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Universidad Justo Sierra

Arantza Sánchez García

Derecho Bancario y Bursátil

Lic. Francisco Javier Parra Hernández

Antecedentes del Crédito y Banca en


México

HD-71

2021/1
Épocas prehispánica y novohispana
En el México prehispánico y de modo específico en Tenochtitlan se dio un considerable
intercambio comercial, el cual implicó la necesidad de contar con medios de cambio
sumamente confiables. El más conocido de ellos, aunque no el único, fue el cacao.
El 13 de agosto de 1521 Tenochtitlan cayó en poder de los españoles. Si inició así una
conquista o invasión en todos los aspectos. Uno de ellos es el monetario, a través de procurar
la implantación del muy confuso sistema en el territorio. Los indígenas durante mucho tiempo
utilizaron su moneda (cacao, mantas, polvo de oro y cuentas de piedra, entre otros) y los
españoles la suya en principio básicamente el real. Entre 1550 y 1689 en diversas ocasiones
el gobierno novohispano se vio en la necesidad de fijar la equivalencia del real y del peso
respecto del cacao o las mantas, a fin de agilizar la realización de operaciones comerciales.
En 1536 se fundó e inició labores la Casa de Moneda de la Nueva España, pero incluso ello
no resolvió el problema de falta de moneda. En 1864 cuando se fundó la primera institución
bancaria en el país.

Mención aparte merece la apertura del Real Monte de Piedad de Ánimas de la Nueva España,
fundado por Pedro Romero de Terreros. Esa institución abrió sus puertas al público en 1775
para otorgar préstamos sin intereses y garantía prendaria. El Monte de Piedad no fue el único
intento de combatir los abusos de los prestamistas novohispanos. También se crearon las
Cajas de Comunidades Indígenas, constituidas con fondos de estos últimos, con la intención
de hacerlos sujetos de crédito. Este intento fue en vano. Y lo fue en gran medida por la
creación, en 1783, del Banco de San Carlos, por el cual se obligó a las comunidades
campesinas a que participaran en su capital. El Banco de San Carlos quebró en 1829.

Etapa Independiente
Durante la lucha independentista el panorama de la moneda era caótico: cada uno de los
bandos acuñaba su propia moneda e incluso hubo resellos de ambos bandos. Así, se
establecieron casa de moneda realistas e insurgentes. Después de la consumación de la
Independencia, ocurrida el 27 de agosto de 1821, en mayo de 1822 Agustín de Iturbide fue
proclamado emperador y decidió emitir papel moneda que por primera vez llevó la
denominación oficial de “peso”. A partir de 1824 se estima la existencia de 13 casas de
moneda en el país.

Mediante el Código de Comercio de 1884 se estableció el Banco Nacional de México. En 1896


el Ejecutivo solicitó al Congreso autorización para promulgar las bases generales para el
otorgamiento de concesiones bancarias. Se preparó así el camino para la expedición de la
primera Ley General de Instituciones de Crédito, de marzo de 1897. Esta ley consideró en su
artículo 1º la existencia de tres tipos de banca: de emisión, hipotecaria y refaccionaria.

Esta situación fue aprovechada por un grupo de empresarios, quienes en 1898 fundaron el
Banco Refaccionario Mexicano, para hacer los canjes de los billetes de los estados. En 1899
el Banco tomó la denominación de Banco Central Mexicano, para actuar ya claramente como
corresponsal de los bancos estatales y haciendo federal la circulación de los billetes locales.

Desde 1913 Venustiano Carranza se pronunció por un banco único de emisión de carácter
estatal y en septiembre de 1915, mediante un decreto, procedió a la reorganización del
sistema bancario; para vigilar el cumplimiento del decreto creó, en octubre de 1915, la
Comisión Reguladora e Inspectora de Instituciones de Crédito (antecedente de la actual
Comisión Nacional Bancaria y de Valores). Pero Carranza fue todavía más lejos: en
septiembre de 1916 expidió un decreto en virtud del cual se establecieron las bases para la
liquidación de los bancos de emisión, considerando que habían sido inconstitucionales tanto
las leyes que otorgaron concesiones a favor de esos bancos como las respectivas
disposiciones de la Ley General de Instituciones de Crédito.

