es que momentáneamente la impida alguna importante razon de estado, v. gr.
en el caso de temerse que fuesen a dar a los enemigos noticias de que resultase
peligroso. En fin, es obligacion del soberano que les da acojida atender a su seguridad,
haciéndoles justicia en sus pleitos, y protejiéndolos aun en contra de los naturales,
demasiado dispuestos a maltratarlos y vejarlos, particularmente en países de atrasada
civilización y cultura".
Concordancias: Código Civil: artículos 14 y 57. Constitución Política de la República: artículo 10.
Código de Derecho Internacional Privado: artículos 9º y 10. Decreto Ley Nº 1.094, Min. Interior,
Establece normas sobre extranjeros en Chile, D.O. 19.07.1975.
Concordancias: Código Civil: artículos 14, 55, 56, 997, 998. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 1º. Ley Nº 5.922, prohíbe adquirir el dominio u otros derechos reales de bienes raíces en
departamentos que determine el Presidente de la República, a los nacionales de países en que rija una
prohibición análoga respecto de los chilenos, D.O. 10.10.1936: artículos 1º, 2º y 3º. Decreto Ley
Nº 1.094, Min. Interior, establece normas sobre extranjeros en Chile, D.O. 19.07.1975. Decreto Ley
Nº 1.939, sobre Adquisición, administración y disposición de bienes del Estado, D.O. 10.11.1977:
artículos 7º y siguientes. Decreto Nº 5.142, Fija el texto refundido de las disposiciones sobre
nacionalización de extranjeros, D.O. 30.05.2000: artículo 11, inciso 2º. Ley Nº 20.430, establece
disposiciones sobre protección de refugiados, D.O. 15.04.2010: artículo 13. Ley Nº 20.609, establece
medidas contra la discriminación, D.O. 24.07.2012: artículo 2º incisos 1º y 2º.
a que la ley no ha definido lo que debe entenderse por extranjero transeúnte, el intérprete
debe recurrir a la regla de hermenéutica legal contenida en el artículo 20 del Código Civil;
conforme a la cual, las palabras de la ley se deben entender en su sentido natural y obvio,
según el uso general de las mismas. Al respecto, el Diccionario de la Real Academia da a
la palabra transeúnte, el significado de quien transita o pasa por un lugar, que está de
paso, que no reside sino transitoriamente en un sitio, que es de duración limitada,
transitorio. En consecuencia, como correctamente lo sostiene el señor Fiscal en su
informe de fojas 13, tienen dicha calidad los turistas y quienes deben venir a Chile a
cumplir una breve misión para retornar inmediatamente y, por lo mismo, la calidad de
transeúnte la da el ánimo o intención de no permanecer en Chile, de no fijar aquí un
domicilio, sino de tener una breve residencia" (C. Suprema, 27 de noviembre de 2000,
cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2471/2000, Rol Nº 3354-2000). En la misma dirección se
ha declarado, en relación con la calidad de extranjero transeúnte, que se trata de una
calificación: "[Q]ue por no estar definida en la ley obliga a entenderla, con arreglo a lo
dispuesto por el artículo 20 del Código Civil, en su sentido natural y obvio. Sobre el
particular, el Diccionario de la Real Academia atribuye al término transeúnte el significado
de "el que transita o pasa por un lugar, que está de paso, que no reside sino
transitoriamente en un sitio" (C. Suprema, 28 de diciembre de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5343/2009, Rol Nº 6073-2009). Este considerando se ha
reiterado literalmente en sentencias posteriores (C. Suprema, 19 de mayo de 2014, cons.
5º, LegalPublishing: Cl/Jur/2521/2014, Rol Nº 4727-2014). Sobre la base de este
entendimiento de la expresión 'extranjero transeúnte', la E Corte Suprema ha concluido:
xcma.
Concordancias: Código Civil: artículos 15 inciso 1º, 60, 61, 68, 109, 200, 310, 896, 955, 1587, 1588,
1589, 2010. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 10 y 11. Código del Trabajo: artículo 10
inciso 3º.
dentro de los datos de carácter personal encontramos, entre otros, el nombre, edad, sexo,
estado civil, profesión, RUT, cuenta corriente, domicilio y teléfono; por lo que sin duda la
dirección de una persona es un aspecto que claramente se encuentra dentro del marco
establecido por la referida ley y constituye un dato de carácter personal. En razón de esto
su divulgación y tratamiento únicamente puede ser efectuada cuando el titular consienta
en ello o la ley lo autorice, lo que sin duda no ha ocurrido en este caso. Noveno: Que al
haber la recurrida publicado en su página de Facebook en la que se pone a disposición de
terceros información personal de la recurrente sin su consentimiento, ha realizado una
actuación ilegal y arbitraria que contraviene la Ley Nº 19.628 y, en consecuencia,
conculca el derecho constitucional de la recurrente previsto en el artículo 19 numeral 4º de
la Constitución Política de la República, al afectar la protección que se le debe a su vida
privada y su honra" (C. Suprema, 11 de abril de 2017, cons. 8º y 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1658/2017, Rol Nº 95019-2016).
Concordancias: Código Civil: artículos 59 inciso 2º, 1016 inciso 1º. Código de Derecho Internacional
Privado: artículos 10, 11, 22 al 26.
Concordancias: Código Civil: artículos 59 inciso 2º, 62, 65, 68, 1588 y 1589. Código de Procedimiento
Civil: artículo 170 Nº 1. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 10 y 11.
Concordancias: Código Civil: artículos 61, 63, 1016 inciso 1º. Constitución Política de la República:
artículos 13 inciso 3º, 14. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 10 y 11.
Concordancias: Código Civil: artículos 47, 59 inciso 2º, 61, 64. Código de Derecho Internacional
Privado: artículos 10 y 11.
Concordancias: Código Civil: artículos 47, 63. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 10 y
11.
Concordancias: Código Civil: artículos 59 inciso 2º, 61. Código Penal: artículo 21. Código de Derecho
Internacional Privado: artículos 10, 11 y 25.
Concordancias: Código Civil: artículo 59. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 10 y 11.
estiman que la pluralidad de domicilios, admitida por este artículo 67, es aplicable a las
personas jurídicas: "[E] l profesor Antonio Vodanovic H., en su libro Manual de Derecho
Civil, Parte Preliminar y General (Editorial Jurídica ConoSur Ltda.), ha señalado que 'el
Código Civil no se ocupa del domicilio de las personas jurídicas. Pero se ha estimado que
el artículo 67 de este cuerpo de leyes, sobre pluralidad de domicilios, es aplicable a las
personas jurídicas, especialmente, si tiene agencias o sucursales. Por tanto, si concurren
en varias secciones territoriales circunstancias constitutivas de domicilio civil, se
entenderá que en todas ellas lo tiene'" (C. Suprema, 5 de octubre de 2012, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2229/2012, Rol Nº 4308-2010). Con recurso a la opinión de otros
autores, el mismo tribunal había seguido con anterioridad igual criterio: "Los especialistas
en el tema "personas jurídicas", señalan que al igual que la persona física, la persona
jurídica debe ser necesariamente localizada en un lugar determinado. En este sentido, las
normas que determinan el domicilio de las personas físicas (arts. 59 al 73 del Código
Civil) resultan igualmente útiles, "aunque requieren de cierta adaptación, pues sólo fueron
pensadas para serle aplicadas al hombre de carne y hueso". (Alberto Lyon
Puelma, Personas Jurídicas, Ediciones U. Católica de Chile, 2003, pág. 56) Precisa este
autor que la sede estatutaria de la persona jurídica no fija el domicilio legal de la misma
sino en cuanto corresponde realmente a su sede efectiva. El haber domiciliado a la
sociedad en un lugar distinto a la sede fijada en los estatutos constituye más bien una
violación o transgresión de éstos, de lo cual podrían ser responsabilizados los
administradores. "Todo lo cual conduce a concluir, entonces, que las normas de los
artículos 59 y siguientes del Código Civil son íntegramente aplicables a las personas
jurídicas con total independencia de cual sea su sede estatutaria". (Lyon Puelma, op. cit.,
pág. 57). A propósito del domicilio de las personas jurídicas, Alessandri Rodríguez y
Somarriva Undurraga apuntan que el domicilio de las personas jurídicas es el que señalan
sus estatutos. Si éstos nada dicen, se entiende que es el asiento principal, esto es, el
lugar donde se halle la sede principal de los negocios o intereses; como nuestra
legislación admite la pluralidad de domicilio, es indudable que las personas jurídicas
pueden tener varios, constituidos por sucursales o agencias que posean los caracteres de
domicilio. (Derecho Civil, Parte General, T. II, Quinta Edición, 1990, pág. 572). Luis Claro
Solar opina que las corporaciones, por el propio fin que persiguen, pueden tener sólo una
sede o casa social, y tendrán su domicilio en ese mismo lugar, pero bien pueden extender
su acción a otros lugares, disponiendo en ellos otros establecimientos o sucursales o
agencias; "y si estas nuevas casas reúnen las condiciones de permanencia características
del domicilio, podrán adquirir domicilio en esos lugares para los negocios que en ellas
traten". (Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado, T. V, pág. 533). Por su
parte Antonio Vodanovic indica que "Se ha estimado que la disposición del Código Civil
(art. 67) sobre pluralidad de domicilios es aplicable a las personas jurídicas,
especialmente si tienen agencias o sucursales. Por tanto, si concurren en varias
secciones territoriales circunstancias constitutivas de domicilio civil, se entenderá que en
todas ellas lo tiene". (Manual de Derecho Civil. Tomo I Parte Preliminar y General,
pág. 176)" (C. Suprema, 13 de agosto de 2009, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1036/2009, Rol Nº 785-2008). En igual sentido se pueden leer
fallos anteriores que, con ligeras variantes, reproducen la opinión de los autores citados
(C. Suprema, 11 de noviembre de 2008, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/4033/2008,
Rol Nº 5096-2007; C. Suprema, 18 de octubre de 2006, cons. 13º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8272/2006, Rol Nº 2371-2004). 118. De la pluralidad de
domicilios como situación de excepción. En este sentido la E Corte Suprema ha
xcma.
advertido que: "[D]ebe tenerse en cuenta que si bien el artículo 67 del Código Civil
reconoce la pluralidad de domicilio, es a condición de que en las diversas secciones
territoriales concurran, con respecto a la persona, todas las circunstancias que sirven para
determinar el domicilio civil, las que por tratarse de una regla de excepción deben
probarse por la parte que las invoque" (C. Suprema, 5 de noviembre de 2014, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/8084/2014, Rol Nº 11363-2014). 119. De cuándo se presenta la
pluralidad de domicilios. La E Corte Suprema ha precisado que: "Una persona puede
xcma.
Artículo 68. La mera residencia hará las veces de domicilio civil respecto de
las personas que no tuvieren domicilio civil en otra parte.
Concordancias: Código Civil: artículos 59 inciso 2º, 61. Código de Derecho Internacional Privado:
artículos 10, 11 y 26.
Concordancias: Código Civil: artículos 59 inciso 2º, 61, 1438, 1545, 2350 inciso 1º. Código de
Derecho Internacional Privado: artículos 10, 11 y 25. Código Orgánico de Tribunales: artículo 135.
Concordancias: Código Civil: artículos 4º, 965 inciso final, 1056 inciso final. Código de Derecho
Internacional Privado: artículos 10, 11 y 25.
3. Del domicilio en cuanto depende de la condición o estado civil de la persona
Artículo 71. Derogado.115
Artículo 72. El que vive bajo patria potestad sigue el domicilio paterno o
materno, según el caso, y el que se halla bajo tutela o curaduría, el de su tutor
o curador.116
Concordancias: Código Civil: artículos 244 y 338. Código de Derecho Internacional Privado: artículo
24.
Artículo 74. La existencia legal de toda persona principia al nacer, esto es,
al separarse completamente de su madre.
Concordancias: Código Civil: artículos 54, 55, 77, 549 inciso final, 962, 2051 inciso 1º. Constitución
Política de la República: artículos 5º inciso 2º, 19 Nº 1 inciso 2º. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 28, 49. D.F.L.
Nº 2.128, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento Orgánico del Servicio de Registro
Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 116. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 28. Decreto
Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención de los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990,
preámbulo: artículos 1º, 6º Nº 1. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de
Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 4º Nº 1; Ley Nº 20.120, Sobre investigación científica en el ser
humano, su genoma y prohíbe la clonación humana, D.O. 22.09.2006: artículo 1º.
relación con la que los tribunales ordinarios de justicia habían mantenido hasta ahora, y
que descansaba en la lectura de las reglas del Código Civil, de las que se deducía la
centralidad de la distinción entre "existencia natural" de las personas y "existencia legal"
de ellas. Sobre tal base, además de otros fundamentos, la E Corte Suprema había
xcma.
declarado que el nacimiento no era condición precisa para la existencia natural de las
personas, de guisa que no le cabía duda en cuanto a que el nasciturus quedaba
comprendido dentro de tal categoría. Así, por ejemplo, había explicado: "En efecto, de
acuerdo con el artículo 55 del Código, son personas todos los individuos de la especie
humana debiendo entenderse por individuo, conforme con su acepción natural y obvia,
cada ser organizado sea animal o vegetal respecto de la especie a que pertenece. De
este punto de vista dado que la criatura concebida y no nacida constituye un ser único e
independiente, cuya entidad no se confunde con la de sus progenitores, cabe por tanto
entender que queda plenamente comprendido dentro del concepto que de la persona
tiene nuestro legislador civil. Por lo demás, según el propio tenor literal del art. 74, el
nacimiento determina la existencia legal de la persona, lo cual se explica en razón de la
clase de derechos de que se ocupa nuestro Código Civil, pero no implica que antes de él
aquélla no exista para otros efectos tanto o más importantes. Ello lo corrobora el artículo
80, el cual sí se refiere a la existencia natural de la persona al disponer que aquélla
termina con la muerte, evidenciando que ésta es diversa de su existencia legal. Asimismo,
nos parece qué exigir el nacimiento como supuesto necesario para adquirir la condición
de persona no implica que antes de su verificación no estemos ya frente a un sujeto
humano y, por ende, titular de garantías tan esenciales como el derecho a la vida. No
considerarlo así implicaría que el status de persona dependería, en definitiva, de la
definición que de tal concepto tuviere el legislador o el propio constituyente y que si hoy
se asocia por algunos al hecho del parto, el día de mañana podría estar vinculado con la
viabilidad del recién nacido o cualquier otro criterio que se estableciere cumpliendo con
los requisitos formales para la dictación de la norma" (C. Suprema, 16 de abril de 2009,
cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/7939/2009, Rol Nº 1882-2008). El E Tribunal xcmo.
Suprema no ha mantenido una misma opinión, pues en algún caso ha optado por
desestimar la procedencia del cuasidelito de homicidio, sobre la base central de una cierta
interpretación de la regla de este artículo 74 del Código Civil, y en otro ha admitido que sí
es posible la comisión del referido cuasidelito, por estimar que en sede penal no resulta
adecuada la aplicación del citado artículo 74: 123.1. Opinión que entiende que sólo es
posible la comisión del cuasidelito de homicidio cuando ha comenzado la
"existencia legal" de una persona, según la regla del artículo 74 del Código Civil: en
este sentido la E Corte Suprema ha razonado del modo siguiente: "9º) Que, conforme a
xcma.
orgánica del feto, sujeto pasivo, para que no sufra un mal o sea víctima de él, riesgo que
afectó a la madre en cuanto fue abandonada y desatendida por su médico y matrona
particulares, afectando también al feto, a la criatura que estaba con vida en el claustro
materno, que muere por esa falta de atención y de cuidados. Las figuras de ilícitos que
conforman el hecho principal en los cuasidelitos contra las personas, están constituidas
por el homicidio y las lesiones, y también por el aborto. En el homicidio el sujeto pasivo es
otro como lo manifiesta el artículo 391 del Código Penal, adquiriendo relevancia
trascendental el sentido y alcance de la expresión en el ámbito penal. En una definición
civilista otro es un sujeto distinto, un hombre vivo diferente del autor, que ha adquirido la
calidad de persona desde el momento de su separación completa de la madre y sobrevive
un momento siquiera a esa separación, como lo dispone el artículo 74 del Código Civil. En
cambio, en el ámbito penal el concepto, la idea de quién es otro, ha ido adquiriendo una
visión más acorde con la realidad y circunstancias del tipo penal de que se trata, así en
los cuasidelitos y en los de negligencia médica que nos preocupa, es también el otro el
producto de la concepción, sin lugar a dudas y discusión, a lo menos, en la etapa de
nacimiento que se inicia con las primeras contracciones que sufre y experimenta la
parturienta, de manera que si durante ese proceso biológico, cuya vida ha sido
auscultada, fallece antes de su extracción del vientre materno, sea por operación o
procedimiento médico o naturalmente, se habrá originado responsabilidad penal, si
quienes debieron controlar, dirigir y realizar las actuaciones médicas y obstétricas
necesarias para el parto sin consecuencias, incurrieron en negligencia como la
comprobada en autos. La calidad de persona entonces, del otro a que se refiere el Código
Penal, no puede apreciarse con el rigor y criterios civilistas del entramado del Código
Civil, así el Derecho Penal, en la salvaguardia de la vida humana, debe ir varios pasos
más adelante para su debida protección por su condición de prevención y de prohibición,
y si ocurre su quebrantamiento, debe propender a la inexistencia de la impunidad.
Decimoprimero: Que el desarrollo hasta los días de hoy, de concepciones ya liberadas de
las interpretaciones tradicionales de la norma del artículo 491 del Código Penal,
específicamente en cuanto al sentido y alcance de la expresión causare mal a las
personas, que se relaciona con otra, la de el que mate a otro del artículo 391 del mismo
texto, permiten (en un examen y análisis más cercano a la filosofía y principios del
Derecho Penal, advertir que no es posible mantener en la interpretación de esas normas
los criterios civilistas, según los cuales el sujeto que es extraído del vientre materno, al fin
del embarazo, y particularmente al término del nacimiento, no es persona ni es el otro,
sino cuando ha sido separado completamente de su madre según así lo establece el
artículo 74 del Código Civil, que subordina la existencia legal al nacer, al hecho de
separarse completamente de su madre, y que en el inciso 2º dispone que la criatura que
muera en el vientre materno o que perece antes de estar completamente separada de su
madre, o que no haya sobrevivido a la separación un momento siquiera, se reputará no
haber existido jamás. Sin embargo, a continuación el artículo 75 dispone que la ley
protege la vida del que está por nacer, y que el Juez a petición de cualquiera o de oficio,
adoptará las providencias que le parezcan necesarias y adecuadas para salvaguardar la
existencia del no nacido, siempre que crea que de algún modo peligra. Decimosegundo:
Que, como adelantamos, ideas y conceptos, vaciados en normativas legales,
constitucionales y aún internacionales, han ido aclarando y precisando que la protección
que el Código Penal debe otorgar al ser humano se ha entendido a individuos o sujetos
con vida antes de la expulsión del vientre materno, desde la concepción, y a lo menos,
durante el período, estadio o etapa del nacimiento o alumbramiento, que se inicia con las
primeras contracciones que se producen en la parturienta y que termina con la expulsión
natural o extracción por procedimiento quirúrgico de la placenta y el feto. Decimotercero:
Que, entre la normativa a que se alude, resulta útil mencionar las siguientes: a) De la Ley
Nº 20.120, publicada en el Diario Oficial del 22 de septiembre de 2006, sobre La
Investigación Científica en el Ser Humano, su Genoma, y Prohíbe la Clonación Humana,
que en su artículo 1º prescribe que Esta ley tiene por finalidad proteger la vida de los
seres humanos, desde el momento de la concepción, su integridad física y psíquica, así
como su diversidad e identidad genética, en relación con la investigación científica
biomédica y sus aplicaciones clínicas. b) En la Constitución Política de la República, en el
capítulo III de los Derechos y Deberes Constitucionales, el Nº 1 del artículo 19, dispone
que la Constitución asegura a todas las personas el derecho a la vida y a la integridad
física y psíquica y que la ley protege la vida del que está por nacer. c) En el Código Civil,
el artículo 55, establece que son personas todos los individuos de la especie humana,
cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condición. d) La Convención Americana sobre
Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica, de fecha de adopción el día 22
de noviembre de 1969, en vigor en Chile desde el 21 de agosto de 1990, publicada en el
Diario Oficial el 5 de enero de 1991, que en el capítulo II, sobre Derechos Civiles y
Políticos, artículo 4º del párrafo del Derecho a la Vida, dispone: Toda persona tiene
derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley, en general, a
partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.
e) El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, de fecha de adopción el 16 de
diciembre de 1966, vigente en Chile desde el 1º de mayo de 1972, publicado en el Diario
Oficial el 29 de abril de 1989, que en su artículo 6º numeral 1º dispone: que el derecho a
la vida es inherente a la persona humana. Este derecho estará protegido por la ley. Nadie
podrá ser privado de la vida arbitrariamente. En lo doctrinario, se escriben artículos para
revistas especializadas en materias jurídicas, entre ellas, la revista Actualidad Jurídica de
la Universidad del Desarrollo, se publica con el título de "Persona Humana, Autonomía
Privada y Orden Público Económico", un texto, por el Vicedecano y Profesor de Derecho
Civil de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Enrique Alcalde Rodríguez, en relación
con el tema de la personalidad natural y de los términos del artículo 74 del Código Civil,
en una separata del siguiente tenor: Ibid., pág. 41. "Creemos que constituye un error
entender que el nacimiento, según lo define el artículo 74 aludido, marca el inicio de la
personalidad natural. En efecto, de acuerdo con el artículo 55 del Código, son personas
todos los individuos de la especie humana debiendo entenderse por individuo, conforme
con su acepción natural y obvia, cada ser organizado sea animal o vegetal respecto de la
especie a que pertenece". De este punto de vista dado que la criatura concebida y no
nacida constituye un ser único e independiente, cuya entidad no se confunde con la de
sus progenitores, cabe por tanto entender que queda plenamente comprendido dentro del
concepto que de la persona tiene nuestro legislador civil. Por lo demás, según el propio
tenor literal del art. 74, el nacimiento determina la existencia legal de la persona, lo cual se
explica en razón de la clase de derechos de que se ocupa nuestro Código Civil, pero no
implica que antes de él aquélla no exista para otros efectos tanto o más importantes. Ello
lo corrobora el artículo 80, el cual sí se refiere a la existencia natural de la persona al
disponer que aquélla termina con la muerte, evidenciando que ésta es diversa de su
existencia legal. Asimismo, nos parece qué exigir el nacimiento como supuesto necesario
para adquirir la condición de persona no implica que antes de su verificación no estemos
ya frente a un sujeto humano y, por ende, titular de garantías tan esenciales como el
derecho a la vida. No considerarlo así implicaría que el status de persona dependería, en
definitiva, de la definición que de tal concepto tuviere el legislador o el propio
constituyente y que si hoy se asocia por algunos al hecho del parto, el día de mañana
podría estar vinculado con la viabilidad del recién nacido o cualquier otro criterio que se
estableciere cumpliendo con los requisitos formales para la dictación de la norma"
(C. Suprema, 16 de abril de 2009, cons. 10º a 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/7939/2009,
Rol Nº 1882-2008). 124. De la existencia legal de las personas y del derecho al
nombre. Producido, según se constataba en el correspondiente certificado médico de
defunción, un "óbito fetal de 9 semanas", y autorizada juridicialmente la inscripción de
defunción fuera de plazo bajo la indicación de "NN" seguida de los apellidos del padre y
de la madre, estos acudieron al Servicio de Registro Civil a solicitar su inscripción en la
libreta de familia y el correspondiente pase de sepultación, con la petición de que fuera
inscrito con determinados nombres de pila. Denegada esta petición por el oficial del
Registro Civil, se recurrió de protección ante la I Corte de Apelaciones de Santiago.
lma.
Quedaba así planteada la cuestión tocante al momento a partir del cual se tiene derecho
al nombre. La opinión de mayoría, que hizo sentencia, rechazó el recurso de protección,
al entender que sólo se tiene tal derecho desde el momento en que, según la regla de
este artículo 74 del Código Civil, comienza la existencia legal de la persona: "4º Que cabe
tener presente que si bien es cierto que la Constitución establece que la ley protege la
vida del que está por nacer, ello está vinculado a que se debe efectuar todo lo
racionalmente posible para que el producto de la concepción llegue a su etapa final de
maduración, salga del vientre materno y comience a tener una vida propia,
completamente separada de la de su madre. Desde ese momento de acuerdo a la ley
conforme dispone el artículo 74 del Código Civil se es persona, y nace para este nuevo
sujeto una importante serie de derechos y posteriormente de obligaciones. Antes de la
separación completa de la madre, de acuerdo a nuestra legislación, no se es persona. 5º
Que solamente desde el momento en que, como antes se señaló, se es persona es que
se tiene derecho a un nombre. De esta manera al practicar la inscripción del Registro Civil
e Identificación de un mortinato como "NN" añadiendo los apellidos de los padres, no ha
cometido ningún acto arbitrario ni ilegal, puesto que se ha ceñido a la legislación vigente.
6º Que no es posible aceptar el argumento expuesto por el recurrente en orden a que el
producto de la concepción que falleció en el vientre materno fue bautizado por un
sacerdote de la Iglesia Católica quien le entregó el nombre de Jesús del Carmen, y ello lo
convierte en persona, toda vez que el sacramento del bautismo para los que profesan la
fe católica, corresponde a la incorporación a esa iglesia que se hace voluntaria y
libremente por una persona, la que debe expresar formalmente su deseo de ser
incorporado a la misma. Así se hacía en la antiguedad, cuando las personas ya habían
adquirido suficiente albedrío para realizar conscientemente este acto. En la actualidad se
bautiza a los niños prácticamente recién nacidos y como ellos no pueden expresar su
voluntad, puesto que todavía no la tienen, son sus padres en su representación quienes lo
hacen. Ello supone que la voluntad del niño es suplida por la de sus padres pero siempre
respecto de quien en algún momento pueda tener esa voluntad, y para ello
necesariamente la criatura que se bautiza debe estar viva, lo que no ha sucedido en el
presente caso. 7º Que de acuerdo a lo anteriormente expuesto y dado a que el hijo del
recurrente no llegó a ser persona de acuerdo a la legislación vigente, es que no fue
posible inscribirlo como tal en su libreta de familia, negativa que no es un acto arbitrario ni
ilegal de parte del director del Registro Civil e Identificación, puesto que en la misma solo
se inscriben aquellos nacidos vivos, de manera que tampoco se ha cometido una
actuación equivocada de parte de tal autoridad" (C. Apelaciones de Santiago, 10 de
diciembre de 2012, cons. 4º a 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/2798/2012, Rol Nº 28613-2012).
La opinión del voto de minoría, en cambio, estuvo por acoger el recurso de protección, por
las siguientes razones: "2. Que en presencia del texto expreso del artículo 74 del Código
Civil para interpretarlo debidamente, es preciso considerar que contiene lo que se ha
llamado doctrinariamente: "la regla de commodum o regla de la ventaja para el concebido,
'esto es que' al concebido se le tiene por nacido para todo lo que le favorezca". Esta regla
puede ser interpretada de acuerdo a un criterio de paridad basado en la equiparación que
hace el Derecho entre el ser humano nacido y el no nacido y por ende su existencia se
tiene por indubitada y se le reputa nacido para todo lo que favorezca; o bien acorde a un
criterio de ficción, según el cual el ser concebido y no nacido no sería todavía un ser
humano con existencia propia, sino que es aún una víscera o porción del cuerpo de la
madre, pero que si nace se finge que ha existido, todo ello para solucionar una serie de
problemas de índole fácticos y fundamentalmente de raigambre hereditaria. En otras
palabras, si se sigue esta ficción, al concebido no se le considera nacido para todo lo que
le favorezca, sino tan sólo para algunos casos muy específicos particularmente normados.
Esta última posición pareciera estar en retirada doctrinariamente. 3. Que en este contexto,
resulta cierta la adhesión del Código Civil chileno a la doctrina de la paridad, tanto por
razones de continuidad histórica como por fundamento de índole sistemática.
Precisamente los artículos 74, 75 y 77 del Código Civil Chileno, entre otros, aparecen
como normas receptoras de la regla de ventaja en favor del concebido. En este sentido
históricamente la función del artículo 74 era justamente la de dirimir la disputa relativa a
los hijos abortivos y su capacidad sucesoria, en el bien entendido que cuando el texto del
artículo 74 se refiere a "existencia legal", esta expresión tendría un carácter más
restringido que "capacidad civil" y "capacidad natural", toda vez que se daría entre ellas
una relación de género a especie, en que la más amplia sería la capacidad natural y la
más restringida la existencia legal. Por ende, entonces, no se puede equiparar capacidad
jurídica con existencia legal. Mas aún, la norma por la cual al concebido se tiene por
nacido para todo lo que le favorezca, coexiste y se complementa con la norma que señala
que el hijo que nace muerto se reputará no haber existido jamás. Esta última norma no es
contradictoria con la regla de la ventaja, sino opera como un complemento necesario,
puesto que si el concebido nace muerto, como ocurre en la especie, se reputará que
jamás ha existido, ya que no se podrán radicar de modo definitivo todos los derechos
patrimoniales que estaban suspendidos. La suposición empleada por la ley de que "se
reputará no haber existido jamás", es precisamente la inexistencia del concebido. 4. Que
en este orden de razonamiento es dable sostener que los artículos 74, 75 y 77 del Código
Civil chileno estructuran un régimen normativo de protección del concebido al cual se le
tiene por nacido para todo lo que le favorezca. Al interior de este régimen, los artículos 74
y 77 constituirían la normativa de protección de derechos patrimoniales; en cambio el
artículo 75 cumpliría la función de protección general de los derechos extrapatrimoniales.
Ambos niveles de protección indican que el concebido no nacido es plenamente tutelado
como persona y no como mero objeto. 5. Que consecuencialmente el derecho al nombre
del concebido está comprendido en la protección brindada por el artículo 75 del Código
Civil chileno, toda vez que se trata de un derecho extrapatrimonial respecto del cual se le
tiene por nacido en "todo" lo que le favorezca. Que de modo entonces que el Servicio de
Registro Civil e Identificación representado por su Director Nacional al desconocer dicho
derecho ha actuado de manera ilegal al vulnerar las disposiciones constitucionales y
legales que rigen la materia, particularmente la garantía constitucional consagrada en el
artículo 19 Nº 1 de la Carta Fundamental y los artículos 74, 75 y 77 el Código Civil"
(C. Apelaciones de Santiago, 10 de diciembre de 2012, voto en contra, cons. 2º a 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2798/2012, Rol Nº 28613-2012).
Artículo 75. La ley protege la vida del que está por nacer. El juez, en
consecuencia, tomará, a petición de cualquiera persona o de oficio, todas las
providencias que le parezcan convenientes para proteger la existencia del no
nacido, siempre que crea que de algún modo peligra.
Concepción: "Que la procedencia de la demanda de alimentos a favor del hijo que está
por nacer, no ha sido un tema pacífico, en lo que se refiere al legitimado pasivo, cuando
se trata de una demanda deducida por la madre que no es la cónyuge del demandado.
Así, por ejemplo, la distinguida profesora y ex ministro de esta Corte señora Irma
Bavestrello Bontá, en su libro Derecho de Menores, Segunda Edición Actualizada
(Editorial LexisNexis, edición de mayo de 2003), señala que "Al referirse la ley a la madre
del hijo que está por nacer, no cabe duda que se refiere a la cónyuge del demandado, por
cuanto la favorece la presunción de paternidad del artículo 184 del Código Civil". Otros
autores como el profesor Juan Andrés Orrego Acuña, por el contrario, aceptan la
posibilidad de admitir la demanda cuando la madre no tiene vínculo matrimonial con el
demandado.(Los Alimentos en el Derecho Chileno, Editorial Metropolitana, año 2007).
3º Que, diversas disposiciones legales y constitucionales nos llevan a aceptar como
legitimado pasivo al presunto padre cuando no hay matrimonio con la futura madre. En
efecto, las disposiciones fundamentales sobre la materia, esto es el artículo 1º inciso 4º de
la Ley Nº 14.908, que dispone que la madre, cualquiera sea su edad, podrá solicitar
alimentos para el hijo ya nacido o que está por nacer y el artículo 321 del Código Civil que
dispone que "Se deben alimentos, 3º a los descendientes", no hacen distinción alguna
respecto de si hay vínculo matrimonial entre la madre del nasciturus y el demandado de
alimentos, por lo que cobra vigencia el antiguo aforismo donde el legislador no distingue
no le es lícito al intérprete distinguir. No cabe duda que con dichas disposiciones legales,
el legislador está cumpliendo con el mandato constitucional contenido en el artículo 19
Nº 1 de la Constitución Política de la República que, en su inciso segundo, señala que la
ley protege la vida del que está por nacer. Por otra parte en la Convención Sobre los
Derechos del Niño, ratificada por Chile y vigente desde el 12 de septiembre de 1990, en el
preámbulo se hace presente que el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita
protección y cuidados especiales, incluso la debida protección legal tanto antes como
después del nacimiento y en el artículo 2º se señala: Los Estados Partes respetarán los
derechos enunciados en la presente Convención y asegurarán su aplicación a cada niño
sujeto a su jurisdicción, sin distinción alguna independientemente de la raza, el color, el
sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o
social, la posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra
condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales. Por último, en relación
a lo argumentado por la señora Bavestrello para sostener que la ley se refiere a la
cónyuge del demandado, debe tenerse presente que también existe en nuestro Código
Civil una presunción legal de paternidad para el hijo no matrimonial en el artículo 210,
modificado por Ley Nº 19.585 de 1998, que establece que: El concubinato de la madre
con el presunto padre, durante la época en que ha podido producirse legalmente la
concepción, servirá de base para una presunción judicial de paternidad" (C. Apelaciones
de Concepción, 15 de marzo de 2013, cons. 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/579/2013,
Rol Nº 38-2013).
Concordancias: Código Civil: Mensaje VI, artículos 47 inciso final, 174. Ley Nº 20.120, Sobre
investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe la clonación humana, D.O. 22.09.2006:
artículo 1º.
Concordancias: Código Civil: artículos 74, 243, 343, 485 y 962. Código Orgánico de Tribunales:
artículo 152. Código de Procedimiento Civil: artículo 850.
Concordancias: Código de Comercio: artículo 611 inciso 2º. Código Derecho Internacional Privado:
artículo 30. Código Sanitario: artículos 140 y siguientes. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil,
D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 44 a 50. Ley
Nº 19.451, Establece normas sobre trasplante y donación de órganos, D.O. 10.04.1996: artículos 2º bis,
11. Ley Nº 20.584, regula los derechos y deberes de las personas en relación con acciones vinculadas
a su atención de salud, D.O. 24.04.2012: artículos 14 inciso 3º, 16, 19.
Constitucional: "Para este proceso, interesa el concepto jurídico que se tiene del fin de la
existencia de las personas naturales y ello ocurre, como lo expresa el artículo 78, en su
muerte natural". Por su parte, el párrafo cuarto del Título Preliminar del Código Civil
establece normas para la interpretación de la ley, entre las que a juicio del sentenciador,
destaca el artículo 21 que expresa: "Las 'palabras técnicas de toda ciencia o arte' se
tomarán en el sentido que les den los que profesan la misma ciencia o arte; a menos que
aparezca claramente que se han tomado en 'sentido diverso'. Las palabras 'muerte
natural' a que se refiere el citado artículo 78, deben considerarse en ese contexto y ser
interpretadas de acuerdo a los principios de la ciencia que cubre su ámbito, en este caso,
la medicina. Siendo así, la ley debe precisar cuándo ocurre la muerte y, todo vacío o
interpretación de las normas relativas a ese trascendente hecho le corresponde a la
ciencia médica" (Tribunal Constitucional, 13 de agosto de 1995, cons. 4º, Rol Nº 220-
1995). 130. Para los efectos del sistema jurídico chileno, una persona está muerta
cuando un médico lo certifica. Tal es la opinión que ha defendido el E Tribunal xcmo.
Concordancias: Código Civil: artículo 47. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 30.
"Que la muerte presunta es la declarada por el juez, en conformidad a las reglas legales,
respecto de un individuo que ha desaparecido y de quien se ignora si vive o no"
(C. Suprema, 8 de octubre de 2015, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/6071/2015, Rol
Nº 25916-2014). 133. De los fines perseguidos con la declaración de muerte
presunta. Sobre este punto se ha estimado que: "[E]l objeto de la declaración de muerte
presunta es resguardar diversos intereses, entre lo que se comprenden los de la persona
desaparecida, los de terceros, especialmente de aquellos que aparezcan con derechos
eventuales en la sucesión de aquella; y finalmente, proteger el interés general de la
sociedad de que no haya bienes y derechos abandonados" (C. Apelaciones de
Antofagasta, 2 de abril de 2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/637/2008, Rol Nº 807-
2007). ). 134. No procede la declaración de muerte presunta respecto de una
persona "ausente" del territorio nacional, pues se exige la prueba de hallarse
"desaparecida". Así lo ha declarado la E Corte Suprema, en un caso concreto respecto
xcma.
de una persona que, después de la comisión de un delito, se austentó del país: "Que una
interpretación armónica de lo dispuesto en los artículos 80 y siguientes del Código Civil,
lleva a concluir que en el caso de marras, tal como fue referido por los sentenciadores del
grado, no se está en presencia de una persona desaparecida, sino de una persona
ausente del territorio nacional, no pudiendo aplicarse la normativa relativa a la presunción
de muerte por desaparecimiento, por haber abandonado el país en época coetánea a la
comisión de un delito en que se le imputa autoría, habiéndose dictado orden de
aprehensión en su contra, la que se encuentra vigente. Lo anterior en ningún caso implica
incorporar requisitos adicionales a la declaración de muerte presunta, sino que, a
contrario, constatar la falta de verificación de uno de los elementos esenciales para su
configuración, esto es, que la persona se encuentre desaparecida, lo que, como ya se
dijo, no ocurre en la especie" (C. Suprema, 10 de noviembre de 2015, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6903/2015, Rol Nº 14937-2015).
2º. Entre estas pruebas será de rigor la citación del desaparecido; que
deberá haberse repetido hasta por tres veces en el periódico oficial, corriendo
más de dos meses entre cada dos citaciones.118
3º. La declaración podrá ser provocada por cualquiera persona que tenga
interés en ella, con tal que hayan transcurrido tres meses al menos desde la
última citación.119
6º. El juez fijará como día presuntivo de la muerte el último del primer bienio
contado desde la fecha de las últimas noticias; y transcurridos cinco años
desde la misma fecha, concederá la posesión provisoria de los bienes del
desaparecido.120
7º. Con todo, si después que una persona recibió una herida grave en la
guerra, o le sobrevino otro peligro semejante, no se ha sabido más de ella, y
han transcurrido desde entonces cinco años y practicándose la justificación y
citaciones prevenidas en los números precedentes, fijará el juez como día
presuntivo de la muerte el de la acción de guerra o peligro, o, no siendo
enteramente determinado ese día, adoptará un término medio entre el principio
y el fin de la época en que pudo ocurrir el suceso, y concederá inmediatamente
la posesión definitiva de los bienes del desaparecido.
8º. Se reputará perdida toda nave o aeronave que no apareciere a los tres
meses de la fecha de las últimas noticias que de ella se tuvieron. Expirado este
plazo, cualquiera que tenga interés en ello podrá provocar la declaración de
presunción de muerte de los que se encontraban en la nave o aeronave. El
juez fijará el día presuntivo de la muerte en conformidad al número que
precede, y concederá inmediatamente la posesión definitiva de los bienes de
los desaparecidos.121
Concordancias: Código Civil: artículo 955. Código Orgánico de Tribunales: artículos 10 inciso 1º y 151.
Código de Derecho Internacional Privado: artículos 30, 80, 81 y 82. Ley Nº 19.947, D.O. 17 de mayo de
2004, de Matrimonio Civil: artículos 42 Nº 2 y 43. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930,
texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 5º Nº 5 y 8º. Reglamento del Registro
Conservatorio de Bienes Raíces, D.O. 24.06.1857: artículo 52 Nº 4. Ley Nº 6.037, crea Caja de la
Marina Mercante Nacional, D.O. 5.03.1937: artículo 32 inciso 2º. Ley Nº 20.436, modifica plazos de
actuaciones judiciales y declaración de muerte presunta en las zonas afectadas por el terremoto,
D.O.23.04.2010: artículos 2º, 3º.
relativa del tribunal, tal como lo ha afirmado la apelante, ésta debe ser determinada en
razón del lugar en que el solicitante tuvo las últimas noticias de la persona desaparecida,
sin que a ello afecten los antecedentes sobrevengan durante el procedimiento"
(C. Apelaciones de Puerto Montt, 2 de mayo de 2014, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1917/2014, Rol Nº 30-2014). 136. De los requisitos exigidos
para que se declare la muerte presunta de una persona. Sobre la base de las reglas
fijadas por el Código Civil, se ha señalado: "Que la pretensión formulada por el solicitante
requiere para su éxito la concurrencia de cuatro requisitos, a saber: a) que se justifique
que se ignora el paradero del desaparecido; b) que se hayan hecho las posibles
diligencias para averiguarlo; c) que, desde la fecha de las últimas noticias que se tuvieron
de su existencia, hayan transcurrido cinco años, a lo menos; y d) que se acredite la
existencia de interés en la declaración" (C. Apelaciones de Puerto Montt, 2 de mayo de
2014, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/1917/2014, Rol Nº 30-2014). 137. Desatender las
pruebas que propone el defensor de ausentes configura la causal de casación
consagrada en el artículo 768 número 9 del Código de Procedimiento Civil. En este
sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema: "[S]e advierte que la sentencia
xcma.
Concordancias: Código Civil: artículo 90 inciso 3º. Código de Derecho Internacional Privado: artículos
30 y 80. Ley Nº 19.947,D.O. 17 de mayo de 2004, de Matrimonio Civil: artículo 43 inciso 2º.
Artículo 83. Durante los cinco años o seis meses prescritos en los números
6, 7 y 8 del artículo 81, se mirará el desaparecimiento como mera ausencia, y
cuidarán de los intereses del desaparecido sus apoderados o representantes
legales.130
Concordancias: Código Civil: artículos 85, 270 Nº 2, 491 inciso 1º, 1010, 1240, 1764 Nº 2, 1792-27
Nº 2.Código de Derecho Internacional Privado: artículos 30, 79 y 80.
Concordancias: Código Civil: artículo 81 Nº 6, 951, 952, 954, 955, 983. Código de Derecho
Internacional Privado: artículos 30 y 80.
Concordancias: Código Civil: artículo 90. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 30, 80.
Código de Procedimiento Civil: artículos 892, 893, 894.
Artículo 89. Cada uno de los poseedores provisorios prestará caución de
conservación y restitución, y hará suyos los respectivos frutos e intereses.
Concordancias: Código Civil: artículos 46, 90 inciso 2º, 252 inciso 2º, 537, 645, 647, 803 inciso 1º,
1140 inciso 2º. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 30 y 80.
Concordancias: Código Civil: artículos 88, 89. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 30,
81.
Concordancias: Código Civil: artículos 82, 270 número 2º, 732 número 1º, 1104. Código de Derecho
Internacional Privado: artículo 30.
2ª. Las demás personas no podrán pedirla sino dentro de los respectivos
plazos de prescripción contados desde la fecha de la verdadera muerte.
3ª. Este beneficio aprovechará solamente a las personas que por sentencia
judicial lo obtuvieren.
Concordancias: Código Civil: artículos 3º inciso 2º, 706, 707, 906, 907, 909, 913, 2512 Nº 1. Código de
Derecho Internacional Privado: artículos 30 y 81.
Concordancias: Código Civil: artículo 97. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 44 inciso 1º y 45 inciso 1º. Ley Nº 20.830,
crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 26 letra b).
Artículo 96. Un extracto de la resolución que tenga por comprobada la
muerte del desaparecido deberá publicarse en el Diario Oficial dentro del plazo
de sesenta días, contado desde que ésta estuviere firme y ejecutoriada. Dicho
extracto deberá contener, al menos, los antecedentes indispensables para su
identificación y la fecha de muerte que el juez haya fijado. 134
Concordancias: Código Civil: artículo 49. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O. 21.04.2015: artículo 26 letra b).
.............
Concordancias: Código Civil: artículo 15. Código Orgánico de Tribunales: artículo 357 número 4. Ley
Nº 20.609, establece medidas contra la discriminación,D.O. 24.07.2012: artículo 2º inciso 1º.Ley
Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 2º.
de carácter personal encontramos, entre otros, el nombre, edad, sexo, estado civil,
profesión, RUT, cuenta corriente, domicilio y teléfono; por lo que sin duda la dirección de
una persona es un aspecto que claramente se encuentra dentro del marco establecido por
la referida ley y constituye un dato de carácter personal. En razón de esto su divulgación y
tratamiento únicamente puede ser efectuada cuando el titular consienta en ello o la ley lo
autorice, lo que sin duda no ha ocurrido en este caso" (C. Suprema, 11 de abril de 2017,
cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/1658/2017, Rol Nº 95019-2016). 140. De los caracteres
del estado civil. De su adscripción a la categoría de "atributo de la personalidad", la
jurisprudencia suele deducir los caracteres que son predicables del estado civil: "El estado
civil es un atributo de la personalidad y, por ende, no puede existir duplicación de estados
respecto de una misma fuente, produce efectos erga omnes, pues no sólo interesa al
individuo en particular sino a la sociedad en su conjunto, no admite divisiones y es
permanente mientras no se adquiera otro de acuerdo a la ley" C. Suprema, 7 de mayo de
2007, LegalPublishing: Cl/ Jur/4675/2007, Rol Nº 5616-2006; C. Suprema, 15 de marzo
de 2010, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/16774/2010, Rol Nº 8945-2009). En la misma
orientación se ha declarado que: "El estado civil, el cual, entre las características más
importantes se encuentran el que toda persona tiene un estado civil, que no pueden existir
duplicidad de estados civiles respecto de una misma fuente, en atención a que el estado
civil es uno, el estado civil produce efectos erga omnes y conforme a su fuente no puede
dividirse, y el estado civil es permanente, no se pierde mientras no se adquiera otro por la
misma fuente" (C. Suprema, 23 de agosto de 2006, cons.
23º, LegalPublishing: Cl/Jur/2914/2006, Rol Nº 1332-2005). Se ha precisado que: "La
unidad y permanencia del estado civil cobran mayor relevancia, puesto que de una misma
fuente no pueden derivarse, permanentemente, más de un estado civil: del hecho del
nacimiento no puede emanar la calidad de hijo legítimo e ilegítimo, matrimonial o no
matrimonial, como tampoco se podrá tener un estado civil respecto de diferentes
personas en una misma calidad, como ser hijo legítimo de dos padres" (C. Suprema, 23
de agosto de 2006, cons. 23º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2914/2006, Rol Nº 1332-
2005). 141. Las normas que regulan el estado civil son de orden público. En este
sentido se ha afirmado que: "En nuestro ordenamiento jurídico las disposiciones que
regulan el estado civil de las personas son normas de orden público" (C. Suprema, 8 de
febrero de 2010, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/17031/2010, Rol Nº 11253-2008). En la
misma línea se ha advertido: "Que las normas legales que regulan el estado civil de las
personas son normas de orden público, de modo que si una sentencia de divorcio dictada
en un país extranjero se fundamenta en circunstancias que la ley chilena no acepta como
causales para decretarlo, resulta contraria a las leyes de la República y se opone al orden
público chileno" (C. Suprema, 25 de agosto de 2014, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5837/2014, Rol Nº 5560-2013). 142. Un estado civil constituido
bajo el imperio de una ley, queda a cubierto de las leyes posteriores. Como
aplicación del principio general consagrado en el inciso 1º del artículo 9º de este Código, y
de sus corolarios contenidos en los artículos 2º y 3º de la ley de 7 de octubre de 1861, se
ha consolidado en la doctrina y jurisprudencia la visión del estado civil constituido como
un derecho adquirido y, en cuanto que tal, amparado en su existencia frente a leyes
posteriores. Esta permanencia y seguridad del estado civil, frecuentemente, ha sido
vinculada a la protección de la propiedad: "El estado civil imprime a la persona un carácter
y le da a esta una situación permanente en el entorno social que lo rodea y que emana de
un hecho que lo determina y que le confiere, por el solo ministerio de la ley, un conjunto
de derechos y obligaciones inherentes a su persona, lo que constituye una forma de
propiedad garantida por acciones análogas a las que nacen del dominio propiamente
dicho" (C. Apelaciones Coyhaique, 29 de junio de 2006, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1963/2006, Rol Nº 17-2006). 143. De si se aplican a los
pueblos originarios las normas del derecho común tocantes al estado civil. En el
último tiempo, y sobre todo con posterioridad a la entrada en vigor del Convenio Nº 179 de
la OIT, se ha comenzado a sostener por la jurisprudencia de algunas Cortes de
Apelaciones, que las normas del derecho común tocantes al estado civil no se aplican a
los miembros de pueblos indígenas. En este sentido se ha declarado que: "[A] partir de la
Ley Nº 17.729 publicada el 26 de septiembre de 1972, se ha estructurado una
procedimiento sencillo de acreditación de la posesión notoria del estado civil para el que
basta la información testimonial de parientes o vecinos, que la Ley Nº 19.253, ha
aclarado, puede rendirse en cualquier gestión judicial, o un informe emitido al efecto por
una autoridad administrativa, que actualmente recae en el Director de la CONADI. 7. En
consecuencia desde los primeros albores de nuestro vida republicana se ha reconocido
que no es aplicable el derecho común a los pueblos originarios existentes en nuestra
patria en relación a la forma de constitución y de acreditación del estado civil, como
consecuencia de aceptarse que la familia en dichos pueblos se estructura sobre la base
de moldes, valores, y creencias diversas a las del modelo occidental predominante, no
siendo necesario por lo mismo que quienes tienen la calidad de indígenas deban de
recurrir a las normas de los artículos 179 y siguientes en relación al artículo 304 del
Código Civil, para constituir dicho estado a través de las correspondientes acciones
filiativas en un juicio de carácter contencioso. 8. Que el numeral primero del art. 8 del
Convenio 169 de la OIT, promulgado por medio del Decreto Supremo Nº 236, de 2008,
del Ministerio de Relaciones Exteriores; dispone que al aplicarse la legislación nacional a
los pueblos interesados deberán tomarse debidamente en consideración sus costumbres
o su derecho consuetudinario, cuestión que permite avalar el alcance amplio que se debe
dar a las normas del art. 4º de la Ley Nº 19.253, en su aplicación preferente por sobre
las normas del derecho común" (C. Apelaciones de Temuco, 15 de julio de 2013, cons. 6º
a 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/1564/2013, Rol Nº 332-2012).
Concordancias: Código Civil: artículo 1699 inciso 1º. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 2º, 6º números
1, 3, 24 inciso 2º. Ley Nº 19.253, sobre Protección, fomento y desarrollo de los
indígenas, D.O. 5.10.1993, artículo 4º inciso 1º.
deducida, estimaron que se configuraba la causal deducida, por cuanto el estado civil en
lo concerniente al parentesco no es una cuestión o asunto de hecho, sino que es un
problema que debe ser resuelto conforme a derecho, debiendo probarse el mismo de
manera fehaciente conforme se desprende de la lectura de los artículos 305 del Código
Civil y 12 de la Ley Nº 4.808 sobre Registro Civil, lo que no ocurrió en la especie [...] Que
como puede advertirse, la actuación de los recurridos no excede las potestades
detalladas en el motivo segundo, pues al tenor de lo preceptuado en los artículos citados
en el considerando que antecede, la circunstancia de parentesco de tío a sobrino es una
cuestión jurídica cuya determinación debe ser establecida de manera fehaciente de modo
tal que no deben existir dudas a su respecto" (C. Suprema, 29 de enero de 2013, cons. 5º
y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/225/2013, Rol Nº 8935-2012). 145. El estado civil de hijo
es una consecuencia de la filiación legalmente determinada. Así lo ha precisado la
E Corte Suprema: "Que el artículo 33 del Código Civil dispone que tiene el estado civil
xcma.
del Código Civil, la manera de acreditar el estado civil de hijo es con las respectivas
partidas de nacimiento o bautismo o, en su caso, por la correspondiente inscripción o
subinscripción del acto de reconocimiento o del fallo judicial que determina la filiación,
presupuesto que el mérito de la propia documental impide determinar. En consecuencia,
al tenor de lo estatuido por el citado artículo 305 del código sustantivo, la prueba
testimonial no resulta idónea para los efectos que pretende la parte" (C. Suprema, 30 de
octubre de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/7931/2014, Rol Nº 15320-
2013). 151. De la ausencia de partidas y de la posesión notoria del estado civil en el
caso de indígenas. Se ha recordado por la jurisprudencia la aplicación de las reglas
especiales en esta materia en relación con los indígenas y así ha declarado: "El juez de
primera instancia, realizando un análisis de la prueba rendida a la luz de las normas
comunes sobre apreciación de la prueba, concluye que ella no resulta suficiente para
establecer la referida calidad, "puesto que no existen partidas u otros documentos
auténticos que prueben dicha filiación", agregando que los testigos que la afirman
concurren en menor número que los que la niegan. En el régimen probatorio civil de
común aplicación, tal aseveración sería efectivamente correcta, y sería posible descartar
el parentesco. Pero el inciso primero del artículo 4º de la Ley Nº 19.253 sobre Protección,
Fomento y Desarrollo de los Indígenas, plenamente aplicable en la especie, dada la
calidad de indígenas de las demandadas, dispone que "Para todos los efectos legales, la
posesión notoria del estado civil de padre, madre, cónyuge o hijo se considerará como
título suficiente para constituir en favor de los indígenas los mismos derechos y
obligaciones que, conforme a las leyes comunes, emanen de la filiación legítima y del
matrimonio civil. Para acreditarla bastará la información testimonial de parientes o
vecinos, que podrá rendirse en cualquier gestión judicial, o un informe de la Corporación
suscrito por el Director". En otras palabras, no resulta posible exigir en este caso el mismo
rigor probatorio (documental y público) que en el régimen normal de acreditación del
parentesco o del estado civil de él derivado" (C. Apelaciones de Valdivia, 11 de diciembre
de 2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7751/2008, Rol Nº 743-2008).
Concordancias: Código Civil: artículo 47. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 24.
152. Del sentido y carácter de la presunción. Se ha advertido que: "A la luz
Jurisprudencia:
de los preceptos que se contienen en el artículo 306 del Código Civil, que la Ley ha
otorgado un carácter presuntivo a la partidas de matrimonio, muerte y de nacimiento,
reconociendo en ellas una presunción legal de veracidad respecto de aquellas
circunstancias que se consignan en sus asientos. Por ende, la mera consignación del
nombre del padre o madre, que en ésta se inserte, goza de una presunción de
autenticidad, e invierte el peso de la prueba u onus probandi; de tal modo que, todo aquel
que, se sienta perjudicado con el establecimiento de una determinada filiación natural,
deberá así acreditarlo, en el correspondiente juicio o acción de impugnación"
(C. Apelaciones de Rancagua, 19 de marzo de 2008, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7481/2008, Rol Nº 324-2007).
Concordancias: Código Civil: artículo 1700. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 24.
Concordancias: Código Civil: artículos 186, 310 y 1701. Ley Nº 19.253, sobre Protección, Fomento y
Desarrollo de los Indígenas, D.O. 5.10.1993, artículo 4º inciso 1º.
Concordancias: Código Civil: artículos 59, 102, 200, 201, 312, 313.Ley Nº 19.253, sobre protección,
fomento y desarrollo de los indígenas, D.O. 5.10.1993: artículo 4º.
Artículo 311. Derogado.139
Concordancias: Código Civil: artículos 102, 309, 310, 312. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 21, 22.
resolución que se pronuncia sobre tal materia, en virtud de la regla especial del artículo 4º
de la Ley Nº 19.253, no tiene efectos erga omnes: 'lo dispuesto en el artículo 316 del
Código Civil tiene un efecto importante para la filiación establecida por vía voluntaria de
conformidad con el artículo 4º de la Ley Nº 19.253. En lo pertinente, dicho artículo 316
establece que los fallos que declaran verdadera la paternidad o maternidad del hijo valen
respecto de todos relativamente a los efectos que dicha paternidad o maternidad acarrea,
siempre que 'se hayan pronunciado contra legítimo contradictor'. En la medida en que la
gestión voluntaria de que se trata no se pronuncia contra contradictor alguno, la filiación
establecida por esta vía podrá ser discutida judicialmente por quienes estimen que sus
derechos han sido afectados por ella. Si así no fuera, una persona podría verse privada
de sus derechos sin haber tenido oportunidad de controvertir en juicio la prueba aportada
para acreditar la posesión notoria del estado civil" (C. Suprema, 15 de septiembre de
2016, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6438/2016, Rol Nº 20175-2015).
Concordancias: Código Civil: artículos 315 y 220. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 7º y 8º. Decreto Nº 873, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 18.
Proyecto de ley:
Artículo 1º. El Estado reconoce que los indígenas de Chile son los
descendientes de las agrupaciones humanas que existen en el territorio
nacional desde tiempos precolombinos, que conservan manifestaciones étnicas
y culturales propias siendo para ellos la tierra el fundamento principal de su
existencia y cultura.
El Estado reconoce como principales etnias indígenas de Chile a: la
Mapuche, Aimara, Rapa Nui o Pascuenses, la de las comunidades
Atacameñas, Quechuas, Collas y Diaguita del norte del país, las comunidades
Kawashkar o Alacalufe y Yámana o Yagán de los canales australes. El Estado
valora su existencia por ser parte esencial de las raíces de la Nación chilena,
así como su integridad y desarrollo, de acuerdo a sus costumbres y valores.
Artículo 2º. Se considerarán indígenas para los efectos de esta ley, las
personas de nacionalidad chilena que se encuentren en los siguientes casos:
Artículo 4º. Para todos los efectos legales, la posesión notoria del estado
civil de padre, madre, cónyuge o hijo se considerará como título suficiente para
constituir en favor de los indígenas los mismos derechos y obligaciones que,
conforme a las leyes comunes, emanen de la filiación legítima y del matrimonio
civil. Para acreditarla bastará la información testimonial de parientes o vecinos,
que podrá rendirse en cualquier gestión judicial, o un informe de la Corporación
suscrito por el Director.
de este artículo 4º: "[D]ebe tenerse presente que la Ley de 4 de agosto de 1874 sobre
enajenación de terrenos situados en territorio araucano disponía en su artículo 9º que la
posesión notoria es bastante para comprobar las calidades de padre, madre, marido,
mujer o hijo. Es a propósito de esta disposición que se estimó, en su momento, por el
autor Luis Claro Solar que lo dispuesto en el antiguo artículo 312 del Código Civil que
aludía a la posesión notoria no era aplicable a los indígenas, en razón que era pertinente
la normativa especial (Claro Solar, L., Explicaciones de derecho civil chileno y comparado,
t. III, Santiago, Jurídica, 1992, Nº 1979, p. 104). Lo mismo fue ratificado por la Corte
Suprema en sentencia de 28 de agosto de 1931 (RDJ, t. XII, 2ª parte, sección 1ª, p. 33). Y
ratificada análoga jurisprudencia en el fallo de la Corte Suprema de 20 de octubre de
1916, RDJ, t. XIV, sección 1ª, p. 285, indicando que en esos litigios debe aplicarse la ley
indígena con preferencia al Código Civil. Con posterioridad, se dictó el Decreto Nº 4.111
de 1931, cuyo artículo 29 texto señalaba: 'La posesión notoria del estado de padre,
madre, marido, mujer o hijo, se considerará como título bastante para constituir a favor de
los indígenas los mismos derechos hereditarios que establecen las leyes comunes a favor
de los padres, cónyuges e hijos legítimos'. Existe, por ende, continuidad en la legislación
especial indígena en lo que refiere a que la posesión de estado detenta una regulación
especial que constituye un título para adquirir el estado de padre, madre, marido, mujer o
hijo. Por lo mismo, el representante del Ejecutivo, en la tramitación de la actual Ley
Nº 19.253, hizo presente a la Comisión que esta norma artículo 4º vigente estaba
contemplada en el artículo 29 del Decreto Nº 4.111, de 1931, y 'sólo se pretendía
mantener la legislación que por tanto tiempo se les había aplicado'. De manera tal, que el
artículo 4º de la Ley Nº 19.253 recoge una legislación más que centenaria, que escapa al
derecho común, constituyendo una disposición especial que debe aplicarse con
preferencia" (C. Suprema, 23 de junio de 2016, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4537/2016, Rol Nº 19766-2015). Esta opinión la ha vuelto a
defender en sentencia posterior, que se remite la que queda citada, y transcribe sus
consideraciones de manera literal: "Que recientemente esta Corte ha tenido ocasión de
emitir pronunciamiento en relación con estas materias. En sentencia de 23 de junio del
presente año, dictada en causa Rol ingreso Corte Nº 19766-2015, se sostuvo que debe
tenerse presente que la Ley de 4 de agosto de 1874, sobre enajenación de terrenos
situados en territorio mapuche, disponía en su artículo 9º que la posesión notoria es
bastante para comprobar las calidades de padre, madre, marido, mujer o hijo. Es a
propósito de esta disposición que esta Corte sostuvo, en sentencia de 28 de agosto de
1913 (RDJ, t. XII, 2ª parte, sección 1ª, p. 33) que el antiguo artículo 312 del Código Civil
que aludía a la posesión notoria no era aplicable a los indígenas, en razón de que era
pertinente la normativa especial. Esta sentencia fue destacada por Claro Solar en
sus Explicaciones de derecho civil chileno y comparado, t. III, Santiago, Jurídica, 1992,
Nº 1979, p. 104, y luego ratificada en fallo de esta Corte Suprema de 20 de octubre de
1916 (RDJ, t. XIV, 2ª parte, sección 1ª, p. 285), indicando que en esos litigios debe
aplicarse la ley indígena con preferencia al Código Civil. Con posterioridad, se dictó el
Decreto Nº 4.111, de 1931, cuyo artículo 29 señalaba: "La posesión notoria del estado de
padre, madre, marido, mujer o hijo, se considerará como título bastante para constituir a
favor de los indígenas los mismos derechos hereditarios que establecen las leyes
comunes a favor de los padres, cónyuges e hijos legítimos". Existe, por ende, continuidad
en la legislación especial indígena en lo que refiere a que la posesión tiene una regulación
especial que constituye un título para adquirir el estado de padre, madre, marido, mujer o
hijo. Por lo mismo, el representante del Ejecutivo, en la tramitación de la actual Ley
Nº 19.253, hizo presente a la Comisión que esta norma artículo 4º vigente estaba
contemplada en el artículo 29 del Decreto Nº 4.111, de 1931, y "sólo se pretendía
mantener la legislación que por tanto tiempo se les había aplicado". De manera tal, que el
artículo 4º de la Ley Nº 19.253 recoge una legislación más que centenaria, que escapa al
derecho común, constituyendo una disposición especial que debe aplicarse con
preferencia" (C. Suprema, 15 de septiembre de 2016, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6438/2016, Rol Nº 20175-2015). 162. Del entendimiento de la
expresión 'se considerará como título suficiente', como indicativa de que,
acreditada la posesión notoria, ha de tenerse por constituido el estado civil de que
se trate. Tal es la interpretación que le ha dado la E Corte Suprema: "El texto actual de
xcma.
este precepto dispone: 'Para todos los efectos legales, la posesión notoria del estado civil
de padre, madre, cónyuge o hijo se considerará como título suficiente para constituir en
favor de los indígenas los mismos derechos y obligaciones que, conforme a las leyes
comunes, emanen de la filiación legítima y del matrimonio civil. Para acreditarla bastará la
información testimonial de parientes o vecinos, que podrá rendirse en cualquier gestión
judicial, o un informe de la Corporación suscrito por el Director"'. La regla en cuestión
señala que la posesión notoria "se considerará como título suficiente", lo que cabe
entender que acreditada la posesión notoria, conforme la legislación especial, debe
tenerse por constituido el estado civil respectivo" (C. Suprema, 23 de junio de 2016, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/Jur/4537/2016, Rol Nº 19766-2015). 163. De los efectos de la
regla de este artículo 4º. La E Corte Suprema ha entendido que esta disposición tiene
xcma.
de 2015), que había sostenido la opinión contraria: "[A]grega el precepto en relación a las
condiciones especiales que configuran la posesión de estado que 'podrá rendirse en
cualquier gestión judicial', lo que descarta lo indicado por la sentencia recurrida en cuanto
a la obligatoriedad de someterse a un juicio de filiación de acuerdo a las acciones tratadas
en el Código Civil ante un tribunal de familia. En definitiva, el artículo 4º de la Ley
Nº 19.253 prima por sobre la legislación común no sólo en cuanto a los antecedentes
necesarios para tener por establecida la posesión de estado y, en la especie, dar lugar al
reconocimiento de la filiación del requirente, sino que también en forma expresa indica
que la constitución del estado de filiación puede verificarse no sólo mediante un juicio con
legítimo contradictor, sino que en cualquier gestión judicial, como lo es el presente
procedimiento voluntario" (C. Suprema, 23 de junio de 2016, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/Jur/4537/2016, Rol Nº 19766-2015). Esta opinión la ha
confirmado, de modo expreso, el mismo tribunal en sentencia posterior: "Resta examinar
si la citada disposición tiene el efecto adicional de permitir el establecimiento de la filiación
(o eventualmente del matrimonio en un caso distinto del que se discute) en un
procedimiento voluntario sin legítimo contradictor. Sexto: Que esta Corte confirma el
criterio establecido en el pasado, más recientemente expresado en la citada sentencia de
23 de junio del presente año, en causa rol ingreso Corte Nº 19766-2015, según el cual es
posible establecer la filiación mediante gestión voluntaria" (C. Suprema, 15 de septiembre
de 2016, cons. 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6438/2016, Rol Nº 20175-2015). 165. Sólo
puede solicitar el establecimiento de su filiación en un procedimiento voluntario el
indígena que no tenga determinada su filiación. Así lo ha precisado la E Corte xcma.
Suprema, fundada en la regla del artículo 208 del Código Civil: "También resulta
pertinente lo establecido en el artículo 208 del Código Civil, en el sentido que 'Si estuviese
determinada la filiación de una persona y quisiere reclamarse otra distinta, deberán
ejercerse simultáneamente las acciones de impugnación de la filiación existente y de
reclamación de la nueva filiación'. En consecuencia, sólo puede solicitar la declaración de
filiación en procedimiento voluntario el indígena que no tenga ya determinada su filiación"
(C. Suprema, 15 de septiembre de 2016, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6438/2016, Rol
Nº 20175-2015). 166. Puede recurrir al procedimiento voluntario quien no ha
acreditado la calidad de indígena según el artículo 3º de la Ley Nº 19.253, cuando
dicha calidad dependa exclusivamente de la filiación que busca establecer. En este
sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema: "Que, establecida la posibilidad de
xcma.
del Código Civil exige que, para que la sentencia produzca efectos erga omnes, se haya
pronunciado contra legítimo contradictor: "[Lo dispuesto en el artículo 316 del Código Civil
tiene un efecto importante para la filiación establecida por vía voluntaria de conformidad
con el artículo 4º de la Ley Nº 19.253. En lo pertinente, dicho artículo 316 establece que
los fallos que declaran verdadera la paternidad o maternidad del hijo valen respecto de
todos relativamente a los efectos que dicha paternidad o maternidad acarrea, siempre que
'se hayan pronunciado contra legítimo contradictor'. En la medida en que la gestión
voluntaria de que se trata no se pronuncia contra contradictor alguno, la filiación
establecida por esta vía podrá ser discutida judicialmente por quienes estimen que sus
derechos han sido afectados por ella. Si así no fuera, una persona podría verse privada
de sus derechos sin haber tenido oportunidad de controvertir en juicio la prueba aportada
para acreditar la posesión notoria del estado civil" (C. Suprema, 15 de septiembre de
2016, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6438/2016, Rol Nº 20175-2015).
distinción es arbitraria, sino sólo aquellas que carezcan de justificación razonable y que,
asimismo, prive, perturbe o amenace el ejercicio legítimo de los derechos fundamentales
que establece la Constitución y los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos
ratificados por Chile y que se encuentren vigentes" (C. Suprema, 6 de julio de 2016, cons.
5º, LegalPublishing: Cl/Jur/4789/2016, Rol Nº 16940-2016). En relación con esta última
exigencia, se ha reiterado: "Que la acción u omisión discriminatoria para ser sancionable
conforme a la citada ley, debe vulnerar necesariamente un derecho fundamental
establecido en la Constitución Política de la República o en los tratados internacionales
sobre derechos humanos ratificados por Chile y que se encuentren vigentes"
(C. Suprema, 25 de julio de 2018, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/3928/2018, Rol
Nº 41388-2017). 169. De la "identidad de género" como motivo que puede fundar
una discriminación arbitraria. La I Corte de Apelaciones ha declarado que: "[E]
lma.
ha declarado que: "[E]l elemento fundamental que debe considerarse para que estemos
frente a una discriminación arbitraria, es que exista en la actuación del órgano activo una
distinción, exclusión o restricción que "carezca de justificación razonable", esto es, que la
misma no contenga un fundamento, explicación o antecedente en que se exprese la
causa o el motivo de algo que se está resolviendo y que la misma sea incomprensible
para su receptor" (C. Apelaciones de Valparaíso, 6 de marzo de 2015, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1324/2015, Rol Nº 2476-2014). 171. Toca al juez ponderar, en
relación con el inciso final, los derechos que eventualmente pudieren estar en
conflicto. En este sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema: "[S]e consideran
xcma.
Concordancias: Código Civil: artículo 49. Ley Nº 20.609, establece medidas contra la discriminación,
D.O. 24.07.2012: artículo 6º letra e).
Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 20, 21. Código del Trabajo: artículos
485 y ss. Código Civil: artículos 1º, 3º, 6º, 8º. Ley Nº 20.609, establece medidas contra la
discriminación, D.O. 24.07.2012: artículo 5º.
Dicha audiencia tendrá lugar con la parte que asista. Si lo hacen todas ellas,
el tribunal las llamará a conciliación.
Recibida la causa a prueba, las partes tendrán el plazo de tres días hábiles
para proponer al tribunal los medios de prueba de los cuales pretenden
valerse, debiendo presentar una lista de testigos si desean utilizar la prueba
testimonial. Acto seguido, el tribunal dictará una resolución fijando la fecha para
la realización de la audiencia de recepción de las pruebas, que deberá tener
lugar entre el quinto y el décimo quinto día hábil posterior a dicha resolución. Si
tal audiencia no fuere suficiente para recibir todas las pruebas que fueren
procedentes o si las partes piden su suspensión por motivos fundados o de
común acuerdo, lo que podrán hacer sólo por una vez, se fijará una nueva
audiencia para dentro de los cinco días hábiles siguientes a la fecha de la
anterior. Finalizada la última audiencia de prueba, el tribunal deberá citar a las
partes a oír sentencia.
Concordancias: Código Civil: artículo 49. Código de Procedimiento Civil: artículos 44, 432. Ley
Nº 20.609, establece medidas contra la discriminación, D.O. 24.07.2012: artículo 8º.
Estas medidas deberán cumplirse dentro del plazo de quince días hábiles,
contado desde la fecha de la notificación de la resolución que las disponga.
Vencido este término, las medidas no cumplidas se tendrán por no decretadas
y el tribunal procederá a dictar sentencia sin más trámite.
el estatuto especial que regula este tipo de procedimiento busca que la acción deducida
en caso de discriminaciones arbitrarias tenga una tramitación rápida, en razón de la
materia discutida. Ello justifica el hecho de que la Ley Nº 20.609 haya declarado apelables
sólo la sentencia definitiva y otras resoluciones que impiden la continuación del juicio,
naturaleza jurídica que no reviste aquella que, en esta oportunidad, es objeto del
recurso" (C. Suprema, 11 de enero de 2016, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/194/2016,
Rol Nº 33156-2015).
"[El artículo 14 del citado cuerpo legal sólo limita la remisión al Código de Procedimiento
Civil a lo referido a 'la sustanciación de la acción', expresión que, a juicio de esta Corte, no
incluye lo relativo al régimen recursivo, para lo cual existe norma expresa en el artículo
anterior" (C. Suprema, 11 de enero de 2016, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/194/2016,
Rol Nº 33156-2015).
........
Proyecto de ley:
Artículo 1º. Esta ley tiene por finalidad proteger la vida de los seres
humanos, desde el momento de la concepción, su integridad física y psíquica,
así como su diversidad e identidad genética, en relación con la investigación
científica biomédica y sus aplicaciones clínicas.
Concordancias: Código Civil: artículo 75. Constitución Política de la República: artículo 19 número 1º.
Concordancias: Código Civil: artículo 10. Ley Nº 20.120, sobre investigación científica en el ser
humano, su genoma y prohíbe la clonación humana, D.O. 22.09.2006, artículo 17.
Concordancias: Código Civil: artículo 10. Constitución Política de la República: artículos 1º, 19 número
21.
Concordancias: Ley Nº 20.120, sobre investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe
la clonación humana, D.O. 22.09.2006, artículo 11. Ley Nº 20.584, regula los derechos y deberes de las
personas en relación con acciones vinculadas a su atención de salud,D.O. 24.04.2012: artículos 14, 21,
22.
Concordancias: Ley Nº 20.584, regula los derechos y deberes de las personas en relación con
acciones vinculadas a su atención de salud,D.O. 24.04.2012: artículos 14, 21, 22.
Artículo 11. Toda investigación científica en un ser humano deberá contar
con su consentimiento previo, expreso, libre e informado, o, en su defecto, el
de aquel que deba suplir su voluntad en conformidad con la ley.
Concordancias: Ley Nº 20.120, sobre investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe
la clonación humana, D.O. 22.09.2006, artículo 18.
Los datos del genoma humano que permitan la identificación de una persona
deberán ser encriptados para su almacenamiento y transmisión.
Los miembros de esta Comisión durarán cuatro años en sus cargos y podrán
ser reelegidos. El Presidente de la República, en el momento de solicitar el
acuerdo del Senado, propondrá al miembro que asumirá el cargo de
Presidente.
Concordancias: Ley Nº 20.120, sobre investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe
la clonación humana, D.O. 22.09.2006, artículo 3º.
Artículo 18. El que violare la reserva de la información sobre el genoma
humano, fuera de los casos que autoriza el artículo 12, sufrirá las penas
establecidas en ambos incisos del artículo 247 del Código Penal, según el
caso.
El que omitiere la encriptación exigida en esta ley será sancionado con multa
de hasta mil unidades de fomento.
Concordancias: Código Penal: artículo 247. Ley Nº 20.120, sobre investigación científica en el ser
humano, su genoma y prohíbe la clonación humana, D.O. 22.09.2006, artículo 12.
Artículo 19. El que falsificare el acta a que se refiere el inciso tercero del
artículo 11 será sancionado con la pena de reclusión menor en su grado
mínimo y con multa de 10 a 20 unidades tributarias mensuales.
Concordancias: Ley Nº 20.120, sobre investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe
la clonación humana, D.O. 22.09.2006, artículo 11.
Decreto:
1º. Los que hayan sido condenados y los que estén actualmente procesados
por simples delitos o crímenes, hasta que se sobresea definitivamente a su
respecto.
3º. Derogado. 149
5º. Los que se dediquen a trabajos ilícitos o que pugnen con las buenas
costumbres, la moral o el orden público y, en general, aquellos extranjeros
cuya nacionalización no se estime conveniente por razones de seguridad
nacional.150
2) Lugar de nacimiento;
3) Edad;
4) Estado civil, con indicación de la nacionalidad del cónyuge si el solicitante
es casado;
6) Profesión u oficio;
Artículo 8º. El que la cancele deberá también ser fundado en haber sido
concedida con infracción a lo dispuesto en el artículo 3º de esta ley, o en haber
acaecido ocurrencias que hagan indigno al poseedor de la carta de
nacionalización de tal gracia o por haber sido condenado por alguno de los
delitos contemplados en la ley número 12.927, de 6 de agosto de 1958. La
cancelación de la carta de nacionalización se hará previo acuerdo del Consejo
de Ministros y por decreto firmado por el Presidente de la República.
Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 11 número 4º. Decreto Nº 5.142, Fija el
texto refundido de las disposiciones sobre nacionalización de extranjeros, D.O. 30.05.2000: artículo 3º.
Concordancias: Código Civil: artículos 56, 57. Ley Nº 20.609, establece medidas contra la
discriminación, D.O. 24.07.2012: artículo 2º incisos 1º y 2º.
Artículo 12. Los derechos que se paguen por el otorgamiento de las cartas
de nacionalización serán equivalentes a un 50% de un sueldo vital mensual de
Santiago. Sin embargo, ascenderán sólo a un 10% de ese mismo sueldo vital si
el extranjero fuese cónyuge o viudo de chileno o si tuviere hijo chileno.
Teniendo presente:
2. Que entre las leyes que contemplan las disposiciones del Código Civil
deben considerarse las siguientes: Ley Nº 4.808 sobre Registro Civil; Ley
Nº 17.344, que Autoriza Cambio de Nombres y Apellido; Ley Nº 16.618 Ley de
Menores; Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones
Alimenticias, y la Ley Nº 16.271, de Impuesto a las Herencias, Asignaciones y
Donaciones.
Visto:
Proyecto de Ley:
b) Cuando el solicitante haya sido conocido durante más de cinco años, por
motivos plausibles, con nombres o apellidos, o ambos, diferentes de los
propios, y
En los casos en que una persona haya sido conocida durante más de cinco
años, con uno o más de los nombres propios que figuran en su partida de
nacimiento, el titular podrá solicitar que se supriman en la inscripción, en la de
su matrimonio y en las de nacimiento de sus descendientes menores de edad,
en su caso, el o los nombres que no hubiere usado.
considerando anterior: "Que del claro tenor de la norma recién transcrita es inequívoco,
que toda persona está facultada para pedir el cambio de uno o más de los nombres o
apellidos con que haya sido individualizada en su inscripción de nacimiento, requiriéndose
para ello el cumplimiento de una de las situaciones que la misma norma describe y más
arriba referidas, y las exigencias contenidas en el artículo 2º de la señalada Ley"
(C. Apelaciones de Santiago, 29 de marzo de 2016, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4406/2016, Rol Nº 12940-2015). 182. De la finalidad social a la
que se dirige la Ley Nº 17.344. La I Corte de Apelaciones de Concepción ha advertido
lma.
destacado el carácter taxativo de las causas legales que habilitan para, según este
artículo 1º de la Ley Nº 17.344, solicitar el cambio de nombre: "[Los sentenciadores del
fondo aplicaron correctamente la ley al desestimar la solicitud de que se trata, pues si bien
la legislación permite el cambio de nombre y apellido, solo procede en aquellos casos
expresamente contemplados por el legislador, ninguno de los cuales se probó en la
especie" (C. Suprema, 2 de agosto de 2016, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5534/2016,
Rol Nº 38175-2016). Esta misma opinión la había defendido algunos años antes la
I Corte de Apelaciones de Santiago, que ya había destacado el carácter taxativo de las
lma.
causales que prevé la ley en su artículo 1º para fundar la petición de cambio de nombre:
"Que la asignación de nombres y apellidos de una persona es legal y no voluntaria, pues
de ella emanan efectos en diversos ámbitos que alcanzan no sólo al titular, siendo éste el
motivo por el cual la legislación ha establecido causales rigurosas para que, judicialmente,
pueda decretarse el cambio de dichos nombres y apellidos. Conforme a lo anterior, el
artículo 1º de la Ley Nº 17.344 contempla como únicas causales al efecto que los
nombres o apellidos sean ridículos, risibles o produzcan menoscabo moral o material; el
haber sido conocido el solicitante durante más de cinco años, por motivos plausibles, con
nombres o apellidos, o ambos, diferentes de los propios, y en los casos de filiación no
matrimonial o indeterminada para agregar un apellido o cambiar uno cuando fueren
ambos iguales" (C. Apelaciones de Santiago, 3 de noviembre de 2003, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3712/2003, Rol Nº 8773-2001). 184. De la primera causa (inc. 2º
letra a): No se requiere acreditar que el menoscabo sea actual y directo. En este
sentido se ha declarado que: "El artículo 1º letra a) de la Ley Nº 17.344 no exige acreditar
que el menoscabo invocado, para acceder a un cambio de nombre, sea actual y directo,
no estando al intérprete, como se sabe, distinguir donde el legislador no lo ha hecho"
(C. Apelaciones de Valdivia, 19 de diciembre de 2007, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5624/2007, Rol Nº 823-2007). 185. De la primera causa (inc. 2º
letra a): No configura menoscabo el solo hecho de llevar el apellido del padre
biológico. Solicitado el cambio de nombre por la madre de una menor, para que se
admitiera el cambio del apellido de su padre biológico, por el de su actual conviviente y,
fundada la petición en el menoscabo que le causaría portar el apellido de su padre
biológico, el tribunal de alzada no dio lugar a la petición, y esa decisión fue confirmada por
la E Corte Suprema: "Que los sentenciadores concluyeron la imposibilidad de acceder a
xcma.
propuesto por el recurso, es necesario tener presente que los jueces del fondo
concluyeron que no se probó que la niña haya sido conocida por más de cinco años con
un apellido paterno distinto. Sobre la base de dicho hecho los sentenciadores resolvieron
confirmar la decisión de primer grado '(...) no por la razón señalada por el señor juez en la
reflexión que se ha eliminado, sino porque el fundamento de la petición radica en el
artículo 1º, inciso 2º, letra b), de la Ley Nº 17.344, lo que en definitiva importa que la
persona debe haber sido conocida durante más de 5 años, por motivos plausibles, con
nombres, apellidos o ambos, diferentes de los propios, y en autos, al margen de la
alegación de la defensa del padre en estrados, en el sentido de afectarse la identidad de
su hija, la mera declaración de testigos no proporciona el conocimiento de causa
necesario para decretar el cambio del apellido de la adolescente, de manera que no
habiéndose probado que la persona que resultaría beneficiada con el cambio de nombre
efectivamente haya sido conocida por más de 5 años con un apellidos distinto...'. Quinto:
Que, de lo expresado fluye que no es efectivo que los jueces del fondo hayan
desestimado la solicitud por el incumplimiento del requisito que se señala en el recurso,
esto es, la ausencia de 'beneficio para la solicitante', pues lo fue porque no se acreditó
que la niña ha sido conocida por más de cinco años con un apellido paterno distinto. Y
como lo ha señalado esta Corte, el establecimiento de los hechos sobre la base de la
apreciación de las probanzas allegadas al proceso, mediante las reglas de la sana crítica,
queda, en general, agotado en las instancias respectivas, a menos que los jueces en el
proceso de valoración hayan desatendido las razones simplemente lógicas, científicas,
técnicas o de experiencia en cuya virtud ha correspondido asignar valor o desestimar la
eficacia de las pruebas rendidas, lo que no se advierte haya ocurrido en la especie, ni
tampoco se denunció" (C. Suprema, 3 de mayo de 2016, cons. 4º y 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2836/2016, Rol Nº 9493-2016). 188. De atenderse al "interés
superior del niño" cuando el cambio de nombre se solicita en relación con un
menor. En ese sentido se ha pronunciado la I Corte de Apelaciones de Concepción:
lma.
"Que no se debe olvidar que en esta materia también es aplicable el interés superior del
niño, contemplado en la Convención de Derechos del Niño, ratificada por Chile.
Entendiéndose como niños y niñas a los menores de 18 años, calidad que revestía la niña
al inicio de su petición en que su madre solicitaba el cambio de apellido, y que es
relevante también para la decisión en esta materia, pues es la propia menor quien solicita
este cambio de apellido por las razones que se han dado, originadas porque en sus
sentimientos prevalece como padre el que, desde hace muchos años, es el conviviente de
su madre y con quien ha formado una nueva familia, con hijos comunes, y no su padre
biológico. 13º. Que, en este sentido, el interés superior del niño es un concepto amplio,
dentro del cual se debe considerar su participación en las decisiones que los afecten, esto
es, que las consideraciones del interés superior del niño deben primar al momento de
resolver sobre materias que les son propias, es decir, tomando en consideración al niño o
niña, como sujeto poseedor de derechos que deben ser respetados, especialmente por
los adultos y por el Estado" (C. Apelaciones de Concepción, 17 de octubre de 2013, cons.
12º y 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/2970/2013, Rol Nº 900-2013). 189. De la
consideración del interés superior del menor cuando se solicita por uno de los
padres el cambio de apellido de un menor de filiación matrimonial. La I Corte delma.
Dentro del término de treinta días, contados desde la fecha del aviso,
cualquiera persona que tenga interés en ello podrá oponerse a la solicitud. En
tal caso el oponente allegará, conjuntamente con su oposición, los
antecedentes que la justifiquen y el juez procederá sin forma de juicio,
apreciando la prueba en conciencia y en mérito de las diligencias que ordene
practicar.
En todo caso será obligatorio oír a la Dirección General del Registro Civil e
Identificación.
Concordancias: Ley Nº 17.344, Autoriza cambio de nombres y apellidos, D.O. 30.05.2000: artículo 1º
inciso 3º.
Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Reglamento Orgánico del Servicio de Registro
Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 104.
.................
Concordancias: Código Civil: artículos 6º, 7º, 9º, 304. Ley sobre el efecto retroactivo de las leyes,
7.10.1861, en Boletín de las Leyes i Decretos del Gobierno, XXIX, Nº 10: artículo 10. Ley Nº 19.947, de
Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 2º transitorio.
reglas de la Ley de Matrimonio Civil Nº 19.947: "Que de las normas transcritas se infiere
que la Ley Nº 19.947, no respetó el principio previsto en el artículo 3º de la Ley sobre
Efecto Retroactivo de las Leyes en el sentido que el estado civil adquirido y, por ende, las
causales de su extinción se rigen por la ley vigente a la fecha de su constitución. Por
consiguiente, todo el régimen de divorcio vincular de la nueva ley, tanto lo que dice
relación con las causales, titulares de la acción, plazos y requisitos, se aplica a los
matrimonios celebrados con anterioridad a su vigencia y los cónyuges pueden divorciarse
en conformidad a sus disposiciones, con la salvedad que no rige para estas personas las
limitaciones contempladas en los artículos 22 y 25 de la Ley de Matrimonio Civil, para
acreditar el cese de la convivencia, la que se puede probar por otros medios distintos de
los señalados en esas normas" (C. Suprema, 30 de octubre de 2006, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3634/2006, Rol Nº 2021-2006). Este considerando lo ha reiterado
literalmente en sentencias posteriores (C. Suprema, 9-XI-2010, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9235/2010, Rol Nº 5328-2010).
Artículo 5º. Las personas que bajo el imperio de una ley hubiesen adquirido
en conformidad a ella el estado de hijos naturales, gozarán de todas las
ventajas y estarán sujetas a todas las obligaciones que les impusiere una ley
posterior.
Concordancias: Código Civil: artículo 304. Ley Nº 19.585, establece nuevo régimen de filiación, D.O.
26.10.1998.
La E Corte Suprema ha declarado: "Que en relación a los derechos hereditarios del hijo
xcma.
2) El artículo 2º del mencionado Decreto Ley Nº 175 cuyos dos incisos
fueron substituidos por el Decreto Ley Nº 1.301 de 23 de diciembre de 1975,
dispone que para los efectos de la pérdida de la nacionalidad contemplada en
el Nº 4 del artículo 6º de la Constitución Política del Estado, se requerirá
decreto supremo fundado, firmado por todos los Ministros de Estado, en el que
se deberá considerar un informe escrito del Ministerio de Relaciones Exteriores
emitido sobre la base de los informes oficiales que obtenga de las misiones
diplomáticas u oficinas consulares chilenas en el extranjero, o de otras fuentes
fidedignas que estime apropiadas.
4) Recibidos los antecedentes señalados, o sin ellos una vez expirado ese
plazo, se dictará resolución disponiendo que los autos se mantengan en
Secretaría, por el término de diez días, contados desde la notificación al
interesado de aquella resolución, para que formule las observaciones y
produzca los antecedentes o pruebas que estime necesarios.
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Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS
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INICIO DE:
III. DEL MATRIMONIO
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
B. CÓDIGO CIVIL
C. LEY Nº 19.947 ESTABLECE NUEVA LEY DE MATRIMONIO CIVIL
D. DECRETO Nº 673 APRUEBA NORMAS REGLAMENTARIAS SOBRE MATRIMONIO CIVIL Y REGISTRO DE
MEDIADORES
E. DECRETO LEY Nº 824 APRUEBA TEXTO QUE INDICA DE LA LEY SOBRE IMPUESTO A LA RENTA
F. LEY Nº 20.255 ESTABLECE REFORMA PREVISIONAL
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INICIO DE:
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
1. PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS ADOPTADO POR LA ASAMBLEA
GENERAL DE LA ONU POR RESOLUCIÓN Nº 2.200 EL 16 DE DICIEMBRE DE 1966 Y SUSCRITO POR CHILE
EN LA MISMA FECHA
2. PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES, ADOPTADO POR
LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU EL 19 DE DICIEMBRE DE 1966 Y SUSCRITO POR CHILE EL 16 DE
SEPTIEMBRE DE 1969
3. CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA
MUJER, ADOPTADA POR LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU EL 18 DE DICIEMBRE DE 1979, SUSCRITA
POR CHILE EL 17 DE JULIO DE 1980
4. CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS: "PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA"
5. CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD, ADOPTADA POR LA
ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU EL 13 DE DICIEMBRE DE 2006
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1. pacto internacional de derechos civiles y políticos adoptado por la asamblea general de la onu por
.................
Artículo 23
.................
Artículo 10
Artículo 11
Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 4º.
.................
Artículo 16
1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas adecuadas para eliminar
la discriminación contra la mujer en todos los asuntos relacionados con el
matrimonio y las relaciones familiares y, en particular, asegurarán, en
condiciones de igualdad entre hombres y mujeres:
.................
Artículo 17. Protección a la familia.
5. La ley debe reconocer iguales derechos tanto a los hijos nacidos fuera de
matrimonio como a los nacidos dentro del mismo.
.................
Concordancias: Código Civil: Mensaje § VII, artículos 102, 1554. Código de Derecho Internacional
Privado: artículo 39. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 2º inciso 1º. Ley
Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 3º. Decreto Nº 789, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer,
D.O. 9.12.1989, artículo 16.2.
diciembre de 1866, falló que: "Se condena a don [...] a pagar a doña [...] la cantidad de
cien pesos como indemnización del agravio inferido, si no se casase con ella, debiendo
además correr con la crianza del hijo nacido, en los gastos que se originen,
correspondiendo la guarda y cuidado personal de dicho hijo a la madre, en caso de
solicitarlo ésta" (Jl. Ovalle, 17 de noviembre de 1866, en Gt. Año XXIV, Nº 1.286,
Santiago de Chile, marzo 2 de 1867, Nº 275, p. 129).
Concordancias: Código Civil: artículo 1470 inciso 3º. Código de Derecho Internacional Privado: artículo
39.
Concordancias: Código Civil: Mensaje § VIII. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930,
texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 2º números 2 y 4, 37 a 41. Ley
Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la
Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 23. Decreto Nº 326, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, D.O:
28.04.1989: artículo 10. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación
de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 16. Decreto Nº 873, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 17. Decreto Nº 201,
Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas
con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 23 letra a).
Concordancias: Código Civil: artículos 15, 20, 131, 133, 1074, 1077, 1443 y 1792. Ley Nº 19.947, de
Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 1º, 2º, 4º, 11 inciso 1º, 18. Decreto Nº 778, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 23. Decreto
Nº 326, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, D.O: 28.04.1989: artículo 10.1. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo
16.1. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990:
artículo 17. Ley Nº 19.947, D.O. 17 de mayo de 2004, de Matrimonio Civil: artículos 1º, 2º, 42 Nº 4, 54
Nº 2. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 23 letra a). Ley Nº 20.422,
Establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con
discapacidad, D.O. 10.02.2010, artículo 9º.
noviembre de 2011, ha reconocido que el matrimonio constituye una materia que está
sujeta al principio de la "reserva legal" y no al de la "reserva constitucional" en cuanto a
sus efectos: "Respecto al matrimonio, la reserva de ley referida a la regulación de sus
efectos, tiene un doble fundamento constitucional en la Carta Fundamental. Por una parte,
se desprende del Nº 3 del artículo 63 de la misma, que al señalar cuáles son las materias
de ley, indica como una de ellas las que "son objeto de la codificación civil". Y, por otra
parte, del Nº 20 del mismo artículo, que establece que también lo es "toda otra norma de
carácter general y obligatoria que estatuya las bases esenciales de un ordenamiento
jurídico" (Tribunal Constitucional, 3 de noviembre de 2011, cons. 5º, Rol Nº 1881-10 Ina).
Esta opinión la fundó el tribunal en las siguientes dos razones y argumentos: 1ª) Porque el
matrimonio constituye una materia propia de la codificación civil: y así se sostuvo que: "En
efecto, está fuera de toda duda que el matrimonio es una de las materias más importantes
relativas a las personas y es por ello que desde su aprobación, en 1855, el Código Civil
de Bello, en su Libro Primero, relativo a "Las personas", incluye el título IV "Del
matrimonio", lo que demuestra que éste es un asunto propio de la codificación civil y, por
ende, es materia de ley. Refuerza esta conclusión lo dispuesto en el artículo 63, Nº 20, de
la Constitución antes citado, pues resulta evidente que la definición de lo que se
entenderá por matrimonio con carácter general y obligatorio, por su importancia social,
estatuye una de las bases esenciales del ordenamiento jurídico civil y de ahí que sea
propio que la ley lo establezca" (Tribunal Constitucional, 3 de noviembre de 2011, cons.
6º, Rol Nº 1881-10 Ina) y; 2ª) Porque así se desprendería de la historia fidedigna de
la Constitución de 1980: en cuyo sentido se señaló: "Que, a mayor abundamiento, cabe
precisar que los efectos y la regulación de las proyecciones del matrimonio son propios de
la reserva legal y no constitucional. Ello quedó en evidencia en la discusión de la
Comisión de Estudio de la Nueva Constitución, referida a la disolución del matrimonio, la
que, por lo demás, con posterioridad a la entrada en vigencia de la Carta de 1980 fue
aceptada y regulada bajo la forma del divorcio vincular. Es así como las características de
la institución, referidas a la protección y desarrollo de la misma, han podido mutar en
virtud de diversas normas de rango legal, las que han efectuado cambios en lo que atañe,
por ejemplo, al régimen de bienes, a la adopción y a la filiación, entre otros aspectos"
(Tribunal Constitucional, 3 de noviembre de 2011, cons. 7º, Rol Nº 1881-10 Ina). El
mismo Tribunal ha reiterado esta opinión, es decir, que la disciplina jurídica del
matrimonio, en particular respecto de sus efectos, constituye una materia de reserva legal:
"Que en sentencia recaída en el Rol Nº 1881, este Tribunal afirmó que, respecto del
matrimonio, existe una reserva de ley referida a la regulación de sus efectos que tiene un
doble fundamento en la Carta Fundamental. Por una parte, en el Nº 3 del artículo 63 de la
misma, que señala que son materias de ley, las que "son objeto de codificación civil". Por
otra parte, en el Nº 20 del mismo artículo, que establece que también lo es "toda otra
norma de carácter general y obligatoria que estatuya las bases esenciales de un
ordenamiento jurídico" (Considerando 5º)" (Tribunal Constitucional, 10 de abril de 2014,
cons. 4º, Rol Nº 2435-13-Ina). 198. Régimen jurídico del matrimonio y principio
constitucional de igualdad entre hombres y mujeres. La noción del matrimonio y todo
su régimen jurídico no puede entenderse sino en el contexto de los principios
constitucionales y de las normas de derecho internacional vigentes en Chile, entre los que
se cuenta el de la igualdad jurídica de los cónyuges, como comienza a advertirlo la
jurisprudencia. Así se ha declarado que: "Como lo refiere el profesor Javier Barrientos
Grandon, en su artículo "La Compensación económica como derecho de uno de los
cónyuges y obligación correlativa del otro", publicado en la Revista Chilena de Derecho
Privado Nº 9, diciembre de 2007, Fernando Fueyo Laneri, de la Escuela de Derecho de la
Universidad Diego Portales, págs. 9-44, el matrimonio y su régimen jurídico descansa, en
todo lo relativo a la posición y relaciones entre los cónyuges, en el principio constitucional
de la igualdad entre hombres y mujeres, recogido en el artículo 19 Nº 2 inciso 1º de la
Constitución Política de la República, que se concreta, en la especie, en la específica
igualdad entre marido y mujer, en cumplimiento de lo previsto en el artículo 23 Nº 4 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y del artículo 24 Nº 4 del denominado
Pacto de San José de Costa Rica, los que obligan al Estado chileno a adoptar las
"medidas apropiadas para asegurar la igualdad de derechos y responsabilidades de
ambos esposos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución
de éste y, muy especialmente, para dar cumplimiento a diversas disposiciones de la
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer
(art. 16, 1, letra c) obligatorias, igualmente, para el Estado de Chile" (C. Apelaciones de
Talca, 16 de diciembre de 2010, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/ Jur/12341/2010, Rol
Nº 209-2010). 199. De la definición de matrimonio. La jurisprudencia, al igual que la
generalidad de la doctrina, tradicionalmente se ha mantenido aferrada a la definición del
matrimonio contenida en este artículo 102. Ello la ha hecho caer en la poco útil discusión
acerca de si se trata de un "contrato" o una "institución". Sin embargo, en el último tiempo,
y como consecuencia directa de las reformas legales en sede de matrimonio, de aquellas
otras que han contribuido a ampliar las concepciones habituales de la familia, ligada al
matrimonio, junto a lecturas que incorporan la legalidad constitucional y de los tratados
internacionales vigentes en el país, han dado paso a un incipiente esfuerzo jurisprudencial
por elaborar una definición que se desliga de la literalidad de este artículo 102 del Código
Civil. 199.1. De la definición legal del matrimonio: de su caracterización como
contrato. En el contexto en que fue redactada la definición legal de matrimonio, su
caracterización como contrato obedecía al propósito del codificador dirigido a destacar,
por una parte, que la ley civil no se ocupaba del matrimonio en cuanto que sacramento,
pues desde esta perspectiva quedaba sujeto a la disciplina canónica, sino que en cuanto
contrato y, por otra, a que requería del consentimiento de los contrayentes. La doctrina ha
pasado por alto la contextualización histórica de la definición contenida en el artículo 102,
y cuando se ha enfrentado a la necesidad de explicar la caracterización del matrimonio
como "contrato" ha trasladado al derecho chileno una discusión frecuente en otras
tradiciones. En concreto, ha asumido la cuestión de "determinar" si el matrimonio es un
"contrato" o una "institución". La jurisprudencia ha seguido los pasos de la doctrina, y no
logra, aún, desligarse de la añeja discusión relativa a si el matrimonio es un "contrato" o
una "institución". Así, por ejemplo, el E Tribunal Constitucional ha optado por referirse a
xcmo.
recordar que el derecho de familia tiene por objeto el resguardo de ciertas instituciones
que el Estado reconoce como valiosas, y que por diversos motivos son de interés para la
sociedad fomentar y proteger. Dentro de tales entidades, sobresale, entre otras, la del
matrimonio, que por definición se entiende como una comunidad de vida y de afectos que
genera en sus integrantes más allá de una relación de parentesco sanguíneo un vínculo
de carácter emocional con el que sus integrantes se identifican y reconocen entre sí, cuya
expresión sana y vigorosa el Estado debe resguardar y promover" (C. Suprema, 29 de
septiembre de 2016, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6728/2016, Rol Nº 22093-
2016). 200. La definición legal de matrimonio: de su caracterización como "entre un
hombre y una mujer" y de su constitucionalidad. Que el matrimonio pueda contraerse
sólo entre un hombre y una mujer constituye la delimitación legal de uno de los aspectos
del campo operativo del ejercicio del ius conubii, reconocido en el inciso 1º del artículo 2º
de la Ley Nº 19.947 como "un derecho esencial inherente a la persona humana, si se
tiene edad para ello". Coincidente con esta delimitación efectuada por este artículo 102,
en el inciso 1º del artículo 80 de la Ley Nº 19.947 se reconocen, bajo ciertas exigencias,
los matrimonios celebrados en el extranjero "siempre que se trate de la unión entre un
hombre y una mujer". Legalmente, pues, el matrimonio se concibe como únicamente
susceptible de ser contraído por dos personas de sexo distinto, y así lo ha destacado
alguna sentencia: "Que en nuestro sistema jurídico el contrato de matrimonio es
heterosexual y monógamo, por lo que sólo lo pueden celebrar dos personas de sexo
diferente, y por ello única y exclusivamente se está en presencia de dos personas y
consecuentemente de dos patrimonios distintos, cuya administración y regulación
determina la ley a través de los diferentes regímenes patrimoniales, como son el de
sociedad conyugal, separación total de bienes o participación en los
gananciales" (C. Apelaciones de Santiago, 16 de octubre de 2008, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7720/2008, Rol Nº 10145-2005). En ese contexto se ha planteado
la cuestión acerca de la constitucionalidad del artículo 102, en concreto, respecto de su
período 'por el cual un hombre y una mujer', es decir, si tal caracterización es conforme o
no a las reglas de la Constitución Política de la República, en especial, a la del número 2º
de su artículo 19, que asegura a todas las personas la igualdad ante la ley. Aunque el
E Tribunal Constitucional se ha pronunciado, cuando ha sido requerido, sobre esta
xcmo.
cuestión, no ha logrado identificar cuál es, realmente, la cuestión jurídica relevante, si bien
ha de advertirse que los requirentes tampoco contribuyeron a esa precisión. La cuestión
constitucional que plantea la legalidad matrimonial, desde la perspectiva de la
caracterización del ius conubii como un derecho que sólo puede ejercerse por una
persona respecto de otra de sexo distinto, se reduce a responder a la siguiente pregunta:
¿Es conciliable con la Constitución Política de la República que el ius conubii, por decisión
legal, sólo pueda ejercerse respecto de una persona de sexo distinto? Es esta una
pregunta a la que el E Tribunal Constitucional aún no ha dado respuesta, pues lo que ha
xcmo.
hecho en sus sentencias es pronunciarse sobre otra cuestión, pero que deja abierta una
siguiente. En efecto, como se ha de explicar, el E Tribunal Constitucional ha optado por
xcmo.
responder a esta pregunta: ¿Es conforme a la Constitución el actual régimen legal del
matrimonio en cuanto que lo concibe como entre personas de distinto sexo? Su respuesta
ha sido que sí lo es. Pero esa respuesta, por sus fundamentos y por su contexto, no
excluye a la siguiente: ¿Sería constitucional un régimen legal del matrimonio que
caracterizara al ius connubii como posible de ejercitarse respecto de una persona del
mismo sexo? Así, las cosas, la jurisprudencia constitucional ha estimado que el actual
régimen legal del matrimonio, en cuanto que lo concibe como la unión entre un hombre y
una mujer, no es inconstitucional. El razonamiento seguido por el E Tribunal xcmo.
inconexa en cuanto a la cuestión sobre la que había sido requerido, y habría sido muy
distinta cosa que el Tribunal hubiera declarado que era "el" matrimonio el que se hallaba
sujeto a la reserva legal, sin perjuicio de que esta reserva, efectivamente, se aplique a sus
efectos. 2º) En virtud de tal reserva legal, se ha establecido por el legislador un
matrimonio entre personas de diverso sexo, y ello es consistente con la "Convención
Americana sobre Derechos Humanos". El E Tribunal Constitucional ha destacado: "Que,
xcmo.
en virtud de lo anterior [la reserva legal], la legislación chilena actual aplicable en materia
matrimonial, esto es el Código Civil, en los títulos IV, V y VI del Libro Primero "De las
personas", y la Ley Nº 19.947 que establece la nueva Ley de Matrimonio Civil, configura el
matrimonio heterosexual y monogámico. En efecto, el artículo 102 del Código Civil señala
que "[e]l matrimonio es un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen
actual e indisolublemente, y por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear y de
auxiliarse mutuamente", y la Ley de Matrimonio Civil, al regular en su artículo 80 el
reconocimiento de los matrimonios celebrados en el extranjero, los reconoce —en lo que
interesa para el caso que nos ocupa— "siempre que se trate de la unión entre un hombre
y una mujer" (inciso primero). Asimismo la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, al ocuparse en el artículo 17 de la titularidad del derecho a contraer
matrimonio, no ocupa la locución "toda persona" que es la que utiliza para referirse a
quienes son sujetos de los otros derechos que reconoce, sino que dice en su inciso
segundo que "[s]e reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio", por
lo que la opción legal en Chile por el matrimonio heterosexual es consistente con lo
establecido en la Convención" (T. Constitucional, 10 de abril de 2014, cons. 5º, Rol
Nº 2435-13-Ina). 3º) Que ese modelo legal de matrimonio está acorde con las bases de la
institucionalidad.Así se declaró: "Que tal modelo de matrimonio resulta acorde con las
bases de la institucionalidad contenidas en el capítulo I de la Carta Fundamental, la que,
en su artículo 1º, inciso segundo, señala que '[l]a familia es el núcleo fundamental de la
sociedad", disposición que se reitera en el artículo 1º, inciso primero, de la Ley de
Matrimonio Civil, que añade que "[e]l matrimonio es la base principal de la familia'"
(T. Constitucional, 10 de abril de 2014, cons. 6º, Rol Nº 2435-13-Ina). 4º) Que en ese
contexto, no se puede pretender la reforma de un determinado sistema legal por la vía de
requerir la declaración de inaplicabilidad del artículo 102 del Código Civil. Requerido el
E Tribunal Constitucional para que se pronunciara sobre la aplicabilidad o no del artículo
xcmo.
102 del Código Civil, en cuanto que ella establece que el matrimonio sólo puede
celebrarse entre un hombre y una mujer al estimarse que ello podría contrariar el principio
de igualdad ante la ley, consagrado en el artículo 19 número 2º de la Constitución Política
de la República, "toda vez que aquella disposición sólo permite el matrimonio entre un
hombre y una mujer sin autorizar que las parejas homosexuales puedan contraer
matrimonio", en sentencia de 3 de noviembre de 2011 declaró que: "El requerimiento a
que se refiere esta sentencia no pueda prosperar, toda vez que lo que se pretende por su
intermedio es que se reformule un sistema de normas de modo integral y se regule
positivamente una institución de modo distinto al actual". En efecto, si bien se ha
efectuado una impugnación aislada de un artículo, lo que verdaderamente se impugna es
la aplicación de un estatuto jurídico complejo derivado del vínculo matrimonial entre
hombre y mujer, que se encuentra regulado en su estructura esencial en el Código Civil y
en la Ley Nº 19.947, esto es, la Ley de Matrimonio Civil. En otras palabras, lo que
pretenden los recurrentes es que se les reconozca la aplicación del mencionado estatuto,
cuestión que no es de competencia de este Tribunal, pues éste no se encuentra facultado
para modificar y regular las instituciones que contempla el ordenamiento jurídico mediante
un pronunciamiento de inaplicabilidad. A mayor abundamiento, el requerimiento de autos
tampoco puede considerarse bien formulado, toda vez que dos de las parejas que son
parte en la acción de protección sub lite se casaron en el extranjero, sin que la Corte de
Apelaciones de Santiago solicitara la inaplicabilidad de diversas normas de la Ley de
Matrimonio Civil y, en especial, del artículo 80 de aquel cuerpo normativo que establece
que "los requisitos de forma y fondo del matrimonio serán los que establezca la ley del
lugar de su celebración. Así, el matrimonio celebrado en país extranjero, en conformidad
con las leyes del mismo país, producirá en Chile los mismos efectos que si se hubiere
celebrado en territorio chileno, siempre que se trate de la unión entre un hombre y una
mujer". De esta manera, el reproche al artículo 102 del Código Civil no resulta decisivo en
la resolución de la gestión pendiente en lo que se refiere a las aludidas parejas"
(T. Constitucional, 3 de noviembre de 2011, cons. 9º, Rol Nº 1881-10 Ina). 201. La
definición legal de matrimonio: de su caracterización como indisoluble y "para toda
la vida". Una vez aprobada y en vigor la Ley Nº 19.947, que dio entrada al divorcio como
causa de término del matrimonio, se ha suscitado la cuestión tocante a cómo debe
entenderse el artículo 102 del Código Civil en aquella parte en la que se declara que el
matrimonio implica que los contrayentes se unen "indisolublemente, y para toda la vida".
En las ocasiones en las que los tribunales ordinarios han tocado este punto no ha habido
una especial preocupación por argumentar o razonar las opiniones que se han defendido.
Con todo, las opiniones que se han mantenido en este punto son las tres
siguientes: 201.1. La definición del artículo 102 del Código Civil se mantiene, pues
no ha sido expresamente modificada: en ese sentido se ha pronunciado la E Corte xcma.
Suprema: "Si la nueva Ley de Matrimonio Civil permite que las parejas pongan término al
matrimonio por medio del divorcio con disolución de vínculo, lo es en el entendido que
ambos cónyuges viven. Así lo ratifica con la definición, no modificada, del artículo 102
del Código Civil, que dispone que el matrimonio es un contrato solemne por el cual un
hombre y una mujer se unen actual e indisolublemente y por toda la vida" (C. Suprema,
15 de marzo de 2010, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/16774/2010, Rol Nº 8945-2009).
Esta consideración recibía, casi literalmente, una anterior del mismo tribunal
(C. Suprema, 7 de mayo de 2007, LegalPublishing: Cl/Jur/4675/2007, Rol Nº 5516-
2006); 201.2. La definición del artículo 102 debe entenderse en cuanto que consagra
la indisolubilidad intrínseca del matrimonio: es decir, que el matrimonio es indisoluble
en la medida en que no puede ser disuelto por la sola voluntad de los cónyuges, y que
sólo puede disolverse cuando una potestad externa así lo declara. Así lo ha defendido en
voto de minoría el ministro de la I Corte de Apelaciones de Santiago D. Jorge Zepeda
lma.
Arancibia: "Que los principios fundamentales que gobiernan el divorcio —esto es, el
entendido como la causa legalmente reconocida que invocada por uno o ambos cónyuges
y declarada judicialmente, pone fin al matrimonio válido— hacen que, en los
procedimientos respectivos, el juez cumpla un rol fundamental por tratase la pretensión de
una situación jurídica de excepción, atendida la indisolubilidad intrínseca del matrimonio,
conforme a la definición que de él da el artículo 102 del Código Civil, el que señala que
éste es para toda la vida" (C. Apelaciones de Santiago, 22 de marzo de 2012, Voto en
contra, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/699/2012, Rol Nº 1444-2011); 201.3. La
definición del artículo 102 debe entenderse modificada como consecuencia de una
derogación tácita: algunos tribunales de alzada se han inclinado por sostener que,
aunque no hubo una derogación expresa del artículo 102 o una modificación del mismo,
su texto es inconciliable con la disciplina del divorcio introducida por la Ley Nº 19.947 y,
por ende, debe entenderse tácitamente derogado en aquella parte que declara al
matrimonio como indisoluble. En este sentido se pronunció la I Corte de Apelaciones de
lma.
Concordancias: Código Civil: artículos 190, 2130 inciso 1º. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 36. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 15. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015:
artículo 5º inciso 3º.
Artículo 104. Derogado.158
Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 36. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 39 números 6º, 8º
y 9º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 12. Decreto Nº 673, Min. de Justicia,
Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil,D.O. 30.10.2004: artículos 3º inciso 1º números 6,
7, 9 a 12. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 5.
Concordancias: Código Civil: artículo 26. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 36.
Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículo 2º inciso 2º.
Concordancias: Código Civil: artículos 27, 112 y 1721. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 36. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,
D.O. 30.05.2000: artículo 39 números 8º y 9º. Ley Nº 19.947, D.O. 17 de mayo de 2004, de Matrimonio
Civil: artículos 2º inciso 2º, 12.
Artículo 108. Derogado.161
Concordancias: Código Civil: artículos 111 y 203. Código de Derecho Internacional Privado: artículo
36.
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 37, 109, 110, 112, 113, 340, 348. Código de Derecho
Internacional Privado: artículo 36. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo
8º número 5.
Concordancias: Código Civil: artículos 106, 107, 111 y 113. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 36. Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 38. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo
8º número 5.
3ª. Grave peligro para la salud del menor a quien se niega la licencia, o de la
prole;
4ª. Vida licenciosa, pasión inmoderada al juego, embriaguez habitual, de la
persona con quien el menor desea casarse;
5ª. Haber sido condenada esa persona por delito que merezca pena
aflictiva;170
Concordancias: Código Civil: artículos 116, 124 a 130. Código Penal: artículo 37. Código de Derecho
Internacional Privado: artículo 36. Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido
fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 38.
Concordancias: Código Civil: artículos 107, 1208 número 4. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 36.
Concordancias: Código Civil: artículos 321 número 2, 1428. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 36.
Concordancias: Código Civil: artículos 346, 526 y 533. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 36. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 14.
Artículo 117. Derogado.175
Artículo 118. Derogado.176
Artículo 119. Derogado.177
Artículo 120. Derogado.178
Artículo 121. Derogado.179
Artículo 122.Suprimido.180
Artículo 123. Derogado.181
Concordancias: Código Civil: artículos 127 y 494. Código de Procedimiento Civil: artículos 852 y
858. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 10. Decreto Nº 673, Min.
de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil,D.O. 30.10.2004: artículo 13.
Concordancias: Código Civil: artículos 126 y 494. Código de Procedimiento Civil: artículos 852 y
858. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 10. Decreto Nº 673, Min.
de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil,D.O. 30.10.2004: artículo 13.
Artículo 126. El Oficial del Registro Civil correspondiente no permitirá el
matrimonio del que trata de volver a casarse, sin que se le presente certificado
auténtico del nombramiento de curador especial para los objetos antedichos, o
sin que preceda información sumaria de que no tiene hijos de precedente
matrimonio, que estén bajo su patria potestad o bajo su tutela o curaduría. 184
Concordancias: Código Civil: artículos 25 inciso 2º, 44, 124, 952, 1181. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 50, 59. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015:
artículo 10.
Pero se podrán rebajar de este plazo todos los días que hayan precedido
inmediatamente a dicha disolución o declaración, y en los cuales haya sido
absolutamente imposible el acceso del marido a la mujer.
Concordancias: Código Civil: artículos 76, 129, 130 y 184. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 158. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio
Civil,D.O. 30.10.2004: artículo 14. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015:
artículo 10. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer,D.O. 9.12.1989, artículo 16.1.
Concordancias: Código Civil: artículo 128. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 158. Ley
Nº 19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículo 14. Decreto Nº 673, Min. de Justicia,
Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 14.Ley Nº 20.830, crea
el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 11 inciso 3º.
Artículo 130. Cuando por haber pasado la madre a otras nupcias se dudare
a cuál de los dos matrimonios pertenece un hijo, y se invocare una decisión
judicial de conformidad a las reglas del Título VIII, el juez decidirá, tomando en
consideración las circunstancias. Las pruebas periciales de carácter biológico y
el dictamen de facultativos serán decretados si así se solicita.
Concordancias: Código Civil: artículos 47, 128, 184, 199, 1511 y 2317. Código de Derecho
Internacional Privado: artículo 158.
1. Reglas generales
Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 5º inciso 2º. Código Civil: artículos 102,
132, 133, 134. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 43 y 45. Ley Nº 19.947, de
Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 1º inciso 3º, 10 inciso 1º, 11 inciso 1º, 18 inciso 2º, 20 inciso
3º, 26, 33, 54. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 14. Decreto
Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004:
artículos 5º incisos 1º y 17 inciso 2º. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos,D.O. 29.04.1989: artículo 23.4. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer,D.O. 9.12.1989,
artículo 16.1. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica,D.O. 5.01.1990: artículo 17.4.
Apelaciones de Arica: "[L]a infracción al deber de fidelidad no sólo se traduce en que uno
de los cónyuges cometa adulterio, puesto que éste no es sino una forma en particular de
infringir dicha obligación. Más bien, incurre en esta infracción y, por ende, en esta causal
de divorcio, el marido o mujer que realiza una conducta que compromete la búsqueda del
bien para ambos cónyuges, entendido este último concepto en términos amplios,
abarcador de todas las circunstancias de la vida conyugal, esto es que se destruye la fe,
confianza y lealtad debida manifestada ostensiblemente en el quehacer personal del
cónyuge infractor" (C. Apelaciones de Arica, 31 de agosto de 2006, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6769/2006, Rol Nº 300-2006, conf. C. Suprema, 12 de marzo de
2007, LegalPublishing: Cl/Jur/4651/2007 y Cl/ Jur/668/2007, Rol Nº 5048-2006). Con
posterioridad a la sentencia que acaba de citarse, esta nueva manera de concebir la
obligación de guardarse fe comenzó a asumirse por los tribunales de alzada. Así, por
ejemplo, en 2008 la I Corte de Apelaciones de Santiago razonaba: "Que una de las
lma.
cuestiones que se deben dilucidar para poder llegar a una decisión es qué se entiende por
"deber de fidelidad". A éste se refiere expresamente el artículo 131 del Código Civil, el
cual declara la naturaleza y entidad de este deber cuando dispone que: "Los cónyuges
están obligados a guardarse fe, a socorrerse y ayudarse mutuamente en todas las
circunstancias de la vida". Que, en relación a la expresión "fe" es necesario tener presente
lo que señala el artículo 20 del Código Civil al prescribir que "Las palabras de la ley se
entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso general de las mismas palabras;
pero cuando el legislador las haya definido expresamente para ciertas materias, se les
dará en éstas su significado legal". Y al no haberla definido la ley debemos acudir al
Diccionario de la Real Academia Española que la conceptualiza como "la palabra que se
da o promesa que se hace a alguien con cierta solemnidad o publicidad". A este respecto,
así entendida y analizada en el ámbito del matrimonio, Barrientos Grandon Javier y otro,
escribe en su obra Nuevo Derecho Matrimonial Chileno: "Este deber de guardarse fe
aparece como un necesario complemento para las más plena consecución del fin del bien
de los cónyuges, supuesto que sin él aparecería como imposible la constitución de la
comunidad de vida instituida entre marido y mujer desde el mismo momento en el que se
ofrecieron y aceptaron recíprocamente como tales, comprometiendo la integridad de sus
personas en el consorcio que formaron. Supuesto lo anterior, este deber de guardarse fe
no sólo se estrecha en los angostos límites de la fidelidad sexual, sino que se proyecta en
todos los ámbitos de la vida, luego "guardar la fe conyugal implica "fidelidad y ésta no es
más que la "Lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona", la que no
aparece determinada solamente por la naturaleza y fines de la institución matrimonial y,
por ende, se extiende a todos los ámbitos en los cuales se proyecta la comunidad de vida
entre marido y mujer" (C. Apelaciones de Santiago, 4 de julio de 2008, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6081/2008, Rol Nº 937-2008). La E Corte Suprema, con cierta
xcma.
frecuencia, reitera esta manera de concebir la obligación de guardarse fe: "[E]l artículo
131 del Código Civil, que dispone, en lo que interesa, que "Los cónyuges están obligados
a guardarse fe...en todas las circunstancias de la vida..."; lo que significa que el
matrimonio les impone un compromiso que comprende todos los ámbitos de la vida en
común y cualquiera que sea el acontecimiento que experimenten durante la vigencia del
enlace. En la doctrina se sostiene que "...guardar la fe conyugal implica "fidelidad" y ésta
no es más que la: "Lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona", la que
no aparece determinada solamente por la naturaleza y fines de la institución matrimonial
y, por ende, se extiende a todos los ámbitos en los cuales se proyecta la comunidad de
vida entre marido y mujer..." (Barrientos Grandon y Novales Alquézar, Nuevo derecho
matrimonial chileno, LexisNexis, Santiago, 2004, p. 284)" (C. Suprema, 7 de mayo de
2014, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/2078/2014, Rol Nº 7.795-2013). 210. La
obligación de guardarse fe no implica únicamente la abstención de relaciones
sexuales con persona distinta del cónyuge, sino que tiene un campo operativo
mucho más amplio. Como consecuencia de una comprensión amplia de la obligación de
guardarse fe, la jurisprudencia de los tribunales ordinarios de justicia ha afianzado la
opinión según la cual vulnera la dicha obligación cualquier conducta que, en general,
implique "un severo atentado al vínculo matrimonial". Esta opinión la defendió en 2007 la
E Corte Suprema: "El artículo 131 del Código Civil, del Título VI, Libro I, denominado
xcma.
"Obligaciones y Derechos entre cónyuges", establece que "Los cónyuges están obligados
a guardarse fe, a socorrerse y ayudarse mudamente en todas las circunstancias de la
vida. El marido y la mujer se deben respeto y protección recíprocos". A su vez, el artículo
132 del mismo texto señala que el adulterio constituye una grave infracción al deber de
fidelidad que impone el matrimonio y da origen a las sanciones que la ley prevé. De las
normas transcritas se infiere que el adulterio, en los términos definidos por el inciso
segundo del citado artículo 132, no es la única causal de divorcio referida a la fidelidad
matrimonial, como lo exigía la antigua Ley de Matrimonio Civil para el divorcio perpetuo en
su artículo 21. El numeral 2º del artículo 54 de la Ley Nº 19.947 sanciona la grave y
reiterada infracción al deber recíproco de guardarse fe, en el que sin duda se comprende
esa conducta, pero también otros hechos de infidelidad conyugal de gran significación que
importen un severo atentado al vínculo matrimonial" (C. Suprema, 12 de marzo de 2007,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/668/2007, Rol Nº 5048-2006). Con posterioridad ha
reiterado esta misma concepción: "El numeral 2 del artículo 54 de la Ley Nº 19.947,
sanciona la grave y reiterada infracción al deber recíproco de guardarse fe, en el que sin
duda se comprende esa conducta, pero también otros hechos de infidelidad conyugal de
gran significación que importen un severo atentado al vínculo matrimonial, como el que se
ha establecido en el caso sub lite" (C. Suprema, 14 de marzo de 2011, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9332/2011, Rol Nº 9529-2010). Finalmente, ha de advertirse que
este modo de concebir la violación de la obligación de guardarse fe ha sido asumido por
el E Tribunal Constitucional: "[D]ebe tenerse presente que el adulterio no es la única
xcmo.
transgresión grave al deber de fidelidad propio del matrimonio, y constitutivo por tanto de
la causal de divorcio por culpa establecida en el artículo 54, Nº 2, de la Ley de Matrimonio
Civil, sino que también lo son "otros hechos de infidelidad conyugal de gran significación
que importen un severo atentado al vínculo matrimonial" [...] (Sentencia de la Corte
Suprema de 14 de marzo de 2011, en "Gaceta Jurídica" 369, pág. 176, considerandos
séptimo y octavo)" (T. Constitucional, 10 de abril de 2014, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1326/2014, Rol Nº 2435-2013). Este considerando ha sido
reiterado por el mismo Tribunal en sentencia posterior (T. Constitucional, 30 de diciembre
de 2014, cons. 10º, Rol Nº 2681-14-Ina). 210.1. La vulneración de la obligación de
guardarse fe, con independencia de sus connotaciones sexuales, está ligada a las
concepciones sociales. En el último tiempo la E Corte Suprema ha incorporado el
xcma.
criterio de las concepciones sociales para precisar los actos que, con independencia de
su connotación sexual, han de considerarse como violatorios de la obligación conyugal de
guardarse fe: "[E]n el ámbito de la lealtad sexual no está referido solo a la prohibición de
relaciones sexuales, sino a cualquier acto que la conciencia social repute como infidelidad
conyugal, esto es, como una ruptura del deber de guardarse fe, ya sea con personas de
distinto o del mismo sexo, y supongan o no la realización completa de cópula o
ayuntamiento sexual" (C. Suprema, 7 de abril de 2014, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2078/2014, Rol Nº 7795-2013). 210.2. La vulneración de la
obligación de guardarse fe por relaciones sentimentales o afectivas. La
jurisprudencia posterior a la Ley Nº 19.947 ha tendido a admitir que el mantenimiento de
relaciones afectivas o sentimentales, con persona distinta del cónyuge, implica una
violación de la obligación conyugal de guardarse fe: "Siendo el concepto de fidelidad
mucho más amplio que el de adulterio, se puede afirmar por ello que el deber de fidelidad
no sólo abarca el adulterio, sino que basta una vinculación con un tercero que no guarde
los límites de lo común y habitual en relaciones sociales y denote una proximidad de tipo
sentimental" (C. Apelaciones de Santiago, 4 de julio de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6081/2008, Rol Nº 937-2008). En una línea similar se ha
pronunciado el E Tribunal Constitucional, que ha declarado que entre "los hechos de
xcmo.
incumplimiento del deber de fidelidad del otro cónyuge, como causal de divorcio, se
configura con la acreditación de la concurrencia de situaciones que demuestren no sólo la
ruptura del compromiso de lealtad sexual que implica el matrimonio, situación que
coincide con la definición de adulterio que entrega el artículo 132 del Código Civil antes
citado, que lo confina a la existencia de trato carnal de uno de los cónyuges con un
tercero, sino también cualquier otro hecho que implique una relación que no guarde los
límites de lo común o habitual con alguien ajeno al vínculo matrimonial, que dé cuenta de
una proximidad sentimental impropia al deber matrimonial de guardarse fe entre los
cónyuges" (C. Suprema, 29 de septiembre de 2016, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6728/2016, Rol Nº 22093-2016). 211. De la obligación de
guardarse fe y de las sanciones por su incumplimiento. La jurisprudencia ha
entendido que la facultad para impetrar la declaración de divorcio constituye una "sanción
indirecta" para el caso de incumplimiento de la obligación de guardarse fe: "El matrimonio
crea entre los cónyuges un conjunto de derechos y obligaciones, cuyo objeto, entre otros
de orden patrimonial, es la observancia de ciertas normas de conducta necesarias para la
realización práctica de los fines propios de la institución. Entre estos deberes se
encuentra el previsto en artículo 131 del Código Civil, que dispone: "los cónyuges están
obligados a guardarse fe", es decir, el de fidelidad. El divorcio es una vía indirecta para
sancionar la violación de la fe prometida, deber de fidelidad y, así el legislador entre las
causales por culpa, autoriza el divorcio por tal motivo, siempre que la conducta torne
intolerable la vida en común de los cónyuges" (C. Apelaciones de Santiago, 27 de febrero
de 2012, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/464/2012, Rol Nº 2498-2011). 212. De la
obligación de guardarse fe y la separación de hecho. Sobre esta cuestión sólo existe
una regla legal expresa, en relación con el específico incumplimiento consistente en el
adulterio, pues el inciso segundo del artículo 26 de la Ley Nº 19.947, prescribe que: "No
podrá invocarse el adulterio cuando exista previa separación de hecho consentida por
ambos cónyuges", es decir, en este supuesto los cónyuges pueden hacer cesar la
concreta obligación de no cometer adulterio por consentimiento mutuo cuando se separan
de hecho de común acuerdo, pero tal acuerdo no se extiende a otros ámbitos de la
general obligación de guardarse fe, sin que tampoco, los otros casos de separación de
hecho (v. gr. no consentida por ambos cónyuges) generen el efecto de "suspender" o
"extinguir" tal obligación, como ha pretendido, desprolija y no razonadamente, la Corte de
Apelaciones de Valparaíso: "La obligación de fidelidad, que aparece como una
consecuencia del ánimo de permanecer juntos y unidos en el proyecto que implica el vivir
y cohabitar cumpliendo las obligaciones recíprocas que el matrimonio impone, cesan
desde que opera la separación de hecho" (C. Apelaciones de Valparaíso, 20 de diciembre
de 2010, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/12135/2010, Rol Nº 740-2010). 213. Del
contenido y extensión de la obligación de socorro y ayuda mutua. En lo que toca a
esta obligación, se aprecian dos tendencias en la jurisprudencia, una que, en cierto modo
continúa una tendencia que se había iniciado con anterioridad a la entrada en vigor de la
Ley Nº 19.947, y que tiende a volver equivalentes la obligación de socorro y el derecho de
alimentos, y otra que la concibe con autonomía: 213.1. De la obligación de socorro
concebida en términos amplios: en esta dirección se ha declarado que: "[E]l artículo
131 del Código Civil, señala que "Los cónyuges están obligados a guardarse fe, a
socorrerse y ayudarse mutuamente en todas las circunstancias de la vida. El marido y la
mujer se deben respeto y protección recíprocos". El auxilio de que entre los cónyuges
trata la ley debe ser entonces incondicional y brindarse de inmediato e
ininterrumpidamente. Ello, porque "auxilio", en el matrimonio, no es ni más ni menos que
un deber sin solución de continuidad y que debe prestarse oportunamente. Sólo así
crecerán juntos marido y mujer —como sin duda así lo quisieron y acordaron al
matrimoniarse—; sólo así realizarán y desarrollarán ambos de modo pleno todos los
talentos y virtudes personales e individuales, sus satisfacciones y vida en general, es
decir en todos los ámbitos del ser humano. Porque "auxilio" es "socorro, ayuda, amparo",
y porque "abandonar" es, al contrario, "dejar, desamparar a una persona""
(C. Apelaciones de Santiago, 9 de noviembre de 2010, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9241/2010, Rol Nº 821-2010); 213.2. De la obligación de
socorro ligada al derecho de alimentos: en esta línea se ha entendido que: "La
obligación alimenticia constituye el deber de socorro entre cónyuges, esto es, la ayuda
recíproca que éstos se deban mutuamente, que se cumple permanentemente en la vida
común, casi imperceptiblemente y que adquiere toda su dimensión con la ruptura de la
convivencia" (C. Apelaciones de Santiago, 1 de septiembre de 2004, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2566/2004, Rol Nº 3279-2003, conf. C. Suprema, 21 de
septiembre de 2005, Legal Publishing: 32928, Rol Nº 5334-2004). 214. De la obligación
de socorro y de las sanciones para su incumplimiento. La jurisprudencia ha entendido
que una de las sanciones impuestas al cónyuge que incumple con su obligación de
socorro es la que se consagra en el inciso 3º del artículo 55 de la Ley de Matrimonio Civil,
es decir, vedarle la posibilidad de impetrar la declaración de divorcio unilateral,
fundándose en el cese de la convivencia por, al menos, tres años. Así se ha declarado,
respecto del citado inciso tercero que: "La finalidad de esta disposición al establecer la
posibilidad de que la acción de divorcio sea rechazada debido a la contumacia del
cónyuge demandante al cumplimiento de sus obligaciones alimenticias es la de hacer
efectivos en la materia los principios transversales a toda la legislación de Familia, como
el de protección al cónyuge más débil y el del interés superior de los hijos, castigando la
infracción del deber de socorro. Así, acreditado el referido incumplimiento de las
obligaciones alimenticias, sea con respecto a los hijos comunes o al propio cónyuge
demandado, deudor es sancionado con la mantención de la vigencia del vínculo
matrimonial, vedándole solicitar su disolución" (C. Suprema, 7 de junio de 2010, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/16793/2010, Rol Nº 2857-2010). Esta opinión se puede tener por
común y consolidada. La defendieron tempranamente diversos tribunales de alzada: la
I Corte de Apelaciones de Santiago: "La disposición del inciso tercero del artículo 55 de la
lma.
Cometen adulterio la mujer casada que yace con varón que no sea su
marido y el varón casado que yace con mujer que no sea su cónyuge. 189-190
Concordancias: Código Civil: artículos 131, 172. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 45.
Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 26 inciso 2º, 33, 54.
2011, que en lo que toca a este punto señalaba que: "De las normas transcritas [arts. 131
y 132 del Código Civil] se infiere que el adulterio, en los términos definidos por el inciso
segundo del citado artículo 132, no es la única causal de divorcio referida a la fidelidad
matrimonial, como lo exigía la antigua Ley de Matrimonio Civil para el divorcio perpetuo en
su artículo 21" (C. Suprema, 14 de marzo de 2011, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9332/2011, Rol Nº 9529-2010). Esta opinión se había mantenido
desde muy temprano por diversos tribunales de alzada, entre ellos, por la I Corte de
lma.
Apelaciones de Arica que había declarado que: "[L]a infracción al deber de fidelidad no
sólo se traduce en que uno de los cónyuges cometa adulterio, puesto que éste no es sino
una forma en particular de infringir dicha obligación. Más bien, incurre en esta infracción y,
por ende, en esta causal de divorcio, el marido o mujer que realiza una conducta que
compromete la búsqueda del bien para ambos cónyuges, entendido este último concepto
en términos amplios, abarcador de todas las circunstancias de la vida conyugal, esto es
que se destruye la fe, confianza y lealtad debida manifestada ostensiblemente en el
quehacer personal del cónyuge infractor" (C. Apelaciones de Arica, 31 de agosto de
2006, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6769/2006, Rol Nº 300-2006). Esta sentencia fue
confirmada por la E Corte Suprema y, al hacerlo, precisó que: "[E]l artículo 131 del
xcma.
Código Civil, del Título VI, Libro I, denominado "Obligaciones y Derechos entre cónyuges",
establece que "Los cónyuges están obligados a guardarse fe, a socorrerse y ayudarse
mudamente en todas las circunstancias de la vida. El marido y la mujer se deben respeto
y protección recíprocos". A su vez, el artículo 132 del mismo texto señala que el adulterio
constituye una grave infracción al deber de fidelidad que impone el matrimonio y da origen
a las sanciones que la ley prevé. De las normas transcritas se infiere que el adulterio, en
los términos definidos por el inciso segundo del citado artículo 132, no es la única causal
de divorcio referida a la fidelidad matrimonial, como lo exigía la antigua ley de Matrimonio
Civil para el divorcio perpetuo en su artículo 21. El numeral 2º del artículo 54 de la Ley
Nº 19.947 sanciona la grave y reiterada infracción al deber recíproco de guardarse fe, en
el que sin duda se comprende esa conducta, pero también otros hechos de infidelidad
conyugal de gran significación que importen un severo atentado al vínculo matrimonial"
(C. Suprema, 12 de marzo de 2007, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/4651/2007, Rol
Nº 5048-2006). Este considerando lo reproducía, literalmente, la misma Corte en un fallo
posterior (C. Suprema, 19 de enero de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5766/2009, Rol Nº 7843-2008), y es el antecedente del expuesto
en su ya citada sentencia de 2011, que es la asumida por el E Tribunal Constitucional.
xcmo.
De la consolidación de esta opinión es buena prueba, el que es recibida por los tribunales
de alzada en sus más recientes sentencias. Así, la I Corte de Apelaciones de San Miguel
lma.
ha declarado que: "[E]l adulterio, en los términos definidos por el inciso segundo del citado
artículo 132 del Código Civil no es la única causal de divorcio referida al deber de
fidelidad; el numeral segundo del artículo 54 de la Ley Nº 19.947 sanciona la grave y
reiterada infracción al deber recíproco de guardarse fe, en la que por cierto se comprende
esa conducta pero también otros hechos de infidelidad conyugal de gran significación que
importen un severo atentado al vínculo matrimonial. Con todo, probándose el adulterio, se
configura la causal" (C. Apelaciones de San Miguel, 15 de octubre de 2010, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8390/2010, Rol Nº 456-2010); y la I Corte de Apelaciones de
lma.
Concordancias: Código Civil: artículos 102, 128, 240. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 45. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 18 inciso 2º, 33, 54 inciso 2º
Nº 2.
Concordancias: Código Civil: artículos 137 inciso 2º, 150 inciso 6º, y 160. Ley Nº 19.947, de
Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 18 inciso 2º. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O. 21.04.2015: artículo 14.
Concordancias: Código Civil: artículos 15, 503, 1718, 1723, 1749, 1792-1 y 1753. Código de Derecho
Internacional Privado: artículo 43. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido
fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 4º número 3. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión
civil, D.O. 21.04.2015: artículo 13. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer,D.O. 9.12.1989, artículo 16.1.
que: "[E]n nuestro derecho puede definirse la sociedad conyugal como la sociedad de
bienes que se forma entre los cónyuges por el hecho del matrimonio. Y su característica
esencial es la existencia de un patrimonio o masa común destinada a subvenir las
necesidades que el matrimonio engendra. La sociedad conyugal se forma así de pleno
derecho, sin necesidad de declaración alguna de los cónyuges y por el solo hecho del
matrimonio celebrado en Chile y constituye el régimen legal de los cónyuges que contraen
matrimonio sin capitulaciones matrimoniales o con ellas, pero sin pactar otro régimen
patrimonial para el matrimonio. Su declaración está fijada por la ley, principiando
necesariamente al tiempo de celebrarse el matrimonio, en el momento preciso en que
éste se contrae" (C. Suprema, 12 de mayo de 2005, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1978/2005, Rol Nº 5414-2003). En el mismo sentido se ha
reiterado que la sociedad conyugal: "[P]uede definirse como la sociedad de bienes que se
forma entre los cónyuges por el hecho del matrimonio y su característica esencial es la
existencia de un patrimonio o masa común destinada a subvenir las necesidades que el
matrimonio engendra" (C. Suprema, 10 de diciembre de 2014, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9412/2014, Rol Nº 4146-2014). 226. Del campo operativo del
inciso 2º. Se ha precisado que: "La legislación nacional impone a los contrayentes como
régimen legal, el de la sociedad conyugal, de lo que se infiere que el señalado inciso
segundo no tiene aplicación entre cónyuges chilenos, quienes por aplicación del artículo
15 del Código del ramo, no pueden quedar en una situación diversa a la que hubiesen
tenido de casarse en Chile, pues la interpretación contraria llevaría al absurdo de aceptar
que los nacionales pueden incurrir en fraude a la ley por el solo hecho de contraer nupcias
en el extranjero" (C. Suprema, 31 de marzo de 2008, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7327/2008, Rol Nº 16-2008).
Concordancias: Código Civil: artículos 150, 166, 167, 266. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 44.
