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NOVIEMBRE
FIESTA EN CIELO Y TIERRA
Introducción ..............................................................................................................................p.3
Qué dice el Catecismo de la Iglesia
sobre la "comunión de los santos"..............................................................................p.4
Lo que hay que saber sobre esta solemnidad....................................................p.5
Nuestros muertos: como verlos, como ayudarlos,
como nos ayudan...................................................................................................................p.7
Dos jóvenes modelo de santidad para los jóvenes de hoy.....................p.19
Carlo Acutis..............................................................................................................................p.20
Chiara Corbello Petrillo....................................................................................................p.23
Más enlaces sobre el tema............................................................................................p.27
Algo de literatura sobre el tema ...............................................................................p.28

2
Introducción

La celebración de la Fiesta de Todos los Santos y Conmemoración de los

Difuntos nos otorga la posibilidad de volver a reflexionar sobre el sentido de la

vida y la respuesta que nos ofrece la Iglesia, en cuanto depositaria de la fe en

Cristo.

Además de refrescarlo para nosotros, se nos brinda la ocasión de abrir un

espacio de diálogo con nuestros alumnos para ayudarles a "levantar la mirada

hacia el Cielo" y sembrar en ellos la inquietud para las "cosas santas".

Hemos reunido en estas páginas la enseñanza de la Iglesia sobre la comunión

con los santos y los difuntos, interesantes artículos sobre el origen de la fiesta y

su significado, un recurrido histórico sobre el culto de los muertos, la historia

de dos santos contemporáneos, enlaces de interés y literatura sobre el tema

facilitado por la librería Paulinas.

Confiamos pueda ser de alguna utilidad para trabajarlo en el aula.

3

¿Qué dice el Catecismo
de la Iglesia sobre la
"comunión de los
santos"?
La comunión entre la Iglesia del cielo
y la de la tierra
954 Los tres estados de la Iglesia.
«Hasta que el Señor venga en su
esplendor con todos sus ángeles y,
destruida la muerte, tenga sometido
todo, sus discípulos, unos peregrinan
en la tierra; otros, ya difuntos, se
purifican; mientras otros están
glorificados, contemplando
"claramente a Dios mismo, uno y
trino, tal cual es"» (LG 49):
«Todos, sin embargo, aunque en
grado y modo diversos, participamos
en el mismo amor a Dios y al prójimo
y cantamos el mismo himno de
alabanza a nuestro Dios. En efecto,
todos los que son de Cristo, que
tienen su Espíritu, forman una misma
Iglesia y están unidos entre sí en Él»
(LG 49).
955 "La unión de los miembros de la
Iglesia peregrina con los hermanos
que durmieron en la paz de Cristo de
ninguna
manera se interrumpe. Más aún,
según la constante fe de la Iglesia, se
refuerza con la comunicación de los
bienes espirituales" (LG 49).
956 La intercesión de los santos. "Por
el hecho de que los del cielo están
más íntimamente unidos con Cristo,
consolidan más firmemente a toda la
Iglesia en la santidad [...] No dejan de
4
interceder por nosotros ante el
Padre. Presentan por medio del
único mediador entre Dios y los
hombres, Cristo Jesús, los méritos
que adquirieron en la tierra [...] Su
solicitud fraterna ayuda, pues, mucho
a nuestra debilidad" (LG 49):
«No lloréis, os seré más útil después
de mi muerte y os ayudaré más
eficazmente que durante mi vida»
(Santo Domingo, moribundo, a sus
frailes: Relatio iuridica 4; cf. Jordán de
Sajonia, Vita 4, 69). Pasaré mi cielo
haciendo el bien sobre la tierra
(Santa Teresa del Niño Jesús, verba).
957 La comunión con los santos. "No
veneramos el recuerdo de los del
cielo tan sólo como modelos
nuestros, sino, sobre todo, para que la
unión de toda la Iglesia en el Espíritu
se vea reforzada por la práctica del
amor fraterno.
En efecto, así como la unión entre
los cristianos todavía en camino nos
lleva más cerca de Cristo, así la
comunión con los santos nos une a
Cristo, del que mana, como de fuente
y cabeza, toda la gracia y la vida del
Pueblo de Dios" (LG 50):
«Nosotros adoramos a Cristo porque
es el Hijo de Dios; en cuanto a los
mártires, los amamos como
discípulos e imitadores del Señor, y
es justo, a causa de su devoción
incomparable hacia su rey y maestro;
que podamos nosotros, también, ser
sus compañeros y sus condiscípulos
(Martirio de san Policarpo 17, 3: SC
10bis, 232 [Funk 1,336]).
958 La comunión con los difuntos.
«La Iglesia peregrina, perfectamente
consciente de esta comunión de
todo el cuerpo místico de Jesucristo,
desde los primeros tiempos del
cristianismo honró con gran piedad
el recuerdo de los difuntos y también
ofreció sufragios por ellos; "pues es
una idea santa y piadosa orar por los
difuntos para que se vean libres de
sus pecados" (2 M 12, 46)"» (LG 50).
Nuestra oración por ellos puede no
solamente ayudarles, sino también
hacer eficaz su intercesión en
nuestro favor.
959 En la única familia de Dios.
"Todos los hijos de Dios y miembros
de una misma familia en Cristo, al
unirnos en el amor mutuo y en la
misma alabanza a la Santísima
Trinidad, estamos respondiendo a la
íntima vocación de la Iglesia" (LG 51).
Lo que hay que saber
sobre esta fiesta
SOLEMNIDAD DE TODOS
LOS SANTOS,
LA FIESTA DEL CIELO
El día de Todos los Santos es una
Solemnidad en la que la Iglesia
celebra juntos la gloria y el honor de
todos los Santos, que contemplan
eternamente el rostro de Dios y se
regocijan plenamente en esta visión.
A nosotros, fieles, este día nos enseña
a mirar a aquellos que ya poseen el
legado de la gloria eterna.
Roberta Barbi – Ciudad del Vaticano
Algunos la llaman también "Pascua
de Otoño", la importante solemnidad
5
que hoy celebramos como
miembros activos de una Iglesia que
una vez más no se mira a sí misma,
sino que mira y aspira el cielo. La
santidad, en efecto, es un camino
que todos estamos llamados a
seguir, siguiendo el ejemplo de
nuestros hermanos mayores que nos
son propuestos como modelos
porque han aceptado dejarse
encontrar por Jesús, hacia quien han
ido con confianza trayendo sus
deseos, sus debilidades y también
sus sufrimientos.
El significado de la solemnidad
La memoria litúrgica dedica un día
especial a todos aquellos que están
unidos a Cristo en la gloria y que no
sólo son indicados como arquetipos,
sino también invocados como
protectores de nuestras acciones. Los
Santos son los hijos de Dios que han
alcanzado la meta de la salvación y
que viven en la eternidad esa
condición de bienaventuranza bien
expresada por Jesús en el discurso
de la montaña narrado en el
Evangelio (Mt 5, 1-12). Los Santos son
también los que nos acompañan en
el camino de la imitación de Jesús,
que nos conduce a ser la piedra
angular en la construcción del Reino
de Dios.

