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Altar de Muertos

El altar de muertos es una costumbre mexicana, ¡y muy mexicana!. Comenzó antes de que vinieran los españoles, y ha
logrado permanecer hasta nuestros días. Ante la amenaza del Halloween, aceptado con agrado por nuestros jóvenes
hambrientos de novedades de importación, la ofrenda de muertos parecería a punto de desaparecer, pero la reacción
de los que aman sus raíces la reimplantó como un signo de respeto a nuestros mayores.

Descubrimos su origen entre los pueblos prehispánicos, y ponemos nuestra atención en los aztecas de los cuales hay
muchos datos.

Tenían ellos dos fiestas para sus difuntos, cada una de ellas duraba un mes de veinte días que corresponderían a
nuestros meses de agosto y septiembre. La fiesta de los difuntos niños se llamaba Miccailhuitontli, y la de los adultos
Xocohuetzin. Puede ser que ese sea el origen de la tradición de celebrar el 1 de noviembre a los difuntos niños y al día
siguiente a los adultos.

La fiesta cristiana
Llegaron lo españoles y con ellos su sangre, su idioma y sus costumbres. Llegaron los misioneros y con ellos el Evangelio.

La costumbre de festejar a los muertos prevaleció mezclada con la doctrina cristiana. ¿Cómo sucedió que los misioneros
no la quitaron? Sería difícil decir que pasó desapercibida para ellos, ya que de ellos recibimos noticias de cómo se
celebraba. Podemos pensar más bien que reconocieron en ese rito pagano algunos valores que valía la pena conservar y
cristianizarlos. No se trataba de un sincretismo, mezcla de dos religiones, sino de una cultura respetada y evangelizada.

Valores cristianos del altar de muertos


La costumbre de poner ofrendas a los muertos pertenece a la religiosidad popular y contiene elementos del paganismo
del que proviene.

Quizás por esto quedó tan al margen del interés, que se llegó incluso a considerar como no propia de cristianos. Pero el
amor de la Iglesia al pueblo hizo que descubriéramos las “semillas del Verbo” (la Palabra) en la religiosidad popular y que
la Iglesia se comprometiera a purificarla para que fuera plenamente válida.

El altar de muertos y todos los ritos que la rodean encierran una gran riqueza simbólica que constituye un verdadero
canto a la vida.

No amamos la muerte, amamos la vida y al Dador de ella. No celebramos la desaparición, el aniquilamiento, de nuestros
seres queridos que han muerto; celebramos su sobrevivencia después de la muerte y los lazos de amor que les permiten
seguir con nosotros en una autentica comunión de los santos.

Elementos cristianos para el altar de muertos


Al colocarla, estos son los elementos que debes tomar en cuenta para que tenga un auténtico sentido cristiano.

Flores

La flor de cempoalxóchitl es el sol. Símbolo de Dios que hace florecer la vida de las almas. Proclama la vida eterna como
don de Dios.

Cruz florida

Sobre el altar de la ofrenda se coloca una cruz florida. Significa que todos los caminos, los cuatro puntos cardinales, los
brazos de la cruz, llevan a Dios, el centro donde se cruzan los brazos. Nos habla de la redención de Cristo, vencedor de la
muerte eterna.
Velas

Las velas significan la iluminación del camino para que las almas lleguen a disfrutar de la luz divina. En una vela, la Iglesia
simboliza la resurrección de Cristo en la Pascua.

Vaso de agua

El vaso de agua es signo del agua viva para nunca tener sed. La gracia, participación de la vida divina, también se
simboliza con el agua, de la cual tenemos sed.

Copal

El copal une la tierra con el cielo. Con el incienso la Iglesia simboliza la oración, la alabanza grata a Dios que llega a su
presencia.

Comida

La comida se pone porque creemos que nuestros muertos viven. Los invitamos a comer porque los amamos. Signo de
comunión. En el lenguaje bíblico se nos habla del Cielo como de un banquete. Después se reparte la comida entre las
amistades, y las golosinas y la fruta se dan a los niños que “piden su calavera”. Participamos del amor de nuestros
difuntos.

