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de la ley…
Como la ley derogada establece que los cobros por este concepto deben
cobrarse teniendo en cuenta el valor de la Unidad Tributaria y ésta ha estado
siendo fijada en montos muy bajos con relación a la inflación que hemos vivido,
el SAREN (Servicio Autónomo de Registros y Notarías) optó por calcular esos
gastos sin atender al valor de la Unidad Tributaria, y en su lugar utiliza un
criterio que nadie conoce (ni los mismos funcionarios de registros y notarías) y
a través de un sistema informático formulan la llamada PUB (Planilla Única
Bancaria) en la cual liquidan, hasta ahora, los derechos de registros y la
notarías.
Para tener una idea aproximada del aumento, pongamos el ejemplo de la venta
de un inmueble cuyo valor haya sido estimado por el SAREN en la cantidad de
USA $ 265.000,00. Al aplicarle el porcentaje previsto para el
PROCESAMIENTO previsto en el artículo 83, numeral 7, de la ley derogada,
que era de 0,60 % del valor del inmueble, nos arrojaba por ese concepto USA $
1.590,00.
Esta reforma de la Ley, al igual que la anterior ley, presenta una falla legal
grave. Es que usa el valor del inmueble o bien objeto de la negociación para
determinar el monto del tributo a pagar.
Una tasa es un tributo que debe pagar el contribuyente por un servicio que
presta el Estado. La variación del monto a pagar no está determinada por el
valor del bien objeto de la transacción, sino por el mayor o menor servicio que
reciba el contribuyente.
Por ejemplo, en el caso de la tasa que se paga por el uso del servicio vial (el
peaje) si el vehículo tiene mayor número de ejes de rodamiento, se supone que
causa un mayor desgaste de la autopista y demanda mayor mantenimiento y
servicios, razón por la cual, el usuario de una gandola debe pagar más que el
usuario que lleva un vehículo de tan solo dos ejes.
Pero, el valor del vehículo no influye en el monto del tributo. Pagan lo mismo,
un vehículo viejo, barato, destartalado, que un Ferrari testa rosa nuevo, aunque
sus valores sean muy diferentes.
Igual ocurre con la tasa del aseo urbano domiciliario. Si un inmueble, por su
actividad produce mayor cantidad de basura, como sería un restaurant, por
ejemplo, que una oficina de abogados, aunque tengan la misma área. Por eso,
el inmueble destinado a restaurant, debe pagar más por concepto de aseo
urbano domiciliario.
Al pagar más tasa registral por el valor del inmueble, éste tributo se convierte
en otro Impuesto al Patrimonio de los ciudadanos, el cual ya está gravado,
indebidamente por dos tributos: el impuesto a la propiedad inmobiliaria urbana
y el impuesto a los grandes patrimonios.