La Comunión de los santos
En nuestra Profesión de Fe
afirmamos que creemos en la
Comunión de los Santos: con esto
queremos decir tanto la vida como la
contemplación eterna de Dios, que
es la razón y el propósito de esta
comunión, pero también queremos
decir la comunión con las "cosas"
santas. Si, en efecto, los bienes
terrenales, en cuanto son limitados,
dividen a las personas en el espacio y
en el tiempo, las gracias, los dones
que Dios hace son infinitos y de ellos
todos pueden participar. https://www.vaticannews.va/es/iglesi
Especialmente el don de la Eucaristía a/news/2019-11/solemnidad-de-todos-
nos permite vivir ya ahora la los-santos-la-fiesta-del-cielo.html
anticipación de esa liturgia que el
Señor celebra en el santuario celestial
con todos los santos. La grandeza de
la redención se mide por el fruto, es
decir, por los que han sido redimidos
y han madurado en la santidad. La
Iglesia contempla en sus rostros su
vocación, la condición de humanidad
transfigurada en el camino hacia el
Reino.
encontraron en Antioquía el
domingo siguiente a Pentecostés y
San Juan Crisóstomo ya hablaba de
ello. Entre los siglos VIII y IX, la fiesta
comenzó a extenderse por toda
Europa, y en Roma específicamente
en el siglo IX: aquí el Papa Gregorio III
(731-741) eligió como fecha del 1 de
noviembre para coincidir con la
consagración de una capilla en San
Pedro dedicada a las reliquias "de los
santos apóstoles y de todos los santos
mártires y confesores, y de todos los
justos perfeccionados que descansan
en paz en todo el mundo". En la
época de Carlomagno, esta fiesta ya
era ampliamente conocida como la
ocasión en que la Iglesia, que todavía
peregrina y sufre en la Tierra, miraba
al cielo, donde residen sus hermanos
y hermanas más gloriosos.

Orígenes e historia de la fiesta

Esta fiesta de la esperanza, que nos
recuerda el objetivo de nuestra vida,
tiene raíces antiguas: en el siglo IV
comienza a celebrarse la
conmemoración de los mártires,
común a varias Iglesias. Los primeros
vestigios de esta celebración se

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El padre franciscano Pasquale Lorenzin nos ofrece un itinerario sobre el culto de los
muertos en la historia y en las Escrituras, para ir afianzando las verdades que
profesamos en el Credo y ofrecer a nuestros alumnos un planteamiento sólido y rico
de esperanza sobre ese tema tan crucial para la vida de fe. Se pueden escoger las
partes que se consideren más interesantes adaptándolas a los alumnos.
Hemos traducido de forma autodidacta unos extractos de su libro que, a
continuación, presentamos.

