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Surgimiento de la

banca en México

El sistema bancario en México con las


características de un sistema moderno
inició a fines del imperio de Maximiliano y
se desarrolló en el Porfiriato, con banca de
emisión privada y un banco de Estado,
como sucedió en la mayoría de los países
occidentales de la época. Antes de ello
hubo varias respuestas a la necesidad
socioeconómica de hacer funciones de
banca, sobre todo en materia de ahorro y
crédito.

Retrato de Carlos III de España, fundador del Banco


de San Carlos en 1782.

La banca en la Nueva España


En la época colonial y el virreinato, se
constituyeron muchos de los fundamentos
de la formación del crédito en México. En
la Nueva España las principales funciones
de crédito las desempeñaba la Iglesia, que
financiaba la agricultura de las haciendas.
Cuando había concesiones para explorar
un territorio, los titulares de dichas
concesiones se financiaban a sí mismos o
recibían créditos de otros particulares,
sobre sus ganancias futuras. A finales del
Siglo XVIII, en 1775, Don Pedro Romero de
Terreros fundó el Monte de Piedad de
Animas, cuyas operaciones originales eran
préstamos prendarios, depósitos
confidenciales, depósitos legales y remate
de aquellas prendas no rescatadas. El
Monte funcionó 46 años durante la
Colonia (1775 - 1821) y realizó 35 mil
préstamos con un valor de entre 400 mil y
600 mil pesos. Durante la época virreinal
encabezada por la dinastía Borbón, Carlos
III de España fundó el Banco de San
Carlos, por Cédula Real, en junio de 1782.
Debido a los problemas de la época, su
manejo fue limitado y su vida corta,
teniendo que entregar sus activos, en
1829, al Banco Español de San Fernando,
cuya actividad en la Nueva España pasó
desapercibida. La Iglesia también tuvo un
papel importante para lo que se pueden
considerar como los inicios de los
préstamos hipotecarios, ya que muchos
de sus recursos fueron utilizados en los
procesos de bienes raíces, lo cual
consolidó a esa institución como el primer
gran acreedor de la era virreinal. Como
parte de las operaciones del clero,
abundaron los arrendamientos e hipotecas
con rendimientos moderados de 5% anual
. Asimismo, conservó sus funciones de
banca de avío para la agricultura. Por otro
lado, los Consulados efectuaban muchas
de las operaciones características de un
banco, ya que recibían depósitos y
préstamos para emplearlos en
negociaciones; también realizaban
operaciones hipotecarias por cuenta de
terceros y fungían como tribunales que
ventilaban los pleitos crediticios entre
comerciantes.[1]

El crédito en el México
independiente
A principios del siglo XIX el crédito era
controlado principalmente por los
llamados agiotistas o prestamistas, los
cuales se conformaban por pequeños
grupos de empresarios. A pesar de que en
esa época algunos bancos intentaron
establecerse, ninguno logró con éxito su
consolidación. Tal es el caso del Banco de
Avío establecido en 1830 por el entonces
Ministro de Relaciones Exteriores, Lucas
Alamán. Este banco apoyó esencialmente
la incipiente industria del país, como por
ejemplo las fábricas de textiles en la
región de Puebla. Once años después,
dicho banco se extinguió por decreto de
Antonio López de Santa Anna. Hacia 1850,
surgieron una serie de uniones de crédito
que estaban encaminadas principalmente
a apoyar al comercio exterior, en ese
entonces la principal exportación de
México era la plata.

Los bancos del imperio a la


república restaurada
Fue en 1864, durante el Imperio de
Maximiliano I de México, que se otorgó el
registro de apertura al Bank London,
Mexico and South America, el primer
banco estable dentro de la historia
bancaria del país.[2] A la caída del imperio,
ese mismo año, los banqueros pidieron al
presidente Benito Juárez que les dejara
permanecer en México con su negocio,
cuestión que fue aprobada.

Banco de Londres y México …


Banco de Londres y México en el Centro Histórico de
la Ciudad de México.

