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Con una narración en primera persona, una voz femenina conduce la lectura desde un plano
subjetivo en la que describe la interrupción de su embarazo en el transcurso de siete meses,
y por medio de un plan que incluye cambios en la alimentación, en el sueño, ejercicios de
respiración y medicamentos conducidos por el doctor Weisman.
Para explicar el proceso de singularización, vale la pena observar las leyes generales de la
percepción y que, exponen que una vez que las acciones son habituales se transforman en
automáticas, lo que implica, en términos de Shlovski que sean “devoradas” por los objetos.
A partir de este proceso, vale la pena exponer los acontecimientos que sostienen el relato de
Schweblin y que están relacionados con dos elementos i) el tiempo narrativo y que
concluye con el fin del embarazo y ii) el bosquejo de humanidad de la narradora, culpa,
angustia, tristeza y la posibilidad de la muerte.1
El primer acontecimiento ocurre entre la primera semana y el tercer mes, en donde la voz
narradora plantea el problema: “vamos haciéndonos a la idea de que Teresita se adelantará
a nuestros planes. Voy a tener que renunciar a la beca de estudios porque dentro de unos
1
Para este punto, retomo la noción de bosquejo o imagen de humanidad que Horst-Jürgen
Gerigk propone a partir de la diferencia poetológica, que retoma Gerardo Argüelles
Fernández en Acepción, presencia y recuerdo en Pedro Páramo de Juan Rulfo en Ensayos
sobre teoría, crítica e interpretación de la imagen en la literatura (2013).
meses ya no va a ser fácil seguir” y, con esta introducción, plantea los siguientes conflictos:
la angustia de saberse embarazada, de modificar hábitos simples como el comer y los
cambios en el cuerpo.
La voz narradora subjetiva también introduce al personaje de su pareja, Manuel, quien “no
parece muy feliz: regresa tarde a casa, no me hace compañía, le molesta hablar del tema” y
es descrito a través de la culpa. Otro de los personajes introductorios es la madre de la
narradora-protagonista que con algo de tristeza, compra regalos para Teresita.
En el tercer mes, la tristeza para la voz narradora se profundiza, los cambios son más
notables y la distancia con Manuel se incrementa. “No es que ya no me quiera, ni que me
quiera menos. Sé que Manuel me adora y sé que –como yo- no tiene nada en contra de
nuestra Teresita, qué va a tener. Pero es que había tanto que hacer antes de su llegada”.
En este mes, también se presenta otro personaje, la mamá de Manuel, que habla de forma
constante para tener noticias de Teresita. En este punto, se introduce el segundo
acontecimiento, y que corresponde a la visita al consultorio del doctor Weisman que no
presenta una solución “ni conformista ni perversa” 2, aludiendo tanto a la resignación del
embarazo, como a su interrupción.
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Aunque no es el principal objeto de este análisis, la solución conformista o perversa
considero podría analizarse a través de los vínculos entre la construcción de la maternidad y
la no maternidad, como lo proponen Astorino, J.; Saporosi, L. & Zicavo, E. (2017), ya que,
desde su perspectiva Conservas también puede analizarse a la luz de dimensiones
socioculturales específicas.
devuelven regalos y “la sensación es todo lo contrario a lo que se siente al emprender un
viaje. No es la alegría de partir, sino la de quedarse. Es como si al mejor año de tu vida le
agregaras un año más, bajo las mismas condiciones. Es la oportunidad de seguir en
continuado”.
“Me dejo caer al piso y espero un segundo de rodillas (…) Me tiembla el cuerpo, no tengo
control sobre él. Manuel se arrodilla junto a mí, me toma de las manos, me habla pero no
escucho lo que me dice. Siento que voy a vomitar. Me tapo la boca”.
Esta comparación literaria entre el aborto y el embarazo, puede explicarse a través del
proceso de singularización de V. Shlovski y que se contrapone al proceso de
automatización del objeto y que hace referencia a cuando los objetos están dados por uno
solo de sus rasgos o reproducidos con una fórmula, sin que exista siquiera la conciencia
sobre ellos.
Sin embargo, la automatización, como señala Shlovski “devora” todos los objetos y para
contrarrestarlo, se busca crear una percepción particular del objeto; por ejemplo, en el caso
de Conservas, se mimetiza el embarazo con el aborto.
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Sinestesia. Atribuye una sensación como el latir del corazón a un objeto al que no le
corresponde, en este caso al estómago. También se identifica la anáfora en la siguiente frase
“Quizá ella sepa lo que está pasando, quizá todo esto esté muy mal”, haciendo referencia a
Teresita y al posible arrepentimiento por su interrupción. O bien en “Tengo una arcada, y
otra, y otra, arcadas cada vez más violentas que empiezan a dejarme sin aire”, cuando tiene
lugar el aborto.
En Conservas no se señala en ningún momento que se interrumpirá el embarazo; al
contrario, se describe el acontecimiento de tal forma que no se emplean los nombres dados
generalmente. Aunque esto ocurre a lo largo de todo el texto, en específico, conviene
analizar la última escena.