Nuestros muertos
Como verlos, como ayudarlos, como nos ayudan
EL CULTO DE LOS MUERTOS EN
LA HISTORIA
El culto de los muertos no es un
hecho exclusivamente cristiano. Ello
tiene su raíz en la innata
“religiosidad” del hombre: nació con
el hombre mismo. La historia y la
arqueología demuestran que los ritos
funerarios eran celebrados, en todos
los pueblos, por personas calificadas:
sacerdotes, hechicheros y jefes de
tribus; según modalidades, usos y
costumbres distintos.
1. En el mundo griego-romano y
judío
En el mundo griego-romano y
también judío, se consideraba algo
terrible dejar un cadáver insepulto.
Frente a la muerte tenían que cesar
los odios, las venganzas y las
enemistades: era deber ofrecer una
sepultura honrada. Era común y
arraigada la convicción que el alma
de un cuerpo insepulto no hubiera
logrado paz. Sería condenada a
deambular en la tierra dañando a los
vivientes. Los Padres de la Iglesia
combatieron esta superstición que
duró mucho tiempo, al punto que S.
Agustín (+430) la recuerda e intenta
disiparla. También hoy, tras muchos
siglos, en algún pueblo de campaña
o de montaña, se cree que durante
las tormentas nocturnas, las almas
de lo muertos insepultos, deambulan
por el aire, llevando calamidades a
los vivos.
7
Los paganos consideraban las
tumbas sagradas e inviolables,
porque estaban custodiadas por los
dioses. El derecho romano estableció
dicha sacralidad, confiando las
tumbas a la jurisdicción de los
sacerdotes.
Símil cultura entró también en la
mentalidad cristiana, por tanto, a
menudo, en las epigrafias antiguas se
leen unas “maldiciones” en contra de
aquellos que se atreviesen a profanar
el sepulcro.
Hoy en día todos los países civiles
aseguran, en su legislación, el
respecto y la inviolabilidad de los
cementerios y de las tumbas y
panteones.
2. En la cultura cristiana.
La preparación del cuerpo
La preparación del cuerpo para la
sepultura, era un empeño largo y
complejo al que atendían los
parientes y, a menudo, la comunidad
entera. Ante todo se debía lavar y
perfumar el cuerpo. La Iglesia
cristiana no tuvo nada que replicar
sobre este uso practicado por los
paganos; al revés, San Jerónimo
recuerda que habían unos clérigos
asignados a este ministerio. El uso de
las aromas y los perfumes fue
exagerado, hasta tal punto que
Tertuliano reprochaba a los cristianos
comprar más aromas y perfumes por
sus muertos, que los paganos para
“ahumar” sus ídolos.
El uso pagano de derramar las
aromas y perfumes sobre los cuerpos
de los difuntos adquirió, en la
tradición cristiana, un significado del
todo escatológico y pascual. El
cuerpo del cristiano con el bautismo
y la eucaristía se convierte en el
templo del Espíritu Santo y espera la
resurrección final. También hoy, en
muchos lugares, se usa poner, al lado
del cuerpo, unas ramas con hojas de
olivo y granos de incienso; la Iglesia
misma, en los entierros, inciensa el
cuerpo encerrado en el ataúd.
Lavado y perfumado, el cuerpo del
difunto venía luego vestido con ropa
preciosa. Una atención del todo
especial se prestaba al cuerpo de los
mártires. Sabemos por la historia que
el cuerpo del mártir San Pancracio
fue «dignissimis linteaminibus
involutum»; y cuando Papa Pascual,
en el 820, hizo el traslado del cuerpo
de Santa Cecilia, esto fue encontrado
cubierto de “prendas preciosas y
reales”.
El espectáculo y la vanidad de
algunos ricos en el revestir el cuerpo
de sus difuntos, fueron reprochados
por los Padres de la Iglesias. He aquí
las duras palabras de San Jerónimo:
“¿Por qué vestís a vuestros muertos
con túnicas doradas?¿Por qué no
cesa vuestra ambición entre los
dolores y las lagrimas?¿Quizá que el
cadáver de los ricos tiene que
marchitar en la seda?” Los obispos,
sacerdotes e diáconos eran vestidos
con los ornamentos sagrados,
propios de sus dignidad jerárquica:
costumbre todavía vigente en la
tradición de la Iglesia.
8
Preparado con toda clase de
cuidado, el difunto, con los brazos
extendidos a lo largo del cuerpo,
venía envuelto con vendas. Así fue
sepultado también Lázaro, al punto
que Jesús, tras haberlo resucitado de
la muerte, ordenó que lo soltaran
para que pudiera caminar. Durante
este piadoso trabajo de preparación,
la comunidad cristiana siempre
estaba presente. En un cuarto
cercano o al aire libre, los cristianos
se turnaban cantando salmos,
rezando y proclamando la Palabra
del Señor. Lástima que este santo
uso que involucraba a toda la
comunidad cristiana, se haya ido
perdiendo, aunque en muchos
lugares permanece viva la tradición
de reunir a toda la comunidad en la
casa del difunto, y preferentemente
en la iglesia, para rezar el rosario y
otras preces, con la presencia del
sacerdote, o familiar o feligreses.
Cerca del difunto no podía faltar la
lampara de aceite, que luego se
llevaba al lugar de la sepultura y se
guardaba por las visitas que los
familiares hacían periódicamente a
sus difuntos. A lo largo de los siglos,
el uso de las lámparas y de las
antorchas alcanzó proporciones
considerables, y por eso el cuarto en
el que se ponía el ataúd se llamó
“capilla ardiente” , como todavía se
sigue llamando hoy. Los paganos
estaban acostumbrados a poner en
la boca del difunto una moneda que
servía para pagar el alquiler de la
“barca de Caronte”. Los cristianos de
Asia y de África, para sustituir esta
mitológica superstición, ya desde el
IV siglo, antes de envolver al cuerpo
en una grande sábana que hacía de para reafirmar la fe que el difunto no
ataúd, el uso del cual fue introducido está muerto, sino que duerme,
más tardes, pensaron en poner en la esperando la palabra todopoderosa
boca o en el pecho del difunto la de Jesús para la resurrección final.
forma consagrada, como viático Este pensamiento, exclusivamente
hacia la eternidad. evangélico, es la razón por la que los
No se puede desconocer el profundo cristianos, ya desde las origenes,
significado de esta costumbre rica de excluyeron toda desesperada tristeza
fe y esperanza en la vida futura. en sus ceremonias funerarias; así que,
Hecho, además, que el patriarca S. mientras los paganos contrataban
Benito no se opuso a esto entre sus algunas mujeres (las préficis o
monjes, concurrió a difundirlo plañideras) con la tarea de llorar un
también en Europa y a arraigarlo en simulado dolor, los cristianos
la mentalidad cristiana, al punto que cantaban salmos y el Aleluia pascual.
supervivió durante siglos, a pesar de
las protestas de los Padres de la
Iglesia y las condenas de los
Concilios. Hacia el año 1000 se
intentó remediar la evidente
profanación de la eucaristía,
poniendo la forma consagrada en
una teca o pequeño cáliz y
esculpiendo en la losa la formula
«Christus est hic» o expresiones
equivalentes.
Solo hacia el 1200 esta costumbre fue
abandonada y, en lugar de la
eucaristía, se empezó a poner en el
pecho del difunto el crucifijo y, en los
siglos siguientes, también el rosario
de la dichosa Virgen María. Hoy esta
costumbre está difundida en toda la
Iglesia. La sepultura
En los primeros siglos, el traslado del La ley romana no permitía la
difunto al lugar de su sepultura se sepultura de algún ciudadano dentro
hacía por la noche. Toda la de las murallas de la ciudad y los
comunidad cristiana seguía el ataúd cristianos se adaptaron. Al principio
llevando lámparas y antorchas para se buscaron grutas, cuevas naturales
iluminar la calle y para testimoniar o abandonadas.
que el cristiano es el hombre de la El recuerdo de la tumba de Jesús
luz. estaba muy vivo y los primeros
En los siglos siguientes, cuando fue cristianos se la ingeniaron para
permitido hacer los entierros a la luz realizarlo. Multiplicándose el número
del sol, los cristianos siguieron de los fieles, fue necesario cavar en
llevando las lámparas encendidas largueza y profundidad, así que las
9
grutas se alargaron por kilómetros,
en distintas plantas, con pasillos y
salas para los ritos litúrgicos y las
ágapes fraternales. Así nacieron las
“catacumbas”.
Los primeros cristianos deseaban
ardientemente colocar a sus difuntos
al lado de la tumba de los mártires,
en la convicción que su sangre
valiera, como escribe S. Paulino, al
alma del vecino difunto. Así la
formula «ad sanctos» se convirtió con
el tiempo en una especie de
superstición, al punto que S. Agustín
hacía hincapié en que “no la cercanía
a la tumba de los mártires vale al
alma de los difuntos, sino las
oraciones y otras obras buenas”. En
cuanto la Iglesia pudo moverse con
libertad, se esforzó para que los
cuerpos de los creyentes fueran
llevadas a la iglesia para la
celebración de la Eucaristía en
sufragio de sus almas. Esta práctica
pastoral de la Iglesia fue acogida con
unánime consentimiento y ya en el
IV siglo era de uso común, como nos
hace comprender San Agustín con
las palabras «sicut fieri solet»,
refiriéndose al entierro de la madre
Santa Mónica.
Hemos recordado, con una cierta
amplitud, los usos y costumbres del
“culto de los muertos” a lo largo de
los siglos, para explicar la origen de
muchas ceremonias funerarias
todavía vigentes en nuestros días,
pero sobre todo para comprender las
tradiciones que la Iglesia ha
guardado y, de alguna forma,
consagrado, en la restructuración de
la liturgia funeraria.
10
EL CULTO DE LOS MUERTOS EN LAS
ESCRITURAS. ANTIGUO TESTAMENTO
Una fructuosa y cristiana vísita al
cementerio debe tener presente la
enseñanza de la Sagrada Escrictura,
rectamente entendida. El
mandamiento de Dios a su pueblo,
más veces recordado, era constante:
No te fabricarás ídolos, ni figura
alguna de lo que hay arriba en el
cielo, abajo en la tierra, o en el agua
debajo de la tierra. (Éxodo 20,4)
Fiel a un riguroso “monoteismo”, el
pueblo judío excluyó toda clase de
culto que no tuviese por objeto el
único verdadero Dios; incluyendo
