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Y cosas semejantes a estas: Éstas no son las únicas obras de la carne. No es como si
uno pudiera encontrar una obra de la carne que no esté descrita en esta lista y
entonces pueda hacerlo.
4. ¿Cómo podemos explicar esta tendencia de siempre volver a cometer pecados?
(vs. 16-17).
“16 Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se
dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa. 17 La naturaleza
pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el
Siendo Discípulos Fructíferos FECHA 27/12/21
ESTUDIO para Células | ESTUDIO – 39
Serie: CONVIVIENDO CON JESÚS – 6: Siendo Discípulos Fructíferos
Esta es la clave para una vida recta – andar en el Espíritu, no vivir bajo el dominio de
la ley.
25 Ya que vivimos por el Espíritu, sigamos la guía del Espíritu en cada aspecto de
nuestra vida.
Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu: Pablo aquí está
diciendo: “Mantente en sintonía con el Espíritu”.
estar en línea con, estar al lado de una persona o una cosa, aferrarse a, estar
de acuerdo con, seguir.
6. ¿Cómo podemos cooperar para esto? (vs. 16, 25-26)
16 Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se
dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa.
El Espíritu nos ha dado vida. Ahora dejemos, permitámosle, que Él dirija nuestros
pasos.
Si el Espíritu es la fuente de nuestra vida, que el Espíritu también sea quien la dirija.
25 Ya que vivimos por el Espíritu, sigamos la guía del Espíritu en cada aspecto de
nuestra vida. 26 No nos hagamos vanidosos ni nos provoquemos unos a otros ni
tengamos envidia unos de otros.
No nos hagamos vanidosos: Pablo concluyó esta sección de andar en el Espíritu con
esta advertencia, sabiendo que algunos llegarán a ser vanagloriosos en su propio
andar en el Espíritu. Este puede ser un golpe de Satanás.
Podemos pensar en un hijo de Dios que camina en el Espíritu– entonces Satanás lo
tienta a ser vanaglorioso al respecto. Pronto, está seguro de que casi siempre tiene
razón y que todos los demás están equivocados. A menudo sucede de manera
gradual, por lo que Pablo advirtió: “No se envanezcan”.
vanagloriosos: Ser vanaglorioso, estar seguro de que siempre estamos en lo
correcto (¡incluso si eso significa que otras personas siempre están
equivocadas!) Es una tentación para los creyentes … Es fácil asumir que
debido a que somos de Cristo, siempre diré y haré lo correcto. Pablo nos
advierte que esto no será siempre así.
b) Digamos, ahora, con nuestras propias palabras el mensaje que nos fue confiado
y que debemos divulgar. (vs. 17-21)
17 Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una
persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!
18 Y todo esto es un regalo de Dios, quien nos trajo de vuelta a sí mismo por
medio de Cristo. Y Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con él. 19
Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando
más en cuenta el pecado de la gente. Y nos dio a nosotros este maravilloso
mensaje de reconciliación. 20 Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su
llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les
rogamos: «¡Vuelvan a Dios!». 21 Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó,
fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una
relación correcta con Dios por medio de Cristo.
R.-
Todo, Esta es una promesa para cualquiera. No importa la clase, la raza, la
nacionalidad, el idioma, o el nivel de educación que tenga. “Todo” se refiere a
que cualquier persona puede ser una nueva creación en Cristo Jesús.
el que pertenece a Cristo Esta es una promesa para aquel que está en Cristo.
Esta no es una promesa para aquellos que están centrados en sí mismos, o en
una religión, o en alguien o algo más. Esto es para aquellos que están en
Cristo.
se ha convertido en una persona nueva. (nueva criatura) Pablo aquí enseña
el gran principio de la «regeneración»: Cristo Jesús cambia a aquellos que
vienen a Él por fe, a los que están en Cristo. Los salvos no son únicamente
«perdonados». Ellos son transformados en una nueva criatura.
Sin embargo, el ser una nueva criatura no significa que somos perfectos.
Significa que somos cambiados, y que estamos siendo cambiados.
¿Quién nos hace una nueva criatura? Esto es algo que solamente Dios puede
hacer en nosotros, usando nuestra voluntad y nuestras elecciones. Así que
debemos hacer ambas cosas: recibir el regalo de ser nueva criatura y vivir la
vida de una nueva criatura.
El ser una nueva criatura es un regalo de Dios, el cual se recibe por fe.
La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado! Dios quiere hacer
cosas nuevas en nuestra vida, hay una nueva creación.
Y todo esto es un regalo de Dios, quien nos trajo de vuelta a sí mismo por
medio de Cristo. Y Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con él.
Esta obra de hacernos una nueva criatura, así como nuestro destino eterno,
son obras de Dios, no es algo que debamos ganarnos o lograr alcanzar.
Fue Dios, quien nos reconcilió consigo mismo, nosotros no nos reconciliamos
con Él. Dios no nos reconcilió consigo mismo haciendo de lado su justicia, o
«cediendo» a la humanidad rebelde. Él lo hizo por medio de Su Amor.
Nos dio el ministerio de la reconciliación: Ya que nos reconcilió consigo
mismo por Cristo, ahora Dios espera que tomemos el ministerio de la
reconciliación y, por lo tanto, él nos encargó a nosotros la palabra de la
reconciliación. Dios usa la palabra predicada para reconciliar a las personas
con Él.
Gálatas 5:13-14
“13 Pues ustedes, mis hermanos, han sido llamados a vivir en libertad; pero no usen esa
libertad para satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa. Al contrario, usen la
libertad para servirse unos a otros por amor. 14 Pues toda la ley puede resumirse en un
solo mandato: «Ama a tu prójimo como a ti mismo”
Pues ustedes, mis hermanos, han sido llamados a vivir en libertad; la vida cristiana es
una vida de libertad. Jesús vino para liberar a los cautivos, no para mantenerlos en
servidumbre o volverlos a poner en servidumbre. Vale la pena preguntarse si la gente
nos ve como personas de libertad. A menudo, los cristianos son vistos como personas
más atadas y limitadas que cualquier otra persona.
Pero no usen esa libertad para satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa. El
gran temor de los que son religiosos es que la libertad sea usada como una
oportunidad para pecar.
La idea que tienen es que la gente simplemente salga y peque cuando quiera,
luego le diga a Dios: “Lo siento, por favor perdóname”, y luego continúe
haciendo lo que quiera de nuevo. Pablo reconocía el peligro de esta actitud,
por lo que advirtió contra ella aquí.
Es fácil pensar que la libertad es “el derecho a pecar” o “el privilegio de hacer cualquier
cosa que mi corazón quiera hacer”. Esta libertad es el deseo y la capacidad dados por el
Espíritu para hacer lo que debemos hacer ante Dios.
Al contrario, usen la libertad para servirse unos a otros por amor. Este es el antídoto
para usar la libertad como ocasión para la carne. La carne espera que los demás se
amolden a nosotros y no se preocupa mucho por los demás. Pero cuando servimos por
amor los unos a los otros, conquistamos la carne. No es a través de una actitud aislada
de los demás, que superamos la carne, sino saliendo y sirviendo a los demás.