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La salud sexual es la integración de los elementos somáticos, emocionales, intelectuales

y sociales del ser sexual, por medios que sean positivamente enriquecedores y que
potencien la personalidad, la comunicación y el amor”. Esta es la definición de SALUD
SEXUAL.

La sexualidad geriátrica es “la expresión psicológica de emociones y compromisos que


requiere la mayor cantidad y calidad de comunicación entre compañeros en una relación
de confianza, amor, compartir y placer, con o sin coito” Esta es la definición de
SEXUALIDAD GERIATRICA.

Dicho esto, cuando hablamos de sexo tenemos que tener muy en cuenta la edad de las
personas ya que no es lo mismo para una persona joven que para una persona mayor.
No sólo hablamos de coito, el amor es una gran expresión y dentro de lo que es el amor
entre dos personas está también el cariño, el respeto, el compañerismo, el preocuparse
por la otra persona, dando igual si tu pareja es de tu mismo sexo o de otro, la igualdad
también tiene que estar presente y tratar el tema sin tabús.

En los Centros de atención integral a la discapacidad intelectual, centro de día y pisos


funcionales que atiendan a personas con discapacidad intelectual

La discapacidad intelectual, no tiene características sexuales específicas, ni diferentes.

En estos casos, normalmente, no suelen tener concepto de lo que es público y lo que es


privado ya que están vigilados constantemente, llevando con ello una falta de
privacidad.

Al carecer del concepto de público-íntimo, pueden darse situaciones de personas con


discapacidad intelectual, por ejemplo, masturbándose en público. En el momento en el
que se comprenda el concepto público-privado, estos problemas comenzarían a
desaparecer.

Para ello, es indispensable que estas personas acudan a profesionales quiénes le


ayudarán a desarrollar su educación sexual, asesorando e interviniendo cuando sea
necesario. también el ámbito familiar es importante, que las familias lo entiendan y no
los penalicen sino que lo vean como algo natural y que se lo expliquen y les conduzcan
hacia una visión natural y que dichos actos los practiquen en su ámbito privado.

En caso de que encontremos una situación así no hay que interrumpir más que nada por
no provocar un problema o situación incómoda.

Residencias de la tercera edad


Por lo general las personas de la tercera edad, son tentadas a sentirse más libres en las
residencias de cuidado, más que en sus propias casas, ya que no se encuentran rodeados
de sus familiares que muchas veces frenan sus acciones y suprimiendo muchos de sus
deseos, sometiéndolos a desaparecer como miembros activos de una sociedad. Es por
eso que no resulta extraño que ancianos aguarden a un momento en los recintos de
cuidado para disfrutar del sexo, sin duda de una manera muy diferente.
Aunque existan problemas que derivan de la vejez para disfrutar del sexo con
frecuencia, nada puede impedir que personas de la tercera edad tengan sexo, para ello es
crucial la intervención de un médico y un psicólogo, que ayude a entender las
limitaciones o las ventajas de mantener relaciones sexuales en la llamada última etapa
de la vida.
Según estudios el hombre de la tercera edad puede prolongar su vida sexual activa
con la ayuda de medicamentos, mucho más que la mujer. En promedio, más del 35%
de los hombres entre 65 y 80 años de edad, pueden mantener sexo con o sin ayuda
médica; en cambio un 16% de las mujeres entre los 65 y 80 años dicen mantener
relaciones sexuales. Y esta poca actividad sexual puede estar dada a la depresión típica
que conlleva el envejecer y el no saberse relacionar, fundamental para fortalecer la
calidad de vida.
La actividad sexual en los mayores se modifica, es distinta de la sexualidad de los
jóvenes o los adultos de edad media. Se reduce considerablemente el coito (penetración)
y aparecen otras manifestaciones, como masturbación, tocamientos, caricias o abrazos.
Y es que buscan en la sexualidad un componente afectivo, de cariño, de emoción, de
contacto, no exclusivamente el disfrute sexual.
La salud es un valor realmente importante para todas las personas en cualquier etapa
vital, pero adquiere un matiz especial en la tercera edad. El bienestar de los mayores
depende de muchos factores y, entre ellos se encuentra la sexualidad. Para algunos
resultará más importante que para otros. Por tanto, los responsables de las residencias y
su personal tienen la responsabilidad de detectar los casos de aquellos usuarios
interesados en este aspecto para ayudarles a alcanzar una vida plena, sin frustraciones.
Este apoyo profesional y la adopción de medidas adecuadas para facilitar la vida sexual
de los residentes puede favorecer que “se sientan más activos, relajados y con una
autoestima más alta.
Por el contrario, las restricciones pueden causar “ansiedad, pesimismo, bajo estado de
ánimo, e incluso depresión.

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