también el culto de los muertos.
La Sagrada Escritura, ya desde su
orígen, recuerda el deber de la
sepultura por cualquier difunto:
pariente, amigo, peregrino o
extranjero que fuese. Se lee que el
mismo patriarca Abrahan compró un
trozo de tierra en Hébron por la
sepoltura de su mujer, de si mismo y
la de sus descendientes: Isaác y
Jacób (Gn 23,3ss). El libro de
Eclesiástico subraya la obligación de
la sepultura con estas palabras:
Hijo, por un muerto derrama
lágrimas, | y como quien sufre
atrozmente, entona un lamento; |
amortaja el cadáver como es
debido, | y no descuides su sepultura
(Ec 38,16). El deber de la sepultura era
tan arraigado en el pueblo judío que
el piadoso Tobías interrumpió la
comida cuando supo que el cuerpo
de un hombre estrangulado yacía en
la plaza pública. Se fue a recogerlo y
lo llevó en su cama para enterrarlo al
atardecer. El arcángel Rafael alabó la
piadosa obra de Tobías (Tb 12,13),
como el Rey David, algunos siglos
antes, había alabado a aquellos que
habían dado sepultura al Rey Saúl, a
pesar de que hubiese sido su
perseguidor (2 Sam 2,5). Por estas
razones la Iglesia considera la
sepultura de los muertos una de las
“obras de misericordia corporal”.
Relación entre muerte y pecado
Para tener un concepto adecuado de
la muerte según la enseñanza de la
Escritura, es preciso hacer hincapié
en dos verdades que hay que tener
en cuenta en las siguientes
reflexiones. La primera verdad,
afirmada con fuerza por la Palabra de
Dios, es esta: la causa de la muerte
biológica no es Dios, sino el pecado
de los progenitores. De hecho el
segundo capítulo del Génesis pone
en luz que Dios había creado al
hombre para la vida, y solo si hubiese
transgredido su mandamiento
hubiera sido puesto bajo la ley de
muerte. Mucho más tarde, el libro de
la Sabiduría sintetiza esta importante
verdad con las siguientes palabras:
Dios creó al hombre incorruptible | y
lo hizo a imagen de su propio ser;
mas por envidia del diablo entró la
muerte en el mundo, | y la
experimentan los de su bando. (Sab
2,23ss)
También el apóstol Pablo,
escribiendo a los fieles de Roma,
declara: Por tanto, lo mismo que por
un hombre entró el pecado en el
mundo, y por el pecado la muerte, y
11
así la muerte se propagó a todos los
hombres, porque todos pecaron
(Rom 5,12).
La segunda verdad, muy importante,
se refiere a la muerte en relación con
el pecado actual o personal. En
algunos textos del libro sagrado
parece que una larga y feliz vida sea
el premio de una vida virtuosa; y, al
revés, la muerte precoz sea la
consecuencia de una vida disoluta y
pecadora. Pero el autor del libro de la
Sabiduría resta del juicio predicho
algunos casos concretos, por los
cuales ve la muerte precoz como una
providencial intervención del Señor.
Escuchamos sus palabras: El justo,
aunque muera prematuramente,
tendrá descanso. Una vejez
venerable no son los muchos días, |
ni se mide por el número de años,
pues las canas del hombre son la
prudencia | y la edad avanzada, una
vida intachable. Agradó a Dios y Dios
lo amó, | vivía entre pecadores y Dios
se lo llevó. Lo arrebató para que la
maldad | no pervirtiera su
inteligencia, | ni la perfidia sedujera
su alma. 12Pues la fascinación del
mal oscurece el bien | y el vértigo de
la pasión pervierte una mente sin
malicia. Maduró en poco tiempo, |
cumplió muchos años. Como su vida
era grata a Dios, | se apresuró a
sacarlo de la maldad. (Sab 4,7-14)
Esta palabra de Dios es ciertamente
de gran consuelo a cuantos lloran la
muerte precoz de sus seres queridos,
a veces caídos trágicamente sin
culpa.
La inmortalidad del alma
Dios creó el hombre biologicamente
inmortal, pero el pecado limitó la
duración de su vida y la llenó de
dolores y angustias como progresiva
preparación a la muerte misma. Es
impresionante ver como los autores
sagrados presenten la vida humana:
una “gota” en el mar, un “granito” de
arena, un “sueño” que desvanece,
una “sombra” que pasa, una “flor” que
se marchita etc. A la experiencia de la
vida física así presentada por la
Escritura, hace luminoso contraste el
aliento de vida (Gén 2,7) que, salido
de la boca de Dios, asegura la
inmortalidad del hombre. La
inmortalidad del alma, entendida
como supervivencia en el más allá,
está afirmada con fuerza ya en los
antiguos libros de la Escritura. El
Génesis recuerda que el patriarca
Abrahán se reunió con sus
antepasados (Gén 25,8), cuyas
palabras no se refieren a la tumba de
familia, sino al reino de los muertos
donde las almas de los difuntos se
quedan reunidas. El Eclesiastés, uno
de los últimos libros del Antiguo
Testamento, atestigua que el hombre
va a la morada eterna por dos
caminos: el polvo (cuerpo) a la tierra,
y el espíritu.. a Dios que lo ha dado
(Ec 12,5.7).
El autor sagrado del segundo libro de
los Macabeos, afirma la inmortalidad
del alma y su supervivencia en el
mundo futuro, cuando enseña que
Dios, justo juez, dará una digna
recompensa a cuantos hacen el bien
y un merecido castigo a aquellos que
hacen el mal.
12
En el mismo libro sagrado se cuenta
el martirio de siete hermanos unidos
a sus madre. El hecho es ciertamente
histórico y las afirmaciones de los
protagonistas, delante del feroz
tirano, testimoniando no sólo sus
personales convicciones, sino
también las del pueblo judío en
medio al cual vivían y habían sido
educados. El segundo hijo respondió
al rey: «Tú, malvado, nos arrancas la
vida presente; pero, cuando
hayamos muerto por su ley, el Rey
del universo nos resucitará para una
vida eterna» Del mismo tenor son las
afirmaciones del cuarto joven: «Vale
la pena morir a manos de los
hombres, cuando se tiene la
esperanza de que Dios mismo nos
resucitará...». Maravillosas luego, son
las palabras con las que la valiente
madre exhortaba a sus hijos: Fue el
Creador del universo, quien modela
la raza humana y determina el
origen de todo. Él, por su
misericordia, os devolverá el aliento y
la vida. (2Mac 7).
La inmortalidad del alma, la
consiguiente felicidad de los justos y
los castigos de los malvados, están
celebrados por el autor del libro de la
Sabiduría:
En cambio, la vida de los justos está
en manos de Dios, | y ningún
tormento los alcanzará. Los
insensatos pensaban que habían
muerto, | y consideraban su tránsito
como una desgracia, y su salida de
entre nosotros, una ruina, | pero ellos
están en paz. Aunque la gente
pensaba que cumplían una pena, |
su esperanza estaba llena de
inmortalidad. Sufrieron pequeños
castigos, recibirán grandes bienes, |
porque Dios los puso a prueba y los
halló dignos de él. Los probó como
oro en el crisol | y los aceptó como
sacrificio de holocausto. En el día del
juicio resplandecerán | y se
propagarán como chispas en un
rastrojo. Gobernarán naciones,
someterán pueblos | y el Señor
reinará sobre ellos eternamente.
(Sab 3,1-8)
La revelación divina del Antiguo
Testamento que acabamos de
recordar, proclama a una voz que el
pecado ha condenado al hombre a la
muerte biológica, pero no a una total
destrucción o al regreso en la nada.
El aliento de vida que vivifica el
cuerpo durante su peregrinación
terrenal, es la “chispa divina” que le
asegura una nueva vida en el reino
de Dios, cuando la redención de
Jesús renovará toda la creación.
Así delante del misterio de la muerte
y sobre todo del despúes-muerte, la
Palabra de Dios es preciosa,
confortadora y rica de esperanza para
nosotros peregrinos hacia el
cementerio.
13
LA RESURRECCIÓN DE LOS
MUERTOS EN EL NUEVO TESTAMENTO
Si la inmortalidad del alma y sus
supervivencia después de la muerta,
es afirmada, directamente e
indirectamente, en todos los libros
del Antiguo Testamento, la
resurrección de los cuerpo es una
verdad que solo la plenitud de la
revelación de Jesús presenta con
claridad y certeza absolutas.
En polémica con los Saduceos sobre
el problema de la resurrección de los
muertos, Jesús sentencia: Y a
propósito de la resurrección de los
muertos, ¿no habéis leído lo que os
dice Dios: “Yo soy el Dios de Abrahán
y el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”?
No es Dios de muertos, sino de vivos»
(Mt 22,31-32).
Dios es el Viviente (Ap 1,18) por
excelencia, y si da vida al espíritu no
puede dejar el cuerpo que forma, con
el espíritu, el conjunto humano. La
afirmación más solemne de la
resurrección de los muertos está en
el Evangelio de Juan. Jesús distingue
la muerte espiritual de la física, y
atestigua que cuantos escuchan su
palabra y creen en el padre que lo ha
enviado, tienen vida eterna.
Esta resurrección espiritual, es obra
del hijo que tiene vida en si mismo, y
que el Padre ha enviado como
salvador de todo el hombre: cuerpo y
alma. Esta resurrección espiritual es
la prenda de la resurrección también
del cuerpo que Jesús anuncia con
firmeza, previniendo toda clase de
dificultad: No os sorprenda esto,
porque viene la hora en que los que
están en el sepulcro oirán su voz: los
que hayan hecho el bien saldrán a
una resurrección de vida; los que
hayan hecho el mal, a una
resurrección de juicio. (Juan 5,28-29).
La reconfortante verdad de la
resurrección de los muertos,
afirmada por Jesús, es respaldada por
el apóstol Pablo, el cual, además de
confirmarla, la explica con razones
teológicas. Pablo está llamado en
juicio ante el Sanedrín con razón de
la resurrección de los muertos
(Hechos 24.21). Cuando, luego, fue
juzgado por el gobernador Félix,
declaró ante todos: tengo en Dios la
misma esperanza que ellos mismos
aguardan de que habrá resurrección
de justos e injustos. (Hechos 24,15).
Por San Pablo, pues, no hay ninguna
duda: todos los hombres, justos e
injustos, resucitarán de la muerte en
el tiempo establecido por Dios, o sea,
al final de los tiempos.
El Espíritu Santo y la resurrección de
los muertos
La resurrección de los muertos tiene
su causa en Aquel que ha resucitado