En 1917 inicia la historia del moderno derecho monetario mexicano y del moderno derecho
bancario mexicano. El nuevo artículo 28 constitucional no hubo de cristalizar hasta el 28 de
agosto de 1925 cuando se expidió la Ley Orgánica del Banco de México.
Derecho Bancario
Debemos de entender por derecho bancario según el Diccionario Jurídico Mexicano como el
conjunto de normas que regulan la actividad de las empresas bancarias que realizan en masa
la intermediación en operaciones de crédito. Se refiere a tres aspectos distintos: a) los sujetos
bancarios, en cuanto a su estructura y funcionamiento; b) las operaciones bancarias y c) los
objetos bancarios.

Clasificación de la Banca
No existe, desde luego, una clasificación definitiva de la banca. A continuación, un esquema
de una clasificación según Humberto Enrique Ruiz Torres:

La banca implica la existencia de instituciones tanto nacionales como internacionales.


Referimos la banca internacional a algunos organismos financieros internacionales como el
Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo o el
Banco Internacional de Pagos.

El Crédito
Como se sabe, el vocablo crédito proviene del latín creditum, que significa “creer”, el cual
guarda relación con vocablos como fe y confianza, por alusión a la fe o la confianza que debe
tener el acreditante en que el acreditado habrá de restituirle el importe del crédito, así como
los demás accesorios pactados.

Según el Diccionario Jurídico Mexicano, crédito es “la transferencia de bienes que se hace en
un momento dado por una persona a otra, para ser devueltos a futuro, en un plazo señalado, y
generalmente con el pago de una cantidad por el uso de los mismos. También pueden
prestarse servicios a crédito”.
Antecedentes
Con motivo de la nacionalización bancaria decretada por el entonces presidente José López
Portillo, el 1º de septiembre de 1982, se hizo necesario contar con instrumentos legales
acordes con la estatización de la banca privada: el 1º de enero de 1983 entró en vigor la Ley
Reglamentaria del Servicio Público de Banca y Crédito. No obstante, esta ley no abrogó la de
1941; por el contrario, la gran mayoría de sus disposiciones continuaron aplicándose a la
banca, como es el caso de las referentes a las operaciones bancarias y a la inspección y
vigilancia de las instituciones de crédito.

Pocos años después, el entonces presidente de la República Carlos Salinas de Gortari inició
en mayo de 1990 la privatización de la banca, con lo que se suprimió la exclusividad del
Estado en la prestación de ese servicio.

Las instituciones que prestan el servicio de banca en nuestro país son las instituciones de
crédito: banca múltiple y banca de desarrollo. Este fenómeno implica la existencia de un flujo
indirecto de recursos financieros. Esto significa que los bancos captan depósitos, préstamos y
créditos del público en el mercado nacional y colocan los recursos así obtenidos entre el
público en el mercado nacional y colocan los recursos así obtenidos entre el público que
necesita esos créditos y financiamientos.
FOBAPROA (Fondo Bancario de Protección al Ahorro)
El Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa, por su acrónimo) fue un fondo de
contingencia creado en 1990 por el gobierno mexicano en conjunto con la totalidad de los
partidos políticos en aquel entonces, a fin de enfrentar posibles problemas financieros
extraordinarios. En diciembre de 1998 fue sustituido por el Instituto para la Protección al
Ahorro Bancario (IPAB).12

Con el antecedente de sucesivas crisis económicas que, entre otros efectos, llevaba a la falta
de liquidez del sistema bancario, en 1990 se creó el Fobaproa. Ante posibles crisis financieras
que propiciaron la insolvencia de los bancos por el incumplimiento de los deudores con la
banca y el retiro masivo de depósitos, se esperaba que el Fobaproa asumiera las carteras
vencidas y capitalizaría a las instituciones financieras. En los años siguientes el Fobaproa, su
concepción, implementación y los principales beneficiarios de este se convirtieron en uno de
los temas más polémicos de la política mexicana, debido al endeudamiento estatal a largo
plazo.

