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INTRODUCCION
Saulo fue un hombre que, a pesar de haber tenido un pasado horrible, como
muchos de nosotros, se encontró con Dios y experimentó una nueva vida en
Cristo. El era extremadamente religioso, un seguidor de dogmas (Fil. 3:5 / Hechos
9:1).
Si quisiéramos retratar un hombre que tenga un corazón de piedra, podemos
citarlo como ejemplo. Saulo respiraba amenazas de muerte contra los seguidores
de Cristo (Hechos 9:1). El creía que estaba haciendo la voluntad de Dios.
Los cristianos tenían miedo de él (Hechos 9:13, 14, 21). Para ellos, hablar de
Saulo era hablar de muerte, porque sabían que tantos hombres como mujeres ya
habían sido arrastrados para la prisión por él (Hechos 8:3).
1. LA VIDA DE SAULO
Persiguió los cristianos
Saulo perseguía los cristianos. Jesús le dijo; “Saulo, Saulo, por qué me
persigues?” (Hechos 9:4). La persecución a los hijos de Dios es persecución a
Jesús. Todas las persecuciones de las cuales participamos, toda la dureza de
nuestros corazones eran actitudes de la misma naturaleza de Pablo.
¿Cuántas veces no perseguimos aquellos que venían hasta nosotros para
proclamar el evangelio, por causa de la dureza de nuestro corazón?
Quedó Ciego
Saulo veía las “cosas de los creyentes” como locura (Hechos 9:2). A pesar de
ser religioso, él no conocía el amor de Dios hasta llegar el momento en que las
escamas cayeron de sus ojos. El se quedó tres días sin ver, sin comer y sin beber
nada (Hechos 9:9). Tres días lejos de todo aquello a que estaba ligado o que
hacía parte del mundo.
Como Saulo, las escamas necesitan caer de nuestros ojos para que veamos
claramente en el reino espiritual.
Recibió ayuda
Ananías fue enviado por el Señor para ayudar a Saulo, que estaba orando
(Hechos 9:11-14). Saulo hablaba con Dios y Dios le respondía. Aquí hay personas
dispuestas
a ayudarle a usted, así como Ananías fue enviado para socorrer a Pablo.
Jesús dijo a Ananías que socorriese a Saulo, porque él era un vaso escogido
para proclamar el Evangelio (Hechos 9:15). El acto de Jesús en salvar la vida de
Saulo y ofrecer
a él un Encuentro con Dios muestra como el Señor no está interesado en nuestros
pecados de otrora, y si está interesado en lo que seremos y hacemos a partir del
Encuentro con El.
Fue confrontado
Nos tenemos que someter a Dios con ayuno y oración. Después de apenas
tres días, Pablo ya estaba conversando con el Señor y recibiendo respuestas a
través de la visión! El proceso de restauración de su vida puede ser rápido.
Dios va a confrontarlo con su pecado (¿por qué usted me persigue?), más no
va a quedar lanzando en el rostro su pecado (Hebreos 8:12).
4. CONCLUSION
Hubo un momento en la vida de Pablo, en el cual dijo: “y ya no vivo yo, más
vive Cristo en mí” (Gálatas 2:20). Esa debe ser hoy la confesión de nuestros
labios. El viejo hombre que nos regía tiene que morir para dar lugar al Espíritu
Santo. Por eso, en su libre albedrío, decida a favor de la vida en Cristo.
Pablo se arrepintió por todos los males causados al pueblo de Dios. El
reconoció que había errado, más no transfirió su culpa, él abandonó todas sus
prácticas de persecución y religiosidad (Prov. 28:13).
El arrepentimiento es la llave para un corazón puro. No diga: “Ah, yo ya oí tanto
sobre arrepentimiento…” Usted oirá más todavía, si el Señor lo juzga necesario.
Busque en su corazón algo de errado que todavía esté allí.