Jesús: el Espíritu Santo que habita en
nuestros corazones. Las palabras del
Apóstol son seguras y transparentes:
Y si el Espíritu del que resucitó a
Jesús de entre los muertos habita en
vosotros, el que resucitó de entre los
muertos a Cristo Jesús también dará
vida a vuestros cuerpos mortales, por
el mismo Espíritu que habita en
vosotros. (Rom 8,11)
14
En realidad la resurrección de los
muertos es un evento que también el
cuerpo desea y espera, empujado por
aquella misteriosa unión en la que el
espíritu, unido al cuerpo, forma el
único e inseparable conjunto
humano, extendido hacia la
inmortalidad.
La resurrección de los muertos al
centro de la fe cristiana
La resurrección de los muertos es
una verdad difícil de aceptar por la
terrible experiencia que se
experimenta cuando se abre un
ataúd tras unos años de la sepultura.
Por eso el apóstol Pablo, afirmada la
verdad y aportada la razón, con el fin
de convencer mayormente a los
feligreses, los lleva a considerar las
consecuencias que derivarían del
rechazo de tal verdad (cf 1 Cor 15,12-
25).
Por las maravillosas verdades que
encierra el texto de San Pablo, y por
la fuerza dialéctica de su argumentos:
a) la vitalidad de la predicación y el
valor de la fe dependen de la
resurrección de Jesús, sin la cual el
edificio del Evangelio es inútil y se
derrumba;
b) la resurrección de Jesús y la
nuestra son verdades correlativas y
reversibles; negar nuestra
resurrección es equivalente a negar
la de Cristo y al revés;
c) Jesús es la primicia de los
resucitados, primicia que encierra
necesariamente la entera cosecha; la
resurrección de todos los hombres,
buenos y malos;
d) la resurrección de los muertos es
una verdad correlativa a la del
pecado original: Como todos mueren
en Adán, así todos recibirán la vida en
Cristo, el nuevo Adán;
e) tras el pecado, la muerte es el más
grande enemigo de Dios, el Viviente
por naturaleza. Bien, Jesús ha
destruido el pecado con su muerte
redentora y ha destruido la muerte
con su resurrección, que él, como
primicia, extenderá a todas las
criaturas. Solo así se cumplirá la
palabra de la Escritura: «La muerte
ha sido absorbida en la victoria.
55¿Dónde está, muerte, tu victoria?
¿Dónde está, muerte, tu aguijón?»
(1 Cor 15,54-55).
También Apocalipsis, último libro de
la revelación divina, confirma la
resurrección de los muertes y el
consiguiente juicio universal. Aquí
van las palabras del apóstol Juan: Vi a
los muertos, pequeños y grandes, de
pie ante el trono. Se abrieron los
libros y se abrió otro libro, el de la
vida. Los muertos fueron juzgados
según sus obras, escritas en los
libros. El mar devolvió a sus muertos,
Muerte y Abismo devolvieron a sus
muertos, y todos fueron juzgados
según sus obras. Después, Muerte y
Abismo fueron arrojados al lago de
fuego —el lago de fuego es la
muerte segunda— (Ap 20,12-14).
Esta visión profética de Juan está
clara en su contenido. Ella atestigua
que la muerte será destruida para
siempre y no tendrá poder sobre el
hombre y la creación.
El cuerpo resucitado
Para completar el marco de las
verdades anunciadas, el apóstol
15
Pablo, bajo solicitud de los cristianos,
nos hace vislumbrar “como”
resucitarán nuestros cuerpos.
Está claro que no será posible dar
una definición científica de los
cuerpos resucitados. Nosotros, de
hecho, no tenemos alguna
experiencia directa de las realidades
espirituales. Solo podemos servirnos
de “analogías” que nos hacen
vislumbrar cuanto Dios ha preparado
por sus elegidos. La analogía que usa
el apóstol es la de la “semilla”.
Aquí van las palabras del apóstol que
realmente abren un panorama
impresionante a nuestra reflexión: Lo
mismo es la resurrección de los
muertos: se siembra un cuerpo
corruptible, resucita incorruptible; se
siembra un cuerpo sin gloria,
resucita glorioso; se siembra un
cuerpo débil, resucita lleno de
fortaleza; se siembra un cuerpo
animal, resucita espiritual. Si hay un
cuerpo animal, lo hay también
espiritual.(1Cor 15,42-44).
La analogía de la semilla puede
suscitar la duda de una lente
evolución de los cuerpos resucitados.
¡Pero no es así! En efecto: En un
instante, en un abrir y cerrar de ojos,
cuando suene la última trompeta;
porque sonará, y los muertos
resucitarán incorruptibles, y nosotros
seremos transformados. Porque es
preciso que esto que es corruptible
se vista de incorrupción, y que esto
que es mortal se vista de
inmortalidad. (1Cor 15,52-53).
Hemos querido presentar el
pensamiento del apóstol Pablo con
sus mismas palabras, porque la
estupenda verdad de la resurrección
de los muertos está comprendida en
toda su profunda realidad. Es en
efecto tan sublime que hasta
muchos cristianos las ponen en duda
o tienen de ella ideas distorsionadas.
Pero la Palabra de Dios, así clara,
profunda y convincente en la
presentación del apóstol, debería
quitar toda dudas e iluminar el
contenido. Además, la resurrección
de los muertos, así expuesta por el
apóstol, nos hace vislumbrar la
radicalidad y la extensión de la
redención de Jesús, y nos hace
entender como el misterio pascual
de muerte y resurrección del Hijo de
Dios se renueva en cada cristiano y
en todo la creación.
EL ROSTRO DE LA MUERTE A LA
LUZ DE LA FE CRISTIANA
La muerte es una realidad que todo
viviente lleva consigo desde el
nacimiento y, a pesar de eso, se hace
viva solo cuando empieza a tocar
nuestra piel. Ni siquiera la
participación a un entierro o el pasar
16
por delante de un cementerio logran
atrapar nuestra reflexión sobre esta
realidad que llevamos siempre con
nosotros.
La Palabra de Dios nos llama a
menudo al pensamiento de la
muerte y su recuerdo es muy
oportuno.
Lamentablemente muchos huyen el
pensamiento de la muerte como
algo alienante para el hombre o, peor
todavía, como un obstáculo a su
madurez humana. Dios, en cambio,
con sus palabras: En todas tus
acciones ten presente tu final, | y así
jamás cometerás pecado.
(Eclesiástico 7,36) hace comprender
que justo el pensamiento de la
muerte ilumina en la elección entre
el bien y el mal, y conduce no solo a
la madurez, sino al auténtica
promoción humana. El cristiano no
debe trivializar la muerte por el
hecho que es una vicisitud natural
como lo es el comer y el dormir, pero
tampoco tiene que hacer de ello un
“tabú”, así no tuviera nada que ver
con la vida humana y especialmente
cristiana. La fe, que nos presenta las
verdades futuras, nos vuelve a llamar
a cuanto Dios nos ha revelado: Por
cuanto el destino de los hombres es
morir una sola vez; y después de la
muerte, el juicio.(Hebreos 9,27).
Los distintos aspectos de la muerte
La Palabra de Dios nos proyecta otras
“clases” de muerte, además de la
física: la muerte del espíritu, debida al
pecado. Del hijo, vuelto a la cas del
padre, dijo: este hijo mío estaba
muerto y ha revivido (Lc 15,24). Se
trata de una muerte análoga a la
física en cuanto el pecado destruye la
gracia divina en el alma y anula la
redención. Esta muerte es llamada
por San Juan la segunda muerte (Ap
20,14). En la pedagogía de Jesús
entra una segunda perspectiva de la
muerte, o sea el morir a si mismos
mediante la aceptación, en clave
redentora, de los multíplices
sufrimientos humanos que
convierten esta tierra en un valle de
lágrimas. La palabra de Jesús es clara:
«Si alguno quiere venir en pos de mí,
que se niegue a sí mismo, tome su
cruz cada día y me siga. (Lc 9,23).
El primer Adán, el terrenal, con el
pecado sometió al hombre a la
muerte y a los dolores que la
preparan; el segundo Adán, el
celestial, Jesucristo, se sometió
voluntariamente a los dolores y
muerte redentora por la salvación del
hombre. Con su muerte expió los
pecados y con su resurrección
destruyó la muerte para hacerse el
Señor de muertos y vivos (Rm 14,9).
En este dualismo “pecado-muerte” y
“cruz-vida” se desarrolla el drama
cotidiano de la vida cristiana. Al
creyente le toca decidir por si mismo.
He aquí: aceptar el nuevo Adán con
su cruz, prenda de vida, significa
aceptar la vida como fruto de la
muerte en la cruz, según sus palabras
claras, transparentes y sin
alternativas de Jesús: El que se ama
a sí mismo, se pierde, y el que se
aborrece a sí mismo en este mundo,
se guardará para la vida eterna.
(Juan 12,25). De lo contrario, quien no
quiere aceptar el nuevo Adán,
17
Jesucristo y su cruz, prenda de vida,
se dispone a la segunda muerte,
“total y definitiva”.
La fe y sobre todo las prácticas
ascéticas cristianas presentan el
bautismo como “un morir con Cristo”.
Es una realidad maravillosa. En
efecto, los bautizados formamos un
solo “cuerpo” con Cristo, una nueva
estirpe: la de los redimidos. El
hombre está liberado del pecado y
de los poderes del mal mediante la
vida bautismal vivida en Cristo Jesús.
El apóstol Pablo, refiriendo a si
mismo este renacimiento, escribe:
Estoy crucificado con Cristo; vivo,
pero no soy yo el que vive, es Cristo
quien vive en mí. Y mi vida de ahora
en la carne, la vivo en la fe del Hijo
de Dios, que me amó y se entregó
por mí. (Gal 2,20). No debemos
engañarnos a nosotros mismos. La fe
y la vida cristiana no son formulas
mágicas. Todo depende de aquella
elección fundamental que el
cristiano tiene que hacer por Cristo.
Ahí va la dimensión teológica de la
vida del bautizado: caminad según el
Espíritu y no realizaréis los deseos de
la carne; pues la carne desea contra
el espíritu y el espíritu contra la
carne; efectivamente, hay entre ellos
un antagonismo tal que no hacéis lo
que quisierais. (Gal 5,16-14) Y con más
fuerza, escribiendo a los Romanos:
Así pues, hermanos, somos deudores,
pero no de la carne para vivir según
la carne. Pues si vivís según la carne,
moriréis; pero si con el Espíritu dais
muerte a las obras del cuerpo,
viviréis. (Rm 8,12-13).
La esperanza cristiana mira más allá
que la muerte