227. De las dos obligaciones que consagra esta disposición. La E Corte
Jurisprudencia: xcma.
sinónimo de ayuda, socorro, amparo y no comprende las expensas para la litis, tratadas
en la segunda parte de la disposición, en que se las distingue de los auxilios con el
empleo de la palabra además que contiene la frase cuando expresa que el marido deberá,
además, proveer a su mujer de expensas para la litis, si está casado en sociedad
conyugal" (C. Suprema, 2 de diciembre de 1998, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2037/1998, Rol Nº 1700-1998). 229. De la noción de
"expensas para la litis". Se ha precisado sobre ellas: "Que las expensas para la litis
implican los gastos en que debe incurrir el cónyuge casado en sociedad conyugal
respecto de su cónyuge en los casos que ella actúe judicialmente en contra de él, o bien
en los que debe incurrir cualquiera de los cónyuges que se encuentran casados bajo otro
régimen conyugal, en la misma hipótesis" (J. Familia, Valparaíso, 13 de abril de 2007,
cons. 24º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6542/2007, Rol Nº 1355-2007, conf. C. Apelaciones
de Valparaíso, 15 de enero de 2008, y por C. Suprema, 14 de abril de 2008,
LegalPublishing: Cl/Jur/7340/2008, Rol Nº 1097-2008). 230. De las condiciones para la
procedencia de las expensas para la litis. Si se acredita que los cónyuges están
casados en sociedad conyugal, y la no existencia de los bienes referidos 150, 166 y 167,
como tampoco una posición socioeconómica de la que pueda deducirse inequívocamente
la solvencia necesaria de la mujer para llevar la carga judicial que representa los
honorarios de un abogado, procede la obligación del marido de proveerla de expensas
para la litis (C. Apelaciones de Antofagasta, 25 de septiembre de 2007, cons. 2º,
conf. C. Suprema, 3 de enero de 2008, LegalPublishing: Cl/ Jur/7225/2008, Rol Nº 6361-
2007). 231. De la improcedencia de expensas para la litis en régimen de separación
de bienes. La E Corte Suprema ha advertido que: "[S]i los cónyuges están casados en
xcma.
Con todo, las compras que haga al fiado de objetos muebles naturalmente
destinados al consumo ordinario de la familia, obligan al marido en sus bienes
y en los de la sociedad conyugal; y obligan además los bienes propios de la
mujer, hasta concurrencia del beneficio particular que ella reportare del acto,
comprendiendo en este beneficio el de la familia común en la parte en que de
derecho haya ella debido proveer a las necesidades de ésta. 195
Concordancias: Código Civil: artículos 134, 150, 166, 167 y 260 inciso 2º.
Concordancias: Código Civil: artículos 1758 y siguientes. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y
Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 19 inciso 1º, número 2.
En tal caso, la mujer sólo obligará sus bienes propios y los activos de sus
patrimonios reservados o especiales de los artículos 150, 166 y 167, mas no
obligará al haber social ni a los bienes propios del marido, sino hasta la
concurrencia del beneficio que la sociedad o el marido hubieren reportado del
acto.
Concordancias: Código Civil: artículos 150, 166 y 167. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y
Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 19 inciso 1º, número 2.
Concordancias: Código Civil: artículos 141 a 149, 150, 152 a 167, 172 a 178, 1792-1 a 1792-27.
Ley Nº 19.947, D.O. 17 de mayo de 2004, de Matrimonio Civil: artículos 26 a 41.
Concordancias: Código Civil: artículos 145 inciso 2º, 566 a 574. Código Orgánico de Tribunales:
artículo 10 inciso 1º. Código de Procedimiento Civil: artículos 129 a 137. Ley Nº 19.968, crea Tribunales
de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 14 letra b). Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión
civil, D.O. 21.04.2015: artículo 15 inciso final.
de las características de los bienes familiares está dada porque: "[L]as normas que los
regulan son de orden público" (C. Suprema, 3 de septiembre de 2012, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1962/2012, Rol Nº 3322-2012; C. Suprema, 29 de enero de 2013,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/199/2013, Rol Nº 7626-2012). En relación con esta
característica ha agregado que: "Este tipo de normas al estar establecidas en beneficio de
la familia son de orden público y se sustraen al principio de voluntad entre las partes,
siendo irrenunciables y su fundamento en último término es garantizar una vivienda
estable para el grupo familiar" (C. Suprema, 29 de enero de 2013, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/199/2013, Rol Nº 7626-2012). De este carácter de sus normas, la
jurisprudencia ha extraído el corolario de la imposibilidad de su aplicación a situaciones no
previstas expresamente en la ley: "Que si bien la institución de los bienes familiares, cuya
regulación fue incorporada por la Ley Nº 19.335, tiene por finalidad amparar el hogar de la
familia, principalmente en caso de conflictos dentro de ella, no es posible aplicarla a
situaciones no previstas por la ley, sobre todo si se atiende al carácter de orden público
que tienen sus normas" (C. Suprema, 16 de marzo de 2012, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/637/2012, Rol Nº 10182-2011). 235. De la naturaleza imperativa
de la regla del inciso 1º. La jurisprudencia se ha uniformado en torno a la opinión que
estima que es esta una norma de carácter imperativo, no obstante el uso del vocablo
'podrán'. Así se ha declarado: "Que el inciso 1º del artículo 141 del Código Civil es una
norma de carácter imperativo, no obstante el uso del vocablo podrán, el cual indica que
frente a los supuestos allí indicados, el cónyuge que lo estime necesario tendrá la
posibilidad de optar entre solicitar o no solicitar la declaración de bien familiar, es decir no
está obligado a pedirlo; pero requerido que sea el juez y dados los dos supuestos
exigidos, la declaración entonces se torna perentoria" (C. de Apelaciones de Santiago, 16
de octubre de 2008, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/7720/2008, Rol Nº 10145-2005).
Este considerando ha sido reiterado, literalmente, en otros fallos del mismo tribunal de
alzada (C. de Apelaciones de Santiago, 5 de octubre de 2011, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8050/2011, Rol Nº 418-2011). 236. Del fundamento de la
institución del bien familiar. La jurisprudencia ha destacado los siguientes fundamentos
de esta institución: 236.1. La obligación de proveer a las cargas de familia y la
protección de la vivienda familiar: en este sentido se ha dicho que: "El fundamento de
la institución en estudio se encuentra en lo que se ha denominado "régimen matrimonial
primario", es decir, el conjunto de normas imperativas de carácter patrimonial que buscan
la protección de la familia y que, por lo tanto, se impone a los cónyuges, en razón del
deber general de éstos de satisfacer las necesidades de la familia, lo que la doctrina
española denomina "levantamiento de cargas del matrimonio", como la mantención de la
familia, su alimentación y educación de los hijos, a las que se subordina el patrimonio de
los cónyuges, quienes pueden ser privados del dominio o limitados en su derecho con el
fin de asegurar la satisfacción de las obligaciones que les impone la ley" (C. Suprema, 3
de septiembre de 2012, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/1962/2012, Rol Nº 3322-2012).
Este considerando lo ha reiterado la E Corte Suprema en sentencias posteriores
xcma.
suya de 2006, que luego fue reiterado en innumerables casos posteriores. En aquella
sentencia el tribunal sostuvo que: "[L]a institución de los bienes familiares, incorporada a
nuestra legislación por la Ley Nº 19.335, tiene por finalidad principal amparar el hogar de
la familia, principalmente en caso de conflictos dentro de ella, protegiendo al cónyuge no
propietario al limitar las facultades del que es dueño del respectivo bien raíz"
(C. Suprema, 21 de agosto de 2006, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5522/2006, Rol
Nº 5022-2004). Sin variación alguna fue reproducido en una sentencia del año siguiente
(C. Suprema, 6 de diciembre de 2007, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/2865/2007, Rol
Nº 6394-2007), y en muchas otras solamente en su primer período: "[L]a institución de los
bienes familiares, incorporada a la legislación nacional por la Ley Nº 19.335, tiene por
finalidad principal amparar el hogar de la familia, principalmente en caso de conflictos
dentro de ella" (C. Suprema, 31 de mayo de 2007, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3361/2007, Rol Nº 1245-2007; C. Suprema, 4 de mayo de 2009,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6318/2009, Rol Nº 1968-2009; C. Suprema, 14 de
septiembre de 2009, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1219/2009, Rol Nº 4608-
2009; C. Suprema, 21 de septiembre de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9501/2009, Rol Nº 5275-2009). Este mismo texto se ha
mantenido, como fundamento para explicar la protección dispensada a la familia desde la
perspectiva de la disposición de bienes materiales para su propio desarrollo: "[L]a
institución de los bienes familiares, incorporada a nuestra legislación por la Ley Nº 19.335,
tiene por finalidad principal amparar el hogar de la familia, principalmente en caso de
conflictos dentro de ella. Así, el objeto de los bienes familiares se centra en dar protección
a la familia en la disposición de bienes materiales para su propio desarrollo, en
cualesquiera de los regímenes patrimoniales que están consagrados en la ley; amparar al
cónyuge no propietario de la vivienda familiar y resguardar el interés de los hijos comunes
y del cónyuge al que le corresponde el cuidado de éstos, en los casos de rupturas
conyugales, como separación de hecho, divorcio y nulidad" (C. Suprema, 12 de
septiembre de 2011, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/9367/2011, Rol Nº 4316-
2011; C. Suprema, 13 de enero de 2014, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/75/2014, Rol
Nº 4663-2013). Igualmente, se lo ha conservado como base de la idea de dar protección
a la familia, en cuanto a la seguridad de brindarle un hogar físico: "[C]omo ha reconocido
la doctrina y jurisprudencia nacional, la institución de los bienes familiares, incorporada en
nuestro ordenamiento por la Ley Nº 19.335, tiene por objeto proteger el núcleo familiar,
por la vía de asegurarle la mantención del hogar físico, ante conflictos o desavenencias
que pudieran poner fin a la vida en común entre los cónyuges. Se ha dicho, por lo mismo,
que es una "garantía para el cónyuge que tenga el cuidado de los hijos, en casos de
separación de hecho o de disolución del matrimonio" (Ramos, René, Derecho de
Familia, Editorial Jurídica, año 2007, página 350, citando al profesor Enrique Barros)"
(C. Suprema, 31 de marzo de 2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/686/2014, Rol
Nº 9439-2013; C. Suprema, 9 de febrero de 2015, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/688/2015, Rol Nº 22340-2014). Esta opinión, que se reitera cada
vez con mayor frecuencia, la mantiene la E Corte Suprema, con expresa advertencia de
xcma.
y 146 del Código Civil, resulta evidente que la principal beneficiaria de la institución en
comento es la familia; desde esta perspectiva, no puede desconocerse el hecho que si
bien ella ha podido tener su origen en el matrimonio de las partes, como ha ocurrido en la
especie, lo cierto es que la misma subsiste más allá de la disolución de la relación
conyugal, permaneciendo vigente en relación a los hijos, a quienes en este caso la ley
busca asegurar su protección mediante la consagración de la institución en comento, con
la extensión de sus efectos más allá del término del matrimonio, si se dan los
presupuestos legales que justifican tal proceder" (C. Suprema, 15 de abril de 2009, cons.
9º, LegalPublishing: Cl/Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009). Este considerando se ha
recibido literalmente en sentencias posteriores del mismo tribunal (C. Suprema, 12 de
septiembre de 2011, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/9367/2011, Rol Nº 4316-
2011; C. Suprema, 13 de enero de 2014, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/75/2014, Rol
Nº 4663-2013). En igual sentido se ha advertido por la E Corte Suprema: "Que tal
xcma.
interpretación guarda, por lo demás, debida armonía con el sentido y finalidad que la
institución de los bienes familiares representa, en el contexto que si bien ella está prevista
para los casos en que exista matrimonio entre los involucrados, lo cierto es que con ella
se intenta asegurar a la familia mediante la subsistencia en su poder de bienes
indispensables para su desarrollo y existencia, pretendiendo asegurar a la familia un
hogar físico estable donde sus integrantes puedan desarrollar la vida con normalidad,
ejerciendo los roles y funciones que les correspondan, aun después de disuelto el
matrimonio, con el fin de evitar el desarraigo de la que ha sido la residencia principal de
ésta. Tal presupuesto, que ha sido objeto principal por parte del legislador, no puede
entenderse que desaparece por la sola circunstancia de declararse el divorcio del
matrimonio celebrado entre las partes" (C. Suprema, 13 de marzo de 2017, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/805/2017, Rol Nº 82473-2016). 237.2. La protección del
cónyuge débil: en alguna ocasión la jurisprudencia ha advertido que, en cierto modo, la
declaración de bien familiar protege al cónyuge débil: "Desde otra perspectiva constituye
también una garantía o forma de protección para el cónyuge más débil o para el que
tenga el cuidado de los hijos, en casos de separación de hecho o de disolución del
matrimonio" (C. Suprema, 15 de abril de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009). La jurisprudencia, igualmente, ha
tendido a identificar implícitamente al cónyuge no propietario como el destinatario de esta
protección: "[E]l fallo recurrido ha interpretado correctamente las normas de los artículos
141 a 149 del Código Civil, al entender que la finalidad de esta institución la de los bienes
familiares es la de proteger al cónyuge no propietario de las eventuales enajenaciones o
gravámenes que el dueño pueda hacer del bien que sirve de residencia principal a la
familia" familia (C. Suprema, 31 de mayo de 2004, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2766/2004, Rol Nº 2800-2003). 237.3. Los bienes familiares no
tienen por finalidad garantizar el derecho de alimentos. En este sentido se ha
pronunciado la E Corte Suprema: "[L] os jueces de alzada interpretaron las reglas
xcma.
los bienes familiares del modo siguiente: "Que del análisis global de la regulación prevista
por los artículos 141 y siguientes del Código Civil, se concluyen como características de
los bienes familiares, las siguientes: a) dichos bienes deben cumplir la función de permitir
la vida familiar, protegiendo la residencia principal de la familia; b) pueden darse en
cualquier régimen de bienes, aunque no se constituyan de pleno derecho, pues se
requiere de una declaración judicial en tal sentido, del acuerdo de los cónyuges
separados de hecho o de un acto unilateral de uno de los cónyuges otorgado mediante
escritura pública; c) es necesaria la existencia de vínculo matrimonial; d) con ellos se
restringe o limita las facultades de administración del cónyuge propietario y también la
acción de los acreedores; e) se fundamentan en el deber de proveer a las cargas de
familia y en la protección de la vivienda familiar y f) las normas que los regulan son de
orden público" (C. Suprema, 3 de septiembre de 2012, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1962/2012, Rol Nº 3322-2012). Esta caracterización se ha
reiterado por la E Corte Suprema, casi palabra por palabra, en sentencias posteriores:
xcma.
"Que del análisis global de la regulación prevista por los artículos 141 y siguientes del
Código Civil, se concluyen como características de los bienes familiares, las siguientes:
a) dichos bienes deben cumplir la función de permitir la vida familiar, protegiendo la
residencia principal de la familia, b) pueden darse en cualquier régimen de bienes, no
operan de pleno derecho, pues se requiere de una declaración judicial en tal sentido, el
acuerdo de los cónyuges separados de hecho o un acto unilateral de uno de los cónyuges
otorgado mediante escritura pública, c) se requiere la existencia de vínculo matrimonial,
d) con ellos se restringe o limita las facultades de administración del cónyuge propietario y
también la acción de acreedores, e) se fundamentan en el deber de proveer a las cargas
de familia y en la protección de la vivienda familiar y f) las normas que lo regulan son de
orden público" (C. Suprema, 29 de enero de 2013, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/199/2013, Rol Nº 7626-2012). 238.1. Constituyen una
institución, en su origen, de naturaleza matrimonial, pero extendida al acuerdo de
unión civil. Los bienes familiares nacieron como una institución imprescindiblemente
ligada a la familia matrimonial, de modo que para su declaración se advertía que: "[E]s
necesaria la existencia de vínculo matrimonial" (C. Suprema, 3 de septiembre de 2012,
cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/1962/2012, Rol Nº 3322-2012). En el mismo sentido se
afirmaba que: "[L]a declaración de bienes familiares presupone la existencia del
matrimonio. Si no hay matrimonio, no puede haber bienes familiares" (C. Suprema, 14 de
enero de 2015, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/188/2015, Rol Nº 11865-2014). Desde la
publicación de la Ley Nº 20.830, de 21 de abril de 2015, pero en vigor a partir de seis
meses después de su publicación, la institución de los bienes familiares ha sido extendida
a los casos en que exista un acuerdo de unión civil, según se previene en el inciso final de
su artículo 15. 238.2. Proceden con independencia del régimen de bienes del
matrimonio. Es esta una opinión común y consolidada desde muy temprano en la
jurisprudencia de la E Corte Suprema, y seguida uniformemente por los tribunales de
xcma.
artículos 141 a 146 del Código Civil tratan de los bienes familiares cuyo ámbito de
aplicación es amplio, pues no está restringido a un régimen matrimonial determinado, sino
que se puede aplicar a cualquiera sea el régimen matrimonial que hayan acordado los
contrayentes, atento que tales bienes están destinados a proteger a la familia matrimonial
de modo que se requiere la existencia de un matrimonio" (C. Apelaciones de Arica, 4 de
junio de 2003, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/2518/2003, Rol Nº 8945). Este fallo fue
confirmado en casación por la E Corte Suprema (C. Suprema, 31 de mayo de 2004,
xcma.
del Código, establece en el artículo 147 otros derechos que el juez puede
prudencialmente constituir a favor del cónyuge no propietario durante el matrimonio, sobre
los bienes familiares, usufructo, uso o habitación, lo que demuestra no existir
incompatibilidad entre tales derechos y los bienes declarados familiares, lo que no puede
entenderse en perjuicio u oposición al destino familiar inherente a los bienes declarados
en tal carácter" (C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de septiembre de 2004, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/383/2004, Rol Nº 941-2001). Por su parte, la I Corte de lma.
períodos del inciso 1º del artículo 141 para, de tal manera, señalar cuáles sean los
requisitos para la declaración de bien familiar. Así, por ejemplo, se ha declarado que: "[L]o
que exige esta norma para la procedencia de la declaración de bien familiar es la
existencia de un inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges, y que éste sirva
de residencia principal de la familia, no siendo necesario analizar la situación patrimonial
de los componentes de la familia, ni otros aspectos relacionados con ella, como la
ausencia de hijos" (C. Suprema, 31 de mayo de 2004, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2766/2004, Rol Nº 2800-2003). En igual orientación, el mismo
tribunal ha declarado que: "Para la aplicación de la norma transcrita [141] es necesaria la
concurrencia de varios requisitos, a saber: existencia de vínculo matrimonial; que se trate
de un inmueble de propiedad de uno de los cónyuges; que sirva de residencia principal de
la familia y si son bienes muebles, que ellos guarnezcan dicha residencia principal de la
familia" (C. Suprema, 19 de febrero de 2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6006/2009,
Rol Nº 454-2009). Con todo, algunos tribunales de alzada han asumido una visión algo
más elaborada, desde la perspectiva de los requisitos de procedencia de la acción para
obtener la declaración de bien familiar. Tal visión, que recibe algunas de las opinión que la
jurisprudencia ha consolidado en cierta materias, entiende que tales requisitos se reducen
a tres: "Que los requisitos de procedencia de la acción deducida son los siguientes: a) que
la declaración de bien familiar sea solicitada por uno de los cónyuges, sea o no
propietario, b) que el bien familiar, el inmueble y los muebles que lo guarnecen, sea de
dominio de uno de los cónyuges o de ambos, cualquiera sea el régimen matrimonial; y
c) que dicho inmueble sea la residencia principal de la familia" (C. Apelaciones de
Valparaíso, 5 de noviembre de 2010, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/9170/2010, Rol
Nº 642-2010). En el mismo sentido se ha afirmado: "Que tratándose de una demanda en
la que se pretende la declaración de un bien familiar, ha debido establecerse en el
proceso las siguientes circunstancias: a) que la declaración de bien familiar sea solicitada
por uno de los cónyuges, sea o no propietario, b) que el bien familiar, el inmueble y los
muebles que lo guarnecen-, sea de dominio de uno de los cónyuges o de ambos,
cualquiera sea el régimen matrimonial; y c) que dicho inmueble sea la residencia principal
de la familia" (C. Apelaciones de Concepción, 24 de mayo de 2011, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4427, Rol Nº 189-2011). Esta opinión la ha reiterado el mismo
tribunal de alzada: "Que los requisitos de procedencia de la acción de declaración de bien
familiar son: a) Que la declaración de bien familiar sea solicitada por uno de los cónyuges,
sea o no propietario; b) que el bien familiar, el inmueble y los muebles que lo guarnecen,
sea de dominio de uno de los cónyuges, o de ambos, cualquiera sea el régimen
matrimonial; y c) que dicho inmueble sea la residencia principal de la familia"
(C. Apelaciones de Concepción, 25 de abril de 2014, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1695/2014, Rol Nº 24-2014). Sobre la base de las finalidades
perseguidas con la declaración de bien familiar, y de los fundamentos en que ella
descansa, los requisitos exigidos para que proceda tal declaración pueden reducirse a los
siguientes: 1º) La existencia de una familia matrimonial, o de un acuerdo de unión civil;
2º) La existencia de un inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges; y 3º) Que
tal inmueble sea la residencia principal de la familia. 240. Primer requisito: De la
existencia de una familia matrimonial, o de un acuerdo de unión civil. Desde la
entrada en vigor de la Ley Nº 20.830, que crea el acuerdo de unión civil, la declaración de
bien familiar exige, como presupuesto, que exista una familia matrimonial o un acuerdo de
unión civil. Hasta el presente la jurisprudencia sólo se ha pronunciado en relación con la
exigencia de una familia matrimonial. No sin cierta razón, se ha tendido a plantear de
modo implícito esta exigencia sobre la base de la siguiente cuestión: ¿Es posible que, no
obstante existir matrimonio, pueda no existir familia? La diversidad de casos concretos, en
cuyo fondo ha estado la referida cuestión, ha generado una serie de opiniones que han
contribuido a delimitar los perfiles de este primer requisito. Su sistematización permite
desglosarlos en dos puntos: 1º) De la existencia de matrimonio, o de un acuerdo de unión
civil; y 2º) De la existencia de familia. 240.1. De la existencia de matrimonio o de un
acuerdo de unión civil. Si bien en el sistema jurídico chileno se reconoce la existencia
de familias fundadas no sólo en el matrimonio, la declaración de bien familiar constituye
una institución incardinada en la familia matrimonial y extendida al acuerdo de unión civil,
como se prescribe en el inciso final del artículo 15 de la ley mencionada Ley Nº 20.830:
"Cualquiera sea el régimen de bienes que exista entre los convivientes civiles, tendrá
aplicación lo dispuesto en los artículos 141 a 149 del Código Civil". En todo caso, no es
posible aplicarla a ningún otro género de uniones. De ahí resulta el que toda su disciplina
legal gire en torno a la noción de "cónyuges". Así, en su campo operativo originario, los
bienes familiares se presentan como imprescindiblemente ligados a la familia matrimonial,
de modo que para su declaración, ha insistido la jurisprudencia en que: "[E]s necesaria la
existencia de vínculo matrimonial" (C. Suprema, 3 de septiembre de 2012, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1962/2012, Rol Nº 3322-2012). La exigencia de este primer
requisito, en el caso de la familia matrimonial, es decir, la existencia de matrimonio ha
tenido una evolución de interés. En efecto, en un primer momento la jurisprudencia tendió
a estimar que la exigencia de haber matrimonio operaba con un cierto carácter objetivo, y
que debía mantenerse en el tiempo, pero en sentencias recientes se comienza a
abandonar esta opinión, para defender otra conforme a la cual la exigencia del matrimonio
sólo ha de considerarse en el momento de presentación de la solicitud. La E Corte xcma.
Suprema planteaba así esta cuestión: "Que la institución de los bienes familiares se
encuentra regulada en el Libro Primero, §2 del título VI del Código Civil, intitulado
'Obligaciones y Derechos entre los Cónyuges'. El inciso primero del artículo 141 del
mismo Código, cuya infracción se denuncia, dispone que 'El inmueble de propiedad de los
cónyuges que sirva de residencia principal de la familia, y los muebles que la guarnecen,
podrán ser declarados bienes familiares y se regirán por las normas de este párrafo,
cualquiera sea el régimen de bienes del matrimonio'. Es claro en consecuencia, tanto por
su ubicación sistemática como por el tenor literal de la disposición citada, que la
declaración de bien familiar supone la existencia de un matrimonio no disuelto. El
problema se circunscribe a determinar si este requisito se satisface cuando a la fecha de
presentación de la demanda existía un matrimonio no disuelto, o si es necesario que
dicho matrimonio mantenga su existencia durante el juicio" (C. Suprema, 30 de enero de
2017, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/2702/2017, Rol Nº 42435-2016). De este modo, es
posible sistematizar la jurisprudencia en este punto en las siguientes dos
tendencias: 240.1.1. El requisito de la existencia del matrimonio sólo es exigible en
el momento de presentación de la solicitud. Así lo ha declarado la E Corte Suprema
xcma.
en sentencia de 30 de enero de 2017: "Que, por una parte, el inciso tercero del artículo
141 del Código Civil dispone que 'la sola interposición de la demanda transformará
provisoriamente en familiar el bien de que se trate'. Este efecto debe ser, sin embargo,
constatado por el juez, quien 'En su primera resolución... dispondrá que se anote al
margen de la inscripción respectiva la precedente circunstancia'. Naturalmente, en esta
primera resolución el juez deberá verificar si la relación de hechos de la demanda incluye
los tres requisitos para la declaración de bien familiar: que la parte demandante tenga un
vínculo matrimonial no disuelto; que el inmueble sea de propiedad de su cónyuge,
siquiera como copropietario, y que sea la residencia principal de la familia. En esta etapa
preliminar, en que aún no se habrá oído a la parte demandada, el juez no podrá
establecer si estos hechos alegados en la demanda efectivamente corresponden a la
realidad. En todo caso, la parte demandante deberá respaldar su demanda con
antecedentes de tener vínculo matrimonial no disuelto con el propietario del inmueble.
Para ello, acompañará certificadosrecientes de la inscripción matrimonial y de la
inscripción del inmueble en el Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces.
La ley, por tanto, concede a los cónyuges el derecho de afectar los bienes familiares con
la sola presentación de la demanda. El carácter provisorio de esta afectación se debe
únicamente a la necesidad de permitir al cónyuge perjudicado por dicha afectación
controvertir en juicio la concurrencia de los requisitos exigidos por la ley para su
procedencia. Pero si su concurrencia resulta acreditada, se deberá acceder a la demanda
confirmando así la afectación provisoria. La afectación del bien se produce al presentar la
demanda. La sentencia se limita a confirmar y consolidarla al constatar que se da el
supuesto de hecho pertinente. En consecuencia, los hechos que la justifican deben darse
al momento de presentación de la demanda. Sexto: Que, por otra parte, esta Corte ha
fallado que el divorcio, si bien habilita a solicitar la desafectación del bien familiar, no la
produce ipso facto ni obliga al juez a concederla. Por el contrario, debe verificar que el
bien ha dejado de estar destinado a la residencia principal de la familia. Así se ha fallado
el 13 de enero de 2014, en causa Rol Nº 4663-2013, el 18 de junio de ese mismo año, en
causa Rol Nº 16052-2013 y, recientemente, el 21 de junio del año en curso, en causa Rol
Nº 17718-2015. La razón de ello es que la finalidad de la institución del bien familiar es la
protección de la familia, la que no deja de existir por efecto de la sentencia de divorcio. Es
un hecho no controvertido que el inmueble objeto de la litis continúa destinado a la
habitación de la demandante y de sus dos hijos. Sigue en consecuencia destinado a la
protección de la familia, de manera que su calificación como bien familiar se ajusta
plenamente a la finalidad de la institución" (C. Suprema, 30 de enero de 2017, cons. 5º y
6º, LegalPublishing: Cl/Jur/2702/2017, Rol Nº 42435-2016). Unos meses más tarde
confirmaba esta opinión: "Parece que la protección de la familia debe mantenerse vigente,
aunque se disuelva el matrimonio, de otra manera, la institución en referencia pierde todo
sentido. Justamente, si bien su hipótesis inicial es la existencia de un vínculo matrimonial,
este requisito sólo puede entenderse como exigible a la época de su solicitud, pues de
otro modo perdería sentido el objetivo protector al que se viene haciendo referencia. En
efecto, conforme la perspectiva del derecho de familia, esto es, de su tutela efectiva, la
referida afectación no puede limitarse a la vigencia del matrimonio, sino que debe
relacionarse a la mantención de la familia con prescindencia del matrimonio, pues de otro
modo, se incurriría en el absurdo de que una institución pensada para la protección
familiar frente a la crisis del matrimonio, no se extiende en el caso de quiebre y disolución
del mismo" (C. Suprema, 13 de marzo de 2017, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/805/2017, Rol Nº 82473-2016). 240.1.2. El requisito de la
existencia del matrimonio debe mantenerse en el tiempo. Es ésta una opinión que
pareciera que comienza abandonarse. Aunque no ha sido defendida de este modo en
forma expresa, ella se deduce del contenido de las sentencias y de sus
declaraciones: 240.1.2.1. Si el matrimonio ha terminado por divorcio con anterioridad
a la demanda de declaración de bien familiar, no se cumple con el requisito de la
existencia de matrimonio. En este sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema, al
xcma.
confirmar una sentencia de alzada, ha señalado: "Que sobre la base de los presupuestos
antes reseñados, los jueces de alzada resolvieron: "Que,... la declaración de bienes
familiares presupone la existencia del matrimonio. Si no hay matrimonio, no puede haber
bienes familiares y, por la misma razón, disuelto el matrimonio ya no se podrá pedir que
se declare como tal. Lo anterior, resulta plenamente aplicable en la especie, pues el
matrimonio de las partes fue disuelto por sentencia firme que declaró el divorcio,
resolución que produjo efectos plenos con anterioridad a la interposición de la demanda,
tal como se constata de la prueba aportada al proceso". Y se agregó que "..., es útil
destacar que el artículo 145 del Código Civil, al regular la desafectación de un bien
familiar, señala expresamente en su inciso tercero, que se podrá solicitar dicha
desafectación si "el matrimonio ha sido declarado nulo, o ha terminado por muerte de uno
de los cónyuges o por divorcio, hipótesis que fueron agregadas expresamente por la Ley
Nº 19.947. Luego, si la intención del legislador era que los tantas veces nombrados bienes
familiares ampararan tanto a la familia matrimonial como a la no matrimonial lo habría
señalado expresamente, tal como hizo en la norma recién citada, pero al contrario, no lo
hizo, lo que lleva a concluir que siempre los bienes familiares están ligados al
matrimonio..." [...] Que, en este contexto normativo, es que los jueces de alzada
interpretaron la regla invocada, concluyendo que para la declaración de un bien como
familiar, se requiere, entre otros, el que a la fecha de la referida solicitud, exista entre las
partes un vínculo matrimonial. Sin embargo, en el caso de autos, dicho presupuesto no se
configuró, puesto que se divorciaron el 29 de octubre del año 2009 y la demanda se
dedujo con fecha 23 de agosto de 2013, esto es, una vez terminado el matrimonio de
manera que efectivamente y como lo razonó el fallo en estudio, no concurre en el
presente caso, uno de los presupuestos para que el inmueble ya individualizado sea
declarado bien familiar en los términos que la norma ya analizada lo dispone, por lo que
correctamente se desestimó dicha acción [...] Que, por lo razonado precedentemente, al
decidir como lo hicieron los sentenciadores de alzada, no incurrieron en los errores de
derecho denunciados, y por el contrario han interpretado correctamente el Derecho
aplicable en la especie, por lo que sólo cabe el rechazo del recurso en examen"
(C. Suprema, 14 de enero de 2015, cons. 3º, 5º, 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/188/2015, Rol
Nº 11865-2014). 240.1.2.2. Si el matrimonio termina por sentencia de divorcio
durante el curso del procedimiento de declaración de bien familiar, no se cumple
con el requisito de existencia de matrimonio. En este sentido se ha pronunciado la
I Corte de Apelaciones de Santiago: "Que, uno de los presupuestos de la declaración de
lma.
bien familiar de un inmueble, es que sean cónyuges tanto el solicitante como el dueño del
bien raíz o que el cónyuge sea dueño de derechos en una sociedad dueña del inmueble.
Por lo anterior, la institución del Bien Familiar, supone la existencia de un matrimonio no
disuelto por sentencia de divorcio. Que estando pendiente la resolución de la demanda de
declaración de bien familiar interpuesta con fecha 1º de julio del año 2011, a la fecha en
que la sentencia de divorcio estuvo firme y ejecutoriada, no existían derechos adquiridos
por parte de la cónyuge derivados de la sentencia de primera instancia, toda vez que
dicha sentencia no se encontraba firme y ejecutoriada, por lo que la recurrida actualmente
carece de acción para solicitar la declaración de bien familiar del inmueble que habita,
teniendo en la actualidad el estado civil de divorciada, por lo que se revocará la sentencia
apelada y se rechazará la demanda de declaración de bien familiar, de autos"
(C. Apelaciones de Santiago, 4 de enero de 2013, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/29/2013, Rol Nº 971-2012). 240.2. De la existencia de una
familia. La jurisprudencia se ha ocupado en precisar una serie de cuestiones que
permiten delimitar la que, a su juicio, constituye la noción de familia exigida como requisito
para la declaración de bien familiar. 240.2.1. La familia implica pluralidad: un cónyuge
no constituye familia. Planteada la cuestión de si, en el caso de un matrimonio sin hijos
cuando los cónyuges viven separados, podría sostenerse que aquel que mantienene su
residencia en la que fue hogar conyugal, constituye familia para los efectos de la
declaración de bien familiar del inmueble en que reside, la jurisprudencia ha sostenido dos
opiniones, si bien una de ellas progresivamente se ha descartado y a día de hoy es
claramente minoritaria. 240.2.1.1. Opinión minoritaria: el cónyuge separado, de un
matrimonio sin hijos, que vive en el antiguo hogar conyugal constituye familia. Esta
opinión fue mantenida por la E. Corte Suprema en los casos más antiguos en los que se
xcma
planteó esta cuestión. Entendía el tribunal que, a pesar de la separación de hecho de los
cónyuges, la familia, para los efectos de la declaración de bien familiar, se mantenía.
Justificaba esta opinión, sobre todo, porque hacía primar una consideración de los bienes
familiares como establecidos en protección del cónyuge no propietario. Así sostenía que:
"[L]a Corte, por tanto, al razonar que un bien raíz en que habita uno solo de los cónyuges
de un matrimonio del que no nacieron hijos puede ser considerado familiar, no sólo no se
ha extendido a puntos no sometidos a su decisión sino que ha cumplido con el imperativo
legal de razonar acerca de todas las acciones y excepciones opuestas por las partes,
resolviendo, precisamente, el conflicto planteado [...] Que la sentencia que se revisa ha
señalado que en la especie el bien raíz referido sirve de residencia principal a la familia,
desde que en él habita la demandante, casada con el demandado, con quien no tuvo
hijos, entendiendo que 'hay familia desde que se contrae el matrimonio manteniéndose tal
condición mientras el vínculo matrimonial no esté disuelto, sin que para mantener su
existencia como figura legal requiera el nacimiento de hijos' (considerando 3º), agregando
que en el caso que los cónyuge se separen de hecho, aun cuando ya no sea un grupo, la
familia, para estos efectos, 'sigue vigente toda vez que el legislador se ha apartado de lo
material y le ha dado vida legal' [...] Que el artículo 141 inciso 1º del Código Civil dispone
que 'El inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges que sirva de residencia
principal a la familia, y los muebles que la guarnecen, podrán ser declarados bienes
familiares y se regirán por las normas de este párrafo, cualquiera sea el régimen de
bienes del matrimonio'. Luego, como se ha dicho por esta Corte en fallo de 19 de
diciembre de 2002 en causa Rol Nº 4317-01, lo que exige esta norma para la procedencia
de la declaración de bien familiar es la existencia de un inmueble de propiedad de
cualquiera de los cónyuges, y que éste sirva de residencia principal de la familia, no
siendo necesario analizar la situación patrimonial de los componentes de la familia, ni
otros aspectos relacionados con ella, como la ausencia de hijos [...] Que,
consecuentemente, el fallo recurrido ha interpretado correctamente las normas de los
artículos 141 a 149 del Código Civil, al entender que la finalidad de esta institución la de
los bienes familiares es la de proteger al cónyuge no propietario de las eventuales
enajenaciones o gravámenes que el dueño pueda hacer del bien que sirve de residencia
principal a la familia" (C. Suprema, 31 de mayo de 2004, cons. 4º, 9º, 10º y 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2766/2004, Rol Nº 2800-2003). Esta opinión todavía es defendida
en algún voto de minoría de ciertas sentencias de la E Corte Suprema: "Que el inmueble
xcma.
objeto del litigio sirve de residencia principal a la familia, desde que en él habita la
demandante, casada con el demandado, con quien no tuvo hijos, por cuanto se concibe
sustancialmente que hay familia desde que se contrae matrimonio, manteniéndose
irreductible tal condición, mientras el vínculo conyugal no esté disuelto, sin que para
mantener su existencia como figura legal se requiera como aditamento el nacimiento de
hijos. Más aún, en el evento que los cónyuges se separen de hecho, el instituto familiar
sigue vigente para estos efectos, puesto que el legislador se ha apartado de la fisonomía
puramente material de la entidad en comento y le ha dado al concepto de familia, una vez
verificado los nexos del sustrato básico que la conforma, una vida legal que trasciende los
aspectos meramente adjetivos" (C. Suprema, 31 de marzo de 2014, voto en contra, cons.
1º, LegalPublishing: Cl/ Jur/686/2014, Rol Nº 9439-2013). 240.2.1.2. Opinión
mayoritaria: el cónyuge separado, de un matrimonio sin hijos, que vive en el
antiguo hogar conyugal no constituye familia. Desde la perspectiva de la exigencia de
la "residencia principal de la familia", y no directamente desde la específica exigencia de
una "familia", la E Corte Suprema sostuvo en 2009, que el cónyuge separado de un
xcma.
matrimonio sin hijos, no podía considerarse que habitaba el inmueble que pudiera ser
considerado rfesidencia principal de la familia: "Que sobre la base de los presupuestos
establecidos referidos en el motivo anterior, los jueces del fondo resolvieron acoger la
acción intentada, declarando como bien familiar el inmueble en el que reside la actora, por
estimar que se cumplen los requisitos establecidos en el artículo 141 del Código Civil. En
efecto, estiman que, no obstante, estar separada la actora de su cónyuge y no existir hijos
del matrimonio, ésta constituye familia. Asimismo consideran que la finalidad de la
institución en estudio es brindar protección a ésta y garantizarle en último término una
vivienda estable, a fin de asegurar el cumplimiento de las cargas matrimoniales que el
ordenamiento jurídico impone a los cónyuges y que de los antecedentes fluye que la
demandante es la cónyuge más débil de los componentes de dicha familia, no sólo por su
edad sino que también por su estado de salud y situación económica, lo que reafirma la
determinación de procedencia de la acción [...] Que la institución de los bienes familiares,
incorporada a nuestra legislación por la Ley Nº 19.335, tiene por finalidad principal
amparar el hogar de la familia, principalmente en caso de conflictos dentro de ella. Tal
presupuesto, que ha sido el objeto de principal protección por parte del legislador, no
puede entenderse que se cumple en la especie desde que es un hecho no discutido que
el inmueble materia de la litis no es habitado por el cónyuge demandado, sino que
solamente por la actora, lo que demuestra que el mismo no constituye en la actualidad la
residencia de la familia, pues ha dejado de ser el hogar común [...] Que, por lo antes
reflexionado, no puede sino estimarse que los sentenciadores cometieron error de
derecho, infringiendo el artículo 141 del Código Civil, puesto que con la interpretación que
realizan de la norma en estudio, extendieron su sentido y alcance a un caso que ella no
resultaba aplicable, al no verificarse los presupuestos de la referida institución, puesto que
el inmueble ha dejado de constituir el hogar o residencia del grupo familiar" (C. Suprema
4 de mayo de 2009, cons. 3º, 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6318/2009, Rol Nº 1968-
2009). En el último tiempo la E Corte Suprema se ha afirmado en esta opinión, desde la
xcma.
expresa consideración de que uno de los cónyuges no puede ser considerado como
familia, pues esta noción implica pluralidad. Así lo ha sostenido para excluir la declaración
de bien familiar, cuando los cónyuges se encuentran separados de hecho y, sin que
existan hijos, es uno de ellos el que reside en el inmueble cuya declaración de bien
familiar se solicita. En ese sentido se ha precisado que: "[C] omo ha reconocido la
doctrina y jurisprudencia nacional, la institución de los bienes familiares, incorporada en
nuestro ordenamiento por la Ley Nº 19.335, tiene por objeto proteger el núcleo familiar,
por la vía de asegurarle la mantención del hogar físico, ante conflictos o desavenencias
que pudieran poner fin a la vida en común entre los cónyuges. Se ha dicho, por lo mismo,
que es una "garantía para el cónyuge que tenga el cuidado de los hijos, en casos de
separación de hecho o de disolución del matrimonio" (Ramos, René, Derecho de Familia,
Editorial Jurídica, año 2007, página 350, citando al profesor Enrique Barros). Lo anterior
permite concluir que si el matrimonio ha cesado en su convivencia, residiendo sólo uno de
los cónyuges en el inmueble cuya declaración de bien familiar se pretende, no se cumple
la finalidad de la institución analizada, desde que al haber dejado éste de ser el hogar
común, no puede considerarse que en la actualidad sea la residencia de la familia. Si bien
resulta indiscutible que la existencia de una familia no está supeditada al hecho de que
existan hijos, es lo cierto que desde que la pareja se separa, la familia, como tal, no puede
entenderse constituída por cada uno de los cónyuges individualmente considerados, ya
que desde esa perspectiva, estaría en condiciones de ser 'la familia' tanto uno como el
otro cónyuge. Esa es, pues, la situación que se debe analizar a la hora de determinar si
se cumple el requisito previsto en el citado artículo 141 del Código Civil, en la medida que
la institución de los bienes familiares está orientada a la protección de la familia, concepto
que, en la situación fáctica mencionada, no aparece revestido de las características o
composición que la institución regulada en el párrafo 2º del Título VI del Libro I del Código
Civil requiere, dada su finalidad de resguardar el interés de los hijos comunes y del
cónyuge al que le corresponde el cuidado de éstos, en los casos de rupturas conyugales"
(C. Suprema, 31 de marzo de 2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/686/2014, Rol
Nº 9439-2013). Sobre la base de tales argumentos, y con expresa remisión a las dos
sentencias que quedan citadas, en tiempos recientes se ha afirmado en esta opinión: "[A]l
tener la institución de los bienes familiares por objeto la protección del núcleo familiar en
los términos referidos, esta noción implica necesariamente la existencia de una pluralidad
de sujetos, por lo que si el matrimonio ha cesado en su convivencia, residiendo solo uno
de los cónyuges en el inmueble cuya declaración de bien familiar se pretende, no se
cumple con la finalidad de la institución analizada, desde que al haber dejado de ser el
hogar común, no puede considerarse que, en la actualidad, sea la residencia principal de
la familia. Lo anterior, pues si bien resulta indiscutible que la existencia de una familia no
está supeditada al hecho de que existan hijos, es lo cierto que desde que la pareja se
separa, la familia, como tal, no puede entenderse constituida por cada uno de los
cónyuges individualmente considerados, ya que desde esa perspectiva estaría en
condiciones de ser "la familia" tanto uno como el otro cónyuge, siendo esta la situación
que se debe analizar a la hora de determinar si se cumple el requisito previsto en el citado
artículo 141 del Código Civil. Así, por lo demás, lo ha sostenido esta Corte en los autos
Roles Nº 1.968-2009 y 9.439-2013. Octavo: Que, en la misma línea de razonamiento,
cabe considerar que del tenor de lo dispuesto en los artículos 141 y 146 del Código Civil,
resulta evidente que la principal beneficiaria de la institución en comento es la familia y no
el matrimonio, por lo que siendo un hecho no discutido que el inmueble materia de la litis
actualmente es habitado sólo por la actora, lo que demuestra que no constituye en la
actualidad la residencia de la familia, pues ha dejado de ser el hogar común, no puede
estimarse que los jueces del fondo vulneraron los artículos 141 y 815, en relación con los
artículos 19 y 24, todos del Código Civil, puesto que le otorgaron el sentido y alcance que
el legislador pretendió respecto de la institución en análisis, razón por la cual el recurso de
casación interpuesto debe ser rechazado. Noveno: Que por otra parte el elemento lógico
de interpretación de la ley busca determinar la armonía y cohesión interior de una ley, las
relaciones lógicas que unen las diversas partes de una ley, este elemento se encuentra
recogido en el artículo 22, inciso 1 del Código Civil, y señala que "El contexto de la ley
servirá para ilustrar el sentido de cada una de sus partes, de manera que haya entre
todas ellas la debida correspondencia y armonía." Se refiere por ende esta norma, a la
lógica correlación formal y de fondo que debe existir en toda ley, es por esto que cada vez
que el Código se refiera la vivienda familiar, lo correcto sería darle la misma
interpretación. El artículo 1337 Nº 10 en las reglas de la partición señala "Con todo, el
cónyuge sobreviviente tendrá derecho a que su cuota hereditaria se entere con
preferencia mediante la adjudicación en favor suyo de la propiedad del inmueble en que
resida y que sea o haya sido la vivienda principal de la familia, así como del mobiliario que
lo guarnece, siempre que ellos formen parte del patrimonio del difunto". En este caso el
legislador le permite expresamente al cónyuge sobreviviente que se adjudique
preferentemente el inmueble en que resida y que "sea o haya sido" la vivienda principal
de la familia, esta norma venía a reemplazar en caso de muerte la protección que
otorgaba a la familia el bien familiar, pero en este caso lo que no hace el legislador en la
institución de los bienes familiares, le permite adjudicarse la vivienda cuando ya no sea la
vivienda familiar, pero el cónyuge siga habitando ahí, ¿por qué si sigue viviendo ya no
sería la vivienda familiar, de acuerdo a quienes sostienen que viviendo solo sería aún un
inmueble familiar? La interpretación en este punto es clara, si el cónyuge sigue viviendo
con los hijos será la vivienda familiar, pero si vive solo igual se la podrá adjudicar porque
era la vivienda familiar, por lo cual esta norma sostiene que viviendo solo el cónyuge
sobreviviente no sería ya la vivienda familiar. Es posible entonces interpretar de forma
diferente en un mismo cuerpo legal un vocablo como vivienda familiar" (C. Suprema 24
de septiembre de 2018, cons. 7º, 8º y 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/5160/2018, Rol Nº 129-
2018). 240.2.2. La familia implica pluralidad: un padre y sus hijos constituyen familia
aunque el matrimonio haya terminado. En ese sentido la E Corte Suprema ha
xcma.
declarado que: "[C]abe considerar que del tenor de lo dispuesto por los artículos 141 y
146 del Código Civil, resulta evidente que la principal beneficiaria de la institución en
comento es la familia; desde esta perspectiva, no puede desconocerse el hecho que si
bien ella ha podido tener su origen en el matrimonio de las partes, como ha ocurrido en la
especie, lo cierto es que la misma subsiste más allá de la disolución de la relación
conyugal, permaneciendo vigente en relación a los hijos, a quienes en este caso la ley
busca asegurar su protección mediante la consagración de la institución en comento, con
la extensión de sus efectos más allá del término del matrimonio, si se dan los
presupuestoslegales que justifican tal proceder" (C. Suprema, 12 de septiembre de 2011,
cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/7572/2011, Rol Nº 4316-2011). 240.2.3. La familia
existe con prescindencia de si existen hijos o no. La I Corte de Apelaciones de Arica,
lma.
en sentencia del año 2003, revocaba un fallo de primera instancia que había denegado la
declaración de bien familiar debido a que el matrimonio en relación con el cual se
solicitaba carecía de hijos. Razonaba, acertadamente, que el concepto de familia no exige
la existencia de hijos, de modo que esta ausencia de prole no impedía la declaración de
bien familiar: "Familia de acuerdo al Diccionario de la Lengua Española "es grupo de
personas emparentadas entre sí que viven juntas". Concepto que difiere del que ha tenido
en cuenta el legislador al regular tal institución, puesto que ella nace desde que hay un
vínculo matrimonial y éste se mantiene inalterable sin ser disuelto, independientemente de
la existencia de hijos o no, pues interpretar lo contrario sería dejar fuera de la norma a
todos aquellos matrimonios que no tienen hijos, lo que atentaría contra el derecho
constitucional de igualdad ante la ley. Por ello esta Corte estima que se entiende que hay
familia desde que se contrae el matrimonio, manteniéndose tal condición mientras el
vínculo matrimonial no esté disuelto, sin que para mantener su existencia como figura
legal requiera el nacimiento de hijos" (C. Apelaciones de Arica, 4 de junio de 2003, cons.
3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2518/2003, Rol Nº 8945). Esta sentencia fue confirmada en
casación por la E Corte Suprema, y al hacerlo destacó que, para efectos de la
xcma.
declaración de bien familiar, hay diversos aspectos que carecen de relevancia, entre ellos
la ausencia de hijos: "Que el artículo 141 inciso 1º del Código Civil dispone que "El
inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges que sirva de residencia principal a
la familia, y los muebles que la guarnecen, podrán ser declarados bienes familiares y se
regirán por las normas de este párrafo, cualquiera sea el régimen de bienes del
matrimonio". Luego, como se ha dicho por esta Corte en fallo de 19 de diciembre de 2002
en causa Rol Nº 4317-01, lo que exige esta norma para la procedencia de la declaración
de bien familiar es la existencia de un inmueble de propiedad de cualquiera de los
cónyuges, y que éste sirva de residencia principal de la familia, no siendo necesario
analizar la situación patrimonial de los componentes de la familia, ni otros aspectos
relacionados con ella, como la ausencia de hijos" (C. Suprema, 31 de mayo de 2004,
cons. 10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/2766/2004, Rol Nº 2800-2003). Esta opinión la ha
mantenido en el tiempo la E Corte Suprema: "Resulta indiscutible que la existencia de
xcma.
una familia no está supeditada al hecho de que existan hijos" (C. Suprema, 31 de marzo
de 2014, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/686/2014, Rol Nº 9439-2013). Igual línea han
seguido los tribunales de alzada: "[L]a jurisprudencia ha dicho que se entiende que hay
familia desde que se contrae el matrimonio, manteniéndose tal condición mientras el
vínculo matrimonial no esté disuelto, sin que para mantener su existencia como figura
legal requiera del nacimiento de hijos (C. de Apelaciones de Arica, 4 de junio de 2003, Rol
Nº 8945)" (C. Apelaciones de Concepción, 31 de marzo de 2008, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7526/2008, Rol Nº 1359-2000); "[D]ebe entenderse que "hay
familia desde que se contrae el matrimonio, manteniéndose tal condición mientras el
vínculo matrimonial no esté disuelto, sin que para mantener su existencia como figura
legal se requiera el nacimiento de hijos" y para el caso que los cónyuges se separen de
hecho, aun cuando ya no sea un grupo, la familia, para estos efectos, "sigue vigente toda
vez que el legislador se ha apartado de lo material y le ha dado vida legal", por lo que en
el caso de autos, estamos en presencia de una familia" (C. Apelaciones de Valparaíso, 5
de noviembre de 2010, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9170/2010, Rol Nº 642-2010). En
la misma línea se hadeclarado la procedencia de la declaración de bien familiar cuando el
matrimonio no ha tenido hijos, aunque en el inmueble de cuya declaración se trata,
convivieron marido y mujer y, con aquiescencia del marido, los hijos de esta última: "Que
si bien, por concepto de familia se tiene a un grupo humano unido por vínculo de
parentesco, en este caso no podría restringirse a la circunstancia que entre la actora y el
demandado la acepción no les concede cobertura por el mero hecho que en dicho
matrimonio no hubo hijos, puesto que una familia perfectamente puede sólo estar
compuesta por el marido y la mujer no restándose a que ésa se conciba en un sentido
amplio; más en este caso, que fue el inmueble de calle [...], el lugar físico donde convivió
el demandado con la actora y los hijos de ésta y con la aquiescencia de aquel,
circunstancia que no lo aleja, sino que, por el contrario, lo radica dentro del concepto más
tradicional de familia" (C. Apelaciones de San Miguel, 18 de febrero de 2015, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/904/2015, Rol Nº 885-2014).La E Corte Suprema confirmó, por
xcma.
Concepción: "Que como no existe en nuestra legislación una definición de familia, salvo la
contemplada en el artículo 815 del Código Civil, pero para fines muy limitados (derecho de
uso y de habitación), resulta necesario recurrir al Diccionario de la Real Academia
Española, que la define, en una primera acepción, como "Grupo de personas
emparentadas entre sí que viven juntas bajo la autoridad de una de ellas", y en una
segunda, como "Conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un
linaje". Vale decir, para que pueda entenderse que exista una familia, es necesaria la
existencia de hijos, pues son éstos quienes tienen vínculo de parentesco, en lo que
interesa, con sus padres, no así los cónyuges que, jurídicamente, no son parientes entre
sí; afirmación esta última que se aprecia claramente, por ejemplo, en materia de derecho
sucesorio, en el cual se ha incorporado de una u otra forma al cónyuge, debido a que éste
no puede concurrir a la herencia como pariente, precisamente por no serlo"
(C. Apelaciones de Concepción, 23 de marzo de 2007, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/445/2007, Rol Nº 4379-2005). 240.2.4. La familia existe con
prescindencia de la edad de los hijos. En este sentido se ha pronunciado la E Corte xcma.
Suprema cuando ha declarado: "Que, el artículo 141 inciso 1º del Código Civil dispone "El
inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges que sirva de residencia principal de
la familia, y los muebles que la guarnecen, podrán ser declarados bienes familiares y se
regirán por las normas de este párrafo, cualquiera sea el régimen de bienes del
matrimonio". Luego, lo que exige esta norma para la procedencia de la declaración de
bien familiar es la existencia de un inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges,
y que éste sirva de residencia principal de la familia, no siendo necesario analizar la
situación patrimonial de los componentes de la familia, ni otros aspectos relacionados con
ella, como ser la edad de los hijos que habitan la propiedad demandada como bien
familiar" (C. Suprema, 19 de diciembre de 2002, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/473-
2002, Rol Nº 4317-2001). Además, se ha agregado que este artículo 141: "Tampoco
permite restringir arbitrariamente el concepto de familia que utiliza el legislador a los hijos
menores, sin que texto legal alguno abone semejante discriminación, olvidando el
intérprete la regla de que no puede efectuar distinciones donde la ley no lo hace, pues si
el sentido de ésta es claro no resulta lícito prescindir de su texto literal a pretexto de
consultar su espíritu" (C. Suprema, 19 de diciembre de 2002, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/473-2002, Rol Nº 4317-2001). En la misma orientación la I Cortelma.
de Apelaciones de Valparaíso: "Que la circunstancia que el hijo que vive con la actora ya
sea mayor de edad no obsta a que el bien inmueble, de propiedad del otro cónyuge, se
declare bien familiar puesto que el legislador no ha exigido la existencia de hijos menores
para tales efectos, ni de hijos de cualquier edad. Avala lo anotado el hecho que el artículo
147 del Código Civil permite constituir, prudencialmente, a favor del cónyuge no
propietario, derechos de usufructo, uso o habitación sobre los bienes familiares y añade
que para ello el juez deberá considerar el interés de los hijos "cuando los haya", de forma
tal que aun si no los hay la declaración de bien familiar es del todo procedente"
(C. Apelaciones de Valparaíso, 25 de noviembre de 2005, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5312/2005, Rol Nº 2874-2003, conf. C. Suprema, 24 de mayo de
2006, LegalPublishing: Cl/Jur/7657/2006, Rol Nº 386-2006). 240.2.5. La familia existe
aunque los cónyuges se hayan separado de hecho. Esta opinión, que ha de matizarse
con lo señalado en el punto precedente 6.1.2.1, la confirmó la E Corte Suprema en 2004:
xcma.
"Que la sentencia que se revisa ha señalado que en la especie el bien raíz referido sirve
de residencia principal a la familia, desde que en él habita la demandante, casada con el
demandado, con quien no tuvo hijos, entendiendo que 'hay familia desde que se contrae
el matrimonio manteniéndose tal condición mientras el vínculo matrimonial no esté
disuelto, sin que para mantener su existencia como figura legal requiera el nacimiento de
hijos' (considerando 3º), agregando que en el caso que los cónyuges se separen de
hecho, aun cuando ya no sea un grupo, la familia, para estos efectos, "sigue vigente toda
vez que el legislador se ha apartado de lo material y le ha dado vida legal" (C. Suprema,
31 de mayo de 2004, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/2766/2004, Rol Nº 2800-2003).
Los tribunales de alzada siguieron, sin dificultad, esta opinión: "[D]ebe entenderse que
'hay familia desde que se contrae el matrimonio, manteniéndose tal condición mientras el
vínculo matrimonial no esté disuelto, sin que para mantener su existencia como figura
legal se requiera el nacimiento de hijos' y para el caso que los cónyuges se separen de
hecho, aun cuando ya no sea un grupo, la familia, para estos efectos, 'sigue vigente toda
vez que el legislador se ha apartado de lo material y le ha dado vida legal'"
(C. Apelaciones de Valparaíso, 5 de noviembre de 2010, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9170/2010, Rol Nº 642-2010). 241. Segundo requisito: De la
existencia de un inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges. En relación
con este requisito, la jurisprudencia ha realizado una serie de precisiones: 241.1. Es
posible declarar bien familiar un inmueble que es "común" de los cónyuges. La
jurisprudencia ha entendido que: "[L]os bienes que pueden ser declarados familiares
corresponden al inmueble que sirve de residencia principal de la familia, los muebles que
la guarnecen y los derechos o acciones en sociedades propietarias del inmueble que sirve
de residencia principal de la familia. El instituto en estudio exige, como se ha dicho, que el
inmueble sirva de residencia principal de la familia y que éste sea de propiedad de
cualquiera de los cónyuges. Así si la ley no efectúa distingo alguno, no resulta al
intérprete procedente hacerlo, reduciendo el campo de aplicación de la norma, debiendo
entenderse entonces comprendidos en la hipótesis discutida, tanto los inmuebles que
pertenecen a cualquiera de los cónyuges como los que son comunes de éstos, tal como lo
concluyen también autores como Gian Franco Rosso Elorriaga (Régimen Jurídico de los
Bienes Familiares, Metropolitana Ediciones, 1998, p. 99), René Ramos Pazos, (Derecho
de Familia, Editorial Jurídica, Tomo I, p. 361), Pablo Rodríguez Grez, (Regímenes
Patrimoniales, Editorial Jurídica, 1996, p. 286) y Claudia Schmidt Hott, (Instituciones de
Derecho de Familia, LexisNexis, 2004, p. 231)" (C. Suprema, 3 de septiembre de 2012,
cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/1962/2012, Rol Nº 3322-2012; C. Suprema, 3 de
septiembre de 2012, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/3763/2012, Rol Nº 3289-2012). En
apoyo de esta opinión se ha advertido: "Que lo concluido en el motivo precedente se ve
corroborado con la redacción original del artículo 141, que se aprobó con la dictación de la
Ley Nº 19.535, publicada en el Diario Oficial, el 23 de septiembre de 1994, con el
siguiente texto: "El inmueble de propiedad de ambos cónyuges o de alguno de ellos, que
sirva de residencia principal de la familia, y los muebles que guarnecen el hogar, podrán
ser declarados bienes familiares [...]". Si bien dicha redacción resultó modificada en el
Decreto con Fuerza de Ley Nº 1 de 1995, que fijó el texto refundido, coordinado y
sistematizado del Código Civil, al establecer en el mismo articulado que "El inmueble de
propiedad de cualquiera de los cónyuges que sirva de residencia principal de la familia, y
los muebles que la guarnecen, podrán ser declarados bienes familiares [...]", tal
divergencia en los textos no varía la situación, pues la expresión que se utiliza en el
segundo de los textos legales citados, "[...] inmueble de propiedad de cualquiera de los
cónyuges [...]", resulta comprensiva de las dos hipótesis en discusión, esto es, tanto de
aquélla en que el bien materia de la afectación es de dominio exclusivo de una de las
partes como la otra en que el referido dominio pertenece a ambos" (C. Suprema, 3 de
septiembre de 2012, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/1962/2012, Rol Nº 3322-
2012; C. Suprema, 3 de septiembre de 2012, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3763/2012, Rol Nº 3289-2012). Esta opinión la ha confirmado en
sentencias posteriores: "Que no es requisito que el inmueble sea sólo de uno de los
cónyuges pues puede ser de ambos, tal como lo ha sostenido esta Corte en la sentencia
dictada en la causa Rol Nº 3322-2012, en sus considerandos séptimos y octavo: Que, en
el caso sub lite, la controversia se plantea a propósito de la exigencia de ser el inmueble
residencia de la familia de propiedad de cualquiera de los cónyuges o de ambos, es decir,
si tal requisito se cumple cuando existe copropiedad entre éstos. Al respecto, cabe tener
presente que el artículo 141 del Código Civil, previene que: 'El inmueble de propiedad de
cualquiera de los cónyuges que sirva de residencia principal a la familia, y los muebles
que la guarnecen, podrán ser declarados bienes familiares [...]'. Por su parte, el artículo
146, en su inciso primero, establece: 'Lo previsto en este párrafo se aplica a los derechos
o acciones que los cónyuges tengan en sociedades propietarias de un inmueble que sea
residencia principal de la familia'. Séptimo. Que, al relacionar las disposiciones antes
referidas, se concluye que los bienes que pueden ser declarados familiares corresponden
al inmueble que sirve de residencia principal de la familia, los muebles que la guarnecen y
los derechos o acciones en sociedades propietarias del inmueble que sirve de residencia
principal de la familia. El instituto en estudio exige, como se ha dicho, que el inmueble
sirva de residencia principal de la familia y que sea de propiedad de cualquiera de los
cónyuges. Así, si la ley no efectúa distingo alguno, no resulta al intérprete procedente
hacerlo, reduciendo el campo de aplicación de la norma, debiendo entenderse entonces
comprendidos en la hipótesis discutida tanto los inmuebles que pertenecen a cualquiera
de los cónyuges como los que son comunes de éstos, tal como lo concluyen también
autores como Gian Franco Rosso Elorriaga (Régimen Jurídico de los Bienes Familiares,
Metropolitana Ediciones, 1998, p. 99), René Ramos Pazos, (Derecho de Familia, Editorial
Jurídica, Tomo I, p. 361), Pablo Rodríguez Grez, (Regímenes Patrimoniales, Editorial
Jurídica, 1996, p. 286) y Claudia Schmidt Hott, ('Instituciones de Derecho de Familia',
LexisNexis, 2004, p. 231)" (C. Suprema, 10 de noviembre de 2016, cons. 6º y 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8664/2016, Rol Nº 32972-2016). 241.2. De si es posible
declarar bien familiar el inmueble respecto del cual uno de los cónyuges es
comunero con terceros. Esta cuestión ha generado diversidad de opiniones en la
jurisprudencia y, aunque hay casos resueltos por la E Corte Suprema, en ellos ha habido
xcma.
fundados votos de minoría. Así las cosas, las opiniones que se han defendido son las dos
que se explican a continuación. 241.2.1. No es posible declarar bien familiar el
inmueble respecto del cual uno de los cónyuges es comunero con terceros: esta
línea la han seguido algunos tribunales de alzada, y ha sido confirmada, en votos de
mayoría, por la E Corte Suprema. Así, la I Corte de Apelaciones de La Serena ha
xcma. lma.
declarado que: "[D]e los hechos que se han tenido por probados precedentemente no
resulta acreditado el requisito en que se funda la acción en virtud de la cual se pretende
que un inmueble sea declarado bien familiar, consistente en que sea un inmueble de
propiedad de cualquiera de los cónyuges; atendido que sobre el bien que sirve de
residencia principal a la familia sólo le corresponde al demandado un derecho limitado,
como es el del comunero en una cosa en que también aparecen teniendo derechos otras
dos personas. De lo dispuesto en el artículo 141 del Código Civil resulta claro que se
alude a un inmueble que pertenezca a los cónyuges, lo que excluye a un bien raíz en que
además de uno de los cónyuges tengan derechos terceros distintos a aquellos, como
sucede en el presente caso" (C. Apelaciones La Serena, 29 de noviembre de 2010, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/Jur/17030/2010, Rol Nº 218-2010). Por su parte, la E Corte xcma.
lo hizo para aclarar que la declaración de bien familiar no podía entenderse a la luz de los
caracteres del derecho de alimentos. Así, en 2002 advertía que: "[L]o que exige esta
norma para la procedencia de la declaración de bien familiar es la existencia de un
inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges, y que éste sirva de residencia
principal de la familia, no siendo necesario analizar la situación patrimonial de los
componentes de la familia, ni otros aspectos relacionados con ella [...]" (C. Suprema, 19
de diciembre de 2002, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/473-2002, Rol Nº 4317-2001). De
ahí que, al revocar el fallo de que se trataba, advirtiera que: "[E]n la especie los jueces de
segundo grado han entendido, como lo indican en el considerando 6º del fallo impugnado,
que "...la institución del bien familiar tiene un carácter alimenticio, especialmente de
protección a la familia frente a los terceros acreedores", más que atender a las relaciones
entre los cónyuges, y además efectivamente han rechazado la declaración de bien
familiar en consideración a la edad de los hijos que habitan con su madre la propiedad
demandada [...] Que, al razonar en la forma antes señalada, la sentencia ha cometido
errores de derecho, infringiendo el artículo 141 del Código Civil, pues ha incorporado
elementos no contemplados en dicha disposición para la declaración de bien familiar,
exigiendo la concurrencia de requisitos que el legislador no estableció, y que son propios
de otra institución como son los alimentos, con los cuales el bien familiar tiene cierta
relación y cercanía, pero sin confundirse con ellos, ni mucho menos para establecer a su
respecto exigencias que la ley no ha contemplado" (C. Suprema, 19 de diciembre de
2002, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/473-2002, Rol Nº 4317-2001). Tiempo
después el mismo tribunal recordaba la sentencia cuyos considerandos se han transcrito:
"[C]omo se ha dicho por esta Corte en fallo de 19 de diciembre de 2002 en causa Rol
Nº 4317-01, lo que exige esta norma para la procedencia de la declaración de bien
familiar es la existencia de un inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges, y
que éste sirva de residencia principal de la familia, no siendo necesario analizar la
situación patrimonial de los componentes de la familia, ni otros aspectos relacionados con
ella, como la ausencia de hijos" (C. Suprema, 31 de mayo de 2004, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2766/2004, Rol Nº 2800-2003). En el mismo sentido ha insistido
en que: "[C]uando el artículo 141 del mismo Código regula los supuestos de procedencia
de la declaración de bien familiar de un inmueble, ninguna exigencia hace, respecto de la
situación patrimonial de los cónyuges" (C. Suprema, 28 de agosto de 2014, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6007/2014, Rol Nº 15331-2014). 243.2. No se requiere el
desamparo de la familia. En este sentido, la E Corte Suprema, al confirmar una
xcma.
sentencia en alzada: "[L]os jueces del fondo revocaron la sentencia del grado que rechazó
la demanda y, en su lugar, declararon bien familiar el referido inmueble, considerando que
el artículo 141 del Código Civil prescribe: "El inmueble de propiedad de cualquiera de los
cónyuges que sirva de residencia principal de la familia, y los muebles que la guarnecen,
podrán ser declarados bienes familiares y se regirán por las normas de este párrafo,
cualquiera sea el régimen de bienes del matrimonio", teniendo además presente que no
es dable exigir a la actora que al momento de interponer la demanda se encuentre
residiendo en el inmueble materia de declaración de bien familiar, por no ser una
exigencia legal y porque las circunstancias que rodearon los hechos justifican que, a esa
época, tuviese su domicilio en otro lugar" (C. Suprema, 20 de agosto de 2018, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5052/2018, Rol Nº 12278-2018). 244. De la declaración
provisoria de bien familiar: no puede dejarse sin efecto durante el curso del juicio.
En este sentido se ha declarado: "Que el haber acogido la reposición, dejando la juez sin
efecto la declaración provisoria de bien familiar, contraviene lo previsto en el artículo 141
del Código Civil, toda vez que por el hecho de interponerse la demanda debió declararse
provisoriamente bien familiar —tal como ocurrió— y así mantenerse hasta la audiencia de
juicio, ya que hubo oposición a tal declaratoria, audiencia en la que debería probarse,
entre otros hechos, si dicho bien sirve o no de residencia principal a la familia"
(C. Apelaciones Puerto Montt, 24 de septiembre de 2008, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/3591/2008, Rol Nº 651-2008). 245. De los efectos de la
declaración de bien familiar: no torna inembargable el bien sobre que recae. Así lo
ha precisado la E Corte Suprema: Que es un hecho de la causa que el inmueble que se
xcma.
adjudicó la demandante en la subasta judicial que recayó sobre él, fue declarado
provisoriamente bien familiar por resolución de 21 de marzo de 2003, la que se inscribió al
margen de la respectiva inscripción de dominio, tal como lo autoriza y dispone el artículo
141 del Código Civil. No obstante, esta declaración no produjo el efecto jurídico de hacer
inembargable ese bien y por ende que haya podido impedir su enajenación forzada, como
claramente se infiere de lo que disponen los artículos 142 y 148, inciso segundo, de ese
Código. En efecto, el primero de estos preceptos sólo limita la facultad de disposición del
cónyuge propietario, en cuanto a que le queda vedado enajenar o gravar voluntariamente,
ni prometer gravar o enajenar, los bienes familiares, sin que concurra la autorización del
cónyuge no propietario; el artículo 148, a su vez, se limita a conferir al cónyuge no
propietario un beneficio de excusión, en el evento de que fuere embargado el bien
respectivo, en virtud del cual y habiéndosele notificado el correspondiente mandamiento
podrá concurrir oportunamente al proceso y solicitar que antes de procederse contra el
bien familiar se persiga el crédito en otros bienes del deudor, eventualidad que en el caso
de la demanda de autos no tuvo lugar" (C. Suprema, 19 de junio de 2007, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/4718/2007, Rol Nº 3902-2005).
Artículo 142. No se podrán enajenar o gravar voluntariamente, ni prometer
gravar o enajenar, los bienes familiares, sino con la autorización del cónyuge
no propietario. La misma limitación regirá para la celebración de contratos de
arrendamiento, comodato o cualesquiera otros que concedan derechos
personales de uso o de goce sobre algún bien familiar.
Concordancias: Código Civil: artículos 144, 1792-3, 2130 inciso 1º. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de
unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 15 inciso final.
Concordancias: Código Civil: artículos 142, 707, 1904 a 1915, 1687. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo
de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 15 inciso final.
Concordancias: Código Civil: artículos 141 y 1752. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 14 letra b). Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O. 21.04.2015: artículo 15 inciso final.
procedente desafectar un bien que ha sido declarado como familiar y cuáles son los
requisitos que la ley exige para ello, lo cual se desprende de los dispuesto en el artículo
145 del Código de Bello [...] Que de la disposición anteriormente señalada, se desprende
que existen formas taxativas de poder desafectar un bien declarado como familiar"
(C. Suprema, 18 de junio de 2014, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3493/2014, Rol
Nº 16052-2013). 249. De las formas de desafectar un bien declarado familiar: la tres
formas previstas en el artículo 145. Se ha precisado que, de acuerdo con las reglas
fijadas en este artículo 145: "Existen tres formas de desafectación: a) por acuerdo de los
cónyuges; b) por resolución judicial recaída en juicio seguido por el cónyuge propietario,
fundado en que el bien no está destinado a los fines que indica el artículo 141 del Código
Civil, esto es, que no sirve de residencia principal a la familia si se trata de un inmueble o,
tratándose de muebles, que no guarnecen el hogar común, lo que deberá probarse por el
solicitante y; c) por resolución judicial en el caso que el matrimonio ha sido declarado nulo
o ha terminado por muerte de uno de los cónyuges o por divorcio" (C. Suprema, 15 de
abril de 2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009). Esta
consideración se ha reiterado en sentencias posteriores del mismo tribunal (C. Suprema,
12 de septiembre de 2011, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/9367/2011, Rol Nº 4316-
2011); C. Suprema, 13 de marzo de 2017, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/805/2017, Rol
Nº 82473-2016); C. Suprema, 28 de marzo de 2018, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1519/2018, Rol Nº 1082-2018). 250. De las formas de
desafectar un bien declarado familiar: la desafectación tácita. A las tres formas de
desafectar un bien declarado familiar, la jurisprudencia ha sumado una cuarta, pues ha
reconocido que puede producirse una desafectación "tácita" o ipso facto por la pérdida de
dominio del bien familiar. En este sentido la I . Corte de Apelaciones de Valdivia resolvió
lma
sentencias posteriores: "[T]al como ha sido referido por esta Corte (en el Ingreso
Nº 15331-2014) la desafectación del bien familiar por solicitud de uno de los cónyuges, no
exige examinar la situación patrimonial de éstos, toda vez que cuando el artículo 141 del
Código Civil regula los supuestos de procedencia de la declaración de bien familiar de un
inmueble, ninguna exigencia hace respecto de la capacidad o situación patrimonial de los
cónyuges, de modo que el argumento referido por los sentenciadores del fondo en cuanto
a que la demandada no tendría el carácter de cónyuge más débil, resulta erróneo al no
constituir un requisito legal que deba ser tomado en consideración al momento de
resolverse acerca de la procedencia o no de la desafectación de un bien declarado
familiar". (C. Suprema, 13 de marzo de 2017, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/805/2017,
Rol Nº 82473-2016). 252. De la desafectación del bien familiar en caso de término del
matrimonio. Durante algún tiempo se discutió si el término del matrimonio producía o no
la desafectación del bien declarado como familiar de un modo objetivo. Es decir, si, por
ejemplo, declarado el divorcio, el bien que había sido declarado bien familiar, perdía tal
condición por el solo hecho del término del matrimonio o si, por el contrario, se requería
que, además, se comprobara que ya no cumplía con las finalidades previstas por las ley.
En términos generales se han mantenido dos opiniones, una de ellas claramente
mayoritaria, y que es la que se inclina por la negativa, pero en circunstancias concretas,
aunque sin referencia a la desafectación con carácter objetivo por el término del
matrimonio, se ha mantenido la opinión contraria. 252.1. Opinión minoritaria, y en
casos específicos. En un voto de minoría de una sentencia de la E Corte Suprema del
xcma.
año 2009 se defendió la opinión afirmativa, por considerarse que se trataba: "[D]e una
causal objetiva que sólo debe ser declarada una vez demostrado el presupuesto básico,
cual es la terminación del vínculo matrimonial" (C. Suprema, 15 de abril de 2009, voto en
contra, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009). De ello se seguía
que se entendiera que, para que operara la desafectación del bien familiar, bastaba con el
término del matrimonio y con que se solicitara al tribunal, sin que fuera necesario acreditar
las circunstancias a que se refiere el inciso 2º de este artículo 145, porque: "[L]a expresión
"igual regla que se emplea en el inciso final del mencionado artículo 145 del Código Civil,
remitiéndose a la figura del inciso anterior, es una indicación al procedimiento que debe
ser utilizado, no a la cuestión de la valoración, entendiéndose, en consecuencia, que tal
exigencia se cumple con el hecho que exista una petición y resolución judicial que declare
la desafectación, ante el caso que el matrimonio haya terminado, entre otros motivos, por
divorcio, pero no a la necesidad de demostrar, además, que el bien familiar no cumple los
objetivos ya señalados, por tratarse en la especie de una causal objetiva que sólo debe
ser declarada una vez demostrado el presupuesto básico, cual es la terminación del
vínculo matrimonial. 4º. Que no es posible extender los efectos de los bienes familiares,
más allá de la existencia de la propia institución en que se funda su existencia. En efecto,
el divorcio puso término al matrimonio y a la situación patrimonial de las partes, siendo la
cuestión de la casa habitación una cuestión de carácter alimenticio, por lo que no
constituye ésta la vía prevista por la ley para asegurar la protección en este caso del hijo
común" (C. Suprema, 15 de abril de 2009, voto en contra, cons. 3º y 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009). Esa opinión, que no llegó a
formar sentencia, no se ha sostenido posteriormente con carácter general. Sin embargo,
en ciertos casos específicos la E. Corte Suprema ha admitido que el sólo término del
xcma
matrimonio por la declaración del divorcio opera como causa suficiente para desafectar el
bien declarado familiar, sin que sea necesario el examen de otras circunstancias. Así lo
ha mantenido al confirmar, en casación, una setencia de alzada que había declarado la
desafectación de un bien declarado familiar, a solicitud del propietario del bien una vez
que se había declarado el divorcio de su antigua cónyuge, que disfrutaba de dicho bien,
en cuanto que residencia principal de la familia, pero en este caso el matrimonio no había
tenido hijos: "Por sentencia dictada en la causa [...] se declaró bien familiar el inmueble de
propiedad del demandante, ubicado en [...], así como los inmuebles que lo guarnecían.
Decisión que se adoptó sobre la base del vínculo matrimonial existente entre las partes,
del cual no nacieron hijos. 2. Con fecha 3 de agosto de 2016, se dictó sentencia en la
causa [...], declarando el divorcio respecto del matrimonio celebrado entre las partes.
Sobre la base de dichos presupuestos fácticos, considerando que la demandada no
propietaria dejó de ser cónyuge del demandante propietario, por lo que no concurren
actualmente los requisitos copulativos exigidos por el artículo 141 del Código Civil, se
acogió la demanda y se ordenó desafectar la calidad de bien familiar del bien raíz y de los
muebles que lo guarnecen [...] Que se denuncia la errada interpretación del artículo 145
del Código Civil [...] En tanto que el inciso primero del artículo 141 del citado cuerpo legal
señala: [...] Así, dentro de los requisitos que autorizan declarar un inmueble bien familiar
es que sea propiedad de uno de los cónyuges y que sirva de residencia principal a la
familia; y, en el caso, la primera exigencia no se cumple, desde que las partes perdieron
la calidad de cónyuges, lo que hace innecesario analizar la concurrencia del segundo
presupuesto [...] Que, en consecuencia, sobre la base de los hechos establecidos y que
no pueden ser modificados, pues no fueron objeto de la impugnación, debe concluirse la
correcta aplicación de las normas sustantivas atinentes a la materia cuya infracción se
denuncia, pues los jueces del fondo las interpretaron correctamente, ajustando la decisión
a su tenor literal y al espíritu de la institución en cuestión; razón por la que el presente
arbitrio adolece de manifiesta falta de fundamento, que autoriza su rechazo en esta etapa
de tramitación" (C. Suprema 25 de septiembre de 2018, cons. 3º, 4º y 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5221/2018, Rol Nº 7434-2018). 252.2. Opinión mayoritaria y
general. La jurisprudencia se ha uniformado en cuanto a que el término del matrimonio no
produce la desafectación del bien familiar de pleno derecho, sino que es necesario que se
solicite al tribunal que declare la desafectación y que, además, se cumpla con las
exigencias prescritas en el inciso 2º del citado artículo 145. Así, en la sentencia en voto de
mayoría de aquel año de 2009 se sostenía que una de las formas de desafectar era "por
resolución judicial en el caso que el matrimonio ha sido declarado nulo o ha terminado por
muerte de uno de los cónyuges o por divorcio", y que en este caso: "[E]l propietario del
bien familiar afectado deberá formular al juez la petición correspondiente, basado en que
el bien no cumple los fines que indica el artículo 141 del citado texto legal. En efecto, la
mera extinción del matrimonio no produce de pleno derecho la desafectación del bien, ello
porque aún disuelto éste, el bien puede continuar siendo la residencia principal de la
familia y en este evento no será posible desafectarlo" (C. Suprema, 15 de abril de 2009,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009). Las razones en las que
fundaba su opinión la E Corte Suprema eran las siguientes: 1ª) "Que tal conclusión se
xcma.
desprende del texto del artículo 145 del Código Civil, el cual para el caso en que el
matrimonio sea declarado nulo o haya terminado por muerte de uno de los cónyuges o
por divorcio, dispone que se aplicará la misma regla dada en el inciso anterior, disposición
que se refiere a la posibilidad de desafectar un bien raíz que ya no sirva de residencia
oficial de la familia, por la remisión que se hace, en definitiva, a lo dispuesto por el artículo
141 del citado Código. Dicho reenvío debe entenderse no sólo al procedimiento que debe
utilizarse, esto es, a la necesidad de que exista una petición de desafectación y una
resolución que la disponga, sino también la de justificar que ya no se cumplen con los
fundamentos que autorizan la existencia de los bienes familiares, pues el inciso final del
aludido artículo 145 del Código Civil, establece la exigencia de formular al juez la petición
en este sentido, apareciendo entonces que la remisión que se hace bajo la expresión
"igual regla", sería una redundancia de la norma, si se interpreta en el sentido que se
refiere sólo al procedimiento; por el contrario, aparece más razonable con la idea anterior,
que se requiera de un pronunciamiento judicial en orden a acreditar el cumplimiento de los
presupuestos de fondo referidos al destino del bien. Lo anterior se ve reafirmado, además,
por la circunstancia que el divorcio no opera de pleno derecho desafectando el bien, pues
se requiere de una decisión del órgano jurisdiccional en tal sentido, la que deberá valorar
la situación particular" (C. Suprema, 15 de abril de 2009, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009); y 2ª) "Que tal interpretación
guarda, por lo demás, debida armonía con el sentido y finalidad que la institución de los
bienes familiares representa, en el contexto que si bien ella está prevista para los casos
en que existe matrimonio entre los involucrados, lo cierto es que con ella se intenta
asegurar a la familia mediante la subsistencia en su poder de bienes indispensables para
su desarrollo y existencia, con prescindencia del derecho de dominio que sobre los
mismos tenga uno de los cónyuges. En efecto, este instituto pretende asegurar a la familia
un hogar físico estable donde sus integrantes puedan desarrollar la vida con normalidad,
ejerciendo los roles y funciones que les correspondan, aún después de disuelto el
matrimonio, a fin de evitar el desarraigo de la que ha sido la residencia principal de ésta.
Desde otra perspectiva constituye también una garantía o forma de protección para el
cónyuge más débil o para el que tenga el cuidado de los hijos, en casos de separación de
hecho o de disolución del matrimonio [...] Que en este sentido, cabe considerar que del
tenor de lo dispuesto por los artículos 141 y 146 del Código Civil, resulta evidente que la
principal beneficiaria de la institución en comento es la familia; desde esta perspectiva, no
puede desconocerse el hecho que si bien ella ha podido tener su origen en el matrimonio
de las partes, como ha ocurrido en la especie, lo cierto es que la misma subsiste más allá
de la disolución de la relación conyugal, permaneciendo vigente en relación a los hijos, a
quienes en este caso la ley busca asegurar su protección mediante la consagración de la
institución en comento, con la extensión de sus efectos más allá del término del
matrimonio, si se d an los presupuestos legales que justifican tal proceder" (C. Suprema,
15 de abril de 2009, cons. 7º y 9º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7687/2009, Rol Nº 1086-2009).
Esta opinión ha sido reiterada por la E Corte Suprema, y puede tenerse por común y
xcma.
de los modos de desafectar un bien declarado como familiar: "[E]xisten tres formas de
desafectación: a) por acuerdo de los cónyuges; b) por resolución judicial recaída en juicio
seguido por el cónyuge propietario, fundado en que el bien no está destinado a los fines
que indica el artículo 141 del Código Civil, esto es, que no sirve de residencia principal a
la familia si se trata de un inmueble o, tratándose de muebles, que no guarnecen el hogar
común, lo que deberá probarse por el solicitante; y c) por resolución judicial en el caso
que el matrimonio ha sido declarado nulo o ha terminado por muerte de uno de los
cónyuges o por divorcio. En este último caso, el propietario del bien familiar afectado
deberá formular al juez la petición correspondiente, basado en que el bien no cumple con
los fines que indica el artículo 141 del citado texto legal" (C. Suprema, 13 de marzo de
2017, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/805/2017, Rol Nº 82473-2016; C. Suprema, 28
de marzo de 2018, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/1519/2018, Rol Nº 1082-
2018). 253. De la titularidad para solicitar que se desafecten acciones y derechos
declarados como bienes familiares. Se ha precisado que, habiéndose declarado como
bienes familiares las acciones y derechos que uno de los cónyuges tenía en una sociedad
agrícola, propietaria de un bien raíz en el cual se sitúa la casa habitación residencia
principal de la familia, corresponde que solicite la desafección quien afectó las acciones y
derechos declarados como bienes familiares, esto es, el cónyuge titular de tales acciones
y derechos, y no la sociedad agrícola, porque lo afectado son las indicadas acciones y
derechos en la sociedad propietaria del inmueble de que se trata, y no el mismo
inmueble (C. Apelaciones de Talca, 8 de noviembre de 1999,
LegalPublishing: Cl/Jur/1916/1999, Rol Nº 4536-1999). La E Corte Suprema, al
xcma.
confirmar en casación el fallo anterior, agregó: "Que el párrafo 2º, del Título IV del Libro
Primero del Código Civil establece el régimen a que se sujetan los bienes familiares,
disponiendo en su artículo 145 que la desafectación puede ser demandada por el
cónyuge propietario, o acordada por ambos cónyuges; y, a su turno, el artículo 146
dispone que lo establecido en el párrafo señalado se aplica también a los derechos y
acciones que alguno de los cónyuges posea en ciertas sociedades, cuyo es el caso de
autos; 3º. Que, en consecuencia, debe concluirse que la acción ejercida en autos la ley la
concede, exclusivamente, al cónyuge propietario del bien afecto como familiar, aún en los
casos de nulidad o disolución del matrimonio; por lo tanto, la sentencia no ha incurrido en
error de derecho al declarar que la sociedad demandante carece de legitimación activa
para comparecer en este juicio" (C. Suprema, 12 de septiembre de 2000, cons. 2º y 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2143/2000, Rol Nº 4536-1999).
Concordancias: Código Civil: artículos 141 a 145. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O. 21.04.2015: artículo 15 inciso final.
Concordancias: Código Civil: artículos 102, 577, 764, 811, 1792-23. Ley Nº 14.908, sobre Abandono
de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 9º inciso 5º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004:
artículos 2º, 34, 65 número 2. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º
número 14 letra b). Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 15 inciso
final.
257. El fundamento de esta disposición es la protección de la familia. Así
Jurisprudencia:
se ha dicho que: "La protección de la familia es, sin duda, el fundamento de la norma que
contiene el artículo 147 del Código Civil, conclusión a la que se llega si se tiene presente
que los derechos de usufructo, uso o habitación que ella regula, sólo pueden ser
constituidos por el órgano jurisdiccional respecto de aquellos bienes declarados familiares
y en beneficio del cónyuge no propietario —incluso después de pronunciada la nulidad del
matrimonio— y que para disponerlos, el juez debe tener en cuenta el interés de los hijos y
las fuerzas patrimoniales de los cónyuges" (C. Suprema, 16 de agosto de 2000, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/Jur/442/2000, Rol Nº 3871-1999). 258. Es requisito de procedencia
que el inmueble sobre el que se solicita la constitución del usufructo esté declarado
como bien familiar. Se ha declarado que: "El artículo 147 del Código Civil, establece que
el juez puede constituir a favor del cónyuge que no es propietario, el derecho de usufructo
sobre los bienes familiares. La propiedad ubicada en [...], no es bien familiar, según lo
establecido en el motivo precedente, razón por la cual no procede en esta causa, en
forma incidental, declarar un usufructo a favor de la cónyuge que no es dueña. Sin
perjuicio de los derechos que ésta pueda impetrar a este respecto, según las normas
generales" (C. Suprema, 3 de septiembre de 2002, LegalPublishing: Cl/Jur/3712/2002,
Rol Nº 2987-2002). En el mismo sentido ha insistido la E Corte Suprema en que: "[E]s
xcma.
indispensable que los bienes sobre los que se constituyan estos derechos reales, estén
previamente afectados como familiares, tal como ha sido declarado el inmueble de
autos" (C. Suprema, 10 de noviembre de 2016, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8664/2016, Rol Nº 32972-2016). 259. Sólo puede constituirse a
favor del cónyuge no propietario y no a favor de los hijos. La jurisprudencia ha
destacado que: "La norma del artículo 147 del Código Civil no extiende también este
derecho en beneficio de los hijos" (C. Suprema, 16 de agosto de 2000, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2099/2000, Rol Nº 3871-1999). En igual sentido: "Debe además
tenerse presente que el usufructo regulado en el artículo 147 cede sólo a favor de la
actora, no extendiendo también el beneficio a favor de los hijos y que la procedencia del
mismo debe considerar el interés de los hijos comunes y las fuerzas patrimoniales de las
partes" (C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de septiembre de 2004, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5502/2004, Rol Nº 941-2001). La E Corte Suprema comparte
xcma.
esta interpretación: "[C]abe señalar que el usufructo decretado en virtud del artículo 147
sólo cede en favor del cónyuge no propietario, mientras que un usufructo alimenticio
podrá constituirse en favor del cónyuge y los hijos, por lo cual no es acertado lo que
señala el recurrente al señalar que es un error por parte de la cónyuge de solicitar sólo en
su beneficio este derecho real" (C. Suprema, 10 de noviembre de 2016, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8664/2016, Rol Nº 32972-2016). 260. Este usufructo no tiene
carácter alimenticio y es distinto del reglado en la Ley Nº 14.908. Así se ha precisado
que: "De la norma transcrita [147] se desprende que ella no es de naturaleza propiamente
alimenticia y no constituye tampoco una simple repetición del artículo 11 de la Ley
Nº 14.908, pues mientras esta última tiene como fin asegurar el pago de una pensión de
alimentos, aquélla, en cambio, se ha establecido en beneficio de la familia, aun cuando no
exista discusión acerca de las necesidades económicas del cónyuge, pudiendo
constituirse un usufructo, uso o habitación sobre un bien declarado familiar, incluso en
favor de una persona cuyo vínculo matrimonial con el propietario del bien haya sido
declarado nulo y, por lo mismo, disuelto, no siendo, por consiguiente, asignataria del
derecho de alimentos regulado en los artículos 321 y siguientes del Código
Civil" (C. Suprema, 16 de agosto de 2000, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/442/2000, Rol
Nº 3871-1999). Este considerando ha sido asumido por algún tribunal de alzada: "Por otra
parte, la Excma. Corte Suprema ha declarado que el artículo 147 del Código Civil no tiene
un carácter alimenticio, como si lo tiene el artículo 11 de la Ley Nº 14.908 y ser además
distintos sus objetivos" (C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de septiembre de 2004, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5502/2004, Rol Nº 941-2001). En igual sentido se ha declarado
que: "[C] abe arguir que el usufructo que contempla la disposición aludida debe ser
considerado distinto al de carácter alimentario que establece el artículo 11 de la Ley
Nº 14.908. De este modo que los fundamentos esgrimidos por el actor no pueden ser
aceptados como causa de pedir para tal propósito" (J. Letras de Río Negro, 30 de octubre
de 2000, cons. 16º, LegalPublishing: Cl/Jur/2558/2000, Rol Nº 17712, conf. C. Suprema,
25 de julio de 2001, Cl/Jur/2948/2001, Rol Nº 1337-2001). 261. Por carecer de carácter
alimenticio no le es aplicable el artículo 10 de la Ley Nº 14.908. En este sentido se ha
estimado que: "El artículo 147 del Código Civil no tiene un carácter alimenticio, como si lo
tiene el artículo 11 de la Ley Nº 14.908 y ser además distintos sus objetivos, por lo que no
es aplicable la limitación que contiene el artículo 10 de esta última ley, lo que no impide al
alimentante ejercer el derecho que le otorga el inciso final de la misma disposición legal,
de pedir en la sede que corresponda la reducción del monto de la pensión alimenticia a
que está obligado, si estima que han variado las circunstancias existentes al momento en
que ésta fue fijada" (C. Suprema, 16 de agosto de 2000, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/442/2000, Rol Nº 3871-1999). Esta opinión la han asumido los
tribunales de alzada: "Por otra parte, la E Corte Suprema ha declarado que el artículo
xcma.
147 del Código Civil no tiene un carácter alimenticio, como si lo tiene el artículo 11 de la
Ley Nº 14.908 y ser además distintos sus objetivos, por lo que no es aplicable la limitación
que contiene el artículo 10 de esta última ley, lo que no impide al alimentante ejercer el
derecho que le otorga el inciso final de la misma disposición legal, de pedir en la sede que
corresponda la reducción del monto de la pensión alimenticia a que está obligado, si
estima que han variado las circunstancias existentes al momento en que ésta fue fijada"
(C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de septiembre de 2004, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5502/2004, Rol Nº 941-2001). 262. Por carecer de carácter
alimenticio, el derecho a solicitar su constitución subiste aunque el cónyuge
propietario pague una pensión de alimentos. En este sentido se ha declarado: "Que,
asimismo, debe considerar el interés de los hijos. El recurrente señala que paga la
pensión de alimentos y se encarga en forma exclusiva del bienestar económico de los
hijos; si bien es cierto lo anterior, la doctrina ha señalado que los derechos reales que
pueden constituirse conforme al artículo 147 del Código de Bello no tienen naturaleza
alimenticia, entonces no cabe sino concluir que el derecho a solicitar la constitución de
estos derechos reales subsiste, a pesar de que el cónyuge propietario del inmueble o de
una parte de éste pague una pensión de alimentos al cónyuge solicitante, a menos que
dicha pensión alimenticia consista precisamente en un usufructo sobre el mismo bien raíz,
lo cual no sucede en el caso de autos" (C. Suprema, 10 de noviembre de 2016, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8664/2016, Rol Nº 32972-2016).
Cada vez que en virtud de una acción ejecutiva deducida por un tercero
acreedor, se disponga el embargo de algún bien familiar de propiedad del
cónyuge deudor, el juez dispondrá se notifique personalmente el mandamiento
correspondiente al cónyuge no propietario. Esta notificación no afectará los
derechos y acciones del cónyuge no propietario sobre dichos bienes.
Concordancias: Código Civil: artículo 2357. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O. 21.04.2015: artículo 15 inciso final.
puede tener cabida el beneficio de excusión que consagra el artículo 148 del Código Civil
que ha sido impetrado por la cónyuge del ejecutado, en tanto la declaración de bien
familiar, de fecha posterior, no puede afectar la hipoteca constituida previamente en favor
de la ejecutante" (C. Apelaciones de Temuco, 23 de septiembre de 2016, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6680/2016, Rol Nº 1-2016). Ha fundado esta opinión en la
doctrina y en alguna jurisprudencia anterior: "[L]o anterior guarda plena armonía con lo
que dispone el inciso final del artículo 147 del Código Civil para otros derechos reales, en
tanto prescribe que la constitución de derechos de usufructo, uso o habitación sobre los
bienes familiares a favor del cónyuge no propietario, no perjudicará a los acreedores que
el cónyuge propietario tenga a la fecha de su constitución, quedando así de manifiesto la
intención del legislador sobre esta materia. Sexto: Que así se ha sostenido por la doctrina,
señalándose por el Profesor Sr. Hernán Corral Talciani que, tratándose de acreedores
prendarios o hipotecarios, 'no queda más remedio que excluir el beneficio de excusión
cuando se trate de ejecutar garantías reales, como la prenda o la hipoteca. Para ello
invocaremos la especialidad de las normas que configuran estos derechos reales, normas
que deben prevalecer sobre un precepto más general como el que establece el beneficio
de excusión para los bienes familiares', (Hernán Corral Talciani, Bienes familiares y
participación en los gananciales, Segunda Edición, Página 102) razonando en un sentido
incluso más amplio Gian Franco Rosso Elorriaga, ( Régimen Jurídico de los Bienes
Familiares) quien afirma que 'el derecho del titular de la caución real siempre primará
sobre el beneficio de excusión, pues tendrá su origen, o bien antes de la afectación
respectiva, o con posterioridad a la misma, caso este último en que ambos cónyuges han
debido actuar de común acuerdo en virtud de lo dispuesto en el artículo 142 del Código
Civil'. La profesora Sra. María Graciela Brantt Zumarán, en su artículo 'La inoponibilidad
como mecanismo de protección de los terceros en la regulación patrimonial del
matrimonio en el derecho chileno'. rchdp [online]. 2015, Nº 24, señala que la verdadera y
suficiente protección para los terceros acreedores a propósito del beneficio de excusión
en los bienes familiares, 'radica en su inoponibilidad cuando emana de una declaración de
bien familiar hecha con posterioridad al crédito', lo cual cobra aún más relevancia en el
presente caso, en que como ya se dijo existe una garantía hipotecaria. Séptimo: Así se ha
resuelto, además, por la jurisprudencia, sosteniéndose por la I Corte de Apelaciones de
ltma.
fecha 9 de mayo de 2006, dictada en causa Rol Nº 878-2005, citando lo resuelto por la
E Corte Suprema de Justicia en causa Rol Nº 3132-1998, sostuvo en su considerando
xcma.
32º que 'es necesario precisar que, si la hipoteca es anterior a la declaración de bien
familiar del bien hipotecado y materia del juicio, tal declaración será inoponible al acreedor
hipotecario por ser la hipoteca anterior a la constitución de bien familiar'. El mismo
Tribunal de alzada, con fecha 22 de marzo de 2016, resolvió en causa Rol Nº 392-2016
que 'la declaración de bien familiar no puede afectar los derechos que los acreedores del
cónyuge propietario tenían a la fecha de su constitución, de acuerdo lo dispone el inciso
final del artículo 147 del Código Civil'. La Corte de Apelaciones de Valdivia, por su parte,
resolvió en causa Rol Nº 891-2008, con fecha 13 de marzo de 2009, 'Que el inmueble que
fue embargado al ejecutado se encuentra hipotecado a favor del Banco de Crédito e
Inversiones con anterioridad a la fecha en que fue declarado bien familiar, de manera que
no procede acceder a lo pedido por su cónyuge, fundado en lo dispuesto en el artículo
148 del Código Civil, puesto que el derecho del titular de la acción real primará sobre el
beneficio de exclusión; de lo contrario perdería todo valor la hipoteca válidamente
constituida con anterioridad por el cónyuge propietario'" (C. Apelaciones de Temuco, 23
de septiembre de 2016, cons. 5º, 6º y 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6680/2016, Rol Nº 1-
2016). 266. De la no procedencia de este beneficio en la acción de desposeimiento
contra terceros poseedores de la finca hipotecada. En este sentido se ha declarado:
"[A]tendidas las especiales características de la acción de desposeimiento contra terceros
poseedores de la finca hipotecada, los sentenciadores estiman que no es procedente el
beneficio de excusión consagrado en el artículo 148 del Código Civil en esta clase de
ejecuciones. Ello, básicamente porque el juicio tiene por objeto ejecutar las hipotecas
otorgadas para garantizar los créditos debiendo trabarse embargo únicamente sobre la
finca hipotecada, no siendo posible embargar otros bienes del tercero ni tampoco solicitar
ampliación de embargo si acaso con el producto de venta del inmueble gravado no
alcanza a cubrirse la totalidad de la deuda; porque, también, el tercer poseedor no tiene la
calidad de deudor de la obligación que garantiza la hipoteca, y, además, porque las
normas que, configuran la hipoteca son especiales y prevalecen sobre un precepto más
general como el que establece el beneficio de excusión para los bienes familiares.
32. Que en doctrina también se sostiene que el beneficio de excusión para bienes
familiares consagrado en el artículo 148 del Código Civil cede ante la acción hipotecaria.
El profesor Hernán Corral Talciani señala que no procede el beneficio de excusión cuando
se trate de ejecutar garantías reales, como la prenda o la hipoteca (En Bienes Familiares
y Participación en los Gananciales. Editorial Jurídica de Chile, 1996, página 82). En igual
sentido, el profesor Eduardo Court Murasso, quien manifiesta que Si el inmueble familiar
se encuentra hipotecado, el beneficio de excusión será inoponible a los acreedores
hipotecarios (En Los Bienes Familiares en el Código Civil [Ley Nº 19.335]. Cuadernos
Jurídicos Nº 2, Viña del Mar, agosto 1995, Universidad Adolfo Ibáñez). Y también el autor
Gian Franco Rosso Elorriaga afirma que el derecho del titular de la caución real siempre
primará sobre el beneficio de excusión(En Régimen Jurídico de los Bienes
Familiares. Metropolitana Ediciones, 1998, página 265). 33. Que, por último, es necesario
precisar que si la hipoteca es anterior a la declaración de bien familiar del bien
hipotecado, y materia del juicio, tal declaración será inoponible al acreedor hipotecario por
ser la hipoteca anterior a la constitución de bien familiar (C. Suprema, 18 de noviembre
de 1998, Rol Nº 3132-1998). Así, en la situación en estudio, consta del contrato de
hipoteca que rola a fojas 3 del cuaderno de desposeimiento Rol Nº 43896, que el
propietario constituyó hipoteca sobre el bien gravado con fecha 10 de enero de 2001. En
cambio, la declaración de bien familiar es de 17 de diciembre de 2002, la que se
subinscribió al margen de la respectiva inscripción de dominio el 18 de diciembre de 2002,
según consta de los documentos agregados de fojas 758 a 763 (antes 23 a 28) de estos
autos. 34. Que no siendo procedente el beneficio de excusión para los bienes familiares
consagrado en el artículo 148 del Código Civil cuando se trata de ejecutar garantías
reales como la hipoteca, corresponde desestimar la demanda interpuesta"
(C. Apelaciones de Concepción, 9 de mayo de 2006, cons. 31º a 34º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8442/2006, Rol Nº 878-2005).
Concordancias: Código Civil: artículo 11. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O. 21.04.2015: artículo 15 inciso final.
La mujer casada, que desempeñe algún empleo o que ejerza una profesión,
oficio o industria, separados de los de su marido, se considerará separada de
bienes respecto del ejercicio de ese empleo, oficio, profesión o industria y de lo
que en ellos obtenga, no obstante cualquiera estipulación en contrario; pero si
fuere menor de dieciocho años, necesitará autorización judicial, con
conocimiento de causa, para gravar y enajenar los bienes raíces. 213
Los acreedores del marido no tendrán acción sobre los bienes que la mujer
administre en virtud de este artículo, a menos que probaren que el contrato
celebrado por él cedió en utilidad de la mujer o de la familia común.
Concordancias: Código Civil: artículos 161, 166, 167, 1754, 1755 y 1777. Código de Comercio:
artículos 11 y 14. Código del Trabajo: artículo 13. Código de Minería: artículo 25. Código de Derecho
Internacional Privado: artículos 44, 233. Ley Nº 3.918, sobre Sociedades de Responsabilidad
Limitada,D.O. 14.03.1923: artículo 9º inciso 3º. Ley Nº 14.171, Atribuye Valor de Escritura Pública a
Ciertos Documentos Privados Protocolizados,D.O. 26.10.1960: artículo 65. Ley Nº 14.843, establece
Fondos de la Fundación de Viviendas y Asistencia Social y a la Corporación de la
Vivienda, D.O. 12.02.1962: artículo 8º. Ley Nº 16.392, fija Normas Locales sobre Construcción,
Urbanizaciones y Otorgamiento de Títulos de Dominio, D.O. 16.12.1965: artículo 11. Ley Nº 16.741,
establece Normas para Saneamiento de los Títulos de Dominio y Urbanización de Poblaciones en
Situación Irregular,D.O. 8.04.1968: artículo 71. Ley Nº 18.196, establece normas complementarias de
administración financiera, personal y de incidencia presupuestaria, D.O. 29.12.1982: artículo 41 inciso
2º. Decreto Ley Nº 1.939, sobre Adquisición, Administración y Disposición de Bienes del
Estado, D.O. 5.10.1977: artículo 98. Ley Nº 18.196, establece normas complementarias de
administración financiera, personal y de incidencia presupuestaria, D.O. 29.12.1982: artículo 41 inciso
2º. Ley Nº 20.880, sobre probidad en la función pública y prevención de los conflictos de interés, D.O.
5.01.2016: artículo 8º inciso 2º.
desde ya puntualizar que, al tenor del inciso 2º del artículo 41 de la Ley Nº 18.196, "la
mujer casada beneficiaría del subsidio habitacional del Estado, se presumirá separada de
bienes para la celebración de los contratos de compraventa, mutuo e hipotecas
relacionados exclusivamente con la adquisición de la vivienda para la cual se les haya
otorgado dicho subsidio". Del tenor de la norma antes transcrita se desprende que la
mujer casada que adquiere un inmueble mediante subsidio habitacional se presumirá de
derecho separada de bienes y regirán, respecto de ella, todos los derechos que se
establecen en el artículo 150 del Código Civil para la mujer casada que ejerce un empleo,
oficio, profesión o industria, separados del de su marido. Es la propia Ley Nº 18.196 la
que estableció un estatuto especial para la mujer casada que adquiere una vivienda
mediante un subsidio habitacional del SERVIU, haciéndole aplicable a su respecto el
artículo 150 del Código Civil, independientemente de si ejerce un empleo, profesión, o
industria separados de los de su marido" (C. Suprema, 26 de abril de 2017, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2823/2017, Rol Nº 406-2017). 277. La mujer casada que
adquiere del Servicio de Vivienda y Urbanismo un inmueble, lo hipoteque o grave
en favor del mismo, se presume de derecho separada de bienes para la celebración
del contrato correspondiente, y queda sujeta a la diciplina de este artículo 150. Así
lo ha recordado la E. Corte Suprema: "[D]e conformidad con lo que establece el artículo
xcma
11º de la Ley Nº 16.392, "La mujer casada que adquiera, hipoteque o grave en la
Corporación de la Vivienda o en la Corporación de Servicios Habitacionales, en
Asociaciones de Ahorro y Préstamo o Instituciones de Previsión, una vivienda, sitio o
local, se presumirá de derecho separada de bienes para el contrato correspondiente, y
regirán, respecto de ella, todos los derechos que se establecen en el artículo 150 del
Código Civil para la mujer casada que ejerce un empleo, oficio, profesión o industria,
separados de los de su marido", principio que reproduce el artículo 69 del Decreto Nº 355
de Vivienda y Urbanismo del año 1976, el cual señala que "La mujer casada que adquiera
del SERVIU una vivienda, sitio o local, o que los hipoteque o grave en favor del mismo, se
presumirá de derecho separada de bienes para la celebración del contrato
correspondiente y regirán, respecto de ella, todos los derechos que se establecen en el
artículo 150 del Código Civil para la mujer casada que ejerce un empleo, profesión, o
industria separados de los de su marido" [...] Que las disposiciones antes citadas
establecen un estatuto especial para la mujer casada que se encuentra en la situación
que ellas contemplan, sobre la base del cual se presume de derecho, esto es, sin que
proceda prueba en contrario, que la adquirente, como es en este caso, de una vivienda a
través del mecanismo de subsidio para la vivienda, en los que interviene el SERVIU
continuador legal de uno de los organismos mencionados en el artículo 11º de la Ley
Nº 16.392, se encuentra separada de bienes respecto de la vivienda que compre,
hipoteque o grave a dicho organismo, rigiendo a su favor todos los derechos que se
establecen en el artículo 150 del Código Civil. De lo que se colige que la propiedad
materia del contrato de compraventa, no obstante haber sido adquirida a título oneroso,
no ingresa al haber de la sociedad conyugal [...] Que lo anterior encuentra además
fundamento en el reconocimiento de que las disposiciones antes citadas, que consagran
la presunción de separación de bienes de la mujer casada que ejecuta alguno de los
actos que señalan, no son normas de mera capacidad, es decir, que hayan tenido por
objeto únicamente otorgar ésta a la mujer casada para concurrir a los contratos de
compraventa, mutuo o hipoteca por sí sola y sin la representación del marido, sino que
tienen un carácter sustantivo que no puede desconocerse en cuanto a hacer aplicables,
tal como se desprende de su propio tenor literal, todos los derechos que contempla el
artículo 150 del Código Civil, es decir, del instituto del patrimonio reservado"
(C. Suprema, 24 de enero de 2017, cons. 8º, 9º y 10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/247/2017,
Rol Nº 76253-2016). 278. La regla del inciso 5º: Los actos ejecutados en la
administración separada de la mujer, únicamente obligan sus bienes. La
jurisprudencia, de modo constante, explica el inciso 5º en relación con el artículo 137
del Código Civil, para advertir: "Que el inciso 5º del artículo 150 previene que "los actos o
contratos celebrados por la mujer en esta administración separada, obligarán los bienes
comprendidos en ella y los que administre con arreglo a las disposiciones de los artículos
166 y 167, y no obligarán los del marido sino con arreglo al artículo 161". En
consecuencia, las deudas generadas de estas relaciones no obligan los bienes sociales,
ni los del marido, ni los bienes propios de la mujer que son administrados por el marido,
sino que sólo los de su administración separada, incluyendo los comprendidos en los
artículos 166 y 167, salvo ciertas excepciones. Esto tiene relación con lo preceptuado en
el inciso primero del artículo 137 del Código Civil, que indica que "los actos y contratos de
la mujer casada en sociedad conyugal, sólo la obligan en los bienes que administre en
conformidad a los artículos 166 y 167". Por eso se dice que el marido es respecto de
terceros dueño de los bienes sociales, como si ellos y sus bienes formasen un solo
patrimonio, pero los actos ejecutados en la administración separada de la mujer,
únicamente obligan sus bienes" (C. Suprema, 11 de septiembre de 2018, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5163/2018, Rol Nº 19155-2017). 279. Patrimonio reservado y
"beneficio de emolumentos" a favor del marido. En alguna ocasión se ha advertido
que: "El artículo 150 establece un verdadero beneficio de emolumentos a favor del
marido, al establecer que sólo responderá hasta la concurrencia del valor de la mitad de
esos bienes que existan al disolverse la sociedad. Pero para ello deberá probar exceso de
contribución que se le exige con arreglo al artículo 1777. La mujer responde por el total de
la deuda frente a los acreedores, pudiendo repetir contra el marido por la mitad que le
corresponda pagar" (C. Apelaciones de Antofagasta, 7 de marzo de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7723/2008, Rol Nº 720-2007, conf. C. Suprema, 15 de mayo de
2008, LegalPublishing: Cl/Jur/7722/2008, Rol Nº 1979-2008). 280. El patrimonio
reservado no puede generar recompensas a favor de la sociedad conyugal. En este
sentido se ha pronunciado algún tribunal de alzada: "[T]ratándose de los bienes que
conforman el patrimonio reservado de la mujer casada, los mismos son administrados por
ella como si estuviese separada de bienes, y solo si la cónyuge no renunciare a los
gananciales, los mismos ingresarán a la partición de estos últimos, con lo cual la regla del
artículo 1746 carecería de sentido, puesto que la mujer tendría que pagar por los
aumentos respecto de un bien que no quedarán para ella, a diferencia de sus bienes
propios, los cuales nunca ingresan a la sociedad conyugal. Lo expuesto implica
necesariamente, que los bienes reservados de la mujer casada, por no tratarse de "bienes
propios", encontrarse en un patrimonio especial y de administración exclusiva de la mujer,
actuando separada de bienes al efecto y sin injerencia del marido, jamás pueden generar
recompensas a favor de la sociedad conyugal, y si esta última es acreedora de dicho
patrimonio, la acreencia debe ser cobrada en la misma forma en que un cónyuge
separado de bienes puede hacer efectivos sus créditos respecto del otro" (C. Apelaciones
de San Miguel, 13 de noviembre de 2013, cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/2628/2013,
Rol Nº 433-2013). Este sentencia fue confirmada por la E Corte Suprema, y en ella se
xcma.
reafirmó: "Que de conformidad con lo reseñado en el motivo que precede, se observa que
los sentenciadores han hecho una correcta aplicación de la normativa atinente al caso de
que se trata toda vez los bienes que componen el patrimonio reservado de la mujer
ingresarán a la liquidación de la sociedad conyugal en la medida que ésta no renuncie a
los gananciales, hipótesis esta última que ocurrió en la especie, por lo que resulta
improcedente aplicar las normas que son propias de la liquidación de la referida sociedad
a un patrimonio que no ha ingresado a ella. Por lo tanto, los dineros que pudiere adeudar
la cónyuge con ocasión de las expensas que se hayan hecho en los bienes que
componían su patrimonio reservado, deben perseguirse por las acciones ordinarias que la
legislación contempla para el cobro de una deuda" (C. Suprema, 11 de marzo de 2014,
cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/405/2014, Rol Nº 16342-2013).
Artículo 151. Derogado.215
Concordancias: Código Civil: artículo 1723. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 4º número 4, 8º. Ley Nº 14.908, sobre
Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por
D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 19 inciso 1º número 1. Decreto Ley Nº 2.695, Min. Tierras y
Colonización, fija normas para regularizar la posesión de la pequeña propiedad raíz y para la
constitución del dominio sobre ella, D.O. 21.07.1979: artículo 37. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 14 letra a). Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O. 21.04.2015: artículo 15 inciso 2º.
"[L]a separación judicial de bienes sólo es procedente a instancias de la mujer y por las
causales taxativamente señaladas en la ley. Es una facultad irrenunciable e
imprescriptible y la norma que la reglamenta es de orden público, pues responde a un
interés general o social, por oposición a cuestiones de orden privado" (C. Suprema, 21 de
noviembre de 2006, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/4107/2006, Rol Nº 1529-2005).
Artículo 154. Para que la mujer menor pueda pedir separación de bienes,
deberá ser autorizada por un curador especial.
Concordancias: Código Civil: artículos 131, 134 y 156 inciso 2º. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de
Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 19 inciso 1º número 1. Ley Nº 19.947,D.O. 17.05.2004, de Matrimonio
Civil: artículo 26. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 14
letra a).
Concordancias: Código Civil: artículos 46, 155 inciso 3º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º Nº 14 letra a).
Concordancias: Código Civil: artículos 1698 inciso 2º, 1713, 1739 incisos 2º y 3º, 2485.
Concordancias: Código Civil: artículos 134 y 178. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989,
artículo 16.1.
Apelaciones de Santiago que: "Si al momento de verificarse los gastos demandados por el
mantenimiento de la familia común, la única que tenía recursos para hacerlo era la mujer,
con el producto de su trabajo, su contribución no genera derecho a recompensas, toda
vez que, no existiendo bienes sociales ni del marido, estaba dentro de sus obligaciones
proveer a las cargas de familia, en la medida que éstas, como indica el mencionado
artículo 160, deben asumirse en proporción a las facultades de cada cónyuge, siendo las
de la mujer, en aquella época, si no las únicas, notablemente superiores a las de su
marido, conforme a sus propias declaraciones" (C. Apelaciones de Santiago, 29 de
octubre de 2007, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/6765/2007, Rol Nº 1539-2007). Esta
sentencia fue confirmada en casación por la E Corte Suprema (C. Suprema, 16 de enero
xcma.
Artículo 164. Derogado.226
1º. Con respecto a las cosas donadas, heredadas o legadas, se aplicarán las
disposiciones de los artículos 159, 160, 161, 162 y 163, pero disuelta la
sociedad conyugal las obligaciones contraídas por la mujer en su
administración separada podrán perseguirse sobre todos sus bienes.
2º. Los acreedores del marido no tendrán acción sobre los bienes que la
mujer administre en virtud de este artículo, a menos que probaren que el
contrato celebrado por él cedió en utilidad de la mujer o de la familia común.
3º. Pertenecerán a la mujer los frutos de las cosas que administra y todo lo
que con ellos adquiera, pero disuelta la sociedad conyugal se aplicarán a
dichos frutos y adquisiciones las reglas del artículo 150. 228
Concordancias: Código Civil: Código Civil: artículos 150, 159, 160, 161, 162, 163, 643, 646. Código de
Derecho Internacional Privado: artículo 44. Ley Nº 20.880, sobre probidad en la función pública y
prevención de los conflictos de interés, D.O. 5.01.2016: artículo 8º inciso 2º.
Concordancias: Código Civil: artículo 1720. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 44. Ley
Nº 20.880, sobre probidad en la función pública y prevención de los conflictos de interés, D.O.
5.01.2016: artículo 8º inciso 2º.
Artículo 168. Derogado.230
Artículo 169. Derogado.231
Artículo 170. Derogado.232
Artículo 171. Derogado.233
Concordancias: Código Civil: artículos 132 y 1428. Código de Derecho Internacional Privado: artículo
52. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 26, 35 inciso 1º, 54, 59, 60.
Concordancias: Código Civil: artículo 159. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 52.
Artículo 176. Derogado.238
Concordancias: Código Civil: artículos 160 y 165. Código de Derecho Internacional Privado: artículo
52.
.....
2. De las asignaciones testamentarias condicionales
.....
Concordancias: Código Civil: artículo 1077. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículo 2º inciso 1º.
Concordancias: Código Civil: artículo 1077. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículo 2º inciso 1º.
...
Artículo 1318. Si el difunto ha hecho la partición por acto entre vivos o por
testamento, se pasará por ella en cuanto no fuere contraria a derecho ajeno.
....
Concordancias: Código Civil: artículos 253 inciso 1º, 396, 1337 Nº 10, 1342, 1718, 1757.
...
....
1ª. Entre los coasignatarios de una especie que no admita división, o cuya
división la haga desmerecer, tendrá mejor derecho a la especie el que más
ofrezca por ella; cualquiera de los coasignatarios tendrá derecho a pedir la
admisión de licitadores extraños; y el precio se dividirá entre todos los
coasignatarios a prorrata.
Concordancias: Código Civil: artículos 147, 811 y siguientes, 1318, 1322, 1326, 1335, 1342, 1370,
1371, 1524 regla 1ª. Código de Procedimiento Civil: artículo 662. Reglamento del Registro
Conservatorio de Bienes Raíces, D.O. 24.06.1857: artículos 31 Nº 2 y 52 Nº 2. Código de
Procedimiento Civil: artículo 662. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015:
artículo 19.
disposición denunciada como infringida, esto es, el artículo 1337, regla 10ª, al cónyuge
sobreviviente le asiste el derecho a enterar su cuota hereditaria con preferencia mediante
la adjudicación a favor suyo de la propiedad del inmueble en que reside y que sea o haya
sido la vivienda principal de la familia, así como del mobiliario que lo guarnece, siempre
que ellos formen parte del patrimonio del difunto. Dicho privilegio, entonces, ha sido
establecido no ya respecto de los bienes integrantes de la herencia cuya partición se
realiza, como equivocadamente pretende la recurrente, sino que lo es respecto de los
restantes herederos, recayendo limitadamente sobre aquellas especies precisas y
determinadas que la norma en comento se encarga de detallar. 5º.- Que, en
consecuencia, resulta acertada la decisión de los jueces del fondo que han señalado que
no es requisito para el ejercicio de tal derecho la existencia de otros bienes integrantes del
patrimonio en cuestión, lo que resulta coherente con las finalidades asistenciales y de
protección familiar que le atribuye la doctrina y que la sentencia de primera instancia
reseña, por lo que el recurso de casación en el fondo deducido por la demandante no
podrá prosperar, al adolecer de manifiesta falta de fundamento" (C. Suprema, 30 de junio
de 2014, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/3938/2014, Rol Nº 7219-2014).
...
Artículo 1341. Si el patrimonio del difunto estuviere confundido con bienes
pertenecientes a otras personas por razón de bienes propios o gananciales del
cónyuge, contratos de sociedad, sucesiones anteriores indivisas, u otro motivo
cualquiera, se procederá en primer lugar a la separación de patrimonios,
dividiendo las especies comunes según las reglas precedentes.
...
1. Reglas generales
Concordancias: Código Civil: artículos 1406, 1740 inciso final, 1749 inciso 1º, 1792-1. Código de
Comercio: artículo 22 número 1. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido
fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 38 incisos 2º y 3º.
Concordancias: Código Civil: artículos 135 inciso 2º, 1699, 1722, 1723 inciso 1º. Código de Comercio:
artículo 22 número 1. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por
D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 4º números 3º y 4º.
Concordancias: Código Civil: artículos 12, 153, 1461. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,
D.O. 17.05.2004: artículo 21 inciso 3º.
señalado que: "[E]n nuestro derecho puede definirse la sociedad conyugal como la
sociedad de bienes que se forma entre los cónyuges por el hecho del matrimonio. Y su
característica esencial es la existencia de un patrimonio o masa común destinada a
subvenir las necesidades que el matrimonio engendra. La sociedad conyugal se forma así
de pleno derecho, sin necesidad de declaración alguna de los cónyuges y por el solo
hecho del matrimonio celebrado en Chile y constituye el régimen legal de los cónyuges
que contraen matrimonio sin capitulaciones matrimoniales o con ellas, pero sin pactar otro
régimen patrimonial para el matrimonio. Su declaración está fijada por la ley, principiando
necesariamente al tiempo de celebrarse el matrimonio, en el momento preciso en que
éste se contrae. Se disuelve la sociedad conyugal en los casos taxativamente señalados
en el artículo 1764 del Código Civil, entre los cuales se encuentra la disolución del
matrimonio por la muerte natural de uno de los cónyuges" (C. Suprema, 12 de mayo de
2005, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/4195/2005, Rol Nº 5414-2003). 301. De la
naturaleza de la sociedad conyugal. En relación con esta cuestión, algún tribunal de
alzada ha señalado que: "[L] a naturaleza jurídica de la sociedad conyugal es sui generis,
considerándosele un estatuto jurídico que regula las relaciones pecuniarias de los
cónyuges entre sí y de estos con terceros, es decir, se trata de uno más de los distintos
regímenes patrimoniales del matrimonio y no de una persona jurídica distinta a los
cónyuges, por lo que no posee ningún atributo de la personalidad de los que son propios
a las personas; más bien se asemeja a un ente cuyo su representante y normal
administrador es el marido, a quien el artículo 1749 da incluso el curioso título de jefe"
(C. Apelaciones de Santiago, 16 de octubre de 2008, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7720/2008, Rol Nº 10.145-2005). 302. La sociedad conyugal no
es una persona jurídica. Esto es así porque: "Se trata de uno más de los distintos
regímenes patrimoniales del matrimonio y no de una persona jurídica distinta a los
cónyuges, por lo que no posee ningún atributo de la personalidad de los que son propios
a las personas; más bien se asemeja a un ente cuyo su representante y normal
administrador es el marido, a quien el artículo 1749 da incluso el curioso título de "jefe"...
no existen en el matrimonio sino dos patrimonios, los de cada uno de los cónyuges, ya
que por el hecho de celebrarse el contrato definido en el artículo 102, a diferencia de la
sociedad o compañía definida en el artículo 2053 del Código Civil, no se forma ninguna
persona jurídica distinta de las partes que concurrieron a su formación" (C. Apelaciones
de Santiago, 16 de octubre de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/7720/2008, Rol
Nº 10.145-2005). 303. La sociedad conyugal no implica la formación de una
comunidad o copropiedad entre los cónyuges. En este sentido se ha declarado: "Que,
en nuestro derecho, la sociedad conyugal no importa la formación de una comunidad o
copropiedad entre los cónyuges. Lejos de ello, frente a los terceros el marido es el único
dueño de los bienes sociales (artículo 1750 del Código Civil). La comunidad solo tiene
lugar al tiempo de la disolución" (C. Apelaciones de Santiago, 22 de diciembre de 2008,
cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/7721/2008, Rol Nº 7539-2007).
Concordancias: Código Civil: artículos 12, 1721 inciso 1º, 1767, 1781, 1792-20 inciso 2º.
Concordancias: Código Civil: artículos 153, 158 inciso 2º, 159, 160, 161, 162, 163, 167, 1715.
Artículo 1721. El menor hábil para contraer matrimonio podrá hacer en las
capitulaciones matrimoniales, con aprobación de la persona o personas cuyo
consentimiento le haya sido necesario para el matrimonio, todas las
estipulaciones de que sería capaz si fuese mayor; menos las que tengan por
objeto renunciar los gananciales, o enajenar bienes raíces, o gravarlos con
hipotecas o censos o servidumbres. Para las estipulaciones de estas clases
será siempre necesario que la justicia autorice al menor.
El que se halla bajo curaduría por otra causa que la menor edad, necesitará
de la autorización de su curador para las capitulaciones matrimoniales, y en lo
demás estará sujeto a las mismas reglas que el menor.
Los pactos a que se refiere este artículo y el inciso segundo del artículo
1715, no son susceptibles de condición, plazo o modo alguno. 250-251
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 165 inciso 2º, 1348, 1699, 1715 inciso 2º, 1792-1, 1792-2,
1792-20. Código de Comercio: artículo 22, número 1. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 4º números 3º y
4º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 40. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de
unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 15 incisos 2º, 3º, 4º y 5º.
5º. De todos los bienes que cualquiera de los cónyuges adquiera durante el
matrimonio a título oneroso.253
Concordancias: Código Civil: artículos 150, 575, 643, 644, 647, 1727, 1734
del Código Civil en relación con este artículo 1725, para concluir que sólo ingresan al
haber absoluto aquellos inmuebles adquiridos por prescripción, cuando se cumplen dos
condiciones copulativas: 1ª) que la posesión del inmueble hubiera durante la vigencia de
la sociedad conyugal; y 2ª) que la prescripción adquisitiva hubiera operado durante la
vigencia de la misma sociedad conyugal. En este sentido se ha declarado que: "[E]l
artículo 1736 del Código Civil, luego de señalar en su inciso primero que "La especie
adquirida durante la sociedad, no pertenece a ella aunque se haya adquirido a título
oneroso, cuando la causa o título de la adquisición ha precedido a ella", añade en su
numeral también primero que "No pertenecerán a la sociedad las especies que uno de los
cónyuges poseía a título de señor antes de ella, aunque la prescripción o transacción con
que las haya hecho verdaderamente suyas se complete o verifique durante ella". O sea,
en conformidad al inciso primero transcrito, lo importante es que la causa o título de la
adquisición sea anterior al matrimonio para que el bien se repute como propio y, de
acuerdo con lo reseñado en el numeral primero, igualmente transcrito, si la posesión para
la prescripción adquisitiva comenzó por el cónyuge que demanda antes de la celebración
del vínculo matrimonial y se cumplió después de la misma, el bien así adquirido detenta el
carácter de propio, debido a que la propiedad se reputa adquirida con efecto retroactivo al
momento en que se inició la posesión [...] Que de lo que se viene narrando queda puede
concluirse lo que sigue: a) Que los inmuebles adquiridos por prescripción por uno o
ambos cónyuges, casados entre sí en régimen de sociedad conyugal, durante su
vigencia, ingresan al haber absoluto de dicha sociedad; b) Que para que tales efectos se
produzcan, la posesión debe haberse iniciado y la prescripción haberse perfeccionado
durante la vigencia de la sociedad conyugal; y c) Que si la posesión se inició antes de la
sociedad conyugal, el inmueble será propio del cónyuge respectivo, aunque la
prescripción se produzca durante la vigencia de esa sociedad de bienes, atendido lo
dispuesto en el artículo 1736 Nº 1 del Código Civil" (C. Suprema, 30 de septiembre de
2014, cons. 10º y 11º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6994/2014, Rol Nº 13561-2013).
Artículo 1726. Las adquisiciones de bienes raíces hechas por cualquiera de
los cónyuges a título de donación, herencia o legado, se agregarán a los
bienes del cónyuge donatario, heredero o legatario; y las adquisiciones de
bienes raíces hechas por ambos cónyuges simultáneamente, a cualquiera de
estos títulos, no aumentarán el haber social, sino el de cada cónyuge.
2º. Las cosas compradas con valores propios de uno de los cónyuges,
destinados a ello en las capitulaciones matrimoniales o en una donación por
causa de matrimonio;
3º. Todos los aumentos materiales que acrecen a cualquiera especie de uno
de los cónyuges formando un mismo cuerpo con ella, por aluvión, edificación,
plantación o cualquiera otra causa.255
Concordancias: Código Civil: artículos 150, 166, 167, 649, 668, 669, 1715, 1725, 1733.
Concordancias: Código Civil: artículos 568 inciso 1º, 591, 1792-9. Código de Minería: artículo 25.
Artículo 1731. La parte del tesoro, que según la ley pertenece al que lo
encuentra, se agregará al haber de la sociedad, la que deberá al cónyuge que
lo encuentre la correspondiente recompensa; y la parte del tesoro, que según
la ley pertenece al dueño del terreno en que se encuentra, se agregará al
haber de la sociedad, la que deberá recompensa al cónyuge que fuere dueño
del terreno.256
Concordancias: Código Civil: artículo 24, 1725 números 3º y 4º, 1726 inciso 2º, 1731, 1732 inciso 2º,
1733 incisos 3º, 4º y 6º, 1736 incisos 3º y 4º, 1739 inciso final, 1742, 1745 inciso final, 1746, 1747, 1748,
1769, 1770 inciso 1º, 1784.
Por consiguiente:
1º. No pertenecerán a la sociedad las especies que uno de los cónyuges
poseía a título de señor antes de ella, aunque la prescripción o transacción con
que las haya hecho verdaderamente suyas se complete o verifique durante
ella;
2º. Ni los bienes que se poseían antes de ella por un título vicioso, pero cuyo
vicio se ha purgado durante ella por la ratificación, o por otro remedio legal;
3º. Ni los bienes que vuelven a uno de los cónyuges por la nulidad o
resolución de un contrato, o por haberse revocado una donación;
Si los bienes a que se refieren los números anteriores son muebles, entrarán
al haber de la sociedad, la que deberá al cónyuge adquirente la
correspondiente recompensa.267
Concordancias: Código Civil: artículos 703 inciso final, 705, 765 inciso 2, 771 inciso 1º, 780 inciso 2º,
806 inciso 4º, 1703, 1734, 1792-8.
con el inciso 1º de este artículo: "[L]o importante es que la causa o título de la adquisición
sea anterior al matrimonio para que el bien se repute como propio y, de acuerdo con lo
reseñado en el numeral primero, igualmente transcrito, si la posesión para la prescripción
adquisitiva comenzó por el cónyuge que demanda antes de la celebración del vínculo
matrimonial y se cumplió después de la misma, el bien así adquirido detenta el carácter
de propio, debido a que la propiedad se reputa adquirida con efecto retroactivo al
momento en que se inició la posesión" (C. Suprema, 30 de septiembre de 2014, cons.
10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6994/2014, Rol Nº 13.561-2013).
Los frutos que sin esta ignorancia o sin este embarazo hubieran debido
percibirse por la sociedad, y que después de ella se hubieren restituido a dicho
cónyuge o a sus herederos, se mirarán como pertenecientes a la sociedad.
Se presume que todo bien adquirido a título oneroso por cualquiera de los
cónyuges después de disuelta la sociedad conyugal y antes de su liquidación,
se ha adquirido con bienes sociales. El cónyuge deberá por consiguiente,
recompensa a la sociedad, a menos que pruebe haberlo adquirido con bienes
propios o provenientes de su sola actividad personal. 269
Concordancias: Código Civil: artículos 47, 575, 670, 707, 1136, 1137 inciso final, 1138 inciso final,
1734.
advertido que: "La presunción anotada ha sido establecida por el legislador principalmente
para proteger a los acreedores del marido administrador de la sociedad conyugal, pues
los releva de la necesidad de probar que los bienes sobre los cuales ejercen sus acciones
son sociales, evitando que aquél pueda sustraerlos de su persecución, haciéndolos
aparecer como propios de la mujer" (C. Suprema, 12 de mayo de 2005, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4195/2005, Rol Nº 5414-2003). 326. De la presunción del inciso
1º: su contenido y alcance. Sobre este punto la E Corte Suprema ha señalado que:
xcma.
"[R]especto de la presunción simplemente legal que contiene el inciso 1º del artículo 1739
del Código Civil, en orden a que todos los bienes que existieren en poder de cualquiera de
los cónyuges durante la sociedad conyugal o al tiempo de su disolución se presumirán
pertenecer a ella, a menos que aparezca o se pruebe lo contrario, es menester destacar
que lo contrario significa que sólo es posible acreditar que algún bien alcanzado por la
presunción, en vez de pertenecer a la sociedad conyugal, es del marido o de la mujer, y
no de un tercero, porque en el régimen legal de la sociedad conyugal sólo caben tres
patrimonios: el de la sociedad, el del marido y el de la mujer [...] presunción legal
comentada es ajena a la posibilidad que un bien pertenezca, en todo o en parte, a una
tercera persona distinta de cualquiera de los cónyuges integrantes de la sociedad
conyugal" (C. Suprema, 12 de mayo de 2005, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4195/2005, Rol Nº 5414-2003). 327. De la presunción del inciso
1º: de la prueba en contrario. Se ha precisado que la prueba compete a la mujer, al
cónyuge o sus herederos y, eventualmente, a terceros: "Esta última [la mujer] deberá
probar que le pertenecen si quiere impedir dicha persecución. La prueba en contrario
también podrán producirla el cónyuge o sus herederos que, en la liquidación de la
sociedad conyugal reclaman un bien como propio o su valor, como asimismo,
eventualmente, un tercero a quien interese establecer que el bien es propio de uno de los
cónyuges, como podría ocurrir, por ejemplo, con un acreedor que persigue la ejecución de
un bien raíz hipotecado por la mujer después de disuelta la sociedad conyugal, en
garantía de una obligación personal, en circunstancias que dicho bien había sido
adquirido durante la vigencia de la misma. Si el bien se adjudicare a un heredero del
marido y pretendiere sustraerlo de la persecución de dicho acreedor, este último deberá
probar que el bien es propio de la mujer por haberlo adquirido a título gratuito o por
subrogación" (C. Suprema, 12 de mayo de 2005, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4195/2005, Rol Nº 5414-2003). 328. El inciso final de esta
disposición no crea una nueva comunidad de bienes. En este sentido se ha precisado
que: "El artículo 1739 del Código Civil, en su inciso final no crea ninguna nueva
comunidad de bienes entre quienes ya son comuneros por la disolución de la sociedad
conyugal, sino que establece, tras consignar la presunción legal respecto de la
adquisición, que el cónyuge deberá recompensa o crédito a la sociedad, a menos que
pruebe haberlo adquirido con bienes propios o provenientes de su sola actividad personal,
especial situación esta última, que no aparece acreditada ni tampoco que se haya
pretendido acreditar" (C. Apelaciones La Serena, 31 de mayo de 2006, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/3672/2007, Rol Nº 1190-2006, conf. C. Suprema, 10 de
septiembre de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/5215/2008, Rol Nº 3755-2007). 329. La
regla del inciso final no altera el dominio de los bienes que pertenecen
personalmente a cada cónyuge. Sobre este punto se ha advertido que: "El mismo
artículo 1739 del Código Civil es claro en establecer que los bienes adquiridos una vez
disuelta la sociedad conyugal y no liquidada se presumen adquiridos con bienes sociales,
lo que podría de ser así, dar lugar a recompensas, pero ello no altera la condición
propietaria de esos bienes, que pertenecen personalmente al cónyuge separado de
bienes que los adquiere" (C. Apelaciones La Serena, 31 de mayo de 2006, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3672/2007, Rol Nº 1190-2006, conf. C. Suprema, 10 de
septiembre de 2008, LegalPublishing: Cl/Jur/5215/2008, Rol Nº 3755-2007). 330. Es
procedente cualquier medio probatorio para desvirtuar la presunción del inciso
final de este artículo. Se ha declarado, así, que: "Para desvanecer la presunción de
dominio que establece el artículo 1739 del Código Civil a favor de la sociedad conyugal es
admisible cualquier medio probatorio reconocido por la ley" (C. Suprema, 1 de junio de
2011, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/4576/2011, Rol Nº 7427-2009).
1º. De todas las pensiones e intereses que corran sea contra la sociedad,
sea contra cualquiera de los cónyuges y que se devenguen durante la
sociedad;
2º. De las deudas y obligaciones contraídas durante el matrimonio por el
marido, o la mujer con autorización del marido, o de la justicia en subsidio, y
que no fueren personales de aquél o ésta, como lo serían las que se
contrajesen para el establecimiento de los hijos de un matrimonio anterior;
Se mirarán como carga de familia los alimentos que uno de los cónyuges
esté por ley obligado a dar a sus descendientes o ascendientes, aunque no lo
sean de ambos cónyuges; pero podrá el juez moderar este gasto si le
pareciere excesivo, imputando el exceso al haber del cónyuge.
Concordancias: Código Civil: artículos 133, 230, 321 números 2º y 3º, 795, 796, 1715.
En el caso de haberse hecho estas expensas por uno de los cónyuges, sin
contradicción o reclamación del otro, y no constando de un modo auténtico que
el marido o la mujer quisieron hacerlas de lo suyo, la mujer, el marido o los
herederos de cualquiera de ellos podrán pedir que se les reembolse de los
bienes propios del otro, por mitad, la parte de dichas expensas que no cupiere
en los gananciales; y quedará a la prudencia del juez acceder a esta demanda
en todo o parte, tomando en consideración las fuerzas y obligaciones de los
dos patrimonios, y la discreción y moderación con que en dichas expensas
hubiere procedido el cónyuge.
Por consiguiente:
En los casos a que se refiere el inciso anterior para obligar los bienes
sociales necesitará la autorización de la mujer.
Concordancias: Código Civil: artículos 135 inciso 1º, 150, 714, 1715, 1735, 1750 inciso 1º, 1752, 1754
inciso final, 1757, 1761, 2130 inciso 1º.
la venta en pública subasta del inmueble referido en la litis, llevada a efecto por imperativo
legal con ocasión de juicio ejecutivo incoado contra el cónyuge de la actora, representado
por el juez de la causa, no constituyó un acto consentido voluntariamente por el deudor,
por lo que no estuvo en condiciones ni en la necesidad de requerir la autorización del
marido para que se perfeccionara la transferencia. En conformidad con lo dispuesto en el
artículo 1749 del Código Civil, la restricción que afecta al marido en la enajenación de los
bienes raíces de la sociedad conyugal, cuya administración le corresponde, dice relación
con las transferencias 'voluntarias', vale decir, marginando de semejante limitación
aquellas realizadas forzosamente, como lo son las que se efectúan por imperativo de la
ley en los procedimientos de apremio" (C. Suprema, 21 de junio de 2012, cons. 13º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1157/2012, Rol Nº 4400-2012). 343. No hay objeto ilícito en los
actos celebrados por la cónyuge respecto de bienes sociales. En este sentido se ha
advertido: "Que la celebración de actos o contratos por parte de la cónyuge respecto de
bienes comprendidos en el haber de la sociedad conyugal, cuya administración ordinaria
se encuentra entregada al marido, no son actos prohibidos por la ley, de modo que no hay
objeto ilícito y en consecuencia no existe nulidad absoluta que declarar" (C. Apelaciones
de Valdivia, 16 de agosto de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2321/2000, Rol
Nº 10990-2000, conf. C. Suprema, 30 de octubre de 2000,
LegalPublishing: Cl/Jur/2320/2000, Rol Nº 3715-2000). 344. Los actos de disposición
celebrados por la mujer respecto de bienes sociales implican un acto sobre cosa
ajena y, en cuanto que tales, inoponibles al marido. Así lo ha declarado la E Corte xcma.