Pan de muerto

El pan de muerto recuerda el pan de maíz y de amaranto, semilla de la alegría, hecho en forma de huesos, que comían
nuestros antepasados para significar que los que morían daban vida a los que quedaban. Hoy comemos el Pan de Vida,
la Eucaristía, presencia real de Cristo, que murió para que tuviéramos vida.

Plato con sal

También se pone en la ofrenda un plato con sal, referencia al Bautismo, en el que se daba a los niños un poco de sal para
saborear a Cristo.

Retrato de los seres queridos

Los retratos de los seres queridos a quienes se dedica la ofrenda y las imágenes religiosas, manifiestan, una vez más, la
comunión de los santos.

La ofrenda es un rito que se repite año con año y que se aprende desde niño. No se cuestiona; se hace. Los jóvenes no la
comprender y la dejan, se avergüenzan de las costumbres de sus padre y, en el fondo, de su sangre y de su raza.

Papel picado

Le dará a tu altar de muertos en casa un alegre toque de color, además de que según cuentan, el papel picado
representa aire. Además de incluir este elemento en la ofrenda, es un clásico que año con año comenzamos a ver en
octubre, para prepararnos para la gran celebración que es Día de Muertos.

La Ofrenda de Muertos contiene símbolos que representan los tres “estadios” de la Iglesia:

1) La Iglesia Purgante, conformada por todas las almas que se encuentran en el purgatorio, es decir aquéllas personas
que no murieron en pecado mortal, pero que están purgando penas por las faltas cometidas hasta que puedan llegar al
cielo. Se representa con las fotos de los difuntos, a los que se acostumbra colocar las diferentes bebidas y comidas que
disfrutaban en vida.

2) La Iglesia Triunfante, que son todas las almas que ya gozan de la presencia de Dios en el Cielo, representada por
estampas y figuras de santos.

3) La Iglesia Militante, que somos todos los que aún estamos en la tierra, y somos los que ponemos la ofrenda.
En algunos lugares de México, la celebración de los fieles difuntos consta de tres días: el primer día para los niños y las
niñas; el segundo para los adultos; y el tercero lo dedican a quitar el altar y comer todo lo que hay en éste. A los adultos
y a los niños se les pone diferente tipo de comida.

Cuida tu fe
Halloween o la noche de brujas: Halloween significa “Víspera santa” y se celebra el 31 de Octubre. Esta costumbre
proviene de los celtas que vivieron en Francia, España y las Islas Británicas.

Ellos prendían hogueras la primera luna llena de Noviembre para ahuyentar a los espíritus e incluso algunos se
disfrazaban de fantasmas o duendes para espantarlos haciéndoles creer que ellos también eran espíritus.

Podría distraernos de la oración del día de todos los santos y de los difuntos. Se ha convertido en una fiesta muy
atractiva con disfraces, dulces, trucos, diversiones que nos llaman mucho la atención.

Puede llegar a pasar que se nos olvide lo realmente importante, es decir, el sentido espiritual de estos días.

Si quieres participar en el Halloween y pedir dulces, disfrazarte y divertirte, Cuídate de no caer en las prácticas
anticristianas que esta tradición promueve y no se te olvide antes rezar por los muertos y a los santos.

Debemos vivir el verdadero sentido de la fiesta y no sólo quedarnos en la parte exterior. Aprovechar el festejo para
crecer en nuestra vida espiritual.

Algo que no debes olvidar


La Iglesia ha querido instituir un día que se dedique especialmente a orar por aquellas almas que han dejado la tierra y
aún no llegan al cielo.

Los vivos podemos ofrecer obras de penitencia, oraciones, limosnas e indulgencias para que los difuntos alcancen la
salvación.

La Iglesia ha establecido que si nos confesamos, comulgamos y rezamos el Credo entre el 1 y el 8 de noviembre,
podemos abreviar el estado de purificación en el purgatorio.

Oración
Que las almas de los difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Así sea.

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