El inicio de la banca en México ocurrió en


1864, cuando debido al apogeo inglés en
América y en concreto en México, el banco
británico The Bank of London, Mexico and
South America o Banco de Londres,
México y Sudamérica estableció una
sucursal en la Ciudad de México. Este
banco inició sus actividades sin ningún
tipo de regulación bancaria por parte del
gobierno mexicano. La ausencia de
regulación se debió a que el Código de
Comercio de 1854 no contenía ningún
precepto relacionado con los bancos. Así,
con este vacío regulatorio, el banco inglés
comenzó a emitir billetes sin concesión
especial. Ya en el porfiriato, precisamente
la cuestión de emisión de billetes, haría
que en 1888 fusionara al Banco de
Empleados, para aprovechar su concesión,
y ya con permiso para emitir billetes de
cobertura nacional, cambió su nombre a
Banco de Londres y México.

El fundador del Banco de Londres y


México fue Don Guillermo Newbold, quien
negoció condiciones favorables para tener
la exclusividad de implantarse como el
único banco extranjero en el país.
Progresivamente, Newbold fue creando
una extensa red de agencias en las
principales ciudades del país; asimismo,
en poco tiempo abrió agencias en países
como Cuba (la Habana) y en Victoria, la
capital de la Columbia Británica. Según el
documento conmemorativo del centenario
de esta institución, el capital con el que se
estableció en México era de diez millones
de pesos. Las operaciones que ofrecía en
el país eran préstamos con garantía,
depósitos con intereses y cuentas
corrientes.[3]

Banco Santa Eulalia …

Más adelante, en 1875 bajo el decreto del


25 de noviembre, fue fundado el Banco
Santa Eulalia en el estado de Chihuahua
por concesión otorgada al Sr. Francisco
McManus, de origen norteamericano,
concediéndosele también la facultad para
emitir billetes.[4] Inicialmente, esta
facultad fue utilizada para una primera
emisión de 50 mil pesos, teniendo el
derecho de exención de impuestos por 12
años. La institución tuvo una segunda
emisión en 1883, esta vez por 100 mil
pesos y una exención por 10 años. Debido
a su privilegio fiscal, la ganancia generada
por el banco no debía ser mayor al diez
por ciento anual. Para 1900, el Banco de
Santa Eulalia se fusionó con el Banco
Comercial Chihuahuense, que a su vez lo
había hecho con el Minero de Chihuahua,
que había comenzado a operar años
antes.

La banca de los gobiernos de


Manuel González y Porfirio
Díaz
En 1880 Porfirio Díaz terminó su cuatrienio
y entregó la presidencia a Manuel
González Flores. Era indispensable contar
con una banca moderna, capaz de atraer
inversiones extranjeras. En Francia había
un sindicato de bancos, entre ellos el
Banco Franco Egipcio interesado en abrir
una institución en México. Además había
varios mexicanos exiliados en París, que,
como Antonio de Mier y Celis conservaron
sus negocios en la república. Ambos
grupos se pusieron de acuerdo, pidieron al
gobierno francés que reanudara las
relaciones diplomáticas, rotas desde la
caída del imperio de Maximiliano, y en
1881 enviaron a su secretario general, el
banquero Edouard Noetzlin a hacer las
negociaciones de lo que sería el Banco
Nacional Mexicano.

Por otro lado, en la ciudad de México


existía un grupo de comerciantes
extranjeros, sobre todo españoles y
mexicanos, interesados en hacer una
institución bancaria libre, es decir atenido
a la libertad de comercio que la
Constitución y el Código de comercio
aseguraban.