Suprema, al tratar de una resciliación celebrada por la mujer, con general declaración en
esta sede: "[T]eniendo presente que conforme al artículo 137 del Código Civil los actos y
contratos de la mujer casada en sociedad conyugal sólo la obligan en los bienes que
administre en conformidad a los artículos 150, 166 y 167; que no tiene derecho alguno
sobre los bienes sociales, salvo en los casos del artículo 150 del mismo cuerpo legal, y
que quien administra los bienes sociales es el jefe de la sociedad conyugal, esto es, el
marido quien frente a terceros es el dueño de los mismos, no cabe sino concluir que quien
debió celebrar el contrato de resciliación impugnado es el actor, porque los derechos
adquiridos por la demandada a través de la cesión que luego se rescilió ingresaron al
haber social, conforme lo dispone el artículo 1725 Nº 5 del Código Civil. Por consiguiente,
[...], al resciliarlos por sí sola, lo que hizo fue disponer de una cosa ajena que pertenecía a
la sociedad conyugal , y por lo tanto es aplicable el artículo 1815 del Código Civil,
conforme al cual la venta de cosa ajena es válida, sin perjuicio de los derechos del dueño
de la cosa, mientras no se extingan por el lapso del tiempo. Luego, el contrato que por
esta acción se impugna resulta inoponible al actor en su calidad de jefe y administrador de
la sociedad conyugal" (C. Suprema, sent. reemplazo 24 de julio de 2018, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3897/2018, Rol Nº 38893-2017).
Podrán, con todo, los acreedores perseguir sus derechos sobre los bienes
de la mujer, en virtud de un contrato celebrado por ellos con el marido, en
cuanto se probare haber cedido el contrato en utilidad personal de la mujer,
como en el pago de sus deudas anteriores al matrimonio.
Concordancias: Código Civil: artículos 135 inciso 1º, 1749 inciso 1º.
Concordancias: Código Civil: artículos 137 inciso 1º, 1448, 1511, 1750 inciso 2º, y 2151.
Artículo 1752. La mujer por sí sola no tiene derecho alguno sobre los bienes
sociales durante la sociedad, salvo en los casos del artículo 145. 276
Concordancias: Código Civil: artículos 138, 138 bis, 568, 714, 1699, 1749, 1757, 2130 inciso 1º.
Concordancias: Código Civil: artículos 714, 1749 incisos 7º y 8º, 1757 inciso 1º, 1915.
Concordancias: Código Civil: artículos 714, 1682, 1684, 1749, 1754, 1755 y 1756.
352. La nulidad relativa de que trata este artículo no puede ser demandada
Jurisprudencia:
por el marido. En este sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema: "[T]ratándose de
xcma.
Concordancias: Código Civil: artículos 83, 462, 463, 470, 475 y 1758. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 4º número 4º.
Concordancias: Código Civil: artículos 138, 150, 166, 167, 393, 394, 1511, 1682 y 1735.
Suprema: "El punto jurídico en discordia es si cabe entender que la prolongada ausencia
del marido cesa por la sola circunstancia de haber éste constituido mandato general pero
manteniendo su domicilio en el extranjero en la medida que este hecho pudiera ser
constitutivo de la causal de expiración de la administración extraordinaria, radicada hasta
entonces en la mujer, lo que conllevaría el restablecimiento de las facultades del marido
como administrador ordinario, pero representado por su procurador general"
(C. Suprema, 3 de junio de 2008, cons. 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/2546/2008, Rol
Nº 881-2006) y, frente a ellas, se han sostenido dos opiniones, a saber: a) Voto de
mayoría: La "ausencia" no termina por el solo hecho de la constitución de un procurador
general: en principio se ha declarado: "Que la recuperación por el marido de sus
facultades administrativas, previo decreto judicial a que alude el artículo 1763 del Código
Civil se justifica habida consideración que su retorno pone término a la hipótesis de 'larga
ausencia', determinante de la designación de su mujer como curadora de sus bienes y
consecuente administradora de la sociedad conyugal, conforme al artículo 1758, inciso 1º
del mismo Código. Pero, evidentemente, la pretensión de que la 'ausencia' puede terminar
en forma ficta, a través de la designación de un apoderado general, que, facultado por el
marido quien mantiene su domicilio en el extranjero asume por el solo hecho del mandato
la administración extraordinaria de la comunidad de gananciales persistente entre ambos
cónyuges no divorciados, es jurídicamente incompatible con el sentido del régimen que
gobierna la administración del patrimonio de esa especie de comunidad de bienes que es
la sociedad conyugal" (C. Suprema, 3 de junio de 2008, cons. 14º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2546/2008, Rol Nº 881-2006), fundándose esta opinión en las
siguientes argumentaciones: i) "Cabe descartar, desde luego, la aplicación al caso de las
normas generales contenidas en los artículos 473 y 491 del Código Civil, en cuanto
ambos coinciden en que el nombramiento de curador de bienes del ausente es
improcedente o expira, respectivamente, por la constitución de un procurador general que
se haga cargo de sus negocios. La razón de este aserto se conecta con la naturaleza
propia del mandato, definido como 'un contrato en que una persona confía la gestión de
uno o más negocios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera'
(artículo 2116 del Código Civil). Luego, el comitente sólo puede encomendar al procurador
la gestión de uno o más negocios propios, mas no ajenos, siendo del caso recordar que el
mandato general obrante en autos sólo concierne a los bienes del causante, pero no
ciertamente, a los que integran el patrimonio de la sociedad conyugal ni menos a los del
haber propio de la mujer, que, de aceptarse la tesis del fallo objetado, deberían ser
también gestionados por la apoderada del marido, que no es curadora de los bienes de la
sociedad conyugal" (C. Suprema, 3 de junio de 2008, cons. 15º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2546/2008, Rol Nº 881-2006); ii) "Las normas decisorio litis
aplicables son las de los artículos 1763 y 1758, en relación con los artículos 138, 475 y
477, todos del Código Civil. Acorde con la articulación propuesta, es dable colegir que la
simple nominación por el marido de un apoderado general, no importa término de su 'larga
ausencia', determinante del nombramiento de su mujer como curadora de sus bienes y
administradora de la sociedad conyugal, porque tal administración extraordinaria no cesa
sino cuando el marido retorna y retoma comunicación con su familia. La concesión de un
mandato, como el rolante a fojas 32, complementado a fojas 300 de autos, no pone
término a la situación de alejamiento físico y no produce, por ende, el cese de la causa de
la administración extraordinaria de que habla el artículo 1763 ni el traspaso de dicha
administración a otro que la mujer, mediante el otorgamiento de poder a un tercero que
tampoco es curador de bienes de la sociedad conyugal, como lo exige, para el caso que
la mujer no pueda o no quiera asumir la guarda, el artículo 1758, en su inciso 2º. El
primero de estos dos últimos preceptos ha sido, pues, aplicado erróneamente en el
evento sub lite, en tanto se ha omitido indebidamente la aplicación del segundo, errores
que, de no haberse cometido, habrían obligado a desestimar la demanda, que el
jurisdicente reclamado acogió" (C. Suprema, 3 de junio de 2008, cons. 16º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2546/2008, Rol Nº 881-2006), y iii) "Que a similar conclusión
conduce la correcta lectura, de los artículos 138, 475 y 477 del Código sustantivo. El
primero y el último de estos preceptos confluyen en el sentido que el impedimento de
larga o indefinida duración como el de 'prolongada ausencia del marido' que cita el inciso
1º del artículo 138 dan lugar a lo prevenido en el título 'De la sociedad conyugal',
referencia que, en la actualidad, debe entenderse formulada al Título XXII 'De las
convenciones matrimoniales y de sociedad conyugal', luego de la sustitución introducida
al epígrafe por el artículo 2º de la Ley Nº 10.271, de 1952, y, específicamente, a su
párrafo 4º 'De la administración extraordinaria de la sociedad conyugal', artículos 1758 a
1763. Sucede, empero, que ninguna de las disposiciones del párrafo aludido hace
mención a la constitución de mandato del ausente como hipótesis de excepción que
impide el nombramiento de curador de bienes a su respecto, conforme al ordinal 2º del
artículo 473 del mentado Código. De ello se sigue que, siendo los artículos 477 y 138
especiales respecto del 473, prefieren sobre éste, correspondiendo precisar que, ninguna
norma del párrafo 4º del Título XXII, contiene ninguna alusión a la posibilidad de que un
mandatario general pueda asumir la administración extraordinaria de la sociedad
conyugal, prefiriendo el derecho preferente del cónyuge no divorciado para la curaduría
de bienes del ausente, referido en el artículo 475, en su remisión al artículo 462 del
Código Civil" (C. Suprema, 3 de junio de 2008, cons. 17º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2546/2008, Rol Nº 881-2006); b) Voto de minoría: La "ausencia"
termina por el solo hecho de la constitución de un procurador general: en opinión de
minoría se ha fundado esta opinión en las siguientes argumentaciones: i) "Que el artículo
491 del Código Civil refiere expresamente, entre las causales de cese de la curaduría del
ausente, el hecho de hacerse cargo de sus negocios un procurador general debidamente
constituido [...] Que consta del mérito de autos que el ausente compareció dando noticias
de su existencia y paradero y que constituyó, además, mandato general con
administración de bienes, designando como apoderada o procuradora a su hermana"
(C. Suprema, 3 de junio de 2008, Voto de minoría, cons. 2º y 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2546/2008, Rol Nº 881-2006), y ii) "Que, con la existencia del
mandato general, es claro que el actor dejó de estar ausente y que por ende, debe cesar
la curaduría de sus bienes que ostenta su mujer y que ha servido de base o fundamento
para otorgar a ésta la administración extraordinaria de la sociedad conyugal, de forma tal
que al revocar el fallo del tribunal a quo y acoger en definitiva la demanda de autos, los
jueces del mérito no han cometido infracción de ley y por el contrario, han efectuado una
correcta aplicación de la normativa legal sobre la materia" (C. Suprema, 3 de junio de
2008, Voto de minoría, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/2546/2008, Rol Nº 881-2006).
Concordancias: Código Civil: artículos 84, 155, 165, 170, 1723, 1792-1 inciso 2º, 2304 a 2313. Ley
Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 34, 42.
principios del siglo XX: "La Jurisprudencia de nuestra Corte Suprema ha establecido,
también, que producida la disolución de la sociedad conyugal, ésta cesa inmediatamente
y se forma entre los cónyuges una indivisión o comunidad universal (C.S. 26 oct. 1916; G.
1916, 2º sem., Nº 75, p. 219; R. t. 14, sec. 1ª, p. 302; Id. 17 junio 1917; G. 1917; R. t. 14,
sec. 1ª, p. 48; Id. 16 sep. 1921; G. 1921, 2º sem., Nº 46, p. 182; R. t. 21, sec. 1ª, p. 129;
Id. 10 de mayo 1929, G. 1929, 1 sem., Nº 33, p. 219; R. t. 27, sec. 1ª, p. 462; Id. 18 junio
er.
1934: G. 1934, 1 sem., Nº 33, p. 208; R. t. 31, sec. 1ª, p. 454; Id. 25 oct. 1937; G. 1937,
er.
2º sem., Nº 76, p. 324; R. t. 35, sec. 1ª, p. 137; Id. 2 agosto 1943; R. t. 41, sec. 1ª, p. 382)"
(C. de Apelaciones de Santiago, 23 de marzo de 1990, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/280/1990, Rol Nº 438-1987). En época más reciente, ha
advertido que: "Siempre que se disuelve la sociedad de bienes que tiene lugar por el
ministerio de la ley entre los cónyuges, a menos que se haya pactado el régimen de
separación total de bienes o régimen de participación en los gananciales se forma entre
ellos una comunidad que debe dividirse. Esta división es materia de arbitraje obligatorio, y
conforme al artículo 1776 del Código Civil, se sujeta a las reglas de la partición de bienes
hereditarios" (C. Suprema, 23 de marzo de 2009, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6185/2009, Rol Nº 6890-2007). En la misma línea ha insistido en
que: "[C]abe tener presente que al disolverse la sociedad de bienes entre los cónyuges se
forma entre ellos un cuasicontrato de comunidad que debe dividirse y que según el
artículo 1776 del Código Civil se sujeta a las reglas de la partición de bienes hereditarios"
(C. Suprema, 24 de noviembre de 2016, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/7755/2016, Rol
Nº 19292-2016). 371. De la noción de liquidación de la sociedad conyugal. Se ha
entendido que: "La liquidación de la sociedad conyugal, es el conjunto de operaciones
destinadas a separar los bienes de los cónyuges, de los de la sociedad, dividir las
utilidades (gananciales) y reglamentar el pago de las deudas. El artículo 1776 del Código
Civil señala que la división de los bienes de los cónyuges se somete a las reglas de la
partición de bienes hereditarios y esta puede hacerse por los cónyuges de común acuerdo
o por la justicia, norma esta última que se complementa con las disposiciones de la Ley
de Matrimonio Civil" (C. de Apelaciones de San Miguel, 12 de septiembre de 2008, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/Jur/5580/2008, Rol Nº 2810-2008). 372. De las reglas aplicables
a la liquidación de la sociedad conyugal. Se ha insistido por la jurisprudencia en que:
"[P]ara una adecuada resolución de este recurso es preciso señalar que la partición
respecto de la cual se ha alzado en recurso de casación en el fondo la parte de don [...],
está referida a una comunidad quedada por la terminación de la una sociedad conyugal
habida entre los copartícipes, y que comenzó al disolverse el matrimonio que existía entre
ambos, por divorcio. Este punto tiene interés, porque marca una diferencia respecto de
otros tipos de comunidades, en el sentido que no puede confundirse la situación jurídica
que regula la operación misma de la sociedad conyugal, con la que se produce a su
término, una vez que ésta se disuelve por alguna de las causas legales que contempla el
Código Civil en su artículo 1764. Además, debe precisarse que, sin perjuicio de las reglas
generales sobre partición de bienes, el mismo Código contempla reglas especiales para la
liquidación de la sociedad conyugal, entre los artículos 1765 a 1785" (C. Suprema, 20 de
marzo de 2013, cons. 4º, Legal Publishing: Cl/ Jur/632/2013, Rol Nº 493-2012). 373. De
la finalidad de la división. Se ha recordado que: "Mediante dicha institución, se
singularizan los derechos de cada cónyuge, pasando el derecho cuotativo a ser
reemplazado por el bien o bienes adjudicados" (C. Suprema, 23 de marzo de 2009, cons.
6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6185/2009, Rol Nº 6890-2007). 374. De las fases de la
liquidación de la sociedad conyugal. Se ha precisado por la jurisprudencia: "[L]a
liquidación de una comunidad habida luego de la terminación de una sociedad conyugal,
obliga a entender que en ella han de aplicarse las reglas propias de la sociedad conyugal,
para los efectos de cumplir con cada una de las etapas que el Código exige en la
liquidación de una comunidad de este tipo, y que la doctrina ha sintetizado en:
a) formación del inventario; b) tasación de los bienes; c) formación de la masa partible,
mediante las acumulaciones y deducciones que ordena la ley; d) división del pasivo
común, y e) reparto de los gananciales" (C. Suprema, 20 de marzo de 2013, cons. 5º,
Legal Publishing: Cl/ Jur/632/2013, Rol Nº 493-2012). 375. Del efecto declarativo de las
adjudicaciones en la liquidación de la sociedad conyugal. Se ha precisado que los
principios contenidos en los artículos 1344 y 718 del Código Civil: "Resultan aplicables a
las adjudicaciones efectuadas en el contexto de la liquidación de una sociedad conyugal"
(C. de Apelaciones de Santiago, 22 de diciembre de 2008, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7721/2008, Rol Nº 7539-2007). En el mismo sentido que:
"La partición de bienes es un acto declarativo de dominio y, como tal, tiene un efecto
retroactivo consistente en que se reputa al adjudicatario ser dueño o poseedor exclusivo
de los efectos que le hubieren cabido en la partición, durante todo el tiempo que duró la
indivisión; por otro lado, se entiende también que jamás ha tenido parte alguna en los
demás bienes que no le fueron adjudicados. Esta ficción tiene su consagración positiva en
lo dispuesto en el artículo 1344 del Código Civil, aplicable también a la liquidación de la
sociedad conyugal, por la expresa remisión que hace el artículo 1776, del mismo cuerpo
legal" (C. de Apelaciones de Rancagua, 28 de noviembre de 2005, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7338/2005, Rol Nº 811-2005). 376. De si el efecto declarativo
de las adjudicaciones implica que se retrotraigan al momento de la adquisición del
bien por la sociedad conyugal o al de la disolución de la sociedad conyugal. Esta
cuestión ha sido planteada del siguiente modo: "Para los fines de la retroactividad del
efecto declarativo, es dable asumir dos fronteras temporales: la fecha de adquisición del
bien durante la vigencia de la sociedad conyugal (postulado de la tercerista) o la época de
disolución de ese régimen patrimonial" (C. de Apelaciones de Santiago, 22 de diciembre
de 2008, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7721/2008, Rol Nº 7.539-2007). Frente a
estas dos posibilidades, se han defendido las dos opiniones. 376.1. El efecto declarativo
de las adjudicaciones implica retrotraerse hasta el momento de adquisición del bien
por la sociedad conyugal: así se ha entendido que: "Estas adjudicaciones tienen un
efecto declarativo, consagrado en el artículo 1344 del Código Civil, entendiéndose que el
cónyuge adjudicatario ha sido dueño exclusivo del bien desde su adquisición por la
sociedad. Viene a ser entonces el efecto declarativo de la partición un verdadero efecto
retroactivo de la misma, pues una vez efectuada la partición o adjudicación se borra el
estado de indivisión y la ley supone que el adjudicatario ha sucedido directa y
exclusivamente al difunto en los bienes que le corresponden. (Manuel Somarriva
Undurraga, Derecho Sucesorio, Editorial Jurídica de Chile, 1981, Nº 52.256, página 488)"
(C. Suprema, 23 de marzo de 2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6185/2009, Rol
Nº 6890-2007); 376.2. El efecto declarativo de las adjudicaciones implica
retrotraerse hasta el momento de disolverse la sociedad conyugal: y en ese sentido
se ha argumentado: "Que, en nuestro derecho, la sociedad conyugal no importa la
formación de una comunidad o copropiedad entre los cónyuges. Lejos de ello, frente a los
terceros el marido es el único dueño de los bienes sociales (artículo 1750 del Código
Civil). La comunidad solo tiene lugar al tiempo de la disolución. De ahí que ese efecto
declarativo sólo pueda retrotraerse al momento de disolverse la sociedad conyugal. Por lo
tanto, las consecuencias de los actos de administración ejecutados válidamente por el
marido, durante la vigencia de la sociedad conyugal, esto es, antes de la formación de la
comunidad de bienes, no pueden verse alterados por adjudicaciones ulteriores. El artículo
1779 del citado código reafirma esta conclusión" (C. de Apelaciones de Santiago, 22 de
diciembre de 2008, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/7721/2008, Rol Nº 7539-
2007). 377. Del efecto declarativo de las adjudicaciones y de si les adviene aplicable
el artículo 1464 número 3 del Código Civil. Sobre esta cuestión se ha declarado: "Que,
como consecuencia del efecto declarativo de la partición, los actos o contratos celebrados
durante el período de indivisión por uno de los copropietarios, subsistirán a la liquidación
en la medida que los bienes que hayan sido objeto de dichos actos o contratos, les sean
adjudicados a dicho copropietario o que hubieren sido consentidos por aquellos a
quienes, en definitiva se les adjudicaren. Ejemplo de lo anterior es lo dispuesto en el
inciso segundo del artículo 718, respecto de las enajenaciones y gravámenes en general;
lo señalado en el artículo 1344, inciso segundo, respecto de la enajenación efectuada por
un co asignatario de una herencia; lo expresado en el artículo 2417, respecto de la
hipoteca de cuota y la caducidad de la misma en su caso [...] Que la liquidación de
sociedad conyugal, siendo una especie de partición a la cual le son aplicables las reglas
generales que gobiernan la materia, según ya se vio, también tiene un carácter
declarativo y no translaticio del dominio; por lo tanto, no constituye enajenación y,
consecuencialmente, no le es aplicable lo dispuesto en el artículo 1464 Nº 3 del Código
Civil, razón por la cual la existencia de embargos no es obstáculo para la práctica de las
correspondientes inscripciones de adjudicación" (C. de Apelaciones de Rancagua, 28 de
noviembre de 2005, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7338/2005, Rol Nº 811-
2005). 378. La liquidación de la sociedad conyugal se asimila a un contrato para los
efectos de la procedencia de la acción pauliana. En este sentido se ha razonado por la
E Corte Suprema del modo siguiente: "Que el artículo 1776 del Código Civil, referido a la
xcma.
precio de los inmuebles para efectos de establecer la existencia de lesión grave en el acto
de liquidación de la sociedad conyugal, debe determinarse por el valor comercial de
dichos bienes al tiempo de la adjudicación, debiendo ponderarse igualmente otras
circunstancias materiales o jurídicas susceptibles de alterarlo (Gaceta Jurídica Nº 127,
página 57)" (C. Suprema, 19 de enero de 2015, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/255/2015, Rol Nº 5311-2014).
Concordancias: Código Civil: artículos 1070, 1080, 1473, 1494, 1790 inciso 3º.
Concordancias: Código Civil: artículos 47, 1786, 1789 inciso 2º, 1792. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 26, 32, 35, 51 inciso 3º, 52, 59.
1. Reglas generales
Concordancias: Código Civil: artículos 135, inciso 2º, 1715 inciso 2º, 1723. Ley Nº 4.808, sobre
Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 38,
incisos 2º y 3º, 39 número 11.
1) Los bienes que uno de los cónyuges poseía antes del régimen de bienes,
aunque la prescripción o transacción con que los haya hecho suyos haya
operado o se haya convenido durante la vigencia del régimen de bienes.
2) Los bienes que se poseían antes del régimen de bienes por un título
vicioso, siempre que el vicio se haya purgado durante la vigencia del régimen
de bienes por la ratificación o por otro medio legal.
3) Los bienes que vuelven a uno de los cónyuges por la nulidad o resolución
de un contrato, o por haberse revocado una donación.
7) La proporción del precio pagado con anterioridad al inicio del régimen, por
los bienes adquiridos de resultas de contratos de promesa.
Concordancias: Código Civil: artículos 709, 765 inciso 2º, 771 inciso 1º, 780 inciso 2º, 806 inciso 4º,
1792-8, 1489, 1554, 1687.
Concordancias: Código Civil: artículos 537, 643, 644, 1730. Código de Minería: artículo 25.
Artículo 1792-10. Los cónyuges son comuneros, según las reglas
generales, de los bienes adquiridos en conjunto, a título oneroso. Si la
adquisición ha sido a título gratuito por ambos cónyuges, los derechos se
agregarán a los respectivos patrimonios originarios, en la proporción que
establezca el título respectivo, o en partes iguales, si el título nada dijere al
respecto.
La valoración podrá ser hecha por los cónyuges o por un tercero designado
por ellos. En subsidio, por el juez.
El inventario simple, firmado por el cónyuge, hará prueba en favor del otro
cónyuge para determinar su patrimonio final. Con todo, éste podrá objetar el
inventario, alegando que no es fidedigno. En tal caso, podrá usar todos los
medios de prueba para demostrar la composición o el valor efectivo del
patrimonio del otro cónyuge.
Concordancias: Código Civil: artículos 49, 1494 inciso 2º. Código de Procedimiento Civil: artículos 858
a 865.
La valoración de los bienes podrá ser hecha por los cónyuges o por un
tercero designado por ellos. En subsidio, por el juez.
inciso 1º del artículo 1792 19 del Código Civil sólo impide que compartan las mermas,
debiendo soportarlas quien las generó, por lo que corresponde que el ganancioso
participe de la mitad del valor de lo conseguido. Corrobora dicha conclusión la
circunstancia que el régimen de que se trata es uno de participación limitada a las
ganancias conseguidas por los cónyuges, con compensación de beneficios, porque
terminado se debe llevar a cabo un ajuste de cuentas, operación de tipo contable cuya
finalidad es determinar si hubo o no gananciales, a través de la comparación de los
patrimonios originarios y finales de cada uno. Sobre esta temática, resulta ilustrativo lo
que da cuenta la discusión parlamentaria originada con motivo de la Ley Nº 19.335, que
introdujo en el Código Civil el régimen de la participación en los gananciales, en el sentido
que "...En cuanto a la segunda parte del artículo, se compartió su idea, en el sentido de
que, si un cónyuge ha visto disminuir su patrimonio, él sólo afronte la pérdida económica,
lo que no obsta a su derecho a obtener gananciales, si le correspondiese..." (Historia de la
Ley Nº 19.335, Primer Trámite Constitucional: Cámara de Diputados, Primer Informe de
Comisión de Constitución, Legislación y Justicia sobre el Proyecto de Ley que modifica el
Código Civil en materia de Régimen Patrimonial y otros cuerpos legales que indica,
Boletín Nº 432 07, Sesión 42, Legislatura 325, Cámara de Diputados, 13 de enero de
1993, pág. 289)" (C. Suprema, 26 de marzo de 2018, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1489/2018, Rol Nº 8005-2017).
Concordancias: Código Civil: artículos 12, 1466 in fine, 1719 inciso 3º, 2481 número 3.
artículos 1729 19 y 1792 20 del Código Civil, el crédito de participación en los gananciales
cuya característica es la de un derecho personal y se encuentra sometido a normas
especiales, tiene su origen al término del régimen de que se trata, cuando uno de los
cónyuges obtuvo ganancias o cuando ambos las obtuvieron, pero de distinto valor, y está
regulado en los artículos 1792 20 a 1792 26 del referido estatuto. Según la doctrina "es el
que la ley otorga al cónyuge que a la expiración del régimen de participación en los
gananciales ha obtenido gananciales por monto inferior a los del otro cónyuge o no los ha
obtenido, con el objeto de que este último le pague, en dinero efectivo, a título de
participación, la mitad del exceso o la mitad de lo que obtuvo, si el primero nada obtuvo"
(Orrego Acuña, Juan Andrés, "Temas de Derecho de Familia", Editorial Metropolitana,
Santiago, año 2007, pág. 408)" (C. Suprema, 26 de marzo de 2018, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1489/2018, Rol Nº 8005-2017).
Concordancias: Código Civil: artículos 1569 inciso 2º, 1792-21 inciso 1º, 2382.
Concordancias: Código Civil: artículos 84, inciso 1º, 178, 165 y 158. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 34, 50, 59.
Proyecto de ley:
Los efectos del matrimonio y las relaciones entre los cónyuges y entre éstos
y sus hijos, se regirán por las disposiciones respectivas del Código Civil.
391. No existe una definición legal de la familia. Sin perjuicio de las notas
Jurisprudencia:
caracterizadoras de la familia que se desprenden del texto constitucional, hay en la
legislación chilena algunas disposiciones legales que, de manera expresa, señalan a
quiénes se ha de entender como miembros de una familia: el Código Civil en su artículo
815 para los efectos de la extensión de los derechos de uso y habitación, y la ley la Ley
Nº 17.564 de 22 de noviembre de 1971 en relación con el derecho a subsidio en casos de
sismo o catástrofe, de lo que se deduce que el derecho no asume un único concepto de
familia, sino que él está determinado por el ámbito jurídico concreto en el cual está
destinada a operar, y de ahí lo desencaminado de los esfuerzos por determinar "el"
significado de la "familia" en la legislación chilena. En tal sentido, es necesario advertir,
como lo ha precisado en algunas ocasiones la jurisprudencia, que las dos disposiciones
que se han citado, ni constituyen una "definición legal" de lo que es la familia, ni deben ser
entendidas e interpretadas extensivamente para hacer de ellas unas enumeraciones de
carácter general, pues están ceñidas a los ámbitos concretos en los que las ha utilizado el
legislador, si bien pueden ofrecer ciertos matices que precisan la noción legal de la familia
en el derecho chileno. La jurisprudencia ha advertido que: "La actual Ley de Matrimonio
Civil, Nº 19.947, en su artículo 1º, señala que 'la familia es el núcleo fundamental de la
sociedad. El matrimonio es la base principal de la familia', pero sin que el legislador defina
ese concepto. Lo mismo ocurre con la actual Ley Nº 20.066, sobre violencia intrafamiliar,
al señalar en su artículo 5º, las situaciones que esa normativa protege" (C. Suprema, 21
de agosto de 2006, cons. 15º, LegalPublishing: Cl/Jur/5522/2006, Rol Nº 5022-2004).
es uniforme, y durante los primeros meses de este año de 2017 es reflejo de una poco
gratificante consecuencia de la mutabilidad en la composición de sus salas, porque, con
diferencia de días, y según qué ministros o abogados integrantes las compongan, las
sentencias se inclinan por considerar arbitraria e ilegal la actuación del Registro Civil o
no. 393.1. El ius connubi, en cuanto que libertad fundamental de las personas, no
puede verse afectado por una exigencia reglamentaria y, en consecuencia, no se
ajusta a derecho que el Registro Civil que exija a un extranjero acreditar su
residencia legal en el país para la celebración de su matrimonio. La primacía del ius
conubbi en relación con el indicado artículo 76 del Decreto Ley Nº 1.094, se ha defendido
en la jurisprudencia sobre la base de dos argumentaciones diversas. 393.1.1. Primacía
del ius conubii por entenderse derogado el artículo 76 del Decreto Ley Nº 1.094.
Esta opinión la defendió la profesora Leonor Etcheberry Court, para criticar una errada
sentencia de la E Corte Suprema del año 2005. Consideraba en aquel tiempo que,
xcma.
mayoría formada por los Ministros Sergio Muñoz, Carlos Aránguiz, Jorge Dahm y el
Abogado Integrante Jorge Lagos, y voto en contra de la Ministra Rosa Egnem: "[E]s
preciso determinar si existe antinomia en las disposiciones constitucionales y legales,
sobre la base específica de los supuestos fácticos de este recurso. Es así que
corresponde precisar si la norma legal del artículo 76 del Decreto Ley Nº 1.094 de 1975,
antes transcrita, en este caso guarda armonía con las disposiciones constitucionales que
disponen que las 'personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos'; que es 'deber
del Estado... dar protección... a la familia, propender al fortalecimiento de ésta, promover
la integración armónica de todos los sectores de la Nación...' (artículo 1º, inciso primero y
final); que la 'Constitución asegura a todas las personas: 2º. La igualdad ante la ley. En
Chile no hay persona ni grupo privilegiados', agregando: 'Ni la ley ni autoridad alguna
podrán establecer diferencias arbitrarias; 3º La igual protección de la ley en el ejercicio de
sus derechos'. Debiendo tenerse, además en consideración, la norma del inciso segundo
del artículo 5º de la Carta Política y el artículo 17 de la Convención Americana de
Derechos Humanos, la cual ya ha sido transcrita [...] Noveno: Que la disposición legal en
referencia permite a las autoridades estatales, requeridas en actos de su competencia,
exigir a los extranjeros que comprueben la legalidad de su residencia. Las citadas normas
constitucionales reconocen la posibilidad de contraer matrimonio como un derecho que
emana de la naturaleza humana, por lo tanto, que no puede estar sometido a exigencias
formales previas. Surge una antinomia, contradicción o falta de armonía que es necesario
resolver. Décimo: Que al estar determinado por la referencia expresa que se efectuó, en
la Comisión de Estudio de la Nueva Constitución, al redactar el inciso segundo del artículo
5º de la Constitución Política de la República, que el derecho a contraer matrimonio es un
derecho esencial que emana de la naturaleza humana, el cual ya se encontraba
reconocido de igual forma en el artículo 17 de la Convención Americana de Derechos
Humanos, constituyéndose en una de las formas en que se puede fundar una familia, la
cual el Estado tiene el deber de proteger y fortalecer, sin que pueda realizar
legítimamente ninguna conducta que pretenda desconocerlo, no obstante, las acciones
llevadas adelante por la autoridad administrativa ciertamente, en los hechos, desconocen
esta garantía. A lo anterior se agrega la igualdad de derechos e igualdad ante la ley y la
justicia de todas las personas que habitan nuestro país, incluidos los extranjeros, por lo
cual resulta injustificadamente discriminatoria la exigencia efectuada a quienes no son
nacionales chilenos que se encuentran irregularmente en nuestro país que presenten su
cédula de identidad para contraer matrimonio, la cual el mismo Servicio se niega otorgar.
Esto, sin perjuicio de cumplir las demás determinaciones que la autoridad administrativa
haya dispuesto a su respecto. Conclusión que adquiere mayor fundamento si se tiene en
consideración el hecho que la Contraloría General de la República dispuso que esa
exigencia ya no es exigible a los extranjeros que se encuentran irregularmente en nuestro
país, para inscribir el nacimiento de sus hijos. Las normas constitucionales y la
convención internacional disponen que toda persona que habita el Estado de Chile es
titular del derecho a contraer matrimonio y fundar una familia, en lo cual la autoridad tiene
el deber de ampararla, por lo mismo, no puede ser turbado en el ejercicio de ese derecho.
Por su parte la norma legal, indirectamente y por vía interpretativa de la autoridad
administrativa, impide el ejercicio del derecho a contraer matrimonio al ciudadano
extranjero por quien se recurre, por carecer de residencia legal en Chile. Por tales
razonamientos es posible concluir que la norma legal del artículo 76 del Decreto Ley
Nº 1.094 de 1975 se encuentra derogada por las diferentes disposiciones constitucionales
posteriores, en cuanto con su aplicación al caso, se pretende desconocer el derecho a
contraer matrimonio de un extranjero que habita en Chile. Luego, el mismo razonamiento
resulta aplicable tratándose del acuerdo de unión civil que los recurrentes pretenden
celebrar. Undécimo: Que, en atención a lo razonado, careciendo de sustento legal que la
respalde, el proceder de la autoridad del Registro Civil e Identificación es contraria a las
normas constitucionales referidas y actualmente vigentes, por lo cual el recurso
corresponde ser acogido, amparando los derechos fundamentales de la persona por
quien se recurre, al infringirse la igualdad ante la ley y efectuarse discriminaciones
arbitrarias a su respecto para contraer matrimonio" (C. Suprema, 4 de mayo de 2017,
cons. 7º, 9º, 10º y 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/2600/2017, Rol Nº 4732-2017). Un mes
más tarde fue confirmada en sentencia de 27 de junio de 2017, pronunciada por su
tercera sala integrada por los Ministros señores Sergio Muñoz, Carlos Aránguiz, y Manuel
Valderrama, y los Abogados Integrantes Álvaro Quintanilla y Jaime Rodríguez, y en ella
se reprodujeron los considerandos del fallo que se ha transcrito (C. Suprema, 27 de junio
de 2017, cons. 8º a 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/4689/2017, Rol Nº 10224-2017). Alterada
la composición de esta Sala, en sentencia de 7 de agosto de 2017 la E Corte Suprema
xcma.
se apartó de esta opinión, y en este nuevo caso similar estimó que la actuación del
Registro Civil no era arbitraria, y en esta sentencia quedaron en minoría los Ministros
señores Aránguiz y Valderrama, que en su voto reiteraron su opinión tocante a la
derogación del artículo 76 del referido decreto ley: "Que al estar determinado por la
referencia expresa que se efectuó, en la Comisión de Estudio de la Nueva Constitución, al
redactar el inciso segundo del artículo 5º de la Constitución Política de la República, que
el derecho a contraer matrimonio es un derecho esencial que emana de la naturaleza
humana, el cual ya se encontraba reconocido de igual forma en el artículo 17 de la
Convención Americana de Derechos Humanos, constituyéndose en una de las formas en
que se puede fundar una familia, la cual el Estado tiene el deber de proteger y fortalecer,
sin que pueda realizar legítimamente ninguna conducta que pretenda desconocerlo, no
obstante, las acciones llevadas adelante por la autoridad administrativa ciertamente, en
los hechos, desconocen esta garantía. A lo anterior se agrega la igualdad de derechos e
igualdad ante la ley y la justicia de todas las personas que habitan nuestro país, incluidos
los extranjeros, por lo cual resulta injustificadamente discriminatoria la exigencia
efectuada a quienes no son nacionales chilenos que se encuentran irregularmente en
nuestro país que presenten su pasaporte en regla o cédula de identidad para contraer
matrimonio, la cual el mismo Servicio se niega otorgar. Esto, sin perjuicio de cumplir las
demás determinaciones que la autoridad administrativa haya dispuesto a su respecto. Las
normas constitucionales y la convención internacional disponen que toda persona que
habita el Estado de Chile es titular del derecho a contraer matrimonio y fundar una familia,
en lo cual la autoridad tiene el deber de ampararla, por lo mismo, no puede ser turbado en
el ejercicio de ese derecho. Por su parte la norma legal, indirectamente y por vía
interpretativa la autoridad administrativa, impide el ejercicio del derecho a contraer
matrimonio al ciudadano extranjero por quien se recurre, por carecer de residencia legal
en Chile. Por tales razonamientos es posible concluir que la norma legal del artículo 76
del Decreto Ley Nº 1.094 de 1975 se encuentra derogada por las diferentes disposiciones
constitucionales posteriores, en cuanto con su aplicación al caso se pretende desconocer
el derecho a contraer matrimonio de un extranjero que habita en Chile. 10º. Que en
atención a lo razonado, es del parecer de los disidentes que, careciendo de sustento legal
que la respalde, el proceder de la autoridad del Registro Civil e Identificación es contraria
a las normas constitucionales referidas y actualmente vigentes, por lo cual la sentencia en
alzada debió ser confirmada, amparando los derechos fundamentales de la persona por
quien se recurre, al infringirse la igualdad ante la ley y efectuarse discriminaciones
arbitrarias a su respecto para contraer matrimonio" (C. Suprema, 7 de agosto de 2017,
voto de minoría, cons. 9º y 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/5179/2017, Rol Nº 19018-
2017). Una nueva composición de la Sala hizo regresar al Tribunal a la defensa de las
garantías constitucionales, al afirmarse la derogación del citado artículo 76 del Decreto
Ley Nº 1.094 (C. Suprema, 12 de julio de 2018, cons. 5º a 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3640/2018, Rol Nº 12130-2018). 393.1.2. Primacía del ius
connubii por entenderlo como libertad fundamental a la luz de Constitución y
Tratados internacionales vigentes en Chile. Esta correcta comprensión del ius
conubii la sostuvo acertadamente la I Corte de Apelaciones de Santiago al conocer de un
lma.
interpuesto en contra del Director Nacional del Servicio de Registro Civil y otros
funcionarios de dicho servicio porque el oficial del Registro Civil de la circunscripción de
Independencia de la ciudad de Santiago se negó a celebrar el matrimonio de una
extranjera sin residencia legal en el país, que se hallaba detenida en el cuartel
Independencia de la Policía de Investigaciones, con un ciudadano chileno, que había
conferido mandato, al tenor del artículo 103 del Código Civil, para la referida celebración,
y como fundamento de su negativa se dio como razón, en lo que aquí interesa, la
aplicación del referido artículo 76 del Decreto Ley Nº 1.094 de 1975 y las dos citadas
resoluciones de la Dirección Nacional del Registro Civil de 1996, concluyendo los
ministros del tribunal de alzada que: "El actuar de la Oficial Civil de Circunscripción
Independencia de negarse a la celebración del matrimonio de los recurrentes, ha sido
arbitraria e ilegal, conculcando la garantía constitucional del numeral 2º del artículo 19 de
la Constitución Política de la República que consagra la igualdad ante la ley en términos
enfáticos y amplios" (C. Apelaciones de Santiago, 6 de enero de 2005, Rol Nº 8139-
2004). Tal constitucional, legal y acertada doctrina fue desconocida por la E Corte xcma.
Suprema insistió en voto de mayoría en esta errada y lesiva opinión, que hiere las más
básicas garantías de las personas, y formaron minoría el ministro señor Muñoz y la
abogado integrante señora Etcheberry (C. Suprema, 6 de agosto de
2018, Cl/Jur/4286/2018, Rol Nº 3462-2018). 394. De la primacía del ius conubii: la
cédula para extranjeros no es el único documento que permite acreditar la
identidad para efectos de celebrar un matrimonio. Una cuestión directamente
relacionada con la anterior ha sido resuelta por la E Corte Suprema, sobre la base de la
xcma.
primacía de ius conubii. Se ha resuelto que es arbitraria la negativa del Registro Civil de
dar hora a un extranjero para la celebración de matrimonio, fundado en que ha
presentado su pasaporte en vigor y no la cédula de extranjero: "analizada la normativa
invocada por las partes, esta Corte observa que el citado artículo 76 del Decreto
Ley Nº 1.094 efectivamente exige a los extranjeros que acrediten su residencia legal en el
país y que demuestren que se encuentran habilitados para la celebración del acto o
contrato requerido, acompañándose copia del pasaporte en su presentación de 18 de
mayo de 17 de mayo del año en curso, documento que a esta fecha aún se encuentra
vigente y que a juicio de esta Corte es un documento idóneo para la adecuada
identificación del extranjero y, por ende, también lo habilita para contraer matrimonio, sin
que la recurrida haya controvertido que los contratantes carecen de los requisitos legales
establecidos en nuestra legislación aplicable por igual a Chilenos como también a
extranjeros. Quinto: Que, en armonía con lo razonado, no cabe sino concluir que la
recurrente Servicio de Registro Civil e Identificación ha incurrido en una conducta
arbitraria, esto es, infundada, al estimar que el único documento idóneo que sirve para
acreditar la identidad de los contrayentes es la cédula para extranjeros, siendo suficiente
un pasaporte válido y vigente, conducta que priva a los recurrentes del legítimo ejercicio
de su derecho a celebrar matrimonio civil, no obstante cumplir los requisitos legales para
ello. Sexto: Que la recurrida con su conducta atenta efectivamente contra la igualdad ante
la ley, al exigir una documentación específica para acreditar la identidad del ciudadano
extranjero, en circunstancias que el pasaporte válido y vigente también es un documento
idóneo para ello" (C. Suprema, 26 de mayo de 2017, cons. 4º, 5º y 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3383/2017, Rol Nº 29835-2017).
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 2º inciso 1º, 5º, 6º, 7º, 8º, 11 inciso 1º, 12, 18 inciso 2º, 20 inciso 3º. Decreto Nº 778, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo
23.3. Decreto Nº 326, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, D.O. 28.04.1989: artículo 10.1. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989,
artículo 16.1. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 17.3. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 23.1
letra a).
2º Los que se hallaren ligados por un acuerdo de unión civil vigente, a menos
que el matrimonio lo celebre con su conviviente civil; 291
4º Los que se hallaren privados del uso de razón; y los que por un trastorno
o anomalía psíquica, fehacientemente diagnosticada, sean incapaces de modo
absoluto para formar la comunidad de vida que implica el matrimonio;
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,
D.O. 5.08.1999: artículo 37 inciso 1º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 9º,
14, 44 letra a), 46 inciso 1º letras a) y d), 47, 48 letras a) y d). Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión
civil, D.O. 21.04.2015: artículos 1º, 9º inciso 2º. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº 19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 8º. Decreto Nº 778, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 23.2. Decreto
Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 16.2. Decreto Nº 873, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 17.2. Decreto Nº 201, Min.
Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 23.1 letra a).
Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 31 y 102. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 37 inciso 1º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 9º, 14, 44 letra a), 46 inciso 1º letra e), 47 y 48. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O. 21.04.2015: artículo 9º inciso 1º. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº 19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 8º.
Concordancias: Código Civil: artículos 102, 1456 y 1457. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,
D.O. 17.05.2004: artículos 2º inciso 1º, 4º, 9º, 10 inciso 2º, 11 inciso 1º, 14, 18 inciso 2º, 44 letra b), 46
inciso 1º letra b), 47 y 48 letra b). Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015:
artículo 9º inciso 1º. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 23.3. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989,
artículo 16.1 letra b). DecretoNº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica,
D.O. 5.01.1990: artículo 17.3.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 37, 38 y 41. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 9º. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de
Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículos 5º y 6º. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 23.3. Decreto Nº 326, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, D.O:
28.04.1989: artículo 10.1. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación
de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 16.1 letra b). Decreto
Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 17.3.
Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de
las Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 23.1 letra a).
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículo 2º inciso 1º, 8º transitorio. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de
Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículos 31, 32 y 33. Ley Nº 19.638, sobre Constitución Jurídica de
las Iglesias y Organizaciones Religiosas, D.O. 14.10.1999. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores,
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 23.3. Decreto Nº 326,
Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, D.O:
28.04.1989: artículo 10.1. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 17.3. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 23.1
letra a).
Concordancias: Código Civil: artículos 102 y 105 a 116. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 39 números 8º y
9º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 9º inciso 1º y 14. Decreto Nº 673, Min.
de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículos 3º inciso 1º
número 6, 7º, 9º, 10, 11 y 12.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.253, sobre Protección, Fomento y Desarrollo de
los Indígenas, D.O. 5.10.1993, artículo 2º. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº 19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 19. Decreto Nº 778, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 27. Decreto
Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 21.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº 19.947 de Matrimonio Civil,D.O. 30.10.2004: artículos 7º, 8º y 15.
4º Los que hubieren sido condenados por delito que merezca pena aflictiva y
los que por sentencia ejecutoriada estuvieren inhabilitados para ser testigos, y
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 102, 342, 456 a 468, 1447 inciso 1º. Ley Nº 4.808, sobre
Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 16.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e
Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º número 1, 2 y 3. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 10 inciso 3º, 16, 45. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la
Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 17.
A continuación, leerá los artículos 131, 133 y 134 del Código Civil.
Preguntará a los contrayentes si consienten en recibirse el uno al otro como
marido o mujer y, con la respuesta afirmativa, los declarará casados en nombre
de la ley.
Concordancias: Código Civil: artículos 131, 133 y 134. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 37, 38. Ley
Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 10 inciso 2º y 14. Decreto Nº 673, Min. de
Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 18. Decreto
Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 23.3. Decreto Nº 326, Min. Relaciones Exteriores, Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, D.O: 28.04.1989: artículo 10.1. Decreto
Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 16.1 letra b). Decreto Nº 873, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 17.3. Decreto Nº 201, Min.
Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 23.1 letra a).
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 4º números 1º y 2º, 12, 37, 38, 39, 40 y 41.
Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º números 1, 2 y
3. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 10 inciso 3º, 13 inciso final, 17 inciso
3º. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio
Civil, D.O. 30.10.2004: artículos 19, 20, 21 y 22.
Párrafo 4º De los matrimonios celebrados ante entidades religiosas de derecho
público
Los efectos del matrimonio así inscrito se regirán, en todo, por lo prescrito en
esta ley y en los demás cuerpos legales que se refieren a la materia.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 4º número 1º, 38, 40 bis, 40 ter. Ley
Nº 19.638, sobre Constitución Jurídica de las Iglesias y Organizaciones Religiosas,D.O. 14.10.1999.
Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil,D.O. 30.10.2004:
artículos 23 a 30.
CAPÍTULO III DE LA SEPARACIÓN DE LOS CÓNYUGES
Concordancias: Código Civil: artículos 12, 135, 222, 225, 229, 321, 334, 1715 a 1792-27, 2451. Ley
Nº 19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 22, 26 inciso 2º y 27 inciso 2º.
Concordancias: Código Civil: artículos 135, 141, 222, 225, 229, 321, 334, 1715 a 1792-27. Ley
Nº 19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 21, 22 y 25. Ley Nº 19.968, crea Tribunales
de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 8º, 17.
una de las partes, según la cual dicho plazo debía comenzar a correr desde que
transcurriera el término para recurrir la resolución que ordenaba la notificación: "[El
apelante sostiene que debió rechazarse la demanda de divorcio al no estar cumplidos los
tres años de cese de convivencia. En este punto, estima que tratándose la notificación del
acta de cese de convivencia, de una gestión no contenciosa, el plazo sólo puede empezar
a computarse una vez transcurrido el término para recurrir en contra de la resolución que
ordena dicha notificación. 3º) Que esta particular interpretación que pretende del artículo
25 de la Ley Nº 19.947, escapa a su tenor literal, razón suficiente para rechazar esta
petición del apelante. En efecto, dicha norma legal contempla expresamente que habrá
fecha cierta del cese de convivencia cuando, habiendo uno de ellos expresado su
voluntad de poner fin a la convivencia a través de cualquiera de los instrumentos
señalados en las letras a) y b) del artículo 22 o dejado constancia de dicha intención ante
el juzgado correspondiente, se notifique al otro cónyuge... Es cierto que la gestión es de
naturaleza no contenciosa, por ello tiene lugar la aplicación de normas procesales civiles,
entre otras, que los plazos empiezan a correr desde la notificación legal de la resolución
que lo dispone, de lo que cabe colegir que es ese el punto de partida para el cómputo del
término de cese de convivencia y no aquel que pretende el recurrente" (C. Apelaciones
de Concepción, 10 de febrero de 2017, cons. 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/503/2017,
Rol Nº 686-2016).
1. De las causales
En los casos a que se refiere este artículo, la acción para pedir la separación
corresponde únicamente al cónyuge que no haya dado lugar a la causal.
Concordancias: Código Civil: artículos 102, 131, 132, 133, 134, 136, 222 a 242. Ley Nº 19.947, de
Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 21, 22 y 54. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 15.
Concordancias: Código Civil: artículos 222 inciso 2º, 225 inciso 3º, 244 inciso 3º, 245 inciso 2º. Ley
Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 3º inciso 1º, 21, 22 y 31. Ley Nº 19.968, crea
Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 15. Decreto Nº 789, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 16.1.
Concordancias: Código Civil: artículo 12. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 41, 57.
Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 23. Ley Nº 19.968, crea
Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º.
Concordancias: Código Civil: artículos 135, 141, 321, 1723. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 8º y 22.
Concordancias: Código Civil: artículo 1776. Código Orgánico de Tribunales: artículo 227 número 1.
Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 21, 27 y 36.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Código de Procedimiento Civil: artículos 174, 231. Ley
Nº 4.808, de Registro Civil, artículo 4º número 4º. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e
Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º número 2. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,
D.O. 5.08.1999: artículo 20 inciso final. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos
2º inciso 1º, 5º número 1, 31, 42.
Concordancias: Código Civil: artículos 135, 147, 1764 número 3º, 1792-27 número 4.
Concordancias: Código Civil: artículos 172 a 175, 177 y 178, 994 inciso 1º, 1182 inciso 2º. Ley
Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 26.
Concordancias: Código Civil: artículos 181, 183, 184, 185, 222 a 242. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 1º inciso 2º, 3º y 31.
Concordancias: Código Civil: artículos 184, 188. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículo 32.
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 4º número 4º. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e
Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º número 2. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 20 inciso final. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 26 y 27.
Concordancias: Código Civil: artículos 78, 80 y 102. Código de Procedimiento Civil: artículo 174. Ley
Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 26. Decreto Nº 778, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo
23.4. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas
de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 16.1 letra c). Decreto Nº 873, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 17.4.
Artículo 44. El matrimonio sólo podrá ser declarado nulo por alguna de las
siguientes causales, que deben haber existido al tiempo de su celebración:
Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 1º inciso 2º, 3º, 5º, 6º,
7º, 8º, 45, 46 y 49. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 26 inciso 2º.
que el régimen de nulidad del acto del matrimonio no puede regirse estrictamente por las
reglas comunes del Título XX del Libro IV, que se refieren más propiamente a la nulidad
de las obligaciones o contratos patrimoniales. Si bien puede estimarse como marco
referencial, el estatuto de las normas de nulidad del derecho patrimonial, debe tenerse en
consideración que existen principios o reglas especiales, a los que se debe atender
preferentemente, en cumplimiento a lo dispuesto por el artículo 13 del Código Civil, por
tratarse de una materia que afecta al derecho de familia. Así si en principio no hay
inconveniente en que se apliquen las disposiciones de la nulidad derecho común, ello sólo
"en cuanto no se produzca incompatibilidad" (René Ramos Pazo. Derecho de
Familia. Editorial Jurídica de Chile, año 2000, 3ª Edición, Tomo I, página 70). Así también
lo ha resuelto esta Corte al señalar: "Que, además, los jueces del mérito han cometido
una falsa aplicación de la ley al decidir la litis con normas del Código Civil, que son
propias del ámbito patrimonial, las que han sido usadas de un modo improcedente en el
derecho de familia. Dicha infracción queda palmariamente demostrada al extender los
sentenciadores las normas del Código Civil, del estatuto patrimonial, a situaciones que
jamás han estado bajo el imperio de las aludidas normas, como ocurre en la especie con
la nulidad de matrimonio que se rige por preceptos propios, de orden público. (Rol
Nº 3895-2002)" (C. Suprema, 19 de marzo de 2012, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/646/2012, Rol Nº 6539-2011). Corolarios de esta opinión son los
siguientes: 420.1. Exclusión de la aplicación del artículo 1683 del Código Civil en
cuanto a que no puede el juez declarar de oficio la nulidad del matrimonio. Así se ha
declarado que: "Encontrándose especialmente regulada la causal de nulidad matrimonial
en estudio y respetando el carácter de derecho estricto que presenta la normativa que la
rige y las especiales particularidades de la misma, dadas principalmente por su naturaleza
y relación con el derecho de familia, no resulta procedente la aplicación en este caso de
las disposiciones del estatuto de la nulidad patrimonial —como es el artículo 1683 del
Código Civil— en cuya virtud se autoriza al juez para declarar la nulidad del acto o
contrato cuando el vicio que lo afecta aparece de manifiesto en el mismo, por ser ello
incompatible con la regulación expresa y especial dispuesta por el legislador en la
materia. En efecto, tal contrariedad se manifiesta en que mediante la actuación oficiosa
del tribunal se ha declarado la nulidad matrimonial en circunstancias que conforme a la
propia ley que regula la institución dicha acción se encuentra prescrita, tal como por lo
demás, fue declarado en el juicio en la audiencia preparatoria" (C. Suprema, 19 de marzo
de 2012, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/646/2012, Rol Nº 6539-2011) y, en el caso del
que conocía el tribunal, se invalidó la sentencia de la instancia, advirtiéndose en el fallo de
reemplazo que: "Tratándose el caso sub-lite de una nulidad matrimonial fundada en la
existencia de vínculo matrimonial no disuelto, acción que no se ejerció dentro del plazo de
un año que para estos efectos establece la ley, no corresponde declarar la nulidad de
oficio por el tribunal, amparado en normas del derecho patrimonial que resultan ajenas a
dicho instituto" (C. Suprema, 19 de marzo de 2012, sentencia de reemplazo, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/646/2012, Rol Nº 6539-2011); 420.2. Exclusión de la aplicación
del artículo 1683 del Código Civil en cuanto a la irrelevancia del dolo y del
conocimiento del vicio que invalidaba el matrimonio. Bajo la vigencia de la Ley de
Matrimonio Civil de 1884, la E Corte Suprema había declarado que: "La prohibición de
xcma.
alegar la nulidad absoluta que impone el artículo 1683 del Código Civil al que ha
celebrado un contrato sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba, se refiere sólo
a los actos de carácter patrimonial y no al matrimonio civil, por tratarse éste de un
instituto sui generis al cual no le son aplicables las reglas del Código Civil sino las de la
Ley de Matrimonio Civil, las que contemplan la posibilidad de interponer acción de nulidad
a los presuntos cónyuges, sin que se contemple en ella ninguna excepción respecto de
las personas a quienes esté prohibido su ejercicio" (C. Suprema, 1 de julio de 2003, cons.
3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2362/2003, Rol Nº 3895-2002). Ha mantenido esta opinión
bajo la vigencia de la Ley Nº 19.947: "Que la acción de nulidad de matrimonio propia del
derecho de familia, escapa a la pretensión particular de los involucrados en beneficio del
interés social comprometido, presentando singularidades en cuanto a las causales,
titularidad o legitimación procesal de las acciones, al saneamiento y a los plazos de
prescripción. Se ha discutido también la posibilidad de aplicar la prohibición del artículo
1683 del Código Civil que impide alegar la nulidad a quien ha contraído sabiendo o
debiendo saber el vicio que afecta al acto o contrato, en este caso al matrimonio,
concluyéndose mayoritariamente por la doctrina la improcedencia de aplicar la sanción
por prevalecer el interés público envuelto en la materia" (C. Suprema, 19 de marzo de
2012, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/646/2012, Rol Nº 6539-2011). Esta opinión se
justifica porque el dolo, en cuanto que vicio del consentimiento, no tiene cabida en sede
de validez o invalidez del matrimonio, de ahí que la regla de excepción a la titularidad de
los presuntos cónyuges para el ejercicio de la acción de nulidad del matrimonio sólo se
refiera a excluir al cónyuge que no padeció el error o la fuerza (art. 46 letra b) Lmc), pues
la ratio sobre la que descansa el artículo 1683 del Código Civil en sede patrimonial es la
represión de una conducta dolosa del contratante que sabía o debía saber el vicio que
invalidaba el acto o contrato. En este sentido se ha declarado, en relación con la
posibilidad de que el cónyuge bígamo demande la declaración de nulidad, que: "De las
disposiciones citadas resulta entonces que la Ley Nº 19.947 concede la titularidad de la
acción de nulidad de matrimonio por la causal de vínculo matrimonial no disuelto: a) a los
presuntos cónyuges, esto es, a aquellos contrayentes que se hallaren ligados por vínculo
matrimonial no disuelto y que por ello la ley califica de presuntos, quienes así quedan
legitimados para reclamar la nulidad, la que puede impetrar incluso el propio bígamo
invocando este impedimento" (C. de Apelaciones de Valdivia, 7 de agosto de 2007, cons.
3º, LegalPublishing: Cl/Jur/4632/2007, Rol Nº 421-2007). Sin perjuicio de lo anterior, la
I Corte de Apelaciones de Concepción en una regresiva sentencia de 21 de abril de
lma.
matrimonio será válido y producirá sus efectos, entretanto no sea declarado nulo por
sentencia ejecutoriada, conforme se establece del artículo 42 Nº 3 de la Ley de
Matrimonio Civil" (C. Suprema, 19 de marzo de 2012, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/646/2012, Rol Nº 6539-2011). 423. Prueba de la causa de
nulidad e ineficacia probatoria de sentencia canónica. Se ha precisado que: "[P]ara
que pueda ser acogida una acción de nulidad, en los términos de la nueva normativa
legal, resulta también de toda evidencia que la o las causales que se invoquen deben ser
probadas por medio de las evidencias consagradas en el Código de Procedimiento en lo
civil, sin que baste el mero hecho de que haya existido una nulidad eclesiástica, como se
ha planteado, aunque se base en las mismas causales que en el presente juicio se han
invocado. Desde luego, hay que precisar que no resulta prueba suficiente la copia de la
sentencia dictada en sede eclesiástica, o aun una copia del juicio completo, ya que en el
presente caso sólo tiene la calidad de un documento y en el evento de que pudiere
otorgársele la calidad de documento o instrumento público, cabe recordar que al tenor del
artículo 1700 del Código Civil, El instrumento público hace plena fe en cuanto al hecho de
haberse otorgado y su fecha, pero no es cuanto a la verdad de las declaraciones que en
él hayan hecho los interesados. En esta parte no hace plena fe sino contra los
declarantes" (C. Apelaciones de Santiago, 29 de octubre de 2007, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6764/2007, Rol Nº 5453-2006).
Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 16, 17 y 48 letra e).
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 342 y 442 a 455. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 5º número 2, 6º, 7º, 8º y 58. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión
civil, D.O. 21.04.2015: artículo 26 incisos 3º, 4º, 6º y 7º.
de Valdivia sostuvo: "Que vigente el nuevo estatuto normativo, la tesis doctrinal de atribuir
cierta amplitud a la transmisibilidad a la acción de nulidad matrimonial, estimando
legitimados para su ejercicio a los herederos de los presuntos cónyuges, según se infería
de lo dispuesto en el artículo 34 de la antigua Ley de Matrimonio Civil, fundada en la
causal de vínculo matrimonial no disuelto, de don René Ramos Pazos (Derecho de
Familia; t. I, p. 82 Tercera Edición; Edit. Jurídica) resulta desestimada a la luz del rigor de
los nuevos preceptos" (C. de Apelaciones de Valdivia, 7 de agosto de 2007, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/4632/2007, Rol Nº 421-2007). La E Corte Suprema ha asumido
xcma.
el mismo criterio: "[C] omo acertadamente lo decidieron los Jueces del grado, la hija y
heredera del cónyuge del segundo matrimonio, carece de legitimidad activa para intentar
esta acción" (C. Suprema, 31 de marzo de 2008, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6691/2008, Rol Nº 975-2008). 431. No es posible ejercitar la
acción de nulidad por vínculo matrimonial no disuelto invocando la calidad de
tercero con interés. Se ha declarado que la: "[P]retensión de atribuirse la calidad de
tercero con interés en el ejercicio de esta acción resulta estéril desde que conforme a lo
dispuesto en el artículo 46 letra e) de la Ley Nº 19.947 no es posible invocar tal interés
cuando la acción de nulidad de matrimonio se funda en la causal del vínculo matrimonial
no disuelto" (C. de Apelaciones de Valdivia, 7 de agosto de 2007, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4632/2007, Rol Nº 421-2007). En la misma línea se ha declarado
que: "Cuando la causal se refiere al impedimento de hallarse ligado el contrayente por
matrimonio anterior no disuelto, pueden demandar la nulidad los presuntos cónyuges del
segundo matrimonio. El legislador, en la actual ley de Matrimonio Civil, amplió la
titularidad de la misma, al cónyuge del primer matrimonio o a sus herederos, pero no la
extendió ni mantuvo la regla anterior, en el sentido de permitir también su ejercicio a todo
aquel que tenga interés, como serían los herederos del cónyuge del segundo matrimonio"
(C. Suprema, 31 de marzo de 2008, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/6691/2008, Rol
Nº 975-2008). 432. Titularidad pasiva de los herederos del cónyuge bígamo. Se ha
declarado que: "La regla general en materia de nulidad matrimonial es que ella sólo puede
ser intentada mientras vivan ambos cónyuges, estableciéndose como excepción en lo
pertinente a la causal materia de autos, que la acción podrá intentarse dentro del año
siguiente al fallecimiento de uno de los cónyuges. En este caso es la propia ley la que
establece la posibilidad de que dentro del plazo de un año de fallecido uno de los
cónyuges, se ejerza la acción, lo que implica determinar en contra de quien o quienes ella
debe dirigirse. Al respecto, no cabe duda alguna que la segunda cónyuge debe ser parte
en dicho proceso, puesto que ella celebró el acto cuya invalidación se pretende y por ello
es evidente, entonces, el interés y legitimidad que la habilita al efecto. La situación en el
caso del fallecimiento del cónyuge bígamo, debe apreciarse y resolverse desde la
perspectiva de que ha sido la propia ley la que ha permitido la existencia de un juicio, no
obstante haber fallecido una de las partes, en este caso, el naturalmente legitimado para
ser demandado. Lo anterior implica reconocer la posibilidad de que quienes por el
ministerio de la ley representan al causante, es decir, sus herederos de acuerdo a lo
dispuesto por el artículo 1097 del Código Civil, sean sujetos pasivos de la referida acción.
En efecto, la propia ley los ha colocado en esta situación y ello se entiende, por lo demás,
por el hecho que en dicha calidad presentan un interés directo y real en los resultados del
caso, el que debe ser protegido mediante el reconocimiento de su derecho a ser parte y
ejercer la legítima defensa de sus intereses jurídicos" (C. Suprema, 26 de enero de 2009,
cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/5819/2009, Rol Nº 6466-2008).
Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 46 letras c) y d). Ley
Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 26 inciso 3º.
Concordancias: Código Civil: artículo 25. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 5º números 1 y 2, 8º, 16, 17, 20 inciso 1º. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O. 21.04.2015: artículo 26 incisos 4º, 5º, 6º.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 5º número 1, 44 letra a).
Si sólo uno de los cónyuges contrajo matrimonio de buena fe, éste podrá
optar entre reclamar la disolución y liquidación del régimen de bienes que
hubieren tenido hasta ese momento, o someterse a las reglas generales de la
comunidad.
Las donaciones o promesas que por causa de matrimonio se hayan hecho
por el otro cónyuge al que casó de buena fe, subsistirán no obstante la
declaración de la nulidad del matrimonio.
Concordancias: Código Civil: artículos 180, 181, 182, 183, 184 y 185, 1786 a 1792. Ley Nº 19.947, de
Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 17, 20 y 52.
Concordancias: Código Civil: artículo 47. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículo 62 inciso 1º.
Concordancias: Código Civil: artículos 180, 181, 182, 183, 184 y 185. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 1º inciso 2º, 3º, 42 número 4 y 60.
negar lugar a una demanda de divorcio por cese de convivencia intentada por el marido y
a la cual la mujer contestó que, siendo efectivo el cese de la convivencia, también lo era el
que dicho matrimonio era nulo, porque en el momento de contraerlo su cónyuge se
hallaba ligado por vínculo matrimonial no disuelto y, en consecuencia, afectado por la
incapacidad para ejercitar el ius conubii declarada en el artículo 5º, Nº 1 de la Ley
Nº 19.947, y así sentó en su considerando 4º: "Que, discurriendo acerca de la nulidad
matrimonial, efectivamente la Ley Nº 19.947, en el Nº 1 del artículo 5º establece una
incapacidad especial que invalida el matrimonio porque impide que el cónyuge afectado
aporte alguno de los elementos esenciales de aquel, 'ligados a la unidad de su naturaleza,
predeterminada por los caracteres del ius conubii y de su ejercicio' (Nuevo Derecho
Matrimonial Chileno, Javier Barrientos Grandon y Aránzazu Novales Alquézar - Ed.
LexisNexis - año 2005). Se trata, en efecto, de 'Los que se hallaren ligados por vínculo
matrimonial no disuelto' y válido al tiempo de la celebración del matrimonio posterior,
como resulta en la especie. Tal como se ha consignado, consta de fs. 46 que el
demandante, a la fecha en que contrajo matrimonio con la demandada (23 de junio de
1992) tenía un ligamen matrimonial no disuelto y válido con [...] desde el 8 de julio de
1985, lo cual le incapacitaba para contraer nuevas nupcias" (C. Apelaciones de
Rancagua, 7 de septiembre de 2006, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/2982/2006, Rol
Nº 416-2006). Sobre tales bases, declaró: "Que, en consecuencia, dado que el segundo
matrimonio es nulo, no puede prosperar la demanda deducida en estos autos que
pretende precisamente ponerle término por cese de convivencia, razón por la que se
rechazará" (C. Apelaciones de Rancagua, 7 de septiembre de 2006, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2982/2006, Rol Nº 416-2006). 442. El divorcio exige siempre la
invocación de una de las causas legales que habilitan para solicitar su declaración,
la que siempre debe probarse. Se ha destacado, así: "Que la Ley de Matrimonio Civil al
consagrar el divorcio vincular, como una de las formas de poner término al matrimonio
adscribió a lo que, en doctrina como en el derecho comparado, se denomina 'sistema
causado', haciendo referencia a la causal que se invoca como fundamento de la demanda
de divorcio, como también a su acreditación y prueba, resultando, para estos efectos,
indiferente sí la acción de divorcio es unilateral como ocurre en el caso de autos o bien
cuando es bilateral, es decir cuando es solicitado por ambos cónyuges, y del mismo modo
cuando el demandado acepta la causal, no la controvierte, o se allana a la acción, de
forma tal, en cualquiera de las hipótesis referidas, debe ser acreditado el hecho
constitutivo de la causal que constituye el fundamento de la acción de divorcio"
(C. Apelaciones de Santiago, 9 de octubre de 2012, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2258/2012, Rol Nº 874-2012; C. Apelaciones de Santiago, 27 de
marzo de 2015, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/1625/2015, Rol Nº 306-2015). 443. El
divorcio no puede declararse sino por una sola de las tres causas consignadas en
la ley, y no por dos o más de ellas a la vez. Así se ha declarado: "Que de la sola lectura
de la parte resolutiva del la sentencia recurrida se advierte, que en su resuelvo I se acoge
la acción de divorcio por cese de convivencia interpuesta unilateralmente por doña [...]
contra don [...] y como consecuencia de aquello, declara terminado el matrimonio
celebrado entre ambos, y, luego, en su resolución III acoge la demanda reconvencional
fundada en la culpa o falta de la demandada reconvencional, declarando, como
consecuencia de ello, terminado el mismo matrimonio [...] Que a propósito de la causal
que se analiza es útil precisar que, según lo ha decidido reiteradamente la Excma. Corte
Suprema, para que se entienda concurrente debe tratarse de, a lo menos, dos decisiones
que pugnen entre sí y que no puedan cumplirse al mismo tiempo. En el presente caso,
según se ha dejado de manifiesto en el motivo que antecede, la sentenciadora del grado
adoptó dos decisiones antagónicas, en cuanto acoge la demanda principal y la demanda
reconvencional, a la vez, declarando terminado el matrimonio por dos causales que
difieren entre sí, con consecuencias diversas, tal como lo puntualiza la señora Fiscal
Judicial en su dictamen, ya que como consecuencia del divorcio culpable se pierde el
derecho a solicitar compensación económica, lo que no fue considerado en el fallo
impugnado, ya que su rechazo se sustenta en la falta de concurrencia de los requisitos
para ello. Asimismo, el cumplimiento del fallo se verá dificultado, porque, si bien de
conformidad con lo que dispone el artículo 53 de la Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, el
vínculo matrimonial se entiende terminado desde que quede ejecutoriada la sentencia que
así lo declare, ésta debe ser subinscrita al margen de la inscripción matrimonial, sin que,
en la especie, se pueda determinar en forma inequívoca la causal que condujo a decretar
el divorcio [...] Que, por consiguiente, el fallo criticado, con las falencias anotadas, queda
claramente incurso en la causal contemplada en el numeral séptimo del artículo 768 del
Código de Procedimiento Civil, pues no ha sido extendido en la forma dispuesta por la ley"
(C. Apelaciones de Valparaíso, 14 de febrero de 2013, cons. 3º a 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/347/2013, Rol Nº 883-2012).
Artículo 54. El divorcio podrá ser demandado por uno de los cónyuges, por
falta imputable al otro, siempre que constituya una violación grave de los
deberes y obligaciones que les impone el matrimonio, o de los deberes y
obligaciones para con los hijos, que torne intolerable la vida en común.
Concordancias: Código Civil: artículos 102, 131, 132, 133, 134, 136, 222 a 242. Ley Nº 19.947, de
Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 26, 42 número 4, 53, 56 inciso 2º, 62 inciso 2º. Ley
Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículos 8º número 15, 106 inciso 2º.
26 de mayo de 2008, ha sentado que: "[D]ebe existir una 'falta', entendido dicho concepto
según el Diccionario de la Lengua Española como el 'quebrantamiento de una obligación'
(C. de Apelaciones de Concepción, 26 de mayo de 2008, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5659/2008, Rol Nº 2437-2007); 447.2. De la imputabilidad: que
presupone un juicio de atribución de responsabilidad y, por ende, requiere de la capacidad
en el cónyuge que incurre en la falta. Alguna jurisprudencia ha entendido que la
imputabilidad implica la culpa en el cónyuge que incurre en la falta: "Es necesario tener
presente que debe existir una 'falta' [...] la que debe ser 'imputable' al otro cónyuge, vale
decir, atribuible a culpa del otro cónyuge" (C. de Apelaciones de Concepción, 26 de mayo
de 2008, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/5659/2008, Rol Nº 2437-2007) y, en otras
ocasiones, se ha destacado que ella exige la concurrencia del conocimiento de la
infracción a la obligación y la voluntad de infringirla: "Para que dichas faltas sean
imputables a la cónyuge es necesario que se hayan cometido con plena voluntad,
conocimiento y conciencia de ésta" (C. de Apelaciones de Santiago, 4 de julio de 2008,
cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6081/2008, Rol Nº 937-2008) y, aplicando estos criterios,
se ha declarado que: "[D]ichas faltas son imputables a la cónyuge, ya que ésta actuó con
pleno conocimiento y voluntad respecto a su comportamiento de infidelidad, ya que
además de allanarse a la demanda, reconoce el abandono del hogar común, la existencia
y duración de su relación extramarital con [...] y su convivencia con éste" (C. de
Apelaciones de Santiago, 4 de julio de 2008, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6081/2008, Rol Nº 937-2008). 448. La consistencia y efectos
de la "falta imputable": Aunque la noción de "falta imputable" no está definida
legalmente, sí se ha ocupado la ley en precisar las condiciones que debe cumplir para
que se constituya en causa que permita solicitar el divorcio. Tales condiciones se refieren
a su consistencia y a sus efectos: a) la consistencia de la falta imputable: la ley exige que
la falta imputable tenga una cierta y precisa entidad, pues, 1º) por una parte, requiere que
ella consista en una "violación grave", y 2º) por otra, limita esa violación grave a ciertos
deberes y obligaciones, precisados legalmente, y b) la consecuencia de la falta imputable:
una falta imputable, con la entidad que se ha esbozado, sólo se constituye en causa para
impetrar la declaración de divorcio si genera como efecto necesario el que vuelva
"insoportable la vida en común". 449. La consistencia de la falta imputable: la
gravedad de la violación. El legislador ha exigido una cierta entidad a la falta imputable
para erigirla en causa de divorcio, y esa entidad la ha determinado en cuanto que ella
debe consistir en una "violación grave". Al igual que en el caso de la causa genérica de
separación judicial (art. 26 inc. 1º Lmc), no ha precisado la ley qué es lo que ha de
entenderse por la "gravedad" de la violación, pero pareciera que esta nota esencial para
que concurra la causa de divorcio ha de ligarse, necesariamente, al efecto que la misma
ley vincula a ella, a saber, "que torne intolerable la vida en común", circunstancia esta que
habrá de ponderar el juez en el marco que le fija el inciso 2º del artículo 3º de la Ley de
Matrimonio Civil. La jurisprudencia, en las ocasiones en las que se ha pronunciado sobre
la exigencia de la "gravedad" de la violación, por una parte, ha acudido, igualmente, al
Diccionario de la Academia para dotarla de contenido: "La falta imputable debe 'constituir
una infracción 'grave', esto es, según el mismo Diccionario 'grande, de mucha entidad o
importancia' a los deberes y obligaciones que impone el matrimonio, o sea, a los deberes
de fidelidad, socorro, ayuda mutua, respeto, protección y convivencia, que torne
intolerable la vida en común" (C. de Apelaciones de Concepción, 26 de mayo de 2008,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/5659/2008, Rol Nº 2437-2007) y, por otra, que: "La
concurrencia o no de los requisitos de gravedad y de reiteración de la infracción deberá
ser ponderada en cada caso por el juez" (C. de Apelaciones de Concepción, 26 de mayo
de 2008, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5659/2008, Rol Nº 2437-2007). 450. La
consistencia de la falta imputable: los deberes y obligaciones infringidos. De
acuerdo con el inciso 1º de este artículo 54 de la Ley Nº 19.947, la falta imputable al otro
cónyuge sólo se alza en causa para que el cónyuge inocente demande la declaración del
divorcio, cuando constituye una violación grave de dos géneros de "deberes y
obligaciones", a saber: a) Violación grave de los deberes y obligaciones que impone el
matrimonio: la expresión "violación grave de los deberes y obligaciones que les impone el
matrimonio" se ha inspirado, si no copiado directamente, en el artículo 242 del Code
Civil en la redacción que le diera la ley de reforma de 1975, pero con la eliminación de la
disyunción tocante a la "reiteración" de la violación, que exigía dicho texto. Este supuesto
de los "deberes y obligaciones que les impone el matrimonio" precisa el primero de los
ámbitos en el que puede producirse la "violación grave" por parte de uno de los cónyuges,
y aparece ligado, directamente, a la naturaleza esencial del matrimonio determinada
especialmente por su fin del bien de los cónyuges, que es el que le atribuye una serie de
efectos bajo la categoría de obligaciones recíprocas, que se entienden como
complementarios para el más acabado y pleno cumplimiento del precitado fin. De este
modo, cualquier falta imputable al otro cónyuge que constituya una violación grave de los
deberes y obligaciones del matrimonio, tales como los de guardarse fe, socorro, ayuda
mutua, respeto, protección y convivencia, puede configurar la causa genérica de divorcio
que describe el inciso primero del artículo 54 de la ley. A pesar de que el legislador sólo
se limitó a precisar de una manera genérica este supuesto de "violación grave de los
deberes y obligaciones" que el matrimonio impone a los cónyuges, en el inciso 2º del
referido artículo 54 se contiene una enumeración, no taxativa, de ciertos hechos que
hacen que se incurra en la causa de divorcio, pues los supuestos enumerados van
precedidos de la siguiente frase: "Se incurre en dicha causal, entre otros casos, cuando
ocurre cualquiera de los siguientes hechos [...]", entre los que pueden identificarse siete
hechos que caben dentro de este primer supuesto de "violación grave"; b) Violación grave
de los deberes y obligaciones para con los hijos: Este segundo supuesto precisa el otro
ámbito en el que puede producirse la "violación grave" por parte de uno de los cónyuges,
y aparece ligado directamente a la naturaleza esencial del matrimonio determinada
especialmente por su fin de la procreación y bien de la prole, que determina, en cuanto
efectos propios del matrimonio, una serie de obligaciones en relación con los hijos, de las
cuales se ocupa, particularmente, el Código Civil en el Título IX de su Libro I, bajo la
rúbrica: "De los derechos y obligaciones entre los padres y los hijos", presididos todos
ellos por el principio consagrado en el inciso 2º de su artículo 222. Al igual que en el caso
de la "violación grave" de los deberes y obligaciones que el matrimonio impone a los
cónyuges, al tratar la ley de este segundo supuesto deja abierta la puerta para que la
concurrencia de diversos hechos puedan configurar la causa de genérica de divorcio
definida en el inciso 1º del artículo 54 de la Ley de Matrimonio Civil, pero también en la
enumeración, no taxativa, que hace de ciertos hechos que configuran esta causa de
divorcio se incluyen algunos que tocan directamente a la violación grave de los deberes y
obligaciones para con los hijos. 451. La consecuencia de la "falta imputable": tornar
"intolerable la vida en común". La ley exige que a la concurrencia de las exigencias de
una falta imputable, que consista en la violación grave de ciertos derechos y deberes, se
una, como efecto generado por esa violación grave, el de tornar "intolerable la vida en
común", de tal manera que este último requisito es un elemento que debe ser
apropiadamente acreditado ante el tribunal, y ponderado por éste a la luz del deber que le
impone el inciso 2º del artículo 3º de la Ley de Matrimonio Civil, respecto de la resolución
de las materias de familia: "Conociendo de estas materias, el juez procurará preservar y
recomponer la vida en común en la unión matrimonial válidamente contraída, cuando ésta
se vea amenazada, dificultada o quebrantada". La "vida en común" es, al tenor de los
artículos 133 y 102 del Código Civil, una obligación recíproca de ambos cónyuges, cuyo
cumplimiento sólo puede excusarse si existen "razones graves para no hacerlo" (art. 133),
pero el legislador, en sede de divorcio asume que, en ciertos casos, el cumplimiento de
esa obligación para uno de los cónyuges se puede tornar "insoportable", concretamente,
cuando el otro cónyuge incurre en una "violación grave" de los dos géneros de deberes y
obligaciones que se mencionan en el inciso 1º del artículo 54 de la Ley Nº 19.947, de allí
que resulte determinante precisar qué debe entenderse por "intolerable". La Ley de
Matrimonio Civil no ofrece ningún criterio específico para precisar la noción de
"intolerable", que es voz opuesta a la de "tolerable" y a su nombre verbal "tolerar", las que
en derecho civil siempre están ligadas a la idea de admitir una cierta situación que
envuelve, en definitiva, sufrir o padecer una cierta carga, como lo denotan las cinco
ocasiones en el que el Código Civil recurre a ellas (arts. 600, 802, 2195, 2499).
"Intolerable", entonces, se refiere en esta sede a la situación en que se sitúa un cónyuge
en la que no puede soportar ni sufrir el cumplimiento de la obligación de vida en común,
como consecuencia de hechos de su cónyuge que consisten en la ya citada violación
grabe de ciertos deberes y obligaciones. Pero si esto es así, tampoco la ley ha señalado
los parámetros o baremos que permitan fijar la frontera entre lo tolerable y lo no tolerable,
sin perjuicio de lo cual, el tribunal, que es quien ha de trazar esa línea, debe tener en
cuenta, al menos, el principio rector de la igual dignidad de los cónyuges, de manera que
la dignidad de los cónyuges se constituye en criterio para determinar si ciertos hechos son
o no compatibles con la vida en común. En efecto, el matrimonio constituye un estado
que, necesariamente, se constituye y desarrolla sobre el principio de la igualdad jurídica y
moral de marido y mujer, como se reconoce en los pactos y convenciones internacionales
suscriptos por el estado, que en cuanto igualdad moral de los cónyuges es la
consecuencia de la igual dignidad de las personas reconocida en el inciso 1º del artículo
1º de la Constitución Política de la República, de la que derivan una serie de propiedades
que asumen la naturaleza de derechos, como lo reconoce nuestra jurisprudencia
constitucional, y entre los que se encuentran el derecho a la vida, a la integridad física y
psíquica y a la protección de la salud: "De la dignidad que singulariza a toda persona
humana se deriva un cúmulo de atributos, con los que nace y que conserva durante toda
su vida. Entre tales atributos se hallan los derechos públicos subjetivos o facultades que
el ordenamiento jurídico le asegura con carácter de inalienables, imprescriptibles e
inviolables en todo momento, lugar y circunstancia. De esos atributos se nombran aquí,
por su vínculo directo con la causa a ser decidida, el derecho a la vida, a la integridad
física y psíquica y a la protección de la salud cuyo ejercicio legítimo la Constitución exige
respetar siempre incluyendo la esencia inafectable de lo garantizado en ellos" (Tribunal
Constitucional, 26 de junio de 2008, Rol Nº 976-08). De este modo la lesión o atentado
contra la dignidad de los cónyuges se vuelve en un hecho intolerable jurídicamente, no
sólo para el cónyuge, sino, en abstracto, para todo elordenamiento jurídico. En esta línea,
alguna jurisprudencia ha ligado esta consecuencia de tornar intolerable la vida en común
a la lesión a la dignidad de otro cónyuge, aunque vinculándola más estrechamente a la
honra. En tal sentido se ha sostenido que: "El legislador estimó que la causal invocada
exige una intensidad que haga intolerable la convivencia y a la vez lleva implícito un
ataque al honor, reputación o dignidad del otro cónyuge" (C. de Apelaciones de Santiago,
4 de julio de 2008, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6081/2008, Rol Nº 937-2008). Al
aplicar esta opinión al caso concreto del que conocía, estimó que: "Es indiscutible que el
hecho que una mujer abandone a lo menos dos veces a su cónyuge, por otro hombre con
quien mantiene una relación extramarital, por largos periodos, dejando a cargo del padre
las tres hijas, indudablemente es un hecho gravísimo que efectivamente hace intolerable
la convivencia entre ambos. La concurrencia de la deslealtad y el abandono son
suficientes para provocar vejamen, y constituyen una actitud de violenta desconsideración
hacia el marido" (C. de Apelaciones de Santiago, 4 de julio de 2008, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6081/2008, Rol Nº 937-2008). En el último tiempo la E Corte xcma.
declaraba: "Que apreciando la prueba rendida, conforme a las normas de la sana crítica,
se arriba a la siguiente conclusión: la conducta desplegada por la demandada es
constitutiva de falta que constituye una violación grave del deber de respeto y protección
que se deben los cónyuges entre sí, tornándose, en consecuencia, intolerable la vida en
común. Al respecto, son elocuentes las dos condenas por violencia intra-familiar de que
ha sido objeto la demandada (roles Nºs. 1574 y 1720 del mismo Tribunal)"
(C. Apelaciones de Valdivia, 16 de agosto de 2006, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2904/2006, Rol Nº 287-2006); 455.2. Del quebrantamiento de
una prohibición judicial de acercarse a la residencia de un cónyuge: se ha
reconocido que la violación, por parte del demandado, de una prohibición judicial que le
impedía acercarse al hogar de la demandada, consistente en concurrir a las afueras de su
domicilio para insultarla y que le acarrearon una condena por el delito de desacato,
configuran esta causal específica. Así se ha declarado que: "El atentado contra la vida o
los malos tratamientos graves que pueden afectar tanto la integridad física o psíquica del
cónyuge o de sus hijos se ha verificado plenamente en esta causa, conforme lo
demuestra la secuencia de los hechos consignada en el motivo primero, en cuanto a que
las relaciones entre las partes, desde el mes de marzo del 2007, por lo menos, se
apartaron del cauce propio del matrimonio, y que este desvío se ha tornado definitivo,
conforme se encuentra patentizado en los sucesos del mes de mayo del 2008, a raíz de
los cuales se impuso al demandado una sentencia condenatoria por el delito de desacato,
cuya antesala lo mostró como una persona ofensiva frente al domicilio de su cónyuge y
sus hijos, presentes éstos, en una actitud que no puede menos que calificarse de
agresión psíquica en contra de la actora, y de sus vástagos, sin que se pueda admitir
como excusa la acusación de infidelidad aducida en contra de ella, pues, si aun cuando
hubiese tenido pruebas sobre este punto, tal agravio debió perseguirlo por los cauces
legales correspondientes" (C. Apelaciones de Antofagasta, 19 de agosto de 2010, cons.
3º, LegalPublishing: Cl/Jur/5114/2010, Rol Nº 97-2010); 455.3. Del envío de correos
electrónicos y de la violencia psíquica: Se ha juzgado que uno de los casos en los que
se configura este supuesto es el del envío de correos electrónicos a terceros, en los que
uno de los cónyuges da conocer hechos tocantes al otro: "Contribuye a formar convicción
de la existencia de la referida causal de divorcio, el despacho por parte del demandado de
correos electrónicos informando de los hechos a diversas personas, pues cualquier haya
sido su obligación laboral o de otra índole, no puede desconocerse que tal publicidad
lesionaba psíquicamente no sólo la fama de su cónyuge y de su familia, sino que de la
propia, circunstancias todas que la lógica y la experiencia conducen a determinar que la
vida en común de las partes se ha tornado intolerable, debiéndose acoger la demanda de
divorcio culposo, deducida por la actora" (C. Apelaciones de Antofagasta, 19 de agosto
de 2010, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5114/2010, Rol Nº 97-2010). 456. El segundo
supuesto específico del inciso 2º y las exigencias de "gravedad" y "reiteración". Se
ha advertido que: "En relación al hecho previsto en el Nº 2 del inciso segundo del artículo
54 de la Ley de Matrimonio Civil no sólo ha exigido gravedad, sino que además reiteración
en la infracción [...] La concurrencia o no de los requisitos de gravedad y de reiteración de
la infracción deberá ser ponderada en cada caso por el juez" (C. de Apelaciones de
Concepción, 26 de mayo de 2008, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/5659/2008, Rol
Nº 2437-2007). 457. El segundo supuesto específico del inciso 2º en el caso
de "trasgresión grave y reiterada" del deber de fidelidad. Se ha discutido la extensión
que debe darse al "deber de fidelidad" para los efectos de considerar que su trasgresión
grave y reiterada por parte de uno de los cónyuges le hace incurrir en la causa de divorcio
de este artículo 54. En la jurisprudencia se han mantenido dos opiniones: a) una
mayoritaria que no lo circunscribe a la simple prohibición del adulterio, y b) una minoritaria
que lo restringe al solo caso del adulterio: 457.1. Opinión mayoritaria: la violación no
se limita al adulterio: esta opinión, que se consolidó progresivamente en la
jurisprudencia de los tribunales ordinarios, ha sido asumida por el E Tribunal xcmo.
Constitucional, que, al respecto, ha sentado que: "[D]ebe tenerse presente que el adulterio
no es la única transgresión grave al deber de fidelidad propio del matrimonio, y
constitutivo por tanto de la causal de divorcio por culpa establecida en el artículo 54, Nº 2,
de la Ley de Matrimonio Civil, sino que también lo son "otros hechos de infidelidad
conyugal de gran significación que importen un severo atentado al vínculo matrimonial",
entre los cuales se comprende el trato reiterado de uno de los cónyuges con persona de
otro sexo con la que tenga muestras de afecto y pasión impropias de exteriorizarse con
quien no sea su marido o mujer. (Sentencia de la Corte Suprema de 14 de marzo de
2011, en "Gaceta Jurídica" 369, pág. 176, considerandos séptimo y octavo)" (T.
Constitucional, 10 de abril de 2014, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/1326/2014, Rol
Nº 2435-2013). Este considerando ha sido reiterado por el mismo Tribunal en sentencia
posterior (T. Constitucional, 30 de diciembre de 2014, cons. 10º, Rol Nº 2681-14-Ina).
Esta doctrina es congruente con la precisión de las obligaciones de los cónyuges del
artículo 131 del Código Civil, que se refiere al "guardarse fe", y con "la comunidad de vida
que implica el matrimonio", que reconoce la Ley Nº 19.947 en su artículo 5º número 3º. En
esta línea la jurisprudencia ha sostenido que: "La infracción al deber de fidelidad no sólo
se traduce en que uno de los cónyuges cometa adulterio, puesto que éste no es sino una
forma en particular de infringir dicha obligación. Más bien, incurre en esta infracción y, por
ende, en esta causal de divorcio, el marido o mujer que realiza una conducta que
compromete la búsqueda del bien para ambos cónyuges, entendido este último concepto
en términos amplios, abarcador de todas las circunstancias de la vida conyugal, esto es
que se destruye la fe, confianza y lealtad debida manifestada ostensiblemente en el
quehacer personal del cónyuge infractor" (C. de Apelaciones de Arica, 31 de agosto de
2003, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6769/2006, Rol Nº 300-2006, conf. C. Suprema,
12 de marzo de 2007, LegalPublishing: Cl/ Jur/668/2007, Rol Nº 5048-2006). En igual
sentido se ha declarado que: "[L]a infracción al deber de fidelidad no se restringe sólo al
adulterio, que constituye una forma de infringir dicha obligación, sino además, cuando se
destruye la fe, la confianza y lealtad manifestada ostensiblemente en el quehacer
personal del cónyuge infractor" (C. Apelaciones de Valdivia, 26 de junio de 2014, cons.
2º, LegalPublishing: Cl/Jur/3903/2014, Rol Nº 90-2013). La E Corte Suprema ha
xcma.
afirmado esta misma orientación cuando ha declarado que: "El artículo 131 del Código
Civil, del Título VI, Libro I, denominado 'Obligaciones y Derechos entre cónyuges',
establece que 'Los cónyuges están obligados a guardarse fe, a socorrerse y ayudarse
mudamente en todas las circunstancias de la vida. El marido y la mujer se deben respeto
y protección recíprocos'. A su vez, el artículo 132 del mismo texto señala que 'el adulterio
constituye una grave infracción al deber de fidelidad que impone el matrimonio y da origen
a las sanciones que la ley prevé'. De las normas transcritas se infiere que el adulterio, en
los términos definidos por el inciso segundo del citado artículo 132, no es la única causal
de divorcio referida a la fidelidad matrimonial, como lo exigía la antigua ley de Matrimonio
Civil para el divorcio perpetuo en su artículo 21. El numeral 2º del artículo 54 de la Ley
Nº 19.947 sanciona la grave y reiterada infracción al deber recíproco de guardarse fe, en
el que sin duda se comprende esa conducta, pero también otros hechos de infidelidad
conyugal de gran significación que importen un severo atentado al vínculo matrimonial"
(C. Suprema, 12 de marzo de 2007, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/4651/2007, Rol
Nº 5048-2006). Estas consideraciones las ha reiterado en algún fallo posterior
(C. Suprema, 19 de enero de 2009, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/5766/2009, Rol
Nº 7843-2008), y las ha aplicado en más de algún caso concreto, también, en su
sentencia de 14 de marzo de 2011, en la que ha declarado que: "Resulta errado sostener
como lo hace la recurrente que la única manera de incurrir en la causal de infidelidad es la
existencia de adulterio, esto es, de relaciones sexuales extramatrimoniales, pues según
se desprende del artículo 132 del Código Civil, ésta es sólo una de las formas, si bien
grave, de incumplir dicho deber, En el caso de autos, se encuentra establecido como un
hecho de la causa que la cónyuge en reiteradas oportunidades llevó a hombres a la casa,
con los cuales se besaba y luego entraba al dormitorio, situación que por su naturaleza y
gravedad permite por sí misma la configuración de la causal de divorcio en comento"
(C. Suprema, 14 de marzo de 2011, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/9332/2011, Rol
Nº 9529-2010). Del mismo modo, ha declarado: "[E]n el ámbito de la lealtad sexual no
está referido solo a la prohibición de relaciones sexuales, sino a cualquier acto que la
conciencia social repute como infidelidad conyugal, esto es, como una ruptura del deber
de guardarse fe, ya sea con personas de distinto o del mismo sexo, y supongan o no la
realización completa de cópula o ayuntamiento sexual; y son los términos de la discusión
parlamentaria que recayó sobre la normativa que contempla las causales de divorcio, la
que permite concluir que la obligación de los cónyuges de guardarse fe, contemplada en
el artículo 131 del Código Civil, en el ámbito de la sexualidad, es comprensible de la
lealtad o fidelidad en un sentido amplio, y es por ello que se consagró como tal la
'conducta homosexual'" (C. Suprema, 7 de mayo de 2014, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2078/2014, Rol Nº 7795-2013). Estas consideraciones,
igualmente, han sido asumidas por algún tribunal de alzada (C. Apelaciones de San
Miguel, 15 de octubre de 2010, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/8390/2010, Rol Nº 456-
2010). En esta misma orientación se ha razonado: "Que una de las cuestiones que se
deben dilucidar para poder llegar a una decisión es qué se entiende por 'deber de
fidelidad'. A éste se refiere expresamente el artículo 131 del Código Civil, el cual declara
la naturaleza y entidad de este deber cuando dispone que: 'Los cónyuges están obligados
a guardarse fe, a socorrerse y ayudarse mutuamente en todas las circunstancias de la
vida'. Que, en relación a la expresión 'fe' es necesario tener presente lo que señala el
artículo 20 del Código Civil al prescribir que 'Las palabras de la ley se entenderán en su
sentido natural y obvio, según el uso general de las mismas palabras; pero cuando el
legislador las haya definido expresamente para ciertas materias, se les dará en éstas su
significado legal'. Y al no haberla definido la ley debemos acudir al Diccionario de la Real
Academia Española que la conceptualiza como 'la palabra que se da o promesa que se
hace a alguien con cierta solemnidad o publicidad'. A este respecto, así entendida y
analizada en el ámbito del matrimonio, Barrientos Grandon, Javier y otro, escribe en su
obra Nuevo Derecho Matrimonial Chileno: Este deber de guardarse fe aparece como un
necesario complemento para las más plena consecución del fin del bien de los cónyuges,
supuesto que sin él aparecería como imposible la constitución de la comunidad de vida
instituida entre marido y mujer desde el mismo momento en el que se ofrecieron y
aceptaron recíprocamente como tales, comprometiendo la integridad de sus personas en
el consorcio que formaron. Supuesto lo anterior, este deber de guardarse fe no solo se
estrecha en los angostos límites de la fidelidad sexual, sino que se proyecta en todos los
ámbitos de la vida, luego 'guardar la fe' conyugal implica 'fidelidad' y ésta no es más que
la 'Lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona, la que no aparece
determinada solamente por la naturaleza y fines de la institución matrimonial y, por ende,
se extiende a todos los ámbitos en los cuales se proyecta la comunidad de vida entre
marido y mujer. Que, por consiguiente debe entenderse que la causal invocada es amplia
y comprende todos los actos y los hechos que implican deslealtad en relación a la
obligación de convivencia, afectando la dignidad del otro cónyuge" (C. de Apelaciones de
Santiago, 4 de julio de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/6081/2008, Rol Nº 937-
2008). Sobre la base de tales consideraciones, y en aplicación de ellas, la citada Corte ha
declarado que el segundo supuesto específico del inciso 2º de este artículo 54 de la ley,
en el caso de "trasgresión grave y reiterada" del deber de fidelidad, se configura por
entablar una "relación sentimental" con una tercera persona: "La demandada entabló una
relación sentimental con un hombre diferente a su marido, con anterioridad a que se
produjera la referida separación [...] Que sobre la base de los hechos anotados los
sentenciadores acogieron la demanda de divorcio declarando terminado el matrimonio
que unió a las partes por la causal del Nº 2 del artículo 54 de la Ley Nº 19.947,
considerando para ello que el hecho que se ha tenido por establecido es constitutivo de
transgresión por parte de la demandada principal del deber de guardar fidelidad a su
marido, no siendo la única manera de incurrir en tal transgresión la existencia de adulterio,
esto es, de relaciones sexuales extramatrimoniales, pues según se desprende del artículo
132 del Código Civil, ésta es sólo una de las formas, si bien grave, de incumplir dicho
deber" (C. de Apelaciones de Santiago, 4 de julio de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6081/2008, Rol Nº 937-2008). En el mismo sentido se ha
sostenido que: "Siendo el concepto de fidelidad mucho más amplio que el de adulterio, se
puede afirmar por ello que el deber de fidelidad no sólo abarca el adulterio, sino que basta
una vinculación con un tercero que no guarde los límites de lo común y habitual en
relaciones sociales y denote una proximidad de tipo sentimental" (C. de Apelaciones de
Santiago, 4 de julio de 2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6081/2008, Rol Nº 937-
2008). En esta misma línea la E Corte Suprema ha precisado: "Que el incumplimiento
xcma.
del deber de fidelidad del otro cónyuge, como causal de divorcio, se configura con la
acreditación de la concurrencia de situaciones que demuestren no sólo la ruptura del
compromiso de lealtad sexual que implica el matrimonio, situación que coincide con la
definición de adulterio que entrega el artículo 132 del Código Civil antes citado, que lo
confina a la existencia de trato carnal de uno de los cónyuges con un tercero, sino
también cualquier otro hecho que implique una relación que no guarde los límites de lo
común o habitual con alguien ajeno al vínculo matrimonial, que dé cuenta de una
proximidad sentimental impropia al deber matrimonial de guardarse fe entre los cónyuges"
(C. Suprema, 29 de septiembre de 2016, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6728/2016,
Rol Nº 22093-2016); 457.2. Opinión minoritaria: la violación se limita al adulterio: esta
opinión, más apegada a una visión tradicional y sexualizada de la unión conyugal, se ha
defendido con el solo apoyo en una cierta lectura del número 2º del referido inciso 1º del
artículo 54 de la ley y, así, se ha declarado que: "Por la forma en que está redactado el
precepto, parece estar dirigido a sancionar directamente el adulterio, definido en el
artículo 132 del Código Civil" (C. de Apelaciones de Concepción, 26 de mayo de 2008,
cons. 11º, Cl/ Jur/5659/2008, Rol Nº 2437-2007). 458. El segundo supuesto específico
del inciso 2º en el caso de "trasgresión grave y reiterada" del deber de fidelidad, en
relación con tornar "intolerable la vida en común". Se ha declarado que las relaciones
extramaritales producidas con posterioridad al cese de la vida en común de los cónyuges
no configura el supuesto específico de este número 2º, en cuanto que no puede estimarse
que vuelva intolerable la vida en común, precisamente porque ésta ya no existía: "[L]as
relaciones posteriores a la fecha del cese de la convivencia, reconocidas por el
demandado, no pueden ser tomadas en consideración para los efectos de configurar la
causal de divorcio por culpa que se hace valer, toda vez que ellas se producen en un
período de tiempo en que la vida en común ya había concluido, lo que impide que se
configure el requisito de que la violación de los deberes que impone el matrimonio "torne
intolerable la vida en común" (C. Apelaciones de Antofagasta, 6 de febrero de 2013, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/268/2013, Rol Nº 279-2012). 459. El segundo supuesto
específico del inciso 2º en el caso de "trasgresión grave y reiterada" del deber de
fidelidad se configura por entablar una "relación sentimental" con una tercera
persona. Así se ha declarado que: "La demandada entabló una relación sentimental con
un hombre diferente a su marido, con anterioridad a que se produjera la referida
separación [...] Que sobre la base de los hechos anotados los sentenciadores acogieron
la demanda de divorcio declarando terminado el matrimonio que unió a las partes por la
causal del Nº 2 del artículo 54 de la Ley Nº 19.947, considerando para ello que el hecho
que se ha tenido por establecido es constitutivo de transgresión por parte de la
demandada principal del deber de guardar fidelidad a su marido, no siendo la única
manera de incurrir en tal transgresión la existencia de adulterio, esto es, de relaciones
sexuales extramatrimoniales, pues según se desprende del artículo 132 del Código Civil,
ésta es sólo una de las formas, si bien grave, de incumplir dicho deber" (C. Suprema, 19
de enero de 2009, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/5766/2009, Rol Nº 7843-2008). En el
mismo sentido se ha sostenido que: "Siendo el concepto de fidelidad mucho más amplio
que el de adulterio, se puede afirmar por ello que el deber de fidelidad no sólo abarca el
adulterio, sino que basta una vinculación con un tercero que no guarde los límites de lo
común y habitual en relaciones sociales y denote una proximidad de tipo sentimental" (C.
de Apelaciones de Santiago, 4 de julio de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6081/2008, Rol Nº 937-2008). 460. El segundo supuesto
específico del inciso 2º en el caso de la separación de hecho y la violación grave
del deber de fidelidad. La separación de hecho no afecta a la obligación de guardarse fe
que pesa sobre los cónyuges. La única excepción la constituye la regla contenida en el
inciso segundo del artículo 26 de la Ley Nº 19.947, en relación con el hecho específico del
adulterio, pues señala que: "No podrá invocarse el adulterio cuando exista previa
separación de hecho consentida por ambos cónyuges". Esto significa que el principio
general es el que la separación de hecho no afecta a la obligación de guardarse fe o de
fidelidad, y que reconoce como única excepción la del referido artículo 26, cuyo campo
operativo tiene dos limitaciones: a) sólo procede en el caso de separación de hecho
consentida por ambos cónyuges, y b) sólo se refiere al supuesto del adulterio, sin
extenderse a otros ámbitos de la obligación de guardarse fe. En ese marco legal, es
contraria a la ley vigente una interpretación que entienda que, por regla general, la
separación de hecho suspende la obligación de fidelidad, como lo ha sostenido, sin
mayores razones, la I Corte de Apelaciones de Valparaíso, al declarar en sentencia de 20
lma.
de diciembre de 2010 que: "La obligación de fidelidad que aparece como una
consecuencia del ánimo de permanecer juntos y unidos en el proyecto que implica el vivir
y cohabitar cumpliendo las obligaciones recíprocas que el matrimonio impone, cesan
desde que opera la separación de hecho y, en tal sentido, si no se probó que durante la
vigencia de la cohabitación hubo graves y reiteradas faltas al deber de fidelidad, las
situaciones que con posterioridad a la separación pudieran afectar a alguno de los
cónyuges, no puede constituir la causal de divorcio invocada en estos autos"
(C. Apelaciones de Valparaíso, 20 de diciembre de 2010, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/12135/2010, Rol Nº 740-210). 461. El segundo supuesto
específico del inciso 2º en el caso de "abandono continuo o reiterado del hogar
común". El hecho del abandono del hogar común representa no sólo una violación grave
de la obligación de vida en común, prevista en los artículos 133 y 102 del Código Civil,
sino también, ordinariamente, de las obligaciones de socorro y ayuda mutua en todas las
circunstancias de la vida (art. 131 CC), pues la forma normal de dar cumplimiento a ellas
es en la vida cotidiana en común, pues el bien de los cónyuges, en cuanto que fin del
matrimonio, se persigue día tras día. En este sentido, la I Corte de Apelaciones de
lma.
especie se ha pretendido configurar la causal a partir del sólo hecho que el cónyuge dejó
el hogar común de un modo definitivo, continuo o permanente. Esa circunstancia, de
suyo, es atentatoria de uno de los deberes aludidos, pero —conforme se ha explicado—
no alcanza a constituir la causal de divorcio/sanción esgrimida en la demanda"
(C. Apelaciones de Santiago, 17 de junio de 2011, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4963/2011, Rol Nº 1462-2010), es decir, a permitir que un
cónyuge se aleje del hogar común para siempre y de un modo "continuo", que es lo único
que exige la ley, y que su cónyuge abandonada advenga privada de la posibilidad de
impetrar la declaración de divorcio. 462. El segundo supuesto específico del inciso 2º
en el caso de "abandono continuo o reiterado del hogar común", cuando se
produce la sola separación física de los cónyuges. La E Corte Suprema ha entendido
xcma.
que la mera separación física de los cónyuges no constituye un hecho que configure la
causa para impetrar el divorcio por culpa:"[T]al como se razona en el motivo cuarto de la
sentencia impugnada, si bien es cierto quedó establecido en la causa que el demandado
no vive en el hogar común con la actora, el sólo hecho de la separación física de los
cónyuges no configura una transgresión grave de los deberes del matrimonio, ya que para
que ocurra, es menester que el cónyuge demandante se encuentre en una situación de
abandono evidente a causa de un hecho atribuible al demandado, carente de razón o
imputable al mismo. En este contexto —tal como lo dejan de manifiesto los
sentenciadores del fondo— la decisión del cónyuge demandado de no cohabitar junto a la
actora no obedece a una conducta caprichosa o carente de razón, sino más bien, a las
serias divergencias conyugales existentes entre las partes que quedan de manifiesto del
certificado de la ministra de fe del tribunal a quo, tenido a la vista, según el cual el sistema
SIFTA registra dieciséis causas entre las partes, entre las que se cuenta una por divorcio
culposo, rechazada" (C. Suprema, 22 de diciembre de 2014, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9767/2014, Rol Nº 26513-2014). 463. El cuarto supuesto
específico del inciso 2º en el caso de "conducta homosexual". Este hecho de uno de
los cónyuges, que le hace incurrir en la causa genérica para que el otro demande la
declaración judicial del divorcio suscita una serie de cuestiones dogmáticas y prácticas,
sobre el que es preciso, al menos, advertir lo siguiente: 463.1. De la novedad de esta
causa: el expreso señalamiento de la "conducta homosexual" como hecho constitutivo de
la causa legal para impetrar la declaración judicial del divorcio representa una novedad en
el sistema jurídico chileno y también en relación con muchos derechos
extranjeros; 463.2. De la especificidad de esta causa y su diferencia de la
homosexualidad: la Comisión de Constitución del Senado, en segundo trámite
constitucional, fue la que incluyó este hecho como constitutivo de la causa genérica de
divorcio por falta imputable al otro cónyuge, y en su Informe dejó expresa constancia de
ser ella un hecho distinto al de la mera homosexualidad. En efecto, para la referida
Comisión este supuesto típico constitutivo de la falta imputable al otro cónyuge consiste
en un "comportamiento externo objetivo", es decir, implica la realización de ciertos actos o
modos de ser de naturaleza homosexual, y ello debe ser así porque el encabezado del
inciso 2º del artículo 56 inicia la enumeración ejemplar de casos que hacen incurrir en la
causa para impetrar el divorcio con la precisión de que ellos son "hechos". La conducta
homosexual, en consecuencia, es un "hecho", que implica necesariamente un
comportamiento externo objetivo y, por ende, es de naturaleza diversa a la
homosexualidad que, en sí misma, no es un acto o un comportamiento, y por ello la
misma Comisión precisó que para que pudiera invocarse este supuesto no bastaba con
"la mera condición o inclinación homosexual", y así, en el Informe de la Comisión de
Constitución se consignó que: "La comisión coincidió en que debe exigirse un
comportamiento externo objetivo y no la mera condición o inclinación homosexual". En
ese sentido se ha pronunciado el E Tribunal Constitucional: "Que la historia de la
xcmo.
aquí se trata: "Que, como puede apreciarse, el mismo tenor literal de la disposición legal
impugnada muestra que los meros sentimientos de tendencia homosexual de una
persona no son suficientes para incurrir en la causal de divorcio culpable que se
cuestiona. En efecto, el encabezado del inciso segundo del artículo 54 de la Ley de
Matrimonio Civil señala que se incurre en la causal de violación grave de los deberes y
obligaciones que impone el matrimonio, "cuando ocurre cualquiera de los siguientes
hechos", que a continuación enumera y entre los que se encuentra el Nº 4 "Conducta
homosexual". La falta imputable, por consiguiente, es un hecho, esto es un acto o
actividad constitutiva de conducta homosexual, un comportamiento de esta índole, y no
una mera preferencia u orientación sexual" (T. Constitucional, 10 de abril de 2014, cons.
12º, LegalPublishing: Cl/Jur/1326/2014, Rol Nº 2435-2013). En el mismo sentido, y en
sentencia posterior, ha precisado que: "[L]a legislación sobre matrimonio y divorcio
existente en Chile no considera como causal de divorcio culpable la mera orientación
afectiva hacia persona del otro o del mismo sexo, y únicamente considera transgresión
grave al deber de fidelidad propio del matrimonio la conducta, o actos, de uno de los
cónyuges con personas del otro o del mismo sexo, que impliquen contacto sexual o que,
sin llegar a serlo, constituyan la exteriorización de afectos propios del matrimonio, lo que
no representa una diferenciación arbitraria respecto a otras causales de divorcio por culpa
como sostiene el requerimiento, pues todas ellas —al menos— suponen una infracción al
deber de fidelidad conyugal, sin perjuicio de que alguna de tales conductas, además,
llegue a ser constitutiva de delito. De ahí que el requerimiento deba ser rechazado"
(T. Constitucional, 30 de diciembre de 2014, cons. 18º, Rol Nº 2681-14-Ina). Esta opinión,
deja al descubierto lo errada de alguna opinión jurisprudencia previa, particularmente
desprolija en lo jurídico, peligrosamente invasiva en sus apreciaciones sociológicas y
gravemente discriminatoria, pues en la sentencia que queda citada de la I Corte de
lma.
confirmar una sentencia en casación: "más allá de las disquisiciones doctrinarias sobre la
procedencia de la reparación por el incumplimiento de los deberes matrimoniales, en la
especie se ha determinado la responsabilidad civil del demandado como consecuencia de
acreditarse el deterioro emocional o psicológico que le ha causado a la actora fruto de sus
conductas antijurídicas que han motivado el divorcio por culpa decretado respecto de las
partes. Cabe precisar que el daño que se indemniza no es el que ocasiona el divorcio en
sí mismo, sino el menoscabo que proviene directamente del o los actos culpables
generadores de responsabilidad extracontractual que los tribunales del grado tuvieron por
legalmente establecidos en el proceso. En este sentido, refiriéndose a la reparación del
daño causado con ocasión del divorcio, el autor Francisco Herane Vives, sostiene que:
"(...) en principio, no se vislumbra ninguna buena razón para impedir, a priori, una posible
indemnización por el incumplimiento de los deberes matrimoniales. Ahora bien, lo anterior
no significa que todo daño sufrido por el divorcio de origen, por su sola existencia, a la
procedencia de una reparación, sino que deben configurarse los presupuestos exigidos
por la responsabilidad extracontractual: una conducta antijurídica, factor de atribución:
dolo o culpa, un nexo causal y, por supuesto, un daño"; a lo que agrega "(...) concuerdo
con la mayoría de la doctrina que se ha expresado al respecto, en cuanto a que los daños
derivados del divorcio vincular por incumplimiento de los deberes matrimoniales, en la
medida que se reúnan los requisitos señalados precedentemente, no constituyen
responsabilidad contractual sino que más bien obedecen al ámbito de lo extracontractual,
con fundamento en el carácter jurídico del matrimonio". (Herane V., Francisco,
"Reparación por incumplimiento de los deberes matrimoniales", en Estudios de Derecho
Civil, Familia y Derecho Sucesorio, Tomo V, Abeledo Perrot-Thomson Reuters, págs. 105
y ss.). En esta misma línea argumentativa, clarificadoras resultan las conclusiones del
profesor Gonzalo Severín Fuster, en cuanto afirma que: "(...) no será admisible una
indemnización de perjuicios entre los cónyuges por los hechos constitutivos de divorcio
sanción sino cuando se trate de ofensas o atentados a la vida o la integridad física y
síquica. Con esto lo que hacemos es dejar abierta la posibilidad de obtener una
reparación en los casos en que ha existido algún tipo de violencia intrafamiliar, a la vez
que cerramos, por ejemplo, para el adulterio, el alcoholismo, la conducta homosexual, etc.
Desde luego, si con ocasión de algunos de estos hechos se produce un hecho ilícito,
entonces la responsabilidad civil es ampliamente aplicable. La utilización de este criterio
nos conduce a la aplicación del estatuto de la responsabilidad extracontractual y, por
tanto, para que en definitiva se obtenga la indemnización es necesario acreditar la
concurrencia de sus elementos..."; "El juez civil, que conocerá de la demanda ordinaria de
daños, deberá tener presente para estos efectos, por un lado, la declaración previa de
divorcio, para probar el hecho, y por otro, la existencia de alguna reparación previa, por
daños patrimoniales, que pudo haberse otorgado por los Tribunales de Familia,
conociendo violencia intrafamiliar, o por la Justicia Penal, cuando conociendo de delitos
tales como lesiones o maltrato habitual, se haya interpuesto la acción de responsabilidad
civil en dicha sede" (Severín Fuster, Gonzalo, "Indemnización entre cónyuges por los
daños causados con ocasión del divorcio", en Estudios de Derecho Civil, Familia y
Derecho Sucesorio, Tomo V, Abeledo Perrot-Thomson Reuters, págs. 165 y ss.)"
(C. Suprema, 30 de diciembre de 2014, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/9975/2014, Rol
Nº 10622-2014). 465. Segundo requisito: La inocencia del cónyuge que demanda el
divorcio. Además de la concurrencia de la causa de divorcio del artículo 54 de la ley,
para que un cónyuge pueda demandar la declaración de divorcio se requiere que sea
inocente en relación con la causa que invoca, pues en el inciso 2º del artículo 56 de la Ley
de Matrimonio Civil se prescribe, en relación con los cónyuges y el divorcio, que:
"Cualquiera de ellos podrá demandarlo, salvo cuando se invoque la causal contemplada
en el artículo 54, en cuyo caso la acción corresponde sólo al cónyuge que no hubiere
dado lugar a ella". La citada regla se inspira en el mismo principio de la establecida en el
inciso 3º del artículo 26 de la Ley Nº 19.947 en sede de separación judicial por falta
imputable, pues en él se lee que: "En los casos a que se refiere este artículo, la acción
para pedir la separación corresponde únicamente al cónyuge que no haya dado lugar a la
causal".
cons. 14º, Rol Nº 2207-12 Ina); y b) "Para probar el hecho del cese de la convivencia no
se exige perentoriamente que solo se acompañen los instrumentos a que se refiere el
artículo 22 de la Ley Nº 19.947 como lo menciona el fallo apelado, ya que no existe
disposición expresa en la ley mencionada que limite las probanzas solo a determinados
medios, lo cual sería atentatorio al principio de la libertad probatoria en materia de familia,
pugnando igualmente con la facultad de los Jueces de familia de apreciar la prueba
conforme a las reglas de la sana crítica, llegando a la convicción del caso sujeto a su
decisión en base a los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y de los
conocimientos científicamente afianzados, asignando a tales elementos valor probatorio
que en su razón éstos produzcan, con sujeción a las reglas de la lógica y conocimiento
que de la experiencia. Todo ello dentro de la razonabilidad del actuar, esto es, que el
hombre común actúa normalmente conforme a la razón" (C. Apelaciones de Valdivia, 22
de noviembre de 2010, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/9912/2010, Rol Nº 170-2010). Al
igual que en el caso anterior, este considerando ha sido asumido literalmente por el
E Tribunal Constitucional (T. Constitucional, 26 de marzo de 2013, cons. 14º, Rol
xcmo.
marzo de 2008, ha afirmado que: "La causal de divorcio basada en el cese efectivo de la
convivencia conyugal es una expresión de la tendencia que entiende el divorcio, no como
una sanción ante un hecho culpable de alguno de los cónyuges, sino como resultado o
producto de un matrimonio que ha visto frustrado su proyecto de vida en común, en forma
que resulta previsible la imposibilidad de recomponer la vida conyugal. Para determinar la
concurrencia de esa situación, el legislador nacional optó por construir la causal sobre la
base de una separación de hecho que ha durado un tiempo razonable, entendiendo que
la muestra objetiva más palmaria del fracaso, es el período prolongado durante el cual el
matrimonio ha vivido separado" (C. Apelaciones de Santiago, 26 de marzo de 2008, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/Jur/563/2008, Rol Nº 4751-2006). Esta consideración la ha
reiterado, literalmente, algún otro tribunal de Alzada (C. de Apelaciones de Valdivia, 22 de
noviembre de 2010, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/9912/2010, Rol Nº 170-
2010). 475. De los requisitos del divorcio unilateral por "cese efectivo de la
convivencia" (inciso 3º). Por regla general, la jurisprudencia reduce a tres los requisitos
o condiciones que exige la ley para la procedencia del divorcio unilateral, y así se ha
declarado por la E Corte Suprema, en sentencia de 30 de octubre de 2006, que: "Para el
xcma.
divorcio por voluntad unilateral exige, el inciso tercero de este artículo, la concurrencia de
los siguientes requisitos: a) el cese de la convivencia efectiva durante, a lo menos, tres
años; b) que el demandante acredite, si lo exige el otro cónyuge, haber dado
cumplimiento a su obligación de alimentos respecto del demandado y sus hijos comunes;
y c) que no se haya producido una reanudación de la vida en común de los cónyuges con
ánimo de permanencia, pues en tal evento se interrumpe el cómputo del plazo legal"
(C. Suprema, 30 de octubre de 2006, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/5672/2006, Rol
Nº 1233-2006). En el mismo sentido numerosas sentencias posteriores (C. Apelaciones
de Concepción, 28 de diciembre de 2007, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6543/2007,
Rol Nº 1314-2007, conf. C. Suprema, 14 de abril de 2008,
LegalPublishing: Cl/Jur/7342/2008, Rol Nº 1718-2008; C. de Apelaciones de Concepción,
3 de abril 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5636/2008, Rol Nº 1947-2007;
C. Suprema, 29 de enero de 2009, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/9942/2009, Rol
Nº 6744-2008; C. de Apelaciones de Concepción, 27 de marzo de 2009, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6205/2009, Rol Nº 20-2009; C. Suprema, 6 de abril de 2009,
cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/9570/2009, Rol Nº 727-2009; C. Suprema, 19 de
diciembre de 2012, cons. 4º, Legal Publishing: Cl/Jur/2909/2012, Rol Nº 6755-2012). Sin
perjuicio de lo anterior, por razones dogmáticas y sistemáticas, resulta preferible expresar
la citada trilogía de condiciones o requisitos del siguiente modo: 1ª) Cese efectivo de la
convivencia conyugal; 2ª) Plazo mínimo de tres años no interrumpidos del cese efectivo
de la convivencia conyugal, y 3ª) Cumplimiento por el demandante de sus obligaciones de
alimentos para con su cónyuge e hijos. 476. Primer requisito: el cese efectivo de la
convivencia. A diferencia de la separación judicial causada en el cese de la convivencia,
que se regula en el inciso 1º del artículo 27 de la Ley Nº 19.947, en esta sede de divorcio
se exige que el cese de la convivencia sea "efectivo". Este requisito de la "efectividad" del
cese de la convivencia, no obstante su apariencia de objetividad, no ha de referirse a los
que algunos civilistas denominan, por influencia canónica, corpus separationis o hecho
material de la separación física, sino propiamente al animus separationis, ya que si
la affectio subsiste entre los cónyuges no habrá una tal efectividad del cese de la
convivencia, aunque haya separación material y los esposos vivan en lugares diferentes
y, por el contrario, si falta la affectio, tendrá lugar técnicamente el cese de la convivencia
aunque convivan los esposos bajo el mismo techo. En este sentido, la jurisprudencia ha
advertido que: "La ley no ha definido lo que se entiende por "cese efectivo de la
convivencia conyugal", pero debemos asumir que con ello se está refiriendo a una ruptura
consciente de la convivencia conyugal y precisamente por ello, no es incompatible con la
vida en el mismo domicilio, o bajo el mismo techo, como tampoco lo es con el mero
alejamiento físico" (C. de Apelaciones de Santiago, 26 de marzo de 2008, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/563/2008, Rol Nº 4751-2006). Con mayor precisión la E Corte xcma.
"Se trata, pues, de una excepción perentoria que debe ser alegada por el cónyuge
afectado" (C. Suprema, 29 de enero de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9942/2009, Rol Nº 6744-2008; C. Suprema, 7 de junio de 2010,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/16793/2010, Rol Nº 2857-2010), en la misma línea que
lo han hecho algunos tribunales de alzada (C. Apelaciones de Concepción, 31 de enero
de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/199/2014, Rol Nº 334-2013). En cuanto a su
naturaleza y prueba, la E Corte Suprema ha reiterado que: "[L]a ley reconoce al
xcma.
juicio: "Todo matrimonio puede terminar por divorcio" con el juicio: "Siempre que un
cónyuge demande el divorcio, debe accederse a él". El primero de tales juicios está
fundado en la ley (art. 42 número 4º), pero el segundo no tiene fundamento alguno en la
ley, pues tal regla no existe en el derecho chileno. Si ella existiera, bien podría decirse
que la regla del inciso 3º de este artículo 55 constituye una excepción a ella, pero como
no existe en la ley, es mejor hablar de lo que existe, y lo que existe es que la regla del
inciso 3º es un requisito para acceder a la declaración de divorcio, así como lo es el cese
de la convivencia, o el plazo que éste debe haber durado; 482.2. No es posible fundar
una interpretación restrictiva del inciso 3º en una naturaleza excepcional que no
existe: esta afirmación se explica por sí sola. 483. Requisitos para que opere la
excepción por incumplimiento reiterado de la obligación de alimentos. Una prolífica
jurisprudencia en esta materia ha reconocido que son cuatro los requisitos para que opere
la excepción por incumplimiento reiterado de la obligación de alimentos: Se ha declarado,
así, que: "Para que opere esta excepción a la causal de divorcio en comento es menester:
a) Que exista una solicitud en tal sentido por la parte demandada; b) Que se verifique que,
durante el cese de la convivencia, el demandante no ha dado cumplimiento reiterado a su
obligación de alimentos respecto del cónyuge demandado y de los hijos comunes; y
c) Que este incumplimiento sea injustificado. Además, aunque la norma no lo dice
expresamente, será menester que dichos alimentos estén regulados por sentencia
ejecutoriada o por algún equivalente jurisdiccional" (C. de Apelaciones de Santiago, 24 de
diciembre de 2007, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6803/2007, Rol Nº 10411-2006). En
el mismo sentido la E Corte Suprema ha sentado que: "Requisitos para que la excepción
xcma.
tales requisitos en una trilogía: "[P]ara que opere la excepción antes referida debe ocurrir:
a) que se haya convenido o exista una sentencia judicial que condene al demandante de
divorcio al pago de una pensión alimenticia a su cónyuge o a los hijos comunes; b) que el
demandante antes señalado haya tenido los medios necesarios para cumplir esa
obligación alimenticia; y c) que, a pesar de ello, en forma reiterada, haya incumplido con
el pago de la pensión respecto del cónyuge demandado y de los hijos en común"
(C. Suprema, 5 de marzo de 2013, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/502/2013, Rol
Nº 719-2013). En resumen, para que proceda el rechazo de la acción de divorcio
unilateral, se requiere que se cumplan los siguientes tres requisitos: a) Solicitud del
cónyuge demandado; b) Existencia de una obligación de alimentos previamente
declarada; c) Incumplimiento injustificado y reiterado de la obligación de alimentos durante
el cese de la convivencia. 484. Primer requisito: Solicitud del cónyuge demandado.
De los propios términos de la ley se deriva la necesidad de que el cónyuge, contra quien
se dirige la acción de divorcio unilateral, solicite al tribunal que ella sea rechazada por
darse el presupuesto del inciso 3º del artículo 55 de la ley, de allí que la jurisprudencia la
haya calificado como una excepción perentoria, cuya prueba corresponde al cónyuge que
interpuso la acción de divorcio y no al que opone la excepción. En tal sentido, una
jurisprudencia uniforme ha sentado que el incumplimiento reiterado debe ser alegado
como excepción perentoria y el peso de la prueba corresponde al actor: "La ley reconoce
al contrayente demandado la posibilidad de enervar la acción de divorcio pidiendo al juez
que verifique que el actor durante el cese de la convivencia no ha dado cumplimiento,
reiterado, a su obligación en calidad de alimentante. De lo anterior se desprende que la
excepción perentoria debe ser alegada por el cónyuge afectado y que el peso de la
prueba, por aplicación de la regla general del artículo 1698 del Código Civil, corresponde
al actor" (C. Suprema, 29 de enero de 2009, cons. 5º, LegalPubli-
shing: Cl/Jur/9942/2009, Rol Nº 6744-2008). Este considerando se ha recibido
literalmente en sentencias posteriores del mismo tribunal (C. Suprema, 6 de abril de
2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/9570/2009, Rol Nº 727-2009; C. Suprema, 7 de
junio de 2010, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/16.793/2010, Rol Nº 2857-2010;
C. Suprema, 14 de julio de 2014, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/4417/2014, Rol
Nº 8137-2013), y también sólo en su primer período: "[L]a ley reconoce al contrayente
demandado la posibilidad de enervar la acción de divorcio pidiendo al juez que verifique
que el actor durante el cese de la convivencia no ha dado cumplimiento, reiteradamente, a
su obligación en calidad de alimentante" (C. Suprema, 2 de abril de 2012, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5041/2012, Rol Nº 10039-2011; C. Suprema, 19 de diciembre de
2012, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/2909/2012, Rol Nº 6755-2012). Corolario del
requisito anterior es el que no procede la actuación de oficio del tribunal en esta
materia. 485. Segundo requisito: existencia de una obligación de alimentos. En
relación con este segundo requisito la jurisprudencia ha precisado algunos de sus
aspectos. 485.1. Debe tratarse de una obligación de alimentos previamente
declarada e indubitada. En este sentido se ha declarado: "[C]omo se puede observar, el
alimentante está en situación de deudor de pensiones alimenticias a partir de un contrato
de transacción que desconoce y cuya data aparentemente es de 2001, sin que se haya
hecho efectivo el cobro de las pensiones supuestamente adeudadas hasta este año 2016.
Es sólo este año en que el demandante de divorcio unilateral toma conocimiento cierto de
la deuda contraída con la demandada de autos, disponiéndose incluso por la I. Corte de
Apelaciones de Santiago su notificación personal para que pueda hacer valer los
derechos que le correspondan, resguardando así su derecho fundamental al debido
proceso. Noveno: Que, en tal condición, el demandante de divorcio unilateral en estos
autos, Sr. [...], no se encuentra en la condición de excepción establecida en el artículo 55
de la Ley Nº 19.947, ya que su eventual incumplimiento del pago de pensiones
alimenticias no se encuentra afinado y establecido indubitadamente por una resolución
judicial, desde el momento en que la I. Corte de Apelaciones de Santiago anuló el juicio y
ordenó retrotraer los autos en que se practicó la liquidación de la deuda hasta la nueva
notificación de la misma, dando la oportunidad al supuesto deudor a discutir aquélla
(C. Apelaciones de Valparaíso, 14 de noviembre de 2016, cons. 8º y 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7497/2016, Rol Nº 682-2016). 485.2. Debe tratarse de una
obligación de alimentos, ya se hayan declarado como provisorios o definitivos. La
jurisprudencia ha entendido que, dados los términos del inciso 3º de este artículo 55, la
obligación de alimentos cuyo pago ha sido decretado no diferencia entre alimentos
provisorios o definitivos, y así lo ha declarado la E Corte Suprema: "Cabe precisar que la
xcma.
Suprema: "Si bien la norma transcrita emplea la conjunción copulativa 'y', dando a
entender que debe haber incumplimiento respecto de ambos alimentarios, la finalidad de
la disposición, cual es, sancionar la infracción a la obligación de socorro y el principio de
protección al cónyuge más débil, que debe siempre ser respetado en estas materias,
conducen necesariamente a concluir que corresponde igualmente desestimar la demanda
sea que el incumplimiento haya sido con el cónyuge o con los hijos comunes"
(C. Suprema, 21 de noviembre de 2006, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3770/2006, Rol
Nº 3320-2006). En el año siguiente el mismo tribunal confirmaba esta opinión, que había
sido asumida en una sentencia de la I Corte de Apelaciones de Concepción de 28 de
lma.
inciso 3º, tantas veces mencionado, sólo exige que el actor no haya dado cumplimento,
reiterado, a su obligación de alimentos respecto del cónyuge demandado y de los hijos
comunes, pudiendo hacerlo; no siendo necesario, en consecuencia, que se haya
decretado algún apremio de los establecidos en la Ley Nº 14.908 sobre Abandono de
Familia y Pago de Pensiones Alimenticias" (C. Apelaciones de Concepción, 25 de mayo
de 2007, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/ Jur/968/2007, Rol Nº 671-2007). Este
consideranto lo ha reproducido literalmente en alguna de sus sentencias posteriores
(C. Apelaciones de Concepción, 27 de marzo de 2009, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6205/2009, Rol Nº 20-2009; C. Apelaciones de Concepción, 27
de julio de 2010, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/4397/2010, Rol Nº 215-2010). Por la
misma razón, se ha declarado, por el mismo tribunal de alzada, que no se exige para el
incumplimiento reiterado la reiteración de apremios: "Cuando la ley ha querido imponer
como exigencia previa para un fin determinado la reiteración de apremios, lo ha dicho
expresamente, como es el caso del artículo 19 de la Ley Nº 14.908 recién mencionada, en
que, para decretar las medidas que dicha norma contempla, ha exigido que en el
expediente respectivo se hubieren ordenado al menos dos veces alguno de los apremios
señalados en el artículo 14 de la citada ley; tan es así que la circunstancia ya señalada
será especialmente considerada para resolver sobre: [...] b) La falta de contribución a que
hace referencia el artículo 225 del Código Civil, esto es, no podrá confiarse el cuidado
personal al padre o madre que no hubiese contribuido a la mantención (sic) del hijo
mientras estuvo bajo el cuidado del otro padre, pudiendo hacerlo" (C. Apelaciones de
Concepción, 25 de mayo de 2007, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/ Jur/968/2007, Rol
Nº 671-2007; C. de Apelaciones de Concepción, 27 de marzo de 2009, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6205/2009, Rol Nº 20-2009; C. Apelaciones de Concepción, 27
de julio de 2010, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/4397/2010, Rol Nº 215-
2010); 486.4. Hay incumplimiento a pesar de la consignación judicial del valor de los
alimentos no pagados en tiempo oportuno: Así se ha afirmado que: "En la especie se
ha tenido por establecido en la sentencia atacada que al deducirse la acción de divorcio el
actor no había cumplido con su obligación alimenticia, pero se considera que el pago
efectuado por el mismo, en las condiciones descritas en el motivo octavo, ha producido el
efecto de extinguir, en definitiva, su obligación, haciendo posible su pretensión de
divorcio. Sin embargo, tal conclusión resulta contraria a la naturaleza de la excepción en
comento, la que no puede analizarse sólo desde una perspectiva pecuniaria, sino que
deben tenerse presente, además, los objetivos y principios que mediante su consagración
legal se ha buscado proteger, apareciendo en este ámbito que en todo caso el pretendido
cumplimiento del actor ha sido tardío y por lo mismo inoportuno para los efectos de hacer
fenecer la posibilidad de enervar el divorcio, sin que exista acto alguno de parte del
cónyuge que pueda contrariar esta conclusión, como el intento de cumplir aun
parcialmente con su obligación, sin esperar el largo período que transcurrió en este caso.
Por otra parte el demandante no acreditó, recayendo sobre él la carga probatoria de
hacerlo, que hubiere estado impedido de cumplir con la referida obligación,
desprendiéndose por el contrario según el mérito del proceso que sí estaba en
condiciones de hacerlo, atendida su capacidad y situación económica y patrimonial"
(C. Suprema, 29 de enero de 2009, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/9942/2009, Rol
Nº 6744-2008); 486.5. No es necesario que el cónyuge demandado haya reclamado
judicialmente el cobro de los alimentos debidos: Contraria a la jurisprudencia anterior
y, por ende, no fundada en la historia fidedigna de la ley ni consistente con las finalidades
que se tuvieron en cuenta para el establecimiento de la citada excepción, es una doctrina
defendida por I Corte de Apelaciones de Concepción en una sentencia de 2011, según la
lma.
cual se impone como requisito adicional, y no exigido por la ley, para la procedencia de la
excepción de incumplimiento, el que hubiera existido reclamación judicial de los alimentos
no pagados por parte del cónyuge que la opone: "Que es necesario considerar que no
puede haber estado en el ánimo del legislador de la Ley de Matrimonio Civil que un
incumplimiento que no registra cobros compulsivos tenga el drástico efecto de enervar la
acción de divorcio. Ello, porque como lo sostuvo Portalis, hace más de dos siglos, en el
célebre Discurso Preliminar del Código Civil francés, 'las leyes no son meros actos de
poder; son actos de sabiduría, de justicia y de razón'" (C. Apelaciones de Concepción, 9
de junio de 2011, cons. 11º, Nº LegalPublishing: 49960). Sin necesidad de acudir a
Portalis "a la ballesta", los ministros de la I Corte de Apelaciones de Concepción podían
lma.
Rancagua, que: "Cabe señalar que de acuerdo al Diccionario de la Lengua Española (22ª
edición 2001. Espasa), reiterado significa Que se hace o sucede repetidamente. Y
repetidamente significa "Con repetición, varias veces".Se trata en consecuencia de
realizar un mismo comportamiento por un espacio de tiempo, que es precisamente lo que
ha hecho el alimentante" (C. Apelaciones de Rancagua, 30 de abril de 2007, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/781/2007, Rol Nº 681-2006). En la misma línea, dos años más
tarde la I Corte de Apelaciones de Concepción advertía que: "Este artículo exige que el
lma.
negativa, y así declaró que, una vez acogida la excepción de incumplimiento reiterado y,
por ende, rechazada la acción de divorcio, no es posible acoger una nueva demanda
sobre la base de haber pagado el actor los alimentos que no había satisfecho:
"Habiéndose por un lado, rechazado por sentencia definitiva firme la demanda de divorcio
inicialmente promovida, debido al incumplimiento reiterado del actor en el pago de la
pensión alimenticia a favor de la hija común [...], durante el período de cese de la
convivencia entre los cónyuges; y por el otro, habiéndose invocado en el nuevo juicio por
el actor para sustentar su actual pretensión de divorcio, que se encuentra al día en el
pago de las pensiones de alimentos a favor de la hija común, no cabe sino concluir que la
actual demanda de divorcio se funda en idéntica pretensión de la que fuera rechazada por
sentencia firme dictada por esta misma Corte", y que: "La excepción del inciso tercero del
artículo 55 de la Ley Nº 19.947, discurre sobre la base que las pensiones alimenticias
durante el período de cese de convivencia no hubieran sido pagadas, lo cual, en este
caso, quedó reconocido por sentencia definitiva firme anterior, que no puede ser alterada
por una nueva sentencia, dictada sobre la misma materia, en juicio seguido entre las
mismas partes. Esta realidad fáctico-jurídica es inamovible y no admite ser removida por
la circunstancia de hallarse el demandante al día en el pago de las pensiones de
alimentos al momento de presentar su nuevo libelo, ya que entonces, por la vía de la
solución sobreviniente de deudas alimenticias atrasadas, podría siempre enervarse la
excepción, lo cual, no es el propósito tenido en vista por el legislador al establecerla, ya
que la causal de divorcio por cese de convivencia de más de tres años es posible de
invocar, siempre y cuando el solicitante de divorcio hubiera exhibido de contrapartida,
durante el tiempo alegado de cese de la convivencia común, una conducta constante de
cumplimiento oportuno e íntegro de sus deberes legales alimenticios" (C. Apelaciones de
La Serena, 15 de septiembre de 2010, cons. 7º y 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/12105/2010,
Rol Nº 92-2010). 490. La excepción y su aplicación con efecto retroactivo a los
incumplimientos de la obligación de alimentos con anterioridad a la entrada en
vigor de la Ley Nº 19.947. Se ha planteado, igualmente, la cuestión de si es posible
aplicar la excepción de incumplimiento reiterado de la obligación de alimentos, en relación
con los incumplimientos acontecidos con anterioridad a la entrada en vigor de la Ley de
Matrimonio Civil. Debe recordarse que en el artículo 2º transitorio de la dicha ley, en su
inciso 1º, se contiene la siguiente regla: "Los matrimonios celebrados con anterioridad a la
entrada en vigencia de esta ley se regirán por ella en lo relativo a la separación judicial, la
nulidad y el divorcio", con las únicas limitaciones que se señalan en sus incisos 2º y 3º
que se refieren a las formalidades y requisitos externos del matrimonio y las causales de
nulidad que su omisión origina, al igual que las limitaciones señaladas en los artículos 22
y 25 de la ley en relación a la comprobación de la fecha de cese de la convivencia. Sobre
la base de tales disposiciones, una jurisprudencia uniforme, defendida por la E Cortexcma.
Suprema desde 2008 en adelante, ha sostenido que: "La Ley Nº 19.947 no respetó el
principio previsto en el artículo 3º de la Ley sobre Efecto Retroactivo de las Leyes en el
sentido que el estado civil adquirido y así como las causales de su extinción se rigen por
la ley vigente a la fecha de su constitución. Por consiguiente, todo el régimen de nulidad
de la nueva ley, tanto en lo que dice relación con las causales, titulares de la acción,
plazos y requisitos se aplica a los matrimonios celebrados con anterioridad a su vigencia y
los cónyuges pueden anular su matrimonio en conformidad con sus disposiciones, con la
salvedad que no rigen para estas personas las limitaciones contempladas en los artículos
22 y 25 de la Ley de Matrimonio Civil, para acreditar el cese de la convivencia, la que se
puede probar por otros medios distintos a los señalados en esas normas" (C. Suprema,
31 de marzo de 2008, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/1939/2008, Rol Nº 975-2008).
Este considerando lo reprodujo el mismo tribunal en una sentencia suya del año siguiente
(C. Suprema, 26 de enero de 2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5819/2009, Rol
Nº 6466-2008). Tales presupuestos ya se hallaban implícitos en la opinión que, desde
2006, asumía la E Corte Suprema cuando precisaba que este: "Precepto transitorio no
xcma.
"De acuerdo a lo anterior, yerran los sentenciadores al afirmar que el no pago reiterado de
la obligación alimenticia, durante el cese de la convivencia, es una sanción civil carente de
efecto retroactivo, toda vez que el régimen de divorcio en su integridad, salvo las
excepciones legales, se aplica, por expresa disposición del artículo 2º transitorio a los
matrimonios celebrados con anterioridad al 18 de noviembre de 2004. Por consiguiente,
no es lícito al intérprete distinguir entre los diversos aspectos que regulan la materia,
discriminando en perjuicio de los derechos de la cónyuge demandada. Por otra parte, sea
que se califique la norma del inciso tercero de citado artículo 55, como una excepción
perentoria destinada a enervar la acción de divorcio o como un presupuesto de la misma,
igualmente rige la norma en estudio" (C. Suprema, 30 de julio de 2007, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6026/2007, Rol Nº 2718-2007). En dicha línea la citada I Cortelma.
de Apelaciones de Chillán, al poco tiempo asumió la doctrina sentada por la E Corte xcma.
