Movimiento Familiar Día de Todos los Santos

(1ro de noviembre)
Cristiano “Los que le son fieles, estarán con Él en el amor”
(Sab. 3,9 ).

El día de Todos los Santos es una Solemnidad (Fiesta) en

la que la Iglesia celebra juntos, la gloria y el honor de
todos los Santos, que contemplan eternamente el rostro de
Dios y se regocijan plenamente en esta visión, es decir, de
los que ya están en el Cielo. A nosotros, fieles, este día
Col. Ocampo nos enseña a mirarlos, puesto que ya poseen el legado de
Cárdenas, Tabasco la gloria eterna. Ellos no sólo son indicados como modelo,
sino también invocados como protectores de nuestras
acciones.
Día de Todos los Santos,
Día de los Fieles Los Santos son los hijos de Dios que han alcanzado la
meta de la salvación y que viven en la eternidad esa
Difuntos, Altar de condición de bienaventuranza bien expresada por Jesús
Muertos y Halloween en el discurso de la montaña narrado en el Evangelio (Mt
5, 1-12).

“Familias convertidas al La Biblia nos ilustra que se debe interceder unos por otros:
Amor de Dios: Testimonio "Exhorto, pues, ante todo que se hagan rogativas,
vivo de santidad” oraciones, intercesiones y acciones de gracias por todos
los hombres (1 Tim 2,1)“.