Banco Nacional Mexicano …


En el año de 1881 se otorgó la concesión
para establecer el Banco Nacional
Mexicano. Dicha concesión le fue
otorgada al Banco Franco Egipcio con
sede en París. Esta concesión logró un
precedente en términos de ordenar, en
alguna medida, la anarquía que existía en
materia bancaria y desde luego sentó las
bases del sistema bancario mexicano. Su
capital social se fijó en veinte millones de
pesos como máximo y por primera vez se
estableció el requisito de tener un mínimo
de capital nacional, en este caso, el 20 por
ciento. El suscriptor mayoritario es el
Banco Franco-Egipcio y dentro de ese
paquete están las acciones personales de
Noetzlin. Entre los accionistas mexicanos
destacan: Antonio de Mier y Celis y las
familias de Teresa, descendientes del
reconocido político y comerciante; los
Fernández del Castillo, herederos del
ministro de Hacienda de Santa Anna; y los
hermanos Felipe, Francisco y Manuel de
Yturbe, Félix Cuevas, Ángel Lerdo de
Tejada, Antonio Escandón, sus hijos
Eustaquio y Pablo; los juristas Pablo
Macedo y Justino Fernández y Guillermo
Landa y Escandón, entre otros.

Este banco contó también con la


autorización para emitir billetes y fue
pionero en realizar operaciones crediticias
entre un banco y el gobierno, financiando a
este último. El Banco inició operaciones
en febrero de 1882.[5]

Banco Mercantil Mexicano …

En marzo de 1882 el Banco Mercantil


Mexicano fue inaugurado contando,
principalmente, con capital español,
aunque también lo hay francés, alemán y
mexicano. Su capital social fue de cuatro
millones de pesos. Entre sus principales
accionistas estaban: José Gargollo,
Manuel Ibáñez, presidente del Casino
Español; los juristas Rafael Dondé e
Indalecio Sánchez Gavito; el escritor José
María Roa Bárcena, el geógrafo Antonio
García Cubas, el comerciante Juan
O'Gorman Noriega y los también
accionistas del Banco Nacional José M.
Bermejillo, presidente de la Compañía
Trasatlántica Mexicana; Francisco de
Yturbe, Eustaquio Barrón y la familia
Escandón. Obsequiaron a Porfirio Díaz 100
acciones.

El Código de comercio de 1884 …

Mientras México construía su sistema


bancario, en Europa comenzó una crisis.
En Francia las quiebras proliferaron en
1882, cayeron las bolsas de valores en el
continente y la recesión se agudizó por los
impactos de la guerra anglo-boer y los
asesinatos del Presidente estadounidense
James A. Garfield y del Zar Alejandro II de
Rusia. A EE.UU. la recesión llegó en 1883 y
poco después a México. En marzo de
1883 una ola de rumores provocó una
corrida contra los billetes del Banco
Nacional Mexicano. Pagó a todos sus
tenedores y como el Banco Mercantil y el
de Londres los reciben, confiados en que
el Franco-Egipcio puede reembolsar toda
su circulación, salió bien librado. La
situación hizo evidente que los Bancos
Nacional y Mercantil Mexicanos se
complementaban y debían fusionarse.
Mientras se llevaron a cabo los trabajos
para la fusión, en 1884 una pronunciada
caída en Wall Street profundizó la crisis,
que se contagió a México en abril cuando
el Nacional Monte de Piedad enfrentó una
corrida y no pudo pagar sus billetes. El 20
de abril de 1884 se publicó el nuevo
Código de comercio, que reglamentó a las
instituciones bancarias y da marco legal al
Banco Nacional de México, conforme a la
concesión de 31 de mayo de 1884.
Además, el Código de Comercio
estableció algunos preceptos regulatorios
en materia bancaria. Entre los principales
estaban :
Que todo banco debía obtener
autorización del Gobierno Federal y
poseer un capital mínimo de 500 mil
pesos y contar con una reserva metálica
equivalente a la tercera parte del total
de sus emisiones en billetes.
Que debía publicar un balance mensual
y un interventor oficial verificaría su
funcionamiento.
Los bancos extranjeros y los
hipotecarios no tenían derecho a emitir
billetes, y
Sobre toda emisión de billetes se
pagaría un impuesto de 5 por ciento.

