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TEMA 22: LOS PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO EN EL ÁMBITO EDUCATIVO.

ANÁLISIS DE
LOS FACTORES QUE INTERVIENEN DESDE UNA PERSPECTIVA INTERACTIVA. EL PAPEL DE LA
ESCUELA EN LA PREVENCIÓN DE LOS PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO.

1. Introducción

2. Los problemas de comportamiento en el ámbito educativo.

2.1. Delimitación conceptual

2.2. Clasificación

3. Análisis de los factores que intervienen desde una perspectiva interactiva.

4. El papel de la escuela en la prevención de los problemas de comportamiento.

4.1. La prevención.

4.2. La intervención

5. Epílogo

- Legislación

- Bibliografía

- Webgrafía

- Conclusión

1.- INTRODUCCIÓN

2. LOS PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO EN EL ÁMBITO EDUCATIVO.

A la hora de identificar u un problema de comportamiento, se puede partir del


comportamiento del alumno, donde aparecen conductas por exageración, déficit, persistencia
o inadecuación, que afecta negativamente a su relación con el entorno, interfiere en su
desarrollo personal y tiene implicaciones en su vida académica y familiar.

Si partimos del punto de vista del entorno social, conductas problemáticas son las actitudes y
hechos contrarios a las normas de convivencia que impiden en menor o mayor medida la
existencia de orden y clima adecuados y dificultan cumplir las funciones propias de la
institución.

2.1 DELIMITACIÓN CONCEPTUAL

De entre las muchas definiciones de problemas de comportamiento, destacamos la de Brioso


y Sarriá (2003), porque reúne algunos de los criterios básicos que permiten considerar un
comportamiento concreto como problemático. Estos autores lo definen como: “Ciertas
conductas que afectan a la relación del sujeto con su entorno, interfieren negativamente en su
desarrollo, que se constituyen en síntomas, pero no se organizan en forma de síndrome, sino
que se presentan de forma aislada o en combinaciones muy limitadas; que no son patológicas
en sí mismas, sino que el carácter patológico viene dado por su exageración, déficit o
persistencia más allá de las edades en las que suele cumplir un papel adaptativo”.

Sin embargo, no todos los comportamientos inadecuados son problemas de conducta.


Valorar si una conducta concreta es o no desajustada exige tener en cuenta una serie de
variables como la edad, el contexto en el que se manifiesta el comportamiento, la estabilidad e
intensidad de la misma y el efecto sobre el desarrollo del alumno y su relación con el medio,
así como sobre el entorno.

Estamos ante una conducta problemática cuando ésta:

1. Presenta una frecuencia exagerada


2. Persiste en el tiempo de una manera estable
3. Afecta negativamente a la persona que lo muestra interfiriendo en su desarrollo
personal, social, curricular…
4. Repercute negativamente en el entorno (familiar, escolar y social)
5. No se explica desde las condiciones propias de la etapa evolutiva (edad de
desarrollo) de la persona

2.2. CLASIFICACIÓN

De una forma general, Calvo Rodríguez, A. ofrece una clasificación actualizada de esta
problemática. Distinguimos:

- Conductas de rechazo al aprendizaje, comportamiento que el alumno realiza para evitar


situaciones de enseñanza-aprendizaje (e-a) que no alteran substancialmente el ritmo de
aprendizaje de los compañeros, pero afectan a la capacidad de respuesta del maestro/a (no
asistir a clase, llegar tarde…).

- Conductas de trato inadecuado, aquellas que no se originan por desconocimiento de las


formas de relación apropiadas en el entorno escolar.

- Conductas disruptivas, comportamientos no agresivos (levantarse sin permiso, hablar


mientras el maestro/a explica…) que deterioran o interrumpen el proceso de e-a en el aula. Es
una reacción desadaptada de alumnos que pretenden sentirse más valorados. Sería la
manifestación escolar de relación más profunda.

- Conductas agresivas, cualquier conducta que pretenda herir física o psicológicamente a


alguien. Detrás de estas conductas existe una clara intencionalidad.

Estas cuatro categorías se pueden dar de forma aislada, asociadas o todas a la vez.

Las clasificaciones de las alteraciones comportamentales más aceptadas a nivel internacional


son las de CIE-10 de la OMS, que opta por agruparlas en función del ámbito preferente en
que se manifiestan y la del DSM-5 (APA 2013) que se inclina por una clasificación basada en
descripciones de los síntomas más relevantes, la cual dentro de los llamados “trastornos
disruptivos del control de impulsos y de la conducta” incluye : Trastorno negativista
desafiante, Trastorno Explosivo Intermitente, Trastorno de Conducta, Trastorno de la
personalidad antisocial, Piromanía, Cleptomanía, otro Trastorno Disruptivo del control de los
impulsos y de la conducta especificado, Trastorno disruptivo del control de los impulsos y de
la conducta no especificado.

Puesto que los trastornos comportamentales más frecuentes en edad escolar son el Trastorno
Negativista Desafiante, Trastorno Explosivo Intermitente y Trastorno del Conducta, son los que
pasaré a desarroll. También incidiré en el Trastorno de déficit de atención e hiperactividad, por
en ocasiones llevar asociados problemas del comportamiento, aunque en el DSM-5 se
encuentra dentro de los trastornos a nivel neurológico.

-Trastorno negativista desafiante (TND)

El trastorno negativista desafiante se caracteriza por un patrón de conducta hostil, desafiante


y desobediente ante padres y figuras de autoridad. Esto sucede de manera recurrente. El
inicio del trastorno se da durante la infancia y está caracterizado por dificultades en el
desarrollo social, emocional y académico, al igual que en el ámbito familiar (Monsalve
Robayo).

Los criterios diagnósticos van más allá de la conducta hostil, según el DSM-V se deben tomar
en cuenta:

a) Enojo o irritabilidad: A menudo pierde la calma, está susceptible a molestarse con


facilidad. Se muestra resentido o enfadado frecuentemente.

b) Discusiones o actitud desafiante: Por ejemplo, constantemente discute con la autoridad o


los adultos, desafiando las normas propuestas. Puede llegar a ser disruptivo o molesto con los
demás de forma deliberada. No asume las consecuencias de sus actos y culpa a los demás por
ellos.

c) Se muestra vengativo o rencoroso por lo menos dos veces en los últimos seis meses.

-Trastorno explosivo intermitente (TI)

El trastorno explosivo intermitente se caracteriza porque el alumno tiene periodos cortos de


ira intensa e inesperada y comportamiento violento. Estos sentimientos parecen surgir de la
nada. Sienten que no tienen control sobre su ira. El TEI suele aparecer al final de la infancia o
en los primeros años de la adolescencia.

Los niños con TEI pueden llegar a pelearse y dañar físicamente a las personas, a los animales o
a las cosas, provocan problemas en la vida familiar, afecta a su rendimiento escolar y a sus
relaciones con los iguales.

-Trastorno de conducta (TC)

El trastorno de la conducta (TC) se diagnostica cuando el niño muestra un patrón continuo de


agresión hacia otras personas, y graves violaciones de las reglas y normas sociales en la casa,
la escuela y con los compañeros. Estas violaciones de las reglas pueden implicar quebrantar la
ley con las consecuencias que ello conlleva. Los niños con trastorno de la conducta tienen más
probabilidades de lesionarse y en ocasiones dificultades para llevarse bien con los
compañeros.

Ejemplos de comportamientos del trastorno de la conducta incluyen los siguientes:

 Violar reglas importantes, como escaparse de la casa, quedarse fuera de la casa por la
noche sin permiso o faltar a la escuela.
 Ser agresivo de tal manera que cause daño, como al acosar a otros niños o
compañeros, al pelear o ser cruel con los animales.
 Mentir, robar o dañar las pertenencias de otras personas a propósito.

Estos comportamientos aparecen antes de los 13 años.


El alumno con TDAH (Trastorno de déficit de atención e hiperactividad), es un trastorno del
desarrollo neurológico que en ocasiones lleva asociadas conductas disruptivas, interrumpen
y se entrometen, se pueden mostrar agresivos, tienen dificultades para aceptar las normas, les
resulta difícil aceptar tareas, son incapaces de esperar su turno, tienen dificultad para
establecer un orden en sus tareas y prioridades, muestran dificultad a menudo para pensar
antes de actuar, pierden y olvidan cosas necesarias, parecen no escuchar cuando se les habla,
se levantan a menudo en situaciones en las que deberían permanecer sentados, presentan
movimientos frecuentes de pies y manos. Todo esto hace que haya que diseñar intervenciones
en la línea de las que estableceremos ante los problemas de comportamiento.

3. ANÁLISIS DE LOS FACTORES QUE INTERVIENEN DESDE UNA PERSPECTIVA INTERACTIVA.


La mayoría de los autores asumen cada vez más un planteamiento multifactorial a la hora de
explicar la aparición y mantenimiento de los problemas de comportamiento. La perspectiva
interactiva, analiza la conducta desde fundamentalmente dos factores, los situacionales
(factores sociales y familiares) y los intrínsecos (tienen su origen en el propio alumno debido a
factores innatos o hereditarios, así como a alteraciones madurativas en su desarrollo. Como
ejemplo, se pueden citar cualquier tipo de déficit, intelectual, motriz, sensorial,
comportamental... alteraciones de tipo neurológico, enfermedades, o cualquier otra causa que
tenga como origen al propio alumno).

Para poder identificar cuando un niño presenta problemas de comportamiento y requiera una
atención especializada, bien sea familiar o educativa, es necesario:

• Conocer el desarrollo global del niño (edad, sexo, factores genéticos…).

• Reconocer la existencia de patrones conductuales que tienen carácter transitorio y no


implica una psicopatología.

• Valorar como perjudican estas alteraciones la adquisición y desarrollo de capacidades y


habilidades sociales cognitivas.

Para analizar los factores que inciden en los trastornos, se realizan observaciones y se debería
tener en cuenta:

- Las dificultades de aprendizaje.

- Contexto familiar; hay comportamientos que tienen su base en situaciones familiares.

- Inmadurez, hay conductas que corresponden al desarrollo normal del niño en edades
tempranas.

- El retraimiento, expresa sentimientos de soledad, miedo, ansiedad… y ausencia de actitudes


prosociales: mantener una conversación, integrarse…

- La agresividad, presenta comportamientos como crueldad y ausencia de otros como la


capacidad de negociar.
4. EL PAPEL DE LA ESCUELA EN LA PREVENCIÓN DE LOS PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO.

4.1. LA PREVENCIÓN.

La prevención debe comenzar a nivel de centro, el Proyecto Educativo de centro y los planes
que lo conforman (PAT, PAD, Plan de Convivencia…), deberán incluir medidas y planes
encaminados al desarrollo personal del alumnado, a la mejora de la convivencia escolar, a
potenciar las habilidades para la resolución de conflictos, organizar espacios de encuentro,
tanto entre iguales como con los adultos… .

A nivel de aula es importante seguir pautas y estrategias educativas para trabajar los aspectos
socioemocionales, como pueden ser:

 Organizar el aula para favorecer las relaciones


 Mejorar el clima de clase, estableciendo normas claras que regulen el
funcionamiento del aula; reforzando el trabajo y las actividades de los
alumnos…
 Mejorar la cohesión grupal, a través de propuestas de trabajo en grupo (trabajo
cooperativo, grupos interactivos), tareas que conlleven la consecución de un
objetivo o meta común, en definitiva, estrategias para garantizar el éxito
colectivo y personal.
 Desarrollar dinámicas de participación e implicación en la vida escolar, con la
asignación de responsabilidades entre el alumnado, la realización de actividades
de participación pautada, la participación en la gestión y toma de decisiones del
aula
 Desarrollar habilidades sociales, ,por medio del seguimiento de programas
específicos, diseño de actividades comunicativas, ofrecer oportunidades y
experiencias de relación asertiva, democrática y positiva.
 Mejorar el autoconcepto y la autoestima del alumno, aumentar la tolerancia a
la frustración…

4.2. LA INTERVENCIÓN

A la hora de intervenir con alumnos cos problemas del comportamiento, hay que llevar a cabo
un plan de modificación de conducta, para ello, los primero será identificar previamente las
conductas disruptivas, observarlas, registrarlas y programar todas aquellas técnicas o
procedimientos encaminados a producir el cambio deseado, la extinción o mantenimiento de
las conductas.

Una vez hecha la identificación pasaremos a definir los objetivos del plan, para ello
aplicaremos criterios de priorización realista y estableceremos qué conductas queremos
reducir, cuáles implantar y si hay alguna que queremos aumentar.

Posteriormente nos plantearemos cómo lograr los objetivos, para lo cual, en función de las
características y necesidades del alumno, utilizaremos:

1. Técnicas de carácter operante: Modelamiento, encadenamiento, reforzamiento


diferencial de tasa baja, reforzamiento diferencial de conductas alternativas o
incompatibles, principio de Premack, extinción, costo de respuesta, tiempo
fuera, sobrecorrección, organización de contingencias.
2. Técnica de aprendizaje observacional: Modelado, entrenamiento de
habilidades sociales, entrenamiento asertivo, autoobservación y autorregistro,
autocontrol emocional, entrenamiento en relajación.

3. Procedimientos cognitivos:  Autoinstrucciones, reestructuración emocional


cognitiva, resolución de conflictos, análisis de consecuencias, métodos paso a
paso.

Es importante que en el diseño del plan de modificación de conducta se incluya qué se va a


hacer si algo no funciona mediante un proceso de seguimiento y revisión que evalúe como va
evolucionando y así poder llevar a cabo las modificaciones necesarias, para reconducir los
planteamientos iniciales. Los planes de modificación de conducta son complejos y necesitan
replanteamientos y actitudes perseverantes.

Hay que resaltar que está comprobando experimentalmente que la coherencia en las pautas y
en las actuaciones, así como la consistencia en las mismas, aportan una mayor probabilidad de
éxito. Una de las formas de asegurar dicha coherencia entre los distintos entes relacionados
(salud, educativo y familiar) y consistencia en el tiempo, pasa por el trabajo de coordinado
entre los implicados. Todos los profesionales y los padres deben trabajar al unísono, manejar
la misma información, realizar análisis conjuntos y adoptar las medidas de forma consensuada.

No debemos olvidar la interrelación entre aprendizaje y problemas de comportamiento, es


muy probable que un alumno que no aprende, manifieste problemas comportamentales e
igualmente que un alumno manifieste problemas de comportamiento va a presentar problemas
de aprendizaje.

Por lo tanto, a la hora de diseñar el proceso de enseñanza-aprendizaje de este alumnado,


debemos atender a sus necesidades y diseñar una respuesta ajustada y habrá que:

 Tener en cuenta las variables atencionales: controlar los elementos físicos, las
variables distractoras, la organización del aula, el diseño de la actividad, las
estrategias didácticas en relación a las instrucciones y las explicaciones,
aplicando técnicas de ayuda y control directo y técnicas para desarrollar la
concentración. Considerar los hábitos de trabajo como contenidos de enseñanza
aprendizaje.

 Ajustar la propuesta curricular para la adquisición de las competencias


básicas en función de la zona de desarrollo próximo: seleccionando, ajustando o
modificando los objetivos y contenidos, la organización y priorización de
actividades y las estrategias metodológicas, los procedimientos y criterios de
evaluación.
 Garantizar el éxito en las actividades: Gradación progresiva de las ayudas
directas e indirectas, articulación de apoyos individuales y colectivos,
planificación de apoyos anticipatorios y utilización de estrategias de motivación
y refuerzo.
 

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