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- Antecedentes:
Hace 5.000 años aparecen al norte de Chile las primeras obras de piedra unidas por un
conglomerante hidráulico procedente de la calcinación de algas, estas obras formaban
las paredes de las chozas utilizadas por los indios. Los egipcios emplearon morteros de
yeso y de cal en sus construcciones monumentales. En Troya y Micenas, dice la historia
que, se emplearon piedras unidas por arcilla para construir muros, pero, realmente el
hormigón confeccionado con un mínimo de técnica aparece en unas bóvedas
construidas cien años antes de J.C. Los romanos dieron un paso importante al
descubrir un cemento que fabricaban mezclando cenizas volcánicas con cal viva. En
Puteoli conocido hoy como Puzzuoli se encontraba un depósito de estas cenizas, de
aquí que a este cemento se le llamase "cemento de puzolana".
Con hormigón construye Agripa en el año 27 antes de J.C. el Panteón en Roma, que
sería destruido por un incendio y reconstruido posteriormente por Adriano en el año
120 de nuestra era y que, desde entonces, desafió el paso de tiempo sin sufrir daños
hasta el año 609 se transformó en la iglesia de Santa María de los Mártires. Su cúpula
de 44 metros de luz está construida en hormigón y no tiene mas huecos que un
lucernario situado en la parte superior.
Hasta el siglo XVIII puede decirse que los únicos conglomerantes empleados en la
construcción fueron los yesos y las cales hidráulicas, sin embargo, es durante este siglo
cuando se despierta un interés notable por el
conocimiento de los cementos. John Smeaton,
ingeniero de Yorkshire (Inglaterra), al
reconstruir en 1758 el faro de Eddystone en la
costa de Cornish, se encuentra con que los
morteros formados por la adición de una
puzolana a una caliza con alta proporción de
arcilla eran los que mejores resultados daban
frente a la acción de las aguas marinas y que la presencia de arcilla en las cales, no sólo
las perjudicaba sino que por el contrario, las mejoraba, haciendo que estas cales
fraguasen bajo el agua y que una vez endurecidas fuesen insolubles en ella.
Puede decirse con acierto que el primer padre del cemento fue Vicat a él se debe el
sistema de fabricación que se sigue empleando en la actualiad y que propuso en 1817.
Vicat fue un gran investigador y divulgador de sus trabajos; en 1818 publicó su
"Recherches experimentales" y en 1928 "Mortiers et ciments calcaires". En estos
trabajos marca la pauta a seguir en la fabricación del cemento por medio de mezclas
calizas y arcillas dosificadas en las proporciones convenientes y molidas
conjuntamente. El sistema de fabricación que empleó Vicat fue el de vía húmeda y con
él marcó el inicio del actual proceso de fabricación. Este gran científico en 1853
empieza a estudiar la acción destructiva del agua de mar sobre el mortero y hormigón.
Los carbones empleados como combustible se secan de igual forma que las materias
primas. Cuando el secado se realiza simultáneamente con la molienda el calor
generado en esta ultima colabora al secado. Si el material se ha secado previamente
pasa directamente a un molino en el cual se transformara en un material de gran
finura cuyas partículas serán extraídas por una corriente de aire. Si, por el contrario, no
se ha empleado secador previo, el material pasara a un molino secador en el que la
corriente de aire que lo atraviesa será caliente.
Los molinos están formados por un tambor de acero, horizontal y giratorio, revestido
interiormente de placas muy resistentes al desgaste y con formas adecuadas para
voltear eficazmente a las materias primas junto con una carga muy importante de
bolas de fundición blancas aleadas con niquel y cromo. Al girar el molino, por debajo
de su velocidad critica (aquella en la que la fuerza centrifuga anula la gravedad sobre
las bolas), las bolas caen junto con la materias primas desde una altura grande
chocando con los trozos de material situado entre ellas y entre el revestimiento y, por
tanto, desmenuzando a las materias primas hasta convertirlas en un material
pulverulento
Molino de crudo
Es importante con vistas a la eficacia de la molienda que los molinos tengan un grado
de llenado (relación entre el volumen de bolas y el de la cámara) adecuado oscilando
este entre el 25 y 45 por 100. Los molinos pueden ser una sola cámara o de varias,
generalmente tres, siendo estos ultimos los más frecuentes. En ellos, la primera
cámara de menor longitud se llena con bolas de diámetro comprendido entre 60 y 100
mm y tiene un grado de llenado, aproximado, del 30 por 100, realizando la molienda,
fundamentalmente, por impacto; la segunda cámara, de algo mayor longitud, emplea
bolas de diámetro comprendido entre 35 y 60 mm, teniendo un grado de llenado,
aproximado, del 27 por 100 y en ella la molienda se realiza por impacto y rozamiento;
la tercera cámara, que es la de mayor longitud, emplea bolas de 30 mm o “cylpebs”,
que son cilindros de acero de 10 a 26 mm de diámetro y longitud doble del diámetro,
el grado de llenado de esta cámara suele ser del 25 por 100 y en ella la molienda se
realiza, fundamentalmente, por rozamiento.
