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Los conflictos laborales no solo preocupan a las partes en conflicto, también son motivo
de preocupación para la política pública; es por ello que las autoridades públicas
cumplen un papel importante al establecer procedimientos para la solución de conflictos
y ofrecer servicios que ayuden a las partes a solucionar el conflicto y regresar a la mesa
de negociación.
Por lo general, los procedimientos para la solución de conflictos laborales hacen una
distinción entre dos tipos de conflictos: conflictos de intereses, que surgen durante la
negociación colectiva y conflictos de derechos, que surgen a raíz de la aplicación o la
interpretación de un convenio colectivo.
Prevención de conflictos:
Los servicios de prevención de conflictos permiten a las partes identificar y resolver sus
diferencias. La prevención de conflictos implica el diálogo preventivo para que los
conflictos se puedan abordar de manera rápida, justa, pacífica y ordenada.
La primera medida que pueden adoptar las autoridades públicas para evitar los
conflictos colectivos es apoyar el establecimiento de un marco claro, estas autoridades
públicas podrían tomar una serie de medidas preventivas para estimular las relaciones
laborales cooperativas.
Medidas Preventivas:
Solución de Conflictos:
Las autoridades públicas pueden ayudar a los empleadores y a los sindicatos a establecer
procedimientos para la solución de conflictos, y ofrecerles servicios de solución de conflictos.
Conciliación y mediación: Ambos asisten a las partes negociadoras para que celebren
un convenio colectivo en sus propios términos. No imponen una solución a los
empleadores ni a los sindicatos; además son privadas y confidenciales; se ponen en
marcha rápidamente; pero de forma informal y flexible. El papel que cumplen estos es
convocar, organizar y facilitar las reuniones en una variedad de formatos; así como
aclarar las cuestiones en juego.
Arbitraje: El arbitraje es un proceso de sentencia en el que un tercero dicta un laudo
arbitral. Es importante hacer una distinción entre un procedimiento de arbitraje al que
recurren a las partes de manera voluntaria habiendo escogido al árbitro y acordado
acatar la decisión (arbitraje voluntario), y la imposición del arbitraje por el gobierno en
ausencia de un acuerdo de las partes en conflicto y en el que el laudo final es vinculante
para las partes (arbitraje obligatorio).
Arbitraje voluntario: El arbitraje acordado y aceptado por ambas partes en conflicto
siempre es legítimo. En el arbitraje voluntario, las partes acuerdan referir el litigio al
arbitraje y aceptan que el laudo arbitral será decisivo y vinculante, o que será consultivo
y no vinculante. El arbitraje obligatorio: no requiere el consentimiento de ambas partes.
En los litigios de intereses, el arbitraje impuesto por las autoridades a solicitud de una
de las partes por lo general se considera contrario al principio de la negociación
voluntaria de los convenios colectivos. cuando las negociaciones fracasan. Algunas
veces las negociaciones fracasan a pesar de los esfuerzos de las partes para llegar a un
acuerdo negociado, y de haber recurrido a la conciliación.
En esta etapa, el sindicato podría decidir aceptar la oferta final del empleador o adoptar
medidas de presión para que mejore su oferta. En términos generales, la huelga es una
medida de último recurso debido a las graves consecuencias que acarrea para los
empleadores, los trabajadores y sus familias, la economía y el público en general.