Conclusiones

La nacionalización de 1982 implicó frenar el desarrollo natural de la banca mexicana hacia el


concepto de banca universal, tal como venía evolucionando de acuerdo a la normatividad
vigente en la época, y durante la década de los 80s del siglo pasado, las necesidades
financieras del gobierno limitaron su expansión, justo cuando el país necesitaba un sistema
financiero, especialmente el bancario, eficiente y ágil en su respuesta para apoyar a las
empresas mexicanas frente al reto que significaba el TLCAN.

El proceso de reprivatización emprendido por la nueva administración que comenzó en 1982,


sin embargo, no logró que la banca mexicana lograra estos propósitos, pues los nuevos
dueños, fundamentalmente los dueños de casas de bolsa que fueron los más favorecidos con
la reprivatización, se dedicaron a obtener ganancias a corto plazo, haciendo a un lado la
prudencia bancaria e incurriendo incluso en irregularidades, como lo dejó ver la devaluación
de diciembre de 1994 y sus secuelas posteriores como el FOBAPROA, posteriormente IPAB.
El rescate de la banca a través del Fobaproa no fue suficiente para darle dinamismo al
sistema bancario. Tuvo que ser a través de la transnacionalización vía su adquisición por
parte de la banca transnacional, fundamentalmente la norteamericana y la europea, lo que
finalmente hizo que la banca mexicana se globalizara, a través de la extracción de un
excedente financiero tipo economía de rentas.

Lo anterior se evidencia por el diferencial entre las tasas de interés activas y las bajísimas
tasas de interés pasivas, lo cual es un freno al desarrollo nacional.

Aunado a esto, el limitado otorgamiento de crédito, como hemos visto al compararlo con otros
países, significa la negación de la razón de ser de la banca; es decir, no está cumpliendo con
su labor de intermediación del sistema económico y de abaratar los costos de las
transacciones a fin de eficientar el desarrollo del sistema de mercado. Es claro que una
situación de esta naturaleza no favorece el desarrollo de corto, mediano o largo plazo del país,
lo cual queda evidenciado al compararlo con economías similares que iniciaron su proceso de
apertura comercial casi al mismo tiempo que México: nuestro país queda claramente mal en el
indicador de crecimiento del PIB y del PIB per cápita.

Lo anterior, además de otros indicadores, evidencia el funcionamiento de economía de rentas


del sector bancario en la economía mexicana, lo que además implica costos transaccionales
adicionales para los actores del sistema económico en su conjunto; en otras palabras, la
ineficiencia de la banca asentada en el país se está volviendo un lastre cada vez más pesado
para el desarrollo económico.

En este orden de ideas, el ofrecer tasas de interés atractivas para los ahorradores y disminuir
las tasas activas de las operaciones, si bien pudiera conllevar a una disminución al corto plazo
de las ganancias, al mediano y largo plazo redundaría en más beneficios para los bancos por
el volumen de las operaciones a realizar, pues tendrían más recursos para otorgar préstamos
y un incremento en la demanda de crédito por lo atractivo de las tasas de interés a pagar y los
plazos que se otorguen. Una regulación gubernamental en este sentido incluso se hace
necesaria para lograr un sistema bancario más eficiente y acorde con los objetivos de
crecimiento y desarrollo a largo plazo del país, máxime si la misma lógica indica que el crédito
caro genera la cartera vencida que se trata de evitar.
Es necesario así mismo que se utilicen más intensivamente las Tecnologías de Información y
Comunicación para que, a través de las tiendas de autoservicio, las oficinas de banco e
incluso en las oficinas gubernamentales en todos los niveles, se instalen micro-sucursales
para incrementar la profundización bancaria en el país.

Referencias

Torres, H. E. R. (2016). Derecho Bancario (Primera edición ed.). Oxford University Press.

Banco de México. (2017, mayo). Resumen Reporte sobre el Sistema Financiero Mexicano.
https://www.banxico.org.mx/publicaciones-y-prensa/reportes-sobre-el-sistema-financiero/
%7B6FC103C4-C1E4-1697-7BAF-F4D19E267A73%7D.pdf

Cruz, R. (2018, 7 diciembre). ¿Recuerdas en qué consistió el Fobaproa? El Universal.


https://www.eluniversal.com.mx/nacion/politica/recuerdas-en-que-consistio-el-fobaproa

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