Suprema al declarar que: "No resulta efectivo que el no pago reiterado de la obligación
alimenticia durante el cese de la convivencia, sea una sanción civil carente de efecto
retroactivo, ya que la actual Ley de Matrimonio Civil, que entró en vigencia el 18 de
noviembre de 2004, en sus artículos transitorios contempló la situación de los matrimonios
contraídos antes de la aplicación de la nueva normativa. El artículo 2º transitorio de la Ley
Nº 19.947 dispone que los matrimonios celebrados con anterioridad a la entrada en
vigencia de esta ley, se regirán por ella en lo relativo a la separación judicial, la nulidad y
el divorcio" (C. Apelaciones de Chillán, 7 de diciembre de 2007, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5536/2007, Rol Nº 249-2007), y "por consiguiente, la regla
contenida en el artículo 2º transitorio de la Ley Nº 19.947 asigna efectos inmediatos a la
nueva ley y, por ende, quienes deseen divorciarse a partir de la entrada en vigor de sus
disposiciones, opción ejercida por el actor al presentar su demanda, pueden hacerlo
probando que ya tienen cumplido el tiempo exigido por la ley y, por su parte, la
demandada puede enervar la acción si alega la situación prevista en el inciso 3º del
artículo 55, esto es, que el demandante durante el período que media entre el cese
efectivo de la convivencia y la demanda, no cumplió reiteradamente con su obligación
alimentaria, pudiendo hacerlo" (C. Apelaciones de Chillán, 7 de diciembre de 2007, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5536/2007, Rol Nº 249-2007). La E Corte Suprema ha
xcma.
de 2007, sostuvo que: "El divorcio vincular fue establecido en nuestra legislación en virtud
de la Ley Nº 19.947 (Ley sobre Matrimonio Civil), publicada en el Diario Oficial de 17 de
mayo de 2004, la que entró en vigencia seis meses después, según fue dispuesto en su
artículo final (esto es, entró a regir el 17 de noviembre de 2004). Ahora bien, si el inciso 3º
del artículo 55 de ley en estudio, prescribe una sanción civil que inhibe acoger la acción
de divorcio en beneficio del cónyuge incumplidor de su obligación de prestar alimentos,
durante el cese efectivo de la convivencia conyugal, no podría ser aplicable tal sanción
con efecto retroactivo, toda vez que el artículo 9º del Código Civil señala que la ley sólo
puede disponer para lo futuro, y no tendrá jamás efecto retroactivo" (C. de Apelaciones de
La Serena, 16 de noviembre de 2007, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6637/2007, Rol
Nº 386-2007). La I Corte de Apelaciones de Antofagasta, que ha entendido que: "La
lma.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 53, 54, 62 inciso 2º.
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 342 y 442 a 455. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil,D.O. 17.05.2004: artículo 46 inciso 2º.
Concordancias: Código Civil: artículos 304 y 305. Código de Procedimiento Civil: artículo 174. Ley
Nº 4.808, sobre Registro Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000:
artículo 4º número 4º. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación,D.O. 19.10.1996:
artículo 4º número 2. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 2º inciso 1º, 50 y 60.
Concordancias: Código Civil: 102, 131, 136, 321 número 1º, 332, 983 inciso 1º, 988, 989, 994 inciso
1º, 1182 número 3. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 42, 59 y 61 a 66.
en relación con la extinción del derecho de alimentos entre cónyuges: "El título que
habilita a los cónyuges para demandarse recíprocamente alimentos no tiene otro
fundamento que la existencia del matrimonio, de manera que disuelto dicho vínculo,
desaparece la causa que justifica dicho deber. Sólo en la medida que el demandante sea
titular del derecho procede verificar si concurren los requisitos de estado de necesidad del
alimentario y capacidad económica del alimentante para otorgar los alimentos. En efecto,
es presupuesto procesal del ejercicio de la acción de alimentos, acreditar estar legitimado
para recabar tal derecho. En tal contexto, parece útil señalar que uno de los presupuestos
básicos del ejercicio de toda acción es justificar la legitimación de las partes para actuar
en la posición de tales, lo cual, como lo ha entendido esta Corte, se refiere a la
demostración de la efectividad de la calidad invocada por las partes de un proceso, en
cuanto correspondencia de la acción que se deduce respecto del actor (legitimación
activa) o demandado (legitimación pasiva) [...] Que, de este modo, la normativa antes
citada permite concluir que, en relación al derecho de alimentos, sólo están legitimados
para ser partes en una relación procesal en que se discuta la procedencia de dicho
derecho y obligación recíproca, quienes procesalmente demuestren la posición de
cónyuges, descendientes, ascendientes, hermanos o donante y donatario, en los términos
del artículo 321 del Código Civil, siendo de carga del demandante acreditar de dicha
circunstancia" (C. Suprema, 1 de febrero de 2016, cons. 7º y 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/700/2016, Rol Nº 6524-2015). 499. Una vez ejecutoriada la
sentencia de divorcio cesa la obligación de alimentos entre los cónyuges. En este
sentido se ha afirmado: "Que el matrimonio implica una comunidad de vida y de afectos
que la ley protege, estableciendo los deberes y obligaciones derivados de esa institución
en relación a los cónyuges, los hijos y los bienes. Sin embargo, la actual Ley de
Matrimonio Civil, en su artículo 42 reglamenta su término, disponiendo luego los efectos
del divorcio vincular, al prevenir en su artículo 59, que éste producirá efectos entre los
cónyuges desde que quede ejecutoriada la sentencia que lo declara. El divorcio pone fin,
a las obligaciones y derechos de carácter patrimonial que tengan por fuente al
matrimonio, sea desde el punto de vista de la titularidad o del ejercicio de los derechos.
Por consiguiente, la obligación alimenticia termina legalmente como consecuencia del
fallo que pone fin a la unión matrimonial y una vez que éste se encuentre ejecutoriado"
(C. Suprema, 30 de julio de 2007, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/6036/2007, Rol
Nº 2776-2007). Ello es así porque: "Desde la ejecutoria del fallo que declara el divorcio
del matrimonio habido entre las partes cesa la obligación del marido de proporcionar
alimentos a su cónyuge, por carecer ésta de título que lo justifique" (C. Suprema, 30 de
julio de 2007, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6036/2007, Rol Nº 2776-2007). Así han de
cesar los alimentos que hubieran sido decretados con anterioridad a ese momento de la
ejecutoriedad de la sentencia de divorcio, ya hubieran sido alimentos definitivos o
provisorios. Así se ha declarado, por ejemplo, que: "[E]s de justicia relacionar el artículo
60 de la Ley de Matrimonio Civil con los efectos de la sentencia firme por divorcio allí
previstos, en que ordena, como consecuencia de éste la extinción de todos los derechos
de carácter patrimonial y que en este caso eran los alimentos provisorios que el
demandado reconvencional proporcionaba a la actora" (C. Apelaciones de Concepción,
16 de octubre de 2014, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7623/2014, Rol Nº 334-2014).
Concordancias: Código Civil: 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 42
números 3 y 4, 50, 59, 60, 62. Ley Nº 20.255, establece Reforma Previsional, D.O. 17.03.2008: artículo
80. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 27 inciso 1º.
500. De los principios que inspiran y gobiernan la compensación
Jurisprudencia:
económica. El reconocimiento de la compensación económica como un derecho
matrimonial, de acuerdo con el artículo 60 de la Ley de Matrimonio Civil, necesariamente,
se ha de entender a la luz de los principios que rigen la institución del matrimonio y de
aquellos otros que el legislador ha considerado como especialmente relevantes en sede
de familia matrimonial, a muchos de los cuales se hizo referencia en la tramitación del
proyecto de ley que culminó en la Ley Nº 19.947 y que forman parte de su historia
fidedigna: a) el principio de igualdad moral y jurídica de los cónyuges; b) la
corresponsabilidad. 501. La compensación económica y el principio de igualdad
moral y jurídica de los cónyuges. En el artículo 60 de la Ley de Matrimonio Civil se
reconoce que la compensación económica es un derecho de carácter patrimonial "cuya
titularidad y ejercicio se funda en la existencia del matrimonio", y es el único al que el
divorcio no le pone fin, como consecuencia de la parte final de dicha disposición. De ello
se desprende que la compensación económica es un "derecho matrimonial", pues se
funda en él su titularidad y ejercicio. El matrimonio y su régimen jurídico, en todo lo
tocante a la posición y relaciones entre los cónyuges, descansa en el principio
constitucional de la igualdad entre hombres y mujeres (19 Nº 2 inc. 1º Cpr), que no es
más que un corolario del primer inciso del artículo 1º de la Constitución Política de la
República, que consagra la igualdad moral ("en dignidad") y jurídica ("derechos") en la
que nacen todas las personas, y que se concreta, en este caso, en la específica igualdad
entre marido y mujer, en cumplimiento de lo previsto en el artículo 23 Nº 4 del "Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos" y del artículo 24 Nº 4 del llamado "Pacto de
San José de Costa Rica", que obligan al Estado chileno a adoptar: "Las medidas
apropiadas para asegurar la igualdad de derechos y responsabilidades de ambos esposos
en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del mismo" y, muy
especialmente, para dar cumplimiento a diversas disposiciones de la "Convención sobre
la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer" (art. 16, 1, letra
c) obligatorias, igualmente, para el Estado de Chile. La jurisprudencia de los tribunales de
alzada comienza a reparar en la centralidad de este principio en sede matrimonial, y así,
la I Corte de Apelaciones de Talca, en sentencia de 16 de diciembre de 2010 redactada
lma.
por su ministro don Eduardo Meins Olivares, ha admitido que: "Como lo refiere el profesor
Javier Barrientos Grandon, en su artículo 'La Compensación económica como 'derecho'
de uno de los cónyuges y 'obligación' correlativa del otro', publicado en la Revista Chilena
de Derecho Privado, Nº 9, diciembre de 2007, Fernando Fueyo Laneri, de la Escuela de
Derecho de la Universidad Diego Portales, págs. 9-44, el matrimonio y su régimen jurídico
descansa, en todo lo relativo a la posición y relaciones entre los cónyuges, en el principio
constitucional de la igualdad entre hombres y mujeres, recogida en el artículo 19 Nº 2
inciso 1º de la Constitución Política de la República, que se concreta, en la especie, en la
específica igualdad entre marido y mujer, en cumplimiento de lo previsto en el artículo 23
Nº 4 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y del artículo 24 Nº 4 del
denominado Pacto de San José de Costa Rica, los que obligan al Estado chileno a
adoptar las medidas apropiadas para asegurar la igualdad de derechos y
responsabilidades de ambos esposos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en
caso de disolución de éste y, muy especialmente, para dar cumplimiento a diversas
disposiciones de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer (art. 16, 1, letra c) obligatorias, igualmente, para el Estado de Chile"
(C. Apelaciones de Talca, 16 de diciembre de 2010, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/Jur/12341/2010, Rol Nº 209-2010). El Estado está, así, obligado a
arbitrar las "medidas apropiadas para asegurar la igualdad de derechos y
responsabilidades de ambos esposos [...] en caso de disolución del mismo" [matrimonio],
y así se justifica la regulación del derecho de compensación económica y de su obligación
correlativa, como una concreta medida dirigida a evitar una discriminación en perjuicio de
un cónyuge en el momento del término del matrimonio por divorcio o nulidad, pero
también, para evitar la pervivencia de ciertos modelos discriminatorios durante la
existencia del matrimonio, derivados de entender que la dedicación al cuidado del hogar
común y de los hijos, con la imposibilidad o dificultad de un desarrollo profesional y laboral
conciliable con ella, representa un cierto "costo" propio de uno de los cónyuges, tal como
lo ha entendido la ya citada sentencia de la I Corte de Apelaciones de Talca
lma.
que niega la relevancia del desequilibrio económico como criterio para determinar la
existencia del derecho a la compensación económica. Así, por ejemplo, se ha declarado:
"[E]sta Corte no comparte el criterio manifestado por los sentenciadores del grado, en
orden a considerar como fundamento de procedencia de la compensación económica la
reparación del desequilibrio patrimonial producido entre los cónyuges que se divorcian
disparidad cuya constatación puede ser útil como criterio de determinación de su cuantía,
pero no como su causa o principio" (C. Suprema, 29 de septiembre de 2016, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6900/2016, Rol Nº 58918-2016). 505. Noción de la
compensación económica como derecho de uno de los cónyuges y obligación
correlativa del otro. Si en un primer momento la doctrina y jurisprudencia se aproximaron
a la compensación económica con la pretensión de determinar cuál era su "naturaleza
jurídica", por suponer que de la precisión de ella se derivarían, necesariamente, sus
caracteres, posteriormente se ha consolidado la tendencia a entenderla, tal como se
prevé en su régimen legal, es decir, como un "derecho" de uno de los cónyuges frente a la
"obligación" correlativa del otro, cuyos presupuestos de hecho son los descritos en este
artículo 61 de la ley. El artículo 60 de la Ley Nº 19.947, situado en sede "De los efectos"
del divorcio, constituye el quicio sobre el cual descansa la concepción de la
"compensación económica" como un derecho. Su texto, el siguiente: "El divorcio pone fin
a las obligaciones y derechos de carácter patrimonial cuya titularidad y ejercicio se funda
en la existencia del matrimonio, como los derechos sucesorios recíprocos y el derecho de
alimentos, sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo 1 del capítulo siguiente". Ese "párrafo
1 del capítulo siguiente", al que se refiere la citada disposición, es el destinado al
tratamiento "De la compensación económica", es decir, en una primera lectura, lo que, en
definitiva, señala el legislador es lo siguiente: a) hay obligaciones y derechos de carácter
patrimonial cuya titularidad y ejercicio se funda en la existencia del matrimonio; b) dentro
de tales derechos se encuentran los derechos sucesorios recíprocos y el derecho de
alimentos; c) el divorcio, por regla general, pone fin a tales obligaciones y derechos, y
d) ese efecto del divorcio, no afecta a la compensación económica. Una segunda lectura
deja al descubierto que la excepción mencionada en la parte final del citado artículo 60 se
ha explicitado, en tanto que el legislador entiende que la compensación económica se
sitúa entre las obligaciones y derechos de carácter patrimonial, cuya titularidad y ejercicio
se funda en la existencia del matrimonio, y es por ese tal carácter de derecho, que el
artículo 61 de la misma ley lo describe desde la perspectiva de señalar que es "uno de los
cónyuges" el que, reuniendo las condiciones que prevé la ley, "tendrá derecho" a que "se
le compense [...]" y, en igual línea, se encarga el inciso 2º del artículo 64, de imponer al
juez, en ciertos casos, el deber de informar "a los cónyuges la existencia de este derecho
durante la audiencia preparatoria". Se tiene así una caracterización legal de la
"compensación económica" como un derecho de carácter patrimonial, cuya titularidad y
ejercicio se funda en la existencia del matrimonio, que permite exigir la compensación
económica a aquel cónyuge que, situado en el presupuesto descrito por el artículo 61 de
la Ley de Matrimonio Civil, del menoscabo económico que sufrió y que queda al
descubierto con la declaración de la nulidad o del divorcio. 505.1. La compensación
económica desde la perspectiva de que sea un derecho. La E Corte Suprema desde
xcma.
una sentencia en que se reconoció a una persona que había mantenido una unión de
hecho con otra, el derecho a una cierta prestación económica, fundada en la equidad, que
tal prestación, en ningún caso correspondía a la compensación económica reconocida en
el artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil: "Los yerros que en este acápite denuncia el
arbitrio deben ser descartados, en primer término, porque la institución que regula la Ley
de Matrimonio Civil, no es aquella a la que los sentenciadores han acudido para la
resolución del conflicto, desde que resulta inconcuso que no ha existido matrimonio que
anular o respecto del cual se haya dictado sentencia de divorcio" (C. Suprema, 7 de
marzo de 2012, cons. 16º, LegalPublishing: Cl/Jur/517/2012, Rol Nº 337-2011). Ha
precisado, además, que: "Dentro del contexto que se planteó la controversia, resulta
palmario que la pretensión de la actora se ha fundado en la aplicación de la equidad al
caso concreto, puesto que a su juicio, y no obstante no existir norma legal que así lo
defina, es acreedora, entre otros, del derecho a ser compensada económicamente por el
deterioro de sus posibilidades de ejercer una actividad lucrativa, en atención a la
dedicación que debió emplear en el cuidado de su conviviente, derecho que dice le asiste,
no por aplicación directa de las disposiciones que la legislación positiva contempla sobre
la materia, particularmente en el artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil, sino porque
dicha norma confrontada con la situación fáctica que a su respecto concurre, logra
identidad en el sustrato que permite su razón de ser" (C. Suprema, 7 de marzo de 2012,
cons. 21º, LegalPublishing: Cl/Jur/517/2012, Rol Nº 337-2011). Nada de lo que se lleva
dicho ha resultado alterado como consecuencia de la promulgación de la Ley Nº 20.830,
que crea el acuerdo de unión civil. En efecto, esta ley no regula las uniones de hecho,
sino que un específico y muy concreto contrato, que genera determinados derechos y
obligaciones entre quienes lo acuerdan. De este modo, aquellas personas que, como
hasta ahora, no celebren un matrimonio ni convengan un acuerdo de unión civil, y
convivan con ciertos caracteres de afectividad, permanencia, notoriedad, etc., continúan
en la límbica situación de una "unión de hecho", carente, por regla general, de régimen
legal, y sujeta a la disciplina que la jurisprudencia se ha ocupado en consolidar a lo largo
del tiempo. Así: a) la compensación económica del artículo 61 de laLey Nº 19.947
presupone la existencia de matrimonio; y b) la compensación económica del artículo 27
de la Ley Nº 20.830 presupone la existencia de un acuerdo de unión civil. 508. De la
compensación económica como derecho sujeto a caducidad. De la disciplina legal
del derecho de compensación económica se desprende que es un derecho sujeto a
caducidad o a la preclusión de la acción para reclamarlo, es decir, se trata de un derecho
que se extingue por el solo ministerio de la ley al no cumplirse las exigencias impuestas a
su titular para hacerlo efectivo, en concreto, por no ejercerlo en los precisos momentos
procesales que prevé la ley. Ello es así, porque, los momentos para exigir el derecho de
compensación económica son, de acuerdo con las reglas fijadas en los incisos 2º y 3º del
artículo 64 de la Ley Nº 19.947: a) la demanda de nulidad o divorcio; b) en escrito
complementario de la demanda, y c) en la reconvención por parte de la demandada. En
ese sentido se ha declarado que: "Sobre el particular el profesor Pablo Rodríguez Grez,
en artículo publicado en la Revista de la Universidad del Desarrollo Actualidad
Jurídica, Nº 20, julio 2009, Tomo I, páginas 365 y siguientes, denominado "Ley de
Matrimonio Civil: interpretación, efectos e insuficiencia", señala que 'La compensación
económica del artículo 61 de la LMC es un derecho sujeto a caducidad (extinción por el
solo ministerio de la ley al no cumplirse las exigencias impuestas a su titular para hacerla
efectiva). Puede afirmarse que pesa sobre el titular de este derecho una "carga que
consiste en hacerlo valer en la oportunidad que corresponde'" (C. Apelaciones de
Concepción, 10 de noviembre de 2010, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/12369/2010,
Rol Nº 295-2010). La regla del inciso 2º del artículo 64 de la Ley de Matrimonio Civil
prevé, en cuanto a la compensación económica, que: "Si no se solicitare en la demanda,
el juez informará a los cónyuges la existencia de este derecho durante la audiencia
preparatoria", y ella resulta inconciliable con la literalidad del artículo 58 de la Ley de
Tribunales de Familia: "El demandado deberá contestar la demanda por escrito, con al
menos cinco días de anticipación a la fecha de realización de la audiencia preparatoria. Si
desea reconvenir, deberá hacerlo de la misma forma, conjuntamente con la contestación
de la demanda [...]", es decir, la demandada debe contestar por escrito a la demanda y
reconvenir con anterioridad a la audiencia preparatoria que es, precisamente, el momento
en el que la ley dispone que el juez le informará de su derecho a exigir compensación
económica, pero como esto sólo puede realizarlo en la contestación a la demanda o en la
reconvención, su derecho ya habría precluido. La E Corte Suprema se ha hecho cargo
xcma.
las alegaciones que formula también el recurrente en relación al carácter alimenticio que
la ley asigna a la cuota en que se ha fijado la compensación económica, lo es sólo para
efectos de su cumplimiento, de modo que no es posible atribuirle otros más allá de lo
dispuesto por el legislador, por lo demás la intransmisibilidad de la obligación alimenticia
está referida a los alimentos futuros, precisamente por su naturaleza asistencial, puesto
que falleciendo el alimentario o beneficiario de los mismos, desaparece el estado de
necesidad que se pretende remediar" (C. Suprema, 28 de diciembre de 2010, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/16860/2010, Rol Nº 6602-2010). El E Tribunal Constitucional en
xcmo.
su confusa sentencia de 27 de septiembre de 2012, razonaba sobre un pretendido
carácter asistencial de la compensación económica, para ciertos efectos, y lo hacía
fundado en una equivocada comprensión de la institución: "Que, sin embargo, los puntos
de cercanía o coincidencia entre la compensación postmatrimonial y los alimentos son
también relevantes, lo que no hace en absoluto artificial su asimilación legal y
jurisprudencial para ciertos efectos. Así, es indudable que si bien el menoscabo que se
compensa está causado inmediatamente por el divorcio, y reconoce como causa remota o
basal el tipo de roles sociales sexuales con los que se vinculó la pareja durante la
vigencia del matrimonio, es clarísimo que todo ello puede repercutir en un verdadero
estado de necesidad del cónyuge débil en el proceso de divorcio, entendiendo por tal
aquel que está en peores condiciones económicas, de salud, previsionales, profesionales
y análogas, para afrontar su vida futura de modo autónomo, sobre todo si le corresponde
el cuidado de los hijos menores, manteniendo su forma de vida en lo socioeconómico. Por
ende, la compensación será una suerte de expresión final del deber de socorro y auxilio
mutuo que debió cumplirse entre los cónyuges, antes de materializar el divorcio, de modo
que aún hasta ese momento la obligación se sostiene en el matrimonio, aunque se pague
efectivamente después. Sin duda, tiene también que ver con la mantención futura del
cónyuge débil, al menos por un período limitado, lo que le da un alcance alimentario o al
menos asistencial, indesmentible. Si, además, para favorecer al deudor —nótese—, la
compensación se fija en cuotas por un cierto plazo, la semejanza es mayor aún. Todavía
más, alguna relevante doctrina discute que las cuotas de la compensación no puedan
modificarse, ya que se sostiene que al asimilarse a los alimentos para efectos de su
cobro, en una lectura amplia de la norma, el juez podría variar el monto de las cuotas
(Vidal Olivares. Revista Chilena de Derecho Privado. UDP. Nº 12. Julio 2009,
p. 92). (Tribunal Constitucional, 27 de septiembre de 2012, cons. 15º, Rol Nº 2102-
11- Ina). Este considerando, que también se contradecía con lo razonado en su
considerando 17º, fue obviado en la sentencia del mismo tribunal de 21 de noviembre de
2013, que queda citado en el número anterior (Tribunal Constitucional, 21 de noviembre
de 2013, cons. 11º, Rol Nº 2265-12-Ina). 510.3. La compensación económica no tiene
carácter punitivo: La jurisprudencia constitucional ha aclarado, correctamente, que, en
ningún caso, puede concebirse que la compensación económica tenga el carácter de una
sanción: "Debe precisarse que esta reparación económica no tiene carácter punitivo [...]
La dedicación de uno de los cónyuges a los hijos y al hogar no configura para el otro
cónyuge que no hace lo mismo en igual medida una conducta ilícita que requiera dolo y
de la cual derive una sanción de orden penal, ni tampoco una multa a todo evento y
preestablecida, sino sólo un deber más de un cónyuge a favor del otro" (Tribunal
Constitucional, 31 de diciembre de 2009, cons. 11º, Rol Nº 1423; Tribunal Constitucional,
31 de diciembre de 2009, cons. 11º, Rol Nº 1424; Tribunal Constitucional, 31 de
diciembre de 2009, cons. 11º, Rol Nº 1490; Tribunal Constitucional, 12 de agosto de
2010, cons. 11º, Rol Nº 1499); 510.4. La compensación económica no tiene carácter
indemnizatorio: La cuestión referida al eventual carácter indemnizatorio de la
compensación económica ha sido de las más frecuentes en la doctrina y la jurisprudencia.
La opinión que se mantenga sobre esta cuestión depende, directamente, de lo que se
entienda por "menoscabo económico", de modo que cuando a éste se lo asimila, de algún
modo, a la categoría de "daño" se tiende a atribuir a la compensación económica un cierto
carácter indemnizatorio, como se verá párrafos abajo, sin perjuicio de lo cual se anticipa
aquí que el "menoscabo económico" no asume la naturaleza jurídica de un "daño
indemnizable" sino, más bien, la de una cierta "carencia" que debe ser compensada y que
es la que le otorga su singularidad frente al régimen de la responsabilidad civil clásica, por
lo que me he apartado de la opinión que defendiera inicialmente. En este sentido, alguna
jurisprudencia ha precisado que la compensación económica no presenta los caracteres
de la responsabilidad civil: "Los autores que han examinado en Chile este nuevo instituto
legal han discutido si puede dársele un carácter indemnizatorio y todos llegan a sostener
que no la tiene plenamente, porque no se trata de una responsabilidad civil y tanto así que
no exige culpa del demandado. Pero es lo cierto que debe distinguirse una indemnización
de una compensación. Se trata de una forma de resarcimiento de un cierto daño, es decir,
de una cierta pérdida producida al cónyuge beneficiario por el hecho de haber dedicado el
esfuerzo de vida al cuidado de los hijos o a las tareas del hogar común y que ha
impedido, por lo mismo, una vida de trabajo con resultado económico y que permita así
enfrentar la vida futura una vez producida la extinción del matrimonio" (C. Apelaciones de
Punta Arenas, 9 de febrero de 2009, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/5926/2009, Rol
Nº 307-2008). 511. De la estructura del supuesto que origina el derecho de
compensación económica. El derecho de compensación económica reposa sobre un
supuesto de hecho que, de presentarse, es el que le da origen y que se encuentra
descrito en este artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil. Así como el derecho de
alimentos descansa en una cierta causa legal o título, que puede ser la ley o la
convención, y requiere para que pueda ser exigido de un cierto presupuesto de hecho,
que consiste en la situación o estado de necesidad del alimentario, el derecho de
compensación económica requiere, también, de una causa, que puede serlo la ley o la
convención y, en el caso en que su causa es la ley, exige, igualmente, un cierto
presupuesto de hecho para que pueda ser reclamado, y que presenta una estructura
compleja. La ley, en definitiva, lo que hace en el artículo 61 es señalar cuándo un cónyuge
tendrá este "derecho" a que "se le compense", y esa pregunta la aborda en las siguientes
dos perspectivas: a) En el plano temporal: es decir, en qué momento el cónyuge tendrá
derecho a que se le compense, y su respuesta es clara: "cuando se produzca el divorcio o
se declare la nulidad del matrimonio"; b) En el plano de los hechos: esto es, precisa la ley
qué hecho debe haberse producido para que el cónyuge tenga ese derecho a que se le
compense y, a pesar de su redacción, la respuesta también es clara: Cuando se haya
producido para el cónyuge el hecho de haber "sufrido" un "menoscabo
económico". 512. El menoscabo económico como único supuesto de hecho del
derecho de compensación económica. El "menoscabo económico sufrido" aparece
como un hecho de estructura compleja y por ello la ley precisa que el "único menoscabo
económico sufrido" que origina el derecho a su compensación es el que aparezca como
efecto de la concurrencia de dos causas concretas: 1ª) cuando su "causa" próxima o
inmediata sea, precisamente, la consistente en que "se produzca el divorcio o se declare
la nulidad del matrimonio" ("por esta causa"), y 2ª) cuando tenga por "causa" remota o
mediata, es decir, sea la "consecuencia" de una determinada situación de hecho que:
a) debe haberse producido "durante el matrimonio", y b) debe haber consistido en que
"uno de los cónyuges" se dedicó "al cuidado de los hijos o a las labores propias del hogar
común" y que este hecho haya generado a dicho cónyuge una de las dos siguientes
consecuencias: i) no haber podido "desarrollar una actividad remunerada o lucrativa
durante el matrimonio", o ii) haberlo hecho "en menor medida de lo que podía y quería". El
examen anterior hace aparecer, con claridad, que es el "menoscabo económico sufrido" el
hecho que origina que uno de los cónyuges se sitúe como titular del derecho de
compensación económica, cuya causa o "título" es la ley y, por lo tanto, el "menoscabo
económico" se sitúa como el único presupuesto de hecho, o "requisito" para que el
cónyuge tenga derecho a su compensación. 513. Del menoscabo económico. El
"menoscabo económico sufrido" se presenta como el único supuesto de hecho que
origina el derecho a su compensación, circunstancia esta que no ha sido advertida, por
regla general, ni por la doctrina ni por la jurisprudencia, aunque últimamente se ha
destacado que "es elemento central de la compensación económica", o que es "requisito
esencial" para su procedencia, y así es frecuente que, en una óptica tradicional, se
entienda que la compensación económica exige la concurrencia de una serie de
"requisitos" o que se integra por varios "elementos" que, en verdad, no son requisitos de
ella, sino que forman parte de la estructura compleja del hecho en el que consiste el
"menoscabo económico sufrido". Lo único que debe acreditar un cónyuge para exigir el
derecho de compensación económica es: que ha sufrido un menoscabo económico, en
los términos descritos por el artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil, complementados,
en cuanto a la existencia del menoscabo, por su artículo 62. De ahí que resulte
imprescindible determinar en qué consiste el menoscabo económico, cuya estructura
compleja queda descrita en el número anterior. Es el carácter matrimonial del derecho de
compensación económica el que, al situarlo en sede de derechos de familia, impide, por
una parte, que la categoría de "menoscabo económico" sea, ligeramente, identificada con
las nociones de "daño" o "perjuicios" en sede de responsabilidad contractual o
extracontractual, y exige, por otra, que sea delimitado en el ámbito propio del derecho
matrimonial y en el más amplio campo del derecho de las personas en sede familiar, pues
constituye una categoría propia de aquél y al interior de éste. El menoscabo económico se
presenta como una categoría que da cuenta de una cierta situación de hecho que queda
de manifiesto por causa de la declaración del divorcio o de la nulidad (arts. 61, 62, 55 inc.
3º de la Lmc), o por causa de la declaración de la separación judicial (arts. 27 inc. 2º y 31
de la Lmc). En efecto, el "menoscabo económico", que queda al descubierto al verificarse
su causa legal próxima, se revela como una cierta carencia, cuya causa está en el
pasado, que se revela en el presente y cuyos efectos se proyectarán en el futuro. El
término del matrimonio por divorcio o nulidad, o el término de la vida en común por la
separación judicial operan como causa legal próxima del "menoscabo económico" de uno
de los cónyuges, en cuanto que es esa causa la que revela una cierta carencia, que hasta
ese momento permanecía oculta bajo el velo de la existencia del matrimonio o del
mantenimiento de la vida en común. El "menoscabo económico sufrido", como
presupuesto de hecho que origina el derecho de compensación, tiene, según lo dicho, una
causa próxima y una causa remota, la primera, legalmente, precisada en el artículo 61 de
la Ley de Matrimonio Civil, y la segunda, en el mismo artículo y en el 63. 514. De la causa
próxima del menoscabo económico. La causa próxima del "menoscabo económico
sufrido" está limitada, según el artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil a la declaración
del divorcio o de la nulidad, pues, precisamente, cuando se produce alguna de estas dos
declaraciones queda al descubierto la carencia que afecta a alguno de los cónyuges y
que, hasta ese momento, permanecía oculta porque la disciplina matrimonial contribuía a
que, en principio, no resultara relevante para el cónyuge que la sufría. La jurisprudencia
ha comenzado a entender del modo que queda referido a esta causa legal del menoscabo
económico. Así, la E Corte Suprema ha declarado que: "Este detrimento se torna
xcma.
puede admitirse que la cónyuge que se ha dedicado al cuidado de los hijos y del hogar
común, por voluntad propia, ha asumido que carecería de cotizaciones previsionales y,
por ende, no gozaría del derecho a compensación económica: "Que no obstante lo
anterior y a pesar, además, que en el motivo duodécimo del fallo de primera instancia,
reproducido por el de segunda, los jueces del fondo, enunciaron los requisitos de
procedencia de la compensación económica, estimaron que "fue opción de la demandante
reconvencional no desarrollar actividades remuneradas fuera del hogar común
dedicándose al cuidado de los hijos y privilegiar el vinculo de apego son sus
hijos", "asumiendo con ello que no contaría con cotizaciones previsionales durante ese
período". Interpretación que atenta contra el correcto sentido, fines y alcance que el
legislador quiso otorgarle a dicho instituto, desconociendo, además, los parámetros
legales de suyo relevantes, como la situación previsional de las partes, la edad y estado
de salud de la cónyuge beneficiaria, situación patrimonial de ambos —factores de
consideración— previstos expresamente en el artículo 62 de la Ley de Matrimonio Civil"
(C. Suprema, 16 de octubre de 2014, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/7489/2014, Rol
Nº 7548-2014). La misma línea seguía el tribunal cuando declaraba que: "[S] e equivoca
también el recurrente cuando sostiene que debió haberse probado "el ánimo" o
disposición de la demandante reconvencional para desempeñar una labor remunerada,
puesto que bien podría haberse debido a una opción personal. En efecto, no es un
requisito de procedencia de la compensación económica, el que la solicitante se haya
visto obligada o forzada a no trabajar en forma remunerada para cuidar a sus hijos o el
hogar común —esto es, que hubiera sido contra su voluntad— por lo que no constituye un
impedimento para su establecimiento el que, eventualmente, ello hubiera obedecido a una
opción personal, un acuerdo de pareja u otra circunstancia" (C. Suprema, 8 de mayo de
2014, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/2088/2014, Rol Nº 14121-2013). En igual sentido
se había pronunciado la I Corte de Apelaciones de Antofagasta: "Que, en consecuencia,
lma.
estando acreditado que la actora reconvencional desde que contrajo matrimonio estuvo al
cuidado del hogar y de sus hijos mientras se mantuvo la convivencia con su marido, esto
es, durante seis años, fluye que durante ese tiempo no tuvo la oportunidad de trabajar u
obtener entradas económicas, debiendo por ende rechazarse la alegación del demandado
en el sentido que la actora carece del derecho a la compensación, porque si se ha visto
imposibilitada de ejercer, ya sea en forma absoluta o relativa, de un oficio remunerado por
134 meses, se ha debido a que ella tomó la decisión de dedicarse al cuidado de su actual
pareja y de los tres hijos que tienen en común [...]" y en el considerando 7º: "Que las
alegaciones del demandado, como se dijo, serán rechazadas, porque no afectan la
existencia misma del derecho a la compensación [...]" (C. Apelaciones de Antofagasta, 5
de octubre de 2007, cons. 6º y 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6590/2007, Rol Nº 468-
2007); 516.3. No obsta al derecho a la compensación económica el que la
dedicación al cuidado de los hijos o al hogar común haya sido una "decisión
convenida" por los cónyuges durante el matrimonio: en esta línea se ha estimado:
"Que, puede no haber discusión en cuanto a que los cónyuges acuerden, al interior del
matrimonio, que uno de ellos se dedicará preferentemente al cuidado de los hijos y de la
familia común, siendo precisamente tal situación la que implica que a ese cónyuge es a
quien debe darse compensación económica, puesto que se ha sacrificado profesional o
laboralmente, quedando en una situación desmejorada frente al otro, que ha podido
trabajar fuera del hogar común, sin limitación alguna" (C. Apelaciones de Concepción, 13
de febrero de 2013, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/356/2013, Rol Nº 13-
2013); 516.4. No se requiere que los hijos a cuyo cuidado se dedica el cónyuge sean
comunes: Esto es así, no sólo porque el texto legal no señala que deba tratarse de hijos
comunes, sino porque si se trata de hijos de uno de los cónyuges que viven en el hogar
común, el cuidado que les dedica el otro cónyuge tiene la misma naturaleza que el
cuidado de los hijos propios, si de tal cuidado se origina la consecuencia de no haberse
podido dedicar a una actividad remunerada o de haberlo hecho en menor medida de lo
que podía y quería; 516.5. La eventual asistencia doméstica en el cuidado de los
hijos o en las labores del hogar común no altera el hecho de la dedicación de uno
de los cónyuges a dicho cuidado: Esto es así, porque la dicha dedicación es una
circunstancia objetiva y, porque, como, consciente y certeramente, ha agregado la I . lma
combatir la contraria que, en ciertas ocasiones, defendió algún tribunal de alzada. Así ha
declarado, para revocar una sentencia que exigía una consideración subjetiva del
supuesto de no dedicación a una actividad remunerada o lucrativa, que: "La interpretación
realizada por los jueces del fondo, no se ajusta al verdadero sentido y alcance que tienen
las normas que contemplan la institución en estudio, pues establece exigencias que la ley
no contempla, al concluir que en la especie a la actora no le asiste el derecho a reclamar
compensación económica debido a que el no haber desarrollado una actividad económica
durante el matrimonio, en su caso, obedeció a una decisión personal. En efecto, los
jueces del grado al sustentar su decisión en tal fundamento, están requiriendo de una
voluntad, intención o acuerdo especial entre las partes que se aparta del texto de la
norma, para la cual basta que uno de los cónyuges no hubiere desarrollado actividad
remunerada o lucrativa o lo hubiere hecho en menor medida de lo que podía y quería por
dedicarse al cuidado de los hijos y/o hogar común; circunstancias todas que en el caso
sub-lite al emanar irrefutablemente del mérito de los antecedentes, han sido asentadas
como presupuestos fácticos" (C. Suprema, 13 de diciembre de 2010, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/12008/2010, Rol Nº 5765-2010). En igual sentido ya se había
pronunciado la I Corte de Apelaciones de Santiago: "La procedencia de la compensación
lma.
haya tenido baja instrucción primaria, desde que el deterioro adviene de todas maneras
en la medida que no le ha permitido dedicarse al enriquecimiento personal, sea
estudiando en este caso concreto, o adquiriendo una habilidad en la actividad laboral que
le permita una remuneración adecuada" (C. Apelaciones de Antofagasta, 21 de
septiembre de 2007, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/1962/2007, Rol Nº 167-2007). Esta
misma opinión mantuvo en una sentencia poco posterior que fue confirmada por la
E Corte Suprema: "No es óbice que la demandante reconvencional haya tenido baja
xcma.
Apelaciones de Santiago, frente al argumento del demando que: "Se limitó a agregar, al
contestar la demanda reconvencional, que su cónyuge nunca pudo trabajar porque no
tenía preparación alguna", resolvió que era éste un "argumento que no será tenido en
cuenta por estos sentenciadores desde que en el mundo laboral efectivamente existen
trabajos que requieren una determinada preparación, como los profesionales, y otros, en
cambio, en que tal preparación no es necesaria. La demandante reconvencional pudo
perfectamente desempeñarse en algún trabajo remunerado que no requiriera estudios
avanzados y si tal no hizo fue, precisamente, por tener que dedicarse a cuidar del hogar
común, lo que permitió a su cónyuge mejorar su patrimonio, desde que no tenía que velar
o preocuparse del cuidado de los hijos o de los quehaceres domésticos"
(C. Apelaciones de Santiago, 24 de octubre de 2007, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6762/2007, Rol Nº 6710-2006). Igual criterio ha sostenido la
I Corte de Apelaciones de Concepción: "[C]ontrariamente a lo que sostiene el apelante, la
lma.
que (sic) la cónyuge, hubiere desarrollado una actividad remunerada, no constituye una
circunstancia que por sí misma permita negarle a dicha parte, el derecho a obtener la
compensación económica que reclama" (C. Suprema, 5 de mayo de 2008, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6730/2008, Rol Nº 1528-2008); 517.3. No se requiere prueba
específica de haber tenido oportunidad de trabajar o de haber tenido formación
profesional: Sanamente la I Corte de Apelaciones de Concepción ha sentado: "Que la
lma.
actora reconvencional debe ser compensada del menoscabo económico sufrido con el
matrimonio, aún cuando el dedicarse a la familia haya sido una opción de vida, ya que no
es exigencia una prueba concreta y específica de haber tenido la oportunidad laboral"
(C. Apelaciones de Concepción, 16 de febrero de 2011, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1486/2011, Rol Nº 519-2010). Este considerando lo ha reiterado
en una sentencia posterior (C. Apelaciones de Concepción, 17 de julio de 2014, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/4857/2014, Rol Nº 239-2014). 518. La causalidad entre el
hecho de la dedicación y su consecuencia. La ley exige que el no haber desarrollado
una actividad remunerada o lucrativa, o haberlo hecho en menor medida de lo que se
podía y quería, sea una consecuencia de la dedicación a los hijos o a las labores del
hogar común, y en relación con esta necesaria causalidad, se han mantenido en la
doctrina y jurisprudencia dos opiniones encontradas: la una, que exige que se pruebe la
dicha relación de causalidad, y la otra que no la exige, por entender que basta la prueba
de la referida dedicación, porque ella, en sí misma, causa, indefectiblemente, la ya dicha
consecuencia exigida por el artículo 61 de la ley: a) Causalidad necesaria y no
exigencia de su prueba: La opinión según la cual la dedicación al cuidado de los hijos o
a las labores del hogar común genera, indefectiblemente, un impedimento, real o material,
para desarrollar una actividad remunerada, sin que, en consecuencia resulte necesario
probar la causalidad, se ajusta estrechísimamente al principio constitucional de la
igualdad entre hombres y mujeres y a las disposiciones de la Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. Fue defendida por la
I Corte de Apelaciones de Antofagasta desde el año 2007, y poco tiempo después fue
lma.
confirmada por la E Corte Suprema. Aquel tribunal, en julio de 2007 declaraba: "Que
xcma.
[...] al hogar común y al cuidado personal de los hijos, se presume que no pudo
desarrollar una actividad laboral, puesto que de no haberse dedicado al hogar, habría
desempeñado una actividad remunerada o lucrativa, la que debe ser estimada en todo
caso como una colaboración prestada a la actividad laboral desempeñada por el
demandado, para la manutención del hogar común" (C. Apelaciones de Valparaíso, 10 de
abril de 2008, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/5435/2008, Rol Nº 2856-2007). Como
aplicación concreta del principio anterior, la I Corte de Apelaciones de Concepción ha
lma.
reconocido que la reducción de jornada laboral para dedicarse al cuidado de los hijos, por
lógica y experiencia, genera un menor desarrollo laboral: "Las máximas de experiencia y
las reglas de la lógica demuestran que la demandante, durante la convivencia conyugal y
con motivo de dedicarse al cuidado de sus hijos y del hogar, redujo su jornada de trabajo
lo que redundó en un desarrollo laboral realizado en menor medida de lo que la
demandante quería y podía realizar" (C. Apelaciones de Concepción, 23 de marzo de
2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/10003/2009, Rol Nº 9-2009); b) Causalidad no
necesaria y exigencia de su prueba: En doctrina ha defendido esta opinión Domínguez
Águila, y le ha seguido la I Corte de Apelaciones de Punta Arenas: "Que el no desarrollo
lma.
había admitido que era posible compensar el daño moral experimentado por la cónyuge
que demandaba el derecho de compensación económica, la E Corte Suprema ha
xcma.
declarado: "Que se encuentra probado en autos que doña [...] se dedicó al cuidado de los
hijos comunes en especial, del menor que padecía esquizofrenia el que falleció, y que
producto de esto no pudo trabajar en forma remunerada, en los términos que podría
haberlo, hecho de no mediar estas circunstancias, lo que revela que ella sufrió detrimento
o perjuicio económico, debido a la situación antes descrita, lo que debe ser reparado
mediante el otorgamiento de la correspondiente compensación económica a que se
refiere la disposición anteriormente citada, la que tiene por objeto el resarcimiento de los
perjuicios de este orden y no de otra índole, según la propia ley lo señala" (C. Suprema, 4
de agosto de 2008, sentencia de reemplazo, cons. 4º, Rol Nº 3120-2008). 520. Sobre la
prueba del "menoscabo económico". Es esta una cuestión distinta de la tocante a la
prueba de la dedicación al cuidado de los hijos o del hogar común y es también diversa de
la referida a la prueba del hecho de no haber podido dedicarse a una actividad económica
o lucrativa, y a propósito de esta tercera cuestión se advierten dos opiniones: a) Es
necesario que el cónyuge demandante del derecho de compensación económica
pruebe el menoscabo: aunque en época reciente esta opinión comienza a ser discutida,
es la que mayoritariamente se ha asumido por la jurisprudencia. Así, la E Corte xcma.
Suprema, en una sentencia de 2007, declaraba que: "Este menoscabo debe ser probado
por quien lo invoca en su favor y para ello el legislador se encargó de señalar las
circunstancias que permiten determinar que ha existido tal menoscabo" (C. Suprema, 28
de noviembre de 2007, cons. 11º, LegalPUblishing: Cl/Jur/6358/2007, Rol Nº 1787-2007).
Este considerando lo reprodujo literalmente el mismo tribunal en algunas de sus
sentencias posteriores (C. Suprema, 27 de abril de 2009, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7949/2009, Rol Nº 904-2009), y también con alguna ligera
variante de redacción: "Además, este presupuesto debe ser probado por quien lo invoca
en su favor y para ello el legislador se encargó de señalar algunas circunstancias que
permitan determinar que ha existido tal menoscabo" (C. Suprema, 7 de julio de 2009,
cons. 6º, LegalPUblishing: Cl/Jur/10002/2009, Rol Nº 1370-2009). La misma orientación
fue asumida en algunas sentencias de ciertos tribunales de alzada: la I Corte delma.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 52, 54, 56 inciso 2º, 60, 61. Ley Nº 20.255, establece Reforma Previsional, D.O. 17.03.2008:
artículos 80 y 81. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 27 inciso 2º.
de sus sentencias la opinión que estima que los factores del inciso 1º del artículo 62,
además de desempeñar su papel para determinar el monto de la compensación, cumplen
la función de presentarse como circunstancias que también determinan la existencia del
menoscabo económico. De este modo, el menoscabo económico no sólo se configuraría,
sobre la base de las causas estructurales que se establecen en el artículo 61, sino que
sería preciso relacionarlas con los factores previstos en el artículo 62. Así, en una
sentencia de 2008 declaraba el referido tribunal que: "[N]o basta con que concurra el
supuesto típico de la compensación, sino que es esencial el tercer elemento constitutivo,
esto es, el menoscabo económico, que no se presume, es necesaria su prueba, incluida
la de las circunstancias que, a título ejemplar, enumera el artículo 62 de la referida ley y la
de otras que justificadamente se estimen pertinentes. Así, la prueba que rinda el cónyuge
solicitante recaerá sobre el supuesto típico del artículo 61, la existencia del menoscabo y
la cuantía de la compensación solicitada" (C. Apelaciones de Concepción, 13 de marzo
de 2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/5625/2008, Rol Nº 1446-2007). De ahí que
entendiera: "Que, como puede apreciarse, la disposición transcrita precedentemente
[art. 62], enumera las circunstancias que deben considerarse para no sólo determinar la
cuantía de la compensación, sino la existencia misma del menoscabo económico cuya
compensación se reclama; así, estas circunstancias permiten determinar si el divorcio o
nulidad causan verdaderamente un menoscabo y su entidad, a partir de la cual se llega
al quantum de la compensación. Es por ello que el fallo, sea que acoja o rechace la
demanda de compensación económica, debe fundarse precisamente en estas
circunstancias, y el juez debe aplicar todas las circunstancias del artículo 62, en la medida
que ellas concurran en la situación de los cónyuges, y de esta aplicación conjunta
resultará si el divorcio o la nulidad produce o no menoscabo y la cuantía de la
compensación" (C. Apelaciones de Concepción, 13 de marzo de 2008, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5625/2008, Rol Nº 1446-2007). Estos considerandos los ha
reproducido en sentencia posterior (C. de Apelaciones de Concepción, 3 de abril de 2008,
cons. 16º y 19º, LegalPublishing: Cl/Jur/5636/2008, Rol Nº 1947-2007). La E Corte xcma.
Suprema se ha inclinado en el último tiempo por esta opinión: "Cualquiera sea la opción
que se tome para valorizar el menoscabo sufrido por el o la solicitante, corresponde
aplicar también los criterios correctores contemplados en el artículo 62 del cuerpo legal
citado, norma que como se sabe, cumple una doble función, desde que debe utilizarse
para certificar la existencia del menoscabo económico, como también para determinar su
cuantía, pudiendo redundar su aplicación en un aumento o disminución del monto
predeterminado" (C. Suprema, sent. reemplazo 21 de junio de 2018, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3071/2018, Rol Nº 39439-2017). 521.2. De la independencia del
supuesto del artículo 61 respecto de los factores del artículo 62. Ha sido la misma
I Corte de Apelaciones de Concepción, en fallo dividido, la que ha adherido a esta
lma.
opinión. Así lo ha hecho cuando ha declarado: "Que con la prueba rendida han quedado
acreditados los presupuestos para la compensación económica, esto es, que como
consecuencia de haberse dedicado al cuidado de los hijos y a las labores propias del
hogar común, no pudo desarrollar una actividad remunerada o lucrativa durante el
matrimonio y ello le originó un menoscabo económico" (C. Apelaciones de Concepción, 9
de noviembre de 2010, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/11007/2010, Rol Nº 370-2010),
pero en el voto en contra se reiteraba la otra opinión, y se reproducían los ya citados dos
considerandos que conectan los artículos 61 y 62 (C. Apelaciones de Concepción, 9 de
noviembre de 2010, voto en contra, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/11007/2010, Rol
Nº 370-2010). 522. La indicación de los factores que se hace en este artículo no es
taxativa. Tal es la opinión que ha expresado la E Corte Suprema: "[E]n relación a la
xcma.
una sentencia de 2007, se ha afirmado en una opinión que parece entender que las
circunstancias previstas en este artículo 62, más que referirse a la existencia y monto del
menoscabo económico, tocan a la misma compensación económica, y que la apreciación
de ellas queda confiada al juez de la causa. En efecto, ha declarado aquel tribunal que:
"[L]a compensación económica no corresponde al valor exacto de lo que habría podido
obtener el cónyuge beneficiario de haber trabajado o de haberlo hecho en mayor medida.
En efecto, mediante esta institución no se trata de indemnizar la pérdida de una ganancia
probable, es decir, su objetivo no es restituir lo perdido por su equivalente exacto y sólo se
busca mitigar la situación económica desmedrada que afecta a quien tiene derecho a ella.
Es el juez de la causa quien debe apreciar, en cada caso en particular, las circunstancias
precisas del pasado de los cónyuges y las situaciones del futuro que el legislador indica
para determinar su existencia y monto" (C. Suprema, 28 de noviembre de 2007, cons.
14º, LegalPublishing: Cl/Jur/6358/2007, Rol Nº 1787-2007). Con una ligera variante de
redacción, el mismo tribunal ha reiterado este considerando en sentencias posteriores:
"[L]a compensación económica no corresponde al valor exacto de lo que habría podido
obtener el cónyuge beneficiario de haber trabajado o de haberlo hecho en mayor medida.
En efecto, mediante esta institución no se trata de indemnizar la pérdida de una ganancia
probable, es decir, su objetivo no es restituir lo perdido por su equivalente exacto y sólo se
busca mitigar la situación económica desmedrada que afecta a quien tiene derecho a ella.
Es el juez de la causa quien debe apreciar, en cada caso en particular, los criterios
subjetivos del pasado de los cónyuges y las situaciones del futuro que el legislador
sugiere para determinar su existencia y monto" (C. Suprema, 19 de enero de 2009, cons.
6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5767/2009, Rol Nº 7939-2008; C. Suprema, 27 de abril de
2009, cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/7949/2009, Rol Nº 904-2009). Este
considerando, además, ha sido recibido en sentencias de algunos tribunales de alzada
(C. Apelaciones de Santiago, 1 de septiembre de 2009, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/571/2009, Rol Nº 7731-2007; C. Apelaciones de Santiago, 24 de
junio de 2010, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/3506/2010, Rol Nº 3478-
2009; C. Apelaciones de Santiago, 28 de octubre de 2010, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9089/2010, Rol Nº 330-2010; C. Apelaciones de Santiago, 2 de
mayo de 2010, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/4440/2012, Rol Nº 1654-2011). Esta
opinión ha sido recibida, igualmente, en alguna sentencia reciente, en la que se recuerda
la jurisprudencia que aquí se ha reseñado: "Que, no obstante la argumentación del
apelante, la avaluación del monto de la compensación económica queda entregada al
criterio del tribunal, quien debe considerar los factores propuestos en el tantas veces
citado artículo 62. La regulación de la cuantía es una cuestión prudencial. "Es el juez de la
causa quien debe apreciar, en cada caso en particular, las circunstancias precisas del
pasado de los cónyuges y las situaciones del futuro que el legislados indica para
determinar su existencia y monto." (C.S. Rol Nº 1787-2007) Ha resuelto la E Corte xcma.
Suprema, en sentencia de 7 de junio de 2010, que este criterio no está limitado al solo
tiempo de la efectiva convivencia conyugal: "Dentro de estos elementos se encuentra la
duración del matrimonio y de la vida en común y si bien este último es relevante, lo cierto
es que en ningún caso constituye el único a considerar por el juez en la regulación de la
compensación económica, la que contrariamente a lo argumentado por el recurrente, no
se circunscribe sólo al período de la convivencia efectiva, desde que la misma busca
reparar los efectos que la terminación del matrimonio y la extinción de los derechos y
obligaciones generarán a las partes, en especial, la más débil, por la pérdida de dicho
estatuto" (C. Suprema, 7 de junio de 2010, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/16795/2010,
Rol Nº 2582-2010). 525. Del factor de la "situación patrimonial" de los cónyuges. Por
algún tribunal de alzada se ha estimado que la determinación de la situación patrimonial
de los cónyuges opera como una circunstancia que, en principio, debe considerarse para
evitar que la fijación del quantum de la compensación deje a quien debe pagarla en una
situación de detrimento patrimonial: "[L]a determinación de la cuantía de la compensación
económica debe ser relacionada con la capacidad patrimonial de ambas partes, ya que de
lo que se trata es de equiparar a las partes (ex cónyuges) favoreciendo al más débil de la
relación, pero sin que ello implique, en modo alguno, dejar al cónyuge que estará obligado
a dar la compensación económica, en una situación de detrimento patrimonial respecto
del cónyuge que recibirá la referida compensación" (C. Apelaciones de Concepción, 9 de
octubre de 2014, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7269/2014, Rol Nº 326-
2014). 526. Del factor de la "situación patrimonial" de los cónyuges. La jurisprudencia
en este último tiempo ha tratado de este factor, aunque de manera incidental, sin perjuicio
de lo cual, es posible advertir algunas opiniones que comienzan a sostenerse en relación
con él. 526.1. La situación patrimonial del cónyuge demandante, como criterio para
juzgar su posición de "cónyuge débil", y para negar la compensación si es mejor
que la del demandado. Esta interpretación la ha defendido la I Corte de Apelaciones de
lma.
Concordancias: Código Civil: artículo 26. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 61, 64, 65, 66. D.L. Nº 824, Ley de la Renta, D.O. 31.12.1974: artículo 17 número 31. Ley
Nº 20.039, libera de impuesto a la renta a las compensaciones económicas por término del
matrimonio, D.O. 8.02.2008: artículo 1º. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015:
artículo 27 inciso 2º.
2012 ha declarado que: "[E]s claro que la compensación económica matrimonial es una
obligación legal de alcance patrimonial, fundada en relaciones de familia basadas en
precedente matrimonio terminado por divorcio, en donde el convenio regulador aprobado
judicialmente no es la fuente misma de la obligación sino sólo uno de los modos de
definirla, cuantificarla o liquidarla formalmente, dotándola de la fuerza ejecutiva
equivalente a una sentencia ejecutoriada, al ser homologada a una decisión judicial"
(Tribunal Constitucional, 27 de septiembre de 2012, cons. 22º, Rol Nº 2102-11-
Ina). 531.2. La convención de los cónyuges no puede prescindir del cumplimiento
de las exigencias legales. Sobre este punto se ha declarado: "Que si bien la ley faculta a
los cónyuges para liquidar de común acuerdo la sociedad conyugal y convenir una
compensación económica en los términos que ellos decidan, dicho pacto no puede omitir
los requisitos exigidos por la ley para su validez" (C. de Apelaciones de San Miguel, 12 de
septiembre de 2008, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5580/2008, Rol Nº 2810-2008). De
ahí que, por ejemplo: "Si los cónyuges decidieran adjudicar el inmueble social y el
automóvil a uno de ellos, deberán necesariamente en forma previa efectuar la liquidación
de la sociedad conyugal, debido a que en caso contrario se podría perjudicar los derechos
válidamente adquiridos por terceros, respecto de aquéllos" (C. de Apelaciones de San
Miguel, 12 de septiembre de 2008, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/5580/2008, Rol
Nº 2810-2008). 532. El tribunal, para prestar su aprobación al acuerdo, debe
considerar las exigencias legales y la protección del cónyuge débil. En este sentido
se ha declarado: "Que la escritura pública en que se incorporó el acuerdo de los
cónyuges, importa el reconocimiento de éstos respecto de la procedencia de la
compensación económica y de la forma de pago de la misma, de acuerdo a las reglas de
la sana crítica y en particular de la lógica, al juez a quo, sólo le resta considerar si es
efectivo o no que se cumplen con los requisitos señalados en la ley para dar lugar a la
misma; norma que entonces, deberá siempre ser interpretada en armonía con los
principios que informan el derecho de familia y especialmente el de proteger al cónyuge
más débil, hecho ponderado por las partes al momento de fijarla, ya que se trata de una
materia patrimonial, que por lo tanto es renunciable, más aún si se tiene presente la edad,
y condiciones de los comparecientes del proceso" (C. de Apelaciones de San Miguel, 6 de
septiembre de 2007, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/5507/2007, Rol Nº 1286-
2007). 533. Se admite el acuerdo pendiente la tramitación del procedimiento de
divorcio en el que se convienen las prestaciones económicas a favor de uno de los
cónyuges, renunciando a cualquier derecho o acción que recíprocamente pudiere
corresponderle. Se ha admitido así que: "De lo reseñado por los actuales litigantes en la
mencionada escritura pública de 25 de enero de 2005, cabe poner de relieve que, a la
sazón, estaba pendiente y en tramitación este juicio de divorcio al que inclusive se hace
inequívoca referencia en su cláusula cuarta—; que a través suyo tales comparecientes
declararon que nada se adeudaban; y, en fin, que de su contexto aparece que el objeto
esencial del acuerdo estaba constituido por la regulación de aspectos patrimoniales
relacionados con el vínculo matrimonial que se pretendía disolver. En esas condiciones y
como quiera que no existen antecedentes para sostener que las prestaciones económicas
allí asumidas obedezcan a una mera liberalidad o al pago de alguna obligación
alimenticia, se tiene que los dineros entregados en ese acto por don [...] y la obligación
que contrajo de solucionar el crédito hipotecario que afectaba al bien raíz aludido, no
pudieron sino corresponder a un acuerdo que los cónyuges adoptaron en materia de
compensación económica. En suma, ellos convinieron acerca de la procedencia, cuantía y
modo de entero de aquella" (C. Apelaciones de Santiago, 23 de abril de 2007, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/3682/2007, Rol Nº 5680-2007, conf. C. Suprema, 22 de octubre
de 2008, LegalPublishing: Cl/ Jur/5229/2008, Rol Nº 5388-2008).
Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 60, 61, 63. Ley
Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 56, 58, 59, 61. D.L. Nº 824, Ley de la
Renta, D.O. 31.12.1974: artículo 17 número 31. Ley Nº 20.039, libera de impuesto a la renta a las
compensaciones económicas por término del matrimonio, D.O. 8.02.2008: artículo 1º. Ley Nº 20.830,
crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 27 inciso 2º.
cabe reconocer que el juez tiene discrecionalidad para fijar la cuantía de la compensación
económica, se debe también considerar que el legislador estableció ciertos parámetros
para ello, exponiendo criterios que dicen relación con el matrimonio, con el cónyuge
deudor y con la situación personal del beneficiario" (C. Suprema, 20 de diciembre de
2006, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3853/2006, Rol Nº 3495-2006). Este considerando
lo ha reproducido literalmente en alguna sentencia posterior (C. Suprema, 1 de junio de
2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/7978/2009, Rol Nº 3079-2009), o con alguna ligera
variante de redacción: "Si bien en esta materia el juez tiene discrecionalidad para fijar la
cuantía de la compensación económica, se debe también considerar que el legislador
estableció ciertos parámetros para ello, señalando criterios que dicen relación con el
matrimonio, con el cónyuge deudor y con la situación personal del beneficiario"
(C. Suprema, 28 de noviembre de 2007, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/6358/2007,
Rol Nº 1787-2007; C. Suprema, 27 de abril de 2009, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7949/2009, Rol Nº 904-2009; C. Suprema, 22 de junio de 2009,
cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/778/2009, Rol Nº 3303-2009; C. Suprema, 29 de julio de
2009, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/9666/2009, Rol Nº 3911-2009). Es esta una
opinión consolidada y que frecuentemente es reiterada por los tribunales de alzada: "Si
bien en esta materia el juez tiene discrecionalidad para fijar la cuantía de la compensación
económica, se debe también considerar que el legislador estableció ciertos parámetros
para ello, exponiendo criterios que dicen relación con el matrimonio, con el cónyuge
deudor y con la situación personal del beneficiario" (C. Apelaciones de Santiago, 24 de
junio de 2010, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3506/2010, Rol Nº 3478-2009); "'Es el
juez de la causa quien debe apreciar, en cada caso en particular, las circunstancias
precisas del pasado de los cónyuges y las situaciones del futuro que el legislados indica
para determinar su existencia y monto' (C.S. Rol Nº 1787-2007) Ha resuelto la E Corte
xcma.
asumía esta opinión en una sentencia de 2006: "Que, a falta de acuerdo entre las partes,
corresponde al juez de la causa establecer si se dan los requisitos que la institución exige
y fijar su monto. Al relacionar los artículos 63, 64, 65 y 66 de la Ley Nº 19.947, resulta que
el legislador no ordena pagar una pensión mensual, sino un monto determinado que es
invariable en el tiempo, cualesquiera sean las circunstancias personales y patrimoniales
de los interesados —deudor o acreedor— posteriores a la sentencia que la regula"
(C. Suprema, 20 de diciembre de 2006, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/3853/2006, Rol
Nº 3495-2006). Este considerando lo ha reproducido literalmente el mismo tribunal en
muchas de sus sentencias posteriores (C. Suprema, 28 de noviembre de 2007, cons.
12º, LegalPublishing: Cl/Jur/6358/2007, Rol Nº 1787-2007; C. Suprema, 27 de abril de
2009, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/7949/2009, Rol Nº 904-2009; C. Suprema, 1 de
junio de 2009, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7978/2009, Rol Nº 379-2009;
C. Suprema, 22 de junio de 2009, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/778/2009, Rol
Nº 3303-2009; C. Suprema, 6 de julio de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/782/2009, Rol Nº 3298-2009; C. Suprema, 29 de julio de 2009,
cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/9666/2009, Rol Nº 3911-2009; C. Suprema, 5 de agosto
de 2009, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/9671/2009, Rol Nº 4766-2009; C. Suprema, 17
de agosto de 2009, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/315/2009, Rol Nº 4680-2009;
C. Suprema, 14 de diciembre de 2009, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/4725/2009, Rol
Nº 7039-2009; C. Suprema, 21 de abril de 2010, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2713/2010, Rol Nº 1090-2010; C. Suprema, 26 de abril de 2010,
cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/5600/2010, Rol Nº 1303-2010; C. Suprema, 28 de
diciembre de 2012, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2989/2012, Rol Nº 6903-2012;
C. Suprema, 26 de febrero de 2014, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/329/2014, Rol
Nº 10964-2013; C. Suprema, 7 de mayo de 2014, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2071/2014, Rol Nº 12250-2013). 541. No es posible fijar como
compensación económica una pensión vitalicia. En este sentido, la E Corte Suprema
xcma.
ha precisado que: "Es evidente que la compensación no es una pensión que deba ser
pagada periódicamente y en forma vitalicia, pues sin calificar jurídicamente su naturaleza
y teniendo presente que se busca compensar un detrimento económico, éste debe
traducirse en un monto fijo, racional y proporcional a las circunstancias de las partes, sin
perjuicio de la forma de pago que se establezca" (C. Suprema, 20 de diciembre de 2012,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/3853/2006, Rol Nº 3495-2006; C. Suprema, 1 de junio
de 2009, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/7978/2009, Rol Nº 3079-2009). Esto es así,
porque: "Al relacionar los artículos 63, 64, 65 y 66 de la Ley Nº 19.947, resulta que el
legislador no ordena pagar una pensión mensual, sino un monto determinado que es
invariable en el tiempo, cualesquiera sean las circunstancias personales y patrimoniales
de los interesados deudor o acreedor posteriores a la sentencia que la regula"
(C. Suprema, 20 de diciembre de 2012, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/3853/2006, Rol
Nº 3495-2006; C. Suprema, 1 de junio de 2009, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7978/2009, Rol Nº 3079-2009). De ahí que se haya declarado
que: "Al decidir los sentenciadores otorgar a la demandante reconvencional una pensión
vitalicia por concepto de compensación económica, han vulnerado las normas de los
artículos 62, 63, 64, 65 y 66 de la Ley Nº 19.947, lo que influyó sustancialmente en lo
resolutivo del fallo recurrido, desde que condujo a los jueces a condenar erradamente al
demandado a pagar una suma indeterminada" (C. Suprema, 20 de diciembre de 2012,
cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/3853/2006, Rol Nº 3495-2006; C. Suprema, 1 de junio
de 2009, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/7978/2009, Rol Nº 3079-2009). 542. No es
posible fijar como compensación económica una pensión de alimentos. Así se ha
afirmado que: "Para la fijación de la compensación económica se pueden utilizar todas las
alternativas que hagan posible su cumplimiento, pero en ningún caso ella se puede
transformar en una especie de pensión alimenticia" (C. de Apelaciones de Concepción, 20
de mayo de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/5656/2008, Rol Nº 2499-
2007). 543. No es posible fijar como compensación económica un usufructo
vitalicio. En este sentido se ha declarado: "Que la circunstancia de establecer como
compensación económica el usufructo vitalicio de la propiedad social, vulnera la
naturaleza jurídica de esta institución, toda vez que con el divorcio y la compensación
económica, se busca evitar mantener vínculos entre los cónyuges, ya sea por hecho
imputable a uno de ellos que haya dado lugar al divorcio, o de común acuerdo, cesan su
vida común sin interés en seguir vinculados para el futuro" (C. Apelaciones de Talca, 9 de
marzo de 2012, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/552/2012, Rol Nº 2-2012). 544. No es
posible imputar al monto de la compensación económica los gananciales habidos
en la sociedad conyugal. Se ha declarado así: "Que la circunstancia de haberse
procedido a la liquidación de la sociedad conyugal el año 1992, fecha en la cual había
cesado la convivencia entre los cónyuges, no es compensable con lo demandado por
concepto de compensación económica, toda vez que la naturaleza jurídica de esta última
corresponde a una indemnización compensatoria a favor del cónyuge más débil, que para
el caso de marras lo es la demandada, y la liquidación es la forma como se adjudica a
cada parte lo habido en la sociedad conyugal, es decir, son dos instituciones jurídicas
distintas, tanto por su objeto como por su naturaleza, con lo cual no cabe asimilarlas"
(C. de Apelaciones de Santiago, 19 de agosto de 2008, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5507/2008, Rol Nº 1535-2008). En la misma orientación se ha
precisado que: "Mientras la compensación económica está destinada a reparar el
menoscabo que se produjo en el patrimonio de uno de los cónyuges como consecuencia
de haberse dedicado durante el matrimonio al cuidado de los hijos o del hogar común, en
la medida que ello le impidió desarrollar una actividad remunerada, la liquidación de la
sociedad conyugal es la forma ordinaria de poner término a la comunidad que se forma
entre los cónyuges, al disolverse dicho régimen matrimonial, por cualquiera de las causas
que contempla la ley" (C. de Apelaciones de San Miguel, 12 de septiembre de 2008, cons.
5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5580/2008, Rol Nº 2810-2008). 545. Deber del juez de
informar de la existencia del derecho a solicitar compensación económica. Se ha
entendido que: "Pesa sobre el Juez de Familia el deber de comunicarle a los cónyuges
cual es el significado de la institución de la Compensación Económica, esto es, darles a
conocer los derechos que les asisten en el juicio de divorcio al efecto" (C. de Apelaciones
de Arica, 5 de agosto de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/5352/2008, Rol Nº 390-
2008). La omisión del cumplimiento de este deber irroga a la parte afectada un perjuicio
sólo reparable mediante la invalidación de la sentencia que llegare a pronunciarse: "En la
especie, ha quedado en evidencia que el juez de primer grado no informó a la demandada
sobre la existencia del derecho a compensación económica, no instó a su apoderado a
reconvenir oralmente y no le indicó que no procedía la reserva de derechos para tramitar
por cuerda separada tal acción ni se buscó la solución colaborativa entre las partes
respecto de esta materia. Este proceder y omisiones contrarían los principios del
procedimiento ante los Juzgados de Familia, consagrados en el artículo 9º de la Ley
Nº 19.968, que establece que el procedimiento que aplicarán los Juzgados de Familia
será oral, concentrado y desformalizado, primando los principios de inmediación,
actuación de oficio y búsqueda de soluciones colaborativas entre las partes, y de paso ha
dejado a la demandada sin derecho a impetrar la compensación económica que
expresamente manifestó en la audiencia tener interés en ejercer, lo que le causa grave
perjuicio, reparable sólo con la invalidación de la sentencia" (C. de Apelaciones de Puerto
Montt, 2 de julio de 2009, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/8395/2009, Rol Nº 82-
2009). 546. Oportunidades para demandar la compensación económica e
improcedencia de reservarse tal derecho, en la audiencia, para hacerlo valer por
cuerda separada. Así se ha declarado que: "La reserva de demandar por cuerda
separada las compensaciones económicas, ella no es procesalmente pertinente, desde
que tales compensaciones sólo pueden pedirse conjuntamente con la demanda de
divorcio, en un escrito complementario o en la reconvención, conforme dispone el artículo
64 de la Ley Nº 19.947, y no por cuerda separada" (C. de Apelaciones de Puerto Montt, 2
de julio de 2009, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/8395/2009, Rol Nº 82-
2009). 547. Renuncia al derecho a demandar la compensación económica si no se la
pide en las oportunidades procesales previstas. Se ha entendido que se renuncia a
demandar este derecho cuando no se lo ejercita en las oportunidades procesales
previstas y así se ha declarado que estableciendo la ley que: "Si no se solicitare en la
demanda, el juez informará a los cónyuges la existencia de este derecho durante la
audiencia de conciliación", lo que implica que pesa sobre el Juez de Familia el deber de
comunicarle a los cónyuges cual es el significado de la institución de la Compensación
Económica, esto es, darles a conocer los derechos que les asisten en el juicio de divorcio
al efecto, deber que, como se ha visto, fue cabalmente cumplido por el juez a quo.
Precisado ello y constando fehacientemente que la parte apelante fue, oportuna y
personalmente, notificada de la nueva audiencia donde podría hacer uso del derecho a
demandar compensación económica, ella no concurrió a dicha audiencia y tampoco
instruyó a sus representantes al efecto, de lo que no puede menos que presumirse que,
debidamente informada, decidió no ejercer tal derecho" (C. de Apelaciones de Arica, 5 de
agosto de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5352/2008, Rol Nº 390-2008).
Concordancias: Código Civil: artículos 147 inciso final, 764, 811. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 61, 62, 66. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004:
artículos 65, 66. Ley Nº 20.255, establece Reforma Previsional,D.O. 17.03.2008: artículo 80. Ley
Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 27 inciso 2º.
548. Pago en una sola vez como regla general. Se ha declarado que: "Como
Jurisprudencia:
regla general, la compensación será pagada de una sola vez y, por excepción, según lo
dispuesto en el artículo 66 de la Ley de Matrimonio Civil, el legislador autoriza su pago en
cuotas" (C. Suprema, 1 de junio de 2009, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/7978/2009,
Rol Nº 3079-2009). 549. Enumeración no taxativa de las modalidades de pago. Es
esta una opinión consolidada en la jurisprudencia de la E Corte Suprema: "Según
xcma.
previene el artículo 65 de la Ley de Matrimonio Civil, en la sentencia definitiva, además de
fijar el monto a compensar por el menoscabo padecido, se debe también determinar su
forma de pago. Para ello la misma disposición señala las modalidades que se pueden
utilizar al efecto, las que sin ser taxativas, se refieren a diversas formas para su entero y
pago. En primer lugar, se alude a la entrega de una suma de dinero, acciones u otros
bienes y en segundo término, a la constitución de derecho de usufructo, uso o habitación,
respecto de bienes que sean de propiedad del cónyuge deudor" (C. Suprema, 1 de junio
de 2009, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7978/2009, Rol Nº 3079-2009). En el mismo
sentido se ha reiterado: "Que el artículo 65 de la Ley de Matrimonio Civil señala que en la
sentencia definitiva, además de fijar el monto a compensar por el menoscabo padecido,
se debe también determinar su forma de pago, señalando la misma disposición las
modalidades que se pueden utilizar, la que sin ser taxativa, se refiere a diversas formas
para su entero y pago, tales como la entrega de una suma de dinero, de acciones u otros
bienes, la constitución de derecho de usufructo, uso o habitación, respecto de bienes que
sean de propiedad del cónyuge deudor" (C. Suprema, 28 de diciembre de 2012, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2989/2012, Rol Nº 6903-2012). Se ha confirmado esta opinión
cuando se ha declarado: "Que en lo que respecta a la infracción del artículo 65 de la Ley
Nº 19.947, de la lectura de la norma se advierte que la enumeración allí contemplada, no
es taxativa, y no podría ser de otra forma, por las distintas posibilidades que, para cada
caso particular, pueden concurrir para permitir el pago en comento, siempre que quede a
salvo el interés del cónyuge acreedor y no se altere la finalidad de la institución"
(C. Suprema, 1 de septiembre de 2014, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6136/2014, Rol
Nº 4148-2014). 550. Es posible que, como forma de pago, se adjudiquen bienes
muebles o derechos sobre ciertos bienes, tales como los que son de propiedad
común de los cónyuges. Así se ha declarado por la E Corte Suprema: "En cuanto al
xcma.
artículo 65 de la citada ley, no es correcto lo que señala el recurrente al decir que en dicho
artículo no existe la posibilidad de adjudicar bienes o derechos en los bienes para
determinar la forma de pago de la compensación económica; dicho artículo en su numeral
1 dispone: 'En la sentencia, además, el juez determinará la forma de pago de la
compensación, para lo cual podrá establecer las siguientes modalidades: 1. Entrega de
una suma de dinero, acciones u otros bienes'. Es claro entonces que, al señalar la entrega
de otros bienes, el legislador se refiere a la posibilidad de entregar un bien mueble, un
inmueble o derechos que se tengan en uno u otro; por lo cual no existe un error por parte
de los jueces al establecer como forma de pago el traspaso de los derechos en el
inmueble en que ambos cónyuges son comuneros" (C. Suprema, 4 de octubre de 2016,
cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/6813/2016, Rol Nº 17137-2016). 551. No puede fijarse
como modalidad de pago una pensión periódica. Se ha declarado que: "Es evidente
que la compensación no es una pensión que deba ser pagada periódicamente y en forma
vitalicia, pues sin calificar jurídicamente su naturaleza y teniendo presente que se busca
compensar un detrimento económico, éste debe traducirse en un monto fijo, racional y
proporcional a las circunstancias de las partes, sin perjuicio de la forma de pago que se
establezca" (C. Suprema, 1 de junio de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7978/2009, Rol Nº 3079-2009). 552. No puede fijarse como
forma de pago de la compensación la transferencia del porcentaje que le
correspondería al cónyuge deudor en un bien perteneciente a la sociedad conyugal.
En este sentido se ha declarado que: "[L]a modalidad de pago consistente en la
transferencia en dominio del cincuenta por ciento del bien raíz perteneciente a la sociedad
conyugal, que se individualiza, y que le corresponderá al demandado a título de mitad de
gananciales, una vez disuelta a consecuencia del término del matrimonio por sentencia de
divorcio, deberá ser revisada. En efecto, mientras no se encuentre firme y ejecutoriada la
sentencia de divorcio, el matrimonio existente entre las partes no termina y, en
consecuencia, tampoco se disuelve la sociedad conyugal existente entre ellos, de manera
que no es jurídicamente posible el pago de la compensación económica mediante la
transferencia de dominio del cincuenta por ciento que al cónyuge deudor le corresponderá
a título de gananciales en un bien inmueble en este caso determinado. Producida la
disolución de la sociedad conyugal, se formará una comunidad entre los cónyuges, o ex
cónyuges en este caso, cuya división de los bienes sociales se sujetará a las reglas dadas
para la partición de los bienes hereditarios, como lo tiene mandado el artículo 1776 del
Código Civil. La partición, por su parte, ha sido definida como un conjunto complejo de
actos encaminados a poner fin al estado de indivisión mediante la liquidación y
distribución entre los copartícipes del caudal poseído pro indiviso en partes o lotes que
guarden proporción con los derechos cuotativos de cada uno de ellos (Manuel Somarriva
Undurraga, Indivisión y Partición, quinta edición, p. 227). De modo que, sin entrar a la
liquidación de la comunidad resultante a la disolución de la sociedad conyugal, mediante
la partición, no puede ordenarse el pago de la compensación económica, como lo
pretende la sentencia en alzada, fijándose el valor del cincuenta por ciento de un bien
social en la misma suma fijada para dicha compensación. Dicho bien debe ser, en primer
lugar, tasado, tal como lo tiene ordenado el artículo 1765 del Código Civil, y sólo entonces
podrá establecerse una equivalencia entre su valor y la compensación ordenada pagar.
En el caso, y sin que existan antecedentes probatorios allegados al proceso, el juez ha
establecido dicha equivalencia en la suma de $ 15.000.000., procedimiento que esta
Corte no comparte [...] Que, refuerza lo dicho, lo prescrito en el artículo 227 Nº 1 del
Código Orgánico de Tribunales que somete obligatoriamente al conocimiento por árbitros,
en lo que interesa, la liquidación de una sociedad conyugal, de manera que en dicho
ámbito y competencia deberá establecerse, en primer lugar, la tasación del bien inmueble
perteneciente a la sociedad conyugal existente entre las partes del pleito. No está demás,
en este sentido, señalar que la suma ordenada pagar a título de compensación
económica, producida la disolución de la sociedad conyugal, corresponderá a una
recompensa del cónyuge acreedor en contra del cónyuge deudor, y que podrá hacer valer
al tiempo de la referida liquidación, cuyo podría ser el caso de autos" (C. Apelaciones de
Concepción, 29 de enero de 2013, cons. 8º y 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/440/2013, Rol
Nº 217-2012). 553. Fijación de seguridades para el pago y retención por el
empleador de parte de las remuneraciones. Se ha admitido: "Que para asegurar y
facilitar el pago de las cuotas, esta Corte estima acertada la modalidad de retención
ordenada por la sentencia en alzada, debiendo oficiarse a la empleadora para ello" (C. de
Apelaciones de Concepción, 24 de febrero de 2009, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6068/2009, Rol Nº 1707-2008).
Párrafo 2º De la conciliación
Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 55 incisos 1º y 2º. Ley
Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 59, 60 y 61.
Concordancias: Código Civil: artículos 225, 227, 229, 243, 244, 245, 321 números 1º y 2º. Ley
Nº 19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículo 67 inciso 2º.
Párrafo 3º De la mediación299
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 5º, 6º, 7º y 8º. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 12.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículo 84.
En ningún caso tendrá valor en Chile el divorcio que no haya sido declarado
por resolución judicial o que de otra manera se oponga al orden público
chileno.
Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 80, 81, 83.
CAPÍTULO IX DE LOS JUICIOS DE SEPARACIÓN, NULIDAD DE
MATRIMONIO Y DIVORCIO
El juez, en cualquier momento, podrá adoptar de oficio las medidas que crea
convenientes para el cumplimiento de lo anterior, así como para solucionar de
la mejor manera posible las rupturas o conflictos matrimoniales.
Concordancias: Código Civil: artículo 26. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 1º inciso 2º, 3º, 27 inciso 2º, 31 inciso 1º, 36, 55 inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 8º número 15, 16. Ley Nº 20.422, establece normas sobre igualdad
de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad, D.O. 10.02.2010, artículo 10.
Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990:
artículo 3º.
Concordancias: Código Civil: artículos 15, 59. Código Orgánico de Tribunales: artículos 5º, 134. Ley
Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 15, 60.
Ley Nº 19.947 establece que: 'Será competente para conocer de las acciones de
separación, nulidad o divorcio, el juzgado con competencia en materias de familia, del
domicilio del demandado', esta norma debe entenderse en relación al domicilio en Chile,
por el efecto territorial de la misma, sin que pueda estimarse que por el hecho de estar
actualmente la demandada residiendo en Alemania, sean los tribunales de dicho país los
llamados a conocer de esta acción. 7. Que en el caso de autos, se está ante un ausente
con domicilio o residencia conocido en Alemania. 8. Que una cosa es la competencia de
un tribunal y otra distinta es el emplazamiento del o de la demandada. 9. Que la
declaración de incompetencia que formula la Sra. juez de Familia de Viña del Mar, por
resolución de 8 de enero de 2010, en último término significa que ningún tribunal chileno
tendría 'jurisdicción' para conocer de esta acción de divorcio, que incide en un matrimonio
celebrado en Chile, por chilenos, de acuerdo con las normas chilenas, lo cual deja en
último término al actor privado de tener acceso a la justicia en Chile. 10. Que habiendo
tenido la demandada de autos su domicilio en Chile en [...], el Juzgado de Familia de Viña
del Mar es competente para conocer de esta demanda, debiendo notificarse la misma por
exhorto internacional en los términos del artículo 76 del Código de Procedimiento Civil"
(C. de Apelaciones de Valparaíso, 29 de marzo de 2010, cons. 6º a 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1968/2010, Rol Nº 101-2010). Esta opinión ha sido asumida por la
E Corte Suprema: "[T]ratándose como sucede en el caso sub lite de un matrimonio
xcma.
celebrado en Chile, éste debe disolverse con arreglo a la ley chilena, no pudiendo
impedirse o limitarse el derecho del cónyuge con residencia en el territorio nacional a
impetrar la correspondiente acción de nulidad o divorcio ante los tribunales de familia, por
la circunstancia que el otro no tenga domicilio en el país, debiendo procederse, tal como
se solicita en el libelo, a la notificación de la demanda mediante exhorto internacional"
(C. Suprema, 7 de junio de 2010, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/16797/2010, Rol
Nº 1967-2010). Una explicación que asume y explica las razones de esta opinión puede
leerse en la siguiente sentencia: "Que, en esta línea de razonamiento, debe considerarse
el artículo 81 de la Ley de Matrimonio Civil, que prescribe 'Los efectos de los matrimonios
celebrados en Chile se regirán por la ley chilena, aunque los contrayentes sean
extranjeros y no residan en Chile'. Por su parte, el artículo 15 del Código Civil dispone: 'A
las leyes patrias que reglan las obligaciones y derechos civiles permanecerán sujetos los
chilenos, no obstante, su residencia o domicilio en país extranjero. 1º En lo relativo al
estado de las personas y a su capacidad para ejecutar ciertos actos, que hayan de tener
efecto en Chile; 2º En las obligaciones y derechos que nacen de las relaciones de familia;
pero sólo respecto de sus cónyuges y parientes chilenos'. Cuarto. Que tratándose como
sucede en el caso sub lite de un matrimonio celebrado en Chile, éste debe disolverse con
arreglo a la ley chilena, no pudiendo impedirse o limitarse el derecho del cónyuge con
residencia en el territorio nacional a impetrar la correspondiente acción de nulidad o
divorcio ante los Tribunales de Familia, por la circunstancia que el otro no tenga domicilio
en el país, debiendo procederse, tal como se solicita en el libelo, a la notificación de la
demanda mediante exhorto internacional, encontrándose regulado el procedimiento para
dicho exhorto en el Acta 77, del año 2015, de la Excelentísima Corte Suprema. Quinto.
Que en base al principio de inexcusabilidad, imperativamente establecido en el artículo 76
de la Constitución Política de la República, conforme al cual, solicitada la intervención de
un tribunal en forma legal, éste no puede excusarse de conocer, resolver y hacer ejecutar
lo resuelto ni aun a pretexto de no haber ley que resuelva el asunto, por lo que no resulta
procedente que el tribunal, requerido para el conocimiento de un asunto que debe
someterse y decidirse conforme la legislación nacional, deniegue el ejercicio de la acción
que la propia legislación exige para la declaración y consiguiente reconocimiento de los
efectos del divorcio, nulidad o separación en el país. Sexto. Que, por lo expuesto,
necesariamente ha de concluirse que es competente para conocer de estos antecedentes
el Tribunal de Familia de Puente Alto" (C. de Apelaciones de San Miguel, 25 de agosto de
2017, cons. 3º a 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/5627/2017, Rol Nº 589-
2017). 566.2. Aplicación de esta interpretación al matrimonio celebrado en el
extranjero y debidamente subinscrito en Chile. Así se declaró por la I Corte de lma.
Apelaciones de Santiago en 2008: "La norma del artículo 87 de la Ley de Matrimonio Civil
ha de entenderse en la forma literal que expresa el juez de primer grado, en la medida
que la demandada tenga domicilio en Chile, cuyo no es el caso, de modo que habrá de
ponerse en cocimiento de ésta la demanda interpuesta en su contra mediante el
correspondiente exhorto internacional" (C. de Apelaciones de Santiago, 18 de marzo de
2008, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/1854/2008, Rol Nº 363-2008). Las razones que
dio el tribunal de alzada para sostener esta interpretación fueron las siguientes: "Ha de
tenerse en consideración el principio de no excusabilidad, ampliamente recogido en
nuestra legislación, mediante el cual solicitada la intervención de un tribunal, éste no
puede soslayarla ni aun a pretexto de no haber ley que resuelva el caso, de modo que un
tribunal nacional ha de pronunciarse, teniendo para ello presente que la extraterritorialidad
de la ley, en el Código Orgánico de Tribunales está tratada en forma excepcionalísima, de
manera que si un nacional, residente en Chile, que solicita el divorcio de un matrimonio
que está surtiendo plenos efectos en Chile, por haber sido subinscrito en el país, no
puede obligárselo a concurrir a un país extranjero a fin de que sea resuelto su asunto" (C.
de Apelaciones de Santiago, 18 de marzo de 2008, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1854/2008, Rol Nº 363-2008). 567. La disolución de un
matrimonio celebrado en el extranjero e inscrito en Chile debe pronunciarse por
tribunales chilenos si el cónyuge demandado tiene su domicilio en Chile: Así se ha
declarado, respecto de un matrimonio celebrado en Suiza y declarado disuelto por un
tribunal de dicho país como consecuencia de la acción de divorcio entablada por el
cónyuge residente en Suiza en contra del otro, que residía en Chile y que no compareció
al citado juicio de divorcio: "La disolución del matrimonio habido entre las partes debió
someterse al conocimiento de los tribunales nacionales, conforme a lo previsto en los
artículos 134 y siguientes del Código Orgánico de Tribunales y 87 de la Ley Nº 19.947,
siendo éstos los únicos competentes para pronunciarse sobre la materia. En efecto, la
demandada de autos desde 1992 ha tenido domicilio y residencia en este país y así lo
reconoce el propio demandante, quien confiesa que el cese de la vida marital se produjo
como consecuencia de su decisión de radicarse en Suiza. A lo anterior cabe agregar que
carece de toda trascendencia jurídica que la ley extranjera pueda otorgar competencia a
sus tribunales para conocer un asunto de esta naturaleza, puesto que en la legislación
patria no existe ninguna norma que haga primar la aplicación de la ley de dicho país en
este tipo de asuntos" (C. Suprema, 3 de diciembre de 2007, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6382/2007, Rol Nº 4678-2007).
Concordancias: Código Civil: artículos 225, 229, 321 número 2. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º números 1, 2, 4, 14.
Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 67, 89. Ley Nº 19.968,
crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 61 número 5.
Artículo 92. Derogado.300
Artículos segundo a noveno.301
ARTÍCULOS TRANSITORIOS
Los honorarios de los peritos serán fijados prudencialmente por el juez, una
vez evacuado el informe pericial, con sujeción al arancel máximo que fijará el
Ministerio de Justicia.
Concordancias: Ley de Efecto Retroactivo de las Leyes,D.O. 7.10.1861: artículo 3º. Ley Nº 19.947, de
Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 22, 25, 87. Código de Procedimiento Civil: artículos 242 a
248.
artículo 2º transitorio de la Ley Nº 19.947, asigna efectos inmediatos a la nueva ley y, por
ende, quienes deseen divorciarse a partir de la entrada en vigor de sus disposiciones,
opción ejercida por el actor al presentar su demanda, pueden hacerlo probando que ya
tienen cumplido el tiempo exigido por la ley y, por su parte, los demandados pueden
enervar la acción si alegan la situación prevista en el inciso tercero del artículo 55 de la
Ley Nº 19.947, esto es, que el demandante durante el período que media entre el cese
efectivo de la convivencia y la demanda, no cumplió reiteradamente con su obligación
alimentaria, respecto del cónyuge demandado o los hijos comunes, pudiendo hacerlo"
(C. Suprema, 30 de julio de 2007, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6026/2007, Rol
Nº 2718-2007), agregándose, en relación con la sentencia de la I Corte de Apelaciones
lma.
de Chillán que había sostenido lo contrario, que: "De acuerdo a lo anterior, yerran los
sentenciadores al afirmar que el no pago reiterado de la obligación alimenticia, durante el
cese de la convivencia, es una sanción civil carente de efecto retroactivo, toda vez que el
régimen de divorcio en su integridad, salvo las excepciones legales, se aplica, por
expresa disposición del artículo 2º transitorio a los matrimonios celebrados con
anterioridad al 18 de noviembre de 2004. Por consiguiente, no es lícito al intérprete
distinguir entre los diversos aspectos que regulan la materia, discriminando en perjuicio de
los derechos, de la cónyuge demandada. Por otra parte, sea que se califique la norma del
inciso tercero de citado artículo 55, como una excepción perentoria destinada a enervar la
acción de divorcio o como un presupuesto de la misma, igualmente rige la norma en
estudio" (C. Suprema, 30 de julio de 2007, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/6026/2007,
Rol Nº 2718-2007). En dicha línea, la citada I Corte de Apelaciones de Chillán al poco
lma.
tiempo asumió la doctrina sentada por la E Corte Suprema al declarar que: "No resulta
xcma.
Chillán, que fue revocada por la E Corte Suprema, de la que no hace mención alguna.
xcma.
de 2007, sostuvo que: "El divorcio vincular fue establecido en nuestra legislación en virtud
de la Ley Nº 19.947 (Ley sobre Matrimonio Civil), publicada en el Diario Oficial de 17 de
mayo de 2004, la que entró en vigencia seis meses después, según fue dispuesto en su
artículo final (esto es, entró a regir el 17 de noviembre de 2004). Ahora bien, si el inciso 3º
del artículo 55 de ley en estudio, prescribe una sanción civil que inhibe acoger la acción
de divorcio en beneficio del cónyuge incumplidor de su obligación de prestar alimentos,
durante el cese efectivo de la convivencia conyugal, no podría ser aplicable tal sanción
con efecto retroactivo, toda vez que el artículo 9º del Código Civil señala que la ley sólo
puede disponer para lo futuro, y no tendrá jamás efecto retroactivo" (C. de Apelaciones de
La Serena, 16 de noviembre de 2007, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6637/2007, Rol
Nº 386-2007). La I Corte de Apelaciones de Antofagasta, que ha entendido que: "La
lma.
Con todo, las partes podrán solicitar al juez que prosiga el juicio comenzado,
o que se aplique lo dispuesto en la disposición Segunda del artículo 1º
transitorio.
Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 11 inciso final. Decreto
Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo
33.
Decreto:
Apruébase el siguiente:
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004. Ley
Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 2º letra g). Decreto
Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo
2º inciso 1º.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículo 9º. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008: artículo 21. Decreto Nº 673, Min. de
Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil,D.O. 30.10.2004: artículo 1º inciso 1º.
Concordancias: Código Civil: artículos 102, 105 a 116, 304. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil,D.O. 17.05.2004: artículo 9º inciso 1º.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 37, 38 y 41. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 9º incisos 1º y 2º, 10, 11. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento
de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículos 6º, 31, 32, 33.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículo 10 inciso 3º.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 9º inciso 1º, 14, 16.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 5º, 6º, 7º, 16.
Concordancias: Código Civil: artículos 102, 124, 125. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil,D.O. 17.05.2004: artículo 14.
Artículo 14. El Oficial Civil no permitirá el matrimonio de la mujer, sin que
por parte de ésta se justifique no estar comprendida en el impedimento del
artículo 128 del Código Civil.
Concordancias: Código Civil: artículos 102, 128. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículo 14.
Transcurrido dicho plazo sin que el matrimonio se haya efectuado, habrá que
repetir las formalidades para su celebración.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 14, 15. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio
Civil, D.O. 30.10.2004: artículos 7º, 8º.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 10 inciso 3º, 16, 17, 19 inciso 2º, 45, 46 inciso 1º letra a).
Concordancias: Código Civil: artículo 131, 133 y 134. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 37 y 38. Ley
Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 10 inciso 2º, 14, 18. Decreto Nº 778, Min.
Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo
23.3. Decreto Nº 326, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, D.O: 28.04.1989: artículo 10.1. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989,
artículo 16.1 letra b). Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 17.3. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 23.1
letra a).
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 4º números 1º y 2º, 38. Ley Nº 19.477,
Orgánica del Registro Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º números 1, 2 y 3. Ley
Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 19. Decreto Nº 673, Min. de Justicia,
Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 28 inciso 2º.
Artículo 19. El Oficial Civil levantará acta de todo lo obrado, la que será
firmada por él, por los testigos y por los cónyuges, si supieren y pudieren
hacerlo. En su caso, se dejará constancia del nombre, apellido y domicilio del
intérprete, o de quien conozca el lenguaje de señas, o del peligro que
amenazaba al cónyuge en el caso de matrimonios en artículo de muerte,
conforme lo dispuesto en los artículos 13, inciso final, y 19 de la Ley Nº 19.947.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 4º números 1º y 2º, 12, 37, 38, 39, 40 y 41.
Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º números 1, 2 y
3. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 10 inciso 3º, 13 inciso final, 17 inciso
3º.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 4º números 1º y 2º, 12, 37, 38, 39, 40 y 41.
Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación,D.O. 19.10.1996: artículo 4º números 1, 2 y
3. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 19 inciso 1º.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículo 19 inciso 2º.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.638, sobre Constitución Jurídica de las Iglesias y
Organizaciones Religiosas, D.O. 14.10.1999. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículo 20.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.638, sobre Constitución Jurídica de las Iglesias y
Organizaciones Religiosas,D.O. 14.10.1999. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículo 20.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 40 bis. Ley Nº 19.638, sobre Constitución
Jurídica de las Iglesias y Organizaciones Religiosas,D.O. 14.10.1999. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 20.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 38. Ley Nº 19.638, sobre Constitución
Jurídica de las Iglesias y Organizaciones Religiosas, D.O. 14.10.1999. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 20. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947
de Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 18.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículo 20 inciso 4º.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 4º números 1º y 2º, 12, 37, 38, 39, 40, 40
ter. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 20.
Párrafo 7º De los cursos de preparación para el matrimonio y su registro
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 10 inciso 2º, 11. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de
Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículos 5º y 6º.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 10 inciso 2º, 11. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de
Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículos 5º, 6º, 31.
Concordancias: Código Civil: artículo 102. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 10 inciso 2º, 11. Decreto Nº 673, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de
Matrimonio Civil, D.O. 30.10.2004: artículo 4º transitorio.
Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 20. Decreto Nº 673,
Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.947 de Matrimonio Civil,D.O. 30.10.2004: artículo 25.
Artículo 5º. Derogado.304
Artículo 6º. Derogado.305
Decreto Ley:
.................
...............
Proyecto de ley:
.................
Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 62. D.L. Nº 824, Ley de
la Renta, D.O. 31.12.1974: artículo 17 número 31. Ley Nº 20.039, libera de impuesto a la renta a las
compensaciones económicas por término del matrimonio,D.O. 8.02.2008: artículo 1º.
.................
.................
Párrafo tercero Disposiciones transitorias del Título III, sobre normas sobre
equidad de género y afiliados jóvenes
.................
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Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS
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INICIO DE:
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
B. CÓDIGO CIVIL
C. LEY Nº 19.585 MODIFICA EL CÓDIGO CIVIL Y OTROS CUERPOS LEGALES EN MATERIA DE FILIACIÓN
D. LEY DE EFECTO RETROACTIVO DE LAS LEYES
E. LEY Nº 16.618 LEY DE MENORES
F. LEY Nº 19.620 DICTA NORMAS SOBRE ADOPCIÓN DE MENORES
G. DECRETO Nº 944 REGLAMENTO DE LA LEY Nº 19.620 QUE DICTA NORMAS SOBRE ADOPCIÓN DE
MENORES
H. AUTOS ACORDADOS
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INICIO DE:
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
1. CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO
2. CONVENCIÓN SOBRE PROTECCIÓN DEL NIÑO Y COOPERACIÓN EN MATERIA DE ADOPCIÓN
INTERNACIONAL
3. CONVENCIÓN SOBRE LOS ASPECTOS CIVILES DEL SECUESTRO INTERNACIONAL DE NIÑOS
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INICIO DE:
1. CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO
PREÁMBULO
PARTE I
PARTE II
PARTE III
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Preámbulo
PREÁMBULO
Teniendo presente que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado
en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre y en la dignidad y
el valor de la persona humana, y que han decidido promover el progreso social
y elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad.
Reconociendo que en todos los países del mundo hay niños que viven en
condiciones excepcionalmente difíciles y que esos niños necesitan especial
consideración.
Artículo 1º
Para los efectos de la presente Convención, se entiende por niño todo ser
humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le
sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad.
Concordancias: Código Civil: artículo 26. Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967: artículo 1º.
Decreto Ley Nº 2.465, Ley Orgánica del Servicio Nacional de Menores, D.O. 16.01.1979: artículo 1º
inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 16 inciso 3º.
Artículo 2º
2. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar
que el niño se vea protegido contra toda forma de discriminación o castigo por
causa de la condición, las actividades, las opiniones expresadas o las
creencias de sus padres, o sus tutores o de sus familiares.
Artículo 3º
Concordancias: Código Civil: artículos 222, 225, 229, 234, 240, 244 inciso 3º y 245. Constitución
Política: artículo 1º, 5º inciso 2º. Decreto Ley Nº 2.465, Ley Orgánica del Servicio Nacional de
Menores, D.O. 16.01.1979: artículo 3º. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999:
artículos 1º, 3º inciso 2º, 22 inciso 3º, 24 inciso final, 30 inciso final. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 3º inciso 1º, 27 inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 16, 22 inciso 1º. Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal
Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículo 2º. Ley Nº 20.422, establece normas sobre igualdad de
oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad, D.O. 10.02.2010, artículo 10. Decreto
Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 1º. Ley Nº 20.084, establece un sistema de responsabilidad de los
adolescentes por infracciones a la ley penal, D.O. 7.12.2005: artículo 2º. Decreto Nº 1.378, Min. de
Justicia, aprueba reglamento de la Ley Nº 20.084, que establece un sistema de responsabilidad de los
adolescentes por infracciones a la ley penal, D.O. 25.04.2007: artículo 2º. Decreto Nº 789, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, D.O. 9.12.1989, artículos 5º letra b), 16.1 letra d). Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 7.1, 9º, 12, 18, 20.3, 21.
satisfacción de los derechos" del niño: "[D]e conformidad a lo que dispone el artículo 3.1
de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, el principio del interés superior
del niño es el que debe primar e inspirar las decisiones concernientes a ellos y que deben
adoptar las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales y las
autoridades administrativas o los órganos legislativos. Dicho principio debe identificarse
con sus derechos, por lo tanto, como lo sostiene la doctrina, 'el interés superior del niño es
la plena satisfacción de sus derechos'; bienestar que podrá obtener en la medida que
pueda desarrollar su personalidad de manera plena y armónica, y, para ello, necesita
crecer en un ambiente de familia que le brinde amor y comprensión, y que también le
proporcione los medios para satisfacer sus necesidades materiales" (C. Suprema, 23 de
febrero de 2015, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/1023/2015, Rol Nº 1481-2015).
Vinculado directamente al libre desarrollo de la personalidad del niño, se ha razonado de
este modo: "[E]l principio que debe guiar tal decisión es el del interés superior del niño,
que se encuentra recogido en nuestra legislación interna y consagrado en la Convención
de los Derechos del Niño suscrita por nuestro país, que, pese a no encontrarse definido,
ha sido entendido jurisprudencialmente como aquel que alude a "asegurar al menor el
ejercicio y protección de sus derechos fundamentales; y a posibilitar la mayor suma de
ventajas en todos los aspectos de su vida, en perspectiva de su autonomía y orientado a
asegurar el libre desarrollo de su personalidad, concepto en todo caso, cuyos contornos
deben delimitarse en concreto, en cada caso" (Corte de Apelaciones de Santiago, rol
Nº4105 2004)" (C. Suprema, 18 de abril de 2018, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1784/2018, Rol Nº 40736-2017); 574.3. El "interés superior del
niño" se delimita por las circunstancias de cada caso en particular: en este sentido,
la E Corte Suprema ha señalado que: "[D]ebe considerarse como principio rector de
xcma.
interpretación y de decisión, el del interés superior del niño, concepto que aunque
jurídicamente indeterminado y de contornos imprecisos, aparece delimitado por las
circunstancias de cada caso en particular" (C. Suprema, 24 de julio de 2013, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1622/2013, Rol Nº 2455-2013). En el último tiempo el mismo
tribunal reitera este considerando, aunque ha eliminado la referencia a que se trate de un
concepto de "contornos imprecisos" y, así, se ha limitado a consignar que: "[E]l interés
superior del niño, concepto que aunque jurídicamente es indeterminado, aparece
delimitado por las circunstancias de cada caso en particular y principalmente en el juicio
en comento" (C. Suprema, 29 de septiembre de 2014, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6948/2014, Rol Nº 634-2014; C. Suprema, 11 de diciembre de
2014, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/9481/2014, Rol Nº 21997-2014). En la misma
línea se ha destacado que: "La terminología 'interés superior' se enmarca en aquella clase
de nociones que la lingüística jurídica califica de 'abiertas', habida cuenta su
indescriptibilidad, que empuja a una definición funcional, siempre atenta y consecuente
con la circunstancialidad casuística" (C. Suprema, 17 de septiembre de 2014,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6646/2014, Rol Nº 2545-2014). 575. El interés superior del
niño no se entiende como un derecho. Se ha precisado que: "Pese a la finalidad de la
Convención de hacer un aporte a la protección efectiva de los derechos del niño mediante
la consagración del principio de su interés superior, la determinación del contenido del
mismo no ha sido una cuestión pacífica, que en todo caso significa un principio jurídico
garantista, en el sentido de que asegura la efectividad de los derechos subjetivos
remitidos directamente al inventario de derechos contemplados en la propia Convención
obligando tanto al poder público como a los entes privados a respetarlos, mas no estamos
en presencia de un derecho sino de un interés social amparado por el derecho"
(C. Suprema, 2 de noviembre de 2006, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/6715/2006, Rol
Nº 6553-2005). 576. Del interés superior del niño como consideración primordial de
los tribunales. La I Corte de Apelaciones de Concepción ha entendido que constituye
lma.
una forma concreta de dar cumplimiento a este mandado adoptar la medida especial de
mantener en una cuenta de ahorro a nombre de una menor huérfana de madre, hasta que
alcance la capacidad, parte del dinero obtenido como indemnización por la muerte de su
madre y al efecto ha razonado: "Que la Convención de las Naciones Unidas sobre los
Derechos del Niño, de fecha 20 de noviembre de 1989, ratificada por la República de
Chile y por tanto incorporada al derecho nacional, establece en su artículo 3 que en todas
las medidas concernientes a los niños que tomen, entre otros, los tribunales, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño. Y en su
artículo 20 señala que los niños, temporal o permanentemente privados de su medio
familiar o cuyo superior interés exija que no permanezcan en ese medio, tendrán derecho
a la protección y asistencia especiales del Estado. 2º. Que el interés superior del hijo es el
principio básico que inspira la moderna legislación sobre menores, y ha sido recogido,
entre otros, en los artículos 222, 225, 229, 234, 240 y 242 del Código Civil y siendo deber
del Estado y por tanto de esta Corte que ejerce una función jurisdiccional del Estado por
mandato constitucional, el propender a la protección y asistencia especial de la menor
demandante, se ordenará mantener parte de la indemnización en una cuenta especial de
ahorro a nombre de [la menor], atendido el mérito de los informes socioeconómicos
evacuados como medidas para mejor resolver, que señalan que el padre de ella no puede
hacerse cargo del cuidado de su hija y que vive en una condición modesta. Esta es una
forma especial de protección de los bienes de la menor que esta Corte debe cautelar,
hasta que ella alcance edad suficiente para obrar por sí misma con suficiente juicio y
discernimiento" (C. de Apelaciones de Concepción, 25 de junio de 2001, cons. 1º y 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2653/2001, Rol Nº 2162-2000, conf. C. Suprema, 13 de
septiembre de 2001, LegalPublishing: Cl/Jur/2652/2001, Rol Nº 2925-2001). 577. El
"interés superior del niño" y su delimitación en el caso concreto, de cara al recurso
de casación. De la concepción jurisprudencial que concibe al "interés superior del niño"
como una noción que se concreta en el caso en particular, la E Corte Suprema ha
xcma.
extraído el corolario de la dificultad para que esa labor de concreción realizada por los
tribunales de la instancia, quede sujeta a la revisión en casación. En este sentido ha
declarado: "La terminología 'interés superior' se enmarca en aquella clase de nociones
que la lingüística jurídica califica de 'abiertas', habida cuenta su indescriptibilidad, que
empuja a una definición funcional, siempre atenta y consecuente con la circunstancialidad
casuística [...]. Aplicado a lo presente, lo anterior supone de parte de quienes, como los
jueces, están llamados a apreciar la realidad sometida a su opinión bajo el prisma del
interés superior del niño, un compromiso de fidelidad a lo que se les revela y los convence
como mayormente ventajoso para aquél. Y eso conforma un ejercicio personalísimo cuyas
características lo alejan del rol fiscalizador a que está destinado el recurso de casación en
el fondo" (C. Suprema, 17 de septiembre de 2014, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6646/2014, Rol Nº 2545-2014). 578. Interés superior del niño y
medidas de protección consistentes en erradicarlos de su hogar. Se ha sostenido en
esta materia: "Que el artículo 3º de la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada
por la Asamblea de las Naciones Unidas en el año 1989, establece que en todas las
medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de
bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos,
una consideración primordial a que se atenderá será el 'interés superior del niño'. El
profesor señor Hernán Corral Talciani señala a propósito de este tema que 'si se trata de
velar por el interés superior del niño, hay que hacer los mayores esfuerzos para que éste
pueda desarrollarse en el medio familiar que lo vio nacer y en especial, con sus padres.
Son los padres los que Constitucionalmente tienen el derecho y el deber de educar a sus
hijos'. Los niños sólo de sus padres biológicos recibirán el afecto, la estimulación, el apoyo
y protección necesarios en cada estadio de su evolución, porque tales sentimientos fluyen
de lo más profundo del corazón por la vinculación tan estrecha que existe entre aquellos y
sus hijos. Sin duda alguna que incierto es el futuro para aquellos menores que residirán
en un hogar o en poder de terceras personas, porque vivirán otra realidad distinta a la de
un hogar, junto a sus otros hermanos, aun cuando carente de bienes materiales y la
experiencia que vivirán en un hogar, lejos de ayudar al proceso formativo de su alma
infantil, los situará en una posición vulnerable frente a agresiones, por ejemplo, de otros
menores. Los niños merecen amor, merecen ser deseados y acogidos en el seno de su
propia familiar y una muestra clara de ello es el hecho de que su propia madre ha apelado
de la medida de que fue objeto su hijo en esta y en otra causa que es de conocimiento de
esta misma sala, respecto de otro de sus hijos. Estima este tribunal que en circunstancias
muy calificadas, extraordinarias, debidamente probadas o por carencia de sus
progenitores, pueden terceras personas o un hogar asumir el rol de orientar el proceso
formativo del alma infantil en sus primeros años de su vida, que no es el caso de autos"
(C. de Apelaciones de Valdivia, 19 de marzo de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7539/2008, Rol Nº 1-2008). 579. Del interés superior del niño y
del derecho de alimentos. Se ha advertido que: "La normativa contenida en la
Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por Chile, que entró en vigencia el 27
de septiembre de 1990, y de aplicación obligatoria en Chile conforme al artículo 5º de la
Constitución Política de la República, la que en su artículo 3º Nºs. 1 y 2 establece que 'en
todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o
privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos
legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del
niño' y que los 'Estados Partes se comprometen a asegurar al niño la protección y el
cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y
deberes de sus padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley y, con ese
fin, tomarán todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas', y finalmente, el
artículo 27 Nº 4 señala que los 'Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas
para asegurar el pago de la pensión alimenticia por parte de los padres u otras personas
que tengan la responsabilidad financiera por el niño, tanto si viven en el Estado Parte
como si viven en el extranjero'. El interés superior del niño importa la plena satisfacción de
sus derechos, entre ellos, el derecho que se le concedan alimentos, y de percibirlos
materialmente" (C. de Apelaciones de Concepción, 13 de junio de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5671/2008, Rol Nº 377-2008).
Artículo 4º
Artículo 5º
Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 19 número 10. Código Civil: 222 inciso
2º.
Artículo 6º
1. Los Estados Partes reconocen que todo niño tiene el derecho intrínseco a
la vida.
Artículo 7º
Concordancias: Constitución Política de la República: artículo 10. Código Civil: artículos 56, 222, 224,
225, 229. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 3º números 1, 2 y 3, 28, 29, 30, 31, 54. Ley Nº 19.477, Orgánica del
Registro Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º números 1 y 2. Ley Nº 19.620, sobre
Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 27 inciso 3º. Ley Nº 20.032, establece sistema de
atención a la niñez y adolescencia a través de la red de colaboradores del Sename, y su régimen de
subvención, D.O. 25.07.2005: artículo 15 letra c).
Artículo 8º
Concordancias: Código Civil: artículos 195, 199, 320. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 27 inciso 3º.
Artículo 9º
1. Los Estados Partes velarán por que el niño no sea separado de sus
padres contra la voluntad de éstos, excepto cuando, a reserva de revisión
judicial, las autoridades competentes determinen, de conformidad con la ley y
los procedimientos aplicables, que tal separación es necesaria en el interés
superior del niño, tal determinación puede ser necesaria en casos particulares,
por ejemplo, en los casos en que el niño sea objeto de maltrato o descuido por
parte de sus padres o cuando éstos viven separados y debe adoptarse una
decisión acerca del lugar de residencia del niño.
3. Los Estados Partes respetarán el derecho del niño que esté separado de
uno o de ambos padres a mantener relaciones personales y contacto directo
con ambos padres de modo regular, salvo si ello es contrario al interés superior
del niño.
Concordancias: Código Civil: artículos 224, 225, 226, 229, 234, 237, 238, 239, 242. Ley Nº 16.618,
Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 16 bis
inciso 2º, 30, 42, 43, 48, 62 inciso final. Decreto Ley Nº 2.465, Ley Orgánica del Servicio Nacional de
Menores, D.O. 16.01.1979: artículo 3º. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999:
artículo 12. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 68, 69, 71. Ley
Nº 20.032, establece sistema de atención a la niñez y adolescencia a través de la red de colaboradores
del Sename, y su régimen de subvención, D.O. 25.07.2005: artículos 15 letra c), 18 a 21. Ley
Nº 20.422, establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con
discapacidad, D.O. 10.02.2010, artículo 10. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 10.
Artículo 10
Concordancias: Código Civil: artículo 229. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 9º. Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los aspectos civiles del secuestro internacional de niños, D.O. 17.06.1994: artículo
21.
Artículo 11
1. Los Estados Partes adoptarán medidas para luchar contra los traslados
ilícitos de niños al extranjero y la retención ilícita de niños en el extranjero.
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños, D.O. 17.06.1994: artículo 1º letra a). Decreto Nº 1.215, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en materia de adopción
internacional, D.O. 4.10.1999: artículo 1º, letra b). Decreto Nº 225, Min. Relaciones Exteriores,
Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativa a la venta de niños, la
prostitución infantil y la utilización de los niños en la pornografía, con su corrección a la letra b) de su
artículo 7º, D.O. 6.09.2003. Decreto Nº 342, Min. Relaciones Exteriores, Protocolo para prevenir,
reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la
Convencion de las Naciones Unidas contra la delincuencia organizada transnacional, D.O. 16.02.2005.
Artículo 12
ha advertido que: "[E]l artículo 12 establece que el niño, niña y adolescente tiene derecho
a manifestar sus deseos y sentires de manera libre y a que sean tenidos en cuenta en la
oportunidad que se resuelva el asunto que les incumbe, enlazándose directamente con el
principio de la autonomía progresiva. Lo señalado importa, por lo tanto, que deben ser
considerados como sujetos de derechos humanos y civiles, y al estar en las condiciones
que indica dicha norma, debe necesariamente escuchárseles de manera tal de establecer
una comunicación, un diálogo con ellos" (C. Suprema, 14 de mayo de 2018, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2211/2018, Rol Nº 39739-2017). 587. La fijación de audiencias
para oír a los niños concreta el derecho consagrado en el artículo 12 de la
Convención. En este sentido se ha declarado que: "[S]e debe inferir que la fijación de
una o más audiencias en los juicios que inciden en materias que conciernen a niños,
niñas o adolescentes, con la finalidad de escucharlos, de establecer un diálogo con ellos,
constituye una forma de concretar el derecho que consagra el artículo 12 de la
Convención de los Derechos del Niño, y en la medida que se den las condiciones que
señala, debe ser considerada como necesaria e imprescindible" (C. Suprema, 14 de
mayo de 2018, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/2211/2018, Rol Nº 39739-
2017). 588. Derecho del niño a ser oído y determinación del "interés superior del
adoptado". Se ha entendido que: "El interés superior del adoptado no sólo se puede
reconstituir a través del ministerio social que las instituciones a cargo de velar por sus
derechos puedan expresar, sino que también y de un modo principal —cuando ello es
posible— a través del propio parecer del menor (artículo 12 de la Convención sobre los
Derechos del Niño y 36 de la Ley Nº 16.618) que, en el caso sub lite, como se ha dicho,
resulta categórico" (C. de Apelaciones de Rancagua, 24 de julio de 2002, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4182/2002, Rol Nº 18724-2002).
Artículo 13
Artículo 14
Artículo 15
1. Los Estados Partes reconocen los derechos del niño a la libertad de
asociación y a la libertad de celebrar reuniones pacíficas.
Artículo 16
Artículo 17
Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 13, 18, 29. Ley Nº 19.253, sobre protección, fomento y desarrollo de
los indígenas, D.O. 5.10.1993: artículo 1º inciso 3º, 7º, 28.
Artículo 18
3. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para que los
niños cuyos padres trabajan tengan derecho a beneficiarse de los servicios e
instalaciones de guarda de niños para los que reúnan las condiciones
requeridas.
Artículo 19
Concordancias: Código Civil: artículos 225 inciso 3º, 229 inciso 2º, 234, 238. Ley Nº 16.618, Ley de
Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 15, 16 bis,
30, 31, 33, 62. Código del Trabajo: artículos 13 a 18. Código Penal: artículos 366, 366 bis, 366 ter, 366
quáter, 366 quinquies, 367, 367 bis, 367 ter. Decreto Nº 225, Min. Relaciones Exteriores, Protocolo
Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativa a la venta de niños, la prostitución
infantil y la utilización de los niños en la pornografía, con su corrección a la letra b) de su artículo
7º,D.O. 6.09.2003.
Artículo 20
declarar: "Que la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, de
fecha 20 de noviembre de 1989, ratificada por la República de Chile y por tanto
incorporada al derecho nacional, establece en su artículo 3º que en todas las medidas
concernientes a los niños que tomen, entre otros, los tribunales, una consideración
primordial a que se atenderá será el interés superior del niño. Y en su artículo 20 señala
que los niños, temporal o permanentemente privados de su medio familiar o cuyo superior
interés exija que no permanezcan en ese medio, tendrán derecho a la protección y
asistencia especiales del Estado. 2º. Que el interés superior del hijo es el principio básico
que inspira la moderna legislación sobre menores, y ha sido recogido, entre otros, en los
artículos 222, 225, 229, 234, 240 y 242 del Código Civil y siendo deber del Estado y por
tanto de esta Corte que ejerce una función jurisdiccional del Estado por mandato
constitucional, el propender a la protección y asistencia especial de la menor demandante,
se ordenará mantener parte de la indemnización en una cuenta especial de ahorro a
nombre de [la menor], atendido el mérito de los informes socioeconómicos evacuados
como medidas para mejor resolver, que señalan que el padre de ella no puede hacerse
cargo del cuidado de su hija y que vive en una condición modesta. Esta es una forma
especial de protección de los bienes de la menor que esta Corte debe cautelar, hasta que
ella alcance edad suficiente para obrar por sí misma con suficiente juicio y discernimiento"
(C. de Apelaciones de Concepción, 25 de junio de 2001, cons. 1º y 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2653/2001, Rol Nº 2162-2000, conf. C. Suprema, 13 de
septiembre de 2001, LegalPublishing: Cl/Jur/2652/2001, Rol Nº 2925-2001).
Artículo 21
a) Velarán por que la adopción del niño sólo sea autorizada por las
autoridades competentes, las que determinarán, con arreglo a las leyes y a los
procedimientos aplicables y sobre la base de toda la información pertinente y
fidedigna, que la adopción es admisible en vista de la situación jurídica del niño
en relación con sus padres, parientes y representantes legales y que, cuando
así se requiera, las personas interesadas hayan dado con conocimiento de
causa su consentimiento a la adopción sobre la base del asesoramiento que
pueda ser necesario;
c) Velarán por que el niño que haya de ser adoptado en otro país goce de
salvaguardias y normas equivalentes a las existentes respecto de la adopción
en el país de origen;
Artículo 22
1. Los Estados Partes adoptarán medidas adecuadas para lograr que el niño
que trate de obtener el estatuto de refugiado o que sea considerado refugiado
de conformidad con el derecho y los procedimientos internacionales o internos
aplicables reciba, tanto si está solo como si está acompañado de sus padres o
de cualquier otra persona, la protección y la asistencia humanitaria adecuadas
para el disfrute de los derechos pertinentes enunciados en la presente
Convención y en otros instrumentos internacionales de Derechos Humanos o
de carácter humanitario en que dichos Estados sean partes.
Concordancias: Decreto Nº 597, Min. del Interior, Reglamento de Extranjería, 14.06.1984: artículos 53
a 66.
Artículo 23
Concordancias: Ley Nº 19.284, establece normas para la plena integración social de personas con
discapacidad, D.O. 14.01.1994. Decreto Nº 387, Min. de Educación, Crea Consejo Consultivo de
Educación Especial, D.O. 14.07.2007. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008: artículos 3º
letra h), 4º.3º, 7º, 8.2 letra b, 18.2, 23, 24.2, 24.3, 25 letra b), 30.5 letra d).
Artículo 24
1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al disfrute del más alto
nivel posible de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y
la rehabilitación de la salud. Los Estados Partes se esforzarán por asegurar
que ningún niño sea privado de su derecho al disfrute de esos servicios
sanitarios.
Artículo 25
Los Estados Partes reconocen el derecho del niño que ha sido internado
en un establecimiento por las autoridades competentes para los fines de
atención, protección o tratamiento de su salud física o mental a un examen
periódico del tratamiento a que esté sometido y de todas las demás
circunstancias propias de su internación.
Artículo 26
Artículo 27
4. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para asegurar
el pago de la pensión alimenticia por parte de los padres u otras personas que
tengan la responsabilidad financiera por el niño, tanto si viven en el Estado
Parte como si viven en el extranjero. En particular, cuando la persona que
tenga la responsabilidad financiera por el niño resida en un Estado diferente de
aquel en que resida el niño, los Estados Partes promoverán la adhesión a los
convenios internacionales o la concertación de dichos convenios, así como la
concertación de cualesquiera otros arreglos apropiados.
Concordancias: Código Civil: artículos 224, 230, 232, 233. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia
y Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000. Decreto Nº 23, Min. de Relaciones Exteriores, Convención sobre la Obtención
de Alimentos en el Extranjero, D.O. 23.01.1961.
Artículo 28
Artículo 29
1. Los Estados Partes convienen en que la educación del niño deberá estar
encaminada a:
d) Preparar al niño para asumir una vida responsable en una sociedad libre,
con espíritu de comprensión, paz, tolerancia, igualdad de los sexos y amistad
entre todos los pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos y personas de
origen indígena;
Artículo 30
Artículo 31
Artículo 32
1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido contra
la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que
pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud
o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social.
Concordancias: Código del Trabajo: artículos 13 a 18. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores,
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: 10.3. Decreto Nº 225, Min.
Relaciones Exteriores, Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del niño relativa a la
venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de los niños en la pornografía, con su corrección a
la letra b) de su artículo 7º, D.O. 6.09.2003.
Artículo 33
Concordancias: Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 10.3. Decreto Nº 225, Min. Relaciones Exteriores, Protocolo
Facultativo de la Convención sobre los Derechos del niño relativa a la venta de niños, la prostitución
infantil y la utilización de los niños en la pornografía, con su corrección a la letra b) de su artículo
7º, D.O. 6.09.2003.
Artículo 34
Concordancias: Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 15, 16 bis, 33. Código Penal: artículos 366, 366 bis, 366 ter, 366 quáter,
366 quinquies, 367, 367 bis, 367 ter. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos,D.O. 29.04.1989: artículo 10. 3. Decreto Nº 225, Min. Relaciones
Exteriores, Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del niño relativa a la venta de
niños, la prostitución infantil y la utilización de los niños en la pornografía, con su corrección a la letra
b) de su artículo 7º, D.O. 6.09.2003.
Artículo 35
Los Estados Partes tomarán todas las medidas de carácter nacional, bilateral
y multilateral que sean necesarias para impedir el secuestro, la venta o la trata
de niños para cualquier fin o en cualquier forma.
Artículo 36
Los Estados Partes protegerán al niño contra todas las demás formas de
explotación que sean perjudiciales para cualquier aspecto de su bienestar.
Concordancias: Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 10.3. Decreto Nº 225, Min. Relaciones Exteriores, Protocolo
Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativa a la venta de niños, la prostitución
infantil y la utilización de los niños en la pornografía, con su corrección a la letra b) de su artículo
7º,D.O. 6.09.2003.
Artículo 37
Artículo 38
2. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas posibles para asegurar
que las personas que aún no hayan cumplido los 15 años de edad no
participen directamente en las hostilidades.
Artículo 39
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para promover
la recuperación física y psicológica y la reintegración social de todo niño
víctima de: cualquier forma de abandono, explotación o abuso; tortura u otra
forma de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes; o conflictos
armados. Esa recuperación y reintegración se llevarán a cabo en un ambiente
que fomente la salud, el respeto de sí mismo y la dignidad del niño.
Artículo 40
b) Que todo niño del que se alegue que ha infringido las leyes penales o a
quien se acuse de haber infringido esas leyes se le garantice, por lo menos, lo
siguiente:
iii) Que la causa será dirimida sin demora por una autoridad u órgano judicial
competente, independiente e imparcial en una audiencia equitativa conforme a
la ley, en presencia de un asesor jurídico u otro tipo de asesor adecuado y, a
menos que se considerare que ello fuere contrario al interés superior del niño,
teniendo en cuenta en particular su edad o situación y a sus padres o
representantes legales;
v) Si se considerare que ha infringido, en efecto, las leyes penales, que esta
decisión y toda medida impuesta a consecuencia de ella, serán sometidas a
una autoridad u órgano judicial superior competente, independiente e imparcial,
conforme a la ley;
3. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para promover
el establecimiento de leyes, procedimientos, autoridades e instituciones
específicos para los niños de quienes se alegue que han infringido las leyes
penales o a quienes se acuse o declare culpables de haber infringido esas
leyes, y en particular:
advertido que: "[D]ebe tenerse en cuenta que la Ley Nº 20.084 estableció un subsistema
penal especial en favor de los adolescentes infractores de ley completamente distinto del
régimen normativo anterior, el que como único elemento distintivo del estatuto de los
adultos preveía un castigo de prisión disminuido. Lo anterior es consecuencia del tenor
del artículo 40.1 de la Convención sobre Derechos del Niño que dispone que los niños
infractores deberán ser tratados de acuerdo con su particular dignidad, cuidando
fortalecer valores y su reintegración a la sociedad, lo que encuentra reconocimiento legal
en el artículo 2º de la citada ley, el que dispone que en todas las actuaciones judiciales o
administrativas relativas a procedimientos, sanciones y medidas aplicables a los
adolescentes infractores de la ley penal se deberá tener en consideración el interés
superior del adolescente, que se expresa en el reconocimiento y respeto de sus derechos
[...]. Que los referidos criterios normativos son recogidos en la ley especial y generan un
conjunto de derechos que legitiman la reacción penal. Se dispone entonces de normas
penales especiales que sólo son aplicables a los jóvenes porque los medios punitivos y
toda la actividad estatal ante el ilícito tienen en cuenta que ha de ejecutarse sin
desatender el interés superior del niño, esto es, sin afectar el desarrollo del menor. Lo
anterior es directa consecuencia de haberse aceptado que los destinatarios de unas y
otras normas, los adolescentes y los adultos, son distintos. Por ello ha de aceptarse que
estas últimas reglas conforman el subsistema penal aplicable a los adolescentes, que
tienen el carácter de especiales, y que las comunes han de entenderse como de
aplicación subsidiaria" (C. Suprema, 19 de noviembre de 2012, cons. 7º y 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2630/2012, Rol Nº 7098-2012). 599. Contraría el número 1 de
este artículo pretender atribuir a las sanciones previstas en la Ley Nº 20.084 unos
fines diversos de aquellos que se señalan en su artículo 20. En ese sentido se ha
declarado: "Que respecto de la materia debatida la jurisprudencia de la Corte Suprema ha
sostenido que las sanciones de la Ley Nº 20.084 tienen un fin expresamente previsto en
su artículo 20, esto es, hacer efectiva la responsabilidad de los adolescentes por los
hechos delictivos que cometan, de modo que no puede atribuírseles otros fines diversos,
ni dentro de su propio sistema de responsabilidad penal, ni mucho menos fuera de éste,
como lo sería utilizar esa sanción no ya para hacer efectiva la responsabilidad penal del
menor, sino para agravarla por los ilícitos cometidos siendo adulto. Empero, no sólo hay
una contravención formal al usar las sanciones de la Ley Nº 20.084 para un objetivo
distinto al dehacer efectiva la responsabilidad penal del adolescente, sino también una
colisión material, pues esa pena adjudicada siendo adolescente, nuevamente por
mandato expreso del citado artículo 20 y del artículo 40 Nº 1 de la Convención sobre los
Derechos del Niño, que fue su fuente informadora, debe orientarse a su 'plena integración
social' y nada más contrario y alejado a dicha directriz que luego valerse de esa sanción
precisamente para incrementar las penas privativas de libertad cuyo efecto desocializador
y despersonalizante no requiere prueba que el sistema penal de adultos prevé para la
generalidad de los delitos. Lo recién explicado se aviene al artículo 21.2 de las Reglas de
Beijing (Asamblea General Naciones Unidas, Resolución Nº 40/33 de 23 de noviembre de
1985), de acuerdo al cual 'los registros de menores delincuentes no se utilizarán en
procesos de adultos relativos a casos subsiguientes en los que esté implicado el mismo
delincuente', directrices y normas programáticas que no es posible ignorar aunque éstas
no hayan sido incorporadas formalmente al ordenamiento jurídico chileno, no al menos sin
dejar de lado el elemento histórico de interpretación contenido en el inciso segundo del
artículo 19 del Código Civil, desde que constituyó uno de los instrumentos internacionales
informadores del proyecto de la Ley Nº 20.084, según se lee en su Mensaje, así como de
la Convención sobre los Derechos del Niño, tal como consta en su Preámbulo, texto que,
a su vez, debe ser revisado por las autoridades cuando aplican la Ley Nº 20.084 por
expreso mandato del inciso segundo de su artículo segundo" (C. de Apelaciones de
Santiago, 10 de abril de 2015, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2022/2015, Rol Nº 416-
2015).
Artículo 41
Artículo 42
Artículo 43
3. Los miembros del Comité serán elegidos, en votación secreta, de una lista
de personas designadas por los Estados Partes. Cada Estado Parte podrá
designar a una persona escogida entre sus propios nacionales.
6. Los miembros del comité serán elegidos por un período de cuatro años.
Podrán ser reelegidos si se presenta de nuevo su candidatura. El mandato de
cinco de los miembros elegidos en la primera elección expirará al cabo de dos
años; inmediatamente después de efectuada la primera elección, el Presidente
de la reunión en que ésta se celebre elegirá por sorteo los nombres de esos
cinco miembros.
7. Si un miembro del comité fallece o dimite o declara que por cualquier otra
causa no puede seguir desempeñando sus funciones en el comité, el Estado
Parte que propuso a ese miembro designará entre sus propios nacionales a
otro experto para ejercer el mandato hasta su término, a reserva de la
aprobación del comité.
Artículo 44
6. Los Estados Partes darán a sus informes una amplia difusión entre el
público de sus países respectivos.
Artículo 45
PARTE III
Artículo 46
Artículo 47
Artículo 48
Artículo 49
Artículo 50
3. Cuando las enmiendas entren en vigor serán obligatorias para los Estados
Partes que las hayan aceptado, en tanto que los demás Estados Partes
seguirán obligados por las disposiciones de la presente convención y por las
enmiendas anteriores que hayan aceptado.
Artículo 51
3. Toda reserva podrá ser retirada en cualquier momento por medio de una
notificación hecha a ese efecto y dirigida al Secretario General de las Naciones
Unidas, quien informará a todos los Estados. Esa notificación surtirá efecto en
la fecha de su recepción por el Secretario General.
Artículo 52
Artículo 53
Artículo 54
El original de la presente Convención, cuyos textos en árabe, chino, español,
francés, inglés y ruso son igualmente auténticos, se depositará en poder del
Secretario General de las Naciones Unidas.
Artículo 1º
Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 11. Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
aspectos civiles del secuestro internacional de niños, D.O. 17.06.1994: artículo 1º letra a). Decreto
Nº 225, Min. Relaciones Exteriores, Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del niño
relativa a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de los niños en la pornografía, con su
corrección a la letra b) de su artículo 7º, D.O. 6.09.2003. Decreto Nº 342, Min. Relaciones Exteriores,
Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que
complementa la convención de las naciones unidas contra la delincuencia organizada
transnacional, D.O. 16.02.2005.
Artículo 2º
Artículo 3º
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículo 17.
Artículo 4º
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 3º, 14 inciso 1º,
29, 31, 32, 42, 43, 44. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 11, 12, 21 letra d). Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre protección del niño y cooperación en materia de adopción internacional,
D.O. 4.10.1999: artículos 16, 29.
Artículo 5º
Artículo 6º
Artículo 7º
Artículo 8º
Artículo 9º
Las Autoridades Centrales adoptarán, directamente o a través de las
autoridades públicas u otros organismos debidamente acreditados en su
Estado, todas las medidas pertinentes, en especial para:
Concordancias: Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 29.
Artículo 10
Concordancias: Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 23 a 26.
Artículo 11
Concordancias: Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 23 a 26.
Artículo 12
Concordancias: Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 23, 24.
Artículo 13
Artículo 14
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 39.2, 41.
Artículo 15
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 19.3, 22.5, 31, 39.2.
Artículo 16
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 4º, 19.3, 22.5, 31, 39.2.
Artículo 17
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional, D.O. 4.10.1999: artículos 3º, 5º, 19.1, 23.1.
Artículo 18
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional, D.O. 4.10.1999: artículo 39.2.
Artículo 19
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional, D.O. 4.10.1999: artículos 15, 16, 17, 39.2.
Artículo 20
Artículo 21
c. como último recurso, disponer el regreso del niño si ello fuere más
favorable para éste.
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 3º, 14 inciso 1º.
Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 69. Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 12. Decreto
Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en materia
de adopción internacional, D.O. 4.10.1999: artículo 4º, letra d), 39.2.
Artículo 22
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional, D.O. 4.10.1999: artículos 15 a 21.
Artículo 23
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 17, 27.2.
Artículo 24
Artículo 25
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículo 39.2.
Artículo 26
Artículo 27
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículo 23.
Artículo 28
Artículo 29
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 4º y 5º.
Artículo 30
Artículo 31
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 15 y 16.
Artículo 32
Artículo 33
Artículo 34
Artículo 36
Con relación a un Estado que tenga dos o más sistemas jurídicos en materia
de adopción aplicables en distintas unidades territoriales:
Artículo 37
Artículo 38
Un Estado dentro del cual las diversas unidades territoriales tienen sus
propias normas en materia de adopción, no estará obligado a aplicar la
Convención cuando un Estado con un sistema jurídico único no estaría
obligado a hacerlo.
Artículo 39
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional, D.O. 4.10.1999: artículos 14, 15, 16, 18, 19, 20, 21,
25.
Artículo 40
Artículo 41
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional, D.O. 4.10.1999: artículo 14.
Artículo 42
Artículo 43
1. La Convención estará abierta para firma de los Estados que hubieran sido
Miembros de la Conferencia de La Haya sobre Derecho Internacional Privado
en la fecha de su Decimoséptima Sesión y de los demás Estados que hubieran
participado en esa Sesión.
Artículo 44
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional, D.O. 4.10.1999: artículos 46.1, 48.
Artículo 45
Artículo 46
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 43, 44.
Artículo 47
Artículo 48
Concordancias: Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 22, 23, 25, 39, 43, 44, 45,
47.
.................
Han resuelto concertar una Convención para este efecto, y han convenido en
las siguientes disposiciones:
Artículo 1º
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículos 3º, 4º, 5º.
Artículo 2º
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículo 11.
Artículo 3º
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños, D.O. 17.06.1994: artículos 1º, 12, 14, 15, 29.
Artículo 4º
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículo 1º.
Artículo 5º
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículo 1º.
Artículo 6º
Artículo 7º
Artículo 8º
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños, D.O. 17.06.1994: artículos 5º, 9º. Auto Acordado de la E Corte
xcma.
Suprema, sobre procedimiento aplicable al Convenio de La Haya relativo a los efectos civiles del
secuestro internacional de menores, D.O. 3.11.1998, modificado por Acuerdo de la E Corte Suprema
xcma.
En caso de que la Autoridad Central que reciba una solicitud en virtud del
artículo 8º tuviere motivos para pensar que el niño se encuentra en otro Estado
Contratante, ésta transmitirá la solicitud directamente y sin demora a la
Autoridad Central de dicho Estado Contratante, e informará a la Autoridad
Central requirente o, llegado el caso, al solicitante.
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículo 8º.
Artículo 10
Artículo 11
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículo 2º.
Artículo 12
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños, D.O. 17.06.1994: artículos 3º, 20. Auto Acordado de la E Corte
xcma.
Suprema, sobre procedimiento aplicable al Convenio de La Haya relativo a los efectos civiles del
secuestro internacional de menores, D.O. 3.11.1998, modificado por Acuerdo de la E Corte Suprema
xcma.