A pesar de que la vida humana esté

condenada a la muerte, nosotros no
nos acobardamos, sino que, aun
cuando nuestro hombre exterior se
vaya desmoronando, nuestro
hombre interior se va renovando día
a día. (2Cor 4,16).
Ciertamente la fe y la esperanza no
tienen que confinar el cristiano en un
tipo de “nirvana” inactivo y fatalista,
sino que estimularlo a preparar su
radiante futuro, aun en el doloroso
camino de la vida terrenal. A este
propósito el apóstol Pablo daba a los
feligreses de Corinto una maravillosa
directiva ascética que cada creyente
debería llevar imprimida en la mente,
porque capaz de trastornar cualquier
vida y orientarla a su verdadero fin.
Escuchémosla: Pues la leve
tribulación presente nos proporciona
una inmensa e incalculable carga de
gloria, ya que no nos fijamos en lo
que se ve, sino en lo que no se ve; en
efecto, lo que se ve es transitorio; lo
que no se ve es eterno. (2 Cor 4,17-18).
En fin, como nuestra fe manifiesta las
realidades sobrenaturales del
hombre y de toda la creación, así la
esperanza tiene que elevar y orientar
el pensamiento y las obras del
hombre hacia los bienes eternos del
cielo.

18
 Dos
Jóvenes
modelo de santidad para los jóvenes de hoy

En las biografías e historias de Carlo Acutis y Chiara Corbella

Petrillo, dos jóvenes de nuestro tiempo en proceso de
canonización, nuestros alumnos pueden encontrar estímulos
para aprender a poner sus talentos a servicio de la fe, a dar
sentido a las enfermedades, a vivir las dificultades con alegría
y esperanza.

19
Un adolescente de 15 años podría ser declarado santo en los próximos años y
convertirse en el patrono del Internet. Se trata de Carlo Acutis, quien falleció a
la edad de 15 años, y ya registra un milagro que lo convertirá en beato el
próximo 10 de octubre.

