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CRÓNICA DE UNA FUGA

SINOPSIS

Buenos Aires, 1977. Bajo la junta militar. Claudio Tamburrini, un portero joven de fútbol, es
detenido por los agentes al servicio del Gobierno del Proceso de Reorganización Nacional.
Después un interrogatorio infundado y violento, Claudio es llevado a la Mansión Serré, una
vieja casona en las afueras de Buenos Aires, que fue transformada en un centro clandestino de
detención. Allí, con otros tres detenidos, vive una pesadilla: ¿Cómo resistir a la tortura y la
humillación diaria? Claudio es inocente y no dará nombres de inocentes para salvar su vida, a
pesar del hecho que es muy duro de seguir siendo humano en este contexto. Una sola ilusión
animará lo, para la que recuperará la esperanza: escapar de esta pesadilla. Al principio, la fuga
parece imposible, incluso impensable. Pero es su última oportunidad de revivir un día… (Chloé,
2012-2013)

CONTEXTO

Crónica de una fuga es una película sobre la dictadura militar Argentina.

En los años sesenta, Argentina conoció una crisis económica y social. Grupos de guerrilleros de
izquierda se formaron. Para garantizar la seguridad interior y oponerse al comunismo en el
contexto de la guerra fría, los Estados Unidos apoyaron la junta de ultraderecha.
Asombrosamente, la junta militar fue también sostenida por la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas tal vez por causa de intereses económicos, porque no estaba la misma ideológica en
absoluto.El 24 de Marzo de 1976, la junta militar y su dirigente Jorge Rafael Videla disuelven el
Parlamento y empiezan el Proceso de Reorganización Nacional.

Muy deprisa, el Gobierno prohíbe los partidos de izquierda, los sindicatos y censura la prensa.
Las medidas represivas son cada vez más importantes: es terrorismo de Estado. Los disidentes
políticos son secuestrados en centros clandestinos de detención y a menudo asesinados. Sus
cuerpos desaparecen la mayoría de las veces. Muchos bebés son raptados. Según las fuentes,
hubo entre 10 y 30 000 de desaparecidos durante este periodo.

La dictadura termina en 1983 a causa de las protestas sociales, la presión internacional y en


particular de la Organización de las Naciones Unidas, porque no respetaba los derechos
humanos, y a causa de la derrota en la guerra de las Malvinas contra Gran Bretaña.

Hoy, hay un trabajo importante en Argentina para aceptar su pasado y restablecer la justicia y
la verdad. (Chloé, 2012-2013)

PERSONAJES

Para la descripción de los personajes de la película, describiré cinco personajes importantes:


Claudio Tamburrini, Guillermo Fernández, Huguito, Lucas y el juez respectivamente
interpretados por Rodrigo de la Serna, Nazareno Casero, Pablo Echarri, Diego Alonso y el
verdadero Guillermo Fernández. (Chloé, 2012-2013)
Claudio Tamburrini.

Es cierto que Claudio es el personaje principal de la película pero lo que es el más importante
es el grupo. Claudio es un futbolista joven sin incidentes, que estuvo una víctima entre otros
de la violencia de la dictadura: es un guiño del realizador Adrián Caetano porque en aquella
época el mundo estaba totalmente absorto en el talento del equipo Argentino de fútbol y no
en la violencia de la dictadura. Está animado por varios sentimientos durante su retención: Al
principio siente odio por el otro detenido que denunció le y después, odio por los culpables
reales: los agentes al servicio de la junta militar. Ofrece su amistad a los otros detenidos para
recuperar la esperanza de vivir.

Huguito.

Representa toda la monstruosidad de la dictadura y de la humanidad. Físicamente, es el


estereotipo del verdugo: tiene un bigote grueso, gafas del sol, fuma. Es muy violento y a él le
gusta torturar físicamente y sicológicamente a los detenidos. Su personaje muestra como un
hombre normal puede perder su humanidad en una época como la dictadura.

Guillermo.

Es otro detenido que es el elemento de activación de toda la aventura: gracias a él, los jóvenes
intentarán fugarse. El espectador no sabe realmente si es un activista político o no: pero ¡no es
muy importante! Una noche, estuvo insolente con los verdugos: quería verlos, por eso estuvo
amenazado de muerte. No puede elegir: tiene que fugarse.

Lucas.

Es un otro personaje de los represores en el centro clandestino de detención, pero no es tan


violento como Huguito, que es su jefe. Debe que vigilar los detenidos y torturarlos para
obtener informaciones. Pero no está de acuerdo con Huguito, porque cree que la tortura no es
necesita, por eso la relación entre ambos agentes está tensa. Para él, es más fácil de sacar
información a los prisioneros si los tratan bien. Sin embargo, no es más humano que los otros
agentes. Es solamente una estrategia para utilizar los detenidos.

El Juez.

Este personaje está muy interesante porque el actor vivió realmente la dictadura mientras
detenido y puede tomarse la revancha. Aparece en una escena única: el interrogatorio de
Guillermo después su detención para Lucas. Se parece que tiene toda la autoridad de elegir
quien morirá o no. Sin embargo mantiene la calma, está casi cínico. Mientras que está
tranquilamente sentado en su oficina, lejos de la realidad, es responsable de la muerte o de la
desgracia de muchos jóvenes.

SÍNTESIS DE TRES TEXTOS SOBRE EL TEMA

El articulo “Argentina imputa por primera vez a un empresario por crímenes de la dictadura”
de Alejandro Rebossio apareció en El País el veintitrés de Enero de 2012 en Buenos Aires.
Se trata de la primera sentencia de un empresario, Marco Levin, por delitos de lesa humanidad
durante la dictadura militar en Argentina. Secuestró a doce empleados de su empresa La Veloz
del Norte, los llevó a una comisaria o uno centro clandestino de detención y los torturó para
que confiesen que fueran activistas políticos. De esta manera, podía despedirlos sin
indemnización.