Artículo 13
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños, D.O. 17.06.1994: artículo 3º. Auto Acordado de la E Corte Suprema,
xcma.
sobre procedimiento aplicable al Convenio de La Haya relativo a los efectos civiles del secuestro
internacional de menores, D.O. 3.11.1998, modificado por Acuerdo de la E Corte Suprema de
xcma.
inmediata restitución del menor a su país de residencia habitual, en el caso que se den los
supuestos a que atiende el artículo 3º del Convenio referido, los que, en la especie, se
tuvieron por establecidos, según se anotó en el fundamento segundo de este fallo. La
excepción está dada por las situaciones previstas en el artículo 13 del Convenio,
específicamente por el riesgo de exponer a la niña a un peligro grave con su devolución al
país de residencia, y como excepción debe ser interpretada y aplicada restrictivamente,
es decir, bajo supuestos fehacientemente demostrados, que no dejen lugar a dudas sobre
el perjuicio que pudiera acarrear al menor devolverlo a su situación anterior al traslado,
objetivando su interés y no las circunstancias habidas entre los adultos que litigan por su
cuidado personal, el que, por lo demás, debe ser debatido en la sede correspondiente"
(C. Suprema, 11 de marzo de 2014, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/396/2014, Rol
Nº 9869-2013). 609. Las hipótesis de excepción de este artículo, en el marco del
interés superior del niño, deben ser acreditadas por quien se opone a la restitución
del menor. En ese sentido se ha declarado: "Que la determinación de si la menor se
encuentra en alguna de las hipótesis que la norma de excepción contempla es una
cuestión compleja que debe ser analizada desde los diferentes ámbitos que la naturaleza
particular del caso impone como exigencia, considerándose especialmente, el principio
del Interés Superior del Niño, pero al mismo tiempo, debe subrayarse, que por la expresa
disposición del Convenio en comento, las hipótesis de excepción, deben ser suficiente y
debidamente acreditadas por la persona que se opone a la restitución, a quien le
corresponde la carga de demostrar que en el caso concreto se hace aplicable la situación
de salvedad a la regla general" (C. Suprema, 16 de junio de 2014, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3411/2014, Rol Nº 16650-2013). Este considerando se ha
reiterado en sentencias posteriores del mismo tribunal (C. Suprema, 5 de noviembre de
2014, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/8102/2014, Rol Nº 7119-2014). Sobre esta
necesidad de prueba ya se había advertido: "Que la causal establecida en el tratado en
examen constituye así una excepción al principio de restitución, inspirador del Convenio
en estudio, que faculta al cumplirse los presupuestos establecidos para no ordenar la
restitución del menor si se comprueba que ello le provocará grave riesgo físico o psíquico
o de una situación intolerable, lo que deberá ser demostrado en el proceso en que se ha
efectuado la solicitud de entrega o traslado" (C. Suprema, 11 de julio de 2013, cons. 14º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1517/2013, Rol Nº 2577-2013). 610. Interpretación y sentido de
las expresiones "grave riesgo" y "peligro físico o sicológico", contenidas en la
excepción de la letra b) de esta disposición. La E Corte Suprema al tratar de esta
xcma.
también se corresponde con el concepto 'interés superior del niño', éste no autoriza a que
en el país al que se lleve al niño se litigue nuevamente acerca de lo que ha sido objeto de
proceso y de decisión, puesto que la Convención analizada es un instrumento destinado a
ejecutar la resolución por habérsela desacatado. Lo que debe ser objeto de este segundo
proceso es la concurrencia de las causales ya señaladas. Lo anterior debe entenderse
así, precisamente, en interés superior del niño, porque su situación se encuentra resuelta,
y porque no merece otro juicio. De esta manera, cuando a propósito de constatar las
causales se reproduce el proceso vulnerado por el secuestro, se afecta este principio
rector" (C. Suprema, 28 de febrero de 2013, cons. 13º, LegalPublishing: Cl/ Jur/460/2013,
Rol Nº 8727-2012). En aplicación de este criterio se ha declarado, en un caso concreto:
"Que las razones dadas en la sentencia para justificar la mantención de la niña en Chile
no obstante haberse resuelto su situación en la jurisdicción francesa, motivos 5º y 6º,
pueden ser razonables para decidir el pleito, pero no lo son para pronunciarse respecto de
la aplicación de la Convención, porque importan una cuestión jurídica de naturaleza
distinta. En primer lugar porque se aparta del compromiso de hacer ejecutar lo ya
resuelto, cual es el motivo fundante del instrumento. Ninguno de los raciocinios justifican
que si se cumple lo resuelto por la jurisdicción francesa se colocará a la niña en 'grave
riesgo', 'peligro físico o psicológico' o 'situación intolerable'. Como se ha dicho, son
argumentos impertinentes a esta cuestión y pertenecen al juicio de tuición" (C. Suprema,
28 de febrero de 2013, cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/460/2013, Rol Nº 8727-
2012). 613. Aplicación de la excepción de la letra b) de esta disposición. Se ha
estimando que al haberse establecido "de manera indubitada, que resulta altamente
perjudicial y de riesgo para la menor que sea desarraigada de los lazos que ha construido
en nuestro país, lazos que son fundamentales para su crecimiento y confianza y además,
la separación obligada de su madre provocará en la niña graves alteraciones psicológicas
a corto plazo y profundas inseguridades en el desarrollo futuro de su personalidad [...] en
la especie se ha configurado la causal de excepción consagrada en la letra b) del artículo
13 de la Convención Sobre los Aspectos Civiles del Secuestro Internacional de Niños,
esto es, de no ser obligatorio para la autoridad judicial o autoridad administrativa ordenar
el regreso del niño por encontrarse acreditado que existe un grave riesgo que se lo
exponga a un peligro psicológico, o de otro modo lo ponga en una situación intolerable"
(C. de Apelaciones de San Miguel, 9 de agosto de 2007, cons. 10º y 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5501/2007, Rol Nº 1042-2007).
Artículo 14
Con el fin de determinar si ha existido un traslado o retención ilícitos en
conformidad con el artículo 3º, la autoridad judicial o administrativa del Estado
requerido podrá tomar en consideración directamente la ley y las resoluciones
judiciales o administrativas reconocidas formalmente o no en el Estado de
residencia habitual del niño, sin recurrir a los procedimientos específicos para
la prueba de esa ley, o para el reconocimiento de resoluciones extranjeras que
de otro modo serían aplicables.
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículo 3º.
Artículo 15
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículo 3º.
Artículo 16
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículo 3º.
Artículo 17
El solo hecho de que una resolución relativa al derecho de tuición haya sido
pronunciada o sea susceptible de ser reconocida en el Estado requerido, no
podrá justificar que se rehúse devolver al niño en el marco de esta Convención;
sin embargo, las autoridades judiciales o administrativas del Estado requerido
podrán tener en cuenta los motivos de dicha resolución que estuvieren dentro
del ámbito de aplicación de esta Convención.
Artículo 18
Artículo 19
Artículo 20
El regreso del niño en conformidad con las disposiciones del artículo 12,
podrá ser rechazado si éste no estuviere permitido por los principios
fundamentales del Estado requerido sobre la protección de los Derechos
Humanos y de las libertades fundamentales.
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículo 12.
Artículo 21
Artículo 22
Ninguna fianza ni depósito, de cualquier índole que sea, podrá ser impuesto
para garantizar el pago de las costas y gastos judiciales en el contexto de los
procedimientos judiciales o administrativos dentro del marco de esta
Convención.
Artículo 23
Artículo 24
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículo 42.
Artículo 25
Artículo 26
En la aplicación de esta Convención, cada Autoridad Central sufragará sus
propias costas.
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículo 42.
Artículo 27
Artículo 28
Una Autoridad Central podrá exigir que la solicitud vaya acompañada de una
autorización por escrito que le otorgue poder para actuar por cuenta del
solicitante, o para designar a un representante habilitado para actuar en su
nombre.
Artículo 29
Esta Convención no impide la facultad de la persona, la institución o el
organismo que reclamare que ha habido una violación del derecho de tuición
en conformidad con los artículos 3 ó 21, de dirigirse directamente a las
autoridades judiciales o administrativas de los Estados Contratantes, en
aplicación o no de las disposiciones de esta Convención.
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículos 3º, 21.
Artículo 30
Artículo 31
Artículo 32
Artículo 33
Artículo 34
En las materias en las que se aplica la Convención, ésta prevalecerá sobre
la Convención del 5 de octubre de 1961 acerca de la competencia de las
autoridades y de la ley aplicable en materia de protección de menores, entre
los Estados Partes de ambas Convenciones. Por lo demás, la presente
Convención no restringe la aplicación de otro instrumento internacional en vigor
entre el Estado de origen y el Estado requerido, ni del derecho no convencional
del Estado requerido, con el fin de obtener el regreso del niño que ha sido
trasladado o retenido ilícitamente, o de organizar el derecho de visita.
Artículo 35
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículos 39, 40.
Artículo 36
Artículo 37
La Convención estará abierta para su firma por parte de los Estados que
fueron miembros de la Conferencia de La Haya sobre Derecho Internacional
Privado, en su Decimocuarta Sesión.
Artículo 38
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículos 43, 45.
Artículo 39
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículos 35, 43.
Artículo 40
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículos 35, 41, 43.
Artículo 41
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículo 40.
Artículo 42
Cualquier Estado podrá, en cualquier momento, retirar una reserva que haya
hecho. Dicho retiro deberá ser notificado al Ministerio de Relaciones Exteriores
del Reino de los Países Bajos.
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículos 24, 26 inciso 3º, 39, 40.
Artículo 43
La Convención entrará en vigencia el primer día del tercer mes calendario
después del depósito del tercer instrumento de ratificación, aceptación,
aprobación o adhesión previsto en los artículos 37 y 38.
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículos 37, 38, 39, 40, 44.
Artículo 44
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículo 43.
Artículo 45
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículos 24, 26, 37, 38, 39, 40, 42, 44.
B. CÓDIGO CIVIL
A) TÍTULO PRELIMINAR
5. Definición de varias palabras de uso frecuente en las leyes
.................
.................
.................
1. Reglas generales
Concordancias: Código Civil: artículo 33. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999:
artículos 1º, 37 y 38. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa
Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 17 número 5.
Concordancias: Código Civil: artículos 33, 37, 183, 184 y siguientes. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 36, 51 inciso 4º, 53.
Concordancias: Código Civil: artículos 33, 37, 222 y siguientes, 304, 951, 1182, 2514 y siguientes.
2. De la determinación de la maternidad
Concordancias: Código Civil: artículos 217 a 219. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930,
texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 31 número 4.
3. De la determinación de la filiación matrimonial
No se aplicará esta presunción respecto del que nace antes de expirar los
ciento ochenta días subsiguientes al matrimonio, si el marido no tuvo
conocimiento de la preñez al tiempo de casarse y desconoce judicialmente su
paternidad. La acción se ejercerá en el plazo y forma que se expresa en los
artículos 212 y siguientes. Con todo, el marido no podrá ejercerla si por actos
positivos ha reconocido al hijo después de nacido.
Concordancias: Código Civil: artículos 47, 76, 102, 212 y siguientes, 188 inciso 1º y 1712. Código de
Procedimiento Civil:artículos 426 inciso 1º, 753 a 757. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 6º número 2. Ley
Nº 19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17 de mayo de 2004: artículos 17 a 19, 20 inciso 1º, 37. Ley
Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 21.
Concordancias: Código Civil: artículos 183, 184, 186, 194, 195 y siguientes. Ley Nº 4.808, sobre
Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 6º
número 3, 8º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 8.
Concordancias: Código Civil: artículo 194. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004:
artículo 8º número 8.
3º En escritura pública, o
4º En acto testamentario.
Concordancias: Código Civil: artículo 305 inciso 2º. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 6º número 1,
8º, 31 número 4, 32, 37 y 38.
Suprema ha declarado que: "[S]e debe tener presente que el reconocimiento o la decisión
de admitir la propia paternidad es un acto jurídico que, como tal, requiere de una
declaración de voluntad destinada a generar precisamente la consecuencia jurídica
establecida en la ley, que consiste en que formalmente se tiene a una determinada
persona como hijo del que reconoce, lo que hace surgir, en consecuencia, el estado filial
y, con ello, compromisos de orden espiritual y material respecto de la persona que se
reconoce; por lo que se debe inferir que la voluntad es una condición ineludible para que
se genere el vínculo jurídico filial. Y como acto jurídico debe cumplir con los requisitos de
existencia y de validez que le son propios, y su inobservancia provocará su nulidad; razón
por la que una forma de dejar sin efecto el acto de reconocimiento es mediante el ejercicio
de la acción de nulidad, la que si se funda en la circunstancia que el reconocimiento fue
producto de una voluntad viciada, conforme a lo dispuesto en el artículo 202 del Código
Civil, prescribe en el plazo de un año desde la fecha de otorgamiento del acto, en caso de
error y dolo; y, tratándose de fuerza, desde el día en que ésta cesó" (C. Suprema, 10 de
septiembre de 2014, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6427/2014, Rol Nº 3437-
2014). Parte de este considerando se ha reproducido literalmente en sentencias
posteriores: "[S]e debe tener presente que el reconocimiento o la decisión de admitir la
propia paternidad es un acto jurídico que, como tal, requiere de una declaración de
voluntad destinada a generar precisamente la consecuencia jurídica establecida en la ley,
que consiste en que formalmente se tiene a una determinada persona como hijo del que
reconoce, lo que hace surgir, en consecuencia, el estado filial y, con ello, compromisos de
orden espiritual y material respecto de la persona que se reconoce; por lo que se debe
inferir que la voluntad es una condición ineludible para que se genere dicho vínculo; la
que, en consecuencia, debe encontrarse exenta de vicios para producir legítimamente los
referidos efectos, en caso contrario, la ley autoriza a quien reconoce a ejercer la acción en
estudio dentro del plazo de un año desde la fecha de otorgamiento del acto, en caso de
error y dolo; y, tratándose del vicio de la fuerza, desde el día en que ésta cesó, según lo
dispone el artículo 202 del Código Civil" (C. Suprema, 18 de marzo de 2015, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1444/2015, Rol Nº 12492-2014). 628. Noción
de "reconocimiento" y sus caracteres. Se ha dicho que: "El reconocimiento voluntario,
representa un acto jurídico de admisión de paternidad respecto de un hijo, caracterizado
por su carácter solemne, no sujeto a modalidad, abstracto e irrevocable, sin que la ley
haya exigido evidencia sobre la verdad del hecho de la progenitura" (C. de Apelaciones
de Valparaíso, 17 de julio de 2008, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/3006/2008, Rol
Nº 1529-2008). En otras palabras, que: "El reconocimiento es un acto jurídico unilateral
solemne que, en el caso que nos ocupa reviste las características de voluntario destinado
a producir efectos jurídicos y de suyo irrevocable, cuya finalidad es el reconocer la calidad
de hijo a cierta persona, aceptando todos los derechos y obligaciones que dicho
reconocimiento lleva consigo, como se colige de lo estatuido en los artículos 187 y 189 del
Código Civil" (C. de Apelaciones de Antofagasta, 18 de marzo de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7382/2008, Rol Nº 490-2007). 629. Disciplina aplicable al acto
del reconocimiento en cuanto a su existencia y validez. En voto de prevención se ha
sostenido que: "El reconocimiento de un hijo es un acto unilateral, en el cual no se
requiere probar la veracidad de la paternidad o maternidad; se rige por las normas
generales del derecho en cuanto a los requisitos de existencia, validez y nulidad, salvo la
excepción en cuanto al plazo de prescripción prevista en el artículo 202 del Código Civil;
es solemne, no sujeto a modalidad y expresamente irrevocable como categóricamente lo
establece el artículo 189 del Código Civil" (C. Suprema, 12 de marzo de
2007, prevención, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/3904/2007, Rol Nº 4679-
2006). 630. El reconocimiento es declarativo en cuanto a la afirmación de la relación
biológica. En este sentido se ha declarado: "Que no puede discutirse que todo hijo tiene
un padre desde su nacimiento, por razones biológicas. Por lo mismo es indudable que el
reconocimiento es declarativo en lo que respecta a la afirmación de la relación biológica
de filiación. En efecto, constata algo existente desde antes 'in natura', que es la
paternidad. Ésta no se crea por el reconocimiento. Simplemente se constata, declara o
confiesa" (Fernando Fueyo Laneri, Derecho Civil, Tomo IV, 'Derecho de Familia',
pág. 445, Imp. y Lito. Universo S.A., 1959)" (C. Apelaciones de Puerto Montt, 5 de febrero
de 2015, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/681/2015, Rol Nº 593-2014).
Artículo 188. El hecho de consignarse el nombre del padre o de la madre, a
petición de cualquiera de ellos, al momento de practicarse la inscripción del
nacimiento, es suficiente reconocimiento de filiación. 313
Concordancias: Código Civil: artículo 194. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 6º número 1, 8º y 32.
Concordancias: Código Civil: artículos 208, 221, 305, 1212 a 1215. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 38 inciso 1º.
esta opinión: "[L]os sentenciadores efectuaron una correcta interpretación de las normas
jurídicas pertinentes al caso, toda vez que, de conformidad con lo dispuesto en el artículo
189 del Código Civil, el acto de reconocimiento es irrevocable, otorgando la ley la
posibilidad de solicitar su nulidad, por vicios de la voluntad en el plazo de un año desde su
otorgamiento o, en el caso de fuerza, desde el día en que cesó, para lo que es necesario
que se acrediten los elementos que configuraron el vicio de la voluntad alegada"
(C. Suprema, 13 de septiembre de 2016, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6330/2016,
Rol Nº 46516-2016).
El repudio deberá hacerse por escritura pública, dentro del plazo señalado
en el presente artículo. Esta escritura deberá subinscribirse al margen de la
inscripción de nacimiento del hijo.
Concordancias: Código Civil: artículos 1241, 1242, 1278 inciso 1º, 1449, 2124.
1. Reglas generales
Artículo 195. La ley posibilita la investigación de la paternidad o maternidad,
en la forma y con los medios previstos en los artículos que siguen.
Concordancias: Código Civil: artículos 12, 33, 37, 181, 198 inciso 1º, 320 inciso 1º y 2450. Constitución
Política: artículo 5º inciso 2º. Código Orgánico de Tribunales: artículo 357número 4. Decreto Nº 830,
Min. Relaciones Exteriores, Convención de los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículos 7º y 8º.
Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo
18.
conciliar lo dispuesto en el artículo 195 del Código Civil con lo establecido en el artículo
150 del Código de Procedimiento Civil, considerando que no existe ninguna disposición
que haga esta última norma inaplicable a la acción de que se trata [...]. Que lo expuesto
no desconoce los instrumentos internacionales invocados por la parte recurrente, por no
estar aquí comprometido el interés superior del niño, el derecho a la identidad, ni el
principio de la libre investigación de la paternidad y maternidad. En este caso el
demandante ejerció su derecho a reclamar judicialmente la filiación respecto de una
determinada persona, pero su acción de reclamación se extinguió por efecto de su
desistimiento, que fue acogido por sentencia interlocutoria pasada en autoridad de cosa
juzgada" (C. de Apelaciones de Santiago, 21-XI-2008, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7173/2008, Rol Nº 4436-2008, conf. Cs. 13-IV-2009,
LegalPublishing: Cl/Jur/7723/2009, Rol Nº 720-2009). 641.2. De la opinión que entiende
que el desistimiento de una acción de reclamación de filiación no produce cosa
juzgada material. En este sentido se ha pronunciado recientemente la E Corte Suprema
xcma.
Rancagua. En su sentencia, declaró el tribunal: "Que en lo que dice relación con las
alegaciones referidas precedentemente, cabe señalar que no se advierten las infracciones
de ley acusadas, toda vez que la sentencia que por este arbitrio se revisa interpretó
correctamente las normas jurídicas aplicables al caso, desde que, conforme lo dispuesto
en el artículo 195 del Código Civil, la acción interpuesta es de carácter irrenunciable e
imprescriptible, constituyendo el desistimiento una abdicación o renuncia del juicio, lo que
no opera tratándose de acciones establecidas en favor del derecho a la identidad, por
tratarse de una acción de orden público, en la que dicho equivalente jurisdiccional no tiene
mérito de producir la denominada cosa juzgada material" (C. Suprema, 7 de diciembre de
2015, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/7632/2015, Rol Nº 18859-2015). 642. De la
improcedencia en los juicios de filiación de la transacción y el llamado a
conciliación. Se ha declarado "así" que: "Tratándose de un juicio de filiación, materia en
la que no es procedente la transacción puesto que, precisamente, versa sobre el estado
civil de las personas, no corresponde el llamamiento de las partes a conciliación"
(C. Suprema, 3 de abril de 2003, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/4216/2003, Rol
Nº 2903-2002).
Artículo 196. Derogado.315
Concordancias: Código Civil: artículos 33, 198, 304, 2329 inciso 1º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 15. Código de Procedimiento Civil: artículos 341 y siguientes.
Concordancias: Código Civil: artículo 1712. Código de Procedimiento Civil: artículos 341 y siguientes.
Código Orgánico de Tribunales: artículo 10 inciso 1º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 8.
2004: "Que la prueba para determinar la filiación se rige por reglas especiales. Se admite
toda clase de pruebas y ellas pueden ser decretadas a petición de parte o de oficio" (C.
de Apelaciones de Antofagasta, 22 de marzo de 2004, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2407/2004, Rol Nº 16357-2003, conf. C. Suprema, 9 de
septiembre de 2004, LegalPublishing: Cl/ Jur/2406/2004, Rol Nº 1521-2004). Años más
tarde, la I Corte de Apelaciones de Concepción recibía este considerando, con una ligera
lma.
alteración sistemática: "Que la prueba para determinar la filiación se rige por reglas
especiales, estableciendo la ley dos principios generales en el artículo 198 del Código
Civil: a) se admite toda clase de pruebas, y b) ellas pueden ser decretadas a petición de
parte o de oficio" (C. de Apelaciones de Concepción, 31 de marzo de 2008, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1935/2008, Rol Nº 883-2002). 647. De la alteración de la regla
probatoria contenida en el artículo 1698 del Código Civil. Desde el año 2007 la
E Corte Suprema se ha mantenido constante en sostener que la regla del artículo 1698
xcma.
se pueden admitir todos los medios probatorios, incluidos los periciales de connotación
biológica, con la sola excepción de la prueba testimonial, que no es apta para acreditar,
por si sola, la paternidad o maternidad reclamada, sin perjuicio de considerar que ellas
puedan estimarse ya sea como base de una presunción judicial o una presunción judicial,
conforme a lo establecido en los artículos 383 y 384 del Código de Procedimiento Civil"
(C. Suprema, 31 de marzo de 2006, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/4914/2006, Rol
Nº 2569-2004). 649. A estas diligencias probatorias no le es aplicable el plazo fatal
del artículo 159 del Código de Procedimiento Civil. En este sentido se ha declarado
que: "Si el legislador otorgó atribuciones al juez para decretar pruebas de oficio en la
búsqueda de la verdad real, sin limitaciones, como se dispone el artículo 198 del Código
Civil, ninguna lógica jurídica tendría imponer a esas diligencias probatorias, decretadas
como medida para mejor resolver, el plazo fatal para su cumplimiento previsto en la
norma del artículo 159 del Código de Procedimiento Civil. La legislación dejaría de ser
coherente y lógica, si se admite que conocido el recargo de trabajo del Instituto público
especializado, el examen de ADN decretado en esos términos, quede sin efecto sólo por
la demora en su cumplimiento" (C. de Apelaciones de Santiago, 18 de enero de 2012,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/135/2012, Rol Nº 6314-2008). 650. De la interpretación
de la expresión "toda clase de pruebas". Se ha declarado que: "Es del caso tener
presente que en la frase 'toda clase de pruebas' la ley ha querido referirse a todas
aquellas pruebas no contempladas expresamente en los artículos 1698 del Código Civil y
341 del Código de Procedimiento Civil. En la actualidad, cualquier medio lícito que ayude
a la obtención de la verdad es admisible en este tipo especialísimo de controversias. La
intención clara del legislador es que el proceso esté orientado a descubrir la verdad" (C.
de Apelaciones de Antofagasta, 22 de marzo de 2004, cons.
2º, LegalPublishing: Cl/Jur/2407/2004, Rol Nº 16357, conf. C. Suprema, 9 de septiembre
de 2004, LegalPublishing: Cl/ Jur/2406/2004, Rol Nº 1521-2004). 651. Las fotografías
no pueden estimarse como un medio de prueba, pero sí puede tenérselas como
antecedentes inductivos de una presunción judicial. Se ha declarado así "Que, si
bien, las fotografías acompañadas a los autos no son susceptibles de ser consideradas
como un medio de aprueba de acuerdo a la enumeración contemplada en el artículo 341
del Código de Procedimiento Civil, ello no priva a dichos antecedentes de la posibilidad de
ser considerados como inductivos de una presunción judicial, más aún, si se tiene en
cuenta que en la presente causa se rindió prueba testifical por la parte demandante, y se
acompañaron documentos públicos, probanzas que unidas a las reproducciones
fotográficas antes indicadas y a la negativa a la práctica del examen de ADN, constituyen
elementos de juicio suficientes para acreditar el reconocimiento de la filiación biológica del
menor" (C. de Apelaciones de Santiago, 19 de noviembre de 2003,
LegalPublishing: Cl/Jur/1780/2003, Rol Nº 10525-2002, conf. C. Suprema, 25 de octubre
de 2004, LegalPublishing: Cl/Jur/1745/2004, Rol Nº 198-2004).
El juez podrá dar a estas pruebas periciales, por sí solas, valor suficiente
para establecer la paternidad o la maternidad, o para excluirla. 317
En todo caso, el juez recabará por la vía más expedita posible, antes de
dictar sentencia, los resultados de las pericias practicadas que no hubieren
sido informados al tribunal.318
Concordancias: Código Civil: artículos 47, 206 y 207. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 45.
recurso y para hacerlo tuvo en cuenta la historia de la tramitación del inciso 1º del artículo
199 del Código Civil, introducido por la Ley Nº 19.585: "Que esta última disposición fue
introducida por la Ley Nº 19.585 publicada en el Diario Oficial de 26 de octubre de 1998,
cuya discusión parlamentaria señala que: 'Por las indicaciones (Nºs. 71 y 74); se podría
añadir que este tipo de prueba no puede practicarse; sino en vida del hijo y del supuesto
padre o madre. La mayoría de la comisión del Senado estimó que es indiscutible que hay
varios bienes jurídicos en juego, pero que, por consideraciones relacionadas tanto con la
familia como por la sociedad, esta limitación era absolutamente razonable, ya que no
impide interponer ni proseguir la acción, sino que solamente evita situaciones que pueden
afectar moralmente a los deudos del fallecido, como la exhumación del cadáver para
obtener muestras. La minoría de la comisión, por su parte, creyó que, de acogerse la
propuesta, se restringirán de manera importante las posibilidades de que se establezca la
afiliación, sobre todo por la alta confiabilidad que arrojan los exámenes biológicos.
Subrayaron que, conforme al mismo proyecto de ley, si bien el derecho de reclamar la
filiación es imprescriptible, sus efectos patrimoniales quedan sometidos a las reglas
generales, por lo que el transcurso del tiempo mermará la posibilidad de que se accione
judicialmente'. No obstante lo anterior, se acordó luego por el Senado en el inciso 1º,
suprimir la frase: 'Este tipo de prueba no podrá practicarse sino en vida del hijo y del
supuesto padre o madre'. Ello porque se llegó a la convicción, luego de examinar
detenidamente las acciones de filiación, sus titulares y los plazos para interponerlos, de
que la posibilidad de que se ordene practicar pruebas periciales biológicas sobre
personas fallecidas son escasas. Aceptó que si la muerte ocurre estando pendiente el
juicio, no resulta equitativo privar al actor de un medio de prueba relevante para su
pretensión. Le mereció mayores dudas a algunos de sus H.H. señores integrantes la
admisibilidad de estas pruebas cuando no se ha entablado la acción, sobre todo
considerando que, si el demandado estuviese vivo, tendría siempre la posibilidad, de
negarse, a riesgo de presumirse la filiación, pero en definitiva se convino en aceptarlas,
teniendo en cuenta los términos restringidos en que los herederos del difunto pueden
reclamar la filiación de conformidad al artículo 206; o sea, sólo cuando se trata de un hijo
póstumo o cuyo padre o madre murió dentro de los 180 días siguientes al parto. Quinto:
Que, a su vez, el artículo 206 del Código Civil dispone que si el hijo es póstumo o si
alguno de los padres fallece dentro de los ciento ochenta días siguientes al parto, la
acción podrá dirigirse en contra de los herederos del padre o madre fallecidos dentro del
plazo de tres años, contados desde su muerte o, si el hijo es incapaz desde que se haya
alcanzado la plena capacidad. La norma propuesta por la Cámara de Diputados permitía
accionar contra los herederos del padre o madre que ha fallecido dentro del plazo de dos
años contados desde esa fecha o desde el conocimiento de la prueba en que se haya
fundado la demanda, pero la comisión del Senado no compartió dicho precepto, en
especial, en cuanto admitir en general las demandas contra los herederos del padre o de
la madre fallecida y decidió conceder la acción de reclamación contra los herederos del
padre o madre que hayan fallecido, antes del reconocimiento del hijo o dentro de los 180
días siguientes al parto" (C. Suprema, 2 de noviembre de 2004, cons. 4º y 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1773/2004, Rol Nº 2820-2004). Así declaró: "Que el inciso 2º del
artículo 19 del Código Civil preceptúa que para interpretar una expresión obscura de la
ley, puede recurrirse a su intención o espíritu claramente manifestado en la historia
fidedigna de su establecimiento, por lo que en la especie resulta que a ley sólo admite la
reclamación de filiación en la forma restrictiva que establece el aludido artículo 206"
(C. Suprema, 2 de noviembre de 2004, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/1773/2004, Rol
Nº 2820-2004). 656. Del entendimiento de la voz "injustificada". Se ha entendido que:
La 'justificación' a que se refiere la ley, debe entenderse en relación con antecedentes de
carácter objetivo que permitan a cualquier persona analizar y comprender racionalmente
el motivo que se esgrime como justificación para la negativa, y no en apreciaciones
netamente subjetivas, como el honor o los principios, los que por sí solos son imposibles
de evaluar en términos aplicables a todas las personas, puesto que entenderlo de otra
manera llevaría al extremo de considerar que cualquier sentimiento o apreciación
personal acerca de lo que es el honor, la moral o los principios es una justificación para no
realizarse el examen que determina la ley" (J. de Letras de Viña del Mar, 21 de junio de
2002, cons. 24º, LegalPublishing: Cl/Jur/1531/2002, Rol Nº 653-2000, conf. C. Suprema,
8 de marzo de 2004, LegalPublishing: Cl/Jur/2326/2004, Rol Nº 1504-2003). 657. El
nuevo informe pericial biológico ("contramuestra") no constituye un presupuesto
necesario para que opere la presunción del inciso 4º. Este principio se desprende del
solo texto de este artículo 199, de modo que si se ha solicitado ese segundo informe
pericial y, justificada o injustificadamente, quien lo solicitó no concurre a practicarse el
examen, el procedimiento puede seguir su curso sin necesidad de que se realice ese
segundo informe, al que no se le aplica la disciplina de la presunción, que opera sólo
respecto de la prueba pericial biológica referida en la primera parte del inciso 1º de este
artículo 199. En este sentido se ha declarado que: "[E]l artículo 199 del Código Civil, que
se ha mencionado por la parte demandada como sustento de sus alegaciones, dice
relación con la circunstancia de haberse negado la parte a realizarse la pericia solicitada
una vez que citada por dos veces, bajo apercibimiento, no concurre a la realización del
examen, debido a lo cual opera la presunción de paternidad que dicha disposición
establece, caso que no es el de autos en que realizado el examen respectivo, el
demandado pidió una contramuestra, por lo que en ese entendido debía poner todos sus
esfuerzos a disposición del tribunal con el objeto de poder realizarse el aludido examen, lo
que, como se ha dicho en la especie no ocurrió. No correspondiendo para este caso
decretar un apercibimiento, debido a que la presunción de paternidad no podría ser
aplicada, dado que, como se dijo, el examen para determinarla ya se había practicado,
contando el tribunal, por lo tanto, con la prueba biológica para determinar la paternidad
cuestionada" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 9 de agosto de 2012, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1677/2012, Rol Nº 409-2012). 658. La presunción establecida
en el inciso 4º es de carácter legal y no de derecho. Lo ha declarado así el Tribunal
Constitucional: "Debe descartarse, de plano, que el artículo 199 del Código Civil, en la
redacción introducida por la Ley Nº 20.030, haya establecido una presunción de derecho
al disponer: 'La negativa injustificada de una de las partes a practicarse el examen hará
presumir legalmente la paternidad o la maternidad, o a la ausencia de ella, según
corresponda'. Claramente, esta norma introduce una presunción legal, de aquéllas que
admiten prueba en contrario, y no una presunción de derecho como sostiene el
requirente" (Tribunal Constitucional, 13 de mayo de 2008, Rol Nº 834-07). 659. El
establecimiento de la citada presunción legal no vulnera el derecho al debido
proceso. Así lo ha sentado el Tribunal Constitucional al señalar que: "Resulta evidente
que el legislador no ha querido que la determinación de la paternidad o maternidad, a
través de la práctica de la prueba pericial de carácter biológico, quede entregada a la
mera voluntad del demandado, quien podría negarse injustificadamente a someterse a
ella frustrando la posibilidad de determinar la identidad personal. Esta idea resulta aún
más meridiana si se tiene presente que la certeza que proporcionan tales pruebas
biológicas, conforme a los avances de la ciencia médica, permite, asimismo, excluir
cualquier vínculo de paternidad o maternidad que se impute sin fundamento alguno. De
allí que el inciso primero del artículo 199 precise que: 'El juez podrá dar a estas pruebas
periciales, por sí solas, valor suficiente para establecer la paternidad o la maternidad, o
para excluirla'. Desde esta perspectiva, la práctica inmediata de la prueba pericial
biológica y la presunción legal que ella acarrea respecto de un demandado renuente que
no comparece a la audiencia preparatoria o que niega o manifiesta dudas sobre su
paternidad, en circunstancias que tal prueba podría liberarlo definitivamente de la
imputación del vínculo de filiación, no resulta contraria al principio del debido proceso
legal garantizado por la Constitución, puesto que no afecta los elementos de éste que
tienden a garantizar el derecho a la defensa, como podría ser la libre producción de la
prueba en conformidad a la ley o la facultad de recurrir contra una decisión judicial que se
estima abusiva o injusta. Por el contrario, la norma que se cuestiona tiende a la
realización del valor de la justicia a través de la búsqueda de la verdad y a la promoción y
respeto de un derecho que, como se ha argumentado, forma parte del haz de facultades
reconocidas a toda persona por la Carta Fundamental, independientemente de su edad y
condición" (Tribunal Constitucional, 13 de mayo de 2008, Rol Nº 834-2007). En el mismo
sentido la E Corte Suprema ha declarado que: "La presentación de una acción de
xcma.
en la especie, se constata que el demandado fue citado dos veces a someterse a las
pruebas biológicas en el Servicio Médico Legal, bajo el apercibimiento legal
correspondiente, sin embargo en cada oportunidad se fijaron dos fechas consecutivas
para su realización, lo que ha producido una confusión en la forma de aplicar la regla, que
hace perder nitidez a la presunción declarada por el juez ante la inasistencia injustificada
del demandado, a tres de las cuatro fechas fijadas en total. Si bien el establecimiento de
dos fechas consecutivas en la citación puede parecer una medida de gestión apropiada
para darle celeridad al proceso, constituye una práctica que genera este tipo de riesgos,
que entorpecen la regularidad del proceso y obligan a sanearlo para darle máxima
transparencia [...]. Que, así las cosas, y por existir un vicio que afecta la regular marcha
del procedimiento, este Tribunal debe, en uso de las facultades correctoras previstas en el
inciso final del artículo 84 del Código de Procedimiento Civil, en relación con los artículos
13 y 27 de la Ley Nº 19.968, invalidar de oficio lo obrado en autos, retrotrayendo la causa
al estado que se dirá en lo resolutivo" (C. Suprema, 23 de diciembre de 2014, cons. 6º y
7º, LegalPublishing: Cl/Jur/9772/2014, Rol Nº 5128-2014).
Concordancias: Código Civil: artículos 1451, 1681 y siguientes. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 6º número 6.
declarado que: "[R]esulta innegable que el actor ha sido objeto de una justa causa de
error, por no haber tenido conocimiento de todas las circunstancias que influyeron en el
acto de reconocimiento de paternidad, puesto que, luego de mantener una relación de
convivencia con la demandada por más de tres años, creyó como surge de manera
natural y obvia, que la niña era su hija; creencia que de no haber existido, habría evitado
que la reconociera como tal, cuestión que se revela a partir de la presente acción y que
aquélla se mantuvo hasta conocer el resultado del examen biológico que incorporó al
proceso, cuyo resultado fue reiterado por una segunda prueba genética, puesto que en
ambos se lo excluyó de paternidad respecto de la niña, sin que dicha prueba fuese
refutada por la contraria, de manera que al demandante, atendido el actual estado de la
ciencia y los hechos establecidos en la causa, no le era posible desprenderse de esa falsa
representación de la realidad, sino una vez obtenida esa certeza biológica, a través de
dichos exámenes, por lo que la acción de autos no pudo sino ser impetrada desde la
referida fecha. 8º) Que, reflexionar en contrario, esto es, excluir la posibilidad de ejercer la
acción de autos por haber transcurrido el plazo que establece el artículo 202 del Código
Civil, no es aplicable al caso de autos, puesto que en la especie el actor nunca pudo
verificar la falsa representación de la realidad, sino una vez que se sometió
particularmente a una prueba biológica, de forma tal que sólo a partir de esa fecha le fue
posible ejercer sus derechos y, porque, además, limitar la referida acción, sin que se haya
verificado la veracidad de los exámenes particulares, los que, en todo caso, permiten
construir las bases de una presunción, pugna con prerrogativas de mayor rango
reconocidas constitucionalmente, al conculcar el derecho a la tutela judicial efectiva, que
en este caso es proporcional con la finalidad perseguida de dotar de seguridad jurídica a
la filiación de un individuo, el que se vincula con el derecho a la identidad, que es un
derecho humano fundamental amparado por Tratados Internacionales y la Constitución
Política de la República y que forma parte del núcleo duro de los derechos esenciales de
las personas" (C. Suprema, 18 de marzo de 2015, cons. 7º y 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1444/2015, Rol Nº 12492-2014). Por tales razones, si el tribunal
niega lugar a la petición del demandante de nulidad, de ordenar las pericias biológicas
para acreditar el error, vulnera una serie de reglas constitucionales, legales y de tratados
internacionales: "Que, como consecuencia de lo expuesto, cabe señalar que se está
frente a dos situaciones, por un lado, el reconocimiento de paternidad que el actor efectuó
de buena fe, presumiendo que la niña era su hija, atendido a que mantuvo una relación de
convivencia con la demandada por un lapso superior a tres años y, por otro, la existencia
de dos exámenes de ADN que dan cuenta que no es el padre biológico, es decir, aparece
una certeza científica, que necesariamente obliga al juez, en pos del debido proceso y la
protección de los derechos del niño a cotejarla con la referida presunción. Ante dicho
escenario jurídico, se hace procedente decretar la referida prueba pericial, con el fin de
verificar si en la especie se configuró o no una errónea representación de la realidad que
lo llevó a reconocer a la niña. Por consiguiente, haber desechado la solicitud del actor en
cuanto a que se realizara una prueba de ADN por ser ésta 'impertinente' para la acción de
este tipo y el desconocer en ese mismo sentido todo valor a los exámenes privados que
se agregaron a los autos, se tradujo en que se impidió al actor ejercer su derecho a la
libertad de prueba, y con ello al de acreditar el fundamento de un posible vicio del
consentimiento, por lo que en consecuencia el juicio en estudio debe dar garantía de un
racional y justo procedimiento [...]. Que, al haber negado el tribunal de familia la solicitud
del interesado de efectuar dicha prueba, en la forma, que por lo demás, según los jueces
del grado era la correcta y pertinente, conculcó el principio fundamental que informa todo
procedimiento, esto es, el debido proceso, puesto que se impidió al actor ejercer su
derecho a defensa y con ello acreditar el hecho que configuraba el núcleo fundamental del
vicio del consentimiento que habría afectado el acto del reconocimiento de paternidad sub
lite, por lo que se vulneró la correcta interpretación de la ley y ello ha influido
substancialmente en lo dispositivo de la sentencia, todo lo cual permite actuar de oficio
para dejar sin efecto la sentencia de alzada que confirmó la primera instancia y rechazó la
demanda de nulidad de reconocimiento" (C. Suprema, 18 de marzo de 2015, cons. 9º y
10º, LegalPublishing: Cl/Jur/1444/2015, Rol Nº 12492-2014).
Sin embargo, se restituirán al padre o madre todos los derechos de los que
está privado, si el hijo, alcanzada su plena capacidad, manifiesta por escritura
pública o por testamento su voluntad de restablecerle en ellos. El
restablecimiento por escritura pública producirá efectos desde su
subinscripción al margen de la inscripción de nacimiento del hijo y será
irrevocable. El restablecimiento por acto testamentario producirá efectos desde
la muerte del causante.
Concordancias: Código Civil: artículos 222 y siguientes, 243 y siguientes, 248 y 994 inciso 2º. Ley
Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 6º números 3 y 7, 8º inciso 1º.
Concordancias: Código Civil: artículos 206 y 317 inciso 2º. Código de Procedimiento Civil: artículo
768 número 9. Código Orgánico de Tribunales: artículo 357 número 4. Ley Nº 19.968, crea Tribunales
de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 8.
que se ejercita con el objetivo que se resuelva una pretensión precisa que es la atribución
de un estado a una persona que carece de él, por no exteriorizar ninguno o por exhibir
otro que no corresponde, y se la define como aquella que otorga la ley al hijo en contra de
su padre o madre o a éstos en contra de aquél para que judicialmente se decida que uno
es hijo de otro" (C. Suprema, 25 de agosto de 2015, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4793/2015, Rol Nº 1102-2015). 680. De los titulares de la
acción de reclamación. Se ha explicado por la E Corte Suprema que: "Los titulares de
xcma.
"Que el artículo 205 del Código Civil vulneraría la garantía de igualdad ante la ley, al
establecer una diferencia arbitraria que se manifiesta en el trato respecto de los hijos y los
padres cuando el hijo tiene determinada su filiación, y del padre cuando el hijo no tiene
determinada su filiación" (Tc. 14-IX-2017, cons. 21º, Rol Nº 3364-17-Ina). La diferencia
arbitraría se hacía consistir en la necesida impuesta, cuando el hijo tiene determinada una
filiación diferente, de deducrir la de reclamación de la filiación no matrimonial y también la
de impugnación de la filiación existente. El Tribunal estimó que no existía tal difererencia
arbitraria, en cuanto que la diferencia se hallaba justificada por la necesidad de proteger al
hijo: "Que, el artículo 205 del Código Civil, admite al hijo, al padre, o a la madre,interponer
la acción de reclamación de la filiación no matrimonial en el caso que el hijo tenga
determinada una filiación diferente, en cuyo caso tendrá, por exigencia de la disposición
legal impugnada, que deducir dos acciones, la de reclamación de la filiación no
matrimonial y también la acción de impugnación de la filiación existente. Esta obligación
de ejercer ambas acciones, responde a la necesidad de proteger al hijo, el cual puede
pasar de la filiación que tiene a la demandada, con todo los efectos que ello conlleva en
su personalidad, especialmente en su salud psíquica. [...] Que, el pleno respeto a la
dignidad de la persona humana exige que la ley tenga un especial cuidado en las reglas
sobre filiación en relación con los hijos, y que en todo el sistema establecido siempre debe
prevalecer el bienestar del hijo por sobre el interés de los padres, y lo deseable es que
dichos padres tengan presente siempre, en su proceder la integridad psíquica y emocional
de su hijo. Esto es lo verdaderamente importante; [...] Que, lo anterior conlleva a que el
sistema de filiación ,en particular los términos en que está concebida la norma legal
censurada, no se divisa una diferencia arbitraria, sino que más bien un fundamento
razonable que la justifica, haciéndola un instrumento jurídico idóneo, que permite alcanzar
el objetivo previsto por el legislador, el cual consiste en dar certeza jurídica en el orden de
la filiación a padres e hijos en relación con el estado civil, certeza que se adquiere por la
sentencia dictada en el juicio de familia de que trata la acción contenida en la disposición
legal cuestionada; [...] Que, la norma legal impugnada al consagrar la acción de
reclamación de la filiación no matrimonial y limitar su ejercicio sólo al hijo contra su padre
o madre, y respecto de ellos si el hijo tiene determinada una filiación distinta, no hace
diferencias arbitrarias, esto es, antojadizas y carentes de razón, considerando que lo que
se tuvo presente al delimitarlas, en la forma señalada en el texto legal, fue abrir
oportunidades para determinar con la máxima exactitud posible el origen filial de una
persona, acorde a su realidad familiar, la cual podrá ser concordante con el origen
biológico, y la menor de las veces puede ocurrir que no sea así" (Tribunal Constitucional
14 de septiembre de 2017, cons. 24º a 27º, Rol Nº 3364-17-Ina). 683. De la actuación en
interés del hijo y no del representante legal. Se ha advertido: "Que por expresa
disposición del inciso segundo del artículo 205 del Código Civil, el representante legal del
hijo incapaz puede reclamar la filiación no matrimonial en interés de éste. En el caso de
autos, la actora reconoció al hijo al inscribirlo y pasó, por el ministerio de la ley, a ser su
representante legal. De la misma norma se infiere que hoy la madre, como representante
legal, puede demandar la filiación paterna que otorga la calidad de hijo con todos los
derechos que el ordenamiento reconoce, con la única limitación de que la acción de
reclamación sólo puede ejercerse en el interés del hijo y no en el de la madre o padre u
otro representante legal que tenga el menor a su cuidado" (C. Suprema, 24 de julio de
2006, cons. 12º, LegalPublishing: Cl/Jur/7928/2006, Rol Nº 1262-2004). 684. Es
irrelevante que en la demanda se haya omitido expresar que la demandante actuaba
en representación de su hijo incapaz. Se ha estimado que: "Carece de relevancia
jurídica el hecho de que en el libelo se haya omitido expresar que la demandante obraba
en representación de su hijo incapaz, por cuanto, al no existir controversia en orden a que
la compareciente tiene tal calidad y al no haberse reclamado que la madre ejerció la
acción en su interés, la actuación de la actora satisface plenamente la exigencia legal y de
esa suerte, la norma que se dice vulnerada ha sido rectamente aplicada por los
sentenciadores" (C. Suprema, 24 de julio de 2006, cons. 12º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/7928/2006, Rol Nº 1262-2004).
Suprema que: "Si la filiación cualquiera que sea está determinada, como en el caso de
autos, para reclamar otra distinta, debe impugnarse la existente, lo que obliga a que sean
interpuestas simultáneamente la acción de impugnación y la de reclamación, como lo
establece el citado artículo 208, y ello es lógicamente explicable porque, obviamente, se
ha querido evitar decisiones contradictorias; de este modo, resulta que el padre biológico
está legitimado para reclamar la filiación que pretende, pero la ley le impone el deber de
impugnar simultáneamente la que ya está determinada, sin que de ningún modo excluya
el reclamar una filiación no matrimonial" (C. Suprema, 5 de mayo de 2005, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2879/2005, Rol Nº 1325-2004). Este considerando, con leves
alteraciones, era reiterado por el mismo tribunal en una sentencia del año siguiente: En el
mismo sentido se ha precisado que: "Si la filiación de una persona cualquiera que sea
está determinada, como ocurre en el caso de autos, para reclamar otra distinta debe
impugnarse la existente, lo que obliga a que sean interpuestas simultáneamente la acción
de impugnación y la de reclamación, como lo establece el citado artículo 208. Ello es
lógicamente explicable, porque la ley ha querido evitar decisiones contradictorias en la
materia; de este modo, resulta que el hijo está legitimado para reclamar la filiación que
pretende, pero la ley le impone el deber de impugnar simultáneamente la filiación que ya
tiene determinada" (C. Suprema, 21 de septiembre de 2006, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8156/2006, Rol Nº 3316-2005). Con posterioridad, esta misma
opinión, aunque no dependiente literalmente del considerando que se ha transcrito, la ha
expresado la I Corte de Apelaciones de Santiago: "La acción de reclamación de estado
lma.
Concordancias: Código Civil: artículo 327. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004:
artículo 8º número 8.
Artículo 210. El concubinato de la madre con el supuesto padre, durante la
época en que ha podido producirse legalmente la concepción, servirá de base
para una presunción judicial de paternidad.
Concordancias: Código Civil: artículos 130, 184 inciso final, 182, 220, 315 y 320. Código Orgánico de
Tribunales: artículo 357 número 4. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo
8º número 8.
criterio: "Que la acción de que se trata, regulada en los artículos 211 y siguientes del
estatuto del ramo, tiene por objeto impugnar la filiación que se encuentra determinada y
no el título que la atribuye" (C. Suprema, 12 de marzo de 2007, prevención, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3904/2007, Rol Nº 4679-2006). 697. De los titulares de la
acción de impugnación. Se ha entendido que: "Tratándose de un progenitor no
matrimonial, como lo es el actor, la interposición conjunta de ambas acciones, como han
sido deducidas, constituye requisito esencial, toda vez que la reclamación, tal como lo
señala el artículo 205 del Código Civil, sólo es permitida cuando existe determinada una
filiación diferente, de lo cual se sigue, entonces, que al espectro de titulares de las
acciones de impugnación, establecido expresamente en la ley, debe siempre agregarse a
los titulares de la acción de reclamación de la filiación que resulte incompatible con la
formalmente establecida" (C. de Apelaciones de Santiago, 4 de marzo de 2004, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1927/2004, Rol Nº 1999-2002, C. Suprema, 5 de mayo de 2005,
LegalPublishing: Cl/Jur/2879/2005, Rol Nº 1325-2004).
La residencia del marido en el lugar del nacimiento del hijo hará presumir
que lo supo inmediatamente; a menos de probarse que por parte de la mujer
ha habido ocultación del parto.
Concordancias: Código Civil: artículos 184, 211 y 214. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 6º número 2.
Concordancias: Código Civil: artículos 186 y siguientes, 202 y 214. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 6º número 3.
declarado: que: "La paternidad también la puede impugnar toda persona que pruebe un
interés actual en ello, habiendo señalado la doctrina que en este caso se refiere a terceros
interesados, ya que desde la dictación (sic) del Código Civil se ha facultado a terceras
personas que no han intervenido en el acto, para impugnarlo cuando sea de su
interés" (C. de Apelaciones de Antofagasta, 18 de marzo de 2008, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7382/2008, Rol Nº 490-2003); y la I Corte de Apelaciones de
lma.
Valparaíso: "Que el legislador al emplear la expresión 'toda persona', se está refiriendo a
terceros ajenos a la vinculación que se impugna" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 17
de julio de 2008, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/3006/2008, Rol Nº 1529-2008). En la
misma orientación, en una prevención a una sentencia de la E Corte Suprema, se ha
xcma.
encontrar sentencias que se inclinan por esta nueva opinión, pero también por la habitual.
Esta opinión, que no limita el interés para actuar en esta especie de acciones al
patrimonial o pecuniario, se aviene y corresponde de mejor manera a la naturaleza del
derecho de las personas y, en particular, a la generalidad de los intereses del menor. La
I Corte de Apelaciones de San Miguel defendía esta opinión en una de sus sentencias
lma.
del año 2012: "Es procedente analizar la concurrencia de un interés actual, el cual emana
de acuerdo a todo lo señalado de manera natural y obvia de la propia naturaleza de la
filiación y sus efectos, de lo que se colige que el interés no puede ser limitado a un mero
nivel pecuniario, puesto que aquello importaría desconocer todos los principios que
informan el derecho de familia y en especial desatender el interés superior del niño, el que
constituye el pilar fundamental y marco sobre el cual deben reglamentarse en definitiva
las relaciones que emanan de la filiación [...]. Que el referido principio, se concreta en la
especie con el derecho a la identidad de todo niño, pero dicha identidad no puede estar
sustentada en una falacia que fue cohonestada por el sistema, como ocurre en la especie,
puesto que de acuerdo a los exámenes de ADN agregados en autos, el demandado don
[...] no es el padre biológico del menor. Aquello repugna no sólo al ordenamiento de
familia sino que al derecho en general, debido a que mantener en estas circunstancias la
filiación sub lite, podría perpetuar una situación injusta a la luz de las probanzas allegadas
[...]. Que la posibilidad de alcanzar la verdad material u objetiva, que es la identidad
biológica, es de rango superior de aquel estatuto de filiación aparente, ya que constituye
un derecho de la personalidad y como tal es inherente al ser humano, sólo por ser tal, en
consecuencia, se trata de derechos esenciales y primigenios que al legislador únicamente
cabe reconocer y garantizar [...]. Que siguiendo el hilo conductor de lo expuesto, el interés
actual de los demandantes en la especie se refleja en todas y cada uno de los efectos que
la filiación tiene al momento de ser establecida, lo que se traduce en que un niño que
biológica ni afectivamente es parte de la familia de los demandantes, por ley pasa a ser
integrante de la misma, y con ello, en su caso, los demandantes pueden no como una
mera expectativa sino por orden de la ley ser alimentantes, cuidadores, guardadores e
incluso su patrimonio hereditario se ve comprometido, atendido el carácter imperativo que
reglamenta nuestro sistema sucesorio [...]. Que teniendo especialmente presente,
además, que el artículo 216 del Código Civil no ordena que el interés que contempla sea
exclusivamente de carácter pecuniario y todo lo expuesto en relación a la naturaleza y
fines del derecho de familia, se colige por esta Corte que en la especie no sólo existe un
interés, en el sentido lato y extenso del concepto, sino que además en su índole
patrimonial actual. Ello es evidente puesto que a los demandantes les asiste una serie
otros intereses y principios, incluso mayor jerarquía, que se ven conculcados con la
mantención de una filiación que se sustenta en una falacia plasmada legalmente sobre la
base de un error, razones todas por las cuales, se deberá acoger la acción de
impugnación de paternidad" (C. de Apelaciones de San Miguel, 16 de febrero de 2012,
cons. 5º a 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/415/2012, Rol Nº 863-2011). Dos años más tarde,
la E Corte Suprema, en contra de la opinión que había defendido en 2009, asumió esta
xcma.
Concordancias: Código Civil: artículos 243, 244, 246. 2. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil,D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 6º número 7.
Concordancias: Código Civil: artículos 3º inciso 2º, 195 inciso 2º, 208, 315 y 320.
Concordancias: Código Civil: artículos 181 incisos 1º y 2º, 189 inciso 3º, 315 y 320. Ley Nº 4.808,
sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos
6º número 3, 8º inciso 1º.
TÍTULO IX DE LOS DERECHOS Y OBLIGACIONES ENTRE LOS PADRES Y LOS HIJOS322-323
Concordancias: Código Civil: artículos 225, 229, 244 inciso 3º y 245. Constitución Política de la
República: artículo 5º inciso 2º. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 3º
inciso 2º, 24 inciso final, 30 inciso final. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 3º
inciso 1º, 27 inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 16, 22
inciso 1º. Ley Nº 20.418, Fija normas sobre orientación, información y prestaciones en materia de
regulación de la fertilidad, D.O. 28.01.2010: artículo 2º inciso 2º. Ley Nº 21.067, crea la defensoría de
los derechos de la niñez, D.O. 29.01.2018: artículo 5º. Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de
la Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 1º. Decreto Nº 789, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, D.O. 9.12.1989, artículos 5º letra b), 16.1 letra d). Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 3º, 7.1, 9º, 12, 18, 29.
contenido y significación del "interés superior del niño", se inclinó por advertir que, a pesar
de la finalidad de garantía y protección que éste implica, no se lo concibe como un
derecho: "Pese a la finalidad de la Convención de hacer un aporte a la protección efectiva
de los derechos del niño mediante la consagración del principio de su interés superior, la
determinación del contenido del mismo no ha sido una cuestión pacífica, que en todo caso
significa un principio jurídico garantista, en el sentido de que asegura la efectividad de los
derechos subjetivos remitidos directamente al inventario de derechos contemplados en la
propia Convención obligando tanto al poder público como a los entes privados a
respetarlos, mas no estamos en presencia de un derecho sino de un interés social
amparado por el derecho" (C. Suprema, 2 de noviembre de 2006, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6715/2006, Rol Nº 6553-2005). Esta opinión debe, actualmente,
temperarse por la concepción que del "interés superior del niño" ha explicitado el Comité
de los Derechos del Niño en su "Observación general Nº 14 (2013)", en cuyo número 6 se
precisa que: "El Comité subraya que el interés superior del niño es un concepto triple", y
en su letra c) explica que es: "Un derecho sustantivo: el derecho del niño a que su interés
superior sea una consideración primordial que se evalúe y tenga en cuenta al sopesar
distintos intereses para tomar una decisión sobre una cuestión debatida, y la garantía de
que ese derecho se pondrá en práctica siempre que se tenga que adoptar una decisión
que afecte a un niño, a un grupo de niños concreto o genérico o a los niños en general. El
artículo 3º, párrafo 1, establece una obligación intrínseca para los Estados, es de
aplicación directa (aplicabilidad inmediata) y puede invocarse ante los tribunales". 708. El
interés superior del niño como principio hermenéutico para conducir a una efectiva
garantía de los derechos de los hijos. Se ha precisado que el "interés superior del
niño", reconocido en la Convención de los Derechos del Niño: "En cuanto traducido a la
norma importa que 'los padres... procurarán su mayor realización espiritual y material y lo
guiarán en el ejercicio de los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana
de modo conforme a la evolución de sus facultades'. Aquí cobra toda su importancia el
concepto del interés superior del niño como principio hermenéutico. A través de él, la
solución al conflicto debe conducir a una efectiva garantía de los derechos del hijo,
evitando en todo caso que el principio en sí, importe un desmedro de los derechos de
otras personas" (C. Suprema, 2 de noviembre de 2006, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6715/2006, Rol Nº 6553-2005). Este entendimiento del "interés
superior del niño" se sitúa en plena armonía con la "Observación general Nº 14 (2013)"
del Comité de los Derechos del Niño, en cuanto que en su número 6, letra b), advierte que
el "interés superior del niño" opera como: "Un principio jurídico interpretativo fundamental:
si una disposición jurídica admite más de una interpretación, se elegirá la interpretación
que satisfaga de manera más efectiva el interés superior del niño. Los derechos
consagrados en la Convención y sus Protocolos facultativos establecen el marco
interpretativo". 709. Sentido de la preocupación fundamental de los padres. Se ha
declarado que: "Los artículos 222 y 224 del Código Civil establecen que la preocupación
fundamental de los padres es el interés superior del hijo para lo cual procurarán su mayor
realización espiritual y material posible, tocando de consuno a los padres el cuidado
personal de la crianza y educación de sus hijos, respectivamente. Que en mérito de las
normas precedentemente señaladas, el cuidado, crianza y educación de los hijos
constituye un deber jurídico superior, que obliga legal y prioritariamente a los padres a
tomar todas las medidas necesarias para la mayor realización integral de los hijos" (J. de
Letras de Punta Arenas, 11 de febrero de 2002, cons. 7º y 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1318/2002, conf. C. Suprema, 26 de junio de 2002,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1316/2002, Rol Nº 1624-2002). 710. El interés del hijo en
cuanto que ligado al respeto de sus derechos esenciales y a su autonomía
progresiva. En el intento por precisar la noción de "interés del hijo" la E Corte Suprema
xcma.
Concordancias: Código Civil: artículos 187, 225, 236, 240, 321 a 337. Constitución Política de la
República: artículo 19 número 10 inciso 5º. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 6º número 5. Ley Nº 16.618, Ley de
Menores,D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 43. Ley
Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 19, 24 incisos 3º y 4º. Ley Nº 19.968,
crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 1. Ley Nº 20.418, Fija normas sobre
información, orientación y prestaciones en materia de regulación de la fertilidad,D.O. 28.01.2010:
artículo 2º inciso 2º. Ley Nº 20.609, establece medidas contra la discriminación,D.O. 24.07.2012:
artículo 4º inciso 1º. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer,D.O. 9.12.1989, artículos 5º letra b) y 16.1. Decreto
Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículos
7.1, 18.1, 29.
Código Civil es la regla de atribución legal del cuidado personal tratándose de la situación
de padres, casados o no, que hacen vida en común con sus hijos y, en este caso, como
ambos progenitores deben hacerse cargo del cuidado personal, crianza y educación de la
prole, la referida disposición es la primera que concreta, como se advierte de su lectura, el
principio de la corresponsabilidad que apunta a la distribución de responsabilidades o al
ejercicio mancomunado del cuidado personal, crianza y educación de los hijos, es decir,
que postula que ambos padres deben comprometerse y participar en forma activa,
equitativa y permanente en dichas actividades aunque no haya vida en común; surgiendo
el derecho correlativo de los hijos a que sus progenitores velen por ellos" (C. Suprema,
10 de noviembre de 2015, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6835/2015, Rol Nº 4889-
2015). 715. Del principio de la corresponsabilidad como imperativo legal en
cualquier régimen de cuidado personal. La E Corte Suprema ha advertido que: "[L] a
xcma.
reforma introducida por la Ley Nº 20.680 al Título IX, Libro I, del Código Civil, en lo que
interesa, persigue reforzar la idea que los padres deben asumir de manera plena la
responsabilidad que les cabe en la crianza, educación y establecimiento de los hijos,
vivan juntos o separados, estableciendo que el principio de corresponsabilidad es un
imperativo legal en todos los regímenes de cuidado personal una vez cesada la vida en
común, con la finalidad que los padres asuman la responsabilidad de velar por el interés
de sus hijos para procurar su mayor realización espiritual y material posible" (C. Suprema,
10 de noviembre de 2015, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/6835/2015, Rol Nº 4889-
2015). En este mismo sentido ha insistido en que: "[S]egún se advierte de los términos del
inciso 1º del artículo 224 del Código Civil, es el principio de la corresponsabilidad el que
prima en el tema de que se trata, que apunta a la distribución de responsabilidades o al
ejercicio mancomunado del cuidado personal, crianza y educación de los hijos, esto es,
que insta a que ambos padres se comprometan y participen en forma activa, equitativa y
permanente en dichas actividades aunque no haya vida en común, para procurar su
mayor realización espiritual y material posible, por ende, tiene el carácter de principio
informador en lo tocante a la crianza de la prole; surgiendo, como contrapartida, el
derecho correlativo de los hijos a que sus progenitores velen por ellos" (C. Suprema, 12
de julio de 2017, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/4531/2017, Rol Nº 9226-
2017). Precisamente, en cuanto que se trata de un principio que se impone legalmente,
ha de tenerse especialmente en cuenta en las resoluciones judiciales que, para que opere
efectivamente, ha de considerar la adopción de: 1º) las medidas y dispositivos necesarios
para que el padre o la madre, o ambos si fuere el caso, ejerzan el cuidado personal de
sus hijos sobre la base de este principio, que se presenta como una manifestación del
interés superior del niño, en cuanto que está en su interés mantener una plena y sana
relación con su padre y con su madre; 2º) las medidas y dispositivos necesarios para
evitar que uno de los padres impida que este principio de corresponsabilidad se haga
efectivo, al frustrar o dificultar al otro el ejercicio del cuidado personal. 716. Del sentido y
contenido de la obligación de los padres del cuidado personal de la crianza y
educación de sus hijos. La E Corte Suprema, aun antes de la reforma de este texto,
xcma.
había declarado que: "[E]l artículo 224 del Código Civil, establece que corresponde a los
padres, o al padre o madre sobreviviente el cuidado personal de la crianza y educación de
sus hijos. Éste es un deber genérico, comprensivo de todos los que corresponden a los
padres respecto de sus hijos, como responsabilidades que derivan precisamente de la
filiación y que deben cumplirse teniendo como preocupación fundamental el interés
superior del hijo, en conformidad con el inciso segundo del artículo 222 del Código Civil"
(C. Suprema, 24 de junio de 2010, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/3505/2010, Rol
Nº 608-2010). Este considerando lo reiteró el mismo tribunal en alguna sentencia
posterior (C. Suprema, 2 de agosto de 2010, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/4244/2010,
Rol Nº 3792-2010). Se había precisado, igualmente, que: "El cuidado, crianza y educación
de los hijos constituye un deber jurídico superior, que obliga legal y prioritariamente a los
padres a tomar todas las medidas necesarias para la mayor realización integral de los
hijos" (J. de Letras de Punta Arenas, 11 de febrero de 2002, cons. 7º y 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1318/2002, conf. Cs. 26-VI-2002,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1316/2002, Rol Nº 1624-2002). 717. El cuidado personal ha de
entenderse en función de los intereses del niño. Se ha destacado así que: "El cuidado
personal, entendido como el derecho de los padres a tener a sus hijos en su compañía o
el derecho de los padres a la crianza, educación y establecimiento del menor de edad, o
por lo menos una educación básica, un oficio de profesión al hijo. Tuición que no está
concebida para que los padres puedan disfrutarla egoísta y arbitrariamente, sino que más
bien, como el derecho del niño para que a través de ella se le brinde cuidado y protección
en la forma más conveniente para su salud física y psicológica. Así, en estos casos, debe
atenderse más que a la posición de los padres, a la de los hijos" (C. de Apelaciones de
Coihaique, 18 de junio de 2010, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/16845/2010, Rol Nº 10-
2010, conf. C. Suprema, 4 de octubre de 2010, LegalPublishing: Cl/Jur/16844/2010, Rol
Nº 5303-2010). Por ello la actuación de los padres reconoce una serie de limitaciones
derivadas del principio del interés superior del hijo: "En este sentido, cobran especial
interés los efectos que el referido principio produce en el marco de las relaciones
parentales, en las que, por un lado, se encuentra el derecho y responsabilidad de los
padres de cuidar y educar a los hijos y por otro, la protección y desarrollo de la autonomía
del niño en el ejercicio de sus derechos, lo que limita las facultades o roles de los padres,
precisamente por interés superior de los menores, en aras de la satisfacción integral de
sus derechos" (C. Suprema, 24 de junio de 2010, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3505/2010, Rol Nº 608-2010). 718. La obligación de los padres
del cuidado personal de la crianza y educación de sus hijos presupone la
convivencia habitual entre aquéllos y éstos. En este sentido se ha destacado por la
jurisprudencia que: "Los derechos y deberes que comprenden el cuidado personal,
suponen una convivencia habitual entre padres e hijos. El derecho-función de tener a los
hijos menores en su compañía se encuentra indisolublemente ligado a su guarda y
custodia, lo que implica una comunidad de vida con ellos" (C. Suprema, 24 de junio de
2010, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/3505/2010, Rol Nº 608-2010). Este considerando
se ha reiterado literalmente en alguna sentencia posterior (C. Suprema, 2 de agosto de
2010, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/4244/2010, Rol Nº 3792-2010). En idéntico
sentido se había declarado que: "El artículo 224 del Código Civil, establece que
corresponde a los padres, o al padre o madre sobreviviente, el cuidado personal de la
crianza y educación de sus hijos. Dicho concepto alude a un deber genérico, comprensivo
de todos aquellos que le corresponden a los padres respecto de sus hijos,
responsabilidades que derivan precisamente de la filiación y que deben cumplirse
teniendo como preocupación fundamental el interés superior del hijo, de conformidad a lo
dispuesto por el inciso segundo del artículo 222 del Código Civil. Los derechos y deberes
que comprenden el cuidado personal, presuponen la convivencia habitual entre padres e
hijos. En efecto este derecho función de tener a los hijos menores en su compañía, se
encuentra indisolublemente ligado a su guarda y custodia, lo que implica una comunidad
de vida con éstos" (C. Suprema, 29 de julio de 2008, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3041/2008, Rol Nº 3469-2008). 719. En cumplimiento de esta
obligación los padres deben procurar que sus hijos tengan igual y oportuno acceso
a la justicia. En este sentido se ha entendido que: "En mérito de la condición de
representantes legales de los padres respecto de sus hijos menores, en relación con el
deber protección, cuidado y crianza de los mismos, es deber de éstos el adoptar los
resguardos y medidas necesarias para que el hijo tenga igual y oportuno acceso a la
justicia, resultando entonces obligación jurídica de los padres recurrir a la autoridad
judicial para la investigación y solución de los conflictos jurídicos en que se vean
afectados" (J. de Letras de Punta Arenas, 11 de febrero de 2002, cons. 13º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1318/2002, conf. C. Suprema, 26 de junio de 2002,
LegalPublishing: Cl/Jur/1316/2002, Rol Nº 1624-2002).
A falta del acuerdo del inciso primero, los hijos continuarán bajo el cuidado
personal del padre o madre con quien estén conviviendo.
Siempre que el juez atribuya el cuidado personal del hijo a uno de los
padres, deberá establecer, de oficio o a petición de parte, en la misma
resolución, la frecuencia y libertad con que el otro padre o madre que no tiene
el cuidado personal mantendrá una relación directa y regular con los hijos,
considerando su interés superior, siempre que se cumplan los criterios
dispuestos en el artículo 229.
Mientras una nueva subinscripción relativa al cuidado personal no sea
cancelada por otra posterior, todo nuevo acuerdo o resolución será inoponible
a terceros.326
Concordancias: Código Civil:artículos 222 inciso 1º, 226, 229, 242 inciso 2º y 245. Código del Trabajo:
artículos 195 inciso 3º y 200. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930: artículos 6º números
4, 5 y 8 inciso 1º. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias,
D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 19 inciso 2º letra a).
Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,
D.O. 30.05.2000: artículos 42, 43 y 48. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos
21 incisos 2º y 3º, 22 inciso 2º, 23, 27. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004:
artículos 8º número 1, 92 número 4. Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, Decreto Nº 789. Min. Relaciones Exteriores, D.O. 9.12.1989: artículo
16.1.
que: "El propósito detrás de esta norma es fácil de apreciar: causar el menor impacto
posible en el desarrollo personal del niño, sin que éste deba sufrir consecuencias
indeseadas por el hecho de estar cambiando constantemente de residencia entre la de la
madre y la del padre. Así se constata en el mensaje presidencial de la Ley Nº 20.680, que
introdujo la nueva formulación del referido artículo (boletines 7007-18 y 5917-18,
refundidos)" (Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 16º, Legal
Publishing: Cl/Jur/2645/2016, Rol Nº 2867-15-Ina). La E Corte Suprema, por su parte,
xcma.
ha advertido que: "[R]esulta de interés tener presente que el legislador al modificar las
normas que regulan el cuidado personal de los hijos durante la vida separada de sus
padres, dio cabida legal al régimen de tuición compartida; corrigió la forma como se
interpretaba la preferencia materna como regla legal de carácter supletoria; y eliminó el
criterio de inhabilidad de uno o de ambos padres en la atribución judicial de la tuición, con
la finalidad de privilegiar la aplicación del principio rector en materia de familia, esto es, el
interés superior del niño, niña y adolescente" (C. Suprema, 12 de julio de 2017, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4531/2017, Rol Nº 9226-2017). Con ligeras variantes de
redacción este considerando lo ha reproducido en sentencias posteriores (C. Suprema, 28
de agosto de 2018, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/939/2018, Rol Nº 4807-
2018). 721. Del campo operativo de este artículo. El E Tribunal Constitucional ha
xcmo.
precisado: "Que, según se desprende de su tenor, el artículo 225 del Código Civil
establece reglas que dicen relación con la atribución del cuidado personal del hijo, cuando
los padres viven separados. Es decir, normas que parten del supuesto de que los padres
del hijo llevan una vida separada o independiente entre sí, suponiendo éste un contexto
de aplicación diverso al del artículo 224, cual es que estando vivos ambos padres, éstos
llevan una vida separada o independiente. La finalidad de este precepto, entonces, es
normar la atribución del cuidado personal en ese contexto preciso [...]. Que, entonces, el
artículo 225 del Código Civil supone un 'contexto de crisis familiar, fracaso y,
frecuentemente, graves desavenencias que han llevado a los padres a interrumpir o
terminar la vida en común junto a sus hijos'. Es en ese escenario en el que el Derecho
debe 'arbitrar técnicas que, en la medida de lo posible, garanticen a los niños, niñas y
adolescentes involucrados involuntariamente en estas crisis la continuidad de su crianza y
educación y la estabilidad de vida que requieren para el desarrollo armónico de su
personalidad hasta la madurez. A esto deberían apuntar y éste es verdaderamente el
objetivo de las reglas de atribución del cuidado personal de los hijos en el supuesto de
familias separadas' (Rodríguez Pinto, María Sara (2009): 'El cuidado personal de niños y
adolescentes en la familia separada: criterios de resolución de conflictos de intereses
entre padres e hijos en el nuevo derecho chileno de familia'. En Revista Chilena de
Derecho, vol. 36 Nº 3, pp. 545-586)" (Tribunal Constitucional, 16 de junio de 2015, cons.
4º y 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3348/2015, Rol Nº 2699-14-Ina). 722. La atribución del
cuidado personal del hijo, cuyos padres viven separados, puede ser:
a) convencional, b) legal o c) judicial. Así lo ha advertido el E Tribunal Constitucional:
xcmo.
"[E]l artículo 225 del Código Civil supone un 'contexto de crisis familiar, fracaso y,
frecuentemente, graves desavenencias que han llevado a los padres a interrumpir o
terminar la vida en común junto a sus hijos' [...]. Y es precisamente para hacer frente a lo
anterior que el artículo 225 del Código Civil establece tres reglas distintas. Aquella que
permite la atribución convencional del cuidado personal, la que lo atribuye legalmente, y la
que permite al juez zanjar dicha cuestión" (Tribunal Constitucional, 16 de junio de 2015,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3348/2015, Rol Nº 2699-14-Ina). Si tales son las
"fuentes" para atribuir el cuidado personal de los hijos, la jurisprudencia ha destacado que
la reforma operada por la Ley Nº 20.680, de 21 de junio de 2013, ha consagrado la
igualdad de condiciones de los padres para el ejercicio del cuidado personal de sus
hijos. En este sentido la E Corte Suprema ha declarado que: "Resulta útil señalar que la
xcma.
Ley Nº 20.680, que introduce modificaciones al Código Civil y a otros cuerpos legales,
tuvo por objeto proteger la integridad del niño en caso de que sus padres vivan
separados, regulando materias relativas al cuidado personal de los hijos, la relación
directa y regular y la patria potestad. En materia de cuidado personal estableció cambios
en las formas de atribución y en el ejercicio de este derecho-deber, inspirados en los
principios de autonomía de la voluntad, igualdad de los padres y en el principio rector del
interés superior del niño, mantuvo las fuentes de atribución del cuidado personal, esto es,
convencional, legal y judicial, esta última, también denominada supletoria, es aquella que
opera a falta de acuerdo de los padres: 'el hijo continuará bajo el cuidado del padre o
madre con quien estén conviviendo', consagrando con ello la igualdad de condiciones de
los padres para el ejercicio del cuidado personal de los hijos y protegiendo con ello, su
interés superior, al mantener su situación fáctica, priorizando su estabilidad material y
espiritual" (C. Suprema, 6 de octubre de 2014, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7101/2014, Rol Nº 3666-2014). 723. De la atribución
convencional del cuidado personal de los hijos. La E Corte Suprema ha destacado el
xcma.
papel que se reconoce a la autonomía de los padres para decidir acerca del cuidado
personal de sus hijos: "[E]l artículo 225 del estatuto en referencia establece las reglas de
atribución de responsabilidad del cuidado personal en el evento que los padres vivan
separados. En dicho caso, se consagra como criterio rector preeminente, la autonomía de
los padres, pues el legislador expresa como primera preferencia, que sean los
progenitores quienes acuerden el ejercicio del cuidado personal, sea asignándolo a uno
de ellos,o asumiéndolo de manera compartida" (C. Suprema, 5 de septiembre de 2016,
cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/6163/2016, Rol Nº 16275-2016). De su lado, la
jurisprudencia constitucional ha precisado que, de acuerdo con la regla del inciso 1º del
artículo 225 del Código Civil, la atribución convencional del cuidado personal de los hijos
puede asumir dos variantes, a saber, la atribución exclusiva del cuidado personal a uno
de los padres, o la atribución del cuidado compartido. En tal sentido el E Tribunal
xcmo.
asumido la opinión que, desde la entrada en vigor la reforma operada por la Ley
Nº 20.680, ha defendido la E Corte Suprema en cuanto a que el cuidado personal
xcma.
declarado por ella que: "El inciso 1º [del art. 225], por su parte, señala que los padres que
viven separados pueden de consuno determinar que el cuidado personal de los hijos
corresponda a ambos en forma compartida, precisando que el acuerdo se debe otorgar
por escritura pública o acta extendida ante cualquier oficial del Registro Civil y deberá ser
subinscrito al margen de la inscripción de nacimiento del hijo dentro de los treinta días
siguientes a su otorgamiento; y el inciso 4º que el juez sólo puede atribuir el cuidado
personal a uno de los progenitores, por lo que excluye la posibilidad de otorgar una
modalidad de custodia compartida sino existe acuerdo entre ellos [...] en consecuencia,
los sentenciadores del fondo no han infringido dicha disposición al decidir que el régimen
de cuidado compartido no puede ser regulado por vía judicial a través de una sentencia,
sino que sólo por acuerdo de los padres" (C. Suprema, 10 de noviembre de 2015, cons.
6º y 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6835/2015, Rol Nº 4889-2015). En igual sentido se ha
declarado que: "[L]a determinación de los sentenciadores en relación a fijar el cuidado
compartido a favor del menor de autos, no tomó en consideración el inciso tercero del
artículo 225 que señala expresamente que 'En cualquiera de los casos establecidos en
este artículo, cuando las circunstancias lo requieran y el interés superior del hijo lo haga
conveniente, el juez podrá atribuir el cuidado personal del hijo al otro de los padres, o
radicarlo en uno solo de ellos, si por acuerdo existiere alguna forma de ejercicio
compartido'. Del cual se deduce sin ninguna duda, que el juez no tiene atribución para fijar
como forma de ejercer el cuidado personal de un hijo, el de hacerlo en forma de cuidado
compartido, ya que la ley establece claramente todas las posibles soluciones que puede
tomar el juez, en los casos sometidos a su decisión" (C. Suprema, 17 de diciembre de
2015, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/7869/2015, Rol Nº 6320-2015). Para justificar esta
opción de la ley, se ha advertido: "Que la doctrina y el derecho extranjero están de
acuerdo en señalar, respecto al cuidado compartido, que 'Otro rasgo importante de esta
institución es su fuente en la convención de los padres. Los acuerdos de tuición conjunta
o alternada desde su introducción en los años 1980 son convenios entre los padres.
Requieren el mutuo acuerdo entre progenitores. Lo que resulta difícil de aceptar es que
los tribunales de familia decreten estos sistemas contra la voluntad de uno de los padres.
En el ámbito norteamericano, hay numerosos estudios que desaconsejan la tuición
compartida si no hay un alto grado de armonía y cooperación entre los padres' (Rodríguez
Pinto, María Sara, 'El cuidado personal de niños y adolescentes', página 97). Quinto: Que
es por lo anterior que el legislador no le dio atribuciones al juez para fijar el cuidado
compartido, porque los padres que llevan sus disputas a los tribunales y prefieren que un
extraño decida en lugar de ellos mismos, quién está mejor capacitado para ejercer el
cuidado de sus hijos o que decida en definitiva al cuidado de quién sus hijos estarán
mejor; no son los padres de los que habla la doctrina, éstos que se encuentran en un alto
grado de armonía y cooperación" (C. Suprema, 17 de diciembre de 2015, sentencia de
reemplazo cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7869/2015, Rol Nº 6320-
2015). 723.2. De la atribución convencional: el cuidado personal compartido es
distinto del principio de corresponsabilidad. El E Tribunal Constitucional también ha
xcmo.
asumido en este punto la opinión de la E Corte Suprema. Así ha advertido que: "Resulta
xcma.
interesante destacar que a continuación del inciso primero del artículo 225, que faculta a
los padres para que mediante acuerdo establezcan el cuidado compartido de su hijo, el
inciso segundo del mismo artículo precisa que dicha forma de cuidado 'procura estimular
la corresponsabilidad de ambos padres que viven separados'. De éste fluye nítidamente
que cuidado personal compartido y corresponsabilidad parental (artículo 224 del Código
Civil) son cuestiones diferenciables. El precepto reconoce que el cuidado compartido
estimula la corresponsabilidad, pero no lo identifica con ella. Sobre ello, se ha afirmado
que 'el principio de corresponsabilidad parental no es sinónimo de cuidado personal
compartido y, al mismo tiempo, que un buen régimen de relación directa y regular puede
concretar también tal principio' o, bien, que 'la corresponsabilidad parental debe ser
ejercida con independencia del tipo de custodia que acordaron los padres o que decretó el
juez' (Acuña San Martín, Marcela (2013): 'El principio de corresponsabilidad parental'.
En Revista de Derecho de la Universidad Católica del Norte, Vol. 20 Nº 2). Y en un
sentido análogo, que 'cuidado personal compartido y corresponsabilidad tienen una
estrecha relación. La tuición compartida es una forma de ejercitar la corresponsabilidad
parental después de la separación. Pero ambos conceptos no se identifican. La
corresponsabilidad no exige cuidado compartido como único régimen posible de tuición
durante la separación. La corresponsabilidad puede ejercitarse de diversas formas'
(Rodríguez Pinto, María Sara (2014): 'Nuevas normas sobre cuidado personal, relación
directa y regular y patria potestad en el Código Civil Chileno. Reformas introducidas por la
Ley Nº 20.680 de 2012'. En Revista de Derecho de Familia, Nº 1, p. 80)" (Tribunal
Constitucional, 16 de junio de 2015, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015, Rol
Nº 2699-2014-Ina). La E Corte Suprema, por su parte, se ha ocupado en precisar: "Que,
xcma.
según lo dispone el inciso 2º del artículo 225 del Código Civil, el cuidado personal
compartido es un régimen de vida que procura estimular la corresponsabilidad de ambos
padres que viven separados, en la crianza y educación de los hijos comunes, mediante un
sistema de residencia que asegure su adecuada estabilidad y continuidad. En
consecuencia, cuidado personal compartido y corresponsabilidad no son conceptos
sinónimos, como parece sugerirse en el recurso, pues el primero es un sistema de vida
que persigue mantener activa la participación del padre y de la madre en los aspectos
señalados durante la vida separada, luego, es una de las tantas formas de ejercitar la
corresponsabilidad parental en ese caso, y el segundo es un principio informador en lo
tocante a la crianza de los hijos" (C. Suprema, 10 de noviembre de 2015, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6835/2015, Rol Nº 4889-2015). En la misma línea se ha
precisado: "Que es necesario, asimismo, sostener que cuidado personal compartido y
corresponsabilidad no son conceptos sinónimos, pues el primero es un sistema de vida
que persigue mantener activa la participación del padre y de la madre en los aspectos
señalados durante la vida separada, luego, es una de las tantas formas de ejercitar la
corresponsabilidad parental en ese caso, y el segundo es un principio informador en lo
tocante a la crianza de los hijos. Por lo cual es un error establecer que la mejor forma de
cumplir con el principio de la corresponsabilidad, establecido en el artículo 224 del Código
Civil, es el cuidado compartido; ya que se logra lo mismo radicando el cuidado personal
en uno de los padres y fijando un régimen directo y regular en favor del padre o madre no
custodio" (C. Suprema, 17 de diciembre de 2015, sentencia de reemplazo, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7869/2015, Rol Nº 6320-2015). 723.3. De la atribución
convencional: el cuidado compartido no puede decretarlo el juez fundado en el
principio de corresponsabilidad. Así lo ha precisado, el E Tribunal Constitucional:
xcmo.
establece, entre otras, reglas para obtener el cumplimiento del régimen de relación directa
y regular con el niño cuando el cuidado personal está radicado en uno de los padres,
mediante la aplicación de los apremios tipificados en el artículo 66 de la misma ley [...]
Que de los antecedentes fluye que, en este caso, las partes acordaron un régimen de
cuidado personal compartido en conformidad al artículo 225 del Código Civil, cuyo
establecimiento y delimitación está entregado por ley a los padres y que se encuentra
fuera de los casos regulados por las disposiciones más arriba transcritas [...] Que
existiendo, en este caso, una discrepancia entre las partes en cuanto a la interpretación
del acuerdo arribado con fecha 13 de mayo de 2015, lo que correspondía era que el
Tribunal de Familia los citara a una audiencia en que, oyendo a los niños, propusiera las
bases para solucionar el conflicto suscitado, en virtud del principio de colaboración que
rige los procedimientos de familia en conformidad al artículo 14 de la Ley Nº 19.968 con
miras a mitigar la confrontación entre los progenitores" (C. Suprema, 10 de septiembre de
2018, cons. 2º, 3º y 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/5106/2018, Rol Nº 22224-2018). 724. De
la atribución legal del cuidado personal del hijo. La actual regla de atribución legal del
cuidado personal, vigente desde la entrada en vigor de la Ley Nº 20.680, no ha significado
que se superen todos los inconvenientes que generaba la regla anterior. De ahí que en el
poco tiempo de su vigencia ha dado pie a la discusión de una serie de
cuestiones. 724.1. De la atribución legal del cuidado personal del hijo: el campo
operativo de la regla. El E Tribunal Constitucional ha precisado, en relación con la regla
xcmo.
de atribución legal del cuidado personal al padre con quien conviva el menor, que: "La
segunda regla es aquella contenida en el inciso tercero del artículo 225, objeto de
impugnación en estos autos, que atribuye legalmente el cuidado personal del hijo al padre
o madre con quien esté conviviendo. La norma, al efecto, reza que 'los hijos continuarán
bajo el cuidado personal del padre o madre con quien estén conviviendo'. Ella supone que
entre los padres que viven separados no se haya arribado a un acuerdo en torno al
cuidado personal del hijo, en ejercicio de la regla del inciso primero del mismo artículo,
acuerdo que, como vimos, puede consistir tanto en que uno solo de ellos ejercerá el
cuidado personal o, por el contrario, que lo ejercerán ambos. Importante es destacar, por
ahora, que la norma en cuestión no sólo atiende indiferenciadamente a la condición de
progenitor —se aplica indistintamente al padre o a la madre— sino que exige la
concurrencia de una circunstancia adicional para determinar cuál de los progenitores
detentará el cuidado del hijo: que convivan con éste. Es decir, el hijo se mantendrá bajo el
cuidado ya del padre o ya de la madre, que conviva con él. Es evidente que no puede
mantenerse bajo el cuidado de ambos, pues la norma supone la vida separada de los
padres. La exigencia de convivencia entre el padre y el hijo es el supuesto esencial o
relevante de la regla en cuestión, que desencadena su aplicación" (Tribunal
Constitucional, 16 de junio de 2015, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015, Rol
Nº 2699-2014 Ina). 724.2. De la atribución legal del cuidado personal: el presupuesto
de la convivencia con uno de los padres. El E Tribunal Constitucional se ha ocupado
xcmo.
en destacar que la regla del inciso 3º del artículo 225 del Código Civil implica, como
presupuesto para que opere, la concurrencia de una circunstancia de hecho, que consiste
en la convivencia del hijo con uno de sus padres: "Que preciso resulta asentar que para
que la regla cuestionada se haga operativa, se requiere de la concurrencia de una
situación de hecho, consistente en la convivencia entre el hijo y el progenitor al que se
confiere el cuidado personal, es decir, un vivir juntos, pues el término convivir implica 'vivir
en compañía de otro u otros' (Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua).
En este caso, entonces, la regla supone que exista una comunidad de vida entre el
progenitor al que le atribuye el cuidado personal y el hijo al que dicho cuidado se refiere.
Dicha cuestión, ha afirmado la jurisprudencia, protege el interés superior del niño, niña, o
adolescente, al amparar una situación fáctica existente, consagrando la igualdad de
condiciones de los padres para el ejercicio del cuidado personal. Y es que la cuestión
determinante es que se dé ese supuesto fáctico, no si se trata del padre o de la madre,
pues la regla se puede aplicar a uno u otro, siempre que conviva con su hijo" (Tribunal
Constitucional, 16 de junio de 2015, cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015, Rol
Nº 2699-2014 Ina). 724.3. De la atribución legal del cuidado personal: se privilegia el
mantenimiento de la estabilidad del hijo. La E Corte Suprema ha destacado que la
xcma.
nueva regla de atribución legal del cuidado personal se inspira en el propósito de priorizar
la estabilidad material y espiritual del hijo, y evitar la alteración de una situación
preexistente. En este sentido ha declarado: "Que resulta útil señalar que la Ley Nº 20.680,
que introduce modificaciones al Código Civil y a otros cuerpos legales, tuvo por objeto
proteger la integridad del niño en caso de que sus padres vivan separados, regulando
materias relativas al cuidado personal de los hijos, la relación directa y regular y la patria
potestad. En materia de cuidado personal estableció cambios en las formas de atribución
y en el ejercicio de este derecho-deber, inspirados en los principios de autonomía de la
voluntad, igualdad de los padres y en el principio rector del interés superior del niño,
mantuvo las fuentes de atribución del cuidado personal, esto es, convencional, legal y
judicial; esta última, también denominada supletoria, es aquella que opera a falta de
acuerdo de los padres: 'el hijo continuará bajo el cuidado del padre o madre con quien
estén conviviendo', consagrando con ello la igualdad de condiciones de los padres para el
ejercicio del cuidado personal de los hijos y protegiendo con ello, su interés superior, al
mantener su situación fáctica, priorizando su estabilidad material y espiritual"
(C. Suprema, 6 de octubre de 2014, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/7101/2014, Rol
Nº 3666-2014). El E Tribunal Constitucional, con expresa referencia a la sentencia que
xcmo.
judicialmente el cuidado personal del hijo, al tenor de la letra j) del artículo 225-2 del
Código Civil (vide art. 225-2 y su jurisprudencia). 724.4. De la atribución legal del
cuidado personal: el mantenimiento de la estabilidad del hijo y el cambio de
domicilio del menor decidido unilateralmente por el padre custodio. La E Corte xcma.
doctrina, que la nueva regla de atribución legal del cuidado personal de los hijos elimina
los defectos de carácter discriminatorio que tenía la regla anterior: "La disposición viene a
reemplazar al antiguo artículo 225 del Código Civil, el que también contenía reglas de
atribución legal, convencional y judicial del cuidado personal del hijo, cuando sus padres
vivían separados. En lo que respecta a la atribución legal, la norma pertinente estaba
contenida en el inciso primero, el que prescribía: 'Si los padres viven separados, a la
madre toca el cuidado personal de los hijos'. Según se desprende de su lectura, surgen
dos elementos diferenciadores relevantes entre una y otra disposición. Por una parte, la
nueva regla de atribución legal se puede aplicar ya al padre o a la madre, no así la
anterior. Y, además, en la nueva regla la sola condición de progenitor no basta para su
aplicación, pues se exige que el padre o madre al que la norma le confiere el cuidado
personal del hijo, conviva con éste. De allí que la doctrina ya haya reconocido que el
inciso tercero del artículo 225, ahora reprochado, es 'una norma de atribución supletoria,
que deja en igualdad de condiciones a los padres, eliminando la preferencia materna, y
que protege el interés superior de los hijos al mantener su situación, priorizando su
estabilidad material y espiritual. Esta regla supletoria presenta importantes beneficios; por
una parte, permite una continuidad en la vida del menor, en aquellos casos en que los
padres estén separados y uno de ellos se hace cargo de los hijos y el otro desaparece o
se desentiende de sus responsabilidades; o en aquellos casos en que ambos padres se
encuentran presentes en la vida de su hijo, pero no han firmado un acuerdo. Por otro lado,
evita tener que judicializar todos los casos a efectos de que el Tribunal de Familia atribuya
el cuidado personal, reconociendo la situación de hecho existente' (Lepin Molina, Cristián
(2013): 'Reformas a las Relaciones Paterno-Filiales. Análisis de la Ley Nº 20.680'.
En Revista de Derecho, Escuela de Postgrado Nº 3, julio 2013, pp. 285-308). Asimismo,
se ha señalado que 'deroga las reglas de preferencia basadas en el sexo de los padres, al
momento de atribuir funciones parentales. Así, eliminando la preferencia materna,
establece que, a falta de acuerdo, los hijos continuarán bajo el cuidado personal del padre
o madre con quien estén conviviendo. Este aspecto fue a tal punto controvertido, que dio
lugar a la creación de una Comisión Mixta, en cuyo seno se privilegió la necesidad de una
regla supletoria en situaciones de hecho en que los padres ya se hubieran separado; mas,
sin sacrificar el principio de igualdad parental'. (Lathrop Gómez, Fabiola (2013):
'Comentarios a la reforma al Código Civil en materia de efectos de la filiación', en
la Semana Jurídica del 29 de julio al 2 agosto de 2013)" (Tribunal Constitucional, 16 de
junio de 2015, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015, Rol Nº 2699-
2014 Ina). 724.6. De la atribución legal del cuidado personal: la constitucionalidad
de la regla del inciso 3º del artículo 225 del Código Civil. El E Tribunal Constitucional,
xcmo.
requerido para pronunciarse en torno a la constitucionalidad de la nueva regla, ha sentado
como punto de partida el que ella no afecta el principio de igualdad: "[S] e puede señalar
que la regla contenida en el inciso tercero del artículo 225 del Código Civil, por una parte,
consagra una igualdad de condiciones entre los progenitores a los efectos del cuidado
personal del hijo, pues bien puede aplicarse al padre o a la madre, y, por la otra, ampara
la estabilidad del hijo, al mantenerlo bajo el cuidado del progenitor con el que ya vive,
resguardando entonces la comunidad de vida existente entre ambos, con lo que se
propende además al respeto de su interés superior" (Tribunal Constitucional, 16 de junio
de 2015, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015, Rol Nº 2699-2014 Ina). En
desarrollo de esta idea, ha precisado: "[...] a juicio de este Tribunal, el reproche planteado
por el requirente debe ser desestimado, pues la aplicación del precepto no origina una
infracción a la garantía de igualdad ante la ley. Lo anterior por cuanto la regla no resulta, a
nuestro juicio, tachable de arbitraria, ello aun en el caso de que se entendiera que
introduce una diferencia entre personas que están en una misma situación, cuestión que
no se comparte. Lo anterior, por cuanto la norma precisamente se aplica en un supuesto
en que los padres no se hallan en una idéntica situación, pues es uno de ellos —no
ambos— el que convive con el hijo y lo cuida. Es decir, sólo con uno de ellos el hijo
mantiene una comunidad de vida, no así con el otro. Y aun si se entendiera, como lo hace
el requirente, que el precepto introduce una diferencia entre sujetos que se encuentran en
una misma situación, cual sería ser padres del hijo en común, la misma no puede
calificarse de arbitraria, que es lo que en definitiva repudia la Constitución. Lo anterior, por
cuanto la atribución del cuidado personal del niño al progenitor con el que convive, parece
razonable e inspirada en el interés superior del niño. Ya hemos visto que tanto la doctrina
como la jurisprudencia han entendido que la regla en cuestión se muestra respetuosa de
la igualdad que debe existir entre los progenitores, pues puede aplicarse tanto al padre
como a la madre, a la par que resguarda debidamente el interés superior del niño,
reconociendo y amparando una situación ya existente, con lo que se protege su
estabilidad. Y, por lo demás, en el contexto fáctico en que la regla está llamada a operar
—vida separada de los padres— no resulta irracional ni desproporcionado que el padre
que viva con el hijo sea aquel al que la ley le atribuya su cuidado personal, sin dejar la
cuestión en indeterminación, mientras los padres, en ejercicio de la autonomía de la
voluntad que en estas materias sensibles se les reconoce y cuyo ejercicio promueve el
legislador, arriban a la formalización de algún acuerdo o, bien, recurren al tribunal
competente para que zanje quién debe detentar dicho cuidado" (Tribunal Constitucional,
16 de junio de 2015, cons. 16º, LegalPublishing: Cl/Jur/3348/2015, Rol Nº 2699-
2014 Ina). Ha agregado, finalmente: "Que si bien puede haber otras opciones legislativas
diversas a la establecida en el inciso tercero del artículo 225 del Código Civil, la norma
vigente no parece desproporcionada ni irracional. Siendo así, la adopción de esta regla
por el legislador resulta ser una opción lícita de éste, inspirada nada más y nada menos
que en cautelar el interés superior de los niños, privilegiando su estabilidad, según ya se
ha dicho latamente en esta sentencia. Y debe agregarse que, por lo demás, la regla
contenida en el inciso tercero del artículo 225 no es absoluta, sino que, por el contrario,
ella puede ser alterada por acuerdo de los padres. Y también, y sea cual fuere la forma en
que se hubiere determinado la titularidad del cuidado personal, por resolución judicial
dictada conforme al inciso cuarto del artículo en cuestión" (T. Constitucional, 16 de junio
de 2015, cons. 17º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3348/2015, Rol Nº 2699-2014 Ina). 725. De
la atribución judicial como regla supletoria. Como punto de partida la jurisprudencia ha
destacado el papel supletorio del juez en esta materia: "[S]e consagra como criterio rector
preeminente la autonomía de los padres, pues el legislador expresa como primera
preferencia que sean los progenitores quienes acuerden el ejercicio del cuidado personal,
sea asignándolo a uno de ellos, o asumiéndolo de manera compartida. A falta de dicho
acuerdo, la norma consagra un régimen que respeta el statu quo existente, al señalar que
los hijos continuarán bajo el cuidado del padre o madre con quien estén conviviendo,
privilegiando la manera que en los hechos se ha distribuido esta labor. Así, el juez sólo
puede, de manera supletoria y ante la falta de concierto, modificar dicha situación fáctica,
mediante la atribución del cuidado personal del hijo al otro de los padres, o radicándolo en
uno de ellos, en el caso de cuestionarse el cuidado compartido acordado" (C. Suprema, 5
de septiembre de 2016, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/6163/2016, Rol Nº 16275-
2016). 726. La atribución judicial del cuidado personal del hijo tiene como único
criterio rector el de su interés superior: supresión de la preferencia materna y del
criterio de la inhabilidad. Esto es así, sobre todo, desde la entrada en vigor de la Ley
Nº 20.680 de 21 de junio de 2013, que pretendió, entre otros fines, privilegiar el interés
superior de los hijos como criterio de atribución de su cuidado personal. Así, y con razón,
lo ha entendido y declarado la E Corte Suprema en sentencia de 27 de mayo de 2015:
xcma.
"[S]e debe tener presente que la Ley Nº 20.680, publicada en el Diario Oficial de 21 de
junio de 2013, introdujo modificaciones a diferentes disposiciones del Código Civil, a
aquellas que regulan el cuidado personal de los hijos durante la vida separada de sus
padres, con la finalidad, en lo que aquí interesa, de eliminar la preferencia materna como
regla legal de carácter supletoria de atribución del cuidado personal y el criterio de
inhabilidad de uno o de ambos padres en dicha atribución y, con ello, privilegiar la
aplicación del principio rector en materia de familia, esto es, el interés superior del niño"
(C. Suprema, 27 de mayo de 2015, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/ Jur/3050/2015, Rol
Nº 29566-2014). De ahí que el mismo tribunal, al referirse al artículo 225 del Código Civil
y a la atribución judicial del cuidado personal de los hijos, haya sentado categóricamente
que el único criterio para decidirlo es el interés superior del hijo: "[S]i no existe acuerdo
respecto del cuidado personal del hijo, le corresponde al padre o madre con quien esté
conviviendo; sin perjuicio de que cuando las circunstancias lo requieran y el interés
superior del hijo lo haga conveniente, el juez puede atribuir el cuidado personal al otro de
los padres, lo que significa que se elimina toda alusión a causales de inhabilidad de los
progenitores, y el interés superior del niño, esto es, su bienestar, se erige como único
criterio de atribución judicial" (C. Suprema, 27 de mayo de 2015, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3050/2015, Rol Nº 29566-2014). Esta sana interpretación la ha
confirmado expresamente la E Corte Suprema en sentencias posteriores: "[E]l legislador
xcma.
personal corresponde al padre o madre con quien esté conviviendo; sin perjuicio de que
cuando las circunstancias lo requieran y el interés superior del hijo lo haga conveniente, el
juez puede atribuir el cuidado personal al otro de los padres, lo que significa que
se elimina toda alusión a causales de inhabilidad de los progenitores, y el interés superior
del niño, esto es, su bienestar, se erige como único criterio de atribución judicial"
(C. Suprema, 28 de agosto de 2018, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/939/2018, Rol
Nº 4807-2018). En fin, también ha advertido que: "[L]a Ley Nº 20.680 deroga la regla de
atribución preferente de los hijos menores a la madre, estableciendo la preeminencia del
acuerdo de los padres en la materia y, como preceptiva provisional y supletoria, la
mantención del cuidado en quien estuviere conviviendo con la prole a esa fecha, mientras
no exista una decisión judicial al respecto. En cuanto a esta última regla de atribución, se
impone al juez como único norte el interés superior del niño, y como criterios y
circunstancias a ponderar, aquellas contempladas en el artículo 225-2 del Código Civil"
(C. Suprema, 11 de julio de 2017, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/4513/2017, Rol
Nº 4827-2017). 727. De la atribución judicial del cuidado personal a uno de los
padres, y el establecimiento de oficio de un régimen de relación directa y regular. El
inciso final de este artículo 225 del Código Civil impone al juez la obligación de establecer,
de oficio, un régimen de relación directa y regular, cuando atribuye al otro padre el
cuidado personal del menor, y para ello ha de atender a los criterios señalados en el
artículo 229. La E Corte Suprema, en relación con esta obligación del juez, ha declarado
xcma.
atribución del cuidado personal de los hijos, cuyas fuentes son exclusivamente las que se
desprenden de las reglas contenidas en este artículo 225 y que, además, no pueden
discriminar a un padre en beneficio del otro: "[E]l cuidado personal de los hijos, como ya
se explicó, no puede ser 'diferido provisoriamente' por uno de los progenitores a otras
personas, es decir, la madre de mutuo proprio no tiene la facultad de determinar que el
cuidado personal de L.F. quedara en manos de sus abuelos, por el período que establecía
en su escrito, puesto que aquello vulnera el régimen normativo que al efecto contempla el
ordenamiento jurídico, discriminando indebidamente al padre, quien es el primero en ser
llamado a ejercer el cuidado personal de su hijo, más aún si se tiene presente que no se
encuentra inhabilitado para su cumplimiento. En consecuencia, pierde sustento fáctico y
legal el fundamento vertido en el fallo impugnado, en cuanto que la 'madre dejó
transitoriamente a su hijo en casa de los abuelos paternos', y que por ello nunca salió de
su custodia, puesto que dicho argumento es improcedente con relación al mérito de estos
autos" (C. Suprema, 6 de octubre de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/7101/2014,
Rol Nº 3666-2014). 729. De la atribución del cuidado personal al otro padre o de su
radicación en uno solo de los padres. De modo expreso el inciso 4º del artículo 225
del Código Civil prevé que el juez puede atribuir judicialmente el cuidado personal al
padre, que está desprovisto de él, cuando "las circunstancias lo requieran y el interés
superior del hijo lo haga conveniente". Es preciso, pues, evaluar y determinar el "interés
superior del hijo" para justificar la atribución de su cuidado personal al padre que solicita
que se le asigne. El artículo 225-2 del Código Civil proporciona unos criterios o
circunstancias que han de ser considerados en el desarrollo de esta tarea. Ellos se
encuentran en debida correspondencia con las disposiciones de la "Observación general
Nº 14 (2013)" del Comité de los Derechos del Niño, en particular de su capítulo "V:
Aplicación: la evaluación y determinación del interés superior del niño". La citada
"Observación general Nº 14 (2013)" en su número 46 advierte que: "El 'interés superior
del niño' es un derecho, un principio y una norma de procedimiento basados en una
evaluación de todos los elementos del interés de uno o varios niños en una situación
concreta". Para evaluarlo y determinarlo en función de tomar una decisión sobre una
medida concreta, se deben seguir una serie de pasos: "a) En primer lugar, determinar
cuáles son los elementos pertinentes, en el contexto de los hechos concretos del caso,
para evaluar el interés superior del niño, dotarlos de un contenido concreto y ponderar su
importancia en relación con los demás; b) En segundo lugar, para ello, seguir un
procedimiento que vele por las garantías jurídicas y la aplicación adecuada del derecho".
En esta perspectiva, tal como lo aclara el número 47 de la referida "Observación general
Nº 14 (2013)": "La evaluación y la determinación del interés superior del niño son dos
pasos que deben seguirse cuando haya que tomar una decisión". Por una parte: "La
'evaluación del interés superior' consiste en valorar y sopesar todos los elementos
necesarios para tomar una decisión en una determinada situación para un niño o grupo de
niños en concreto. Incumbe al responsable de la toma de decisiones y su personal (a ser
posible, un equipo multidisciplinario) y requiere la participación del niño), y por otra parte:
"Por 'determinación del interés superior' se entiende el proceso estructurado y con
garantías estrictas concebido para determinar el interés superior del niño tomando como
base la evaluación del interés superior". 730. Quien solicita la modificación del
régimen de cuidado personal existente ha de probar que la variación conviene al
interés superior del hijo. En este sentido se ha declarado: "[D]ebiendo precisarse por
último que correspondía en este caso a la demandante reconvencional acreditar que
convenía a los intereses de su hija variar el régimen imperante, a objeto de propender a
un nivel superior de desarrollo tanto en el ámbito afectivo como intelectual" (C. de
Apelaciones de La Serena, 24 de noviembre de 2014, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8956/2014, Rol Nº 26-2014).
d) La actitud de cada uno de los padres para cooperar con el otro, a fin de
asegurar la máxima estabilidad al hijo y garantizar la relación directa y regular,
para lo cual considerará especialmente lo dispuesto en el inciso quinto del
artículo 229.
e) La dedicación efectiva que cada uno de los padres procuraba al hijo antes
de la separación y, especialmente, la que pueda seguir desarrollando de
acuerdo con sus posibilidades.
Concordancias: Código Civil: artículos 222, 224, 225, 229 inc. 5º. Decreto Nº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 12, 18.
ha valorado de este modo esta circunstancia: "a) La vinculación afectiva entre el hijo y sus
padres y demás personas de su entorno familiar: claramente el niño ha vivido con su
madre desde que nació, pero el niño tiene una buena relación con su padre, y sus
hermanas por parte del padre, lo que sin lugar a dudas es un plus en su relación familiar;
asimismo en Chile se ha relacionado en forma continua además con sus abuelos
paternos" (C. Suprema, 14 de octubre de 2015, sent. reemplazo, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6112/2015, Rol Nº 1624-2014). 734. De la apreciación del
factor señalado en la letra b). El bienestar del hijo comprende lo material y espiritual,
con especial significación en cuanto a su bienestar afectivo. A esta circunstancia se ha
referido la E Corte Suprema cuando ha expresado que: "'b) La aptitud de los padres para
xcma.
adoptar una decisión sobre el cuidado personal el tiempo que afectivamente ha pasado el
padre con su hijo, y el que eventualmente pasaría en una situación de modificación:
"[E] sto es lo que en el derecho extranjero se denomina el Aproximation Standard: el cual
le indica al juez como criterio el atribuir conjunta o alternadamente el cuidado personal de
los hijos a ambos progenitores, pero a cada uno de ellos en proporción al tiempo que
antes de la separación dedicaba al cuidado de los hijos" (C. Suprema, 14 de octubre de
2015, sent. reemplazo, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6112/2015, Rol Nº 1624-
2014). 736. De la apreciación del factor señalado en la letra f). Es éste un elemento
que el juez de familia deberá ponderar debidamente. La E Corte Suprema ha dicho
xcma.
sobre él que: "[E]s claro que no se puede construir un interés superior del niño, sin
escuchar la opinión de éste y tomarla en cuenta de acuerdo a su edad y madurez, de
acuerdo a lo establecido para estos efectos en el principio de la autonomía progresiva,
recogido en la Convención de los Derechos del Niño, en su artículo 5º y el inciso segundo
del artículo 242 del Código Civil, que obliga al juez al momento de dictar sus resoluciones
tener en cuenta la opinión del niño, en función de su edad y madurez" (C. Suprema, 14
de octubre de 2015, sent. reemplazo, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6112/2015, Rol
Nº 1624-2014). 737. De la apreciación del factor señalado en la letra j). La E Cortexcma.
Suprema ha considerado entre otros antecedentes, a que hace referencia esta letra del
artículo 225-2, el relativo a la "estabilidad emocional y material del hijo", en directa
relación con la finalidad de procurar el mantenimiento de una situación existente de
estabilidad (vide art. 225 y su jurisprudencia). En este sentido ha declarado: "'Cualquier
otro antecedente que sea relevante atendido el interés superior del hijo'; es en este punto
que debemos referirnos al efecto probable de cualquier cambio de situación del menor, tal
como lo señala la Children's Act del derecho inglés para fijar el interés superior de los
niños, se valora aquí la incidencia que pueda tener para éste el cambio de residencia,
estudios, amigos y personas con quienes se relacione. Los tribunales ingleses, de
acuerdo con la doctrina, tienden a no variar el status quo del menor, salvo necesidad, y
afecta por igual en relación con padres y madres. Lo que se nos quiere decir, en definitiva,
es que cada vez que el juez tome una decisión que provoque un cambio de circunstancias
de vida al niño, éste debe acreditar que dicho cambio le traerá beneficios, tal como se lo
exige el artículo 49 de la Ley de Menores. Tanto así que, de no traerle beneficios sino de
dejarlos en igualdad de condiciones a la situación actual, el juez debe preferir la
estabilidad de los menores. Lo anterior, se justifica por una razón bastante simple: todo
cambio a cualquiera edad implica un riesgo y más en niños que no tienen aún un carácter
formado como para oponerse a los efectos hostiles" (C. Suprema, 14 de octubre de 2015,
sent. reemplazo, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/6112/2015, Rol Nº 1624-2014). En
relación con este último punto cobran especial relevancia los criterios asumidos en la
"Observación general Nº 14 (2013)" del Comité de los Derechos del Niño, dirigidos a
ponderar para construir en el caso concreto su interés superior, la circunstancia de no
separarle de su padre, ni de su familia extensa, y de procurar que se mantenga su
estabilidad familiar. Así lo ha entendido la E Corte Suprema, cuando ha admitido la
xcma.
aplicación de los criterios de la citada "Observación general Nº 14 (2013)": "En este punto,
debe examinarse lo que establece la Observación general Nº 14 (2013) de las Naciones
Unidas, en relación con la Convención de los Derechos del Niño, y a que su interés
superior sea una consideración primordial. Dentro de los elementos que deben tenerse en
cuenta al evaluar el interés superior del niño se encuentra 'La preservación del entorno
familiar y mantenimiento de las relaciones. Nº 58. El Comité recuerda que es
indispensable llevar a cabo una evaluación y determinación del interés superior del niño
en el contexto de una posible separación del niño y sus padres (arts. 9º, 18 y 20) Nº 59.
La familia es la unidad fundamental de la sociedad y el medio natural para el crecimiento y
el bienestar de sus miembros, en particular de los niños. El derecho del niño a la vida
familiar está protegido por la Convención. Nº 60. Prevenir la separación familiar y
preservar la unidad familiar son elementos importantes del régimen de protección del
niño. Asimismo, el niño que esté separado de uno o ambos padres tiene derecho a
mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres de modo regular,
salvo si ello es contrario al interés superior del niño. Nº 61. Dada la gravedad de los
efectos en el niño de que lo separen de sus padres, dicha medida sólo debería aplicarse
como último recurso, por ejemplo, cuando el niño esté en peligro de sufrir un daño
inminente o cuando sea necesario por otro motivo; la separación no debería llevarse a
cabo si se puede proteger al niño de un modo que se inmiscuya menos en la familia.
Antes de recurrir a la separación, el estado debe proporcionar apoyo a los padres para
que cumplan con sus responsabilidades parentales y restablecer o aumentar la capacidad
de la familia para cuidar del niño, a menos que la separación sea necesaria para proteger
al niño'" (C. Suprema, 14 de octubre de 2015, sent. reemplazo, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6112/2015, Rol Nº 1624-2014). 738. De la apreciación de los
criterios y circunstancias de este artículo, y su posibilidad de revisión en casación.
La E Corte Suprema sobre esta cuestión ha estimado que, en cuanto que tales criterios y
xcma.
Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 225-2, 239, 242 inciso 2º, 271 número 4. Código Penal:
artículo 370 bis. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 6º número 5. Ley Nº 16.618, Ley de Menores,D.O. 8.03.1967, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 42 y 43. Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 8º letra c, 12 número 1. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículos 8º número 1, 74. Ley Nº 20.830, crea el Acuerdo de Unión Civil,
D.O. 21.04.2015: artículo 1º. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 18.
Suprema que: "[P] ara confiar el cuidado personal de los hijos a un tercero, esto es, una
persona diferente a los padres, es menester, primeramente, acreditar que ambos padres
son inhábiles física o moralmente para encargarse del cuidado de sus hijos, pues la
inhabilidad de sólo uno, implicaría la atribución de este derecho deber, en el otro, y no en
un tercero, de manera que es esencial para que la acción prospere la acreditación de la
concurrencia de incapacidad de ambos padres, la que por la remisión expresa a los
criterios del artículo 225-2 del Código Civil, debe relacionarse con las causales del artículo
42 de la Ley Nº 16.618, que instituye un listado de causales y circunstancias en las cuales
se debe entender la concurrencia de inhabilidad física o moral de los padres, casos a
partir de los cuales el juez deberá fundamentar y explicar tal decisión, todo ello presidido,
por el principio del interés superior del niño, y que atendida la delicada entidad de los
derechos en juego, es un imperativo para el órgano jurisdiccional, no sólo configurarlas
con toda precisión, sino también ponderarlas de manera expresa y transparente"
(C. Suprema, 5 de septiembre de 2016, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6163/2016, Rol
Nº 16275-2016). En igual sentido la I Corte de Apelaciones de Concepción ha recordado
lma.
226 del Código Civil haga referencia al interés superior del niño, de acuerdo a los criterios
orientadores del artículo 225-2 del mismo cuerpo legal, no altera en absoluto la conclusión
precedente, toda vez que dicha referencia no elimina la exigencia de inhabilidad física o
moral de la madre para separar a los hijos de su cuidado personal y entregarlos a
terceros. En otras palabras, el criterio del interés superior del niño no puede ser utilizado,
haciendo abstracción de la condición exigida expresamente por la norma citada, esto es,
la inhabilidad física o moral de la madre, en este caso. Así lo ha señalado la
jurisprudencia de la Excelentísima Corte Suprema en sentencia de casación rol Nº 16275-
2016" (C. Apelaciones de Concepción, 29 de marzo de 2017, cons. 14º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1274/2017, Rol Nº 79-2017).
Concordancias: Código Civil: artículos 42, 225, 242 inciso 2º. Código de Procedimiento Civil:
artículos 174, 543. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 6º número 5, 8º inciso 1º. Ley Nº 16.618, Ley de
Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 43. Ley
Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 3º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 22 inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 5º inciso 2º letra b) y 8º número 1. Convención de los Derechos del
Niño, Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,D.O. 27.09.1990: artículo 12.
Artículo 228. Derogado.332
Concordancias: Código Civil: artículos 225, 225-2, 229. Ley Nº 16.618, Ley de
Menores,D.O. 8.03.1967, modificada por Ley Nº 19.711, que Regula el Derecho a Visita a los Hijos
Sometidos a la Tuición de uno de los Padres,D.O. 18.01.2001: artículos 48, 49, 49 bis, 66 inciso 3º. Ley
Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 21 inciso 2º, 23, 27, 55 inciso 2º. Ley
Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículos 8º número 2, 67 letra e). Convención
de los Derechos del Niño, Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,D.O. 27.09.1990: artículos 9º, 12.
ahora bien, la importancia del cumplimento de este derecho del niño a mantener un
contacto continuo y habitual con aquel de los padres que no está a cargo de su cuidado
personal, va en directo beneficio del niño para que de esta forma aquel progenitor que no
vive la cotidianeidad del día a día del niño, pueda mantener un vínculo armónico que le
permita intervenir en su crianza, educación y corrección. En efecto, lo que se busca a
través del cumplimiento del derecho es que los niños cuenten con un lazo sano y cercano,
asegurándoles una vinculación afectiva con el progenitor que no tiene a su cargo su
cuidado personal, velando para que crezcan bajo la participación y corresponsabilidad de
ambos padres, en todas las etapas de su vida, siempre con miras a su interés superior"
(C. Suprema, 18 de mayo de 2016, cons. 15º, LegalPublishing: Cl/Jur/3294/2016, Rol
Nº 35522-2015). También se ha advertido: "Que esa prerrogativa, conforme se anota en
el artículo 229 del Código Civil, es aquella que asegura un contacto periódico y estable
entre el hijo y su padre o madre, cuyo ejercicio se entrega primordialmente al acuerdo
libre y voluntario al que arriben el progenitor con quien tenga el cuidado del hijo, y en su
defecto por el juez" (C. Suprema, 10 de abril de 2017, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1617/2017, Rol Nº 47842-2016). 747. Del sentido y contenido
del derecho y deber de los padres de mantener una relación directa y regular con
sus hijos. La E Corte Suprema ha explicado la finalidades y caracteres que configuran
xcma.
Suprema ha aclarado que: "[L]a 'corresponsabilidad' a que alude el artículo 229 del
Código Civil no es que importe —como se pretende— el establecimiento de un
determinado 'régimen' de parte del juez familia, ya que, en realidad, constituye un
principio jurídico que propende a la participación de ambos padres en el ejercicio de los
derechos y deberes que comprende la autoridad parental, esto es, que ambos padres
asuman en común ciertas funciones en relación con los hijos, como las de mayor impacto
en su formación integral: su crianza y educación. En este contexto, el solo hecho de
haberse dispuesto un régimen amplio de relación directa y regular entre el padre y la hija
—como ocurrió en este caso— salvaguarda el principio que se cree vulnerado, no
advirtiéndose, por tanto, contravención alguna al artículo 229 del Código Civil. A mayor
abundamiento, la infracción que se denuncia tampoco altera lo resuelto en la sentencia
impugnada, ya que lo que la recurrente denomina un 'régimen de corresponsabilidad' no
fue pedido explícitamente en su demanda reconvencional y, por lo mismo, tampoco fue
objeto de la controversia, apareciendo recién, en el escrito de apelación de la sentencia
de primer grado" (C. Suprema, 4 de septiembre de 2009, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6367/2014, Rol Nº 21334-2014). En igual dirección ha advertido
que: "La corresponsabilidad, por su parte, es un principio jurídico que tiende a que ambos
padres participen en el ejercicio de los derechos y deberes que engloba la autoridad
parental, esto es, que asuman de consuno ciertas funciones en relación con los hijos,
como son las relativas a su crianza y educación, para que disfruten a sus progenitores de
manera natural, formadora, sana y afectiva, considerando siempre su interés superior
como el objetivo fundamental, aspecto en el que los padres deben necesariamente
cooperar y deponer las posturas que asumen en su propio beneficio" (C. Suprema, 24 de
septiembre de 2018, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5159/2018, Rol Nº2814-
2018). 752. Derecho a ser oído y opinión del menor, que no es vinculante para el
juez y no es, por sí misma, equivalente a su interés superior. En relación con esta
cuestión, la E . Corte Suprema ha precisado: "Si bien la opinión de la niña es importante,
xcma
ella no es vinculante para el juez y por sí sola no equivale a lo que se debe entender por
interés superior, además que en este caso preciso se justificó la razón porque no se
fallaría de acuerdo a lo que la niña había manifestado, en ciertos casos el paternalismo es
justificado por la doctrina, sobre todo cuando la niña no está en las mejores condiciones
para decidir, sintiendo la presión excesiva de uno de los padres" (C. Suprema, 11 de
octubre de 2016, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6960/2016, Rol Nº 16928-
216). 753. Para exigir el cumplimiento de un avenimiento recaído sobre el régimen
de relación directa y regular procede aplicar el procedimiento establecido en el
artículo 66 inciso tercero de la Ley de Menores y no el del Código de Procedimiento
Civil. Se ha declarado así: "Que la ley de menores, por las características propias
destinada a la protección de los menores y resguardar entre otros, los derechos
vulnerados del menor y las demás normas que contienen, constituye una ley especial, con
normas especiales que priman sobre otras de general aplicación en los procedimientos,
según un ya conocido y reiterado axioma hermenéutico. Ello es suficiente para desestimar
los argumentos del recurrente que estima que para el cumplimiento del avenimiento sobre
régimen de regulación directa y regular se deben aplicar para su ejecución los artículos
231 y 238 y demás del Código de Procedimiento Civil y que de acuerdo al artículo 241
sería procedente la apelación. No es ése el procedimiento a seguir, ante el claro tenor del
artículo 66 inciso tercero de la Ley de Menores" (C. de Apelaciones de Concepción, 2 de
mayo de 2008, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/5652/2008, Rol Nº 73-2008). 754. El
apremio decretado por el Tribunal de Familia, consistente en la orden de arresto en
contra de quien no cumple el régimen de relación directa y regular establecido por
sentencia ejecutoriada, no vulnera la libertad personal y, en consecuencia, no
habilita para acoger un recurso de amparo. Es ésta una opinión mantenida desde
antiguo por los tribunales de alzada, y confirmada por la E Corte Suprema. Así se ha
xcma.
tribunal que lo dispuesto en el artículo 9.1. de la Convención sobre los Derechos del Niño
se oponga al ejercicio de la facultad de quien es titular del cuidado personal, de fijar el
lugar donde se asienta con el niño, en la medida que sea controlado por un juez
especializado en asuntos de familia, que vele porque se resguarde el interés superior del
niño, dentro del cual un punto relevante será la mantención de la relación con el padre no
custodio, como lo prevé la propia norma citada al referir lo siguiente: artículo 9.1. Los
Estados Partes velarán por que el niño no sea separado de sus padres contra la voluntad
de éstos, excepto cuando, a reserva de autorización judicial, las autoridades competentes
determinen, de conformidad con la ley y los procedimientos aplicables, que tal separación
es necesaria en el interés superior del niño, agregando que tal separación puede ser
necesaria, por ejemplo, por descuido por parte de sus padres, o cuando éstos viven
separados y debe adoptarse una decisión sobre el lugar de residencia del niño"
(C. Suprema, 30 de diciembre de 2015, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/8129/2015, Rol
Nº 2252-2015). 755.2. No puede aceptarse un cambio de domicilio del menor
fundado en el interés del padre o madre que tiene su cuidado personal. Así, la
E Corte Suprema en su sentencia de 14 de octubre de 2015, en un caso en que la
xcma.
madre, por decisión unilateral fundada en su solo interés, pretendía mudar de domicilio y,
así, afectar la situación preexistente de su hijo: "Lo que queda claro del proceso, es que
quien quiere cambiar imperiosamente de país es la madre de los niños; pero
lamentablemente no es ella el centro del problema en estos casos, y son los padres los
que deben sacrificarse, si así puede estimarse al hecho de vivir en Chile, donde la madre
siempre ha tenido un trabajo, donde habla el idioma, donde nació y creció su hijo, etc., por
el bienestar de su hijo" (C. Suprema, 14 de octubre de 2015, sent. reemplazo cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/6112/2015, Rol Nº 1624-2014).
existe diferencia entre el régimen que se establece para el derecho de los hijos a
mantener una relación directa y regular con sus abuelos, y aquel que se fija en relación
con el padre que carece de su cuidado personal: "[C]onforme fluye del artículo 229-2 del
Código de Bello, se reconoce expresamente la misma posibilidad de mantener tal relación
directa y regular, a los abuelos, disposición introducida con las modificaciones que
incorporó la dictación de la Ley Nº 20.680 de 21 de junio de 2013, al señalar que 'el hijo
tiene derecho a mantener una relación directa y regular con sus abuelos. A falta de
acuerdo, el juez fijará la modalidad de esta relación atendido el interés del hijo, en
conformidad a los criterios del artículo 229'. Sin embargo, se advierte de su redacción un
importante contraste. Pues bien, a diferencia del régimen referido a los padres, respecto
de los abuelos, la relación directa y regular no es un derecho deber que se le atribuye a
estos últimos, sino que se reconoce explícitamente como un derecho radicado en los
hijos, y no en aquéllos, pero tampoco un deber, sino más bien una prerrogativa que le
asiste a los nietos. En efecto, la modificación normativa que se viene mencionando, de
alguna manera vino no sólo a recoger la tendencia jurisprudencial que a dicha época se
encontraba cada vez más asentada, de reconocer la posibilidad de fijar judicialmente un
régimen comunicacional entre abuelos y nietos, sino también tuvo por objeto aclarar sus
contornos. Conforme se observa de la historia fidedigna de la ley, se decidió reconocer
expresamente la aptitud convencional y judicial, en su caso, de fijar un sistema que
garantice la relación habitual entre abuelos y nietos, siguiendo la tendencia comparada de
ampliar los titulares de los regímenes comunicacionales, pero haciendo una distinción con
la naturaleza que tal vínculo asume respecto de los padres. Si bien en la discusión
legislativa se planteó tal posibilidad como un derecho de los abuelos, la consideración a la
idea del interés superior del niño como norma fundamental, devino en su comprensión
como un derecho que le asiste a este último. En consecuencia, la inclusión de los abuelos
a dicho régimen con carácter de legal, tiene como fundamento el bienestar de los niños, y
en especial el derecho a crear vínculos con su familia extensa, y la voluntad legislativa de
fortalecer el derecho a su identidad, conocer y reconocer sus orígenes e identificarse con
una historia familiar determinada" (C. Suprema, 19 de diciembre de 2016, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8389/2016, Rol Nº 46451-2016). 757. El derecho de lo hijos a
mantener una relación directa y regular con sus abuelos es autónomo. En este
sentido se ha advertido que: "[E]l actual texto del artículo 229-2 del Código Civil, la
relación directa y regular de los abuelos con sus nietos se escinde del marco del derecho
deber de los padres, configurándose como un derecho autónomo cuya titularidad le
corresponde a los hijos, con el fin de garantizar el vínculo con sus ascendientes. De este
modo, dicha normativa no puede depender del ejercicio del régimen comunicacional de
otros parientes, puesto que al no tratarse de una prolongación del derecho deber de los
padres, su tratamiento debe ser independiente al ejercicio del vínculo filial con el
progenitor que no ejerce su cuidado, pues se trata de garantizar el derecho del hijo, y no
alguna prerrogativa de los abuelos [...] bajo el postulado del deber estatal de garantizar el
bienestar emocional de los niños, incluyendo la posibilidad de mantener y fortalecer su
identidad, conocer sus orígenes y vincularse con su familia extensa, se dispone que la
prerrogativa de mantener una relación directa y regular con sus abuelos, corresponde a
un régimen autónomo y diferente al anterior, en cuanto derecho que le corresponde a los
hijos, y no una facultad de los abuelos, no obstante que su regulación judicial se sujeta a
los criterios del inciso tercero de artículo 229 del Código Civil" (C. Suprema, 19 de
diciembre de 2016, cons. 8º y 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/8389/2016, Rol Nº 46451-
2016). 758. El régimen de comunicación de los abuelos con sus nietos en la
jurisprudencia previa a la introducción del artículo 229-2. Con anterioridad a la
incorporación de este artículo al Código Civil se había admitido este derecho de los hijos,
aunque desde la perspectiva de los abuelos. En este sentido se había razonado que: "Sin
embargo, y no obstante que la normativa citada [art. 229] al igual que el artículo 48 de la
Ley Nº 16.618 consagra el referido derecho-deber en el marco de los efectos de la
relación filial, el legislador también ha contemplado expresamente la posibilidad que se
conceda el derecho a visitar y relacionarse con el menor también a otros parientes. En
efecto, así lo dispone el inciso final del mencionado precepto legal, el cual prevé: 'El juez,
luego de oír a los parientes y a la persona que tenga el cuidado personal del menor, podrá
conferir derecho a visitarlo a los parientes que individualice, en la forma y condiciones que
determine, cuando parezca de manifiesto la conveniencia para el menor; y podrá,
asimismo, suprimirlo o restringirlo cuando pudiera perjudicar su bienestar' [...]. Que la
referida disposición legal autoriza al juez a conferir a uno o más parientes el derecho a
visitar a un menor y por lo mismo les concede la facultad de solicitar tal reconocimiento,
configurándose el presupuesto que la ley contempla, esto es, cuando aparezca de
manifiesto la conveniencia para el niño. La consagración legal de esta regla está, por lo
demás, en directa concordancia y armonía con las disposiciones de la Convención sobre
los Derechos del Niño, orientadas al respeto y resguardo de los derechos de estos sujetos
—los menores— a preservar su identidad y las relaciones familiares, tal como se
prescribe en el artículo 8º del citado cuerpo normativo [...]. Que de esta manera nuestro
ordenamiento legal posibilita la existencia de un régimen comunicacional entre abuelos y
nietos y, consiguientemente, el derecho del niño a tener, conocer y desarrollarse en una
familia y a no ser separado de ella, con la finalidad de otorgarle las mayores posibilidades
de lograr un óptimo desarrollo de su personalidad, derecho que se relaciona con el de
identidad y con la obligación del juez de dictar resoluciones que den efectiva vigencia a
dicha garantía" (C. de Apelaciones de San Miguel, 24 de noviembre de 2011, cons. 4º a
6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/8772/2011, Rol Nº 456-2011).
Concordancias: Código Civil: artículos 160, 224, 233, 1740 número 5, 1744, 1792-2. Constitución
Política de la República: artículo 19 Nº 10 inciso 5º.
Concordancias: Código Civil: artículos 27, 229-2, 321, 326, 578, 959, 1167 inciso 2º, 1168, 2284 inciso
1º. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 3º inciso final. Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención de los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 3.1, 6, 24, 27,
28, 31.
Suprema sanamente ha tenido en cuenta, para interpretar las reglas de este artículo y del
31 de la Ley Nº 14.908, la disposición de la Convención de los Derechos del Niño, en
particular su artículo 3.1. Sobre la base de tal presupuesto ha estimado que la
interpretación de estas disposiciones ha de estar presidida por el interés superior del niño.
En tal sentido ha declarado que: "En caso de insuficiencia de uno de los padres, la
obligación indicada precedentemente pasará en primer lugar a los abuelos de la línea del
padre o madre que no provee; y en subsidio de éstos a los abuelos de la otra línea". La
segunda norma acusada infringida, inciso final del artículo 3 de la Ley Nº 14.908, indica, lo
siguiente: "Cuando los alimentos decretados no fueren pagados o no fueren suficientes
para solventar las necesidades del hijo, el alimentario podrá demandar a los abuelos, de
conformidad con lo que establece el artículo 232 del Código Civil. La interpretación de las
citadas disposiciones legales debe efectuarse a la luz de uno de los principios rectores en
materia de familia, a saber, el interés superior de los niños, niñas y adolescentes, que
persigue el ejercicio y goce pleno y efectivo de sus derechos y garantías, pues el derecho
a percibir alimentos, esto es, a obtener una prestación que comprenda la alimentación, la
vestimenta y la habitación, como lo preciso para que la persona que los solicita pueda
desarrollarse espiritual y materialmente, lo que abarca la educación y la salud, también
actividades recreativas y de esparcimiento, no solo tiene por finalidad conservar o
mantener la vida física de la persona del alimentario sino también propender a su
desarrollo intelectual y moral, y, por lo tanto, está relacionado con el deber de los
progenitores de contribuir a sufragar los gastos que aquello demande. Al respecto, el
artículo 3.1 de la Convención de los Derechos del Niño señala que: "En todas las medidas
concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar
social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño." Además, los
artículos 6, 24, 27.1, 28 y 31 de la citada convención proclaman el derecho del niño a la
vida, a la supervivencia y al desarrollo; a la salud; a un nivel de vida adecuado para su
desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social; a la educación; y a la recreación" (C.
Suprema, 6 de marzo de 2017, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/962/2017, Rol
Nº 76.375-2016). En igual línea, el mismo tribunal ya había sostenido en una sentencia
anterior: "Que una adecuada y correcta interpretación de las citadas disposiciones
legales, debe sin duda efectuarse a la luz del principio rector en materia de familia
concernida a los niños, niñas y adolescentes, denominado "interés superior del niño", que
persigue el ejercicio y goce pleno y efectivo de sus derechos y garantías, siendo
inconcuso que el derecho a percibir alimentos se enmarca dentro del contexto de la más
básica y mínima de las exigencias que el Estado debe tutelar a favor de los niños,
prerrogativa que se encuentra íntimamente relacionada al deber de los progenitores de
sufragar los gastos de crianza, educación y establecimiento de los hijos, para dotarlos de
los medios necesarios para que puedan desarrollarse plenamente en el aspecto espiritual
y material, esto es, en todos los ámbitos de su vida" (C. Suprema, 8 de febrero de 2017,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/303472017, Rol Nº 43.405-2016). 760. La obligación
de prestar alimentos que pesa sobre los abuelos tiene su causa en la ley. El Código
Civil destina en su libro I el Título XVIII, a tratar precisamente: "De los alimentos que se
deben por ley a ciertas personas", y entre estos se encuentran aquellos que los abuelos
deben a sus nietos. En efecto, en su artículo 321 se declara que, entre otros, se deben
alimentos: "3º. A los descendientes", y esta regla, que no fija grado de término, se
complementa con las de su artículo 326, que se ponen en el supuesto de haber
ascendientes de distintos grados, en cuyo caso ha de recurrirse a los "próximo grado".
Estas reglas generales, que comprenden a los abuelos, en cuanto que ascendientes de
segundo grado en línea recta de sus nietos, se especifica en el artículo 3 inciso final de la
Ley Nº 14.908, que prevé que: "Cuando los alimentos decretados no fueren pagados o no
fueren suficientes para solventar las necesidades del hijo, el alimentario podrá demandar
a los abuelos, de conformidad con lo que establece el artículo 232 del Código Civil". Es,
en fin, este artículo 232 el que describe los presupuestos para el nacimiento de la
obligación legal de alimentar a sus nietos y que pesa sobre los abuelos. De todas estas
disposiciones se desprende que para el Código Civil se trata de una obligación legal, en
cuanto que está causada en la ley, y no en la voluntad de los ascendientes. Así lo ha
entendido la jurisprudencia. Con brevedad la E Corte suprema ha declarado que: "La
xcma.
fuente de la obligación es la propia ley" (C. Suprema, 4 de agosto de 2014, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5184/2014, Rol Nº 1617-2014). Con algo más de detenimiento ha
afirmado que: "Dicha obligación que le corresponde a los abuelos tiene como causa la ley,
y consiste en un traslado de la obligación que pesa sobre los padres hacia los abuelos,
que procede cuando los alimentos decretados a favor del alimentario no son pagados por
el alimentante principal, o no son suficientes" (C. Suprema, 21 de abril de 2016, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2671/2016, Rol Nº 19358-2016). 761. Los presupuestos
objetivos para que opere la obligación de los abuelos de prestar alimentos a sus
nietos: La "falta" o "insuficiencia". La obligación que pesa sobre los abuelos, de
prestar alimentos a sus nietos, opera en dos supuestos objetivos que están definidos por
la ley. Ellos son, según se prevé en el artículo 232 del Código Civil, en relación con el
inciso final del artículo 3º de la ley 14.908, la "falta" o la "insuficiencia" de ambos padres, o
la "insuficiencia" de uno de ellos. 761.1. Su interpretación amplia a la luz de la mayor
extensión del interés superior del niño. A pesar de lo anfibológica que resulta la frase
'por la falta o insuficiencia de ambos padres', la jurisprudencia en el último tiempo ha
tendido a consolidar una interpretación que le atribuye una significación amplia, sobre
todo cuando ha tratado de precisar el contenido de la voz 'insuficiencia' que, en definitiva,
prácticamente ha pasado a cubrir también a la voz 'falta'. Ha fundado esta interpretación
en las disposiciones de la Convención de los Derechos del Niño, con la sana orientación
de dar la mayor efectividad posible a los derechos y garantías de los menores, en el
contexto marcado por el principio de la salvaguarda de su interés superior. En la línea que
queda expresada, tempranamente la I. Corte de Apelaciones de Concepción declaraba,
lma
1999: "13º) [E]l padre está ausente ("falta" según el texto del artículo 231 del Código
Civil), pues no cumplió su obligación de proporcionar alimentos a los hijos, ignorándose su
paradero, y los recursos de la madre resultan insuficientes [...] 15º) Que en consecuencia
debe concluirse que en el caso sub lite se satisfacen las exigencias del artículo 231, inciso
primero del Código Civil [...]" (Ca. Pedro Aguirre Cerda, 30-VIII-1999, cons. 13º y 15º,
en Rdj. XCVI, Nº 2, Santiago de Chile, mayo-agosto, 1999, IIª Parte, Sección IIª, p.
83). 761.2.2. La carencia de bienes o absoluta imposibilidad de prestar los alimentos
por el obligado a ellos. En este sentido la "falta" se concibe como una especie de
"insuficiencia absoluta". Así lo ha estimado la E Corte Suprema, en sentencia de 12 de
xcma.
"Que el artículo 321 del Código dice que se deben alimentos: "Nº 2. A los descendientes",
entre los cuales deben entenderse, tanto los hijos como los nietos". Sin embargo, el
artículo 326 del Código Civil reglamenta el orden de precedencia que debe observarse en
la situación que una misma persona reúna varios títulos de los enunciados en el artículo
321 del mismo Código, advirtiendo que, en tal caso, sólo podrá hacer uso de uno de ellos,
precisando que entre varios ascendientes debe recurrirse a los de próximo grado, en la
especie, al padre, agregando que sólo en el caso de insuficiencia de todos los obligados
por el título preferente, podrá recurrirse a otro; En consecuencia, sólo puede recurrirse a
los más lejanos dentro del mismo grado o a los del grado siguiente, en este caso a los
abuelos paternos, cuando se haya establecido a través de una sentencia ejecutoriada la
insuficiencia del padre para otorgar alimentos; 3º Que refuerza lo anterior, lo dispuesto en
el artículo 232 del Código Civil, en cuanto dispone que la obligación de alimentar al hijo
que carece de bienes pasa, por falta o insuficiencia de ambos padres, a sus abuelos, por
una y otra línea conjuntamente; 4º Que, sin perjuicio de lo reflexionado precedentemente,
cabe precisar que el artículo 3º inciso final de la Ley Nº 14.908 dispone que cuando los
alimentos decretados no fueren pagados o no fueren suficientes para solventar las
necesidades del hijo, el alimentario podrá demandar a los abuelos, en conformidad con lo
que establece el artículo 232 del Código Civil; Conforme a la primera norma transcrita
precedentemente, los abuelos no pueden ser demandados directamente pues es claro
que éstos sólo van a responder cuando los alimentos decretados no fueren pagados o no
fueren suficientes, y sólo van a estar decretados cuando mediante sentencia se haya
resuelto la insuficiencia" (Ca. Concepción, 20-II-2013, cons. 2º a 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/400/2013, Rol Nº 17-2013). En la misma línea, aqunque desde
otra perspectiva, la E Corte Suprema ha declarado que: "[R] esta determinar el momento
xcma.
opinión, en cuanto que entiende que la ley substantiva no exige esta exigencia procesal
de la demanda previa, para que se haga efectiva la obligación de los abuelos: "Que, con
todo, respecto de la alegación de la demandada en su recurso de apelación, relativa a
haberse demandado directamente a los abuelos, sin que exista ninguna sentencia que
haya decretado alimentos ni tampoco un proceso que hubiere dejado establecido la
insuficiencia del aporte del padre en relación con las necesidades alimentarias, la decisión
de mayoría de esta Corte considera que si bien la obligación legal de los abuelos es
subsidiaria a la de los padres, pues opera sólo ante la falta o insuficiencia de éstos, lo
cierto es que tal carácter no impone la obligación de entablar demandas sucesivas en
contra de padres y abuelos y que exista una sentencia previa que establezca su
imposibilidad total o parcial de contribuir, como requisito previo para reclamar alimentos
respecto de una persona legalmente obligada a ello, exigencia que por lo demás es
contraria al carácter de subsistencia del derecho de alimentos y al principio del interés
superior del niño, bastando que en el mismo juicio en que se demande de alimentos a los
abuelos se determine si los obligados preferentes o del mismo orden se encuentran
capacitados para satisfacer la exigencia de alimentos y que los padres carecen de
recursos para estos efectos o ellos son insuficientes" (Ca. Santiago, 21-VIII-2012, cons.