Jóven, contemporaneo y casi santo

Carlo Acutis

Biografía de Carlo Acutis - Siervo de delante del Sagrario para adorar al

Dios
Carlo Acutis fallece a tan sólo 15 años
de edad a causa de una leucemia
fulminante, dejando en la memoria
de todos los que le han conocido un
gran vacío y una profunda
admiración por el que ha sido su
breve y a la vez intenso testimonio de
vida auténticamente cristiano. Desde
que recibió la Primera Comunión a
los 7 años de edad nunca ha faltado a
la cita cotidiana con la Santa Misa.
Siempre, antes o después de la
celebración eucarística, se quedaba
20
Señor realmente presente en el
Santísimo Sacramento. La Virgen era
su gran confidente y nunca dejaba de
honrarla rezando cada día el Santo
Rosario. La modernidad y la
actualidad de Carlo conjugan
perfectamente con su profunda vida
eucarística y devoción mariana, que
han contribuido a que llegase a ser
un chico muy especial al que todos
admiraban y amaban.Citando las
palabras de Carlo: “Nuestra meta
debe ser el infinito, no lo finito. El
Infinito es nuestra Patria.
Desde siempre el Cielo nos espera”.
Suya es la frase: “Todos nacen como
originales pero muchos mueren
como fotocopias”. Para dirigirse hacia
esta Meta y no “morir como
fotocopias” Carlo decía que nuestra
Brújula tiene que ser la Palabra de
Dios, con la que tenemos que
confrontarnos constantemente. Pero
para una Meta tan alta hacen falta
Medios muy especiales: los
Sacramentos y la oración. En especial,
Carlo situaba en el centro de su vida
el Sacramento de la Eucaristía que
llamaba “mi autopista hacia el
Cielo”.Carlo estaba muy dotado para
todo lo que está relacionado con el
mundo de la informática, hasta tal
punto que tanto sus amigos como los
adultos licenciados en ingeniería
informática lo consideraban un
genio. Todos se quedaban
maravillados por su capacidad de
entender los secretos que oculta la
informática y a los que sólo tienen
acceso quienes han realizado
estudios universitarios. Los intereses
de Carlo abarcaban desde la
programación de ordenadores,
pasando por el montaje de películas,
la creación de sitios web, hasta los
boletines, de los que se ocupaba
también de la redacción y la
maquetación, y el voluntariado con
los más necesitados, con los niños y
con los ancianos.Resumiendo, era un
misterio este joven fiel de la Diócesis
de Milán, que antes de morir ha sido
capaz de ofrecer su sufrimiento por el
Papa y por la Iglesia. “Estar siempre
unido a Jesús, ese es mi proyecto de
vida”.
21
Con estas pocas palabras Carlo
Acutis, el chico que murió de
leucemia, traza el rasgo distintivo de
su breve existencia: vivir con Jesús,
para Jesús, en Jesús. (…) “Estoy
contento de morir porque he vivido
mi vida sin malgastar ni un solo
minuto de ella en cosas que no le
gustan a Dios”. Carlo también nos
pide a nosotros lo mismo: nos pide
que contemos el Evangelio con
nuestra vida para que cada uno de
nosotros pueda ser un faro que
ilumine el camino de los demás.
Del Prólogo del Cardenal Angelo
Comastri
Un adolescente de nuestro tiempo
como muchos otros, comprometido
en el colegio, con los amigos, un
gran experto, para su edad, en
ordenadores. En todo esto se ha
integrado su encuentro con
Jesucristo.
Carlo Acutis llega a ser un testigo del
Resucitado, se encomienda a la
Virgen María, vive la vida de gracia y
les cuenta a sus coetáneos la
impresionante experiencia con
Dios.Se nutre a diario de la
Eucaristía, participa con fervor en la
Santa Misa, pasa horas y horas ante
el Santísimo Sacramento. Su
experiencia y su madurez cristiana
atestiguan hasta qué punto son
ciertas las indicaciones del Santo
Padre Benedicto XVI en la
Exhortación Apostólica
Sacramentum Caritatis: “El sacrificio
de la Misa y la adoración eucarística
corroboran, sostienen e incrementan que les dan a los chicos de nuestras
el amor por Jesús y la disponibilidad comunidades parroquiales y qué
para el servicio eclesial”. hacer para que esta formación sea
Carlo también tiene una tierna incisiva y eficaz.
devoción a la Virgen, recita fielmente
el Rosario y, sintiéndola como Madre Del Prólogo de S.E. Michelangelo M.
amorosa, le dedica sus renuncias Tiribilli
como sacrificios.Este muchacho
sociológicamente idéntico a sus
compañeros de colegio es un
auténtico testigo de que el Evangelio
puede ser vivido íntegramente
incluso por un adolescente.Su breve Más enlaces sobre Carlo Acuti
existencia, orientada a la meta del
encuentro con Cristo, ha sido como Sitio Web Oficial para Educadores,
una luz que alumbra no sólo el Jóvenesy Grupos de Oración
camino de los que se han cruzado http://carloacutis.com/es/intro
con él, sino también de todos los que
conocerán su historia. Confío Sitio Web Oficial de la Asociación y de
plenamente en que esta primera la Causa de Beatificación
biografía de Carlo Acutis a cargo del sobre el Siervo de Dios Carlo Acutis
Dr. Nicola Gori, con su reconocida https://www.carloacutis.com/es/assoc
capacidad descriptiva, ayudará a los iation
adolescentes de hoy, tan
problemáticos y condicionados por Exposición de milagros eucarísticos
los medios de comunicación, a diseñada y creada por Carlo Acutis
reflexionar sobre el significado de la http://www.miracolieucaristici.org/es/
vida y sobre los valores evangélicos Liste/list.html
como plena realización de ésta.
Mirando a este adolescente como a
un compañero suyo, que se ha
dejado seducir por la amistad de
Cristo, y precisamente por eso ha
experimentado una alegría más
verdadera, nuestros muchachos
entrarán en contacto con una
experiencia de vida que nada ha
quitado a la riqueza de los jóvenes
años de la adolescencia, sino que los
ha valorizado aún más.El testimonio
evangélico de Carlo no es sólo un
estímulo para los adolescentes de
hoy, sino que impulsa a los párrocos,
sacerdotes y educadores a
plantearse la validez de la formación
22
 La madre que ofreció su vida por su hijo

CHIARA
CORBELLA PETRILLO
Estaba embarazada y convirtió en una
le diagnosticaron un auténtica fiesta.
cáncer. Chiara Corbella
Debía iniciar un siempre estuvo
agresivo tratamiento vinculada a esta
que podría curarla, parroquia. Aquí, en
pero que mataría al una peregrinación a
bebé que estaba en Medjugorje, conoció a
su vientre. Enrico, con quien se
Rechazó someterse a casó pocos años
quimioterapia y después. Juntos
entregó su vida por la compartieron la fe y
salvación de su hijo. su pasión por la
Una madre coraje de música en el coro
28 años que murió parroquial. Pronto
feliz y que no se dejó Guitarras, bongos, violines y supieron que
arrugar por el lobby un coro enorme quisieron esperaban una hija,
abortista. poner un toque de alegría - María.
La historia de la aunque resulte paradójico- al El embarazo se
italiana Chiara funeral de esta chica de 28 complicó y el médico
Corbella impacta a años que antepuso la vida de les dijo que su
cualquiera. El pasado su hijo a la suya. Una pequeña vendría al
sábado 16 de junio ceremonia en la que no hubo mundo con
más de un millar de vestidos negros ni gafas de problemas de salud.
personas abarrotaron sol de esas que tapan Pese a ello, el aborto
la parroquia de Santa lágrimas de plañidera. Una no pasó en ningún
Francisca Romana despedida que duró dos momento por la
para darle su último horas y media y que se mente de este joven
adiós. matrimonio.

23
“El momento en el que explicó Chiara en una del matrimonio
la he visto ha sido un conferencia cuyo vídeo sorprendió a todos.
momento que no ya han visto más de Sabían que era vital
olvidaré jamás. cien mil personas en para la madre
En ese momento he internet. someterse a las
entendido que sesiones de
estábamos unidas en Ironizar sobre la quimioterapia y
la vida aunque no muerte radioterapia para salvar
pensaba en el hecho su vida. Pero ¿qué
de que ella estaría Tras la pérdida de sucedería con el
poco con nosotros. Ella María, sus padres pequeño Francisco? Su
estaba unida a mí por querían tener otro hijo. madre lo tuvo claro.
la vida, porque era mi Chiara se quedó Retrasó su tratamiento
hija”, dijo la madre tras embarazada y, a los hasta que naciese su
dar a luz a María, quien pocos meses, los hijo para que las
fue bautizada y murió médicos le dijeron que radiaciones no
solamente treinta su hijo David nacería afectasen al embarazo.
minutos después del con gravísimas “No quiero morir por
parto. malformaciones. No se Francisco, quiero dar
Y es que Chiara y plantearon abortar y el mi vida a Francisco”,
Enrico estaban pequeño vino al dijo Chiara. El pequeño
convencidos de que la mundo. Fue bautizado vino al mundo el 30 de
vida y la muerte no antes de que se mayo de 2011. Doce
dependen de una apagase su pequeño meses después, su
persona, sino de Dios. corazón a los pocos madre le escribió una
“Aquella media hora no minutos de nacer. carta por su primer
me pareció poco. Fue Enrico y Chiara eran un cumpleaños. En ella le
una media hora matrimonio decía: “Voy al Cielo
inolvidable. Si hubiese totalmente abierto a la para ocuparme de
abortado, pienso que vida y en 2010 ella se María y David, tú
no podría recordar el quedó embarazada quédate aquí con
día del aborto como por tercera vez. En esta papá. Yo desde allí
una fiesta, un ocasión de Francisco. rezaré por vosotros.
momento en el cual Las ecografías Eres especial y tienes
me hubiera liberado de mostraban que, a una gran misión. El
alguna cosa. Pienso diferencia de sus dos Señor te ha elegido y
que habría sido algo hermanos, el bebé yo te mostraré el
que se quiere olvidar, venía con una salud de camino a seguir si
un gran sufrimiento. El hierro. abres tu corazón.
día del nacimiento de Estando embarazada Confía en mí, vale la
María, en cambio, de cinco meses, a pena. Mamá”. Además
podré recordarlo Chiara le dejó escritas unas
siempre como uno de diagnosticaron un letras a su marido
los momentos más cáncer de lengua. Sin donde le pedía que no
bellos de mi vida”, embargo, la serenidad estuviese triste, ya que