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Si los que estamos en la tierra podemos interceder u orar
unos por otros, cuanto más los que están en el Cielo por
nosotros. Ya hay almas en el Cielo y, ante los que han
negado que incluso los Santos del cielo puedan interceder
porque creen que ya murieron hay que acotar lo siguiente:
Jesús le respondió a los saduceos que Dios no es Dios de
muertos sino de vivos (Mt 22,32), dando a entender que
Abraham, Isaac y Jacob estaban vivos delante de Dios. De
hecho, en la Trasfiguración aparecen Moisés y Elías
hablando con Jesús (Mt 17, 2-3). Ver igual Ap. 7, 9-16.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos indica (Numeral 956):
“Por el hecho que los del cielo están más
íntimamente unidos con Cristo, consolidan más firmemente
a toda la Iglesia en la santidad [...] no dejan de interceder
por nosotros ante el Padre. Presentan por medio del único
Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, los méritos
que adquirieron en la tierra [...] Su solicitud fraterna ayuda,
pues, mucho a nuestra debilidad”.
La Biblia nos muestra, finalmente, como la oraciones de los
santos le llegan en el presente al Trono de Dios:
"Los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron
delante del Cordero. Tenía cada uno una cítara y copas de
oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos"
(Ap 5,8).
Conclusión: Los santos del Cielo están vivos o activos, no
durmiendo o pasivos; ellos oran o interceden por nuestras
necesidades; pidamos su ayuda, que sus oraciones son
escuchadas por Dios de manera especial por su cercanía a
Él. Más información: https://bit.ly/3mcRZWW
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Día de los Fieles Difuntos
(2 de noviembre)
Después de haber celebrado a los Santos que ya están
en el Cielo el 1ro de Noviembre, la Iglesia celebra al día
siguiente a los Fieles Difuntos, personas que fallecieron
en gracia pero que se están purificando para que en
algún momento puedan ya gozar eternamente en la
presencia de Dios, con los ángeles y los santos.
“Santo y saludable el pensamiento de rogar por los
difuntos, para que sean libres de sus pecados”,
repite la Sagrada Escritura, ya en el Antiguo Testamento”
( 2 Mac 12,38-46 ).
Cuando una persona muere ya no es capaz de hacer
nada para ganar el cielo; sin embargo, los vivos sí
podemos ofrecer nuestras oraciones, limosnas,
indulgencias y obras de penitencia para que el difunto
consiga el perdón y la purificación de las penas por sus
pecados y así poder participar de la gloria de Dios.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos indica (Numeral
1479):
“Puesto que los fieles difuntos en vía de purificación son
también miembros de la misma comunión de los santos,
podemos ayudarles, entre otras formas, obteniendo para
ellos indulgencias, de manera que se vean libres de las
penas temporales debidas por sus pecados”.
A las oraciones por los difuntos se les
llama sufragios. El mejor sufragio es ofrecer la Santa
Misa por ellos; además, también se ofrece comúnmente
el Santo Rosario.
Debido a que por el quehacer diario puede olvidarse orar
por los difuntos, la Iglesia ha querido instituir un día, el 2
de noviembre, que se dedique especialmente a la
oración por aquellas almas que han dejado la tierra y
aún no llegan al cielo.
Nuestra oración por los difuntos puede no solamente
ayudarles, sino también hacer eficaz su intercesión a
nuestro favor. Los que ya están en el cielo interceden
por los que están en la tierra para que tengan la gracia
de ser fieles a Dios y alcanzar la vida eterna.
Para aumentar las ventajas de esta fiesta litúrgica, la
Iglesia ha establecido que si nos confesamos,
comulgamos y rezamos el Credo por las intenciones del
Papa entre el 1 y el 8 de noviembre podemos ayudarles
obteniendo para ellos indulgencias.
En México, este día es llamado Día de muertos y es una
mezcla (o sincretismo) entre lo prehispánico, lo cristiano
y elementos culturales modernos. Se aboca en el
recuerdo de todos los seres queridos que han fallecido,
en la oración por ellos, pero además, últimamente, en
eventos que aluden con humor y folclor a personajes
ficticios o reales de la cultura mexicana por su relación
con la muerte. La celebración de este día se ha
asimilado en la cultura mexicana con elementos propios,
sin embargo, es necesario nunca perder de vista lo
principal de todo esto: LA ORACION POR LOS
DIFUNTOS. Tenemos que garantizar que el ofrecimiento
de oración y buenas obras nunca falte y educar a las
siguientes generaciones para que no se convierta en
una “fiesta cristiana sin Cristo” como han pasado en
algunos lugares con la Navidad o el Halloween.
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El altar de muertos
Dentro del marco del Día de los Fieles Difuntos, que es
una Solemnidad la Iglesia en todo el mundo, en la cultura
de México se conmemora de forma muy peculiares. Un
elemento que sobresale y que es una mezcla de lo
prehispánico con el cristianismo es el altar de muertos.
Es una costumbre mexicana relacionada con el ciclo
agrícola tradicional. Los indígenas hacían una gran fiesta
en la primera luna llena del mes de noviembre, para
celebrar la terminación de la cosecha del maíz. Ellos
creían que ese día los difuntos tenían autorización para
regresar a la tierra, a celebrar y compartir con sus