9º, LegalPublishing: Cl/Jur/1866/2012, Rol Nº 43-2012). En el último tiempo la E. Corte
xcma
que se hayan decretado apremios en contra del padre que ha incumplido la obligación de
prestar alimentos a sus hijos. En este sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema,
xcma.
sobre todo habida cuenta del interés superior del niño y de no hallarse tal exigencia en
texto legal alguno: "Que una adecuada y correcta interpretación de las citadas
disposiciones legales, debe sin duda efectuarse a la luz del principio rector en materia de
familia concernida a los niños, niñas y adolescentes, denominado 'interés superior del
niño', que persigue el ejercicio y goce pleno y efectivo de sus derechos y garantías,
siendo inconcuso que el derecho a percibir alimentos se enmarca dentro del contexto de
la más básica y mínima de las exigencias que el Estado debe tutelar a favor de los niños,
prerrogativa que se encuentra íntimamente relacionada al deber de los progenitores de
sufragar los gastos de crianza, educación y establecimiento de los hijos, para dotarlos de
los medios necesarios para que puedan desarrollarse plenamente en el aspecto espiritual
y material, esto es, en todos los ámbitos de su vida. Noveno: Que es un hecho de la
causa el incumplimiento histórico del padre de la obligación de contribuir al pago de las
necesidades y alimentos del hijo, desde que se le impuso judicialmente, manteniendo una
deuda impaga por dicho concepto, a partir del año 2012. A lo anterior se debe agregar la
precaria situación económica de la madre y del niño, hecho que quedó acreditado por los
jueces del fondo. En consecuencia, a juicio de esta Corte, se configura plenamente el
supuesto que hace surgir el deber jurídico del abuelo paterno de contribuir al sustento del
niño, de acuerdo a sus facultades. Décimo: Que no de otra manera debe entenderse por
configurada la hipótesis de la insuficiencia a que se refieren los artículos 3º, inciso final, de
la Ley Nº 14.908, 232 y 302 del Código Civil, pues no contienen elemento alguno que
permita entender que dicho concepto se encuentra sujeto al cumplimiento de exigencias
como las que pretende el fallo impugnado, desde que el uso de los mecanismos de
apremio para obtener el pago de lo adeudado en materia de alimentos, corresponde a una
herramienta procesal, que en caso alguno, constituye un requisito para configurar la
hipótesis de las normas antes referidas, de manera que basta para acreditar la
insuficiencia que permita el paso de la obligación del padre alimentante principal a los
abuelos, que su contribución, conforme a lo que en derecho le corresponde, es parcial e
incompleta en relación a las necesidades del alimentario, situación acreditada en autos"
(C. Suprema, 15 de diciembre de 2015, cons. 8º a 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7864/2015, Rol Nº 8129-2015). 764. La autonomía de la
prestación de alimentos a que están obligados los abuelos: la determinación de la
cuantía de la prestación de alimentos no está limitada por aquello a que el primer
obligado debía pagar. En una clara de muestra de una tendencia proclive a superar la
concepción de la obligación de los abuelos, ligada a un entendimiento simple de la
"subsidiariedad", la E Corte Suprema ha asumido la autonomía de esta obligación desde
xcma.
Cuando sea necesario para el bienestar del hijo, los padres podrán solicitar
al tribunal que determine sobre la vida futura de aquel por el tiempo que estime
más conveniente, el cual no podrá exceder del plazo que le falte para cumplir
dieciocho años de edad.
Las resoluciones del juez no podrán ser modificadas por la sola voluntad de
los padres.
765. De las facultades de corregir a los hijos y sus límites. En relación con
Jurisprudencia:
esta facultad, ya con anterioridad a la modificación que introdujo al inciso primero la Ley
Nº 20.286, de 15 de septiembre de 2008, se había declarado que eran: "[F]acultades que
están asociadas a la educación y crianza y que no pueden esgrimirse como autorizadas
para agredir o violentar" (J. de Letras de Santiago, 29 de julio de 2007, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1455/2000, conf. C. Suprema, 4 de abril de 2001,
LegalPublishing: Cl/Jur/2150/2001, Rol Nº 4839-2000).
Concordancias: Código Civil: artículos 222 inciso 2º, 224, 237, 238. Constitución Política: artículo
19 número 10 inciso 3º y número 11 inciso 4º. D.F.L. Nº 2, Min. de Educación, Fija texto refundido,
coordinado y sistematizado de la Ley Nº 20.370, con las normas no derogadas del D.F.L. Nº 1, de
2005, D.O. 2.07.2010: artículos 2º, 4º, 8º, 9º, 10 letra b. Decreto Nº 236, Min. Relaciones Exteriores,
Pacto internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, D.O. 27.05.1989: artículo 13.
Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículos 5º letra b) y 16.1 letra d). Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 29.
Concordancias: Código Civil: artículo 236. Código del Trabajo: artículo 203 inciso final.
Concordancias: Código Civil: artículos 226, 271 número 4. Código Penal: artículo 370 bis. Ley
Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 12 número 1.
Artículo 240. Si el hijo abandonado por sus padres hubiere sido alimentado
y criado por otra persona, y quisieren sus padres sacarle del poder de ella,
deberán ser autorizados por el juez para hacerlo, y previamente deberán
pagarle los costos de su crianza y educación, tasados por el juez.
Concordancias: Código Civil: artículos 224, 230. Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967,
texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 47. Convención de los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 9º.
Concordancias: Código Civil: artículos 323 inciso 1º, 330. Ley Nº 16.618, Ley de
Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 47. Ley
Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 12. Convención sobre los Derechos
del Niño, Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, D.O. 27.09.1990: artículo 9º.
Concordancias: Código Civil: artículos 222 inciso 2º, 224 inciso 2º, 225 inciso 3º, 226 inciso 1º, 227,
229, 233, 234 y 240. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 3º inciso 1º.
Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 5º inciso 2º letra b), 69. Decreto
Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 1º. Convención sobre los Derechos del Niño, Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, D.O. 27.09.1990: artículos 9.1 y 18.1.
768. Del interés superior del hijo como criterio regulador de las relaciones
Jurisprudencia:
entre padres e hijos. Se ha destacado que: "La filosofía que inspira el actual estatuto
filiativo, explicitada en el mensaje del Ejecutivo y recogida en numerosas disposiciones de
la Ley Nº 19.585, se construye sobre la base de tres principios ordenadores básicos, la
igualdad de los seres humanos, la supremacía del interés superior del menor y el derecho
a la identidad que tiene toda persona [...] Que, tal como se dijo, el interés superior del
menor es otro de los principios rectores de la nueva legislación, concebido como criterio
regulador de las relaciones entre padres e hijos, ampliamente recogido en el texto de la
ley, cuya esencial manifestación es el inciso 2º del artículo 242 del Código Civil, según el
cual, en la adopción de sus decisiones, el juez atenderá, en todo caso, como
consideración primordial, al interés superior del hijo" (C. de Apelaciones de Santiago, 4 de
marzo de 2004, cons. 3º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/1927/2004, Rol Nº 1999-2002, conf.
C. Suprema, 5 de mayo de 2005, LegalPublishing: Cl/ Jur/2879/2005, Rol Nº 1325-2004).
Concordancias: Código Civil: Mensaje XVI, artículos 72, 75, 77, 269 y siguientes, 486 y 1437.
Convención sobre los Derechos del Niño, Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,D.O. 27.09.1990:
artículos 5º y 18. Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer,
Decreto Nº 789. Min. Relaciones Exteriores,D.O. 9.12.1989: artículo 16 número 1 letra a).
hace menester dejar asentado que el artículo 243 del Código Civil define la patria
potestad señalando que "es el conjunto de derechos y deberes que corresponden al padre
o a la madre sobre los bienes de sus hijos no emancipados". El sentido de la norma citada
es claro, por cuanto de su tenor literal no es posible concluir sino que la patria potestad
está radicada exclusivamente en los progenitores [...]. Que, por otro lado, si bien es cierto
que el cuidado personal puede ser otorgado a una persona distinta de los padres, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 226 del Código Civil, como es el caso de
autos, no puede entenderse que por este supuesto, los abuelos pasen a tener la patria
potestad de la niña, ya que, como se dejó sentado en el motivo 4º, esta institución es un
atributo exclusivo de los padres. Lo anterior no se contradice con lo dispuesto en el
artículo 245 del Código citado, disposición que señala que si los padres viven separados,
la patria potestad será ejercida por aquel que tenga a su cargo el cuidado personal del
hijo, porque tal atribución se produce de conformidad con lo dispuesto en el artículo 225
del citado Código, norma que se refiere exclusivamente a los padres" (C. Suprema, 5 de
marzo de 2013, cons. 4º y 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/488/2013, Rol Nº 26-2013). En la
misma línea ha advertido la E Corte Suprema: "[Q]ue de conformidad al artículo 243 del
xcma.
potestad está definida por el artículo 243 del Código Civil, como '... el conjunto de
derechos y deberes que corresponden al padre o a la madre sobre los bienes de sus hijos
no emancipados...'. Por su parte y no estando claramente definida por la ley la naturaleza
jurídica de los alimentos, don Antonio Vodanovic Haklicka entre otros, los conceptualiza
como '... las prestaciones, generalmente en dinero, o rara vez en especies, que continua y
periódicamente hace el alimentante al alimentario para cumplir su obligación alimenticia'
(Derecho de Alimentos, Edit. LexisNexis, 1996, pág. 23). De lo anterior es posible inferir
que, las pensiones por alimentos una vez devengadas, ingresan al patrimonio del
alimentario como crédito en su favor y como tal son bienes susceptibles de ser
administrados por quién tenga la patria potestad de este último [...]. Que, así las cosas,
razón tiene la apelante cuando señala en su recurso que la obligación alimenticia que
constituye la materia del juicio tiene un origen legal y está plenamente reconocida, siendo
la transacción sólo el modo de cumplirla o llevarla a cabo, como en estos autos lo han
pactado las propias partes. En este sentido preciso es señalar que, de conformidad con la
patria potestad conferida al padre del menor, cobra plena validez el derecho-obligación de
éste de velar por la adecuada administración de los bienes del hijo, entre los cuales se
encuentra precisamente la representación judicial del menor para demandar cualquier
incumplimiento de las pensiones alimenticias que le correspondan, o como en este caso,
en que se reúnen ambas calidades jurídicas de demandado y custodio de los interese del
hijo, velar por la satisfacción cabal de sus necesidades" (C. de Apelaciones de Rancagua,
27 de junio de 2014, cons. 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/3950/2014, Rol Nº 112-
2014).773. No se funda en la patria potestad la responsabilidad civil, del padre o la
madre por el hecho de sus hijos menores, establecida en el artículo 2320 del
Código Civil. En este sentido se inclina una sana jurisprudencia, que ha tendido a
consolidarse en el último tiempo. Así, la E Corte Suprema al casar un fallo que había
xcma.
E Corte Suprema: "[C]omo se desprende del artículo 2320 del Código Civil, la
xcma.
responsabilidad del padre por el hecho ajeno no se funda en la patria potestad, sino que
en el hecho de que el hijo viva en la misma casa, como lo señala en forma expresa esa
disposición legal" (C. de Apelaciones de Santiago, 4 de enero de 1999, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2849/1999, Rol Nº 36782-1997, conf. C. Suprema, 11 de mayo
de 1999, LegalPublishing: Cl/Jur/27/1999, Rol Nº 458-1999).
Con todo, los padres podrán actuar indistintamente en los actos de mera
conservación. Respecto del resto de los actos, se requerirá actuación conjunta.
En caso de desacuerdo de los padres, o cuando uno de ellos esté ausente o
impedido o se negare injustificadamente, se requerirá autorización judicial. 341
En defecto del padre o madre que tuviere la patria potestad, los derechos y
deberes corresponderán al otro de los padres.
Concordancias: Código Civil: artículos 203, 222, 252 inciso 4º, 270 números 1º y 2º, 271. Ley
Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000:
artículos 6º números 4º y 5º, 8º inciso 1º.
Concordancias: Código Civil: artículo 225 inciso final. Código del Trabajo: artículo 13. Ley Nº 4.808,
sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 6º
número 4. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17 de mayo de 2004: artículo 22 inciso 2º.
Concordancias: Código Civil: artículos 203, 267 inciso 2º, 354 a 357 inciso 2º, 360, 368 incisos 1º y
final. Código Penal: artículo 370 bis.
El goce sobre las minas del hijo se limitará a la mitad de los productos y el
padre que ejerza la patria potestad responderá al hijo de la otra mitad.
Concordancias: Código Civil: Mensaje XVI, artículos 12, 251, 253, 810 y 2466 inciso final. Código de
Minería: artículo 25.
Jurisprudencia: 775. De los bienes que forman parte del peculio profesional del hijo de familia. Se ha declarado que forma parte del
peculio profesional del hijo de familia la participación que tenga en una sociedad en la que también sean socios sus padres, al igual que las utilidades
que dicha sociedad les reporte, de manera, que no es posible exigir a su padre, también socio en una sociedad, que colacione a sus declaraciones de
impuesto los retiros que individualmente y en su calidad de socios de una sociedad hicieron, en el ejercicio tributario respectivo, sus hijos menores
adultos: "Que, conforme lo dispone el artículo 250 Nº 1 del Código Civil, 'La patria potestad confiere el derecho legal de goce sobre todos los bienes del
hijo, exceptuados los siguientes: 1º. Los bienes adquiridos por el hijo en el ejercicio de todo empleo, oficio, profesión o industria. Los bienes
comprendidos en este número forman su peculio profesional o industrial...'. Que la circunstancia de ser los dos hijos menores adultos del contribuyente
(María Betania y Benjamín Rubén) socios de una sociedad (en la que además participan los padres de los menores), ha de implicar necesariamente que
ellos quedan comprendidos dentro de la excepción de la norma antes transcrita, de suerte tal que su peculio profesional o industrial estaría compuesto,
tanto por la participación que ellos tengan en la sociedad de que se trata, así como las utilidades que dicha sociedad les pudiera reportar. Ha de
considerarse que si el Tribunal competente autorizó a los menores adultos para incorporarse a una sociedad, es porque se ha estimado que ellos se
encuentran en condiciones de ejercer los derechos y asumir las obligaciones que les impone su condición de socios de la sociedad de que se trata.
Además, necesariamente se tiene que haber estimado para dar tal autorización, que la incorporación de los menores adultos a la sociedad en cuestión
era lo más beneficioso para ellos, desde que el Tribunal debe siempre velar, por sobre todo, porque se salvaguarde el interés superior del niño, niña o
adolescente [...]. Que, en tales condiciones no resulta procedente exigir que el contribuyente, padre de los menores adultos (María Betania y Benjamín
Rubén), colacione a sus declaraciones de impuesto los retiros que individualmente y en su calidad de socio de una sociedad hicieron, en el ejercicio
tributario respectivo, los menores adultos ya individualizados. Máxime aún si no se ha cuestionado por el Servicio fiscalizador las declaraciones de
impuesto de cada uno de los menores adultos a que nos venimos refiriendo" (C. de Apelaciones de Concepción, 8 de septiembre de 2010, cons. 3º y 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6874/2010, Rol Nº 2019-2008).
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 254, 348 inciso 2º, y 1447. Código de Comercio: artículo 10.
Código de Minería: artículos 24 y 25. Código del Trabajo: artículo 13.
Concordancias: Código Civil: artículos 46, 124, 150, 244 inciso 1º, 575, 764 y siguientes, 766 número
1, 775 inciso 1º. Código de Procedimiento Civil: artículos 858 y siguientes. Ley de Efecto Retroactivo de
las Leyes: artículo 4º. Substituye el régimen concursal vigente por una ley de reorganización y
liquidación de empresas y personas, y perfecciona el rol de la Superintendencia del ramo,
D.O. 30.12.2013: artículo 132.
776. El derecho a percibir los frutos de los bienes propios del hijo toca al
Jurisprudencia:
padre o madre que ejerce la patria potestad, y esta o aquel los adquiere por el solo
ministerio de la ley. En este sentido se ha destacado que: "[Q]uien ejerce la patria
potestad del menor tiene el uso y goce de los bienes propios de éste, pero además tiene
el derecho a percibir sus frutos, de los que se hace dueño. Lo anterior es concordante
además con lo que dispone al efecto el artículo 790 del Código Civil, ubicado en el Título
IX del Libro II, en cuanto señala: 'Los frutos civiles pertenecen al usufructuario día por día'
[...]. Que, por su parte, el que los frutos de los bienes del hijo sujeto a patria potestad
pertenecen a quien tiene el derecho legal de goce se ve reafirmado por el hecho de
disponer el artículo 252 ya citado: 'Cuando este derecho corresponda a la madre casada
en sociedad conyugal, ésta se considerará separada parcialmente de bienes respecto de
su ejercicio y de lo que en él obtenga. Esta separación se regirá por las normas del
artículo 150'. En efecto, según se señala en el informe de la Comisión de Constitución,
Legislación y Justicia respecto del proyecto de la Ley Nº 19.585, que modificó el Código
Civil y otros cuerpos legales en materia de filiación, Boletín Nº 1060-07, tal decisión se
adoptó para permitir a la mujer casada bajo régimen de sociedad conyugal la
administración de los frutos obtenidos en el ejercicio del derecho legal de goce. El informe
antes indicado consigna: 'Los frutos, como consecuencia del concepto mismo del derecho
legal de goce, deberían incorporarse por regla general al patrimonio del padre o de la
madre que ejerza este derecho. Sin embargo, en el caso de la mujer casada en sociedad
conyugal, lo anterior significaría que los frutos ingresarían a esta sociedad y pasarían a
ser administrados por el marido'" (C. Suprema, 13 de marzo de 2012, cons. 7º y 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/574/2012, Rol Nº 8761-2009). Sobre tales bases se reafirma que:
"[E]s la ley la que establece que producto de tal derecho, que es personalísimo e
irrenunciable, el padre que ejerce la patria potestad del hijo, como en este caso, se hace
dueño de los frutos de los bienes del hijo. El dominio de los frutos lo adquiere por el solo
ministerio de la ley" (C. Suprema, 13 de marzo de 2012, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/574/2012, Rol Nº 8761-2009).
Artículo 253. El que ejerza el derecho legal de goce sobre los bienes del hijo
tendrá su administración, y el que se encuentre privado de ésta quedará
también privado de aquél.
Concordancias: Código Civil: artículos 397, 402, 407, 1225, 1236, 1250, 1411 inciso final. Código de
Procedimiento Civil: artículo 891. Código Orgánico de Tribunales: artículo 366.
Concordancias: Código Civil: artículos 44 inciso 3º, 537, 643, 645, 646, 647.
Concordancias: Código Civil: artículos 44, 267. Código de Procedimiento Civil: artículo 3º. Ley
Nº 4.808, sobre Registro Civil,D.O. 10.02.1943: artículos 6º número 7 y 8º inciso 1º.
Artículo 259. Al término de la patria potestad, los padres pondrán a sus hijos
en conocimiento de la administración que hayan ejercido sobre sus bienes.
Concordancias: Código Civil: artículos 43, 137 inciso 2º, 1445 número 1, 1447 y 1682.
Artículo 261. Si entre los padres hubiere sociedad conyugal, los actos y
contratos que el hijo celebre fuera de su peculio profesional o industrial y que el
padre o madre que ejerce la patria potestad autorice o ratifique por escrito, o
los que éstos efectúen en representación del hijo, obligan directamente al
padre o madre en conformidad a las disposiciones de ese régimen de bienes y,
subsidiariamente, al hijo, hasta concurrencia del beneficio que éste hubiere
reportado de dichos actos o contratos.
Concordancias: Código Civil: artículos 186, 1004, 1005 inciso final. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 3º inciso 2º.
El padre o madre que, teniendo la patria potestad, litigue con el hijo, sea
como demandante o como demandado, le proveerá de expensas para el juicio,
que regulará incidentalmente el tribunal, tomando en consideración la cuantía e
importancia de lo debatido y la capacidad económica de las partes.
Concordancias: Código Civil: artículos 163, 265 y 494. Código de Procedimiento Civil: artículos 829,
830, 852, 854 inciso 2º.
Concordancias: Código Civil: artículo 494. Código de Procedimiento Civil: artículos 829, 830, 852, 854
inciso 2º.
Artículo 265. En las acciones civiles contra el hijo deberá el actor dirigirse al
padre o madre que tenga la patria potestad, para que autorice o represente al
hijo en la litis. Si ambos ejercen en conjunto la patria potestad, bastará que se
dirija en contra de uno de ellos.
Concordancias: Código Civil: artículo 494. Código de Procedimiento Civil: artículos 852, 854 inciso 2º.
Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 19.
Concordancias: Código Civil: artículos 257 inciso 2º, 258, 267 inciso 1º.
El juez, en interés del hijo, podrá decretar que el padre o madre recupere la
patria potestad cuando hubiere cesado la causa que motivó la suspensión.
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 6º número 5, 8º inciso 1º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 3.
5. De la emancipación
Concordancias: Código Civil: Mensaje XVI, artículo 243. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 3.
Concordancias: Código Civil: Mensaje XVI, artículos 26, 78, 81 número 6, 82, 102, 269.
Concordancias: Código Civil: artículos 226, 234 inciso 2º, 238, 239, 497 número 11, 1012 número 8.
Código Penal: artículo 370 bis. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido
fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 6º número 5, 8º inciso 1º. Ley Nº 14.908, sobre
Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por
D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 19 inciso 2º letra b). Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 8º letra c) y 12 número 1. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 3.
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 6º número 5, 8 inciso 1º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 3.
Artículo 274. Derogado.345
Artículo 275. Derogado.346
Artículo 276. Derogado.347
Artículo 277. Derogado.348
Artículo 278. Derogado.349
Artículo 279. Derogado.350
Artículo 280. Derogado.351
Artículo 281. Derogado.352
Artículo 282. Derogado.353
Artículo 283. Derogado.354
Artículo 284. Derogado.355
Artículo 285. Derogado.356
Artículo 286. Derogado.357
Artículo 287. Derogado.358
Artículo 288. Derogado.359
Artículo 289. Derogado.360
Artículo 290. Derogado.361
Artículo 291. Derogado.362
Artículo 292. Derogado.363
Artículo 293. Derogado.364
Artículo 294. Derogado.365
Artículo 295. Derogado.366
Artículo 296. Derogado.367
.................
ARTÍCULOS TRANSITORIOS
Con todo, los derechos hereditarios se regirán por la ley vigente al tiempo de
la apertura de la sucesión.
Concordancias: Código Civil: artículo 188. Ley de Efecto Retroactivo de las Leyes: artículos 5º, 19, 20
y 21.
Concordancias: Código Civil: artículo 188. Ley de Efecto Retroactivo de las Leyes: artículos 19, 20 y
21.
Concordancias: Código Civil: artículos 206 y 207. Ley de Efecto Retroactivo de las Leyes: artículo 24.
.................
Ministerio de Justicia
Teniendo presente:
2. Que entre las leyes que complementan las disposiciones del Código Civil
deben considerarse las siguientes: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil; Ley
Nº 17.344, que Autoriza Cambio de Nombres y Apellidos; Ley Nº 16.618, Ley
de Menores; Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones
Alimenticias, y la Ley Nº 16.271, de Impuesto a las Herencias, Asignaciones y
Donaciones;
LEY DE MENORES368
TÍTULO PRELIMINAR
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 314. Decreto Ley Nº 2.465, Ley Orgánica del Servicio
Nacional de Menores, D.O. 16.01.1979: artículo 1º inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 16 inciso 3º. Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal
Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículo 3º. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 1º.
.................
TÍTULO I369
TÍTULO II DE LA POLICÍA DE MENORES Y SUS FUNCIONES
d) Denunciar al Ministerio Público los hechos penados por el artículo 62. 372
Concordancias: Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 62. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 10.3. Decreto Nº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículos 3º, 19.
Artículo 16. Derogado.374
los Juzgados de Familia, D.O. 8.10.2005: artículo 4º número 7. Decreto Nº 778, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 10.3. Decreto
Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990:
artículos 3.3, 9º, 19.
Artículo 18. Derogado.379
Artículo 19. Derogado. 380-381
Artículo 20. Derogado.382
Artículo 21. Derogado.383
Artículo 22. Derogado.384
Artículo 23. Derogado.385
Artículo 24. Derogado.386
Artículo 25. Derogado.387
Artículo 26. Derogado.388
Artículo 27. Derogado.389
Artículo 28. Derogado.390
Artículo 29. Derogado.391
Artículo 30. En los casos previstos en el artículo 8º, números 7) y 8), de la
ley que crea los juzgados de familia, el juez de letras de menores, mediante
resolución fundada, podrá decretar las medidas que sean necesarias para
proteger a los menores de edad gravemente vulnerados o amenazados en sus
derechos.392
Artículo 31. El juez podrá ejercer las facultades que le otorga esta ley, a
petición del Ministerio Público, de los organismos o entidades que presten
atención a menores, de cualquiera persona y aun de oficio. En el ejercicio de
estas facultades podrá el juez ordenar las diligencias e investigaciones que
estime conducentes. 394-395
Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 19.
Artículo 32. Derogado.396
Artículo 34. Derogado.398
Artículo 35. Derogado.399
Artículo 36. Derogado.400
Artículo 37. Derogado.401
Concordancias: Código Civil: artículos 111, 112 inciso 2º, 113. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 5.
Artículo 39. Derogado.402
Artículo 40. Derogado.403
Artículo 41. Derogado.404
3º. Cuando no velaren por la crianza, cuidado personal o educación del hijo;
además, en una falsa aplicación del artículo 42 de la Ley Nº 16.618, desde que luego de
la reforma introducida por la Ley Nº 20.680, de junio de 2013, ha quedado establecido
claramente que dicha disposición tiene aplicación "para el solo efecto" del artículo 226 del
Código Civil, que se pone en el caso de que el juez confíe el cuidado de los hijos a un
tercero, debido a la inhabilidad física o moral de ambos padres. Dicho de otra manera,
yerra el sentenciador al considerar que el artículo 42 de la ley de menores es "el referente
para resolver el caso sub lite", ya que lo aplica a un caso no regulado por la norma, lo que
ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, ya que al considerar inhabilitada a la
madre bajo los parámetros del citado artículo 42, ha confiado el cuidado de la niña al
padre" (C. Suprema, 9 de marzo de 2015, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/1362/2015,
Rol Nº 21450-2014). 785. Las causas de inhabilidad enumeradas en este artículo son
taxativas. En ese sentido se ha declarado que este artículo "contiene una enumeración
taxativa de las situaciones que importan dichas inhabilidades" (C. de Apelaciones de
Copiapó, 11 de noviembre de 2010, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/12099/2010, Rol
Nº 99-2010; Corte de Apelaciones de Copiapó, 13 de octubre de 2010, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/12098/2010, Rol Nº 81-2010). 786. Las causas de inhabilidad
enumeradas en esta disposición deben ser graves y permanentes. Se ha sostenido
respecto de estas inhabilidades que: "necesariamente, deben revestir la calidad de graves
y permanentes, toda vez que, a pesar de no encontrarse señaladas tales circunstancias
en el artículo 12 de la Ley Nº 19.620, las mismas se desprenden del principio rector en
esta materia, esto es, el interés superior del niño, y del principio de primacía de la familia
biológica, los que exigen al juez de la causa su constatación en forma cuidadosa,
debiendo estar acreditadas con una certeza absoluta, en atención, también, a las
consecuencias que conlleva toda declaración de susceptibilidad de adopción" (C. de
Apelaciones de Copiapó, 11 de noviembre de 2010, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/12099/2010, Rol Nº 99-2010; Corte de Apelaciones de Copiapó,
13 de octubre de 2010, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/12098/2010, Rol Nº 81-2010).
Concordancias: Código Civil: artículos 224, 225 inciso 3º, 226, 243, 267, 268 y 271. Decreto Nº 830,
Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 9º.
Artículo 44. La asignación familiar que corresponda a los padres del menor
la percibirán los establecimientos o personas naturales que, por disposición del
juez o del Consejo Técnico de la Casa de Menores, tengan a su cargo al
menor.
Artículo 46. Derogado.410
Concordancias: Código Civil: artículo 229. Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 66 inciso 3º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales
de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 1. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 9º.
Artículo 48 bis.Derogado.413
Para estos efectos, las acciones que hubieren dado lugar a la interposición
de la demanda se tramitarán conforme al procedimiento que corresponda,
mientras que las demás se sustanciarán por vía incidental, a menos que el
tribunal, de oficio o a petición de parte, resuelva tramitarlas en forma conjunta. 414
Si la tuición del hijo no ha sido confiada por el juez a alguno de sus padres ni
a un tercero, aquél no podrá salir sin la autorización de ambos padres, o de
aquel que lo hubiere reconocido, en su caso.
Regulado el derecho a que se refiere el artículo 229 del Código Civil por
sentencia judicial o avenimiento aprobado por el tribunal, se requerirá también
la autorización del padre o madre a cuyo favor se estableció. 415
En los demás casos para que un menor se ausente del país requerirá la
autorización del juzgado de letras de menores de su residencia. 416-417-418
Concordancias: Código Civil: artículos 222 y 229. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago
de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000:
artículo 19 inciso 1º número 3. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º
número 10.
de la Ley Nº 16.618 dispone que el permiso para la salida del país de un menor otorgada
por uno de los padres deberá prestarse por escritura pública o por escritura privada
autorizada por un Notario Público, sin que sea exigible en la especie cumplir los extremos
que contempla el artículo 345 del Código de Procedimiento Civil, disposición que trata de
la presentación de instrumentos públicos como prueba en juicio, situación diversa a la de
autos, donde sobre las formalidades pertinentes las que por lo demás, parecen cumplidas
en el documento suscrito en el año 2012 y que el firmado este año reitera en su
contenido, debe primar la protección de los derechos del menor amparado reconocidos en
la Constitución Política de la República, como su libertad personal y de desplazamiento,
así como su derecho a mantener el vínculo y contacto con su padre residente en un país
vecino, reconocido en los artículos 8 y 9 de la Convención sobre los Derechos del Niño,
sobre todo si esto será realizado acompañado por su madre" (C. Suprema, 11 de julio de
2017, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/4504/2017, Rol Nº 34373-2017). 791. La facultad
de autorizar o negar la salida del país, es una prerrogativa que la ley confiere a los
padres, en directa vinculación con el derecho y deber de mantener una relación
directa y regular con sus hijos. La solicitud de autorización judicial para la salida de un
menor del país, cuando el padre que tiene la prerrogativa de prestarla no la da, ha sido
utilizada en el último tiempo como un mecanisno al que, en la práctica, se recurre
abusivamente para alterar el régimen de comunicación directa y regular existente. En
efecto, en muchas ocasiones la madre que tiene el cuidado personal, y que pretende
establecerse en el extranjero o viajar al fuera del país para permanecer ahí por largos
períodos de tiempo, solicita que, ante la negativa del padre, el juez autorice la salida del
país de sus hijos. La ocurrencia de estos casos ha llevado a la E Corte Suprema axcma.
advertir la íntima conexión que existe entre la facultad de autorizar o negar la salida del
menor y el derecho a mantener una relación directa y regular: "Que entre las diversas
prerrogativas que por ley le asisten a los padres para con sus hijos está la de autorizar o
negar la salida del país, que está regulada en los artículos 49 y 49 bis de la Ley
Nº 16.618; y se trata de una que se encuentra íntimamente vinculada al derecho-deber de
los progenitores de mantener con sus hijos una relación directa y regular" (C. Suprema,
10 de septiembre de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/6425/2014, Rol Nº 443-
2014). Esta advertencia la ha reiterado la E Corte Suprema en sentencias posteriores:
xcma.
del país del hijo: "[S]e encuentra íntimamente vinculada al derecho-deber de los
progenitores de mantener con sus hijos una relación directa y regular; el que,
conjuntamente con los derechos-deberes de los padres de cuidar al hijo, corregirlo y
preocuparse de su crianza, y los deberes de los hijos para con sus padres, dan contenido
a la autoridad paterna que descansa en la declaración de principio referida en el inciso 2º
del artículo 222 del Código Civil, que, al efecto, señala que: 'La preocupación fundamental
de los padres es el interés superior del hijo, para lo cual procurarán su mayor realización
espiritual y material posible, y lo guiarán en el ejercicio de los derechos esenciales que
emanan de la naturaleza humana de modo conforme a la evolución de sus facultades';
norma que está en plena armonía con la Declaración de los Derechos del Niño,
proclamada por la Organización Internacional de las Naciones Unidas el 20 de noviembre
de 1959, pues dispone, lo siguiente: 'El interés superior del niño debe ser el principio
rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación; dicha
responsabilidad incumbe en primer término a los padres' (principio 8º, inciso 2º)"
(C. Suprema, 10 de septiembre de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/6425/2014, Rol
Nº 443-2014). Esta consideración la ha repetido el máximo tribunal en sentencia posterior
(C. Suprema, 18 de abril de 2017, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/1800/2017, Rol
Nº 2844-2017). 793. Del procedimiento a que ha de sujetarse la solicitud: aplicación
del artículo 102 de la Ley Nº 19.968. La I Corte de Apelaciones de Santiago ha
lma.
estimado que, ante la ausencia de una regla legal expresa, sólo queda aplicar a esta
petición el procedimiento de los actos judiciales no contenciosos establecido en el artículo
102 de la Ley Nº 19.968, pero con la importante distinción que toca a los casos en los que
puede resolverse de plano y aquellos otros en los que es necesario oír a los interesados:
"[A]l no indicar el artículo 49 y 49 bis de la Ley Nº 16.618 un procedimiento especial, al no
establecer elementos que requieran aplicar un procedimiento contencioso y considerando
que la naturaleza de la gestión hace necesario un procedimiento breve y sumario, sólo
cabe aplicar las normas de los actos judiciales no contenciosos del artículo 102 de la Ley
Nº 19.968. Conforme a dicha norma, la solicitud puede resolverse de plano a menos que
se considere necesario oír a los interesados. Que dicha autorización judicial al padre o
madre que la haya requerido y que tenga al menor a su cuidado, procede en caso de que
no pudiere otorgarse o sin motivo plausible se negare la autorización por uno de aquellos
que en virtud de este artículo debe prestarla, cuando se solicita por viaje determinado, o
siempre que se acredite que el otro progenitor, injustificadamente, ha dejado de cumplir el
deber, regulado judicial o convencionalmente, de mantener una relación directa y regular
con su hijo, cuando se solicita para salir del país con él en distintas ocasiones dentro de
los dos años siguientes. Que en el primer caso, cuando la autorización no pudiere
otorgarse, claramente podría tramitarse de plano, previa acreditación de los supuestos de
la imposibilidad. Por el contrario, en los otros dos casos aquello no resulta posible en
tanto los supuestos son, o que o que se niega la autorización 'sin fundamento plausible' o
que el otro progenitor 'injustificadamente' ha dejado de cumplir el deber; claramente en
estos casos resulta absolutamente necesario oír a los interesados, en específico al otro
progenitor, quien precisamente puede justificar su negativa o, probado que no cumple su
deber, justificar aquello, máxime en casos como el presente, en que el propio solicitante
indica el lugar en que puede ser habido dicho interesado, siendo tramite esencial el que
se ponga la solicitud en conocimiento de aquel para que pueda hacer valer sus derechos"
(C. Apelaciones de Santiago, 24 de febrero de 2017, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2165/2017, Rol Nº 3025-2016). 794. El juez para conceder o
negar la autorización ha de ponderar, a la luz del principio del interés superior del
ñino reconocido en la ley nacional y tratados internacionales, la garantía del niño a
no ser separado de sus padres y el derecho deber de mantener una relación directa
y regular, y el beneficio que la salida del país pueda reportar al menor. En este
sentido, la E Corte Suprema ha advertido: "Que en los procedimientos sobre derecho de
xcma.
familia, el interés superior del niño constituye un principio fundamental para adoptar
cualquier decisión que afecte la vida de éstos. Dicho principio, aunque difícil de
conceptualizar, alude al pleno respeto de los derechos esenciales del niño, niña o
adolescente y su finalidad cubre el desarrollo de los potenciales de aquéllos y la
satisfacción de sus necesidades en los diferentes aspectos de su vida [...] Que para
conseguir ese objetivo, atendida la pluralidad de sus fines, es necesario tener en cuenta,
los derechos y deberes de los padres. De este modo, el artículo 3.2 de la Convención
sobre los Derechos del Niño y el artículo 9.1 de dicha convención, señalan que los
Estados Partes deben velar porque el niño no sea separado de sus padres contra la
voluntad de éstos; en el mismo sentido, el número 3 de ese cuerpo normativo obliga a que
mantenga relaciones personales y contacto directo con ambos padres de manera regular,
salvo si ello es contrario al interés superior del niño. Por su parte y siguiendo el hilo
conductor de lo expuesto, el inciso final del artículo 49 de la Ley Nº 16.618 dispone, en lo
pertinente, que para otorgar la autorización sub lite, se debe considerar el beneficio que
pudiere reportar el viaje al infante" (C. Suprema, 28 de enero de 2015, cons. 3º y 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/420/2015, Rol Nº 8820-2014). Sobre la base de tales
presupuestos, el mismo tribunal resolvió un caso concreto, en que consideró contrario al
interés superior del menor que se concediera la autorización para su salida fuera del país:
"[C]orresponde al juez conjugar convenientemente esas disposiciones internacionales
ratificadas por Chile y la normativa interna, a fin de lograr un equilibrio entre el derecho
deber de la madre, quien tiene a su cargo el cuidado personal de B.M.M.R. y que para el
caso de autos se traducirá en que él debería viajar a Turquía, y el derecho deber del niño
y su padre a mantener un régimen comunicacional que les permita conservar su vínculo
filial, que hasta ahora ha sido estrecho y constante, como lo han reconocido los litigantes.
En la especie, dicha colisión deberá ser resuelta bajo el prisma del interés superior del
niño, el que tendrá como norte lo dispuesto en el artículo 49 de la Ley Nº 16.618 en lo que
se refiere al beneficio que le pudiere reportar su salida del país [...] Que en concordancia
con lo argumentado precedentemente, y en relación a la denuncia efectuada por el
recurrente en orden a que los sentenciadores habrían quebrantado el interés superior del
niño, resulta conveniente señalar que el fallo impugnado dejó asentado como hecho de la
causa "que el padre ejerce activamente su derecho deber de mantener una relación fluida
con su hijo, y por sobre todo, que quiere ser partícipe de su crianza y cuidados
personales, manteniendo una conducta consecuente con su manifestación de voluntad",
"lo que ha demostrado a través de una participación en todo lo relacionado con la
asistencia de su hijo al jardín infantil y las necesidades especiales de atención de salud
que ha requerido" [...] Que, por otra parte, la causa que motivó el viaje y por la cual se
solicitó la autorización es, por una parte, que la madre tendría una oferta de trabajo en
Turquía que significaría un aumento de sus ingresos que le permitiría ahorrar y con ello
mejorar el nivel de vida de sus hijos a su regreso al país y, por otra, la oportunidad que
ellos tengan acceso a otra cultura. Sin embargo, de la prueba rendida, como lo señaló el
juez de primer grado y no explicitado por los jueces de alzada no permite colegir la
existencia de la referida oferta de trabajo, su remuneración ni las condiciones de vida que
el infante tendría en el extranjero [...] Que en este contexto, la autorización de salida del
país en estudio quebranta de manera evidente el interés superior de B.M.M.R., porque
sobre la base de los hechos asentados por los jueces de la instancia, se desprende que
ha mantenido un contacto permanente con su padre, construyéndose un lazo afectivo y
un apego emocional entre ambos, por lo que la "posibilidad de acceso a otra cultura y el
que la madre adquiriera ahorros para mejorar su nivel de vida al regresar a Chile",
primero, son supuestos no acreditados en autos y, segundo, no constituyen factores que
atendida su actual etapa de desarrollo sean más trascendentes que su derecho a
mantener un vínculo afectivo con su padre, con quien conduce una relación directa y
regular [...] Que en efecto, se vulneró su derecho a mantener con su progenitor un
verdadero régimen comunicacional, puesto que a la distancia, con un niño de sólo tres
años de edad no es posible que pueda compartir junto a su padre experiencias de vida
significativas, que le permitan adquirir confianza en sí mismo y habilidades de integración
que signifiquen para su futuro un mejor desarrollo como persona, fines que en esta etapa
de la vida de B.M.M.R., son más trascendentes que los de conocer otro idioma o
realidades socioculturales diferentes [...] Que en consecuencia, se vulneró la estabilidad
emocional presente y probablemente la futura del niño, quien a su corta edad no cuenta
con los recursos y herramientas a la hora de adaptarse a nuevos desafíos, reorganizar y
solucionar los conflictos, que por el momento quedarán en un intervalo, el que de acuerdo
a las máximas de la experiencia, siempre renacen en la vida adulta" (C. Suprema, 28 de
enero de 2015, cons. 5º a 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/420/2015, Rol Nº 8820-2014). Esta
interpretación, que se ajusta a la legislación nacional y a los tratados internacionales,
comienza a consolidarse en la jurisprudencia de la E Corte Suprema. Así, no hace
xcma.
mucho ha reiterado que: "[E]n los juicios sobre materias de familia, el interés superior del
niño constituye un principio fundamental para adoptar cualquier decisión que afecte su
vida. Dicho principio, aunque difícil de conceptualizar, alude al pleno respeto de los
derechos esenciales del niño, niña o adolescente y su finalidad cubre el desarrollo de los
potenciales de aquéllos y la satisfacción de sus necesidades en los diferentes aspectos
de su vida. Séptimo: Que, para conseguir ese objetivo, atendida la pluralidad de sus fines,
es necesario tener en cuenta los derechos y deberes de los padres. De este modo, los
artículos 3.2 y 9.1 de la Convención sobre los Derechos del Niño señalan que los Estados
partes deben velar porque el niño no sea separado de sus padres contra la voluntad de
éstos; y obliga a que mantenga relaciones personales y contacto directo con ambos
padres de manera regular, salvo si ello es contrario al interés superior del niño. Octavo:
Que, por consiguiente, corresponde al juez conjugar convenientemente esas
disposiciones internacionales ratificadas por Chile y la normativa interna, a fin de lograr un
equilibrio entre el derecho deber de la madre, quien tiene a su cargo el cuidado personal
de J.P. y R.J. y que, para el caso de autos, se traducirá en que deberían viajar a los
Estados Unidos de Norteamérica, y el derecho deber de los niños y su padre de mantener
un régimen comunicacional que les permita conservar su vínculo filial. En la especie,
dicha colisión deberá ser resuelta bajo el prisma del interés superior de los niños, que
tendrá como norte lo dispuesto en el artículo 49 de la Ley Nº 16.618 en lo que se refiere al
beneficio que le pudiere reportar su salida del país. Noveno: Que, en ese contexto, y tal
como fue referido por los sentenciadores del fondo, la parte demandante no logró
acreditar la existencia de un real beneficio que a los niños reporte la salida del país y que,
consecuentemente, amerite la autorización, como lo exige el artículo 49 tantas veces
referido, máxime si en la especie el fallo impugnado dejó asentado como hecho de la
causa que el demandado tiene una presencia importante en la vida de los niños,
ejerciendo un régimen de relación directa y regular en forma permanente, unido a la
existencia de un vínculo estable y afectivo con sus hijos, caracterizándose por un apego
sano y seguro, construyendo en sus años de vida un lazo afectivo, posesionándolo como
una figura positiva y reconocible en su calidad de tal dentro de la estructura familiar que a
su edad conciben. De igual manera, los jueces del grado destacaron del informe
psicológico practicado a los niños que perciben a su padre como una figura presente
dentro de su estructura familiar, contando con una identificación positiva, pudiendo afectar
el vínculo por un distanciamiento o ausencia de comunicación" (C. Suprema, 18 de abril
de 2017, cons. 6º a 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/1800/2017, Rol Nº 2844-2017).
Artículo 50. Derogado.420
Artículo 51. Derogado.422
Artículo 52. Derogado.423
Artículo 53. Derogado.424
Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 3.3.
Concordancias: Código Civil: artículo 26. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 3.3.
Artículo 58. Derogado.428
Artículo 59. Derogado.429
Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 3.3.
Concordancias: Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 15 inciso 2º letra d). Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 11. Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos,D.O. 29.04.1989: 10.3. Decreto Nº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 19.
Artículo 63. Derogado.436
Artículo 65. Derogado.438
Concordancias: Código Civil: artículo 229. Código de Procedimiento Civil: artículo 543. Código
Procesal Penal: artículo 175. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 19.
Artículo 67. Derogado.443
Concordancias: Código Civil: artículo 1056. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 3.3.
Artículo 72. Derogado.445
ARTÍCULOS TRANSITORIOS
Artículo 2º. Derogado.446
Proyecto de ley:
Artículo 1º. La adopción tiene por objeto velar por el interés superior del
adoptado, y amparar su derecho a vivir y desarrollarse en el seno de una
familia que le brinde el afecto y le procure los cuidados tendientes a satisfacer
sus necesidades espirituales y materiales, cuando ello no le pueda ser
proporcionado por su familia de origen.
Concordancias: Código Civil: artículos 33, 222, 225, 229, 244 inciso 3º y 245. Constitución Política de
la República: artículos 1º, 5º inciso 2º. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999:
artículos 3º inciso 2º, 15 inciso 2º, 22 inciso 3º, 24 inciso final, 30 inciso final. Ley Nº 19.947, de
Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 3º inciso 1º, 27 inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículos 16, 22 inciso 1º. Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la
Ley Nº 19.620 sobre Adopción de Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 1º. Decreto Nº 789, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer,D.O. 9.12.1989, artículos 5º letra b), 16.1 letra d). Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículos 3º, 5.1, 7.1, 9º, 12, 18, 20.3, 21.
cuáles son los principios que informan la adopción y, por otra, determinar el contenido y
las funciones que están llamados a desempeñar en los procesos de adopción. Si en un
primer momento sólo se solía destacar el principio del "interés superior del adoptado", en
la actualidad se insiste en que junto a él operan como principios: el derecho del menor a
ser oído y a dar su opinión, el de la subsidiariedad y preferencia de la familia de origen, el
derecho de identidad del adoptado, el de preferencia de la familia matrimonial, y el de
preferencia de la adopción nacional. En este sentido, la E Corte Suprema ha destacado
xcma.
que: "Los principios que informan dicha institución y que está reglada en la Ley Nº 19.620,
sobre adopción, son los siguientes: de la subsidiaridad, del interés superior del adoptado,
el derecho de identidad del adoptado, el derecho del niño a dar su opinión y a otorgar su
consentimiento respecto de su adopción, y de preferencia de la familia matrimonial y de la
adopción nacional" (C. Suprema, 4 de junio de 2015, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/3172/2015, Rol Nº 30.315-2014). Este considerando se ha
reproducido literalmente en sentencias posteriores (Cs. 15-XII-2015, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7895/2015, Rol Nº 6904-2015). En igual orientación ha advertido,
con especial referencia a los procesos de adopción: "Que tampoco debe olvidarse que los
procesos de adopción, dentro de los cuales se incluye el trámite de la declaración de
susceptibilidad de adopción, se rige por ciertos principios que presiden la actuación de los
órganos jurisdiccionales, destacando, entre ellos, el principio de la subsidiaridad de la
adopción, el derecho de identidad del adoptado, y el principio de preferencia de la familia
biológica o de origen" (C. Suprema, 17 de diciembre de 2015, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7918/2015, Rol Nº 8246-2015). 799.1. Del interés superior del
adoptado. La jurisprudencia se ha ocupado especialmente de dos cuestiones: el papel
que desempeña el interés superior del adoptado como criterio de interpretación y de
decisión, y la determinación de ese interés superior. 799.1.1. Del interés superior del
niño como principio rector de interpretación y de decisión. La E Corte Suprema hizo
xcma.
Suprema también ha destacado el papel del interés superior del niño como criterio rector
de la decisión en sede de adopción: "[E]n estas materias debe considerarse, como
principio rector de interpretación y de decisión, el del interés superior del niño, concepto
que aunque jurídicamente indeterminado y de contornos imprecisos, aparece delimitado
por las circunstancias de cada caso en particular, y en la especie, por aquello que resulte
ser lo más aconsejable para asegurar la protección de los derechos fundamentales del
menor y posibilitar la satisfacción de todos los requerimientos de una vida normal,
orientados al equilibrio y sano desarrollo de sus personalidades en un ambiente de afecto,
de contención y de formación integral" (C. Suprema, 18 de junio de 2012, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1329/2012, Rol Nº 12.550-2011; C. Suprema, 20 de agosto de
2012, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/1780/2012, Rol Nº 2709-2012; C. Suprema, 9 de
enero de 2013, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/59/2013, Rol Nº 6948-
2012; C. Suprema, 1 de abril de 2013, cons. 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/700/2013, Rol
Nº 7517-2012). En el mismo sentido diversos fallos de tribunales de alzada, que se
remiten al transcrito considerando de las sentencias de la E Corte Supremaxcma.
adopción a que alude la norma, y que es alegada por la recurrente, supone hacer una
evaluación de la situación concreta de las niñas en cuestión, a la luz de su interés
superior, de manera que si los sentenciadores han estimado, como ocurre en la especie,
que los cuidados tendientes a alcanzar el pleno desarrollo de [...] y [...], no pueden ser
proporcionados por su familia materna —no fueron reconocidas por sus padres— no
existe el yerro denunciado, desde que prima su derecho a vivir y a desarrollarse en el
seno de una familia que les brinde afecto y les permita satisfacer sus necesidades
espirituales y materiales. Así, el derecho a vivir con su familia de origen, pasa porque ello
no afecte el interés superior del niño, cuestión que los sentenciadores deberán ponderar
proyectando también cómo será su vida a futuro, de mantenerse el mismo estado de
cosas" (C. Suprema, 22 de diciembre de 2014, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9725/2014, Rol Nº 8204-2014). 803. La internación prolongada
en un hogar de menores afecta el derecho del menor a vivir y desarrollarse en el
seno de una familia. Así, para los efectos de la declaración de susceptibilidad de una
adopción, se ha declarado que: "La prolongación excesiva de dicha internación —
fenómeno conocido como 'institucionalización' del menor— redunda en una merma
cualitativa del derecho de vivir y desarrollarse en un medio familiar que satisfaga sus
requerimientos espirituales y materiales esenciales" (C. de Apelaciones de Rancagua, 24
de julio de 2002, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/4182/2002, Rol Nº 18724-2002).
Artículo 2º. La adopción se sujetará, en cuanto a su tramitación, a las
normas establecidas en esta ley y, en lo no previsto por ella, a las del Título III
de la ley que crea los Juzgados de Familia.448
Concordancias: Código Civil: artículo 26. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999:
artículo 14 inciso 1º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 69. Decreto
Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo
12. Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación
en materia de adopción internacional, D.O. 4.10.1999: artículo 4º, letra d).
c) El menor que haya sido declarado susceptible de ser adoptado por
resolución judicial del tribunal competente, de acuerdo a lo dispuesto en los
artículos 12 y siguientes.
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 5º, 6º, 8º letra
a), 14 incisos 3º y 4º, 15 inciso 1º, 19 inciso 2º letra a). Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de
la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 5º. Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).
Dentro del plazo de treinta días, contado desde el parto, la madre deberá
ratificar ante el tribunal su voluntad de entregar en adopción al menor. No
podrá ser objeto de apremios para que ratifique y, si no lo hiciere, se la tendrá
por desistida de su decisión.
Artículo 11. En el caso del menor a que se refiere la letra b) del artículo 8º,
cuando uno de los cónyuges que lo quisieran adoptar es su padre o madre, y
sólo ha sido reconocido como hijo por él o ella, se aplicará directamente el
procedimiento previsto en el Título III.
En caso de que uno de los solicitantes que quieran adoptar sea otro
ascendiente consanguíneo del padre o madre del menor, se aplicará el
procedimiento establecido en los artículos 9º o 13, según corresponda. 452
Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 179, 180, 184, 185. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 8º letra b), 9º, 13. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).
Concordancias: Código Civil: artículos 37, 47, 226. Código Penal: artículos 349, 350, 351. Ley
Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000:
artículo 42. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 14, 19 inciso 2º letra
b). Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 9.1, 21 letra a), 27.3.
declaración judicial para que un menor sea susceptible de ser adoptado por la causal del
numeral 1º del artículo 12 de la Ley de Adopción, conforme a la remisión que hace el
legislador al artículo 226 del Código Civil, se vincula al artículo 42 de la Ley Nº 16.618,
que dispone, en lo pertinente: 'Para efectos del artículo 226 del Código Civil, se entenderá
que uno o ambos padres se encuentran en el caso de inhabilidad física o moral:
3º) Cuando no velaren por la crianza, cuidado personal o educación del hijo; y 7º) Cuando
cualesquiera otras causas coloquen al menor en peligro moral o material'" (C. Suprema, 6
de julio de 2015, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/3812/2015, Rol Nº 31946-
2014). 810. De la primera causal: la inhabilidad física o moral constituye una
cuestión de mérito, que han de calificar los jueces de la instancia. En este sentido se
ha pronunciado la E Corte Suprema: "[E]s menester señalar que la inhabilidad física o
xcma.
moral de los padres para ejercer el cuidado de sus hijos —a que se refiere el citado
artículo 12, en su numeral 1º— es una cuestión de mérito, que deben calificar los jueces
de la instancia, a la luz del caso concreto, lo que en la especie está dado por la
evaluación del comportamiento de la madre durante un período de tiempo determinado y
la incidencia que éste ha tenido en el desarrollo de sus hijas, las que a su corta edad han
vivenciado, según los sentenciadores, desapego afectivo y falta de un referente estable y
protector, que urge ser remediado. En ese contexto, no es posible exigir un estándar fijo o
específico para estimar que concurre la inhabilidad de los padres, por lo que debe
desestimarse el yerro denunciado" (C. Suprema, 22 de diciembre de 2014, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/9725/2014, Rol Nº 8204-2014). 811. De la primera causal: la
inhabilidad, física o moral para ejercer el cuidado personal debe ser grave y
permanente. En este sentido se ha estimado que: "En relación a la primera de las
inhabilidades, tanto física como moral, podemos entender por ellas aquellas que enumera
el artículo 42 de la Ley Nº 16.618, las que deben ser graves y permanentes, aun cuando
el artículo 12 de la Ley Nº 19.620 no lo señale expresamente; el interés superior del
menor y elprincipio de prioridad de la familia biológica, permiten exigir que el juez sólo dé
por acreditada esta causal cuando se trate de inhabilidad grave y permanente" (C. de
Apelaciones de Rancagua, 6 de septiembre de 2005, Nº LegalPublishing:
32856). 812. De la primera causal: No constituye inhabilidad moral el hecho de que
el padre esté privado de libertad cumpliendo una pena. Así se ha declarado que: "Si
bien el padre se encontraba cumpliendo condena al momento de iniciarse la presente
causa, ello no lo convierte en una persona moralmente inhábil en forma permanente, si
atendemos a la función rehabilitadora de la pena, la cual a la fecha se encuentra
cumpliendo en libertad" (C. Apelaciones de Rancagua, 6 de septiembre de 2005, cons.
2º, LegalPublishing: Cl/Jur/7267/2005, Rol Nº 628-2005). 813. De la primera causal: No
constituye inhabilidad moral la conducta del padre hacia los profesionales que ha
intervenido en los cuidados del menor. Así se ha declarado que: "[A] juicio de esta
Corte, no concurre en la especie ninguna de las circunstancias anotadas
precedentemente, por cuanto, como ya se dejó establecido, el padre del menor ha estado
presente en su vida en forma permanente, no habiéndose acreditado tampoco su
inhabilidad física o moral. En efecto, no resulta suficiente para configurar esta causal la
actitud desafiante y agresiva que según las profesionales informantes el padre mantiene
en sus relaciones con ellas, por cuanto no se ha acreditado que esta conducta se repita o
dirija respecto de su hijo al que nunca ha abandonado" (C. de Apelaciones de Valparaíso,
9 de octubre de 2012, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/2257/2012). 814. De la segunda
causal: la falta de atención, en cuanto comprende el aspecto personal y afectivo,
debe acreditarse como imputable a los padres. En este sentido se ha afirmado que:
"En cuanto a la no proporción por parte de los padres al menor de la atención personal o
económica como causal de declaración de susceptibilidad para ser éste adoptado, la ley
no autoriza que la falta de recursos económicos para atender al niño sea causal suficiente
para resolver favorablemente tal declaración y la falta de atención en cuanto comprende
el aspecto personal y afectivo, debe estar acreditado de manera suficiente que ello es
imputable a los padres" (C. de Apelaciones de Santiago, 28 de noviembre de 2008, cons.
4º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5540/2008, Rol Nº 3677-2007). En un caso concreto se ha
sentado que: "El interés superior del niño consiste en la plena satisfacción de sus
derechos afectivos, económicos y de educación. En la especie los solicitantes cubren
todas las necesidades de la niña y ella forma parte de una familia bien constituida, con
fuertes lazos de cariño y protección, lo que no se observa con el padre biológico. Por
consiguiente, al no haber prestado [...] atención personal, afectiva y económica a su hija
por más de 4 años, se cumple en la especie la situación prevista en el Nº 2 del artículo 12
de la Ley Nº 19.620" (C. Suprema, 14 de abril de 2008, cons. 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7338/2008, Rol Nº 1384-2008). 815. De la segunda causal: la
falta de recursos económicos para atender al menor no constituye causal
suficiente. Se ha advertido que: "Aun cuando, actualmente no podrían estar en
condiciones de proporcionarle atención económica adecuada, esta sola circunstancia no
constituye causa legal para la susceptibilidad de adopción" (C. de Apelaciones de Puerto
Montt, 9 de julio de 2007, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/7056/2007, Rol Nº 302-2007),
entre otras razones, porque: "Con todo, el artículo 9º Nº 1 de la Convención sobre los
Derechos del Niño, establece el derecho del niño a vivir junto a sus padres y que éste no
sea separado de ellos contra la voluntad de éstos. En concordancia con esta norma, el
numeral 3 del artículo 27 de citado Tratado, obliga a los Estados partes, a tomar medidas
apropiadas para ayudar a los padres a dar efectividad a este derecho, logrando así a
favor de los menores un nivel de vida adecuada para su desarrollo físico, mental,
espiritual, moral y social y, en caso necesario, proporcionar asistencia" (C. de
Apelaciones de Puerto Montt, 9 de julio de 2007, cons. 11º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7056/2007, Rol Nº 302-2007). 816. De la segunda causal: la
deficiencia de vivienda del padre no constituye causal suficiente. En este ajustado
sentido se ha declarado que: "[N]o es posible considerar la deficiencia en su vivienda,
antigua y afectada por el sismo del año 2010, como causal suficiente para considerar un
riesgo físico y moral del menor, pues según lo informan las mismas profesionales éste
nunca ha pernoctado en ese lugar y porque el propio inciso segundo del numeral 2 del
artículo 12 antes transcrito dispone que no constituye causal suficiente para estos efectos
la falta de recursos económicos para atender al menor" (C. de Apelaciones de
Valparaíso, 9 de octubre de 2012, cons. 6º. Legal Publishing: Cl/ Jur/2257/2012). 817. De
la tercera causal: exige para configurarse que se cumplan, copulativamente, sus
presupuestos. Se ha declarado que: "Respecto de la causal de haber los padres o las
personas a las que se les haya confiado el cuidado del menor lo entregan a una
institución de protección de menores o a un tercero con ánimo manifiesto de librarse de
sus obligaciones legales, para su configuración estos requisitos deben cumplirse
copulativamente y sólo se presume que hay ánimo de entrega cuando ésta no obedece a
una causa justificada, que la haga más conveniente para los intereses del menor; o
cuando el padre, la madre o los terceros, en su caso, a quienes se les confió el cuidado
del menor, no lo visitan, por lo menos por una vez, durante el plazo de dos meses o en el
plazo de treinta días, si el niño es menor de un año. Presunciones legales que desde
luego admiten prueba en contrario que la desvirtúen" (C. de Apelaciones de Santiago, 28
de noviembre de 2008, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5540/2008, Rol Nº 3677-
2007). 818. De la tercera causal: exigencia del ánimo manifiesto de desligarse de los
deberes para con el menor. Se ha afirmado, así, que: "Para la concurrencia de la tercera
de las causales, se requiere que la entrega se haya hecho, no por necesidad, sino con el
ánimo manifiesto de desligarse de los deberes para con el menor" (C. de Apelaciones de
Rancagua, 6 de septiembre de 2005, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/7267/2005, Rol
Nº 628-2005). 819. De la tercera causal: no se configura si los menores están
sujetos a una medida de protección y bajo el cuidado de una institución o persona
diversa a sus padres y que éstos hayan aceptado dicha situación. En este sentido se
ha entendido: "Que el hecho de que los menores se encuentren afectos a una medida de
protección y bajo el cuidado de una Institución privada o persona distinta de sus padres, y
que tal situación haya sido aceptada por éstos, no importa la configuración de la hipótesis
legislativa contemplada en el numeral 3 del artículo 12 de la Ley Nº 19.620, desde que,
ésta exige el ánimo manifiesto de liberarse de sus obligaciones legales; componente
subjetivo, que estos sentenciadores no divisan en la conducta desplegada por los padres
de los menores" (C. de Apelaciones de Puerto Montt, 9 de julio de 2007, cons.
8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/7267/2005, Rol Nº 628-2005). 820. De la tercera causal: el
abandono del menor en la vía pública, lugar solitario o recinto hospitalario. Sobre
esta hipótesis se ha sostenido que: "La causal de abandono del menor en la vía pública,
en lugar solitario o en un recinto hospitalario se entenderá comprendido del antes
mencionado artículo 12 de la Ley Nº 19.620, y se presume el ánimo de entrega en
adopción por la sola circunstancia de abandono del niño" (C. de Apelaciones de Santiago,
28 de noviembre de 2008, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5540/2008, Rol Nº 3677-
2007). 821. De la oposición a la declaración de susceptibilidad de la adopción y de
la necesidad de que quien la objete se encuentre actualmente al cuidado del menor.
En este sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema: "cabe consignar que el exordio
xcma.
del artículo 12 en referencia emplea como sujetos al padre, a la madre y a 'las personas a
quienes se haya confiado' el cuidado de los infantes, por lo que para que la objeción sea
pertinente es indispensable que la abuela recurrente se encontrara en tal situación, es
decir, que a ella le estuviera confiado el cuidado. Atendida la dinámica connatural a esta
clase de contencioso, resulta evidente que la norma no apunta a quien en el pasado,
alguna vez, hubiere estado en situación semejante, sino al que lo esté presentemente"
(C. Suprema, 22 de octubre de 2014, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/7727/2014, Rol
Nº 3655-2014).
Artículo 13. El procedimiento que tenga por objeto declarar que un menor es
susceptible de ser adoptado, se iniciará de oficio por el juez, a solicitud del
Servicio Nacional de Menores o a instancia de las personas naturales o
jurídicas que lo tengan a su cargo.
Cuando el procedimiento se inicie por instituciones públicas o privadas que
tuvieren a su cargo al menor, la solicitud deberá ser presentada por sus
respectivos directores.
Concordancias: Código Civil: artículo 33. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999:
artículo 23. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).
Concordancias: Código Civil: artículos 27 y 28. Código de Procedimiento Civil: artículo 84. Ley
Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 3º, 7º inciso 2, 9º número 2. Decreto
Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990:
artículos 12, 21 letra a). Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del
niño y cooperación en materia de adopción internacional, D.O. 17.06.1994: artículo 4º, letra d).
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 6º, 7º inciso 2º,
9º números 1 y 5. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 9.1, 21 letra a).
Concordancias: Código Civil: artículo 28. Código de Procedimiento Civil: artículo 174. Ley Nº 19.620,
sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 5º, 19 inciso 2º.
Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 162, 174, 192, 197. Código Orgánico de
Tribunales: artículo 63 número 3. Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620
sobre Adopción de Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 5º.
Artículo 18. Conocerá de los procedimientos a que se refiere este Título y el
Título III, el juez de letras, con competencia en materias de familia, del
domicilio o residencia del menor.460
Concordancias: Código Civil: artículo 72. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004:
artículo 8º número 12. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).
La resolución que apruebe dicha solicitud producirá sus efectos sólo una vez
ejecutoriada la sentencia que declare que el menor de edad es susceptible de
ser adoptado. Excepcionalmente, mediante resolución fundada, podrá
autorizarse el cumplimiento de dicha resolución durante el curso del respectivo
procedimiento, en los siguientes casos:
Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 174. Código del Trabajo: artículos: 199 inciso
2º, 200, 201. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 9º, 12, 20, 21, 22,
39. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 15. Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).
Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 122. Código de Procedimiento Civil: artículo 174. Ley
Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 6º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 32, 38 a 41. Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº 19.620 sobre Adopción de Menores,D.O. 18.03.2000: artículos 10, 32. Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).
establecidos en función del "interés superior del adoptado": "Que para un adecuado
entendimiento del asunto propuesto, cabe tener presente que la causa se inició por una
petición por la cual los recurrentes solicitaron que se ordenara al Servicio Nacional de
Menores que los incluyera o los autorice para participar en el proceso técnico de
evaluación de idoneidad, establecido en el artículo 7º de la Ley Nº 19.620, puesto que no
fueron incluidos porque uno supera los 60 años de edad. Quinto: Que el artículo 1º de la
Ley Nº 19.620 reconoce la adopción como una institución que tiene por objeto velar por el
interés superior del niño, entendiendo que se cumple en la medida que se ampare su
derecho a vivir y desarrollarse en el seno de una familia que le brinde cuidados y afecto,
en el caso que su familia de origen esté impedida de hacerlo. Sin embargo, el artículo 20
del mismo cuerpo legal establece límites de edad respecto de los adoptantes,
señalándose que deben ser mayores de 25 y menores de 60 años de edad. Sexto: Que
dicha limitación etaria debe interpretarse también a partir de los principios inspiradores de
la ley en comento, la cual, en el contexto del interés superior del niño, busca amparar el
derecho de los niños incorporados a una familia adoptiva, a desarrollarse en el seno de
una que le brinde todos los cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades espirituales
y materiales. En tal entendido, la limitación de edad responde a la búsqueda de la
garantía plena del interés superior del niño, y su redacción no permite la flexibilidad
alegada" (C. Suprema, 18 de mayo de 2015, cons. 4º, 5º, 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2876/2015, Rol Nº 3796-2015).
Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores,D.O. 5.08.1999: artículo 7º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,D.O. 17.05.2004: artículos 50
inciso 1º, 59 inciso 2º.
Concordancias: Código Civil: artículos 999, 1699. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 1º, 37 inciso 2º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 32, 59.
La solicitud de adopción deberá ser firmada por todas las personas cuya
voluntad se requiera según lo dispuesto por los artículos 20, 21 y 22. 473
Concordancias: Código Civil: artículo 41. Código de Procedimiento Civil: artículo 817. Ley Nº 19.620,
sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 2º, 6º, 8º, 13 inciso 3º, 20, 21, 22. Ley Nº 19.968,
crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 13. Decreto Nº 944, Min. de Justicia,
Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 6º letra d).
Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990:
artículo 21 letra a).
Concordancias: Código del Trabajo: artículos 199 inciso 2º, 200, 201. Ley Nº 19.620, sobre Adopción
de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 1º, 3º, 22 inciso 3º. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 12, 21 letra a).
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 3º número 1º, 31. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e
Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º número 2. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 5º, 28, 39. Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº 19.620 sobre Adopción de Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 4º inciso 3º.
Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letras b), c) d) y e). Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre protección del niño y cooperación en materia de adopción
internacional,D.O. 4.10.1999: artículos 14 a 22.
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 5º. Decreto
Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 27. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre
los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra b).
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 5º, 6º, 20
incisos 1º, 3º y 4º, 22, 35 inciso 1º. Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620
sobre Adopción de Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 28. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra b).
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 8º, 33. Decreto
Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 11 inciso final. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letras b) y c). Decreto Nº 1.215,
Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en materia de adopción
internacional, D.O. 4.10.1999: artículos 4º, letra c), 5º.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 13.
En los casos del inciso primero del artículo 19 y del inciso tercero del artículo
24, el juez podrá autorizar que el menor que se pretende adoptar quede al
cuidado de uno de los solicitantes, pero no podrá salir del territorio nacional sin
autorización del tribunal.
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 19 inciso 1º, 24
inciso 3º.
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 189 inciso 2º, 345, 494, 495. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 3º número 4º.
Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 4º, 45 inciso final. Ley Nº 19.968,
crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 17.
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 19 inciso 1º, 26
número 3, 27 inciso 2º, 28, 40.
Concordancias: Código Penal: artículos 223 a 232, 248 a 251. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de
Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 43, 44. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra d). Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en materia de adopción
internacional, D.O. 4.10.1999: artículos 8º, 32.
Artículo 43. Lo dispuesto en el artículo anterior no será aplicable a aquellas
personas que legítimamente solicitaren o aceptaren recibir una
contraprestación por servicios profesionales que se presten durante el curso de
los procedimientos regulados en esta ley, sean éstos de carácter legal, social,
psicológico, psiquiátrico, u otros semejantes.
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 42. Decreto
Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo
21 letra d). Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y
cooperación en materia de adopción internacional, D.O. 4.10.1999: artículos 8º, 32.
DISPOSICIONES FINALES
Considerando:
2.- Que dicha ley ha sido publicada en el Diario Oficial el 5 de agosto del
mismo año;
3.- Que el nuevo cuerpo legal habilita al Servicio Nacional de Menores para
desarrollar diversas funciones en carácter técnico y auxiliares a la labor que
deben desempeñar los Tribunales de Justicia en esta materia, particularmente
en lo relativo a la mantención de registros, desarrollo de programas de
adopción, patrocinio de solicitudes de adopción e intervención judicial de
carácter pericial;
Concordancias: Código Civil: artículos 33, 222, 225, 229, 244 inciso 3º y 245. Constitución Política:
artículos 1º, 5º inciso 2º. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 1º, 3º
inciso 2º, 22 inciso 3º, 24 inciso final, 30 inciso final. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 3º inciso 1º, 27 inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 16, 22 inciso 1º. Ley Nº 20.422, establece normas sobre igualdad de
oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad,D.O. 10.02.2010, artículo 10. Decreto
Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículo 16.1 letra d). Decreto Nº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 3º, 7.1, 9, 12, 18, 20.3,
21.
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 6º, 27. Decreto
Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores,D.O. 18.03.2000: artículos 6º, 7º, 9º, 11.
Para tales efectos, dentro de los cinco primeros días de cada mes, los
organismos acreditados y las Direcciones Regionales del Servicio deberán
remitir a la Dirección Nacional del mismo, la información pertinente, conforme a
las instrucciones que sobre la materia determine dicho organismo. 505
1) Eliminado.509
2) Eliminado.510
i) Cualquiera otra actividad relacionada con los objetivos del organismo que
desarrolle el aludido programa, previa autorización de la entidad
acreditadora.513
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículos 7º, 23 número
3. Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 2º, 3º, 16 letra d).
Concordancias: Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 2º, 3º, 12.
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 1º. Decreto
Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 6º. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre
los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).
Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra a).
Concordancias: Código Civil: artículos 33, 222, 225, 229, 244 inciso 3º y 245. Ley Nº 19.620, sobre
Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 1º, 3º inciso 2º, 22 inciso 3º, 24 inciso final, 30 inciso
final. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 3º inciso 1º, 27 inciso 2º. Ley
Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 16, 22 inciso 1º. Ley Nº 20.422,
establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con
discapacidad,D.O. 10.02.2010, artículo 10. Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley
Nº 19.620 sobre Adopción de Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 1º, 11, 20. Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 3º, 7.1, 9º,
12, 18, 20.3, 21.
Concordancias: Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 2º, 3º, 7º.
Artículo 13. Suprimido.520
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 6º. Decreto
Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 15 a 26.
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 6º. Decreto
Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 16.
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 6º. Decreto
Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 16.
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículo 6º inciso 2º. Ley
Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 6º. Decreto Nº 944, Min. de Justicia,
Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de Menores,D.O. 18.03.2000: artículo 21.
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 6º inciso 2º. Ley
Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 6º. Decreto Nº 944, Min. de Justicia,
Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 16 letra c).
Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en
materia de adopción internacional, D.O. 4.10.1999: artículos 10, 11, 12.
Para los efectos de cumplir con las exigencias relativas al contenido del
proyecto de funcionamiento, los organismos extranjeros acreditados deberán
ceñirse estrictamente a las formalidades que el Servicio Nacional de Menores
indique para estos fines. 537-538
Concordancias: Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 23. Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre protección del niño y cooperación en materia de adopción internacional, D.O. 4.10.1999: artículos
10, 11, 12.
Concordancias: Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 17 y 18.
Artículo 25 bis. Los organismos extranjeros acreditados por el Servicio
Nacional de Menores para actuar como intermediarios en los procesos que
involucren a personas residentes en el extranjero con menores residentes en
Chile, deberán presentar anualmente a la Dirección Nacional del mismo, un
informe de gestión, que incluya a lo menos, estadísticas sobre el número de
matrimonios postulantes, con indicación de cuántos de éstos recibieron un
menor en adopción, señalando la edad de los postulantes y de los menores y
el número de postulaciones desistidas. Además, se deberá acompañar una
evaluación integral del proyecto de funcionamiento a que se refiere el número 4
del artículo 24 de este Reglamento.
Concordancias: Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 24.
Concordancias: Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre Adopción de
Menores, D.O. 18.03.2000: artículos 18 inciso 2º, 20 inciso 1º.
TÍTULO V DE LA ADOPCIÓN POR PERSONAS NO RESIDENTES EN CHILE
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículos 31, 32. Decreto
Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre protección del niño y cooperación en materia
de adopción internacional,D.O. 4.10.1999: artículo 5º.
Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 21 letra c). Decreto Nº 1.215, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre protección del niño y cooperación en materia de adopción internacional, D.O. 4.10.1999: artículo
9º.
DISPOSICIONES FINALES
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,D.O. 5.08.1999: artículo 28 inciso 1º.
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Artículo 1º. Suprimido.548
Artículo 2º. Suprimido.549
H. AUTOS ACORDADOS
E Corte Suprema, D.O. 3.11.1998,
xcma.
Suprema: "[C]abe consignar que esta Corte ha resuelto reiteradamente que la Ley
Nº 19.968, que comenzó a regir el 1º de octubre de 2005, esto es, con posterioridad a la
dictación del Auto Acordado de este tribunal sobre Procedimiento Aplicable al Convenio
de La Haya Relativo a los Efectos Civiles del Secuestro Internacional de Menores, dictado
el 9 de octubre de 1998 y modificado el 3 de mayo de 2002, ha producido la derogación
tácita de aquellas disposiciones que este último contempla, en cuanto presenten
incompatibilidad con el nuevo estatuto regulatorio. Así el procedimiento que la referida ley,
que crea los Tribunales de Familia, establece como ordinario general aplicable a todos los
asuntos contenciosos cuyo conocimiento corresponda a los Juzgados de Familia y que no
tengan señalado otro distinto, resulta aplicable a materias como la sustracción de
menores en el ámbito de la referida convención, a saber, entregada primitivamente a los
Juzgados de Menores por el mencionado Auto Acordado. De este modo, la tramitación de
la materia que nos ocupa debe llevarse a cabo bajo las normas del procedimiento
ordinario que se establece en el párrafo cuarto del título I de la referida ley, la que en lo
atingente, dispone en su artículo 32, que la apreciación de la prueba se rige por las
normas y principios de la sana crítica" (C. Suprema, 11 de julio de 2013, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1517/2013, Rol Nº 2577-2013).
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículo 8º.
Concordancias: Decreto Nº 386, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los aspectos civiles del
secuestro internacional de niños,D.O. 17.06.1994: artículos 12 y 13.
E xcma.
Corte Suprema, 3 de mayo de 2002, D.O. 17.05.2002
En Santiago, a tres de mayo de dos mil dos, se reunió el Tribunal Pleno bajo
la presidencia de su titular don Mario Garrido Montt y con la asistencia de los
Ministros señores Álvarez García, Libedinsky, Ortiz, Benquis, Tapia, Gálvez,
Chaigneau, Rodríguez, Cury, Pérez, Álvarez Hernández, Marín, Yurac, Espejo,
Medina, Segura y señorita Morales.
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Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS
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INICIO DE:
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
A. CÓDIGO CIVIL
B. LEY DE EFECTO RETROACTIVO DE LAS LEYES
C. LEY Nº 18.600 ESTABLECE NORMAS SOBRE DEFICIENTES MENTALES
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INICIO DE:
A. CÓDIGO CIVIL
LIBRO I DE LAS PERSONAS
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INICIO DE:
LIBRO I DE LAS PERSONAS
TÍTULO XIX DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS EN GENERAL
TÍTULO XX DE LAS DILIGENCIAS Y FORMALIDADES QUE DEBEN PRECEDER AL EJERCICIO DE LA
TUTELA O CURADURÍA
TÍTULO XXI DE LA ADMINISTRACIÓN DE LOS TUTORES Y CURADORES RELATIVAMENTE A LOS BIENES
TÍTULO XXII REGLAS ESPECIALES RELATIVAS A LA TUTELA
TÍTULO XXIII REGLAS ESPECIALES RELATIVAS A LA CURADURÍA DEL MENOR
TÍTULO XXIV REGLAS ESPECIALES RELATIVAS A LA CURADURÍA DEL DISIPADOR
TÍTULO XXV REGLAS ESPECIALES RELATIVAS A LA CURADURÍA DEL DEMENTE
TÍTULO XXVI REGLAS ESPECIALES RELATIVAS A LA CURADURÍA DEL SORDO O SORDOMUDO
TÍTULO XXVII DE LAS CURADURÍAS DE BIENES
TÍTULO XXVIII DE LOS CURADORES ADJUNTOS
TÍTULO XXIX DE LOS CURADORES ESPECIALES
TÍTULO XXX DE LAS INCAPACIDADES Y EXCUSAS PARA LA TUTELA O CURADURÍA
TÍTULO XXXI DE LA REMUNERACIÓN DE LOS TUTORES Y CURADORES
TÍTULO XXXII DE LA REMOCIÓN DE LOS TUTORES Y CURADORES
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INICIO DE:
TÍTULO XIX DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS EN GENERAL
1. DEFINICIONES Y REGLAS GENERALES
2. DE LA TUTELA O CURADURÍA TESTAMENTARIA
3. DE LA TUTELA O CURADURÍA LEGÍTIMA
4. DE LA TUTELA O CURADURÍA DATIVA
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A. CÓDIGO CIVIL
diferencia objetiva entre las personas sujetas guardas y aquellas otras que no lo están, y
que la objetividad de esa diferencia excluye que pueda entenderse como una
discriminación arbitraria, que contraríe el principio de igualdad. Ha explicado que: "[E]xiste
una diferencia objetiva entre personas capaces e incapaces. El artículo 338 del Código
Civil señala, en este sentido, que: 'Las tutelas y las curadurías [...]'. En otros términos, el
legislador reconoce que existen personas que, por distintas causas que va detallando
(artículos 435 y siguientes del Código Civil), no pueden dirigirse a sí mismas o administrar
competentemente sus negocios, por lo que requieren que otra persona las represente y
vele por sus intereses. Por ello es que, desde antaño, se ha entendido que 'la guarda
tiene por objeto no solamente el cuidado y educación de los incapaces, sino también la
conservación y administración de sus bienes'. (Corte Suprema, 6 de octubre de 1928, G.
1928, 2º sem., Nº 50, p. 306. En: Repertorio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas.
Código Civil, 2ª edición, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1968, p. 316). Así, las
normas sobre guardas de personas incapaces han sido establecidas, fundamentalmente,
en protección de éstas, pero también envuelven un interés social, lo que hace que los
preceptos que las rigen sean de orden público. En sentencia recaída en el Rol Nº 988-
2007, la Corte de Apelaciones de Valparaíso, explicando los alcances del artículo 456 del
Código Civil, ha señalado, precisamente, que el 'estado habitual de demencia' a que se
refiere dicha norma 'impide a una persona tener la libre voluntad de obligarse y la
responsabilidad de sus actos, lo que la hace absolutamente incapaz y por ello, el
legislador la protege mediante la consecuente declaración de interdicción, a la vez que
protege el interés público cuando se trata de una persona que presenta estados de furia
que puede llevarla a realizar actos dañosos en otros individuos' (considerando 1º). En
consecuencia, existe una diferencia de trato entre personas capaces e incapaces que
obliga al legislador a diseñar los mecanismos necesarios para proteger a estas últimas, al
tiempo que asegura la protección del interés social. Pero de ello no se sigue,
necesariamente, que se desconozca su capacidad de goce, discriminándolas
arbitrariamente en relación con quienes gozan de una capacidad plena. Ejemplo de ello
es el artículo 1686 del Código Civil, que dispone: 'Los actos y contratos de los incapaces
en que no se ha faltado a las formalidades y requisitos necesarios, no podrán declararse
nulos ni rescindirse, sino por las causas en que gozarán de este beneficio las personas
que administran libremente sus bienes'" (Tribunal Constitucional, 26 de enero de 2016,
cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/737/2016, Rol Nº 2703-2015-Ina). 832. De la noción
de guardas y de su carácter de instituciones de orden público. Se ha asumido por la
jurisprudencia que: "Las denominadas guardas tienen por objeto velar por la persona y los
intereses de los incapaces; y, en segundo término, que la doctrina está conteste en
señalar que: a) las tutelas y curadurías son 'instituciones de orden público, aunque sean
de derecho privado' (Claro Solar, Explicaciones de Derecho Civil, De las Personas,
pág. 173), b) que las disposiciones que las reglamentan, como dicen relación con los
derechos de familia, 'son de orden público. No pueden ser modificadas, en consecuencia,
por voluntad de las partes', (Alessandri, Derecho de Familia, pág. 190)" (C. de
Apelaciones de Santiago, 6 de septiembre de 2007, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5092/2007, Rol Nº 5828-2001). 833. Las disposiciones sobre
las guardas son de orden público. En línea con lo sentado en el número anterior se ha
sostenido que: "Las disposiciones relativas a las 'guardas son por excelencia
disposiciones de orden público' y más precisamente, son leyes imperativas de interés
público o general, de manera que su infracción o inobservancia acarrea indefectiblemente
la nulidad absoluta, tanto así que la doctrina, en particular Alessandri y Somarriva, en
su Curso de Derecho Civil, pág. 227 señalan como ejemplo de este tipo de sanción los
artículos 11, 1461,1462, 1467 inciso 2º, 1475 inciso 2º y 1682 todos del Código Civil" (C.
de Apelaciones de Santiago, 6 de septiembre de 2007, cons. 13º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5092/2007, Rol Nº 5828-2001). Esta misma opinión se ha
asumido por la jurisprudencia constitucional: "[E]l legislador reconoce que existen
personas que, por distintas causas que va detallando (artículos 435 y siguientes del
Código Civil), no pueden dirigirse a sí mismas o administrar competentemente sus
negocios, por lo que requieren que otra persona las represente y vele por sus intereses.
Por ello es que, desde antaño, se ha entendido que 'la guarda tiene por objeto no
solamente el cuidado y educación de los incapaces, sino también la conservación y
administración de sus bienes'. (Corte Suprema, 6 de octubre de 1928, G. 1928, 2º sem.,
Nº 50, p. 306. En: Repertorio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas. Código Civil,
2ª edición, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1968, p. 316). Así, las normas sobre
guardas de personas incapaces han sido establecidas, fundamentalmente, en protección
de éstas, pero también envuelven un interés social, lo que hace que los preceptos que las
rigen sean de orden público" (Tribunal Constitucional, 26 de enero de 2016, cons. 14º,
LegalPublishing: Cl/Jur/737/2016, Rol Nº 2703-2015-Ina). 834. De la distinción entre
tutela y curatela y de su sujeción a unos mismos principios. El E Tribunal xcmo.
"Que según lo señala el artículo 338 del Código Civil las tutelas o curadurías son cargos
impuestos a ciertas personas a favor de aquellos que no pueden dirigirse a sí mismos o
administrar competentemente sus negocios, y que no se hallan bajo potestad de padre o
madre, que pueda darles la protección debida, y se extienden, según lo dispuesto por el
artículo 340 del mismo Código, no sólo a los bienes, sino a la persona de los individuos
sometidos a ella. Noveno: Que de lo prescrito en la norma ante señalada, puede
concluirse que el otorgamiento de la curaduría incluye el del cuidado personal de la
adolescente de que se trata, conclusión que concuerda con lo resuelto por el Tribunal de
Familia, en resolución de 5 de agosto del año 2015, cuya copia rola a fojas 8, pues la
norma que cita para rechazar la petición de complementar la sentencia y agregar en
forma que también se otorga el cuidado personal, es precisamente el artículo 340,
señalando al respecto que dicha norma establece también como obligación del tutor la de
cuidar a la persona del pupilo, de lo que aparece que el tribunal entendió otorgado el
cuidado personal al abuelo materno de la adolescente [...] Décimo: Que abonan la
conclusión anterior, el hecho que la madre de la adolescente falleció y que su filiación
paterna no se encuentra determinada, razón por la cual su cuidado personal
necesariamente debe ser de cargo de un tercero distinto de sus padres" (Ca. Rancagua,
6 de enero de 2016, cons. 8º, 9º y 10º, LegalPublishing: Cl/ Jur/171/2016, Rol Nº 4034-
2015).
Artículo 343. Se llaman curadores de bienes los que se dan a los bienes del
ausente, a la herencia yacente, y a los derechos eventuales del que está por
nacer.
Concordancias: Código Civil: artículos 75, 77, 356, 481, 1240, 2509 número 3. Código de
Procedimiento Civil: artículos 844, 849 y 850.
Concordancias: Código Civil: artículos 494, 495. Código de Procedimiento Civil: artículo 852. Ley
Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 38.
Concordancias: Código Civil: artículos 372 inciso 1º, 362, 413, 418, 419, 464 inciso 1º, 475 inciso 3º,
483.
Artículo 349. Se dará curador a los cónyuges en los mismos casos en que,
si fueren solteros, necesitarían de curador para la administración de sus
bienes.559
Concordancias: Código Civil: artículo 42. Decreto con Fuerza de Ley Nº 3, Ley General de
Bancos,D.O. 19.12.1997: artículo 86 Nº 4.
Concordancias: Código Civil: artículo 42. Decreto con Fuerza de Ley Nº 3 Ley General de
Bancos,D.O. 19.12.1997: artículo 48 Nº 4.
Sigue las reglas de la guarda testamentaria la que se confiere por acto entre
vivos, según el artículo 360. 560
Concordancias: Código Civil: artículos 360, 366, 370. Código de Procedimiento Civil: artículo 838.
2. De la tutela o curaduría testamentaria
Esta curaduría se limitará a los bienes que se donan o dejan al pupilo. 568
Concordancias: Código Civil: artículo 357. Decreto con Fuerza de Ley Nº 3, Ley General de
Bancos,D.O. 19.12.1997: artículo 86 Nº 4.
Concordancias: Código Civil: artículos 359, 419. Decreto con Fuerza de Ley Nº 3, Ley General de
Bancos, D.O. 19.12.1997: artículo 86 Nº 4.
Concordancias: Código Civil: artículos 267, 268, 269, 353. Código de Procedimiento Civil: artículo 839.
En cuarto lugar, los hermanos de uno y otro sexo del pupilo, y los hermanos
de uno y otro sexo de los ascendientes del pupilo.
Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 41, 42, 346, 347 inciso final. Código de Procedimiento
Civil: artículo 839.
precisado: "Que, por falta de el o los parientes, según el sentido natural y obvio,
entendemos ausencia de una persona en el sitio en que debía estar. Que, por lo mismo,
cuando un pariente falta, quiere decir que no existe. En este sentido, estimamos que la
legislación no se refiere a la falta de un pariente como mera ausencia temporal, sino como
una inexistencia. No se refiere, entonces, a casos de ausencia por descuidos, lejanías,
viajes, falta de ubicación o paradero desconocido u otros motivos temporales. La muerte,
como hecho que pone término a la existencia jurídica de las personas, es un ejemplo de
persona que falta en el orden definido. También, la aplicación de una excusa legal o una
causal de cesación reglada. Pero la expresión 'falta' no es un título habilitante para que,
por mera interpretación, se desordene el orden legal establecido para asumir las guardas"
(Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 28º, Rol Nº 2867-15-Ina). 844. Las
reglas de este artículo no establecen criterios precisos para la asignación de la
tutela o curatela. Así lo ha advertido el mismo Tribunal Constitucional: "Que, por otro
lado, la regla contenida en el artículo 367 no establece criterios amplios de asignación de
la tutela o curaduría. En efecto, en ella sólo se establece un orden de prelación y, en el
inciso final, consigna dos parámetros que debe considerar el juez para el caso de diferir la
guarda a un colateral y siempre que hubiere más de uno: a) la persona que le pareciere
más apta, y b) la persona que mejores seguridades presentare. No hay más criterios
sobre los cuales el juez pueda desplazar válidamente su decisión" (Tribunal
Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 22º, Rol Nº 2867-15-Ina). 845. Que no
considera este artículo el interés superior del menor, a diferencia de lo que se
establece en el Código Civil para atribuir el cuidado personal del hijo cuyos padres
viven. Esta diferencia de régimen la ha advertido el Tribunal Constitucional: "Una
situación bastante diferente experimentan los niños cuyos padres han fallecido, puesto
que a ellos no se les aplican las normas de los artículos 222 y siguientes del Código Civil.
A ellos se les aplican, como hemos revisado, las normas sobre tutores o curadores, cuyas
prescripciones hacen nula referencia a la consideración primordial que en dichas materias
debe merecer el interés superior del niño, como derecho, principio y norma de
procedimiento. En este caso, la determinación de quién debe quedar a cargo del menor,
viene dada por la existencia de un orden de prelación taxativo de parientes llamados al
cargo y bajo un procedimiento no contencioso con escasas formalidades y que tampoco
contempla oír al pupilo en ninguno de sus trámites" (Tribunal Constitucional, 12 de abril
de 2016, cons. 16º, Rol Nº 2867-15-Ina). 846. Que no establece este artículo, a
diferencia del artículo 225-2 del Código Civil, criterios precisos para determinar la
asignación de la tutela o curatela. Esta diferencia también la ha advertido la
jurisprudencia constitucional: "Que, por otro lado, la regla contenida en el artículo 367 no
establece criterios amplios de asignación de la tutela o curaduría. En efecto, en ella sólo
se establece un orden de prelación y, en el inciso final, consigna dos parámetros que
debe considerar el juez para el caso de diferir la guarda a un colateral y siempre que
hubiere más de uno: a) la persona que le pareciere más apta, y b) la persona que mejores
seguridades presentare. No hay más criterios sobre los cuales el juez pueda desplazar
válidamente su decisión. Por el contrario, para el caso de hijos que cuentan con padres
vivos, el artículo 225-2 del Código Civil dispone un amplio catálogo de criterios para que el
juez, en su ponderación, determine quién debe cuidar del menor. Entre los criterios que
allí se mencionan, cabe destacar la vinculación afectiva entre el hijo y sus padres; la
aptitud de los padres para garantizar el bienestar del hijo y la posibilidad de procurarle un
entorno adecuado; la dedicación que cada padre procura al hijo; la opinión expresa del
hijo, y cualquier otro antecedente que sea relevante, atendido el interés superior del hijo"
(Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 24º, Rol Nº 2867-15-
Ina). 847. Posición de desventaja del menor huérfano frente a aquel cuyos padres
viven. Las dos diferencias indicadas en los números precedentes sitúan en una posición
de desventaja al menor huérfano, de cara a aquel cuyos padres viven: "[E]l artículo 367
deja en una posición profundamente desventajosa a los menores cuyos padres no se
encuentran vivos, ya que el juez que determina su régimen de cuidado no tiene margen
de discrecionalidad para determinar quién debe quedar al cuidado de ellos, debiendo
guiarse exclusivamente por el orden de prelación establecido en dicho artículo y
respetando los escasos criterios de atribución que en él se señalan. No existe ninguna
consideración por el interés superior del niño ni mucho menos se establece como criterio
de ponderación la opinión del pupilo" (Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons.
24º, Rol Nº 2867-15-Ina). 848. De la inaplicabilidad por inconstitucionalidad de este
artículo. Se ha declarado inaplicable este artículo por el E Tribunal Constitucional en un
xcmo.
Concordancias: Código Civil: artículo 353. Código de Procedimiento Civil: artículos 838, 840 y 851.
Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 6.
Pero si hubiere otro tutor o curador que pueda suplir la falta, o si se tratare
de nombrar un tutor o curador que suceda al que actualmente desempeña la
tutela o curaduría, y puede éste continuar en ella algún tiempo, no tendrá lugar
el nombramiento del interino.
Concordancias: Código Civil: artículos 373, 375 Nº 2, 500 inciso 2º, 532 y 543. Código de
Procedimiento Civil: artículos 838 y 842.
Artículo 372. El magistrado, para la elección del tutor o curador dativo,
deberá oír a los parientes del pupilo, y podrá en caso necesario nombrar dos o
más, y dividir entre ellos las funciones, como en el caso del artículo 363.
Concordancias: Código Civil: artículos 42, 347 inciso 2º, 363 y 367. Código Penal: artículo 838. Código
de Procedimiento Civil: artículo 851.
Concordancias: Código Civil: artículos 377, 436. Código Orgánico de Tribunales: artículo 150. Código
de Procedimiento Civil: artículos 853, 854 y 857. Código Sanitario: artículo 133 inciso 2º.
3º. Los que se dan para un negocio particular, sin administración de bienes.
Concordancias: Código Civil: artículos 46, 371 inciso 1º, 376, 2335. Código de Procedimiento Civil:
artículos 371, 500 inciso 2º, 532, 543, 855 y 856. Código Sanitario: artículo 133 inciso 2º. Decreto con
Fuerza de Ley Nº 3, Ley General de Bancos, D.O. 19.12.1997: artículo 87.
Concordancias: Código Civil: artículos 46, 375, 2337, 2384, 2407. Código de Procedimiento Civil:
artículo 855.
Concordancias: Código Civil: artículos 44, 374 inciso 2º, 423, 1494 inciso 2º.
850. La omisión del cumplimiento de la obligación confeccionar inventario
Jurisprudencia:
solemne no priva de validez a los actos del curador. En este sentido se ha declarado:
"Que en lo relativo al inventario solemne, debemos señalar que su incumplimiento acarrea
sanciones que no van aparejadas con la nulidad absoluta, sino que como toda negligencia
o falta grave trae como consecuencia la remoción del curador y la condena al
resarcimiento de toda pérdida o daño que hubiere resultado al pupilo" (C. Apelaciones de
Santiago, 3 de noviembre de 2008, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/696/2008, Rol Nº 14-
2007).
Concordancias: Código Civil: artículos 11, 1254. Código de Procedimiento Civil: artículos 861, 880.
Artículo 389. El tutor o curador que sucede a otro, recibirá los bienes por el
inventario anterior y anotará en él las diferencias. Esta operación se hará con
las mismas solemnidades que el anterior inventario, el cual pasará a ser así el
inventario del sucesor.
Concordancias: Código Sanitario: artículo 133. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 84.
Artículo 390. Toca al tutor o curador representar o autorizar al pupilo en
todos los actos judiciales o extrajudiciales que le conciernan, y puedan
menoscabar sus derechos o imponerle obligaciones.
Concordancias: Código Civil: artículos 395, 659 inciso 2º, 820, 2279, 2384, 2407. Código de
Procedimiento Civil: artículo 891. Código Orgánico de Tribunales: artículo 366. Ley Nº 14.171, Atribuye
Valor de Escritura Pública a Ciertos Documentos Privados Protocolizados, D.O. 26.10.1960: artículo 65.
Concordancias: Código Civil: artículo 1236. Código de Procedimiento Civil: artículos 895 a 900.
Concordancias: Código Civil: artículo 2446. Código Orgánico de Tribunales: artículo 223. Decreto Ley
Nº 1.123, Sustituye Unidad Monetaria, D.O. 4.08.1975: artículo 4º.
Artículo 402. Es prohibida la donación de bienes raíces del pupilo, aun con
previo decreto de juez.
Concordancias: Código Civil: artículos 402, 1395 inciso 3º, 1440, 1653, Libro III, Título XIII.
Concordancias: Código Civil: artículos 423, 1556. Ley Nº 7.869, fijó Texto Definitivo de la Ley sobre
"Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales",D.O. 21.11.1944: artículo 9º. Decreto con
Fuerza de Ley Nº 3, Ley General de Bancos, D.O. 19.12.1997: artículo 89. Decreto Nº 2.935, Min.
Hacienda, autoriza la Existencia de la "Sociedad Constructora de Establecimientos
Hospitalarios", D.O. 28.06.1945. Decreto Nº 764, Min. Salubridad, fijó el Texto Refundido de las Leyes
Nºs. 7.874, 8.066, 8.107 y 9.300,D.O. 30.03.1949. Decreto Nº 1.101, Min. Obras Públicas, fija el Texto
Definitivo del Decreto con Fuerza de Ley Nº 2, de 1959, sobre Plan Habitacional, D.O. 18.07.1960:
artículo 37.
Concordancias: Código Civil: artículos 10, 1962. Código de Procedimiento Civil: artículo 891. Código
Orgánico de Tribunales: artículo 366.
Artículo 410. El tutor o curador podrá cubrir con los dineros del pupilo las
anticipaciones que haya hecho a beneficio de éste, llevando los intereses
corrientes de plaza, mas para ello deberá ser autorizado por los otros tutores o
curadores generales del mismo pupilo, si los hubiere, o por el juez en subsidio.
Artículo 411. En todos los actos y contratos que ejecute o celebre el tutor o
curador en representación del pupilo, deberá expresar esta circunstancia en la
escritura del mismo acto o contrato; so pena de que omitida esta expresión, se
repute ejecutado el acto o celebrado el contrato en representación del pupilo, si
fuere útil a éste, y no de otro modo.
Pero ni aun de este modo podrá el tutor o curador comprar bienes raíces del
pupilo, o tomarlos en arriendo; y se extiende esta prohibición a su cónyuge, y a
sus ascendientes o descendientes.580
Concordancias: Código Civil: artículos 10, 41, 1799. Decreto con Fuerza de Ley Nº 3, Ley General de
Bancos, D.O. 19.12.1997: artículo 86 Nº 4 inciso final.
primero del Código Civil establece lo siguiente: 'Por regla general, ningún acto [...]'. Como
es posible apreciar, la norma en comento no tiene carácter prohibitivo, sino imperativo, ya
que establece ciertas condiciones bajo las cuales el acto en que exista el conflicto de
interés a que alude, pueda celebrarse, a saber, que sea autorizado por los otros tutores o
curadores en ejercicio, o en su defecto, por el juez. Así, la sanción aplicable a los actos
ejecutados en contravención a lo dispuesto en el citado artículo 412 del Código Civil,
inciso primero, es la nulidad relativa, desde que se trata de la omisión de un requisito que
la ley exige para su validez, en consideración al estado o calidad de las personas que
participan en él" (C. Suprema, 29 de mayo de 2016, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6819/2016, Rol Nº 19470-2016). 855. La regla del inciso 2º no
se refiere a los bienes que el pupilo posea proindiviso con su guardador o con
otras personas. Así lo ha estimado la I Corte de Apelaciones de Santiago: "Que, cabe
lma.
Concordancias: Código Civil: artículos 379, 771 inciso 2º, 1071 inciso 1º, 1480 inciso 4º.
Podrá provocar esta providencia, con causa grave, calificada por el juez
verbalmente, cualquier otro tutor o curador del mismo pupilo, o cualquiera de
los consanguíneos más próximos de éste, o su cónyuge, o el respectivo
defensor.
Concordancias: Código Civil: artículos 345, 419. Código Orgánico de Tribunales: artículo 366 Nº 1.
Concordancias: Código Civil: artículos 344, 347 inciso 3º, 361, 392, 416 inciso 2º, 420, 493, 1511.
Concordancias: Código Civil: artículos 44, 406, 1556. Código Orgánico de Tribunales: artículos 230,
366 número 1.
Artículo 424. El tutor o curador pagará los intereses corrientes del saldo que
resulte en su contra, desde el día en que su cuenta quedare cerrada o haya
habido mora en exhibirla; y cobrará a su vez los del saldo que resulte a su
favor, desde el día en que cerrada su cuenta los pida.
Concordancias: Código Sanitario: artículo 133. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 84.
Concordancias: Código Civil: artículos 224, 230, 241, 537, 643, 644, 647.
Artículo 432. Si los frutos de los bienes del pupilo no alcanzaren para su
moderada sustentación y la necesaria educación, podrá el tutor enajenar o
gravar alguna parte de los bienes, no contrayendo empréstitos ni tocando los
bienes raíces o los capitales productivos, sino por extrema necesidad y con la
autorización debida.
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 269, 270, 271, 273, 338, 339, 342.
Artículo 437. El menor adulto que careciere de curador debe pedirlo al juez,
designando la persona que lo sea.
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 970. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 6.
Artículo 439. El menor que está bajo curaduría tendrá las mismas facultades
administrativas que el hijo sujeto a patria potestad, respecto de los bienes
adquiridos por él en el ejercicio de un empleo, oficio, profesión o industria.
Lo dispuesto en el artículo 260 se aplica al menor y al curador. 588
Artículo 442. A los que por pródigos o disipadores han sido puestos en
entredicho de administrar sus bienes, se dará curador legítimo, y a falta de
éste, curador dativo.
Concordancias: Código Civil: artículos 342, 366, 370, 451, 1447 inciso 3º. Código Orgánico de
Tribunales: artículo 465 número 1. Código de Minería: artículo 24. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 46 inciso 2º, 58. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 6.
Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 91 y
98. Código de Procedimiento Civil: artículo 843. Código Orgánico de Tribunales: artículo 366. Ley
Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 6.
Concordancias: Código Civil: artículo 56. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 91 y 98.
Código de Procedimiento Civil: artículo 843.
Concordancias: Código Civil: artículo 461. Código de Derecho Internacional Privado: artículos 91 y 98.
Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 22.
Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículos 91 y 98. Ley Nº 4.808, sobre
Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 4
número 4, 8. Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes Raíces,D.O. 24.06.1857: artículo 52
número 4.
El juez tendrá libertad para elegir en cada clase de las designadas en los
números anteriores la persona o personas que más a propósito le
parecieren.594
Concordancias: Código Civil: artículo 1758. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 98.
Concordancias: Código Civil: artículos 155 y 1762. Código de Derecho Internacional Privado: artículo
98.
Concordancias: Código Civil: artículos 354 y 355. Código de Derecho Internacional Privado: artículo
98.
Sólo en casos extremos podrá ser autorizado el curador para proveer por sí
mismo a la subsistencia del disipador, procurándole los objetos necesarios.
Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 98. Ley Nº 18.600, sobre
Deficientes Mentales, D.O. 19.02.1987: artículo 4º inciso 2. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 46 inciso 2º, 58.
Concordancias: Código Civil: artículos 447, 454. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 98.
Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 4 número 4, y 8. Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes
Raíces,D.O. 24.06.1857: artículo 52 Nº 4. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004:
artículo 8º número 6.
Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 84. Ley Nº 18.600, sobre
Deficientes Mentales, D.O. 19.02.1987: artículo 18 bis. Ley Nº 19.735, Modifica la Ley Nº 18.600,
Estableciendo Nuevas Normas sobre los Discapacitados Mentales, D.O. 22.06.2001: artículo único
Nº 17.
"no se infringe la igualdad ante la ley cuando ésta da un tratamiento distinto a personas
que, por su condición física o mental, no están en condiciones de administrar libremente
sus bienes y de participar activa y plenamente en la vida en sociedad. Desde el punto de
vista de la finalidad que persiguen las medidas de resguardo y protección que el legislador
puede diseñar para proteger los intereses de las personas discapacitadas y de la
sociedad en su conjunto, la declaración de interdicción satisface precisamente esa doble
finalidad, en la medida que esté rodeada de todos los elementos que aporten al juez la
certeza de que no se está afectando la capacidad de aquellas personas sin un
fundamento suficiente. En este sentido, la Corte Constitucional de Colombia ha reparado
en la necesidad imperiosa de probar médicamente la incapacidad antes de decretar la
interdicción de una persona, afirmando que 'el acompañamiento de un certificado médico
a una demanda en la que se solicita que una persona sea declarada interdicta por
demencia, no constituye una mera formalidad exigida por la ley procesal para la admisión
de una demanda de esta naturaleza, sino que está llamado a cumplir fines específicos
como son (i) constituye un soporte probatorio insustituible para que el juez competente
tenga los elementos de juicio necesarios para proveer sobre la admisión de una demanda
de interdicción; y, ii) se erige en una garantía fundamental para el demandado, dado que
no todas las personas deben soportar un proceso de esa naturaleza, sino solamente
aquellas sobre las cuales se acredita una condición de discapacidad que amerite, por lo
menos, la apertura del proceso.' (Sentencia T 026/14, de 27 de enero de 2014,
fundamento 6.6)" (Tribunal Constitucional, 26 de enero de 2016, cons. 14º,
LegalPublishing: Cl/Jur/737/2016, Rol Nº 2703-2015-Ina). Algún tribunal de alzada había
mantenido la misma opinión, aunque observada desde otra perspectiva: "En la situación
de la interdicción por demencia no es justo ni equitativo colocar al interdicto en iguales
condiciones que al hombre normal, porque al aplicar la ley las mismas sanciones al
sujeto, al supeditarlo a las mismas reglas, no se produciría la igualdad que persigue la ley
en su resultado más amplio" (C. de Apelaciones de Concepción, 10 de junio de 2008,
cons. 1º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5669/2008, Rol Nº 240-2008). 863. De la noción de
"interdicción por demencia". Se ha entendido que: "La interdicción —por demencia en
este caso— es el estado de una persona que ha sido declarada por sentencia judicial
incapaz de ejercitar actos jurídicos, privándola de la administración de sus bienes, previo
el juicio correspondiente" (C. Apelaciones de Santiago, 24 de junio de 2014, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/3827/2014, Rol Nº 1135-2014). Ha precisado el E Tribunal xcmo.
Constitucional que: "[L]a declaración de interdicción, esto es, el decreto judicial por medio
del cual se priva a una persona (demente, disipador) de administrar sus bienes no pugna,
necesariamente, con el reconocimiento de su capacidad jurídica, pues la normativa
vigente exige que el juez pondere los antecedentes concretos del afectado" (Tribunal
Constitucional, 26 de enero de 2016, cons. 20º, LegalPublishing: Cl/ Jur/737/2016, Rol
Nº 2703-2015-Ina). 864. De la finalidad de protección de la interdicción por causa de
demencia. La E. Corte Suprema ha advertido que: "El artículo 456 del Código Civil
xcma
dispone que "el adulto que se halla en un estado habitual de demencia deberá ser privado
de la administración de sus bienes, aunque tenga intervalos lúcidos". El procedimiento
que nuestro ordenamiento jurídico contempla para tales efectos es el de la solicitud de
interdicción por demencia. Su objetivo es la protección de la persona a quien se restringe
su aptitud de obrar, dotándola de un curador que cuide de su persona y de sus bienes,
permitiéndole desenvolverse en un plano deigualdad en sus relaciones jurídicas" (C.
Suprema, 21 de marzo de 2018, cons. 8º y 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/1395/2018, Rol
Nº 33859-2017). 865. La interdicción está establecida en interés del interdicto, de su
familia y de la sociedad. En este sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema: "La
xcma.
interdicción está establecida en interés del propio interdicto, de su familia y de la
sociedad, y para aquellas personas que por circunstancias diversas no pueden actuar por
sí mismas en los actos de la vida civil debido a su falta de capacidad intelectual, lo que los
coloca en situación de inferioridad respecto de las demás personas, ya que no pueden
proveer eficazmente a la administración de sus intereses. Asimismo, tal declaración
puede ser ejercida para defender el derecho, eventual y futuro, de los asignatarios
forzosos en el patrimonio del interdicto, después de su fallecimiento" (C. Suprema, 21 de
marzo 2018, cons. 8º y 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/1395/2018, Rol Nº 33859-
2017). 866. De la interdicción por demencia y del principio de igualdad. Se ha
estimado que: "En la situación de la interdicción por demencia no es justo ni equitativo
colocar al interdicto en iguales condiciones que al hombre normal, porque al aplicar la ley
las mismas sanciones al sujeto, al supeditarlo a las mismas reglas, no se produciría la
igualdad que persigue la ley en su resultado más amplio" (Ca. Concepción, 10 de junio de
2008, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5669/2008, Rol Nº 240-2008). 867. De los
requisitos para que proceda la declaración de interdicción por demencia. Se ha
precisado que: "Las condiciones que requiere la ley para someter a interdicción a una
persona son las siguientes: a) que sea un adulto; b) que el adulto sea demente; y c) que
el estado de demencia sea habitual" (C. de Apelaciones de Concepción, 27 de junio de
2008, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/5669/2008, Rol Nº 240-2008). 868. De la
interpretación de la voz "demencia". Se ha dicho en este punto: "Que el Código Civil no
define el término 'demencia', de manera que se torna necesario precisar el alcance que
debe darse a dicho término. El tratadista Luis F. Borja dice que 'si bien las enfermedades
mentales son variadísimas, el legislador las ha comprendido todas en la palabra
demencia' (En Estudios sobre el Código Civil Chileno, Paris, Roger, 1901, tomo VII,
página 74). El autor Alfredo Barros Errázuriz manifiesta que 'nuestro Código comprende
bajo la palabra demencia todos aquellos estados en que puede encontrarse una persona
privada de su razón' (Curso de Derecho Civil, Nascimento, 1931, tomo IV, página 378,
Nº 248). El distinguido civilista Luis Claro Solar expresa: 'Comprende la ley en la palabra
demencia la enajenación mental bajo todas las formas en que pueda presentarse y en
todos sus grados, cualquiera que sea el nombre que se le dé (En Explicaciones de
Derecho Civil Chileno, tomo V, 'De las personas', página 100, Nº 2420). El profesor
Manuel Somarriva Undurraga sostiene que: 'La expresión demente la toma nuestro
Código en un sentido amplio, comprendiendo toda alteración mental que prive de razón a
un individuo' (En Derecho de Familia, Editorial Nascimento, 1963). Por último, el profesor
René Ramos Pazos dice que: 'También es conocido que unánimemente la doctrina estima
que demencia implica cualquier tipo de privación de razón, sin importar cuál sea el
nombre técnico de la enfermedad que la produce' (En Derecho de Familia, tomo II,
Editorial Jurídica de Chile, tomo II, 2007, página 612). Nuestros tribunales al respecto han
señalado: '[Q]ue aun cuando la ley no define, para el caso de decretar la interdicción,
quiénes son dementes, es indudable que designa con esta denominación, dados el motivo
y objeto por que los somete a curatela, no sólo a los que por debilidad o desórdenes
intelectuales, de carácter habitual, carecen en absoluto de razón, sino también a los que,
por las mismas causas, no pueden dirigirse a sí mismos o administrar competentemente
sus negocios (C. de Apelaciones de Concepción, 27 de agosto de 1896. Gaceta de los
Tribunales, año 1896, tomo II, página 614, sentencia 3325). Lo anterior permite concluir
que la interpretación que debe darse a la expresión demencia no es en su significado
científico o técnico, sino que debe tomarse claramente en su sentido más amplio, más
diverso, esto es, en sentido de enfermedad mental'" (C. de Apelaciones de Concepción,
27 de junio de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5669/2008, Rol Nº 240-2008). En
términos generales, la jurisprudencia constitucional se ha plegado a esta interpretación,
para insistir en que su determinación se trata de una cuestión de hecho, que debe juzgar
y ponderar el juez: "Que la justicia ordinaria ha observado que '[la referida disposición] no
define qué se entiende por demencia, ni estado habitual de demencia, tratándose ésta de
una cuestión de hecho que debe ser decidida por el juez, ocurriendo que se ha entendido
que el citado Código ha comprendido en el término demencia no sólo al loco furioso sino
también a aquel a quien falta inteligencia, como los casos de idiotismo e imbecilidad, y
también al demente propiamente tal que se caracteriza por una debilidad o nulidad de las
facultades intelectuales o morales y, en general, a todo trastorno, total y completo, de la
razón que impide a una persona tener la libre voluntad de obligarse y la responsabilidad
de sus actos, lo que lo hace absolutamente incapaz (...).' (Corte de Apelaciones de
Valparaíso. Sentencia Rol Nº 988-07, de 1º de abril de 2008, c. 1º)" (Tribunal
Constitucional, 26 de enero de 2016, cons. 19º, LegalPublishing: Cl/Jur/737/2016, Rol
Nº 2703-2015-Ina). 869. La administración confiada al curador comprende todo
género de bienes del demente. Sobre la base de no distinguirse en este artículo especie
alguna de bienes de cuya administración es privado el demente por su delcaración de
interdicción, en coherencia con la regla del artículo 390 del Código Civil, se ha declarado
que la adminitración confiada el tutor abarca todo tipo de bienes, incluyéndose
naturalmente entre ellos los derechos sociales y la facultad de administrar una sociedad:
"s necesario tener en consideración que el artículo 456 del Código Civil dispone que "El
adulto que se halla en un estado habitual de demencia, deberá ser privado de la
administración de sus bienes, aunque tenga intervalos lúcidos." Por su parte, el artículo
390 del referido cuerpo legal establece "Toca al tutor o curador representar o autorizar al
pupilo en todos los actos judiciales o extrajudiciales que le conciernan, y puedan
menoscabar sus derechos o imponerle obligaciones" [...] Que se advierte que las normas
precedentemente citada entregan de forma omnicomprensiva al tutor la facultad de actuar
en representación de su pupilo, sin realizar distinción alguna en torno a la naturaleza de
los bienes de su propiedad. Es necesario en este punto tener presente que, en relación a
la participación en la sociedad materia de autos de [...] , ésta no se circunscribe
únicamente al aporte social, sino también a la facultad de conducir a ésta conforme al
objeto social trazado, lo que se concreta en la forma de administración pactada por los
socios, que en este caso corresponde a ambos. En este orden de ideas, resulta
indiscutido que no sólo forman parte del patrimonio del pupilo los derechos sociales sino
también la facultad de administrar la sociedad, en consecuencia le corresponde a la
curadora la administración y representación a estos efectos, en particular en el presente
caso, donde debe resguardar que no se produzca un menoscabo de los derechos o la
imposición de obligaciones a su pupilo, dado que en la práctica la administración la está
ejerciendo el socio minoritario" (C. Suprema, 18 de enero de 2018, cons. 4º y 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/304/2018, Rol Nº 38659-2017).
Concordancias: Código Civil: artículo 443. Código de Procedimiento Civil: artículo 843. Ley Nº 19.968,
crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 6.
Concordancias: Código Civil: artículos 446, 447, 449. Ley Nº 4.808, sobre Registro
Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 4º número 4,
8º. Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes Raíces, D.O. 24.06.1857: artículo 52 número 4.
El juez elegirá en cada clase de las designadas en los números 2º, 3º, 4º y
5º, la persona o personas que más idóneas le parecieren.
Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 41, 370 y 503. Código Sanitario: artículo 133. Código de
Procedimiento Civil: artículo 843.
interdicta para ejercer la curaduría general que se les ha discernido, atendido el estado
habitual de demencia que la afectaba, ha de entenderse que se ha ponderado
prudencialmente su nombramiento entre quienes más idóneos le parecieron, como consta
del sustrato fáctico descrito precedentemente [...] Que, por lo mismo, no se divisa que se
hubiese incurrido en vulneración a las disposiciones de los artículos 462, 475 y 464 del
Código Civil en que se sostiene el recurso interpuesto" (C. Suprema, 12 de junio de 2018,
cons. 8º y 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/2769-2018, Rol Nº 36160-2017).
Concordancias: Código Civil: artículos 347 inciso 2º, 430. Decreto con Fuerza de Ley Nº 3, Ley
General de Bancos, D.O. 19.12.1997: artículo 86 Nº 4.
Concordancias: Código Civil: artículo 1447 inciso 1º. Código de Derecho Internacional Privado: artículo
91. Ley Nº 18.600, sobre Deficientes Mentales, D.O. 19.02.1987: artículo 4º inciso 2º.
Concordancias: Código Civil: artículos 454 y 455. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930,
texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 4 número 4, 8. Reglamento del
Registro Conservatorio de Bienes Raíces, D.O. 24.06.1857: artículo 52 número 4.
Concordancias: Código Civil: artículos 342, 355, 366, 370, 1447 inciso 1º. Ley Nº 4.808, sobre
Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 4º
número 4, 8. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 6.
Artículo 470. Los artículos 449, 457, 458 inciso 1º, 462, 463 y 464 se
extienden al sordo o sordomudo que no pueda darse a entender claramente. 606
Concordancias: Código Civil: artículo 1758. Decreto con Fuerza de Ley Nº 3, Ley General de
Bancos,D.O. 19.12.1997: artículo 86 Nº 4.
Además, los acreedores del ausente tendrán derecho para pedir que se
nombre curador a los bienes para responder a sus demandas.
Concordancias: Código Civil: artículos 443, 444 y 459. Código de Procedimiento Civil: artículo 847.
Podrá el juez, con todo, separarse de este orden, a petición de los herederos
legítimos o de los acreedores, si lo estimare conveniente.
Podrá asimismo nombrar más de un curador y dividir entre ellos la
administración, en el caso de bienes cuantiosos, situados en diferentes
comunas.609
Sabido el paradero del ausente, hará el curador cuanto esté de su parte para
ponerse en comunicación con él.
Concordancias: Código Civil: artículos 343, 370, 1240, 2509 Nº 3. Código Orgánico de Tribunales:
artículos 152 inciso 1º y 369. Código de Procedimiento Civil: artículo 849. Ley Nº 19.968, crea
Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 6.
Concordancias: Código Civil: artículos 56, 444. Código de Procedimiento Civil: artículos 849 y 886.
Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 347 inciso 3º, 849, 886 inciso 2º.
Concordancias: Código Civil: artículos 77, 354, 356, 370, 486 inciso 2º, 491 inciso 3º. Código
Orgánico de Tribunales: artículo 152 inciso 2º. Código de Procedimiento Civil: artículo 850.
Concordancias: Código Civil: artículos 47, 77, 354, 356, 485, 491 inciso 3º.
Concordancias: Código Civil: artículos 75, 343, 473, 481, 486, 490 y 491.
Concordancias: Código Civil: artículo 10. Ley Nº 7.869, fijó Texto Definitivo de la Ley sobre "Sociedad
Constructora de Establecimientos Educacionales", D.O. 21.11.1944: artículo 9º.
La curaduría de los derechos eventuales del que está por nacer, cesa a
consecuencia del parto.
Artículo 492. Los curadores adjuntos tienen sobre los bienes que se pongan
a su cargo las mismas facultades administrativas que los tutores, a menos que
se agreguen a los curadores de bienes.
Los curadores para pleito o ad litem son dados por la judicatura que conoce
en el pleito, y si fueren procuradores de número no necesitarán que se les
discierna el cargo.
Concordancias: Código Civil: artículos 345, 353, 370 y 373. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 330. Código de Procedimiento Civil: artículos 852, 854 inciso 2º. Código Procesal Penal:
artículos 302, 459, 466. Ley Nº 15.231, sobre organización y atribuciones de los Juzgados de Policía
Local, texto refundido fijado por Decreto Nº 307, D.O. 23.05.1978: artículo 14, letra A número 3. Ley
Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 6.
Concordancias: Código Civil: artículos 44, 271 y 1272. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 86. Código Sanitario: Libro VII. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo
23.2.
1. De las incapacidades
5º. Los que están privados de administrar sus propios bienes por disipación;
9º. Los condenados por delito que merezca pena aflictiva, aunque se les
haya indultado de ella;614
10º. Suprimido.615
12º. Los que por torcida o descuidada administración han sido removidos de
una guarda anterior, o en el juicio subsiguiente a ésta han sido condenados,
por fraude o culpa grave, a indemnizar al pupilo.
Concordancias: Código Civil: artículos 44, 271 y 1272. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 86. Código Sanitario: Libro VII. Código de Procedimiento Penal: artículo 18. Decreto Nº 201,
Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas
con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 23.2.
887. De la "mala conducta" como causa que inhabilita para ser designado
Jurisprudencia:
curador. La E. Corte Suprema ha considerado que no es hábil para el desempeño de la
xcma
1º. Derogado.617
2º. Derogado.618
3º. Los que tienen que ejercer por largo tiempo, o por tiempo indefinido, un
cargo o comisión pública fuera del territorio chileno.
Concordancias: Código Civil: artículo 1272. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.
Artículo 499. Derogado.619
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 371, 375 Nº 2, 532, 543, 1447. Código de Derecho
Internacional Privado: artículo 86.
Concordancias: Código Civil: artículo 314. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.
Artículo 503. El marido y la mujer no podrán ser curadores del otro cónyuge
si están totalmente separados de bienes.
Concordancias: Código Civil: artículos 135, 478. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.
Concordancias: Código Civil: artículo 33. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.
VI. Reglas relativas a la oposición de intereses o diferencia de religión entre el
guardador y el pupilo
Concordancias: Código Civil: artículo 304. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.
Concordancias: Código Civil: artículo 507. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.
Concordancias: Código Civil: artículo 506. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.
Concordancias: Código Civil: artículos 27 y 28. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.
Ley Nº 19.638, sobre Constitución Jurídica de las Iglesias y Comunidades Religiosas, D.O. 14.10.1999:
artículo 6º letra d). Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 18 Nº 4. Decreto Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de
San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 12 Nº 4.
VII. Reglas relativas a la incapacidad sobreviniente
Concordancias: Código Civil: artículo 465. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.
Concordancias: Código Civil: artículo 2481 número 6º. Código de Derecho Internacional Privado:
artículo 86.
Las causas ignoradas de incapacidad no vician los actos del tutor o curador;
pero, sabidas por él, pondrán fin a la tutela o curaduría.
La incapacidad del tutor o curador podrá también ser denunciada al juez por
cualquiera de los consanguíneos del pupilo, por su cónyuge, y aun por
cualquiera persona del pueblo.
Concordancias: Código Civil: artículo 520. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.
2. De las excusas
3º. Los que están obligados a servir por largo tiempo un empleo público a
considerable distancia de la comuna en que se ha de ejercer la guarda; 627
4º. Los que tienen su domicilio a considerable distancia de dicha comuna; 628
6º. Los que adolecen de alguna grave enfermedad habitual o han cumplido
sesenta y cinco años;
7º. Los pobres que están precisados a vivir de su trabajo personal diario;
8º. Los que ejercen ya dos guardas; y los que, estando casados, o teniendo
hijos, ejercen ya una guarda; pero no se tomarán en cuenta las curadurías
especiales.
Podrá el juez contar como dos la tutela o curaduría que fuere demasiado
complicada y gravosa;630
9º. Los que tienen bajo su patria potestad cinco o más hijos vivos;
contándoseles también los que han muerto en acción de guerra bajo las
banderas de la República;631
Concordancias: Código Civil: artículo 971. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.
Código Orgánico de Tribunales: artículos 365, 366 y 367. Código de Justicia Militar: artículo 418.
Decreto con Fuerza de Ley Nº 3, Ley General de Bancos, D.O. 19.12.1997: artículo 86 inciso final.
Concordancias: Código Civil: artículo 514 Nº 8. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.
Artículo 516. La excusa del número 9º, artículo 514, no podrá alegarse para
no servir la tutela o curaduría del hijo.635
Concordancias: Código Civil: artículo 514 Nº 9. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.
Concordancias: Código Civil: artículo 376. Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86.
Artículo 518. El que por diez o más años continuos haya servido la guarda
de un mismo pupilo, como tutor o curador, o como tutor y curador
sucesivamente, podrá excusarse de continuar en el ejercicio de su cargo; pero
no podrá alegar esta excusa el cónyuge, ni un ascendiente o descendiente. 637
Artículo 521. Toda dilación que exceda del plazo legal y que con mediana
diligencia hubiera podido evitarse, impondrá al tutor o curador la
responsabilidad de los perjuicios que se siguieren de su retardo en encargarse
de la tutela o curaduría; y hará además inadmisibles sus excusas voluntarias, a
no ser que por el interés del pupilo convenga aceptarlas.
Concordancias: Código de Derecho Internacional Privado: artículo 86. Ley Nº 19.968, crea Tribunales
de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 6.
Concordancias: Código Civil: artículo 2329 inciso 1º. Código de Comercio: artículo 528. Código de
Derecho Internacional Privado: artículo 86.
Concordancias: Código Civil: artículos 116, 527, 537, 644, 647. Código de Comercio: artículo 528.
Artículo 527. La distribución de la décima se hará según las reglas
generales del artículo precedente, incisos 1º y 2º, mientras en conformidad a
los incisos 3º y 4º no se altere por acuerdo de las partes o por decreto del juez;
ni regirá la nueva distribución sino desde la fecha del acuerdo o del decreto.
Concordancias: Código Civil: artículos 371 inciso 1º, 375 Nº 2, 500 inciso 2º, 525 inciso 2º, 543.
Artículo 534. Si los frutos del patrimonio del pupilo fueren tan escasos
queapenas basten para su precisa subsistencia, el tutor o curador será
obligado a servir su cargo gratuitamente; y si el pupilo llegare a adquirir más
bienes, sea durante la guarda o después, nada podrá exigirle el guardador en
razón de la décima correspondiente al tiempo anterior.
Concordancias: Código Civil: artículos 645 inciso 1º, 647 inciso 2º, 781 a 790.
Concordancias: Código Civil: artículos 571 inciso 1, 644, 645, 646, 783, 784, 906 inciso 2, 925, 1980,
2423.
2º. Por fraude o culpa grave en el ejercicio de su cargo, y en especial por las
señaladas en los artículos 378 y 434;
5º. Por conducta inmoral, de que pueda resultar daño a las costumbres del
pupilo.
Concordancias: Código Civil: artículos 44, 378, 426 inciso 3º, 434, 506 inciso 2º y 524.
Artículo 540. Se presumirá descuido habitual en la administración por el
hecho de deteriorarse los bienes, o disminuirse considerablemente los frutos; y
el tutor o curador que no desvanezca esta presunción dando explicación
satisfactoria del deterioro o disminución, será removido.
Concordancias: Código Civil: artículo 44. Código Orgánico de Tribunales: artículo 10 inciso 1º.
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 27, 28, 42, 346. Código Orgánico de Tribunales: artículos 10
inciso 1 y 366.
Concordancias: Código Civil: artículos 42, 371, 375 Nº 2, 500 inciso 2º y 532.
Será asimismo perseguido criminalmente por los delitos que haya cometido
en el ejercicio de su cargo.
Concordancias: Código Civil: artículos 2314, 2329 inciso 1º. Ley de efecto retroactivo de las
leyes,7.10.1861: artículo 9º inciso 2º.
B. LEY DE EFECTO RETROACTIVO DE LAS LEYES
Santiago, 7 de octubre de 1861
.................
Concordancias: Código Civil: artículo 338. Constitución Política de la República: artículo 19, número 3º
inciso 7º.
...............
Proyecto de ley
.................
Artículo 4º. La constatación, calificación, evaluación y declaración de la
discapacidad mental, así como la certificación de ésta, se hará de conformidad
al procedimiento señalado en el Título II de la Ley Nº 19.284 y en el
reglamento.
.................
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Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS
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INICIO DE:
VI. DE LOS ALIMENTOS
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
B. CÓDIGO CIVIL
C. LEY Nº 14.908 SOBRE ABANDONO DE FAMILIA Y PAGO DE PENSIONES ALIMENTICIAS
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INICIO DE:
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
1. CONVENCIÓN SOBRE LA OBTENCIÓN DE ALIMENTOS EN EL EXTRANJERO
PREÁMBULO
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PREÁMBULO
Artículo 1º
Alcance de la Convención
Artículo 2º
Designación de organismos
Artículo 3º
Solicitud a la Autoridad Remitente
Artículo 4º
Transmisión de los documentos
Artículo 5º
Transmisión de sentencias y otros actos judiciales
Artículo 6º
Funciones de la Institución Intermediaria
Artículo 7º
Exhortos
b) A fin de que las Partes puedan asistir a este procedimiento o estar
representadas en él, la autoridad requerida deberá hacer saber a la Institución
Intermediaria, a la Autoridad Remitente que corresponda y al demandado, la
fecha y el lugar en que hayan de practicarse las diligencias solicitadas;
Artículo 8º
Modificación de decisiones judiciales
Artículo 9º
Exenciones y facilidades
Artículo 10
Transferencias de fondos
Artículo 12
Aplicación territorial
Artículo 13
Firma, ratificación y adhesión
1º. La presente Convención quedará abierta hasta el 31 de diciembre de
1956, a la firma de todo miembro de las Naciones Unidas, de todo Estado no
miembro que sea parte en el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia o
miembro de un organismo especializado, y de todo otro Estado no miembro
que haya sido invitado por el Consejo Económico y Social a participar en la
Convención.
Artículo 14
Entrada en vigor
2º. Con respecto a cada uno de los Estados que la ratifiquen o se adhieran a
ella después del depósito del tercer instrumento de ratificación o adhesión, la
Convención entrará en vigor treinta días después de la fecha en que dicho
Estado deposite su instrumento de ratificación o de adhesión.
Artículo 15
Denuncia
Artículo 16
Solución de controversias
Artículo 17
Reservas
2º. Toda Parte Contratante podrá retirar en cualquier momento una reserva
que haya formulado anteriormente y deberá notificar esa decisión al Secretario
General.
Artículo 18
Reciprocidad
Artículo 19
Notificaciones del Secretario General
Artículo 20
Revisión
Artículo 21
Idiomas y depósito de la Convención
B. CÓDIGO CIVIL
1º Al cónyuge;
2º A los descendientes;
3º A los ascendientes;
4º A los hermanos, y
Concordancias: Código Civil: artículos 33, 41, 174, 175, 177, 326, 1627, 1740 inciso 2º. Código Penal:
artículos 361 a 366 bis, 370. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones
Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 1º. Ley
Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 37. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17 de mayo de 2004: artículo 60. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 4.
algunos tribunales de alzada. En efecto, ciertas Cortes de Apelaciones habían optado por
asumir las opiniones de los autores, de modo que a través de ellas se precisaba la
significación de los alimentos. Así, por ejemplo, se había declarado que:
"Doctrinariamente se ha sostenido que los alimentos son los medios materiales para la
existencia física de las personas, esto es, el bienestar general de los alimentarios y debe
incluirse su integridad psicológica, que implica considerar que el menor no puede sufrir las
consecuencias de una separación, alterando el status social que ha tenido, lo que implica
que debe, en la medida que los ingresos del alimentante lo permitan, continuar
desarrollando todas y cada una de las actividades a que estaba acostumbrado
(actividades extraprogramáticas, de entretención y comunicación con sus pares),
adecuándose de esta manera a las normas contenidas en la Convención sobre Derechos
del Niño. Finalmente dentro del concepto de alimentos se debe incluir lo relativo a la
instrucción y educación de los alimentarios" (C. de Apelaciones de Valdivia, 7 de enero de
2009, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/8657/2009, Rol Nº 1007-2008). En un sentido
similar, se había advertido: "Que la doctrina señala que los alimentos son las prestaciones
a que está obligada una persona respecto de otra de todo aquello que resulte necesario
para satisfacer las necesidades de la existencia; y define el derecho de alimentos como
aquel que la ley otorga a una persona para demandar de otra, que cuenta con los medios
para proporcionárselos, lo que necesite para subsistir de un modo correspondiente a su
posición social, que debe cubrir a lo menos el sustento, habitación, vestidos, salud,
movilización, enseñanza básica y media, aprendizaje de alguna profesión u oficio"
(C. Apelaciones de San Miguel, 28 de julio de 2014, cons. 6º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/9318/2014, Rol Nº 386-2014). 892. Fundamento y contenido
de la obligación de alimentos. En cuanto a los fundamentos del derecho de alimentos,
se han mencionado como tales a los siguientes: 892.1. El derecho a la vida: en este
sentido se ha pronunciado la I Corte de Apelaciones de Concepción: "Que el derecho de
lma.
advertido que: "[E]l título que habilita a los cónyuges para demandarse recíprocamente
alimentos no tiene otro fundamento que la existencia del matrimonio, de manera que
disuelto dicho vínculo, desaparece la causa que justifica dicho deber. Sólo en la medida
que el demandante sea titular del derecho procede verificar si concurren los requisitos de
estado de necesidad del alimentario y capacidad económica del alimentante para otorgar
los alimentos. En efecto, es presupuesto procesal del ejercicio de la acción de alimentos,
acreditar estar legitimado para recabar tal derecho. En tal contexto, parece útil señalar
que uno de los presupuestos básicos del ejercicio de toda acción es justificar la
legitimación de las partes para actuar en la posición de tales, lo cual, como lo ha
entendido esta Corte, se refiere a la demostración de la efectividad de la calidad invocada
por las partes de un proceso, en cuanto correspondencia de la acción que se deduce
respecto del actor (legitimación activa) o demandado (legitimación pasiva). Octavo: Que,
de este modo, la normativa antes citada permite concluir que, en relación al derecho de
alimentos, sólo están legitimados para ser partes en una relación procesal en que se
discuta la procedencia de dicho derecho y obligación recíproca, quienes procesalmente
demuestren la posición de cónyuges, descendientes, ascendientes, hermanos o donante
y donatario, en los términos del artículo 321 del Código Civil, siendo de carga del
demandante acreditar de dicha circunstancia" (C. Suprema, 1 de febrero de 2016, cons.
7º y 8º, LegalPublishing: Cl/ Jur/700/2016, Rol Nº6524-2015). Por el contrario, el mismo
tribunal en alguna sentencia anterior se había pronunciado en el sentido de estimar que la
obligación legal de alimentos entre los cónyuges, no sólo se fundaba en el matrimonio,
sino en otras circunstancias. Así, por ejemplo, sostuvo que: "La obligación de alimentos
para el cónyuge debe ser entendida en razón de la comunidad de vida, formación o
mantención del patrimonio, participación mutua en los esfuerzos de superación y esmeros
de la pareja, no en el mero hecho del matrimonio" (C. Suprema, 14 de octubre de 2002,
cons. 10º, LegalPublishing: Cl/Jur/1445/2002, Rol Nº 2435-2002). 901. De la obligación
de alimentos entre cónyuges y del abandono del hogar común. Se advierte en este
punto el mantenimiento de las dos opiniones tradicionales, a saber: a) Opinión que
entiende que el cónyuge que abandona voluntariamente el hogar común carece del
derecho a demandar alimentos: y así se ha sostenido que: "Acorde con las normas que
regulan las normas relativas a los alimentos a que ha hecho referencia la señora juez a
quo se encuentra la disposición del artículo 133 del Código Civil, que se encuentra entre
aquellas que reglan los deberes y obligaciones entre los cónyuges, estatuyendo que
ambos tienen el derecho y el deber de vivir en el hogar común, salvo que a alguno de
ellos le asista razones graves para no hacerlo y la del artículo 134 del texto mencionado
que dispone que tanto el marido cuanto la mujer deben proveer a las necesidades de la
familia común, atendiendo a sus facultades económicas y al régimen de bienes que entre
ellos medie, correspondiendo al juez regular la contribución, si es necesario [...] Que con
la prueba que se ha rendido en la causa, en especial, el documento de fs. 83 y siguientes,
el Memorándum de fs. 92 de la Armada de Chile, la declaración prestada por los testigos
[...], a fs. 120 y siguientes, la confesión prestada en juicio por la actora a fs. 138 al tenor
del pliego de fs. 137, esta Corte ha llegado a la convicción que la demandante hizo
abandono en forma voluntaria del hogar común, puesto que no ha mediado acción u
omisión por parte del demandado que la hubiera impelido a hacerlo. En efecto, no se ha
justificado que haya ejercido, por ejemplo, actos constitutivos de violencia intrafamiliar,
que hayan puesto en peligro su integridad física o psíquica, o falta grave a los deberes de
socorro, ayuda mutua o fidelidad que hubieren sido los motivos principales por los cuales
ella decidió hacer abandono del hogar común [...] en razón que las obligaciones que
contraen marido y mujer son mutuas y recíprocas este Tribunal estima que no tiene
derecho a exigir del demandado que se los proporcione puesto que la conducta que
desplegó, lo exime de la obligación de suministrarle aquéllos. Por lo demás, no se
encuentra acreditado que esté en un estado de necesidad tal, económica o de salud, que
amerite regulación de alimentos a su favor, teniendo aún edad para desempeñarse en la
vida laboral" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 2 de septiembre de 2007, cons. 1º, 2º y
5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/5384/2007, Rol Nº 1692-2007); b) Opinión que entiende
que el cónyuge que abandona voluntariamente el hogar común conserva el derecho
a demandar alimentos: en este sentido se ha dicho que: "El hecho de que la mujer
abandone voluntariamente el hogar común, tampoco le priva del derecho de alimentos, ya
que de conformidad con el principio general contenido en el art. 321 del Código Civil, se
concede el derecho de alimentos a las personas designadas en dicha disposición, entre
ellos el cónyuge, salvo que una ley expresa se los niegue, y como la ley en el caso de la
mujer que se encuentra en esa situación nada dispuso, forzoso es concluir que conserva
incólume su derecho" (C. de Apelaciones de Concepción, 4 de agosto de 2000, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2027/2000, Rol Nº 549-2000). En igual línea se ha declarado
que: "[S]i bien la actora se encuentra entre los beneficiarios de alimentos, de acuerdo al
listado del artículo 321 del Código Civil, las necesidades de la alimentaria, como las
capacidades del alimentante serán, necesariamente, materia de prueba y objeto de la litis,
no siendo por ahora, suficiente, el hecho de que hubiere sido la demandante quien
hubiere hecho abandono del hogar común, ubicado en una propiedad que a ambos
cónyuges pertenece, puesto que la ley no ha condicionado a este hecho el derecho de
alimentos" (C. Apelaciones de Coyhaique, 13 de marzo de 2012, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/590/2012, Rol Nº 10-2012). 902. Dentro de
los "descendientes" se comprende a los hijos y nietos. Se ha explicitado así: "Que el
artículo 321 del Código dice que se deben alimentos: '...Nº 2. A los descendientes', entre
los cuales deben entenderse, tanto los hijos como los nietos" (C. de Apelaciones de
Concepción, 15 de abril de 2009, cons. 1º, LegalPublishing: Cl/Jur/9946/2009, Rol Nº 33-
2009). 903. De si entre los descendientes puede contarse al hijo que está por nacer
cuando es de filiación no matrimonial. La jurisprudencia reconoce que sobre esta
cuestión no hay uniformidad de opiniones entre los autores: "Que la procedencia de la
demanda de alimentos a favor del hijo que está por nacer, no ha sido un tema pacífico, en
lo que se refiere al legitimado pasivo, cuando se trata de una demanda deducida por la
madre que no es la cónyuge del demandado. Así, por ejemplo, la distinguida profesora y
ex ministro de esta Corte señora Irma Bavestrello Bontá, en su libro Derecho de Menores,
Segunda Edición Actualizada (Editorial LexisNexis, edición de mayo de 2003), señala
que: 'Al referirse la ley a la madre del hijo que está por nacer, no cabe duda que se refiere
a la cónyuge del demandado, por cuanto la favorece la presunción de paternidad del
artículo 184 del Código Civil'. Otros autores como el profesor Juan Andrés Orrego Acuña,
por el contrario, aceptan la posibilidad de admitir la demanda cuando la madre no tiene
vínculo matrimonial con el demandado. (Los Alimentos en el Derecho Chileno, Editorial
Metropolitana, año 2007)" (C. Apelaciones de Concepción, 15 de marzo de 2013, cons.
