Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
resulta aséptico, no hay fotos ni signos identificativos del dueño. Sin embargo, los
libros abundan por doquier, sin demasiado orden, dando al lugar un aspecto más de
caótico archivo que de vivienda. Además, hay un sillón vacío en el centro sobre el
que reposa una luz rojiza y también un par de espejos. ABRAHAM entra leyendo una
carta, visiblemente sorprendido por ella aunque con una amplia sonrisa de oreja a
ABRAHAM: En un rastro. Y a estas alturas… (Ríe y sigue leyendo para sí mismo, dando
vueltas por el lugar). No estoy tan anticuado, qué se piensa, claro que tengo e-
Toma papel para escribir y comienza a redactar unas líneas, pero, arrepintiéndose, lo
entre responderle por carta o e-mail, he decidido hacerlo por esta última vía, ya
que me dejó su dirección, a fin de que compruebe que, a pesar de que la edad
Como un martillo demoledor por todo ser viviente, éste que aquí le escribe ha
su carta. La he recibido con una enorme sonrisa, pues hacía mucho, muchísimo
tiempo que alguien no… (Se detiene durante un par de segundos, negando con la
2
satisfacción… Sí… He sentido mucha satisfacción al encontrarme con el
contenido de su carta, pues siempre es dichoso para el autor saber que… Eh…
Saber que su obra es apreciada por el lector… Sí… Apreciada por el lector
anónimo hasta tal punto que se ve movido a ponerse en contacto con el autor,
que, en este caso, soy yo. (Sonríe). Quédese tranquilo, pues no ha sido ningún
Se aparta del ordenador y vuelve a releer la carta, complacido. Tras dejarla sobre la
busca entre otros libros. Tras unos segundos, encuentra el ejemplar enterrado entre
otros tantos. No lo abre de primeras, sino que queda observándolo. Desde todas
ABRAHAM: (Leyendo partes del nuevo e-mail). Me alegra que respondiese. No las tenía
encontrar más obras suyas. ¿Podría decirme si…? (Pausa breve. Reflexiona
mimetizarme con su estilo. Me place que conecte con el libro, es un relato muy
3
personal. Por otro lado, no se moleste en buscar, no encontrará otros… (Borra
le haré…, le haré llegar algunos escritos si no… Eh… Si sigue sin encontrar
uno del otro. Pero, tras leer su libro, sencillamente, pues… Deseo conocer a la
ABRAHAM: Le invito a seguir escribiéndome, aunque solo sea porque aprenda a dejar de
A partir de este momento, los mensajes entre ISAAC y ABRAHAM se irán sucediendo.
ABRAHAM: Por supuesto, las vivencias personales siempre son cimientos de…
4
ISAAC: En el capítulo quinto, justo cuando él está…
ISAAC: Encuentro en ese párrafo una clara referencia a Proust en la forma de…
ABRAHAM: Cortázar, Bukowski y sobre todo Proust siempre han supuesto para mí…
ISAAC: Creo que es buen momento para dejar de llamarnos de usted, si a ti…
5
ABRAHAM: Podría entregarte en persona un par de escritos no publicados que…
libro y una estatuilla. ISAAC llama y ABRAHAM abre, sonriente. Al ver a ISAAC,
II
ISAAC, de diez años, está magullado. ABRAHAM le cura con cuidado las heridas.
ISAAC solloza.
ABRAHAM: No llores.
ISAAC: No quiero.
ABRAHAM: Bueno.
Pausa.
6
ISAAC: Porque no pude ganar.
ISAAC: Él.
ISAAC no responde.
ABRAHAM: Sí.
ABRAHAM: ¿Conmigo?
ABRAHAM: ¿Quién?
ISAAC no responde.
7
ABRAHAM: ¿Y qué más?
Bueno, y así…
ISAAC: Sí…
ABRAHAM: El estúpido eres tú. ¿Por qué le pegas a un chico mayor? ¡No podías
ganarle, usa la cabeza? Preocúpate por ti; solo por ti, no importan los demás.
Pausa.
ABRAHAM: Lo siento. No debería haber…, haberte… (Suspira). Pero es por ti, Isaac.
III
abre sonriente y queda congelado al verlo. ISAAC no acierta a decir nada, aunque
trata de hacerlo.
ABRAHAM: No.
ABRAHAM: Vete.
Pausa.
ABRAHAM: ¡NO!
Pausa.
ISAAC: Lo sé.
ISAAC: …Sí.
Pausa.
ISAAC: No.
IV
Hogar de ISAAC, que, abstraído, devora un libro ávidamente. Tan pronto se levanta
como vuelve a sentarse. Ningún ruido perturba el ambiente, a excepción de sus pasos.
ISAAC: … E hicimos el amor. Los dos nos fundimos en uno. Ambos, almas cándidas y
¡Cómo puedo ser tan pusilánime! Miento como un bellaco, ¡eso no fue lo que
ocurrió! «Nada hay más fácil que el autoengaño, ya que lo que desea cada
10
parecía al amor. Sí, así fue. Éramos dos alimañas lascivas, dos bestias salvajes
esa era la consigna. Y cuando todo acababa, cuando ya nada nos unía, cuando
el espíritu animal había saciado su voluble sed, nos mirábamos como extraños.
sin temores, sin prejuicios, sin puñaladas- como dos dementes, como dos
pretender que aquel coito bronco que practicábamos era signo de que nos
Ella también…. Y cada uno lo opuesto. Cuando vuelvo la vista atrás, desearía
desterrado del Edén. El final fue el de siempre, ningún detalle lo hizo peculiar.
Se fue y yo me quedé allí, sin más. ¿Qué más decir? ¿Es que alguna historia
termina de manera distinta? Fue una peripatética clausura para una historia
11
Nunca lo hizo. Jamás. Y yo, pues… No. Basta. He vuelto a mentir. Yo me fui.
Ella se quedó. Después hubo otras muchas mujeres sin rostro, bustos
un francés, pero seguro que lo inventó un griego antes. Yo prefiero mentir. Sí:
mentir es el alimento del cobarde. Al fin y al cabo, ¿qué haría el hombre sin el
placentero autoengaño? ¿Para qué sirve la verdad, sino para sufrir? Y por eso,
Ruido de la ciudad. El silencio inicial se rompe. Voces de todo tipo, gritos, bocinas y
Tras tomar un folio, comienza a escribir. Se arrepiente y hace una bola con el papel,
que arroja al suelo. Vuelve a suspirar. Se levanta y se hace con otro folio. Esta vez se
toma más tiempo para escribir, pero, cuando se decide, escribe sin detenerse.
ISAAC: No lo sé.
Pausa.
ISAAC: Hablar.
ABRAHAM: ¿Hablar…?
ISAAC: Sí.
12
ABRAHAM: ¿Y de qué quieres hablar?
ISAAC: No.
ISAAC: ¡No!
Pausa.
ISAAC: No lo sé.
ISAAC: Encontré tu libro en un rastro. En eso no mentí. Fue por pura casualidad. Vi tu
ISAAC: No me atrevía.
ISAAC: Lo sé.
Pausa.
ABRAHAM: ¿Qué?
13
ISAAC: Que escribías.
ISAAC: Sí.
ISAAC: ¿Qué?
ABRAHAM: (Tras un par de segundos). ¿Es verdad que tienes una hija?
ISAAC: Sí.
ISAAC: Siete.
Pausa.
ABRAHAM: Sí.
14
ABRAHAM: Eres tú quien se ha presentado en mi casa. No tienes ningún derecho a
exigirme nada.
ABRAHAM: ¿Impresionarte?
ABRAHAM: Dije muchas cosas. También tú. (Pausa breve). ¿Estás casado?
ISAAC: Vaya…
ISAAC: Ya te lo he dicho.
ABRAHAM: …Hablar.
ABRAHAM: Pues vienes tarde. Vienes muy tarde a esta casa. Aquí ya no hay
tendría que haberte dejado entrar… ¡Cómo tienes tan poca vergüenza! Burlarte
Pausa.
15
ABRAHAM: …Divorciado.
ISAAC: Sí.
ISAAC: No.
ABRAHAM: ¿Y la niña?
ISAAC: Sara.
ABRAHAM: Sara…
ABRAHAM: No lo intenté.
ISAAC: Ya.
Pausa.
ABRAHAM: Responde.
ABRAHAM: (Riendo, irónico). Buena forma de decir que no tienes trabajo. (Se sienta en el
16
VI
ISAAC, que tiene catorce años, se acerca inquieto con un hoja en las manos a
ABRAHAM, que, mientras fuma, lee vorazmente sentado sobre su sillón. Al oír llegar
de Marcel Proust, “En busca del tiempo perdido”. ISAAC se detiene y lo observa.
ISAAC: Tengo…
ABRAHAM: ¿Qué?
ISAAC: Tengo las notas. Supongo que ya las sabes por la sesión de evaluación, pero…
Pausa.
ISAAC: Todo…, excepto una asignatura, que ha sido casi un sobresaliente también.
Pausa.
ISAAC: Sí…
17
ABRAHAM: ¿A ti te parece un siete y medio casi un sobresaliente?
ISAAC: Ya.
ABRAHAM: Pero eso no es excusa. ¡Te cuesta porque no le has dedicado el tiempo
ISAAC: No.
18
ABRAHAM: ¡Me dan exactamente igual el resto de notas! No voy a felicitarte por tener
ABRAHAM: (Suspira). Me obligas a hacer algo que no quería. No has cumplido con tu
ISAAC: En que…, en que seguiría en teatro si…, si sacaba un sobresaliente en todas las
asignaturas…
ABRAHAM: Exacto.
ABRAHAM: ¿Cómo?
19
ABRAHAM se ríe irónicamente.
ABRAHAM: No. Simplemente, tienes que aprender a cargar con las consecuencias de tus
propios actos.
ISAAC: Me has puesto el siete y medio intencionalmente, para quitarme las clases. Lo
sabes perfectamente.
ABRAHAM: (Dejando el libro). ¿Me estás diciendo que falto a mi ética profesional?
ISAAC no responde.
ABRAHAM: ¡Eres un niñato! (Niega con la cabeza y, muy airado, coge por la oreja a
ISAAC). Pero eres mi hijo. ¡Mi hijo! He invertido demasiado en ti. Yo te hice,
20
Silencio. ABRAHAM mira lleno de rabia a ISAAC, que se arrepiente casi al momento
de lo que ha dicho. ABRAHAM levanta a ISAAC por la oreja, que se revuelve y, tras
VII
El presente.
ISAAC: Porque has vencido. ¿No es así? Tuviste razón. Según tus parámetros, soy un
ISAAC: Por supuesto que sí. Todo este tiempo has estado deseando que viniera a tu
puerta y te dijera esto: que soy un Don Nadie y que tenías razón.
ISAAC: Tomé mis decisiones. Y volvería a hacerlo. Confieso…, confieso que a veces
mí… Hubiera sido mucho más sencillo. Todo lo sería. Pero, ¿en qué me
ISAAC: …Claro.
ISAAC: Sí.
ISAAC: ¿Es tan difícil para ti creer que no busco nada? ¿Que no tengo ninguna intención
ABRAHAM: Veinte años… Y apareces en mi casa de repente, tras hacerte pasar por otra
ISAAC: ¿Cómo?
ABRAHAM: ¿Vas a fingir indignación? (Ríe, irónico). ¿Quieres dinero, verdad? Estás sin
ABRAHAM: Dilo. Será más fácil. ¿Por qué nadie es capaz nunca de decir lo que
sería mucho más sencillo, más real, si fueses capaz de decirme directamente lo
Pausa.
22
ABRAHAM: ¿Por qué?
ABRAHAM: Es ficción.
ISAAC: Ya.
ISAAC: No.
ISAAC no responde.
ABRAHAM: ¿Y la ves?
ISAAC: Poco.
23
ABRAHAM: ¿Piensas que, guardándote las espaldas conmigo, ella no cometerá tus
mismos errores?
ISAAC: No te entiendo.
ABRAHAM: Claro que sí. ¿Tienes miedo de que te ocurra con ella lo que te ocurrió a ti
conmigo?
ABRAHAM: Cuando te largaste yo tenía pocos años más que tú ahora… ¿Es miedo,
ISAAC: ¡No!
ISAAC: ¡Quiero saber por qué! ¡Por qué tanta rabia, tanto desprecio! ¡Eso quiero saber!
¡Por qué he vivido siempre con tu voz en mi cabeza! ¡Por qué nunca fui
suficiente para ti! ¿¡Por qué!? (Pausa breve). ¿Me lo merecía…? ¿Lo merezco?
VIII
Salón familiar. ABRAHAM espera a que ISAAC, de veinte años, hable. Está tenso y
se entrecorta.
ISAAC: Sí.
24
ABRAHAM: Diciéndome eso, sé que me vas a hacer enfadar. ¿Por qué has venido?
Pausa.
ABRAHAM: ¿Cómo?
ISAAC: Eso. Voy a dejar medicina. Soy consciente de que mi decisión no…, no te va a
ISAAC: ¿Por qué quiero que la respetes o por qué dejo medicina?
que lo entiendas.
guitarrista ahora? A lo mejor hay algo nuevo. ¿Qué es? ¿Artista de circo?
25
ISAAC: ¿Por qué te ríes?
ABRAHAM: (Aún con una ligera risa, le interrumpe). Cállate, por favor. Estás siendo
ISAAC: Sí.
ISAAC: (Le interrumpe). ¡¿Has escuchado una sola palabra de lo que he dicho?!
ABRAHAM: No pienso escuchar más estupideces. Quiero que dejes hoy mismo el
ISAAC: No.
Pausa.
26
ABRAHAM: Isaac, si sales por esa puerta, no te molestes en volver. Te lo estoy diciendo
muy en serio.
ABRAHAM: ¿Te crees muy gallito haciendo esto, verdad? Te crees todo un macho, claro
que sí. Pues déjame decirte la verdad… Tarde o temprano, volverás aquí con el
rabo entre las piernas. Te gusta ser rebelde, ¿no? Te gusta llevarme la contraria
ISAAC: Esto no va sobre ti… ¡El mundo no gira alrededor de ti! No entiendes nada,
ABRAHAM: Me encantaría saber si, cuando estés durmiendo bajo un puente, seguirás
siendo tan gallito como lo eres ahora. Tienes veinte años y crees que sabes
ISAAC: (Con una rabia infinita). ¡¿Te estás escuchando tú a ti mismo?! ¡Un puente…! ¡Te
ABRAHAM: (Encendiéndose un cigarro). Crees que es muy fácil. Crees que es tan sencillo
como decir que quieres ser actor y que así, sin más, se cumplirá. (Con una
ISAAC: Voy a vivir a mi manera. Voy a ser todo lo contrario a ti. ¡Di lo que quieras, ya
ABRAHAM: Te vas a estampar de frente con la vida. Y cuando eso pase, no pienses en
recurrir a mí. Si sales por esa puerta y haces lo que has dicho, puedes olvidarte
27
IX
El presente.
ABRAHAM: Pero es lo que piensas. Siempre fuiste igual, incapaz de reconocer tus
ABRAHAM: Lo hice lo mejor que pude. ¡Qué digo! Lo hice mejor que muchos. Y sin
ABRAHAM: ¡Yo no tengo la culpa de que tengas la vida que llevas! ¿Me oyes? ¡No la
ISAAC: Nunca estuve a la altura de tus expectativas. Jamás. Hice todo lo posible para
ello. Cada triunfo, cada victoria… Ha sido para mí una llamada de atención
hacia ti, un grito que no oías… Todo este tiempo he deseado ser alguien en la
ISAAC: Siempre he sido un miserable; siempre he sido incapaz de ser feliz con lo que
ABRAHAM: ¿Y yo tengo la culpa de todo esto? ¿Qué hice? ¿No llegué al partido de
ISAAC: ¡Bah!
ABRAHAM: ¡No has vivido de otra forma porque no has querido! ¡Tuviste la opción!
ISAAC: Pero, ¿qué sabes tú de vivir de otra forma? Llevas consumido toda la vida.
28
ISAAC: ¿Qué?
ISAAC: ¿A qué llamas ser “alguien”? ¿Alguien como tú? ¿Ese alguien que has inventado
para la persona que había alabado tu libro? No podías mostrarle que eras
aterraba…
ABRAHAM: ¡Hice lo que creía mejor para ti, pero no soy perfecto! (Pausa breve). Yo
ABRAHAM no responde.
ISAAC: (Se sienta en el sillón). ¿La vida que me contaste por e-mail? ¿Esa vida?
ISAAC: ¿Un escritor reconocido, con premios y dedicado en cuerpo y alma al arte? Sin
hijos, sin mujer, sin nada que te distrajese… Solos la literatura y tú, ¿no?
29
ABRAHAM: ¡¿Y no es eso lo que tú también desearías?! ¡¿Ser el gran actor que
esperabas?!
ISAAC: Tu venganza a la vida tenía que ser yo, ¿verdad? Yo tenía que conseguir lo que
tú no habías podido. Tenía que ser alguien para que tú trascendieras en mí.
ABRAHAM: Y sin embargo eres insignificante. Menos que yo. No eres nadie.
ISAAC: Te equivocas. He vivido la vida que quería vivir. ¿Puedes tú decir lo mismo? No
salió como quise, es cierto; pero lo hice y sigo viviéndola. Eso me hace ser
En el coche. ABRAHAM conduce. A su lado, ISAAC, de dieciocho años, que mira por
la ventanilla distraído. Suena Johnny Cash en la radio: “Love is a burnin’ thing, and
it makes a fiery ring. Bound by wild desire, I fell into a ring of fire”. Ambos
ISAAC: Sí.
ISAAC: Vale.
Pausa.
ISAAC asiente.
30
ABRAHAM: Algo estarás pensando. Es un momento importante, ¿no?
ABRAHAM mira a ISAAC, burlón. Conduce con una mano y con la otra fuma.
Pausa.
ISAAC: He pensado que…, que bueno, que podría buscarme un trabajillo a la vez que
31
ABRAHAM: Tú lo que tienes que hacer es estudiar. Nada más que eso. ¿Yo te he pedido
ABRAHAM: Mejor.
Pausa.
ABRAHAM: ¿Crees?
ISAAC: Ya estamos…
ISAAC no responde.
32
ISAAC: No tengo nada que decir.
ABRAHAM: ¿Desde cuándo necesitan los médicos una guitarra? ¿O saber actuar?
ISAAC: Pf.
ISAAC: Nada…
ABRAHAM: Que sea la última vez que dices una palabra malsonante.
Pausa.
ABRAHAM: Tienes que ser el mejor. ¿Te enteras? Dejarte ya de tonterías. No quiero que
por ahí por la noche ni de novias; que nos conocemos… Nada de teatrito, ni de
Ya no eres un niño. Eso es lo que dices siempre, ¿no? Pues tienes que
Habrá mucho descarriado por allí que no sabrá ni qué está haciendo con su
perder el tiempo. Y habrá otros que querrán pisarte, pasar por encima de ti
como si fueras una cucaracha. Esos son aún más peligrosos; no lo permitas.
33
Tienes que ser tú el que los aplaste, ¿me entiendes? Debes tener tu objetivo
Porque siempre que duermas, habrá alguien que estará trabajando. Y ese
ISAAC: Sí.
ABRAHAM: Y ahora abre bien las orejas, porque lo que te voy a decir es importante.
voy a decir la verdad, porque soy tu padre y porque debo hacerlo. No voy a
ABRAHAM: Olvida tus sueños. Los sueños no dan de comer. Termina medicina, sé el
ISAAC: Vale.
Johnny Cash: “If I could start again, a million miles away, I would keep myself… I
ABRAHAM: Bájalo.
ABRAHAM: No he terminado.
ISAAC: ¡Te has cabreado tú solo! Eres un coñazo, tío. ¡No te aguanto!
Pausa.
ISAAC: ¡Que pares! ¿Me estás oyendo? ¡Que pares o me tiro con el coche en marcha!
ABRAHAM: (Crispado, para el coche a un lado de la carretera). Quizá debería dejar que
hicieras eso.
ISAAC baja del coche y, crispado, saca sus maletas. Tras esto, comienza a andar por
el arcén de la carretera. ABRAHAM baja del coche y toca el claxon. ISAAC sigue
andando.
ISAAC: ¡Venga, pégame! Lo estás deseando. Disfrutas haciéndolo, ¿a que sí? ¡Pégame!
XI
El presente.
pensar… Pensé que podríamos habernos llevado bien. Me caía bien ese tipo
ISAAC: Me habría gustado ser otro y aparecer aquí, en tu puerta. (Sonríe). Creía que
ABRAHAM: Me encantan.
ABRAHAM: Lo dijiste.
ABRAHAM: Estaba pensando… Estaba pensando que Sin perdón es un título bastante
ABRAHAM: No.
ISAAC: Tú también.
Pausa.
ISAAC asiente.
ABRAHAM asiente.
ISAAC: Me gustaría leerlo cuando termines. También esos textos que ibas a darme, si te
parece bien.
37
ABRAHAM: No valen nada.
ABRAHAM: Bah.
ABRAHAM avanza hacia ellos y los coge con intención de esconderlos entre las pilas
de libros.
ABRAHAM: ¡No!
ABRAHAM: ¡Suéltalos!
Continúan forcejeando hasta que los textos se resquebrajan, cayendo los restos al
suelo. Se miran.
ABRAHAM se agacha y recoge los restos sin levantar la mirada del suelo,
contemplándolos detenidamente.
ISAAC: Lo siento.
Pausa.
38
ABRAHAM: ¿Por qué le pusiste ese nombre? A tu hija.
ISAAC: Lo sé.
ISAAC: ¿Qué?
ABRAHAM: ¿Entonces?
ISAAC: Tengo trabajo esporádico de lo mío… Y además hago otras cosas… Alguna
ISAAC: Ajá.
ABRAHAM: A tu edad…
Pausa.
pregunta. Creo…, creo que ya tengo la respuesta. Pero necesito oírlo de ti.
ISAAC: Lo necesito.
ABRAHAM: ¿Ya?
39
ISAAC: Sí. Es demasiado tarde para todo esto; no tiene ningún sentido ya.
ABRAHAM: Espera.
XII
ello todo tipo de colores. ABRAHAM entra, lo cual hace que ISAAC deje de dibujar
y tape el dibujo.
ISAAC: Casi.
ABRAHAM: ¿Casi?
ISAAC: Vale.
Pausa.
ISAAC: Nada.
40
ISAAC: Somos nosotros… (Señala con el dedo). Ese eres tú, ese soy yo y…, y esa de ahí
es mamá.
ABRAHAM sostiene tenso el dibujo. ISAAC saca sus deberes, disponiéndose a seguir
trabajando en ellos.
ABRAHAM: Pero es que los seres humanos no somos ni rojos ni negros, ¿entiendes? Las
ISAAC: Vale.
ISAAC: Coloreados como deben de estar coloreados, ¿qué significa? ¿Que nos coloree a
ti y a mí como a mamá?
ABRAHAM: …Sí.
41
ABRAHAM: Lo siento. (Pausa breve). ¿Sabes qué? Mejor déjalo. No está tan mal. (Se
guarda el dibujo). Ponte a hacer los deberes, que ya está bien de perder el
tiempo, y ya lo sabes para la próxima vez. (Coge los lápices de colores). Me los
ISAAC comienza a hacer los deberes. ABRAHAM queda mirándolo durante unos
XIII
¿El presente?
ABRAHAM: ¿Qué?
ISAAC: ¿Hubieras preferido que me ahogase? ¿Por eso tardaste? Por un par de
que era mucho mejor para ti librarte de esta carga, de este estorbo,
42
Pausa.
ABRAHAM: Ya ves.
ISAAC: Gracias.
ABRAHAM: Siempre me dijeron que valía, que tenía talento. Me alentaron a seguir
destinado a algo…, a algo más, que era especial… Todos lo creían. Mis
profesores, mis amigos… Mis padres, ellos pusieron tantas esperanzas en mí…
Todos. Yo tenía que ser alguien. Al principio ganaba todos los premios
tenía perfectamente claro qué tipo de vida tendría, qué tipo de hombre sería.
43
ABRAHAM: Quise creer que aceptaba…, que había aceptado lo que me deparaba la vida.
Nos casamos, tú naciste… Me gané una plaza como profesor en este maldito
pueblo, donde nada ocurre y nunca pasa nada… Lo que te dicen que debe
ABRAHAM: No. Primero…, primero ocurrió algo. Llevaba un tiempo escribiendo una
ABRAHAM: Yo no sabía escribir por diversión, aquello debía tener una finalidad. La
diversión es una pérdida de tiempo. Era incapaz de escribir solo para…, para…
Pausa.
ISAAC: ¿Papá?
ABRAHAM: ¿Qué?
ISAAC: Te publicaron.
ABRAHAM: Más o menos. Aceptaron publicarla cuando terminase. (Ríe). ¡Una de las
bastante suculento… Mis padres habrían estado orgullosos de mí. Nunca los
ISAAC: ¿Y entonces?
44
ABRAHAM: Me preguntas si hubiera preferido matarte, sacrificarte. Si hubiese querido
que nunca nacieras. (Pausa breve). Era inestable… (Mira fijamente a ISAAC). Tu
ABRAHAM: Sí, no lo negaré. Deseé que te ahogaras aquel día. Y volví a desearlo más de
ABRAHAM: ¡Me fagocitaste! Te llevaste mis mejores años… ¡Yo no quería ser padre!
ABRAHAM: ¡Tu madre y tú os llevasteis mi vida! ¡Eso era lo único en que podía pensar
pegas una bofetada?! ¡¿Eh?! ¡Yo te pegué muchas, devuélvemelas! Haz lo que
sea. ¡Castígame! Pero no te vayas. ¡Por favor, no te vayas de nuevo! ¿Por qué
no dices nada? He esperado todo este tiempo a que volvieras a aparecer por esa
45
dado cualquier cosa porque nunca te hubieses ido. Soy tu padre. Tú no elegiste
reflejan en los espejos. “If I could start again, a million miles away, I would keep
myself… I would find a way”. La luz va perdiendo intensidad hasta que ya solo el
sillón vacío queda iluminado -durante un par de segundos-, antes del completo…
OSCURO.
46