“Detenido en Madrid un ex militar argentino de 161 casos de secuestro o de tortura” es un


articulo de Jorge A. Rodríguez, publicado en Madrid, el veintiuno de febrero de 2006 en El País.

El ex militar y policía Ricardo Taddei, sospechado de 161 casos de secuestros y torturas entre
1976 y 1979, fue encontrado en Madrid, donde vive desde hace 21 años. Era buscado por el
Grupo de Localización de Fugitivos del Cuerpo Nacional de Policía e Interpol. No parecía querer
esconderse. Para defenderse, habla de “venganza política” del Gobierno actual en Argentina.
“Restos de víctimas de la dictadura, en un centro de detención” de Pablo Morosi apareció en
La Nación el diez de diciembre de 2008 y se trata del hallazgo de 10 000 fragmentos de restos
óseos humanos cremados y un paredón de fusilamiento en un ex centro clandestino de la
dictadura. Gracias a los testimonios de ex detenidos desaparecidos, es la primera vez que se
encuentran tales pruebas de la violencia de esa época.

Los tres textos tratan de la violencia de la dictadura militar en Argentina, y en particular de los
casos de secuestro o de tortura.

El concepto central es los delitos de lesa humanidad. El primer artículo alude a las víctimas de
los centros clandestinos de detención: eran integrantes de comités de empresas y empleados.
Reprochaba a ellos de ser activistas políticos contra el Gobierno. En esos centros eran
torturados. Los tres artículos evocan diferentes métodos de humillarlos: eran desnudos,
golpeados, torturados con descargas eléctricas, encerrados en celdas minúsculas, o fusilados y
cremados en una fosa común. La tortura era cotidiana y sistemática.

Los dos primeros artículos se tratan de los culpables: Jorge A. Rodríguez alude a un ex militar y
ex policía que trabajaba en diferentes centros clandestinos entre 1976 y 1979, fue
secuestrador, torturador y interrogador. El primer articulo es más interesante: trae la
implicación de números civiles en la violencia a nuestro memoria. Este empresario torturó
números empleados: al principio, la gente también participaba en el éxito de la represión.

Los tres artículos evocan la voluntad del Gobierno de restablecer la justicia. El grupo de
Localización de Fugitivos y Interpol continúan buscar los culpables: Marco Levin debe
responder ante un juez. El ex militar Ricardo Taddei habla de “venganza política” para describir
el deseo del Gobierno de mostrar la verdad. Además, el Gobierno quiere convertir un centro
clandestino de detención en un museo de la memoria y autoriza siempre nuevas búsquedas.

Para reconciliarse con su historia, Argentina tiene que restablecer la verdad y siempre
acodarse de los horrores de la dictadura. (Chloé, 2012-2013)

COMENTARIO PERSONAL

Crónica de una fuga es una película histórica, basada en la novela autobiográfica de un


detenido de la Mansión Seré: Claudio Tamburrini, por eso el ambiente es tan pesado. Me
parece muy importante de acordarse de su historia para no repetir un pasado tan duro.
Crónica de una fuga ha sido enseñada en las escuelas, lo que pienso fundamental en
Argentina. En efecto, todavía hoy, la época de la dictadura militar no está contada en todos los
libros de texto.

El problema de las películas históricas es que es difícil de despegarse de los hechos reales: a
menudo, el ritmo no es suficiente rápido. Perro el realizador Adrián Caetano consigue crear un
estilo singular y mezcla géneros diferentes: es una novela de misterio, una película del oeste,
una película de acción y de terror, pero también una película documental y educativa. Es un
éxito porque la película describe hechos muy duros pero es entretenida, gracias a la habilidad
del director y a la interpretación de los actores.

Para mí las primeras escenas no son suficientemente destacadas: la entrevista de la madre de


Claudio Tamburrini por agentes al servicio del gobierno no parece realista e incluso parece un
poco grotesco. Los agentes son caricaturizados con gafas del sol, la cámara tiembla… Enseña la
represión, es cierto, pero no me sentía implicada en el sufrimiento de la madre.

Sin embargo, la pesadilla empieza deprisa para el espectador también: la primera parte de la
película, en la Mansión Seré, es difícilmente soportable. La tensión aumenta poco a poco. La
violencia y la tortura son poco enseñadas: se ve más las magulladuras y la transformación de
los cuerpos que los métodos diferentes para hacer daño a los detenidos. Pero todavía es peor,
porque el espectador sufre mucho tiempo. Me costó mucho ver estas secuencias. A menudo,
la tortura es psicológica mas que concreta. La humillación es cotidiana y el espectador se
siente tan unido (EL espectador) a esos detenidos, que no tienen nada, ni siquiera ropa, que
sufre también.

Además, la banda sonora es muy agobiante: se oyen alaridos, ruidos de pasos, voces de los
verdugos. El ambiente es oscuro, muy angustioso. La Mansión Seré era una villa vieja y rica,
pero en la película, está filmada en contrapicado, por eso es impresionante parece que sea una
casa solariega. Cuando los detenidos se fugan, el tiempo es atroz a causa de la lluvia recia, lo
que contribuye al ambiente estresante.

Al contrario, la última parte de la película me ha decepcionado un poco: la fuga ocurre sin


problemas, mientras que me esperaba que estuviera llena de reanudaciones.

En general, a mí me gustó mucho la película Crónica de una fuga, porque la historia es


apasionante y muy importante también. (Chloé, 2012-2013)

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