2º, LegalPublishing: Cl/Jur/579/2013, Rol Nº 38-2013). La I Corte de Apelaciones de
lma.
"[L]a obligación legal de prestar alimentos a los hijos menores procede a todo evento,
porque los hijos son merecedores de especial protección de sus progenitores como
primeros obligados al deber de crianza, de modo que por sobre las normas generales que
regulan el derecho de alimentos, están las normas especiales sobre el interés superior del
niño" (C. Apelaciones de Punta Arenas, 22 de agosto de 2014, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5833/2014, Rol Nº 59-2014).
Artículo 322. Las reglas generales, a que está sujeta la prestación de
alimentos, son las siguientes; sin perjuicio de las disposiciones especiales que
contiene este Código respecto de ciertas personas.
Concordancias: Código Civil: artículos 174, 175, 241, 330, 332, 434, 1210 inciso 2º.
Apelaciones de San Miguel: "Que, si bien es cierto, aunque la persona obligada a dar
alimentos tenga elevados ingresos económicos, no se le podrá exigir el pago de una
pensión alimenticia superior a las necesidades que se han establecido del alimentario, lo
cierto es que de conformidad a lo señalado ut supra, que la sentenciadora de la instancia,
haciendo una ponderación real de las necesidades del alimentario, que le permita vivir de
un modo correspondiente a su posición social, determinó que la suma fijada no excede las
necesidades del menor ni la real capacidad económica de las partes" (C. Apelaciones de
San Miguel, 28 de julio de 2014, cons. 9º, LegalPublishing: Cl/Jur/9318/2014, Rol Nº 386-
2014). 909. El hijo mayor de veintiún años sólo puede demandar alimentos si está
estudiando. En este sentido se ha declarado: "Que del tenor de las normas legales que
se han traído a colación [arts. 321, 323 y 332], interpretadas de conformidad a las reglas
contenidas en el Párrafo 4 del Título Preliminar del Código Civil, aparece claro el sentido
de la ley, esto es, que la hija mayor de veintiún años sólo tiene derecho para demandar
alimentos a su padre cuando se encuentre estudiando una profesión u oficio, sin que en el
inciso segundo del artículo 323 se encuentre expresión obscura alguna, que permita
recurrir a su intención o espíritu" (C. Apelaciones de San Miguel, 20 de febrero de 2013,
cons. 5º, LegalPublishing: Cl/ Jur/397/2013, Rol Nº 55-2013).
Concordancias: Código Civil: artículos 177, 203, 271 número 2, 332 inciso 2, 968 número 3, 1208
número 2.
Nº 19.585 de 26 de octubre de 1998, para los efectos del artículo 324 del Código Civil no
hay más "injuria atroz" que aquella que se corresponde con la descrita en el artículo 986
del mismo cuerpo legal: "La incursión en la historia de la actual redacción del artículo 324
autoriza concluir que, a partir de la entrada en vigencia de la Ley Nº 19.585, aquélla se
corresponde con las conductas descritas en el artículo 968 del cuerpo de leyes de
derecho privado. 11º. Como fluye del tenor de esa disposición copiada en supra 8º ella
consagra las situaciones en las que un heredero o legatario pasa a ser indigno de suceder
a un difunto. Como la norma define actitudes, estos jueces asumen que ellas han venido a
llenar el vacío de ley, de manera que no cabe más que entender que la injuria atroz del
inciso primero del artículo 324 esa que hace cesar la obligación de prestar alimentos es la
descrita en el artículo 968" (C. Suprema, 2 de agosto de 2016, cons. 10º y
11º, LegalPublishing: Cl/Jur/5532/2016, Rol Nº 18110-2015). 911. De la remisión del
inciso 1º al artículo 968 y de su causa del número 2º: "atentado grave" contra "el
honor". El artículo 968 del Código Civil prescribe que: "Son indignos de suceder al difunto
como herederos o legatarios: [...] 2º. El que cometió atentado grave contra la vida, el
honor o los bienes de la persona de cuya sucesión se trata, o de su cónyuge, o de
cualquiera de sus ascendientes o descendientes, con tal que dicho atentado se pruebe
por sentencia ejecutoriada". La remisión del inciso 1º del artículo 324 al referido artículo
968 implica la "indignidad" para exigir alimentos. Así se ha declarado, enrevesada y poco
castizamente, por la E. Corte Suprema que: "Según el acápite segundo del artículo 968
xcma
están revestidos de semejante indignidad los que han cometido atentado grave contra la
vida, el honor o los bienes de la persona de cuya sucesión se trata. Si se trae ese
predicamento al beneficiario de alimentos, parece adecuado aseverar que es indigno de
recibirlos el alimentario que ha cometido atentado grave contra el honor que es lo que
aquí convoca del alimentante" (C. Suprema, 2 de agosto de 2016, cons.
12º, LegalPublishing: Cl/Jur/5532/2016, Rol Nº 18110-2015). 912. De la causa del
número 2º del artículo 968, y de qué ha de entenderse por "atentado grave" contra
"el honor". La E Corte Suprema ha precisado que el "atentado grave" no es, en el
xcma.
contexto del inciso 1º, una descripción de hechos, sino una calificación de algunos de
ellos. Así se ha advertido: "[D]ebe señalarse que el cometer "atentado grave contra... el
honor", sujeto de la oración del numeral segundo del precepto en comento, no constituye
una descripción, sino una calificación o conceptualización de hechos que podrían revestir
el carácter de tal atentado y de semejante gravedad, lo que, por lo demás, se aviene con
el exordio del discurso legal, que es relativo a "indignidades", abstracción que sólo puede
adquirir sentido para el derecho, en tanto cuanto asociada a hechos concretos. Por otro
lado, el reenvío del artículo 324 inciso segundo al artículo 968 equivale a predicar, con el
legislador, que el que cometió injuria atroz contra la persona del alimentante se hizo
indigno de ser su alimentario" (C. Suprema, 2 de agosto de 2016, cons.
13º, LegalPublishing: Cl/Jur/5532/2016, Rol Nº 18110-2015). 913. De la causa del
número 2º del artículo 968, y de la exigencia de probarse el atentado grave contra la
vida, honor o bienes "por sentencia ejecutoriada". El número 2º del artículo 968 exige
que el "atentado grave contra la vida, el honor o los bienes", que se invoca como causa
de la indignidad, "se pruebe por sentencia ejecutoriada". Esta exigencia ha planteado la
cuestión de si lo requerido es la existencia de una sentencia firme, dictada con
anterioridad a la acción de cese por causa de injuria, en una causa distinta y destinada a
esa precisa finalidad, que declare de manera explícita haberse incurrido en
comportamientos atrozmente injuriosos. En este sentido se había pronunciado la I. Corte
lma
juicio, la exigencia del período final del inciso 1º del artículo 324 sólo se extiende a la
existencia de una sentencia que permita probar el o los hechos y comportamientos
susceptibles de ser calificados como injuria atroz, y no esta misma. En tal sentido, el
tribunal sostuvo lo siguiente: 1º) "La exigencia de sentencia ejecutoriada que contiene el
referido artículo 968 Nº 2º no es ni puede ser relativa a la existencia de cosa juzgada con
respecto a la injuria atroz, justamente por ser ésta una calificación jurídica, fruto de una
apreciación de una realidad determinada y específica" (C. Suprema, 2 de agosto de 2016,
cons. 14º, LegalPublishing: Cl/Jur/5532/2016, Rol Nº 18110-2015); 2º) "El artículo 968 no
describe conductas sino que define actitudes, aspecto de suyo trascendente para resolver
lo que se viene planteando, pues forma parte del derecho sancionatorio, en general, su
indefectible condición de hacer recaer el castigo, claramente determinado, sobre una
conducta, igualmente descrita, lo que conduce a inferir que lo que el artículo 968 Nº 2 pide
a la sentencia de su epílogo es que con ella se pueda probar el o los hechos y
comportamientos susceptibles de ser calificados como injuria atroz, y no esta misma. Lo
que ha de fluir de la causa pretérita en que recayó la mentada sentencia firme, es el o el
conjunto de actos atentatorios. Al juez de familia la apreciación de si ése o ésos colocan a
las alimentarias en la desmedrada calidad de indignas para recibir alimentos o, en otras
palabras, si son pasibles del epíteto de atrozmente injuriantes" (C. Suprema, 2 de agosto
de 2016, cons. 15º, LegalPublishing: Cl/Jur/5532/2016, Rol Nº 18110-2015). Estas
opiniones las fundó en las siguientes dos razones que, a pesar de la redacción afectada y
churigueresca, se pueden comprender: 1ª) "Tal entendimiento se ve corroborado por el
tenor del artículo 973 del código en referencia, al predicar que "Las causas de indignidad
mencionadas en los artículos precedentes no podrán alegarse contra disposiciones
testamentarias posteriores a los hechos que las producen ", con lo cual distingue
claramente entre las causales de indignidad y los hechos que las producen; son niveles
distintos dentro del ejercicio intelectual conducente al juicio jurisdiccional, cuya confusión
puede llevar a distorsiones que terminan por desvanecerse la finalidad de la ley" (C.
Suprema, 2 de agosto de 2016, cons. 16º, LegalPublishing: Cl/Jur/5532/2016, Rol
Nº 18110-2015); y 2ª) "Contribuye a la explicada aprehensión del espectro preceptivo en
estudio, en orden a que compete al juez de familia que conoce la acción de cese de la
carga alimentaria por causa de injuria atroz de las alimentarias, el examen de todos los
antecedentes que le permitan evaluar la realidad que la litis le presenta, la segunda
oración del inciso primero del artículo 324: "Pero si la conducta del alimentario fuere
atenuada por circunstancias graves en la conducta del alimentante, podrá el juez moderar
el rigor de esta disposición". Va de suyo que esa atribución se hace inconcebible y, por
ende, la norma deviene letra muerta si se confina en la sentencia ejecutoriada el imperio
absoluto de la prueba de haber existido injuria atroz. Dígase que esta facultad entregada
al juez que conoce de la causa de cese introducida por indicación senatorial en el
Segundo Trámite Constitucional del proyecto de la Ley Nº 19.585 para morigerar los
efectos de la injuria, sobre la base de conductas del alimentante que pudieran haber
influido en la generación de los comportamientos injuriosos, supone reconocerle
competencia para determinar si hubo o no injuria atroz" (C. Suprema, 2 de agosto de
2016, cons. 17º, LegalPublishing: Cl/Jur/5532/2016, Rol Nº 18110-2015). 914. El
adulterio de la mujer no constituye injuria atroz para los efectos de privarla del
derecho de alimentos. En cuanto que el artículo 324 del Código Civil prescribe en su
inciso 1º que, en el caso de injuria atroz, cesará la obligación de alimentos, y precisa en
su inciso 2º que sólo constituyen injuria atroz las conductas descritas en el artículo 968, es
decir, la que vuelven indigno de suceder al difunto, y como entre estas no se menciona al
adulterio, la jurisprudencia se ha afirmado en la opinión que sostiene que el adulterio no
constituye injuria atroz y, por lo tanto, no priva del derecho de alimentos. Así lo declaraba
en el año 2000 la I Corte de Apelaciones de Concepción: "[C]abe señalar que la actora
lma.
Artículo 325. Derogado.646
Concordancias: Código Civil: artículos 27, 232, 321. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y
Pago de Pensiones Alimenticias,D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 3º inciso final.
jurídico planteado por la recurrente consiste en determinar si el artículo 326 citado impone
al alimentario la carga de demandar conjuntamente, en caso de pluralidad de
alimentantes, a todos aquellos que tengan dicha calidad, o si, por el contrario, puede
accionar solo en contra de aquellos que estime que, efectivamente, podrán concurrir a la
satisfacción de sus necesidades [...] Que una interpretación armónica y sistemática del
artículo en referencia, tomando en consideración los principios del derecho de familia y
aquellas normas generales sobre alimentos reguladas en el Código Civil artículos 321 y
siguientes y en la legislación especial Ley Nº 14.908 , lleva a concluir que el inciso
segundo del artículo 326 del Código Civil no establece la obligación de demandar
conjuntamente a todos aquellos que tengan la calidad de alimentantes en caso de
pluralidad, pudiendo el alimentario dirigir su demanda en contra de él o los obligados que
estime que efectivamente podrán otorgarle alimentos, quienes cumplirán la obligación en
atención a su capacidad económica. De tal manera que la facultad del juez de distribuir la
obligación alimenticia en proporción a las facultades de los alimentantes, en caso de
existir varios obligados por un mismo título, debe ser entendida solo en aquellos casos en
que el alimentante opta por demandar conjuntamente a varios obligados, lo que no puede
significar una carga adicional para el demandante de accionar siempre en contra de todos
y cada uno de ellos" (C. Suprema, 6 de marzo de 2017, cons. 5º y
6º, LegalPublishing: Cl/Jur/722/2017, Rol Nº 83.525-2016). Para apoyar. Aún más, su
decisión ha razonado: "Que acoger la tesis jurídica planteada por la recurrente, esto es,
que el alimentario tiene la carga de demandar conjuntamente, en caso de pluralidad de
alimentantes, a todos aquellos que tengan dicha calidad, implica incorporar requisitos
adicionales no contemplados por la ley, que, evidentemente, dificultaría el ejercicio del
derecho de percibir alimentos" (C. Suprema, 6 de marzo de 2017, cons.
7º, LegalPublishing: Cl/Jur/722/2017, Rol Nº 83.525-2016).
Civil y en este artículo 329, ha declarado que el contenido de sus reglas: "[P]ermite colegir
que si las facultades económicas del alimentante cambian, ya sea disminuyen o
aumentan, es posible solicitar la rebaja o el aumento de la pensión ya fijada, tal como
señala el recurrente" (C. Suprema, 13 de diciembre de 2017, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7966/2017, Rol Nº 30191-2017).
Concordancias: Código Civil: artículos 41, 323 inciso 2º. Ley Nº 19.968, Crea los Tribunales de
Familia, D.O. 20.08.2004: artículo 19 inciso 5º. Ley Nº 20.422, Establece normas sobre igualdad de
oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad, D.O. 10.02.2010: artículo 5º.
derecho de alimentos son precisamente los descendientes, según se lee del numeral 2º
del artículo 321 del Código Civil, obligación que recae sobre los padres en ejercicio de la
autoridad parental y, en subsidio, en los demás ascendientes del alimentario. En ese
entendido, uno de los principales deberes de los progenitores y que deriva del ejercicio de
la potestad concedida, es el deber de educar a los hijos, el cual se traduce, entre otros, en
solventar los egresos que demande el cursar regularmente el alimentario sus estudios
básicos, medios y aun superiores, con la salvedad que ha de ser hasta que el educando
cumpla 28 años. De allí que el inciso 2º del artículo 332 del cuerpo legal citado determine
que 'los alimentos concedidos a los descendientes...se devengarán hasta que cumplan
veintiún años, salvo que estén estudiando una profesión u oficio, caso en el cual cesarán
a los veintiocho años' [...] Que es preciso enfatizar que los jueces del grado, haciendo uso
de la facultad que es de su exclusiva competencia, consistente el establecimiento de los
hechos previa ponderación de los medios de prueba, fijaron el marco fáctico según el
cual, la alimentaria, Jessica de veinticinco años, si bien... 'cuenta con un título de carácter
técnico, lo cierto es que también se encuentra matriculada y es alumna regular de una
carrera de nivel profesional, esto es, Educadora de Párvulos... En ese sentido se
encuentra dentro del tramo etáreo en que el alimentario en este caso el descendiente
puede continuar o está habilitado para reclamar del alimentante, en este caso su padre,
pensión de alimentos'... [...] Que para resolver el asunto controvertido es imprescindible,
tal como lo hicieron los jueces de la instancia, estarse a lo que dispone el artículo 332 del
Código Civil, que contempla uno de los casos de extinción de la obligación alimenticia,
como es el cese de las necesidades del alimentario. En consecuencia, constituyendo un
hecho no discutido que la alimentaria continúa realizando estudios profesionales y que se
encuentra dentro del rango etáreo que le habilita para ser titular del derecho de percibir
alimentos, se debe concluir que la demanda se encuentra correctamente rechazada"
(C. Suprema, 22 de diciembre de 2014, cons. 4º a 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/9739/2014,
Rol Nº 27955-2014). 926. Legitimación del padre del hijo mayor de edad que vive a
sus expensas, pero por razones de estudios no reside junto a él, para demandar
alimentos. El artículo 19 de la ley Nº 19. 968, prevé que: "En los casos del inciso
segundo del artículo 332 del Código Civil, aquél de los padres en cuyo hogar vive el
alimentario mayor de edad se entenderá legitimado, por el solo ministerio de la ley, para
demandar, cobrar y percibir alimentos de quien corresponda, en interés del alimentario,
sin perjuicio del derecho de éste para actuar personalmente, si lo estima conveniente. Si
el alimentario no actúa personalmente se entenderá que acepta la legitimación activa del
padre o madre junto a quien vive". Esta disposición dio lugar a la siguiente cuestión:
"determinar si al encontrarse el alimentario estudiando en una ciudad distinta de aquella
donde vive su padre, puede éste entenderse legitimado, por el solo ministerio de la ley,
para demandar alimentos a la madre, en interés de su hijo, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 19 inciso quinto de la Ley Nº 19.968, o si, a la inversa, debe el
alimentario actuar personalmente". El tribunal de alzada se pronunción por la negativa:
"[D] esestimó la demanda que el actor interpuso en representación de su hijo [...],
señalando que, por el hecho de tener más de 18 años, y atendido que la capacidad de
poder representar a los hijos en juicio emana de la patria potestad, la cual termina por ley,
entre otras causales, cuando el hijo cumple la mayoría de edad, tal como se establece en
el Nº 4 del artículo 270 del Código Civil, perdió dicha capacidad, salvo que el hijo se la
otorgue de manera expresa, lo que no ocurrió en la especie. Asimismo, refirieron que la
Ley Nº 19.968 consigna una salvedad sólo respecto de las acciones relacionadas a la
pensión de alimentos, hipótesis conforme a la cual el padre en cuyo hogar vive el
alimentario mayor de edad se entenderá legitimado, por el solo ministerio de la ley, para
demandar alimentos en su interés, la que, por su carácter excepcional, debe interpretarse
restrictivamente; y como en el evento sub lite resulta claro que el hijo mayor de edad no
vive con el padre, puesto que aquél estudia una carrera universitaria en la ciudad de
Copiapó, debe entenderse que reside en esta última ciudad, pues ese tipo de carrera, de
acuerdo a las máximas de la experiencia, implica una serie de actividades que se
despliegan de manera regular en el tiempo y durante varios años, lo que unido a la
distancia que existe entre las ciudades de Copiapó y Rancagua, es menester colegir que
el alimentario no vive con su padre, y al no haberlo autorizado para representarlo en este
juicio, lo obrado por el actor a su nombre carece de valor; razón por la que denegaron la
demanda, sin perjuicio de su derecho a instaurarla nuevamente como en derecho
corresponda". La E Corte Suprema, en casación revocó el fallo anterior y se pronunció
xcma.
Concordancias: Código Civil: artículos 12, 951 inciso 2º y 1810. Ley de Matrimonio Civil
19.947, D.O. 17 de mayo de 2004: artículo 21 inciso 3º.
declarado que: "[E]s necesario reiterar que la obligación de pagar alimentos, atendida su
naturaleza, es de tracto sucesivo, puesto que sus efectos nacen y se cumplen a través del
tiempo, y que, por lo mismo, consiste en una prestación periódica por lo que el término
legal necesario para declarar la prescripción corre a partir de la fecha en que se hizo
exigible cada mensualidad, oportunidad a partir de la cual el alimentario puede ejercer
todas las acciones que el ordenamiento jurídico le confiere para obtener su pago íntegro,
debiendo, en todo caso, respetar las disposiciones que norman la prescripción extintiva"
(C. Suprema, 24 de marzo de 2015, cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/1583/2015, Rol
Nº 23380-2014). 933. La excepción de prescripción de los alimentos devengados
puede oponerse en cualquier estado del juicio, salvas las limitaciones del artículo
310 del Código de Procedimiento Civil. Tal es la opinión que ha sostenido la I Corte de
lma.
Ministerio de Justicia
FIJA TEXTO REFUNDIDO, COORDINADO Y SISTEMATIZADO DEL CÓDIGO CIVIL; DE LA LEY Nº 4.808, SOBRE
REGISTRO CIVIL; DE LA LEY Nº 17.344, QUE AUTORIZA CAMBIO DE NOMBRES Y APELLIDOS; DE LA LEY Nº 16.618,
LEY DE MENORES; DE PLA LEY Nº 14.908, SOBRE ABANDONO DE FAMILIA Y PAGO DE PENSIONES ALIMENTICIAS, Y
DE LA LEY Nº 16.271, DE IMPUESTO A LAS HERENCIAS, ASIGNACIONES Y DONACIONES651
Teniendo presente:
2.- Que entre las leyes que complementan las disposiciones del Código Civil
deben considerarse las siguientes: Ley Nº 4.808 sobre Registro Civil; Ley
Nº 17.344, que autoriza cambio de nombres y apellidos; Ley Nº 16.618, Ley de
Menores; Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones
Alimenticias y la Ley Nº 16.271, de Impuesto a las Herencias, Asignaciones y
Donaciones;
artículo primero de la Ley Nº 14.908 dispone que la madre podrá solicitar alimentos para
el hijo, esto es, reconoce respecto de ella legitimación activa con que cuenta para ejercer
la acción de alimentos, en lo pertinente para el caso de autos, cuando el hijo sea menor
de edad, sobre la base de dicho sustento legal, es que entonces la actora solicitó, luego
de obtener la pensión de alimentos, el cumplimiento de la misma por no pago del
alimentante y en ambos casos en favor del alimentario [...] Que a partir de la referida
legitimación de la madre del alimentario, se desprenden dos cuestiones fundamentales,
primero que los litigantes del proceso sobre alimentos son los padres del alimentario, y en
consecuencia este último, siendo menor de edad, no es parte del proceso, sino el
beneficiario de lo obtenido en él, y no podría ser de otra manera puesto que el fin de los
alimentos, es habilitarlo para subsistir modestamente de un modo correspondiente a su
posición social, como dispone el artículo 322 del Código Civil, resguardando con ello su
interés superior, y en segundo lugar, la referida proposición permite concluir que es la
madre, quien puede renunciar a los alimentos devengados durante el período que el
alimentario es menor de edad, pues es aquélla quien posee la legitimación activa para
ejercer la acción correspondiente y porque además fue ella quien durante el período que
el padre no pagó los alimentos, se hizo cargo de su manutención" (C. Suprema, 9 de
octubre de 2014, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/7242/2014, Rol Nº 7544-
2014). 938. El alimentario menor carece de facultad para transigir sobre alimentos
devengados. Este principio no es más que un corolario del señalado en el número
anterior: "[L]a sentencia impugnada se ajusta a derecho, puesto que las deudas que se
pretende resolver por el alimentante, a través de la transacción que celebró con el
alimentario, datan del período en que éste se encontraba a cargo de su madre como
menor de edad, por lo que, la única legitimada para renunciar a aquéllos es la
demandante y no el hijo, quien adquiere dicha prerrogativa, a partir de su mayoría de
edad, por lo que sólo desde ese día podrá renunciar a los alimentos devengados a su
favor, atendido que adquiere la capacidad legal para ejercer las acciones que estime
conveniente para el resguardo de sus derechos [...] Que, en consecuencia, la transacción
sublite, atendido que sólo fue suscrita por el alimentante y el alimentario —sin concurrir la
parte demandante—, carece del poder liberatorio que pretende otorgarle el recurrente,
porque carece del sustento fáctico primordial para adquirir fuerza obligatoria, conforme al
artículo 1545 del Código Civil, esto es, de la concurrencia de su aceptación por la
demandante, como ya se dijo, la legitimada al efecto. De forma que no se revela la
infracción de derecho que enuncia el recurrente, puesto que la referida transacción sólo
genera derechos para quienes tienen la titularidad de las pensiones devengadas, y
conforme al mérito autos la misma corresponde a la demandante quien no concurrió a su
celebración" (C. Suprema, 9 de octubre de 2014, cons. 6º y 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/7242/2014, Rol Nº 7544-2014).
Concordancias: Código Civil: artículos 47, 232. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de
Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000:
artículos 7º inciso 1, 11 inciso 2. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.
juez para rebajar el monto mínimo" (C. Suprema, 7 de febrero de 2018, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/602/2018, Rol Nº 36264-2017). 945. La carencia de medios, a
que se refiere el inciso 4º, no se deduce, per se, de la privación de libertad del
alimentante. En este sentido se ha advertido que: "[L]a privación de libertad no
significa per se carencia de medios, no sólo porque la institucionalidad penitenciaria
contempla la posibilidad de ejercer algún oficio remunerado y, de hecho, ello es tomado
en consideración para los efectos del otorgamiento de determinados beneficios, sino
porque aquél que es privado de libertad puede contar con bienes para afrontar su
obligación, de manera que para levantar la presunción establecida en la norma, el que lo
pide debe acreditar la carencia de medios, lo que no es un hecho establecido en la
especie" (C. Suprema, 7 de febrero de 2018, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/602/2018,
Rol Nº 36264-2017). 946. La ponderación del juez de la instancia sobre el alzamiento
de la presunción no es revisable en casación. Se ha sostenido, así, que: "[H]a de
tenerse presente que el levantamiento de la presunción será producto de una ponderación
de quien ejerce la jurisdicción de instancia, lo que no es revisable por la vía de un recurso
de derecho estricto como es el de casación" (C. Suprema, 7 de febrero de 2018, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/602/2018, Rol Nº 36264-2017).
Los actos celebrados por el alimentante con terceros de mala fe, con la
finalidad de reducir su patrimonio en perjuicio del alimentario, así como los
actos simulados o aparentes ejecutados con el propósito de perjudicar al
alimentario, podrán revocarse conforme al artículo 2468 del Código Civil. Para
estos efectos, se entenderá que el tercero está de mala fe cuando conozca o
deba conocer la intención fraudulenta del alimentante. Todo lo anterior es sin
perjuicio de la responsabilidad penal que corresponda. La acción se tramitará
como incidente, ante el juez de familia. La resolución que se pronuncie sobre
esta materia será apelable en el solo efecto devolutivo. 664
Concordancias: Código Civil: artículo 2468. Código Penal: artículos 207, 212. Código de
Procedimiento Civil: artículo 543. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.
misma ley, y del artículo 329 del Código Civil: "[R]esulta útil señalar que el artículo 329 del
Código Civil dispone que en la tasación de los alimentos se deberán tomar siempre en
consideración las facultades del deudor y sus circunstancias domésticas; a su vez, el
inciso primero del artículo 7º de la Ley Nº 14.908 prohíbe fijar una pensión que exceda del
50% de las rentas del alimentante, y por su parte, el artículo 5º del referido texto
normativo señala que corresponde al demandado de alimentos acompañar los
antecedentes que sirvan para determinar su patrimonio y capacidad económica. Es decir,
la obligación procesal de proporcionar toda la prueba que permita visualizar las facultades
financieras del demandado le concierne a él, sin perjuicio de la prerrogativa de la contraria
de refutarla en la forma legal que corresponda" (C. Suprema, 15 de diciembre de 2014,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/ Jur/9517/2014, Rol Nº 18924-2014). 952. Las reglas sobre
la acción pauliana, introducidas por la Ley Nº 20.192, rigen in actum. Se ha
declarado que: "Del estudio armónico del texto de la Ley Nº 20.152 y del artículo 24 de la
Ley sobre Efecto Retroactivo de las Leyes, fluye que el artículo 5º de la Ley Nº 14.908,
modificado por la Ley Nº 20.152, no tiene efecto retroactivo, de modo que comenzó a
regir in actum desde la fecha de vigencia de dicha ley, esto es, desde el 9 de enero de
2007" (C. de Apelaciones de Concepción, 22 de mayo de 2008, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/2415/2008, Rol Nº 2439-2007). 953. Su tramitación incidental
implica la aplicación de las reglas del Título IX del Libro I del Código de
Enjuiciamiento Civil, tratándose de un "incidente ordinario", que no paraliza el
curso del juicio principal. En este sentido se ha determinado: "Que deducida la acción
revocatoria o pauliana contenida en el artículo 2468 del Código Civil en un juicio de
alimentos, debe procederse a su tramitación conforme a las reglas establecidas en el
Libro l Título lX del Código de Enjuiciamiento Civil. De otra parte, en el caso que nos
ocupa se trata de una cuestión accesoria al pleito que la doctrina y la jurisprudencia
denominan 'incidente ordinario' y no tiene la virtud de paralizar la prosecución del asunto
principal, toda vez que, no recae sobre cuestiones de competencia, implicancia,
recusaciones o incapacidades del demandado, las cuales, sí, deben resolverse
previamente" (C. de Apelaciones de Temuco, 18 de marzo de 2008,
LegalPublishing: Cl/ Jur/5722/2008, Rol Nº 1134-2007). 954. Requisitos de
procedencia de la acción revocatoria en sede de alimentos. En esta materia se ha
precisado: "Que, la revocación prevista en el artículo 5º inciso final de la Ley Nº 14.908
requiere el cumplimiento de estrictos requisitos: a) que se trate de actos celebrados por el
alimentante con terceros de mala fe; b) que la celebración de tales actos tenga la precisa
finalidad de reducir el patrimonio del alimentante, en perjuicio del alimentario;
c) alternativamente, que se trate de actos simulados o aparentes ejecutados con el
propósito de perjudicar al alimentario; d) que la revocación se produzca 'conforme al
artículo 2468 del Código Civil'. La disposición aclara que se entenderá que el tercero está
de mala fe cuando conozca o deba conocer la intención fraudulenta del alimentante. Es
indudable que no basta la sola disminución del patrimonio para que proceda la
revocación. Hasta tal grado gravita el mal estado de los negocios del deudor, que la falta
de prueba al efecto, hace improcedente la acción pauliana (C. Santiago, octubre 1914,
Rev. t. 11, sec. 2ª, pág. 75)" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 20 de enero de 2009,
LegalPublishing: 41651). 955. Derecho de propiedad y fundamentos de los estrictos
requisitos de procedencia de la acción revocatoria. Se ha sostenido: "Que, los
estrictos requisitos que exige la ley para la procedencia de la revocación tienen su
fundamento en el derecho de propiedad, constitucionalmente garantizado, pues resulta
inimaginable que durante el juicio de alimentos exista una suerte de tácita y permanente
prohibición de gravar y enajenar que afecte a todo el patrimonio del demandado. Las
restricciones son derecho estricto. A más, atendida la ubicación del artículo 2468 dentro
del Título "De la Prelación de créditos", y aun en su interpretación más extensiva, la
acción pauliana o revocatoria solo procederá en los "casos en que, no existiendo bienes
suficientes del deudor para solucionar íntegramente los créditos existentes en su contra,
sea menester implementar la primacía y concurrencia de los acreedores al pago con el
patrimonio insuficiente" (C.S. Gaceta 1937, 2º semestre Nº 47, pág. 191. Rev. t. 35,
sec. 1ª, pág. 12)" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 20 de enero de 2009,
LegalPublishing: 41651). 956. Prueba y onus probandi en la acción revocatoria. Se ha
declarado que: "El peso de la prueba recae sobre el alimentario, quien habrá de acreditar,
a más del mal estado de los negocios del alimentante: a) la mala fe del tercero, b) el
conocimiento, por parte del tercero, de la intención fraudulenta del alimentante; c) la
intención del alimentante de reducir su patrimonio; d) que tal reducción haya tenido el
propósito de perjudicar al alimentario" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 20 de enero de
2009, LegalPublishing: 41.651).
Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 290 a 302. Decreto Nº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.
957. Del límite del 50% establecido en el inciso 1º, como beneficio para el
Jurisprudencia:
alimentante y de su finalidad. Se ha advertido que: "[D]ebe precisarse, como ya se
insinuó precedentemente, que el límite que establece el artículo 7º de la Ley Nº 14.908
corresponde a una regla estipulada por el legislador a favor del alimentante, que tiene por
objeto garantizar su propia manutención con el producto de sus rentas, evitando dejarlo
en desmedro patrimonial" (C. Suprema, 17 de noviembre de 2016, cons. 9º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8850/2016, Rol Nº 73821-2016). 958. Del límite del 50%
establecido en el inciso 1º, y de la carga del alimentante de probar sus rentas. La
E Corte Suprema ha sentado que es al alimentante a quien toca la carga de la prueba
xcma.
del monto de sus rentas, para los efectos del límite del 50% fijado en el inciso 1º, en
cuanto que se trata de un beneficio establecido en su favor: "Que el artículo 7º de la Ley
Nº 14.908 constituye un límite para los efectos de la fijación judicial de los alimentos que
se deben, establecido a favor del alimentante. De este modo, a éste le corresponde la
carga de acreditar sus rentas para efectos de fijar el límite máximo de la regulación
dineraria de las pensiones que deba" (C. Suprema, 17 de noviembre de 2016, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8850/2016, Rol Nº 73821-2016). 959. De cómo ha de
entenderse la voz "rentas" utilizada en el inciso 1º. Se ha declarado por la E Cortexcma.
Suprema que, para los efectos de establecer el límite del 50%: "[E]l legislador utiliza como
criterio de determinación el concepto de 'renta', que en nuestra legislación tributaria se
entiende como 'los ingresos que constituyan utilidades o beneficios que rinda una cosa o
actividad y todos los beneficios, utilidades e incrementos de patrimonio que se perciban o
devenguen cualquiera que sea su naturaleza, origen o denominación'" (C. Suprema, 17
de noviembre de 2016, cons. 4º, LegalPublishing: Cl/Jur/8850/2016, Rol Nº 73821-
2016). 960. Las "ayudas económicas" no configuran "rentas" y, por ende, no cabe
computarlas para efectos del límite del 50%. En este sentido se ha declarado que:
"Claramente, carecen de tal carácter [rentas] los ingresos que se perciben como ayuda
económica, por lo que tales montos no son susceptibles de ser considerados para efectos
del artículo 7º en comento, verificándose, de este modo, el error de derecho acusado en el
libelo impugnatoria" (C. Suprema, 17 de noviembre de 2016, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/8850/2016, Rol Nº 73821-2016). 961. Los reajustes no
constituyen una obligación autónoma e independiente de los alimentos, sino que
son de naturaleza accesoria. Así se ha declarado por la E Corte Suprema que: "El
xcma.
El demandado dependiente podrá solicitar al juez, por una sola vez, con
fundamento plausible, en cualquier estado del juicio y antes de la dictación de
la sentencia, que sustituya, por otra modalidad de pago, la retención por parte
del empleador, siempre que dé garantías suficientes de pago íntegro y
oportuno.671
Concordancias: Código Civil: artículo 43. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de
Pensiones Alimenticias,D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000:
artículos 11 inciso 3º, 13. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos
del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.
Concordancias: Código Civil: artículos 147, 764, 775, 811, 813, 819 inciso 1º, 2466 inciso 3º.
Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.
Concordancias: Código Civil: artículos 46, 2384, 2407. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y
Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 14 inciso 6º. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.
declarado que el artículo 147 del Código Civil no tiene un carácter alimenticio, como sí lo
tiene el artículo 11 de la Ley Nº 14.908 y ser además distintos sus objetivos, por lo que no
es aplicable la limitación que contiene el artículo 10 de esta última ley, lo que no impide al
alimentante ejercer el derecho que le otorga el inciso final de la misma disposición legal,
de pedir en la sede que corresponda la reducción del monto de la pensión alimenticia a
que está obligado, si estima que han variado las circunstancias existentes al momento en
que ésta fue fijada" (C. Apelaciones de Valparaíso, 9 de septiembre de 2004, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/5502/2004, Rol Nº 941-2001).
Esta modalidad de pago se decretará, sin más trámite, toda vez que el
alimentante no cumpla con la obligación alimenticia acordada. 677
Concordancias: Código Civil: artículos 2451. Código de Procedimiento Civil: artículo 434. Ley
Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículos 3º, 8º inciso 1, 13. Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.
Concordancias: Código Civil: artículo 1568. Código de Procedimiento Civil: artículos 443 número 1º,
464 número 9. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 23, incisos 1º y 2º.
Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990:
artículo 27.4.
Concordancias: Código del Trabajo: artículos 161, 162, 163. Ley Nº 14.908, sobre Abandono de
Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 8º, 11. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre
los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.
Para los efectos de los incisos anteriores, el tribunal que dicte el apremio, si
lo estima estrictamente necesario, podrá facultar a la policía para allanar y
descerrajar el domicilio del demandado y ordenará que éste sea conducido
directamente ante Gendarmería de Chile. La policía deberá intimar
previamente la actuación a los moradores, entregándoles una comunicación
escrita o fijándola en lugar visible del domicilio. Si el alimentante no es habido
en el domicilio que consta en el proceso, el juez ordenará a la fuerza pública
investigar su paradero y adoptará todas las medidas necesarias para hacer
efectivo el apremio.686
En caso de que fuere necesario decretar dos o más apremios por la falta de
pago de unas mismas cuotas, las pensiones alimenticias atrasadas
devengarán el interés corriente entre la fecha de vencimiento de la respectiva
cuota y la del pago efectivo.
Concordancias: Código Civil: artículo 75 inciso 2º. Código Procesal Penal: artículo 155 letra d). Ley
Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 10 inciso 2º, 15, 19 inciso 1. Decreto
Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 10.2. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 6.2, 27.4.
se han formulado alegaciones por el amparado, las que el tribunal debe poner en
conocimiento de la contraria a fin que exponga lo pertinente a sus derechos, para
posteriormente, analizarse en audiencia, en la que las partes presenten los fundamentos
que avalen sus pretensiones, lo que a la fecha no ha ocurrido, por lo que la acción será
acogida en tal sentido. Además, aparece de manifiesto su interés de cumplir con su
obligación, al reconocer, a lo menos, parte de ella y por el pago aludido en el motivo que
antecede [...] Que sin perjuicio de lo expuesto y considerando que el artículo 14 de la Ley
Nº 14.908 permite disponer los apremios que en ella se indican para obtener el
cumplimiento de la obligación, resulta necesario que en el ínterin que se realiza la referida
audiencia, ellos sean suspendidos" (C. Apelaciones de Valparaíso, 18 de febrero de
2015, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/919/2015, Rol Nº 54-2015). 977. Las
"circunstancias extraordinarias" del inciso final: una enfermedad grave debe ser
considerada como tal. Así se ha declarado en relación con un alimentante que padecía:
"un cuadro de hemoptisis severa, enfisema pulmonar con bronquiectasias múltiples y
necesidad de tratamiento quirúrgico, que se traduce en una insuficiencia respiratoria
irreversible", declarándose: "Que atendida la enfermedad que padece el amparado, que
consta del certificado de fojas 10 de estos antecedentes, cabe tener presente lo dispuesto
en el artículo 14 inciso final de la Ley Nº 14.908, que autoriza la suspensión del apremio
en el caso de acreditarse circunstancias extraordinarias que impidan el cumplimiento o lo
transformen en excepcionalmente grave" (C. Apelaciones de Santiago, 11 de enero de
2012, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/83/2012, Rol Nº 41-2012). 978. Si se opta por el
cumplimiento incidental previsto en este artículo, no hay regla específica que fije
una oportunidad concreta para oponer la excepción de prescripción. En este sentido
se ha pronunciado la I Corte de Apelaciones de Concepción: "Que, para poder discernir
lma.
Artículo 17. Derogado.691
Artículo 18. Serán solidariamente responsables del pago de la obligación
alimenticia los que, sin derecho para ello, dificultaren o imposibilitaren el fiel y
oportuno cumplimiento de dicha obligación.692
Concordancias: Código Civil: artículo 1511. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.
3. Autorizar la salida del país de los hijos menores de edad sin necesidad del
consentimiento del alimentante, en cuyo caso procederá en conformidad a lo
dispuesto en el inciso sexto del artículo 49 de la Ley Nº 16.618.695
La circunstancia señalada en el inciso anterior será especialmente
considerada para resolver sobre:
a) La falta de contribución a que hace referencia el artículo 225 del Código
Civil.
b) La emancipación judicial por abandono del hijo a que se refiere el artículo
271, número 2, del Código Civil. 696-697
Concordancias: Código Civil: artículos 138, 155, 225, 271 número 2. Ley Nº 14.908, sobre Abandono
de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, D.O. 5.10.1962, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 14, 16. Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 49 inciso 6º. Decreto Nº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 27.4.
advirtió: "Que aun cuando podría discutirse si la causal del artículo 19 de la Ley
Nº 14.908, es objetiva o por el contrario requiere probar la culpa o dolo del alimentante, lo
cierto es que el demandado no acreditó en autos que se encontrara absolutamente
impedido, sin responsabilidad de su parte de solucionar la pensión de alimentos
decretada en favor de la actora, de suerte que los errores de derecho denunciados, en los
términos propuestos, no pueden prosperar, pues la base fáctica que lo sustenta, esto es,
la imposibilidad de pago por un hecho no imputable, no se encuentra asentada en la
sentencia que se revisa, de lo cual se deduce que la presunción de culpa emanada del
incumplimiento de la obligación alimenticia impuesta por sentencia judicial a diferencia de
lo afirmado por el recurrente no aparece desvirtuada. Lo anterior resulta inamovible para
este tribunal por cuanto al no haber denunciado el recurrente infracción de normas
reguladoras de la prueba, resulta imposible decidir en sentido contrario. En consecuencia,
los errores de derecho reclamados, en todo caso, carecería de influencia en lo dispositivo
del fallo que se revisa" (C. Suprema, 9 de noviembre de 2006, cons.
15º, Cl/Jur/6074/2006, Rol Nº 1759-2006).
Artículo 20. Derogado.698
Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS
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INICIO DE:
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
A. LEY Nº 20.830 CREA EL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
B. DECRETO LEY Nº 3.500 ESTABLECE NUEVO SISTEMA DE PENSIONES
C. LEY Nº 20.255 ESTABLECE REFORMA PREVISIONAL
D. LEY Nº 18.834 ESTATUTO ADMINISTRATIVO
E. LEY Nº 18.883 ESTATUTO ADMINISTRATIVO PARA FUNCIONARIOS MUNICIPALES
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INICIO DE:
A. LEY Nº 20.830 CREA EL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
TÍTULO I DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL Y DE LOS CONVIVIENTES CIVILES
TÍTULO II DE LA CELEBRACIÓN DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL, DE SUS REQUISITOS DE VALIDEZ Y
PROHIBICIONES
TÍTULO III DE LOS ACUERDOS DE UNIÓN CIVIL CELEBRADOS EN EL EXTRANJERO
TÍTULO IV DE LOS EFECTOS DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
TÍTULO V DISPOSICIONES GENERALES
TÍTULO VI DEL TÉRMINO DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
TÍTULO VII MODIFICACIONES A DIVERSOS CUERPOS LEGALES
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
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Proyecto de ley:
Concordancias: Código Civil: artículos 42, 55, 227 inc. 1º, 304, 363, 1438. Ley Nº 20.830, crea el
acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículos 7º, 26, 28.
Artículo 2º. El acuerdo generará para los convivientes civiles los derechos y
obligaciones que establece la presente ley.
Concordancias: Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículos 1º, 14, 24, 28.
Concordancias: Código Civil: artículos 10, 1070 inciso 2º, 1080, 1089, 1473, 1494, 1554. Ley
Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º.
985. Del acuerdo de unión civil como acto puro y simple. Esta regla, como se
Comentario:
ha anticipado (793.2.2), atribuye a este contrato el carácter de puro y simple, en cuando
que no admite plazo, condición, modo o gravamen alguno. El origen de esta regla se sitúa
en el proyecto presentado por el senador Allamand, pues en el inciso 4º de su artículo 1º
se leía que: "El acuerdo no podrá sujetarse a plazo, condición, modo ni gravamen alguno,
salvo los que se establecen en esta ley" (Boletín Nº 7.011-07). Aunque la Comisión de
Legislación del Senado acordó no incorporarlo directamente, con posterioridad, fue
incluido por la vía de una indicación y, así, en primer trámite constitucional el Senado
aprobó un artículo 3º que rezaba: "El acuerdo no podrá sujetarse a plazo, condición, modo
ni gravamen alguno. Tampoco podrá prometerse su celebración". En segundo trámite
constitucional, la Cámara de Diputados substituyó la frase 'plazo, condición, modo ni
gravamen alguno' por las palabras "modalidad alguna". Esta modificación se habían
fundado en la crítica que se había alzado en relación con la utilización del término
'gravamen', que se estimaba propio del derecho patrimonial. Esta substitución fue,
finalmente, rechazada por el Senado en tercer trámite constitucional (BoletinesNºs. 7.011-
07 y 7.873-07, refundidos). 986. De la imposibilidad de prometer la celebración de un
acuerdo de vida en común. La regla del período final de este artículo se incorporó en el
curso del primer trámite constitucional en el Senado, a indicación de los senadores
Hernán Larraín, Novoa y Orpis, quienes propusieron la siguiente indicación (Nº 74): "No
podrá prometerse la celebración de un acuerdo de vida en común". Fue aprobada, por
unanimidad, por la Comisión de Legislación del Senado en primer trámite constitucional,
con las enmiendas necesarias para situarlo como segunda oración del artículo 3º del
proyecto (Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos).
Artículo 4º. Entre un conviviente civil y los consanguíneos de la persona con
la que está unida por un acuerdo de unión civil existirá, mientras éste se
encuentre vigente, parentesco por afinidad. La línea y grado de afinidad de una
persona con un consanguíneo de su conviviente civil se califica por la línea o
grado de consanguinidad de dicho conviviente civil.
Concordancias: Código Civil: artículos 9 inciso 1º, 27, 28, 31. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión
civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º.
Concordancias: Código Civil: artículos 103, 190, 2130 inciso 1º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,
D.O. 17.05.2004, artículos 9º, 17. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015:
artículos 1º, 9º inciso 2º, 10, 11, 15.
Artículo 6º. El acta levantada por el oficial del Registro Civil, a que se refiere
el artículo anterior, se inscribirá en un registro especial que llevará el Servicio
de Registro Civil e Identificación.
Concordancias: Ley Nº 19.947, de matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004, artículo 19. Ley Nº 20.830, crea
el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículos 10, 11, 12 regla 3ª, 26 letra f).
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 442, 1446, 1447. Ley Nº 19.947, de matrimonio Civil,
D.O. 17.05.2004, artículo 5º. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículos
1º, 9º, 26 letra f) e inciso 4º.
b.- Si ha habido fuerza, en los términos de los artículos 1456 y 1457 del
Código Civil.
Concordancias: Código Civil: artículos 1456, 1457. Ley Nº 19.947, de matrimonio Civil,
D.O. 17.05.2004, artículo 8º. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 26
letra f).
Concordancias: Código Civil: artículos 27, 28, 31, 102. Ley Nº 19.947, de matrimonio Civil,
D.O. 17.05.2004, artículo 6º inciso 1º. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015:
artículos 1º, 4º, 5º inciso 2º, 7º, 26 letra f).
995. De las incapacidades legales. Queda dicho que las incapacidades legales
Comentario:
para celebrar un contrato, en el derecho de las personas, se presentan como ciertas
imposibilidades legales que afectan a determinadas personas, porque una
circunstancia de iure, legalmente calificada, obsta a que puedan aportar alguno de los
elementos propios del contrato de que se trata (799). La primera de esas incapacidades
es la incapacidad de edad, de la que se trata en el artículo 7º. Por razones sistemáticas,
que suelen ser también de sentido común, este artículo 9º debió haberse situado a
continuación del artículo 7º, de guisa que debió ser el 8º. A este debió seguir un artículo
9º, que no existe, dedicado al tratamiento de las incapacidades para formar o emitir un
consentimiento (802), y sólo a continuación de éste debía haberse situado el actual
artículo 9º, que así hubo de haber sido artículo 10º. No fue así. Entonces es preciso
advertir que la cuestión tocante a las incapacidades legales, cuyo tratamiento comenzó en
comentario al artículo 7º (799 y 800), continúa en este comentario al artículo 9º. 995.1. De
las incapacidades legales: el parentesco. El parentesco es una circunstancia de iure,
es decir, configurada por el derecho y, en cuanto que tal, es reconocida, en algunas de
sus especies y grados, como una incapacidad legal para celebrar un acuerdo de unión
civil. La definición que la Ley Nº 20.830 hace de esta incapacidad en el inciso 1º de este
artículo 9º está tomada literalmente del inciso 1º de la Ley Nº 19.947. Comprende, así, a
ciertas personas ligadas por parentesco de consanguinidad o de afinidad. Esta
incapacidad se presenta en los siguientes supuestos: 1º) Incapacidad fundada en el
parentesco por consanguinidad: sobre la base de las reglas de los artículos 27 y 28
del Código Civil, esta incapacidad se extiende a dos grupos de parientes por
consanguinidad: a) ascendientes y descendientes entre sí en toda la línea, es decir,
comprende a toda la serie de parientes que desciendes unos de otros, que no son más
que los que se hallan en línea recta y, por ende, no tiene limitación de grado;
b) colaterales en el segundo grado, en este caso la limitación de extiende a los parientes
que descienden de un tronco común, pero solo a los comprendidos en el segundo grado,
es decir, incluye únicamente a los hermanos, tanto de doble vínculo, o "hermanos
carnales", como a los de vínculo singular, o "hermanos paternos" o "hermanos maternos"
(art. 41 Código Civil); 2º) Incapacidad fundada en el parentesco por afinidad: esta
incapacidad se refiere exclusivamente al parentesco por afinidad cuya causa es el
matrimonio, y que es el definido en el artículo 31 del Código Civil. Esto es así, porque
aunque el artículo 4º de la Ley Nº 20.830 reconoce un parentesco por afinidad causado en
el acuerdo de unión civil, esta afinidad, a diferencia de la causada en el matrimonio, sólo
existe mientras se encuentra vigente el acuerdo de unión civil (796). Para que pueda
presentarse esta incapacidad, en consecuencia, es presupuesto que quien pretende
contraer un acuerdo de unión civil haya estado casado, y que ese matrimonio ya
terminado haya causado el parentesco por afinidad, que no se extingue por el término del
matrimonio. Esta incapacidad comprende únicamente a los parientes afines entre sí, en
toda la línea recta, es decir, sin limitación de grado. Si se presenta la incapacidad legal de
parentesco, el acuerdo de unión civil es nulo (art. 26 letra f) inc. 2º). La acción de nulidad,
en cuanto a su titularidad y a su extinción, se somete a la regla general fijada en el inciso
3º de la letra f) del artículo 26 de la ley: "La acción de nulidad corresponderá a cualquiera
de los presuntos convivientes civiles y sólo podrá ejercitarse mientras ambos
vivan". 995.2. De las incapacidades legales: vínculo matrimonial no disuelto. El
matrimonio es, al igual que las restantes incapacidades legales, una circunstancia de
iure que impide la celebración de un acuerdo de unión civil. Esta incapacidad, por una
parte, deriva de la nota de "unidad" que caracteriza al matrimonio, porque una persona
válidamente casada ha formado una comunidad de vida y, en cuanto que tal, no puede
aportar los elementos necesarios para que se configure el contrato de unión civil y, por
otra, se alza como un dispositivo para cautelar las propiedades legales del matrimonio.
Desde esta perspectiva el legislador ha establecido la incompatibilidad de estos contratos
entre sí. En primer trámite constitucional, la Comisión de Legislación del Senado aprobó,
sin modificaciones, el inciso 3º del artículo 2º del proyecto del presidente de la república,
que consagraba esta incapacidad en los términos siguientes: "Tampoco podrá celebrar el
acuerdo aquella persona que esté sujeta a vínculo matrimonial o a un Acuerdo de Vida en
Pareja vigente" (BoletinesNºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). Con posterioridad, en la
misma Comisión se aprobó una indicación que proponía un nuevo artículo 9º, que recibía
las reglas contenidas en los incisos 2º y 3º del artículo 2º del proyecto, que ya se había
aprobado en general. Este nuevo artículo 9º, que fue aprobado, contenía el siguiente
inciso 2º: "Tampoco podrán celebrarlo las personas que se encuentren ligadas por un
vínculo matrimonial o un acuerdo de vida en pareja no disuelto" (Boletines Nºs. 7.011-07 y
7.873-07, refundidos). En el curso posterior de la tramitación parlamentaria se le dio su
redacción definitiva, que únicamente implicó una ligera variante de redacción, para referir
la disolución al matrimonio y la vigencia al acuerdo, y la adopción de la denominación
definitiva de este acuerdo, como de unión civil. Si se presenta esta incapacidad legal, el
acuerdo de unión civil es nulo (art. 26 letra f) inc. 2º). La acción de nulidad en este caso,
de manera semejante a como ocurre en sede matrimonial, no solo compete a los
contrayentes, sino también al conviviente civil anterior o a sus herederos (art. 26 letra
f) inc. 7º). Excepcionalmente, la acción de nulidad no se extingue por la muerte de uno de
los convivientes civiles, pues, en este caso, podrá ser intentada por los herederos del
difunto dentro del plazo de un año contado desde el fallecimiento (art. 26 letra f) inc.
6º). 995.3. De las incapacidades legales: acuerdo de unión civil vigente. Esta
incapacidad aparece, al igual que las demás, como una circunstancia de iure que impide
la celebración de un acuerdo. Es una circunstancia que incapacita por la existencia de un
factor jurídico: la existencia de otro acuerdo de unión civil. En este plano, el acuerdo opera
respecto de sí mismo, de manera similar a como lo hace el matrimonio válido, que
incapacita legalmente para la celebración de otro matrimonio. Si se da el caso de esta
incapacidad legal, el acuerdo de unión civil es nulo (art. 26 letra f) inc. 2º). La acción de
nulidad en este caso, de manera semejante a como ocurre en sede matrimonial, no solo
compete a los contrayentes, sino también al conviviente civil anterior o a sus herederos
(art. 26 letra f) inc. 7º). En cuanto a la extinción de la acción de nulidad fundada en esta
causa, también se consagra una regla de excepción. En efecto, la acción de nulidad no se
extingue por la muerte de uno de los convivientes civiles y, en este caso, podrá ser
intentada por los herederos del difunto dentro del plazo de un año contado desde el
fallecimiento (art. 26 letra f) inc. 6º).
Concordancias: Código Civil: artículos 124 a 127, 338, 346. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión
civil, D.O. 21.04.2015: artículo 5º.
Pero se podrán rebajar de este plazo todos los días que hayan precedido
inmediatamente a dicha expiración y en los cuales haya sido absolutamente
imposible el acceso del conviviente varón a la mujer.
Concordancias: Código Civil: artículos 76, 128, 129. Ley Nº 19.947, de matrimonio Civil,
D.O. 17.05.2004, artículo 80. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo
5º.
997. De las exigencias especiales para celebrar el acuerdo de unión civil (II):
Comentario:
Supuesto especial respecto de las mujeres. En sede matrimonial, el artículo 128
del Código Civil fija una regla especial en relación con la mujer, cuyo precedente
matrimonio ha sido declarado nulo o que ha terminado por divorcio, pues le prohíbe pasar
a nuevas nupcias, en los siguientes dos supuestos: a) Si está embarazada: no podrá
contraer nuevo matrimonio sino hasta después del parto; b) Si no hubiera señales de
preñez: no podrá contraer nuevo matrimonio sino hasta después de cumplidos los
doscientos setenta días subsiguientes a la disolución del matrimonio, o a la declaración de
su nulidad. Como limitación a esta regla se prevé la posibilidad de rebajar de ese plazo
todos los días que hayan precedido inmediatamente a la disolución o declaración de
nulidad, y en los cuales hubiera sido absolutamente imposible el acceso del marido a la
mujer. El artículo 129 del Código Civil, por su parte, ordena al oficial del Registro Civil que
no permita "el matrimonio de la mujer sin que por parte de esta se justifique no estar
comprendida en el impedimento del artículo 128". Si se pasa contra esta prohibición, el
artículo 130 del Código Civil prevé una sanción para la mujer y su nuevo cónyuge: "Serán
obligados solidariamente a la indemnización de todos los perjuicios y costas ocasionados
a terceros por la incertidumbre de la paternidad, la mujer que antes del tiempo debido
hubiere pasado a otras nupcias, y su nuevo marido". Eventualmente puede configurarse el
tipo penal previsto en el inciso 1º del artículo 384 del Código Penal: "El que por sorpresa o
engaño hiciere intervenir al funcionario que debe autorizar su matrimonio sin haber
observado las prescripciones que la ley exige para su celebración, aun cuando el
matrimonio sea válido, sufrirá la pena de reclusión menor en su grado mínimo". Esta
singular exigencia del Código Civil en sede matrimonial no se extendía al acuerdo de
unión civil en ninguno de los proyectos que dieron origen a la Ley Nº 19.947. Al igual que
en el caso de la exigencia consagrada en el artículo 9º de la ley, la de este artículo 10,
elaborada sobre la base de los artículos 128 y 129 del Código Civil, fue incorporada en el
primer trámite parlamentario, a proposición del profesor Eduardo Court (805). En una
sesión de la Comisión de Legislación del Senado propuso la inclusión de un nuevo
artículo 11 al proyecto, cuyo texto, distribuido en tres incisos, era el siguiente: "Artículo 11.
[1] Cuando un acuerdo de vida en pareja haya expirado, la mujer que está embarazada no
podrá contraer matrimonio con un varón distinto ni celebrar un nuevo acuerdo antes del
parto, o, no habiendo señales de preñez, antes de cumplirse los doscientos setenta días
subsiguientes a la expiración del acuerdo. [2] Pero se podrán rebajar de este plazo todos
los días que hayan precedido inmediatamente a dicha expiración y en los cuales haya
sido absolutamente imposible el acceso del conviviente varón a la mujer. [3] El oficial del
Registro Civil correspondiente no permitirá la celebración del matrimonio o del nuevo
acuerdo sin que por parte de la mujer se justifique no estar comprendida en el
impedimento precedente". Fue aprobado por unanimidad en la referida Comisión
(Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). En segundo trámite constitucional, en la
Comisión de Legislación de la Cámara de Diputados hubo una gran coincidencia entre las
personas llamadas a dar su opinión, en orden a eliminar este artículo. La razones sobre
las que basaban su rechazo eran dos: a) el anacronismo de esta regla, en una época en
que los avances de las disciplinas médicas, permiten evitar las dudas y cavilaciones sobre
la paternidad; y b) la discriminación que suponía para la mujer (Boletines Nºs. 7.011-07 y
7.873-07, refundidos). Estas críticas no hacían más que recibir las que la jurisprudencia
de los últimos años, en particular de la I Corte de Apelaciones de Santiago en sentencia
lma.
1ª. Los requisitos de forma y fondo del acuerdo se regirán por la ley del país
en que haya sido celebrado.
2ª. Sin embargo, podrá ser declarado nulo de conformidad a la ley chilena, el
acuerdo celebrado en territorio extranjero que se haya contraído en
contravención a lo dispuesto en los artículos 7º, 8º y 9º de esta ley.
Concordancias: Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículos 1º, 6º, 7º, 8º,
9º.
Concordancias: Código Civil: artículo 135 inciso 2º. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O. 21.04.2015: artículos 1º, 6º, 13, 15.
informar sobre el proyecto de ley, que acabaría promulgándose como Ley Nº 20.830. En
efecto, en su opinión, contenida en oficio de 13 de enero de 2014, hizo presente que:
"[S]e ha asignado al acuerdo de vida en pareja un estatuto jurídico similar al que rige al
matrimonio civil, consagrando finalidades de asistencia mutua que incluyen tanto aspectos
materiales como inmateriales, puesto que dicho el acuerdo aparece definido en el artículo
primero del proyecto como "Un contrato celebrado entre dos personas con el propósito de
regular los efectos jurídicos derivados de su vida afectiva en común" y según la redacción
final del artículo Y", los contratantes "se deberán ayuda mutua y estarán obligados a
solventar los gastos generados por su vida en común de conformidad a sus facultades
económicas y al régimen patrimonial que exista entre ellos"" (Boletines Nºs. 7.011-07 y
7.873-07, refundidos). En el mismo sentido pareció inclinarse la Comisión de Legislación
del Senado, al discutir en primer trámite constitucional, una serie de indicaciones
presentadas a la redacción originalmente aprobada de este artículo, en particular, por lo
que tocaba a la relación entre el contenido de este deber de ayuda mutua y un eventual
derecho de alimentos. De este punto se trata en el número siguiente. 1001.1.2. Del deber
de "ayuda mutua" y derecho de alimentos. En sede matrimonial el derecho de
alimentos tradicionalmente ha estado vinculado a la obligación de socorro entre los
cónyuges (vide mi Derecho de las personas..., pp. 514-530). Este criterio es el que, en
definitiva, primó durante el primer trámite constitucional del proyecto de ley, de modo que
resultó desvinculada la obligación de ayuda mutua de una eventual obligación de
alimentos entre los convivientes civiles. En efecto, al discutirse en particular la redacción y
contenido de este artículo: "[E]l Honorable Senador señor Araya expresó que era muy
relevante la redacción de esta disposición porque si se ratifica la idea de que la firma de
este contrato impone a las partes el deber de ayuda mutua, lo anterior podría entenderse
que cualquiera de ellas pueda demandar de alimentos en caso de necesidad". A
continuación, el profesor Eduardo Court advirtió sobre la diferencia entre la "ayuda mutua"
y el "socorro" y sobre su opinión contraria a admitir la procedencia del derecho de
alimentos en el acuerdo de unión civil: "El profesor de Derecho Civil, señor Eduardo Court
precisó que el deber de ayuda mutua en el matrimonio no corresponde al derecho de
alimentos. Indicó que lo que más se asemeja al derecho de alimentos es el deber de
socorro. Expresó que no era partidario de consagrar el derecho de alimentos, ya que
bastaría que una de los contratantes manifieste su voluntad de poner término al acuerdo
para que se extinga ese derecho. El Honorable Senador señor Araya enfatizó que lo
anterior demuestra que este es un tema que no ha sido resuelto por la Comisión, y que se
relaciona con la naturaleza jurídica del acuerdo de vida en pareja". Finalmente, la
Comisión, para fundar el rechazo de las indicaciones que se habían presentado, hizo
constar que la obligación de socorro era propia del matrimonio, de modo que aquí se
destacaba una diferencia básica con el acuerdo que se estaba regulando: "Durante el
debate de estas indicaciones se tuvo presente que este contrato es diferente al
matrimonio. Se recordó que si bien se funda en el afecto y en la ayuda mutua, no
establece, entre otros, determinados deberes personales característicos de la institución
matrimonial como son la cohabitación y el socorro" (Boletines Nºs. 7.011-07 y 7.873-07,
refundidos). En definitiva, en este momento se adoptó la redacción de la parte inicial de
este artículo 14, que ya no experimentó modificaciones posteriores. En la línea que
asumiera la Comisión de Legislación del Senado, no se incluyó regla alguna sobre el
derecho de alimentos, ni menos se modificó el artículo 321 del Código Civil para incluir al
"conviviente civil" entre las personas a quienes se debe alimentos. Así lo había sugerido
el profesor Mauricio Tapia, en el curso del segundo trámite constitucional, del proyecto de
ley, pero esa idea no fue aprobada. 1001.2. De la obligación de solventar los gastos
generados por la vida en común. Al igual que en el caso del deber de ayuda mutua,
esta obligación se incluía en los dos proyectos que dieron origen a la Ley Nº 20.830,
aunque con algunos matices. En el artículo 7º inciso 2º del proyecto presentado por el
senador Allamand, esta obligación se caracterizaba por su disponibilidad para los
contrayentes, porque podía ser excluida o alterada por voluntad de los contrayentes:
"Asimismo, salvo pacto en contrario, ambos contratantes deberán contribuir a solventar
los gastos generados por la vida común, según sus posibilidades económicas"
(Boletín Nº 7.011-07). En el proyecto del presidente de la república no se admitía la
disponibilidad de esta obligación, pues en su artículo 7º, simplemente se preveía que:
"Durante la vigencia del Acuerdo de Vida en Pareja, los contratantes se deberán ayuda
mutua y deberán contribuir a solventar los gastos generados por su vida en común,
atendiendo a sus facultades económicas" (Boletín Nº 7.873-07). Al discutirse en primer
trámite parlamentario, la Comisión de Legislación de Senado atendió a una indicación que
sugería incluir una referencia al régimen de bienes existente entre los contrayentes, de
modo que fue aprobada esta obligación, y se le dio una redacción que difería, aunque
escasamente, de la de los proyectos originarios, ahora porque se la consagraba en el
artículo 7º del proyecto en los siguientes términos: "Los contratantes del acuerdo de vida
en pareja se deberán ayuda mutua y estarán obligados a solventar los gastos generados
por su vida en común, de conformidad a sus facultades económicas y al régimen
patrimonial que exista entre ellos" (Boletines 7.011-07 y 7.873-07, refundidos). En el curso
de la discusión en particular del proyecto en primer trámite parlamentario, la Comisión de
Legislación del Senado le dio la redacción, que ya sería la definitiva.
1ª. Los bienes adquiridos a título oneroso durante la vigencia del acuerdo se
considerarán indivisos por mitades entre los convivientes civiles, excepto los
muebles de uso personal necesario del conviviente que los ha adquirido.
2ª. Para efectos de esta ley, se tendrá por fecha de adquisición de los bienes
aquélla en que el título haya sido otorgado.
3ª. Se aplicarán a la comunidad formada por los bienes a que se refiere este
artículo las reglas del Párrafo 3º del Título XXXIV del Libro IV del Código Civil.
Cualquiera sea el régimen de bienes que exista entre los convivientes civiles,
tendrá aplicación lo dispuesto en los artículos 141 a 149 del Código Civil.
Concordancias: Código Civil: artículos 141 a 149, 159, 1723, 2304 a 2313. Ley Nº 20.830, crea el
acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículos 1º, 5º, 6º, 13, 22, 48.
Concordancias: Código Civil: artículos 952, 956, 980, 983 inciso 1º, 988, 989, 1167, 1181, 1182, 1183,
1184, 1185, 1195, 1204. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículos 17,
18.
1007. De los derechos sucesorios entre los convivientes civiles. Desde los
Comentario:
proyectos que dieron origen a la Ley Nº 20.830 se aprecia la coincidencia de opinión en
cuanto a conferir derechos sucesorios a los convivientes civiles, si bien, en cuanto a sus
aspectos concretos hubo algunas diferencias. Así, por ejemplo, en el proyecto del senador
Allamand se llamaba al conviviente civil supérstite a la sucesión intestada del causante,
no se le confería la calidad de legitimario, pero sí se le incluía entre quienes podían ser
beneficiarios de la cuarta de mejora. Igual criterio seguía el proyecto presentado por el
presidente de la república, aunque incluía una exigencia de tiempo de vigencia del
acuerdo para que se generaran los derechos sucesorios: "cuando el Acuerdo de Vida en
Pareja haya tenido una vigencia mínima de un año y termine por la muerte de una de las
partes" (art. 9º). 1007.1. Del conviviente civil como heredero ab intestato de su
conviviente civil. En el inciso 1º de este artículo se reconoce al conviviente civil la
calidad de heredero ab intestato de su conviviente civil, con la limitación contenida en el
artículo 18, es decir, que tal calidad se tiene sólo si el acuerdo de unión civil, celebrado en
su día con el causante, no había expirado a la fecha de la delación de la herencia, esto
es, al momento de fallecer la persona de cuya sucesión se trata (art. 956 Código Civil). En
la práctica esta regla implica que ha de entenderse complementada con el "conviviente
civil" la designación de los llamados a la sucesión intestada que se contiene en el inciso
1º del artículo 983 del Código Civil. El conviviente civil concurrirá en la sucesión intestada
"de la misma forma" que el "cónyuge sobreviviente", y gozará de "los mismos derechos"
que este. Excuso aquí explicar la disciplina sucesoria del cónyuge supérstite
(véase Código Civil arts. 988, 989, 996). En el proyecto del senador Allamand no se
equiparaban los derechos los conviviente civil supérstite a los del cónyuge supérstite. En
efecto, en el inciso 1º del artículo 11 de aquel proyecto se leía que: "En la sucesión
intestada del contratante fallecido, el sobreviviente concurrirá con los hijos del difunto y
recibirá en todo caso una porción equivalente a lo que por legítima rigorosa o efectiva
corresponda a cada hijo", y en su inciso 2º se disponía que: "Si el difunto no ha dejado
posteridad, concurrirá con sus ascendientes de gradomás próximo y en este caso, la
herencia se dividirá en dos partes, una para el contratante sobreviviente y una para los
ascendientes. A falta de éstos, llevará todos los bienes el contratante sobreviviente". El
proyecto del presidente de la república, como se ha anticipado, seguía esta línea, pero
con la restricción que se podía leer en su artículo 9º. En su inciso 1º se preveía que: "Para
los efectos de las regulaciones establecidas en el Libro Tercero, Título II, del Código Civil,
respecto de la sucesión intestada, cuando el Acuerdo de Vida en Pareja haya tenido una
vigencia mínima de un año y termine por la muerte de una de las partes, el contratante
sobreviviente concurrirá con los hijos del causante, recibiendo una porción que será igual
a lo que, por legítima rigorosa o efectiva, corresponda al hijo o a cada hijo si fueren más
de uno", y en su inciso 2º, que: "Si el causante no ha dejado descendencia, le sucederán
el contratante sobreviviente y sus ascendientes de grado más próximo. En este caso, la
herencia se dividirá en dos partes iguales, una para el contratante sobreviviente y la otra
para los ascendientes. A falta de estos últimos, llevará todos los bienes el contratante
sobreviviente, y, a falta de contratante, los ascendientes". La adopción del criterio de
equiparar los derechos sucesorios del conviviente civil a los del cónyuge se produjo en el
curso del primer trámite constitucional del proyecto. En efecto, en la Comisión de
Legislación del Senado, una vez concluido el debate sobre una serie de indicaciones al
que acabaría como artículo 9º de la ley: "[E]l Presidente de la Comisión sometió a
votación el criterio de que al conviviente civil le deben corresponder los mismos derechos
hereditarios que al cónyuge sobreviviente", y la Comisión, por la unanimidad de sus
miembros presentes, coincidió: "con la idea de que al conviviente civil sobreviviente le
corresponden los mismos derechos que al cónyuge que se encuentra en la misma
condición". 1007.2. Del conviviente civil como legitimario de su conviviente civil. La
legítima, cuya existencia, en los derechos de nuestra tradición que la conservan, no se
debe al iussino a la pietas o en el mejor de los casos al officium, es una institución que
hiere profundamente a la libertad, y de cuya inconstitucionalidad tengo "fundadas
sospechas". Descontado el caso de los ascendientes que proveyeron a la subsistencia,
cuidado y educación del causante, en que podría haber una razón de derecho para
mantenerla, soy de aquellos que entienden que deberían ser eliminadas. Pero vayamos
de esta declaración de principios al desnudo texto de la ley. El inciso 1º de este artículo
confiere al conviviente civil la calidad de legitimario de su conviviente civil, con la ya
referida limitación contenida en el artículo 18 de la ley, si bien en este caso ha de
recordarse que, como lo ha declarado la jurisprudencia, la legítima ya existe en vida del
causante y, en cuanto que tal, también la calidad de legitimario, sin que por ello quepa
confundir el momento en que se adquiere la calidad de legitimario con aquel en que se
determina la calidad de heredero (véase mi Código Civil. Edición
concordada..., Jurisprudencia al art. 1182). La regla de este inciso 1º del artículo 16 ha de
relacionarse con la del inciso 1º del artículo 1182 del Código Civil, que enumera a los
legitimarios. En este punto, al igual que en el tocante a su calidad de heredero ab
intestato, la Ley Nº 20.830 le sitúa en una posición equivalente a la del cónyuge
supérstite. Sin entrar en la explicación de la situación de este último, sólo recuérdese aquí
que, de acuerdo con el artículo 1183 del Código Civil: "Los legitimarios concurren y son
excluidos y representados según el orden y reglas de la sucesión intestada". La calidad de
legitimario conferida al conviviente civil, que no estaba considerada en ninguno de los
proyectos que dio origen a la Ley Nº 20.830, se incorporó al proyecto durante el primer
trámite constitucional. 1007.3. Del conviviente civil como asignatario de la cuarta de
mejora. Es el inciso 2º de este artículo 16 el que prevé que el conviviente civil puede ser
asignatario de la cuarta de mejoras. De este modo, el inciso 1º del artículo 1195
del Código Civil, que señala quiénes pueden ser asignatarios de la cuarta de mejoras, ha
de entenderse complementado por la regla de este inciso 2º del artículo 16 de la Ley
Nº 20.830.
Concordancias: Código Civil: artículos 1207, 1208. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O. 21.04.2015: artículo 16 inciso 1º.
1008. Del desheredamiento del conviviente civil. Bello, desde el primer
Comentario:
proyecto de libro De la sucesión por causa de muerte, optó por el uso de la voz
'desheredamiento', que le era familiar por su amplia utilización en las Siete Partidas,
aunque ya el "Diccionario de Autoridades" publicado por la Academia en 1732 la tenía por
palabra anticuada, frente a la que tenía por usual, que era 'desheredación'. Así, en el
inciso 1º del artículo 1207 del Código Civil se lee que: "Desheredamiento es una
disposición testamentaria en que se ordena que un legitimario sea privado del todo o
parte de su legítima". En este contexto, en cuanto que el inciso 1º del artículo 16 de la Ley
Nº 20.830 confiere al conviviente civil la calidad de legitimario de su conviviente civil, en
este artículo 17 se prevé la posibilidad de que sea desheredado. El desheredamiento solo
procede por las tres primeras de las causas enumeradas en el artículo 1208 del Código
Civil, en la línea de lo que prevé el inciso final de ese mismo artículo 1208 en relación con
el cónyuge. Esta regla sobre el desheredamiento resultó como lógica consecuencia de
haberse conferido, durante el curso del primer trámite constitucional, la calidad de
legitimario al conviviente civil. En concreto, en la Comisión de Legislación del Senado el
profesor Eduardo Court: "[P]recisó, que si se le da carácter de legitimario, lo más
adecuado sería añadir a este artículo la siguiente regla: "El contratante sobreviviente
podrá ser desheredado por cualquiera de las tres primeras causas de desheredamiento
indicadas en el artículo 1208 del Código Civil". La Comisión, por la unanimidad de sus
miembros presentes, Honorables Senadores señores Allamand, Araya, De Urresti y
Harboe, concordó con este planteamiento y acordó sustituir el inciso segundo del artículo
9º por las siguientes disposiciones. "Artículo 17. El conviviente civil sobreviviente podrá
ser desheredado por cualquiera de las tres primeras causas de desheredamiento
indicadas en el artículo 1208 del Código Civil".
Concordancias: Código Civil: artículos 956, 983, 1182. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil,
D.O. 21.04.2015: artículos 1º, 16, 26 letras a) y b), 28.
Concordancias: Código Civil: artículos 811 a 819, 1318 inciso 2º, 1337 regla 10ª.
Artículo 20. El conviviente civil tendrá legitimación activa para reclamar las
indemnizaciones derivadas de los perjuicios a que hubiere lugar por el hecho
ilícito de un tercero que hubiere causado el fallecimiento de su conviviente civil
o que lo imposibilite para ejercer por sí mismo las acciones legales
correspondientes, sin perjuicio de las otras indemnizaciones a que tenga
derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común.
Concordancias: Código Civil: 2284, 2314, 2329. Código Procesal Penal: artículos 108, 109.
1011. De la responsabilidad civil por los daños causados por terceros a uno
Comentario:
de los convivientes civiles. La desgraciada redacción de este artículo, y su poco feliz
historia legislativa, no facilitan la tarea de explicarlo con claridad, si es que ello puede
hacerse. Con todo, si se sigue el curso de la tramitación del proyecto ese proceso puede
ofrecer algunas luces. 1011.1. Del proceso de formación de este artículo. En sede de
uniones de hecho, la cuestión tocante a si procede o no que el miembro de una unión de
hecho pueda demandar la indemnización del daño que le provocó la muerte de la persona
con quien convivía, atribuible a un tercero, generó una discusión que la jurisprudencia
acabó por zanjar en los años finales del siglo pasado. En efecto, si en un primer momento
se negaba al conviviente la posibilidad de accionar, porque se entendía que carecía de
interés legítimo para hacerlo, una aislada sentencia de la I Corte de Apelaciones de
lma.
Concordancias: Código Civil: artículos 1317 a 1353. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O. 30.08.2004: artículo 8º. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículos
15 inciso 3º, 27 inciso 3º.
advertía que por diversas modificaciones que se habían introducido a los proyectos
originarios, ahora resultaba más coherente que la competencia se atribuyera a los
tribunales de familia: "Que, ahora bien, el texto refundido introduce dos importantes
modificaciones al proyecto original. En primer lugar, al modificar el artículo primero se
crea el estado civil de conviviente legal, incorporando a la norma un inciso tercero de
acuerdo al cual "la celebración del presente contrato conferirá a los contrayentes el estado
civil de convivientes legales". Cabe hacer notar que el proyecto original establecía, en
forma expresa, que en ningún caso el acuerdo alteraría el estado civil de los contratantes.
Al respecto debe tenerse en consideración que el artículo 8º número 8) de la Ley
Nº 19.968 somete a la competencia de los juzgados de familia todas aquellas acciones
que digan relación con la constitución o modificación del estado civil de las personas. de
la materia en análisis la modificación introducida al proyecto original que incorpora la
institución de la compensación económica entre los convivientes legales, en los siguientes
términos: "Artículo 15. Si como consecuencia de haberse dedicado al cuidado de los hijos
o a las labores propias del hogar común, uno de los convivientes no pudo desarrollar una
actividad remunerada o lucrativa durante la vigencia del acuerdo de vida en pareja, o lo
hizo en menor medida de lo que podía y quería tendrá derecho a que, cuando se
produzca el término o se declare la nulidad del acuerdo se le compense el menoscabo
económico sufrido por esta causa. Esta compensación se regulará y determinará en la
forma dispuesta en los artículos 62 a 66 de la Ley Nº 19.947". De este modo, se ha
asignado al acuerdo de vida en pareja un estatuto jurídico similar al que rige al matrimonio
civil, consagrando finalidades de asistencia mutua que incluyen tanto aspectos materiales
como inmateriales, puesto que dicho el acuerdo aparece definido en el artículo primero
del proyecto como "Un contrato celebrado entre dos personas con el propósito de regular
los efectos jurídicos derivados de su vida afectiva en común" y según la redacción final del
artículo Y", los contratantes "se deberán ayuda mutua y estarán obligados a solventar los
gastos generados por su vida en común de conformidad a sus facultades económicas y al
régimen patrimonial que exista entre ellos". Las circunstancias anotadas revelan que con
las modificaciones introducidas al proyecto original. el legislador ha asignado al acuerdo
de vida en pareja un estatuto jurídico que incluye materias propias de la competencia de
los tribunales de familia, lo que hace plausible modificar el criterio sustentado por esta
Corte Suprema sobre la disposición en consulta". Con todo, la Corte realizaba dos
observaciones: 1ª) La necesidad de una mayor precisión de la regla: se advertía por el
tribunal acerca de: "[L]a conveniencia de que la norma sea más explícita en cuanto a cuál
sería el juez competente, ya que en materia de familia hay varias normas en juego, entre
ellas y a modo de ejemplo: si se trata de alimentos, rige el artículo 147 del Código
Orgánico de Tribunales que entrega al demandante la elección del juez competente entre
el domicilio del alimentante o alimentario; además, el mismo artículo distingue si se trata
de aumento o cese de pensión, en cuyo caso también hay diferencia de regla. En cambio
si se trata de divorcio, rige el artículo 87 de la Ley Nº 19.947 esto es, el del domicilio del
demandado. En este caso, convendría aplicar la regla general, esto es, el domicilio del
demandado"; y 2ª) El mantenimiento de la competencia del juez civil en cuanto a las
cuestiones derivadas de la comunidad de bienes entre los convivientes: sobre este punto
representaba la Corte: "Que aun en el evento de asignarse la competencia al tribunal de
familia, debe entenderse que las materias sucesorias y las que rigen el cuasi contrato de
comunidad que se formaría entre los contratantes, quedarían siempre bajo la competencia
del juez civil. La terminación del contrato por declaración de nulidad, conforme a artículo
60 letra f, quedaría, en cambio comprendida dentro de los asuntos propios de la
competencia del juez de familia, situación que la norma consultada debiera explicitar".
Recibidas estas observaciones, la Comisión de Legislación del Senado, en la discusión en
particular del proyecto, aprobó un nuevo texto para este artículo, a la sazón con el número
21, en el que se asumían las observaciones del tribunal: "Conocerá de los asuntos a que
dé lugar el acuerdo de vida en pareja el juez con competencia en materias de familia o el
juez de letras en lo civil, según corresponda a la cuestión debatida". Se puso en
conocimiento de la E Corte Suprema esta nueva redacción y el tribunal, por oficio de 25
xcma.
de agosto de 2014, hacía presente que: "El nuevo artículo 21 recoge las
recomendaciones formuladas por la Corte Suprema a través del Oficio Nº 140-2011, en el
sentido de precisar que el tribunal competente sería el juez de letras en lo civil; y las
formuladas luego por la misma Corte, en el Oficio Nº 6-2014, en orden a establecer
también la competencia de los tribunales de familia para el conocimiento de determinados
asuntos relativos al acuerdo de vida en pareja, habida consideración de que las
modificaciones que para entonces se habían introducido al proyecto original configuraban
un estatuto jurídico similar al del matrimonio civil, materia que es de conocimiento de
estos tribunales, manteniendo la competencia de tribunales de letras civiles para el
conocimiento de otros asuntos que les son propios, como aquellos relacionados con
materias sucesorias y los relativos al cuasi contrato de comunidad que se formaría entre
los contratantes del acuerdo de vida en pareja. En consecuencia, el nuevo artículo 21 es
acorde con lo establecido en el proyecto de ley que crea el Acuerdo de Vida en Pareja en
su estado actual, otorgando su conocimiento a tribunales con competencia en materias de
familia o con competencia en materia civil, según corresponda a la cuestión incoada". Sin
embargo hacía dos observaciones: 1ª) Conveniencia de precisar que serían las materias
relacionadas con el artículo 8º de la Ley Nº 19.968 las que serían de conocimiento de
tribunales de familia: "[P]arece necesario dar mayor precisión a dicha norma, para que de
ella se desprenda con claridad que todas las cuestiones a que dé lugar el acuerdo de vida
en pareja, relacionadas con el artículo 8º de la Ley Nº 19.968, serán conocidas por los
tribunales de familia; en tanto que aquellas que no digan relación con este artículo, serán
de conocimiento de los tribunales con competencia civil. Luego, aquellas materias
relacionadas con la vocación sucesoria de los convivientes civiles (Libro III del Código
Civil), la comunidad de bienes que entre ellos se forma (párrafo 3º del Título XXXIV del
Libro IV del Código Civil), la nulidad del acuerdo de vida en pareja (Título Vigésimo del
Libro IV del Código Civil), entre otras, serán de competencia de los tribunales civiles"; y
2º) Necesidad de explicitar el juez relativamente competente para el caso concreto: "[E]s
dable nuevamente manifestar la conveniencia de que el proyecto de ley explicite el juez
relativamente competente para el caso concreto, dada la diversidad de reglas que
establecen normas particulares en determinadas circunstancias, como por ejemplo el
artículo 147 del Código Orgánico de Tribunales en materia de alimentos". En la discusión
en particular del proyecto, la Comisión de Legislación del Senado dio una nueva
redacción al artículo 22 del proyecto, con la finalidad de precisar el juez competente, de
manera que el texto de esta disposición aprobado en primer trámite constitucional quedó
del modo siguiente: "Conocerá de los asuntos a que dé lugar el acuerdo de vida en pareja
el juez con competencia en materias de familia o el juez de letras en lo civil, según
corresponda a la cuestión debatida". En segundo trámite constitucional se consolidó la
opinión según la cual, no todas las cuestiones derivadas de un acuerdo de unión civil eran
propias de la competencia del tribunal de familia, pues había algunas que habían de serlo
del juez civil, si perjuicio de entregar a las reglas generales lo relativo a la liquidación de la
comunidad. En tal sentido se aprobó por unanimidad una indicación que substituyó el
texto aprobado por uno nuevo que constaba de los siguientes dos incisos: "Será
competente para conocer y resolver los asuntos que se susciten entre los convivientes
civiles derivados del pacto de unión civil y su terminación, el juez con competencia en
materias de familia", y "La liquidación de la comunidad de bienes, en caso que no sea
realizada por las partes de común acuerdo, se realizará conforme a las reglas generales
en la materia". Finalmente, en la Comisión mixta se asumieron las observaciones que, en
otro oficio había vuelto a hacer la E Corte Suprema en relación con el texto aprobado
xcma.
por la Cámara de Diputados. Así, fue en esta Comisión en la que se aprobó el texto
definitivo de este artículo 22. 1014.1. Asuntos que tocan al juez con competencia en
materias de familia. Son, de acuerdo con la regla fijada en el inciso 1º de este artículo,
"los asuntos a que se refiere el artículo 8º de la Ley Nº 19.968, que se promuevan entre
los convivientes civiles". Si perjuicio de las cuestiones ligadas a los menores que, en
principio tocan al juez con competencia en materias de familia, no por la existencia de un
acuerdo de unión civil, al igual que los actos de violencia intrafamiliar, los asuntos
directamente ligados a este acuerdo que tocan al juez con competencia en materias de
familia son: 1º) las causas sobre declaración y desafectación de bienes familiares (art. 8º
Nº 14, Ley Nº 19.968); 2º) las causas sobre constitución de derechos de usufructo, uso o
habitación sobre los bienes declarados familiares (art. 8º Nº 14, Ley Nº 19.968); 31); y
3º) la acción de nulidad del acuerdo de unión civil. 1014.2. Asuntos que tocan al juez
civil. El legislador no siguió el criterio que había sugerido en algún momento la E Corte
xcma.
Concordancias: Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 2º.
Concordancias: Código Civil: artículos 450 inciso 1º, 462 número 1º.
d) Por mutuo acuerdo de los convivientes civiles, que deberá constar por
escritura pública o acta otorgada ante oficial del Registro Civil.
Cuando el acuerdo haya sido celebrado por una persona menor de dieciocho
años, la acción de nulidad sólo podrá ser intentada por ella o por sus
ascendientes. En este caso, la acción de nulidad prescribirá al expirar el
término de un año desde que el menor hubiese alcanzado la mayoría de edad.
El término del acuerdo de unión civil por las causales señaladas en las letras
d) y e) producirá efectos desde que la respectiva escritura pública o el acta
otorgada ante el oficial del Registro Civil, según corresponda, se anote al
margen de la inscripción del acuerdo de unión civil en el registro especial a que
se hace mención en el artículo 6º.
Concordancias: Código Civil: artículos 95, 96, 1545, 1567 inciso 1º. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,
D.O. 17.05.2004, artículos 5º número 2, 42, 43, 46, 47, 50, 102. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de
unión civil, D.O. 21.04.2015: artículos 1º, 6º, 7º, 8º, 9º, 27 inciso final.
1018. Del término del acuerdo de unión civil. La disciplina del término del
Comentario:
acuerdo de unión civil sigue, en líneas generales, la de la terminación del matrimonio.
Esta orientación se asumió a partir del momento en que se abandonó la matriz patrimonial
que originariamente se había dado al acuerdo. Sin embargo, hay una serie de diferencias
en relación con ciertas causas de término, algunas derivadas de la diferente estructura y
caracteres del matrimonio, y otras simplemente de la adopción de determinadas
decisiones legislativas. 1019. Causa de término: muerte natural de uno de los
convivientes civiles. Esta causa de término del acuerdo de unión civil está redactada en
términos diversos a la equivalente de término del matrimonio. En efecto, la Ley Nº 19.947
se limita a señalar en su artículo 42 número 1º que el matrimonio termina: "Por la muerte
de uno de los cónyuges". 1020. Causa de término: muerte presunta de uno de los
convivientes civiles. Esta causa de término del acuerdo de unión civil ha seguido
fielmente la equivalente de término del matrimonio. En efecto, en el número 2º de l artículo
42 de la Ley Nº 19.947 se prevé que el matrimonio termina: "Por la muerte presunta,
cumplidos que sean los plazos señalados en el artículo siguiente". De ello resulta que, por
la remisión que efectúa la letra b) de este artículo 26 de la Ley Nº 20.830 al artículo 43 de
la ley de matrimonio civil, el acuerdo de unión civil termina, cuando concurre la sentencia
que declara la presunción de muerte de uno de los conviviente civiles y un cierto plazo a
contar de las últimas noticias. El momento, pues en que se produce el término del
acuerdo de unión civil puede ser: a) por regla general, cuando hayan transcurrido diez
años desde la fecha de las últimas noticias, fijada en la sentencia que declara la
presunción de muerte; b) si se prueba que desde el nacimiento del desaparecido han
transcurrido setenta años, el acuerdo de unión civil termina una vez cumplidos cinco años
desde las últimas noticias; c) si la declaración de muerte presunta se ha dictado en los
casos en que el desaparecido ha recibido una herida grave en la guerra o porque le
sobrevino otro peligro semejante, el acuerdo de unión civil termina una vez cumplidos
cinco años desde las últimas noticias; d) si la declaración de muerte presunta se ha
fundado en los supuestos de la pérdida de una aeronave, o de un sismo o catástrofe que
provoque o haya podido provocar la muerte de numerosas personas en determinadas
poblaciones o regiones, el acuerdo de unión civil termina al cabo de un años desde el día
presuntivo de la muerte, que es el fijado por el juez en su sentencia, y que corresponde al
día del sismo, catástrofe o fenómeno natural. 1021. Causa de término: comprobación
judicial de la muerte de uno de los convivientes civiles. La disciplina de la
"comprobación judicial de la muerte para efectos civiles" fue incorporada al Código
Civil por mandato de la letra b) del artículo 2º de la Ley Nº 20.577, de 8 de febrero de
2012. Esta nueva institución, cuyo campo operativo es diverso del de la muerte presunta,
tiene lugar en aquellos casos en los que existe certeza acerca de la muerte de una
persona, por las circunstancias en la que ella se ha producido, pero no puede ser
acreditada por la imposibilidad de hallar el cuerpo de la persona de que se trata. La
resolución judicial en virtud de la cual se tiene por comprobada la muerte de una persona,
para efectos civiles, no está considerada como una causa de terminación del matrimonio.
Esta causa de término del acuerdo de unión civil fue incorporada en primer trámite
constitucional, al aprobarse una indicación del senador Allamand, sin que haya dado
ocasión a discutir sobre su procedencia o sobre la diferencia que en este punto se hacía
en relación con el matrimonio. 1022. Causa de término: matrimonio de los
convivientes civiles entre sí, cuando proceda. El origen de esta causa de terminación
del acuerdo se halla en el proyecto del senador Allamand, en cuyo artículo 14, número 4º
se declaraba que el acuerdo de vida en común expira: "Por el matrimonio de los
contratantes entre sí o de uno de ellos con un tercero", que coincidía con los que se
preveía en la letra c del artículo 6º del proyecto del presidente de la república: "El Acuerdo
de Vida en Pareja terminará en cualquiera de los siguientes casos: [...] c. Por el
matrimonio de los contratantes entre sí o de cualquiera de ellos con terceras personas".
En primer trámite constitucional, la Comisión de Legislación del Senado, al discutir en
general el proyecto, aprobó una indicación que daba una nueva redacción a esta
disposición, cuya finalidad era precisar que esta causa de término sólo operaba en
relación con los acuerdos de unión civil celebrados entre personas de distinto sexo. La
nueva redacción era la siguiente: "Por el matrimonio de los contratantes entre sí, cuando
proceda, o de cualquiera de ellos con terceras personas". Durante la discusión en
particular del proyecto, en este mismo trámite constitucional, se acordó substituir la
expresión 'contratantes' y se dio una nueva redacción a la letra c), de modo que ella
quedó restringida al solo caso del matrimonio de los convivientes civiles entre sí. Esta
nueva redacción, que se consolidaría como la definitiva, era la siguiente: "Por el
matrimonio de los convivientes civiles entre sí, cuando proceda". La eliminación de la,
originalmente prevista, causa de término del acuerdo consistente en el matrimonio de uno
de los convivientes civiles con una tercera persona, se explica porque se decidió elevar la
existencia de un acuerdo de unión civil vigente a la categoría de incapacidad para
celebrar matrimonio. Así, se acordó incorporar en el artículo 5º de la Ley Nº 19.947 un
nuevo número 2º, de modo que: "No podrán contraer matrimonio: [...] 2º Los que se
hallaren ligados por un acuerdo de unión civil vigente, a menos que el matrimonio lo
celebre con su conviviente civil". 1023. Causa de término: mutuo acuerdo de los
convivientes civiles. El acuerdo de unión civil, se configuró desde un principio como un
acto caracterizado porque los contrayentes pudieran darle término por consentimiento
mutuo. En efecto, en el proyecto presentado por el senador Allamand, se preveía en el
número 2º de su artículo 14, que el acuerdo de vida en común expiraba: "Por
consentimiento mutuo de las partes, que conste de escritura pública", y en el proyecto del
presidente de la república, se declaraba en la letra d) de su artículo 6º que el acuerdo de
vida en pareja terminaría: "Por mutuo acuerdo que conste por escritura pública, la que
deberá anotarse al margen de la escritura pública a la que hace mención el artículo 3º, si
existiere". En el curso de la discusión en particular del proyecto durante el primer trámite
constitucional, la Comisión de Legislación del Senado aprobó una indicación del Ejecutivo,
que daba la siguiente redacción a esta causa de término: "Por mutuo acuerdo de los
contratantes, el cual deberá constar por escritura pública o acta otorgada ante el Oficial
del Registro Civil, dependiendo de la forma en que se haya celebrado el Acuerdo de Vida
en Pareja". En el curso de la discusión en particular, la Comisión de Legislación del
Senado aprobó una indicación para suprimir el período final: "dependiendo de la forma en
que se haya celebrado el Acuerdo de Vida en Pareja". De este modo el texto aprobado en
primer trámite constitucional por el Senado fue el siguiente: "Por mutuo acuerdo de los
convivientes civiles, que deberá constar por escritura pública o acta otorgada ante el
Oficial del Registro Civil". En segundo trámite constitución, la Comisión de Legislación de
la Cámara de Diputados aprobó una indicación para agregar un inciso 2º a la letra d) del
artículo 26, cuya finalidad era proveer al resguardo del interés de los hijos, si los hubiere,
cuando los convivientes civiles terminaran el acuerdo por mutuo consentimiento. Dicho
inciso era el siguiente: "En este caso deberán acompañar un acuerdo que regule en forma
completa y suficiente sus relaciones mutuas y con respecto a los hijos comunes, en la
forma prevista en el artículo 21 de la Ley Nº 19.947". Finalmente, en la Comisión mixta se
eliminó esta última regla, de modo que la letra d) de este artículo 26 quedó con un solo
inciso, que es el promulgado y publicado. 1023.1. Formas de expresar el mutuo
acuerdo. Después de una serie de discusiones y vacilaciones, el legislador se inclinó por
admitir solamente dos formas a través de las cuales se puede manifestar el mutuo
acuerdo para poner término al contrato de unión civil: a) escritura pública; y b) acta
otorgada ente el oficial del Registro Civil. Con todo, en ambos casos, la ley exige que se
practique una subinscripción al margen de la inscripción del acuerdo de unión civil, para
que esta causa de término produzca sus efectos. 1023.2. Momento a partir del cual esta
causa de término produce sus efectos. Según la regla fijada en el inciso final de este
artículo 26, esta causa de término del acuerdo de unión civil produce sus efectos desde el
momento en que la escritura pública o, en su caso, el acta otorgada ante el oficial del
Registro Civil, se anote al margen de la inscripción del acuerdo de unión civil en el registro
especial de uniones civiles que ha de llevar el Servicio de Registro Civil. 1024. Causa de
término: voluntad unilateral de uno de los convivientes civiles. Al igual que en el
caso del mutuo acuerdo, la voluntad unilateral de uno de los convivientes civiles se
consideró como causa de término de este contrato desde los proyectos que dieron origen
a la Ley Nº 20.830. En el proyecto del senador Allamand, el número 3º de su artículo 14 la
consideraba bajo la siguiente forma: "Por voluntad de una de las partes manifestada en
escritura pública". En el proyecto del presidente de la república, la letra e) de su artículo 6º
la consideraba en estos términos: "Por voluntad unilateral de uno de los contratantes, la
que deberá constar por escritura pública y anotarse al margen de la escritura pública a la
que hace mención el artículo 3º, si existiere" y, además, se prescribía que: "Copia de
dicha escritura deberá enviarse al otro contratante por carta certificada notarial, dentro del
plazo de 10 días hábiles contado desde su otorgamiento. El no envío de la carta no
afectará el término del Acuerdo de Vida en Pareja, pero hará responsable al contratante
negligente de los perjuicios que la ignorancia de dicho término pueda ocasionar al otro
contratante. En todo caso, no podrá alegarse ignorancia transcurrido tres meses de
efectuada la anotación marginal en el registro especial". La discusión parlamentaria de
esta causa de término del acuerdo de unión civil no giró en torno a su procedencia, sino
básicamente en relación con el medio a través del cual había de ponerse en noticia del
otro conviviente civil la voluntad de poner término al acuerdo y, además, los efectos que
habían de seguirse de la falta de la dicha comunicación. En definitiva, las reglas a que
quedó sujeta esta causa de término, configuran un sistema singularmente deficiente y que
puede originar diversos problemas, sobre todo si se tiene en cuenta que el término del
contrato genera el fin del estado civil de conviviente civil y, por regla general, la
recuperación del estado civil anterior a la celebración del acuerdo. Las reglas a que queda
sujeta esta causa de término son las siguientes: 1ª) Forma: sólo puede expresarse la
voluntad unilateral de poner término al acuerdo por una u otra de estas dos formas:
a) escritura pública; b) acta otorgada ante el oficial del Registro Civil; 2ª) Subinscripción:
se exige en el inciso 3º de esta letra e) del artículo 26, que la escritura pública o el acta
otorgada ante el oficial del Registro Civil se subinscriba al margen de la inscripción del
acuerdo de unión civil. La subinscripción, respecto de la cual la ley no fija un plazo dentro
del cual deba practicarse, tiene tres consecuencias relevantes: 1ª) determina, según el
inciso final de este artículo 26, el momento a partir del cual produce sus efectos el término
del acuerdo de unión civil; 2ª) marca el comienzo del plazo de veinte días hábiles para
practicar la notificación que ha de hacerse al otro conviviente civil; y 3ª) señala el principio
del plazo de tres meses dentro del cual se puede alegar ignorancia del término del
acuerdo; 3ª) Notificación al otro conviviente civil: la voluntad unilateral de poner término al
acuerdo de unión civil, manifestada en escritura pública o en acta otorgada por el oficial
del Registro Civil, deberá notificarse al otro conviviente civil. El artículo 27 inciso 3º de la
ley prescribe que esta notificación deberá contener mención de la existencia del derecho
a la compensación económica y, además, constancia de la fecha en que fue subinscrita la
escritura pública o el acta otorgada ante el oficial del Registro Civil, porque a partir de esta
fecha se inicia el cómputo del plazo fatal para demandar la compensación económica.
Esta notificación deberá practicarse: a) mediante gestión voluntaria ante el tribunal con
competencia en materias de familia, sin que a ella se le aplique la exigencia de actuar
mediante letrado; b) dentro del plazo fatal de los veinte días hábiles siguientes a la
subinscripción de la escritura o del acta al margen de la inscripción del acuerdo de unión
civil. La notificación no es un requisito para que opere el término del acuerdo de unión
civil, de manera que su falta no obsta al término de acuerdo, y sólo constituye al
conviviente civil que la ha omitido por negligencia en responsable de los perjuicios que la
ignorancia del término del acuerdo pueda ocasionar al conviviente civil a quien no notificó.
Esta regla tiene una limitación: no podrá alegarse la ignorancia del término del acuerdo de
unión civil una vez transcurridos tres meses desde que se haya efectuado la
subinscripción de la escritura o del acta en que conste la voluntad unilateral de poner
término al acuerdo. La notificación puede excusarse si el conviviente civil al que debía
notificarse: a) se encuentra desaparecido; b) se ignora su paradero; c) ha dejado de estar
en comunicación con los suyos. 4ª) Efectos y época desde la que se producen: los efectos
de la expresión de la voluntad unilateral, manifestada en cualquiera de esas formas, se
producen, al tenor de la regla establecida en el inciso final de este artículo 26, desde el
momento en que la escritura pública o, en su caso, el acta otorgada ante el oficial del
Registro Civil, se anote al margen de la inscripción del acuerdo de unión civil en el registro
especial de uniones civiles que ha de llevar el Servicio de Registro Civil. 1025. Causa de
término: declaración judicial de nulidad del acuerdo. Esta causa de terminación del
acuerdo de unión civil, probablemente tendrá escasa aplicación, debido a la existencia de
las causas de término constituidas por el mutuo acuerdo y por la voluntad unilateral. Su
eventual interés podrá hallarse, seguramente, en aquellos casos en los que el ejercicio de
la acción de nulidad se ha atribuido a los herederos de los convivientes civiles. En líneas
generales se ha seguido el modelo de la disciplina de la nulidad del matrimonio y, para
efectos de este comentario, conviene tratar como punto de partida una cuestión general, y
luego las causas de nulidad, su régimen y sus efectos. 1025.1. De la disciplina propia
de la nulidad del acuerdo de unión civil. La configuración del acuerdo de unión civil
como un acto propio del derecho de las personas, implicó que el régimen de su validez y,
por ende, el de su nulidad, se configuraran como diversos del de la nulidad de los actos
patrimoniales. Una de las principales consecuencias de lo anterior es la de la
inaplicabilidad a este acuerdo de las reglas de la nulidad contenidas en el libro IV
del Código Civil. Con todo, también ha de advertirse, que aunque situado este acto en el
derecho de las personas, los legisladores igualmente optaron por no remitir a las reglas
de nulidad del matrimonio, las que, por consiguiente, tampoco se le aplican, ni directa ni
subsidiariamente. El acuerdo de unión civil cuenta, pues, con una disciplina propia en
relación con la nulidad. Si embargo, esa disciplina presenta algunos vacíos o deficiencias,
que harán que la jurisprudencia tenga que proveer el remedio apropiado (803, 804.2). La
decisión legislativa en cuanto a las reglas que habían de aplicarse a la nulidad del
acuerdo de unión civil se dio, básicamente, en el momento de discutirse la cuestión
tocante a la capacidad e incapacidades para celebrarlo. En el proyecto del senador
Allamand, el acuerdo que se proponía era típicamente un contrato patrimonial, de guisa
que se justificaba que su régimen de capacidad e incapacidades, en general, fuera el
propio de tales actos, cuya disciplina era la del libro IV del Código Civil. En la misma línea
se situaba el proyecto del presidente de la república, que en este punto concreto era aún
más explícito, porque en su artículo 6º letra f) contenía la siguiente regla: "El Acuerdo de
Vida en pareja terminará en cualquiera de los siguientes casos [...] f. Por declaración de
nulidad del acuerdo. Será nulo el acuerdo que no reúna los requisitos establecidos en el
artículo 2º, 3º y 4º de esta ley, sin perjuicio de lo establecido en el Libro IV del Código
Civil". En primer trámite constitucional, al discutirse en la Comisión de Legislación del
Senado la referida letra f) del proyecto del ejecutivo, se consideró también una indicación
de la senadora Alvear, que planteaba substituirla por un texto redactado a imagen del
modelo de la nulidad del matrimonio. Durante el curso de la discusión se planteó
precisamente, cuál había de ser el régimen de nulidad del acuerdo, sobre la base de
considerarlo como un acto meramente patrimonial o, por el contrario, como un acto de
naturaleza diversa. Quedaron en claro las dos visiones que había sobre la materia: a) "Al
comenzar el análisis de estas disposiciones, el asesor del Ministerio Secretaría General
de Gobierno, señor Pablo Urquízar manifestó que el proyecto de ley del Ejecutivo aplica
las reglas generales en materia de nulidad. Añadió que respecto a las propuestas de la
Honorable Senadora señora Alvear, todas ellas buscan asimilar al acuerdo de vida en
pareja con el matrimonio. En ellas se habla de estado civil, compensación económica,
derecho de alimentos y regímenes patrimoniales. En el último texto citado se pretende
aplicar la nulidad matrimonial al acuerdo de vida en pareja"; b) "La profesora señora
Lathrop explicó que hay una diferencia sustancial entre la propuesta de la Honorable
Senadora señora Alvear y el proyecto de ley del Ejecutivo. Consideró que una de las
principales falencias de este último está en materia de nulidad. Añadió que la remisión al
Libro IV del Código Civil que hace el proyecto de ley deja entrever que para el Gobierno el
acuerdo es solo un contrato. Opinó que el acuerdo de vida en pareja no es cualquier
contrato, ya que no da origen solo a relaciones de carácter patrimonial, sino que tiene por
objeto regular relaciones afectivas. Agregó que la propuesta de la Honorable Senadora
señora Alvear altera la lógica del proyecto de ley del Ejecutivo y busca asimilarse a la
nulidad matrimonial, lo que a su juicio es lo correcto. El Honorable Senador señor Walker,
don Ignacio destacó que este tipo de contratos no solo rige relaciones patrimoniales sino
que también personales. Expuso que lo lógico sería que tenga un tratamiento especial
dada la naturaleza de la relación". Nada más se dijo y, puesta en votación, se rechazó la
indicación de la senadora Alvear y se aprobó el texto del proyecto del ejecutivo. Al
discutirse en particular en la Comisión de Legislación del Senado esta cuestión, se
hicieron presentes una serie de indicaciones, entre ellas una de la senadora Alvear, que
insistía en su modelo de una nulidad definida imagen de la matrimonial. En esta ocasión,
y a diferencia de la primera discusión, primó el criterio de considerar que, como la
naturaleza del acuerdo no era patrimonial, había de tener reglas peculiares en sede de
nulidad y, por ende, era inapropiada la remisión a las reglas de la nulidad del Libro IV
del Código Civil, la que fue eliminada, y se le dio una nueva redacción a la letra f): "El
Presidente de la Comisión, Honorable Senador señor Harboe apuntó que la nulidad como
sanción jurídica produce el efecto de que retrotrae a las partes al estado en que se
encontraban antes de celebrar el acto declarado nulo. Advirtió que el texto aprobado en
general por el Senado es más amplio que el que propone la exsenadora en la indicación
49, ya que ella solo circunscribe las acciones de nulidad a los requisitos generales del
artículo 2º del presente proyecto. Aclaró que el texto aprobado por el Senado hace
mención a lo prescrito en el Título Vigésimo del Libro IV del Código Civil. Asimismo, hizo
presente que todos los vicios de nulidad del mencionado Título deben aplicarse al
Acuerdo lo que abre una puerta a la inestabilidad jurídica, tomando en consideración que
el Acuerdo no es un contrato de carácter exclusivamente patrimonial. Por lo anterior,
sugirió eliminar en esta letra la referencia al Título Vigésimo del Libro IV del Código Civil.
El Honorable Senador señor Larraín reiteró que en esta materia el Código Civil consagra
criterios de aplicación general, razón por la que debería mantenerse el texto ya aprobado,
con las enmiendas que acuerde la comisión. El asesor legislativo del Honorable Senador
señor Espina, señor Urquízar, expresó que las indicaciones tienen varias deficiencias,
como por ejemplo, no se contempla como causal de nulidad el error, ni el dolo. Señaló
que la indicación número 49 establece una nulidad especial que sin embargo no resuelve
los problemas reales que pueden llegar a suscitarse. El profesor de Derecho Civil, señor
Court expuso que la remisión que hace la letra f) del artículo 6º al Título Vigésimo del
Libro IV del Código Civil hay que eliminarla, porque en dicho Título se consagra la nulidad
absoluta y relativa, y las causales y los titulares de la acción son distintos. Agregó que
respecto a la indicación 49 suprimiría la facultad de ejercer la acción a todo aquel que
tenga interés. Añadió que esta posibilidad de impetrar la nulidad debe quedar restringida a
los presuntos convivientes. Consideró que hay que hacer una regulación especial de la
nulidad y ella debe acercarse a la que se consagra en la Ley de Matrimonio Civil.
Finalmente, señaló que era relevante lo propuesto por la exsenadora señora Alvear
cuando dispone: "Produciéndose la muerte de uno de los convivientes después de
notificada la demanda de nulidad, podrá el Tribunal seguir conociendo de la acción y
dictar sentencia definitiva sobre el fondo del asunto". A continuación, el Honorable
Senador señor Larraín sugirió reformular el texto aprobado en general por el Senado, a
partir de las observaciones formuladas precedentemente. En consecuencia, propuso
aprobar el siguiente texto: "f. Por declaración judicial de nulidad del acuerdo. La sentencia
ejecutoriada en que se declare la nulidad del acuerdo de vida en pareja deberá
subinscribirse al margen del registro a que se hace mención en el artículo 6º y no será
oponible a terceros sino desde que esta subinscripción se verifique". La Comisión, en
virtud de lo que autoriza el inciso final del artículo 121 del Reglamento del Senado, aprobó
esta nueva redacción para la letra f) del artículo 6º". En la tramitación parlamentaria
posterior no hubo especial discusión sobre este punto. 1025.2. De las causas de nulidad
del acuerdo de unión civil. Están señaladas en los incisos 2º y 4º de la letra f) de este
artículo 26. De ello resulta que la ley eleva a causas de nulidad a las siguientes:
1ª) Minoridad (art. 7º); 2ª) Parentesco (art. 9º inc. 1º); 3ª) Vínculo matrimonial no disuelto
(art. 9º inc. 2º); 4ª) Acuerdo de unión civil vigente (art. 9º inc. 2º); 5ª) Error en la identidad
de la persona del contrayente (art. 8º letra a); y 6ª) Fuerza (art. 8º letra b). El examen
general de estas causas de nulidad del acuerdo da cuenta, por una parte, de que ellas
están vinculadas a dos sedes dogmáticas tradicionales de la nulidad de los actos propios
del derecho de las personas y, por otra, que no existe una regulación para causas
habituales de nulidad de estos actos en una tercera sede propia. Aquí, solamente para
sistematizar, y con la debida remisión a los comentarios precedentes en que se ha tratado
de ellas, se mostrará el esquema de estas causas, incluidas su
omisiones. 1025.2.1. Causas ligadas a la existencia de una incapacidad legal para
celebrar el acuerdo de unión civil. A ellas se refiere el inciso 2º de la letra f) de este
artículo 26 en cuanto que declara que es nulo el acuerdo que no reúna los requisitos
establecidos en los artículos 7º y 9º de la Ley Nº 20.830. Tales causas de nulidad son las
siguientes: 1ª) Incapacidad legal por minoridad: en los términos en que está reglada en el
artículo 7º de la ley; 2ª) Incapacidad legal por parentesco: en las condiciones fijadas en el
inciso 1º del artículo 9º de la ley; 3ª) Incapacidad legal por vínculo matrimonial no disuelto:
en el ámbito que se establece en el inciso 2º del artículo 9º de la ley; y 4ª) Incapacidad
legal por acuerdo de unión civil vigente: tal como se la ha configurado en el inciso 2º del
artículo 9º de la ley. Sólo agregar que, como ya se ha advertido, a diferencia de la nulidad
del matrimonio, la Ley Nº 20.830 no ha considerado la incapacidad legal de
crimen. 1025.2.2. Causas ligadas a la incapacidad para formar o emitir un
consentimiento libre y espontáneo. La Ley Nº 20.830, a diferencia de la Ley Nº 19.947,
no considera a estas incapacidades. Las dos más relevantes son las de quien actúa
privado de razón y la del sordo o sordomudo que no puede darse a entender claramente.
La omisión de reglas en relación con estos supuestos, unida a la exclusión de la
aplicación de las reglas de la nulidad patrimonial en esta sede, así como de las propias de
la nulidad matrimonial, plantea una cuestión compleja, de la que ya se ha
tratado. 1025.2.3. Causas ligadas al consentimiento viciado. A ellas se refiere el
mismo inciso 2º de la letra f) de este artículo 26, en cuanto que prevé que es nulo el
acuerdo que no reúna los requisitos del artículo 8º de la ley, y también su inciso 2º en el
que se declara que será nulo el acuerdo celebrado mediante fuerza o cuando se ha
incurrido en error acerca de la identidad de la persona del otro contrayente. Así, estas
causas de nulidad son las siguientes: 1ª) Error en la identidad de la persona con la que se
celebra el acuerdo de unión civil: en los términos prescritos en la letra a) del artículo 8º de
la ley, sin que, como se ha advertido, se incluyera el error acerca de una cualidad
personal del contrayente; y 2ª) Fuerza ejercida en contra de uno o de ambos
contrayentes: según lo previsto en la letra b) del artículo 8º de la ley. 1025.3. Del
ejercicio de la acción de nulidad del acuerdo de unión civil. La configuración del
acuerdo civil como acto propio del derecho de las personas, justifica que la acción dirigida
a obtener la declaración de su nulidad esté sujeta a una disciplina propia. Tal disciplina se
ha estructurado sobre la base del régimen a que está sometida a acción de nulidad del
matrimonio. La naturaleza personal de buena parte de los intereses de quienes puedan
verse afectados por la declaración de la nulidad del acuerdo de unión civil, incluido el
estado civil, justifica que el legislados haya asumido los mismos dos principios básicos
que gobiernan a la acción de nulidad en sede matrimonial: 1º) se determinan de modo
expreso y taxativo los titulares de la acción; 2º) se excluye la existencia de eventuales
titulares genéricos de ella. Pero, además, se ha excluido la posibilidad del ejercicio de la
acción por cualquier persona "en interés de la moral o de la ley". 1025.3.1. Regla
general: el ejercicio de la acción de nulidad corresponde a cualquiera de los
presuntos convivientes civiles. En una disposición homóloga a la del inciso 1º del
artículo 46 de la Ley Nº 19.947, en el inciso 3º de la letra f) del artículo 26 de la Ley
Nº 20.830 se prevé como regla general que: "La acción de nulidad corresponderá a
cualquiera de los presuntos convivientes civiles [...] salvo en las excepciones
contempladas en los incisos siguientes". 1025.3.2. Excepciones a la regla general. Las
excepciones a la regla general lo son, o por vía de ampliación, o por vía de
limitación: 1025.3.2.1. Excepciones por vía de ampliación. Son las siguientes:
1ª) Menor que ha celebrado el acuerdo de unión civil: en cuyo caso la acción de nulidad
sólo podrá ser intentada por la persona menor o por sus ascendientes (art. 26 letra f) inc.
4º). La regulación de esta excepción no ha seguido el modelo de la letra a) del artículo 46
de la Ley Nº 19.947. La redacción que da a esta excepción la Ley Nº 20.830, unida a no
incluirse la precisión de que una vez cumplidos los dieciocho años la acción se radicará
exclusivamente en los contrayentes, podría dar pie para plantearse la cuestión de si la
titularidad de los ascendientes se extiende más allá de los dieciocho años. No parecería
justificable esta interpretación, porque el mayor de dieciocho años es custodio de sus
propios intereses; 2ª) Matrimonio celebrado in articulo mortis: en cuyo caso, la titularidad
de la acción se extiende a los herederos del difunto (art. 26 letra f) inc. 6º), de manera
similar a como en sede matrimonial se dispone en la letra c) del artículo 46 de la Ley
Nº 19.947; 3ª) Nulidad fundada en la existencia de vínculo matrimonial disuelto: supuesto
en el que también la titularidad de la acción se extiende: a) a los herederos del difunto
(art. 26 letra f) inc. 6º), y b) al cónyuge anterior o a sus herederos (art. 26 letra f) inc. 7º); y
4ª) Nulidad fundada en la existencia de un acuerdo civil vigente: al igual que sucede con
la excepción anterior, la titularidad de la acción se extiende: a) a los herederos del difunto
(art. 26 letra f) inc. 6º), y b) al conviviente civil anterior o a sus herederos (art. 26 letra
f) inc. 7º). 1025.3.2.2. Excepciones por vía de limitación. Son las siguientes: a) Nulidad
fundada en la causa de fuerza: en cuyo caso la titularidad de la acción solo corresponde
al contrayente afectado por la fuerza (art. 26 letra f) inc. 5º). Es esta una regla semejante
a la de la letra b) del artículo 46 de la Ley Nº 19.947; y b) Nulidad fundada en la causa de
error en la identidad de la persona del otro contrayente: al igual que en el caso anterior, la
titularidad de la acción solo toca al contrayente afectado por el error (art. 26 letra f) inc.
5º), que también sigue el modelo de la regla fijada en la letra b) del artículo 46 de la ley de
matrimonio civil. 1025.4. De la extinción de la acción de nulidad del acuerdo de unión
civil. En relación con este punto la ley sigue, igualmente, la disciplina de la extinción de la
acción de nulidad del matrimonio. Hay, así, una regla general, y algunas excepciones a
ella. 1025.4.1. Regla general: la acción se extingue con la muerte de uno de los
convivientes civiles. El carácter fundamentalmente personal de los efectos que genera
la declaración de nulidad del acuerdo de unión civil, justifica que en la parte inicial del
inciso 6º de la letra f) del artículo 26 de la Ley Nº 20.830 se fije como regla general en
esta materia que: "La muerte de uno de los convivientes civiles extingue la acción de
nulidad [...]". Coincide en ello la declaración contenida en el período inicial del inciso 3º de
esta misma letra: "La acción de nulidad corresponderá a cualquiera de los presuntos
convivientes civiles y sólo podrá ejercitarse mientras ambos vivan [...]". La ley al formular
esta regla ha abandonado el uso de la voz 'intentarse' que es aquella a la que recurre la
ley de matrimonio civil en su artículo 47, que procedía de la antigua Ley de Matrimonio
Civil de 1884, y en relación con la cual la jurisprudencia había tenido que precisar su
significación. Ha de advertirse que, según el inciso 8º de la letra f) de este artículo 26, la
muerte de uno de los convivientes civiles una vez notificada la demanda de nulidad, no
conduce al término del procedimiento, porque: "podrá el tribunal seguir conociendo de la
acción y dictar sentencia definitiva sobre el fondo del asunto". 1025.4.2. Excepciones a
la regla general. Los supuestos en los cuales la acción se extingue ("prescribe") en un
momento distinto del de la muerte de uno de los convivientes civiles son los siguientes:
1º) Cuando el acuerdo ha sido celebrado por una persona menor: en cuyo caso "la acción
de nulidad prescribirá al expirar el término de un año desde que el menor hubiese
alcanzado la mayoría de edad" (art. 26 letra f) inc. 4º); 2º) Cuando la acción de nulidad se
funde en la existencia de fuerza: pues en este caso la acción sólo podrá ser intentada en
el término fatal de un año contado desde que cesó la fuerza (art. 26 letra f) inc. 5º);
3º) Cuando la acción de nulidad se funde en la existencia de error en la identidad de la
persona del otro contrayente: porque en este evento la acción sólo podrá intentarse en el
término fatal de un año desde la celebración del acuerdo (art. 26 letra f) inc. 5º);
4º) Cuando el acuerdo de unión civil se ha celebrado in articulo mortis: porque en este
caso la acción podrá ser intentada, por los herederos del difunto, en el plazo fatal de un
año contado desde el fallecimiento (art. 26 letra f) inc. 6º); 5º) Cuando la acción se funde
en la incapacidad de vínculo matrimonial no disuelto: pues si tal sucede, la acción podrá
ser intentada, por los herederos del difunto, en el plazo fatal de un año contado desde el
fallecimiento (art. 26 letra f) inc. 6º); 6º) Cuando la acción se funde en la incapacidad de
acuerdo de unión civil vigente: en tal caso, la acción podrá ser intentada, por los
herederos del difunto, en el plazo fatal de un año contado desde el fallecimiento (art. 26
letra f) inc. 6º). 1025.5. De los efectos de la declaración judicial de nulidad del
acuerdo. La Ley Nº 20.830 no siguió, para los efectos de reconocer esta causa de
nulidad, el modelo de redacción de la Ley Nº 19.947, que en el número 3º de su artículo
42 prescribe que el matrimonio termina: "Por sentencia firma de nulidad". En efecto, en el
período inicial del inciso 1º de la letra f) del artículo 26 se limita a consignar que el
acuerdo de unión civil terminará: "Por declaración judicial de nulidad del acuerdo". Sin
perjuicio de lo cual, en su período siguiente, y de las reglas generales en cuanto a los
efectos de las resoluciones judiciales, han de distinguirse las siguientes situaciones:
1ª) Efectos entre las personas cuyo acuerdo de unión civil se ha declarado nulo: respecto
de ellas la declaración judicial de nulidad produce sus efectos desde el momento en que
queda ejecutoriada la sentencia que la ha declarado; 2ª) Efectos respecto de terceros: en
este punto la Ley Nº 20.830 asume la regla del inciso 2º del artículo 50 de la ley de
matrimonio civil. En efecto, la nulidad judicialmente declarada del acuerdo de unión civil
produce sus efectos, respecto de terceros, desde el momento en que la sentencia
ejecutoriada que la ha declarado se subinscribe al margen de la inscripción del acuerdo
en el registro especial de uniones civiles. Tal es lo que se prescribe en el período final del
referido inciso 1º de la tantas veces citada letra f): "La sentencia ejecutoriada en que se
declare la nulidad del acuerdo de unión civil deberá subinscribirse al margen de la
inscripción a que se hace mención en el artículo 6º y no será oponible a terceros sino
desde que esta subinscripción se verifique".
Artículo 28. El término del acuerdo de unión civil pondrá fin a todas las
obligaciones y derechos cuya titularidad y ejercicio deriven de la vigencia del
contrato.
Concordancias: Ley Nº 19.947, de matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004, artículo 60. Ley Nº 20.830, crea
el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículos 1º, 2º, 14, 18.
1027. De los efectos del término del acuerdo de unión civil. Es esta una regla
Comentario:
que ha tomado por modelo la del artículo 60 de la ley de matrimonio civil. De este modo,
el efecto genérico del término del acuerdo de unión civil es el de poner fin a todas las
obligaciones y derechos cuya titularidad y ejercicio derivan de la vigencia del contrato.
Así, por ejemplo, cesan el deber de ayuda mutua y la obligación de solventar los gastos
generados por la vida en común (art. 14); salvo en los casos de muerte natural o
presunta, cesan los derechos sucesorios y desaparece la condición de legitimario de los
convivientes civiles, pues ellas solo tienen lugar si el acuerdo de unión civil celebrado con
el difunto no había expirado a la fecha de la delación de la herencia (art. 18). En un
campo diverso al de los derechos y obligaciones, el término del acuerdo de unión civil
también general una serie de efectos: 1º) pone fin al estado civil de conviviente civil y
restituye a los contrayentes al estado civil anterior a su celebración, salvo cuando la causa
de término ha sido el matrimonio de los convivientes civiles entre sí (art. 1º inc. 2º) pone
fin al parentesco por afinidad que había generado el acuerdo de unión civil, pues este
parentesco solo existe mientras el acuerdo se encuentra vigente.
Artículo 29. Para los efectos del Régimen Público de Salud y del Sistema
Privado de Salud, contemplado en los Libros II y III, respectivamente, del
Decreto con Fuerza de Ley Nº 1, del Ministerio de Salud, promulgado el año
2005 y publicado el año 2006, que fija el texto refundido, coordinado y
sistematizado del Decreto Ley Nº 2.763, de 1979 y de las leyes Nº 18.933 y
Nº 18.469, el acuerdo de unión civil celebrado en la forma establecida por la
presente ley permitirá a cualquiera de los convivientes civiles ser carga del
otro.
...
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Núm. 3.500.- Visto: Lo dispuesto en los decretos leyes Nºs. 1 y 128, de 1973;
527, de 1974; y 991, de 1976,
...
Concordancias. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.
...
Concordancias. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.
...
Artículo 58. La pensión de referencia de los beneficiarios de pensión de
sobrevivencia acreditados de acuerdo al artículo 5º será equivalente a los
siguientes porcentajes de la pensión de referencia del causante:
b) cincuenta por ciento para el o la cónyuge, con hijos comunes que tengan
derecho a pensión. Este porcentaje se elevará al sesenta por ciento, cuando
dichos hijos dejen de tener derecho a pensión;
e) cincuenta por ciento para los padres que cumplan los requisitos que
señala el artículo 10, y
f) quince por ciento para cada hijo que cumpla los requisitos establecidos en
el artículo 8º. Este porcentaje se reducirá al once por ciento para los hijos
declarados inválidos parciales al cumplir veinticuatro años de edad.
g) quince por ciento para el o la conviviente civil que cumpla los requisitos
del artículo 7º, siempre que concurran hijos del o la causante con derecho a
pensión, que no sean hijos comunes. Cuando no concurran dichos hijos o
cuando éstos dejen de tener derecho a pensión, el porcentaje se elevará al
mencionado en las letras a) o b) dependiendo de si no existen o existen hijos
comunes con derecho a pensión, respectivamente. Cuando concurran hijos
comunes con derecho a pensión del o la causante y adicionalmente existan
hijos del o la causante con derecho a pensión, que no sean comunes con el o
la conviviente civil, el porcentaje de éste o ésta será el establecido en la letra
b) anterior, aumentándose al porcentaje establecido en la letra a) precedente,
en caso que tanto los hijos comunes como los no comunes dejen de tener
derecho a pensión.701
Concordancias. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.
...
Concordancias. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.
...
Sin embargo, si quien hubiere hecho los gastos fuere persona distinta del
cónyuge o conviviente civil, hijos o padre del afiliado fallecido, sólo tendrá
derecho a tal retiro hasta la concurrencia del monto efectivo de su gasto, con el
límite de 15 Unidades de Fomento, quedando el saldo hasta completar dicha
cifra a disposición del o la cónyuge o conviviente civil sobreviviente, y a falta de
éste, de los hijos o los padres del afiliado.705
Este pago también deberá ser efectuado, en las mismas condiciones, por la
Compañía de Seguros que, en su caso, estuviere pagando una renta vitalicia.
Concordancias. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.
...
Concordancias. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.
...
Proyecto de ley:
...
c) Sus hijos mayores de dicha edad, pero menores de veinticuatro años, que
sean estudiantes de cursos regulares de enseñanza básica, media, técnica o
superior.
Concordancias. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.
...
Sin embargo, si quien hubiere hecho los gastos del funeral fuere persona
distinta del cónyuge o conviviente civil, hijos o padres del fallecido, sólo tendrá
derecho a tal beneficio hasta la concurrencia del monto efectivo de su gasto,
con el límite establecido en el inciso primero del artículo 6º del decreto con
fuerza de ley citado en el inciso anterior, quedando el saldo hasta completar
dicho límite a disposición del o la cónyuge o conviviente civil sobreviviente, y a
falta de éste, de los hijos o los padres del causante. 711
Concordancias. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.
...
Disposiciones transitorias
...
Concordancias. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.
...
Visto:
...
Concordancias. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.
...
Artículos transitorios
...
Concordancias. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.
...
Proyecto de ley
...
Concordancias. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 1º inciso 1º.
...
Artículos transitorios
...
...
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Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS
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INICIO DE:
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
B. LEY Nº 20.066 ESTABLECE LEY DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
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INICIO DE:
A. TRATADOS Y CONVENCIONES INTERNACIONALES
1. CONVENCIÓN INTERAMERICANA PARA PREVENIR, SANCIONAR Y ERRADICAR LA VIOLENCIA
CONTRA LA MUJER "CONVENCIÓN DE BELEM DO PARÁ"
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INICIO DE:
1. CONVENCIÓN INTERAMERICANA PARA PREVENIR, SANCIONAR Y ERRADICAR LA VIOLENCIA
CONTRA LA MUJER "CONVENCIÓN DE BELEM DO PARÁ"
CAPÍTULO I DEFINICIÓN Y ÁMBITO DE APLICACIÓN
CAPÍTULO II DERECHOS PROTEGIDOS
CAPÍTULO III DEBERES DE LOS ESTADOS
CAPÍTULO IV MECANISMOS INTERAMERICANOS DE PROTECCIÓN
CAPÍTULO V DISPOSICIONES GENERALES
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Concordancias: Código del Trabajo: artículos 2º inciso 2º, 154 número 12, 160 número 1, letra b), 168
inciso 3º, 211-A a 211-E, 425 inciso 2. Ley Nº 18.834, sobre Estatuto Administrativo, texto refundido,
coordinado y sistematizado por Decreto Nº 29, Min. Hacienda,D.O. 16.03.2005: artículo 84 letra l). Ley
Nº 18.883, sobre Estatuto Administrativo para Funcionarios Municipales, D.O. 29.12.1989: artículo 82
letra l). Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar,D.O. 7.10.2005: artículos 1º, 2º. Decreto Nº 789, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer,D.O. 9.12.1989: artículos 1, 2, 6. Decreto Nº 1.640, Min. Relaciones Exteriores, Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer "Convención de Belem
do Parà", D.O. 11.11.1998: artículo 1º. Decreto Nº 342, Min. Relaciones Exteriores, Protocolo para
prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la
Convención de las Naciones Unidas contra la delincuencia organizada transnacional, D.O. 16.02.2005.
Concordancias: Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas
las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989: artículos 1º, 2º, 5º.
Concordancias: Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar,D.O. 7.10.2005: artículos 1º, 2º, 3º, 7º, 8º, 9º,
11. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989: artículo 5º. Decreto Nº 1.640, Min. Relaciones
Exteriores, Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer
"Convención de Belem do Parà", D.O. 11.11.1998: artículo 12.
Concordancias: Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar,D.O. 7.10.2005: artículo 3º. Decreto Nº 789,
Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer, D.O. 9.12.1989: artículos 3º, 5º.
Concordancias: Decreto Nº 1.640, Min. Relaciones Exteriores, Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer "Convención de Belem do
Parà", D.O. 11.11.1998: artículo 7º.
Las enmiendas entrarán en vigor para los Estados ratificantes de las mismas
en la fecha en que dos tercios de los Estados Partes hayan depositado el
respectivo instrumento de ratificación. En cuanto al resto de los Estados
Partes, entrarán en vigor en la fecha en que depositen sus respectivos
instrumentos de ratificación.
Proyecto de ley:
Concordancias: Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas
las formas de discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989. Decreto Nº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 2.1, 6, 19, 39. Decreto
Nº 1.640, Min. Relaciones Exteriores, Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar
la Violencia contra la Mujer "Convención de Belem do Parà", D.O. 11.11.1998.
Artículo 4º. Corresponderá al Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género
proponer al Presidente de la República las políticas públicas para el
cumplimiento de los objetivos de esta ley.719
declarado: "Que es necesario consignar que el artículo 400 del Código Penal es
inaplicable a delitos de lesiones en contexto de violencia intrafamiliar. Ello, porque la
circunstancia del vínculo que une al imputado y la víctima no puede considerarse en dos
ocasiones, la primera para determinar el delito de lesiones menos graves en contexto de
violencia intrafamiliar conforme al artículo 494 Nº 5 del Código Penal y, la segunda para
sostener que esa circunstancia debe ser tomada en consideración para aumentar en un
grado la pena. Lo anterior importa, que el aumento de pena en un grado sólo resulta
aplicable cuando se trata de lesiones menos graves propiamente tales, pero en ningún
caso si la calificación de lesiones menos graves resulta por aplicación del artículo 494
Nº 5 del Código Penal [...] Que de conformidad con lo reseñado, una misma circunstancia
vínculo del acusado con la víctima que ha permitido mudar de las lesiones leves a menos
graves, no puede ser considerado para elevar nuevamente en un grado la respectiva
sanción, pues una misma circunstancia no puede aplicarse dos veces en forma coetánea.
Ello lo impide el principio non bis in idem" (C. de Apelaciones de Concepción, 20 de
febrero de 2015, cons. 16º y 17º, LegalPublishing: Cl/Jur/986/2015, Rol Nº 13-2015).
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículos 8º número 16,
81 incisos 1º y 2º.
el artículo 9º de la Ley Nº 20.066, en estricto rigor, no tienen el carácter jurídico penal de
sanción principal o accesoria, sino que ellas propenden al resguardo del ofendido por el
delito, son medidas jurisdiccionales adicionales, que el juez ha de aplicar en esa
dirección, considerando los antecedentes que lo ameriten. Dicho de otro modo, las
medidas accesorias por actos de violencia intrafamiliar, sólo operan una vez que se ha
determinado la pena aplicable, ya sea en virtud de las reglas del Código Penal, o las de la
Ley Nº 20.084 [...] Que, en un distinto orden de ideas, las medidas accesorias
contempladas en el artículo 9º de la Ley Nº 20.066 no pueden ser consideradas sanciones
de naturaleza penal pues estas se aplican, por regla general, por los Juzgados de Familia,
Tribunales que no tienen competencia en materia penal, reafirmándose claramente que se
trata sólo de medidas especiales que tienen por finalidad proteger a la víctima de actos
constitutivos de violencia intrafamiliar, sean éstos constitutivos de delito o no, de lo que se
sigue que su imposición al adolescente no constituye una infracción al estatuto penal
regulado en la Ley Nº 20.084" (C. Apelaciones de Valdivia, 14 de octubre de 2014, cons.
5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/7399/2014, Rol Nº 505-2014). 1052. Los actos de
violencia intrafamiliar siempre llevan anexas las penas accesorias, sean delitos o
sean faltas. Así se ha declarado que: "Los actos de violencia intrafamiliar llevan siempre
consigo las accesorias del artículo 9º de la Ley de Violencia Intrafamiliar, sea que se trate
de simples faltas o contravenciones, sea que se trate de delitos. Si se trata de simples
faltas o contravenciones, esas penas accesorias las aplican en principio los jueces de
familia, como lo manda el propio artículo 9º, y si se trata de delitos, las aplican los jueces
de lo penal, todo por mandato de los artículos 6º, 9º y 16 de la Ley en estudio. No hay,
pues, error de derecho en la imposición misma de tales sanciones, que siempre
corresponde aplicar y cuya procedencia no deriva nunca de interpretación analógica, sino
siempre de expreso texto legal" (C. de Apelaciones de Rancagua, 2 de agosto de 2007,
Legal Publishing: 38073). 1053. De si procede aplicar a un infractor penal
adolescente alguna de las sanciones accesorias contempladas en la Ley de
Violencia Intrafamiliar. Directamente ligada a la cuestión tocante a la naturaleza y
carácter de estas medidas, se ha planteado la relativa a si es posible aplicarlas a un
infractor penal adolescente. Dos han sido las opiniones en este punto: la de aquellos que,
sobre la base de estimarlas como sanciones de carácter penal, entienden que no es
posible aplicarlas a infractores penales adolescentes, la de quienes, al considerar que
estas medidas carecen de naturaleza penal, juzgan que sí procede aplicarla a infractores
penales adolescentes: a) Opinión que estima que no procede aplicar estas medidas a
los infractores penales adolescentes: en ese sentido se ha razonado del modo
siguiente: "El artículo 6º de la Ley sobre Responsabilidad Penal Adolescente dispone que
"en sustitución de las penas contempladas en el Código Penal y en las leyes
complementarias, a las personas condenadas según esta ley sólo se les aplicará la
siguiente Escala General de Sanciones Penales para Adolescentes, sin que dentro de la
enumeración siguiente se encuentre la reclamada por el Ministerio Público, que
efectivamente corresponde a una sanción accesoria posible de aplicarse en los casos de
Violencia Intrafamiliar. 5º) Que el anteriormente citado artículo 6º solamente considera
como sanciones accesorias posibles las de prohibición de conducir vehículos motorizados
y la de comiso de los objetos, documentos e instrumentos de los delitos. Pero
seguidamente, el artículo 7º autoriza al juez penal para establecer como sanción
accesoria, la obligación de someter al joven a tratamientos de rehabilitación por adicción a
las drogas o al alcohol, siempre que sea necesario en atención a las circunstancias del
adolescente [...] Que si bien —tal como resulta obvio del razonamiento anteriormente
reproducido— el Juez de Garantía no impuso la sanción accesoria solicitada por razones
de prudencia, proporcionalidad y racionalidad, según se expresa, conviene hacer algunas
breves reflexiones acerca de la procedencia de aplicar a los adolescentes infractores
penales alguna clase de sanción no contemplada en la ley especial que les es propia,
antes citada, sino en otras (en este caso, una establecida en la ley de Violencia
Intrafamiliar). 7º ) Que en relación a tal materia, adviértase desde luego que la E Corte
xcma.
Concepción ha defendido esta opinión del modo siguiente: "Que de conformidad con lo
reseñado, tanto la Ley Nº 20.084 como la Ley Nº 20.066 son leyes especiales de igual
rango o jerarquía, pero una lo es en relación a la persona en su rango etario y la otra, a la
materia independiente a la edad del agente. Las dos leyes no son incompatibles entre sí,
pueden llegar a colisionar en algunos casos, pero no se derogan la una a la otra, de
manera que deben aplicarse imperativamente en la especie. Es dable destacar que en la
Ley Nº 20.084 el bien jurídico protegido es la libertad, siendo su ámbito de aplicación los
adolescentes que hubieren dado principio de ejecución a un delito, y en el caso de la ley
sobre violencia intrafamiliar el bien jurídico protegido es la vida y la integridad física y
psíquica, bienes amparados por nuestra Carta Fundamental. El juez debe hacer cumplir
ambas leyes especiales, en razón de estar juzgando a un adolescente que cometió un
delito en el contexto de violencia intrafamiliar. En tal estadio, aplicada al infractor la
sanción principal y especial de la ley de responsabilidad penal adolescente corresponde
imponer una o más de las medidas accesorias —lo que no es facultativo para el juez—
contempladas en la Ley Nº 20.066 para la protección de la víctima [...] Que el hecho de
establecer el artículo 6º de la Ley Nº 20.084, en su parte final, dos accesorias especiales,
de ninguna manera puede inferirse que dicha enumeración sea taxativa, de modo que es
aquí donde cabe la aplicación de las medidas accesorias de la Ley de Violencia
Intrafamiliar, la que por su especialidad no podía estar contemplada en la de
responsabilidad penal adolescente, debiendo el juez cumplir ambas leyes, como lo
dispone el artículo 1º de la Ley Nº 20.084. En caso contrario, la sanción impuesta al
adolescente sería incompleta, al faltar la o las accesorias que el legislador ordena al juez
imponer para proteger a las víctimas. En la situación en estudio, se impuso al imputado
adolescente como pena principal la de prestación de servicios en beneficio de la
comunidad prevista en el artículo 6º de la Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal
Adolescente, y como medida accesoria la prohibición de acercarse a la víctima
contemplada en el artículo 9º letra b) de la Ley Nº 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar [...]