parientes vivos, los frutos de la madre tierra. El difunto
ese día se convertía en el "huésped ilustre" a quien había
de festejarse y agasajarse de la forma más atenta.
Los misioneros españoles al llegar a México
aprovecharon esta costumbre, para comenzar la tarea de
la evangelización a través de la oración por los difuntos.
La costumbre azteca la dejaron prácticamente intacta,
pero le dieron un sentido cristiano: El día 2 de noviembre,
se dedica a la oración por las almas de los difuntos.
Se visita el cementerio y se pone un altar en memoria
del difunto, sobre el cual se ponen objetos que le
pertenecían, con el objetivo de recordar al difunto con
todas sus virtudes y defectos y hacer mejor la oración.
 ¿Es católico poner en estas fechas un altar de muertos?
“No” si se hace como lo hacían los antiguos mexicas. No obstante,
la respuesta cambia a un “sí”, siempre y cuando le demos a esta
conmemoración una connotación auténticamente cristiana.
Sentido prehispánico
El agua. Se ofrece a las ánimas para
que mitiguen su sed después de su
largo recorrido y para que fortalezcan
su regreso.
La comida. Tiene por objeto deleitar
al ánima que visita del “mas allá”.
Las calaveras de azúcar. Los aztecas
fabricaban calaveras de barro o
piedra y las ponían cerca del altar de
muertos para tranquilizar al dios de la
muerte
Cempaxúchitl: El camino de
cempaxúchitl guía a las almas en su
camino de regreso a Mictlán, “lugar
de la muerte” o “residencia de los
muertos”.
Copal: Limpia el lugar de los malos
espíritus y así el alma pueda entrar a
su casa sin ningún peligro.
Velas o veladoras: Guía con su flama
para que las ánimas puedan llegar a
sus antiguos lugares y alumbrar el
regreso a su morada.
Papel picado: representaban a los
dioses de la tierra, la lluvia, el agua, la
agricultura y el Mictlán, mediante
figurillas recortadas en papel amate.
7 santidad. Se sugieren Vigilias de oración. Recuperemos este día.
Sentido Cristiano
Simboliza las oraciones que pueden
calmar la sed de las ánimas del
purgatorio y representa la fuente de
la vida.
Se pone porque creemos que
nuestros muertos viven. Es un signo
de comunión, lo cual no significa que
nuestros difuntos bajen a comer.
Los misioneros enseñaron a fabricar
calaveras de azúcar como símbolo de
la dulzura de la muerte para el que ha
sido fiel a Dios.
El camino de flores, se dirige hacia
una imagen de la Virgen María o de
Jesucristo, para señalar al difunto el
único camino para llegar al cielo.
Une la tierra con el cielo. Con el
incienso, la Iglesia simboliza la
oración, la alabanza grata a Dios que
llega a su presencia.
Significan la iluminación del camino
para que las almas lleguen a disfrutar
de la luz divina.
El papel picado con motivos alusivos a
la muerte, tiene el sentido religioso
de ver la muerte sin tristeza, pues es
sólo el paso a una nueva vida.
Halloween
La palabra Halloween viene del inglés antiguo All Hallows Eve, que
significa Vísperas (o vigilia) de Todos los Santos, a celebrarse la
noche del 31 de octubre. En la actualidad, Halloween ha cambiado su
significado a “noche de brujas”.
Halloween tiene su origen católico cuando el Papa Gregorio III
establece la Fiesta de Todos los Santos al dedicarles a ellos una
capilla en la Basílica de San Pedro en el Siglo VIII, fiesta sólo de la
diócesis de Roma. Cien años después, el Papa Gregorio IV la declara
fiesta para toda la Iglesia. En el Siglo X, se incorpora el Día de los
Fieles Difuntos el 2 de Noviembre, complementándose ambas fiestas
con la víspera (oración desde la tarde anterior al día de fiesta), como
todas las fiestas cristianas. Se les incorporaron elementos de las
fiestas de la cosecha en algunos lugares, como Irlanda, pero con el
trasfondo católico de almas, purgatorio, difuntos. Con la llegada de
algunos católicos irlandeses a Estados Unidos, se introdujo el
Halloween, que llegó a ser parte del folklore popular del país
norteamericano. A pesar de la persecución por la secta protestante de
los puritanos en junio de 1647, los irlandeses mantuvieron viva la
tradición pero agregaron aportes culturales de otros migrantes, y fue
así como se introdujo la creencia de las brujas, fantasmas, duendes,
drácula y diversos monstruos. Halloween sobrevivió porque se
comercializó, pero implicó un olvido de Dios y de los santos como
centro de la fiesta. Se le unieron cantidades de películas de horror que
fantasean e intentan dotarla de contenido neopagano, tétrico y
ocultista. La celebración ya paganizada se ha propagado a todo el
mundo. Muchos satanistas ocupan esa noche para realizar “misas
negras”, y robo de niños para los sacrificios.
Los cristianos NO debemos participar en las obras de las tinieblas (Ef.
5,11). Una fiesta de disfraces puede no ser pecado (puede que sí por
lo horrendo), tampoco es correcto y no ayuda al fin de la santidad.
Para contrarrestar la celebración pagana del Halloween, se han creado
algunas alternativas como el ‘Holywins’, por ejemplo, que es una
invitación a niños y jóvenes a vestirse de algún Santo, para dar
testimonio de la comunión de la Iglesia militante (que somos nosotros
los vivos) y la Iglesia triunfante (aquellos que gozan ya de la vida
eterna), orando por la Iglesia purgante (que se encuentran en el
purgatorio), y así transmitir un mensaje de vida y un llamado a la