Molino de bolas de cámaras múltiples
El material a moler entre en al primera cámara por uno de los extremos del molino y
cuando ha alcanzado un grado de finura dado pasa aña segunda a través de un
diafragma o rejilla de separación, en esta nueva cámara sigue moliéndose y al tener un
grado de finura determinado para atravesando un nuevo diafragma a la tercera en la
que termina de molerse, saliendo el material molido al exterior por el otro extremo del
molino y arrastrado por una corriente de aire, cuya velocidad regulable, permite que el
tamaño de las partículas extraídas de mayor o menor.
Los molinos suelen funcionar en circuito cerrado, es decir, el material extraído por el
aire pasa a unos ciclones que seleccionan las partículas que poseen una finura por
debajo de un valor determinado y las que no cumplen este requisito las envían de
nuevo al molino.
Sistema de molienda en circuito cerrado
Muchas fábricas modernas han sustituido los molinos de bolas para crudo por molinos
cónicos (de aspecto muy parecido a las de trigo) en los que el material cae sobre una
pista o mesa circular giratoria y pasa bajo unas muelas cónicas también giratorias. La
molienda se hace por compresión y fricción, consiguiéndose un sustancial ahorro
energético y un mayor rendimiento con respecto a los molinos de bolas.
La cocción del crudo se realiza en horno rotatorios ligeramente inclinados que están
formados por un tubo cilíndrico de acero revestido interiormente de material
refractario cuya longitud alcanza hasta 150 m y cuyo diámetro puede sobrepasar los
4.5 m. Estos hornos tienen producciones que pueden alcanzar las 3000 toneladas/dia.
Los hornos giran a una velocidad de unos 180 revoluciones por hora y tienen una
pendiente comprendida entre el 2 y 5 por 100.
En el exterior situado a nivel mas bajo del horno se encuentra el quemador o mechero
que se alimenta con carbón pulverizado o con fuel-oil. Por el extremo opuesto se
introduce de forma continua el crudo seco si el proceso es por vía seca, o la pasta, si lo
es por vía húmeda. En este segundo caso, los hornos tienen una longitud mayor debido
a que deben dispones de una zona de secado en la cual se evapora el agua de la pasta.
A fin de no hacer excesiva la longitud del horno se cuele dispones de dispositivos que
permiten un mayor contacto de la pasta con los gases calientes.
El clinker se descarga de forma continua del horno hacia el enfriador que puede ser de
satélites, de parrilla o rotatorio, etc, pero que, en cualquier caso, ha de ser capaz de
producir un enfriamiento lo suficientemente rápido del clinker que impida que el oxido
magnesio procedente del carbonato que impurifica las materias primas, cristalice en
forma de periclasa.
Sección longitudinal del horno rotatorio con enfriadores planetarios
.
Intercambiador de ciclones Humboldt
Otros hornos emplean como elemento recuperador una parrilla móvil, como ocurre
con el horno Lepol en el que los gases que salen de un horno corto, a un temperatura
de unos 1000ºC, atraviesan una capa de 15 a 20 cm de espesor de nódulos o gránulos
que se hacen amasando el crudo con una pequeña cantidad de agua en un plato o
tambor nodulador. Estos gránulos calientes alimenta el horno mientras que los gases
salen de la parrilla a una temperatura próxima a los 100ºC, con muy poco polvo y con
una humedad muy conveniente para la mayor eficacia de los filtros electrostáticos.
Pueden añadirse también aditivos que son productos que, en pequeñas dosis,
inferiores al 1 por 100 en peso, se pueden utilizar eventualmente para facilitar el
proceso de fabricación del cemento o, para incorporar al cemento o sus derivados
alguna característica específica, como ocurre con los inclusores de aire. Los aditivos no
deben perjudicar las propiedades y comportamientos de los morteros y hormigones, ni
deben provocar, acelerar o facilitar, la corrosión de armaduras en el hormigón armado.
Fábrica moderna de cemento con intercambiador SF. Se aprecia la poca longitud del
horno y la mayor altura de los intercambiadores.
Los molinos de cemento son molinos de bolas similares en su forma a los de crudo si
bien en estos se llevan un control estricto de la temperatura a fin de no alcanzar los
70ºC debido a que a esta temperatura el yeso dihidratado se transforma en
hemihidratado y, si esto tiene lugar, al amasar el cemento con agua para su uso, se
producirá una hidratación y fraguado muy rápido de esta tipo de yeso dando lugar a un
agarrotamiento prematuro de la masa o “falso fraguado”.
Actualmente se consigue una buena molienda haciendo un premolido de clínker,
adiciones y yeso en un molino de rodillos cilíndricos y un molido final de corta duración
en un molino de bolas. Si la adición es de escoria de horno alto y estas poseen
humedad pasan directamente al molino de bolas con premolido. El ahorro energético
conseguido de esta forma es notable. El cemento una vez molido se transporta a silos
donde se enfría y expende.