Al igual que, como ocurría con un embarazo planeado, se marca en el calendario el día
previsto para despedir a Teresita. Después del dolor físico, la voz narradora señala “siento
algo pequeño, del tamaño de una almendra. Lo acomodo sobre la lengua, es frágil (…)
Manuel me acerca el vaso de conservación, y al fin, suavemente, la escupo”.
Esta es una forma de ver los objetos fuera de su contexto y como, propone el formalismo
ruso de Shlovski, la finalidad del proceso de sigularización no es el acercar a nuestra
comprensión la significación, sino la de crear una percepción particular.
Schweblin en Conservas aplica este fenómeno para describir la interrupción del embarazo,
con un método distinto al del aborto tradicional, impulsado por un doctor de apellido inglés
Weisman, que también resulta “extraño” para los mismos personajes, en específico para los
padres.
“Están preocupados y creo que no llegan a entender de qué se trata, pero se comprometen a
seguir las instrucciones y cada uno vuelve a casa con una lista”.
A partir de este acontecimiento, los hechos sucesivos se narran con este mismo fenómeno:
pasan los primeros días y la narradora realiza la respiración consciente (que también se
asemejaría a los ejercicios previos al parto) y que logra que la energía comience a “circular
en sentido inverso”, como si se tratara de una regresión en el tiempo, previo al embarazo.
Para abordar el bosquejo de humanidad que propone Gerigk, y quien tiene sus bases en la
fenomenología, conviene recordar los orígenes del formalismo ruso y que, como
Villanueva, D. (2005) explica, están en dicha escuela filosófica.
Villanueva, D. recuerda que la tradición de los formalistas rusos se prolonga a través del
Círculo lingüístico de Praga, que integra Mukarocky y quien a su vez se inspira Husserl, y
su concepción teórica de la literatura se centra en el supuesto de que la obra de arte verbal
no se reduce a un aspecto material y, por el contrario, se debe considerar como objeto
estético (p. 407).
De acuerdo con Gerigk (2006), en lugar de hablar de una imagen histórica en el texto, se
debe retomar la noción de bosquejo de la humanidad, que se proyecte desde la esencia de la
obra de arte. En este sentido, como se adelantó con anterioridad, se puede esbozar la culpa,
la angustia, la tristeza y la posibilidad de la muerte como aquellos objetos que sostienen al
texto y su sentido.
En el caso de la angustia, se refleja desde la llegada de Teresita, “no puedo parar de comer
y empiezo a engordar”, al igual que con la lejanía de Manuel “regresa tarde a casa, no me
hace compañía, le molesta hablar del tema”; en el insomnio cuando mira la voz narradora
“al techo con las manos sobre Teresita”. “No puedo pensar en nada más. No puedo
entender cómo en un mundo en el que ocurren cosas que todavía me parece maravillosas,
como alquilar un coche en un país y devolverlo en otro (…) no pueda solucionarse un
asunto tan trivial como un pequeño cambio en la organización de los hechos”.
Esta alusión a la organización de los hechos, sirve como gancho para comenzar la narración
conforme a la regresión en el tiempo previo al embarazo, para que tenga lugar la mímesis.
Dicho de otro modo, el proceso de singularización implica en Conservas una inversión en
el tiempo narrativo; y para ejemplificar esto, conviene señalar que el cierre de la narración
se da ligando el íncipit con el excípit, ya que, solo concluye el relato cuando Teresita de
forma paradójica tiene el tamaño de una almendra, es decir, en un proceso de gestación
real, llevaría unas cuantas semanas en formación.
En la misma escena final, y cuando se realiza el aborto, la voz narradora describe síntomas
del embarazo: una mañana, siente náuseas, mareo y ganas de vomitar. Este hecho resulta
importante, al tomar en cuenta el íncipit, cuando la voz narradora presenta a Teresita
después de una semana o un mes de engendrarse.
Para finalizar, conviene retomar las consideraciones de Astorino, J.; Saporosi, L. & Zicavo,
E. (2017) en su análisis socio cultural sobre la maternidad y el aborto en la literatura
argentina, y en donde, aseveran que, en Conservas el embarazo es una cuestión
contingente, pero no un mandato inexorable de la maternidad, porque puede ser revertido.
Sin embargo, desde el enfoque formalista, sería complicado aseverar que el relato tiene un
contenido ideológico marcado. En primera instancia, las referencias al aborto-no dicho,
tienen lugar en el segundo acontecimiento cuando la voz narradora busca “alternativas” con
obstetras, curanderos y un chamán que presentan “soluciones conformistas o perversas” que
nada tienen que ver con aquello que busca la protagonista.
No obstante, como señala Shlovski, la finalidad del arte es dar una sensación del objeto
como visión y no como reconocimiento, por lo que la postura ideológica de Conservas no
podría ser parte de este análisis.
Referencias:
Astorino, J.; Saporosi, L. & Zicavo, E. (2017) Un análisis socio cultural sobre la
maternidad y el aborto en la literatura argentina reciente. Universidad de Buenos Aires,
Argentina. Perífrasis. Revista literaria Vol. 8. Número 44. Bogotá. Enero-junio 2017. Pp.
44-57