24
“ahora voy allí y puedo
cuidar de María y
David. Tú quédate aquí
y cuida bien de
Francisco”.
Un niño totalmente
sano gracias a la
entrega de su madre,
quien inició sus
sesiones contra el
cáncer con cuatro
meses de retraso. Eso
la debilitó mucho e
hizo que perdiese la
vista de su ojo derecho.
Pero siempre tuvo
presente que lo había
hecho por amor y eso
le daba felicidad en
medio del dolor físico.
Una felicidad que
siempre mostraba con
una sonrisa de oreja a
oreja y con un brillo
especial en su mirada.
A veces, incluso, se
sentía con fuerzas para
bromear e ironizar
sobre su muerte.Pese a
su debilidad, Chiara
nunca perdió la fe.
Quiso viajar con su
marido y su hijo a
Medjugorje (Bosnia-
Herzegovina). Les
acompañaron parejas
jóvenes y muchos
niños. Fue un gran
esfuerzo para ella, pero
lo quiso hacer para
ayudar a otros a feliz”, declaró Enrico en
aceptar el dolor y para
ofrecer su sufrimiento
a los pies de la Virgen.
¿Es suave esta cruz?
Chiara murió rodeada
de amigos y familiares
el pasado miércoles 13
de junio de 2012. Su
último mensaje de
móvil se lo envió al
sacerdote de su
parroquia. En él decía
una escueta pero
profunda frase:
“Estamos con las
linternas encendidas,
esperamos al Esposo”.
Durante la
enfermedad de su
mujer, Enrico
reflexionó mucho
sobre el pasaje del
Evangelio de san
Mateo en el que Jesús
dice: “Venid a mí los
que estáis cansados y
agobiados […] porque
mi yugo es suave y mi
carga, ligera”. Horas
antes de morir, Enrico
preguntó a su mujer:
“Chiara, mi amor, pero
¿esta cruz es
realmente suave como
dice el Señor? Ella me
miró, me sonrió y con
un pequeño hilo de voz
me dijo: ‘Sí, Enrico, es
muy suave’. Por lo
tanto, no hemos visto
morir serena a Chiara,
la hemos visto morir
una entrevista en
Radio Vaticana.Tras la
muerte de Chiara, su
25
marido dijo que “el
hecho de haberla visto
morir feliz para mí ha
sido una victoria sobre
la muerte. A mí me
daba mucho miedo
pensar -después de las
experiencias de mis
hijos, de David y María-
en ver morir también a
mi hijo Francisco. Hoy
sé que hay algo
hermosísimo más allá,
que nos espera”.Una
veintena de sacerdotes
acompañaron al
cardenal vicario de
Roma, Agostino Vallini,
quien presidió el
funeral de Chiara. La
calificó como “la
segunda Gianna
Beretta Molla”, una
santa italiana que a
mediados del pasado
siglo también ofreció
su vida por la salvación
de su bebé.
La homilía la
pronunció fray Vito, un
joven franciscano de
Asís que asistió
espiritualmente a esta
joven madre coraje y a
su familia en los
últimos momentos. En
ella, el fraile dijo que “la
muerte de Chiara ha
sido el cumplimiento
de una plegaria. Tras la
diagnosis médica del 4
de abril que la
declaraba ‘enferma
terminal’, pidió un
milagro. No la curación, los pequeños detalles.
sino hacer vivir en paz “Nosotros no
estos momentos de podemos transformar
enfermedad y el agua en vino, pero
sufrimiento a ella y a sí empezar a llenar las
las personas más tinajas. Chiara creía en
cercanas”. Y concluyó esto y esto la ayudó a
sus palabras con el vivir una buena vida y
pensamiento de Chiara por tanto una buena
de estar pendientes de muerte, paso a paso”,
las cosas simples y de dijo fray Vito.
A petición de esta
madre que entregó la
vida por su hijo, todos
los que asistieron a su
funeral recibieron un
regalo: una flor y el
testimonio de esta
joven a la que muchos
en la Ciudad Eterna ya
llaman “beata Chiara
Corbella”.

cf. http://www.laici.va/content/laici/es

Web oficial de Chiara Corbella Petrillo

https://www.chiaracorbellapetrillo.org/es/

Artículos de interés
https://www.revistamision.com/enrico-chiara-corbella/
https://alfayomega.es/el-marido-de-chiara-corbella-en-espana-la-muerte-no-tiene-
la-ultima-palabra/

El libro de la
impactante historia de
Chiara Corbella Petrillo

26
Más enlaces de interés sobre el tema

Ideas para holywins

https://www.deleju.info/index.php/holywins
http://www.enredadios.com/wp/2018/10/encuentros/holywins/#prettyPhoto

Celebración de exequias e inhumaciones

https://www.cope.es/religion/hoy-en-dia/iglesia-espanola/noticias/cee-aborda-
celebracion-exequias-inhumaciones-que-opina-iglesia-sobre-las-
incineraciones-20200929_918307

27
 Algo de Literatura sobre el tema
PARA ADULTOS

- 365 días con los santos - José Mª Fernández y Miguel Carmen – Ed. San Pabo
- La muerte: un amanecer – Elisabeth Kúbler-Ross – Ed. Luciérnaga
- Francisco Fernández- Carvajal – El paso de la vida – Ed Palabra
- Y por último vendrá la muerte… ¿y después? – Paolo Squizzato – Ed. Paulinas

INFANTIL

- Contes de mágia potagia – per a traballar el dolor crónic infantil – Pura

Alamar Barrachina
- Cuando faltan mamá o papá – un libro para consolar a los niños - Daniel
Grippo – Ed. San Pablo
- Cuando fallece un ser querido – guía para niños ante la muerte de alguien -
Michaelene Mundy - Ed. San Pablo
- Cuando estoy triste – ante la pérdida de alguien – Michaelene Mundy - Ed.
San Pablo

PRIMARIA

- 80 VALORES Y VIRTUDES QUE TE GUSTARÁ CONOCER: relatos y proverbios

universales – Violeta Monreal – Ed. SAN PABLO
- Compañeros de Jesús – un santo para cada día – Fernando Cordero – Ed. PPC
- Pablo, aventurero de fe – DVD Paulinas
- Colección Santos y virtudes – DVD
- Colección Hubo una vez un santo – Ed. Valivan
- Historias de los Santos – Margaret McAllis – Ed. Paulinas
- Los Santos amigos de los niños – Michelle Mathias y Caroline Duia– Ed.
Paulinas

SECUNDARIA
Amplia colección de libritos con las vidas y carismas de los santos, por ejemplo:
- Santa Bernardita, de la luz a la oración – Ed. San Pablo
·-San Benito, regla y oración – Ed. San Pablo
Amplia colección de DVD sobre los santos, por ejemplo:
- San Antonio de Padua, el guerrero de Dios – DVD
- San Ignacio de Loyola, soldado, pecador, santo – DVD
- Santa Barbara, la fuerza de una joven que retó a todo un imperio - DVD

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