Banco Nacional de México …


El Banco Nacional de México abrió sus
puertas el 2 de junio de 1884 como
consecuencia de la fusión entre el Banco
Nacional Mexicano y el Banco Mercantil
Mexicano. En aquel momento, contaba
con 24 empleados en la Ciudad de México
y sucursales en Mérida, Veracruz, Puebla,
Guanajuato, San Luis Potosí y Guadalajara.
En 1910, el banco poseía 33 sucursales y
24 agencias.[6] Tenía un capital social de
20 millones de pesos. Entre sus funciones
estaban: la emisión de billetes (únicos que
el gobierno aceptaba en ese entonces
para el pago de impuestos), el cobro de
obligaciones fiscales y el manejo de una
cuenta especial a cargo de la Tesorería
General. Adicionalmente, el banco
manejaba en exclusiva las operaciones de
deuda pública, interna y externa;
operaciones bancarias relacionadas con
los contratos en los que el ejecutivo
interviniera; transacciones ordinarias de
cambio, así como cobros y pagos en el
extranjero. De esta forma, por un espacio
de 30 años, el Banco Nacional de México
desempeñó dos papeles: el de banco
comercial y el de banco de Estado.

Banco Minero de Chihuahua …

Debido al apogeo minero del Estado de


Chihuahua, las apariciones de
instituciones bancarias continuaron en
esa entidad. Así es como también en 1883
se establecieron el Banco Minero, el
Banco de Chihuahua y el Banco Mexicano
de Chihuahua. Los diferentes bancos
estatales de emisión fueron fusionados,
finalmente, en el Banco Minero de
Chihuahua, el cual operó por cincuenta
años. Fueron liderados por Enrique Creel
Cuilty. Los empresarios de Chihuahua
aprovecharon no solo sus buenas
relaciones políticas con el presidente Gral.
Porfirio Díaz, sino además les tocó vivir el
gran auge económico que inició en 1880 y,
un poco más tarde, inauguraron la llegada
del ferrocarril a Chihuahua que se
comunicaría con la capital del país de
modo rápido y seguro.[7]

Banca porfirista …

Después del cuatrienio de Manuel


González, el gobierno de Porfirio Díaz
continuó instrumentando grandes
cambios, muchos de ellos económicos,
que fomentaron la atracción de inversión
extranjera, especialmente de origen
estadounidense y europeo. Derivado de
estas inversiones, fuente de crecimiento
económico importante para México, se
realizaron avances como la infraestructura
para ferrocarriles y medios de
comunicación como el teléfono, el
telégrafo y la electricidad registrándose un
considerable impulso a la industria
nacional en general, la minería y la
agricultura comercial, impulsando también
el incremento de las exportaciones.[8] A
nivel macroeconómico, se renegoció la
deuda externa y se eliminó el déficit
gubernamental. Como consecuencia de
esta efervescente actividad económica y
de operaciones financieras, se requería el
fortalecimiento y regulación de la banca
en el país. En 1896, José Ives Limantour,
Secretario de Hacienda del gobierno de
Porfirio Díaz, inició los trabajos para
expedir una ley bancaria que uniformara la
función y operación de los bancos ya
existentes y los nuevos, teniendo como
antecedente el Código de Comercio de
años anteriores. Para 1897 apareció la Ley
de Instituciones de Crédito la cual
consideró tres modelos bancarios:

Bancos de Emisión (Bancos de depósito


y descuento con facultad de emitir
billetes), con facultades para otorgar
crédito a corto plazo.
Bancos Refaccionarios, con facultades
para otorgar crédito a mediano plazo.
Bancos Hipotecarios, con facultades
para otorgar crédito a largo plazo.
Se permitió en cada estado de la
República la existencia ilimitada en el
número de bancos y al mismo tiempo se
prohibió que los billetes de bancos locales
circularan por todo el país, razón por la
cual las instituciones locales
establecieron el Banco Central Mexicano
en la ciudad de México, el cual funcionó
como una especie de cámara de
compensación para intercambiar a la par,
por pesos fuertes, los billetes que emitían
sus asociados, o sea todos los bancos de
los estados. En resumen, hasta antes de la
Revolución de 1910, la estructura bancaria
en México se conformaba por 24 bancos
de emisión, de los cuales solo los billetes
del Banco Nacional de México y del Banco
de Londres podían circular en todo el país.
A estos dos bancos se les consideraba
como bancos nacionales y podían abrir
sucursales en todo el país. Los otros
bancos autorizados para emitir billetes
eran bancos locales y sus billetes solo
podían circular en la entidad federativa en
la que estuvieran adscritos.
Adicionalmente, existían dos bancos
hipotecarios y cinco bancos
refaccionarios.

Véase también
Pedro Romero de Terreros
Banco de Avío
Banco de San Carlos
Banco de Londres y México
Banco Nacional de México

Referencias
1. Lagunilla Iñarritu, Alfredo (1981).
Historia de la Banca y Moneda en
México (Primera edición edición).
México: JUS. pp. 29 -36.
2. Ludlow, Leonor (1998). La Banca en
México 1820 - 1920 (Primera edición
edición). México: Instituto Mora,
Colegio de Michoacán, Colegio de
México, Instituto de Investigaciones
Históricas - UNAM. pp. 112 - 141.
3. Lagunilla Iñarritu, Alfredo (1981).
Historia de la Banca y Moneda en
México (Primera edición edición).
México: JUS. pp. 38 -41.
4. El Heraldo de Chihuahua. «300 años.
Bancos de Chihuahua» . Consultado el
3 de octubre de 2015.
5. Moisés Rosas. «La Cuestión Bancaria
en México» . pp. 136 - 137.
Consultado el 3 de octubre de 2015.
. Archivo Histórico Banamex. «Historia
del BNM» . Archivado desde el
original el 4 de marzo de 2016.
Consultado el 3 de octubre de 2015.
7. El Heraldo de Chihuahua. «300 años.
Bancos de Chihuahua.» . Consultado
el 3 de octubre de 2015.
. Treviño, Héctor (1997). Historia de
México. México: Castillo.

Bibliografía
Autor Anónimo. (2009, febrero 10). 300
años. Bancos de Chihuahua. Fecha de
consulta: octubre 3, 2015. El Heraldo de
Chihuahua. Sitio web:
http://www.oem.com.mx/esto/notas/n1
041581.htm
Banamex. Historia del BNM. Fecha de
consulta: octubre 3,2015. Archivo
Histórico Banamex. Sitio web:
https://web.archive.org/web/201603042
02633/http://www.amabpac.org.mx/ban
amex/Historia%20BNM/Historia%20del
%20BNM.htm
Banco de Londres y México 1864-1964.
(1964). Cien años de banca en México,
BLYMSA. pp. 144
Lagunilla Iñarritu, Alfredo. (1981) .
Historia de la Banca y Moneda en
México. Editorial JUS. México.
Ludlow, Leonor. (1998) . La Banca en
México 1820 - 1920. Instituto Mora,
Colegio de Michoacán, Colegio de
México, Instituto de Investigaciones
Históricas - UNAM. México. pp. 112 -
141
Rosas, Moisés. La Cuestión Bancaria en
México. Fecha de consulta: octubre 3,
2015. págs. 136 - 137.Sitio web:
http://www.juridicas.unam.mx/publica/li
brev/rev/gac/cont/7/est/est18.pdf
Treviño, Héctor (1997). Historia de
México. México: Castillo.
Turrent, Eduardo. Historia Sintética de la
Banca en México. Fecha de consulta:
octubre 28, 2015. Banco de México.
Sitio web:
http://www.banxico.org.mx/sistema-
financiero/material-
educativo/basico/%7BFFF17467-8ED6-
2AB2-1B3B-ACCE5C2AF0E6%7D.pdf

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