Que en relación a la materia en análisis, se ha fallado que las medidas accesorias
descritas en el artículo 9º de la Ley Nº 20.066, en estricto rigor, no tienen el carácter
jurídico penal de sanción principal o accesoria, sino que, teniendo como propósito el
resguardo del ofendido por el delito, son medidas jurisdiccionales adicionales, que el juez
no tiene otra opción sino decretar cuando el delito constituya un acto de violencia
intrafamiliar, por disposición expresa de la norma en comento. Dicho de otro modo, las
medidas accesorias por actos de violencia intrafamiliar, sólo operan una vez que se ha
determinado la pena aplicable ya sea en virtud de las reglas del Código Penal, o las de la
Ley Nº 20.084 (Corte de Apelaciones de Valdivia. 21 de abril de 2014. Rol 173-2014).La
Ley Nº 20.066 no excluye de su aplicación a los adolescentes, y tampoco fue derogada
por la Ley Nº 20.084 [...] Que en consecuencia, a un imputado adolescente que ha
cometido un delito en contexto de violencia intrafamiliar debe aplicarse las penas
principales y accesorias previstas en los artículos 6º y 7º de la Ley Nº 20.084, pero
también por imperativo legal una o más de las medidas accesorias previstas en el artículo
9º de la Ley Nº 20.066, en razón de la vital importancia proteccional que debe otorgarse a
las víctimas de estos delitos, las cuales no pueden quedar desvalidas ante su agresor. Lo
anterior, porque el catálogo de sanciones de la Ley Nº 20.084 no impide en la especie
aplicar como medida de protección desde la perspectiva de la víctima y como medida de
seguridad desde el ángulo del sentenciado lo dispuesto en la norma especial contenida en
el artículo 9º de la Ley Nº 20.066, que prohíbe al ofensor acercarse a la víctima. En tal
extremo, dicha medida no se estima por estos sentenciadores como una sanción
accesoria" (C. Apelaciones de Concepción, 25 de julio de 2014, cons. 10º a 13º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4932/2014, Rol Nº 368-2014). El mismo tribunal ha mantenido
esta opinión en sentencia posterior: "Que, según se ha fallado, las medidas descritas en el
artículo 9º de la Ley Nº 20.066, en estricto rigor, no tienen el carácter jurídico penal de
sanción principal o accesoria, sino que, teniendo como propósito el resguardo del
ofendido por el delito, son medidas jurisdiccionales adicionales, que el juez no tiene otra
opción sino decretar cuando el delito constituya un acto de violencia intrafamiliar, por
disposición expresa de la norma en comento. Dicho de otro modo, las medidas accesorias
por actos de violencia intrafamiliar, sólo operan una vez que se ha determinado la pena
aplicable, ya sea en virtud de las reglas del Código Penal, o las de la Ley Nº 20.084, y
tampoco corresponde tenerlas como penas pues se trata de medidas especiales que
tienen por finalidad proteger a la víctima de actos constitutivos de violencia intrafamiliar,
sean éstos constitutivos de delito o no, por lo cual su imposición a un adolescente no
constituye una infracción al estatuto penal regulado en la Ley Nº 20.084 pues, atendida la
finalidad de las medidas accesorias del artículo 9º de la Ley Nº 20.066, y muy
especialmente, la de su letra b), en forma alguna se atenta contra los principios y
objetivos de la Ley Nº 20.084, al imponerse a un infractor adolescente. (Corte de
Apelaciones de Valdivia en autos rol 568-2013 y 173-2014). En concreto, la Ley
Nº 20.066, en función de su objeto que, según resulta de lo dispuesto en su artículo 1º,
dice relación con la prevención, sanción y erradicación de la violencia intrafamiliar y la
necesaria protección de las víctimas de la misma, obliga al juez penal, a la hora de
imponer las penas, a aplicar medidas accesorias, las que, por lo demás, atendida la
especial naturaleza de la violencia intrafamiliar, justifica o explica que no se pormenoricen
en la Ley Nº 20.084. Así se ha declarado que: "Los actos de violencia intrafamiliar llevan
siempre consigo las accesorias del artículo 9º de la Ley de violencia intrafamiliar, sea que
se trate de simples faltas o contravenciones, sea que se trate de delitos" (Corte de
Apelaciones de Rancagua, 2 de agosto de 2007) [...] Que, tal como lo sostiene la jueza en
la sentencia recurrida, tanto la Ley Nº 20.084 como la 20.066 son leyes especiales, la
primera, en atención establecer un estatuto de responsabilidad penal para infractores
adolescentes, y la segunda, al regular casos de violencia intrafamiliar, leyes que difieren
tanto en razón de la materia como en lo que dice relación con sus objetivos, lo que
determina que no se trata de leyes que necesariamente se excluyan, especialmente si se
considera, como ya se ha señalado, que cada una de ellas tiene su propio afán u objeto y
que la medida cuya imposición cuestiona la recurrente no tiene el carácter de pena. En
este sentido, resulta plenamente pertinente la referencia a lo dispuesto en el artículo 16
de la Ley Nº 20.066 [...] Que, en concepto de esta Corte, la aplicación de las medidas
accesorias previstas en el artículo 9º de la Ley Nº 20.066, se conforma a lo prescrito en el
inciso 2º del artículo 1º de la Ley Nº 20.084, y en caso alguno se trate de una toda norma
que contraríe los derechos y garantías que les son reconocidos a los adolescentes
infractores, en la Constitución, en las leyes, en la Convención sobre los Derechos del Niño
y en los demás instrumentos internacionales ratificados por Chile que se encuentren
vigentes, teniendo en especial consideración el fin que se persigue con este tipo de
medidas y su especial naturaleza, según se ha señalado en el considerando cuarto de
esta resolución, conciliándose los fines perseguidos por la Ley Nº 20.084, expresados en
sus artículos 2º y 20, con los de la Ley Nº 20.066, en lo que dice relación especialmente
con la prevención de los episodios de violencia intrafamiliar y de la protección de la
víctima, en función de sus artículos 1º y 2º" (C. Apelaciones de Concepción, 1 de agosto
de 2014, cons. 4º, 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/5094/2014, Rol Nº 408-
2014). 1054. No procede aplicar las medidas accesorias de este artículo en el caso
del delito de desacato, aunque éste se haya producido en sede de violencia
intrafamiliar. En ese sentido se ha declarado que: "[E]l artículo 9º de la Ley Nº 20.066
señala como medidas 'accesorias' las de su artículo 8º, contenidas en las letras que
indica, entre ellas las señaladas en las letras a) y b) aplicadas adicionalmente en la
sentencia revisada, sin que están referidas ni debidamente autorizadas para el delito
descrito en el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, que se sanciona en el fallo
apelado. Por el contrario, la ley solo contempla tales accesorias para otro tipo penal
consistente al maltrato constitutivo de 'Violencia Intrafamiliar', tipificado en la Ley
Nº 20.066. Más aun, ni siquiera se encuentra acreditado en autos que ya exista aplicada
alguna sanción por la violencia intrafamiliar, materia de otro proceso, ni hay antecedentes
que de haberse ya aplicado alguna multa, haya sido o no pagada oportunamente, como
para remitir los antecedentes al Ministerio Público" (C. Apelaciones de San Miguel, 1 de
octubre de 2012, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/2157/2012). El Ministerio Público
estimaba que estaban "bien aplicadas las sanciones accesorias del artículo 9º de la Ley
Nº 20.066, por estar el 'desacato' sancionado dentro de un contexto de violencia
intrafamiliar como señala el punto primero de lo resolutivo de la sentencia en revisión,
pero ello lo cuestiona el apelante que lo estima atentatorio al principio de Legalidad, al no
estar establecido en el tipo vulnerado", ante lo cual el tribunal de alzada insistió en: "Que
a juicio de esta Corte, no estando las sanciones accesorias apeladas establecidas ni aun
referidas en el tipo penal por desacato, cuya sanción se aplica, ni existiendo alguna
extensión que la admita en alguna 'ley formal' (con alcance individual sancionada por el
poder legislativo) ni 'material formal' (norma sancionada con alcance general, pero
interpretada con criterio restrictivo), procede acoger el recurso interpuesto, no sólo por
falta de clara vinculación entre las citadas normas legales, sino además porque de aplicar
desde luego las establecidas para la violencia intrafamiliar pudiere contravenirse sea lo
que ya estuviere resuelto por dicho ilícito, sea la pena que eventualmente se llegare a
aplicar por el mismo" (C. Apelaciones de San Miguel, 1 de octubre de 2012, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2157/2012), y agregó: "Que en consecuencia, mantener tales
sanciones accesorias adicionales, pese a estar concedida la remisión condicional de la
pena, afectaría los principios de legalidad y de reserva a que obligan los artículos 7º inciso
segundo y 19 Nº 3º incisos 7º y final de la Constitución Política de la Republica"
(C. Apelaciones de San Miguel, 1 de octubre de 2012, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2157/2012). 1055. Se incurre en desacato, al tenor del inciso
2º del artículo 240 CPC, por el hecho de incumplir una resolución que decreta una
de las medidas accesorias de este artículo. En este sentido se ha declarado: "Que
también se ha alegado que la infracción de las medidas cautelares establecidas en el
artículo 9º de la Ley Nº 20.066 no está sancionado como desacato por el artículo 10 del
mismo cuerpo legal, lo que no corresponde al texto del citado artículo ya que éste
establece claramente que en caso de incumplimiento de la medida adoptada los
antecedentes deben pasar al Ministerio Público a efectos del inciso segundo del artículo
240 del Código de Procedimiento Civil, lo que claramente indica que debe castigarse
como desacato" (C. Apelaciones de San Miguel, 31 de diciembre de 2012, cons. 4º,
LegalPublishing: Cl/Jur/2992/2012). Esta opinión, que debe tenerse por consolidada, ya la
había mantenido el mismo tribunal de alzada: "El juez está facultado para decretar, en
cualquier etapa de la investigación o del procedimiento sobre delitos de violencia familiar,
y aun antes de la formalización, entre otras, las medidas cautelares necesarias para
proteger a la víctima de manera eficaz y oportuna y en caso de incumplimiento se deben
poner los antecedentes en conocimiento del Ministerio Público para los efectos previstos
en el inciso segundo del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, sin perjuicio de
disponer arresto hasta por quince días en contra del infractor como medida de apremio.
De lo argüido precedentemente se puede colegir que no es efectivo que el
quebrantamiento de medidas cautelares sólo dé lugar a sanciones procesales. La
conducta del acusado importó quebrantar lo ordenado cumplir judicialmente, pues en
conocimiento de una prohibición, cuyo mandato le fue intimado personalmente, lo
desobedeció haciendo justamente aquello que se le instaba a no hacer. La historia
fidedigna del establecimiento de la ley evidencia el claro propósito de los legisladores
sobre esta materia, puesto que se prefirió modificar derechamente la Ley Nº 19.968, en el
sentido de tipificar como delito de desacato la conducta de quien transgrede las medidas
accesorias o cautelares, ya que el objeto de esta ley es prevenir, sancionar y erradicar la
violencia intrafamiliar y otorgar protección a las víctimas de la misma y se impone como
obligación del Estado la adopción de las medidas conducentes para garantizar la vida,
integridad personal y seguridad de los miembros de la familia, debiendo llevar a cabo
políticas preventivas" (C. de Apelaciones de San Miguel, 10 de enero de 2011,
Nº LegalPublishing: 47.414). En igual orientación se ha recordado que: "Como lo ha
sostenido la jurisprudencia el inciso segundo de la norma legal anteriormente transcrita
describe una conducta punible e indica la sanción que habrá de aplicarse al infractor,
tratándose de una figura penal autosuficiente que cumple satisfactoriamente la exigencia
constitucional de la legalidad y tipicidad, atendido que es la ley que directamente describe
el hecho punible y fija su penalidad. Además, se ha sostenido por la propia jurisprudencia
en forma mayoritaria, que la tipificación penal contenida en el inciso segundo del artículo
240 del Código de Procedimiento Civil es claro en su tenor literal, ya que no distingue, ni
siquiera alude a resoluciones, si éstas deben reconocer una situación permanente y
definitiva, por lo que no puede inferirse que queden excluidas de la paliación de tal
precepto las órdenes transitorias y temporales, ya que se alude en dicha norma el que
quebrantare lo ordenado cumplir (causa Rol Nº 20-2009 Corte de Apelaciones de
Concepción).Que, en consecuencia, al tenor de lo precedentemente expresado, estos
sentenciadores estiman que los jueces del Tribunal Oral incurrieron en una infracción de
derecho que influyó en lo dispositivo del fallo, al hacer diferencia entre normas
permanentes y temporales, alterando la naturaleza de la misma, ya que la citada
disposición legal, no distingue el tipo de resoluciones que pueden ser objeto del delito,
como ya se dijo" (C. de Apelaciones de Chillán, 27 de marzo de 2009,
Nº LegalPublishing: 41.827). 1056. De las exigencias para que se configure el
desacato previsto en el inciso 2º del artículo 240 del Cpc. Se ha declarado que: "Para
que concurra el delito de desacato, previsto y sancionado en el artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil, en relación a los artículos 9º, 10 y 18 de la Ley sobre Violencia
Intrafamiliar, Nº 20.066, es necesario A) que exista una resolución judicial que decrete
alguna de las medidas cautelares dirigidas a proteger a las víctimas de la violencia
intrafamiliar, tales como: A.1) las establecidas en las letras a), b) y c) del artículo 9º de la
Ley Nº 20.066; esto es, que prescriba la obligación de abandonar el ofensor el hogar que
comparte con la víctima; prohíba acercarse a la víctima o a su domicilio, lugar de trabajo o
de estudio; prohíba el porte y tenencia de armas de fuego; A.2) que decrete alguna de las
medidas cautelares establecidas en el artículo 92 de la Ley Nº 19.968, sobre Tribunales
de Familia y A.3) artículo 155 letra g) del Código Procesal Penal. B) que el destinatario de
dicha medida cautelar haya sido comunicado debidamente de su existencia. C) que exista
quebrantamiento de la resolución judicial decretada y D) que el quebrantamiento esté
rodeado de circunstancias que razonablemente importen un riesgo efectivo para la salud,
la integridad, la vida o el patrimonio de la persona protegida, o bien, en casos de ofensas
u hostigamientos permanentes, una alteración intolerable de su tranquilidad" (2º Tribunal
Oral en lo Penal de Santiago, 26 de diciembre de 2008, Nº LegalPublishing:
41.816). 1057. De los bienes jurídicos tutelados en el caso del desacato por
incumplimiento de las medidas decretadas en conformidad a este artículo 9º.Se ha
declarado que: "Los bienes jurídicos protegidos con el delito de desacato, por
quebrantamiento de medidas cautelares dictadas en un contexto de violencia intrafamiliar,
es la conjunción entre la seguridad de la salud, integridad, vida, patrimonio y tranquilidad
de la vida familiar de las personas protegidas por la medida cautelar quebrantada y la
vigencia de la autoridad judicial" (2º Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, 26 de
diciembre de 2008, Nº LegalPublishing: 41.816). 1058. De la necesidad de fijar un
plazo a la medida accesoria para que pueda configurarse el desacato. Así, frente a
una medida consistente en la prohibición de "ingresar al domicilio de la víctima y
acercarse, hasta que las partes sean citadas a la Fiscalía Local de san Bernardo", se ha
estimado: "Que en el presente caso, se ignora si las partes serán efectivamente citadas a
la Fiscalía Local de San Bernardo y la época en que esto podría ocurrir, no habiéndose
dado, en consecuencia, cumplimiento a la disposición señalada en el considerando
séptimo, que incluso se refiere a un lapso de tiempo determinado [art. 9º] Que se estima
por estos sentenciadores que el Tribunal de primera instancia ha hecho en la sentencia
una errónea aplicación del derecho, que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del
fallo, al dar por acreditado el delito de desacato investigado, basándose en una resolución
dictada por el Juzgado de Familia de Buin, que no cumple con el requisito de señalar
determinadamente el plazo que se mantendrá vigente la medida cautelar decretada en
contra del sentenciado" (C. de Apelaciones de San Miguel, 30 de abril de 2008,
Nº LegalPublishing: 38.950). 1059. No procede atender a la voluntad del ofendido
para determinar si se ha incumplido o no con las medidas cautelares de las letras
a) y b) de este artículo. En este sentido se ha declarado que: "[E]sta Corte comparte los
fundamentos de este motivo de nulidad invocado por la recurrente, desde que en parte
alguna del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, en relación con los artículos 10,
15 y 18 de la Ley Nº 20.066 se establece que habrá de atenderse a la voluntad del
ofendido para determinar si se ha incumplido o no con las medidas cautelares del artículo
9º letras a) y b) del mismo cuerpo de normas, en términos que al razonar de esa manera
impone exigencias al tipo que el legislador no ha considerado" (C. Apelaciones de
Santiago, 8 de enero de 2013, cons. 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/49/2013).
Santiago que: "[L]a violación a una de las condiciones impuestas en una suspensión de
esta naturaleza no importa la comisión de un delito de desacato, toda vez que el artículo
239 del Código Procesal Penal señala las consecuencias precisas del incumplimiento de
algunas de las condiciones impuestas, a saber: 'Cuando el imputado incumpliere, sin
justificación, grave o reiteradamente las condiciones impuestas, o fuere objeto de una
nueva formalización de la investigación por hechos distintos, el juez, a petición del fiscal o
la víctima, revocará la suspensión condicional del procedimiento, y éste continuará de
acuerdo a las reglas generales'. Luego, la ley ha regulado expresamente el
incumplimiento de las condiciones fijadas, debiendo el juez en este caso revocar la
suspensión condicional a petición del fiscal o de la víctima, sin que corresponda,
entonces, aplicar la norma penal del inciso segundo del artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil" (C. Apelaciones de Santiago, 15 de mayo de 2012, cons. 8º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1135/2012). 1066. De si la aplicación del artículo 10 implica o
no vulneración del principio ne bis in idem. La jurisprudencia claramente se ha
inclinado por la negativa: "La aplicación del artículo 10 de la Ley Nº 20.066 conforme a lo
dispuesto en el artículo 18 de ella y en relación al artículo 17 y 9º de la misma, en caso
alguno importa vulneración del principio "non bis in idem" (C. de Apelaciones de San
Miguel, 28 de abril de 2008, Nº LegalPublishing: 38.888),precisándose que: "El artículo 18
de la Ley en estudio, establece que en caso de incumplimiento de las medidas a que se
refiere el artículo 17, se aplicará lo dispuesto en el artículo 10; disposición, que por su
parte, establece que, en caso de incumplimiento de las medidas cautelares o accesorias
decretadas, con excepción de aquellas previstas en la letra d) del artículo 9º, se deberá
poner los antecedentes al Ministerio Público para los efectos previsto en el inciso segundo
del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, es decir para los efectos de investigar
el delito de desacato. Quinto: Que, en la especie, al condenar por desacato, como se
resolverá, no representa sino la aplicación de la normativa especial vigente contemplada
en la Ley sobre Violencia Intrafamiliar, que sanciona expresamente el incumplimiento de
la resolución judicial que establece la prohibición de aproximarse a la víctima y bajo
ningún respecto importa una transgresión al principio "non bis in idem", desde que el
hecho de la violación de dicha prohibición, constituye efectivamente un quebrantamiento a
la resolución judicial dictada en el marco de la aplicación de la Ley Nº 20.066 y
sancionada como delito en el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, y por su
parte la norma contenida en el artículo 239 del Código Procesal Penal, no le da tal
calidad, sino que sólo permite la reiniciación de la suspendida acción penal por el delito
primitivo" (C. de Apelaciones de Puerto Montt, 9 de agosto de 2007, LegalPublishing:
36983).
Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículo 174. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro
Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º número 1. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 89. Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar,D.O. 7.10.2005: artículos
9º letra d), 96 inciso final.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículo 92. Ley
Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar,D.O. 7.10.2005: artículo 7º. Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad
Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículo 32.
1071. Esta regla y la del artículo 9º de la ley priman sobre las contenidas
Jurisprudencia:
en los artículos 237 y 238 del Código Procesal Penal. Así se ha señalado que: "Como
se aprecia de los artículos 237 del Código Procesal Penal y 17 de la Ley Nº 20.066,
ambos facultan al Tribunal de Garantía para decretar la suspensión del procedimiento.
Estableciendo también tanto el artículo 238 del Código Procesal Penal como el artículo
9º de la Ley sobre Violencia Intrafamiliar, las condiciones a cuyo cumplimiento ha de
quedar sujeto el imputado para tal suspensión. Entre ellas, con una redacción distinta
pero de igual contenido y significado, como se lee de sus respectivos literales
b): "abstenerse de frecuentar determinados lugares o personas según señala el artículo
238 del Código Procesal Penal, y "la prohibición de acercarse a la víctima o a su domicilio,
lugar de trabajo o estudio conforme lo dispone el artículo 9º de la Ley Nº 20.066. Por
consiguiente, encontrándose los artículos 237 y 238 del Código Procesal Penal entre las
normas que regulan el procedimiento ordinario penal, en tanto que los artículos 9º y 17 de
la Ley Nº 20.066, entre aquellas que reglan el procedimiento al que debe someterse "la
investigación y procedimientos penales sobre Violencia Intrafamiliar", es inconcuso que
estas últimas, dada su especialidad, se aplican a las situaciones a que dicho texto legal se
refiere y priman sobre las generales del procedimiento ordinario penal" (C. de
Apelaciones de San Miguel, 5 de junio de 2008, Nº LegalPublishing: 39157; C. de
Apelaciones de San Miguel, 16 de marzo de 2009, Nº LegalPublishing: 41.770).
"Artículo 400. Si los hechos a que se refieren los artículos anteriores de este
párrafo se ejecutan en contra de alguna de las personas que menciona el
artículo 5º de la Ley sobre Violencia Intrafamiliar, o con cualquiera de las
circunstancias Segunda, Tercera o Cuarta del número 1º del artículo 391 de
este Código, las penas se aumentarán en un grado.".
d) Agrégase la siguiente oración al final del Nº 5 del artículo 494: "En ningún
caso el tribunal podrá calificar como leves las lesiones cometidas en contra de
las personas mencionadas en el artículo 5º de la Ley sobre Violencia
Intrafamiliar.".
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Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS
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INICIO DE:
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
A. LEY Nº 20.084 ESTABLECE UN SISTEMA DE RESPONSABILIDAD DE LOS ADOLESCENTES POR
INFRACCIONES A LA LEY PENAL
B. DECRETO SUPREMO Nº 1.378 APRUEBA REGLAMENTO DE LA LEY Nº 20.084 QUE ESTABLECE UN
SISTEMA DE RESPONSABILIDAD DE LOS ADOLESCENTES POR INFRACCIONES A LA LEY PENAL
C. LEY Nº 19.733 SOBRE LIBERTADES DE OPINIÓN E INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO
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INICIO DE:
A. LEY Nº 20.084 ESTABLECE UN SISTEMA DE RESPONSABILIDAD DE LOS ADOLESCENTES POR
INFRACCIONES A LA LEY PENAL
TÍTULO PRELIMINAR DISPOSICIONES GENERALES
TÍTULO I CONSECUENCIAS DE LA DECLARACIÓN DE RESPONSABILIDAD DE LOS ADOLESCENTES POR
INFRACCIONES A LA LEY PENAL
TÍTULO II PROCEDIMIENTO
TÍTULO III DE LA EJECUCIÓN DE LAS SANCIONES Y MEDIDAS
TÍTULO FINAL
ARTÍCULOS TRANSITORIOS
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Proyecto de ley:
Concordancias: Código Penal: artículos 477, 494 números 1, 4, 5 y 19, 494 bis, 495 número 21, 496
números 5 y 26. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,D.O. 30.08.2004: artículos 8º número 9, 102
A. Ley Nº 20.000, sanciona el tráfico ilícito de estupefacientes y substancias
sicotrópicas,D.O. 16.02.2005. Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar,D.O. 7.10.2005. Ley Nº 20.084,
sobreResponsabilidad Penal Adolescente,D.O. 7.12.2005: artículos 3º, 4º. Decreto Nº 1.378, Min. de
Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº 20.084 que establece un sistema de responsabilidad de los
adolescentes por infracciones a la ley penal, D.O. 25.04.2007: artículo 60. Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 37.
por el legislador de la Ley Nº 20.084 de asegurar a jóvenes imputados por delitos, una
serie de garantías fundamentales de carácter material y procesal, benigno como
moderado, a la hora de fijar las sanciones finales, estableciendo límites máximos y
rebajas generalizadas por los mismos. No puede olvidarse que esta ley no crea una
suerte de texto penal de los adolescentes, salvo en asuntos muy acotados, lo que hace es
construir un marco legal cuyo objeto es morigerar las sanciones generales, no sustituirlas,
para luego proceder a efectuar una conversión con la naturaleza de la pena
correspondiente a cada caso, pero siempre sujeto a ese contenido mayor que no ha
dejado de regir. A mayor abundamiento, el Mensaje del Ejecutivo con el cual se remitió al
Congreso la presente normativa, expresa que no tuvo por objeto, en caso alguno,
despenalizar las sanciones, sino que se fundó en la necesidad de introducir precisos pero
necesarios ajustes a la ley, de modo de cumplir con los fines que la inspiran, esto es, la
responsabilización y la reinserción social del adolescente, y que la propuesta que se
presenta al Parlamento apunta a confeccionar algunos aspectos procesales y otros
sustantivos que permitirán que ella sea aplicada de manera más uniforme, previniendo
dudas interpretativas y problemas de operatividad. Las que en concreto se estructuraron a
partir de cuatro aspectos fundamentales; por un lado a una reordenación de los artículos
referidos a la determinación de las penas, distinguiendo entre la pena a imponer y la
considerada en abstracto; el segundo referente a la procedencia de la internación
provisoria; otro en cuanto a la detención por flagrancia; y en cuarto y último lugar, lo
referido a los centros semicerrados" (C. Suprema, 6 de mayo de 2008, cons. 7º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6734/2008, Rol Nº 710-2008). Este considerando fue recibido, con
ligerísimas variantes de redacción, en sentencia posterior del mismo tribunal
(C. Suprema, 6 de noviembre de 2008, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/1109/2008, Rol
Nº 2617-2008), y con algunas matizaciones en otra sentencia del año 2009: "El propósito
perseguido por el legislador de la Ley Nº 20.084 consistió en asegurar a jóvenes
imputados por delitos una serie de garantías fundamentales de carácter material y
procesal. Como se anticipó, esta ley no crea una suerte de texto penal de los
adolescentes, salvo en asuntos muy acotados, lo que hace es construir un marco legal
cuyo objeto es morigerar las sanciones generales, para luego proceder a efectuar una
conversión de la naturaleza de la pena correspondiente a cada caso y, por último, velar
por la ejecución en los términos más favorables para la integración social del infractor. En
efecto, el Mensaje del Ejecutivo con el cual se remitió al Congreso la presente normativa,
expresa que no tuvo por objeto, en caso alguno, despenalizar las acciones, sino que se
fundó en la necesidad de introducir precisos pero necesarios ajustes a la ley, de modo de
cumplir con los fines que la inspiran, esto es, la responsabilización y la reinserción social
del adolescente" (C. Suprema, 13 de abril de 2009, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8450/2009, Rol Nº 2300-2009). 1078. De la no existencia de un
catálogo particular de hechos ilícitos en relación con los adolescentes. Desde muy
temprano la E Corte Suprema hizo presente este carácter de la Ley Nº 20.084: "[E]n lo
xcma.
que respecta a los delitos en particular, debe destacarse que la nueva ley no establece un
catálogo propio de ilicitudes, por lo que constituirán hechos punibles para los
adolescentes —los mismos que lo son en el derecho penal de los adultos— conforme a la
legislación punitiva general, en particular la contenida en el libro segundo del Código
Penal" (C. Suprema, 28 de agosto de 2007, cons. 20º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/1799/2007, Rol Nº 3627-2007). Al poco tiempo, el mismo tribunal
amplió los términos del considerando anterior: "Que, en lo que, respecta a los delitos en
particular, debe destacarse que el nuevo régimen no establece un catálogo propio de
ilicitudes, que constituirían hechos punibles para los adolescentes, sino que son los
mismos que se contemplan en el libro segundo del Código Penal, por lo que, en general,
todos aquellos aspectos relacionados con el desarrollo del delito, la autoría y participación
criminal, rigen las disposiciones que se establecen para los adultos en el texto punitivo
nacional, reservándose principalmente en materia de sanciones y adjudicación de la
responsabilidad penal, el establecimiento de un nuevo régimen diferenciado propio para
los adolescentes infractores" (C. Suprema, 6 de mayo de 2008, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl Jur/6734/2008, Rol Nº 710-2008). En sentencias posteriores lo recibió
literalmente (C. Suprema, 6 de noviembre de 2008, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1109/2008, Rol Nº 2617-2008; C. Suprema, 13 de enero de 2012,
cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/4474/2012, Rol Nº 565-2012), o con alguna ligera
variante de redacción: "Que el nuevo régimen no establece un catálogo propio de
ilicitudes que constituirían hechos punibles para los adolescentes, a cuyo respecto rigen
las disposiciones que se fijan para los adultos en el texto punitivo nacional, reservándose
principalmente en materia de sanciones, adjudicación de la responsabilidad penal y
modalidad de ejecución de las sentencias, la determinación de un sistema diferenciado
propio para los adolescentes infractores" (C. Suprema, 13 de abril de 2009, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/8450/2009, Rol Nº 2300-2009). Este considerando, igualmente,
ha sido recibido en sentencias de diversos tribunales de alzada (C. de Apelaciones de
Concepción, 5 de diciembre de 2008, cons. 2º, LegalPublishing: Cl/Jur/5712/2008, Rol
Nº 757-2008; C. de Apelaciones de Santiago, 28 de diciembre de 2010, cons. 1º,
LegalPublishing: Cl/Jur/12306/2010, Rol Nº 2388-2010). 1079. El desarrollo del delito,
la autoría y la participación criminal, se rigen por las disposiciones que se
establecen para los adultos en el Código Penal. En este sentido se ha declarado
que: "Esta ley no establece un catálogo propio de ilicitudes que constituyen hechos
punibles para los adolescentes, sino que son los mismos que se contemplan en el Libro
Segundo del Código Penal, por lo que, en general, en todos aquellos aspectos
relacionados con el desarrollo del delito, la autoría y la participación criminal, rigen las
disposiciones que se establecen para los adultos en el texto punitivo nacional,
reservándose la Ley Nº 20.084 principalmente en materia de sanciones y adjudicación de
la responsabilidad penal" (C. de Apelaciones de Santiago, 28 de diciembre de 2010, cons.
1º, LegalPublishing: Cl/Jur/12306/2010, Rol Nº 2388-2010). 1080. De la Ley Nº 18.314,
sobre conductas terroristas, y su carácter especialísimo en relación con la Ley
Nº 20.084. La cuestión de determinar si a los adolescentes se les ha de aplicar, con
preferencia a la Ley Nº 20.084, la Ley Nº 18.314, se ha suscitado a propósito de la
posibilidad que esta última concede para ampliar el plazo de la detención, y en relación
con ello se ha declarado lo siguiente: "Que en el caso del adolescente imputado [...], en
que la defensa invoca la preeminencia de la Ley Nº 20.084 por sobre las disposiciones de
la Ley Nº 18.314, y por lo tanto no tendría cabida la extensión del plazo para ser puesto a
disposición del juez de garantía competente, cabe hacer presente, que lo que se reclama
ha sido autorizado por el legislador en el artículo 11 de este último cuerpo legal, dada la
peligrosidad que lleva envuelto el delito terrorista en consideración a que atenta contra la
base de un estado de derecho. En otras palabras, la Ley Nº 18.413 constituye un estatuto
jurídico excepcionalísimo, que contiene o se le aplican normas tanto sustantivas, delitos
tipificados en el Código Penal, con penas aumentadas; como también de procedimiento,
como la reclamada por la recurrente o las reglas particulares establecidas en el artículo 19
Nº 7 letra e) de la Constitución Política de la República, respecto de la prisión preventiva;
que tienen validez sólo cuando se ha invocado dicha ley y que gozan de preferencia sobre
cualquier otro cuerpo legal. Sin embargo, en todas aquellas situaciones no previstas en
este marco jurídico excepcional, tienen plena aplicación las reglas especiales contenidas
en la Ley Nº 20.084 para los imputados menores de edad" (C. de Apelaciones de
Temuco, 7 de noviembre de 2008, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/4001/2008, Rol
Nº 1089-2008). 1081. No existe obstáculo normativo para considerar las anotaciones
penales del adolescente como fundamento de una eventual reincidencia. En este
sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema, y su opinión se ha seguido por los
xcma.
tribunales de alzada: "Que, como se ha resuelto por la Excma. Corte Suprema, el estatuto
jurídico contenido en la Ley Nº 20.084 es un sistema penal especial a favor de los
adolescentes infractores de ley, considerándose la edad, madurez e interés superior del
adolescente que quebranta el ordenamiento jurídico penal, que tiene un enfoque
resocializador y privilegia la educación e inserción social de la persona, pero la normativa
que corresponde aplicar en materias sustantivas es el Código Penal en cuanto a los
elementos configurativos del tipo penal, antijuridicidad y culpabilidad, así como en lo
relativo a las circunstancias modificatorias de responsabilidad penal, cuestión que surge
con toda evidencia del artículo 1º de la citada ley, precepto que en su inciso segundo
establece la supletoriedad del Código Penal y leyes especiales en lo no previsto por ella.
En este sentido, no existe obstáculo normativo para considerar las anotaciones penales
del adolescente como fundamento de una eventual reincidencia (C.S. Rol Nº 7670-2012)"
(C. Apelaciones de Concepción, 21 de febrero de 2013, cons. 3º,
LegalPublishing: Cl/ Jur/401/2013, Rol Nº 671-2012).
Concordancias: Código Civil: artículos 222, 225, 229, 234, 240, 244 inciso 3º y 245. Constitución
Política: artículo 1º, 5º inciso 2º. Decreto Ley Nº 2.465, Ley Orgánica del Servicio Nacional de
Menores, D.O. 16.01.1979: artículo 3º. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999:
artículos 1º, 3º inciso 2º, 22 inciso 3º, 24 inciso final, 30 inciso final. Ley Nº 19.947, de Matrimonio
Civil, D.O. 17.05.2004: artículos 3º inciso 1, 27 inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 16, 22 inciso 1º. Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la
Ley Nº 19.620 sobre Adopción de Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 1º. Decreto Nº 1.378, Min. de
Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº 20.084 que establece un sistema de responsabilidad de los
adolescentes por infracciones a la ley penal, D.O. 25.04.2007: artículos 2º, 60. Decreto Nº 789, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, D.O. 9.12.1989, artículos 5º letra b), 16.1. letra d). Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores,
Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 3º, 7.1, 9º, 12, 18, 20.3, 21.
En el caso que el delito tenga su inicio entre los catorce y los dieciocho años
del imputado y su consumación se prolongue en el tiempo más allá de los
dieciocho años de edad, la legislación aplicable será la que rija para los
imputados mayores de edad.
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 314. Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 1º. Decreto Ley Nº 2.465, Ley Orgánica del
Servicio Nacional de Menores,D.O. 16.01.1979: artículo 1º inciso 2. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de
Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 16. Ley Nº 20.084, sobre
Responsabilidad Penal Adolescente,D.O. 7.12.2005: artículo 1º. Decreto Nº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 1º.
Concordancias: Código Penal: artículos 361, 362, 363, 365, 366 bis y 366 quáter. Ley Nº 20.084,
sobreResponsabilidad Penal Adolescente,D.O. 7.12.2005: artículo 1º.
d) Libertad asistida;
g) Multa, y
h) Amonestación.
Penas accesorias:
2007 (Rol Nº 5441-07) ha declarado lo siguiente: "Que, finalmente, la Ley Nº 20.084, con
carácter especialísimo, establece el procedimiento, la autoridad, las instituciones, las
penas y las medidas cautelares a que deben ser sometidos los adolescentes infractores,
que son aplicados y conocidos por el Juez de Garantía y el Tribunal de Juicio Oral
respectivo. Asimismo, tal como se recoge en el fallo impugnado, la doctrina y la
jurisprudencia nacional están contestes en concluir que la Ley sobre Responsabilidad
Penal Adolescente introdujo a nuestra legislación un sistema nuevo, especial y
privilegiado, con el objeto de mejorar el tratamiento penal vigente respecto de los jóvenes
infractores, estableciendo un régimen sancionatorio diferente del aplicable a los adultos,
cuya finalidad no sólo es castigarlo, sino fundamentalmente lograr su reinserción social,
conforme con los estándares dispuestos por la Convención Internacional de los Derechos
del Niño, y demás instrumentos internacionales suscritos por el Estado chileno, acerca de
la misma materia. 8º) Que así, tratándose la Ley Nº 20.066 (sic) sobre Responsabilidad
Penal Adolescente de un cuerpo legal que ha normado en forma especialísima y
privilegiadamente el estatuto penal de los jóvenes, no cabe, en opinión de esta Corte la
aplicación a los adolescentes de ninguna otra clase de sanciones no contempladas
expresamente en la Ley de la materia, lo cual resulta vedado para el juez y torna
improcedente su imposición" (C. de Apelaciones de Santiago, 6 de mayo de 2009, cons.
4º a 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/8577/2009, Rol Nº 460-2009). En el mismo sentido se ha
pronunciado la I Corte de Apelaciones de Valparaíso: "Que conforme lo establece el
lma.
artículo 1º de la Ley Nº 20.084, esta normativa especial regula la responsabilidad penal de
los adolescentes por los delitos que cometan, el procedimiento aplicable y la
determinación de las sanciones procedentes, las que se encuentran determinadas en el
Título Primero de dicha normativa, incluidas las penas accesorias. Si bien la Ley
Nº 20.066, señala que además de las sanciones previstas en el artículo 8, el juez deberá
aplicar una o más de las medidas accesorias establecidas en el artículo 9, dicho llamado
lo es en primer lugar a las causas por Violencia Intrafamiliar de conocimiento de los
juzgados de familia, como expresamente lo señala el legislador y luego, como lo disponen
los artículos 13 y 16, en la investigación y procedimientos penales sobre violencia
intrafamiliar. Esto último solo debe tener aplicación en los procesos seguidos en contra de
adultos, no pudiendo hacerse extensivas dichas disposiciones, en cuanto constituyan
penas, a los adolescentes porque como ya se ha señalado, a estos solo les son aplicables
las sanciones establecidas en la Ley Nº 20.084, normativa especial y de data posterior a
la Ley Nº 20.066" (C. de Apelaciones de Valparaíso, 5 de septiembre de 2014, cons. 5º,
LegalPublishing: Cl/Jur/6258/2014, Rol Nº 1202-2014); b) No procede aplicar como
sanción accesoria el retiro de la licencia de conducir: se ha dicho, así: "Que el
legislador previó de modo exclusivo y excluyente, en el artículo 6 de la Ley Nº 20.084, el
catálogo de las únicas sanciones penales que el sentenciador puede imponer a un joven
infractor. Por lo tanto, este se encuentra impedido de imponerle otras sanciones, castigos
o cargas que no estén comprendidos en las que dicha disposición contempla, incluso
aquellas que se impone por la vía accesoria y que se señala en el inciso 2º del mismo
artículo 6 (sentencia de la I. Corte de Apelaciones de Santiago de 31 de mayo de 2013,
rol 949-2013) [...] Que, en el catálogo de penas del artículo 6 referido, no se contempla
como medida accesoria la de suspensión de licencia de conducir [...]Que, en este
escenario, se ha configurado el motivo de nulidad en estudio, desde que se aplicó al
adolescente acusado una pena accesoria no contemplada en la ley; y que influyó en lo
dispositivo de fallo, desde que se le sancionó de una manera más gravosa que aquella
contemplada en el ordenamiento" (C. de Apelaciones de Concepción, 16 de enero de
2015, cons. 6º, 7º, y 8º, LegalPublishing: Cl/Jur/249/2015, Rol Nº 790-2014). 1085. No es
aplicable a los adolescentes la Ley Nº 19.970, en cuanto al registro de las huellas
genéticas. En este sentido se ha pronunciado la E Corte Suprema: "[L]a Ley Nº 19.970
xcma.
que previno la creación de un registro con las huellas genéticas de todos los imputados y
condenados a los efectos de investigaciones futuras por hechos delictivos, y que es
anterior a la Nº 20.084 sobre Responsabilidad Penal Adolescente, no es aplicable a los
jóvenes infractores, no obstante que su texto no distingue entre adultos y adolescentes.
Ello es así porque la ley particular opta por la mínima intervención y porque, como se ha
dicho, la sanción que se impone también busca la reinserción social del adolescente. En
este contexto normativo no tiene cabida esta sujeción a la autoridad para efectos de la
incorporación al registro de huellas justificada por la sola circunstancia de la sentencia
condenatoria, porque para un adolescente, no obstante los resguardos legales, no es
intrascendente su inclusión para toda la vida en un registro de este tipo porque con ello se
le mantiene entre infractores, en circunstancias que en este subsistema el fin de la pena
es la reinserción social del menor, por lo que toda acción del Estado que no tienda a este
objetivo ciertamente lo contraría [...] Que en la especie resulta pertinente traer a colación
que el Título I de la Ley Nº 20.084, sobre "Consecuencias de la declaración de
responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la Ley Penal", que en su párrafo
1º trata "De las sanciones en general", disponiendo en su artículo 6º que en sustitución de
las penas contempladas en el Código Penal y en leyes complementarias, a las personas
condenadas según esta ley sólo se les aplicará la siguiente Escala General de Sanciones
Penales para Adolescentes:". Posteriormente se explaya la ley sobre los diferentes tipos
de castigos, en tanto que en el artículo 7º, referido a la sanción accesoria, se faculta al
juez a establecer, en caso de ser necesario, el sometimiento a tratamiento de
rehabilitación por adicción a las drogas o al alcohol [...] Que de la reseña anterior queda
de manifiesto que el referido subsistema penal no previó el registro que se discute, y toda
vez que estas materias son de carácter legal, no puede menos que concluirse que cuando
se decide imponerlo al recurrente se infracciona la citada Ley Nº 20.084, por falsa
aplicación, puesto que lo razonado demuestra que en la especie fue excedido el conjunto
de medidas autorizadas respecto de los adolescentes infractores de ley" (C. Suprema, 19
de noviembre de 2012, cons. 9º a 11º, LegalPublishing: Cl/Jur/2630/2012, Rol Nº 7098-
2012). Igual opinión se ha mantenido por los tribunales de alzada: "Que la Ley Nº 20.084
sobre Responsabilidad Penal Adolescente estableció un sistema penal especial en favor
de los adolescentes infractores de ley, distinto del régimen normativo que rige para los
adultos, y cuyo artículo 2º dispone que en todas las actuaciones judiciales o
administrativas relativas a procedimientos, sanciones y medidas aplicables a los
adolescentes infractores de la ley penal, se deberá tener en consideración el interés
superior del adolescente, que se expresa en el reconocimiento y respeto de sus derechos.
Por su parte, la Ley Nº 19.970 previno la creación de un registro con las huellas genéticas
de todos los imputados y condenados para los efectos de investigaciones futuras por
hechos delictivos, que es anterior a la Ley Nº 20.084 y que no puede estimarse aplicable a
los adolescentes, no obstante que su texto no distingue entre adultos y adolescentes. En
efecto, la referida Ley de registro de condenas no podría haber efectuado tal distinción por
cuanto a la fecha de su dictación no existía el estatuto penal especial para los
adolescentes, y, por lo tanto, no podría haber estado en la mente del legislador hacerla
aplicable a los menores infractores de ley. Y, a la vez, cuando se estableció dicho estatuto
especial en la Ley Nº 20.084, no se contempló en él que los adolescentes debieran dejar
registrada su huella genética en registro alguno. Si esa hubiese sido la intención del
legislador, lo habría dispuesto expresamente [...] Que la Ley Nº 19.970 se refiere al
"Registro de Condenados, de tal manera que al incorporar las huellas genéticas de
determinada persona en tal sistema, ella debe tener la calidad de condenado con alguna
sanción penal, carácter que no tienen las que se establecen en la Ley Nº 20.084 para los
adolescentes, en la que expresamente se señala en su artículo 6º que las sanciones allí
dispuestas son sustitutivas de las penas contempladas en el Código Penal y en leyes
complementarias, y al señalar taxativamente los diferentes tipos de castigos, no menciona
la obtención de huella genética" (C. de Apelaciones de Santiago, 20 de febrero de 2013,
cons. 2º y 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/388/2013, Rol Nº 3476-2012). En idéntica
orientación se ha dicho: "[C]abe señalar que el sentenciado es un adolescente y que
como tal, le es aplicable la Ley Nº 20.084 sobre Responsabilidad Penal Adolescente, ley
de carácter especial que es sólo aplicable a los jóvenes infractores y que persigue que
con la sanción impuesta se busque la reinserción social de éstos. Por su parte, la Ley
Nº 19.970 que creó un registro con las huellas genéticas de todos los imputados y
condenados, constituye una ley de carácter general, que resulta inaplicable a los
adolescentes comoquiera que éstos se rigen por un sistema especial, consagrado en una
ley posterior y en la que no se hizo referencia a dicho registro. Lo anterior ha sido también
reconocido por la E Corte Suprema en diversos fallos, entre ellos el Rol Nº 7098-2012"
xcma.
Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículos
6º inciso 1º, letra g), 24, 42.
Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículos
6º, inciso 1º, letra e), 23 inciso final, 42.
Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículos
6º inciso 2º, letra a), 42.
Artículo 13. Libertad asistida. La libertad asistida consiste en la sujeción
del adolescente al control de un delegado conforme a un plan de desarrollo
personal basado en programas y servicios que favorezcan su integración
social.
Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículos
6º inciso 1º, letra d), 23 inciso final, 42. Decreto Nº 1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la
Ley Nº 20.084 que establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la
ley penal, D.O. 25.04.2007: artículo 45.
Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículos
6º inciso 1º, letras a) y b), 18, 26. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los
Derechos del Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 37.
Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículos
6º inciso 1º, letra a), 20.
Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículos
6º inciso 1º, letras a) y b, 15, 16, 17, 22.
Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículos
23 número 1, 52 número 7.
Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículos
17 inciso 1, 25 inciso 2. Decreto Nº 1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº 20.084
que establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley
penal, D.O. 25.04.2007: artículos 19, 60.
cuanto tal, reiterada con frecuencia por los tribunales de alzada: "la jurisprudencia de la
Corte Suprema ha sostenido que las sanciones de la Ley Nº 20.084 tienen un fin
expresamente previsto en su artículo 20, esto es, hacer efectiva la responsabilidad de los
adolescentes por los hechos delictivos que cometan, de modo que no puede atribuírseles
otros fines diversos, ni dentro de su propio sistema de responsabilidad penal, ni mucho
menos fuera de éste, como lo sería utilizar esa sanción no ya para hacer efectiva la
responsabilidad penal del menor, sino para agravarla por los ilícitos cometidos siendo
adulto. Empero, no sólo hay una contravención formal al usar las sanciones de la Ley
Nº 20.084 para un objetivo distinto al de hacer efectiva la responsabilidad penal del
adolescente, sino también una colisión material, pues esa pena adjudicada siendo
adolescente, nuevamente por mandato expreso del citado artículo 20 y del artículo 40
Nº 1 de la Convención sobre los Derechos del Niño, que fue su fuente informadora, debe
orientarse a su "plena integración social" y nada más contrario y alejado a dicha directriz
que luego valerse de esa sanción precisamente para incrementar las penas privativas de
libertad cuyo efecto desocializador y despersonalizante no requiere prueba que el sistema
penal de adultos prevé para la generalidad de los delitos" (C. de Apelaciones de Santiago,
10 de abril de 2015, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/2022/2015, Rol Nº 416-2015).
Desde 1 a 60 días:
— Multa.
— Amonestación.
Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículos
11, 13, 14, 19 inciso 1º, 25 inciso 1º.
Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículos
15, 47. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 37.
TÍTULO II PROCEDIMIENTO
norma supletoria las normas del Código Procesal Penal, dentro de las cuales se
encuentra el artículo 149 que hace apelables verbalmente por el Ministerio Público las
resoluciones que nieguen lugar a la prisión preventiva en este caso, la internación
provisoria en casos sobre, entre otros delitos, aquel a que se refiere la presente causa,
razón por la cual la apelación del ente persecutor, habiendo sido presentada en tiempo y
forma, debió haber sido acogida a tramitación. Por estas razones, el presente recurso de
hecho será acogido" (C. Apelaciones de Santiago, 17 de febrero de 2015, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/927/2015, Rol Nº 393-2015). Véase el artículo 32 y su
jurisprudencia al número 915.
Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículos
57, 69. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 4º.
Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 4º.
Párrafo 3º De las medidas cautelares personales
Concordancias: Código Procesal Penal: artículos 26, 93, 94, 124, 129, 131, 132. Ley Nº 16.618, Ley
de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 17.
Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990:
artículos 37 letra c), 40.
Párrafo 1º Administración
El reglamento a que alude el inciso final del artículo siguiente contendrá las
normas necesarias para dar cumplimiento a lo establecido en este artículo.
Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículos
6º, 15, 44. Decreto Nº 1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº 20.084 que establece
un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal, D.O. 25.04.2007:
artículo 139.
Artículo 44. Condiciones básicas de los centros de privación de libertad. La
ejecución de las sanciones privativas de libertad estará dirigida a la
reintegración del adolescente al medio libre.
Concordancias: Decreto Nº 1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº 20.084 que
establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley
penal, D.O. 25.04.2007: artículo 60.
Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 37.
Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículos
15, 26. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del
Niño,D.O. 27.09.1990: artículo 37.
Concordancias: Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1,D.O. 30.05.2000: artículo 17.
Concordancias: Decreto Nº 1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº 20.084 que
establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley
penal, D.O. 25.04.2007: artículo 32.
Concordancias: Decreto Nº 1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº 20.084 que
establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal,
D.O. 25.04.2007: artículo 47.
TÍTULO FINAL
Concordancias: Decreto Nº 1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la Ley Nº 20.084 que
establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley
penal, D.O. 25.04.2007: artículos 16, 59 inciso 2, 152, 154.
.................
Concordancias: Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículos
29 y 57.
.................
ARTÍCULOS TRANSITORIOS
En todo caso, las Cortes de Apelaciones podrán prorrogar dicho término por
otros seis meses, por motivos fundados.
Decreto:
a) Ser tratado de una manera que reconozca y fortalezca su respeto por los
derechos y libertades de las demás personas, resguardando su desarrollo,
dignidad e integración social;
2) Situación procesal;
1. Nombre de la Institución.
Los traslados, desde o hacia el centro, cualquiera sea la causa que los
origine, deberán realizarse con discreción, evitando la innecesaria exposición y
tomando las medidas de seguridad pertinentes.
Párrafo 5º Visitas
c) Dinero;
Las visitas que por cualquier medio intenten ingresar o ingresen, alguno de
estos elementos al centro, serán denunciadas, cuando corresponda a la
autoridad competente en forma inmediata, por el director del centro.
Comprobada la infracción, el director podrá suspender el derecho de dicha
persona a ingresar al centro por el plazo que estime prudencialmente
necesario.
En este caso, el director del centro deberá informar por escrito al personal
del destacamento la autorización de una visita extraordinaria, indicando el
horario y fecha en que se realizará esta visita, la duración de la misma y las
personas autorizadas.
En los mismos términos del inciso anterior, podrán acceder a las visitas
íntimas, los adolescentes menores de 18 y mayores de 16 años, respecto de
su cónyuge o pareja estable con hijos en común.
a) Certificado de matrimonio;
a) Visitar los centros de cada región, al menos dos veces al año, a fin de
asesorar en el debido respeto de los derechos de los adolescentes y de sus
condiciones de vida al interior de los mismos;
También se dispondrá una dieta especial para las adolescentes internas que
se encuentren amamantando y los niños que permanezcan con sus madres en
el centro, de acuerdo a sus especiales necesidades.
Una vez verificado el nacimiento, éste será comunicado por el director del
centro al juez de control de ejecución y al Director Regional del Servicio
Nacional de Menores. Asimismo, el director del centro velará por la debida y
efectiva inscripción del recién nacido en el Servicio de Registro Civil e
Identificación, debiendo obtener un certificado de nacimiento de aquél, para ser
entregado a su madre.
Artículo 101. Egreso del establecimiento por parte del niño. Una vez que el
niño cumpla la edad límite establecida en el artículo anterior deberá abandonar
el centro, debiendo el Servicio Nacional de Menores entregarlo a su familia o,
en su defecto, solicitar al juez de familia competente que adopte las medidas
de protección del caso, hasta que la madre o el padre, según el caso, sean
puestos en libertad.
Por su parte, la comisión deberá realizar todas las gestiones necesarias para
comprobar tanto el hecho, como las circunstancias que puedan agravar o
disminuir la responsabilidad del adolescente en el mismo.
a) Salida esporádica;
b) Salida semanal;747
En este caso podrán ser autorizados para salir del centro desde las
dieciocho horas del día viernes hasta las veintidós horas del día domingo, en
cada fin de semana.
Una vez culminada la intervención, el director del centro deberá disponer que
el personal de salud y la unidad técnica del mismo entreguen una adecuada
atención al o los adolescentes afectados, e informar a la dirección regional del
Servicio Nacional de Menores.
....
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Tabla de Contenido
Código de La Familia. Sexta Edición Actualizada
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INICIO DE:
CÓDIGO DE LA FAMILIA. SEXTA EDICIÓN ACTUALIZADA
INTRODUCCIÓN PERSONAS Y DERECHO DE FAMILIA
I. DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE LAS PERSONAS Y DE LA FAMILIA
II. DE LAS PERSONAS EN GENERAL: DE SU EXISTENCIA, NACIONALIDAD, DOMICILIO, ESTADO CIVIL,
NOMBRE Y PARENTESCO
III. DEL MATRIMONIO
IV. DE LA FILIACIÓN Y DE LOS MENORES
V. DE LAS TUTELAS Y CURADURÍAS
VI. DE LOS ALIMENTOS
VII. DEL ACUERDO DE UNIÓN CIVIL
VIII. DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
IX. DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS
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INICIO DE:
X. DE LAS NORMAS ORGÁNICAS
A. LEY Nº 4.808 SOBRE REGISTRO CIVIL
B. LEY Nº 19.968 CREA LOS TRIBUNALES DE FAMILIA
C. DECRETO SUPREMO Nº 763 APRUEBA REGLAMENTO DE LA LEY Nº 19.968 QUE CREA LOS
TRIBUNALES DE FAMILIA Y DEROGA DECRETO Nº 957 QUE APRUEBA NORMAS REGLAMENTARIAS
NECESARIAS PARA LA EJECUCIÓN DE LA LEY Nº 19.968
D. LEY Nº 20.286 INTRODUCE MODIFICACIONES ORGÁNICAS Y PROCEDIMENTALES A LA LEY Nº 19.968,
QUE CREA LOS TRIBUNALES DE FAMILIA
E. AUTO ACORDADO RELATIVO AL FUNCIONAMIENTO DE LOS JUZGADOS DE FAMILIA
ÍNDICE DE MATERIAS
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INICIO DE:
A. LEY Nº 4.808 SOBRE REGISTRO CIVIL
DECRETO CON FUERZA DE LEY Nº 1 FIJA TEXTO REFUNDIDO, COORDINADO Y SISTEMATIZADO DEL
CÓDIGO CIVIL; DE LA LEY Nº 4.808, SOBRE REGISTRO CIVIL; DE LA LEY Nº 17.344, QUE AUTORIZA
CAMBIO DE NOMBRES Y APELLIDOS; DE LA LEY Nº 16.618, LEY DE MENORES; DE LA LEY Nº 14.908,
SOBRE ABANDONO DE FAMILIA Y PAGO DE PENSIONES ALIMENTICIAS, Y DE LA LEY Nº 16.271, DE
IMPUESTO A LAS HERENCIAS, ASIGNACIONES Y DONACIONES
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INICIO DE:
DECRETO CON FUERZA DE LEY Nº 1 FIJA TEXTO REFUNDIDO, COORDINADO Y SISTEMATIZADO DEL
CÓDIGO CIVIL; DE LA LEY Nº 4.808, SOBRE REGISTRO CIVIL; DE LA LEY Nº 17.344, QUE AUTORIZA
CAMBIO DE NOMBRES Y APELLIDOS; DE LA LEY Nº 16.618, LEY DE MENORES; DE LA LEY Nº 14.908,
SOBRE ABANDONO DE FAMILIA Y PAGO DE PENSIONES ALIMENTICIAS, Y DE LA LEY Nº 16.271, DE
IMPUESTO A LAS HERENCIAS, ASIGNACIONES Y DONACIONES
TÍTULO I DISPOSICIONES GENERALES
TÍTULO II DE LOS NACIMIENTOS
TÍTULO III DE LOS MATRIMONIOS
TÍTULO IV DE LAS DEFUNCIONES
TÍTULO V MEDIDAS QUE FAVORECEN LA CONSTITUCIÓN LEGAL DE LA FAMILIA
TÍTULO VI (ARTS. 56-87) DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS SERVICIOS DEL REGISTRO CIVIL
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Teniendo presente:
2. Que entre las leyes que complementan las disposiciones del Código Civil
deben considerarse las siguientes: Ley Nº 4.808 sobre Registro Civil; Ley
Nº 17.344, que autoriza cambio de nombres y apellidos; Ley Nº 16.618, Ley de
Menores; Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones
Alimenticias y la Ley Nº 16.271, de Impuesto a las Herencias, Asignaciones y
Donaciones;
Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 62. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación,
D.O. 19.10.1996.
El padre o la madre, al requerir esta inscripción, podrá solicitar que, junto con
anotarse la comuna en que nació su hijo, se registre, en la misma partida, la
comuna o localidad en la que estuviere avecindada la madre del recién nacido,
la que deberá consignarse como lugar de origen de éste; 755
2º. Los nacimientos que ocurran en viaje dentro del territorio de la República
o en el mar, en la comuna en que termine el viaje o en la del primer puerto de
arribada;
4º. Las escrituras públicas de adopción, las que la extingan y las sentencias
ejecutoriadas que le pongan término o declaren su nulidad. 756-757
Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 1º y 2º. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e
Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º números 1 y 2. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,
D.O. 5.08.1999: artículos 26 número 2, 38.
Concordancias: Código Civil: artículos 155, 449, 462 número 1º, 463, 1716, 1723 inciso 2º,
1758.Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil,
D.O. 28.08.1930: artículos 2º, 3º, 110. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación,
D.O. 19.10.1996: artículo 4º números 1 y 3. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 17 inciso 3º, 20, 32, 39 inciso 2º, 50 inciso 2º, 51, 59.
2º. Las defunciones que ocurran en viaje, en la comuna del lugar en que
debe efectuarse la sepultación. Si el fallecimiento ocurriere en el mar, en la del
primer puerto de arribada de la nave;
1º. Los instrumentos por los cuales se le reconoce como hijo o por los cuales
se repudia ese reconocimiento;
4º. Los acuerdos de los padres relativos al cuidado personal del hijo o al
ejercicio de la patria potestad;
5º. Las resoluciones judiciales que disponen el cuidado personal del hijo,
decretan la suspensión de la patria potestad o dan lugar a la emancipación
judicial;
7º. Los demás documentos que las leyes ordenen subinscribir al margen de
la inscripción de nacimiento.762
Concordancias: Código Civil: artículos 185 inciso final, 187, 221, 225, 227 inciso 2º, 244, 245, 246, 257,
267. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 4º número
2. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil,
D.O. 28.08.1930: artículos 203, 204, 2067.
1114. El otorgamiento de la curaduría del menor no hace procedente una
Jurisprudencia:
subinscripción. Así lo ha declarado la I Corte de Apelaciones de Rancagua: "[E]l artículo
lma.
4º de la Ley Nº 19.477 Orgánica del Servicio de Registro Civil, establece como función del
mismo, la inscripción de los nacimientos, matrimonios y defunciones; y dejar constancia
en dichas inscripciones de los hechos y actos jurídicos que las modifiquen, complementen
y cancelen. A su turno, la Ley sobre Registro Civil establece en su artículo 6º, que deben
subinscribirse al margen de la inscripción de nacimiento las resoluciones judiciales que
disponen el cuidado personal del hijo, decretan la suspensión de la patria potestad o dan
lugar a la emancipación judicial. Por último, el artículo 206 del D.F.L. Nº 2.128, establece
que puede ser objeto de subinscripción toda sentencia ejecutoriada o instrumento público
que interese al estado civil de las personas [...] Que de las normas citadas, es posible
concluir que efectivamente, tal y como lo afirma el servicio, el otorgamiento de una
curaduría no genera una subinscripción, como si lo hace el otorgamiento del cuidado
personal de una niña o adolescente. De esta forma, sólo si entendemos que el
otorgamiento del la curaduría incluyó el otorgamiento del cuidado personal es posible
exigir dicha subinscripción al Servicio de Registro Civil e Identificación" (C. Apelaciones
de Rancagua, 6 de enero de 2016, cons. 5º y 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/171/2016, Rol
Nº 4034-2015).
Concordancias: Ley Nº 17.344, Autoriza cambio de nombres y apellidos, D.O. 30.05.2000: artículo 3º.
Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
RegistroCivil, D.O. 28.08.1930: artículos 86 a 100.
Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 2º, 3º, 67, 75, 76, 77.
Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 2º, 3º, 11, 12 número 1º, 81, 83.
6º. La firma del Oficial del Registro Civil. Esta firma se estampará en ambos
registros inmediatamente de terminada la inscripción. Si así no se hiciere, el
funcionario omitente sufrirá la pena de suspensión de su empleo hasta por tres
meses y multa de un milésimo a un escudo. En caso de reincidencia, será
castigado con la pérdida de su empleo.765
Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 89.
Artículo 13. Los Oficiales del Registro Civil requerirán de los
comparecientes las informaciones que la Dirección General de Estadísticas les
exija para los efectos demográficos.
Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 93.
Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 90.
Concordancias: Código Civil: artículo 103. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 29 y 45.Decreto con Fuerza de Ley
Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 96, 97,
98. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 20.
6º. Los que hubieren sido condenados por delitos de falso testimonio;
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 55, 56, 59, 342, 456, 1012. Decreto con Fuerza de Ley
Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 99. Ley
Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 18.
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 18 inciso final. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba
reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 101 a 104. Ley Nº 19.477,
Orgánica del Registro Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996: artículo 7º letra e).
Concordancias: Código Civil: artículo 42. Código de Procedimiento Civil: artículo 839. Ley Nº 4.808,
sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo
17. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil,
D.O. 28.08.1930: artículo 102. Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación,
D.O. 19.10.1996: artículo 7º letra e).
Concordancias: Código Civil: artículo 49. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento
orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 2º y 3º.
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 18, 19 y 44.
Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 108.
Artículo 23. Si se hubiere omitido la firma del Oficial del Registro Civil en
una o más inscripciones o subinscripciones o en antecedentes de las mismas,
el que notare la falta de ella dará cuenta, dentro de tercero día, al Conservador
del Registro Civil, quien dispondrá que se firmen por el Oficial que debió
hacerlo, y si esto no fuere posible, por aquel a cuyo cargo se encuentre el
registro, previa comprobación de su autenticidad y pureza. Dicho funcionario
autorizará también las inscripciones y subinscripciones y los antecedentes de
éstas que se encuentren en poder del Conservador, que adolezcan de la
misma omisión.776
Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 2º, 3º, 109.
Concordancias: Código Civil: artículos 305, 306, 307, 308. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128,
Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 2º y 3º.
Concordancias: Código Civil: artículos 49, 74. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba
reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 111, 112, 115, 116.
Decreto Nº 778, Min. Relaciones Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y políticos,
D.O. 29.04.1989: artículo 24.2.
2º. El pariente más próximo mayor de dieciocho años, que viviere en la casa
en que hubiere ocurrido el nacimiento;
Concordancias: Código Civil: artículo 27. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 15 inciso 1º.Decreto con Fuerza de Ley
Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 113,
117.
Concordancias: Código Civil: artículo 49. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 7º.
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 33. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico
del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 123, 125, 126, 128. Ley Nº 17.344, Autoriza
cambio de nombres y apellidos, D.O. 30.05.2000: artículo 1º, inciso 2º, letra a). Ley Nº 19.620, sobre
Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999: artículo 26 número 2. Decreto Nº 778, Min. Relaciones
Exteriores, Pacto internacional de derechos civiles y políticos, D.O. 29.04.1989: artículo 24.2. Decreto
Nº 873, Min. Relaciones Exteriores, Pacto de San José de Costa Rica, D.O. 5.01.1990: artículo 18.
Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990:
artículo 7.1. Decreto Nº 201, Min. Relaciones Exteriores, Convención de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad, D.O. 17.09.2008, artículo 18.2.
cambio de sexo, efectivamente, de los informes médicos se constata que se trata de una
persona transexual, identidad de género femenino, lo que significa que posee la
convicción de que su género es el femenino, pese a haber nacido con las características
masculinas, en el caso, ya se efectuó una cirugía a fin de cambiar su anatomía, sin
perjuicio de que no es indispensable cambiar sus características físicas, ya que su calidad
de mujer la lleva en su psiquis, sólo sus cambios físicos le ayudarían para desenvolverse
mejor en la sociedad [...] Que con lo expuesto hasta ahora es posible concluir que el
solicitante, en todo el desarrollo de su vida y hasta la fecha, ha debido sufrir una afección
psicológica y emocional por el conflicto entre su identidad sexual y el sexo que se le
asignó al nacer, a pesar que según la declaración de los testigos, rendida como
información sumaria, el solicitante ha actuado como del sexo femenino desde su más
temprana edad [...] Que en estas condiciones y considerando que el informe del abogado
don [...], evacuado por orden del Director Nacional del Registro Civil e Identificación,
indicó que atendido los avances de la medicina, los estudios psicológicos y los
antecedentes aportados, el Servicio estará a lo que el Tribunal resuelva y teniendo
presente que uno de los principios que informan la actividad jurisdiccional es la
inexcusabilidad de acuerdo al artículo 76 de la Constitución Política de la República,
según lo cual requerida la intervención de los tribunales, no podrá excusarse de ejercer su
autoridad ni aún por falta de ley que resuelva el asunto sometido a su decisión, esta Corte
hará lugar a lo solicitado por el apelante en cuanto a ordenar al Registro Civil respectivo,
se practique la rectificación también de la mención del sexo del solicitante a su verdadera
identidad, esto es, pertenecer al sexo femenino. Por otra parte, el acceder sólo al cambio
de nombre sin incluir modificar su sexo, sería discriminatorio para el solicitante, dado que
mantener su sexo como masculino le afectaría en su actuación familiar, laboral y social,
por cuanto tendría permanentemente que estar dando las explicaciones respectivas a su
situación de transexualidad, lo que le produciría un menoscabo moral, conforme lo señala
la letra a) del artículo 1º de la Ley Nº 17.344, además de su nombre adquiriría la calidad
de equívoco respecto a su sexo, en los términos del artículo 31, inciso segundo de la Ley
Nº 4.808. Por estas consideraciones, citas legales mencionadas en el contexto y
considerando, además, principios de justicia y equidad, que es posible aplicar a falta de
ley expresa y artículos 186, 818, 819 y 822 del Código de Procedimiento Civil, se declara:
Que se revoca la sentencia apelada de fecha cinco de abril del presente año, escrita de
fs. 29 a 35, que rechaza la solicitud de cambio de sexo y de cambio de nombre deducidas
en lo principal del escrito de fojas 2, y en su lugar se hace lugar a lo solicitado, debiendo
el Servicio de Registro Civil e Identificación del Departamento de Quillota, circunscripción
La Calera, rectificar la partida de nacimiento Nº [...] del año [...], eliminando el nombre de
[...], y colocando el de [...] y rectificar, asimismo, la mención de sexo masculino por el de
femenino" (C. Apelaciones de Valparaíso, 5-IX-2013, cons. 8º, 9º y 10º,
LegalPublishing: Cl/Jur/1984/2013, Rol Nº 1263-2013). En el mismo sentido se ha
pronunciado la I Corte de Apelaciones de Santiago: "Que es claro que el problema de los
lma.
transexuales no ha sido expresamente abordado por la legislación nacional, pero tal como
se señala en el considerando cuarto de la causa Rol Nº 496-2014, de la Corte de
Apelaciones de Iquique, lo cierto es que como se dijo la Ley Nº 4.808 impide la imposición
de un nombre equívoco respecto del sexo, el que no puede limitarse a la simple
observación genotípica, sino que debe corresponder a la identidad sexual del solicitante.
Como también se sostiene en sentencia dictada en causa Rol Nº V-178 2009, dictada por
doña Jenny Book Reyes como jueza del 7º Juzgado Civil de Santiago, 'la imposición del
nombre, acto arbitrario y contingente, sujeto a la decisión humana, no puede apartarse del
parámetro de corrección, hecho objetivo susceptible en todo momento de ser verificado
de manera científica, tanto física como sicológica, como es el sexo. Si la ciencia médica
ha comprobado que el sexo consignado en tales instrumentos no se condice con tal
realidad, lo cierto es que debe reformarse el documento para conducirse con tal
objetividad, y no al revés. En definitiva, si actualmente la ley permite el cambio de nombre
y, a la vez, prescribe que el nombre debe ajustarse al sexo, entonces se concluye que
todo cambio de nombre debe respetar la realidad que le sirve de parámetro y, si tal
realidad se encuentra erradamente consignada, entonces debe ser corregido el
instrumento respectivo, junto a la modificación de nombre'. Undécimo. Que este
razonamiento se viene produciendo en los juzgados civiles que tramitan voluntariamente
estas causas y en las que conocen las Cortes de Apelaciones, pudiendo mencionarse los
Roles Nºs. 2541-2009, 3322-2012, 597-2013, 629-2013, 2848-2014 y 4454-2015, todos
de la Corte de Apelaciones de Santiago, 949-2013 y 6809-2014, ambos de la Corte de
Apelaciones de Valparaíso, amén de la causa 496-2014, ya citada, de la Corte de
Apelaciones de Iquique, de manera que en concordancia con esa jurisprudencia esta
Corte entiende que la legislación interna debe ser leída desde los principios
constitucionales, comenzando con el derecho a la identidad y la dignidad de las personas,
consagrado en el artículo 1º del texto constitucional, entendiendo el primero como lo
define el autor Carlos Fernández Sessarego, en su texto Derecho a la identidad
personal, de la Editorial Astrea, publicado en Buenos Aires, en 1982, como el conjunto de
atributos y características que permiten individualizar a la persona en sociedad; y el
siguiente conforme con la definición que nos entrega el profesor Humberto Nogueira
Alcalá, en su publicación sobre la dignidad humana, los derechos fundamentales, el
bloque de derechos fundamentales y sus garantías constitucionales, que figura en
la Gaceta Jurídica Nº 322, de 2007, como un valor inherente a la persona humana que se
manifiesta a través de la autodeterminación consciente y responsable de su vida y que
exige el respeto de ella por los demás. Duodécimo. Que como lógica consecuencia, esta
Corte entiende que en el caso de autos la solicitud que se ha planteado al tribunal
aparece ajustada a las dos causales legales citadas respecto de la Ley Nº 17.344, pues la
persona que la formula no sólo ha sido conocida desde su adolescencia como hombre,
sino que el hecho de ser reconocido como tal, con la contradicción evidente de su
individualización oficial en la que figura como mujer, le provoca el consiguiente
menoscabo moral y material, impide su realización personal, el libre desarrollo de su
personalidad y lo afecta gravemente en su dignidad como ser humano. Decimotercero:
Que así, siendo claro para esta Corte que el solicitante posee una identidad sexual
diversa a la que le fuera asignada en la inscripción de nacimiento, le asiste el pleno
derecho en el ejercicio de las garantías reconocidas en el artículo 19 de la Constitución
Política de la República, numerales 1, 2, 3 y 4, para ser tratado y reconocido conforme a
su verdadera identidad sexual, como uno de sus iguales, sin discriminación y cautelando
su honra, todo lo cual debe conducir a la corrección de las menciones que se han
indicado, ajustándolas a su realidad, esto es, a un nombre y un sexo masculino. Que, por
lo demás, supeditar la sentencia de reasignación sexual, a la previa realización de una
intervención quirúrgica, implicaría una seria incongruencia, puesto que sería quedarnos
en una visión reduccionista que equipara el sexo como género, con solo una de sus
exteriorizaciones, en este caso la presencia de órganos genitales externos masculinos, en
desmedro de la identidad personal, evaluada desde una perspectiva totalizadora y a partir
de fundados informes de especialistas, complementadas mediante otras pruebas
concordantes incorporadas en la causa" (C. Apelaciones de Santiago, 27 de enero de
2016, cons. 1º, 11º, 12º y 13º, LegalPublishing: Cl/Jur/846/2016, Rol Nº 12571-
2015). Véase la Jurisprudencia al artículo 17 de esta misma ley, y al artículo 1º de la Ley
Nº 17.344 en el capítulo II de esta obra.
Asimismo, el Oficial del Registro Civil deberá hacer saber por escrito a la
madre o a la persona que inscriba un hijo de filiación no determinada, los
derechos de los hijos para reclamar la determinación legal de la paternidad o
maternidad y la forma de hacerlos valer ante los tribunales. 785
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 31. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico
del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 124.
Artículo 35. Suprimido.787
Artículo 36. Suprimido.788
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 38.
Concordancias: Código Civil: artículos 152, 185, 1715 inciso 2º, 1716 inciso 1º, 1792-1 inciso 1º.
Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L. Nº 1,
D.O. 30.05.2000: artículo 37. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 20.
10. El nombre de los hijos que hayan reconocido en este acto; 795
14. Firma de los contrayentes, de los testigos y del Oficial del Registro Civil.
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 12, 38, 40. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículo 19.
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 12 número 1, 39 números 1, 7 y 14.
3º El nombre y los apellidos paterno y materno de los contrayentes, así como
sus números de cédula de identidad;
8º Los nombres y apellidos de dos testigos, así como sus números de cédula
de identidad, y su testimonio, bajo juramento, sobre el hecho de no tener
ninguno de los contrayentes impedimento o prohibición legal para contraer
matrimonio;
9º El nombre y los apellidos del ministro de culto, así como su número de
cédula de identidad;
6º Las menciones indicadas en los números 6º, 8º, 9º 10º, 11º, 12º y 13º del
artículo 39 de esta ley;
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 39 números 6º, 8º, 9º, 10º, 11º, 12º y 13º, 40 bis. Ley Nº 19.947, de
Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 20.
Artículo 42. Derogado.801
Artículo 43. Derogado.802
Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 175.
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 15 inciso 1º, 48, 50. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba
reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 176 a 182.
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 49 inciso 2º.Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento
orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 185, 186.
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 49 inciso 2º.Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento
orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 187.
Concordancias: Código Penal: artículo 496. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 45 inciso 1º, 46. Decreto con Fuerza de Ley
Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 178.
Artículo 49. No se inscribirá en este registro el fallecimiento de una criatura
que muere en el vientre materno o que perece antes de estar completamente
separada de su madre o que no haya sobrevivido a la separación un momento
siquiera.
Concordancias: Código Civil: artículo 74. Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto
refundido fijado por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 46 y 47. Decreto con Fuerza de Ley
Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 198.
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 45 inciso 2º. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento
orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 183.
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 53 inciso 2º. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento
orgánico del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 329, 332, 333.
Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 330.
Cuando el cargo de Oficial del Registro Civil sea desempeñado por una
mujer, o por un Juez Comunal, o cuando se encuentre imposibilitado el titular,
las visitas a que se refiere el artículo 51 serán efectuadas por el Oficial adjunto.
Concordancias: Ley Nº 4.808, sobre Registro Civil, D.O. 10.02.1930, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 51. Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico
del Servicio de Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículo 331.
Concordancias: Decreto con Fuerza de Ley Nº 2.128, Aprueba reglamento orgánico del Servicio de
Registro Civil, D.O. 28.08.1930: artículos 336 a 339.
Proyecto de ley:
Concordancias: Constitución Política de la República: artículos 76, 82. Ley Nº 19.968, crea Tribunales
de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 3º.
Iquique, con siete jueces, con competencia sobre la comuna de Iquique. 817
Copiapó, con cinco jueces, con competencia sobre las comunas de Copiapó
y Tierra Amarilla.
Vallenar, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de Vallenar y
Alto del Carmen.
Ovalle, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de Ovalle, Río
Hurtado, Monte Patria y Punitaqui.
Viña del Mar, con siete jueces, con competencia sobre las comunas de Viña
del Mar y Concón, y que tendrá, para todos los efectos legales, la categoría de
juzgado asiento de Corte.
La Ligua, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de La Ligua,
Cabildo, Zapallar y Papudo.
Los Andes, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de la
provincia de Los Andes.
San Felipe, con cuatro jueces, con competencia sobre las comunas de San
Felipe, Santa María, Panquehue, Llay-Llay y Catemu.
Quillota, con cuatro jueces, con competencia sobre las comunas de Quillota,
La Cruz, Calera, Nogales e Hijuelas.
Limache, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de Limache y
Olmué.
San Antonio, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de San
Antonio, Cartagena, El Tabo y Santo Domingo.
Rengo, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de Rengo,
Requínoa, Malloa y Quinta de Tilcoco.
San Fernando, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de San
Fernando, Chimbarongo, Placilla y Nancagua.
Santa Cruz, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de Santa
Cruz, Chépica y Lolol.
Talca, con ocho jueces, con competencia sobre las comunas de Talca,
Pelarco, Río Claro, San Clemente, Maule, Pencahue y San Rafael.
Constitución, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de
Constitución y Empedrado.
Curicó, con cinco jueces, con competencia sobre las comunas de Curicó,
Teno, Romeral y Rauco.
Linares, con cuatro jueces, con competencia sobre las comunas de Linares,
Yerbas Buenas, Colbún y Longaví.
Parral, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de Parral y
Retiro.
Chillán, con cuatro jueces, con competencia sobre las comunas de Chillán,
Pinto, Coihueco y Chillán Viejo.
Los Ángeles, con cinco jueces, con competencia sobre las comunas de Los
Angeles, Quilleco y Antuco.
Coronel, con cuatro jueces, con competencia sobre las comunas de Coronel
y Lota.
Temuco, con nueve jueces, con competencia sobre las comunas de Temuco,
Vilcún, Melipeuco, Cunco, Freire y Padre Las Casas.
Angol, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de Angol y
Renaico.
Puerto Montt, con cinco jueces, con competencia sobre las comunas de
Puerto Montt y Cochamó.829
Puerto Varas, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de
Puerto Varas, Llanquihue, Frutillar y Fresia.
Castro, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de Castro,
Chonchi, Dalcahue, Puqueldón y Queilén.
Ancud, con dos jueces, con competencia sobre las comunas de Ancud y
Quemchi, y que tendrá, para todos los efectos legales, la categoría de juzgado
capital de provincia.
Punta Arenas, con cuatro jueces, con competencia sobre las comunas de la
provincia de Magallanes.830
Puente Alto, con ocho jueces, con competencia sobre las comunas de la
provincia de Cordillera.
San Bernardo, con seis jueces, con competencia sobre las comunas de San
Bernardo y Calera de Tango.
Peñaflor, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de Peñaflor y
Padre Hurtado.
Buin, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de Buin y Paine.
Colina, con tres jueces, con competencia sobre las comunas de la provincia
de Chacabuco.
Cuatro juzgados de familia, todos con trece jueces, con competencia sobre
las comunas de la provincia de Santiago, con excepción de las comunas de
San Joaquín, La Granja, La Pintana, San Ramón, San Miguel, La Cisterna, El
Bosque, Pedro Aguirre Cerda, Lo Espejo, Pudahuel, Quinta Normal, Cerro
Navia y Lo Prado.832
Dos juzgados, con diez jueces cada uno, con competencia sobre las
comunas de San Miguel, San Joaquín, La Granja, La Pintana, San Ramón,
Pedro Aguirre Cerda, La Cisterna, El Bosque y Lo Espejo.
Arica, con siete jueces, con competencia sobre las comunas de las
provincias de Arica y Parinacota. 834—835
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 2º inciso 1º.
26) El 1º y 2º juzgados de familia de San Miguel, con tres jueces cada uno.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 2º inciso 1º,
115.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 2º inciso 1º, 64
inciso 6º, 73. Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar, D.O. 7.10.2005: artículo 7º.
Concordancias: Código Civil: artículos 105 a 113, 152, 141, 142, 144, 145 inciso 2º, 147, 155 a 158,
195 a 221, 225 inciso 3º, 226, 227, 229, 234 inciso 2º, 244 inciso 3º, 254, 255, 257, 263, 264, 265, 267,
268, 271, 321, 435. Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículos 30, 49, 62 inciso 2º. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,
D.O. 5.08.1999: artículos 8 a 19 y 20 a 38. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004:
artículos 26, 27, 29, 30, 31, 44, 45, 54, 55. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004:
artículos 17, 21 inciso 2º, 54-1 inciso final, 67 número 3, 81. Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar,
D.O. 7.10.2005: artículo 6º. Ley Nº 20.084, sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005:
artículo 1º inciso 3º. Ley Nº 20.830, crea el acuerdo de unión civil, D.O. 21.04.2015: artículo 22. Auto
Acordado de la E Corte Suprema de 30.09.2005, relativo al funcionamiento de los Juzgados de
xcma.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 10, 11, 12, 13,
14, 27.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 9º, 23 inciso
final.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 9º, 25, 61
número 9.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 9º, 29 inciso 3º,
45 inciso final, 70 inciso 1º, 71.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 9º, 75 inciso 1º.
Concordancias: Código Civil: artículo 197. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores,
D.O. 5.08.1999: artículos 19 inciso 1º, 28. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo
86. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 26 ter.
El interés superior del niño, niña o adolescente, y su derecho a ser oído, son
principios rectores que el juez de familia debe tener siempre como
consideración principal en la resolución del asunto sometido a su conocimiento.
Para los efectos de esta ley, se considera niño o niña a todo ser humano que
no ha cumplido los catorce años y, adolescente, desde los catorce años hasta
que cumpla los dieciocho años de edad.
Concordancias: Código Civil: artículos 26, 222, 225, 229, 234, 240, 244 inciso 3º y 245. Constitución
Política: artículo 1º, 5 inciso 2º. Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado
por D.F.L. Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 1º. Decreto Ley Nº 2.465, Ley Orgánica del Servicio Nacional
de Menores, D.O. 16.01.1979: artículo 3º. Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999:
artículos 1º, 3º inciso 2º, 22 inciso 3º, 24 inciso final, 30 inciso final. Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil,
D.O. 17.05.2004: artículos 3º inciso 1º, 27 inciso 2º. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O. 30.08.2004: artículos 17, 22 inciso 1º, 30 inciso 2º, 63 inciso final, 69. Ley Nº 20.422, establece
normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad,
D.O. 10.02.2010, artículo 10. Decreto Nº 944, Min. de Justicia, Reglamento de la Ley Nº 19.620 sobre
Adopción de Menores, D.O. 18.03.2000: artículo 1º. Ley Nº 20.084, Establece un sistema de
responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal, D.O. 7.12.2005: artículos 2º, 3º.
Decreto Nº 1.378, Min. de Justicia, Aprueba Reglamento de la LeyNº 20.084 que establece un sistema
de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal, D.O. 25.04.2007: artículos 2º,
60. Decreto Nº 789, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, D.O. 9.12.1989, artículos 5º letra b), 16.1. letra d). Decreto Nº 830, Min.
Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículos 1º, 3º, 7.1,
9º, 12, 18, 20.3, 21.
y, como consecuencia de ello, adviene en un derecho para el menor: "[L]a Ley que Crea
los Tribunales de Familia tiene por finalidad, entre otras cosas, dar absoluta protección al
ejercicio y goce pleno y efectivo de los derechos y garantías que posean los niños que se
relacionen con la justicia de familia. Además, el precepto establece un mandato para el
juez, en el entendido que éste siempre debe tener en consideración principal, al momento
de decidir sobre cuestiones de su competencia, el principio del interés superior del
niño involucrado en la causa concreta que revise. Con ello, nuestro ordenamiento
contempla a este principio no sólo en su ámbito material, sino también en su ámbito
procedimental. Se constituye como un derecho para el o los menores involucrados el que
su interés sea considerado de manera primordial en la decisión judicial" (Tribunal
Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 13º, Rol Nº 2867-15-Ina). 1127. Del interés del
niño y de cómo ha de entenderse su superioridad. La jurisprudencia constitucional ha
explicado la "superioridad" como un juicio de prevalencia del interés del menor frente a
otros intereses que pueden ser dignos de protección. La tutela de este interés y su
calificación de "superior" no constituyen una mera declaración de intenciones o de
propósitos, sino que implican una valoración previa, que ha efectuado el legislador, y que
se concreta, en caso de conflictos de intereses legítimos, en la prevalencia del interés del
menor. En este sentido se ha declarado: "Que dicho interés se traduce en que el juez
debe considerar que los derechos, garantías, ventajas, utilidades del menor, que sean
beneficiosos o convenientes para él, deben prevalecer en caso de conflicto con otras
situaciones dignas de protección. Asimismo, significa que dichas variables deben ir en
mejora del menor cada vez que deba decidir una situación que le afecte" (Tribunal
Constitucional, 12 de abril de 2016, cons. 13º, Rol Nº 2867-15-Ina). Ha precisado,
igualmente, que la "superioridad" no se limita a la sola prevalencia del interés del menor,
sino que, además, se extiende a la búsqueda de la mejora progresiva de su situación:
"Como se observa, la expresión 'interés' no puede quedar reducida a una ventaja o
utilidad, pues comprende también los derechos, garantías o cualquier aspecto o variable
que beneficie al menor. Y la superioridad está dada, por una parte, por la prevalencia de
todo lo que sea conveniente o beneficioso para el menor; y, por otra, por buscar siempre
la mejora progresiva en su situación" (Tribunal Constitucional, 12 de abril de 2016, cons.
13º, Rol Nº 2867-15-Ina). 1128. Del interés superior del niño entendido como
principio. De la jurisprudencia constitucional y de la de los tribunales ordinarios de
justicia, se desprende que el interés superior del niño, en cuanto que principio
fundamental del ordenamiento jurídico chileno, se proyecta, en varios campos operativos,
a saber: como regla de procedimiento, como regla de interpretación, y como regla de
decisión. 1128.1. Del interés superior del niño como regla de procedimiento. El
interés superior del niño es un principio que debe presidir e informar el curso de cualquier
procedimiento, judicial o administrativo, en el que intervengan menores y estén en juego
sus intereses. En este sentido el E Tribunal Constitucional ha recalcado que: "[N]uestro
xcmo.
superioridad del interés del menor en el plano de la interpretación de las reglas, tanto de
las de procedimiento cuanto de las de decisión del conflicto. En tal contexto ha declarado:
"Que en estas materias cabe considerar como una regla de interpretación el interés
superior del niño y aun cuando el concepto es jurídicamente indeterminado puede
afirmarse que alude a asegurar el ejercicio y protección de los derechos fundamentales de
los menores y a posibilitar la mayor satisfacción de todos los aspectos de su vida
orientados a asegurar el libre y sano desarrollo de su personalidad" (C. Suprema, 14 de
abril de 2008, LegalPublishing: 38656). 1128.3. Del interés superior del niño como
regla de decisión. A este campo operativo del interés superior del niño, entendido como
principio, se ha referido el E Tribunal Constitucional cuando ha recordado que el artículo
xcmo.
Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 29. Ley Nº 19.968, crea
Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º números 1, 2 y 7, 16, 61 inciso final. Ley Nº 20.066,
de Violencia Intrafamiliar, D.O. 7.10.2005: artículo 9º inciso final. Ley Nº 20.422, establece normas
sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad, D.O. 10.02.2010,
artículo 10.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 53 inciso 2º, 60
inciso 1, 68 a 102 N.
En los casos del inciso segundo del artículo 332 del Código Civil, aquél de
los padres en cuyo hogar vive el alimentario mayor de edad se entenderá
legitimado, por el solo ministerio de la ley, para demandar, cobrar y percibir
alimentos de quien corresponda, en interés del alimentario, sin perjuicio del
derecho de éste para actuar personalmente, si lo estima conveniente. Si el
alimentario no actúa personalmente se entenderá que acepta la legitimación
activa del padre o madre junto a quien vive.853
No obstante, en los asuntos a que se refieren los números 7), 8), 9), 11) y
12) del artículo 8º, el juez citará a las partes, en forma inmediata, a una nueva
audiencia bajo apercibimiento de continuar el procedimiento y resolver de
oficio.855
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º números 7, 9,
11 y 12, 9 inciso final, 100 inciso 1º.
Concordancias: Código de Procedimiento Civil: artículos 273 a 289 y 290 a 302. Ley Nº 19.968, crea
Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 16, 68 a 80. Ley Nº 20.422, establece normas sobre
igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad, D.O. 10.02.2010, artículo
10.
Ley Nº 19.968 se refiere a la nulidad procesal, dicha disposición legal nada dice sobre el
plazo en que debe interponerse. En efecto, la norma mencionada dispone: "Nulidad
procesal, sin perjuicio [...] Como se ve de la transcripción efectuada surge que nada se
dice acerca del plazo para deducir la nulidad, motivo por el cual el señor juez de la causa
está en lo correcto al declarar extemporáneo el incidente que interpuso la demandante
aplicando la normativa legal pertinente del artículo 83 del Código de Procedimiento Civil
por remisión del artículo 27 de la Ley Nº 19.968 y considerar que para el caso se aplica el
plazo de cinco días desde que se tomó conocimiento del vicio, lo que se produjo en la
audiencia de 26 de noviembre de 2014, que fue aquella donde se dictó la resolución
respecto de la cual se alega la nulidad. De este modo, no habiéndose puesto en duda que
el apelante tomó conocimiento del vicio en la audiencia indicada, donde, además, se
consignó que las partes quedaron notificadas personalmente de lo resuelto y siendo un
hecho de la causa que presentó el incidente de nulidad después de cinco días contados
desde esa fecha, resulta extemporánea su interposición" (C. de Apelaciones de Punta
Arenas, 27 de marzo de 2015, cons. 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/1632/2015, Rol Nº 144-
2014). 1149. De la necesidad de "efectivo perjuicio" para declarar la nulidad de
oficio. Verificado el hecho de no haberse advertido por la juez de la instancia, en un
procedimiento de divorcio, del derecho que asistía a las partes para solicitar la
compensación económica, se resolvió: "Que, en el artículo 25 de la Ley Nº 19.968, que
Crea los Tribunales de Familia, se reglamenta la nulidad procesal para los procedimientos
de esta especialidad, y se establece como requisito esencial para su procedencia la
existencia de perjuicio para las partes. En el caso sub lite se aprecia que la única
parte que podría resultar perjudicada con la infracción cometida por la señora Juez de
Familia, al no dar cumplimiento al artículo 64 de la Ley de Matrimonio Civil, sería la
cónyuge demandante, pero atento a su situación personal y familiar le resultaría más
perjudicial la casación del presente juicio, por una cuestión meramente formal, para
obtener una eventual declaración de un hipotético derecho que en la práctica no se podrá
concretar, por lo que esta Corte no hará uso de la facultad de invalidar de oficio" (C. de
Apelaciones de Iquique, 12 de mayo de 2008, Nº LegalPublishing: 39011).
También podrá limitar el tiempo de uso de la palabra a las partes que deban
intervenir durante el juicio, fijando límites máximos igualitarios para todas ellas
o interrumpiendo a quien haga uso manifiestamente abusivo de su facultad.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 9º y 10.
Las partes tendrán plenas facultades para solicitar a los órganos, servicios
públicos, o terceras personas, la respuesta a los oficios solicitados en la
audiencia preparatoria y que hayan sido admitidos por el tribunal, a fin de que
puedan ser presentados como medios de prueba en la audiencia del juicio. 865
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 13, 28.
de apreciación de la prueba con libertad. Sin embargo, al mismo tiempo se estatuye que
los jueces no pueden contradecir los principios de la lógica, las máximas de la
experiencia, ni los conocimientos científicamente afianzados. Así, si bien los
sentenciadores gozan de amplitud en el proceso de apreciación, también se encuentran
limitados por la exigencia formulada, en cuanto a que la valoración debe hacerse
respetando los principios y máximas de la sana crítica, como método consagrado por la
ley. Por otro lado, aunque como se ha sostenido, la estimación valorativa de las pruebas y
las conclusiones fácticas de la sentencia son inatacables, esto no la libera del control del
proceso lógico que debe seguir el juez en su razonamiento, precisamente a fin de
custodiar la aplicación de las reglas de la lógica y la experiencia en la fundamentación. En
este ámbito destaca la "garantía de la motivación", en cuya virtud se da al juez libertad de
apreciación pero, al mismo tiempo, se le obliga a correlacionar lógicamente los
argumentos, demostrando su conclusión, para prevenir la arbitrariedad. La motivación
lógica debe ser coherente, es decir, debe basarse en razonamientos armónicos entre sí,
que no contradigan los principios de identidad, de contradicción y tercero excluido.
Además, la motivación debe respetar el principio de razón suficiente, para lo cual el
razonamiento debe constituirse, mediante inferencias razonables deducidas de las
pruebas y de la sucesión de conclusiones que en su virtud se vayan determinando,
satisfaciendo así las exigencias de ser concordante, verdadera y suficiente" (C. Suprema,
1 de abril de 2013, cons. 6º, LegalPublishing: Cl/Jur/699/2013, Rol Nº 7897-2012).
2. De la prueba testimonial
En casos urgentes, los testigos podrán ser citados por cualquier medio,
haciéndose constar el motivo de la urgencia.
El testigo que se negare a declarar, sin justa causa, será sancionado con las
penas que establece el inciso segundo del artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil.
Con todo, si las personas enumeradas en las letras a), b) y d) renunciaren a
su derecho a no comparecer, deberán prestar declaración conforme a las
reglas generales.
Todo testigo dará razón circunstanciada de los hechos sobre los cuales
declarare, expresando si los hubiere presenciado, si los dedujere de
antecedentes que le fueren conocidos o si los hubiere oído referir a otras
personas.
3. Prueba pericial
Concordancias: Código Civil: artículo 199. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O. 30.08.2004: artículos 9º, 13. Ley Nº 20.032, Establece sistema de atención a la niñez y
adolescencia a través de la red de colaboradores del Sename, y su régimen de subvención,
D.O. 25.07.2005: artículo 4º, número 3.4.
Concordancias: Código Procesal Penal: artículo 315. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O. 30.08.2004: artículo 80 inciso 2.
Artículo 47. Admisibilidad de la prueba pericial y remuneración de los
peritos. El juez admitirá la prueba pericial cuando, además de los requisitos
generales para la admisibilidad de las solicitudes de prueba, considerare que
los peritos otorgan suficientes garantías de seriedad y profesionalismo. Con
todo, el tribunal podrá limitar el número de peritos, cuando resultaren excesivos
o pudieren entorpecer la realización del juicio.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 18. Auto
Acordado de la E Corte Suprema de 30.09.2005, relativo al funcionamiento de los Juzgados de
xcma.
Con excepción de los numerales 8) y 16) del artículo 8º, si se estimare que la
presentación es manifiestamente improcedente, la rechazará de plano,
expresando los fundamentos de su decisión. La resolución que la rechace será
apelable en conformidad a las reglas generales.
por objeto entregar facultades a los jueces de familia con el fin de controlar y disminuir el
ingreso de causas en dichos tribunales, no sólo por vía de un control formal de las
demandas ingresadas, sino también por medio de un examen de fondo, a través de la
declaración de 'manifiestamente improcedente', cuando la pretensión carezca de todo
fundamento, tanto fáctico como jurídico. Quinto: Que, sin embargo, tal posibilidad debe
ser contrastada con los límites señalados por la doctrina. A propósito de ello, y como ha
sostenido esta Corte, la inadmisibilidad de la demanda sólo se configura bajo tres
supuestos: por un lado, en el caso de la denominada improponibilidad subjetiva o falta
evidente de legitimación activa o pasiva; por otro lado, en el caso de no justificarse interés
para litigar; y, finalmente, en la llamada situación de improponibilidad objetiva que se
verifica cuando la pretensión carece de sustento legal o porque la demanda tiene un
objeto inmoral o prohibido (así lo propone Bacre, Aldo, Teoría General del Proceso, tomo
II, Buenos Aires, Argentina, Abeledo Perrot, 1991, pp. 346, 347)" (C. Suprema, 5 de
septiembre de 2016, cons. 4º y 5º, LegalPublishing: Cl/Jur/6165/2016, Rol Nº 28002-
2016).
Concordancias: Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 87. Ley Nº 19.968, crea
Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 18.
1) Oír la relación breve y sintética, que harán las partes ante el juez, del
contenido de la demanda, de la contestación y de la reconvención que se haya
deducido, y de la contestación a la reconvención, si ha sido hecha por
escrito.883
7) Fijar los hechos que deben ser probados, así como las convenciones
probatorias que las partes hayan acordado.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 8º número 7, 9,
13, 17, 30, 59 inciso 3º, 68, 71, 103 a 114.
a) La o las demandas que deban ser conocidas en el juicio, así como las
contestaciones que hubieren sido presentadas, fijando el objeto del juicio.
Con todo, en los procedimientos de que trata esta ley tendrá lugar lo
dispuesto en el artículo 336 del Código Procesal Penal. 890
Concordancias: Código Procesal Penal: artículo 336. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O. 30.08.2004: artículos 30, 63 bis.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 16. Ley
Nº 20.422, establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con
discapacidad, D.O. 10.02.2010, artículo 10. Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención
sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 3.1.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 62 inciso 1º letra
c).
El juez podrá efectuar preguntas al testigo o perito, así como a las partes
que declaren, una vez que fueren interrogadas por los litigantes, con la
finalidad de pedir aclaraciones o adiciones a sus testimonios.
El juez podrá diferir la redacción del fallo hasta por un plazo de cinco días,
ampliables por otros cinco por razones fundadas, fijando la fecha en que tendrá
lugar la lectura de la sentencia, la que podrá efectuarse de manera resumida.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 10 inciso final,
32.
781 del Código de Procedimiento Civil y de este artículo 67 número 6, letra a) de la Ley
Nº 19.968: "Que el artículo 781 del Código de Procedimiento Civil prescribe que: 'Elevado
un proceso en casación en la forma, el tribunal examinará en cuenta si la sentencia objeto
del recurso es de aquéllas en contra de las cuales lo concede la ley y si éste reúne los
requisitos que establecen los artículos 772 inciso 2º y 776 inciso 1º'. A su vez, la Ley
Nº 19.968, en su artículo 67 Nº 6º a), previene que el recurso de casación en la forma
'procederá sólo en contra de las sentencias definitivas de primera instancia y de las
interlocutorias de primera instancia que pongan término al juicio o hagan imposible su
continuación'. 3º. Que una interpretación armónica de la norma citada junto a los
principios que informan el procedimiento de familia conduce a la conclusión de que la
aludida letra a) del numeral sexto del artículo 67 prescinde del recurso de casación formal
respecto de las sentencias definitivas dictadas en segunda instancia. Lo anterior por
cuanto el inciso primero de la referida disposición, al establecer el régimen impugnativo
del contencioso de familia, excluye los recursos incompatibles con sus principios
inspiradores, como los de celeridad y concentración, razón que lleva a concluir la
exclusión de la nulidad formal respecto de las sentencias que participan de la naturaleza
jurídica de la que por esta vía se revisa" (C. Suprema, 21 de marzo de 2017, cons. 2º y
3º, LegalPublishing: Cl/Jur/1136/2017, Rol Nº 3694-2017). Esta opinión, con reiteración
literal de las consideraciones que se han transcrito, la ha confirmado el mismo tribunal en
sentencias posteriores (C. Suprema, 20 de julio de 2017, cons. 2º,
LegalPublishing: Cl/Jur/4824/2017, Rol Nº 31958-2017; C. Suprema, 25 de julio de 2017,
cons. 2º y 3º, LegalPubli-shing: Cl/Jur/4879/2017, Rol Nº 27972-2017). C. Suprema, 12
de septiembre de 2017, cons. 3º, LegalPublishing: Cl/Jur/6741/2017, Rol Nº 31775-
2017). 1174. De la aplicación del inciso 3º del artículo 768 del Código de
Procedimiento Civil en sede de casación. Se ha sentado: "Que el artículo 67 de la Ley
Nº 19.968, en su número 6, señala que el recurso de casación en la forma, establecido en
los artículos 766 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, procederá en materia de
familia con las modificaciones que en aquella norma se indican. Luego, cobra aplicación lo
que previene el inciso tercero del artículo 768 del citado Código, en el sentido que no es
procedente la nulidad formal si de los antecedentes aparece de manifiesto que el
recurrente no ha sufrido un perjuicio reparable sólo con la invalidación del fallo o cuando
el vicio no ha influido en lo dispositivo del fallo" (Corte de Apelaciones de Santiago, 12 de
julio de 2007, Nº LegalPublishing: 36633).
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 61 inciso final.
Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990:
artículo 9.1.
Para este efecto podrá escucharlos en las audiencias a que se refieren los
artículos 72 y 73, o en otra especial fijada al efecto, en un ambiente adecuado
y cautelando su salud física y psíquica.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 16, 72, 73.
i) La prohibición de salir del país para el niño, niña o adolescente sujeto de la
petición de protección.
En ningún caso, podrá ordenarse como medida de protección el ingreso de
un niño, niña o adolescente a un establecimiento penitenciario para adultos.
Cuando la adopción de cualquier medida cautelar tenga lugar antes del inicio
del procedimiento, el juez fijará desde luego la fecha en que deberá llevarse a
cabo la audiencia preparatoria, para dentro de los cinco días siguientes
contados desde la adopción de la medida.
Concordancias: Código Civil: artículo 28. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004:
artículos 13, 22 inciso final, 61 inciso final, 80 bis, 92 inciso final. Decreto Nº 830, Min. Relaciones
Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño, D.O. 27.09.1990: artículo 9.1. Auto Acordado de la
E Corte Suprema de 30.09.2005, relativo al funcionamiento de los Juzgados de Familia,
xcma.
Concordancias: Ley Nº 16.618, Ley de Menores, D.O. 8.03.1967, texto refundido fijado por D.F.L.
Nº 1, D.O. 30.05.2000: artículo 30 número 2. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O. 30.08.2004: artículo 16.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 5º, 72.
Concordancias: Decreto Nº 830, Min. Relaciones Exteriores, Convención sobre los Derechos del Niño,
D.O. 27.09.1990: artículos 3.3, 7.1, 9.1.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 9º, 14.
Apelaciones de Arica declaró que: "[S]iendo las medidas decretadas de carácter cautelar,
ellas requieren que sea el juez quien determine el plazo de duración, tal como
expresamente lo indica el artículo 75 de la Ley Nº 19.968, sin que tal determinación pueda
ser delegada, como lo hizo el juez a quo" (C. Apelaciones de Arica, 8 de febrero de 2013,
cons. 7º, LegalPublishing: Cl/Jur/304/2013, Rol Nº 141-2012).
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 5º y 6º. Auto
Acordado de la E Corte Suprema de 30.09.2005, relativo al funcionamiento de los Juzgados de
xcma.
Con todo, la medida cesará una vez que el niño, niña o adolescente alcance
la mayoría de edad, sea adoptado o transcurra el plazo por el que se decretó
sin que haya sido modificada o renovada.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 71. Ley
Nº 20.032, Establece sistema de atención a la niñez y adolescencia a través de la red de colaboradores
del Sename, y su régimen de subvención, D.O. 25.07.2005.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 8º número 16.
Ley Nº 20.066, de Violencia Intrafamiliar, D.O. 7.10.2005: artículo 6º.
Concordancias: Código Civil: artículo 225. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O. 30.08.2004: artículos 71, 83 inciso 2º.
Concordancias: Ley Nº 19.477, Orgánica del Registro Civil e Identificación, D.O. 19.10.1996:
artículo 4º número 1. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 98.
hechos del juicio (primer considerando Noveno) que el imputado había sido anteriormente
denunciado en el Juzgado de Familia de San Antonio, en la causa RIT F-166, en la cual,
en el marco de lo establecido en el artículo 96 de la Ley Nº 19.968, el 02 de agosto de
2010, se resolvió suspender "condicionalmente la dictación de la sentencia por el término
de un año", quedando el denunciado durante dicho plazo, sujeto al cumplimiento de la
condición establecida en el artículo 92 Nº 1 de dicha ley, esto es, la prohibición de
acercamiento al domicilio de la víctima (su cónyuge), lugar de trabajo, entorno o cualquier
lugar donde ella se encuentre, por el plazo de un año, no obstante lo cual, el 07 de marzo
de 2011, alrededor de las 00:50 horas, ingresó al antejardín del domicilio de su cónyuge,
ubicado en la localidad de Llolleo, San Antonio, calle Los Kiwis Nº 1036, ocasión en que la
afectada llamó a Carabineros, quienes procedieron a detener al acusado, por existir una
medida cautelar vigente que le prohibía acercarse a su cónyuge o a su domicilio. 5º. Que
al calificar los hechos antes descritos como un delito de desacato, tal como lo señala la
defensa del enjuiciado, los sentenciadores han cometido una infracción de ley que influyó
sustancialmente en lo dispositivo del fallo, específicamente de los artículos 98 de la Ley
Nº 19.968 y 240 inciso 2º del Código de Procedimiento Civil, con lo cual no resta sino
concluir que la sentencia adolece del vicio de nulidad contemplado en el artículo 377 letra
b) del Código Procesal Penal. En efecto, el incumplimiento en que incurriera el acusado,
no fue de una resolución judicial, sino de la condición impuesta por un Juez de Familia por
un lapso determinado, para suspender la dictación de sentencia. Transcurrido el plazo
fijado sin que la suspensión fuere revocada, no se dicta sentencia acerca de los hechos
primitivamente denunciados. Por el contrario, si el denunciado incumple las condiciones,
el juez dictará sentencia. 6º) Que de lo expuesto en la motivación precedente puede
advertirse, que las condiciones acordadas o impuestas para suspender la dictación de
sentencia en el Juzgado de Familia, no es una resolución judicial, sino que es uno de los
requisitos que necesariamente deben cumplirse dentro de un determinado lapso para que
opere esta institución, pues, de lo contrario, el procedimiento continuará y se dictará fallo.
7º) Que aún más, la ley no ha tipificado ese incumplimiento como un delito de desacato,
sino que en ella sólo se dice que, ante tal incumplimiento, la sanción será que el juez
procederá a dictar sentencia (artículo 98 de la Ley Nº 19.968). 8º) Que el derecho penal
es esencialmente legalista y, al no encontrarse la acción que se reprocha al imputado,
tipificada como delito, ni al haberse dicho de manera expresa que se le sancionará como
tal, no puede ser considerada como la acción típica, antijurídica y culpable penada por el
inciso 2º del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, con lo cual este texto legal ha
sido infringido" (C. Apelaciones de Valparaíso, 7 de agosto de 2012, cons. 5º a
8º, LegalPublishing: Cl/Jur/1649/2012, Rol Nº 825-2012).
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 96, 100.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 21 inciso 3º, 98.
Concordancias: Código de Procedimiento Civil: libro IV. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O. 30.08.2004: artículo 10 inciso 1º.
Concordancias: Código Penal: artículos 477, 494 números 1, 4, 5 y 19, 494 bis, 495 número 21. Ley
Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 102 C. Ley Nº 20.000, sanciona el
tráfico ilícito de estupefacientes y substancias sicotrópicas, D.O. 16.02.2005. Ley Nº 20.084,
sobre Responsabilidad Penal Adolescente, D.O. 7.12.2005: artículo 1º.
Artículo 102 D. El procedimiento podrá iniciarse con el solo mérito del parte
policial que dé cuenta de la denuncia interpuesta por un particular o de la falta
flagrante en que se haya sorprendido a un adolescente. En ambos casos la
policía procederá a citar al adolescente para que concurra a primera audiencia
ante el tribunal, lo que deberá quedar consignado en el parte respectivo.
Todos quienes sean citados deberán concurrir a la audiencia con sus medios
de prueba.919
declarado: "Que, esta norma jurídica constituye una regla de acatamiento de una orden
judicial que, en general deben cumplir todas las personas, con el objeto de preservar el
estado de derecho" (Tribunal Constitucional, 20 de abril de 2017, cons. 16º, Rol Nº 3119-
16-Ina). 1186. De la interpretación de esta regla como una garantía para el
adolescente. En este sentido se ha pronunciado el E Tribunal Constitucional: "[E]sta
xcmo.
Magistratura expresa que la disposición legal se debe entender también como una
garantía para el adolescente, en el sentido que el juez de familia resguardará tanto las
garantías constitucionales del adolescente, como la situación fáctica que pudiere
afectarle" (Tribunal Constitucional, 20 de abril de 2017, cons. 16º, Rol Nº 3119-16-
Ina). 1187. De la impropiedad del uso de la voz "detención", en cuanto que se refiere
a la medidad de "arresto". La jurisprudencia constitucional ha estimado que en este
artículo no trata técnicamente de una "detención", sino de una medida de arresto. Así ha
advertido: "Que, aunque esta disposición habilita al juez para ordenar que el adolescente
que no compareciere ante él, pueda ser llevado a su presencia mediante la fuerza pública,
a su vez prevé las medidas del caso para evitar cualquiera situación de riesgo respecto
del adolescente que pudiera afectar sus garantías constitucionales. Si bien la norma legal
usa impropiamente la palabra "detención", jurídicamente, como lo señala la jueza
requirente, es una "orden de arresto" propiamente dicha. En tal sentido, cabe recordar
que el arresto y la detención, siendo instituciones que constriñen y afectan la libertad
personal de un individuo, presentan algunas diferencias. La detención es la privación de
libertad por breve tiempo de una persona si existen fundadas sospechas de ser
responsable de un delito o bien aparecer motivo que induzca a creer que intente eludir la
acción de la justicia y no cooperará en la investigación de un hecho punible (artículo 125
del Código Procesal Penal), en tanto el arresto, por su parte, consiste en una medida de
apremio, mediante la cual se priva temporalmente a una persona de su libertad con el
solo propósito de ponerla a disposición de autoridad competente (artículo 127 del Código
Procesal Penal). De tal manera que, aunque la ley use la voz detención, se está refiriendo
al arresto, por parte de la fuerza pública, de un adolescente rebelde a concurrir a la
citación que se le ha hecho por parte del Tribunal de Familia, arresto que tiene el solo
objeto de ponerlo a disposición del Juez de Familia" (Tribunal Constitucional, 3 de marzo
de 2016, cons. 17º, Rol Nº 2743-14-Ina). 1188. Esta regla no vulnera el principio de
proporcionalidad. Así lo ha entendido el E Tribunal Constitucional: "Que el principio de
xcmo.
a) Amonestación;
925
sanciones, que más bien se asimilan a la naturaleza de las penas, que consagra esta
norma jurídica no cumple con los estándares de constitucionalidad que esta Magistratura
ha reseñado conforme al 'principio de proporcionalidad' que se ha consagrado
reiteradamente como un criterio de interpretación, en relación con la intervención penal en
el marco del ius puniendi del Estado. No se establece por la disposición legal una
gradualidad en la aplicación de dichas sanciones, entregando total libertad al juez de
familia para aplicar unas u otras o más de una, lo que hace que se vulnere el principio de
proporcionalidad al no existir reglas suficientemente precisas para evitar la
discrecionalidad en su aplicación por parte del juez. 'La regulación legal debe ser
razonable, no arbitraria, sirviendo como referencia del juicio de razonabilidad la
concurrencia del principio de proporcionalidad, determinado por la relación coherente
entre los medios utilizados y los fines legítimos perseguidos' (STC 541, c. 15º)" (Tribunal
Constitucional, 3 de marzo de 2016, cons. 33º, Rol Nº 2743-14-Ina). 1193. Este artículo
contiene expresiones indeterminadas, lo que incrementa su desproporcionalidad.
En este sentido el mismo E Tribunal Constitucional: "Que, junto con la falta de
xcmo.
Artículo 102 N. En los casos en que un niño, niña o adolescente inimputable
incurra en una conducta ilícita, el juez de familia deberá citar a su padre, madre
o a quien lo tenga a su cuidado a una audiencia, para los fines del artículo 234
del Código Civil.929
Concordancias: Ley Nº 19.620, sobre Adopción de Menores, D.O. 5.08.1999. Ley Nº 19.947, de
Matrimonio Civil, D.O. 17.05.2004: artículo 54. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O. 30.08.2004: artículos 57 inciso 2º, 96, 97, 112, 114 inciso 1º. Ley Nº 20.066, de Violencia
Intrafamiliar, D.O. 7.10.2005.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 105 letra d),
112.
Concordancias: Código Civil: artículo 321. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O. 30.08.2004: artículo 54-2.
Durante ese plazo, podrán celebrarse todas las sesiones que el mediador y
las partes estimen necesarias, en las fechas que de común acuerdo se
determinen. Podrá citarse a los participantes por separado. 938
Concordancias: Código Penal: artículos 361 a 375. Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia,
D.O. 30.08.2004: artículo 106 inciso 3º, 107 inciso 1º.
Para las restantes materias, los servicios de mediación serán de costo de las
partes y tendrán como valores máximos los que contemple el arancel que
anualmente se determinará mediante decreto del Ministerio de Justicia. Con
todo, quienes cuenten con privilegio de pobreza o sean patrocinados por las
corporaciones de asistencia judicial o alguna de las entidades públicas o
privadas destinadas a prestar asistencia jurídica gratuita, tendrán derecho a
recibir el servicio gratuitamente.
Para proveer los servicios de mediación sin costo para las partes, el
Ministerio de Justicia velará por la existencia de una adecuada oferta de
mediadores en las diversas jurisdicciones de los tribunales con competencia en
asuntos de familia, contratando al efecto los servicios de personas jurídicas o
naturales, a fin de que sean ejecutados por quienes se encuentren inscritos en
el Registro de Mediadores.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículo 106. Ley
Nº 19.886, de Bases sobre contratos administrativos de suministro y prestación de servicios,
D.O. 30.07.2003.
2) Juzgados con dos jueces: dos jueces, un administrador, dos miembros del
consejo técnico, un jefe de unidad, dos administrativos jefes, un administrativo
contable, tres administrativos 1º, cuatro administrativos 2º, dos administrativos
3º y un auxiliar.
3) Juzgados con tres jueces: tres jueces, un administrador, tres miembros
del consejo técnico, un jefe de unidad, dos administrativos jefes, un
administrativo contable, cuatro administrativos 1º, cuatro administrativos 2º,
cuatro administrativos 3º y un auxiliar.
Concordancias: Ley Nº 19.968, crea Tribunales de Familia, D.O. 30.08.2004: artículos 4º y 4º bis.
Quien debiere cumplir las funciones del secretario del tribunal, de acuerdo a
las reglas generales, las llevará a efecto respecto del juez titular y de quien lo
supliere o reemplazare.
4) Intercálase en la letra a) del número 3º del artículo 63, entre las palabras
"civiles" y "del trabajo", la expresión "de familia" precedida de una coma (,).
"En las tablas deberá designarse un día de la semana para conocer las
causas criminales y otro día distinto para conocer las causas de familia, sin
perjuicio de la preferencia que la ley o el tribunal les acuerden.".
14) Suprímense, en el inciso segundo del artículo 314, las frases "de los
juicios de alimentos," y "y los asuntos relativos a menores".
"La resolución que se pronuncie sobre estos alimentos se notificará por carta
certificada. Esta notificación se entenderá practicada el tercer día siguiente a
aquél en que haya sido expedida la carta.".
2. Si la solicitud sólo hubiere sido deducida por uno de los padres, ordenará
que se cite a la audiencia preparatoria al otro padre o madre que hubiere
reconocido al menor de edad, bajo apercibimiento de que su inasistencia hará
presumir su voluntad de entregar al menor en adopción. En dicha audiencia
podrán allanarse o deducir oposición respecto de la solicitud.
La citación se notificará personalmente, si el padre o la madre tiene domicilio
conocido. Para este efecto, si no se conociera el domicilio, al proveer la
solicitud, el tribunal requerirá al Servicio Electoral y al Servicio de Registro Civil
e Identificación que le informen, dentro de quinto día, el último domicilio de
dicha persona que conste en sus registros. De no establecerse el domicilio, o
de no ser habido en aquél que hubiere sido informado, la notificación se
efectuará por medio de aviso que se publicará en el Diario Oficial conforme a lo
dispuesto en los incisos tercero y cuarto del artículo 14.
"Artículo 16. La sentencia que declare que el menor puede ser adoptado se
notificará por cédula a los consanguíneos que hayan comparecido al proceso,
en el domicilio que conste en el mismo, salvo que sea posible efectuar la
notificación en forma personal en la audiencia respectiva. Una vez
ejecutoriada, será puesta en conocimiento del Servicio Nacional de Menores,
para los efectos previstos en el artículo 5º.".
"El juez ante el cual se siga alguno de los procedimientos regulados en este
Título, podrá confiar el cuidado personal del menor a quienes hayan
manifestado al tribunal su voluntad de adoptarlo y cumplan con los requisitos
señalados en los artículos 20, 21 y 22. Para los efectos de resolver dicha
solicitud, el juez citará a una audiencia para dentro de quinto día, debiendo
concurrir los solicitantes con los antecedentes que avalen su petición. El
procedimiento será reservado respecto de terceros distintos de los
solicitantes.".
b) En el inciso segundo, sustitúyense las letras a) y b) por las siguientes:
La solicitud de adopción deberá ser firmada por todas las personas cuya
voluntad se requiera según lo dispuesto por los artículos 20, 21 y 22.".
1) Elimínase en el inciso primero del artículo 138 bis la frase "previa citación
del marido" y las comas (,) entre las cuales se ubica, y agrégase luego del
punto aparte (.), que pasa a ser coma (,), la frase: "previa audiencia a la que
será citado el marido".
3) Sustitúyese, en el artículo 144, después del punto seguido (.), el texto "El
juez procederá con conocimiento de causa, y con citación del cónyuge, en caso
de negativa de éste" por la oración "El juez resolverá previa audiencia a la que
será citado el cónyuge, en caso de negativa de éste".
b) En su artículo 11º, agrégase una nueva letra d), pasando la actual a ser
letra e) y modificándose la numeración correlativa de las siguientes, de este
tenor:
ARTÍCULOS TRANSITORIOS
1) Los jueces de menores cuyos tribunales son suprimidos por esta ley,
podrán optar a los cargos de juez de familia, dentro de su mismo territorio
jurisdiccional. Este derecho deberá ser ejercido, en su caso, dentro de los 30
días siguientes a la fecha de la publicación de esta ley.
3) Para proveer los cargos vacantes que quedaren sin ocupar en los
juzgados de familia, una vez aplicada la regla establecida en el número 1), las
Cortes de Apelaciones respectivas deberán llamar a concurso para elaborar las
ternas con los postulantes que reúnan los requisitos exigidos por el Código
Orgánico de Tribunales, según las categorías respectivas. La Corte podrá
elaborar ternas simultáneas, con la finalidad que los nombramientos permitan
una adecuada instalación de los juzgados respectivos.
4) El Presidente de la República procederá a la designación de los nuevos
jueces.
5) Para ser incluido en las ternas para proveer los cargos de juez de familia,
con arreglo a lo previsto en el número 3) de este artículo, los postulantes,
además de cumplir con los requisitos comunes, deberán haber aprobado el
curso habilitante que la Academia Judicial impartirá al efecto. Con este objeto,
la Academia Judicial deberá adoptar las medidas necesarias a fin de que se
impartan suficientes cursos habilitantes. Asimismo, podrá acreditar o convalidar
como curso habilitante estudios equivalentes que hayan realizado los
postulantes.
8) Los secretarios de los juzgados que son suprimidos por la presente ley,
gozarán de un derecho preferente para ser incluidos en las ternas que se
formen para proveer los cargos de jueces de familia de su misma jurisdicción,
en relación con los postulantes que provengan de igual o inferior categoría,
siempre que hayan figurado en las dos primeras listas de mérito durante los
dos últimos años.
1) A más tardar con ciento ochenta días de antelación a la fecha de entrada
en vigencia de la presente ley, la Corporación Administrativa del Poder Judicial
deberá practicar un examen a esos profesionales sobre materias relacionadas
con la presente ley, debiendo informar su resultado a la Corte de Apelaciones
respectiva.
8) Los cargos vacantes que quedaren sin llenar, una vez aplicadas las reglas
anteriores, serán concursados de acuerdo a las normas establecidas en el
Título X del Código Orgánico de Tribunales.
Artículo octavo. Los empleados de secretaría de los tribunales de menores
que son suprimidos por esta ley y los empleados pertenecientes al Programa
de Violencia Intrafamiliar, ingresarán a cumplir funciones en los juzgados de
familia de acuerdo a las reglas siguientes:
1) A más tardar con ciento ochenta días de antelación a la fecha de entrada
en vigencia de esta ley, la Corporación Administrativa del Poder Judicial deberá
aplicar un examen sobre materias relacionadas con la presente ley a todos los
empleados de los juzgados de menores y pertenecientes al Programa de
Violencia Intrafamiliar, que se verán afectados por la misma, debiendo informar
de sus resultados a la Corte respectiva.
4º Los cargos que quedaren vacantes, una vez aplicadas las reglas
anteriores, sólo podrán ser llenados mediante las reglas de concurso público
que el Código Orgánico de Tribunales contempla y según las disponibilidades
presupuestarias existentes. Para este efecto, los empleados de secretaría
cuyos tribunales son suprimidos por la presente ley y los del Programa de
Violencia Intrafamiliar gozarán de un derecho preferente para ser incluidos en
terna en los cargos a que postulen dentro de su jurisdicción, frente a los demás
postulantes y, cuando corresponda, frente a los postulantes externos. En todo
caso, tal preferencia se mantendrá sólo hasta el primer nombramiento
originado como consecuencia de la aplicación de esta prerrogativa.
5) Suprimido.949
Considerando:
1º. Que con fecha 30 de agosto de 2004 se publicó en el Diario Oficial la Ley
Nº 19.968, que Crea los Tribunales de Familia.
2º. Que con fecha 23 de agosto de 2005, se publicó en el Diario Oficial el
Decreto Supremo Nº 957, del Ministerio de Justicia, que Aprueba Normas
Reglamentarias Necesarias para la Ejecución de la Ley Nº 19.968.
Decreto:
En caso de que sólo una de las partes goce de dicho beneficio, el mediador
prestará sus servicios en forma gratuita sólo respecto de ella.
Párrafo 6º Del Arancel de los Mediadores
Artículo 20. El arancel que fije los valores máximos al cual los mediadores
deberán ajustar sus remuneraciones será determinado anualmente por el
Ministerio de Justicia, mediante un decreto suscrito bajo la fórmula ''Por orden
del Presidente de la República''. Para tal determinación se tendrá en
consideración los precios del mercado y las variaciones experimentadas por el
Índice de Precios al Consumidor en el período respectivo.
1) Se dejará constancia del acuerdo sobre todos o algunos de los puntos
sometidos a mediación en un acta que se denominará acta de mediación.
2) El acta deberá ser leída por los participantes, dejándose constancia de
ello en la misma acta de mediación.
3) El acta deberá ser firmada por las partes y por el mediador, quedando una
copia en poder de cada una de las partes.
4) El acta debe ser remitida por el mediador al tribunal para su aprobación en
todo aquello que no fuere contrario a derecho.
Artículo 23. De conformidad con el artículo 54-2 de la Ley Nº 19.968, el
tribunal conocerá en la etapa de recepción los avenimientos y transacciones
celebrados directamente por las partes y los aprobará en cuanto no sean
contrarios a derecho.
Proyecto de ley:
.................
ARTÍCULOS TRANSITORIOS
Artículo 1º. Las dotaciones adicionales que se establecen en esta ley, serán
nombradas y asumirán sus funciones en la calidad jurídica y en la fecha que
determine la Corte Suprema, previo informe de la Corporación Administrativa
del Poder Judicial. En todo caso, las dotaciones deberán encontrarse
completamente nombradas a más tardar el 31 de diciembre de 2008.
2) En todo caso, y para el solo efecto de proveer las vacantes de los
juzgados de familia, del trabajo y de cobranza laboral y previsional, se seguirán
además las reglas siguientes:
4) Las vacantes del Escalafón de Empleados del Poder Judicial, que no sean
provistas de conformidad a lo dispuesto en los numerales precedentes, serán
llenadas con funcionarios que actualmente se desempeñen en el Escalafón de
Empleados del Poder Judicial, de conformidad a las instrucciones que imparta
al efecto la Corte Suprema, mediante auto acordado.
Artículo 8º. El mayor gasto fiscal que represente la aplicación de esta ley
durante el año 2008 se financiará con cargo a la partida presupuestaria 50-01-
03-24.03.104. En los años posteriores se considerará en los respectivos
presupuestos anuales, conforme al programa de implementación establecido y
a las disponibilidades presupuestarias correspondientes.".
I.- Que la Ley Nº 19.968, que crea los Juzgados de Familia, establece
procedimientos para la solución judicial de los asuntos de familia y un sistema
de mediación anexo a dichos tribunales entrará en vigencia a contar del
primero de octubre próximo, iniciándose también la instalación de los mismos.
Tal como ocurre con otros procesos de reforma, su implementación constituye
una etapa compleja, que implica la adecuación personal y cultural de los
sujetos intervinientes, así como de los usuarios del sistema a las nuevas
infraestructuras, modalidades de gestión y de solución de los diversos
conflictos de relevancia jurídica que afectan a la familia;
Se hace constar que los Ministros señores Ortiz, Chaigneau, Kokisch y Juica
no comparten la regulación contenida en el numeral segundo de este auto
acordado, relativo a la incomparecencia de la parte citada a declarar a la
audiencia de juicio, por considerar que la misma no se aviene con los principios
de oralidad y desformalización que caracterizan al procedimiento aplicable por
los juzgados de familia.
ÍNDICE DE MATERIAS
Este índice incluye las categorías, conceptos, términos y nociones jurídicas
contenidas en la Jurisprudencia y los Comentarios que acompañan a los artículos
de los textos normativos que comprende este Código de la Familia.
A
Abandono
Del hijo
Noción 768
Del menor
Abandono de procedimiento
Aborto
Véase nasciturus
Abuelos
Causada en la ley 761
Derecho autónomo 758
Acción de impugnación
Acción pauliana
Acciones de filiación
Acción de im3pugnación
Caducidad 699
Finalidad 695, 697
Noción 696
Imprescriptibilidad 158, 694
Irrenunciabilidad 641, 642
Desistimiento 641, 642
Noción 680, 682
Titulares: regla general y acción del hijo contra herederos del presunto
padre 159, 681
Titulares 683
Acciones de estado de familia 639
Conciliación
Legítimo contradictor
Plazo y su cómputo 672
Prueba
Disciplina especial 647
Presunción del inciso 4º del art. 199 CC: citación debe ser personal 662
Transacción
Improcedencia de transacción 643
Generalidades 991, 996
Caracteres
"Contrato" 984
No admite promesa 985
Celebrados en el extranjero
Reconocimiento en Chile 999
Régimen patrimonial 1001
Celebración
Acta y su inscripción 990
En general 989
In articulo mortis 989.1
Por mandatario 989.2
Generalidades 993
Convivientes civiles
Estado civil 984.8
Definición 984.5
Efectos
En general 1012
Legitimación activa del conviviente civil para demandar reparación del daño
por repercusión 1012.2.1
Legitimación activa del conviviente civil para demandar reparación del daño
causado a su conviviente cuando este está imposibilitado de demandar por sí
mismo 1012.2.2
Legitimación activa del conviviente civil para demandar reparación del daño
según el derecho común en otros supuestos 1012.2.3
Principios rectores 1003
Juez civil 1015.2
Juez partidor 1015.3
Acuerdos Reparatorios
Adopción
Concepto 799
Oposición a la declaración 822
Publicación en el Diario Oficial y su finalidad 824
Familia de origen 31
Familia y adopción 29
Finalidad 799
Adulterio
Agencia oficiosa
Alimentos
Atributos de la personalidad
Véase Nombre
Ausente
Autocontratación
B
Bases de la Institucionalidad
Normas rectoras para gobernantes y gobernados 2
Bienes familiares
Beneficio de excusión
Características 264
Finalidad de su existencia 263
Características
Declaración provisoria
Desafectación
Formas de desafectar 248
Tácita 250
Efectos de la declaración
Finalidades
Fundamentos
Regla imperativa del artículo 141 inc. 1º del Código Civil 235
Desamparo de la familia 243.2
C
Chilenos
Compensación económica
Comunicaciones privadas
Matrimonio 199.1
Cónyuge
Débil
Véase Hijos
Curador
Véase Guardas
D
Datos personales
Domicilio es dato personal protegido 114
Defunción
Derecho a la educación
Derecho a la honra
Caracteres 59, 60
Contenido 60
De la familia 61
Protección constitucional
Límites a su protección 61
Derecho a la identidad
Su extensión 45
Su extensión 45
Derecho a la privacidad
Derecho a la vida
Derecho al nombre
Véase Nombre
Alimentos
Concepto 892
Contenido 892, 893
Caracteres
Generales 894
Imprescriptibilidad 928
Fundamentos
Derecho a la vida 893.1
Solidaridad familiar 893.3
Nasciturus
Obligación de alimentos
Caracteres 895
Cese por injuria atroz: "atentado grave" contra el "honor" 912, 913, 914
Cumplimiento: ejecución 971
Límite del 50% de las rentas del alimentante: carga de la prueba de las
rentas 959
Límite del 50% de las rentas del alimentante: "rentas" no comprendes las
"ayudas económicas" 961
Solidaridad en el pago 920
Fundamento 901
Respecto de los hijos: presunción de que el alimentante tiene los medios para
otorgarlos 906, 940, 941
Respecto del hijo mayor de 21 años que no vive con el padre: legitimación de
éste para demandar los alimentos 927
Voluntarios
A los que en acuerdo regulador se obliga el padre para sus hijos mayores que
no están estudiando 900
Titularidad universal 42
Desequilibrio económico
Derecho a la honra
Derecho a la identidad
Discriminación
"Justificación razonable"
Concepto 170
Prueba
Corresponde al actor 175
Divorcio
Véase en Matrimonio
Domicilio
Adquisición
Supuestos 115
Ánimo de permanecer
Noción y especies 110
Presunto 116
Real 110
Pluralidad de domicilios
De personas jurídicas 117
Noción 111
E
Embrión
Es persona 50.1
Esponsales
Estado civil
Adquisición y leyes que alteran las condiciones que exigía una ley previa 190
Caracteres 140
De hijo natural
Noción
Partidas
Ausencia de partidas 151
Posesión notoria
Caracteres 153
Concepto 153, 667
De la calidad de hijo 667, 668
Prueba
Fe de bautismo 148, 149, 1117
Improcedencia de la sola testimonial para acreditar el de hijo 150, 668
Partidas y su impugnación 149
Pueblos originarios
Extranjeros
Habitantes de la República
Sujetos a la ley chilena 96
Transeúntes
Concepto 108
F
Familia
Caracteres
Concepto
De origen en la adopción 31
Derecho a su honra 61
Protección de la familia
Compensación económica 35
Mandato constitucional 30
Familia común
Fe religiosa
Error sobre una cualidad personal que recae en la fe religiosa 402, 403
Transfusiones de sangre 46
Vacunación 47
Feto
Filiación
Acciones de filiación
Derecho a la identidad
Noción y contenido 638
Pruebas periciales 653
Determinación de la filiación
Noción 621
Reconocimiento y su impugnación 691, 692, 693, 694, 695, 696
Reconocimiento y su nulidad 635
Noción 619
Presunción pater is est
Derecho a la identidad 637
Principios generales 636
Principio de igualdad y determinación de la filiación 616
Pueblos originarios
Disciplina especial 161
G
Guardas
Caracteres
Concepto 833
Curador
Curador especial
Curaduría
Finalidades 839
Curaduría de la herencia yacente
Noción 879
Concepto 864
Finalidad de protección 865
Interdicción provisoria 860, 873
Requisitos 868
Curaduría general
Curatela legítima
Interdicción
Concepto 840
Finalidades 840
Principio de igualdad
Tutela dativa
Tutela legítima
Tutor
Obligación de confeccionar inventario y validez de los actos del tutor 851
H
Habitantes de la república
Hijos
Abandono
Autorización al padre para que saque a sus hijos de poder de quien les ha
alimentado y criado 768
Noción 768
Distinto de la corresponsabilidad 724.2
Atribución legal 714
Concepto 713
Contenido 717
Corresponsabilidad 715, 716
Obligación de los padres: implica, por ejemplo, procurar acceso del hijo a la
justicia 720
Corresponsabilidad 724.2, 724.3
Madre que tiene el cuidado personal no puede ser privada de él por una
medida de protección dictada por el Tribunal de Familia 788
Un padre no puede ser excluido del proceso formativo de sus hijos, sino por
sentencia judicial 767
Interés superior
Principio de igualdad 615
Principio hermenéutico 709
Pincipio de igualdad
Derecho autónomo 757
Corresponsabilidad 752
Derecho-deber 745
I
Identidad de género
Ante la ley
Su significado y contenido 53, 54
"Diferenciación razonable" o garantía de la igualdad de las personas 25, 53
En la ley
Su protección 55
Nacionales y extranjeros 41
No discriminación 25
Indígenas
Individuo
De la especie humana
Inmigrantes
Interdicción
Véase Guardas
Véase Niño
Ius conubii
Véase en Matrimonio
L
Lesión enorme
Libertad de enseñanza
Libertad personal
M
Matrimonio
Adulterio
Celebrado en el extranjero
Su disolución debe pronunciarse por tribunales chilenos si el demandado está
domiciliado en Chile 568
Compensación económica
Desequilibrio económico 505
Quantum de la compensación 522
Supuesto de procedencia 512
Como contrato
Sus efectos 294
Definición legal
Su constitucionalidad 200
Disciplina jurídica
Reservada a la ley 197
Divorcio
Causas legales son solo tres y ha de impetrarse por solo una de ellas 444
Concepto 439
Noción 467
Requisitos 468
Concepto 475
Requisitos 476
Concepto 445
Requisitos de procedencia 447
Fines
Indisolubilidad 201
Ius conubii
Nulidad
Nulo
Noción 420
Obligaciones
Efectos 437
Noción 436
Divorcio, vide supra
Nulidad, vide supra
Válido 420
Menores
Medidas de protección
De su patrimonio 593
Madre que tiene el cuidado personal no puede ser privada de él por una
medida de protección dictada por el Tribunal de Familia 788
Muerte
Véase Personas
Muerte presunta
Noción 132
N
Nacimiento
Véase Personas
Nacionalidad
Adquisición de la nacionalidad
Atributo de la personalidad 92
Derecho esencial de las personas 92
Privación de la nacionalidad 94
Nacionalización
Nasciturus
Aborto 51.5
Derecho de alimentos
Protección
Confiada a la ley 51
Razonabilidad 51.3
Niños
Interés superior
Principio 1129
Principio de decisión 1129.3
Principio de procedimiento 1129.1
Principio hermenéutico 1129.2
Prestaciones de salud 583
Nombre
Cambio de
Derecho al nombre
P
Parentesco
Concepto 102
Prueba
Patria potestad
De cuáles sean 771
De orden público 772
Caracteres de la sanción 677
Suspensión
Persona
Personas
Cese 43
Propios de su naturaleza 38
Universalidad 42
Dignidad, véase Dignidad de la Personas
Existencia legal
Nacimiento
Muerte
Certificación de médico 130
Natural 129
Sujetos de derecho 5, 37
Universalidad de su noción 41
Personas vulnerables
Presunción Pater is est
Véase Acuerdo de unión civil, Filiación
Privacidad
Pueblos originarios
Estado civil
De su prueba 151
Violencia intrafamiliar
Acuerdos reparatorios 1075
R
Redes sociales
Separación de bienes
Concepto 225, 300
Haberes 316
Haber propio: ingresan a él los inmuebles que eran de los cónyuges al tiempo
de contraer matrimonio 317, 323, 324
Recompensa: de su noción 322
Que niega los hechos o guarda silencio y potestad del juez de dictar
sentencia de inmediato 1191, 1192
Debido proceso
Delitos, autoría y participación se rigen por las reglas generales del Código
Penal 1080
Ley Nº 20.084
Carácter especialísimo 1076
Caracteres de su disciplina 1077
Medidas cautelares
Internación provisoria y apelación a la resolución que la decreta 1105
Recursos
Sanciones
Fines exclusivos 1094
Substitución de condena
Renuncia
A los gananciales
Al derecho de alimentos
Segundas nupcias
Separación judicial
Véase Matrimonio
Simulación
Sujetos de derecho
Personas 5, 37
T
Transacción
Transfusión de sangre
Transeúntes
Véase Extranjeros
Transexuales
Tratamiento médico
Tribunales de familia
Procedimiento
Abandono de procedimiento 1138
Actuación de oficio 1139, 1158
Control de admisibilidad 1157
Resoluciones inapelables 1172
Tutor
Véase guardas
U
Uniones de hecho
Compensación económica de la ley Ley Nº 19.947 está excluida 508
V
Vacunas
Vida privada
Comunicaciones privadas
Libertad de comunicaciones 69
Límites 58, 67
Protección 18, 56, 66, 67
Violencia intrafamiliar
Ilícito de resultado 1032
En general 1046
En contexto de convivencia
Concepto de convivencia 1040
Menos graves 1181
Ley Nº 20.066
Maltrato habitual
Delito habitual 1068
Medidas accesorias
Carácter y naturaleza 1052
Medidas cautelares
Medidas de protección
Finalidad preventiva 1049
Sanciones
Finalidad 1030
Suspensión de procedimiento
Violencia
Económica 1037
Física 1035
Maltrato 1038
Psicológica 1036
ACCIONES DE FILIACIÓN
ADOPCIÓN
ADULTERIO
CÓNYUGE
DISCRIMINACIÓN
FAMILIA
FAMILIA
GUARDAS
GUARDAS
HIJOS
HIJOS
INDÍGENAS
MATRIMONIO
MATRIMONIO
MATRIMONIO
MATRIMONIO
MATRIMONIO
MATRIMONIO
NASCITURUS
NIÑOS
PERSONAS VULNERABLES
RENUNCIA
TRIBUNALES DE FAMILIA
TRIBUNALES DE FAMILIA
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR