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Hola.

Es triste ver cómo se catalogan las cosas en países donde el coco no crece. Habría de ver qué
ocurre en los países donde se produce. Por ejemplo el mío, Panamá. Aquí hay una cultura de coco.
Los habitantes de la costa atlántica son cariñosamente llamados come cocos, y todos mueren viejos,
sin usar bastón, con sus dientes completos y curiosamente con la tez particularmente poco
envejecida. Pero es que nosotros no comemos aceite de coco, o al menos no siempre.
Cuando el coco está grande en la palma y está color verde por fuera nosotros lo llamamos pipa y
lo abrimos para beber la famosa agua de coco o agua de pipa que es mil veces mejor que un hidrante
de fábrica.
Cuando el coco está de un verde menos vivo, menos intenso, o sea, empezando a madurar, lo
bajamos y enfriamos sabiendo que el agua de pipa estará ligeramente más densa que el agua del
grifo y particularmente dulce. Podemos abrir el coco en dos y con una cuchara raspar la pulpa que
se ha formado dentro, blanda, blanco-traslúcida y deliciosamente rica. Eso no hace daño.
Podemos esperar a que la pipa o coco cambie de color a un derivado de ocre claro amarillento
sabiendo que al abrirla ya esa agua no se bebe por estar más densa y su saber no es tan agradable.
Pero la pulpa formada dentro si bien ya se puede llamar coco, todavía es relativamente fácil de
separar y comerse y sabe delicioso, pero no se hace frecuentemente porque ya tiene aceite.
Podemos esperar mucho más y dejar que la pipa tal vez caiga sola y esté con un color de papel
kraft cenizo. Sabemos que si la abrimos, adentro estará una bola de esponja muy nutritiva que es
el germen. Ya no hay agua. La pulpa es dura. Todavía no lo llamamos coco propiamente.
Si esperamos un poco más todavía, no mucho (hablamos de meses) entonces partimos el coco,
sacamos lo que quede del germen, y procedemos a quitarle la capa dura oscura exterior. Lo que
queda es coco, y se puede rallar, moler para colocar crudo en pastelería, cocinar con miel de caña
y hacer cocadas de varios tipos. Si tomamos ese coco rallado y le agregamos agua y lo amasamos
mucho hasta que el agua quede blanca, entonces decimos que eso es leche de coco y nadie la bebe.
Se usa para cocinar el arroz en un plato delicioso que puede ser arroz con coco, arroz con coco y
guandú, arroz con coco y frijoles, con un acabado seco, algo parecido al de paella.
Esa leche de coco si la ponemos a hervir en casa o en industria, se transforma de blanco a dorado
hermoso. Eso es aceite de coco. Eso no se bebe. Se usa para dar el sabor de coco a varios platos,
medicinas y para usos cosméticos, incluso el cabello.
¿Se dan cuenta? Empiezan hablando del agua del coco pero la comparan con el coco en sí o su
aceite que por supuesto es pesado y polisaturado. Sin embargo, conocemos muchas personas que
han comido por 80 y más año coco todos los días en todas sus formas y están vivas y vivos y casi
sin dolencia.
Tal vez el miedo no hay que tenerlo al coco en sí, sino a la persona que lo consume que podrá
asimilarlo mejor o peor dependiendo de su metabolismo y hábitos diarios.
Saludos.
Vladimir Berrío-Lemm, Panamá, 2019

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